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r
TEATRO
MISTORICO'CRITICO
DB LA
BLOQUE N cía ESPAÑOLA
POR
D. [ítÑTONIOjDECAPMANT Y VE MONTfALAff
InSviáuo del Numere de la Real Academia de la
Historia y y Supernumerario de las de Bue-
nas Letras de Sevilla y Barcelona.
T O M^O- l:
MADRID. A«oMDCCLXXXVL
SK LA OFICINA DB DON ANTONIO DE SANCHA.
CÓH LICSITCIA DSL RBAÍ COITSBJO.
..*.
7 •
T^i'
DISCURSO PRELIMINAR.
; ASTA áqui los desvelos y zelo patriótico de
aguaos literatos españoles se han reducido á for-
^jnar colecciones, 6 sean reimpresiones de poe-
sías castellanas antiguas 7 modernas ; á escoger
y entresacar pedazos sublimes, ó piezas del me*
jor mérito : en que, como en un claro espejo , se
ha hecho ver á los estrangeros , que lo ignoraban
6 afedaban ignorarlo , la fecjiridísima y encendida
imaginación de nuestros poetas, la invención y
energía de sus composiciones en todos los gene-
ros , y la gala y esplendor que á sus plumas debe
la lengua española. Las modernas disputas en de^
fensa de k reputación de.jpuestr4 literatura ^^ma^
yormente en orden á oí|r4s¿meíias y dójngenio,
casi todas versan sobre la p¿¿fsi4^^;.priñcipalmen^
te sobre la dramática. En tan reñida qüe'stion se
han apurado todas las regias* dé h crítica y del
gustó , y alguna vez traspasado las de la emula-»
cien : por manera , que si en este punto no quo».
damos bien vengados y desagraviados , no se do-
be atribuir á poca diligencia y esfuerzo , y aun
encono de nuestros defensores , ni á poca cons-
tancia en esta lucha perpetua de las apologías.»
que parece ensangrentarse, mas aada dia. Yo sai^
A
ij DISCURSO PRELIMINAR»
go también á la palestra , mas no á pekar ; por-
que por fortuna el asunto que me he propuesto
no tiene enemigos ^ ni yo jamás los fingirla para
hacer un vano alarde de mi audacia y valor c^v
combatir castillos encantados, ni vencer exercí-
.tos fantásticos. Tampoco salgo 4 de&nder la nar
cion y porque en la parte que aqui trato , nadie
la ha injuriado : salgo sí á sostener su antigua re*-
putacion , y á mostrar con quán justo título la
adquirió quando la lengua española era codicia-
da y aprendida como adorno de moda entre los
Cultos cortesanos de Francia , Inglaterra , Ita-
lia, y Flandes^ y qu4n lastimosamente se han ol"
yidadoen estos mismos payses nuestros buenos
escritos y nuestros eminentes escritores , desde
que se ha olvidado la lengua y se ha abandona-
do «ji.pstudio^^ J)et jiflui^ proviene la ignorancia
qué padécren lov aütCí^ estrangeros quando ha^
Wan da ó¿ésj:ía« lé*!fcs , usos , inventor , progre-
sos ea.ta$:a;i:e&:5^.deñfias; en una palabra, del es^
tado de* fi\iestras« Jeteas. De aqui nacen los erra-
dos juicios , los equivocados cálculos , las injus-
-tas censuras , tan injustas como las mismas ala-
banzas. Pues sin conocimiento de la lengua de
una nación , ¿ cómo se tendrá ni tino ni discre-
ción para distinguir en el estado de su literatura
lo que es digno de sátira ó de elogio ? Si l^s
plunus de los estrangeros juzgasen con perfe¿lo
conocimiento de causa; entonces áos^aduária^
mos de muy ciegos y obstinados en no corregir*
nos de los defedlos que nos achacatty ó^ de muy
ineptos c ixidolentes en no defendemos rde sus
m|ustos cargos. Sin:poseer la lengua i dSmo pue*
den juzgar de nuestras obras? y sin Ver estas
obras ¿cómo pueden juzgar de sus autoireis ? S«
;iprende el tuteo , el pérsiano , el chino, el len-
guage de los Algonqtíinés , y en ninguna parte
se enseña ni aprende el español ; jpero en todas
se pretende decidir sobre la cultura de los es»
pañoles. Solo una gracia tiene esta lengua , quo
todos la celebran por harmoniosa, abundante, y^
magestuosa, hasta los mismos que la ignoran y
que no muestran grandes deseos de saberla. Gra*-
cias al esclarecido Conde de Estaing , que deseo-
so de promover el estudio del español entre sus
pay sanos, ha promovido poco tiempo hace h
enseñanza pública de esta lengua en el Musea
nuevo de París.
A fin de desengañar á los estrangeros preocu^
pados , y á muchos españoles mas preocupados
que ellos , y no dexarles pretexto alguno de dis-
culpa de haber descuidado, el estudio de los pri-
mores de nuestra lengua por falta de; modelos de
una pura y noble elocución ; he entrado en la
empresa de dar al público una colepcion com^
pleta y general dfi fragmentos escogicibs de pro*
A a
sad^íoa escritores ínas-^reditados por su feñ^
guage'desde h for¿M9CÍon dei romancQ csLstUhnaxx
hasta eéfce siglo. Ignoro si ésta obra se ha 4esea4
do ; pero-^stóy bieíi ^g&to que nadie la ha pro-*
metido , y fiíucho menos emprendido. Esta será
no solüuia hi8t«ia crítica delestilo^de cada siglo,
y la dei^gustoy cárafter de sus diversos escritor
íes; sino la de la misma lengua -• y baxo de esta
Mea la ofrezco con el tituló de Teatro Histórica^
Critico dj^Iaeloqüfncia castellana , donde se pre-^
sentarán: los progresos y vicisitudes de la prosa
en cada una -de sus tres edades en que la he divi-
dido;-iEsta-obra no solo se dirige 4 dar una per*
feda idea^ á los estrangéros del valor de nuestra
lengua^ que ellos celebran y abandonan , y del
aprecio que merecen muchos de nuestros escrir
tores.que dios calumnian y no conocen , otros
que no leen y celebran , y otros en fin que ni co*
nocen, ¿li leen , ni alaban , ni vituperan : escrir
bola también para que sirva de estudio y estímu*
lo á los mismos españoles , que aqui hallarán el
mas .acrisolado estilo de los escritores eminentes;
quando andan hermanados los asuntos y pensa-
mientos mas graves con el mas seleáo y puro
lenguage y que se corrompió y desfiguró en este
siglo con las pésimas traducciones de libros fran-
ceses. No nos admiremos que los estrángeros no
conozcan m . citen nuestros autores antiguos n)
•I>nGtniSO:tl.Bl{»Il!Tia[^ \«
fus jesérkos}: sino que muchos espan6jesi<|iiié ló»
citan, JK) los Ican', ydtxós que lós^fcea^ fio lo»
coi^ozcftn. D.e. aqtli yieaea ~, los . desinédi^os, ;é js?
lu^tos ciogíos^que ^hm. <ia<ÍQ ij*i*d5fi$'<jt
nuestros «JK:riíores c^ega^y de^atíns^fWtfee» ^ coil
gl fia de^^df^nxkrla nzcm^.^.c^fB^ff^ ig^js^,^
diese dgfcs^. ofejjt^encip. ^, la, Y?fi4wlr/: iÓ?»^?!
i^^-)»...4i4io , qu9 tip^? iHKstííg ^^^©Sjspíx
digpps .4^4abi»i|z»;i ni gya, tíSjdí^-líi^ljfgs ^ue
ísf/ibier9n .Jbs .mjuí ¡o^b^sj, l^f ^¿ajd^^Qs-.és-.
ja celebfidadj.ni q^e.^n.d^í)t>xa 4e ffla-yrf?? .¡myer
«í^. .??-?" ??íÜo lo 4ej»*S'Yaloí;/pí¡q5i?¿tod!q>í
l9>-!lW»g5S^ "eUl estilo son Ap- \&^ «SJW^W:
Pe «^ j^lsa idea , xiue;. deL merijtp , ,de^ muchos
autores y de su e^tUo boV b^n dadp algunos
jnpdejAQs .Que W: todo Jhpllaiv perfeoQÍ^.a ^^ pro-
aricne 1» mal^.elecciojide .autores que lospocp
cautos y nunca dueños- de rsu dictamen .hai;i he-
cho para su estudio , y el mal .gusto de los exenx-
píos sacados de sus obráis para modelos de ver-
dadera locución castellana. - ^
He observado que quando se ha querido en-
carecer la eloqüencia é ingenio de los escritores
españoles y la hermosura de su lengua , todos
nuestros apologistas se acogen á la poesia y á los <
poetas. A primera vista parece que abrazan éste
recurso como mas honorífico; mas decisivo en
£ivi^r.de nuestra literatura , y mas difícil de pó*
9f ]»I5CXniSa' PILBLIMINA»»
desrlo hittL desempeñar ; pero reflextonaádo des*
, pues yoytjtift ü ppgsktíene menos jueces, que
íus regías de gusto son más libres, y que entre
nosotros fen fepr¿iigüeadó muchos po^S bue-^
liod^ftiedisaaósvy malos (aunque en este genero
ik>; sfe^tié iídmitir medianía , porque todo lo ^ue
¿o'és'éxedfeñte é^ despreciable, por ser la poesía,
ünluxó y'íio una necesidad) , y qué apenas teñe*
inos üfr bíádbf que Ópótiea^/que^^m con
rigdr-el^níóilibre dé Verdadero pá&e'^'de la do-
qüencía^^ he áiéabadó^e^ cónóber que e fá-
cil 5^^ scícórifdp' él ^zt6áó de dqfender áí nuestra
pt^éiil qüe^ nuestra' oratoria. Sin salir de nuestra
tasa m recurrir 4 epóicás antiguas , la Real Acá-*
démia Española lo acaba* de experimentaf en es-
tb¿ tres uítimtís áñós; I)é los dfos preiniós ofrecí-
aos iáída f ez £ lá mefor Cptnpdsicion dé poesía y
de eloqixeñciá , el del primer genercisfe há adju-
dicádp siempre á distinto ingenio j; el del segun-
do , ha tenido el dolor aquel sabio cuerpo de
no poderlo aplicar dignamente á ninguna de las
piezas presentadas en éí ultimo año. Y habiendo
5Ído muchas las que concurrieron en los dos años
anteriores, fue forzoso en ambos coronar partos
de una misma pluma : tan grande debe de ser la
escasez de buenos oradores ; 6 bien diremos , que
es mayor de 16 que comunmente se cree la difi-
cultad de dar producciones prosaycas á riguró^
BISCÜUSO ?1L£LmiNAR. Vtj
praeba y censura. La poesía tiene cierta mágica
en las imágenes, cierta embeleso en la harmo«
nía , cierta ilusión en los adornos , en que las gra«
das .del artificio deslumhran los ojos para cubrif
todo lo débil ^ pequeño. La prosa es severa , mal
contentadiza : nada disimula , nada oculta : es una
kermosura desnuda á la lu2 del dia y á lávica
de todos , porque es el idioma de todos.
Aunque con esta experfcncia podia yo ha-
ber desmayado en mi propósito ; su misma difi-
cultad me ha empeñado á mostrar que ni la na-*
cion española ni su rica y iñagestuosa lengua de-
ben su celebridad solo ¿ la poesia , sino también
á la prosa ; y que si bien por desgracia no pode-^
jnos contar oradores de oficio como contamos
J>oetas , podemos juntar un número tan grande
de eloqüeiites escritores prosaycos en todos los
géneros, que seguramente ninguna nación mo-
derna puede oponernos otro igual de tan avefn-s
tajados en el manejo de su lengua patria. Esta
dificultad no ha consistido en buscar y conocer
los autores ; sino en buscar y conocer en sus dli
versas obras los pasages donde reyna verdadera-^
mente eloqüencia, y aun en este caso dond^ es
anas digna de ser propuesta por modelo. Este ha
ddo el gran trabaxa/ésta la dificultad , éste el es^
fuerzo para discernir íos rasgos eloqü^ntes en va-
lias obras y tratáidos <pie no admitían en su asun^
fiif f^ISGÜMO tRELIMlNAHi.
to principal la orjtom, y en una^nack» que no-
ha dexado piezas completas de eloqüencía civil
ni sagrada por causas que explicaremos mas ahgr
So. Para, defei^der k poesía castellana se han sá-
cado ¿luz composiciones enteras de sus poetas^
6 pedazos seleáos en confirmación de nuestra
causa} pero para vindicar nuestra eloqüencia,
nos hemios contentado hasta ahora con ao'mbrar
autores y con elogiar su estilo sin presentar jamas
un testimonio de lo [que alabamos: y esto por
agena fe repitiéndose unos i otros , y no con ver-
dadero estudio de sus escritos, ni conocimiento
de los lugares escogidos de estos mismos escritos.
Con decir íanfarronamente : nuestro Cicerón es*
pañol Fr.Luis de Granada, xiuestro moderno Sa*
lustio D. Diego de Mendoza , hemos concluida .
el argumento y creido haber ganado la visoria.
Pero yo he querido abandonar ej rumbo trillada
y común de hacer comparaciones vagas con Xe»
nofóntes , Cesares , Salustios , Livfos, Tucídides ^
Tulios , Platones , Tácitos , Sénecas , Chrispsto^
mos ; y tomar el espinoso y prolixo trabaXQ di&
formar antes el examen del estilo que su pane-
gírico. Después de esta operación , no menos de-
tenida é ingrata que la de un naturalista que her-
boriza por riscos y malezas ; he venido á cono^
cer que la prosa , que á priníi«ra_vista parece el
genero de composición mas facU,, poyque es ¿I
laás natural y común, es generalmente el mar
difícil. Y en prueba también de esta dificultad ^'.
Casi no se podrá probar que la lengua de ningu*-
na nación haya adquirido cierto grado de per*
acción antes de haber la poesía comunicado ¿ U
expresión número , imágenes , y dulzura. • /
I Conociendo pues la excelencia del romance
español, y que la' reputación Inas general, mar
constante „ y mas di¿na de ser envidiada de est^
lengua, y de qualquiera otra , depende nws de h^
composición prosaycaque del artificio métrico j
he formado esta colección de los escritores de>
nuestra nación mas notables por su estilo y ma-^
nejo'dél idioma patrio, con muestras de los pe-,
dazos mas seleátos, discurriendo fe serie de qua-,
tro siglos, con el:fin de acreditar la antigüedad:
y primor de nuestra lengua entre las estrañas^
para que-afidonei su leftura 4 los eatrangeros , y.
sirva á mis patricios de' am^nq estíidio y r^creaii^
cíot, y eíemplo del bien decir. De modelos .
mas que de rcglaá del buen len!guage necesitar,
mos todos ; porque el arte.^s breve y el estddiqr
largo. Con ,el estilo prosay cocemos de explicar-i
aos los hombre , porque todos tediemos que ser^
Virno^í de es|:^ lenguage diaria j continua y nofi^t,
«ariamente eik$o4ps ip^ usos y estados ide la vidt
cívS^'En prosa hemos de pediry day . consejo >,
Jemos :de: cultjivaí » 4 nuestros yaledore? , obse*;,
quíar á nuestros señores , defender nuestras cau*
^s y las agenas , sembrar la semilla de la divinar
palabra , publicar la dodrína en todas las ciendasi»
prádicas y. especulativas^ sostener la razón , des*
terrar la ignorancia , amparar la verdad y la inno*
ciencia , y defender la justicia pública y privada :
finalmente , en prosa hemos de pasar i las edad<^
t^enideras la noticia de los vicios y virtudes de
los hombres , y la gloria ó in&mia de las nació*
aes y de los reyes.
Saldrán vengados de la obscuridad y olvido
del sepulcro á hacer su papel en este teatro de
la eloqüencia algunos -escritores, dignos en vida
de haberlo hecho mayor eñ el teatro del mun-^
do. Ottos comparecerán confusos y corridos al
lado de sus émulos y rivales : y ningimo verá
aqui el rostro de sus; proteítores ni de sus perse-
guidores. ¿Qué espedaculo éste, dónde podre*
mos ver y conversar con los escritores insignes
de provincias y siglósí diversos? Donde podemos
cfr á Alfonso didándo sabias leyes , i Don Juait
Manuel dando reglas morales y civiles para el
bien vivir , á Pulgar juzgando 4 los cortesanos de
su tiempo , á Guevara retratando los vicios de los
grandes, y los peligros de h corte, á Granada
exhortando & la virtud, i León ensalzando los
atributos de Dios, ¿ Mariana juzgando y de&n«
dieíido & su nación, á Cervantes ridiculizando
laspreocüpacipnes, y moviendo los sencillos y
tiemps afeaos , á Saavedra formando su repú-
bBca política y literaria , y 4 Solís pintando es**
tiaños caradéres, y describiendo estupendos su*
cesos J < Osé agradable amenidad no presentará
este magnífico congreso de tantos literatos culti-
vadores y defensores dé k lengua española , al re*
correr sus diversos géneros de estilos según isui
diversas materias; sus diferentes modos de ma-^
nejar el lenguage según sus diferentes caradéref
y genios de sus autores ; y finalmente los diferen*
tes estados de este mismo lenguage según las dis-
tintas épocas y siglos? Estamiisma diversidad da-
íi ima idea de los progresos; perfección y deca-
dencia de la lengua espííiola , y de su feliz aptitud
para todos los estilos; y enseñará á conformar-
nos j'^en la casta y índole» y pureza de la expre-
sión castellana, i estos modelos del mejor estilo
en todas las edades del romance desde su primi-
tíva y natural sencillez hasta su total corrupción
¿ fines üel siglo pasado, quando la ingeniosa au*
dacia dé sutilizar pervirtió el arte de decir. Asi
Concluyo este teatro critico-historico en el siglo
XVII ; porqué mi intento ha sido pesar el méri-
to de loS escritores de los siglos precedentes, y
dexar que á nuestros contemporáneos los Juz-
guen nuestros [venideros : debiéndose esperar de
su juicip mas imparcialidad y equidad , pues po-
cjran Kacerio mas impunemcate* ' ' r.A
" Ciñiendóme pues á los tíempbs.quc me he pro*
puesta, y habiendo encontrado en cLescratimd
y examen dé sus diferentes autores tantas obras
dignas de aprecio y memoria, he admirado <có$
mo estos no son mas conocidos , más Icidos , y>
mejor juzgados no sólo de los estraños sino aun
de los propios nacionales ? Pero en la pro$ecu**^
eion de mi trabaxo he observado que son v¿rla&
fes causas de esta espede de abandono y Üescüí-^
do, ó llámese desamor, 4 que están condáiadost
estos escritos. Primeramente h ortografia de jcasi
todos ellos es pésima, su puntuación desatinada*,
defeftos que tienei; desfigurados y afeados 10*
pensamientos mas felices de los autore^i Aun ea
las modernas reimpresiones (fuera de tres ó qpaar^
tro cuidadas por editores de buen gustq i ins-r
tracción) no solo se han copiado los prirneros
yerros, sino que se han aumentado ptrosjnuevQs^j
6 se han substituido otros tanto ó mas mons^
traosos. Es muy presumible que la mayor parte,
de los autores entonces no corregian sus obras,
en la prensa quando las publicaban, 6 bien ig-
noraban enteramente el arte tipográfico, que es.
tan esencial á un escritor público, como al mu-,
sico saber templar su instrumento* Añádese i es-
to que las que hoy llamamos magníficas Loipr^^^
siones del siglo xyi> casitQdas eran executadas
•5*
por artisca¿ estrarigeros qiic acababan de estable-
refse en algunas dud9des de España , ó corrian
«m ofícma sedentaria de pueblo en- pueblo coii
«US utensilios como aiüoladores ó quinquillerosi
Por otra parte muchas de estas impresiones se
jiadan en Flandes, Italia y otras tierras estrañas¿
donde era irremediable el estropear el lenguage»
.como se ve con dolor, eh muchísimas obras nues-
tras de aquellos tiempos. Otra de las causas de la
po¡ca.afícion ¿' los antiguos escritores , es la rareza
de algunas de estáis líiismas obras, tan comunes
to otros tiempos í y lo voluminoso de muchas:
tírcunstancias que aumentan su coste. Por ultí^
mo , la causa que yo considero principalísima , si
se une con ks sobredichas, es la pesadez de k
materia, y el ñrragó de erudición y de doélrina
con que ahogan tos autores su estilo y sus bellos
pensamientos , como en lósanos de muchas aguas
ahoga después k yerba al trigo. Todas éstas cau*
sas son sobradas para que el curioso y el mas
amante de su lengua se espante y se retrayga de
buscar en éstas obras el buen estilo á tanta costa,
lun quando tenga el discernimiento necesario
para conocer qué pasages ó qué obras son las mas
dignas de ser leidas ó estudiadas. Como carece-
mos de piezas enteras de eloqüencia , del mo-
do que ks tenemos de poesía en todos los gene-
Wjy sobre ks-quaks podamos formar un juicio
Siv JHSCÜ&SO P&ELIttlNAE:.
cxIlOsó y científico, es imposible señalar ili obras
pi autores de un mérito general y completo en
la elocticion. Lo único que se puede hacer es en-
tresacar pasages sueltos en donde reyna un esti«
lo mas perfedo: pero ¿éste tino pueden tenerlo
todos los le¿lores, aun quando quisiesen tornar-
se tan ingrato trabáxo? Y si es cosa tan molesta y
desagradable á los españoles , que conocen los
autores y la kngua; ¿nos adnüraremos que los
estrangeros no hayan cobrado afición á la IcQji^
xa de nuestros escritores, y que algunos se ha-
yan atrevido á decir que el juicio de la nacipa
española no se ha de buscar en sus libros? Si
aquellos hablaseQ señalando épocas y tiempos^
les haríamos ver que quando entre nosotros se
escribía con juicio, éste no habia aun despuntar
do en muchos payses que blasonan de cultos en
Europa; que quando la España se inficionó de
la vana erudición, era éste un contagio general
en' toda Europa, del qual no es £icil señalar su
primer impulso, puesto que las joadones se atri-
buyen esta contaminación unas á otras, asi co-
mo en el descubrimiento del mal venéreo en los
¿xe^citos de Ñapóles, los Franceses, Italianos,
y Españoles se achacaban unos á otros el primer
presente de tan bella y nunca vista mercadería.
Hecho yo cargo de todos estos inconvenien^
tes^ y deseoso de instruir 4 los jóvenes mis pa-
\
vicios ^ y desengañar y atraeí áloí estraños; he
concebido el pensamiento de publicar en peds^
20$ sueltos de la mas escogida dicción y siempre
que ande acompañada coa buena dodrina y so^
Udos discursos y las obras recomendables de nues^
tros escritores mas famosos. De este modo me li-
sonjeo deleytar y ganar los ánimos de los ledo-
res sin la ridicula sugecion ó empeño de reim*
primir una obra ó un tratado de un cabo al otro.
Los pasages dd>iles de una obra, después de ha-*
ber enfriado y estomagado al ledor, le quitaá
las fiíerzas para los pedazos excelentes. Yo no
traslado aqui nuestros antiguos escritos para ma-
ni&stat sus defedos, que esto sería trasladarlos
integramente ; sino para realzar los quilates de
la prosa española con lo mas sobresaliente que
hasta aqui se ha publicado. Trasladando á tro-
zos nuestros escritores , no creo desfigurarlos, si-
so en cierto modo retratarlos de perfil para ha«
cerles favor ocultando el ojo tuerto. Si me hu^
biese propuesto trasladar lo malo, lo inútil, lo
superfino; la obra abultarla mucho mas, y mi
trabaxo sería mucho menos. ¿Qué gusto podría
causar la-copia de los donayres frios y á veces
groseros de este autor; las lánguidas pinturas y
baxas comparaciones del otro; los pasages de es-
totro en que su narración no ofrece cosa alguna
importante ni por la materia ni por el estilo; y
las: pesadas alegorías é insulsos cuentos de eso^
tro? Hay seguramente ciertas obras, que en me*
jdio de estos defeftos, ei^derran tanto caudal de
.ingenio y de dodriña, que pudiera repartido en*
4:re muchos, haber dado i todos celebridad, ú
sm autores hubiesen tenido tanto gusto como
ingenio. ¿Quánto mas agradable se nos haría la
ledura de Guevara y de. Rivadeneyra , de Cer-
vantes y át Solís , reducidos y cercenados por
una diestra mana? Con este respedo he juzgado
iSería cosa verdaderamente útil escoger entre las
(diferentes obras de cada autor la mas recomienda*
-ble por su locución, y entre los varios rasgos dd
jbuen estilo los que pareciesen mas excelentes.
Por este medio ppdremos estudiar como decha*
-do, no todo lo que escribieron los célebres espa:-*
Jaoles, sino lo que escribieron mejor: conoceré*
.mos el caraéler y estilo de un mayor número de
escritores; y en fin tendremos las dos ventajas,
de instruirnos con su do¿lrina y saborearnos con
^u lenguage. :^
Bien conozco que para emprender esta obra
$on indispensables dos calidades, cuya reunión
.<n un mismo sugeto es muy rara, y son: la pri-
mera un profundo exercicio y estudio en la lec-
tura de nuestros antiguos escritpres^ y la según*
da un desprendimiento de aquella supersticiosa
predilecccion tan común á su favor. Cuéntase d«
©KCüRSO PRELIMINAR. Xvtf
vmoi ^^ leyendo una vez á Homero can latea-
to de pasar una raya pot debaxo de los pasages
excelentes que encontrase , vino á rayar al fin
todas las obras. Este crítico ledor poco podia
gloriarse de conocer los verdaderos primores de
Homero, ni el poeta de tener semejante admira-
dor? Por lo que á mi toca, puedo asegurar que
el juicio que hago del carader y mérito de los
escritores y de sus calidades relativas á la elocu«*
cion y al estilo, no se funda. sobre el que han
forjado otros asi patricios como estráños ya poc
pasión, ya por costumbre, ya por diftamen age-
no , y pocas veces por el suyo propio ; fúndase
sí sobre el examen de los mismos originales, y
sobre los efe£tos que ha obrado en mí la refle-
xiva ledura de cada uuQ de ellos. No por esto
pretendo ser creído sobre mi palabra: las mues-
tras que presento, en tal caso me abonarán 6 me
desmentirán. Me alegraré que alguna vez mi jui-
cio sea conforme al que han hecho antes que yo
algunos autores notables ; sin que dexe por esto
de alegrarme mas de apartarme de ellos si la ra-
zón está de mi parte* Aun quando yo no tubie-
$e exercicio y conócitñiento alguno eñ la elo-
qiíencia española, el generp.de trabaxo que me
he tomado con tan prolixo é individual examen
hecho á este fin ^ me podría dar algún derecho
para no desconfiar siempre de mi parecer. Des-
TViij DISCURSO PRELIMINAR.
pues de tan larga y profunda meditación Be ha-
llado , que el mérito de algunos autores era supe*
rior y el de otros injferior á lo que la fama ha*
bia publicado de ellos. Como mi plan se reduce
á escoger lo bueno ó lo mejor de cada obra, for-
zosamente habré encontrado mucho mediano y
mucho malo , para hacer con conocimiento esta
separación : asi pues los juicios que doy en ifa-
vór ó en contra , nunca pueden comprehendér
el mérito general de los autores , sino ciertas ca-
lidades particulares. Vituperarlo todo puede ser
malignidad'; pero alabarlo todo , no puede §er ,
tomándolo por lo mas honrado, otra cosa que
necedad. Estas especies de censuras , bien sean-
hijas de la pasión ó bien de la ignorancia , i na-,
die aprovechan ; porque ni enseñan al ledor 4
tener juicio , ni corrigen al del mismo censor ,-
que es quien mas lo necesita. Para celebrar á to-
dos los autores en un mismo grado, me bastaba
tener trabaxada una censura de molde , coma
vestido de uniforme, que hiciese i todos cuer-
pos : y entonces me ahorraba un pesadísimo tra-
baxo.
En el compendio de la vida y escritos de cz^
da autor, que precede ¿ la colección de las me-
jores producciones de sus plumas , he tomado un
rumbo por ventura nuevo entre nosotros: digo
nuevo, porque tenemos como hereditaria la loa-»
DISCURSO PR;ELIMINAlt : XiX
We costumbre de ocultar todos los defeftos á Io$
muertos , y de no perdonar ninguno á los vlvost
Me atrevo ¿ calificar de adoración el ciego respe.
to & las obra.s de nuestros antepasados; mas ¿ qué
digo á las obras? 4 los nombres.de sus autores:
pues seguro está que se pronuncien ni escriban
nunca sin acompañarlos con los altisonantes epi«
tetos de : el insigne , el inc(mparable , el inimita*
ble , el ceJebradisimo , elfamosisimo , el eloquenti"
simo f. el sapentisimo^ el divino. Este estilo pom-
poso y reverencial se ha hecho, tan común y fa-
miliar entre nuestros modernos escritores , que
hasta los que nQ buscan ni jamás han visto aque.
Uas obras (porque su entusiasmo es mas para ce*
lebrarlasque para leerlas) y los que son inca-
paces de justar de sus bellezas y de discernir
sus lunares , no Jos nombran sin aquellos supers-
tidosos atributos. Ahora pues : c nos admirare-
mosi de los renombres de los iluminados y de los
sutiles , de los irrefragables , en aquellos siglos
-tan , escasos de luces como pródigos en dar titu*
los ? La ciencia de una nación se ha de buscar eü
sus libros, y el juicio en sus leéírores* ¿Opi^íi
osarla hoy , sin nota de blasfemo , descubrir de-
feftos de estilo , por exemplo , en Mariana , en
Cervantes , en los dos Luises? ¿Cómo pues apro-
vechará sujedura, si no se separa lo mejor de lo
bueno , lo bueno de. lo mediano , y lo mediano
B 2
«X DISCURSO PRilllíyílNAK,
de lo Ínfimo ? si no se realzan sus perfeccióiles
con la misma discreción y franqueza con que se
notan sus descuidos? ¿Reservaremos esta dili-
gencia 4 los estrangeros , que no conocen las be-
llezas ni la índole de nuestro idioma ? Yo no
comprehendo qué perjuicio puede traer jamás el
señalarnos los yerros y desaciertos de los escri-
tores célebres para nuestro escarmiento , al mis-
mo tiempo que sus aciertos y primores se nos
lencarecen para nuestra enseñanza ? El objeto y
dodrina de esta justa crítica es una misma : los
exemplos diferentes.
Ninguna nación debe defender, sü reputa-
ción literaria defendiendo indiscreta é indistinta--
mente todas las obras de sus escritores con la ce-
lebridad extrínseca y accidental que les ha tribu-
tado algunas veces la pasión 6 la parcialidad, y
otras una ciega tradición. El mérito debe ser real
é intrínseco , tan conocido de los propios como
de los estraños , de los amigos como de los ene-
migos. No es el número de los autores el que de-
bemos contar , sino el de las sobresalientes cali-
dades que los caraderizan; no el número de
sus obras , sino el de sus perfecciones que las ha-
cen singulares y preciosas. Los Franceses ce-
lebran , y no acaban de alabar , á sus Bossuetes ,
Fenelones , Masillones , Elechieres , &c : < pero
cómo los alaban? discerniendo lo debU de lo
1
DISCURSO PHEUMlNAi. iTJPf
filcrtc de sus plumas, distinguiendorrlas obras
que lo% acreditaron de Jas que qüi^á disminuye-
ron su reputacio;i: emfin.no disimulaodóles el
menor descuido. Lo mismo hacen los Italianos,
aunque pon menos imparcialidad, cón sus Mu*
I «ios , Tasos , Segneris &c. Lo mismo los Ingle*
«es con sus Bacpnel^PQpes.^.Swifts, Tillotso-.
Sifs , &c.'Y cqué,han perdido estos;escritores^de
las tres naciones conteste crítico .^juicio ? Se haa
ganado. tres cos^s :. ^r ellos mejorcoiaocidos , su
ledura mas proyediosa rd púbJicomas avisado,
y sus nombres nada^hai: perdido de su inmortal
lidad. Nuestros célebres autores, y i quede sui
contemporáneos no lograron todos ser juzgados
'f)or las reglas de la razori y de la equidáid ; justg
sería que los juzgase ahora la ppsteridad para ero
«eñanza y desengaño de tos venidei^o¿. Pero nosoc
iTQs-í siempre ap^rotoaáores siempre alabadores ;
|>arece-que aun no^ hemos creído i qíier aquettoft
liombrés ( UamenlosP^Stóraí Vaéoms} eran ^tad
imperfetos como h> foeirói^sus aburfosl yio faah
«ido después sus liietdsJiYí 'era tiempo^ que sut
getasemosal tribunal de^ la razon^ráuchas obrss
de gran peso y muy poco seso, dé^mdandoltó
de las galas dé sus aprobantes^ que ndhiciexoa
mas que aumentar su coste y su volumen* -r
Ck)münmente es mayor el líiúmero de los que
^pruetan que de los que repruebaii libros : pea:-
SXij DISCURSO PRELIMINAR,.
que es mayor de lo que pensamos el númerb de
los indoftos y de los perezosos. Para repíbbar
una obra es forzoso examinar, investigar, com-
parar , juzgar , y fundar después este juicio. Y
jrómp sé fundará este , sin grande conocimien-
to , gusto , crítica , y empleo de tiempo ? 'Para
aprobar basta solamente alabar, y para alabar no
es necesario trabaxar, motivar , ni escrupulizar ,
pues se trata de hacer gracia; ni se pide mas ta-
lento que^ei que se requiere para buscar fa¿ridioi»
$as comparaciones y lugares comunes, Uia cen-
sor rígido puede alguna Vez por exceso agraviar
}a memoria de un escritor , quitándole parte del
alto concepto que acaso indebidamente se habia
grangeádó-Vín^s quando la malevolencia perso-
nal no guia la pluma á la sátira, casi siempre
aprovecha 4 los lectores presentes y venideros >
porque ¿nseña i. sostener la imparcialidad , la
yelrda^», y la justicia, Pero el sejnpiterno apro-
badory ejogiaiior, adciüas d^ no tener necesr
dad de firmeza de ánimo ni gran delicadeza de
mollera , casi siempre daña mas que aprovecha:
porque en losr pareceré» . de este linage dé hom-
bres que no hallan cosa mala ni mediana,, se tras-
luce cierta inclinación á favor del -autor , ya sea
por afición 'á una misma patria comunidad es^
cuela ó partido ^ ya sea por respeto aJ poder ó
•autoridad de los proteftores de la obra. Y comp
DISCURSO PRELIMINAR, XxW
este modo de pesat cl mérito de los escritores
respira , por una parte pasión que todo lo abul-
ta ó trueca , y por otra adulación manifiesta , y
la adulación es hija del miedo del interés ó de la
necesidad ; claro está el concepto que podra me-
recer esta casta de juicios y elogios , siempre va-
gos y lánguidos quando puco trabaxados , y
quando muy esmerados , empalagosos y moles-
tos. Tienen otra ventaja á su favor los que todo
lo alaban , ademas de la de ocultar su insuficien-
cia disimulando la agena ^ y es la seguridad de
no hacerse enemigos, y la libertad de poder ala-
bar á vivos y á muertos : privilegio que al críti-
co no le es concedido comunmente sino sobre
los difimtos cuyos amigos , parientes, y valedo-
res hayan ya desaparecido de este mundo < Qué
idea tendrá de la verdad histórica y de la impar
cialidad y valentía con que se debe sostener , el
qué no haya leido a Pulgar , á Mariana , 4 Men-
doza, Salustio , Tácito , y David Hume? En es-
ta obra no vengo yo á poner nuevas aprobacio-
nes á los libros que cito : que bien exornadas y
bordadas de autoridades de molde las llevan ca§¡
todos en sus frontispicios , que son , dlgaráoslo
asi, la arquiteífcura tipográfica que ha permaner
eido entre nosotros por espacio de siglo y me-
dio. Verdad es que mi examen solo se ciñe á la
.parte del lenguage y estilo > que es el objeto y
XXr9 ©TSCtTRSO PRELIMINAR.
fin de esta obra. Las otras calidades qtie respec-
tan al plan, distribución , método , verdad, y
utilidad de las mismas obr:^$ , relativas 4 las pren-
das del historiador, del teólogo, del politico,
del filosofo, y del ascético , no son de mi inves-
tigación. De la misma suerte tampoco lo soii las
qüestiones , tan controvertidas hoy , e;s 4 saber :
si .nuestros antepasados han escrito de todas la¿
facultades , artes , y ciencias con superioridad ;
si los estrangeros modernos han sacado todos
sus conocimientos de nuestros libros para re*-
vendérnoslos después , de la suerte que nos to-
man la lana , y nos envian después las estofas ;
si los dodos españoles que en los reynados de
Carlos v y Felipe ii salieron de su patria 4 pay-
ses estrangeros , ivan 4 enseñar ó aprender ; si es
menester ver tierras estrañas y poseer idiomas
diversos para ser hombre de provecho; si es 16
mismo tener una nación sabios ó ser ella sabia ;
si es lo mismo tener método , orden , y claridad
en los escritos científicos , que no tenerlos ; si su*
pone lo mismo ser sabio en los siglos ignorantes,
que serlo en los ilustrados ; si en el siglo xvi
gozó España de varones sabios por la proteo^
cion que se dispensaba á la ciencia. Nó entro
á averiguar si en aquél siglo se protegían mas que
en nuestros tiempos las letras : lo que todos .sabe^
toos es , que mal podían ser protegidas las !©•
r
DISCURSO preliminar/ XX9
tras quando no lo eran los literatos. Léase la vi-*
á¡L de todos los hombres eminentes que tuvo
entonces la nación , y se verá qflán pocos son
los que se libraron de prisiones , destierros , ca^
lumnias y tremendas persecuciones. Esta mane-
ta de tratar i los escritores me parece que no
podia ser muy poderoso estímulo para cobrar
gran afición al saber , ni muy eficaz exemplo pa^
ra que tuviera muchos discípulos el oficio de es-
critor. Sin contar á Morales , Mariana , y Cer-
vantes , podria traer una lista de autores espáño-*
ks contemporáneos , que sequcxan de la poca^
protección que tenia la ciencia , del corto favor
que los señores y poderosos dispensaban á' las*
ktras, y de quan poca parte era la sabiduría pa-
ra la fortuna, -i
' Una de las causas que generalmente hace éri¿
fosa la leftura de los escritos áe nuestros autores,^
asi místicos y morales, como políticos é históií-'
eos , proviene de que no sábian descargar el texi'
to de sus discursos del empedrado de erudición'
sagrada y profana, sostenida con difinidones,
glosas , y explanaciones , por no tener aun el gus^
to de colocar todos estos apoyos y adornos de
h dodrina ó máximas que sentaban en notas 6
en apéndices. Este defedo se advierte con mas és-'
pecialidad en nuestros historiadores , que "fen el
cuerpo de sus obras mezclan la noticia y razón
/
XXVJ gDISCüRSO PRELIMINAR..
del plan que han adoptado, de los documentos
que han consultado, y de las pruebas en que fiín-»
dan la verdad- de los hechos* Estos aparatos , 6
llámense manifiestos , los modernos los extienden
en dodas prefaciones , en discursos preliminares,
6 en prólogos bien raciocinados , donde se sa-
tisface la curiosidad de los léélores, se justifican
las intenciones de los autores , y se presenta el di*
seño de toda la obra* Nuestros antepasados no
Conocían mas que prólogos breves y diminutos,
C0 que suelen hablar mas de la utilidad de la His»
toria en general y de sus excelencias, que de la
bondad y provecho de la particular que publi*
taban. Algunos de aquellos prólogos podíanse
Ilainar hermafroditas , pues hacían á epistoía de^
dicatoria al mismo tiempo , donde el autor ha-<
bla mas de sí que de la obra: reduciendo á veces
toda la substancia de este preámbulo á encarecer
su trabaxo , sus tareas , sus vigilias j á pedir per-
don á sus leítores (que no perdonan jamás ) de*:
ktando sus yerros , su pobreza de estilo , sus coc-^
tas luces , y á este tenor agota todas las formu-
las tipográficas de modestia y. humildad que qui-
zá no tenia. La costumbre común de aquellos
?$qritores,que según hacían alarde.de eruditos t
parece que tenían poco concepto de la instruc-
ción de los ledores , quiero decir , que no nom-
bran ciudad ó nación sin prenderle como quien
WSCURSO PRELlMtNAIL. XXVtf
dice el forro de laetymología griega 6 latina , ó \z
correspondencia castellana , forma uu estilo en-
marañado 6 , si se quiere, ñudoso truncando el
discurso á cada momento. < Qué diremos del fre-
cuente é immoderado uso de los paréntesis ,• que
quitan la redondez y medida á los periodos , y
destrozan la oración sin ser parte de ella ? i Qué
diremos de aquellos paréntesis enormes y descou
müoalesq^ue hacen perder la memoria , la entona-
ción , y la respiración alledor? < Qué diremos en
fin de aquellos paréntesis, llamémoslos compues-
tos 6 preñados , porque nace el uno del vientre
del ¿tro ? Por esto no relucen como pudieran
la fuerza', la gracia, y la precisión del estilo:
pues 4 cada instante se corta , se enerva , se en-
fria , se enturbia , ó se ahoga con el peso- y folla-
ge de textos, autoridades, íilusiones,é ilustrado,
nes. Ademas , muchas veces no se ma3aifiesta la
eloqüencia legítima del autor , porque no se sa-
be quatído habla de caudal propio ^ quaado tra-
duce , 6 quando parafrasea los pensamientos de
los antiguos, Qjiando yo cotexo la coñduda de
nuestros escritores , que citaban los dichos y pen-
samientos ágenos que adornaban y autorizaban
sus obras , con la de los modernos , que no ci-
tan alguno , me atrevo á decir : que , si es sober-»
bia en estos, como algunos gradúan , por osten-
tar su vasta capacidad y suficiencia ; ^n aquellos
XX'oiij PISCÜRSÓ FRÉLÍMINAX.
era vanidad por. ostentar su vasta leífeuffá f eru-
dición*
Otra de las causas de sernos fastidiosa la lec-
tura un poco larga de algunas de aquellas obr^s es.
$u extremada é interminable verbosidad, aqupl
luxo mal entendido de amplificar unaj níisma
idea. De aqui podemos decir que la desigualdad,
que se nota en el estilo y en los pensamientos 4?.
casi todos nuestros autoras proviene de la m^nia
de entretenerse tanto sobre, un mismo : asunto».
Empeñados en agotar una materia, al fin tQCí^baii
en las heces , como sucedeal ansioso beb^áqr. qut:?
quiere apurar el licor de una vasija >dc aqui ve*
nian los borrones y lunares. del estilg^ -la, lan-
guidez después de la fiíerza, la frialdad despuí3$
del calor y el desabrimiento después tie la dulzu*»
ra y delicadeza. No querían, despedirse del a&un*
to , digámoslo asi , hasta preseiitatrlo por tódás sus
caras; sin -advertir, que unas no son tan digífas ó
importantes como otras ^ qué muchas mas biea
se deben dexar adivinar que descubrir ; y que al*
gunas piden mas primor y maestría de pinfcel que
la que poseía el escritor. Pecaban casi generalmen-
te contra la concisión y el número final del perio»
do que debia cerrar k oración, prolongíindolo,
ó nías bien destruyéndolo , con alguna alusión >
autoridad, ó explicación, que enerva y a&a la
precisión y gracia del pensamiento : en lo qu«
30ÍSCÜASO PRELIMINAR. Xxix
consiste la noble robustez de la elocución ors^
tona.
* Generalmente hablando, nuestros autores
tampoco limaban ni castigaban cL knguage , de
donde provienen tantas desigualdades como se
notan en el estilo ya de repeticiones , ya de re-
dundancias, ya de expresiones baxas ó femiliarcs
en medio de los asuntos mas graves y de la lo-
cución mas levantada. Si á esto se juntan las cch
muñes y festidiosas moralidades por compara-
ciones y símiles de las hormigas , de las abejas ,
del fenix, del pelicano, del león, del pastor y
las ovejas , del capitán y los soldados ; las metá-
foras del oro y el crisol , del piloto y la tormen-
ta , de los humores del cuerpo humano , de la
naturaleza y lucha de los elementos , y los de-
mas lugares comunes de la medicina, de las pa-
siones , de las influencias de los cuerpos celestes;
hemos de confesar que para nuestros paladares
sería hoy empalagosa é insípida comida la lec-
tura entera de muchas de aquellas obras: que son
como un monte espeso é intrincado , donde es
necesario permitir la entresaca de arboles ruines
para dexarlo claro y transitable , y después tratar
de escamondar los arboles útiles. Permítaseme es-
ta similitud , que la miro necesaria para dar una
idea verdadera del trabaxo que he emprendido ,
aunque no altará maldiciente que me Ikoiari
XSM DISCURSO FR£LIMINAIL#
lopavejero, ^
Sin duda convenia á los que, guiados de las:
reglas de la Gramática y de la Rhetorica quie*
len aprovechar en su lengua , la estudiosa le¿hi«
la de autores seleftos, notando en ellos el artifi?
cío del lenguage , ya en la elección ó en 9I ador-
no , ya en el concierto de sus expresiones y pa-
labras. Asi el que desee formarse una perfeda
¡dea de la verdadera eloqüencia española, no per-
derá el tiempo si estudia en este teatro de los
escritores mas célebres : asi como el aficionado i
las nobles artes se encierra en un museo de pre-
ciosas colecciones de los mas hábiles artistas.
En este teatro ó colección empiezan los ver-
daderos modelos desde el siglo xvi, porque to*
do lo que he trasladado de las épocas anterio-
res mas pertenece á la historia de la lengua, es-
to es , á su formación y sus progresos y á ua
curioso alarde del estilo de cada siglo , que no
i lá ordenación de dechados para nuestra imi-
tación, i Cómo podia yo ignorar que unos es-
critos , en que abundan las voces ásperas , hoy
antiquadas y otras desconocidas, no debian pro-
ponerse por exemplo del lenguage moderno?
Aunque en los siglos posteriores , como el de-
ciúio sexto y décimo séptimo , no faltan pala-
bras que aun guardaban en su inflexión algún
resabio de su original tosquedad , y otras que
DISCURSO PRSUMINAH. ZXSJ
después han perdido su uso ; estas son en tan
corto numero , que evitadas por medio de un
vocabulario que de todas ellas coloco al fin de
este discurso , beberán los Icftores el lenguagc
de aquellos tiempos en toda su propiedad , pu-
reza ^ y hermosura. Y si en cada autor no halla-
ren todas las virtudes excelentes del arte del bien
decir , en todos juntos tendrán una completa
y verdadera idea de la eloqüencia en sus diversos
géneros de estilo. £nuno$ admirarán la facili-
dad y gravedad, en otros la pureza y propiedad;
en unos la concisión y nobleza , en otros Iz
elevación y energía ; en estos la gracia y gallar-
día , en aquellos la elegancia y la invención ; en
otros la magestad y harmonia ^ y en otros la un-
ción y sencillez. En las muestras que ofrezco de
los siglos mas antiguos, creo que nada pierde la
nación en hacer comparecer algunos escritores
que hoy ni lee ni conoce , y tenía arrinconados
como antiguallas raras en un museo. Si conside^
ramos , que quando ellos escribían ya con clari-
dad y sencillez , todas las lenguas vivas de Euro-
pa eran barbaras , y aun la toscana no había sali-
do de su infancia ; daríamos la ;debida estima-
ción á sus escritos. Verdad es que en estos no
hallaremos gran elegancia , corrección , harmo-
nio , ni sublimidad ; pero tampoco nos mortifi-
carán la falsa brillantez , los antitesis simétricos.
XXXJ * PX5CURS0. PRELIMmAR.
las expresiones esforzadas, los pensamientos pp»'
€0 naturales, y todas las afedaciones de esta na-
turaleza , que tanto inficionaron y afearon á tos
escritos de algunos autores mas modernos en los
tiempos de la mayor cultura del estilo y de la
lengua. Pera en recompensa distinguiremos en
aquellos antiguos y venerables escritos una ama-
ble sencillez que, á pesar de acompañarla alguna
vez cierta especie de rusticidad, es muy eficaz
para exprimir toda la verdad de los sentimientos
naturales. Estos parece que se ven correr fácil y
mansamente en aquellos escritos ; bien que otras
vetes se advierten , en medio de una candida
simplicidad , ciertos rasgos, tan redundantes y
desaliñados , que su inelegancia y languidez oferi--
den nuestros delicados oidos, y también algún
pensamiento pobre y falso que , por falta de gus-
to y de observaciones criticas, el autor no era ca^
paz de desechar entonces. A mediados del siglo
xv amaneció en Castilla alguna luz de saber ^
que se comunicó á varios sugetos del palacio y
de la corte que cultivaban los estudios amenos
según el gusto que permitían aquellos tiempos
estériles de modelos por falta del comercio de la
Imprenta. Pero entre todos los discursos y es-
critos varios de aquella edad , que comprehendio.
los reynados de Don Juan el ii , y Don Enrique
III, apenas hay tres que se puedan leer con algua
DISCURSO ' PUELTMINAB:;' ik^íi]^
ínterís^'iíi que hayan iherecido Jüstaméttte laE-fó**
xha que ' alguno* ks Kan aquerido dáír. « üiía 'mal
entendida erudición '^hogó al íAgenib'; y tíerfóí
^genei'O^de pedaritdria, 4^e injrátu6 (ás-tíitrigfsáiís d^
lor literatos con la léóbtu'i'^de íos'ádtiguo$:4siod^'
los que se propbftVáfíífadbclf^y-íoBtóíitó^ antéá^
de tener eí discdrnitofetító y güsííd'fiíMíadó^afaP
penetrar 'SUS bélicas ; kshízá ^^íftéwly de lá*
xnoMzj, níatu^áíidad d§ ¿m aftté|ftiSadóiy v6l?
viéndose do<3:o$ párlet<»^^éimfeádbri2s''taií idéi
viles .de, los antígüos [ que Jfctaátá 4d^2báft escri^'
hiendo ensii^pi:^pial<ftigUaY],a^;^^lbiñád@h
fleiáohesy tras|posictóñ^ d^-la ^e R^SH{¿r,^at>a¿
xandp por trastaderr Mk&xmoiAíiyi vimmni'ña^
deLlatíh'ál rdmipceii^i^ual ¿tgdtíb^'^^déi^'^
fiaban servirse^ paía'^ífó sw^cbñfiiasndéS'éófr lóSf
aketró^sv Asi .pübs la ^4tek^ériéíá^6»4c»^tii&úi^
sos'iiei aqijel tiáfflp<? diseats^^iftbéb^^*!? iféP
déza on^ál:)r reiíi^isba^^ éf(^^
primiadbrat castellaid ,iq9ando' ax[db&bsc|c| mxá^
de sdirde la baisbapleidé^lod siglHs d^ihfefóél f^i
rece quq en aquellos .]firiipczos;títta^^^%iP^tf$
nuestro rustico romuncerse :.pre3tái l*?xplíiiiia§f
que trabaxabanpatared póblko; as5 Iaí;«S€r¿itóre*
prosaycos como los versificadores no teajíaínotr*
guia que su propio riltntoy'suspasioiies, y el
efedo que las sénsacioncs.de los ofejétós^ extraór^
diñarlos hacian.en sus almas. De aqui'nítdó aquél
:nr¿rf^ discurso preliminar*
Qjtilo desigual y duro; pero nunca frió, y sO:
bre toíioí jamás, sprvíL El gusto; debía llegar desri
púas por grados 4 pulir este^^ilo, digamodQ.gsívi
silvestre;. bast4 qiíeios aaitprps ^ ejnriquezidop. d^^
baátaatesc qoiwdmieatosv iájb5eííen. todo - el : artel
ijecesíirlo ip^a 4ar .á la; priipitíya expresión in-í
CfXáa^ XÍÍ?^;i aqjuplla redondez , .grandiosidad, y i
c^rrecqpa^^aftdquiri^ después tan lentamente.
'S^Q ní^.acpíKedó asi^ p}[)r{itíe;í]i contagioso pru-
xíío 4e:|mifacipMj y dexin falso gus:to;>bebido.en
Ip^^utptesi de ^ íintigüe<fe4 r^ apodera de casr
tpdosrlQR gsc?^4t1:íBe5^;y^5^^^ de .repente
4;k ^rj^i^ c¥ jCjué) residió .entonces? lo qua
4e]í«onresíHJ»iviníd»pen^ esto es, que
est9&[fafep^;üabip§ perdkíon /aquel primiüvoy
pwrQ.vjg(2í-t8ííiOn^ coü eeie^gustp de imitaGidnií
«iftf^P^.PquellasrljeÜQ?^^^ y - verdadera*
qwp 5PíSa<gHftJUTsazon>f}ropiardé adqiiirir^rport-
q.ií?^PR á8m|i?eiel;cfcaQideiJbs-scntimichtosdb
ñg)d<3isi pDr ^^filosofia; Por la misma. razón esta-**
bafQi ji^litiírniis distaateá de toda ingeniosa agude^
za ^n:^\ pesMamiento y^ dcc exquisitos primores
en laí^xpjesíon^ quanto. estas delicadezas supo-
^n siempre la Qultura y amenos e:¿ercicios que
q^quel siglo no poseía.
En los principios del siglo décimo sexto,
que fue el del renacimiento de las letras , como
el juicÍQ.d^r público en ésta materia era incierto
MSCÜRSO PRELIMINAR • 'XXXV.
Y poco fondado eia reglas, esta falsa luz siguió
desluiñbrando los ojos de algunos escritores
que no queriendo consultar la voz viva de la
naturaleza 7 las reglas del gusto, nó alcanzaron
la verdadera fuerza y simplicidad de las ideas y
del estilo* Poco á poco con el estudio y ledura
de los fius célebres autores de la antigüedad, y
con las varias traducciones que se ivan haciendo
de Julio Cesar , de Tácito , de Solido, de Plu-
tarco, de ApuleyOj de Plinio &c, aunque la
mayor parte inelegantes y débiles , se fue comu-
nicando un carader mas noble y preciso á la len-
gua castellana, y sobre todo gran riqueza y va-
riedad , como se manifiesta en el manejo de lais
plumas de Granada, de Mendoza y de León. Por
lo tanto debemos confesar <jue la lengua y el
estilo no adquirieron toda esta flexibilidad y ri-^
queza hasta la declinación de aquel siglo , que
sin duda fiíe quando la nación española llegó á
conocer la verdadera y sólida eloqüencia, Pero
si eximinamos \i causa, se verá que casi todos
los sabios de aquel tiempo se habiañ desdeñado
de escribir en su lengua patria , como se quejan
amargamente Oliva , Morales , y Fray Luis de
León. Bieií podemos decir que la mayor parte
de los autores eran como estrangeros á su siglo*
pues parece que vivían, sentían , y respiraban á
JSXX Y quinientos años de distancia , y que en
c 2
XXXVJ DISCURSO PRBLIMINAK^'
el Lacio y en la Grecia teman su patria. To-»
dos querían ser eloqüentes , pero en una lengua
muerta; sin haber jamás reflexionado que las
costumbres de una nación son las que dan vida
á su lehguagc: y que acabadas estas costumbres,
la mayor parte del idioma queda desvanecido 6
fujsra de uso. Entonces las palabras , como dice
un insigne filosofo , no son mas que unos simu-
lacros muertos , que es imposible reanimar. Pu-
diendo exprimir sus pasiones sus gustos y sus
ideas en la lengua patria , que era el idioma na-»
tural de ellas , pues por ellas se habia formado ;
querían contentarse con traducir débilmente sus,
pensamientos: que esto era propiamente produ-
cir sus ideas en un idioma estraño. Hasta los ar-
tes y tratados de^rhetorica se escribían en latín t
pues de tantos humanistas como trataron de la
cloqüencia en aquel siglo , solo quatro publica-
ron sus obras en lengua vulgar. En los precep-
tistas 4e la oratoria sagrada hallamos el mismo
gusto, porque , ninguno escribió en castellano
sus reglas y observaciones , incluso Fr. Luis de
Granada. A estas causas , que fueron otros tantos
obstáculos para los progresos y ultima perfec-
ción del lenguage español, se anadia la escasa
instrucción en las ciencias naturales que habían
tenido sus predecesores , para abrazar de una
ojeada á la naturaleza y comparar todos los sig*
DISCtTRSO PRELIHIKAR* OtXXVtj
nos de ¡su idioma con el universo redi que es-
tos signos debían representar. Pero como al pa-
so que se cultivaban después las ciencias y las
artes, por una general fatalidad se escribían en
latín ; mal podía la lengua patria enriquecerse
y engrandecerse , d por otra parte se abando»-
naba como indigna de tratar asuntos graves y
científicos.
Baxo de quálquícr áspelo que contemple*'
mos el siglo xvi , no podemos negarle el renom-
bre que justamente mereció de siglo de oro; aho*
ra sea con respeílo al número y mérito de gran-
des escritores que ilustraron á la nación españo-
la , al paso que sus invidos capitanes estendian
su señorío y la magestad de su nombre por casi
toda la redondez de la tierra. Bien se puede aqui
repetir lo que en otra parre se ha dicho: que de
ios tres monarcas que gobernaron en aquellos
tiempos la España, Fernando el Católico crió los
grande^ ingenios , Carlos los alimentó , "y Felipe
sil hijo' cogió los frutos sazonados de todo gene^
ío de doctrina y sabiduría. El estilo eloqüentc »
según muesti:an los escritos.de estas tres memo-
íables épocas del progreso de la cultura española^
había empezado por una mezcla de fuersá y mal
gusto : luego se encumbró el ingenio á una ele-
vación llena de grandeza , pero desigual i y ultí-
píamente los talentos gastados un poco, diga
XXXViij DICURSO PRELIMINAH. » -
moslo asi, con la lima y pulimento del estudio
de. las humanidades y de los elegantes modelo^ 9
buscando la perfección dieron en una continua
elegancia que dañó en cierto modo i la grande*^
za y seguramente á la fuerza y vigor de la elo*
cucíon castellana. Este efeóto del progreso de las
luces y de los buenos estudios de la nación cun-
dió hasta miiy entrado el siglo décimo séptimo ,
en* cuyos primeros años sostuvieron las plumas
de varios escritores la reputación y decoro del
estilo castellano del siglo anterior en que se ha-?
bian criado. Es necesario aquí hacer una opor-^
tuna observación en honor de la eloqüencia po*
litica de los españoles , para que vea el mundo
quan felizmente se puede hermanar la bien cor^
tada pluma con la bien cortante espada. Los se-
ñalados capitanes y célebres guerreros que su-
pieron suavizar la aspereza de la milicia con el
deleyte de las letras, casi todos han merecido uii
distinguido lugar , si ya no el primero, entre los
escritores mas eloqüentes de la nación* Examí-
nese cada uno de ellos con respecto al tiempo
en que florecieron, y al asunto que trataron : y
pregúntese luego , < quién superó entonces , ni
qmen ha^ igualado ni aun imitado después , á D/
Juan Manuel , i Avila , á Mendoza , á Cervan-.
tes ,4 Moneada, y á Coloma, sin olvidar 4 Cor-
tés en sus cartas á Carlos v ?• Podríamos decir ¿
PISCURSO PÜELÍMINAft. XXXtbc
que en el teatro de la guerra debe éí continuo
cspedaculo de objetos nuevos , raros , grandes ,
y terribles comunicar viveza y grandiosidad á la
expresión ; la tolerancia de los trabaxos y fami-
liaridad con los peligros, valentía y.solid<:zi
los pensamientos; y el conociitiiento de payscs
y gentes diversas , juntó con la experiencia prác-
tica de las pasiones, y astucias humanas ^ verdad
y profundidad á las sentencias.
Luego que pasaron los dias , felices aun par^
las letras , del reynado dé Felipe líi , que dis-
frutó de los ingenios que hablan sobrevivido al
reynado de su padre ; el lenguage decliiLÓ insenr
siblefflente en un cara¿ber. nuevo ^ apartándose
cada vez mas de la sencillez y gravedad, para
adoptar mas delicadeza y brillantez ; pero h
afedacion de adornos , que era consiguiente á
este lluevo rumbo , obscureció el estilo , y lás
imágenes poéticas le volvieron fantástico* De
modo que podemos decir que en España no hu»
boinas que dos tiempos en materia de dóqüen"
cia: uri siglo ¿e iihitacion de los antiguos, y
otro siglo del abuso del ingenio humano. Asi es
que son raros y tanto mas apreciableslos escri-^
teres que se preservaron de lá ultima infícion
en un siglo tan corrompido, dé cuyo achaque
se resintieron mas ó menos todas las obras que
en aquel tiempo se publicaron en qualquiera tzr
•** , MSGÜRSQ ?PHELlMINAlt»
jno de la üferaturá. En general se verá ; si se exi?
minan €o,n rigor, que las composiciones de en»
.t:oíices., ya sean en prosa ya fean en v^rsp , tíe-
Jbcn mas reputación qVic mérito. Todos aquellos
escritores habían leido los preceptps, oratorios i
blasonaban de humanistas ,. de eruditos : pero
-eran mas las formas y las figuras pueriles dpla
irhetorica lo qtlb poseían que los moviniicntos y
calor de la elcqüenda , confundiéndola casi siem-
pre con la. exageración : error que se puede atri-
buir tantpá su siglo como á cada uno de sus au-
tores, Acaso' esta propensión á exagerar depen-
día de los ingenios, que. cansados del estilo na-
tural grave y eficaz,. y pretendiendo encontrar
por nuevas sendas el verdadero gusto, de que
no tenían entonces idea, querían en cierto mo-
do crear por si. Para esto era necesario que nj-
biesea mas imaginación que razón , y cierto vi-
gor en el alma que los arrebatase extravlandoles
del rumbo común.
Toda esta estrañeza es fácil de comprehea.
der , si consideramos que los que empiezan ¿
cultivar un arte, jamás se forman de ellaiin*
idea bastante clara: conocen mas el fin que los
medios , y queriéndolo alcanzar , traspasan los
verdaderos límites : asi quando se proponen un
grande pensamiento ,. creen no poderlo conse-
guir sino abultándolo. El arte de ceñirse ó^strc-
DlSCXmSO fUELlMINAK. 9^
charsc es muy difícil : y no es dado i todos cl ex^
citar la admiración ó cl deleyte no presentando
mas que lo que la cosa es en sí realmente. Parece
que los escritores de aquel tiempo no buscaban
cl modo de exprimir lo que sentían y lo que
pensaban , sino el modo de asombrar y sorpre-
hender i sus ledores. Por esto anadian siempre
pensamientos estraños al pensamiento principal;
y de haí vino que todo lo desfiguraban ^ y nin-«
gun objeto presentaban tal. como en sí era. Me
atrevo i decir que la eloqüencia en aquella tem*-
porada mas daño recibió de la falsa cultura de lá
nación , que recibiera de una absoluta barbarie.
En las expresiones ó razonamientos dé los sal-
vages nunca se advierte este mal gusto: porque
siguen solo los movimientos de su alma , sin re*
glas ni formas ni artificio , que embarazen , de*
tengan , ó compongan la voz de lá naturaleza;
Pero en una nación civilizada ^quando llega el
talento á corromperse por el luxo , la adulación y
el temor, y otros vicios; la vanidad y el deseo
de añadir algo ¿ cada pensamiento para aumen-
tar la impresión natural que debe causar ^ estra-
gan el gusto en todas las producciones del en-
tendimiento humano 9 y mas en el lenguage, que
desde aquel punto pierde toda su pureza y sen-
cillez.
Al estilo hiperbólico siguió el de los énfasis
XHJ DISCURSO PRELIMINAIC.
y de los conceptos : y este fiíe un contágicrtaii
universal en aquel tiempo , que después que los
escritores hablan corrompido d gusto del públi-
co, la indulgencia, ó por mejor decir, los aplau-
sos ae este público corrompían á los misinos es-
critores. Engolosinados pues con estos aplau-
sos, no podian tener la esperanza de guarios sir
no es quitando á sus pensamientos su forma na-
tural , 6 ya ocultando una parte para hacer re-
saltar mas la otra, ó ya deteniéndose eñütia^ca-
lidad abstrada , que es mas singular que verda-
dera; ó ya separando lo que debían fundir en
la proposición para colocarlo en parage que lo
convirtiese en agudeza- También , para dar i en-:
tender que se remontaban y que veían dcsdc.ma-
yor altura que la común perspicacia de los dé*
más, generalizaban hasta los afedos y séntimicn*
tos; como si estos pudiesen conservar su fuerza
sino en quanto se contraen 4 xinz situación*. Otras
veces anadian algo á estos mismos sentimientos
con el aparato asombroso de hipérboles : otras
por medio de una expresión exquisita queriah daf
una frase á dos haces á lo que debia ser sencillo *
otras se esforzaban en juntar la sutileza con la
solidez para asombrar coa el conjunto de dúi
calidades contrarias. En fin para robar, en todo
lo que escribían, mas la admiración que laateh^
cioh> multiplicaban las menudencias y descuida-
DISCURSO PUELlMINAKé xluj
ban la grandeza y gravedad del discurso. Entona
ees salieron al público escritos donde se descu-*
bria mas talento que gusto, y mas ingenio que
talento. En algunos vemos encumbrarse el csti*
lo , pero quando quieren ser grandes , rara ve2S
se advierte que encuéntrenla expresión simple:
asi su grandeza mas está en las palabras que en
los pensamientos. Casi todos cayeron en los con.
ceptps metafisicos, que eran una especie deluxo
en aquel tiempo , pero un hixo falso que descu*
bre mas pobreza que riqueza. En las obras de
entonces se ve generalmente que el escritor era
mas Ingenioso que sólido , y mas agudo que na.
tural : y en ellas se encuentran también aquellos,
raciocinios ó reflexiones vagas y sutiles : lengua^
ge ciertamente muy opuesto 4 la verdadera elor
qüencia.
< Qué concepto podremos formar del mérito
de aquel estilo ^ si á estas causas corruptoras del
gusto apiadimos la enojosa pesadez de continuas
comparaciones sacadas del oriente y del ocaso «
de los astros, de los arroyos, de las tempestades,
de los relámpagos, de las bestias feroces? tantos
símiles y alusiones tan falsamente aplicadas, por
ser hijas dé errores ó preocupaciones sobre la fí-
sica , historia natural , astrologia , alquimia , ana-"
tomia : en fin tantos lugares comunes de fastidi-
osas amplificaciones, y moralidades, que en*
^^^*^ DISCURSO PRELIMINAIU '
toncos se reputaban por gala y magestad ¡de tí
eloqüencía ? ¿Qué diremos de la manía de los an-
titesis , que eran la salsa común de todos los escrir
tos de aquel tiempo , buscando la oposición de
las palabras y de los períodos en la pintura de
cosas grandes , fuertes , ó lastimosas ? A fuerza de
embarazar el lenguage con esta simetría dt con-
trastes estudiados , el estilo , en lugar de correr
con su fluidez natural , corre á borbotones, por
decirlo asi: y este esmero importuno de deleytár
con la interrupción de las oposiciones artificio-
sas, pone en continuo tormento á la imagina^
don de los ledores deteniendo la rapidez de su
carrera , pues viendo de ima^ ojeada el terreno
que ha de correr el autor con pausas compasadas
se enfria , se acongoxa , y aun se indigna. < Y co-
mo no deberá repugnarnos este genero de escri-
tos hoy dia , en que se prefiere que las ideas cam-
peen sueltas , que se sucedan la una á la otra rá-
pidamente , que la frase tenga mas precisión, de*
sembarazada de aquel vanó luxo de sentencias ,.
é inútil acompañamiento de palabras ; y que €Í
pensamiento se introduzca en el estilo con toda
su viveza y calor como se concibe en el alma ?
Tal es la pintura del estado infeliz de la elo-
qüencía en los reynádos de Felipe iv y Carlos
ir, de cuya época apenas podemos citar masque
dos ó tres escritores , que 4 pesar de estar algo
DISCURSO PRELIMINAR. Xtv
contaminados del general contagio ^ han dexado
algunos pedazos dignos de trasladarse aquí por
la valentía y nobleza de la dicción , en prueba
de que el mal no pudo apagar de todo punto al
talento de imitación , y la pureza de la lengua ;
desgracia que se empezó á conocer lastimosa-
mente á la entrada del siglo presente, en que estu-
vo por mas de quarenta años extinguido , no so-
lo el gusto , siao también el ingenio mismo que
lo habia depravado. De modo que no quedó
ni eloqüencia , ni estilo , ni lengua : hasta que al-
gunos zelosos patricios , compadecidos del es-
trago que habia padecido su idioma , plantifica-
ron la Academia , que luego tomó debaxo su
real sombra Felipe Quinto , como el único esta-
blecimiento capaz de restaurar la lengua caste-
llana en su primitivo esplendor y pura sencillez.
Pero i podremos acaso compensar la esteri-
lidad de la eloqüencia en los escritos políticos de
aquel siglo , Suscandola en los escritos sagrados ?
De ningún modo : porque estos estaban inficio-
nados del mismo estragado gusto, ó de una lan-
guidez insuportable. ¿ Buscaremos la oratoria en
los sermonarios ? iremos á escucharla en el pul-
pito ? ¡ más ay dolor ! que aqui casi nunca ha rey-
nado : y esto con tan estraña fatalidad , que los
mismos escritores que en sus varias produccio-
nes lucieron su buen estilo , en sus sermones lo
Xhj DISCURSO PRELIMINAH. '
afearon. Si subimos á tiempos mas remotos ¿que*
era la oratoria sagrada en los siglos xiii y xrv ?
Buscaremos en aquellas informes composicio-
nes , elegancia , pureza , corrección , ni moción >
No se ve en ellas nias que un fárrago pesado de
textos y muchas sutilezas escolásticas , que ya en-
tonces dominaban en todas las producciones del
entendimiento humano. < Qué era 1^ oratoria sa-
grada en el siglo xv ? Los mas de los ministros
del evangelio parece que no predicaban sino por
vanidad. En todo aquel siglo no se oyeron mas
que baxos y groseros chistes, frías declamaciones,
y alegorías insípidas , estrañas metáforas , y ridi-
culas alusiones , que según el gusto del tiempo
se escucharían con admiración , y hoy no se po"
drian leer sin risa 6 sin hastío. Entonces se ad-
miraba como maravilloso predicador el que sa-
bia hacinar un gran número de textos de varios
autores , y reducir aun solo tema todo lo que los
demás habían dicho hasta allí. Aquellos sermo-^
nes no son mas que áridos discursos escolásti-
cos de teología moral , atestados de citas de au«
tores sagrados y profanos , donde se ven herma-
nados San Ambrosio y Lucano , San Agustín y
Marcial, i Qué fruto se podía sacar de estos ser*
mones , sino un pesadísimo enojo ó sueño á los
oyentes , y una estéril admiración de la erudi-»
cion del orador ? Este fatal gusto reynó hasta.
PI^CU&SO fUELIMINAR, xMJ
muy entrad^ el siglo xvi , en que vino Fr. Luis
d^ Granada 4 desarraygar muchos abusos i del
pulpito , bí^n q:ue no son sus sermones lo» mejor
di sds escritos, ni dignos de proponer por mo-*
delp de estilo castellano para la perfe¿ka eloqiVeni
ota de) pulpito, pues tuvimos la desgracia que los
cofflpusiesfc en idioma latino. Sin embargo he*
mps de confesar que en todo el tiempo que cor-
rio desde el V. Juan de Avila , precursor y macs-*
tro del mismo Granada, hasta fines del reynado
de Felipe iii , ningún pais de Europa prodnxo
ministros de la palabra de Dios ni mas eloqüen*
tes ni mas virtuosos ; á lo menos la fuerza del ra»
ciocinio y la copia de la dodrina eran sacadas de
la Escritura y los Santos Padres : notándose solo
cierta desigualdad y desaliño, que bien fuese es-
tudio ó descuido , jamas los dexará por perfec*
tos modelos de la elegancia y nobleza oratoria.
Admira por una parte < cómo las ideas religiosas,
que dirigen y animan la eloqüencia del pulpito,
no daban mas calor á la imaginación de aquellos
oradores sagrados? Y ¿como los principios evan^^
gelicos que tiran á levantar la flaqueza de los
pequeños , y á rebaxar el orgullo de los podero-
sos , y á no dar á los mortales otras clases que las
que les dan sus virtudes , no comunicaban i su
expresión mas vigor y energía ? Me inclino i
creer que aquellos oradores christianos , tai yez
Xlviij lirSCÜRSO FUÉLIMINAR.
persuadidos de que en manos del Altísimo todos
los instrumentos son iguales, que ia sola idea de
Dios , cuyos ministros eran , debia producii: nu-
yor impresión que los. vanos socorros del hom-
bre , y que en el menosprecio de una gloria mun-
dana entraba el menosprecio «.del arte oratorio }
descuidaron los adornos esenciales de la eloqüen-
cia , temiendo injuriar la verdad y humildad re-
ligiosa , y debilitar la causa del cielo defendién-
dola con las armas de la tierra. Quizas no es otra
la razón que se puede encontrar de los pck:os
progresos de la oratoria sagrada entre nosotros.
I>el conjunto de estos principios nacería aquella
mezcla de perfecciones y dedefeáos : de desali-
ñó en el estilo, y dé grandeza tn los pensamien.
tos ; toda la valentía y elevación del celo religión
so en unas partes , y toda lá languidez de una
moral fria y uniforme en otras , queriendo he^
rir de este modo á la imaginación al pasó que-
se ofendía al gusto.
De la falta de oradores sagrados quizá no se
podran señalar otras causas que las explicadas, ya
que de los oradores políticos es mas fácil indicar-
las. En efefto la eloqüencia en las monarquías ,
dónde es generalmente condenada á las alaban-
zas ó lisonjas , y no es un oficio publico que
mande las voluntades de una nación congrega-
da ^ debia haber hecho mayores progresos , pues
tiene siempre uña és&uela permanente de ora«^
dofes , qüál es el pulpito. El derecho de hablar
al pueblo congregado en Roma libre , habla per-
tenecido á los magistrados I 7 en Roma esclava
i los Emperadores , porque siempre fué mirado
como parte de la soberanía* Este derecho con la
conversión de Gónstaiítino pasó á los ministros
del Santuario , que subiendo publicamente á los
pulpito^ , crearon un nuevo genero de eloqücn*
ciá <}esco^iiócida hasta entonces , pues versaba so«
bre unas ideas , principios , y objetos enf eramen*
te nu^os , y opuestos á los dd paganismo^
Todas las circunstancias que en Athenas j
Roma antiguas fiíVorecieron al imperio y progre*
sos de la eloqüencia profana ^ las mismas y otras
mas poderosas debian favorecer á la eloqüencia
sagrada entre nosotros. Si aquella se fomentó y
alimentó con la. libertad republicana ; la otra se
habia criado con la libertad apostólica. Si aque-
lla en las antiguas repúblicas hacia parte de su
codstifücioií i pues sin ella no habia ni gobierno
lü esüado ', esu en las tepublicas christian^ es
Uüo de los principales cargos del ministerio pas-
toral. Si aquella érala que di^ba leyes y las abo-
lía, la que ordenaba la guerra, la que conducía
i log ciudadanos al campo de batalla , y la que
consagrábanlas cenizas de los que habían muerto
peleando por la patria ; esta es la qud dida las re-
/ PISCÜJLSO PRELIMINAR.
glas de la perfección christiaiaa , la que arma y
guarnece la fragilidad humana contra las ase-»
chanzas de los vicios , y la que celebra la memo»
ria de los héroes que triunferon de las pasiones
y de la misma muerte. Sí aquella era la que des*
de la tribuna velaba contra los tiranos, y hacia
resonar en los oidos de los ciudadanos las cadena»
'de la servidumbre que les amenazaban; esta es la
que desde. el pulpito. predica la redención del
genero humano del cautiverio del pecado , un
pacificador- y medianero entre Dios y el hom-f
bre , un nuevo orden de justicia , una vida fiítur
ra , grandes esperanzas y grandes temores para la
eternidad. Entre aquellos republicano^ h, clo:
qüencia política vino á ser un espeíbculo públi?
co , y entr« nosotros lo es la eloqüencia sagrada
La primera tenia un poder irresistible > porque^
no solo gobernaba las opiniones j sino la opi-
nión de todo un pueblo congregado ,^ donde su
fuerza es terrible aporque alli la fuerza de cada
Individuo se multiplica por la de todos juntos:
asi es que apenas ha habido grande eloqüencia».
sino delante del pueblo. ; .
Siendo esto asi, como acabamos de referir
¿quánto mayor estímulo no debe comunicar la
eíoqüencia del pulpito al que predica la palabra
del Señor? A más del espíritu religioso, que anima
é inflama, al contemplar el predicador unamu-,
cheda¿bfe inmensa d^ oyentes qué colgados ín-
HK^Ués ile;sú booaLie poseen de ios a^dos que
BUS le {)eii€tran,^e sollozan^ ttemblaii^ se ale-
gran , se enternecen ^ su voluntad ; debe todo es«
to 4 la verdad servirla de iln dulciáiitio iñcenti-
To para usar de toda sü valentia /y parar unir á la
perfección del arte el señorío de los corazones.-
Delante de la muchedumbre vibraba fayos De-
móstenesy al mis^ma tiempo que la eloqüencla es-
taba prohibida dentro del Areopágo. Delante de
k muchedumbí^ desplegaba la fuerza de su elo--
^ncia Tiberio Gracco: y Cicerón era mucho
mayor orador quando hablaba al pueblo , que
quaodo razonaba en el Senado. Parece que la
cloqüencb-no solo necesita- de una concurrencia
yniversal, y queiestala pueda conmover; si-í
node hombres ¿ quienes pueda infundir sus pa-
siones á su.arbitrio : porque para ser verdadera-
mente eloqüente y es menester que el que habla
sea i^l con los que le oyen, y aun á las veces
que tenga 6 tome cierto dominio ^obre ellos*
Tal es el orador sagrado, que hablando en nom-
^ bre del Altisimo/esel único en las mdnarquias
que puede desplegar á presencia del pueblo , de
los grandes , y aun de los reyes, aquella suerte
de autoridad, y aquella franqueza arrogante y li-
bre que en las repúblicas daba á los antiguos ora-'
dores la igualdad de los ciudadano^"/ y 'uiia mis-
l>2
ma patria ^.cuya. defensa i todos-^perteoe^y • , .
Pero quáti diferente lia skiael ¿feadi Deiíiii'»'
guna.de las! ventajas y.cltciansianciasutan &3¿ora-.
bles á la eloqüqncia sagrada que acabamos de raa?^
aifestar se han aproyechíido /tanto cómo se de-
bía esperaX) nuestros obradores: bien fuese por un
espíritu mal entendido de abyección hasta de las
j&ierzas de su talento » ó por el poco gusto qUc
ha prevalecido casi siempre en nuestro pulpito*
Verdad es; que, i pesar de este desaliño y pesa-
dez, alguna vez se remontan ; pero ésta «lera-
don mas se debe atribuir á la santidad de Ja jreli**
gion y al heroísmo de la moral qué predican,
que ¿ los esfuerzos de su arte. Preciso es que los
grandes objetos inspiren grandes ideas i y es im.^
posible dexar de ser sublime hablando de Dios ,
de la eternidad , del juicio^ de la caridad a|)QSto^
Uca, de la constancia de los mártires , de Ips pe^.
ligr:os de la vida, y de los. temores de la muerte*
Estas ideas por sí mismas infiínden i la imagi-
nación una especie, de terribilidad que no dista
mucho de lo sublime* Entonces el objeto; por
sí mismo arrebata y se lleva al orador •El ?:alor
de un asunto patético y terrible: es capaz de ins-
pirar ciertos movimientos y discursos felices al
orador mas desnudo de ideas de la verdadera
cloquencia. Pero c qué sería nuestra oratoria del
pulpito en. el siglo pasado^ quando careciendo
de acuella gravedad y- sencillez, que acompa-
ñaron i !á mayor- parte de los sdnñones^ del an-
terior , se ihficidña del estriado gustó que ha-
bía pe^vertído á todo: genero de escritos > ¿Qué
eran las oracioótsíiíiéebíres , esta» déélámaciones
tan despreciables quando el héroé^ es ixidigno
de la memoria de los hombres , j^ tan ridioilai
quando el orador no es élcqüéhte? ¿Qué eran
los ipanagificos sino ün* ámontontóiíento' desor-
denado de exageraciones extravagantes \ de agu*
dezas pueriles , y metáforas violenta* y Unas y
ot ras com posiciones j qué - otra cosa eran sino
una continua mezcla de eíudicioíi sagfada y prÍD«^
fena con; mas citas de Ovidio y«Vkgilío^quc de
Profetas y Evangelistas, hasta dcgéfnerar en bu?
fonadas 2 Sin embargo , en aingtm. siglo se pubii-^
ron mas sermonarios ni ntos tratados del arte do
predicar : pero <• qué: áridos y desabridos ? tan ini
digestos como las producciones cíe los que los
escribieron. No era tiempo aquel para reformar
el pulpito, c Podian por ventura ser reformado^
res de 1^ eloqüencia^sagráda los mismas que ha-^
bian contribuido -k corroniperla ? ^ ^
Mas \ cómo condliáremos d juicio que aca-
bamos de hacer de nuestros: antiguos predicado*
res , con la fama que de algunos de ellos en los
siglos décimo quinto y décimo sexto se ha pei^
petuado hasta hoy de divinas oradores , que ar-
rastraban jnmeosq*5^í^ío fp.fl:Jiíi .fu^jrr9f;4fi sjl
palabra v.qufi.itiacian derretir-^ lagrimas ei^a^df^
torio y y <?pi>v^paa pueb]lqs.-,€ittferos ? ¿ Cóino
concillaremos loselogio^^iue d^ ilgunps dí-^iqtíei
|1qs oradores han hechaj e^o'^^ escrítpíiss vul-
gares «n9^ taflj.bi^n Joí.mas. cultos , can . ej testi-
n3,onio;autentico de su^^'mi^mes sermones iní:*
presos , donde no vemc^ q^ú i3ü.som,bíft dé^qasr
lia eloqwwi?. por q^le foeron' tatL celebrados ?
Precisq .e^^fjfeer que la fuerza de la cfraforiase
reduciiáa: tpd¡íi:A- vehementes -exclamaciones ,4
que afiadiaii alguna v^z las descripciones:) de los
vicios iqfue i rk^zoh reyriaban en el pueblo tlon^
de exprcíáh&iV misión apostólica : que parodcnT
doños hoy frias^ pesadas, 7 vulgares , entonces
rjompian enllanto y conpunción los córazoneá
de los oyentes; 'Este inxia^ pues , debíase mas á
la; veneración que segrañgeaban del pueblo aquer
líos predicadores ponía santidad de sus virttí-?
des ^-fcfvor dé sus oraciones , y austeridad de
costumbres , que no al arte de su oratoria. Y aun
podia atribuirse píincipalisima y mas ^enerai-í
mente á su eltíqüencia exteriár ,estoes-/iÍia sua-»'
vidad Y cótbnafcion de la voz , i su vehemencia
declamatoria , ala energía de la gesticulación , )?
viveza de su acdon: calidades oratorias que tie-
nen mucho poder sobre fe muchedumbife >y^o
pueden conservarse en los escritos; Debemos
MSCüRSO PRELIMINAI^. Iv
crcíer que la verdadera causa de que los dos in-
comparables oradores Avila y Granada , y algu-
IIP3 otros escritores nuestros eloqüentisimos, no
dexasen sermones correspondientes á $u fama y
al resto de las demás obras suyas , sería que , al
modo de nuestros misioneros y acostumbraban
predicar de repente : y asi para la instrucción de
Ips fieles de m tiempo y de la posteridad, consi-
deraron por mas útil reducir sus doftrinas 6 do*
cumeiitos á meditaciones y otros tratados místi-
cos y espirituales. No hay duda que si estos dos
kiágncs escritores , inimitables en el nervio , pu-
reza , y manejo del idioma , conocimiento y es-
tedio de los antiguos , como hermanos en el es-
yiriui , vimtói, y fervor , se hubiesen dedicado á
trrf>axar áer/ttones de proposito , acaso hubieran
igualado i si tío superado, á los Bourdalues y Bo-
suetes. . ' „ :
JOU LA OKATORJA JSJV XTAZIA,
¿PojL ventura creerán mis Icdores que quan-
do h^blo de los frios y groseros sermones que
leyníirQn^en España en aqgaellos tiempos ; exclu-
yo i las demás naciones cultas deOBuropa ¿^Igua-
les defeftosy aun naayójes i'eynáTon en las pul-
pitos de Italia en los siglos décimo quinto y dé-
cimo sexto, Ep Itdia hasta fines del siglo x v no
fué universal, el uso de predicar en kngua vulgar:
de aquí se puede ii^ferir la* gala^y elegancia que
%' ^ IWsctTRsó píleliminar;
tendriafi los sermones de aquel tieiDipo>civlo$ *
qüales jQo se leen sino fríisimas alegorías y íidi»
culas metáforas , y toda la aride¿ y vanidad es^
cplastica, disfrazada alguna vez con pueriles cufla%
tos y chistes chavacanos. i Acaso ef siglo xvi;
tan fecundo en Italia en elegantes historiadorel
y escritores cultos en todo genero de letras, pucf*
de gloriarse de eloqüentes oradores? Justamente
este fue el ramo de que mas escascó j nó porque
fiípse corto el número de las oraciones que «ere*
citaron en lengua vulgar en aquel siglo, y des^
pues se imprimieron. Mas qué importa su nó^
mero , ¿ si entre tantas piezas son muy pocas 1»
qpe se pueden proponer como modelos de una
verdadera y sólida eloqüencia ? La razo^ de esta
me parece fácil de dar, sí se hace reñexron áqu(5'
eran pocos los escritores que hubiesen dexado
«imposiciones de este genero en lengua vulgar
pm fprmar por ellas el estilo. Además de esto, '
apenas se hallaban asuntos que perteneciesen á '
la eloqüencia ; porque fes oraciones que en los
tiempos pasados solían prommcíarse con oca>
sionde funerales , bodas , y con otros semejan-
tes motivos , casi todas se habían escrito en la*
tin. Los que escribían en esta lengua i lo me-
nos teman la ventaja de leer insignes modelos do
la eloqüencia romana y griega ; pero casi todos
estos imitadores, padecieron entonces el defeco
to'rscthiL'so íHELiMiNjat!'^ / l'íjj*
'^ d$ poner mas cuidado en la elección délas pala*
bias , que en la nobleza y fuerza de los senti-
nientós. Y sin embargo de haber salido al publi-.
c<3r viarios traduOiores de Démóstenes y Cicerón;
sus' traducciones son lánguidas y frias comun-
«leíite. En qü!Oitx>á la lengua italiana , el Deca*
mrpn dé Bocacio era el mejor libro escrito en
f^rosa que andaba entonces en las manos de los
estudiosos: pero el estilo festivo y chocarrero dé
«c- autor, retumbante en los períodos y epifc-
tos, no podía convenir i lá gravedad y robustez
Qtmorías. Sin embargo no faltan algunas oracio-
KSi buenas ca ita}íano de varios escritores de
íquel tiempo , que podrían ser propuestas por
modeló de pureza y elegancia por lo que mira ¿
U lengua ; mas por lo tocante á la oratoria , ca*
4 todas carecen de viveza y nervio, y todas doí
pr^isión. Soio Speroni y Xx^lió , que escríbie-^
ron i mediados de aquel siglo, y Badoaroqucí
^ribió mas a4elante , son dignos de algún aprd*
c]q ppr haber retínido en sus oradbnes más de
Jos requisitos 6 virtudes de h oratoria,
$i hemos dehabbr con toda sinceridad, la elo^
qSencia del pulpiío á principios de aquel siglo
no. fué mas que un continuo abuso de las sutile-
zas escolásticas , y un arsenal de textos y citas
sapadas y profanas ; estragado gusto' que venia
aun dei siglo anterior. De alli 4 poco se empeza
5*
Iviif ¿ÍSCURSO PJlELIMINAll*
4 mudar de método y estilo , y la divina paiabxa
se anunció con alguna xnjjgp^ad y aquella fiíer-
ssa que le con venia. Él priméis que introdnx<>
esta reforma fué Fr- Egidio de Viterbo, Ag^stir
niano,que murió Cardenal en J5J2. Después
de este ,. el mas celebrado file' Cornelio Musió ,
^e los Mejores conventuales, ^ue murió ObIs:íi
pode Bitontoen 1574, de cuyos sermones s^
ven desterradas ias -especulaciones escokstícas ,
Jas ridiculas y vulgares declamaciones^ y por lo
monos usadas con parcimgnk la^ autoridades <ie
los autofes profanos : pero su estüo^ál paso qu©
muestra gravedad , «nergia , y vigcr > no guarda
orden ni mucha elegancia , ademas de ser dijfuso^
muy verbosp, y %una v« pomposo: de moíta
que parece precursor del queireynó en todb ú
siglo XVII. Eer^ el pjóbHco^^catuflfibraído ba«ta
entonces 4 no oip mas que inqultos escolastkóS
y firios declamadores:, puodigó á l^u^io extraor-
dinarios aplaaisos. Después ^ esttoj^ei toaíR célebre*
predicador fiaé Eanigaffola ^ ifcfeiioí observante ;
que muiió Ohbpd de Grisdpolí* en 1594. Etf
suá sermones y que fueron ciertamente k» mas
eloqüontes de su siglo^se veLgTan vivacidad á^
imágenes , vehemencia en los sentimientos , ener-
gía en las palabras, y una grave^ y copiosa facun-
dia; bien que de quando en quando lo a&a una:
(ístrema verbosidad, y redundancia. de epitetos
lbi9CfrB.st>'SitX£ixairA&; ttx
jfáncaáJÁm. A dbs ó ties; predicadora cdehres,
sin que liinguno puedadlamarse perfeifto modo»
lo de doqüencía ^ se reduce el estado floreciente
que tuvo' en Italia k oratoria del pulpito «n el
agio dedfldo sexto. Pues íjqual sería el que tuvo
«n el siguiente , que entre los Italianos fué llama'
do siglo de la decadencia y de k'harbaríe en
puntó á. las letras amenas? En efedo laditeratura
italiana y^qiB: éntrelas discordks civiles y obstit
nadas guerras que trabassiron tan lastimosamente
aquel pays ,'habk alcanzado ínuy alto renombre;
en medio de la tranquilidad y paz que go?6cn
' d ultimo.siglo , dedmó hasta eclipsarse «asi de
todo . punto. Aunque en el siglo jujt^rior , se 1»-
bian ranpezado á fixar-las leyes de h lengua ita-
liana , no tanto sobre principios generales, quai>
to sobré los escritos de algunos autoras; no se
poseía todavía una gramática extendida con á*
guroso método y exáétítüd. Benito .Buonmatei,
Clérigo Florentin , £tó' el primero que se Uev6
esta glorkensu ohn De la lengua muanayCSr
criu eá Í624: h qüalüe ?íuedc considerar como
el sistemainas bien Qídénado y metódico para
escribir xórredartente la lengua. Después de es-
te vinieron Celso Sefiés , Marco Airtonio Mam-
belÜide Eorli , Francisco Reynaldi , y Garlos Df
tí. En 1612 se hizo eh Fbrencia la primeta,«di-
cion del Vocabulario de los Académicos de 1»
¡X wscüiLso preliminar;
Crusca; diez años después se reimpríinió'enmenr*
dado y aumentado : y ch Xi^i; se hizo la tercera
aumentada de dos tomos.. También se liábia im«
preso en Venecia en 1643 la Colee don de It^sauto-^
tores del bien decir , donde se contenia la mayor
parte de escritores que sobre este argumento ha-
bian hasta entonces pubEcadó alguna obra to-
cante i la gramática y á la eloquencia. Parecía
natural que con los desvelos de aquellos, ilustres
académicos y de tantos escritores, debia.k ele-
gancia en el escribir haberse ^ hecho común en
Italia: mas sucedió todo lo contrario , poique
exceptuando los Toscanos , y algunos otros en
muy corto numero , jamis la lengua italiana se
afeó tanto como en aquél siglo. Apenas se pue-
de tolerar la lesura de la mayor parte délos li-
bros que entonces salieron á luz, ni jamás se vio
un lenguage tan inculto, estrafalario , y lleno de
barbarismos. Todo el ingenio de la mayor parte
de los escritores se había convertido en concep-
tos y metáforas ; y para saber sembrarlas á manos
llenas , de lo que menos cuidaban era de la elec-
ción de las palabras y de la observancia de las re-
glas gramaticales. De aqui resultó que la elóqüen-
cia también se desfiguró; y los oradores, deseosos
únicamente de excitar la admiración y el aplauso
de sus oyentes , parece hablan olvidado que el
fin primario de su arte era persuadir ymover^
Uü ^¿n Crítico y juicioso historiador moder*
naltaübno , afirma que no puede su nación sin
vcrgifenza. hablar de la eloqüencia del siglo déci-
mo séptimo. El mismo confiesa, que las oraclo^
nes italianas de aquel tiempo no fueron mejores
que las latinas ; qtie los díscursos^ académicos ^ y
otros semejantes razonamientos de la mayor par
te de los- escritores, son tan insípidos que hacen
intolerable su le¿tura ; que la Toscana ñie casi el
único pays donde no penetró este fiítal gusto ; y
asi en las oracipnes pronimciadas en Florencia y
en otros pueblos de la dominación de los Medi-
éis , no se leen aquellas extravagantes metáforas^
ni aquellos refinados conceptos , que hacian en-
tonces las delicias de los oradores ; bien que su
único mérito consiste comunmente en la elegan-
cia y pureza de estilo , porque en vano se búsca^
lia en la mayor parte de dichas piezas aquella ro.
bustá eloqüencia que forma al verdadero ora-
dor, y sin embargo de reputarse por mejores las
del Datí , es dudoso si hoy obtendrían el aplauso
que ganaron entonces. Confiesa el mismo histo-
riador que aun fué mas infeliz la suerte de la
eloqüeqcia sagrada en aquel siglo: de tal modo
que no acaba de admirarse < cómo podian oirse
entonces con aplauso tantos sermones y panegi*
/icos, que hoy no se leen sino para divertirse y
conocer hasta donde llegó e^l delirio deji ingenio
humano. Y aun menos coinprehende ¿c6mó>de
tales raciocinios , donde no se hada mas que os-;
tentar inútilmente una importuna agudeza en
ks metáforas y contraposiciones, e$peraban los
oradores sacar el fruto que debe $er el uñico fía
de su sagrado ministerio? P^ro tal era el £ital gos^
to del siglo ^que apenas podia prometerse agra^
dar el que no siguiese el camino comunmente
trillado. £1 mismo dice que no quiere nombxat
ios predicadores de aquel siglo, cuyos sermona^
lios quaresmales y panegíricos , y otros soño-
lientos discursos , andan impresos , siendo su nú*
jnero tan grande y su mérito tan pequeño; por?
que prefiere sepultar en el olvido su memoria 7
sus nombres, £1 primer orador que tiene la glo^
ria de haber restaurado la eloqüencia sagrada en
Italia i su antigua magestad y hermosura , fue el
P. Señeri , que murió en 1694 , y habia abando*
nado el camino triUado casi cien años seguidos ;
bien que sienipre conservó algunos resabios del
estilo antiguo como era regular. Sin en^ibargo su
exemplo ha tardado muchos años en tener imi-
tadores.
2>S LA ORATORIA :BIÍ TKANCIA.
Ya hemos visto que los Italianos, que en
otros ramos de los estudios amenos pretenden
llevarnos ventajas , en la oratoria han experi-
mentado tanta ó mayor decadencia que noso-
DISCURSO PRELIMINAR* JxHj
firos. ¿Seraoi acaso los Franceses los^^e hayan al-^
canzado esta süperforidfed ? Verdad es que si con-^
tanK» la época de su eloqüencia desde los pri*
meros años del reynado glorióse de Luis el Gran*
de , hemos de confesar que llevan ventajas co-^
nocidas ^obfe las demás naciones europeas en
todo genero de escritos, y prindpahnentc en la
oratoria sagrada. Antes de Francisco i , ñi el in-
genio ^ ni el gusto j ni la eloqüencia se habían
aun formado , ni la ñiisma lengua. Los Friince-
ses , dice M. Thomas , hablan sido por largo tiem-
j)0 unos barbaros, llenos de imaginación y ale-
gría , que sabian danzar y pelear , mas no escri-
bir. La primera composición oratoria que se pu-
blicó en francés, fué la oración ftíhcbre de Fran^
cisco I en 1 547. Las demás piezas que siguierdié
scm : un elogio de Eftrique n en r 5 5 5 ; otro en
lionor del Duque de Güisá asesinado delante dé
Orfeans en 1563 ; y un pianegirico proiíuñciado
en honor de -Carlos ix en í 571 : pero todos fue-
ion partos-de un mismo genero , este es , conce*
bidos en prosa lánguida y barbara de una xerga
sin dulzura ni harmonía , que aun no se podia
llamar lenguage. En 1574 se pronunció ua pa*
negirico en elogio <fe Enrique iriá su regreso
de Polonia* En 1 5 86 se dixo en París la oración
fúnebre del célebre poeta Ronsard por ©1 Abate
Perroo : oración que hc^y no se puede leer-, mas
Uiv PISCÜKSO P&BUMINAB.*
entonces mereció grande aceptación, porqne é
las puerilidades llamaban eloqüencia , y á pe^^at
de aquella fama, el Perron como orador es hoy
poco conocidOé En 1609 se publicó un elogio
dirigido al Duque de Sully : que es una compo-
sición débil y poco digna del héroe. La lastimo-
sa muerte de Enrique i v íüe llorada por \m gran-»
disimo numero de panegiristas, en cuyas oracio"
nes fúnebres la fuerza de un asunto tan pateti*
co y terrible en si mismo , inspiraba á los orado*
res alguna vez rasgos de una triste y tierna ino-
cion , 4 pesar de la eloqüencia tosca y salyage
de su siglo : porque , como confiesa el mismo
M. Thomas, entonces aun no se tenia en Fran-
cia idea de la verdadera eloqüencia ni del buen
gusto.
El siglo de Luís xiv et llamado ordinaria^
mente el siglo de los grandes hombres, y bieu
podria llamarse el siglo de los elogios ; porque
jamás se alabó tanto: era una enfermedad de. la
nación. Por fortuna la eloqüencia y el gusto se
hablan ya formado : y en defedo de la antigua
fiereza del caraéler , se poseía i lo menos el. mé-
rito del ingenio : y asi se elogiaba , ya con delica-
deza , ya con pompa. La principal causa de este
atraso que experimentó en Francia la eloqüen-
cia , se debe atribuir á la lengua , que tardó mu-
cho en recibir suavidad, pulidez, abundancia.
MSCüRSfO PlCEMMTfrÁRV /w
y'puressa; Asi se explica M. Thomas , y p;rosi-
gue diciendo : qu^ la época de Amyot y de Mon*
tagne fué, la de la mayor abundancia de la len-»
gua fmncesa;:con.la diferencia , que el primero'
la quiso enriquecer dándole la fisonomía de la>
griega y romana en la frase y en las imágenes ,.
con la'tériniílácionrde las palabras francesas ; y el
segundó vació en la a^ntigua simplicidad gálica^
muchoi tesoros de los idionias antiguos , consér^
vando el caraétery. forma general del suyo. Amy-¿
ot, sin embargo de estar dotado de singular ta-
lento y de los conocimientos necesarios para ser-
autor original , se contentó con el oficio de tra^^
duftor de los nws célebres escritores de la anti-^
güedad.-Su traducción de Plutarco , cuya Je¿hi-í
ra aun hoy agrada no obstante de contar mas do
dos siglos > tiene una gracia tan particular en-
aquel estilo añejo , que coa dificultad-podría ad-^
quirlrla igtíál en él lenguage moderno; De qual-
quier manera , siempre la prosa francesa deberá
i este escritor , que murió en 1 593 , aquella- sua-:
vidad y amenidad que no fué conocida antes de
su tiempo. El estilo de los Ensayos de Montag-^
nc , que floiéció taipbien á fines del siglo xvi ^
no tiene , 41a verdad, ni pureza , ni corrección
ni precisión , ni gran dignidad ; más por su vive-^
za , valentía , energía , y sencillez en expresar
grandes ideas.^ $e le puede disimular su desaliño^
JXVJ PISCÜRSO PRELIMINAR*
SU desorden , y la languidez de sus digresiones*
Después de estos dos escritores , que aun por lo
tocante al estilo de su siglo son célebres , la len-
gua caminó insensiblemente áunnucyo carác-
ter de delicadeza y, dignidad, perdiendo de su
primitiva fuerza y energía. ^
Posteriormente la lengua dj^bia reparar parte
de estas\pérdidas con las obras de losjnsignes es-
critores del siglo de Luis el Grande^ que tanto la
fecundaron con sus ingenios. Lo primero que
adquirió fué harmonía , que.Du Perron , uno de
los primeros oradores y reputado por hombre,
de ingenio, jamás conoció: y Coeflfeteau, que fué
celebrado mucho tiempo por la pureza del Itnr
guage , barruntó, mas no la halló. Solo Lingen-
des en una oración fúnebre de Lui& xzii dio al*
gunas señales de ella : pero la gloria de criarla era
reservada á Balzac, el mismo que ganó entonces
la mayor reputación , y hoy no se apreciíi. Este
fué el primero que acostumbró los oídos france-
ses al número y á la harmonía de la prosa^ y con*
tribuyó á la perfección de su lengua pitria dán-
dola esta calidad de mas ; aunque de la eloqüen-
cia poseía mas los preceptos que los afedas. Ea
verdad este autor^ que murióen 1654, con el es-
mero de su estilo periódico y sostenido con una
continua dignidad, descubre muclujafeófcacion y
artificio. Si quleie ser gracioso , es haciéndose
DlSCUICSa PRELIMINAR* A^J?
dertít violencia ;.y quando cree hacerse ingenio-
so , jamás es natural : porque el mal exempló de
algunos de sus. contemporáneos era quien lo ar-.
rastraba mas que su. gusto ni propio genio. Este
es otro de' aquellos autores , que hay en todas las
lenguas y naciones, que se debieran cercenar >
6 reducir con escogimiento , á fin de no dexar-
los leer enteros. La cloqüencia francesa en el rey^
nado de Luh xin también se había remontado
hasta las exageraciones: vicio que aun se mués-.
traen los. primeros oradores del reynado de Luis
XIV. La manía de copiar la magnificencia de los
antiguos en una lengua pobre y embarazada ,
qual era la francesa , corrompió el gusto , y en-
gendró un estilo obscuro , enfático , y poniposo,
aun en los asuntos mas menudos é Ínfimos.
. De esta- moda vino á formarse una especie de
scíla,. cuyas cabezas fueron Vaugelás,Voiture ,>
Ablancourt , Patrú , y le MaYtre, aunque por otro
lado contribuyeron 4 purificar y arreglar el leri-
guage. Vaugelás , qué tampoco se debe citar co^
mo autor original , gastó toda la vida en el estú-^
dio de su idioma , que le debe sin disputa gran
partjí de su claridad « y limpieza. Su traducción
de Quinto Curdo publicada en 1647 > ^^^ ^^^ ^^'
pleó treinta años de tareas , ha sido mirada co-
mo el primer übro escrito con- corrección en
tengua franoisa*; Mis , aunque en honor-de esta
£ 2
ixviij DISCURSO PELIMINAR-
decantada traducción haya dicho un ingenio de *
aquel siglo , que el Alexandro de Qjiinto Cur-
do era invencible , y el de Vaugelás inimitable ^ ,
pudo ser mas bien merecida esta fina alabanza .
entonces , quando con la amenidad , suavidad y
gracia de los escritos modernos no estaba tan;
acrisolado el gusto y el arte del bien escribir. Sia
embargo, hemos de confesar que el mérito de,
este escritor , en orden i la pureza y propiedad
de sus expresiones , es tan señalado , que pocas
de ellas se han desterrado hasta hoy por anti-,
quadas* Voituris , sin duda , fué otro de los inge*
nios que ayudaron i pulir el idioma con sus Car- ,
tas , que se publicaron á mediados del siglo pa-.
sado:pero un hombre que gastaba alguna Vez
quince dias en fraguar y limar una sola , ¿ cómp^^
puede librarse de una vana á&¿^acion ? Pudo la
gramática de la lengua ganar entonces mucho coa .
estos escritos ; pero la eloqüencia hubiera perdí-,
do mucho , si las frases torneadas , los juegos de
voces estudiados, y el chiste frió y forzado de.
que abundan, se hubiesen de citar como primores,
y elegancia del estilo. Ablancourt , á imitación de.
Amyot y de Vaugelás , prefirió el mérito y glo-
ria de traduftor de los antiguos griegos y roma-,
ños ala de escritor original ; más á. ambos avea'-^
tajó en esta carrera y cxercicío , tan^til para en^.
riquecer las lenguas vulgares : pUQS tnduxo 1» ^
DISCUUSO PRELIMINAR. híX
Descripción de África , y la Historia de ía rebe-
Ibn de los moriscos por nuestro español Luis
del Marmol , que publicó en Paris en 1657. Es-
ta versión de una obra tan curiosa se lee todavía
hoy con gusto. En las demás traducciones vierte
las mas veces el sentido del original sin desnu-
darlo de su fuerza ni sus gracias¿ Verdad es que
sus expresiones son tan vivas , tan valientes , y
tan libres , que el ledor cree ver los originales y
no sus versiones : mas también en cambio de es*
to se toma el tradudor sobrada libertad , omi-
tiendo aquellos lugares que no entieade , y pa-
rairaseando los que entiende. Si consideramos á
Patrú , hombre famoso por su talento en la abo-
gacía y en todo género de literatura , por la par-
te del estilo que debia lucir en sus Alegaciones .
hallaremos en general un escritor débil , que ha
perdido la reputación que en otro tiempo le ga-
naron sus composiciones. Estas obras y las de Le
Maltre , que son de la misma clase y habiendo si-
do ambos contélmporaneos y de la misma profe-
sión , no deben hoy excitar otra admiración que
la de haber pasado tanto tiempo por modelos.
En estos dos letrados , en estas dos lumbreras del
foro y de la abogacía francesa , se hallan algunas
imágenes hermosas , es verdad , pero impertinen-
tes las mas veces : k naturaleza sacrificada al arte
tn estilo decíamatorío vestido de palabras enfi-
ixX DISCURSO TRELIMINAitJ.
ticas , f un conjunto de pensaAiieñtos singularSí -
acompañados de aplicaciones violentas* Esta mor
<ia continuó hasta que porfortuna Pascal, la Ro *
chefoucault, y la Bruyere tomaron un rumbo to-
talmente opuesto j'bien qu« mas conforme ,íii ca-
-rafter del idioma y de la nación; El estilo e^ton^
'ces se desembarazó de sus tarabas, el pensámieiii-
to corrió libre y rápido ; yr la frase , descargada
de aquel luxo vano é inutilaéompañamiento- de
palabras, adquirió: mas viveza , fuerza , y ^preci*-
sion. Ño podemos negar quelas Cartas Previne
cíales de Pascal , que salieron á la luztpública. h
primera vez en 1656 , estin escritas en un estilo
que hasta entonces no había tenido en Francia
algún modelo : asi han sido siempre miradas por
los criti.os de aquella nación como la más'per-
fefta composición en el género prosaygo, Ea
ellas and^n- felizmente hernianados lo nfesfinp
de la chanza y lo mas picante <ie la sátira con lo
mas subiínie de la eloqüencia. En fin todos los
géneros de estilo se encierran allí ; sin haber una
sola palabra que desde entonces haya sufrido al-
teración por la mudanza que experimentan sud-
cesivamente los idiomas vivos; Asi pues , deben
reputarse estas cartas como la época en *que la
lengua francesa fixó sus reglas. Su contemporá-
neo La Rochefoucault en su colección de Rk
flexiones y Máximas Morales^ escritas con ^qn^l
primor y delicadraa que tanto realce di al estilo^
acostuiínJ>ra á pensar , y enseña á recoger los pen*
ámicnfos^ dentro de ima frase viva y concisa.
Más por otra parte no supo librarse de caer en
cierta especie de afeélacion , y en una viciosa su-
tileza que á las veces fastidia ;bien que si hay al-
go insuportable , es la uniformidad del estilo , y
á mal orden de sus reflexiones. La Bruyere en
tm£araBer4s de Theofrast4> mostró hasta donde
rayaba la valentía y colorido de su pincel, y has-
taque grado la lengua francesa era susceptible de
vigor y eisergiai Diganlo el nervio de su estílo >
h viveza 4ie su expr^ssion , el calor de su inge-
nio , y lo finó y exquisito de las frases en sus
pinturas* Se ie •censuró sin «embargo de haber
violado- fe ley de ks transiciones , por haber to-
mado ^"Montagney de Charron^sus maestros
y sas ddc&id<is^yi^a estilo duro , dislocado , y i
veces obscuro,! ' " ■
" Para ^reíH' oradores , h lengua perfecoionadat
XK> ^sca ^d : necesita sár éimeititada y alimen^
t»da por la llbeitád. Pero en ena aaonarqaia,
liofldela; áoqSeneia nada inftuyee» los interer
^s<kl «jóíao ,ki en la <tefén^a de k patria , no
podía rénaéer «info en ti pulpito : y para esto
jquántos -obstáculos no tuvo que vencer ? No se
Ignora qtíal era antes de Luis xiv , y aun en los
pmrópios íde su reynado , el mil gusto del foro-
ixuii] DISCTÉTRSO PKELÍMtNAIL.
<Era por ventura mejor el delpulpitó? Etgustdi
de los oradores sagrados baxo 4e Enrique ly y
Luis xni se reducía á exageraciones ^ra^^das
gracias, ridiculas agudezas , pueriles íaeitafor^s ,
misceláneas sacro-prpfaíias , citas perpetuas de
-hebreo , de griego ^ y latin , mas autcú-idades da
Ovidio y Horacio que de Santos EPzen fin to-
dos quantos defeftoSj.y extravagancias $© Jja»
dicho de los xnaios escritos españiodes.é italianos
•del siglo pasado. . ■. :--
c Juz eloqüencia francesa, para llegar. á grado
á que se elevó en ei rey nado de Liüs^el Grande,
tuyo, pues, que saltar un. intervalo iniwenso. Las
turbulencias.de la liga ^.continúa^M. Thomas^, yr
las agitaciones de las guerras civiles dieron á-1^
naturaleza toda su fuerza y la energiaidei las gfanr
dc^ pasiones, que np |)uede nacer .siiip-jen el es-
tado violentó, de la^,sociedadftS>í- Entonces-: el
hombre que habia nacido con vigor.¿ no áixmr
dose atar por ninguilos. respetos/, s^ grioja adon-
de el sentimiento de su natural le. üeva ; la ener*
gia del alma pasa á las ideas, y «e fornia-wn <?onr
junto de ingenio y de caraéter prqpip, para con-
cebir y producir algún dia grandes <;Qsas,.^ esto
$e añadieron; las guerras de religión^ en que.un
ínteres sagrado teni*; ocupados los arjimos He
jodos. Entonces fué quando.se escribía y-5e jpe*-
.leaba,qnando una mano empuñaba ^^Jpu^
U Otra la pluma : y el fanatísírio* , que en una
mcion ilustrada le apaga las luces , las énaead^
en I una ignorantCé De la mezcla de los intere-
ses religiosos con los políticos , y de los crímer»
^es con las grandes acciones, entre estos peUr
^os esperanzas y temores , debieron formarse al-
mas extraordinarias , y tomar grande. valentía Ic^
j^JtendiníientQs. Y como la fortaleza ,. que estac-
ha entonces m:lo% caradéres , contenida después
por la autoridad suprema que acababa d? levianí'
tarse y afirmarse sobre las ruinas: de la anarquía,
oío.pudo explayarse ni causar nia$ alteradpnes^l
xntonces áe dedicó á otros otf jetos : en las prime-
fas clases, formé los homtbres de estado,y en las
-personas á quleaes estaba prohibido elpodfcr , y
-^ue cansados de su obscura situación se veían
íi^zados á salir desella , y A ocupar i su siglp cojj
«i-nQmbre,4íscubrió y crió los^talentosijsn las
varias artes.
i Tal fué el estado de la nacioft francesa desde
JFrancisjCO u -hasta el año duodécimo delreyna-
4o de Luis tXiy ^ es decir , por espacio de un si-
glo. La urbanidad y tr%to,;despues de las guér-
jtas civiles , det>io adquiíir en Francia aquel gra-
do de perfeccioii necesario para las artes : el mis*
• pío , que llevado hasta cierto punto , las anima ;
$&to tr4Spasando estos límites , puede sepultarlas
>ó corrojoaperlas. Por fortuna aun no habla llega-
do i este extremo : y asi de h perfección^ de !á
sociedad y del gusto ^ junta á la de la lengua , de-
bía nacer pocci i poco la de la eloqüencia. Los
espíritus se halUban en esta disposición quanda
Luis XIV descubriendo su carácker dio nacimien-
to i grandes sucesos. Las glorias de sus conquián
tas, la fama, él esplendor, y k grandeza de su rey-
nado hicieron ^e el ingenio y el valor subie>
sen al nivel del gobierno. Cada particular esfor-
tó sú<:eIo en sostener la dignidad de sü nación :
el vasallo nó pudiendb estar al lado de su rey
jK>r el poder , quiso estuario por la gloria: y este
«ntusfasmo crió^ ó ^perfeccionó - los talentos. Ea
^ña cdrte brillante $ dónde lapógsb, los espcc^
taciribs;lapompayel ^usto éntodo género dp
íartes'sé habían manifestado , los oradores se vie*-
ion ^n la pred^ion de dar más dignidad i sub
^risimientos , 'ttias akeza á sú imaginación i y
i su acento mas fuerza y magestad. Tal es la re-
volución que la élckjüteñcia exfftfimentó baxo
d reynádo de Luis el Grande; Bien se puede de-
tír que todo estaba 'preparado para ésta revolu-
ción. Los siglos habían formado la lengua ; su
carader era conoddo; y sus re^as señaladas : aá-
gunos escritores la habían dado abundancia f
harmonía ; otros fuerza y precisión : los ^ades
tncdelós se habían profundizado; el gusto gene^
ral estaba acrisolado; la imaginación de los pue-
DISCURRO P&BLIMINAIl.^ IxX9
Wos se había exákadojy la verdadera grande-
za había hecho desaparecer á la- falsa. En fin un
gran Rey j y varones ilustres que celebrar ; una
corte sensible á todos los encantos del ingenio ;
un clero mas ilustrado, un foro mas instruido,
un gobierno ocupado en la reforma.de las leyes»
y las primeras dignidades déla Iglesia conferi-
das muchas veces á lo3 talentos del pulpito •
todo esto junto contribuyó á criar y perfeccior
nar oradores sagrados , cuyp genero de eloqüeu-
ria llega á la mayor altura. Pero de. la .eloqüencia
política careció también la Frañda por resistirla
su gobierno y forma de su constitución : siíi emú
bargo xéyna bastante gravedad y nervio en los
«scíitos de Talón , Lamoignon , y Peílíson. Por
lo que respeta á este ultimo , que fué con razón
mirado como el mas famoso letrado de su tiem-
po por sus toces y erudición , hemos de; confe-
sar que sus tres Alegatos que publicó én:i 663
en defensa del desgraciado Ministro Fouqufet, su
xefe y protedor , son tres partos de una pluma
muy maestra* Algunos apasionados .del autor
han querido sostener, que si alguiia cosa se acer*
ca á Cicerón , son estas tres apologías : pues son
del mismo genero que muchas oraciones de'
aquel célebre orador , esto es, tienen una mezch
de asuntos judiciales y materias de estado sólida-
mente tratados , con un arte muy disimulado y-
pCXVJ DISCURSO P&CLIMINAR.
una eloqQencia muy tíema. En los demis géne^
ros tuvieron los Franceses entonces mas digni-
dad que fuerza ; 7 asi la eloqüencia de sus escri-
tos y c¡rcunspe£U hasta en su misma grandeza 7
comedida aun en su elevación , fué casi siem-
pre noble 7 cuerda ; pero mu7 pocas veces ve-
hemente 7 apasionada.
La eloqüencia francesa empezó 4 distinguir-
se por lofe elogios 7 oraciones fúnebres en el re7-
nado de Luis el Grande. Flechier7Bossuet per-
feccionaron este género , que Mascaron comen-
zó. Asi se puede detir que este orador señaló el
tránsito del reynado de Luis xiii al de Luis xi v,
pues conserva aun algo de la aspereza y mal gus-
to del primero, 7 participa 7a un poco de aquella
harmonía , magnificencia dé estilo , 7 abundancia
del segundo. Pero no es tan pulido ni tan mag-
nifico: pues dista tanto de la elegancia <ie Fle-
chier , como de la sublimidad de Bosuet.^En ge-
neral Mascaron habia nacido con mas talento
que gusto, Qiíando se quiere elevar pierde luego
la sencillez : porque su grandeza está mas en las
palabras que en las ideas. Cae también nouchas
veces en el vano luxo de los conceptos metafisi-
cos , en que ha7 mas ingeniosidad que verdad ,
y se engolfa en razonamientos vagos 7 sutiles,
' Su principal mérito consiste en el gran conod-
miento que tuvo de los hombres : 7 en este gé-
DISCURSO PRSLIMINAH. Ixmt]
ñero tíene cosas sentidas con alma y expresadas
con primor. Luego siguió Bosuet , que si bien
tiene algunos defedos de su antecesor y los borra
con innumerables bellezas. En efe&o debemos
reputarle por el hombre mas eloqüente de su si«
glo, ahora se considere con respe¿lo 4 la profun*
didad grandeza y sublimidad de las ideas , ahora
con respedp ala vehemencia y magestad de las
expresiones, viveza y magnificencia de las imat
genes , que hacen su elocución rápida y nerviosa.
Bosuet , destinado por gusto y por genio ¿ la.
eloquencia y 4 la controversia , llevó al sumo gra-
do los talentos de orador y de teólogo. Desde
que se presentó en el pulpito, la oratoria sagrada^
mudó dé semblante, substituyendo á las inde-*:
cencías que la envilecían , al mal gusto que la db-.
giadaba., la fuerza y dignidad que convienen 4
la moral christiana. Si el cara&er sublime de la.
eloquencia consiste en crear frases profundas y
grancUos^s que enriquecen 4 las lenguas , en em^
belesar los oidos con: una grave harmonia.» 4 na
uner un tono y estilo fíxo , sino tomar siempr^^
cl tono y la leyjque difla el momento y la ocáu^
sion , en correr 4 las veces con paso grave y so^.
segado , y luego de repente arrojarse como cen«.
idla , remontarse , abaxai?? ^ volver 4 levantar-
tarse , imitando la naturaleza , que es irregular y
magnífica , ya veces hermosea el orden del unif
IXXViij DISCURSO PRELIMINAR.
verso con el desorden mismo; sin disputa ha-
bremos de conceder esta preferencia á Bosuet-
Pero c cómo podremos sostener que estas desi-
gualdades hayan de contarse por perfecciones de
la eloqücncia ? A la verdad después de haber caí-
do , vuelve á levantarse ; mis es siempre muy
«arde. Sería inimitable este insigne orador si se
sostubiera mejor alguna vez , ó st á lo menos
quando decae , llenase esta <a de elevación con
bellezas de otro género j y no con amplificacio-
nes y lugares comunes de lá moral mas trivial i
parece entonces un santo Padre que enseña el ca-
tecismo, á los muchachos. Nadie se enseñorea
mejor que él de lo que su asunto le subnunistra •
más iquando este asunto se agota y lo abandona^
nadie sabe suplir menos que él este vado. En es-
tos lugares de sus discursos es donde se veqxun
fiio ,-prolixo , y estéril es algunas veces.
A este Éimoso orador siguió Flechier , Obis-
po después de Nimes , cuya elegancia, hármo*
nia , colorido , y corrección de estilo , en que ha
3¿do inimitable, pueden borrar el defedo xie sus
antítesis y continua .shnetria de los contrastes.
Algunos han dicho que Flechier poseía mucho
maset arte y mecanismo que no el talentp de la
eloqüencia» Jamás se enagena, pues no tiene nin-
guno de aquellos arrebatos que anuncian que el
orador se olvida de sí , y toma parte, en lo que
DISCURSO PREUMIHAU» IXXÍS
refiere. No se lee vez alguaique no parezca que
le vemos como cpordina, metódicamente una.
fr^se y redondea sus. sonidos ; de allí como pa-^^
sa á otr^a , aplícale el compás; y de aqueja L
otra tercera, Pe modo que nos dexa percibir
biea todo el sosiego de su imaginación ; siendo
a$Ique las grandes piezas de eloqüei^cia debea
compararse i ksi grandes es^tws de hrooce^^que,
se funden de una sok hornada^ Ya qi}e hemos
referido los deíedw que unos le critican , oyga^
X90S la justicia que otros h^ce0 á sus bellezas. Su
estilo si no es impeQüiosQ ni ardiieate , es á lo me*
nos siempre elegante. Un doS^Stú de nervio y le
sobran corrección y gracia. Si le faltan aquellas
expresiones originales » que á las veces una sola
representa una masa de ideas ^ gasta ^ aquél culo*
rído siempre igual que da^ realce á las cosas pe-
qoeñas y no eságera las grandes. Casi nunca
asombra á la imaginación del k&or ; pero la Ua^
ma , y la pava; Al^na vez mendiga socorro á la
pc^a y feto soa mas las imágenes que los entU'4
siasmos lo que toma. Sus pensamiencos rara vez
tienen elevíaciQa,f>ero son siempre adequados ^
y alamos: tienen.aquella delicadeza que despier^^
taal espirltu » y lo e^i^cica sin &tigarlo. Además^
ptreee qu^ tenia un proíuxuio conocimiento de
los hombres ) 4 los quaks pinta como poeta , y
jwtgíi.como fiioscrfo. En fin tiene ejL mérito de
dos geiier&s de harmonía : k del enlace melodía*'
so dé las palabras para alhagar el oído ^ y la de la
analogía de los números del jperíodo con el ca-
rader de lis ideks , para pintar el discuiso.
Vino La Rué , que conocía' mas la naturaleza
que el arte de lá éloqíieñcia , y sus asuntos lo:
¿ciérónmuchás^véceS patético y vehemente,:
en medio de cierto desaliño y dprigualdad , ba*.»
Xando del tono noble al familiar. Asi pues en su
estilo descuidado será mas bien citado como onu r
dor que como escritor. Bosuet, podemos dédr,'
que crió una lengua para sí, y Flechier hermo»'
seo la que se hablaba antes de él* Luego vinieron:
los célebres Bourdalues y Masillones; que si na
pudieron igualar á sus predecesores en la orate-,
ria fdncbre, porque aquellos ya habían, apurado r
todos los primores en un género que ellos ha- ^
bian, por decirlo asi, criado , les aventajaron en >
los panegíricos morales y en los sermones qua*
resmales. Véase í con qué método exáétítud y
fiíerza de raciocinio persuade el primero: y con
quanta dulzura y moción enternece é inflama el
segundo ? Ningún orador ha tenido la Francia
mas ceñido , mas convincente , ni ma$ xipido
que Bourdalue. Sin gran copia de palabras de-
«envuelve y esclarece ¿ cada una de sus ideas , y
á cada una de sus pruebas con otras ideas y prue«
bas nuevas > todas luminosas las unas xnas-que las*
otras; Kó.iiabla sino para^hacer. discurrir: está
muy lleno y: muy rico; deicsp^cies para éntrete**
ncrse en darles muchas vueltas. Al mismd tiem-
po qiiesipopularv, es ekraadctvy^ famas k f^ofun-
dldid: 'de.:ai¡^ racibcinio^ daña Alz clañdid del
estilo. Sti>cekbtadá solide:^ cia.e6[la.de:iin íVio y
pes2ulo^ccmtfovisrsist^;<ostiuoj^ wlíi^z; cloquéate
y aoimadai Se. había .crUfd^.Qfite oradotti^on.Xa
Jeélura délos Santos.£adjses:)<$>cro.$e cÍtopce.pOf
el modo con; que usa de^eihkycpeLlós babú kir
do mas i por deber y poB^^p^octnquc por aaícesi^
dad, I QpA.dixemos. dcjfiqátóif ét .Mtsilíotfi cayQ
Bom^só. iujpftSjt^ é ^£^j4eilaiiK}isai%jeloq\í^)K
cia3 Níwlíe,ha;.cnternc.ci4P)jpeh^^ 9^^M i^S^^:
razones di? ^5 oyentes: puí;^ prefiriendo Ip? afec-
tos i los .arglie[^p»tqs.>4fiífieñp|!ga;al al/iw con un:j
mocio©' yiva.yhsíilu4abj? q»ft l^ace an^a^i Ja vir-
tud. j<^.:pttética;.sybtii)iídíB^ fc ¡qué- conoci-
miento del f oraron. IviimfWp i {qué .derretimien-
to tan tierno de una ^aln^afpspietrada, ,<?? dulces
sentimientf^ \\ qiié to^pc^ verdad ,^ sabidu-
ría , y d^ c^ri^d ! {qué .imanación tan viva y
cyerda al mlsm^ tiempo, Ipipr todas partes bro-
tan pensaiQÍent;o$^ ^^iQüo% y delicados ; ideas mag«
ni6ca&;-C¥presioties; clega^tesiy escogidas , subli-
mes y ¿armoinosas > imágenes brillantes y natu-j
rales , colorido y iyo ; y . verdadero ; estilp claro ^
^rso ) y numeroso. Masillon sabía aun mismo
F
IxXXij DlSCimSO IKILIMINAK*
tiempo pensar , pintar V y ;?entin Eslíe célebre ora-
dor filé el ulriróo hombre eioqüentp del íeyna-
do de Luis XIV. ::.!• • r . : . i.
DE tA ORidTORll^ RÉí INGLATJUtlt'M
¿AcAsa entre lósüogleses la.ek>qikncia ama-
neció mas. temprano f á^dqxriri6 'mayor perfec*
don ^n los siglos décimo isexto y decbao septi-'
muí Düvid Himv^, hablando del rey nado de Ja*
cobO'i^ dice: que sin .embargo que aquel siglo ,
no careda de gráfidos escritores , prevalecía eti
gfej^éral un pésima gqsto; que era aquel elrey-
tiado de la erúdicioii'Pque en casi tod»» las o^
bras jio se veían mít^^qüe oropel , aqtitésis^ ideas
poco- naturales ^ Íó(3udóiies forjadas' , ^ínetáíbras
afeitadas , y vanossadocposjy que íístd- carafter
frivolo rio solo inficionó éH^pafteá4&s ptííneros
éscritorfes ingleses^; éáto e¿ , á los ^ué Hdrecieron
én tiempo de lísábéí y Jacóbo , má$ también al-
canzó á los que. escribieron muohó tiempo des-
pués. Estos atavíos üfel saber, pi^osigue, quando
este comenzó á revivir en Inglaterra , eran tan
poco naturales, como los que entre los griegos
y romanos vistieron este mismo saber en su de-
cadencia: y lo que merece el nombre de desgra-
cia^ es que los autores ingleses fueron de un so-
bresaliente ingenio antes de haber llegado al me-
nor grado del buen gusto: de donde proviene
que sus expresiones y sentimientos forzados han
DISCURSO PRELIMINAR» IxXXÜf
quedado 4:omo consagrados con su exempló. £ii
sus escritos se ven las mas extravagantes ideas
acompañadas de un vigor de alma , que hace mas
admirable la imaginación que las produxo , y
mas vituperable la £dta de juicio que las hizo
adoptar.
La prosa inglesa, prosigue Hume, en el reyna*
do de Jacobo Primero , respetaba muy poco las
reglas de la gramática, y no se conocía ninguna
elegancia ni harmonía en el período^ Henchida
de sentencias y citas latinas , imitaba^ las inver^
siones de la lengua romana , las quales aunque
llenas de fuerza y de gracia en las lenguas anti*
guas,són enteramente contrarias al genio del
idioma ingles. Waltero Raleig , que publicó su
Historia del Mundo en 1614, es el mejor. mode-^
lo del estilo antiguo, que algunos autores haq
zkStido resuscitar én estos últimos tiempos. Sin
embargo como la primera parte tío mereció del
público la acogida que se esperaba; el autor echó
la segunda al fiíego. La obra podf4 ser tan doéla
como se quiera , pero es confusa. Hay det mis-
mo autor una relación de su prtmer viage i la
América , en que se leen cosas curiosas. La his-
toria de la Rey na Isabel por Camden, que publi*
c6 en el año de l6í 7 , es tánjbren mirada cómo
una buena obra por ío tocaimt al estilo y i la
materia. £stá escrita coil una seiicillez de éJtpre-
F 2
IXXXiv OfiSCTJRSO PILELIMINAR,
sion , rara -ett aquel siglo : calidad que la ha he-
cho colocar en el námíero.de las mejores pro-
ducciones hktoricas de la Inglaterra í aunque sa-,
hemos que los ingleses no han sida eminente,
en este género de -literatura, si seexceptúa la his-
toria de Henrique vii por el Chanciller Bacon
de Verulamio que murió en 1626. Esta obra es
mas apreciable como panegírico que como his-
toria ; pues iio sostiene siempre la sencillez de
este género de estilo. Bacon , inficionado un po-
co del mal exemplo de su tiempo , no supo li-i
brarsede lás,.cxpresione5i relumbrantes é; hincha-
das. Yo creo que en sus escritos filosofico-m9ríi-.
les se manifiesta mas la manera de escribir de Ba.
con. Allí .SU& expresiones son c^ sicn^pre. inge-
niosas ,'6us imágenes grandes y nobles, sus com-
paraciones adequadas , y sus reflexiones profiín-t
das* Cada upade las ciencias , asi como la ame-
nidad ;de las. letras humanas , estaban entonces
todayia en, su infancia. Los estudios escolásticos
y el espíritu de controversia hablan retardado
el progreso. 4e todos los conocimientos verda-
deros. . ' .
LaS artes y las ciencias, llevadas de Ijalia á k
Gran Bretaña al mismo tiempo que á Francia , hi-
cieron en ella á los principios ^e¿J:p$ maravillo-^
sos ; pero el reynado de Carlos 11 , que ajgunos
pintan cpmo el siglo dorado de la Inglaterra,.
DISCURSO PRELIMINAI.. IXXXV
Jmpidió los adelantamientos de la literatura, y la
extremada licencia que se toleró , y aun se aplau-
dió en la Cprte, filé mas per|udicial alas bellas
artes que la xerigonza afeitada , la extravagancia,
y el entusiasmo de la edad precedente. La ma-
yor parte de los escritores de aquel rcynado de-
ben ser mirados como monumentos del ingenio
corrompido por la indecencia y el mal gusto.
De todos los autores memorables de aquel tiem-
po, el caballero Guillermo Temple es casi el
único que supo libertarse de la inundación del
vicio y de la licencia , en que la nación fué co-
mo abismada; bien- que su estilo es estremada-
mente desaliñado^ y mezclado con locuciones ex-
trañas , más no desagradable ni frió. Aun en el
reynado de Jacobo ii las producciones literarias
carecían de aquella delicadeza y corrección , que
se hacen admirar tanto en los antiguos , y en los
franceses sus juiciosos imitadores. Sin embar-
go , de este tiempo son todos los sermones de Ti-
Uotson que murió en 1 697, los qulles se pue-
den mirar como modelos de una noble sencillez
que la mayor parte de los predicadores han se-
guido en Inglaterra , donde la eloqüencia del pul-
'pito ha tenido siempre poco calor grandeza y
vehemencia. Estos sermones son mas recomen-
dables por la pureza y elegancia del estilo , que
por las partes principales de la oratoria. Tienen
IXXXVJ DISCURSO PRELIMINAH.
mas hermosura que robustez , y mas razón que
moción.
J>£ ZA ELOt^ENCJA EJ^ PORTUGAL*
Entre los Portugueses el idioma vulgar reci-
bió , acaso antes que en otra nación , gravedad y
harmonía :á lo menos la gala y esplendor de la
locución de la mayor parte de su^ escritores > si
no se hubiese afeado con la exageración é hin-
chazón, de donde vinoá contraer un carader
asiático el estilo nacional , hubiera sido inimita-
ble en las demás lenguas vivas. A los defeAos
propios de la pomposa expresión del pays se
añadieron los generales de la edad del mal gusto
y corrupción , que fueron comunes á todas las
naciones europeas , pues se derramó y corrió por
todas ellas , inficionando primero á unas y luego
á otras.
Sin embargQ cuentan los portugueses , y con
razón celebran entre sus excelentes escritores
prosaycos , á Juan de Barros que nació en 1496»
quien en sus afamadas Decadas de Asia , publi-
cadas en 1552 1 mostró la maestría de su pluma
en algunos pasages dignos de Salustio , y en otros
que no disonarían en Tito Livio. Su continua-
dor Diego de Couto , que nació en Lisboa en
1 542, y murió en 161 6, no desmerece por su
buen estilo ser colocado al lado de su antecesor
y modelo. El Cisterciense Bernardo de Brito,
DISCURSO PMSUMINAX. IxXXVíj
nacido en Almeyda en 1^69 » en su Mtmarquia
Lusitana , qioe salió i liiz^ea 1609 , hizo fó ma«
yor ostentación de sukñgüaiqual conveaáa al
ostentoso título de la obra< más las ijaerzas le
faltaron en muchos pjatages para sostener largo
tiempo papel tan estirado. Son apreciablés los
Elogios de los Reyes de Portugal que publicó en
1603 > Y ^ Primera Parte de la Crónica del Cis^
tereque dio á luz aquel mismo añoVófirece lu-
gares escritos con bastante elegancia. La ptosa ^
de Manuel de Faría y Sousa no careció de ner-
vio , vigor, y gala , particularmente en sus Dis^
eur sos morales yt foltticos que publicó en 162 5,
En su Asia , Europa ^ África ^y América Por*
tuguesas ^áoná& no faltan cosas buenas en or-
den al esdlo , es mas lo que fatiga que lo que de^
leyta : la grandeza colosal del título debía eclip«
sar y anonadar al mismo autor. La Historia de
Santo Domingo de la Provincia de Portugal ^
que escribió Fr. Luis de Souza , célebre predi-
cador , publicada en 1619 , se puede leer por la
pureza y gallardía de su expresión. Fr. Juáñ de
Aranha , en su oración fónebre á las exequias
de Felipe Segundo , manifestó señales de un buen
gusto y gran valentía en la elocución.
En el siglo xvii , quando estaba por lo ge-
neral estragado el estilo y el buen seso entre los
autores y predicadores , apareció Jacinttí Freyre
fxxxvüj Diícraisa ^preuminax.
de Andráde , que si'v^ le perdopa el entusiasmo
hipertí61ico,sost\xbo^ mucha fuerza y dignidad
de eloqaenciá eji laiKirii¿ del Virrey Donjuán de
C¿istro, que publicó en 165 1* La oratoria sagra*
da_ padeció en aquel tiempo en Porti^l la mis-
ma desgracia que eh £spaña é Italia : pues ape-^
Das se' pueden señalar dos predicadores que se li'
brasen de los Vicíofs comunes entbñceslá, la elo-
quencia d^l pulpito. Vino últimamente el famo^
só P; Antonio Vieyra , que con su singular inge-
nio y jgallarda facundia ,.desarraygó muchos de
los antiguos resabios ó desvarios. Y aunque na
se le puede disputar el tituló de varón eloqüen-
te , su abundancia y brillantez en el decir , y su
valentía y sutileza en el discurrir , son mas para
ser admiradas que imitadas* Su agudísimo inge-
nio y fecundísima imaginación , alimentada coií
especulaciones escolásticas , no le dexaron cono**-
cer sienapre los: límites del gusto y la precisión
de] estilo , ni las armas sencillas y ligeras con que
se debe arrear la eloqüencia de los afedolJ.
En Alemania no floreció la eloqüencia hasta
después de. la guerra llamada de los treinta años
( 1ÍI5.Q). Ya en el siglo anterior las de religión
hablan agitado los encendimientos : y desde en-
tonces fué necesario instruirse para combatir á
sus adversarios » mezclando el ^lo sagrado con
las grandes pasiones.
[
Biscvuso íheiiminab;* Ixxxix ^
La pintura que acabamos dé formar de los
progresos que hizo la eloqfienda en las demis
naciones cultas de Europa , podrá desengañar 4
los estrangeros y fcónsolar 4 los mismos españo-
les: pues han visto que quando la Italia en él si-
gio décimo sexto empezó 4 cultivar sujertgua
con las composiciones prosaycas de sus mas acrer /
ditados oradores , los españoles contaban mayor
res adelantamientos en este género: que quando
los Franceses eran todavia toscos y desaliñados r
' sin haber alcanzado el gusto y arte del Web de-
cir ; la eloqüenda española empezaba 4 declinar
ya y corromperse : qi» quando la Inglaterra ape•^
ñas podia contar dos ó tres escritores elegantes ,
la España habia mas de un siglo que gozaba de
la mas alta . reputación por el número y mérito
de sus eloqüentes autores : que Portugal la imi-
tó como buena vecina , mas en sus vicios qu^ en
sus virtudes del arte del bien decir; y que la
Alemania , quando la España ivi^ perdiendo el
buen estilo y lenguage,aun no habia cultivado
su lengpa vulgar ni dado 4 lu? una producción
que mereciese ser leida por su elegante expte:-
sien. Tal ha sido la suerte de esta parte de hH*
teratura en Europa hasta el fin del siglo xvii.
^^ DISCURSQ P&ELIMINAX.
J>EL NATURAL ISOSNIO J>M LOS RSPAÑCLES.
1
-/TÍ pesar de estas ventajas , i la verdad muy li;
sonjeras para nosotros , hemos de confesar con
lástima y dolor que una nadon tan privilegiada
de la naturaleza en agudísimo ingenio y íelicisi-
ma imaginación, desperdició casi un siglo entero
para desapropiarse de los frutos de su natural co«
sechá , y engalanarse con flores artificiales : tan*
to tiempo tuvo que trabaxar para llegar á des*
componerse la cabeza de puro medicinarla » sien»
do ella de su complexión , sana , robusta, y bien
organizada.
Un eminente talento nativo ha sido siempre
el patrimonio de los españoles , y la ignorancia
fué en algún tiempo su caudal adquirido : este
caudal es el que ganó con los malos estudios ,
quando el falso saber usurpó el oficio ala verda-
dera ciencia. Entonces valiera mas no saber na-
da , y bandearse con su razón ¿ secas : el que na-
da escribe , ni se deshonra á sí , ni daña í su pa-
tria. Pero hubo un tiempo en que los escritores
consiguieron á fuerza de falsas reglas y sistemas
de gusto calzarte el entendimiento al rebés. Una
nación no pierde la opinión de su ingenio por
tener algunos necios y desatinados escritores ;
porque todas tendrían harto de que correrse si
DISCURSO PUBLIMINAR. XCJ
presentasen el catálogo de los que prostituyeron
la prensa ; mas sí perderíalo^quando careciese de
sobresalientes ingenios que contrapesasen i los
otros y fortuna de que puede España gloriarse ; ó
si no estubiese dotada de disposiciones naturales
para igualar y aun sobrepujar á las mas aventa-
jadas y bien aprovechadas.: otra fortuna que tam-
poco tiene que envidiar á ningún pays.
Si bien reflexionamos sobre esta disposición
6 aptitud natural i quién podrá negar esta exce-
lencia y ventaja á la nación española ? Quál es la
que posee tanta riqueza de caudal nativo para
serla mas eloqüente , aun sin poner en esta cuen-
ta el auxilio de su copioso , vario , y magestuoso
idioma ? Quando todos nuestros libros no minis-
tren armas para sostener esta arrogante proposi-
ción , porque tomaron la pluma para, ser enseña-
dores muchos pedantes que hablan sido mal en*
señados ; bastarían las copiosas colecciones que se
pueden formar de las cosas grandes , sublimes »
y graciosas q^e nuestro pueblo , nuestro obscu-
ro y festivo vWgo , derrama y ha derramado en
todos tiempos , fcon la desgracia de que ni h es-
critura ni la tradición las hayan conservado i bas-
tarían., vuelvo á decir , quizá para tapar la boca
á los vivos y i los muertos de las demás nacio-
nes antiguas y modernas , que tanto han encare-
cido sus nobles sentencias y agudos dichos^
xeij ^ BISCÜRSO PRELIMINAR,
Defiendan los modernos apologistas nuestros
libros , nuestros poetas , nuestros oradores ; pre-
fiéranlos á los estrangeros si quieren : loable -em-
peño , y mas loable si nuestra causa no se em-
peora , como acontece muy amenudo en mu-
chas causas , por la poca habilidad de los defenr
sores. A todos cedo en luces y en instrucción
para abrazar tan ardua , honrosa y delicada em-
presa; mas á ninguno en amor de mi patria, que
no debe ser amor niño ni ciego. Creólo asi, por-
que he advertido diferentes maneras de maniíes
tar este amor : unos lo muestran aborreciendo á
los estraños ; esto es barbarie: otros pintándonos
superiores á todos ; esto es sobervia : otros retra-
tándonos pcrfedos y primeros en todo ; esto es
vanidad. Si me dicen que con estás armas nos
-acometen los estrangeros ; diré yo que estos son
unos imprudentes , unos presuntuosos , y irnos
embusteros : y sería defender muy mal nuestra
causa imitando á nuestros contrarios en la ligere-
za de su juicio y en la debilidad de sus razones.
Confesar nuestros defeftos ^ es graduarnos de jü^
tos; callar nuestras imperfecciones , de pruden-
tes; celebrar lo mucho bueno que tenemos, de
imparciales ; escoger lo sobresaliente , que no es
poco , de sabios ; y predicando que nos mejore-
mos , que adelantemos en la carreríi , que no nos
paremos en medip de ella creyendo haber llega'-
DISCURSO P&SLIMlNAKrí SCttj
do i SU término , calificaremos un sselo más pu-
ro , un amor en obras nó en, palabras , un verda-
dero ánior de la patria , y no nuestra amor pro-
pio. Deseoso yo d^ dar nueyas arinas á xmestrós;
apologistas en el ramo de la eloqüencia , he tra-^
baxado la presente obra á trueque de ser Uama-^
do colc&úry compilador^ ó r^copilaJor^ porque h©
preferido la ireputacion de mi payi ár h mia pro-
pía y que podrían grangearmela otras tareas^ qui-
zá con esperanza de medras reales en mis intere-
ses. Creo , pues , con^ este sacrificio tan volunta*
rio , tan sincero , tan desinteresado , y tan humily
de que me pondrá mas abaxo de k>s tradu¿i:oreS(
(sies.que en; el servicio de la patria, hay algún
oficio b^xo) ; haber ganado sobre los patriotas
palabreros y corrilkros el privilegio da arrojar el
trage de la adulación , y decirles desnuda y cor-t
díalnxente ságunas verdades y desengaños , que
los hagan mas cuerdos y mas disciplinados para,
hacer rostro firme lias necias sátiras que se han.
derramado fiíera del Reyno.
I>ex;o pues el cargo , como he dicho arriba ,
de defender á nuestra literatura á pluihas maS)
graves, y jnas bien cortadas que la mía. La parte»
de la eloqüencia escrita creo haberla defendido,
no con vilipendióos inveátívas sino con docu-»
mentos y razones ; y espero que fuera y dentro '
de España me dar;in la razón sin haber de torcer i
XCÍV DISCU1.SO PRELIMINAR.»
ni vioientar la justicia. Faltaba una obra no mé«
nos eseadaly para completar el plan de mi em-
presa , si los estrangeros no quedasen satisfechos
ni desengañados ; y era la colección de nuestra
eloqüenda popular y de la eloqüencia no escrita
de la facundia nativa de los españoles ; digamos*
lo mejor , de la eloqüencia de los españoles en el
estado natural. Está obra me paretre que seria
mas lisongera , porque complacerla el amor pro*
pió de todos » pues en ella cada uno tomara su
parte > y creyera Verse allí retratado. Esto fuefa
defender la nación ; lo demás es defender sus li-
bros , que no es Jo mismo. Si el libro es bueno;
toda la gloria: es del autor ; y si es malo , el des*
crédito comprehende á dodos y legos : como lo
experimentamos hoy , según parece que los es*
trangeros quieren juz^r de nuestras luces y d«
nuestro ingenio por algunas de nuestras comu-
nisimas y mal forjadas obras ; y tal vez es la cau-
sa de esto el necio pundonor de nuestros apo-
logistas , que nunca han querido distinguir por
clases y grados el mérito de nuestros autores, y
excluir de este número 4 muchos que no mere-
cen ni el nombre. Cierto es , que si considera-
mos la gloria que de algunos de estos ha resulta-
do á la nación, valiera mas que aun no se hubie-
se descubierto el arte de la imprenta. Más ¿ por-
qué hexüos de confundir las miserables y desar-
DISCUUSO PREI.IMIKAR¿ XCV.
riadas producciones de! algunos pobres csci>>
tores adocenados , con el general concepto y re-f
nombre de una nación entera, que parece criar
da para lo grande y sublime en los hechos y en
]0S dichos í A la verdad ¡ qué rara fecundidad ea
sü nativa invención 1 qué imaginación tan vasta^
tan ardiente , tan feliz ! ¡ qué vehemencia en el
sentir ! { qué proi^tud y calor en el concebir I
j qué acuidad 9 gallardix, brio, y donayre en el
producir lo qiie siente y concibe! Los hijos de
un pays tan afortunado , donde hablan recibido
tan excelente complexión , temperamento, y vx*
ganizacion ; no podian , cotíf^sém6slo > desqua^
dernarse la mollera sino atdrmentabdola con ma<*
los estudios ; ni podian haber logrado desacpedi;
társc sino con mdbs libros; Y pregunto ahdr^:
¿éstos malos libros podian éngeüdrar sino malos
escritores ^y estos escritores , ¿qué podian sem*
brar y propagar sino mal gusto? Qpando él inge-
nuo y la imaginación, que es herencia común de
una región feliz , se estragan cotí él arte , que es
decir, se rebelan contra la razón ; ¿sta fuera Mé^
jor buscarla en la choza y en la aldea, donde tu-
vo su primer morada. AlH se conserva siempre'
rustica , pero siempre limpia y pura en su pri-
mitiva lumbre.
Recurriendo yo ahora á estsr escuela pacífica
de la naturaleza , para confirmar la verdad de mis
xci^ Ddsctmsa preumihaii
propoi^ncs^sin ajf>cjar á laaotoulcbd dcdbc-»
tes varones; podría formar un grillo vdlumea
/ der dichos y expresiones sublimes , produfcidas
congracia,sal,y fineza, no por las plumas dfe
poetas , oradores , filósofos , ni ¿istoriadoreís , slr
nO' por las malacepilladaslenguds de pasta(^$>
gañanes , arrieros i y .o^irps hOmbr^.de esta laya ,
<^ue-acostumbramos llamar geiate zafia y soéZ; Si
quando yo hallaba mis delicias y ifii pjropia^cQH*
fusión en oirlos-, hubiese tenido k curiosidad de
anotarle»; poseeriá abfrra una rica colección ^nas
apieciable ({ue;loaiapo.tegmas de los víanos so6s*»
tas., en la. qúal se reconocerían el genio , luces , y
discreción derla nación me/orque en la mayor
parte de sus libros Yo he perdido, la memoria
de-rtaiWQ ww^íQ y yariedad de graciosas pcuí-v
rericias, vivfciBva^. pinturas.,. y rqpsntinas j:om-.
pardcipnes,.nOi imitables, ni imitadas ; pprqua
quando el inge wo^ jaculto se despierta entre 1^
génie de este Jaez, ij^i el que hablA'prenjiedita lo.
que ya ádecir , ni al que pye da mas lugar, que.
el preciso, para reir h admirar lo que se ha dicho;
¿Gomo podría yq conservar en k mente. lo que
oía todos los dias,á toda hora, 4 cada -mon^en-
to en el largo, espacio de ocho años que residí ea
la Mancha, en la Estremadura,en las Andalu-
cías, y.MurCia^ que son las o^cipasi que la natu-
laleza parece priyilegió para* l^bjar el ingenio y
üanébf üfflrionar^ási á>mo:háy, en caáítreyno
casas desitiííudas para acuñar .toxHieda , que, diisí:
pues corre y circula por todas las prOvinciis.
Aquí solo trato déla proatíi yencendidji íjqiji^
ginacion i y de la gala y iííu:ind^d de las expEcar
deras ; porque si hablaaeitioS; dgl juicio j,del en-
tendimiento , de la aptitud para, las cieiKias, <^|
valor , de- k generosidad, de la. fortaleza y y ofim
virtudes civiler .caraaerístieas de k nación ^ qp
podríamos hacer. distinción alguna de- i^^^t.tá
de tíempO:, {Jorque estas ion y han sido, ^iesmfpite
comunes.y como indígenas. en esxa península^ ^
La pérdida de esta^ coiecciori no la puedo re* v
parar buscándola en las'brbliocécas ^en 1^ tró^d^-r
inias , en ks^tmiversidades^ni en las auks.de jdhie^
torica ; sino en los cortijos; en iai réntas^^i^ixhi
cabrerizas^ en los mesones ^ entre los segadoí^s í
en los guíateles , en ks^playas', volviendo á oír
los mismos dichos ú otros semejantes*,^ jorqué
alli todos se aparecen más no se imitan ; y- ^i^e
imitan rio sé'ííopian. Bñ tales escuelas es nece^
torio recogerlos : allí es donde se oyen ' cojas- y
pensamientos ofiginales, que no están esi los í>
bros , lii sd aprendieron por los. libros: so^ ^r-
tos, tan pronto arrojados como engendrados, de
los cerebros sanos, delicados, y calientes dé nues-
tras provii^as meridionales. Si Cervantes, no
hubiera respirado los ayres australes y bebido las
sn^ uscmso n^BtnoNAi..
s^uas dd Beds , bien podría haber concebido su
Don Qoixoce , inventado su preciosa fábula , y
adomadola con buenos raciocinios; pero la sal ,
la gracia » 7 el diisie con que sazona sus cuentos^
y abre las ganas de onner i los ledores , ó no se
hallarían, 6 se halliran derramados con avarienta
mano* Las flores con que matiza. su agradable
diálogo, no las cogió en ningún fl<KÍlegio ; le na^
dan entre las manos en los huertos de la Maca-^
irena y de Triana , y en sus peregrinaciones sol-
dadescas. Los genios observadores de todo sacan
provecho , y ¿ veces aprenden ¿ conocer mas
los hombres en los vkges , y en los azires de los
camino^ , que en la le£tura de los libros , que soíl
observaciones de agenas experiencias. ¿Donde be*
bió Qpevedo la agudeza y gracejo de sus dichos
y pinturas , sino en la escuela abierta del pueblo
donde su lucido ingenio tanto se éxexcitó y ade-
lantó para admiración de la Europa ? £n la xnisr
ma escuela han estudiado primero los escritores
dramáticos 9 los £ib\ilistas , y los novelistas. Aun
los. proverbios 9 que son los axiomas de la moral
experimental , en que está bosquejado el carader
y el juicio de una nación tubíeron su origen en
esta natural oficina popular.
£1 sugeto que intentase dedicarse i formar
esta colección de dichos y exemplos vivos , de-
bía estar dotado de exquisito gusto y uSto fino
DISCURSO FHHLIMINAIC^ Xcht
para recogerlos , y de gran discreción para disr
tinguiíios y clasificarlos. Debia. emplear algunos
;mos en esta curiosa tarea, porque no todo lo oi-
ria en una semana, ni en un mes, ni en un año ;
debia introducirse en el trato de familias diverr
sas , porque no todo lo encontraría en una sola
casa : debia concurrir en juntas de regocijos y de
juegos, y ptesendar pendencias , pues en aque-
llas ocasiones abundan los sügetos mas agudos ,
y en el bullicio de las pasiones fermentan y sal-
tan las centellas del ingenio : debia recorrer va-
rios pueblos , porque en esta variedad haria una
mas copiosa, pronta, y amena cosecha : habia
de platicar con el ciudadano y con el rustico ,
con el pacífico y con el valentón , con el necer
sitado , y con el hacendado.
Vuelvo á decir que de la gente que acá no
saben leer ni escribir , que es decir , de los que
nunca hablan de pensado , se podrían hacer to-
mos mas instAiftivos que de nuestros rhetori-
COS. Yo no sé como pensaba ni hablaba el vul-
go romano , el vulgo griego ; más si es cierto que
eran esclavos los que labraban la tierra y exer^
cian las artes , pocas ocasiones , motivos , ni áni-
mo tendrían para osar lucir la agudeza de su in-
genio- La ciencia de una 'nación se podrá hallar
en los escritores , en los profesores , en los ^uc
la gobierow y rigen ^ pero el cara<^er original de
€ DISCÜUSO PUELIMWAi.
y^su talento se ha de buscar en el pueblo , porque
solo en él la razón y las costumbres sóil Constan-
tes , uniformes , y comunes. Para medir las luces,
claridad , 7 don de decir entre dos naciones, no
es buen tecurSo comparar un matemático de
Londres ni un predicador de Paris,con otro
matemático ó predicador de Madrid. Estas vea-
tajas y desventajas tienen sus tiempos , como las
de las armas que tienen sus dias : dependen de
causas accidentales y pasageras : sufren las mis-
mas revolueiones que los gobiernos , las leyes, y
el gusto de los principes : quiere esto decir, que
las ciencias y las letras son patrimonio á que to-
das las naciones tienen iguial derecho y disposi-
ción para repartírselo sin exclusión de ninguna
de ellas. La historia nos enseña que por todas
ellas ha pasado el saber y la barbarie alternativa-
mente ; á muchas volvió el sabbr , y luego desa-
pareció sin dexar rastro; y en otras dexando ma-
las reliquias^ que es peor , como después de una
extraordinaria avenida de un arroyo, queda el
álveo en ciertos remansos y recodos cargado de
basura, hediondo limo, y putrefacción de saban-
dijas , que el torrente de las aguas arrastró, y de-
xó amontonadas en seco para infícion del ayre.
Véase < qué son hoy las letras en la India , cuna
de la sabiduría ?Qué son hoy en Egypto, madrd
antes de las ciencias ? i Qjié son hoy en Grecia ,
DISCURSO PUELIMINAlt* ¡^
antes^ regalada mansión de las musas y de las gra^
cias?<'Qué eran en Inglaterra antes del Canciller
Bacon><Qué eran en Francia en tiempo de Luis
XII ? Las ciencias y las artes transmigran ; las
unas, buscan la libertad , y las otras buscan el di»
ñero. La música vemos que quiere huir de Ita^
lia para casarse con los alemanes.
Todos estos exercicios y los estudios puede
perderlos en un tiempo una nación , y recíobrar»
los en otro ; más si tiene numen siempre conser-
vará sus luces, que est^s no son prendas adquiri-
das : de la suerte que podrá perder sus dominios^
más nunca su valor. Compare^mos las plebes, y
juzgaremos las nacioqes por su talento y ;por sus
costumbres : estas son tan diferentes como sus
diversos climas. Los cortesanos y los literatos
de todos los payses sojn muy parecidos , porque
todos aprenden en un mismo libro ^ aunque en
diversx lengua. No sucede lo mismo con el pue-
blo. Compárese un hortelano de la huerta de
Murcia, con uno de U Valtelina , un arriero sa-
boyardo con otro; deJViso ,un calafate de Ham*
burgo con otro de ^¡Jalaga, un colono del Can*
ton de Lucerna. con: yn capataz de Xeréz,un
chalan de Leipsiqk; ^dn otro de Tri«na , un ven-
tero de Poloniar.cpnjOtro de Sierra-Morena; y
examínense lai luce? taii despabiladas , el tono
tan Ubre y ayre un desembarazado que se des-
Cij .DISCURSO PRELIMINAK.
prende de los ojos , lengua , y talante de estos
conciudadanos nuestros , que nosotros solemos
llamar barbaros , porque no queremos entender
que el pueblo en los demás payses de Europa e$
el verdaderamente bárbaro , pues vive abatido ;
que en muchas partes es casi estúpido ; en otras
es el animal mas parecido al hombre ; y" en algu-
nas no anda ni obra sino á palos como los bur-
ros.
Para que la pintura tan ventajosa que he hos*
quexado de la natural viveza , genio , y fentaSía
de los españoles no se quede en mera idea y ar*
íogáncia de conversación; no me desdeñaré dé
pasar ala posteridad algunos de los dichos céle-^
bres que he retenido poí fortuna de los müchosf
honestos y serios que oí -en otros tiempos en lo
que llamamos tierra baxa. Soló jio$ Ibreños , sa*
fedisima gente arrieril de un lugar del Reyno de
Jaén llamado Ibrós , pódrian proveernos unxixs^
agotable mina de agudas y finas ocurrencias, ori-
ginales pinturas ^y graciosas comparaciones > por
aquel ayre festivo é irojái¿d> propio suyo, -que
derraman Continuamente en las ventas y m?so'*
lies ; sin producir mas Tf uto su claro y sutil in-
genio que la estéril admiración 6 k risa de los
oyentes, que no acaban de celebrarlos, sin tomaf
de ahí pauta nunca párá imitarlos : porque es
gente tan inimitable en su trato como éií sus tra*
3>Z9CUll^O PUBUHIKAK. CU}
tos. Baste para muestra del carader de estos salar
dos decidores arrieros » lo que.oí en una posadji,
en ocasión que, el barbero , hombre' ya anciano. ,
acababa de remojar la barba á un Ibreño : el qual»
como viese que al oficial le temblaba mucho el
pulso al tiempo de irle á tirar el primer tajo , con
mucha cachaza y sonrisa volvió la cara » y le di*
xo : vaya amigo: qué lindas manos tiene Vm. pa^
ra robar sonajas. Escuso el comento 6 análisis de
esta enérgica » repentuia , y agudísima ocurren-
cia : porque yo no hablo aqui con Lapónes. No
hay ningún español que no la entienda en toda
su extensión y profundidad , que xio la ria al tth
tenderla, y que no se deleyte en reiría. Yo ase-
guro á los que creen que la gracia se aprende por
reglas y con exemplos , que este mal afeytado
pat¿a nq habla estudiado la Agudeza y Arte de
Ingenio de Gradan.
Un tio Machuca , anciano ordinario de Sevl«
Ha á la Corte » mas curtido de los soles y firios
que los mulos de su recua , por una gran urgen-
cia tenia que emprender su viage en día cabal*
mente de la fiesta del Corpus-Christi. Pregúnte-
le yo en la víspera < cómo era tanta impaciencia
en un hombre criado en el camino ? y respon-
dióme : reniego de mi oficio s vea Vm. qué di^ ma-
ñaña de.anreaf bestias ^ que por permisión de
Dios ni las moscas habian de volar. cQpé orador.
ñi ^uc poeta podk encarecer mas la ^antific*»
don del día augusto del Señor ? No dixa las agui*
ks nO hábian de volar : esto ya era vago y afec-
tado ; no las palomas : esto olía i lugar rhetorico
6 concepto predicable ; no los gCMrriones : esto
era ' común y pueril. Tampoco dixo los ríos de-
bían par^r su curso : esto era pedir milagros i la
Omnipotencia , y no desearle el obsequio de las
¿naturas sino el trastorno del orden establecido
en la creación. ¿Puesxjué dixo? estarse inmobiles
las moscas , que es decir , hasta el mas desprecia-
ble insedo ; el viviente que menos parte parece
que puede tener y tomar en la celebración de tal
fiesta ; aquel , en cuya acción de volar aparece
menos trabaxo y esfuerzo ; aquel enfin , cuyo
Vuelo es menos estrepitoso , cuyo movimiento
y ruido ; por su Ínfimo y casi invisible objeto ,
es menos cap^z de distraer á los hombres de la
reverencia y quieta contemplación de la festivi-
dad de tan alto misterio ; pues sí ^ aun aquel ani-
, malejo debe reposar en obsequio del Señor. En
la mosda compendió el tio Machuca todo el rey-
fio animal: tal es la imagen , que por ser como
la ultima y mas abreviada á nuestros ojos , supO'
ne ya en aquella obligación de. quietud á lo$
primeros y priiicipales volátil^. En k quietud
y descanso de la ínosca comprehendió este sen-
cillo ordinaiio , por un dicho mas ¿sencillo pero
Htüy extraordlnífrio j ¿ los mismos eiémento$proJ[
hibiendoles toda' : agitación : 7 en- la obiigaci<^
de c^sar todo inovimiento i parece abrazó i la»
naturaleza entera^ que debía estar , digámoslo,
asi, muda y baldada j menos ciega, para contcm*
piar sosegada 7 ñlenciosamente la solemnidad
áel Criador sacramentado. Toda esta extensión
corre la frase , quando en aquella quietud reve-
rencial se obligaba hasta el ultimo inscdo. Yo.
no sé si este pensamiento es oriental ú occidental,
ni si los Egypcios, Bracmanes, óXaconios lo hu-
bieran exprimido con mas concisión , energía,
grandeza , y sencillez. Puede ser que yo no lo
haya bien entendido ; más ¡.ay de aquel que.nQ>
entendiese la ñierza y sentido de este gallardo
dicho aunque parezca faiifarron l.que bien püe»
de dexarse de leer Horneros, Hesiodos, Platones,
y sus entusiásticos escoliadores , y exercitar las
fiíerzas de sus brazos en cabar la tierra , ó ma«
ehacar esparto , paraque reposen las de su virgeii
y apelmazado entendimiento*
Para ño. cortar aqui la recreación á mis lec-
tores , y á iní privarme del deleyte de la. admira-
ción ; referiré x>tti. respuesta , tal vez mas senci-
Hay mas nobie,. y seguramente mas enérgica y
que la precedente , de ptro tio vecino y natural
de Utrera; Aqui no citaré á Víilerios Máximos ,
Plutarcos, Louginps, ni TiíQs Livios , sino tio§
rey i>i&cirK.s0 prelikinak:.
legos, y sobrinos tan despabilados como sus tíos,
porque aquellos les traspasan entero e^te caudal:
que asi lo hablan recibido también de sus pasa-
dos; pues entre esta gente jaipás se apedrea, ni
disipa ni pierde lo que es don dé la liberal natu-
raleza, y no bien adquirido de industria excita-
da por la casualidad ,ia necesidad , ó la vanidad:
tres alhajas de que no puede disponer en la ho^
ra de morir el poseedor de ellas. Y sino ¿ véase;
por lo general que les dexan á sus hijos los sa-^
bios mas eminentes después de muertos , por
mas que los eduquen en seminarios , lycéos , ó
gymnasios ? la librería para que le enseñen á los
curiosos aficionados, y la fama del padre para
mayor vergüenza de ser ellos tan desemejantes á
quien los engendró. El sobredicho tio (llama-
do N. Madroñal) simple braaero , quexábase de
que en el repartimiento de tierras valdías que
por orden del Real Consejo se concedieron 4
los pobres jornaleros de aquella- villa , no se ha-
bla guardado equidad ni la debida imparciali-
dad , puesto que le hablan despojado de su suer-
te primera , dándole otra de mala calidad. Pre-
guntándole yo : pues qué i es tierra de mas gra-
no la primera? < Cómo mas gramil dixo isi Dios
se sienta allí d echar trigo. Vengan ahora los
Abriles , los Escalígeros , los Popes , los Pacie-
res y j los Ablancourts comiéndose los dedos
DISCURSO .PRELIMINAR. • CVt}
tras la miel de las abajas griegas , y debañandose
; los sesos para interpretar áísus divinos vates , i
medir esta figura y á esclarecer está imagen : que
i si en la lüada las hay de este tamaño y magestad,
seguramente el patán no habia bebido en aquel-
la fuente. A la verdad la fertilidad de un terreno
quizás nunca se ha expresado con tanta esterili-
! dad de palabras y tanta preñez de ideas. Sentarse^
I para una labor , indica la duración de ella : pues
I se toma la obra tan despacio y con tanta comodi-
I dad* Pero < quién se sienta aqui ? i es álguh mor"
! tal flaco y apocado , cuyos brazos se-le quebran-
; tan ala trredia hora dé menearlos? No- por cier-
I ta:un Dios no menos , impasible , incorrupti-
t We , que es inmenso en el poder é infinito en el
I hacer. Este es el que se pinta sentado como si pu-
I diera candarse en la duración de derramar bie-
nes sobre la tierra. ¡ Qué abundancia de grano ,'
y qí3é generosidad y complacencia en Dios no
; iepresérita esta postura , no para* holgar y des-
cuidar á los hombres , como la del Dios indolen-
te de Epíciiro ; sino de puro ocupado en la pro-
visión de su sustento que tomó con tanta gana !
Me {)áírece que veo abierto en el cielo un esco-
tillon'pof donde Dios llueve trigo , sentado co-
I mo sí eri aquella sola obra estubiese toda ocupa-
da su universal providencia. Véase ahora una
^gen de quietud ¿4 quántas pone en acción y
cmij MSCÜRSO PRELIMINAK.,
movimiento ? ^ y cómo me ha revuelto y levan*
tado la insaginacíon una idea que parece tan sen^
cilla y natural?
Cada uno de los mencionados patanes soltar
ba al cabo del del dia innumerables pmturas de
este rasgo y colorido ; sin contar las budescas,
jocosasy picantes , de pullas , sátiras , cantaletas,
ni las entreveradas de amores de la ejscuela salaz
de la picaresca , que la honestidad reprueba ci-
tarlas como exemplos de locución , aunque el
ingenio no puede olvidarlas como testimonios
del mimen español V pues todas son originales,
inimitables por otra qualquiera nación > y varia-
das en todos los géneros imaginables de decir
con agudeza las co&as mas torpes y vulgares.
¡ Qjié metáforas , qué . símiles , qué comparacio-
nes, qué alusiones , qué alegorías tan jaatyrales,
vivas y oportunas !
Para único exeiiiplo del. genio alegórico de
estos rústicos , no puedp pasar en silei^cio una
bella expresión que le ocurrió repentinamente á
un capataz de hacienda de la Villa de Morón la
primera vez que vio el ínar , parado én la venta
de Bella Vista , camino de Xerez al Puerto de
Santa Maria , desde cuya divertida eminencia se
registra la bahía de Cádiz , algunos pueblos ,ric8,
costas, playas, é inmensas llanuras del océano. AI
punto que vio los navios como pintados sobre
las úpií^i óiiLo i $u compañero : hola j hola I mi-
ten Á los labradores di Cádiz qué arados, echan
yof esos medios ! Miren , digo yo > Ixjs rÜetoricos,
y pregunten á QuintiHano ¿ quién'í aseñó á este
ganso y cuyas letras eran las rayas (k/las jtarijas .de
acebuche con que ajustaba las peoáadas ¿ sus
mozos ¿quién le enseñó, repita; áí^omponer
alegorías tan propias, tan naturales yjtan ade-
guadas? Este buen Hombre no hizodOxÉrar^operar
cion mental, que convertir en un instante^ el
agua en tierra; y como resultados necesarios y
naturales de aquella trasmutación intelefbual , los
navios se volvieron en el momento arados , la
superficie del maf campiña , y los icomerciantes
labradores. Hé aqui la análisis de la alegoría he-
cha , y la teoría del modo como se concebiría y
ordenarla en aquél cerebro. Veamos ahora si
nuestros Lopes y Calderones hicieron muchas
alegorías tan fáciles , naturales , y arregladias , en
medio de tantas violentas^ afedadas , y desatina-
das que nos han dexado.
No puedo pasar en silencio otra expresión ,
en un género irónico muy fino y singulat , que
arrojó en alfa voz otro rustico eri una fiesta de
Toros de Sevilla desde el tendido de la plaza
entre las oleadas de la chusma. Estaba en la pla-
za un toro frió y modorro , que ni partía ni es-
peraba 4 la gente de á caballo ni 4 la de á pie , m
-US *DISCU1LS0 riLKlIMJirAR.
ijueria varas , ni capas ,.iii v:aaderillas> no dando
otras señales de su táurica bravura que su biea
encornada testa , y el manoteo y bufidos con-
tra el suelOr En el aftc. en que un chulo, arma-
do de dos vañderillas,le.provocaba frente afren-
te con todos Jos ademanes y llamamientos del
oficÍQ , y -el animal absorto é inmobil lexontem-
^laba ; se oyó una voz descócaunal , pn uno de
aquellos instantfes de silencio general , que le de-
ida al torero : huye huye ; qw ese se comió, al ba-
quero a hcadoi. Este dicho no-es sublime , por-
que no pOdiaiserlo el pens^^miento ni el objeto :
pero < se puede expresar con mas gracia , natura-
lidad y finura la burla y mofa de un malísimo
toro ?. Leicoricedió una rp]ro|)iedad de otro ani-
mal , desnudándole de4i^ syya : lo desarinó de sus
hastas por. indiguo de tenerlas , pues no conocía
su uso , como si ignorara que tenia aquella de-
fensa ; convirtiólo eUi animal carnívoro , esto es,
dióleulia/ propiedad de que la agilidad del tore-
ro podia muy bien' librarse : enfin le hizo la bes-
tia menos temible y mas despreciable para seme-
jante espedaculo. En una palabra lo degradó, lo
desnaturalizó , y digáse mejor , lo destoró.
Todos los exemplos que hasta aquí he refe-
rido son un nueyo é irtefrfigable testimonio de
que el arte nació de la naturaleza : de que prime-
ro hubo hojQGLbres toscos y soaclUos que arroja*
BISCTTUSO PUSLIMINÁIL. exj
ronde sus agredes abocas bellas expresiones , las
quales después otros hombres urbanos y putídgs
definieron 7 clasificaron ^ dando á unas el! ' nom-
bre de metáfora , á otras el de comparación^^
4 otras el de enigma , á otras el de ironía , á otras
el de hipérbole &c: por manera que no hicieron
otra cosa que poner nombres 7 reglas á las cosas
que otros habían inventado. De los diversos mo^
dos de explicarse que usaron eala vida rustica
ios primeros hombres, nacieron después los^prcr
Ceptos, que fueron reducidos & orden sisa&mati'i
có para el oficio de los oradores. El talento de
hablar bien , entonces se volvió un arte particii'
fer; 7 la nec^idad de hablar con. arte , es decir ^
de hablar al pueblo largos razonamientos 9 cneó
un oficio público ¿n las Democracias.
AVISO AL LECTOR.
H
.£ procurado trasladar con lamas escnl(ni^
}<D8aipuntualidad todos los fragoientos de las vá^
das obras prósaycías que se, contienen/ en la pre^
ficntc colección, rSin embargo jen aquellos luga^
a^es en.que los fiutoreá gastan por pura ostenta»
•ckm muchas autoridades latiáas , he tenido la
Ijádencia de.jcercenarlas del cuerpo del texto ,4
fin- de que corra ín4Silim.pio y desembarazado el
dstilo yj sea:, puramente <ía$tQUaaa la lengua sin
shezcla. de otra estraña. Otras . tetes también^
quando los autores usan con iampderada j&er
Kjüencia de -parentesib impertideates y supcft
&UOS9 suprimo, algunos de los .^ue descomponen
la medida ^ip^enLuffi dcios imiembtós del períor
do, los quales se pueden mirar como remiendos
puestos sobre nuevo de diferente color y esto-
fa. Esta supresión no la señalo con los tres pun-
titos abaxo indicados ; porque no es una sec-
ción que corte periodo , oración , ni parte inte-
grante del cuerpo de la materia. Sería lástima
que por no haber limpiado la expresión de es-
'tos adornos postizos , no gozase el público de
ciertos discursos de algunos autores , que des-
embarazados de estos sobrepuestos lunares , que
eran de la moda de su tiempo, pueden ser mo-
delos acabados entre los modernos, asi por la
I
DISCURSO :^IIEUMINAE*: iícHf
precisión, grandeza , y hennosura de los pensa-^
mientos» como por el número , claridad j rzpU
dez de la dicción.
De ningún autor, por conocido y £imbso
que sea, he trasladado obra alguna ó tratado Jn^
edito : porque ha sido siempre mi proposito no
presentar muestras de ninguna producción prq¿
sayca , sin que traiga la autenticidad pública de
la imprenta , á fin de apartar toda duda^descon^
fttnza , 6 sospecha de superchería. Aunque los
escritos en metro no son propios déla idea de
esta obra ; en los primeros siglos del romance
castellano, por falta de escritores protoycos , he
tenido que Henar algunos intervalos con com-
posiciones en verso ; bien que mas se deben mi«
nv como prosa rimada que como poSs^ia. Asi,
pues , no los traslado como modelos ni del uno
ai del otro género ; sino como muestras del es^
tado y carader de la lengua en aquella edad de
su infancia.
Tampoco incluyo en esta colección pioa^a al^
guna de prosa castellana que no sea compbsi«
cien propia de su autor. Las traducciones siem-
pre son imitaciones 6 copias del estilo y pensa-
xmentos ágenos , cuyo mérito , si lo hay , es todo
del escritor original. Además en las diversas tra-
ducciones literales de latin y griego que tend-
ióos, antiguas y modernas , no es donde mas res-
K
iXW DISCÜUSO PS.ELIMINA&.
plandecen el nervio , gala , y energía de nuestra
lengua , si exceptuamos dos ó tres , en que el tra-
duftor se revistió algunas vezes del mismo es-
piritu del autor. Desengañémonos: nuestras len-
guas vulgares son muy estériles , encogidas , y
ásperas para hacer que Demostenes , Salustio , y
Cicerón hablen con su propia eloqüencia en
francés , en inglés , en alemán , en italiano , ó en
españoL Yo no creo que nadie pueda formar el
ventajoso concepto que merecen los insignes
oradores é historiadores de la antigüedad por
sus lánguidas , frías, y obscuras traducciones que
se enseñan en los idiomas modernos.
Acaso se echarán menos en esta coleccioíi
algunos de los autores que en el Prospero éstsh
ban anunciados entre los escogidos por sobresa-
lientes j y por el contrario se hallarán colocados
otros, de quienes no se habia alli hecho mención.
La segunda leótura y examen que hize de los
primeros , me ha advertido que el mérito es una
cosa , y la fama otra ; y que no me dexe arras-
trar otra vez con tanta facilidad de la voz co-
mún. Asi es que esta segunda ledura , mas refle-
xiva y mas juiciosa , me ha desimpresionado de la
pobre opinión que tenia yo del mérito de algu-
nos escritores : hasta que he visto y tocado que ,
en medio de sus producciones estragadas por el
mal gusto p se encuentran muy dignos pedazos.
J>X$CüXSO PUELIMINAH. CXV^
que merecían ser puestos en mejor lugar , libran-
dolos de tan mala compañía. Por este motivo
se verá citado en esta colección algún autor de
la época de los desvarios del ingenio , cuya plu-^
ma , según la desigualdad de la expresión que
manifiesta en un mismo discurso , parece que so
esmeraba en borrar en una parte los bellos ras-
gos que acababa de executar en otra : como si
se arrepintiera de haber seguido alguna vez el
buen camino. En vista de este contraste de jui-
cio y de delirio , de buen gusto y de extrava-
gancia, de grandeza y de pequenez, diriamos que
hay obras ó piezas , que parecen partos engen-
drados por dos espíritus diferentes y contrarios^
uno bueno y otro malo. Asi es que yo he ha-
llado cosas sublimes , perfedas , é inimitables en
donde menos lo podía esperar.
En esta colección me he propuesto hacer
una revista general del mejor lenguage y estilo,
castellano que se lee en los mas afamados escri-
tores que se han señalado en la serie de quatro
siglos. No me he propuesto escribir institucio-
nes oratorias , ni lecciones de rhetorica : porque
en este caso debía despedazar mi plan cronoló-
gico , dividiendo la obra en clases , y subdiví-
diendo después estas en exemplos para todos
los géneros de estilos y especies de figuras. Yo
presento exemplos del bien decir en general ,
M9
tro} SISCUS.SO PR ELIMINA»..
modelos dé la correfta y propia locución , mu«-
tras de la pura y castiza lengua española. Estas
las he escogido en las obras donde las he podi-
do hallar : cito pues historias , cito crónicas , cito
cartas, vidas de personas ilustres , sermones , pli
tícas , fábulas , novelas , apologías i siempre que
en estas diversas piezas encuentro eloqüente ex-
presión; más no para dar reglas del estilo históri-
co , epistolar , oratorio , didadico, apologético,
tÁ familiar. Esto sería desbaratar el orden de la
obra, y su naturaleza de un teatro histórico,
donde cada autor debe empezar y acabar por sí
solo su papel entero , hablar á su turno y en su
manera , y nunca interrurftpir ni ser interrumpi-
do por otro. Mediante este orden , el leftor po-
drá formar un cabal concepto del mérito gene-
ral de cada escritor , pues conocerá de una ve,%
su estilo , sus pensamientos , su casta de dicción,
y los progresos 6 decadencia de la lengua, com-
parándole con los otros que le preceden y con
los que le siguen. Dividir los varios estilos, con-
tenidos en cada pieza ó discurso , en sus diver-
sas clases , sería poner en un mismo género mu-
estras alguna vez de quince ó veinte autores ^
distintó siglo y lenguage testa diversidad de co-
lores y telas fiíera mas propia para un vestido
de arlequín , que no acredita ni el arte del sas-
tre , ni la bondad de la ropa.
DISCURSO fHEUMINAlC^ ¿Xvij
No analizo los rasgos sublimes y lugares ele^
gantes de cada pieza ó discurso : esto fuefa abul-
tar la obra prodigiosameate , haciendo que lo
accesorio superase á lo principal, y que me ex»
pusiere yo á fenecer mis dias en un trabaxo tan
ímprobo, tan profundo y tan largo. Para acredi-
tar mis puros y fervientes deseos de servir ál pú-.
buco , me parece que bastan tres años de tareas
sin ninguna mira de interés nr esperanza de re-
tribución : quiero conservar mi cabeza y mi sa-
lud, que está á mi cargo. Los maestros, que han
tomado el oficio y el estipendio para enseñar i
h juventud , trazen y corten dé aqui para sus dis*
dpulos : que harta materia les presento escogida
y bien preparada. En el compendio de la vida
y escritos de cada autor formo un examen y jui-
cio imparcial de las calidades de su estilo en ge-
iieral , que es el fin propuesto en el plan de esta
obra. Yo no he ofirecido hacer lo mejor sino lo
bueno, y creo que ningún mortal puede prome-
ter mas : la perfección la reservo 4 las luces , ins-
traccion , y patriotismo de los censores , si los
mereciese mi trabaxo. Si alguno dixere que no
he escogido lo mas digno y sobresaliente de los
escritos que he revuelto y recorrido página por
página , y pretendiere que fuese creida por justa
su crítica observación ; era necesario que hubie-
se dado antes pruebas al publico de tener un ti-
iXviij DISCURSO FRÉLIMmAIt*
no mas feliz y un gusto ínas acrisolado que el
coledor ^ y de haber tenido como este la pacieñ^
cia alemana de repasar prolixa y detenidamente
cerca de cien autof es ^ y mas de doscientos volú-
ínenes de todos tamaños, impresiones, Catadéres,
y papel j incluyendo el de estraza. Yo le aseguro
que no es esto andar por un camino trillado : y
que los que todo se les representa fácil después
que otro lo ha facilitado , se arredrarían en la
empresa , que promete mas tfabaxo que gloria ;
y nada tiene de ligero ni de deleytable. No es lo
mismo leer á gusto nuestra seleda prosa recogi-
do en cinco volúmenes manuales , con bella y
uniforme impresión , correfta ortografía , y lucí-
do papel j ó buscarla én dispersos , raros , infoí*
mes y rancios librotes , en donde es menester
engolfarse , y á veces perderse , para hacer una
buena presa , como los pescadores de la ballena
en los mares glaciales y nebulosos del norte*
En el índice analítico y raciocinado de las
materias , que reservó para el fin del ultimo to-
mo , se hallará una división rhetor'ca de tod2$
las partes de la elocución , indicándolas con re-
misiones á sus respeíÜvos autores , parágrafos y
páginas.
Con el mayof esmeró he recogido excelentes
trozos, yá de descripciones ^ pinturas morales , y
razonamientos políticos ; ya de exhortaciones
DISCURSO PREUMINAR. CXÍX
piadosas , y de ascéticas Consideraciones, que bri-
llan en algunos escritos confusa y desordenada-
xttente , como las estrellas en el firmamento. Hé
trabaxado en conservar con el mayor escrúpulo
el lenguage , teíminacioni é inflexión de las pala*
bras de que usó cada autor en las diferentes epo^
cas que he recorrido : guardando siempre su or*
den y colocación sin mudar ni suprimir una pa-
labra que pueda alterar la forma de la oración
ni la casta del idioma de cada siglo ^ ahora seaa
antiquadas , ahora sean exóticas ó poco usadas*
Solo la ortografía he procurado corregir confor-
maüdola al uso y método moderno en aquellas
voces que la pueden admitir sin desfigurar su
significado y estruótura caraóleristica de nuestro
idioma en sus tres edades : porque hé llevado
siempre por delante la idea de presentar no solo
las muestras del estilo , sino una especie de voca-*
bularlo cronológico de la lengua castellana. Así
he guardado k estru&ura de agora por ahora ;
de estonce por entonces , de seyendo por siendo ^
de ante por antes, de á tal por tal , de egual por
igual , de aventura por ventura, de hecimos por
hicimos, de logar por lugar , de polUeza por pu-
lidez, de complir por cumplir , de colpe por golpe,
de levnr por llevar , de temprar por templar , de
debda por deuda , de cobdicia por codicia, de es-
crebir por escribir , de priesa por prisa , de sotí!
CXX piSCUR|0 PRELIMINAR.
por sutil , de veer por ver , de ovo por hubo, de
robre por roble , y asi de infinita voces que de-
ben conservar su primitiva forma sin alterar ni
una letra. Pero en la parte que no es esencial á la
original formación de la lengua, he simplificado
la ortografía, suprimiendo letras inútiles de una
rancia y 45perá pronunciación : como : exempto ,
summoy peccadoypassion ^assy , padescerérc. que
he suavizado , arreglando su ortografía al adual
modo de pronunciar asunto , cxinto ^sumo , peca*
do , pasión , asi , padecer érc.
Como los exemplos que presento baxo de un
mismo título , á veces se componen de tres , qua*
tro , ó mas trozos encadenados , que si bien tie-
nen relación con el asunto principal , se hallaban
en el autor separados en distintos párrafos , é in-
terrumpidos con autoridades , citas , glosas , y os-
tentosa erudición; ha sido necesario descargar el
discursó de estos incidentes y episodios imper-
tinentes y aun contrarios á la eloqiiencia , seña-
lando estas secciones ú omisiones con tres pun-
titos : y para ligar estas transiciones con una mas
natural y fácil unión , alguna vez he suprimido,
6 añadido la primera palabra de la oración , 6 la
he substituido con otra nueva que no se hallará
en la obra original. Por este medio se logra ha-
cer mas agradable é inteligible la ledura , y nada
disonantes los grandes intervalos de las secci-
DrSCtTUSO PREriMINAH. fXXj
ones del discurso , que presento como unido ^
habiéndolo antes despedazado.
A fin de conservar ciertas formas antiquadas
4e Ja escritura usada en los tiempos pasados, que
duró hasta mediados del siglo xvi , no he que-
rido alterar la elisión de aquellas dicciones que
por contracción se unian en una sola , como era
muy freqüente en los artículos y preposiciones ,
por exemplo : deste , desto , d^llo , del , quel , dun ,
quem , nol érc en lugar de escribirse hoy con la
separación clara y distinta : de este , de esto , de
tilo , de él ^ que él y de un y que me^ no lo. Me ha
parecido muy necesaria esta advertencia para
dar ¿ los ledores una idea del carafter de la an-
tigua ortografía de la lengua castellana , muy se-
mejante al que se nota en lá del idioma lemosi-
no en esta parte.
En efecto » en el siguiente discurso analítico^
manifestaré la mucha semejanza que estas dos
lenguas tubieron entre sí > ya sea en la etimolo-
gía, forma /terminación, y significado de sus pa-
labras , ya sea en la estructura de las conjuncio-
nes transitivas , sinalefas , contracciones , é índo-
le de la frase. Esta general analogía continuó ,
bien que discrepante en muchos accidentes gra-
maticales , siendo conAm á entrambas en los si-
glos XI y XII ; hasta que los naturales de las pro-
vincias españolas , menos confinantes con las de
CXXiJ DISCURSO PRELIMINAR.
Francia , cuya lengua culta era él lemosiiri se rc¡-
concentraron mas ea^ s^s costumbres propias ,
extendieron su territorio sobre los moros hkia
el medio dia , y comunicaron con gentes de cu-
ma mas ardiente, y de habla mas dulce, sonora y
variada. Por este medio dieron á su idioma na*
cional mas redondez , número y flexibilidad ^
apartándolo succesivamente de la sequedad y as-
pereza del romance general , del qjial , como de
un grande lago tres rios , salieron el lemosin , el
castellano , y el toscano : cuyas aguas á los prin-
cipios comunes á todos , mudaron mas ó menos
de sabor y color según la diversa (íalidad de laS
tierras por donde cada uno pasaba , y de los ar-
royos vecinos que en su curso recibía. Asi, pues,
el francés con su dureza , el español con su har-
monía , y el italiano con su melodía , son hoy
tres idiomas muy distintos ; habiejido sido un
mismo dialecto en su origen.
FIK 2>£L DISCURSO PRELIMINAR.
cxxut
OBSERVACIONES CRITICAS
SOBRE
LA EXCELENCIA DE LA LENGUA
CASTELLANA.
Lja lengua castellana 9 que por haberlo sido des*
pues de la cprte y tribunales supremos de la mo-
narquia,íué llamada española 'ytnv^zo i ser idió*
ma vulgar ó romance , como si dixesemos romano^
rustico yhkdz el siglo x;tomó índole y forma de
dialecto culto en el reynado de Alfonso el Sabio;
adquirió cierta grandiosidad baxo de los Reyes D.
Juan el Segundo, y D. Fernando el Católico ; bri-
lló con pompa y magcstad en el reynado de Car-
los Primero ; y baxo de su hijo Felipe ii se pulió,
se enriqueció, y añadió á la abundancia mayor sua-
vidad y harmonia. Yo no pretendo engolfarme aho-
ra en eruditas y prolixas investigaciones sobre el
origen elemental é histórico de la filiación , forma-
ción, y alteraciones primitivas de nuestra lengua:
bastando para dar una idea de su antigüedad y pro-
gresos , una breve exposición de su mas remoto es-
tado , vicisitudes , y ultima fortuna.
I.
Aquellos españoles, que huyendo délas inva-
siones de los moros en el siglo yin , desampararon
sus tierras y domicilio, y se refugiaron a los payses
TQM. I. I
I
iXxiV OBSERVACI«?BS
fragosos de las partes septentrionales de nuestra pe^
nínsula ; habían llevado, y conservaron consigo «n
aquel asilo^el idioma corriente y usual de su tiem-
po , que era un latin ya estropeado , y desfigurado
por la pronunciación de los godos. Los otros natu-
rales que permanecieron en los payses^conquistados
baxo de servidumbre , con el trato y comunicación
de los vencedores mezclaron en su patrio lenguagc
muchas voces arábigas , que lo enriquecieron, y aun
hoy permanecen , bien que algo alteradas por la es-
critura y pronunciación españolas, que han obscu-
recido las raizes descomponiendo la estructura me^
canica de los vocablos.
En los reynados de los Reyes de Oviedo y de
León, aquel idioma peculiar y nacional de los chris»
tianos se fué confundiendo, y adulteróse de tal ma-
nera su forma original latina , que los legos en el si-
glo XI ya no cntendian el romano de los íibros,
ni por el de estos se podia conocer el romance de
la habla común. Al paso que se extendían las con-
quistas de los españoles septentrionales , aquel tosco
dialecto del latin se propagaba insensiblemente por
todos los payses que ocupaban. De la comunicación
de ellos con los antiguos tributarios de los moros, y
con estos mismos de quienes habian tomado muchas
palabras, se vino á formar un lenguage mixto, que
con el tiempo fué adoptado y connaturalizado en
todos los dominios de la corona de Castilla.
CRITICAS. CXXV
Dé estos prracipios y progresos primitivos de
la lengua cast^U^uia se hace indubitable su origen
latinoso por mejor decir, su inmediata filiación del
latin corrupto de la edad media mezclado con vo-
ces de origen godo , y adulterado con la liga de mu-
chisimas arábigas que aumentaron su vocabulario.
G>n el discurso del tiempo nuestra lengua fué
perdiendo gran parte de la dura articulación de sus
voces ; limándose y suavizándose la aspereza de su
estructura silábica con la mayoif comunicación y
trato entre gentes muy sensibles a la harmonia^á
causa de la delicadeza de sus órganos y urbanidad
de sus costumbres : a la manera que las chinas que
acarrean los torrentes se redondean y alisan con el
continuo frotamiento de unas con otras.
Habiendo hallado en este estado su lengua yuU
?gar el Santo Rey D. Fernando , quiso ennobleceria
con la versión del Fuero JuzgOy esto es,forumjudi^
r«m,que es el código ó cuerpo de todas las leyes de
los Reyes Godos de España, ks mas antiguas que se
conocen en Occidente después de las romanas. Esta
Versión castellana , que imprimió en 1600 Alonso
de Villadiego exornándola con notas y eruditos co-
mentarios, se está examinando por la Real Academia
Española, que ha emprendido una nueva y correc-
ta edición del texto latino con la versión de este
precioso monumento.En este mismo romance mandó
igualmente componer las Leyes de las Siete Partí-
ist
€XXVÍ OBSERVACIONES
das^^t su hijo D. Alonso concluyó en ia6o. De
todo lo qual se hace evidente que la lengua castellaa
na debe su fomento, extensión, y uso público al Santo
Rey D.Fernando; siendo muy raras las escrituras que
se pueden citar en vulgar anteriores á su rcynado.
Su hijo Don Alonso x halló ya la lengua muy
adelantada I rica 9 y apta para tratar científicamente
toda suerte de materias. De las obras que compuso,
ó que de su orden ó baxo su dirección se escribie-
ron en prosa, se cueiitan : el Fuero Real ; las Parti-
das ; las Tablas Astronómicas , llamadas Alfonsu
mas i la versión castellana del Quadripartüo de Vio*
lomeo, y de los Cánones de Abategnio ; el libro do
las armellas ^^c es un tratado traducido de la es-
fera ó del astrolabio ; la paráfrasis castellana de to^
da la Historia Biblica y Sagrada ; la Crónica ge-^
neral de España \\z Conquista de Ultramar ^quc
alcanza hasta el año 1264, sacada de la Historia de
Guillermo de Tyro ; y otras obras que no han sido
publicadas , como: el Repartimiento de Sevilla ; los
quatro libros del Fuero de yalladolid ; la Vida del
Santo Rey X>on Fernando su padre , escrita por su
mismo hijo ; el Septenario , que es una miscelánea
de filosofia,astrologia,yxosas de nuestra fé católi-
ca ; el Tesoro ^ohrz que trata de la filosofía racio^
nal , moral ^y natural ; y algunos tratados de Avicc-
lia y Averroes. No solo la empleó en Ja gravedad
de la prosa, más también la consagró á la melodía
CRITICAS. CXXVU
¿c las obras métricas que compuso él mismo , como
son : el libro de las Cantigas , que contienen yarios
milagros j alabanzas de Nuestra Señora y de otros
Santos » bren que sob en dialecto gallego ; el Libró
de las Querellas i^oQtñz que escribió hacia los años
de i283,quexandose de la deslealtad de muchos
magnates que abrazaron el partido de su hijo Don
Sancho quando se alzó con la corona ; y el Ztbro del
Tesoro , ó piedra filosofal , que compuso en 1 277.
De todas las obras que se escribieron en aquel
reynado en romanceólas quales debemos mirarlas
como el original y precioso tesoro de la lengua cas-
tellana del siglo XIII 9 pocas han merecido la luz
publica, por haberse quedado entre los manuscritos
raros de las bibliotecas y archivos. La principal cla-
ve para el perfecto conocimiento de los origenes,
ortografía 9 antigüedad, y etimologia de nuestra len-
gua, se debe buscar en las obras de prosa y verso
que se compusieron en el reynado de un Soberano
protector de las ciencias y las artes, que las hizo
comunes y familiares en sus dominios , ordenindo
que se extendiesen en lengua vulgar todos los ins-
trumentos públicos y reales privilegios, que hasta en-
tonces se habian escrito en latin, y que se traduxescn
los libros de historias sagradas y profanas. La afición
de Alfonso á la astronomía y poesia atraxo á Casti-
lla varios sabios de Oriente , y muchos trovadores
pro vénzales, con cuya comunicación , mas civiliza-
os
CXXViii OBSERVACIONES
das las costumbres, se íntroduxo mas flexibilidad ala
lengua de la corte.
En aquella época ninguna lengua de Europa
había alcanzado una forma tan pulida, bella, y sua-
ve como la castellana : pues en ninguna se escribió
en tan diversos géneros de prosa y metro. San Luís
Rey de Francia por aquel mismo tiempo formó sus
Establecimientos yii oxAtmnz2L% civiles j más en un
romance tan desaliñado y antiquado , qi^e no solo su
lectura era hoy difícil, sino que hasta su sentido se
habia hecho casi incomprehensible á los franceses
modernos. Para facilitar la inteligencia de este pre-
cioso monumento, poco conocido de los mismos lite-
ratos que lo citaban y encarecían, se acaba de publi-
car en París una bella edición del texto con la ver-
sión en francés corriente : tanta es la desemejanza en
el espacio de quatro siglos , que siendo una misma
lengua, parecen estrangeras la una respecto de la
otra. El lenguage de nuestras leyes de las Farti-
das , no obstante de contar la misma antigüedad ,
guarda aun tanta conformidad con el moderno, que
el mas rudo amanuense de abogado sin difícultad
alguna penetra su sentido luego que se impone en
las terminaciones , ortografía , y uso de algunos vo-
cablos antiquados. El dialecto de JoinviIle,de Vi-
llehardouin , de Monstrelet , Brantome , Froisart &c,
y de todos los noveladores de aquellos tiempos, es
CRITICAS. exxix
el mas autentico testimonio de la grosería y dureza
del francés del siglo xiii , xiv , y xv , comparado
con el del rey nado de Luis xiv , que acabó de bor-
rar la ingrata fisonomía del viejo lenguage.
En efecto, sin embargo que desde el reynado
de Francisco Primero empezó el francés á tomar
una forma mas culta y suave, continuó en los dos
reynados siguientes con tanta languidez y desaliño,
que con propiedad no se podía llamar lengua per-
fecta ; ni hasta fines del reynado de Luis xiii em-
pezó á percibirse en ella rastro de alguna harmonía,
nervio, y precisión. Sus mas antiguos gramáticos
vulgares no pasan del tiempo de Francisco Prime-
ro , cuyas reglas fundadas sobre el griego y el latín
(que lo mismo nos sucedió á nosotros), no adelanta-
ron la lengua, y dificultaron el arte. Verdad es. que
en el siglo pasado y en el presente han tenido los
franceses un gran número de selectos humanistas,
que con acrisolada critica han trabaxado en dar á su
idioma claridad pureza y corrección, estableciendo
sus verdaderos principios.
Más quiero preguntar yo ahora : después de los
desvelos de Tomás Corneille,de Vaugelás,deBou-
hours , de Despreaux , de Mcnage , de Regnier , de
la Bruyerc , de Richelet , de Marsais , de Restaut, de
Girard,de Dangeau,de 01ivet,dc Condillac y de
Beauzée ¿á qué se reduce la perfección de esta len-
gua quando se compara con la española , á pesar
14
€XXT OB$|5IlVACIONB$
de haber carecido esta del socorro de escritores taa
severos y metaíisicos, que podrkn haberla acrisolado
y purificado ^ ¿No es Ja lengua francesa la mas ri-
gurosa en sus reglas y la mas uniforme en su synta-
xís,y la mas embarazada en su frase? Para traducir
'la energía, rapidez y libertad de las lenguas anti-
guas, es muy pesado y pobre instrumento un idio-
ma tan dificil de manejar, tan ingrato, tan trivial, y
tan sujeto á las amfibologías,cuya universalidad
moderna podrá del>erla á causas políticas , más no á
los encantos de su melodía, á la gracia de sus sales,
ni al primor y variedad de sus dicciones.
Esta lengua universal, porque se ha hecho el
idioma vulgar de las artes y ciencias, ¿dónde tiene
la valentía de las imágenes , dónde la gala de las ex-
presiones , dónde la pompa de las cadencias? A pe-
sar de su x:orrecion, pureza, claridad ,^ y orden (que
mejor se diría esclavitud gramatical), nada tiene
del carácter épico, nada,del número oratorio por cau-
sa de sus vocales mudas, de sus sílabas mudas y sor-
das, de sus términos mudos, sordos, y mancos algu-
na vez, de sus terminaciones agrias, de sus monosíla-
bos duros , y de su arrastrada y atada construcción,
que no admite las transposiciones del español, d^l
italiano, y del inglés. Véase que redondas y sonoras
palabras son estas : ateux abuelos ,^6»/a; pulso, o#^
hutvo y eau» aguas, ¿i/r^ zjrcsy fíats olas ú ondas,
lacs lago$^, nud desnudo, m^j riesgos , cours cortes,
CRITICAS- exxxi
^Uet mviioySoins cuidados ,^oíWx ^c^yfniJieu me-
dio; y asi de otras innumerables.
Además de la aspereza material de las palabras,
. está desnuda de las imitativas , que hacen tan exac-
ta y viva la representación de los accidentes exte-
riores, y movimientos de las cosas animadas c ina-
nimadas. Está pobre de voces compuestas, y por
consiguiente carece de toda la energía y fuerza que
comunican á la expresión las ideas complexas. Ca-
rece de aumentativos y diminutivos, que baxo de
Mñ aspecto inverso modifican con tanta variedad y
fina gradación ijna misma idea general. Padece tam-
bién la escasez de verbos freqüentativos é incohati-
vos , cuyas finezas enriquecen y agilitan tanto una
lengua para señalar y exprimir las ideas parciales y
sccundacias. Estas sí que son núaníes (por hablar en
francés filosófico) de que carece esta lengua de los
filósofos, y abunda con maravillosas diferencias y
delicadezas la española. Por • ultimo ¿ qué diremos
de la colocación tímida é infantil de las palabras
(llámenlo los franceses orden natural), que andan
como arreatadas unas tras otras? Y paraque no se
descaminen ó desaten, han tenido la prec;iucion sus
gramáticos y padres de la lengua de afianzarlas con
frcqiientes ligaduras de pronombres , articulos , y
partículas , que á toda oreja delicada han de ofender
y aun lastimar forzosamente ; si ya no fuere la de
aquel alemán que hallaba en nuestra lengua muy
CXXxii OBSERVACIONES
fuerte la pronunciación de Maldonado , y de 2la-
driguez ; y dulcísima la de Musschenbroeck , y de
Schurtzjleisch.
La riqueza de voces de la lengua francesa , no es
tanto caudal propio suyo, en que debe estar cifra-
do el ingenio de una nación en el modo de ver y
sentir las cosas , quanto un tesoro adventicio y ca*
sual del cultivo dé las artes y ciencias naturales.
Esta será la razón porque el vulgo en Francia no
se explica con tanta afluencia de palabjras , variedad
de dichos, y viveza de imágenes como el vulgo de
España ; ni sus poetas (porque en poesia no se ad-
mite el vocabulario de los talleres y de los labora-»
torios) son comparables con los nuestros ea la abun*
dancia, energía, y delicadeza de expresiones afec-
tuosas, y sublimes pinturas, que varían al infinito.
Me parece , pues , que debíamos distinguir dos
lenguages,ó mejor, dos diccionarios: al uno llamaré
racional f que incluye el moral ^y es el peculiar de
cada nación; y ú otro y científico 6 técnico ^qne es
común á todas quando han de tratar unas mismas
materias. Nuestra lengua, es verdad, no está tafl
exercitada como la francesa en los ramos de astro-
nomía , fisica , hidráulica , metalurgia , chímica &c ;
por conseqüencia será mas escaso nuestro dicciona-
rio que el de aquella nación que haya hecho en es-
tas facultades descubrimientos y adelantamientos
nuevos. Pero esta escasez , es una pobreza aparente
CRITICAS. CXXtíii
, de nuestra lengua : pues que el vocabulario cien tí*
fico y el filosófico no es francés , ni alemán , ni in-
glés : es griego ó latino, ó formado por la analogía
de los idiomas vivos , de raizes ya griegas ya latinas,
que cada nación forma ó adopta quando ha de es-
cribir en aquellos géneros , conformando la termina-
ción de las palabras advenedizas , ó recien refundi-
das , a la índole de su lengua propia.
La abundancia de la lengua francesa, compa-
rándola con la española , no se ha de sacar de un
término de reloxeria , minerologia , tintura , ó pclu*
queria &c,ni de los que explican nuevas operación
ncs en artes que solo conocemos por los artefactos
que compramos. Nuestra lengua admite estos tér-
minos siempre que carece de otros equivalentes , y
su diccionario los adopta. Y quando el uso los haya
autorizado todos y la necesidad connaturalizado, se-
rá señal de que no cederemos á los estrangeros en
industria y a'plicacion.
La riqueza de nuestro diccionario usual y ge-
neral nace del caudal propio de la lengua : caudal
que no ha tomado prestado de otra vulgar, ni puede
prestarlo. Quando el orador mas eloqüente de Fran-
cia se ve estrechado y reducido á distinguir coq la
voz vaga y general chef todas las especies de mando
ó presidencia de una persona sobre otras; un español
iliterato y aun lego, varía y dice: caudillo^ capitán^
cabeza, cabo y c^ff oral y y jr>/3?, según las circunstan-
XXXiv OBSERVACIOKES
cias y relaciónesele modo, tiempo, cosas, y perso-
nas. Asi, pues, no dirá : el xefe del motin júno la f4-
beza /no el xefe de una ronda 6 partida ^%\vío el
€abo ; no el xefe del pueblo de Dios ^ sino el eaudilk
Scc ; pero si dirá el xefe de m departamef^a , de
una oficina &c.
Quando el filosofo mas profundo y exacto se
halla reducido á expresar con la voz genérica max-
tre todas las relaciones de mayoría ó superioridad
de una persona respecto de otras; un español, sia
que sepa leer ni escribir , especifica todas estas dife-
rencias según el sentido recto é inmediato de sus
respectivos correlativos , con las palabras soberana ^
amo , dueño , señor ^patrón , maestro, y maestre. ¿ No
fuera , por cierto , gran miseria de nuestra lengua,
si la simple voz maestro hubiese de significar, y a el
soberano que nos gobierna, el amo que despide á su
crhdOfCl dueño de su casa, ó de su dama; ya el
Señor del universo , el patrón de un baxel , el maes^
tro de escuela ó de zapatería, el Maestre del Or-
den Teutónico ó de Malta, y finalmente hasta el
executor de la justicia (le maítre des hautes-oeu*
vres') como quien dice : el maestro de obras altas?
Mayor miseria fuera, si con lar simplicisima y ba-
lante voz bois (madera) hubiésemos^ de distinguir
el bosque y el monte yh leña j el leño, lai madera, el
madero, el palo ; y que por un efecto de la claridad
y exactitud, dixesemos bois d bruler (madera de
CRITICAS. C3ÓXXV
quemar) para especificar la Uña} Mayor pobreza
fiícra aun , si por decir biznietas^ nos sirviésemos de
este hermoso y elegante grupo de palabras arriere-
fitües'filles (tras-peque&as-hijas) ; si para hablar
del ganado vacuno , hubiésemos de apelar a la cor*
nuda frase de bSíes d come (bestias de cuerno), y
no supiésemos que nuestra lengua, que aun en los
objetos mas baxos puede echar un velo de decencia,
sabe traducir aquella frase diciendo ¿^¿i;z^Í9á^ as-
ta. Enfin sería tarea interminable querer seguir
el paralelo : basta manifestar aqui por ultima mues-
tra , que una cosa tan común y conocida como la
fohora^h lengua francesa , temiendo confundir los
PqIvos con que se envían hombres al otro mundo coq
los polvos de peluquero, ha de especificarla con la
íizscfoudre d canon (polvos de cañón); que esta otra
voz tan común y tan antigua herradura , la ha de
pintar la lengua franoesá con este lindo y sonoro ro-
deo fer d cheval (hierro de caballo) , aunque sea
herradura de macho, muía, burro, ó buey. Esta se
llama lengua enérgica, precisa, y rica.
Si de los vocablos simples y primitivos pasa«
mos á los compuestos y derivados ¿qué campo se
nos abre aun mas ancho que el primero para seguir
la comparación ? Me reduciré á solos dos cxemplos,
y no serán de materias metafísicas ni ciencias abs-
tractas. Los españoles^ hasta jugando con los perros^
como quien dice , han llegado á enriquecer su Icn*
CXXXVi OBSBUV ACIONES
gua de tantas maneras, que de la voz primitiva /^ff-
ro (en francés chün y y aqui acabó) han formado los
derivados simples perrito ^ferrillo ^perrazo ^ fcrr»-
no ^perrero ^perrera ^perrería , perrada ; y después
los derivados compuestos aperreado , emperrado.
¿Dónde tiene la lengua francesa las enérgicas
voces compuestas perniquebrado , maniatado &c ,
esto es,¿ jambes rompuesjié aux mainsj como ú
dixesemos : con las piernas rotas ,cpn las manos ata-
das? ¿Dónde tiene las palabras simples que expre-
san la acción y ó el efecto de esta accion,como:fx-
copetazo jpineelada ^puñetazo &c. que ha de pintar
con golpes y mas golpes, ro«p de fusil, coup depin^
ceauyCoup de poing &c. como quien dice : golpe de
fusil, golpe de pincel, golpe de puño. Esta se lla-
ma fuerza, concisión.
Si se toma la escasez por brevedad, seguramen-
te no hay lengua mas breve, porque en haciéndolos
escritores franceses ( quanto mas modernos mejor)
provisión de media docena de palabras auxiliares,
vagas é indefinidas , salen de muchos apuros, eximi-
éndose de determinar y especificar todas las ^cep*
ciones,é ideas accesorias, y a en el sentido recto ya
en el figurado. Con las palabras favoritas justesse,
nuance , touchant .frapper , marche , rapport , sentu
ment , trait (que es acción , acto , rasgo , golpe) , y la
mas favorita de todas esprit (que vale tanto como
alma , aniego, talento , ingenio , agudeza , viveza j en-
CRITICAS. CXXXvii
tcndimíento , capacidad, penetración , mente) , esen-
cia, espíritu , y un millón de cosas espirituales ; con
el auxilio de esta riqueza de su vocabulario filosó-
fico, salvan todas las dificultades metafísicas para
la exacta expresión. Por esto creo yo que los libros
franceses hacen discurrir tanto, porque el lector ha
i de ayudar á hacerles la obra á los autores , adivinan-
do sus pensamientos.
La multitud de libros franceses que de treinta
años acá han inundado todas nuestras provincias y
ciudades, al paso que nos han ido comunicando las
luces de las naciones cultas de Europa , y los ade-
lantamientos que han recibido las artes , las buenas
letras , y las ciencias naturales , abstractas , y filosófi-
cas de un siglo á esta parte ; nos han también des-
lumhrado con su novedad y método , y mas aun
con la brillantez y limpieza del estilo , que es todo
del gusto de los autores, y ño del genio y primor
del dióma.
Esta, digámosla fascinación, ha cundido con tan-
to poder , que ha logrado resfriar el amor á nuestra
propia lengua , cuya pureza y herttiosura hemos
manchado con voces barbaras y espurias , hasta des-
figurar las formas de su construcción con locuciones
exóticas , obscuras , é insignificatiyas , disonantes y
opuestas á la índole del castellano castizo. La co-
mezón, general por traducir sin elección, en algu-
nos ; y en los mas la comezón por comer , que no
gXXXViif OBSBUVACUQNBt
sufre espera, juifta con la impericia de casi todos los
traductojcs que hasta hoy han querido hacerse in$«
trumehtos para comujiic^r al publico la instrucción
estrangera ; son la principal causa de la lastimosa
degeneración que en estos últimos años iya experi-
mentando nuestra lengua, y la que me movió a for-
mar la colección de los mejores autores castellanos del
buen estilo, para atajar, en lo posible el curso de tan
general corrupción, aprovechándomelo el prime-
ro. Me abstengo de nombrar algunos exactos y ele-
gantes traductores de nuestros dias,paraque sus
nombres no ofendan ia vanidad de los ignorantes, y
su cortisimo numero no haga mas visible la bobe-
ria de los compradores de tanto libracho , libróte y
líbrete, escrito en lengua franca. Si la Real Acade^
mía Española fuese un tribunal de justicia, asi co«>
jiio es el santuario de las musas, debia haber mul-
tado á tales traductores jornaleros , confiscando tan-
to papel impreso y ó mejor diriase, puerco, pues asi
ha emporcado el terso y limpio lenguage caste-
llano.
Este mismo paralelo podría continuarse respec-
to á las demás lenguas vivas de Europa ; si la bre^
vedad de estas observaciones, que preceden^ la pre-
sente colección en forma de un ligero ensayo ó mu-
estra de las galas de la castellana, permitiese exten-
der esta idea hasta concluirla en todas las partes
que podría abrazar. Y como, por otro lado, yo no
CRITICAS. . exxxix
poseo un jcabal conocimiento de los demás idiomas
cstraños , como lo tengo del francés, y aquellos por
la poca familiaridad que tenemos con su íibros,en
nada hap influido para alterarnos nuestras costum-
bres y nacional lenguage ; me he ceñido a contra-
er la comparación al francés , cuyos exemplos pue«
de por sí comprehender un mayor numero de lec-
tores, asi nacionales como estrangeros: los quales, si-
guiendo mi idea, podrán hacer fácilmente la aplica-
ción á sus respectivos y peculiares idiomas, cuyo
cultivo y y uso en las escrituras publicas , han sido
posteriores á la perfección de la lengua castellana.
III.
Si quisiera detenerme en el inglés actual , aun-
que se deriva de la antigua lengua teutónica, cuyo
origen saxon empezó á corromperse hacia la mitad
del siglo XII y y á tomar una forma mas semejante
al inglés de hoy ; hallaría que Roberto de Gloces-
ter,quc florecía en el siglo xiii,fué el primer au-
tor que escribió on romance, y aun este fué un len-
guage medio, que no era propiamente ni inglés ni
saxon ; y que en el siglo xiv Juan Mandevillc es-
cribía ya -en idioma mas inglés que saxon. Pero el
primero que escribió en inglés puro, es Juan Go-
wcr,el qual es reputado por el padre de su poesía
Tulgar. Forrcscue , que compuso la mayor parte de
sus obras después del ano 147 1 1 puede ser un tes-
TOM. J. K
€Xl OBSERVACIONES
tímonio del estado que tenia la lengua i fines del
íiglo XV. En tiempo de Henrique viii la lengua
inglesa estaba casi formada , como lo manifiesta To-
más Moro ; bien que el autor mas puro y célebre
de aquel reynado fué el Conde de Surrey. Barcia*
yo , que escribía a mediados del siglo xvi , no tiene
de antiquado mas que su ortografia : más la época
en que se fixa la entera formación de la lengua in-
glesa, es el reynado de Isabel. Sin embargo de ha-
berse conocido siempre un lenguage nacional para
el trato común y el uso popular, la lengua france-
sa desde Guillermo el Conquistador hasta el tiem-
po de Eduardo iii en I362,habia continuado por
espacio de casi quatro siglos siendo el idioma de
la corte, de los tribunales, y de los instrumentos
diplomáticos : de donde proviene la gran copia de
voces francesas que conserva aun la lengua inglesa
en su estilo legal y forense. Colígese de todo esto
que el inglés puro actual aun no cuenta tres siglos
de antigüedad ; ni tampoco es lengua perfecta.
Si es menos pura y correcta que la francesa,
también es mas enérgica , flexible , y rica ; porque
admite todas las transposiciones de la griega y lati^ ,
na, cuya libertad le da harmonia para el estilo épi-
co ; y toma de las otras todas las voces de que ca-
rece, las que connaturaliza libremente. Los autores
ingleses , con tal que expresen como quieren su pen-
samiento, n6 cuidan mucho de la perfección del lea-
CRITICAS. exli
guage : recogen del latín, del francés, del italiano
los términos que les parecen mas propios para ex-
plicarse con mas fuerza y propiedad ; y la lengua
los adopta inmediatamente:
IV.
De la melodiosa y rica lengua italiana mucho
podríamos decir, si fuese este lugar de analizar su
formación elemental, la mecánica estructura de sus
palabras en sus dulces inflexiones y gratas termina-
ciones, que la hacen musical, y la metafísica accep-
cion de sus expresiones en todos los sentidos imagi-
nables. Podrá llevar alguna ventaja á la española
en la suavidad y accento,y en las licencias para
el lenguage poético; pero en quanto á la gala, nú-
mero, harmonía, y gravedad , seguramente está la
superioridad á favor de la nuestra, y sobre todo por
lo que respecta á su antigüedad. En todo el siglo
xn y XIII los poetas italianos estubieron incorpora-
dos al gremio de los trovadores provcnzales,en cu-
ya lengua componían. Las primeras obras que ase-
guraron la inmortalidad á la lengua italiana fueron
las del Dante, que escribía á fines del siglo xiii y
principios del siguiente, y luego después las del Pe-
trarca y Bocacio,y de otros muchos escritores , que
con la cultura de su estilo borraron la memoria de
tantos toscos y desaliñados autores, que escribieroa
sin reglas ni principios de gramática , cuyas produc*
Ka
íXlii OBSSRV ACIONES
Clones han perecido, ó yacen sepultadas en el polvo
de los archívos;^
Hasta principios del siglo xvi siguió la lengua
sin observaciones ni preceptos para su perfección.
Entonces se empezaron á examinar las obras de los
mas célebres escritores , y sobre sus exemplos se vi^
nicron á formar leyes y advertencias, que reducien-
do, por decirlo asi, la lengua italiana á sistemadla
hiciesen siempre mas bella, rica, y correcta. Pero la
lengua latina tenia tan fascinados en aquella época
á los italianos; que si;s autores, que no conocian eru-
dición en lengua vulgar, llegaron á declararse ene-
migos de su idioma patrio : desgracia que también
padecimos en España en aquella edad, aunque no
con tanto exceso. Algunos, como Rómulo Amaséo
en 1 5 29, osaron sostener que su lengua materna
debia exterminarse de la república de las letras , y
confinarse a las villas, mercados, y tdendas , conde-
nándola al uso de la plebe ; y otros , como Angélio
de Barga, llegaron á desear que se desterrase, no so-
lo de los libros, escuelas , y ciudades ; hiás aun del
mundo,
A pesar de los esfuerzos de aquellos fatuos eru'<
ditos, la lengua se sostuvo, y fué ganando terreno
de dia^ en dia con la ayuda de algunos escritores
que salieron entonces á su defensa. El primero que
se presentó á la palestra, filé Juan Francisco For-
tunio con sus Re¿las gramaticaUs de la ¡ffigua
CHITICAS. (XÜii
vulgar y íTúprcs^s en Ancona en 1516. Después
compareció Nicolao Liburnio con sus Vulgares ele^^
¿<í«fí¿ií, impresas en Venecia en 1521, en cuyo
mismo año fué publicado el Compendie de la gra*
tnatica vulgar de Marco Antonio. Pero todas estas
obras parece se eclipsaron luego que pareció la pro-
sa del Cardenal Bembo , que ya i fines de 1 502 ha^
bia empezado á escribir algunas observaciones sobre
la lengua vulgar italiana, cuyos dos primeros li*
bros acabó en i $ 1 2 ; más no pudo darlos á luz has^
ta 1525. Esta obra, aunque posterior en tiempo en
quanto a su publicación , fué verdaderamente la pri-
mera que ilustró á la lengua italiana ; pues, sin em«
bargo de no estar escrita con el método riguroso
de los libros elementales, no solo la limpió de la
fealdad y groseria de los siglos pasados , sino que
la pulió y hermoseó.
Este cxemplo del Bembo excitó otros escritores
i ilustrar su lengua materna con diversos tratados ,
diálogos, y compendios gramaticales , que se publi*
carón succesivamente en aquel siglo. Pero á quien
debió mas esta lengua, después de las disputas de
varios campeones , fué al caballero Carlos Salviati,
Florentino, en sus Advertencias y ampliaciones ^
publicadas en 1586. Las reglas y preceptos gra-
maticales bastaban para escribir con corrección; más
no con elegancia. Asi eran necesarios lexicones y vo-
cabularios, que recopilasen los elegantes modos de
K 3
tXliv OBSERVACIONES
decir de los autores mas dignos de imitación. El
primero fué Lucilio Minervi en ^5 31 , y Alberico
Acarigio que publicó en 1 543 el vocabulario con
la gramática y ortogi-afiade la lengua vulgar. Pero
se aventajó á todos Francisco Alunno , quando en
I^43kdió a luz las riquezas de la lengua vulgar ^
y en 154$ la fábrica del mundo , en la qual se com*
prebenden las voces de los primeros tres padres del
idioma italiano, dispuestas por orden de materias. A
este autor siguieron otros que compusieron colec-
ciones, tesoros, y vocabularios de frases, y de con-
cordancias en diferentes épocas de aquel siglo. Ade-
más, el gran número de Academias que en el discur-
so de treinta años se fundaron en casi todas las ciu«
dades de Italia, contribuyeron á cultivar y corregir
la lengua : siendo la principal la Florentina , intitu-
lada de la Crusca. Esta, aunque fundada en 1582,
no dio á la luz pública el primer tomo de su diccio*
nario hasta el año 161 2. A pesar de haber tenido
desde principios del siglo xvi la lengua italiana mas
fortuna que la castellana en orden al número y gé^
ñero de críticos , gramáticos , y humanistas que la
ilustraron con exemplos y preceptos ; es innegable
♦ que la nuestra fué formada y cultivada en prosa y
en verso mas de un siglo antes, cuyas composicio-
nes , aunque sencillas y toscas, manifiestan una gran*
de antigüedad.
CB.ITICAS. Uh
Para hallar la legítima propiedad y primitiva
significación de las palabras castellanas, no bastan el
texto de los primeros autores y la autoridad de las
publicas escrituras , puesto que su mayor antigüe «
dad no pasa del siglo xiii : es necesario recurrir á
la tradición yerbal de los adagios ó proverbios ,
^e deben reputarse generalmente por anteriores
á toda prosa escrita. El Marqués de Santillana por
mandado del Rey D. Juan el Segundo de Castilla
formó una curiosa colección de estos adagios, ó re-
franes castellanos, usados en aquella edad, los qua-
les venían ya por común y vulgar tradición de tiem-
po inmemorial, por cuya razón los intituló : Re^
franes que dicen las viejas tras el huego , como si di«
xera, que dicen las viejas junto á la lumbre. Sin du-
da son los primeros impresos no solo en lengua cas*
tellana , más también en las demás vivas de Europa.
Es tanta la riqueza de nuestra lengua en este
género, que ninguna otra de las vulgares puede
juntar un numero tan crecido de estas moralidades
populares. Después del Marqués de Santillana, hizo
su recopilación de refranes castellanos el Comenda-
dor Griego Hernán Nuñez el Pinciano,á quien ha-
bía comunicado muchos el erudito Juan Pérez de
Castro. Siguiéronle otros colectores,como: Pedro
Valles, verdadero autor del Libro de refranes ^xm^
K4
Cxhi toBSERVACIONES
preso en Zaragoza en 1549 : el Doctor Benito
Arias Montano en unos apuntamientos manuscritos
que exísjten en la real biblioteca del Escorial : Juan
de Meló Toledano , quien escribió siete Centurias
4e adagios castellanos , que merecieron la aprobación
de Ambrosio de Morales ; más no han visto aun la
luz publica : Blasco de Garai en sus dos Cartas de
refranes , con las quales andan juntas otras de incier-
ta autor : Juan de Malára en su Filosofia vulgar :
Juan Sorapan de R¡eros,su émulo,en su Medicina
estáñala contenida en proverbios vulgares. Ade-
más i quánto podría aumentarse el tesoro de nues-
, tros refranes , si se añadiesen los muchos que se ha-
llan sembrados en los escritos de Cervantes, de Que-
vedo,y de otros festivos y chistosos ingenios?
VL
Desde principios del siglo xv se filé puliendo
la lengua castellana, haciéndose de dia en dia mas
dulce y sonora, ya en las inflexiones ya en las ter-
minaciones nuevas, que se introducían en muchísi-
mos vocablos con la mudanza, supresión, ó addicion
de algunas letras ; unas veces para conformarlos ma$
i suv etimología latina, y otras para facilitar y sua-
vizar su pronunciación : lo qual se debe principal-
mente á los poetas , que buscaban el número, la sua-
vidad , y la cadencia. En efecto, de la poesía pode-
mos decir na^ió la perfección de nuestra prosa en
CRITICAS. Cxl^H
h parte mecánica del lenguage (que no en la parte
metafisica y corrección gramatical); porque en el té»
soro poético hallaron los historiadores y oradores
las locuciones elegantes , enérgicas ^ harmoniosas^ »
para mover mas fácilmente los afectos, y describir
con mas impresión los acontecimientos. Seguramen-
te Fr. Luis de León , Cervantes , Lope de Vega,
Bartolomé Leonardo de Argensola,y D. Antonio
Solís no fueran tan sobresalientes en lo brillante y
numeroso de su prosa, si no hubiesen cultivado al
mismo tiempo la poesia.
VIL
Sin embargo, no bastara para la perfección de
nuestra lengua haber perdido la rusticidad y dure-
2a de sus voces ; si no las hubiera multiplicado , y
variado los modos de decir. Estos los adquirió en
grandísimo número, breves , sentenciosos , y llenos
de viveza y donayre, y nada opuestos a la. digni-
dad de su carácter. Pero la~calidad mas esencial á la
perfección de la lengua, aun quando careciere de la
feliz combinación de sílabas suaves y sonoras , de la
melodía de su accentuacion,y de su fina variedad
paira modificar maravillosamente todas las ideas abs^
tractas y sentimientos, es aquella peculiar libertad
de la construcción, con que huye de las repeticiones
y monotonía, sin violentar su índole ; y aquella ra-
pidez y concisión de la frase > desembarazada de ar-
exhíii OBSERVACIONES
tículos , pronombres , partículas , y otros accidentes
gramaticales , que volverian muy pesada lá oración
castellana sin darla mas c^laridad. De este modo la
lengua española, sin quebrantar sus leyes, junta á la
harmonia mecánica de sus dicciones la del estilo, que
no es lo mismo : admirable calidad y singular ex-
celencia, que la hace la menos tímida y uniforme de
todas las vulgares, y la mas apta para traducir la
precisión , y gravedad de la latina. Asi , pues , si fue-
re posible que Salustio,Tácito, y Séneca hablasen
alguna vez en buen romance, serí^ en español. La
lengua está formada : los traductores creo que son
los que no han nacido,
VII L
Esta lengua, cuya gala, primores, y riquezas
debe al propio ingenio, luces, y esfuerzo de cada
escritor en particular, y de ning^n modo á los
áridos gramáticos y rhetoricos de la nación, había
subido en el siglo xvi á un grado tan alto de her-
mosura y magestad , que pudo venir á hacerse uni-
versal , según la estimación que se grangeaba ^n to-
dos los payses estrangeros, si los españoles hubiesen
sabido hacer trato y mercancía de los frutos de su
talento.
El universal aprcciq y lugar que mereció nues-
tra lengua en el siglo xvi en toda Europa (aun-
que en este no ha merecido un artículo en la Enci-
CRITICAS. CxUx
cIopédia),lo testifica el autor del Diálogo de las Un-
£uas y (¡uc escribía en el reynado de Carlos v, y lo
publicó el erudito D. Gregorio Mayans en sus orí-
genes de la lengua castellana , quando dice : ,, que
jy ya en Italia, asi entre damas como entre caballe-^
„ ros se tiene por gentileza y galanía saber hablar
„ castellano", Joseph Escalígero, escribiendo á Isaac
Casaubon desde Ley den por los años 1604, le dice:
que habia enriquecido el lexicón de Antonio de
Ncbrixa con mas de dos mil vocablos , y añade : „ y
„ con todo eso me parece he hecho nada , siempre
79 que leo libros españoles. £s tanta la abundancia
„ de aquel lenguage^que quanto mas aprendo en
,1 él , tanto mas se van ofreciendo cosas que sin ma-
„ estro nunca las aprenderé ".
\ Los autores del Año Literario que se publica
todas las semanas en París , en el juicio que forman
(N.® II.® , de 31 de Enero de este año de 1786) del
Discurso de Mr. Rivaroles sobre la universalidad
déla lengna francesa y que ganó el premio de la
Academia de Berlin en 1784; se explican con es*
tas palabras : ,, £1 autor ha presentado su asunto
95 de la manera mas brillante y mas ventajosa: es un
ji francés que habla de su nación , y que lisongea
„ muy poco el amor propio de las demás. Dibuxa
3t muy superficialmente los retratos de las naciones
,1 mas distinguidas de la Europa ; y se esmera en
jy descubrir las causas políticas y literarias que han
il OBSERVACIONES
„ impedido que sus lenguas no hayan logrado el ho-
„ ñor de ser uní versales , que se ha dado á la nues-
„ tra. Tal Vez se le acusará de haber callado la glo-
„ ria de que gozaron ciertas lenguas, aun en Fran-
„ cía , antes que la nuestra se hubiese perfecciona-
„ do. Yo no veo qué hubiera perdido el interés de
„ su causa en confesar : que el italiano y el español
„ formaban en otro tiempo parte de la educación
„ francesa, y que hasta en tiempo de Corneilk toda
„ nuestra literatura era todavia española**.
Asi hablan los C3trangeros desapasionados , si
quieren tener presente que el famoso Antonio Pé-
rez , según refiere en una de sus cartas al Rey Hen-
rique iv de Francia , habia sido elegido para ense-
ñarle la lengua española que tanto estimaba aquel
monarca. Bien claramente manifiestan otras de sus
cartas quán general era la afición que reynaba en
Francia y en Inglaterra á nuestra lengua en aque-
llos tiempos ; pues en ellas se nombran varios priu'»
cipes y señores que la cultivaban, y se deleytaban
con la lectura de los escritos de aquel singular y
desgraciado ingenio. Tampoco pueden ignorar que
el célebre Miguel de Cervantes fué asimismo con-
vidado con muy ventajosos partidos para ir á París
i enseñar la lengua española, proponiendo sus pro-
pias obras por modelos de lenguage. Aun menos
pueden ignorar el grandísimo número de libros es-
pañoles, publicados en los reynados de Felipe ii y
CRITICAS. di
Felipe III, que fueron en aquellos tiempos traduci-
dos en francés. Presente tendrán aquel juicio y pa-
ralelo que hizo el Emperador Carlos v entre las
lenguas que conoció en, su tiempo y poseia , quando
dixo : que el inglés era lengua para hablar con los
páxaros ; el aUman con los caballos ; t\ francés con
los hombres ; el italiano con las damas , y el español
para hablar con Dios. El que escribió que la lengua
española crz pura como el oro y y sonora como la pía-'
/4, francés era, en Francia escribía, y todavia vive:
y á fé que no se puede tachar de parcial á nuestras
cosas. Mr, de Alambert ha dicho en sus opúsculos
de literatura, analizando la harmonia de las lenguas:
„ una lengua abundante en vocales, y sobre todo en
„ vocales dulces como la italiana, sería la mas suave
„ de todas ; pero no la mas harmoniosa : porque la
„ harmionia para ser agradable, no debe solo ser su-
„ ave, sino variada. Una lengua que tubiere,como
I, la española, la feliz mezcla de vocales y consonan-
„ tes dulces y sonoras , sería quizá la mas harmonio-
}, sa de todas las modernas^S
IX.
A pesar de estas excelentes calidades y feliz for-
mación de tan rica dulce y magestuosa lengua, hu-
bo un tiempo en que fué en algún modo desdeña-
da de nuestros mismos patricios. En efecto muchos
de los escritores que debian cultivarla ^ pulirla, é
cJii OBSERVACIONES
ilustrarla, y hacerla mas conocida y general por me-
dio de sus plumas y formaron en el siglo xvi un ge-
nero de pundhonor en desterrar de sus obras el idio-
ma materno, por no ser tenidos por autores roman-
cistas. Sin razón alguna lo abandonaban , pues ya en
el tiempo en que la vanidad escolástica lo menos-
preciaba , eran sus galas y atavios dignos de hermo-
sear y vestir á qualquiera producción del ingenio
humano. De este desprecio ya se lamentaba en ti-
empo de Carlos y el autor del Dialogo de las leth
¿uas ya citado , quando dice : „ Todos los hombres
, somos obligados á ilustrar y enriquecer la lengua
„ que nos es natural, y que mamamos en las tetas
,) de nuestras madres , que no la que nos es pegadi*-
„ za y que aprendemos en libros . . . Preg. ¿Acaso
,, el Bembo perdió su tiempo en el libro que hizo
„ sobre la lengua toscana? ¿No tenéis por tan clc-
,, gante y gentil la lengua castellana como la tosca-
„ na? Resp. Sí la tengo ; pero también la tengo por
„ mas vulgar, porque veo que la toscana está ilus-
„trada y enriquecida por un Bocacio y un Petrarca;
,^ los quales siendo buenos letrados , no solamente se
I, preciaron de escribir buenas cosas , pero procura-
„ ron de escribirlas con estilo muy propio y muy
I, elegante. Y , como sabéis, la lengua castellana nun-
„ ca ha tenido quien escriba en ella con tanto cui-
,, dado y miramiento, quanto sería menester. Prcg.
9^ Quanto mas conocéis eso ^ tanto mas os debríadcs
CRITICAS. cliii
„ avergonzar vosotros, que por vuestra negligencia
„ hayáis dexado y dexeis perder una lengua tan no-
„ ble , tan entera, tan gentil , y tan abundante* ^
Que esta desgracia padeciese entonces nuestra
hermosisima lengua, lo atestiguan varios sabios y
zeloso^ patricios de aquel siglo, que se lamentaron
de tan vituperable abandono é ingratitud. Hernán
Pérez de Oliva, que sabía bien el latin y el griego,
condolido del menosprecio que padecia su lengua,
se empeñó en escribir todas sus obras varias en ro-
mance para hacer común su doctrina : empresa muy
laudable en su tiempo.
El Maestto Ambrosio de Morales, sobrino del
mismo Oliva , cuyas obras dio á luz en Cordová en
158$ , en el Discurso sobre la lengua castellana que
imprimió al principio de ellas , se quexa amarga-
mente del descuido é injuria que hasta entonc«s ha-
bia sufrido la lengua, quando los italianos se habian
preciado de cultivar tanto la suya. „ No hay aho-
„ ra, dice, hombre docto en Italia que no se ocupe
„ en esclarecer su lengua con escrituras graves y de
„ mucha sustancia, y aprenden el griego y el latin
„ para tener llaves con que puedan abrir los tesoros
,,de entrambas, y enriquecer su vulgar con tales
„ despojos. Por esto me duelo yo siempre de la ma«
„ la suerte de nuestra lengua castellana , que siendo
„ igual con todas las buenas en abundancia , en pro- .
., piedad, variedad, y lindeza, y haciendo en algo
fUif OBSEUVACiONXS
y, desto á muchas ventaja; por culpa p negligencia
I, de nuestros naturales está tan olvidada y tenida
y, en poco, que ha perdido mucho de su valor : y
^, aun pudierase esto sufrir ó disimular , si no hubie*
yy ra venido á tanto menosprecio , que basta ser nn
yy libro escrito en castellano para no ser tenido en
y, nad^. Para mí es un pesar el descuido que núes-
„ tros españoles tenemos ¿n esta parte , de no prc-
,f ciarnos de nuestra lengua y así honrarla y enrí-
„ quecerla ; antes tratarla con menosprecio y vitu-
„ perio . . . Pues ¿qué los otros , que todo lo tienen
,) en castellano por afectado? Estos quieren conde-
y, nar nuestra lengua á un estraño abatimiento y
,,como enterrarla viva, donde miserablemente se
„ corrompa , y pierda todo su lustre y hermosura :
I, ó desconfiar que no es para parecer , y esta es ig«
y, norancia : ó no la quieren adornar como deben, y
,, esta es maldad ...
,, La causa verdadera de no acertar á decir bi-
„ en, ni diferenciar lo bien dicho en castellano, está
;, principalmente en no aplicarle el arte de la elo-
„ qüencia,en lo que ella enseña mejor del habla, no
„ para propiedad , que esta el uso la muestra , sino
„ para la elegancia y la fineza, donde no llega el
„uso,y el arte puede mucho suplir el defecto.
„ Junto con esto , faltan en nuestra lengua buenos
„ exemplos del buen hablar en los libros, que es la
,, mayor ayuda que puede haber para perfeccionar*
% CHITICAS. fh .
„ se un leaguage : y donde falta el arte, la imitación
f, con los buenos dechados alcanza mucho. • . ¿Quién
„ no entiende que es gran pobreza , que casi no Jia
I, habido en £spana hasta ahora alguna buena escri*
„ tura, cuyo estilo ó género de decir pudiese uno
„ seguirlo para enmendar su habla , con seguridad
ij que , quando lo hubiese sacado bien al natural,
„ habría mejorado su lenguage ? ¿Quién podria se-
,, ñalar muchos libros castellanos , con confianza que
„ leidos y imitados , se alcanzarla perfección , ó seña-
jy lada ó conocida mejoría en el uso de nuestra len«
,9 gua ? . • Y si alguno me preguntase la causa por
„ que, habiendo habido siempre en España, y seña-
„ ladamente en nuestro tiempo, singulares ingenios,
„ y muchos dellos bien empleados en las letras y
„ exercítados en el arte de bien decir , siempre ha
„ quedado nuestra lengua en la miseria y con la po-
„ breza que antes tenia , sin que alguno la haya so-
„ corrido con alguna buena escritura ; yo le respon-
„ deria con pensar que acertaba : que todo nace del
„ gran menosprecio en que nuestros mismos natu*
„ rales tienen nuestra lengua , por lo qual ni se afi^
„cionan á ella, ni se aplican á ayudarla^^
„ Y no me parece sin duda que hasta ahora les
„ ha faltado á los hombres doctos en España excu*
„ sa deste su desamor ó descuido, por estar la lengua
,) castellana tan abatida y sujeta á servir en tan ví«
li les usos, que teniaa razón de desesperar que po-
TOJi. I. L
€h% OBSERVACIONES
„ dría levantarse á cosas mejores y de muc;ha dlg-
„ nídad , quales eran las en que ellos quisieran ocu-
yj parla. No se escribia en castellano sino, ó sucios
,, amores, ó fábulas vanas: ¿quién había de osar en^
,, comendarle mejores materias? quién no había de
,y temer que escurecia su obra la baxeza del caste*
,y llano, si en ella escribía? Asi en nuestra lengua/
,, por verla tan mal empleada , no había quien se
,, atreviese á servirse della . • . Menester fíié que al-
„ gunos venciesen este temor , lo menospreciasen, y
„ diesen á entender á los demás con su exepiplo co-
„ mo habían de librar nuestra lengua de la misera-
„ ble servidumbre en que viles hombres la tenían ,
„ no rehusando de hacer lo que hombres sabios ya
^y hacían. Destos ha ya habido algunos en nuestro
„ tiempo , que con escribir en castellano cosas de
,, buena doctrina , adornándolas con el cuidado del
„ bien decir^han abierto la puerta á todos los espa-
yj ñoles doctos ^paraque de aquí adelante , estiman*
„ do en mucho nuestra lengua, que ven ya mejor
„ inclinada y capaz de todo aderezo de eloqüencia,
„ todos sin miedo se le entreguen , y en breve Uc-
yj gue i ser tan copiosa y galana como puede si no
le faltan sus naturales".
Luego entra Ambrosio de Morales á nombrar
con elogio todos los autores de buen estilo y lengua-
ge que hasta su tiempo habían publicado algunos
escritos ; entre los quales hace mención de Hernán*
>f
CRITICAS. cha
do del Pulgar, de Pedro Mexía, de Florían'de Ocam-
po,de Alexo Vcnegas,de Francisco Cervantes de
Salazar,del Maestro Oliva y Luis Mexía, y últi-
mamente de Fr. Luis de Granada , de quienes tras-
lado en este teatro muy lindos y exquisitos frag-
mentos de eloqüente composición. Yo admiro que
no hubiese colocado en el numero de estos escogi-
dos escritores al Bachiller de la Torre en su Vision
deUytablci á Fernán Pérez de Guzman en sus Gene-
raciones y Semblanzas ; í Mosen Diego de v alera
en sus dos CJartas al Rey D. Juan el Segundo, y en
su Tratado de providencia contra fortuna ; al Doc-
tor Juan López de Palacios Rubios en su Tratado
del esfuerzo bélico heroyco ; al célebre Obispo Fr. D.
Antonio de Guevara en su Relox de Principes ^cn
el Menosprecio de la corte ^y en suá Cartas ; al Ba-
chiller Rúa en sus Cartas censorias ; al Doctor Vi-
llalobos en sus Problemas naturales y morales ; á
Don Luis de Avila en su Comentario de la guerra
de Alemania por Carlos v ; ni al V. Maestro Avila
tan digno de ocupar el primer lugar en el catálogo
de los autores sobresalientes : lo que me hace creer
que lo escribió antes del año 1 579 , que fué la épo-
ca de las primeras impresiones de algunos escritos
de aquel piadoso y eloqüente varón.
De qualquier manera, siempre prueban las que*
zas de Ambrosio de Morales , que nuestra lengua pá«
tria estuvo desdeñada generalmente entre nosotros
121
fhiii * OBSERVACIONES
hasta mediados del siglo xvi , y que por fortuna la
salvaron de su ultima ruina y abafidono los autores
que acabo de citar mas arriba ; quienes son sin du-
da los únicos que en orden á la propiedad y pureza
del leaguage se podian citar pot dechados. A la
verdad, quan^ fuese el desprecio con que se mira-
ron hasta pasada la mitad de aquel siglo los escritos
serios en romance ; el sabio y eloqüente Fr. Luis de
León, juntando su lamento <:on el de Ambrosio de
Morales, en la introducción al tercer libro de los
Nombres de Christif , que reimprimió en i J85 con
la addicion de este nuevo libro , exclama <X)ntra los
que repararon, ó se escandalizaron, que escribiese
asunto tan grave en idioma vulgar, y dice de esta
suerte : „ Unos se maravillan que un teólogo de
„ quien, como ellos -dicen, esperaban algunos gran-
jy des tratados , llenos de profundas q{íestiones,haya
„ salido á la fin con un libro en romance . • . Otros
„ hay que no los han querido leer porque están en
„ su lengua ; y dicen que si estubicren en latin los
„ leyeran. . . Es engaño común tener por fácil y de
„ poca estima todo lo que se escribe en romance :
„ que ha nacido de lo mal que usamos de nuestra
„ lengua no la empleando sino en cosas sin ser, ó
„ de lo poco que entendemos della creyendo que
„ no es capaz de lo que es de importancia : que lo
uno es vicio, y lo otro engaño ; y todo ello falta
,1 nuestra, y no de la lengua, ni de los que se esfii*
«9
C H I T I C A S. clix
19 crzan á poner en ella todo lo grave y precioso
que en alguna de las otras se halla. Asi que no pi-
ensen , porque ven romance, que es de poca esti-
,, ma lo que se dice ; más al revés, viendo lo que se
) dice, juzguen que puede ser de mucha estima lo
,, que se escribe en romance, y no desprecien por la
lengua las cosas , sino por ellas estimen la lengua. .
A los que dicen que no leen aquestos mis libros
„ por estar en romance , y que en latin los> leyeran,
I, les debe poco su lengua ; pues por ella aborrecen
, lo que si estubiera en otra tubieran por bueno. Y
I, no sé yo de donde les nace el estar con ella tan
, mal» que ni ella lo merece, ni ellos saben tanto la
, latina >que no sepan mas de la suya , por poco que
,della sepan, como de hecho saben della poquisi*
, mo muchos ... Y si <iicen que es novedad (mí
, estilo), yo confieso que es nuevo , y camino no
, usado por los que escriben en esta lengua , poner
, en ella numero levantándola del descaimiento or«
, dinario. El qual camino quise yo abrir, no por la
presunción que tengo de mí , que sé bien la pe*
,queñez de mis fuerzas;, sino paraque los que las
>, tienen, se animen á tratar de aquí adelante su len-
, gua como los sabios y eloqiientes pasados , cuyas
„ obras por tantos siglos viven , trataron las suyas : y
, paraque la igualen en esta parte que le falta con
)las lenguas mejores, á las quales, según mi juí-
i> ció, vence ella en otras muchas virtudes"*
€¡X OBSERVACIONES
Hernando de Herrera , que escribía por aquellos
tiempos, en sus comentarios al poeta Garcilaso, di-
ce, sobre el abuso de haber desterrado por antiqua-
das algunas expresiones y dicciones , sin darles equi-
valente : „ Por nuestra ignorancia habernos estre-
„ chado los términos estendidos de nuestra lengua;
„ de suerte que ninguna es mas corta y menestero-
yy sa que ella, siendo la mas abundante y rica de las
„ que viven ahora. Porque la rudeza y poco entcn-
„ dimiento de muchos la han reducido á extrema
I, pobreza , escusando por delicado gusto , siendo
„ muy ágenos del buen conocimiento , las dicciones
„ puras, pi'opias y elegantes. Los italianos, hombres
„ de juicio y erudición, y amigos de ilustrar su len-
I, gua , ningún vocablo dexan de admitir , sino los
„ torpes y rústicos : más nosotros olvidamos los nu-
,, estros , nacidos eñ la ciudad , en la corte , en las ca-
„ sas de los hombres sabios , por parecer solamente
„ religiosos en el lenguage ; y padecemos pobreza
„ en tanta riqueza y en tanta abundancia^S
En aquel mismo tiempo escribia Miguel de Cer-
vantes en su prólogo á la Galatea la necesidad que
habia del estudio de la poesia para aprovechar en el
buen lenguage , quando dice : „ No puede negarse
„ que los estudios de esta facultad traen consigo
„ mas que medianos provechos : como son enrique-
„ cerse el poeta considerando su propia lengua, y
„ enseñorearse del artificio de la eloqüencia que en
CRITICAS. clxi
„ ella cabe para empresas mas altas y de mayor im-
„ portancia,y abrir camino paraquc á su imitación
,, los ánimos estrechos que en la brevedad del len-
j, guage antiguo quieren que se acabe la abundan-
jy cia de la lengua castellana, entiendan que tiene
„ campo abierto , fácil , y espacioso , por el qual con
„ facilidad y dulzura, con gavedad y eloqücncia
„ pueden correr con libertad , descubriendo la di-
„ Tersidad de conceptos agudos, su tiles, graves, y
„ levantados, que en la fertilidad de los ingenios es-
„ pañoles la favorable influencia del cielo con tal
„ ventaja en diversas partes ha producido , y cada
„ hora produce en la edad dichosa nuestra, de lo
„ qual puedo ser yo cierto testigo. . . ^^ Del contex-
to de este modo de explicarse Cervantes se colige
que ya empezaba entonces á lucir la riqueza de nu-
estra lengua manejada por ingenio^ de buen gusto,
que se sacudian de los reparos de los mezquinos crí-
ticos que no aprobaban el nuevo pulimento y abun-
dancia que recibía el idioma de la fecundidad y va-
Icntia de los escritores modernos , más no de los tra-
tados ó artes que hasta entonces se hubiesen escrito,
ni estudiado para aprender y conocer las reglas, la
pureza, la propiedad, y la índole de tan preciosa
lengua ; porque hablando con verdad carecia la na-
ción de una gramática vulgar que fixase sus precep-
tos , reduciendo a un sistema lo que la analogía, el
capricho,© el uso hablan establecidq. Esta neco-
L4
L.
4
tíxii ^OBSERVACIONES
. sidad bien la conoció un siglo antes el restaurador
de las letras en España Antonio de Nebrixa,quan-
do de orden de Don Fernando el Católico escribió
en 1492 su ^rte de Gramática castellana ^^zxz en-
señar á las Infantas de Castilla , en cuyo prólogo de-
dicado á la Reyna Doña Isabel , dice estas palabras:
jy Acordé ante todas las otras cosas reducir en arti-
„ ficio este nuestro lenguage castellano, para lo que
,, agora J de aquí adelante se escribiere pueda que-
,y dar en un tenor , é estenderse en toda la duración
„ de los tiempos que están por venir. Como vemos
9, que se ha hecho en la lengua griega é latinarlas
,9 quales por haber estado debaxo de arte , aunque
,, por ellas han pasado muchos siglos, todavia quc-
„ dan en una uniformidad. Porque si otro tanto en
), nuestra lengua no se hace como en aquellas, en
M vano vuestros cronistas y estorbadores escriben é
y i encomiendan á inmortalidad la memoria de vues-
„ tros loables fechos". Pero este socorro fué muy
escaso paraque sirviese de verdadero norte y méto-
do á los escritores cultos y exactos de la lengua. Y
aunque en 1568 el maestro Juan de Miranda escri-
bió otra gramática española mas completa en idioma
italiano, para instruir por ella á los venecianos y
"^otros naturales de Italia, dedicada al Duque de ür-
bino ; no llenó la falta que se padecía de un arte
metódico y claro, que fixase los verdaderos princi-
pios de la lengua, no con la sequedad y desaliño de
C R I T I C AS. Clxiti
unos rudimentos , sino con la profundidad y orden
de un tratado elemental. En 1606 publicó el erti-
ditísimo y zeloso español Betnardo de Aldcrete,ca%
nónigo que fué de la Santa Iglesia de Cordova , el
Libro del origen de la ¡engua castellana dedicado í
Felipe III : y en prueba de que en su tiempo se co-
nocia la misma necesidad que en el siglo antecedente
sobre el ningún estudio que se hacia para hablar
bien la lengua materna , tratando de las escuelas que
tenia la antigua Roma , dice : „ Pero como ella las
„ tenia , pudiera muy bien haberlas en nuestra Es-
„ paña de la lengua castellana , por falta de las qua-
5, les son muy pocos los que la hablan bien , y me-
„ nos los que la saben con perfección , y esos muy á
9) la vejez y con doblado trabaxo , que no tubieran
„si pequeños la estudiaran. Porque, sin duda,ten-
„ go por ¿ierto lo que le pareció á Quintiliano : que
}, tiene una diversa naturaleza el hablar común y
„ vulgar ; otra el razonamiento y discurso del hom«
„ bre eloqüente**.
Vino después el maestro Bartolomé Ximenez
Patón, y publicó en 1621 unas breves instituciones
de gramática española, de cuya aridez, obscuridad,
y desorden muy poco fruto se podia esperar , redu-
ciéndolo todo á una sucinta noticia de las partes de
la oración y sus accidentes. Tampoco remedió esta
falta el maestro Gonzalo Correas , catedrático de
griego y lenguas orientales en Salamanca, en su com
i ■
cxliv OBSERVACIONES
pendió de Gramática castellana , que incluyó en su
Trilingüe y impreso en 1627. Pero esta solo fué un
breve resumen de la que habia escrito Antonio de
Nebrixa;sin el orden y distribución que exige una
gramática metódica , que funde sobre un sistema in-
variable las reglas fixas de la índole y uso peculiar
de un idioma.
No es la aridez é inexactitud de los artes grama-
ticales la única desgracia que ha padecido el cultivo
de la lengua castellana ; la falta de un diccionario
completo, correcto, y bien trabaxado ha sido aun
inas notable y sensible. Todos los diccionarios que
se conocian antes de la publicación del de la Real
Academia Española , eran muy pobres y escasos de
voces, inclusos el de Antonio de Nebrixa impreso en
Salamanca en I492,á pesar de sus posteriores ad-
diciones ; el de Alonso de Falencia publicado en Se»
villa en 1490 ; el J^ocabulario Eclesiástico de Ro-
drigo Hernando de Santa-EUa, también en Sevilla
en 1 5 29; y el Tesoro de la lengua castellana ^qw
compiló Sebastian de Covarrubias Orozco, y publi-
có en 161 9 : donde , dice Quevedo en su Cuento de
cuentos ,^/ jfapel es mas que la razón : obra gran-
de ^y de erudición desaliñada. Sin embargo, aunque
incompleto y diminuto , siempre será una obra apre-
ciable por su caudal etimológico con que ilustra el
origen y significación de las palabras.
C K I T I C A S. clXV
Es tanta la riqueza de nuestra lengua, que quan-
to mas se estudia, m^s da que estudiar;y quanto mas
se profundiza, mas tesoros descubre. El diccionario
mismo de la Real Academia , sin embargo de ser el
mas copioso, y trabaxado con mayor método y exac-
titud que hasta ahora ha publicado ningún otro cu-
erpo literario sobre la lengua general y usual de
una nación ; en cada nueva edición tiene que reci-
bir suplementos de muchas voces autorizadas en los
libros y escritos públicos , que se habian escapado á
la diligencia de los primeros investigadores, y de
otras de nueva adopción que el uso ha canonizado,
y la analogía debe formar paraque los prohije la len-
gua , pues de ella misma nacen.
Asi, pues, nadie estrañc si no hallare en este dic-
cionario ciertas palabras conocidas ; no hablo de las
facultativas y artísticas, sino de las comunes y usua-
les, que son del caudal y casta de la lengua hablada,
las unas , y las otras del uso y propiedad de la len-
gua escrita , y del estilo grave. En efecto en aquella
obra, que es menor que la materia , y creo lo será
siempre, para mayor gloria nuestra de tener una len-
gua que no la puedan comprehender los dicciona-
rios ; he echado menos , aunque recorrida ligeramen^
te por mi curiosidad , algunas palabras que me atre-
vo á presentar á la luz y censura pública , como son:
L
^hvi OBSERVACIONES
= Ahuecador , dlmacenage , amarguero (espárrago),
amarillento , apelluzcado , arrabalera , arrequesona*
do = Baronal , bayetón , borrasquero = Cabreriza ,
cadencioso , cagalitroso , camero ( colchón ) , capita-
lista , cargamento , carromatero , carruagero , r¿í j^-
rib , caserón , casolero , coscarse , cavilosidad = D^j-
nrW/o , desarme , desbarajustado , desempaquetar y
deslinde , desparpajo , despezuñar , destalonar , á^x-
tronque , dichero , diluviar = Edificante , empernar ,
especiar , espejero y esquebrajar , estimulante y estre*
chon , estrepitosOy exdminandoy extremoso = Fárdele-
ría y fletador y fogonazo y fonda (hostería) y fondero y
fondeadero yfontanil y for asteria y formante afrontilé
Gachonería ygalicadoygeneralizar, gimotear = fiii-
bit antes , hombría y hombrada , hormigueo , huesarron
= Inyectar = Mancornar y maquinaly maritimary ma-
rinero (navio) , marejada , mecanismo , modelar y mo •
rer al, moruno , mozero ^ Pellejudo ypellejon = ü?^-
lonyr eidero yrepr esa (de un n^vio) y ridiculizar y riso-
tada ^Terrizo = Vaquetear = Zandial &c. Tam-
bién eché menos otras palabras de un uso muy ge-
neral y freqüente en los escritos públicos de varias
materias : por exemplo, faltan las voces : Abonaré
( un) , beligerante , belicosidad , bibliografía , WWw-
inania y bilingüe , episcopado (que es la dignidad , y
no el ter ikoxio), estacional y federativo y fiscalía yfis^
calidad , foliatura , galicismo y glosario , habilitado
(oficial) , interventor , legación , legislativo^ magis^
I CRITICAS. cJxvH,
i traiura , materialismo , metalurgia , observativo, ob-
tentor , ocasional y patriótico ^ patriotismo . proyectis^
ta ¡providenciar ^ protestantismo ^ publicista ypuris^
ta yfurismo ^puritano, rigorista , territorial , silabi*
cOj supremacía &c.
Además ¿quintas voces tiene la lengua habla*
da, que no se hallan en la escrita? ¿Quintas se gra-
dúan de familiares y'porqyic no se hallan en escritos
serios, aunque sean las mas propias y enérgicas?
¿Quintas se califican de baxas^ que no son sino cia-
rás y graciosas ? ¿ Quántas se llaman antiquadasj
que son y deben ser de todos tiempos ? Yo creo
que una lengua debe trabaxar mas en adquirir que
ca desechar lo adquirido : consistiendo su mayor
grandeza y adelantamiento en su mayor abundan-»
cia. Una lengua viva es un cuerpo inmortal, que si-
empre crece sin tasa y sin medida, siguiendo los pro-
gresos del entendimiento humano. Un permanente
nivel y equilibrio lo mantiene la naturaleza en el
mar ^ que todo el caudal que recibe de los rios,lo
despide después por evaporación. La elevación del
occéano anegaria la tierra ; mas la superabundancia
de una leqgua nos facilitaria la verdadera expresión
de todos nuestros conceptos y afectos* ¿Quintas vo.
ees podrian haberse incorporado en el diccionario
general de la lengua, que se desdeñan por la sola
nota de provinciales , siendo muchas de ellas de
una incQmparable viveza y fuerza? Soy de sentijri
elxviii OBSERVACIONES
que s¡ se quiere aumentar nuestro diccionario, so«
bre todo , de voces freqüentativas , imitativas , au-
mentativas, y diminutivas ; es necesario recurrir al
lenguage no escrito de nuestras provincias meridio-
nales, donde las ideas generales, por la mayor dcli-
cadez^ , volubilidad , y calor de la fantasía de sus
moradores, se han subdividido y modificado en un
mayor numero de ideas secundarias , ó relaciones
parciales ; y por conseqüencia , de estas modificacic
nes de cada idea principal ha nacido tanta diversi-
dad de palabras derivadas, simples, y compuestas:
que por no leerse en graves autores , que pudieron
muy bien ignorarlas, quedan tildadas como capri-
chosos signos de la habla común de las provincias.
Podria yo presentar aqui muchos excmplos ; si no
temiera dilatarme mas de lo que permite la estre-
chez de estas observaciones.
Los que creen que nuestra lengua nacional es-
tá circunscripta toda en los libros y en los diccio-
narios, y no quieren comprehender en su inmenso
caudal igualmente la lengua no escrita ; exclaman,
que carecemos de voces para las artes. Pregúnten-
selo al labrador, al hortelano, al artesano, al arcM-
tecto , al marinero , al náutico , al müsico , al pintor ,
al pastor &c ; y hallarán un género nuevo de voca-
bularios castellanos, que no andan impresos, y que
no por esto dexan de ser muy propios , muy casti-
zos, y muy necesarios de recopilarse y ordenarse i
CRITICAS. clxix
parí no haber de mendigar todos los días de los
idiomas cstrangeros lo que tenemos , sin conocerlo,
en el propio nuestrb. A donde este no alcanze,
adóptense voces nuevas , en hora buena.
La experiencia diaria nos enseña que mas nece**
sidad hay de estos vocabularios técnicos y peculia-
res de artes y ciencias , que no puede abrazar el
diccionario general de la lengua , que del antiqua-
do de la germania , que publicó Juan Hidalgo en
1 609, como si esta fiíese una lengua fundada en
principios fixos y reglas invariables , que pudiese
transmitirse de siglo en siglo. Esta germanía ó xe-
rigonza gitana, es propiamente un lenguage rufia-^
nesca, inventado por los llamados antes de ahora
gitanos (raza de Bohemianos vagabundos avecin-
dada en España) cojn el fin de no ser entendidos d^
los demás habitantes en sus ardides , trampas y ma-
las artes. Asi toda la riqueza de su lengua consiste
en voces de justicia , prisiones , y castigos , como co-
sas que mas temian , y que merecian pías , y en tér-
minos significativos de embustes, raterías, fugas , la-
trocinios, y otras maldades , de que pendia su sub-
sistencia no menos que su independencia. De ahí
habrá venido que la letra de sus cantares siempre
es lamentable y llorosa y y los tonos son de una ter-
nura triste y clamorosa : todo propio de ánimos so*
bresaltados y afligidos, que temian persecución,©
sufrían servidumbre ix oprobio. Muchos de los vo-
CÍXX OBSERVACIONES
cabios de la germanía son inventados por capricho,
sin connexíon alguna con el castellano; otros son to-
mados de esta lengua , trocadas las sílabas ; otros son
enteros y claros , pero mudada su primera y natu-
ral accepcion ; y otros son palabras antiquadas ; sin
contar algunas adoptadas de varias provincias , co-
mo propio lenguage de gente vaga y colecticia.
Pero esta xerigonza se ha mudado casi cada diez
aaos: cuyo trastorno dictaban la necesidad y el mie-
do. Asi es que el vocabulario escrito de la germa-
nía, hoy no es entendido de ningún individuo de
estas familias, aun de los mas ancianos : experiencia
que he practicado por mí mismo.
Carecemos de vocabularios técnicos, para escribir
facultativamente en las materias científicas, económi^
cas , y fabriles; cajjecemos de un diccionario de Sinó-
nimos ^ es decir, del diccionario filosófico de todas las
finezas y modificaciones del lenguage ; sin cuyo au-
xilio es imposible dar principios fixos á la propiedad
y corrección de idioma alguno. Pues, sin saber dis-
tinguir las diferencias específicas, por exemplo, en-
tre belicoso y guerrero ; tntxcjíely leak cntic ciernen^
cia y compasiom entre felicidady dicha, fortuna, y sU'
trte ; entre alabanza, elogio ,/ loor ; entre siervo , es*
clavo, y cautivo &c ; ¿cómo escribiremos nunca con
exactitud y precisión ? Quando poseamos estos teso-
ros , y una gramática elemental , conoceremos los
primores y riquezas que encierra la lengua española.
1
CHITIGAS. ciXXi
FORMAQON DE LA LENGUA CASTELLANA.
llNla formación de una lengua se deben tener
presentes tres cosas: la etimología de las voces, su
material composición, y su significación.
I.
Es tan clara la filiación inmediata que guarda nues-
tra lengua de la latina, que sin contar las palabras
corrompidas y alteradas en su inflexión ó termina-
ción; solo con las que se han conservado íntegras ,
algunos eruditos han logrado sacar, ya en prosa ya
en verso, diversas composiciones perfectamente bi-
lingües.
Exemplos de vocablos íntegros en su estructu-
ra y terminación: i.^ en el singular los substanti*
Yo% fena ^planta^sol , dolor^Scc. tomados del nomi-
nativo latino : artfy tnentCj dnimo^ modOj 8ic. tomados
del ablativo: 2.® en el jlursLlyfgn^s^flantaSf ánimos^
modos , sacados del acusativo : y artes ^mentes, soles,
dolores del nominativo. Además hay otros nombres
substantivos , que soló son latinos en el plural, co-
mo : oraciones , qüestiones , raciones , yoces, &c. saca-
dos del nominativo. Otras varias voces, como los pro-
nombres recíprocos meite^se^nQSytíOSyj las partí-
2X)Jf . Z. U
ilXXii OBSBUVACIONfiS
culas conjuntivas y adverviales tanto yquanto yquati'
i&^son enteramente latinas*
Los adjetivos enteramente latinos en las termi-
naciones de numero y de género son innumerables.
£n el singular 9 los masculinos y neutros se sacan
del ablativa,como : molesto ^ eterno ^ activo &c; y los
femeninos del nominativo , como : molesta , eterna ,
activa. En el plural se toman unos y otros del acu-
sativo : como molestos » molestas &c ; excepto en los
neutros, cuyo género no distinguen las lenguas vul-
gares en las terminaciones del plural. Son entera-
mente latinos los adjetivos acabados en ^^y se to- ;
man del ablativo en el singular, como : leve, im/nme \
&c ; y en el plural se sacan del acusativo, /rr^^ im-
funes. Otros adjetivos solo son latinos en el plural,
teles son : dóciles , útiles , viles , que tienen el singu-
lar mutilo, como: ádri7,«íí7,w7. Son enteramente
latinos los participios activos en el singular , toma- \
dos de ablativo , como : amante , indolente , demente I
&c;y en el plural tomados del nominativo ^ como:
amantes y indolentes ¿ce.
Exemplos de voces casi enteramente latinas s
Las que mudan la x final en 2, como : de vox voz,
ácpax paz, ácfoelix feliz &c. Las mutilas, como: de
irinis crin f de Jinis ñn^ de pañis pan,de77f7iV vil,&c.
Las aumentadas , como : de quiete quietud , de afi
abeja &c.
&Aizs$ LATINAS ^ De hac hora agora ^ y alio^
CRITICAS. Clxxiii
ra , de hoc anno ogaño , de tam magno tamaño , de
quare car , de aliunde allende , de foras fuera , de
turro carro , de Jlos flor , de opera obra , de aratro
arado &c. Sin contar las que se han adoptado ente-
' ramente latinas ^ como : ornato , indemne , conteste ,
concorde &c, sacadas del ablativo; y otras tomadas
del nominativo , como : gravamen , examen &c.
I. Corrupción de las raizes latinas := Alteracio-
nes en las vocales = I.® mudanza de la i en e^v.
gr. :de infirmo enfermo » dq ^¿/o pelo » de sicco se^
co,de nigro negro , de wices veces, de lingua len-
gua, de timor temor, de vicino vecino &c , a.* mu-
danza de e en i^ v. gr. : de equali igual , de ccUa ci-
lla yde secuh siglo , de miscuo mezclo, &c. 3.® mu-
danza de la « en i) , y . gr. : de musca mosca , de unda
onda , de luto lodo , de bucea boca , de cursu corso ,
de succürsu socorro, &c. 4.^ mudanza de la a en ^,
como : de cáseo queso , de tractu trecho , de facto
fecho, de lacte leche, &c. $.® mudanza de la o en r,
como : de yri»»/^ frente : d¿ formosa hermosa , &c.
6.^ mudanza de la o en fi,como : de locuslagzt , de
^oopriV^ cubrir, de ^o/iii^r culebra, &c. 7.» el dipton-
go au convertido en simple o,como:de laudare
loar , de auro oro , de mauro moro ^ de tauro toro ,
de faueo poco , de pauper pobre , de r4fi/f col , &c.
8.^ La simple o convertida en diptongo en ue^ como:
defonte fuente, de sorte suerte, de soh suelo, de ^^or«
ta puerta , de cornu cuerno , de corpof9 cuerpo, de
Clxxro OBSSUVACIONSS
follo cuello, de moIU muelle, &c. 9.^ La f sencilla
mudada en diptongo en iV,como : de térra tierra,
de mcllis miel, de mctu miedo, de certo cierto, de fer-
ro fierro, de tempore tiempo, de heremo hiermo, &c.
II. Alteraciones en las consonantes = i.*La/
conrertida en A, como: ¿c folia ho]Qíj¿^fato hado, de
fava haya , de fariña harina , de felle hiél , de^
hilo , de furto hurto &c. 2.® La/; convertida en í,
como : de eaptet cabo , cabeza ; de lupo lobo ,de sa-^
fere saber , de rippa riba , de apprire abrir , de w-
fera víbora , de lepóte liebre , de tepido tibio , de
populare poblar, &c. 3.» La ^ convertida en ¿^, co-
mo : de aeuto agudo , de secute segur ^ de fícu higo,
de lacu lago , de locusta langosta , de macro magro
de ceco ciego , de tritico trigo, &c. 4.« La q muda-
da en j^ , como : de aquila águila , de equa yegua ,
de ¿r^»^ ^ua, de anticuo antiguo, &c. 5.® La / mu-
dada en j , como : de allio ajo , de cunicttk conejo , de
speculo espejó , de occulo ojo , de t enrula tépr>4^ mi-
lio mijo,&c. 6® La ^ mudada en/, como áegeluye'
lo, de genere yerno, de ¿7/xo yeso, &c. 7.* La í mu-
dada en i, como : depater padre , de natare nadar,
de catena cadena , de sitis sed , de mta vida , de
rotare rodar, &c. 8.^ La x mudada en x (pronuncia,
cion gutural tomada de los árabes) como : de siriih
ga xeringa , de roseo roxo , de sueco xugo , de sapo
xabon , de semis xeme , de Setahis Xátíva, de Suero
Xucar , de Salo Xalon &c.
C H I T I C A S. CtXXV
!.• Consonantes dobles mudadas en sencillas —
l^gn convertida en ñ , como : de signo seña, señal;
de íigno leño , de de dignare desdeñar , de fugno pu«
ño 9 de aragnea araña, &c. £= Las dos nn mudadas
en ^, como : de cunma cuña ^ de anno año , ¿Qpan^
no paño , de canna caña , de cannabi cáñamo, &c.
=: La mn mudada en ¿,como , de damno daño , de
somno sueño , de scamno escaño » de autumno oto-
ño, &c.
2.® Letras dobles mudadas en otras = La ct mu-
dada eií ch , como : de pectíire pecho , de dicto dicho,
de ductu ducho , de lueta lucha , de lectu lecho , de
oeto ocho , &C.SS La /rf mudada en W, <:omo : de flan»
ctu Wznto y ¿Q plano Woino^át pluvia lluvi;v,de ple-
no Heno , de clave llave , &c.
3.^ Terminaciones (atinas suavizadas =; Las ter-
minaciones en er mudadas en re ó w, como: de sem*
per siempre , de liber libro , de uber ubre , de pauper
pobre, de aer ayre,&c. =Las terminaciones en x
mudadas en 2; ó en /, como : de nux nuez , de pix
pez, de lux luz &c : de grex grey , de ¡ex ley , de
rex rey, &c. = Las terminaciones en r mudadas en
/, como : de career cárcel , de arbor árbol , de mar-
mor marmol, &c.
4.^ Supresión de consonantes doblen = Las do-
bles ec en c sencilla, como : de sueco suco , de bucea
boca , de mucco i^ioco , de vaccá vaca , de sacco sa«
co^de peccato pecado &c. = Las dobles U en sim-
M3
ríxxvi OBS£KVACION£S
pie /,coino : de illuso jluso, de pollitus pulido » de
colloquio coloquio, &c.= Las dobles/?/? en simple/?^
como : de puppi popa , de supplicare suplicar , dci
applicare aplicar, ¿ce, se Las dobles ^i^ mudadas en
simple t i como : de attistare atestar , de attenuarc
atenuar &c.;= La cí mudada en sola ^^como: de resf
feau respeto, de mastarc .matar, de tractare tra-
tar , de dilictu delito &c,
5.® Supresión de vocales s= La rapidez de la pro»
nunciacion, para facilitar aun mas la articulación de
ciertas palabras, dio motivo á omitir algu^ag voca-
les de las dicciones latinas, cpmo ; de moiiHu mue-
ble , de «oW/iV noble , de tabMl'a taMd * de litteraAt-
tra , de coptdá copla , de diah.h diablo , de stabuk
establo, de regula regla , de laboran Uhrzr &c. .
6.® Supreskm de sílabas == Para facilitar; raías la
velocidad <en la articulación de algunas voces se sUr
primen sílabas cnteras,comp: de^i^/Zo sello, de se-
etdo siglo , de computare conta^ ., de audire oír , de
magis mas , de hodie hoy , de regina rey na ,1 de ^4-
gina vayna , de eomedere correr , &c,.
7.* Supresión de consonantes sencillajs = Xa ex-
periencia y el exercicio fueron con el tiempo vol-
viendo mas suave y fluida la pronunciacioq de ci^
crtas voces latinas, suprimiéndolas alguna letra que
detenia la velocidad de la articulación, como : de
cadere cvLcrydeeredere creer , de •fidelis fiel , de/n-
dex juez , de radia rayo y de ¿rud^lii cruel , súpri-
CRITICAS. clxxvii
miendo \z d:ó bien, de cepto seto, de ceptro cetro,
suprimiendo \z pió bien , de legere leer , de lignea
linea, de magistro maestro, de ^agitta saeta, supri-
miendo la g , &c,
8.* Aumento de sílabas =Hajr otras palabras la-
tinas , á cuyos derivados que adoptó la lengua cas-
tellana, añadióse alguna sílaba que las hace mas nu-
merosas , como : de cor corazón , de wro varón , de
ovo abuelo , de herede heredero , de sfe esperanza »
de vero verdadero , &c.
itAiZES GODAS. = El romance castellano, al pa-
so que se f<j>rmó de la corrupción de la lengua la-
tina , conservó siempre algunas voces de origen go-
do , entre las quales se cuentan las siguientes :
Azar , bagage , balón , balcón , bando , banco^ banque-
te j barra , batalla , batel ^ batir , blanco , bivac , Wrf-
son y bosque , bota , brosa , briza ^ calma , cama , caf
pa , cofia , compañero , compás , copa = daga , danza,
dique , drape , droga = embarazar , esgrima , estufa
^fkeha y flota ^ frasco aforro ^ frac a so ^gabela yga^»
llardo , ganar , galán , garra y gris ^ gordo , guerra ,
guante aguarda = haca , harenque , ft^r/^ yharnés s:
/^r^^o , fw¿íS^ , mancha , marca y palafrén , parque ,
/7ír/¿í , r¿í;^¿a , rascar , r ^í<íí , r íVo , riesgo , rw/ir, r»^r<a,
sala y salario , ír¿iz^ , taza , ^¿«/«^ , tenería , /rí*p¿í ,
tropa y trompa y trovar y vasallo y Scc. De estas, la
mayor parte son comunes también al francés y al
italiano.
M4
L
tíXXvifí OBSERVACIONES
RAizEs ARÁBIGAS = Las voccs quc el trato de
los moros introdujo en la lengua castellana pasan
de 500 , según han observado algunos críticos , co-
mo son ; Acemite , aceyte , adarve , adalid , alcoha ,
alcuza , atdava , alfiler , alquiler , almíbar , &c. ba*
daña , berengena , bava , &c. eahíz , candü , capuz^
confite , &c. escofina ^espinaca , &c. garrama ^ga^
Idpago &c. hanega i halda jharambel y Scc. javalí^
jaez &c. laúd y limón ¿ce. madroño j mazacote ^maz*
morra , &c, naype^ neblí ^ &c. orozuz , oxaldre , &c.
pandero jfegujar y ferexilyScc. quilateyquizdyScc. ra-
bel y rambla ^rehenes , &c. tabique , tahalí ^ telliz , ío-
ro«g^/7 , &c. vanda , vigornia &c. or/írijfe , xaquimay
xarabe , xdcara , xaqueca , &c. r^ag^dí/ , z^ jw^ , z^/^¿í,
zambráy &c. £ntre estas no se cuentan los nombres
de edificios públicos , sitios , lugares , y rios , tales
son ; Alcázar pzhcio y Alcántara puente y Alcaza-
ba íortzlezZyAlhama junta ó congregación , -¿4/^^-
cira isla , Alcalá torre , Alhambra castillo colora-
do y Almenara y torre de ahumadas ó de señales ,
Alpuxarra tierra de guerreros, Gí¿r^//^¿ir monte
de TzTik y Guadalquivir rio grande y GuadaUmar
rio colorado , Guadalaviar rio blanco , Guadalaxa-
ra rio de las peñas &c ; y asi de otros muchisimos
que se leen en lá.topografia de España, y en espe-
cial de todos los que empiezan con gibra , que es
sierra; con medinaique es ciudad ¿y con guada,
que es rio.
CRITICAS. . Cjxxix
Fs de advertir que muchas voces arábigas,
adoptadas en nuestra lengua, han perdido con la
saccesioQ del tiempo el articulo , que por aposición .
fermaba su primera sílaba : asi alcantarilla se ha
convertido en cantarilla, ^ax^^f^^^^ en xaqueca,¿2^«
quia en zcquizj anorta en noxh, atahona en tahona»
atambar en tambor , &c.
PALAjB&As LEMOsiNAs ^ Como el castellauo , el
francés , y el toscano son tres dialectos del latin ,
que se corrompió casi en un mismo siglos no es de
maravillar que conforme se retroceda mas á la pri-
mera formación de cada uñarse halle mayor aünir
dad entre las tres lenguas , como mas cercanas en
sus principios i su común origen ; sin que se pueda
asegurar que-ia una tomase de la otra. La diferen-
cia principal que se nota, es en las inflexiones y ter«
minacione^ que cada una de lar tres naciones iva
dando á los vocablos al tiempo de romancearlos;
quedando en una mas suaves , en otra mas ásperos;
en una mas- breves, y en otra mas largos. Por ejem-
plo : de h, voz latina chítate y t\ castellano formó
cibdat, el lemosino ciotat ^y el toscano cittdiát la
otra voz pavor e , el i .® formó paor , el a .® feur , y
el i.^ faurai de la otra \oz faceré ^ el i.^ formó /¿i-
^^r, el i.^faire , y el ^-^fare : de la otra voz caput
el I. o formó caboyú 2.* cap^y el 3.** capo : y asi de
otras á este tenor.
Sí se siguiera un riguroso conexo entre el caste*
ihxx OBSERVACIONES
llano del poema del Cid, que pertenece al siglo xii,
la versión del fuero-juzgo , que es de incierto tiem-
po, y las composiciones del monge Bercéo , que floj
recia a principios del xiii ; se podria formar xm lar*
go vocabulario trilingüe casi perfecto. Me reduciré
por ahora á una breve nomenclatura, en confirma-
ción de mis observaciones, entresacada de las refe-
ridas obras. Como baxo de la denominación gene-
ral de kmosino entiendo, no solo el francés , sino el
catalán , lenguagc hoy provincial, usado en el Prin-
cipado de Cataluña, y por comunicación en los
Reynos de Valencia y de Mallorca , inclusas Me*
norca é Ibiza ; haré la conlparacion del castellano
antiquado cpn ambas lenguas succesivamente.
CASTfilÍLANO ,.ir FRANCÍS.
CAST. AAt. ^ FRANGES. CAST. MODEX.
«ontar. . ♦ . . , , ahonttr afrentar.
aíprés, aprh. ...;... después.
ardido. ; hardi atrevido.
argent argent. plata.'
asemblar. assembler congregar.
attender attendre aguardar.
bastir batir. ...:.•.. edificar,
bel .bel bello.
car car. porque.
conquerir. .... sonquerir conquistar.
C&ITICAS. clxXXi
CAST. ANT. 7RAKCES. CAST. MODBR.
corsero cmrsier corredor. .
costumne. , . ^ . coutumc costumbre
cucn. ....... cuens^ .(antig.) . conde.
cucr. ....... cuer. (antíg*) . . corazou.
dcsperir. » . . , . depérir aniquilar se.
domage^ ..... dütnmage daño. .
doñeas dancques. (ant.). pues.
emenda emende indemnización.
endurar endurer. . */♦ . ; sufrir..
cnviron environ. . . ¿ . ♦ aL rededor. .
cstui étuu . . , . . . . . estuche^ . .
fender. ...... féndre, .♦•..; hender
flume jlume. ....... rio. ... '*
fuert. ...'.... forf . . • mucho., .m
far faire. ....-♦.. hacer. « •
garzón. ...... garfon. . ..*.•. muchacho.
guarir. ...... guerir. . . .... sanar. :
largo. ....... ¡arge.^ . . * ancho.
maison. . .... waisoñ. ..... casa.'
maslo masle (antig.). . macho.
maguer malgré. ..,►-.-. á. pesar de. ...
mcnar. ...... tnener. •,..;.. conducir.
mester. .....; wmw -(antig.). oficio.-
meter metre /. poner.
moten. ...... mouton. . . .... carnero.
nul. nul: : :. . . . .-. . -ninguno.
aue nae nube.
íhxxii OBSERVACIONES
CAST. ANT. F&ANCES. CAST. MODSK.
Jiucf. neuf. nueve.
oi^ta. hontff afrenta.
orage orage uracán.
paon. j;a0n pabo.
plus flus • • • • ^as.
pozon foison ponzoña*
prender. . . . . • frenare tomar.
rcn rien nada»
revenir. • . . . . revenir. .'•..,. volver.
rivera. ...... riviere. . • arroyo.
rendir. rendre. ...... volver.
rúa rué. calle.
sage. ^^g^* ........ sabio.
sieclo de^le siglo. '
$ínal signal señal.
tirar tirer sacar.
voluntier vohntiers gustoso.
CASTELLANO, Y CATALÁN.
CAST. ANT. CATALÁN. CAST. MODEK*
Afartar. ..... afartar hartar.
afer afer. negocio.
altra. ....... altra otra.
almosna almoina. ..... limosna.
annel. añell ....... cordero.
antiga antiga. ...... antigua.
CRITICAS. cJxxxni
CAST. ANT» CATALÁN. CAST. MODSK.
aturar . aturar detener,
bagasa. bagasa, • . • » . ramera.
baraia , baralla. .•••.• contienda,
basca, .,,.•.•• basca congoxa.
bateíar batejar bautizar.
bcneito. bmeit bendito.
betume betüm. ...... betún.
bregúelo, , . • . . br^fol cuna.
budel. ...... budelJ. ...... tripa.
burgés . burgés , villano*
cal cal • . • . • convienen
cascun • . cascun • • cada uno.
camba. ...... cama pierna»
celéro celler bodega.
Cuitar cuitar apresurarse.
confrcria c^nfraria cofradía,
conorte. conort • . consuelo*
cor cor corazón.
cor (de) de cor. ....... de memoria»
corda • corda cuerda»
croza crosa báculo.
cruá crua cruda.
deesa deesa diosa.
deius dejús. . • debazo.
desfcr. desfcr deshacer.
dcvant devant delante.
dita dUa. . • dicha (cosa}»
clxxxiv
CAST. ANT.
OJBSSKVACIONSS
CATAIAN.
CA8T. MODBm.
donna daña.
cncarix encarir.
cncenso encens. <
cnvcia.
fcUon. .
fer. . .
fcrir, .
figa.
. enveja.
.felló...
, fer
ferir. .
.Jiga.
finicstra. .•...• jincstra
flama « fiama
fcl .. foll ,
fora. • fora
forado forat
fugir. . ., fugir
gelada gelada
genoio. »•••.. gcnoU.
gola gola
goría ^^r/^ •
guarnir. ...... guarnir -^,
janexo janer *
junír. ........ juñir ,
ledánía lleddnia
lexar. ....... lexar
lorer. llorer
loguer hguer ,
madrona. ..... madrona. . . • . .
loaia malla.
dueña.
encarecer*
incienso*
envidia*
airado.
hacer*
herir.
higo.
ventana*
llama.
loco.
fuera.
agujero*
huir.
helada.
rodilla*
gula.
garganta.
guarnecer.
enero.
juntar.
letanía.
dexar.
laurel.
alquiler.
matrona.
cierta moneda*
CAST. ANT.
CHITICAS.
CATAIAN.
malantía malalHa
malastrugo. . . . malastruc (ant.).
malmeter. . . • . malmetre
maravclla maravella
matinada, * . . . . matinada
mcatat meitat
mcge metge. . . .
mercadal. • • . • mercadal.
mestre mestre
mesura. ..•..« mesura
mirado. «... « miracle
míssion missio
molsa molsa
nova nova.
nodrir.,. . . i • « nodrir
oblidar ohlidar
ostaU ••••.•. ostal
padir fatir. . . . . .
paraula faraula. « • .
paor f¡aor
plorar. • • « « . • florar. . . • .
pregaría frfgdrta. • , .
prego freg
pudor. fudor
pluia fluja
preséntala presentalla. .
pttis. ....... jpuis
ilxxxv
CAST. MODER.
enfermedad.
desventurado.
echar a perder.
maravilla.
madrugada.
mitad.
médico. (do,
plaza de merca*
maestro.
medida.
milagro.
dispendio. .
cosa blanda.
nueva«
alimentar.
olvidar.
mesón.
padecer.
palabra.
miedo.
llorar.
plegaria*
suplica.
hedor.
lluvia.
presente ^dOQ*
pues.
(¡XXX'Oi
CAST. ANT.
OBSERVACIONBS
CAtAIAK.
CAST. ICODEX.
quant.
qui. • •
regaio.
rcgnar*
renda é
quant. .*•«..• quando.
qui ........ . quien.
regalL ...•».. arroyuelo.
. . . . reynar.
. • . . regnar
. . . r^nda renta.
rependirse. . . . • refencdirsc. . . . arrepentirse,
res. • res. algo.
riba. riba orilla, ribera.
romeo ronuu. . .
rosinol rosiñol. .
sabieza. . . • . » • sabiesa. .
$en seny. . . .
senes, .i .... . sens. . . .
socarrar. ..... socarrar.
suor snor. . . .
taula. .....
toUer
tornar. ...
troyar
vegada. . . .
verga. ....
peregrino.
ruiseñor.
sabiduria«
juicio , seso.
sin.
requemar.
sudor.
tabla.
quitar.
. . . taula
• . . tolre
. . . tornar * volver.
. . . trovar hallan.
. . . vegada. . . . . . vez.
• • • 'Verga. ...... vara.
vcsperada ves f rada tarde (la)
volta volta vuelta.
CRITICAS. flxXXvU
i> I ■ III a
CASTELLANO 9 T TOSCANO^
caít. Ant. TOSCANO. cast. modsr.
Adiesor. • » • • « adesso* • ahora.
allora all'ora. . . . ^. . entonces.
altro, .•...». altro: , otro.
assás é . assai. ........ bastante*
avezar. ....*. avoezzar^. . . . acostumbrar»
basso,sa baso^sa baxo^xa.
cativo, va. ..... cativo^ va. , • • infeliz.
contrada contrada. é . . . . pays ^ comarca»
corpo corpo cuerpo.
donna. donna. .•..*.. mugerv.
descapellado. . • discapellato^ . • • destocado.
dolce dolce. »....•. dulce.
equaU equale • igual.
facienda. • • • • « /acenda labor , trabado.
fame fame hambre.
fontana fontana. « . « . , fuente*
gradir gradire agradecer.
labro. . .•••.. labro.'. ^ ..... labio.
luengo, ga . . ♦ . ¡ungo yga^ . ^ ... largo»
morto. • « • • • • fn$rto. .,..,.. muerto*
nome. «•.••.• nqme. ••.••. ^ nombre,
pdir. ......•• udire.^ ...... oir.
onda. ......... onda. ........ ola, y onda.
parar mipntQ. .• £arárminU{^t.) atender*
29 Jf. I. K
clxXXViii OBSERVACIONES
CAST. ANf. TOSCANO. CA8T. liOOBt.
prego '. . . fre^o suplico.
quiscadun. • • • • qúiscadun (znt.). cada uno.
riso ris0. • .... . . . risa.
sospiro \ . sospifo. ; . .... suspira. *
sotil. . sotüe. ...*..; sutil.
suo; suo. ...... i . suyo.
tornar tornan volver;
tiesta testa. ...... . cabeza.
tosté hstol \\ presto'.
tremer tremare. temblar.
tuo . tuo. .\ tuyo.
En esta nomenclatura nú he Comprehendido las
palabras de origen céltico y arábigo , que están in-
corporadas en los tres idiomas : como batalla , ¿^^4¿
lie i bat agita} guerra ^guífre , güetra ; tropa, troupe^
truppa Scc ; aduana, douane , dogana, almirante, ami-
ral , ammiraglio , &c
ANTIGUO XRMOUAQE CO^PA&APO COK EL MODERNO*
Notable es la mudanza que ha experimentado
nuestra lengua, desdé principios del iiglo xn;en la
estructura* material dé las''pálabras, limando y sua-
vizando "succesiváméntó las inflexiones y desinen-
cias broncas y duTas',¿uya áspera pronunciación se
dexa colegir dé la escabrosa ortografía qtíesubsistiá
por espacio de más' de tVés siglos. £sTa mudanza se
ha obrado, unas veces suprimiendo letras^ otras aña»
CRITICAS* clxxxix
I JiendoIaSyUnas con virtiendo las dobles en sencillas.
Y otras trocando no solo las letras sino las sílabas:
como lo demostraré en los exemplos siguientes.
I.* Han perdido su dura pronunciación las sigui-
entes voces, por supresión de letras consonantes, co«
moialgund SLlganjdubda dudsi y cohdüia codicia ,
(obd0 codo ,grand gr^indc y tracto tizío y (scrifto es-
crito , mili mil , cünt cien , sant san , &c.
2.® Otras por mudanza de consonante en vocal ,
i como : dibda deuda , cibdad ciudad \ cabdillo caudi-
llo, r^^^¿^¿/^r recaudar, capdal caudal y &c.
3.® Otras por supresión de consonantes dobles,
como ifülUs pieles y colloquio coloquio , allegato ale-
gato , desseo deseo , assomar asomar , summo , sumo ,
cótnmodo cómodo , znnual anual , supplicar suplicar,
ápfarato aparato, &c. Sin embargo otras palabras
antiguas, por sí suaves con la* simple consonante, la
doblaron después , tales son : 'oassalo vasallo ,f^»i^.
k czmúXoyfalarh^WoiXylano llano, /^w^r llamar,
Uvar llevar &c.
4.* Otras convirtiendo la doble consonante en
dos de sonidos diferentes , uno nazal y otro labial ,
como : immortal inmortal , immutable inmutable.
5.^ Otras por mudanza de una consonante en
otra , como : trtumfo triunfo , nim/a ninfa , asumto
z$unto y essemto cscnto y regnar reynar, timprar tem-
plar , tiniebra tinicbla &c.
ó^Otras mudando la consonante final en otra
€XC OBSEUV ACIONES
mas suave , como : biltat beldad , egudltjtt igualdad;
ó bien , suavizando esta terminación con la addicioa
de una vocal , como : cort corte ^delant delante, m-
fant infante ijtz fizo , hizo ; Fcrrattt Ferrando, y
Fernando &c.
7.« Otras, añadiendo consonantes en la termina-
ción de algunos monosílabos , como : so , soy ; io,
doy ; vo , voy &c : y otras veces en medio de dic-
ción , como : am9s ambos , h$t9u hombre , com¿9
conmigo , &c» *
8.® Otras , convirtlendo la doble j en ar , como ;
dessa/ ^dcxzr , bassa baxa , tassel baxel , disso di-
xo &c : y asimismo la doble n en ;i,como : datm
dsiño ^anno zño^senna scñsL ^ scnnor señor, &c.
9.^^ Otras , mudando una consonante en otra, co-
mo generalmente la /inicial en h : tales son ifam-
bre hzmhrt^faar hacer ^figuera hignerz ^foja hoja,
furí:o hurto, &c.=: Asimismo mudando la i consonan-
re en //,como : maraviia maravilla , batata batalla,
mata malla, &c. Generalmente la t consonante, para
herir con mas fuerza en la vocal , se convirtió en j:
asi se ve en estas palabras : oto ojo , conseio consejo,
sastilUio castillejo &c.
lo.® Otras, ya añadiendo, ya suprimiendo, ya tro-
cando las preposiciones. Del i .® caso son : comíter
por acometer , contecer por acontecer , semejar por
asemejar, r^/^^^ir por SLtr^ygzr ^consejar por aconse-
jar ^^^^^r por acaecer; y asi se escribía $aw^t
CB.ITICAS. iXCt
acaso &c. Del i.« caso son estas : alimpiar por lim-
piar, ^í/y^r por tapar, ^m^f^f por m^tzr^advenu
Jer9 por venidero , ayuntar por \unur ^ aventaja
por ventaja , atal por tal , atan por tan , &c. Del
3.* caso son estas otras : adiablado por endiablado ,
asennarar 'por enseñorear, #ffror^or4r por incorpo*
í2ifCsfedir por despedir ^dejírendir por aprender ,
atajo por destajo , estinto por instinto, espertar por
despertar, emprenta por imprenta , &c.
11.^ Otras, mudando una vocal en otra , como lar
^ue trocaron la a en ii, tales son : aborrir aburrir ^
bollicio bullicio, ^o¿r/r cubjrir^ complit cumplir , cA"
toroso calurosa 5 ff^oro^a riguroso , /aj'^r lugar, jo-
fortar suportar, jo/riV sufrir, jo/íV sutil ,^c/ir pulir,
Lois Luis, Joan Juan &c* == Las que trocaron la u
en o , como : murmurar mormurar ; la r en / , como:
nenguno ninguno ^debuxar dihjxxzxyr encon rincón,
encendió incienso , vevir vivir, egUsia iglesia, escrebir
escribir ,&c. = Las que trocaron otras varias letras ,
como : losenjero , que después se mudó en lisonjero;
dicir en decir ^asconder en esconder ^ ascucharea
escuchar ¿ce. Por estas breves muestras se manifies-
ta la mayor conformidad que guardaban con el la-
tín las primitivas voces romanceadas , por exemplo:
cobrir era mas conforme al latin cooperire ; también
as€<mdet lo era mas á abscondere^y ascuchar i
auscultare y&ic. Los pronombres posesivos tos ^ sos ,
mudaron la o en if , como se escriben hoy , tus sus\
K3
CXcii OBSERVACIONES
siendo de una y otra manera contracción del latín
tuos , suoSf que en la primera corrupción perdieron
la if , y en la segunda la o.
12.** Otras veces mudáronse los diptongos en
simple vocal, como : tiemplo templo, exumplo exem-
plo y SagramentQ Sacramento , cueita cuita , duecho
ducho ffruínti frente , cuenJe conde , cuerna como,
abiespa stbis^^ y castiella czstillo ^ conuerto conorte,
skila silla , oriella orilla , viedar vedar, linar lle-
var , sie¿h siglo , mugier muger , siella sello, &c.
13.*^ Otras suprimieron la a final en las termina-
ciones del singular, como : pulideza pulidez , ridi-
cüleza xidlcvXtz y estrecheza estrechez &Ca Sin em-
bargo han quedado otras muchas con la antigua
terminación y tales son : vileza , sutileza , agudeza ,
guapeza , &c.
14.* Otras ha convertido la doble vocal en vo-
cal simple, como : 'veer ver ^seer ser ^preveer pre*
ver , reencuentro rencuentro , &c*
1 5.** En las conjugaciones de los verbos se ha ex-
perimentado también muy notable mudanza y va-
riación , no solo en el trueque de letras , sino tam-
bién de silabas enteras. Generalmente hasta muy
entrado el siglo xvi no empezaron á sincoparse las
terminaciones en ades , en edes y en ides de los ver-
bos de i.» , 2.* , y 3/ conjugación , que después se
mudaron en ais , en eis , y en /> : tales como : amd^
des amáis , acedes v^is , 'oenides venís &c 5 amara-
CRITICAS. CXciii
des zmzxízis j amasadas zmzseis ^viérades vierais,
viésedes vieseis , viniéredes vinierais , viniésedes vi-
nieseis , &c.
£n la formación de los demás tiempos y modos
ha habido casi igual alteración ^ conforme las pala-
bras se han apartado mas de su etimologia. £1 latin
videri se romanceó en vedtr : que perdiendo la i,
se escribió veer , y perdiendo después una Cy quedó
en wr. De estas alteraciones del infinitivo vinieron
las inflexiones varias en los demás modos, como:
«9¿io,t^^, y últimamente vio Scc. £1 latin r^^^ se
romanceó en seer (hoy $er) : de aquella alteración
se formó so (hoy soy) , sodes (hoy sois) , serédes
(hoy sercis)y fumos (hoy íuimós)ffuesNs (hoy fuis-
teis) , &c. £1 latin diccrc se romanceó en dicir (hoy
decir) : de aqui se formó disso (hoy dixo) , dixoren
(hoy dixeron) &c. £1 latin safere se romanceó en
saber \ác aqui se formó 50¿o, después sofo (hoy
supo) ; saberta (hoy sabria) , sepádes (hoy sabed)
&c. El latin c adere se romanceó en eader (hoy
caer) : de aqui se formó cadi6 (hoy cayó) , cadrá
(hoy caerá), cay a (hoy cayga) &c, £1 latin mittere
se romanceó en meter : de aqui se formó ntetrd
(hoy meterá) , miso (hoy metió) &c. De valer se
formó vala yvalan 9 (hoy valgo , valgan) : de salir
también salo ^ salan (hoy salgo, salgan): de andar se
formó andío^andaron (hoy anduvo , anduvieron)
&c. Generalmente todos los tiempos acabados en
CXCh OBSERVACIONES
OVO y opd,<igOf Cómo ^ usaron antiguamente m /o*
^0 , estovo , sopo fíopo ^flogo , se convirtieron , en*
trado el siglo xvi , en uvo , ufO , y ugo , como en es-
tas palabras turoo , estuvo , supo » cupo , y plugo,
1 6 Otras palabras han suavizado desde entonces
la aspereza de algunas sílabas , cuyo sonido duro ve-
nia de la violenta pronunciación de la r : tales son,
por exemplo , algunos tiempos de los verbos teñera
venir &c , como son : térra ^ después tenra. (hoy
tendrá^ : verrd^ después vernd (hoy vtndrdy. por^
rdy después ponrd (hoy pondrd^ ipUzrd (hoy
placer d^ : morrd (hoy morirá^ &c. La misma al-
teración recibieron las palabras tenri^ i vernia ,fOth
ria , plazria &c y que hoy se escriben tendría, veth
dria, pondría y placería &c. Para la cabal inteligen-
cia de estas variaciones ^ se puede ocurrir á los índi-
ces alfabéticos de voces antiquadas, que se han pues-
to al fin del primer tomo y principio del segundo,
que componen la presente obra«
ly Uso de los afixós 5= Aunque en todo tiempo
filé usada la aposición de los pronombres recípro-
cos mcy te y se y le y nos , vos , al fin de los verbos ; no lo
fué en los infinitivos hasta mitad del siglo xvi.
Por manera, que se escribía hablóme y oyóte , viene-
se , dixole , mirónos , vuélveos ; más no hablarme ,
oirte , decirte &c , sino me hablar , te oir , le decir^
&c. No solo precedía el recíproca al infinitivo ; si-
no que, quando este era precedido de adverbio, se co-
C ». I T I C A S. $XCÍ>
lo<»t>a antes del mismo adverbio: asi se escribiá
fara^ se nunca m&ver ,para le bien mirar yfora vos
siitnfre estimar , &c.
1 8 En los demás tiempos del verbo fueron tan
usados estos añxos hasta mitad del siglo pasado, que
hoy causa alguna dificultad y ambigüedad en la
pronunciación é inteligencia , la estrañeza de su ori-
tografia,si no se aclara con la buena accentuacion :
tales son : esle , osóos , loólo , reisós , haeeos , amónos
&c , en lugar de k es, ot oso , lo loo , as reís , os Ka^
ce y nos am6y<\xxt es como hoy se escribe « En el
mismo siglo xvi se introduxo el modo de interrum-
pir el verbo con la interpolación del afixo , de suer-
te que dividan en tres palabras lo que antes se jun-
taba en una : por exemplo escribian mirar lo ha en
vez de mirar alo , ó bien lo mirara: temer los he por
temerélos , ó bien los temeré : amar se hian por ama0*
ríanse , ó bien se amarían : vencer nos hiades por
venceriadesnos , ó bien nos venceriades , &c:
19 Después que los infinitivos recibieron por
aposición los pronombres reciprocos la^Uyj loy^zt^
mayor suavidad se suprimió lar final , convirtien-
dola en /,como 2 decilla en vez de decirla 9 otile en
vez de oirle , y vello en vez de verlo , como hoy se
escribe : de manera que hemos preferido la dureza
i la suavidad.
ao Desde mediados del siglo xy se perdió el
uso de la partícula relativa/ con oficio de adverbio
CXCVi OÍSERVACTONEJ
local , como lo tiene la lengua francesa : bien que
lo mas común era escribirlo asi,%/. Hasta fines de
aquel siglo se usó el artículo indefinido antes del
pronombre posesivo ,v. gr. : la tu casadlos fnis /»-
jos : que después se ha omitido ; y solo permanece
en el estilo cancellaresco,como qijando dice el Rejr
en sus decretos : la mi ciudad de Niel mi Conse^
jo Scc.
21 Hasta mediados del siglo xvi estuvo en uso
la conjunción e (del et latino) en lugar de la y co-
pulativa , que desde entonces la desterró ; mas hoy
para evitar la cacofonía, se usa de la e antes de las
voces que empiezan con /, como : grande é insigne
del mismo modo que ,quando la voz que precede i
la 6 copulativa empieza con la misma letra , se ha
convertido en ¿,para evitar la colisión dé dos voca-
les de una especie, como: libras ó onzas aflata 6 oro,
que hoy escribimos libras ü onzas aflata ^ ú oro ,
&c ! primor que no se ha conocido hasta este siglo.
22 Hasta fines del siglo xvi huvo poco uso de
los pronombres relativos cuyo , suyo , tuyo , nuestro,
vuestro , quien &c, que después han desterrado las
repeticiones, inelegantes de él , del qual , de tty de
nos, de vos , el qual^ el que &c , que quitaban la flui-
dez ala frase.
23 Hasta principio del siglo xvil el adverbio
donde hizo los tres oficios de relación local , ya de
quietud, ya de movimiento : esto es, servia para sig-
CRITICAS. €XCÍÍÍ
nlficar en donde , de donde , y adonde , cuyas tres di-
ferencias hoy se distinguen. Tampoco se distinguía
la mas próxima relación del pronombre relativo es^
te , esta , esto , de la menos próxima de ese , esa , eso
&c. Tampoco se dist¡nguiacl/?or causal, pues ha-
cia el oficio también del para final. El pronombre
relativo quien , que hoy no es aplicable sino á per-
sonas ,1o fué siempre á personas y á cosas : asi se de-
<:iz el hombre de quien esperamos jiguzlmcntc que
la suerte de quien pendemos. Además se usó casi
siempre como indeclinable , pues era relativo á uno
como á muchos : así se decía los padres a quien hon-
ramos , como el padre d quien honramos.
24 El pronombre relativo é indeclinable que su*
plia el oficio de los adverbios confirmativos é ilati-
vos ^(}r^í/^,^or lo que y por tanto ¿tanto que ^ pues
que &c ,que comunican mas claridad á la oración.
25 El pronombre recípoco vos hasta mediados
del siglo*xvi se usó en toda su íntegra escritura.
Después se suavizó su pronunciación suprimiendo
la V inicial , con lo que quedó mas fluida y mane-
jable. Asi se escribió os hago en lugar de vos hago ;
hdgoos por hdgovos , haceros por hocervos , hacen*
os por hdcenvosfjf haceos por haeedvos &c.
26 Palabras que han mudado de género = Ge-
neralmente se usaron con el artículo femenino las
palabras honor , loor ^ (Jor , desorden &c, que hoy se
usan coa el masculino. Sin embargo algunas han se-
0XCVÍH CBSEB.VACIONE$
guido baxo del uso promiscuo de ambos generes,
como son: el 6 la puente^ el 6 la mar , el 6 la orden , el
6 ¡afrente ; bien que en las dos ultimas la diferen-
cia de artículos distingue diversos sentidos : por
exemplo , quando orden es regla , método , ó clase,
es masculino , como : el orden de las materias , el or-
den de vida , el orden de la nobleza &c ; y quando
frente indica objeto delantero ó frontero , es mascu-
lino también : asi se dice // frente de la jplaza,el
frente de un regimiento &c.
2j Hay otros nombres que siendo femeninos en
8U genero, usan del artículo masculino en el singu-*
lar para evitar el concurso de dos vocales de una
misma especie : asi decimos el alma , el aha , el as*
fa , el ansia , en lugar de la alma , la alva &c. Tan*
ta es la delicadeza de la lengua castellana en esta
parte, que hasta en los nombres que empezaban
con el diptongo au usábase en otro tiempo del ar*
tículo masculino ; asi escribíase el aurora"^ el atda^
el ausencia , el Austria &c. Y hasta mediados del
siglo XVI se usó la elisión de la partícula de inde-
finida quando precedía á los pronombres ¿/, ella^es^
te , esta : asi se escribía del , della , deste , desto , com-
poniendo un solo vocablo; en lugar de de él y de ella,
de este , de esto.
28 Accepcion antigua de los verbos ser y ft¿i-
ber =2 Hasta fines del siglo xvi el verbo ser tuvo
las tres accepciones de i^r ,de estar ^j de haber ^lo
CRITICAS. fxctac
jual podría hoy causar alguna confusión para de«
terminar los tres diferentes sentidos» Por ezemplo
decíase : él txz piadoso j él era en la guerra ^ él era
enfermo y él era venido ; en lugar que hoy decimos :
él era piadoso , él estaba enfermo^ él estaba en la guer-
rajl habia venido. £1 verbo haber tenia la accep*
clon de tener : asi deciase Juan ha enemigos jhz buen
humor fhz tesoros &c;en vez de tiene enemigcxs»
tiene buen humor &c.
29 Los adjetivos grande y primero ^postrer^o , ter-^
#/ro, que antepuestos al sustantivo pierden la lüti*
ma Silaba , antiguamente la conservaban : asi cscxu
biase : grande mozo ^primero dia y postrero anoyfer^
eero mes; en vez que hoy se escriben gran moz0,
primer dia , tercer mes ^ postrer atk &c. Estos pri-
mores en la pulidez de la lengua se conocen aun mas
en las diferencias de un y uno ydc buen y bueno y de
mal y malo , de algún y alguno , de ningún y ningunOf
de San y Santo , de muy y mueho , de cien y ciento^
de tan y tanto y ¿c quan y fuanto, de qualquier y
qualquiera &c.
30 Hasta principios del siglo pasado no se hizo
muy común el uso de los participios pasivos que
llamamos contractos» esto estíos que perdiendo una
sílaba que se añadió en su formación al romancear-
los , vuelven á su forma y estructura del original
latino y para darles otra aplicación. Por exemplo»
eoneluso es contracción de concluido, confeso de €0ñ^
i€ OBSERVACIONES
fesado y convicto de convencido &c. Con éstas con-
tracciones no se ha minorado el caudal de los par-
ticipios y pues como han quedado los de ambos gé-
neros siendo unos mismos en su sentido general,; la
lengua ha adquirido la ventaja de servirse de dos
distintas accepciones según los diversos objetos i
que se aplica, una misma voz , modificada solo por
sus dos diversas inflexiones. Asi , pues , diremos : los
autos están conclusos y y no concluidos ; más sí la Ice*
eion está concluida , y no conclusa. Diremos en esti-
lo legal ! el reo está confeso ; y en el teológico está
cofres adoi Siguiendo el diverso sentido de ambos
fueros , diremos : ya convicto y yg convencido y ya con-^
venido, y 2L converso &c. Infiérase de aqui quán dis-
tintas aplicaciones puede hacer el que conozca las
diferencias entre confuso y confundido , entre sujeto
y sujetado y entre absorto y absorvidoy entre exten-
so y extendido y cntxt freso y prendido y entre indu-
jo é incluido , entre pretenso y pretendido , entre ex-
iluso y excluido y entre intruso é introducido ^ entre
suspenso y suspendido y falto y faltado , expulso y
'expelido , reftexo y rejlexado , roto y rompido , cor*
tupté y corrompido , contracto y contráhido , abs-
tracto y abstrahido y electo y elegido , extincto y ex^
tinguido y compulso y competido .favorito y favore*
€Ído &c.
31 Voces antiquadas ^ Las hay de tres especies;
ún^ks lo son por obscuras y desusadas^ como : ayus^
C H I T I C A s. ^ei
por arriba , allende por ademas , car por pues , ¿wm
por luego y vegada por wz &c. Otras por alteradas
en su ortografía , como j ^'¿'or/i por ahora ^cibdad
for dudad y temfrar por templar , aver pox haber
&c. Y otras por haber .mudado su prííncra aocep*
cioo , como : defender qjic era prohibir , topar que
era hallar , obsequias que crau exequias ^ tirar que
era sacar ^ sobrar que ^ra superar &c. Véanse pa-
ra mayor claridad los índices alfabéticos de voces
antiquadas en cada uno de los. tomos de la presen^.
te obra.
IL
COMPOSICIÓN MATERIAL BE LAS !P AL AERAS.
Oi la parte mecánica ó material de; laspal$|btr4$con<*
siste en los sonidos j articulaciones de las filabas, y
de la combinación de estas resulta lo; sonoro» suave^
grávelo fluido de los vocablos ; todo el mundo re-
conocerá esta excelencia en la lengua española, llena
de dicciones numerosas y magestuosas al paso que
enérgicas y expresivas.
I. o Entre las numerosas ¿qué magnificencia n6
respiran estas : heredamiento ^ remordimiento^ conten*
t amiento .^ . desenfrenamiento » descendimiento , maU
aventurado, desaprovechado , desapiadado , bienan^
danza ^destemplanza , bienaventuranza , desavenen'-
cia , desobediencia « cautividades , inhumanidades ^
dulscdumbre , servidumbre Slc. ?
■ . • : ■ '^ ^- i
$^ÍÍ PBSEUV ACIONES
a.* Entre las voces magcstuosas ¿ mucha melodía
reciben las que por su accentuacion alargan ó abrw
vian la cantidad de las sílabas jcome : lastima y las-
tima , cófula Y copula .júbilo y jubilo .idólatra é ido-
latra, pérdida y perdida &c: cuyo accento en la an-
tepenúltima denota nombre, y en la penúltima ver-
bo, como si dixesemos : es un idólatra el que idola-
tra á su dinero. La accentuacion aun causa otroi
efectos en lá pronunciación de las palabras , pues se-
gún la sílaba sobre que carga el accento en una mis-
ma , señala el nombre y el verbo , y el modo y tiem-
po del verbo. Por exemplo : la voz limite sin accea-
tuar no tiene^eterminada pronunciación, y por taii^
to no tiene determinada accepcion : pero de la co«
locación del accento agudo en una de las tres sílabas
de que se compone, resultan tres diferentes senti«
dos, como se puede ver en este exemplo : su poder
no tiene límite ; más yo se lo limité,/^ ^ue no baj
quien lo limite.
3.^ Todas estas advertencias sé refieren á lás pala-
bras equívocas, que varían la accentuacion para ma*
yor claridad de su sentido : pero tiene la lengua el
tesoro de los esdrüxulos invariables , cuya accentua-
cion carga en la antepenúltima constantemente. Ta-
les son (entre los substantivos) : átomo , báculo , dá*
diva , escrúpulo ^fistola .gúmena . hígado. ídolo ,ldmi*
nd . mérito . níspero, par amo . órgano , sótano . rafa*
ga , tálamo f vastago , tejero , xaquima , zócalo &c :
C K I T l'c A se * * .. ^ tciii
(entre los adjetivos) arduo ^ áspero ^ arbóreo ^ aereo ,
henéficú , bélico , tárdeno , ráííiíWo , ¿{afano , decrépito, .
/if¿/iio ,y?/^iyb ,/i>fVo , flemático , genérico, gótico , hú-
medo , herético , i7fV^o , jurídico , lúgubre , //riVo , w«í-
íw , mortífero , numérico , n^reótico , odorífero , pálido,
purpureo , satírico , stépérfiuo , ífírWa , tremido ^ vácMf
venéreo, zafio, ¿ce. A estos se pueden añadir los csdrü-
xulos verbales simples: amaramos,'volvertatHos &c;
y los compuestos de los irecíprocos me, te, se , vos ,
ñor, /a 9 que por aposición forman una sola palabra:
V. gr- : ríeme, quiérote , en lugar de «r rw , te quie^
ro : y «asi de todos los demás, como : lléveos f^píden-
vos , vuélvanos , volvímonos , pedíseh , pediríanme*
/o,&c.
4.® A esta clase de los csdruxulos adjetivos per-
tenecen todos los superlativos j unos compuestos del
* participio activo, como : de amante amantisimo , de
\ clemente clementísimo &c ; y los demás de adjetivos
de toda suerte de terminaciones , como : de íúofrií'
f «wo, de hermoso hermosísimo ,áe docto doctísimo ,
j de cruel cruelísimo^ de violento violentísimo, de po<^
j hrtpobrísimo , de gyapo guapísimo , de tonto tontí^
I simo , de celebre celebérrimo i de íntregro integér-
! rima , &c,
$> De la .discreta combinación de estas palabras
Juaves y sonoras, nace la harmonía de la frasfc, Vá^
riada según todos los tonos que pueden lisonjear á
un delicado oído. Véase ¿qué grandiosay altisonan*'
TOM. I. o
irív OBSERVACIONES
te frase, por exemplo : Ya entrambos mundos peu*
grínando el hombre &c? ¿Qué grave y numerosa
esta otra : invicto y potentísimo monarca ? ¿Qué rá-
pida y fuerte esta otra : el áspero furor del mar ai^
rado ? Qué suavidad y fluidez en esta otra : angéli-
ca y dulcísima alegría .
6.^ Entre las palabras de sonora y hermosa com-
posición silábica I y de grata terminación , se deben
contar los derivados compuestos , ya de nombre y
preposición, ya de dos substantivos, ya de dos adje«
ti vos , ya de dos verbos , ya de adverbio y yerbo,
ya de adverbio y participio , ya de participio ^ ad-
verbio , ya de nombre y verbo , ya de dos preposi-
ciones y verbo , según manifestaremos en los excm-
píos siguientes*
Derivados compuestos de preposición y verbo =:
de barranco abarrancado , d*e bigote abigotado , de
cogollo acogollado^ de caudillo aeaudillado,dc com-
pás acompasado y dt broquel abro^lado.&c.szDc
barril embarrilado , de brea embreado , de palma
empalmado , de cárcel encarcelado , de cañuto encO'
ñutado , de charco encharcado , &c. = De abrir en^
ireabrir y de cozer entrecoger^ de sacar entresacar ^
de texer entretexer , de cavar entrecavar ^8cc. = De
suegro consuegro , da helar congelar ^ de patrono
áomgatrono , de discípulo condiscipulOyScc. = De Ua-
9í^ sjoUaniar yjÍQ as^r soasar , de saoír sonsacar, de
cavar socavan, éf noche trasnocharySíc. = De ha-
CKITICAS. cev
ccr rehacer , de volver revolver , de mirar remirar ,
de montar remontar » &c. = De alentar desalentar^
de barriga desbarrigar , de entrabar desentrañar ,
de cabera descabezar &c. = Del verbo decir y del
adverbio mal se forma maldecir ; y á este tenor
malparir > malbaratar > malherir , malcriar , wi^/-
^star^Scc. Por la misma regla se forma bienque^
rer , bendecir , bienhablar , recienvenir &c. := De los
dos substantivos oro y /?iV/ se forma oropel^ y asi los
demás , casapuerta ^ puntapié , aguamanos , telara-
Migarrapatafpollipabojjiligrana, &c. = Del subs-
tantivo í^r¿¿í y del adjetivo roj^o se forma ¿¿ír¿í-
rooro ; y asi de los demás barbinegro , cariredondo ,
faiituerto , cejijunto , maniroto , alicaido ^ 8cc. = De
los dos adjetivos t^/rJ^ y x^^o se forma verdiseco; y
i su imitación los demás altibaxo » agridulce ^verdi^
negro fScc. = De la preposición ^«f^ y del nombre
o;o,se forma anteojos; y á su imitación antesala ,
antepecho , trastienda, traspié ^ entretela , entrecejo^
sinsabor , sinrazón » contramina , contrapeso, retran-
ca y retaguardia y sobremesa , sobreparto , socolor ,
&c. = Del substantivo tierra y del participio acti-
vo teniente se forma tierr ateniente : y por la misma
regla lugarteniente ^ vicegerente ^ viandante , teniente-
cura, íac. — Otros se forman de verbo y participio,
^omo ipujavan$e,pasavo¡ante^^c* Otros de adver-
bio y participio , como : bienestante , malandante ,
bienqueriente, &c, s^Ocros de preposicicH» y adjetiva»
fCVt OBSIRV ACIONES
como: contrahcche^ contrabaxoy traseordadQ^iras^
lado y sobrehumano fScc. = Otros de dos verbos ^co*
mo : ganapierde , alzaprime , muerdehuye , vapen ,
&c. = Otros de dos preposiciones y yerbo, como:
desabarrancar , desabotonar , desencastillar , &c. =
Otros en fin de nombre y verbo , como : pernique-
brar , mancornar , maniatar &c , que son voces
muy hermosas y enérgicas.
IIL h
SIGNIFICADO r VAZOR DE ZAS PAZAJBKAS*
£1 valof de las palabras consiste en la totalidad de
las ideas que constituyen el sentido propio 6 el figu-
rado. Las palabras vienen á ser los instrumentos coa
que manifestamos nuestros conceptos, .
abundancia de la lengua.
Sí la abundancia de una lengua consiste en el
cumulo de aquellas locuciones que pueden hacer«
la apta para exprimir todas las ideas priinitivas con
precisión , distinguir todas las ideas accesorias con
exactitud , y tratar todos los asuntos con clari'*
dad ¿ quál de las modernas llevará ventaja á la es-
pañola?
" ' Sentidos diferentes desuna misma palabras
ITna misma voz tiene dos decepciones distintas , y
4Í veces opuestas, con sola la diferencia del singular
Cm TICAS. ccvit
al plural, pues del sentido propio pasa al figurado*
Véase la diferencia del humo de una chimenea , á
los humos de un hidalgo envanecido ; del zelo de
ün predicador y a los z^los de un enamorado $ c^e la
ruina d^ una familia , á las ruinas de una casa ; de
la voz de un cantor , á las voces de un loco rabio-
so &c. Y asi de innumerables de que abunda nues-
tra lengua. .
Otras veces la diferencia de los sentidos en una
misma palabra nace del uáo ó no uso del artículo.
Véase la diferencia de sentido que tienen len espa*
ñol estas expresiones: dar horado dar ¡a húra\ abrir
túndalo abrir la tienda ; gastar plata , ó gastar
kf lata; hacer c asa ^& hacer la casa^Sac. Y á este
tenor de otras infinitas, que enriquecen de mil ma-
neras la lengua.
DcAiVJLDos sitfPiES =: Una de las mayores
riquezas de nuestra lengua es la de palabras deri-
vadas de otras radicales. Por cxemplo : de la radical
CABEZA formarse los derivados simples eabezera ,
cabezal , cabezada , cabezón y cabezo , cabezudo, y ca^
hczorro , cabezuélo , cabezuela , cabezear , cabeza.
De la radical agua se forman aguaza ^ aguazero ,
aguacha^ aguagCy aguada y aguado ^ aguador ^ agua-
dero , aguaderas , aguazal , aguadura , aguanoso ;
aguacharnar , aguachinar. Y si á estos se añaden
los derivados de la radical' latina aqjüa , que tiene
adoptados la lengua , quales son : aquario , aqudtif
03
• ••
CCVín ' OBSERVACIQIíBS
co , aquatil , aqüeo , aqüosa ; véase ¿qué diversidad
de ideas no incluye esta, abundancia de palabras?
De la radical holqar se forman los derivados sim-
ples holganza , huelga y holgorio , holgueta , holgura ^
holgón j holgazán ^holgazanería ,/ holgazanear. Si-
guiendo esta idea se podría formar un diccionaria
muy abundante*
I ,• Derivados de nombres de animales 53 De es-
ta dase son los adjetivos que expresan accidentes
de figura, color, o propiedad de algún ammal, co-
mo ; de caballo caballar ^á^ y^gua yeguar ^¿^ gato
gatuna , y gatesco , de perro perruno , de oveja ove-
juno , de cabra cabruno ^ fice
2.^ Verbos freqüeñtativos s; Pertenecen á la mis-
ma clase las palabras que denotan menudeo ó repe**
tlcion de un mismo acto ^ como : de voz se forma w»
cear ^qjXQ es dar repetidas voces ó gritos i de fajfel
se íoxmz jpajpekarj({uc es revolver papeles ; y á es-
te tenor, de cola colear ^d^ husma ¿fi^nt^i^r, de -ta-
cón taconear 9 de libra librear, de fuerza forcejar,
de pierna pernear , de saltar saltear , &c. y asi de
otros muy vivos y bellos, como ; de relámpago re-
lampaguear , de cuchara cucharetear , de cerrojo
cerrajear^ de cencerro cencerrear ^ de tixeras tixere-
tear , fice.
Hay además otro género de freqüentatívos do-
bles, que aumentan la fuerza y expresión délos
primeros , tales son : golosinear , que dice mas que
CRITICAS. Ccix
golosean habusear y que es masque babear i fiso»
teary que es mas que pisar \ patalear ^qat es mas
qtxc pateara palmotear yqae es mas que palmear;
ehisporrútear , que es mas que chispear , &c.
También hay otros freqüentativos , que expre-
san efectos del instinto , movimientos y propiedades
de animales ^ló quales en el sentido extensivo co-
munican gran energía y gracia al Icnguage caste-
llano , tales son : hormiguear , escarabajear , ctde^
brear y huronear , &c.
3.*» Verbos imitativos = Llámansc asi aquellos
cuya pronuncMcion imita el sonido y ó ruido de las
cosas ó aQciones que, representan, como. : cacarear ,
sacado del fd cade las. gallinas » que se aplica al que
divulga y pondera con arragancia sus cosas 5 bu^
chear , sacado del bu bu que suena en la boca del
que da vaya á otro: y asi de fes demás cuchichear^
refunfuñar y mamujar tartajear j chacharear , bor^
búllonear , chiflar , chistar » asquear ^ tiritar , zum--
bir y rechinar^ rajar , susurrar ^_ roncar y gargajear^
retumbar , cecear , gorgoritear , bambolear , gru^
ñir , &c.
También pertenecen á «ste género los que imi-
tan las voces de varios animales , como : mdhullar ,
del gato , ahullar del lobo y perro, rugir del león,
bramar del toto abalar ¿t la oveja, /?wr de los po-
llito^, ^r^^»¿ír de los cuervos, &c.
4.<* Verbos incohativos =^ Son aquellos que d«-
04
- • 1
tCX OBSEILVACIONÍS
notan la acción de empezar una cosa á suceder ó
hacerse , como son : amanecer , hacerse de dia ; ano*
rfc^r^r, hacerse de noche; ¿a/¿or^¿r, venir el alva;
agostarse , empezarle á secar las plantas t pelechar ^
empezar á echar pelo , Scz.
j.® Nombres aumentativos = En este género de
vocablos es abundantísima la lengua española, co-
mo : de miga m^gajon, de costura costurón , de cu*
lebra ct^ebron^ de encuentro encontrón yac torre tor*
reon y de lugar lugaron^de botija botijony Scc. Aun-
que por lo común terminan en o», algunos acaban
en orr^^en azOyj en ^z^, como: de cepa cejporro,
de ^hy^jplayazo^d^putapataza, de boca bocaza%
de mano manazay&.ch advirtiendo que los acaba*
dos en 42;^, siempre se tom^ en sentido de mofa ó
burla.
No para aquí la riqueza de nuestra lengua»
uno que sobre uíi aumentativo forma otro, que vie-
ne í ser doble y como : de valentón valentonazo , de
pk^on fiearonazOyScc» Aun mas: no solo sigue
esta gradación directa en razón de magtritud, mas
también con respecto de un aumento de ideas acce-
sorias al aumentativo principal, las quales exprimea
diferentes modos y sentidos. Por exemplo : sobre
borracho se forma borraehon ; y sobre este aumenta-
tivo, ¿otm^/zoíi^zo, que se toma en sentido de des-
predo y vih*pendio. Sobre bobo se forma bobazo y
bobon i y sobre este , bobonazo ,babarron , y bobali^
CR. I TI CAS. CCXi
ion : siendo los^ tres últimos tomados bas:o ln idea
de lástima, de burla, y de desprecio. Finalmente i
la idea general de'^magnitud se. puede añadir la del
fuperlatiiro bobísimo, ^ncl^s abraza todas,
6.* Nombres diminutivos == No menos rico y
primoroso es el diccionrrio de los diminutivos que
tiene la lei^gua castellana , cuyos sentidos diversos
en una gradación descendiente no solo rebaxan la
cantidad y fuerza de los positivos , más también su
modo y <;alidad. Sus terminaciones son tan variadas
como sus diferentes modificaciones en uno y otro
género. Por exemplo : unos acaban en ^í^,como
fobretf 9 otros en iVo^como tnozifo i otros en i7/o, CO'-
mo per ríllo; otros en uelo ^ como <arroyucIo,Scc, JEs^
tas diversas terminaciones añaden á la idea general
y primitiva del positivo diversas accepciones secun-
darias: como se demuestra en la voz pobre ^axyz
idea se degrada subdividiendpse en pobrete baxp el
sentido de burla , en pobrecillo baxo el de lástima i
tn pobre cito baxo el de czrmOf^n pobrezueh baxo el
de desdén , y en pobrezote baxo el de menosprecio.
Lo mismo podríase decir de libroy que se degrada en
libróte , libracho. ^librito , líbrete , y libretillo.
A la manera que hay aumentativos dobles^hay
también diminutivos que reducen la primera idea
de pequenez á la ultima y mínima expresión. So-
bre el positivo mismo rAíV(j ,que ya de suyo expre-
sa pequenez, se forma chiquita, que es el diminuti-
€€XÍÍ OBSBKV ACIONES
To inmediato \ de este se forman otros dos , chiquiti"
#0, que suena á cariño ; y ^hiquirrUito^quc denota
una extraordinaria afición y ternura. Aunque estos
varios modos pertencen al estilo familiar, son esen-
cial mente de la lengua aporque esta comprehcndc
todos los estilos.
7.® Palabras de acción = Al género de derivados
simples pertenecen las palabras que expresan la ac-
ción ó el efecto de ^sta acción , como ; de sable j4-
blazo , de escopeta escopetazo , de porra porrazo , de
martillo martillazo ^Scc. Otros terminan en o»,co-»
mo de empuje empujón , de mano manotón , de en-
cuentro encontrón , &c. Otros terminan en ada , co-
mo de i^zt% patada y áQ cabeza cabezada % &c.
8.**' Palabras afectivas , terminadas en izo , iza =
Llamo afectivas las que indican ciertas disposicio-
nes ó afecciones del ánimo, como son : antojadizo f
esto es , fácil á poseerse de antojos ; enojadizo , dis-
puesto á enojarse : lo mismo se dirá de contentadizo^
olvidadizo , espantadizo , &c.
Otro género hay de palabras iJi/>í^fV4^ , que de-
notan calidades físicas, como: enfermizo y pegadizo^
invernizo &c. Otras, denotan la disposición de las
cosas , como : resbaladizo , arrojadizo , anegadizo^ le*
vadizOf estadiza ^llovedizo &c. Otras son afectivas
de acción, como ; encontradizo fCscurredizo j echadi-
zo , perdedizo , advenedizo , serradizo^ regadizo , &c.
9.® Nombres colectivos en el sentido físico = Ba-
CRITICA s^ axiit
xo de este sentido tiene la lengua castellana gran
copia de palabras, asi de las que especifican los va-
rios géneros de plantios'y sembrados, y son : man*
zanaíf naranjal , alcornocal , madroñal , cañaveral
&c ; arrozal j nabar , zattdial ^ garbanzal , centenal
&c,como de las <jue especifican sitios de plantas es-
pontáneas y silvestres , tales son : malvar y juncal ^
espartizal i romeral f atochar j rctamar^SK^ Entran
aqiíi también las que comprehenden las varias cla-
ses de terrenos , como ; un arenal , un peñascal ^ un
herial , un cenagal ¡un barrizal ^ &c, Igualmente
pertenecen á este genero de nombres, los de varias
especies de rebaños , como ; vacada , torada , ¿oy^-
da , muletada ^carnerada ^yeguada fice,
I o Adjetivos modificados ;;= Llamo asi á los ad^
jetivos derivados de otros primitivos , cuya signifir
cacion absoluta y geüeral degradan y disminuyen:
tales son j de negro , que es color entero , negruzco
que es color medio ; y asi de verde sfc forma verdo*
zo y¿c amarillo se fottm amarillento , de roxo sale
roxiza I de blanco sale blanquecino > ¿ce.
I I Accepciones de una misma voz ;:; Son aquellas
diferentes significaciones, que ya por ampliación ya
por translación recibe una misma palabra quando se
aparta de su sentido primitivo y propio, para apli-
carse á un objeto al qual no conviene en su sentí*
do recto y natural. Por exemplo : abrir una sala y
abrir el dia^ abrir las ganas de comer. En el i.^ ca-
iCXrO CBSEUV ACIONES
«O la palabra abrir tiene su sentido propio y recto,
que es el de abrir una cosa cerrada con llave ó con
puerta. En el a.® abrir recibe un sentido extensi-
vo ó ampliativo , porque se considera el dia como
cerrado con nubes , viniendo á dar una idea de cuer-
po á la obscuridad. En el 3.^ abrir se toma en el
sentido transí aticio ó figurado, porque se conside-
ran \z% ganas y(^t es una voz abstracta que exprc*
sa una necesidad sensual 1 como sí fuesen un objeto
real y físico, que estaba tapado 6 cerrado. La mis-
ma regla se puede aplicar á este otro cxcmplo;
abrazar un amiga (sentido propio) : abrazar un
gran terreno (sentido extensivo) : abrazar muchos
negocios (sentido figurado) : y á este tenor á otras
innumerables accepciones que tienen la gracia de
enriquecer la lengua sin aumentar t\ vocabulario.
El sentido extensivo y el figurado, puede cada
uno recibir diferentes grados de modificaciones, se*
gun se van desviando de la primera é inmediata ac-
cepcion,para expresar otras ideas secundarias y asi-
milares. Por exemplo: dar y tn su sentido primiti-
vo mas estrecho y riguroso, significa propiamente
poner con la mano una cosa en la mano de otro:
asi diciendo doy una peseta á P^^ro, hablaré en
sentido propio ; más si digo doy de palos d Pedro,
el sentido recto de d^ empieza á tomar alguna
mas ampliación ; porque, á la verdad , aunque los
palos se dan con la m;mo,no se reciben en la de
•CS.ITICA8. CCXV
Otro. Si después digo doy una hacienda ; el sentid
do ampliativo se va extendiendo aun mas, por
quanto la hacienda no se da ni se toma con la ma«
no. Si finalmente añado doy un libro d la imjprenta^
entonces la idea extensiva se dilata mas^ desviando*
se ya mucho de su primitiva accepcion : porque no
solo el libro no se da ni se recibe realmente con la
mano en este caso ; sino qué el que lo podria reci-'
bir,que es la imprenta, no es un ente fisico, dotado -
de acción y cuerpo.
Si hemos puesto estos exemplos para dar una
idea de la extensión gradual que pueden recibir en
d sentido ampliativo ¿quántos podriamos traer aqui
sobre el sentido figurado ^ como son : dar una noti--
ría , dar un consejo y dar una pesadumbre &c ? Aqui
el dar está ^ no apartado, sino sacado de su sentido
natural , y por esto se llama translaticio : pues ni la
noticia y ni el consejo^ ni la pesadumbre son objetos
fisicos y reales , como el palo , la hacienda , el libro,
que puedan darse. Si siguiésemos todas las naodifi-
cactones que el verbo dar puede recibir en caste*
llano y espantarla la riqueza de esta lengua, mas ce«
lebrada que conocida, y mas usada que estudiada.
En castellano damos ^^i* , damos ^r^iaViJ , damos
asenso , damos lugar , damos hora , damos enerada;
damos la ley , damos quartel , damos guerra , damos
color , damos estado , damos risa , damos sentencia ,
damos señal, dasoios nmes , damos fosíe , damos luz ^
iiXvi OBSEKVACIOMM
damos músicas yásítaos quexas , damos ^mW, damos
Oídas I damos cuerpo , damos caza , damos campana*
da ) damos alcance , damos pie , dzmos punto , damos
r^zoff, damos que decir fdzmos de m^no, damos ^or
i^iVfo,damos en no comer ^dzoíos a entender ^dsüoxos
contra una esquina ^ &Cé
I Quintas son las accepciones de la voz vuelta ,
que en su sentido propio es el giro de un cuerpo
al rededor de una cosa , ó el movimiento de un la-
do á otro? Hay dar una suelta pan venir, esperar
la vuelta del vlage , baxo la vuelta de la manta , .
pedir la vuelta de una alhaja quitada , tomar la vu-
elta de una peseta , dar una vuelta í su patria , dar
una vuelta á su casa ^ dar una vuelta a la cocina^
dar i^M^/^^ á las cosas , dar una vuelta al campo,
otra vuelta aun? dar vuelta a un cable, andarle a
hs vueltas í zutano, tomarle las t^dWM/ á fulano^
andar en vueltas al responder , andar á vueltas con
todos , á vueltas de Pascua pagan , tiene muchas vu^
citas su amistad , a vueltas del parentezco preten*
de, dar vueltas í la especie que se dixb» poner a
uno de vuelta y media > ^c.
12 Palabras sinónimas =r Otro de los riquísimos
tesoros de nuestra lengua , es el gran caudal de si^
nónimosf es á saber, dé aquellas voces de una mis*
ma especie, que siendo idénticas entre sí respecto á
1^ significación objectiva de la idea principal que
tpdas representan, son distintas en quanto a U sig«
CRITICA 8« CCXVii
;ií£cacion formal de la idea accesoria que cada una
determina y caracteriza. Por consiguiente no hay-
rigurosos sinóniíñoá en el sentido riguroso que has*
ta ahora nos habían explicado nuestros gramáticos,
que sin aumeintar el número de la$ ideas multipli-
aban sin necesidad el de Us palabras*
Yo quiero suponcí:,poí exemplo^que las pala*
bras verdadero y'úetídüo , y veraz ^ sc2n idénticas
en quanto á la idea general dé 'úerdad^ como obje*
to principal y común á todas ; más ¿cada una no se
diferencia entre sí por lá variedad de las ideas se-
cundarias con que se modifica la idea objectiva y
primitiva? Asi ^ pues > diremos : que un hecho es
fferdadero^qne la relación es verídica y y que el
que la hace es veraz. Aunque viejo y antiguo ^ y an^
ciano son términos sinónimos en quanto á la idea
general de vejez que representan todos ; no pode-
mos aplicarlos indistintamente á todos los casos , ni
á todas las circunstancias y relaciones baxo las qua-
les se considera uqa misma cosa« Yo concibo que lo
viejo es contrario de lo nuevo , lo antiguo de lo wio*
derHo^y lo anciano de lo joven : por manera que lo
anciano se refiere mas á la edad : lo ¿iii/f^»o ala
duración del tiempo, y lo viejo a los efectos de la
duración del tiempo. Asi diremos : un padre anda*
ft«,una nobleza antigua ^y un vestido viejo. Y
aunque también se dice un vestido antiguo , y ua
vestido i^jo; lo primero denota que ha pasado ma«
§CXVÍÍÍ OBSEKVACIQNBS
cho tltmpo desde que se hizo , aunque se cónserye
nuevo^y que es antiguo por su hechura^y respecto \
^á ]a moda actual ; pero lo segundo , denota que el \
vestido está maltratado y deteriorado por el uso> ]
aunque sea recien hecho. Estas modificaciones de ]
una misma voz , que pueden variarse según las in-
numerables aplicaciones que continuamente se ofrc- *
cen , constituyen la fineza y riqueza metafisica iú
lenguage , cuya claridad, propiedad , y exactitud de-
penden de esta precisión analítica del sentido pri- \
mario y secundario de las palabras.
Este es otro de los diccionarios mas necesarios
que nos faltan; y creo que careceremos de él mucha \
tiempo : porque primero ha de venir el diccionario i
gramatical de los vocablos , para formar después el !
filosófico que los caracterize y clasifique. Nosotros
hallamos en los diccionarios las voces ^iijf o y flacer
baxo de una misma idea y accepcion : más ¿ quién
no conocerá que si fuere indiferente el uso de la
una ó de la otra , podriamos decir una quinfa di
gusto por una quinta di placer yun ves f ido de pla^
€er por un 'vestido de gusto, y un hombre de buen
placer por un hombre de buen gusto ? Si fuesen idén-
ticas las palabras temor y miedo iCOido 6e supone en
nuestros diccionarios j diriamos indistintamente el
temor de DioSf y el miedo de Dios ; siendo esto ulti-
mo ufia blasfemia , pues solo al diablo se le puede
tener miedo. £1 miedo supone siempre cpbardia f
CRITICAS. €CXÍX
fijiqneza de parte del que lo tiene , y terribilidad y
malignidad de parte del objeto á que se tiene ; y el
íemor lleva siempre la idea de respeto y rezelo de
parte del que lo tiene, y la de superioridad de po-
der, de fuerzas, y de malicia de parte de la cosa á
que se tiene. Por cuya razón diremos : tengo iwíV-
do de los ladroaes,de los rayos &c; y tengo temor
de la justicia , de las malas lenguas , &c.
Quando tengamos un diccionario filosófico que
fize con todo el rigor metafisico el verdadero sen-
tido de las palabras ; entonces tocaremos la diferen*
cia que hay de salobre á salino , de Ínstame á mo^
mentó f de freso á prisionero ^ de alegría a gozo ^ de
jwtalezer i fortificar ^dt hombre á varón ^dt regio
i real, de pontificio í pontifical ^ de crimen á delito^
de célebre á famoso , de adulación á lisonja , de don
á dadiva , de crédito a creencia , de celeste á ceUs^
tialj de angélico a angelical ^ de marino í marítimo^
icinjluxoí influencia f de riqueza a opulencia^ de
terrestre á terreno , de perdición i pérdida , de jun^
tar i unir y de señal i seña ^ de ajuiciado i juicioso^
de paterno á paternal ^ de abundante á copiúsojde
riesgo i peligro , de honor á honra , de naval á nau^
tico ^ de monacal á monástico y de fiel á leal, de ro"
bar i hurtar, 8cc.
Si fuese posible hacer aqui la ultima ostenta-
ción de la energía, fuerza y expresión de la lengua
€CXX. OBSERVACIONBS
castellana; bastarla recorrer su hermoso vocabulario
solamente de voces derivadas^ya simples ya compu-
estas: y distribuyéndolas en diferentes clases, según
su formación objectiva,se vendría á dar una idea
mas clara de la maravillosa variedad y viveza de
imágenes que figurada é imitativamente representan
estas palabras, casi todas de hermosa, magnifica, y so-
nora composición. = Entre las que expresan la im¡<
tacion de colores, ya de plantas, ya de metales, ya de
animales &c,se cuentan muchisimas, como : ^r^*;'/»-
nado , azafranado , amoratado , acanelado , ataba-
cado y plateado , bronceado , af lomado , anubarra Jc^
jaspeado , alagartado , atigrado^ leonado , &c.= En-
tre las que representan por imitación varias figuras
6 formas de cuerpos naturales 6 artificiales, se cuen<*
tan los derivados : ensortijado j ahorquillado, acaba*
Hado , amelonado , acanalado , abarquillado , abereU'
genado , acamellado, caracoleado^ escarolado^ ajuane.
tadoj acopado, apeUuzcadOyScc. = Entre las que ex-
presan propiedades de animales, aplicadas por imita-
cion á las personas, se cuentan estas: acaponado^ azor-
radOy alebrado , emperrado , arrocinado , agazapado^
trasconejado , gallear , asnear , gatear , huronear ^rt*
cochinearse , &c. = Entre las que pintan los efectos
causados por la vista ó persecución de animales dañi-
nos ,y por imitación se aplican á personas ; se cuen-
tan estas : azorado, amilanado, alobadado, atortela^
CRITICAS. iCXXi
JojScc. IB Entré las que expresan las calidades fisi*
cas de algunos objetos , aplicadas por imitación ex-
tensivamente á otros , hay los derivados : acorcha^
do y acaramelado , agamuzado » zapatudo j conchudo^
&c. = Entre las que expresan los accidentes y cali-
dades de ciertas clases de personas , aplicados por
imitación á otras , por causa de la semejanza de cos-
tumbres, modoso figurarse cuentan innumerables^
las unas siempre en sentido despreciativo , ó á lo
menos 9 que rebáxa á la persona comparada , como:
agitanado , amugerado , amaricado , amuchacha^^
do,Sicc;y otras en sentido decoroso^ que agracia
ó realza al comparado , coino : adamado , aseñora^
do^Scc.
Si de la variedad y propiedad de los derivados
en su aplicación, pasamos á la viveza, energía, y vi*
gor de algunos por la rara valentía de su composi-
ción, ¿qué singular expresión la de estas palabras:
desalmado , descorazonado , descreído, desentrañado,
desmemoriado , desdinerado , entronizado y engolosina^
do^Y sobre todo endiosado Scc^ capitanear ^ava^
sallar , amaestrar , acaudillar , enseñorear , y mas
que todo pordiosear y &.CÍ = Entre los verbos transi-
tivos, es decir , los que expresan la mudanza de una
cosa pasando de un estado a otro , cuenta la lengua
castellana muchos de grande energía, como: ^ii^rii¿^<-
Ucerse, ennegrecerse , endurecerse y rejuvenecerse, 4-
CCXxii 03SEaVACI0NES
mansar Si , tnsoberhecersi ^ wvanecsrse i empedernir^
se y entontecerse , encrudecerse , &c.
Estas críticas observaciones , que me atrevo i
presentar á la luz pública, deben ser miradas sola-
mente como unos informes y sumarios apuntamien«
tos , formados sobre 1^ lectura de nuestro dicciona*
rio, para aficionar á los estrangeros al cultivo y es«
tüdio de la lengua española. Un tratado científico,
analítico, y mas metódico de un idioma tan abun-
dante , primoroso , noble , y expresivo , además de
pedir una obra separada y peculiar, trabaxada con
prolixo esmero y profundas investigaciones, sería
superior á mi talento y ciencia; pues es mas afición
que conocimiento , y mas genio que ingenio , lo que
me llevó á extender estos borrones^ que bosquexé
primero por satisfacer mi curiosidad, y proseguí pa-
ra mi propia utilidad y enseñanza.
Si no he sabido aprovecharme como debia de
la prolixa lectura de los buenos escritores y -pa-
dres de la lengua ; tampoco confesaré que he per*
dido el tiempo. Quando no hubiese yo cogido otro
fruto que el descubrimiento de que gran parte de
la lengua castellana aun existe intacta y desconocida
en los libros, donde debería hacerse por ^ojos pcrs-
picazes,y con delicada elección, un rebusco, digá-
moslo asi , del modo que en una gran viña de un
hacendado rico, que la vendimió con poca codicia
C It I T I C A S. CiXXm
j aproTcchamientQ ; nunca daría por malogrado mí
trabaxo. En muchos libros viejos he hallado pala*
bras,qucho)r alguno^, puristas y reformadores de
la lengua que no conocen caliiicarian de espurias y
eróticas : y 4 fé que son de autores y de tiempos
en que no se Itian libros franceses , ni eran estos
dignos de ser leidos^ De aqui he sacado yo un de«
sengaño para mi y para muchos otros y y es que to«
dos estudiemos » y no nos queramos hacer maestros
antes de ser buenos lectores.
FIN PE LAS OBSERVACIONES CRITICAS*
<j>c<><>oc<>oo^<>ooo<><><><>^^>o<xyv><><><xx:^^
^KK>POP9<>0<XXX><KX>0<Xi<r><KX>0<><>C^^
TEATRO:;::;
HISTO R ICO -C R ftlCÓ
■ • ■ . ■■ ■■ :J
DE LA
ELOQUENCIA ESPAÑOLA.
>
ROMANCE CASTELLANO DE;. SIGLO XIL
P
ARA dar una muestra de las primitivas composi-
ciones castellanas^^en el tiempo mismo que^sé acababa
<ie formar ó estaba formándose la lengua* vulgar , es-
to es y desde el año 1 1 50 hasta el de 1 200.; traslada-
dnos dos pedazos del Poema del Cid , que no es mas
que una historia rimada de la vida y hechos de.aquel
l^eroe español, £sla>rarísima obra , que h^ logrado
la luz pública por diligencia del erudito I>.*Thi0inás
Sánchez Bibliotecario .x|^j&jMw en el primer^. tomo
<lc la Colección de poesias édsteüanas anteriores ^¿W^
gh XV y fue impresa en Madrid en casa:dfe í>.' !Ín-
tonio de Siancha en 1779 sobre la copia puntual. de
un códice antiquísimo , y se debe reputar por cípri-
íttcr parto literario en romance castellano! Aunque
TOM. I. A \
2 TEATRO HISTORICO-CltlTICO
no conste d nombre del autor, praeba aquel docto
editor que fue compuesto este poema hacia fines del
siglo XII y según indican las voces y frases cotejadas .
con las que usaba el poeta Bercéo , que floreció por
los años 1220 ; y es el primer escritor conocido que
versificó en romance castellano.
La venerable rusticidad y sencillez del Icnguagc
manifiestan su antigüedad ; por lo que trasladaremos
aquí dos^ pasages de los menos inelegantes y barba-
ros, ya que* es escusado buscar en esta obra hermo*
sas imágenes ni pensamientos brillantes.
Oración que hizo d Cid.
Ya Sennor glorioso , Padre que en cielo estás
Fecist' cielo é tierra , el tercero la mar :
Fecist' estrelas é luna , é el sol para escalentar*
Prisist' encamación en Sancta Madre
£n Belleem aparecist' como fué tu voluntat :
Pastores te glorificaron , ovieron de alaudar :
Tres Reyes de Arabia te vinieron adorar,
Melchor é Gaspar é Baltasar : oro tlius é mirra
Te ofrecieron como fué tu voluntat.
A Jonás quando cayó en la mar
Sajvest*, á Daniel con los leones en la mala cárcel :
Salyest* á Sancta Susana del falso criminal.
Por tierra andídiste xxxii annos, Sennor Spiritual;
Mostrando los mirados y por en avemos que fablar.
Bfi LA XLOQ.UXNCIA ISPAÑOtA. 3
Relaciofi de una batalla.
Moros le reciben por la senna ganar
Danle grandes colpcs , mas no Y pueden falsar.
Dixo el campeador : valelde por caridad.
Embrazan los escudos delant los corazones :
Abaxan las lanzas apuestas de los pendones.
£ nclinaron las caras de suso de los arzones :
Iban los ferir de fuertes corazones.
A grandes voces lama el que en buen ora nació :
Feridlos , cavalleros , por amor de caridad :
Yo so Rui Diaz el Cid Campeador de Bibar.
Todos íieren en el haz do está Pero Bermuez :
Trescientas lanzas son , todas tienen pendones :
Sennos Moros mataron todos de sennos colpes :
A la tomada que facen otros tantos son.
Vieredes tantas lanzas premer é alzar :
Tanta adarga á foradar é pasar :
Tanta loriga falsa desmanchar :
Tantos pendones blancos salir vermeios en sangre
Tantos buenos cavallos sen sus duennos andar.
Grado á Dios > aquel que está en el alto ,
Quando tal batalla aremos arrancado.
A2
TEATRO HISTORICO-CRITICO
ROMANCE CASTELLANO DEL SIGLO XIIL
JcIn los Signas del Juicio , obrita en verso que com-
puso Gonzalo de Berceo en los primeros años del rey-
nado de S. Femando, se leen ciertas coplas, que.no
carecen de bastante viveza en las imágenes, y fuerza
de expresión en medio de la tosca sencillez de la len-
gua. Trasladaremos aqui para muestra siete de dichas
coplas, escogidas de la nueva edición que de las obras
de este versificador ha hecho el ya citado D^ Thomás
Sánchez en su tomo ii de las poesias castellanas ante-
riores al siglo XV.
Trovo al home bueno , entre todo lo ál ,
Que ante del juicio, del juicio capdal ,
Veremos muy grandes signos , im fiero temporal,
Que se verá el mundo en presura mortal.
Por eso lo escribip el varón acordado ,
Que ^e tema el pueblo que anda desviado ,
Meiore en costumbres, faga á Dios pagado ,
Que non sea de Christo estonce desamparado
En el dia septeno verná priesa mortal
" Havrán todas las piedras entre sí lit campal :
Lidiarán como homes que se quieren fer mal ,
Todas se farán piezas menudas como sal.
DE LA KLOQUENCIA ESPAÑOLA. J
IfOs ho^cs con la cuita é con esta presura^
Con estos tales signos de tah fiera figura ,
Buscarán do se metan eíi alguna angostura.
Dirán : montes cubritnos, ca somos en ardura.
En el octavo dia vcrná otra miseria ,
Tremerá todo el mundo mucho de grant manera :
Non se terna en pies ninguna calavera ,
Que én tierra non caya , non será tan ligera.
En el noveno dia vernán otros porteros :
Aplanarise han las sierras é todos los oteros :
Serán de los collados los valles companneros :
Todos serán iguales carreras et senderos.
Non será el doceno quien lo ose catar ,
Car verán por el cielo grandes flamas volar :
Veráá á las estrellas caer de su logar ,
Como caen las fojas quant caen del figar.
IL
JL/E otro poema , Intitulado ARlagrós de Nuestra
Señora , que compuso por aquellos tiempos el mis-
mo Bercéo , y anda impreso eú el citado tomo ii de
las po&ias castellanas anteriores al siglo x v , hemos
entresacado, como muestras del mismo genero y vi-
veza de lenguage , ocho coplas de su introducción, la
qual es una parábola hermosa , que sirve de preám-
bulo á la relación de los milagros , y son estas :
Yo Maestro Gonzalvo de Bercéo nomnado
léndo en romería caecí en un prado.
A3
TEATRO HISTORICO-CRITICO
Verde é bien sencido , de flores bien poblado :
Logar cobdiciaduero para home cansado.
I)aban olor sobeio las flores bien olientes ,
Refrescaban en home las cairas é las mientes :
Manaban cada canto fuentes claras corrientes.
En verano bien frias,en invierno calientes.
La verdura del prado, la olor de las flores ,
Las sombras dé los arbores de temprados sabores
Refrescáronme todo é perdi los sudonas :
Podríe vevir el home en aquellos olores.
Nimqua trové en sieglo logar tan deleitoso ,
Nin sombra tan temprada, nin olor tan sabroso.
Descargué mi ropiella por iacer mas vicioso :
Póseme á la sombra de arbor fermoso.
Yaciendo a la sombra perdi todos cuidados ,
Odi sonos de aves dulces é modulados :
Nunqua údieron homes org^os mas tempradoi,
Nin que formar pudiesen sonos mas acordados^
El prado que vos digo avie otra bondat :
Por calor lun por firio non perdic su beltat ,
Siempre estaba verde en su entegredat ,
Non perdia la verdura por nuUa tempestat.
Manamáno que ñii en tierra acostado ,
De todo el lacério fiíi luego íblgado.
Oblidé toda cuita, el lacério pasado :
Qui alli se morase serie bien venturado.
Los homes é las aves quantas acaecíén
Levaban de las flores quantas levar quericn}
3>E L4 £LOQU£NCIA ESPASoLA. ^
Mas jncoguá en el prado binguna nQXkí^tn:
Por una que levaban , tré$ ó quatro náciesw ~^
ni.', •••• •'••-■^'
Jlín el otiro poema del nusmo Bercéo » intknládo JE/
Di^&i de la Virgen > que anda inserto en'ieLcka*
do tomo II depoesiaís antiguas castellánasyss^lee un
"dialogo entre la Virgen y San Bernardo, en' que la
Madre de Dios le explica su pena y dolores enia pal*
sicin y muerte de su santisimo Hijo. Go^i^oiato'^qui
solo seis coplas para muestra de una expresión xiei^f
na y lastimosa. n, .>.; ;:.*. ^.b
Fraire , disso la Duenna : es me cosa j^s^^da
Refrescar las mis penas , cá so glorificada :
Pero U' mí fetila. no la he. oblidad;i y'-. ^' i A ;
Cá en el corazón la teng9 bien fincada.f l .i ; ( •
Nin vieio , nin mancebo » nin mugi^im^rÁd^a
Non su&iótal lác<^xie bm^muHó tan la?4l^da;
Cá io fiíi biscocha et fui bisasada.: . . • . c i: i
La pena de Maria nunqüa serte istnada^; >' ^ w
Nunqua podíe el borne por grant cueita. morir:
Yo pidia la muerte , non qucrie ií^mu .: : • -
Yo á todo mi grado non. quería vcvir ; : •
Mas non querie^mi ruego Domhi Dios recebir.
Estando en lá cruz la santa creatura ,
Tendió á todas partes la su dulz catadura :
Vio á mi mezquina triste con grant cochuara,
Clamando : Füo mío , á una grant presura.
A4
ÍJ . TKATRa HISTORICO-CKITICO
• riVlo- ^^ m idiscipúlo que él mucho amaba /
Fikff del Zébcdéo ^ vio como ploroba :
Diom á él por fiio capucho li costaba,
A mí á él por madre : trabónos con tal traba.
'.?> ^Estahdb^eri.la cruzólos. brazos bien tirados,
£.:Nobpos mai^que éLíbzo,'iK>a$ por nuestros pecados,
; 'Biis^ que.hávie sede ^ los labros desecados,
ú Cárhavícgcant cohdicia de salvar los errados.
£q iDJtro dialo^ que después el poeta introduce en-
im'^hhíprfiz madrease leen algunas coplas tanlle-
ni»idet<9ua vi(iad^ y dulzura , que nos han parecido dig-
nas de ser aqui trasladadas.
r ' Habla la Madre.
¡ Ai Fiio í^uerido , Sennor de los Senáores !
lo ando, cfolof ida, tü p^dcs lósdoloresii: -: .
Bfáke^^nialosí servicios- vasallos, traidores ^ ^ i
T¿%'4Í&ts dí4acério*, íó'los malos sabores^ i
Fiio el mío-querido , de piedat granada,
¿ Por qué' es la tu madfede tí desamparada ?
Si ^levbme > qiuísieses sería- tu pagada ,
QuQ fíncaré^in tí n<^ bien acompannada.
Fiio ^ cerca de tí queiria io finar :
ííbú querría al sieglo sin mi fiio tomar,
Fiio , Sennor é Padre , denna á mi catar :
Fiio :ru¿go de madre nol debe rehusar.
Fiióf d'úlz é sombroso ^tiemplo de caridat ,
Arca de sapiencia , fuente de piedat ,
DS LA EtOOUSNClA SS^AÑOLA. p
Non desses á tu madre en tal sociedat y
Quá non saben conocer mesura nin bondat.
Fio , non me oblides , é llévame contigo :
Non me finca en sieglo mas de un buen amigo y
luán f quem dist por fiio , aqui plora colimigo :
Ruegote quem condpaes esto que io te digo.
Habla el Hijo.
. Recudió el Sennor j dixo palabras tales : »
Madre , mucho me> duelo de los tus grandes males.
Mueyenme tus lagrimas, los tus dichos capdales:
Mas me amarga esso que los colpes mortales.
Madre , bien te lo díxi , mas haslo oblidado :
Tüclletelo el duelo , qué es grant é pesado :
Porque fui del Padre del cielo enviado.
Por recebir martirio , seer crucificado.
Madre , tu bien lo sabes de homes bien certeros
De qual guisa pecaron los parientes primeros :
como los decibieron los diablos arteros ,
Diciendolis mentiras los malos losengeros. .
Ot^ra guisa non puede esti mal guarecer ,
Nin. por otro escanto nin por otro saber
Fuera por esti vaso que debemos beber :
lo é tu , Madre mia , nol podemos verter.
lo é tu , Madre mia, lo debemos gostar ,
lo sofriendo las penas , é tu el grant pesar.
Deben todas las gentes por ende te loar ,
Lazdrar tu é tu fiio por las almas salvar.
I o TEATRa HISTOWCO-CRITICO
Madre será aína el vaso agotado ,
Lo que mandó el Padre aina recabdado :
Los vivos é los muertos todos nos havrán grado:
Será el tu grant planto en grant gozo tomado,
Madre , disso el filo , de boy á tercer día
Seré vivo contigo , verás grant alegría :
Visitaré á tí Virgo María ,
Desende á Don Peidro con la su compañía.
Madre , de tí contanto me quiero despedir.
Todo te lo he dicho lo que he de decir.
Inclinó la cabeza como qui quier dormir ,
Rendio á Dios la alma , é dessóse morir.
Habla il Poeta.
Non era maravilla si la que lo parió
Con duelo de tal fiio sí se amorteció :
£n los signos del cielo otro tal conteció ,
Todos ficieron duelo quando allí morió.
Los Angeles del cielo lis facíen compannia :
DoHense de Don Christo , dolíense de María.
El Sol perdió la lumne , oscureció el día,
Mas non quiso castigo prender la Judería.
£1 velo , que partie el tíemplo del altar ,
Partios' en dos partes , cá non podie plorar :
Las piedras , porque duras , quebraban de pesar,
Los Judios mezquinos non podien respirar.
De los sepulcros vieios de antiguas sazones ,
En qui iacien reclusos muchos santos varones ,
DE LA KLOQÜBNCIA ESPAÑOLA/ ÍI
Abriéronse por sí sin otros azadones ,
Revisdaron dehomes grandes generaciones.
IV.
En el Poema de AUxandrOyOhtz compuesta por
Juan Lorenzo á fines del reynado de S. Fernando se-
gún muestra su locución , aunque congetura D.Tho-
más Síinchez en el tomo iii de la colección de poesias
castellanas en que lo ha incluido , pertenecer á prin-
cipios del rcynado de Alonso x, se leen algunos tro-
zos Uenos.de cierta magestad y energia de expresión,
mayormente en las pinturas y descripciones , como
$on la de las armas de Dario , la de Babilonia , la del
palacio de Alexandro , y la de los doce meses del año
pintados en la tienda dé este monarca. :De todos es-
tos lugares daremos algunas coplas puestas en el orden
siguiente :
Armas de Vario.
Conviene que fablemos entre lasptras cosas
De las armas de Darío que JEueron preciosas :
De obra eran firrhes , de parecer fremosas ,
Para traer levianas,mas non bien venturosas.
Havíe en escudo mucha bdla estoria :
La gesta que fecieron los Reys de Babilonia.
Yacie hy de los gigantes toda la estoria
Quando los linguages prisioron la discordia.
La estoria de Ciro fue deredor echada :
Grant conquista fizo todo por su espada ;
12 TEATRO HISTORICÓ-CRITICO
Cuerno fue la campanna de Israel quintada,
Ereüs en su guerra que non ganó nada.
Ya se movien las haces , ibanse allegando :
Iban los balesteros de las saetas tirando.
Iban los cavalleros las cabezas abaxando ,
Iban los cavallos las orejas aguzando.
Eran de tal guisa mezcladas las feridas ,
Que eran de los golpes las trompas enmodiáas.
Volaban por ej ayre las saetas texidas :
♦ Al sol togien el lumbre tan venicn descosidas.
De piedras é de Jardos iban ¡grandes nuvadas
Cuemo si.fucscri.exambre$ de abeias iuntadas:
Tant eran las feridas firmes é afincadas ,
Qae eran de los cuernos las voces afogadas,
Cuemo se. die Alezandré mano al corazoin »
Aguijó todo primero, abaxól pendón :
Mas irado quel rayo , mas bravo quel león . ..
Fue ferir do estaba el Rey^dc*Babilon.
Descripción de Babilonia.
laz en logar sano., comarcha muy temprada :
Ni la cueta verano nen.faz la envernada
De todas las b^bi^des era soiuíeabQQdada :
De los bienes del sidglo alliiiori mengua nada.
Los que en ella moran dolor no los retienta :
Alli son las especias , el puro garengal :
En ella ha gengibre.., claveles é cetoal ,
Girofre , é nuez muscada , el nardo que mas val.
DE LA ELOQ.ÜENCIA ESPAÑOLA. 1 3
De sí mismo los arboles dan tan buena olor
Que non havríe ante ellos forcía nulla dolor :
Ende son los hombres de muy buena color ,
Bien á una jornada sienten el buen odor.
Son per la villa dentro muchas do las fontanas
Que son de dia frias, tibias á las mannanas :
Nunca crian en ellas gusanos nen ranas ,
Ca son perennales sabrosas é muy claras.
La obra del palacio non es de olvidar,
Pero non la podriemos derechamichtre contar :
Porque mucho queramos de la verdat lexar,
Aun havrán por eso algunos á duldar.
El logar era plano , ricamente asentado ,
Ahondado de caza se quier é de venado ,
Las montannas bien cerca do pacie el ganado :
Verano é invierno era bien tcmprado.
Füron los palacios d^ bon mestre asentados ;
Fueron maestramientre á quadra compasados.
En pcnna viva fueron los cimientos echados,
Per agua nen per fuego non serien desatados.
Las portas eran todas de marfil natural ,
Blancas é relucientes como fino cristal ,
Los entaios sotíles , bien alto el real.
Casa era de Rey , mas bien era real.
Quatrocientas colunmas habie en esas casas ,
Todas doro fino capiteles é basas :
Non serien mas lucientes se fuesen vivas brasas ,
Ca eran bien brunnidas , bien claras é bien rasas.
14 TSATKO HISTORICO^-CRIXICO
AHÍ era la música cantada per razón ,
Los dobles que refieren coltas al corazón.
La$ dolces de las baylas , el plorant semiton.
Bien podien toUer precio á quantos no mundo son.
Non es en el mundo home tan sabedor
Que decir podiese qual era el dolzor :
Mientre hpme viviese en aquella sabor
Non habrie sede j nen fame , nen dolon
Tienda de Alexandro.
£1 uno de los fastiales luego enna entrada
La natura del anno se die toda pintada :
Los meses con sos dias , con su luna contada^
Cada uno qual facienda babíe encomendada.
£staba Don Janero á todas partes catando.
Cercado de ceniza sus cepos acarreando,
Tenie gruesas gallinas , estábalas asando:
Estaba de la percha longanizas tirando.
Estaba Don Febrero sos manos calentando.
Oras facie sol , oras sarraceando :
Verano é invierno ibalos destremando ,
Porque era mas chico seiese querellando.
Marcio habie grant priesa de sus vinnas labrar^
Priesa con podadores , é priesa de cavar :
Los dias é las noches facíeles iguar :
Faíe aves é bestias en zelo entrar.
Abril sacaba huestes para ir guerrear ,
Ca habie alcazeres grandes ya por segar :
DS LA SL^QÜENCIA ESPAÑOLA. 1 5
Facíe meter las vinnas pora vino levar ,
Creger mieses é yerva$,los días alongar.
Sedie el mes de Mayo coronado de flores ,
Afeytando los campos de diversas colores ,
Org^eando las mayas é cantando de amores ^
Espigando las mieses que sembran labradores.
Maduraba Don Junio las mieses en los prados :
Teníe redor de sí muchos ordios segados ,
De cerezas maduras los cerezos cargados >
Eran i mayor siesto los dias allegados.
Seia el mes de Julio cogendo segadores ,
Corríenle per la cara apriesa los sudores :
Segudaban las bestias los moscardos mordedores,
Facíe tornar los vinos de amargos sabores.
Trillaba Don Agosto las mieses per las eras ,
Aventaba las parvas , alzaba las ceveras :
|ba de los agraces faciendo ubas veras :
Estor facia Outumno sus ordenes primeras. .
Setembrio trae varas , sacude las nogueras y
Apretaba las cubas , podaba las vimbreras y
Vendimiaba las vinnas con fuertes podaderas :
Non dexaba los pássaros llegar á las íigueras.
Estaba Don Othubrio sus misiegos faciendo >
Iba como de nuevo sus cosas requiriendo :
Iba por sembrar el invierno veniendo,
Ensayando los vinos que yacen ya ferviendo.
Novembrio sacudía á los puercos las landes ,
Cá era dun robre y levábanlo en andes :
I(J TEATRO HISTOmCO-CRITICO
^ Compiezan.alerxzuelo velarlos avezantes
Ca son las noches luengas , los dias non tan grandes.
Mataba los puercos Decembrio por mannana,
Almorzaban los fcgados por amatar la gana :
Tenic niubla escura siempre per la mannana ,
Ca es en ese tiempo ela muy cotiana,
A'visos Morales.
No faltan en este poema de Alejandro algunos
pasages llenos dé cuerdos documentos de filosofía mo.
ral contra los peligros y engaños de esta vida huma-
na. Trasladaremos aq[ui algunas coplas para dar una
completa idea de los diferentes modos á que se aco-
modaba ya entonces el antiguo romance.
Nunca en este siegló debe home á.fiar
Que sabe á tus cosas tan mala zaga dar ;
A baxos é a altos non sabe perdonar :
Por este sieglo non debemos el otro olvidar.
Anda cuemo rueda que non quier aturar
El home malastrugo non se sabe guardar :
Sabe traer falágos , sábenos engannar ,
Non puede en un estado nunca queda estar.
Quando el home ha puesto en algún bon logar,
Diz : cede maiori , pénsalo despennar ,
Fazlo tal qual nació á la tierra tomar :
Va buscar otros que pueda engannar.
Quando ha el home deste sieglo a pasar
Valía dun dinero non le lexa levar ;
ra lA SJLOQUEVGIA XSPAÑOZA. .I7
Quanto gana cl lióme todo lo lia de dexár , '
Hanlo siis enemigos mootalés á lograr.
Tuelle con sus falágo&á hbmc el mentido.:
£0 quel debía membrar échalo en olvidoi. ^.;
£$ la carine sennora é el espiritü Téncido :
Faz barrelr h'casala mugeriaLmalido. ¡i r' >
Encariidf'á f»ejE:a^ enno Iioua¡e.plfisqttino^ ^ ; ^
Vuélvelo en cobdicia ^ $ácjd9 ilócicániSoa jf. \-^:. :-. ;
Fazle olvidar la materia oadcjirinoj: . Sx b ^'^ ^
£1 sieglppor escarnio.&zle pl bocina*. . ^ r£^^:
'Quien-masrpuéde ma&£ace)»aoo>de jbúenjnas ^
Quícpi .masikaíiiaver: mas ^er é ipórré po^ ga;(^l:
Non Yeerkjd0i5ti;:grado ACOJgiHiO SoaigHaV^íG^:.*!
Mal peocaíc|ot,'iie3iguno obrics/f Dips^feal, ,. ; :^.b
La[s aves é'lásebqítiasUftSíhoirie^^Aetí p^sjp^i .
Todos sonentDd sí á bandojídfiCTawíáptt::. agí ?i,l .
De^ vicio é.d&isohbiJ9Ía soaioffe^ij^ñtí^gados^ji^Y
Loa flacos^ dé bi^fíiiertes. andaa^^idesa&adQSr . ? : r >
■■'y /?'.-:. j ' • >j.;r:'' • .wL^r .,
Cartas de udlexanaro^
En el fin de este poema ^ufKme: d^utor dos 'cartas
escritas de Aiexandroiá $u madre; enique la consue-
la del pesar qúe^a aÜigiá qnaódo'süpo el peligro de
muerte en que esraba sti hijo. £$^ digna de trasladar-
se aqui la segunda por sus altos documentos y fuer-
za de expresión en el estilo prosayco del siglo, xiii :
la qual está concebida en estos términos :
■ I ' ■ 1 t ■ I ■ • ■ » i *
TOM. J. fi
1 8 TIATIO HISTORICO-CRITICO
Madre : oit la mi carta , é pensad de lo que hy ha,
é csforciatvos con el bon conorte é la bona sofrencia,
é non semeíedes á las mugieres en flaqueza nin en
miedo que han por las cosas que lies vienen , asi co-
mo n<m semeiá vostro fiio á los homes ea sus mannas
6 en muchas ^esusiaciendas. Y madre, ¿se fallastcs
en este mundo atgun regnado que ftie;ficado en al-
gún esta4o durable? ¿Niwi vcedes'quelos arboles ver-
des é fremososf que facen muchas foiis é espesas , é
£bvan mucho frutó , en poco tiempo qUebrautánse
-¿US tornos , ¿ caease SUS' foiasi é sus frutos? Madre,
f-notí yeedes las yerbas verdes '«(^íltóidas , que ama-
necen-verdes é atto<í«5cen secasi Madre , £ non vce-
des la luna ,-qtie qu^do ella esjoomplida é mas lu-
éiénte^, estonce le víen^i eclipsisr? Madre, ¿non vcc-
des las estrías qui^lds 'encubre hi lobregura ? é non
vetídes las llamas de k>s fuegos lucientes é ascondidos
que tan ama ^e amatan ? Pues aparad mientes^madre,
á todos los hom^s que viven en este sieglo, que se po-
bló dellos el mundo , é que se márávíian de los visos
é de los sesos ,é iquerson todas cosas^ é que se engen-
tan , é cosas que natien , é. todo e^o es iuntado enna
muerte é con el de&facer. Madre , ¿ vistes nimca qui
diese é non tomase , é quien> emprestase é non paga-
se , é quien comeñdase alguna cosa é gela diesen en
fialdat , é que non gela deihandascn ?
Madre , se alguno por derecho oviese de llorar,
.pues llorase el cielo por sus estrellas , élos mares por
]>£ LA £LOQy£NCIA £Sl»AÑOLA. I9
SUS pescados , é al acr por sus aves , é las tierras por
sus yerbas , é por quanto en ella há ; é llorase el he-
me por sí que es líiortal , é que es muerte , é que
mengua su tiempo cada dia é cada hora. Mas ¿ por
qué ha home de llorar por perdida ? Pascas que era
seguro que antes que la perdiese de lo non perder,
é vinol cosa porque non cuidase. Pues ¿por qué de-
be llorar é facer duelo? Madre , ¿viste fasta agora
nenguno que fuese fincable é durable , é que non fue-
se a logar do non tornase ? Pues que aquesto non es ,
non tiene prol al llorador , nen el duelo non tien proL
Madre , siempre fustes sabedora que io habie de mo-
rir ; mas non sabides el tiempo ne la sazón. Pues es-
forciatvos con la bona sofrencia é con el bon conorte»
é non lloredes por mi : que á lo que vo es meior que
lo que.lexo ^ é mas sen cuidados , é mas sen lacérioi
é mas sen miedo , é mas sen afán. Pues aparciatvos é
guisatvos pora quando ovierdes á ir al logar do •vo.
Ca la mi nombradia é la mí grant onra en este sieglo
destaiado es , é fincará la nombradia del vostro bon
seso é de la vostra sofrencia é la vostra abedienza a
mandamiento de los sabios , é en esperar lo que Dios
mandó del otro que e& fincable.
B24
20 TEATRO HISTORIGO-CRITICO
ESTILO DE LAS LEYES 2>E PARTÍ]) A.
1 OR disposición , y baxo los auspicios del Rey Don
Aloaso X 9 se compilaron y extendieron las leyes lia*
madas las Siete Partidas en lengua castellana. Es-
ta obra ^ que se empezó por los años 1 2 56., respira
en todas sus partes suma prudencia y equidad : y
debemos creer que esta empresa grangeó cqn ma-
yor razón el renombre de «$^¿10 al monarca que la
promovió, que sus investigaciones astronómicas y
conodmientos fisicos , mas maravillosos por la igno*
rancia de aquel siglo y supremo carácter del autoo
que por su verdad y utilidad para los tiempos m^
ilustrados. £n este precioso código de las Partidas
debemos buscar el tesoro del primitivo romance cas-
tellano quando se babia ya formado la Índole carao-
teristica del idioma, y el estilo que iva adquiriendo
ciertas formas y ayre mas suelto y corriente. A pe*
$ar de la antigüedad de esta obra , y de la tosquedad
en que se debe suponer el lenguage vulgar en aque-
lla época , reluce en ella cierto genero de facilidad
en el estilo , de cultura en la dicción , y de magcs-
tad en los pensamientos, que en aquel siglo ninguna
lengua viva de Europa había llegado á alcanzar, y
tardó mucho aun la italiana en igualarla. De este re-
BB LA XLOQUENCIA £$PAKOLA* 2X
gio y venerable monumento de nuestra legislación y
Icnguagc trasladamos aqui algunos pasages de la. se-
gunda Partida, que nos han parecido de doctrina mas
noble ) y de expresión mas grave y desembarazada :
y son los siguientes.
* :> <^
Habla todo el titulo tercero de la segunda Partida
de di versóos avisos que un Rey debe tener presen-
tes, para arreglar sus pensamientos en orden a refre-
nar la codicia , el deleyte sensual, y otras pasiones :
y entre otros documentos se leen los siguientes :
„ Nasce el pensamiento del corazón del heme : é
deve ser non con saña , nin con gran tristeza , nin con
mucha cobdícia^ nin rebatosamente ; mas con razón
e sobre cosas de que vengan pro , é de que se pueda
guardar de daño . . . Sobeianas hondras é sin pranon
deve el Rey cobdiciar en su corazón ; ante se deve
mucho guardar dellas , porque lo que es ademas non
puede durar , é perdiéndose é menguando tórnase
en deshondra. £ la hondra que es desta guisa , siem-
pre viene daño della al que la sigue , nasciendo ende
trabaxos é co^as grandes, é sin razón menoscabando
lo que tiene por lo ál que cobdicia aver. £ sobre es^
to dixeron los sabios , que non era menor virtud guar-
dar home lo que tiene que ganar ^o que non há ; é
esto es porque la guarda aviene por se^ é la ganan-
cia per aventura • • •
»3
l2 TEATRO HISTO&ICO-CMTICO
Riquezas grandes ademas non deve el Rey cob-
diciar para tenerlas guardadas c non obrar bien con
ellas : ca naturalmente el que para esto las cobdicia
non puede ser que fton faga grandes yerros para aver-
la; f lo que non conviene al Rey en ninguna manera*
E aun los santos é los sabios sr acordaron en esto;
que la cobdicia es muy mala cosa , asi que dixeron
por ella , que es madre é raiz de todos los males. E
aun dixeron mas , que el home que cobdicia gran-
des tesoros allegar para non obrar bien con ellos, ma-
guer los haya , non es ende señor mas siervo : pues
que la cobdicia face que non pueda usar dellos de
manera que le esté bien...
Non conviene al Rey cobdiciar ser muy vicio-
so ; ca el vicio ha en sí tal natura , que quanto '' el ho-
me mas lo usa y mas lo ama. £ desto le vienen gran-
des males , é mengua el seso é la fortaleza del cora-
zón : é por fuerza ha de dexar los fechos quel con-
vienen de facer por saber de los otros en que halla el
vicio. E ademas , que quando el home mucho' se ha
í él usado y non se puede después partir del , é tó-
malo por costumbre , de manera que se toma como
en natura. £ todas estas cosas que fablan en guarda
del corazón del Rey, acuerdan con la palabra que Sa-
lomón dixo : que en todas guisas deve home punnar
en guardarlo como cosa onde sale vida é muerte • . .
£ por ende el Rey ha de lazerar para facer á sí mis-
mo bueno , é ha menester que non tome vicio ade-
DE LA ELOQUJSKCIA ESPAÑOLA. 23
mas : cá , segund dizeroii los sabio» » non puede home
ganar bondad sin grand afán ; porque el vicio es cosa
c|ue aman los hómes naturalmente , é la bondad es sa*
berse guardar que por vicio non fagan cosa que les
esté mal* • •
* ♦ •►
Las leyes del titulo ly se encaminan á señalar qual
debe ser un Rey en sus palabras , para ser ama*
do , honrado , y creido : y entre ellas se leen las si-
guientes advertencias :
„ La palabra tiene muy grand pro quando se dice
como deve : cá por ella* se entienden los homes los^
unos^á los otros, de manera que facen sus fechos en
uno mas desembargadamente. £ por ende todo ho^
me,é mayormente el Rey, se debe mucho guardar
en su palabra, de manera que sea catada é pensada
ante que la diga : cá después que sale de la boca , non
puede home facer que non sea dicha. • • Deve el Rey
guardar que sus palabras sean eguales é en buen son:
cá las palabras que se dicen sobre razones feas é sin
pro , é que non son fermosas nin apuestas al que las
fabla nin otrosi al que las oye, nin puede tomar buen
castigo nin buen consejo; son ademaste llámanlas
ca2airras porque son viles 6 desapuestas , é non deven
ser dichas ante homes buenos , quanto mas decirlas
ellos mismos, é mayormente el Rey. E otrosi pala-
bras enáticas é necias que non conviene ál Rey que
B4
^4 tEATRO «iSTÓltlCO-CItlTICa
las diga : cá estas tienen muy gran daño á los que las
oyen j é muy mayor á los que las dicen . . . Mengua-
das non deven ser las palabras del Rey. £ serían ata<¿
les en dos maneras : la primera quando se partiese de
la verdad é dixese mentira á sabiendas en daño de s|
mismo ó de otro , cá la verdad es cosa defeclia é e^
guah E'segund dixo Salomón : non quiere la verdad
^sviamcnto nin torturas ... Desconvenientes non
deven ser las palabras del Rey: é serían átales en dos
maneras : la primera , como' si la dixese en grand ala-
banza de sí : cá esta es cosa que está mal á todo bo-
rne , porque si él bueno fiíese , sus obras le loarán. . .
Daño muy grande viene al Rey é á los^ otros homes
quando dixeren palabras malas é villanas é como non
deben, porque después que fueren dichas non las
pueden tornar que dichas non sean. £ por ende dixo
un filosofo quel home deye mas callar qué fablar , é
mayormente delante sus enemigos , porque non jHie-
dan tomar apercebimiento de sus palabras para de-
servirle ó buscarle mal : cá el que mucho fabla non
^e puede guardar que no yerre , y el mucho fablar
face envilecer las palabras, é facele descobrir las sus
^orráades. £ si él non fuiere home de grand seso^ por
las sus palabras entenderán los homes la mengua que
ha del : cá bien asi como el cántaro quebrado se co-
noce^ por su sueño, otrosi el seso del home es ccmoci-
<io por la palabra.
J>B rA £I.0QU£KGIA ESPAftOXA. 2^
Todas las leyes del titulo v se dirigen á señalar las
obras que constituyen las diferentes virtudes de que
debe estar adornado ün Príncipe. Hablando de la
mansedumbre y benignidad , se leen entre otros do^
comentos los siguientes :
„ Mucho se deven los Reyes guardar de la saña^ é
de la ira , é de la malquerencia , porque estas son conr
tra las buenas costumbres. £ laguarda que deven ta-
mar en sí contra la saña , ey que sean sofridos, de gui-
sa que non les venza , nin se muevan por ella a facer
cosa que les esté mal ó que sea c<mtra derecho : cá lo
que con ella iiciesen desta guisa , mas semeiaria ven*
ganza que justicia.£ por ende dixeron los sabios: que
la saña embarga el corazón del home de manera quel
non dexa escoger la verdad . . . E tanto tuvo el Rey
David por fuerte cosa la saña , que a Dios ntismo di-
20 en su corazón : Señor , quando fueres sañudo non
me quieras reprehender , nin seyeado irado .castigar.
£ por esto deve el Rey sofrirse en la saña fasta que
le seajpasada: é quando lo íiciere, seguirsele ha grand
pro 9 cá podrá escoger la verdad , é facer con derecho
lo que ficíere. £ si desta guisa non lo quisiere facer»
caerá en saña de Dios é de los homes ... Ira luenga
non deve el Rey aver , pues que ha poder de vedar
luego las cosas mal fechas ... £ porque la ira del
Rey es mas fuerte é mas dañosa que la de los otros
ad TEATRO HISTORICO-CRITICO
homes , porque la puede mas aína complir ; por ende
dcvc ser mas apercebido quando la oviere en saberla
sofrir. Cá asi como díxo el Rey Salomón : atal es la
ira del Rey como la braveza del león , que ante el su
bcamida todas las otras bestias tremen é non saben dó
se tener : é otrosi ante la ira del Rey non saben los
homes que facer ,c4 sidtnpre están á sospecha de
muerte. £ dicho avernos también de las que ha de
vestir como de las otras, ha menester que las tenga
tales y que él se apodaré dellas , é non ellas óéL
Entre todas las leyes que comprehende el titulo xiu»
que se reducen á conocer , honrar , y guardar el pue-
blo á su Rey , trasladanse aqui los pedazos siguientes:
y, Hondra, tanto quiere decir como adelantamiento
señalado con loor que gana home por razón del lo-
gar que tiene, 6 por facer fecho ccmocido que face,á
por bondad que en él ha. £ aquellos que Dios quie^
re que la han complida, llegan al estado mejor á que
llegar pueden en este mundo, que les dura todavía
también en muerte como en vida. E esto es quando
la ganan derechamente é con razón, subiendo degrar
do en grado por ella , asi como de un bien á otro ma-
yor, afirmándose é raygando en ellos : teniendo los
homes que la merecen é han derecho de la aver. E
por ende tal hondra como esta conviene mucho álos
pueblos que la fagan señaladamente i su Rey : é eS'
J>£ LA SLOCLUBKOIA CSPAKOIíA. 2y
to por mnchas razóneselo uno por la conocencia que
le deven aver,lo otro por el amorjo ál por el te-
mor...
Hondradb deve el Rey ser del pueblo nó¡a tzá
solamente en dicho^mas aun en fecho. £ maguer que
la hondra que viene déla palabra es grande, mu-
cho mayor es la que viene por obra ; é non sería com*
plida la una sinon por la otra . . . Todas las cosas^
maguer ayan buen comienzo é buen medio, sí noá
han buen fin non son complídamente buenas. E esto
es porque el acabamiento es cima de todo lo pasado:
é por esto dixeron los sabios que todo loor en la £n
se deve cantar, cá aqublla cosa es complídamente buc
na en sí que ha biien acabamiento. Ende conviene
mucho al pueblo, que así como en la vida son tenu-
dos de hondrar á su Rey , que asi lo fagan á su fina-
miento, cá allí se encima toda la hondra qual pueden
faoer. £ en esto muestran aun mayor lealtad que en
facerlo mientra que viva : pues que lo facen en tal
tiempo que de allí adelante non esperan aver grado
nin galardón del en dicho nin en fecho, nin otrosí
premia nin fuerza. £ demás dan a entender que non
se les olvida la bondad que en él había nin los bienes
que del recibieron . . . Seniejánza muy con razón pu«
sieron los sabios en dos maneras al Rey sobre su pue-
blo : la una á la cabeza del home ,onde nacen los sen-
tidos : la otra al corazón , do es el animo de la vida.
Cá así como por los sentidos de la cabeza se mandan
a8 TEATRO HISTORICO-CltlTlCO
todos los miembros dd cuerpo, otrosí todos los
del rcyno se mandan é se guian por el seso del
Rey : é por eso es llamado cabeza del pueblo,
Odrosi ¿ como el cora2on>está en medio del cucr-
po| para dar vida egualmcntc á todos los miem-
bros da; asi puso Dios al Rey en medio del pue-
blo para dar egualdad é justicia á todos comu-
nalmente , porque puedan vivir en paz . . . Otrosí el
pueblo'deve mucho guardar al Rey de mala fama:
ca , maguer se face por palabra é va por el ayre , mu-
cho mas face cstrano golpe que el arma, porque esta
mata al heme non le toUcndo la vida, lo qual arma
non puede facer : é face muy jJeor golpe , cá el arma
non llega á otro sinon aquel á quien fiere ; mas esta
llega aquel á quien la ponen é á su linage, aun á las
orejas de aquellos que la quisieren creer . . •
<► * ^ ,
Las leyes contenidas en el título xxvii tratan ex-
presamente de los premios y de los diferentes modos
y causas qué hay para pitmiar a los vasallos bene-
méritos : de donde se traslada aquí la siguiente :
„ Bien jpor bien é mal por mal recebiendo los bo-
rnes segund su merecimiento es justicia complída,
que face mantener las cosas en buen estado. £ como
quier que esto sea menester en todois los fechos , sraa-
ladamente conviene esto mucho en los de guerra. . •
Departieron los sabios (pie la natura es virtud que
está encerrada dentro • én lis cosas , é iaoe á cada una
obrar como conviene segund el ordenamiento que
Dios puso eñ ellas. £ esta es cn.el hpnie en Jos ma-
neras : la una de lo qué veeé siente de fuera , asi co-«
mo pesarle é aver miedo de aquello que entiexule
quel podrá venir daño, é placerle de lo qu^l piensa
que le verná bien. Mas lo que está por ende dixo el
mismo t que la ka del Eeyes mandadero de .muerte.
£ aun^dka en otro lugar. : que quien hv^-^e. refre-
nar la sana é la:ÍTa»e$te /es seopr de su voluntad*
Quien es talles mas fuecte.-qudlique veñcp. las: bata-
llas é prende por fuerza lósi castillos * «;;. Malqueren-
cia es la tercera cosa de que se deye el iRey xnugho
guardar^ Gá iMm la deve aver en ninguna manera 4
quien noth' níiereciese: porque ; cá si lo fitie^e^ mps-
trarse hia por desconocido é por sobervio. Nin otrosí
non la deye aver contra los que ficieren bien : cá en
esto se mostraría por envidioso é por home que npn
se paga de bondad .. *
Cobdiciar non deve el Rey cosa que sea contra
derecho y cá segund que dixeron los sabios, tampoco
la deve el Rey cobdiciar como la que non puede ser
segund natura. £ con esto acuerda la palabra del no*
ble Emperador Justiniano^que dixo en razón, de sí é
de los otros^ Emperadores é Reyes : que aquello era
su poder que po¡dria facer con derecho. £ para esto
guardar el Rey, ha menest^^r que sea jpsticiero en
sus fechóse mesurado en sus despensas é en sus do*
3 o . ' TBATKO HlSTORXCQKC&IZriCO
ncSyé non las facer grandes do non deven : ci si fuere
justiciero non avrá ¿obdicia de facer cosa en que aya
tuerto nin. mal estanza .: . * £ como qoicr quel Rey
es señor de sus pueblbs^aia mantenex'lQs en justicia é
servirse dellos ; con todo eso guardarlos de ve en ma-
nera que non le fallezcanquando menester los ovie-
se ... '
Acrucioso deve el Rey ser en aprender los sabe-
res t c¿ por ellos entenderá las coisas de reyes é sabrá
mejor óbfaren ellas . . . Boecio /que fué muy sabio
cavallero,dixo : qu¿. non conviene tanto á otroho-
xtíe como él Rey dé saberlos buenos saberes aporque
la su 'Sabiduría es inuy ^provechosa á su gente, co-
mo qiie po^ ella han á: ser mantenidos con derecho.
Cá sin dübda tan grand fecho como este hon lo po-
dría ningún home complir á menos de. buen enten-
dimiento é de grand sabiduría. Onde el Rey que des-
preciase dé aprender los saberes, despreciaria á Dios
de quien vienen todos, segund dko Salomón . . • £
aun despreciaria á sí mismo : cá pues que por sa-
ber quiso Dios que se estrémase el entendimiento de
los homes del de las bestias, é quanto el home me*
nos oviese dellos, tanto menor departimiento avria
entre él é las animalias ...
Grande t» la virtud dé la franqueza, que está
bien á todo home poderoso, é señaladamente al Rey
quando usa della en tiempo que conviene é como
deve. E por ende dixo Aristotíles á Alexandre ; que
DB LA SLOQUSKCIA ESPASOI.A. 3 1
el que usase é púnase de aver en sí franqueza ^ que
por ella ganarla mas aína el amor é los corazones de
la gente. £ porque pudiese m^or obrar desta .boa^
dad I espaladinole que cosa es. £ dixo: que franque**
za es dar al que lo ha menester é al que lo merece se*
gund el poder del dador , dando de lo suyo é n5n to-
mando de lo ageno para darlo á otro : cá el que da
mas de lo que puede , non es franco , mas es gastador;
é demás avrá por fuerza á tomar de lo ageno quan-
do lo suyo noh le cumpliere. £ si de la una parte
ganare amigos por lo que les diere, por la otra serle
han enemigos aquellos á quien lo tomare ...
Aprender dcve el Rey otras maneras que con-
viene mucho^ £ estas son en dos maneras : las unas
que tañen en fecho de armas por ayudarse dellaii
quando menester fuere : é las otras por aver sabor é
placer con que pueda mejor sofrir los trabaxos é los
pesares qüandolos óviere. Gá en fecho de cavalteria
conviene que sea sabidor para poder mejor amparar
lo suyo é conquerirlo de los enemigos. £ por enckr
deve saber cavalgar bien á apuestamente, é usar to-
da manera de armas, también de aquellas que ha de
vestir para guardar su cuerpo como de las otras con
que se ha de ayudar. £ aquellas que son para guar-
da, halas de traeré usar para poderlas mejor sofrir
quando fuere menester : de manera que por agrava-
miento dellas non (;aya en peligro nin en vergüenza.
£ de las que son para lidiar , asi como la lanzarla es«
3? TEATRO HISTORICO-CRITICO
pada,é la porra ,é las otras con que los homes lidian
á manteniente , ha de ser muy mañoso para fcrir con
ellas. -E todas estas armas que há en sí , non por mie-
do nin por amor que haya de ninguna cosa , mas se*
ñaladamente por facer bien. E por cnde^ como quicr
que merecen buenos galardones los que facen fechos
señalados en las guerras, ó atendiendo de aver bien de
aquellos á quien sirven ó recelándose de recebir mal
si mal ficiesen ; mudbo mas lo merecen los que facen
los grandes fechos por sí mesmos>é non por miedo
de pena nin por cobdicia de galardón que esperen
aver ; mas por facer lo mejor por bondad que. han en
sí naturalmente. E por esto á tales como estos pusie-
ron Jos antiguos galardones señalados , porque ellos
se señalan á sí faciendo lealtad, é de>:an buena señal
i los que; dellos vienen;: bien asi como dieron penas
ciertas á los que contra esto ficieren por jd yerro é
falsedad que facian , porque ellos noíi tan solamente
fincabaii amancillados > mas aun los que dellos venian.
Cá dar galardón á los que bien facen , es cosa que
conviene mucho á todos los homes en que ha bondad,
é mayormente á los grandes señores que han poder
de lo facer : porque en galardonarlos buenos fechos,
muéstrase por~^conocido el que lo face é otrosi por
justiciero. Cá la justicia non es tan solamente e^ es-
carmentar los males , mas aun en dar galardón por
los bienes. E demás desto nace ende otra pro ; cá da
voluntad á los buenos pora ser todavía mejores >é i
los malos para enmendarse • • •
ROMANCÉ ÓASÍÉLEiHÓÍDEli SÚGtO XIV.
JlL principios <k ^te siglacflóECciá^di<;d£bt}CiiPoi|
Iva^ Mwiidrí hijo del Iiífvtfiiliw jManucU^rmcta
i del Santo ^y |>. J^crnúdo; I>^'iteG]areddajáom
: bf e dn la memorlíi de la posteridad poixsus hi^hbs .ida
: vílor yv g^iMemo ca los reyAatilos: de D.^Féniando itv^
i y D. Alonso! xs, teniendo qiie .combafir na^vicisos
i ooiEi foíi enemif^.dci Ja píitriíi) y dkj la fe , que cobites
, d^ su alto ei5tad<3^ y ibr.tuna«jYido;q^ es mas^xMo ry
, admirable en aqueUos tiempo$ »fupQ j^inplar j^^ aspe^t
^ lo exercicio 4e Ji^ árjtaas :coa 4 dulpe <?uUÍ¥p[ ide las
letras ; de: qtifi ^aft .t^^H tesiti^ioab las* varías -c^bra^
que dcxó escritas, como. 6WJ.i-.^,C!r(í>iiV^ di JEsr
faña : ii. el libro de los Sabios: iii. el del Cavalle^
j fo ; IV. f / á^/ Escudero : v. ^/ á^/ Infante: vi. ^/ ¿^
i Ca^atieros ; vil. 4 ác laCaz^y y iii. W ¿^ /p^ J^n-
gañor. IX. eljk -hs Cantares: y>^^ 9lde los exem^s:
xu el de los* Consejos: xur el Cunde Lucanor. De to^
¡ das estas obr^, qt^e dexó legadas a^ Convento de Dor
mínicps 4e ^^: VÁU^ de Peñafiel ,.que él habla f^nda-.
do , dotado , y escogido para su enterramiento , solo ^
ultima ha logrado la luz publica^ la primera vez en
Sevilla en 1 575 por diligencia del erudito Argote de
TOM. I. c
Jíí-SM^r a. ícpmhi en Varr'r en 3(fi{f2^CB 4.*
^MiíuNbtw,€sb^iBe Áof popaocMK fiv ■nKsna
xarde ^íonar 4 su kcmn la propoobd t :
4jí ¿c m locación rudonas que di an&ar acada fe-
)Í2maiU lo dokc >ooiiio provccbosaySiKmzaiido la
úpáez ¿t b iloctiPÉiir'.éoo la aairaciQn de graciosas
ctsm^M y caioiiijMables. Para ^oftcoer la gloria de
tan iliMtre Príncipe y ^mtor^y del romaiiGe castdb-
Wf todaria en 9U inCaioday tradadaPCTios aq[iii alga-
nof patages qué seiiii ^exemplos de buen Icnguage^y
)untamcnte de buena !aior;d.
1 KncUNTADo Patronío por A Cotídc Lucanor : si
convendría emprender alguna expedición ardua y
peligrosa en el tiempo eñ que' estaba «¿paz con sus
vecinos é iguales, y tenia su hacíeíid^ oi muy buen
estado \ respondióle' el Privado con la siguiente his-
toria y consejo:
' .".. ■ . • '
„ Un GinoTCt era muy rico y muy bien andan-
DE I.A SLOQUSNCIA ESPAÑOLA. 35
te según sus vecinos, é aquel Ginovcá adoleció muy
mal : é de que entendió que no podia escapar de
la muerte, fizo llamar á sus parientes é á sus ami-
gos ; y de que todos fueron con él , enyió por su mu-
gcr é por sus fijos, y asentóse en un palacio muy
bueno donde parecia la mar é la tierra ,é fizo traer
ante sí todo su tesoro é todas su joyas : y desque to-
do lo tuvo ante sí, comenzó en manera de trebexo í
fablar con su alma en. esta guisa. Alma , yo veo que
tu te quieres partir de mí , é non sé por qué lo faces:
cá si tú quisieres muger é fijos, bien los vees aqui
delante tales, de que te deves tener pot pagada, y si
quieres parientes é amigos , vees aqui muchos y muy
buenos-é muy honrados ^ y si quieres muy gran te»
soto de oro é de plata é de piedras preciosas ; é de
joyas é de paños, é de mercaderías , tu tienes aqui
tanto dello que te non face aver mengua mas ; si tü^
quieres naves é galeras que te ganen y te traigan
grand aver é muy gran honra, yeslas aqui donde
están en la mar, que parecen deste mi palacio : y si
quieres muchas heredades y huertas muy fermosas
é muy deleytosas,veslasdo parecen destas finiestras,
y si quieres cavallos é muías é. canes ^para cazar é to-
mar placer ,é joglares para te facer alegría é solaz, y
muy buena posada y mucho apostada de camas é do
estrados, é de todas las otras cosas quf^ son hi menes-
ter, de todas estas cosas á tí non mengua nada: y
pues tu has tanto bien , y no te tienes por pí^g^a, nin
ex
3^ TEATRO HISTORICO-CllITICO
pueden sofrir el bien que tienes, pues con todo ^sto
non quieres fincar é quieres buscar lo que non cono-
ces, de aquí adelante vete con Dios.
Y vos, Señor Conde Lucanor: pues, loado á
Dios,estádes en paz é con bien é con honra, tengo
que non faredes buen recaudo en aventurar esto é
comenzar lo que decides que vos aconsejan : cá^por
ventura estos vuestros consejeros vos lo dicen porque
saben que desque en el fecho vos vieren metido, que
por fuerza avredes a facer lo que ellos quisieren y
que avredes á seguir su voluntad desque fueredes en
gran menester, asi como siguen ellos la vuestra acra
que estades en paz : y por ventura cuidan que por el
vuestro pley to enderecerán ellos sus faciendas , lo que
se les non guisa en quanto vos vivieredes en sosiego,
é contecervos hia lo que decía el Ginoves á su alma:
mas por el mi consejo, en quanto pudieredes avcr
paz é sosiego á vuestra honra sin vuestra mengua,
non vos metades en cosa que lo ayades todo aventu-
rar. . .
II.
Pak A aconsejar lo que debia hacer un mancebo que
queria casar con muger sobervia é indómita á fin de
acostumbrarla al imperio del marido desde el primer
dia, refiere Patronio un caso que pasó entre dos no-
vios moros el dia de la boda.
„ El casamiento se fizo : y levaron la novia á casa
DE LA ELOQUENCIA ESPAÑOLA. 37
de isti maridó, y los moros han por costumbre que
adoban de cenar á los novios, é ponenles la mesa , é
dexanlos en su casa fasta en otro dia , y íicieronlo asi
aquellos ; pero estaban los padres y las madres y pia-
íientcis del novio. é déla novia con grand recelo,
cuidando que otro, día fallarían el novio muerto ó
muy mal trecho. Y luego que ellos fincaron solos en
casa^ asentáronse á la mesa ; y antes que ella uyase
á dedr cosa, cató el novio en derredor de la mesaré
vio un su alano , y dixole ya quanto bravamente: ala-
no^ dadnos agua a las manoseé el alano non lo fizo; y
él sC'Comenzó á ensañar , é dixole mas bravamente:
que le diese agua 4 las manos; y el perro nonio fizo.
Y desque vio que lo non facia ; levantóse muy sañu-
do déla mesa,é metió mano á la espada é enderezó
al alano c cortóle l^i cabeza é las piernas é los bra-
zos, y fizólo todo piezas, y en sangrentó toda la casa
é la ropa é la mesa : y ansi muy sañudo é ensan-
grentado tornóse a sentar a la mesa,é cató al derre-
dor y vio un blauchete (gato) , y mandó que le die-
se del agua a las manos.; y porque non lo fizo, dixo-
le : ¿<:ómo don falso traydor ? ¿ No viste lo que fice
al alano porque non quiso facer lo que le mandé? Yo
prometo que si un punto mas porfías conmigo , que
eso Hiismo faré á tí que al alano ; y porque non lo fi-
zo, levantóse^y tomóle por las piernas é dio con él á
la pared, é fijóle mas de cien pedazos, mostrando
muy mayor saña que contra el alano,
C3
38 TKATRO HISTOHICO-CKITICO
Y asi bravo é sañudo, faciendo malos continen-
tes, tornóse á sentar á la mesa, y cató á todas partes:
y la mugcr que le vio esto facer, tuvo que estaba lo-
co é fuera de seso,é non decia nada. Y desque ovo
catado a toda parte , vio \m sü cávallo que estaba en
casa , y él non avia mas de aquel , é dixolc bravamen-
te : que le diese agua lias manos ; y el ca vallo non
lo fizo. Y desque vio que non lo fizo , dixole : ¿ có-
mo don cavallo ? ¿ ciudades que porque non he otro
ca vallo, que por eso vos dexaré si non ficiercdes lo
que vos mandare ? Tan mala muerte vos daré como
á los otros ; é no ha cosa viva en el mundo que non
faga lo que yo mandare , qiie eso mismo le non faga-
El cavallo estuvo quedo; y desque él vio que non
facia su mandado ; fué á él y cortóle la cabeza , y
con la mayor saña que podia mostrar , despedazábalo
todo. Y quando la muger vio que matara el cavallo
non aviendo otro,é que decia que esto faria á quaU
quiera cosa que su mandado non ficiese ; tuvo que
esto ya non se hacia por juego, ovo tan grand mie-
do, qufe no sabia si era muerta ó viva.
Y él , asi bravo é sañudo , tornóse á la/ mesa , ju-
rando que si mil cavallos é hombres é mugeres él
oviese en casa que le saliesen de mandado, que todos
serian muertos : y asentóse ,é cató á toda parte te-
niendo la espada ensangrentada en el regazo. Y des-
que cató á una parte y otra é no vio cosa viva , vol-
vió los ojos contra su muger muy bravamente , c di-
xole con grazui sanar tchiendq la icspacla sacada ^m la
mano : levantadlos édadme aguará las manQSii^yJa
mnger que no esperaba otea cosa> sinon que lat^^espó^
dazaria toda, levantóse mqy:.apríesla^yé dióle agua i
las. manos ,:y dii:ok : ay^^como , agradezco .' á Pios
porque ácístes }p ^ vos ^mandéicá de otmignisa^
poi' el pésár ^ífat :e$tos locos m& ácíeron , esc^ «tnribfa
yo fecho á vos que á ellp5.,Y después mandóle que
le diese de comer , y ella fizólo ; é con tal son se lo
dccia, q¿6'eUa^y¿.xmdal:iarqúe k.^^ er^Rjida por
cl polvo4 é así jpasó el fecüo ventile ; ellos aqiuella JoiOr
che ; 4 nuñt:^*&bló ella ymásfácia todo lo que7 él le
, mandaren; y -desque ovieit)n!.<lo]!níiido unavp^zal^ df
xo él inBÜi:ÍGon'ifis£a:sa¿aiqUfl!ove'6Sta,npche norpue-
dobien dormir , catad que non me dispie/teofastninr
guna,é tenedme-bien adobade-de-comér.
Y qüaiidQfKué.g!randj6iafianáJQ9)padres.¿/lg§ ma-
dres é lD&parientcs:allegardise á lapuerta^y en quaii-
10 non fabiabá ninguno ,'cüidk«ttvqiíe el ncívio estaba
muerto ó 'ícfiáo i é-desq^ae rv»on;entre las.puertas i
la novia é iwal novio vcniidíaEonlo mas. Y quandola
4iovia los vio i b puerta, Uególmuy paso é con grand
miedo \, y coinenfóles hiegd i^ocir^ tray dores; ^ ¿qué
facedcs?i-¿yíicómorosade$ llegar á la mi pueítá ninfa-
blar?,Cdlad; sino ^también; r vosotros colno yo^ to-
dos somos nmertos. Y quando. todos esto oyeron*
fueron muy maravillados :,cjdesquc sopiero^ :cpmo
pasaran en itno aquella npche apreciaron nmcho al
C4
'4^ TEATKt> Hrs^^íllCO^CfttiMfiO í
maücdW'^r^e.ásl süj^iera facerlo que ie cotnplh^
é castigara tani bien su aisa« Y de aquel día adelante
ftie aquélla moger tan bien mandada, é o vieron muy
bnena^ vida. Y debde á pocos, días sii suegro quiso i
facer asi como ficiera.su yerno ; é por aquella mane- j
.ira mató un cavallo pjir ;d£Kole, su .muger. ;. 4 la fe , don Í
^fulano /tarde vo&acoriiade^i que ya rnps conocemos.
¿£ SRt^üirrADO Batronio ^ué conducta podría guar«
dar tin^si^geto , que aveckidado en tierra ies^raña , los
mas poderosos que él iainjuríaban para tener pretex-
to de^ ílcvolver fsobre «I en caso, de qué , impaciente
de $tílfiriós 9 qifisiese defenderse ?idíó[oal Conde Lu-
cwatefí-este consejo :• :- ._,/: . '
' ^)' V>os> Señor Conde Lucanprvcbnsejad á uquel
vuestro) pariente I que siDíos le.ecbo3énr.tíenia do no
puede estranar lo que le facpn como él ^üeriria.,i6 co-
mo le..qumple,que)en quantoM cosa3<i]ue le^fici^
•ron seai^/ átales que se puedan sofrir sin daSo é $in
gran; menguas. que dé :á «¿ntender quescnon siente
deUo ^é que les dé pasada rc¿ en quanto <la hombre
á entendev que no se. tiene por mal trecho .de lo que
contra él han hecho /no está tan avergonisado. Mas
daádo á enteñderque ^; tiene por mú trecho de lo
que ha rccevido, si dendcr adelante non face lo que
deve poy no fincar menguado , non esti bien como
I>X lA XLOQUSKGIA ESPAÑOLA. 4I
derla »é por ende alas eos;» pasaderas, pues no se
puede estiuñar como devia, mejor es darles pasada*
Mas si llegare elfedio á alguna cosa que sea grand
daño ó grand mengua; entonce que se aventure é non
lo safra : cá mejor es la pérdida ó la muerte defen^
dieñdo hombre su derecho é su honra é su estado,^
que vivir pasando en estas cosas mal é deshohradar*
mente.
.. , ^. • , . ly. .
i JiBGUKTADO Pátionio por el Conde Lucanor ; si,
pu^to que era. tan respetado y poderoso , debía hacer
quanto pudiese para -alcanzan gran riqueza poder y
f renombre 9 según le persuadian otros; le respondió
! con este consejo :
! : . ,, Si querédes ser bien aconsejado , parad mien-
f 4es que en este^ tiempo que avcdes á vivir ea cstfs
nmndo^ipuest sod^s^ <icrto que lo avedes ádexaré
í qaé.vos avedes 4 partir del ^'é non avedes á levar co-
sa del mundo sino ks obras que íiciefedes; guisad que
i las.fagádes tales ^^ ppcque quando deste mundo saliere-
des^qtotengádes fecha, tal mocada en el otro, porque
; quándo vos echaron destie mundo desnudo que fallé-
I des buena morada .delalma: é la vida no se cuenta por
años y mas dura para ^siempre sin fin : que el alma es
cosa espiritual que ño se puede corromper ; ante du-
ra é finca para siempre; Y sabed que las buenas obras
ó malas que el hombre en este mundo face , todas las
4^ TEATRO HISTOftlCa-CKITICa
tiene Dios guardadas para dar dellas galardón en el
otro mundo, segund sus merecimientos. Y por todas
estas razones conséjovos yo que ¿rgades. tales obrasen
cst^ mundo, porque quando del ovieredesá salii,ía-
Uédes buena posada en ^quel do avedes de ir é durar
por siempre : poiqua por los estados é honras dcstc
•mundo y que son vanos'é falleccderosvacm querédes
perder aquella que es cierta , que ha de durar para
siempre sin fin. £ estas buenas obras facedlas sin ufa-
iiía é sin vanagloria: que auñquclas vuestras bnenas
obras . serán sabidas , siempre serán- encubiertas , pues
non las facedes. por .ufama nin por van^^loria.
r ...
X PEGUNTADO Patromo por el Conde Lucanor ¿có-
•íAo podría conocer si^ran vierdadciiis . amigos algu-
nos que le prometian perder ante sus: vidas y' ha-
ciendas que ajotarse de su compañia ni dexar de
servirle? le respondió dándole el «iguidnte consejo:
„ Todos los hombres des te mundo tidnen que
han amigos;^ quando viene la muerte haidps de
provar en aquella quexa ; y vana los.seglare$,é di-
cenles : que esto ha de ver eri sí.^Y van á los-rdi-
giosos, é diccnles : que rogaron á Dios por dios. Y
van á la muger é á los fijos , é dicenles : que irán om
ellos fasta la íuessa,é que los-farán honra en su en-
terramiento ; é asi pruevan á todos los que cUos cui-
J>S lA i^LOQUXKClA ZSPAÑOlA. 43
dan que eran sus amigos* Y desque no fallan en ellos
ningún c(^ro para escapar déla muerte ^s^í como
toriió el ñ]ó del hombre bueno después que no falló
cobro en ninguno de aquellos que él tenia que eran
sus amigos 4 tomanseá Dios, que es su padre ;é
Dios dlceles que prueven á los santos que son me*
dios amigos ; y tilos facenlo. Y tan grande es la bon-
dad de los santos y y sobre todos Santa María, que no
dexa do rogar á Dios por los pecadores, é muéstrale
como fue su madre ,é quanto trabaxo ovo en lo traer
y en lo criar ; é los santos muestranle. las lacerias é
las penas^que recebieron por él. Y todo; esto iacen
por encubrir los yerros de los pecadores ; y aunque
hayan recebido muchos enojos de ellos, no lo descu-
bren , asi como no descubrió el medio amigo la pu-
gnada que le dio el fijo de su amigo.
VI.
1 REGUNTADO Pátronio por el Conde Lucanor :
¿quáVcrá'la mejor prenda que el hombre podia te-
ner en sí? respondióle con el siguiente advertimiento:
„ La mejor cosa que hombre puede aver en sí,
y que es madre é cabeza de todas las bondades , digo-
vos que esta es la vergüenza ; cá por vergüenza su-
fre hombre la muerte, que es la mas grave cosa que
puede ser, é por vergüenza dexa hombre de facer
todas las cosas que no parecen bien por gran volun-
44 X£ATAO HisTomca-c&iTico
tad Kpxc haya de las facer : y ansí en la vengScnza
hay comieo^o é cabo de todas las bondades ; é la des*
vergüenza es ¿omienzo de todos los malos fechos • . .
La vergücnaa face al hombre esforzado é franco, é
Jeal^é de buenas costumbre$,é de buenas maneras,
y facer todos los bienes que £ice ;pero creed bien
que todas éstas cosas face hombre mas convergüen-
rza que. con talante de lo facer. Y otrosí por la tcr-
güenza dexa hombre de facer :todás las cosas desagui-
sadas que la voluntad al hombre viene de facer. Y
por ende quan buena cosa esaver el hQ¡nd>ré vjer-
gíienza de fac^r lo que non deyc é de^ar^ de facer
lo que deve ; tan mala é tan dañosa é ta^ fea cosa es
el que pierde la vergüenza. Y deves saber que yer-
ra mucho fieramente el que face algún kcko vergon^
zoso, cuidando que, pues lo face encubiertamente,
que non deve ende aver vergüenza. E cierto creed
que non ha cosa por encubierta que sea, que tarde ó
taina no sea sabida : é aunque luego que la cosa ver-
gonzosa se faga no haya ende vergüenza ; deyia el
hombre cuidar ¡ qué vergüenza sería quando fuese
sabido ! Y quando en todo esto non cuidase , deve en-
tender que sin ventura es, pues sabe que si xm mozo
viere lo que él face,quelodexara,é non por aver
vergüenza ni miedo de Dios que lo ve é lo sabe, y
es cierto que le dará la. pena que él mereciere ...
PE XA ELOQÜEKCIA ESPAÑOLA. 45
VIL
Jl itEGtrNTADo Patroiúo por el Conde Lucanor : ¿si
era razón que se regalase y descansase después de ha-
ber pasado tantos afanes y trabaxos en su juventud ?
le respondió lo siguiente :
„ Señor Conde : el Conde Ferran González era
en Burgos, é avia pasado, muchos trabaxos por de-
fender su tierra ; é ima vez que estaba ya mas en so-
siego é en paz , dixole Ñuño Laynez : que sería bien
que de alli en adelante que non se metiese en tantos
ruidos )é que folgáse él , é que dexáse folgar á sus
gentes. Y el Conde respondió que á hombre del
mundo non placería mas que á él folgar é estar vi-
cioso , si pudiese ; mas que bien sabía que avia guer-
ra con los Moros é con los Leoneses é con los Navar-
ros : é que si quisiesen mucho folgar, que los sus con-
trarios luego serian contra ellos. Y que si quisiesen
andar á <;aza é con buenas aves por Arlanza ayuso y
arriba, é en buenas muías gordas, é dexar de defen-
der la tierra, que bien lo podrían facer 5 mas que le
contcceria como dice el proverbio antiguo : murió el
hombre é murió su nombre. Ms& sí quisiésemos olvi-
dar los vicios, é facer mucho por nos defender é le-
var nuestra honra adelante ; dirán por nos después
que muriéremos : murió el hombre , mas non su nom*
bre. Y pues viciosos é lazdrados todos avemos á
46 TEATRO fUSTOmCO-CRITICO
morir , non me scmeia que seria bien si por el vicio de
la folgura dexáremos de facer en guisa, que después
que nos muriésemos que nunca muera la buena fama
de los nuestros buenos fechos. Y vos, Señor Conde
Lucanor^pues sabédies que avedes á morir; por el
mi consejo, nunca por vicio nin por folgura dexaré-
des de facer tales cosas : porque aun desque vos mu-
riedes, siempre finque vuejstfo nombre.
VIIL
1 REGüNTAPoPatroniópor el Conde Lucanor ¿qué
cosa sentada podria mandar en su testamento para el
bien de su alma, y perpetua mentioria después de su
muerte I le respondió de esta manera r >
,^ Pues me pedístes consejo^dígovos que el mío
grado es que el bien que querédes facer que. lo fa-
redes ea vuestra vida r é para que hayades buen ga
lardón 4ello> conviene que lo primero que fagádes
sea desfacer los tuertos que avedes fecho ;c¿ poco val-
dría robar el carnero e dar los pies por Dios Sié á vos
poco valdría tener mucho robado é forzado á tuer-
to, é facer limosna de lo ageno. Y para que la limos-
na, sea buena, conviene que haya en ella estas cinca
cos^ : la primera, que se faga de lo que. hombre ovie-
re de buena parte : é la otra, que la faga estando en
verdadera penitencia : é la otra, que sea tanta, quo
sienta hombre alguna mengua por lo que da^é que
DE lA. EtOQUENCIA ESPAÑOLA. 47
fea cosa de que se duela hombre : é la otra, que k
&ga simplemente por Dios y é non por vanagloria nin*
ufanía del mundo. £ facierido estas cinco cosas, se--
rán todas las obras de limosna cumplidas , é avrá
hombre de todas muy buen galardón.
IX,
1 REGUNTABO Patronio por el Conde Lucanor ¿ có-
Ao se habia de portar im vasallo en la elección de
marido para una £ ja suya? le dio el siguiente con-
sejo : ...
„ Aconsejadle que la principal cosa que cate en
el casamiento, que sea aquel con quien la huviere i
casar buen hombre en si : cá si esto non fuere, por
honra nin por riqueza nin por fidalguía que hayair
nunca puede ser bien casada. Y devedes saber que el
hombre con bondad acrecienta la honra é alza su
linage é acrecienta las riquezas ; y por ser muy fidal-
go é niuy rico , si bueno noii foere , todo será muy
aína perdido. Y desto vos podría dar muchas fázañas
de muchos hombres de gran guisa , que eran los pa-
dres muy ricos é mucho honrados, é después ios
fijos non fueron tan buenos como debian ,y ííie en
ellos perdido el linage é la riqueza ; y otros de ¿ran
guisa é de pequeña, que por gran bondad qué ovie-
fon en sí,aci^centaron mucho en sus honras é en
sus faciendas,en guisa qué fueron muy mas leales é
48 l'EATUa filSTOKGCMI&IT'ICa
mas preciados por lo que elIo$ ficleron é por lo que
ganaron que aun por toido su linage, Y asi entended
que todo el pro é todo el daño nace de.qual el hoiQ'^
hre en sí es, de qualquicr estado que sea. Por ende
la primera cosa que se deve catar en el casamiento es^
quales maneras é quáles costumbres , é qual entendi-
miento ^é quales obras há en sí el hombre é la mu-
ger que han de casar: y ^esto séyendp primero catado,
dende en adelante quanto sea el linage mas alto é k
riqueza mayor , é la apostura mas cumplida, é la v^*
cindad mas á cerca é mas aprovechosa , tanto es q1 ca-
samiento mejor/ "
X.
X RBGUNTABo Patronio por el Conde Lucanor ¿si
para expiar sus culpas y excesos cometidos en las
guerras , sería buen remedio tomar el habito religio-
so en algún monasterio? respondióle' con el siguiente
consejo: -, /. .
,, Si vos queredes dexar vuestro estado é tomar
vida de orden ó de otro apartamiento » non podríades
escusar que non vos acaeciesen dos cosas-: la primera
que seriades muy mal juzgado de todas las gentes,
cá todos vos dirian que lo faciades con menguas de
corazón y é vos pagábades de vivir entre los buenos
deste siglo : é la otra es , que sería . muy. gran mara-
villa si podiesedes sofrir las asperezas de la orden. £
si después la oviescdes á dexar , ó vivir en ella non
DB XA SLOQUCNCÍ A ESPAfiolA. 49
la guardando como dcvlades ; servos hia gran daño
para el alma é gran vergüenza é gran denuesto para
el cuerpo y para la fama. . £ pues decís que queréis
servir á Dios y facerle enmienda de los enojos que
le fecistes ,noá querádes seguir esta carrera que es
ét ufam^a é llena de vanidad. Y mas , pues Dios vos
pobló en tierra que le podedes servir contra los mor
ros, tan bien por mar como por tierra , é esto íincanr
do seguróle aviendo fecho enmienda á Dios de los
yerros que fecistes porque estedes en verdadera pe-
nitencia pcH'que de los bienes que fecistes é ficiere^
des ayadesdé t^odo merecimiento, y faciendo esto
podedes dexar todo lo ál,é estar siempre en servi-
cio de Dios, é acabar asi vuestra vida; tengo. qu«
esta es la mejor manera que vos podedes tomar pa-
ra salvar el ánima , guardando Vuestro estado 4
vuestra honra. £ ^evedes creer que por estar ea
servicio de Dios non moridedes ; ante viviredes mas
por estar en yuestra tierra. £ si murieredes en ser-
vicio de Dios, vi viendo en la manera que vos he
dicho, serédes mártir 6 muy bien aventurado ;é
aunque non murades por armas , la buena voluntad
é las buenas obras vos farán mártir.
TOifcf. J.
5 o TSATma HJSTOSICO-CAITICU
DOK FBDRO ZOPEZ DS ATAZA-
JbiSTS cavallcro fué sugeto de alto y muy ilustre
linage, descendiente por linea paterna de la gran
casa de Haro^y por la materna venia del antiguo y
noble solar de Cevallos. Fue Chanciller Mayor de
Castilla , y Señor de Salvatierra de Álava : hombre
de mucha discreción y autoridad, y de gran conse-
jo asi en paz como en guerra. Tuvo gran lugar cer«
ca de los Reyes en cuyo tiempo vivió : porque sien-
do aún mozo y filé muy estimado del Rey D. Pedro,
y mucho mas del Rey D. Henrique ii,dc cuyo
Consejo fué. Los Reyes D. Juan el i , y D. Hen-
rique III su hijo y hicieron también de este cavallero
particular confianza y aprecio. Intervino en gran*
des negocios de estado ; y no dexó de hallarse en
muchas acciones de guerra ; en las quales fw dos
veces prisionero, una en la batalla de Náxera^y
otra en la de Aljubarrota. Fué de muy dulce con*
dicion y trato, y de acreditada probidad y concien-
cia : muy amante de las ciencias y de todo genero
de erudición ; ocupando gran parte del tiempo en
la lectura y estudio de la historia y filosofía moral.
Para instrucción y noble recreación de sus compa*
triotas, hizo traducir en lengua castellana algunas
obras é historias antiguas, que antes de él no se ha-
DS XA StOQUENCtA SSPAf^ptA. $1
bian visto ni conocido en castellano : entre las qualcs
se cuentan : la Historia Romana de Tito Livio : las
Caídas de los Principes ; los Morales de San Gre-
gorio ; el Isidoro de Summo Bono ; el Boecio de
Consolatione Filosofia s y la historia de Troya. Y
deseoso de que pasasen á la memoria de la posteri-
dad los grandes y notables sucesos y hechos de Cas-
tilla, compuso las Crónicas de quatro Reyes, desde
D. Pedro hasta D. Henriquc iii. No satisfecho de
estas tareas laboriosas, se dedicó á trabaxar im libro
de Cetrería, intitulado : De la caza de las aves é
ie sus flumages ,é malsinamientosiy otro intitu-
lado El Rimado de Palacio, donde trata de las eti-
quetas, ceremonias, y usos del palacio, en versos
de catorce sílabas. Murió en Calahorra de edad do
setenta y cinco años en el año 1407 : y fue sepulta-
do en el Monasterio de Quejana donde yacen los
otros de su linage.
De varios lugares de sus crónicas trasladaré aquí
algunas muestras de locución mas pura y propia en
que intervenga algún aviso moral ó rasgo patético:
porque en lo que se llama narración no es hoy muy
agradable la lectura de su estilo árido y desaliñado,
cargado de repeticiones eternas y de molestísimas
conjugaciones, propias del lenguagc pobre y traba-
Xado, aunque por otra parte claro y natural.
D 2
52 TEATRO HISTORICO-CRITICO
I.
JCiN la Crónica del Rey D. Pedro de Castilla pone
en boca del Moro de Granada una carta dirigida á
aquel Soberano en el año 1 367 , amonestándole con
muchos excmplos y castigos , donde entre otros av^
sos se lee el siguiente :
,9 £1 saber del orne tal como yo, es pobre para
alcanzar cosa cumplida : é digo, en comparación, que
el que alcanzó una de las cosas del miindo en com-
plida manera, es fallescido en otras muchas. Otrosi
en su casa ome con su compaña non alcanza lo que
querría ¿ quánto mas en las cosas del mundo que
le fizo Dios de diversas maneras, é sentenció ^ él
sus juicios como la su merced fué,é ha otras cosas
que embargan al ome de alcanzar su voluntad ? , .
„ A lo que demandaste de mí que vos faga sabi-
dor de lo que me paresce en los vuestros grandes fe-
chos é fieles ; Rey alto, sabed : que los males son en
caso semejante de las malecinas , amargas é pesadas
para el que las bebe , é son aborridas del ; mas el que
las puede sofrir ó atender é penar el su mal sabor,
está en esperanza de bien é de salud : pero non su-
fren las tales amarguras salvo aquellos que son per-
tenecientes de aver lo que por las sofrir se alcanza, * .
£ agora que Dios vos acorrió é vos tornó á ellos (los
malcontentos que le habían desamparado), é ellos
PE LA XLOQUENCIA ESPAÑOLA. 53
se cantoné se vén por pecadores , non por manera
de los penitenciar, cá non puede ser conoscido el
vuestro estado real sin ellos ; obrad contra ellos al
I revés de las maneras por que vos aborrecieron : cá
I mucho mas breve les es agora arredrarse de vos que
I la primera vez, ante que fuese bien soldada la que-
bradura : cá mucho mas aparejado estaba de se que-
brar después otra vez.
„ Pues dad a las cosas sus pertenencias, ó en co-^
munal guisa asosegad los corazones espantados de
vosjé dad á gustar á las gentes pan de paz é de so-
siego, é apoderadlos é enseñoreadlos en sus algos
' (bienes]) é en sus villas, é en sus fijos, que asaz pa.
' saron por ellos premias y afincamientos en cosas que
I ñon o vistes de ello sinon complir voluntad. E todas
las cosas por que vos aborrecieron sean tiradas con
I las sus contrarias : é mostradles arrepentimiento de
1 todo lo pasado : é honrad á los grandes : é guardad-
I vos de las sangres é de los algos de vuestros subdi-
tos , sinon con derecho é justicia : é alegrad el rostro,
é abrid la mano , é cobrarédes la bienquerencia. Non
aventajedes á los que non tovieron con vos en vues-
j tros menesteres sobre los que tovieron con vos á la
dicha sazón, porque la envidia non aya lugar. E dad
los oficios á los que les pertenecen, puesto que non
los querádes bien ; é non los dedes á los que non son
pertenecientes á ellos, puesto que los bien querrá-
dcs : é bien podédes facer otros bienes á los que bien
J>3
54 TEATRO HISTORICO-CRITICO
querédes. Guardadvos de los honrados qne enfam*
bredstes,é de los de pequeño estado que fartaste.
E reparad en elregnolo que se destruyó, porque
olviden las gentes los yerros , é quiten de los cora-
zones lo que vos ensañaron é afincaron, E avenid-
vos con vuestros comarcanos en tal sazón como ago-
ra estades : cá las llagas son aun frescas, é con esto
farédes muro sin costa entre vos é vuestros enemi-
gos .. .
„ Castilla es follada é despreciada de gentes estra-
ñas, é muchos de los Grandes de vuestro Regno son
finados en las guerras é los algos fallescidos : é tal fa-
cienda menester ha grand remedio ; é non ha otro
remedio, salvo el conoíte é el sosiego, é cobrir lo
que se descobrió de la vergüenza. Cá dixo un sabi-
dor consejando al honrado: que olvide los yerros que
le son fechos. E dixo otro sabidor : si oviese entre
mí é las gentes un cabelló , non se cortaria : cá quan-
do ellos tirasen, yo afloxaria;o quando ellos afloxa*
sen, yo tiraría. E rescebid siempre los desculpamien-
tos de los vuestros , puesto que sepádes que son men-
tirosos ; cá mejor es que descobrir las verdades. E
siempre gradesced á los que bien facen, puesto que
á vos non fagan menester, é non se escysarán de vos
servir á la hora del vuestro menester ... E el tener
las gentes en poco es locura manifiesta , que en los
omes ay muchos de malos saberes , é de malos come-
dimientos , é el verter las sangres sin merecimiento:
DE LA ÍLOQÜENCIA ESPAKÓLA. ¿ J*
é la, muerte dellos é de los Profetas ficieron muchos
males en este mundo ...
,, Sabed que la hmnildanza de los ornes , que es
por fuerza, non es durable : é lasque es por volun-
tad é por grado es propia é durable : é quando se
dañan sus voluntades , muevensc los corazones ^é los
ojos,é las lenguas jC las manos. E puesto que vos
non temádes de sus juntamientos , devedes vos temer
de sus maldiciones , é de pensamientos de sus cora*
zones : cá quando se juntan las voluntades de los co-
razones sobre qftalquiera cosa, son oidas en los cielos,
como se provó é se prueva quando se detienen las
aguas en los grandes menesteres. £ puesto que non
tcmédes de lo uno nin de lo otro, devedes temer de
la vuestra nombradla en la vida, c en la muerte : cá
la buena nombradla es vida segunda ; é muchos de
los buenos religiosos aborrescieron la vida é amaron
la muerte • ♦ .
„ La mañera del Rey con su gentes es semejada al
pastor con su ganado. Sabida cosa es el uso del pas-
tor con su ganado, é la gran piedad que ha con él,
que anda á le buscar la mejor agua é el buen pasto,
é la gran guarda que le face de los contrarios , asi co-
mo los lobos ; trasquilarle la lana desque apesga ; é
ordeñar la leche en manera que non faga daño á la
ubre, nin apague sus carnes , nin fambriente sus fi-
jos. E dixo un ome á su vecino : Fulano, tu corde-
ro levaba el lobo , é fui empós óél : oh ¿ a do está ?
P4
■]
j6 TEATAO HISTQRICO-CRITICO
E él le dixo : degpUéle é comílcv E él dixolc : tú é
el lobo uno sodes. E si el pastor que usa desta gui*
sa con el ganado lieva mala vida, ó dexa de ser pas-.
tor ¿quánto mas jeve ser el Rey con sus subditos
é naturales ? . .
,» E la tercera ocasión del dañamientó del Rey es
qu9 quiere complir su talante : é tal como este fá-
cese siervo y puesto que sea Rey , é apodérase sobre
él su apetítO|éde su voluntad fácele su cativo é
siervo ,é tira del su nobleza é su propiedad 5 é tíra-
le el escripto que ha de mejoría s#>re las bestias.
E el que non se sabe apoderar sobre su voluntad,
non podrá apoderarse sobre su enemigo : é es fea co-
sa el que quiere que sean los omes sus cativos, é fá-
cese él cativo del que non deve . . . Otra ocasión del
dañamientó del Rey es la crueldad é la mengua de
piedad : é el Rey que dellas usa , recrescerá entre él
é los suyos grand escándalo, é fuirán del como el
ganado de los lobos por natura é por aborrencia,é
escusarán el su provecho, é buscarán manera para
ello • . .
„ Dañosas son las gentes estrañas que con vusco
vineron : é sabed que vuestro consejo á su amigan-
za es ya fecho ;é que el apercebido , es el que se
guarda de la cosa antes que acontesca ; é el orgullo-
so, el que piensa como salga de la cosa después que
nasce. E la su ayuda de la tal gente es tal como la
propiedad de las ponzoñas , que se beben por escusar
1>S ZK JELOQU£NCIA SSi^AÑOLA. $7^
Otra cosa mas peor que ellas. £ vuestra manera con
ellos paresce al orne que criaba un leon^é ca:?aba
con él animólas ,é aprovechancio^e del : é un día fa^
llesció de comer al león , é comió, un fijo que tenia
aquel que le criaba : é él desque vido aquello que.
el león había fecho ^ matóle ^é dixo : este es el que
non cata su pro quanto su daño. £ ies verdad que
dicen desta gente que ha grand poder , como deci-
des :é el pro que vos a veis dellos es semejante al
fuego, que sí se olvida j quema to4p quanto alcan-
za...
9) £ la cosa porque me escuso de vos decir lo que
querría, es que el accidente porque acaesció lo que
fasta aqui pasó, es presente ; é el enemigo vivo, é los
vuestros que ficieron lo que non devian, vivos : é el
mundo es tal que juega con las gentes así como jue*
ga el embaydor con sus juegos, é non es durable, é
el tiempo es corto. £ es menester el sosiego mas
que el fervor, é tener pagados á los vuestros mucho
mejor que á los estraños . , . Sabed que toda cosa
tiene tiempo que le pertenesce , é á este tiempo per-
tcnescc sosiego**.
II.
hiV otra carta que, dice, escribió el Moro de Gra-
nada al Rey D. Pedro en 1 369 , explicándole el sen-
tido alegórico de una profecía que el Rey deseaba
ver interpretada, pone las siguientes palabras :
jS TEATRO HISTORICO-CRITICO
„ Ensalzado Rey é Señor, que Dios honre é
guarde : amen. £1 tu siervo Benabatín, pequeño fi-
losofo, é del consejo del Rey de Granada tu amigo,
con todo recomendamiento é humildad ^ Pode-
roso é nombrado Rey entre los otros Reyes : non
niego yo que el mi servicio non sea siempre apare-
jado á honra é ensalzamiento de tu estado é señorío
real, en quanto el mi saber alcance, é el mi poder
sofrir lo pueda . . .
„ Quando el Rey D. Alfonso tu padre era vivo,
é aún después de su finamiento , é después acá qne
til rcgnaste algund tiempo , todos los del tu señorio
vivian á grand placer de la vida por las muchas bu^
ñas costumbres de que usaba tu padre : é este placer
les fincó asi pendiente después del su finamiento en
tiempo del tu señorio, el qual placer avian por tan
deley toso, que bien podian decir que dulzor de pi-
nares de miel nin de otro sabor alguno non podia ser
á ello comparado. De los quales placeres son tirados
tiempo há todos los tus subditos, é tú eres el acci*
dente dello por muchas amarguras é quebrantamien-
tos é desafueros en que los has puesto é pones de
cada dia, faciendo en ellos muchas cruezas de san-
gres é muertes, é otros muchos agravios, los quales
lengua non podría pronunciar . . .
„ Rey , sabe : que tan manifiesta es la tu cobdicia
desordenada de que usas , que todos los que han el
D£ LA ZLOQUEKGIA ESPAÑOLA. 59
tu conocimiento por iiso,é por vistas, é aún eso
mismo por oidas ó por otra qualquier conversaciony
tienen que eres el mas señalado Rey^cobdicioso é
desordenado que en los tiempos pasados ovo en Cas*
tilla nín en otros regnos é tierras é señoríos. Porque
tan descobierta é tan manifiesta é tan grande es la tu
cobdicia que muestras en acrescentar tesoros desor^^
denados ; que non tan solamente non te abasta lo or»
denado^mas aún, siguiendo mal á mal, tomas é ro«
bas los algos é bienes de las iglesias é casas de ora-
ción. E así acrescientas estos tesoros, que non te
vence consdencia nin vergüenza : é que tan grande
es el acucia que en la cobdicia pones , que faces nue«
vas obras é fuertes, asi de castillos como de fortale*
zas é labores , do puedas asegurar estos tales tesoros*
porque non puedes caber con ellos en todo el mun-
do, andando fuyendo de un logar en otro todavia
con ellos, porque el partir dcllos te es grave de lo
provar . . .
„ Las péñolas con que los Reyes ennoblcscen i
sí mcsmos , é amparan é defienden sus tierras é esta-
dos, son los omes grandes en linages é en sangre,
que son sus naturales : porque estos son compara-
dos é llamados alas con que los Reyes vuelven do
unas tierras á otra , con quien facen sus consejos : é
con las péñolas que en estas tales alas se crian en los
cuerpos de los Reyes ennoblcscen mucho sus perso-
nas é sus figuras, é se facen mucho apuestos por
6o TEATEO ^ISTO&ICO-CEITICO
elloyé crescen en su orgullo ^é apremian con ello
mucho á sus contrarios, é con estas alas pueden fa-
cer muy ligeros vuelos los Reyes quando los sus
naturales son pagados dellos ... Lo manifiesto de ti
es que las plumas enteras é los cuchillos que solías
ha ver en tus alas con que volar solias ,te son caídas;
pues todos los tus naturales mas nobles á mas pode-
rosos, que á esto eran comparados , é fasta aqui te**
nías por péñolas de tu vuelo , han puesto en olvido
el amorío que solian aver ; é el señorío tuyo que
fasta aqui obedescian /trocáronle con el tu conua-
rio . . . Tengo que los del tu señorio non quieren
acogerte irado nin pagado en quanto ellos pudiesen;
porque siempre quesiste ser de los tuyos mas temi-
do que loado é amado"»
]>S LA SLOaUENCIA ESPAÑOLA. 6l
FERNÁN GÓMEZ DE CÍBDADREAZ.
jL o& lo que toca á la patria y vida de este autor,
solo consta que nació por los años 1 388 , lo mas pro-
bable en la corte del Rey de Castilla , por haber sido
su padrino de bautismo el Chanciller Mayor y Co-
ronista D. Pedro López de Ayala ; aunque el sobre-
i nombre de Gbdadreal^y la costumbre que había
en aquel tiempo de tomar los graduados en alguna
facultad por apellido el nombre de su patria, po-
; dría inclinarnos á creer fué natural de Ciudad-Real
^ en la Mancha. Graduado de bachiller en medicina,
I quando apenas contaba 24 años, entró i servir al
Rey D. Juan el ii,á cuya persona asistió perenne-
^ mente, no solo como facultativo, sino como una de
las personas de su familiar confianza y aprecio, has-
. « ta la muerte de aquel Soberano acaecida en 1454.
En medió de que la corte y el reyno estuvieron en
\ aquel reynado divididos en parcialidades ; el bachi-
ller con su genio festivo y discreta conducta supo
conservar la confianza de los principales sugetos de
de ambos partidos , aunque algunas veces mormu-
¡ raba de los unos con los otros. Sin embargo se co^
lige del contexto de sus cartas que adhería mas al
partido del Condestable D. Alvaro de Luna, ya
fuese^ por inclinación ^ ó lo que parece mas cierto,
6% TEATRO HISTOIICO-CKITICO
porque sin el favor de este Privado absoluto era di-
ficil mantenerse en palacio. Tuvo correspondencia
y amistad no tan solo con los primeros personages
de la corte y del reyno,s¡no también con mucho$
de los literatos mas eminentes de aquel tiempo , y
principalmente con Juan de Mena , que le solia en*
viar sus obras para que las leyese al Rey. Ni de los
escritos de este bachiller ni de su vida se halla me-
moria en los autores de su edad ni en los del siglo
siguiente : ni se tendria noticia la mas leve de haber
existido este sugeto,si no se hubiesen impreso sus
Cartas en Burgos año de 1499 con el título de Can-
tón Efistolario del BachiUer Hernán Gómez de
Cibdadreal f Físico del muy foderosoé sublimado
Rey D. Juan el Secundo deste nombre. Esta colec-
ción se' habia hecho ya rarísima y cada dia mas des-
conocida, hasta que se publicó una nueva edición en
Ma:drid en 1765 , corregida, enmendada é ilustrada
por el erudito D. Eugenio de Llaguno y Amirola,
justo apreciador del mérito de los antiguos escritos
y escritores de nuestra nación. Estas Cartas son cien-
to y cinco , que se pueden mirar como la historia se-
creta de su tiempo. Los caracteres de los mas ilus*
tres sugetos que vivian en aquel calamitoso y tur-
bulento reynado son retratados al natural, y sus de-
signios y pasiones descubiertos con primor. Bien se
conoce que el bachiller habia estudiado el corazón
humano, y los móviles que le hacen obrar en las
1
DI LA ELOQUSHCIA ESPAÑOLA. 63
cortes y los palacios de los reyes. Al mérito que da
á estas Cartas lo peregrino y curioso de los hechos,
se junta el otro mas apreciable^que son las gracias
del estilo, sujetas á una gran precisión , y la claridad
y soltura de narrar las cosas : calidades que hicieron
mas singular í este escritor entre todos sus contem-
poráneos. Algunos pasages escogidos que aqui va-
mos á trasladar, no darán poco lustre á nuestra len-
gua, si consideramos que aquella era la época en que
acababa de salir de su infancia «1 romance castellano.
Por cuyo motivo se le deben perdonar al autor algu-
na. aspereza y desaliño en ciertas frases , que la fami-
liaridad del estilo epistolar puede autorizaras
Jh-N la epístola xiii á Pedro de Portocarrero Se-
sor deMoguér escrita enCigales en I427,habk
de esta manera sobre la separación de D. Alvaro de
Luna:
„ El Rey de Navarra é el Infante Don Enrique
han visitado al Rey ,é el Infante anda muy humil^
de por ganar la gracia del Rey ,é su Señoría le mira
mas graciosamente. £ como es sentencia filosófica
que nihil vacua in natura , muchos usmean por en^
trar á ocupar el vacíp del Condestable : que el ho^
me absenté é el difunto se asemblan. Pero si mi fisi*
64 TEATlte HISTORICO-CUmCO
ca no minsura mal el mom de la artería graciosa
del Rey para con el Condestable, mas querencia k
tiene absenté que faz a faz ... .
11.
XLk la epístola xiv al Comendador de Segura Gofli'
zalo Mexía, escrita en la villa de Tudela de Duero
en 1427 9 de esta suerte se explica sobre la conduc-
ta del Rey después dé la separación de D. Alvaro:
„ Después que se acomodo con los otros jueces
para facer la sentencia contra el Condestable, el Rey
no le cató mas á la cara : y dice Biscuña^elmozo
que atiza la lamparilla que queda al Rey , que oyó
decir á su Send^aquelli noche que le quitábalos
borceguíes Juan de Silva el Alférez : el dotor Fer-
nán Alonso es desleal al Condestable que le ña sií-
bbmado ; mal podrá serme leal á mí. Por aventura
sopieron esto el Rey de Navarra yé el In£mtei¿ los
otros Grandes , é como dicen , son tres al molino : cá
estando todos mal con Fernán Alonso por su altivez
(que yo creo qües de su natura é no de entonces) If
dixeron de consuno el Rey , que los revblvia unos
con otros, é que tenia tan malas maneras de home,
que siempre serían divisos sus buenos vasallos sino
lo arredraba de sí. £1 Rey ge lo concedió ¿esüpito,
como aquel que en gana lo tema. Este granear del
valer 6 privar é malas querencias^ que maSnimJilo
DE lA SrOQUSKCIA ÍSPASTOtA. 6^
es quel de finistcrra,no puede estar sin motu ; por
ende atienden los sublmiados á qual será tercer
cuerpo- que kitzará de sí tras el del Condestable é
Fernán Alpnso*'. ¿^
IH;
J^N la epístola xvii i Pedro^ López dé Miranda
Capellán mayor del Rey , le cuenta los regocijos y
justa que bttvo en Valladolid en el año 1428.
' yy Si enviaros pudiera las personas de las fiestas
en visíon^loficiera como os mándela nairacioade
sus fechos , «pie jo los vide muy á mi sabor • . . £1
Rey^enfástidiado de tan líiMgahospederia que non
sabía echar;de sí , se ha pasado á Tordesillas» • • . Ya
comienzan: á rúgirse nuevas desensiones é eiiemista-
des ; cá no reposan en una volunta una semana es-/
tos Grandes y é como tramaron, d destierro dd Con-
destable, lo jdestramaron,é pidieron al iley á punto
el postre que lo Uamáse á la cortejé ahora se ven
arcepisos^é solo; Dios los acordará : cá dice: sabia-
mente el virtuosa religioso Lope Roíz rqu6 está eo:.
la santa Escriptura, que Dios no dexa que ati^enen
sus consejos la¿ que á malifin los Ueyau'. ...' -
TO]^. I.
66 TIATUO HtóTOWCO-CItíTiqo :.
xlfK la epístola xx al célebre poeta Juan de Mena,
escrita sin lugar de fecha en el año 1429^ le habla
de como se reciben y lee^ sus escritos.
„ La BÍuy. polída é erudita obra de vuestra^
n|erced,que leva por nombre .Z¿ segunda orden
de MermríOyhz placido asaz al Rey^qué por de-
porte la leva a los caminos-é á las -cazas, maguer
que algunas guerrean con aquel metro qué diz:
mas al f resiente hablar y'verdad Jo permite^ temar ^
lo devieda: é aquellos que mas se aplacen en la ca-
ra, mas se: apellizcan en el corazón, £1 Almirante,
me demandó: en lá presenida d,el Rey, que ¿quál^
temor vieda á vuestra : merced el parlar ?. E yo Icj
repuse que los historiadores é poetas antiguos calla* ^
han el tiempo. presente, no de menos pior no aman-^
ciliar, que por no far de los aduladores : é que te-
mor de non ser adulador^ tapaba á la vuestra merced ^
la boca ;xá i un home letrado é da vuestra compos- .
turaera mal contado el far del acucbso adulador . . • :
El Rey se recrea de metrificar. : é.por ende vos des- '
embargadamente - de)>eríadés acudióle yCÁ acogerá
vuestros metros asaz de grado , aunque sean abor-
ridos de los insipientes daquí , • . Iñigo López de
Mendoza se ha proferto al Rey que le mandaréis
la coronación para el Pentecostés : é la voluntad de
DJB XA SXOQüSirCI A ESPAÑOLA. (í/
los reyes no es de la natura^de la de los otros homes^
cá no pueden sofrir que del repuesto á la mesa les
tarde el peregil ó el manjar que les place*^
-LiN la epistolxxxi á Pedro López de Ayala Alcal-
de mayor de Toledo, escrita sin lugar de Ja fecha en
Í429 ,k dice lo siguiente :
„ Vuestra comisión ; Señor , ho la he podido me-
ter en obra;, iporquc con vos está el Rey de mala vó-
Imitad , cá diz que vuestra merced face de dia lo que
desfaz de noche :é como anda todo á la barata, es^^
pegándose de cada punto efusión de sangre noble,
ao está t\ Condestable de humor de fablar • • . Del
deporte de la guerra no se puede indicar mala pró-
iM)sticacion , cá la Reyña de Aragón semeja á la Rey*
na Ester » que con humildad é manera desensaña al
Rey. Estos que á rio vuelto buscai\ la pesca, lo en-
turbian todo : é destos facen 4 vuestra merced. Si
Tulío diz qüél amigo ha de facer pkiíguer'al ami-
go con motes que sean saludables , yo sóy dd>idor,
por ser batizado en brazos de vuestro padre yá non
celar á vuestra mercedrlo' que sus mal querientes
le» achacan ^ * : ■ '•. ■ ^ -t ■ .>'
£2
68 TEATUO HISTDRICO-CHITICO
VI.
En la epístola xxix á Femando Alvarez, Señor de
Valdecorneja, escrita cnPeñafiel en el año 1429,
le habla de esta manera :
fj Mientras vuestra merced anda lidiando con
los moros de Rondadnos lidiamos con los christia-
nos que meten en continuas zalagardas al Rey de
Aragón é ú Rey de Navarra é al Infante Don En-
rique : é con^o cobijan con la manta del publico sus
faciendas,á laféque asaz seles conjuntan homes
de estadoyque.ajuntandoselos unos con los otros,
andan por el reyno de cá para allá. Nos estamos
luengo trecho del Maestrazgo : por ende á vuestra
merced no podré congratular con decirle desem*
bargadamente lo que por su epistola me interroga»
cá conviniera la presencia ...
VIL
11n la espistola xl al Rey D. Juan el Segundo,
escrita en Alburquerque en ñn del año 1429,16
avisa del modo siguiente:
,, Fabián ambos Infantes con mucho honor de
vuestra Señoría. Culpan su mala ventura :é como
es uso de corte , culpan á mabs yentes é vinientes
que atizan el fo^ar. £ si yo lo vero atino , gozques
D2 LA SL0Q][J£ÑCIA ESPAÑOIA. 69
son qué mientras se comen el hueso los canes gran-
des , se amagan con lai presas descobiertas. Estos
gozques son los ^ue á vuestra Señoría é i los In-
fantes aguzan. Yo les he fablado como testigo ocu-
lar de la buena volunta4 que vos les tenedes ,é que
mas que á otros los honraríades 6 mantdndríades^se
dios no fugiesen ác vuestra obediencia é acatamien-
to. . . - .
VIII.
XLk la epistola xiv á D. Gonzalo Obispo de Jaén,
escrita en Astudillo añaxie 1430 , le refiere la muer-
te del de Duque de Arjona de esta mahOfif :
„ Acá se ha sabido la muerte del noble Duque
de Arjona, que habrá sido el fenecimienfo de sus
cuitas recomo diz S. Gerónimo, que^/de las cuitas
de unos salen los alegramientos de otros >é de los
alegramientos de otros las. cuitas de uhosr, para Don
Fadrique de Luna ha sido de alegreza el feneci-
miento del honrado Duque : cá el Key le ha dado,
súpito que lo supo, la villa de Arjona. £1 Rey trae
paños dé. duelo por su finamiento, é le ha mandado
facer Qscquias muy honorables. Mas ¿qué i|nporta?
que el Duque quedará sepelido in ^eternúm en Fe-
ñaficl do murió en prisión , é D. Fadrique de Luna
se quedará con Arjona. Ha sido plañida la muerte
del Duque so la piel , cá sus enemigos le ¿cian ma-
^3
7G . TEATUO HISTORICO-CWTICe
lo ; é dice» otiTos que era la médola de la ti^inanidad
é cortefiai, é el veto acorinmiento de los qi^ le de-
mandaban <ayudai En la gloria le fara Diosla pa¿%
si-e$ vero-:-, ;• ••"''./. •
• í--- ■ • • IX. ■'■ • •■
. . . '. , - . ■ . ' . . - ■ '
En la épi^dii r>^n al Doctor Franco, del Conse-
jo del Rey, escrita en Valladolid en 1434,1c avisa
de la muerte del Adeki|ttdQ-de Andalucía en el si-
tio de la villa de Mora.
y. : I I '■ ' í * . i ■ < J ■■ ■■
;, Todos' los. q;ue imdraios sobre la tierra »anda^
mos etí |%áí|gros: vuestra mercod en> los peligros de
prisión anda,é otros en los de la cuenta postrimera,
como, s&l^a el noble é mamí&co^ Adelantado Die-
go de Riberár^ci.el Rey ha sabido hoy que comba-
tiendo la' vflla: de Mora,ñie muertx> de un pasador.
E tambim^tso »iipo ser muerta Juan Faxardo,fifo
del Adelantado Alonso Yañes. £ de todo el Rey
muchb sentimiento fizo, cá era el Adelantado de
Andalob'a- el mas temido ixabdillo de los moros : 6
todo lo quíél había del Rey, su Señoría se lo pasó ea
sus libros^ i Perafan su fi)o,ié k dio el Adelanta-
miento, aunque mozo es,é algunos lo mofarán, que
b querri» para sí. £ dixo su Señoría una senten-
cia como de Agesil^o á Pirro : que el tiempo faria
al íijo del Adelantado ser viejo ,é que el cielo le ha«
bia fecho fijo de su padre . * .
DX £A XLOtJJCJ£NCIA ESPAROI.A. yt
"•• *' ' x.\ ■ ' -
En 1¿ epístola lxiv á D. Juan de 2Icrczufela Ar-
zobispo de Sevilla »y electo para Toledo^.esaita en
Madrid en 1434 ;le habla lo siguiente :
jy A \x Iglesia de Toledo é á su noble Arzobis^^
pado da Dios los buenos dias,é mego que se los pa-
se á ánbSyé que años luengos posea vuestra merced
ti Arzobispado. £1 Cabildo no es maravilla /que
inaguer que visestra merced fuese en España, qui>
úest facer el santa del árbol ^de su cercado : mas uh
Rey vigilante é sabio como bl nuestro ,qu<^ Dios
prospere é alvergue la yida.,face é face far ; . .
hjS la epistola lxvi al erudito Juan de Mena, neri-
ta en Madrid en 1434, le cuenta la muerde del fa-
moso Marqués de Villcna , digno de siglo menos
ignorante, de esta manera : - 1 .
„ No le bastó á D. Enrique de Villena $ú saber
para no morirsej ni tampoco le bastó ser tid del
Rey para no ser llamado por* encantador. Ha ylínido
al Rey el tanto dé su muerte : é la conclusfcrji qufc
Tos.puédo dai:^ra,que asaz í). Enrique era áabío
^de lo qtievá los^ otros (íumplia , é nada supo en lo que
^íe cumplía á^l. Dos carretas son cargadas -de los lí-
B4
7a TEÁTJLO HISTOllICO-CKmcO '
bros que dexó , que al Rey le han traído : c por que
diz que son mágicos é de artes no cumplideras de
leer, el Rey mandó que á la posada drFr. Lo-
pe Barrkntos fuesen llevados : é Fn Lope ^ que
mas se cura de andar del Principe, que de ser revi-
sor de nigromancias , fizo quemar mas de cien libros,
qué no los vio él mas qué el Rey de Marro€cos,ni
mas los entiende que d Dean de Cidá Rodrigo; cá
son muchos los que en este tiempo se fan dotos, fa-
ciendo á otros insipientes é magos : é ]^r es, que se
fazan beatos faciendo a otros nigromantes. Tan solo
este denuesto no habla gustado del hado este bue-
no é manífíco Señor • . •
xir.
Jl1»n la epístola lxxi á D. Pedro de Stuñiga Conde
de: Ledésma, escrita iCri Ayllon ca 1437, le dice lo
siguiente en contexcacion á cierto encargo :
„ En el negocio de aquel gran fidalgb,que asi
vuestra merced lo apellida, no le podré nada de se-
guro decir, cá veo que se ruge algo dél,é no para
bien. Por otro canto veo que él se vale de sus ma-
ñas é poderío , é el Gjndestable en el semblante ami-
go suyo es ; en el tr^iscuero Dios sabe si por seguro
lo ha. Yo no soy zahori de los corazqpes de la ge»-
te de palacio , que los tienen maj adeiyyo qw la ti^^'
ra sus tesoros; mas por lo que vuestra merced es de
DE LA XLOaUXNClA SSPAÜOUl. 73
interno pardal del gran fidalgo, exploraré lo que
me ruega ) con la temperanza que un fisico es obli-
gado á espiar un mal que no es salido á la boca . . ,
XIIL
JbiN la epistola Lxxvn al Arzobispo de Sevilla, es-
crita en Roa á fines de febrero de r438 ,le refiere
como los enemigos del Condestable han pedido su
separación del lado del Rey:
), De acá no se puede narrar 1q q!at de presente
ftss^jci será meter el mar en un pozo . . . Un farau*
te del Almirante, con un seguro que ovo ,que pen-
sira el Rey que otro mensage traerá ,traxo á su Se-
íioria ima carta del Almirante Pedro Manrique, que
tonque sea de palabras polídas é humildes compues-
ta, el tuétano crfi sóbervioso é no cosas para el Rey
dichas; en que^ postrimeramente le ruegan que ar-
riedre de sí al Condestable, é le señalan, como á un
pupilo ó á home sin mando, aquellos que á su lado
ban de estar : é le dicen que asi lo deben facer los
Grandes de su reyno,é lo ficieron los de sus pasar
dos quando vieron que el Rey se mete dentro de los
daños á ciegas.^p Señoria arrojó flamas por la boce,
é bien creo que si su real fuera lleno de gente ,andaf
ría de corrida á los Copar pora combatir . . •
i
74 TIATUO HISTORICO-CKITICO -
XI V> ~' /
En la cpistdáL lxxix á D- Pedro de Stúñigá Con-
de de Ledesma,cscrita sin lugar de fecha en 1438,
le da muy cariñosos consejos para que se aparte de
1<» jpaidos scryidores del Rey., .
„ El can de buena raza siempre ha mientes ¿A
pan é la casa. Este proverbio me atañe á míj^uc
la casa de vucstrx merced é el panqué mi señor é
vyo é mi hermano coihímos de vuestra merced, sicm-
Tf>re está faciendo sangre que bulle c punía á la fr
deUdid é amor que le tenemos é í los suyos , que
bien es sabido en U casa del Rey. Destc exordio
Vuestra merced podrá conocer lo que le querré ajün-
tar,que esto bastaba ; mas diré mas, porgue no me
quede nada en el trascuero de-'lo qtíc yo me ima-
gino que de pro al honor é facieñda de vuestra mer-
ced puede ser. Vos , señor , que del Rey aveis rece-
ñido honra mas que vuestro padre lá ovo de otro
^cy jé aunque vuestra merced es tan grande por sü
abolengo en sangre noble , os ha fecho el Rey mas
grande Con estados c álcaydias .é'|üros;no deviadei
Cuidar en compaña dé los que á'stí'Señoria son tan
agrios é disgustosos. E mirad, señor, que facer má
á uno,é decir que se face, por le facer 4>ien, solo í
mí é á los de mi arte atañe, que punzamos el cuer-
po á un febrático é le levamos la sangre é el pan é
-Dtl XA £LPQU£NCIA' ESPAFoLA. 75
el agua, con dolor que padece é se lamenta ; ¿ todo
es por meterle la salud en el cuerpo, aunque sea
con dolor. §uyD, Mas vu^tra merced < no será abas-
tanza poderc^o para facer creer que andar centra ded
Rey es por facer setvick^á su Señoría. Fágale yucs-
tra m^xs^d servicio como el Rey lo. querrá ',é su
honrar no avrá m^aester andar á facer árgumenta-
ciond^i,^ silogisíhos- E demás de la honra , veda vues-
tra merced otros tantos átos oomo vos, que muer-
tos. íoiiren- t4stilloS'aprisfemdos,é sus-Jiienes cferra-
mados á otros , c $^s jfij^s $oq mendíg<5s i^, que si el
Rey face una buena vegada , vos é los que de con-
suno andáis, podredes Caer en una careaba como la
^e se face á los osos ,; que tarde os^^ recobraríades . ^ .
Vos,.señor,que en años el mayor de los Grandes
sois,^eíios el Conde de Benavente,<e qijbe pqdíades
ganar una loa sin acat>amiento metiendo á esos Gran-
des é caballeros en lo justo é en la obediencia del
Rey,é facer por humildad é por christiañdad lo
que con- guerras civiles buscáis en daño de los vi©-
fosé pobres é criaturas é dueñas é doncellas de los
pueblos : que el afán sobre ellos cae. E librando á
Vüesos naturales , parientes é amigos , é criados , é de
vuestío vando é de los otros que ofendido nos haff,
de derramamientos de. sangre, é de muertes, é de
doiorcs:rgran loa se os seguiría desto,é en el pe-
cho del Rey , que picoso é amoroso es , meteríades
luí buen porque de amor á de obligación para mas
7^ TEATUO HISTOmCO-CRITÍCO
ensalzamiento vuestro é de vuestros fijos é de vues,
tros nietos. Catad no os fagádes aborrir de todos.
Parad mientes que han de haber paradero estas guer-
ras cevilesjé que por bien que en paz quedoi to-
dos, é asegurados de la vida é^e la facienda^la loa
de los que andarán con el Rey será asaz aventajosa
en lo venidero de aquellos que del Rey serán divi-
sos é apartados. Si sobrado ando en lo contenido en
esta epístola , no lo Uamádes con otro vocablo que
con sobramiento de amor é voluntad é buena fideli-
dad con vos ^ con los vuestros ...
XV-
tjN la epístola Lxxxn á D. Pedro Alvarcz Osorio
Señor de Cabrera, escrita en Medina del Campo c»
1439 >1^ amonesta quiera dexar el partido de los
Grandes malcontentos y levantados :
y, A vuestra merced me lamento de que. siendo
tanto honrado é tanto debidor á los de quien viene
para ser una peña de fidelidad al Rey nuestro Señor,
é de todo este reyno,é habiendo su Señoría acogi-
da á vuestra merced por la puerta del huerto , é yo
sido el faraute é vuestra merced tanto asegurado dd
Rey ,é suSeñoria tanto asegurado de lo que le pro-
metistes,ayádes ahora sido uno de los ciento que
en Tordesillas entrastes con los que á guisa de'vasa^
líos de otro rey ficieron pleitesías con el Rey suyo
DB LA £LOQU£KCIA ESPAÑOLA. "/J
legítimo^ con una mancha que de aceyte no cundie-
ra mas en un capote de velarte, que cundirá en
vuestos linages in satiúa Séttuhrum. Yo que fijo
soy de un hombre bueno, pero christíano sin mácu*
lasantes matarme dexáraique componer capítulos
^e ordenan quel Rey natural entre en su villa con
compaña tasada, é levarles las armas álos suyos, é
que otro tal se finiese con los vasallos de aquellos
queicon el Rey contienden, en manera que del rey
al vasallo no hay disparidad. ¿ Qué avemos dicho
de los padres é hermanos de los que en estas anda-
ban coií el Rey D. Enrique ? ¿ Qué han dicho de
aquellos nobles de Francia que andaban en pactos
é capítulos con su Rey ? • . . Mas, pues vuestra no-
bleza no ha errado (cá ésta siempre leal es, que
vuestros juicios son los que errado han solamente),
é á toda hora quel pecador se muestra arrepiso,
Dios le asuelve ; así el Rey nuestro Señor, que de
Dios la semblanza representa, é de misericordia
abundados perdonará á todos. £ vuestra merced
fará una empresa de religioso é de noble, como
lo es, si á esos Grandes los meterá en freno, é les
dará carrera para desfacer honorablemente lo que
han fecho con mengua.
XVL
¿Nía epístola ixxxix á D. Juan de Zerezuela Ar-
zobispo de Toledo, escrita sin lugar de fecha en 144 1 ,
78 , TUBiATRO. HISTORICO-CRIXICO
dale la noticia- de la sentencia contra Don Alvaro
„ Contra el Condestable se ha dado la sentencia:
cá no le pueden sufrir los Grandes á par del^ey. £:
el Conde de Castro , que es la malilla después que el
Adelantado Pedro Manrique finó , ahora con hervor
trata de casar al Rey de Navarra con fija del Almi-
rante yé al Infante Don Enrique, con heirmana del
Conde- de Benavente: cá será bien atar bien estos
Grandes 9 é no ser vencible la parte délos que al
Condestable buscan daño. Vuestra merced es sabio,
é lo pensará- Yo le digo que el Condestable debe
¿tcer.lo que el villano, que no pudo arrancar la co-
la, del rocin enteramente,é pelo á pelóse la quito
sin afán. No se tome con todos á iuerza ; mas coa
i^iaña uno i uno los apañe . . *
XVIL
JCjN la qpistolaoici al Obispo de Orense ^esoita sin
lugar de la fecha en 1442 , le pronostica males»
y^ Los males que pasamos los face mayores el
miedo-de los males que esperamos ; porque- sí el r€f<
nado del Rey D. Juan, que Dios4e pro^pere^ ha sido
turbioso, menos no se agüeiraque será el del Priná'
cipe quando reyne: cá se le va metiendo Juan Pa-
checo £ista el coraron je el Obispo de Avila no se
desespera d¿ verse Arzobispo de Toledo ♦ • .
I>ECZ.A EL04.UIVCI A lESWktOtA. ^pj
' MZ BACHILLER ALFONSO DÉ LA TORÉJB.
LJe este escritor, que floreció á mediados del rey-,
aado de Don Juan el Segundo de Gastilla,y que;.,
probablemente vivía en la corte del Rey de Navar-.
ra^D. Juan el Primero^ que después lo fué de Arar
gon , nada se puede asegurar ni en orden á su patria,
linage.^ estudios, y empleos, ni en orden d ano dé
su nacimiento ni de su muerte. Consta solo que fué
Bachiller, pues como tal lo anuncian sus escritos:
contentándose con este grado menor do Universidad^!
según era costumbre muy usada de los varones maS'
doctos de aqud tiempo. Si atendérnosla naturaleza
y materia de sus escritos, es vefosimíl que su Ba*^
chillerato fuese título afecto á la filosofía ó jurispru- .
dencia , primero que á otra alguna facultad. £l apré- >
doque se hizo de sus luces y talento en la corte de'
Navarra, encargándole la composición^ de un tratan;
do filosófico de doctrinas morales y politicas para;
íristtfuctivá y sabrosa lección del Principe heiéderó^
de aquella Coronales sobrado testimonio de su me- ^
rito y icapacidad. Y la novedad y primor con que^
déséiñpeñó la obra, confirmaron el aventajado coii<;
ceptaque le habian ganado su ingenio y saber:^ .
i La obra de qUe hablamos^, cuya invención y .ar^>
gmnentó parece imitado deSeverÍÁo£oedo,£n¿Íen-ii
8o OriATRO HlSTomCO^CltlTICO
do un sueño para exponer mejor su doctrina, tiene
por título : La Vision Dekytahlc. El autor la com-
puso á ruego é instancia del Prior de la Orden de
S.Juan en Navarra, Don Juan de Beamonte, Qian-
ciller de aquel Reyno, Ayo y Camarero mayor dcD.
Carlos de Viana , á quien fué dirigida. Aunque no
es posible señalar á punto íixo la época en que es*
cribió el Bachiller su obra, no será inverosímil cq*
locarla entre los años 1436 y 1437 : porque, si ccm-
sideramos que el Principe D. Carlos n^ció en el año
I42i,yqueun tratado científico de tanta sustan-
cia y peso, no se le habiade destinar antes de la ado-
Ipscencía; será preciso suponerle una edad compe-
tente que no báxe de los quince años.
£1 original manuscrito de esta obra estuvo
en tan grande estima, que fué guardado dentro
de la cámara del Rey de Aragón. Algunas ilus«
tres y sabias personas ,á fuerza de muchas diligen-
cias lograron sacar copias del dicho manuscrito,
movidas del mucho provecho, asi espiritual como
temporal , que se podria coger en la lectura de su
doctrina. Cundió tan presto la afición á esta obra,
que de alli á poco tiempo fiíé traducida en idioma
catalán é impresa en Barcelona en el año 1484. J^^
pues encontramos que en Tolosa se hizo una impre-
sión del original en 1489 : siendo ;esta la primera /edi-
ción castellana. La segunda se publicó en Sevilla en
I $38 en casa de Juan Cromberg,en folio delgado.
.:»i
Por Jas primidi^s » c<)^s de csia; obra ^}u2o slíl
duda Dcimingo DclphiÉa,irtpblc v«íctkm(t,íá tra^
ducdoB en lengiRi italiailat la ^ud" vcndió^^r ^$
suya original) no dic&db Ufas q^e ntía itieMl wtsioh
dé k ¥¡skm,Dclcytabic!idc la Tiria: Bsir mpfit^
ckna la dcscubie olarameniDe h idtnúi^^delztf»^
dóccmque d0látaI¡an<rihieai.m b^ Etá»eí»^
co-deCáceres fjfov.igmMᣠeste, cpsatiera^ -el ' vetd^'
4ora aofocvlafí^piie^piiblioáittni AfiBtsrdAin (éaróbi^
ot un» tolnb. ca 4;^ menoiii.'^stat tiBvivk^Oaoh&tÁ j3tf^
iUcada al ^Pfincipa/de d^otog^ D.diifaumcf ;; 7^ se sin
9^&tfespii]es €n.espafiolicbp(iK)lQgQ dé^Idfllgliím. : u:j
Esfie Ubiro del Biichilhnr (a ^«pscc^idóíenf
dósipartes*: la ^imcrai^cransi dff'tásr^artesSlBbartle» y:
de las ^¿iencias ; sanufáks yy Ja' ie|ftí^tf Í4ri^á^'-l2(
Siosü&xwotú^ds lapQÜticavy eaon<í|ní9iiQBB¡|^tá -td^
^texida. de bdllog itaa^ifáiipíentw y^qt)^iqiie¿dc
k razón y la veiKÍad:canljel:ent6a4ínaei}iBqiy!de'es<>^
tcxonjas virtudie&)rpaisíoí|^esi:£erodbcni«;:di$cre^.
to, instructivo, y bien hablado de este sueño ó vi-
sión poética, en que todos'-Ios interlocutores toman
&rma.y movimientxrj &^ociit$s;pj:r$omficados,es el
Mtmamjcnto que fcí(4^!un<>:de las quhtiiou virtudes
cardinales tuvo .con el.oti£cndimiento. De j^süte lugar
principalmente se^ han escogido varios pedazos que
se trasladan aquí {>ara núi€!stras.de4a.ísdbcta'mQral
acompáiUda'de la ihejor dicci<»i; Por lo ¿enecajtel
lenguage dccfiíta obra es bástante, fluido 7I elegante/
^f TfiATJtO HCSTORIGO-GRITICO
ftorqui^-la facundia del autor ,que esx aquella época
Qo ^edia yeota}^4 xángaAínAo pülJo y adornó con
cultas y; nobk$.^p.resÍQne$, Verdad e^^que que*
riendo dar numero y harmonía ¿ la frase de una
lengua falta a\m del caudal ty -variedad que adquirí
un siglo>de$jpuQ$^desciid9irer!SU estadio en- la trans-
posición: de las palabras contra la natural ía<kle^
la construcciori.ir]4g^*: Tampocasupo huir ^en^re
del vícsD^tañ común: ei]d:ohces'ieiit|fe' los Üteratos^
quiero .decir, de vestir. elLdíscurso con palabras ladk
BÍzada9 ; bien jqiie.én etiKb de ^-éstas' fué iiás sobrio
que .ninjpinoldé sbs contemporáneos. Pero^ ño se
podrá nc^apqae en lo gflínekral su estilo ¿süorido,
mas s¡ft:i3fcminación..; es conciso sin obscuridad^
y aliga^i^iaiknfuidez vy ^si siempre en ^ las fíin*»
turas yida$af»p$»mes es pomposo sá^
Y dCí^aJqtoei? modo quei^e con^dtte d mérito de
su loówipiirpsSnripre se píadia citar como uno de los
monuinaitas<!fe'lit¿ülta prosa castellana del siglo xv.
. y'i>i:J-.
l^iNGiss ent^este sueño luíoral como el Enüendimieft*
to entra end monte sagrado, y ias cosas ijúc desde
aquella altura registró y Contempló.
Éi t I 1 ,1 I I I J J ' , 1 I ..." . ■ *
1
„ Abíerbla; puerta, etEntcndimiento entrór muy
degrc: é luego en punto vino la Verdad é la Razón,
las qualeí lo tóÍBáron de las manos y lo comenzaron
M LA EIOQÜENCIA KSPAROtA. 83
4 traar por d humo de la- deleytacíon. Venía la
Verdad vestida de una mas preciosa vcstídura y de
mayor sumptó que los mortales estimar sabrian.
Tanta era la certidumbre á credulidad que stfe sen-
tencias tenían, que era imposible negarlas á hombre
razonable, Taíito era el amcírío y benivolencia que
demostraba su gesto; que asáa cra-bienavcnturanaa
mirar á ella en la cara. La estatura della é la quanti-
dad era limitada, é proporcionada según la igualdad
é longura del entendimiento. iLas palabras suyas tan
ciertas eran;é tanta firmeza déxaban en el cc»-aeon,
que no quedaba ninguna dubda ni temor déla con.
trariedad. En su mano diestra trahia un espejo de
un muy claró diamante, guarnido con multitud de
perlas é piedras muy preciosas: é en la siniestra tra-
hia un muy concertado é muy justo peso,to^ dt
oro fino sin mixtura ^de otro metal*
„ La Raíctín^ra muy semblante á'ella ,sino que
trahia las vestiduras muy mas aparentes, maguer el
precio no fuese mayor. Pero era una cosa maravi;
llosa de la Razón : que á las veces parécia estar tan
alta su cabeza Como el cielo, á las veces cómo las
nubes, otras veces se igualaba con laquantidad y
forma humana. Los ojos mas párecian estrellas, y los
cabellos oro , y las caras destas dos hermanas espe^
jos que otra materia corruptible. ' -
- ,, El Entendimiento tanto era gozoso en mirar-
las, que no vólVia la cara á otra cosa ninguna. E
F2
84 TEATRO HISTORICO-CRITICO
ellas viéndolo ansí fuera.de sí^équasi medio está-
pido é pasmado, mandáronle que mírasela habita-
ción é la huerta , por culpa no pisada por los hom^
bres mortales. £1 Entendimieto paró mientes, é vido
delectaciones «no creíbles ni asinábles. Frimerameni-
te en aquel lugar nimca avi^ noche : que todo era
düd.daro^y parecia el sol siete tanto resplandecer
que lo acostuoíbradiQ, sin obstáculo é impedimento
de Aubes. £ era la calor tan temprada,que agrada-
ba -todos los sentidos, y los alegraba con. una muy
temprada é muy sugve manera :qu!e quasi era ad-
mirable que como la claridad fjuese. tanta, non ovic-
se calor excesivo, ni dañoso frío ni destintivo ; ante$
era el medio poseído. £ lo mesmo J^os árbores de
aquella huerta eran tan fructíferos , tan odoríferos é
;(anL&rmosos,é de frutas tan deleytables é tan sua-
ves al gusto, que daban refección é delectación a
ambas las fuerzas, intelectiva é sensitiva. Todas las
yervas diforn^es é nocivas eran de allí desterradas;
y ^eran pobladas, é plantadas las fermosas é odorífe-
ras sin comparación ^alguna :é. de* aquellas era lle-
no todo el sueilo de aquel deleytable vergel. Todos
los animales nocivo^ c feroces é diformes eran arre-
drados de allí i sino unas aves , las quales eran cita-
ri^rias,é sus voces fenchian aquel lugar de angéli-
ca melodía é cantares muy dulces. £i;i medio de la
hu^ta estaba el arbpl de la vida é de la ciencia del
bien é del mal. Al pie della manaba una fuente por
BE'tA BtOQüENClA ESPAÑOLA. 8$
canos de píata muy fina : é el lugar do caía, toda
era perlas, zafires, rubíes, é balaxes. E el árbol te-
nia fruta de quitar la fambre por siempre. E el
agua tenía virtud de quitar la sed perdurable, é aún
daba perpetua é bienaventurada vida. E en aquel
lugar no avia enfermedad ni corrupción , ni muerte,
ni tristeza, ni desfallecimiento alguno ; mas era allí
la vida, la salud , la alegría , la abundancia, y el com-
pUmiento de los bienes sin (ñengua^é sin fallecimi-
ento , é sin humana miseria,
„ No era allí la persecución enemiga de los en-
vidiosos y ponzoñosas lenguas ; no la hostil persecu-
ción de las opiniones vanas ; no la infernal discordia
é fraterna cizaña ; no la insaciable avaricia ; no' la
menospreciada pobreza ; no lá vejez ñaca , temerosa^
é triste ; no la ignorancia é imbecilidad de la infan-
cia é puericia; no la temeraria orgullía de la juven-
tud ; no la esperanza vana ; no la tristeza del miedo.
Non mengua cosa que no fuese efable,fermosa, lí-
cita , honesta , justa , provechosa , 6 buena. Todo era
concordia visceral é caritativa : todo benivolencia é
amistad sin simulación , donde todas las x:osas proce-
den que han de ser virtuosas é loables é bien orde-
nadas. -^
„ E desque ovo el Entendimiento aquestas co-
sas por orden ya vistas : las doncellas demandáronle
h causa de sá venida, é él ks dixo : qué tema muy
grand gaña y deseo sin comparación de.sabeif ¿ qual
86 TEATRO HISTOKICO-CHITICO
era la causa final para que el hombre avia seydo fe-
cho :cá,segund su parecer 9 la causa final era mejor
que alguna de las otras causas, conviene á saber, na-
tural, formal ^é eficiente. £ que les demandaba por
merced que le certificasen de aquesto en la mejor
manera que fuese posible : cá ^segund su juicio, tan-
tas eran las disformidades é las abominaciones que
en los hombres eran falladas, que le parecía non
aver seydo fechos por algún fin espiritual ó aparta-
do de los otros animales. £ como mayor desorde-
nanza iüese fallada en los hombres que en aquellos,
é que le avia dicho que avia Dios é retribución de
bien é de mal, que esto non lo creía como viese lo
contrario ; cá veía los justos sofrir penas é morir las-
drados,é los virtuosos ser perseguidos; é los malos
ser apremiados por los maleficios, é vevir honrados,
amados, é ricos, é morir en aquellos estados . . •
II.
ilíK el I capitulo dé la segunda parte de esta visión,
que trata de la filosofia moral, habla de como el
Entendimiento guiado por la Rá¿on vio mas clara-
mente las cosas para él antes dudosas , y le explico
menudamente los desórdenes de los hombres.
„ Después que el elevado Entendimiento con
la célica ó bienaventurada ¿ompañia tomaron fol-
ganza deldctable é reposa: muy dulce por la según-
DB LA £XOQ|er£«rCXA JB»PAÑOLA. 87
.da huerta y disputando de las cosas divinas, é-ifelestia-
les é namrales; la Razoa Ip$ levó á su casa asi co^
mo á IU1 deporte agradable, á fin qúc el £ntendi^
miento viese su babiucion,éfablise con ella ans^
como con las otras hermanas avia fecho . « . JE des-
mando la; Razón alt Entendúniento que le, xepitiése
la razón del fin del homhreyélq xeducicsc a Ja me-^
iñoría las dubdas que tenia acerca de aquello : qué
avia grand placer , porque era venido á lugar d<m^
de satisfaría con raxones é fartaria su ^eseo^éim^
punarian con aquellas mismas las opiniones, vanas.
Dixo el Ehtendinúento: Dios sea alabado, é ^ya
muchas gracias por siempre , que me ha di^nbj^do
con su lumbre. Cá yo. no esto agora en.la:di$poskion
que primero estaba, ni me ruedan las^ semblantes
fantasías pbr la imaginacio|i ; antes sé .bien. que hay
un Dios glorioso é bienaventurado , el qual es face-
doré producidor délas cosas, é es regidor é con-
servador de aquellas : y eso mismo sé bien que to-
das las cosas del mundo han sey do fechas & ordena-
das por él,é non pasan la orden que natura les ha
puesto : é son uniformes jé non mudables en sus
operaciobes, E veo que solo el hombre excede las re-
glas derechas de natura é las quebrantable no hay
cosa en ellos bien ordenada ni bien regida , ni cosa en
ellos estable m firme : todo es desordenado /todo es
injusta , todo es variable. Lo qual no vemos en nin-
gtti^adelas cosas criadas : cá las inteligenc^move-
F4
88 . ' TEATRO HMTO&XCQ^C&ITICO L
4oras dedos:ciclos , é K)s cielos é los planetas é las es-.
trcilÍL%:guar.da«i4a or<ien por Dios á ellosi imandada.
Eso méisifao'^los elem^oíds:: cada uno ác aquellos
guard&ío fiternalménté Ja ^reg^ que natura les ha
¿apífe^to . en jelí estar de : sus Itígares ^ y en sus . con*
misturas ,¿ £11; sus xñoyimientosJ £ tamBieh én las
espedbs -de -ios animales ciatda.iuaá dellás. guarda la
ky^ imfxnesta pbr;ia ley ád nat^ira en $u^. deseos , en
sus' cosciu6hre$^en susvindustrlas^en sijis piropi^da-
deá :4 en aquestas cosas no hay mudamimU) , no hay
alteraciem;* excepto el hombre ...
,y£ dixola Razoií y i¿x}ué desordenanza ves tú
en esia:primdra>casa (la queadminístra la ^tídad)?
Tantas: sondas desordenanzar^^dixo el. Eñtendimieor
to , que no sé por qual me ccwnience. Mas segund lo
que TOS me aveis dicho jd. primer bioa dql hombre
es quer áu jentendimiento; sea purgado é alimpiado
de las torpes fantasías asea alumbraiib con la certi-
iiumbiie dé la verdad ^ para tque después faga obras
queiscanxonsonantes al entender suyo : que pues la
vpluñtadr sigue al entendimiento , tal será la volun-
tad é las obras.' E cierto es que ellos avian de alum-
brar el mundo en aquestas dos .maneras^.CQn el en-
tendianiento •enseñando, é mostrando, é con las obras
exemplificando. Pues si demandáis del entendixnien-
fio süy^,'dudo. si fallareis ea el mundo gente mas
apartada de \saber ; ante parece que acordadamente
han escogido los mas idiotas y mas ignorantes para
DE XA SLbQUSKX^A %srpA$M>tl\« S9:
aqtiello. Cá ti entr^' ellos se falla- nn, hombre ^ue'
ayaiiui' pocp de .ciencia., fallarse han^ tres mil- ígno-
tari«es : é i tal tiempo hun vétii<io y(^ci ellos no re-
putan cieticia la que no es para ganat dinero : en
tanto qtie enere ello^ kay proverbio viágar de facer
tmrla del saber ó -cieiida que^ no e& I^ú^rsftlvá de pe-
ci»|ia i ansi como si fuese supérflua 6 inútil , y el sa-
ber jde aquella: fuese demasía4o. Pues ^ si prjegüntais
de las!>obras. é de lai disoluciones, por ordeh.rtodas
son Henal de.abóminaciicm desde el peq^ieño fasta el
grande¿ Sino:, yo yo&,ptcgúato ¿ á do hay; mas in-
(eniperanzá é mas.siielt<H loís frenos de:};Lgula? á d$
los adulterios no corregidos ni rcpr<?hend¡dos ?;á,dó
las ilícitas ganancias de la sinionía?. á dó los sacrile-
gios ?á do las escomuniones ? {A.do:l4s cosas que
nos amonestan, quien-Ias quebranta: sino ellos? á do
anda la falacia y engaüo de la hipocresía? á dó es
perdídaia devoción masque en ellos ?• á do la poca
conciencia ? á dó el .poco tensar de Piós ? Cierto no
es en gente ningunamas que- en esti»ni tanto*
. ,, B idixo la R4zon,en U segunda casa (dó se
administra justicia) ¿ qué desordenanzas veí^^ ? El
Entendimiento responde: r.cierto también son tantas,
que yoAO sé comb la3 diga, Cá cierto, es, que ansi
como para el otro mundo aviamos de tomar enxem-
plodelos que avernos dicho ^ ansi en aqueste mun-
do aviamos de tomar cnxemplo é regimiento, de
aquestos. E si por orden quieres que diga las abo-
^ .rXEATT&a HlSTORICOtCRITICO 1 .
xninagionies quehje.Yistp eñ aquesta segunda casa:
VI la^i ^rson^ mas' altas fac^ las cosas por opinio-
nes vanas ^ por desordenados ié teniei-aríos favores:
e aver ma(§ liiígar es ejlosjas ítalas informaciones, é
facer eti e]ik)Sr^mayor/omprenta la credulidad ligo'a,
éfacdr actos. i^iCcmvciiicntesLá: los iestadps é dignida-
des suyas.- E vi que también daban beneficios por
naaleficios. como los primeroi,é tan desordenada-
mente. Y de que; bien miré toda la casa é todos sus
edificios- y ^ estados ; vi allí la - traycion , el engaño , é
la malquerencia iascondida^é la amistanza simulada,
é la ínvidia desventurada é triste* Allí las lisonjas,
que quasi todo era Heno : allí las mentiras quasi en
número infinito: allí las fallacias encubiertas : allí
los miedos é teñfiores tremulentos : allí las esperan^
zas vanas, é * locas fantásias é imaginaciones : allí Jas
perseoKiones maliciosas : allí los disfavores é burlas
excesivas é mxiy deshonestas ,.y >desgayres é corre^
duras fuera de toda mesura. Allí la codicia del di-
ñero no limitada : allí la vanagloria é jactancia pre-*
sumptuosas : allí el contender de igualdad con los
mayores:- allí la esclera de. hpnra infinita 4 allí tb*
dos los excesos é desordenanzas del mundo : allí el
sustentar de los ladrones é malfechores : allí del todo
la pugnicion de los ignorantes : allí el poner de las
leyes el primero quebrantar de aquellas : allí el lu-
gar de la justicia vacío, é limo de roberío : allí todo
lo que contradice á bien vivir*
DIB, tií XIOQUEVCIA ESPA96tA. ^í
' „ E cierto \í «ntrc ellos que todo el derecho
era tener mayor poderío , é toda la justicia era 'podti
menos. £ pensé- que ks leyes eran como las telara-
ñas , en las qualé$ caen las moscas, íé lá^ otras aves é
bestias rómpenlas é quiébranlas. £ sabio en nií co^
razón que los de la cíisa primera iu» engañaban por*
que decían que avia otrp inundo é no ctiraban dél^é
que era falsía ; é que ellos ansi lo entendían que era
burla ; cá en otra manera trabaxarian por averio. E
los déla casa segunda pensé que no¿ facían servir.
los,é complir sus leyes é obedecer sus mandamien-
tos por temor : .é que no* avía otra cosa que nacer é
morir, £ confirmóle en esta opinioiti(ni alma de que
vi él estado de todo el mundo ; é vi que lo que unos
alababan^ vituperaban otros ré lo que unos tenían
por sanctidadyOtros decían que era idolatría fé lo
que unos afirmaban verdad, otros lo improbaban y
contradecían por falsía ; é lo que cerca los unos era ^
alabado , cerca de los otros era vituperado ; é los unos
avían una cosa por lícita é honesta, é los otros decían
que aquella mesma exa prohibida é abominable. ^
„ Vi que todo era opiniones, todo persecucio-
nes, todo engaíios,todo mal vestades, todo abomina-
ciones , todo fé rompida, é todo amor de dinero, é
desordenanzas é vicios ,é sinrazones inumerables de
decir. £ no vi en la mar tantos géneros de peces ni
en la tierra tanta diversidad de anímales, ni en el
cielo tanto número de ^estr ellas, quantas especies é
9^ yi^AjriLO HI9TOKICO-CRITICO
snaner^ 'de- vivientes vi en solos los hombres. E
aquestp me ha (^afirmado é raygado en, el corazón
1q^ Ijopibres np ser fechos por fin alguna ; ci si algún
fin oviese para que fuesen fechos, fárian las obras
dirigidas á aquel fin «ansi como face el mercader i
la |;a^ancía. B veis aqui lo que me ha trahido en
esta opinión".
III.
JtíiK el capitulo III trata el autor de como la Razón
dixo el engaño de los hombres , y de donde se tomó
la flaqueza y la falsedad en el argüir.
,, Luego que el Entendimiento ceso de fablar,
la Razcm comenzó en aquesta manera : Dios é natu^
ra no facen ni ínunca han fecho cosa demasiada , ni ha
nacido cosa en natura de la qual no procedió causa
legítima é buena. Pues , como el hombre entre las
cosas engendrables é corruptibles tiene prinapal dig-
nidad y sennorio; abusión sería é grand vanid'ai^ que
confesásimos que las cosas menores é menos dignas
fuesen fechas por algún fin^é las mejores é mas ex-
celrates fuesen privadas de aquel. E por tanto, no
me parece razonable opinión de aquel que dice el
buey ó el caballo sean fechos por fin limitado é sabi-
do ; é el hombre sea fecho por caso é ventura. Mas
yo bien sé que face á los hombres venir en aques-,
u opinión dañada é abominable : que ellos no en-
DE t A* KLOQUENCTÁ ESPAÑOLA. pf
tienden que hay otros bienes sino' los que eUos tó^
noctn. £ son como^ el terciánarío quándo judga qué
las ¿osas dulces todas son amargas; É áiisi como el
que ;tlene isnfermédáiá de é]^tbli«lí^* eA Icis^ ojoá y ^^^
judga todas las cosas $er bláH!^^': áñsi acontece i'hi
Irombires por ^^áusa del apetito cbffüpta. ' «
• • ,, Pero el'f rímér'fiíndhmetttá-qtie qtíiéró qiíé
hsy;^,es que los hombres son fechos para alguíi ¿n^
énon son fechos por ningfuna 'de<hs^ cosas^ por< loát
hombres i:onp(;ídas>'pnik:ipalín6iitst ^É quiero inak
que sepas : qnKuhotpbre nuiló nir^güiió u^ púddit'^e^
cebir beneficio Jii cosa ídn|uiitft6ttl9iá^aiinq%i¿^t<í^pá>
iczca^d C9iitraiPÍo.-E 5dígOt¿ iñas^: que el fin^étbdíj?
los hombfesésf * iiito^fiñahncnte, átlh^üe las intéhelS?
Bes intevmediadttb k^'mucfaal^'ÁMi domoel'á^eW
Éicer los frctiost^e ks'&aballo&é kís' s^illas é téhUntúí^
é también di ar^sld hces k»T MÍ^s-éM^ zimi%>
puesto, ^pio te]^^.:muchap lincdaboMS^é Us 'fiHiMP
intermediados! seancdiyersosv todas esras artes íúh^m^
bordinadas á-U on^ miilmbrjéia^uéUa rer'suboíu
dkada á l^ibatatistbé aquesta ák^rictoria ; éla Vi^^
t^j^ja es catsaLdeoarredrardos^eneniigos é induciVIa^
pa? : 4 aqiJtpste éi el primoro^íiat'henrc^dido^lle laurel**
publica. . £ : aosi tmesniía te^ dígo^^que c ainxque 'decidí
hombres los-acíoí^íimdij^crs^s.ppr fines ánteurfio-'^
di^dqs , ála;postre todos se-rodup^ 4 uii fi» , que cr
bien, vivir, i Wcn- jpbrar : i JtpdtfStidweh que áqniest»
esja bisnavqjitvr^za. Cá ákcn «lÍ9Sjíí y^tdad;«ij>
j)4 ^^4T^9 HISXORICO-CIIITIGO
quel bu€n vevk c^ aquel que todas las cosas deseiid.'
£ ciejrto esqufiriodpsJQ^ hombres desean, aver bien
é fuír el mali é bq^ c^ cobdícáada .ní^giuia cosa
ppr ellos que joon sea buenaiO que.iio tenga algi^pa
espacie de bondad iapajente ó existente. ^
„ Para ayex aqueste bien, diteisíwwmte trabaxaa
los .hombres. Xosí unos por mar ^ ó « mercadeando y ó
robando, ó pesowdo : otros poí tierra i écn. labran-
zas fíQren ' arte&i;^ .^n . Q^íos.^ ó:cq diversas maneras
de yijrii^- 'E si :le?'4pf f giinía Jbonibíc V ¿qué les mueve
4^?c0|e.síe; trfibaxp? dic^A qijejquflíriají aver bíetif
Cji ;agsÍ5omp el entcpodiiqíento no escantento sino
^on.la^yerdad ; ansí 1^ .yoluntad xluncaí so:cfarta.sína
íop^la. bpndad i^é f pii ^ a»¿ ?sías aí^eo^o.:^! oir ^ ^má
nQn,cqinprebcn4feiS!ÍPc^la5 yoces;^-e k.vhta, que noa
coin.pKWnde:il<v>;]^$Ql(ti:es4 Ma¿ aquestos hombres
^fi.ü:a||g^9n todos, por a^tei; bienj^noñ entienden
«q9}$l l^en reducida ál particular ^^^pod sea. ' en una
jilítfism^^GijsxKis entienden qike na haj^ otro bien
sinp ^mer ;é beber 'jé: dorjbk. AxjpaestxDJs buscan ma*
n^jF^ é: ^tificip comDxomanébebcúkiémuchps de*
]^;{il^$^i$e faceiift^bardañes poncontier libremeñ^
ei},ca$a de loi g^ramlosiisemires'; i. B ttíixdtú^^ dé M
gcandes. 4^ dei los txi^sjbé^ aoomfKtSan at lói deseos é'
en }a& obras. Aquestos tdlé^sdtíiftfe^iores^ mas ba-
xos en k)s fines i ént>nníei:ecett>S^í ^contados en el
gra(fe.de:los demá&hóntbi^ls .*<i^oh dé aquellos de*
qirien fabtó la Sabidtiriaí ^ué sú Díós^es stí vientre.
PE X.A £XOQ.U^NCIA JSSPAÑOEA. ^J
: „ Otros hay qiie eotícodea que $^ bien é ra^per*
feccíon es en adulterio é disoluciones, raímales :.é
aqH0st<>s tal6$,t^(ÍQrg»«st^dáo é su.fin.é bienaüentu^
jr^ttzaies í:wi9 compMcer.álas mugeroiíé oomo les
parecerán t>icfii^é cofw ^vrw dinero^ i, para, dades.
Aq>u«si»^ muy pQ¿o.j.t:arrÍ6dran de b&'^pdmeros!.
Hay^ptros.qiiie entienden qt^a toda^ jsucfoieaafventu*
r^i^^ves te^iqff. gran, cantidad ile moaed» ó ihakípli^
car c^ ioífiftkp ;:j¿ jnuchos tak& no ga^riaip del 4:al
dífie]»i mangue d& jpoBcám '^genz. Bi^píéfi^^
la$ necésMad^ de Ja Vida.bé.inucho& deilos tales sá«
firéivíii^Uíríai é yituperips^ ¡d^AíJinr^tinfiaitas^^ roni^
peí). |i^ASl^9Ctí^ iiQoínietto ií^tiiddade$ ifánitá^ésodo
por dinero. £ aquestos mucho spn p^MCt qoffi Ips .
segundos ; é no son en n^e^s grado de vileza que
los primeros. Otros hay que toda su vida trabaxan
por 'Cttifeirien la gentes' pimiion qü^^sc^sábíoi^ó
íuert»,ó;.sandtos,ó-Menasí é nod-^ '<iufaii que
aquellas^.cos»^ sean vérdaieramcMe en elloisVsino^so-
lamente que hayan 4a fanta. E-por^ aqueste deseo
mucfaoa: han perecida : en él anundo ^ 6 per Mihipli-
car la til fama ea su&diasyo pm dcxarla-<lespuesdé
mueitoii. J&.aquestos sooB^mudio m^oresjque lóft que
aireaios'4ícho, puesto qúe!su deseo sea^v^no. Otros
trabaxan porque las gentes, los vean Hotirados ém
grand aparato: porquei piensan que la mejor cosa que
puedan ayer enceste mundos lahsoira.^ Eya jquán¿
tos m^k^on por averaq^fi^t^? .£. aiulque 4ste de^
JjjS .'TEATUO HlSTORtÉS^^RÍTlCO
«eo.sea vanó; ya es mejor^^tii^ iftinguiio de fost otros
tres pomems. < : '. . í: . . v
„ E: mira aqui : que , puesto^uc todo^-codician el
bien iqtiadtás' son las iiítendefecs en- e^o:que aun
liayi¿tréS''^é • piíerisafli que • 5%r 'grande¿ de-líñajé é$
la mejór-xosd qtoe avbf ptiediínv Otros : se^ gozan ^ue
sonnm^r graciosos de;palabra^';''6tros que ^aht;ín : é
4msi x3edas: etrasgracias.- Apuestos- ^r^^^ ^ümá los
hlcáes; quéinsoír conocidos ^buscados ^póar^'^ 'kótá-
bres^ éi.|M)r:a4ujestosisolQ son b^ se^uaxd la opi-
nión ; étcomtmmehte:^^6¿d;&i^4^ hom'breí Vi<:ióSOs ú
de •aquhlés'hticcn to^ lós' ¿rtúm qué tíe^ea. E
aquesta ká itiydo la causa «de la tu lí^jg^doa y
«q^inion daftad} ;•. -. f '^ '^'^ '"-' • ;• n.,oi^ri:t -.-
;l.^i J;:":: *.:rr r:;^ . ■ «,. uij» ^ful , , :;'^ ^ "..i^r^ - •!
JtIabxpA. dCiU^ pasiones [que vienen áJot jiombres
acqdeot^msnt^ Qpri Jas edades, y las..quj5,yiaictt
con IgS dignidades, y con los' oficios y e^sados. '•
- „ IjiÍucJk) estódio ts dcrtcncr ¿cdixo: la Razón , no
sojamfeai^xnilas pasic»ves > qué cons^ lar^n- ias^^eda-
des é los estados. Priffl«paiiientc la juventud trac
í»nsígo disolución cerca de Jas carnaKdadesí 'é ccxrpo-
\ rales concufoscencias . • . E son eso mesmp los^jóve^
nes Éacilmelltc^ movibles : ciansi como W humores
é la coiuplesion se mueve «uchas veces , ansí la vo-
luntad llores firme en prc^K^ftó mnguiíD , ante es mu-
1>E LA 1L0QIX£KCIA ESPAÑOLA. 97
' dable é Convertible á toda parte. Lo tercero creen
de ligero, é esto es por la poca esperiencia que han
aVido : é por tanto son -de ligero misericordiosos, é
son magnaniñios en el esperar é largos en el despen-
der. Y son también de fácil iracundos é contumelio*
sos: cá cobdician de sobre exceler á los otros ^pensan*
do que valen mas que lo que valen. £ también soa
muy porfiosos i que como creen muchas cosas , asi
con pertinacia las porfían : é por afirmar lo que no es
cierto, contéceles mentir muchas veces. £ después
de aquesto todos sus fechos son excesivos : que si
aman , aman mucho ; e si aborrecen , también abor-
recen mucho :é todos sus fechos son fuera de mesu-
ra. Mas comunmente son magiíanimos é benivolos é
vergonzosos : é algunas destas costumbres son lauda-
bles , é otras, vituperables.
„ También la edad de la vejez trae consigo ótraS'
' pasiones, de las quales algunas son contrarias a la vi^
da virtuosa. Primeramente son incrédulos : y esto es
porque muchas veces han scydo engañados. Lo se-
gundo son muy sospechosos , é todas las cosas inter-
pretan á la peor parte : é aquesto contece porque en
el mucho tiempo que vi vieron , ficieron muchos er*
rores.é oyeron é vieron muchos males : é mensuran
los otros segund ellos han scydo. Lo tercero son pu-^
silanimos é temerosos : é aquesto es por causa de la
frialdad, la qual es causa de temor ••• Lo quarto
son avarientos : cá no viven por esperanza de bien
TOAÍ. /• G
98 TEATRO HISTORICO-CRITICO
alguno en lo por venir ; mas viven en la memoria de
los males pasados , é ven que todo el mundo les fa*
Uece é los aborrece ; é piénsanse por aquesta manera
conservar. Después son inverecundos, é desvergon-
zados : porque mas cobdician lo útil que lo honesto.
£ mas tienen algunas costumbres otras que son bue-
nas : esto es, que se refrenan de algunas concupis-
cencias é viven tempradamente : é no afirman las co-
sas dubdosas yé son misericordiosos.
„ Hay otras costumbres que traen consigo Ips
linages: ansí como los fijos de los nobles é grande^,
que destempradamente aman la honra ; por lo qual
aborrecen muchas veces á los padres é i las madres
por pujar en aquella honra. Mas tienen otras bue-
nas propiedades : que son magnificos, é magnánimos^
liberales, ingeniosos, corteses, y amigables : é aques-
to viene por la buena complesion de naturaleza, é
nudrimiento. Hay otras malas costumbres, que tie-
nen los ricos , con viene á saber, sobervios, contume-
liosos , vanagloriosos , é despectibles : é aquesto es
porque piensan que ticaen todos los bienes del mun-
do, é que son mas excelentes que los otros : é por
tanto menosprecian en su corazón á los que no son
tan ricos ,no obstante que los tales sean mas virtuo-
sos é mas nobles que ellos ...
P£ LA £LOQUCNClA ESPAÑOLA. 99
V.'
X^ESPUES de haber enumerado las virtudes, y re-
ducídolas á las quatro cardinales , prudencia , justicia,
fortaleza,y templanza; salen estas a hablar con el En-
tendimiento, cada una por ^ su orden, y empiézala
pintura de la Prudencia de esta suerte:
„ Era la Prudencia vestida del paño é del trage
é vestiduras de las otras hermanas ; porque por ven-
tura si sobre excediera, cayera en odio de las otras,
y no traía apaf ato menor por no venir en menospre-
cio : tal era el vestido qual convenia á la edad , y al
estado , y al tiempo. Tenia acutisimo el entendimien-
to , y grand aplicación á lo particular ; y eso mismo
tenia grand memoria de lo pasado, é grand provi-
dencia en lo por venir : cá avia visto muchas espe-
riencias en el mundo , é avia fecho conclusiones a las
contingentes cosas. El Entendimiento le rogó que
por merced , pues ella era la principal que las pasio-
nes moderaba , que le quisiese dar algunas informa-
ciones de la vida.
„ La Prudencia respondió : qualquier que qui-
siere ser mi amigo, ha de seguir las reglas siguien-
tes :=^ Ha de examinar por consejo lo que ha de fe-
cer : é si él bien entendiere , no perderá nada por de:
mandar consejo á otros : cá muchas veces ocurra í
un simple lo que non ocurre á un sabio : é ¡quinto
Q2
JOO TEATRO HISTOmCO-CllITlCO
mas ha menester consejo el que no sabe ? sií No se
mover por información dubdosa ni por credulidad
ligera : cá muchos facen por las semejantes cosas de
que se arrepienten :=4 Las cosas de la fortunaos!
quiere gozar dellas^que non las tenga ansí como
suyas y y que esté presto á las perder ; mas quando
las toviere,non las guarde ansicomo agenas;:^ £1
que quiera ser prudente , ha menester que non sea
solitario , mas que sea conforme al tiempo é á la gen-
te :c¿ en otra manera yerna á murmuración, é á
perseguirlo, é aborrecerlo. Y si non se pudiere con
toda gente conformar el corazón, conforme la cara
si la platica es necesaria :=:; No difinir ni determinar
en mala parte las cosas dubdosas :=s No afirmar re*
cío la cosa no esperimentada ; cá toda cosa verisem-
blante no es verdadera : ansí como toda piedra que
parece preciosa y.no es preciosa ;=) Tener memoria
de las cosas y esperiencias ; cá en las cosas contin-
gentes y electivas, como diferencien las cosas pasa-
das é por venir, é las unas se parecen á las otras,
bueno es tomar castigo en cabeza del lobo :=? Te-
ner prudencia en las cosas por venir : é todas las co;*
sas que son posibles, imaginar que serán. £1 quc
tiene estado , riquezas , ó fijos , piense que los puede
perder : cá loco es el que entra en la mar , é non con-
sidera que ha de pasar alguna fortuna : é ansí non
yema al tal hombre cosa súbita que le faga mal
^venturado ; cá los dardos que veemos venir, poco
PE^ LA XLOQUE»CIA ESPAiroiA, lOI
peligro hay en ellos. Quando fallaren los comien-
zos , imaginen los fines ^3 Non comiencen las? cosas
si non se pueden acabar sinon á grand danno o de«
ficultadjsi el su valor no exceda en infinito de los
tales trabaros : maseá algunas ha de perseverar por-
que las comenzóle porque non parezca mudable ; é
otras no comenzar , en las quales el perseverar es da-
ñoso :iA- Sus opinioncís «^^njuicios en que. conven-
gan los: hombres raiaonables : cá imprudencia es afir^
mar opinión , é que pocos convengan de los que han
razón ::3 Los pensamientos vanos é deficultosos 6
quasi ' imposibles , arriédrelós dé sí ,.cá locura ^sería
imaginar el buey que >V4)laría: é ts^ grande^ería
que pensase la gallina que podria arar ó levar el car-
ro. El pensamiento ha de cowenir con la posibilidad
é con la conveniencia de la persona ; y el ottd es pa-
red en el ayre sin fundamentóle yervas qúcnohaii
rayces* Dcve hombre pensar $egundieltien^>ül ca-
so y el modo ; é non segimd su sueño : cáüíl^dcdb
no es tm gordo como parece en el espejo de acero»
E por tanto hay un espejo , que es el de la razón , y
otro que es el de la imaginación fantástica ó dílusi*
^a :=2 La palabra del prudente , ó amoneste /ó ense-
ñe, ó alegre en tal manera, que non sfca. vano k
Alabarás* tcmpradamcnte,é no tornes i vituperar
al que fuertemente has alabado, cá significaría en tí
mal conocimiento ; ó si el prudente engañar no quie*
re, engañado no puede ser. Ha principio alabar tem-
^3
102 \ TBATltO HlSTOHICO-CRiTICO
pradamente,inas vituperar muy mas atemprado :cá
con la una se suele mezclar la lisonja , é con la otra
la invidia c::: El testimonio sea dado i la verdad, é
nunca á la amistad: prometer oon consideración, é
dar mas de lo prometido ;=: Busca lo que puedes
fallar : deprende lo que puedes saber : comienza lo
que puedes acabar : sube donde 'non sea' peligroso el
estar 6 el descender: entra donde puedes salir.. Aque-
llo desea que non sea • vefgiienza publicarlo :=í Es
de tener medio en las acciones: cá lo que á uno facer
es cordura, á otro es grand ignorancia : é lo que á
uno es largueza é virtud'^ a otro es exceso é prodi-
galidad ;ié lo^que es en! un tiempo virtud ^.en otro
es vifeÍQ. ; ;• '■'■> ('
;, El qué quiere ser prüdertte, debe elegir con
quJM toma antistanza I é debe tener muchos afables
á \6sc}q[JBÚpi^ícsL beniyolo. Mísímüj de ser pocos los
intiiócwrysccristós: é tarde sefallañ amigos ftelesque
durbnffiuerauétla proisperidad. E el que quisiere ser
prudcmb,tdevc sepelir en su corazón las palabras, de
las quales ¡él 50I0 esiestigó. Vana es la condición de
los hombreé f que quieren que lo que ellos callar non
pueden ccaí imprudencia ^ que lo. callen los otros pru-
dentemente ^ Y en clí buscar de las honores ha de
aver. grand prudcnciarque muchos buscando las pi-
erden é deseándolas mnioderadámente . . •
DE X.A SI.OQ.UENCIA ESPAÑOLA. I03
VI.
Acabando de hablar la Prudencia, que dio tan
discretos y saludables consejos al Entendimiento pa-
ra el gobierno y regla en las acciones de los hom*
bres; se levantó la Justicia, y tomando la palabra^
habló al Entendimiento de esta manera:
„ i Cóñíd ya en el mundo después que salí del?
é en especial las leyes cómo se guardan? A aquesto
respondió el Entendimiento : guardan las leyes aque-
llos que temen ; é los que no temen quebrántanlas.
Dixo la Justicia ¿cómo va en el executar de la jus-
ticia ? £1 Entendimiento respondió : no hay medio
ninguno, ó todo lo perdonan con misericordia, ó to-
do lo punen con crueldad. E los que allegan á la
justiciaré la administran , ¿ qué hombres son ? Res-
pondió el Entendimiento : tantas son las leyes y los
entendimientos , que non está el derecho sinon en sus
falacias é allegaciones engañosas ... Mas hay tan ma-
la para el mundo, dixo la Justicia, que quando avía
trece leyes^, moraba yo entre los sabidorcs dellas ; y
mas me desterró del mundo la multitud de las leyes
que non la tiraniá de los tiranos, ni la disolución de
la gente. E dixo mas : veamos á lo menos en la hon-
ra como se han : ¿ honran á los virtuosos é á los bue-
nos? Responde el Entendimiento : toda la virtud é
todo el bien de la gente es convertido en tener dine-
G4
I ©4* • TKATJIO HISTORICO-CRITICO :
ros ,y aquellos honran, c aquellos siguen, ¿ aquellos
aman. Respondiendo , dixo Ta Justicia: ¡ ay tristes de-»
U6¿! que dan beneficio por maleficio ! . .
„ E dixo mas la Justicia : ansi como la prudeñ**
cia es directiva del entendimiento , ansi yo soy tieiii'
.ficativa de la voluntad : cá non aprovecharia nada
entender aquello que conviene, si la voluntad no
amase aquello-mesmo, Y aquel amor de la cosa bue-
na é verdadera es llamado justicia ; y muchos facen
las obras de jbonibre justo, é non son justos : porque
les fallece aquel amorío é conformidad de voluntad*
Y ¿qué cosa es justicia, sinon una tácita é secreta *
convención é ligamiento de natura fallada en adjuc-
torio de muchos , y un vínculo de la humana amis-
tad é compañia ? • • • Mas el principio de ser justi-
ciero un hombre muy familiar, es el amor de Dios
glorioso ; y si le amares, parecerle has en aquesto,
que aprovecharás á los qye puedes , y no dañarás á
ninguno. Non está la justicia en las palabras de k
ley : cá los actos de los hombres infinitos son ,é non
se pudieron comprehender de yuso una regla cierta;
pero yo moro en la voluntad constante , y conforma^
da con la recta é derechurera razón.
„ Algunas cosas castigarás porque en sí son malas;
las otras porque dan enxemplo é causa de maldad : y
después pensar que donde quiera que traten^ de la
verdad , que has fecho juramento por defender aque-
lia : cá aquesta es la ley de la virtud ... Si contecie-
I
DI tA BLOQUENCIA ESP AIRÓLA. loj
re que la fidelidad se redima con mentira ;yá en»
tonces no es mentira : y los injustos son. vencidos de
los males y é los males son vencidos del justo. Y el
que quiere ser justo , non ha de ser inclinado por la
reverencia de la persona, ni por la multitud de los
dones, ni por la violencia de los amigos ,ni por el te-
mor de los potentes. Mas el justo ha de ser tan duro
que parezca cruel é á todos aterrezca ; é parezca tan
feroce, que despoje la buena condición. Ni ha de ser
tan blando , que non le tema ninguno : (^á entre es*
tos dos extremos viciosos está el medio de la virtud •
' £1 que justo es ,él mesmo es regla é balanza é me-
dida á donde conviene é a lo que conviene : y de las
honores tome lo que es convenible á su estado ó ma-
nos por miedo del error . . . Universalmcnte en to-
das las cosas el justo guarda el medio. £ ¿^ué pien-
sas tu que son los reynos , si no hay justicia en ellos,
sino tiranías é ladronicios é homicidios ?
^ „ £ dixo. mas la Justicia : acuérdate siempre que
el mi principio es amor é temor de JDios : cá non so*
lamente Dios dio é ayudó a aquellos que lo amaban
é creían en él verdaderamente ; mas aun ayudó á
aquellos que tenian la religión de los ídolos : é por
el contrario destruía á aquellos que contra los tales
se facian tiranos; ¿Y piensas tu por ventura, que si
yo o viera estado en el mundo , que Júpiter oviera
espelido á su padre Saturno del reyno ? ó se oviera
seguido la gran batalla de Creta ? O ¿ piensas que la
I06 tlATRO HISTOmCO-CRITICO
cobdicia de los dos hermanos oviefan destruido la áh^
dad de TJiebas ? £ Y crees que ovicra seydo desray^
gada la nobleza de Troya ? ¿ Y crees que Alcixandre
ovíera dannado^ las ultramarinas tierras ? ó que An-
nibal tan cruelmente oviera destruido á Morviedro?
6 que Hércoles/que filé mucho primero que aques-
ta ^ oviera robado los ganados de Giríon? ó que
£néas oviera prendido la esposa de Turno ? ó que
los Romanos ovieran sojudgado tan injustamente las
naciones ? ni -comenzado las primeras africanas bata-
llas ? ... . Non ovicra mal particular m universal en
é[ mundo: cí si los hombres fueran justos , ficieran
aquello que quisieren que les ficiesen • . .
VIL
JLfVtGo que ceso de hablar la Justicia, como se
acaba de oir arriba, comenzó á razonar la Fortaleza}
a cuyos píes yacía un gran león s y ella aunque de-
Kcada de cuerpo ,t^a el corazón muy fuerte. y ro-
busto. Y pregunto al Entendimiento lo siguiente:
„ i Cómo va en el mundo de fortaleza en pug-
nar por la virtud é morir por aquella ? y pugnar
por la vida de las cosas honestaste destroir las cosas
inhonestas é malas ? Dixo el Entendimiento : en el
mundo* se hallan hombres fuertes en uña de seis ma-
neras. Unos son fuertes civiles, que pugnan por la
honra é por la vergüenza entre aquellos que son
DE LA EIOQÜENCIA. ESPASOtA. I07
cognocidos, porque vecn que los fuertes son honra-
dos , é los temerosos son increpados. Otros son fuer-
tes por temor,ansi como los que facen pelear en el
mar por fuerza. Otros tienen fortaleza mEitar,esto
es , que . ya, tienen el arte de batallar : ansi como los
que entran en el agua confiándose en el arte de na-
dar. La quarta fortaleza es furiosa : que ínuchos con
saña facen cosas que son judgadas fuertes. Otros son
fuertes -por costumbre , que por ventura han seydo
en muchas batallaste se han ávido muy bien en
ellas : é con aquella confianza cometen las cosas ar-
duas. Otros tienen fortaleza bestial , non sabiendo la
fuerra de su adversario ...
„ Respondió la Fortaleza : los primeros que pe-
lean por la honra ó por la vergüenza , semejantes son
a los virtuosos ; mas ellos non lo son del t¿do;cá
muchos dellos son fuertes donde los conocen , que
serian temerosos donde fuesen ignotos* Los segun-
dos que por temor son fuertes , peores son que aques-
tos : cá h virtud ha de ser libre é con amor , y no
ha de ser constreñida ni temerosa. La tercera, que
es del arte militar , non es propia fortaleza : comun-
mente tales son los caballeros stípendiarios é alonga-
dos : é aquestos quando veen los grandes peligros,
foyen. E ya vimos los civiles aturar mas que aques-
tos en los tales peligros. Los quartos,de la furia, non
son verdaderos fiíértes , antes son audaces : é comun-
mente los tales facen como las estopas , que luego se
lo8 TEATXO HISTOAICO-CHITÍCO
encienden, é luego son muertas . . . Los quintos, de
la esperiencia,non son verdaderos fuertes : porque
la virtud de la fortaleza es firme en el corazón, y
no es al caso encomendada ni a la fortuna. Los ser-
tos non son fuertes ; antes son como bestias , porque
non preveen con quien han contienda : pues la for*
taleza verdadera es un medio entre la audacia y el
temor. Y la mayor fortaleza que pueda ser en d
hombre, é la mayor tranquilidad para vevir bien
-aventurado , es vencer ansi mesmo é sujudgar las pa*
siones : ci ¿qué monta á un hombre aver sujudgado
los indios é los mediterráneos septentrionales, y ser
vencido de la ira é de Jas otras pasiones ? Pues Ii
primera fortaleza es supeditar é enseñorear la3 pa-
•siones propias : é grand virtud es non ser hombre
vencido de las cosas tristes , ni ser mudado por los
infortunios ó adversidades ; pero mayor fortaleza es
c mayor virtud tener la rienda y el freno de no se
alterar en las prosperidades : cá mas fácilmente vea-
ce al hombre la buena fortuna que la mala ...
„ £1 magnánimo escoge de morir por la virtud:
é mas quiere la honesta muerte que la deshonesta é
vituperable vida : al qual , si vive , se siguen las hon-
,ras é la faina, que son premios de la virtud : y si
' muriere,, ha reposo en la otra vida é fama en aques-
te mundo . . , Cá no emprende de facer sino aque-
llas cosas que la prudencia manda ; y aconseja las
que la justicia endereza , y lo que la grandeza d^l
DE LA ÍLOQUENCIA ISPASoLA. Í69Í
córazoa é virtud de fortaleza quiere^ t aquesta es
grand parte de la bienaventuranza del hombre . . »
VIII.
Acabado el razonamiento de la Fortaleza, tomó
la palabra. la Templanza; y después de haberle he-
cho varias qüestiones al Entendimiento sobre la in-
temperancia y desarreglo en los apetitos de los hom-
bres, entre otros consejos, acabó su plática con los
siguientes avisos :
. „ No trabaxes como allegues riquezas supér-
fluas, que son causa de tristezas é trabaxos ; mas tra-
baxa como no seas mendigo ni puesto en necesidad
grande : que la pobreza extrema aborrecida es de la
condición humana. £ ansi,seyendo 'contento de lo
tuyo,no avrás invidia ni procurarás lo ageno. No
fuyas todas las delectaciones como insensible é rus-
tico, ni las persigas ansi como intemperado. De hs
palabras torpes abstenerte has : cá el su uso intem-
perancia engendra. Ama las palabras honestas é ver-
daderas mas que apartadas é afeytadas : mira lo que
4ices é la n^anera del decir. Lo que sabes enséñalo
lin jactancia ; é lo que no sabes, confiésalo sin ver-
güenza . • . Guárdate de lísongeros , ni quieras por
lisonjas merecer la amistad de ninguno. Guárdate de
la compañia de los viles : alégrate quando desplaces
á los malos ; y piensa que es tan malo alabarte los
no TSÁTJIO HISTORICO^CRITICO
torpes como si te alabasen de torpeza. Amostrarás
de grado: reprehenderás con paciencia. Non seas au-
daz nín presumtuoso. Si alguno te reprehende de-
bidamente , piensa que aprovechó ; si indebidamente,
sabe que pensó aprovechar, Fuye los tus vicios, é
non seas curioso inquiridor de los ágenos, ni áspero
reprehendedor. Al que yerra perdona de grado. No
ensalces sobre mesura á ninguno, ni lo abaxes ... Al
que te llama, óyele, é respóndele de grado: al que
contiende déxalo luego. No seas modesto en las pla-
zas , é intemperado en tu casa. Scy movible é non
ligero :sey constante, é no pertinaz ó porfióse A
todo hombre serás igual. No menospreciarás á los
menores con sobervia , ni temerás á los mayores con
la rectitud de la vida ... A todos sey benigno ; á
pocos familiar, no á ninguno doblado. Sey mas pro-
fundo en el juicio que aparente en la palabra: y me-
jor en la vida que en la cara. Sey amador de la cle-
mencia, c perseguidor de la crueldad. No seas sem-
brador de tu£^ma,ni detrahedor de la agena:no
creas las suspiciones ni los crimines , ni las nuevas va-
nas. Sey tardo á la ira,é á la misericordia fácil :en
las adversidades firme, y en las prosperidades cauto é
humilde. Sey honrador de las virtudes ; séanlo otros
de los vicios • , ,
I>£ LA ELOQUENCIA £SPAÑOLA. II í
FERNÁN PÉREZ DE GXTZMAN.
-tiSTE noble caballero, Señor de Bátres, del Conse-
jo del Rey, fué hijo de Pedro Suarez de Guzman,
Notario mayor de Andalucía, y de Doña Elvira de
Ayála, hermana de D. Pedro López de Ayáia el cé-
lebre Coronista. Fernán Pérez de Guzman fué uno
de aquellos personages ilustres que en el siglo xv
unieron al exercicio de las armas el estudio de las
ciencias. Se halló con el Rey Don Juan el Segundo
en la batalla que ganó á los Moros en 143 1 ^ llama-
da vulgarmente de la Higueru^Ia ¡syrvicnio con sus
gentes en la capitanía de su primo D. Gutierre de
Toledo Obispo de Palencia. Vuelto el Rey á Casti-
lla mandó prender á este caballero por sospechas , co-
mo primo de aqyel Prelado, de ser cómplice en los
tratos que á este se achacaron de ayudar los desig-
mos de los Reyes de Aragón y de Navarra ; pero no
habiendo salido verdaderos los cargos que se hacian
al principal , se puso en libertad á Fernán Pérez.
Desde entonces no hay noticia de que este caballero
se hubiese hallado en otra acción militar, ni de que
se mezclase en las turbaciones que destruían el rey-
no : pues aunque de sus escritos se colige que era
enemigo del Condestable D. Alvaro de Luna, y que
IÍ2 ÍEATItO HISTORICO-CRITICO
mentía mal del valimiento, ó por mejor decir, de! pre-
dominio que tenia sobre el Rey ; se ve igualmente
que reprobaba la conducta y las intenciones de los
Infantes y Grandes, que solicitaban por medios vio-
lentos apartar al Condestable del mando y de la cqr-
te. Parece que abonando ambos partidos , stf retiró
forzado ó despechado á su lugar de Bátres , por cuya
causa no se halló en la batalla de Olmedo dé 1445.
Es de creer que desde entonces pasó la mayor
parte de su vida en aquel retiro, donde, aprovechán-
dose del ocio de su casa, se entregó enteramente á la
lectura de libros sagrados y devotos ,á la historia, y
á la filosofía moral, en cuyos estudios se colige tuvo
por director á D. Alonso de Cartagena Obispo de
Burgos , como U da á entender el mismo Fernán Pé-
rez en las coplas que hizo á la muerte de tan insig-
ne Prelado. En vida fué muy celebrado por sus com-
posiciones poéticas : entre las quales,las que han
merecido mayor y mas justo aplauso, son las Sete-
cientas cofias de bien wwr, impresas en Lisboa en
1564. Sin embargo, lo que le ha dado mas á conocer
á la posteridad , son sus obras en prosa, que se redu-
cen á la Compilación de la Crónica de D. Juan el
Segundo yy al libro de las Generaciones y Semblan^
zas. Pero como en esta ultima se reconoce clara-
mente níayor mérito asi por el pensamiento, de que
no habia exemplar en Castilla, como por la execu-
cion i de esta hemos entresacado los ma^ curiosos y
J>E LA ILOiJÜBNCIA ES^AÍíOtA. IÍ3
clegwtés'pasages^|tír*;á«: Una idea mas Verdadeíi
dd estilo del autor. £í^ iobra la ^síaibié mixl año
1450 ,:qúaiid<) wo iiQ. Sie^jttfcgabA, <?<E)a J* .^iifidenri»
ni con los informes nf^^^^rips de los 4)^i^^ Sí^^^
tenderla CrónicOír; pero después mudo de^dictamem
y ya que no la es(;ri^i^$e;9rigina^inent§9 compila
ordenó lo que otro$ cronistas habian esQ:ito¿.y abr^
viandolo difuso, y a$adi^Q(lo las C9sas y4Q9^m,€,nf
tos que IC: parecieron . opnducente^ , la., ti^^^ en I4
fornia^ íft que. de ordea de Car|ps y la, publicó el
• Dqqi;^ JLprenzo (^^lijií^z -^ jd^t . Carb^jal^colggíg&tjp
por apéndice el libro de las Generaciones y Sem-
blanzas,quc son por otro nombre unas relaciones
histojisgs ; y n^or?Jes de >§ílinageí ,,)(,^ai-a.st<jtef ^'d^
los íeyc^yrperscmagqs jtlxf^e^ que 4ía»i5Ó^.jida^
En aipbas obí-as, y particularmj^e^gn ^s^nfj
racionen que vamos^. trasladar^piata con valentia y
cntírgíisJ&rt.^síilo'cqngisp y nervioso ^,,^3^0 con
la yiyi??%4e;«pre?íoií^s.^n;«pr,d^
lengua^ca^tellana á mfdiado^delw^k,^^ f5?;;Sff ^f
dfi.í»»iWí5nía y jrayfdíii4§ I? ^}^^^Sl5SÁ^. 5^JRf 7
rar de,^ toí^i spnsilis? , ^^m^^^?^ ^Wié^ ^!"^.^^
nobles y ilibres. Se cojaqce, quexompiiso ^^t^ol^i-a e^
sttrretirp con ia imparcíal severidad de,, pnJSlosofp
que ña disimuladlos :V:icips qua^do encarece las .yir:
tudes de algunos per^owge^ que hicieron papel en
su tiempo ••'^ cuyos retratosrí sinr^xar de spr.natu- ^
rales i^sc. divisan alguna vez señales de un. corazón
TOM. I. ' H
114 T£ATSO HISTORICO-CRITICO
desazonado que no tenía muy buena opinioii del de
los demás hombres: bien que se debe creer que i
un cortesano ccmio él la texperiencia le habría dado
sobrados ttioiiros para su riguroso juicio. Su ener-
gía y concisión no dañan a la noble sencillez conque
sostiene sUHcaracter,y mucho menos á la propiedad
y elegancia tlel lenguage , que lo preservó de aque-
llas inversiones y resabios de latinismo que afectaban
<:asi todos tes escritores que llamaban entonces sabios,
y que querían parecerlo maS desfigurando íU propio
idioma;por apartarse del modo dDmun de hablar.
• : J-. • . r' '.J -.1 .'. i.: V'ivj : •. ' ^ . '• .
hj^ eí' prólogo habla dé la verdad que debe Cons-
tituir ' la ^üíttoriaiy de qúan • reprejiensibtó' ióñ lo»
cromitas que refieren patrañas! ó maravillásV ^•
' „ Muchas' veces acáeíequé las corómató'4 his-
toríá's;;4uÍ*i&íá6lan dc^los'^tíderoscí$ íéyc¿^é^táblcí
pririíipé? ¿'grandes cibdades-,^oñ ávidas per' tofpe-
chosas é" iÜ€Íertas,é le ¿s' Üada jpóca fé é autoridad:
lo quaí , entré' 'ótrás catisás , acaece é vierie< por dos»
X-aprinferá, porque dgunos que se etítíiemeteíi de
escrebir é notarlas antigüedades^ son hombres de po-
ca vergüenza ; é ma$ les place relatar cosas estrañas
é maravillosas, que verdaderas é ciertas, creyendo
que no será ávida por notable la historia que no con-
tare cosas muy grandes y graves de creer ; ansi que
PE LA ELOQÜENCIA ESPAÑOLA. IIJ
sean mas dignas de maravilla que de fe . •> Si por
falsar un- contrato de pequeña quantía de moneda,
merece el escribano gran pena j quáhto mas di colo-
nista que falsifica los notables é memorables hechos,
dando fama y renombre í los qué no lo merecieron,
6 tirándola á los que con grandes peligros áti sus
personas y expensas de sus haciendas^ en deli^nsion
de su ley é;ser<vici6 de.su rey ^éauctoridad de su re-
pública é honor de su linage;hicieron notables he-
chos^ De losqtrales ovo muchos que mas lo hicieron
porque su fama é nombre quedase daro é glotíoso
en las historias, que porla utíKdid é provecho que
^ello se les^podria seguir, aunque grande fuese. Y
ansí U> hallará quiea las historias romanas leyerc^que
-ovo- muchos principes -romanos^ que i de ^us glrandes
é notables hechos nademand^nn premio ni gal;»r-
don ni riquéias^^liro el renofíibre o título dd a^-
Jla provincia que vencfaíi^ conquistaban, ansi como
tres Cipiones é dos Mételos »é otros muchosJ Bues
tales como estos que no q^uerian sino fama ,1a qual
se conserva ¿ gu^«ú:da' en laslf^^ras, $í'e;st9s letras sOn
mentirosas é: faUas ¿ qué aprqy^j^oi. aqu€|Uo$ nobles
é valientes híínibces todo s^ (rabaxo., pues quedaron
frustrados é vacíos de-^su-buen^seo , y privados del
fin de sus merecimientos , que 0s fama I** é^ Pues la
buena famii quinto al ihrindo e$ verdadero préqiio
é galardón de los que viven y virtuósanienite pore^i^
trabaxan;sl esta fuña sé escribe corrupta já Q^^ntlrp-
H2 '
Il6 TEATKO HISTOmCO-CRITICO
sa y en vano é por demás trabaxan los magníficos re-
yes é principes en hacer guerras é conquistas, y en
ser justicieros^ é liberales y clementes,. que por ven-
. tura. los hace mas nobles é dignos de fama y gloria
que las victorias é conquistas ; ansimismo los valien'
tes 6 virtuosos cavalleros que todo su e$t6dio esL exer-
citarse en lealt:a)d de^sus reyes , en defensión de la pa-
tria, é^ buena 4imistad.de sus amigosyé.para esto no
dübdan los gastos lii temen las muertes ;é otrosi los
grandes sabios y letrados ,j que con gran cura é diü-
geiKÍa ordenan é componen libros ^ansi para impu-
nar 'los hereges; cbmocjpara acrficentdr h íé «en los
chrístianas^^é.pára.9C6rckar la justiciaré dar bui^nas
doctrinas morales :• todos estos ¿qué fruto repor^-
riaa.d^ tantoá trabaxo$,hacíendoí«ñ'VÍ^tttQSosa2i|Qs
y tan :utilésr:á la rrepública^si la fama fuese 4 ellQS
-ncgadaiy atr¿buida<álo& jiegligentes^á los in^i^^s ^
viles ^segun d alwedifio dcrlofiLtdles,no historiador^
maá trufadores f; ; ; . -li.: L < . - .
■ ,. ...■.::•. ÍI-. ...... ■■..-: --■ .
En- el capfttító ségiiüdóS hábláhdb del Rey de Gas-
tilla 'D. 'Henriqué 4ii ¡ llamado -el enfeímo , pinta su
constitución corporal y tnorál de esta manera :
„ Quandó llegó &^lo^ Sqz é siete aik>s , uvo mu-
chas y graneas enfermedades que le enflaquecieron
el cüerp<>,é le daftaron la complexión ,é por consi-
guiente se le. dandé afeó el semblante, no quedaur
a>E LA ELOQUENCIA ISPAÑOLA. II7
do en el primero parecer : é aun le fueron catís^ de.
grandes alteraciones en la condición : cá con el tra*
baxo é la aflicción de la luenga enfermedad ^hízose
mucho triste y enojoso. Era muy grave de ver é de
muy áspera conversación, ansi que la mayor parte
del tiempo estaba solo é malenconioso : é al juicio de
muchos, si lo causábala enfermedad ó sn natural
condición , mas declinaba á liviandad que i graveza
ni madureza. Pero aunque la discreción tanta no fue*
se,avia algunas condiciones con que trahia su ha-
cienda bien ordenada é su reyno razonablemente re-
gido : cá él presumia de sí que era suficiente para
regir é gobernar; E como á los reyes menos seso y es-
fuerzo les basta para regir que á otros hombres^ por-
que de muchos sabios pueden aver consejo , é su
poder es tan grande, especialmente de los Reyes de
Castilla , que con poca hombredad que tengan , serán
muy temidos , tanto que ellos hayan presumcioh é no
se dexen gobernar de otros ; ansi él fué muy temi-
do. E junto con e^to él era muy apartado ; cá ansi
como la mucha familiaridad é llaneza causa menos-
precio, ansi el apartamiento é la poca conversación
hace al principe ser temido. El avia gran vpluntad
de ordenar su hacienda y crecer sus rentas, é tener
el reyno en justicia : é qualquier hombre que. se da
mucho á una cosa, necesario es que alcance algo de-
Ua; quanto mas el rey , que nunca le fallecen bue-
nos ministros é oficiales para aquel oficio en que él
H3
Il8 TEATRO HTSTORICO-CMTICO
se deleyta. .. Lo que negar no se puede , alcanzó
discreción para conocer y elegir buenas personas pa-
ra el su consejo : lo qual no es pequeña virtud para
el principe".
III.
Habíanlo del Infante D. Fernando de Castilla,
llamado de Antequera ^qac después fué Rey de
Aragón y pinta su carácter y sus prendas*
„ Fué príncipe muy hermoso de gesto, sosega-
do, é benigno, casto y honesto, muy católico y de-
voto christíano : la habla vagarosa é floxa ; é aun en
todos ^us autos era tardío é vagaroso : tanto pacien-
te é sofi:ido,que parecía que no avia en el turba-
ción de saña ni de ira. Pero fué principe de gran dis-
creción, y que siempre hizo sus hechos con bueno é
maduro consejo. A los que le sirvieron fué asaz fran*
co. Pero entre todas sus virtudes, las que mas fue-
ron en él de loar, fueron la grande humildad é obe-
diencia que siempre guardó al Rey su hermano, é la
lealtad é amor que ovo al Rey D. Juan su hijo - . .
£ como quiera que por algunos Grandes del reyno
fiíese tentado é requerido , que pues el Rey su her-
mano por ser apasionado (enfermizo) no podia bien
regir é gobernar , que él tomase la carga de la gober-
nación ; nunca lo quiso hacer , dexando á la voluntad
é disposición de N. S. ansí el regimiento del reyno
DE I.A BtOQRENCIA ESPASOLA. II9
como lo que i su persona tocaba : queriendo mases-
psrar el remedio que Dios daría en lo uno y en lo
otro, que no la provisión que éí pudiera hacer.la
qual fuexa con escándalo é rigor. Eaiisi N. S. ,que
muchas ,veccs,aun en este mundo, responde á las
buenas, voluntades , catando la humildad é inocen-
cia de este principe , guardóle de la sospecha de su
hermano. E aquella gobernación del reyno,que él
lio aceptó quando inoportunamente é á sin raion le
era ofrecida ; diógela con voluntad del Rey é placer
de todo él Reyno: que, como dicho es^el Rey su
hermano á su fin le dcxó por tutor.del Rey su hijo, é
regidor de sus reynos: claro exemplo y noble doctn-
na,en que todos los principes que son.cn subjeccion
é señorío de los reyes, como en un espejó se deben
mirar, porque con avaricia é cobdicia desordenada
de regir é mandar ni de otra utüidad propia no se
entremetan de turbar ni ocupar el señprio real.m
moverse contra él ; mas con toda obediencia élcalr.
tad estar só aquel yugo en que Dios los puso".
IV.
Habiaudo del Condestable de Castill«DonRuy
López de Avalos.que murió en I4a8,de esta suer-
te cucnu sus costumbres y su adversa fortuna.
„ Su comienzo fué de pequeño estado : hombre
de buen cuerpo y de buen gesto , muy alegre é gra-
H4
126 TEATUO HISTÓAICO-CMTICO
cíóso,'é de aifaigaj^fe conversación : muy csfofzado y
de gran frabaxo en las guerras-í ásáz cuerdo é dis-
creto tía razón breve é corta, pero buena é atenta-
da : muy sofrido^é «n ¿ospecba; Pero como en el
mundo no hay hombre sin tacha, no ftié franco : y
apiádale mucho oir astrólogos, que es yferro en que
muchos Grandes se en^an, Fué bien quisto del
Rey p„ Juan ; pero con el Rey D. Enrique su hijo,
ovootanta' gracia é alcanzó tanta- privanza con él,
que un tiempo todos los hecho del reyno eran en su
mano. . . Hizo en la guerra de Portugal notables
autos de? cabáUerias ; pero después por mezcla de al-
gunos qué mal lo querían , é porque comunmente los
teyes desde que 4!on hombres desaman los que quan-
do niños los apoderaron, fué ansi apartado del Rey,
é puesto en gran indignación suya, que fué ^erz^
de perder el estado é la persona ... La causa de que
él fué acusado es,qúc trataba con el Rey de Gra-
nada en deservicio del .Rey : lo qual fué malicia é
falsedad; porque aquel su secretario, que por con-
sejo de algunos hizo las cartas falsas, quando foé
muerto por justicia, confesó ser falsedad publica-
mente, y manifestó quien avia hecho los sellos fal-
sos ... E ánsi el malo padeció muerte por dicha fal-
sedad 5 pero el inocente no fué restituida De lo qual
parece que.m-^s por cóbdicir de sus bienes que por
zelo de hacer justicia, fué contra él procedido i gra-
cias á la avaricia que en Castilla es entrada y la poca
DB LA ELOOüEtlrClA iSPÁtÓZK. 121
fé, lanzando dclla vcrgüoffza y Conciencia ;cá hoy
no tiene enemigos el que es-malo sino ei <jue es tmiy
tico. Aqui podemos dedr, ¿quién te mató? señor,
dikOylo mío**.
V.
Jlaablakdo de Don Gonzalo Nuñez de Guzman
Maestre de Calatrava , que murió en 1404 , dice de
su liriage y bondad de caballero lo siguiente :
„ El Rey de Persia tenia un libro <ie los servi-
cios que eran hechos, é de los galardones que por
ellos dieron/ E sin^dubda eran notables autos é dig- (
nos de loar , guardar larmemoria de los nobles linages
é de los servicios hechos á los reyes é á la república:
de la qual poca cuenta se hace en Castilla. Y a decir
verdad , es poco necesario ; cá en este tiempo aquel es
mas noble que es mas rico ; pues ¿ para qué catare-
mos el libro d^ los linages, cá en la riqueza hallaré-^
mos la nobleza dellos ? Otrosi los servicios no es ne-
cesario de se escrebir para memoria : cá los reyes no
dan galardón á quien mejor sirve , ni á quien mas vir-
tuosamente obra ; sino á quien mas les sigue la vo-
luntad é les complace • . . Y volviendo al proposito,
filé este Maestre de muy gran fuerza: ovóse muy
bien en las armas : hombre corto de razón : muy ale-
gre é de gran compaÜia con los suyos ; cá famas sabía
estar solo sino entre todos los suyos. Fué muy fran-
122 . TJEATItO. HISTOmCO-CaiTlCO
co , pero no ordenadamente sino á voluntad : ansi que
se podía llamar pródigo. E á mi ver; este extremo
de prodigalidad) aunque sea vicioso, es mejor é me-
nos malo que el de avaricia ; porque de los grandes
dones del pródigo se aprovechan muchos, é mues-
tran grandeza de corazón. Fué este Maestre mucho
disoluto acerca de mugeres. £ ansi con tales virtu*
des é vicios alcanzó muy grande esti^do , y gran fx"
ma é. renómbrele uvo en su compañía grandes hom-
bres".
VI.
JCjJH el capítulo xiv pinta el carácter y las condi*
ciones de Don Juan Alonso de Guzman Conde de
Niebla^ que murió en el año 1394.
1 I :^j I I
„ Fué muy cortés é mesurando, é tanto llano é
igual á todos , que amenguaba su estado en ello ; pe-
ro en esta condición de la gente común ,quc nunca
miran mucho adentro, era mucho amado. En Sevi*
Ha y en su tierra, después del señorío real, no conos-
cian a otro sino á él. Fué muy franco , é mucho aco-
gedor de los buenos, pero no entremetido en las
cortes , ni en los palacios de los reyes : ni fué hombre
que por regir é valer se trabaxase mucho, sino en dar-
se á vida alegre é deleytable. Algunos le razonaron
por de poco esfuerzo. E ansi con estas tachas é vir-
tudes ,é principalmente por la gran dulzura é benig-
PE ¿A EXOQJJENCIA ESPAÑOLA. 1x3
nidad de su condición, é por la franqueza é liberali-
dad que ovo, fué muy amado : é no es maravilla, cá
estas dos virtudes, clemencia é franqueza, son muy
amigables á la natura, ¿ sujplen grandes defectos'^
VIL
JCiN el capítulo xvt , hablando de^D. Lorenzo Sua-
rez de Figueroa Maestre ¿t la Orden de Santiago f
pinta ^u genio y carácter de esta manera :
„ Fué muy callado, de pocas palabras, pero de
buoi seso é buen entendimiento, é de gran regimien*
to é regla en su casa é hacienda , é por eso de algu*»
nos era ávido por escaso é cobdicioso ; pero aquello
que él daba era en tal manera, que la forma suplía
el defecto de la materia , porque era luego dado en
dineros contados é muy sec;:etamente,que son autos
que honran é afeytan mucho los dones ^é los hacen
mas graciosos ; cá con tales maneras el que lo recibe
no toma trabaxo, y el que lo da muestra no querer
vanagloria. De su esfuerzo nupca oí, salvo que .en
las guerras era diligente é de buena ordenanza, lo
qual no podia ser esfuerzo*^
/
1 24 TEATRO HÍSTOUICO-CRITICO
VIIL
hjN el capítulo XXIII retrata á Diego Hernández
de Quiñones, sobrino del Adelantado del Reyno de
León, el qual murió en el año 1444.
„ De Diego Hernández de Quiñones se hace
aqui mención, ansi por su estado é persona, como por-
que alcanzó en este mundo aquellorque muy pocos
alcanzaron, que es, gran prosperidad sin aver gran-
des infortunios ni tribulaciones . . . Si es veídad que
una de las cosas en que la buena fortuna del hombre
sé parece, es aver buena mujger;por cierto este ovo
esta gracia : cá ella fué una de las honestas dueñas de
su tiempo , de la qual ovo él segundo bien , que fiíc-
íon quatro hijos buenos caballeros, y seis hijas que
siguieron bien el exemplo de su madre en bondad c
honestidad • . . Murió de edad de setenta y cinco
años, de dolencia natural, muerte pacífica é sosega-
da :1o qual se nota aqui, porque, según la vida de
los hombres es llena de trabaxos é tribulaciones, é
jpor la lúayor parte no hay alguno , especialmente del
que mucho vive, que no vea muchas cosas adversas
é contrarias ; este caballero fué ansi bien aventurado,
que nunca sintió adversidad de la fortuna.
3>£ LA £I.OQU£HCIA.£SPAÑOI.A. 12^
IX.
JUiK d capituló XXIV haUá de D. Pedro Manrique
.Adelantado de León , que murió en d año de 14^0.
^y Fué hombre de gran corazoa^asáz esforzado.
Algunos lo razonaban por boUiciosofé ambicioso de
mandar é regir. Yo no lo sé cierto; 'pero si id fiíé, no
lo avria á maravilla : porque todos los^que se sieok
ten dispuestos é suficientes á alguna obra é auto^su
propia vlrtudios punge élesrinmlaiaLexercítar é úsa^
ddlo : ca apenas verá el hondnre á> alguno bien disr
puestoiun oficid.que áo sejddeyte en lo 'usar. £
. ansí este^ granó caballero ^ porqt¿ . sü^ gran, discreción
era bastaiite & regir é gobernar , vedado ün^ tiéinpé
taa conliiso é'J^an suelto J¡qu6quiefl^mastomabaidb
las cosa» mas: laVia dellas,.no¿eS'ihucfao de mavavi^
llar sí se entrcmetiar ca c\k>í lÁ Verdad es esta /^de
en ÚGOforiiiá Eey.D. JuanteLSégiindo^eii'el^}^
ovo grandes é diversos mudamientos^ no fué alguiíb
en que .él no JiieiBe : no por ' deservir, al Rey. n¿'pc&-
curar daño del ceyno , mas por valer é aver poder:
de lo qual mncchas vecesíse siguen escándalos y ma-
les. Eansi ett tales autos pasó por diversas fortunas
prosperas é adversas : cá algunas veces ovo gran lu-
gar en elregiiniento del reynQ,>é'acrescdntd su casa
y estado; y Otras veces pjasó por grandes tiíabaxo»s,ca
íuéunavezdcsterrado^féotra wiepreso*^. h ,
J28 XíATRO HISTC^ICO-CKITíCO í
Jl/n ct capituló xxx;^n habla de la cxcjíí iva privan-
za y poder del Condestable á^ Castilla Don Alvaro
de Luáá icárea: «del Rey D^ Joan el Segiwdo.
.''-.; r.,..
y^ Tantay tan singular fué la ¿sp^aqui? 0I Rey
hÍ20 dd'Goiidestable^é tan^grañd^ é tan excesiva su
potenciáis q^e^ apenas rSC'lKxltfijsabér de [ningún, rejf
p prin^ipe.qiiKmuyrtemidd^éobbdecidoTuese. eai SU
reynoi^u^^as lo fiieserqm él en Ca^úUat^ni qiie
mas libi'^i*9nte oyiese la goberioacipn^y el regimiea-
to..« . ;A tanto se extendió sii poderle tantcr ^.¿ncor
gÍQ lá.virt«d'delReyrq*áÉTdeLm^yor;oficí^ d«l rey-
09: hp^)^ k.mas pequeña inerced^muy ^xx^s llega:
ban^.á la demandar al Re^y, ni' le haiciw gracias della;
mas al Condestable. se deinandabá^e á else r^^a^ ,
cidiba,;.-. £ncioa^lu^op son: aqui de notar do^ Builr
tos m\xy¡v^amiÜ9^.:d |viiai«i:p^uiiiReyí:comunat
meHt^aji;^[kii^.^n:mu0^ íaosas yjé s^r de ti}dp pw^
toi neglig^ue é remiso! en i¿ ^bemacion d^ su Rey-
no i uq ;l^ ; mi^Viéndcr jurjestimulándo áu ello! la - discre-
ción^ ni -las experidiciásjdeí^iGdios trahEosbs'quepa'-
só <» las «caotieadas ié ret^eltás que ovo ¿& sü Rey-
np^^ ni lasaónohestaciPnes é avlsamiemos de GriHides,
caballeros y é religiosos que dello le hablaba» ;jni :1o
que es mas , la inclinación natural pudo en él aver
tanto vigor é fuerza, que de todo punto, sin ningún
DE LA ELOQUENCIA «PAÑOLA. líi^
medio, no se sometiese á Wotácamzz y consejo del
Condestable con mas obediencia que nunca tin hijo
humilde lo fué i padre , ni 41a obediente religioso, á
su Abad ó Prior ... £1 segundo punto , que íin ca^-
ballero sin parientes, y con tan pobre comr^uro^^n
Reyno tan- grande,é donde tantos é tan poderosos
Caballeros avia , y en tiempo de * un Key tan poco
obedecido é* temido , óvicsc tan singular poder.- Cá^
puesto que queramos decir, que «esto era en Aíirtuá
del Rey ¿ cómo podia dar poder á otro el q^e pafa ií
nO' lo tenia? ¿ó cómo es obedecido el lugarteniente^
quando el que lo'pone en su lugar no halla obedien^
cia? Verdaderamente yo cuido' que desto no se pe-
diese dar clara razón , salvo si la diere aquel que hizo
la condición del Rey tan estraña; Ni se puede, dar
jrazon del poder del Condestable : que yo no $é quál
de estas dos cosas ¿s de maydr admiración ,ó la Qxm*
didon del Rey , ó el poder del Condestable. Y ene!
'^ tíenripo de este Rey D. Juan d Segundo acaecieron
en Castilla muchos autos, mas grandes y estraños que
buenos ni dignos de memoria, ui utíles ni provecho-
sos al Reyno. Cá a^ fué, que iiusente de est^ vida
el Rey D. Femando de Aragón , por consigjaieñtie se
ausentaron del Reyno de Castilla la paz é la concqr^
dia . . .
„ £1 miércoles de las ochavas dePasqua florida^
queriendo Nucstío Señor hacer obra nueva, el dia
qué debía ser resurrección, fué pasión del dicho Cogí
130 TEATRO HISTORICO-CRITICO
destable. Con gran .admiración équasi increíble á to*
do él Re5mo , el Rey lo mandó prender á D. Alvaro
de Stúñiga,que fué después Conde de P]asencia,é
tomó lo que allí halló ; é partiendo de Burgos, lle-
vólo consigo á Valladolid,é hízolo poner en Porti-
llo en fierro, en una jaula dé madera. ¿Qué pode^
mós aqui decir, sino obedecer y temer los escuros
juicios de Dios sin alguna interpretación , que un
Rey , que hasta los quarenta y siete años fué en po-
der de este Condestable con tan grandisima pacien-
cia é obediencia que solamente el semblante no mo-
via contra él, ¿que ahora súpitamente con.tan gran-
de rigor le hiciese prender é poner en fierro ? £ aun
es de notar aqui que aquellos Principes Reales, el
Rey de Navarra y el Infante D. Enrique, con acuer-
do é favor de todos los Grandes del reyno, muchas
veces se trabaxaron de lo apartar del Rey y destruir-
lo ; é no solamente no lo acabaron , más todos los mas
dellos se perdieron en aquella demanda: por ventu-
ra porque se mdviaa,no con intención buena, más
con interese. £ si queremos decir que el Rey hizo
esta obra, parece al cozttrario ; porque muerto el
Condestable, el Rey se quedó en aquella misma rC"
misión y negligencia que primero : ni hizo auto al-
guno de virtud ni fortaleza en que se mostrase mas
ser hombre que prinaero. £ ansí resta que debamos
creer que esta filé obra de solo Dios, que según la
Escritura, él solo hace grandes maravillas ... Fué
Pfi LA StOQUENCIA ESPAKOLA. I3I
llevado de Portillo á Valladolid,é allí publicamen-
te y en forma de justiciable fué cortada la cabeza en
la plaza publica. A la qual muerte, según se dice»
él se dispuso á la sofrir más esforzada que devota-
mente ; cá, según los autos que aquel dia hizo é las
palabras que dixo, mas pertenecían á fama que á de-
voción".
12
13a TEATRO HISTORICO-CAltlCO
FERNANDO DEL PULGAR.
Jte&nanbo del Pulgar, Secretario y Consejero de
los Reyes Católicos, y su Cronista, fué natural del
Rcyno de Toledo , quedando en opiniones el verda-
dero lugar de su nacimiento entre la ciudad de este
nombre y el lugar de Pulgar , de donde pudo él
tomar el suyo. Aunque se ignora la calidad de sus
padres j su educación y sus estudios, consta que se
crió en la corte de los Reyes D. Juan el Segundo y
D. Henrique Quarto, donde conoció y comunicó á
muchos Prelados y Caballeros, cuyas vidas se pro-
puso escribir. Reynando Henrique iv era ya perso-
na de crédito y consideración : y es de presumir que
en los últimos años de este reynado tenia ya el em-
pleo de Secretario, y que con él empezase á servir
á los Reyes Católicos inmediatamente que subieron
al solio, quienes le encargaron algunas comisiones, y
entre otras, un viage á la corte de Francia. Vuelto
á Castilla, y después de haber residido en la corte
como Consejero , se retiró á su casa huyendo de las
pretensiones é inquietudes de los palaciegos. De allí
fué llamado de orden de la Reyna en 1482 para es'
cribir la Crónica de los Reyes, que estaban á la sa-
zón ^n Andalucía j y desde entonces se puede tener
por cierto que la siguió Pulgar constantemente en
DE LA ELOQÜÍNCIA ESPAÑOLA. I33
SUS TÍage$,y en sus expediciones : y asi pudo escri-*
bir como testigo ocular de la mayor parte de los he-
chos, que solo alcanzan hasta la toma de Granada
en el año ^1492.
Pero la obra de Pulgar mas apreciable por su
estilo, son los Claros Varones de Castilla ^y sus
Cartas dirigidas á la Reyna y á otros grandes pex-
sonages. En efecto su estflo es vivo, conciso, é inge-
nioso sin agudezas. En él reluce una grandeza sin
pompa, y una cultura sin afectación ; desaparece el
arte á la vista de su noble sencillez. No hay voces
superfinas ni reflexiones inútiles : la locución es rá-
pida y donosa , mas siempre valiente asi para decir lo
bueno como lo malo. Pinta de un rasgo, pues nunca
retoca lo que ima vez sale de su pluma. Podemos
decir que es el escritor castellano de su tiempo que
díxo las cosas mas serias con mayor delicadeza, y las
mas importantes con mayor elegancia. Dibuxa con
pincel fuerte los caractetes ; mas sin lisonja ni acri-
monia ; y los contrastes de que usa oportunamente,
nacidos mas bien de las cosas que de las palabras, son
el claro oscuro para dar realce a sus pinturas. El jui-
cio domina en estos dos escritos, y particularmente en
las Cartas , donde campea mas franqueza y libertad,
sin faltarles la copia de discretas y saludables, máxi-
mas politicas y morales con que sazona la filosofía
de sus consejos y reflexiones. Estos dos escritos de
Pulgar enseñan á conocer los hombres mas que la
13
134 TEATRO HISTORICO-GRITICO
mayor parte de nuestras historias juntas. De estas
dos obras hemos escogido algunos pasages, donde
campea mas filosofía en los pensamientos y mas ele-
gancia y gala en la expresión. La primera edición do
los Oaros Varones se hizo después de la muerte del
autor, en Sevilla en 1500, incluyendo algunas de
sus Cartas. Pero la impresión completa de esta se
hizo en Alcalá en 1528. Aqui seguimos la corecti-
sima que se publicó en Madrid en 1775.
I.
-L iTULO I de los Claros Varones ^cn que habla del
Rey D.Henrique iv de Castilla que mtirió en 1474.
„ Este Rey , seyendo Principe , estovo en la ciu-
dad de Segovia apartado del Rey su padre los mas
dias de su menor edad , en los quales se dio á algu-
nos deleytes que la mocedad suele demandar, y la
honestidad debe negar. Fito hábito dellos ; porque
ni la edad flaca los sabía refrenar , ni la libertad que
tenia los sofria castigar • . . Era hombre piadoso ,é
no tenia ánimo de facer mal , ni ver padecer á ningu-
no : é tan humano era, que con dificultad mandaba
executar la justicia criminal ; y en la execucion de la
cevil^y en las otras cosas necesarias á la gobernación
de sus reynos, algunas veces era negligente, é con
dificultad entendia en cosa agena de su delectación,
porque el apetito le señoreaba la razón. No se vido
1>E LA ElOQUENCIA ESPAÑOLA. 1 35
en él jamás punto de sobervia ni en dicho ni en fe^
cho^ni por cobdicia de aver grandes. senarios le vie-
ron facer cosa fea ni deshonesta : e si algunas veces
avia ira, durábale poco, y n0 le señoreaba tanto que
dañase á él ni á otro . . . Era gran músico, é tenia
buena gracia en cantar é mer een hablar cosas ge-
nerales ; pero en la execucion de las particulares é
necesarias, algunas veces era flaco, porque ocupaba
su pensamiento en aquellos deléytes de que estaba
acostumbrado, los quales impiden el oficio dé la pru-
dencia á qualquier que dellos esté ocupado. £ cier-
tamente vemos algunos hombres hablar muy bien,
loando generalmente las virtudes é vituperando los
vicios Ir pero quando se les ofrece caso particular que
les toque, entonces, vencidos del interese ó del de-
leyte,no han lugar de permanecer en la virtud que
loaron, ni resistir al vicio que vituperaron . . .
„ Los Reyes comarcanos temian tanto su grand
poder , que ninguno osaba facer el contrarío de su vo-
luntad , é todas las cosas le acarreaba la fortuna como
él las quería, é algunas mucho mej.or délo que pen^
saba,como suele facer á los bien afortunados : é los
de sus reynos,todo aquel tiempo que esto vieron en
su obediencia, gozaban de paz é de los otros bienes
que della se sigueii. Fenecidos los diez años prime-
ros de su señorío, la fortuna, envidiosa de los gran-
des estados , mudó como suele la cara próspera , é co-
menzó á mostrar la adversa. De la qual mudanza
14
136 . TEATHO HISTOMCO-CMTICO .
muchos veo quexarsc , y á mi ver sin causa : porque
segund pienso, allí hay mudanza de prosperidad
donde ^ay corrupción de costumbres. . •
„ En' esta división (de los dos vandos quando
fué proclamado por un partido el Infante D. Alon-
so^ se despertó la cobdicia,é creció la avaricia, ca-
yó-la justicia , é señoreó la fuerza j reynó la rapiña, é
disol víóseJa luxuria , é ovo mayor lugar la cruel ten-
tación de la sobervia. que la humilde persuasión de
la obediencia, é las costumbres por la mayor parte
fueron corrompidas é disolutas ; de tal manera, que
muchos, olvidada la leakad é amor que debían á su
Rey é a su tierra ,é siguiendo sus intereses particu-
lares ,. dejaron caer el bien general de tal forma, que
el general y el particular perecia. E Nuestro Señor,
que algunas veces permite males en las tierras gene-
ralmente, para que cada uno sea punido particular-
mente segund la medida de su yerro , permitió que
oviese tantas guerras en todo el rey no ,que ninguno
puede decir ser eximido de los males que dellas se
siguieron : y especialmente aquellos, que fueron cau-
sa de las principiar se vieron en tales peligros, que
quisieran dexar gran parte de lo que primero tenían»
con seguridad de lo que les quedase ; é ser ya sali-
dos dejas alteraciones que á fin de acrecentar sus es-
tados invOTtaron : é asi quisieron* saber con la verda-
dera experiencia lo que no les dexó ccMtiocer la ciega
cobdida. E por cierto asi acaece , que los hombres
DE XA EIOQÜENCIA ESPAÑOLA. 1 37
antes que sientan el mal futuro , non conocen elbien
presente ; pero quando se ven envueltos en las nece-
sidades peligrosas, en que su desordenada cobdicia
los mete , entonces querrían é no pueden facer aque-
llo que con menor daño pudieran Haber fecHo**.
;IL
± iTüxo II de los Claros Varones^ en que se hablan
del Almirante de Castilla D^Fadirique Henriquez.;
' „ Fué caballero esforzado , é hombre de tan gran-
de corazón , que osadamente cometía muchas vega-
das su persona y estado á los golpes de la fortuna por
la coHsertacion de sus parientes , é por adquirir para
sí honra é reputación. . . Era franco é liberal, é siem-
pre propuso la cobdicia de guardar tesoros á la glo-
ria que sentía en los gastar para aver honra. Era
hombre impaciente , é no podía buenamente tolerar
las cosas que le parecían excesivas é contrarías a la ra-
zón , é reprehendíalas con algún rigor ... En la ba-
talla de Olmedo (1442) , como quier que este Al-
mirante fué vencido del Maestre de Santiago su ene-
migo ; pero no le falleció áninío en la hora de! infor-
tunio, é con fuerza de razones que dixo al que le
prendió , le puso en libertad. Y fueron tomados to-
dos sus bienes , y él anduvQ desterrado del reyno^
sintiendo aquel grave sentimiento que el vencido
siente .veyendo su enemigo vencedor. Sufrió; este
138 TSATRO HISTO&ICO-CRITICO
caballero sus pérdidas con igual cara, é ninguna fuei«
za de la fortuna le abaxó la fuerza de su corazón.
,, Loan los historiadores romanos por varón de
grand ánimo á Catón porque se mató , non pudiendo
con paciencia sofrir la victoria de Cesar su enemigo:
é no sé yo por cierto que mayor crueldad le ficiera
el Cesar de la que él mismo se fizo ; porque , repug-
nando á natura é al común deseo de los hombres, fi«
zo en su persona lo que todos aborrecen facer en la
agena. £ adornan su muerte diciendo que murió
por aver libertad : é ciertamente no puedo entender
qué libertad puede aver para sí ni para dar á otro
el hombre muerto. Asi que, como haya grande ra-
toñ para loar su vida, no veo que la haya para loar
su muerte : porque anticiparse ninguno á desatar
aquel conjuntísimo é natural atamiento que el áni-
ma tiene con el cuerpo , temiendo que otro le desate,
cosa es mas para aborrecer que para loar. No se ma-
ta el marinero en la fortuna antes que le mate la for-
tuna ; ni el cercado se da la muerte por medio de la
servidumbre del cercador. A todos sostiene la espe-
ranza que no pudo sostener á Catón ; el qual si tu-
vo ánimo para sofrir los bienes de la prosperidad , é
no los males de la fortuna ; con mayor razón pode-
mos loar á este Almirante : porque aquel pareció en
su muerte tan flaco que no pudo sofrir sus males ; y
este pareció en su vida tan fuerte, que tuvo espe-
ranza de cobrar sus bienes , aunque se vido desterra-
DS LA ELOQUINCIA ESPAÑOLA. I 39
do é vencido, é á su enemigo prospero é vencedor:
parque aquel es dicho varón magnánimo , que su-
friendo la mala , sabe buscar la buena fortuna ...
„ En estos tiempos de adversidades que por es-
te caballero pasaron, conoció bien la lucha continua
que entre sí tienen el trabaxo de la una parte y el de-
Icyte de la otra.^ E como quier que el uno ó el otro
vencen á veces , pero ningimo dellos dura en el ven-
cimiento luengamente ; al fin, haciendo el tiempo las
mudanzas que suele , é los amigos é servidores las
obras que deben, rodeó Dios las cosas de tal mane-
ra , que tornó á Castilla ; é recobró todos sus bienes
é patrimonio , é ovo lugar de lo acrecentar , é fué res-
tituido en la gran estimación que primero estaba, é
murió lleno de dias en gran prosperidad . é •
III-
X iTULo III de los Claros Varones, en que se ha-
bla de Don Pedro Fernandez de Velasco Conde dé
Haro,que murió de edad de setenta años.
„ Era hombre agudo é de buen .entendimiento^
Vivió en los tiempos del Rey D. Juan el Segundo
é del Rey D. Enrique Quarto su fijo. En su juven-
tud la edad lozana é no aun madura, ni experimen-
tada en los inconvenientes que acaecen en la vida, le
indudíó que se juntase en parcialidades con otros
Grandes del reyno sus parientes, é repugnase la vo-x
I40 TEATRO HISTORICO-CRITICO
luntad é afición grande que el Rey D. Juan mostra-
ba en obras y en palabras á algunos privados : é por
esta causa estuvo algún tiempo en la indignación del
Rey ,é padeció algunos infortunios. E como acaece
algunas veces que las adversidades dan al hombre
mayor doctrina para ser cauto, que las prosperida--
des para ser templado, este caballero despertó en la
adversidad su buen entendimiento , é conoció como
dende en adelante viviese con mas seguridad , é me-
nos peligro . . .
„ Era varón inclinado a la paz ,¿ enemigo de la
discordia , é gran zelador del bien público , en la go-
bernación del qual le placía gastar el tiempo y el tra-
baxo. Loan los historiadores romanos a Bruto Cón-
sul romano, que mató sus hijos porque contra el bien
publico de Roma trataban de reducir al Rey Tar-
quino , é dicen que la gran cobdicia de loor venció
al amor nattitral. E alega Virgilio que cosa fué infe-
lice ; é si infelice,no sé como la infelicidad debe ser
loada, ni qué loor puede conseguir aquel que re-
pugna la natura é contraría la razón ? Podemos bien
creer que este Cónsul ,si lo hizo con ira, fué mal ; j
si con deliberación, peor : porque de muchos gober-
nadores castellanos 4eemos,que no matando sus hi-
jos, más temjplando sus pasiones , supieron muy bien
gobernar sus tierras é provincias . . .
D£ LA EJCOQUENCIA ESPAKOLA. I4I
IV.
Titulo iv de los Claros Varones, en que se habla
de Don Iñigo López de Mendoza Marqués de San^
tillana , y Conde dd Real de Manzanares.
„ Era hombre agudo é discreto , é de tan gran
corazón ) que ni las grandes cosas le alteraban, ni en
las pequeñas le placía entender. En la continencia de
su persona é en el razonar de fabla mostraba ser hom-
bre generoso, é magnánimo. Pablaba muy bien^é
nunca le oían decir palabra ^que no fuese -de notar,
quien para dotrina , quien para placer. Era cortés, ^
honrador de todos los que a el venían, especialmente
de los hombres de ciencia. . . Como fué en edad que
cónoíció ser defraudado en su patrimonio y la necesi-
dad , que despierta el buen entendimiento , é el co-?
razón grande , que no dexa caer sus cosas, le ficieron
poner tal diligencia , que veces por justicia , veces
por las armas , recobró todos sus bienes . . . Era ca*.
ballero esforzado, é ante de lafacienda cuerdo é tem*
piado, é puesto en ella era ardid é osado ;é ni su
osadía era sin tiento , ni en su cordura se mezcló ja-
más punto de cobardía . • • Gobernaba asimismo con
grand prudencia las gentes de armas de su capitanía,
é sabía ser con ellos señor é compañero. E ni era al-
tivo con el señorio , ni raéz en la compañía; porque
dentro de sí tenia una humildad que le facía amigo
I4« .TIATEO HISTORICO-CKITICO
de Dios , é fuera guardaba tal autoridad , que le £si-
cia estimado entre los hombres ... £ guardando su
continencia con graciosa liberalidad, las gentes de su
capitanía le amaban ; é temiendo de le enojar ^ no sa?
lian de su orden en las batallas ...
,^ Loan muchas de las historias romanas el caso
de Manlio Torquato . ; . que vim'endo su £jo como
vencedor á se presentar con los despojos del vencido
ante el Cónsul su padreóle fizo atareé contra vo-
luntad de toda la hueste romana le mandó degollar^
porque fuese exemplo a otros ^ que no osasen ir con-
tra los mandamientos de su capitán . . . Dura debie-
ra ser por cierto é muy pertinaz la rebelión de los
romanos, pues tan cruel exemplo les era necesario
para que fuesen obedientes á su capitaneé por cier-
to yo no sé qué mayor venganza pudo aver el pa-
di;e del latino vencido» de la que le dio el padre
del latino vencedor . . . Bien podemos decir que fi-
zo este capitán crueldad digna de memoria, pero no
doctrina digna de exemplo, ni mucho menos digna
de loor : pues los mismos loadores dicen que fué tris*
te por la muerte del fijo,é aborrecido de la juven-
tud romana todo el tiempo de su vida:é no puedo
entender cómo el triste aborrecido puede ser loado.
„ Este claro varón en las huestes que gobernó»
con mayor loor por cierto é mejor exemplo de doc-
trina se puede facer memoria del ; pues sin matar
fijo ni facer crueldad inhumana, más con la autoridad
BS LA XLOQ.VENCIA ESPAÑOLA. X43
de SU persona é no con el miedo de su cuchillo » go-
bernó sus gentes , amado de todos , é no odioso á nm*
guno . . • Tenia gran fama é claro renombre en miu
chos reynosiuera de España ; pero reputaba mujr
mucho mas la estimación entre los sabios que la fa^
ma entre los muchos. £ porque muchas veces ve-*
mos responder la condición de los hombres á su com-
plexión, é tener siniestras inclinaciones aquellos quo
no tienen buenas complexiones s podemos sin duda
creer que este caballero fué en grand cargo á Dios
por le aver compuesto la natura de tan igual com*
pl^on,que fué hábil para recebir todo uso de vir*
tud 9 é refrenar sin gr^nd pena qualquier tentación
de pecado^^
V.
A iTüLo V de los Claros Varones jCn que se habla
de D.Femando Alvarez de Toledo Conde de Alva.
^y Era de linage noble de los antiguos caballeros
de aquella ciudad, hombre de buen cuerpo é de fer-
mesa disposición, gracioso é palaciano en sus fablasr
Era de buen entendimiento é caballero esforzado;
Fizo notables hazañas en servicio de Dios é del Rey,
é con amor de su patria é deseo de su honra . . . Du*
ró aquella priesa (filé im rencuentro que tuvo con
los moros junto a Málaga) por espacio de tres horas,
en las quales murieron é fiíeron feridos muchos de
t44 TEATRO HISTOMCO-CHITICO
la una parte é de la otra. E aL fin el Conde , vbta
ya su gente en lugar seguro , (^avalgó 4 caballo , é sa-
lió él é los que con él estaban por pura fuerza de
armas é de corazón, de aquel grand peligro en que
la fortuna le avia metido. Y ciertamente vemos pot
experiencia, que asi como el miedo derriba al cobar^.
de, asi pone ánimo al hombre esfcx'zado : é como db
acometer y el durar en las lides son dos actos perte-
necientes a la virtud de la fortaleza, é para el aco-
meter sea necesaria la ira é para el durar en la obra
convenga tener buen tiento; por cierto las claras haza-
ñas deste caballero nos mostraron que tuvo gracia sin-
gular para usar de lo uno y de lo otro, de cada cosa en
sus tiempos. Esta hazaña fizo este Condecen la qual
nos dio a conocer que la virtud de la fortaleza no se
muestra en guerrear lo flaco , mas parece en resistir
lo fuerte ; é que tuvo tan buen ánimo para no ser
vencido, como buena fortuna para ser vencedor ....
VI.
X ITULO VI de los Claros Varones , en que habla
de D. Juan Pacheco, Marqués de Villena é Maes-
tre de Santiago.
„ Fablaba con buena gracia é abundancia en rav
zones ,sin prolixidad de palabras : temblábale un po-
co la voz por enfermedad accidental é no por defec-
to natural. En la edad de mozo tuvo seso é auto-
BEtA EI.OQUENCIA ESPAÑOJLA. 14 J
ridad de viejo. Era hombre esencial, é no curaba
de apariencias ni de cerimonias infladas . . . Tenia la
agudeza tan viva^.que á pocas razones conocia las
condiciones é los fines de los hombres : é dando a ca-
da uno esperanza de sus deseos , alcanzaba muchas
vecesrlo que él deseaba. Tenia tan grand sufrimien-
to, que ni palabra áspera que le dixei^n le movia,
ni novedad de negocio que oyese le alteraba : y en
el mayor discrimen de las cosas tenia mejor arbitrio
para las entender é remediar. Era hombre que con
madura deliberación determinaba lo que avia de
facer , é no forzaba el tiempo, mas forzaba á sí mismo
esperando tiempo para lo facer . . . Tovo algunos
amigos de loí que la próspera fortuna suele traer: to-
vo asimismo muchos contrarios de los que la envidia
de los bienes suele criar . . . No era varón de ven-
ganzas, ni perdia tjempo ni pensamiento en las se-
gjuir. Decia él que todo hombre que piensa en ven-
garse , antes atormenta á sí que daña al contrario.
Perdonaba ligeramente , y era piadoso en la execu-
cion de la justicia criminal ; porque pensaba ser mas
aceptable á Dios la grand misericordia que le extre-
ma justicia . . . No quiero negar que como hombre
humano este caballero no toviese vicios como los
otros hombres; pero puédese bien creer, que si la
flaqueza de su humanidad no los podia resistir, la
fuerza de su prudencia los sabía disimular . . .
TO^f. I. K
146 TEATRO HlSTORICO-CRITICa-
VIL
A iTüio IX de los Claros Varones , en que se habla
de D. Diego Hurtado de Mendoza Duque del In-
fantado , y Marqués de Santillana.
„ Fué tan perseverante, en la virtud de la cons-
tancia, que por ningún interese jamás le vieron facer
mudanza de aquello que una vez asentaba de facer:
y esta virtud se experimentó en él, porque no dcxó
de seguir la via del Rey D. Enrique, aunque en ella
ovo algunos siniestros, é se vido en grandes discríme-
nes é aventuras de perder su persona é casa ; porque
se tenia por dicho que en el infortunio relucia la
constancia. Peleó en la batalla que estos dos Reyes
(D. Enrique iv,y D. Alonso su hermano) ovieron
cerca de la villa de Olmedo: ante de la qual, viéndo-
se las faces contrarias unas á otras en el campo, ni
el miedo le turbó el seso para consejo, ni el esfuerzo
se enflaquecía para cometer , ni menos cayó la fuerza
del corazón peleando para vencer. Celaba este caba-
llero, tanto la honra , que con dificultad era traído í
entender en ninguna negociación ni trato que le fu-
ese movido, recelando que las variedades de los tiem-
pos le forzasen facer mudanza de su palabra por do
pudiese caer en punto de mengua . . . Tenia ánimo
tan noble é las entrañas tan claras é tan abiertas, que
jamás fué conocido en él pensamiento para muerte é
DE LA ELOQÜENCIA ESPAÑOLA. I47
dcstrüicion ni injuria de ninguno : é de su natural in-
clinación no quería entender, salvo en cosas justas é
rectas. Todas la$ cautelas é ficciones aborrecía como
cosa contraria. á su natural condición. No era varón
de venganzas é perdonaba tan fácilmente á los que
le erraban^ que jamás avia memoria de sus yerros^'.
VIII.
X iTULO xiii de los Claros Varones , en que se ha-
bla de D. Rodrigo Manrique j Conde de Paredes, y
Maestre de la Orden de Santiago.
„ Este varón gozó de dos singulares virtudes: de^
la prudencia , conociendo los tiempos , los lugares, las
personas , é las otras cosas que en la guerra conviene
que sepa el buen capitán. Fué asimismo dotado de
la virtud de la fortaleza ; no por aquellas vias en que
se muestran fuertes los que fingida y no verdadera-
mente lo son ; mas asi por su buena composición na-
tural, como por los muchos actos que fizo en el exer-
cicio de las armas, asentó tan perfectamente en su
animo el habito de la fortaleza , que. se deleytaba
quando le ocurría lugar en que la debiese exercitar.
Esperaba con buen esfuerzo los peligros, é acometia
las fazañas con grande osadia,é ningún trabaxo de
guerra á él ni á los suyos era nuevo ... En las bata-
llas é muchos encuentros que ovo con moros é con
christianos, este caballero fué el que mostrando grand
K2
i^S TEATRO HISTORICO-CRITICO
esfuerzo á los suyos , feria primero en los contrarios.
é las gentes de su compañia , visto el esfuerzo de es-
te su capitán, todos le seguian é cobraban osadia de
pelear . . . Era varón de altos pensamientos ^é incli-
nado á acometer grandes é peligrosas fazañas,é no
podia sufrir cosa que le pareciere no sufridera , é des-
ta condición se le siguieron grandes peligros é mo-
lestias. E ciertamente por experiencia vemos pasar
por grandes infortunios á muchos que presumen for-
zar la fuerza dd tiempo : los quales por no sufrir una
sola cosadles acaece sufrir muchas , é a muchos ^á
quien de fuerza han de tener contentos ^ para conse-
guir su poco sofrimiento",
IX.
1 iTüLo XIV de los Claros Varones ^ en que diri-
ge, a la Reyna Doña Isabel la. recapitulación de to-
do lo que ha referido en el cuerpo de su obra en elo-
gio de los héroes castellanos.
„ Ni estos grandes señores é caballeros é fijos-
dalgo , de quien aqui con causas razonables es hecha
memoria ) ni los otros pasados que guerreando á£s^
paña la ganaron del poder de los enemigos, no ma-
taron por cierto sus fijos , como ficieron los Cónsules
Bruto é Torcato , ni quemaron sus brazos como fizo
Scévola,ni ficieron en su propia sangre las cruelda-
des que repugna la natura é defiende la razón ; mas
PE LA ELOQÜENCIA ESPAÑOLA. ^ I49
con fortaleza é perseverancia , é con prudencia é di-
ligencia , con justicia é con clemencia , ganando el
amor de los suyos, é seyendo terror á los estraños,
gobernaron huestes, ordenaron batallas , vencieron
los enemigos, ganaron tierras agenas,é defendieron
las suyas . . . Asi que, reyna muy excelente , es-
tos caballeros é perlados, é otros muchos naturales
de vuestros reynos, de que no fago aqui mención por
ocupación de mi persona, alcanzaron con sus loables
trabaxos que o vieron é virtudes que siguieron, el
nombre de 'varones claros , de que sus descendientes
en especial se deben arrear , é. todos los fijos-dalgo de
vuestros reynos deben tomar exemplo para limpia-
mente vivir , porque puedan fenecer sus dias en to-
da prosperidad , como estos vivieron é fenecieron.
Lo qual sin dubda todo hombre podrá facer sacu-»
diendo de sí malas aficiones é pensamientos torpes,
que al principio prometen dulzura ^é á la fin paren
tristeza é disfamia".
X.
X iTüLO XVIII de los Claros Varones , en que s'^
habla de D. Juan de Torquemada Cardenal de San
Sixto , natural de la ciudad de Burgos.
„ Pareció en el sosiego de su niñez que la natu^
ra le apartó de las cosas mundanas é ofreció á la re-
ligión. Los dias de su adolescencia siguierou las buc^
I JO TEATRO HISTORICO-CMTICO
ñas costumbres que ovo en su mocedad ,é los de la
juventud á los de la adolescencia. £ asi creciendo en
dias , siempre crecia en virtudes ; é según pareció en
la honestidad é limpieza de su vida,quier procedie*
se de su complexión ó de su buen seso j siempre to-
vo tan fuerte resistencia contra las tentaciones ¿ que
no pudieron corromper sus buenas costumbres . r.
Era hombre apartado, estudioso, mamóle caritati-
vo ; y en su buena y honesta vida mostró tener gra-
cia singularicen la qual ganó honra para sí^é dio
exemplo á otros para usar de virtud^^
XI.
TiTüio XIX de los Claros Varones , en que se ha-
bla de D.Juan de Carbajal , Cardenal de Santa&ge-
lo, natural de la ciudad de Plasencia.
„ Era hombre esencial , aborrecedor de aparien-
cias é de cerimonias infladas. Quanto mas fuía de la
honra mundana, tanto mas le scguia. Nunca en sus
votos públicos ni fgblas privadas fué visto desviar
un punto de la justicia por afición ni por interese su-
yo ni ageno,ni fizo cosa que pareciese fuera de ra-
¿on ,ni demandó que otro la ficiese. . . No pensó en
gastar la vida cobdiciando riquezas ; más propuso vi-
vir obrando virtudes ; é puso tales límites á la cob-
dicia,quc se puede bien decir averia vencido: por-
que no solamente dexó de procurar mas renta de la
DE LA JBXOQUSNCIA ESPAÑOLA. t^l
que avia de su Obispado , más cerró su deseo . . .
Este varón supo bien quanta fuerza suele facer á las
veces el oro a la justicia , la qual teme poco el crimi-
noso quando con dinero piensa redimir su crimen.
Conoció asimismo comottodo juez que toma, luego
es tomado ; é que no puede huir de ser injusto ó in-
grato : injusto si por el don que recibe tuerce el de-
recho ; ingrato si no le tuerce el favor de aquel que
le dio : é si face justicia ó la abrevia por lo que re-
cibió , puédese decir vendedor de la justicia por pre-
cio. Conocidos por este Perlado los inconvenientes
que del cobdiciar allende de lo necesario se siguen^
ni se atormentó cobdiciando ni se avergonzó deman-
dando :é teniendo la CQbdicia tan subjeta, tenia la
honra tan alta. Estaba continuamente alegre porque
gozaba de la virtud de la templanza, avenidera de
la razón con el apetito. Era prudente é de grand
entendimiento , que S9n partes esenciales del ánima,
é las ovo por arte y experiencia de tiempos . . . Pué-
dese creer deste claro varón , que su btien seso le fizo
aprender ciencia, é su ciencia le dio experiencia, é la
experiencia le dio conocimiento de las cosas , de las
quales supo con prudencia elegir las que le ficiescn
habito de virtud : mediante la qual vivió próspero
ochenta años , sin pasión de cobdicia , é con abundan-
cia de lo necesario : é murió con grand hoxua en la
cibdad de Roma.
K4
r¡2 TEATEO HIStOillCO-CRITlC*
XIL
1 iTüLo XX de los Ciaras Varones y en que se ha-
bla de Don Alonso Carrillo Arzobispo de Toledo ,
que antes habia sido Obispo de Sigüenza.
^\
„ Sus pensamientos de este Perlado eran muy
mas altos que sus fuerzas, é su grand corazón no le
dexaba discernir , ni consentia medir su facultad con
las grandes empresas que tomábale desto se le se-
guian trabaxos é fatigas continuas. Era hombre fran-
co, é allende de las dádivas que de sü voluntad con
grand liberalidad facía, siempre daba á qualquier
que le demandaba, porque no sofria que ninguno se
partiese d^l descontento : c por cierto lá dádiva fe-
cha con deseo dé fama é no con pensamiento de ra-
zón, mas se puede decir mal fecho que buen pen-
samiento ; Jorque aquel beneficio es carÍ8Ímo,que
carece de vanagloria. Verdad es que ni nuestra be-
nignidad se debe tanto cerrar , que sea dura la comu-
nicación de nuestros bienes; ni tanto abrir, que con
prodigalidad se derramen : porque si del retener se
sigue odio , del indiscreto derramar procede tal men-
gua, que de necesario vienen los prodigios á poner
las manos en bienes ágenos. Asi que estos bienes tem-
porales son buenos, é á la humana sociedad mucho
aprovechan quando son poseidos por varones de pru-
dencia , para que ni dañen á otros retiniendoselos con
D£ t.A ELOQÜCirClA £SPA:ROI,A. ' 1 53
avaricia, ni pierdan al que los posee vertiéndolos con
indiscreción : porque también parecen mal guardan*
dose, como sin causa derramándose... Era grand
trabaxador en las cosas de guerra , é quanto era ama-
do de algunos por ser franco ^ tanto era desamado de
muchos por ser belicoso, seyendo obligado de reli-
gión'*.
XIII.
X iTüLO XXI de los Claros Varones ytn que se ha-
bla de Don Alonso Foníseca Arzobispo de Sevilla,
natural de la ciudad de Toro.
„ Procuraba mucho la honra, é siempre queria.
tener especial lugar cerca de los reyes é ser único
con ellos en sus fablas é retraimientos : é cpmo acae*
ce en las cortes de los reyes ser envidiados é odiosos
aquellos que mas cerca dellos están, este Arzobispo
por esta singular accepcion que procuraba siempre
tener cerca del Rey D.Juan é del Rey D. Enrique,
é por la grand confianza que en aquellos tiempos le
ficieron de algunos arduos negocios que ocurrían,
se le siguieron enemistades peligrosas con algunos
Grandes del reyno,las quales'por discurso de tiem-r
po ,é con obras que fizo de amistad , supo con buen
juicio satisfacer de tal manera, que saneó el odio
que del fué concebido . . . Tenia la cobdicia común
que todos los hombres tienen, de aver bienes tem-
154 /EATUO HISTORICO-CRITICO
perales, é sabíalos muy bien é con grand diligencia
adquirir ... £ como acaece que algunos , procuran*^
do las cosas que desean, se reputan mezquinos quan«
do no las alcanzante serloían si las alcanzasen ;é
otros hay, que aborreciendo las cosas que piensan
serles dañosas, su buena fortuna les fuerza que las
reciban, por la utilidad que dellas se les ha de se-
guir ; puédese creer deste Arzobispo , que ovo tan
buena fortuna acerca destas cosas mundanas, que
siempre se le apartaba aquello que procuraba, si al
un le avia de ser dañoso ; é se le aparejaba lo que
aborrecia,si al fin le avia de ser próspero*^
XIV.
Titulo xxii de los Claros Varones y en que se ha-
bla de D. Alonso de Santa Maria Obispo de Burgos^
„ Fué varón quito de cobdicias temporales, c
nunca se sintió en él punto de envidia. Decia él que
•no podía ser alegre en sus bienes el que se atormen-
ta con bienes ágenos. Era de espiritu humilde ; é
doctrinando con humildad , su doctrina era mejor re-
cibida é de mejor fruto . . . Aborrecia los loores'que
en presencia le decian ; porque si la conciencia acu-
sa de dentro , poco , decia él , que aprovechan los loo-
res de fuera. £ si el entendimiento humano es tan
alto é generoso, que pone sus términos cercanos á
los del alto Dios ; quien bien considera los actos ex«
DE LA EZÓQJXENCIA ESPAÑOLA. IJJ
teriorés de este Perlado conocerá sin dubda que su$
pensamientos interiores mas participaban con las co-
sas celestiales que con las terrenales'^
XV.
X iTüLo xxni de los Claros Varones y en que se
habla de Don Francisco Obispo de Coria , natural
de la ciudad de Toledo.
„ Era de vida honestísima, é no fué visto en
ninguna de sus edades jugar ni jurar. E como el en*
tendimiento comprehende las cosas universalmente,
el apetito las sigue , é la prudencia las ordena ; pué-
dese creer deste Perlado , que ni falleció en el en-
tendimiento, ni erró en el elegir, ni menos desvió
del verdadero juicio para las discernir. Movíase á lá
obra virtuosa, no por el bien aparente, salvo por el
existente : era hombre justo, no por temor de la pe-
na, más por amor de la justicia . . . Era de vida tan
clara, que jamás fizo cosa en secreto que sin repre-
hensión no la pudiera facer en publico. No suplicó
jamás por beneficio ni* dignidad que oviese; mas su
ciencia é su vida procuraban su provisión sin procu-
ración . . . Puédese creer deste Perlado , que asi co--
jno fué amado de los buenos por ser gran persuasor
de virtudes, asi por ser rcprehensor de vicios, fué
aborrecido de algunos malos , de cuyos mordimien-
tos ovo molestias, que sufrió é venció con verdade*
I JÓ TEATRO HISTOKICO-CRITICO
ra paciencia. Ciertamente, quien considerare la vida
dcste claro varón, hallará ser exemplo é doctrina pa-
ra todo hombre que quisiere bien vivir : porque ni
esta opinión que tenemos de linage le sublimó , ni la
compostura del cuerpo ni las riquezas le ficieron cla-
ro varón ; ni menos se puede decir que la fortuna le
fué favorable para alcanzar la honra y estimación
grande que ovo ; mas la perseverancia que tovo ea
la vida virtuosa, le abrió puerta para entrar en gran-
des lugares, é le fizo aver acepción cerca de grandes
señores, é para aver la honra que le dio claro nom-
bre^'.
XVI.
X iTuto XXV de los Claros Varones ^tn que se ha-
bla de Don Tello Obispo de Cordova , natural de la
víUa de Buendia.
„ Era hombre á quien movia mas la caridad pa-
ra distribuir que la cobdicia para ganar. Compade->
cíase de los miserables , é veces con el consejo veces
con el consuelo, é también con su limosna, allí do
€ra necesario los consolaba é remediaba; porque creía
que estos bienes temporales no se dieron mas para
poseer que para distribuir . . . Visto que algunos
hombres perecian en el rio de Guadarrama, que pa-
«a por el camino que va desde la cibdad de Toledo
á Torrijos , este claro varón edificó la puente que
DE LA ELOQüEííCIA ESPAÍÍOIA. 157^
hoy allí está edificada ; en la qual obra este Perlado
usó de tal magnanimidad, que como viese la dificul-
tad que algunas personas particulares ponian en la
contribución de lo necesario para aquel edificio, no
consintió que ninguno contribuyese cosa alguna pa-
ra él, salvo él solo acordó de lo facer á sus expensas.
Y en esta liberalidad nos dio á conocer quanto mas
el virtuoso se deleyta en el gastar que el avariento
pena en el guardar '^
XVII.
Caeta i, en que se habla contra los males de la
vejez, confirmándolo con bellos exemplos y muy
oportunas razones y argumentos.
„ Loa también (Tulio) la vejez, porque es-
tá llena de autoridad é de consejóte por cierto
dice verdad ; como quiera que yo he visto muchos
viejos llenos de dias é vacíos de seso, á los quales
ni los años dieron autoridad, ni la esperi^ncia pudo
dar doctrina . . . Loa también la vejez porque es-
tá cerca de ir á visitar los buenos en la otra vida:
é desta visitación veo yo que todos huímos, é huye-
ra asimismo Tulío si no le tomarán á manos ,é le en-
viaran su camino á facer esta visitación, que mucho
loó é poco deseó. Porque, hablando en su reveren-
cia, uno de los mayores males que padece el viejo es
el pensamiento de tener cercana la muerte, el qual
1 58 . TEATUO HISTOMCO-CRITICO
le face no gozar de todos los otros bienes de la vida;
porque todos naturalmente querríamos conservar es-
te ser ,y esto acá no puede ser ; porque quanto mas
esta vida crece , tanto mas decrece ; é quanto mas an-
da, tanto mas va á no andar. Y lo mas grave que yo
veo es, que si el viejo quiere usar como viejo, huyen
del; si como mozo, burlan del. No es para servir,
porque no puede : no para ser servido, porque riñe:
no paracompañia de mozos , porque el tiempo les
apartó la conversación : menos le pueden convenir
los viejos, porque la vejez desacuerda sus propósi-
tos^ Comen con pena, purgan coa trabaxos: enojosos
á los que los menean : aborrecibles á los propinqüos
si son pobres, porque tardan en morir -.aborrecibles
si son ricos é viven mucho, porque tarda su heren-
cia".
XVIII.
Carta ii, dirigida á un Caballero que fué des-
terrado del reyno,en la qual lo consuela.
„ Dígoos, Señor, que con quatro cosas somos
obligados de ayudar á los señores é amigos, con la
persona, con la hacienda, con la consolación, é con el
consejo . . . Vos no aveis necesario de mí ninguna
destas,ni aun se hallan en todos hombres, especial-
mente las tres dellas : porque muchos tienen perso-
nas para ayudar ; pero no tienen ánimo para las dis«
PE LA SIOQUENCIA ESPAflIOIA. It^
poner : otros tienen hacienda para dar ; pero falléscc-
les corazón para la aventura : algunos querrían con-
solar, pero no saben. El consejar es muy ligero de
facer , porque qualquiera , por necio que sea , presu-
me de dar consejo : é aun muchos se convidan con
él , porque cuesta poco, é también porque nuestra
humanidad nos trae naturalícente á ello , condolién-
dose de lo que al próximo vemos padecer. E no pu^»
dieudo por agora faceros otra ayuda sino la del con-
sejo, que es mas barata que las otras, me parece lo
que arriba digo. Entre tanto, os pido por merced,
que consideréis que en todos los tiempos ovo des-
tierros de personas mayores, iguales, é menores que
vos, en las quales ovo algunas. que la causa de su
destierro fué comienzo de su prosperidad. En su
destierro vido Moysen á Dios : en su destierro salvó
a Roma Marco Camilo : el destierro de Tulio fué
causa de su prosperidad': é otros muchos en diversas
maneras rodeadas por la Providencia divina. E asi
placerá á Dios que deste vuestro surtirá cosa tan
próspera, que no queráis no aver seydo desterrado. . .
Sin dubda creed , Señor , que el mas cierto combate
para tomar la piedad de Dios , es la humildad é con-
trición nuestra. Sentencia é muy terrible fué. dada
contra Acab ; pero su contrición la hizo revocar : sen-
tencia de muerte fué dada contra Ezechías ; pero su
contrición la fizo prorrogar. E asi creed que se re-
vocará la sentencia vuestra^si aveis la contrición que
1 6o \ TE ATEO HISTORICO-CRITICO
los Otros ovieron ; é sí no se re vocáre , creed que ne
sudastes bien. Tornad otra vez á la verdadera con-
trición pura y sin otro pensamiento ni esperanza de
hombres 9 sino en solo Dios^é luego avreis el reparo
que esperáis : porque ni él quiere otro sacrificio pa-
ra ser aplacado, ni á vos queda otro consejo para ser
reipediado".
XIX.
V^AETA in, dirigida a D. Alonso Carrillo, Arzo-
bispo de Toledo , escrita en el año 1475.
,9 Pues no vemos cesar este Reyno de llorar sus
males, no es de cesar de reclamar á vos, que dicen
ser causa dellos. ¿Poca cosa os parece, dice Moysen
á Coré é sus seqüaces, averos Dios elegido entre to-
da la multitud del pueblo para que le sirváis en el
sacerdocio , sino que en pago de su beneficio le seáis
adverso escandalizando el pueblo ? Contad , muy re-
verendo señor, vuestros dias antiguos, é los años de
vuestra vida considerad. Considerad asimismo los
pensamientos de vuestra ánima, é fallareis que en
tiempo del Rey Don Enrique vuestra casa recep-
táculo fué de caballeros airados é descontentos , in-
ventora de ligas é conjuraciones contra el ceptro re-
al, favorecedora de desobedientes é de escándalos del
Reyno ; é siempre vos avtímos visto gozar en armas
é ayuntamientos de gentes, muy ágenos de vuestra
PE LA EtOQJJEKCIA ESPAÑOLA. l6l
profesión, enemigos déla quietud del pucblo.'E de-
sudo de recontv los escándalos pasados que con el
.pan de Ips diezmos avcis sostenido, el año de sesenta
é quatro contra el Rey Don Enrique se fizo aquel
ayuntamiento de gente ,tjue todos vimos ser el pri*
mer acto de inobediencia clara que , vuestra señoria
seyendo cabeza é guiador, sus naturales le osaron
mostrar . . . Est^s mudanzas, tantas y en tan poco es-
pacio de tiempo por señor de tan gran dignidad fe-
chas, no en pequeña injuria de la persona é de la
dignidad se pudieron facer. Durante esta división,
sí se despertó la maldad de los malos, la cobdicia de
los cobdiciosos,la crueldad de los^ crueles, é la rebe-
lión de los inobedientes, vuestra muy rc^verenda se*
noria lo considere bien ,é verá quan medicinal es la
sacra Escriptura, que nos manda por Sant Pedro obe-
decer á los reyes aunque disolutos . . • E pues vues**
tra dignidad vos fizo padre, vuestra condición no os
faga parte , é no profanéis ya mas vuestra persona^
religión é renta, que es consagrada, é para sus cosas
pias dedicada.. . Cansad ya por Dios, señor, can-
sad : y á lo menos aved compasión desta tribulada
tierra, que piensa tener Perlado é tiene enemigo.
Gime y reclama porque toviste poderío en ella, del
qual á vos place usar , no para su instrucción como
debéis, más para su destruicion como facéis : no para
su reformación como sois obligado , más para su de*;^
formación : no para doctrina y exemplo de paz é
TOM. I. I
ion TEATRO HISTORFCO-CI^ITICGÍ
mansedumbre, más para corrupción y escándalo é
turbación. ¿Para qué vos armáis sacerdote ^sino pa*
ra pervertir vudstro habito é religión ? ¿Para qué os •
armáis ^adre de consolación, sino para desconsolar,
é facer llorar los pobres é miserables, é paraqúe se
gocen los tiranos é robadores é hombres de escanda*
los é sangres con la división continua que vuestra
señoría cria é favorece? Decidnos por Dios ^señor^
si podrán en vuestros dias aver fin nuestros males?
ó si podremos tener la tierra ^n vuestro tiempo sin
división ? Catad , señor , que todos los que ea los rey-
nos é provincias procuraron divisiones, vidas é fines
ovieron atribuladas. Temed pues , por Dios , la caída
de aquellos cuya doctrina queréis remedar, é no tra-
baxeis ya mas este Reyno ; cá no hay so el cielo rey-
no mas deshonrado que el diviso. Lea vuestra seño-
ría á Sant Pedro , cuya orden recebistes é habito ves-
tís , é aved alguna caridad de lo que os encomendó
que hayáis, é básteos el tiempo pasado á voluntad
de las gentes. Sea el por venir á voluntad de Dios:
que hora es ya, señor, de mirar do vais^é no atrás
do venís. No queráis mas tentar á Dios con tantas
mudanzas : no queráis despertar sus juicios, que son
terribles y espantosos. Y pues vos eligió Dios entre
tanta multitud para que le sirváis en el sacerdocio;
en retribución de su beneficio no le escandalicéis el
pueblo".
PE LA XLOaOBNCIA XSPAROI.A. 1 63
XX.
Cakta IV, dirigida á un caballero de Toledo
amigo del autor , y fué escrita en el año 1478.
jy De mí os digo, señor , que á esta mi enemiga
é compañera no le bastó la ruin é engañosa compa*
nia que fasta aqui me ha fecho ; sino aun agora que
me quiere dexar , me la face mucho peor. Quando
mozo me atormentó con sus tentaciones : agora me
atribula con sus dolencias. ¡ O, digo^mala carne des-
agradecida ! ¿Quesíste de mí cosa que te negase ? Si
luxuria f luxuria : si gula , gula : si vanagloria , si am-
bicion^si otros qualesquier deleytes de los que tú
sueles demandar te plugieron^ nunca te resistí ningu-
no. ¿ Porqué agora te place con tus enfermedades
darme tanto pesar en pago de tanto placer ? Por
qué ? dice ella ; porque yo soy enfern^a de mi natu-
ra,. é lo enfermo no puede facer sanó : y ese complí-
miento de apetitos que me fe^iste pasados , eran prin-
cipios de las dolencias que ves presentes. Si tubieras,
dice ella, seso estonces para resistir mis tentaciones,
tuvieras agora fuerza para sufrir mis enfermedades;
pero ni supiste repugnar las tentaciones, que se ven*
ccn peleando; ni la luxuria, que se vence huyendo*^
x.a
164 TSATUO HlSTOMCO-CKITXCa
XXL
C-yARTA VI, dirigida á un criado del Arzobispo dá
Toledo Don Alonso Carrillo f escrita en 1 478 .
yy La sacra Escriptura é otras historias están lle-
nas destos exemplos. Persecuciones grandes ovo Da-
vid en su principio 5 pero Jfsujili David decimos,
Grandes trabaxos pasó Eneas, do vinieron los empe-
radores que señorearon el mundo. Júpiter, Hércu-
les, Rómulo^Céres reyna de Sicilia, é otros é otras
muchos, á unos criaron ciervos é á otros lobos, echa-
dos por los campos ; pero leemos que al fin fueron
adorados, é se sentaron en sillas reales, cuya memo-
ria dura hasta hoy. E no sin causa la ordenación di-
vina quiere que aquello que luengamente ha de du-
tar, tenga los fundamentos fuertes é tales sobre que
se pueda facer obra que dure.Veniendo agora, pues,
ai propósito , casó el Rey de Aragón con la Reyna
madre del Rey nuestro señor ,é luego fué deshere-
dado é desterrado de Castilla. Ovo este su fijo, que
desde su niñez fué guerreado é corrido, cercado,
combatido, de sus subditos é de los estraños , é su
madre, con él en los brazos, huyendo de peligro en
peligro. La, Reyna, nuestra señora, desde niña se le
murió el padre, é aun podemos decir la madre, que
á los niños no es pequeño infortunio. Vínole el en-
tender ,é jiu^to con él los trabajosos 4:uidados ; é la
DE LA ELOQPENCIA ESPAfiOLA. l6$
que itiás grave se siente en los Reales es mengua ex*
trema de las cosas necesarias. Sufria amenazas ,esta«
ba con temor , vivía en peligro. Murieron losPrin-
cipes D. Alfonso é D. Carlos sus hermanos : cesaron
estas, ellos á la puerta de su reynar,y el adversario
á la puerta de su Reynoípadecian guerra de los es-
traños, rebelión de los suyos, ninguna renta, mucha
costa , grandes necesidades , ningún dinero , muchas
demandas , poca obediencia. Todo esto asi pasado
con estos principios que vimos ,é otros que no sabe*
jnos, si ese señor, vuestro amo, les piensa tomar el rey
no como un bonete é darlo i quien se pagare, dígoós
que no lo quiero creer . . . E cómo ? ¿ para esto mu*
rió el Rey D. Enrique sin generación? é para esto
murieron el Principe D. Carlos é D. Alfonso? é pa-
ra esto murieron otros grandes estorvadores ? é para
esto £zo Dios todos estos fundamentos é misterios
que avernos ví^o,para que disponga el Arzobispo .
vuestro amo de tan grandes Reynos á la medida de
su enojo ? • . . Facedme agora tanto placer , si deseáis
servir á ese señor, que le aconsejéis que no lo pien-
se asi^ é que no mire tan somero cosa tan honda : en
especial le aconsejad que haya quantó pudiere de
ser causa de divisiones en los reynos como de fuego
infernal, é tome exemplo en los fines que han ávi-
do los que divisiones han causado. Vimos que el
Rey Don Juan de Aragón , padre del Rey nues-
tro s^ñor, favoreció algunas parcialidades é altera-
^3
1 66 TEATRO HISTOMCO-CRITICO
dones en Castilla ; é vimos que permitía Dios i
su fijo d Principe D- Carlos que le pusiese escanda-
Ios é divisiones en su Reyno : é también vimos que
el fijo que las puso ,é los que le sucedieron en aque-
llas divisiones > murieron en el medio de sus dias sin
conseguir el fruto de sus d^os. Vimos que el Rey
D. Enrique crió é favoreció aquella división en Ara-
gón ; é vimos qiie el Principe D. Alfonso su herma-
no le puso división en Castilla : é vimos que plugo
á Dios de le llevar desta vida en su mocedad como
á instrumento dé aquella división. Vimos que el
Rey de Francia {)rocuró asimismo división en In-
glaterra ; é vimos que el Duque de Guiana su her-
mano procuró división en Francia :é vimos que el
hermano perdió la vida sin conseguir lo que desea-
ba. Vimos que el Duque de Borgoña y el Conde
de Bai'vic y otros muchos procuraron en los Reynos
de Inglaterra é de Francia divisiones y escándalos;
é vimos que murieron en batallas despedazados é no
enterrados"..
XXIL
C-/ARTA vti, dirigida al Rey de Portugal en 1475,
disuadiéndole de la conquista de la corona de Cas-
tilla que le ofrecian los malcontentos :
„ Muy Poderoso Señor : según en las otras guer-
ras santas dó aveis seído victorioso aveis fecho, por
que en esta con ánimo limpio de pasión lo cierto me-
J>n LA £JLOQU£NiCXA £SPA^OXA« 1 67
jor se pueda discernir, mí parecer es que ante todas
cosas aquel Redentor se consulte ^q^ie vuestras cosas
conseja : aquel se mire, qiie siempxeios guüa : aquel
sé adore é suplique, que vuestras cosas é estado se^
gura é prospera: porque 4 como quier.que vuestro
£n es ganar honra en esta vida , vuestrb principio sea
ganar vida en la otra. .. .Estas variedades dan causa
justa de sospecha. que estos caballeros, no vienen a
vuestra señoria con zelo 4p vuestro servicio , ni nie-
,Bi»f con: deseo rdesta justida.que publican; más con
4eseo de ¿tís propios intereses , que el Rey é la Rey-
una no quisicron,ó por ventura no pudieron com-
plir según ia medida de su cobdicia : la qual tiene
tan ocupada la razoñ en algunos hombres, que ten-
tando sus ']^r©pios ' intereses acá é allá, dan el dere-
cho ageno do hallan su utilidad propia. Y de veis
creer que pocas veces vos sean íples aquellos que
con dádivas ovieredes de. sostener i antes es cierto,
aquellas ce$antes ,C6 sean deservidores , porque nin-
guno de los semejantes viene á vos como deve venir,
más como piensa alcanzar • . • Mirad que vuestras
cosas hast^ hoy floxecientes no las envolváis con
aquellos que el deredio délos reynos,que es divi-
no, miran no según su realidad, más según sus pa-
siones é. propios intereses. £ quanto á la promesa
tan grande y dulce como estos caballeros os facen de
los Reynos de Castilla con poco trabaxo é mucha
gloria ; QCÚrreme un dicho de Sant Anselmo que di-
1-4
l68 • TEATRO HISTOMCO-CRITICa
ce : compuesta es é muy afcy tada la puerta que con-
vida al peligro. , £ por cierto , Señor , no puede ser
mayor afeytamíenco ni compostura de la que estos
vos preswtan ; pero yo fago mas cierto el peligro de
ía empresa que cierto el efecto desta promesa . • .
,, Considerad bien, señor ^quán grande es el
aventura en que ponéis vuestro estado real, y en
quanta obscuridad vuestra fama , que por Ui gracia
de Dios por todo el mundo relumbra. Allende des-
to , de necesario ha de aver quemas , robos , muerta,
adulterios , rapiñas , destruicioríes de pueblos é de ca-
sas de oración, sacrilegios, el culto divino profanado,
la religión opostatada,é otros muchos estragos é ro-
turas que de la guerra siitten. También vos conver-
ná sofrir é sostener robos 6 robadores é hombres cri-
minosos sin castigo ninguno, é agraviar los ciudada-
nos é hombres pacíficos ', que es oficio de tirano é
no de rey. E vuestro Reyno entre tanto no será li-
bre de infortunios ¡porque en caso que los enemigos
no le guerreasen , vos^ será forzado con tributos con-
tinuos y servidiunbres premiosas, para la< guerra ne-
cesarias , los fatigásedes* : de. manera que ^procurando
una justicia, cometeríades muchas injusticias. Allen-
de dcsto, vuestra Real persona /que ponía gracia de
Dios está agora quieta, es liecesario que se altere:
vuestra conciencia sana, es por fuerza que se corrom-
pa : el temor que tienen vuestros subditos á vuestro
mandadores necesario que se afloxe. Estáis quito de
DM LA JElOQUIKCrA ESPAÑOLA. 1 69
molestias; c$ cierto -que teadrcis machas. Estáis li- ' *
bre de necesidades ; metéis vuestra pdTsona en tan-
tas é tales , que por fuerza os^fatáa subjccto de aque-*
Uos , que. lá libertad que agora téneisos face^rey e
scñor*^ " - . y '
XXIII.
Cauta VIH, dirigida al Obispo de^Tuy en Galicia
en el año 1478 , el qual estaba preso en Portugal.
,, Encomendaros i la Virgen María no era mal
consejo, si ese vuestro cuñado os lo aconsejara antes
que os prendieran; más consejándolo después do pre-^
so f deberíades decir : ya no poide , según todo buea
gallego debía responder. Bien es , señor, que tengáis
devoción en los milagros de alguna casa de oración,
según lo conseja el cuñado ; pero juntó con ella , no
dexeis de encomendaros- á la casa de la moneda de
la Coiuñayó á otra seme|ante, porque entiendo que
allí se facen los milagros por que vos aveís de ser li-
bre . • • Decís que no os hallaron otro crimen sino
aver reprehendida en sermones la mtrada del Rey
de Portugal en Castilla. En verdad, señor, algunos
predicadores la aprovaron en sus sermones ; pero yo
libres les veo andar entre nosotros : aunque creo que
tienen tanta pena por ser inciertos predicadores,
quanta gloria vos debéis tener por ser derto aunque
preso. Ya. sabéis que Mich¿as Profeta preso estovo.
170 TEATKO HISTOMCO-CHITICO
y aun buena bofetada le dieron porque profetaba
verdad contra los otros que persuadían al Rey Acab
que entrase en Ramoth Galat : y bien sabéis quan-
tos golpes reciben los ministros de la verdad, la qual
se aposenta de buena voluntad en los constantes,
porque allí reluce mejqr con los martirios. ¿ Pensáis
vos que ese vuestro ingenio tan sotíl,esa vuestra
ánima tan apta é dedicada por su habilidad para gO'
zar de la verdadera claridad^ayia de quedar.jea es*
ta vida sin prueva de trabaxos que la limpiasen por-
que limpia torne al lugar límjpío donde vino! no lo
creáis. Aquellos que van ¿lugar sucio, es de creer
que vayan sin lavatorio de tentación eniesta vida^^
xxiy/' '. /
COARTA ixii, dirigida á Pedro de Toledo canónigo,
de SeviBa , sin que conste el año de la fecha.
•:'^-^ — ! : L :. . — ..•..;,
,j Al presente ningunas, nuevas Jbay que oi e$a:|bDi
porque e¿:ticmpo de buenos reyes adminístrase h
justiciaré la justicia engendra miedo, y el miedo es-
cusa excesos: y do no hay excesos hay $osiego;é do
hay sosiego no hay escándalos , que crian U guerra
que face los casos do vienen las nuevas que el buen
vino aporta: aunque la mala condición española, in-
quieta de SU; natura , en el ayre querría^ si pudiese,
congelar los' movimientos , é sufrir guerra de dentro,
quando no la tienen de fuera. A osadías quien descri-
BE tA XXOQ.UEKCIA £SPAÑOI.A. I7I
bió i los españoles en la guerra perezosos, y en la paz
escandalizosos,que supo lo que dixo. Demos gracias
i Dios, que tenemos un Rey é una Réyna , que no
queráis saber dellos sino que ambos , ni cada uno por
sí, no tienen Privado ^ que es la cosa y aun la causa
de la desobediencia y escándalos en los reynos. £k
Privado del Rey sabed que es la Reyna, é el Priva-
eo de la Reyna sabed que es el Rey ; y estos c^en é
juzgan é quieren derecho , que son cosas que estoty
van escándalos, é los amatan . . • Pues ¿queréis sa«
ber como me aveis de llamar ? sabed, que Fernan-
do, é me llaman é llamarán Fernando ; é si me dan
el Maestrazgo de Santiago^ también Fernando ; por-
que de aquel título é honra me quiero arrear que
ninguno me pueda quitar, é también porque tengo
creido que ninguno título pone virtud á quien no
la tiene de suyo*^
XXV.
(Jarta XIII , dirigida al Condestable estando en el
cerco de Montanches, escrita en el año 1479*
„ Reciví la letra de vuestra señoría , en que mos-
tráis sentimiento por los trabaxos que pasáis é peli-
gros que esperáis en este cerco que tenéis sobre Mon-
tanches. Cosa por cierto nueva vemos en vuestra
condición ; porque en las otras que por vos han pa-
sado , prósperas ó adversas, ni os vimos movimiento
lyt ' TEATUO HlSTOMCO-CmiTICO
en la cara, ni s^itimiento en la palabra. Verdad es
que los males presentes son los que mas duelen, en
especial si se prolon|;an ; é porque ese es duro é du-
ra tanto, no es maravilla que lo sintáis. La muerte,
que es el ultimo de los temores terribles, dice Sene-
ñeca, que no es de temer, porque dura poico. Pero
yo creo bien que por duros é largos que sean los
trabaxos que agora tenéis, vuestra señoriá los sufri-
rá con igual ánimo, pues que son por ensalzamiento
de la Corona Real, é por el honor é paz de vuestra
propia tierra : lo qual ningún bueno debe con ma-
yor deseo cobdiciar , ni con mayor alegria oir , ni con
tan grande y ferviente afición del ánima é trabaxo
del cuerpo procurar í porque el "ñnÁt todos los mor-
tales es tener paz, la qual asi como los mal^is tur-
aban escandalizando, asi los buenos procuran guer-
reando : é con guerra vemos que. se quita la guerra
é se alcanza la paz , asi coma con fuego se quita el
veneno é se alcanza salud . . . Creo, ilustre señor,
que deliberastés bien antes que esa empresa acepta-
ses , para no recebir en ella mengua : como facen los
varones fuertes, que no se ofrecen á toda cosa, más
eligen con maduro pensamiento aquella donde por
qualquier cosa que acaezca , próspera ó adversa , res-
plandezca su loable memoria. £ porque asi como el
miedo hace caer á los flacos , asi el peligro hace pro-
veer á lo fuertes ; tengo segura confianza que en el
esfuerzo interior y en la provisión exterior no tenéis
DK LA XLOQ.UEKCrA. SSPá90!LA. I73
agora menor ánimo que tovistes al principio quando
aceptaste esta empresa, para darle el fin que vos
queréis é todos deseamos : porque , como vuestra se^
noria conocerla Calida se mira en las cosas que se co«
mienzan,é no la causa por que se comenzaron. No
dubdo que hayáis muchos trabaxos, considerado el
lugar, el tiempo, é las otras circunstancias ; pero si
el ladrón Caco no fuera afamado de recio , Hércules
que lo mató, no fuera loado de fuerte : porque do
jiay mayor peligro se muestra mayor grado de for-
talega, la qual no se loa combatiendo lo flaco, mis
resplandece resistiendo lo fuerte, é tiene mayor gra-
do de virtud esperando al que comete. que come*
tiendo al que espera , especialmente aquel que resis*
te presto los peligros que súbitamente vienen; por-
que en aquella presta resistencia parece tener fecho
habito de fortaleza , de la qual se ha de fornecer de .
tal manera qualquiera que face profesión en la or-
den de caballería, que ni el amor de la vida, ni me-
nos el temor de la muerte, lé corrompa para facer
cosa que no deba. Verdad es que el temor de la
muerte turba a todo hombre ; pero el caballero , que
está obligado á recebir la muerte loable é ftiir de la
vida torpe,. debe seguir la doctrina del mote que
traéis en vuestra divisa , que dice : un bil morir toda^
la ifida honra ^ al que me^ refiero^S
174 TEATRO HISTOKICa<:]lITICO
XXVL
C^AUTA XIV, dirigida á un amigo del autor que
vivia en Toledo, escrita en el ano 1478.
„ £n esa npble ciudad no se puede buenamea-
mente sufrir que algunos que juzgáis no ser de lí-
nage tengan honras é oficios de gobernación ; por^
que entendéis que el defecto de la sangre les quita
k habilidad del gobernar. Asimismo se sufre grave-
mente ver riquezas en hombres que se cree no las
merecen, en especial aquellos que nuevamente l;t^
ganaron. Destas cosas que se sienten ser graves é in-
comportables se engendra un mordimiento de envi-
dia tal, que atormenta é mueve muy ligeramente á
tomar armas é facer insultos. ¡ O tristes de los nue-
vamente ricos, que tienen guerra con los mayores
porque los alcanzan, é con los menores porque qp
les pueden alcanzar ! £ debrian considerar los ma*
yores que ovo comienzo su mayoria,é1os menores
que la pueden aver. E ciertamente no sé yo que otra
cosa se puede colegir del propósito de sem^antes
hombres; salvo que querrían enmendar el mundo é
repartir los bienes é honras del í su arbitrio, por-
que les parece que va muy errado é las cosas del no
bien repartidas. Pleyto muy viejo toman por cierto,
é querella muy antigua usada, é no aun en el mun-
do fenecida, cuyas raíces son hondas, nacidas con los
d:b*la sioquencia española. 175
primeros hombres ^é sus ramas de confusión que cie-
gan los, entendimientos, é las flores secas é amarillas
que afligen el pensamiento, é su fruto tan dañado 6
tan mortal que crió é cria toda la mayor parte de
las muertes é crímenes que en el mundo pasan é han
pasado, los que aveis oido,y los que aveis deoir^
Mirad agora, yo vos ruego ,quanto yerra el apasio-
nado deste error : porque dexando ora de decir como
yerra contra ley de natura, pues todos somos nací-
dos de ima masa,é ovimos un principio noble ; ó asi-
mismo contra ley divina, que manda ser todos en un
corral é baxo de un pastor ; y especialmente contra la
clara virtud de la caridad, que nos alumbra el camÍQ(v
de la felicidad verdadera: aveis de saber que se lee en
la sagrada £scriptura,que ovo una nación de gigan-
tes, que fué por Dios destruida, porque, según se di,
ce, presumieron pelear con el cielo . • . Vano trabaxo
por cierto, é fatiga grande de espíritu da la ignoran-
cia de este triste pecado , el qual ningún fruto de de-
lectación tiene como algunos otros pecados ; porque
en el acto y en el íin del acto engendra tristeza é pa-
sión, con que llora su mal propio y el bien ageno. . .
£ avemos de creer que Dios fizo hombres, é no fizo
linages en que escogiesen, é a todos fizo nobles en
su nacimiento. La vileza de la sangre é obscuridad
de linage, ellos con sus manos lo to|nan: aquellos que^
dexando el camino de la clara virtud, se inclinan á
los vicios é máculas del camino errado. Y pues á
. ^6 "^TEATRO HISTOHICO-CKITICO
ninguno dieróti «lección de linage guando nació yé
todos tienen elección de costumbres quando viven;
imposible sería según razón ser el bueno privado de
honra, ni el malo tenerla, aunque sus primeros la
hayan tenido • . . No entendáis que yo condene á U
mayor parte ni á la menor ; mas á algunos pocos y
bien pocos que pecan é facen pecar á muchos , alte-
rándolos é turbando la paz común por su bien partí*
cülar;é faciéndose principales guiadores, el camino
desta vida yerran , y el de la otra cierran : porque sus
principios destos que se facen principales, son sober-
via y ambición; é sus medios, envidia é malicia; é sus
fines, muerte y destruicion. Los quales no debrian
tener autoridad de principales ; más como hombres
de escándalo, debrian ser apartados, no solamente del
pueblo más del mundo, pues tienen las intenciones
tan dañadas, que ni el temor de Dios los retrae , ai
el del Rey los enfrena, ni la conciencia los acusa, qi
la vergüenza los impide, ni la razón los mai^da,m
la ley los juzga.
Pfi Z A £I.OQP£NCU. ISPASoüA, ^ " ^JJ
MOSEN DIEGO DE VALERA.
Jbuz la ciudad de Cuenca patria del esforzado y
discreto caballero Diego de Valcra,y el año 1402
el de su nacimiento. Se crió desde su tierna edad en
la corte del Rey Don Juan el Segundo de Castilla,
donde en calidad de page del Principe D.Henrique
sirvió^n él palacio y en él filé educado. Deseoso de
explayar su ánimo, é ingenio , y adornarse con nue-
vos conocimientos que no podia adquirir en la vida
ociosa y estetíl de palaciego ; dexó la patria por cor-
rer una gran parte de Europa observando en sus di-
versas cortes quanto hallase digno de estudio y aten-
ción. Estuvo primeramente en la de Francia, rey-
nando Carlos vii : de allí pasó á Viena de Austria,
corte eatonces del Duque Alberto, con quien tuvo
la honra de qenar , y la fortaleza de rechazar con vi«
gar y discreción la palabra que sobre mesa profirió
.un magnate austriaco en desdoro del estandarte
real dé Castilla : por cuya acción tan noble y caba-
llerosa, el ;Rey D Juan luego que recibió esta plau-
s3>le noticia, le condecoró coa el título de Mosen^
en señal de una particular distinción de su persona.
Aquel mismo año, que era el fie 1436 siguió Vale-
ra el exército de Alberto, dpx|d.ci sirvió de aventure*
ro en la guerra contra los Bohemios.
TOM. J. M
178 TEATRO HISTOmCO-CWTICO ,
Restituido á su patria por los años 1440,00010
la fama de su valor y destreza en los hechos de ar-
mas le hubiese colocado entre los mas esforzados es*
pañoles de su tiempo ; el Rey Don Juan lo escogió
por competidor de Pedro Chemoy , vasallo del Du-
que de Borgofia , que habia o&ecido un combate sin-
gular según la costumbre de aquella edad. Después
hallándose en Cuenca adonde probablemente vivia ,
retirado, recibió una comisión secreta del Rey para
pasar á la corte de Francia á tratar el casamiento
con una hija de Carlos vii. Ademas de esta partir
cular confianza , mereció otras honrosas embaxadas i I
las cortes de Inglaterra , de Borgoña , y de Hungría. '
Desde que concluyó la carrera de estos viages, I
que fueron breves ^ nada se sabe de la vida y exerci- i
cios de Valera, hasta 1448 en que fué nombrado I
Procurador de la ciudad de Cuenca, junto con Go- I
mez Carrillo de Albornoz, para las O^^s que el
Rey D. Juan convocó en Tordesillas. En este con-
greso se distinguió por la extraordinaria entereza y
serenidad con que se opuso á los sanguinarios desig- I
nios que el Rey propuso de reducir con el hierro y
el fuego á los Grandes levantados ; disuadiéndole con
vehementes razones y consejos de paz y clemenda,
de su ruinoso intento, que los demás Procuradores,
por temor ó por adulación , habian aprobado con el
silencio. Y estuvo tan ageno de temer el enojo ó |
venganza del Condestable D. Alvaro de Luna , cau^
J>£ lA £LOQü£KClA £SPA9oI.A«, I79
sa de aquellos males; que luego después confirmó
aquellos mismos sentimientos de pacificación y dul-
zura en dos cartas que dirigió al Rey inculcándole
máximas y exemplos muy contrarios á la efusión de
sangre humana. Acompañado de aquel ardiente ze-
lo patriótico que jamás le desamparó y(ué acogido
en aquella delicada ocasión por D. Pedro de Stüñi-
ga (Züñiga) Conde de Plasencia; quien üado en
las nobles prendas y experimentada prudencia de es-
ce caballero^ le encomendó la educación de su sobri-
no y heredero y en quien recayó aquel estado por
muerte del Conde D, Pedro su tio en 1454.
Luego que entraron á reynar los Reyes Católi-
cos , mereció Mosen Diego que aquellos esclareci-
dos Principes le nombrasen por su Cronista y Con-
sejero, y después le condecorasen con el empleo de
su Maestn^Sala. A este político negociador y es-
forzado caballero, su valor y su ingenio le labraron
una faiha inmortal entre los ilustres personages es-
pañoles que florecieron en el siglo xv : pues alcan-
zó con su dilatada edad ttes reynados,en que fué
testigo de vista de todos los sucesos de aquellos bor-
rascosos tiempos. Cumpliendo con el nu^vo encar-
go de Historiógrafo real, compuso la Crónica Ahre-
viada de España dirigida á la Reyna Doña Isabel,
que concluyó hallándose en el Puerto de Santa Ma-
ría en el año 148 1 y á los setenta y nueve de su
edad , á cuya época sobrevivió poco tiempo. Esta
1 8o TEATKO HISTOHICO-CRITICO
compilación se imprimió la primera vez en Zarago-
za en 1494 ; la segunda en Salamanca en 1499 ; la
tercera y quarta en Sevilla Ja una en 1 5 34 y la otra
en 1 567 , ambas en folio delgado.
La narración de esta obra, en que el autor mos-
tro ima comunísima- lectura., sin critica , escogimien-
to, ni solidez ; es bastante sudnta y descarnada, has-
ta que llega á los dos últimos reynados de D. Hen-
rique iii y D. Juan 11 en que se encuentra mas sus-
tancia y verdad en los hechos. Sin embargo su esti-
lo , por su pesada sencillez y desaliñada sequedad no
subministraría ningún rasgo, digno de trasladarse
aqui;si no hubiese el autor insertado en su Crónica
las dos Cartas arriba mencionadas, dirigidas al Rey
representándole la inevitable ruina de sus vasallos si
llevase adelante el rigor de su saña para sojuzgar á
los Señores malcontcntos.por la -via de las arnotas. Son
dos piezas de un estilo grave , preciso, y sentencioso,
sostenido casi siempre de una noble y levantada: lo-
cución, animada algunas veces con aquellas expre-
siones que son la imagen de los sentimientos de un
ánimo libre, y adornada con bellos símiles y lastimo-
sas pinturas, que a pesar de parecer estudiadas, co^
mo debian serlo hablando con im Soberano, mani-
fiesta todo que Valerá sabía pensar y pintar quando
sentía.
La otra obra de este escritor, de que daremos
aquí una muéstrales el Tratado di Providencia
DE LA ELOQUBNCIA ESPAÑOLA. iSl
contra Fortuna : breve discurso de ocho páginas en
4.' impreso en Sevilla en 1494 junto con los Pro-
verbios del Marqués de Santillana. Este tratado po-
lítico-moral lo compuso para lección, regla, y con-
suelo de Don Juan Pacheco Marqués de Villena,á
quien lo dirigió. El pensamiento nada tiene de no-
vedad, pero sus avisos no sOn muy comunes, y su
dicción, bien que nías fria y cargada de autoridades
que la de las Caitas, no desdice de lapliuna que las
escribió. Quien . considere que en el tratado Valera
escribia desengaños con la tibieza de unas lecciones^
y que en las Cartas escribia aposionado, combatido
del temor, <^el amor, y de la compasión, no estrañará
la diferente manera de pintar de una misma pluma.
I.
tiN el tratado de Povidfncia contra Fortuna yCom-
puesto para la instrucción y consuelo del Marqués
de Villcna,se leen muy saludables avisos y muy
discretos consejos para viviír preveuido contra las ad-
versidades : el que empieza de esta amanera :
„ Acuerdóme, magnifico &5ftor-, haber leído un
dicho de Séneca, que dice : estonce loscon^ejo$ salu-
dables busca quanto la fortuna mas rieote se te mués*
tra : que la fortuna es de vidrio, y quíanto mas res*
plandece, entonce se quebranta. Conlesta doctrina
1 82 TEATRO HISTORICO-CKITICO
concuerda Catón , diciendo : quando fueres bien-
aventurado, guárdate de las cosas contrarias: que non
por ese curso las cosas postrimeras responden á las
primeras. E el Psalmista : el hombre , como fuese en
honor, non entendió ;é comparado es á las bestias,
non sabias, é fecho es semejable á ellas.
„ E sin dubda, Señor ,esta es discreta doctrina:
que mas necesario es el consejo en el tiempo próspe-
ro que en el adverso : que la próspera fortuna ciega
é turba los corazones humanos ; é la adversa con su
adversidad da consejo. Porque, Señor , á los hombres
discretos conviene facer lo que el sabio marinero fa-
ce, el qual en el tiempo de la bonanza se apercibe é
arma contra la fortuna : cá sabe ser cosa natural des-
pués de bonanza tormenta, é después de tormenta
bonanza ; cá la fortuna non dexa ninguna cosa luen-
gamente permanecer en un ser. Asi lo dice Boecio
en persona dé la fortuna fablando eñ tales palabras:
ias cosas altas en baxas,é las ba^as en altas nos go-
zamos mudar: este juego continuo jugamos : todas
las cosas en rueda yolante tenemos.
„ Para esto provar non son necesarias autorida-
des, ni menos historias estrañas buscar; pues que
ahondamos, en exemplos domésticos, acaecidos en
nuestros tiempos. Pues con esvelado estudio catad
las cosas pasadas, para ordenanza de las presentes é
providencia de las venideras : que quien á las cosas
pasadas no miradla vida pierde ; é el que en las ve*
PS LA StOaUCNClA SSPAÍ^OLA. 1 83
nid^ras no provee, entra en todas como non sabio:
cá el que proveído es , non dice : non pensé que esto
se íiciera;que non dubda, más espera; non sospe-
cha , más aguarda : é los daños ante vistos menos sue-
len empecer. £ bienaventurado es aquel á quien los
ágenos peligros facen salvo : é quanto los estados son,
mas altos , tantp á peligro son mas subjetos ; que el
que en llano se asienta, non tiene donde caya. £ la
mayor mengua que los Grandes lián es de consejo:
porque á los tales muy pocos dicen verdad, porque
la verdad engendra mal : 6 cerca de los señores mas
suelen usar lisonja que verdadero amor nin consejo* .
„ Onde, señor, pues conocéis quan peligroso es
este mar en. que navegamos, tanto que el viento
próspero dura avelad el navio con, tales aniarras , que
si la fortuna volviera la cara, el leme prudente go*
bierne la nao, aquella levando á puerto seguro. £
como sin Dios ningún trabaxo en el mundo aprove-
che ; á este dad gloría honor é servicio, avíendo en
él perfecta esperanza, é él vos será a3ruda é conse-
jo. Asi lo amonesta el Psalmista,diciendo:pon tu
corazón en Dios ,é él te gobernará. E el santo evan-
gelio : primero buscad el reyno de Dios é la justicia,
é todas las cosas se vos ofrecerán. £ el Apóstol : á los
que temen á Dios todas las cosas se. les concierten
en bien, Porque, señor, segund dice S^^m Bernardo:
como quiera que el estado de las cosas mundanas de-
baxo de la fortuna trabaxe ,nin por eso la regU del
M4
l8if TEA-rtlO HISTOMCÓ-CfllltrCO
viyír es ác dcx» : que muy atarde el infortunio con
diligencia se acompañan, é muy mas atarde ^1 ín-
^, fbrtunio de la pereza se aparia. Asi un homme que á
ciei:to dia oviese á otro de combatir, procura de ar-
marse cori diligencia, muchas veces proveyendo su
arnés. ¿ Quánto mas procurarlo debe quien no sabe
quando será combatido de un tan grande é fiero ene-
migo como es la fortuna ? pues con todo estudio con-
viene buscar asi duras armas , que sean bastantes á
resistir tan grande adversario.
„ Onde, muy virtuoso señor , las armas contra la
fortuna á los grandes señores , después de servif á
nuestro Señor , son cinco principales , conviene saber:
primero amar , querer , vivir , temer , é honrar de to-
do corazón su Rey. Gá los reyes tienen el lugar de
Dios en la tierra , segund es escripto por Salomón
en persona de nuestro Señor , diciendo : los reyes por
mí reynan,é por mí los principes mandan: é el
Apóstol : honrad al rey como á muy excelente. Se»
gunda,amor de los subditos, cá dice Séneca : este
solo'es inestimable muro el amor de los cibdadanos.
Por cierto los cuerdos mas deben procurar ser ama-
dos que temidos : qué dice Terencio : mucho yerra,
segund mi sentencia, el que piensa el imperio ser mas
estable el que por fuerza se gana , que aquel que
^ por amistad es ayuntado. Tercera: riquezas, sin las
qualcs no se ^uede luengamente conservar grand es-
tado, ni dar fin á cosa magnífica. Cá el^to corazón.
1
Z>£ LA SLOQUEKGIA ESPAÑOLA. 1 85
si caírccc de bieacs de fortuna > su virtud ftiostrár no '
se jmddb : cá bien podria ser un hommc pobre asi
de graod corazón quanto Alexandre ; mas ¿ cómo po-;"^
dria s¿r en aucto su virtud reducida , careciendo de
bienes exteriores? Quarto : fortalezas : las quales mu-
chas veces leímos é vimos aver aplacado la ira de la
adversa fortuna.
„ De la primera, conviene saber, amar é servir -
al rey, quantos bienes se sigan, no conviene larga es-
criptura ; cá en lo tal nuestro Señor es servido , los
bienes temporales se acrecientan, é los estados son su-^
blimados. E por el contrario , es Dios deservido, é
las riquezas se consumen é gastan, é los estados é
dignidades se pierden . . «
„ De la segunda, es á saber, amor de los subdi-
tos : este se gana con rostro alegre é mano liberal,
pues destas dos cosas la primera poco cuesta : de la
segunda dad gracias á Dios , que pocos pueden asi
bien usar como vos. Pues cerca desta tened tal ma-
nera, que dedes antes que vos demanden, con cara
alegre 4 mano ligera : que propia cosa es , segund di-
ce Tulio , del que face algo de grado , facerlo aína : é
no esperes a ser muy rogado , que no es cosa tan ca-
ramente comprada como la que, por ruegos se al-
canza.
„ De la tercera , es á saber, riquezas: trabaxad con
grand diligencia de las alcanzar tanto que sean bien
ganadas é sin gemidos de pobres personas : cá pro-
1 86 t£ATÍlO HISTORIOVCRITICO
verbio antiguo es, que se pierde lo bien ganado ; 6
lo malo y ello é su dueño. Y el Psalmista dice : vi al
justo ensalzado asi como los cedros del Líbano : pasé,
é luego no era : busquéle ,é no fué fallado su lugar.
E Séneca : quien por torpes maneras sube á lo alto,
mas aína cae que subió. £ Aristóteles : el nombre
del sobervio é cobdicioso será tirado de sobre la tier^
ra. Por ende mucho son de emendar los tales peca-
dos : cí por la sobervia el ángel del cielo cayó, el
homme del paraysQ fué echado, la torre de Babilo-
nia derribada, las lenguas divisas, Goliás muerto. £
por eso decia Salomón : el comienzo de toda maldad
es la sobervia. £ el Apóstol : raíz es de todos males
la cobdicia : esta los homicidios comete ,los robos é
rapiñas exerce ,las batallas levanta é exercita , las co-
sas sagradas por simbma compra é vende. Para lo
qual conseguir, es de acatar lo que S. Bernardo di*
ce : que donde la data é receta son iguales , el tal es-
tado es en peligro : é per consiguiente en mayor pe-
ligro será donde el gasto sobrepuja á la renta. Por*
que á todo hombre discreto conviene considerar su
renta, en talmaneraque sea J(^ayor que su gasto;
porque si caso sobreviniere , haya de que sostenerse
pueda. E si esto á toda persona conviene, mayor-
mente á los grandes señores, los quales á mayores
cosas son obligados, é mayores necesidades han.
„ De la quarta ,es á saber , de las fortalezas, con-
viene notar que el mayor é mas principal bastimen-
DE I.A ELOQUSNCIA ESPAÑOLA. 1 87
to é qab mas tarde se halla, es virtuoso corazón para
las guardar pues debédes confiar vuestras fortalezas
de hombres fíjos-dalgos, que hayan ávido esperiencia
de fechos de guerra, a quien ayádes fecho mercedes:
que á los virtuosos é buenos , mucho es grand carga
la memoria de los beneficios recebidos ...
„ De la quinta é postrimera, que es el consejo,
devédes mucho trabaxar de aver tres ó quatro per-
sonas fieles con quien todo el fecho comuniquéis.
Cá Salomón : todas las cosas faz con consejo, é non
te arrepentirás después de fechas. £ Séneca : ningu-
na cosa ^s tan dulce como aver con quien todas las
cosas oses fablar asi contigo. E S. Bernardo : no ^ic*
ras mucho confiar de tí mismo, porque sin dübda en
los propios fechos todo hombre se engaña por dis-
creto que sea,é naturalmente toda persona conseja
mejor en los fechos ágenos que en los propios suyos:
lo qual se face por que en las cosas nuestras , ó somos
enpachados por gozo, ó por tristeza. Cerca del con-
sejo en las cosas arduas é graves, muy devotamente
rogad á nuestro Señor : é aun faced rogar á devotas
personas que vos demuestre la via de verdad, cá di-
ce San Agustin : que el buen consejo es gracia por
Dios dada. £ destos asi escogidos recebid estrecho
juramento que guardarán vuestros secretos ; c tened
con ellos tal orden, que en las cosas gi'andes,é car-
iadamente de cada uno, sepáis su voto : é contra to-
dos argüid asi vivamente quanto vuestro juicio abas-
1 88 TEATRO HISTORICO-CRITICO
tárc. E después , todos juntos ante vos , mandad que
digan sus opiniones , é la determinación quede á vos
en absencia suya ; cá dice el Señor : la mi gloria no
la daré á otro. Los quales son de escoger con grand
diUgencia que sean discretos é de buenas intenciones,
é que hayan seído leales á los señores que ante ser-
vieron : que non esperéis que á vos sea leal el que á
otro fuera traydor • . .
. „ E de los amigos, aquellos aved por verdade-
ros que en vuestra primera fortuna vos amaron : cá
el que amigo es ,en todo tiempo ama : é segund di-
ce Boecio : aquel que la próspera fortuna fizo ami-
go, Ja adversa lo fará enemigo. E por cierto , señor:
una de las cosas de mayor yerro es ,1a poca diferen-
cia que entre los hombres se face , como no sea cosa
en que tan grande facerse deva : lo qual conociendo
Aristótiles ,decia : asi como el mas noble de los ani-
males es el hombre subjeto á la razón ; asi el peor es
el hombre apartado de aquella. £ Séneca : ninguno
animal es tan peligroso , ningimo con mayor arte de
tractar , como el hombre á razón non subjeto. £ si
entregos caballos tan grand diferencia se face, que
uno vale cien doblas é otro non diez ; ¿ quánta ver-
güenza sea todos los hombres valer por un precio ?
Cada uno lo puede juzgar , como uno de balde sea
caro,é.otto non puede por precio comprarse. E la
perfección de la criatura razonable , segund dice San
Agustín, es cada cosa tener su precio. E Séneca; nin-
DE LA KroaUENClA £SPASolA« I89
guna cosa es tan necesaria como poner precio á las
cosas ; pues con mucha solicitud examinad á los ami^
gos é servidores : é de los virtuosos fidalgos é buer
nos faced tesoro : que un corazón de un leal amigo
é fiel servidor, non se puede por precio comprar".
COARTA que Diego de Valera , estando en Scgovia
con el Principe Don Henrique ^escribáóiaLRey Don
Juan el Segundo, rpzelando los males- que habían de
suceder en^sus rey nos con el exército*quc se prepa^
raba entonces contra los Grandes malcontentos.
„ Muy Poderoso Señor : en qToraiita añxiedad fa-
tiga é trabaxo los vuestros reynos estén, no e^ nece*-
sarÍQ declararlo : qué a. Vuestra merced asaz, es notao
rio. £ ya mas es tiempo de buscar remedio , que de
llorar ni decir nuestros males : el qualsin- duda , des^
pues.de Dios, .en vos^solo^aver ¿sp^tsam^, O. Señor !
pues no.sea vana nuestra esperanza.,. é&ga¿e paz en
Ywstra virtud, Adte agora vuestra, gran Señoria,
como puede ganar níayor gloria que jamás principe
del mundo ganó. Esto será , Señor , vos poniendo to-
dos los fechos en justa balausta, dexa^do toda parcia-
lidad é afición , de donde forzado se seguiria qve tan-
tas discordias é desensíones por vuestros subditos é
. naturales causadas, por vos solo sean reparadas y re-
ducidas á toda concordia. Y aunque esto parece i al-
190 TKATRO HISTOWCO-CRITICO
gunos dificile ; á mí parece mucho ligero si solamen-
te ponéis el querer : porque sois señor soberano asi
de los unos como de los otros. '
„ Traed á memoria, Señor , que sois rey ; é mi-
rad bien qual es vuestro oficio: que bien acatado, Se-
ñor, el reynar mas es sin duda carga que gloria. Lo
qual, por cierto, bien conocia aquel rey persiano de
quien Valerio hace mención : el qual teniendo la co-
roña, en las n\anos el día de su coronación , con mu-
cha atención acatándola , decía: ¡ o joya preciosa mas
que bien aventurada! quien bien conociese los gran^
des trabaxos (yie.debaxo de tí están escondidos, aun-
que en tierra te fallase, no te levantaria! Asimismo
debéis acatar wtno reynais por Dios en la tierra : al
qual mucho deveis parecer : el qual con sed codicio-
sa é ardiente deseo de la salud humana, tan grandes
é tantas iiijurias sufrió, hasta sufrir muerte penosa.
Pues 1^0 eS' maravilla si los que tenéis su poder en el
mundo ; alguaios t^abaxos, congojas ó males por sal-
vación de vuestros pueblos sufráis. Cá estas cosas
todas son subjetas al señorío : é la fortuna á ninguno
libra de golpe ó de llaga, desde aquel que posee la
mas alta silla ,é usa de purpura é de oro, hasta aquel
que se asienta en la tierra, é de lienzo crudo cubre
sus carnes. ^
„ Reíniémbrese asimismo vuestra Merced , que
entre los otros magnificos títulos, los reyes sois lla-
mados padres de la tierra: esto porque conozcáis el po-
DE LA £LOQÜENCIA X8PAÑ0I.A. igl
der á vos dado ^é de aquel sepáis bien usar parecien*
do á los buenos padres Jos quales á sus hijos amados
á veces; castigan con palabras, á veces con azote ;é
muy tarde contece matarlos , salvo constreñidos por
extrema necesidad. £ no menos deveis acatar como
los principes 9 en uno juntos con vuestros subditos é
naturales, sois asi como un cuerpo humano. £ bien
asi como no se puede cortar ningún miembro sin gran
dolor é daño del cuerpo ; asi no puede ningún sub*
dito ser destruido sin gran pérdida y mengua del
principe. Pues acate agora vuestra merced, si van
las cosas según loi comienzos ¿ quintos, miembros se*
rían de cortar ? y estos cortados , decidme señor ¿ qué
tal quedará la cabeza ?
yy Mas vos, Señor, me podréis decir ¿cómo yo
dexaré sin venganza quantas injurias hasta aqui me
son fechas? A lo qual , Señor , podré responder : para
que la injuria pueda ser ávida por tal; conviene que
el que la face aya ánimo de injuriar, y el que la re*
cibe se repute por injuriado : y aqui converná bien
acatar si las cosas hechas se ficieron con tal voluntad.
£ quando asi ñiese,aim quedaba mayor lugar á
vuestra virtud: que, como vuestro Séneca dice, asi
como no es liberal el que de bienes ágenos largamen-
te reparte ; ni menos el principe se puede decir be*
nigno ó clemente , que las injurias agenas ligeramen*
te perdona. Mas solamente aquel lo será, que pun-
gido y estimulado de sus propias ofensas, usando de
igt ' . TEATJIO HISTOXICO-CMTICO
clemencia perdona algo de la pena remitida: siguien-
do los pasos de nuestro verdadero Redentor , el qual
seyendo en la cruz rogó p<ar los que lo crucificaban..,
£ sin dubda y Señor, propio oficio del gran corazón
es menospreciar las injurias ;é mucha prudencia es
á tiempo disimular las cosas. £s exemplo á todos los
principes Octaviano Augusto , que no solamente per-
donó los que hicieron conjuración en su muerte ; an-
tes les hizo muchas mercedes: en beneficio de lo
qual luengamente vivjó muy: seguro, sin mas aver
quien ni solo poür pensamiento su mal desease.
„ Considere asimisnio vnaestra Merced , si nuestro
Senoriá. todos pénase según merecemos , ¿ quánto se-
ría el mundo desierto? E si vos, señor, por rigor de
justicia , agora quisiesjpd^s a todos juzgar ¿ sobre quán
pocos podriades reyo^r ? Derrámese pues el agua
de. vuestra benigna clemencia sobre tan vivas llamas
de fuego : y no dé lugar vuestra merced á tantos ma-
les quantos se esj^m¿ Catad, señor, que escripto es
por algunos santos varones, España aver de ser otra
vez destruidas No plega á Dios en vuestros tiempos
esto contezca : qué mal aventurado es d rey en cu-
yo tiempo los sus señorios reciben caída.
„ Querría agora que me dixesen los que mucho
h guerra desean , ó no dan lugar á la paz i quál es
la causa que á ello les mueve ? Debían estos consi-
derar quanto es dudoso aver vencimiento : é quanto
mas vale aver cierta paz, que dudosa victoria ;cá
Í>1 tA EIaQ<lUENGlA ¿SPAÍÍOLAC I93
entre todas las cosai ínundanas ninguna cosa es tan
incierta como los hechos de las batallas, en las quá-
íes vemos á veces ser vencidos los que han la justi-
cia , y otras veces ser vencedores 1 á veces los mu-,
dhos )á veces los pocos; ora los flacos^ ora los fuertesi
ora lói requestados ^o^a los requcstadores : é aun los
que vertios un tiempo vencidos, vemos en otro ser
Vencedores. Asi que no es humano juicio que dé
aquesto baste dar cierta razoni
h i Quién es agora que, sepa detir i porqué fuá
Fómpeo de Julio Cesar vencido, peleando él por la
libertad ? 6 ¿ porqué el Emperador Garlo Magnoj
aviendo tnuy justa razón de batalla , fué Vencido c
desbaratado del Rey D. Alonso el Casto de España?
ó 2 porqué el Rey San Luis , guerreando contra Ic^
enemigos de la sáiiaa fé^fué vencido y desbarata-
do ; y de treinta y dos mil caballeros que consigo p^-
só,con solos trescientos escapó preso? E si ya olvi-
damos estas tosas j que son mucho tíitiguas : dígame
alguno ¿ porqué en nuestros dias fué vencido el Em-
perador Sigismundo haciendo guerra á túfeos ? Bs-
cripto es en la sagrada Esériptüra : que el pueblo de-
Israel, aviéndo mtiy justa razón de pelear, dbs ve-
ces fué vencido, é mucha de su gente rtiuerta. E co-
ma de id tal se maravillasen ; demandaron dello ra-
zón al Profeta y el qual les respondió': que convenía
ser su pecado purgado por sangre. E amóftestando-
}es tercera vez de batallarles prometió cierta victo-
194 TKATRO HISTOltlCO-CMTICO
toria , la qual ovieron complidamente ; mas no por
cierto sin gran daño suyo é infinitas muertes de gen-
tes. Pues ¿quién será que de su innocencia tanto con-
fie, que aquella piense pueda bastar darle victoria?
,, Los que no creen quantas fuerzas en los autos
de guerra la fortuna tenga ^ consideren y lean los
grandes hechos de Anibal africanp: y allí verán quan-
to es variable é Incierta, é quanto debe ser de temer.
El qual , después de muchas grandes victorias , é des-
pués de aver poseído la mayor parte de Italia por
espacio de diez y seis años , aver desplegado sus altas
banderas sobre la gran ciudad de Roma ', la fortuna
volviendo la cara ligeramente > fué constreñido den-
tro en su tierra demandar la paz á su capital enemi-
go Scipion : é finalmente desbaratado é vencido , vo-
luntariosamente , coa propio veneno murió.
„ Agora , Señor , destas dos partes que en uno
contienden j Dios sabe cierto quien ha la justicia : é
todos sabemos , asi del un cabo como del otro , aver
mucho á Dios ofendido ^ porque no dudo quiera to-
mar muy dura venganza i y la victoria quien la avrá,
esto sabe nuestro Señor. Mas pónganlos agora que
haya victoria aquella parte que mas deseáis ; cierto
será muy gran maravilla poderla aVer sin muy gran
daño suyo é perdimiento de vuestros reynos ,é mu-
cha mengua de vuestra corona. Pues acatad con rec-
to juicio este daño cuyo será ? sin duda de vos, pues
que sois de todos señor. Pues mirad quanto cumple.
ídk la eloquencia £spaSola. Í95
toas qué á otro ^ á vos esta paz , pues tanto daño de
la guerra sé os sigue. Buscad, señor ^ todas las vías
porque éstas cosas no Vengan al postrimero reme-
dio de batalla. No piense vuestra Merced ninguna
afición ó interesé me mueve esto decir, ni menos te-
mor de perder lo que tengo : lo qual ya todo e« re-
ducido en un arnés é un pobre caballí i lo qual en
uñó con la vida yo gastaré por vuestro !5erV:(cio,así
como todo lo otro he gastado satisfaciendo á mi leal-
tad. Plega á aquel Dios todo poderoso, que con su
singular amor del linage humanal las espaldas puso
en la cruz , qué vuestro corazón encienda é ínflame
de amor tan ardiente á los vuestros subditos > porque
tantos fuegos encendidos por ellos, por Vuestra ma-
no sean amatados ; é él sea de vos muy servido, é vos
de los vuestros amado é temido".
IIL
C^akta que Diego de Valera dirigió al Rey Don
Juan el Segundo , qué estaba en TordesiUaSj después
de haber oido los Procuradores de las Cortes, escrita
en Valladolid en el año 1448.
„ Quantos y quan grandes males dé la guerra se
sigan, muy ínclito Principe, la experiencia lo ha de^
mostrado en vuestros reynos por nuestros pecados:
porque baste tanto decir que vuestra España de to-
da parte la cerca tormentpjSin aver alguno que de
2(2
I96 TSATUO HlSTOMCO-CRliPlCO
SUS males se sienta ni duela t por quien con Jeremías
podemos decir : como la Señora de las gentes es sola,
hecha es como viuda, é no es quien la consuele de
todos los amigos suyos. E ella con David con razón
dirá: los mis amigos é los mis primos todos se acer-
caron contra mí. Pues, Señor , vos solo , á quien por
Dios es la ci^a de^os reynos endomendada , quered
dar paz en nuestros dias ; é no queráis que en vues-
tros tiempos sea verificado aquel dicho de Isidoro
que dice : ¡ O mezquina España, dos veces eres des.
truida,é tercera vez lo serás por casamientos ilicitos!
£ aunque no quede persona alguna á quien gran
parte del daño no toque, a vos, Señor, toca mucho
mas que á todos , como la pérdida entera sea Vuestra,
é el máybi: detrimento de vuestra corona , y la ma-
yor infamia é Vergüenza á vuestra real perisona re-
dunde : que bien quanto la gloria é honor de los he-
chos loables es al principe ó caudillo debida , aunque
parte sea de los subditos , asi det contrarío es á él atrí*
biiido ei mayor deshonor ó mengua*
), Pues debéis , Señor , acatar quanto es grande
carga la que tenéis, y á que vuestra real dignidad
vos obliga ; é qual es el Juez que vos ha de juzgar,
á quien ninguna cosa se esconde , cuyo querer y po-
der son iguales. E si agora , Señor , vos pensáis por
fierro ó rigor vuestros reynos pacificar , esto es muy
duro á mi cireef , que ya el Velo de la vergüenza es
irompido é el temor de Dios olvickdo,é el avaricia
»K LA SIOQÜEITCU jeSPAjíOlA. T97
en tanto crecida, que no se contenta ni harta ningu-
no, E como Benhahatin al Rey Don Pedro decía:
guarda que tus pueblos no osen decir; que si osaren
decir, osarán hacer. E si vuestros subditos han osado
decir ó hacer , la experiencia es dello testigo : pues
por cierto, Señor, las armas que en vuestros reynos
pueden dar paz, son buen consejo é piedad é clemen-
cia : que ya probastes el fierro é rigor : de lo qual
I qué otra cosa salló , salvo muerte de infinitos hom-
bres , despoblamientos de ciudades é villas , rebelio-^
nes,fuerzíis é robos? é lo que peor es, grandes erro-
res en nuestra fe. Pues quered agora probar la cle-<
m6nda,é creo que dará sin duda otro fruto, Al Rey
David é á Salomón su fijo mas aumentó benignidad
que rigor : el Cesar, é Scipion, é Alexandre mas con*
quistaron por amor que por fuerza. E Octaviano
Augusto quanto quiso usar de venganza, tanto vivió
con temor é sospecha: é quanto apartó de sí la crucr
za , fué de los suyos amado é temido. De do parece
quanto conviene a los grandes principes saber per-^
donar, é quantos bienes dello se siguen. E segua
sentencia de Isidoro , el principe vindicativo no es
digno de aver señorío : é aunque todas las virtudes
convengan al principe, mas le conviene clemencia quQ
otra , mayormente en las propias ofensas , en las qua-»
les solamente ha entero lugar la virtud: que perdona^
las injurias agenas no es clemencia , más injusticia.
„ El Rey Saül ¿porqué perdió el rey no, sien-*
198 TEATRO HISTORTCO-CRITICO
do ungido por mandado de Dios ? E porqué Robo-
am,hijo del muy grand Rey Salomón? Porque
Ezequías Rey de Jerusaléri ? Porqué infinitos otros
de quien las historias hacen mención ? E sin duda,
Señor, bienaventurado es aquel á quien los ágenos
peligros hacen sabio : pues para dar tranquilidad é
sosiego é paz perpetua en vuestros reynos , según
mi opinión , quatro cosas son menester , conviene á
saber ; entera concordia de vos é del Principe , resti-
tución de los caballeros ausentes, é deliberación de
los presos , é de los culpados general perdón : para lo
qual , Señor , conseguir , convenia consejo é delibera-
ción de hombres discretos , é de buena vida , ágenos
de toda parcialidad é afición : que los que deben con-
sejar , según Salustio dice , de odio é temor é amis-
tanza y cobdicia deben ser vacíos: é sin duda de otros
no se puede aver buen consejo ; con los quales asi es.
cogidos , ayudante nuestro Señor , espero en que los
males é daños de vuestros reynos sean meno$,
„ ¡ O Señor ! pues muévase agora el ánimo vues-
tro á compasión de tan duros males. Mirad con los
ojos del entendimiento las muy vivas Uainas en que
vuestros reynos se consumen y queman. Acatad con
recto juicio el estado en que los tonjastes , é qual es
el punto en que los tenéis, y qué tales quedarán ade-
lante si van las cosas según los comienzos; é si de no-
sotros no aveis compasión, lavedla, Señor, siquiera de
vos : que mucho es cruel quien menosprecia su fama.
DB ZA SLOQPBNCXA: SSPAirotA. 799
CARTAS DB LA REYNA CATÓLICA.
JL'eseando concluirlas muestras del buen lengu-
age castellano del siglo décimo quinto con algunos
cxemplos no menos dignos de nuestra memoria por
la nobleza del decir que por la grandeza del autor;
HÍngunos me han parecido mas adequados para se-?
ñalar la época donde acabó la segunda edad del idi<
orna español, que dos monumentos de aquella muy
animosa Reyna Doña Isabel, en quien comenzó la
gloria ymonarquia de España, y crió como á sus
pechos el valor de las armas , la entrada de las bue^
ñas letras, y la firmeza de la religión christiana. A
este fin se han trasladado aqui los.fragnientos mas
curiosos para la historia de su tiempo de dos cartas
que aquella diseretisima Princesa dirigió á su con-
fesor el Venerable Fr.Hernando de Talayera, que
se hallaba a la sazón ea Granada condecoi:ado con
la mitra arzobispa.1 de aquella recien conquistada
ciudad , escritas de puño propio , la primera desde
Zaragoza á 4 de diciembre de 149a ; y la segunda
desde Barcelona á 30 del mismo mes y año. Amba$
las trae á la letra el P. Fray Joseph de Sigüenza
en su historia de la Orden de $• Gerónimo, en el li-
bro segando de la tercera parte, cap. xxxvii. No
copio aqui estas dos cartas , como dechados de estilo
N4
2Pp T^iTXa HfíSTOHÍGOCItlTÍCO
epistolar, ni de (estudiada elegancia , aunque no ca-
recen de mérito en la t:oncisioQ y viveza del narrar;
sino como testimonios de la franqueza , ijaturalidad,
y noble candor con que desahogaba aquella heroy-
cg hembra los siehtinuei^tos de su |[rapde alxQai,
I-
JCn esta primera carta a su confesor se manifiestaii
la humildad , sumisión y llaneza con que taj alta y
animosa Reyna veneraba la prud^ci^, letras, y vítt
tud de aquel apostólico varón.
i .i ti ■ t. i .ji ' » ' . ».
„ Tales son vuestras cartas j que es osadía respom
der á ellas , porque ni basto ni sé leerlas como es ra-r
zon;mas sé cierto que me dan la vida, y que no
puedo decir ni encarecer, como muchas veces, digo,
quánto me aprovechan : tanto , que no <?s razón des-i
cansar ni de de?:arlasjSÍno e5(?rebir con quitos acá
vinieren. Y querria yo que aun mas Us e^teiidiése-
des,ymas particularmente de cada cosa, y de l%s
causas que hubiere de negociar , y de las cosas qu<r
acá pasan, como es lo que tratábamos agoja con el
!Rey de Portogal sobre que tocó i aquellas isl^ que
halló Colón, y sobre ellas mismas que decís que
nunca os escribí ,y sobre lo que escribís de Ips casar
mientos de nuestros hijos, qué es lo que os parecerá
mejor : aunque de la Princesa no es xle hacer cuenta,
porque está determinada de no casar , y el Rey mi
M tA ELOQÜEKCIA ESPAÍTOLA* 20l
señor desde agora un año fe aseguró de ne mandár-
selo , y yo desde antes estaba de no mudar de vo-
luntad,
„ Y no solo en estos negocios que son los ma*-
yores ; ea todos los de nuestros reynos , y de la bue^
na gobernación dcUos , querría que particularmente
me escribiésedes en todo vuestro parecer : y ha mu-
chos dias que yo deseo escrcbiros esto , y déxabalo
porque ine parecia que os escusábades de todo. Y
agora me dio ocasión lo que decís qu« nunca os he
escrito de las Indias , de que (omé que no os pesara
que os escriba , a$i aquellas cosas : y dello y de otras
muchas hubiera escrito y pescudado, si si^piera esto«
Algo ha estorvado á esto el poco espacio que tengo
para escrebir,y qu^ recibo pena en ello desta ma-
nera que querría tanto decir ; y teniendo tan poco
espacio confúndese el entendimiento, de manera que
sé muy menos de lo que sabía con mas espacio : y
dexo de decir mucho de lo que querría, y lo que
digo, muy desconcertado, Y esto me pena: que si
tubiese espacio, sin duda que no hay pasatiem-
po en que yo mas hyclgue ; y aun asi como es, se-
rá descanso j)ara mí, si yo pienso que vos sufrís sin
pena mis cartas aunque vay^n tan descarriadas, y
alargaré mas en ellas. Y en lo que yo no pudiere
daqui adelante , de mano de Fernán Alvarez os ha-
ré saber todas las cosas principales , paraque sepa-
mos en ellas vuestro parecer.
ftOl TSATmO HlSTORICO-CltmCO
9j Y esto os ruego yo mucho que no escuseis de
cscrebir vuestro parecer en todo en tanto que no»
veamos. Ni os escuseis con que no estáis en las co-
sas y y que estáis ausente , porque bien sé yo ausente
será mejor el consejo que de otro presente. Y no hu-
vo nadie I presentes ni ausentes , que ansi como vos
en ausencia supiese sentir y loar la paz por tantas y
tales razones y ni ansi decir ni enseñar las gracias que
habiamos de hacer a Dios por ella y las otras mer-
cedes recebidas^qual plega a Dios por su bondad
que hagamos • . . Ni que asi también reprehendiese
de lo que se habia de reprehender de la demasía de
las fiestas : que es todo lo mejor dicho del mundo , y
muy conforme mi voluntad con ello ; ni quien en
todo lo otro asi hablase ni aconsejase como vos en
íruestras cartas. Y por eso vuelvo todavia á rogar
y encargar que lo queráis hacer como lo pído,qu«
no. puedo recebir en cosa mas contentamiento : y re»
cíbolo tan grande en lo que he dicho que reprehen-
déis , y es tan santamente dicho, que no querria pa-
recer que me disculpo.
,, Más porque me parece que dixeron n^as de lo
que fué , diré lo que pasó , para saber en que huvo
yerro. Porque decís que danzó quien no dcbia, pi-
enso si dixeron allá qtie danzé yo ; y no fué ni pasó
por pensamiento, ni puede ser cosa mas olvidada de
mí. Los trages nuevos ni los huvo en mí, ni en mis
damas, ni aun vestidos nuevos : que todo lo que yo
M LA ELÓQUENCIA ESPAÑOLA. 203
allí vestí había vestido desde que estamos en Ara-
gón, y aquello mismo me habian visto los otros fran-
ceses. Solo un vestido hice de seda y con tres mar-
cos de oro , el mas llano que pude : esta fué toda mi
fiesta. De las fiestas y el llevar las damas de rienda,
hasta que vi vuestra carta nunca supe quien las lle-
vó ni agora lo sé, sino quien se acercó por ahí, como
suelen cada vez que salen. El cenar los franceses á
las mesas, es cosa muy usada, y que ellos muy de
continuo usan (que no llevaran de acá exemplo dc-
11o) , y que á cada vez que los principales comen con
los Reyes , comen los otros en las mesas de la sala de
damas y caballeros : que asi son siempre , que allí no
son de damas solas. Y esto se hizo con los ^K>rgoño-
nes quando el bastardo , y con los ingleses y portu-
gueses, y antes siempre en semejantes convites : que
no sea njas por mal y con mal respeto que de los que
vos convidáis á vuestra mesa. Digoos esto porque
no se hizo cosa nueva , en que pensásemos que habia
yerro : y para saber si lo hay , aunque sea tan usado
(que si ello es malo , el uso no lo hará bueno , y será .
mejor desusarlo quando tal caso viniese), por esto lo
pescudo. Los vestidos de los hombres, que fueron
muy costosos , no lo mandé 5 más estórbelo quando
pude , y amonesté que no se hiciese. De los toros
sentí lo que vos decís, aunque no alcancé tanto; más
luego allí propuse con toda determinación de nunca
verlos en toda mi vida, ni ser en que se corran ; y no
204 TEATRO HISTOMCO-CUltíCO
digo defenderlos, porque e$to no era para mí i solas.
„ Todo esto he dicho porque , sabiendo vos la
verdad de lo que pasó , podáis determinar lo que es
malo paraque se dexc si en otras fiestas nos vemos:
que mí voluntad no solamente está cansada en las de-
masías, más en todas fiestai por muy justas que ellas
sean , como ya escribí en la carta larga , que nunca
he envifido ni oso enviar , hasta saber de todo si ha-
béis de venir quando Dios quisiere quí? vamos á
Castilla. Y en esto no oso mucho apretar , posponi-
endo lo que nos toca por lo que vos queréis , j por-
que mi condición es , en lo que me toca , en no apre-
tar á nadie, y quanto mas á quien bien quiero.
„ De las escrituras que decís que no muestroi
cierto he estado en agonía : que veo que yerro en
mostrarlas según ellas son. Y por lo que decís de
mí, no las muestro; más mostrarlas he aunque yo
reciba afrenta en oir de mí lo que no hay. Vi una
carta que escribís al Cardenal de Cartagena , que
nunca vi mejor cosa ; más habéis de perdonar ima
gran osadía que hice en tocar en ella, que borré don-»
de deeíades de la hipocresía, porque me parecia que
para romano era de tacha : porque pluguiese á Dios
que hubiese allá alguna. Y destas cosas de Roma os
ruego mucho que me escribáis lo que os parece ^ y
si es cosa en que algo podamos hacer . , ♦
„ De la ida del Rey Moro (el de Granada) ha-r
bemos habido grande placer ; y de la ida d^l lafm-
m tA KtOQPENCIA ESPAIÍOLA. 20$
te SU hijo , mucho pesar. Si yo supiera lo que vues-
tra carta dice, mas diligencia hiciera por deteiíerle.
Parcceme que allá ¿onde está lo debemos siempre
cevar , visitándole con color de visitar á su padre, y
cnviandole algo .4.
II-
JlLv esta segunda ¿arta al misino muestra aquella
valerosa Princesa, no menos su christiana humildad y
menosprecio de la caduca felicidad humana , que los
tiernos afectos de su afligido corazón, y del amor en-
trañable que profesaba al Rey Católico su esposo,
quando refiere el caso da la cuchillada que recibid
el Rey de la mano de un iluso demente en Barcelona.
„ Pues vemos que los reyes pueden morir de
qualquier desastre como los otros, razón es de apare-
jar á bien morir. Y dígolo ansí , porque aunque yo
desto nunca dudé , antes como cosa muy sin duda la
pensaba muchas veces, y la grandeza y prosperidad
me lo hacia mas pensar y temer ; hay muy gran dife-
rencia de creerlo y pensarlo á gustarlo. Y aunque el
Rey mi señor se vio cerca , y yo la gusté mas veces
y mas gravemente que si de otra causa yo muriera
(ñi puede mi aliña tanto sentir el salir del cuerpo) ;
no se puede decir ni encarecer lo que sentia : y por
esto, antes que otra v^z guste la muerte (que ple-
gué á Dios nunca sea por tal causa) querría que fue*
se cü otra disposición que estaba > agora en especial
1
ao6 TEATRO HISTOB ICO-CRITICO
en la paga de las deudas. Y por eíto os ruego y cúr
cargo mucho por nuestro Señor , si cosa aveís de ha-
cer por mí a vueltas de quantas y quan graves las
aveis hecho, que queráis ocuparos en sacar todas mis
deudas , asi de emprestados como de servicios y da-
ños de las guerras pasadas, y de los juros viejos que
se tomaron quando Princesa , y de la casa de moneda
de Avila, y de todas las casas que á vos pareciere que
hay que restituir y satisfacer , en qualquier manera
que sea. Encargo me lo enviéis en un memorial, por-
que me será el mejor descanso del mundo tenerlo : y
viéndolo y sabiéndolo, mas trabaxaré por pagarlo. Y
esto os ruego que hagáis por mí y muy presto, cü
tanto que queráis que dure este destierro.
„ Dios sabe que me quexára yo agora si vos iio vi-
niérades; sino que por lo que toca á esa ciudad, que
la tengo en mas que á mi vida, por eso pospongo todo
lo que me toca. Y quando supe este caso (de la cu-
chillada del Rey) luego no tuve cuidado ni memo-
ria de mí ni de mis hijos , que estaban delante ; y tu^
vela desa ciudad , y que os escribiesen luego esas car-
tas que escribí ; y por eso agora no ahinco mas vues-
tra venida, hasta que, placiendo a Dios, estemos mas
cerca de allá. Y como entonces á mí no me dixeron
mas de lo que os escribí , y no avia visto al Rey mi
señor , que yo estaba en el palacio donde pasábamos,
y el Rey en este donde el caso acaeció ; y antes que
acá viniese escribí , porque su Señoria no quiso que
PE LA ELOQÜENCIA ES^'AÑOLA. 20/
viniese yo en tanto que se confesaba : y por esto no
pude decir mas de lo que me decían , y aun para ahí
no era menester : que aun agora no querría que su-
piesen quanto fué ...
„ Fué la heridla tan grande, según dice el doc-
tor Guadalupe , que yo no tuve corazón para verla
tan larga y tan honda , que de honda entraba quatro
dedos,y de larga, cosa que me tiembla el corazón
en decirlo, que en quienquiera espantara su grande-
2a, quanto mas en quien era. Más hízolo Dios con
tanta misericordia, que parece se midió el lugar por
donde podía ser sin peligro , y salvó todas las cuer-
das y el hueso de la nuca, y todo lo peligroso. De
manera que luego se vio que no era peligrosa ; más
despttes de la calambre y el temor de la sangre , nos
puso en peligro : y al seteno día vino tal accidente,
de que también os escribí yo ya sin congoxa , más
creo que muy desatinada de no dormir. Y después
al seteno día vino tal accidente de calentura, y de tal
manera , que esta fué la mayor afrenta de todas las
que pasamos , y esto duró un dia y una noche : de
que na diré yo lo que dixo S. Gregorio en el oficio
de sábado Santo ; más que fué iloche del infierno :
que creed, padre, que nunca tal fué vistp en toda la
gente ni en todos estos días , que ni los oficiales ha-
cían sus oficios , ni persona hablaba una con otra: to-
dos en romerías y en procesiones y limosnas ; y mas
prisa de confesar que nunca fué eñ semana santa : y
ac8 TEATRO HISTORtCO-CWTlCtí
\:odo esto síb amonestación de nadie. Las iglesias y
monasterios de con tina sin cesar de "noche y de dia,
diez y doce clérigos y fray les rezando : no se puede
4Íecir lo que pasaba»
„ Quiso Dios por su botidaá áver miséfiGordia
de todos: de manera que quando Herrera partió, que
llevaba otra carta mia , ya su Señoría estaba muy
bueno , como él avrá dicho , y después acá lo está si-
empre (muchas gracias y loores á nuestro Señor) :
de manera que ya él se levanta y anda acá fuera , y
mañana, placiendo á Dios, cavalgará por la ciudad
á otra casa donde nos mudamos. Ha sido tanto el
placer de verle levantado , quanta fué la tristeza : de
manera que a todos nos ha résuscitado. No sé como
sirvamos a Dios tan grande merced ^ que no basta-
rían otros de mucha virtud á servir esto ¿qué haré
yo que no tengo ninguna? Esta era una de las penas
que yo sentia, ver al Rey padecer lo que yo mere-
cía , no mereciéndolo él que pagaba por mí. Esto me
mataba de todo : plegué á Dids que le sirva daqui
adelante como debo , y vuestras oraciones y consejos
ayudeií para esto, como siempre aveis hecho; más
;[gora mas en especial en esto que tanto os he en-"
cargado v w
ao9
/ catalogo'
DE LpS AUTORES Y DE SUS RESPECTIVOS
ESCRITOS^ CONTENIDOS EN ESTE
TOMO !•
1.^.^.^. 1 óEMA i>fit Cii> : de Incierto autor de ñatíi
del siglo xií. Su noticia 9 pag. i. Varios
fragoeientos de este e^Critto = Oración que
hizo el Cid al Altisimo p. 2 . « Relaeion de
lina bafaHa por el autor , p. 3 .
IL.«w GONZALO Ptt B£iic£o : escritor dé mediados
del siglo XIII Obras isuyas que se trasla-
dan := Signos del /íi/m: siete coplas que
pintan las señales que han de preceder al
diadel jukió) p. 4.;= Milagros de Nuestra
Senara : ocho coplas de la introducción,
que es una hermosa parábola, p^ 5 . ís Due-
lo de la Virgen : sus coplas del dialogo
entre la Virgen y S. Bernardo ,p. 7 : cin-
co coplas de otro dialogo entre la Virgen
y su divino Hijo pendiente en la cruz,p.
Sy9.
III..kk JVAM LORENZO : escritor de principios del
reynado de D. Alonso x. Obras de donde
se han trasladado muestras s El Poema de
Alejandro : siete coplas de la descripción
T02t. I. o
aio
de las, armas de Darío , p. 1 1 : once coplas
de la descripción de la ciudad de Babylo-
nia p. 1 2 : trece coplas de la descripción
de la tienda de Darío, p. 14: ocho coplas
de los avisos morales del autor , p. 16.
= Dos cartas de Alexandro a su madre ^
casi enteras , p. 17.
IV.... LEYES DE PARTIDA : dispuestas por el Rey
D.Alfonso el Sabio por el año 1256. No-
ticia de este código, p. 19. Partida se-
gunda : muestra del título iii p. 2 1 . ídem
del título IV p. 23. ídem del título v p.
25. ídem del título xiii p. 26. ídem del
título XXVII ,.p- 28.
V D. JUAN MANUEL Infante de Castilla : escri-
tor de principios del siglo xiv. Sumario
de su vida y escritos, p. 33. Obras de don-
de se han copiado fragmentos =: £/ Conde
Lucanor : varios cuentos que se hallarán
reducidos en las pag. 34 y 36 , 40, hasu
la 48.
VI.... D. PEDRO LÓPEZ DE AYALA ; escritor de fi-
nes del siglo XIV. Sumario de su vida y
escritos, p. ^o Obra de donde se han co-
piado varias muestras = Crónica del Rej
Don Pedro de Castilla idos fragmentos, p.
tyVlI.. FERNÁN GÓMEZ DE CIBDADREAL ; eSCrltOÍ
de principios del siglo xv. Quinario de su
vida y escritos, p.*6i. Obras de donde se
han trasladado muestras :=sCenton Episto-
lario \ varias cartas desde la p. 63 hasta
la 76.
VIII. BACHILLER ALFONSO DE LA.TORHE : eSCritor
de principios del siglo xv. Sumario de su
vida y escritos, p. 79. Obra de donde se
han copiado muestras = La Tristón deley^
table : varios discursos desde la p. 8¿ hasta
la 109.
iX.v/ FERNÁN PSREZ DE GüZMAN : esctitor de me-
diados del siglo XV. Sumario de su vida
y escritos, p. iii. Obras de donde se han
trasladado muestras ^Las Generaciones y
Semblanzas de los principes y personages
de su tiempo : varios capitulos desde la p.
114 hasta la 128.
X FERNANDO DEL PULGAR : escritor de fines
del siglo XV. Sumario de su vida y escri-
tos, p. 132. Obras dle donde se han copia-
do muestras =: C/^raj varones de Castilla:
varios títulos desde la p. 134 hasta la 156.
== Sus epístolas : algunas de ellas desde la
p. 157 hasta la 174. ,
XI,,.. MOSEN DIEGO DE VALERA : escritor de fines
del siglo XV. Sumario de su vida y escri-
tos, p. 177. Obras de donde se han trasla-
02
ai2
dado muestra ^Tratado de fr evidencia
contra fortuita i copiado casi entero, p. i8 1.
= Dos cartas al Rey D.Juan el segundo^
sacadas de su Crónica abreviada, casi en-
teras : la primera en la p. 189 , y la segiin*
da enlap. 195.
XII.. lA KEYNA CATÓLICA PONA ISABEL. Breve
idea de su carácter y de su estilo epistolar,
p. 199. Dos cartas al V. Fr. Hernando
de Talayera su confesor : escritas la una
desde Zaragoza ea^ 149 a , p. 200; y la
otra desde Barcelona aquel mismo año,
p. 205-
índice alfabético ^
DE LAS VOCES ANTIQUADAS,
OBSCURAS , Y DESUSADAS
QUÉ SE LEEN EN LAS MUESTRAS DE ROMANCE
CONTENIPAS EN EL PltESEKTE TOMO.
CON LA TRADUCCIÓN CORRES POI^ÍDIENTE At
DICCIONARIO CORRIENTE Y USUAL DE
LA LENGUA CASTELLANA.
A Acucia : solicitud y dili-
gencia.
Ahondar : abundar. Acucioso : solicito , dili^
Ahondado : abundante. gente.
Aborrcncia : aborrecimi- Acutisimo : agudísimo.
ento. Adjutorio : ayuda ^ au-
Ahonlri aborrecer. xUio.
Ahusíon : abuso. Aer : ayre.
Acabamiento ijin ^fene- Afincar: instar ^ insistiré
cimiento. Afincamiento : ahinco^
Acatar : mirar con aten- instancia.
cton. Agora ; ahora.
Acorrer : socorrer , am- Agravamento : carga ,
farar. peso.
Acorrimiento ; socorro , Ahincar : lo mismo qu§
ambaro. afincar.
03
2X4
Aína : pronto Juego.
Al : otra^ cosa yde" otra
.manera.
Alabamiento : alaban^
za.
Alaudar : alabar.
AlBor : alva , aurora .
AÍbardau : truhán , bu-'
fon.
Algos i haberes ^cauda^
les.
Allegar : juntar , adqui-
rir.
Allende : Por otra par-
te , ademas.
A limpiar ; limpiar.
Alongar : aUxar y apar-
tar.
Alongado : desterrado.
Alegramiento : alegria.
Aliegvreza : idem.
Amatar : matar , apa^
gar.
Amiganza : amistad.
Amorío : amor , afición.
Amos ; ambos.
Amostrar : mostrar.
Km^lo: ancho.
Andidlste: anduhiste.
Añadimiento : añadidu^
ra ^aumento^
Animalia : animal.
Anio ; año.
Anno : año.
Ansi : asi.
Ante : antes.
Antever \pret)er.
Aosadas : en verdad^ a fe.
A^2rQ]zr: preparar^ ais-
poner.
Apasionado : doliente h
achacoso.
Apesgar : agobiar , caer.
Aplacer : agradar.
Aplacerse: regocijarse .
Apoderar : poner en po-
sesión.
Apoderarse : tomar ^o-
der 6 dominio.
Apostura : compostura ,
adorno.
Aprovcchosoiprovechoso.
Apuesto : compuesto , 6
adornado.
Aqueste : este.
Arbor : arboi.
Ardura : apretura , an*
gustia.
Arredrar : apartar , des-
aviar.
Arrepiso : arrepentido.
Asaz : bastante ^harto.
Ascender : esconder.
Ascmblar : semejar ^ pa-
recer.
Asinable : imaginable.
Atal : tal.
Atañer : tocar ypertene-
cer.
B
Btltzt: beldad.
Benefícatívo : benéfico.
Bien andante : dichoso.
Bienquerencia: buena vo-
luntad.
Bisasada : requemada.
Biscocha : idem.
Blauchete : gato.
Bollicio : bullicio.
aij
Cá : porque.
Cabdillo : caudillo.
Caecer : caer.
Capdaí : principal y ma^
yor.
Captivo : cautivo.
Carrera : camino.
Catar : mirar.
Cativo : cautivo.
Caso: acasoy casualidad^
Celar : ocultar.
Cevil : vil y desprecia'^
ble.
Cibdad : ciudad.
Cobdicia : codicia.
Cobdiciaduero : codicia^
ble.
Cochura : tscozor , sentí"
miento.
Cognocer : conocer.
Coita : pena ytrabaxo.
Complir : cumplir.
Cometer : acometer.
Comienzo ; principio»
Comunal : común.
04
ai6
Comportar : suportar^
tolerar.
C^onjuntarsc : unirse.
Conocencia : ^nofimien^
to.
Conorte : consueto.
QonqiiCTix: conquistar.
Conteccr : acontecer.
Conríno : continuo.
Convcrni : convendrá.
Consejar : aconsejar.
Consuno (de) : de común
acuerdo.
Convusco : con vosotros.
Corredura ijpremio.
Cotiana : quotidiana.
Crimines : crímenes.
Crueza : crueldad.
Cueita : cuita jtrabaxo.
CuidzY i pensar.
Cumplir : convenir , im-
portar.
Cura : cuidado.
Ciuar de : cuidar de.
Dañamicnto : daño.
Debda : deuda.
Debidor : deudor.
Dccibir : engañar.
Dedcs : deis.
Pefender : prohibir.
Dessóse : dexóse.
Deyuso : debaxo^
Dir ; dcHr.
Disso : dixo.
Do ; donde.
Dolce : dulcf.
Dolzor : dulzura.
Dubda : duda.
Dubdar : dudar.
Duldar : dudar.
E
Embiar : emiar.
Empecer : dañar.
Empós : tras ^ después.
Emprenta : impresión.
Enático : disforme Jeo.
Encimar : eUvar , sobr^-^
poner.
Encobrir : encubrir.
Enfambrecer : enhambre-
cer.
Engenrar : engendrar.
Enn2:en la, ;
£nno : en lo.
Entaio : entalladura.
Entegredad : integridad.
Entendimiento de una
cosa : la inteligencia 6
mente de ella.
Entonce : entonces.
Enxemplo ; exemph.
Escalentar : calentar.
Escanto : encanto.
Escuro : obscuro.
Eso mesmo : asimismo.
Espaladínar : aclarar,
explicar.
Estonce : entonces^
Esroría : historia.
Ezambre : enxambre.
Fabla : habla.
Fablar : hablar.
Facer : hacer. ,
Facienda : tarea 6 tra-
baxo.
Facienda : acción 6 fun-
ción de armas.
\ai7
Falágos : aJhagos.
Fallar. : hallar.
Fallesapr : faltar , a«-» ^ \
recef. ^ '."^f ;
F^lecido : fattk , destU
tuido.
Falsar ; romper , cliafar.
Falsía : falsedad.
Fambrentar ; enhambre*
cer.
Fame : hambre*
Far : hacer.
Fartar : hartar^.
Fasta que . . . hasta que.
Faz á faz : cara á cara*
Fecist' : hicistes.
Fecho de caballeria : he^
cho de armas 6 de
guerra.
Fégado : hígado.
Fenchir : henchir , llenar.
Fcrir : herir.
Fermoso: hermoso.
Fervir : hervir.
Fetila : pena » dolor.
Fialdat x fieldad.
Fianza : confianza.
Ficar : quedar.
ai8
Figar : higuera.
Füo ó fijo : hijo.
Fijodalgo : hidalgo.
Finamiento : muerte.
Finar : fenecer , morir.
Fincable : permanente.
Fincar ipermaneeer.
Fincar (clavar yhincar.
Finiestra : ventana.
Flamas : llamas.
Fogar : hogar , hoguera^
Foia ó foja: hoja.
Folgar : ^holgar , diver-
tirse.
Follar : hollar ^ pisar.
Fontana \ fuente.
Foradar : horadar y tala-
drar.
Forcia i fuerza.
Fraire ifrayle.
Fremoso : hermoso.
Fuesa : hoya , sepultura.
Fuyr : huir.
G
Gostar : gustar.
Gradecer : agradecer.
Grado (aver) : dar grá*
€ias.
Grado a Dios : gracias
a Dios.
Granado: lleno^ cumplido.
Guarnir : guarnecer.
Guisa : manera.
Guisa (de alta) : de ilus-
tre sangre.
H
Ha : hay.
Hacer gracias : dargra*
cias.
Haz : frente de tropa.
Haces : cuerpos ó tropas.
He : tengo.
Hombredad : valor viril.
Home : hombre.
Hondra : honra.
Honorablemente : honro*
sámente.
Hueste : exército.
Humanal : humano.
Humildanza : humildad.
I J
Iguar : igualar^
Impunar : impugnar.
Incomportable : intole--
rabh-
Intemperancia : dcstem-
fianza.
Interese : interés,
Invidia : envidia.
Juá^zx: juzgar.
^vLntzmcnto'.juntajpan-
dula.
Labros : labios.
Laceria : miseria , po-
breza.
Lacério : idefn.
Lámar : llamar.
Lanzar : arrojar.
Lasdrada : mesquina , in-
feliz.
Leme : piloto.
Levar : lle'var.
Leviano : livianojigero.
219
Línguagc ; lenguage.
Lit : //^ , lucha.
Lobregura : lobreguez.
Logar : lugar.
Longura : longitud.
Luengamente : larga^
mente.
Luengo : Uxan^ , largo.
Lumne : lumbre. 6 luz.
M
Maestramiente : con arte.
Maguer : aunque , aun.
Mal andante: desdichado.
Malastrugo : desvcntu*
rado.
Malecina : medicina»
Maleficio : daño ó per-
juicio.
Malenconloso : mal hu-
morado.
Malfechor : gnalhechor.
Maltrecho : maltratado^
Manamano : al instante.
Mandado : mandato.
Mannas : mañas.
Malvestad : maldad^ ma-
licia. '
d20
Maaviia : maravilla.
Membrarse : acordarse.
Menguar : faltar , dis-
tninuir.
Mercadear : traficar con
generas.
Mestre : maestra.
Mientes (aver) : /ífdr-
darse.
Mientes (parar) : consi-
derar y atender.
Miasurar : medir.
Mirado : milagro.
Misicgo : labor de las
mié se s,
Morre : muere.
Mudamiento ; mudanza,
Mugier : muger.
Murmurar : mormurar.
N
Natura : naturaleza.
Nen : ni.
Nenguno : ninguno,
Nin : ni,
ÍNÍiubla : niebla.
Noguera : ncgah
Nombradla : nombre ^fa^
ma.
Nomnado : nombrado.
Non : non.
NuUa : ninguna.
Nunqua : nunca.
Nuvada : nublado*
Oblidar : olvidar»
Obsequias : exequias. \
Ochavas : octavas.
Odir : oir.
Odor : olor.
Orne ü home : hombre. \
Onde : de donde.
Ondra ú hondra: honra. j
Ordenamiento : regla^ |
mentó.
Ordenanza ; regla y orden. \
OrguUía : orgullo.
Osequias : exéfuits.
Ofrosi : también.
Ovo : hubo ó tubo^
Pades : padecfs.
Padir ; padecer.
Parlar : hablar.
Pasador : saeta.
Pássaro : pdxdro.
Pcirp : Pedro.
Penar : dar pena.
Péñola : pluma.
Perlado : prelado.
Pero : Pedro.
Pescudar : preguntaré
Planger : llorar , gemir.
Plañir : lastimarse.
Plano : llano.
Planto : llanto.
Pleytesía : capitulación.
Plogo : plugo , agradó.
Plorar : llorar.
Polida : pulida.
Pora : para.
Por ende : por donde ,
por lo qual.
Porfioso : porfiado.
Poridad : secreto.
Porta \ puerta.
E2X
Posturas : ajustes , con^
ciertos.
Premia : opresión.
Premer : apretar , oprim
mir.
Prender : tornar^
Presura : aprieto , apuro.
Priesa : prisa.
Prisist' : tomaste.
Pro : pt^vecho.
Profetar : profetizar.
Proferto : ofrecida ,/ra-
metido.
Puesto que : aunque.
Pugnar : pelear.
Pujar ; subir.
Pungir : punzar , esti'^
mular.
Punir : castigar.
Punnar \ pelear , luchar.
Quant : quando.
Qui Q^itni qualquiera.
Ouito : libre ^exonerado.
aaa
R
Koberio : robo.
Kzéz : baxOyTuin.
Raygar : arraigar.
Razonar : conceptuar , r /-
putar.
Razonado (bien) : bien
hablado.
Real: exército acampado*
Rebatoso : arrebatado.
Recabdar : cumplir.
Recomendamiento : re-
comendación.
Recontar : referir.
Recudir : responder ^ sa-
tisfacer.
Recrecer : aumentar.
Redor : al rededor.
Regimiento.: régimeni^
regla.
Regnado : reynado.
Regno : reyno.
Remembrar : recordar.
Reportar : conseguir ^ga-
nar.
Revisclar : resuscitar.
Rieate : risueño.
Saberes : eienciasé
Sabidor : sabio.
Salvest' : salvaste.
Salvo que : excepto ^ue.
Sede : Sjccl.
Seer : ser.
Segudar : sacudir , arro*.
jar.
Semeiar : asemejar.
Semejable : semejante.
Semejada: semejantCypa*
recida.
Sen : sin.
Sencido : hermoseado. .
Senna : seña ^ pendón.
Senno i sendo.
Seyendo : siendo.
Sieglo : siglo.
Sinon : sino.
So y sos : su y sus^
So : debaxo.
Sobeiano : sobrado / su*
pérjiuo.
Sobeio : demasiado . eX"
cesivo.
Sobervíoso : sohrvtú.
Sobramiento : sobra y de-
masía.
Sobreabondado : supera*
húndante.
Sofrénela ifcna , tormen-
to.
Sojudgado : sojuzgado.
Sonos : sones y sonidos.
Sotíl : sutil.
Sueno : son , sonido.
Súpito: sübitOy repentino.
Súpito que : luego que.
Suspicion : sospecha.
Suso : arriba.
Talante: gana y voluntad.
Tañer: tocar^pertenecer.
Temperancia : templan-
za.
Temprar : templar.
Tenudo : tenido , obli-
gado.
Ticmplo : templo.
223
Tirar : quitar de alguna
partea
Topar : hallar.
Tornar : volver.
Trebejo '.juguete ^títere.
Tremer , temblar.
Trovar : hallar.
Tuellc : quita.
Turbioso : turbulento.
Vagaroso : tardo , pere-
zoso.
Valía : valinr , precio.
Veer : ver.
Vegada : vez.
Verisemblantc : verosí-
mil.
Vero : verdadero.
Vevir : vivir.
Yiáo: vi6.
Vinna : viña.
Vusco : con vos.
Udir : oir. ,
Ufanía : presunción.
1
CATALOGO
DE LOS SEÑORES SUS CRIPTORES
DE I-A PRESENTE OBRA. .
lixcMo. Señor Conde de Floridablanca*
D. Juan Miguel Sevillano del Gremio y Claustra
de lá üniT^sídad ¿c Valladolid,y Colegial ea.
el mayor de Santacruz.
D. León de Arroyak
Sr, Marqués de Zambrano, ^
P. Maestro Fi. Francisco Méndez, del Ord^n de S,
Agustín. s '
P. Fr. Carlos Vallejo, del Orden de S. Bernardo.
P. Fr. Joaquín de la Cruz, Predicador del mismo
Orden.
Excmo Sr. Marqués de la Lapilla y Monasterio.
Excmo. Sr. Duque de Hijar,
D. Joaquín Irisarri. -
D. Francisco Antonio Arnai^,
D. Torqüato Torio 4¿ la Riva.
Doña María Vicenta Gavarrí.
Illmo. Sr. Obispo y Señor de Siguenza»
D. Gregorio Garcías.
D. Antonio Rodríguez y Rodbrigucz.
D. Joseph Baltanares y Saen>z.
Doctor D. Miguel Ozalla , Lectoral de Santo Do-
mingo.
D. Pasqual Alvarez de Toledo.
D. Antonio de Lara y Zu5iga,Inqiiisidor de Se-
villa.
D. Nicolás de Miera, Seña y Alfaro.
TQM. I. p
D. Baltasar García y Aguilar.
P. Fr. Alonso Suarcz, Benedictino.
D. Joseph Luís de Beneít » Alcalde mayor de la
Villa de Castellón de la Plana.
D. Francisco de Gramage.
Ulmo. Sr. D. Roque Martin Merino , Obispo de
Teruel.
D. Tomás de Marichalar.
D. Juan Rafael da Mazarredo^Salazar de Muña-
tones.
P. Fr. Manuel Martínez, del Orden de Santo Do-
mingo.
D. Fernando Bergaz Solorzano Casasola.
D. Antonio Gimbemat , Cirujano de Cámara de
S. M.
D. Estanislao de Lugo.
Excmo. Sr. Conde de Fernán Nuñez.
D. Pedro Vergára.
D. Pedro Roca.
D. Casimiro Román.
D. Gaspar María de Nava.
D. Mariano Pinazo.
Doña María de las Mercedes de Ferrás y de Pe«
reda.
D. Félix de Casas.
Excmo. Sr. Marqués de Vallehermoso.
D. Pedro Arnal.
D. Pedro Franco Dávila.
D. Lope Antonio de k Puente y Urtusaustcgui.
D. Joseph Alexandro de Urquijo y Ibarrola^
D. Antonio Iglesias.
D. Martin Buraldo.
D. Manuel Joseph Marín.
Doña Bernarda Motezuma.
D. Gerónimo Hijosa.
D. Tadeo Casas. . t
D. Tomás Emperador.
D. Cayetano de Torres.
D. Ignacio Llorens , Inquisidor mayor de Valencia.
D. Pedro Scot de la Madriz.
ExcmoSr. D. Luis de Urbina , Teniente General
de los Reales Exercitos.
Doña Maria de la Encarnación Simonin de Noriega.
D. Pedro Matías Sanz.
Excmo. Sr. Marqués de Estepa.
D. Joseph Cipriano Hernández.
Doctor D. Sebastian Rodríguez.
Excmo. Sr. Duque de Almodobar.
D. Bartolomé Rufino Rodríguez del Cerro.
D. Estebain de la Carrera y Prado.
D. Francisco Xavier Venegas.
D. Alonso Xavier de Agraz, Corregidor de la CivL*
dad de Montilla.
D. Juan Manuel Mascarenas.
D. Mariano Pouber.
Sr. Marqués de Campo Sagrado.
D. Nicolás de los Heros^del Consejo de S. M. su
Tesorero y Contador en el de la Suprema lu*
quisicion y Real Patronato de Jerusaleh.
D. Juan Manuel López de Sagredo.
P. Fr. Manuel Espinosa.
D. Joseph Berard.
D. Miguel Lazari Villasana.
D. Pedro Hombre y Várela , Canónigo de San*
tiago.
D. Pedro Mogrobejo.
D. Juan Pérez Vilíamíl.
D. Luis Joseph Rodrigo.
D. Francisco Viviano Cantin.
D. Fernando Polo j Monge. .
222
D. Joseph Sala y Canónigo de la Colegiata de Gan-
día.
D. Antonio Volor , Abogado de los !Reales Consc»
scjos y del Colegio de Valencia.
D. Joaquín de Molina , Capitán de fragata»
D. Luis Garcia Echabúru.
£1 Consut D. Bernardo fionavia,
D. Isidro Juan Juille.
D. Juan Méndez Valdés , Canónigo de Villafranca.
El Rector de las Escuelas Pias de Xaca.
D. Francisco Antonio Serrano Beltran ^ Capellán de
Honor de S. M.
D. Antonio Pasqüal Garcia de Almünia.
El Comendador Fr. Norberto Sevillano.
Licenciado D. Manuel Romo y la Fuentpy
Doctor D. Pedro Ramón de Iriarte. >
D. Francisco Xavier Cienfuegos y Jobellanot*
D. Dionisio Saenz Galinsoga.
D. Joseph Codercq y Pérez*
Licenciado D. Manuel Pcrez Izquierdo.
D. Rafael Antunez , del Consejo de Indias.
D. Antonio Manuel Txianes ^ Canónigo del Sacro
Monte de Granada.
D. Juan Bautista Batifora.
D. Manuel Albuerne.
D. Dionisio Buendia y Arjo, Canónigo de Villa-
franca.
D. Pedro López Adán^
P. Fr. Joseph de Outeniente > Capuchino.
D. Antonio Ansaldo y Feliz.
D. Nicolás Ballestér.
D. Pablo Lloverás.
Sr. Conde de Villa Santana.
D. Antonio Maria Luminati.
D. Eugenio Pérez.
^^3
I>. Sebastián de Ernaiz.
Sr. Conde de Greppi , Cónsul General de S. M.
Imperial en Cádiz.
I>. Joscph Antonio Espino y Arguelles ^ Canónigo
de Falencia.
Sr. Marqués de Casa Estrada*
^ D. Pedro dtí Quijano.
D. Andrés Ortiz de Zarate.
D. Vitorian Villaba.
D. Joseph Antonio de Barros.
D. Juan Antonio Quintana.
D. Antonio Mayólas y Pedralbas.
Licenciado D. Joseph Bernardo de Asteguieta^
D. Ángel Celedonio Prieto, Vicario General de lai
Plazas de Oran.
D, Diego Peñalber.
D. Adrián Maras Martínez»
T). Antonio Cortés.
D. Félix Garcia Santos.
D. Joseph Ayarzagoytia.
D. Joaquin Juan de Flores.
D. Jacobo Marja Espinosa, Fiscal del civil de la
Real Audiencia de Cataluña.
D. Mariano de Huerta, Arcediano de Badalona en
la Santa Iglesia de Barcelona , Teniente de Vica-
rio General de Exército.
D. Joseph de Urbina , Alférez ¿c Reales Guardias
de Infateria Española.
El Colegio de San Buenaventura dcPP. Francisca-
nos de Barcelona.
Doctor D. Pedro Nabas de Tortosa.
El Real Convento de S. Francisco de Asis de Bar-
celona.
D. Jayme Pasqual , Canónigo Premostratense de
Santa Maria de las Avellanas.
224
P. Fr. Joscph Bertrán, Lector Jubilado' de; la Or*
den de ÍS. Francisco»
D. Francisco PapioL
D. Josepht Pablo Molins ,Presbytcra de la Congrc*
gacíon de S. Felipe Neri,
D. Joseph Gastan de Otamendi.
D. Estevan Calveras Presbytero.
D. Ramón Costa > Cura Párroco de P¿garoIas«
D. Ignacio de Aparicí y de Amat*.
D. Francisco Ribas > Mercader de Libros en Barce*
lona , por dos juegos.
D. Ramón Vivas , Relator de U Real Audiencia de
Cataluñí. '
D. Joseh Ignacio Clramunt.
Doctor D» Antonio Támaro«
1
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