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Full text of "Tesoro de la lengua castellana : origen y vida del lenguaje, lo que dicen las palabras"

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mmmmffmmmm 


EL  LENGUAJE 


SUS  TRASFORMACIONES 

SU  ESTRUCTURA 

SU  UNIDAD 
SU  ORIGEN 

SU  RAZÓN  DE  SER 

ESTUDIADOS 

POR  MEDIO  DE  LA  COMPARACIÓN  DE  LAS  LENGUAS 

POR 

D.  Julio  Cejador  y  Frauca 

OEN.  XI.  I. 

0'.}tai  \i.h  é^ü)  ¡lEtíto  Tivo  Súva'iiv 
e'vaí  T^  ávUptoxstav  ttjV  fiE¡iév7¡v  xd 
::pío-:a  ¿vo|xaTa  toií  Típá^'iaoív,  wat' 
¿•^(Tpcdíov  s'.vaí  aOici  ópíwi;  s^stv, 
Plat.  Cratyt.  43. 


TOMO  V. 


PERLADO.  PAEZ  Y  COMP.* 

SUCESORES     DE    HERNANDO 
Arcnil,  II,  yQuintana,  31  y33.-Madrid 

i©oe. 


f\i  Eterno.  Señor 


CUATRO  PALABRAS 


He  de  manifestar  á  tos  lectores  de  esta  obra  que  tes  queilaré 
mwf  igradccldo,  no  soto  sí  me  advirtieren  tos  deslrces  en  que  pu- 
fiene  íncuirir,  sino  sobre  Iodo  si  me  ayudaren  á  completar  el  Dio- 
éonvio  csstelUno,  enviiindome  papeletas  ó  listas  de  voces,  tnodis^ 
1W5.  frises  6  refranes,  que  echaren  menos  en  el  Diccionario  de  let 
ágaátmia:  coa  advertencia  de  que  cunnto  más  vulg^r^s  y  groseras 
tpandertn  Its  palabras  ó  más  exclusivas  de  algún  rincón,  donde 
í  hiUe  CKtelIsno,  digamos  más  diaíectates»  tendrán  mayor  valor 
"if  misnun  ó  por  U  luz  que  derraman  para  h  aclaración  de  otras 
I  ya  conoct*i*s.  Aprovecho  esta  coyuntura  para  decir  que  el 
I  BisodiOt  puesto  en  la  piguiA  324  dei  (onio  A  E  I  O  U,  p\t- 
t  td  vez  adnnr^  mediante  una  cita  hallnda  por  mi  querido  amigo 
Icrafllbimo  5r.  Rodrlf^uez  Marín,  en  el  Diálogo  30,  párrafo  33  de 
íJlgritaMiaw  erisíiana  de  Juan  de  Pineda,  donde  se  dice:  «At 
)  de  se  confesar  los  convencen  de  alcahuetes  de  Crialaysoit 
liMff  SJKM/fa,  estando  obligadof  i  ser  cnsamentcros  de  Chf'rye 
'.  coa  tkl  nobis  hodie».  Bisodiü  e^  contracción  del  Da  nobis 
»4d  Padre  nocilro.  y  el  autor  taclia  aquí  a  los  que  re^aii  mu- 
'  hiBüín  al  propio  tiempo  su  interés,  i  los  que  casan  i  la  Reli- 
ÍOOQ  h  Codida.  Al  mismo  lomo  había  que  añadir  no  pocaft 
;  j  frases,  que  d«pu£s  de  Impreso  he  ido  allegando;  pero  conuk 
shan  de  ir  hallando  otras  muchas,  que  así  son  este  linaje  de  obras^ 
Bnncí  se  acaban,  prcHeró  dej:ir9a$  hasta  el  última  toma,  donde 
:  pQodrin  cuantas  adiciones  haya  que  hacer  á  todos-Ios  anteriores. 
Cuanto  ala  prueba  de  que  las  lenguas  indo-europeas  vienen  del 
saten,  no  cor  pam»  tatn  dtí  caso  repetir  que  consiste  en  cslt 


sencillo  ^a^onamien1o.  Las  que  los  indo-europeistas  dan  por  ratcd 
indo-europeas,  son  las  que  yo  (raiffo  como  (ales,  A  no  advertir 
contrario.  Esas  raices  sin  vida  de  por  sí  en  esas  lenguas»  perlcneclí 
ron,  según  DclbrOck,  á  una  lengua  prehistórica,  de  !a  cual  el!as 
derivan,  puesto  que  de  (ales  raices  nacieron  las  palabras  vivientes' 
conocidas.  Ahora  bien,  esas  raices  son  palabras  \ivas  en  euskera 
con  el  mismo  valor  ycon  la  clarísima  etimología qucles doy.  Lu^^ 
el  euskera  e$  esa  lengua  prehistórica  de  Delbrück,  de  la  cua]  naci^ 
ron  los  idiomas  indo-europeos.  E!  mismo  razonamiento  ptidier 
hacer  alegando  las  demás  lenguas  del  mundo,  y  se  supone  al  aleg 
los  sunjos  de  no  pocas  de  ellas  y  al  cKplícar  en  la  Embriogtnia  la 
demostrativos.  El  que  prelenda  echar  abajo  mi  teoría,  ha  de  demc 
trar  que  las  traídas  como  raices  por  los  indo-europeislas  y  por 
no  lo  son,  ya  fonética,  ya  sem^nticamenle;  ó  que  el  anáüsís  de 
raices,  como  palabras  eu$ki^icas^  está  mal  DevadOj  ó  que  las  voc 
sencillas  euskéricas,  de  tas  cuales  ellas  se  fueron  componiendo,  ni 
llenen  en  la  Rsiologia.  psicología  y  gesto  ordinario  la  explicacíój 
■que  yo  les  doy.   Raices  indo-europeas  hay  dudosas,  y  asf  se  veráj 
puestas  en  varios  lugares,  dándoles  las  etimologías  que  les  asigna 
unos  ú  oíros  autores^  y  escogiendo  como  más  probable  la  que  á 
me  lo  parece.    Pero  la  fuerza  de  mi  argumenlación  está  en  el  coc 
junto  y  en  las  raices  claras,  y  en  que  trayendo  en  el  tomo  /?,  por  ^ 
ejemplo,  todas  las  raices  mencionadas  por  los  autores  como  períc 
necíentes  á  tal  sonido,  todas  tienen  en  eu^kcra-  vida  como  palabra 
vivas  y  analizables;  y  lo  mismo  digo  de  cada  uno  de  los  tomos. 
los  cuales  el  de  la  N  está  ya  en  prensa  y  ganoso  de  ver  la  luz  pil 
blica  y  dar  que  rabiar  Á  los  que  por  mucho  que  afilen  sus  dientcsr 
I  pueden  hincarlos  en  mi  leorfa,  antes  se  les  resbalan  y  se  hieren 
l^i  mismos.  De  los  cuales  señores  críticos  yo  tengo  no  poca  lástima 
porque  harto  más  de  bien  harían  por  la  lengua  castellana,  advinién 
dome  de  los  verdaderos  deslices  y  no  pocas  omisiones  en  que 
obra  incurre,  á  pesar  de  lodos  mis  cuidados. 

EL  AUTOR. 


ÍNDICE  DE  NÜMEROS 


Ya  que  se  haya  lefdo  este  tomo,  será  fácil  volver  á  dar  con  la 
palabra  que  se  busque  por  el  siguiente  índice;  el  euskaro  en  cursiva. 


AR 


4  ara 

2  ardura  cast 

3  arazá,  arazl,  arattt, 
araka 

4  úrjte  cast. 

5  ar-  at.,  rarus 

6  rarü,  ralo 

7  arare 
S  arar 

9  üren,  arren 

10  arenga 

11  aroma,  armarma,  arez, 
araba,  arpegl,  arltz,  arta 

n  ¿OTO!; 

13  arto,  artaa 

14  cragi,  arte 

15  haijgán,  arilga,  ardalear 

ARR 

16  arra,  -ar 

17  -ar  lat. 

18  -ar,  -atro  cast 

19  arma  lat. 

20  arma  cast.,  rima,  urimar 

21  ars 

22  art¿ 

23  arista 

24  aran 

25  heremas 

26  arañón,  arándano,  yermo, 
randa,  rondón 

27  arnasa,  ardo,  arroüttz. 
arlo 

28  argiiellar,  arlóte,  arrechu- 
cho, racha,  redo,  rejo, 
rarejaque,  desarrar 


29  artz,  ursus 

30  arzón,  oso 

31  arri 

32  armuelle,  risco,  arriesgar, 
arisco,  ripio. 

33  argi 

34  arguere,  argenttint 

35  arienzo,  arcilla,  naranja 

36  arrain 

37  arrancar,  rancajo 

38  rancidus,  rando 

39  OpviC 

40  arraan,  arraka 
4t  arraca,  raqueta 

42  arka,  arki,  arcere,  arcus 

43  arca,  arco,  artar,  archi- 

44  argayo,  argado,  árgana,  ar- 
guenas, argamasa,  argolla 

45  arrapa,  arpa,  arba,  arbl 

46  rapere,  rumpere 

47  raudo,  rato,  romper,  de- 
rrumbar, arrumar,  romo, 
robar,  rampa,  ramplón, 
rabia,  ropa 

48  arpa,  arbar,  arfar,  arrapar, 
tapar,  rafa,  rifar,  raposo 

49  rapum 

50  rabo,  rábano 

51  horphanus,  orbus,  robur, 
arbor 

52  roble,  árbol 

53  arroz,  arraáa 

54  radere,  rodere 

55  raer,  rallo,  roer,  rostro 

56  ras,  raso,  rajar,  racha, 
raza,  arrastrar,  rastro,  ras- 
trojo, arrestar,  rastrillo, 
rascar,  rasgar,  raspar,  ris- 
pido, rasmear 


AR! 

57  arl,  -ari,  ardí,  arkl 

SSaries 

59  aríbar,  arija,  aricar,  ardite* 
ardid,  -ardo 

60  aranea 

61  araña,  araSar,  ristra,  ristre 

62  áptoq/ApTjC 

63  -arlus,  -arls 

64  -ario,  -ero,  -aire 

65  renes 

66  riñon 

ARRI 

67  arrl 

68  arre,     arrear,    arrequive, 

recua 

ARO 

69  aro,  -aro 

10  aro  cast,  -aro,  harón 

ARRO 

71  arro 

72  arroyo,  rúa,  arrufaldarse, 
roca,  rueca,  arrojar 

73  mere,  riyus,  rus,  ruga 

74  ruina,  ruin,  rio,  arruga 

75  aar 

ER 

76  era,  -ra,  -era,  era- 
Tl  -r  leng.  deriv. 


n  <s  !-t                ^^ 

^^^ 

^^^H 

A  •««•sih.  Atí< 

IR 

ORR         ^^1 

^v    «cni 

^Hb  fn.  nlil,  -m,  -rna. 

IW  frff,  W.  IrUI 

134  orrí,  icfrra.orri  or¡na        ^^| 

^H       4^90, -4» 

!{)&  fftar 

I3í  liornini^  orre,  hotwo,  é^o-      ^^^k 

^^B  rtaitafc  ipo,  ñor.  m 

l(rT  ír/n,  Iru 

mr,  bonna,  tiúrmigún           ^^H 

^B^.  •'-"■  "-'-1 

IOS  ruflÉ.  aruflo 

136  ortz,  orratt.  orza  cut.,       ^^H 

^H 

H59  trutzl,  Irudi 

OTiurU)                                  ^^H 

^K^;^ -   i"-^,ro- 

110  rour,  dcrroclur,  rozíur, 

verrcrt                                   ^^| 

^^ft     ffiU,  r                     ,  ron- 

TOKi 

I3fr  barrer,  ^ixtm                     ^^H 

^^^^A.  rrü 

P9  oro,  orro                            ^^H 

^^^^^^^BV(  ITflM,  frr  ' .' 

IRR 

140  runrua,  iniiar                       ^^H 

^^^^^■^  crj--.                 .        ■  - 

MI  ni£lr«.  ntmor,  nictut,  m-     ^^H 

^BteaA. 

Jl!  ifro.  irri.  trríis,  Irrlittx, 

Tifjnrc,  rana                          ^^H 

^^^V        TTfltlT~i 

¡frika 

142  niiüo,    niflr,    nuBbr,   ^^^^H 

lU  ríátit 

nnico,  raní  catt           ^^^^^| 

■                         -"^ 

113  rclf,  rita,  relinchar 

^^^^^1 

^H  V  cr<  Ufa 

lU  hlrrllus.  írñtjire,1ri  UL 
lis  lia,  cnildar 

^^H 

H^       EKR 

HA  tlntti,  rlxi 

1 43  u/,  urde,  arte               ^^^^M 

117  irnii,  fcncllls,  mno 

lU  minan,    tirccus.    urna,          ^^| 

^^Mñitim 

lis  rcia.  rija,  litx 

I4S  nihiyo,  orina,   orza,  or*      ^^H 

^^HCTnlM,  rauta*. 

twlo                                    ^^H 

^H     imm 

OR 

^H«  ■■»«.  mío,  nM»,  MWn. 

URR           ^^1 

^H     «RteC  teto,  rvjw,  raftái 

U9  of,  orí,  orda 

^^^^L^r~ 

VIO  DfKíidaso, -oin>.-oro 

^^^^^1 

^^^^^ 

111  orJi},  bidld.ornirt 

146  am,  arre,                  ^^^^H 

^^^^■r- 

IZl  oriol,    onlefur.    urdir. 

uvt       ^^^^H 

^^^^p                 -js.err^a 

Jdonur 

ano                  ^^^^^M 

^^^f^mi,- -    —  -.,  ntclprocn. 

123  oro.  aratn 

149  ¡iirT3\  lucho                  ^^^^^H 

^H_  *^ 

13*  onor,  nibi» 

ISO  urrín,    urrun.    urraka,     ^^H 

^^■BaEteidr,    wdfo,    fTdr>|o, 

12)  ort,  ortka.  orga,  orptx 

arrata                               ^^H 

^^        feUííIa,  n^itBJtniij,  w- 

136  hnrtpra,    ciru|o,    úronilo, 

151  ncemuij  Innsuc                   ^^H 

^^^W  im.  ftaACK,  ncsr,  irgna 

onnqiie,  ordlza 

m  ntimo,  almila,  urrACk      ^^H 

^^K     Kf  ;riuf .  R^afeu,  nc^io 

in  rrpctiif 

ahurnifir                               ^^H 

m  u.-r,  vrtt 

tJ3  urscrc,     rcrKCRi    vlrgí,      ^^^| 

Al  rr»^,   tvftqncu.   rinclt. 

126  To»,  retina,  vetru,  aixni- 

vetber,  verbena,  ¿pp^           ^^| 

i^«L«.   rlacón,  nacfto. 

coni,  vemici.  irduua 

154  tiucrj^ú,  osTo,  rumlM^.  ver*      ^^H 

tna,  wmuCtr.  anvsiUFa, 

tM  ronictn,    rcalnj.    nicio, 

ga,   icveibenr.  vertwiu^      ^^| 

•nAr 

rocío,  verraco,  berrinche. 

biibetbo.    tturipir,     Or<      ^^H 

verruga 

aatiü                            ^^H 

«rtr 

131  ori 

^^^^H 

^D  0^^^    fYVBfV 

ITl  orín,  tirmlrnlo 

^^^^^1 

^Bsftm.   tfrtto.    detrOit. 

m  oríon,  Urbutcja 

^^^^H 

IL 

1 

ara.  ci' 


ARA 


rQ  hombre  primíiivo  abrió  los  ttjos  y  vio,  abrió  las  orejas  y 
b.  ihnó  la  boca  y  habló.  De  los  conceptos  má&  comunes  es  el 
1  movimiento,  y  d  primero  que  hubo  de  expresar  fué  el  físico  ó 
(Wl  cual  toniAron  nombre  los  demás  movimienlos  y 
del  tiempo  á  de  lo  contingente^  de  la  acción  física,  de  U 
moraL  Que  cómo  se  las  apaña  el  hombre  para  expresar  el 
niento  espacial?  Aquí  cae  bien  jtqiiello  de  que  el  niüvitniento 
andando,  dtgo  moviendo  la  boca,  que  es  á  quien 
tnoittrarlo  á  su  oyente.  Y  de  tas  partes  que  tiene  la  boca 
ti  más  nio\'edíza,  la  que  aun  movemos  todos,  cuando 
I  indicar  d  movimiento.  No  somos  de  otra  hechura  ni  de 
qiic  nuestro  padre  Adán.  Saben  lan  bien  como  él  Iiasta 
de  los  cortijos  que  lo  que  en  la  boca  esli  hecho  para 
y  vibrar  es  b  lengua,  que  por  eso  la  conocemos  por  la 
y.  Para  llamar  ^  las  palomar  ó  i  las  gallinas  articulan  frtrf, 
han  de  correr  á  picotear  el  grano  que  les  echan. 

ni  más  ni  menos  hizo  nuestro  padre  Adán,  cuando  quiso 

'  cualquier  muvimicnto,  meneó  la  sin  hueso,  esa  varilla  doble- 

iquc  llamamos  lengua,  atada  por  un  cabo  y  suelta  por  otro, 

órgano  de   la  boca  que   puede  cimbrearse  libremenle. 

!  ü  pmet»  de  poner  eti  vibración  cualquier  parte  de  !a  boca: 

I  tí  pnmcf  m-'"'^  ''las  se  paran;  sola   la  longsia  se  mimbres 

lOiilamci  >J  vibraouuc:»  por  s^uudu.  £:!  sonido   dd 


CrKIEN  V  VIDA  VU.  LCtiOUMt 


;iire  herido  al  vibrar  asf  la  íeTgtia  es  pl  sonido  r.  Esa  es,  pues,^ 
expresión  naliua!  ilel  movimiento.  Harto  to  probamos  por  diferentes 
cstninos  en  Los  Gérmenes  y  en  Xfl  Embriogenia.  Meneó  Adán  lo 
mcne^tblc  de  la  boca,  la  !engU3,-."y  ¿onó  r  para  expresar  el  menearse 
ó  moverse:.  Bso  es  lo  que  í\iic<i[  Uecir  que  abrió  la  boca  y  habló.  No 
hulM)  más  liquis  tiiiqwts-tin -hablas  inventadas  ni  mis  aprendiíajes. 
Quien  no  ven  lo,_n¿ftvraí'-de  ta!  expresión,  no  siga  adelante,  porque 
no  hallo  maij^f^íí^íibrirle  las  en  tendederas. 

V^uél.'^e  un*  pájaro,  y  decirnos  fbrrr!  6  ¡trrrí  Los  labios  al  ■ 
^t^g&f¿V  «Onaron  b,  ó  la  lengua  al  dar  en  los  alveolos  ó  en 
•,  9ÍÍSJ'*Í3  sonaron  /;  pero  tras  e=ie  destapar  de  la  olla,  lo   que 
/;"*déntrti  como  expresión  del  rebuüír'e  ó  volar  fué  la  r»  el  sonil 
lingual,  atinqut.'  no  Mielan   llamarlo  asl,  quizá  porque  es  el  ÚB 
que  articula  sola  la  lengua. 


i 


■  ■  fM^ 


tt 


De  este  sonido  vaniOi  á  tratar  en  este  lomo,  y  cifrando  el 
cOHiiin  de  todas  las  palabras  que  hemos  de  recorrer,  digamos  que  es" 
el  de  movimiento. 

Titne  tsJe  soníJn  dos   matices,   uno  suave  entre  vocales, 
fuerte  entre  vocales  ó  ante  consonante,  y  solemos  escribir  siemprej 
meros  cuando  entre  vocales  suena  fuerte,  que  entonces  ponemos  I 
La  r  suave  sirvió  para  indicar  ei  movimiento  suave;  la  rr  (uc 
para  ei  movimiento  fuerte. 


k  prkipio  de  palabra  ó  sflaba,  sendüa  y  naturalmente,  no  puede 
war  la  r,  pues  atando  la  lengua  en  un  hueco,  ha  de  resonar  éste 
aSe&de  que  ]»  íu^m  y  fuga  del  ciml^r»rse  U  lengua  ¡legue  á  oírse 
icndo  d  aire  ambicnlc.  Si  la  boca  so  halla  abierta  enieramente, 
íJ  ar;  «  eo  su  abertura  normal,  en  si  estrechada,  ir;  si  ah^iecada 
M  bandii«  ttr.  Movimiento  amplío,  normal,  sulit,  redondo 
a:  bü  c«  el  valor  teórico  de  csus  voces,  y  esto  con  sus  dos 
de  fuerte  d  suave.  Para  que  sirenen  con  r  suave  han  de 
una  vocal,  por  ej.  ar  sonará  ara,  are,  ar¿,  aro,  ara.  Con  una 
onantc  suena  nece^-irlaniente  más  ó  menos  fuerte.  Inlensivos 
I  d  mismo  valor,  bien  que  reforzado,  son  arra,  arre,  arri,  arro, 


La  casa  dícese  ttche-a.  Si  r  indica  movimiento,  etcHe-r-a  signifi- 
i  U  casa.  V  eso  cabalmente  significa  en  cuskera.  Puede  verse 
chrocl  valor  de  movimiento  en  f?  fíufá'íjs-o  ya  vate  á  Burgos, 
[oe  ti  a  tasce  tender  á  lo  tejos  la  vista;  pero  Bilbo-ra  á  Bilbao, 
BUbao,  expresa  mis  claramente  con  ta  r  el  movimiento.  El 
egüt-a,  aJ  o  para  cJ  hacer  ^íte-r-a.  La  a  final  es  el  articulo 
[€Íchf-a\A  casa,  c  indica  dirección  en  ¿fur^o^-ú   d  Uurgo!^:  por- 
0  hace  mirar  Á  lo  lejos.  En  ekhe-ra  h  -a  ¿es  articulo  6  parte 
pues  siempre  es  la  misma  a  de  lejanía, 
líos  ni  de  adverbios. 
^  La  Embriogenia  vimos  la  r  formando  los  demostrativos  di- 
;ue  expre^n  relaciones  espaciales  y  van 
10  del  brazo  y  de  los  ojos.  Tu   suena  i, 
'}:•■  ij,  como  agente  a-k;  pero  conin  al  indi- 

o  hay  qtte  extender  ojos  y  bmzo,  puede  decirse  también 
■.  cuw  r   cierto  no  es  eufónica,    pues  úk  nada  tiene   de  malso-J 
ni  cactijonico«  y  se  dice  tan  bien  coino  ark.  En  aquel  dlcese 
.Aat^uel  a-r-taro,  donde  -ra  movimiento  á,  como  -n  quie- 
•s  con  -r-  arlan  y  arfara  por  los  simples  atan,  atara, 
u  J.V  "-' — "  *■'  -vimietno  hacia  cUo,  artara-tu. 
iB|o  cli  >  Á  lo  lejos,  allá  es -rj;  de  ffcAe  casa, 

á  casa,  £0-ra  arriba,  be-ra  abajo,  mendi-ra  al  monte,  bert- 
mismo.  como  bert-oroAci  mismo,  en  torno,  como  btrt-an 
ahf,  por  d  diverso  \'aIor  de  a,  o,  y  de  n  (quieluJ),  r 
i}.  El,  aquel  es  a;  allá,  á  ¿I  se  dirá  a-ra.  Empléase  mucho 


ORiOfN  V  VIDA  DRI.  LHNOUArE 


airt  herido  al  vibrar  así  la  leng:ua  es  el  sonido  r  Esa  es,  pues,  !• 
exprrsión  natural  del  movimiento.  Harto  lo  probamos  por  diferente» 
caminos  en  Los  Gérmenes  y  cti  JLa  Embriogenia.  Meneó  Adán  lo 
nicncnble  de  la  boca,  la  lengua,  y  cono  r  para  expresar  e\  menearse 
ó  moverse.  Eso  es  lo  que  dijcíl  decir  que  abrió  la  boca  y  hablo.  No 
hubo  más  tlquis  miqms  ác  hablas  inventadas  ni  más  aprendizajes. 
Quien  no  vea  lo  nLiUiral  de  íal  expresión,  no  siga  adelante,  porque 
no  haílo  manara  ti**  abrirle  las  entendederas. 

Vuélase  un  pájaro,  y  decimos  ¡brrr!  ó  ¡Irrri  Los  labios  al  di^ 

pegafse  sonaron  b,  ó  la  lengua  al  dar  en  los  alveolos  ó  en 

„fítetit<^s  son.iron  t;  pero  Iras  ese  destapar  de  la  olla,  lo  que  soa 

■^dentni  como  expresión  del  rebullirí^c  ó  volar  íué  la  r,  oí  sonid 

lingual,  aunque  no  Mielan  llamarlo  asi,  quizá  porque  es  el  únÜ 

que  articula  bola  la  lengua. 


ÍM 


^-y 


..f    .K 


V^ 


n 


De  este  sonido  vnmos  á  tratar  en  esle  lomo,  y  cifrando  el 
común  de  todab  las  palabras  que  ttenios  de  recorrer,  digamos  que^ 
el  de  movimiento. 

Tiene  esíe  sonido  dos  malices,   uno  suave  entre  vocales,  otí 
futrie  entre  vocales  ó  ante  consonantíf  y  solemos  escribir  siempre] 
menos  cuando  entre  vocafer;  suena  fuerte,  que  entonces  ponemos  j 
La  r  suave  sirvió  para  indicar  el  movimiento  suave;  la  rr  fue 
paz  a  e¡  movimiento  fuerte. 


1.  ara.  cusk. 


^P  A  pncipia  de  palabra  é  sHaha,  sencilla  y  naturalmente,  no  ptiedc 
jcmr  !■  r,  piws  estando  la  lengua  en  un  hueco,  ha  de  resonar  éste 
ide  que  la  fiicr/a  y  fuga  del  cimbrarse  la  lengua  llegue  á  oírse 
el  aire  ambicnie.  Si  la  buca  s^*  halla  abierta  enteramente, 
irA  ar:  si  en  su  abertura  normal,  er;  si  estrechada,  ir;  $i  ahuecada 
a   honda,   ar.   Movimiento  amplio,  normal^  sutil,   redondo 
lio:  tal  es  el   vaJor  teórico  de  esí,is  voces  y  esto  con  sus  dos 
de   fuerlc  ó  suave.  Para  tjue  suenen  con  r  suave  han  de 
ir  una  vocal,  por  ej.  m  sonará  ara,  are,  ari,  aro,  ara.  Con  unt 
f-na  necesariamente   más  ó   menos  fuerte.  Intensivos 
valor,  bien  que  reforzado,  son  arra,  arre,  arri,  arro^. 

La  casa  dfccsc  eUhc-a.  Si  r  indica  movimiento,  etcke-r-a  signiE* 

iri  J  la  casa.  V  eso  Cáh.\Imcnle  significa  en  cuskera.  Puede  versej 

r.lí  rUfo  el  valor  de  movimiento  en  /P  Burgos-a  ya  vale  á  Burgos,' 

e  la  a  hace  tenderá  lo  lejos  ta  vista;  pero  BUbo-ra  i  Biltuo, 

«  ¿¿.^^o  Bilbao,  empresa  tiiis  chramenle  con  la  r  el  movimiento. 

■  "  í-.vüe-fl,  ai  u  para  el  hacer  egitt-r-a.  La  a  final  es  el  arliculi 

..la  casa,  é  indica  dirección  en  fi£i/-^£»s-a  á  Burgos:  por- 

«  hace  mirar  ¿  lo  lejos.  En  titHe-ra  la  -o  ¿es  artículo  ó  parte 

,  pues  siempre  es  la  misma  a  de  lejanía, 

>i^os  ni  de  atlverbios. 

En  Im  Embrh^nia  vimos  la  r  formando  los  demosiraCivos  dí- 

lío*  ipie  expresan  relaciones  esjtíCíales  y  van 

.u.  .-.xinirnto  del  brazo  y  de  los  ojos.  Tu  suena  í, 

%\t  i-k;  aquel  ó  ct  a,  como  agente  a-k;  pero  como  al  indi* 

ino  luy  que  extender  ojos  y  brazo,  puede  decirse  tattibién 

mya  r  cierto  no  rs  eufónica,   pues  ak  iiad.i  tiene  de  malso- 

ni  cacofónico,  y  se  dice  tan  bien  como  ark.  En  aquel  dicese 

I,  i  aqud  a-r-iura,  donde  -ra  movimiento  a,  como  -n  quie- 

f  m  acabos  con  -r-  artan  y  artara  por  los  simples  atan,  alara. 

vimicnio  hacia  ello,  artara-tu, 

íi  lo  lejos,  allá  es -ra.-  de  efc/íc  casa, 

fa  X  casa,  go-ra  arriba,  be-ra  abajo,  mendi-ra  al  monte^  btri- 

I  misznOf  como  bert-ora  aci  mí-inio,  en  torno,  como  btrt-an 

i-cn  ahi,  por  el  diverso  >'alor  de  a,  o,  y  de  /i  (miietiid),  r 

ikstk>).  El.  aquel  es  a;  allá,  í  él  se  álri  a-ra.  Emplean  mucW<(i 


I  r>f.nfr\.t' 


para  hacer  que  otro  espacie  la  vista  y  mire  á  lo  leí--  -r- valiendo^ 

'mira!  velo!  he!  Ara  rfo/or  he  ahí  que  viene,  ara  c  w  uiía-gt 

na  bera?  ara  zu-baiño  geiago  dala?  mina!  á  que  no  sabe  nt 

tPftdre  nuestro?  mira!  á  que  es  más  que  lú?  Ara  han  da  allá  es  iil^ 

•  •flra  noa  &M  voy.  Hasla  allá,  y  por  genera  I  iza  don  liast»,  UiceRe  ar^ 

^iAo  á  ara-iño,  6  ara-ño,  del  -ño  limitativo,  como  de  bai  si,  baiA 

pero,  y  de  gí,  i  hacer.  La  parte  más  íejana  ar-<i\nti,  de  ain-ti 

itlf  lejos,  ó  ar~en-dL 

Adjetivo  de  ííra  allá  es  ara-ko  el  de  alH,  diminutivo  ara-ch^ 

Ocnilivo  ar-en  de  aqueJ,  de  Icios,  aren-bat  dabUz  andan  sin  mucU 

Ldifereticia,  tan  lejos,  tan  allá.  De,  desde  allí  ar-ik,  larga  egioh 

■  arre/j,  arik  alde  egiten,  que  por  Dios  le  dejase  partirse  de  allí.  Da 

vo  á  él  es  ar-i,  hacía  allá  ar-antza,  ar-antze,  ar-aniz. 

Atlá  dfccse  a-ra  y  a-ra-i  con  la  -t  local  ó  interjeccionAl,  de  d< 

^de  ara-tu  es  el  tender  la  vista  á  !o  lejos,  mirar,  y  llegar  allá,  el  esp 

sotar,  extender,  alejar  la  vista,  los   bracos,  [os   píes,  iodo  el  cuerp 

Oilaear  en  una  palabra.  Pero  esta  voz  es  de  tentó  momento  que  i 

bemos  detenemos  más  de  espacio  en  desmenuzar  todos  sus  valor 

Si  un  vascongado  pregunta  á  otro,  á  quien  topó  en  el  monte 
caminoj  no-ra  zoaz  á  donde  vas?  respóndele  a-ra  allá,  ó , 
arriba,  ó  be-ra  abajo,  óBtíbo-ra  i  Bilbao,  ti  mtndi-ra  al   monte,  j 

decir  una  cosa  ú  otra  esplaya  y  extiende    los  ojos  y  el  brazo   á 
ejos.  Este  gesto  mismo  es  el  que  hizo  con  la  boca  articulando  ta| 
de  movimiento  y  la  a  de  esflensión  6  lejanía:  n-o-ra  á  donde?  de 
interrogativa,  o  un  lugar  cualquiera,  ra  á;  a*ra  á  la  a,  á  lo  elloj 
lejos,  como  one-ra  acá,  orre-ra  ahí,  mendi-ra  al  monte.  De  me 
que  £í  ello  dio  ofíi  allá,   y  por  ser  demostrativo  de  tercer  grado, 
generaliía  y  ara  dator  sirve  para  decirle  al  otro  que  espacie  la  vísfí 
que  mire,  mira!  aque]  viene.  Ese  ara  ó  ara-t  allá  díó  ara  y  ara-t 
que  vale  exlen'ier,  espaciar,  puesto  que  no  es  mis  que  hacer  espac^ 
con  ojos,  brazos  y  boca.  Pero  lo  raaravítioso  es  que  semcjanlc  ; 
yerbío  ó  interjecciún,  ó  lo  que  fuere,  haya  dado  un  sinnúmero 
palabras  que  hoy  mismo  usamos  todos  para   expresar  por   metáfo 
conceptos  bien  diversos  y  ro  poco  abstractos,  Maravillosos,  en 
dad,  i  la  par   que  sencillos  son    los  caminos   de   que  se  ha  vahí 
/j  jnieligencia,  li  mejor  digamos  la  tanlasía,  para  llegar  á  cxpr 


I  arú  cusk. 

enDCcpl04  máft  elevados,  sutiles  y  metafísicos,  valiéndose  del 

nie  «¿reo  de  la  metiifüru.  que  trjtbít  tos  extremos  más  exlremadoa. 

Comencemos  por  la  acepción  física  más  clara  de  ara.  Pusiéronse  las 

;  á  disponer  un  lerreno  para  ^mbrar  ó  plantar,  y  vieron  que 

I  netieaBer  allanarlo  y  esponjarlo  para  que   no  se  encharcasen  las 

pam  que  se  orease  bien  la  tierra,  para  que  desmenuzados  los 

y  ahuecada  la  cap^i  de  ta  sobrehaz   prendiese  la   semilla, 

^r..,-;*^..  itese  fruto,  Ese  allanar  y  esponjar  la  tierra,  sea  con 

o  inveutaron,  sea  con  la  ras  Ira,    ó  cualquier  olra 

amienti,  dijíTonlo  ara,  aratu.  El  arar  tiene  otro  nombre  propio 

t  tüikt'  ^'f  también  se  dice  arata.  Pero  lo  que  propíamen- 

[dicct,:  í  allanar,    hacer  espacio,  y  asila  rastra,  que  es  la 

'  verdtáiefanienle  sirve   para  este   menester,  pites  espacia  y  ex- 

tU  licrm.  como  extendemos  !a  vista  y  la  mano  y  la  boca  al  ar- 

'ara.  dícc*«  de  hecho  aro,  y  el  rastrillo  de  mano  eskuara,  de 

gtítiii  mam^.  Mnmenio  de  trabajo  agrícola,  y  el  que  ejcculan  por  lur- 

I  Im  VFonns  es  or-aídl,  yugada  de  (ierra  ar-alde,   porción  ó  lado 

'ilUndo  ar-M,  ar-tan.  También  Va  rastra  ar-ia,  ar-ea, 

fcl  .  n'círilUr  «rtti-íu,  la  nwnccra  del  arado  are-arku,  de 

^«r-te  lo  liel  coger  6  att,  eí  surco  are-ka,  es  decir  el  andar  arando, 

r»  zanja,  acequia,  la  rastra  de  maizales  art-ara,  art-are, 

O'íVTTo  caoBrmar  el  salor  genérico  de  espaciar  en  la  voz   ara 

cabios  que  locan  al  espaciar  físico.  El  pato  y  ganso  se  di* 

te,  6  acción  de  a  extender,    por  andar   tendiendo  la    pata  y 

«nJiendo  la  tierra  á  palmos;  de  aquí  que  también  se  llamaran 

ar-aftt  con  el  or-a  de  extender.  El  espacio  entre  dos  puntos, 

oral  Ó  moralmente  veremos  luego  que  se   dice  arte; 

M  u  Jiccse  también  ar-nrte,  el  mediador  arorte-ktin,  pc>r 

dr  ararte-koz. 

no  que  pasándose  de  listo  nos   salga  con  que  esc 

'€r¿.  a  ser  el  arar  laiinoosteHano.  Yo  respondo  sen 

jmr  latino-c.istHIano,  no  pudiera  ser,  sino  que 

m.  aratai  y  sino,  venga  ta  explicación  latina  de  la  raíz  ara  de 

j  dá  el  euslcera  dictendo  que  es  el  movintíento  i  del  a 

..-ear,  ertender.  Cero  vengamos  á  sus  vaíores  metafór»- 

Cfor  no  pudieron  saJír,  /  si  de/  extender  y  allacar. 


I^lb 


Ab 


ORIOCN  V  VrDA  DEt  LP-HOUAJE 


Que  del  «pacía  se  pase  al  tiempo  lo  vemos  por  los  adverbios 
temporalea,  que  suelen  ser  espaciales  en  su  origen:  el  tiempo  es  c* 
«spucio  en  la  corlmgencla  y  mudanza  de  las  cosas,  Najorrak  eta 
ara  bere  geíago  Franziako-enskaíáanak  esaten  dabe,  los  Nava- 
rros y  aun  todavía  más  los  vascus  de  ^■^a^>cia  suelen  decir.  Ese  aan 
dice  mdsen  el  liempo,  más  allá  temporalj  mis  espacio  de  tiempo^ 
se  expresa  por  ara. 

De  ú¿s/í  cerca  dicíse  ar-aisti  ó  ar-aisti-an  poco  ha,  en  (iernf 
pasado  cercano,  es  decir  allá  cerca;  de  aintzin  lejos,  ar-aintziaa 
allá  antiguamenle,  hace  mucho^  ar-ainUin-agalik  desde  hace  mu- 
cho tiempo,  ar-aintzin-ean  hace  mucho  liempo,  antiguamente;  de 
aitzina  delante,  ar-aitzina  en  adelante  6  poco  ha. 

Anteayer  es  ar-aiñ-egun,  de  aiñ,  ó  ar-en-egun  de  ar-tnü^ 
decir  el  día  aquel,  el  tercero  ó  de  tercer  gradOj  arenegun-atch 
trasanteayer.  Ar-ik  vale  desde  allí  y  temporalmente  desde  entone 
ara-ko  el  de  allá,  y  temporalmente  el  de  marras. 

Pasemos  á  ideas  má^  metarísícas.  Nuestras  facultades  psfquíi 
y  fisiológicas  son  tendencias,  el  instinto  animal   y  el  celo  délas  ml^ 
mas  bestias  responden  á  la  inteligencia  que  pone  su  mira  y  sigue 
pista  Iras  el   objetOj  como  la  vista  que  se   extiende   hacía  el  objci 
para  cogerlo,  y  á  la  voluntad,  al  querer,  al  gusto,  al  apetito  anímic<^ 
que  se  lanuí  Iras  él. 

Ara  es  toda  tendencia  psico-Hsi  o  lógica,  el  instinto  y  la  inteligen- 
cia, el  celo  animal  y  el  gusto  ó  la  voluntad.  Y  ¿qué  es  tendencia,  sino 
tendere,  tender  á,  extenderse,  espaciarse  moralmente?  Celo  del  arki 
ú  oveja  es  ark-ara,  ó  arki-ara,  del  perro  ú  or-a  o-ara,  de  la  v^ 
zaz-ara,  es  decir  mclínación  al  züZ,  á  la  monta. 

Ara  egin,  ó  hacer  ara,  vale  complacer^  dar  gusto,  obedecer,  ha- 
cer ta  voluntad  ó  querer  de:  mutil-orrek  tfere-nagusiaren-ara  egiUa 
du,  ese  inucliaclio  hace  la  voluntad  de  su  amo.  Tendencia,  manera, 
es  lo  que  eso  significa,  asf  so-ara  itsusia  da  orrek,  ese  tiene  mala 
mirada,  mala  manera  ó  tendenria  del  so.'  ó  atención.  Según,  confof' 
mea,  regla,  dicense  ara-bera  de  bera  inclinación,  hacia ab.^]o,  eq 
arabera  á  mi  parecer,  es  decir  á  mi  modo  ó  manera  ó  tendencia 
mi  gusto  ó  querer  á  pensar,  según  yo,  arabera-ta  6  arabera-ka 
ordenar,  disponer  según  regla,  conforme  á.  El  simple  Hira  vaíe| 
fí/isato,  $^ún  acabamos  li^  ver,  y  no  menos  arú'iZt  ara-be-z  , 


,  araa-ez,  araa-a-z,  es  decir  i  gusio  de,  conforme  á,  z-  modal. 

norma,  el  conforme  á  dfcese  ara-u,  lo  que  tiene  ara:  sor 

^confbnne  nacen,  ó  sor-arabera,  sor-arau-ka:  arau-bage  sin 

ni   concierto,  araaz-ko  adj.  conforme,  ontarzímaren-arau 

ic  al  caudal,  arau-ka  á  proporción. 

Modo  ds  expresarse  ó  lengua,  porcj.  hablar  en  siríaco,  siri' 

,  es  decir  á  lo  sirio,  conforme,  como  los  sirios,  iudu-araz  i 

>  )m1ío,  en  hebreo,  tuik-araz  i  to  vascongado,  erd-araz  á  Ío  ex- 

Olo,  Utcralnieule  hablar  baboseando  y  á  meJla$,   pues  el  euskera 

b  ti  lengua  ó  modo  f>ropio  de  expresarse,  y  lodo  otro  lenguaje  es 

expresarse  á  medias,  erdt  medio:  y  asi  es  á  la  verdad^  como  se  des- 

Je  de  esle  mi  übro,  pues  los  idionsas  han  corrompido  la  exprc- 

catural  valiéndose  de  expresiones  despedazadas,  partidas   por 

I  eje. 

I  cuidado,  la  diligencia,  el  estudio  es  un  darse  ó  aplicarse  i,  un 

'  6  ar-íi,  Y  asi  dícen^e  ar-ta,  donde  hay  ar-a  ó  tendencia,  di- 

iún,  etc.,  arta-dan  cuidadoso^  arta-gabe  descuidado,  <ir- 

■  cuidado  de.  Es  eí  ar!  mira!  alcnción!  á  ello!  Ar-ditra  es 

ibón,  cí  estudio,  el  intento,  el  cuidado,  la  frecuencia,  arda- 

procurador,  encangado,  aráura-n  frecuenlemenie,  ardaro-H 

gg^anhtsu  diligente,  ardura-tu  frecuentar,  usar  de   ordinario, 

ko  frecuente,  interesante. 

B  eoenitgo  no  es  el  que  no  es  amigo  6  cuida  de  otro,  sino  el 

resida  y  atiende  y   mira  en  daño  suyo:  eri  vale  mal,  daño,  y  el 

sigo  e&  ar-tri-v,  -o  eJ  <\\ic  tiene  cuidado  dañoso;  Mujica  art- 

akazaginka  Mú^ca,  adentelladas  con  los  tnemigos, arerio^tasun 


7.     Arüiirn,  tiene  el  mismo  valor  de  cuidado  que  el  eu^karo 

V.  dd  cual  se  deriv6.  Fué  usado  anl ¡guarnen le.  Bckc.  S.  Oom, 

os  acorro,  ca  somos  en  ardura.   Alex.  202:   Después 

^  ;^^.;iv  c  mas  sin  ardura.  Hita  605:  Tyra  de  mi  coracón  tal 

-4  c  tü  ardura. 

OaBM  todavía  en  Atava  por  desazón,  angustia,  apuro. 

.%.rdur^ado.  apurado,  afligido,  en  ardura.  Bcrc.  Sat.  272: 

I  csti  cosí  eran  muraTduradaü  (las  tres  Marías). 


3.  Mención  particular  merece  e!  impulsivo  de  azi  semilla, 
as-i  comenzar  i  ser:  con  ar,  ar-ozi  y  arazo,  que  valen  hacer 
airo  haga,  obligar,  arazidagu  le  hemos  obligado,  ííraí-tóíí  el  com- 
peler, araz'tu  idtm,  araz-keri  ocupación  frivola,  engorro  que 
oblign,  arazo  y  arazoíu  ocuparse  en.  Erapléansc  á  su  vez  para 
formar  factitivos:  arr-arazi  hacer  tomar,  sat-arazi  hacer  vender, 
sarr-arazi  hacer  entrar,  gm-arazi  hacer  quitar,  egotch-arazi  hacer 
echar,  lo-arazi  y  hkar-grazi  hacer  dormir,  negar-egin-arazi  hacer 
llorar,   idisri-arún?  hacer  parecer. 

Ui  -í  final  veremos  que  fija  localmenle,  arC't  díccse  igiialme 
por  ara,  arat  ioan  da  ha  ido  allá,  y  ekhe-rat  por  etche-ra.  De  ! 
formas  en  -í  veremos  qi:e  proceden  las  en  tu  de  infinliivo.  Así^ 
verbo  corre?pondienleá  ara  y  arat  es  ara  6  ara-tu,  que  tiene  tod 
1»s  acepciones  hasta  aquí  vistas,  propiamente  e$  esc  exiender  ojfl 
brazos  y  boca  hacia  lo  lejano,  porconsigiricnle  alla-ear,  de  ar 
'  arat  allá,  y  moverse  hacia,  llegar,  tender  la  vista,  e.viminar,  exc 
dhñar,  tender,  buscar  ó  querer,  mirar,  de  araf  mira  allá!,  físicamt 
ailanaj ,  arar;  es  decir  hacer  extensión  física  ó  moralmente.  fcsus-af 
tzean  al  aüáear  ó  llegar alU  Jesús,  arattt  ondo-ondo  zeare-btotzek 
bazíer-gutiak;  escudriñad  ó  mirad  todos  los  rincones  de  vuesiro 
coray-ón.  Aplícase,  pues,  á  las  manos,  á  los  pies,  á  los  ojos  ó  vista,  i 
la  inteligencia,  á  la  volunfad,  Claro  está  qiie  esto  no  es  abstraer,  sí 
hemos  de  dar  crédito  á  fos  que  han  dicho  que  el  euskcra  no  admite 
términos  abstractos,  hijos  de  culturas  muy  elevadas.  Caer  boca 
arriba,  estar  tendido,  es  extenderse,  y  dícese  arat,  arat-m,  de  in 
hacer,  arat-en-ik,  indefinido  del  genitivo  arat-en;  arat-agiri  a 
nadar  tendido,  boca  arriba,  aratin  iatisi,  aratinik  iausi  caerse 
espaldas  cuan  largo  es.  Arat-edo-unot  aci  6  allá,  revolverse, 
itna-k  idas  y  venidas,  -/rde  plural. 

Con  -ka  andar  al,  obrando,  ara-ka,  oraka-ta,  equivalen  á  \ 
aro-tu,  andar  extendiendo  la  vista,  buscando,  etc. 


4.    Arn-te,  cariz,  gesto,  de  buen  ó  mal  arate.  Es  puro 
kera,  la  superficie  6  haz  de  fas  cosas,  lo  que  se  extiende  y  se  vc_^ 
escudriña,  pues  arat,  ara-tin  estar  tendido,  boca  arriba. 

Estar  de  moi  arate,  disgustado,  enfadado,  de  mal  cariz  ó  talan 


5.  raras 


^M  5.  Ahora  vengamos  i  los  derivados  indo-europeos  de  ar,  ara. 
^1  L&  preposición  ar  se  us6  mucho  en  antiguo  lalfn,  según  Pris- 
^bno.  arvtfiae,  arventores,  arvocati,  arfines.  ürvoiare.  arfari; 
^lUrhis  Vícíorinus  irac  arventum;  Vcleius  Longiis  arvorsus,  arvor- 
jjarto;  otros  arvertiet,  arferia:  Catón  arveho;  en  inscripciones 
^trurjt,  ar/aisse,  arvorsum,  arvarsarío,  arduuitur;  en  Lucilio 
rnif  <*),30)  por  ad  me.  Créese  que  la  r  proviene  .iqiii  de  d,  y  que 
rno  c*  rnis  que  una  varianfc  de  ad.  Nada  decidiré,  pero  el  euskíiro 
I  vite  otro  tanlo,  atlá^  dirección  á.  Convinlenda  en  la  signiGcación 
'  or,  no  es  un  milagro  el  que  poco  a  poco  una  de  estas  preposi- 
dcsterrjisc  á  la  otra.  En  eu^fcera  duran  ambas  voces  ara  y  at: 
w  sin  tiene  ar  derivados,  y  to  mismo  en  lituano.  Todo  ello  favorece 
is  de  que  ar  no  es  fónica  variante  de  ad.  En  lelo  ar  m 

Ldcaciis:ilivodeI  mismo  valor. 

SÉnnskrít  una&  cuantas  voces  que  no  se  han  analizado  bien. 

alo  lejos  y  cerca  de,  casi,  «propiamente  yendo  á,  dirígién- 

:á»,  dice  Bumouf  que  vale  ürñi.  Eso  precisamente  es  lo  que 

el  arO't  eu-skíríco,  con  la  -t  local  de  ona-t  acá.  Sin  esa  -t, 

ibleen  skt,  en  lelo  ürt\  vale  sacar  fuera,  aras  afueras,  fuera 

s,  IH,  ór-as  lo  de  futra,  el  campo  libre  y  abierto,  or-e  locativo. 

V  «r  v¿  por  el  ski.,  donde  para   llauíar  de  lejos  se 

,  ara,  locativos  de  un  ara  que  no  hay  en  esta 

iytstXaral  be!  mira!  del  euskera.  Pero  hay  otro  derivado» 

'ch  cercano,  vecino,  ar-vilk  cerca,  junio  á,  antes,  detrás; 

'OMción  la  hallamos  en  ilalia.  En  laíln  dr-ea 

ío,  orea,  :Io  llano,  es  adj.  -ca  de  ar-a  llan^ira. 

Od  extender  y  afofar  ara  hubo  de  decirse  ápa-tx  delf^ado  por 

Bnido,  ligero,  ralo,  r^trtts  raro  /» ralo.  Iiucco,  ran-tas,  rari-tudo, 

cert  enrarecer,  encarecer,  rare-facere.  Dtcese  relia  rara  redes 

r  y  rara  ocies  escuadrón  tieno  de  claros;  después  se  pa^  i  la 

-1  raro,  escaso:   *omnia  praeclara  rarav,  lo  bueno  es 

^imas  son  Us  corre^pondicnles  á  las  vistas  con  valor  de 

i4^oo  en  skt.  y  en  lituano.  Para  llamar  se  empleó  ara!  mira!  y  tat 

ép,  pd  asevTfativc.  dpa  interrogativo,  qtie  en  lit.  es  ar,  a(k¿ 

.  nuomdi,  mildíci<^n  consiguiente  y  debida  á  un  hecho,  ioi- 

opücar,  imprecar,  maldecir.  De  -¡¿^-á™  salió  -[újí  pucs.de 

-  éfa  alió  ttJTúc.  En  skt.  ar-yalí  -~  Qpá-o;jiai,  ilabar,  y  d  mluxio 


^b^d^ 


10  Origen  v  vida  del  lenguaje 

arare  para  llamar  de  lejos  ¡ea  pues!  ó  mira!  Son  el  ara  mira!,  hé 
aquí  del  euskera.  En  lit.  ir,  skf.  et-ar-hi  ahora,  k-ar-hi  cuando;  en 
latín  la  a  ante  r  se  hace  o  á  menudo,  y  or  responde  Á  r  ó  ar  del 
skt.,  y  así  cür^qadr  por  qué?  de  ^w-  y  or=¿qué,  pues?  qué  razón? 
igit-ar  (?). 

RdTUS  está,  pues,  relacionado  con  ár-ea  espacio  abierto,  que  es 
el  lit.  oras  el  afuera  y  campo  libre,  leto  aras  ídem,  Sra  sacar  á  fuera, 
y  skt.  arat  allá  lejos.  Del  extenderse  y  correr  díjose  en  skt.  ar-vant, 
ar-van  el  caballo,  participio  de  ara;  zend.  aorvat,  gr.  ctpíwv  el  caba- 
llo primitivo,  ags.  eara  veloz,  saj.  aru,  arva  presto:  arvák  ya  vimos 
indicar  cerca  de,  arvátch  próximo,  vecino. 

6.  Karo,  de  rarus,  it.  raro,  prov.  rar,  fr.  rare,  cat.  rar.  La 
poco  denso,  que  deja  poros  grandes.  Corr.  Argén.  I.  1,  f.  35:  Tienen 
semejantes  hombres  flojas  las  membranas  del  celebro,  y  por  delga- 
das, aptas  para  recibir  las  imágenes  que  llamamos  fantasías:  éstas  en 
su  rara  substancia,  y  por  ser  delgadas,  fáciles  adonde  quiera  que  las 
llevan.  Colom.  Obr.  poet.  letr.  2:  Que  ligera  de  las  nubes  /  pene- 
tra el  raro  vapor,  /  sino  alado  rayo  ardiente,  /  animada  exhalación. 

Pocos  en  número.  Alcaz.  Cron.  Dec.  3,  año  10,  c.  1,  §  4:  Lo 
sabía  ejecutar  con  tanto  secreto  y  disimulo,  que  fueron  raros  los  que 
tuvieron  noticia  de  su  gran  perfección. 

Extraordinario,  poco  frecuente.  Qaíj\  1,17:  Cómo  llama  á  esta 
buena  y  rara  aventura.  Id.  1,30:  Si  es,  dijo  Cárdenlo,  y  tan  rara  y 
nunca  vista,  que.  Id.  2,6Q:  Del  más  raro  y  más  nuevo  suceso  que. 

Insigne  y  excelente.  Quij.  1,11:  Con  las  raras  y  peregrinas  inven- 
ciones (adornos).  Id.  1,51:  Rara  discreción.  Id.  2,25:  Hay  raras 
habilidades  perdidas  en  el  mundo. 

Hoyademás  por  extravegante  en  el  vestir,  en  el  humor:  es  un 
hombre  muy  raro. 

¡Cosa  más  rara!  extrañeza,  ó  cosa  rara. 

De  raro  en  raro,  con  intervalos. 

Raras  veces,  pocas,  con  grandes  intervalos.  QaiJ.  1,3:  Que  eran 
pocas  y  raras  veces. 

Raro  adverb.  Guev.  Ep,  32;  Rezo  poco,  predico  raro,  hablo 
mucho. 

l/ji  ente  raro,  del  extravagante  y  estrafalario. 


Rap-«&CM,  la  cualidad  de  ser  rar-o,   modo  de  sersinguhi  cfi 
|piÍo.  A.  Alv.  Siiv.  Ftr.  6  Donu  3  cuar.  ¡9c.  y.-  Por  h;iber  de- 
ta  rareza.  O.  Vhja.  Maga.:  Competís  hoy  con  Ea  oninipoien- 
Dio^  m  las  rareyas  y  maravillas. 
It>if*-i«la«l,  de  rarilas.  Quij.  1,37:  La  raridad  y  poco  pelo  del 
Casam.  eng.:  Sin  dejar  ver  el  rostro  más  de  aquello  que 
OKrdíi  la  raridad  del  manto. 

En-rai-^-vcvr,  hacer  rar-o,  activo  y  reflexivo.  Rom.  Repttbt 
'.  5,!2:  Porque  muchas  catupanas  tañidas,  enrarecen  el  aire,  y 
deshacen  y  resisten  á  las  tempestades. 

ítalo,  variante  Je  raro,  por  di.simitacidn  queriendo  evitar  \¿a 
dos  r.   Lo  poco  denso.  Quij.  2,23;  Los  dientes..,  mostraban  ser  ralos 
no  bien  puestos.  Hckk.  4^*  1 .7:  En  el  terrufio  ñaco  (écliese  la 
i)  algo  rab. 
Poco  común.  Pedro  Urd.  J.  2:   Lo  que  nuestro  alcalde  ordena 
Ch  (.osa  rala  entre  nos. 
ÍU  Jadió  y  eí  nabo,  ralo.  c.  83. 

1\ím\^v4ís\*  Ciudad  de  lo  ral-o.  Citest.  V,p.  04;  U  raleza  de  las 
nsr^  madre  de  la  admiración. 
Ital-^-nrs  hacer  i3  hacerse  ral-o  en  densidad,  y  de  los  racínios, 
no  granan  enteramente  (Nebrija.)  Alex.  991 :  Ibalos  rale 
e<tr«nna  mxnnera. 
K(«Í4.<'-<%,  posv.  de  rale-ar.  Del  ser  ralo  ó  ralear  vino  á  sigiiifi- 
la  calidad  especial  de  las  cosas  por  la  qtfe  algo  se  distingue  de 
-'—       "/a.  Qtiij.  1.4;  Mala  usanza  de  los  de  vuestra  ralea.   Id, 
1^1  y  de  bjja  raka.  Id.  1,26;  Qtic  es  de  muy  'siala  ra- 
id 1,52:  Fue  de  castiza  ralea.  Id.  2,38:  Con  oíros  imposibles 
nka  (cliáf).  T.  Naharr.  I,  Í38:  Que  por  hombre  de  ralt-a  / 
ocojoren  entre  dentó.  Pedro  Urd.  3:  Caiga  en  li  y  en  tu  ralea. 
hxm.  \  16:  Pues  no  me  vien  de  ratea.  Casa.  ceL  2:  De  esa  ralea 

En  cetrería  el  ave  á  que  es  muy  inclinado  el  halcón  ó  azor,  la 
nki  dd  balcón  son  las  palomas,  del  a^or  las  perdices,  del  gavilán 
ks  pijarot  pequeños;  pero  la  industria  del  azor  inclina  c^ias  aves  de 
iiiai  pencguir  otras  aves,  y  así  las  hace  rateáis.  Zúñioa.  Cetr.  I: 
«Üfibcc  mis  para  solo  perdices  el  prima  mediano:  más  si  lo 
puerta  para  nlea,  bien  es  que  $Gtgrandc,  pues  ha  de  matar  pr\&\Q^ 


nes  grandes  á  vueltas  de  otras.  Avala.  Cúza.  8:  Cuando  lu  falcón_ 
tomare  ralea,  así  como  corneja,  sisón,  paloma.  Id.  2Q:  Que  alguc 
fa1con«s  loman  algunas  rateas,  así  como  garzotas  el  niarline 
ó  garzas,  que  son  raleas  que  van  á  ta  tirar  el  á  otras  raleas  que  loi 
falcones  fallan  en  su  cabo.  Ovitoo.  W.  Mrf.  50,10:  En  un  desierto 
tan  eslíril  de  (anta?  diversidades  de  raleas  e  aves. 

£5  de  mala  rafea.  (Lo  que  es  malo  por  natural.)  c.  528.  Cac 
ps,  57;  Mostrabar»  ser  de  mala  ralea  y  gente  de  nvalas  roanas. 

I^n-riil-iclf».  enrarecido,  poco.  4/ea.  122Í:  Ct  eran  enr 
dos,  no  lo  podieti  durar. 


7.  Como  una  variante  hcténica  de  ta  raíz  ar,  el  ara  euíkéric 
considera  Curtins  er-  en  ¿p-o;  el  amor,  declarándolo  come*  lendc 
cia,  inclinación  á.  De  hecho  este  valor  hemos  visto  en  el  ara  eusll 
rico,  ceíOf  anhelo,  querencia;  aunque  yo  prefiero  traer  de  era,  ^^ 
esludiaremos  después,  los  vocablos  siguientes.  Es  ep-r*;  e!  amor, 
pasión,  e!  anhelo, 'Epiu;  eldiosAmor.su  personificación,  esp 
de  pariicipio  de  perfectOj  que  pudo  comparar  M.  Müller  con  arvñ 
arashís,  üntshas,  de  idéntica  Torma,  el  dios  sol  y  sus  caballos;  au 
que,  como  observa  Cutlius,  e]  vocablo  griego  no  puede  venir  de 
acepción  mitológica  del  sátiskrito,  que  propiamenlcts  una  concr 
ción  del  valor  de  tender  i,  de  la  raiz  ara  á  era,  así  como  otra  es  la  de 
amar:  ¿pa-iia:  y  ¿p^i-tu  querer,  amar,  i^a-vk,  i^axzivk  amable,  agra- 
dable. De  aro,  y  no  de  era,  vienen  dfi-¿3Xíii  agradar,  ser  amat 
es  decir,  hacerse  al  gusto  de  otro,  como  ara  en  euskera^  á 
adulador,  (rracioso  que  se  adapte  á  otro. 

Del  allanar  la  tierra  disponiéndola  para  tas  labores  agrícolas,  q^ 
es  lo  qne  vale  ara  en  eúskera,  salió  la  raíz  indo-europea   ar  dar 
que  después  tomó  el  significado  más  concreto  de  arar  ó  labrar  cC 
reja  y  bueyes.  Arar  viene  de  arare,  de  donde  ara-tio,  ara-tor,  ara^ 
trumcX  insirumenlo  para  arar,  que  dio  el  aradro  de   Aragón,  y 
aladro  de  Aragón  y  Burgos,  de  donde  aladrar;  arado,  si  no  viene  1 
anidro,  es  el  participio  pasivo;  arv-um  campo  labrado,  arada, 
anUitdj.  aru-us,-itrttr7J,   «Non   aruos  hic,  sed   pascuos  ager 
(PiAUT.  Truc.  1 4Q),  *aí;ri  arvi  ct  arbusli  et  i>ascui»  (Oc  Rtp.  5, ; 
3),  del  sufijo  'U'US,  como  stren-utis,  patr-u-us.  En  gr.  «fw-«*,  «po-t 
iMhrador,   ápO'-:pw  arado,  i^xw  y  áfoufja  campo,  que  es  d   \túi 


7.  arúre. 


13 


^  wxn  campo  lahrsdo,  arV'Olis  adj.,  j»Vj->]p!;*;  y  T.'t\ü~(xpvj^jz,  en 
í9  y  rico.  En  godo  ar-yati  arar,  anl.  al.  trran,  y 
.  ur,  ar-rfAr  aralrum;  lil.  ¿ír-íí\  eil.  íirfl-/í  arar;  lii. 
.  el  aroma  ó  ¿p-nt-ita,  es  decir  campo  labrado,  de 
■  )«rbBS  y  ycrbBS  aromálicas;  esl.  oraío^  rala  arado,  con  -Ío  de 
^mif,  iil.  or  arAliOf  air-im  arar,  ara-thar  arado;  corn.  ez-i»,  freír 
tro.  En  norso  ydrv/esel  «pvjpa,  ant.  al.  ero  por  eraweSt  corn. 
Solo  ea  euskrra  vívt  esta  raíz  ara  c«nio  fonna  vjva^  campo 
D,  llano,  llanur»,  espacio,  allanar  y  espaciar. 
Lo  flotable  para  la  pteontología  lingüistica  indo-europea  es  que 
va  nii,  si  bien  se  batb  en  las  arío-irania«,  como  veremos,  no  tiene 
mapnpladón  particular  al  labrar  6  arar.  La  consecuencia  cUra  y 
que  la  labranza,  e^  decir  la  agricultura  en  todo  su  de- 
rito>,e]  gran  cullivo  de  cereales  y  el  uso  de  la  reja  y  dd  buey,  no 
K  CDOoda  aún,  cuando  los  ario-iranios  formaban  un  solo  pueblo 
con  \c-i  etiropeos.  El  adelanto  de  la  agricultura,  la  vida  agrícola  fué 
a  Europa  poslcrior  á  la  desmembración  de  los  ario-iranios, 
tsiM  convcuencia  lingüistica  se  refuerza  con  la  historia  y  U  arqueo- 
I,  dimlonos  como  averiguado  que  et  estado  de  la  civilización  de 
I  rúa  antes  de  separarse  no  había  llegado  á  este  punto  de  la 
l^nculiura.  De  griegos  f  romanos  sabemos  muy  bien  que  desde 
fK  no«  KM  conocidos  labran  la  tierra,  son  labradores.  Las  más 
afepias  notícias  qnc  nos  han  llef^do  de  celtas  y  germanos  nos 
rtBlíguin  olro  doto  de  aquellos  pueblos. 

Stgan  Eflmbon  (4,  p.  201)  Plieas  en  su  viaje  por  los  mares  del 
en  tiempo  de  Alejandro  Magno  halló  el  cultivo  del  olv^Zt  fué- 
ú  otro  cereal,  entre  los    Brilanos  celtas    [véise  más  larga- 
MCixcNHOFr  I,  393).   Todavía  más  al  norte   se  comía  el 
6  ini>o,  y  de  los   hahítanles  de  las  costar  lo  afírma  Cesar 
y.  4,  31,  2;  32.  I).  aunque  de  los  del  interior  di^a  (fi,  14): 
"iarcs  plcriqtie  írvmenta  non   serunt*;  lo  cual  prueba  que  el 
►  era  de]  (odo  y  de  lodos  desconocido.  De  los  germanos  en 
» de  Clisar  y  Tácito  diremos  luego.  La  mejor  prueba  del  ade- 
' 'tura  entre e! los  son  los  vocabli>$  que  les  tomaron, 
.,  ,.  .  Us  cosas  que  dignificaban,  sus  vecinos  los  fineses; 
dd  godo  ahana,  kakra  avena  del  antiguo  sueco  ho^e, 
'Itotíirijo  del  norso  taukr^  en  alemán  Laacfi,  rais  el  sécale  cércale 


del  norso  rugr,  liina  lino  del  norso  Un,  bamppu  cáñamo  del  noi 
hampr,  maltas,  el  Maíz  alemán,  del  norso  maltjdph  pan  del  godo" 
filai/s,  aira  arado  del  norso  ardhr,  pello  campo  del  ant.  al.  fold,  al. 
Feld,  taina  planta  del  godo  tains,  etc.  Los  del  Báítico,  ascendientts 
de  los  Lituanos  modernos:  -Frumenta  cderosque  fructus  patieiitius 
quam  pro  sólita  Oernianonim  íneríia  3aboranl*  (Tac.  45);  y  aim  <Je 
los  eslavos  lo  sabemos  desde  el  siglüVl(Müi.i  knhoff,2,35).  Los  Ira- 
dos Peonías  debían  de  ser  labradores,  pues  vivían  en  cabanas  ó 
lafilosy  bebían  cerveza  y  vestían  lino  (Heroo.  5,12). 

Por  otra  parle,  que  se  cuUivaba  algo  el  campo,  si  no  con  arad 
i  lo  menos  con  otros  instnimentos  más  sencillos,  en  la  edad  de 
piedra  ptiÜmenUdí,  aunque  sobre  todo  se  dieran  á  la  cría  de  ai 
males,  es  hecho  comprobado  délos  europeos  meridionales  que  ; 
bricahan  los  palafitos  (Heer,  Die  Ptanzen  dar  P/ahlbauíen;  KellI! 
Ben'chle  Vil);  y  aun  creen  lo  mismo  de  los  más  scptentrionaJj 
Monte]  i  US  {Die  Kullnr  Schwedens  in  vorschristlicher  Zeit  p.  2Í 
y  Mñller  (Nordische  AHertumskunde,  \,  206).  Lo  cual  no  puc 
decirse  de  la  época  anterior  paleolítica  y  de  la  de  ]os  Kjotíkenmc 
dingcr  de  Dinamarca. 

Pero  la  agricultura  en  su  cabal  desenvolvimiento  solo  se  halla  «I 
Europa  después  de  haberse  ido  los  ario-iranios.  La   lerminr/ 
l-agricola  es  coiuún  á  las  lenguas   de  Europa;  pero  no  á  los  ar  i  ■ 
nios-  Lo  hemos  visto  cuanto  al  arar  y  al  arado:  arare,  ñpm,  iñ.ai' 
rím,  es!,  orati,  lit.  árti,  y  aratrum,  á^ux^uv,  irl.  arathar, 
ardhr,  arni.  araur,  esl.  óralo,  lit.  árklas,  norso  ari  Veiu: 
de  los  demás  vocablos  principales^  pues  este  punto  es  de  tsnto  i 
mentó. 

Campo;  ager^  dx^;,  godo  akrs,  al  Acker,  y  el  barbecho  v£!<;;, 
ruso  niva  campo. 

Cama   del  arado:  viimis,  ¿pw;,   ant.  al.    wagan&o,   ant.  pr 
\  vagni&. 

Rastriílo:  Oi'ta,  occare,  ¿;ivTr],  ani.  al.  egyan,  egida,  lit.  akéti, 
ant.  corn.  ocet,  al.  Egge. 

Sembrar:  sero,  cimr.  hea,  irl.  sil,  godo  satán,  csl.  seya,  liL  sé 
al.  sacn... 

Semilla:  sBnten,  ant.  al.  samo,  esL  sainf/r^prus.  semen,  ht.  semtú 
«1.  Same, 


7.  arare. 


\b 


Grano:  gr^nnm^  god.  kaurrt,  prus-  syrne,  esl.  zrano,  al.  Korn. 
Segar  har:  meÍo,  ñ\iám,  ant.  al.  m¿iyan,  d,av¡T^;=ant.  al, 

ídef  coat^  ü.   ul.  meiíheí,  metfieí   «á  party  of  reapers»,  clmr. 
'  jdetn. 

Hoc  sarpere,  «¡rcnj,  írl.  scrr,  esl,  jz-u/jií,  let.  slrpe. 
Moten   maUrt,  {vAT^,  irl.  meUm,  godo  matartt  csl.  mtlyan,  líL 
j/.'í,  jlhan.  miíA  el  AfeA/  alemán,  y  Mahlen. 

iillo  lie  mano:  ¡soóo gairnas,  irl.  6ró,  lit.  ^¿r/ia,  esl.   zruna- 
m.^fm.erkan. 

'•'»■'   —iirrum,  \t\.  criathar,  atii.  al.  ntara. 

.,  oXíiii^,  ant.  stiecct  M  (de  donde  en  finés  luuva). 
Ablentar:  *í!xXwXaev9v  (Hcsiq.),  Jít.  nekoya. 
a:  acus,  «7K0:,  godo ahs,  ahana. 
sdfta  ó  liño:  porca,  ant.  9\,fiiruh,  bret,  ríc,  al.  Ftirche. 
Surco:  /Iro,  Hl.  />'5í,  csl.  /ecAa,  med.  al.  kis  huella. 
II  .>s añadir  los  nombres  de  los  frutos  y  plantas  principa- 

fvw.u..Mv_.  á  los  europeos,  y  ajenos  á  los  ario-iranios. 
H.  Hirt  repone  que  los  ario-iranios  pudieron  haber  olvidado  es- 
ios  agrícolas  en  sus  correrías  por  las  estepas  astáticas,  aun 
mdj  nubicran  sido  labradores  antes  de  d<ísliandarse  de  los  euro 

-Pero  tos  ario-iranios  conservan  ciertos  vocablos,  comunes  k 
uropcot,  de  agricuUura  más  rudimenlaría,  de  la  que  conocieron  y 
fon  antes  de  apartarse  de  ellos.  Asi  á  úipo;  responde  en  ski. 
,r;..r,.  -.1   ...njjn  qtn»  se  conduce, primitiva  acepción  de  la 
\\  I  anterior  iHStoril  tie  b  ra/a.  Lo  mismo  á  mo- 

'■  responde  en  skt.  mfl/"  desmenuzar;  á  serete  responde  \\i\,  pra- 
lilrt.  lanzar.  I,<"w  vocjiblo-^  comunes,  tom.iron,  pues,  en  Europ 
ivakir  mis  particular  nf  iicotnodarse  á  la  iigricuJtiira,  corno  de 
mcrdíó  con  otros  estados  de  vida  y  anics  con  el  de  h  gan 
[jor  lo  mismo,  ncct*?;irío,  como  argüía  Hiri,  que  un 
nii  particiiLir  á  tos  europeos,  después  de  separados  sus 
;  de  As'is,  pida  un  leni^uaje  i  parle  en  h  gram.líica;  lo  que 
I  pUe  es  un  tecnicismo  exclusivo,  y  ese  lo  hay  como  to  hay  en 
portictilar  de  su  \*ida  forense  y  mililar,  y  entre  el  celta  y  el 
DO,  por  tí  periodo  en  que  tuvieron  vivienda  cottum  {Y.  Kluor 
>  el  Omd,  Paa!,  1'  324),  sin  por  eso  hab^  nacido  una  lengua 


Antes  de  despartirse  los  ario-iraní  os,  el  modo  de  vivir  comí 
de  la  ra?^  fué  el  del  pastoreo  y  ganadería;  pero  también  había  agri- 
ciiíUira,  aunque  no  ían  en  grande  como  desde  el  müinenlo  en  que 
el  huey  y  el  arado  la  pusieron  en  su  punió.  No  faltan  vocablos  co- 
munes 4íuc  tocan  al  cultivo.  Tal  vez  el  principal  es  el  de  los  cereales 
más  de  antiguo  conocidos,  yava  en  skt.  cereal^  cebada,  itnd,  yava^ 
persa  mod.  djó,  oseta  ytu,  yau  m\]o,  gr.  Cea  y  lil.  yowain  espella  & 
gjrano^  en  general,  comestible,  que  vienen  de  ia-n  ia-íe  comer  en 
cuskera,  y  debió  decirse  del  comestible  más  común  indo-europeo. 
Otra  raiz  que  se  refiere  á  Jos  granos  y  viene  de  bUí  vivir^  bi  grano, 
es  en  skt.  pich,  rtÍGíot  pinso¡  pich-tra  moler  el  grano,  persa  pie 
fariña  losta  tritica,  norso  Jis  paja,  esl.  picfieno  harina. 

¿Cómo  concertar  esta  vida  agrícola,  bien  que  sin  labranza,  coiT 
la  pastoril?  t^  obra  de  F..  Hahs.  Die  Haustíre  and  ihré  Beziehang 
zar  Virtschaft  des  Menschen  (1396)  responde,  manifestando  que 
el  primer  grado  de  cultivo,  que  podemos  llamar  de  la  cava,  se  halla 
en  todas  partes  sin  necesidad  de  arado  ni  bueyes^  y  se  extiende 
hasta  el  cosechar  de  cereales.  Según  él  fué  c!  principal  cultivo  el  del 
mijo  en  Europa  y  Asía,  y  el  vocablo  yava,  C«á  pudiera  ser  el  nom- 
bre que  entonces  tuvo,  y  que  ya  para  la  época  védica  y  homérica  se 
halla  confundido  y  poco  particularizado.  El  centeno  y  la  avena  no 
son,  cierto,  los  principales  cereales  de  aquellos  tiempos;  la  cebada  y 
d  trigo  fueron  ganando  (ierra  poco  i  poco.  Extraño  es  que  estos_ 
üllímos  fueran  tan  conocidos  de  semitas  y  egipcios,  los  cuales 
el  contrario  no  conocieron  el  mijo.  1ji"í  últimas  cosas  llegadas  su 
Icn  lomar  los  nombres  de  las  antiguas,  que  se  echan  en  olvido. 
mijo  en  skt,  dürva  es  el  terwe  trigo  del  medio  bajo  alemán; 
'  xtT/prji  mijo  es  de  la  mi^ma  raíz  que  xdr/puc  cebada;  y  xpifir;  cebad 
koráeum,  ant.  al  gcrsta,  al.  Gerste,  responde  al  persa  moder 
zurd  mijo. 

Queda,  pues,  que  toda  la  raza  se  dio  á  algún  linaje  de  agricuT 
lura,  a!  de  la  cava;  poco  ú.  poco  fueron  amansando  y  criando  Ifi 
animales  domésticos,  y  el  pastoreo  y  ganadería  llegó  á  ser  su  prinf 
pal  ocupación.  La  perfecta  vivienda  agrícola  comenzó  más  tarden 
cdíUiiío  los  europeos  uncieron  al  arado  el  buey  par.i  labrar  y  culj 
varun  subrc  lodo  el  higo  y  la  cebada,  en  lugar  de!  anliüuu  mijo. 
fué  menesier  que  para  cníonccs  se  hubiesen  apartado  del  todo  Iii 


tes  ario-iranios  de  los  europeos;  lal  vn  la  diversidad  de 
hizo  que  los  oociiknUles  se  diesen  á  [a  agricultura,  míen* 
entates  seguCan  vagamundeando  tras  sus  ganados.  SI  la 
la  raw  íi»*  d  íur  de  Rusia,  la  reglón  misma  pedia  cstej 
dhCTB.  manera  de  vivir  y  la  separación  consiguiente  de  los  nómfl 
És  orteniaJes  tomando  ta  derrota  del  Asia.  Aun  en  la  época 
hallamos  los  ijrifla:  dp&Tf,pc^  6  iswppí  al  occidente,  en  lasJ 
.  firtilcs,  y  tos  ^J9ai  vo|L(Üte;  ó  ^oÍVeíoi  en  las  estepas  orienta»* 
b.  Los  occidentales  ó  europeos,  además  de  la  tierra  acomodada  i 
kbbmua,  ptMlleron  recibir  de  tos  semitas  de  Eíabíbnia,  por  el 
Itiancnor  y  costas  del  mar  Negro,  el  conocimíenlo  del  arado,  de  la 
flcfaidí  j  del  trigo,  como  tal  vez  hínhúin  recibido  el  sistema  sexagc- 
v.mai,  según  algunos  autores,  aunque  yo  tengo  para  mí  que  en  unos 
j  olraa  no  son  más  que  rastros  del  sistema  primitivo  euskérico. 

La  condición  y  vivienda  agrícola  de  los  etiropeos  por  aquel 
cbAooccs  eran  muy  desemejantes  de  lo  que  fueron  después.  No  liabfa 
«i  propiedad  del  suelo  ni  propiedad  individual,  dos  cosas  en  qtte 
c  naia  la  nacionalidad  greco-romana.  No  habla  asiento  Fijo  de 
Jñbus  en  región  determinada.  No  se  había  dejado  el  pastoreo,  sino 
,  Kguia  Un  pujante  como  antes.  Según  acontece  en  lodas  parles, 
tbbradores  eran  tenidos  en  menosprecio,  por  lo  cual  preferían  la 
Blas  libre  del  pastor  y  de  la  rapiña  sin  Irabajar,  cuando  se 
^ofrecü  ocassón.  Oígase  lo  que  escribe  Cesar  de  los  germanos  (Bell. 
6,  22):  -Ñeque  quisquam  agri  modum  certum  ant  fines  hat 
s;  sed  magistraiiis  ac  principes  in  annos  singulos  gentibus"' 
BÍbusquc  tiominum,  qui  lum  una  coierunt,  quantum  eí  quo 
csl,  agri  atuibuunt  atque  anno  post  alio  transiré  cogunt.» 
isuevos  (4,1^  '^d  prívali  ac  srparati  agri  apud  eos  nihil  est, 
I  loagius  auno  rcmanere  imo  in  loco  incokndi  causa  lícet.»  Y 
<  {Oerm.  26):  «Agri  pro  numero  cuHorum  ab  universis  in 
occupantwr,  quos  mox  ínter  se  seciindum  dignatíonem  par- 

-' ■•!  partiendi  camporum   spalia  praebení:  arva   per 

i  eresl  ct  ager.»   El  c;tmpo  era,  pues,  común  y  se 
"Rcartii  cada  año  entre  toda  la  Iribú;  no  se  conocían  la  propiedad 
rjitrc  todos  lo5  de  la  tribu  se  roturaba  el  terreno, 
-  ^la  la  cosecha.  Diodoro  dice  otro  lamo  de  los  cc!- 
34)  «ÓVK  xa5*  btaaviv  iv^'i  ^laipw^mi  tí^v  ywpov  (enlre  los 


ORiorN  V  VIDA  01:1. 


micnibros  de  la  Faniília)  •¡zmfr^'/s'Si,  «ai  x'jÜ;  xapn'j-j;  Kf^wjnotvjjt 
jUTaÍLÍ'JaOiv  ixíÍ3T'¡j  tí  [ispoc  xai  t^Í;  ví/t^ líaitíyot;  r.  "ysiopyo-Q  iJúvcrwv  t¿ 
■ttpooT'ftíiK  TeSstxaat.  Esta  común  propiedad  y  reparto  de  tierras  de 
.tiempo  en  tiempo,  consérvase  aún  hoy  día  en  algunas  partes.  Eo 
muchas  de  Rusia  e!  terreno  es  del  procomún  y  se  reparíe  cada  20 
años  para  que  cada  cual  lo  beneficie  y  se  aproveclie  de  sus  frutos. 
De  los  eslavos  meridionales  sallemos  una  coía  parecida  (Krauss, 
Sifte  and  Brauch  1,23):  «Cada  tronco  de  familia  toma  un  terreno 
coniiin  en  lomo  tíe  sus  casas  y  chozas,  y  lo  cultivan  debajo  de  las 
órdenes  del  cabeza  det  bratstvo.  Usase  todavía  en  Hercegovina, 
Critiagora,  Bocea»  Quedan  huellas  de  lo  mismo  entre  los  iflandes« 
(Mainf.,  tarty  hisL  ojtnstit  I.  4),  y  de  los  ilirios  dijo  Estrabon  (7J: 
ífcwv  Í£  Tibv  Aü>.|tat2vjv  To  íia  wcTC»Err,pi?i>;  /wpecc  (¡vaíoaiióv  ^otelofia'.. 

Cada  vez  fue  alargándose  más  d  plazo  del  nuevo  rcparlo, 
hasla  que  se  originó  la  propiedad  del  cabeza  de  famiíia,  sobre  todo 
cuando  se  fabricaron  casas  ó  moradas  fijas  rodeadas  de  huertas.  Esto 
ya  había  sucedido  al  comenzar  la  historia  de  griegos  y  romanos; 
aunque  no  faJIan  rastros  de  la  antigua  nunera  de  ser  de  !as  cosas.  H 
vkf(^u\  ó  porción,  la  sors  (Fc-sro,  ed.  C.  O.  Müller  p.  297),  el 
patrimortium  y  los  consortes,  miran  á  tales  reparios.  Las  leyes  de 
Licurgo,  cuanto  á  la  agricultura,  fueron  el  líKimo  reparto  de  la  pro- 
piedad comunal. 

Como  consecuencia  de  eslo,  el  Arva  per  annos  mutant  prutl» 
que  más  que  intenso  fué  extenso  el  cultivo  en  aquellas  épocas,  tan-_ 
lo  más  que  se  desconocía  e!  arte  de  eslercolar. 

«Melius 
vivunt  et  rigidi  Qetae, 

inimcíaía  quibus  iu^era  liberas 
fruges  et  Cercrem  ferunt 

nec  cultura  placet  longior  annua»  (Horac.  3,2^ 

Del  poco  aprecio  en  que  siempre  se  tuvo  á  la  agricultura  dice 
Cesar  (6,22):  «Agricuíturae  non  studenl,  maiorque  parecorum  vic- 
hjs  in  lacte,  cáseo,  carne  consistíl»  y  Tácito  (Germ.  14):  -Nec arare 
lerram  ani  cxspecíare  annum  tam  faclíe  persuaseris,  quam  vocare 
hostcm  el  vulnera  mererí;  pigrum  quin  immo  et  incrs  vidctur  sudore 
acquirerc  quod  possissanguine  parare.»  Y  en  el  cap,  15:  •Delegat; 


19 


^  pcTislium  €t  agrorum  curafemíní'í  ícnibusque  eí  infinnissi- 
cc3t  familia.»  Ideen:  •Nearmeniisquidem  suus  honor  aut 
^^tu  numero  gaudenl,  eawjiie  solac  et  graiissimac  opes 

.--.wuOlo  hablaiidode  los  Iracios;  ttpi;ov  v.vw.  y.á'KKiaxw,  Tf,(;8i 
T,v  ttT^i'-'Krrsv  <5,6).  Tan  hondas  raictó  había  echado  en  la  raza 
icra  manera  át  vida  pastoril,  nómada  y  cerrera.  Digo  nóma- 
ic'.  '.rr.'t.Ui  i!r  ri  ( icncr  tón  cíerloasicnlo  como  !os  pueblos  clá- 
tf -I--  in  VI'.  ií-n:iii  cnlcramcnlc  nómada  no  pirede  admilir*.e  cn- 
;  europeos  de  ninguna  época. 
L^  iban  íácilmeníe  deasienlo.  llev-lndos^  lodos  sus 

.L.Maftos  y  aun  varios  años  en  un  lugar  y  Cal  ve¿  loda 
v  que  entender  lo  de  Tucídides  (1,2):  <Iji  que  ahora 
Grecia  no  parece  haber  skfo  habitada  de  asiento  en  lo  anÜ- 
,  fino  que  antes  hubo  emigraciones,  y  dejaba  cada  cual  su  tierra, 
«  veí4  for/ado  por  oíros  más  nimierosos,»  Todavía  en  la 
ilu  tribus  montañesas  rozan  un  manchón  de  tierra  por  el  scnci- 
procedimiento  de  quemarlo,  lo  cultivan   en  común  un  par  de 

iv  ■- '^  "irti:.  En  ta  mi-<nia  InglLilerra  se  ven  en  loscon- 

■;  jjrandes  campos  comunales  partidos  i  lo 

)  tn  Irea  íap«,  repartidas  i  su  ve?,  alrav€sad.imente  en  lotes  ó  par- 

■  á  tos  aldeanos,  [-as  tres  divisiones  fueron 

aL.  ,  liguo  sistema  de  las  tres  fajas  ó  zonas,  que- 

u  en  barbecho,  míenlias  las  otras  dos  se  dedicaban  á  dife- 

vo.  Estas  huellas  del  feudalismo,  esla  repartición 

^.i  -iM^  .J.J  uc.  «ñor  entre  los  colonos,  responde  á  la  jíropícdad 

■sal  antigua,  que  se  repartía  entre  todos  para  el  cultivo. 

Daradü  óaralrum  aviTfMv,   en  crclense  «paTnov,  solo  suena  un 

[lento  para  arar.   Debió  de  ser  su  forma  la  deí  instrumento 

1  rt:i..rc«  usado  pira  cavar  ó  remover  la  tierra  á  braío,  mudado 

para  que  de  iH  tirasen  los  bueycSj  es  decir  una  rama  gan- 

pri'  !o  el  brazo  qup  lleva  la  yunta  y  agrandado  algo 

mcr  '-  'i  tierra.  Los  salvajes  erranie>,  como  los 

flianr  ■  puntiagudo  para  desenterrar  las  raices 

n  palo  parecido  sería  e!   de  los  primeros  t-^  para 
VTMDOi  rcicc-  y  para  plantarlas,  y  se  han  hallado  no  pocas  tinto  en 
'<  en  .América.  Algún  adelanto  indica  la  hoja  ancha 
1 0  pala.  Por  otro  cabo  el  pico  primiiivo  ó  una  t&- 


20 


OrIOEN  V  VIDA  DtL  LtN(!U^j^ 


mi  terminada  en  un  brazo  pequeño  corvo  y  aguzad»,  y  el  hacha, 
cuando  se  le  anadió  una  piedra  ancha  con  Tilo,  asi  901110  se  .iñái 
al  pico  una  piedra  estrecha  puntiaguda,  originó  el  azBdi5n.  Ct 
tueco  es  el  más  sencillo  de  los  hallados  en  Europa,  una  estaca  he< 
de  una  rama  descarnada  en  la  punta,  y  cs(.i  aj<u2;ida.  Se  ha  iisi 
en  los  cortijos  de  tos  bosques  en  Suecia  hasta  hace  muy  poco, 
tradición  sueca  recuerda  los  pasos  dados  en  csie  parlicular.  El 
de  madera  vino  3  ser  después  más  pesado  y  lo  arrastraban  tos 
brcs  por  el  suelo,  abriendo  el  surco;  después  Ío  hicieron  de 
piezas,  una  niancera  para  el  arador  y  una  vara  larga  para  el  hom! 
que  tiraba  de  él;  la  reja  la  calzaron  con  una  punía  de  hierro,  y 
último  una  yunta  de  vacas  6  yeguas  tomó  el  lugar  de  los  honibi 
Entre  los  dibujos  egipcios  se  ve  el  arado  tirado  por  dos  bueyes»- 
y  detrás  un  hombre  con  un  pico,  que  no  es  más  que  una  hoja  de  ma- 
dera encorvada  y  larga,  atada  al  mango.  El  arado  es  este  mismo 
pico,  con  su  cuerda  y  todo,  solo  que  es  más  pesada  y  lleva  ua 
par  de  manteras  para  que  el  arador  lo  guíe  y  empuje  hacift 
abajo,  mientras  la  yunta  tira  arrastrándolo.  Adelanto  de  Roma  en 
la  época  clásica  fué  el  armar  el  arado  de  una  pesada  reja  de 
melil,  el  darle  hechura  d  propósito  para  que  pudiera  ir  rever- 
tiendo los  terrones  en  hilera  se^ída,  el  Tirarle  un  cuchillo  para 
dar  el  primer  corte  y  el  montarlo  lodo  sobre  ruedas.  Esie  anido 
romano  saltó  del  primitivo  J-E,  que  se  diferenciaba  bastante  del  eeip- 
CÍO,  y  no  era  más  que  el  pico  sueco  acondicionado  á  la  yunta.  Mis 
tarde  se  le  añadió  la  manee  ra  para  mayor  comodidad  de]  ara- 
dor. La  rama  corva  primíliva,  en  que  el  arado  consistía,  es  el  den- 
tóle ó  ipii¡v,  que  aconseja  Hesjodo  at  labrador  to  cojA  en  el  mon 
te,  y  que  sea  %p'yv^w  ó  dfgase  ilignnm,  de  ilex,  encina  ó  cosecha 
(Op.  dies  425J.  Dfcele  también  que  ten^a  siempre  dos  en  pn 
síón  de  que  se  te  quiebre,  y  sea  el  uno  denlatum,  el  otro  coin: 
tura,  aJT'/íiov,  que  es  el  encorvado,  el  priniiiivo  de  los  I-E,  y  xigxiravj 
ados  dos  pedazos,  que  hubo  de  ser  de  invención  '  >r- 

Oíro  tanto  indican  las  palabras.  En  f^odo  el  at,('..  ta 

al.  haohiti  horca),  que  responde  al  lil.  szaka  rama  (skt  (tikha  ram. 
A  la  misma  raiz  con  rasaüaación  (skt.  fafiku  palo,  esl.  sanka  v 
pcrletiece  el  irl.  cccht,  marix  kteaght  araOo,  También  encierra 
acepción  de  nudo  ó  rama  el  esl.  socHa  nudo«  Icbcso  socha  rodri 


7.  arare. 


21 


Apitoaborqulllado,  polaco  fOcAo»  «Plugsech,  klrus.  pososcyna, 
Qríodslcucr  nAch  der  Zahl  der  Pflüge*  (V.  Pcdcrsen.  /.  F.  V.  49^. 
Urcj»  y«  hemos  visto  tener  nombre  en  l-E,  gr.  ocp-^ií^  eíc.  Otros 
prtotlurs  son  en  ant  al.  seh,  que  también  significa  arado,  t\  seca- 
«ta.,  y  »nt  al.  scaro,  sc^ran,  en  esl.  íemesi,  de  lomtíi  romper,  prus. 
páKt.Tffiv*  lo  llano  dd  remo.  La  reja  primitiva  no  era  más  que  la 
jH&iguxada  del  brazo  mt;norde  la  rama  que  servía  de  aratlo-  Es 
ííffwquc  antes  de  la  invención  de  los  metales  $e  le  añadiera  una 
_|iúii{;uzada,  como  en  euskera,  donde  la  reja  se  dice  gold-ortza 
I A  diente  de!  arado. 

Latst<:va  ó  pieza  corva,  soL>re  ta  cual  apoya  la  mano  izquierda 

Ique  ara  para   hincar  la  reja  en  tierra,  se  llama  i■yiikr^^  stJva,  ant. 

'^fnzs,  déla   misma  raíx  qtie  el  godo^'a//^,  lat  Aaet/i/^^  por  la 

9eáan  de  cuerno  de  cabra.  Lo  corvo  de  la  madera,  que  dcispués 

r  dividió  en  corvadura  y  maniü^o,  era  tú>3í  (ifva  tierra  de  labor):= 

I  (oaco?)  bara  (*gusa). 

Dtsdc  muy  antiguo  se  comparó  el  arado  con  su  reja  al  cerdo 

hoza   la  tierra.  De  aquf  üw:;  reja^   úvvi]  arado  (Mes.);   que  es 

lie  cerdo:  irl.  socc,  fr.  soc,  que  es  el  cimríco  hwch,  corn.  /locfi 

.  En  ags.  saih  es  el  arado»  y  es  el  latino  salcus,  óXxk»  sXxm.  El 

rjwtz  (Hrs.)  es  e!  sOXdxa  la  reja,   mXaz  el  sulco.  E]  porat 

íó  Uño,  caballete,  amontonamiento  de  tierra  al  hacer  sulcos,  de 

^  ande  a-porc-«r,  dijese  de  porc-us,  puerco. 

te  no  dd  lodo  cierto,  parece  muy  probable  qtie  la  etimolo-d 
apwfiatQ,  de  donde  aromas,  sea  áfow  arar,  como  dijo  M.  Mfl-^ 
r.SiIc  el  nombre  por  primera  vez  en  Jenofonte  y  Teofrasto  y  se 
ira  por   lo»  plañías  de  donde  en  Grecia  é  Italia  se  sacaban, 
que  viene  á  decir  planta  cultivada  ó  del  campo.  E!  USOJ 
t  aromas  llegó  d  Europa  desde  el  Oriente,  donde  tantos  y  tan* 
dc«  se  dan  y  se  gastan.  Los  1-E  no  usaban  más  que  la  manteca 
p«a  ¡miarse  el  cabello  y  el  cuerpo,  costumbre  bárbara.  Por  los 
' — ros  homiriicos  ya  k  había  traído,  sin  duda  por  mediación   de 
<iíos  del  Asia  menor  ó  de  los  fenicios,  el  tiso  de  perfumar  los 
faUcif»^  con  pebeteros,  como  se  ve  por  la  OdÍsca(5,58),yel  nombre 
óé  perfume  era  xiífo;«  del  cedro,  y  frj-iv,  de  Sü-íii,  que  en  Homero^ 
{fiifici  quenof  perfumes,  como  fl>fiíííw,  frjta,  Sur^Xaí,  lal.  sttf' 
cviUtaro  su  haego.  Empicábase  igualmente  para  ello  el  UuteV, 


22 


ÜRIOEN  V  V(DA  DtU  USdUAJC 


el  mirto  y  el  ciprés.  Estas  plantas  sagradas  prticbaTi  que  lambién 
usaban  los  perfumes  en  honra  de  los  dioses,  como  en  Oriente,  aun- 1 
que  hay  quien  lo  niega  de  los  griegos,  como  Stt\ig  (BerUner  Phii 
Wochenschrifl  1805,  p.  I IS),  y  olroí  que  lo  aíiiman,  como  Frít7e-| 
(Ote  Raucfjop/er  hei  Jen  Griech^  Berlín   189»).  La  mirra,  la 
pasó  del  oriente  á  Europa  después  de  Homero,  y  como  se  ofiecli 
quemaban  ricos  perfumes  á  Asíarté  en  Asía,  así  se  ofrecían  en  Ore 
á  Afrodita.   AceiCii  de  )os  aromas  véase  R.  Sigismiind   [Dk  <4rDfl 
ta,  Leipzig  I8S4„) 

También  arando  ó  harando,  la  caña,  créese  venir  de  ar-are,  i 
el  'ttndus  gerundivo.  [a  crecedera,  gr.  áp-w;  y  tal  vez  la  barba  i 
trigo  ó  arista. 


8     .'%pat*,  de  araie  y  del  ara  eusquérico,  que  valen  lo  mis 
W.  arare,  rtim.  ar,  prov.  y  pg.  arar,    l"r.  arer.   Labrar  la  tierra  re 
piéndola  con  clarado.  QaiJ.  2,^3:  Mejor  se  me  enlietide  á  miJ 
arar  y  cavar,  podar  y  ensarmentar  las  viñas,  G.  Alf.  2. 1,  7:  Ar 
conmigo,  que  no  perdía  surco;  y  como  estaba  bien  á  él  disímt 
lambicn  á  mi  el  nepar. 

Meía/or.  surcar  arañando  las  lágrimas,  arrugar  con  surcos 
León  Cas.  12:  V  aun  corren  á  las  veces  derretidas  las  gotas,  y  ar 
con  sus  arroyos  la  cara.  Roa,  Sanch.  1,2:  Y  verase  arada  la  fr 
con  las  arrugas.  Ck^ide  Mag:1.  3,26:  Aróse  la  frente  tersa.  Vii,i 
fab.  Europa:  Y  los  nunc;*  surcados  mares  ara.  Qutv.  Tüc.  21: 
cara  hecha  un  orejón  ó  ciscara  de  nuez,  según  estaba  arada.  Lo| 
Dos  ingen.   III,   p.    12:  En   este  camino  arado.   D.  Ve^a.  De 
Demás  que   nos  lo  ensena  la  experiencia  de  cada  día  y  esUr  d^ 
verdad  arada  la  sagrada  Escritura  (como  Irülada,  deJ  mucho  pas 
FoNs.  V.  Cr.  pie.  3,  i  /,  p,  2:  Toda  la  sagrada  Escritura  está  ti 
de  dos  pensamicníos:  de  tos  cuidados  que   hemos  de  poner 
velar,  y  de  los  daños  que  nos  causa  el  dormtr. 

Con  la  acepción  euskérica  de  ara,  arata  mirar  á  lo  lejos,   IQ 
mos  en  Montería  3t  Ir  arando  con  la  vista  toda  la  querencia. 

Adó  irá  eí  buey  que  no  are,  (Celest.  fol.  3Q). 

Ara  bien.  (Por  ahora  bien;  dicese  determinando  de  hacer  algq 
tmcnazando  y  proponiendo  enmienda  en  lo  mal  hecho,   y  por 


8.  arar 


23 


i  de  ahora  conviene  con  ara  del  verbo  arar,  y  añaifen:  y  cogerás 
n.)  c  500. 
Ara  fríen  ogaño,  y  mejor  otro  año.  c.  29.  Ara  bien  y  cogerás 

Ara  6/í7i  jí  no  te  atabes,  estercaeía  y  no  señates.  c.  29. 
Arj  con  helada  y  matarás  ía  grama. 
Ara  con  niños  y  segares  cadillos. 

Ara  por  enjuto  ó  por  mojado,  ao  besarás  á  tu  vecino  en 
[nte. 

Arar  con  sal,  dicese  de  tas  casas  de  los  Iraidores  que  se  echa- 
hu  ahajo,  arándose  el  suelo,  es  decir  allanátidalo,  y  sembrándolo 
de  aJ  para  que  ni  aun  hiervas  creciesen  en  él,  por  ser  estériles  los 
llerreoos  salinos,  significando  la  deslrucciOn  de  su  casta,  que  no 
knñesc  sucesión. 

Arar  mí/j^jhíi,  Irabaioiin  provecho,  ó  en  la  mar. 

Arar  la  casa,  arrasarla.  Cabr.  262:  No  solo  quitan  la  vida  al 
',  sino  que  le  demban  la  casa  y  se  la  aran  y  siembran  de  sal. 

Are  mi  baey  por  h  ítoigado,  y  el  tuyo  por  h  alabado,  por  lo 

icmbrado  hace  tiempo. 

Are  quien  aró,  gae  ya  Mayo  entró. 

Ares,  ao  ares,  renta  me  pagues. 

C  iran  y  cavan.  (5>e  eniiende  no  le  quitarán  tic  hacer" 

.^...    .j.)  c  598.  J.  Pin.  Agr.  4,  IQ;  Y  cslo  á  cuantos  aran  y 
lo  deírnderé. 

ATo  me  lo  harán  creer  cuantos  aran  y  cavan.  Varíase,  c.  562. 

No  se  lo  (¡altarán  caanlos  aran  y  cavan:  una  mala  costumbre, 
Opini-Ki  abarrada,  ó  palos,  y  lo  semejante,  c  55S.  O  no  me  lo  ha- 

otx'r.  Eü  decir  nadie,  para  entre  labradores  no  habia  más  niun- 

que  dios.  Qcev.  C  de  c:  No  me  lo  harán  creer  cuantos  aran  y 
-  Omsidcre  v.  m.  qué  letrados  ó  teólogos  buscó,  sino  (jananes. 

Ai^niln.  tierra  que  se  ara,  labrantía,  posv.  participial  de  ar-ar.^ 
CtíesL  U  p.  17:  En  las  buerlas,  en  las  anulas,  en  las  viitas,  Euo.  Sa 

50;  C'  no  sapos  por  aradas.  Herr.  Agr,  5»  46:  Un  buey' 

o,  que  .  .    ..  c-;lro  en  el  ara  'o.  J.  Pin.  Agr,  6,  29:  Al  gañán  del 
>kla  dimos  30  ducados  por  cada  año. 

Aiaiuadi  d  tierra  que  aran  un  par  de  bueyes  en  un  día.  Nre- 


REM8.  Filos,  ctir.  I,  37;  En  dos  huertos,  el  mayor  de  20  aradas 
de  tierra. 

Acción  de  arar.  Blbt,  Amsterd,  Gen.  45,6:  Y  aún  dnco  años,  , 
que  no  arada  ni  segada. 

Arada  con  terrones,  no  la  hacen  todos  ios  Hombres.   (Sino  l< 
^íorzudos.)  c.  29. 

Arada  de  Agosto,  á  ta  estercada  da  en  rostro.  (Porque  se  se 
'la  hierba  con  el  calor;  y  también  lo  dice  por  animar  i  que  comie 
ccn  la  labor,)  c.  29. 

ATo  hay  tai  regazada  como  la  de  la  arada,  c.  220. 

Ara-flop,  el  que  ara.  y  por  metáfora  el  gusanillo  ímperceg 
tibie  de  las  manos.  Celest.  I,  p.  24:   Pensando  remediar  su    hcch 
tan  arduo  é  dificil  con  vanos  consejos  é  necias  razones  de  aquel  br 
la  Sempronio,  que  es  pensar  sacar  aradores  á  pala  é  ai^adón.   Lis, 
Ros.  2f  3:  Que  con  esta  punta  de  mi  puñal  no  les  escarbe  los  ara- 
dores que  tuvieron  allí  en  lo  ínlimo  de  sus  corazones, 

Arador  de  palma,  no  le  saca  toda  barba.  (Porque  son  al 
cueros  callosos,  blandos  y  carnosos,  y  sale  lueí^o  sangre  y  pierde 
el  arador.)  c,  29.  El  arador  de  ia  palma  no  le  saca  toda  barb 
(En  la  A  va  sin  artículo  El.)  c.  75. 

No  se  saca  arador  á  pala  de  azadón,  c.  227. 

No  se  saca  arador  á  pala  y  azadón,  c.  227, 

Sacar  el  arador  con  pala  y  azadón;  no  se  saca  arador  c¿ 
palo  de  azadón,  c.  247. 

Apa— loíri,   en  Galicia   tierra  de  labor  ó  arada.   El    sufijo  i 
euskéríco,  como  en  anda-mío. 

Am-mio,  antiguamente,  tierra  labrantín,  gatl.  aramia. 

Ar-^anz-afla.  Medida '.!e  tierra,  lo  que  poiila  arar  un 

muías  ó  bueye?  en  un  día.  Con  -ada,  como  cariel-ada,  de  cand 
dad,  ar-ar,  y  el  euskaro  anz-a  parecido,   semejanza  ó  tanto  cuaní 
medida.  Her«.  Agr.  2,  !5:  Antes  lener  diez  aranzadas  hien  traíac 
que.  Cabr.  p.  259;  Tantas  aranzadas  de  olivar. 

Arn«lpo.  nlutlro,  en  Aragón  y  Burji^os  el   arado,  de  ar 
Iruni.  A.  Aausr.   DiaL  f.  322:  En  el  reverso  hay  un  aradro  y 

va  espiga.  L.  Aro^n.  Dírtc:  AVMa  susfat.:  La  hoz  se  le  descubre? 
licuando  e!  aradro  apaña  /  y  con  dulces  memorias  le  acompaña. 


0.  artn^arrtn. 


25 


.Vlaili*«ap,  arar  con  el  aladr-o,  en  Aragón  y  en  \s&  montanas 
tic  Burgo». 

Aladr-adn,   en  Aragón  surco  abierto  en  la  tierra  con  el 
l^idr-o. 

Arado,  (id  aradro,  aladro,  de  aralnim.  Qaij.  l^lt:  Corvo 
'«l4o.  Id.  t,  2S:  Andar  tras  el  arado. 

Aqai  prende  ti  arado;  aquí  prendió  el  arado;  no  prende  ahí  el 
erado,  c,  SI6.  62.  Las  graves  dificultades  no  penden  délo  que 
ipirtsT,  sino  de  las  raices,  que  hay  que  arrancar. 

De  af--  ■■'  -  fe  el  arado;  no  prende  de  aki  el  arado.  (Entténde- 
!  qoe  en  ó  no  está,  la  dificultad.)  c.  279. 

De  ál  prende  el  arado,  c.  279, 

£f  arado,  rabudo;  y  el  fiañán.  barbudo,  c  75,  ó  el  arador  bar-' 
^badü.  La  neja  bten  aguzada,  el  arador  hombre  recio. 

Ese  tira  el  dardo,  que  se  preda  del  arado,  que  el  arar  hace  ro- 
bo9k>y  recio  at  hombre. 

."''  -  r fe  de  atti  el  arado,  no  esta  en  eso  la  d  Ificultad. 

^  ;  arado,  no  piques  el  rabo  .  c.  261. 

Rc-nrap,  volverá  arar.  Herr.  Agr.  I,  9:  Después  de  Soba- 
ra» miado. 

í.    B  |fcníü\xi  ar-en  6  de  aquel  significa  además  el  tercero, 

que  «Alá  en  tercer  lugar,  como  lejano»  confonne  á   la   Irilogia 

jírativa:  Unengo-andrea  emazte,  bigarrena  senikide,  aren-a 

I  da  kalte,  la  primera  mujer  es  esposa,  la  segunda  patientC]  la 

I  mal  y  daño.  Trasladado  d  lo  moral,  par  causa  de,  á  fin  de,  por 

e,  de  ello,  como  ar-ik  6  an-dik  Je  lo  cual,  de  ello,  de  allí;  ar- 

k,  arc-gotik  por  CSC  motivo,  por  ello;  ar-fífr  de  allí,  artik-l 

de  ollf,  echar  de  un  lugar.  Hacia   a1l.i  ar-anU,  ar-antze, 

oiUTf-o/i  en  llegando  allá;  ora-jtíY,  ara-teko  el  de  allá,  el   para] 


Fof  ota  índefinidii  por  ara  es  are,  que  se  emplea  por  aun,  lo 
mntú  qw  ara,  por  su  valor  indefinido,  asf  como  er-e  indefinido 
*i '  í  er-a;  ¡eren  are  tere-errikoen-artean  ere,  f)uc!>  aun, 

4. -  -^us  paisar.as,  uUÍ  ezakare  arte-anetan,  déjale  toda- 

•  año.  Aun  más  areago; gaizto  zen leen,  oral  areago,  antes 
'  «1  Bolo,  ahora  lo  es  aun  mis.  CI  locativo  art-cn,  que  e&  aseverativo. 


26  Oriokn  y  vida  nCL  lenouajc 


como  quien  dice  y  mucho,  y  más,  y  aun,  arean  bere  ciertamente, 
arean  ez  nada,  arean  eza  una  nonada,  areanek  egin  hacerlo  al- 
guien, arean  ikasi  ver  algo,  arean  ezfago  no  hay  cosa  (nada);  ge- 
nitivo areanik  ana  desde  entonces  acá,  arean  etorriko  da  desde  allí 
ha  de  venir. 

En  ningún  sonido  se  echa  de  ver  tan  claramente  el  piano  y  forte 
y  la  consiguiente  diferencia  en  el  matiz  significativo,  como  en  d 
sonido  r.  A  cada  tema  con  r  suave  corresponde  otro  con  r  fuerte^ 
siempre  con  la  idea  como  agrandada.  De  ar-en  tanto  como  aquello, 
en  realidad,  arean  entonces,  pues,  desde  allí,  tenemos  reforzando  la 
r,  arr-en  pues,  de  consiguiente:  in  adi  arren  ven  pues;  en  realidad: 
esan  neatsan,  arren  en  realidad  se  lo  dije;  á  pesar  de  eüo:  ikasten 
zendaten  arren  aunque  le  veíais.  Es,  como  si  dijéramos,  el  genitivo 
de  ar,  pero  fuerte,  que  indica  la  consecuencia  reforzada,  así  es  que 
equivale  á  ojalá  pues,  á  por  favor,  etorri  zaitez,  arren  venid  pues, 
ó  por  favor,  os  suplico,  por  consiguiente.  De  aquí  imprecación  iraa 
de  la  causa:  boteaz  birao  eta  arrenik  gaiztoenak  echando  las  peo- 
res maldiciones  é  imprecaciones,  como  si  dijéramos  los  pues,  y 
ruego,  súplica,  etc.  Es  adversativa  sufijándose:  zak  ez-arren,  norbai- 
teri  ianerayin  badeatzaza  aunque  no  (hayas  comido),  sí  has  hecho 
comer  á  alguno,  eleizan  ezarren  aunque  no  en  la  iglesia;  causal: 
dama-arren  por  pesar,  de  pesar,  ats-arren  por  el  olor,  laangoiko-a- 
rren  por  Dios!  Entonces  arren-dan,  desde  entonces  arren-eta,  su- 
plicando arren-ga,  como  aren-ga  dando  razones,  arren-kara  6 
arren-gura  quejas,  de!  darlas,  arrenkaratu,  de  gara,  kara  querer, 
y  ese  arren  de  súplica  motivada, 

10.  Arenca.  Es  claramente  el  euskaro  arenga  razonar 
dando  porqués  ó  razones,  no  precisamente  á  muchos;  Korting  lo 
trae  del  germánico  hring  círculo.  En  it.  aringa,  aringaré,  prov- 
arenga,  fr.  harangue,  haranguer,  pg.  arenga.  La  h  del  francés  no  se 
hubiera  perdido  en  las  demás  románicas,  á  venir  del  germánico,  y 
debe  ser  aspiración  franca.  Qaij.  1,5:  Con  su  larga  arenga.  Id.  1,31: 
El  amo  replicó  no  sé  qué  arengas  y  disculpas,  las  cuales,  aunque  de 
mi  fueron  oidas,  no  fueron  admitidas.  Id.  2,5:  Y  no  me  quebréis  más 
la  cabeza  con  vuestras  arengas  y  retóricas.  P.  Veoa  ps.  2,  v.  3,  d.  2t 
Haciendo  arengas  de  las  grandezas  de  Dios.  Valderrama  £/.  ff. 


1 1 .  aritza. 


27 


ém^  4  cuar.:  Esas  sin  mtichas  palabras  ^n  las  que  se  oyen  mejor 
mdes  arengas.  Zamora  Morí,  mist.  pte.  7,  S.  Lac:  Si»., 
fi  ^d-  a  jc  U  nueva  enlr,isc  con  grandes  arrngas,  con  frases  exqiii- 
sta)  Ptdro  Urd.  I:  No  hayas  miedo  nve  provoque  /  tu  arenga  ;í  (|ue 
JO  le  toque  /  U  mano.  Obrtg.  fot.  175:  Habló  con  el  familiar  con 
MI  arenga  muy  Larga. 

^^"^•if.  razonamiento  largo  y  enfadoso. 

.r  areíigas.j.  Pin.  Agr.  34,1:  El  predicador  me  haga  muchas 


Art-ner-nr,  liaccr  una  areng-a  ó  razontimienlo  pereua«.i/o. 
Gt4<:.  Crit.  3,9:  Arengó  el  Marino,  ciiiTipIiendo  con  el  oficio  de 
iBCfCtirto.  Id.  2,12:  Un  discreto  de  capa  y  espada,  habiendo  aren 
pd  í^ncltiyó  diciendo. 

A; ,   ij^'-^ido,  muy  persuasivo  y  razonado*  Esteb.f.  320:  La 

venU  de  sus  bavtalaques  y  la  grande  muLlitud  de  sus  arengadas. 

y  oyenics  noveleros. 


II.    St  úra  hctnos  visto  que  stgnifíca  extender,  espaciar  en  cual- 

Uncft,  con  d  sufijo  ma,  man  que  vale  dar,  tendremos  que  la 

vihx  >c  lUtná  li  que  extiende  y  espacia,  pero  dando  de  sC,  la  que 

Je  si  extensión:  ara-mu,  are-mu,  ó  con  sarií  tejido,  c*"Sta,  ara- 

•^are  la  lelamAa,  ú  arama^u  lo  que  tiene  arama,  la  del  dar  de  si 

isión.  También  la  araña  es  ar-m-ar-ma,  ó  &ea  ar-ma  repelido, 

ary  ffifl  dar  de  sf;  ó  ar-mami-o,  anna-moi,  ar-mi-ar-ma,  ar-m- 

At/iff.  de  arabiit,  W// apelotonar,  coger,  dar  vueltas.  La  telaraña 

armamio-sart,  armarma-sare,  ar  miar  masare.  Son  varian- 

ks  trada-í  en  diversos  puntos,  todas  con  la  misma  etimología  y  for- 

«lil».  ,  ,.n  i-í(cra  libertad.  En  eslo  con^^isieu  los  dialectos  euskéricos^ 

É  jinda  todos  los  cscualJunas  los  sonidos  con  el  mismo 
ural,  y  sus  principalea  combinaciones,  cada  región  las  traba 
i  i:to,  siempre  con  el  mismo  valor  y  pore!  mismo 
I  "ínuStico. 

odal  -ez  de  ar-a  llanura,  extensidn,  t.>  ar-ez  en  forma  llana,. 
_..,., .te.  cxicndidamente.  La  pequeña  me-xia  sobre  un  dcrnimlia- 
,      <feru  se  lUiua  arez,  con  artículo  arei-a.  La  llanura  de  Álava  la  ven 
I      loi^Asco»  desde  la  montaña  como  una  gran  extenxión  ó  llanura  allá 
«t^,  por  lo  cual  la  llamaron  ara-ba,  ba  bajo,  y  aún   llaman  asi  á 


26 


Origen  ¥  vida  del  LENOUAír 


Ift  región  que  hemos  convertido  en  Atüva.  Por  lo  mismo  ara-ba  « 
«1  femiendo  que  se  extiende  por  debajo  de  una  prenda  de  vestir,  re- 
mendar araba-ki,  orabaki-fu,  con  araba.  La  Jombriz  se  dice  arr  en 
L^neral,  y  Ja  de  tierra  arab-arr,  es  decir  la  arr  del  arab-Ot  del  ex- 
tenderse, arrastrarse  por  to  bajo;  arabar-tu  comerse  de  gusanos, 
huella  que  deja  la  enfermedad,  el  vicio,  cíe.  ar*<tdu-íí,  de  adi-z  i 
ñaUndo,  adi  señal;  es  la  señat  extendida,  el  vttbo  cradiza-tu. 

La  fresa,  que  lanío  se  esliende  y  propaga^  se  dijo  ara-ga.  El  nat 
que  lo  hace  por  lo  bajo  ar-bi.  La  superñcíe  que  aparece  de  las 
sas,  la  cai^«  la  fachada,  ar-pegi,  de  begi  vista,  es  decir  la  vista 
tendida,  cl  ver  6  mirar  extendiendo  los  ojos,  y  se  dice  igualmente  i 
,  la  cara  ó  semblante  humano.  La  imprecación  úr-ao  es  un  extenc 
ná$  lie  lo  justo  la  boca  ó  ao. 

¿Concepto  que  leñemos  del  árbol?  Los  primeros  hombres  1 
llamaron  ar-etch,  que  como  ar-ez  6  meseta,  claramente  indi^ 
aquello  de  quien  es  propio  el  extenderse.  Todavía  más  común 
ar-itz,  ar-itcfi,  ara-itz,  que  vale  subir  en  punta  extendiéndose,  es  i 
'iZt  itch  brote  ó  punta,  en  ar  que  se  extiende.  Creo  que  no  pued 
rdarse  concepto  más  propio.  Estos  nombres  se  concretaron  más  ei 
particular  para  et  arbo!  propio  de  la  euskalerría,  que  es  el  roble; 
arifch  se  dice  del  roble  y  de  la  encina,  y  la  bellota  aritch,  üret 
es  decir  con  el  mismo  nombre  de  entrambos  árboíes.  Del  arb 
caído  todos  hacen  leña,  es  refrán  antiguo  que  suena  arííz-eroria 
orok  egur.  De  modo  que  aritz  es  el  árbol  en  general,  y  de  él  sal^ 
nombre  toponímico  español  y  apellido  Ariza.  Los  vascongadfl 
han  olvidado  comunmente  esta  acepción  general,  por  usar  el  latine 
-cspaiíol  arbola. 

Confírmase  su  antigüedad  con   el   nombre  dado  á   cualquic 
arboleda,  que  es  arez-tui,  aresti,  areis-ti;  el  robledal  se  llama 
las  variantes  ariz-ti,  ariz-iuit  ariz-toi,  ariz-ttgi;  la  madera  de  rob| 
ariz-ki;  lodos  son  sufijos  conocidos. 

El  ternero  gusta  de  ludirse  en  los  árboles,  y  así  se  !lam«  d  i 
arboí,  aretz-e,  arech-e.  aroU-e,  arach-e. 

Vamos  á  asentar  más  la  etimología  dada  de  estos  nombres. 
árbol  bravio  ó  del  campo  en  general  es  ar-eki,  que  suena  claramente 
el  que  hace  or  ó  espacio.  La  rama  ara-kil  la  que  hace  ara:  es  una 
ríanle  del  anlerior  en  sus  componenles.  La  vela,  el  botón, 


12.   ÓpTOC 


2^ 


del  árbol  ara-begi,  es  decir  el  ojo  6  btji  át\  ara,  de  lo  cx- 

\  do,  dH  árbol,  fit  tooin  ara-ondo,  de  ondo  pié.  La  púa  de  árbol 

9,  Je  tfpo  por  debajo  6  dcnlro,  que  se  mete;  el  nudo  de  árbol 

o. 

No  menos  o  \-iríaDle  otro  nombre  de  la  encina,  que  es  art-a» 

,  l¡icr»Imcnlc  U  cspiíciosa,  donde  hay  ar;  encinal  arte-aga, 

atie-ilai,  arte-tza,  encino  arta-karr-o,  coscoja  aríe-iska^ 

'  es  diminutivo. 

Va  hemos  visío  que  la  bellota  y  ta  encina  tenían  el  mismo  nom- 
^üfíícfl,  y  el  roble  y  la  bellota  are/c/i;  no  exirañemos  que  aria 
I  significase  también  la  bellota.  Y  realmente  arfa,  yart'0,h 
[qn<  bene  ari-a,  son  los  nombres  del  maiz  y  la  borona  ó  pan  de 
el  maiz  lo  trajo  al  país  vascongado  Oanzalo  Percaizlegui 
si  (Larramemoi,  Corogr.  de  Guipúzcoa).  Antes  de  venir 
ari  el  nuiz  de  América,  arta  y  arto  eran  el  pan  de  mijo,  que  Eioy 
|ntman  arta-tcht,  arta-tchiki,  arto^tche,  es  decir  maiz  ó  arta^  arto 
quedo,  y  lo  mismo  en  gallego  y  portugués  el  nombre  del  mijo  se 
I  a]  maiz  americano. 
El  rai}0  íu¿  el  cereal  más  antiguo  conocido  y  comido  por  los 
4.  Pero  los  cscualdunas,  mis  antiguos  que  los  indo-europeos, 
ardin  en  estos  vocablos  arta^  arto  hoy  maiz,  antes  mijo,  el  nom- 
bre del  primer  alimenlo  del  hombre  salvaje,  que  según  ía  tradición 
dánica  ttbemos  fué  la  bellota.  Arta  es  la  encina  y  el  pan.  primitiva- 
•cnie  la  bellota,  que  fué  el  primer  pan,  art-o  pan  lo  que  tiene  art-a 
éaáii^  antes  mito,  antes  bellota.  En  estas  tres  aplicaciones  de  di- 
cb«  nombnes  tenemos  cifrados  los  tres  estados  por  los  cuales 
\ptK  'XÍal:  el  estado  salvaje,  cuyo  alimento  fué  la  bellota,  el 

».  .  i>delosescualdunas  primíltvos;  el  e:itadü  bárbaro,  cuyo 
hié  el  mijo,  estada  que  revela  la  civilización    primilíva 
iropea;  el  estado  civilizado,  en  el  cual  nos  vino  de  América  el 


11    El  arta  ó  arto  debió  usarse  entre  los  I-E.  No  solo  es  común 
fb  ttadlcióo  de  haber  vivido  de  bellota  los  hombres,  sino  que  el 
lír'r,  r,i,irrico  pasó  á  estos  idiomas,  y  por  -u  parle  al  castellano. 
fí,  ;'an,  en  Luciano  ápio;  vttJTufí;  el  bizcocho  de  marinosi 

,  panecillo  ó  dp-c^Swv,  el  primero  en  Ateneo,  el  isegundo  eQ 


Laercío,  íi-«pT-íí(u  amasar  e]  pan,  •^ni'n^vjv  en  Hc'íicliio  pan  en  Tor 
de  inedia  luna,  ¡LriáX-afít'yt;  p.in  grande,  ifííuí-dpTíti  panivoru?,  noJ 
bre  de  ratón  en  la  Balrajomiomaqnia,  üpto-x'^ro- panadero,  ¿f<r;-xfii 
mezcla  de  pan  y  carne  á  modo  de  picadillo,  ap-n-Xíyctvov  pastel 
vino,  loclit*,  aceiíí"  y  especias.   En  bajo  lalín  art-ona  pan  gro'^ero" 
gnvmle,  en  provenga!  artoutl,  ortou  (Auvernia,  Vivares,  Rouerg),  en 
argot  francés  arton.  En  ski.  art-ika  un  pasíel,  adjetivo  que  supon^ 
un  art-Q,  qne  no  se  usa;  en   persa  ard-ak  pan  de  ñor  Je  liarií 
drá  liarina,  afganés  rotai  pan.  No  se  les  halla  raíz  en  las  l-E;  pe 
sí  en  euskera,  que  nos  asegur.i   haber  sido  una  pasta  de  bellolasj 
primitivo  pan  y  paslel  que  saborearon  los  hombres. 


13.    /\rto,  en  Aragún  espino,  arlos  cambronera;  díjosc  de  al 
encina,  por  la  semejanza  de  las  hojas  punzantes.  En  Asturias  arto] 
zarzamora,  que  en  Boal  es  tenida  por  sagrada,  por  alusión  al  prir 
tivo  valor  de  encina  ^itie  lo  era  entre  los  celtas, 

Art-t'«ío,  en  Astur.  lugar  de  zarzamoras,  en  Boal  art-eira.  j 

Arl-«»ti,  en  la  Qermania  es  pan,  aiimenl.  del  euskaro  art' 

Art-a%  especie  de  empanada,  derivado  -fl/del  art-a,  arto 
euskera.  Diminutivos  artal-cte  y  artal-ejo,   Montiñ.  Art.Coc.f.Sá 
He  puesto  esta  manera  de  artalctcs,  no  porque  son  los  mejores,  sii| 
porque  son  los  que  su  Majeslad  come  mejor. 

Arl-í»ra,  inslrnnuínío  de  hierro  para   marcar  su  pan  ca<j 
vecino  al  llevarlo  al  horno,  de  arl-a  pan  en  euskera. 

Afl^esa,  la  caja  donde  se  amasa  el  pan.  Derivado  -es,  -ez  \ 
eusíaro  art-a  pan.  Quij.  2,32:  Setíiitale  y  perseguíale  el  de  U  arte^ 
Id.  2,53:  Como  medio  tocino  metido  entre  dos  artf^as. 

Es  cosa  de  grande  comer  en  artesa,  c.  1 29. 

AfU^s^iivla,  dimin.  de  aríei-a.  Herk.  .4£r.  1,12:  La 
pueden  poner  á  secar  en  unas  artesuelas....  Y  dicen  que  es  bien  q^ 
aqueüas  artesiiel.is  estén  untadas  primero  con  un  poco  de  tevadt 
fresca  y  buena. 

Ai*t4.*«-il]»,  dimjn.  de  artes-a.  Qaij.  2,32:  Y  esas  arl^ll 
son  para  él  estrechas. 

ArU'«*-óii,  aurnent.  de  aríes-a,  y  por  su  parecido  lechumbrt^ 
labrada  con  fondos  á  manera  de  artesa,  P.  Veoa,  ps.  4,  v.  I,  d. , 
Donde  están  los  artesones  y  mácelas  cjue  se  h;)  a  de  r^^.  A.  AlI 


J  -I.     Ul  tf¿¿i 


Ji 


.  Per.  ñ  Dom.  4  cuar.  19  c.  §  3:  Los  arlesones  de  talla  y  dora- 
.Ta*UVo,  Mostrad,  n.  W5:  Lqs  (ccIiqs  guarnecidos  de  artesones 
ido?. 

Arlv«on-ni%  formar  arteson-es.  L  Grac.  Crit.  1,12:  Tan 
I  los  lechos,  que  remedando  cielos..,.  VALtihRRAMA,  Ejerc, 
/  cuar.:  Cuas  reales  siislí;ní.idas  en  jaspes  y  artcv?onaJas  con 

J> hf.  ChilfJ.  Í45:  Híryse  la  iglesia  de  fábrica  stmtuosaj 

.i,  y  el  lecho  arttrionadu  con  florones  dorados. 

\rlcHon-»(l(»,  techumbre  con  artcson-es.  Zamoaa,  Mon» 

í.  ptt.  3,  ps.  47,  V.  3:  Vertida  de  arícsonados  de  oro.  IlI  pte.  7, 

.  Marcos:  Los  techos  dorados,  los  arl^sonados  más  elevados. 

\ricMan-c-illu,  dimin.  de  artesón.    QuiJ.  2,32:  Uno  venía 

un  irlc".ün:;!Io  de  agua. 

.\rÜf-ara,  en  la  Oenn.  pan,  y  !o  mismo  artife,  y  artif-ero 
punsdcKy,  De  artO|  y  -pe  bajo,  pequeño. 


14-    ¿Concepto  de  cuerpo?  Lo  mismo  decimos  cuerpo  de  la$ 

f  iH  hombre  quede]  (umo  de  cualquier  casa.  El  concepto  que 

tde  cuerpo  es  el  de  un  extenso  corpóreo,  es  decir  el  de  cosa 

,  aunque  mis  en  particular  apliquemos  el  vocablo  al  ruerpoj 

ibre,  i  su  extenso  ó  parte  itiaíerial  que  vemos,  tocamos  y  ine- 

V  tal  es  el  modo  que  tuvieron  tos  primeros  liotnbres   de 

lir  y  Ibtnur  d  cuerpo.  Para  el  pueblo  español  el  cuerpo  hu- 

■>  '*5.  Lo  que  la  gente  de  cuenta  dice  €SÍúr  en  cuerpai 

tn ^  -po,  (fl  gente  vutgar  expresa  pur  estar  en  carnes.* 

ando  vi  tal  furia  de  azotes,  tembláronme  tas  carnes*,  léese  en  la 
Míini  (I.  4,  c.  2).  'Está  obligado  voacc  á  jugar  con  él  hasla  de- 
'' — í,  como  Adán,*  dice  Cervantes  en  la  Cárcel  ds  Sevilla, 
i'fo»,  en  cuerpo.  «No  enjuto,  si  no  de  buenas  carnes», 
'Sandoval   {Vid.  Jav.  I,   10,  c27).  Esta  manera  de  concebir  el 
lc$  vino  á  los  españoles  del  cuskcra:  el  latín  dice  corpas^ . 
9;  c)  eusken  llama  del  cuerpo  y  las  carnes  del  hombre  aragíA 
karne,  en  cuanto  alimento,  es  cosa  muy  dislinla,  díccse  oketa  txí\ 
n,  y  cnn  -ki  pedar.o,  en  particular,  ari-ki  tozo  ó  pedazo  de  car- 

.qup  -^  ' -  '-límente  secóme,  y  noel  carnero,  que  es  algOj 

».  con  >  ero  M  dtjo  de  carniza  ó  carne  deslozada,  be*) 

'  <ltt  ptetas  6  Úneos;  la  carne  de  cerdo  para  comer  es  tcharri-ki,  la  de 


OríOEN  y  vida  DfU.  LENGUAJE 


cosiatlo  saiaski^  la  de  vaca  geli,  que  es  la  que  hace  crecer  y  cn| 
dar,  por  3er  h  común  de  la  IJerra  entre  vascongados,  como 
es  el  carnero  en  Casiilla,  que  por  eso  se  Jijo  de  la  carne. 

Aliora  bien  ara-gi  son  las  carnes  humanas  y  el  cuerpo,  por  ce 
siguiciilt;,  de  manera  que  eí  feo  corpatza^  de  corpas,  sobra  entre 
congados.  ¿Qué  nombre  se  dio  al  cuerpo  del  hombre  y  de  los  aiq 
males?  El  mismo  que  á  la  carne  de  unos  y  otros.  Y  ¿cómo  se  concil 
la  carne,  ó  las  carnes,  el  cuerpo?  Como  lo  que  se  extiende,  que  ha^ 
extensión.  Eso  suena  ara-gi.  Ves  noción  tan  exacta  como  vulgárj 
científica  á  la  vez.  Científicamente  lo  que  se  llama  carne  y  cuer 
es  en  el  animal  el  conjunto  de  células,  que  han  salido  unas  de  otr 
la  extensión  de  una  célula  primordial  que  se  ha   ido  partiendo 
Otras  y  ¿stasen  otras,  formando  fibras,  tejidos  y  órganos.  Eso  no  <i' 
más  que  extenderse,  hacer  extensión,  y  tal  expresa  el  Qra~gi,  que  hace 
ara  ó  extensión.  Al  ojo  vulj-^ar  el  cuerpo  se  va  extendiendo  y  a^r 
dando  sin  cesar  hasla  llegar  á  su  grandor  conveniente:  eso  esj 
cuerpo  y  tas  carnes. 

Otsoak  bere-arogirean  tan  ezeuan  el  lobo  no  come  de  sus  i 
nes,   ó  cuerpo.  Los  vascongados  cultos,  que  creen   que  no  tienen 
euskera  vocablo  para  expresar  el  cuerpo,  sí  no  echan  mano  del  tafl 
no  corputza,  no  se  han  hecho  cargo  de  que  en  Esparta  se  dice  /q 
carnes,  y  prefieren  un  vocablo  convencionalr  que  no  pinta  el  cuí 
po  ni  las  carnes,  ñ  otro  que  lo  dice  maravillosamente,  y  creen 
corputza  es  más  propia  P<^r  ser  más  abstracto,  es  decir  menos  pif 
loresco  y  concreto,  menos  significativo.  Esa  es  la  abstración  de 
convencional  y  que  dice  lo  menos  posible.  No  es  más  perfecto  el  qu 
la  expresión  diga,  indique,  exprese  más,  y  más  claro  y  más  pinlor 
.  camenle  las  cosas?  Expresar  má^,  con  mayor  expresión,  es  perf^ 
don  en  la  palabra^  piies  para  eso  es. 

Carnoso  ó  corpulento  ara-gidim,  aragi-tsu,  encamar  ara^'\ 
flrff^'-í-taíH,  tener  coito  aragiz  batü  6  bilda  es  decir  juntarse 
cuerpos,  camal  aragi-koi,  carne  de  la  llaga  ó  maleada  aragi-nsti 
el  cebón  que  se  cría  para  cecina  ó  engorde  íira-Areí,  ara-kai,  ara-. 
es  decir  el  apio  para  ara  exíender,  la  cual  confirma  la  etimalog 
diclia,  la  carnicería  ara-kinUe  ó  aragi-tegi  ó  arakin-degi,  camid 
ro  arakin,  carne  podrida  ara-kaitz,  dura  ó  maJa  ara-katcít,  quej 
.  Jo  mismo. 


1 4.  crte. 


33 


Timpoco  falUrin  ,u\o-^  qu«  echen  menos  vocablo  ütn 

io  como  el  de  t-,  .  ;  iludieran  decir  espacioa  en  Uance 
^ndo.  Espacio  viene  de  spatium,  que  no  es  más  que  latiniza- 
iil|»ar  del  stadium  griego,  ó  curriculum  Ulíno,  el  coso  ó  ca- 
k  lugar  donde  se  coma  y  se  luchaba  en  Olimpia,  cosa  bien  con- 
Pero  "ií  me  responderá  que  spatitim  y  espacio  ha  tomado  un 
^  mas  abstracto  merced  á  la  filosofía.  Bien,  y  qtié  dice  ta  filosofía 
fhc  concepto,  así  filosóficamente  lomado?  Pues  hase  dicho  y  escri- 
'BTu  no  uabable  biblioteca  de  libros  para  decbrar  esc  concepto, 
^noi  benu»  quedado  tan  Á  oscuras  como  antes,  sin  saber  lo  que  es 
icio.  Vea  el  leclor  lo  que  acerca  de  él  filosofa  Kant  en  su  Crí- 
}ik  la  raían  para  {Estet.  írascend.  I  sec.)  El  lenguaje  no  nació 
|4eí  líiilisis  mctafisico  de  los  conceptos;  nació  del  sentido  comúni 
prinwft»  hombres  estoy  por  creer  que  tenían  más  aguzado 
'i  '     que  después  expresaron  las  cosas  por  tas 

j'iesí  puede  asegurarse  es  que  las  palabras 
i  soa  harto  más  propias  y  de  un  sentido  común  que  es  raro 
■io  en   nuestros   idiomas.  Lj  abstracción  filosófica,  que  echan 
,  los  partidarios  dichos  del  espacioa  en  ¡as  palabras  euskcitcaa, 
>dc^  de  estar  en  ellas  por  pintar  las  cosas  concretamente.  Nucs- 
I  ks  coocsplos  estin  lomados  de  las  cosas  concreías,  quedan  abstrai- 
[pero  s»  valor  abstracto  nada  pierde  por  llevar  la  vestidura  de 
3,  de  donde  se  sacaron,  el  color  de  la  cosa.  Coniradición 
pero  no  lo  e&.  La  palabra  y  concepto  de  espacio^  por  más 
'«ricamente,  dice  algo  que  (udos  sühe- 
.  -'.  pT....'io  que  ¡aiUife  lo  confundimos  con  otra 
la  un  USO  conlmuo.  Su  concreción  de  coso  ó 
1 6  estadio  e^  un  concepto  distinto  del  concepto  abstracto  de) 
ic  '--'.'■  ii'in  que  se  valió  drescconcrelo  ústa- 

ptjir„  ,1*  espacio  fué  basutnie  craso,  ntcjor,' 

;nM  idiomas  no  daban  más  de  si  ni  ofrecían  otra  raíz 
6  lo  que  es  lo  mt*mo,  que  nuestros  an!?pa>í>dos 
ios  CB  el  pcn-ior,  pues  no  supieron  guardar  el  voca- 
Rttivu  con  cst  valor  de  rspucio,  que  lo  hubo  y  bien  expresivo. 
p,  y  en  ¿I  no  hallaremos  esa  Un  honda  di.stinción  entre  !o 


lV.l  *IV'.-   <• 


^c- 


34 


OrIOÉN  V  VIOA  DEL  LÍNGUAfE 


to«  y  aun  tal  vez  facilita  d  análisis  filosónco    del  espacio   abslrac 
^^t  en  vano  buscamos  en  el  léruiing  espacio,   que  ó  no    dice  nada 
de  suyo  ó  dice  una  cosa  tan  distinta  como  es  un  lugar  de  carrera  ; 
lucha  ó  estadio. 

La  voz  ar  del  tender  el  brazo  y  los  ojos  á  lo  lejos,  del  cspacU 
los,  dio  ar-te,  que  en  eiiskera  suena  la  acción  de  ar,  como  egi'te\ 
afción  de  hacer,  Íkas-U  la  acción  de  ver,  ioa-te  la  acción  de  partir 
blos  hallamos  con  un  ceirado   bosque,  que  detiene  nuestros  paso 
Venga  una  hacha;  nos  vamos  abriendo  camino  entre  el  matorral,^ 
lo  atravesamos.  ¿Qué  hemos  hecho?  Un  camino,  un  intervalo  en^ 
cosas,  un  medio  entre  la  maleza,  un  entre^  en  stima,  un  espacio. 
^  ,p«cio  aqui  es  una  abertura  en  lo  cerrado,  una  hendidura  en  lo  unid 
^  ó  una  sei^raciún  en  lo  que  für'mat>a  un  todo^  un  camino  por  dond 
l»asarf  un  e/tlredos  en  lo  uno,  un  entre.  Loa  primeros  hombres  1| 
marón  á  eso  ar^fe,  palabra  que  equivale  íi  !as  de  intervalo,  camit 
medio  enire  dos  cosas  ó  para  ir  y  lograr  algo,  hendidura,  abertur 
diferencia,  habiiídaU  6  medio  para  un  logro.  Todo  eso  se  dice  a/H 
en  euskera;  pero  su  concepto  propio  es  el  de  hacer  ar,  el  de   hac 
'  espacio  el  de  hacer  que  se  pueda  ahora  decir  lo  que  decíamos  al 
runa  llanura  ó  espacio,  y  hacer  lo  que  entonces  hacíamos,  extender  \t 
OJOS,  los  brazos,  la  boca  y  pronunciar  ar.  Tenemos  delante  un  mur 
tomaíiios  el  pico,  abrimos  una  brecha:  hemos  hecho  un  arte,  un 
Ire,  un  camino,  un  espacio.  Mil  casos  diferentes  se  nos  presentarán»! 
á  todos  ellos  aplicaremos  el  mismo  término  arfe  y  en  todos  ellos  teii 
(jremos  el  mismo  concepín.  Este  concepto  es  abstracto,  lanío  co 
el  concepto  filosófico,  y  no  está  lomado  ni  lleva  la  vestidura  del  de 
brozar  el  bosque  ni  del  aportillar  el  muro  ni  de  las  otras  mil  ope 
dones  que  nos  puedieran  ocurrir.  Una  de  etlas  es  esa  del  estadil 
de  un  espacio  entre  dos  tierras,  donde  se  agolpan  los  e^pcctidorcs,] 
en  el.  cual  se  corre  y  se  lucha.  El  arte  euskérico  es  tan  concreto  com 
el  estadio  griego;  pero  como  su  concreción  era  la  del  cjclendcr  ojc 
Srazos  y  boca  y  mente  y  organismo  todo  entero^  !o  cital  podía 
*cn  el  íiosquc  abicrlO;  en  el  muro  aportillado  y  en  el  estadio,  en  u^ 
conerec!*)!!  que  llevaba  en  si  nii^ma  !a  mayor  abstracción  del  cspac 
filosófico.  La  vestidura  aquí,  en  vez  de  entorpecer  la  abstracción,  ] 
ícilila,  la  colora,  fa  hace  más  clara»  sirve  para  unir  el  conrepto  puá 
aishpiicr  realíd;id  espaciosa,  por  ser   un    fanUi'^ma  concrctoj 


ví-r,.!  ^  la  vci.  Para  cl  sentido  común  eso  m  lo  que  concebimos 

),  lo  que  dice  y  expresa  flr/é,  üi  hornos  bien  entendido  su 

de  hacer  ó  acción  de  ar,  del  espactar  el  organísino  todo, 

bnzos  y  boca,  y  con  ello  espaciar  la  fantasía  y  espaciar  la 


que* 


\^ 


«Q  espacio,  dice  Kant,  no  es  un  concepto  empírico  que  se 
suado  de  experiencias  externas.  En  efecto,  para  que  cier 
>nes  puedan  referirse  á  algo  íucra  de  m»  (es  decir  i 
^HSlo  en  otro  lugar  disTinlo  en  cf  espacio  de!  que  yo  ocupo)  y 
para  que  yo  pueda  represeníarme  las  cosas  como  fuera  y  al 
I  nnas  de  otnts,  por  ende  como,  no  solo  disíintas,  sino  eit  lirgJl- 
kdiliBün,  es  mencsli:r  que  la  represenlacion  del  e9f>actc}  esté  ya 
piKM  de  aniemano  como  fundamento.  Luego  la  representación  del 
fifpKio  no  puede  sacara  cxperímcnlalmente  de  las  relaciones  de  le 
JOS  exteriores,  y  Ta  experiencia  externa  no  es  posible  mas 
jio  de  esta  reprMentacii^n  del  espacio».  Antes  bien,  la  prime- 
vez  que  ei  hombre  abre  los  ojos  á  la  luz  y  siente  por  el  tacto 
tas  cosas  no  son  ¿I  mismo  y  que  entre  ellas  y  él  cabe  al^^ j 
:  pasar  algo,  hay  tin  no  tal  cosa  y  él,  hay  tin  entre,  concille  eíl 
cío.  Lue|(0  lo  halla  eníre  las  cosas  objetivas  entre  si,  y  aunque 
(HUs  sienta  oíra  cosa,  site,  agua,  un  sólido  cualquiera,  esa  re- 
■■■"^^pto  de  an  entre  sigue  ooncibiéndota,  y  ella  le  sirve 
:r  cosa^  de  cosas,  p.ara  ver  la  diversidad  en  el  universo 
mnmo  to  siente  en  su  persona,  entre  brazo  y  braio,  entre 
j?c'j  ^  píes. 
S  bien  se  comidera  lo  que  Kant  hizo  aqu(,  no  fiíé  m.is  que  pre- 
■  U  necesidad  de  una  idea  abstracta  para  explicar  la  compren- 
I  mm  idea  concreta.  ¿Cómo  percibir  que  dos  sensaciones  ts- 
,  en  el  espacio,  si  no  se  presupone  la  idea  de  espacio, 
I  «ticr«ivw,  si  no  se  presupone  la  idt.T  del  tiempo?  A  este 
1  ^  responde  con  el  hecho  general  de  que  á  tener 
--  ■  e  establecer  para  (oda  cmtcrecirtri  una 
idicnte,  por  manera  que  Us  formas  de  la 
I  «crian  inlínllais,  no  ya  tan  soto  las  de  es]xido  y  tiempo; 
c  admitir  que  es  imposible  percibir  el  color  si  no  se  sabd 

■  ct  Uda,  iMtqM  <l  on^u  ili*  a«i  imimu,  bUtt  nitincUhi.  j>l  Atitit  lot  olot  C 


¡Bb 


-*--     -  *  "^-^ 


de  antemano  lo  que  es,  sin  presuponer  la  cohreidad,  ni  el  soafi 
sin  la  sonoridad,  ni  el  rojo  ó  verde  5Jn  la  rojeidad  ó  vcrdcidad,] 
sonido  agtido  ó  el  grave  sin    Ea  agudeidad    ó  graveidad   de! 
do,  etc.,  etc. 

No  veo  porqué  el  concepto  de  espacio  preceda  á  todas  esas  ex 
riencias.  No  es  más  que  el  concepto  de  la  diversidad,  aplicado  á 
cosas  materiales.  Este  concepto  filosófico  está  expresado  en  ar-^ 
¿Para  seníir  las  cosas  es  menester  antes  tener  concepto  del  esj. 
es  decir  de  no  ser  todas  una,  de  estar  separadas?  Eso  es  decir  ■ 
para  sentir  las  cosas  se  presupone  el  íjrrírtf  ó  diversidad.  Antesl 
sienten  la^  cosas,  y  luego  de  ellas  se  desprende  el  ser  varias,  su 
tre,  su  esnado.  Cosas,  luego  diversidad,  que  hay  en  ellas; 
diversidad,  luego  cosas.  El  concepto  de  diversidad,  de  entre,  de  ( 
pació,  sin  cnsa^i  donde  se  sienta  y  de  donde  se  saque,  parece  un  ; 
turdo.  Ese  mismo  concepto  de  diversidad  aplicado  al  ser  y  no  ser, i 
mudarse  de  las  cosa?,  á  la  contingencia,  es  el  concepto  del  ticmpoT 
que  por  lo  mismo  tiene  en  euskera  idéntica  expresión  que  el  espado, 
porque  sí  el  espacio  es  un  entre  cosas,  el  ticni]X)  es  un  entre  casos^ 
es  decir  un  enire  mudanzas  de  la  cosa,  y  ambos,  espacio  y  tiempo, 
son  la  diversidad  aplicada  á  la  extensión  y  á  la  conlíngencia.  Sus 
conceplos  nos  vienen  con  las  mismas  cosas  y  con  la  mÍ5Tn;i  contin- 
[.¿encia  de  los  seres.  Son  espacio  y  tiempo  intuiciones,  nada  de  retí 
objetivamente:  pero  tampoco  nada  de  presupuesto  en  la  nienie  afl 
toda  experiencia.  Admitir  esas  formalidades  mentales  ante  toda  cxi 
riencia  es  poner  en  la  filosofía  un  misterio  más  misterioso  que  loa 
los  misterios,  una  tendencia,  ó  llámesele  como  se  quisiere^  sin  cat 
fuente  de  donde  dimane^  ó  que  por  lo  menos  nos  es  enteramente  < 
conocida,  además  de  no  ser  necesaria.  AI  sentir  las  cosas  es  cuar 
sentimos  ese  entre  que  las  hace  diferentes  en  el  espacio^  ó  en  la  siij 
Sión.  Esa  sensación  se  convierte  en  intuición  del  espacio  y  del  tiemf 
Es,  pues,  cl  espacio  un  entre,  una  acción  de  ar,  óar-te  entre,  mcd 
intervalo^  camino,  hendidura,  abertura,  maña  y  habilidad  6  tne 
para  lograr  algo  y  hasta  cepo  ó  artimaña  para  coger;  temporalmc 
arte  es  la  ocasión^  coyuntura,  intervalo  ó  entre  temporal,  en  ti*  -"^ 
labras,  espacio  y  tiempo.  Para  nada  necesitan  los  v-ascongiiv 
espado  ni  el  dembora.  Zoazte  nere-aarreHkan  eía  bego  artea 
taiáeUk  faldera,  idos  delante  de  mí  y  haya  espacio  entre  ret 


i  4,  arte. 


37 


itlo,  haya  entre  de  rebaño  i  rebaño.  En  aquella  ocasión  arte-ar^ 
^ó  en  aquel  intervalo,  entremedio,  entretanlo,  espacio  ó  tiempo, 
irie-an  cnirc  hombres,  iaifct  adi  arte-ra  levántate  a)  medio, 
I  enlrr  mi  y  aquellas  cosas,  otso-arte  cepo  de  lobos,  medio, 
ijrliauña,  el  coger  lobos,  pues  ar-íe  vale  también  la  accidn  de  coger, 
fcdectf  de!  exlendcr  d  brazo  y  la  mano,  del  allaear.  Aquí  vemos   el 
I  qoe  acomptflaba  al  ar-ie,  como  al   ara  allá  y  al  arr^  ar-tu 
V  ara-tu  allaear. 

*  de  tierras  es  arte-cga,  andar  al  aríe-a  6  hacer  espacio, 

lira;  conlínao  y  no  inlerninipido  úrte-gabeko,  6  lo  sin  arfe, 

Talo  ó  interrupción  temporal,  que  también  es  un  roiiirar  ó 

Bper.  iater-rumpere.  El  inquieto,  que  no  tiene  medio,  ni  centro, 

i  cjpacTú  como  quien  dice,  se  llama  arte-ga^  de  -ga  sin.  l-a  hcndi- 

n  ó  XV  ^  espacio  entre   Jos  cosaSj,   á  ratos  ó  sea  espacios 

■ic  fmpidos,  y  c!  llevar  una  carga  á  medias,  entre  va- 

arte-ka,  andar  al  arte;  mediador  arte  karí,  terreno  que- 

eito  arteka-tsa:  lo  del  intermedio,  el  intercesor  y  el  ma- 

fiabc  de  medios  arte-ko,  es  decir   lo  de  arte:  A  tiempos 

te,  con  m  de  repetición,  intervenir  uríe-ra-tu,  grietas 

■  manos  ó  rayí  en  el  pelo  ó  hendidura  artes-i,  de  arte-z  por 

tiarticndo.  Hnlrclanio  arte-ian,  lograr  por  medie 

-.-o  entre  los  tablones   de  la  lancha   ú  otra  cosa^ 

n.  Rrcio,  en  derecltura,  es  abriéndose  camino  por  medio,  es 
M  Utina  o  vics  y  sesgo  castellanos,  y  todo  ello  suena  arte-z. 
rdi>ntSe3«va  á  Arrígorriagrt?»,   preguntí  á    un    campesino. 
koot)  el  brazo  una  Ifneii  y  dijo:  artez-arte,  derecho  derecho, 
luciendo  un  espado,  un  entre  en  esta  dirección,  artez  doa 
i-i,  medio,  enderezar  arfez-tu. 
iMsmn,  entre,  intervalo  en  el  espacio  ó  en 
oáti-arte-ko  eguzkia  el  sol  de  entre  nubes,  iakin-dunen- 
:  iakindan  c\  q.c  anda  entre  sabios,  es  sabio, 
ru  ^<  ^.1*11  á  casa,  es  decir  el  arte  ó  espacio  á  casa,  egun-, 
o,n  hoy,  es  decir  el  tiempo  que  medió  hasla  hoy,  noiz-artÉ\ 
AfVadiendo  otros  sufijos  que  limitan  el  lórmino,  teñe- 
"'    '^  ',i'0,  h.tsta,  mientras,  de  -ra,  -la  hacia,  /«j 
artc-o,  arti-o,  y  art-in-o,  ó  artc-an,  coal 
o,  egin-arteraino  hasta  hacer,  dirauen  artean  núenViai 


^     ,      ,. 


3S 


OftIOCN  V  VIDA  DCI.  LENOUAje 


dura,  noiz-artean  htsia  cuando?,  biarr-artean  6  biarr-arte  ha 
mañana,  noU-arte  gara  hasta  cuando  quiera^  beranda-^irte  hz 
tarde,  ni  in-ortto  hasta  que  yo  venga. 

Diminuiivos  son  arta-iñ,  arte-iñ  ntedianejo,  lo  nitre.  artal 
hASt^r  arta-tu  \\a.hi\,  art-azí  6  í^^^ffSí  íijeras,  grietas,  es  decir  i 
drascon  un  entre,  entre  piedras,  por  haberse  hecho  (!<  piedra  tod 
los  intnimenlos  cortantes  y  golpeadores.  Art-oía,  ó  labias  de  enl 
de  espacio,  es  la  cabana  de  pastores  hecha  de  tablas  (^  leños] 
las  Artolas  ó  parihuelas  ó  tablar  qtie  hacen  juego  á   los  dos    lad 
de  la  cabaigadura,  y  baste  con  ganchos  largos  de  madera. 


15     Ara|f-ü»i.    Tráento  los  romanistas  del   antiguo  alen 
arg,  arag,  al  arg  avaro,  ruin,  malo^  ags.  earh  cobarde,  norso  ar 
y  Paulus  Diaconus  trae  arga  como   palabra  injuriosa  entre  los 
¿obardos;  pero  la  raiz  arg  no  se  vé  que  sea  germánica  ni  tiene 
mología  indo-europea.  En  Rnés  arka  vale  cobarde.  Si  estas 
tienen  que  ver  con  aragán.  parecen  haber  salido  de  España;  iL 
gan,  cómase,  argan,  bei^atn.  arghcn.  La  h-  sobra  de  lodos  mí 
La  idea  del  aragán  español,  es  la  del  vagamundo  ocioso  y  baldío,^ 
propongo  el  euskaro  arag-a,  que  aplicado  A  la  fresa,  significa  prop 
mente  extenderse  como  clla^  andar  de  aquí  para  allá,  espaciar 
Valga  la  etimología  por  lo  que  valiere,  que  no  co^o^co  por  ahc 
Otra  mejor.  Caüh.  p.  183:  Tanto  ruBán,  tantos  de  los  músicos,  poe 
jugadores,  tahúres,   bebedores,  comilones,  araganes,  zánganos  i 
colmena.  J.  Pm.  Agr,  22,4,'  Araganas»  tragonas  y  perezosas.  Id.  6¿ 
Es  el  más  vivo  aguijón  que  los  hace  salir  de  haraganes. 

Es  un  aragán  que  se  manca  en  la  cabalíenza.  (Motejándole  1 
hoígaz^ín,  para  poco,  harón  y  beslia.)  c.  527. 

Levantóse  et perezoso  aragán  y  puso  fuego  ai  pajar^  c,  I9fl. 

Af»;f»n-eria.  Marq.  Op&,  2,31:  Ejercitar  el  puebtoen  las 
armas,  íibrarle  del  ocio  y  de  la  araganería.  Hortens,  Otar,  f.  31: 
No  es  agravio  de  un  perezoso  haberle  dejado  tierras  de  pan  llevar^ 
si  él  las  deja  poblar  de  ortigas  por  su  araganería. 

Af*rtg-an«ia.  Cabr.  p.  668:  Muy  ocupados  en  araganfa 
Iravcsuras. 

Araf;;aa-eap,  liacer  del  aragin. 

Artiga,  ártica,  en  Aragún  y  Vizcaya  ta  tierra  nue 


1 5.  aragdn,  artiga,  39 


rola  para  sembrarla.  De  arleaga,  arteka;  los  romanistas  lo 
creen  ibérico.  En  prov.  artígua,  cat.  artiga. 

ArllK^-ap,  en  Méjico  romper  un  terreno  quemando  ó  cor- 
ludo  monte  bajo. 

\pti|pi-ePO,  el  que  cultiva  las  árticas,  como  dicen  algunos; 
6  hs  artigas,  como  se  dice  en  castellano  (Borao). 

Artolan,  en  Aragón,  Navarra  y  Vizcaya  aparejo  en  forma  de 
dctis  para  cabalgar;  es  puramente  euskéríco. 

AFd«al*eap,  quedar  ralos  los  racimos  de  uvas  y  con  pocos 
{noos. 

Pnncc  venir  de  arte  espacio,  intervalo,  *ard-al  adjetivo.  Herr. 
Agr,  2,  2:  Esta  uva  suele  ardalear,  que  es  quedar  rala  en  los  racimos. 


ÍJKKit,N  Y  VIDA  DüU  I  rNtjgA'.r. 


ARR 


16     Cómo  llamaron  las  hombres  la  palma  de  la  mano?  Sin  du^ 
Ja  extendida.  Cs  la  extensión  que  tenían  más  á  mano,  como 
la  teninn  en  la  mhma  mano.  Extienda  Ja  mano!  liso  es  lo  mismo  q¿ 
pedir  muestre  la  palma  de  la  mano.  Tan  es  asi  que  en  todas  partes] 
patma  y  el  pahno  fueron  las  mcdiiías  de   la  extensión   primitiva^ 
naturales,  y  de  ellas  nos  valemos  comimmenle  los  que  no  llevar 
el  metro  en   el   bolsillo,  corno  tos  eaipiníeros,  ó  al  cuello   como 
saslrcs.  Del  palmo  salió  (a  vara,  y  tiene  cualro  palmos,  porque  cua^ 
son  los  palmos  y  palmas  del  liombre,  dos  de  las  manos  y  dos  de  I 
pies:  así  como  la  numeración   primilit'a  y  euskérica  se   lomó 
contar  los  dedos  de  pies  y  manos. 

El  extender  la  mano  fué  para  el  hombre  lo  mismo  que  el  cxt^ 

dcr  ojos  y  brazos  á  lo  lejos  al  decir  ara  allá.  Pero  el  movimiento  i 

,  más  fuerle  al  tender  la  mano,  pues  era  para  medir  ó  para  cogeij 

'  «ferrar,  que  es  para  lo  que  la  mano  sirve.  Y,  yum  la  r  de  ara  esj 

<{ue  expresaba  ese  movimiento,  la  patma  de  la  mano  no  pudo  mea 

de  sonar  con  rr  fuerie:  arra,  palmo  y  palm.i  de  la  mano. 

La  ~a  de  arr-a  como  artículo;  ar,  con  r  fuerle  por  supueslo,^ 

úr-tu  es  el  andar  con  el  arra,  el  coger,  echar  mano,  aferrar,  ale 

zar,  tomar.  Y  el  mismo  arr-a  es  el  aferramiento,  la  cogida,  y  (r 

Jadadaniente  !a  porfía  ó  terquedad,  que  es  aferrarse  á  su  parecer.  1 

tademis  arr,  arra  lodo  lo  que  coge,  arrebata  y  íifcrra  como  la  matl 

y  la  violencia  ó  fuerza  en   cualquier  línea,  propio  del   arrebatar 


r.  Otctse  del  «giui  que  se  despeña  con  estruendo,  de  lodo  lo 
:«  vnsm  pesada  y  ruidosamenle«  cual  sí  se  agarrara,  det  gusa- 
I  que  5e  extiende  agarrándose   y  arrastrándose,  cual   la  palma  al 
ó  coger,  y  que  Uimbién  cogcy  carcome,  melafóricamenie  es  d 
y  remordimiento  como  gusano  moral;  de  la  carie  que  roe; 
1  aacbo  y  del  varón,  tipo  de  lo  fiicrte  aferrado  y  violento.  Ez  ar 
ak,  tztükan  ezognUtrik,  no  lotnes  por  compañero  á  quien  no 
s,  ondo  arta  recibir  bien,  artu-eman  dares  y  tomares,  arr* 
'  hacer  coger,  arrarka  i  palmos,  de  ar-ka  abrazando  ó  abar- 
cón el   arr-a,  ar-ki,  arki-ta-  liallar,   hacer  arr,  ar-za-k  4j 
I  cd^lOt  arr-eman-ka  dando  y  lomando,  arr-eme-ak  machón 
[kcnbra  ó  pareja  en  los  animales,  arr-eme-tu  emparejar^  cruzar  el 
iarra  bigunago,  ana  barrarago,  cuanto  más  blanda  li 
I  mis  penetra  el  gusano.  Accgtda  es  arr-era,  y  (amblen  ale-^ 
B(0i  brío  y  coraje,  arrera-ona  egin  dio  con  que  brío  le  ha 
[>!  Hacer  coger  arr-erago,  celo  de  ta  hembra  arr-eske,  lilcral- 
:  en  bu<<a  del  macho.  La  hermana  del  varOn  es  arre-ba,  ar- 
Igufaníenlo,  ar-tsu  zarzoso,  que  coge  mucho,  an-o  agu^n.ido 
í  fine  arr-a. 

nJo  QfT't  vale  aferramiento  y  terquedad,  y  rastra  nia- 
«.^  ivicrte  que  ara,  are,  arretu  arar,  como  arelu.  Ade-< 
ta  to  muy  meneado,  [urbio,  pardo,  <írre-/u  enturbiarse  la 


'Ijo  -ar  lalc  coger,  lo  que  tiene  cogido,  ya  física  ya 
.utc.  La  arena  se  dijo  legar,  es  decir  la  seca,  que  tiene 
[é  apretura,  en  oposición  al  mar.  E\  rastrojo  y  el  cangrejo  tienen 
Bvn  el  agarrar  al  que  $e  le  acerca,  por  lo  que  se  llama  zam- 
nc  natnrateza  humana  es  giz-ar,  lo  que  tiene  del  hom- 
.ijgUon-ar,  ta  necesidad  que  tiene  somelido,  que  sub- 
be-ar.  El  tomar  atención  ó  cuidado  ya  vimos  que  era  o-ar, 

■ar  para  apellidos,  que  indican  el  poseedor  de  tal  lugar  ó 
ndc  Itene  su  solar  la  familia:  Atchal-ar,  Bak-ar,  Azk-ar, 
^  indican  que  tal  individuo  es  de  tal  lucalidad,  piopiamente 
I  $y  dueño  que  la  tomd,  ar,  artu  tomar. 
Atribotivo  -í  de  ar  es  -orr-i,  sufijo  de  adjetivos  derivados:  e^ 


tfm  sediento,  de  quien  es  el  estar  con  sed  y  ardor,  ó  secado  por 
fuego. 

Además  -ares el  macho  ó  fuerte  en  lo»  animales:  oití^ar  ga 
de  oíU-a  gallina,  erbi-ar  liebre  macho. 

17.  Anliqufsimos  son  los  nombres  índo-europeo3  en  -ar,  ai 
livos  y  sustantivos.  En  latín  iab-ar.  cak-ar,  bast-ar,  ftepar,  exi 
pl-ar,  palvín-ar,  tacun-Qr,  tati-ar,  sali-ar^  colamb-ar.  El  casteíl 
no  lo  aceptó,  fu^ra  de  algunos  términos  sueüos»  como  cjempí-ár^ 
por  confundirse  con  el  -orís  qne  abrevió  en  -ar.  Más  antiguos  toda- 
vía son  súr-or,  sJct.  svas-itr  hermana,  que  Bopp  cree  haber  perdido 
la  /  para  relacionarlos  con  el  gótico  svis-tar,  ele:  -tor  y  -ar  son  dos 
sufijos  distintos  aun  en  el  mismo  euskera,  bien  que  sinónimos.  hU- 
llamos  el  -ar  en  dv-i^p,  á-rjp,  a',9-T(p,  déw-ar,  n-ar,  nsti-ar,  gen- 
soí-er,  ax-off  arm.  Aoí>,  ma/r,  goir,  que  en  su  mayor  parte 
nombres  de  familia  con  valor  de  agente,  parejos  con  los  en  -i 
como  pa-ier.  ma-ter.  En  bretón  -ar,  -fur,  -ir  de  agente,  coi 
harneiir,  barri'er,  Uarn-ar,  según  los  dialectos.  El  ski.  -vara  paí 
ser  el  '■or,  'Ur,  consonanti^rada  la  u  por  la  adventicia  -a-,  comO' 
ordinario;  nag-var-a  lo  qite  parece,  bftas-var-a  toque  brilla. 

Como  se  vé^  no  son  exclusivamente  de  agente  -ar,  -or,  -er,  síj 
de  adjetivos,  y  aunque  se  parezcan,  cuando  lo  son,  al  -tar  de  agí 
tienen  distinto  origen.  El  genitivo  dedvi^p  ha  lomado  una  í  epenli 
lica  cív-S-p';;,  en  sánskrii  nar,  umbrío  ni r-/ proceres,  ner-us  procí 
bus;  al  liév-ar  responden  5a->j.p  por  5ap-i^p,  lev-ir  por  tev-er  por 
logia  con  vir,  arm.  taigr,  gen.  taiger  con  ¿'procedente  de  9^ 
tilé-or,  ant.  al.  seihhur,  lituano  gen.  dév-er-s,  nom.  dév-tr-is, 
dev-er-í'..  La  aurora  ush-ar  ^ú-r^^,  loe.  t¡(>-!,  adj,  iiép-wc,  flírr-or-a, 
aach-rA,  a-jci-iov,  es  la  abierta  y  brillante.  L»  hermana  sor-or, 
ín-as  sobrino,  el  de  la  hermana,  ski.  svas-ar,  arm.  goir,  ¡rl.  si-tíft 
címr.  cbwa-er  por  chwe-ar,  god.  svis-tar  con  -tar,  al.  Schwester,  lil. 
sesa,  gen.  sesers,  esL  ses-tra:  gr,  l-dp  voc  y  ¿op-K'  rp'jjr/gvi 


1 8.    -ar,  el  latino  -ar,  y  alterna  con  -al,  no  repitiéndose  r  ó  1 1 
la  palabra  por  disimilación:    alb-ar,    coll-ar^   cjempi-Ar,   rnrútjr 


19.  arma  )af. 


43 


>l-*r,  eapflild-ar,  lag-ar^  luinin-ar,  luii^ar,  mill-ar,  mulad-ar,  paj-ar^ 

—ariK),  -arfa*  es  el  euskaro  -arr  con  -o,  -a  nominales,  pro-' 
le  de  adjetivos:  choc-arra  y  choc-arra,  inac-arro,  guij-airo, 
na  yNav-«iTO»  zain-arra  y  zam-arro,  chap-arro,  chich-arro  y 
,  bÍ7-arro,  piz-arra,  lab-arro  y  talvarra,  chin-arro,  ciq-arro 
.  gai>4rTa,  pan-arra,  dcspal-arr-ar,,  pap-arr-udia,  chanch- 
manch-arras,  mand-arra,  guit-arra  y  guil-arro«  descad-arr-ado 
-Eic  243  por  descaderado),  fanf-arr-ear,  escap-arr-arde  «eap-ar, 
icb-vr-ado,  cach-airo^  caz-arro  y  ca^-arra  de  caz-o,  galf-arro. 
de  coc-o,  col-arro  de  coí-o,  chaf-arr-ear  y  chaí^rr-intarj 
-astroso,  desquij-arr-ar,  hamb-arr-ia  y  fanf-arr-U  ó  panf-arr-ia. 
-afl*roa,  lumcnt.  de  -arro:  chap'arrón.chtch-arrón,  zanc-arrrtn, 
,  hucs-arrón^  bob-arrón.  chíc-arrón,  tonl-arrón,  cim-arrún, 
•VTún,  mo7-arrún,  wn(-arrón,  faní-arrón,  buj-arrún. 


)0.  La  mz  ar  ha  dado  otros  muchos  vocablos,  y  su  signíficacrón 
pía  o,  sqjün  Curbtis,  la  út  «der  Be*egung  zu  elwas  liin*.  tno- 
hicia.  Pero  este  vaíor,  que  se  conserva  en  el  skt.  ar,  tiene 
t  otras  lenguas  cierto  significado  algo  diferente,  el  de  ajustan  y 
e,  y  aun  el  de  pegarse  y  coger.  Es  que  por  no  distinguir  el 
!  suave  r  del  fuerte  rr,  los  indo-europeos  confimdieion  el  aro 
tticnio  á,  y  el  ar,  ar-tu  coger,  echar  mano  de,  etc.  En  rt.  dp- 
I  i^-oa,  ltf-ap-«i>,  dp-ii]p-a  adaptar,  aju^tar,  poner  junto  á,  alie- 
er,  equipar,  ¿fjuvoc,  ajustado  que  es  en  ñor.  yOr-muni, 
\  akr-mana,  lal,  Qr-mtntum\  y  óp-in;  articulación,  ajuste,  cuya 
todos  convienen  en  que  es  advenediza,  ápíto-íw  ajusUr, 
.  y-mas  brazo,  que  en  alemán  es  Ar-m,  ñor.  armr,  anl.  aL  ara~m, 
pd.  er-m'St  pnis.  ¡r-mOt  y  en  esl.  ra-men  hombro,  en  laL  ar-mus 
jtBtun  del  bmzo  y  la  espalda,  de  donde  arm-are  armar,  propia- 

KBte  cr"- 'i?  espaldas  con  alguna  defensa.  De  aquí  ar-ma  pl. 

ktvina:^  ..ts,  en  oposición  á  las  ofensivas,  que  se  llamaban 

Mv,  aunque  en  U  lenguas  románicas  se  haya  aplicado  Á  cualquier 
■na:  tx-ormare  des-armar,  arma-tara  armadura,  arma-menta  ar- 
nuDcotos,  arm-ari-um  armario,  irt-erm-is  inerme,  arm-illa  dim. 
fanakie,  propiamente  justillo.  El  sufijo  -mu  es  de  efeclo,  como  el 
-«n  de  4f-fic»-oc  ajustulo  y  de  ar-men-tttm  hato  de  animales,  va- 


44 


ORIOEN  V  VIDA  DEI-  LENOUAJP 


cada,  manada,  ó  un  solo  animal,  como  iu-mentam  íiimenlo, 
iungere.  De  modo  que  armentum  y  mmentum  valtti  el  juniadoj 
se  dijera  por  la  junla  de  beslias,  ó  ya  por  la  bestia  de  tiro  y  quc^ 
sujel-i,  como  parece  más  probable.  En  irK  ar-am,  con  el  mismo 
fijo  -m,  es  el  número  ó  junta,  adaptación,  rt-mu  numerar 
añadir,  adaptar  en  seriCj  ñor.  rim^  ant.  al.  rim,  serie,  número,  ver- 
so, a[.  Reim,  de  donde  tima,  rim-ero,  rlm-ar,  a-rrlmar,  que  por 
lanío  tienen  Ea  misma  raíz  que  áp-itm^íct  armonía  y  que  d^fni 
yunta,  caballos  de  un  carro,  carro,  el  mismo  ar-men-ttttn.  Ténnj^ 
nos  son  cslos  de  ta  época  en  que  á  la  ganadería  se  añadió  la 
cultura  en  Europa,  por  lo  que  faltan  en  las  ario-iranias. 

La  etimología  dada  de  armas  declara  cómo  estas  son  las  dePfil 
si  vas  y  deja  traslucir  haberse  empleado  al  principia  las  pieles, 
animales,  pues  solas  ellas  podían  servir  para  guarecer  honibr 
espaldas.  El  general  Piít  Rivers  demuesira  hasta  qué  punto  el  hon 
brc,  desarmado  por  la  naturaleza,  pero  dueño  de  la  razón,  supo  1 
mcdar  á  los  animales,  naluralmente  defendidos,  valiéndose  de  pa 
cidos  recursos.  Sus  armas  remedan  los  cuernos,  las  garras, 
dientes,  los  aguijones,  liasla  cl  veneno;  sus  defensas  son  pieles  recij 
corazas  de  escamas  y  conchas;  su  embestir  y  acometer,  su  emt 
carse  en  celadas,  sus  alaridos  al  entrar  en  la  pelea,  no  difierer  de) 
que  hacen  las  Fieras.  La  armadura  propia  ó  defensiva  fué  siemp 
de  pieles,  como  la  égida  ó  piel  de  cabra,  y  como  los  petos  de 
de  cocodrilo  de  los  egipcios  y  las  pieles  de  oso  con  que  se  deRen- 
den  los  de  Borneo.  Cor-aza  viene  de  caer-o,  y  de  cuero  se  armahan, 
como  hoy  nuestros  charros,  montaraces  y  cazadores.  Los  bugis 
Sumatra  hacen  un  peto  cosiendo  sobre  cortezas  de  árbol  las  es^ 
,  mas  desprendidas  del  hormigtiero,  sobreponiéndolas  como  las  llev 
r-^íslos  animales.  Los  sármatas  emphaban  para  lo  mismo  lascas  i 
cascos  de  caballo  cosidas  y  sobrepuestas  aI  modo  de  las  pencas  i 
una  pina.  Los  griegos  imitaban  con  láminas  metálicas  las  escar 
depíces  y  serpientes,  y  las  caparazones  de  cangrejos  y  langosl 
para  guarecer  las  coyunturas.  Lo  mismo  hicieron  Jos  romanos 
demás  europeos,  hasta  que  la  pólvora  hizo  baldías  toda  esta  balum- 
ba  de  armaduras. 

Entre  los  gramíticos  nuestra  armonía  se  llamaba  oün<p»vía  y  \ 
^lüvia  (la  octava);  nuestra  melodía  era  la  áp|wv¿o.  La  ¿vTt^víase* 


19.  armonía . 


45 


Lcnolis  voces  de  bombrci,  niños  y  mujeres  en  un  coro;  ta 

:  eran  acordes  de  ciiarla,  quinta  y  otros,  pero  todos  se  con- 

t  con  diversos  iftsirumcntos,  y  más  á  menudo  entre  los  tn^J 

Us  voces,  y  esto  raras  veces.  Antes  de  Arquiloco  solo  eV* 

>  ic  conocia  en  el  can  lo  y  acompafiamiento,  é!  Fué  el  que 

I  que  b  citara  y  b  flauta  locasen  otra$  ñolas  que  las  de  la  voz, 

I  que  siempre  se  prefirió  el  unísono  hasta  el  s,  IV  (a.  J.  C.) 

to»  riénerus  consistían  en   la  extensión  de  los  inlervaCos  desi- 

(Tiodos  en  el  orden  de  la  disposición  de  los  intervalos.  Qé- 

Qiatonico  (do*  tonos  y  un  semitono),  cromático  (dos  semitonc 

Boy  medio),  cnanndnico  (doi  cuartos  de  tono  y  una  tercia), 

|elO  a)  rcvb  de  nosotros,  desde  la  ñola   más  alta  A  la  más  baja. 

:  bs  dos  cuerdas  extremas  del  tctracordio,  separadas  una  de  | 

tpor  un  inter\'aIo  de  cuarta,  se  intercaló  primero  una  cuerda,  Iue> 

¡>atn;  pero  míentns  el  intervalo  de  las  dos  extremas  era  constante, 

ñon  de  tas  intermedias  variaba  en  los  tres  géneros  dichos. 

:  los  modos  musicales  griegos  sabemos  que  el  dorio  era  el  que 

id  género  díitóníco  tenía  su  semitono  en  el  grave;  el  frigio  era  et 

[  en  ¿1  lo  tenía  en  ct  medio,  el  lidio  el  que  en  el  agudo:  la  gama, 

era  dcsccndcnie,  de  modo  que  la  tónica  de  sus  modos  era  la 

i  mis  alta  de  cada  uno.  Et  tono  más  grave  de  cada  modo  servia 

1  inal  Á  las  roelodfas  compuestas  en  este  modo. 

Al  «etracordio  añadieron  otro,  de  modo  que  tuvieran  una  ñola 

Ma  sobre  la  üllima  nota  aguda  del  priniero:  tal  es 

•tbtuvo  la  3."  ckvando  de  un  tono  la  cnerda  cnáa! 

lindo  Idracordio,  luego  como  el  intervalo  entre  esta 

gnientr  era  de  un  tono  y  medio,  se  dividió  este   intervalo 

••"  '-no,  intercalando  una  nueva  nota.  A?í  resilló  la 

-j  tonos  y  dos  semitonos,  y  nacieron  otros 

i  modos  de  suerte  que  cada  octava  comprendía  dos  modos  com- 

itaríos  r  ■  .no  anlíguo,  otro  ntievu.   Por  ejemplo,  en  el 

vdk)  do:     ,        iivo  la  ñola  m:is  aguda  (tónica  de  los  griegas) 

letlti.  esle  ta  fama  la  nota  más  grave  de  un  nuevo   modo,  el 

limaban  también   por   tu  mismo   hipodorto;  el  frigio 

^on  el  h"--'-'      -■  ^     "in,  su  complementario,  y  el  lidio 

4ÍJÍO.  [  í)  es  el  mus  sencillo,  natural, 

» y  el  ünico  usado  en  los  coros  lírico&;  los  otros  mis  reinados 


4^  OmOEN  V  VIDA  OCL  LCNOUAJC 


eran  parn  los  solistas  de  flauta  sobre  todo.  Ef  modo  dorio  era  el  más 
senciilo  y  grave,  el  eolio  más  enérgico  y  osado,  el  lidio  quejumbroso 
y  tierno,  el  frÍK:io  patético  y  más  propio  del  drama,  e)  jóniú  y  otros, 
afeminados  y  voluptuosos. 

20.  Apma,  de  arma  armorum;  it.  arma,  arme,  rum.  armt, 
prov.  armas  pl.,  fr.  arme.  Cuanto  sirve  para  ofender  y  defenderse 
del  enemigo.  Qatj.  1,13:  Al  pié  del  trofeo  de  las  armas  de  Orlando, 

Armas,  por  ejército  armado.  Mend.  G.  Gran.  2,t9:  Estando  l«t 
armas  en  este  silencio,  porque  el  bullicio  no  cesase. 

Armas,  por  blasones.  Qaij,  2,18:  Las  armas  empero,  aunque  de 
piedra  tosca,  encima  de  la  puerta  de  la  calle.  Id.  2,52:  Mandóle  d 
concejo  pintar  las  armas  de  su  Majestad  sobre  las  puertas  del  Ayun- 
tamiento. 

Armas,  por  carrera  militar.  Quij.  1 ,9:  Se  puso  al  trabajo  y  ejercí- 
-cío  de  las  andantes  armas.  Id.  1,37:  Que  las  letras  hacen  ventaja  á 
las  armas...  y  que  las  armas  solo  con  el  cuerpo  se  ejercitan. 

En  tauromaquia  el  asta  de  toro. 

A  fuerza  de  armas.  Guev.  Ep.  píe.  2,12:  El  cual  á  fuerza  de 
armas  intentó  de  quitar  á  su  padre  el  reino. 

Alarma!  alarma!  Galat.  2:  Por  todo  el  pueblo  se  levantó  una 
confusa  vocería  diciendo:  al  arma!  al  arma!,  que  turcos  hay  en  la 
tierra. 

¡A  las  armas!  animando  á  disponerse. 

A  las  armas,  mariscóte,  si  las  lias  de  voluntad,  c.  6. 

A  las  veces  miran  más  á  las  armas  que  á  las  barbas,  c.6;  más 
á  la  fuerza  que  á  la  autoridad. 

Alzarse  en  armas. 

Apellidar  arma,  alarma,  llamará  las  armas.  QuiJ.  Í,41:  Un 
pastor  había  apellidado  arma.  Id,  2,53:  Y  á  reiterar  el  arma!  J.  Pin. 
Agr.  16,36:  Alborotó  al  Grande  Alejandro  hasta  le  hacer  pedir  sus 
armas  y  apellidar  al  arma. 

Arma  al  brazo,  dispuesto. 

Arma!  arma!  Qaij.  1,41:  Moros,  moros,  arma,  arma!  Id.  2,53: 
Arma,  arma!  señor  gobernador,  arma!,  que  han  entrado  infinitos 
enemigos.  . 

Armal  arma!  Aldana.  Dtscr.  centinela:  Arma,  anna!  Santiago, 


20.  arma  casi. 


47 


j,  irma!   £ribu  /  Luego  vcrcis  la  voz  multiplicada,  /  difusa  y 
en  toda  boca.  Nieto.  Perromaquia  3,l7ú:  Suena  el  tambor 
i  arma!  /  se  oye  con  e!  guerra  guerra! 
Arma  arrojadiza,  !a  que  se  tira  de  lejos,  flecha,  azagaya,  lanza. 
H,  ¡áej.  1,19:  No  itejal^ai]  de  pelear  á  lo  largo  con  las  arma* 

/'...í  OJanea,  espada  ó  sable,  yarm.tdirr3  de  acero.  Qaij,  1,2:  £a 
^de las  armas  blancas  penaba  Eirnptarlas  de  manera,  que  lo  fuesen] 

i  que  un  armiño.  Además  dlce^  del  aguardiente. 

Arma  de  fuego.  Mojíes,  Com.  El  Cabo  Olm.  2:  La  capa  se  ' 
Ifi.^rf  cicKo  /  y  parece  iifíii.!  ile  fuego.  /  ¿Por  que?  Porque  tiene 

Arma  tigtra  muerte  cualquiera,  c.  30.  Daño  de  las  armas  cor- 

ipor  lo  que  fueron  prohibidas,  como  el  puñal. 

Armas  al  hombro,  el  emprender  un  viaje  d  otra  cosa. 

Armat  blancas,  &Ín  empresa,  propias  del  que  todavía  no  se  U 

i  ganado.  QuiJ,  \,  2:  Armas  blancas,  como  novel  caballero,  sin 

en  el  escudo,  hasta  que  por  fuerza  las  ganase. 

Armas  defensivas,  ofensivas,  QuiJ,  2,32:  Estos  Ires  géneros 

[gente  carecen  de  armas  ofensivas  y  defensivas. 

Armas  de  mala  ley,  recursos  matos  para  lograr  algo. 

Armas  descansadas,  las  que  no  se  usan. 

Armas  tietiey  gente  mantiene,  y  busca  quien  pelee,  c.  3 1 . 

Armas  lomar,  dd  que  puede  ir  á  la  guerra,  dispuesto,  hombre 

i  lomar.  QaiJ,  2,5:  De  manera  tiuc  eslt:  {el  rucio)  para  armas 

r.  J.  Pw.  Agr.  15,21: 4Mancebos  de  amias  tomar.  A.  Alv.  Sifv. 

!^  5  c  §  2:  Sí  el  niño  crecía  ó  si  medraba  ó  si  era  yai  corao^ 

,  para  armas  lomar. 

Armas  y  dineros,  buenas  manos  quieren,  c.  3 1 .  Que  dañan  al 

í  no  abe  hacer  buen  uso. 

Arrimar  las  armas,  dejarlas,  no  pelear. 

Arrojar  tas  armas,  huir  en  la  pelea,  6  dejar  una  contienda. 

Baena  arma,  y  buen  corazón,  y  tres  higas  a!  dolor,  (O  pairn  ] 

I  aMíco,  ó  cimfano;  resolación  y  desprecio  de  salir  herido),  c  3 1 4. 

Cama  de  tas  armas  df  fuego,  de  lo  peligroso. 

Cama  las  armas  de  Roídaa,  de  lo  que  no  debe  ó  no  puede 


48  OkIOEN  V  VIDA  DCt  l-CNOUAJR 

Con  las  armas  en  la  mano,  prevenido. 

Dar  al  arma.  (Es  (ocar  a.\  arma  para  junlarse  á  lá  defensa,) 
c.  573. 

Dar  armOt  ó  ai  arma,  6  alarma^  tocar  el  enemigo  los  instni- 
meníos  de  guerra  en  señal  de  acometer.  Mend.  G.  Gran,  3»36:  E>an- 
do  im  arma  de  noche  á  los  nuestros.  Arauc  24j  Digo  que  ailí  estu- 
vimos dos  semanas  /  con  falsas  armas  y  esperanzas  vanas.  D.  Vega 
Paráis.  1,  p.  232:  Les  dan  al  arma  y  tocan  como  á  rebato.  Quada- 
LAj.  H.  Pontif.  1,  2:  Salieron  del  puerto  de  Valeta  con  intento  de 
dar  alguna  grande  alarma  por  las  islas  de  Grecia. 

Darle  armas.  Fons.  V.  Cr.pte.  3, 1. 1,  p.  2:  Y  le  arguye  de  que 
él  mismo  daba  armas  á  su  pueblo  contra  sí  y  le  enseñaba  sus  daños. 

Darle  armas  para,  favorecerle. 

De  ar/na,  lo  que  sirve  de  razón,  fundamento,  pretexto,  instru- 
mento. 

De  armas  tomar,  apto  para  la  guerra,  después  trasládase  á 
otras  cosas,  dispuesto,  y  la  mujer  descarada. 

Dejar  las  armas,  retirarse  de  la  milicia. 

Del  arma  de,  de  la  clase  de...  en  la  milicia. 

En  armas,  en  guerra. 

Estar  sobre  las  armas,  apercibidos  los  soldados. 

Hacer  armas  con,  combatirse.  Garibav  H.  E.  f.  11 39:  D.  Diq:o 
de  Guzman...  hizo  armas  en  Valladolid  con  un  caballero  borgoñón. 

Hacer  armas  contra,  hacerle  el  daño  que  puede,  combatirle 
física  ó  moralmente. 

Hacerse  á  las  armas.  (Acostumbrarse  á  las  cosas.)  c.  629. 

Hasta  ver  las  armas  del  malogrado.  (Dicho  por  viuda  bebien- 
do en  la  taza  antigua  y  grande,  que  en  el  hondo  tenía  las  armas  del 
marido.)  c.  490. 

Hecho  de  armas,  hazaña. 

Hombre  de  armas,  caballero  que  iba  armado  de  todas  armas. 

Hombre  de  armas  tomar,  el  de  resolución  y  suficiencia  para 
alguna  cosa. 

Jugar  las  armas,  esgrimirlas,  manejarlas.  J.  Polo/.  290:  No 
eran.solas  estas  armas  que  allí  se  jugaban. 

Largo  y  angosto  como  arma,  ó  alma  de  vizcaíno,  aludiendo  á 
las  armas  antiguas  de  ellos. 


20.  arma  casL 


49 


P^    üfvar  ti  arma  at  brazo,  bien  prevenido. 
Mídír  ías  armas,  pelear,  disculir. 
Pasar  por  tas  armas,  arusilar  por  ddito  i  los  soldados. 
Ponerse  en  arma  6  en  armas,  á  punto  de  defensa  ó  de  coTnb»»i 
.Qaíj,  2,1:   Caiii  cada  año  nos  toca  anua  (el  Turco}...  e^taba^ 
en  dU  toda  la  cristiandad, ).  Sal,  Carta  ineú.  Bibl.  real: 
lo  que  pasdhA  ó  pasaba  de  otra  manera,  se  ponían  en  armt 
tn  de  venganza:  Gran.   Simt),  5,2.15:  Todos  los  reyes  y 
lores  y  todos  los  sabios  y  poderosos  de  la  tierra  se  pusieron 
«nnas  pan  defender  la  idolatría.  Qurv.  Tac,  15:  Amaneció  el 
f  pusünonos  todos  en  arma.  V.  P\.'um.  c,  16:  Se  pusieron  en 
lino  contra  otro. 
¿Qb^  armas?  ano  tima  y  dos  naranjas;  ¿de  veras?  y  de  sebo 
¡jaro  d  tat  que  os  íkve  preso,  aceitunas  y  queso,  (Habla 
«>n  un  pobre  escudero  sordo  que  iba  de  noche  y  litívaba 
de  la  tienda  las  dichas  cosas;  chiste  es,  aunque  dicen 
en  Salamanca  á  un  Paz.)  c.  333. 

',''  ías  armas,  someterie-  Caccií.  ps.   TS:  No  dejó   lanza 
jdo«  te  riitdicron  tas  armas. 
Satis  d  rondar,  guardar  tas  armas,  mas  primero  ta  enamora* 
^  c  243. 

Tener  buenas  armas,  medios. 

Tocar  arma  6  ai  arma,  i  rebato.  Quij.  2J :  Casi  cada  año  nos 

arma  (el  Turco).  Id.  2,26:  Mand6  luego  tocar  al  arma.  QuiSo- 

Past'  ■  i'.  72:  Tras  lo  dicho  en  el  mismo  lunes  locaron  al 

B*\  '/ííi/ Oí/n.  V//A  23:  La  ciballería  estuviese  alerta, 

arma  en  c  ;     ¡       ,i  ocasión,  L.  Orac.  Crtt  2, JO:  Conieii- 

toovtcs  al  ariua  las  horribles  tleras   pobladoras  del  monte, 

bramar.  Id.  Crít.   \,\2:  Siempre  está  tocando  al  ,ann3 

ligo  común. 

Todas  las  armas  qae  se  labran  en   Toledo,   no  armarán  el 

c4l9. 
foMor  armas  con,  combatir.  Qaij.  1,2:  Ni  podía  ni  debía  tomar 
con  ningiin  caballero.  Id.  2«65:  El  que  no  puede  lomar 
voaen  un  año. 

roñar  ¡as  armas.  QalJ.  2,  27:  La  causa  que  os  mueve  á  tonuu- 
tesaasicada  paso  para  vengaro»  de  vuestros  enemigos.  '^Ufe* 


mm 


H.  MeJ.  1,4:  En  Sicilia  también  lomó  el  puebb  tas  armas  contra 
l'trrcy. 

Velar  tas  armas,  guardarlas  en  el  lempto  velando  de  noche,  tí 
ser  armado  caballero.  QaiJ,  1,3:  Esta  noche  en  U  capilla  de  vuestro 
taslíllo  veUré  las  armas. 

Vestir  armas.  fii^^M,  PioV.J.  1 2&:  Y  osaron  vestir  armí 
daño  de  la  crrsttandad. 

Volverse  las  armas  contra  él,  valerse  de  malas  mañas  y 
dar  conlra  c(. 

Afui-nr,  de  ann-a.  Tiene  dos  acepciones,  de!  tomar  arm¡ 
del  asentar  la  armazón  ó  armadija. 

Intrans.  Venirle  bien^  cual  cosa  armada  y  acomodada,  con  datr 
Jineta  p.  23:  Se  le  ponga  un  Freno...  el  que  mejor  le  armare.  Zami 
Moa.  mist.  pte.  7. 5.  Ana:  Unas  palabras,  que  aunque  pudo  ser 
fuesen  cortadas  para  olra^  arman  muy  bien  á  la  gloriosa  S.  Ana. 
•CorneL:  El  ejercicio  de  las  armfs,  aunque  arma  y  dice  bien  á  toi 
D.  Ví-üA  Disc.  sab,  dom,   1  cuQr.\  Como  (á  la  carne)  le  arme 
mal  la  cruz,  L,  Rueda  II,  114:  Que  bien  le  deben  de  armar  (los 
les).  Zamora  Mon.  mist,  pte  3,  ps.  86,  v.  4:  Esta  pintura,  aunqü? 
cortada  á  talle  ajeno,  arma  á  la  Virgen.  htót^Job.  33,26:    Ninj^urai 
cosa  le  cuadra  menos   que  ta  alíivei?  y  soberbia,  ni  le  arma  mejí 
que  la  modestia. 

Trflns.  Poner  á  otro  ías armas  ó  dárselas.  Mariana //,  £. 
Armó  sus  esc'avos,  que  eran  valientes  y  en  gran  número. 

Con,  ^RQuijo  son.  6:  Júpiter  que  dá  ia  pluvia  al  suelo  /  y 
con  rayos  la  tonante  mano.  Solis  H.  MeJ.  3,17:  Le  armaban  la  mi 
diestra  con  un  estoque  de  oro  y  pedernal. 

De.  Valb,  Bern.  S:  La  madre  más  piadosa  al  hijo  amado  / 
acero  le  arma  y  le  ocasiona  armado. 

En.  HtíRR.  2  ekg.  13:  Cual,  ardiendo  en  furor  de  Marte  mdi: 
/  arma  el  osado  pecho  en  duro  hierro  /  contra  el  estrecho  dci 
y  el  vecino. 

Aplícase  á  las  defensas  naturales  de  los  brutos.  B.  Aro£N5. 
Para  ver  acodar:  Ün  cabrón  /  ni  armó  la  frente  de  altivez  priroi 

Moraimenle.  HofEDA.  Crist.  3:  jAh!  que  es  de  solo  Dios  la  Ii 
Uieza  /  qwe  arma  nuestros  cobardes  corazones.  León  Princ: 
odiu  ú  si  la  envidia  arma  los  corazones  ajenos  contra  ¿1.  Viaje  pan 


r.DelutU  intiígnacuín   ;irni.iJ  ti  pecho.  Gran.  Simb,  5,  2,26:  Ar- 
■o&OTCífti  una  tan  grande  forlaíera,  que.  León  Brazo:  Armándotoa^ 
9  k&  miembros  del  demonio)  con  hierro  y  con  fuego. 

En  b  acgr'^  -  ri/m  metafórica,  coTicerlar  ías  pic?as  qiiecom-" 

Bfü  un  arteü.  ^  .,  v.^ponerlo  para  obrar  Qaij,  2j25:  Quiero  armar 

I  icUbto.  Id.  2,20;  Volvieron  á  armar  y  encajar  las  tablas  del  ca&- 

a.  bL  2,22:  No  fué  sobre  el  arnés,  sino  sobre  el  jubón  de  armar. 

,  ps.  P;  Cayeron  en  la  trampa  que  habían  armado  para  mf. 

fcSA  H.  E.  1 1,4;  Mandó  debajo  de  una  encina  le  armasen  una 

Lope  £/  mayor  ímpos.  3,4:  Un  hombre  embozado  /  con 

I  plftob  armada.  León  Poes.  2,  Georg.  I:  No  es  vedado  /  cercar 

valladarw  el  sembrado /ni  menos  el  armar  al  ave  engaño, 

Luar.  2:  Armaré  por  de  dentro  á  eslos  ratones  malditos.  Pers.  2, 1 2: 

Apear  de  todas  las  persuasiones  y  lazos  que  contra  su  honestidad 

kimiascn.  Saav.  Empr,  45:  Si  se  engañare  quien  le  armaba  ase-< 

rtaftti.  Mahiasa.  H.  £.  17,10:  Armaron  una  hoguera.  Saav.  EmprA 

*bn  las  torres  de  los  templos  arma  su  nido  la  cigüeña.  Tir»o 

:vtó.  1,1:  Mal  hemos  hecho  en  armar /  hoy  el  baile 

^.   ....,_ QaiJ.  1,48:  No  es  posible  que  esté  conlimio  el  arco 


En  particubr  aprestar  ta  nave.  Esp,  ingL:  En  lo  de  la  comodtdadl 

'X<      '       "J  galeota  armare  con  sola  mi  chusma  y   mis  «clavos. 

_Qb;  un  dineros  para  poder  armar  una  barca.  Id.:  Aderezó 

bergantín  de  quince  bancos  y  le  armó  de  buenas  boyas  moros  y 

r  crhlianos  griegos,  Mariana  H.  E.  18,5:  Mandó  hacer  gente 

tora  y  armar  por  cl  mar  para  pwr  entrambas  parles  dar  guerra 

l^irtügal.  Oviedo//.  Ind.  50,2">:  A  la  fama  del  cual  nuevo  descu- 

nk)  armaron  muchos  desde  aiiuesta  ciudad. 

Con  casi  todos  los  valores  del  transitivo.  Qaij.  1,2:  Se 

[de  ttRk»  armas.  Id.  2.53:  Ármese  luego  vuestra  señoría.  Saav. 

7:  Conozca  pues  el  príncipe  estas  artes,  ármese  contra  sus 

Los  celos  rompen  (oda  seguridad  y  recalo,  aun-J 

>s  pechos  enamorados.  G.  Atf,  1,1,2:  O  le  arme»' 

Re  ,-■.  parn.  1:  Ármate  de  tus  versos  luego,  y  ponte. 

.  p^  46:  Armcwc  una  gr.in  tempestad.  SiON-  S.  Jtron.  3,2: 

•    '"  armaba  de  allf  mayor  mal  que  al  principio  temía. 

^ri.  noche:  Qué  tanto  podrá  durar  el  edincio  que 


52 


se  annare  sobre  este  cimiento?  Herr.  Agr,  2,1:  Unas  (viñas)  9 
armadas  en  árboles...  Otras  hay  armadas  á  manera  de  parrales. 

En  Honduras,  hablando  de  las  bestias  mulares,  plantarse,  cor 
resistiéndose  á  caminar. 

Armado,  participio,  metaf.  por  prevenido. 

Armado  de  pies  á  cabeza,  metaf.  del  bien  prevenido. 

Armado  de  punta  en  blanco,  díjose  primero  dar  de  punta 
blanco,  por  dar  en  el  blanco  con  la  punta  ó  apuntando.  Guev.  í 
t.l,p.  175:  Diésedes  en  el  hito  de  punta  en  blanco.  Después  p 
exactamente,  enteramente.  Guev.  ep.  1. 1  p.  196:  De  punta  en  blan 
osar  desobedecer  al  rey.  En  fin  de  pies  á  cabeza,  armado  entérame 
te,  y  por  traslación,  sin  miramientos.  Cabr.  Mierc.  dom.  pas^  L 
blasfemos  y  perjuros  son  los  que  de  punta  en  blanco  arrojan  pied 
áDios.  Qaij.  1,1:  Venía  también  un  caballero  armado  de  punta 
blanco,  excepto  que  no  traía  morrión  ni  celada.  Mariana  H.  E.  16, 
Armó  el  rey  caballero  á  muchos  señores  y  nobles,  que  le  presentar 
delante  armados  de  todas  piezas  de  punta  en  blanco. 

Armado  de  todas  armas.  Quij.  2, 1 :  Armado  de  todas  arm 
desde  los  pies  á  la  cabeza. 

Armado  en  blanco,  de  punta  en  blanco.  Com.  Grieqo  Le 
104:  Viendo  al  rey  Minos,  que  andaba  entre  los  suyos  armado 
blanco,  enamoróse  mucho  del.  Valb.  Bern.  3:  Armado  en  blan 
con  plumajes  de  oro. 

Armado  hasta  los  dientes,  muy  bien  prevenido. 

Armar  barullo,  ruido,  encizañar,  ó  enredos. 

Armar  bronca,  camorra,  cisco,  gresca,  la  de  San  Quintín, 
gorda,  pendencia,  pleito,  ruido,  despertar  pendencia,  ruido,  ( 
cándalo. 

Armar  el  tenderete,  el  tinglado,  la  timba,  la  timbirimba,  p'i 
parar  el  puesto  donde  se  vende,  la  mesa  de  jugar  ó  comer,  el  soi 
brijo,  etc. 

Armar  fallona,  reñir.  Esteban./,  335:  Y  al  tiempo  que  tratal 
de  desagraviarme  y  de  armar  fullona. 

Armarla,  promover  riña  ó  alboroto,  ó  en  el  juego  hacer  trai 
pa,  encizañar. 

Armar  la  ballesta,  disponerla  para  acometer  con  denuedo  ( 
Mjguna  cosa. 


wm=^ 


20.  arma  casi. 


53 


Armar  la  de  Dios  es  Cristo,  trirulca,  alboroto. 
Armar  ia  gorda,  ana,..,  una  trifulca^  una  de  todos  los  demonios, 
I  doramuza  de  lodos  tos  diabros,  una  quesea  sonada,  como 
>r  bronca:  ó  un  cisco,  ttn  escalza  perros,  un  guirigay,  un  infíerno^ 
I  ianmuHo,  un  jollin»  un  lío,  un  tiberio,  un  zafarrancho. 
Armar  lazo,  :ancadiUa,  trampa,  Lk.  vidr.:  Armóles  et  Conde 
íjn.T  i-  r.-ttTióio5  debajo  de  su  jiirisdición.  Celest.  /  144:  Que 
I  le  >.  .11  un  lazo  con  que  Melibea  llore  cuanto  ahora  goza. 

Armarle,  tadlitarle  el  logro  de  algo. 

Armarte  caballero,  hacerle  cabaltero  con  sus  ceremonias,  cifién- 
b  espnc*"   Qtffj.    1,2:  Que  no  era  armado  caballero.   Id.  1,2: 
de  hacerse  armar  caballero. 
Armarle  to  zancadilla,  estorbarle  lo  que  desea,  ó  al   revés  para 
í  diga  ó  hafra  (o  que  queremos. 

Armarte  una  ailtbra,  cnreiTarle,  meterle  en  un  enredo,  ó  una 
í,  an  caramitlo,  an  frangotío,  un  lio. 

-' '^riíi,  que  se  vea  apurado. 

Ar  r,'fda,rii/rfo,  moveríc  á  ello,  moleslarle. 

Armarse  de,  disponerse  á  soportar  con  calma;  de  paciencia. 
Ar  ':•  ios  pies  á  ta  cabeza,  Fons.  V.  Cr,  píe.  3,  t.  1,  p.  3: 

iunfv;  ílc  los  piH  i  Li  cabera  con  armas  de  Dios. 
I  (odas  armas.  Qaij.    1,2:  Se  armó  de  todas  armas. 
Armársela,  armarle  zancadilla. 

Armarse  la  de  San  Quintín,  ia  gorda,  ta  algarada,  ana...,  una 
i  ífl*  diablos,  un  escalzaperros,  una  escaramuza,  una  ma- 
or.  an  jollín  de  mU  diablos,  triftitca,  riña. 
Armar  un  estruplcio,  hacerlo. 
Armar  un  zipizape,  alborotar,  escandalizar. 
Armar  zaragata,  charlar  sin  trin  ni  son,  enredar,  encizañar. 
tema  se  armó!  pctotera,  iriftiica. 
EÉíar  armada,  ser  inevitable  la  lucha,  guerra,  etc. 
th  armar  ana  cosa,  no  aprovechar,  no  convenir,  no  gustar. 
""     sta  qae  está  armado,  (En  et  tirar  de  la  ballesta  al  blanco.) 

.i7. 
Q^ita  la  armó  qae  la  desarme,  quien  hizo  el  cohombro,  que  se 
t  cnpie  al  hombro. 


54  Orioen  y  vida  del  tCNaÜÁIE 

Tenerle  armado.  Cacer.  ps.  26:  No  les  salió  !a  maldad  que  me- 
tenían  armada. 

Ya  se  armó  el  ajo,  el  baile,  el  lio,  el  tinglado,  la  bronca,  la  dan- 
za, la  gorda,  la  gresca,  de  lo  que  se  enreda  y  complica  gravemente- 
en  riñas  y  juergas. 

Ya  se  armó  el  tabanque,  el  tinglado,  de  los  mecanismos  que  se 
arman  presto  y  provisionalmente. 

Apmu-caiuoi*ra,  pendenciero. 

Alarma,  de  al  arma!,  it.  all'  arme!,  prov.  alarma,  fr.  alarme. 
Jarque  Orad.  5,  inv.  15,2:  Fué  tan  grande  su  corrimiento  y  el  cora- 
je que  cobraron  con  el  alarma  de  esta  exhortación,  que  revolviend* 
contra  los  romanos  vencedores,  los  desbarataron  con  gloriosa 
victoria. 

Alarm-ais  desde  el  siglo  XVIII  por  influjo  del  francés,  pero 
hace  juego  con  alarm-a  por  tocar  á  rebato.  Con  todo  ¿no  fuera  me- 
jor supiéramos  hablar  de  nuestra  cosecha  y  no  dejamos  guiar,  cual 
doírinos  imberbes,  de  los  franceses? 

Francés  es  por  incitar  á  tomar  las  armas,  asustar,  alterar  el  áni- 
mo en  bien  ó  en  mal  repentinamente  (Tom.  íriarte  Liter.  en  Coü- 
resma).  Lo  mismo  alarma,  que  solo  valió  en  castellano  señal  arre- 
batada para  tomar  las  armas  y  se  escribió  al  arma  ó  alarma. 

Apin-ada,  posv.  de  arm-ar.  Escuadra  en  son  de  guerra. 
Quij.  1,39:  Había  ganado  con  su  armada  la  famosa  isla  de  Chipre. 
Id.  1 ,39:  Con  la  armada  de  Venecia. 

Las  mangas  de  gente  en  la  caza.  Monter.  Alf.  /.  /,  c.  J3:  Que  los. 
alanos  que  han  de  estar  en  las  armadas....  porque  las  armadas  sor 
más  anchas  ó  más  luengas  las  unas  que  las  otras. 

En  la  Oerm.  la  flor  que  el  fullero  lleva  hecha  ó  armada  en  e^ 
naipe.  En  Argentina  forma  en  que  se  dispone  el  lazo  por  la  parte  de 
la  llapa,  al  tiempo  de  lanzarlo. 

Armad-ijo,  como  armadija.  Leos  Job  6,27:  Ordenar  trampa 
y  armadijo  donde  caiga. 

Metáf.  L.  Rueda  II,  49:  Sin  registralla  al  dueño  del  armadijo 
(mancebía). 

Apmad-ija,  de  armad-o,  trampa  que  se  arm-a  para  cazar. 
A.  Alv.  Siiv,  Mand.  1  c:  Escondamos  nuestras  redes  y  armadijas 
contra  el  inocente.  Mena  Coron,  f.  11:  Por  el  camino  del  infiem* 


«Di  entender  d  mundo,  que  csU  enla7^do   de  armadijaí  que 
^  para  allá.  L  Fern.  1 1 5:  Pues  esla  armadija  ¿qtié 
:/  -  . .  ^  [    ■.!  :■■-  lina  alabardj. 
Arm-aiKl-iJo,  irampa,  enredo  físico  ó  mora!  que  se  arm-a 
DDO.  TcRR.  FU.  mor.  8,5;  En  cayendo  abajo  los  maestros 
Idrl  hahían   hecha  cm|)ozar  á  Daniel).  Id.  24,7: 

|<^c  .--...        .  andijo,  fu r dado  en  falso? 

Ai*tDuiiil-ijUt  como  armandijo.  A.  Alv.  Silv.  Maná,  í  c: 
iTidijas  con  heso  de  paz.  L.  Fern.  145:  Sé  armar 

■.lili  ji  .,i.-  M  .;;  ■  J">. 

Ariiin4l-ill4i,  dimin.  de  armad-o.  Pequeño  animal  amen'ca- 
'  M,  Umbién  llamado  latú,  cubierto  de  conchas  que  cierra  y  abre  á 
aoera  \^'  '  fi.  Jnd.  4,38;  Por  la  defensa  que  tienen 

laeíkxwic.-   ius  y  desplegiindolas  como  quieren,  los 

I  Aman  arnndiUos 

\rmafl-llla,  en  ).i  Oerm.  to  que  da  para  que  juegue  uno 
:1o  arnuda  alguna  flor.  En  i^all  ai  madijo,  tazo,  trampa 

Ariiia-tlor,  tí  que  arma  6  avía  una  embarcación,  en  corso 


i:  iu,:ii-ért  y  aliitail-ia.    Tíabjzón  de  maderos  que  se 
34n  ya  para  tujartos  de  la  monuña,  donde  se  cortaron,  por  los 
[para  navegar.  A.  Aoiíst.  Oiat./of.  ÍO:  Ratítes,  a?es.  los  que 
^'-ras  ó  armadías.  Act.  Cort.  Arag.  pl.  26:  líem  de 
»■  de  fustas  niayore'i  dos  sueldos. 
En  Asturias  trampa  de  patitos  para  ratones,  ele. 
[A'    I    -  '      1%  marear,  del  ir  en  almadí-a.  Cabr.  p.  64:  Y  c»-' 
.  .e  y  lanzar  las  tripas.  Euq.  Salaz,  c.  36:  Y  comen- 
>  i  dar  d  alma  (que  eso  es  almadiar).  Valdükrama  ^/erc,  Dom. 
f^  hfi  hay  borrasca  (empeslnosa  y  deshecha  que  así  almadie ; 
,  como  ta  del  vino.  Cabr.  Sab.  /.*  c.  5:  Se  ven  almadiados,^ 
\  r  sin  reposo. 

Ai-ai-adui*a,  con}unto  de  armas  defensivas  que  se  vestían. 
1.18:  No  tubía  armadura   por  fuerte  y  encantada  que  Fue 
:  paTax  delante.  En  el  animal  lo  que  armazón,  y  lo  mtsmol 
I  y  o4ra5  cosas  que  se  arman,  los  palos,  etc.  que  las  forman. 
R.  Agr.  4,16;  Poniéndolas  (las  calabazas)  en  armaduras  como 


m^m^mm 


56  Orkjen  V  VIDA  DcL  lSoOat 

parras.  Cacer.  p$.  68:  Un  grande  ayunador  os  parecerá  hombre 
embalsamado  y  que  no  tiene  más  que  la  armadura.  Id.  p5.  31:A 
poner  en  los  huesos,  véome  apurado,  no  tengo  más  que  el  armadura. 

Ai*fn-Mnzn,  armadijo.  Recop.  1,  8,  7:  Ni  sean  osados  deles 
armar  (ó  ias  palomas)  con  redes  ni  lazos  ni  con  otra  armanza 
alguna. 

Apm-an«¡.'i,  en  Salamanca  el  esqueleto  ó  arma-dura,  que* 
éarse  en  las  armancias  estar  hecho  un  esqueleto. 

/\i-in-ar¡o  y  almario,  de  armarium,  erudito,  it.  armadlo, 
ant.  fr.  almaire,  armaire,  fr.  armoire,  prov.  arman.  La  /por  disimila- 
ción paraque  no  haya  dos  r.  Ovalle  H.  Chile  f.  363:  En  medio  de  la 
abundancia  de  madera  que  tienen  y  que  la  saben  labrar  muy  bien,  no 
tienen  mesas,  camas,  arcas  ni  otra  cosa  que  unos  armarios  muy  gran- 
des. Qaij.  1,4:  Almario  de  embustes.  BtRC.  Sac,  1 1  l:Que  estaba  al- 
eado siempre  en  el  armario. 

.-\i*»ia-l(»»te,  ingenio  para  armar  la  ballesta,  después  cual- 
quier cosa  armada  presto,  tosté  pronto.  J.  Pin.  Agr.  5,21:  Movien- 
do aquel  otro  molino  con  todos  sus  armatostes.  Sandov.  fí,  Fern. 
Magno  f.  4:  Porque  las  ballestas  de  aquel  tiempo  armábanse  con  un 
ingenio  que  llamaban  arinaíosle,  estribando  un  pié  en  el  arco,  de 
que  tomó  el  nombre. 

Metaf.  la  persona  que  nada  vale,  lo  que  estorba. 

Apm^-zóii.  Como  de  un  arma-lio,  arma-re,  en  el  sentido 
burlesco  de  acto  de  armar  caballero.  Qaij.  1 ,3:  La  vela  de  ias  armas  y 
la  armazón  de  caballería  que  esperaba.  De  arni-a,  aument.  -az-on,  en 
el  sentido  de  materiales  para  armar  algo,  de  donde  el  esqueleto  en  el 
hombre,  ó  su  equivalente  en  objetos,  que  sobre  a!go  armado,  ó 
su  armazón,  se  pone  lo  que  ha  de  aparecer,  como  la  quilla  y  costi- 
llas en  el  barco,  etc.  Ovalle  H.  Chite,  f.  99:  Poco  antes  hallaron 
una  canoa  con  el  armazón  y  cuadernas  de  estas  costillas.  Gran.  Simb. 
5,1,2:  La  primera  cosa  que  se  nos  ofrece  es  la  armazón  de  los 
huesos  de  todo  el  cuerpo. 

Armazón  de  huesos,  el  flaco. 

Ai*iii-ep4»,  el  que  cuida  de  las  armas,  las  hace  y  compone. 
Celest.f.  156:  Quien  sino  ella  puebla  los  cimenterios,  quién  dá  con- 
tinuo que  hacer  á  les  armeros? 

Apin-epia,  lugar  donde  se  guardan  armas,  generalmente  an- 


20.  armn  ciist. 


%7 


.  Quii.   1,49:  Pues  aun  hasta  hoy  día  se  veen  en  la  armería  de 
I  reyes. 

Arm-plln,  anillo  de  meíal  por  donde  entra  el  mástil  del  can-J 

Jú  o  ctTrojo.  Vaiderrama  Ejcrc.  Fer.  4  Dom.  t  cuar.:  Los  cerro-* 

ilorcTíJos  no  pueden  salir  délas  Armellas.  Cron.gral.f.  100:  Loa 

I  Henof  de  anillo»  í  líis  ínuñecas  Ue  armellas  de  oro.  O.  Alf.  2, 

'otra  sobrríiave  de  algunas    armellas,  y  candado.   Bardad. 

T-  vic.  1 29;  V  «luviérales  más  á  ciienlo  poneisc  dos  armellas  en 

Itoo  y  un  candido  de  golpe. 

Arm-tltn,  «i  la  Litera  de  Aragrin  abrazadera  de  hierro  para' 
ir.íur  H  f  iiipaímc  de  des  pie72s  de  madern. 
Ariaillo,  aliuiíln.  de  arm-a;  il.   y  prov.  armilUj  fr,  «irmi- 
iura  corta  inlerior,  escolada  por  todas  partes.  Díjose  por 

-"'T  que  solía  llevarse  bajo  (a  armadura.   QaiJ. 

iia  Je  bayeta  verde  .  Galaí.  3,  p.  39:  Almi- 
i¿e  Iritt.  Qucv.  Mas.  S,  rom.  48:  No  sé  M  es  alma,  si  almilla  /  éstt^ 
I  en  el  cuerpo;   /  que  si   aímílla,  no   milenta  /  y    si   es 
'  U  «icnio. 

Afiu-iÍM,  brazalete  ó  nunilía,  variante  de  armelh.  A-  AousT. 
L/  7:  Armil»  $on  como  brazaleles  ó  manillas. 
Annil-ar.  lo  compueslo  de  armtla.<i  C  círculos,  como  la  esfe- 
I  iríi:itar. 
l>o^-fti»innr,  quitar  las  arnws  ó  descomponer  lo  armado. 
7rt;,is.  Quij.  1 ,2  A!  cual  estaban  desarmando  l:is  tkmcellas.  Id.  2, 
Dciinno^e   Sj'u'ho.  j.  Pin.  Agr.  30,'2f>:  Héctor  se  topó  con  Pa- 
t  en  b  batathi  y  !c  maíó  y  le  deíia rmó  y  se  qiiedri  con  las  armas, 
[}om.  I  caar.  /  c,  5  3:  Desarmar  el  campo  t!c  Dios  y 
»  ...„  scffiQrd.   Víf,p.  2^tf:  Si  .iquel  borracho  I 
K  lime.  SoLis,  H.  Mej.  4,5:  Mandóle  con  gra- 

;  que  desarmase  la  gente,  deshiciese  la  armada.  J.  Pm.  Agr, 
DVh  no  nos  dejarme  de  311  gracia.  Mcnu.  Q,  Gran.  3: 
iini  V  rnbaron  la  guardia. 

'sc^ar  el  enojo,  la  cólera,  etc.  es  decir  quitarle  las  fuer- 
¿A»  mist.  ptc.  3  Coftccp.;  Vn  amar  de  veras  A  Dios 

irtai  1  r^ir»«i.   D.  VroA  Disc.  dom.  /:  Despoja  y  desarma 

iftQKia  t  .^ala,  Hoktt.ss.  Caar.f.  130:  Cutí   ota   razón 

ráeana^»  ffi*  enojos,  Galt.  cspañ.  j.  2:  En  armarle  á  (al  empre 


58  Origen  y  vida  del  lenqüaje 


/  de  íu  valor  te  desarmas.  Corn.  Cron.  1. 1,  1. 1,  c.  27:  El  media 
pues  de  desarmar  la  malicia  de  los  maldicientes  me  parece  á  mí  que 
sería  admitir  algunas  moderadas  posesiones  para  pasar  la  vida. 
NiEREMS.  Obr.  y  días  c.  24:  Desarmar  con  risa  una  injuria.  Zaba- 
LETA.  Día  f.  Estrado:  Esta  desarme  innumerables  venenos. 

Descomponer  algún  ingenio  armado.  Gran.  Orac.  pte.  2,  c.  5, 
§  17:  Y  después  queda  todo  el  reloj  desarmado,  y  para  tornar  á  con- 
certarlo, es  menester  trabajar  de  nuevo. 

Disparar  ima  arma.  Lis.  y  Ros.  5,1:  Avíseos  que  ninguno  de- 
sarme hasta  que  yo  comience  (disparar  la  ballesta). 

Reflex.  Soltarse  las  armas  ó  lo  armado,  ó  perder  las  fuerzas. 
Bañ.  Arg.  1 :  El  corazón  se  desarma  /  de  brio  y  denuedo.  D.  Vega. 
Lun.  Dom.  1:  No  se  desarma  ni  desenlaza  el  arnés.  Argote,  Moti- 
ter.  c.  25:  Armanse  para  los  osos  unas  trampas  de  un  ingenio  de 
saeta,  cebado  con  pasto,  que  en  llegan..1o...  se  desarma  el  ingenio  y 
le  atraviesa  el  cuerpo  la  saeta.  Calo.  Sitio  Breda  1 :  Mi  hermano,  i 
su  fortuna  agradecido  /  estaba  desarmándose  en  la  popa. 

l>4;sar*iu-ailo,  partic.  de  desarm-ar,  y  el  que  no  lleva  ar- 
mas. Gran.  Simb.  1,12:  Y  los  (animales)  desarmados  y  tímidos  tie- 
'  nen  astucia  y  lijereza.  Galat.  5,  p.  70:  Con  pecho  desarmado  me 
arrojé  por  medio  de  las  bárbaras  espadas.  Quij.  2,65:  Don  Quijote 
desarmado  y  de  camino. 

Itesariu-e,  desapm->»,  posv.  de  desarm-ar. 

Kn-arm-e,  posv.  de  en-arm-ar,  que  no  se  usa,  modo  de  ar- 
mar las  redes  de  pesquera. 

Apm-óii,  juego  delantero  de  la  cureña  de  campaña,  con  ú 
cual  se  forma  un  carruaje  de  cuatro  ruedas  y  se  separa  para  hacer 
fuego;  aument.  de  arm-a. 

Kii-ai*ia-oii-ai*Ne.  Bonito  y  propio  verbo  que  expresa  A 
levantarse  los  cuadrúpedos  sobre  sus  dos  pies  alzando  las  manos  al 
empinarse.  La  Academia  lo  trac  de  armas  la  cadera  ó  espalda  de  las 
bestias;  deriva  de  arm-ón.  A.  Alv.  SUv.  Dom,  4  adv.  4  c.§  4:  Como 
el  Roldan  ó  el  Cid  de  tapiz,  que  muy  feroz  esgrimiendo  la  espada 
puesto  en  su  Babieca  qne  le  tiene  enarmonado,  las  manos  altas  y  pies 
restribados,  haciendo  asomo  á  la  carrera.  Id.  Dom,  4  caar.  1  c.§2r 
Cuando  les  viéremos  enarmonados,  metidos  en  cólera.  Valderram* 
Ej.  Sab.  3  dom.  cuan:  Hizo  que  de  repente  Baliesen  dos  caballoft> 


,  los  cuales  se  cnannonaron  y  comenzaron  Á  hacer  gran- 

Id.  Fer^  6  dom.  í  asar.:  No<Jc  el  caballo  algún  cor- 

nonc.  Lt^H  Job.  vcrs.:  Entona  /  la  voz  contra  ti  so- 

,  por  cl  suelo  /  ilerroca  h  cerviz  que  ¿;:  enarmona.  Vai  de- 

m.  4  dom.  Citara  Y  si  lo  detiene,  relinclia  y  se  enarmona 

i  qoc  se  vr  rn  U  batalla. 

Trans.  Alzar  en  alto.  Alv.  Oom.  Cant.  8,  oci.  23:  Los  Layos  y 
tque  Niño  enarmona  (estáUius), 

Armon-ixJir,  verbo  modemo  írancés,  uiiie  cabe  por  compo- 
■  'i  músiCA,  como  vocablo  técnico;  lo  demás  es  pm- 
i)  necesarias. 
Itinia,  en  la  acepción  de  iiion1<^n  viene  del  antiguo  alemán 
'fjcó  sene,  número,  como  enani.  saj.  an-nm  sin  nú- 
-.1  número.  En  medio  alemán  es  donde  aparece  nsn  con 
iKTpocin  de  verso  y  rima  en  cJ  verso;  antes  dijosc  el  verso  romo 
al.,  ags.  word,  norso  oráh.  Infliiyrt  en  esla  acepción   e!  la- 
flhmuSt  vertus  rhythmicus.  Hasta  el  s.  XVIII  se  halla  en  ale- 
,  ptim  por  vereo,  Rund-reim,   Kehr-rcim.  En  med.  al.  por  ri- 
)r  úetíA  rime  t>indenp  después  en  al.  reimen,  y  por  Reim  de- 
Ios  Mcisíen^ínger  Gtbúfíde.  El  medio  inglés  rínií,  ingl,  rhyme 
c!  francci  antiguo  y  moderno  rime,  que,  como  cl  il.  rima,  ¡irov. 
ost  rima,  siempre  en  el  setilido  de  consonante  en  el  verso, 
del  medio  alemán  y  faiín,  como  queda  dicho.  Por  montón 
es  antií^o  rima  en  España,  del  antiguo  alemiln;   por 
nie  vino   de   Francia  y  es  erudito.   J.  Pin.  Agr.   31,>i1:  La 
>  rima  «quiere  dedr  en  nuestra  tierra  el  montón  de  las  ropas 
"-n  Us  labradoras  unas  sobre  otras  muy  compties- 
.u  en  ia  espetera  tienen   los  instruiucníos  de  la  co- 
^  kl  26,5:  Para  infamar  la  m4s  afamada  pieza  que  Dios  tiene 
I  rima  y  ajuares.  Id.  23,13:  Hasta  decir  Peno  ei  df  Pl;iiito  que 

I  de  U$3"" iiicriles  es  su  gritería.  A,  Alv.  SHv,  S.  Andr. 

fe.  §  2:  Ei  el.  na  copiosísima  llena  de  ajuares  de  todo  valor. 

0.  A(f.  1,1,2:  Tenia  puestos  en  rima  unos  colchones.  Lis.  y  Ros. 

!  que  (enía  llena  de  Decretos  y  Baldos  y  de  Scotos  y 

,  -   js  libros, 

Mo  ooflhindir  cl  rima  por  rendija,  que  es  puro  latín,  con  esta 
,  COBO  k)  hace  cl  Dicioaario  de  autoridades,  que  no  trac  nfn* 


guna  de  la  rima  española,  pues  solo  es  el  rima  lafino  el  que  trae  de 
la  Mosquea  (c.  1,  oct.  24):  Los  escondrijos,  rimas  y  rincones  /de 
aquella  sima  averiguar  se  ofrecen.  Ni  el  rimar  por  buscar  es  espa- 
ñol, aunque  lo  use  Lope  (Dorot.  f.  1 59),  sino  puro  latín. 

Por  verso  y  consonante  ó  asonante.  Wiaj.  parn.  3:  Lo  que  can- 
tan tus  rimas.  De  aqui  rim-ar  los  versos  por  consonantar  ó  asonan- 
tar,  como  intransitivo,  rima  un  verso  con  otro. 

Hacer  rima.  J.  Pin.  Agr.  30,24:  Adonde  llegarían  sus  mentiras, 
si  dellas  se  hiciese  rima. 

Ríin-epo,  de  rím-a  con  su  mismo  valor.  Qaij.  1,6:  Y  hacer 
un  rimero  dellos  (de  los  libros).  Id.  2,20:  Había  un  rimero  de 
pan  blanquísimo,  como  los  suele  haber  de  montones  de  trigo  en  las 
eras.  IJ.  2,23:  Haciendo  della  (la  cuerda)  una  rosca  ó  rimero.  Abx. 
1734:  Quando  fué  allegado  fizo  un  grant  rimero. 

A-ppim-ap.  Formar  una  rim-a  de  cosas  allegando,  de  donde 
allegar,  poner  junto  i,  apoyarse.  Cuervo  por  no  haber  dado  en  li 
verdadera  etimología  trastrocó  el  orden  de  las  acepciones.  Latinizad» 
en  Berceo  (S-  M.  210):  Pero  non  adrimaban  seso  nin  sapiencia. 

Trans.  Allegar  añadiendo,  formando  número  ó  rima.  Zamora 
Mon.  mist  pte.  3  Rosar.:  Dos  lugares  arrima  á  esto  el  Santo  bien 
curiosos.  J.  Pin.  Agr.  2,4:  A  lo  cual  arrimemos  una  ley  de  nuestras 
partidas.  Id.  5,36:  A  esto  de  Pausanias  arrimaremos  que  dice  Demós- 
tenes  haber  sido  juzgados.  Mariana  H,  E.  18,15:  Arrimáronles  los 
arzobispos  de  Toledo  y  de  Santiago.  Siou.  S.  Jeron.  5,2:  Siempre 
arrima  estas  obligaciones  al  oficio  y  al  estado  como  nativas  y  como 
esenciales. 

Allegar  ó  acercar  en  general,  sin  tener  cuenta  con  la  idea  de 
montón.  Coloma  G.  Fl.  3:  La  propia  corriente  le  arrimó  á  unos 
matorrales.  Makiana  H.  E.  2,9:  Arrimó  sus  ingenios  á  la  ciudad,  á 
cuyos  golpes  derribó  por  el  suelo  tres  torres.  Ohreg.  3,7:  Y  arrimán- 
dolo á  un  madero  de  la  escalera.  Num,  4:  Arrima  pues,  ó  Mario, 
alguna  escala/á  la  muralla.  Quij.  1,41:  Quitándola  del  mfo,  la 
arrimó  á  su  pecho. 

Apoyar  poniendo  junto  á.  Mariana  H.  E.  8,1:  La  capilla  del 
ermitaño  Juan,  aumentada  y  ensanchada  con  nuevos  edifícios  que  le 
arrimaron.  Moreto  Val.  just.  3,13:  En  el  brocal  desfe  pozo  ./que 
está  arrimado  á  este  templo. 


20.  arrimar. 


6t 


\$íl«tijf.  Pfrs.    1 ,1 :  No  por  eslo  ha  dejado  Arnaldo  de  entretener 

con  dudosas  imaginaciones,  arrimándolas  ¿  Ea  varia- 

I  iij  US  ;:L-mp<»  y  á  la  mudable  condición  de  las  nnijercs. 

Dejar  i  un  lado,  apartar,   del   poner  junto  á  otra  cosa.  Saav. 

r.  9:  Animó  el  cciro  y  puso  ta  mano  en  el  arado.  Monc.  Exp, 

;  cansaron  de  su  gobierno  y  le  arrimaron.  Quev.  Mas.  6  rom. 

^'Bcsranlc,  como  al  jarro/ borracho  bebedor  besa,/que  en  con- 

\o  arrima  /ó  en  algún  rincón  le  cuelga.  Qr;^n.  Mem.  2,2r 

de  conquistada  la  tierra  arrimaron  sus  lanzas  y  dejaron  las 

SocB  H.  Me/,  2,20:  Le  intimaíoii  que  arrínsasc  el  bastón  de 

J.  Lope  Rosar.  J¡,  5SA:  Sí  la  vara  no  arrimáis. 

Alribujr,  imputar.  Makiana  H.  E,  5,J3:  A  otros  {dió  la  mt4erte) 

fl&ttmoaios  que  les  levantaban  y  calumnias  que  les  arrimaban. 

G-  Catat.  3:  Esíe  fué  el  primer  motivo  para  nombrarle;  des- 

^fMO,  viéndole  bien  recibido,  fueron  con  ingenio  arrimándole  otras 

iidcraciancs  de  gran  pcfio. 

ffífiex.  Allegarse  añadiendo.   Lazar.  7:  Yo  determiné  de  arri^ 

i  los  biKiKis,  McNO.  G.  Oran.  4:  Stempre  fueron  émulos  de 

aqueiU  ciudad,  y  aun  cabezas,  á  quien  se  arrimaban  otras  muchas  de 

Hil  Andalucía.  Mariana  H.  E.    6,4:  Se  arrimó  á  Sisenando  y  siguió 

^■■pirtiiio.  QuiJ.  2,44:  Cuando  por  sí  solas  (las  novelas)  sin  arri- 

^HBix  á  las  locuras  de  Don  Quijute  ni  á  las  sandeces  de  Sancho 

■licran  a  \üi. 

Allegarle  en  general.  Gatat.  6:  Acabada  esta  ceremonia,  el 

cáoo  Tdrsio  se  arrimó  á  un  subido  ciprcí.  Gitan.:  Todas  tres  se 

I  i  im  rincón  de  la  sala.  Pers.  2,11:  Impeliólos  remos  con 

fuerza,  que  llegó  i  igualarse  el  Ínteres  con  el  Amor,  y  arriman- 

i  UD  costado,  le  hizo  pedazos  todos  los  rcruos  de  !a  diestra 

1.  Qaij.  2,60:  Yendo   A  arrimarse  ¿  un  arboí.  Valpkrrama 

r.  /%r.  5  ctJtiz.:  Dan  ratichas  interpretaciones  los  doctores,  una 

i  que  atas  se  ajriman  al  texto. 

Mp'»r»r»í  estribar.  MoRtrtí  Valjust.  2,4:  l*orque  se  enlace  con 

ra  que  se  le  arrima.  Adj.  Parn.:  No  he  visto  yo  hiedra  tan 

icaitcu^^  '  desde  el  pié  de  la  muralla,  donde  se  arrima,  ha&ta 

Itealocrii.^  w...ji>drr..*  Si  acaso  la  muerte  ú  otro  accidente  de  forlu- 

idcrriba  d  árbol  donde  se  arriman,  luego  ic  descubre  y  manifíes- 

I  tan  poco  valor. 


62  Origen  y  vida  del  lenouajc 


A.  Am.  lib.:  Vendóse  una  pierna  estrechamente  y  arrimándose 
á  dos  muletas,  se  convirtió  en  un  pobre  tullido.  Quij.  2,52:  Pusié- 
ronle en  las  manos  una  lanza,  á  la  cual  se  arrimó  para  poder  tener- 
se en  pié. 

En.  Puente  Med.  3,15:  Si  no  han  menester  báculo,  que  no  usen 
de  él,  ó  si  llevaren  báculo  en  que  arrimarse  por  flaqueza. 

Sobre.  Quij.  2,47:  Oyendo  esto  Sancho,  se  arrimó  sobre  el  e^ 
paldar  de  la  silla. 

Metaf.  Buscar  apoyo  moral.  Galat.  2:  Arrimóse  el  amor  á  la  e»> 
peranza  /  cual  vid  al  olmo.  Id.  3:  Arrimado  á  mi  fé  y  al  valor  tuyo. 
Obreg.  2,5:  Determiné  de  arrimarme  á  algún  favor  poderoso,  eit 
cuya  sombra  pudiera  descansar.  Qaij.  2,32:  Yo  me  he  arrimado  i. 
buen  señor,  y  ha  muchos  meses  que  ando  en  su  compañía.  A.  Alv. 
Silv.  Dedic:  Van  arrimadas  (las  consideraciones)  á  los  dichos  y  he- 
chos del  Redentor. 

Recurrir  á,  como  buscando  apoyo.  Valdés  Dial,  leng.:  Vése  en 
esas  palabras  y  otras  tales,  que  algunos  toman  á  qué  arrimarse 
cuando  están  hablando,  no  les  viene  á  la  memoria  el  vocablo  tan 
presto  como  sería  menester;  y  asf  unos  hay  que  se  arriman  á  e/i/en- 
déisme?....  Otros  hay  que  por  la  mesma  razón  se  arriman  é.  No  sé 
si  me  entendéis.  Stou.  S,Jer.  3,5:  Arrímanse  los  herejes  á  algunas 
de  estas  maneras  de  decir,  cuando  son  confusas,  y  que  se  pueden 
tomar  en  un  modo  y  en  otro.  Lazar.  1,  p.  11:  Arrimábase  A  este 
refrán:  más  dá  el  duro  que  el  desnudo. 

Confiarse.  Tr.  Arg.  2:  Porque  un  pecho  cristiano  que  se  arrima 
/  á  Cristo,  en  poco  estima  hechicerías.  Avila  Audi.  54:  Que  no 
nos  arrimemos  á  nuestra  prudencia.  Gran.  Imit.  3,8:  No  es  bien 
arrimarse  demasiadamente  á  esta  afección,  porque  se  puede  mudar 
presto  en  contrarío. 

Inclinarse  moralmente.  Erc.  Arauc.  15:  Por  ir  ala  verdad  tan 
arrimado.  Pers.  2,7:  Arrimándose  al  parecer  de  los  que  dicen. 
Cacer.  ps.  93:  En  duda  lo  mejor  será  arrimarse  siempre  á  la  justicia: 
no  salir  un  punto  del  camino  derecho,  Pedro  Urd.  1:  De  arrimarme 
á  la  ley  en  cuanto  pueda.  Torr.  Fíl.  mor.  8,3:  Cobra  fama  de  arri- 
mado en  demasía  á  su  juicio.  Rivad.  S.  Ign.  5,1:  Arrimados  i 
su  parecer. 

Arrimar  candela,  p^^ar,  apalear,  ó  leña. 


20.  arrimar. 


63 


Arrimar  el  ascua  á  sa  sardina,  mirar  por  solo  su  interés  en 

Attnmtr  ti  i>uí.ihv¡,  pegarle  con  él. 

Arrimar  d  hombro,  ayudar  al  trabajo.  Saav.  Empr.  71:  Caen 
rs,  cuantío  el  sucesor  no  les  arrima  el  hombro. 

lAiiihién  trabajar  mucho,  ceder  en  lo  inevifabíe. 

Arrimar  la  espuela,  cíe,  p'Knr.  G.Al/.  1,J,3:  Arrimáronme  el 
y  torcímc  á  ta  parle  que  picaba.  Quij.  2,\A:  Arrimó  reda- 
!  Us  espuelas  i  las  trasijadas  ijadas  de  rocinante.  Arauc,  22: 
in  los  cabanc-s  desbocados  '  arrimándoles  hierro  á  los  costados. 
las  piernas  aí  caballo,  aguij-indole.  Arauc.  23:  Arri- 
>  la»  picRuis  al  caballo  /  á  más  correr  salí  en  su  seguimiento. 

Arrimar  la  testuz  ú  la  coyunda,  ceder. 

Arrimar  teña  at/aego,  agravar  al^ío  incitando,  aconsejando. 

Arrimarst  á.  buscar  su  favor. 

Arriíaarse  al  sol  gae  más  calienta,  buscar  la  amistad  ó  amparo 

i)Ue  en  tales  ó  cuales  ca-^os  puede  vaEerle,  sin   mas  considera- 

Do  qaiera  que  me  arrimare,  aconiézame  otro  tale.  c.  294. 
El  que  ú  baen  árbol  se  arrima,  buena  sombra  le  cobija.  Quij. 
M  y  I  proi 
An*lni-a«lo.  partic,  corno  susl.  el  pariente  cercano. 
En  ta  Utrra  de  Arsgón  hombre  encogido,  vergonzoso. 
Arrimado  á  la  cola,  bruto,  insolente,  ó  arrimado  atrás. 
Vífíf  arrimado,  amancebado. 

Arrtni-u,  posv.  de  arríni'ar  y  equivale  á  apoyo,  sobre  todo 
Qaij.  2,10:   Don   Quijote  se  quedrt  á  caballo  descansando 
:  k»  csinbos  y  sobre  el  airimo  de  su  tanza.  Berruez.^  Amenid. 
:  Can  sus  tiois  puertas  de  hierro  que  le  cierran,  y  al  arrimo  de 
un  fuerte  mbo  de  argamasatia  canierin.  Qutj.  1,33:  Pues 
■luslesita  sobre  los  débiles  arrimas  de  su  flaca  naturaleza. 
Deiadmc  Itegar....  al  arrimo  de  quien   no  me  han  podido 
importuitadoncs.  Id.  2,25:  Arrimo  de  fos  que  van 
.75.  ].  Pin.  Agr.   17,18:  No  f.ittan  buenos 

.  V  ...  , ij.  D.  Vni,\  Disc.  Fer.  6  dom.  I  cuar.:  No 

I  Gar  en  arrimo»  de  hombres  y  de  principes  <í"e  no  son  se- 
Tr.  Arg.  4:  Y  no  sabes  también  que  aquel  arrimo/con  que  el 


64  Origen  y  vida  del  lenóújijé 


cristiano  se  levanta  al  cielo  /  es  la  cruz  y  pasión  de  Jesucristo?.  /Vrí- 
2,7;  El  amor  ni  nace  ni  puede  crecer,  si  no  es  al  arrimo  de  la  espe» 
ranza.  A.  Alv.  5/7v.  ProL:  Salvo  hacer  arrimos  y  apoyos  á  los  peca- 
dos. J.  Pin.  Agr,  2,34:  Porque  Orígenes  pensó  tener  arrimo  en  lo 
que  dice  el  Eclesíastes.  Selvag.  121:  Sin  algún  arrimo  de  pariente^ 

Dícese  también  arrimo  el  amante  y  el  amancebamiento;  en  Hon- 
duras, arrimos,  los  accesorios  del  aparejo. 

AI  arrimo  de,  favorecido  de. 

No  tener  arrimos,  favor,  ayuda. 

Un  buen  arrimo,  que  ayuda  al  provecho. 

Art*im-e,  posv.  de  arrim-ar,  en  el  juego  de  bochas  el  sitio 
más  arrimado  al  boliche  ó  bolín,  que  se  procura  conseguir  tirando 
hacia  él  con  liento  la  bocha  ó  bola  regular. 

Arpim-atlepo,  el  zócalo  con  escaño  pegado  áél  en  come- 
dores, pasillos.  El  poste,  palo  grueso,  etc.,  en  que  se  estriba  ó  arrima. 
Pic.Just.  f.  44:  El  arca  de  la  cebada  esté  siempre  alta  y  firme,  y  no 
haya  junto  á  ella  banco,  escabel,  estribadero  ú  arrimadero. 

Arrím-atl-ixo,  como  arrim-o.  Oran.  Simb.  pte.  2.  e.  I7t 
Comenzó  á  poner  arrimadizos  á  su  iglesia  que  bambaleaba. 

Dícese  del  pegadizo,  que  se  arrima  á  uno  por  desfrutarlo. 

Arpím-ad-illo,  estera  ó  friso  en  los  estrados,  clavado  i 
la  pared. 

ArpÍm-ón,  arrim-arse  dejándose  caer  de  golpe  á  un  lado 
¡unto  á  algo.  Hacer  el  arrimón  es  arrimarse  para  descansar,  como 
los  que  llevan  los  gigantones.  Q.  Benav.  II,  1 94:  De  empinar  d 
jarro  /  hacen  arrimón. 

Hacer  el  arrimón,  ir  el  borracho  ó  los  gigantones  arrimándose 
á  las  paredes. 

Des-appimap.  De  arrimar.  Trans.  apartarlo  arrimado. 
Q.  Benav.  If,  295:  Desarrimen  los  gigantes  /  y  con  tiento  cárguenlos. 
Lope  Entrem.  Muest  carr.  U,  335  (es  del  mismo  Quiñones);  Desa- 
rrimen los  gigantes.  Guev.  Doctr.  relig.  36:  Has  de  estar  en  el  coro 
desarrimado  el  cuerpo,  juntos  los  pies,  cogidas  las  manos  y  bajos 
los  ojos. 

De,  Euo.  Salaz.  5a/.  esp.  2,223:  Arrimaba  las  espaldas  á  una 
pared...  sin  que  le  desarrimasen  de  la  pared. 

Metáfor.  Apartar  de  una  opinión.  Mañero  /V^.  ¿  5:  Por  que 


¿i.  ars. 


b5 


i  mis  tadl  i  tos  apó$lolcs..,  recabar  de  Io<i  gentiles  ia  absíinen- 
Lque  dcsarrtnur  Á  los  judíos  de  su  lema, 
ffr/fex.   Apartarse   de  la  rima  ó  compañía,  ó  sencillamente  de 
de  estaba  aninudo.  Zaüaleta  Dia  f.  p.  I,  c.  2:  Allí   [a   parte  de 
|arífiana  que  se  deurrtmó  del  cuerpo^  la  prenden  por  íncorrcgíbrc. 
Mtíúfor.  Apartarse  de  una  opinión  ó  de  un  afecto.  Cascal.  TabL 
i.  p.  239:  Bien  tiene  el  poeta  licencia  de  desarrimarse  de  la  fábu- 
ípua  mayor  omamenfo  suyo.  Avila  AadL  38:  El  arrimo  que  pone-  ' 
ten  él  ha  de  ser  desarrimándonos  de  nosotros.  S.  J.  Cruz  MonL 
2,17:  Si  el  alma  quisiese  siempre  asirse  á  ellas  y  no  desarri- 
!  de  días,  nunca  dejaría  de  ser  pequeñiielo  niño,   Palma    Vid, 
Palma p.  t\'.  Cusn  desarrimado  estaba  de  si   mismo  para  no 
'é^ileccr  y  aer. 

D«mnrHfii-<>*posv.  de  desarrim-ar.  Davil.  Pas.  L  5,  est  t.  c. 
,áec.  4:  Con  qur  un  bra/o  y  oEro  brajto  /  iuz^a  al  subir  sin  arrimo, 
f «  d  brio  es  desarrimo  /  y  en  la  cruz  parece  abrazo. 

21.    Adaptar,   juntar»  ajuslar  es  áf)-TJ-ci>,  derivado  de  ¿p-rj-;   ó 

ajuste,  propiamente  lo  cogido  ó  allegado,  el  ara-ta  ó  el 

'^  dd  ctt&keía»  en  tat.  ar-tus  miembro  que  est^  ajustado,  dimi< 

arfi<atus  artículo  ó  artejo,  artical-are  ariicular,  y  ar-fas 

apretado,  aria-re  apretar,  en  lii.  arty-mas  cerca,  artin-U 

,  acercar,  irl.  alt,  plur.  aUt  iiinclura,  godo  ti-thus  miembro; 

mtetnbrD  y  ailejo,  ¿pep-ni  artritis,  gota,   dpepi-ti*  ajustar, 


Del  a/ostir  y  convenir  pudo  decirse  «p-e-n^  la  virtud,  apr:á*w 
ir,  *er  dichoso,  xend,  areta  perfecio,  ere-ike  recliiud.  Véase, 
^CDmo  articulo  y  artejo,  qtie  vienen  de  ariicuítts,  pudieran 
!  por  el  arta  cogido,  en  cuskcra:  arttKiiias  se  dijo  prime*, 
t,  como  mam-putas  de  manu-patus, 

-cctsamenle,  enseguida,  hace   un  momento,   es   ¿p-T;, 
-uvu  ahn"   ■'•--■•'-.z'.  desde  ahora,  ¿tíív  ápr.  enseguida  que, 
f*->  preparar, .  ,  .  >  á-r.-^í  ajustado,  conforme,  su  adverbio 

en  HL  aríi  junto  á,  ar-ty-tnas  junio.  El  sufijo  -zi  es  el  -tí, 
'vale  al  cuskaro  ar-te^ar-tia  espacio,  .cntre^ 
,         „    ficar  eí  atiaear,  el  allegarse  junto  á  y  en  nie-Í 
>  pui  arreglar,  adapUr.  Y  aquí  viene  el  ürli-&  O  ar-s  Ul\- 


66 


no  y  el  castellano  arte  y  art-ero  adjetivo,  que  más  suena  á  eusken 
que  á  lalín.  In-ers  inerte,  inhábil,  soll-ers  con  arte  entero,  sollerti-a 
solercia,  arti-fex  artífice,  arti-fic-iam.  En  skt.  r-ti  equivale  á  ar-tis 
ars,  vale  ida,  de  r,  nra  ir  á,  llegarse  á,  llegar,  alcanzar,  y  por  lo  mis- 
mo logro,  buena  suerte,  camino  y  conducta,  y  r-té  prep.  adv.  más 
alia,  excepto.  En  una  palabra,  el  ar-te  euskérico,  ó  acción  de  ar. 
En  skt.  r-/esin  (vacío)  es  ciertamente  el  ar-te,  intervalo. 

El  vocablo  arte,  que  solo  significa  ajustar,  ajuntar,  es  decir  alle- 
gar dos  cosas,  encierra  la  quinta  esencia,  el  principio  de  las  artes 
todas,  mejor  dicho  de  la  cultura  y  de  la  ciencia.  No  hay  principio  más 
fecundo  que  el  de)  cotejar,  comparar  ideas  y  en  lo  físico  el  de  ape- 
gar y  componer.  Todos  los  artefactos  é  ingenios,  máquinas  y  herra- 
mientas cuelgan  de  esto,  y  todas  las  artes  bellas  y  las  ciencias  ni  más 
ni  menos.  Por  eso  tienen  la  misma  etimología  la  armonía,  la  rima  y 
el  número  en  griego.  La  ciencia  moderna  ha  tomado  tan  grandes 
vuelos  del  comparar,  la  lingüística  comparada  remeda  el  procedí- 
miento  que  siguen  todas  las  investigaciones.  La  unión  hace  realmente 
la  fuerza  en  todas  los  órdenes.  La  música  moderna,  desconocídt 
en  los  pasados  siglos,  no  es  más  que  un  casar  en  un  todo  varías 
melodías  sueltas,  un  ajuste,  un  arte.  La  maquinaría  toda  redúcese  i 
coyunturas  ó  articulaciones,  á  ar-tus,  al  engarce  de  piezas.  El  orga- 
nismo humano  no  es  otra  cosa,  y  toda  máquina  es  un  remedo  dd 
organismo.  No  extrañemos,  pues,  oir  hoy  en  día  de  organismos  y  de 
organizar  en  todos  sentidos.  En  la  inteligencia  el  pensamiento  se 
ciíie  á  atar  cabos,  á  cotejar,  com-parar,  poner  ideas  con  ideas:  eso 
es  el  discurrir,  un  organizar  lógicamente  ideas,  lo  que  en  la  materia 
es  con-sfruir,  ó  amontonar  cosas.  La  química  enseña  cómo  unos 
cuantos  cuerpos  simples  con  solo  con-struirse,  armonizarse,  casarse, 
dan  lainñnidad  de  cuerpos  del  universo.  La  física  declara  cómo  dd 
combinarse  y  armonizarse  las  energías  de  los  cuerpos  resultan  los 
fenómenos  todos  de  la  naturaleza.  Tal  es  en  cifra  e!  valor  de  esta 
raíz  ara  allaear,  allegar,  adaptar,  juntar,  ajustar,  engarzar,  casar,  y 
el  adelanto  del  arte,  de  la  industria,  de  la  ciencia,  pende  del  juntar  y 
casar:  el  casorio  es  ta  fuente  de  la  fecundidad. 

22.     .\rte.  Se  han  encontrado  el  arte{m)  latino  y  el  arte  eu9- 
Jréi-jco  por  su  parecido.  El  latino  es  erudito  y  vino  con  la  filosofia  y 


32.  arte. 


67 


HtoA.cs  U  facultad  y  tí  libro  que  prescriben   reglas  para  hacer 
H^dc donde  el  primor  y  perfección  en  ta  obra  hecha.  Ademases 
toéooftcio  de  manos,  y  anliguamente  el  estudio  de  la  meiafisica  y 
Isca.  hs  artes. 
I  ,  «.-.-i^ón  vulgar  propia  es  la  de  medio  y   tnaña  ó  habilidadj 
jJo  ó  manera:  es  más  eiiskcrica  que  latina. 
|tii  la  primera  acepción,  como  facultad.  Oran,  Simb,  1,24:  En 
'o  tntiu  el  arte  á  la  naturaleza  en  cuanto  le  ts  posible, 
"dono  puede.  QuiJ.  l»48:  Kl  arte  y   regias,  pof  donde 
guiax^c  Id.  2,16:  El  arte  no  se  aventaja  á  la  naturaieza, 
lU. 
^primor.  Sous  H,  MeJ,  3J0:  El  collar  era  de  unas  conchas 
9,  de  gran  prcdo  en  aquella  tierra,  dispuestas  y  engajadas 
I  bl  arte,  que  de  cada  una  de  etlas  pendían. 
[Por  oficio  mantial.  Qaij.  1,25:  Cuando  algún  pintor  quiere  salir 
i  en  su  arte.  Id.  1 ,37:  Esta  arle  y  ejercicio  de  la  caballería.   Id, 
9:  CfcrcJtando  el  arte  de  la  mercancía, 

r  ciencia  ftsica  y   metafísica  y  letras.  QuiJ.  1,7:  Porque  sabe 

[artes  y  letras  (el  encantador)  que  tengo  de  venir,  andando 

Id.  1,23:  A  fé  que  debe  de  ser  razonable  poeta,  o  yo  sé 

\  ád  arte.  td.  1,30:  El  arte  mágica.  Id.  2,7:  De  las  buenas  y  tibe- 

íirta. 

I  Por  medio,  maña.   Qd.  574:  El  ñzo  un  arl  e  non  lu  de  tardaua 

1  púa).  Qui¡.  2,1  ó:  Oue  si  él  hallara  arte,  modo  ó  manera,  co- 

^deeocantar  á  su  señora. 

'SK>do,  manera.  QaiJ.  1,18:  Llegóse  á  ¿I  y  hallóle  de  muy 
i  (bchdo). 
^^eluntk  arte,  y  pasarás  adelante,  c.  64. 
Áprehtr: '-  -  -  ,7r/í,  i  irás  adelante.  {Qxyxt  esludiandu  con  arte 
:ha  y  aprende  mucho  mis.)  c.  6'1. 
p/wr  arte^  irás  adelante.  Oalindo,  551. 
I  y  maña,  de  donde  artimaña.  D.  Veoa.  Paráis.  Canc:  Mis 
'  lanar  por  arte  y  maAa,  que  no  por  fuerza  de  armas. 
I  arte  y  con  engaño,  se  vive  la  mitad  del  año,  y  con  engallo 
^  te  »Í9c  ta  otra  parte,  Ó  se  vive  e¡  medio  año,  ó  se  pasa. 
SU 
Üí  Qík  que,  de  modo  que.  J.  P¡s.  Agr,  17,2;  Los  umsieivift 


68 


en  sus  operaciones,  de  arte  que  se  llevan  bien  unos  con  otros.  S. ' 
Perf.  4:  Más  aprieta  el  demonio,  de  arte  que  no  dá  á  eso  lu 
León  Cas.  Introd.:  De  arte  que  el  estado  de  los  casados  es  esl 
noble  y  santo. 

Del  arte,  de  la  misma  profesión  ú  oficio. 

Del  arte  taurino,  de  las  mujeres  de  mal  vivir. 

En  todas  las  artes  hay  engaño,  sino  en  el  que  vende  la  es\ 
por  cerro,  y  el  vinagre  por  vino,  y  el  gato  por  liebre,  (Razones 
ironía.)  c.  121. 

Haz  arte,  y  caberte  ha  en  parte,  c.  490. 

La  mitad  del  año  con  arte  y  engaño ,  y  la  otra  parte  con  ei 
ño  y  arte,  del  gastar  y  campar  sin  nada  propio  más  que  sus  ma 

Malas  artes,  malas  mañas.  QaiJ.  1,8:  Han  de  poder  poco 
malas  artes. 

Ni  arte  ni  parte;  ni  olor  ni  sabor.  (Para  decir  con  más  fu 
que  no  pareció  algo,  y  que  no  supo  nada  de  ello;  no  fui  ar 
parte  en  ello.)  c.  552:  A.  Alv.  Silv.  Dom.  quine.  6  c.  §  6:  No  > 
riendo  con  ellos  arte  ni  parte. 

No  ha  sido  arte  ni  parte;  ni  he  sido  arte  ni  parte.  (Sin  se 
ello  arte  ni  parte.)  c.  554.  Nótese  parte  con  p  ó  labial,  de  repetí 
(Ung.  Cerv.i.  1,77). 

No  pareció  arte  ni  parte;  no  supo  arte  ni  parte;  no  tiene 
ñiparte;  ni  tuvo  olor  ni  sabor  dello.  c.  552. 

No  tener  arte  ñiparte  en,  no  entremeterse  ni  interesar  en 
A.  Alv.  Silv.  Maad.  6  c.%2:  Despídase  de  Dios,  que  no  tema  f 
ni  arte  con  él. 

No  tener  arte  para,  carecer  de  maña. 

Parece  hecho  por  arte  de  encantamiento,  c.  380. 

Pararte  de,  por  medio  de.  Quij,  1,13:  Por  arte  de  ene 
miento  se  convirtió  en  cuervo. 

Por  arte  de  birlibirloque,  lo  que  ocurre  no  esperado,  sin  y 
la  razón  ó  medio. 

Por  arte  del  diablo,  de  lo  que  sucede  sin  esperarlo,  de  i 
manera. 

Por  arte  de  magia,  de  encantamiento,  de  lo  inexplicab 
inesperado. 

Por  arte  empreñó  el  conejo  á  la  vaca-,  (Acomódase  al  mo 


22,  arte. 


69 


I  que  se  casan.  Ejemplos  hemo^  visto  de  escogerá  su   paje.) 

(Jnien  tient  arte,  tiene  parte.  (Oficio  con  que  ganar  la  vida.) 
340;  ó  va  por  toda  parfe. 
Vakrse  de  malas  oríes,  de  malos  medios. 
Apt-rro»  miñoso,  astuto,  de  arl-e  en  el  sentido  euskérico. 
Pw,  Agr.  22,4:  No  ías  conocía  por  cuales  debiera,  tanto  era  yo 
bozal  y  ellan  de  arteras.  Cabr.  p.  6&:  Dragón  artero,  A.  Alv. 
ISA'.  Dom.  t  caar.  6  c:  No  osando  fialla  de  otra  mano  que  fuen 
ICC  artera  y  maliciosa  que  ta  suya.  J.  Pin.  Agr,  2,4:  Y  se  defiende 
las  tentaciones  del  demonio  tan  malicioso  y  artero.  Tr.  Arg, 
3:  El  arlcTO  /  y  vengativo  amor  ha  salteado...  /  el  pecho  de  mi 
Celest.  V.  p.  63;  Y  la  experiencia  y  escarmienío  hazc  los  hom- 
juleros.  Berc.  Loor  4;  E  los  sacó  de  seso  con  sermones  arteros, 
A  H.  B,  S,12:  Eran  hombres,  por  Ea  larga  experiencia,  arteros j 
sqaccs. 
A  majer  artera,  la  hija  primera.  (Artera  es  ardldora  y  casera). 
22. 

Artero,  artero,  pero  no  buen  caballero,  c.  30. 
A  víior  artero,  servidor  roncero,  c  8. 
AaíHjae  tarde,  el  artero  aljin  vino  al  pagadero,  c,  23.  El  que 
kaceUpacn. 
.\rU*r*i-inontc,  J.  Pin.  Agr.  20,3S:  Arteramente  procuráis 

ti  ptádcs. 

Arlrt^i»,  calidad  del  arler-o.  Locan,  c.  49:  Como  podré' 

muchas  arterias,  con  que  podré  mucho  aprovechar  ni  i  fadcn- 

DiKtrinol  Cabalt-  1,8:  Otros)  la  artería  los  face  buscar  carreras, i 

Hos.  Cari.--  Revueltos  en  sus   lazos  y  arterías.  Alex.  389: 

que  se  non  fuesse  por  la  su  artería.  Hjta.  921:  En  cubre  $e 

con  mucha  arteria. 

rUil-uJ-lo,  despectivo  de  art-e,  industria,  y  armadijo  de 

Tdasc. 

Arli-ruaftji,  tnaAa  industriosa,  de  arte  y  maña.  J.  Pin.  Agr. 

:  Sacarte  las  peilabras  del  pecho  con  artimañas.   Id>  7J3:  Li 

es  una  de  las  arlimañas  con  que  se  allega  el  dinero,  Zamorjí 

D\lit.  pie  2,  L  3.  Simb.  fl:  Donde  las  artimafías  se  profesan. 

Qu'..  Oit.  3,6:  Toda  artimaña,  en  pareciendo  desaparece. 


— — IPIHi  I  * 

7U  Origen  y  vida  deI  lenquaj 


Ai*l-iz«r,  hacer  ó  trazar  con  arí-e  y  primor  ó  con  maña  y 
ficción.  Cabr.  ps.  f>95:  Artizado  (el  hombre)  para  maleficios,  habi! 
para  liacer  agravios.  León  Cas.  12:  Luego  lo  que  se  finge  y  artiza 
obra  será  del  demonio. 

Artía^ado,  parlic.  y  adj.  de  artiz-ar.  Zamora  Mon.  misL 
pte.3,ps.  86,  V.  6:  Los  colores  retóricos  y  las  palabras  artizadas. 
A.  Ai.v.  Silv.  dom.  scx.  6  c:  Y  aún  son  estos  tan  mañosos  y  artiza- 
dos en  dar  sus  escusas.  Id.  Fer.  4  cen.  10  c.  §  2:  De  aquella  artizada 
alquimia  de  su  depravada  intención.  D.  Viíqa  5.  Andr.:  La  sabi- 
duría artizada,  lá  nobleza  desvanecida.  Siou.  S.  Jerón.  5,8:  Qué 
impaciencia  tan  santa  para  con  la  falsa  doctrina  y  malos  cristianos 
disimulados  y  artizados. 

AflixiKla-iueiklo.  A.  Alv.  Silv.  Purif.  7  c.  §  4:  Hay  otros 
desíos  así  artizada  mente  justificados  (mañosamente). 

Ai't-ill-«r.  De  un  art-ilio,  del  medioeval  arl-illum,  de  art-e. 
Armar  de  arlirería  y  demás  las  naves,  y  por  metáfora  otras  cosas. 
En  la  Germ.,  artillarse,  prevenirse  de  armas.  J.  Pin.  Agr.  24,16:  Ó 
cuan  bien  artillado  me  le  traes.  Diablo  coj.  tr.  9:  La  Galeona,  que 
llamaban  de  esta  suerte  porque  andaba  artillada  de  niños,  .que  alqui- 
laba para  pedir.  Zamora  Mon.  mist  pte,  7,  S.  Marc:  Envíe  el 
mundo  ejércitos  ....artille  galeras,  junte  gentes.  Id.  S.  Mat.:  Una  cé- 
dula puede  más  á  veces  que  dos  galones  artillados.  Solis  H.  MeJ, 
3,1:  Despachó  en  breves  horas  dos  bajeles  muy  veleros,  bien  arti- 
llados y  guarnecidos. 

Ai*till-ei*o.  QuEV.  Aigaac:  Que  un  artillero  que  bajó  allá 
el  otro  día,  queriendo  que  le  pusiesen  entre  la  gente  de  guerra. 

Morir  como  buen  artillero  al  pié  del  cañón,  por  cumplir  su 
deber. 

Artill-epía,  maquinaria  de  guerra  conocida.  Quij.  1,33: 
Una  redonda  bala  de  artillería.  Id.  1,38:  Cañones  de  artillería. 
Id.  2,61:  Disparaban  infinita  artillería....  la  artillería  gruesa. 

Ues-aptillar,  quitar  la  aríillerfa  al  buque,  fueríe,  etc. 

Art-istn,  todo  el  que  ejerce  alguna  aríe,  liberal  ó  mecánica^ 
aun  los  aríesanos,  y  así  se  les  llama  en  Castilla. 

Artesano,  de  *aríensianus,  de  ars;  ít.  artigiano,  fr.  artisan» 
pg.  aríesao.  Espej.  mor.  vid.  ham.  1,9:  La  primera,  de  los  labrado- 
res, la  segunda,  de  los  artesanos,  si  quicr  menestrales. 


23.  arista. 


71 


.\pl-oJ4»,  de  aiiiculiM,  cI  nudo  del  Hedo  de  U  mano,  ó  articulo, 

Pin.  Agr,  23,15;  A  muchos  íian  sacado  muchas  piedras 

nejas  óc  los  dedos.  A.  Alv.  Silv.  Üom.  2  adv.  I  c,  §  5: 

Blr^  artejos  de  su  poilcrosa  mano. 


¡e  al  allcjc^rse  ó  alinear  de  aro,  responden  al  ar,  df'ttt 
f[t:,  -,.  .  -  yi:  coger,  alcanzar  y  oi[>>>o,  por  ap-yii,  alzar,  llevarle  co- 
do, fut  «fr-<»>íia'  y  io-úi,  ap-íiiflcí!,  i^hfíoíi  a'canzar^  ¿p-tfi;  logro, 
Variante  es  a'.p-sw  coger,  ganar,  i^piuv,  cuyo  dígania  pu- 
,  ser   advenedizo;  ¿p-<r^-o;  escole,  coléela,   ganancia.   El  mismo 
de  lojfrar,  ademis   del  de  ir.  acercarle,    tiene   en   skt.    la 
r,  era  pcrf.  artlsmí,  üram,  <iryí,  y  r-niymi,  que  se  con- 
niír  con  Ifl  raíz  or  de  ori-or,  r-namf,  en  godo  rinnan  correr,  ingí. 
VM'r  i,-frí-irH.-.Qi»  á  uno  cs  ar-tfjayí;  ar-tka  objeto,  cosa,  úlll, 
.  ganancia,  causa,  motivo,  traza,   realidad,  lo 
I  m  oposición  a  kanta  lo  agradable  y  á  úharma  lo  honeslo,  pro- 

'- r.'-'ViTJk.  Además  ar-dd-ti  ir  á,  pedir,  y  ardha  la 

.1  cuskcra.  El  Vú,  ardvas  txXtnáiúo,  \^\.ardda 

,  comporaüva  arddu—arta,  allior,  gal.  Ardaenna  siiva,  pa- 

al  uro,  ara/u  extender.  Así  pudiera  explicarse  ar-da- 

-i.  1,  arJit-itus,  íip-Sij-v  cogit-^ndo,  alzando,  ap-3t-;   punta 

íRedu.  V  tal  vez  áp*^ui  satisfacer,  animar,  refrescar,  rociar, 

lo  Uquido,  apl-»i*w  mojar,  «p5-¡ioí  bebldn,  ap5-o 

que  -<:  cxuendc;  skt.  iird-ras  mojado,  ardra-yiiti  mojar,  y  el 

I  Snie^  ir  hacia,  pedir,  embestir,  pegar. 

U  úr-Uta  cascabillo  y  espiga,  cuya  elimologia  nadie  trae,  dfjos« 

\'o  del  crecer  y  atarse? 
A^  i.-ialan4?o,  arl>*tie|;;fi»,  ó  ai'Í9«-|»rieto,   clases 
ití(odt  arista  blancaó  negra.  Hcrr.  Ágr.  1,8:  Hay  trigo  aris- 
to  es  muy  vecino  al  trechel. 

Ai-i«ii-ar,  h t  as,  ó  darle  su  forma. 

Vht-^t^in,  ^  derla  plañía  de  hojas  con  púas  en  los 

t  y  en  el  cáliz  de  ta  Oor.  Escoriación  en  las  cuartillas  de  pies  y 
sde  las  caballeras.  Jineta  p.  79:  Sobrcvenilles  sama  y  arestín. 
Ueft-arͻt'ar,  quitar  las  arist-as.  A.  Alv.  SUv.  Dom.  4 
(Vr.c  6,  5  4:  Comiendo  los  granecitos  limpios  y  desaristados  de 
lopiü». 


24.  El  vocablo  ar-an  es  antiquísimo,  pues  lo  veremos  en  las  I-E 
para  significar  bosque  y  endrino.  En  euskera  vale  entrambas  cosas, 
es  el  nombre  del  campo  inculto,  etimológicamente  lo  de  ara,  lo  ex- 
tendido, valle,  campo.  Y  como  el  endrino  fué  planta  silvestre  tan 
común,  díjose  ar-an,  lo  del  campo  Inculto.  Después  se  aplicó  á  la 
ciruela  en  general;  que  en  particular  toma  algún  caüficativo,  la  blan- 
ca aran-zarí,  la  roja  aran-gorri,  la  bravia  ó  endrino  aran  ó  ¿os- 
aron, basok-aran  ó  dígase  silvestre,  y  ok-aran,  que  revuelve  el  estó- 
mago; aran-di  es  boscaje  de  ciruelos,  arana-ize  ciruelo,  ó  aran- 
ondo;  el  espino  y  la  espina  tomó  el  nombre  del  aran  con  tza  abun- 
dancial,  aran-tza,  el  espino  negro  arantza-belz,  el  blanco  arantzari. 
También  el  arándano  se  dice  arabi,  de  abi,  abe  árbol,  lo  que  con- 
ñrma  la  etimología  dada  de  campo  inculto  en  ar-an,  de  ara. 

El  conocido  apellido  Arana  es  de  los  nombres  más  viejos  que 
han  sonado  en  la  tierra  y  todavía  suena  en  la  India  como  en  España. 
Los  arañones  que  los  mocetes  de  mi  tierra  van  á  coger  al  campo, 
los  iban  á  coger  los  hombres  primitivos  dándoles  el  mismo  nombre. 
Toda  suerte  de  ciruelas  se  llamaron  con  él,  porque  se  parecían  á  los 
arañones,  antes  de  que  el  cultivo  engrosase  la  pulpa  y  la  azucarase. 
Pero  este  nombre  aran  lleva  en  sí  la  historia  del  hallazgo  del  fu^O, 
de  donde  arranca  toda  la  cultura  y  la  industria. 

25.  Solo  el  hombre  ha  sabido  sacar  provecho  del  fuego;  los 
animales  no  viendo  relación  alguna  entre  los  medios  y  el  fin,  solo 
le  temen  como  á  un  elemento  dañino.  No  hay  ni  ha  habido  salvaje 
que  no  supiese  buscárselo  y  aprovecharse  de  él.  Hállanse  restos  de 
huesos  quemados  y  de  carbón  vegetal  en  las  calizas  de  las  cavernas 
del  más  antiguo  periodo  del  Mamut  en  que  vivía  el  hombre.  El  me- 
dio más  común  entre  los  salvajes  para  lograrse  fuego  consiste  en 
frotar  dos  leños  duros  y  secos.  Un  palo  terminado  en  punta  roma 
que  se  voltea  entre  las  manos,  como  el  molinillo  de  la  chocolatera, 
contra  otra  pieza  de  madera,  hasta  que  el  serrín  producido  por  el 
taladro  se  encienda,  es  el  medio  usado  por  los  buchmanos.  Los  po- 
linesios echan  mano  de  un  palo  puntiagudo  que  meten  en  una  mues- 
ca hecha  en  el  zoquete  que  les  sirve  de  suelo.  Solo  hace  falta  ciertt 
destreza  y  saber  escoger  la  madera.  Los  brahmanes  guardan  por  tra- 
dición este  modo  primitivo  de  sacar  fuego  para  sus  sacriGcios,  y  di- 


25.  arani  ski 


73 


Kuc  lo  hacen  aisf  porque  ese  es  el  único  fuego  puro.  Entre  los 
í  había  ley  de  que  cuando  las  vcstates»  ó  guardadoras  del  Fue* 
» sagrado,  U>  depban  apagar,  !o  volviesen  á  encender  taladrando 
I  tibia  de  madera.  V  aun  los  aldeanos  en  muchas  partes  de   Eu- 
■,  cuando  había  una  epizootia,  acostumbraban  hasta  poco  ha  en* 
:  fricción  hogueras,  por  medio  de  las  cuales  hacían  pasar  | 
'  j  ganado  para  que  se  librasen  de  ta  peslÜencia,  y  aún  dicen 
í  «e  haré  en  Succia  en  tiempos  de  epidemias,  Luego  que  se  halló 
I  primer  miocral,  que  fué  el  cobre,  frotüse  un  pedazo  de  pirita  en 
1  pctiental  ó  piedra  de  chispa;  después  vino  el  eslabón  de  hieiio  y 
To,   y  al    fin  se  aplicó  la    yesca.  Acerca  de  estos   medios  véase 
Kuhn  Ote  Herabkanft  des  Fetiers.  La  pintó,  í:t>pt--a;i;  6  hacedora 
;  fuego,  dice  al  iegifndo  método  ya  de  adeíantOj  y  de  él  habla  SóFo- 
ker  ■'  ^-'yctetes  <29ft):  dW  év  rérfoisi  nÉipov  ¿x-pi^o»  [i.ú.t^  s'f?'' 
lo  que  es  un  medio    más  antiguo  al  del  [rote  con  ta 
I. bien  que  posteriora]  frote  de  los  leños,  pues  es  el  Trote  de  dos 
Lltmibansc  rj^.í-B  los  leños  con  que  se  encendía  fuego.  los 
I  tvt«?(i  (Himno  á  Hermes  IOS);  el  latín  ignitabalum  atañe  al  frote 
i   El  pilo  lercbrador  es  el  TÉprrpov,  rpi-ovov,  en  latín  tert- 
,  y  la  tabla  donde  lo  encendían  las  Vestales,  <tabu!a  felicis  ma- 
■.  es  decir,  madera  de  materia  fecunda»  t;ue  da  fuego.  Prcctsa- 
:  tab-üla  viene  de  ta  misma  raiz  que  íep-tdus,  temp-as,  tem- 
an, t\  tap-cs  fuego  «n  sánskrito,  por  sacarse  el  fuego  de  la  ma- 
f:I  palo  que  se  volteaba  llámase  en  sánskrit  pra-mantha.  de 
6- menear,  en  norso  mUndull  «lignum  teres,  que  luola  trusati* 
liMRU  drcuntagilnr».  Tat  es  el  origen  proL>ablemente  de  Protnt* 
,  el  inventor  del  fuego,  el  Ici'io  que  lo  saca.  Pero  el  vocablo  más 
I  en  este  asunto  es  el  de  la  madera  de  los  leños  que  se  esco* . 
en  sánskrii  los  dos  leños  se  dicen  aran-i,  dual,  y  es  el^ 
dd  árbol  de  que  se  corlaban.  En  sanskr it  aran-yas  vale 
rx  aplica  i  muchas  plantas  de  denominación  indígena  muy 
,  equivale  á  salvaje  ó  cerril,  aplicadu  i  las  plantas,  es   decir 
r«  d  bosque  y  el  vejctal  bravio  que  nace  de  por  si.  Es  un  adjc- 
•íw.  'ia,  -ion:  aranya-tchataca  el  gorrión  de  los  bosques, 
van  el  perro  faívrje  ó  lobo;  Aranya-ka  del  bosque,  fores- 
ri, tobítanie  dH  bosque,  ermitaño,  adj:  -Aro.  Este  aran~ya  y  aran-i 
{P^tapoatn  un  tema  aran,  que  no  lo  hay  en  sinskrilo,  sino  en  li 


forma  aran-a  extranjero,  lejano.  En  cínirico  aran  vale  montaña,  eir 
erse  aruinn  bosque;  cimr.  eirin,  arem.  irin  y  airn-eadach  espino- 
so, eríc  airn-eag  spina  nigra,  pruniis  spinosa,  que  en  irlandés  es. 
airne  y  en  ski.  aran-i.  Ta!  fué,  pues,  !a  madera  primitiva  aprove- 
chada para  hacer  fuego,  el  aran  ó  planta  más  salvaje,  dura  y  á 
mano  que  hallaron.  El  origen  euskcrico  de  este  vocablo  no  puede 
estar  más  patente.  Debió  darse  después  el  nombre  á  otros  v^eta- 
les,  al  atnas  forestal,  ¿o'.v-so;  higuera  salvaje,  es  decir  que  el  adjetivo 
salvaje,  forestal,  se  concretó  á  ciertos  árboles  quedándoles  como 
nombre  propio.  Planta  y  brote  es  spv-oí,  y  es  el  aran-a  extranjero^ 
valor  derivado  claramente  del  de  bosque,  salvaje,  etc.,  que  tiene  d 
euskaro  arana.  Este  es  e!  arañón  de  Aragón  y  Navarra,  y  el  arag- 
nón  de  los  gascones.  La  invención  de  los  fósforos  en  pajuelas  es  del 
año  1840:  se  inflama  por  el  frote  la  mezcla  de  clorato  y  nitrato  de 
potasa,  y  arde  por  las  partículas  de  fósforo  que  la  mezcla  lleva,  pa- 
sando la  llama  á  la  pajuela,  ó  á  la  cerilla,  que  en  España  ha  tomadi^ 
su  vez;  en  los  fósforos  no  inflamables  va  el  fósforo  en  el  frotador 
de  la  caja. 

En  el  nombre  del  fuego  Agni  encerraba  la  mitología  indiana  si> 
origen.  Este  dios  es,  dicen,  hijo  de  los  Aranis;  pero  estos  son  los 
trozos  de  madera  que  lo  originaban;  por  lo  mismo  lleva  por  epíteta 
vaneja  nacido  en  el  bosque,  que  es  lo  que  significan  los  Aran-is, 
*Arani  es  la  madre  de  Agni»  {Rig-veda  V,  9,  3),  <el  fuego,  hijo  de 
las  diez  hermanas»  (los  dedos  al  menear  los  palitroques)  (id.  IV, 
6,S);  el  fuego  nace  de  la  madera  (id.  VI,  3,3;  X,  79,  7);  está  en  los 
vegetales  (X,  1,  2);  es  el  feto  de  las  plantas  (11,  1,14);  Agni  inmor- 
tal en  los  viejos  bosques  (III,  23,1). 

Ahora  se  alcanzará  la  significación  de  £{>7¡[i-o;  desierto,  solitario, 
vacio,  que  dio  heremus  y  de  aqui  yermo,  Ep7¡¡i-ia  soledad,  al)andono,. 
epTiiJL'wo,  devastar,  despoblar,  dejar  desierto,  ¿pTjixt-xT];  eremita,  ermita 
y  ermitaño.  Muchas  raices  terminabas  en  -m  provienen  de  otras  c» 
~n  por  que  la  nasal  final  se  oscurece.  Así  Curtíus  y  Fick  añaden  la. 
variante  Tjpsii-a  tranquilamente,  7¡ps¡ia-'.o;  tranquilo,  sosegado,  á  las 
raices  skt.  ram  y  ran,  que  ambas  significan  regocijarse,  estar  con- 
tento y  tranquilo.  De  modo  que  todos  estos  vocablos  provienen  dc^ 
aran  bosque,  soledad,  quietud,  ó  í¡p£|i-ía,  Tjpsfií-Í»  sosegar.  La  i)  jr 
c  provienen  de  a,  ápá|ievo[  ipuyú^w  (Hes.).  Perdióse  la  vocal  muy 


neremtís. 


V  ftü  en  godo  rim-is  t^ov/íai  6  qiiieíucl,  lil.  r<tm-<t$,  y  rim-H 
'•  tranquilo,  ram^/yf/ sosegar. 
IskL  ram,  ram-ati.  ran-tuhé',  rañ-sya  ser  feliz,  esiai  conlertfo 
'$t,  ram-Q  agradable,  querido,  6  ram-ya,  upa-ram  (ranquili- 
e,  ram-cna  amsdo,  rf\m-a  quietud,  ni/n-aj  agrado,  arima  sole- 
•yansar,  cesar,  regocijarse.  En  2it\\c\.  ram  sosegarse, 
|0c>¡.>.  '  iin-u  quietud,  at'rima  ^okóaá. 
Ahora  htcn,  ratt  ctjuivaic  a  ram  y  vale  en  skt.ran-ñti,  rana-yati 
y  al  mismo  tiempo  hacer  ruido,  ran-a  ruido  y  movi- 
fiiü  para  ir,  ran-iSa-ht  ¿irboí  estéril.  nin-Q  hoja,  rún-ayi^^i  li.iccrj 

pluscpí.   aríranitm.  Claro  ei;U  que  eso  de  hojas  y  arbole 

n)es  mueUni  que  el  (a)  ruido  es  el  del  bosque,  e)  de  la  sotedadj 

|de  bs  hojas.  Cn  la  soledad  ó  aran  es  donde  se  oye  ese  ruido  y  a1)f 

•esÜsoMf^do,  tranquilo  y  aun  contento. 

Dci  antljr  por  las  soleiUdes  pudiera  tubcrse  Itam.iJo  el  pobre  é 

Bte  arm-r  en  norso,  armas  godo»  earm  ags.,  aram  ani.  al.,  ó 

M.  airima  el  soliürio,  es  decir  el  abando- 

/     ,   uijcra  ser  la  del  sí^riEi-ocsoülario^  ú^jú'uvai. 

Coo  b  oirsuia  raíz  ram  del  skt.  en  cl  sentido  de  acabar,  dcscaii- 

ir  al  fin,  ponen  algunos  olra  raiz  germánica  rem  ram 

\jí  cual  sacan  el  ags.  reama,  rima,  ingi.  rim  cabo,  5n. 

Irintís  descanso,  Iranquilid.id.  F.s  lo  bueno  que  lodos  esos  \*alo- 

íieiScdarsn  mejor  todavía  por  el  aran,  en  la  acepción  de  térmi- 

,  que  era  el  despoblado  y  la  selva.  De  aquí  en   anl,  af.  rin- 

al.  rifídCt  «1-  Riftde  corteza,  y  nun  coricw  del  pan,    ags, 

{t.  rütd,  y  con  apofonía  nmdc  labios  de  la  herida»  etc.;  y  su 

en  ant.  al.  rantt  fned.  al.  rant,  al.  Rand.  penil.  randex  en 

It  borde,  cabo,  OíÜla,  del  escudo  en  particular  y  Ran/t  borde, 

s.  rottd  por  randa-,  godo  *  randa,  que  ex]>lican  por  ♦  ram- 

í>  que  de  lodos  modos  es  un  deriva  lo  -ta  de  la  raíz  dicha.    El 

F.  Klttgt  que  se  aclara  por  el  castellano  randa,  borde  de 

AUrt  lu  estudiado  esta  raí?.  (Revuc  d.  1.  rom.  11.  27),  que 

ÍOtt  ser  ron:  catalán  ran  á  ron,  en  el  Dante  randa  á  randa  ras 

'I  la  lenf^  d'  oíl.  rain  borde,  término  del   bosque,  lísíere^ 

•=-''ie  6  aran,  en  walón  raina  limite  del  cimpo,  anl.  al. 

íL  rin,  de  donde  en  francés  rainure,  ramcr.  En  loa 

I  mar  e  cshmar  las  muelas,  rana  rueda,  muela  de  molino 


I  cree  I 


es  decir  dar  punta  ó  extremo.  El  extremo  Rand  en  alemán  es,  puea^ 
un  derivado  de  ese  ran,  6  si  se  quiere  ram,  del  aran  euskérico,  en 
ags.  rand,  rond,  norso  rond.  De  aquí  el  provenzal  randa  á  randa 
hasta  el  cabo,  rondar,  ant.  fr.  randir,  randon,  de  randon,  rando- 
ner.  Según  Diez  randon  en  fr.,  prov.  rando,  es  un  derivado  del 
prov.  randa  cabo,  extremo,  luego  resolución  extrema,  violencia,  df 
donde  a  randa  hasta  el  cabo.  En  picardo  randir  andar  de  acá  pan 
allá.  Así  tenemos  el  de  rondón  ó  ant.  de  rendon,  explicado  por  d 
francés  y  provenzal.  El  fr.  rain  lisiere,  entrada,  límite  del  bosque,  « 
de  origen  germánico,  en  al.  Rain  y  raínen  confinar,  ant.  y  med.  al. 
rein  límite,  lindero,  norso  rein.  Lo  cual  habla  en  favor  de  la  forma 
primitiva  aran  bosque  y  frontera,  límite,  como  marca  que  en  skt 
vino  á  significar  bosque. 

26  Aran,  en  Álava  el  endrino,  Prunus  spinosa  L.,  que  es  ú 
euskaro,  donde  después  se  llamó  beltz-aran  ó  ciruela,  endrina  negra, 
para  diferenciarlo  de  las  demás  ciruelas  que  tomaron  el  nombre  ge- 
nérico de  aran, 

Apañ-én,  dícese  encima  del  Ebro,  Navarra,  Aragón,  etc.  por 
el  aran  vascongado,  es  decir  la  endrina  Prunus  spinosa  L  (rosá- 
ceas.)  Debió  ser  general  en  España,  pues  tenemos  en  Escolan.  H. 
Valenc.  dec.  1. 1.  4,  c.  3:  Ciruelas  de  varias  especies,  como  son  ci- 
ruetas  comunes,  endrinas  ó  arañones.  En  cat.  arañó,  cat.  y  valenc. 
aranyoner,  mallorca  arañoner,  mozárabe  aranión. 

Afan-<lano,  el  común  es  el  Vaccinium  Myrtillus  L.;  el  ágrío 
Oxycoccus  palustris  Pers.;  el  encarnado  ó  puntiagudo,  Vaccinium 
Vitisidaea  L.;  el  negro  Vaccinium  uliginosum  L.  Derivado  euskéríco 
de  aran  y  dan-o  lo  que  es,  negro  como  aran  enteramente,  ó  lo  que 
se  dá  en  sitios  salvajes.  En  galL  y  pg.  aran-do,  mozárabe  aradani. 

Apandan-cdo,  lugar  sombrío  y  húmedo  poblado  de  arán- 
dan-os. 

Aran-(Íón.  en  Álava  molleja,  por  su  color  negro,  azulado  ' 
violáceo,  como  el  arándano. 

Yermo,  de  £pY¡|Lo;,  por  medio  del  lat.  érémus  en  la  forma  d« 
ér(é)mas;  it.  eremo  y  ermo,  rum.  erm,  prov.  erm,  ant  fr.  erme,  ct^ 
erm.,  pg.  ermo.  Es  sustantivo  y  adjetivo,  desierto,  y  lo  desierto,  sil 


26.  yermo. 


77 


ni  cultivar.  QttiJ.  1 ,28:  De  la  ocasión  que  á  su  parecer  estos 
Icofrvdan.  Leon/pü.  \3,A:  Hacerse  yerma  la  lierra. 
Caando  fueres  por  eí  yermo,  ten  eí  culo  quedo,  para  que  caan- 
furn  por  lo  poblado,  tengas  culo  bien  vezado,  c.  37 1  - 
Padre  dei  yermo,  anacorela  aniiguo. 
Vdime  por  el  yermo,  y  vóime  peyendo;  véngame  á  poblado,  y 
'ae  á  lo  avezado,  c.  438. 

t^rni-4kt*.  Intrans.  Quedar  yerm-a  una  tierra,  despoblar.  Bekc. 
O.  187:  Mas  era  tan  caído  (el  monasterio),  que  se  querfe  ermar. 
Traas.  Ciurv.  Art.  Mar.  7:  No  hay  monle  que  nú  laleii,  colme- 
qticno  descorchen,  árboles  que  no  derruequeni  palomar  que  no 
ma  qoe  no  corran,  huertas  que  no  yermen.  J.  Pin.  Agr. 
,21:  Valle  hondo,  donde  se  dfce  andar  una  sierpe  que  me  yerma 
conejos.  Ouev,  Men.  Corte  20:  A  las  colmenas  yerman  los  zán- 

;.  Cúf  533:  ^tas  el  taslielo  non  lo  quiero  hermar. 
Ptjicx    ].  Pin.  Agr,  18,19:  Haberse  yermado  una  ciudad  fran- 
poi  Us  muchas  ranas.  León  Job  1 3,4:  Que  la  tierra  se  yerma. 
^v  ^Iv.  Dota*  ram.  7  c.  §  2:  Muchas  de  vuestras  casas  gran- 

1X&  y  hermosas  se  yerman  de  sucesión. 
be«-^*«^rinai«.  en  la  Ulera  de  Aragón  abrir  ó  roturar  por 

ti  ve/  u"  lerreno  inculto. 
Est-^ei-iu-ai»,  en  Ea  Litera  de  Aragón  descuajar  y  roturar 
pnmem  vtz  un  terreno  virgen. 

KrmUo«  de  er<e)mita,  el  solitario  ó  ermitaño.  J.  Enc.  398:  Ya 
mundo  estoy  muy  qmto,  /  soy  ermilo. 

Epm-Íia«  de  yerm-o,  enn-ar,   diminutivo,  como  de  cas-a, 

;ido  el  latino  eremita,  de  ¿p7|HÍTT¡i;  ermitaño.  QuíJ.  1,52: 

i  <i-i:csión  auna  devola  ermita. 

ftó  de  Saco,  uberna.  ÍL  freg.:  Visitaba  pocas  veces  las] 

de  Baco. 

mil-afio,  ermit-an,  de  crmit-o.  Quí;.  1,26:  En  compañía^ 
iMcmituAo.  Id.  2,24:  Xo  lejos  de  aquí....  e^ti  una  ermita,  donde 
ea  tkabftación  un  ermitaño.  Bcrc.  S.  M.  56:  Andando  por 
crmitan.  Id.  S.  D.  56:  El  que  fué,  como  dicen,  el  primero 


itano  ik  camino,  en  Gcrm^  salteador. 
R»¡a»  en  Álava  pieza  ó  heredad  inmediata  á  la  casa.  En  ant 


78  Origen  y  vida  del  lenguaje  ' 

al.  rain  borde,  orilla,  holand.  rén,  fr.  rain  linde  de  bosque,  raina  en 
el  Glosario  de  Ducange. 

Ran  en  Aragón,  cortar  al  ran  de  tierra,  á  raiz. 

Hiiii-la,  del  gótico  *ram-la  según  unos,  ó  del  provenzal  randa, 
randa  á  randa  hasta  ei  cabo,  que  es  lo  mismo-  Es  el  adorno  en  el 
borde  del  vestido.  Qaij.  2,6:  Una  rapaza  que  apenas  sabe  menear 
doce  palillos  de  randa.  Id.  2, 1 8:  £i  cuello  era  valona  á  lo  estudiantil 
sin  almidón  y  sin  randas.  Id.  2,52:  Sanchica  hace  puntas  de  randas. 

Ser  un  randa,  pillo,  granuja. 

Kniid-4>po,  el  que  hace  randa.  It.  freg.:  No  hay  mejor  ran- 
dera en  Toledo,  Quij.  2,70:  No  he  visto  en  toda  mi  vida  randera  que. 

lt:in(l-aK  tela  en  forma  de  rand-a  ó  la  pieza  de  randas.  CroA. 
gral.  4,3:  E  la  siella  con  el  cuerpo  pusol  en  un  cabalhuste  é  vestiol 
á  carona  del  cuerpo  un  gambax  branco  fecho  de  un  randal. 

Ru  n«t-ado,  con  randas.  Quij.  2,47:  Un  paje  puso  un  baba- 
dor randado  á  Sancho. 

Raii«l-£ip,  entre  delinc.  robar,  escribir,  randé  ladrón,  ratt- 
delar  arrebatar. 

RoiKlón  (de),  pg.  de  rondao,  del  fr.  randon,  randoner, 
impetuosidad,  lanzarse,  del  prov.  randar,  randa  á  randa  hasta  d 
cabo.  Vale  de  golpe  y  porrazo,  intrépidamente,  sin  reparo.  Casa 
cel.  I :  Que  ya  el  sueño  de  rondón  /  va  ocupando  mis  sentidos.  Do$ 
done:  Las  fuerzas  que  á  mi  me  han  forzado  á  que  tan  de  rondón  y 
á  rienda  suelta  me  disponga  á  adoraros  y  entregarme  por  vuestro. 

Entrar  de  rondón.  Qaij.  2,60:  Se  dejó  entrar  de  rondón  por 
las  puertas  del  sueno.  Fons.  V,  Cr,pte.  1. 1, 3,  c.  21:  Halla  la  iglesia 
abierta,  entróse  de  rondón.  León  Cant.  2:  No  entrar  de  rondón. 
Zamora  Man.  Mist  pte.  3,  Asanc:  Yo  no  sé  entrar  de  rondón.  Ar- 
QOTE  Mont.  31:  Y  entran  de  rondón  en  el  monte  levantando  la  caza. 

Meterse  de  rondón.  Quij.  2,32:  Meterse  de  rondón  á  dar  leyes 
á  la  Caballería. 

27  Arnasa  es  el  aliento:  ezta  bere-arnasarík  bcre  ona  elduten 
acá  no  llega  ni  siquiera  su  aliento,  arnasakaz  egon  tener  ahogos, 
estorbo  en  alentar,  arnasa-bakoitza  suspiro,  una  alentada,  arnas-ats 
hedor  del  aliento,  arnas-bear  jadeo,  ahogo,  necesidad  de  alentar, 
{O'nasbear-fa  jadear,  arnas-estaka  aprieto  de  id.,  amas-ka  alentan- 


il,  err  fuerza. 


7  y 


ianas-oska  iaáto,  arnas-ots  Ttí\úo  i\  resnlj^ar.  Conipónese  de 

^,  vifcor  y  «as  mezclur.  los  que  hallaron  csía  expresión 

■iracitin  constada  en  el  cambio  y  rcnovítción 

--s,  en  que  sale  y  entra  mezclándose.  Ahora 

I  en  los  \'ocablos  vistos  hasta  ahora  arr  es  el  esfuerza  del  que  $« 

sierra,  ele,  conin  intensivo  dei  movimiento  del  mirar 

Ljuc  ci  ar^  ara.  R]  vijor  que  diñ  nombre  al  varón  ó 

I  a,  pues,  el  misino  de  ar  en  ar-nasa,  es  e]  calor,  brío  y  nlienlo 

el  iKxnbre  al  hacer  un  esfuerzo  noU  en  sí  respirando  fuerte- 

.  Es  la  cncT^ia  rii5Íolóí;ica.  el  calor  interior  que  se  Irasforma  en 

muscular.  V  efectivamente  ar-ge-du,  Ó  aín  arr,  es  desaliento, 

■  resollar,  argedtta  artuta  dugo»  y  ar-gaL  ó  perdida  del  arr, 

i  dcbil^  perdidas  Us  fucr/as^  poco  aprcln  Jo,  ralo:  ikaste  arga- 

ÜMCA  vistit,  ogia-argai  trigos  ralos,   or^GZ-rfu  enthquecer, 

algat-títsufi  flaqueza  y    lalla  en   el  espesor  del  (ejido, 

descaecimiento  grande.  Nótese  que  con  relación  á  lo  ralo, 

""-    ^  aquf  el  aferrar,  el  coger,  y  con  relación  al  orga- 

natural:  lo  mal  conlTrma  lo  dicho,  que  arr  es  el 

I  al  embestir  y  por  consiguiente  la  cnergfa  orgánica. 

Boatenrcs  quebrar  el  aliento,  interrumpirlo,  arr-ausi,  arr-auzm, 

chrabiensiRnifica  ansia,  afición,  por  ser  á  menudo  efecto  del  ham- 

arraasi-to  bostezando,  arr -atai  luzca  ¡oü  edogosea  bosiczo 

tambre  ó  sueño.  El  tiempo  bochornoso  y  la  erupción  de  ta 

iiidda  por  el  calor  dícen^e  arr-tgosi,  egosí  cocer,  muy 

rdf)os«:  del  arr  ó  aliento  caliente,  etc. 

k  dltimas  horas  de  la  tarde,  ó  atardecer,  es  cuando  el  hombre 

kB  ^r  y  lomar  aliento  de  los  esfuerzos  trabajosos  del 

■  «..-,  ilcscan-iO,  huelgo  del  arr,  asi  como  ats-alde  es  la 

vnlarse  á  descansar,  de  ats,  huelgo,  descanso,  echando 

arrats  gorri.  Mar  iguski  chiiri  atardecer  arrebolado, 

wl  Manco,  ó  arras-gorrt,  eguatdt  aíardecer  arrebolado, 

L.  La  larde  desde  el  comer  es  arrats-útde,  lo  junio  al  arrats^ 

itrrat-ti,  arroitegi,  arras-lei,  lugar  como  quien  dice  del  arrats 

r  descanso. 

bebide  espirituosas  dan  esfuerzo  y  brío,  que  el  hombre 
'.  )ut|[o  de  Inferidas,  lo  cual  te  hace  conocer  que  ellas  lo  llevan  ( 
Llamironsc  tas  que  tienen  fuerza  ó  ar,  ar-dau,  ar'^u, 


80  Orioen  y  vida  del  leñóuA 

ar-do,  las  todo  ar  ó  ar-dan,  las  que  tienen  alguna  fuerza  ó  ar-i 
ArdaU'gozoak  laa-begi  ta  o'iñik  ez,  el  vino  dulce  tiene  cuatro  ojo; 
no  tiene  pies,  ardan-degi  taberna,  ardan-koi  dado  ó  propenso 
vino,  ardan-za  ó  ardan-tza  viña,  sag-arno  ó  sag-arda  sidn 
bebida  espirituosa  de  manzana,  ud-arno  de  peras,  mats-arno 
uva  ó  vino,  arno-tegi  bodega,  arno-ta  beber,  fermentar,  es  de 
usar  ó  hacerse  arno.  El  fruto  ó  arn~ari  en  cuanto  que  fermentan 
produce  bebida  espirituosa,  aretch-arnari  del  roble,  artakarroH 
nari  del  encino,  etc.,  lo  cual  indica  que  se  hicieron  un  tiempo  be 
das  con  la  bellota,  etc. 

La  yesca  y  la  tea  ceban  el  fuego  y  se  llaman  ar-dai,  ar-da-gal, 
que  puede  dar  ar,  secarse  un  árbol,  hacerse  yesca  ardai-ta.  Fermí 
tar  ar-tzí,  es  decir  que  toma  fuerza,  y  por  io  mismo  orgullo; 
artzi-dara  fermentación,  artzi-ta,  arzi-tu  enorgullecerse,  ferment 

Esa  energía  orgánica,  esa  virilidad,  puesta  en  un  recipiente  es 
que  parece  ser  el  huevo,  que  se  dice  arra-untza,  de  untza  vaso,  re 
piente.  También  puede  el  huevo  concebirse  como  el  ovillo  de  i 
arra,  6  sea  el  arra  aovillado,  y  se  dice  arra-altza,  arra-uU 
arr-ultze,  arr-oltza,  tza,  tze  abundancial.  En  ñn,  puro  arra 
arra-ütza.  La  cascara  de  huevo  arraatza-azal,  arraatza-osk 
arraatza-moskol,  arrautza-mokol,  arraatza-kosko,  el  huevo  est( 
arraatza-loka,  ponedora  arraatz-ari,  torta  de  huevos  arraatz~o, 
arraaz-taío. 

Ar-lo  es  la  dificultad  de  una  cosa,  or  dago  arloa  ahí  está 
díñcultad,  propiamente  lo  atado  de  fuerzas,  sin  energías,  y 
arlo-t,  arlo-ta  el  negligente,  el  tonto  que  no  sabe  obrar,  har^ 
oveja  que  huye  de  sus  compañeras,  arlo-te  haragán,  vagamuní 
andrajoso  y  dejado;  arlot-eri  dejadez,  vagamundez.  En  Álava 
Bilbao  arlóte  es  el  descuidado  y  desaseado  en  el  vestido  y  po 
Dióse  en  particular  este  nombre  en  España  á  ciertas  gentes  ( 
vivían  en  el  Pirineo  vascongado.  De  los  de  la  Península  en  gene 
dice  la  Giant  Conquista  de  Ultramar  (2,40):  «E  vieron  como 
arlóles  desenterraban  los  moros,  e  los  que  hallaban  frescos  comí 
los....  é  Boymonte  le  dijo  que  esto  (el  comerse  los  moros  «b 
guisados»)  non  lo  hacían  ellos  ni  era  por  su  consejo:  mas  aquel  i 
lo  hacía  que  era  uno  que  acabdillaua  la  gente  baldía,  e  llamábase 
de  losarlotes».  En  escritura  alavesa  de  2Q  de  Abril  de  1268  fig 


28-  redo. 


6\ 


■  «Pedro  dita  arlóle»,  que  Fernández  Guerra  interpreta  con  razón 
|id  íudo.  dtsnudo,  desarrapado,  hecho  un  Adán*  (fuer.  Aviles 
.79). 


21.    Apicallarstt.  indinarse,  caerse  (Palcnc.)  Es  el  ar-g»| 
fpBníer  fuerzas. 

Aixucll-Mr,  desmedrar  y  como  apocar  6  reducir  á  menos, 
\éA  ctKkaro  ar-gaí  perder  fuerzas.  Usase  en  Aragón,  como  transití- 
I  y  reflexivo. 
TimWén  irgudljirse  dejarse  cargar  de  porquería  y  mugre,  y 
lnpdlar  cargar  de  censos.  Ambas  acepciones  vienen  de]  enílaquc- 
|ar,  dd  Mf  miserable  y  para  poco. 

Ar-iciK'll-iiflo.  de  argiicll-ar,  desmedrado. 
Ar;;uell-uz,  desmedrado,  en  Arag.,  -uz  puro,  en  euskera. 
Ar;;:iiell-o,   posv.  de  arguelt-ar.  Mucha  porquería  y  mugre, 
||npu  de  la  gente  misenble  y  dejada. 

Dt^»-arfpielliirf«G,  en  Aragdn  cobrar  lozanía  y  robustez, 

irse  una  casa. 
Arl«»(e«  holgaz-in,  baldío,  desarrapado,  hecho   un  adán;  puro 
'  439:  ¡Ay!  ¡quanlo   mal  saben  estas  viejas  arlotas!   Id. 
iL-ne  dellos  ayuda  más  que  de  unos  alrrotcs.  Berc.  S.  D.,, 
fM:  Ca  cUnuban  loa  canes  ercges  e  arlóles. 

.Arlot-ia.  Be»c»>  S.  M.  20:  Enlendie  que  non  era  fecha  por 
piriotti. 

Arreob-ar,  poner  ilesa  y  recia  una  cosa.  (Nebrija  y  Te- 
1071).  Es  el  cu&karo  arr-etsí  cobrar  fuerzas  ó  arr,  como 
'**</»  coRrandecer,  ouí-fíSí  elegir,  eííerr-<?/ji*  admirar,  gíitz-etsi 
,»pfolttr,  Off-tf/:s/ aprobar.  Un  cfeclo  «n  Asturias  arrechar  vale  salEr 
I  (uena  d  ttftu,  y  en  gallego  recho  es  tieso  y  recio.   Es,  pues, 
'  vartzuitc  antigua  de  arreciar,  arrec-il  avenida  repentina  contó 
dttr  a4iuri.ino.  En  Álava  arrecho  brioso,   tieso;  palabra  que 
»i<n  se  lee  en  ei  poema  de  José  (78). 
Arreoh-ailo,  atiesado  (Tesoro  1671). 
tA      '     'in-durn.    acción  y  efecto  de  arrecha-r,  apelitode' 
JA  y  Tesoro  167!). 
'Vrretrfa-iirbn,  dimin.  de  arrcch-ar.  es  arranque  ó  cosa  re- 
botina  que  sobreviene,  como  indisposición,  decisión  repentina. 


»'i!  Origen  y  vida  DEL 


como  en  asturiano  arrech-ar.  Le  vino  un  arrechucho,  le  dio  un  arre- 
chucho, ¿qué  arrechucho  es  ese?  Son  maneras  de  decir  vulgares. 

Api"ech-a«la,  en  Argentina  mujer  cachonda,  es  decir  d( 
rejo  y  reciura. 

AtTOch-o,  posv.  de  arrech-ar  {Tesor.  1671). 

Arrech-o,  adjet.,  tieso,  recio,  enhiesto  (Tesor.  1671);  e 
variante  de  recio;  en  Gallego  rccho.  En  Honduras  dura  con  el  valo' 
de  berriondo,  rijoso,  como  arrechada  y  arrechadura,  en  Álava  coi 
los  de  brioso,  tieso,  erguido.  Poem.José  (c.  76  v.  3). 

Racht-sol  (al),  en  Salamanca  sitio  donde  el  sol  tiene  má 
fuerza,  de  racho,  por  recho,  arrecho. 

Racha.  Dícese  una  racha  de  viento,  ó  metafóricamente  dt 
otra  cosa,  movimiento  ó  capricho.  Es  un  golpe  recio,  como  arrech 
ucho,  y  en  Asturias  arrech-ar;  díjose  por  recho,  arrecho. 

Arreciar,  variante  dearrechar,  cobrar  fuerzas,  convalecien- 
do ó  creciendo  en  ellas,  es  decir  ponerse  recio.  En  el  Cid  (1291)  se 
dice  del  obispo  de  Valencia:  De  pié  e  de  cauallo  mucho  era  areziado; 
y  en  Álava  arrecho  brioso,  tieso. 

Intrans.  A.  Alv.  SUv.  Fer.  4  Dom.  3  caar.  14  c.  §  2:  Les  pidid 
consintiesen  que  entre  ellos  arreciasen  y  convaleciesen  ciertos 
enfermos.  Torr.  F/7.  mor.  Z,/^:  Nadie  se  fie  de  mar,  donde  si  al 
principio  sopla  blando  el  viento,  luego  arrecia  y  se  embravece.  Guev. 
Men,  Corte  6:  Todo  cocido,  sino  tienen  dientes;  todo  asado,  si  quie- 
ren arreciar. 

Reflex.  Celest.  XV,  p.  163:  Esfuerza  tu  fuerza,  abiuatu  corazón, 
arreziate  de  manera  que.  Id.  IV,  p.  50:  Que  se  le  arrezió  desde  ur 
rato  acá  el  mal. 

Recio,  fuerte,  robusto,  tieso,  adj.  y  adv.  Es  variante  del  galle 
go  recho,  de!  cast.  arrecho,  de  arrechar  y  arreciar.  QaiJ.  1,18:  Arroja 
de  sí  más  recio  que  una  escopeta  cuanto  dentro  tenía.  (Con  el  valoi 
del  arrechar  asturiano).  Inc.  Garcil,  Coment.  2,2,4:  Que  andabaí 
en  unos  animales,  que  llamaban  caballos,  que  eran  tan  fuertes  ] 
recios,  que  mil  ni  dos  mil  indios  no  eran  parte  para  resistir  un  caba- 
llo. Lope  Dorot.  f.  1 4;  Llama  recio,  si  no  te  duele  la  mano. 

Metáf.  Quij.  1,28:  Le  había  tomado  un  recio  desmayo.  Id.  1,50 
Oyeron  un  recio  estruendo. 

En  parfícular  de  la  complexión  y  humor.  Qu(¡,  1,1:  De  cotnple 


28.  recio. 


83 


I  recia.  ^..,  n.  p.  321:  Sufrildes  su  recia  condición.  A.  Ai.v.  Silv. 
T.  6  dom.  4  cuar.  tt  c.  §  2:  Mira  que  tengo  reda  condición,  que 
!  (fe  liH  celosos. 

Ediarse  ano  de  recio,  apurará  uno  para  que  haga  ó  deje  de 

'  retío»  no  doblegarse  á.  Bosc.  Cortes.  234:  El  obispo  cs- 
ü»  rcoo,  y  no  quería  por  manera  alguna  escnchalle. 
Hsbtar  recio,  en  voz  alia. 

Hücasete  recio,  duro,  insoporLible.  S,  Ter.  Futid.  3:  Mas  pen- 
[artubunde  lomarlas  compañeras  á  su  casa  con  la  contiadiciófl 
|<vtubún  ^lido.  haciaseme  recio. 

Oir,  y  ver,  y  callar,  recias  cosas  son  de  obrar,  c-  1 54. 
ffícío  de,  dífidl  de.  Bosc.  Cortes.  392:  Todas  estas  cosas  son 
.  d«  hacer,  que. 

caso  recial  recia  cosa.  Valderrama  E¡.  4  Dom.  cuar.:  Casoil 

I  re» (5  que  no  hubo  allí  uno  que  despertara  las  esperanzas  del  olro. 

Str  cosa  recia,  insufrible.  Ruf,  dich.  j.  I :  Por  Dios,  que  es  cosa 

;du  hay   pacicnda    que  lo  pueda  llevar.  J.  Pjn.  Agr.  20,36: 

I  cosa  mr  parece  ser  condenado  el  deseo  de  lo  bueno.  Qatj.  ] , 

Bces  recia  cosa  y  que  no  se  puede  llevaren  paciencia,  andar... 

irse  un  hombre  &  sangre  fria,  es  cosa  recia. 

.    -.^-^  .ccia  es  que. 

Tmer  recio  en,  persistir.  .Mariana  H.  E.  4, 1 3:  Tuvo  recio  en  su 

i  '  «•i:i-iiif>ii(<*.  de  recio.  Gomar.  H.  ¡nd,  201:  Comenzá  á 

wlc  \'.  S,  de  Setiembre,  y   llovirt  reciamente  aquel  y  otros 
I  indias  siauicnlcs.  Aroíns.  Maluc.  3,  pl.  1 20:  Y  aunque  forcejean- 
püf  desasirse. 
-.-tii*n.  J.  Pin.  >tigT.  23,13:  Como  Dios  baya  hecho  al 
•:ril   blando  y  tierno;  y  la  ira  importe  reciura  y  braw 
M:  Lm'í  muchas  coyunturas  no  ayudan  á  la  reciura  y  fuerza. 
5>:,  //.  Pont.  ^,26.1 1:  Mientras  ditró  h  reciura  del  invierno. 
RM*¡-i»<liiinliPe.  S,  Ti:ri-'5a   Vida  5:  En   esta  reciedumbre 
ai  no  otaría  más  de  tres  meses. 

■U,  golpe  de  agua  {Tesor.  1671),  adj.  -it  del  primitivo 
*^  -  .       .londe  recio,  con  el  valor  asturiano  de  arrechar  y  de 


84  Origen  y  vida  del  lenguaje 

A-prec-ent>-ap,  esforzarse,  cobrar  fuerzas,  de  arreci-ar,  re- 
cio. A.  Alv.  SíIv.  Dom>  2  caar.  8  c:  Muchos  pecadores  hay  que  de 
unos  pecados  arrecientan  para  otros,  y  apenas  tienen  acabados  los 
unos,  cuando  ya  están  aplazando  ios  otros. 

Apppct^cho,  bravura,  reciura  de  condición;  de  arreci-ar. 
Jineta p.  38:  Mas  gusto  es  matallo  (el  venado)  en  esa  sierra  á  la  bra- 
ma ó  arrececho,  que  no  en  un  coto  donde  están  mansos. 

Appeeipse,  lo  mismo  que  arrechar,  quedarse  duro  y  tieso, 
recio,  por  el  frío.  Solo  conocen  los  romanistas  el  rigidus,  que  traen 
como  origen  de  estos  verbos;  pero  en  castellano  hubiera  dado  *  rído 
ó  *  reido,  ít.  ridi,  piam.  reidi,  fr.  ant.  roit,  fr.  raide.  Si  para  estos  ca- 
sos no  valen  las  leyes  fonéticas  más  aseveradas,  ¿para  qué  sirven? 
Esteban  \y.  A  la  mañana  amanecimos  arrecidos,  por  ser  cerca  de 
navidad.  Hita  940;  Yo  con  miedo  et  arresido  prometil  una  guar- 
nacha.  Id.  966:  yo,  con  miedo  E  aResido.  Id.  982:  que,  ayuno  E 
arrecido  non  omne  podría  solasar. 

Kejo,  robustez,  fortaleza,  reciura.  Es,  con  su  variante  racha^ 
por  rech-a,  y  el  gallego  recho,  el  posverbal  de  arrechar,  arreciar;  en 
gall.  rej-er  tener  fuerza,  rejo  fuerza.  Quij.  1,25:  Qué  rejo  que  tiene 
y  que  voz.  Id.  2,13:  Y  qué  rejo  debe  de  tener  la  bellaca. 

Cinto  recio  de  cuero.  Torr.  Naharr.  I,  136:  Her  barreñas  y  cu- 
chares, /  hondas  y  rejos  á  pares.  SAnchez  Badajoz  Recop.  I,  p.  258: 
Quiero  her  en  este  rejo  /  una  lazada,  á  la  fé  /  y  bailando  asille  el 
pié.  Id.  p.  277:  Soga,  guindaleta  ó  rejo  /  no  os  faltará,  juro  á  ños. 
/  Vos  haréis  una  de  dos.  /  Ahorcar  ó  despenar.  De  aquí  en  América 
azote,  látigo,  disciplinas. 

De  buen  rejo.  Píe.  Just.  2,2,4:  Lo  cual  yo  hacía  de  buen 
rejo.  Ming.  /?ev.  1:  Porque  traes  tal  sobre  cejo,  /  andas  esta  madru- 
gada /  la  cabeza  desgreñada,  /  no  te  llotras  de  buen  rejo. 

Rej-udo,  que  tiene  rej-o  ó  correa,  correoso,  como  la  mel- 
cocha. 

Rej-epa,  en  naut.  codera  que  se  da  por  la  popa,  ó  cabo  grue- 
so para  sujetar  el  buque;  de  rej-o. 

A-ppejei^apse,  en  naut.  amarrarse  con  rejer-a. 
En-pej-ap,  en  Venezuela  atar  el  becerro  á  la  pierna  de  la  va- 
ca; en  Cuba  poner  la  soga  á  la  vaca,  al  ternero,  etc.  Viene  de  rej-o, 
que  en  Cuba  es  la  soga  con  que  se  amarra  del  pescuezo  el  ternero 


29.  arsus. 


85 


ih  nca,  s«  U  enreja,  mientras  se  la  erdena;  ^i  esta  es  mansa  y  no 
■coaita  itarse,  se  dice  rejega.  Aqui  rej-o  y  en-rejar  vienen  de  la 
niz  de  recio,  airecUr,  siijelar. 

RiJ^ii.  en  la  Germ.  ;ifírmación  recia,  de  rej-o. 

Ari-«'jiiquv,  ni*rnja«]iie.  Iiorca  de  hierro  de  tres  púas,  y 
ftaunind  francés  ó  marlinelto  ilalíano,  ave.  Ofjose  de  rej-o^  del 
Ar  y  asegurar  con  fuerza,  como  enrejar.  J.  Pin.  Agr.  4^9;  Los  que 
Imín  arrejaques  6  vencejos. 

Sf^iin  lo  dicho,  recho,  recio  y  rejo  son  tina  misma  cosa.  Las  vo- 
cc>-  '  ":  con  las  silbantes  tz,  is,  z  Jan  en  castellano  varianlej 
COTí  . -.^.  >:.  J.  Es  íey  foricíica,  que  lial taremos  en  no  pocas  pala- 
kis«  y  nace  de  la  dificultad  para  los  castellanos  de  pronunciar  las 
fllluiitei  del  euskera. 

lH»**-:»t*i^«p,  desanimarse,  perder  el  brío  y  ánimo,  descora- 
aiaiise.  Del  arta  brío,  en  eiiskera.  Behc.  Sig.  10:  Desarraran  los 
«mts,  iranie  a  perder.  Dutlo  89;  Non  quieras  desarrar.  fAü.  591: 
Moñófe  la  tempesta,  una  orielfa  brava  /  desarró  e]  maestro  que  la 
Uve  Sil  (aba. 

Ih>««-npr-afl<»,  triste,  desconsolado,  descorazonado.  Altx. 
462:  Pins  con  el  roído  parósse  dcsarrado.  Id.  638:  Tovos  por  en- 

fBaoilu,    Q' ""  el  corazón,  paros  desarrado.   Id.  682:    Eran 

«talen  lodi  .cgos  desarrados,  /  De  conquirir  i  Troya  csta- 

itt  desüuzados.  Unte.  S.   DQtn,  409:   Albergat  los  romeos  que 
desairados. 

>arr-o,  posv.  de  desarr-ar,  desaliento.   Bcrc.  S.  Af.  343: 
todo  d  dcsarro  que  lisera  vcntdo  {á  los  padres  por  la  muerte 
4e  Ufta  hip).  AWx.  679:  iMas  con  el  grant  desarro  avíelas  olvidadas. 

tKntitrm-inienio.  Be^rc.  5.  Or.  &5:  Estaba  atordída  en 
irut  desarramicnto. 


r<i» 


T^.  1 1  t^-n  ^iLiii[)ie  tue  conocido  por  sus  garras  ó  zarpas,  que 
¡  *»  ws  irnws,  con  Us  cuales  aferra  y  estruja.  Qué  mucho  se  llamara 
ddetts  muctus  zarpas  ó  ar-Ua?  Por  lo  mismo  este  nombre  tam- 
Moi  áicnifíca  lo  que  agarr»  muclio,  la  pieza  de  hilo  ó  de  alambre  con 
qttex  rmibrc  el  anzuelo,  la  pala  del  mismo,  y  zaranda,  y  pedregal 
«B  cuiTiitj  vcfttniK  que  a/T,  arr-i  vale  piedra:  es  abundancjal  de 
I  ^ff-  U  junnda  <uena  también  ar-ize,  término  que  igualmente  va!e 


^^ 


86  Origen  y  vida  del  lenguaje 

recepción,  el  coger,  artza-tu  cribar,  zarandar,  artz-ari  zarandero,  6 
artz-lari;  zaranda  también  cr-za,  o  séase  e'  crtza  oso. 

El  oso  habitó  un  tiempo  por  toda  Europa  y  Asia  menor,  donde 
abundaban  tupidos  matorrales  y  bosques  cerrados;  después  quedóse 
remontado  por  las  montañas,  donde  todavía  dura  en  no  pocas 
comarcas.  Conociéronle  ios  primitivos  I-E  en  el  sud  de  Rusia,  y 
tiene  un  nombre  común  en  todas  nuestras  lenguas,  bien  que  algún 
tanto  corrompido.  La  silbante  euskérica  tz  pudo  dar  x-  en  griego, 
ksh  en  sanskrit?  Hay  quien  saca  orcus  el  huergo  y  el  ogro  de  opx-oc 
y  ápJí-KjKoí  que  valen  el  primero  oso,  el  segundo  pantera  pequeña.  Sí 
la  raíz  fué  ark,  pertenecerían  estos  nombres  al  arki  coger,  ¿pxeio^ 
arceo;  pero  fuera  gran  casualidad  que  sonase  el  nombre  del  oso  de 
manera  tan  parecida  en  estas  y  en  otras  lenjjuas,  en  las  cuales  la  deri- 
vación del  euskera  artz  es  manifiesta.  El  griego  lo  llama  opxxoc,  que 
pudiera  ser  derivado  -to;  del  tema  anterior,  el  skt.  rkshas,  el  latírv 
ars-as,  tal  vez  por  urcsas,  y  del  latín  salieron  quizá  el  irl.  ursa,  com^ 
ors,  arem.  arz.  En  zend.  aresha,  que  es  el  artz  euskérico  con  la 
parásita  e  propia  de  este  idioma  y  que  no  tienen  las  demás  iranias; 
en  pamir  yursh  con  la  a  del  latín,  en  curdo  art-tch,  arm.  ardj,  en 
albanés  ar-i,  arash-ke,  oseta  ars,  id.  art,  cimr.  arth.  Las  germánicas 
y  leto-eslavas  perdieron  el  vocablo  con  esta  acepción,  por  haberlo 
aplicado  al  demonio  (Keller,  Tiere  d.  kl.  Altert  p.  109),  y  se  l!ani6 
el  oso  en  ant.  al.  bsro,  ags.  béra,  norso  byorn,  propiamente  el  negro 
ó  brunnus  (lit.  béras^a.\  braun),  al.  B&r.  En  las  eslavas  vale  el 
mugidor,  esl.  metchiku,  mefckika  (skt.  makaka);  y  el  que  come- 
miel,  esl.  medvedu,  ruso  mishka  (lit.  meszka). 

«El  ogro  de  los  cuentos  populares,  dice  Regnaud  (Comment 
naissent  les  mythes  p.  27),  es  el  descendiente  del  rakshas  védico, 
el  rapaz  detentor.»  Es  el  que  engulle  las  cosas  del  sacrificio,  que- 
después  en  el  Ramayana  se  convierte  en  los  Rakshasas  ó  demonios 
horribles  y  dañinos.  El  origen  del  mito  es  pastoril.  El  oso  y  el  lobo 
en  los  Vedas  (Rígved.  Vil,  24,27)  significan  todo  aquello  que- 
puede  embarazar  ó  impedir  la  celebración  del  sacrificio:  el  rksha  6 
opxToc,  del  cual  el  Pulgarito  fué  guardián  ó  apxT-oüpo;,  Arturo, 

30.    Arzn,  aparejo  para  izar,  coger  en  náutica,  estrobo,  eslingst^ 
roñada,  gazz.  Es  el  euskaro  arts  lo  que  coge  mucho,  oso. 


tO.  eso. 


87 


Arce,  arr-ci»,  mareen  por  donde  algo  se-  coge,  orilla,  luego 
I  en  Araron.  De  arz-a,  art».  Mend.  Tcor.  y  pract.  guerra  I  78: 
[Muufafá  q-.jc  lod.1  la  arlillcria  sobre  cE  arcén  ó  borde  de 

i  ribera  i\uc  i-  ^u.tic  pasar.  Usas::  todavía  pt-.r  mar^yeii  ü  orilla  en 
inirpco. 

Ant-<Vii,  ftislc  delantero  ú  iiasero  «Je  b  silla  de  montar.  De 

an:-  '  •  se  agarra  el  jinclc,  Quij,  1,20:  Puso  la  una  mano 

1 1.  -  .  -    - iero.  Id.   1,30:   Llevaba  colgado  del  arzón  del.-íti- 

.  Cfon.  gen.  píe,  4:  Le  quebrantó  el  arzón  de  la  silla. 

Ea  Honduras,  Colombia,  arción  por  ación  ó  correa  del  estribo, 
[pOríCT\-ir  timbk'n  para  asir,  pues  de  asir  viene  ación:  contaminá- 
[lonsoickijn  y  arzón  diindo  arción  [Cueiívo.  Apnnt.  ^21). 

Es  AUva  arzón  vale  scibeo.  donde  aparece  d  significado  etímo- 
f^  ir. 

A_   .  I     i   '  '  ::.    [i  ajile  ación  ó  arción. 

Arz-oll««  en  Salamanca  la  centaurea  ornnLt,  y  la  cscrufularli 

■\rj-iir.  de  artí,  desbarrar,  ccn  la  vnricdíiil  lí?  silbanlcs  anlcs 
^«*?   ^k.  Just,  2,3, !  ,2:  Un  grepucsco  de  sarja  ó  por  mejor  decir, 
puro  roto  y  descocido. 
'  tirsus;  it.  oTso.  rum.  urs,  prov.  or?,  iirs,  Tr.  ours,  caL' 

-    QuiJ-  2,3'i:  He  l''s  osos  seas  comido,  como  Fabila  el 
j. 
C.-^Ti  en  oso,  del  ico  ó  desaseado, 
r    .  j,  .»,(,  (ifl  ^t¡Q^  del  fciraiJo. 

«7,  el  payaso  y  Eiaznicreir,  cortejar. 

iLcírk  el  oso,  del  enamorada  que  ronda  á  la  moza. 

,/j  JSij'        '         ¡iSn  de  sorpresa  ó  asombro. 

U  otJ.j  ,v  .    :    ,   '  (•/  OSO,  la  rosca,  e!  amor. 

Ou  mayar  y  menor,  las  constelaciones  polares,  que  vulgar- 
I  ■artese  lUman  carro  mayor  y  menor. 

fianei  que  se  va  d  tragar  la  oso,  del  de  genio  violento  y  gcs- 
ibnncof. 

Punte  un  oso,  del  feo  6  del  que  lleva  el  peto  alborotado  ó  bar»] 
ftKihomscadas. 

Oa-etfio,  cachorro  de  la  os-a.  Monter,  Atf.  \.   I,  c.  27: 
CMOíte  acKscicrc  que  los  monleros  faílarcn  osa  con  oscsnos. 


88  Origen  v  vida  del  lenguaje 

Os-era,  cueva  del  os-o.  Monter.  Alf.  I.  1 ,  c.  4:  Lo  más  grave 

del  monlero  de  pié...  en  saber  levantar  el  oso  en  el  tiempo  que  sale 
de  la  osera. 

<ls-epo,  como  os-era.  Corr.  117:  En  Febrero  sale  el  oso  del 
osero. 

31.  Negros  nos  hubiéramos  visto  para  dar  nosotros  nombre  á 
las  piedras.  Y  con  todo  la  metáfora  que  de  ellas  sacamos  es  la  de  la 
dureza.  Más  duro  que  un  pedernal  ó  que  una  piedra,  empedernirse, 
petrificarse,  es  decir,  hacerse  sólido,  macizo,  piedra.  De  su  dureza 
llamaron,  pues,  la  piedra,  de  lo  apretado  de  sus  moléculas,  aún  ha- 
blando en  química  moderna.  Ahora  bien,  ese  endurecerse  ó  apretarse 
no  podía  tomarse  más  que  de  lo  subjetivo,  como  todo  lo  demás, 
del  aferrar  y  coger  humano,  que  es,con  las  manos.  El  empeño  ó  afe- 
rramiento dícese  arra-t,  onomatopeya  de  ana,  y  arrat  es  además  el 
pedernal  y  eslabón.  Piedra  es  arr-i,  atributivo  -i  de  an,  aquello  de 
quien  es  propio  el  ser  macizo,  aferrado,  cogido,  y  así  en  los  deriva- 
dos hállase  no  solo  arri-,  sino  arr-  dureza,  aferramiento.  Caverna 
es  ar-pe,  es  decir,  bajo  piedra  ó  dureza,  roca  arr-aitz  ó  punta  y  pe- 
ña de  piedra,  espacio  pedregoso  ó  resquicio  entre  rocas  arr-arte, 
pared  de  piedra  arr-esi,  arr-asi,  amurallar  arrasi-z-tatu,  pesebre 
de  piedra  arr-aska,  reventón  ó  pedregal,  lastra,  roca  ar-ka-di,  peñas- 
co suelto  ó  galga  ar-kaiz,  es  decir  piedra  mala,  peligrosa.  Lastra 
arr-at-al,  puerta  rústica,  de  una  piedra  y  un  palo  atravesado,  arr- 
ate,  cantera  arr-egi,  ar-di,  casa  de  piedra  arr-etche,  escollo  ar-ta, 
es  decir,  donde  hay  piedra,  pizarra  ó  piedra  blan.^a  ar-bera,  ó  por 
lo  negra  ar-bel,  losa  dr-/as/a,  piedra  labrada  ó  sillar  ar-/a/ií/u,  ofi- 
cio de  cantero  arlan-tza,  peldaño  de  piedra  ar-mail,  ar-mal,  pica- 
cho ar-mo,  ar-moka,  muro  de  piedra  flr-/nora,  roca  ó  mucha  pie- 
dra, pedrusco  ar-sa,  cueva  ar-zÍÍo,  ar-zalo,  piedra  blanca  ar-zur/, 
pedregal  en  un  terreno  ar-mol  ó  montón  (mol)  de  piedras. 

De  arri,  el  pedrisco  que  cae  como  una  Inanga  ó  ramaje  y  su 
nube  arrí-abar,  arrí-adar,  de  abar  ó  adar  rama,  como  dicen  los 
campesinos  en  Castilla,  una  rama  de  agua.  El  tiro  de  piedra  arri-be- 
sain,  arri-iraitsa,  arri-kalda,  piedra  viva  arri-bizi,  losa  ó  piedra  an- 
cha arri-zabal,  pedregal  arri-tza,  pedregoso  arrí-tsu,  cantera  arri- 
0bí,  6  arr-obi,  piedra  jaspeada  ani-nabar. 


3?.  risco. 


89 


qucdarae  pasnudo,  extrañado,  cual  piedra,  petrificado,  es 
I,  es  decir  luccrsc  piedra,  el  palmado  y  admirado  arri-garrí, 
arri-giii,  i  pedradas  crri-^Oj  apedrear  arri-katii,  a rrika 
,  pednuls  ani-ka-da,  arri-kaídi,  apedrea  i  arrikaldi-iu,  arrikaí- 
iútSt  arríkaidi-S'katu,  apedreador  arri-kari.  El  guijo  ó  punta 
liedra  arri-kazkúr,  arri-kaskor,  arri-kirri,  orrikiskirri,  arri- 
crrikoskor. 

,  de  piedra  arrí-tn,  arri-ko,  andtr  entre  piedras  arris-ka- 
[de  arrí-z,  de  piedra,  piedre7uela  ó  junta  de  peñasco  arris-ko, 
orada  de  {¡nmi^o  orri-te. 

Ai*r-lz.  De  piedra,  hecho  piedra  de  asombro,  el  euskaro 
I  ptsmarse,  hacerse  piedra,  de  arri  piedra;  tal  un  vizcaíno  en 
Dtc5:  Casa  cd.  j.  ]:  Qw  pues  no  por  aSlf,  que  por  ta  senda  / 
ir  arriz  en  ptajra. 
AHn-Ui-St  en  la  Oerni.  piedras,  del  arriz,  ta  donde  hay. 
Ar-bd,  en  Álava  lo  que  en  las  piezas  ha  perdido  la  lierra 
apareciendo  la  roca,  de  ar-bel  loha  ó  piedra  pómez,  ar 


rmuellas  ó  arroii4rlle,  3a  planta  que  en  ír.  llaman 
de  roche  roca,  lat  alríplex,  pg.  armóles,  armólas.  Del  eiis- 
tnnola,  pedre^t  en  un  terreno  á  armo  picacho.  En  la  tiíera 
\  hrt^fm  armoll. 
KÍaco,  es  el  euskaro  arriz-ko  pefíasco,  adj:  -ko  de  ani-z  de 
Korting  dic«  que  de  resecare  cortar.  En  prov.  risqiie,  lang. 
RMvjcuc.  arri^ue,  arrise,  mars.  risco,  anl.  prov.  rezcgue,  caí. 
irrí'c,   pg.  rÍ5fCO,  il.  ri^chio,  risico,  baj.  lat.  riscus.  ír.  rtsque: 
e  tuem  de  Hspana  con  ía  acepción  metafórica  de  riesgo, 
pc9Ka3-  Qüij'  t,20:  De  algunos  grandes  y  levantados  riscos  se  des- 
ihi.  Id.   1,23:  Iba  sallando    un  hombre  de  risco  en  risco  y  de 
en  inaU.  Zamimia  Mon,  mist.  pte.  3  Expect.  S.  Ana:  Todo  peso 
a)  pecAiSo,  ni  loe  montes,  ni  los  riscos,  ni  los  peñascos,  no  pe- 
tanto. 

Como  riscon,  del  bnijco  y  áspero. 

IÍUc«ui»o.  que  tiene  riscos,  A.  Atv.  SÍÍv.  Dom.  4  adv.  5  CJ 
o  montaña  rifcosa. 


90  Origen  y  vida  del  lenüuajc 


Híscal,   peñascal  ó  siíio  de  risc-os,  en  documento  de  123^' 
(Mem.Acad.  ///s/.  8,58). 

.\»'i'¡sc-ar,  propiamente  andar  por  riscos,  de  donde  andar 
en  peligros;  il.  arrischiare,  rischiare,  prov.  arrisca,  fr.  risquer,  pg.  y 
cat.  arriscar.  En  Bogotá  arriscar  es  levantar,  como  arriscar  el  ala  del 
sombrero,  nariz  arriscada  ó  respingada;  el  arresgar,  común  en  Alar- 
cón,  es  vulgar  en  algunas  partes  de  América.  Risco  viene  de  arrisc-o» 
de  donde  salió  arrisc-ar.  En  Boal  de  Asturias  arrisgarse. 

Intrans.  Pinc.  FU.  poet,  ai  lector.  Determiné  á  arriscar  por  I& 
socorrer.  Valdés  Dial,  leng.:  Arriscar  por  aventurar  tengo  por  buen 
vocablo,  aunque  no  lo  usamos  mucho;  y  así  arriscar  como  apriscar^ 
que  también  me  contenta,  creo  habemos  desechado,  porque  tienen 
del  pastoril.  A  mi  bien  me  contenían,  y  bien  los  usa  el  refrán  pasto- 
ril que  dice;  Quien  no  arrisca  no  aprisca. 

Trans.  Poner  á  peligro  Pie.  Just.  2,2, 1 :  El  orgullo  de  un  triunfo- 
hace  los  ánimos  invencibles  y  los  arrisca  y  dispone  para  emprender 
nuevas  hazañas.  Vid.  pie.  41:  Arriscan  su  pobreza  al  treinta  y  uno., 
Valderrama  £/.  Viern.  3  dom.  cuar.:  Y  arriscan  la  vida  que  no  tie- 
ne precio.  T.  Naharr.  I,  104:  Que  por  la  menor  oveja /arriscaba  II. 
pelleja.  S.  Ter.  Vida  34:  Se  hacen  ya  gente  determinada  á  arriscar 
mil  vidas  por  Dios.  Mariana  H.  E.  17,3:  Le  suplicaron  no  quisiese 
arriscar  su  persona  y  con  ella  el  bien  y  salud  de!  reino.  S.  Ter.  VidBt 
16:  No  hay  exclavo  que  no  lo  arrisque  todo  por  rescatarse. 

Refltx.  Andar  por  riscos  y  aventurarse  y  atreverse,  a,  en,  contra,. 
por.  Laguna  Diosc.  ep.  nunc:  Arriscándome  por  barrancos  y  peli- 
grosos despeñaderos.  Valderrama  £/,  Lun.  3  dom.  caar.:  Se  arriscó 
contra  la  potencia  de  Holofemes.  Id.  Desc:  Ni  se  arriscaron  las  olas.; 
Id.  Resarr.:  A  todo  se  oponen,  á  todo  se  aventuran  y  arriscan.  Gr, 
Sultj.  2:  A  gran  peligro  se  arrisca.  Mariana  H.  E.  18,Q:  Como  hom-- 
bre  astuto  quería  desde  allí  estarse  á  la  mira  sin  arriscarse  en  nada. 
Id.  3,12:  Con  esto  Sertorio  desmayó  de  manera,  que  por  no  fiarse  en 
sus  fuerzas  ni  arriscarse  á  venir  á  las  manos  con  e!  enemigo.  Valde-^ 
RRAMA,  Fer.  5  dom.  2  caar.:  Una  gallina....  azorarse  contra  un  milano- 
y  arriscarse  contra  mil  personas.  J.  Pin.  Agr.  32,12:  Aunque  haya 
el  pastor  de  andar  al  sol  y  al  agua  y  frió  y  se  debe  arriscar  contra  loa 
tobos  y  ladrones  por  las  defender.  También  despeñarse  las  reses  por 


32.  risco. 


91 


en  d  Tesoro  de  1671  ariscar  por  arriscar,  y  además  con 
antñar,  por  las  g^uijas  y  puntas  de  las  rocas. 
no  arrisca,  no  aprisca. 
l«C!— ado,  partic.  dt  .trrtsc-arse,  y  como  adjetivo  alicvido, 
D.  VcoA  Santiago:  Los  primeros  y  m.is  arriscados  i 
lid  mar  Bermtjo.  Ra/.  dick.j.  1:   Vo,  aunque  soy  mozo 
Mariana  H.  E.  8,7:  Quince  mil   infantes,  pero  muy  \fa- 
'  en  d  pelear  y  arnscados.  Erg.  Arauc.  4:  Hacen  de  sus  per- 
arriscadas  /  de  esfuerzo  y  fuerza  pruebas  señaladas.  Roa 
ifAa  2,2:  El  caballo  Ktneroso  y  arriscado...  muestra  en  el  fuego 
I  respiración  y  cti  la  gallardía  del   lioDarse,  que  le  falta  no   el 
,1010  ri  campo  para  la  carrera. 
Ea  1»  Oerinanfa  pendenciero^  que  se  a(rave  á  todos. 
1  Tunhién  vale  empinado,  como  alto  risco  J.  Pin.  Agr.  1,\  2:  En^ 
ilifvrcele  arriscado  del  monte.  De  aquí  por  reniangado,  respinga^ 
ládtDmbrero,  de  la  niríz,  etc. 

<*~o.  Posv.  de  arrisc-ar,  riesgo,  peligro,  J,  Enc.  384. 
M-.j.iS  /  que  por  mf  son  ya  pasadoSr  ■'  los  peligros,  losarris- 
JANAA.  I,  71:  Que  más  ufano  muriera  /  cuando  estaba  en 


1«<|u««.  posv.  de  arrisc-ar,  riesgo  ó  peligro,  en  Aragón. 

Ar,  f.  74:  La  dicha  arrendación  haya  de  correr  y  corra  a 

que,  príigTo  y  caso  fortuilo  del  dicho  arrendador. 

rrrl»ra-inÍ€?«ito.   osadía,   acción   de   arrisca-rse.   Fr.   J. 

r-      ."'.-'s  csiad.  1,7:  Si  un  arriscamiento  repentino  del  alma, 

'y:i  de  prcslo  puede  tanto,  ¿qué  no  hará  una  rcsolu- 

iCrme^ 

rlscx-Arfle  ó   ilprri*«cai*««^    caer   rodando  por 
s.  Am.  Dios  1,32:  Como  la  fuenle,  que  nace  en  un  risco 
viene  desriscando  y  quebrantando  de  peña  en  peña. 
«var.  De  risc-o,  por  derribar  en  Corr.  145:  Yesca 
f  eslabón  que  lo  derriesca. 
I«u*-«r,  encumbrar,  subir  entre  risc-os,  física  ó  moral- 
Trans.  Gutv.  Mtn.  Corte  I :  Quién  me  enriscó  á  mí  en  la 
de  b  soberbia,  sino  sola   mi  presunción   y   locura?  Leóm 
;  V  bs  tira  siempre  hacía  si  mismo  y  las  enrisca  cu  su  altcxa 
h  á  la»  almas). 


92  Okiqcn  y  vida  del  lenoujue 


Reflex.  Valderrama  Ej.  Viern.  3  dom.  citar,:  Allí  donde  se 
can  y  como  se  prenden.  Mariana  H.  E.  10,9:  Parte  se  fortificaro 
en  los  pueblos  y  castillos,  parte  se  enriscaron  en  las  montañas. 

I*Jnr¡sca-(lo,  partic.  de  enrisc-ar,  y  como  adjetivo  puesto 
lo  alto,  entre  riscos;  metáfor.  osado,  atrevido.  J.  Pin.  Agr.  7,12:  Po 
estar  el  pueblo  en  lo  enriscado  del  monte.  Mariana  H,  E.  3,25:  Po 
morar  en  lugares  fragosos  y  enriscados.  Cabr.  p.  234:  Para  derroci 
la  rebeldía  de  las  conciencias  más  enriscadas.   Cespcd.  Pint.:  Qol 
mucho  si  la  edad  hambrienta  lleva  /  las  peñas  enriscadas  y  subidaii 

En  Venezuela  valiente,  resuelto,  arriscado.  < 

Ai>ricsg^ap.  Variante  Fonética  de  arriscar.  Los  clásicos  uath 
ron  indistintamente  entrambas.  En  Boal  de  Asturias  arrisgarse, 
atreverse. 

Trans.  Ovalle  H.  Chile  3,3:  De  la  misma  vida,  cuando  es  m 
sario  arriesgarla  por  la  honra  y  libertad.  D.  Veoa  Esp.  S.:  Por 
poco  vendes  tu  libertad  y  arriesgas  tu  salvación.  Id.  Fer.  6  Dom. 
cuar.:  No  seas  tan  animoso,  que  arriesgas  tu  vida.  S.  Ter.  Conc. 
Lo  que  otros  muchos   santos  hicieron,  que  arriesgaron  la  quietud 
vida  por  las  almas. 

Reflex.  Lope  Dav.  pers.  J/I.  p.  5 1 5:  Que  no  te  arriesges  qui 
Alarc.  La  ind.  y  la  suerte   3,5:  Perdonad,  Blanca,  que  yo  / 
quiero  arriesgarme  tanto. 

A.  Tirso  Am.  y  Amist.  3,18:  Mal  haya  el  hombre  celoso,  / 
por  probar  lo  dudoso,  /  se  arriesga  á  perder  lo  cierto.  Alarc.  Favor* 
mundo  2,5:  No  os  arriesguéis  á  un  gran  daño  /  por  la  que, 
«ntiendo,  /  no  os  quiere.  Mor,  VieJ.  y  la  ni/i.  1,5:  ¿Cómo  /  qi 
reis  que  yo  me  arriesgara  /  á  venir  por  un  camino  /  con  él? 

En.  Muñoz  V.  Gran.  3, 11:  V  no  arriesgarse  en  cosa  que  pid 
mucho  reparo. 

Arriesgar  la  pelleja,  verse  en  peligro. 

El  que  no  se  arriesga,  no  pasa  la  mar. 

K¡«s^-ap,  como  arriesgar,  perdida  la  a-  por  tomarse  coi 


IOS 


preposición.  Corr.  111:  En  el  culo  las  tienes;  nunca  las  ríesguek 
(Las  bragas  que  le  dio  el  muchacho).  ' 

Ki«^M^-o.  posv.  de  ríesg-ar  y  sirve  para  suplir  el  arríengo  d^ 
arriesgar,  así  como  arriesgar  suple  hoy  á  nesgar.  En  J.  Enc,  (3M 
arriscos  por  riesgos.   Quij.   r,34:  Lo  cual  no  podía  ser  sin  mudli 


32.  arisco. 


93 


» «lyo.  ZAftAifTA  Dia  f.  Íj9:  Se  navega  sin  riesgo,  y  en  é\  solo 
iu«.  A.  Alv.  Sitv.  Dom.  rom.  5  c.  §  2:  Lo  que  le 
I.  »c  i  es(«  riesgo.  Zamc^ka  Aíon.  mis/.  /JÍe.  J,  Present,: 
JO  las  deja  Dios  y  en  el  primer  asalto  perecieron....  que  toda 
ana  naturaleza  padeciese  riesgo. 

de,  con  peligro  de,  Cacer.  ps.  67:  Teniendo  puesta  la 
dero,  i  ri«go  de  perderla  al  primer  tumbo  de  un  dado. 
i  rk^o  y  vtntara,  venga  lo  que  viniere^  aventurando. 
I  JO  riesgo.  León  Job  1 3,1 3:  Vo  quiero  hablar  á  mi  riesgo  lodo 
:  nc  diere  la  voluntad,  /  venga  lo  que  viniere. 
lodo  ringo.  J.  Pls.  Agr,    14,t8:  Porque  se  hagan  á  todo 
D.  ToRit.  FU.  mor,  10,3:  Pone  el  hombre  á  todo  riesgo  lo  que 


•riesgo.  Valderkama  Ejerc.  Ceniza:  No  por  eso  dejes  de 
.  gritos,  que  aunque  por  ello  corras  riesgo.  Id.  Per.  4, 
.  4  ca<?r_-  Pues  para  que  tú  no  corras  esle  riesgo,  quiero  que 
•  traídas  i  los  ojos  la  muerte.  Id.  Per,  5,  dom,  5 pos.:  Corre 
i>,  si  no  se  guarda  mucho.  A.  Alv.  Silv.  Parí/,  6  c:  Todo 
t  de  su  merecida  eondeiiación  correrá  por  él.  G.  Atf.  2,2,Q: 
nos  mucho  riesgo. 

'^go,  de  to  peligroso,  de  la  persona  arriesgada. 
.....  .,;  ríesgp  de,  á  peligro  de.  Qaij.  !,I:  Podía  estar  al  riesgo 

I  cuchillada. 

•e»  el  riesgo.  Zaíialcta  Díaf.  í,i:  Si  los  ven  meterse 
los  llaman  á  chillidos. 
'  d,  «fi  r/cs;^,  peligro,  J.  Pin.  Agr,  22,5:  Si  alguno  se 
r  otro  en  tales  riesgos.  León  Cos.  20:  V  5í  este  bien  de  bcl- 
I  algún  toreo,  pudieran  por  él  ponerse  á  este  riesgo  los 
Qb(/.  2.3:  Bs  grandísimo  el  riesgo,  á  que  se  pone  el  que. 
ó  peilf{^-09iO,  de  arrcsgar  ú  arriesgar,   que 
:  en  Argentina  por  arriesgado. 
LrtiM*«K  por  arrís-co,  de  arríZ'ko,  lo  propio  de  riscos,  como 
1  dice  mootaráz,  Ispero,  intratable.  Ya  hemos  visto  ariscar  por 
r  ooa  la  misma  suavi2adún  de  la  r.  Pcitro  Vfd.  j.  2:  Qué  ¿tan 
s  Ia  mozo?.  J.  Pin.  Agr.  M'  Arisca  de  condición.  Quttv. 
■  Qf  JM.  S6:  La  visa  arisca  y  la  palabra  tosa,  /  rebosando  la 


y*  Origen  y  ' 

íaz  libros  de  duelos.  O.  Atf.  f.  380:  Hícele  el  amor,  mostróse  a 
dádivas  ablandan  peñas  (alusión  etimológica). 

Ser  arisco  con.  J.  Pin.  Agr.  18,5:  En  ser  las  águilas  tan  a 
con  el  hombre. 

Kipio,  sin  etimología  conocida  y  solo  de  España,  pg. 
ripa;  me  barrunto  viene  del  euskaro  arri-pe,  piedra  de  deba 
dentro,  las  que  se  ponen  para  calzar  y  rellenar  otras  princip: 
díganse  los  sillares;  metáf.  lo  que  sirve  para  rellenar,  como  las 
bras  inútiles  para  rellenar  el  verso.  Sen.  CorneL:  Que  los  tal 
desechan  ripio.  L.  Qrac.  Crit.  2,1:  Tanto  libro  inútil,  ripio  dí 
das.  j.  Pin.  Agr.  3,30:  No  hay  rastro  de  piedras  ni  de  ripios 
que  es  todo  arena. 

Dar  ripio  (á  la  mano),  c.  576.  Hacer  de  peón  de  alba 
metáf.  ayudar.  Cacer.  ps.  80:  Daban  ripio  á  la  mano.  Acarn 
teja  y  ladrillo.  Gall.  esp.  1:  Denme  ripio  /  suficiente  á  la  h 
denme  moros  /  á  las  manos.  G.  Alf.  2,1,2:  Sin  tratar  de  la  enmi 
la  tomaba  como  honra,  dando  ripio  á  la  mano,  cuando  al| 
decían.  Quev.  C.  de  c;  Por  apaciguarlas  empezó  á  darlas  ripi 
mano  á  sabiendas. 

Kipi-ar,  llenar  con  ripio. 

Ripi-oso,  de  mucho  ripi-o. 

33.  Empresa  no  menos  dificultosa  hubo  de  ser  la  de  dar  nc 
á  la  luz.  Échese  el  lector  á  discurrir,  y  si  no  dá  en  lo  que  dien 
hombres  primitivos,  tarea  le  mando.  El  choque  del  pedernal  ó  f 
de  chispa,  fué  el  que  lo  originó.  Llamáronla  ar-gi,  la  hecha  c 
arr-i  ó  piedra.  Tal  es,  por  lo  mismo,  el  origen  del  fuego  ent 
hombres.  No  fué  Prometeo  su  inventor,  sí  el  mantha,  de  c 
Prometeo  parece  derivarse,  significa  rozar  y  ludir  dos  leños,  i 
buscat}an  el  fuego  y  la  luz  los  I-E;  pero  argi  lleva  en  su  etim< 
el  medio  más  primitivo,  el  del  eslabón  y  pedernal.  La  aurora 
alde  es  la  vecina  de  la  luz,  ó  argi-aste  el  comienzo  de  la  mis 
urgi'begi  su  ojo.  Luciente,  ilustre  argi-dun,  ojos  claros  ó  lumt 
los  ojos  begi-argi,  claridad  argi-dura,  argi-era  ó  argi-go,  es 
io  que  tiende  á  ser  luz,  ingenio  y  lumbre  del  alma  argi-da,  1 
de  la  mañana  ó  brillante  argi-izar,  declaración  argi-men,  crepi 
•argi-Mabar  6  luz  tamizada  y  variegada,  por  los  colores  del  iri 


I  en  las  nubes,  lámpara  6  farol  argi-ontzi  é  vaso  de  [uz,  ctara- 

úrgi-ro,   pubtkar  ó  dar  á  la  luz  argi-iara-ia,  claridad  argt- 

^  f  allia  arghtirrint-a,  argian-tcfjtrrint-a,  argi' 

ua,  CÁ  dtcir   cliorriílü  de  llíz,  abrir^ie  \a  luz, 

argi-tsu,  alumbrar^  aclarar  argi-tu,  el  amanecer  ó  alumbrar 

\tie^  argi-aste,  argi-arratze  ó  romper  de  !a  \\\t,   luna  y  cera 

y  orgi-sarí,  argi'zai,  es  decir  pI  que  cuidn  de  h  luz,  el 

stenta,  claridad  de  Ea  Juna  argizai-Uf  primeros  alborea 

i\  rendiji'las,  diispacjiloí  colados  de  luz,  aurora  argiz- 

I  r        '    'a  )tiz.  La  dcc!aiación  ó  argi-men  diférase  venir  del 

,  pero  ar^o  ¿qué  significa  en  lalín?  Nada.  ArgivWt 

era  y  admite  claro  análisis:  ihabráie  visto  el  mocoso  mutil  y 

'  calzas  benncjas  quiere  poner  á  los  lalínislas! 


EJ  argi  luz,  di<5  en  gr.  dpT-óí,  <íp|-^;,  á^-swj^,  ápy-tvíí-siq, 
!■  luz,  blanco  y  brülanle  ó  luminoso.  ápTi-Xi^  arciHa  blanca, 
i¿^  "-.  en  laL  y  arcilla.  En  skt.  responde  arjisna  brillante, 

Unco,  plaU;  oro,  rdja-ti  brillar,  rañj-rifi,  con  nasal 
tcfiir,  colorar,  ó  rúj-üti,  raj-ya-ti,  rak-tas  teñido,  coloreadOi 
i  color,  linie,  raj-akas  el  que  tihinipiea  ú  íifie  la  ropa,  rnjanl 
■T   ri!r.-utTi  p    \  esta  variante  correíiponde  en  gr,  pi^ui  (eñirr 
'  >r,  pÉí"**^  Ji€|-¡ia  tinte,  ■jípvwi¡>u'(é-=-^pu3t,Jia:p¿;. 
Vitn  arga-^re,  -i,  -fum  indicar,  anisar,  srgiiír,   propiamente 
I  ch-     "'  *  :^guere  n-futnr,  argu-men.'am  argumcníOj,  arga- 
ar,  '.  argumenhi-tio;  argiitus  bnllaníe,  sobresa- 

í^  dcvado,  claro  y  penetrante,  especie  de  adjetivo  como  c^r- 
raiHS, '^  ilior  picante,  del  olor  pendrante,  del 

.  y  i...  ._ :al  fmo,  sutil,  argati-ae  finura;  sutileza 

ó  ar^tdas,  argata  exta  son   las  entrañas  claras,  de 
5,  argutae  liíferae  cartas  bien  circunstanciadas. 

-n  ■>-    - --a  piehislórica  junlameniecon  el 
1  con  el  cobre,  oro  y  bronce.  De 
ide  la  plata  <n  nuestra  Península  habla  Estrabon  (/.  3),  En 
;v  en  Hí&sarlik  se  han  hallado  vasos  de  e$le  metal.  Pero  el 
al  conocido  de  los  l-£  antes  de  su  separación  fué  el  cobre, 
I  que  d  Dombre  de  Fa  piala,  aunque  sea  común  ¡i  casi 
cAo6,  ha  debido  proceder  de  un  lugar,  extendiéndose  i  to& 


,  - ..  (. .  1 1  - 


demás.  En  el  Rfgveda  rajata  solo  signifíca  blanco,  brillante,  í 
como  darQüta  visible,  yajata  venerable,  y  solo  en  el  texto 
posterior  Taittirayasamhita  (1,5,1,2)  se  llama  la  plata  r 
hiranyam  oro  blanco,  y  en  el  Atharvaveda  rajata  toma  i 
sustantivo  de  plata. 

Entre  las  célticas  parece  por  primera  vez  en  los  nom 
ciudades  de  la  Galia  Argento-ratam  ó  Estrasburgo,  Argento- 
Argento-varia  (Arzenheim),  Argento-dubrum  {dubrum  agua 
pues  Estrabon  nos  asegura  lo  poco  abundante  que  allí  era 
(I.  4)  y  Diodoro  Sículo  (5,27,1)  añade  que  no  se  sacaba  de  I 
lias,  estos  nombres  tuvieron  que  significar  blanco,  brillante^ 
más.  Argenfo-ratam,  por  ej.,  (irl.  rath  konigsburg)  monte 
Argento-dubrum  aguas  claras.  El  adjetivo  común  en  las  I-E 
nto,  derivado  óeargi,  significó  blanco,  brillante,  y  se  fué  ap 
á  la  plata  en  diversas  épocas,  así  como  con  otros  sufijos  se  le  ai 
Grecia  el  adjetivo  áp^ü-po;,  semejante  a!  arja-na  del  sánskrit 
tas  del  latin  de  parecida  significación,  pero  sin  concretarse  á  I 
Fuera  de  España,  los  yacimientos  mayores  de  plata  para  el  c 
los  del  Asia  menor  en  la  Armenia,  y  de  allí  es  lo  más  creiblt 
extendiera  la  aplicación  concreta  de  este  adjetivo  á  las  otras 
En  armenio  se  dice  arcath,  anteriormente  arjat,  y  de  allí 
Irán  y  á  la  India,  pues  en  la  literatura  indiana  aparece  concn 
vocablo  á  la  plata  al  mismo  tiempo  que  aparece  el  mulo  (ag\ 
el  cual  les  llegó  de  Armenia  (Bradke,  Zar  Methode...,  p.  87 
Armenia  pasó  ciertamente  el  nombre  de  la  plata  al  Cáucaso, 
ro  aratz,  á  trueque  del  del  hierro.  En  las  célticas  formaron  ( 
bre  á  imitación  del  latino  argentam,  como  cra-entas,  sil-enti 
entus.  (R.  Much,  Zeit.f.  d.  Altert.  42,164),  así  en  latín  ar¿ 
ital.  argentom,  gall.  brit.  arganton,  lo  mismo  que  el  albanés 
del  latín.  En  sánskrit  la  plata  se  dice  rajata,  en  el  Avesta  i 
persa  arziz  estaño  y  plomo,  en  gr.  áp^jp-oi;,  áppp-tov,  en  irl.  a 
argat,  airget,  cimr.  ariant,  com.  argans,  arem.  archant,  ce 
hanz.  Entre  los  griegos  corría  la  noticia  de  que  la  plata  hab 
do  de  tierras  no  lejanas  de  la  Armenia  y  el  Caucaso,  del 
Euxino.  Homero  dice  que  de  la  ciudad  'AXúp?)  del  Ponto  (//. 
-njXoOev  éí  *AXúp>j?  oflev  ap^úpou  éort  ^svéíXn).  De  esta  ciuda 
*£aXúpii¡,  trae  Hehn  el  nombre  de  la  plata  silabr  en  godo,  slrt 


o,  arctiía,  naranja. 


97 


í,  sidabras  en  ühiano,  sirablan  en  prusiano,  Siiber  en  alemán. 
(O^S)  ncH  hibb  de  los  cuernos  de  piala  para   beber  de  los 
aos,  y  Tácito  [Germ.  5)  de  vasos  de  piala  como  presente. 
semiUs   debieron  de  conocerla  muclio  antes  que  los  I-E, 
y  ktstf,  asir,  kaspu,  sarpu,  sumer.  ku-babbar;  en  egipcio  hat, 
»c>^iz/,  propiamente  blanco,  üi  plata  fué  rara  antes  de  que  los 
U  Uevasen  de  España  á  todas  partes;  en  Asiría  y  Egipto  al 
los  metales  y  otras  cosas  preciosas  la  anteponen  á  menudo 
[oro.  Li  piala  de  España  fué,  pues,  la  que  extendió  su  comercio, 
el  punió  de  signincarse  el  dinero  por  su  nombre  rij/j'jpwv  y 


15.    Aripén»  dljose  de  argenlum. 

Q^iin  titrte  argén,  tiene  todo  bien.  (Argén,  ó  argento,  es  plata.) 
[340  y  L  Qrac.  Crit.  3.6  y  Oalisdo  600. 
Ariceut'-tta-,  »i*)(eiit-4>t*ta*  eruditas  derivaciones  de  ar- 
y  bordadura  de  píaia  y  oro.  Oono.  rom.  barí.  3: 
4-.-  ..._Lro  de  á  ocho  /  argentaron  el  pantuflo.  Quij.  2.35: 
indo  por  todos  ellos  inrmjtas  hojas  de  argentería  de  oro. 
Arienxo.  moneda  anl.  de  Castilla,  en  Aragón  el  udarme.  En 
[Oosariimi  del  f.  Ju/go:  Argcntciiis:  Nummusargeníeus.  Cornip- 
¡tur  ciiam  arjiencius,  argencium,  argemum.  De  aquí  pudo 
120,  arienzo.  Btuc.  S.  M.  473;  Monzón  e  Daltinas  deuen 
"poada  /  con  todos  sus  alfoi^es,  aríenzos  en  soldada.  Csca- 
k.0rif^-  monter.  t  lOl:  Tenía  obligación  de  pagar  con  sus 
»y  atfo^  de  cada  casa  sendos  aríenzos  anales.  Lasian.  Moned. 
.L  5;  Nuestro  tnarco  pesa  ocho  onzas...  La  onza  se  compone  de 
|»ci$  aricnros.  Becerro  Monast.  S.  MUlán:  Singnlos  arienzos 
Que  la  traducción  del  s.  XIV,  en  la  vilJa  de  CuelLar,  según 
(Fnnd.  S.  Benito  t60t),  declara:  Sendos  aricnzos  de  cera, 
I  aflates  y  rollos  grandes  de  cera. 

etllii.  de  ¿ajtliXfr;  por  mediación   del  argüía,  que  hizo  de 

b;  tL  argilla,  fr.  argile,  argille,  pg.  argüía.  Fuenm.  Pío  V.  J, 

ense  tos  tugares  y  caminos  con  valladares  de  arcilla  con- 

liguas. 

kreUl-o«o«  de  ardlI-a. 
Afeudarse,  darse  pñsa,  el  lat.  argut-arí,  de  argutus.  Bcrc 

7 


9o  Orioen  y  viüá 

Mil.  881:  Argudose  el  clérigo  é  fizóse  más  osado.  En  Alex 
(481,  993)  lo  traduce  Morel-Fatio  por  «se  dérober  en  faísí 
mouvement  de  cúté». 

La  naranja  fué  traída  á  Europa  por  los  árabes,  y  el  camin 
recorrió  desde  la  India  lo  dicen  los  nombres  que  lleva.  El  castt 
naranja,  ií.  aranzi,  naran-zi,  arancio,  melarancio,  fr.  orange,  i 
naranza,  niall.  naranz,  pg.  laranja,  vienen  del  arábigo  naranc 
hindosíani  nflra/íí/y/ y  sánskrito  nürañga,  nagrunga,  nagar 
Su  forma  primitiva  es  nága-ranga,  que  significa  rojo  como  el  n 
de  naga  montanum,  i.  e.  plumbeum,  como  en  persa  badrang, 
de  badhra  es  plomo,  y  de  la  raiz  raj,  rañj,  ó  rak,  como  sam-r 
rojo,  ranga  color  (rojo),  ranga-mdtr  cochinilla  ó  madre  del 
rañj-ana  sándalo  rojo,  la  roya.  En  persa  la  naranja  es  narang, 
narinj,  ge,  mod.  vípúvTÍt,  búlgaro  nerandze,  alb.  naránts. 

IVaranjn.  del  árabe  nárandj,  del  persa  narank,  como  i 
laranja  del  persa  larandj,  y  por  contaminación  con  aurum  oro, 
orancia,  fr.  orange;  el  caí.  naranja  y  el  gr.  mod.  vspávtC:,  coi 
casteüano.  Qaij.  2,8:  Es  de  hechura  de  una  media  naranja. 

También  se  decía  de  la  bala  de  artiliería  del  tamaño  de 
naranja. 

El  que  come  la  naranja  que  pase  la  dentera.  Sufra  las  c 
cuencias  del  hacer  su  gusto. 

Media  naranja,  cúpula  arquitectónica  por  su  forma,  la  e 
por  completarse  con  e!  esposo. 

Naranjas!  interjec.  de  asombro. 

No  se  ha  de  apretar  tanto  la  naranja,  que  amargue  el  z 
De  aquí  apretar  la  naranja,  poner  en  aprieto, 

Xan;»iij-Tnlí»^  conserva  ó  refresco  hecho  de  naranja,  a 
yagu?..  Esteban,  c.  6:  Empezáronse  los  dos  campos  á  saludar 
los  buenos  días  con  muy  calientes  escaramuzas  y  fervorosas  em 
das,  en  lui^ar  de  chocolate  y  naranjada.  Pedro  Urd.  J.  1:  A( 
vendí  aguardiente  /  y  naranjada  vendí. 

Mctáfor.  Dicho  ó  hecho  grosero. 

IVnpaiij-al,  lugar  plantado  de  naranj-as.  Agosta  H, 
4,31:  Hay  ya  en  aquellas  partes  montañas  y  bosques  d 
ranjales. 


36.  arran,  arratn. 


99 


I  \aFflLnj-azo,  golpe  con  una  naran]-a.  Obreg.  1 ,5:  Y  en  acá- 
;  U  grita  lie  jetingaá  y  naranj.izos..,  ítí  conmigo  (mi  un  laber- 
do  <k  U  gula. 

inj-«»ro,  -a»  díccse  e!  trabuco  naranjero^  y  antes  del  mñón 
iba  U  baU  del  calibre  iie  las  que  Mantaban  naranjas.  H£RR. 
\  lita.  Dtc.  6,  t.  6,  c.  3:  Con  algunas  de  aquellas  piezas  de  artille- 
bfM  asaban  en  las  Indias,  cjueeran  unas  naranjeras  pequeñas  que 
in  con  Íticr74  de  brazos.  Ademis  es  el  que  vende  naranjas, 
iranj-o,  -a«  el  árbol  que  da  naranj-as.  Quij.  1 ,32: 1  'eh<i}o 
(«DO»  [unpjo5.  Metif.  el  rudo  é  i|;nornnlc. 

iij-ailo,  de  color  de  naranj-a.  Marm.  Desc.  Af.  4,22: 
-■  .crias  hacen  de  aquel  cuero  marroquí  naranjado   ó  coló* 
PAUt  H-  Chile  IJ  9:  Tienen  la  cabeza  esmaltada  Me  naran- 
Ibn  vh-o  que  jiarece  llamas  de   fuego.  Selvog.  Í40:  Una  &aya 

«di. 
A-nai*anJ-ado,  de  color  de  nnranj-a. 


El  I  'SU  nombre  del  pescir,  como  en  cnsIeUano. 

)F  ¿qtí-  .'ucs  agarrar  Cücríemente,  que  no  se  encape, 

loóles  i.-  irio  en  el  agarríir  un  pt:r.,  que  otra  comí  alguna. 

lór,  ó  \ü  propio  de  coger,  el  muy  de  coger,  y  arr-aa  lo  de 
MittU  ó  citóla  qtie  coge  el  grano  eclilndoto 
hierro  del   >iig^   que  sujeia,   el  cencerro 
ft.  También  arr-ai,  lo  para  coger,  el  pejt  y  el  gavilán,  y  por  tras- 
''l  pe7,  en  los  visoí  de  sus  eicain.i>y  sobre- 
•1   lal  vez  por  ser  el  pescado  más  coinün 
e  de  la  Uin.t  dfce^e  arrai-iltíra,  ó  lo 
o,  el  buitre  rojo  arrai-gorri,  el  pescador  arral- 
--     -  -rai-ki,  la  concha  arrain-bearrí,  la 

,./',  arrain-eg!)  pe-;candü  arrain-ka, 
'  arrain-kaia  6  arran-ka,  arranka-ta,  pescador  arrain-karU 
ar'  r,  la  carne  de  pescada  arrain-ki,  cantidad  de 

,   abundante  en  pescado  arrainlsu,  pescador 
zari,  pesca  arran-tza,  pescador  orma-tzaie, 
-car  arraaUa-ta.  Dias  claroSf  serenos  son  tgiinak 
V.  í^-i  ..)¿;i.tj  arr^n-o.  como  arr-af  el  gavilán,  por  sus  garras, 
I  de  quien  es  propio  el  agarrar  ó  arran. 


100  Oriocn  y  vida  del  lenguaje 

37.  Appancap.  Kiirting  lo  trae  del  germánico  raí 
decir,  del  anf.  al.  renken  torcer,  que  veremos  al  tratar  de  1 
urg:  pero  esta  raiz,  alemán  ranken,  solo  vale  dar  vueltas,  retoi 
enredarse,  como  las  plantas  al  tronco,  y  solo  por  traslación  y  í 
dariamente  en  inglés  wrench  his  sword  from  him,  arrancs 
espada,  donde  la  idea  de  tirar  está  en  el  from  him,  no  en  el 
wrench,  ni  menos  tuvo  semejante  acepción  el  antiguo  alema 
it  ant.  arrancare,  hoy  en  Ñapóles,  piam.  ranche,  gen.  ar 
sardo  arrancai,  prov.  ant.  arrancar,  arancar,  hoy  arranca,  a 
arancha,  arrenca,  arrínca,  arringar,  cat.  arrancar,  arrenca 
arrancar.  En  castellano  antiguo  arrancar,  ranear  y  arrincar,  i 
los  dos  últimos  todavía  duraron  entre  los  clásicos.  Usóse  mucl; 
gfinar  la  batalla,  la  ciudad,  etc.  Cid.  764:  Por  aquel  colpe  ra 
es  el  fonssado  (vencido  es  el  ejército).  Id.  769:  Arancado  es 
Faríz.  Id.  7Q3:  Quando  tal  batalla  auemos  arancado.  Cron.  P. 
p.  127:  La  batalla  fué  muy  ferida  de  amas  las  partes,  e  arran 
ya  los  flamencos  á  los  franceses  (ganaban).  Paso  honroso  71:  j 
cando  el  uno  contra  el  otro.  Alf.  XI,  694:  Todos  fueron  adelan 
los  moros  bien  feríendo;  /  arrancóse  el  infante  /  con  ssus  mor 
foyendo.  Berc.  Mil.  877:  Fué  con  los  azadones  la  ^erraia  raí 
Id.  5.  Miil.  46;  Ovóse  de  las  cuevas  por  esso  arrancar,  /  ca  noi 
ríe  al  so  grado  el  voto  quebrantar.  Id.  S.  Mili,  452:  Fué  con  '. 
los  sanctos  la  facienda  raneada  (ganada).  Cid  1849:  Pocos  di 
Rey,  que  una  lid  a  arrancado:  /  A  aquel  Rey  de  Marruecos,  / ' 
por  nombrado,  /  Con  ginquaenta  mili  arrancólos  del  campo. 

La  acepción  más  antigua  es  la  de  ganar  ó  coger  con  fuerz 
que  ofrece  diñcultad:  es  el  concepto  del  euskaro  arranca  y  art 
pescar.  De  aquf  tomar  ó  ganar  por  armas  una  ciudad,  una  bat 
sacar  algo  por  fuerza,  de  donde  p?só  á  la  agricultura,  al  arram 
una  planta.  De  arranka  salió  arrancar;  de  arrainka,  arrincar,  vai 
que  comprueban  la  etimología. 

Intrans.  Empezar  á  moverse  con  esfuerzo,  en  lo  físico  y 
moral,  León  Job.  39,24:  Y  esos  mismos  arrancan  alegres  y 
de  corazón  al  encuentro.  Quev.  Tac.  6:  Arrancaron  con  esto 
ronse.  Torr.  FU  Mor.  7,3:  Ni  aun  por  esas  arrancaron  de  sus 
Persil,  2,\\\  Y  aun  mismo  tiempo  arrancaron  todas  cuatro  b 
Lope  Rim.  de  Barg.  son.  77:  Salió  confuso  ejército  á  ladn 


37.  atrancar. 


101 


I  de  gozques,  negra,  roja  v  ^lanca,/como  de  aldea  Turibunda 
a,/ para  seguir  al  lobo  en  m<ínte^  valle.  Id.  AngeL  h  Furioso 
U  puerta  arranca.  Quev.   Tac,   5:  Arrancó  hacia  raí 
3.  21;  Arrancaron  tras  el  picaro  jc.asiéroníe.  Mariana  //. 
£  13,16:  Se  detuvo  en  Aragón  antes  de  ari:4n>:ar  para  venir  á  su 
Zajiora  Mon.  mist.  ptc.  3,  Present.:  Amutó  con  una  velo- 
vi  -vi-aftj,  D,  Veoa  5.  Mai.:  Por  dejarse  un  hombre  envejecer 
o.  depues  para  arrancar  de  ella  halta  lantos  estorbos.  J. 
N.  Agr.  20,45:  Se  juntan  muchas,  mas  que  no  arrancan  hist^  que 
nejas  se  les  dan  por  ^uias.  Id.  A,2:  Antes  de  an^ncar  de  la 
,  come  sus  torrijas.  Id.  4,20:  Los  caballos  Arrancaron  por  esos 
ahuyentando  tas  tinieblas.  Barbad.  Corr.  vk.  249;  Va  avisé 
I  que  arrancase  del  puesto  que  quería  correr.  L.  Grac.  Fern.: 
tbve  de  un  feliz  y  acertado  reinado  consiste  en  el  arrancar,  y 

f  decirlo  así,  en  acertar  i  encarrilar. 
Tnns.  Sacar  con  esfuerzo  de  afguna  (jarte.  PersU,  2,9:  La  per-^ 
•c  llaman  inquisidores  en  España  me  arrancó  de 
i:)iJo  se  sale  por  fuerza  della> antes  se  puede  llamar 
I,  que  salida.  Vlaj.  Para.  7;  Apolo  le  arrancó  de  Gualimala 
i  en  su  ayuda.  Erc  Arauc.  2:  Con  diabólica  furia  y  inovi- 
rranca  a  los  msljanos  del  asiento, 
■eparar,  quitar,  con  esfuerzo,  en  genera).  QmJ,  2,46:  Pug- 
^Goo  todas  sus  fuerzas  por  arrancar  el  gato  de  su  rostro.  Mclo 
rf.  1:  Le  amncaron  la  cabeza  ya  cadáver.  MoRrro  Prtm,  la 
3.6:  Sácale,  ínfome  (el  acero),  ó  yo  mesmo  /  te  le  arran- 
y  seri/para  matarte  primero.  Qa\}>  2,42:  A  buen  seguro, 
cido  vuestro  durño  llegue  á  ser  emperador,..»  que  no  se 
^ucn  como  quiera.  Oran.  Afem,  6,5,  §  3:  El  fruto  ya  ma- 
sazón  se  cayó  del  árbol  que  lo  iraí^  y  no  había  nece- 
idc  arrancar  con  fuerza  lo  que  de  su  voluntad  se  nos  ofrecía, 
[fmpr.  80:  Quién  podrá,  juntas  las  cerdas,  arrancar  la  cola  de 
illo.  Tirso  Cond.  por  desc.  3,3:  ¿Cómo  no  rompo  estos 
'  /  Curio  estu  rejas  no  arranco?  Stou.  S.  Jeron.  4,8:  Antes 
:  »TTanc»«ti  áncoras  y  desplegasen  velas.  Valdcrrama  Ej.  dom. 
r.i}aé  csircltas  arranco  yo  del  cielo  con  una  sola  coleada  que 
>.  Qw'H.  Simb.  S,2,20,  §  2:  Le  cortaron  las  orejas  y  le  arrancaron 
bi  á»sih^  Qo^.  1,29:  Las  barbas  le  ha  derribado  y  arrancado  del 


rostro,  como  si  las  quitaran  á-fíDsta.  Mariana  íí.  £.  5,6:  Di 
encuentro  y  bote  de  lanza  1?  a'r^andó  del  caballo. 

Sacar  de  raiz.  QaiJ,  li2$;**Se  volvió  loco,  arrancó  los  árbt 
enturbió  las  aguas.  k\^-%,^J-''La  ínsula  que  yo  os  he'prometido  n 
movible  ni  fugitivajraices  tiene  tan  hondas,  echadas  en  los  abis 
de  !a  tierra,  qijfrilg'ra  arrancarán  ni  mudarán  de  donde  está  á 
tirones.  GranN^íc'.  espir.  28,  §  I:  Mira  diligentemente  noarraní 
ta  buena  h't^ba  por  arrancar  la  mala.  Moreto  La  misma  c 
flCiíSíí,-l'^,8:' Arranca  el  airado  viento  /  todo  un  roble  en  la  moni 
,^  *'&úaf.  Zamora  Mon.  mist.  pte.  7,  Santiago:  Cortad  los  pe 
..nríéntos  malos,  arrancad  los  deseos,  podad  las  malicias.  Gran.  Sí 
:  2,30:  Si  la  elocuencia  es  poderosa  para  persuadir  lo  que  quiei 
arrancar  de  raiz  las  opiniones  falsas.  Erg.  Arauc.  32:  Ni  del  i 
común  mal  informado  /  arrancar  un  error  tan  arraigado.  Gala 
Veis  aqui  ya  arrancada  de  raiz  toda  mi  esperanza. 

Despedir  con  fuerza  la  voz,  los  suspiros,  etc.  Obreg.  1,18:  C 
se  pudiera  arrancar  la  flema  del  pecho,  si  no  ayudara  la  len] 
Oran.  Doct.  crist.  2,6:  La  primera  voz  que  de  aquel  tan  angust 
y  cansado  pecho  arrancó,  fué  pedir  al  Padre  eterno  perdón  para 
sacriñcadores.  Id.  Esc.  esp.  5:  Arrancando  gemidos  y  brami 
Qaij.  2,12:  Con  un  ay,  arrancado,  al  parecer,  de  lo  íntimo  d< 
corazón. 

Reflex.  Oran.  /  Clim.:  Viera  luego  la  piedra  arrancarse  c 
alto  y  caer  en  tierra.  QaiJ.  1,43;  Le  causó  tanto  dolor,  que  ere 
que  la  muñeca  le  cortaban  ó  que  el  brazo  se  le  arrancaba. 

Arrancar  á  correr,  como  echar  á  correr.  Moreto  Lindo  D. 
go3,\'.  Aquí  no  hay  otro  remedio  /  sino  arrancar  á  correr. 

Arrancar  rfc,  ant.  irse.  Berc.  5.  M.  46:  Ovóse  de  las  cuevas 
esso  arrancar. 

Arrancar  de  cuajo,  de  raíz,  enteramente. 

Arrancar  de  la  espada,  etc.,  tirar  de  ella,  sacarla  de  la  vain 
Pin.  Agr.  18,23:  Me  fui  allá  con  dos  criados  avisados  que  at 
casen  de  sus  espadas  cuando.  Id.  2,4:  Que  alguno  arranque  d 
espada  contra  si  mesmo.  Valderrama  Ej.  Orac.  huerto:  Hecho 
brasa  de  celo,  arrancó  de  una  daga,  ó  lanza,  como  dicen  otros.  G. 
1,1,6:  Con  mis  flacas  fuerzas  y  pocos  años  arranqué  de  un  po 
tírele  medio  ladrillo. 


arrancar. 


103 


Anattcarle  alga»  arrcbaUr-do  violenta  y  dificilmente.  QuiJ.  2,42: 
I  bttft  ie5t«ro,  que  citando  vuestro  dueño  llegue  Á  ser  emperador...., 
:  no  se  lo  aronqiicn  como  quiera. 

Arruacarie  el  alma,  ú  Ííjs  muelas,  amenaza.  QuIJ.  2,35:  V  no 
'  rcTtliqíiris  paUbni|  que  os  arrancaré  el  alma. 

Anmcarlf  et  moño,  riñendo  mujeres,  ó  e/  pdo,  y  son  amenazas 

-  ta  Itngua.  amenaza  al  malhablado. 
Arranearie  fas  palabras,  obligarle  á  hablar. 
Arrancarle  ana  cosa,  obligarle  A  hablar,  despojarle  de  algo. 
Arrancarse,  mctaf.  cmperar  á  cantar. 
Arraacarse  las  t)arbas,  los  pelos,  de  desesperado,  despechado. 
.  1,18:  Y  arrancábase  las  barbas.  Id.  1.26:  V  se  arrancó  la  mi- 
:eriK(d«  las  barbas),  [d.  !,41:  Arrancárselas  barbasJd.  2,26; 
na  de  pesar  sus  hermosos  cabellos. 
túnelt  el  alma,  morir,  senlirnniclia.  Quij.  1,41:  Y  ella, 
de  el  alma,  al  parecer,  se  fué  con   su  padre.  Id.  t,43: 
r  que  parecía  4|iie  con  cada  uno  se  le  arrancaba  el  alma. 
X.  ps.  30:  Arráncaseme  el  alma.  Cahk.jP.  411:   Citándosele 
el  alRia  (al  morir).   Ohan.  Orjjc.  1,1 1,  ¡i  1:  Vino  á  ser  el 
itin  fuerle,  que  p'jr  la   grandeza  de  los  dolores,  sin   Hagra 
,  le  arrancó  aquel  inima  santísima  del  cuerpo. 
Arrancarse  por,  ^Wr  con  algo  no  esperado. 
Arraaearana  taz.  Q¡tij.  2,36:  V  luego  desencajó  y  arrancó  de! 
» y  dilatsdo  pecho  una  \oz  grave  y  sonora. 
Arrancar  un  suspiro.  QaiJ.  1,17:   Un  suspiro,  que  parecía  que 
kinxicaía  üc  lo  prüfur.dode  sus  entrañas. 
U  arrancaré...  el  pescuezo,  el  gañote,  le  pegaré   y   mataré; 
\áii  pellej^t  raunnurar,  y  en  América  con  más  fuerza  arrancar- 
ítisollaít  ó  sollastre. 

'j  ni  d  tres  lirones,  ceguera  de  imo. 
I  ji»,  parlic.  y  adj.  de  arranc-ar.  En  América  el  muy 
íqHeittda  tiene  ó  el  que  perdió  cuanto  tenia.  De  itqui  en  Es- 
i  b«l^:  Es  mi5  malo  que  arrancado. 
.tf¿t  ri,i¡n  <>e,ir,  quc  arrancodo,  del  revoltoso,   de  aviesa  con- 

a  planta  que  se  arranca  por  ser  mala. 
ÍMai  arrancaiíOf  travieso,  guerrero,  malo. 


1U4  Orioen  V  vida 

ArrancM-carno,  en  la  Rioja  alavesa  el  peón  que  ocupa 
cuarto  lugar  á  la  izquierda  al  comenzar  la  cava  de  las  viñas. 

Arpanca-clavos,  palanca  de  uña  hendida;  enAméríc 
despilfarrador  y  atolondrado. 

Appanca-miielas,  sacamuelas. 

Appanca-pinos,  el  bajo  de  taüa. 

Appar»ca-s¡ogfa,  acto  de  arrancarse  el  fruto  que  había 
segarse,  como  la  cebada,  cuando  no  ha  granado.  Metáf.  gran  riña 
palabras  injuriosas. 

Appanca-sonda,  herramienta  para  sacar  la  sonda  eng 
chada  ó  rota. 

Appanca-tuhos,  instrumento  con  dos  ganches  que 
despliegan  cuando  se  vuelve  la  sonda. 

Appanqu-e,  posv.  de  arranc-ar,  en  todas  sus  acepciones, 
ímpetu  de  cólera,  la  presteza  en  el  obrar,  la  ocurrencia  viva  y  pr 
ta,  el  valor  y  brío,  el  nacimiento  de  un  arco  ó  bóveda,  etc.  En  la 
tera  de  Aragón  último  vaso  de  vino  ó  copa  al  separarse  de  una  j 
ta  ó  corro. 

De  arranque,  de  valor,  resolución. 

De  arranques  vivos,  del  vivo,  impetuoso. 

No  tener  arranques,  falta  de  brío. 

Appanc-a,  posv.  de  arranc-ar;  acción  de  coger  algunos 
tos  que   no  se  siegan,  sino  que  se  arrancan,  como   el  lino,    ha! 
judías. 

Appanca-miento,  acción  de  arranca-r.  S.  Ter.  Moi 
5,1:  Porque  es  un  arrancamiento  del  alma,  de  todas  las  operado 
que  puede  tener  estando  en  el  cuerpo. 

Appanqu-epa,  pobreza  suma  del  arrancado;  así  en  Ci 
Canarias. 

Appanca-depo,  lugar  de  donde  se  arranca  á  correr; 
Aragón  la  parte  más  gruesa  del  cañón  de  la  escopeta. 

Appanca-dera,  esquila  de  los  mansos  para  hacer  arrar 
y  para  guiar  el  ganado. 

Arpanc-ada,  de  arranqu-e,  arranc-ar.  Antiguamente 
victoria  ganada,  de  arrancada^  de  vencida.  Cid  609;  Ca  fecha  e 
arrancada.  Id.  583:  Deguisa  ua  myo  Qid  como  siescapasse  de  ar 
cada.  Id.  2448:  Desta  arrancada  ños  y  remos  pagados. 


37.  arrancan 


105 


I  Rfftiáa  precipitada  ó  ado  de  arrancar  atiendo.  Persil,  2,8:  Me 
I  de  mi  palru,  que  cuando  se  sale  por  fuerza  de  clU>  antes  se 
ílUmar  arrancada  que  salida. 

ipoje  violento,  Marm.  Descr.  Aífr.  i  4,  f.  124:  Los  moros  en- 
tras ellos  y  lo$  llevaron  de  arrancada  hasta  las  puertas.  En 
.d  primer  empuje  del  bajel  al  andar  y  su  velocidad. 
HtaelU  (Id animal.  Monter.  Ai/.  L  \,  c.  9:  Fasta  que  levanieii  el 
■  de  cama  ó  Tallasen  Us  arrancadas  fres^cas,  que  entendiesen 
;  ib  delante  de  ellos. 
Ucft-arrnticar*  Meno.  O.  Gran.  3:  O  es  amoUnarse  ó  un 

ncarse  pocos  á  pocos. 
Ranrap,  arrancar,  lograr,  vencer,  salir  de.  Berc.  5.  D.  378: 
tenar  iwn  pudieron  puerro  nin  chirivía.  Duelo  89:  Agora  so* 
\  ora  de  ranear.  S.  M.  452:  Fut^  con  Dios  e  los  sánelos  la  fa- 
L  nooida  (ganada  la  balalta).  Alex.  54:  Quando  entran  en  cam- 
I  se  quieren  ranear.  Id.  71:  Quando  Dios  quisier  que  la  lid« 
tnacada,  /  Parte  bien  la  garanda  con  tu  gente  lazrada. 
Ukk  lodavU  en  muchas  partes  y  es  el  arrancar,  perdida  la  a-. 
Ranp-adn«  de  ranc-ado,  ganado,  logrado,  huida^  derrota,  ba- 
íc  5-  .-^f.  455:  Pcidicron  dos  sennales  moros  en  la  raneada. 
'-ojo,  dimin.  de  ranc*Ar,    arranc-ar,   la  aslílU  6  punía 
rítarranc-a  de  un  palo.  Monter.  Ai/.  L  2,  pU.  I,  c.  Í7:  Desque 
!  paire,  saldri  el  rancajo  que  entró,  e  cuando  fuere  salido, 
I  la  metecína  de  la  piedra  sufre. 
lDcaJ-ailr>,  herida  de  algún  rancaj-o. 
Rnnrnjj-ap,  de  rancaj-o,  desarraigar  ó  arrancar  de  cuajo  las 

,  «rabrados,  eíc. 

;  RanraJ-n«la,  de  rancaj-ar,  corlarse  ó  maltratarse  tas  plantas. 
Alf.  1,6:  La  primera  de  ellas,  por  soltar  en   la  ida,  cuando 
venado  á  la  ceba  é  face  unas  rancajadas  con  retozar  ó  con 
icmof  que  ha  de  algunas  cosas. 

Incar.  Lo  mismo  que  arrancar,  y  confirma  la  etimología 
pues  cfl  euskera  se  dice  arrainka  y  arranka.  Villcna  Artt 
lando  poco  por  arrincar. /?y/n.  Píi/ac.  I0Q6;  t-a  Rusia  de 
-'"  arrincada.  L.  AvAt*  Caza  25:  Si  vieres  que  la  ufii 
icda  del  falcón  c  esta  aun  trabada  en  aquel  lugar  que 
la  dd  todo  arrincada.  Oviroo  H.  Ind.  12,26:  Arrincaba  tierra 


106  ORtaCN  V  VIDA  DEL  LENOUAJC 

de)  suelo  e  á  puñados  lo  arrojaba.  Id.  /.  ült.,  c.  10:  Asían  (cierto» 
pescados)  con  los  dientes  de  la  caravela....  e  las  despegaban  e  arrin- 
caban.  Id.  50,3:  Se  lo  defendieron  con  las  espadas  arrincadas  (saca- 
das). Véase  Herr.  Agr.  I.  I,  c.  17;  1.  2,  c.  1 1.  Es  usado  aún  en 
Murcia,  Asturias  y  Galicia. 

Kaina,  pedazo  de  red,  del  euskaro  arraina,  pescado.  L,  Morat. 
Obr.  post.  2,  Cart.  205:  No  tardaría  un  instante  en  pisar  á  la  raíni 
y  alollar  por  ese  camino. 

Ilain-al,  cordelillo  para  el  anzuelo,  dcarrain-a,  pescado. 

Apr*anai*  en  gallego  y  rañar  en  Asturias  es  raer,  rascar,  como 
los  cerdos,  etc.  Díjose  del  arrain,  no  menos  que  en  gallego  arranchar^ 
que  vale  cazar,  llevarse  un  joven  á  su  querida  y  casarse  con  elU^ 
conforme  al  uso  antiquísimo  indo-europeo  del  matrimonio  por  rapto- 

Hun-o,  en  gal!,  instrumento  de  hierro  con  tres  púas,  parecido- 
á  las  picanas  ó  instrumento  para  remover  y  cargar  el  estiércol,  It 
tierra,  etc.;  posv.  de  a-rrañ-ar. 

Kañ-a,  en  gall.  especie  de  sarna  en  el  cerdo,  el  hombre  pesa- 
do V  molesto;  en  Extrem.  terreno  montuoso  lleno  de  jara,  brezo. 

38.  E!  latino  ranc-or  moho,  desabridez,  no  tiene  origen  indo-  | 
europeo,  y  parece  haberse  dicho  del  pescado  raarengo  y  de  su  j 
sabor  tan  conocido;  ranc-idus  rancio,  desabrido,  desagradable^  ¡ 
prae-,  sub-rancidas,  rancid-e  de  mal  gusto,  desagradablemcntí; '  ■ 
ranc-ens  rancio. 

Kuiieio,  de  rancídus;  it.  rancido,  rancio,  sard.  ranchidu,  fr. 
ranee,  cat.  ranci,  pg.  ran^o.  An  r.  Aoust.  Dial.  medalL  pl.  38:  Y  así 
otras  cosas  muy  rancias  y  viejas. 

Añejo,  antiguo.  QuiJ.  1,28:  Cristianos  viejos,  ranciosos,  pero  tan  ' 
rancios.  Quev.  Mas.  5,  b.  8:  La  novia  vino  rancia,  /  muy  necia  y 
poco  moza. 

Kiiiici-4»«fo,  muy  ranci-o.  QaiJ.  1,25:  Cristianos  viejos,  ran* 
ciosos.  FiouER.  Aliv.  8:  Por  otra  quedaba  difunto  de  alegría,  consi- 
derando los  modos  con  que  galantean  las  damas  estos  tasajos  ran- 
ciosos. 

Haiic-iUo,  rancio.  J.  Pin.  Agr.  20,42:  Y  como  la  lechuza  en 
cuanto  teme  ser  vista  no  tiene  cuasi  voz,  sino  un  medio  rancfdo- 
soplar.  Id.  22,2:  Y  en  escucharos  á  vos  estas  filosofías,  más  randctas-' 


ÁO.  arraka. 


107 


1  de  puerca  aoitilújL  Id.  27,23:  Con  este  viejo  rancíJo  de- 

lnoÍ<l-t?'r,  calidad  de  lo  rancid-o. 
^^ancl-:ir,  n-rr«n<?í-«i'  y  eii-rniici-ar,  poner  ranci-o.. 
|r.  Mar.  6,  rom.  87:  Mí  conmigo  ni  sin  mtgo  /  quiero  que  cn- 

^  tu  coche.   Herh.  Agr.   5,40:  Allí  se  (luardará.,..  áíti  enran- 
b-  L*o.  Diosc.  2,90:  Aquella  simienle....  con  el  tiempo  se  con- 

:  UkU  rti  aceite  y  se  enrancia. 

arrüi  i;.ivii.in  y  arrarto  ágfuHar  lo*  tenemos  en  el  aombre 
en  godo  úra,  aran,  an!.  al.  aro,  arn,  med.  al.  Qíkl-arn, 
r,  ara.  al.  Adier,  Aar,  ags.  íor,  earnaSf  ñor.  an\  artn,  ern^ 
;  erelis,  areíh,  esl.  orilu,  ruso  orelti,  pol.  íJr^f/,  ilir.  oro, 
IcUnr.  í/yr,  írydd,  arem.  trer,  com.  íf,  irí.  ítor,  io¡ar,  dimi- 
jCrírr.  De  ara  lápido  trae  estaf  fornus  Piclel;  pero  la  n  está 
que  es  la  Forma  euskérica.  La  &iiavizacjón  de  la  rr  vascon- 
.1  ordinario.  Para  eso,  ahí  teníanlos  el  orín  veloz  y 
•>,  qne  dice  Pictet,  dcrivuda  del   euskcra.  Con  la 
n  toiemos  épv-tc  -tfl*;,  dor.  ¿pv-:í  -v/t,^  pájaro,  sobre  todo 
lyor,  que  por  su  vuelo  servia  para  los  presagios:   sufijo?  -9o, 
"   '■•'^'■-irla  de  ó(>-vu-ii!,  pero  -vy  es  del  leitia  verba!,  y  op'*- 
;.  En  ópvi&v  que  vale  lo  miflmo,  tenemos  un  adjeti- 
.  el  ara  del  ant  aJ.;  o-opv-«;  donde  no  se  acercan  la^  aves, 
a,  el  averno.  Acerca  del  águila  en  la  antigüedad  véase 
;  riere  des  kl   A.  pag,  236). 
aves  de  rapífta  son  en  ski.  ^y^na  (águila,  halcón),  zend, 
'hfi  águila,  per.  sinwfgli,  arai.  (in  milvtis,  probable- 
•xtiMc  y  csL  síoiazul  oscuro;  •^■f¡\'r¡  áeuiU  marina  es  el  skt. 
aqníJa  n  h  nesra,  como  aquilas  á  |i4).av>á£-c(i;  (Amsr.).  El 
i(o  grdhra,  anl.  al.  gir  vale  ¿vida,  voraz,  anL  al.  ^Vj,  al. 
y  ola  ave  Oeier.  En  fin,  voHar  buitre,  tj6  -¡tj-'^^,  yxyjz.'^tt  esl. 
ylUÑX.  De  U$  nocturnas  la  ulufa  lat.,  skt.  itiuka,  ajil,  al. 
liL  /mu;  pM^  ^úCo*  arm.  bóelch,  hubo  laL,  TipqS,  7Tpt*n^; 
■0Cf0a  de  nox. 


|40l    Q  nenio  es  como  una  palma  de  la  mano  que  golpea  el 
,  dijose  en  euslcera  arra-ba,  de  -ba  por  lo  bajo,  metiéndose  en 


los  Origen  y  vida  del  Láraíi 


ella,  ó  arra-u,  arra-an,  lo  que  tiene  arra  6  palma;  remar  ama 
-ta,  remador  arraun-lari,  arraa-Ie,  arrau-kerí,  arraa-ket 
remando  arraa-etan. 

Andar  con  la  mano  es  arra-ka  y  se  dice  del  jugar  á  nuece 
acercarlas  á  un  palmo  de  distancia,  del  depacho  extraordinario  ei 
venta  de  géneros,  del  rastro  que  dejan  los  animales,  del  gorro 
pegote,  arrakara  bezela  sartzen  aiz  i,  tu  te  metes  como  un  gorr 
en  fin,  es  el  palitroque  como  de  un  codo  de  largo  que  se  fija  ei 
verga  de  la  lancha  para  que  la  vela  no  se  vuele  con  el  viento, 
idea  del  andar  con  la  mano,  ya  jugando,  ya  cogiendo  y  agarraní 
-es  manifiesta.  La  rebusca  de  una  persona  ó  cosa,  la  ambición 
lograr,  la  venta  extraordinaria,  dícense  arrakas-ta,  buscar  y  an 
clonar  arrakasia-ta.  Henderse  las  nueces,  castañas,  es  arraka-ta 
hendidura  arrak-al-a,  henderse  las  paredes,  los  árboles,  las  casta 
arrakala-u,  arrakaia-ta,  anakal-da. 

41.  Arraca,  en  naut.  como  raca  y  arracada;  es  el  euslc 
arraka. 

Arrac-ada,  arete  de  adorno  ó  pendiente  de  orejas;  de  arra 
Aroens.  Maluc.  1,  f.  12:  Usaban  brazaletes,  arracadas  y  gargantjl 
de  diamantes  y  rubíes.  Ovalle  //.  Chile  f.  357:  Usan  las  indias 
arracadas  y  manillas.  Zamora  Mon.  mist  pte  2,  Simb.  I:  Qa 
pensara  que  se  quitara  luego  las  arracadas  y  las  diera  para  echai 
al  fuego.  D.  Veoa  Dísc.  Fer.  5  ceniz.:  Aarón  les  pidió  las  arracaí 
á  las  mujeres  hebreas. 

Meta/,  los  hijos  chiquitos  que  quedan  en  poder  de  la  madre 
altando  el  padre. 

En  naut.  como  arraca  y  raca. 

Le  está,  como  á  la  burra  las  arracadas. 

Raca,  de  arraca.  En  naut.  anillo  grande  de  hierro  para  que 
á  él  sujeto  corra  por  el  palo  ó  cabo  á  que  está  unido. 

Raca-mento.  paca-meiita,  el  compuesto  de  vertel 
liebres  y  bastardo,  que  pasa  por  ellos,  con  que  se  une  y  atraa 
verga  al  palo;  de  *racar,  raca.  ViaJ.  parn.  1:  La  racamenta  que 
siempre  parlera/toda  la  componían  redondillas,/con  que  ella 
mostraba  más  ligera.  Lopt  Jeras,  conga.  1:  Que  allí  caen  el  ar! 
y  el  trinquete, /racamentas  y  velas.  Euo.  Salaz.  Cart.  p.  41. 


42.  arka,  arki. 


109 


[Rfiqii-e,  posv.  de  un  *rAC-ar  6  *arrac-ar,  del  euskaro  arraka, 
I  valor  de  coger  es  manifiesto,  pues  es  el  acto  de  hurtar  lo  peí- 
ícfl  b?.  co&tas  por  naufragios,  ele;  andar,  ir  al  raque. 
iRaqu-ero,  el  que  anda  at  raqu-e,  el  ratem  de  puertos  y  eos- 
i;  adj.  dd  navio  ó  lancha  que  anda  pirateando  por  Cas  costas. 
Bnqu*<;t»,  pala  del  juego  del  voíante,  es  un  aro  con  red  y 
3;  adcniis  el  volante  ó  pelotilla  que  se  lanza  y  coge  con  ella, 
lluego  de  pelota  á  pala,  y  el  jaramago  que  se  pega  y  ase.  La 
I  de  coger  está  clara,  del  arrak*a  euskéríco,  -eta.  En  it.  racchetta, 
qacttc.  pg.  raqueta;  sin  etimología  probable  entre  tos  romanistas. 
QUST.  MedaiL  pL  105:  Una  pala  con  red,  que  llaman  raqueta. 
9.  8:  No  agradándome  aquel  juego  de  raqueta,  por  no  llevar 
1  pelotazo  de  barato^ 

«o,  ca  la  Litera  de  Aragón  el  aplicado,  trabajador,  bus- 
!  la  vida. 
[En-raie-at*,  en  naut.  amurar  el  peiiíoque  con  su  rac^. 


De  ar  coger  es  derivado  común  ar-ka  andar  cogiendo  y  lo 

!  co^e.  por  cj.  el  nttón  ó  caja  dnnde  se  desgranan  las  mazorcas. 

ente  es  ark-al,  cmparenlarse  arkal-du,  relación  y  parentesco 

^tasan.  De  la  planta  que  agarra  bien,  de  la  cola  que  pega,  etc., 

:  ar-kor,  Is  ocasión  que  se  toma  ar-kantea,  las  parihuelas 

,  arkatclt,  la  carretilla  arkatchi. 

Dd  mismo  ar  coger  y  -ki  hac^r,  con,  arki,  arkitn  dar  con,  ha- 

^,  vkx-trazi  hacer  hallar,  i-arki,  i-arkil-a  embestir,  tomar  ánimo, 

r,cs  decir,  todos  los  valores  de  arr  mano,  aferramiento,  vigor, 

^  donde  asiento*  silla. 

U  noción  de  ar-ki,  arki-ia  es  la  de  tener  cogido  con^  es 

r  contener,  y  tal  es  la  del  latino  arcere  conlener,  tener  cogido,  y 

■tf  objctivamcnle  contener  ó  alejar  al  enemigo,  defender.  «Or- 

f  fidimus,  qui  reliquos  onines  complectitur,  summus  [pee 

el  contiiiens  omnia*  (Cic.  Soma.  Scip.  4);   *Mun- 

complcxu  siío  coercet  et  conlinet>    (id,  Nat  deor,  22); 

ir:  «Ptotanus  soiem,  aesiale  arcet,  hteme  admittil*  {Plin. 

k>  r»_  .  ..  ;  „,„  rrrc'/s,  fortaleza,  ciudadela,   altura.  Co-Qrccrt 

.  -jre  domeñar,  ejercer  ó  ejercitar  domeñando 

I  hura  de  pnicbaa,  ex-crd-tium  ejercicio,  exerci-tus  ejército,  antes 


1 1  o  ORIOCN  y  vida  del  LENQUAie 


el  ejercicio,  después  concretado,  exercifa~re  ejercitar,  exereita- 
<irc-tüs  ó  artas  encerrado,  apretado,  arfare  y  co-artare  coartir, 
apretar,  coarta-tío. 

En  gr.  responde  ápzi-tu  resistir,  rechazar,  y  bastarse,  bastar,  ser 
capaz  y  suficiente,  contentarse  con,  es  decir  lo  propio  del  resistir  f 
tenerse  en  buenas,  del  ser  dueño  de  sí  y  domeñado,  refrenado^ 
apx-io;  eficaz,  útil,  capaz,  resistible,  ápx-o;  remedio  ó  medio 
«fícaz,  como  arx  en  latín,  -oS-ápx-Tf¡;  que  fía  en  sus  pies,  a'JT-á(w-]|5j 
que  se  basta  á  si  mismo. 

En  skt.  r&k-yati  obtener  y  gustar,  rak-skati,  por  rak-t-ati,  guar-= 
dar,  salvar,  proteger,  rak-sha  protección,  custodia;  y  rakh-ati  impe-i 
dir,  alejar,  bastar,  en  fin  arj-ati  adquirir  por  su  trabajo,  trabajar  pul 
ello,  emprenderla,  ejecutar,  arj-ana  ganancia,  adquisición;  en  E 
rak-inti  encerrar.  Las  dos  formas  arki-ta  dar  con,  coger,  y  i-arVí 
oponerse,  se  hallan  mezcladas  en  estos  verbos. 

Las  acepciones  de  ápxéo)  son  en  parte  las  mismas  que  las  de 
áp-/-a)  que  vale  emprender,  es  decir  poner  ó  echar  mano,  del  ar-tí, 
i-arki,  como  em-prender,  de  donde  comenzar,  ser  el  primero  f 
adalid,  encaminar,  gobernar,  ópy-ovTsc  rectores  ó  directores,  ¿px-ois 
adalid,  el  primero,  i^y-r^  comienzo,  mando.  En  skt.  arh,  arhSíl 
tiene  los  valores  de  áp/iw  poder,  ser  capaz  de,  tener  mérito,  derecho, 
venerar,  es  decir  bastar,  arh-a  digno,  arh~an  capaz,  digno,  argh-úM 
precio,  mérito,  argh-yas  precioso;  zcnd.  arej  servir  ó  valer,  merecer, 
arej-an  mérito  (de  argh-as).  En  gr.  y  skt  como  auxiliares  con  infi- 
nitivo por  poder,  valer,  deber,  'j--áp/e!v.  También  en  skt.  rftgh  po- 
der, bastar,  por  donde  Curtius  pasa  al  godo  ragin  Soyita,  raginSit 
ifif  s¡iov£'J2;v,  fidar-rogineis  tíTpap/iuv,  lit.  rag-in-ti  ser  necesario. 

Con  arceo  defender,  rechazar,  ponen  los  autores  arc-a  laL  y 
cast.,  godo  arka,  ant.  al.  archa,  ags.  earc,  alb.  ark%,  esL  raka,  nom- 
bre antiquísimo  de  todo  recipiente  de  madera.  Pero  esa  raíz  no  sig- 
nifica coger,  tener,  y  si  puede  reducirse  la  idea  de  arca  á  la  de 
arceo  sólo  es  por  la  idea  etimológica  que  originó  ambas  acepcio- 
nes. Arka  es  simplemente  el  ar-ka  euskérico  con  el  valor  de  coger, 
de  recipiente,  como  significa  en  latín,  cofre,  arc-üñ'US  lo  escondido 
y  guardado,  arcan-um  el  secreto,  arcano. 

El  arco,  arcus,  se  dijo  lo  del  coger,  es  el  adjetivo  -ko  de  ar, 
arta,  ar-ka  y  ar-ko  en  euskera,  y  así  en  gri^o  ¿pxüc  es  la  red  y  li 


4Ü.  arca,  arcus,  antre. 


,  a  decir  lo  que  sirve  para  coger.  Primero  se  empleó,  pues, 

p«Ta  cafar,  que  para  ía  guerra  y  defensa.  Por  eso  en  godo 

rr  'a  flecha,  en  Fcsto   arqu-ite$  saEiHarií,  arqai-teriens. 

i  .TáTOí.   La  acepción  arquiteclótiica   de  arcus  arco 

^6  tiopués,  lománilose  el  nombre  de  !a  forma.  E]  general  Pirt 

•:  cí  arco  y  la  flecha  debieron  de  tener  5ii  origen  en 

li.^ vCTiciUa,  en  la  de  tas  iranipas  que  se  ponían  en   los 

■e»  jr  01)1  traza  consísiía  en  ajustar  un  dardo  á  una  rama  elás- 
jrada  por  la  parte  de  atrás  de  manera  que  al  pa^r  el  ant- 
'irccciótj  que  él  líevaba.  Su  elimología  Ío  de 
.1.  Las  flech»i5  de  sílex  halladas  en  muchas 
I  prueban  su  uso  antiquísimo  en  la  edad  de  piedra. 
I  pone-  j  las  flechas  es  del  coniíenzo  de  la  épocí  histó- 

ntia..  .-  ^..  jn  madero  ó  en  un  palo  para  hacer  ta  puntería 
ilienle  y  tirar  ta  cuerda  medianCe  un  j^tiílo,  se  conrirLiú  en 
invcntnda  en  oricnle  y  conocida  en  Europa  desde  el  siglo 
ío.  ^'       '  s  soldados  la  usaron  en  el  s.  XVI,  y  en  la  edad 

[■c :ia. 

ocrtetuia  es  una  caña  con  la  cual  disparan  los  americanos 

enherbolados  y  hubi>  de  invcnlarsc  donde  quiera  que 

.  En  la  edad  media  el  tubo  se  liizo  de  hierro,  por  fltretias 

■las  ó  petólas  rt:doridas  y  ta)  fué  el  arcabuz,  en  el  cual 

ímfn  Ifl  pul. ora,  prendida  con  mecha.  Sucediéronles  los 

■  '   ■  '■  , ' [.  dondeel  galillo  y  l;i  pólvora 

I  Ktpio.  ■  "}  e'  fulminante  que  e*ifalla  por 

|4fil  martillo  y  U  IxU  cí^nici  y  el  nyaíki  det  cañón,  que  Kace^ 

1.  que  fl  pFiyeciíl,  bala  6  flecha  lome 

-... :¡n  de  coníCjvar  "U  paralelismo  durante 


íu¿  aima  comón  tíe  los  I-E  en  la  edad  de  pie- 

' '-■-  ■■■irnos se  hjj-an  podido  conser- 

-.  de  Suiza  algunos  hechos  de 

I  oiubio  abundan  sobremanera  las  flechas,  ya  de  piedra  de 

:  y  oc-vle,  ya  de  íiucso,  cíípecialmcnte  en 

.  .1......  ,„  i^poca  de  los  meíalc>,  como  se  vií  por  las 

ífcts  (SaiucMANN  p.  313)  y  en  Escandinavia  (MoNre- 
>  Om  KuUar  Schwtdeas  p.  ÜQ).  En  tas  flechas  de   la  edad  del 


Pff 


■M^ihffD^e  liíf  tfMW)^ 


once  se  halla  á  menudo  un  hueco  para  poner  veneno,  qpt 
la  herida  a)  sacarla,  lo  cual  no  se  ve  en  las  de  la  edad  de  pic< 

En  gr.  el  arco  se  dijo  pto;,  propiamente  nervio  del  arco 
responde  en  ski  jyd,  zend  jyil;  la  ílecha  Í5;^s!í1.  ¿sAu,  zenc 
irl.  POalfíler.  En  las  Europeas  solamente  hay  además  arcttl 
arfiwozna  flecha,  ags.  earh,  ñor.  Sr,  y  aní.  al.  str&la=ts] 
flecha.  El  nervio  sirvió  para  nombrar  el  arco,  en  ski.  smlvan 
sn¿ivar,  veüpov;  ani.  al,  sénawa;  lit.  temptywa,  esl,  tentiva 
encorvado  díjose  en  ant.  al-  bogo,  ags.  boga,  \v\.  Jid-boa:  ar 
neus,  esl.  lanku  de  Unshti  doblar,  lít.  tiñkis.  Por  la  mai 
que  se  hacia,  x'í^q-*  arco,  persa  tekhsh  flecha;  lat.  taxus  el  te 
yr  propiamente  tejo,  íi/mr  propiamente  olmo. 

El  uso  de  las  flechas  envenenadas  no  se  sahe  si  viene  di 
jismo  primitivo  ó  si  del  Oriente  con  las  flechas  metálicas 
Rigveda  se  habla  de  ellas  (6,75, 1  b),  y  \o  mismo  en  la  Odisea 
«íaxíii;  flecha,  hay  quien  lo  declara  por  o-  de  sam-  con,  c 
S-Tcorp&t;,  Ó-íü^,  é  ííjí  veneno.  Los  eslavos  usaban  flechas  de 
envefienadas  (MOllenhoff  D.  A,  K.  2,37).  El  arco,  maza 
desaparecen  como  armas  de  guerra  aJ  llegar  á  ta  época 
por  lo  menos  como  armas  ordinarias  no  las  llevaban  loi 
homéricos.  Fuera  de  los  locrios  (¡t.  13,7I&);  pero  Hórcule 
infiernos  lleva  arco  y  fíechas  (Odis.  11,607).  Tampoco  lo 
celtas  ni  germanos  en  la  época  romana,  y  aun  en  el  per 
Teñe  se  hatlan  pocas  flechas  (Hornrs  Urgeschkfife  der  Mi 
150);  mientras  que  en  Escandinavia  por  aquel  tiempo  abun 
chisimo  (MoNTEiLiüs  p.  104),  quedando  después  como  i 
caza  (Weinhold  Ain,  Leben  205).  El  antiguo  arco  europw 
los  pueblos  no  indo-germanos  del  Este.  De  los  fineses  escrib 
(Germ.  46):  «Ñon  arma....  sola  in  s^ittis  spes,  quas  ino 
ossibus  asperant»;  de  lossármatas  Pausanias  dice  (1,21,5)  q' 
b&n  puntas  de  hueso  en  las  flechas  y  en  las  tanzas,  en  vez  di 
de  loá  Huimos  habla  Amiano  Marcelino  (3I,2,Q). 

Notable  es  el  prc'ítanio  Jel  btino  sagitta  hecho  por  k 
írL  saiget,  clnu.  saetti;  y  no  menos  el  de  lo»  germanos, 
pifum  hicieron  p/rí/  ant.  al.,  Pfeil  al.,  pit  ags.,  pila  norso.  D 
cido  es  el  vocablo  anterior  céltico  de  la  flecíia.  Thurneisen 
romanisches  5Q)   trac  el  ant  fr.  Jltscht^  tt.  freccia,  a&t 


43.  arca. 


113 


fr^rhn,  del  irlandés  JÍCSC,  que  solo  significó  ver^a.  varilla.  Estos 
ct«ben  al  luber  pasado  de  Roma  á  aquellas  partes  las 
,  y  por  e*to  en  Alemania  se  han  hallado  flechas  pa- 
'•  a  1,-1         "^    l-rl  pilum  romano,  que  ile  lanza  vino  á  significar 
en  ¡ano-ccUioaíi  (LiNDtNSCMMir /lííeríüwítrr  I,  11,4). 

!  taaljabí  no  lt«ne  nombre  comiln^  ^upétpa  de  <péf>ui  llevar,  de 
í  pharetra,  |fo(»>tv;,  de  donde  córyías,  de  donde  goldre  y  pg. 
js^iin  algunos,  pero  la  y=:y  es  larga  (Odis.  21,5-í)  y  no  pudo 
e-,  ni  era  nombre  que  tomasen  los  españoles  y  solos  ellos. 
VttX,  gtac  saigvd,  gíac  mano;  en  ant.  al.  chohhar,  ags.  cocur  del 
.  til.  cucurum^  mcd.  gr.  xoüxoüpov,  alb.  kukare. 

1 43.    Arca,  áe\  ara  laílno  y  arka  euskérico,  es  lo  qtie  coge;  il 
,prov.  archa,  arqua,  fr.  arche,  pg.  arca.   Caja  grande  con  lapa 
hta  para  abrirse  y  cerradura.  Quij.  2.20:   Todas  estaban  de 
en  una  grande  arca. 
tuttbiéo  la  urna  de  piedra,  donde  se  ponen  los  cadáveres,  y  en 
IQO  cabo  doblado  i^ne  se  afija  en  la  polea  de  cualquier  apa^ 
1  que  izan  y  suben  lo  que  conviene  ^Palac.  fnstruc,  nctutic). 
,  las  tesorerías  y  oñcios  donde  se  recibían  y  recaudaban  las 
|tcalcs,  ó  erario.  En  el  cuerpo  animal  los  huecos  debajo  de  la? 
«^nrtrna  de  las  ijadas,  por  el  arco  que  forman  las  coslillas, 
,   que  en  Santander  aun  se  dice  arca,  y  en  Argentina 
■  riavtcula-  j.  Polo  /  2S9:  Pues  las  tales  matan  á  los  hom- 
Us  arcas,  como  á  palominos.   Quev.  Mus.  5,  b.  2:    Tras- 
Ios  cuerpos,  /  desgozníronse  las  arcas,  j.  Pin.  Agr,  8,26: 
qucson  tasareis  del  hombre.  Id.  3,U>:  Los  que  lia< 
ilefanuiasde  las  arcas  y   sanare  de  las  liebres,  y  no   de  las 


t,  orqaita,  de  Dios  bendita,  cierra  bien  y  abre,  no  fe  eaga- 

if.  (Tengo  por  derlo  que  éste  y  el  pasado  es  cosa  y  cosa  del 

|4e  dice  pof  él  deseándolo  sano;  aun^^ue  lo  usen  decir  tambi¿n 

I  é  sus  arquMas  cuando  guardan  en  ellas  stis  nmerias).  c.  30. 

a,  arquUa  de  Dios  bendita,  ábrese  y  cierra  y  nunca  rechi- 

f''  ■  'Vn  y  obre,  y  nunca  rechina.   (Clara  cosa  y  cosa  del 


V) 


iuislcoM,  acertijo. 


Arco  cenada,  del  reservado,  de  lo  no  bien  conocido. 


1 1  4  ORIQEN  V  VIDA  DEL  LENQUAJC 


*í 


Arca  de  agua," cs^úWsi  ó  depósito  en  los  acueductos,  don 
guarda  el  agua,  para  repartirla  á  las  fuentes. 

Arca  de  embustes,  mentiroso,  ó  arca  de  mentiras. 

Arca  de  la  herradura,  en  caló  jerg.  plato. 

Arca  del  pan,  la  barriga. 

Arca  del  testamento,  de  la  alianza,  la  de  los  judíos,  que 
rraba  la  Ley,  el  maná  y  la  vara  de  Aarón.  Marq.  Gob.  cr.  \,V 
Y  ya  le  había  el  Señor  proveido  de  dos  grandes  oficiales  ínst 
por  orden  del  cielo  en  las  labores  necesarias,  para  poner  en  f 
el  arca  del  testamento. 

Arca  de  Noé,  ó  del  diluvio.  Siou.  S.Jerón.  5,3:  En  los 
tes  de  Ararat  se  dice  comunmente  haber  hecho  asiento  el  are 
pues  del  diluvio.  Por  alusión  se  dice  de  lo  que  tiene  muchas 
veréas  cosas,  sobre  todo  si  son  animales. 

Arca  llena  y  arca  vacia,  alternativa  de  abundancia  y  esca 

Como  arca  abierta,  el  charlatán  que  todo  lo  picotea. 

Como  arca  cerrada,  el  reservado. 

Como  orco  de  hierro,  pesado. 

Como  arca  sin  llave,  abierta. 

£n  arca  abierta,  el  justo  peca.  Galindo  592. 

En  arca  de  avariento,  el  diablo  yace  dentro,  c.  109. 

En  la  arca  abierta,  el  justo  peca;  ó  en  arca  abierta,  c. 
109.  La  ocasión  hace  al  ladrón. 

Mi  arca  cerrada,  mi  alma  sana,  ó  mi  casa  cerrada,  mi 
salva,  c.  463. 

Reventar  como  arca  vieja,  del  que  come  hasta  reventar. 

Ar<|U-e<>,  reconocimiento  de  los  caudales,  papeles  y  ci 
de  las  arc-as  de  una  casa,  oficina,  corporación. 

Ai'C-Mz,  aumenl.  de  arc-a.  Bañ.  Arg.  j.  3:  ¿Cuándo  d 
bodigos  /  que  por  los  pobres  muertos  /  ofrecen  ricas  viudas  / 
mi  arcáz  colmado?  Lazar.  2:  El  tenía  un  arcáz  viejo  y  cerrad 
su  llave.  Obreg.  f.  66:  Donde  estaba  un  arcáz  muy  grande  co 
llaves.  En  Aragón  andas  ó  caja  de  llevar  á  enterrar,  arcón. 

Arc-óii,  aum.  de  arc-a.  G.  Alf.  /.  178:  Tenía  Monseñ 
trcón  grande  que  usan  en  Italia,  de  pino  blanco. 

Ai-qu-cta,  dimin.  de  arc-a.  Quij.  1,3:  Una  arqueta  pee 
llena  de  ungüentos. 


Arqnet-ón.de  arquct-a,  y  es  grande  para  ropa,  tlínefo^  etc. 

•íw,  Gm.  í.  124;  Hn  el  almario  de  libróse  en  eUrquelon  de  en 

lo  que  dcmatidas.  Pragmat.  año  !  680,  f.  43:   Un  ar- 

ecido  de  baqueta. 

Arqu-üla,  dimin.  de  arc-a.  Col.  perr.:  Sentóse  sobre  una 

iíUl  J.  Pin.  Agr.  3,10:  Estas  cachas  de  conejo,  que  son  mis  sa- 

irquillas. 
Al  4íii  iiauco,  banco  largo  con  cajones  debajo,  cuyas  tapas 
de  asiento  á  modo  de  arc-as.  L.  Fcrn.  31:  Y  un  arquibanco 
1.  Cort.  Arag.f.  33:  De  carga  dearqiubanques  ó  de  vacias  ó 
otra  fusta  obrada  un  sueldo, 

Ar<|iii-iiio«a,  en  Aragón  papelera  ó  cscríloriú,  armario  pe- 
de sobrenieía  con  divisiones,  adornado  con  labor  de  embuti- 
arca  y  mesa. 

•o,  del  arcus  latino,  del  coger  ó  cazar;  il.  arco,  rum.  are, 
.  are,  fr.  are,  pg.  arco.  Es  el  arma  antigua  para  disparar  ílechaí- 
'.  1,1  B:  Los  persas  en  arcos  y  flechas  famosos.  Id.  1,15:  Como 
turquesco.  Id.  2,1 1:  Con  su  arco,  carcaj  y  saetas. 
Por  su  parecido  díjosc  arco  con  lo  que  se   loca  el  violin  y  el 
lint  Dorot.  Pmr  S3;  Citando  á  las  solas  penas  /  que  et  eco 
1,  /  cantó,  pasando  el  arco  /  ;t  la  sonora  lira. 
Poí  to  mismo  en  arquitectura  se  dijo  el  corle  ó  sección  de  ciHn- 
dofcra  hecha  por  plano  vertical  ú  horízonlal ,  recto  ú  oblicuo. 
Moiu  L  I,  f.  152:  Esta  piedra  estuvo  en  Evora  sobre  un  arco 
nue^-a. 
mismo  d  aro  de  cubas  y  pipas. 
al  Poniente,  deja  tí  arado  y  vente.  (Señal  de  agua.}  c.  30. 
de  iglesia,  lo  dificil  y  pesado. 
tk  San  Juan»  en  la  Litera  de  Aragón  el  arco  iris. 
^rco  de  tejo»  recio  de  armar  y  jlojo  de  dejo.  c.  30. 
'  y  y  curaeña  de  serval,  cuando  disparan  hecho  han 

'' '  '■■  Por  su  mala  madera  dañan  al  tirador  antes  que  al 


Are*  M  f/  deh,  agtia  en  el  suelo,  arco  iris,  que  trae  agua. 
Ano  en  fa  Bttksa^  agua  cierta.  (Es  llagar  al  Oriente  út  Sala- 
tic  JO. 
A/wirtJ.  QuiJ.  1,13:  Sus  cejas,  arcos  del  cielo. 


116  Orioen  y- vida  del  lenguaje 

Arco  que  macho  brega,  ó  él  ó  la  cuerda.  (Entiende,  salta  y  quie 
bra.)  c.  30:  El  mucho  trabajo  quebranta  las  fuerzas. 

Arco  siempre  armado,  ó  flojo  ó  quebrado.  (Que  no  se  han  di 
apretar  mucho  las  cosas.)  c.  30.;  ó  arco  siempre  flechado,  dale  poi 
quebrado.  Galindo  595. 

Como  arco  de  iglesia,  enredado  y  dificultoso. 

Como  arco  de  violin,  lo  torcido. 

Cuando  vieres  el  arco  hacia  Ledesma,  desuñe  los  bueyes  y  vet 
á  la  aldea,  óá  la  taberna.  (En  tierra  de  Salamanca,  que  cae  Ledes 
ma  al  ga'lego  entre  Occidente  y  Septentrión,  y  porque  con  los  aira 
de  aquel  laJo  son  ciertas  las  aguas.)  c.  372. 

El  arco  macho  tiempo  armado,  peligra  quedar  ñojo  ó  se 
quebrado;  ó  queda  flojo,  c.  75.  Quij,  1,48:  No  es  posible  que  est 
continuo  el  arco  armado. 

Yo  veo  un  arco  verde  y  colorado:  Dios  me  lo  deje  ver  otra 
año.  c.  148.  Que  Dios  le  conserve  la  vida  y  la  vista  para  volver  i 
ver  el  arco  iris. 

A»'<ni-ero,  que  lleva  arc-o.  Entret.  j.  2:  Que  el  ciego  arqu^ 
ro  dispara. 

\iM--»i»,  de  arc-o,  hacer  arco.  Virués  Monserr.  2:  Arcando  i 
veces  la  una  y  otra  ceja.  Obra  de  ahuecar  sacudiendo  la  lana,  etc, 
por  el  arco  de  las  varillas  con  que  se  hace.  Corr.  30:  Arca  la  dudn 
el  tapicero  y  bate  sin  duelo,  y  bátela  luego.  Es  de  tapiceros.  Artii 
es  apretar  con  las  uñas  la  trama  que  van  metiendo  y  labrando,  j 
ducha  llaman  al  hilado  que  van  metiendo  en  la  tela  con  que  la  val 
cuajando  y  dibujando  los  reposteros  y  tapices.  Orden  pañer.  Sevi 
lia  \b\\,\.9:  E  cualquier  que  lo  contrario  hiciere,  pague  de  peni 
quanto  llevó  por  el  arca  á  los  veedores  que  para  ello  fueren  diputa 
dos,  y  tornen  á  arcar  dicha  lana. 

AiM?-a,  posverb.  de  arc-ar  (vide). 

Arf-»ila,  movimiento  penoso  del  estómago  al  querer  devol 
ver  la  comida.  Díjose  del  formar  arco  el  hombre.  Ovallc  H,  Chil 
/.  14:  Dice  hablando  de  la  cordillera,  que  los  que  la  pasan  por  < 
Perú  padecen  grandes  congojas,  arcadas  y  vómitos. 

Conjunto  de  arcos. 

Arco  ú  ojo  de  puente,  en  Aragón,  Navarra. 

Dar  arcadas.  Quev.  Fort,:  Cuando  llegare  á  él  la  tanda,  y 


43.  arco. 


m 


Id  mundo  dando  arcadas.  Zamora  Mon.  mist  pte  3,  Encarn.: 
Dios  arcadx'i  para  vomilaros.  D-  Vega  ps.  2,  v.  4,  d,  /: 
tn  n  *>  dando  arcadas  y  no  quería  acabar  de  vomitar, 

Rtftn:^.  ...  cicadas.  Torr.  FU.  mor.  lü,3:  Revienia  en  arcadas 
ivwQdo  losmaniarcs. 
\r<|u  •••ar,  formar  are -o.  como  con  una  vara  flexible,  cuando 
!«  iol^j  icniéndola  por  su-í  cabos. 

Ilrr.  al  ttjr  íircada;^,  arque^indo  el  cuerpo,  asquear,  y  aun  se  uSJi 

rStíimanca,  Méjico,  Colombia.  P.  VtQ\  ps.  3,  v.  10,  d.  2:  Peor 

^  vomiíítra  y  estuviera  arqueando  con  tal  ponzoña.  Q. 

.  ,.s  cuan  bella,  cuan  afable  y  de  mi  deseo  era  Florencia? 

tote  punto  arqueaba  yo  en  oyéndola  mentar.  Hedióme,  no  la 

Lvcr,  todo  me  pareciá  mal  hasta  verme  fuera  della. 

i.  Zabalcta  Error  24:  Arquea  las  ramas  como  pai^  besar 

Híxst.  Agr.  2,23:  Después  de  bien  arqueada  {la  cuba, 

rim  los  arcos). 

f?rjbx  Zabaleta.  Dia  /.  1 , 1 :  Arquéase  las  costillas,  (anto  que  00 ' 
mmñ  no  saltan. 

ar  ta  lana,  esponjaría  y  sacudirla  con  varas  ó  cuerdas, 

7^13,9:  Mando  que  Icts  arqueadores  arqueen   bien  las  lanas 

\\^  '  —   i-j^-  ;  ^.rqtiear...  y  que  sean  arqueadas  de  dos  cuer- 

|(  lexlo  en   la  Orden   de  los  pañeros,  ScviJl* 

1 1.  ^.  pone  crqatn,  arcar,  arcadas  en  lug:ar  de  arquear.) 
pitear  la  nave,  mediría  en  las  tres  dimensiones  para  averiguar 
IpT.ric  V  capacidad. 

iir  las  cejas,  alzarlas  de  admiración  como  para  ver  mejor 

I  lo&  ojos»  tomar  o,  o-ar,  de  enfado^  disgusto  y  de  deseo 

mal  retenido, cual  si  se  quisiera  comer  al  contrario  con 

que  los  ajüranda  redondeándolos,  D.  Veqa,  Paráis.  DtgotL 

No  sabiendo  lo  que  era  y  arqueando  las  cejas,  llenos  d« 

-siunlaban.  Q.   Alp.  f.   250:   Bsláhame  mí  amo  mu/j 

1'^  MI  cuando  arqueando  la*  cejas.  Obreg  f.  87;  Este] 

indo  de  ima  y  otra   mano  y  arqueando  las  cejas 


\t  reo,  de  arquc-ar.  Obreg.  f.  4 :  Entró  cierto  j 

yÉKi.  ic  cuerpo,  de  razonable  lallc,  trigueño  de] 

«ntttk,  ceja  arqueada  y  casi  de  hechura  de  mariposa  de  seda. 


1 18  Óriqen  y  vida  del  lenouaje 

« ' 

Arqiio-adn,  arcada,  formar  arco,  arquear  el  cuerpo  al  quen 
devolver  la  comida.  Valdlrrama  Ej.  Viern.  3  dom.  cuar.:  Y  con  a 
queadas  y  angustias  intolerables  le  predica.  Cabr.  p.  311:  Daba  a 
queadas  rabiosas  para  lanzarle  (el  veneno).  P.  Vega/ís.  3,  v.  10,  t 
2:  E!  estómago  de  su  alma  todo  turbado  maréase  y  está  dando  a 
queadas.  En  Colombia,  Cuba,  etc.  todavía  por  arcada  de  náuseas. 

Arqiic-o,  posv.  de  arque-ar.  En  náut.  medida  del  buque,  c 
alguna  embarcación. 

Ai-que-ajo,  en  náut.  arqueo. 

Kii-arc-ai',  arquear  ó  formar  arc-o.  J.  Pin,  Agr.  9,31:  Lo  al) 
del  casco  de  nuestra  cabeza  se  enarca  en  redondo  hacia  lo  alh 
Oviedo  H.  Ind.  39,2:  La  cosía  va  enarcándose.  Id.  39,3:  Mas  se  ^ 
enarcando  é  dando  la  vuelta  al  norte.  León  Job.  41,9:  Y  se  descubí 
una  veta  de  luz  extendida  y  enarcada  y  bermeja.  Herr.  Agr.  2,2c 
Las  cubas  cada  año  se  quieren  enarcar  y  pegar  muy  contino  (poner! 
aros  ó  arcos).  Agosta  //.  Ind.  7,26:  Con  esto  enarcando  su  arco 
comenzó  á  tirar  flechas.  Valb.  Bern.  17,15:  Al  enarcar  las  bóveda 
del  cie!o,/quién  sus  cimbrias  trazó?  quién  dio  el  modelo?  Oviedc 
H.  Ind.  20,1:  Volviéndose  algo,  enarcando  la  tierra  hacia  ponienfc 
pasó  esta  armada  á  la  parte  del  antartico  polo. 

Por  enflaquecer  en  M.  Chaide  Magd.  p.  3,  c.  28. 

En  la  Litera  de  Aragón  cortarse,  perder  la  serenidad,  cuando  9 
va  á  hacer  alguna  cosa  difícil  ó  peligrosa. 

Enarcar  las  cejas,  arquearlas.  Quij.  1,23:  Enarcando  lasccja 
Id.  1,46:  Enarcó  las  cejas  (de  ira). 

Eii-apo-ado,  en  Aragón  mudo  de  asombro. 

Oes-enarcan,  las  cejas,  que  suele  hacerse  al  dejar  el  eno; 
ó  el  pasmo  que  las  enarcó. 

En-arqii-eai%  arquear.  Salazar  Silvas  d.  3:  Luego  arrui 
la  frente,/enarquea  las  cejas/y  retuerce  el  hocico. 

Arbotante,  tranquil  para  contrarrestar  el  empuje  de  un  an 
ó  bóveda;  Tlel  fr.  are  boutant,  arco  que  bota  ó  arroja. 

Artar«  ant.  en  Aragón,  precisar,  obligar,  de  arctare.  Fut 
Arag.  f.  221 :  Las  quales  quanto  al  dicho  efecto  de  inventariar,  ene 
mendar  ó  dar  á  capleta  los  dichos  bienes  tan  solamentef  no  arten 
empachen. 

En-artap,  apretar,  estrechar,  de  arlar.  HrrA  1195:  guardat 


42.  orchi'. 


119 


í  Mn  fuya  que  todo  el  mundo  en  arta  (la  cuaresma).  M.  1457; 
iKDtacl  malo  mis  amigos  enarta.  Id.  ¡82:  Er«  mentiroso,  íalso 
bfnartar  (el  amor).  U\.  403:  An&y  muchas  fermosas  contigo 
in.  Cron.  graL  pie  1,  f.  61:  E  con  esta  cerca  Ujcen  que 
\  en  aquel  logir  i  sus  enemigos. 
I>e*»-«?i»-nt*l-«r,  parece  lo  opiieslo  de  aTtar.  J,  PrN.  Agr.2\^ 
IVAiiQ  la  ra/a  tic  nuestros  cabaJIos  debiera  desenartaros  cuanto  i 
,K>  nadendo  en  Castilla  rocín  que  valga  para  caballo  de  vista. 
|V:  Me  habcia  desenartado  de  lo  que  yo  no  tenía  entendido  por 
1.  Id.  2,1:  Mucho  querría  ser  desernartado  de  lo  que  de 
'  notado. 

Archi-,    prefijo   griego,   de  ápyo;  principio,   laliní^ado  en 
^Fonna  nombres  eruditos  y  jocosos.  Con  adjelivos  por  mujr 
-ro  en  estilo  jocoso  manera  muy  socorrida  y  sin  igual 
_.  siiperlalivos,  Valeha  Com.  Mend.  21:  Le  pegó  un 
I  y  archifamiliartirón  de  las  narices.  Ejemplos: 
ki'bríb&n.  O,  A(f.  \,'Í,V.  Príncipe  de  la  pollronía  y  archi- 

ú-itiaMo.  Quev.  Mas.  6,  s.  5 1 :  Tú,  que  con  una  cslás  aman- 
^/  yo  que  lo  estoy  con  muchas  cada  hora,  /  somos  dos  archi- 
mirado. 

Janísimo,  Qafi,  2,30:  Vuestra  merced  es  mujer  dignísima 
t  UB  Gobernador  ardiidigníiíimo. 
^hi-düqu€.  Título  de  los  príncipes  de  la  Casa  de  Austria  en  el 
>ilcmdn.  Qüi^.  2,29:  Senladú  en  una  tabla»  como  un  Archí- 
MrUf .  cl   que  muestra  pretensiones  que  desdicen  de  su 

HX.  J.  Polo  Obr.  p.  113:  Archifenix  serás  del  (¡olo- 


_     i-íalíina.  Esteban  9:  Yo  soy  archigallina  de  gallinas. 
Arcki-gttto.  Quev.  Mus.  6,  r.  74:  El  archigato  mandó  /  que  cn- 

I  entrambos. 

^títíAaud.  Calo.  Zp/  y  Pocr.  2:  Pues  con  ese  arctiilaud. 
^mu-pámpano,  sobre  todo  de  las  Indiat,  jocosamente  por  una 
I  rtmbombinle  y  fanUstica,  y  del  que  se  hace  respetar  taÍM 
fcbtiue  se  merece. 


IZO  Origen  v  vida  dbl'lIS 


Archi-muñeco.  Barbad.  Alej.  Tramoy.:  Pudiera  ser  el  prototf 
tere  y  el  archimuñeco,  todo  figurilla,  todo  inquietud. 

Archi-pobre.  Quev.  Tac.  3:  Al  fin  era  archipobre  y  proíomiseria 

Archí-poeta.  Qono.  Rom.  biirl.  3:  Citarista  dulce  hija  /  del  ar- 
chipoeta  rubio. 

Archi-tirano.  B.  Argiins.  Esos  consejos  das,  51:  AI  fiero  archi- 
tirano  del  oriente. 

Ai»ohivo,  de  archivum,  archium,  de  áo-/-t\v  lugar  de  anti- 
guallas; metaf.  del  culto  y  de  gran  memoria;  archiv-ar,  guardar  et 
archivo.  Pero  esa  y  ó  ck  sonó  en  latín  clásico  como  k,  de  donde  qt 
en  casíelbno;  el  pronunciar  ch  en  archi-  fué  por  haberse  traido  de! 
diccionario  ateniéndose  á  la  ortografía.  Así  con  ga:  arquitecto  d 
architectum,  ápyt-xécTuiv  cabeza  de  los  trabajadores,  arquitectura. 

Además  de  chi,  qui,  tenemos  ci,  que  es  el  sonido  que  respond 
al  ci  latino  en  todas  las  palabras  derivadas  por  evolución  natura! 
pues  así  sonaba  en  latín  vulgar  al  formarse  el  castellano:  Ara 
preste,  de  archi-presbyter,  cabeza  de  los  presbíteros:  Arcediano,  d 
archi-diaconus,  calveza  de  los  diáconos;  Arz-obispo,  de  archi-episcf 
pus,  cabeza  de  los  obispos  ó  vigilantes. 

Arcediano  de  Toledo,  Deán  de  Jaén,  Chantre  de  Sevilla,  Moa 
trescaela  de  Salamanca,  Canónigos  de  Cuenca,  Racioneros  í 
Córdoba,  c.  30. 

44.  Del  euskaro  ar-ka,  ar-ki  coger,  nos  quedan  en  casiellan 
unos  cuantos  vocablos,  de  los  cuales  árgano  y  arganel  pasaron  j 
resto  de  la  Romanía,  y  han  tratado  de  explicarlos  por  ¿pTaTr^c  trabajl 
dor,  -(¿pavo;  grulla,  organum  órgano,  erigere  levantar.  Pero  del  gri( 
go  directamente  no  ha  pasado  al  castellano  vulgar  ni  una  sola  pal¡ 
bra,  que  yo  sepa,  sino  es  por  medio  del  latín.  Todas  esas  etimologíi 
son  curiosísimas,  pues  además  de  esto,  aunque  tampoco  se  atenga 
á  las  leyes  fonéticas  castellanas,  antes  las  destrozan  lastímosament 
solo  llevan  la  ventaja  de  que  nada  tengan  que  ver  en  el  significad 
con  las  palabras  castellanas.  Por  manera  que  esa  curiosidad  sube  ( 
punto.  La  idea  de  la  raiz  arg-  en  todas  ellas  es  la  de  coger,  como  ( 
arka.  La  suavización  de  ¿  en  ^  entre  vocales  es  de  ley  en  la  evoli 
ción  castellana.  Para  coger  el  aire  de  familia  hay  que  cotejara 
odos  á  la  vez,  y  ese  aire  es  el  de  arka,  arA:/ que  los  descifra. 


-44.  argado. 


121 


,  ,tr;£ue,  oiiquina  qu«  coge  y  mueve  grandes  pesos  con  torno 
llctitor,  de  arki. 

Ifxiy».   manto,  porciun  de  tierra.  T.  Nauarr.   II,  123:   Y 

í  tira   ííe  aci,  /*  U  otra  me  lira   de  allá  /  hasta   quíbrme  el 

kíüü.  V.  Oran  2,1:  Para  maniiar  hacer  un  iirgayo   (es  una 

\üc  se  pone  sobre  los  hábitos,  que  se  llama  asi  en 

-  ^*  vi^ía  wbre  la  saya  con  que  se  repare  y  defieri- 

|l.  I  ma  por  manió,  capa>  y  arg-únte  ó  harg-antB, 

•  que  5c  revuelve  al  cuerpo,  y  la  tierra  que  se  cae  y  vuelve, 

ay-ada  en  A^tll^ias  la  leña  lijera  que  ikja  el  rio,  y  urg-uA. 

pnjra,  ant.  arista  de   trigo,   como  árgana   en  gal!,   el  cas- 

jue  coge  y  encierra. 

^i»i«,   desprenderse  argayos  ó  porciones   de  tierra.  En 
'  vale  mentir,  es  decir  revolver  las  cosas,  y  en  Coaño 
Mcra   que  queda  á  la  orilla  deí  Navía  al  bajar  tas 
,  irpiy-ero  embustero.  Ríen  ciara  está  acjui  la  idea  de  revoltijo, 
í  que  coge. 

^;;-a(ln«  enredo,  cosa  cogida  y   muy  trabada;  moralmenle 

Quij.  2,69:  Esto  me  parece  argado  sobre  argado,  y  tío 

"abajo  sobre  trabajo,  ó  enredo). 

,.  -'--■>  Ho'í  aparato  de   niinibres,  cuatro  cestos 

¡lUTlarcitatrü  cántaros  de  agua  sobre  un 

,ctc. 

I  HKtr  00  argaeh,  un  enredo  ó  travesura. 
I  Argado  sobre  argado,  enredo  iras  enredo,  burla  tras  burlA. 
\rtm<l-Hlo.    dimin.  de  argado,  enredijo  y  devanadera  de 
de  se  recoge  la  madeja.  Cork.  24!:  Argadillo  es  la  de- 
^Ruf.OA  1,82:  Do  al  diabro  el  argadijo  (el  enredo).  Tam- 
nazón  del  cuerpo  y  de  la  imagen  de  medio  talle,  funda- 
:  palof  que  hagan  el  medio  cuerpo  sibajo,  y  el  bullicioso. 
c.  pesie  f.  25:  El  darse  á  la  continua  í\  él  suele  desbaratar 
y  el  argadillo  del  cuerpo  humano. 
B,iki  es  ceslíin  de  mimbres,  y  ari'-u/ía,  diminutivo,  es- 
[^  idnn. 

Icaul4n  arfpdelb angarillas  de  fusta;  en  Astnrias  argadrllo  d 
D,  cast.  argadillo  el  bullicioso^  enredador;  en  Saianianca 
paca  estrella  de  raar. 


Anda  el  argadillo,  que  está  uno  interesado  en  un  negocio. 

Ar(j^ad-ijo,  como  argadillo.  (Covarr.);  en  Galicia  la  devi^ 
nadera. 

Ai*|»;-ana,  máquina  á  modo  de  grúa  para  atrapar  y  subir 
piedra;  y  árganas  cestones  ó  angarillas  sobre  las  bestias  para  lle- 
var la  comida  al  campo.  J.  Enc.  231:  Alá  vá  todo  para  '1  Diabro,/ 
burras,  árganas  y  puerros.  En  gall.  cesta  y  punta  del  cascabillo  dd 
grano  y  espina  fina  de  pescado. 

Árganas  en  Honduras  zurrón  de  cuero  crudo  ó  pellejo  en  que 
se  guardan  las  cosas  que  se  llevan  en  acémilas;  lleva  dos  cada  bestia 
una  á  cada  lado  del  aparejo,  unidas  por  arriba  por  el  palo  qtw 
llaman  estaca. 

Ar*;S'-aña,  en  Salamanca  la  pluma  de  la  espiguilla  de  bi 
gramináceas.  En  Lope  Vaq.  Morana  1.  7,  p.  569:  Trigo  blanco  j 
sin  árgana,  /  que  de  verlo  es  bendición. 

Ar$:^an-o,  grúa,  como  árgana,  para  pesos  grandes.  Covarr. 
Arc.  Conq.  Rodas  2,7:  Ordenaron  un  ingenio...  con  dos  arganoij 
como  en  nao:  y  al  tiempo  que  ya  querían  tirar,  rodeaban  el  ingcnkij 
á  la  una  banda  con  el  árgano  ó  torno. 

Ar$i:an-ei,  círculo  de  metal  en  el  astrolabio,  del  sujetaró 
coger.  Sánchez  Tr.  naveg.:  El  círculo  de  metal  se  gradúa  tirand» 
un  diámetro,  que  corresponda  con  el  centro  del  arganel,  que  es  otro 
círculo  de  metal  pequeño. 

Arg;u-iño,  en  Aragón  espuerta  de  mimbres. 

Ai*^an-co«  argolla  del  regon  del  batel  donde  se  amarn  f 
coge  el  cabo.  Palac.  Instrac.  naat:  También  la  argolla  de  un  pedirJ 
zo  de  beta,  que  se  encapilla  en  la  roda  del  batel  y  en  el  davicK] 
cuando  toman  alguna  áncora. 

Ar*;;:an-«l-ijo,  como  argadillo  {Tesor.  1671). 

Ai*^a-vieso,  de  vieso  torcido,  malo.  Turbión  recio  de  agut. 
Es  como  un  ciclón  ó  tornado  malo,  un  enredo  6  cosa  mala  qufe 
coge  desapercibido.  Valderrama  Ejerc.  Fer.  3  Dom.  1  caar.:  Cuuh 
do  una  nube  parece  densa  y  denegrida,  la  mesma  pesadumbre  ] 
graveza  que  trae  amenaza  tempetad...,  mas  que  una  nube  liviaiia.1 
traiga  un  argavieso  tan  nunca  pensado?  Obreg.  f.  47:  Auni|ue  1i 
furia  del  argavieso  no  duró  más  de  una  hora,  el  agua  que  tras  él  ■ 
siguió  duró  sin  cesar  hasta  el  día  siguiente.  Valderrama  EJ,  Sabaá 


4A,  arguenas. 


123 


b<n.  cnar^  Que  víó  Ezequiel  que  cataba  sobre  Jerusalén  llena  de 
I  y  grillo^  espadas  y  inslnimentos  de  guerra^  que  p<irecía  un 
» lempesluoso  que  quería  hundir  el  mundo.  Id.  Ceniza:  Con 
vieso  de  las  nubes  espesas. 
[  Aricii-f*ñn«,  angarillas,  como  árganas.  Lie.  Vidr.:  Pusíéron- 
irgueñasde  paja,  como  aquellas  donde  llevan  el   vidrio. 
i  o.  Esc.  and.  329;  Se  la  echa  al  hombro,  como  lasargue- 
{0  dcnundanle. 

[ArKii-4*naii,  lo  mismo  que  ari;u-eñas,  y  alforjas  como  las 
Ikvan  los  religiosos  meiit!ic;mles.  L.  Rueda  I,  18:  ¿Pues  cómo 
DCODtrA  Dios  con  unas  arguenas  de  pan?  Velez  Guev,  Conq. 
:  Donde  acaba  /  de  llegar  ahora,  al  hombro  /*  con  unas  ar- 
» blancas  L  Ru£oa  \,  303:  ¿Qué  hac^s  lo  que  te  dan?  /  En 
kvpRts  lo  echo. 

[Ar)(*«XO.  Aument,  cosas  menudas  y  como  enredadas  que 
mar  i  la  co&ta.  De  aqui«  el  sargasum  vulgare,  seu  Fucu$  un- 
ipor  ser  ova  que  enreda  en  el  mar.  Zamora  Mon.  mist.  pte.  2, 
\  2,  Simb.  6:  Asi  como  ei  mar  siempre  eslá  echando  de  sí  por 
¡  y  riberas  un  argazo  podrido  de  un  olor  tan  contami- 
no hay  quien  pueda  lolcnrlc.   íd. /.  4,  2,  píe.  Simb.3. 
d  ar^axo  y  bascos iiiad es. 
ArifM-maiicl-el.  pedazos  de  tela  que  por  lo  rotos  no  tie- 
I  y  M»  que  cuelgan  del  vestido,  camisas,  etc.;  de  mand-il,  y 
I  KTitido  de  cosas  que  se  cogen  y  rompen.  L-  Rucda  II, 
i  yo  vendido  el  más  hermoso,...,  y  vos  venís  por  la 
rcon  aquesüs  ai ga mande] es.  Píe  Jast.  2,2,2:  Con  una  manera 
a,  forrada  en  no  se  qué  argamandeles. 
i-niand-Uo,  aparato  y  bulla  de  cosas  menudas,  chi- 
.  Saca/  Obr.  posi-  /.  237:  Eres  h  primer  mujer,  /  que  por 
'ednordinaria/ traes  con  arrojos  de  dueña  /  argamandijos  de 
.  Quev.  rom.  03:  Todo  su  argamandijo  (el  Manzanares).  Id.  C. 
:  Como  ic  Wó  señor  del  argamandijo  (del  negocio  ó  enredo). 
.  76:  El  abad  que  no  bene  hijos,  es  que  le  fallan  los  argaman- 
.  iítiaf.  junta  de  menudencias  para  algún  ofído  ó  intenlo. 
Iryu  ero,   estorbo,   enredo,    cosa  menuda    que   molesta, 
I  M]gana  en  gall.  y  argaya  6  arista,  cascabiElo.  Cork.  216:  Nin- 
r  en  su  ojo  el  argucrOj  sino  en  el  ajeno. 


124  Orioen  y  VibA  tom.  lenouíI 

Ninguno  ve  el  arguero  en  sa  ojo  mesmo,  y  vele  en  el . 
pañero,  c.  216.  Veis  el  arguero  en  el  ojo  ajeno,  y  no  veii 
en  el  vuestro,  c.  432.  Viese  el  arguero  en  el  ojo  ajeno,  y  nt 
de  lagar  en  el  nuestro,  c.  432. 

Ar^oinxi,  hubo  de  decirse  por  sus  pinchos  que  cog 
aulaga.  Sufijo  euskcrico-castellano  -ma. 

Ai*;:roni-al,  lugar  de  argom-as. 

At*^a-masa.  cal,  arena  y  guijas  con  agua,  es  dei 
que  traba.. Q«y.  1,1:  Un  medio  queso  más  duro  que  si  fue 
de  argamasa.  Id.  2,58;  Qué  corazón  de  marmol,  qué  en 
bronce,  y  qué  alma  de  argamasa.  Valderrama  EJ.  Lun 
cuar.:  Que  por  ser  de  ordinario  de  una  anchísimo  argamas 
poem.  her.  1:  De  aquel  vestiglo,  testa  de  argamasa.  Solis 
2,17:  Era  la  fábrica  de  piedras,  labrada  por  el  exterior,  y  u 
argamasa  de  rara  tenacidad. 

Metaf.  Lo  que  se  allega  y  amontona  sin  tener  que  ver 
iodo  embrollo. 

Ai-;j;ainas-ón,  pedazo  grande  ó  ruinas  de  argamas 
Olfr.  poet.  f.  32:  Solo  aguardaban  ya  los  Escipiones  /  cor 
fantes  de  las  obras  muertas,  /  que  rompiendo  el  calibre  arga 
/  toscas  abriese  desunidas  puertas. 

Arji;ainas-ap.  hacer  argamas-a,  unir  con  ella.  A.  / 
Fern,  6  Dom.  3  cuar.  25  c:  Y  hacer  baluarte  dellos,  argar 
los  con  su  propia  y  divina  sangre.  Id.  5.  Andr.  2  c.  §  I :  Er 
rior  cubierto  y  argamasado.  Zamora  Mon.  mist.  pte.  7,  S.  A. 
cómo  dice  que  está  argamasado  con  la  tierra?  Berrueza  Am^ 
V  al  arrimo  de  cada  quicio  un  fuerte  cubo  de  argamasada 
Pic.Just.  f.  87:  Con  la  sangre  que  salió  argamasó  la  cal 
puso  las  primeras  piedras.  Manrique  Laurea  1,5,2:  Arga 
por  amor  las  piedras,  componen  la  fábrica  admirable. 

Af;;:-olJa,  derivado  -a//adel  ark,  como  bamb-olla, 
b-a;  bar-ullo,  cap-ullo,  chanch-ullo.  Otros  quieren  que 
gol(l)a,  pg.  argola.  Anillo  que  coge  y  aprisiona.  QuiJ.  I, 
argollas  á  la  garganta.  Persil.  3,6:  Cuyos  Padrenuestros  < 
yores  que  algunas  bolas  de  las  con  que  juegan  los  muc 
la  argolla.  León  Nombr.  Cr.  1.  1,  f.  22:  En  aquel  día  quita 


45.  arrapa^  arpa. 


125 


ct  ScAorilts  hijas  de  Si6n  d  chapín....  las  argollas,  los 
los  zarzillos. 

|En  Ar]¡mlÍfU,  el  anillo  de  coniproiiií&o  que  regala  el  novio. 
Mcnf.  Todo  íoquc  oprime  y  acongoja  el  ánimo. 
ArgoUa  mayor,  qaiía  menor,  (Lo  que:   lo  más  priva  á  Jo  me- 
,)  t.  30. 

Ce-"'  •'"  •%  de /lierro,  Ea  mano  que  ase  fuertenienle. 
Efí  argolla,  no  entra  ta  bola.  Muchos  negocios  se  ma- 

porlos  estorbos  que  ponen  los  conlrarios.  Del  juego  de  la 
que  puesta  en  el  sueto  con   una  espiga  que  tiene,  hay  que 
panr  por  ella  unas   boÍAS  de  madera  valiéndose  de   palas 

ir|;oll-Oy  el  collar  ó  argolla  que  se  echaba  a!   cuello  del 

it,  criminal,  ele.  (Tesor.  1671). 
.\i'IS<i(l-ón,  aumenl.  A.  Alv.  5/71^.  Dom.  i  aáv,  2  c«  Aque- 
^ireoilones  de  bronce  y  elernas  prisiones, 
Ar^ull-ndo*  asido  con  argotl-as.  ó  cosa  de  argollas.  M. 
«rw  I.  2,  n.  1257:  Argolladas  y  presas  se  las  pusieron  á  las  es- 


''"■^tr  arrebatando,  por  lo  bajo,  ociiltamcnle,  de  súbilo,  es 

rapa-tu,  arrapan,  -pa  bajo,  cepo  arrapa-gailti,  co- 

itropclladamenie  arrapa-ka^  ralero  arrapa-kari,  saquear 

ka-tu,  atropcUadamenlc  arrapa-keta,  presa  arrapa-kin,  col- 

que  puede  robarse,  lo  al  alcance  de  la  mano  arrap-al, 

arrap^razi,  arrebatadamente  arrapa-z-ta-ka,  liidron- 

arrapa-iari,  en  Iroprí,  cocicndose  arrapü-z-ka. 

ja-ta  es  el  ovario  de  los  peces,  la  ova  que  nace  en  el  agna«  la 

agarra  y  se  propaga,  el  remo:   del   ayarrar   por  abajo, 


■-i       'i  !\  .  .  ocuJUmenle,  el  calambrej  y  el  garfio 

iibr.r-.- ju-i- ¡.,11   I,;  sr.'.i  Ó  quitar  abrüjos,  dícese  or-pa.  ma- 

I  tallar  arpattt,  sierra  grande  arpa-n,  gancho,  garfio  arp-ero, 

i  ar-pe-a,  arpe-ba,  azada  de  dos  púas  y  arpón  arp-oi. 

I  oof^  por  debajo  salen  también:  arba,  arba-tza  y  arbaz^ta 

,  af  mazón  del  tejada,  teña  que  se  corta  ^in  deshojar  las  ranus, 

i  nMca  para  llevar  argoma,  arb-asta  leña,  vara,  residuos  de 


126  Origen  y  vida  del  lenguaje^ 

leña,  arb-atz,  colgajo,  broza  del  lino,  arb-atz  .ramillas,  rama 
narria,  colgajo,  cabrio. 

El  nabo  grande,  que  los  franceses  llaman  navet  de  Malte  es  mn 
cultivado  en  la  euskalerría  y  le  llaman  ar-bi,  que  pudiera  declar 
por  ara  extenderse,  ó  mejor  por  arr  agarrar,   prender,  bi  bajo,  | 
esíar  todo  él  bajo  tierra  menos  las  hojas;  también  es  en  un  díale 
otro  vegetal  soterraño  que  comen  los  niños,  según  Azkue  tal  vez 
rábano,  es  todo  rizoma  y  por  metáfora  la  molleja,  las  moletas,  ctc  1 
nabo  arbi-isa  ó  nabito,  ó  err-arbi,  arbi-gozo  ó  arbi  sabroso,  ó  ar 
chufeo;  la  remolacha  ud-arbi,  tcherri-arbi  ó  de  cerdos,  el  nabo  ] 
cido  á  la  zanahoria  tchiribiri  ó  chirivía,  la  zanahoria  arbi-gorrii 
rojo,  el  del  ganado   arbi-beltz  6  negro,  el  bromo  ó  mala  hie 
arbi-gaizto,  arbi-legor,  !a  acedera  arbi-asal,  arbi-buru  cabea  ( 
nabo;  arbi-gara,  arbi-listo,  arbi-litcha  tallo  del  nabo;  arbUh 
arbi'lilisw  flor,  arbi-orpo  planta  de  nabo.  .' 

46  Perdióse  la  a  en  latín,  y  arrapa  dio  rap-Ío,  -ere,  -ui,  -fofli^ 
arrebatar,  rap-ax  ~a<ís  rapaz,  rapaci-tas  rapacidad,  rap-ina  rapíD^ 
rap-tim  arrebatadamente,  rap-idus  rápido  ó  raudo,  rapidi-tas  npt- 
dez,  rap-tus  ó  -fio  rapto,  rap-ia-re  arrebatar  arrastrando,  rap^ 
tare  hurtar  á  menudo.  Compuestos  en  -rip-io,  rip-ai,  rep-tam,  rifP' 
ere:  ab-rtpere,  ar-ripere,  cor-ripere,  correp-tio,  de-,  di-ripert,  tí* 
rep-tio,  e-ripere,  prae-,  pro-,  sub-  ó  sur-ripere,  sab-rep-tio,  subrt^ 
ti-cias  subrepticio. 

En  gr.  responde  con  aspiración  advenediza  á^~-áZ.m  arrebataTi 
que  conserva  la  a-  inicial,  pero  ha  perdido  la  -a-  medial,  avTMZ,  áp» 
oX-£oí  que  arrebata,  áp7:á-'pf¡  gancho,  'ApTi-oiot  arpías,  áp7:-7¡  hoz  ó 
cualquier  instrumento  ganchudo.  " 

En  las  germánicas  responde  en  norso  refsa  (=rafsya),  refita  f 
refsadha  castigar,  dar  un  rapapolvo,  saj.  respian,  an.  al.  r^fsaM 
(rafsyan),  pret.  rajsta  med.  al.  re/sen,  repsen,  pret,  rafote. 

En  lit.  rab-iti  robar,  pol.  rabo-watch  y  rabas  ladrón;  dmr. . 
rfiaib  raptio,  rheibiaw  rapere,  irl.  reaba'tm,  reaboir  y  reubaaft^^ 
ladrón. 

Modifícada  la  vocal  dio  rup  en  zend,  por  hurtar,  lu-m-p^OHi 
sanskrit  por  romper  y  en  latin  rup4,  rup-tum,  ramp-ere,  romper,  fr^ 
rando  y  arrebatando,  rup-tor  el  rompedor,  legi-rap^  ó  iegi-rü 


■Iñ.  raperc,  rumpere. 


127 


itador  de  U  ley,  rap^s  roca  tajada,  rtip-ina  idem,  Gb-rtim- 
vparir  rompiendo,  ab-rup-tus  abrupto»  cor-rumpere  corrom- 
I  de*hr. '  -  '  'oJo  en  pedazos,  corrup-tio  cornrpción,  corrapt- 
átrup-:  ii.  á  pico^  dis-rumpere^  e-rumperc,  e-rup-th 

,  inter-rumpere  interrumpir,  ir-rumpere,  irruptio  irrupción, 
f  ''ere,pro-runtpere  prorrumpir. 

,  ti -ambio  de  vocal    leñemos  en  el  godo  rauij-ün,  coger, 

bi'TQub^n,  ani.  al.  roubcn,  med.aí.  rouben,  at.  rau-btn, 
'oabtn^  aj.  rúb?m,  ags.  réafían^  ingl.  ío  rea  ve,  rov-er  ladrón^  ags. 
jo,  ñor.  raafari,  rei/ari  robar,  persa  rabá-dan,  y  en  skt 
reí  que  roba,  rbh-van  agíesivo.  Lo  mismo  en  anl.  al.  raüp- 
raap,  raitp-ari,  godo  raup-yan,  ags.  rypan,  atit.  y  med.  al.  roif- 
..  raufen.  que  valen  rufíiper,  y  su  inteníiivo  med.  al.  rtjp/en, 
V  med.  ingL  rippen,  ing!.  rip.  al.  rupfcn.  Robo  y  arretiaio  en 
al.  roap,  «ni.  al.  roab.  at.  Raab,  saj.  mf,  ingl.  réaf;  rom- 
^ES.  réofan,  nor.  ryufa. 

aquí  robar,  robo.  it.  robare,  raba,  fr.  d&ober,  deí  góüco 
y  la  ropcf,  i(.   roba,  fr.   rofrf,  propiamente  despojo,   boliiii 
ú.  roüb,  3^.  riaf,  al.  Raub,  es  decir  ropa  robada,  luego  ropa 
¡(entral. 

H  bajo  alemán  raprn.  en  Baviera  rampfen  agarrarse,  dio  segün 
«n  'ramparf  por  nas.ili7aci<^n  de  '*rappare,  conloen  la  forma 
de  donde  «ilieron  en  fr.  romper  que  valió  agarrarse,  luego 
rrtndose,  y  andar  á  cuatro  palas  ó  arrastrarse,  lion  ram- 
rapante.  que  ttepa  ó  sube,  ingl.  ramp,  fr.  rampe  subida, 
íL  rampa  garra,  rampare  dar  con  la  garra,  rcm/ío  gancho. 
1  casiellanfl,  cuyo  origen  lillinio  es  por 
:,.„,-..  : .. u.  Cotifiniiasi-  lodo  ello  con  el  proven- 
ían. %in  nant,  que  equivale  al  fr.  romper. 

^  y  germinica.s  hay  otra  rama  de  vocablos 
iTi  r^iíLvn.ii;  s  t-ntre  sí  y  con  oíros  greco-latinos.  Según 
el  godo  arbaitffS,  ant.  al.  ar(a)beit,  med.  al.  arbeit,  are- 
ú-  Arbtit  trabajo,  pena,  necesidad,  saj,  arbédt,  angtosaj. 
"  fhe,  nor.  er/ídht,  es  un  vocablo  compuesto  de  un 
.¡rbhO'  criado,  correspondiente  al  eslavo  robu,  y  dd 
idh  obra,  idhya  obrar,  de  la  raíz  /  de  iré,  como  en  skt  Í-H 
paso.  De  aquí  el  godo  ormi  pobre,  de  *arbh'mo,  norso  orrnr. 


ags.  earm,  aní.  a!,  aram  ó  arm,  al.  arm;  aunque  quién  sabe  si, 
el  zend.  airima  solitario,  ep>5no;,  apá|i£vat,  no  vienen  estas  ps 
del  aran  euskcrico.  De  modo  que  sería  el  trabajo  como  p 
que  según  Tácito  (Germ.  15)  los  germanos  nobles  dejaban  en 
de  los  no  libres.  Sea  ello  así,  sea  que  significase  simplemente 
jar,  leñemos  aquí  otra  variante  desgajada  del  arrapa.  En  efe 
viene  de!  eslavo  raba  siervo  que  trabaja,  este  vocablo  y  j 
trabajo,  bohem.  rob-iti  trabajar,  ruso  rabota  trabajo,  parece 
skt.  a-rabha-ta  emprendedor,  a-rabh-  emprender,  arb-ati 
ímpetu  contra,  embestir,  herir,  matar,  ó  arv-dti,'j  rabhs,  raí 
ct^er  en  la  mano,  rabh-as  movimiento  repentino  y  violento, 
tiraiento,  alegría.  Estos  vocablos  sánslcritos  tienen  relación  y  ei 
el  lat.  rab-ies  rabia,  rab-idas  rabioso,  ó  rabí-osas,  rab-^re  an 
rabia;  y  por  otra  parte  manifiestamente  proceden  de  arrape 
batar.  Por  otra  parte  en  erse  airbhe  es  la  ganancia,  el  provecí 
se  obtiene,  sin  duda,  del  trabajo  y  emprender  ó  del  arrebatar, 
del  lograr  de  una  ú  otra  manera.  Ese  trabajar  del  eslavo 
pudo  decirse  del  emprender,  ó  del  ser  siervo  rab-u,  que  es 
trabaja,  y  éste  se  llamaría  del  coger  prisionero,  del  afrebat 
todos  modos  proceden  todas  las  palabras  dichas  de  arrapa. 

Cuenta  Tucídides  (1,5)  de  la  antigua  Helada  que  el  rol 
piratería  por  mar  y  tierra  era  una  cosa  tan  común  y  casera  o 
pan  de  cada  día,  y  lo  que  más  espanta,  que  ni  se  tenía  po 
vergonzosa  y  fea,  sino  antes  bien  por  digna  de  loa  y  muy  gl 
Duraba  esto  hasta  su  tiempo  entre  los  locríos  ozolios,  los  et 
acamanios.  Otro  tanto  se  saca  de  Homero  (Gilbert,  Jahrb.  f. 
Phil.  23  Sappl.  p.  448),  donde  el  robo  del  ganado  se  coi 
como  una  de  las  maneras  de  adquirir  y  remediarse.  Si  los  zí 
y  gitanos,  de  raza  indiana,  viven  de  esta  gitanería,  merecen  a 
por  conservar  tan  religiosamente  una  tan  vieja  y  tan  venera 
vienda  y  ejercicio.  Ni  faltaba  el  robo  dentro  del  pueblo,  dond< 
estaban  emparentados,  £i:!8i^ii!0[  ¿picaxi>)pe;  (II.  24,262);  bi 
ya  esto  fuese  contra  derecho  y  contra  la  honradez  de  con< 
Muy  de  moda  andaba  sobre  todo  la  piratería,  tanto  que  no  si 
día  á  uno  con  preguntarle  si  era  XTjlaxi^p  (Odis.  3,70),  y  pira 
viene  del  griego  icecpcm^c  por  medio  del  latino  pirüta,  solo  si 
el  que  emprende,  el  emprendedor.  El  mar  Egeo  hervía  por 


46.  rapere,  rumpere. 


129 


ftn  emprendedores  y  andantes  caballeros  de  vsie  ¡nez,  fenicios, 
I  ki«  qtie  se  llevaron  á  Eumeo  y  su  madre,  carios  y  griegos, 

'  Por  bárbaros  pasan  lo^atiljguoí  germanos,  pero  no  hacían  más 
parientes  los  cultos  iielenoSj  cuando,  según  César  (6,22): 
jnía  nulíam  habent  ínfamiam,  quae  extra  fines  cuiusqiie  civita- 
dI,  ak]uc  ea  luvenlutis  exercendae  ac  desidiae  mínuendae  causa 
btpnedicanU.  Por  huir  de  la  liolgaTanerta  y  ejercitar  la  mocedad 
que  criaban  en  estas  empresas  y  con  ^la  leche  á  sus  hijos 
laMeros  bccdenionios.  No  lo  dirfa  más  elegantemente  ninguno 
1  loestros  picaros,  de  como  lo  decían  aquellos  Quzmaníllos  de 
na,  según  Tácito  (c.  14);  •Pigruní  quin  immo  et  iners  videtur 
^  acquircre  quod  possis  sangtifne  parare» .  Poltronería  y  manos 
I  son  menester  para  ganárselo  con  el  sudor  de  su  frenleí 
manejar  la  de  ganchos.  Aie  río  yo  cuando  oigo  alabar  la 
i  alemana.  En  Alenianfa  se  roba  mis  que  en  España^&ino  que 
tahoi  hacerlo  con  tanta  gracia  y  pesquis  como  aci.  Y  en  Fran- 
lilnglalera,  Irrt  cuartos  de  lo  rnismo^  soto  que  aquí  no  hurlan 
Ifnpio  cuerpo  al  pelij^ro  y  tiacen  caballerosamente  lo  que  cu  otras 
■  llevan  al  cabo  más  al  por  mayor  con  rebozos  medio  legales. 
fntiu  |>jr  robo,  el  franco  y  abierto  y  con  garbo  y  riesgo. 

-icej.  Orimm  {Deutsche  Rechtsaliert.  p.  634)  estaba 

.   destionroso  cnkrc  los  antiguos^  como  el  malar.  Glo- 

I  era  ri  robar  entre  lo»  tracios,  según  Herodoto  (5,6):  ró  Zjúa- 

-  .'<;  xdXXiTtov.  Podemos,  pues,  dar  por  averi- 

- :Liiguos  1-E  el   robar  en   declarada  lucha  y  al 

ble  hasta  muy  entrados  los  liernpos  históricos  un  modo  de 

\át  adquirir   honroso,   loabl?,  y  hasta  Klorioso.  V  olro  tanto 

t  un  principio  cJ  robar  aun  á  los  de  la  mi-^ma  carita   y  pueblo. 

.carao  toda  violencia  acompañada  de  peligro  continuo,  hubo 

I  de  ser  calo  ütlimo  malquisto  y  digno  de  castigo. 

f  \v>cabto  común  de  este  linaje  de  robo  es  el   arrapa,  ^ípxdtCci», 

^^í-TS|i«,  alb.  ryep  hurlar,  y  su  valor  es  el  de  aícnar  solapa- 

>  dedr  coger  con  fuera  (arr)  y  maña  ó  encubiertamente 

■Homero  i^fKnkin  xcp^ij  es  lo  que  se  logra  con  avidez,  sin 

Jp.,   .  u.  ™;-^»r,  r,.™.,^^.^  usurpare  apropiarse,  usar,  prac- 

.  /.como  quien  hurla,  Cs  dccM;  «t^- 


1 30  Okiocn  y  vida  del  lenoume 


baíadamente,  echando  mano  (arr)  por  \o  h&io  (pa).  Lis  arpia  ü 
apTT'j'.a!  eran  ciertas  diosas  rapiegas,  demonios  alados  que  arrebátate 
á  ios  hombres,  según  Eustacio  (Hesiodo  Teog.),  de  modo  quecua- 
do  alguno  desaparecía  ó  no  se  sabía  de  él,  se  decía  que  lo  habin 
arrebatado  y  desgarrado  las  arpías.  La  hoz  ó  óíp::>¡  bien  se  ve  ser  i» 
truniento  que  coge  por  debajo. 

Oíros  ladrones  se  dijeron  Xir¡ttrrr,p,  >.r,tísa6a!,  otros  Xüwzí.í'irq^ 
que  se  deslizan  y  cuelan  en  ajenos  vestidos,  ávSptraoStan^^  ladrón  de 
exclavos,  xiíá>.>wT;í  pilluelo  ó  rata  de  calle,  otvo¡xa%  oív-tí¡^  oSkm^ 
ouXáo),  oxüXrjv  desuello,  ox'Aáto  desollar,  del  pellejo  y  piel  de 
animales.  Los  dos  últimos  se  decían  de!  despojar  al  enemigo  v* 
cido,  como  spoliare,  spolia,  ant.  a!.  hrSoraupf  waiaraap,  ip 
w&lreaf.  El  término  jurídico  era  (pspstv  xai  á^stv  (píq:  d8íx<oí;),  Véfll 
la  ley  draconiana  en  Demóslenes  (23,60):  xaí  eov  (pépovta  xai  érfoni 
pía  á^'Mtíi  s'JÍ'j;  a¡iüvo¡i2vo;  xtsÍvijí,  vrjW.vsi  Tzdvávai.  En  el  derecho  lO 
mano  pasó  por  mucho  tiempo  la  rapiña,  no  por  crimen  especñl 
sino  ya  como  fartum  (Doce  labias),  ya  como  damnum  (iniuria  i/to 
tam).  La  lengua  antigua  distinguía  el  clepere  y  el  rapere,  pero  el  de 
recho  ningún  caso  hacía  de  tal  distinción.  La  Ley  Cornelia  de  sicúrB 
castigaba  el  crimen  del  latro  ó  salteador  de  caminos,  propiamenl 
el  á  sueldo,  soldado,  Xá-pov  sueldo  (Rín.  Kriminalrecht  p.  32C 
Mo.MMs.  Strafrecht  p.  737^  ).  Ricas  son  los  germánicas  en  expreác 
ne¿  de  este  linaje.  La  más  antigua  y  común  es  el  godo  bi-raabOí 
(a-Aáv,  ¿xo'jsív),  dos  acepciones  que  declaran  los  términos  románica 
robar  y  ropa  ó  despojo;  ápráísiv  se  halla  vertido  por  witwan;  ttt 
al.  roubón,  ags.  réafian. 

La  raíz  no  valió  primero  romper,  sino  arrebatar,  arrapa,  y  át 
arrebatar  salió  el  romper  en  rumpera,  etc.  Ni  signiRcó  primer* 
vestís,  como  quiere  J.  Grimm,  sino  que  del  arrebatar  se  dijo  O 
ant.  al.  roub,  ags.  réaftX  robo,  el  botín,  el  despojo,  la  ropa,  y  iK 
al  revés,  que  dice  dicho  autor.  De  Alemania  pasó  el  vocablo  á  las  ro- 
mánicas, it.  raba  robo  y  roba  ropa,  y  á  las  eslavas,  téchese  rabota 
ti  y  lit.  rabavoti.  El  vocablo  eslavo  propio  es  gravíti=skL  grabk^ 
que  tiene  un  valor  parecido,  del  garba  escarbar,  coger  por  lo  bqib 
Otros  términos  germánicos  son  en  ñor.  rán,  ant.  al.  birahanen  spo* 
liare;  ant.  al.  scah,  scahfiOri,  ags.  stcheácére  ladrón;  ant  a!.  IIOM^ 


46.  raptre,  rumpere. 


Í31 


nii*Tí,  al.  Nehmung;  ant.  al.  zascan  robar,  de  donde  en  la  ley  sá- 

:a,  texaca;  godo  wai<í<'üya  >.i«¡Trf,í,  propiamente  malheclior. 

entender  cómo  iin  hecho  (enido  por  glorioso  y  loable 

á  considerarse  como  un  crimen,   merecedor  de  castigo, 

ner  cuenta  de  U$  diversas  clases  de  vida  porque^  ha  pa^- 

I  b  raza.  En  un  vivir  aislado  del  sippe  6  aldeas  emparenladas,  ro- 

»de  encmicros  ó  gcnles  extrañas,  el  robo  era  la  defensa  nacio- 

venccr  y  enflaquecer  á  los  demás  para  conservarse  y  acrecen- 

\  i  sf  propio.  Hoy  por  mí,  mañana  por  t{,  como  las  Iribii^  de 

árabes,  que  hoy  saquean  á  las  tribus  vecinas  y  mañana 

•  las  de  ellas.  Reunidos  los  sippes  en  pueblos  mayores, 

'  tlc\*ar  vida  tan  azarosa  y  de  conlmiia  defensa,  cada 

I  f  cada  aldea  se  halla  entre  amigos  y  aun  deudos  y  allegados; 

» en  las  fronteras  luy  que  estar  sobre  aviso.   La   piratería  duró 

■\r,  mis,  hasta  hace  dos  siglos.  Además,   y  sobre  todo,  en  los 

grupo*  priniiüvos  de  población  no  podía   haber  gente 

del  lodo,  aventurera   y  vagamunda:  iodos  eran  de  una 

"  las  poblaciones  se   formaron  enjambres  de  dc^-^ 

^ar  ni  Itacicndn.  En  el  primer  caso  el  robar  fuer 
l  tmrfiriar  al  común;  en  el  segundo  el  robar  era  saltear,  í  todos 
por  lo  mismo  aborreciMe.  Así  l.idrón  ó  salteador  fué  lo 
•:•  bribón,  que  vive  de  brigar,  vagircando;  en  h.  lat.  vargas 
^'J,  ag».  wearg,  (rancíco  wargus)  es.  vocablo  común  ger- 
le  índica  el  abandonado  de  lodos,  qtre  anda  por  montes  y 
H*  ■    --*   ni.  wurgen  tobo,  ñor.  vargr  idem^  andar  f>or  el 
\l  Ao.  bandito  il.,  bannidts,  é  sea  desechado  dela_ 


I  ttío  de  tener  rituy  á  honra  el    robo,  los  españoles  no  hemos 

I  nga  de  nadie.  Plutarco  en  la  vida  de  Mario  así  )o  dic«  de 

■  {béricfts.  Las  continuas  guerras  en  qim  andaban  enzarzados 

lade  J.  Costa   -el  medio  de  satisfacer  Ea  gran  pasión 

I.  -i  i'jbo-.  'Hábiles en  sorprender  al  enemigo,  dice  Esírabon 

viven  los  iberos  únicamente  de  correrías  y  despojos,  avenlu- 

'  nuichoft  golpes  de  mano  ínsign  i  ficantes,  pero  nunca  acorné- 

»enprcsas  de  imporlancla.  por  no  íiaber  sabido  concertar 

'  fundir  una  liga  ó  confederación  poderosa».  No  parece  sino 

■qui  los  ocho  siglos  de  la  reconquista  y  la  bisloria  t<i 


n 


de  España.  El  mismo  autor  (3,4,15)  explica  por  el  género 
independiente  y  de  merodeo  de  los  españoles  el  que  solo  con 
como  peltastas,  armados  á  la  ligera,  con  honda,  dardo  y 
Fueron  siempre  guerrilleros,  gentes  banderizas  que  jamás  : 
ni  siquiera  les  convenía  unirse,  porque  entonces  se  les  acaba 
su  modo  de  vivir  á  cuenta  del  vecino.  La  picardía  arrancs 
taño  del  alma  nacional.  Las  clases  altas  no  menos  que  las  I 
monopolizadores,  eclesiásticos  y  civiles,  gobernantes  y  n 
todos  se  hacen  caciques,  es  decir,  picaros  de  levantada  e 
Galicia,  dicen  Justino  (44,3)  y  Silio  Itálico  (3,352)  las  mujer 
á  su  cargo  la?  faenas  de  la  casa  y  de  la  labranza,  para  que 
dos  quedasen  libres  dándose  al  bandolerismo  y  á  la  guem 
de  Astapa  dice  Livio  (28,22)  que  por  propensión  al  robo, 
latrocinio  laeta,  caían  de  continuo  sobre  las  tierras  de  su: 
ó  sorprendían  y  asaltaban  á  los  mercaderes  que  iban  cat 
como  á  los  legionarios  sueltos  ó  sus  bagajes,  y  algunas  ve 
á  los  convoyes  bien  custodiados.  Si  esto  pasaba  al  mediodí 
Turdetania,  la  parte  más  civilizada  de  la  Península,  bien  s 
barruntar  lo  que  pasaría  al  norte.  Hasta  Tiberio  siguit 
cántabros  dados  al  bandolerismo  (Estrab.  3,4,8),  y  por 
(6,21)  y  Floro  (4,12)  sabemos  que  no  dejaban  en  paz  á  su: 
los  Vacceos,  Curgionios,  Autrigonas,  Turmodigos.  Los 
jamás  pudieron  acabar  con  el  bandolerismo  en  Lusitani. 
Diodoro  Sículo  (5,34,7),  y  Varron  {Re  rast.  1,16)  dice:  «P( 
toca  á  la  seguridad,  hay  fincas  que,  no  obstante  ser  muy  fé 
no  aconsejaría  nunca  que  se  beneficiasen,  por  los  robos  á  c 
expuestas,  como  algunas  cercanas  á  Celia,  en  Cerdeña,  y 
España,  en  los  confínes  de  la  Lusitania».  Las  tribus  entre  • 
los  Artabros  preferían  á  la  agricultura  el  pillaje,  no  dejando 
el  campo  á  los  agricultores  de  la  izquierda  del  río  (Estraí 
Costumbre  inmemorial  entre  los  iberos  era  que  lo  más  gr 
la  mocedad  en  las  clases  bajas  se  atropasen  en  cuadrillas  d* 
en  tiempo  y  recorriesen  la  Península  devastando  las  tierr 
ciudades,  enriqueciéndose  con  el  saqueo  (Diod.  5,6  y  5 
retirándose  con  el  botín  á  lugares  apartados  y  arriscados  si 
lograra  dar  con  ellos  (Mommsen  H.  Roma,  4,1).  Querríll; 
rras  fueron  desapareciendo  con  la  administración  romana;  p 


46.  rapere,  rampere. 


133 


I  después  tos  foraf^dos  sueltos  y  los  cabecillas  de  bandoleros» 
I  en  el  siglo  t  Caracotia,  que  con  su  banda  fué  el  terror  de 
•,  no  dejando  hombre  .4  vida  en  tos  campos,  ni  ganados  nt 
tusta  el  punió  de  pregonar  Auguslo  su  cabeza  en  40.000 
l(D.  Casto  5fi,43);  y  como  después  Materno  que  peló  la  Galia 
asaltando,  saqueando  é  incendiando  ciudades,  hasta 
Ftn  Itolia  con  ínimo  de  destronar  á  Gimodo.  (Herodupío  HÍsU 

ISírf.  H.  Stcphano  158t). 
Los  ladrones  ibéricos  fueron  sobre  iodo  cuatreros  ó  abigeos,  ya 
t  h  riqueza  principal  de  la  tierra  es>taba  en  b  ganadería,  como  ha 
I  Co»ta.  I.OS  pastores  eian  medio  guerreros,  como   David  y 
o,  de  quien  dice  Diodoro  que  andaba  armado  para  luctiar  con 
ríms  y  ladrones.  Los  vencedores  del  Tesino,  Canas  y  Trasimeno, 
t  pasiones  celiiheros  y  lusiUnos,  tiuc  nada  tuvieron  que  apren- 
'it  rv^nerec  á  los  órdenes  de  Anibal  (Liv.  21,43).  Cuando  Esci- 
^nlra  Indibil  y  Mardonio  dijo  á  sus  soldados:   fNo  vamos^^ 
-  i  ttn  ejército,  sino  i  tatrones,  ¡atronumque  duces'.  Les 
de  ganado  en  un  valle,  cayó  sobre  ellos,  cuando  andaban 
.11  la  presa,  y  losfcabó  (Ibid,).  Con  razón,  pues',  Virgilio  ^ 
i».  3,-ÍOG)  escribió  que  con  un  par  de  perros  del  Epiro  ó  Lace- 
'  >  lenia  por  qué  temer  el  ganadero  *  ni  á  los  lobos  ni  á  los 
.  «Pro  quocumque  abigeo  et  pniedone  íberum  posutl*, 
-a  Cerda,  y  no  hace  más  que  repetir  el  comento  de  Servio: 
entra  Ht¥pani  omnes  acerrimi  abactores  sunl>.  Va  se  vé  que 
—     '  --  uela  donde  aprender.  Gitanismo  y  tspa- 

confluyen  en  un  punió,  fonnando  el  án-l 
)madismo.  Por  el  nomadismo  explica  Sal  ¡Has  maravillo- 
!li>  afinidades  entre  los  gitanos  y  tos  picaros,  y  en  general 
ftí-        ■■    rpc), 

.  -le  Diego  Pérez,  de  Ñuño  Fáñez,  de  los  merinos 
4  eo  el  siglo  X  (Muftú/  Cari.  pag.  39-41);  las  del 
i  Ornar  ben  MaHun  por  la  serranía  de  Ronda  en  et  siglo  IX 
Isi.  des  mas.  t.  ff,  p.  195);  las  del  Cid  Campeador:  son  de 
I  calaña  que  Us  de  los  antiguos  iberos.  S.  Gregorio  de  Tours 
Rti  i  lo»  vascos  en  tiempo  de  Recaredo  corriendo  á  loda  hora 
npopulania,  talando  la  tierra  y  llevándose  los  ganados  (//. 


134  Oriuen  y  vida  del  ucNouAjr 

Franc.  9,7).  La  guerra  privada  y  el  abigeato  de  la  edad  media  ci 
Costa  que  fué  continuación  del  de  la  edad  antigua. 

Hablando  de  ios  irlandeses  escribe  Summer  Maine  {Etud.  Sí 
thist.  des.  inst.  prim.  188,  p.  ISO):  «Las  dos  sociedades  céltií 
establecidas  en  las  islas  Británicas  y  que  han  conservado  por  n: 
tiempo  sus  antiguas  costumbres,  eran  notoriamente  aficionadas 
robo  de  ganado.  Hablando  de  las  huellas  de  esta  clase  en  Irlam 
lord  Macaulayse  expresa  á  veces  como  si  en  su  sentir  esta  práct 
debiera  atribuirse  á  un  vicio  propio  del  carácter  irlandés.  Pero  í 
duda  alguna  nos  encontramos  aquí  con  lo  que  Tylor  denomina  a 
brevivencia,  costumbre  antigua  cuya  duración  se  ha  debido  en 
caso  presente  á  aquella  fatalidad  que  privó  á  Irlanda  del  gran  fac 
de  las  ¡deas  jurídicas  modernas,  un  fuerte  gobierno  centraL  El  taU 
to  de  un  escritor  ha  elevado  á  la  altura  casi  de  una  virtud  esa  misi 
práctica  entre  los  celtas  de  los  highlands  de  Escocia  y  en  la  ru 
población  germánica  de  la  tierra  baja.  Recordando  otra  vez  á  Wav 
ley^  no  creo  posible  retrato  que  se  parezca  más  al  adalid  céltico  p 
mitivo  que  aquel  Donald  Bean  Lean,  que  arrebata  los  ganados 
Tully  Veolan,  y  quiere  que  su  adivino  le  anticipe  el  número  de  v» 
que  encontrará  probablemente  en  su  camino».  En  Escocía,  toda 
en  el  siglo  XVll  hacían  rogativas  públicas  cuando  salían  de  alg: 
para  robar  ganado,  juzgándolo  no  más  que  una  cacería  lf< 
(Lefles  Reram  Scoticaram  1.  1). 

Por  la  paleontología  y  la  lingüistica  se  saca  que  el  ratón  no 
natural   de  Europa;  ni  se  sabe  á  punto  cierto  cuándo  pareció  i 
primera  vez  ni  de  dónde  vino,  y  hasta  carece  de  sólido  fundamei 
el  que  el  mus  rattus  se  derramara  por  Europa  en  las  invasiones 
los  pueblos  (HcHN  Kalturpfl.  453).  Más  cierto  es  que  rato,  rattc 
halla  en  las  Glosas  antiguas  alemanas  y  anglosajonas  (Palander  A 
Tiernamen  74),  y  se  extendió  por  las  románicas  y  célticas,  it.  mi 
casi,  y  pg.  rato,  fr.  rat,  bret.  raz,  mir.  rata,  gael.  radan.  Mud 
creen  falsa  la  etimología  ratto  de  rápidas.  En  irl.  moderno  dfc 
/tancacfi  gallach  ratón  galo,  por  haber  pasado  de  Francia, 
cimr.  ttygoden  Ffrengigt  en  checo  ratón  alemán;  |t5c  mvrtxdc 
un  animal  de  piel  de  Noruega,  de  donde  en  gr.  mod.  xovnxo^  rat 
y  tal  vez  el  veneciano  pantegana,  friml.  pantiane. 

El  arpa  como  instrumento  músico  debe  su  nombre  á  la  for 


47.  raudo. 


135 


iqtKida,  y  de  faccfao  nadó  rfel  arco  guerrero.  En  la  Odisea  (21,410) 

al  tender  su  famoso  arco:  «Probó  tan  reciamente,  que  el  so- 

I  /  vot  de  una  golondrina  parecía*  como  vierle  nuestro  Gon?a- 

\Vhtz  (año  1556,  pag.  390).   Que  el  sonido  del  arco  sugiriera  la 

i  de  tos  instrumentos  de  cuerda  compruébase  por  los  dámaras  cJcI 

|5»t  iJc  África,  que  golpean  la  tiranle  cuerda  de  su  arco  con  un  paíi- 

0,  ddciíandose  con  su  tono.  El  zulú  tiene  por  arpa  un  arco  gue* 

I  con  un  anillo  en  la  cuerda,  melicndo  en  el  cual  el  dedo  índice 

ficsbalindolo  por  ella  varía  la  nota:  añade  una  calaba7-a  hueca,  (e- 

i  con  los  demás  dedos  de  la  tnaiio  pegada  al  arco  como  caja  de 

otoncia,  y  con  U  mano  derecha  loca  la  cuerda  mediante  irn  pali- 

I  El  arp«  egipcia  salió  de  aquí.  Después  se  hi70  hueco  el  arco  par» 

'  á  la  vez  de  caja  resonante,  que  los  egipcios  anndfan  al 

i  cuerdas  de  variada  longilud,  para  los  varios  ^ones,  se  des- 

íácitmcntc  por  la  encorvadura  de  (a  caja  de  madera,  y  as( 

:«e  pegaron  sus  dos  cabos  por  una  pieza  que  reforzaba  la 

Q  piano  es  un  arpa  puesta  en  una  caja  para  que  me|or  re- 

i  las  cuerdas,  y  éstas  se  tocan  por  medio  del  teclado  y   los 


47.    R)iudo«  de  rapidus,  como  arrebatado.  Hear.  Agr.  5^2: 
[MoBdc  no  vaya  el  agua  rauda.  León  yod.  1 1,  vers.:  No  quedará  en 
(fUos  más  memoria  y  que  de  las  aguas  ratidas  que  han  pasado. 
AHcn..  Con».  2,2,32:   Lo^  ríos  no   tenían  vado,  que  son  muy 
iMos  y  caudalosos  y  con  muchos  lajg^rfos. 

Rnud-ja,  de  raud-o^  la  corriente  arrebatada,  ffsíca  y   moral- 
.  A.  Alv.  Sitv.  Dom.  3,  aáv.  !,  c.  §.  I:  Conlra  la  rauda  de  laj 
:  de  Dios.  Id.  Dom,  4,  adv.  2,  c.-ADí  pues  es  donde  de  raudal 
{I Irapcics  entran  ellos  en  tas  repúblicas  corriendo  sin  presa  que  los 
a.  Id.  3  C:  Se  dejó  llevar  de  la  rauda  de  sus  viciosas  costum- 
Mon.  mtst.  pte.  7,  S.  Mateo:  Para  estancar  cl  corrien- 
\  males  nos  dice  que  corlemos  la  rauda  del  pecado.   Lis.  y 
tlil:  S  te  enfrascas  en  el  vicio  y  una  vez  te  metes  en  él,  Iras  él 
rltífiCDOKi  barco  suelto  en  pos  de  ta  rauda. 
RaO'l-al,  de  raud-a  y  con  el  nusuio  valor  y  cl  de  abundan- 
I  ñ.  QnT/.  2,30;  Y  que  k  iba  á  embocar  por  cl  raudal  de  las  ruedas. 
[  Cicza  pi.  68:  Para  que  no  me  lleve  tras  sí  el  raudal  íurioso  de  mis 


1 36  Orioen  y  vida  del  lemóume 


desgracias.  D.  Veoa  Disc.  Sab.  dom,  1  caar.:  Como  hombre  á  quien 
el  raudal  de  gloria  arrebató  los  sentidos.  Ulloa  poes.  p.  138:  Uo- 
vio'  sobre  los  mortales  /  ia  malicia  universal,  /  de  penas  tanto  raudtl,   ■ 
/  tanta  inundación  de  males. 

A  raudales,  en  abundancia. 

Parece  raudal  de  molino.  (A  los  que  tienen  voz  grande  y  gran 
torrente),  c.  59Q. 

-     Rapax,  de  rapax,  erudito,  y  en  el  sentido  de  arrebatador,  de 
las  aves  rapaces;  á  ser  vulgar  hubiérase  dicho  rabaz. 

Kapiña,  de  rap-ina,  erudito,  de  rap-ere.  QuiJ.  2,22:  Y  las 
otras  aves  de  rapiña.  A.  Moral.  9,5:  El  avaricia  de  Tiberio  llegó  i 
tanta  rapiña,  que  mandó  confíscar  la  hacienda  de  muchos  españoles 
principales.  Quev.  Tac.  16:  Que  eramos  caballeros  de  rapiña.].  Enc 
242:  Y  si  ellos  hallan  rapiña  /  ño  estarán  que  ño  la  rapen. 

Kapiñ-ap.  vulgar,  por  hurtar  arrebatando,  de  rapiñ-a. 

ItaU»,  de  raptus,  rapere.  Espacio  de  tiempo  no  muy  largo, 
que  se  dijo  del  coger  un  pedazo  de  tiempo.  Quij,  1,1:  Los  ratos  que 
estaba  ocioso.  Id.  1,4:  Estuvo  un  rato  quedo.  Id.  2,40:  Porque  pien- 
so en  los  ratos  ociosos  y  desocupados  darme  una  tanda  de  azotes. 

A  cabo  de  rato,  después  de  bastante  tiempo.  Quij.  1 ,22:  Bueno 
está  el  donaire,  con  que  ha  salido  á  cabo  de  rato. 

A  cada  rato,  frecuentemente.  Torr.  FU.  mor.  16,3:  Le  mudan 
á  cada  rato  la  carcelería  de  su  mazmorra. 

A  cada  rato  tres  leguas  de  mal  camino,  y  mal  paso.  c.  14. 

A  cada  rato  un  poco  de  mal  quebranto,  ó  tres  leguas,  c.  1  4. 

Algunos,  muchos,  pocos  ratos,  á  veces,  muchas,  pocas.  Qag, 
1,30:  Que  muchos  ratos  se  había  entretenido  en  leellos. 

Ai  rato,  al  poco  tiempo,  poco  después;  ó  tardando  bastante. 

A  ratos,  á  veces.  Fons.  Am.  Dios  3:  Puestos  en  los  potros  des- 
billecen  y  confíesan  á  ratos  más  de  lo  que  pide  el  juez.  Pinc.  FU.- 
poet.  ep.  2:  Malcontento  con  la  miseria  que  Dios  le  envía  á  retos* 
Fons.  V.  Cr.  pte.  /,  L  3,  c.  20:  Que  á  ratos  andan  partidos  el  saber  y 
aprovechar. 

A  ratos  perdidos.  (Cuando  se  hace  algo  á  las  horas  que  no  hay 
otra  cosa  que  hacer  y  se  habían  de  estar  ociosos),  c.  508. 

Cógeme  un  rato  y  tráeme  todo  el  año.  (De  los  vestidos),  c.  356. 
'    ¿Cómo  os  va?  bien  á  ratos,  y  mal  de  contino.  c.  360. 


p 


47.  rato. 


137 


Darle  malo  ó  buen  rato,  disgusto,  gusto.  A.  Alv.  Sitv.  Fer,  4 
2  caca:  5  c,  §  5:  Donde  anda  y  bulle  la  turbación  de  Tos  hi- 
¡dudo  mal  «lo  á   los  padres.  J.  Pin.  Agr.  5,15:  Vuesira  razón 
i irñtolclicos  pudiera  dar  mal  raío.  Quev.  Mus.  1,  r.  5:  No 
i  Dios  que  yo  olvide  '  á  quien  me  dio  raíos  buenos. 
Dar  mal  rato.  (E*muy  usado),  c.  5Qó, 
iDar  mat  rato  á  ía   vinagrera.  (Darse  á   buen  liempo  y  pla- 
,  c  27S. 

I  Df  rato,  buen  espacio  de  tiempo  A.  Alv.  Siív.  Dom.  5.  caar, 
.  § 5:  Dcícnic en  día  de  ralo,  y  luego  verás. 
'  De  rjti]  en  rato,  con  intermisiones  de  tiempo.  Qunv-  Zahurd.: 
'  decía  á  voces  de  ralo  en  ralo,  sisones  son  los  despcnsc- 
h>kAitcspcnscros  sisones.  Celest.  V.p.d^:  Faziendo  paradinas 
-"  '-í'-^  F,.-  j^auc.  7:  De  rato  en  rato  se  renueva  y  crece 
II  y  el  alarido, 
h-  un  rato,  y  servirte  he  má&  de  un  año.  (El  vestido). 

Btpero  an  rato  en  caanio  me  otaca.  (Debía  decir  en  cuanto  rae 
I  y  me  desataco),  c.  ]  36. 

lío.  Qaij.  1,23:  Porque  por  lo  tiue  hacia  de  abrir  los 
nírando  al  sucio,  sin  mover  pestaña  gran  rato, 
j/o,  délo  largo  y  pesado. 
Hág  vate  pasar  an  rato  que  pasar  un  mat  año.  c.  454. 
ilít  vate  rato  agacioso  que  día  perezoso,  c.  455. 
iá  vaU  rato  apresada  ijuedla  engorrado,  c,  456. 
^ib  ftt/e  rato  de  sol  que  cuarterón  de  jabón.  (A  los  paños). 

í  rata  presuroso  que  rato  vagaroso,  c.  456. 

■f  rato  de  piacer  que  ciento  de  pesar,  6  más  valeim 

;     -    '.     .  451. 

^Mrato,  ni  un  momento.  Qaij.  !|22:  Que  no  me  deja  rcpo- 

>  compra  tmrato  qmen  no  ruega  un  rato,  c.  232. 
lí/  baen  rato  de  Hebrero  quiero  mi  teño,  c  378. 
'(tuj)  buen,  mal  rato  con.  Tohr.  FU.  mor.  3,15:  Pasar  un 
*flnieiipo.  Obreg.  3,1 5:  Se  pasó  buen  rato  con  él. 


138  Oriqen  y  vida  del  unOu, 

Sácame  de  rato,  y  no  de  paso.  (Que  el  trabajo  sea  con  mode 
ción,  sin  fatiga),  c.  247. 

Tener  (un)  rato  con.  Esteban.  7:  Tener  un  rato  con  quien  p 
derse  entretener.  M.  Chaide  Magd.  3,22:  Tener  ratos  con  uno. 

Tener  bueno  ó  mal  rato,  alegrón  ó  desazón.  Quij.  1,32:  Nut 
tengo  buen  rato  en  mi  casa,  sino  aquel  que  vos  estáis  escuchan 
leer.  Ouev.  Diablo  coj.  tr.  8:  Tendrás  el  mejor  rato  que  has  teni 
en  tu  vida. 

Un  buen  rato,  lejos.  Bañ.  Arj.  j.  2:  Aunque  está  de  aquí  i 
buen  rato  /  al  jardín  de.  Mucho.  Mirones:  No  vale  tanto  v.  m., 
con  buen  rato. 

Un  rato,  por  un  tiempo  no  muy  largo.  Cast.  H.  S.  Dom.  1 
40:  Habiéndose  parado  á  esperar  un  rato. 

Valiente  rato!  del  que  nos  dio  gusto  ó  tristeza. 

Ya  ha  rato,  rato  ha,  6  hace,  mucho  tiempo  ha. 

Ya  hay  para  rato,  de  lo  lejano  y  dudoso  que  haya  de  venir. 

Ya  tenemos  para  rato,  de  lo  que  se  teme  sea  pesado. 

Rat-ico,  dimin.  de  rat-o.  Mirones:  Y  habiendo  estado 
ratico,  se  volvía  á  entrar. 

Rato,  pata.  No  se  sabe  precisamente  de  qué  idioma  proi 
de  este  nombre,  común  á  toda  Europa,  ni  de  la  historia  del  anin 
se  conoce  gran  cosa.  Parece  que  se  corrió  de  Este  á  Oeste,  y  se  1 
ne  por  probable  su  derivación  de  raptus  por  su  lijcreza  en  el  corr 
Tal  vez  del  italiano  ratto  lijero  y  ratón  mudado  pt  en  dos  tt;  aunq 
el  doblar  tales  consonantes  explosivas  en  la  sílaba  segunda  es  ( 
fonetismo  italiano  y  nada  dice  provenga  de  lípt,  de  raptus.  En  Ci 
tellano  rato  por  pedazo  de  tiempo  ofrece  una  derivación  harto  pu 
cida.  En  m^dio  al.  es  ratte  fem.  y  rat  mase,  ant.  al.  ratto  m.,  ratta 
en  al.  Ratte  f.,  ags.  raett,  ingl.  rat,  dan.  rotte,  fr.  rat,  it.  ratto,  brel 
raz,  med.  irl.  rata,  irl.  mod.  radan,  del  inglés  probablemen 
En  címríco  se  llama  llygoden  Ffrengig  ó-ratón  francés,  en  irl.  fn 
cach  y  galluch  es  decir  francés  ó  gálico.  La  rata  es  mayor  y  de  ot 
especie,  y  la  hembra  del  ratón  ó  rato.  Navarr.  Man.  c.  25  n.  13 
O  si  por  negligencia...  estuvo  á  peligro  probable  que  la  comió 
ratos.  Fuen.  H.  Nat.  2,26:  Engendran  muchos  hijos  tanto  que  di 
Aristóteles,  que  habiendo  encerrado  en  un  vaso  una  rata  preñada 
hallaron  después  en  él  ciento  y  veinte  ratones.  Huerta  P/bi.  8^5 


47.  rata. 


139 


|oiro5  ntoncs  nayores  que  los  comunes,  que  también  se  crían 

r  poblados  y  casas,  á  los  cuales  llaman  los  latinos  ratos,  y  este 
nombre  los  dan  los  alemanes,  franceses  é  ilalianos:  los  cspa- 

i  los  llanun  ratas. 

1  vulcarmenle  por  ralero  ó  hurlador  de  cosas  pequeñas,  en 
n.  Eiltriqtiera,  en  caló  jerg.  jefe  de  vigilancia. 

t  fafa  petada^  en  cueros. 
IComo  arta  rata,  la  cabeza  petada. 
\CiiíHa  más i^oe  tma  rata. 

9to  al  rato,  el  rato  á  la  cuerda.  Quif.  1,16,  y  1,23:  Vos 
alo  y  el  rato  y  el  vcltaco.  Modo  de  ensartarse  las  cosas,  so- 

I  de  b  vida  y  del  comer. 
'  BJrato  nose fíade  unsoto  buraco.  (E*el  mor  ó  ratón.)  c.  lOó. 

Bstiihtcha  ana  rafifa,  de  la  vivaracha  y  hacendosa. 

Estará  ya  comido  por  las  ratas,  dtcese  cuando  premunían  por 

r  ja  murió. 

\U  gocho  de  comer  el  rato  cómalo  el  gato,  c,  1 97.  Gástese  de 
IKZ  con  utilidad,  anlcs  que  desperdiciar  6  dejar  hurlar. 
\lég§ebadt  comer  el  rato,  dalo  at  gato.  c.  1 97. 

ÍHi  conocido  qtse  tas  ratas. 

JHt  pobre  qitf  tas  ratas. 
\  ¡bcko  satie  el  rato,  pero  más  saiye  el  gato.  c.  474. 
,  hrtce  una  rata  pelada,  del  corlo  de  pelo  y   ralo. 
I  feto  por  rato,  más  sabe  que  sopas  de  gato.  c.  477. 

Tbrde  te  arrepiente  eJ  rato,  cuando  está  en  la  boca  de!  gato. 
1^9,  Tarde  se  arrepiente  el  rato,  cuando  te  tiene  en  la  boca  et 

.  c  40O. 
I  ^kagan  ralas»  que  aqat  está  el  que  las  mata,  baladronada. 

ftsa  rata  ¿quién  la  mata?  en  alguna  dificultad. 
IStrcm  ratOt  un  pillo. 
[  RaUí-pan  Iq  uesa,  en  la  Litera  de  Aragón  especie  de  rata 


nt-ero,   de  ral-o.  Lo  perleneciente  al   rat-o  ó  ralón.   fíuf. 
•  JA.  Zabullóme,  cemfcilos  rateros.  Q.  Benav.  II,  99:  Ea.  gatos 

/  taocs  abcr  hurtar. 
BqKhortí  cual  nt-a.  Pie.  Just.  /.  37:  Pué  el  caso  que  por 


1 40  Origen  y  vida  del  LENOUJtje 

decir  otra  gracia,  le  sucedió  otra  desgracia,  en  que  cierto  Roldn 
ratero  se  le  deslizó  un  punto  de  dedos. 

Que  casi  se  arrastra,  de  las  aves  de  bajo  vuelo.  Zamora  A 
mist.  pte.  3,  Encarn.:  En  las  águilas  más  caudalosas  y  en  los  piji 
más  rateros.  Lope  Belard.fur.  V.  673:  Porque  eres  ave  ratera,/ 
no  puede  alzar  el  vuelo. 

Metáf.  de  lo  que  no  se  levanta.  Cacer.  ps.  118:  Tengo  un 
tendimiento  ratero  ó  rastrero,  que  no  se  levantan  un  dedo  de  la  tii 
mis  pensamientos.  S.  Ter.  Mor.  1,2:  Ennoblecerse  ha  el  entei 
miento,  como  he  dicho,  y  no  hará  el  propio  conocimiento  rata 
cobarde.  P.  Vega  ps.  5,  v.  5,  d.  2:  Las  grandezas  de  la  tierra 
presas  rateras,  que  no  hinchen  la  mano. 

Bajo  y  como  arrastrado.  Agosta  H,  fnd.  1,20:  Jumentos  y  ani 
les  rateros. 

Metáf.  de  lo  bajo,  vil,  de  poca  estima.  Colperr.:  Muchos  no 
arrojados,  insolentes,  ni  malcriados,  ni  rateros.  QaiJ.  1,16:  Con 
tan  mínimas  y  tan  rateras,  no  las  quiso  pasar  en  silencio.  Nicri 
Filos,  car.  1,45:  No  hay  cosa  más  cierta,  más  constante,  que  b 
constancia  de  las  cosas  en  esta  naturaleza  ratera  y  material.  Esttí, 
8:  Como  mi  natural,  aunque  era  picaril,  no  se  inclinaba  á  hurto; 
importancia,  sino  á  cosas  rateras.  Zamora  Mon.  mist  pte  2,  L  4, 
pte,  Simb.  6:  No  hay  soldado  de  fortuna  tan  pusilánime  y  tan  rat 
P.  Vega,  proL:  O  porque  las  cosas  que  dice  ya  las  sabía,  ó  por 
son  tan  rateras  que  no  hay  que  saber  en  ellas.  Lope  Imp.  Otón 
498:  Un  cobarde,  aunque  sea  gentil  hombre,  /  no  hay  mujer 
ratera  á  quien  agrade. 

Rater-uelo,  dimin.  derater-o.  Pedro  Urd.  J,  1:  Dond 
rateruelo  oficio  /  me  acomode. 

Rnt-epía,  calidad  de  rater-o  en  todas  sus  acepciones, 
hurtar.  G.  Atf.  pte.   2,2,4:  No  andes  á  raterías  hurtando  cartil 
ladrón  de  coplas,  que  no  se  saca  de  tales  hurtos  otro  provecho  i 
infamia. 

Del  andar  arrastrando.  Nieremb.  Obr.  y  días  c.  44:  Andar 
astucias  y  raterías. 

Cosa  vil,  baja,  medios  poco  nobles  para  lograr  algo.  Valdcrr 
£/.  3  dom.  caar.:  Que  comen  hierbas,  no  comen  carne  los  aninv 
generosos,  no  se  abaten  á  raterías.  Esteban.  4:  Porque  desestima! 


47.  ratón. 


141 


¿ules  la   mucho  bueno  que  encierra  su  patria,  solo  dan  t:s(i- 
ralrrfjw  exlraníer»s.  O.  Atf.  ¡,3,2:  Todas  eran  ralerías,  respecto 
idiosas  que  a)ff  supe. 

ít-Ííio,  dimtn.  de  ral-a  y  ral-ero,  hurtadorciUo,  raslrcro. 
r  jHc.  63:  A  frutcrosi,  baratos  y  ratiños.  J.  Pín.  Agr,  18,22:  Bien 
que  pocas  cosas  de  tas  que  habéis  <*Jcho  acerca  desta  genera- 
elcrnj,  han  entrjdo  á  nuestros  emendíniienlos  ratiños.  Id.  1,0: 
muc  00  perdaü  parle  de  vuesira  írrcredulidad  ratonera,  por  no 
rntiña  (no  creer  cosas  de  ratones] .  Corh.  28:  Aunque  somos 

'  ■  nos  ethan  de  la  iglesia.  Defensa  de  los  ratiños  de  la 

1 1. 
por  raiún  pequeño  asturiano  en  Euo.  Salaz.  CarL  p.  25. 
Rnt-^Ar,  hurtar  menudcncia'í,  cual  rai-o,  ú  andar  arrastrando 
icél,  el  cuerpo  pegado  á  tierra,  metnf.  darse  a  vilezas. 
RatÍ-ina|t;a,  vul^.  engiño,  de  magu,  niagar  y  rata. 
ltiilA-4lupn^  en-rala-flura,  roedura  ó  taladro  de  ratas 

■i-^tii,  dimín.  de  ral*o,  y  ei  el  mismo  animal.   Quij.  2,29: 
lile  ratón  csscro.  En  la  Germ.  el  ladrón  cotiarde  (Hidalgo),  y 
i  ilude  H  texto  de  Cervantes  cuanto  d  la  cobardía,  y  el  de  fai- 


fa/ ratón  en  mi  agujero,  y  tórnaseme  heredero,  c.  63.  No 
inzas  i  quien  pueda  de  ellas  abusar,  ündo  es  el  aniínalito 
lio  heredar  antes  de  tiempo' 
(r  ■'  no  sabe  más  de  un  horado,  aquél  tapado,  presto 

..  c  A\M  ratón  que  no  sebe  : ¡tas  de  un  agujero» 
]kcoee  presto,  c  41. 

I  y  al  gato,  dfce^  que  parecen  ju^ar  á cuando  bu^ 

íooosi  otros  no  se  hüllan  por  mudar  de  lugar. 
Árat9ais  van  los  gatos,  cuando  busca  uno  lo  que  le  conviene 
tCtee  le  ba  de  costar  lograrlo;  jocosamcute  á  ratos. 
Ctía  ratón  á  sa  agujero,  cada  cual  d  lo  suyo. 
CufíQ  ratón  tiene  sa  nido,  y  cada  mujer  su  abrigo,  y  amigo. 

0^^  el  ratona  su  agujero,  el  que  va  á  casa. 

í^í/  ratón  en  ei  tazo,  que  se  vé  en  apuros  y  sin  esperanza. 


{l||ÍI.«|p|l|i||.  I 

142  Origen  y  vida  díel'lenoüí 


Como  el  ratón  que  muerde  á  un  lobo,  cuando  luchan  di 
desiguales. 

Como  ratón  á  su  agujero,  del  que  va  de  prisa  á  lugar  seguí 
tras  el  peligro. 

Como  ratón  en  boca  de  gato,  del  que  es  juguete  de  los  capri 
chos  de  otro. 

Como  ratón  en  ratonera,  del  cogido  en  algo. 

Como  ratón  en  sa  agujero,  del  que  está  á  gusto  en  algm 
parte. 

Como  si  lo  hubieran  roído  tos  ratones,  de  lo  agujereado. 

Como  an  ratón,  listo,  pequeño. 

El  ratoncito  Pérez,  la  persona  bullidora. 

Entró  el  ratón  en  mi  cillero,  y  ftlzose  mi  hijo  y  hereden 
c.  128. 

La  que  huye  de  un  ratón  atado,  no  huirá  de  un  fraile  arrema 
gado.  c.  177. 

La  viveza  del  ratón,  atolondramiento,  como  el  que  le  hace  caí 
en  la  trampa. 

Metí  el  ratón  en  mi  cillero;  lo  mismo,  c.  463. 

Parece  an  ratón,  del  que  se  mueve  á  paso  corto  con  viveza. 

Parece  un  ratoncito,  del  niiío  que  se  suelta  pronto  á  andar. 

Ratón  de  biblioteca,  erudito,  aficionado  á  libros. 

Ratones,  arriba,  que  todo  lo  blanco  no  es  harina.  (Es  lo  del 
fábula,  que  el  gato  se  enharinó  por  desconocerse  y  engañar  á  loj 
ratones;  mas  uno  viejo  que  le  espió  y  conoció,  dio  este  aviso  á  lo| 
otros),  c.  477. 

Ratón  que  no  sabe  más  de  un  horado,  aquel  tapado,  presto  I 
toma  el  gato.  c.  477. 

Salió  el  ratón  de  su  agujero,  búscanme  aquí  para  despOk 
sero.  c.  243. 

Se  asusta  como  un  ratón. 

Se  lo  habrán  comido  los  ratones,  cuando  no  saben  decimos  I 
razón  de  algo. 

Ser  an  ratón,  pequeño,  vivaracho. 

Un  ratón  da  en  qué  entender  á  un  elefante,  aunque  es  taiá 
más  grande,  (Que  no  hay  ninguno  por  pequeño  que  sea  que  M 
pueda  dañar,  si  es  enemigo.)  c.  163. 


47.  romper. 


J43 


!  Vak  meaos  que  un  ratón,  del  de  poco  valer. 

I  Ya  está  cogido  el  ratón,  cuando  descubrimos  algún  enredo. 

I  Raton-ur,  morder  <S  roer  el  ratón,  y  se  traslada  al  hombre. 

Éxtr.  3:  N'n  no  había  menester  mucha'í  salsas  para  comer;  todavía 

[tulgalia  con  las  cortezas  del  queso,  que  de  la  ratonera  saciha;  y 
no  perdonaba  el  ralonar  del  bodigo.  J.  Pin.  Agr.  25,27: 
focfa  esta  plática  (de  ratones),  que  nos  ha  ratonado  la  de 

'  Adolecer  d  galo  por  comer  rallones. 
TV  T'iiwado,   mordido  ó   roído  de  raton-es.    0-/4(^.1,2,1: 
•s  más  hombre  que  yo,  á  quien  podridas  lentejas,  cocosas 
.  duro  garbanzo  y  ratonado  bizcocho  tienen  gordo.  Quev.  Tac 
Tnia  un   bonete  !os  días  de  sol  ratonado  con  mil   gatems.  P/c. 
í.  3. 1:  Los  hombres  <Je  corto  y  ratero  y  ratonado  entendimiento. 
I  A-rratonaflUf  mordido,  roído  de  ratones.  G.  Atf.  1,2,1: 
Jo  hizcodio.  Metaf.  lo  agujereado. 
i-raion-«ir«ie.  en  Venezuela   ponerse  malo  el  gato  por 
raton-«. 

Kaloi»-ero,  cosa  de  ratón.  J.  Pin.  Agr.  1,6:  Que  perdáis 
vuestra  incrcijuliiíad  r;iloncra  (acerca  de  los  ratones).  En 
al,  estafador  y  escalador. 
n»ton-era.  Trampa  de  raton-cs,  Quev.  ZaA/jrí/.:  Al  punió 
"5  dentro  por  una  puerta  como  de  ratonera,  fácil  de 
[Odible  de  saíir  por  clin.  VAtnERRAMA  £)".  Fer.  5  dom,  2 
'.  j;t  es  ver  armada  una   ratonera  con   un  pedacillo  de 

Catr  en  la  ratonera,  metaf.  como  en  e!  la/o  d  en  el  garlito.  J.  ?n4. 
1  *  Mejor  dice  Salomón  ser  meterse  el  hombre  en  una 
le  en  compañía  de  mujer  rijosa  en  casa  grande. 
en  {ta)  ratonera,  con  engaño.  Cace:»,  ps,  72:  Parece  que 
coger  por  engaño,  como  ellos  cogieron  á  los  demás,  y  aT 
cogido  en  ratonera.  G.  ^^/l  l>2.3:  Pensándola  engañar, 
I  cQpA  en  la  ratonera. 
£»  ratonera  no  es  para  esta  rata,  de  lo  no  i  propósito  pora 


rea  ta  ratonera,  dejarse  sorprender. 
■pery  de  rumpere;  íL  romperé,  rotio;  rum.  rumpe,  nipt; 


144  Origen  y  vida'del  lbüou 


rtr.  nimper,  rut  ó  roí;  prov.  y  fr.  rompre,  caf.  romprer,  pg.  rom 
Es  partir  con  violencia  las  partes  de  un  todo. 

Intrans.  Pasar  al  través,  así  el  alba,  el  día,  el  agua  de  la  fue 
rompen  ó  se  abren  y  revientan.  Cacer.  ps.  5:  Es  tan  grande  e!  fa 
y  espíritu  que  rompe  y  se  declara  con  voces  lo  más  secreto  de 
corazón.  Bosc.  Cortes.  378:  Aunque  muchas  veces,  de  muy  aprel 
de  sus  fatigas,  venga  i.  romper  y  casi  á  desesperarse.  A.  Alv.  i 
Fer.  4  dom.  4  cuar.  17  c:  Como  estos  tienen  en  sí  malicia  reco 
y  violenta,  cuando  por  alguna  ocasión  rompen,  rompen  de  ver 
salen  de  golpe. 

Trans.  Qaij.  1,3:  A  trueco  de  no  romper  las  cintas.  Id.  1,4:  < 
si  é\  rompió  el  cuero  de  ios  zapatos  que  vos  pagastes,  vos  le  ba 
rompido  el  de  su  cuerpo.  Id.  1,22:  Procurando  romper  la  cad 
Bañ.  Arg,  2:  Donde  las  olas  su  furor  rompían.  Persil.  3,20:  Roe 
la  voz  con  un  tan  grande  suspiro. 

Abrir  la  tierra  con  la  reja  en  la  primera  labor,  así  en  Cu 
otras  partes. 

Vencer  y  desbaratar,  deshacer.  Mend.  G.  Gran.  1 :  Cuando 
rieron  rotos  por  Ozmín,  capitán  del  rey  Ismael.  Torr.  FU.  mor,  I 
Aquella  famosa  encamisada,  cuando  rompió  los  asirlos.  Qaij,  2 
E  aquí,  señor,  rompidos  y  desbaratados  estos  agüeros.  Colom 
FL  2:  Y  rompiendo  algunas  tropas  suyas  que  tentaron  defeíií 
el  paso. 

Reflex.  Qaij,  1,33:  Y  si  se  rompiese  (el  diamante  á  golpes). 
tan.  1:  Rompióse  el  secreto. 

Al  romper  el  alba,  el  día,  al  amanecer. 

jAy,  ay,  ay!—¿Qaé  has?—  Rompo  lo  que  tengo  y  no  me 
más.  c,  23. 

De  rompe  y  raja,  atrevido,  resuelto. 

De  rompe  y  rasga,  la  mujer  descarada,  con  desgarro, 
abertura  de  condición. 

Quien  rompe  paga. 

¡Rompan  jilas!  al  comenzar  una  cosa,  al  separarse  los  junta 

Romperá,  comenzar,  á  llorar,  á  hablar,  etc. 

Romper  con,  dejar,  embestir.  J.  Pin.  Agr,  4,22:  Quiere 
romper  con  el  otro  perdiendo,  que  consigo  ganando.  Valderi 
Ejerc.  Fer.  6,  Dom.  1:  Romper  con  los  miedos  que  de  ella  na 


47.  romper. 


/ff^.:  Antes  romperé  con  til  amistad.  Valdehrama   Ej.  ja(v.  3 

a.  ciuir.:  Porque  quien  rompe  con  las  leyes  de  Dios.    Id.  Sab.  4 

8.  raarj-  Ka  de  ser  parn  que  se  vea  cómo  rompió  con  todas 

nt»  nubes  lo  quisieron  eclipsar.  D.  Veoa  Fer.  4  dom.  3  cttar.: 

¡rompiesen  con  todos  la  pa/.  Cacer/js.  16:  RompÉ  con  las  difi- 

i  todas  que  trae  consigo  eJ  servir  á  Oíos.  Id.  ps.  61:   Dáisme 

rompéis  conmigo,  ¡rriiilts.  QuEv.  Fort.:  Causa  justa 

Ftw.,.,^,,  ^yn  Jos  amigos  y  vecinos.  Valderrama  Fcr.  2  Dom.  ! 

irj  V  le  obligó  i  romper  con  un  castigo  tan  grande  conira  Joab. 

Romper  con  rl  posado,  títvkUr  \o  pasado  y  Iradicional,  dejar 

inrtina. 

fioBiptr  coa  todo,  no  parar  en  estorbos.  Cacck  ps.  1 1 5:  Rom- 

ttoo  lodo  por  librarme,  id.  pS.  10:  Los  que  saben  romper  con 

I  y  lo  llcA'an  i  fuerza  de  brazos.  Id.  ps,  85:  Rompieron  con  todo 

{inu  consideración,  siguiendo  en  todo  su  desordenada  vo- 


r  ei  aire,  volar.  Quij.  2,41:  Va  vais  por  esos  aires,  rom- 
een mis  velocidad  que  una  saeta.   MAng.  Tr.  Jer.  v.  2, 
\^4:  Rompieron  el  aire  las  voces. 

ríaíbOf  alborear.  Qüij,  1,34:  Al  romper  el  alba.  Zamo- 

fltís/.  pte  3,  Nativ.:  Al  romper  del  alba,  al  nacer  de  la  luz. 

ttr  la  aurora.  Persit.  3,19:  üiro  día  .il  romper  de!  alba. 

tí  campo,  labrar.  O.  Pérez,  Odh.  1 3;  Cuando  ha  rom- 

twt  dti  entero  /  con  sus  bueyes  y  arado  im  campo  nuevo. 

—     :/  día,  amanecer.  Quij.  2,12:  Como   si  al  romper  del 

;eian  de  ntmpcr  las cnlie/as.  Vaiíierjiama  Ej,  Descend. 

hqr  cosa  mis  agradable  que  una  mañana  de  verano  al  romper 

Oatat.  5,  p,  W:  Al  romper  del  día. 

r  i¡  fuego,  comenjutr  la  baialla,  comenzar. 

r  tí  paso,  echar  á  andar, 

reí  secreto,  decirlo.  Gitan.:  Rompióse  el  sccrclo,  salM 
del  caso. 
•r  tí  silencio,    hablar.  Qu^.  1,28:   Rompió  el    silencio  y 
>ld.  \^t:  Mas  quien  primero  rompi6  el  silencio  fué  Luscinda. 

fr  /ar  íl.  Lkw  Caat.  6:  Rompe  ci  ánimo  en 

tafecfxi:..    ,  _,;;niración. 

en griíoSj paiabras,  tiento, gritar,  llorar.  Meijj  G.Ca(.  \. 


146  Oriocn  y  vida  dcl  lcnuuaje 

—  ■ ' 

Rompían  furiosamente  en  gritos.  J.  Pin.  >lgr.  2,18:  Como  el  que  c 
alguna  pasión  arrebatada  rompe  en  palabras  blasfemas. 

Romper  en  quejas,  quejarse.  A.  Alv.  Silv.  Dom,  1,  adv.  9, 
§  1:  Romperán  en  gravísimas  quejas. 

Romper  en  risa  la  cólera.  Quij.  2,56:  El  duque  que  esto  oy 
«síuvo  por  romper  en  risa  toda  su  cólera  y  dijo. 

Romper  en  voces,  etc.  Cacer.ps.  37:  Son  unos  suspiros  violo 
los,  inarticulados,  en  que  rompe  algunas  veces  el  gran  dolor  que  ur 
siente  en  el  alma  de  haber  ofendido  á  Dios. 

Romper  filas,  ó  romper  fuego,  ser  el  primero  en  obrar. 

Romper  la  amistad.  Galat.  4,  p.  56:  Este  rompe  amistades. 

Romper  la  batalla,  comenzarla.  Ocampo  Cron.  1,11:  Rompien 
todos  la  batalla  valientemente,  la  cual  fué  mucho  reñida  y  peligra 

Romper  la  fe,  faltar  á  ella.  Quij.  1,51:  De  su  fe  rompida. 

Romper  la  ley,  la  orden,  etc.,  faltar  á  ella.  Fuerza  sangre:  Roí 
piendo  el  orden  de  Estefanía,  salieron  á  la  sala.  León  Brazo:  S 
romper  alguna  ley  ordenada.  Quij.  1,34:  Las  santas  leyes  de  la  vi 
dadcra  amistad  ahora  por  tan  poderoso  enemigo  como  el  amor  p 
mí  rompidas  y  violadas. 

Romper  lanzas,  contra,  por,  emprender,  metáfora  de  la  lud 
Quij.  1 ,46:  Como  ya  la  buena  suerte  y  mejor  fortuna  había  comí 
zade  á  romper  lanzas  y  facilitar  diñcultades. 

Romper  la  palabra,  faltar  á  ella.  Cald.  Aarísi.  y  Lis.  J.  ¡: 
palabra  que  le  dí  /  de  favorecerle,  rompo. 

Romper  la  plática,  la  conversación,  interrumpirla.  Pinc.  FUt 
ep.  11:  Le  rompió  la  plática  y  dijo. 

Romper  las  amistades,  reñir  los  amigos. 

Romper  la  tierra,  labrar.  Quev.  Mas.  6,  c.  2:  Rompe  la  lien 
el  lahnidor  astuto,  /  porque  en  estando  rota  dá  más  fruto. 

Romper  las  olas,  navegar.  Ctenf.  V.  Borj.  1,4,2:  Y  sirviead 
de  tabla  á  su  vida  una  tormenta,  empezó  á  romper  las  olas  con  mf 
drosa  quilla. 

Romperle  el  alma  ó  el  bautismo,  matarle. 

Romperle  la  cabeza,  ó  los  cascos,  ó  la  crisma,  descalabrarle 
herirle  en  la  cabeza.  Barbad.  Coran,  pl.  6,  ep.  9:  Le  dio  con  él  n 
golpe,  y  aunque  pequeño,  le  lastimó  mucho,  y  no  me  espanto,  sh 
cómo  no  le  rompió  los  cascos. 


¡omper. 


147 


Itompcrte  nnatón,  un  asta,  an  huesa,  maltralarle  de  obra. 
i?tMii;w/  tos  moldes,  abandonar  im  sistema  ó  procedimiento. 
Rcmper  por,  pasar  entre,  sir*  hacfr  caso.  Qaij.  2,54:  Picando  al 
rompió  por  ellos,  y  al  pasar.  Id.  1 ,  prot:  Tan  hecho  á  roiuper 
if  por  o(ns  dificultades.  Col.  perr.:  Mi  buena  intención 
por  las  malas  dádivas.  Mahq.  T.Jer.  v.  2,  cons.  3.4:  El 
rompió  por  la  boca  con  canciones.  Numanc.  3:  Rompa  por 
f  fe»  liincheado.  Valderr/ma  £/.  3  dom.  caar.:  Con  el  aire  se 
iJe  (el  Mznfrt)  y  rompe  por  aquella  abertura   con  una  llama 


Rompfr  por  el  aire,  volar.   G.  Aíf.  U.7:  Desplegadas  la*;  alas, 
por  d  aire. 

rpor  medio  de,  atravesar.  D.  Veoa  Nom.  Jesús:  V  rompa 
(Je  sws  fuertes  murallas.  Bañ.  ArJ.  2;  Por  medio  de  la 
y  nar  rompíendtT. 
hmper  per  todo,  no  hacer  caso  y  pasar  adelante.  Caccr.  ps.  4: 
por  lodo. 

',  que  (o  tayo  rompes,  del  que  airado  de^tro^a. 
ílafaperse  la  cabeza,  metaí.  cavilar  mucho^  adivinar  lo  difícil. 
ABsfpcfse  la  axbeza,  los  cascos,  la  crisma,  herirse  en  ella. 
Ihmperse  la  cuerda  por  lo  más  delgado,  fallar  lo  más  débil. 
R(iin|>-¡<lo.  panic.  de  romp-er,  y  -idjetívo  como  desgarrado, 
ipe  y  ra'jga.  Zamora  Mon.  mist.  pte.  3,  ps.  86,  v.  2:  Qué 
.uj  taa  sin   miedo,  tan  rompido  y  tan  sin  hacerle  perder  el 
sangre  que  baña  la  campaña.  J.  Fin.  Agr.  2,29:  Lo  que  se 
pira  los  hombres  muy  rompidos  y  entendidos,  no  ha  de  ser 
una  mujer  encogida  y  .ifligicia  de  suyo. 
piróte,  baiOr  escollo  ó  cosU,  donde  cortado  el  curso 
i,  rompe  y  se  levanta  la  mar. 
oinpe-aratloM,  en  Aragón  laononis  procurrens. 
nuiii|>e-bauco«i  sin  esfraí,  en  la  Litera  de  Aragón  el  ocio- 
"T  r ficto. 

Uuinp««-<'ab«3uiii,  artificio  ó  problema  dífícultoso  de  re^ 
ím.t  ansa  de  dos  bolas  de  hierro  ó  plomo  sujetas  d  los  cxtre- 
i  *  tm  manKO  corto  y  flexible. 
HoRipfvcalIcs.  (Por  cal(ejero).  c.  622. 
Houipe-coches,  ant.,  tejido  fuerle  de  lana. 


I4S 


OeíOCN  V  VIDA  DtL  Ltstiu»4e 


Roinpe-eor*tezas^  doble  tima  que  se  mueve  i  chame 
con  dientes,  para  Iriturar  tos  viejos  tas  cortezas. 

Runipc-esqiilnus,  valentón  que  se  ptAnta  en  la  esqtti) 
como  á  U  espera.  Silvestre  Proserp.  c.  10,  oc.  71:  En  los  mon| 
^espesos  apartador  /  los  druidas  habiten  fas  encinas,  /  en  vene 
sus  ligas  ocupados,  /  como  hiciera  cualquiera  rompeesquinas. 

R4»m|»e<^;j^ulaH,  desaliñado  en  el  vestir 

Kuilipe-^ii^olii».  CoRR>  622:  Rompenecios.  (El  que  sil* 
'  sin  pagarle).  C  csl  un  qui  se  seri  des  personnes  lant  qii'  elles  | 
valeni  plus  rien,  el  puls  teur  donne  du  pied  au  cu!  (lesor.  1671 
Ceíest.  [,  p.  27:  £ste  lu  amo»  como  dizen,  me  parece  rompenecid 
de  lodos  se  quiere  seruir  sin  merced. 

Hitinpe-olaa*  muro  ó   bloques  para  que  allí  quiet 
l&s  oI:ts. 

Ituinpc-pollus.  Esteban.  6:  Sus  calderos  y  asadores  rom 
pcpoílo?. 

Itiimpe<'poj^o$.   CoRR-   622:  Rompepoyos  (por  ociOBO] 
Cabr.  301:  Los  rompepoyos,  rondacalles  y  guarda  esquinas. 

Itoiiipe-ropa,  en  Cuba  cierto  arbusto  de  la  familia  del 
Bignoníjceas. 

Hoiiipc-zara^üelles.  en  Cuba  cierta  planta. 

Il«»nipc'iler4»,  fácil  de  rompe-r. 

Koinpt^-ilerui  hierro  para  abrir  agujeros  en  el    Ivicrroj 
líente  recibiendo  los  golpes  del  macho,  con  punta  acomodada. 

ttoiiipe-cliira^  rotura. 

lioiiipí-iiiieiito,  acción  de  romper  en  todos  los  sentí 
por  ej.  enemistarse. 

lti>iiipÍ4l-ui*a,   en  la   Litera  de  Aragón   roíun,  tirmía, 
rompí-dOr  roto,  quebrado,  caído  de  color. 

Hoto,  de  nipliis,  participio  de  rumpcrc.  Valderkama  £J. 
3  dom.  1  caar.:  Aunque  se  sufra  algo  rolo  en  la  manga  ó  en 
parte  del  vestido,  no  se  puede  sufrir  en  el  zapato.  Ouev.  £p. 
2,12:  Después  de  rota  y  vencida  la  batalla. 

Oicese  del  que  lleva  roto  el  vestido,  y  del  harapiento.  QuiJ.  I 
Sediento,  miserable,  rolo  y  piojoso:  Id.  1,23:  El  primero  que  hablj 
fué  el  «oto. 

Meíaf.  del  vivir  suelta  y  viciosamente.  J.  Pin*  Agr,  7,21:  Por 


47.  rota. 


149 


i  d  pecar  tan  roto,  que  no  reparan  en  los  evidentes  peligros. 
}f.dich.J.  3:  La  vida  que  de  hombre  roto /en  Sevilla  y  en  Tole* 
I  /  le  vi  hacer.  Guarda  Cuid.:  A  un  rolo  soldado.  Torr,  Ftí.  mor, 
it:  Otros  más  rotos  de  conciencia.  Bosc.  Cortes.  IQ^:  Ni  dÍ3olu- 
kii  roto  en  su  vivir,  con  ciertas  maneras  de  hombre  bajo.  Torí. 
,  OMT.  17f6:  Mozuelos  de  U  vida  rola.  ixó^Job.  22>i  3:  Que  una 
i  nmy  roto  con  el  hecho  dice  esto  siempre. 
.ttif;.>  rota,  como  mani-roio,  generoso.  Vi^i-  Parn.  7:  Tú,  mano 

de  mercedes. 

Sftftca/atta  un  roto  para  an  descosido,  c.  240.  JiistlEJcando  U 
|iiel  que  no  merecía  al^o,  que  se  consolará  con  que  hay  otros 
alidos  y  pobres. 

'  a  lo  roto  que  to  descosido,  c,  386.   Cuando  entre  varios 
I  es  mayor. 

í y  gordos,  (Por  pobres  holgazanes),  c  623. 
$t  ttí/aese  to  roto  como  lo  descosido,  no  habría  nado  per- 
.259. 

mente»  con  rotura.  Torr.  Fií.  mor  14,4:  Traló  roüh 

i  hernianas  (fornicar).  Gran.  Simb.  3,  3:  Viven  tan  ro- 

,  como  si  no  tuviesen  fe.  Bosc.  Cortes.  196:  Se  hablan  unosá 

rotamente,  s-ín  ninguna  crianza, 

Mv-cottido,  pieza  que  por  rola  se  cosió.  Jarque  Orador* 

fhamos   por  extremadamente  menesteroso  á  quien  no  lu- 

I  bocado  (ie  pan  que  Uevar  i  la  boca  ni  un  rotocosido  con 

Mr  su  desnudez. 

hnf-  1,  posvcrbal  de  romper,  derivado  del  participio  rot-o.  Es 

:nio  t»  vencimiento  del  enemigo.  Mariana  H.  E,  2,8:  Las 

^>  lismMS  de  los  carlagineses,  después  de  csla  rola  tan  consi- 


Bblhi  por  rumbo  ó  camino,  como  derrota,  es  decir  via  rota, 

b,  abierta;  del  francés  dijeron  tontamente  luta  de  routc,  como  si 

■'esc  lo  mismo  con  la  ctímolugla   trasparente,  que  en  el 

.neis  csti  oculta.  Okan.  Simb.  pte.  3.  ir.  3,  Dial.  3,  §  2: 

tOBl  ts  Isa  grande  engaAo,  como  el  de  uno  que  queriendo  nave- 

rkttlt  Oriente  tomase  la  rota  de  Occidente. 

¡^krolú,  vencerle.  Calo.  Hija  deí  aire,  pie.  2,  /  /:  En  seguí- 

>  /  de  b  rola  que  te  di  /  al  gitano  Tolomeo.  García  Sonvííor, 


150  Okioen  y  vida  del  LCNOUAre 

5,19:  Seguir  el  alcance  y  dar  una  buena  rota.  Ovalle  H.  Chite  1,1 
En  las  rotas  que  les  daban  los  nuestros. 

De  rota  batida,  con  total  perdida;  metafor.  de  repente,  sin  re; 
ro.  Oviedo  H.  ind.  50,2:  Desque  vido  ir  la  nao  de  rota  batida  á ) 
en  tierra. 

Ir  de  rota,  sin  remedio,  perdidamente.  Carc.  Sev.:  Hermai 
esto  va  muy  de  rota.  Zamora  Mon.  mist.  pie.  2, 1. 3, 3°  pte.,  SU 
4:  La  memoria  de  Dios,  dice  San  Jerónimo,  se  ofusca  y  todo 
de  rota. 

Ir  de  rota  batida.  (Dícese  en  la  Relación  de  Cabeza  de  Vs 
215,  fol.  32.)  c.  541;  vide  De  rota  batida. 

Poner  en  rota,  vencer.  Viaje  Parn.  4:  Que  por  él  se  vio 
fuga  y  puesto  en  rota.  Mend.  O.  Gran,  3:  Cuasi  pusieron  en  i 
el  cuartel. 

It4»t-upa,  acción  y  efecto  de  romper,  de  rot-o.  Quij.  !, 
Que  á  no  mostrar  que  eran  de  lana  por  algunas  roturas.  Valder 
MA  Ej.  Fer.  2  dom.  I  cuar.:  Cuando  saquen  los  soldados  por 
roturas  que  hubieren  hecho  las  baterías  en  los  muros.  Corn.  O 
4,  2,1 1:  La  santa  reina  sentía  con  dolor  inconsolable  esta  pemici 
rotura  de  la  paz.  Valderrama  Ej.  Viera,  dom.  3  cuar.:  Hacíei 
lastimosas  roturas  y  portillos  en  aquella  divina  y  soberana  maravi 

Metaf.  soltura  en  las  costumbres,  en  el  decir,  etc.  Valderrji 
Ej.  Cen.:  Que  celebraban  los  gentiles  con  tanta  profanidad  y  rotu 
J.  Pin.  Agr.  6,20:  Llega  el  pecar  de  algunos  á  tanta  rotura  ydesv 
güenza.  Td.  1 8,30:  Habéis  censurado  lo  que  Plinio  dijo  con  rotu 
Agosta  H.  Ind.  1,5:  Es  cosa  que  saca  de  juicio  la  rotura  y  perdici 
que  hubo  en  esto.  Torr.  FU.  mor.  14,4:  Esto  llegó  á  tanta  rotun 
disolución.  Valderrama  Ej.  Fer.  6  dom.  4  cuar.:  Pero  cuando  He 
á  tal  rotura  el  desafuero.  J.  Pin.  Agr.  28,9:  Pues  podía  ser  que  c 
ella  remiende  algo  mis  roturas  (vida  rota).  Cacer  ps.  52:  Proced 
con  gran  rotura  y  desenfrenamiento.  F.  Pulo.  c.  25:  Asonadas,! 
safios,  fuerzas,  juntamientos  de  eentes,  roturas  que  cada  día  se  fao 

Hi»tiir-ap,  de  rotur-a.  Rozar  la  tierra,  disponerla  para 
cultura,  la  que  no  lo  estaba,  ro^npiendo  el  monte  ó  bosque. 

Art*4>turas  de  Pero  González.  (Este  fué  un  pobre  homl 
que  en  tiempo  húmedo  plantó  en  baldíos  muchas  mimbres  en  oe 
como  hazas,  y  sembró  allí  las  barreduras  de  las  eras  ajenas,  y  Ibi 


47.  derrota. 


151 


bbfi  sus  arretarús,  por  rozas,  que  hahfa  roto,  y  en  cuanfo  duró  k 
m.ís  \x:nida  la  seca,  todo  fué  nada;  y  que- 
^.'-  a  IK.Í.IÍ   bcrcciaJes  de  más  costa  que  ptovecho, 

>  .,  69. 

l>r-roUi,  de  rotü  y  con  sus  iiiÍ!>mos  valores  ilc  vencimiento  y 
'.  Quij.  1,7:  Acertó  Don  Quijote  á  lomar  )a  misma  derrota. 
De  allí  lomará  v.  m.  Ja  derrota  de  Cirlagena.  Id.  \A\\  No 
ríe  seguir  la  derruía  de  Mallorca.  P.  Veoa  Dedic:  Tomar 
n(e  derrcho  á  Jciusalen.  Esteban.  13:  Tomárnosla 
H¿..i._i  ij  ivii.L^  d€  Breüña. 
Dar  la  derrota,  en  naut.  determinar  la  dirección  de  un  viaje. 
¡kctararse  en  derrota;  huir  vencido. 
Hacer  derrote  if  ;i  rumbo. 

Utpor  ¡a  der.--     .       íúul.  Ilcviird  diario  de  laque  se  haya  de 
Kpir  en  el  viaje. 

'í  '  ■.',  ponerse  en  derrota,  en  ii.iul.  [K>nense  á  rurnhcj, 

■  ■■"■  por  derrota  y  aítura,  dirigir  la  derrota  del   buque 
ia  estima  con  la  observación. 
Por  derrota,  díccse  del  navegar  por  camino  conocido,  lo  con- 
taño de  por  altura  valiéndose  del  cuadrante  salamenle.  Ovieoo  H. 
ki.  47,5:  iVrque  una  cosa  es   navegar  por  alturas  e  otra  por 
érroiiis. 
Shmper  ías  derrotas,  pastar  Ío  ya  segado  (Patencia). 
Sf^nir  la  derrota,  el  alcance. 

J.'  ur  ta  derrota.  (Para  tal  ó  t^l  parle;  por  caminar). c.  611, 
bf  rrot^ar»  de  dcrrol-a. 

fntrü        '      -jr  forzada  la  emh-ircación,  desviada  de  la  derrota, 
kn-t  illrecho.  Qutv.  Mus.  ^,  jac.  2:  Aijui  derrotaroB 

/  CoKolina  y  Cañamar  /  en  cueros  por  sus  pecados,  /  como 
'  //.  tnd.  Al,\:  Acaece  tiallai'se  atrás  de  lo  que 
....«u./  V  M.-^^ido,  riave^.indo  cinco  meses  se^scnta  leguas. 
Voas.  Sacar  el  viento  á  la  cnibarcación  de  su  derrota,  ó  desviar 
lino,  SoLis  Poes,  ekg.:  feliz  U  nave,  pues  que  el  mar  prosí- 
«n  que  ei  horror  del  viento  la  derrote.  Ovaluí  H.  Chile  2,2: 
lú  derrotados  de  alguna  tempe:>tad.  Coimsjí.  H.  üegov,  18,3: 
Cank»  derrotodoft  del  inar  llegasen  i  sus  puertos.  Bsteban>  &:  Por 
*V)n  pobre  y  derrotado,  huyendo  de  familiares  (extraviado  del  ca- 


■  (V  ■um  ^a    ■TC* 


152  Orioen  V  vjdX  del 


mino.)  Esp,  ingU  Ser  naves  derrotadas  de  las  Indias.  Valderraha 
Ram.:  Qué  quiere  que  entienda  el  marinero  que  viene  derrotado. 

Vencer  al  enemigo.  Betisana  Guich.  L  2,  pl.  87:  Invadida  con 
numeroso  ejercito  de  Carlos,  duque  de  Borgoña...  en  pocos  meses 
le  derrotó  tres  veces. 

Malbaratar  y  arruinar. 

Reflex.  Perder  la  derrota.  Coloma  G-  Fl.  t:  A  la  entrada  del 
canal  se  derrotó  la  almiranta. 

Derrotar  el  toro,  enderezarse  contra,  Est.  Cald.  Esc.  and,  230: 
Ora  acometía  ó  derrotaba  al  aire  y  siempre  en  balde. 

l>ert»ot-e,  posv.  de  derroí-ar,  en  tauromaquia.  Est.  Calo. 
Esc.  and.  222:  Podía  e!  toro  en  sus  embestidas  y  derrotes  herir  en 
los  ojos  y  en  el  rostro  al  caballero.  Id.  353:  Ya  ha  volteado  á  cuatro 
pacientes  y  que  con  cada  derrote  llega  á  las  ventanas  del  segundo 
piso  (el  novillo). 

Ut>i*pot-cP04  lo  mismo  que  derrot-a,  por  rumbo.  Nieremb. 
V.  Nlarc.  Mastr.  c.  12:  Y  así  decía  que  este  librito  era  su  derrotero. 

Libro  que  contiene  la  situación  geográfica  de  puntos  y  costas 
para  asegurar  la  navegación,  como  antiguamente  perípío  á  la  griega 
é  itinerario  á  la  latina. 

Eii-dcppotap,  en  náut.  poner  el  buque  á  rumbo,  hacer  de- 
rrota á  punto  determinado;  es  intrans.,  trans.  y  reflexivo. 

r\f.T'-ro-tni%  destruir,  disipar.  Avala  Caza  46:  Vienen  aque- 
llas peñólas  q-  ebradas  todavía  á  marrotar  más  fasta  que  se  fienden. 
Id.:  Asi  marrotanse  mucho.  Otrosí,  se  marroían  las  aves  et  quiebran- 
seles  muchas  veces  las  peñólas.  Zamora  Mon.  misf.  pte.  3,  Asuncí 
Sino  que  desperdician  y  malrotan. 

RiitiiiH,  de  ruta,  remedando  el  francés  routine,  como  se 
había  tomado  ruta  por  el  castizo  rota.  De  ahí  ratin-ario,  á  la  latina;  y 
rutin-ero,  á  la  española.  Es  vocablo  muy  recibido  y  cómodOi  pues 
carece  de  equivalente  castellano,  ya  que  no  es  lo  mismo  que  costum- 
bre, uso,  estilo,  usanza,  sino  lodo  eso  cuando  ya  se  obra  por  instin- 
to y  tomado  en  mala  parte;  dijérase  mejor  rot-ina. 

Oei*i*ul>Íap,  desmoronar,  ir  comiendo  el  rio  ó  la  humedad  It 
ribera  ó  la  tapia;  en  prov.  el  sustantivo  deruben  derrumbadero,  anL 
fr.  derub,  desrube,  desrubant,  desrubison,  pg.  derrubar,  derruba- 
dóuro  derrumbadero,  gall.  derrubar  cortar,  derribar,  echar  á  liem 


47.  derrumbar. 


153 


s»  árboles,  etc.  De  dé  y  dírapare,  de  tupe^  roca,  según  creen 
I  Diez  los  romanistas. 
»Dt-rrwh|-í»,  pow.  de  dcrrubi-ar. 

l)t*rt-iMi)l>»t*,  crócnlo  lo?  romanistas  vAríante  de  derrubiar, 
B9Sa}  debida  á  conuminación  con  niraperc  romper.  Por  con- 
de mb  en  ffJ,  como  en  paloma  de  paliimba,  knenios  anti- 
ilc  dcs-nimar:  «usijuc  ad  de^iruttia'a  Ue  Casliella»  (Bf.r<i.  año 
9.  376),  «dcíiorruiTiassí  la  tierra»  {Mingo  Reb.)  De  aquí  romo 
le  caido,  la  (ierra  calda  de  un  ribazo,  achatado  y  allanado. 
-L-  a  etimologia  con  csle  testo  do  Cibrera  p.  240:  Cisternas 
fiadas,  donde  equivale  á  derrubiadas,  y  derrumbar  á  un 
ibar,  el  anL  fr.  desrube,  desrubant 

df,  despeñar.  Tirso  Ventura  con  el  nombre  3,2:  De  un 
„  :rumi»  /  de  donde  el  Venlura  vino  /  á  dar  á  un  lago. 
H.  Chitt  1,7:  Derrumba  la  muía  y  la  hace  ir  volteando  hasta 
dU  en  el  raudal  del  río. 

ir  abajo,  más  on  general,  dcíraiiur.  AKrcAO.    Rim,     1: 
de  bertnellrtn  /  derrumba  iluminaciones. 
f^ffex.    despegarse.    Viaje  Parn.  7:  Dcrrümbanse  del  monte 
c  — umieron  subir  por  la  ladera.  Quij.  1.20:   Que 

- ,  cí^a  y  derrumba  (el  agua)  desde  los  aílos  montes 

loronarse,  como  derru'jíarsc,  asi  en  Honduras  de  casas, 

,  c     '^   MLt  H.  Chile  1,4:  Se  derrumban  los  montes  con  las 

t-l  oro  mis  p.-vien:o.  bn^E  Gatom.  7:  Bajan  gatos... 

I  bajan  despcñadosy'fraKnicntos  de  cdiricio  que  derrib£in,/que 

se  derrumba. 

Araac.  6:   Por  mil  [jartes  (Tos  caminos)  estaban 

Id.  28:  Ya  por  )a  áspera  cuesta  derrumbada/ venían 
lo. 
.^UJ-   x^uij.    I,  t.\.  Que  Siindeces  /  vos    lengan    el    cerbelo 

Drr-ruinb-o  y    clci'riiniÍH4»,  po«v.  de  derrumb-ar;   el 
muy  usado  en  Aniénca  por  dcmimbamienlo  de  un  cerro, 
I  nlaa.  un  puctite,  etc. 
tlrrrumb«-tiili*filo,  acto  de  dernimtMtrse.  SoLORZ.  Potit 

■  !*«  kis  derrumbamienbs  que  ha  habido  en  estas  minas. 


^ai 


nominib.i-dfíro,  despeñadero,  senda  quebrada  y 
grosa.  D.  Veoa  Disc.  Sab.  dom.  1  cuar.:  Todo  lo  demi: 
derrumbaderos  y  cuestas  inaccesibles,  todo  despeñaderos.  Q. 
28:  Di  con  él  por  un  derrumbadero.  Zamora  Mon.  misf.  pt 
Benito:  Porque  tenía  gran  peligro  de  despenarse  por  un  dem 
dero. 

Rumbar,  de  derrumbar,  quitada  rfe- como  preposicid 
Honduras  arrojar  una  cosa,  rumbarse  al  rio,  en  el  suelo. 

Kumb-a,  ruin-«,  en  Chile  rimero,  mb  en  m.  Posverl 
rumbar,  rumar,  que  del  caer,  echar  á  un  lado,  vino  á  indi 
montón  que  se  hace  de  lo  caido  ó  dejado. 

I(iiinb»zóii,  pumnzóii,  en  naut.  cargazón,  arru 
metaf.  cargazón  de  nubes  en  el  horizonte. 

\-i-f*uinbHP,  de  rumbar  y  a-.  Metaf.  arrollarle  en  la  ce 
sación  obligándole  á  callar,  del  amontonar.  En  América  arrun 
enmohecerse,  propio  de  lo  caido  y  abandonado.  En  gall.  arro 
dejar  algo  como  inútil  en  lugar  escusado,  ó  colocar  en 
orden  los  muebles  de  la  casa  ó  habitación,  es  decir  amontonai 
mar  rima. 

Vi*i*uni^p,  variante  náutica  de  arrumbar,  mb  en  m.  Esti 
pipería  y  barrilería,  estivar  la  carga  de  modo  que  ocupe  pi 
vaya  equilibrada,  cargar  á  granel.  Oviedo,  H.  Ind.  50,7:  La  n 
venía  derecha  e  traía  lado...  por  no  venir  bien  arrumada. 

Reflex..  Cargarse  el  horizonte  de  nubes,  horizonte  arrumi 

/\i*i*uin-a,  en  Chile  rima  ó  rimero,  posv.  de  arrum-ar;  er 
manca  arrum-as  añicos,  del  destrozarse  al  caer;  en  náut.  di 
en  la  bodega  para  repartir  la  carga. 

'^ri-umaxóii,  como  rumbazón,  acción  y  efecto  de  arr 
Recop.  Ind.  9,32,3:  Por  no  ir  bien  calafeteada  la  nao,  ó  Iti 
fuera  de  cubierta,  ó  mala  arrumazón.  Puent.  Cron.  D.Juan  II, 
Diciendo  que  se  forma  de  celajes  y  arrumazones,  que  enj 
la  vista. 

Ai'i'um-MJe,  de  arrum-ar.  Vevtia  Norte  de  la  contrai 
31:  Tócale  también  el  arrumaje  de  la  carga,  que  es  aquella  1 
disposición  que  conviene  para  que  vaya  bien  repartida  y  los  gé 
de  mayor  peso  en  el  fondo. 


47.  romo,  robar. 


155 


DeA-arrumAP,  lo  opuesto  de  arrumar,  deshacer  la  estiva  de 

>  de  oira  manera  la  carga.  Küü.  Sala?-  Carf,  39. 

iiwi.ii»,  V.L  i^inar^  rumbar,  dci  ruinar,  derninibar  y  hubo   de 

nne  de  la  tierra  cakla  de  un  ribazo,  de  sisertc  que  éste  quedase 

adu,  chato  Ó  romo;  en  náut.  poner  arruma  la  carga,  como  par- 

|ipto  ó  adjetivo,  al  modo  que  romo  por  *nimo.  Ocncrnüi^ndo  el 

vinol  decirle  de  lo  achatado,  opuesto  de  lo  agudo  ó  en  piinta^ 

I  y  moralmenlc.  Qaij.  1,16:  De  nariz  roma.  Quev.  Casa  loe. 

r:  Con  zapatos  romos.  Herr.  Agr.  5.13;  Y  muy  romos  de  na- 

>  J.  PiK.  Agr.  3,7:  Lo  áspero  y  lo  Uso,  lo  agudo  y  lo  boto  ó  rorno. 

i  Veo  A  Fer.  3,  dom.  3,  caar.i   Hombre  que  tuviese  l.\  Tiariz  chala 


jncrcümcntc  el  romo  de  nar¡¿.  Osi.  S<:*ior/.  Trap.  I3:V 
I  suerte  que  la  tal  vieja  era  muy  roma  enlre  ia^  demás  gracias 
tenfa. 

Meíaf.  El  boto  de  ingenio.  Tork.  son.  á  Fninc.  Vaiíejo.  Yo  le 
'itor  romo. 

romo,  el  nacido  de  caballo  y  asna  (Tesar.  1G71.) 
Sí  Ui  podemos  dar  roma,  no  ta  damos  a^mieñQ  (el  diablo  á  la 
rr,  dar  lo  peor).  (Diablo  coj.  tr.  2). 

I¿n  roni-ar.  poner  roma  alguna  cosa  afilada  ó  aguda.  EspiN^ 
I.  2,4:  Con  d  mucho  ejercicio  que  hacen  se  les  gastan  y  en- 
an  linio  Ia5  uAa». 

RoliAr,  del  godo  raubon,  tat  vez  por  medio  del  provciizaJ  rau- 
r.  ant.  fr  reuver,  ii.  nibarc.  En  Alexandre  (3tió,  302)  robir,  robi- 
!  Oiemo  ovo  París  i  Elena  robída. 

T-  llar  con  violencia,  y  luego  en  stni-'ral,  tomando  para 

O  ^lue  me  robó  el  aposento  y  los  libros.  Id.  1, 4-1:  Con 

ipaiejos  que  me  robastes.  Qvcv.  Fort.:  V  junlauíenle  os 

I  un  reino,  robáis  las  hacicnda^f.,  y  aiíoláisJas  íamiiias. 

'  personas,  quitarles  !o  que  llevan  generalmente,  pero  á  veces 

írmelas  y  asi  de  bs  jóvenes  sacarlas  con  engaño  Ue  la  osa  pa- 

Qaif,  1,1:  Robar  cuantos  top:tba.  Id.  1,24:  Estos  pues,  dijo  el 

losi  que  nos  rolaron.  Id.  1,27:  Aliora  que  dejé   robar 

I  prvnda.  Id.  1,21:  Por  la  robada  Elena. 

Dcfi/  i  uno  sin  el  oso  de  alguna  facultad  por  atraérmela  ó  tbs- 

la  emoddn  ú  otfa  causa.  Fu>ís.  V.  €r.  pte  I,  /.  3  Cemt: 


1 56  OrIOEN  V  VIDA  DEL  LENOUAJE 

Como  el  amor  roba  á  un  hombre  de  sí  mismo,  asi  roba  el  desii 
Id.:  Job  en  el  muladar,  como  robado  de  la  fíereza  de  sus  males. 

Llevarse  el  río  algo  de  las  tierras  ribereñas.  Torr.  FU.  mor.  7,' 
En  tiempos  de  avenidas  roban  (los  rios)  las  riberas. 

En  los  naipes  tomar  nuevas  cartas  dentro  de  la  jugada.   Qi 
Mas,  5,  5.  6:  Este  mundo  es  juego  de  bazas,  /  que  solo  el  que 
triunfa  y  manda. 

Reflex.  Quitarse  de,  abandonar.  Lope  Rosar.  \l,  553:  Que 
geÜzados  /  á  sus  pasiones  se  roban. 

Pas.  C.  SoLORZ.  Trap.  c.  4:  Se  fueron,  dejándole  cerrada 
puerta,  que  no  había  necesidad  de  ella,  pues  estaba  la  casa 
ya  de  ser   robada.   Qaij.  2,40:  Cuando  falta  alguna  robada 
celia. 

De.  C.  SoLORZ.  Trap.  4:  Volvamos  á  nuestro  pobre  escol 
robado  de  su  dinero  y  alhajas,  apeado  de  su  autoridad.  Quev. 
5,  s.  7:  A  sí  propio  se  halló  en  cueros  /  robado  de  su  hermosura. 

A  robar  al  monte  de  Torozos,  á  Sierra  Morena,  al  que  hem» 
consentido  demasiado  ó  que  trata  de  robar. 

Robar  á  ojos  vistas,  descaradamente,  mucho. 

Robar  á  mansalva,  con  descaro  y  sin  riesgo. 

Robarle  el  alma,  atraer.  León  Esposo:  Y  la  violencia  dulce  coa 
que  enajena  y  roba  para  sí  toda  el  alma.  Id.  Amado:  Les  robó  (fe 
tal  manera  las  almas. 

Robarle  el  color,  quitárselo  por  alguna  pasión,  etc.  Lazat* 
tr.  3,  p.  39:  Tomóle  tal  calofrío,  que  le  robó  la  color  del  gesta.: 
Persil.  4,  13:  Les  robó  la  color  de  los  rostros.  G.  Alf.  2,1,7:  Yp; 
llegué  tan  robada  la  color,  tan  encendidos  los  ojos.  D.  Veqa  DÍ¡í, 
Fer.  6,  dom.  1,  caar.:  Perdidas  las  fuerzas,  robado  el  color,  desp(^  J. 
jado  de  su  hermosura. 

Robarle  el  corazón,  atraerle.  Torr.  FU.  mor.  23,3:  No  hay  oom  ' 
que  así  robe  el  corazón  de  los  subditos  y  no  subditos,  como.  Cienf. 
Borja  1,4,2:  En  pocos  días  se  llevó  las  atenciones  de  los  aragoneses 
y  tenía  robado  el  corazón  á  su  tío. 

Robarle  el  pensamiento,  abstraerlo.  D.  Veqa  Nativ.:  La  conso- 
nancia que  hacen  unas  con  otras  no  hay  duda  sino  que  roba  el 
samiento  y  le  levanta. 

También  pensar  lo  que  el  otro  tenía  pensado. 


3r¡€  €t  reposo,  quíür&clo.  Hoa  V.  Bat.:  Te  robaran  et  repo- 
oTiTJnas  viMlas. 

rie   ei  sentido,  por  !a  pasión  ó  guslo,  etc.  Sdvag,  13:7 

me  tiene  allá  robado  (la  música).   Id.  143:   No  creas  que 

cvluca  el  setitido  me  haya  robado,  como  las  otras  exterio- 

stenrUs.  Gran.  Situb,  2,1 1:  Tener  robados  y  embebidos  los 

en  U  consolación.  D.  Veoa  DíSc.  Fer.  5  cen.:  Fuera  tan 

el  deleite,  que  nos  robara  los  sentidos. 

tobarle  ttseso,  quitarle  el  buen  juicio.  Ceiest.  I,  p.  3:  Quál  hié 

¡contrario  acontecimiento,  que  assí  tan  presto  robiá  el  alegría 

!  bombre,  y  ío  que  peor  es»  junto  con  ella  el  seso? 
\Ji<>barU  et  saeño,  quitárselo.  León  Rey:  V  le  hacen  temerosa  la 

y  le  roban  el  sueño,  y  la  cama  se  le  vuelve  dura. 
l^hbarle  la  ategria,  quifársela.  Ceíest.  T,  p,  3:  Quál  fué  tan  con- 
acontecimiento,  que  assí   tan  presto  robó  la  alegría  dtste 

tobarle  la  atención,  abííraerla,  J.  Ano.  Cong.  d.  W:  Que  me 
1.1  atención  ¿  [n tención  á  Dios. 
^ Robar  ¡a  vida,  atraer  con  halagos.  LeúN  Cas.  10:  A  las  veces 
I  en  las  casas  algunas  personas  arrugadas  y  canas,  que  roban 
y  entiznan  ta  honra. 
Robarte  la  volaniad.  Qvtv,  Tac.  I:  Robaba  á  todos  su?  volun- 
fhrat.  5,  p.  65:  ¿Quién  abrió  y  rompió  mi  pecho  /  y  robó 


e  los  ojos  y  el  corazón,  atrncr.  Fons.  Am.  Dios  1,48: 
-,as  y  e]  corazv'jn.  D.  Vpoa  Purif.:  De  tal  suerte  le  arreba- 
i  0)os  y  le  robaron  el  corazón. 

e/e  el  sentido,  perdérsele  con  la  fuerza  de  la  pasión. 
\Ros,  2,2:  Lo»  sentidos  se  me  roban. 

tttpor  alláf  que  yo  robaré  por  acá,  (De  l;is  recelas  de  los 
♦.c482. 

Pt,  re,  roba  tu,  que  yo  robaré.  (Burla  del  recipe  de  los  mé- 
"    "--prctándolc  en  robar  á  una  ellos  y  el  boticaria),  c.  478. 
-o,  posv,  de  rob-ar,  Qaij  1,23;  El  robo  del  gabán.  J.  Pin, 
Pues  la  acompaña  con  lo  del  robo. 
M  tiito,  coger  las  cartas  precisas  en  el  juego. 


B  ob-a,  posv.   como  reb-o.  Berc.  S.  D,  466:  Que  teme 

ageno  de  roba  ó  furtado. 

Ifiob-al-aje,  robo.  Cabr.  p.  537:  Dicen  que  va  al  robali 
todo,  y  como  dicen,  á  río  revuelto. 

Hob-eHa,  rob-o,  anticuado.  Moret.  >l/za/.  21|1:  Etsí  p 
aventura  damno  viniesse  á  nuesto  Reyno,  ó  por  furto,  ó  por  robcr 
ó  por  otras  cosas.  Villen.  Trab.  6:  De  aquesta  robería  sostenli 
mantenía  é  acrecentaba  él  su  sin  medida  estado. 

A-ppobnrsc,  quedar  trasportado  y  como  fuera  de  sí:  tém 
no  de  los  místicos  con  el  valor  de  robar  los  sentidos.  Marq.  (k 
cr.  2,23:  Quién  ignora  que  el  alma  padece  éxtasis  y  se  arrob 
Coi  perr.:  Que  estaba  en  éxtasis  y  arrobada  de  puro  buena,  j.  Sí 
c.  2:  Se  anda  arrobando  por  las  casas. 

Quedarse  pasmado  y  suspenso  por  alguna  pasión  ó  cosa  quee 
canta.  J.  Polo/.  206:  Así  como  la  vio  llenóle  el  ojo /y  de  verla 
arroba.  P.  Veoa  ps.  5,  v.  20  y  2/,  d.  3:  Por  ventura  está  ella  t 
arrobada  en  el  bien  que  goza  viéndote.  Cabr.  p.  204:  ¿No  os  I 
acontecido  estar  pensando  alguna  cosa  y  arrobaros  tanto  con 
imaginación. 

Aprob-o,  posv.  de  arrob-arse.  P.  Veoa  ps.  3,  v.  16,  d.  2;1 
dije  en  arrobo:  todo  hombre  es  mentiroso.  Col,  perr.:  Que  nun 
los  santos  hacen  tan  deshonestos  arrobos.  MuÑ.  Gran.  1,15:  Duri 
arrobo  tres  cuartos  de  hora.  Mañero  Ap.  16:  Y  vosotros,  cuau 
fíngis  arrobos  furiosos  en  la  oración,  no  estáis  mirando  al  sol  y  b 
ciendo  visajes  con  la  boca?  Zamora  Mon.  mlstpte.3,  ps.  86,  V. 
Aquel  rapto  de  potencias,  aquel  trasporto  de  sentidos,  aquel  amrf 
de  corazón  tan  grande. 

Apptiba-míento,  arrobo,  de  arroba-rse.  Quij,  1 ,27:  No  n 
dio  lugar  mi  suspensión  y  arrobamiento.  S.  Ter.  Vida  20:  Quen 
saber  declarar  la  diferencia  que  hay  de  unión  á  arrobamiento. 
Pues  cuando  está  en  el  arrobamiento,  el  cuerpo  queda  coa 
muerto,  sin  poner  nada  de  sí  muchas  veces. 

Appoba-dizo.  Moreto  Lindo  D.  Diego  2:  Primero  fne 
beata  /  de  aquestas  arrobadizas. 

A-VPob-iñ-ap,  en  la  Germ.  recoger,  dimin.  de  rol>«r. 

Rampa,  cuesta  ó  declive,  del  fr.  rampe,  y  en  Aragón  y  Mi 
cía  calambre,  del  it.  rampo,  donde  vale  gancho,  rampa  gam,  c 


■;7.  rompida»  rabia. 


\':>9 


nimpren  tfíiirarsc,  engancharse,  adherirse  lo  áspero.  En 

tuda.  Chile,  etc.,  suena  rampla.   En   Álava  raspa  6  filamento 

lid   ca&cabíflo  que  tiene  el  grano  del  trigo,  ele,  trigo  ram- 

L  cíhada  rampuda,  por  rapudo;  tal  vez  por  la  sensnción  angus- 

|cn  boca  y  narices,  cuando  se  melé  en  ellas. 

luipt-üii,  adj.,  de  la  pieza  de  hierro  que  Itene  las  cxlremi- 
1  vuetbis,  como  herradura  ramptona;  y  por  extensión  del  7-apa- 
de  mucha  suela  vuelta  ó  que  sobresale,  y  de  lodo  lo  tosco. 
fr_,  del  itiisnio  origen  que  el  it.  rampognare,  rnnipone  gan- 
if  de  rampa;   ir.  ramponner  y  anl.  raniproner  dar  gofpes 
lira  y  ta  pata:  r  hizose  /  en  ramplón.  Pic.Just  f.  7fi:  Des- 
aquella fantasma  tocinera,  aquel  galán  de  ramplón,  aquel 
jímeiio  en  jalvajc.  Qijf.v.  í\cdm.  1:  üi  habla  de  ios  cristianos 
gUAJr  de  ramplón.  Por  /afiato  para  patinar  ó  patín,  ganchu- 
O.  Fl.  2:  Mandrt  hacer  doce  mil  pares  de  ramplones  con 
de  los  hielos,  que  resistiendo  eí  peso  de  tos  soldados, 
H..Vi  fArtfsinia  provincia  del  embarazo  de  las  aguas,  que  (a 
ible  y  dan  lugar  i  pelear  sobre  eHos  y  arriinaríc  á 
Uakbao.  Corr.  vie^  Trafa  medías  de  cordellate  y  zapatos  de 

\de  ramplón.  (De  los  calzados  y  obras  fuertes),  c.  568. 
lui|»liBii-i*rtn.  el  serramplón. 
í»fnplfl>n-4-ar,  obrar  como  ramplón  en  algo. 
I*-f'M)»-orMi,  en  la  Litera  de  Aragón  cosa  menuila  y   dcsprc- 

r^tc  de  ramplón. 
Hniu(>-oJu.  del  ram par  que  hemos  visto  en  rampa,  (amplón. 
-  '~  '  "  •'  eícoheiío  que  queda  quitados  los  granos  de  la  uva 
Tesoro  át  1671:  Chausstrtrapes. 
kmpullo,  brole,  renuevo,  en  Aragón  rampallos  pimpollos* 
Ibia,  de  'rabia  por  rabíes,  il.  rabbia,  fr.  rage,  pg.  raíva. 
*A^.t.  I.iatr.:  Como  tos  deben  curar  de   la  rabia  é  délas 


Mefa/  F:nojo  grande,  QttiJ,  1 ,9:  La  rabia  (iiie  entró  en  el  corazón 
ouncbcgo.  Id.  1.23:  Arremetió..-  con  ta!  denuedo  y  rabia. 
Dkne.  6,36:   Fué  ocuixido  de  la  lal  rabia.   A,  Mor.  $,t8: 
I  rncendidos  los  inimus  de  ambas  parlen  con  mucha  rabia;  y 
I  otra  vez. 


Ciego  de  rabia,  Qaij.  1 ,34:  Ciego  de  la  celosa  rabia. 

Con  rabia  el  perro,  muerde  á  su  dueño,  c.  354. 

Consumirse  de  rabia.  Aroens.  á  Flora:  De  congoja  y  rabta  i 
consumo. 

Da  rabia,  de  lo  que  molesta. 

De  rabia.  J.  Pin.  Agr.  22,23:  Y  elia  se  mató  de  rabia. 

De  rabia  mató  la  perra,  que  el  que  no  puede  satis&cerse  i 
agraviador,  vuelve  contra  lo  primero  que  le  viene  á  mano. 

Deshacerse  de  rabia.  Sanch.  H.  mor.,  Cat  f.  106:  Se  quen 
deshacer  y  aniquilar  de  rabia.  Rivad.  fgn.  2,  19:  Deshacerse  de  pt 
rabia  y  pesar. 

En  rabia  de,  para  enojar  á.  Qaij,  1,44:  Todo  en  daño  del  n 
tero,  y  en  rabia  de  Maritornes. 

Estar  tocado  de  la  rabia,  irritado  y  furioso. 

Estoy  que  rabio,  del  que  siente  dolores,  sobre  todo  de  muclt 

/foccr/c  rflWas,  hacerle  rabiar,  Cacer  ps.  105:  Dátianle  gn 
des  pesadumbres  á  Moisés,  hacíanle  rabias,  tentábalo  la  paciencia. 

Hacer  rabias.  (Hacer  rabiar),  c.  631. 

Morder...  de  rabia.  Diablo  coj.  tr.  5;  Morder  las  piedras 
rabia. 

Morir  de  rabia,  como  los  gorriones  viejos,  encolerizarse. 

Quien  todo  lo  quiere,  de  rabia  muere,  c.  342. 

Rabia  de  corazón.  Fons.  Vida  Cr.  p.  Í,  c.  \2:  Levantóse  ( 
rabias  del  corazón. 

Tener  rabia,  estar  enojado.  Calder.  Mañana.  2:  Esa  es  la  n 
que  tengo  /  y  en  lo  que  yo  á  hablarte  vengo. 

Tomarle,  cogerle  rabia,  tenerle  inquina  por  algo. 

Traer  rabia.  A.  Alv.  Silv.  Dom.  quine.  6  c.  §  2:  Qué  rab 
traerian  consigo  mismos,  cuando  se  acordasen  de. 

Rabi-eta,  dimin.  de  rabi-a,  por  enojo  caprichoso,  pro| 
de  niños. 

Coger,  tomar  una  rabieta. 

Tio  rabieta,  el  de  mal  genio. 

Rabi-ón,  en  Sant.  y  Ast.  corriente  del  río,  impetuosa  en  i 
Irechuras. 

Rabinca,  pabisc-ada^  rabiasca  en  Cuba,  rabie 
arranque,  pronto. 


47.  rabia. 


161 


tabK-fti*.  de  rabi-a;  it.  rabbíare,  fr.  rager,  pg.  raivar.  Padecer 
de  rabUt.  Lao.  Diosc.  6,36:  Suelen  asimismo  rabiar  los  perros 
iber  comido  algunas  carnes  hediondas  y  corrompidas.  Q>l. 
Ap&ncn%.  que  rabia  el  perro  sabio. 

tiaf.  del  sentir  extremado  dolor,  hambre,  sed,  etc.,  ó  las  dos 

^ncs  de  ardiente  deseo  6  fuerte  enojo.   QaiJ,  1,44:  Morfa  y  ra- 

de  despecho  y  saña.   Id.  2,0:  Rabiaba  Sancho  por  sacar  á  su 

i  del  pueblo.  Cask./is.  236:  Cuyas  dnimas  rabian  de  sed.  ld,4Qt: 

:  rabian  por  verlos  en  su  poder.  Lazar,  tr.  3,  p-  37:  Rauiaua  de 

re.  Pic/ast  2.1,1,3:  Como  si  yo  rabiara  por  ser  de  corona. 

ps.  ^S:  Fíabiarán  de  hambre:  famem  patienlur  ut  canes.  Id. 

);  Pareceré  en  su  presencia,  aunque  rabie.  Casa.  ce\.  J.  I:  Ra- 

enojo  y  muero  de  despecho.  León  Job.  13,14:   Estoy  ansi 

ido  de  dolor,  que  me  querría  despedazar  con  los  dientes.  Quev. 

11:   Yo  rabiaba  ya  por  comer  y  cobrar  mi  hacienda  y  huir  de 

>.  Cast.  H.  Oom.  1,1,51:   Todos  rabian  y  se  embravecen  y  en 

I  de  sus  vicios  son  leones. 

fabiar.  de  lo  que  pica,  duele  mucho,  y  detras  de  un  verbo 
era:  canló  á  rabiar. 
\El  rey  qat  rabió,  en  tiempos  antiquísimos;  y  añaden  por  gachas, 
por  dificultades  é  infortunios.  Quev-    Vis.  chisi.:  El  rey 
'  rabió. 
En  iíando  qut  tí  perro  rabia,  ha  de  rabiar,  del  tenaz  en  su 

r,  arrebatado  del  primer  juicio  que  hizo. 
I  Hatir  oigo  rabiando^  á  la  luerza. 

Haark  rabiar,  enojar  adrede.  Caccr.  p5.  77:  Escomo  hacelle 
que  dice  el  español;  parece  que  lo  hace  solamente  por 
:  rabiar.  Hacen   esto  las  mujeres  con  los  hombres  celosos, 
ípoc  darles  un  picón  ponen  los  ojos  en  otro  hombre. 
UfOMiark  qat  rabia.  (A  semejanza  de)  perro^  que  para  matarte 
,  que  rabia:  así  para  hacer  mal  á  uno,  le  levantan  y  argu- 
qoe).  c  S4Q. 
_n-4K  rubia,  &irve  para  ponderar  el  exceso  de  una  calidad  ó  de 
quicr  cosa.  Qutv.  C  dt  c:  Unos  bizcochos  que  saben  que 
.  £i¿cban.  10:  En  achaque  de  entróme  acá  que  Hueve  y  hace 
IqiKrabia. 
jCM*  fQbk!,  gozándose  en  el  mal  merecido  de  otro. 

u 


162  OhIOEN  V  VIDA  DEL  LENQUAJC 


¡Rabia!  rabia!,  zahiriendo. 

Rabiar  de  hambre,  de  sed,  etc.  ' 

Rabiar  por,  desear  fuertemente,  Persii.  2,5:  Y  con  todo  esto 
sa\tn  á  la  lengua  y  á  !a  boca  ciertos  pensamientos  que  rabian  porqi 
los  ponga  en  voz.  Zabaleta  Dia  f.  Pelota:  Rabiando  por  echi 
de  sí. 

Rabi-ada,  (dar  una...)  enojarse  dejando  con  la  palabra  en 
boca  á  otro  (Honduras). 

Rabia-zorras,  rabi*zorpa,  viento  solano. 

Rabí-oso,  el  que  tiene  rabia  en  todas  sus  acepciones, 
mado.  Qüij.  1,51:  Sienta  la  rabiosa  enfermedad  de  los  celos. 
tr.  2,  p.  21:  Mi  rauiosa  y  continua  muerte.  Torr.  FíÍ,  mor.  17,S 
Hartar  su  rabiosa  pasión.  Id.  4,4:  O  rabiosa  ambición  de  mandar. 
Valderrama  Ej.  Ftr.  5,5  dom.  pas.:  Como  si  las  estuvieran  despC 
dazando  perros  rabiosos.  Leo^Job.  34,36:  Rabioso  de  enojo  dése 
á  Job  la  muerte. 

Metaf.  enojado,  airado,  violento  y  recio. 

Se  dice  de  lo  exagerado  así  en  Est.  Cald.  Esc' and.   44:  La 
partidarios  del  volero  disparado  y  rabioso. 

A-ppabi-ado,  que  tiene  rabia  y  enojo.  Abarca  AnaL  p. , 
Jaime  I!,  c.  9:  Fueron  parciales  suyos  con  arrrabiadas  y  sacrílcgij 
ñnezas. 

Ropa.    Antiguamente  roba  y  raupa  (año  917  Berqanza,| 
375;  año  942,  ibid.  p.  383).  De!  ant.  al.  rouba  acción  de  arrebata 
botín,  presa,  preparativos,  vestido,  es  decir  despojos,  probablemenl 
por  el  provenzal;  bajo  lat.  rauba,  prov.  rauba,  fr.  robe,  ant  fr.  reubf^ 
it.  roba,  ropa,  pg.  roubo,   roupa,  ant.  pg.  rouba.   Qaij.  1,22:   U4 
canasta  de  colar,  atestada  de  ropa  blanca.  Id .  1 ,  4 1 :  Se  desnudase  taÉI 
ropas  de  turco. 

Ajustar  la  ropa.  Zabaleta  Dia  f.  1 ,20:  Prosigue  en  vestírae^  ' 
al  ajustar  la  ropilla  ve  que  hace  bolsas  en  el  pecho. 

A  quien  tiene  ropa  y  duerme  en  el  suelo,  no  le  tengo  daáSé 
c.  16. 

Aquí  venden  ropa,   (De  lugar  airoso  y  frío.)  c.  62. 

Aquí  venden  ropa.  (A  veces  se  dice  entrando  en  parte  abrigue 
más  propiamente  y  á  veces  llegando  adonde  corre  aire  fHo,  y  de  "^ 
sitio  dicen:  Aquí  cómense  las  capas),  c.  516. 


-í ' .  r<jpa. 


itlr 


^/íientarU,  ajusiarle,  venirle  la  ropa,  Qtiij.   1,21:  Me  asentaba 
Hbicn  ia  ropA  de  muüiilor. 
*    Bien  estáis  de  ropa,  si  no  se  os  rnoja.  c.  308. 
.Con  la  ropa  hecha  jirones,  sin  recursos, 
SOar  sobre  ropas,  préstaino  con  garantía  de  ellas. 
[Dejar  sana  la  ropa  y  lastimar  ti  corazón,  sin  romper  efjubá/t, 
ei corazón.  (Ofender  con  malas  palabras),  c,  280. 
'mejor  nadar  es  guardar  la  ropa.  c.  105. 
\Qaardar  la  rapa,  guardarse  Ue  tin  peligro. 
\ Hacer  ú  toda  ropa.  {Acomoóarse  á  toúo).  c.  628.  Qulj.   I»4I: 
I  CDurii>s  franceses,  que  hacen  á  (oda  ropa. 
\Hay  que  tentarse  ta  ropa,  de  lo  dificiiUo$o. 

ropa  sucia  se  lava  en  casa,  no  publicar  lo  que  desacredita, 
j  ropas  de  ios  letrados  son  aforradas  de  las  temas  de  fiti- 
\ porfiados,  c  \9A. 
^Uevarta  ropa  desmentida,  corta  ó  recogida. 

-  y  guardar  la  ropa,  de!  que  teniendo  á  su  cargo  t\  cui- 
^■¿0,  mira  lambién  por  lo  suyo. 
I  No  tocarte  á  ia  ropa,  al  pelo  de  la  ropa.  Mosquea  0,54:  Acér- 

liK  tres;  pero  no  tanto,  /  que  al  Tártaro  le  toquen  á  la  ropa. 
!  So  tocarle  at  pelo  de  ¡a  ropa,  no  dañarle  en  to  n\Á$  minimg, 
1,10:  No  consenlirc  yo  que  te  (oque  en  el  pelo  de  ia  ropa. 
Poca  ropa,  y  al  cinto  toda.  c.  403. 
Pota  ropa,  y  buen  talante,  c.  403. 
A»Cd  ropa,  y  esa  roía.  c.  403. 

Psmrle  como   ropa  de  pascua,  reprenderle,  hacerle  cargfos 
Ptnerse  como  ropa  de  pascua,  tronce,  maltratarse  de  palabra 


r  afuera.  (Dfccsc  para  saltar  y  correr),  c.  623. 
Jhpa  á  la  mar,  niut.  aviso  de  alijar  el  barco  en  la  tormenta. 
Ropa  blanca,  ta  inienor.  Qai/.   1,22:   Una  canasta  de  colar. 

I  de  ropa  btanca. 
Ropa  de  cámara,  la  de  levantarse  y  andar  por  casa. 
fhpo de  levantar,  de  por  casa.  J.  Polo;?/.  233:  Salió  á  fccí- 
k  on  ditbfauco  muy  venerable,  que  era  el  Rector,  con  su  ropa 
E  itnniu. 
Roficfwerús  iza,  canalla.  (Exliortación  i  tos  remeros),  c  482. 


lÉfa 


164  OltlOEN  Y  VIDA  DEL  LEÑÓUAlé 


Generalízase  por  disponerse  á,  como  haldas  en  cinta.  Ruf. 
Y  vaya,  y  fuera  ropa. 

I^opa  hecha,  la  que  se  hace  sin  medidas  de  uno  determinado. 

Ropa  oreada,  dos  veces  colada,  ó  ropa  mojada. 

Ropa  talar,  larga  hasta  el  talón. 

Ropa  vieja,  metaf.  guisado  de  la  carne  que  sobró  de  la  olla 
que  fué  antes  cocida. 

Si  quieres  criarte  gordito  y  sano,  la  ropa  del  invierno 
en  verano,  no  desabrigarse. 

Sobrar  ropa,  sobrar  tela,  metáfora  del  cortar  el  sastre. 
2f71 :  Habremos  cumplido  con  la  partida,  y  aún  nos  sobrará  ropL 

Tentarle  la  ropa,  provocarle. 

Tentarse  la  ropa,  mirarse  mucho  en  lo  que  se  va  á  hacer. 

Vender  ropa.  (Dfcese  donde  hace  frío),  c.  615. 

Ropa-vej-ero.  J.  Pin.  i4^.  20,1:  Extremado  ropavejo^ 
fuérades,  según  asentáis  bien  un  remiendo.  L.  Rueda  I,  100:  Hd 
puesto  una  tendezuela  de  ropavejero.  I 

Ropavejep-ia,  tienda  del  ropavejero.  ] 

Rop-<ge,  vestido,  en  general,  y  particularmente  el  largo  j 
cumplido.  Barbad.  C/rí/em./.  23:  Habiéndola  mejorado  Pedro  d{ 
Málaga  de  ropaje.  Colmen.  H.  Segov.  44,13:  En  un  grande  nicfad 
ú  encasamiento  se  mostraba  la  reina,  gallarda  figura,  con  ropaje  | 
corona  real.  J.  Pin.  Agr.  28,23:  He  visto  á  muchos  de  los  de  vuesfrtl 
ropaje  tener  en  menosprecio  esta  oración.  Zamora  Afon.  mistpff, 
3,  Expect.:  De  tu  mismo  ropaje  y  librea?  Col.  perr.:  E>os  hombnl 
de  buen  talle  y  de  mejor  ropaje. 

Rop-eta,  dimin.,  rop-a  corta  y  pobre.  Gomar.  H.  Mtj.  T 
Una  ropeta  con  medias  mangas  de  pluma  de  colores,  muy  gentil. 

Rop-et*o,  el  que  entiende  en  rop-as,  y  el  vestuario  doiide  m 
guardan.  Fiouer.  Plaz.  d.  107:  Fué  creciendo  el  número  de  rope 
ros,  de  manera  que  se  tomó  por  oScio.  //.  freg.:  Ropero  hubo  qit 
por  la  mañana  les  compró  sus  vestidos. 

Quien  no  te  hizo  ropero,  no  supo  lo  que  se  hizo.  (Por  duA 
en  algún  oficio),  c.  593. 

Roper-ia,  oficio  ó  tienda  de  roper-o.  Fiquer.  Plaz.  d.  101 
Pretende  la  sastrería  por  instantes  derribar,  oprimir  y  escureccr  1 
ropería.  C.  Solorz.  Trap,  4:  Sacando  de  la  ropería  el  día  siguicB' 


ido  de  KorróR.  Q*  Benav.  r,  21 6:  Pues  como  de  roperft  /  me 
celo*  de  viejo.  Uc.  Vidrier.:  Pasando  pues  una  vez  por  U 
de  Salanunca,  le  dijo  una  ropera, 
op-llla,  dimin.,  QaiJ.  1,22;  Quitáronle  una  ropilla  que  traía 
lis  armas.  Id.  2,43:  Tu  vestido  será  calza  entera,  ropilla  larga. 
a|>-Íta«  dúnin.  Niememh.  Vid.  Fr  Moreno,  §  2:  Así  le  dijo 
vvt  iit:   Din*.-   í:<j  ir.niía  queréismela  dar,  para   que  yo  sirva 
i  ¡tKf  pobrcf  del  Xlíio  jesúsr' 
Ropvp-uclio,  en  Aragón  mujeriego. 
|Ro|»H>n,  rop-a  larga  sobre  los  vestidos  y  forrada.  J.  Pm,  Agr. 
O:  Vuestra  edad  más  requería  ropón  largo  y  báculo  de  junco, 
capacorU  y  espada  larga.  Qaij.  1,21:  Cuando  me  pongan  un 
ducal  á  cuestas.  Saav.  Rep.:  Z\  que  va  i  sit  lado  con  un  ropón 
i...  es  Paulo  tovio,  latubdor  del  marqués  del  Basto. 
'r«|>-ap.  Cubrir  o  abrigar  con  ropa. 
oñs..  QuiJ.  1,17  Que  !«  arropasen  y  le  dejasen  solo.  Id.  2,62: 
loJe  para  que  sudase   la  írialdad  de  su  baile.  G.  Alf.  2,2,6: 
casa  mis  dineros...  giardélo  y  arrópelo,  porque   no  se 
.  Q.  Benav.  II,  lOi:  Arropé  la  parida. 
Qo^.  1,17:  Trujáronle  ;illí  su  asno  y  subiéndole  encima  íe 
c  Han. 

...  .,...;■.  1,10,3"  También  nacen  (l.ts  nueces)  arropadas 
de  las  injurias  de  los  soles  y  aires. 
ifn-  rodear  con  cabestros  apretadamente  á  los  toros  para 


.  Valocuama  Ej.  Fer.  6,  dom.  /  cuar.:  Est^indoos  bien 
;  en  vuestra   caina...  Tórnase  á  arropar,   porque  se  le  hace 
salir  de  la  caina.  Zamora  Mon.  mist.  pie,  3.  Nativ.: 
bien  arropada  Ja  coge  el  invierno.  Q.  Ben.nv.  1,  208: 
c^Q,  MHO  de  arropado, 
if.  Qaij,  2,53:  Y  arropianne  con  un  zamarro  de  dos  pelos  en 
ftA  Mon.  mhtpU.3,  Destierro:  Aquel  que  dá  á  las 
M  que  se  arropan. 
tkt9f.  prevenir^,   annarse,  enriquecer;   arropado,  prevenido, 

0. 

wí-p.-uie  qae  sadtt  no  creyendo  hechos  rt  promesas  de  otros  en 


1  66  OrIQEN  y  vida  del  LENQUAjé 


Arropar  el  brasero,  apretar  la  ceniza,  que  dure. 

Arrópate  que  sudas.  (Con  ironía  á  quien  de  poco  se  cansAj 
tales  propósitos),  c.  70. 

Arrópese  con  ello,  despreciando  lo  que  dan. 

De9-aPi*opaP,  apartar  la  ropa.  Rodr.  £/.  2, 1 ,7:  Viéni 
desarropado  y  casi  desnudo.  Nieremb.  Vid.  Fr.  Hortol.  §  9:  De 
brióse  el  arca,  y  se  halló  el  cuerpo,  tan  desarropado,  que.  Lope  I 
II,  219;  Mas  luego  se  desarropa. 

Desappop-ado,  partic.  de  desarrop-ar.  Como  adjetiv 
pobre,  sin  ropa  ó  con  poca.  Quev.  Tac.  18:  Picaro,  desarropado 
Alf.  1,2,7:  Y  este  vestido  desarropado.  Píc.  Jast.  2,1.1:  Muc 
pareceres  hubo  que  por  estar  algo  desarropados  no  osan  salí 
teatro.  Tom.  Ramón  Punt.  escrit.  2,19,8:  Atreveos  á  meteros  er 
casa  desarropado  y  sin  la  vestidura  nupcial;  por  más  camarada 
hayáis  sido,  os  mandará  echar  de  ella  á  puntillazos. 

Mal-appopailo.  Valderrama.  Ejerc.  Fer.  6  dom.  4  ci¡ 
Piénsanse  los  ricos  y  poderosos  que  solamente  la  nieve  del  tra 
es  para  los  pobres  y  malarropados. 

48.  Appa,  es  el  euskaro  arpa  ó  garfio  para  matear  ó  arpí 
en  gascón  arpe  griffe.  Véase  Korting  (4500  y  4501),  el  norso  ha 
(ant.  al.  harfa,  al.  Harfe),  cuyo  origen  y  etimología  se  descono 
no  pudo  dar  con  su  sola  acepción  de  instrumento  músico  las  de 
de  garfio,  etc.  Del  apTO],  que  no  fué  instrumento  músico,  no  pu( 
venir  las  acepciones  agrícolas  y  náuticas  del  vascuence  y  castelL 
sin  pasar  por  el  latín,  que  no  tuvo  tales  vocablos.  El  arrapo 
arrapar  españoles,  claramente  del  euskera,  lo  confirman. 

Arpa,  es  todo  gancho  que  agarra,  la  punta  cortada  en  triáng 
la  garra  que  se  echa  con  la  mano,  para  agarrar  con  las  uñas,  y 
ave  de  rapiña  amiga  y  parecida  al  milano.  Huerta  Plin.  i.  10 
74:  Las  ánades  y  las  gaviotas,  las  arpas  y  el  halcón  triorco. 

En  Álava  arpa  es  instrumento  de  tres  puntas  para  removeí 
basura,  y  es  claramente  del  euskera. 

Instrumento  músico  de  cuerdas  conocido,  por  su  forma  gan( 
da,  arqueada.  Qaij.  1,28:  Tocar  una  arpa.  Id.  2,35:  Luego  la  de 
arpas  y  laudes  que  en  el  carro  sonaban. 

App-ap,  arañar  ó  rasgar  con  las  uñas  ó  con  cosa  gancKt 


48.  arpar,  <frb<ir. 


167 


iro  arpa,  arpatu  matear.  Lazar.  Ir.  1,  p.  15;  Me  auia  dis- 
ido y  arpado  Pn  cara.  Lis, y  Ros.  ac.  I,  esc,  5:  Mira  mi  capa 
Hekr.  Agr.  5,17:  Tenga  (el  ;íaIIo)  la  cresta  muy  derecha, 
i  y  mwy  colorada  y  muy  arpada.  Qitij.  1,2;  Los  pequeños  y 
jos  pajarillos  con  sus  arpad.is  lenguas.  Valderrama  Ej.  Cenlz. 
1  guerras  ve?>i;c!os  de  hierro,  arpados  los  cuerpos,  tragando 
lentos  la  muerte.  L.  Palma.  Vid.  G.  Palma:  Los  encerados 
*  ventanas  aia^  cscondid.is  estaban  arpados  y  hechos  pedazos, 
Simb.  3.  Í6:  Toda  sti  carne  arpada  con  heridas.  Cabr. 
TT     "^         le  viera  amorLiijiilo,  arpado  con  tantas  heridas,  feo 
w  antigua  ht-Tino-^itra. 
/.  de  la  voz,  quebrarla,  corlarla  cantando.  J.  Pin.  Agr.  4,5: 
arpar  de  su  voz  la  nuestra  filomela.  Id:  Ya  silba,  ya  gorjea 
ya  reclama. 

nar  como  orpeí  vieja,  corjier  hasta  reventar. 
Wrp-¿n.  aumettl.  de  ^rp-a,  hierro  ganchudo  con  dos  lengüetas 
cu  ncdio,  como  en  la  flecha  y  en  la  veleta  ó  arpón. 
-.  'I7:  La  casa  ei  en  figura  cuadrada  y  en  las  esquinas 
.  nutro  totTrs  con  rico  \Tntanaie  y  en  lo  alto  de  cada  una  sus 
f  arpones.  L  Cjarcií.  //.  F!or.  4, 1 :  Tirábanles  con  arpones 
I  (á  los  cspañolcsj.  j.  Pin.  Agr.  1 5 ,29:  Y  echaban  cuantos 
lUn.  por  sacar  algún  obispado  del  pecho  del  rey.  Entrtt. 
ÍCmtinica  un  arpón, /es  un  virote,  una  jara./que  el  ciego 
» dispara. 
Aliva   .iriv\n   r^  a/jtli^fj   p.ira   raiceSj    vocablo  claramente 

^AvpOD-«r,  lanzar  y  ciavir  el  arpón.  Ovieon  H.  tnd,  n,0: 
l|iesadorcs  dc^^í'  hurrr*;  .'i  nnoas  le  arponan. 
Appon-^ar,  lirai  >    !.-.  m  el  arpdn  á  los  peces. 
Arp-ill-nrAC»  araflarse,  diminntívo  -ilí  de  arpear.  Qvtv. 
--'  \  niicntri"-  dl-^s  se  arpillan. 
Arp-UI-crJi,   tela  rala  que    parece  arpi-llada.  Zamora,  Moa. 
fte.  3.  Visit.:  El  sayal  de  *»  críalura  íuéh  arpillera  de  sus 


ArtilH  nr      ■  *'  -  •    rtibrir fardos  con  arpill-era. 
1 1«  i*i  .  <rba  narria  qile  rae  el  suelo.  Covarr.: 

iHnr  íi  coa  moy  ^  jpneat,  como  arbor  Ea  pUna  el  muchidio. 


168 


OnrOCN  Y  VIDA  dsl  lcnuuajc 


cuindo  escribe  de  priesa  y  maK  Qaij.  2,4:  Porque  no  hará  sino  ar^ 
«rbar,  como  sastre  en  vísperas  de  pascuas.  J.  Enc.  78: 
nostome/!a  cuaresma  rellanados.  /  Arbemos  estos  bocados.  1 
Covarrubias  es  de  su  etimotogiX  que  la  Irae  de!  hebr. 
cuatro,  porque  dice  que  el  que  escribe  mal  hace  cuatro  letras  poí 
una. 

\rt-ap^  alfar,  orfar,  vanante  fonética  de  arbar  y 
valor  confirma  la  etimología  dada.   Euo.  Sa^aí.  Carf.  p.  41 
Dicese  det  navio,  cuando  cabecea  levantando  y  hundiendo  la 
como  arrastrándose,  al  modo  de  la  narria.  Sandov.  H.  Car!.  V  \ 
§  27:  Ayudaron  poco  las  galeras,  porque  esiaban  Apariadasy  laj 
andaba  alterada;  y  como  arfaban  con  las  ondas  no  acertaban  adc 
aststaban. 

At*f-a,  en  Sevilla  el  bolso  ó  copo  de  las  varias  redes  de  ] 
quera  que  emplean  en  el  Guadalquivir. 

Ai*ff-eo,  cabeceo^  posv.  de  arf-ar. 

Arf-aila,  acción  de  arf-ar. 

Arraparj  el  euskaro  arrapa  con  el  mismo  valor,  lo  mj 
que  el  it.  arrappare.  Korting  dice  que  del  germánico  rapon,  tiJ 
fíen;  pero  esc  rapon  no  ha  existido:  el  raííen  alemán  viene  del ' 
dio  alemán  raffen,  al  cual  hubo  de  responder  un  anl.  al.  *ral 
íngt.  to  raff,  fr.  raffer,  il.  arraffare,  lomado  del  alto  alemán;  jng| 
rap,  relacionado  con  el  mismo  alto  al.  raffen.  Asi  el  italiano  ar 
pare  lo  Irao  Kluge  del  ant.  al.  raspón  por  *rafspon,  mcd.'al. 
Todos  elIo5  vienen  del  arrapa,  y  el  ¡í.  por  medio  del  castellano 
reclámenle  del  euskaro,  lo  mismo  que  arrapa  en  Colognac 
Francia,  l-a  Academia  da  arrapar  por  vo?-  baja  aragonesa,  arret 
furtiva  y  violentamente,  hurtar  con  presteza  y  agilidad.  Conscrvow 
naturalmente  en  la  región  cercana  al  vascuence;  i  Castilla  pas6^ 
fórma  acortada  rapar,  y  arrapo.  Arrapar  por  arrebatar  en  Hita, 
na  88,470,  y  vulgar.  Meí.  NovÜ.  2,16:  Al  tiempo  que  el  Re 
partió  del,  arrapóle  y  arrebatóle  tres  jirones  de  1a  so]>revista,  >?<; 
princip.    1,3,2:  Todos  los  galardones  de  virtudes  arrapa  e  rob 
codicia  e  la  ambición.   Hita  1157:  En  tiempo  de  pdígro,  d^ 
muerte  a  rapa. 

Anrapa-aliaptfiSt   H"^  ^'^'^^  cosas  de  los  altares.  L. 
Crít.  2,7:  Es  un  arrapaaltares,  por  tener  mncho  d«  Dios. 


48.  arrapar^  arapo. 


1 69 


ipn-|{^alllnaf«,  «n  Vizcaya  el  azor. 
LrrspK»,  posv.  de  arrap-ar,  un  pedazo  que  se  arrapa,  roto 
etc.    La  H'  sobra  en  este  y  drinás  vocablos  del  mismo 
,  Zamora  Mon.  misi.  pte.  7,  S.  Lorenzo:  Qué  CFudal  se  ha  de 
ck  un  ampo  ^ue  vos  dais  al  pobre> 

irrap-aclcí.  en  América  desarapadado &ndra]oso,  lleno 

.  ó  arapos.  G.  AI/.  1 ,2,7:  Quedóme  solo  el  viejo  lienzo  de 

Bes,  y  un  juboncillo  desarrapado.  Cast.  H.  S-  Dom.  i.  í,  i  2, 

!  Vez  hubo  que  le  pidió  limosna  un  romero,  tan  desarrapado  y 

e,  que.  Cabií.  p.  40:  Se  vio  pobre,  desarrapado,  hambriento. 

FiL  mor.  17,2;  Al  desarrapado  liasla  los  perros  le  tienen  por 

i  de  lo  ajeno.  D,  Veqa  S.  Andr.:  Pobres  y  desarrapados.  Zamo- 

i.mist.pte3.  Visít.:  Un  malvestido,  desarrapado  y  descalzo. 

trr.:  Verle  ir  niño,  pobre  y  desarrapado.  Id,  Asunc:  Son 

i  desarrapados,  cojos  y  sin  eslima. 

I&i Honduras,  arrojado,  atrevido  y  libre. 

I Des-arrapadUlo,  dimin.  Muñ.  l^.  Bart.  Mari.  ],1S:  Este 

iillo  inocente  enseña  á  f r.  Barlolmé  á  ser  arzobispo. 
I  Arapo,  no  harapo,  es  el  arapo,  suavizada  la  rr,  como  en  arJs- 
eamaco  y  dcsarapado.  Gran.  Adic.  Mem.  1,4,1:  De  manera  que 
abt  Dios  en  las  leyes  de  naturale?»  por  amor  de  un  arapo, 
(locado  en  el  cuerpo  de  un  ^nlo.  Gitan.:  Ándese  á  eso  y 
I  de  los  arapos  para  reliquias.  Q.  Benav.  I,  306:   Arapo, 
r  de  capa  y  gorra.  Ruf.  dicH.  j.  t :  Asgamos  la  ocasión  por  el 
,  G,  Atf.  2f3,b:  Todo  andaba  de   arapo,   comíamos  aunque 


ritffr  6  estar  hecho  an  arapo,  con  vestido  muy  desaseado  y 


CbMo  un  arapo,  al  que  se  riñe  durameute. 
AMcrtr  como  un  arapo,  reñirle  reciamente. 
Apap-leiiio,  que  lleva  arap-os,  mendigo  andrajoso. 
Da»-arap^do,  coma  dcs-arrapado,  pero  de  arapo.  Quev. 
^^lf  (Mv.;  I*ara  remendar  romances  dcsarapados, 
Arrapiexo*   De  arrap-os  y  pieza.  Es  el  pedazo  roto  que 
,  nal  si  se  hubiese  tirado  ó  arrapado  una  pieza  del  vestido,  y 
[vaMo  pottí.  Zamora  Mon.  mist.  pte.  2.  Simb.  6.  ¿Quó  es  de  los 
>.^«eli  traían  aipnrada  de  tos  arrapiezos?  Id.  pte.  3.  Pre- 


]  70  Oriqen  y  vida  del  lenquaie 


sent:  A  un  hombre  que  con  afrenta  de  su  mesa  estaba  tnalvestído, 
hácele  sacar  de  los  arrapiezos.  G.  Alf.  2,2,7:  A  fé  que  les  hubien 
sido  de  menos  daño  Guzman  de  Alfarache  con  sus  arrapiezos,  quit' 
Donjuán  de  Guznián  con  sus  gayaduras. 

De  aquí  trapo  roto.  Quev.  Tac.  15:  Trapos  y  arrapiezos  de 
diferentes  colores. 

Y  aperos,  ó  chirimbolos.  T.  Naharro  I!,  263:  Hao,  collazo, 
dormilón,  /  apaña  tus  arrapiezos. 

En  fin,  la  persona  traviesa,  revoltosa  y  despreciable,  menuda, 
arrapiezo  de  lacayo,  arrapiezo  de  paje. 

Rapap,  variante  de  arrapar,  del  cual  salió,  aunque  hoy  se 
haya  particularizado  al  cortar  el  pelo  á  navaja,  es  decir  enteramente^ 
cual  sí  se  sacara  á  tirones.  Vése  además  por  sus  siguientes  emparen- 
tados, que  también  ofrecen  la  suavización  de  rr,  como  en  arapo  de 
arrapo,  y  tienen  el  valor  de  arrapar:  prov.  rapar,  arapar,  cat.  arrapar, 
prov.  arrapa,  lang.  arapa;  lion.  arraper,  gasc.  rapa,  it.  arrappare,  bajo 
lat.  arrapare,  cat.  y  pg.  rapar. 

Trans.  por  arrapar,  hurtar  con  violencia,  vulgar.  T.  Nahar.  II, 
169:  Rapo  una  tranca  de  encina,  /  si  me  entírrio  con  alguien.  J.  Enc. 
242:  Y  sí  ellos  hallan  rapiña,  /  ño  estarán  que  ño  la  rapen.  De  ma- 
nera que  no  es  trasladada  del  cortar  el  pelo  la  acepción  de  robar, 
sino  la  primitiva.  Quev.  Tac.  1:  Y  mi  padre  fué  á  rapar  á  uno  (así 
lo  dijo  él),  no  sé  si  la  barba  ó  la  bolsa.  Id.  jac.  5:  A  la  Monda  la 
raparon  /  una  mirla  por  tomona. 

Cortar  el  pelo  á  rape.  Quij\  2,40:  Que  no  tienen  hacienda  pan 
pagar  á  quien  las  rape.  Id.  2,40:  No  habría  navaja  que  con  más  b- 
cilidad  rapase  á  v.  m.  como  mi  espada  raparía  de  los  hombros  la 
cabeza  de  Malambruno. 

Reflex.,  cortarse  el  pelo  ó  las  barbas.  Quij.  1,21:  Será  menester 
que  le  rapes  las  barbas  á  menudo.  Id.  2,40:  Cada  cual  se  rape,  como 
más  le  viniere  á  cuento.  J.  Pin.  Agr.  4,17:  Que  no  se  rapasen  las 
coronas. 

En  Salamanca  enfriarse  el  cuerpo,  expuesto  algún  tiempo  á  baja. 
temperatura. 

Rapar  á  navaja,  enteramente  como  rasurado.  Quij.  2,32:  Y 
aunque  si  me  las  rapasen  á  navaja,  y  lo  tendría  á  más  benefício. 

Hap-adOy  de  rap-ar,  partíc.  de  rap-ar,  y  el  sin  pelo.   QbÍÍ- 


48.  rapar. 


171 


Que  ya  ibtn  rapadas  y  sin  cañones.  Oviedo  M.  fnd.  42,1: 
rapadas  las  cabezas  de  la  mitad  adelante  de  los  aladares. 

tapa-altares,  sacrístár^,  jocosamente.  L.  Grac.  Crit,  2,7: 
que  es  un  rapaallares. 

tapa-bolsas,  el  qtie  fas  hurta. 

(apn-ru licúas,  Fapa-ini|;;ajas,  el  trago  de  Wno  después 

comi;ía. 

(apa-nubes.   Q.  Benav.  !1.  96:  Hurones,   rapanubes,  ca- 

hpeloK^  estafador,   metáfora  del  que  rapa   los  pelos. 
17,23:  Entre  tantos  millares  de  rapapefos  y  desuella- 
Ipor  no  decir  caras. 

ntt  de  rapapelo.  (Los  que  son  arrebatadores),  c.  571, 
Kapa-pién.  buscapiés. 
Lapa-polvü,  reprensión  áspera. 
|Rapa-t«rrón  (d),  de  rafz,  del  segar  junto  A  lierra.  Usase 
),  y   lo  he  oído  en  Zamora:  segar  á  rapaterrón.    Esteban.  3: 
!  csquilalto  como  i  borrego  i  rapaterrón. 
íps-velas.  sacristán. 
|Rap-«.  posv.  de  rap-ar,  en  caló  trampa,  del  arrap-ar  acoger, 
Vino  rapar. 

posv.  de  rap-ar^  en  caló  lazo^  trampa. 
Rap-«,  posv.  de  rap-ar. 

lAirape.  á  rape,  cortar  el  peto  como  rapando  á  navaja,  i  Por 
[(mi,  tu pcfficial mente,  á  cercén. 
IUpÍ*rape,  de  rap-«,  rapar,  como  riíí-rafe,  de  raf-e,  raíar, 
Rapa-dop,  barbero.  Qaij.  2, 1 :  El  mío,  señor  rapador. 
|Bap  c<a,  suerte  de  red  para  pescar  sardinas  en  Galicia. 
Rapet-ón,  rapct-a  mayor. 
LApjH-dura,  acción  de  rapar.  Owac.  Afor.  f.  273:  Que 
tÓKJr  rapar,  iresquiíar  y  orrar  rapaduras. 
Rapa-miento,  acción  de  rap-ar.  Quij.  2,40:  Cuanto  mis 
ciebo  de  hacer  el  caso  para  el  rapamiento  destas  tiarbas. 
a-dero.  d  cjuc  np-a.  Santos  Día  y  noch.  d.  8:  U  rapa- 
1  muy  buen  dinero  por  lo  que  no  vale  nada. 
BAp^-ndet-o,  el  que  rapa.  Santos  Dkiy  noch.  d.  S:  Y  tú, 


172  Oriocn  y  vida  ofiTíS 

rapandera  y  tramoyera,  enredadora  y  alcahueta,  cuenta  tus  trastoa 
herramientas. 

Rap-icg'o,  que  arrapa  ó  coge;  ave  rapiega,  de  rapiña.  Hei 
Agr.  5,34:  Más  presto  las  toman  las  aves  rapiegas.  J.  Enc.  3( 
Todos  son  unos  rapiegos, /Iladrobaces  /  que  nunca  querrían  pac 
L.  Fern.  71:  Ño  lo  penséis  don  rapiego. 

Rap-ista,  barbero.  Qaij.  2,1:  A,  señor  rapista,  señor  rapií 

Rap-uñ-ar,  en  Asturias  arrebatar,  de  arrap-ar,  y  el  sul 
-uñ  bien,  enteramente,  como  rasg-unar,  etc. 

So-ppap-eap,  en  Santander  raspar  ó  rapar  con  azada,  ei 
un  sendero,  campo,  para  que  no  crezca  la  yerba;  de  so-  bajo, 
poco,  -ear  y  rap-ar. 

Rapaz,  por  muchacho  que  va  rapado,  como  lo  indican  mo 
muchacho,  motil.  De  rap-azo,  aument.  de  rap-ar.  Quij,  1,12: 
quiéreos  decir  ahora....  quién  es  esta  rapaza.  Id.  2,58:  Aquel  c 
llaman  Amor,  que  dicen  que  es  un  rapaz  ceguezuelo.  T.  Nahab 
I,  358:  Muy  rapaza  debe  ser,  /  que  agora  muda  los  dientes.  Co 
1 :  A  escudero  pobre,  mozo  adivino;  ó  rapaz  adevino. 

Cuida  bien  de  lo  que  haces,  no  te  fíes  de  rapaces,  c.  375. 

Quien  manda  y  haz,  no  ha  menester  rapaz,  c.  345. 

Trota,  rapaz,  que  buen  día  te  faz.  c.  429. 

Rapac-illo,  dimin.  de  rapaz.  Ballest.  Eafros,  1,1:  La  ra 
cilla  estaba  bonita  como  un  oro,  con  su  basquina  amarilla.  J.  F 
Agr.  5,30:  De  los  emperadores  Arcadio  y  Honorio  cuando  ei 
rapacillos  en  poder  de  su  padre. 

Rapac-ejo,  dimin.  de  rapaz.  G.  Alf  2,2,4:  Yo  era  rapacc 
delgadillo,  de  pocas  carnes. 

Rap-ac-ejo,  el  flueco  liso  y  sin  labor  particular,  es  det 
como  rap-ado,  dimin.  M.  León  Obr.  poet.  1. 1,  pl.  2:  Un  capote 
grana  /  al  niño  ofrezco,  /  porque  lleve  el  capote  /  su  rapacejo. 

Rapac-eria,  acción  propia  de  rapac-es  ó  niñería,  mucl 
chería.  Esteban.  1 :  Fueron  tantas  mis  rapacerías. 

Rapaz-ada,  rapacería. 

A-rpapaz-ar,  -se,  en  Salamanca  achicar,  -se,  desistir  de  u 
empresa. 

Rapa|p-ón,  cual  si  viniera  de  rapac-em,  por  analogía  o 
narigón,  perdigón.  Mozo  joven  sin  barba  y  como  rap-ado.  Balij 


A^.  rfí/a. 


173 


s.  4,7:  Si  el  rapagón  cníra,  revolverále  ochenta  hojas*  Cald. 
Zafam.  I:  Por  Dio*  que  se  las  tenía/  con  todos  el  rapagón. 
!!,  28:  Yo,  rapagún.  Quev.  Rom.  sayag.:  Iban  muchos 


tran  átgaUtta.  (Lo  que  «volaverun  de  galle(a>*  Cuando 

ieron  algo),  c.  477;  de  rat^avcmní,  pretérilo  del  macarró- 

ipaic,  sacsdo  de  rapar. 

Sab«l-o»,  (crrenü  arruhiado  por  las  aguas.  Parece  un  deri- 

•don  de  arrapar,  como  bal-don,  eic,  suavizada  lap  por  la  d. 

.Amít.Job  14,19:  Arrabdona  sus  rabdones  (atUivione  pautaHni 

consumilur). 

Arrabdonar,  escavar,  gastar  el  ¿tgiia  las  orillas;  de  rabdon. 
Amsi.  Job   14,19:  Piedras  molieron  aguas,  arrabdona  sus 

Hemos  visto  en  las  germánicas  la  raíz  *ra/sya  correspondiente  á 
V,  y  b  nii  ntp  de  rampere  en  el  biraiibm  y  el  raupyan  del 
^órúubrn  y  raa/en  del  alemán.  A  ninguna  de  estas  dos  raices 
""I  I-"  -'  -í-ii'^aleniin  y  el  alemán  taffsñ,  bajo  alemán  rapen, 
ir;  de  los  cuales  los  romanistas  ¿uelen  sacar  el  il. 
ur^.d  tr.  rafferf  y  el  ingl.  to  raff.  Presuponen  un  antiguo alc- 
'n  que  no  se  halla^  ni  aunque  se  hallara  sería  de  origen 
Es,  pues,  más  que  probable  que  de  la  Romanía  pasase  al 
)  ilemán,  asi  como  pasó  al  ingtés,   y  que  en  la  Romanía  tüfítr 
■'  provengan  de   España,  del  arrapa,    coma  variante  de 
o^ii  como  arfar  es  variante  de  arbar,  y  rafe  de  rape.  Hubo 
además  rifar  del  rifi-rafe,  repetición  con  /  y  con  a,  pro- 
leuskcra,  como  ris-ras  de  ras,  tris-tras,  etc. 

I,  de  un  raf-ar.  de  motlo  que  ?ean  variantes  de  rapa,  rapar, 
|irbr  de  arpar  ó  arbar.  Es  So  que  sobresale  en  la  obra  arqui- 
I,  como  lafc  por  exiremo,  del  coger,  por  donde  se  coge,  y 
i  veces  para  soslencr,  asegurar  ó  coger  las  parles.  Asi  en  el 
I  de- 1671  se  defíne  ra/a  f/e /a£/rri/o5  en  italiano  y  francés: 
íóe  ntas«onneríe,  una  fascia  di  pietia  fatia  per  sostcncre.  E$  el 
1  de  ladrillo  ó  piedra  cnlrc  tapial  y  tapial  de  tierra  para  asc- 
|tl  pared  ó  reparar  la  quiebra  ó  hendidura  que  padece,  ¡dea  del 
Además  cortadura  en  c)  quijero  de  la  acequia  ó  brazal   para 
l^ptf  lacar  agua  de  riego.  Abertura  en  lo  delantero  de  los  caacot 


174 


OftlOCN  V  VIDA  DCL  LCNOUAJC 


de  las  cabalíerías.  Corte  oblfaio  en  la^  rocas  para 
P.  Vega  ps.  J,  v.  2,  d.  J:  Las  ralas  de  ladrillo,  los  «:  : 
d.  3:  Si  las  rafas  de  ladriKo  no  eslán  Finnes,  menos  la  tapia  del 
Oran.  Simb.   112;  Us  cañas  dei  (rlgo  y  de  h  cebada  licnen 
ñudos  atrechos,  que  $on  como  raías  en  la  tapicería,  Zamora 
mist.  pte.  3,  p&.  86,  v.  5:  EJ  luccr  los  cimiculos  como  ncgocioi 
mampuesto  y  rata  es  obra  de  aparejadores...  Mo  hubo  mota,  nu  bu 
repelo,  no  hubo  piedra  fea,  ni  manpiiesto,  ni  rafa. 

Rafas,    cordón  de  argamasa    que  cubre  las  yrcas  en   losi 
de  los  tspiale^v. 

Kaf-e«rr  liaccr,  asegurar  con  raf-as. 

Rafe,  alero  de  tejado,  extremidad;  al  rafe  de  la  mesa,  dd  | 
variante  con  -e  de  raf-a. 

Al  rafe,  en  Aragón  como  al  rape. 

Kaf-el,  en  Segorbe  alero  del  tejado,  y  también  rafe. 

Raf-al,  parral,  emparrado;  de!  mismo  raf-ar  ct^r. 

Raf-io,  en  la  costa  de  Valencia  gancho  de  hierro  con 
de  Uüadera  para  la  pesca;  del  ilah  raffio;  de  la  misma  raíz  de  i 

Ráf^fSra.  del  \l  ráffíca,   termino   marino  venido   de  0¿ 
protiablemeiite,  pg.  refega^  fr.,  raíale  y  raffaler,  raflais,  y  rafler  i 
Todos  de  arralare  it.,  raffer  h.,  rafa  cast.  ó  "arrafar  porarraf 
golpe  de  viento  ó  de  cosa  que  viene  arrebatadamente.  Gatai, 
68:  Una    ráfaga   de  viento  embistió  las  velas  del   navio.   Cm. 
Estatua:  1^  lleva  eS  aire  en  sus  ráfagas  envuelta. 

Como  ráfaga  de  viento,  de  lo  arrebatado  que  pasa  presto.] 

Rífi-rrafe,  es  el  posverbal  raf-e  de  *arraíar,  it.  arr 
de  arrapar,  con  repetición  en  /,  para  indicar  el  reñir  uno  con 
tirándose  de  tas  greñas  arrebatadamente. 

Andar  (fe  rtjitrafe  con,  estar  reñido  con  alguien. 

Hifar,  como  el  it.  arriffare,  y  rifa  como  riffa,  anL  ír. 
cii  y  pg.  rifar,  rifa,  son  variantes  de  arrafar,  raffer,  como  d  fr.  i 
la  es  de  raffler.  Probablemerrte  nació  esta  forma  con  I  del  rifi-ri\ 

Trans.  reñir,  con.  Qall.   esp.  1:  Para  que  contigo  rife.  J. , 
Conq.  d.  2:  Deseo  que  rifes  con  ellos  (los  enemigos).  J.  Pin.  \ 
23,8:  Eurípides  introduce  i  uno  rifando  con  una  mujer.  LazarA 
3,  p.  37:  En  (oda  la  noche  dexaron  de  rifar. 

Sortear  entre  muchos,  pvr  ta  especie  de  contienda  que  | 


■til.  rtjar.  rapos». 


175 


tocará.  Píc.Jasi.  2,2,4:  Cierto  gala»  staba  rifando  a)  naipe 

t  avellanas.  Qvzv.  Tac.  c,  22:  Con  título  de  rifárselos,  cincuca- 

iidoi.  Pie,  Jnst.  IfitT.   2:  Sí  aaso  la  había  rifado  alguna 

ctftff.  hactr  que  otro  riña.  Euo.  Salaz.  5a/  Esp,  2,24 1 :  De  Te- 
e,  do  busco  con  quien  os  rife. 
I  Rifn-cochiltos,  Pic.Jusf.  Introd.  2. 
fÜfa-Haya».  P:c.  Just.   tntrod.  2:  Quizá  era  este   rifa&ayas. 
,  Rifa-dor.  adj.  Pendenciero,  que  rifa.   Cosk.  156:  Hombre 
Jor  V  caliallo  corredor,  cuero  de  buen  vino  y  bestia  de  andadu- 
1  mocho  dura.  T.  Namarr,  I,  407:  No  pueden  junios  comer 
iballos  ríbidorvs. 
'RiT-a.  posv,  de  rif-«r.  Riña.  Pie  Just.  4,2:  Duró  no  poco  la 

¡  Sorteo.  2lAVALrrA  Dia  f.  Juego:  Le  llaman  para  una  rifa.  Si  es 
|CO(ocr  y  la  gana.  Q.  Atf.  2,3,3:  Que  cierlo  sé,  si  entonces  acaba- 

I  vida,  Ruc  corriera  el  alma  ciento  de  rifa. 
'  Rap-oso»  raposa*  la  zorra,  y  se   llamó  del  rap-ar,  ó 
ir.  valor  de  todos  los  derivados  de  rapar,  es  decir  arrebatar. 
e  con  rab-o,  como  se  vé  por  raboso  en  Aragfún  y  rapi- 
^nc.  uiiiíj.  1>29:  A  la  raposa  entre  gallinas.  C.  Cucan,  c,  26:  Cayó 
s(i  en  tierra   y  lamúlo  el  raposo  y  fuese  con  él,  y   ansí  fincO 
I  d  cuervo  del  raposo. 

lado  de  astucia.  A.  Alv.  $ilv.  Oom.  2  adv.  2  c.  §  [:  E\ 
^   talso  y  engañador;  más  aun  es  (an   dísimuEado  y  rapo- 

A  raposo  durmiinU,  no  le  amanece  la  gaUina  en  eí  vientre, 

Astaío  como  un  raposo,  c.  55  y  514. 

Cada  raposa  guarde  su  cola.  (Que  cada  uno  mire  por  3(>. 

Como  raposo,  del  solapado. 
I  toposa  ama  engaños,  el  lobo  corderos,  la  mujer  loores, 

I  vieja  raposa  con  lazo  no  se  toma.  c.  1 83. 

}tatfeia raposa. pero  máseíqaela  toma.  Lis.yRos,3,3. 
9^0U  que  mstclio  tarda,  caza  aguarda,  c.  477. 
¡^feta  vieja  no  se  toma  con  tazo  ni  percha,  c.  477. 


^dÉBbi^MI 


176  OriüCN  y  vida  del  LCNOUAje 


Rnpos-ilíi,  diminutivo. 

Raposita  artera,  harta  de  sopas  y  bien  cabaUera,  c.  477,  j 

Raposita  artera,  harta  vas  y  caballera,  c.  477  ■ 

Rapos^ina,  ios  orines  de  la  rapos-a.  Euo.  Salaz.  Cart.  p^ 
Corno  la  raposa  se  aprovecha  de  su  cola  empipándola  en  su  ript 
sina  para  rociar  con  ella  y  desviar  de  si  los  perros. 

Rapo»-{n,  astucia  del  rapos-o.  A.  Alv.  Sitv.  Fer.  4  etn. , 
§  3:  Tal  pues,  es  la  del  hipócrita,  que  pareciendo  humildad,  no^ 
es,  sino  raposía.  Vauderrama  Ej.  Viern,  3  dom,  citar.:  Imitando  i 
esto  la  astucia  y  raposía  de  que  ñngieron   las  fábulas  que 
usado  los  murciélagos.  Id.  Sab.  3  dom.  ctsúr.i  V  no  andar  hacíe 
astucias  y  raposias. 

UapoA^ePO,  cosa  det  rapoa-o^  perro  raposero. 

Rapoa*-eraj  nido  de  rapos-o. 

Rapos-erfa,  como  rapos-ía.  Obreg.   1,7:  Le  ens 
raposeríás  que  ella  solía  usar.  Valderrama  Ejer.  Ccniz.:  No  i 
drán  valer  las  raposerías  de  que  vos  usáis. 

Rapos-uno  y  t*apos-lno,  dé  rapos-o. 

Rapos<-eai%  usar  de  ardides  como  la  rapos-a. 

Rapi-pochc,  en  caló  zorra  de  rabu,  pocho  espünjadc 

Rap-ón,  astuto  como  e!  raposo  (Tesar.  1671). 

49.     Más  antiguo  en  Europa  que  la  col^  ó  Braasica  olera< 
el  nabo  y  el  rábano  ó  Brassica  napus,  Rrassica  rapa.  En  laifn 
ráptimy  gr,  púruc,  |xífu;  (Athen.  9,  p.  3&9),  ant.  al.  raba,  ntob^ 
Mótese  que  el  ant.  al.  n/o^&a  nioppa  no  pudo  tomarse  del 
pues  no  hubiera  conservado  la   fonética  de  rüpa  y  la  /»  la  huli 
convertido  en^-  nicd.  al.  rabe,  rüebe,  raobe,  al.  Rübe^  suizo  \ 
En  esl.  repQ,  1¡!.  rope,  albariés  repz.   En  címrico  «r/ín  napus,  ^ 
irtiinenn  navet^  y  según  Schrader  vienen  del  antiguo  céltico  •« 
Bien  claro  esiá  aquí  el  arbi  euskérico,  con  el  sufijo  -ino,  qoei 
llevan  las  otras  lenguas,  en  las  cuales  hubo  metátesiSf  rñpo 
*'arpa.  Los  autores  tienen  esla  planta  por  europea  (Heer  Dil  P^ 
zen   der   PJafilbaaien  p.  22;  De  Cwdoi.le  Urtpr.    d.  KaU 
pflanzen  p.  45).  j 

Es  natural  el  rábano,  rapTianus  salivus  L,.  del  oeste  de  Asia! 
GkN00tJ.£  KuUarpJt.  36J,  de  donde  muy  temprano  pasó 


t5).  Cn  Sa  comedU  gríc^  se  habla  de  él  como  de  ape- 
IcoinídAs:  pofw-:;  y  fj'iqpavo;  se  dijo,  pero  estos  nombres 
So  antes  de  b  col  con  rizoma  como  de  nabo;  y  llevan  el 
|o  -n  que  el  nonitire  céltico  del  nabo.  Los  romanos  le 

ibre  e'i*ÍI0  rop/ianus,  aumjue  con  nomtire  latino  le 
t  limbién  radix  Syrica  raíz  siria,  indicando  su  erigen  (Col. 
le  A«^syrio  semine  venit»  (id  I  O,  I  M);  de  radix  se  dijo  en 
!ícA.  ratih,  ags.  raedich,  de  donde  pasó  al  eslavo  ruduky: 

TÍ  poicdv*,  alb.  raparte. 

Lnbo,  de  rapum,  por  su  raicilla  en  punta  delgada.  QuiJ. 
[do  parcela  sino  que  era  su  rabo.  Id.  1,32:  No  se  ha  aun 

más  de  mi  rabo  para  su  barba, 
¡rn  pl.  lo  dcshiEachado  del  remate  ¿é\  vestido. 

e,  aUa  el  rabo  ti  la  ptrra  y  hebe.   (Hacen  pulla  de 

■DCÜ).  c  6. 

lencf  é  uno  siempre  detrás,  que  le  sigue,  cercano, 

ci  rabo,  Menga,  pues  no  hay  quien  le  tenga,  c.  43. 
:  tí  rabo,  Rucia,  ijue  vánse  los  de  Olmedo,  c.  41. 

andar,  que  el  rabo  está  por  desollar,  c.  50;  todavía 


á  rabo  de  borrego.  J.  Knc.   iSt;  Que  tamhicn  yo  por 
/  ando  i  rabo  de  borrega. 

tilaerce  la  puerca  el  rabo.  (Dícese  cuando  hay  cu  algodifi- 
.  c.  62. 

rk  por  el  rabo,  diñcil  de  alcanzar  al  que  corre  con  venlajft, 
ca  esperanza  de  log^rar  algo, 

ir  eslá  el  rabo  por  desollar .  c.  2t;  aún  queda  lo  niás  ditícul- 
-'— -   á  aán  queda  6  falta... 

tbo  por  desollar .  c.  26  Aáa  le  Ha  tfs  sudar  el 
itbcultad  y  trabajo  que  cuesta  el  lograr  una  cosa. 

rabo  á  la  huispeita;  has  de  ver  el  rabo  ó  la  huéspeda. 

entrar;  iJícee  jiinl  i  con   otras  palabras;  «cor.  que  viene 

ala  tiutipeda;  achaque  para  ver  el  rabo  i  b  huéspeda; 

el  nbo  i  U  huéspeda*;  dice$e  desdeñándose  A  quien 

1% 


^ 


^M 


178 


Ok3(1EN   V   VIDA   PÍL   LENOUAJP. 


viene  á  ver  de  balde,  corno  á  registrar  lo  que  pasa^  y  se  entra  ' 
donde  están.)  c.  20. 

Como  rabos  de  lagartija,  de  lo  muy  delgado. 

Cortóle  e!  rabo  al  perro  y  cátale  perdiguero,  c.  34í>. 

Darle  con  et  rabo  de  la  sartén,  propósito  de  no  darle 

Del  rabo,  de  lo  que  se  lleva  al  lado. 

De  rabo  á  oreja,  (Lo  que  de  cabo  á  rabo:  motejar  de 
c.  578. 

De  rabo  de  puerco  nunca  buen  virote.  (Ckcttí.ps,  77),  de  | 
sonas  ruines  no  se  esperen  grandes  cosas. 

Echar  el  rabo  ó  el  rabillo  del  ojo,  mirar  de  soslayo.  L.  Ferm.J 
Quiéreme,  quiéreme  ya:/eí:ha  acá  el  rabo  del  ojo.  O  mirar por\ 
rabillo  del  ojo. 

El  que  tiene  rabo  de  paja,  no  se  arrime  á  la  candela,  tío  i 
el  que  tiene  porqué  ser  censurado. 

Ese  cena  rabos  de  lagartija,  del  flaco  ó  débil  por  el  hambre,] 

fuese  rabo  entre  piernas.  (Con  miedo,  huyendo  como  van  | 
perros),  c.  296. 

Hasta  ver  el  rabo  á  la  güéspeda.  (Al  que  se  entra  hasta  i 
están,  sin  llamar.)  c.  490. 

ir  ai  rabo,  del  que  sigue  siempre  á  oíro. 

Irse,  salirse,  volver  rabo  entre  piernas,  vencido,  avcrgonz 
cual  perro  á  quien  amenazan  6  apalean. 

Lo  que  atrás  viene,  rabo  de  asno  me  parece,  c.  198. 

Lo  que  atrás  viene,  rabo  semeja  y  parece,  c.  1Q8. 

Mirar  de  rabo  de  ojo^  por  et  rabillo  del  ojo,  severidad  ó  \ 
querencia. 

Mordeídas  del  rabo,  que  saltan  con  el  rescaldo,  (Las  castafttij 
bellotas  han  de  estar  mordidas  por  la  raíz  para  asarlas  en  la 
bre).c.  468. 

No  quedaron  ni  los  rabos,  frase  malonesca,  no  quedó  ab 
viva,  hombre  en  pié. 

No  van  á  quedar  ni  hs  rabos,  nada. 

Otra  venga  que  tal  rabo  tmga.  c,  i  58. 

Pegarse  al  rabo  de,  arrimarse  á,  ampararse  de. 

Por  el  rabo  las  tomas,  Pedro,  las  palomas,  c.  3Q3. 

Por  ei  rabo  parece  tomas,  Pedro,  las  palomas,  c.  393. 


50.  rabo. 


179 


Por  tí  rabo  se  tañe  el  asno.  (Se  Je  da  con  la  vara  y  arrea),  c.  393. 
tí  rabo  se  tañe  eí  asno.  (Que  a^í  se  castigue  al  muchacho; 
es  arrear  y  picar),  c.  393. 
^Qaien  mato  iitneei  rabo,  no  puede  estar  sentado,  c.  34í. 
aien  tiene  eí  rabo  de  paja,  hacia  atrás  mira  y  cata  qué  pasa, 
itama.  c.  342, 

?abo  á  viento,  que  el  viento  áí  en  la  cola  de  ía  pie^a,  i  dístln- 
I  de  cuAnda  da  en  la  cara,  cjue  los  caladores  llaman  pico  á  vien- 
si*.  Ballest.  2,15,2:  Sitas  rcses  salieren   de  la  cama  rabo  á 
sct¿  desgracia  no  tirarlas,  pues  las  está  aguardando  con  él  en 


\bo  degalío.  (Dfcese  al  cuarto  malo),  c.  622. 

¡í  janeo,  a^e.  Marcuell.  H.  4v.  c.  21:  En  eí  viaje  que  se 
j .  .  jiaña  A  la  I$ta  española  se  veen  muchas  dest^s  aves  llama- 
bu  de  junco. 

*abo  de  raposo^en  Álava  cola  de  caballo  ó  equíseliini  hícmale  L. 

.ÍH>  entre  piernas.  (Ir,  huir,  hacer   ir;  como    los  perros),   c. 

,  Qucv.  C.  de  c;  El  hermano  se  fué  rabo  entre  piernas.  Quij.  I , 

ic  habéis  de  ir  vos  solo,  rabo  entre  piernas. 

fSotir  ratfo  entre  piernas,  vencido^  avergonzado,  cual  perro  que 


I  Tener  et  rabo  de  ta  sartén. 

Tiene  eí  rabo  tantos  a/ios:  y  dicen  ios  que  son.  c.  609. 
Tiene  más  rabos  qae  un  palpo.   (Del  tramposo  y  enredador). 
117. 

Todos  tiran  deí  rabo  del  asno,  pero  más  su  amo.  c.  422. 
Votver  de  rabo,  torcerse  ó  Irocarse  algo  contra  lo  esperado. 
Rab-ada,  cuarto  trasero  de  los  animales  después  de  muerlos, 
dpc  con  cl  rabo.  En  Aragón  por  rabad-illa^ 
Dorana   ra&oí/a.  apartarse  bruscamente  en  ademan  hostil,  dar 
Lvudu  con  indolencia  á  b  plática. 

ld-lll«,  punta  dti  espinazo,  de  cuatro  vértebras;  en  las 

lU  (Muta  que  hace  menear  la  cola.  Corr.  178:  La  culebra  heri- 

Aidaedela   rabadiHa.  M:roRe5.' Para  torcelles  fas  rabadillas 

>  1  píos  i  cuantas  viejas  tiene  et  mundo. 

A*tHasa,  aumenl.  de  rab*o. 

U  fdbaia  de  Pent  Jagral,  guien  ta  come  no  puede  cagar. 


IM 


Origen  v  vida  del  lenquaic 


(Rabaza  es  «\  guijón,  hierba  de  buen  color,  sabor  y  otor 
gimas  tierras  \a  friera},  c.  190. 

Rali-ac'-il-es.  Las  naEgas,  adj.  -it  de  rab-az-o.  J.  I 
¡Oh  qué  paío  le  íroquó  /  en  aqucll  .»s  rabaciles! 

Halt-eFO;  adj.  de  rab-o,  la  parte  trfisera  de  alguna  cosa^ 
dero  de  Una,  el  cual  la  recibe  i  h  mitad  del  cañal  y  la 
unas  tablas  llamadas  zarzo. 

En  Salamanca  ronza!,  alijo  de  la  saya  ó  delantól. 

Kalt-cra,  la  parte  posterior  de  cualquier  cosa,  et  zoqu4 
e)  carro  *k  labranza  para  trabarla  tablazón  de  su  asiento;  ert 
llesta  el  tablero  de  la  nuez  abajo.  Xhnvi.  Baltesí.  i.  /,  c.  7,  § . 

En  Salamanca  la  cn'a  del  ganado  asnal  y  caballar. 

Raber-on,  punta  de  la  cofia  del   árbol  corlado  por  tí\ 
que  se  deslina  para  leña. 

Rabichef  en  Cuba  cierta  paloma  rab-uda. 

Raba-^allo^,  en  Segorbe  mujer  propensa  á  suscitar  i 
pendencias  ruidosas. 

R»bi-ahoi*quÍlladir.  Vidc  Rabisacado. 

Rabi-aniaríllo,  en  América  gulungo. 

Rabi-calieui€^   encendido  lmi  Injuria,  andar,  salir  y 
muy  apresurado. 

Rabi-c«pclü«  en  Álava  lenacuajo^  cuando  solo  tiene  ca 
la  Rioja  pajarita  de  las  nieves,  llamada  chímita  en  U  llanad 
Vitoria. 

Rabi-cano  6  rabl-cáu,  el  caballo  que  tiene  cerdas  i 
y  blancas  en  ta  cola.  Esqiíil.  Nap.  Cant.  b,  oc.  70:  Parte d  lije 
bicán  corriendo. 

Rabi-corto,  que  anda  con  faldas  cortas.  (Covarrd.),] 
cualquier  cosa  con  punta  ó  extremo  corto,  y  del  animal ! 
de  rabo. 

Rabi-cort-én,  prenda  rabicortona,  como  la  cafia  den 
corta,  etc. 

Rabl-duoña.  adj.  Cor».  302:  Guárdele  Dios  de  perro  lebO 
y  de  casñtorre,  y  de  rabldiieña  miiier.  (Rabiduena  Itanian  po^^ 
den  i  la  mujer  entre  ciudadana  é  hidalga,  y  suden  serenlados^fl 
ncccíiidítdes  y  presunción). 


ñabt-f(«lgo,  de  Itrgo  rabo^  Híta  I2!9:  qu«^  tenie  vestida 

o  Raby  «alga. 
Rabt-horciiclo,  ave  negra.  Oviedo  M^I:  Tienen   1^  cola 
or  e  mucho  mis  hendida  que  los  milanos  e  por  esto  los  lla- 

rabihorcados.  lU.  50,10:  Cinco  aves  que  acá  se  llaman  rabi- 
Vidc  MARcutu.  H.  Av.c.  89. 
Cierta  pUnta  «i  Gc^omhia  am  escotadura  en  las  hojas. 
Rab2-horquet«.  Vidc  Rabi-sacado, 
Kabi-juneo,  pájaro  de  la  Arner.  inerld.  por  su  cola. 
Rabi-lar;;;o.  adj.  Largo  de  rabo,  Corr.  83;  El  señor  que 
vendí'''  pl  í^'íjo,  ^^to  y  rabilargo. 

Dt  casia  it  vun,  ...  ^^.^o  el  ser  rabilargo. 
INoese  Umbtén  del  de  ve&üdos  largos. 
Es  también  pijaro  americano  y  en  Cuba  el  coHbrl. 
Rabi-ojo.  en  Aragón,  mirar  de  rabiojo,  de  reojo,  del  rabo  ó 

del  ojo. 
Riibi-fubia,  en  Cuba  pescado  de  cola  ahorquillada  y  rubia, 


li-.Uí— -^c*iUü,  del  ganado  señalado  con  corte  de  tajo  de 

ten  1.1  oreja»  corlado  también  cl  rabo;  si  el  corle  dejados 

^es<1c  horqucU  ó  ahorquillado.  Tales  señales  son  las  marcas 

1    '  '  -— icia  del  hierro,  que  es  la  cifn,  letrero  ó  figura 

hien  ;  !t\ 

RAbl-Hacaduv*.  en  naút.  percha,  berlinga  ú  otra  pieza  que 
pjc  cnucho  en  i^rue^o  hncid  ta  punta. 
>l-Mico,  en  naut.  dlccsc  de  cualquier  palo  que  disminuye 
hacia  la  puma. 

tsb¡-«al«^r«t  la  mujer  muy  despejada  y  viva.  Dicesc  en 
*.^^7 . 
HnbwHals-ear^  andar  escudriñando  y  probánílalr>  todo, 

'  mete  el  robo  en  (odas  las  salsa<^ 
t»  iln-*.»'f'o.  adj,  rí  animnl  seco  y  largo  de  raiio,  itinirt,-»  del 
■'M  (X)i*  el  lsííIo.  Corr.  13G:  Espada  vieja,  corla 
■:a.  LPtRN.  16:  Rabisca  y  sobollona.  T.  Na- 
!a,  rabisca.  Qutv.  rom.  S7:  Sacárades  á  tizona, 
rjrs,  /  pile*  en  vos  no  es  rabiseca,  /  según  la 


Rabi-straca,  de  estaca,  en  Álava  palo  njndo  por  me 
ha&la  cieru  allura,  de  manera  que  las  dos  miUde»  se   :-- 
aprieten  fuertemele  la  cola  de  un  perro,  en  cuanto  se  qii 
que  las  mantiene  separadas. 

Rabi-zorpa,  en  algiina?  partos  el  viento  sur. 

Rabo-pelado,  rabi-pelado,  en  Venezuela,  .inímslj 
tamaño  del  gato  con  rabo  sin  pelo. 

Rabo-puerca,  en  Álava  peón  que  se  pone  en  el  sexto  iii 
de  la  fila  de  la  izquierda  al  comenzar  la  cava  de  las  viñas. 

Rab-ejo,  diinin.  de  rab-o. 

Rab-ej-ar,  menear  mucho  el  rab-ej-o  ó  rabo,  formado  i 
diininuiivo  para  indicar  mayor  movimiento,  más  menudeado. 
60;  Abeja  y  oveja  y  piedra  que  rabc]a  y  péndola  Iras  oreja  y 
en  ta  lgre]a>  deseaba  á  su  hijo  la  vieja  {piedra  de  molino). 

Rabej-ada,  golpe  rabej-ando. 

Dio  una  rabejada.  (Por  ir  con  prisa  y  enojo.)  c.  58] . 

Rab-ej-udo,  que  tiene  rabej-o.  Corr.  464:  O^ila,  rab^u 
que  á  las  veces  bien  te  ayudo. 

Rab-illo,  dimin.,  sobre  todo  el  del  ojo,  mirar  f>or  tí  raA 
deíojo,  con  disimulo,  al  sesgo,  vizcándolo. 

Pinta  negra  en  el  grano  por  haber  tocado  otros  Atizonados- 
Pecíolo,  pedúnculo. 

Rab-ina,  punía  del  rab-o^  que  otros  dicen  ta  ruina,  cortí 
la  ruina  ó  rabina  al  gato  para  que  medre. 

Rabíriefj^a.  Ese  ttev«  ta  rabiriega,  gae  tleva  aforrac 
mollera,  (Que  *  Ese  va  bien  temido  contra  el  frio^  que  ha  bien 
bidos  rnbiriega  es  lanza  ^cualquier  embarazo),  c.  133. 

Rab-iaca,  punía  de  la  caña  de  pescar,  en  que  se  pone  el '. 
en  naut.  punta  de  una  cosa. 

En  Oerm.  ramera  de  poco  valer  y  alcahueta  que  es  de  lo  ^ 
sirven  las  tales  ya  avejeníaiías,  de  iza   mujer,  y  rab-o  lo  üHímí 
desechable.  Rom.germ.  r.  5:  De  rabizas  y  pelotas  /  tu  ran^ 
proveído,  /  que  marisquen  por  su  parle  /  y  te  acudan  al  chiüi-lu 

Rabiz-ap,  cortir  las  hojas  Á  la  planta  tierna,  despuntar;! 
náut.  hacer  ó  formar  rabizas  á  los  cabos  6  íren?^  a!  extremo  dc| 
cabo  para  que  no  se  dcscolchc. 

Rab-IiiC-aPr  alzar  el  rabillo,  dimtn.  de  nb-o. 


50.  rabo. 


183 


lal»— ón,  el  que  tiene  cortado  d  rabo.  Pie.  Jast.  4,3:  Que 
8u»  rostros  colas  de  muía  rabona.  Col.perr.:7tnia  un  asno 
CoRR.   85:  El  diablo  ls   buey  rabón,  harto  de  paja,  y  no 
arar,  non.  Dícese  burra,  galEma,  ele,  rabona,  sin  rabo. 
Rabuu-a,  en  America  la  mujer  que  acompaña  al   soldado  en 
y  hai^ta  el  canipo  líe  batalla;  del  ir  detrás. 
tr  rabona,  fallar  ú  donilc  se  debiera  ir,  el  niño  á  la  escuela, 
I,  etc.,  difosc  del  quedai^e  atrás  como  el  rabo  ó  mejor  sin  ^\, 

falto. 
lab-oso,  ío  que  tiene  rabo,  como  la  ropa  deshilacliada.  Lis. 
s.  2,1:  Rabosa,  zancajosa. 
I  En  la  Litera  de  Aragón,  etc.,  por  raposo  y  picaro,  ladino. 


Rab-OW»,  en  la  Lilert  por  nposa. 

Hacer  rabosa,  cuando  un  carro  se  atasca  en  un  bache  y  no  se 

í  sacar  sin  grande  esfuerzo  de  las  caballerfas. 
I  RaboB-«ar,  manchar  ligeramente  como  si  se  salpicara  con 

ida.  enctienlto  de  cosas,  de  que  se  manchan, 
I  li  zorra  que  se  orina  en  la  cola  y  rocía  á  los  perros;  ó  rabO' 
ta. 

>i-ada,  rabada,  y  répitcá  atrevida  é  injuriosa  con  ade- 
I  groseros;  del  despectivo  rab-ote, 

>fc-caFi  entre  ganaderos  corlar  los  rabotes  á  los  corderos 
ivcra. 
ite-o,  posv.  de  rabole-ar,  ta  acción  y  el  tiempo. 
-udo,  que  tiene  rabo.  Castellano  rabudo,  dónde  eslá  el 
;  ialir  de  Otsiilb  n»e  Ki  he  liejado.  Oinlar  de  Aragón.  Díccse 
p)r  ducho  y  viejo  en  cualquier  linca.  Cork.  75:  El  arado  ra- 
f  el  iTftíUn  barbudo, 
el  diablo. 
aciii^'  rubio,  batn  piojo  rabudo. 

llar,  atar  por  el  rabo,   como   i  las  bestift:j  en  arria 

abl-4itar,  nbi-atar,  en  Venezuela,  Colombia,  ó  arre- 
cuntaminación  con  arrear,  reala. 
Hab-ear,   Dseoear  d  rab-o.  Cükr.  90:  De  M«r£0  ayiuo,  no 


^ 


184  Oriqen  V  VIDA  peí,  lenguaje 


rabea  bien  el  uso.  Molinillo,  casado  te  veas,  que  así  rabeas.  Los 
bajos  sujetan  y  amoldan  al  más  lozano, 

R.ab*>H>,  posv.  de  rabe-ar,  tnetaf.  tnovimiento  de  la  popa 
virar  ó  vaiiar  de  rumbo, 

Rabe-ada,  golpe  de  rabo,  ó  del  uso  al  rabe-ar,  etc.  En  Ei 
Salaz,  c.  40,  es  la  sacudida  violenta  y  de  contado  que  suele  dar 
buque  un  descuido  del  timonel. 

Hace  más  de  una  rabeada,  que  otra  en  un  dia,  (La  miqi 
hacendosa.)  c.  628;  hilando. 

A-rrab-eai",  tiienear  el  rab-o.  Corr.  SQ:  El  buey  viejo  ai 
bea  á  la  mielga.   (Que  el  aiuor  del  deleite  y  placer  acostumbí 
aun  en  la  vejez  dura;  mielga  es  sabrosa  álos  bueyesj. 

De-pab-ar,    cortar  el  rab-o.   U  Fern.  145:  Y  aun  den 
una  raposa. 

Des-pab-ot-ar,  quitar  los  rabos  ó  rab-ot-es  á  los  con 
porque  crezcan  y  engorden, 

En-rab-ar,  en  Santander,  como  enraberar  en  Aragón, 
car  el  tente-mozo  á  un  carro  ú  galero;  cargar  á  la   zaga  ó  raib-o 
carro. 

En-pab-e»»-a  p,  en  la  Litera  de  Aragón  atrasar  un  caí 
hasta  que  la  parte  de  atrás  ó  rabcr-a  ¡oque  en  el  punto  que 
desea. 

So-ppab-ai*,  asir  del  rab-o  i  la  bestia  caida  para  alzarla^ 
cortarlo. 

Rábano,  ^'e  raphanus.  Laouna  Diosc.  2, 1 04;  El  rábano 
gendra  ventosidades,  calienta,  es  graío  al  gusto  y  nada  amigo  al 
íómago.  Rinc.  Corf.:  Un  grande  haz  de  rábano?. 

Comenzar  et  rábano  por  las  fto/'as.  (A  comer,  lo  que  se  hace 
revés),  c.  358. 

Dársele,  importársele  un  rábano,  nada. 

El  rábano,  malo  para  el  diente^  y  peor  para  el  vientre,  c.  10^ 

El  rábano  tierno,  de  cualquier  tamaño  es  bueno,  c.  106. 

Para  rábanos  y  queso,  no  es  menester  trompetero,  c.  380, 

¿Qué  eso?  rábanos  y  queso,  c.  333. 

Rábanos  de  Olmedo,  y  besar  en  el  culo  á  los  de  Coca.  (Aña- 
den e^ta  pulla  los  de  Coca,  la  del  buen  vino,  por  ecbárseJa  á  tos  di 
Olmedo),  c.  477. 


tI.  orpftanus,  robar,  arhor 


IS5 


i 


abanos  y  qaeso,  tienen  la  corte  en  peso,  ó  ílevan,  ó  traen. 

7.  Que  se  han  de  atender  las  menudencias  para  lograr  las 

mayores. 

Sin  rábanos  y  veta,  no  hay  baena  cena.  c.  263, 
Tomnr  et  rábano  por  tas  hojas.   (Las  cosas  al  revés),  c.  423; 

:tar  torcidamente  lo  oído  ó  leído. 
Ral»an-al,  &itio  sembrado  ó  oianlado  de  ráb^n-os. 
ttabaii-Ülo,  dímín.  y  et  .igrio  ó  punta  en  el  vino  que  se  tuer- 
ó  ^rnin  Jf<^(>,  .1  la  esquive/  y  a-^pereza. 
Raban-iam,  simiente  de  ráhan-o. 

Raban-<*ro,  el  que  vende  rábanos;  metaf.  el  vestido  corto  y 
en  U  mujer,  desverjionzado. 
Como  (tas)  rabaneras,  del  descarado  y  mala  tencua,  es  ana 


ReUción  manifiesta  hallan  !o5  autores  entre  el  vocablo  celto- 
itco  que  indica  el  heredar  y  el  greco-latino  que  dio  origen  al 
<tel  huérfano  y  al  carecer  de  padre.  El  gr.  ój>'f-av-'i<;,  de  don- 
jhanus  y  huérfano,  horfandad,  vale  propiamente  el  del  opf-, 
dejado  ó  abandonado,  ó  el  heredado,  aunque  esto  úllimo  no  es 
ible*  ya  que  ni  en  latín  ni  en  gríe>¿o  envuelve  esta  raíz  el  con- 
I  de  hcreilar.  ¿Significó  el  tomado,  cogido  por  los  otros  parien- 
'  por   sus  padres  al  morir?  En  tatin   orb-us 
s  ,.. ..   -,  el  huérfano,  en  general  el   privado:  ¿fué 
imente  el  arrcbalado,  como  quien  dice,  es  decir  el  quitado  de 
el  dciado?  tn  skt  arbh-as,  arbtia-kas  proles,  natus,  peque- 
¡Sa:  '  1  tomado  ó  cl  tenido  de  la  mnjer,   de  arrapa 

ta«i.:  -,i)  íucra  asi,  el  huertano  seria  sencillamente  el 

una  concreción  del  término  general  hijo,  parto,  aplicado 
mdres,  y  de  ahí  orbus  privado  de,  generaíi?aciíin  del 
..  ..V  padres  ó  liuírfano.    Orba-tio  privación,  orba-tor  el 
[uno  de  sus  hijos  orfríi-rer  orbi-ías;  ^>J;^ípav-ía,  optpov'-Cw, 
t-vi-3Ti|c.  derivan   de  ^p^-av-oc;   arm.  orb  huérfano. 
I  herencia,  sin  duda  del  arrapo  recibir,  lomar. 
,  erte/tfcredit,  ro-€rbad  com-ni\ssum  csl,  no-m- 
I  coo6d9:  en  anl.  it.  arbi,  erbi  herencia,  godo  arbiy  med.  «1. 


186  Origen  v  vida  del  lenguaje 


erbe,  al.  Erbe,  ags.  yrfe,  saj.  erbi;  el  heredero  ant.  al.  erbo,  arbeo, 
godo  arbya,  med.  al.  erbe,  al.  Erbe. 

Nótese  que  yi^pa  viuda  y  har-ati  coger  y  her-es  heredero  tieneo 
la  misma  raíz,  yTjpwotaí  equivale  á  ¿pípavtTTcti  ó  protectores  de  huér- 
fanos: así  or&üs= op^p'^g  equivaldría  al  orpe  y  arbe  irl.,  heredero, 
herencia.  El  arb-i  herencia  vino  de  la  laíz  *arb-,  ó  arrapa,  irl.  erb- 
im  confiar  á;  y  orb-us,  op^po-^oiit  del  mismo  heredar  ó  del  arrebatar. 
En  godo  widuwairna  huérfano,  widuwó  viuda,  del  mismo  skt 
vídh  quedar  vacío,  de  donde  en  ant.  al.  weiso,  al.  Waise  huérfium 
de  la  cual  raíz  ya  hemos  tratado  (1,120).  El  gr.  áii^iSaA-T^í,  que  flo- 
rece por  ambos  lados,  es  lo  opuesto  de  huérfano,  el  que  tiene  en- 
trambos padres. 

Del  coger  fuertemente  ó  aferrar  se  dijo  rób-ur  la  madera  dura, 
sobre  todo  del  roble,  y  en  general  la  fuerza  y  aferramiento,  robar- 
eas  de  roble,  robor-&re  y  cor-roborare  reforzar,  roblar  ó  confirmar, 
cor-roborar,  rob-as~tas  robusto,  del  antiguo  rob-us^=rob-ur,  pro- 
piamente de  roble. 

Doblete  de  rob~ur  es  arb-or,  ant.  arb-os  y  rob-us,  el  árbol,  pro- 
piamente el  roble,  lo  mismo  que  hemos  visto  en  euskera.  De  modo 
que  los  que  achacan  á  esta  lengua  no  tener  nombre  para  el  árbol  en 
general,  pueden  convencerse  de  que  tampoco  lo  tienen  el  latín  ni  d 
castellano,  árbol  y  aritza  valen  roble  y  árbol.  En  róbur  falta  la  a 
inicial  y  en  arbor  la  -a-  medial,  como  en  rap-ere  y  ctpí-áCio.  Arbof' 
eas  de  árbol,  arbor-escere  hacerse  árbol,  arbas-tam  arhtisto,  como 
robus-tas,  primero  valió  arbolado,  luego  arbusto. 

El  roble  aritza  y  la  encina  artea,  en  latín  qnercus  robar  y 
qaercas  ilex,  fueron  los  árboles  más  famosos  enlre  los  I-E.  La  eti- 
mología de  qaercas  es  dudosa  y  anda  enlazada  con  el  culto  religioso, 
con  el  nombre  del  trueno,  con  el  lit.  Perkunas  y  e!  skt.  Parjama, 
que  según  Hirt  es  el  quercus  divino.  El  vocablo  latino  parece  venir 
de  *perqa,  como  quinqué  de  zivts,  pañca  skt.  En  ant.  al.  fué  llamado 
forha,  como  se  ve  por  vereheih,  longobardo/ercAa,  y  después  este 
forha  vino  á  significar  el  pino.  Emparentado  está  el  godo  fairgüid 
montañas,  propiamente  monte  de  quercus,  en  ant.  al.  Virguttttia,  al. 
Virgunt,  que  son  las  montañas  que  ciñen  la  Bohemia.  Es  el  mismo 
nombre  de  los  antiguos  Hercynia  silva,  que  primero  se  did  i  los 
Alpes,  inclusas  las  montañas  de  la  Germania;  luego,  cuando  desde 


: 


52.  robte. 


187 


9C  gcneriÜJuJ  para  los  primeros  el  término  Alpes,  corres- 
lid  sólo   Á  Schwarzvald,  Otlenwnld,  Spessarl,  ThúriíJgerwald, 
avald,  etc.,  céltico  Hercynia,  de  ^pergunia. 
I  bellota,  ^avo;,  Uinibién  tiene  nombre  exclusivo  de  las  euro- 
,ea  latín  responde  etimológicamente  gíans,  esh  zelandt,  arm. 
^y  el  qiiercus  kalni.  En  ant.  al.  eiH,  que  en  íslandia  vale  árbol, 
roble,  encina,  lo  ponen  algunos  con  ai-cAiu)*  species  lobo- 
'  aqnvcij  lanza  de  roble,  y  aí|í^  escudo  (de  roble)  de  Júpiter, 
I.  y  aescuias  por  aeg-scalas.  Ya  vimos  la  etimología  de  esta 

*eric  de  nombres  l-E.  salidos  de  ía  misma  raíz,  sirvieron 
I  lUmar  el  roble,  el  pino  y  el  árbol,  sin  que  pueda  averiguarse 
Ide  estas  cosas  significó  primero  el  lema.  En  $M.  y  zend.  dra- 
I,  csl.  dmvo  madera,  alb.  dra  madera,  árbol,  gr.  dpú;  roble,  y 
[árbol,  an!.  al.  trog  vasija  de  madera,  esl.  drevo,  de  *dervo, 

godo  tria,  por  *drtvo,  árbol,  lit.  derwa  madera  de  pino, 
,  mL  zirbe,  zirbel  pina  de  pino,  ñor.  tyrr  pino;  ski.  dora  ma- 
^éava-éAftt  pino,  zend.  áauru  madera,  S^p-j  lanza,  Auip'c  tierra 
maced.  idip^íXX'i;  roble,  irl.  dair,  daur  ídem,  íat.  iaríx, 
*tíorix,  alerce.  En  esl.  el  roble  es  rfa/i6u=anl.  al.  zimbar  ma- 
\  de  constnjccióa  En  laL  robar ^  que  hemos  vistO;  y  arbor. 

Roble,  de  rohorcm   robur,  it.  rovcre,   prov,  roure,  fr. 
e.  Qa</.  1,8:  De  la  primert  encina  6  roble  que  se  rae  depare. 
B.  potm.  tier.  c,  I:  Al  pie  de  un  robre.  Casa.  cel.  ].  2:  De  rústi- 
i  ioKcnio,  que  es  de  robre. 
|Hiy  roble  aihar,  borne  ó  nieiojo,  carrasqueño  ó  quejigo,  negral 
I  ó  villano  ó  melojo. 
Oniio  tí,  de,  an  roble,  del  duro,  resisíenlc.  fuerte. 
£1  roMe.  como  nace,  y  el  pino,  como  cae.  (Se  han  de  poner  en 

I  para  dunr).  C  107. 
¡hbks  y  pinos,  todos  somos  primos,  c.  482. 
Pobitt  i'  niños,  todos  son  mis  primos.  (Contra  los  que  se  hacen 
;.t>s  de  mayores),  c.  482. 
un  roble,  duro,  firme. 
los  robles  se  nos  vuelvon  Antones,  c.  -121, 
-'^'<l-«da,  robl-«<lo.*  roblvd-al,  monte  de  robl-c& 


aAi 


Q.  Galán  Noct  montañés:  Mas  abajo  las  robledas  amorosas.  Ova 
DO  H.  ¡nd,  50,24:  Fuimos  á  dormir  á  un  robledal. 

Hobl-izo,  recio,  como  rob!-e.  Nebrija  y  Tesoro  1671. 

Robrar,  roblar,  confirmar,  rubricar  corroborando,  d 
roborare,  remachar  el  clavo,  etc.,  asegurando.  Hita  1319:  enbid 
ya  que,  /  con  ellas  estas  cantigas  que  vos  aquí  Robre.  Berc.  Mi 
842:  Con  su  seyello  misme  robró  essa  labor. 

Robr-a,  la  confirmación  y  rúbrica,  como  quien  dice;  en  Sii 
tander  y  Álava  robl-a  el  piscolabis  tras  un  trato  ó  compra,  es  el  pos^ 
de  robr-ar. 

Robl-ón,  en  Colombia,  etc.,  clavo  que  se  remacha  en  calicnl 
para  que  forme  segunda  cabeza;  del  afianzar  y  robl-ar  ó  roborare. 

£n-robr-ecerse,  hacerse  dura  cual  robr-e  ó  robl-e.  Gabí 
\,  p.  4:  De  aquella  que  está  tan  enrobrecida  á  mis  demandas,  an 
hecha  encina  á  tus  continuos  quejidos. 

Robusto,  de  robustus,  robur  encina,  reciura.  Qaij.  2,34 
Hombrón  robusto. 

RobustȎz,  calidad  del  robust-o.  Berrueza  Amenid.  c.4 
Que  es  cosa  maravillosa  su  altura  (de  los  árboles)  y  robustez.        i 

Robiist^ecer,  hacerse  robust-o,  corroborar. 

Árbol,  de  arborem  arbor;  it.  arbore,  albore,  arbero,  albeio 
prov.  y  fr.  arbre,  pg.  arvore,  arvor,  arvol.  Quij.  1,1:  Es  árbol  sñ 
hojas.  Id.  1 ,20:  Entre  unos  árboles  muy  altos.  Berc.  Mil.  25:  Lo: 
arbores  que  facen  sombra  dulce  e  donnosa. 

El  mástil  de  navio.  Qaij,  1,39:  De  popa  á  proa...  que  á  poce 
más  que  pasó  del  árbol. 

Metaf.  linaje,  el  ascendiente  tronco  y  los  descendientes  ramis» 
Qüij.  1,  proL:  Un  árbol  real  te  ofre,  /  que  da  príncipes  por  fru. 

En  la  germ.  el  cuerpo  (J.  Hm.). 

Árbol  natío,  toma  un  palmo  y  paga  cinco,  c.  30;  árbol  de 
buen  natío.  Atiéndase  más  á  la  calidad,  que  á  la  corpulencia,  de  lo 
que  se  compra. 

Árbol  sin  corteza,  parece  mal  y  presto  seca.  Galindo,  587. 

Del  árbol  caído  todos  hacen  leña,  desprecian  al  desafortunado 
y  se  aprovechan  de  él. 

Dos  árboles  secos  nanea  florecen.  (Casándose  dos  pobres.)  293* 

-Oos  árboles  secos,  tarde  florecen  y  reverdecen.  c.'293* ,    . 


^?    nrbol 


tSQ 


f/  que  á  butn  arbot  m  anima,  baena  sombra  le  cobija. 
I  ei  arto!  de  la  mano  no  ha  de  tembiar  la  fioja,  y  ha  de  te~ 

'■  ' ^ ■-....  I.  .^..,..r^_  (Antes  de  echarse  mano,  se 

icadi  ia  espada,  se  ha  üe  tnos- 
hombnf  valeroso  y  <k  inlmo).  c.  J 10. 
árboks  st  Ití  antojan  ftombrest  ó  ¡os  dedos.  {De  niuclio 
f.  202. 

ids  vale  tt  árbol  que  sus  flores,  y  más  tú  en  tierras,  que  no 
ras  y  cordones,  c,  450. 
'Pfantar  árboles.  (La  ariülovíH).  c .  íiUO. 
^Quien  ú  buen  árbol  se  arrima  buena  sombra  le  cobija.  Quij. 
roí 

Reunir  árbol  seco,  perdición  de  tiempo,  O^linoo  59 1 . 
deniego  del  árbol,  que  á  palos  tía  de  dar  d  fruto.  De  los  q  iie  no 
^n  9Íno  por  fuerza. 

'  soy  el  árbol  y  tu  et  hacha,  someiiéndos?  A  oiro. 

krl>ol-azOr  aumcnt.  de  arbo!.  AcosrA  //.  Ind.  I.  5:  Tuvi- 

1  U  ciud.id  de  los  Heyes  necesidad  de  leña  rccin  y  mucha  y 

unvboUzo  dJ&fornie. 

krl>ol*etr«  rama  de  árbol  de  qire  tisan  los  cazadores  de 

hincándola   en  tierra  y  ponií^ndo  en  ella    las  várelas   de 

[En  niuL  cierio  palo  en  e)  centro   de  un  saqtiillo  de  metralla. 
rUr  las  balas  que  lo  forman;  ó  arboÍLÍlo. 

1-cjo,  diinm.  de  arl>ol.  Gomáis.  H.  ind.    I93t  Crfansc 
iBUM  arboleaos,  aiyas  hojas  se  secan  en   tocándolas  con  U 


rbot'tllodimin.  drarhol. 

rbol-anzo,  arbur-anzo,  en  Asturias  arbusto  y  hier- 
i  jr  dura  en  los  prados  descuidados;  es  decir  que  tira  á  árbol, 
I  euskcn  semejante,  hícia. 
»l-«cer,  crecer  el  árbol.  (Nchrija). 
>l-cclco,  Arooi-ccillo,  dimin.  heRtt.Agr.  3,4:  Losar- 

krliol^^n,  logar  poblaL^o  de  árboles.    Quij.  2,59:    Una 
fdtn  y  limpia,  que  entre  una  fresca  arboleda  hallaron.  Bcrc 
>fcAvic   hy  grant  abondo  de  buenas  arboledas. 


IVU  ÓriQEN  Y  VIDA 


Arbol-ap,  npboi^ap,  alzar  una  bandera,  etc.,  como  i 
arbo!.  Quij.  2,68:  Arbolando  las  lanzas.  Lope  Concept  tUv,  10, 
171:  El  mar  su  pendón  arbola.  Id.  Corona  derrib.  III,  p.  4! 
Que  yo  por  esa  ribera,  me  entretengo  en  arbolar  /  una  barquil 
G.  Alf.  1,2,7:  Arbolaron  las  banderas  por  la  Mancha  adentro. 

Llenar  de  árboles.  Oviedo  42,4:  Está  arbolada  de  muchos  e 
versos  géneros  de  árboles.  Id.  H.  Ind.  50,10:  Teniendo  arbon 
aquel  artificio. 

Arbolar  el  navio,  ponerle  mástiles. 

Reflex.  Oviedo  13,2:  Andaba  un  pej  ó  animal  de  agua  m 
grande,  é  de  rato  en  rato  se  arboraba;  é  lo  que  mostraba  fuera  ( 
agua....  Coloma  G.  FL  1:  Las  banderas  francesas  no  se  arbolar 
en  las  islas  jamás  hasta  después  de  las  paces. 

Arbolarse  el  caballo,  ponerse  sobre  los  pies  levantando  los  brui 

Arbol-ado,  partic.  de  arbol-ar,  y  sustantivado  conjunto  i 
árboles,  lugar  de  ellos.  Canc.  gen.  f.  58:  No  ninguno  vi  venad 
/  corzos,  ni  ligeros  gamos,  /  no  soto  bien  arbolado,  /  do  repon 
cuitado  /  á  la  sombra  de  sus  ramos.  Berc.  S.  Or.  1 55:  Vidi  y  log 
buena  sombra,  buen  arbolado. 

En  la  Cerm.  crecido,  levantado. 

Arbola-dupa,  conjunto  de  palos  del  navio,  y  acción  ( 
arbo!a-r.  Orden,  de  marina  pte.  1,  tr.  2,  tit.  2,  art.  15. 

Apbol-ear.  Avora  c.  9:  Como  esta  tierra  es  tan  arboleu 
y  llena  de  bosques. 

De9-arbolap,  derribar  lo  arbolado,  en  náut.  el  nusll 
Sandov.  H.  Carlos  V.  22,31:  Señaláronse  sesenta  galeras  para  blli 
y  para  que  con  menos  peligro  !o  pudiesen  hacer  se  desarbolara 
Salaz.  La  mej.  flor  de  Sic.  1:  Contra  esas  rocas  /  desarbolado 
deshecho  /  embiste  un  bajel.  Lope  Hij.  Rosar.  111,  p.  67:  Del  tod 
mi  pendón  se  desarbola. 

Desapbol-o,  posv.  de  desarbol-ar. 

En-apbolap,  como  arbolar.  Alzar  bandera,  etc.  Qtt(f,  í,\t 
Enarboló  el  brazo  en  alto  y  descargó  tan  terrible  puñada.  Id.  1,53 
Enerbolando  una  horquilla  ó  bastón,  con  que  sustentaba  las  ands 
Id.  2,60:  Y  enarboló  el  mocho  de  un  arcabuz.  Lope.  Vaq*  Mortík 
VII,  p.  553:  ¡Qué  bien  el  vino  enarbola!  /  Bravamente  alegn  < 
cuco.  Valderrama  Ej.  2,  Pase:  En  que  no  le  quiten  los  cstairihi 


rodere,  rodere. 


191 


benm  eruirboUdos  en  las  muralks.  Caccr.  ps.  19:  Enarbo- 
1  el  cstandane.  Quirv.  Poem.  Air.  2;  Con  un  nogal  etilero 
-'r-  sobre  el  yejmo  le  <iÁ  zurra,  J.  Pin.  Agr, 
'  lanza  tjntislrada,  cuanto  más  enarbolada. 
Jbac-  Crit.  2,10:  RnarboJando  á  los  dos  hombros  senda,;  clavas. 
Rejfcx.  alborotJirse.  eticapricharse. 
Enarbolar  bandrra,  lograr  el  triunfo  de  alguna  cosa. 

La  silbante  íonna  un  sufijo,  que  significa  lo  que  un  adver- 
i.  Oe  ana  la  palma  de  la  in^no,  arra-z  como  con  el  palnto, 
tolalmcnlt:  lleno,  arras-ka  andar  con  ta  palma,  rasar, ' 
r.  nspafi  rasero,  raspador,  rasando  ó  al  nivel;  lo  niísnio  arras- 
rS'Wfmscro,  de  hitü  en  liilo,  es  drcíi,  ras  con  ras.  Con 
i,  arras-pa  raspar,  rasixidor  para  ta  artesa.  Con  -f  la  ono- 
<k  andar  rasando  con  Ea  palma  6  rasero,  arras-t  el  mido 
[arrastre,  rasin,  rastrillo,  arras-ta  galga  que  hace  ir  arrastrando 
inilo  al  carro,  arrasta-ka  raslrillando,  arrasta-kari  reptil, 
síaki  rasero,  <írrí7s/-t3rílrabajador  incansahle,  arras-te-lu  ras- 
>.  arraslela-iu  rastrillar,  arrast-o  traza  ó  huella  del  arrast. 
Pueden  sonar  con  ^  en  vez  de  s estos  mismos  vocablos.  Rasero 
[tunbién  arraz-ki,  es  decir^  con  lo  que  se  hace  arra-z,  arraz-ko 
,  cedaxo,  que  separa  como  arra-z  rasando,  arraztttu  y 
^to-¿if  rastrillo,  •/<(  de  agente.  Arra-iz,  $u  variante,  e$loque| 
DO  á  palmadas»  barril,  cesto,  cuenco. 
i^da  es  estar  bien  llena  la  medida,  pero  sin  colmo,  es  decir, 
»por  rasero,  arrada-ki  rasero,  instrumento  para  alisar  zuecos, 
tOrrada-tu  pasar  el  rasero,  podar. 


Raer  Je  r&dére,  perdida  [a  d  pretórica  según  costumbre, 
pof  *rñd-si,  rasum,  y  en  las  XII  Tablas  arañar:  «Mulieiea] 
iDc  ndunto-;  ab-,  de-,  cor-,  ir-,  inter-,  praeter-,  ir-rastís  no] 
I  ras»  raso,  ras'ter  y  ras-trum  por  *rad-iram  lo  que  rae, 
^it^  rad-fiia,  ral-lam,  por  *raíi-lam,  rallo,  rall-ar,  ras-iti^,  ras- 
Un  acdóB  de  raer,  rasur-ar  rasí-tare,  ra-mtntum  y  ra-meata  rae- 
Pfe*v  T  9  raíz  es  rada,  que  ha  perdido  la  a-:  es  el  arra-da(t¡i).  En 
1-1'  raer,  rada  diente, gr.  ápVt;  punta  de  flecha,  non  ar-ta 
\  «c»  ca  «m.  al.  arazi,  med.  al.  trze,  y  al.  Erz^  proceden  de  un 


192 


OrIOEN  V  VJDA  DEL  LENGUAje 


*arotium  venido  de  Italia  y  significa  el  bronce  y  cobre,  délas  ! 
cas  de  armas  de  Arretittm  probablemente. 

Entre  rod-ere  roer  y  rád-ere  raer,  hay  la  misma  diferencia  i 
entre  rumpere  lompcr  y  rápete  arrebatar^  cuanto  á  la  íi  que  se  1 
aa,  ü;  arr-,  ob-,  de-,  cor-rodem  corroer,  erodere,  e^rpaio  erosíá 
ros-trum  pico,  hocico  que  ro^,  rostro,  rostr-atus  hocicudo,  pic« 


55.     Raep,  de  radPre;  ít.  radere,  prov.  raire,  fr.  raíre, 
2,44:  Los  pies  quisier;i  raerte.  Lazar,  ir.  2,  p.  24:  Rayó  con  un 
chillo.  Cabr.  p.  260:  Rayendo  la  podre  d?  sus  llagas  con  una 
A.  Alv.  Silv.  Magd.  5  c:  Que  no  solamenle  limpian  el  alma  i 
pecado;  pero  raen  della  el  mismo  pecado*  Valderrama  £/.  ftr.  J 
dom.  pas.:  Del  sayo  de  terciopelo,   cuando  ya  se  había   raído 
alguna  parle,  J.  Pin.  Agr.  2^0:  Y  cuando  alguno  se  dice   raido  i 
libro  de  la  vida. 

Ra-ido,  partíc.  de  raer,  adj.  lo  muy  gastado.  Quij.  2,55: 
aquí  sacaran  mis  huesos...  tnondos,  blancos  y  raídos.  O.  Pírez  ■ 
7:  Cuyos  huesos  muy  blancos  y  raídos  /  se  pudren  ya  en  la  tier 
D.  Vega  Disc.  sab.  dom.  2  asar.:  Un  sayo  más  raido  que  h 
p^üenza.  L.  Grac.  Crit.  2,10:  La  capa  raída. 

Metáf.  desvergonzado. 

Más  raido  que  una  teja. 

Rae-dura.  la  parte  menuda  que  se  rae.  Pint.  potro p,  7Q:  1 
las  raeduras  que  quitan  de  la  carnaia  de  los  cordobanes. 

Raed-izo,  lo  fácil  de  raer  (P.  Alcalá). 

Raid-ura,  desvergüenza  del  raído. 

Rai-inientOj  raidura. 

Rasura,  el  E^t.  rasura^  de  radere;  el  quitarse  las  barbas  y  a 
tarse.   Plural,  las  heces  del  vino,  para  blanquear  plata,  etc.;  es 
faex;  it.  feccia  y  groppa,  cat.  ros  de  bota  (Lao.  Diosc.  5,90;  Tesor^ 
lt6\).  Lis.  y  Ros.  2J:  Rasuras  de  ara.  Cabr.p.  3S:  Lasque  curaJtj 
el  cabello  y  le  enrubian  con  rasuras  y  zufres,  //.  freg,:  Vive  Dios  que  \ 
habla  más  que  un   relator,  y  que  le  huele  el   aliento  á  rasuras  desde 
una  legua,  fra^ma^  año  1680  f.  16:  Cada  libra  de  rasuras  tínti 
no  pueda  pasar  de  68  maravedís.  León  Obr.poet.  L  I,  p.  402:  Qo" 
hay,  compadres,  venimos  á  rasura.  J.  Pin.  Agr.  4, 1 7:  Que  por  faü  n 


^P  cocDnadü  con  que  se  venüinn   los  cativos,  $€  tomd  por   cslila 
^pr  vendene  debajo  de  corona. 

Itnsur-ni*,  quitar  b  barba,  muy  usado  en  Aragón  y  Navarra. 
Halto,  de-  rallum,  radere;  ít.  raíla,  certi.  ragUa,  cat.  ralla.  Lis. 
y.  vtrsj  RaílaJa  por  rallo  sotil  y  divino.  Sf-LVAG.  62;  Por  ven- 
i  ba  andado  Hrtorino  al  oreja,  que  os  íguaJáis  y  tenéis  tinto  rallo? 
ntir^  á  nuyores).  L  Pern.  31:  Y  su  rallo  y  tajadero /y  asado- 
lycalden. 
Tarreara  tkrolh^  con  hoyuelos  de  viruelas. 
Hall-nr.  desmenuzar  con  el  rall-o.  QuíJ.  1,43:  Más  parece  que 
me  ralla,  que  no  que  me  regala  con  la  mano.  Lis.  y  Ros.  versj 
por  rallo  sotil.  Esteban.  4;  Hacia  jalionciltos  de  ¡abún  ralla- 
[OOMAR.  //.  Ind.  28:   También  hacen   pan  Je  yuca,  que  es  una 
^nde  y  Manca  como  nabo,  la  cual  lalian  y  estrujan,   porque 
I  es  ponzoña.  Mftó/.  molestar  con  pesadez. 
jifo  de  viriieias,  en  Ar.igún  el  señalado  de  haberlas  pasado. 
[Jtallnd-iira,  surco  qne  al  rallar  deja  el  rallo,  y  lo  qucq<ieda 
r.  QoMAR.  H.ín(t20(i:  Aunque  también  dicen  pan  lo  que 

niices,  ralladura^  de  madera  y  de  peces  cocidos. 
kllanjor,   que   mll.i,  metaf.   pesado  en   altercar  y  hablai. 
fe09:  Ni  asno   rebuznador,  ni  hombre  rallador.  Id.  210;  Ni 

•  rallador,  ni  asno  bramador.  (Rallador  por  rilador). 
ill-ón.  army  lerminada  en  hierro  ancho  como  escoplo,  slr- 

ssuM  mayor  y  dispárase  con  ballesta.  Tafur.  li:  Llevan  un 

^Ar  lama  e  en  cabo  km   rallón  con  orejas,  que  quando  entra, 

e  al  tirar  afícrra  en  ta  carne.  De  aquí  en  Navarra  el  trompo 

iza, 

I  A-rrallar.  Corr.  &Q:  Arr,-íllarne  ese  queso,  que  es  para  sopas. 

!  arre  alU  con  disimulación,  confundiendo  dos  verbos:  arre 

\j  anilla,  del  verbo  raliar  á  arrallar}. 

sr,  de  rodíVe;  il.  rodere,  rtr.  ruir,  prov.  rozer,  ani.  fr.  rore, 

r.  Es  desmenuzar  con  los  dientes   superficialmente.  Quij.  I, 

\ú  abo  de  haberse  rotdo  la  mitad  de  la  yema  de  un  dedo. 

"  "*   Lo»  hucssos  que  yo  roy  piensa  este  necio  de  tu  amo 

^  ler.  O.  Atf.  1,1,8:  Royó  un  gusano  la  raíz.  Líiosjob 

•  VtmJüo  siempre  en  hambre  y  pobreza,  solos,  desamparados, 

\% 


194 


ORIQEÍÍ  V  VIDA  DEL  LCNQUAJC 


royendo  las  raices  del  campo.  Zamora  pte.  2,  1.  4,  3  pte.,  Simb. 
Que  un  buitre  le  roía  las  enlrañas. 

Gastar  poco  á  paco  la  superñcie.  Sy^AV.  Empr.  S3:  Si  la  discipline 
militar  está  en  ca!ma..-  cubre  de  robin  las  espadas  y  roe  las  embr»» 
zaduras  de  los  escudos, 

Metaf.  HeiíR.  //.  Escoc.  0:  Sin  osar  desvergonzarse  ni  abrazv] 
la  herejía,  que  iba  poco  á  poco  royendo  los  ánimos  de  los  hombres. 

Atormentar  interiormente.  QuiJ.  2,1;  No  quisiera  quedar  cot 
un  escrúpulo,  que  me  roe  y  escarba  la  conciencia.  Zamora  Moil. 
mist.  pte.  7,  S.  Mateo:  Engendrar  un  gusano  que  siempre  le 
royendo  á  todas  horas.  Baren.  G.  Ftand.  1,Q:  Roía  les  ánimos 
los  flamencos  la  sospecha  de  ver  introducida  entre  ellos 
inquisición. 

Hueso  que  roer,  cosa  dificultosa  y  que  lleva  tiempo. 

Roer.  (Por  murmurar),  c.   Ó22.  Cienf.  5.  Borja,  7,8,8: 
pudiendo  roer   la  veneración  á  su   ceniza,  empleaba  su  diente 
calumnia  en  quien  le  trasfadaba. 

Roerle  la  vida  y  fama,  murmurar,  Cabr.  p.  200:  El  que  trata 
roer  la  vida  y  faina  de.  Villaba  p.  2,  empr.  t6:  Roer  la  fama  de 
ausentes. 

Roerle  las  entrañas.  Qaij.  1,34:  De  la  celosa  rabia,  que 
entrañas  le  roía. 

Roerle  las  haldas,  murmurar  por  detrás.  Ceíest.  V,  p.  65:  Qi 
dices,  Semproniü?  con  quién  hablas?  viénesme  royendo  las  haldas? 
Se/va^.  143:  Qué  dices,  Escalión?  Viénesme  por  ventura  royendo 
las  faldas? 

Roerle  los  huesos,  murmurar,  como  desenterrárselos.  Qaif, 
49:  Les  maldicen  y  murmuran  y  les  roen  los  huesos. 

Roerle  los  zancajos^  las  haldas^  murmurar  de  uno  detrás  de  fl,i 
ó  adular.  Quev.  Mus,  6,  r.  100:  Quien  me  roe  tos  zancajos  /  es  na 
goloso  muy  sucio,  /  sí  diese  tras  los  juanetes,  /  metiérame  á  cal: 
justo. 

Roer  an  hueso,  sacar  poco  provecho  de  algo  tras  mucho  trabajar. 

Royendo  huesos  como  perro  hambriento,  del  que  saca 
provecho  de  una  cosa. 

Ro-idO)  partic.  de  ro-er,  y  to  corto,  despreciable  y  dado  CQ 


55.  rostro. 


105 


,  Qucv.  Túc.  4:  Pornue  no  se  nos  desparramasen  ios  liucsos 
roídos  de  hambre. 
I  Roedor,  que  roe^  qae  punza  el  ánimo. 
Ko«d-upa.  acctón  y  efecío  de  roer  (P.  ALrAU,  Nebrija). 
Ko-^o,  dimin.  de  ro-er;  en  Salamanca  hojas  y  renuevos  de 
fertnfcs  arbustos  y  matas,  que  sirven  de  pasto  á  los  rumiantes. 
Mo-yvKa,  oruga  (Palencia)  de  ro-er. 

j  Roseipir,  llc^-ar  un  rezón  ó  cabo  rozando  y  arraslrando  por 
dü  del  mar,  para  dar  con  lo  que  se  busca;  prov.  rosegar,  i(. 
de  rostís,  rodere. 
|Rc»a^r-nv  po«v.  de  roseg-ar,  la  acción  y  el  extremo  dei  cabo 

con  que  se  rosega. 

(Rostro,  de  rostrum,   rodere  roer;  rum.  ros!,  pg.  rosto.  La 

del  hombre;  y  con  esta  acepción  se  halla  ya  rosírum  en  Plauto, 

lio»  Varrón,  Petronio  y  en   las   Pandectas;  por  manera  qtie  la 

rión  del  hocico^  propiamente  del   cerdo  y  del  que  roe,  ú.  U 

del  hombre,   fué  romana,   no  española.   Quij.  1,1:  Rnjiito  di 

.  Id.  1,4:  Blandiendo  la  lanza  sobre  su  rostro.  Id.  2,16;  El 

aguileno. 

A  rostro  firme,  cara  á  cara  y  con  resolución. 
I  Afilársete  et  rostro,  de  enojo,  alargársele.  Zabaleta  Dia  /.  1,15: 
aébuelc  el  corazón,  afílasele  el  rostro. 

thar  bien  el  rostro;  el  rostro  bien  ajetivado.  (Por  afeitar  y 

d  rostro  y  llevarle  bien  apuesto;   por  adjetivar,  dicho  por 

;de  otrof).  c.  ^15. 

\Aktrgar  el  ros&o^  estar  Irísle,  malhumorado,  es  la  1  pintada  en 

Zabaixta  Diaf.  p.  I,  c.  5:   Afárgase  de  rostro,  acfVrttse  de 


\A  lo  qae  puedes  huir  el  rostro,  gran  simpleza  es  esperaüo  si 
roso,  c  7. 
frostra  deseüMerto,  sin  empacho.  A.  Alv.  Silv,  Parif.  3  c, 
7:  Cuando  ya  los  malos  ejemplos  son  tan  públicos  y  atrevidos» 
:  á  rostro  descubierto  se  andan  paseando  por  las  calles. 
Cténtíe  el  rostro,  andar  Iriste,  Caceií.  ps.  37:  Aunque  más  me 
ofaczar  y  fingirme  alegre,  luego  se  me  cae  el  rostro  y  se 
:  i  h  tríMcn  que  soUa  tener. 


196 


ORIOEN  V  VIDA  OeX  LfNOL 


Caer  sobre  su  rostro.  Fr.  J.  Ángel  Dhí.  5:  Cayó  en  Ucri 
su  rostro. 

Color  en  el  rostro.  (Dice  que  tienen  las  mujeres  que  so 
gonzosas).  c.  594.  QuiJ.  1,29:  V  el  rostro  se  ¡e  cubrió  de  un 
que  mostró  bien  claro  el  sentimiento  y  vergüenza  del  alma. 

Dar  m  rostro.  (Es  enfadar,  y  dar  hastío  una  cosa,  zaherí 
ciéndole  sus  faltas,  darle  en  rostro»  ú  ofenderle),  c.  573:  ToR 
mor.  proL:  Un  mesmo  manjar  á  dos  días  da  en  rostro.  Cace 
113;  Todo  me  da  en  rostro.  Todo  me  cansa,  id.  ps.  1  Mr  Pí 
que  le  enfade,  por  más  que  le  dé  en  rostro.  J.  Pin.  Agr.  2 1 , 
conlento  de  las  cosas  concedidas  en  breve  da  en  rostro.  Sí 
V.  Siiúrez  1,3:  Dábanle  muy  en  rostro  el  desaiiogo  y  desmes 
las  palabras.  J.  Pin.  Agr.  21,6:  El  profeta  Isaías  se  Jo  daba,  en 
por  notable  ignominia. 

Dark  en  rostro  con,  achacarle,  reprocharle  por.  como 
echasen  en  cara  ó  á  la  cara.  Cacer.  ps,  ft3:  Dinme  en  rosn 
mis  ayunos  y  penilencias,  dicen  que  es  imprudencia,  ^bast 
ffkr.  4.22:  Le  dieron  en  rostro  con  la  iey.  Quif.  2,25:  Comí 
dotes  en  rostro  con  el  rebuzno  de  nuestros  Regidores.  Cao 
6:  No  me  deis  en  rosíro  con  mis  pecados. 

¿)ar  roíírí?  d,  presentar  la  cara.   Qaij.   1,19:  Descubra 
(figura)  y  dé  rostro  á  los  que  le  miraren, 

Ei  rostro  tne  fordstes,  pues  de  los  mesmos  ojos  coi 
c.  107. 

Encapotar  el  rostro,  ponerlo  ceñudo, 

Guardar  el  rosíro.  (Tener  respeto  en  presencia  y  no  p 
delante  del  enojado),  c.  584." 

Hacer  buen  rostro  á,  aceptar.  Galat.  6,  p.  97:  Y  hace< 
rostro  á  la  fortuna  presente.  Marouc^  Gobern.  2,25:  Hacer 
rostro  á  uno.  Valof.rrama  Ejer.  Fern.  2 Üom.  t  aiar.-.^Á  no 
mos  la  verdad,  era  porque  nunca  le  hiciste  buen  rostro. 

Hacerle  rostro,  ofrecérsele,  que  le  vean.  A.  Alv.  Silv,  . 
cuar.  7  c:  La  de  aquella  mujer  que  anda  ya  en  opinión  de  qu 
rostro  á  muchos.  Porque  ésta  es  ya  taberna  con  pendón. 

Hacerte  rostro,  ArrostrAT,  oponérsele.  León/o6<),U: 
{hacerle  rosíro  y  querer  en  contradición  suya  salir  con  ta  raía.  1 
íASostrad.  n.  57J:  A  lodo  hace  rostro  con  U  cspcranja.  Valoí 


55.  rostro. 


197 


.  Fer.  3  Dom.  i  cuar.:  Ella  con  Us  pocas  que  liene  se  le  opone 
icc  rostro,  s#r  azora  y  crtza  y  defiende.  Quij.  2,32:  Se  estuviera 
',  haciendo  rostro  á  su  enemigo.  Giton.:  Un  mismo  rostro  ha- 
losalsolque  al  hielo.  Cacer.  ps.  7:  Haceldes  rostro.  PtLO. 
la.  Qr.  Capit.  1 ,28:  Los  primeros  no  hicieron  roslro,  sino 
y  poco. 

Hacer  rostro,  del  gcslo  tic  la  cara.  Qaij.  1^30:  ¿Qué  rostro  hizo, 
inda  leía  La  carta? 

Huirte  eí  rostro,  no  querer  ser  vislo  de.  A.  Alv.  Sitv.  Dom.  t 
'.7c.§í:  Avergonzados  le  huyeron  el  rostro,  acogiéndose  i 
tiofedas. 

Más  vak  rostro  bermejo  que  corazón  negro.  (Haber  pasado 
rgOcnza  por  alcanzar  rogando,  ó  por  librarse  negancfo,  qtie  dejar 
Ufoja  en  el  corazón;  lo  que  «más  vale  vergüenza  en  cara  que 
illa  en  corazón»)-  c.  456. 

Mostrar  mal  rostro  ó  bueno,  estar  enojado  A  placentero.  Cacer. 
tt:  ¿Todo  ha  de  ser  r>gor>  enojo  y  mostrarme  mal  rostro?  Id.  ps, 
no  sea  de  veras  el  moslrarme  buen  rostro. 
á  rostro,  cara  á  cara.  Persü.  4,9:  No  se  atrevió  ia  enfer- 
á  acometer  rostro  i  rostro  á  la  belleza  de  Aurístela.  Roa 
Hodr.:  No  se  atrevió  rostro  á  rostro  á  la  constancia  del  Santo. 
Rastro  avinagradúf  del  gesto  áspero. 
¿_Byafro eaido, del  triste.  A.  Alv.  Siiv.  Dom,  I adv,  $  c.§ I:  ¿Por 
de  roílro  caído?....  andarás  derecho^  el  rastro  levantado  y 
alegre.  Id.  Fera.  4  Dom.  4  cuar.  3  c.:  Turbado  ó  de  rostro 


I  de  horno,  piernas  de  rio,  y  tetas  de  frío.  (Es  mal,  ó  todo 
tbomera,  piernas  de  lavandera,  curtidas^  tetas  de  vieja,  arru- 
481. 

¿Cí/o  y  el  perdón,  gran  vergílcma  es  del  baldón,  c.  481. 
^vtíro  tletc  ai  lecho,  que  no  el  cuto  bien  hecho,  c.  431. 
liiittro  üeva  at  techo,  gae  no  pierna  á  concejo,  c.  481. 
^¡raírostro,  mostrarse  en  la  cara  la  turbación.  Sen.  Cornei: 
*t3ti  <loe  lai  tristezas  del  corazón  salen  at  rostro.  Via/,  Para, 
'  ^  quimeras,  eslts  invenciones  /  tuyas,  te  han  de  salir  at  rostro 

t  al  rostro,  la  mentira  que  ha  echado,  ó  la  mala  partida. 


que  nos  ha  jugado,  cuando  estamos  al  cabo,  pues  se  \e  echa 
en  el  rostro. 

Salir  los  colores  al  rostro.  (Por  empacho,  vergttenza  ó 
mienta),  c.  564. 

Tirárseh  al  rostro,  darle  en  rostro  con  ello. 

Torcer  el  rostro,  esíar  á  mal  con  uno  ó  con  algo,  desdt 
Persíí.  1,2:  El  que  los  pasase  sin  lorccr  el  rostro,  ni  dar  irn 
de  que  le  sabía  mal 

Torcerle  e¡  rostro,  aborrecer.  Cacer.  ps.  26:  Solemos 
lorcióine  el  rostro. 

Verterle  sangre  ef  rostro.  Zabaleta  Dlaf,  Estrado:  Resf 
vertiémiole  sangre  el  rostro  con  la  vergüenza. 

leerse  rosíro  á  rostro  con.  Roa  S.  Rodr.:  Para  poder  : 
verse  rostro  á  rostro  con  Cristo. 

Votveríe  el  rostro,  mirar  con  desvío.  Caccr.  ps.  9:  No 
paras  ni  vuelves  el  rostro  d  los  que  te  buscan.  Uuloa  Poes. , 
Que  así  me  vuelves  el  rostro  /  con  tan  áspero  desvío. 

Roi4lPÍ-torcÍ4lo,  que  tuerce  el  rostro,  con  menos; 
enojo,  j.  Pin.  Agr^  5,4;  Que  por  el  excesivo  calor  snlcn  los 
rostritorcidos  y  patanes,  Salaí.  Tetisj.  1;  No  me  estés  rostritc 
/  ya  que  me  estéis  rostrituerta. 

RoNirt* tuerto,  del  que  luerce  el  semblante  por  cr 
enfado,  yüC7  í/íV.;  Si  andáis  siempre  rostrituerta,  enojada. 
Pónese  rostriluert2  sin  querer  probar  bocado.  Caccr.  ps.  68:  Nii 
la  hallamos  rostrituerta,  desabrida,  ni   malacondicíonada  para  : 
cuantos  la  han  menester.  PersU.  3,1:  Quedó  Alonso  desp 
Luisa  mí  esposa  rostrituerta. 

A-prostr-ar^  de  rostr-o. 

Instrans.  á.  Hacer  cara  á,  no  huir,  antes  resistir  si  es 
aceptar  si  es  bueno.  J.  Pm.  Agr.  17,2:  No  puedo  arrostrar  i  ¡ 
letrados  que  no  se  dan  más  de  á  una  cosa.  Id.  23,26:  Con  i 
cebada  el  más  natural  mantenimiento  de  las  bestias,  si  se  acefc 
á  ninguna  cosa  arrostran  peor.  Id-  5,23:Níngiin  hombre  que  aí« 
perfección,  arrostra  á  las  dignidades  y  prelacíaSj  ni  renta*  ni  h^ 
mundanas.  5.  Tcft.  Vida  1 7:  Que  siente  el  estómago  contca 
manera  que  no  á  todo  manjar  arrostraría.  León  Cas.  18:  Alj 
no  arrostran,  porque  no  hay  deleite  que  lo  alcabuclc  Tor.  ffl.  j 


55.  rostro. 


hí9 


No  arrostraba  á  manjar,  que  le  diese  contento.  Oram.  Gtita 
I,  S  1:  Así  domo  hay  gustos  que  no  arrostran  á  cosa  dulce  ni  la 
Irasai,  sino  á  cosas  amargas  y  acetosas.  Gr^n.  Simb.  4,4: 
»&  por  su  jrran  rudera  no  arrostraban  á  amar  i  Dios  puro  y  des- 
de carne.  S,  Ter.  Mor.  b,A\  Ella  se  csló  harto  despierta  para 
y  dormida  pira  arrostrar  á  asirse  á  ninguna  criatura. 
Trans.  Resistir  con  valor  y  admitir  con  gusto.  QuiJ,  1,30;  No 
ñble  que  yo  arrostre,  ni  por  pienso,  el  casarme.  Id.  2, 1 6:  Aun- 
I  se  ta  den  entre  dos  píalos,  á  buen   sej^uro   que  el  caballo  no  le 
are.  Id.  2.16:  Que  no  es  posil^lc  hacerle  arrostrar  la  de  las  leyes. 
Mo  puede  arrostrar  Díos  cosa  mata.  Cabr.  p.  334: 
■$.  .tnio  que  un   manjar  sea,   puede  ir  tan  sucio  y  mal 

ío,  crudo,  frío,  que  no  haya  quien  le  arrostre,  D.  Veda 
S.Aat.:  Todo  esto  era  muy  desabrido  y  amargo,  apenas 
quien   la  pudiera  arroslrar.   Id.  Oisc.  Sai),  áom.  J  ctiar.: 
le  arme  tan  mal  Ja  cruz,  que  no  puede  arrostrar  todo  lo 
itkne. 

fi^x.  Inclinarse  para  mirar  con  atención.  (Tesoro  1671). 
De--l*ro8tl'-OF«e*  maltratarse  el  rostr-o,  física  ó  moral- 
,  Ol'Cv.  Ep.  á  Ui  Emper.:  Que  tropecemos;  y  caigamos  y  nos 
y  aun  nos  dei  ros! remos,  no  es  maravillar.  J.  Pin.  Agr. 
>  un  en  tropezadero....  en  que  los  malos  se  derrostran  por  su 
elección;  y  no  se  derrostraran  ansí,  si.  Id.  10:23:  Y  á  eso 
poco»  que  no  se  derrostren.  Id.  30,25:  Aún  será  posible 
muchas  veces  y  caer  no  pocas  y  también  derrostraros  al- 

Urrroslr^nilo,  parlic.  de  derrostr-arse,  J.  Pín.  Agr.  13,1 1: 
I  á  esta  edad  djban  ya  la  encendida  codicia  sensual,  que  trae 
enes  diMraidos  y  aun  derrostrados. 

derrostrado.  J.  Pw.  Agr.  29,^;  Eclesiásticos  y  seglares, 

lindamos  derrostrado».  Id.  1 2, 19:  En  una  materia  lan  princi- 

I  <ano  ista  y  por  la  cual  andamos  todos  derrostrados. 

Des-ro«tr-arse,   como  derrostrarse.  A.  Alv.  SÍIv.  Bnc. 

ít  Dtsrostrose  ta  tiaz,  hirióse  las  narices,  quehráronsc  los  pies  y 

I  (de  tacsIatuaV  Gu».  £p.  31:  En  los  cuales  unos  quedan 

,  otros  encenagados. 


^¿^ 


200  Okioen  y  v!i>a  del  lenguaje 

Kn-postr-ar,  dar  en  rostro;  echar  en  cara,  úsase  todavía  i 
Venezuela,  Honduras,  etc. 

So-rrostr-arse,  lastimar  en  el  rostro,  y  reflexivo.  Usi 
en  Castilla, 

So-i*i*ostp-ada,  dando  en  rostro,  zahiriendo.  Corr.  D 
sorrostrada  á  uno. 

56.  Ras.  Con  decir  que  viene  de  rasas  raído,  habíamos  ac 
bado,  como  quieren  los  romanistas;  prov.  ras,  fr.  ras  y  rez,  rez-d 
chaassée,  morada  al  ras  de  la  calle,  pg.  rez,  rez  de  chao.  Pero  jam: 
este  ras  significó  raído,  sino  en  un  plano  y  formando  una  superí 
cíe.  Las  frases  en  que  se  usa,  al  ras  de,  al  ras  con,  ras  con  ras,  do 
llevan  al  pasar  la  mano  para  percibir  el  plano  formado  por  ea 
cosas  que  están  al  ras.  Yo  no  tengo  la  culpa  de  que  el  euskaro  arm 
y  arrez  indiquen  cabalmente  este  concepto  del  pasar  la  mano,  no- 
tando que  rasan  las  cosas.  Ello  se  dijo  sobre  todo  del  pasar  la  nuao 
por  una  medida  colmada  de  trigo,  que  tal  fué  sin  duda  el  primd 
rasero  que  se  usó,  pues  todavía  lo  usamos,  con  ser  tan  fácil  toon 
un  palo  derecho  para  allanarla.  Menos  culpa  tengo  yo  de  que  ni  na 
ni  arraz  signiñquen  raer,  raído.  No  creo,  por  consiguiente,  eslu 
fuera  de  la  ley  del  sentido  común  para  preferir  esta  etimología.  Ll 
fonética  lo  abona  no  menos  que  la  semántica.  De  rasus  hubiénx 
dicho  raso,  y  no  ras,  porque  en  castellano  y  portugués  jamás  cae  ll 
-O,  ni  aun  otra  vocal  final,  fuera  de  contados  casos,  como  proclítia^ 
cien  hombres  y  hombres  ciento,  val  de,..,  por  valle  de....  También  a 
coincidencia  que  en  todas  las  románicas  hubiera  caído  esa  -o;  menos 
se  explica  la  -z  de  rez  en  francés  y  portugués,  ni  el  cambio  de  a  en  t 
no  entreviniendo  elemento  alguno  palatizador.  Las  variantes  raz  ] 
rez  se  aclaran  por  arra-z  y  arr-ez,  como  erra-z  y  err-ez,  y  en  toí 
demás  derivados  euskéricos,  donde  -z  añadido  al  artículo  ósl-OZ,} 
puédese  sin  él  añadir  -ez,  y  de  aquí  asaz  y  assez  de  asa,  ase  hartir. 
En  fin,  ras  no  es  adjetivo  como  rasus,  sino  adverbio  como  arraz. 

Al  ras,  al  ras  con,  al  ras  de,  á  la  misma  altura  y  formando  iff 
solo  plano  ó  llano  con  alguna  cosa.  Es  vulgar  y  tiene  el  valor  ti» 
kéríco  y  no  el  latino. 

De  ras  en  ras,  enteramente,  del  colmar.  Baena  189:  Que  no  fin 
que  solitaria  y  mí  vejez  de  rras  en  rras. 


>^,  ,,,^  chinche,  wi  Hünduras  por  ras  con  ras. 

ras.  (Por  igual),  c.  622.  Qdpv.  son,  I:  Anlcs  que  ti  re- 
1,  eso  fué  antaño:  /  ras  con  ras  de  Caín,  ó  por  lo  menos.  Id.  C. 
U  £1  alguacil  decía  que  les  había  de  poner  ras  con  ras  la  casa  al 
Picji/sr.  /.  2,p.  I,C- 1,  §3:  Donde  nos  asentamos  ras  con 
|por  el  sucio,  como  monas.  Oviedo  //.  Ind.  42,5:  Que  había  él 
»ti  malenaú  fuei^'X)  que  hay  dentro  del  pozo  ctiasi  ras  con  ras 
i  boca  drl.  También  se  dice  cuando  pasa  tocando    ligeramente 
tÁ  o\to,  como  la  palma  de  la  mano. 
[Ras  en  ras,  un  lleno,  coniJnuidad.  J.  Polo  pí.  120:  Es  un  ras 
•  de  sírIos,  /  empujón  de  vida,  y  íanta,  /que  presumo  que  le 
ho  /á  la  muerte  alguna  trampa. 
iJto*  por  ras,  rozando.  Alv.  Gato  Bibl.  Gallardo:  El  diablo, 
i!nos  /  siempre  sigue  ras  con  ras. 
■■>p«-t>us,  cuido  al  desgarrar  ras  ando  ó  dando  un  golpe  con 

I  Ra»o,  tampoco  signiñca  raido  ni  viene  de  rasus,  sino  que  es 

B,  Añadidas  -o,  -a  para  formar  el  adjetivo,  y  su  valor  es  el  de  la 

ide  £nino  colmada  hasta  arriba,  de  modo  que  se  haya  pasado 

rtiUh  mano,  es  decir  lleno  y  llano,  jamas  raído.  Fuero  Navarr.i 

'■  tz^csn  tinplir  la  campanilla  de  mierda  de  home,  que  sea  rasa^  é 

■■  en  U  boca  del  ladrón. 

lo  igual  y  llano,  como  ta  palma  de  la  mano,  que  fué  el 

I  rasero.  Qaij,  1,18:  Que  ifida  esLá  rasa^  como  la  palma  de 

»(1a  boca,  sin  muelas).  Id.  3,40:  Quedamos  rasas  y  lisas  (las 

^como  fondo  de  mortero  de  piedra.   Id.  2,55:  Pero  lodas  (las 

Fde  U sima)  las  halló  rasas  y  sin  asidero  alguno. 

Licutar  del  ciclo  ^n  nubes  y  del  oimpo  sin  casas,  etc.  que 
'^■-    1.38:  Eslandoen  la  campaña  rasa.  A.  Mor.  7,19:  El 
)  Uvio,  era  raso^  muy  llano  y  apartjudu  ú  darse  la 
lA.  Alv.  Sh.  Dom.  4,  cuar.  í,  c:  Se  vuela  y  esparce  la  nu- 
cí alma  del  iodo  rasa  y  limpia  de,  Mabq.  Tr.Jer.  2,3: 
tdcja  d  ciclo  raso.  Cast.  5.  Dom,  1,1,40:  Estando  predj- 
I  dia  tan  sereno  y  tan  raso  como  los  pasados.  Oviedo  H.  Ind. 
^  tiene  dos  sierras  y  es  todo  peña  rasa  é  sin  árboles. 

,  sin  adoraos,  tt  otra  cosa  que  suele  haber.  Qaij.  l.tO: 
iMBlna  ú  sillón?  Id.  2,41:  Ahora,  que  tengo  de  ir  sentado  tsi 


202  0K1Q£N  V  VlbA  DEL  LENCIUAJ^ 


una  tabla  rasa  (sin   cojín).  £sp.  zn^/.:  Le  hizo   levantar  y  scnt 
una  sitia  rasa.  L.  Rueda  I,  1 35:  Como  se  vé  ese  becoquín  de  i 
y  los  lados  rasos,  atrévese  á  hablar  diciendo  que  te  las  cortaroa  pd 
ladrón.  J.  Enc.  242:  Que  traen  /  la  vergüenza  ya  tan  rasa  (corta). 

En  Aragón  además  de  colmado  ó  lleno,  vale  desver^nzado  i 
escaso,  siempre  del  pasar  la  mano  por  la  medida  colmada.  1 

Sustantivado,  raso  es  seda  fina,  suave  y  lisa,  no  de  torzal.  Qafi 
1,27:  Con  unos  ribetes  de  raso  blanco.  Id.  2,27:  O  jirón  de  mi 
blanco.  1 

A  la  rasa,  llana  y  rasamente.  T.  Naharr.  I,  375:  Si  me  esoH 
chase  á  la  rasa  /  lo  que  yo  sé  del  traidor.  Id.  I,  152:  Yo  te  he  W 
blado  á  la  rasa.  I 

AI  raso,  á  la  intemperie,  en  el  campo.  1 

Bala  rasa,  la  que  se  pone  sola  en  el  arma  de  fuego.  < 

Campaña  rasa.  QaiJ.  1,38:  Estando  en  la  campaña  rasa.  16.% 
58:  Cuando  Don  Quijote  se  vio  en  la  campaña  rasa.  Ñamarte,  j.9 
En  cerrado  escuadrón  ó  manga  suelta  /  en  la  campaña  rasa. 

Campo  raso.  Qaij.  1,19:  Ahora  estamos  en  campo  raso.  Cam 
p.  581:  Campos  rasos  y  extendidos. 

Cielo  raso,  techo  con  tablas  delgadas  y  entomizadas,  cubieitM 
de  yeso  sin  hueco  alguno. 

Gaay  del  raso  cuando  apela,  y  del  terciopelo  cuando  arram 
c.  300.  Gaay  del  raso  cuando  empela,  y  del  terciopelo  cuando» 
rasa.  c.  300. 

Lo  raso,  el  campo  descubierto  y  llano  sin  bosque.  J.  Pin.  Agr, 
4,3:  Ya  que  habernos  salido  del  poblado  á  lo  raso.  QuiJ.  1,25:  Hasta 
salir  á  lo  raso.  Id.  2,10:  Picar  á  Rocinante  y  salir  á  lo  raso  (fucM 
del  bosque).  Esteban.  1 2:  Salíme  á  lo  raso.  Mend.  G.  Gran.  3:  Sé 
fué  retirando  hasta  salir  á  lo  raso.  •* 

Quedarse  al  raso,  dormir  al  raso,  á  cielo  descubierto. 

Salir  á,  ó  al  raso,  salir  á  lo  llano,  tocar  el  punto  de  la  cuesfíds. 
Selvag.  25:  Como  yo  la  vi,  salgo  á  raso,  donde  (hablo  de  dlo^ 
Oviedo  H.  Ind.  12,21:  Les  hacen  salir  á  los  rasos  á  buscariis(B 
campo).  Persil.  1,5:  Salió  al  raso  de  aquel  sitio. 

Tabla  rasa,  en  pintura  el  lienzo  ó  tabla  dispuesta  para  la  pi» 
tura,  sin  color  alguno;  metaf.  el  entendimiento  dispuesto,  pero  qoi 
no  ha  recibido  aún  especies. 


56,  rasar. 


203 


El  como  ia  palma  de  la  mano.  Euo.  Salaz.  Sal.  esp. 
dejar  mi  coraüún  lan  libre  y  raso  d^ste  mal,  como  la 
Urna  de  U  mano. 

Lomo  y  «'«rlioso,  todo.   Dijose  de  raso  y  velloso,  es  decir, 

y  peludos,  lodo*.  Gfos,  á  Mingo  R&b.  24:  Yo  soiié  esto 

ida»  /  de  que  estoy  cstremiiloso,  /  que  ni  raso  ni  velloso 

»rd  de  csla  v^ada.  Fons.  V.  Cr.  3,2,  par.  1 7;   Eso  hace  la 

Dios,  que  no  deja   roso  ni  velloso.  J.  Pulo  pí.  21 1:  Muerto 

ne  ya  tu  rostro  hermoso,  /  pues  es  de  cuanto  ve  roso  y  velloso. 

C.  de  e.:  Que  no  había  de  dejar  roso  ni  velloso,  ni  piante  ni 

lie.  Obk.  p.  37:  Qué  pulgón  en  las  viñas,  que  no  ha  dejado 

ni  velloso.  Cacer,  ps-  72:  No  dejan  roso  ni  velloso.  Abrasan 

Bundo  con  su  lengua.  D.  Vega  ÚÍsc.  áom.  3  cuar.:  Que  ni  deja 

I  ni  vcUodO,  rama  ni  hoja,  no  deja  renuevo  ni  pimpollo  de  virtud 

I  no  lo  arranca  y  destruye.  J.  Pin.  Agr.  26,33;  Que  meten 

oso  roso  y  velloso,  como  les  parezca  serles  de  provecho. 

I  /Vi  dejó  roso,  ni  velloso.  (Para  significar  que  lodo  lo  arrebañó; 

b  consonancia  dice  roso  por  raso),  c.  211. 
\  Si  roso,  ni  veíhso.  (Loque  ni  grudo,  ni  menudo;  no  dejar 
I  de  lodo),  c  &53. 
So  qaedó  roso  ni  velloso,  c.  560. 

tlRM-M,  abertura  ó  ralera  que  se  hace  en  lelas  endebles  sin 
nper  U  trama  ni   la  urdimbre.   Páramo  elevado  y  llano,  donde 

hacer  rozas  y  tener  sus  brañas  los  vaqueros  de  Asturias. 

ttn^-Illa»  lela  delgada  de  tana;  ladrillo  Fino  para  solar. 

HaMa-nicut-Vf  enteramente,  llanamente,  de   manera  rasa. 

Agr.  ]  1,7:  AUs  rasamente  condena  á  Pitágoras  de  la'palin- 

Id.  11,8:  Escoto  rasamente  concede  que.  Id.  2J2:  Séneca 

■mente  que  la  idea  es  ejemplar  6  dechado  eterno  de  las 

[IxóH  CanL  7,A:  Que  ni  dejen  por  temor  de  decir  rasamente 

í  deben. 

(■.4^^r«  de  ras,  y  aíii  propiamente  es  pasar  la  mano  ó  el  rase-  , 

la  medida,  que  quede  llana  y  llena,  y  luego  del  pasar  cuak ' 

rota  cosa  rozando  lijeramente  sin  raer,  como  la  bala  ó  la 

,pOT  una  superficie.  Atex.  1361:  La  cárcava  es  bien  fonda, 

ktaicn  rasada  (llena). 

(e|kx.  Ponerse  raso  el  cielo.  A.  Alv.  Dom.  4  atar.  ¡  c:  Des- 


204  Origen  y  vida  del  lenouaic 

-ti  á 

pues  de  un  airecillo  que  se  levanta  y  sopla,  se  limpió  la  nube  y 
rasó  el  cielo. 

Rasarse  los  ojos  de,  con  lágrimas,  llenarse  de  ellasi  como  vasi 
poniéndose  al  ras.  G.  Alf.  1,21:  Y  casi  se  me  rasaron  los  ojosi 
agua.  Id.  2,1,8;  Que  no  pude  resistir  sin  rasárseme  con  lágrimas  I 
ojos.  Id.  2,2,7:  Que  se  me  rasaban  los  ojos  de  alegría  (de  ügí 
mas  de  alegría).  Manrique  Laurea  2,4,3:  Rásansele  los  ojos  de  agí 

Kasa-nte,  línea  rasante  en  fortiñcacionet,  batería  rasait 
etc.,  al  ras  con  el  agua,  el  suelo,  etc. 

KMN-«^ro,  palo  rollizo  que  iguala  y  rasa  la  medida  de  tr^ 
etc.  Pie.  Jast.  f.  45:  El  rasero  no  os  obligó  á  tenerle  en  el  arca,  qa 
si  hay  tiento,  el  rasero  está  en  la  mano. 

Meta/,  igualdad  rigurosa. 

Echar  el  rasero.  (Por  igualar  y  quitar  las  demasías),  c.  536. 

El  rasero  lo  lleva;  ó  el  rasero  se  lo  lleva.  (Díccse  de  lo  que  p 
rece  que  se  colma  en  las  medidas  de  granos,  que  se  han  de  raer, 
se  aplica  á  otras  cosas),  c.  106. 

El  rasero  lo  llevará.  (Lo  que  sobra  en  la  medida,  y  acomódi 
á  otras  cosas),  c.  521. 

Ir  por  un  rasero,  tratar  por  igual,  ser  iguales.  Zamora  Jlfo 
mist.  pte.  7,  Santiago:  Úsese  de  una  medida,  vaya  todo  por  un  n 
sero,  no  perviertan  los  particulares  intereses.  J.  Pin.  Agr,  22,2! 
Porque  ni  las  costumbres  ni  trajes  ni  los  gustos  van  por  un  rasetOk 

Llevarlo  todo  por  un  rasero.  (No  hacer  diferencia  de  pcraoifl 
y  cosas),  c.  485  y  625. 

Llevar  por  un  rasero.  Cacer.  ps.  9:  A  todos  lleva  Dios  por  i 
rasero.  Cabr.  p.  217:  Y  no  es  razón  llevarlos  á  todos  por  un  rasen 
Cácer.  ps.  48:  En  el  morir  todos  serán  iguales.  A  todos  los  llevar^ 
por  un  rasero. 

Medir  por  un  rasero,  tratar  por  igual.  León  Ca/nf/io:  Porqi 
en  su  regir  no  mide  á  sus  ganados  por  un  mismo  rasero. 

Pasar  por  el  rasero,  igualar.  J.  Pin.  Agr.  3,8:  V  así  quiero  pi 
sar  por  el  rasero  conque  os  he  pasado  á  todos. 

Pasar  por  un  rasero.  J.  Pin.  Agr.  23,27:  En  caso  que  ñioi 
tantas  las  malas  como  las  buenas  y  hovieran  de  pasar  todas  por  C 
rasero. 

Todo  ¡o  llevan  por  un  rasero.  (Cuando  nos  quejamos  qufe  ■ 


distinción  de  personas,  y  se  aligue  tanto  i  uno  como  i  oiro 
na      I        420. 

>-    i--  '     tumo   rasero,   y  herramienta  de  carpintería  para 
QuzM.  Bienes  p.  143:  La  muerte  es  la  rasera  que  á 
no*  hace  tgul».  Za«40Ra  Mon.  mist.  píe.  3,  Concep.:  ñlíos  ta 
dr  la  culpa  original  les  rayó  la  vida.  Serafina:  Medirlos  por 
fSeneíal. 
k-i«>'ai9ar,  de  rasar. 
intrans.  quedar  raso  el  cielo,  sin  nubes.  Espin.  Baílest  2,3: 
ndo  llueve  toda  la  noche,  y  at  amanecer  arrasa  y  sale  e!  sol  muy 
ly  «.tn  viento. 
\Trans.  poner  al  ras.  Ovteoo.  H.  índ.  50,  26:  Deshicieran  la  di-»^ 
c  la  arrasaron  hasta  el  agua. 
•tnar  ó  híicer  colma:  liasla  el  borde  ó  al  ras,  arrasado,  colmado 
,  GovARR.,  Tesor.  1671).  De  aquí  en  particular  de  las  lágri- 
i  que  llenando  lo^  ojos  rebosan  un  poco  y  de  las  olas  que  pasan 
cubierta.   Qíí(í.  2,40:   Dijo  esto  con  tanto  sentimiento  la 
I  que  sacó  las  liornas  de  los  ojos  lie  Iodos  Eos  circu asíanles, 
i  arrasó  los  de  Sancho.  Casu.  p.  622*.  Qué  lágrimas  de  placer 
:  vuestros  ojos? 
a»  la  medida  con  el  rasero.  CovAfta:  Rasero  con  que 
iisiiatamos  la  medida. 
^MttaJ.  /jiüAxxTA  Dia  f.  p.  !,  c  /:  Arrasa  con  el  dedo  el  sudor  de 

nr,  allanar,  driando  raso,  como  la  medida  arrasada.  Zamo- 

V.  mist.  pié.  3,  ps.  47.  v.  ¡I:  El  muro  era  estucado,  ]íso«  arra- 

itlü  '  arnfio  no  lfní;i.  Id.  pU.  7,  San  Marcos.  Toma 

liLL  .,  .  .  „Liirle  y  arrasarle.  fd,pte,  2,  L4,  pie.  3,  Simb.S: 

desta  parte  arrasaban   la  cera.  Vaiverde    V.  O".  5, 

fque  para  lan  inmensa   mulliluJ   de  reos,   como  han  de 

anic  mí  no  será  bastante  su  amplitud  (drl  valle)  se  arra- 

■  motile  de  tas  olivas,  continuándose  con  lo  llano  y  humilde 


•ar  aba]0  allanando,  y  vencer^  domeñar.  Lope    TV 
>do  lo  tumba  y  arrasa.  Entret.j.  3:  Que  no  lo  arra- 
s  H.  E.  1 1,0:  La  villa  de  Trcncatayo,  que  era  muy 
)  kAidü  que  U  hubo  por  fuerza,  la  allanó  y  arrasii  el  año 


206 


OrIUEN  V  VIOA  DEL  LEHUUAJf 


1161.  OvALLE  H.  Chile  f.  215:  El  gobernador  entraba  ana 
todo,  y  así  pudo  pasar  sin  resisicncia. 

Quitar,  hacer  desaparecer.  ].  PtN.  Agr,  24,16:  ArráSAtne 
cmtauro  de  las  aguas  del  adriático  mar  de  Venecia,  pon 
quiero  engolfar  Irás  una  gruesa  armada.  Zamora  Mon.  mis 
SanHogO'.  Pues  si  U  sujeción  es  tan  fuerte,  que  tales  dlfic 
[á  fuerza  de  trabajo  arrasa.  Ovalle  fí.  Cftiíe,  123:  Otra  horri 
menfa  les  llevó  los  castillos  de  proa,  y  fué  menester  cortar  y 
los  de  popa. 

Reflex.  colmarse  liasta  el  borde,  llenarse,  sobre  lodo  de  l( 
lleva  con,  de,  pero  no  ertt  como  quisieron  Salva  y  otros  por 
tender  la  meláfora.  que  cslá  no  en  anegarse  en  lágriiius,  ! 
üenarse  de  6  con.  CMCzn.ps.  77;  En  lugar  de  llover,  se  a 
cielo  con  pájaros.  Quij.  2,48:  Se  me  arrasan  los  ojos  de  láf 
Lis.  y  Ros.  2,2:  Los  ojos  se  me  arrasan  de  agua.  Pk.  Just.  2, 
Se  me  arrasan  los  ojos  de  lágrimas.  S.  Cornel.:  Ya  en  est 
arrasaban  los  ojos  de  lágrimas.  Cabr.  p.  409^  Con  los  ojos 
dos  de  lágrimas.  Santamaría  H.  Profef.  1,16:  Levantando  á 
ánimo  confiadísimo,  los  ojos  arrasados  de  agua,  dijo  así. 
Monte  Catv,  1 ,53:  Si  se  me  arrasan  los  ojos  de  lágrimas  no 
por  estarlo  aquí  escribiendo. 

Destruirse.  Zamora.  Mon.  mis!,  pte.  3,  Ásanc:  Arrasai 
torres  con  el  fuego,  arrastrar  sus  banderas. 

Arrasado  de  lágrimas.  J.  Pin.  Agr.  22,3:  Respondió  él  ar 
de  lágrimas. 

Arrasar  con  el  suelo,  ó  tierra,  echar  abajo,  poniendo  al 
el  suelo.  Cacer.  ps.  1 6:  Hasta  que  arrasaron  el  templo  con  el 
Ui.  ps.  73:  Han  arrasado  el  lugar  con  la  tierra,  no  han  dejad 
con  cosa. 

Arrasar  por  tierra.  Oran.  Slmb.  2, 1 4:  Fué  abrasado  y  ai 
fcpor   tierra,  sin  quedar  en  ella  piedra  sobre  piedra.  Cacer. 
"Hínlo  arrasado  todo  por  tierra. 

Arrasarse  en  lágrimas,  barbarismo  por  de.  Es  que  lo  coi 
con  anegarse  ó  bañarse;  hiendo  así  que  lo  que  vale  es  rebos 
ojos  Henos,  satir  como  al  arra^r  la  medida  de  trigo  con  el 

En-ras-ar.  Igualar^  allanar,  por  ejemplo  las  paredes, 
poner  al  ras  ó  ras-o. 


f^ 


56.  n^/or. 


20T 


fntrans.  dícese  de!  estar  una  cosa  en  el  mismo  plano  con  otra, 
*  coa  ras;  y  de!  quedaisc  liso  y  raso  en  el  refrán:  Guüy  det  raso, 
Oiidb  empela,  y  del  terciopelo,  cuando  enrasa;  ó:  Cuando  el  pelo 
)fnsa  y  tí  raso  emptía,  muy  maí  anda  la  seda. 

Puertas  enrasadas,  las  de  labias  muy  juntas  y  sin  entrepaños  m 
Ibridos. 

Enra»  c,  posv.  de  cnras-ar. 

Ri^ar.  K¿írimg  lo  trae  de  ■radulare,  radula,  radcre  raer,  aun- 

coa  duda.  Y  con  razón,  pues  J  no  viene  de  d,  di,  dut  en  caslella- 

ígo  racha  y  rachar  por  raja  y  rajar,  y  en  antiguo  castella- 

iO.  Además  raza  viene  de  raja.  Tenemos  pues  raja,  racha 

en  el  mismo  caslelfano.  Esta  variedad  de  silbantes  siempre 

eusfcera,  donde  hay  varias  y  dificultosas  para  nuestro  idio- 

T  al  cual  loman  estas  variante/,  ch,  z,  como  veremos  en 

mucbos  vocablos.   E\  primitivo  valor  es  el   de  golpear^  de 

ó  arra-tz,  ts  decir  andar  con  la  mano,  ya  golpeando,  ya  ara- 

I,  ya  araslrando,  como  en  ras>  rasar.  «Pódame  en   Enero,  rdja- 

a  Abril,  y  déjame  dormir»,  dice  la  vina  cu  el  refrán  antiguo,  es 

iábrame  6  Hmpiame,  rastrillando,  etc.  (V.  Rachar);  raj-a  es  el 

derivado. 

partir  en  astillai  ú  trozos  largos  algún  leño.  Quij.  1 ,52: 
dcstrooL,  asuela,  raja  y  parte.  ZAMOftA  Mon.  mist.  pte,  3, 
No  se  contentará  con  rajar  los  arcos,  romper  las  picas. 
fionr.f,  7S:  Rompió  en  él  su  laura  por  tres  partes,  y  la 
la  arandela,  sin  que  alguno  dellos  tomase  revés.  Cid  365S: 
los  pelos  de  la  cabei^a,  bien  ala  carne  tegaua  Ccon  la  espada). 
UííaJ.  cbariar  míniiendo,  hablar  mal  de  uno^  braveando  sobre 
Seitag.  4'2:  Mas  mira  que  rajes  lar^o  (con  la  dama). 
^rajal  del  que  charla  con  facilidad, 
fOttu  rajal  del  que  mucho  parla. 
fftja  como  un  descosido,  charla  mucho. 
R^f-ad-iltc»,  confitura  de  almendras  rajadas  y  bañadas  de 
•  Pragm,  Tas.  1630,  f.  4Q:  La  libra  de  rajadillo  á  cinco  reales. 
lUjad-hco  ficjl  de  rajar. 

R^a-broqueleA,  el  valentón  y  camorrista.  Estetan,  4:  Y 
It  mistad  de  mis  rajabroqueles. 


Raji»'tab]a  (a),  con  brío,  como  quien  de  un   golpe  ni>a  uu., 
f  tabla,  pronto  y  deprtsa.  Un  rajatablas,  reprimenda. 

lifijj-A.  astilla  que  se  corta  al  raj*ar,  hendidura,  pedazo  alo 
largo  cuyo  posverbal  es,  6  la  liendidura,  pedazo.  QaiJ.  2,28:  Sus6 
f  tándome  con  rajas  de  queso.  Galat.  &,  p.  97;  A  la  luz  de  una 
de  teoso  pino. 

Cierto  género  de  carisea  i^  paño  prensado   (CovARR.)r 
racha  y  raza.   QuiJ.  1,6:  Una  sotana  de  raja  de   Florencia.  Voeú^ 
Crasca-  Rásela  Florentina,  Diciamo  Rascia  á  especie  di  panno 
di   tana;  ma  soiüe.  Zabaleta  Día  /.   TrapiHo:  El  vestido    de 
de  Segovia. 

Hacerlo  rajas,  romperlo.  Cacer.  ps.  73:  Como  si  corlaran 
en  un  nionte^  asf  hacían  ra^as  las  puertas  del  templo.  Qftij,  1,6: 
oliva  se  haga  luego  rajas  y  se  queme.  Cárcel  Sev,:  Déjame  que] 
haga  rajas  entre  estas  manos. 

Hacerse  rajas.  (Hacer  algún  ejercicio,  como  bailar,   trabaía^ 
argüir),  c.  630.  Vizc.jtng.:  Y  yo  me  haré  rajas  bailando  en  la  fíe 

pequeñas  rajas  ef  fuego  efícienden,  y  los  grandes  maderos  i 
sostienen,  c.  390. 

Sacar  raja,  ó  racha,  aprovecharse  de  algo.  Ctlest,  IV,  p.  ^ 
Que  nunca  mete?  aguja  sin  sacar  raja. 

Si  queréis  satter  dónde  vengo,  de  Hacérmelo  rajas  vengo,  {i 
aldeanos  dicen  rachas;  es  contra  necios  preguntad  ores.)  c.  257. 

K»j-íLa,  dimin.  de  raj-a.  QaiJ.  2,66:  Con  no  sé  cuantas  rají^ 
de  queso  de  tronchón, 

li£«j-uela,  dimin.  de  raj-a.  Mañero  Apol,  37:  No  btc 
unas  rajuelas  de  lea  para  tomar  larga  venganza. 

^  aj't'líi,  paño  que  llaman  raj-a,  mezclado  y  variado  de  colore 

Rüja-dura»  raja  ó  aberlura. 

Raj-uñap,  en  Venezuela  por  rasguñar^  de  raj-ar  con  la  I 
ó  con  el  sufijo  -uñ. 

Hüjiíin-o,  posv.  de  rajuñ-ar. 

Itzicbaí*.  Variante  de  rajar  y  razar^  que  confirma  la  climulú 
cuskérica.  Rocho  por  rajado,  como  ras-o  de  ras,  del  arratz 
mano,  de  golpe,  y  racha  por  raja.  A/exandrí  457:  Diér.  7 
golpes  en  medio  los  escudos,  /quebrantaron  las  lanzas  ^^ 
ennos  punnos,/amba5  cayeron  rachas  é  pedazos  menudos. 


56.  racha,  raza. 


209 


rachar  es   «rajar,  rasgar,  hender,  dividir  una  cosa  i  fiieria  y 

strumeato.  Racliou  .i  roupa.  Rasgó  ía  ropa.  Cal  lostrego  sutil 

nube»  rachiL  Cual  relámpago  sulíl   que   las  nubes  hiende. 

rajas  de  piedra,   conchas,  eíc,  en  las  aberturas  ó  rendijas  de 

[pared,  revoatrb».  Rachún:  •Rasgón.  roUira  de  vestido,  etc.> 

tdura:  «Rasgadura,  acción  y  declo  de  rachar».  Rachado:  «Des- 

idrajado,  rasgado,  descosido,  despedazado,  andrajoso,  etc.  Des- 

,  desvergonzado».  Rachadela:  •  Pequeña  hendedura  ó  abertura 

cuerpo  cualquiera».   Racha:  <Ra|a  6  astilla  que  se  corta  de 

leño»  (Valladares),  En  Asturias  rachar  y  raxar  (rajar)  son 

no.  i 

Richar  es  ta^or,  rajar.  J.  Pis.  Agr.  24,37:  Vo  mandado  tenía  que 

^alguaciles  y  porquerones  rachasen  la  cabeza  á  cualquiera  que 

|Ib  atreviese  á  quitar  los  presos. 

Rach»-bode|fas,  rompe-bodc^as,  gran  beberrón.  J.  Pin. 

f.  8,16:  Hasb  ganar  nombres  vinosos  por  donde  andan,  y  otros 

t  tlaxnan  rachabodegas  sin   entrar  en  etlas^  mas  hacen  andrajos  el 

Id.  P"  "■      Qué  se  puede  decir  de  los  eclesiásüco^  públi- 

Li  al  vino,    que  sin  tes    hacer  agravio  pública  y 

Ble  los  llaman  rachabodegás  y  maestre  buen  vino? 

Raeh-n,  posv.  de  rach-ar,  y  es  hendidura  ó  raja,  en  minería 

l^dc  madera.].  Pin.  ^r.  28,l4r  No  saben  de  oración  más  que..., 

I  todo  piensan  que  han  de  hacer  racha  los  cielos  para  entrar 

tá  pesar  del  aduana.  A/cx.   161*.    Rachas  ñzo  la  lanza  que 

1  el  punno.  Corr.  257:  De  hacérmelo  rajas  vengo.  Los  aldea- 

I  rachas. 

íkilpc  fuerte  de  viento,  golpe  breve  de  fortuna  en  el  iitego,  serie 

como  UTtt  lista  ó  raja  6  ra/a  en  ct   paño  y  la  tiendidura 


^Techas,  á  intervalos,  con  desigualdad. 
Hftza.  De  este  vocsblo  español  y  portugués  ^lió  el  italiano  raz- 
;  se  halla  ya  en  el  s.  XIV,  y  francés  race  en  el  s.  XVI,  del  cual 
i  el  infles  su  race  en  el  mismo  siglo,  y  d  alemán  Rasse  el  s. 
I  lo  Bitimo  que  Icaste  de  casta.  Hay  quien  trae  raza  del  arábigo 
que  dio  m  en  castellano;  las  demás  e|imníogí.is  antes 
■  ton  peores.  Ks  una  criante  de  raja  y  racha,  y  díjose  raza 
a,  ó  ra/a-go,  y  aplicada  i  las  telas  vino  Á  sig^nífícar  la  U4ta 


210  Okioen  y  vida  del  lenquajÍT,  ^ 

■  —.--.  ■       ■  .._       ■  ^  ■  ^ 

que  distingue  en  ella  un  pedazo  de  lo  demás;  de  modo 
abrirse  se  dijo  distinguirse  ó  separarse,  y  de  aquí  el  disi 
casta,  asi  como  ralea  de  ralo.  En  Hita  94:   Non  ay  paño  sy 
Es  decir  sin  marra.    Nebrija:  «Ra^a  de  paño,  panni  raritas: 
aberturas.   Covarrubias  dice  del  Rec-el   ant.:  «Cobertor 
delgada  y  lisiada,  qnasi  racel,  especie  de  paramento  delgado, 
qUasi  racel  porque  está  razado  y  listado,  porque  raza  s 
la  lista   que   hace  diferencia   en   lo  demás  de  la  tela».  «1 
el  paño  la  hilaza  que  diferencia  de  los  demás  hilos  de  la 
Tesoro  1671:  Raza  del  paño,  un  rasgoncillo  ó  deshilachadc 
p.  286:  Paño  al  parecer  finísimo,  y  desdoblado  tiene  mil  raz, 
y  Ros.  5,1:  Cuanto  más  que  en  el  buen  paño  cae  la  raza.  H 
Diz  la  dueña  sañuda:  non  ay  paño  syn  rra^a.  Fons.  K  Cr.  3, 
paño  tan  fino  en  quien  no  se  halle  raza. 

Raja,  fuera  del  paño.  Jineta  p.  83:  Tendrá  excelentísimos 
sin  que  les  salga  cuartos,  cercos,  razas  ni  sequedad. 

Metáf.  Hita  504:  Con  el  dinero  cumplen  sus  mengua 
Ra^s, 

De  aquí  calidad  distintiva.  León  Jesús:  De  la  flaquez 
nacimiento  y  de  la  mala  raza  que  tienen.  Retabl.  marav.:  N 
puede  ver  las  cosas  que  en  él  se  muestran,  que  tenga  alguna  i 
confeso. 

Clase.  D.  Veoa  Conc:  Fué  concebida  limpia  y  pura,  y  aj 
toda  raza  "de  culpa.  Quij.  2,32:  Fsta  raza  maldita  (los  encantat 

Casia  ó  calidad  uiáíintiva  de!  origen  ó  linaje.  J.  r'iN.  A^ 
Que  Bayarte  y  Briliadoro  Tuercn  '.le  la  raza  de  vuestros  caballos 
1,28:  Gciiíe  llana,  sin  mezcla  de  alguna  raza  malsonante.  Pint 
p.  80:  Los  señores  que  íieneii  raza  y  cría  de  yeguas.  Mariana 
22,1:  Ko  de  otra  manera  que  los  sembrados  y  animales,  la  r 
los  hombres  y  casta  con  la  propiedad  del  cielo  y  de  la  tierra, 
todo  con  el  tiempo,  se  muda  y  se  embastarda. 

De  buena  raza,  de  buena  clase,  familia,  condición. 

De  raza  de  titanes,  forzudo. 

El  can  de  buena  raza,  si  hoy  no  caza,  mañana  caza.  £t 
nacido,  por  traviesas  que  tenga  algunas  acciones,  al  cabo  obra 
-quien  es.  El  can  de  buena  raza,  siempre  ha  mientes  delpai 
caza. 


56.  arrastrar. 


211 


J-  '-"'r  razatk  sal  que  torta  de  jabón,  6  que  pan  de  Jabón. 
■c  sol.  F.u  esta  acepción  qtie  Irae  Nebrija,  por  rayo  de 
\6  de  luJt,  ten€mo»el  primitivo  valor,  como  raja  ó  hendidura. 

'fí,  amor  de  cortesano  y  ropa  de  vHíano,  no  dum 
..^dños.  c.  477- 
Paxa  del  sol,  rayo  que  pasa  por  una  rendija  (7esor.  1671), 
Tener  raza  de,  como  raza  de  so!,  hilacha,  pizca  de.  Zabaifta 

r/.  1,15:  C:-  ' ,'a  de  bs  qcie  se  oyen  ha  menester  más  priie- 

ira  ver  si  i.  de  mentira  que  un  prelendienle  de  un  colc- 

I  para  ver  si  lien;  alguna  mala  raza. 
I  Tomar  ¡a  raza,  en  Salamanca  tomar  el  so)  dentro  de  la  ciudad; 

I  aclarado  por  raw  de  sol,  rayo  delgado,  no  sol  lleno. 
Raz-ttdo»  del  tejido  de  desigual  hilaza,  con  lisL<is  que  desdi- 
1  de  lo  demás,  de  raz-a. 

'  liaz-ii'ln,  en  Salamanca  caer  una  tniáa,  molliznar,  de  modo 
:  e*  un  golperito  de  agua,  mollina. 
Ra¿.-a|CO,  lienzo  de  c&topa  muy  tosco,  que  también  llamaban 

1,  del  tener  basta  h  raza,  ú  sea  ralo  el  tejido. 
Rec<»l,  de  riic-el.  de  raz-a  (véase).  L.  Fern.  31:  Y  un   rece! 


lt«.*t?«?IIO|  lan.!  de  recello  la  larga  y  basta  de  las  patas,  ele,  que 
kde  las  ovejas  (Halencia);  v.iriantc  de  racel,  por  lo  desiiilacba- 
üe  se  p>areci,'. 

A-rfOMti'ar,  del  antiguo  arrastar,  como  se  ve  por  el  portu- 

rastir,  y  por  '.oJos  !cs  derivados  en  castellano  .inífgiio,  portu- 

10,  que  nn  tienen  -//-,  la  cual  s.-íI¡6  posteriornicntt;  como 

:  slella.  algtiandre  de  aliquando,  fuerlcmientre  y  demils 

atrc  de  -mente,  tresoro  de  tesoro,  delantre,  lasírc— fr.  lasle, 

idr  "■•— t'"n,   rislra  de  restis,  comitte  de  comité,  etc.  No 

^puc  mm,  pues  el  tiiisino  rastro  por  zarzo  es  erudito 

ettat  vicnt  aet  anti^o  rasto.  En  euskera  arrast  onomalope- 

itasu  ú  rozar,  del  arrastrar,  arrasta  galga  que  hace  ir  arras- 

iy  rozando  el  carro,  etc. 

Itíram,  ir  arrastrando.  Qaij.  2,9:  Por  el  luido  que  hacia  el  ara- 

tirntíraha  jior  el  sudo.  Araac.  23:  Otros  á  galas,  otros  de- 

t  /  arraítrando  procuran  acogerse  /  á  algún  reparo  ó  hueco 

fh  senda.  Qucv.  Provid,:  U  cigüeña  si  no  se  abale,  t\o  Vraij^  tiV 


212 


OKIOEH  V  vroA  DEL  LÉNQUAJt 


aprisiona  á  !a  cukbra,  que  arrastra.  Qaij.  2,44:  Los  cabdlof, 
3Jr¡os»/que  tn  pié  por  el  suelo  arraslran.  Id.  2,23:  L'n  ven 
^anciano,  vestido  con  un  capuz  de  bayeta  morada^  que  por  c 
le  arrastraba. 

Metafor.  Qv^.Job:  Yo»  que  no  puedo  volar,  como  los 
res  sagrados»  ni  vencer  las  costumbres  con  ia  diligencia  de  I 
,sos,  hago  ini  jornada  arrastrando. 

De  mala  gana.  S-  Ter.  Mor,  5,3:  Aunque  arrastrando  c 
mos  con  la  obligación  para  no  ser  pecado,  no  llegamos  con 
á  lo  que  ha  de  ser  para.  Avila  Aadi.  16:  Que  no  va  arrastranf 
que  le  manda  la  razón^  mas  obedece  con  deleite  y  presteza. 

Eti  e]  juego  de  naipes,  saltr  jugando  alguna  carta  del  pa 
es  triunfo  para  que  asistan  los  demás.  Moheio  Aat.  y  Seleac 
Que  mi  amo  tiene  mal  juego,  /  pero  si  el  Príncipe  arrastra. 

Trans.  llevar  por  el  suelo  tirando.  Oraw.  Simb.  2, 1 3^1 : 
ron  i  la  cárcel  y  sacándolos  los  mataron  cruelmente,  arrastra 
unas  veces  boca  arriba,  otras  veces  por  las  espaldas,  kl.  3,3, 
fi  2:  Para  que  todas  las  }{enles  arrastrasen  y  quemasen  los 
que  antes  adoraban,  Zamora  Mon.  mist.  pte.  2,  Simb.  /J 
l^rraslrando  tas  cadenas,  como  esclavos.  Caíík.  p,  185:  Ti 
dolé  arrastrado,  cosido  y  pegado  con  la  tierra.  Galat.  \:  U 
arrastrando  adonde  León  ida  estaba. 

De,  QuKV.  Entnm.:  Con  garfios  me  arrastraron  de  las  q 
por  Eas  calles. 

Por  Gran.  5í/n6.  4J6:  Arrastraban  las  mujeres  por  lo* 
líos,  Mend.  G.  Gran.  2:  Le  sacó  arrastrando  por  los  pies  un 
d  quien  dio  libertad. 

Arrastrar  sedas,  etc.,  por  usar  vestidos  ricos,  rozagantes.  7. 
Mon.  mist.  pte  3,  Asunc:  Reina  de  ciclos  es,  brocados 
Gran.  Simb.  1,10:  También  muchos  de  los  que  arrastran 
terciopelos. 

Metaf.  violencia  en  el  obrar,  aliciente  en  el   atraer.  Qai^. 
Pero  Iraeslos  (los  refranes)  tan  por  los  cabellos,  que  los  arras 
iJio  los  guias.  Mañero  Pref.  57:  Al  que  con  la  vivera  de  Ia 
I  no  le  lleva,  con  ta  energía  te  arrastra. 

De  las  pasiones,  impulsar  fuertemente.  RaJ.  didt.j.J:  An 
di  de  an  deseo  /  sin  provecho  resistido.  Torr.  FU.  mor.  4,2t 


^an  !a  intención  recta  de  acertar,  sin  que  tos  arrastre  la  pasión 
Iteres.  D.  VcoA  lod.  tant.:  Llevar  su  auditorio  arraslrado  por 

^Uas  quebrada»  y  por  aquellos  peñascales  y  breñar.  Quev.  Mas. 

?«.  65;  Uera  Mario  d  ejército,  y  á  Mario  /  arrastra  ciego  la  ani- 
de imperfo.  Moretd  Desd.  c.  desd.  í,¡:  Pues  la  que  no  pudo 

ble  ;  ¿Porque  os  arrastra  enemiga? 

\Reflex.  ir  por  tierra  rozando.  Quij.  1,41:  Vimos  sus  obras,  que 
arrancarse  las  harba$,  mesarse  los  cabellos  y  arrastrarse  por  el 


^ Mtiúf  reoaprse  con  alguien,  adularle,  y  aún  se  añade  eo/no  las 
iras  ó  lagartos,  ó  por  el  lodo,  por  los  suelos. 
Andar  arrastrando^  en  trabajos  ó  no  podiendo  andar.  O.  Pmti 
I.  1:  Que  arrastrando/algunas  veces  anda  y  con  gran  pena. 
Arrastra  ese,  y  vuelve  por  otro.  (DCccnlo  cuando  pasa  aíguno 

do  en  bestia.)  c.  69. 
Arrastrar  ai  codo,  en  et  juego  siendo  mano,  con  intento  de 

al  si^icnlc  con  provecho  propio  y  de  tos  demás. 
Arrastrar  bayetas,  estar  enfermo,  vivir  con  gran  trabajo. 
Arrastrar  cadenas,  ir  preso. 
Arrastrar  coche,  ser  rico  y  poderlo  gastar. 
Arrastrar  data,  requerir  de  amores. 
/Afraifroriír.' apiHlrofc contra  el  que  menospreciamos. 
Arrastrarte  de  malUfa,  metaf.  hacerle  daño,  apurarle. 
Arrastrarse  como  tas  culebras,  del  zalamero  y  ruin. 
Arrastra  tma  silla  y  siéntate  en  el  suelo,  cuando  vemos  i  une 
Ipié  por  faltar  asiento. 
Hacer  algo  arrastrando,  de  mata  gana. 
I  qae  arrastra,  honra,  de  las  ropas  rozagantes,  y  dícese  con 
l.dcl  desaliño.  L  Ohac,  Crii.  36:  Antes  lo  que  honra  arrastra 
:  i  muchos  más  arrastrados  que  sillas. 

¿airar  ó  traer  la  soga  arrastrando,  del  que  huye  de  la  justicit 
íf  Tfnje  la  víndidí  pública.  Qucv.  C  de  c;  Llevar  la  soga  arras- ' 
en  que  es  la  mayor  desdicha.  Vo  he  llevado  arrastrando 
^MH  t  bailo  que  es  peor  que  la  soga  lleve  arrastrando  al  hombre,  < 
Trvtr  arrastrando,  de  lo  penoso,  CAcctt^s.  87:  He  traído  la 
I  *Ai  unsinndo. 

Tnerie  arrastrando,  aburrido.  Obreg.  Q:  La  vida  le  liacarra»*] 


214  OatOtN  V  VIDA  DEL  LENGUAJE 

tranda-  Quev.  Mus.  6^  rom.  8;  Soy  pecador  lransparen(e,/dijo,  que 
truie  arrastrando/un  año  ii  as  una  luerta/á  un  caballero  Don  Pablos, 

Arra^tr-aílo,  partic.  dearraslr-ar  y  comoadjeEÍvo  ¡o  pena- 
so,  violeníauo,  despreciado  y  desgraciado.  Quij,  2,57:  Volverme  yo 
aurora  á  las  arrastradas  aventuras  de  mi  amo.  Quev.  Cas.  he.  am.: 
Y  cuan  arrastradas  andaban  de  ordinario.  Cacer.  ps.  88:  Traían 
arrasirada  la  honra.  ALARt.  Semej.  á  si  mismo:  Que  anda  como  la 
culebra, /toda  su  vida  arrastrada. 

Arrastrado  es  también  el  bribón  y  picaro,  el  afligido  y  muy 
trabajado,  el  desdichado  y  desastrado. 

Andar  arrastrado,  ó  arrastrando;  vivir  arrastrado.  (Encarece 
esta  frase  el  afán  y  trabajo  con  que  uno  vive  por  miseria  6  enferme- 
dad y  ganando  la  vida.)  c.  513. 

Arrastrado  te  veas  de  la  cola  de  an  piojo,  maldición,  que  luego 
se  recoge  con  la  misma  frase  que  templa  la  mala  intención  por  la 
chanzoneía  con  que  acaba. 

Traerle  arrastrado,  por  fuerza.  S.  Ter.  Vida  11:  Y  es  gran 
negocio  no  traer  el  alma  arrastrada,  como  dicen,  sino  llevaría  con 
suavidad.  Fons.  Am.  Dios  3:  Et  los  trae  arrastrados  y  aborridos. 

Traerle  arrastrado,  humillado.  Cacer.  ps.  43:  Tráennos  arras- 
trados por  esos  suelos. 

Vivir  arrastrado,  vida  arrastrada,  pésima.  Cacer.  ps.  68:  No 
alzarán  jamás  cabeza  y  desta  manera  vivirán  siempre  arrastrados. 

Aprastpa-muei'los^  en  naut.  el  que  los  recoge  y  lleva  i 
los  heridos  á  la  bodega  en  el  combate. 

Appastra-neg^ooios.  Allá  va  arrastranegocios.  (Dfcese 
de  las  personas  desaliñadas  que  hasta  los  mismos  vestidos  arrastran 
desiguales  y  mal  puestos),  c.  7 1 . 

Api*astpa-piés.  L.  Moratin  í.  2  Obr.  posf.,  Carf.  129: 
Ni  el  estruendo  de  las  escaleras,  ni  los  arrastrapiés  de  las  antesalas. 

Arrastr-uz-on-es,  se  aplica  en  la  Litera  de  Aragón  á  las 
personis  y  cosas  que  son  llevadas  á  rastra;  vida  de  privación  y 
pobreza. 

Arpastt*-a,  posv.  de  arrastr-ar. 

A  la  arrastra,  contra  su  voluntad,  á  la  fuerza. 

Arrasti^e,  posv.  de  arrastr-ar. 

De  arrastre,  de  lo  que  incita  á  seguir  é  imitar. 


I 


56.  rastro. 


215 


Ai*raHtpa-nii(*nin.    Col.  ptrr.:  Magullada   del   arrastra- 
»lo  furfa  ilíl  JpLJ'^t=nto. 
Arp«i»lrail-{xo.  Orden.  SeviU.  Afbard. /.  2Ió:  Otrosí,  que 
||t)Cuno  de  iai  dicl;as  albai'deros  ni  otro  por  ellos  no  sean  osados  á 
ir  pap  arraslraúizü.  Es  hoy  vulgar,  por  ej.  de  la  lierra  de  aca- 

etc. 

Arra«tratl-crOt  camino  por  donde  st^  hace  el  arr^tre  de 
icrms,  «ítio  por  donde  se  sacan  de  la  ptaz^  de  toros  los  animales 
írtos. 

Arfastpaid-era,  on  náut.  ala  del  Irínqucle. 
ArpasIr-í-^-oap,  úsa^e  sobre  todo  esie  diminulivof-e/^y 
rttattvo  ('tar)t  diciéndose  de  la  persona  que  anda  despacio, 
cuando  no  v-aya  así  propiamente. 

l>gw  nrrwatrar.  U  Rueda  11^  141:  Sí,  que  Os  pudo  arras-. 
■y  desarrastrar. 

Ra««lrap,  de  arrastrar,  perdida  la  ti-.  Partid.  2,23,2:  Rastrán- 
ü  dcsüjctiibrandolo,  en  manera  qtie  lodos  lomasen  escarmiento, 
rom.  34:  Mirando  rastrar  los  trillos.  Oviedo//.  Jnd.  15,1: 
» Aquello  que  parcs^ce  gusnno  en  una  cosíHa  A  manera  de  cJ&ca- 
"    -n  rastrando.  Í.on  Tirano  cast  W,  486:  Me  obli- 
»(    I         '.do /y  In  boca  por  el  sucio.  0\kcÍa  Codic,  S: 
an  á  dormir  tan  sordamente^  qiíc  podían  raslraltcs  una 
^n  sentirl,,.   Cid.  3374:  Manto  armiño  é  vn  brial   rastrando. 
*'■'.    27  3:   Ivasiríhanlo  por  ticnllas  de   coces  bien  sovado. 
lo  mc-jquina  estaba  catando  mió  Fiiiielo,  /  batiendo  mies 
ellas  nwírando  por  el  suelo. 

•Ira-fti^n,  pobre  labrador.  Rerc.  Mil  273:  finó  el  i^as-l 
rtcrra  bieti  cargado. 
ll4iAtr-ci,  posverbal  de  rasír-ar;  en  pg.  y  gallego  rasío,  que 
'  antes  de  decirse  en  castellano,  como  rastar.  Mada   tie- 
*•'  '"  "^'im  ó  zarzo;   solo  indica,  como  todo  posvcr- 
i;^I  rastrar  6  arrastrar,  y  su  acción.   Monter. 
i^  E  cuando  tal  nutro  (aliare  en  la  ombría,  no  (anga  de  rastro, 
;  r  alimc  bien  m  la  ^nbna,  si  es  de  ese  día. 

,  Afi:__  cío,  barrunto*  :*cn;i|  moral.  Qaij.  2,14:  El  railro  de 
lozañis  os  servirá  de  guia.  Sclvag.  147:  Reniego  de  los  hlrla- 
ni  tengo  mis  blanca  que  un  podenco,  ni  rastro  de  donde  a 


216  Orioen  y  vída  dkl  lenouaje 

presente  me  venga.  Valderrama  Ej.  Mierc.  dom.  3  cuar»  Pues 
hubo  tiempo,  donde  hubiese  algún  rastro  de  cosa  que  pareciese  qi 
olía  á  hipócrita.  Id,  dom.pas.:  Algunos  rastros  y  barruntos  hay,  pirt 
poder  rastrear  quien  es  predestinado.  D.  Veoa  Nac.  N.  SA  Tres  co-i 
sas  hay  criadas,  que  tienen  cierto  rastro  y  olor  de  infinitas.  León. 
Amado:  Su  nombre  apenas  oído,  y  unos  como  rastros  suyos,  impre- 
sos en  la  memoria,  encendían  las  almas. 

También  significó  lo  mismo  que  resto,  su  variante,  de  ráster  dt 
donde  restar  (Ncbrija,  P.  Avcala). 

De  aquí  el  lugar  donde  se  matan  las  reses  para  el  abasto  publica 
y  el  lugar  donde  se  venden  cosas  usadas:  todo  del  raslar  ó.  restar, 
quedar,  por  quedar  como  restos  allí  la  carne,  á  donde  la  van  á  bas- 
car los  carniceros,  y  los  enseres  viejos.  QuiJ.  2»20:  Que  cada  unt 
cabja  un  rastro  de  carne,  MifOrtÉS:  Que  sí  fueran  de  comerj  pudieim 
dar  abasto  á  un  rastro  entero-  L.  Rueda  Dlscord.  J.  2:  ¿HurtíslM 
algo  del  rastro?  En  Honduras  lugar  donde  se  vende  carne  al  me- 
nudeo. 

Además  la  provena,  que  se  arrastra  por  el  suelo*  J.  Pin.  Agr.  \, 
28:  Con  echar  provenas,  que  también  se  llaman  rastros.  Id.  1^3: 
Vengamos  ya  á  lo  del  echar  provenas  ó  rastros. 

En  náut.  un  palo  con  mango  ó  una  armazón  de  palos  con  pun- 
ías de  hierro  para  rastrear  en  las  playas  y  fondos  y  sacar  los  peces  y 
ostras. 

Caerte  en  el  rastro,  dar  en  él.  Cabr.  p.  25:  Porque  no  les  caye-j 
sen  en  el  rastro,  vanse  á  una  gran  ciudad. 

Echar  el  rastro  á  colomera,  c.  141. 

Hacer  rastro.  D.  Vega  S.  Juan  Evang.:  Es  el  rastro  que  bs 
criaturas  hicieron,  que  son  la  huella  que  dejaron  sus  pies. 

No  dejar  ni  rastro,  nada. 

No  dejar  rastro,  ni  señal,  nada.  A.  Alv.  Silv.  Ene.  3  c  §  2:  Qne 
no  hayan  dejado  algún  rastro  de  sí  ó  algunas  señas  de  que  fueron. 
Cacer.  ps.  72:  No  dejarás  rastro  delios.  No  quedará  señal  de  lo  que 
fueron. 

No  quedar  rastro  de,  nada.  Cacer.  ps,  36:  Dentro  de  poco  ao 
quedará  rastro  dél.  Id.  ps.  67:  Desaparézcanse  lodos  ellos  en  un 
momento,  y  no  quede  señal  ni  rastro  delios,  como  no  la  quedi  dd 
humo. 


55.  rastrojo. 


217 


tener  rastro  de.  Fons.  V,  Cr.  pte.  /,  /.  3,  Cena:  Ni  huele  i 
oi  nbe  i  Dios,  ni  tiene  rastro  de  Dios. 
trdtr  el  rastro,  metaí.  de  la  caza.  Gran  suU.  1 :  Con  la  trscuri- 
dimos  /  d  ritstro  de  los  que  hicieron /d  robo  df  Ciara. 
.  Agr.  20.8:  De  pocos  que  se  dieron  con  gran  corazón  ú  ir 
s  Jcl,  no  le  perdieron  el  rastro.  Valderrama  Ej.  Fer*  3  dom, 
r..*  perderá  el  rasíro  y  quediri  cansado  y  molido. 
*or  ei  rastro,  siguiéndolo.  J-  Pin.  Agr.  3,15;  Que  se  van  Iras  él 
nstro  de  sus  olores. 

V  rastro.  (Metáfora  de  la  huellíi  y  caía),  c,  566.  J.  Pin. 
Ij»  sabiduría...-  en  secreto  mora  y  aula  es  de  descubrir 
U  sacan  de  raslro.  Valderrama  EJ.  dom.  alb,:  Procura 
donde  está,  sácala  de  raslro.  D.  Vega  Disc.  Fer.  4  dom.  í: 
•  lie  rastro,  y  décimo?  por  aquí  va  sin  duda.  Cxcer. 
11  por  eJ  camino  que  llevo  y  me  sacarán  de  rastro. 
.  Agr.  22,24:  Las  narices  son  símbolo  de  discreción  y  juicio, 
como  con  ellas  saca  el  perro  de  rastro  la  caza. 
rpor  el  rastro,  conocer  por  él  la  caza  y  otras  cosas.  Caccr. 
'&  No  te  sacarán  por  el  rastro.  J-  Pin.  Agr.    13,30:   No  hayan 
Dios  por  tales  rastros. 
et  rastro.  Persií.  4,2:  El  raslro  que  siguieron  de  la  san- 
ttevó  i  Croriano. 

rastro  de,  *in  pixca  de.  J.  Pin.  Agr.  23|20:  S«  cara  sin 
de  risa. 
Timar  et  rastro.  Puloar  Gr.  Cap.  1,22:  Viendo  cuan  á  9U 
se  habiin  ido,  comenzaron  á  se  armar,  y  tomando  el  rastro 
le*tbiin  los  franceses,  los  siguieron.  OvallcW.  Chile  3,7:  Para 
a  ra^trraNC:  lomó  el  rastro  y  fuete  siguiendo. 
Rll«troJ-<»,  diminuUvo  -jo  de  rasto,  como  en  Calila  e  Dimna 
resto,  y  de  donde  restrojo  en  Sogcrbe  ó  resiroio  en  Alc- 
icQ  salkgo  n»lflUo,  anL  en   Navarra  rostol,  en  la  LiFerade 
ijo,  y  resíoj-ar  sembrar  sobre  resiojos.  Son   ios  restos  y 
det  pan  en  el  campo.  QaiJ.  1,1;  Rccoi^iendo  de  unos  ras- 
manada  de  pMercos. 

k  de  hs  rastrojos,  sacarle  del  estado  bajo. 
ftMtrQÍ-er«f  todo  el  Icrreno  y  tierras  que  han  quedado  de 


-^  -* 


2IS  '  ÜKIÜEN   V  VIDA   DrL   LENÜUAJL' 


Rastroj-ar,  sembrar  sobre  el  rastrojo,  sin  guardar  i 
vez,  es  decir,  sin  dejar  en  barbecho  (Palencif ). 

RastpoJ-ear,  buscar  entre  los  rastrojos. 

Ka»tti^ón,  en  algunos  lugares  de  Castilla  mu^rrón,  com< 
tro  la  provena. 

Rasti'-:i,  posv.  de  rasír-ar,  como  rastr-o.  Indica  la  acck 
rastrar  ó  arrastrar,  ó  su  efecto,  es  decir,  lo  mismo  que  rastro, 
Aragón  la  sarta  de  cualquier  fruía  seca,  como  que  arrastra  y  1 
hilera,  rastra  ó  huella.  Corr.  38:  Meneando  la  cola  apriesa,  cu 
siente  la  caza  y  va  de  rastra. 

Por  narria  (Tesoro  1671). 

En  náut.  onda  ó  seno  de  cabo  para  rastrear,  ó  el  rezón,  y  1 
ción  de  rastrear. 

Llevar  á  la  rastra,  ó  á  rastra,  ó  d  rastras,  llevar  arras 
do,  centra  su  voluntad. 

Rastr»-cap,  de  rastr-o,  es  decir  seguir  el  rastro,  y  frcct 
tivo  de  rastr-ar  ó  ir  arrastrando  á  rastr-a. 

Trans.  Seguir  el  rastro.  Grac.  Mor.  f.  198:  Así  como  los  < 
dores  no  permiten  á  los  perros  de  muestra  rastrear  y  seguir  á 
olor  que  huelen.  L.  Fern.  240:  Por  la  sangre  rastreando  /  iba  aq 
Reina  santa  /  muy  dulcemente  llorando. 

Mefaf.  buscar.  Quij.  1,18:  Rastrea  mi  suerte.  Id.  1,23:  Alf 
cosa  escrita,  por  donde  podamos  rastrear  y  venir  en  conocímientí 
D.  Veqa  5.  ¡n.:  Rastreando  por  el  campo  de  la  divina  Escríl 
algimos  lugares  toparemos.  León  Esposo:  Mas  qué  necesidad 
de  rastrear  por  indicios  lo  que  abiertamente  testifican  las  sagn 
letras.  Cacer.  ps.  26:  Procuraré  rastrear  si  alcanzo  de  tí  lo 
deseo.  Cabií.  p.  309:  Andar  rastreando  vidas  ajenas.  Galat.  4,  p. 
Fueron  con  el  entendimiento  rastreando,  haciendo  escala  por  t 
causas  segundas  hasta  llegar  á  la  primera  causa  de  las  causas.  Pt 
3,1 1:  Si  yo  no  conociera  á  Dio=;  por....,  le  viniera  á  rastrear  y  a 
cer,  viendo  la  inmensa  grandeza  destos  cielos.  Sons  H.  Mej. 
Al  modo  que  suele  rastrearse  por  el  tamaño  de  los  efectos  la  gi 
deza  de  las  causas.  J.  Pin.  Agr.  13,6:  Del  rastrear  á  Dios  por 
criaturas.  Valderrama  Ej.  Fcr.  4  dom.  1  cuar.:  Parece  que  los'i 
guos  olieron  y  rastrearon  el  misterio  de  la  creación.  J.  Pm.  i 


56.  arrestar. 


219 


iU  del  mcsmo  Dios  no  esté  bieii  impresa  para  quien 
t^usiere  á  la  rastrear. 

■i  ft)  el  fondo  del  iigua  con  un  rezón  ú  c;ibo. 

:.-!-.  Qa*j\  2,40;  O  ya  por  los  aires,  óyaraslrean- 

hairieudo  U  (ierra.  D.  Vega  Expect.:  El  (oimino)  de  U 
qi:c  va  raslreando  por  piedras.  P.  Veoa  ps,  C,  u,  /,  d.  2: 
"■  ^  '  >  ^Ho  del  agu.i,  de  cotiüniio  rastrean  allá  junio  al  lodo 
-  (K  D.  Ve()\  Astírjc:  Como  la  culebra  que  v:i  n»- 
E»or  entre  peñas  y  riscos.  León  Ctimirto:  Y  en  lo  que  andaba 
ircan  Jo  en  cl  ^uclo.  Raf.  viudo:  La  Repulida  comience  /  con 
I  niiircar  (bailando). 
«ilrc-o»  posv.  de  rastre-ar,  el  vuelo   rastrero,   niedo  qnc 

::  hacer  cola  y  la  pieza  que  se  une  bien  con  otra. 
.,  ■^..-:.'ea.  algo  otea,  c  3S7. 

Mtrc^-ado,  acción  de  arrastrar  tos  pies.  Esteba:i,   1 2: 
de  haber  hecho  un  rastreado  de  cortesías,  le  dí  la  caria. 

."    -,í,  bknhiiblúr   3:   Que  si  no  yo  y  la  tiiulaJa  / 
,  /  que  capona  y  r.islri'ada  /  son  cuartos  y  iso- 


lor.  \.  PtN.  Agr.  4,^3:  Que  toda  verd^id  viva  ca- 
iras almas  fcan  glandes  rastreadoras  delia. 
«tr-rro.  Del  perro  t|iie  nsitrea,  y  de  lo  que  raslrea  ó  va 
mío,  fisia  ó  moralmcnte.  L,  Rui:d\  2,3ó:  Que  anda  hombre 
Irero,  y  á  mal  y  á  bien  no  le  he  podido  dar  alcance. 
,  /i'.  3,  tr.  í,  f.  8:  No  se  atreve  á  co-^íí  viíes  y  lasUrras. 
W.  tribuL  5:  Los  ignorantes  y  sensuales  hombres,  de  bajos 

imicnios, 
Mi.  -<>•,.».  ..i. -ero.  ViiLAROEx  God.ecles.  1657:  Cmbara- 
loma  en  un  rastroso  estudio. 
stfit  en  caU  jergal  cadena,  grillos,  faja;  es  el  rastra  agí- 

II 

Wlttiir.  del  antii^o  arrastar  que  dio  arrastrar  y  arreglar, 
ámenle  ai  desmembrarse  La  signífícaciún,  aun- 
'^a  irnislrar  y  andar  ú  coger  con  la  mano. 
.....ur  en  pg-  ygallego  y  en  antiguo  castellano. 
Tno,  En  el  cambio  de  a  en  e  debió  infiuir  el  res- 
ide £1  no  salieron  los  x'crbos  anliguos  con  a,  pue&. 


220 


OrIO^N  V  VIDA  DCt  LOMlUAje 


hubieran  sonado  ricsio,  la  riesta,  el  riesío,  jamás  rasto.  Los  derií 

rastar  conservan  [a  c  y  el  vabr  de  coger  d<l  euskcri 
rrasta.  En  el  it.  arrestare,  prov.  arestar,  fr,  arréter,  pg. 
Cid.  tB5:  Todos  yscarcmos  fuera,  que  nadi  non  raste.  Id.  710:  | 
rastera  por  al.  Id.  1685:  Oydme  caualleros,  non  rabiara  por  al. 

Trans.  Echar  mano  de  uno,  apresarlo,   Mariana  H.  E. 
Primero  les  cerca  la  casa  para  que  no  huyan  y  después  les  ar 
la  persona.  LEóM/üíf  19:  Mandó  el  rey  aX  duque  de  Norfólcia  quef 
arrestase. 

Refiex.  Arrojarse  á  una  empresa  ardua,  por  el  gesto  de  apreb 
las  manos  cerrando  los  puños  y  apretándose,  como  ciñcndose.  Va 
Bern.  17;  Cuando  el  bravo  león  en  rabia  airosa  /se  arrestó  dej 
vez  á  remalalla.  Maiíiama  //.  E.  19,4:  Tan  bullicioso  cr-i  y  tan  : 
tado  de  su  natural. 

Arrestarse.  (Lo  que  arrojarse  á  tomar  pendencia  con  oQ 
oíros),  c.  518. 

Arpest-o,  posv,  de  arrest-ar,  prisión  y  arrojo*  Orden,  i 
1728,  fül.  38:  Si  c5le  considerase  úlil  el  arresto  de  los  contu 
le  damos  autoridad  para  ello. 

Ke»tap,  del  antiguo  raslar,  contaminado  probablement) 
íl  erudito  restar  dd  latín  restare. 

Intrans,  quedar,  Quij,  1,3:  Para  lo  que  restaba  de  hacer.  l4 
"27:  Resta  ahora  decir  que.  Id.  1,40:  Restaba  que  los  criados  dej 
Luis  se  contentasen  de.  Id.  2,63:  Pasaremos  lo  que  resta  de  Ib  i 
canUndo.   \jr.oHJob.  21,16:  Que  ú  fenece  antes,  es  miseria 
<]uc  resta  después.  Valderrama  Ej.  Fer.  3  dom.pas.:  Solo  Ici 
entrar  en  la  recámara  donde  dormía. 

Trans.  aprisionar.  AtARC.  Caev.  Salam.  3:  Pues  guár 
Don  DÍego,/quc  está  restado,  yosé  203:  Quede  el  uno  restado. 

RcJJex.  G.  Alf.  2,1,7:  Habiendo  de  restarme  Unlo  liempoi 
rrado,  tendría  por  mejor  ganarlo  en  otra  parle. 

Re8l-o,  posv.  de  rest-ar. 

AnL  prisión  ó  destierro,  como  arresto.  Puent.  Epit.  D,Ja 
\  A,  c.  10;  Aunque  el  resto  les  fuese  alzado:  llamaban  resto  al  i 
tamíento,  destierro  ó  redusióo. 

Lo  que  queda.  Cast-  S,  Dom.  1,1,52:  En  esta  demanda  i 
mayor  parte  de  la  noche,  ocupando  el  resto  en  la  onción. 


56.  rtsto^  rastrillo. 


221 


el  ju«go  lo  que  el  juj^dor  líene  de  dinero  en  la  mesa  para 

y  envidtr.  Valderrama  Conv.  buen  ladr.:  Llegó  un  pobre  á 

baratOj  cuando  se  había  hecho  un  gran  resto.  Zamora  Mon. 

ptt.  7,  5.  Andr.:  Encarnizado,  en  el  úKinio  descarte,  metido  el 

,    cchidas  carias.  íí./r.:  Vio  que  no  jugaban  como  aguadores, 

como  arcedianos,  porque  lenia  de  resto  cada  uno  más  de  cien 


A  resto  abierto.  (Jugar  largo),  c.  508.  G.  Alf^  1,1,1;  Y  á  resto 

dar  nueva  materia  de  nuirmuración. 
Echar  el  resto,  hacer  cuanto  se  puede,  melaf.  del  juego,  cuando 

lodo  el  resto.  CAceR,  ps.  67;  Haced  cuanto  pudicredes,  echad 
I».  Id.  ps.  73:  Echó  el  resto  de  sn  malicia.  Pedro  Urdcm.  j.  2: 
Ycslir  i  (odas,  principalmente  á  Bélica^  se  ha  de  echar  el  resto. 
I.  CU  I:  Pues  ¡vive  Dios!  que  pueden  estas  manos/echar  á  lodas 
K  lodo  el  resto.  Echar  ei  resto,  (Hacer  ei  último  esfuerzo;  lomóse 
iDego  de  naipes),  c.  \A\. Echar  el  resto.  (Por  aventurarlo  lodo, 
lodo  esfuerzo:  edió  el  resto;  cumplió  largamente;  hizo  todo 

r).  c.  536. 

Jugar  á  dos  por  dos,  y  resto  abierto,  c.  275. 
K<rflt-n,  posv.  de  rest-ar.  Mend.  O.  Gran.  4:  Pasó  con  la  resta 
ai  campo  á  Klam.  O.  Atf.  2,2,Q:  Donde  acudiese  por  la  resta.  J. 
-  Agr,   10.0:  Recibió  parte  de  la  paga  luego,  Parccióndole  i 
acc  que  bastaba  lo  enseñado  para  tal  pago,  pidió  la  resta. 
RrMtA-nte,  lo  que  resla.  Qui/.  2,74:  Si  sobrare  alguno.... 

bule  sea  suyo. 

En-raNLr-iir,  en  Murcia  hacer  sartas  de  los  capullos  de  que 
la  fedi,  enhilindolos  por  un  lado  sin  que  penetre  todo  el  casco 
t3-  '^1  concepto  de  coger,   enredar  es  el  etimológico  dc 

nn  que  vamos  i  ver  en  los  siguientes  vocablos. 
Rastille»  y  rnslHllo.  La  segunda  salió  de  la  primera  forma 
I  b  r  parásita  de  arrastrar,  rastrar.  En  eiiskera  suena  arras-te-la, 
ikique  hace,  arras-/í  acción  de  orras-t  arrastrar.  Los  romanistas 
a  d  taL  rasldlum,  diminutivo  de  rastct,  rastrum,  de  radera 
B.  En  gallego  es  réstelo,  y  restelar,  en  Álava  rcstellar  es  rastrillar 
ÍM>  A  cáñamo.  iL  rastello,  rastrcÜo,  fr.  nUcaii,  pg.  raslel(])o;  en 
■•  tem  de  restera  tierra  de  raslrojo,  reslevar  barbechar.  Esto  indi 
iflie  d  r«5trojo  y  rastrar  tienen  el  mismo  origen.  Esta  coincidencia 


222  Origen  y  vida  del  lenoumíc 


de  vocablos  se  resuelve  en  el  origen  de  rad-ere  ó  amdata  ] 
arrastelu  de  arrast,  ambos  de  arra.  En  la  germania  rastillo  e 
mano,  rastill-ero  ladrón,  rastill-ado  el  robado.  Rom.  Germ.5:(. 
tribuyen  rastill-eros  /  para  ayudar  su  camino,  /  hase  empeñad 
marca,/  anda  de  golpe  y  zumbido.  Ei  rastellum  era  para  limpia 
rastrojo  y  una  azadilla  para  la  tierra.  En  castellano  rastillo  ó  rast 
es  lo  que  limpia  el  lino  y  el  cáñamo,  lo  que  limpia  el  grano  e 
era,  de  im  palo  con  varios  dientes  cortos  de  madera  y  su  astil  lai 
y  la  reja  fuerte  de  la  puerta  en  las  plazas  de  armas,  que  se  leí 
taba  por  medio  de  cadenas  para  impedir  la  entrada,  es  decir  i 
arrestar  ó  hacer  detener  ó  rastar,  como  rast-el  es  baranda  que  é 
ne  y  rast-illo  mano.  Nada  tiene  todo  esto  que  ver  con  rastrum 
rastellum.  Ovalle  H.  Chile  8,9:  Tuvieron  tiempo  para  echar  el 
trillo,  que  fué  lo  que  salvó  el  fuerte.  Quij.  2,71:  No  por  castilk 
cava  honda,  torres,  rastrillos  y  puente  levadiza.  L.  Grac.  Crít. 
Estuviera  muy  bien  un  rastrillo  en  cada  oido,  como  en  guarda.  L 
Alm.  Toro  8,98:  Alza  el  rastrillo,  abrid  luego  la  puerta....  Sí 
rastrillo  baja. 

En  náut.  manga  ó  nasa  en  pesqueras  de  agua  dulce  de  Muí 
para  coger  pescado. 

El  rastrillo  de  higuera  y  el  bielgo  de  piedra.  (Contrapone 
blando  á  lo  duro  y  fuerte,  para  encarecer  de  cuan  recia  maden 
de  ser  el  bielj-o  ó  bieldo.  El  rastrillo  importa  poco  que  sea  de  mi 
ra  blanda.)  c.  lOó. 

Itasl-illa,  past-ülo,  i*ast~el,  peine  para  e!  Uno  ó  I 
(Tesar.  1671),  y  el  último  también  baranda  que  detiene. 

KasliUa-(lui*a,  acción  de  limpiar  con  el  rastilí-o. 

Kestcllar,  en  Abva  por  rastrillar. 

Rastillap,  pastrillar,  de  rastillo,  rastrillo.  Es  limpiar 
lino  ó  cáñamo  de  la  arista  y  estopa  con  el  rastrillo  ó  tabla  en  ct 
centro  hay  púas  de  hierio  de  un  palmo,  formando  círculo.  Ql 
1 ,25:  Estuviese  elia  rastrillando  lino.  Zamora  Mon.  mist.  pte.  3,  j 
47,  V.  3:  Córtase,  cuécese,  agrámase,  rastríllase.  Laguna  Dil^ 
2,94;  Ei  lino,  después  de  muy  cruelmente  espadado,  le  rastrillan, 
hilan,  le  tejen,  j.  Pin.  i45*r.  27,35:  Bien  carmenada  dejáis  Ubi 
quiero  ver  como  rastilláis  el  lino.  Id.:  Le  rastillan  para  sacar  h  loa 
estopa.  Valderrama  £/.  cofrad.  discipL:  Cuando  con  las  rosehl 


rascar. 


¿ :  i 


»MORA  Mctn.  misf.  pte  2.  i  3,  pte  2 
1 D  y  punzones  que  la  traspasan  (al  alma). 
i;  t:  ;oi  decir  raslillíido  de  bs  piias  de 

I,".:...  ._ ,......^Liicndü  su  raslhíbdo,  torcido  y  as- 
ilen tn  que. 
Uño  bien  rastriUadt^f  viene  ó  peto  para  ddgaáo.  c,  SI. 

*'  -adOi  en  Ocrm.  al  que  k*  arrebatan  ó  roban   atgo, 

\t  .     -:-.0. 

RajéiriU-ada,  eii  Ai;:entiitr.  huellos  <ie  hombres  y  nníma- 
cí  1. 4iiipo;  ^-cse  aqtií  ti  \-^.qt  ctunológico  de  rastro  y  rast- 

^n^tllla-dura,  rusti*¡llu-(]ut*a«  :iccíü;i  de  limpiar  con 

ftaMlrill-nzo,  fechar  un...),  en  Honduras  bailar  una  ó  dos 

11  .,-  <- ,  .,-í  j^^.  Bilí  en  sus  Discursos  sobre  el 

ara,   raslro,  zarabanda  y  lárraga  son 

Rn.Hiill-t*ro,  Oer;ii.  cl  que  roba  y  huye,  de  rastill-oinano. 
fta*«tr¡IÍ-r:ir.  rn  Vvncziicla  por  raslrill-ar. 

Apfaí^caf,  t-i  n  rascar,  d  cual  nació  de  61.  Usase  en  Álava, 

Navarra,  Ara^jón.  El  alavés  propende  á  la  aféresis  más  que 

con  todo  este  verbo  hace  excepción,  por  conservar  su 

Rnscar.  Suelen  traerlo  de  un  •rasicare»  derivado  arliíicial- 
iKus  raderc.  Lo  iiúsnio  ^^ale  en  euskcra  arrasfca,  solo  que 
'   "  '  ■  TVLMijíflninKiiria  hipótesis;  prov.  rasca, 

n. 

1:  De  l'ís  cuales  d  mío  con  sus  colnit* 

i  todo  cl  cuerpo  del  olto  de  cabo  i  calw.  Q«ac, 

'  ■  — ■'•  «arna  !?n;;3mob  •iicmprc  incuciicr  quien 

V.  C.  di  c:  Yí>  por  no  andar  rascando 

d  dia.  he  querido  c^pttlgarlr  de  una  vei. 

-.  mist.  pie.  3,  Destierro:  Los  que  adulan  i 

^>ul¿n  fue  el  primero  que  se  rascó  en  la  cabe- 
fifí  fing.'  Mordiéndose  los  labios  y  las  uflas  y  rasc-indasc  tas 


'    ^ 


224 


OltlO£N  Y  ViDK  UCL  LtNUU\|e 


sienes  y  la  frente  íormó  d  soneto.  Atex.  til:  La  barba  poln 
t  ti  rostro  rascado. 

Recipr,  QuíJ.  2,12.  Así  como  las  dos  besüas  se  juntahinj 
dían  á  rascarse  el  uno  s)  otro. 

Partic.  mscado,  en  Honduras  por  el  de  genio  arrabataüo. 

Cada  uno  se  rasca  donde  le  come,  (Que  cada  uno 
que  le  importa),  c.  227,  6  donde  Uplca. 

Descuidarse  en  el  rascar,  cuidatlo  que  se  ha  de  lencr  en  no" 
der  U  coyuntura.  León  Obr.  poet  t.  2.  pl.  194:  Doshzarillc 
nunca  /  en  rascar  se  descuidaron,  /  se  echaron  sobre  tas  pal 
porque  no  faltasen  granos. 

No  me  vaya  rascar  ta  cabeza;  la  oreja,  c.  562. 

Quien  rasca,  para  si  tira,  c.  347. 

Quién  rasca?  qaién  hurga?  (Es  modo  de  preguntar  qu¡<i 
ne),  c.  593, 

Rascar  los  pies  á  una  vieja,  no  hacer  nada. 

Rascarse  donde  le  come;  ráscase  donde  le  come;  ráscame  \ 
de  me  come.  (Que  cada  uno  acude  á  lo  que  le  importa,  y  ¿  3U  ¡ 
ció),  c.  477. 

Rascarse  el  bolsillo,  pagar,  gastar  mucho  á  disgusto. 

Rascar(se)  la  cabeza,  ge&to  de  quien  quiere  recordar  aIgo,e 
cavara   en  ella   buscando  afgún  !e?oro.  Quij.  i, 26:  Paróse 
Panza  á  rascar  la  cabeza,  para  traer  á  la  memorta  la  carta.  Id. 
Rascándote  la  cabeza. 

Rascar(se)  ía  faltriquera,  sacar  dinero  de  elía,  y  se 
pelo  arriba.  Lie.  Vidr,:Sz  rasca  la  faltriquera.  Gitan.:  Ponien^ 
mano  en  la  faltriquera,  litzo  señal  de  querer  darla  algo;   habié 
espulgado,  sacudido  y  rascado  muchas  veces,  al  cabo  sacó  la  i 
vacia. 

Rascarse  pelo  arriba,  pagar  á  disgusto. 

Tá  me  rascas  donde  me  comía,  c.  425. 

Ya  tiene  que  rascart  censurando,  amenazando,  compadecí^ 
poi  algún  IrabajOj  castigo,  cuidado. 

Yo  rascada  y  vos  querellada,  c.  1 48. 

Ita^ca-barri^a,  arbusto  de  Cuba. 

Ra9caM?:iba]lo8,  el  que  los  limpia.  (Tesor.  1671). 

Rasca^^atos.  J.  Pin.  4^.  13,2Q:  Por  euc   Kihor  cfinfl 


56.  ratear. 


225 


inclinaciones  cual«á  las  de  los  gatos,  que  antes  prenden  en 
que  en  las  cebollas,  me  llamaron  en  el  estudio  el  bachifler 
Id.  3,11:  ¡O  romance  nacido  en  Zocodober  y  traspuesto 
de  ra.s<agatos' 
Kaatfa-liiio.  línuela. 

Lawf^a-mitfajas»  en  Aragón  el  descontentadizo  y  de  difíctf 
[>,  que  ic  inquieta  |xir  lodo  y  que  dá  importancia  á  bagatelas. 
Ijuioa-cnoño,  aei>i^  izuarnecida  de  piedras  para  adorno 
il  del  cabello. 

lUattcn-rrnbin»,  enojadizo  eti  Honduras,  Colombiar  ele, 
Bo  cascarrabias. 

KasCA-sobacos,  J.  Pin.  Agr.  24,34:  De  ningún  linaje  de 
me  rio  mis  de  veras,  que  de  unos  rascasobacos,  que  traen 
oráculos  divinos  algunos  errores  con  que  se  aseguran  á  si 
para  el  cielo  (los  que  alargan  los  pleitos  so  color  de  buscar 

»). 

.  Raaca-tripas,  mal  tocador  de  guitarra  ú  otro  instrumento 
(nícída>  de  tn|>a. 
RaKO-a.  posv.  de  rasc-ar;  las  rascas  en  Ararán  las  raspas  ó  to 
¡quedt   del  racimo  prensado  ó  pisado.   De  aquí  en  Venezuela 
bera,  rascarse  emborracharse;  en  Oalicla  ciertas  redes  que  los 
nliTHx  llaman  cazonales. 
Ra»c-o,  posv.  de  rasc-ar. 
Ttntr  gana  de  rosto,  de  juego  ó  retozo. 
Raacadura:arcTÓn  de  rascar 

Htíscadura  de  carnes,  rascadera  de  reaies,  6  gastamiento  de 
re-  477 
Ratira-dop,  instrximcnto  de  metal,  marfil,  para  rascar  raete- 

-u  jjuamecjda  de  piedras  para  el  cabello. 
l«.*^^-a-zóii,  comezíSn  que  lleva  á  rascarse. 
UaM|u-iii«»,  en  Colombia  comezón;  dimcnutivo. 
BaM|u4Ao,  cii  pesquería  como  rasc-a^  cierU  red. 
Raac^óo^  TTjr  de  codornices. 

^""qu-vUi   -■-■-    1:  hierro  para  aímoha/ar  á  los  caballos; 
^,  y  ni  I  iOS  cierta  pie¿a  de  acero  á  modo  de  es* 

•  Lo  mismo  en  Argentina,   Venezuela,  darle  la  rasqueta  al  ca- 


bftlJo.  Además  rasquéis,  hierros  co»  dos  ú  lr«s  Hlos  para 
cubieilas  y  costados  de  la  embarcación. 

Rasqu«t-cap,  limpiar  con  ra-squct-a  una  caballería. 

Rasqu-tdo.  Coíír.  335:  ¿Qué  me  da  más,  quicio 
quido? 

So-t*i-asc-a(lo.  Oviedo  H.  fnd.  50,20:   Hicieron 
sorrascadas  en  ía  ceniza  é  rescoldo. 

Rasj^np,    variante  de   rascar,  propia  del  castelUuio  y 
guís,  por  el  distinto  matiz  en  el  significado. 

Trans.  QuiJ.  1,25:  Rasgar  las  vestiduras.  Id.  1,31:  Antes] 
gó  (U  carta).  Cciest.  X!V,  p.  102:  Señora  no  rasgues  tu 
meses  tus  cabellos  (como  rascar,  que  es  su  variante).,  Persit 
soy  de  parecer  que  rasguemos  estos  papeles. 

Tocar  la  gnilarra   arrastrando  la  mano,  ío  opuesto  del    ptj 
QuEv.    Visit.:  Era  de  ver  puntear  á  unos  y  rasgar  á  otros, 
lod;ivia  rasgar  el  giiilarrillo  en  Venezuela,  ele. 

Abrir  luces,  romper,  etc.  León  JoÍj27,Z:  El  relampaguc 
rasgar  el  trueno  las  nubes.   D.  Veoa  Paráis.  S.  Ant.:  Lo  pí 
mxz  IraTa  es  dalle  luz,  rasga  unas  venlanas  al  oriente.  A.  Alv| 
Quasim.  5,  c:  Y  un  pecho  suyo  abierto,  rasgado  con  una  ! 

Meta/.  Qüij.  1,20:  A  mi  me  ha  rasgado  mis  esperanzas. 

Reflex.  Quij.  2,26:  Sin  mirar  si  se  rasgará  ó  nó  el  rico  bid 
id.  2,34:  Viéndose  asi  y  que  el  sayo   verde  te  le  rasgaba. 

Abrirse.  D.  Veoa  Paráis.  Nom.Jes.:  Haced  que  (tas  nut 
rasguen  por  medio. 

Rass^r  ¡as  entrañas^  compadecerse.  Caev.  Salam.'.  Va  m^ 
á  mi  rasgadas  ]<is  en!rañas._ 

lta«^-ado«  parlicip.  de  rasg-ar.  Como  adjetivo  díc 
abierlo  :nuy  «i  U>ngítud,  boca  rasgada,  ojos  rasgados,  ven 
L.  Grac.  Cril.  2, 4:  Tenía  muchas  claraboyas,  balcones  ra 
ventanas   palcntes,  todo  era  luz  y  todo  claridad.  Diabto  cof. 
Cuya>i  rejas  rasgadas. 

Metaf.  de  costumbres  roías  ó  i  lo  menos  poco  escrupulosa 
Rtif.  áich.j.  2:  Mas  yo  haré  la  penilencii  /  de  tu  rasada  coocní 
oia.  G.  Alf.  2,1,4:  Era  hombre  rasgado.  Qübv.  Aíguacj  De  jmi 
•adu  y  rasgada  conciencia.  Vai-üerrama  EJ.  Per,  5,  ceniza  Se  a( 
•mát^  de  ver  que  en  un  hombre  rasgado  y  criado  entre  gente 


56.  rasgar 


121 


Imiscbos  desatnudos.  J.  Pis,  Agr.  IS.I4:  Gente  sin  entendimien- 
jra^s^da  en  cl  pecar.  Nótese.  Persit.  \,22\  Dividiendo  (la  flecha) 
^re  con  un  rasgado  y  tendido  silbo  (el  aire  es  el  rasgado  propia- 

c)- 

[AccWn  y  efecto  de  rasgar.  Quev.  Tac.  15:  Aguja  y  hilo  para 
un  punteado  en  un  rasgado.  Zabal^ta  Dia  f.  Comed.:  Con  lo 
I  de  las  uñaf,  con  ademan  de  locar  rasgados  en  una  guilairra, 
I  lo  ra^goáft),  rascando  al  tocar.  QüiJ.  1,51:  Tocar  una  guitarra 
Insgido. 

\Oios  rasgados,  grandes  y  que  se  descubren  niuctio  por  la  am- 
Idc  los  párpados.  T/a^/?^.;  Los  ojos  negros,  rasgados.  Qusy. 
20:  Ojo?  rasgados  y  verdes.  Cabr.  p.25l\  Los  ojos  han  de  ser 
iidos,  lo  que  I  laman  rasgados,  claros  y  serenos.  Quij.  2,\\:  Y 
Ide  Dulcinea  deben  ser  de  verdes  esmeraldas,  rajados. 
|KAS|pa(Ja-inenl«,  sin  miramientos  ni  reparo,  metáfora  del 
r.que  se  hace  con  poco  cuidado.  J.  Pin.  Agr.  5>28:  Calisienes, 
filósofo,  aunque  intiiscrelo,  reprendía  muy  raígadamente  á 
iré  por  el  lilulo  de  Dios  que  tomaba  p.ira  sí. 
■HK-4«,  posv.  de  rasg-ar,  efecto  y  acción  de  rasgar.  García 
Di  un  rasgo  en  el  terliz  de  la  bala  (con  cl  cuchillo). 
\Metaf.  Todo  acción  viva  y  de  golpe  como  rasgando,  iiciichillan- 
I  wbre  lodo  a!  escribir  y  pintar  la  línea  ó  trazo  garboso.  Valüe- 
i)á\  Fi.  Prot.:  Cuida  mucho  de  ios  rasgos,  de  la  forma  y  gaU. 
'  72;  Las  puntadas  por  los  rasgos.  Hortens.  Pan./.  314: 
allá  pasaje  por  rasgo  pudiera  ahora  parecer  borrón.  Mu- 
Caar.  1,1;  tiitc»  es  haber  delineado  en  un  rasgo  lodo  el  ser- 
UíOM.  Disc-  /un,  Cisntr.  5:  En  mt  esposa  compilieion  toa 
risEOs  de  la  luz  con  los  lucimientos  de  la  luna.  Cicnp, 
1 3,7:  Hacer  de  una  vei  y  can  un  rasgo  solo  tan  perfectas  sus 
L  Grac.  Critit.  3,1:  De  un  rasgo  firmó  las  do5  paces 
9,  «10  refreicar  U  pluma  ni  íomar  tinta  de  nuevo.  Jarquc 
',Í8,I:  D  que  solía  h^iccr  frente  á  millares  de  enemigos  y  lic- 
úa rasgo  ochocientas  cabezas,  ese  vilmente  se  rindió  á  un 
t  ape^ílD. 

I  frailóles  rasgos,  galicismo,  A  grands  traits;  pues  la  concisión  y 

que  quiere  indicar  no  se  hallan  en  rasgo,   que  mis  bien 

í  abandanda  y  Urgueza  en  el  rasguear  garboso  de  la  pluma;  kSí- 


228  Oriqen  y  vida  del  lenquAjc 


frar  y  cifra  es  lo  que  se  dijo  en  España,  en  cifra,  en  bosqucfo 
rasguño. 

A  todo  rasgo,  en  Argentina  á  toda  fuerza,  con  violencia. 

Rasgo  de  ojos,  mirada.  Torr.  FU.  mor.  20,2:  Con  solo  un 
go  de  ojos  descuidado,  queda  el  alma  traspasada. 

Rasgos  de  letra,  Siouenz.  Jeron.  2,4:  Enmendaba  los  raí 
mal  echados  de  las  letras.  L.  Grac,  Crit.  3,4:  Sin  acertar  á  leer 
labra,  ni  conocer  letra,  ni  un   rasgo,  ni  una  tilde. 

Rasgos  de  pincel,  j  arque  Orad.  5,  inv.  14,14:  A  cuyo  lado 
rasgos  de  pincel  todas  las  llamas  del  fuego  material. 

Tiene  rasgos,  arranques  áe  imaginación  y  temperamento  re 

Ras^^n,  el  acto  de  rasgar  y  el  pedazo.  7>.  Arg.  j.  4: 
piernas  señaladas,  como  que  trae  muchos  rasgones  de  las  espín 
zarzas.  Quev.  Algaac:  Asomo  de  camisa  por  cuello,  manchas  d( 
caramuza  y  calados  de  rasgones. 

Itasgru-ear,  formar  rasgos  al  escribir  y  rasgar  la  guita 
M.  León  Obr.  poet.  t,  2,  pl.  90:  El  barbero  los  siguió  /  rasgueaj 
una  guitarra. 

Ras^Tuc^-ado,  de  rasgue-gar,  el  escrito  de  muchos  tz% 
Palaf.  Ortogr.  I:  Ha  de  ser  clara  la  letra,  porque  por  muy  l 
gueada  y  airosa  que  sea,  si  no  se  puede  leer,  es  opuesta  al  infcí 
que  es  explicar  el  concepto. 

Como  rasgueo,  sustantivo. 

Ras^ue-o,  posv.  de  rasgue-ar,  su  acción  y  efecto.  Est.  Ca 
Esc.  and.  281:  Con  mucho  de  rasgueo,  lazos  y  ringorrangos. 

Ras^u-illo,  dimin.  de  rasg-o.  Zamora.  Mon.  mistpie. 
Expect.:  Porque  con  un  rasguillo  que  la  añadáis. 

Ras^-uñ-o,  pasc-iiñ-o,  derivados  -uñ  de  rasg-o  ó  nac 
Es  como  un  araño  ó  rasgado  menudo,  el  rascuño  rascando  y  quife 
do,  el  rasguño  echando  rasgos  por  encima  ó  rasgando  un  poco;  p 
como  ambos  verbos  tienen  un  origen,  ambos  derivados  tícnOl 
mismo  valor  metafórico.  Esteban  6:  Si  no  hubiera  descendinikd 
de  manos,  rasguños  de  navajas  y  sopetones  de  machetes.  P.  Vea 
ps,  4,  disc.  2:  El  pintor,  descontento  de  su  yerro,  le  dio  mil  ruO 
fios  por  encima,  para  amatarla  del  todo,  y  la  cubrió  con  una  col 
de  cielo  y  mil  labores  primorosas...  Para  amatar  el  borrón,  edi 
después  dando  tantos  rascuños  y  rayas. 


56.  raspar. 


229 


Trasudase,  como  ra^o»  á  las  lineas  de  la  pintura^  y  e$  el  dibujo 
I  aj-  nki  ó  tanteo,  lo  que  hoy  dicen  bocelo;  y  dicese  des- 

n>ciib¡r  bosquejando.  Cacer.  ps.  70:  Haré  un  rasguño  de 
licia  con   el  carbón  que  deja  e)  fuego  con  que  atormentas  los 
ido&.  O.  Aif.  prúí.:  Muchas  cosas  hallarás  de  rasgufio  y  bos- 
Quif.  2,32:  Si  nos  la  pintase,  que  á  buen  seguro  qne  aun-» 
sea  en  rasguño  y  bosquejo.  Siqu.  S.Jeron.  6,3:  Para  estos  fe 
tiempos  del  Evangelio,  de  que  aquello  no  era  más  que  la  frgtir 
Id  raacufto.  Torr.  FU.  mor,  2,10:  Era  sombra  y  rasguño  de  la 


Ras^cuñ'Ai*,  rascuñ-ap,  hacer  rasguñ-o  ó  rascuñ-o. 
Anhar.  J.  Pin  Asr  4,21:  Mesando  su  cabello  y  rasguñando  su 

Cabk.  p.  430:  Afeado  con  las  salivas,  rasguñado  con  las  < 
i.  Lazar  tr,  í,  p,  1 4;  Rascuñado  el  pescuezo  y  la  garganta.  Herh 
•.  5,26:  Envuélvcnsc  aquellas  espinas  en  la  lana,  y  rascuñan  la 
líAN.  Simb.  2,20:  Mandó...  que  sus  camcs  fuesen  rasguña*! 
cdemales  agudos.  Oviedo  H.  ¡nd,  43,2:  Son  mejores  que^ 
\l  ponies  y  cl  esmeril  para  raspar  e  limpiar  las  espadas  e  ni 

necuñan. 

ejar.  J.PiN.  A^r,  5,39:  Quiero  rasguñar  el  cuento  de  Nar-i 
■<.  FU.  mor.  24,6:  Rasguñar  y  perfilar  con  sus  pinceles! 
■ves.  I*.   VcoA  ps.  í,  V.  5,  rf.  3:  Solo  llega   el  carbón  1 
:as  sombras,  las  cejas,   los  pelos,  León.  Job.  10,  7:  La  que 
.r  que  pinta,  no  en  lo  que  rasguña,  sino  en  lo  que  figura.  Za- 
Mon.  mist.  pie.  7,  San  Pedro:  Si   los   consideramos  i  cn- 
juDlos,  quien  rasguñará  siquiera  los  encomios  de  aqueJlos 
I.  Id.  pt€.  2.  i.  3,  pie.  3,  Simb.  I :  Y  cuando  quiero  tomar 
para  rasguñar  siquiera  lo  que  siento.  A.  Auv,  Silv.  Manda' 
%  t:  Primero  procura  sacarle  en  tosco  y  rasguñarle  de  carbón. 
r.  i'k-illo,  i*a.*4fiifi-ÍlJo«  dinitn.  de  rasguñ-o.  Sefvag, 

^..^  de  barato  este  relativo  ó   rascuñíllo  de  veinte  y  cinco 
e  tengo  de  oreja  á  oreja. 
HaftpAr.   Trienio  del  anU  al.  raspón  arrebatar,  que   según 
lunbién  di6  arrapar.  ¿Cómo  de  un  raspón  salieron  raspar  y 
?  Y  ¿cómo  de  Is  idea  de  arrebatar  pudo  deriv'arse  la  de  ras* 
?Pcro  e]  mocosueiu  raspan  y  raspar...  Es  d  euskaro  arrasisa; 
Qipttc,  prov.  raspa,  ir.  rAper. 


S^ 


230  Orioen  y  vida  dh. 


Es  raer  ligeramente  en  la  superficie.  Fiouer.  Plaz.  d.  7:  Y  otras 
instrumentos...  con  que  atienden  á  raer,  alegrar,  raspar,  levantar. 

Hurlar.  Esteban.  6:  Raspar  á  río  revuelto. 

Picar  y  beber,  vinos.  Lope.  Hist  Tobías  III,  273;  Dulce,  aro-  \ 
mático  vino,  /  sin  que  éste  os  aceda  y  raspe.  Esteban  2:  Que  es  gran 
cosa  comer  de  mogollón  y  raspar  á  lo  morlaco. 

Itavpa-hílar,  ir  muy  de  prisa  el  animal  por  lo  flaco,  de  • 
raspa  é  hilar,  yuez  div.:  Sale  por  esa  puente  toledana  raspahilando, 
á  pesar  de  las  malas  mañas  de  la  arena.  Q.  Benav.   1,51:   Vengir 
rabo  entre  piernas,  raspahílando. 

Raspa-iyón  y  aun  paspa-jilón,  rasguño  en  Salamancí» 
de  raspa  y  lijar. 

Kaspa-leng^ua,  arbusto  de  Cuba,  cassearia  hirsuta. 

Rasp-a,  posv.  de  rasp-ar.  Es  el  nombre  de  varías  cosas  que  6 
raspan  ó  parecen  raspar;  la  pajita  que  cerca  el  grano  y  forma  li 
espiga  y  tiene  dfentecillos  que  arañan  como  lima;  el  conjunto  de 
espinas  en  los  pescados;  el  escobajo  de  la  uva;  el  zurrón  en  alguaoB 
frutos.  Oviedo  H.  Ind.  42,6:  A  manera  de  listas  ó  raspas  de  trigo. 
ViLLAv.  Mosqa.  10,73:  La  espina  raspa  por  su  lanza  enristra. 

En  Amer.  reprimenda. 

En  Qerm.  trampa  de  fullero  en  los  naipes,  raspando  algo  pam- 
conocer  una  carta;  lo  mismo  vale  raspad-illo. 

Raspa-dupa,  acción  ó  efecto  del  raspa-r.  Herr.  Agr,  4,34: 
Dice  Plinio  que  crece  mucho,  si  se  le  echan  al  pié  raspaduras  de  la- 
drillos ó  heces  de  vino. 

Rasp-i*,  posv.  de  rasp-ar. 

Como  raspas  de  pescado,  del  muy  delgado. 

Echar  raspas,  estar  furioso,  picante  y  mordaz  como  las  raspas. 
ToRR.  FU.  mor.  7,13:  Echa  raspas  de  su  furia  á  todas  partes. 

Ir  á  la  raspa,  á  hurtar,  esto  es  á  raspar. 

Sacar  raspa,  provecho  de  algo,  raspando  como  quien  dice 

Ser  un  raspa,  un  cuco,  que  de  todo  saca  raja  ó  raspa. 

Tender  la  raspa,  echarse  á  dormir,  por  el  espinazo,  cvai  st 
fuera  raspa.  Diablo  coj.  tr.  6:  Tendamos  la  raspa  en  este  pradíUo. 
QvEv.jac.  7:  Tendí  raspa  en  el  mesón. 

Rasp-ad-illo.  Pedro  Urd.  t:  El  raspadilto  y  holltn/jugaba 
por  excelencia.  Rinc.  Cort:  El  raspadillo,  berruguefa  y  el  colmillo. 


56.  rfspido,  rasmear. 


231 


Borcs  r|tie  consistían  rn  sefmlar   Iqs  naipes  pava  disijnguirlos 
ya  raspándalof  sutiFmíiUe  en  determinadcis  sitios,  según  las 
.iprcüindo  sohre  !a  ha?  de  tales  ó  cuales  de  ellos  la  cabeza 
. 71 ,  de  modo  que  por  el  envés  la  señal  semejaba  una  verru- 
ó  bim  pulimcntindolos  exíremadanienle  aquí  ó  allá,  opera- 
de  ordinario  se  hacía  con  un  colmillo  de  cerdo,  de  donde 
'    "     .  (RoDftioUEZ  Marín).  £síe£fíí/f.  I :  Señalando 
■  cari.'  para  quínolas  y  primera,  dánJolcí.  el  raspa- 

flo  por  b  cañera. 

Ktnw|»-AJo.  en  Segorbe  escobajo  de  uva,  rampajo. 
laM|»a-iile.  ZABxterA  D!a  /  1,13:  Lo  atufado  de  la   mos- 
y  lo  raspante  de  la  pimienla. 
xiaMpa-dop  y  ruspa-d«?pa,  lo  que  raspa. 
»T*  .1  -^p-ón,  en  Honduras  la  desolladura  de  la  piel  por  choque; 
-.  partes  de  América  reconvención  áspera;  en  oirás  som- 
PO  de  paja. 
De  raspón,  de  refilón. 
Rftsp-ctH^n  (de),  en  Argentina  de  refilón. 
RnKpatoria.  üsíeban.  2:  Yo  Nevaba...  la  comida  de  raspa- 
I  á  casa  de  mí  amo  (ajena,  del  hurtar). 

Cnftpt-iir{(iHi»  en  Anda!,  como  arií-negro, 
Ra»i|»-**ar,  correr  con  Asperc/a  y  dificultad  la  pluma  y  despe- 
is  de  tinta  por  tener  un  pelo  ó  raspa> 
praí«|»-aclo.  sin  rosp-a.  Herr.  Agr.  1 3:  Hay  (trigo) 
30. 
Rispo,  como  rispido,  áspero^  con  i  por  rasp-o,  como  ring:o- 
9,  rifi-nfe  y  rifar  de  rafar.  Cahramza  Catee.  6:  Haríais  la  bestia 
rispa  y  desaprovechada  para  vuestr*  servicio. 
I  Rtep-ido,  de  rísp-o  influido  por  hispidus.  sardo  raspidu,   fr. 
.la^KMis,  de  rasp-ar.  J.  Pín.  Agr.  5,5:  Es  tan  rispida  como  yo, 
bno».  menospreciadora  de  todos.  Id.  14,5:  A  un  mancebo 
Irfsn:  1.,  .-.1110  Aquiles.  Id.  prol.:  Un  viejo  rispido  y  desenvuelto... 
B  -i  veces,  como  cebolla,  venciéndole  su  rfspida  con- 


Rji»-nie-ar,  de  me  suave  en  euskera  j  arraz.  Es  en  Aragón 
y  cascar  Iteeramenle  al  tacto  oon  «u  aspereza,  y  rascar  suave- 
r,  como  la  pluma  al  escribir. 


^asm-la,  en  Aragón  brío,  determinación,  de  rompe  y  n 
posv.  de  rasme-ar. 

flasmea-dupa,  aspereza  al  tacto. 
!Rasnie-azo,  en  Aragón  aspereza  al  tacto. 


ii.  artt  ardí. 


233 


ARI 


S7-      Dativo  de  tercer  K^ado,  y  por  consiguiente  universal,  hemos 

T  ari  A  aquel,  i  él,  gÍzon-ari  al  hombre.  Solo  diíieie  de  ara 

U  /  indigitinicqucseñal.1  un  individuo^  en  ambos  la  a  indica 

y  la  r  movimiento  en  el  gesto,  en  la  mirada,  en  ia  dirección 

ó  momt.  Diciendo  eíche-ora  se  indica  dirección  i  la  casa, 

ido        '  ihiición,  para  la  c^sa.   Idca>%  parecidísimas,  y 

lo<k-  ---       ^-  -  -    eii  el  hal>la  por  la  i,  y  en  el  geslo  por  eí  dedo 

que  se  señala  individualniente.  Si  ara  vale  allá,  tender  i,  arl 

ocuparse  en,  esto  es,  á  ello,  ori  da  se  ocupa,  iokoan  ari 

iatrta  zaiena  lo  que  les  sucede  ú  los  que  se  dan  a\  jue^o, 

ocuporse,  estar  i  ello,  ari  izatcn  da  se  ocupa  en:  ari'izcn, 

y  ari-ht  &on  el  presente^  futuro  y  pasado,  arían-arian  á  fuerza 

datv  i.  ari'Z-ari-z  en  hacicntlo,  añ-ka^  aríkatu  andar  ocu- 

También  molivo,  iamtorrea-ariaz  ;i  causa  de  ese  hombre. 

imperativo:  etorri  ari  ven,  es  decir,  .1  ctlo.  Vale  intención,  es 

T,  el  i  que  se  mira,  i  elJo,  ari-gaiztokO'gUonen^atiik 

■  de  los  hombres  de  niaU   intención.  Ari-arian 

;j  de,  para.  í:n  aria  cmon  dar  ánimo,  equivale  á 

lótt,  tendencia.  Suftjado^  eJ  que  se  ucupa  en,  ú  lo  que  versa 

ác  di.   '         'bailador,  err-ari  pan  de  asar,  para  el  asar.  Es 

oaisino  ar,  \q  en  gizon-arL  >  que  a-ri  dativo  de  a  el,  á  ¿I  y 

ari  ocupane  en.  El  que  se  ocupa  en  algo,  el  que  está  á  clEo,  na* 


234  Orioen  y  vida  dcl  lenquaje 


turalmente  se  expresará  añadiendo  á  la  materia  de  la  ocupación  d 
ari.  El  plañidor,  que  se  ocupa  en,  y  se  da  á  plañir,  dícese  erost-arí, 
el  confundidor  nast-ari,  el  paseador  abilt-ari,  el  golpeador  mafdi- 
ari,  es  decir,  c!  que  anda  á  palos,  á  la  makila  ó  garrote,  iokal-arf 
enredador,  arnk-ari  apedreado^  lotz-ari  avergoazador,  esk-ari  pe- 
didor, giir-ari  deseador,  goz-arÍ  desayuno,  lo  para  la  mañana,  bazk- 
ari  comida,  ern-ari  fecundidad,  paridera,  bir-ari  vuelta,  enviadora, 
err-ari  cocimiento,  ati-ari  atrio,  lo  que  introduce  ó  lleva  á  la  puerta, 
ai-ari  quejumbroso,  que  anda  diciendo  ai!  ai!  Nótese  que  ari  no  es 
exclusivo  de  las  personas,  pues  significando  estar  á,  lo  dado  á,  lo 
para,  puede  aplicarse  igualmente  á  las  co^s. 

La  oveja  se  llamó  ar-di,  la  de  mucho  ar,  por  cl  mucho  ar.  Pero 
ar  suena  con  r  suave,  por  manera  que  es  aquí  la  extención  ó  espa- 
cio. Y  pues  todos  sabemos  que  la  oveja  sirvió  al  hombre  por  su 
lana,  fuerza  es  decir  que  á  la  lana  se  le  dijo  con  el  nombre  de  exten- 
sión ó  espacio  ar.  Y  de  hecho  ar-i,  lo  de  ar,  es  el  hilo,  sin  duda  la 
lana  de  la  cual  se  hizo  el  primer  hilo,  y  éste  no  pudo  llamarse  asi, 
si  no  es  por  extenderse.  Confírmase  con  ar-A'i,  otro  nombre  de  la- 
oveja,  que  vale  hacedora  de  ar.  Y  no  menos  con  la  voz  ar-di,  que 
además  de  oveja,  vale  pulga,  por  su  brinco  espacioso,  admirable 
para  la  menudencia  de  este  bicho.  Además,  si  ara-gi  son  las  camcs 
y  el  cuerpo,  en  cuanto  que  extienden,  hacen  extensión  ó  cuerpo 
ar-di  es  también  el  nombre  de  la  cerda,  ó  ardi-tch,  muy  ar-di,  y  h 
cerda  es  la  corpulenta  y  la  que  hace  y  echa  carnes. 

Ardi-tchikia  beti  bildots  oveja  pequeña,  siempre  cordero,  ard^ 
antzu  oveja  manera  ó  estéril,  seca  de  leche,  ardi-di  rebaño,  ó  ardh 
saldo,  art-alde,  donde  ar-t  vale  donde  hay  ar  ó  extensión,  ardi-iigl 
ó  art-egi  redil  de  ovejas,  art-zai,  art-zain  pastor  de  ovejas,  y  la  ost 
mayor,  ó  artzaia-makoareki  el  pastor  con  su  cayado,  artzai-makoa 
el  grupo  de  estrellas  de  los  tres  reyes,  el  cayado  artzai-makUa,  d 
zagal  arfzai-mutií,  el  pastoreo  arizain-go,  artzai-go,  artzaia-tatf 
pastorear  artzain-katu,  perro  de  pastor  artzain-ora,  artzain-tzakaff 
su  zurrón  artzai-sare,  su  silbo  artzai-tchizta.  El  lucero  matutino- 
art-izar  se  refiere  á  la  misma  leyenda  de  la  constelación  de  la  osi, 
ó  bocina,  estrella  de  la  oveja;  la  oveja  vieja  art-zar,  su  carne  artzar- 
ki,  como  la  carne  de  oveja  ardi-ki. 

De  ar-ki  oveja,  ark-azte  oveja  joven,  de  az-te  comienzo,  «r*-* 


>/.  un,  arui. 


2¿:i 


la  oveía,  -era  tejidcncia,  como  -ara,  ó  ark-am,  encelarse 
ó  ark-al-tu,  ark-al-da,  de  til  poder^  excremento  de  oveJH 
rotz,  el  cordero  nmmiJn  ark-ame. 
oveja  se  dijera  por  la  lana,  se  comprueba  cun  e!  nom- 
ttsOf  ard-Qtz,  que  propiamente  suena  dedo  de  ardi,  del 
>cgO  por  su  parecido  y  acción  de  voílear  se  dijo  litiiibíén 
dc\  eje,  del  palo  largo  de  las  mcdas,  del  lomillo  <S  Iniso 
del  la^r,  del  molino,  ele.  La  h;nada  es  ardatza-da m 
ardaz-gile,  hilar  ardaz-katu. 
lilo,  primitivamenle  la  lana,  díjose  ar-i  lo  propio  de  ar,  del 
,  extenderse  de  la  manera  dicha,  en  linean  derechankenlc.  üi 
el  hilo  arí-útdi,  ari-besaka,  ari-biro,  ari-izpi,  ari-zuntz. 
€Z  iraski  ni  hilo  ni  (rama^  ni  fú  ni  fá,  aria  galda  perder  el 
U  conversación,  arí-€zíun  hebra  del  orillo  de  lana,  ari-iraski 
Ht,  e*  decir,  ari  ó  lo  que  se  extiende  é  iraski  la  Irania  que  se 
al  ari,  ari-iztirra  hilo  encrespado.  El  ovillo  es  ari-bit  6 
tovilbr  artiga,  an'i'ffata,  ovitlo  lambién  oril-go.  arit-ko, 
den  aril-iaki,  arii-kai,  arií-kart,  devanando  arU-ketan,  des- 
f  enhíXiT  ari-ztata,  ás  ari-z  &\  hilo,  por  d  lado  mejor, 
í,  arí-kata  hiccr  hilo,  deshilacharse. 

¡tiSonis  del  hito  son  el  pelaje  ó  raza  de  uno,  su  humor  ó  g'enio, 
que  mana  en  hilo:  ari-uneko  de  buena  raza  ó  linaje,  ó 
undicionado,  ztr  onki  eramoikn  dei  aria-bere-artean  qué 
n  con  sitó  genios  y  humores,  art-baíekoak  dirá  biak  los 
igual  condición;  ari-o  humor,   talante,   lo  del  genio  y 


hilo  ari  es  aquello  de  quien  es  propio  el  extenderle  lineal- 
.  Q  mismo  nombre  tomó  el  camero  que  por  su  naturnl  lira  á 
i  lanzarse  y  á  topar.  Es  el  dechado  y  espejo  del  concepto 
de  ver  de  ta  voz  ari  á  él,  i  ello,  derechamente,  por 
^le  tendenda  é  hilo,  ir  al  hilo,  derechamente.  Carne  de 

ari-kit  camerazo  ari-ko,  morueco  ari-lo,  ambos  aumenU'^ 
jr  orhko  lo  del  arl^  el  cordero. 
ipTo  díjosc  ari-tt  lo  dd  ari  6  carnero  ó  lanzarse  dcrecha- 

oría-arin^ri  corredor,  a rin-du  á  arí/i-íu  aligerar,  aliviar, 

■  prontamenlc,  arin-ktri  mala  ligereza,  arin-tosun  hgeieza 

*rin-ki  Itgeramcnic. 


236  Orioen  V  VIDA  del  lenguaje 


58.  El  instrumento  llamado  ariete  para  batir  los  muros  en  < 
latín  ari-es  -etis  carnero,  cuya  raíz  ari  solo  existe  en  d  euska 
donde  significa  el  carnero.  Otros  sufijos  derivativos  llevan  en  I 
ery-tis  cordero,  er-as,  ery-s  cordero,  prus.  er-istian,  skt  ara  ove 
Este  es  femenino  por  la  -H  larga,  así  como  por  la  -n  derivativa 
son  ar-na,  fem.  latino  de  arÍ-eSf  ap-v-sc  corderos.  La  lana  dfjose  n 
turalmente  como  un  derivado,  en  skt.  ür-na  de  ur-a  oveja,  asf  coa 
ura-bhras  y  ura~nas  el  carnero  ó  el  que  lleva  lana.  En  gr.  ¿(m 
£p-!ov  lana,  i^iv-n^,  epeoü^  lanudo,  ap-v-eto;  camero,  el  de  la  lu 
■xoi.ú-ppii¡v  rico  en  corderos,  p^v-tí=(3pv-a-x-íí;  tusón  ó  piel  de  co 
dero;  en  esl.  y-ari-na  lana,  es  un  derivado  intacto  de  ari  con  -ñ 
pues  la  y-  es  adventicia.  En  lit.  eréna,  forma  paralela,  es  la  carne  d 
cordero,  el  cual  es  eras.  En  griego  ept-tpo?  cabrito,  con  el  sufijo  ^ 
de  animales,  irl.  heirpp,  umbrio  eri-eta,  como  aries,  ariet-is  el  a 
ñero.  El  ant.  al.  ram  vale  «unverschnittner>,  hamal  «verschniHdi 
Schafbock»,  de  hamal  trasquilar,  como  en  fr.  moaton,  lat.  mutík 

El  pastoreo  de  ganado  lanar  fué  el  más  primitivo  de  la  rxa, 
de  mayor  importancia  aún  que  el  del  ganado  vacuno.  Los  Sactt 
que  con  los  Escitas,  representan  la  cultura  primitiva  de  ella,  en 
llamados  por  los  antiguos  ¡ty¡Xo-vo|ioE,  pastores  de  ovejas:  iLYiXoMp 
t£  lóxaí,  7£vs:{¡  Sxúfiat  (Choerilus  en  Estrab.  7,  p.  303).  Entre  k 
iranios  es  muy  rica  la  terminología  de  este  ganado  (Tomaschi 
Céntralas.  Stud.  2,33);  y  el  comercio  de  lanas  era  el  principal  e 
el  Ponto  (Id.  Kritik.  d.  ültesten  Nachrichten  d.  skyth.  Nm 
dens  1,14). 

No  se  sabe  si  la  oveja  es  originaria  de  Europa;  pero  parece  qo 
sí.  La  oveja  salvaje  vivía  en  nuestras  regiones  en  la  época  del  Mam 
(A.  O  rro  Zur.  Gesch.  uns.  áltesten  Haustiere  p.  65).  Hállase  e 
la  fauna  de  los  palafitos  de  Suiza  y  en  las  estaciones  conocidas  d 
Suecia  y  Dinamarca  del  fin  de  la  época  neolítica,  y  en  los  sepulcrc 
de  Micenas.  Varias  regiones  tomaron  su  nombre  del  cordero:  k 
Caeracatesde  la  Galia,  irl.  caerá,  caerach  oveja;  la  Dalmatia,De 
matia,  Delminiam,  albanés  detme,  deVe  oveja;  los  Faroer  á 
Norte,  norso  faer. 

Hay  más;  no  solo  la  riqueza  fué  la  ganadería,  sino  que  espeda 
mente  lo  fué  la  del  ganado  lanar  y  éste  parece  ser  el  primero  <li 
los  I-E  domesticaron  y  pastorearon.  Efectivamente,  el  faer  nors 


58.  aries. 


237 


tfar^  dznésfaar,  que  significan  h  oveja,  vienen  de  */éhiz,  y  es 
rus  pécaris  gnmáo,  de  donde  pecaniOf  por  la  oveja  que  : 
itó  en  la  moneda  como  símbolo  de  haber  servido  antes  par 
I  CfMnpras  y  ventas  y  de  haber  sido  fa  primiliva  riqueza.  En  rííc 
I  b  misma  raíz  xixo;  y  r'vxoc  tusón  y  lana  no  1rabajada«  de  donde 
^tíilAT  y  peinar,  pee-ten,  de  donde  peine, /sec-íocardar,  peinar, 
en  griego,  ó  s¿í-u>  y  z£'.xm,  tít,  peszti  quitar  (a  lana  á  ta  , 
como  cfj  csl.  ruao  vellón,  ruvaíi  esquilar,  quíLar.  Ahora  bicnl 
r  y  peatiks  bestias»  son  términos  que  despuís  se  generalizaron 
ppainenlf  son  las  ovejaíu  Así  el  término  general  del  ganado, 
I  áe  aquellos  anliquísimos  tiempos,  antes  de  nacer  la  labranza, 
:  predsanienle,  skt  pa^u,  zend.  pufu,  goáofaiftUf  ant.  prus. 
lal.  peoi  y  peru-s  pecmíes.  En  curdo  pez,  3Ígan,  psa,  oseía 
i  tj  oveja  concretamente,  y  este  paií  del  Irán  conserva  el  pasto- 
rimitivo.  La  raíjt  de  estos  vocablos  significa  sujetar,  domeñar, 
licar,  por  haber  sido  el  primer  animal  domesticado  y  cultivadOaj 
vt  paagú  pe-pig^. 

;  españoles  preromanos  Inbraban  telas  y  vestidos  de  lana  y  ex- 

■Q  en  rama  grandes  cantidades  de  esta.  Aun  en  el  s.  I.  son 

i  los  paños  de  .Mcacer  do  Sal  y  los  finísimos  lienzos  tarraco- 

saelabíUnos,  asombro  de  Romi  desde  qwe  dos  siglos  antes 

^podido  contemplar  Jos  blancos  albornoces  de  tos  soldados  ibe- 

!  Aníbal.  Las  lanas  andaluzas  fueron  famosas,  distinguiéndose, 

de  U  blanca  y  ne^ra,  la  trythrea  rubia  6  dorada,  la  ferrugi- 

'  ó  morada  y  la /asea  ó  baetica,  parda   (|.  Costa).   <Tu,  cuyo 

Qo  era  mis  hermoso  que  el  vellón  de  los  rebaños  del  Betis», 

:  Wurcial  (I.  V.  ep.  35,  Xí!,  t>5.  XiV,  133;  Vihoil.  Eneid.  9.5S1). 

mef'inOf  de  la  lana  más  fina  española,  que  ha  pasado  al 

europeo,  cifra  el  valer  de  las  lanas  de  nuestra  península. 

como  diminutivo  de  mer-ar,  nier^a,  maii?ar,  afinar,  cs-mer- 

porque,  como  insinúa  Costa,  debieron  los  iberos  obtenerla  y 

irla  por  medio  \let  cm^Amiento  (p   XV).  Nu  pocos  naturahslas 

ran  el  musmón,  masmo,  como  e)  tipo  originarlo  de  la  oveJA 

|CMopci:  sa  vellón  tiene  más  del  pelo  de  la  cabra  que  de  la  lana  de 

l'Síf'i,  V  es  acaso  el  mismo  con  que  los  celtíberos  tejian  sus  tiini- 

y  peludas,  •semejantes  á  los  pelos  de  cabra»,  como  dice 

[  ^^fi«ii>fú  (U  5,  c  33,  §  2).  De  aquí  la  conseja,  admitida  como  hecba  J 


'238  OrIOCN  V  VIDA  del  LENOUí 


positivo  por  S.  Isidoro,  de  que  se  originó  del  cruce  del  carnen 
la  cabra  (Etym.  12,1,61).  Sabido  es  que  el  musmón  era  origina 
de  Europa,  existía  en  España  y  Córcega  (Plin.  8,75,2),  y  aún  di 
en  Córcega,  Cerdeña,  y  Bory  de  Saint-Vicent  dice  que  los  hay 
varios  punto  de  la  parte  meridional  de  España  (Pérez  Arcas,  Zooi 
1883,  p.238). 

La  ardilla  se  llamó  en  latín  sciürus  (Varrón),  tomado  de  axíooi 
(Opiano  Cineg.  2,586),  de  cuyos  versos  se  saca  que  los  antigt 
veían  en  este  animalito  sobre  todo  la  cola  (oüpá)  con  la  cual  se  ht 
sombra  (ox^á)  en  las  ardorosas  horas  del  estío  sirviéndole  de  qid 
sol  y  de  cueva.  Pero  es  el  caso  que  esta  etimología  popular  no  di 
con  la  etimología  que  hallamos  en  el  ant.  al.  sc§ri  ligero.  Tampo 
tiene  que  ver  con  el  roble  eiche  su  nombre  en  ant  al.  eihhorn,  af 
ácweorna,  norso  ikorne  (eik  roble),  al.  Eichhorn,  ni  con  horn  cm 
no.  Parece  diminutivo  de  un  adjetivo  *aíkva,  *ikva  con  el  signi 
cado  de  ligero,  bullidor,  skt.  gj  bullirse,  raíz  que  hemos  visto  ded 
rada  ya  (1,41);  aunque  otros  opinen  de  otra  manera  (R.  MuchZ 
deutsches  Altert.  42,166;  H.  Palander  Die  ahd.  Tiernamen  66) 

En  eslavo  se  llama  veverica,  prus.  weware,  lit.  wowere,  dcriv 
dos,  al  parecer,  del  nombre  del  viverra  hurón  (Plinio),  irl./»nq 
ardilla,  címr.  gwywer,  bret.  gwiber  de  *vever. 

59.  Apiet-ar,  del  batir  con  ariet-e.  J.  Pin.  Mon.  ectes.  I 
22,3:  Procurando  los  romanos  arietar  el  muro  cabe  la  torre  Anl 
nia.  Id.  11,23,2,  como  neutro. 

Aribar,  en  Aragón  aspar  en  el  aribe,  ó  de  ari-bata  recog 
el  hilo,  batu]\miRT,  recoger. 

Aribe,  especie  de  torno  pequeño  para  hacer  madejas,  t 
puede  venir  más  que  de  ari  hilo  y  -be  debajo,  dentro,  del  meter  i 
madeja,  ó  es  posverbal  de  arib-ar. 

Arib-o,  posv.  de  arib-ar,  aspa  en  Aragón. 

Arib-ol,  en  Aragón  aspa. 

Arl-jOy  los  labradores  llaman  así  la  tierra  delgada  y  faxñ  < 
-cultivar.  Es  adjetivo  diminutivo  -Jo  de  ari  hilo,  como  quien  di 
ahilada,  delgada. 

AH-ja,  desperdicio  de  la  harina  en  el  molino,  de  que 
hacen  tortas  para  cerdos.  Vcneo.  Agón.  3,16:  A  los  molineros  po 


59.  arditef  ardiíIOf  ardid. 


23Q 


lie  cuantos  vece»  entremetieron  arija,  para  suplir  la  falla  que 
hicieran  en  la  lurína. 
>mo  ATÍ-jo,  d«  fifi  delgado,  muy  menudo. 
I  Afijóte.  Hn*  1 477:  El  mundo  es  texido  de  malos  arigotes; 
trík-ú  con  cl  -ote  despectivo,  el  desecho,  como  lo  es  arika  del 

»r  el  lino. 
¡  AHvHp,  arrejacar  é  dar  una  reja  para  matar  las  raíces  de  las 
hicrtTas  y  cut>rir  el  pan.  Pudiera  venir  de  areka  surco,  zanja, 
a;  pero  me  parece  más  probable  venga  de  ari-ka,  en  el  scn- 
\  de  hacer  bilo>  pues  en  la  Qertn.  y  cald  arica  es  la  araña  y  asti* 
[de  modo  que  se  debió  de  decir  del  arañar  la  tierra  dando  una 
r  tomeía. 

AH-ca.  En  la  Germ.  araña,  astilla. 

Arlofl-la,  parte,  de  arica-r  por  rtrañar,  sin  duda  det  hurlar. 
Aricv-aüa.  O.  Qal\n  Surco  arr.:  Ni  que  rompas  y  fines  y 

I  /  y  le  des  arica  bien  temprana, 
AH-u5a.  CoRR.  20Q:  Ni  antruejo  sin  luna,  ni  feria  sin  pula 
para  «in  arluña.  (ArtLiña  llaman  á  !a  oveja  horra  que  parió  y  se 

>  d  cordero).  De  ardí  oveja. 

I  Ardite,  «pdití».  Moneda  de  cobre  del  siglo  XVI,  orígina- 

,it  ptrrcrr,  de  N'a\'arra,  donde  también  la  hubo  de  plata.  También 

abo  en  Oítilla  y  Cataluña.  Corí.  Segov.  1532:  Y  aun  Iiay  otro 

avtniente  de  las  dichas  tarjas  y  en  los  cuartos  y  ardites  viejos. 

I  de  llevar  en  el  cuño  una  oveja,   en  señal  de  riqueza,  como 

I  de  pccu,  pues  viene  del  ardí  oveja,  -te  donde  hay  mucho  de, 

>  tíur-te  nevada,  ogi-te  año  de  panes.  En  el  mediodía  de  Fran- 

Ulardi  rra  una  moneda  de  plata. 

VíDoá  tignificar  una  cosa  de  poco  valor.  Quij.  1,23:  Y  no  se  le 
i|ior  hallar  otra  aventura...  un  ardite.  Id.  1,34;  Sin  defraudaros 
IM  vdilc.  Id.  3,22:  No  importan  un  ardite  al  entendimiento  ni  i 
la.  Id.  2,69:  No  bis  estimaba  en  dos  ardiles. 
l¡-ia,  en  Venezuela  y  Colombia  la  ardilla,  en  euskera  d 


)  dofU  6  dáneU  an  ardite,  no  importarle. 
Ihtemeda  itn  ardite,  un  aifiíer,  an  ctoil.  un  cornado,  tm  co- 
.  aaa  arv^,  una  blanca.  (Por  nonada:  no  ^  me  da  una  cas- 


240 


OrIOEN  V  VIOA  OtL 


Ai*<llllii,  es  un  diminutivo  de  ardí,  arda  y  dfjose  del  roo 
y  espaciarse  mucho,  como  la  pulga  y  el  carnero  al  topar.  De  d{ 
formó,  como  dice  KorLíng,  arda  animalejo  como  una  rata  ó  (d 
y  se  rebulle  iiiuclio  y  es  muy  lijera. 

Meta/,  del  vivo  y  bullidor,  ser  ana  ardilla,  ser  más  UJero  t 
ana  ardilla. 

AihI»,  lo  misnio  queard-illa  su  diminutivo,  Ovieoo  //. 
42,12:  E  de  las  zorrillas  que  íiieden  é  ardas  é  oíros.  Ovaixc| 
Chile,  f.  53:  No  así  las  ardas,  que  no  sé  que  se  hallen  en  otra  ¡ 
que  en  los  primeros  valles  de  Chile.  Celest.  1.  p.  12:  De  lexon,{ 
arda,  de  herizo. 

Lo  que  se  quiere  íaarda,  monte  espeso  y  mala  guardo,  c  ij 

Lo  que  quiere  la  arda,  piñones  mondados  y  cerca  el 
c.  200- 

Ai*<lo*  Lope  Amigo  por  f nena  2:  Viendo  el  gamo,  d  ríe 
el  pardo,  /  de  que  eslá  cubierto  el  monle  /  más  que  el  fértil  i 
y  ardo, 

Afflido,  arilifl,  atrevido,  que  se  lanza,  valiente,  y 
parle  ingenioso,  que  entiende  dt:  aniides  y  medios.  KÜrting  i 
it  ardilo,  ardíre,  que  tiene  d  primer  sentido,  fr.  hardir,  en*hardJrJ 
germánica  hartyan  reforzar,  endurecer.  Ni  la  I  lo  permite,  ni  el  sl¿^ 
ficado,  EsJe  es  doble,  el  de  arrojado  y  el  de  ingenioso,  y  se  explij 
por  e)  ardí  pulga,  que  se  lanza,  etc.,  de  donde  salió  el  verbo 
y  cuyo  participio  es  ardi-do,  de  donde  ardid.  Hál  lase  ardido  cni 
Juzgo,  en   el   Cid   ardida  lan^a,  en  Sanlillana,  etc.  Compirense| 
gascón  arto  ó  ardo=leigne,  arUsón.  prov.  y  cal.  arda,  for.  arla,  i 
fr.  arte:  claramente  del  ardi,  como  arda  y  ardilla.  En  Honduras  1 
-arda  es  trampa  para  coger  lagartos,  lleva  en  el  sufijo  -at  ■ 
gall-ardo,  bast-ardo,  huh-arda,  ele,  la  idea  etimológica  Ci  ..:  -  . 
medios;  bilí  es  coger  en  euskera.  Cid.  79:  Martin  AnloIíneZr 
ardida  lan^a.  A.  Alv.  Sih.   Conc.  ¡O  c:  Los  ladrones  li 
andan  de  camarada.  Selvag.  262:  Son  todos  muy  vivos,  'i,¿-„ 
y  ardidos.  J,  Pin.  Agr.  4,Q;  Es  tan  ardid  la  hernuna  goIonJ 
cuanto  á  este  menester.  MejIa  H.  imper.  V.  Aug.f,  /7.'St  comoj 
valiente,  fuera  sabio  y  ardid...  pudiera  poner  en  grande  j 
Octavíano.  Amadis  4,36:  No  había  allf  ninguno  tan  ardid  y  i 
zado,  que  mucho  temor  no  hubiese.  Alex,  6:  Que  íué  franc  e  i 


59.  ardid. 


241 


Id.  66:  Quien  es  franc  e  ardido  á  esse  tienen  por  cortes,  j.  Pin,  Agr. 
\^27a  Muy  ardid  es  la  avaricia. 

En  Mondnras  ardido  por  irritadOi  enojado. 

Mari-ardida  hace  hija  tufUda,  cuando  la  mAdrc  es  vivaracha  y 

ÍJBdoni,  ta  hija  5e  está  mano  sobre  mano. 
\r^Íil,  maña,  ingenio,  valor,  de  ardido.  QaiJ.  2,21:  Usar  de 
fes   y  cslratajcraas  para  vencer  al  enemigo.  Id.  2,56;  Usemos 
ardid  y  mafta. 
lEn  Colombia  ardil,  y  lo  mismo  en  B.  Ciud.  R.  Epist.  86,  p. 
r  Con  tíAo  cobró  ardil  é  metió  preso  á  Juan  Pérez  de  Guirnián. 
)ue  cstt  obra  no  es  más  que  del  s.  XVM,  muestra  que  se  dijo 
y  pisó  i  América,  como  pronuncian   miichos  Madril   y  los 
ítivos  en  -il  por  -ir. 

Ardid  es  de  caballeros,  Cevallos  para  vencellos.  (Es  blasón  de 

,  de  Cevallos  en  la*  mononas.  Añadieron  ímulos:  No  es  ardid 

)UÍQsdaI)(0,  Cevallos  para  nialallos;  quitado  el  no,  será  bien:  ardtd 

lalgo  Cehallos  para  matallos).  c.  30. 

^ukucs  de  guerra.  (Ardides  son  de  guerra  por  las  mañas  y  cn- 

pquc  se  usan  con  los  enemigos,  y  por  las  trazas  de  los  que 

por  avenlaiarse).  c.  509. 
^rditl-c*x«,  del  ardíd-o,  valentía,  y  ardid.  Cron.  Gen.  r.  1Q6: 
DO  que  con  Un  tuen^  paz  se  podríe  perder  su  ardideza. 
r.  Á(f.  ],0:  Para  las  ardidezas  que  debe  usar  contra  ellos. 
Ardi-inivnto,  valor,  de  ardi-d.  Cid.  549:  Non  lo  saben  los 
i  eí  ardimenl  que  an.  Qaij-  1,19:  AduiiraUo  del  ardimienlo  de 
ksAúr.  Por  acto  de  arde*r  cst.i  derivado  de  este  verbo, 
Arilld-uMU,   ingenioso,  de  ardid,  valiente.  P/c./us/.   Prot.', 
ardidosos  de  Justina.  Jaureo.  Fars.    2,3:  Ardidoso  y 
i  gentes  mueve.  Bibi.  Qallard.  "í,??  I :    Dar   por  rccebir, 
/  ardidosa  treta  es.  En  Colombia  ardil-oso^  de  ardil 
^'■■'-íñ-ap,  en  caló  jerg.  ensalzar,  diminutivo /j?  de  ard-a, 

.  ;icar,  saltar,  cic. 

Ardlñarap,  en  caló  ierg.  nacer,  ardiñipen  nacimiento, 

ArdlA-al,  del  ard-iñ;  vivo.  J.  Pin.  Agr.  21,4:  Si  los  coléricos 

tvm  coléHcos  y  lo  llevan  adeíanic,  podní  llegar  á  crecer  su  ar- 

i<M|i)exlón  hasta  ser  genle  insufrible.  Id.  1 5, 1 7:  Baco  se  tornó 

ipor  ser  animal  ardiñal  y  lujurioso  como  el  vino.  Id.  Moa. 


ecles.  26,2,2:  Fué  puesto  fuego  á  las  barcas  llenas  de  btt  i 
ardiñales. 

-«pdoj  -apfle.  Dicen  que  de  origen  germánico,  príi 
nombres  propios,  como  Regín-hart,  Adal-hart,  después  en  e 
alto  alemán  en  apelativos.  Esta  etimología  es  como  la  de  ar< 
quieren  sea  ei  germánico  hartyan  endurecer,  hacer  recio  3 
porque  á  alguna  parle  había  que  agarrarse,  no  contandc 
euskera.  El  que  acepte  la  segunda  podrá  aceptar  !a  primera. 
-arda  es  en  Honduras  trampa,  ingenio,  medio  para  coger,  y  i 
coger  en  euskera  y  -ardo,  -arde  es  lo  mismo  que  ardid, 
trampa  para,  lo  probable  es  que  -ardo,  -arde  tengan  el  mismo 
tanto  más  que  apenas  se  halla  sino  con  temas  euskéricoi 
-ardo,  cob-arde,  gall-ardo,  tab-ardo;  mosc-ard-ón,  buh-arda,  b 
illa,  gab-ard-ina. 

60.  La  araña,  de  ara-nea,  arcí-neas,  díjose  del  hilar 
Tomólo  el  latín  del  griego  ápá/-v>),  ápáy-vri-i;,  ctpdxv-rov  telai 
hilar  y  torcer  en  persa  es  rach-tan,  rich-tan,  ris-tan,  risf-, 
donde  réchah  hilo  torcido,  rak  hilo,  rich~tah,  ris-mün  hilo, 
arech,  arach  cadena  de  íegido,  ras,  rasan,  rasi-man  cuerda, 
curdo  es  resane,  en  arm.  arasan.  En  curdo  rlch  es  la  lana. 
rag-ana  y  ra^-ni  cuerda,  r/p  estirar,  rich-ta  estirado;  lit.  rich 
como  en  laf.  res-tis  cuerda.  La  raiz  se  ve  que  es  aríka,  el 
cadena  de  tejido:  es  el  ari-ka  hacer  hilo,  andar  al  ari  6  hilo 
Asi  se  explican  «px-áw]  t¿  pá|i|ia,  (ü  x6v  ar^iiova  ¿pccccazXói 
}t:a^ó\xzvm,  que  ha  perdido  la  -/-  de  arika,  y  su  doblete  aptj^ 
ha  perdido  la  -a  ante  el  sufijo  -n,  el  cual  ha  aspirado  la  x.  L 
íjXaxóTT)  se  explica  por  la  variante  de  Hesiquio  í¡Xexd-Ti|  y  r  < 
elika-te,  alika~te,  arika-te. 

-  De  la  fábula  de  Aragne  escribe  Laguna  {Diosc.  2,56):  h 
linaje  de  las  arañas,  de  la  soberbia  y  ambición  de  una  mu 
llamada  Arachne:  la  cual  como  quisiese  competir  con  Minen 
arte  del  hilar  y  tejer  y  á  la  fin  fuese  della  vencida  (porque  c 
un  poco  de  humo  todo  cuanto  piensan  saber  los  hombres,  e 
paración  de  la  divina  sapiencia),  ordenaron  por  su  gnmde 
miento  y  poco  respeto  los  dioses  que  trasformada  en  un  anín 
sucio  y  guardando  su  propio  nombre,  hilase  y  tejiese  mientni 


61.  araña. 


243 


indo  y  ansi  hila  como  vemos  toda  la  vida,  y  cuanto  teje  en  un 

cuttadiUa  viene  después  un  barrendero  con  una  escoba  y  se  ío 

iraU  en  un  credo.  Esta  fábula  no  es  más  que  la  declaración  de 

lologta  de  araña. 


\\.     Araüa,  de  aranea  de  oí^'pfi.  Ovalu  H.  Chiíe  f.  8: 

>1CBr5C  entre  las  hierbas,  sin  temor  de  que  le  pique  una  araña. 
[P«t  de  mar.  Huerta  Pítn.  0,49:  También  es  animal  peslífero  la 
I,  dañosa  por  la  punía  de  una  espina  que  tiene  en  el  lomo. 
Red  pira  pJjaros.  Valles.  Cetrer.  6:  De  los  azores  pollos   unotj 
lonudos  con  el  arafta  y  red,  á  Jos  cuales  llaman  zahareños  ara-' 

y  de  la  red. 

Meta/,  El  vividor  y  aprovechado;  la  mujer  chica  y  jorobada  de 
1  s«  dice:  Va  i  Hovcr,  que  andan  las  arañas  por  el  suelo;  el  co-j 
que  ahorra:  y  la  lámpara  de  brazos,  por  su  parecido. 
En  caüd  jerg.  cartera,  portamonedas,  araña  blanca  cartera  sin 
F,  servir  una  araña  hirríar  una  cartera. 
\  ia  araña  hartó  la  rueca  el  diablo,  porque  saque  ta  tela  del 

Andar  en  zanras  de  araña,  el  que  se  vale  de  rodeos  rehuyendo j 
I  cargo  ó  difvcultad,  como  estira  las  zancaa  h  araña  antes  de  correr 
mosca. 

Araña  de  agua,  tejedora;  de  mar^  cangrejo  con  púas. 
Araña,  ¿quién  fe  arañó?  Otra  araña  como  yo.  (RurU  de  pocas' 
de  uno;  dtcese:  es  una  araña,  significando  que  uno  es  para 
poco,  como  una  criatura),  c.  30.  Ese  es  Hi  enemigo  el  de  lu 

Como  la  araña,  del  buen  trabajador,  y  del  que  se  aprovecha  de 
ÍWfO  6  hurta  lo  ajeno. 

Como  las  arañas,  de  los  que  se  encojen,  de  los  raros  físicamen- 
Ey  de  los  que  andan  por  los  suelos. 

Es  un  araña;  es  ana  araña;  es  ana  gallina.  (Por  persona  pWj 

I  y  cobofde).  r.  526.  Y  del  vividor  que  de  todo  se  aprovecha  ; 
>tmpa. 

Hacer  araña,  buena  ó  mala.  c.  6  3 1 . 

ÜKer  oraMax.  (Por  embelecos  y  trampas),  c,  63K 

Namea  medre  la  araña  que  hila  y  no  devana,  c.  241 . 


Picóme  ana  araña,  y  atéme  una  sábana,  c.  392,  poco  y  mi  ^ 
bien  quejado.  De  los  quejumbrosos. 

Ser  más  puerco  que  la  araña. 

Arañ-ita,  dimin.  que  se  dice  del  muy  aprovechado,  trabaja 
dor  y  allegador;  ó  Arañita  para  su  casa,  que  también  se  dice  dd 
que  hurta  menudencias. 

Arañ-uelo,  red  delgada  para  pájaros.  León  Cas.  6:  Y  qui^ 
re  la  ventura  después,  que  habiendo  venido  mucho  del  oro,  y  mu- 
cha de  la  seda  y  aljófar,  para  todo  el  arüñcio  y  trabajo  en  un  an> 
ñuelo  de  pájaros  ó  en  otra  cosa  semejante  de  aire. 

Ladronzuelo.  Solorz.  Gard.  Sev.  c.  19:  No  le  ocultando  la  posH 
da  y  señas  del  tal  arañuelo  de  las  haciendas. 

Insecto,  especie  de  araña.  Huerta  Plin.  1 7,24:  Es  también  pr- 
ticular  á  las  olivas  y  á  las  vides  (llámanles  arañuelo)  cuando  envud» 
ven  el  fruto  como  unas  telas  y  le  consumen. 

Aniñ-uela,  dimin.  de  arañ-a,  y  como  arañuelo.  Qom.  H.  Ioí 
81:  Hay  tantas  langostas,  orugas,  cocos,  arañuelas  y  otros  gusaooi 
que  destruyen  los  frutales. 

Planta  ranunculácea  de  jardín  con  hermosas  flores. 

En  la  Litera  de  Aragón,  enfermedad  del  olivo  por  un  insecto  que 
chupa  el  jugo  en  lo  tierno  de  las  ramas. 

At>añ-ar,  de  arañ-a.  Rasguñar  ligeramente,  cual  sí  hubiex 
pasado  una  araña  con  sus  patas.  Qaij.  2,7:  Arañaron  sus  rostroft 
Id.  2,50:  Los  encantadores  y  verdugos  que....  pellizcaron  y  arañaroi 
á  D.  Quijote.  G.  Alf.  2,3,3:  Sólo  esto  basta  para  que  luego  dbtK 
arañe  y  mese,  llamándose  la  más  desdichada  de  las  mujeres. 

Meta/.  Buscar  con  afán-,  recoger  lo  más  mínimo  y  aún  huriu 
D.  Veoa  Paráis.  S.  Franc:  Qué  pensamientos  tan  arañados,  quJ 
poco  sosiego  tiene  en  casa. 

Arañando,  agarrándose  y  como  andando  á  gatas.  Quev.  PoSi 
1,21:  Pues  los  que  entran  por  la  puerta,  entran  andando,  y  los  qa 
entran  por  otra  parte,  suben  arañando,  y  sus  manos  son  sus  ptés^ ; 
las  manos  ajenas  sus  manos. 

Arañando  arañando,  aprovechándose  ^e  todo,  guardtiido 
gozar  poquito  á  poco  de  un  beneficio. 

Arañarse  con  los  codos,  del  que  se  alegra  del  contntienv 
de  otro. 


61.  ristra. 


245 


Arjiñ-ndM,  «mño,  en  Aragón  y^lava,  etc.  Qvev.  Tac  17: 

Tftitrpur  dclris  ima  arañada. 
Arnii-A3BO,  rasguño  ligero  ó  araño. 

Arnñ-o,  posv.  de  arañ-ar,  acción  y  efeclo  ó  señal.  Fotrz. 
Ni  los  amAos  fueron  de  provecho  alguno.  Zamora  Mon.  misi. 
í,  L  4,  pte.  2,  Simb,  3:  Y  lo  que  á  los  demás  hacen  es  un  araño. 
ipte.  3,ps.  S6,  V.  5:  NI  aun  un  araño  pudo  hacer  en  ella.  L  Grac^ 
mal  parados  de  araños  y  de  heridas.   Zabalüta  Ola 
iu  los  pedazos  del  vertido  en  las  zar/as  y  llevándose 
^anftos  en  el  cuerpo. 
Hurlo  y  hurtador.  SoLoítz.  Gard.  Scv.  c.  19:  No  solo  para  de- 
r«n  moneda,  más  para  asegxirarscdét  cuando  intentase  vengarse 
I  araño....  Comenzó  á  acompañarse  de  gente  dd  araño.  Q.  Bcnav, 
P,I3:  Alcanzan  con  un  araño.... /el  más  costoso  bocado.  Vid, 
.ptt,  2:  Del  Baratillo  y  la  Feria  /  sutilísimos  araños. 
Apiia-4*r<».  en  Cetrer.  zatiareño;  pájaro  arañero,  ave  ^ue 
I  insectos  y  trepa  por  las  paredes,  es  ceniciento  que  tira  á  azul, 
I  alas  nunctudüs  de  encarnado^  el  pico  corvo. 
Arafirr-i»,  hurlillos. 

thcer  amñcrias.  {Lo  que  encarecimientos),  c.  631. 
Aran-al,  adjcrivo  de  araña,  propio  de  ella,  salteando  Iras  de 
r  acechado.  CAsnixo  Muerte  p.  508:  Hacerle  otros  aráñales 
pasados. 
L  .*..  uii,  ca  Aragón  arañazo. 
Amw-lí^o,  el  gavilán  que  se  caaia  con  arañuelo  (Covarr.). 
Mal-arañnp.  GoftR.  154:  Ora  en  juego,  ora  en  saña,  sicm- 

in.ilauna. 
iih.ii*«,  rcAÜii  de  rí*steni  restis  cuerda,  atadura;  i1.  resía» 
sie,  prov.  y  cat.  rcst.  pg.  y  gall.  reste.  En  Plinio  restis  allio- 
;  de  ajos,  rcstjni  duocre  trenzar  un  baile  (TrRPNC).   «De 
i  alkis,  auí  de  cepolías  (f).iriar)  viRinti  restes  de  octo  capcga» 
iviccnda).  Dijose,  pues,  rtsta,  de  donde  restra,  ristra»  con 
I  por  -ÍB,  coate  en  registro  de  regestum»  ele. 

(le  cosas,  de  ajos  sobre  lodo.  Casaw.  L  Lanuza:  Mejor 
ristra  de  ajos.  Pic.Just.  2,1,2,2:  Una  torra  coronada  de 
i  Lie  4]Qs. 


246  Oriqen  V  VIDA  del  lenguaje 


Conjunto  de  cosas  seguidas.  L.  Grac.  Crit.  3,1:  Desatóle  luego 
dos  ristras  de  dientes.  Lope  Dorot.  I  48.  Parecen  ristra  de  azotulos. 

En  ristra,  en  hilera.  L.  Grac.  Crit  3,2:  Encarrilaban  en  ristnL 

Ristre,  de  ristra  ó  restem,  por  servir  para  sujetar  ú  enlazar 
al  peto  la  manija  de  la  lanza.  Quíj.  1 ,8:  Con  la  lanza  en  el  ristre. 

En-ristp-ap,  apoyar  la  lanza  en  el  ristr-e  al  acometer.  Qiqf. 
1,1Q:  Enristró  su  lanza.  Qu£v.  Mas.  6,  r.  84:  Para  enristrada,  mejx 
/  que  lanza  de  brida  en  justa. 

Acometer.  Qaij.  1,21:  Le  enristró  con  el  lanzón  bajo. 

Metaf,  Pie.  Jast  1 ,3:  Veamos  sí  enristro  con  algo  que  de  contu' 
sea.  Id.  3,4:  No  pude  enristrar  el  sueño. 

Formar  ristr-a,  intrans-  ó  trans.  J.  Encin.  80:  Las  cebollas  enris- 
traron /  y  asomaron  /  por  ensomo  de  aquel  teso  (pusiéronse  m 
ristras). 

E)npistr-e,  posv.  de  enrístr-ar. 

62.  El  nombre  de  los  Arios  está  emparentado  con  esta  raíz  jr 
conserva  un  valor  idéntico  en  toda  la  raza.  En  skt.  arya  como  ai^ 
tivo  vale  fiel  y  amado,  excelente;  como  sustantivo  señor  y  dueño; 
en  los  Vedas  ari  es  celoso,  lleno  de  fidelidad,  celo  y  actividad.  ^ 
pues,  el  título  nobiliario  délas  gentes  de  cuenta,  el  equivalente  Í 
nuestro  noble  y  biennacido.  Esta  acepción  nació  en  la  India  ent^XH 
sición  á  los  de  la  raza  subyugada;  antes  solo  se  aplicó  como  adjedio 
al  que  era  virtuoso,  al  mejor.  En  efecto,  ürya  vale  veneriblef 
excelente,  señor,  noble,  amigo,  de  buena  raza  ó  sea  lo  opuesto  del 
vencido;  ürya^man  amigo,  arya-ka  venerable,  abuelo,  afya-í&J 
üryat-va  conducta  honorable,  y  Arya-varta  el  país  de  la  Indk 
brahmánica  entre  el  Himalaya  y  los  montes  Vindhya.  En  griego  iM^ 
tiene  referencia  alguna  á  la  distinción  de  razas;  solo  conserva  el  sig- 
nificado primitivo  de  el  mejor,  como  comparativo  apsiwv,  coni* 
superlativo  aptoiot;,  y  aplícase  al  guerrero  valeroso,  al  ciudadini 
eximio,  y  en  general,  al  virtuoso.  De  aquí  el  renombre  de  valientt 
ó'ApTj;,  voc.  'Ape-c  dado  á  Marte,  dechado  de  guerreros.  Como  4ér 
mino  más  genérico  dpc-  entra  en  composición  por  excelente^  muy 
ap'.-p'coxo;  bien  conocido,  ctpt-i^xoo^  que  oye  bien,  dpí-doa^u;  de  ntf 
cho  llorar,  apí-d7]Xo(;  bien  brillante,  'Apí-^2vo;  muy  justo,  ápt-pdaia»« 
ffluymalo,  y  su  variante  ápi-:  spt-i^xoo;,  apt-i^xoo;,  épí-ijp-oQ  bien  iM 


íj2.  ios  arios. 


247 


ác  ar-.  El  simple  á^z  ^  ap^t^;  significa  valiente,  belicoso, 

tro.  En  rtjíd.  ai/ya  fiel,  legal,  huzvarcch  ér,  parsi  er.  De  airy- 

I  UDO  de  tos  nombres  de  paises  derivado  de  este  tema,  proviene 

imbií  del  Irán  6  eran,  Iftiilo  de  la  monarquía  persa,  de  donde 

■s  nombres  de   países  y  piiehlos   iranios  "Aptd,   'A]>í«t, 

Awojí'jt;  y  c!  Elúrn  del  Génesis,  según  J.  Müller,  ó  Ailama 

yama  (Journ.  asial.  1330,  VII,  p.  298).  Sinónimo  de  arya 

1.  rita,  zcnd.  areta,  creta,  por  venerado,  ilustre,  de  donde 

nombre  de  los  persas  'Aprawt  (Heródoto  Vil,  61).  Los 

niel  Cáucaso  se  Ihmnn  á  sf  mismos  ¡ron,  y  á  su  país  /r  Ueva- 

,  pues,  los  artü-iranios  este  adjetivo  ari  coma  expresivo  de 

,  e!  mejor,  vinuoso,  activo  y  trabajador  en  la  guerra  y  en  todo 

lAnis. 

también  quedó  en  Europa,  pues  además  del  soriego,  y  del 

t  ari,  de  donde  Anus,  el  famoso  hercsiarca  alejandrino,  entre 

k Olios  arias,  otAi  se  halla  en  muchas  Inscripciones.   En  Irlanda 

c.  Ere,  Eiré,  Eri  fem.,  y  er  noble,  grande,  bueno,  híroe, 

►  «•-,  címrico  er-,  es  intensivo,  como  en  parsi  er-:  er-ma- 

aen  es{>irítu,  er-tan  buen  cuerpo,  y  en  griego  ap»-.  De  aqu!, 

leí,  el  antiguo  nombre  de  los  irlandtises  ó  Er^  ír.  En  D3o 

t  es  U  Ir-landa  ó  tierra  de  /r,  íVa  é  íre  valen  hibernus,  /rtf- 

I  anglostjon  frar  los  íiiberni,  k-iand  en  norso.  Nada  tienen 

ver  aquC,  según  e)  mismo  autor,  'UfivTj,  Erin  é  Hibtrio  de  la 

'    '  en  el  libro  de  Arniagti  del  siglo  V. 

--  i-,  „;j,üs  se  llamaron  así  como  Á  título  de  nobleza,, 

realmente  en  ía  India  al  distinguirse   delaraziven- 

nnKiiM't  relación  á  raxa  tenía  el  nombre  anteriormente  ni 

-■  en  las  demás  Icngu.is.  M.  MíiUer  prefiere  la  acep- 

rcs;  pero  ya  hemos  visto  que  la  deducción  moderna 

iV»  vocablos  aducidos  es  que  los  ano-iranios  no  fueron  labiado- 

I  valor  de  Bel,  adicto  lo  hallamos  no  menos  en  el  nombre  del 

5r,  que  en  los  Ved.is  es  arati,  el  griego  ú--rjpi-TT,;,  el  ara  ir- 

,el  <¡ri,  Ai*  miníster,  famuln^  nunlius  en  norso,  de  donde  el 

To  en  godo  a/ros,  en  sajón  sru,  ¿Cómo  concertar  esla  acep- 

I  la  de  guerrero  y  excelente,  que  tiene  en  griego  y  en  las  cél- 

aün  en  las  ario-iranias,  y  con  la  de  señor  y  amo  que  tiene 

(« ssufcríL^  El  concepto  genérico,  del  cual  todos  los  denub  so» 


248  Okiocn  y  vida  del  lünoÍ 

concreciones  manifiesfas,  es  el  de  darse  á,  ocuparse  en,  tomar  i 
ahinco,  ya  la  guerra  siendo  guerrero,  ya  la  amistad  siendo  fiel,  ytn 
cariño  siendo  amigo,  ya  los  trabajos  y  servicios  siendo  criado,  ya  Ii 
ocupaciones  domésticas  y  la  hacienda  siendo  dueño  y  señor.  Este  no-i 
excelente  díjose  del  trabajar,  lo  cual  no  dice  poco  en  pro  de  la  'vámj 
ética  de  nuestra  raza,  para  la  cual  el  trabajo  era  la  virtud  y  nuyQr> 
excelencia:  toda  su  historia  confirma  esta  idea  y  los  vocablos  pta] 
ella  empleados.  La  virtud  ó  á^&-rr¡  y  el  apttrco;  ó  mejor  y  el  más  va-: 
tiente,  vienen  realmente  de  la  raíz  ar  adaptar,  ser  conveniente  y  apto. . 
Pero  el  derivado  atributivo  -í  de  ar  es  ar-i  ó  ari-a  aquel  de  quiai;i 
es  propio  el  darse  á,  el  ocuparse  en,  el  ser  apto  y  conveniente.  Es»J 
es  lo  que  ari  vale  en  euskera,  el  ocupado,  el  trabajador,  ya  como-j 
sufijo  nominal  y  de  dativo,  ya  de  por  sí. 

63.  El  suñjo  -ari  dice  Bopp,  forma  nombres  de  agente  y  deri* 
vados,  que  indican  la  persona  que  se  ocupa  en.  Tal  es  el  valor  dd: 
-ari  euskérico  precisamente.  Solo  que  en  I-E  es  un  sufijo  fósil,  sit: 
explicación  de  ningún  género;  y  no  hay  suñjo  más  claramente  anilt. 
zable  en  euskera,  donde  además  es  el  dativo,  gizon-ari,  donde  vik 
á  ello,  y  ari  á  él,  áello,  y  ocuparse  en,  como  ar-a  allá,  ara-tu  aWaeu, 
mirar,  escudriñar:  de  modo  que  consta  de  a  ello,  r  de  movimienlOk 
esto  es  ar  aquel,  -/  indigiíante.  Sufíjado  y  sin  sufijar  tiene  en  euskfr. 
ra  el  mismo  valor,  y  cada  uno  de  sus  componentes  es  una  fonal 
viva,  a,  ar,  ar-i,  ar-a,  i.  En  latín,  como  fósil  que  es,  se  halla  enl^ 
rrado  en  el  segundo  estrato  bajo  los  sufijos  nominales  -us,  -a,  -fflUÍ 
elementos  superpuestos  de  acarreo,  que  han  convertido  el  -Ar4coa' 
artículo  -ari-a,  en  adjetivos  de  tres  terminaciones:  tabell-ari-as  ó 
cartero,  es  e!  que  anda  con  las  tablillas  ó  cartas,  tign-ari-as  el  que  9t 
ocupa  en  artefactos  de  madcrA,  ferr-ari-as  el  herrero.  Son  adjetivoi 
sustantivados:  el  neutro  arm-ari-am  es  lo  que  se  ocupa  con  anntf» 
armario.  Lx}s  neutros  son  de  lugar,  por  ser  acusativos  en  su  orígei^ 
es  decir  locativos. 

Con  la  -s  de  agente  -aris-,  pero  el  neutro  es  la  forma  originaríl^ 
pues  la  -e  de  are  proviene  de  -i:  famili-ari-s,  famili-are,  dcfiuS' 
ori,  saecul-aris.  De  modo  que  del  neutro  derivó  el  mascuiino-felD^ 
sino  añadiendo  -s,  con  lo  cual  quedó  convertido  en  un  adjetivo  de 
dos  terminaciones.  Algunos  neutros  se  sustantivaron: «/vfr^re 7 i^' 


63.  ari  I-E,  etc. 


249 


;  aít-are  y  aít-as,  toraiharí,  V  véase  el  círculo  ó  rodeo  com- 
evolutivo;  famiU^r,  regul-ar,  oth-dr,  atVar,  han  perdido  1a 
CDCsa  laliíu  y  han  quedado  convertidos  en  adjetivos  y  nombres 
igir«  con  d  mismo  sufijo  -nr,  que  en  euskera  tiene  idéntico 
,  y  del  cual  derivó  -ari  y  el  latino  -art-s,  -ate.  -ari-as.  Solo 
romanista  laJinizanie  que  nos  venga  á  decir  que  el  -ar 
ríva  del  latín.  Esle  procedimiento  es  el  que  siguen  al- 
!ry  beaiitifuí. 
fodo  con  -s  lais-areis,  blost-reis,  perdida  la  a;  con  la  -a 
v«,  que  no  puede  ser  itiiis  que  el  articulo  euskérico  de  -ari-a, 
lUs  I-E  -íi  íomó  valor  Femenino,  lais-arya,  súk-arya  inve». 
'UÍtarya  batanero,  liath-arya  canlor.  Debilítase  en  antiguo 
b:  scrtt^-eri  escritor,  bst-erí  adorador;  pero  h&f-iXre  ayudador» 
fi  fundador.  Estas  variantes  prueban  que  el  antiguo  alemán 
triva  dtí  godo,  pties  no  llevan  -s,  ni  la  i  consonantizada.  En 
la  seA-ér  el  que  vé,  trink-tr  hehcdor,  stícfj~er,  en  inglés  ^tov- 
}B£gon'tr,  gorden-er.  ConvirÜose  -ari  en  -ir,  lo  mismo  que  en 
kao,  fierr-tr-o,  jardin-tr-o. 

k  muy  probable  que  perdida  la  Q  tengamos  el  mismo  sufijo  en 
vft:  angh-rí  el  pié.  propiamente  d  que  anda  y  se  menea,  lo 
o  que  nuestras  ang-ar-iUas,  />/ríi-r/ abundante,  dú^a-ri  piadoso. 
ir,L-.  nyrsi-ar,  keñ-arü,  ktin-ir,  etc,  son  adjetivos, 

irvc  para  los  ordinales:  prim-arius,  ttrti-úrUis.   V  he 
qsr  d  japonés  coincide  en  este  empleo^  -tffí,  -oñ:  hitori  iino, 
indo,  yoU-ari  tercero;  pero  perdida  la  a,  tenemos   adjeti- 
^ridaro,  chikka-ri  {hmt,  mcAAí-n  mucho.  De   las  ana- 
Vtd  todostan  pudiera  traer  no  pocos  casos;  confeníarémc  coa 
en  naga  forma  participios  de  presente  y  pasado,  y  nombres 
parltcEpiales:  üttchi-r  trancante,  adoker  d  que  llega  6 


i-íO  -arf  es  de  participio  presente  y  de  nombres  de 

iii-ii/j  viendo, d  que  vé,  an-uri  propulsor.  Tat  vez  en  ma- 

r,  -ér,  de  persona  que  se  ocupa  en,  venga  dd  -uri,  si  ya  no 

íád  <r  eu5Í:érico:  /at^ér  corredor,  de/at  correr,  túa-ar  profe- 

"  '.nza. 

-:^o  del  -ar  egipcio  dd  participio  presente;  kfiet-u 
^  laq  am  coa»  que  han  sido  cogidas  allí:  por  eso  $irv« 


250  OrIQEN  V  VIDA  DEL  tENÜUA|E 


de  verbo  auxiliar,  como  ari  en  euskera.  Pero  claramente  lo  teñe 
en  ari-,  ar-,  fem.  ar-t-:  ari-pet  celestiales  (cosas),  ar-t-khekh  lorq 
6  cosa  del  cuello,  ari-rot-ui  id.  de  los  pies,  ajorcas,  ar-t-fki^í, 
id,  de  los  brazos,  zarcillos,  (moíennu)-t-u  ari-a  pet  ari-a  fa=c 
nos  celestiales  y  terrestres.  Aqui  ar-a  los  que  son,  ar-Í  el  qu< 
versa  acerca  de,  como  todo  adjetivo,  participio  y  relativo  pi 
interpretarse. 

El  mismo  valor  tienen  en  copto  ~ari,  -era,  -ra  y  el  ere  de  da 
y  posesivo:  eü,  romi  ere  teffsits=éí  hombre,  cuyas  manos,  o 
ERE  tsós  cyigoa=hombre  velloso,  cui  pili  multi.  Equivalen  estas 
Kias  á  nuestros  adjetivos,  así  chfof-er  brida,  de  chtof,  chtob,  bat 
sierra,  lo  que  corta.  Y  con  ref-,  que  lleva  /como  artículo,  nom 
de  agente:  ref-ti  dador,  el  que  da,  ref-siti  sembrador,  refóUi{ 
magnánimo. 

En  Kanuri  del  Sudan  -ri  es  la  misma  nota  y  forma  adjeti 
mei-ri  real,  mAíam-ri  sacerdotal;  en  efik  del  Sen^^al  eri-:  en 
atado,  de  büp  atar;  en  serer  -ir  para  nombres  de  instrumento 
vei  -re  para  adjetivos,  como  ddy&-re  pequeño,  de  doya  peque 
En  nuba  ~ar,  -er:  Sg-ar  lugar,  de  ág  existir,  dl-ar  muerte,  de 
morir;  combínase  también  con  los  sufíjos  -//,  -id. 

En  hotentote  -rha  forma  nombres  de  duración,  que  indican  • 
pación:  dai-si-rha-s  nodriza,  de  dai-si  amamantar,  gei-rha-b  un 
jo,  de  gei  cosa  vieja.  Todas  son  formas  participiales  y  adjetivas 
mismo  en  aimará  de  América,  donde  -ri  forma  el  participio  acti' 
nombres  de  autor:  luri-ri  hacedor,  sau-ri  tejedor,  el  que  teje.  \ 
kirírí  añadido  ~ri  i  todos  los  temas  temporales:  darankrer 
que  se  avergüenza,  daka~ri  amante,  dikoto-ri  ladrón,  el  que  r 
dikoto-kri-ri  el  que  robó,  dikoto-ri-di  el  que  ha  de  robar;  lo  mt 
en  el  verbo  pasivo  y  en  el  neutro. 

En  tarasco  -ri  forma  igualmente  participios  de  presente  y  n 
bres  de  agente:  pa-ri  el  que  lleva,  llevador,  de  pa-ni  llevar,  ^ 
cantor,  chirekaaa-ri  el  que  hace  nidos,  de  chsre-kaa  nido. 

En  las  sonoras  -ari,  -are,  -ri,  -re  son  sufíjos  muy  comunes  i 
derivar  sustantivos  verbales:  kahma-are  sueño,  de  kahmae  dor 
tiyak-ari  abuela,  i-ari  quehacer,  muki-ari  matador,  de  moka  ini 
y  con  -t,  -ti  de  abstractos  y  verbales,  -arit,  -riti,  -retí  son  sufijo 
acción  verbal:  hihhud^riti  grito,  de  hihhua  gritar,  nahiehüí 


65.  reit. 


251 


to,  ma-rit  rnsueño;  y  -teri  de  acdón;  vi-ttrí  lluvia,  de  v/ye 
y  -kari,  -kart,  ttc.  etc.  Nótese  que  la  -t,  -tí,  de  acción  es  el 
uropco,  el  -te  cüskérico. 
res  de  autor,  ínslrurneiito,  acción  tambii^n  se  forman  con 
,  'ia; gañiría  sAiisücciún,,  út  gane  bien,  ^ü/ííre  estar  satis- 
alcgrc;  -ra  es  muy  usado,  ebaa-ra  ladrón,  de  ebua  robar. 
I  'o  -ra   fs  de  auíor,  ajenie  y  nombres  verbak'S:  ka 

..,.^,.iOT»   Stt  SüA-rú  salvador.   En  timucna  -ra, -ri,   -ro: 
maizal^  ito-ri  tí  último,  Iwro-ro  buho.  En  quechua  -ra   de 
«  y  nombre»,    «expresa,  dice  Anchorena,  continuación    y  se 
e  cnn  uno  y  otro  nombre»;  ísaya  limpio  y  tsaya^ra  acen- 
katsa  menester,  apuro,  cosa  áspera  y  katsa-ra  ensatada;  esa 
I  de  continuación  es  ía  de!  pariícijiio,  que  está  en,  ari  en  cuskera. 
taensa  -ar  del  participio  presente  y  adjetivos;  rew-ar  amante,, 
l^nde^  haly-ar  despreciable;  sin   -ar,  la  raíz  es  adverbial, 
en  los  compuestos  san-hactitrir  gran  gtierrero- 

irlo  -aria,    erudito   del  latino  -arius,  el   vulgar  -¿ro. 
botic-ario.  campan-ario,  can-ario,  conicut-ario,  con)i*ariOj 
},  pleg-aría,  luminaria. 

•  •    del  talino  -or-ius,  -or-ium,  crudiio  y  burlesco.  Dcspos- 

nt-orio,   cnvoU-orio,  jolg-orio,  caí-orlo,  requil-orio,  fal- 

ipof  lubladurías  de  talar  (Segorbe),  mortu-oHo. 

|-«ro,  -«ra,  del  lal.  -arius,  -aria,  enlreviniendo  para  el  paso  el 

Ku&kérico;  indican  agente  ó  lugar  de  la  acción,  Accil-era,  agor- 

ulcabal-ero,  altan-eio,  arri-ero,   astill-ero,  avenlur-eio»  hab-era, 

3,  barb-ero,  bcrcnjen-cro^  bodegón-ero,  boncl-ero,  boy-ero, 

cabaM-«ro,  cahr-ero>  cald-era,  canibron-era.  Pie.  Jast.  1,2, 

írrro  y  aun  más  carero.  Id.;  Animrla  saltadera,  (rotadera, 

I,  bailadera,  sotadcra.  Id.:  Saltadera,  brincadera,  bailadera 

suñjo  nominal  scmicrudilo,  del  -arius  latino  con  la  -c 
el  pueblo  lii/o  -ero  del  -arius  y  los  eruditos  quedáronse 
ÍT^ho.  Don-aire,  pd-aírc 


til   U  nii  rin  6  rn  de  movimiento  menudéase  en  nombres  de 
cci  el  arin  veloz,  en  cuskcra.  En  ski.  orna,  arnava  ño,  mar^ 


252 


UKIOCN   V    VIDA   DCl.   ICNUUAje 


jettd  arenava,  trenava  torrenlc,  curso.  En  tas  gemtinicas  se  ; 
una  raíz  ten  ú  rin  que  vale  correr  velozmente:  es  el  arin  cus 
En  ant.  al.  rinnan  fluir,  correr,  godo  rinnan,  cuya  segunda  n  i 
lema  de  presente,  ags.yrníwr,  ingl.  to  ran,  baio  aí.  rannen,  sajJ 
-non,  al.  rinnen,  med.  al.  rínnf.  De  aquí  en  gtxJo  rM/if5  torreiri 
r«ns,  a^.  rym  riachuelo,  ant.  al.  rinna  canal,  rum,  runst  rio.  1 
Rin  ó  ffAr/í  es  céltico,  lat.  rheniis,  cirnv.  rhen  torrente,  r/iin  ^M 
El  arniis  toíicano  y  el  amo  milanés,  ernus,  arna,  orna  de  ^t9k 
earn  de  Escocia,  eme  de  Irlanda,  tienen  el  mismo  origen.  En  gr.á 
pfv-¿i;  la  nariz,  es  la  que  gotea,  páv-ic  gota,  paív-m  rociar;  en  latín 
que  golea  es  el  riñon  6  ren,  ríen,  irl.  orn  y  cimr.  aren  golear. 

Metáforas  de  la  nariz  6  piv-í;  pí^  son  p[v-íj  la  lima  puntiagud 
pí-ov  la  punta  del  monte,  el  promonlorioqueentraenel  mar,  el  pluH 
de  ptv-iov  líinile,  significa  las  narices..  ^1 

En  ski.  ara  y  aram  valen  veloz,  ra^i-aí/ correr,  brillar,  rofffl 
rapidez,  ronghe  correr,  rarrgfiayati  brillar:  son  derivados  -ga,  -| 
de  raü  ó  arin^  si  no  vienen  de  argi  brillo  con  nasal  adventicia. 


66.     Ren,  plur.  renes,  del  laL  ren,  et  riñon,  háltanse  i 
mente  ren,  rien,  renas,  renes,  rienes.  Siow-  S.Jerón*  \  pr,: 
tas  renes,  j.  Pin.  Agr,  7,20:  Y  U  fé,  ceñidcro  de  sus  renes. 

¡Ay,  renes  amargas,  hartas  de  parir,  y  ningana  del  huei 
mi  marido: y  con  mucha  hónrate.  25.  Renes  amargas,  hari^ 
parir  y  ninguna  de  mi  marido,  c.  478. 

liiñoii,  reiiún.  Del  antiguo  rene  y  -ón,  6  de  •retiit 
•renio,  de  ren  reñís;  il.  rognone,  argnone,  arnione  (ar  por 
rain,  prov,  renho,  ronho,  fr.  anl.  regnon,  roignon,  fr.  rognon  (| 
cat  rinyOj  ronyo  (ren),  pg.  rínbao  (rim).  Qui}.  2,18:  Que  mt 
años  fué  enfermo  de  los  ríñones.  P/c.yusí.  4,5:  Aunque 
mitad  de  su  reñón. 

Meíaf,  lo  más  interior  y  en  medio.  Mirones:  En  el  ri7 
invierno.  G.  Aif.  1,1,8:  Como  si  en  et  riñon  de  Casiilla  se 
HíR«.  Agr,  3,5,7:  En  el  riñon  del  invierno  poner  y  trasponer  ár 
Q.  Benav.  i,  313:  En  el  riñon  de  la  corte.  Lope  Prim.  Rey 
VIII,  p,  62:  Porque  Castilla  es  reñón/asaz  rico  y  noble  en  arr 

Trozo    redondeado   de   mineral   dentro   de  otro   de 
nadi  raleza. 


66.  riñin. 


253 


ti  riñt^n  de,  en  el  centro. 
lay  que  tener  ríñones,  brio. 
iombredc  riAones,  valiente, 

ríñones  de  an  asanto,  to  príncipal. 
_  RiAones  ayer,  ríñones  hoy,  ríñones  mañana,  ifévese  el  diabto 
ida.  En  la  variecUd  eslá  el  gusto. 
iñonesde  conejo,  judias  secas. 
fSacarle  an  riñon,  muclio  dinero  por  algo. 
I  Tener  el  riñon  cubierto.  (Por  estar  rico»)  c.  608,  ó  gordo.  Heur, 
\jo&  carneros  de  gordos,  que  se  tes  cubre  el  riñon.  Caccr. 
rmcn  el  riñon  cubierto,  no  se  pueden  menear  de  gordas. 
|6:  De  un  hombre  gordo  decimos  que  llene  el  riñon  cubierto. 
I  Tkne  el  riñon  cubierto.  (Por  el  que  está  rico  y  gordo.)  c.  609, 
fl/a  hombre  de  ríñones,  forzudo,  temerario. 
\Un  riñon  y  d9S  ríñones  habrá  quien  diga  si  son  pares  ó  nones. 

liúoft^ada,  conjunto  de  rífiones  y  su  sebo,  lela  de  sebo  que 
Ifis  ríñones,  y  el  guisado  de  ello.  Corr.  256:  Sí  Castilla  fuera 
Rioja  fuera  U  rifionada. 

teúiil-nrüf,  estar  metido  en,  como  el  riñón,adj.sil  D.Vcqa 
iris  ¿í.  Müt.:  No  parece  sino  que  tiene  pihuelas  echadas,  quédase 
en  los  vicios  por  la  dificultad  de  la  mala  costumbre. 
-ríñon-arse,  darse  un  golpe  en  los  rinon-es. 


ARRI 


67.  E!  arriero  habla  á  sus  bestias  en  el  mismo  lenguaje 
-los  demás  hombres,  solo  que  más  broncamente,  por  ser  ell 
tercas  y  duras  de  orejas.  Ari  vale  á  él,  á  ello,  y  su  fuerte  arri 
mismo,  á  él,  á  ello,  y  además  es  la  expresión  para  aguijar  y 
■á  las  bestias.  Los  niños  llaman  arri-arri  al  caballo  y  al  bu 
-decir,  á  toda  cabalgadura.  De  aquí  el  verbo  i-arri  hacer  c 
decir,  darse  á  ello,  ocuparse  en,  tender  á,  llegar,  poner,  casi 
ari,  pero  más  reciamente,  con  pasión,  de  asiento  é  insistiendo 
tar,  insistir,  seguir  tras  algo,  belauniko  larri  ponerse  de  n 
etzanda  iarri  ponerse  tumbado,  zafunik  iarri  ponerse  en  p\i 
niz  lanorri  me  he  hecho  y  acostumbrado  á  este  trabajo,  atea 
erroetan  ongi  iarria  dagoenean  cuando  la  puerta  está  bien  as 
en  sus  quicios. 

El  concepto  de  á  ello  fuertemente  y  de  asiento  es  casi  el  de 
tras  uno  y  no  dejarle,  lo  cual  se  expresa  más  fuertemente  c 
-ai,  en  vez  de  -/,  y  así  i-arr-e/ es  la  continuación,  empós,  cona 
cia  práctica  y  costumbre,  ftfirraiY  sígame,  arreiY  nír/ sigúeme,  i 
sigúele,  ~o  á  el,  inurriari  arralo  imita  ó  sigue  á  la  horm 
narralon  pantuarl  obeki  arblltzen  zaio  hace  mejor  el  puní 
yo  sigo;  iarrai'tun  sectario,  secuaz,  iarrai-bide  ejemplar  que 
iarral-go  séquito,  iarrai-ka  siguiendo,  seguir,  iarraika-da  < 
tida,  ataque.  Igualmente  iarral-gl,  larrai-ki,  iarrat'nt  iarrai-t 


^Br,  continuar,  insistir^  ser  diligente  y  laborioso  en  algo,  ¿ere* 
^mider  iarraikia  da  ts  fiel  ÁSM5  obligaciones,  iarrai-pen  insis- 
Bta,  continuación. 

Arr-€ta,  donde  hay  arr  é  tonjar,  significa  atención,  cuidado, 

rción  i  una  cosa,  dedicarse  arreta-ta,  acogida  orret-ondo,  6 
cuidado  y  atención,  á  tuerto  ó  á  derecho,  es  decir,  con  cuidado 
él  arrel'Z'arret.  De  modo  q\it  de  ta  idea  de  movimiento  hacia 
MIá  en  ara  y  en  ari  i  ello,  es  intensiva  h  de  seguir  Iras  uno,  insís- 
ür,  continuar,  imitar.  Tal  es  U  idea  del  ¡arref,  del  arrear,  ya  aguijan- 
**'*  *'  ••  niendo  seguido  (5  arre-o,  ó  de  su  variante  arriar  ó  segun- 
,  de  arria  6  recua  y  del  arri-ero  que  sigue  y  arrea. 

Arre.   1:1  primiüvo  arri  eiiskérico  para  alentar  y  seguir,] 

ftdo  arrinconado  entre  carreteros  y  recueros  en  el  arre!  cas-* 

y,  i  veces  harte!  (Covarr.),  ó  su  variante  gráfica  farre,  que  los 

I  saben  que/ sonaba  como  fr  creen  ser  buena   prueba  de  su 

{[a  semítica;  sonó  aspirada,   hasta  yarnerí^  dijeron  algunos, 

reljo^orio  andaliíz  por  holgorio^^HrrA  401),  á  causa  del  ahinco 

!  aspira  la  vocal,  como  en  ha,  ah  por  ¡ai;  caí.  arrí,  gasc.  arriéu, 

gued.  arri.  arre,  prov.  y  cat.  é  it.  arri,  pg.  arre.  «Arri   Blanquctl 

¡MourclI>  «Eme  d' arriairc  cridaul:  Arri»  (Calendau),  Selvag. 

7:  Arre  ñora  mala,  y  á  lodos  ha  metido  la  vieja  en  la  danza.  Pk. 

2,1.1.3:  La  muía aunque  le  decían  jo,  debió  de  pensar  que 

|dec¡an  arre.  Quev.  Entrem.:  Otie   es  todos  los  arres  y  joes  con 
negra.  Cali>e«-  Postr.  dueL  Esp.  3:  Arre  burro  de  un  ladrón: 
are  cual  se  va  lorciendo.  L.  Feíhn.  23:  Arre  acá,  don  bobarrón. 
[Nakabr.  If.  20S:  Ma^  si,  mas  nó,  arrallá  (arre  allá). 
Eo  Colombia  dice  (Zuervoque  üiiibién  hace  de  inlerjección  út^ 
or.  Cn  Aragón  aiballería  de  monta  ó  de  tiro. 
Arre,  nuestra,  f  era  hartada,  c.  495. 
/Arre  aÜáf,  con  desprecio  ó  enfado  rechazando. 
¿Arre  arref,  el  recuero  á  sus   bestias,  y  melaf.  persistencia  y 

para  lograr  algo  que  se  tarda. 
¡Arre,  borrkof,  admirándose,  no  creyendo  ó  despreciando  lo 
oimos. 

Arre-bcrriqaitos,  en  Vizcaya  dicee  del  andar  i  horcajadas  en 
hooabio»  ó  i  la  gtgantotia. 


256  Origen  y  veda  del  i 


Arre  mal,  arre  peor,  verse  en  apuros  pecuniarios  de  nd 
pfor,  ó  en  enfermedades  ó  asuntos  enojosos.  También  andar 

Arre  que  arre,  hay  que  andar  así  tras  uno,  cuando  es  dqadi 
abandona  los  asuntos  que  se  le  ancargan,  y  hay  que  animarte. 

No  anda  sino  á  fuerza  de  arre  que  arre. 

Arre-j-óii,  dícese  que  va  ^í  el  que  se  sube  en  las  caderas  de 
otro  y  le  echa  los  brazos  por  encima  de  los  hombros;  dímiv.  -y,  -élt 
de  arre. 

Arpe-ar,  aguijar  y  avivar  á  la  bestia  con  el  arre!  Quil.  1,18: 
Tanto  que  no  podía  arrear  á  su  jumento.  Corr.  CirtL  1.  4,  /.  20Gfi 
Oyeron  mucho  ruido  de  cascabeles  y  muchas  voces,  que  con  la  sefli 
grosera  de  la  carretería  venían  arreando  unas  muías,  que  tirabn 
de  un  carro  manchego. 

Trasládase  á  las  personas  y  vale  ir:  arrea  á  la  escuela,  vé  presto» 

También  del  pegar  repetidamente,  arrearle  un  par  de  cachetes  Ó 
palos,  etc.  Y  aquí  tenemos  el  valor  originario  de  seguir  en  fila,  9t^. 
gundar,  seguir,  que  es  el  del  arri  euskérico  y  sus  derivados. 

En  Argentina,  del  tomar  ganado  cimarrón,  vino  á  signfGcar  to-i 
mar  el  ajeno  furtivamente.  Azara  Descríp.  Parag.:  No  omiten  el  nK 
bo  ratero,  porque  casi  lo  creen  habilidad,  ni  á  esto  lo  llaman  hurtar, 
sino  tomar,  y,  si  son  ganados,  arrear. 

Cargar  ó  conducir  en  arrias  alguna  cosa,  fruta,  etc.  trajínandoj 
como  arriero;  así  en  Cuba.  En  Venezuela  arriar  por  arrear  ó  estimii* 
lar  á  las  bestias.  | 

Arrea!  metiendo  prisa,  animando.  Bibl.  Gallará.  1,983:  Corre  J 
companero,  arrea,  /  pon  esa  palanca  allá.  i 

Arrea,  que  llegas  tarde,  arrea,  que  vas  por  hilo.  ' 

Arréale,  pégale,  anímale. 

Arrearle,  pegarle,  maltratarle,  ó  arrearle  leña. 

Salir  arreando,  huyendo,  ó  arreando  velas. 

Arre-ado.  En  Honduras  cachazudo,  que  necesita  le  arreen. 

Arre-ada,  en  Argentina  acto  de  arrear  una  tropa,  leva  forzo- 
sa en  las  revoluciones;  y  hurio  furtivo  de  ganado. 

Arrea-dor,  en  Argentina  látigo  de  tropero,  carretillero,  etc. 

Appea-miento.  J.  Pin  Agr.  7,20:  En  este  arreamiento  de 
Venus  y  Juno  con  esta  cinta. 

Apriar,  variante  de  arrear,  con  el  valor  etimológico  de  s^ 


6S.  arriar,  arría. 


257 


|r,  segundtr.  Asi  arriado  por  arreado,  con  sus  guarniciones,  en  el 
1777:  Non  pudieron  ellos  saber  la  cuenta  de  bdos  los  cauallos 
Ite  indan  arriados  c  non  ha  qiii  tómalos  (por  el  campo  en  la  ba- 
M-  Es-  largar  un  Kibo,  bajar  la  bandera,  las  velas,  esderir,  ceder 
i  poco  segundindo,  y  dar  fondo  con   el  iíncora  largando   el 
Orden  marin.  1,3,2,26:  SI  falleciere,  estando  embarcado,  t\ 
in  eeneral  de  b  ,irma<ía  6  Comiandante  general  de  la  escuadra, 
los  nanos  de  ella  arriarán  sus  banderas. 
[Ca   Cuba  generalízase   á  cualquier  cuerda  ó  cosa  que  se  afloja 
St  poco,  para  que  baje  ó  ruede  6  dé  de  sf. 
rinr  tti  banda,  levantar  la  vela  por  una  sola  banda;  ó  cuando 
I  «ti  en  alio  y  se  Kija  sin  parar  donde  se  ha  de  poner,  soltando 
amenté  los  cabos. 
'Arri-niln,  arpla-tlurn.  acción  de  arri-ar. 
[Apri»!  lo  mismo  que  recua,  es  fila  de  bestias  de  carga  rabi- 
;  una  i  otra.  Simón  Abril  (Sotic.  hístor.).  Usase  aOn  hoy  día 
/«nrzíicla,  Cuba,  Argenlina.  Es  el  arrí  seguir  tras  Otro,  ó  pos- 
"--■  ar  segundar.  Cipr.  Vaier.  f.  205:  Que  más  valían 
una  arrt>  de  asnos,  que. 
I  Arri-^paít«  en  Argentina  hormigas  que  en  recuas  ó  arrias  an- 
■  por  cnmino  bien  Ira/ado. 
I  ¿"tranco,   arritranca,  arriírenga,   retranca,   arrelranca, 
SCO,  en  nául.  cabo  algo  grueso,  que  sus  dos  chicotes  pasan 
por  encima  del  bauprés,   haciéndolos  firmes  en  la  cruz 
c!e  ta  cebadera:  y  en  el  seno  de  el  se  abotona  un  cua- 
baciendo  aparejo  con  niro  motón,  que  esti  ñrme  junto  al 
i  ó  okhcn  de  Icíin:  y  ateiando  atmca  la  versa  al  bauprés  y  puede 
Ademán  adornos  chirros,  trebejos  inútiles,   secundarios. 
jCubt  toda  especie  de  uiensilios,  correas,  cordaje  para  montar 
bestias  «on  arriirancos  ó  arretrancos.  Adem.1s  dlcesc  ani- 
nca  la  correa  ancha,  asida  Á  las  dos  partes  poste- 
6  alhtrda.  De!  arri:ir  ó  scKtmdar,  modo  de  Irancfl 
arriando,  segundando,  BibL  Gallará,  4.712:  Por- 
rioy  un  majadero  /  que  aflojo  las  arritrengas. 

'. ...   .ii-o,  ap{«e¿ncaao»   en  Salamanca  sim- 
duda  del  seguir. 
ArrÍ-«-áii|;etcs.  en  Salamanca  vencejo. 

w 


Appí-fánfano.  Los  anifánfanos  de  María  de  NUwta 

(Arrifánfanos  por  trampantojos),  c.  202. 

Arrí-Azo,  en  Salamanca  arrapiezo,  como  cosa  secundar! 
<ie  poco  valer,  como  arrenquín. 

Api*i-az,  arri-al,  guarnición,  e!  gavilán  de  la  espa 
Memor.  Hísí.  Acad.  hist.  V;  Cid,  3 1 78:  Las  macanas  e  los  arria 
doro  son. 

Apri-mach-o,  en  Salamanca  covacha  ó  nicho  prismátii 
hecho  casi  siempre  en  el  ángulo  de  un  cercado,  sobre  cuyas  pare* 
se  ponen  lanchas  pizarrosas  para  formar  la  techumbre. 

Appí-poiicio,  en  Salamanca  casa  inútil,  secundaria. 

Apre-ado,  como  adj.  dícese  de  cosas  en  hilera,  ovejas  am 
das,  árboles  arreados,  es  decir  seguidos  (Dueñas).  Prueba  bien  ch 
de  que  arrear  y  arriar  significan  propiamente  seguir,  ir  en  fila. 

Appc-o,  posv.  de  arre-ar,  de  donde  el  arreado  anterior  en 
acepción  etimoiógica  de  seguir  adelante,  que  es  la  del  euskera, 
donde  arre!  y  arrear  á  las  bestias,  acto  y  efecto  de  llevar  en  arrij 
arrear.  Es,  pues,   la  sucesión  y  continuación.  G.  Alf.  2,1,6:  Ten 
yo  de  seguir  e!  arreo. 

De  arreo,  en  seguimiento.  J.  Enc.   125:  Ponte,   Menga,  yi 
arreo  /  de  los  tus  hatos  mejores. 

Olvidada  su  etimología  y  valor  sustantivo,  creyóse  ser  un  advc 
bio  compuesto  de  d  y  reo,  y  probablemente  lo  fué  de  á  arreOf  con 
de  arreo.  Así  se  escribió  á  reo  y  arreo  y  vale  adverbial  mente  i 
hila,  seguidamente,  sucesivamente.  QaiJ.  1,12:  Término  lleva  d 
quejarse  un  mes  á  reo.  Lope  Madarra  Vil,  p.  473:  De  los  gaaló 
que  hice  en  Burgos  /  siete  semanas  arreo.  Dos  habí,:  Si  yo  Ilevue 
usted  á  mí  casa  y  hablase  con  ella  seis  días  arreo.  Lcon  Nombr.lí 
ínírod.:  Leer  en  medio  de  las  caniculares  tres  lecciones  en  las  escM 
las  muchos  días  arreo.  Obreg.  /.  134:  No  por  eso  dejamos  de  ll 
cerlo,  y  fuimos  diez  ó  doce  días  arreo.  Pie.  Jast  f.  57:  Mi  madrea 
muy  ojienjuta,  y  nosotras  no  podíamos  llorar,  sino  eia  comcnzud 
madre,  yendo  arreo  (detras,  seguidamente). 

También  atrás,  acuestas,  es  decir  seguidamente,  y  tal  es  d  wl 
que  tomó  en  fr.  arriere  atrás,  derríere  detrás,  prov.  ardit»  áeak 
en  Bagneres  de  Bigorre  arreio  le  dos,  lo  de  atrás  6  dcrriere.  JÉ 


c.  6,  oc.  68:  V  así  á  la  grande  bestia  despedeza,  /  y  arreo  d 
de  U  liendre  Mcvz, 
'  At  arreo,  de  arreo,  sHcesivamente,  tino  tras  oiro  {Tesar.  1671); 
rreo  por  íeíjuidanient*,  sin  descansar,  se  usa  en  Aragón. 
Echar  un  arreo,  por  «n  twrno  ó  vuelta  de  beber  (Arag.)- 
Arft?ar.  AnL  también  arriar.  Cid.  1777:  Caballos/que  andan 
arriados  e  non  ha  qiii  tómalos  (enjaeíados);  y  arrayar:  Canc.  Baena 
p,  457:  Sabed  que  ni  arrayo  de  grant  jasaran /e  cotta  muy  fuerte 
¡«Dtnmo  piedra  yman.  En  bajo  latín  arriare,  arraíare,  pg.  arrear,  arre- 
Jfir,  arraiar,  cat.  arrear,  arresar,  prov.  aredar,  arre/ar,  anl,  fr.  arrecr,| 
••^—   •"— '—  arraicr,  arroier,    ií.  arredare.  Es  el  eiiskaro  i-arrMa/ 
i\c,  segundar  ó  ir  detrás. 
Dljoj^r  propiamente  del  adorno  y  como  cosas  secundarias  que 
npahan  al  vcslido,  como  arrequives,  digamos,  ó  en  lo  moral. 
Ttatis.  con,  de.  Tokh.  FU.  mor.  20,10:  Arrear  su  perinna  con 
1  de  valor  y  regalo.  P.  Veoa  ps.  7,  v.  12,  d.  2:  Adorne  y  arree 
Dnt  su  alma  de  la  hermostira   de  las  virtudes.  C^SR■  p.  499: 
aquí  arreadas  de  virginidad.  Mariana  H.  E.  1  !,3:  Dijo  no 
en   Europa  ni  en   Asía   visto  corte   más  lucida  ni  arreada. 
3:  Es  la  cubierta  y  el  Ujero  manto/con  que  su  vano  y 
no  cuerpo  arrea.  MAKtANA  H,  E.  6,13:  Seguíanse  los«oldado 
r arreados  con  penachos  y  libreas.  Berc.  S.  D.  1  ííí:  Ttiéen  pocoS 

la  casa  arreada  (provista). 

Utfkx.  Zamora  Mon.  misi.  pie  3,  ps.  47.  v.  8:  De  s\%  jitsticla 

i«  visíe,  de  la  traición  hecha  conira  Dios  se  arrea.  Qatat.  5, 

t7^  Y  las  apariencias  de  la  incomparable  horcsíidad  de  que  se 

,  Corbacho  c.  1 8:  Aunque  se  cubra  de  paño  de  oro  nin  se  arree 

emperador.  J.l^in.Agr.  11^2:  Arcediano  me  iiarece  i  mí, 

ÍTíiene  arreado  de  muía  y  gualdrapa,  Valderrama  Ej.  Fer,  2 

I  cnttr^  Veamos  el  ropaje  con  que  se  ha  arreado.  Quev.  Jifas. 

|c.  de  c.:  Euraenia,  para  mi  dulce  y  graciosa,/más  que  mujer  de 

boy  se  arrean.  Ceíest.  IV:  No  es  otro  mi  oficio  sino  servir  á 

t  tanrtanlcA,  y  desto  vivo,  deslo  me  arreo.  Galat.  1:  B  brío  de 

:  se  arrrea.  Id.  3:  La  condición  de  que  te  arreas/se  extiende  á 

Ddcr  quitar  la  vida/al  que  te  dio  la  tuya.  Namanc.  \.  4:  Vuelve 

pane/la  industria  sin  igual  de  que  te  arreas.  Tir.  Arg.  \.  I:  Sil 

EM/deser  predicador,  esta  no  es  tierra/do  alcanzarás  el  fruto 


que  deseas.  Rivad.  Cisma  2,20:  Se  vestía  de  las  ropas  mis  ticM 
se  arreaba  con  las  joyas  de  más  precio  que  tenía.  Trat  Arg.  \ 
Amigo  Sayavedras,  si  te  arreas/de  ser  predicador.  Corbacho  17:  > 
se  arrear  e  peynar. 

Andar  arreado,  apurado  de  dinero  ó  de  medios,  irónicamcnt 
por  mal  provisto  ó  arreado. 

Arre-o,  posv.  de  arre-ar.  QaiJ.  1,2:  Mis  arreos  son  las  armu 
mi  descanso  el  pelear.  Saav.  Empr.  31:  Lo  precioso  y  brillante  e 
el  arreo  de  la  persona  causa  admiración  y  respeto.  Casa  ceí.J.  1: 1 
risa  fué  de  ver  mi  pobre  arreo.  D.  Vega  Ase:  No  han  menester  cb 
pines,  no  afeites,  no  arreos,  no  colores.  J.  Pin.  Agr.  4,20:  Faetí 
puesto  en  el  divino  carro  con  el  arreo  y  aparato  sobredicho. 

En  particular  las  guarniciones  de  las  bestias. 

Arri-ero,  el  que  conduce  bestias  y  trajina  con  ellas,  del  at 
recua  ó  del  arre-arlas  ó  arre,  arri  más  primitivamente.  QaiJ,  1, 
Iban  con  unos  arrieros.  Id.  1,51:  Unos  arrieros  yangueses. 

Arriero  perdido,  del  que  no  sabe  donde  se  halla. 

Arrieros  somos,  y  nos  toparemos  solos.  (Amenaza),  c.  A^ 
Cuando  no  puede  uno  vengarse  en  el  momento  y  espera  ocasi^S 
como  los  arrieros  que  se  encuentran  por  los  caminos. 

Como  arriero  sin  pollino,  sin  lo  más  necesario  para  algo. 

Los  arrieros  siempre  echan  los  asnos  delante.  (Moteja  al  qi 
contando  algo,  se  cuenta  á  sí  primero  que  otros  más  dignos),  c.  2C 
El  borrico  delante  para  que  no  se  espante. 

Más  vale  ser  arriero  que  borrico,  que  más  vale  mandar,  ai 
con  trabajo,  que  ser  mandado. 

No  pregantes  al  arriero  si  gana,  sino  si  vuelve  y  carga,  c.  22 
Es  que  te  ha  ido  bien. 

Pues  no  sois  para  arriero,  idos  á  deprender  zapatero,  c.  40^ 

Somos  arrieros  y  nos  encontraremos.  (Que  se  ofrecen  mud 
ocasiones  en  la  vida  de  desquitarse  de  los  agravios,  y  pagarse 
buenas  obras),  c.  266,  Todos  somos  arrieros  y  nos  toparemos* 
422.  Arrieros  somos  y  en  el  camino  nos  encontraremos.  A  un  des 
vor  amenazando  que  tampoco  le  socorrerá  en  la  ocasión. 

Arrieritos  somos,  que  podemos  vengamos,  hallándonos  por  i 
caminos,  y  asi  puede  añadirse,  y  por  el  camino  andamos,  ó  af(i 
ritos  sernos,  puede  que  en  el  camino  nos  encontremos. 


68.  récaa. 


261 


Arriquin^  en  Honduras  la  persona  que  no  se  aparta  de  otra; 

itrva  li  fi!a,  recua,  y  kin  con,  hacer  en  euskera, 

Ai*Pi*a-4|UÍn,  la  hesita  delantera  que  gufa  la  arria  en  la  que 

I  ri  arriero;  también  la  en  que  monta  el  mayoral  6  dueño  al 

\vs  hacienda;  metaf.  persona  baja,  ruin,  que  remeda,  acompa- 

, Gsonjefl  f^  divierte  á  otra.  A«í  en  Cuba,  etc.  «Qué  arrenquín, 

,oiatura,»  dicese  del  rabíosillo.  De  arriquin. 

Arre<|uivet  ant.  arraquibc  (Covatíií.),  raqiiive;  labor  ó  gnar- 

kiúnen  d  borde  rt  rafe  del  vestido,  como  el  ribete;  meíafóricamen- 

ra  plural  adornos,  trastos,  circunstancias.  Pudiera  venir  del  ard- 

f'fakib  cos;a  que  se  une  á  otra,  como  el  engarce  ú  una  sorli- 

TO  á  una  Dedia,  rakiba  en  la  2."  torma  imposuit  rcm  alteri, 

il*  montar  á  caballo,  embarcarse.  No  lo  trayendo  nuestros 

arábigos,  tal  vez  sea  o^is  probablemente  un  derivado 

p;,  arri,  lo  qwe  va  con  otro,  tra^  ello,  -ki  con,  -be  en  lo 

no  arri<]iiín.  QuiJ,  2,5:   Nombre  mondo  y  escueto,  sin 

iins  ni  cortapisas  ni  arrequives  de  dones  ní  donas.  Pedro 

l¡,  3:  ¿Es  posible  que  (e  esquives  /  por  tan  pocos  arrequives? 

Hcrii».  Es  nn  adjetivo  -kOt  <u  del  arrc-ar,  arri-ar,  ani-a  que 
tk  int$mo,  lo  que  íorma  serie  sc(?uida  de  cosas,  y  en  particular 
síes  tíc  carga.  QuiJ.  1.3:  Ir  á  dar  agua  A  su  recu:t.  IJ.  Í,I5: 
al  Sanclvo  se  entró  sin  más  averiguaciiín  con  loda  su  recua. 
ly  Ros.  Cari»:  Esa  enojosa  recua  de  libros  de  caballerías.  Acos- 
ii  !ntl.  1,21:  Sin-en  también  de  recua  y  ju  ni  en  tos  para  llevar 
G.  Ai/.  1.1,5:  Cuando  mi  compañero  acabó  de  dar  cobro  4 
En  AltX  1330:rrccoa. 
'  la  recaa,  que  ya  esfd  cargada.  (Moteja  i  los  concovados). 

p*"  "^-ft  de  muías,  de  ios  que  van  en  grupos  ó  seijindos. 

recuero  pónsase  en  cobro,  y  sí  ta  gOéspeda  pariere, 
,ysiiio  p  'j-    deitodo.  (Lo  del  otro:  «Acomódeme  yo,  y  ít 

ig  quiera  para,  sí  quiera  no>),  c.  190. 

toy  wsa  harta,  do  recaa  no  anda.  (En  algimos  lugares). 

IWcu-aje,  recua.  Cron.  D.Juan  //,  año  15,  c.  243:  M-indó 


iOk 


262 


OniOEN  Y  VIDA  DEL  LENQUAJE 


I 'lego  cargar  su  recuaje  y  cabalgar  sus  gentes  para  se  partir.  Nebk» 
Cron.  part.  3,  c.  20:  Fué  tomado  el  recuaje  que  traían. 

Tributo  por  pasaje  de  la  recua. 

Rccu-aja,  junta  de  varios  rebaños,  que  se  siguen  coma 
recu-a.  {Tesor.  1671). 

Kecu-ero,  el  que  entiende  en  la  recu-a.  J.  Pin.  Agr,  17,15: 
Los  recueros  que  llevan  bestias  de  carga.  Cabr.  p.  100:  El  recuero 
en  el  mesón  sabe  del  cocear  y  orejear  de  sus  bestias  que...  Corr.  p.  I: 
Dirase  también  recuero  por  arriero.  (Como  arria  es  la  recua).  Corr. 
12:  A  bestia  loca,  recuero  modorro. 

Los  recueros  de  nuestro  lugar,  hoy  enalbardan,  mañana  se 
van.  (De  ios  despaciosos  y  perezosos),  c.  206. 

Pues  somos  recueros,  en  el  camino  nos  toparemos,  c.  404; 
puedo  vengarme. 

Recuero  que  lleva  carga,  con  mentir  la  desembarga,  c.  480. 

Si  has  sido  recuero,  guárdate  del  cabero,  c.  250;  delantero. 

Todos  somos  recaeros,  y  nos  encontraremos,  ó  nos  toparemos* 
c.  422. 


09.  aro,  -arQ  ci:sk. 


263 


ARO 


íQ,      Hemos  visto  que  ara  «  el  movimiento  á  lo  lejos,  en  exten- 

]lMn  <*!  a,  ari  c\  mavíinicnto  en  línea  recia,  índivulual,  en  /.  Sí  toda 

!:»  no  es   lira  fantasmagoría  úc  mí  caletre,  aro 

.,. cu  derredor.  En  los  íres  íir  indiw  el   moverse, 

tejoct,  -f  lo  individual»  -o  lo  en  (omo.  Ar-o  es  de  hecho  todo 

rro,  rcJíindel,  títcaio,  aro,  guírnaídij  corona.  Trasladado  a!  tiem- 

r  '    '  *   !a  épocj,  la  sazón,  el  Tempero  y  coyuntu- 

jp..  !,¡>o.  Es,  pues,  cl  ef.paci'0  circuido,  rodeado, 

cualquier  linea.  Elarra,  bcre-aro-an,  asegarrí;  antl  kanpora, 

irri,  nieve,  á  sti  tiempo,  fccmuladora;  fuera  de  él,  hambrcado- 

Ar^.rrr.-i  <•   u  .  nnra  (Je  ]a  <cmenlera  6  Junio,  az-aro  la  de  I.is  sc- 

X'azt-aro  la  de  hi  mocedad.  Ekaitzak  dakar 

jna;gaitoa  batntzatc,  oba,  la  tcmpcslacl  trae  bonanza;  si  fueras 

Jo,  mejor  fuera. 

El  c-üdü  »i<I  camino,  digamos  la  condición,  tempero  ó  á  prop6- 

dfcBc  por  lortifora  del  campo,  bid-aro,  cl  de  la  noche  gau' 

»,  el  del  éiá  egan-aro,  el  liciiipo  á  proposito  paia  dormir  tot-aro. 

como  siempre,  aro  es  un  cíipacto,  y  así  gou-aro  toda*  las 

índica   et  círculo  de  mañanas,  egtm-aro  todos  loi  días, 

Ifo  (odos  los  meses;  considéranse  como  un  tumo,  una  duración 

■"     ■'      '    Tipeio  y  ocasión  es  lamhién   el   derivado 

£,  ser  hcmpo  á  propósito- 
TH  tenemos  la  atribución  (4)  de  ar  movimiento  hacía  ello; 


Bur 


&«& 


^     ^   -^^ 


r^' 


en  ar-o  tenemos  el  perímetro  (-o)  de  ese  mismo  flr  -aro  es 
de  -ano  lo  que  r  respecto  de  n,  An  es  el  allí  fijo,  ar  es  d  m 
to  hacía  allá:  -ano  es  el  espacio  limitado,  el  allf  como  un 
circuido,  -aro  la  duración  limitada.  Para  lo  que  está  Sjo,  p; 
pació,  pero  limitado,  se  dice  -ano;  para  lo  sucesivo,  para  e 
pero  limitado,  se  dice  -aro.  Az-aro  tiempo  de  la  siembra, 
bre,  como  az-ano  sitio  de  semillas,  erei-aro  tiempo  de  la 
gazt^ro  tiempo  de  la  juventud,  auri-aro  niñez,  urt-ün 
serie  de  años,  cada  año,  egun-aro  id.,  de  días,  il-aro  id.,  < 
gau-aro  id.  de  noches,  luz-aro  durante  largo  tiempo,  c 
grandeza,  como  extendida,  i-aro  yerbecilla  que  se  extiende 
iz-aro  isla  que  rodea  el  mar,  mend-aro  espacio  dando  la  > 
tre  montes.  Como  se  vé,  también  se  aplica  al  espacio,  pen 
con  la  modalidad  de  movimiento;  mientras  que  -ano  di 
quietud:  r  á  donde,  n  en  donde,  an  allí,  ara  allá.  Sufijado  v¡ 
•aro  lo  mismo  que  aro  separadamente. 

Veamos  á  mengano,  que  anda  dando  vueltas  de  acá  pai 
un  vago,  y  dícese  aro-n,  el  del  aro,  aro-tsu  bullanguero,  ( 
aro.  Lo  hueco,  fofo,  hinchado,  poroso,  se  dice  aro-la,  lo 
aro  ó  círculos,  espacios,  aza-arolak  berzas  fofas,  gizc 
hombres  nuiclles,  y  tal  es  el  calificativo  que  encierra  el 
Aróla.  Garita  es  aro-bi,  es  decir  un  hueco  bajo,  el  casca! 
enfunda  el  grano  es  aro-tz,  lo  del  aro,  lo  hueco. 

Pero  este  arotz  se  dice  de  lodo  lo  que  espacia,  ahueca, 
y  asi  es  el  nombre  del  forjador,  del  herrador,  del  carpii 
herrero,  etc,  que  aparejan  y  disponen  el  material,  ó  tamb 
tch:  -tz,  tch  es  de  abundancia  y  modal.  El  yunque,  la  mesa 
arotz-mai,  la  fragua  aroz-tegi.  Primero  parece  se  dijo  del 
que  espacía  y  bate  y  amasa  el  hierro,  aplicándose  despuc 
oficiales,  y  es  vocablo  que  pinta  el  extenderse  en  toda  su  : 
un  pedazo  de  hierro  ó  de  plomo,  conforme  lo  va  man 
amasando. 

70.  Aro  Es  el  aro  euskérico.  Diez  no  trae  etimología 
saca  de  arvum,  Bugge  de  anus,  la  Academia  del  fr.  hart  ^ 
del  gótico  gaírda  ceñidor.  Es  un  cerco  de  cualquier  materia 
7:  Los  aros  de  una  cuba. 


70.  aro,  'CrOr  harón  casi. 


265 


CoiJio  aro  de  carro,  sortija  grande. 

Echar  por  el  aro,  en  Aragón  comer,  engullir,  es  decli  echar  por 
jifoifae. 
ütrar por  ei  aro,  hacer  algo,  vencido  por  maña  del  que  le 


Meter  á  uno  por  el  aro  ó  arillo,  reducirle  á  lo  que  se  pretende. 
Pasar  por  el  aro,  Jiguaníaf;  hacer  algo  contra  su  gusto. 
Ar-ete,  pendienle  ó  aro,  que  también  se  llama  todavía  en  la 
cntínj,  Tuba,  etc.  Pero  es.  de  suyo  la  pieza  que  entra  en  la  oreja, 
Jicntc  ó  zarcillo  la  que  cuelga;  argolla,  cuando  es  un  aro  solo. 
¡4iro,  -«ifa.  Ha  perdido  ya  su  valor  originario  y  su  empleo 
i  formas;  pero  lo  conserva  en  algunas  palabras.  Búc-aro  de 
,  cdnl-aro  de  canto  y  al-cánt-araj,  que  lo  lomaron  lo^  árabes  de 
[npañotes,  y  es  un  arco,  ato,  de  canto,  pie-aro»  báz-aro  de  baz«t, 
iij  cántabra,  por  haberlo  lomado  los  romanos  de  España, 
ola  de  cuatro  puntas,  de  lau  cuatro,  e%  decir  trozo  ó  espacio 
Jo,  páp-*ro  de  papas  6  papo,  guiích-aro  y  guách-ara  de 
,  cásc-ara  de  casc-o  y  cácti-ara  de  cnch-o,  gáll-ara  y  gaU*ar-[n 
an-ar-UM,  cuch-ar-eta  de  ciich-o,  gus-ar-apo,  cosc-ar-ana  de 
c-o,  zaf-ar-ec!ic.  cuc-ar-acha  de  cuc-a,  chich-aro,  záp-arOj  chúc- 
|bo4<«r-ale  de  bot-o,  danz-ar-ln,  angu-ar-ina,  ang-ar-i!las,  and-ar- 
::o,  bail-ar-in,  cám-ara  y  cam-ar-ín,  chách-ara,  dich- 
.i  ocho,  mont-ar*áz,  tengu-ar-áz,  alcand-ara,  pal-ara>U 
,  sen-ara,  charo -ar-if I-ero.  Como  se  vé,  pierde  á  veces  U  -o 
por  creerse  ser  la  terminativa  de  los  nombres. 
ínróti.  Ti .a=^  del  arábigo  jhariín  caballo  que  se  planta,  de 
:  •  ■  i.runa  pararse  de  golpe  la  bestia.  En  R.  Martin  eíieni?,  en 
Oon/itez  perezosOí  en  Boctbor  rctif,  y  jtiarana,  harona 
en  P.  de  AkraU,  Cañe.  Baetia  4S6:  Por  ver  vuestra  mtila,  «ty 

r    ' r—   '-n  euskcra  aron  vaíc  lo  mismo,  aunque  no  p;irti- 

';  sino  en  general.  Pudo  tiabcr  lusion  de  \o& 

[ungencs;  pero   no  veo  porqué   hayamos  de  dar  la  preferencia 

y  renegar  de  lo  propio.   La  aspiración,  escrita  oliu 

baila  en  no  pocos  vocablos  que  no  la  tienen  de  origen, 

i?iarrvk'.in.  ctC. 

j,  taragán.J.  f^m  Agr.  17,27:  Incentivo  de  no[o«> 


266 


Oriqen  y  vida  del  len6ua|F 


aguijón  de  harones.  Gran.  Orac.  1,1 :  Son  como  los  mozos  haroneSr^ 
que  si  no  los  bailan  delante,  van  refunfuñando  á  los  mandados. 

En  particular  de  las  bestias.  Jaez  divorc:  A  pesar  de  las  mala»-] 
mañas  de  la  harona.  J.  Pi.n.  Agr.  20,25:  Por  haber  sido  asnos 
harones. 

Hacer  salir  de  harón.  (Lo  que  apresurar  á  uno  por  camino  6  i 
pleito),  c.  629. 

Sacar  de  harón.  (Hacer  avivar,  andar  á  prisa,  fatigar),  c.  566. 
Qaij.  2,35:  Saca  de  harón  ese  brío.  Zamora  Mon.  niíst. pte.  3,  proL] 
Unos  acicates  tan  agudos,  que  labrando  las  ijadas  de  mi  alma  de  ha*j 
ron  me  sacaran.  Oran.  Compend,  1,55:  Porque  no  podrá  sacar 
harona  su  mala  bestia,  si  va  sin  espuelas. 

Salir  de  harón.  (Tomar  cuidado  y  brío  de  fuerza  ó  de  grado).] 
c.  564.  Cast.  Teatr.  i  2:  Si  dicha  naturaleza  sale  de  harona.  J.  PucJ 
Agr.  26,29:  Li  esperanza  es  un  aguijón  que  hace  salir  al  hombre  i 
harón  tras  lo  que  desea. 

Hai'on-ía,   flojedad  del  harón  (Nebrija).  Hita  645:  ssyi 
dan  délas  espuelas  al  cauallo  farón,  /  nunca  pierde  faronía  nin 
un  pepión. 

Hiii*oa-epÍa,  como  haronía.  Tom.  Ramón  Dom.  22,  p.  10:1 
los  días  de  trabajo,  ahí  es  el  ocio,  la  haronería,  el  calentar  los  ] 

liaron-cap,  rezongar  y  emperezar,  ser  harón.  Corr.  15 
Hombre  holgazán,  en  el  trabajo  se  lo  verán.  (Si  es  continuo  ó  no; 
porque  va  haroneando).  G.  Alf.  1,2,5:  Todo  lo  hacía  sin  rezong 
ni  haronear.  Baena,  57. 

Rn-haron-eap.  emperezar,  ser  harón.  Hita  633:  nunca  ( 
buen  doñcador  por  esto  enfaronca. 


ARRO 


Que  rrsta  d  forte  de  r  lo  hemos  visto  en  las  raices  aiilerio- 
vatnos  i  verlo  ca  arro,  que  es  el  forte  de  aro,  con  lo  cuat  qu&- 
i  mis  de  asiento  to  euskérica  que  es  esta  palabra;  no  fuera  .ilguno 
que  se  deriva  dd  arocastelbno.  \'  re¡iiirese  mucho  en  esto, 
es  U  única  lengua  que  conozco,  donde  et  píanufodt:  suena, 
parece  debiera  sonar  en  (oda!;.  Sino  que  las  demiks  lenguas 
i  vihudiU  cascadas  y  roñosas^  que  no  responden  al  dedo 
;  tas  tafte,  con  ser  ellas  harto  uiás  ílamanlcs  que  el  euskera.  Y 
DO  responden  las  cuerdas,  porque  todo  el  mundo  aI  icfor- 
^  concepto  ó  la  pasión  con  que  lo  concibe,  lo  expresa  con  ma- 
f  bilo,  y  feído  se  no*  vá  en  ahincar  la  voz  6  alzarla.  Si  los  sonido* 
de  si  para  sonar  ntás  ó  menos  recio!  Esto  $olo  acaece  en 
if  donde  cada  consonante  puede  resonai  suave  ó  fuertemente: 
:  d  fucrle  de  r.  La  lengua  priniitivu.  á  pesar  de  ser  más  vieja  que 
después  nacidas,  se  dobtego  más  á  estos  y  oíros  matices 
Ikne  las  cuerdas  menos  endurecidas  y  orinientas.  Quizá  sea 
[oooservarse  viva  y  con  alma  esta  vihuela  y  haberse  desalmado 
Ello  es  que  arro  es  el  intensivo  de  aro  y  significa  hueco, 
,  vano,  orgulloso,  tüncliado,  esponjado  fínica  ó  moralmentc,  y  la 
,  de  inferior  calidad,  hablando  de  tejidos  i'alos  y  fofos,  et 
hondo  y  hueco,  el  cascabillo  ó  envoltorio  del  grano  que, 
I  csle,  es  buceo  y  vano,  la  fruta  atacai^a  y  carcomida  de  ¿usa- 
id  osado,  fanbrrón  y  atrevido,  el  alegre  de  genio  y  bromisla, 


268  Origen  v  vida  del  unquAje 


MbJ 


porque  el  buen  humor  esponja  el  corazón.  Con  -ii  de  agente  omM 
es  el  barranco,  garganta  ú  olla  entre  montes,  la  reguera,  la  fosa  j 
cárcava,  la  raya  del  peinado  ú  otra  henáidurz, ^arroila-estalia  lai^ 
cantarilla,  arraleria  la  arrogancia,  arra-lo  el  majo,  elegante  y  oraoj 
do,  arralo-kiro  arrogante;  arro-keri  vanidad,  jarana,  bullicio.  U 
levadura,  que  aleuda,  es  decir  levanta  y  esponja,  es  arro-keit  lo  pr^ 
pió  para  ahuecar. 

El  escorpión,  el  alacrán,  la  salamandra,  arro-bi^  arra-bi,  -bi 
que  hace  debajo  un  hueco,  por  la  manera  de  andar  haciendo 
hueco  entre  sus  patas,  ó  arro-gi,  que  hace  arro  6  hueco.  Tambií 
arrobi  vale  cantera  y  cueva,  como  arroi,  donde  los  vascongadi 
ven  una  hoya  oí,  obi,  de  piedra  arr-  y  al  propio  tiempo  un  huecO' 
barranco  arro,  -i  lo  propio  de,  -bi  bajo. 

El  franco  y  abierto,  el  campechano  y  lo  ordinario  y  común 
muy  usado  es  arron-ki,  de  arro-n  carcomido  y  gastado,  hueco, 
arro,  arron-du  carcomerse,  ahuecarse,  gastarse;  arron-t,  arron-t 
usar  de  ordinario  gastándose,  de  donde  ordinariamente,  totalmcol 
onomaíopeya  -t,  de  donde  el  verbo  arron-ta-tu  dejar  raso,  arrebañ» 
lo  todo,  gastando  y  ahuecándolo  todo,  el  compañero  ordiniii 
arrun-kíde,  lo  frecuente  arran-te-ko. 

Hondonada  es  arro-s-ka  y  orgulloso  arro-s-ko,  derivados 
y  -ko  de  arroz  de  una  manera  hueca,  y  así  arro-tch  es  el  cascabil 
huero  y  el  erizo,  arro-s-a  la  caspa,  y  arro-z  el  de  lejos,  el  forasíeii 
el  huésped,  quiere  decir  que  hay  un  grande  espacio  entre  él  y  nfll 
otros,  arroz-go  ir  lejos,  peregrinar,  arroz-ta  desterrar,  estar  fon 
tero,  irse  lejos,  arroz-tasan  cualidad  de  forastero. 

Todo  ahuecamiento,  hinchazón  y  dilatación  de  los  cuerpos,  dices 
arro-tasan,  y  arro-tu  el  ahuecarse,  hincharse  y  envanecerse.  A  inlef 
vales,  con  interrupciones  ó  huecos  arruz-ka,  donde  se  ve  el  valp 
de  arro-tz  de  lejos,  forastero,  es  decir,  con  intervalo  ó  espacio. 

El  forte  de  aran  es  arron,  arrotch  el  de  arotch,  arro  el  de  flfi 
Quede,  pues,  bien  remachado  que  la  vihuela  euskéríca  tiene  almi 
las  demás  lenguas  son  muebles  destartalados.  Y  venga  el  romano 
el  heleno  con  sus  liras  y  demás  armatostes,  llenándonos  las 
con  lo  culto  y  armonioso  de  sus  hablas.  Se  les  hará  encontradizo 
gizon  tosco,  cabrerizo  tal  vez  del  Arit^orri,  y  encarándoseks 
podrá  decir:  Aquí,  señores,  el  que  las  sabe  las  tañe. 


72.  arroyo. 


26Q 


que  hoy  latinamos  roca,  fué  primero  la  bondonada  y  hueca 
mineros  españoles  hacían  en  la  peña  buscando  y  sacanda 
'.':■  aqui  vino  A  sifinificar  la  misma  peña  del  mineral  y 
,'rña.  Dijose  roca  de  arro-ka  andar  haciendo  hueco, 
khtiecador  la  roca,  y  la  rueca  por  ser  un  hueco  de  cañas,  el  lejído 

^■llklad  por  lo  rafo  y  Tofo,  la  hez  de  la  leche.  Es  la  acción 
-^   ccar,  hacer  barranco  y  íiontlonada,  y  así  arroka-iu  vale 

arro~ta,  ahuecarse,  por  ejemplo,  un  castaño^  como  suelen. 

I  Eu^kaicrría,  carcomido  el  cora<£ÓTi.  Su  variante  arru-ka  son 

jcgucs  huecos  de  ta  ropa,  que  aló  en  latín  ruga,  como  cosa 

y  arru-ga,  otra  varianle,  vale  en  euskera  la  plaza  dilaiadar 

Olro  vocablo  español  de  minería  fué  arro-ki,  lo  con  arro 

íio  arro,  la  roca  asi  ahuecada   y  cavada  por  los  mineros,  y 

peña,  como  arroka,  y  metafóricamente  el  fanfarrón,  hueco^  y 

lie  ó  con  arro,  con  orondez  y  anchura  de  corazón.  De  este 

amaron  los  latinos  el  arrogi-um  y  arragi-a,  por  confesión 

tmM  autores  romanos,  de  donde  salió  arroyo. 


Arroya,  Es  el  cuskaro  arroArf,  latinizado  en  arroglum 
(PuN.  33,70):  era  vocablo  ibérico  con  el  valor  de  mina, 
lodos  los  autores;  en  nim.  aru^a,  ieniga,  it.  roggia.  Cuando 
Bick»  llegaron  á  España,  los  indígenas  conocían  los  metales 
5^5),  y  de  España  se  lomaron  entre  otros  términos  de  mí- 
,kn  de  minOt  baliiat  y  arrogiam.  Valía  arrugia  óarrogíjm 
i,  mina,  hondo,  hueco,  barranco,  ysu5  variantes  gráficas  son: 
um  (cfa  775«  SofA),  rogio  (año  942,  Bcroanza  p.  383),  arro- 
vauccllo..,.  arroyo  de  PieSIas....  arroyo  Montis  media- 
j.o  qucm  dicuntsicum*  (Esp.  Sagr,  40,  escr.  46.  p.  375)i, 
(en  775,  ibid.  XVIII,  escr.  1),  arrogio:  *Ex  alia  parte....  el 
po....  d  alia  parte,  et  per  Hlium  arroiiim»  (id.  37,  escr. 
«circa  prado  usque  ad  rogio»  (era  980,  Berq.).  * Liborcs 
I  persülvant....  in  unoquoquc   mense  dúos  dies,   terlium  de 
I oiulum  de  rogO'  (era  1010,  Arch.  Nájera).  Sea arrogió 
t  forma  ibérica,  es  un  lérmino  vascongado,  Lo  c\iich:icc  (ki.gi) 
lo  que  hace  hueco  y  cavidad.  Dijose  arroyo  pur  barran- 
hueco  en  los  monlcSv  como  las  cavidades  y  minas,  con  agua 
llueve,  sin  día  en  otras  ocasiones.  En  el  Tesoro  de  1671: 


Arrugia,  mine  de  meíail  ou  Ton  creuse  bien  profondanes^  i 
di  nietallo;  lo  mismo  vale  en  portugués.  Qaij.  1,14:  Las  claras  igi 
destos  arroyos.  Id.  1,21:  Del  arroyo  de  los  batanes.  Id.  1,23:  Hll 
ron  en  un  arroyo  caída,  muerta  y  medio  comida  de  perros....  i 
muía.  Id.  1,37:  Fué  tanta  la  sangre  que  le  salió,  que  los  arre 
corrían  por  la  tierra,  como  si  fueran  de  agua, 

Dícese  del  centro  de  la  calle,  por  donde  suelen  correr  las  i% 
cuando  llueve. 

A  gran  arroyo  pasar  postrero,  c.  II,  A  comer  setas,  qui 
tome  primero  mi  consuegro. 

Al  arroyo,  á  la  calle,  con  desprecio. 

Arroyo  pasado,  santo  olvidado,  c.  70. 

Beber  en  todo  arroyo  y  mudarse  á  cada  viento,  Oau 
n.  60. 

Como  arroyos,  los  ojos  que  lloran  mucho. 

Como  si  hubiera  nacido  en  mitad  del  arroyo,  lamentándose 
desprecio  y  abandono  de  alguno. 

Como  un  arroyo,  sereno. 

Correr  arroyos  de  lágrimas.  Zarate  Pac.  crisf.  5,7:  Corre 
arroyos  de  lágrimas  de  sus  ojos. 

Cuando  el  arroyo  suena,  agua  lleva,  c.  365;  que  no  piedr 

Del  arroyo,  de  baja  condición. 

Derramar  arroyos  de  lágrimas,  llorar  mucho.  Nieremb.  P, 
3,9. 

El  arroyo  pasado,  el  santo  olvidado;  ó  el  santo  engañado; 
rio  pasado,  c.  77, 

En  el  arroyo,  vivir,  echar,  plantar,  en  la  calle,  sin  hogar. 

Arroy-uelo,   dim.   de    arroy-o.   Quij.   1,25:   Un  nu 
arroyuelo. 

Bullicioso  es  el  arroyuelo,  y  salpicóme:  no  hayáis  nd 
madre,  que  por  él  torne,  c.  319;  escarmiento. 

Arroy-ap.  Llevar  la  lluvia  impetuosa  la  tierra  descanund 
suelo  y  haciendo  surcos  como  arroyos. 

Infrans.  Corr.  490:  Hasta  Navidad  no  ha  de  arroyar;  entniu! 
año,  hace  daño  (la  lluvia.) 

Trans.  ToKK.  FiL  mor.  17,2:  Dejalastierrasarroyadasyrola 
&in  sustancia. 


72.  raa,  arrttfaídarse. 


271 


Mtiaf,  OBR.p.  430:  Rasguñado  con  tas  espinas^  arroyado  con 

ex.  HtvRERA  Agr.  3,16:  Que  no  se  arroye  la  tierra.   Lop. 
fCobiern.  agr.  pie  3,f.  !  1 1:  Se  deterioran  con  el  tiempo  Ins 
>lecas,  la  casa  se  cae.  U  tierra  se  arroya, 
\  Arroyar  lo  sembrado^  hacer  surcos  para  que  corra  el  agua  por 

<7W£>r.  1671.) 

lArroy-Ada.  río,  torrente  {Tesor.  1&71),  avenida  del  arroy-o. 

|Il»a,  calle,  prov.  rúa,  fr.  twc.  Recuerdan  los  romanistas  el 

riig»,  pero  notando  que  no  es  fácil  se  deriven  de  él  Como  arro- 

riene  del   eu^karo  arre,  y  se  ve  por  H  gallego,   donde  arro  es: 

^razúQ  6  centro  inlemo  de  los  árboles  á  flor  de  tierra;  corazón 

de  grandes  se  cnitm,  hiende,  ci.i;indo  caen,  y  perjudica  más 

IOS  las  capas  de  madera  que  [c  rodean.  Llámase  también  así  la 

lidura  ó  hendiduras  que  presenta»   (Valladares).  Bi^n   se  ve 

I  to  hateo  del  árbol  es  lo  que  le  diú  este  nombre.  «Arró.  Tierra 

L  y  un  tanto  alzada,  á  orillas  de  los  ríos  ó  riachuelos  y  ^n  los 

10Í  de  las  heredades  labrantías,   pflra  contener  las  aguas,  asi 

la  licna  movediza,  dar  pasa  á  los  transeúntes  y  evitar  que 

pisoteen  los  sembrados*  (id).  Dijose,   pues,   rúa  por  arrua, 

el  paso  y  sitio  hueco,  cnfre  montes,  entre  sembrados,  entre 

y  quedó  con  el  valor  de  camino  y  calle  (callis)^  que  en  latín 

!i>  igualmente  esas  acepciones.  Jittz  rfiV.:  A  los  vestidos 

üc  rúa.  Viúj.  Parn.:  Que  yo  pisé  sus  rúas  mis  de  un  año. 

fAgr.  6,4:  La  brida  para  plaza  y  rúa.  A.  Alv.  SUv.  Dom, 

.  2  C-*  Con  otros  caballos  enjaezados  y  de  rúa.  Quev.  Mus.  ff, 

r,*  Calvas  Jcrónimas  hay, /como  las  sillas  de  rúa, /cerco  dd- 

y  redondo,  /  lo  demás  plaza  y  tonsura. 

flu-art  andar  por  la  ru-a.  A.  Alv.  SUv.  Dom.  sept.  t  c.  §  2: 

caües.  Lope  Mart.  Madr.  V,  p.  tí9:  Que  ruaréis  muy  galán. 

3RA  Mofi.  mist.  pte.  3,  Asunc:  V  no  deja  baldío  que  no  rué. 

XW:  En  csía  ciudad,  donde  un  dfa  por  ella  ruando.  Ouev. 

[^riac.  S:  Al  tiempo  que  llevare  ruando  ó  visitando  algtina  dama, 

'  despacio  con  cita.  Us,  y  Roseí.  31:  Un  caballo  para  \i  en 


I  Arru-fnld-«p«e,  levanlarse  ó  arremangarse  tas  faldas,  de 
I  Iknceo  y  Calda.  Ovalle  //.  Chite  f,  363:  Al  punto  se  le  mostró 


en  forma  de  caminante  con  capotillo  y  sombrero  inufddMJ 
L.  Rueda  II,  237:  ¿Cómo  vais  tan  arrufaldado? 

Tener  remango,  descaro,  enojo.  Quev.  baile  4:  Arrufaldada 
cara  /  y  arrufianada  de  vista.  J.  Pin.  Agr.  25,6:  El  se  arrufaldópt 
le  querer  comer  (el  lobo). 

Arpufal-damivnto,  arremango^  físico  ó  moral,  údfg 
desvergüenza  y  arrebatos  de  ira.  J.  Pin.  Agr.  23,35:  Bien  podrfaí 
entrar  con  lo  de  la  ira,  siquiera  para  que  yo  vea  qué  deba  sentir 
mis  arrufaldam lentos  en  el  tiempo  de  la  soldadesca  (arrebatos  de  ii 

Arpup-ido,  en  Titaguas  encogido.  Me  suena  á  la  raiz  ar 
arra  ahuecado,  -bi,  -pi  debajo. 

Arpu-jaqiie,  en  Salamanca  bien  puesto.  También  me  su( 
aquí  el  arra  hueco,  arrogante,  con  jaque. 

Roca.  Deetimologíadesconocida,según  los  romanistas;  itali 
rocca,  roccia,  prov.  roe,  rochier,  gascón  arroque,  fr.  roe,  roe 
rocher,  cat.  roe,  pg.  roca.  Emparentados  con  él  están  rueca  y 
quete  (V.)  Díjose  del  ano-ka  euskaro.  A.  Mor.  9,5:  Por  esto 
condenado  á  muerte:  y  díósela  tan  cruel,  que  lo  despeñaron  d 
gran  roca  del  capitolio.  Zamora  Mon,  mist.  pte.  7,  S.  Marc:  No  1 
roca  tan  incontrastable,  no  hay  risco  tan  inaccesible.  J,  Pin.  A 
5,40:  Los  valles  rodeados  de  rocas. 

Fuerte  ó  torre  sobre  una  roca.  Qaij.  1,34:  Minó  la  roca  d( 
entereza  con  tales  pertrechos.  Id.  2,69:  Libre  mi  alma  de  su  estn 
roca  (prisión).  Persil.  4,8:  La  fuerza  desta  roca  no  se  ha  de  toí 
por  hambre. 

Como  la  roca,  ó  las  rocas,  6  una  roca,  ó  rocas,  de  lo  di 
firme  y  constante,  física  ó  moralmenle. 

Cuando  la  roca  tiene  capelo,  coge  la  vela  y  vaife  á  Ras{ 
(La  roca  es  monte,  Rastelo  puerto  junto  á  Lisboa),  c.  368. 

Esta  roca  me  ten  morta,  este  vino  me  conforta,  c,  1 37. 

Ser  más  duro  que  una  roca,  que  las  rocas, 

Ro«.<t-alln,  piedrecillas  menudas  que  el  tiempo  ó  el  aguí 
desprendido  de  los  peñascos  ó  roc-as,  ó  de  las  que  saltan  al  p 
las  -piedras. 

Roqu-eila,  poqu-edo,  poqu-ed-al,  lugar  de  ni 
6  gran  roca.  Oviedo  H.  ¡nd.  46,17:  Hecha  como  peña  ó  raqui 


,e<teba)0  de  tales  peñas  de  sal  Id,  50,1;  E  la  nno  dio  en 
■  roqutdos  de  Id  costa. 
Ruqii-f  ao,  d  siüo  tieno    de  roc-as,  duro  como  roc-a. 
Rt>qu-<'Oy  1.1  pesca  entre  rocas,  de  mariscos,  cíe;  posv.  de 

T,  que  debió  usarse  antigwameníe. 
RcKIii-c'ruY   de   roc-a,   sobre   locío   castillo  moquero,   sobre 
»í.  C*  ■?«.  ps,  9:  Es  Dios  un  caslillo  roquero,  do  puede  Forlale- 
'  c!  pobre.  Valdehrama  BJ.  Fer  3,  dom.  5  pas.:  Dando  á  en- 
que  es  Dios  una  casa   fuerte,   un  castillo  roquero.  Zamora 
.  misi.pU.  2,  L  4,  Simb.  J:  Algún  giganle  de  fuerzas  extraordi- 
s,  que  retirado  á  un  caslíllo  roquero,   al  mundo  todo  desafia. 
1671:  Foríalcza. 

^R(»c-ón,   aimienl.  de  roc-a.  Jaroíje  Orador  2,3,4:  Cuando 

Loli«  se  embravTccn  y  atrevidas  amagan,  al  pié  del  rocón  quie- 

I  su  orgullo,  y  sin  más  perjuicio  se  retiran. 

Roque,  en  persa  rokh  currus  (Gios.  Le!d.  \),  «nomen  latnin- 

I  in  Schahiludio  ab  ave  rokh  dicta  desumptum,  qutni   laíruncu- 

Dtis  iarrrtm  appellamiis*  (Vuli.ers).  Era  la  pieza  de  ajedrez, 

^itprocnló  primero  un  alfil  ó  camello  con  su  torre  de  arqueros, 

Forbcs  relaciona   con  el  Síínskrito  ro/rí7  barco,    forma  primi- 

estt  5gura    de    ajedrez.  En   íl.   rocco   y  roccare,    prov.  y 

:  y  roqucr,  d¿roquer,  pg.   roque.  Como  se  vé,  es  la  misma 

que   hemo^  hallado  tener  este  valor  de  castillo;  pues  etimolo- 

rier(al  no  parece  segura  por  ninguna   parle,  y  dado  que  la 

U  contaminación  con  roca  es  indudable,  F,  Juzgo.  1 5/1,1 2: 

por  d  que  alzú  i  Elias  át  tierra  al  cielo  en  la  nube  en  un  roque 

5.  Ptdro  Urd.  J.  1 :  Prenderá  á  la  d.ima  hermosa,  '  sin  al- 

doda,  d  Roque.  '  Roque  ha  de  ser  el  que  prenda  /  en  esle  juc- 

tJ  ta  dantt.  J.  Prw.  Agr.  6,t:  Sin  ser  rey  me  traspuse  no  Iras  el 

sitió  de  la  roca,  por  haber  pasado  la  sierra.  P.  VtíOA  ps.  4, 

Az  Mudó,  por  su  mal  mirar,  un  solo  peón,  y  veréis  que  ya 

aquí  t:l  cahatlo,  alf t  el  roque,  j ,  Pin.  Agr.  S,\\.  Los  roques 

principales  seflorcs,  los  caballos  la  caballerfa  y  los  arBIes  los 

~   '  .Crít.  1,13:  Quien  no  la  tuviere,  desde  el  rey  hasta  el 

■. i'.l  mundo. 

/í  rey  ni  roqut,  nadie,  mctaf.  del  ajedrez,  el  rey  y  la  torre.  Qüíj. 
[De  fiQ  decir  lo  que  t.  m.  dijere  &  Rey  ni  Roque  ni  a   hombre 


terrenal.  Id.  2,25:  Sin  poderlo  remediar  Rey  ni  Roque.  He 
3,4:  Y  labrador  llamo  á  cualquier  persona  que  entiende  « 
el  campo,  sea  rey  ó  roqu«.  Bañ.  Arg.  2:  Que  no  hay  turco 
Roque /que  le  mire  ni  le  toque.  García  Codic,  3:  No  o 
respeta  rey  ni  Roque. 

No  tener  rey  ni  roque  ni  papa  que  le  absuelva,  no 
contar  con  nadie. 

De-rpoc-ap,  de  roc-a.  Nuestros  clásicos  guardaba 
del  diptongo,  derrueco,  derrueque,  etc. 

Intrans.  Mend.  Copl.  261:  Y  como  las  peñas,  que  de 
rruecan  /  hasta  lo  hondo  no  son  detenidas. 

Trans.  arrojar  desde  las  rocas  ó  de  la  roca,  despeñar.  Q 
razonam.  en  Arévalo:  Mas  no  quiso  derrocar  á  Cristo  de 
de  ellos,  sino  del  pináculo  del  templo.  Cerv.  Salaz.  Obr.  í 
Como  el  águila,  la  cual,  si  no  miran  derechamente  al  sol,  co 
suyos  los  derrueca  del  nido. 

Generalízase  por  echar  por  tierra  lo  en  alto  ó  en  pié. 
Fünd.  17:  La  casa  estaba  chica,  que  la  Princesa  la  había  n 
derrocar  mucho  della.  Herr.  Agr.  6,  Mayo:  Agora  es  buen 
car  los  altramuces.  Garcil.  Egl.  2:  Quién  las  castañas  tier 
rrocaba  /  del  árbol  al  subir  dificultoso?  Erc.  Arauc.  9:  La  < 
la  siniestra  el  indio  trueca...  /  y  del  golpe  primero  otro  d 
S.  Ter.  Mor.  4,3:  No  llega  á  tanto  que  derrueque  el 
GuEv.  Ep.  fam.  1,21:  Vimos  en  un  paño  de  su  tapicería  i 
lio  que  tenía  á  sus  pies  cinco  caballeros  derrocados.  Celesf 
entrando  por  la  iglesa,  veía  derrocar  bonetes  en  mi  honor. 
Agr,  3,32:  Fué  menester  derrocar  mil  y  doscientos  cíncuen 
de  la  famosa  muralla.  R.  Solis  Arte  1,5:  Si  le  derruecan 
almenas  ó  pedazos  de  muralla,  fácilmente  se  repara. 

A.  León/oÍ),  22:  El  hierro  los  acaba,  y  las  fuerzas  de  s 
migos  los  derruecan  al  suelo. 

Por.  OcAMPO  Cron.  5,35:  Algunos  lugares  viles  y  bajo! 
rrocaron  por  el  cimiento.  Id.  5,34:  Ya  quedaba  derrocada 
suelo  mucha  parte  dellos  (de  los  franceses). 

Metaf.  León  Job  4, 1 7:  Para  derrocar  en  él  alguna  altivi 
berbia.  Id.  21:  Eso  mismo  los  derrueca  que  tuvieron  por  fi 
amparo.  Bosc.  Cortes.  232:  Cuando,  de  lo  que  os  dice  algu 


12,  derrocar. 


275 


s,  tomáis  las  mismas  palabras  en  e]  mismo  sentido  y  sacáis 

s  cosa  con  que  le  derroquéis.  Id,  486:  Derrueca  al  alma  y  le  hace 

íftga  eí  apetito.  Lcón/í»*.  1 1,20:  El  (rabajo  y  la  adversidad  lo« 

quiero  decir,  los  derrueca  y  vence.  Quev.  Bp.  fam.  1,22: 

leafcrmo  ni  íc  hincha  soberbia,  ni  combate  lujuria,  ni  le  líerrue- 

inrfda. 

\A,  León  Job  22,29:  Que  el  ánimo  humilde  derrueca  al  suelo 
(ojos.  \d.Job  5:  La  Iristeza  les  ennegrece  el  ánimo  y  la  mala  for- 
1  derrueca  á  lugar  oscuro  su  estado. 

\0t,).  Pm  Agr.  12,4:  Como  el  demonio  con  estas  tribulaciones 
adíese  derrocar  i  Job  de  su  santidad.  León  Corder.:  Le?  quitó 
áo  y  derrocóles  de  su  tiranía  usurpada.  J.  Pin,  Agr.  5,20;  Que 
fácil  al  grande  Alejandre  derrocar  i  Darío  de  la  monarqufaj 
al  filósofo  Diógenes  de  su  pobreza. 
Ifij.  j.  Pvi.  Agr.  4,32:  Le  procura  derrocar  en  pecado,  id.  ft.lS: 
'  en    pocas  horas  le  derrocó  en  pecado  morial  una  ino/ücla. 
*iflex.  con  á.  Ocampo  Cron.  1,2:  Todas  estas  cumbres  y  sierras 
'tas  de  muchos  árboles  silvestres,  en  especial  por  las 
,.:  *..-i-,ii'>las,  que  se  derruecan  á  nosotros. 
Lhon  Nombr.  t.  3  fntr.:  Sigue  el  movimienlo  del  sol,  que  i 
[hora  *e  encumbra  y  í  la  tarde  se  derrueca  en  la  mar.  Id,  fob.  I, 
eitoc'isc  en  tierra  y  adoró,  id.  Rey:  Derrocóse  en  oración 
BS£  del  Padre. 

t.  J.  Pw.  Agr.  4,13:  Y  se  derrocó  sobre  ¿I,  no  |x>rdoitando 
t  ni  a!  pecho,  procurándole  la  vida.  Id.  27,16:  Entró  y  derro- 
;pi«». 

GftAN.  Doc,  eriáL  2,14:  Los  ángeles  que  se  quisieron 
'  en  c)  cielo,  fueron  derrocados  hasta  el  infierno.  Ocampo 
,16:  Amilcar  fui  rodeado  de  los  españoles  y  poco  después 
rio  del  caballo.  Gucv.  Ep.fam.  1,21:  Mandaron  que  las  casas 

E habitasen  y  aun  que  se  derrocasen, 
ftaf,  QAKcn-  Egi'  2:  Y  de  estado  gozoso,  noble  y  alto/es 
tuna  insana. 
-^  -a,  posv.  de  derroc-ar.  Qvtv.  C.  de  c:  Mas  que  no 

«íi  !j  echa  y  derrueca. 

Eri*roc-apae,  de  roc-n,  roqu-e.  En  el  ajedrez  defender  al 


k 


276  Origen  y  vida  del  lemoiíaie 


rey  von  la  torre  ó  roque  cambiando  de  lugar.  En  náut  enredarae  la 
red  ó  el  anzuelo  en  las  rocas  del  fondo  del  mar. 

Eii-poc-ado.  alfo  entre  rocas.  Tafur.  125:  Es  tan  enrocado^ 
que  ninguna  bestia  non  puede  subir  arriba. 

Dvs-eiipocap,  desenredar  la  red  enrocada. 

K«»<*hela.  Diminutivo  francés  de  su  roca  ó  roche,  y  rtombit 
del  conocido  puerto  donde  se  guarecían  los  hugonotes,  y  que  pts6 
por  dechado  de  desorden  á  España  y  América.  G.  Alf.  2,2,4:  Todo 
el  mundo  es  la  Rochela  en  este  caso,  cada  cual  vive  para  sí,  quiei: 
pilla  pilla,  y  solo  pagan  los  desdichados  como  tú.  En  Venezudí, 
Colombia,  etc.  rochela  es  desorden,  rochel-ero  el  niño  travieso  y 
atolondrado  y  la  caballería  resabiada,  a-rrocheí-arse  tener  tal  resabkv 
rochel-ear  retozar. 

llueca.  Emparentado  con  e!  it.  rocca,  pg.  roca,  que  valen  b 
mismo,   lo  trae  Korting  del  aní.  al.  roccho.  En  ant.  al.  es  efectí» 
mente  roko,  med.  al.  rocke,  al.  Rocken,  ingl.  rock,  ñor.  rokkt.PcA 
no  basta  decir  que  hay  en  antiguo  alemán  una  palabra  emparentul^ 
para  que  de  él  provenga.  Kluge  escribe:   «Que  Rocken  con  Rodé 
(roquete)  venga  de  una  antigua  raíz  ruck  hilar,  de  la  que  en  ninguoi. 
parte  se  halla  noticia,  es  cosa  que  no  puede  probarse».  Por  eso  S 
La  lengua  de  Cervantes  me  acogí  al  al.  rucken  ó  su  raíz  *rukyi,  ao; 
atreviéndome  á  proponer  mis  dudas.  El  no  valerse  de  tal  raíz  sabiov 
tan  sólidos  como  Kluge,  el  mejor  lexicógrafo  alemán,  me  deja  tBt 
libertad  de  opinar,  y  digo  que  Rock  y  Roken,  la  rueca  y  el  roqud^j 
no  se  dijeron  del  hilar,  sino  del  hueco  de  cañas  para  sostener  elcoplK 
qu  e  se  hila,  y  es  un  doblete  de  roca,  del  euskaro  arroka  hueco,  IM 
roca  y  la  rueca.  QuiJ.  1,28:  La  almohadilla  y  la  rueca.  Id.  2, 65:  A»- 
tes  me  conviene  usar  la  rueca  que  no  la  espada.  Monter.  Arqotc^ 
40:  Difieren  de  los  toros  de  España  en  la  forma  de  los  cuernos,  q»* 
son  densos  y  van  haciendo  ruecas  á  manera  de  roscas.  Nótese  esM 
esta  acepción  el   valor  etimológico  de  cosa  enroscada  que  fbni^ 
huecos. 

A  buscar  la  ando,  la  mala  de  la  rueca,  y  no  la  hallo.  (Con  I^ 
perezosas.)  c.  13, 

Buscándola  ando  la  mala  de  la  rueca,  y  no  la  hallo,  c.  318. 

Como  la  rueca  de  ana  vieja,  de  lo  torcido. 

Cuando  veo  la  rueca,  de  mío,  me  caigo  muerta,  c.  372. 


72  rueca 


277 


Donde  vieres  rueca  de  algwíón,  éntrate  de  rondón,  c,  292. 
Donde  rieres  raeca  de  algodón,  éntrate  hasta  et  rincón:  ti 
•es  rueca  de  lana,  intrate  hasta  la  cama:  si  vieres  raeca  de  lino, 
aíe  hasta  el  postigo.  {Denotan  pobreza,  y  que  tiarán  é  ruego, 
de  Uno,  no  unto,  porque  la  usan  también  mujeres  caseras,  no 
y   por  las  tales  se  dice:  «no  pases  del   postigo,  y  pasa  tu 
o;  si  vieres  ruec»  de  lino,  pasa  tu  camino,  ó  no  pases  del  pos- 
Qut^n  en  la  Si.)  c.  202. 
Donde  vieres  raeca  de  lana,  éntrate  hasta  ¡a  cama.  c>  292. 
Donde  vieres  rueca  de  lino,  éntrate  hasta  el  postigo,  c.  2Q2, 
La  rueca  de  algodón,  siempre  quiere  estar  en  el  rincón.  (Como 
quedíced  otro  refrán:  «Uno  y  lana  no  quieren  ventana*),  c.  LQO. 
La  rueca  en  la  cinta,  y  los  pies  en  la  bailta.  c.    1 90,  en  el  baile 
«gocijo,  como;  Las  manos  en  la  raeca  y  los  ojos  en  la  puerta, 
lo  ine  i  holgar. 
Mi  raeca  espetada,  mi  suegra  soterrada,  mi  marido  por  nacer, 
que  no  puede  ser.  <Espe!ar  por  despdar,  acabar  de  hilar  to 
en  la  meca;  pertenece  á  los  «tlinos  de  la  tela  y  cosa  y  cosa: 
deito  es  quien  no  ve  por  lela  de  cedazo),  c.  465. 
Perdí  la  raeca,  y  el  huso  no  hatto;  tres  días  ha  que  ando  á  tus- 
I.  c.  3B7.  Perdí  la  rueca,  y  el  huso  no  hallo:  tres  días  ha  que 
mtdo  en  el  rastra,  tu  387. 

Roiía  y  huso,  devanadera  y  aspa,  no  hay  madera  que  más  mal 
.c  4S2:  propio  de  liolgazanas.  Rueca  y  huso,  mal  fuego 
que  no  hay  madera  tan  poca  que  tanto  mal  me  haga. 


lÉflv,  si  ttó,  mi  raeca  me  tengo,  c.  261 . 

féferes  rueca  de  algodón,  éntrate  hasta  el  rincón,  c.  260. 

Si  'aeres  ratea  de  lona,  éntrate  hasta  la  cama.  c.  260. 

Si  9kres  raeca  de  tino,  pasa  tu  camino.  (Las  de  algodón  y  lana  J 

>  Pereza,  y  que  se  alcanzarán  fácilmente;  la  del  Imo  úaanla 

I  majwie*  ricas  para  su  casa,  y  no  scr.in  tan  fáciles),  c.  260. 

S  vieres  rueca  de  tino,  no  pases  del  postigo,  c.  260. 

Wfflecfl  de  algodón,  y  éntreme  de  rondón,  c.  434. 

'^•w  í»d-©ro,  el  cucurucho  en  general,  en  particular  el  de  la 

1  sostiene  el  copo  y  el  de  encima  que  lo  asegura,  y  las  mi- 

^  ^  «{tBliciados.  Zamora  Mon.  mist.  pte.  2,  Simb.  5:  Que  des- 


278  Origen  y  vida  del-  LEKiaÜAtC 

pues  de  leido  no  le  sirva  de  rocadero  ó  de  naipe  para  devanar  tnloLi 
Pie.  Just.  4,3:  Ni  (se  hacía)  rueca  de  vieja,  que  no  se  enlraseoQft] 
un  rocadero  hecho  de  ellos  (de  billetes).  Lis.  y  Ros.  2,1:  YUscabfr^j 
zas  con  mitras  y  rocaderos.  Lao.  Diosc.  3,16:  Adonde  las  mujcnj-j 
no  tienen  tanta  cuenta  con  las  mudas  y  afeites,  como  con  los  husosy ' 
rocaderos.  Id.  2,94:  Sirve  aun  hasta  de  rocadero. 

Kuca-<lor,  en  Aragón  y  otras  partes  rocadero  para  sujetar  é- 
COpo  á  la  rueca. 

Mantilla  de  tocador,  en  Salamanca  la  mantilla  de  las  charras,  d- 
de  casco,  por  tener  forma  de  tal:  es  de  paño  con  agremanes  y  carece 
de  velo,  cubriendo  la  cabeza,  los  hombros  y  la  parte  superior  de 
la  espalda  de  entre  ellos. 

/\-pi*oc-ado,  de  las  mangas  huecas  y  acuchilladas  como  rué- 
c-as,  conforme  á  su  etimología.  Qaij.  1,42:  La  ropa  luenga  con  lit 
mangas  arrocadas  que  traía,  mostraron  ser  oidor. 

Roquete^  es  un  diminutivo  de  roc-a,  roqu-e  y  ruec-a.  Sueleft 
traerlo  de!  ant.  al.  roe,  vestidura  de  encima,  al.  Rock,  anl.  fris.  ro^ 
ags.  roce,  norso  rokkr,  med.  lat.  roccus;  it.  rocchetto,  roccelto,  do 
fr.  rochet,  pg.  roquete.  La  forma  no  diminutiva  ó  simple  solo  W 
baila  en  las  germánicas.  Según  todos  tiene  «I  mismo  origen  que- 
rueca,  del  cual  es  claramente  un  diminutivo,  sobrepelliz  cerrada  f 
como  arrocada,  hueca,  y  en  el  blasón,  roquete  es  la  pieza  en  fonu 
de  triángulo  en  el  escudo.  A.  Alv.  Silv.  Ftr.  6  dom.  5  caar.  //  c.  S  2: 
Vestidos  con  roquetes  y  pellizas  de  sus  cerimonias.  D.  Veoa  DÍ8t^ 
Fer.  3  dom.  2  caar,:  Vestirte  el  roquete. 

En  Aragón  pieza  de  la  lanza  en  el  borne  para  no  malherir  en  d 
torneo  y  lo  mismo  antiguamente.  Tapur.  278:  Justar  con  roquetes. 

K<»queta,  caballero  ó  atalaya  que  ocupaba  una  parte  interioi 
del  recinto  del  fuerte  ó  roque. 

Koquet-al  de  roquet-e.  Pie.  Just.  2,3,2:  Traía  una  toca  ro 
quetal  muy  larga. 

.'Vprojap.  Ni  de  un  *ar-roscidare,  de  roscidus,  de  donde  c 
eat.  arruxar,  que  solo  vale  rociar,  aragonés  rujiar;  ni  de  un^ar-ni-an 
de  ruere  caer.  Es  el  euskaro  arrotza  forastero,  extraño,  lejos,  alejai 
extrañar.  Tiene  por  propio  valor  el  de  echar  y  lanzar  con  violencii 
y  metafóricamente  acometer  con  atrevimiento  y  valor,  es  deeir  co 
arrojo. 


hlrans.  dd  crecer  las  plantas  ó  sncar  fuem  sus  ojas,  flores, 
.  D.  VtüA  5.  ¿or..*  Suele  segarse  el  trigOj  cuando  cs!á  en  hierba, 
mejor.  Siou.  S.  Jeron.  5,4:  Remozíiíiase  la 
i'-*»:!  uf-M.  {(.  Éi'jaban  los  árboles. 
Del  habbr  con  arrojo.  J.  Pín.  Agr.  3,33:  V  !a  imaginación  de 
I  oo  puede  obrar  en  otro,  por  mis  qiie  arrojen  algunos  aíregua- 
,  como  Avícena. 

Ttatts.  laníar,  ó  liacer  salir  con  fuerza,  desechar.  QuIJ,  2J7: 

I  la  Itnm  y  embrazó  el  escudo.  León  Cas.  4:  Todo  nuevo  y 

I  rtcienic  y  loiío   hecho  de  ayer  para  vestirlo  hoy  y  arrojarlo 

a.  SaaS'.  Efíipr.  40;  En  que  suele  ahorrar  mucho  el  que  mis 

imcfilc  arroja  el  dinero.   QuiJ.   2p4:   Arrojaron   los  boido- 

quitítronse  Ixs  mucetas  ó  esclavinas  y  quedaron  en  petota. 

Masa  tf,  r.  12:  Arrojar  la  cara  importa, /que  el  espejo  no 

1  porqué. 

[jCnvür,  hablando  de  gentes  de  guerra.  Coloma  G.  F1.  4:  Que 
í  arrojase algimas  tropas  para  el  dicho  efedo.  Id.  5:  Mu^lrin- 
— ;  .^.  con  todo  su  campo  á  la  frente  del  nuestro,  arrojó. 

i>n  con  1500  corarjis  la  vueHa  de  nuestro  cuartel. 
por  la  boca  hablando,  sobre  todo  con  atrevimiento.  Villa.- 
\ír^  N'o  sabe*;  tú  que  tina  loca  que  desvaría,  si  la   quieres 
cir,  que  de  loca  se  hará  muy  loca,  y  arrojará  más  porra':ías, 
*  2,7;  También  como  vos  sé  yo  atrojar  refranes  como  llovidos. 
il/¿4:  Voto  i  tal,  respondió  con  mucha  cólera  Don  Quijote  (y 
!  como  tenía  de  costumhrc).  J.  Pin.  Agr.  4,IS:  Y  por  parecer 
D.  arrola  que  la  ambrosía  era  nueve  veces  más  dulce  que  la 

[$E,  las  plantas,  etc,  echando  afuera.  Zamora  Mon.  mist, 

iiago:  Pero  como  es  injerto,  siempre  el  tronco  anx>ja 

i>N  Cas.  inir.:  Arroja  mil  pimpollos  y  hijos.  Niercmb. 

RTo  7:  El  norte  A  que  mira  la  caridad   es  de  purísima  luí, 

'-  -  ■       mis  ardientes  que  el  sol.  Le6n  Rey:  Con  el  sol 

lol  aire  arrojan  afuera  hojas  y  llores  y  frutos.  Id. 

arrojará  sus  renuevos  con  fuerza,  jAKcjue  Orad.  t.  5, 

fi\-     '     '    '  ■  escupiendo   nube*  de  cenizas. 

_  . .  --. . :    para  que  el  cielo  me  arrojó  al  mundo. 
H.  MtJ.   1,19:  Arrojando  al  aire  puAados  de  tierra.  Coldma 


280  Origen  y  vida  del  lenoums 

Tac.  Anal.  6,19:  Ni  los  que  la  corriente  del  agua  arrojabti 
orillas. 

De.  Qaij.   1,3:  Antes  trabando  délas  correas  las  arrojó 
trecho  de  sí.   Id.  1,5:  Arrojaba  el   libro  de  las  manos.  Id.  2,! 
Cuando  le  echaron  ó  arrojaron  del  cielo.  Solis.  H.  Mej.  4,6:  Le  anq 
de  su  presencia  con  desabrimiento.  Mariana  H.  E.  16,10:  Con 
dras  que  de  los  muros  le  arrojaban.  QaiJ.  2,3:  Que  así  componen 
arrojan  libros  de  sí,   como  si  fueran  buñuelos.  León  Cas.  Intn 
Piensan  que  con  parir  un  hijo  de  cuando  en  cuando  y  con  arroji 
luego  lejos  de  sí  en   brazos  de  un  ama,  son  cabales  y  pci 
mujeres. 

En.  MoNC.  Exped.  22;  Las  insignias  de  la  dignidad  de  m 
^ue  las  arrojó  en  e!  mar.  Gran.  Orac.  1,  dom.  man.:  Al  caballo  y  lí] 
caballero  arrojó  en  el  mar.  Lope  Gr,  Daga.  Mosc.  2,10:  Con  uot' 
piedra  me  ordena  /que  le  arroje  en  ese  río. 

Por.  QaiJ.  2,34:  Arrojando  espuma  por  la  boca.  Id.  2,19:  Asia 
la  espada  por  la  empuñadura,  y  arrojóla  por  el  aire  con  tanta  fuenL 
Id.  1,27:  Me  arrojó  por  la  ventana  un  pañuelo. 

Sobre.  Solis  H.  Mej.  3,2:  Arrojaban  las  mujeres  diferentes  flo- 
res sobre  los  españoles. 

Metaf.  Dar  arrojo  y  valor.  Castro  Moc.  Cid  2.°  pte.  1:  Quite 
me  anima?  quién  me  arroja? 

A.  Coloma  G.  FL  3:  Y  arrojándolos  á  los  peligros,  de  dondeí 
era  cierto  que  saldrían  con  la  reputación  que  siempre.  G/Ya/i.;  Yesta 
«le  la  hambre  tal  vez  hace  arrojar  los  ingenios  á  cosas  que  no  cátb^ 
en  el  mapa.  Laguna  CatiL:  De  aquellas  sus  traiciones  secretas  le- 
arrojamos  á  públicos  latrocinios  y  robos. 

Galicismo  es  por  ofrecer,  dar  de  sí:  arrojar  cantidades,  refleido- 
»es,  consideraciones,  porque  no  hay  brío  en  este  dar  de  sí  ó  pre- 
sentar, el  cual  siempre  encierra  el  verbo  arrojar. 

Reflex.  echarse  de  golpe.  Qaij.  2,12:  Y  al  arrojarse  hiciecoa 
ruido  las  armas,  de  que  venía  armado. 

A.  Esp.  ingl.:  Con  grande  ánimo  se  arrojó  á  la  mar.  QuiJ.  2,29: 
Si  no  fuera  por  los  marineros  que  se  arrojaron  al  agua  y  los  sacaron.  * 
Numanc:  Quien  pues  morir  de  hambre  no  desea,  /  arrójese  cofr  ■■ 
migo  al  foso.  Estella  Vanid.  1,7:  Arrójanse  pecho  por  tíem,  oonMt^ 


72.  arrojar. 


2S] 


(que  despidió  Gedeón,  á  beb?r  $u^  venenosas  aguas.  Sous  H.  Mej, 
y.  Se  arrojíj  ai  agua  peteAiido,  y  gan*  la  oira  ribera. 
I  0r.  GaU.  tsp.  1:  ArrojarOme  del  muro  /  á  la  casa.  Calder. 
'CS/<I2,13:  Arrojaos,  señor,  deíla.  Quij.  1,29:  El  escudero  se 
D)d  de  U  muía  y  fué  á  lomar  en  los  brazos  á  Dorotea.  Id.  2,  SO: 
|tfTOJó  del  caballo  y  se  fué  con  mucha  humildad  á  poner  de 

mis  de  Rolpe  y  á  lo  hondo  que  con  á.   Dos  donceíí.:  Vol- 
t  i  cernr  la  puerta,  se  arrojó  en  la  cama  de  golpe.  QuiJ.  1,41: 
;se  arrojaxfa  en  la  mar,  que.  Monc.  Exped.  36:  Se  arrojaron 
|d  fuego  todos.  Quij.  1,50:  Arrójale  en  mitad  de  su  negro  y  en- 
t  licor.  Namanc.  A:  A  las  primeras  guardias  embislicron  /"  y 
Incdio  de  raíl  lanzas  se  arrojaron. 
Eatre,  Mauc.  2:  Con  furia  se  arroja  entre  ellos  sin  recelo. 
Por  Qttij.  1,33;  Se  arrojan  intrépidainenle  por  la  mitad  de  mil 
BtrapucíUs  muertes.  A.  Alv.   Sitw  Dom.  2  adv,  3  c.  §  2:  Se 
an  por  las  breñas  y  riscos.   Gatat.  3:  Pur  el  mayor  peligro 
piara. 

Qaij.  2,21:  Se  arrojó  sobre  ¿1  (bastón,  clavándose). 
5:  Arrojándose  sobre  mi  lierido  cuerpo  con  lamentables 

""    -' '^r-  con  valor  y  arrojo,  cerrando  los  ojos  y  con 

Mariana  H.  E.  1 7,7:  No  ha  lugar  ni  conviene 
r,  cuando  la  tardanza  es  peor  que  el  arrojarse.  D.  Vcoa  San 
:H  "  ■  ■  .    Arroióse.   Dijo  cuanto  se  le  venia  á  la  boca. 

,    .  ,  jcslo  que  sub  habilidades  acreditan  su  valor,  (oda- 
kikrii  burao  no  arrojarse,  sin  que  primero.  Alarc.  Favor,  mundo 
Praio  arrojarse  y  presto  arrepentirse.  S.  Tek.   Vid.   1,3:  Le 
EuardakS,  que  no  le  daban  lugar  á  que  se  arrojase  ó 

A.  5.  Corn€Í:  Y  tan  presto  os  habcts  arrojado  á  emprender  una 
I  tin.  YEj»es  V.  7>r.  2,15:   Me  arrojaba  á  cosas  dificultosas. 
npr.  26:  Se  arrojaron  i  niayoics  peligros,  td.  34:  Anójase 
tito  Inciertas  olas  del  Occéano  en  busca  de  nuevas  provin- 
iitro  Ei parecido  3,5;  Al  punto  á  malaria  se  arrojó.  S.  Tiír, 
Arrojjrmc  á  lo  que  enlcndía  era   mayor  servicio  suyo. 
Orac.  3,2  prtámb.:  Y  con  esto  se  arrojan  á  los  Irabaios  y 


232 


ÜHIÜEN   V  VIDA  DPL  tENOiJA|t 


peligros  de  la  vida.   Quev,  Peste  2:  Me  arrojo  j  decir  que. 
Guia  2,\5,  g  9:  Que  no  nos  arrojemos  inconsideradamente  A 
cosas  que  se  han  de  hacer.  Gatat  4:  Arrójanse  luego  á  caminar  trasj 
ella  aguijados  del  deseo.  Pcrsíl.  1,13:  Con  facilidad  se  arroja  á  |iK.-j 
gar  de  los  por  venir. 

De  aquí  abalanzarse  ansioso.  Tirso  Prad.  fnuj.  3,1:  Quesearro-'| 
¡en  de  lal  modo  y*  al  cebo  del  interés. 

Y  darse  d  entregarse  ciegamente  á,  Leóíí  Princ:  Porque  no  ! 
sirve  de  freno  para  que  no  se  arrojen  al  mal.  J.  Pin,  Agr.  2,2: 
la  libertad  de  la  milicia  se  arrojará  á  muchas  cosas  malas.  Galat 
p,  58:  Cobarde  que  se  arroja  al  mal. 

En.  Confiarse,  entregándose.  Gran.   Guía  1,28,  §  2:  Qué  I 
falta  sino  fe  viva,  para  que  te  quieras  fiar  de  Dios  y  arrojarte  en  i 
brazos?  Puente  Med.  2,22:  Los  reyes  con  la  fe  viva  que  tenían  ar 
jándcse  en  las  manos  de  Dios,  comenzaron  á  caminar»  Cacer.  ptl 
12^?:  Arrojarse  en  el  pozo  de  la  ctilpa. 

Arrojar  adeianie,   hacer  salir.  Erg.  ^ranc.  4:  Al  itislanle/j 
arrojan  los  caballos  adelante. 

Arrojar  ayes.  Qaij,  1,36:  Arrojando  de  lo  íntimo  de   sus  i 
trañas  un  luengo  y  tristísimo  ay. 

Arrojar  de...  abajo.  Qnij.  2,3:  Quién  piensas  tú  que  arrojd 
Horacio  del  puente  abap. 

Arrojar  de  sL  Nierems.  Obr.  y  dias  7:  Par  ventura,  si  sup 
este  ánimo  su  rey  y  experimentase  este  mal   servicia,  sufriérale  i  i 
lado?  antes  luego  le  arrojara  de  si  y  de  su  palacio. 

Arrojar  eí  guante,  retar. 

Arrojar  ei  porvenir  por  la  ventana,  despreciar  ó  abandonar  to^ 
que  nos  cuadiaba. 

Arrojar  en,  poner  en,  confiando  á.  Gran.  Orac.  2,3,  §  4:  Ar 
jando,  como  el  profeta  dice,  muy  confiadamente  todos  nuestros  cui-^ 
dados  en  el  Señor.  Pulnte  Med.  2^27:  Cómo  no  arrojaré    toda  mil 
solicitud  en  U. 

Arrojar  en  el  suelo,   Galat.  2:  Y  arrojándolas  en  el  suelo 
asqueroso  menosprecio. 

Arrojar  en  tierra.  Valdés  Dial,  leng.:   Hace  que  el  rey 
arroje  en  tierra  la  espada  y  el  escudo. 

Arrojarle  á  los  peligros,  exponerle.  Colorsa  G.  Fl.  3:  He 


72.  arrojar. 


283 


^^^mci^ndoles   merced  y  arrojándolos  á  los  peligros,  de  donde 
^Bcrlo  que  saldrían  con  la  reputación  que  siempre. 
Arrojarle  á  ios  pies  de  ios  cabalios,  despreciarle, 
k.'  r  otof,  echarlo-  Qtiij.  I,lb:  A  él  le  pareció  que  (el  alíenlo) 

IPb     -  -    .  L-  su  boca  un  olor  suave. 

Arrojómelas  y  arrójeselas  y  voMómelas  a  arrojar,  de!  dispu- 
ihifiéndo9C  de  palabra  ó  por  escrito. 

'•w  á  tos  pies,  etc.  suplicando,  etc.  Gran  SiilL  I;  Arrojó- 

.s  pies,     la  color  como  de  un    muerto,     y  con  voz   inte* 

spicb  /  de  aoílozos  dijo.  Mosero  Anthco  y  Sel.  3,12:  A  tus 

/  af^radccido  me  arroio. 
* Arr-^----  ante,  suplicando,  Qut'J.  2,3S;  Ame  estos  pié^  y   pier- 
n  ,  ',  o  caballero  invicto-  Gjían.  Imit  1,25:  Una  vez  car- 

de anjíustia  arrojóse  ante  tin  altar. 
I  Arrojarse  de...  abajo.  QatJ.  2,5:  Se  arrojará  de  una  torre  abajo. 
[2,S:  Arrojarme  de  aqnell;t  claraboya  ahajo. 
Arrojarse  en,  atreverse,  Akatd.   Dag.:  Owe  cotiio  presumís  de 
■{do  /  os  arrojáis  á  troche  moche  en  lodo.  J.  PiK.  Agr.  23,33: 
jmbrr  vano  se  arroja  en  alabanzas  de  si  mesmo. 
Arrojarse  en  sus  brazos,  confiarse  en  otro. 
Arrojarse  iras,  dejarse  llevar.  Rinc.  y  Cort:  Desatinadamente  se 
Iras  MI  deseo.  J.  Pw.  Agr.  2!, 30:  Que  se  arrojan  fiirio^-ímen- 
\o  prohibido.  OUan.:  Drsaímacl.'tmen!';  (la  voluntad^  se  arraja 
,  deseo.  Qaij.  2,29:  Rocinante  proci:ra   ponei*se  erj  íilieiind 
tras  nosotros. 
'Se  arrojó  como  gato  á  bofes,  con  gran  deseo. 
Ai^'^'Mdo,  como  adjetivo,  vale  viitienie,  atrevido  y  |>oco 
ña.  NiurjMa.  Obr.  y  días  24:  Tener  e!  apetito  arrojado  de 
Qfíij.  2,1:  Quién  más  arrojado  que  Don  Ccríongilin  de  Tra- 
2,M:  Si  iCrisóslomo  malo  su  imp.iriencia  y  arrojado  deseo. 
^  £mpr.  64;  Son  peligrosos  los  consejos  arrojado^.  Aleaid. 
¡Qi)C  suele  lastimar  irna  paUhra  /  de  un  juez  arrojado.  Laber. 
tj*  2:  Reporta.  Andronio,  reporta/  la  arrojada  condición. 
En  H  Germ.  zaragüelles,  por  lo  huecos  y  orondos,  conforme  día 
enskirica  de  arrotza. 
arrojado.  (Dicese  de  uno  que  tiene  ímpetus  de  cnoio,  y  no- 


2fi4  OrIOCN  y  vida  DH.  tENOUAJC 

reportado),  c.  525.  Ser  arrojado  en,  atrevido,  poco  mirado. 
ps.  5Í:  Eres  muy  arrojado  en  el  hablar, 

Aprojj-atl-izo.  Lo  qvie  puede  arrojarse  y  es  para  arroji 
Proi  Comed.:  Sin  que  se  Jes  ofreciese  ofrenda  de   pepinos  ni 
olra  cosa  arrojadiza.  Cacer.  ps.  59:  Asesta  los  tiros  arrojadizos 
su  indignación  y  de  su  ira,  Zamora  Moa.  mist.  pte.  2,  L  4,  Simb. 
Si  los  quería  espantar  con  saetas,  tiros  arrojadizos^  dardos 
res.  J.    Pm.Agr.  22,3]:  NI   herida  de  armas  arrojadizas  que 
lastime. 

Metaf.  arrojado,  atrevido  ó  inconsiderado.  Col.  perr.  Y  al 
arrojadizo  y  mal  informado.  Am.  tib.t  Bien  así  como  mujer, 
naturaleza  es  fací!  y  arrojadiza  para  todo  aquello  que  es  de  su 
A.  Alv.  Silv.  Magd.9  c;  Fueron  fáciles  y  arrojadizos  en  sus 
dos.  Id.  Fer.  4,  dom,  2  mar.  14  c.:  Cuan  inquieto  y  arrojadizo  es 
pensamiento  del  hombre,  D.  Veoí  S.  Pedro:  El  daño  grande 
hace  una  mala  lengua  con  una  palabra  arrojadiza.].  PtN.  Agr.  9. 
Esta  palabia  fué  más  superba  y  arrojadiza.  Id.  16,9:    Con  ojos 
gabundosy  arrojadizos,  amiga  de  ver  y  de  ser  vista. 

Api'oja-poppailiis,  el  que  habla  necedades.  J.  Pm 
4,17:  Me  notasles  de  arrojaporradas. 

AiTOJ-o,  p&sv.  de  arroj-ar.  Dícese  en  la  acepción  metafi 
atrevimiento  y  modo  de  obrar  osado.  Maner.  Pref.  §  7:  Tuvo 
devado  ingenio  Tertuliano...  que  en  alabanza  de  su  erudición. 
nín^nm  hipérbole  es  encomio^  ninguna  exageración  arrojo.  L  QllAC*5 
Crit.  3,1:  No  se  oyen  aquí  jamás  desatenciones,  mucho  menos  arro- 
jos, ni  empeños. 

De  arrojo,  decidido,  arriesgado. 

AiT«J-e,  posv.  de  arroj-ar,  el  hombre  que  en  el  teatro  seanCK* 
jaba  para  subir  el  telón  con  el  peso  y  el  sitio  del  telar  desde  d(Hide 
se  arrojaban,  que  eran  dos. 

Arpochar,  por  arrojar,   lo  que  confirma   su  etímologfl. 
G.  Oalan  Extrem.  p.  39:  Yo  no  me  arrocho  /  á  jacel  la  brutíL 

73.  Hay  en  las  1-E  una  raiz  ru,  que  Fick  dice  valer  lo  que  he- 
mos visto  valer  el  euskaro  arro,  es  decir  barranco  hondo  y  fluir  6 : 
correr  por  él.  Hacer  barranco,  cavando  y  rompiendo,  es  loque  sjg* 
nifica  en  lit.  raa-ya,  rau-ti,  prus.  raw-ys  barranco  hendidun^  eiL 


73.  ruerc,  rivus. 


2S5 


■  hacer  hoyo,  ro-yo,  ry-yan,  ry-ti  romper,  ry-¡o,  ry-ia  lo  que 
f  ano,  pico,  íTadón,  pala;  en  atit,  aL  riostar  pico,  al,  Riester, 
rtas-tra.  En  los  Vfdus  rw,  el  iniper.  rutlhi  y  d  participio  ru-to 
,  despedazado.  En  lalin  ruére  despeñarse  en  el  barranco,  clespe- 
(leAplomarse,  ad-ruere  amontonar  la  tierra,  cor-raere  dcsplo- 
le,  dt;  di-rutre  despeñar,  destruir,  e-ruere  echar,  sacar,  ir-ruere 
50bre,  ol>-raere  caer  encima  de,  cubrir,  pro-,  sab-,  sapcr-raere, 
¡•rutas  medio  destruUOí  rutA-buhm  lo  que  rae  y  ahueca,  ra- 
t  pico  ó  azada  para  lo  mismo,  ru-incic\  despeño  ó  ni  fn9.  De 
barranco,  canal  en  esl.  rova,  priis.  rawys,  tat.  riv-us,  riv-ora, 
cor-riv-are  j  un  lar  varios  lorreníes,  deriv-are  derivat  ó  sangrar 
iente,  de rí va-tío  áttivíción,  riV-oWs  de  rio,  ribereño,  por 
nsíón  ríval,  por  los  litigeos  qus:  el  tórrenle  ó  río  ocasiona  al  cam- 
bs  lindes  de  los  campos  ú  al  sangrarlos;  «^  ínter  rivales,  id 
quí  per  eundem  rívum  aquam  ducunt,  sit  contentío  de  aquae 
(Gfti  M,I)«,  pasó  d  vocabkulel  rengiia]e  del  derecho  al  habla 
eral.  El  rata  védico  es  d  di-ruíus.  e-rutua,  ob-rutus.  Al  rivaüs 
idc  en  e^l.  rtñnu,  rivinu  acmulans,  runí,  rivnu  celo,  rívinivu, 
fiktí  aeniulus,  como  rivmus  en  Plauto.  En  ski.  rav-áti  equivale 
r-<r/j,  evcllerc. 

(Handbuch  der  Zendspr.  S6)  y  Corssen  {V-  ,  53-í)  Iraian  de 
WOuir,  de  donde  no  pocos  nombres  de  rios,  en  »kl.  ri-yami 
V  hacer  ir  ó  fluir,  extraer,  por  ej.  apas  las  aguas,  rí  danza, 
'  .  nyfl  fluir,  n-ti  movimiento,  finjo,  «so,  instinto, 
¡  ida,  corriente. 
De  arrúfi  tal  ve/  riína  ¡ahalina,  que  ames  debió  de  ser  la. 
ncaitnía  primitiva  para  ahuecar  el  campo  y  limpiíirlo.  pue^  fí/n- 
f  vaic  sidiar  ó  escaí  bar,  runca-tio,  runca-tor,  runc-ina. 
El  i'ocablo  mis  usado  en  las  I-E  para  nombrar  el  río  es  el  eus- 
J  que  originó  nuestra  palabra  chorro,  skt.  «sríiva  de  Sfü  fluir, 
firi-srava  río  del  monte,  poij  por  *srov4,  de  pici  fluir,  lil.  sriovve, 
tírova  tila,  p:-j|iia,  vri.  stíiaim,  ant  ñl  stroumt  aL  Sirom;  skt. 
pefs.  ant  rautatt,  persa  r&d,  irl.  sritth,  arm.  aru  cana),  de 
ttis,  Oín  raí/,  que  propiamente  indica  el  agua,  es  en  skt.  y  zend. 
ant  pni$.  Qpe,  lil  api',  \rI  aqtta^agaa,  godo  íjAh'^,  ant.  al. 
«t;  ó  ski.  a/nÍKi  a|^,  galo  amf»e  rivo,  /n/rr  ambes  ínter  rívos, 
tfAoii/i,  aufr  rfo,  y  -apa,  -a/a,  -a/fa  en  la  toponimia  en  el  N.  O. 


de  Alemania  (Müllcnnof,  D.  A.  K,  2,227),  lat.  amnh',pQKHk 

casi  todos  con  el  valor  de  agua,  y  á  veces  con  el  de  río,  y  es  d  e 
karo  ibai,  ubai  ribera. 

Nombres  antiguos  se  conservan  en  los  nombres  de  ríos  cu 
peos  y  asiáticos.  Así  á  la  raíz  dicha  ó  chorro  se  reducen  el  Stpái 
de  Macedonia  y  el  Ramd,  nombre  antiguo  del  Tiber,  de  *srea-n 
El  latino-céltico  Dünavius,  ant.  al.  Tuonouaa,  esl.  Dunavu 
emparentado  con  el  zéndico  daña  río,  oseta  don  agua.  El  Volga 
Tolomeo  Pá,  por  papa»  es  en  mordvino  Rawa,  Raa,  y  aun  tal 
es  el  "Oapoq  de  Herodoto,  y  proviene  de  sravd.,  que  en  labios  f 
ses  suena  Rawa.  Los  turcos  le  llaman  el  gran  río  arfe/,  idel,  y  « 
mayor  del  Oeste  de  Europa. 

Del  culto  de  los  ríos  hay  no  pocos  datos  entre  griegos  (¡uvet 
Mundí,  p.  IQO).  Peleo  dedicó  un  mechón  de  la  cabellera  de  A> 
les  al  rio  Sperkio;  los  pulíanos  sacrificaban  un  toro  á  Alfeo;  The 
convocaba  á  los  ríos  á  la  gran  sesión  del  Olimpo.  El  Occéano 
una  divinidad  y  no  menos  varias  fuentes.  Pero  ya  para  el  tiemp( 
Homero  iba  de  capa  caída  el  culto  de  las  aguas,  más  propio  de 
estado  anterior  y  más  bajo  de  cultura,  como  veremos  al  ha 
del  agua. 

Arrotz,  arroz-ta  lo  tenemos  en  ras  rur-is,  por  ras-is,  campe 
decir,  el  extendido,  rur-ien  el  campo,  rar-al-is  rural,  rus-ticas 
tico,  riistici-tas  rusticidad,  rusticá-ri  vivir  en  el  campo.  Poi 
menos  Darmesteter  (Mém.  Soc.  Ling.  3,56)  ha  declarado  esta 
probando  que  significa  espacio  extendido,  y  ha  comparado  el  Z( 
rav-an,  rav-as  extendido,  espacio,  participio  de  una  raíz  ru,  qu 
supone  indicar  movimiento,  en  persa  ravíl  ravan  el  que  marcha  " 
extiende,  aor.  rav-am,  de  donde  el  infín.  raf-tan;  en  pehivi  rüc- 
=persa  rag-tak  campo  ó  rag-i,  que  es  el  rus  latino.  Según  ( 
tendríamos  el  arro  y  arrotz  extenderse,  alejarse.  En  al.  Raum  e 
cío,  pehl.  riivak  el  que  va,  ant.  a!,  rñ-m,  godo  ruma-,  rams  espa 
saj.  ram,  ags,  rúm,  ingl.  room. 

Voz  de  mineros,  correspondiente  al  arroka,  euskérico,  fu< 
griego  ¿púaoíu,  typ'Jf-yjv,  ü>pü'j(-o=op(ópu/a  cavar,  ahondar,  opiíx- 
¿püy-fj^arroArfl  y  (opü7-|xa  agujero,  opuS  pico,  azada.  En  skt.  rirf  j 
-ati,  ru-róg-a  golpear,  herir,  matar,  y  luñc-üti  arrancar,  quitar, 
en  composición  que  quita,  raj  ruj-Uti  romper,  ruj-a  rotura.  En 


uto,  wrui¡a,  ruJt-/i  arrugar,  y  Uí  vez  en  lat.  raga  arruga,  rug-osus, 
fH'e  amigar,  pues  no  puede  separarse  de  la  forma  lituana;  y  aun 
fancare  escarbar,  si  la  nasal  es  adventicia  y  no  viene  de  run-a, 
Bo  corr-rug-i  b;(rrarcos,  tórrenles  y  canales  en  las  minas  de 
para  Ijvarlo,  parece  tomado  de  España  con  ar-rugia  arroyo,  y 
jcb»  el  origen  rnskírico  tle  mga  y  demás  vocablos  citados: 
líegiies  6  arrugas  sirenan  arntka  en  ctiskera. 


F4.     RainA,  de  ruín£.  Acción  de  arruinarse,  caidaí  deslrozov 

1.  Qaij,  1,9:  Qne  todo  elb  con  espantosa  ruina  vino  al  suelo, 

):  Que  más  parecían   ruinas  de  edificios.   Id.    1,30;  Podía 

ir  toda  esta  mina  y  desj^racin.  Id.  2,41 :  Fueron  la  total  ruina  de 

Sááv.  Empr,  \A:  Una  lengua  maldiciente  es  la  turbación  de 

iz  V  la  luina  de  las  familas. 

^Díccse  la  punía  del   rabo,   que  se  corla  al  galo,  etc,  porque 

fea  más,  como  que  se  lo  impide,  y  la  persona  pequeña  raquitica. 
Como  ta  rabta,  def  |>equeño  y  raquítico. 
Es  ana  ruina  andando,  del  muy  deficado. 
Una  ruina,  to  que  trae  inabs  consecuencias. 
Ituíii.  Al  parecer  de  ruma,  por  ruin-o;  pg.  ruím,  roim.  El  vil, 
^.  despreciable,  desmedrado,  mezquino,  de  nialss  mañas,  S.  Tek. 
í.  2:  Le  di  cuenta  dclla  y  casi  de  toda  mi  vida,  aunque  es  harto 
,  cari.  t.  /,  V:  Y  )0,  aunque  ruin.  CAsntLEi.  Oi>r.  Poct.  f,  58: 
me  anego/  por  ser  ta  h;uca  lan  muí.  Fons.  V.  Cr.  2, 1 0, 
sí^onlo  loft  fariseos  y  salieron  con  dos  calumnian,  una  que 
»mpaAf.^  '       ■:*        !i.  lííZíir  4:  t:scai>anilo  delosamos 
!)la  leí  i>do  inejoria.  Quhv.  Mus,  6,  r.  73: 

ago  quedo  alumno  debe  de  ser  Galicia/de  todo  punto 
iílij.   I,-Í:ívi!:n  '  il'nno,  dijo  Don  Qitijoíe.  Ul   1,20:  Como 
■  '■"-  .y:>- <  <<,    r.nio  y  naadü  enlrc  ellos,  td.  1,51:  No  digo 
,  en  cosas  ruines  y   malas.   Id.  2,33:  De  mi 
lío  no  se  puctlc  ni  debe  presumir  que.  Id.  2,35:  No  hay 
la  doctrina  por  ruin  que  sea. 

t.  es  el  ncrveeiUo  de  lo  último  del  rabo  en  los  gatos,  que  se 
¡la  para  que  crexcan.  Dfcesc  también  ruina,  por  arruinarlos  y 
peñes  ruine»  y  Ueámedrados. 


233  Oríocn  V  viüA  del  lünquajc 


Algün  ruin  nace,  (Díceio  alguno,  cuando  en  la  conversación 

Han  lodoSp  y  con  esto  mueve  la  plática),  c,  44. 

A!  ruin,  cuando  le  mientan,  fuego  viene.  En  mentando  oí 
suele  venir,  c.  41. 

Ai  ruin,  dalde  cargo  y  sabréis  quién  es.  c,  4Í . 

Ai  ruin  da>lde  ojicio  y  será  conocido,  c.  4L 

AI  ruin  dalde  un  palmo  y  tomará  cuatro,  c.  41. 

Al  rain  de  Roma,  en  mentándole  luego  asoma,  c.  4lj  al  venir 
aquel  de  quien  se  hablaba. 

Al  rain  falta  posada,  qae  faera,  que  en  casa,  c,  41 , 

Al  ruin,  mientras  más  le  ruegan,  más  se  extiende,  c.  41, 

Al  ruin  que  Dios  mantiene,  en  mentándole  luego  viene,  c.  41. 

Al  rain,  su  tierra  le  llama.  (Contra  los  que  paran  poco  en  tt 
ajena  y  no  se  esfuerían  á  pasar  trabajo  y  valer  ausentes,  como  haccfl 
los  buenos),  c.  41. 

A  nadie  le  pese  que  le  digan  ruin;  pésele  de  serlo,  c.  7, 

A  pesar  de  ruines.  (Ha  de  ser,  se  ha  de  hacer),  c,  506. 

A  ruin,  ruin  y  medio,  c.  22;  al  maestro  (de  esgrima)  cuchillada; 
á  uno  biienOf  olro  mejor. 

Aunque  te  veas  en  alto  no  te  empines,  porque  es  condición 
ruines,  c.  28. 

A  un  rain  otro  ruin.  (Quiere  decir  que  para  rogar  y  acabar 
con  una  persona  baja,  es  menester  otra  de  su  calidad,  porque  sí  «g 
mayor  y  de  autoridad^  suelen  ensancharse  y  no  corresponder  con  d 
debido  respeto  y  razón),  c.  2. 

A  un  ruin,  ruin  y  medio,  c.  2. 

Buscando  anda  el  ruin  su  San  Martin.  (Su  castigo  y  pago). 
c.  31a. 

Cada  ruin  piensa  que  es  bueno  en  si.  c.  329. 

Cada  ruin  quiere  á  su  hijo.  c.  329, 

Cada  ruin  quiere  entrar  en  la  danza  con  su  mudanza,  c.  3M- 

Cada  ruin,  zapato  al  tazo.  c.  32Q. 

Cada  rain,  zapato  botín,  c.  32Q.  Vestido  precioso  no  india 
nada  en  el  hombre  ni  en  sus  costumbres. 

Casar  ruines,  Henos  tos  hospitales,  c.  325. 

Casar  ruines  y  habrá  montaraces,  c.  325. 


74.  ruin. 


289 


jV  Como  tt  ruin  de  Roma,  cuando  VcgA  aqud  de  quien  se  habla;  y 

Ílcn.  qtic  en  cuanto  s«  le  mienta,  asoma. 
Como  rain  en  casa  de  suegro.  (Por  el  que  se  hace  dueño  y  más  | 
Oíros),  c.  36?. 
Con  ti  rain  pasan  eí  vado.  (Echándole  delante  que  le  tiente). 


Ctíando  al  ruin  hacen  señor,  no  hay  cuchillo  de  mayor  dotar. 
64. 
De    rain   á   ruin,  quien  acomete    ó   embiste,    venu,   Laq. 

.  2,33. 

Dos  ruines  y  dos  iUones,  nunca  bien  ios  compones,  c.  293. 
£1  más  ruin  que  lo  diga   basta.   (Pulla   dicha  en   donaire). 
521. 
£i  ruin  delante,  cuando  alguien  se  nombra  ó  pone  el  primero; 
7  barrro  delante  porque  no  se  espante. 
Et  ruin  de  Roma  en  mentándote  luego  asoma,  c.  107. 
£f  rain  mientras  más  te  ruegan,  más  $e  extiende,  c.  1 07,  d  se 
nchA,  se  ctttona. 

El  rain  siéntale  á  la  mesa;  tajada  toma  que  á  todos  pesa. 
07. 

Enamoróse  tí  rain  de  la  ruin,  de  las  trenzas  del  mandil. 
2-í. 

mentando  ei  ruin  de  Roma,  luego  asoma;  ú  en  nombran' 
123.  Cuando  llega  aqu^l  de  quien  se  hablaba. 
En  mentando  a¡  ruin,  suele  venir,  c.  1 23. 

se  gana  en  hacer  bien  á  ruines.  (Queja  de  perder  lo  que  se 
!).  c.  530. 
Extenderse  como  raía  en  casa  de  suegro  rico,  c,  1 38. 

tar/tf  rain  es  quien  por  lo  suyo  no  vuelve. 
*JttnÍádose  han  los  ruines,  chorreías  y  SanchogHes.  c.  275, 
que  el  ruta  mete  en  su  arca,  desventura  ajena  no  lo  saca, 
cié  avarícnto  el  diablo  yace  dentro^  ó  á  la  puerta  del  l(^rero, 
¡c  el  pordiosero. 
ruin  me  icaste  el  amigo,  que  lo  bueno  presto  es  vendido. 

Los  raines  y  tas  tifones,  nanea  bien  los  compones,  ó  nanea 

if 


E: 

F/ií 


290 


OrIQCM  V  VIDA  DCL  LCNQUAJC 


éien  se  componen,  ó  mal  se  componen  (Porque  son  temosos  y^ 
fiados,  y  no  se  reducen  bien  á  la  ratón  los  ruines),  c.  206. 

Mailiaya  guien  á  ruin  mete  en  sa  casa.  (Dicho  de  arr 
do),  c.  4A7. 

Más  quiero  comprar,  que  <f  ruines  rogar,  c.  ■449. 

Más  vate  dar  ú  ruines  que  rogar  á  buenos,  c.  452. 

Mejor  es  dejar  á  raines  que  pedir  á  buenos,  c.  461. 

Mete  af  rain  en  tu  pajar  y  quererte  ha  heredar,  c.  462. 

Ni  de  ruin  causa  condal,  ni  verdad  en  ojiciai.  c,  211. 

No  ftay  ruin  que  no  se  tenga  por  bueno,  c.  221. 

No  se  puede  igualar  ei  ruin  sino  con  su  igaat  c  228. 

Por  los  ruines  se  pierden  los  buenos,  c.  395. 

Quien  en  ruin  lugar  hace  viña,  ú  cuestas  saca  ¿a  vene 
poco  fruto  de  los  ingratos. 

Quien  no  se  alaba,  de  ruin  se  muere.  Poco  medra  el  que  i 
sus  buenas  prendas. 

Quien  ruin  es  en  Roda,  rain  es  en  Ronda,  c.  347.  El  de 
coslnmbres  ócandícirtn,  siempre  y  en  lodas  partes  saca  la  palaj 

Quien  ruin  es  en  Roma,  ruin  es  en  Carmona.  c,  347. 

Quien  ruin  es  en  su  casa,  ruin  es  en  la  plaza,  c.  347. 

Quien  ruin  es  en  su  tierra,  rain  es  fuera  de  eíla,  á  en  ta  ajm 
c.  347, 

Quien  ruin  es  en  su  vilia,  rain  es  en  Sevilla,  c.  347. 

Rogar  á  raines,  no  hay  que  esperar  de  los  de  baja  condic 

Rogar  á  ruines  no  alcanza  Jines. 

Ruin  con  ruin,  qUe  ansí  casan  en  Dueñas.  (En  Dueñas  iu\ 
uso  de  casaren  su  litjjar  cotí  su  i>{u-il  y  conocido,  y  no  íuera, 
de  la  comarca  por  mstraca  inventaron  este  refrán/quizá  con 
y  cJesdeñadoí,  que  resitlla   más  en  honor  que  en  baldón;  na  ( 
z<5  porque  allí  se  casó  el  rey  don  Fernando  viejo),  c.  4&2. 

Rain  por  rain,  estése  Pedro  en  casa,  ó  Martin,  c.  433. 

Rain  por  rain,  quédese  en  casa  Martin,  c.  483. 

Rain  sen  por  quien  Quedare.  J.  Encjn.  J  14. 

Ruin  sea  quien  por  ruin  se  tiene,  y  lo  va  d  decir  á  ta  ptai 
482.  No  desalabarse  ni  sentir  ruinmetile  de  sí.  Qtúj.  1,2 1 

Ruin  vendrá  que  bueno  hará,  ó  que  bueno  me  hará.  c.  4^ 

Si  algún  ruin  no  le  pone  falta,  (Alabando  algo,  ataja  que  I 


74.  arruinar. 


291 


^■radiga.  Variase:  «si  algiln  ruin   no  ta  pone  falta,   no  lo  pono), 

^^Sin  vos,  ruin,  se  hará  Ja  boda.  (Cuando  alguno  se  enoja  y  se 
an  manceba),  c.  203. 

un  ruin  se  nos  va  de  la  porta,  otro  viene  que  nos  conforta. 
52.  Si  an  rain  se  nos  va  de  ia  puerta,  otro  viene  que  nos  cofh 
3.  c.  252. 
Todos  al  ruin  y  tt  ruin  ú  todos,  c.  42 1 . 

Í  Todos  del  ruin,  y  et  ruin  de  todos,  c,  422. 
Un  ruin  ido  y  otro  venido,  c.  163.  Libres  ya  de  un  mal,  solt- 
I  ciar  en  otro  mal  ó  peor.  Un  rain  se  nos  va  de  la  puerta,  y  otro 
te  que  nos  consuela,  c,  163. 
]iuiu-tuent«.  QuEV.  Mus.  6  r.  17:  Vive  Dios  que  no  es 
in/y  que  es  ruinmente  hecho. 
]tuln-4tfic],  lo  propio  del  ruin.  J.  Pin.  Agr.  3,S:  Cuantío  ra- 
abía  tantas  ruindades.  Laxar,  2:  Mirad  quien  pensara   de  un 
cho  tan  pequeño  t^l  ruindad. 
\Jhnndades  vencen  seflaíes.  (Que  en  buena  cara  y  talle  í^uelc  ba- 
hechos.    El  contrario  es  mejor:   «viríiides  vencen  seña- 


Ituin-ejo,  dimin.  de  ruin.  Selvag.  261:  Siendo  tu  cliiqíiillo 
tlnejou 

lia-oso,  que  se  arruina,  y  lo  desmedrado.  Lazar.  2:  Y  fu¿ 
b(a  cnbe  el  íucgo  un  nabo  pequeño,  larguillo,  ruinoso. 
Lulta-nr,de  ruin-a,  como  arruinar.  G.  Alf.  1,1,8:  Y  con  ae- 
mints  lo*  postran  y  ruinan.  Lj^n,  Diosc.  5,6Q:  Oasla  y  ruínA 
'   •"   M.  5J:  Conócese  (anta  cneniííí.id  y  discordia  cníre  las 
me  ptantatias  una'i  cabe  oira»  se   ruinan  y  nunca 
Srvi. 
1— t*rulii-ar,  de  rum-ar,   rinn-a,  causarla,  dcílruir,  desme- 
dí lo  firiro  y  de  lo  moral,  dejar  sin  bienes.  G.  Aíf.  1,1,1;  Cdi- 
L  arruinados.  Cadr.  p.  566:  No  liay  culebrina  ni  ciftdti  reíorza- 
into  arruine.  Zímora  Mon.   mist.  ptc.  3,  Asunc:  Que  el 
ipc  de  la  tenución  dé  con  ella  en  tierra  y  la  arruine.  León 
S'  cuando  lodo  á  la  redonda  de  él  se  arruine.  A.  Alv.  Sitf. 
caar.  7,  c:  Haberse  arruinado  y  enflaquecido  á  sola  una 


292  Origen  v  vida  bfa.  iínoúaI] 


vista  de  la  ocasión.  Id.  Dom,  4,  cuar.  8,  c:  Que  es  fírmeza  que  06' 
se  podía  arruinar.  Esteban.  /.  217:  Le  deshizo,  venció  y  arruinó. 

Arnuiíi-ado,  comoadj.el  que  perdió  sus  bienes. 

En-ruiíi-ap.  L.  Fern.  143:  Ea  ya,  ño  m'  enruineis. 

Kn-i»u!n-«eei*.  Hacerse  ruin,  desmedrado,  vil.  Corr.  376: 
Crecer  y  enruinecer. 

D<*N-eit-ruiii-ap,  sacar  de  ruin  ó  de  ruin-a.  Q.  Benav.  I, 
273:  Salga  y  desenruine  /  la  parentela. 

Itío,  de  rivus;  ií.  rivo,  río,  prov.  riu,  ant.  fr.  riu.  QuiJ.  1,11: 
Corrientes  ríos.  Id.  1,32:  Navegando  por  un  río. 

Metaf.  gran  abundancia  de  lo  líquido.  Gran.  Simb.pte.  2,  c  32i. 
Así  la  dejaron  testífícada  y  fírmada,  no  con  tinta,  sino  con  ríos  de 
sangre. 

Al  río  irás  y  no  hallarás  agua.  (Encarecimiento  de  quien  no 
sabe  buscar  ó  tiene  desgracia  en  hallar;  varíase:  irá  al  río  y  no  hallari 
agua),  c.  510. 

A  par  de  río,  ni  compres  viña,  ni  olivar,  ni  caserío,  c.  1 7. 

Apear  el  rio,  vadearlo  á  pie. 

A  río  pasado,  sanio  olvidado.  (Reprehende  el  olvido  de  votos 
y  promesas  pías),  c.  22. 

A  río  lleno,  con  abundancia. 

A  río  revuelto  ganancia  de  pescadores,  cuando  se  apro 
un  desorden  para  el  propio  logro. 

A  río  vuelto,  ganancia  de  pescadores.  (A  río  vuelto,  es 
muy  usada),  c.  22.  En  Pic.Just.   1,3,52,  revuelto,  como  hoy 
dice. 

Bañarse  en  el  río  Jordán.  (Por  remojarse,  tiene  el  vulgo 
opinión  creída,  que  bañándose  en  el  río  Jordán,  se  remozan.  Ti 
se  de  lo  que  dice  la  Escritura  de  Aman,  que  en  él  lavó  su  lepra 
mandado  del  profeta  Elíseo,  y  sanó,  y  se  limpió  de  ella;  varíase 
cho:  «Parece  que  os  fuisteis  al  río  Jordán;  parece  que  os 
bañado  en  el  río  Jordán;  háse  bañado  en  el  río  Jordán>).  c.  305. 

Bebe  de  rio  por  turbio  que  vaya,  come  carnero  por  caro 
valga,  casa  con  doncella  por  años  que  haya.  c.  307. 

Como  ríos,  de  los  ojos  que  lloran  mucho. 

Como  un  rio,  que  brota  mucho. 

Cuando  el  rio  llegue  aquí,  Murcia,  jqae  será  de  W  c.  366. 


74.  rio. 


293 


Cuando  el  rio  no  hace  ruido,  ó  no  lleva  agua,  ó  va  muy  cre^ 
údo.  .:.  366. 

Coúttdotl  rio  suena,  agua  lleva,  la  murmuración  tiene  algún 
immio. 

Caandú  el  rio  turbio  corra.  (Porque  cuando  alguna  cosa  succ- 
ino stri  muy  mala),  c.  597.  Qaij.  2,24.  Y  cuando  todo  corra 
^o. 

Cuando  el  rio  zurrea,  ó  lleva  agua  ó  piedra,  c.  366. 
De  entre  rio  y  rio,  lleva  eí  divr.mo  el  más  vecino.  (Véase  atrás 
r«j.  c.  2SÜ. 

f/£te  rio,  pecesf  irutiía  para  corear  y  burlar  alí^o. 
\Do  ta  más  hondo  el  rio,  hace  menos  raido.  (Gentil  alegoría 
I  dedr  que  do  luiy  más  seso,  hay  más  asiento),  c.  289. 
Echó  un  rio  de  lágrimas,  lloró  mucho. 
£J  que  no  tiene  qué  hacer,  vaya  al  rio  tí  ayudar  á  torcer, 
92, 

\G  rio,  no  tan  junto  que  te  Heve.  c.  1 05. 
£1  rio  pasado,  el  santo  olvidado.  (El  peligro  pa*ado).  c,  107. 
et  buen  rio  se  pesca  la  trucha,  c.  111. 
I  ei  río  que  no  hay  peces  por  demás  es  echar  redes,  c.  112. 
I?  rio  gran  pez,  más  ahógase  alguna  vez.  c.  118. 
< :.'  manso  no  metas  tu  mano.  c.  Í23. 
itrt  rio  y  rio  /jVí-j  e!  diezmo  el  más  vecino.  (Sucede  que  dos 
en  |urj«diccii)n.  ó  parte  de  ella  entre  dos  lugares,  y  que  la 
.  se  labrn;  pues  b  mitad  más  cercana  al  un  rio 

¡i.         .  '  :ía  biutda,  y   la  otra  mitad  cercana  al   otro  rio 
,  al  lugar  del  otro  lado:  de  manera  que  la  tierra,  isla,  ó  rinco- 
paric  víual  á  los  dos  lados),  c,  127. 

en  mi»...  »*;  rio,  y  mttérese  de  sed  el  mezquino,  c.  136. 
fi/?  tuécn  pueblo  de  pesca,  si  tuviera  rio,  ponderando  Fo  malo 
un  pueblo. 

■     'lí^f^masj /oj  £>/os,  llorar  mucho.  D.  Vcoa 

.  osa,  vuestros  ojos  hechos  tíos  de  ligrimas. 

:  ,S:  Hídéronse  fuentes  los  (ojos)  de  Periandro,  y  ríos  (os  d« 

u*   r ..  ,  '■■'■íc  delincuentes  ocultar  lo  robado,  entre  jugado- 
la  ganancia. 


294  Orioen  y.  vida  del  LCNouAje 


Lo  que  el  tío  allega,  el  rio  lo  lleva,  c.  198. 

Más  agota  el  río,  y  tráemelo  en  un  rivo,  c.  447. 

Ni  cabe  rio,  ni  en  lugar  de  señorío  hagas  tu  nido.  c.  2 1 2. 

No  crece  el  río  con  agua  limpia;  no  suelen  comunmente  lograrse 
presto  riquezas;  ó  la  buena  fortuna  se  enturbia  con  di^ustos. 

Ni  río  sin  vado,  ni  linaje  sin  malo.  c.  215. 

No  nada,  y  en  el  río  anda.  (El  áncora,  y  sirve  de  refrán),  c.  226.. 

No  hay  río  bravo,  que  no  tenga  vado,  ni  plazo  que  no  Utgat 
al  cabo.  c.  221. 

No  hay  río  sin  vado  ni  generación  sin  malo.  c.  221: 

¿No  sabes,  hijo,  que  del  río,  á  veces  cargado,  á  veces  vacio? 
Selvag.  146.  Hoy  hay  dinero,  etc,  mañana  nada  se  saca.  Dijese  de 
pescadores. 

No  soy  río  para  no  volver  atrás,  c.  229. 

Por  donde  va  más  hondo  el  río  hace  menos  ruido.  Galindo  303. 

Río  de  lágrimas,  llorar  mucho.  García  Dolores:  Derramar  río» 
de  lágrimas.  Valderrama  Teatr.  S.  Mon.  2:  Dos  ríos  salieron  de  su 
ojos.  Id.  Siempre  andaba  ahogada  en  un  río  de  lágrimas. 

Río  de  Loba,  río  de  Loba,  caído  de  nabos  que  me  tornes  toda, 
y  las  piedras  sopas,  y  la  puente  cuchara,  y  mi  mujer  y  mis  ftíjfov 
de  esotra  parte  de  Navarra,  c.  480. 

Río  que  zurrea,  ó  trae  agua  ó  piedra.  (Cuando  suenan  las 
presas,  ó  chorreras,  es  señal  de  mudanza  y  agua),  c.  480. 

¿Soy  río  para  no  volver  atrás?  (Pregunta  do  niega  serla) 
c.  263. 

Vayase  el  rio  por  bajo  de  la  puente.  (Que  se  deje  lo  que  no  se 
puede  estorbar),  c.  431. 

Ki-fi,  el  ri-o  al  entrar  en  el  mar,  que  se  ensancha.  Corn.  Croir. 
2,3,39:  Un  caballero  de  Trento  salió  á  divertirse  con  unos  amigos  CU 
una  ría  ó  brazo  de  mar. 

Kí-ada,  avenida  grande  ó  creciente  del  río. 

Ri-ol-ada,  afluencia  de  muchas  cosas  á  un  tiempo,  de  iii 
*ri-ola,  de  ri-o. 

Ri-ero.  GuEv.  Ep.  20:  Antiguamente  en  España  al  que  noso- 
tros llamamos  pescador,  llamaban  ellos  riero,  porque  pescaba  en  el 
río. 

Ri-ach-uelo,  dimin.  y  despectivo  de  rí-o.  Meoin.  Grantf 


7-;.  dtrivúr,  arruga. 


29^ 


',87:  No  es  en  nstb  enfermo  e$te  riachuelo;  aníi^s  es  muy  apacible 
iDtiy  provechoso. 

A-i»rI-ai",  coma  arroyar,  llevarle  el  rio  la  tierra.  HtRR.  Agf. 
,4;  No  vaya  rl  agita  de  furia,  que  amontona  la  tierm  y  arría  y  des- 
ibne  la  simienle. 

Kn-rf-nr,  meier  en  r(o  ó  agua  corriente^  como  en  atbercas, 
ero  que  el  agita  corra,  el  lino  ó  cáñamo  en  manojos  para  que  se 
íTc  y  se  pueda  espadar.  Valderhama  Ejen.  Fer,  6  Dom.  2  cuar.: 
rimero  lo  anancan,  luego  lo  enrían,  luego  lo  golpean»  lucfo  l« 
Irillan. 
IW^rlvar,  de  derivare.  Es  erudito  y  con  el  valor  metafórico. 
Intrans.,  Iraer  su  origen.  Her«.  1,  e$t.  2:  De  lal  parle  mi  lástima 
irt.  Lopt  Bel.  fur.  V,  p,  692:  Aunque  de  dioses  vengan  y  deri- 
Id.  Tirano  cast.  II,  478:  Y  es  cosa  evidente  y  clara/que  por  su 
er  raarido/de  SalomOn  derivara/su  projíenie  esclarecida. 
En  ruut  abatir  6  caer  á  sotavento,  desviándose  del  rumbo, 
Trans.  P.  Wtoh  ps.  7,  w  9  y  10,  d.  4:  Si  alguno  no  quisiese 
ir  que  el  cuento  fué  al  revés,  derivando  del  alma  el   nombre  de 
•ilin  ó  siCTC.  //./rc^.;  Y  los  infinitos  y  revueltos  arcaduces  por 
ide   le  había  derivado.  Quij.  1,21:    Dos  maneras  de  linajes  en  el 
sdo:  unos  que  traen  y  derivan  su  descendencí.i  de  príncipes. 
ReJUx.  Rinc.  y  CorL:  De.  donde  se  derivaba  su  nombre.  VAtot- 
£/.  Ftr,  G  dom.  pas.:  Para   que  de  allí,  derivándose  en  ta 
y  de  elU  á  la  vestidura.  Lílon  Nombr  ¡rttrod.:  Llenos  y  ricos 
la  virtud  de  aqueste  tesoro,  derivarase  de  ellos  necesariamente 
IR  bien  en  los  menores.  \á.:  Que  cuando  el  nombre  que  se  pone  i 
{«na  cosa,  m*  deduce  y  derivo  de  alijuna  otra  palabra   y  nombre. 
'  • -.oci   Vida  27:  Nuestra  raza  no  es  más  qne  una:   todos  noa 

A  de  Adin. 
tkeriv-a«  posv.  de  deriv-ar.  En  naul.  abatimiento  del  rumbo; 
9ar  á  ia  deriva,  tirar  de  una  red  entre  dos  barcos,  dejindose  estos 
contado  con  la  corriente  ó  viento. 
l><*PÍv-o.   pDSv.  de  deriv-ar.  Zamora  Mon.  Mist.  L  2,  Simb. 
Fuente  de  quien  lodas  las  fuentes  tienen  sus  derivos. 
Rit^a,  de  ruga^  erudito.  Pie.  Jast,  1,1:  Dígame,  así  se  vea  sin 
I  niE>  4^  te  hace  mamona  en  la  frente.  Vau>crrama  £/.  3  dom- 
ara Y  coa  U&  rugas  de  la  frente  están  diciendo  el  enfado. 


2Q6  Oriqen  V  VIDA  del  lÉnqume 

Hu;;^'ac1o,  Euo.  Salaz.  Sitv.  poes.:  V  AqutWas  carnes,  bofei 
ya  de  alanos,/rugadas  y  aun  podridas. 

A-iM'Mjfíi,  de  ruga.  Doblez  del  cuero  encogido.  Ovalle  H. 
Chile  f.  208:  Sólo  las  arrugas  que  tenía  en  la  cara  demostraban  sa 
vejez. 

AiM»uff-ai«,  de  arrug-a.  Doblar  ó  encoger  el  cuero,  y  después 
de  otras  cosas;  transitivo  y  reflexivo.  J.  Pin.  Agr.  23,13:  Por  punto 
de  honra  no  se  mostrar  alteradas  ni  aun  arrugar  la  cara  por  cosa 
ninguna.  Tr.  Arg.  1:  Váse  arrugando  el  vestido/con  el  calor 
violento.  Zabaleta  Día  f.  p.  1,  c.  1:  Abolla  y  arruga  el  estómago, 
QuEv.  Mas.  6,  s.  24:  Viejo  encanece,  arrúgase  y  se  seca.  Quij.  2,47: 
Tiene  el  rostro  arrugado  como  pergamino. 

Amig^-ado,  en  la  Litera  de  Aragón  mezquino,  miserable. 

Arrugar  la  frente,  el  ceño,  dudando  de  lo  que  se  oye,  extrañán- 
dolo, ó  llevándolo  á  mal,  descontentándose,  enojándose.  D.  Vega 
Paráis.  Encar.:  Los  amigos,  cuando  lo  oían,  arrugaban  las  frentes. 
Id.  Disc.  dom.  2  caar.:  En  oyéndole  tratar  lenguaje  de  cruz  y  ik 
muerte,  arrugaban  las  frentes,  torcían  los  rostros  y  lo  llevaban  muy 
cuesta  arriba.  Id.  S.  Sim.:  Qué  encapotado  se  ponía,  cuando  le  en- 
contraba, cómo  le  arrugaba  la  frente  á  la  primera  palabra.  /íi^f. 
dich.  1:  Para  qué  arrugas  la  frente  /  y  alzas  las  cejas?  ViaJ.  PartL 
8:  Arrugué  la  frente  /  ascos  haciendo  del  remedio  extraño. 

Arrugársele  las  narices,  encolerizarse. 

Más  arrugado  que  una  pasa,  que  una  castaña  pilonga,  que  un 
pelk'jo,  que  culo  de  pollo,  que  un  higo  paso.  Adivinanza:  Una  víeje- 
sila  .'  muy  arrugaita,  /  y  en  er  culo  una  tranquita. 

jVo  arrugues,  que  no  hay  quien  planche,  al  que  se  alaba  á  sí 
mismo  y  con  falsa  modestia  se  rebaja  esperando  le  ensalcen. 

I>es-appii<fsip,  quitar  las  arrugas,  lo  opuesto  de  arrugar. 
HfiííK.  Agr.  3,9:  El  aceite  de  las  almendras  desarruga  el  cuero. 
Cai.dcr.  Verd.  Dios  Pan.:  Desarrugando  el  manto  de  mis  sombias' 
/  al  \cr  que  solo  tú  feliz  me  nombras.  L.  Gkac.  Crit.  2,5:  Mucho 
es  que  no  le  acompañen  (al  viejo)  ejércitos  de  mujeres,  cuando  va  i 
desarrugarse. 

Desarrugar  la  frente,  el  ceño,  quitársele  el  enojo. 


75.  aar  eusk. 


2Q7 


AUR 


El  demostfativo  aa-r  eso  mismo,  ahf  en  eso,  añade  at  au  la 
Imovi miento,  como  ar  al  a,  za-aar,  iaur,  gi-aar.  De  aqui  su 
'■  de  palma  de  la  mano  con  que  se  coge,  como  ar,  pero  cliferéti- 
|de  é«te  en  que  siempre  indica,   como  att,  lo  próximo  y  pre- 
vale abf  mismo,  mienlnis  que  ar  es  lo  lejano.  Bere-eskaa  errú- 
tri  zabatda  dio  ela  attrrak  bearrori  edatu  abrió  sus  manos  al 
ido  V  externiió  sus   palmas  al   pobre,  aar-pe-Hk  bajo   mano, 
[cuerda.  También  vale  aur  el  niñOp  infanle,  pero  en  cuanto  cria- 
»c  tienen  siempre  di-lantc  sus  paJres  ediic:tndo)o  y  ciiidiíndolor 
2k  azi,  nekeak  asi  criados   los  hijos  empiezan  los  trabajos, 
jJt    útfan  erasí,  snkaídean  zucna  ikasi  el  niño  cuent:i  á  la 
lo  que  aprendit^  en  d  húsar,  aurra  gatdu  abortar,  attr-danik 
la  infancia,  aar-dun  preñada,  mailrc  de  hijos,  aiircim  parir, 
-zia  prole,  aur-gabe  sin  crías,  aur-gin,  aur-kin  parir,  amante 
los,  ocasión  présenle,  aurgin-an,  aurkin-ean  al  alcance  de 
no,  aar-min  dolores  del  parto  y  después  al  criar  los  hijos, 

Icner  i  '■   aur-gin,  aar-küi,  el  hallazgo  y  el  paraje 

za,  aar  ,  lu^r,  eslado*  intención,  ocasión,  en  fin, 

óe  ftjíWirse  aar-kin-tzt,  encontrar  presentar  aur-ki-tu,  es  tener 

aurki-z-aur-ki  frente  i  frente,    aur-ki    en    seguida,   al 

sin  duda,  cncucnlro,   halla/go,  eti  fíenle,  poco  ha,  poco 

109,  puerilmente,  es  decir  hacer  au^  presente,  aarki  agt^ 


2QS  OrIOEN  V  VIDA  DEL  LENQUAJC 

riko  Maña  Mañariko  al  punió  aparecerá  María  de  Manaría,  dítri 
arazí  hacer  hablar,  ean-aurki  cien  poco  más  ó  menos,  k; 
Gurkían  atchiki  dabei  le  h^n  dado  una  pedrada  par  de  bs 
aur-ka  delantera,  cara,  frontispicio,  junto  áj  coníra,  aurka  egin 
nerse,  aurkaz  Qurk  en  frente,  también  aur-kú  sembrar  á  voli 
aark-ari  niñería,  amante  de  niños,  atir-kerí  niñería,  aar-keta  in 
cía,  aurk-ez  presente,  froníero,  aurkez~tu  presentarse,  mi/"-! 
acogida,  manotada,  mir-pegi  cara,  faz,  lo  presente  de  la  pcrsoí 
aar-tasan  infancia,  úür-ten  este  año,  i  la  lelra  en  el  presente,  ai 
-emen  poco  ha.  El  mismo  demostrativo  aar  con  -a,  aura  aqueJ; 
rr  fuerte  aarra  ¡ea!  ¡adelante!  ¡á  eso!  La  parte  anterior  y  el  anles 
eJ  tiempo  dícense  aurr-e  con  h  e  indefinida,  gure-aurretik  del, 
de  nosotros,  ian-aurre-an  antes  de  comer,  aurrC'Z-aurre  frente  pa 
freníe^  autre^kera  hacia  adelante,  üüfre-ko  delantero,  guía,  QüTTtí 
y  aurren-eko  el  principal,  aarren-engo  primero,  delantero,  principal 
úurr-esku  el  que  es  mano  en  el  baile,  cierto  baile,  ventaja,  esb 
ma:io,  aurr-eta  puñado,  aurretik  desde  la  infancia,  aurreti-ko  güil 
ñurr^efsi  considerar  como  niño,  aarrerZ  en  frente,  anticipadamente 
üurr-ez-te  anticipación,  aurrez-tu  anticiparse. 

Adelante,  audaz,  precoz,  á  voleo  aarre-ra,  ondo  aurrera  d 
mutiko-ori  ese  muchacho  es  bien  atrevido,  aurten  aurrerea  iatorh 
gaña  este  año  nos  viene  precoz  e[  trigo,  aurrera  bidé  aücienl^ 
Qurrera-ka  avanzando,  aiirrera-ko  para  adelante,  para  casia,  aarré 
rako-an  en  adelante,  atirrer-aniz-eko  futuro,  aurrera-pen  progresa 
aliciente,  aarrera-ta  adelantarse,  ahorrar  dinero,  aurrer-en  princi 
pal,  aurrer-en-go  el  delantero. 

De  aarr  palma  de  la  mano,  sale  el  verbo  i-attrr-i,  iaurri-ka-ttt¡ 
que  sig^nifica  derramar  á  manos  llenas,  desgranar,  llenar  enteramente; 
mucho,  en  abundancia,  extender  la  cama  del  ganado,  alfombrar,] 
por  otra  paríe  tomar  bajo  su  mano  amparando,  protegiendo:  Sufitt 
iaurria  izanen  da  aren-oían  esparcirán  azufre  en  su  habitadóai 
eta  iraUiko  ante  Utrrera  iaurri  y  te  arrojarán  á  tierra  tendido,  lam 
artos  iaurri  zegoen  (a  tierra  e=ítaba  llena  de  maíz,  maalsa  iaarr 
dugti  aurten  este  ano  ienemos  uva  en  abundancia,  iaur-pen,  iaarr- 
aldi  esparcimiento.  De  aquí  que  el  palacio  se  diga  la  casa  de  la  abuih 
dancia,  íaur-egif  la  cama  del  ganado  iaar-gai,  iaur-gi,  el  adorar, 
propiamente  tendiéndose  en  tierra,  iaur-etsi,  el  señorío  ¿  impefiu 


72.  aar.  299 

dcdr  de  adorar.  Igualmente  ir-aarr-i  es  desparramarf, 
L  cama  al  ganado,  derramarse,  ó  iraur-tu,  é  ir-aur-gei, 
■getales  para  la  cama,  iraur-ka  horquilla  de  dos  púas  para 
'-kif  y  la  broza,  yerba  con  que  se  hace  ir-aar-kin. 
lí  presente  es  aar-ti,  aar-tik,  y  la  forma  interjeccional  para 
;lante,  arrojar  de  la  presencia  es  aur-t,  i-aar-t,  de  que  se 
,  hacer  retroceder  al  ganado;  aarti-ki,  i-aurt-egin,  i-aar-ti, 
i-aur-tigi,  i-aar-fin,  i-aur-tu  es  arrojar,  lanzar,  iaartigi 
stikadeaz  ezarri  neban  lanera  con  la  coz  que  le  df  le 
tierra. 


300  Origen  y  vida  del  lenouaie 


ER 


76.     Hemos  visto  en  efche-r-a  á  casa,  de  etche-a  la  casa,  qwr 
expresaba  el  meneo,  así  como  lo  es  en  el  único  órgano  de  la  boa 
que  puede  vibrar,  la  lengua,  y  que  á  no  dudar,  el  brazo  acompafll* 
ba  á  esa  r  meneándose  en  derechura  á  lo  lejano.   La.  -a  en  este  cao 
indica  lejanía,  así  como  la  -/  individualiza  en  a-r-i  á  él,  gizo/NOl 
al  hombre.  Cuando  puede  articularse  sola,  por  ir  tras  una  vocal,  ea 
r  dice  igualmente  movimiento  y  meneo.  Egi-te  es  el  hacer,  y  ^-í^f 
á  punto  de  hacer,  tender  á  hacer;  errai-te  el  decir,   y  erraitt^  i 
punto  de  decir;  il-tze  el  morir,  é  il-tze-r  á  punto  de  morir.  Despoél 
de  decir  egite,  el  hombre,  que  tenía  en  su  cabeza  la  idea  de  tend» 
cia,  de  movimiento,  como  una  idea  modificadora  de  la  de  egitt,  vtr 
turalmente  meneó  el  cuerpo,  los  ojos,  los  brazos,  la  boca;  pero  enli 
boca  sola  la  lengua  puede  menearse,  meneóla  y  sonó  -r.  £¡gite-r  Dt- 
turalmente  expresaba  meneo  ó  tendencia  al  egite,  estar  para  hacer. 
Con  la  -a  de  lejanía,  ello,  egi-te-r-a  lo  para  hacer:  es  el  egiteroanü 
artículo  ó  idea  de  cosa,  aquello  lejano,  ó'abstractamente  ello. 

Tenemos,  pues,  el  sufijo -m  que  indica  dirección,  ^-ra  arriba 
be-ra  abajo,  a~ra  allá,  alde-ra  al  lado,  atze-ra  atrás,  n-o-rs  ^ 
dónde?,  como  n-o-n  ¿en  dónde?  Bilbo-ra  á  Bilbao,  lo-ra  flor,  lopW 
dormir  ó  lo,  eíche-ra,  á  casa,  mendi-ra  al  monte.  Como  s^  v^  • 
suñja  á  cualquier  forma  y  siempre  con  el  mismo  valor  de  movíniiett- 
íq  físico  ó  tendencia  moral. 


ir  ara  tendió  el  hombre  la  visU  á  lo  lejos:  e>  la  expresión 
nienlo  extendida cnen le.  Al  articular  d  sonido  r  abriendo 
itc  b  boca,  sin  exlenderla  tn  a,  llevaba  en  su  cabeza  sen- 
U  idea  de  movimienlo,  ni  lejano,  ni  cercano,  ni  en  torno, 
^oviniienio,  diganios  índefinidamenk.  Lo  que  pretendía  arli' 
Mtamenle  la  r  suave,  movfa  lo  que  en   la  boca  se  puede 
kngaa;  pero,  según  dijimos,  al   abrirla  $encillamenle  y 
:\uc  vibnse  en  r,  tenía  que  sonar  una  vocal,  y  pues  ta  boca 
ícrta  en  f,  sonaba  er.  Podemos,  pues,  considerar  esa  e  como 
liemoft  llamado  indefinida»  aunque  er  sea  sencítlamente  el 
Dio  de  la  lengua,  que  ha  menester  apoyarse  en  esa  e-.   De 
dos  sí  ar  es  movimiento  á  lo  lejos  por  la  a,  er  es  movi- 
I  mis  determinación,  movimiento  i  secas.  Y  este  concepto 
taa  abstracto,  no  es  sino  muy  concreto  y  natural.  La  idea 
D,  no  singular  ni  plural,  sino  indefinido»  se  expresa  con   el 
guon-e-k  hombres  indefinidamente,  como  gizon-a-k 
\ó  los  hombres,  gÍzon-€-n  de  hombres  indeñninamentc,   y 
""á  hombres  con  la  misma  indeterminación:  luego  -fes  aquí 
dativo.  Lo  cual  quiere  decir  que  al  querer  expresar  el  da- 
indefin idamente  tomadas,  tenia  el  hombre  en  la  fantasía 
I  del  movimiento  6  dirección  (ornada  indefinidamente,  y  así 
decir  ai  hombre  aquel,  lejano,  articulaba  la  a.guon^ri, 
decir  á  hombres  le  bastó  la  r  con  esa  e  indefinida  de 
^,  gUon-e-tt,  y  dijo  gizon-e-r.  La  mímica  ó  gesto  que  acom- 
|lta  expresión  fué  por  lo  mismo  la  del  tender  la  vista  vaga- 
'  preeisamcate  á  lo  lejana,  ni  cercano,  sino  con  una  ojeada 
y  un   meneo  de  brazo  y  mano  en  cualquier   dirección. 
I  la  dirección,  el  meneo  en  el   brazo,  en  los  ojos,  en  la  len- 
ta fantasía.  Tendió,  pues,  la  vista  sobre   un  espacio,   fué 
con  día  una  serie  de  puntos  del  mismo  espacio  y  como 
;  Individuo  con   los  ojos  y  con  la  mente.  Ese  meneo  de 
I  al  recorrerlos  es  el  concepto  de  serie»  orden,  disposición 
anjía.  dirección  no  definida:  eso  es  lo  que  significa  er  en 
dativo  indefinido  y  por  separado, 
emostrativos  hacen  el  dativo  con  la  -r  y  la  ■/  individual:  ni-ri 
'.  '-f'.  Afu-í"!  "•'''V  con  -e  indefinida  son  genitivos  de  pose- 
aila  mi  padre,  zare-semea  tu  hijo,  etc.  Y  con  el  arllcuto 


302  OmOEN  Y  VIDA  IXL  1 


nerea  ó  neria  lo  mío,  zarea,  irea,  etc;  airean  en  el  mío,  2vea^ 
gürean,  etc.  Esta  -r  de  movimiento  es  propia  de  los  demostntÍTDiT 
primitivísima,  pues  los  demás  nombres  hacen  el  dativo  con  <ñ, 
que  lo  es  propiamente  det  demostrativo  a,  y  el  genitivo  con -oreii; 
que  lo  es  del  mismo  a,  ó  sin  r,  dat.  -ai,  -ei,  gen.  -en,  formas  inddh 
nidas.  Los  demostrativos  hacen  además  el  genitivo  ner-en,  zn-ren, 
con  la  n  posesiva;  y  del   de  tercer  grado  aren  de  él,  salió  el  genifi- ' 
vo  de  los  nombres  gizon-aren  del  hombre.  El  ser,  pues,  propia  de  j 
los  demostrativos  esta  -r  prueba  que  es  espacial,  que  indicó  la  dire^ : 
ción  y  movimiento  intencional  al  señalar. 

Tenemosya  -r,  -r-a,  -e-r,  que  expresan  el  movimiento.  Añadidalí - 
^  á  -e-r,  -er-a  es  lo  mismo  que  -ra,  solo  que  se  echa  mano  de  -« 
necesariamente,  cuando  el  vocablo  termina  en  consonante,  prueba  dt 
que  esa  e  indefinida  casi  no  tiene  valor,  como  si  fuera  eufónica,  aun- 
que puede  ir  también  detrás  de  vocal,  lo  que  prueba  que  no  loa 
del  todo.  Si  egite-ra  vale  para  hacer,  etorr-era  vale  para  venir,  veni- 
da, acción  de  venir,  egi-era  acción,  ibilt-era  ida,  igo-era  acción  de 
subir,  subida,  lan-era  al  trabajo  ó  modo  de  trabajar,  istarr-era  il 
muslo,  andi-era  grandor  ó  modo  de  ser  de  grande,  lodi-era  grosor, ' 
iaburr-era,  brevedad,  bizi-era  vivienda,  modo  de  vivir,  otoitz-en 
oración,  modo  de  orar.  Con  ideas  verbales  -era  vale  manera  ó  «^ 
ción  de;  con  ideas  adjetivas  ó  nominales  vale  modo  de  ser  tal,  su  abs- 
tracto, con  ideas  locales  vale  á:  Paris-era  á  París,  Irun-era  i  Iníe. 
Los  mismos  valores  hemos  visto  en  ~ra,  solo  que  se  emplai  , 
detrás  de  vocal  y  -era  detrás  de  consonante  y  aún  detrás  de  i 
vocal,  porque  la  e  indefínida  que  nada  añade  al  concepto  evita  h  I 
reunión  de  consonantes.  Mendi-ra  al  monte,  egarkintza-ra  i  hacer 
leña,  bi-ra  vuelta,  lo  que  hace  atroear  ó  dosear,  de  bi  dos,  lo-ra  te 
para  dormir,  la  flor,  de  lo  dormir,  efche-ra  á  casa  n-o-ra  á  dóndtf 
a~ra  allá.  Pero  con  consonante  por  Bilbo-ra  á  Bilbao  tenemos  BB^ 
gos-era  á  Burgos,  aarr-era  adelante,  orr-era  ahí,  on-era  acá.  Puede 
también  ir  detrás  de  vocal  el  era  movimiento:  antzo-era  comput* 
ción,  acción  ó  movimiento  de  comparar  ó  lo  para  comparar,  üTOk 
era  modo  de  ser,  conforme,  regla,  arr-era  acción  de  tomar,  sarr-tt^ 
entrada,  esk-era  modo  de  hablar,  erd-era  modo  de  exprtSKOt 
l)abeando,  lengua  extraña. 

Voy  á  resumir  en  breves  principios  el  uso  del  sufíjo  de  movinña^ 


76.  -ra,  -tra.  303 

030  «na  cosa  Ó  lugar,  ya  efeclívos,  ya  intencionales:  es  propia» 
-ra,  -ffl-/.  Con  la  -a  universal  úarlfcuto  tenemos  -ara,  -arat, 
•ra,  -rat,  y  si  el  lerna  acaba  en  consonante  -erOf 
MI  fflíie  golpear  y  de  Itigar  -atara,  -a-ía-rat,  in- 
\o  -tara,  -tarat,  con  temas  en  consonante  -e-tara  -e-tarat. 
^  es  -f-tara,  -e-tarat,  con  e  indefinida,  que  eqiitva- 
,.  larr-era  i  tierra,  eiche-ra  á  casa,  6  tuneraf,  etcHe- 
txrT'C'ra  á  la  tierra  etche  a-ra  á  la  casa,  ó  tarrarat,  etchearat, 
■tíara  ¿  tierras  ó  i  las  lierras:  etchetara  i  casas  ó  á  las  casas,  ó 
ttaral,  etchetarat.  Larratw-cra  ¡i  Ljrraun,  oian-erat  á  bosque, 
lií-rfl  4  monte,  mendi-ara  al  niorlc,  mendi-etara  i  los  montes  ó 
onles,  ctorri  ostera  emenciik  vele  á  fuera  de  ahí.  gitchi  gora 
t  poco  más  ó  mcnívs,  íilcr.  poco  arriba,  abajo,  begí-etara  á  los 
,  arri'tíarat  i  las  piedras,  eskit-rat  artzen  tomar  á  mano, 
tfat  artikitzta  arrojar  á  líerra.  Igualmente  con  nombres  verba- 
íkúste-ra  á  ver,  erosi-tara  á  comprados,  late-ra  á  comer. 
VétK  ahora  la  riqueza  del  enskera,  No-ra  da  adonde  es,  y  cqui- 
:  i  adonde  ha  ido,  noratztn  zaiz  adonde  vas,  li(.  adondearse 
tu,  ara  da  allá  es  (ido),  aratzen  naiz  voy  alta.  Por  manera 
iw  vertios  (k  ir,  de  movimiento  6  tendencia,  con  solo 
-  -:  ,-j  A  un  lugar  6  cosa  cualquiera,  es  decir  que  los  adver- 
*ra  adonde  se  verhalizan,  ota-ra-fzen  gatz  vamos  á  la  fábri- 
tarrcra-tzen  zera  vas  á  tierra,  abordas,  oe-ra  da  es  ido  á  tt 
a.  ttarra-ra-Uen  zeraie  habéis  ¡do  adentro,  ü  os  hahcis  adenlra- 
ztrtaratzfn  do  porqué  obra  ú  str  mueve  asi?  de  zfr  qué?,  zer- 
láqué,  alderatzcn  naiz  me  ladcO;  de  alde  \!Láo,eicfte-alderafzea 
:  Y'  de  la  casa,  afera  da  á  b  puerta  es  ido,  ha  salido,  <• 

MJit.-.-.  .  da.  «  idü  á  la  pLicrla  ó  íuera  de  casa,  gurí  bcgi-ra 
inork   nadie  nos  vé,  de  begt  ojo,  al   ojo,  á  la  mira,  unen 
'  kéntzera,  arruntzera  eta  etihetik  ttteratzen  bear  dttgn 
i.  _   .ic^ol'ri-;  quitar,  ak'iar,  cciiar  de  casa  debemos  (Axular). 
dÍ2H   taoueratu  /  zamifitasima  o  maitea,  gran  dolor  te 
pasar  (al  ccrazoaear)  el  señor  (P.  Arana). 
•rtícalación  r  sir^  en  los  demostrativos  para  que  el  oyente 
»u  cabeía»  sus  ojos,  su  intención  hacia  un  punto  que  $e  le 
y  otro  tanto  significa  -r  derivativa  en  cualquier  ideofoncma. 
r  Bübo-r-a  k  Bilbao  la  idea  de  Bitbo  queda  modiñcada  con 


304  Orioen  y  vida,  del  i 


la  del  movimiento  (-r)  que  nos  lleva  hacia  allá  (-a):  -ra  no 
menos  de  expresar  el  ir  á  un  lugar  cualquiera:  go-ra  arríbi,  sobifi 
be-ra  abajo,  bajar,  ate-ra  á  fuera,  á  la  puerta,  salir,  alífá-ra  al  \iAi¡ 
desviarse,  atze-ra  atrás,  retrasarse,  mendi-ra  ir  al  monte, 
larse,  egurkintza-ra  á  hacer  leña,  a-ra  á  aquello,  á  ello,  escudrítir,i 
buscar  lejos,  espaciar,  o-ra  á  eso,  en  torno,  lanzarse  contra,  ^reá 
ello  (indefinido).  Estas  formas  son  adverbios,  nombres  y  verbos, d 
con  el  -tu  verbal  goratu,  beratu,  aterata,  arata,  erata,  etc. 
último  e-ra  es  el  movimiento  tomado  lo  más  índeñnídamenfe  posible 
la  mudanza  por  traslación,  la  vicisitud,  el  tiempo,  así  como  a-ra  a 
el  enderezarse  en  general  á  lo  lejano,  ir  allá  ó  mirar  extendiendo  k 
vista,  investigar,  y  o~ra  lanzarse  rodeando,  acorralando.  Hallamos 
pues,  la  -r  derivativa  en  los  ideofonemas  más  sencillos,  lo  mismo  qic 
como  sufijo  morfológico.  N-o-ra  á  dónde?  con  n-  interrogatiii, 
bi-ra  vuelta,  lo  que  hace  otroear,  dosear,  de  bl  dos,  Ío-ra  lo  que 
hace  dormir,  lo  para  adormecer  ío,  la  flor,  su-ra  lo  que  hace  f\«ff, 
lo  para  el  fuego,  ó  su,  leño,  i-ra  lo  que  hace  /  ó  sea  ir  y  penetrar  sulil- 
mente,  el  veneno,  etc.  Para  el  lenguaje  todo  es  un  espacio;  se  tridfr; 
da  la  idea  del  movimiento  local  ~r,  al  tiempo,  á  todo  cambio,  d 
obrar,  etc. 

¿Puede  darse  más  clara  probanza  del  valor  de  movimiento  isj^ 
nado  en  Los  Gérmenes  á  la  articulación  r?  El  mismo  movimiento 
es  er,  er-a,  es  decir,  el  movimiento  (-r)  del  ser  en  su  mayor  indt' 
terminación,  de  un  ser  cualquiera  (e).  Y  ese  movimiento  lo  mismi^ 
es  físico  que  moral,  según  sea  aquello  de  que  se  trate:  antzo-era  cait^ 
paración,  acción  (movimiento)  de  comparar  y  parecerse,  aratHrtt 
modo  de  ser  conforme,  regla,  arr-era  acción  de  tomar,  sarr-eraiÓA 
de  extenderse  y  de  entrar,  etorr-era  idem  de  venir,  aldiak-era  idea 
de  alternar,  eki-era  idem  del  obrar,  actividad,  esk-era  idem  de  W 
blar,  erd-era  idem  de  hablar  de  una  manera  extraña,  baboseando  f 
expresándose  á  medias,  igo~era  ascensión.  Vale,  pues,  -era  tcndendi 
á  y  modo  de  obrar. 

Con  los  numerales  -ra  es  distributivo:  bi-ra  dos  á  cada  uno,  dn 
gamos  á  cada  dos,  sei-ra  seis  á  cada  uno  ó  á  cada  seis,  zortzirn  & 
cada  ocho,  etc.  Es  bi  dos,  bira  indica  el  dosear,  e!  dos  con  iiKnKJ 
miento,  moverse  de  uno  á  otro  repartiendo  dos  á  cada  uno.  La  nfr 
dre  que  quiso  repartir  castañas  entre  sus  cinco  hijos  fu¿  moviéndose^ 


lo  menos  meneando  el   brazo  de  uno  en  otro,  dando  dos  al 
ro,  luejfo  dos  al  segundo^  etc.;  ese  moverse  hacia  cada  uno  ís 
f  del  etch-era  á  casa,  y  óe\  bt-ra  A  cad^  dos. 
ICon  otros  sufijos  -m-/,  -era-t  con  -/  locativa,  como  -ra,  stirat 

da  arralado  al  fuego. 
ICon  la  -a,  -ra-t-a  6  -ra-tu,  eíchera-t  á  casa»  etcfteratu  venir  6  ir 
a.  Verbos  parecidos  en  ta  de  toda  forma  en  -ra  puede  íraguar- 
da  hijo  de  vecino,  lo  cual  quiere  decir  que  son  sin  mi  mero 

[Con  -fítz  ó  'tz  hacia,  -rantz.  -erantz,  aurrera  aáitzen  eztana, 
rantz  iausíen  da,  quien  adelante  no  mira,  hacia  aírás  se  cae, 
U-raz  zoatzaia?  vas  hacia  el  monte?  Claro  está  que  csle  otro 
I  pira  indicar  el  h.icia  ó  dirección  puede  añadirse  siempre  que 
lá  cuento,  y  aun  con  -ííu,  -tu,  sacar  otros  Lintos  verbos. 
[Con  -kOj  -ra-ko,  -tra-ko  para,  -rako-an  tocalivo,  -rako-tz  ma- 
J.  Bai  aríma-rako  ta  baí  gorpiUze-rako,  así  para  el  alma,  como 
I  el  cuerpo.  Como  egiíe-ko  para  hacer.  Pekata-rako-nk  los  de 
idpecsido,  los  que  conducen  al  pecado,  de  modo  qnc  ra  vale 
'i^d-ear,  como  m  t-ro'karri  llevar  6  hacer  que  oiro  lleve. 
rako-an  al  ir  al  cielo.  Oiñak  oiz  elaza-rako-tz,  bero  ezkontza- 
*-U,  los  ptcs  fríos  para  {ir  i)  la  igle-^ia,  calientes  para  la  boda. 
I  El  sufiio  -ko,  equivalente  á  fos  suñjos  todos  de  genitivo  y  adje- 
,  puede  añadirse  i  cualquier  forma,  lo  mismo  á  las  en  -ra,  que  i 
I  iemis:  -ra-ko,  -o'a-ko  vale  lo  de  -ra,  -era,  lo  de  tendencia  ó 
mi. 

[Coa  -z  maisria),  y  -ka,  distributivos  numerales:  thra-zka  dos  ¡I 
I  uno. 

\  Cofl  -no,  -diño,  -ino,  -gino  óc  límile,  hasta:  zelieta-rano,  zctq- 

9,  ztru-raino,  zeru-ratño  hasta  el  cicío,  bekaiazkoeta-ragift» 

I  los  peaiminosos. 

I  Que  -tra  sea  lo  mismo  que  -ra,  es  decir   la  r  de  movimiento 

ando  X  lo  leíos,  sino  que  por  no  sonar  la  r  de  por  sí  suena  er  con 

ida,  que  á  veces  parece  eufónica^  por  eslo  mismo,  vése 

■mente  en  los  vcrhos  factitivos.  Hemos  \nsto  con  e-,  /-  far- 

tríos  verbos:  i-oan  ir  uno  cualquiera,  ir,  e-man  dar.  Los 

t4oa  er-oan  hacer  ir  ó  dígase  llevar,  y  era-man  hacer  dar, 

r,  e-gon  estar  y  era-gon  colocar,  i-kasi  aprender  y  era-kasi 

■A 


306  OmccH  V  visa  bel  lenouaje 

hacer  aprender,  ensenar,  azi,  aso  nacer,  venir  á  ser,  y  er-ai¡,  ir-s\ 
hacer  que  algo  sea  ó  suceda,  e-gi/t  obrar,  era-gin  hacer  que  otto 
obre,  i~aiki  alzarse  é  i~r-aiki  levantarj  í-6í7í  andar  y  enr-frÜJ  hacer 
andar,  menear,  e-bazi  robar  y  cra-ÍJíiíí  adquirir,  c-Aram  traer  yero* 
-Aram  atraer,  f-A'ü^í  ver  y  era-kusi  hacer  ver,  mostrar^  e-dan  beber 
y  era-dan  abrevar. 

Asi  d-a-kar  t\  lo  trae,  n-a-kar  él  me  trae,  da-kar-zü  tu1| 
traes,  n-a-kar-zu  tu  me  traes.  Esa  -a-  ni  es  del  personal  ni  de  la  rail; 
como  no  lo  es  la  e-  de  e-karri  traer,  ni  en-  de  n-en-karr-en  yo  Ni 
traía.  La  a  ya  vimos  porqué  sirve  aquí  como  de  nota  de  presente,  h 
e~,  en-  hace  de  nota  de  pasado.  Pero  si  queremos  convertir  en  fadi-' 
tivos  los  verbos,  es  decir,  en  verbos  que  indiquen  el  hacer  que  oínn 
haga,  el  concepto  que  añadimos  es  el  de  movimiento,  el  de  raovefi 
otro  á  obrar,  y  este  concepto  se  expresa  por  er  ó  por  la  simpler 
e-karri  traer  e-ra-karri  hacer  traer 

da-kar  él  trae  da-ra-kar  él  hace  traer 

na-kttr-za  Ui  me  traes     na-rakar-za  tu  me  haces  traer. 
Luego  -ra   vale   mover  á  obrar,  hacer;  pero  otro  tanto  vale 
simple  r,  pues  de  i-oan  ir  sale  e-r-oan  hacer  ir,  llevar;  y  era, 
e-gin  vale  hacer  uno  y  era-gin  hacer  que  otro  haga.  No  puede 
claramente  darse  á  entender  que  en  euskera  cada  sonido  tiene 
de  por  sí,  puesto  que  hallamos  ra,  r,  cr^  €ra  con  el  mismo  valor 
movimiento,  que  es  propio  de  la  r  solamente,  y   la  e-  indefifli 
conserva  el  suyo  en  e-karri  y  e-ra-karri,  y  la  a  el  suyo  en  er-u-kai 
d-a-kar.  El   movimiento  en  su  mayor  indeterminación  suena 
donde  -a  es  artículo^  e-  indefinido,  para  que  suene  la  r:  y  este  era 
el  mismo  -ra:  e-gin,  era-gin.  De  estos  verbos  merecen  especial 
cion  era-gin,  que  Forma   causativos,  y  eraso  ó  erazi  que  fon* 
impulsivos.  Asi  ikusi  ver,  eraküsi  mostrar,  iküsi-eragjn  hacer  vil 
ikasi-eraso  impeler  ú  que  vea.  Eurek  egaz-eragin  eusíeíako  \íq:(\üí 
eüos  me  hicieron  volar.  Cuando  no  hace  faíta  para  U  eufonía,  puficle'" 
perderse  la  e:  adirazi  nai  diet  quiere  enseñarlas,   poT  adi-erúzU 
edan-azi  hacer  beber,  arr-eraso  6  arr-erazi  hacer  tomar,  ¿an-íTi 
hacer  comer,  ó  simplemente  eda-ra-n  abrevar,  de  eda-n  beber, 
el  -ra  de  movimiento. 

Además  de  -m  tenemos  el  sufijo  -r-o,  cuya  -o  de  corro 
llamado  constitutiva.  Quedarse  y  quedo  vate  gelUi,  aqucdadamcnti^ 


77.  -r  demás  lenjf. 


307 


pausa  es  gelái-ro,  garbi  limpio  y  garbi-ro  limpiamente,  azti 

•cioso  y  oz-iiro  despacio;  opa  desear  y  opa-ro  desea  da  mente, 

luz  y  argi-to  lucida  ó  claramente,  barrí  nuevo  y  barríro 

Dente.  En   vez  de  exlerder  la  vista  á  lo  lejano,  ct»mo  en  -ra, 

U  vista  en  lomo  y  suena  con  -o,  -ro.  Después  es  gC'O,  y  con 

1  r  del  menear  la  vista  ge-ro.  De  ^í,  ki  y  de  a  salen  -ktro,  -girOt 

I  que  tienen  un  valor  parecidn,  como  veremos  en  sus  propios 

s,  pero  nólese  que  aro  vale  corro  físico  ó  teniporal,  gau-cro 

,  las  noches,  iuzaro  por  largo   tiempo,  zartz-aro  durante  la 

3;  lo  cual  confirma  la  etimologCa  dada. 

con  esto  todavía  no  queda  probado  para  algimos   que   en 

cada  sonido  tiene  su   valor  propio,   entre  ellos  la  r  el  de 

nicnío,  y  que  la  libertad  en  el   colocar  cada  sonido  no  tiene 

que  ta  necesidad  de  la  ÍJea,  y  de  aquí  la  riqueza  sin  par  de 

y  variante*  en  cida  dialecto,  valiéndose  de  los  sonidos  y 

;  con  d  scñoriü  de  quien  domeña  y  maneja  iodo  el  mecanismo, 

de  confesar  y  reconfcsar  que  hay  entre  los  mhmos  sabios 

más  dura^  que  una  peña  y  cascos  tan  cosidas  ya  sus  suturts 

I  admiten  ensanche  para  ideas  nuevas  por  ciertas  y  claras  que 

twgin.  como  lo  wn  ciertas  y  claras  las  que  acabo  de  de<;envol- 

quisiera  yo  que  la  lingüística   indo-europea  ó  la   románica 

,  tan  llanas  y  mañeras  como  la  cuskérica,  y  que  todos  los  pun- 

|lK{[rosde  ellas  brillasen  y  quedasen  tan  blancos  y  claros  como 

íéA  euskcra. 


I  freno 


■no  i 


.Ya 


U  -f  del  genitivo  y  dativo  euskérico,  gizone-r,  giz-one-rí, 

í-r/,   ^üo/ui-rtfn,  hállale  en   muchas  lenguas;  veamos  algunos 

Bplo».  De  Us  ciucásicas  en  avaro  es  -r  la  nota  de  genitivo  ó  po- 

>en  los  personales:  {ti-r  de  raí,,  nedje-r  de  nosotros,  áurúc  tí, 

>-r  de  vosotros^  ítosu-/ de  élr  ^[>-au  mío,  dir-ai  míA,  dir-wat9 

Ikrmano.  De  las  anananas  de  la  India  en  knl  el  genitivo  es  -re*ff, 

•  eJ  gizona-ren  dd  euskcra,  y  -re  el  locativo,  baru-re  en  el 

c.  que  es  el  buru-ra  al  cahe¿o  ó  monte  en  eiiskera;  en  munda- 

{rnitivo  es  -re-a,  en  santal   're-^(k);  en   mundari   maa-rea 

h  felicidad,  constniccírin  euskírica  por  la  felicidad  del 

intal  siafkj-ko-rea^k)  na/ieí  el  arado  del  labrador,  'k 

ite,  como  en  cuskera. 


308 


OkiOCN  y  Vlt3A  DEL  LENGUAJE 


tvaj 


Entre  las  drávídas  -re  es  de  genitivo  en  malaysilan,  -ra  ene 
res,  de  donde'  -ind-re  en  el  primero  de  eslos  idiomas,  de  -inát 
bien  de  genitivo,  es  decir  ~en-re.  En  hindusUni  -ra,  -rt  con  loS| 
sonalcs:  m^rñ  mío^  el  nerea  euskérico,  meri  mía.  Igualmente  cu] 
sa  tora  luyo,  el  zarea  vascongado,  y  en  godo  unsara,  isvara,  i 
our,  youry  iatín  noster,  vester^  de  modo  que  la  r  de  nuesiro,  vue 
es  el  rastro  que  quedó  de  la  r  de  nere,  eare.  El  mismo  rastro 
mos  entre  las  camitas,  en  íuareg,  por  ej-,  ner,  rterter  noslrum,  i 
ner  noslrum,  nobis,  /lírnos  acus.,  ner,  aner  nobis  dat.,  el  neri 
kérico.  En  el  Sudán  a-rd  de  é¡,  te-r-te  á  ellos,  ko-re  de  vosotros;! 
kaniirí  -ro  es  ci  dativo,  sóba-ra,  en  vándala  rúa  forma  U  po 
y  a-ni  de  é\,  en  cuskera  are,  ara,  asi  envaagd-a-rn  *bad  heart  ] 
malo  el  corazón  de  él,  büka  n  zid-a-ra  no  fuerza  á  él,  ílaco.  En  i 
siisti  el  posesivo  añade  -ra  al  personal,  en  -ra  mío,  i-ra  tuyo,  en  i 
kera  nerta,  irea,  y  ara  suyo,  el  área  euskcrico. 

De  las  americanas  en  mosquito  -ra  es  el  dativo:  mite-ra  i  I 
no,  en  íetiuel-het-aur,  en,  á:  t^m-aur  kaid á  tierra  échaio;  en  qu 
are  él,  r-  <le  él,  en  poconchi  r-,  rp-,  en  ópata  are,  ara-ku  de  él,^ 
él,  con  -ku  de  genitivo,  y  es  el  euskaro  ara-ka  lo  de  atJá,  lo  de  i 
ailemás  -ri  es  dalivo-genitivo-acuíaiivo,  y  de  me  ellos,  se  dice  J 
de  elloSí  mere  á  ellos.  Todo  lo  cual  muestra  bien   claramenle 
esta  r  de  genitivo  lo  que  propíamenie  indica  es  la  dirección,  d  ] 
vimiento  del  brazo  y  de  la  viiíta.  Casualidad  es    que  el  genítivoj 
dativo  en  tantas    lenguas  di;  tierras  tan  dísUntes  conserven   lar^ 
euskera,  y  cabalmente  en  los  personales;  pero  es  porque  la  r  iod 
dirección  á,  y  así  se  usa  para  el  locativo  directivo  y  para  el  acusativ 
En  mankasar  y  bugi;^  de  la  Oceanía  r/  vale  á:  ri  baltaka  á  casa,  yJ 
r  se  hizo  d-  en  malayo  y  baiiak.  donde  di-  tiene  el  mismo  valor.  I 
parnkala  de  Australia  el  genitivo  posesivo  llera  -ra,  y  el  dativo 
movunicnt? -í/;iw-rw,  de!  s^eniíivo  de  origen -t//i/,   por  manera 
-ni  indica  movimiemo,  el  -ra  euskcrico.  Efecüv^menie  en  tinaf 
.MeLintííia  -ra  es  el  acusativo:  múka  eta  i  pan  ra  Jehova  ven 
Deuin.  ketaha  so  ra  nari  sava  Jehova  hacemos  tas  cosas  de  [Hqt¡ 
Esie  mismo  j-íz  vale  á  él  y  hace  de  tercera  perdona,  porserdomi 
eusktfra:  ketaha  safuadhe  ra  ommus  eum.  Asi  se  cxplicaque  en  i 
íir\Ti  re  como  de  articulo:  ré  ngome  el  hombre,   re  rw.  to  btieiMV  j 
que  ri  sea  preposición  que  \'al^  en,  á,  sobre  todo  con  advtrtitf 


orí  i  dentro,  ripone  encima.  En  anuda  ra  á  é!,  61,  en  msllikola 
k,  ri  haorÍ9l  interior,  en  Nueva  Caledonia  ra:  ie-ra  á  mi,  ora  mió, 
r  re  suyo,  to  re^iere=re—i  el.  preposición  ri,  a  rii,iro,  a  ro 
ijo,  kiro  afuera.  Hn  bauro  tqü  ellos,  ru  hacía,  hora  movimiento, 
I;  hacia  nt  dice  igual  menie  ru  en  guadatcanar,  huri  en  vunnwra- 
I  w,  ra  ni,  ran  en  mará  ma-siki;  re  él  en  nekelé  de  Nueva  Calctio- 
rí  ello»  dos»  rí,  r/  de  ellos,  suyo,  rtré  de  él,  á  él,  ré  na  mío,  re 
iTi-...  por  el  euskaro  ni-re  za-re,  que  se  hicieron  *re-nj,  're-zo 
;-.  dice  por  el  sistema  preFIjalivo,  en  fin  que  ré  es  pose&it/o, 
t  de  dirección  y  dalivo,  y  por  ser  el  ara  euskérico,   valió  iercera 


Volvamos  al  África  y  entenderemos  ahora  el  ra  posesivo  y  rela- 
I  del  zambeza:  gata  ra  mfumo  la  arenga  del  cabecilla.  Los  de- 
livos  de  lercer  grado  en  esta  lengua  llevan  -re:  a-re,  wa-re, 
zi-re,  ri-re,  bu-re»  ku-re^  pa-re,  mientras  que  los  de  primer 
>  llc\'an  la  -í  indigilanle  del  tste  este,  y  los  de  segundo  la  -a  de 
í  fhoic). 

En  todas  las  hanlues  -ira,  -era  significan  á  de  moví  miento:  aja 
bir  y  oji-ra  venir  á,  uia  hacer  y  utira  hacer  ¡i^  uíeba  hablar  y 
ra  hablar  á.  £n  nuba  -rü  á:  bahar-rü  al  mar.  En  ttagrima  el 
I  K  íiMÜca  con  -rá,  que  Darth  llama  «á  kind  of  aciisattve 
e»,  y  «  d  -ra  de  tíche-ra.  Saltemos  al  antiguo  sumeriano  de  la 
I  y  -f  vale  it  angaiani-r  á  su  rey,  addanara  i  su  padre»  donde 
I  de  él,  suyo,  como  en  euskera,  y  orfc/ú  el  üHa  padre;  igualmente 
ló  se  escribe  -ra,  locativo  á  y  alribulivo:  angahni-ra  i  su  rey, 
ttamU'ra  Á  m\  rey,  ninnera  á  la  señora  de  ellos;  scpamila- 
;  ra  i,  ir,  tender  i,  el  ara  árala  de!  euskera:  asi  se  halla  en 
[antiquísimo  libro  de  ladrillos,  llamado  Silabario  de  Assur-ban- 
No  menos  antiguo  es  el  egipcio,  en  cuyos  jeroglíficos  -m,  «er, 
I  de  raovimíenlo,  el  -era  euskérico;  er-rá  hasta,  allá^  ra-jhejh  para 
re,  tufsu  er-rú  ea  sef  parece  allá,  donde  ayer;  -ra  vate  ad,  i, 
em-ro  cerca  í'í/n- adverbial  locativo),  er-rer =em-rer  tn  torno, 
Advcrbk»  con  er-  de  tendencia:  er  jfiat  adelanle,  ery'Ao  atrás, 
kkufí  adeniro,  tr-jhir  arriba,  er-nofer  bien,  er-meitr  justamente, 
ra  de  modo  en  eu&kera.  En  copio  ro,  ra  i,  junto  á,  y  es  el  nom< 
tdc  U  boca,  es  dcdr,  abocadamente,  aftípi  erdf  besó  su  boca, 
ccMte  dttanle  de  i\,  tuehtijhea  ros  titsiji  cayeron  Ut  ort 


310  Origen  t  vida  del  ecnouaie 

gladií,  Ifijhereb,  que  dice  la  Biblia,  es  decir  á  cuchillo,  CFO  i,  ffftl 
á  mí,  ero-k  á  tf,  ero-fi  é!,  y  rat  á,  al  pie  de,  junto  á,  d  -rddá 
euskera,  erat-k  á  tí. 

En  ñn,  en  magiar  el  -erat  euskérico  suena  -ért  á,  pan,  por 
Ad^-erf  por  la  casa,  eusk.  etch-erat,  baráisag-ét  por  la  amistad;  7 
-ra,  -re  A:  tiz-re  jar  az  ora  la  hora  va  á  las  diez,  para  las  diez,  tgf 
kónap-ra  para  el  mes,  fdld-re  á  fierra,  jobb-ra  á  derecha,  bal-^k 
izquierda.  En  ceibal  -ar  «kommt  die  Richtung»  dice  Castren:  kid4t' 
seitwarts. 

Todo  esto  será  pesado  y  enfadoso  para  el  lector;  pero  sin  tner 
hechos  no  puedo  comprobar  mi  teoría  de  la  unidad  del  lenguaje  id 
explicar  nuestras  lenguas.  Las  iranias  son  de  ellas^  y  el  dativo  lien 
-ra  (gil.),  -ra  (bal.),  -ra,  -r&  (pers.  mod.),  re  (mazend.),  -ra,  -rf 
(pehivi),  -ra  (curdo):  herishe-ra  al  rey.  En  persa  moderno  rOs 
dativo  y  acusativo,  y  otro  tanto  en  curdo:  bizin  be  rüvi~ra  gs  dijft 
la  cabra  al  zorro.  Y  aquí  hallamos  el  origen  del  sufijo  indo-euro]N» 
comparativo,  que  indica  más  allá,  propiamente  movimiento,  y  et 
-ara  y  -tara  del  euskera.  Así  úr-sp,  sup-er,  skt.  ap-ara,  de  doodr 
sap-er-us  é  inf-er-as  con  -u$  de  adjetivos,  inf-ra,  sup-ra  abqiv 
encima,  skt.  av-ara,  godo  uf-ar  sobre,  af-ar  atrás,  aiy-ar  á  ote 
parte,  yain-ar  allá,  w-ar  donde,  etc.:  es  el  -ara  á  del  euskera. 

Bien  claro  se  ve  no  ser  propiamente  comparativo  este  su^ 
indo-europeo,  sino  de  dirección. 

78.  El  comunísimo  fenómeno  indo-europeo  de  perderse  lí 
vocal  entre  las  explosivas  y  la  -r  ha  ocasionado  el  sufijo  -r-us,  -/>« 
-rum,  cuya  filiación  es  dificil  de  averiguar.  En  latín  pig-er,  -ra,  -rOí, 
integ-er,  integ-ra  ínteg-ro,  ac-er,  ac-ris  ac-re,  ag-rio,  muestran  lii* 
la  pérdida  de  una  -e-,  que  dura  en  ten-er  tierno  gnur-us,  ctl-^r,  E» 
griego  tan  pronto  se  conserva  como  desaparece:  (pffov-sp-ó;,  wwf- 
q-o,  vo-Ep-o;,  pXap-ep-O!;,  ^uf-p-o'^,  vex-p-o'c,  Xajiic-p-oq,  8db(-f-o,  í>^> 
Todos  ellos  parecen  derivarse  de  -er,  son  adjetivos  formados  con  hl' 
desinencias  adjetivas  de  lemas  -er,  que  indicaron  modo  de  ser,  coov 
en  euskera.  En  godo  tag-r-s,  &flií-r-fl,=ant.  al  bitf-ar,  fag-ra,  üt 
r-a;  lit.  bya-ur-as,  bad-r-as,  éd-r-as,  tik-ra. 

Parecen  haber  convertido  la  e  en  /  en  sánscrít  mud4r-a,  cW 
ir-a;  bhid-w-a  y  vid-ar-a,  etc.,  ó  vienen  de  or?  Sin  vocal  ehanutr^ 


p 


78.  er  I-E. 


311 


I.;  en  ttná,  jaf-r-o,  meák-ir-a.  Al  mismo  ■Qr=ur  pare^^ 

f  Xt7«'j|»*<ic,  e)'*üj>-ÍQ^  y  al  -ar  axip-flp-^í,  vofl-ijjHSCr  V-^fj^ 

Pero  no  hay  que  fiar  mucho:  la  vocal  que  precede  á 

ser  del  icma,  como  creyó  Bopp.  Enloncesel  sufijo  , 

lío  último  es  muy  poco  probable,  pues  en  las  I-E  no  han 

tos  sonidos  simples  su  primitivo  valor,  y  yo  no  veo  que 

las  vocales,  por  ej.  en  v.v-Tjp-o?  tlo  hay  más  lema  que 

f  de,  lo  perienecienle  á,  lo  mismo  en  vi-ap-o;  joven, 

arm.  ñor. 

la  idea  de  movimiento  de  -era  hacia,  es  en  los 
tos.  Sup-er  sobre^  vale  hacia  arriba,  aunque  en  el 
por  arriba,  sup-er-us  el  hacia  arriba,  compar.  sap-er- 
I  w=-tp,  üc-2tp,  u\hir  aní.  al.,  über  al-,  de  üx-o,  Hp-o  sW.  ] 
De  sap-er-as  viene  el  adverbio  sup-r-a,  y  el  super!.  sap-r- 
pde  se  perdió  la  e  de  -er  y  se  compensó  alargando  lo  vocal 
I  ski.  adh-ara,  god.  und-aní:  «kt  nitaram  hacia  abajo»= 
iiro=al,  niC'áere,  ya  tienen  el  -fíríí,  paralelo  al  ^ra.  En 
fnfcri,  Ev-sp-fls,  son  verdaderos  adjetivos  de  dirección  -era, 
ác  !a  -o  han  añadido  las  desinencias  nominales.  Lo  mismo 
á  los  demás:  ese  valor  comparaiivo  no   lo  hay,  no  hay 
:  d  de  dirección  ó  movi míenlo  local:  sup^er  y  sup-er-ris 
f  de  comparativos;  los  comparalívoi  son  siip-er-ius,  sap-  ^ 
I  es  muy  natural  que  el  sufíjo  -^ra  hacia,  se  tomase  ea 
/6n  de  más  allá.  f:5to  sucedió  con  el  -ter-us  que  es  de  com- 

t lleva  ese  -ra  direcítvo,  ya  provtnga  del  -tera,  egiterm 
'tara,  ya  del  tira,  eaf  tí  elfo:  del  mismo  tira  deriva 
tres,  el  trj-s  castellano,  con  -s  modal,  y  la  raiz  tr  pasar 
Icrit  el  sufijo  es -íom,  ka-t(íra^=-n-ter,  an-iara=in4er, 
itivo  an=in,  d  an  alU,  encima  de,  panya-tatas,  i-taras 
T'Um,  dftnni'taras  más  rico;  en  zend.  ^ri-ro-taras  mis  her- 
wrbataras  prior;  en  griego  xou^J-Tsp-^;,  T:'^T£p-6^,  ]Xwj- 
OLfííjhoc,  y  ^iKtt)-ttp-oí  más  amado;  en  rjííítiwv-é^Ttp-oi,  kak- 
,  se  añadió  al  lema  -ez,  -iz,  como  el  superlativo  -«--m-to^, 
b-jani05.  En  latín  u-Zer,  a-fr-um  neutro,  dex-ter:  y  con  -ís 
jjb  oseo  min-s-trO',  mag-iS'íer,  délos  adverbios  mag-U, 
B>/$-/rr;  en  casíctlano  -iestro,  -estro,  'istro  en  strt'íestrQ, 


312  Oriucn  y  vida  del  LKNouAír 

ma-estro,  min-istro,  tomados  del  acusativo,  como  admiro  oMi- 
-tr-um,  en-tre,t\c. 

En  irlandés  -thir,  air-fhir,  air-ther,  de  air  ante,  oriens,  iskñ-tíát 
magis  sollicttum;  en  eslavo  en  los  demostrativos  vu-tora,  ko-tonl 
cual,  ye-tern  quídam;  en  lituano  solo  en  aa-trás,  ka-trás  cual;  ca 
godo  an-thar  hva-thar,  un-dar=n].  an-ther,  hin-dar=ái.  hin-ttTt 
af-tr-a,  hva-thr-5,  tha-tr-ó,  adverbios,  como  ul-tra,  ci-tra,  in-tfít, 
ex-ira  del  latín. 

79.     Hemos  visto  los  verbos  euskéricos  de  futurición  ó  de  DKh 
vimiento  larre-ra-ta  ir  á  tierra,  no~ra-tzen  da  á  donde  es  ido,  etc. 
Veámoslos   con  el  mismo  sufijo  en  otras   lenguas.  En    magiar  la 
verbos  de  movimiento  se  construyen  con  -tú,  -re:  szdmot  tartaá 
valam-ire  confiará  alguno.  En  mongol  el  supino  en  -ra,  -re,  como; 
en   euskera  egite-ra,  y  -ber,  -ier  es  el  caso  instrumental,  que  a ; 
buryático  suena  -r,  -ar,  -er,  -or.  En  caragásico  -ar,  -er  sirve  pan  j 
el  Futuro,  y  de  aquí  para  el  presente:  al-er-men  cogeré;  al-er-tzencíh  ] 
gerás,  al-er  cogerá,  y  esta  3.*  p.  es  el  simple  tema  para  coger^  é  infi' 
nitivo  que  se  puede  declinar,  nomin.  -r,  dat.  -r-ga,  loe.  -r-da,  abL 
-r-dan:  aler,  alerga,  alerda,  alerdan.  En  ceibal  -ar,  -er,  tema  de 
futuro  y  presente  igualmente:  oin-ir-ben  jugaré,  al~er-ben  cogeré. 
En  turco  -ar,  en  manchu  y  tungus»  -ra  forman  el  presente,  tiempí 
durativo:  ana-ra-vun  estoy  empujando.  En  el  mismo  turco  el  prf 
senté  y  futuro  con  -er  añadiendo  los  personales:  sev-er4m  amo  t 
amaré,  sev-er-sin  amarás,  sev-er  él  amará  ó  ama,  y  es  el  tema;  ut 
más  verbos  causativos  ó  transitivos  con  -er,  -ar-:  tchek-maksé&Tf 
tchek-ar-mak  sacar,  duy-mak  sentir  y  day-ar-mak  dar  á  conocxr. 
Igualmente  en  yacut:  bus  estar  maduro  y  bu$-ar  hacer  que  mador^ 
cocer,  akh  contar  y  akh-tar  hacer  contar.  Es  el  mismo  arfl,  ewdc 
movimiento,  como  en  era-bili,  etc.  De  las  caucásicas  el  abchaso  fo^ 
ma  causativos  con  r-:  i-z-gphueit  escribo,  i-si-r-gphueit  hago  escri" 
bir.  El  aino  convierte  los  intransitivos  en  transitivos  con  -rt,  y^  ' 
dida  á  éstos  los  hace  causativos:  hekata  nacer  y  hekatu-re  darálOr 
ibe  comer  y  ibe-re  dar  de  comer,  ibe-re-re  hacer  que  otro  dé  de  co^ 
mer.  En  las  drávidas  -ra  forma  futuros  é  infinitivos;  así  en  tulu  'tf' 
es  nota  de  infittítivo  y  supino:  büriy-ere  caer,  á  ó  pan  caer.  Esbif' 
man  -ra  forma  de  necesidad,  pra-ra-mi  para  hacer,  ser  niuwW 


80.  era  ensle,  313 

(^pcio  ar,  er  forma  verbos,  cual  si  valiera  hacer,  p-fa-rt* 
.}K,  fhra~fl/is  vendimiar,  6n  r-bol  vohr,  üter.  ir  íuera, 
r,  r-M  responder;  6  er.  er-h?bi  creer,  er-hoti  temer.  En 
',  ara  indica  el  término:  i$sen  rai  i-ni  sabe  qué  deba  hacer, 
xza  de  futuro  corno  ren  egipcio;  directivo  es  ar  á,  hasla: 
i  hasta  b  larde»  etc.  En  odjí  y  nupe  -re-  hace  dtiranvo 
vei  -ro  vale  á,  para,  verbo  duralivo:  m-be  ki-ro  estoy 
ir;  en  Íbo  ra,  re,  r/,  ro,  ru  los  llama  V,  Müller  Diucrfotm, 
-r  vertió  duralivo.  En  xambeza  [a  forma  verbal  -ra  para,  en 
de:  kuniaaga  nditakari-ra  nkfiuni  izo  huno  Irácme  esa  leña 
dokú  khandiíengere  madzi  a  kumua  vete  por  rg^n™  para 
utkj  -ffl  llc\a  eí  ku  t!e  parecido  valor  direclivo  ó  final, 
fro  en  etiskera,  eg'ite-ko  para  hacer,  asi  kujikira  ku 
llegar  á  Tete,  kurnangi-ra  ku  mu// amarrar  á  un  aibol;  es 
-Jh)  del  euskera.  La  forma  verbal  que  el  P.  Courloís  llama 
[ressi\*a»  llera  -ri,  'Ort. 

B  Nue«  Celedonia  muchos  verbos  se  forman  con  -re,  -ro,  -rn 
bcan  itiovimienio:  niare  desear  y  nia  procurar,  veigayaro 
y  gei-yayaro,  de  la  luz,  que  suena  iyaiya,  naru  alzarse  tn,  de 

»En  bauro  el  futuro  lleva  ari,  que  dignifica  ¡r,  moverse: 
P  dio  i  mío  vendrA  i  la  tierra,  ia  murua  ari  ngaua  ni  ha- 
h  miiraa  ari  mai  hako  -(wenn)  ihr  Beide  essen  werdet  von 
EiDcn  Eiaum,  vi-erdet  iíir  víJlIig  sierben*  (OABELCNr/).  En  mira 
Id  ra  es  de  futuro:  no  ko  ra  kaist  íaraa  -ich  verde  síe 
tbetrügcn».  Largo  fuera  recoger  otras  muchas  formas  veiba- 
le  ha  dado  cile  sufijo  f   de  tnovimienlo   en  inuche.Iumbrc  de 

De  por  tí  y  sin  sufiiar,  era  vale  tendencia,  mejor  dicho  nio- 
ito  ó  poso  de  espacio  á  espacio,  de  extenso  á  extenso,  de  tno^ 
o  i  inomcn'Ki,  de  modo  de  Iwberse  ó  de  obrar,  á  modo  de  ht- 
A  de  obrar;  es  dCíir  moverse  en  el  espacio,  formar  un  todo 
cotre  s(  los  puntos  de  un  cuerpo,  ofreciendo  su  cara 
lo  cofpóreo  ó  extenso,  succderse  en  el  ticiupoy  mu- 
ca  la  contingencia  y  ser  y  obrar  de  los  seres. 
Cn  el  espacio  es  movimiento,  pasar  la  vista  par,  serie,  orden: 
itítunbere-eran  (Jaren  eto  Rakettñ  Ha  neskame-bien-si- 
^  puso  en  orden  á  los  hijos  de  Lia  y  Raquel  y  de  las  do»  siervas. 


314  OrIOEN  y  VIEM  del  LENOUilje 


Era-n  es  el  locativo.  Si  en  vez  de  pasar  la  vista  por  una  serie  dc^ 
puntos  del  espacio  y  el  brazo  tras  ella,  la  pasaba  e!  hombre  por  \té 
puntos  de  la  superficie  de  una  cosa,  del  espacio  pasaron  á  lo  corpa- 
reo  ó  extenso,  al  orden  y  disposición  de  los  puntos  ó  partes  de  os 
cuerpo,  al  movimiento  en  lo  extenso:  y  eso  es  la  cara  ó  superficie, 
la  sobrehaz  del  cuerpo,  lo  aparente  de  él,  lo  que  por  lo  mismo  Itl- 
mamos  cara  ó  haz  de  las  cosas:  era-tara  ipiñi  poner  de  cara,  at  de^ 
recho  lo  que  estaba  vuelto  y  al  revés.  Si  se  aplica  al  tiempo,  esli 
noción  es  la  de  la  sucesión  de  momentos,  al  tiempo  precisamente:  !•: 
que  antes  hacían  los  ojos,  el  brazo  y  la  mente,  ya  aquí  no  puede  lo- 
cerlo  más  que  esta  última,  por  ser  cosa  lógica;  pero  con  todo  \ 
fantasía  vé  una  serie  espacial  ó  extensa  y  el  gesto  es  el  mismo. 

Esa  noción  es  el  tiempo,  la  coyuntura  ó  sazón,  que  suena  ^[mí- 
mente er,  er-a,  galtzeko-asmoak  artu-ta  era-zai  zebilen  habieodi 
formado  intento  de  matarle  andaba  buscando  la  coyuntura;  el  mo- 
mento apropiado.  Es  andar  con  los  ojos  buscando  en  la  serie  tem- 
poral ó  sucesividad,  como  antes  en  la  dirección  espacial  ó  en  laant 
y  puntos  de  un  cuerpo. 

Aplicado  al  obrar  ó  mudarse  de  los  seres,  er,  er-a  es  esa  mn-  | 
danza  y  vicisitud,  el  modo  de  haberse  y  de  obrar:  era-bereanát  k 
misma  manera,  era-gabe  sin  modo  á  propósito,  sin  educación. 

Tenemos  pues  que  era  siempre  indica  el  movimiento,  el  Feoorrer 
con  los  ojos,  el  brazo,  la  fantasía,  la  mente  una  serie,  ya  en  el  O- 
pació,  ya  en  lo  extenso  ó  corpóreo,  ya  en  el  tiempo,  ya  en'  d  !■• 
berse  y  obrar.  Indica  el   pasar   físicamente   los   ojos    mirando^  d; 
brazo  en  dirección  de  algo,  la  mente  cotejando  y  relacionando  ai-, 
turaimente  los  puntos  de  la  serie:  es  un  acto  físico  del  recorrer  a* 
oj('3  y  dedos  y  expresar  ese  recorrido  ó  movimiento  con  el  sooidB, 
del  movimiento  r  en  su  mayor  indeterminación,  no  señalando  ■■• 
guno  de  los  tres  grados,  el  yo  ó  aquí,  el  tú  ó  ahí,  el  él  ó  allá,  porll 
cual  suena  con  e  indefinida:  er.  Sí  afirmo  que  todo  eso  equñali  i 
decir  que  er,  er-a  significa  el  movimiento  en  cualquier  línea  y  de 
una  manera  indefinida  y  general,  no  habré  hecho  más  que  saov  é 
concepto  mental  de  todos  esos  gestos  y  fantasmas,  concretos  y  &icO%  i 
que  el  hombre  naturalmente  tuvo  al  menear  la  lengua  sendlUmeolí  '. 
en  er.  Caso  bien  claro  de  las  operaciones  de  la  inteligencia  al  paatf ' 
y  al  hablar,  fundiendo  en  uno  las  aprehesiones  de  todas  las  fKoI- 


80.  era  eu$1c. 


315 


pasando  del  espacto  i  lo  corpóreo,  a)  tiempo  y  al  obrar/  vís< 
las  nociones  más  absti^ctas  é  incorpóreas  con  esa  vestidura 
de  un  fantasma  físico,  que  de  suyo  es  el  moverse  más  Tísico 
-    ■  ■  ,  brazos  y  lengua, 
r'ot.  M  cr,  COI»  artículo  er-c,  usado  separadamente,  en  U 

acepción,  que  es  la  espacial  de  movimiento  físico,  andar  al 
moviéndose  es  era-ka  y  dícese  dei  meneo  .iquel  con  que  balen 
las  aves  al  cernerse  como  en  equilibrio  ene)   aire,  que  )la- 
cernerae,  eraka-n  cerniéndose  de  esla   manera.   El    fátuOi 
melindroso  y  parado  en  sus  movimienlos,  es  er-get,  de  gel 
embobarse  ergel-du,  boberia  ergel-kerí,  tontamente  ergel-ki, 

ergei'tasun, 
:1  recorrer  un  ruido  ú  ot$  se  dijo  er-ois  la  fama,  el  bullicio, 
del  granizo,  que  cae  rflmicamenle. 
lo  del  tiempo  er-a  sazón,  vez,  tiempo,  díú  era-alií/ tiempo 
de  algo,  i  deshora  ó  desorden  tfa~baga  ó  sin  era,  desorde- 
tra-baga-ko,  zeuek  Jakizue  eze  era-gitchi  galúa  dodazana 
he  dejado  pasar  pocas  ocasiones  ú  veces  (Bartolom.). 
del  Iiaberse  y  del  obrar  er-a  es  el  modo;  conforme, 
ionado,  conveniente,  6  lo  al  modo  es  era-ko,  adjetivo  -ko^ 
al  era,  erara-ka  como  era-ko.  El  mismo  tra-ra  vale  A  pro- 
i  gusto  de,  al  modo  de,  erek  bakakhari  Oere-erara  aquellos, 
cual,  i  su  modo  ó  gusto,  erara-tu  corresponder,  y  eratu 
lonar,  ordenar,  poner  en  modo  y  rtianera,  faungoikoak  era- 
btratzat  eskeifiigaia  Dios  proporcionará  para  sí  la  vícitma, 
drá,  hará  que,  pues  era  es  movimiento,  tendencia;  tra-z  có- 
,  oportunamente,  i  modo  6  tiempo  conveniente,  eraz*ago  más 
íinmenle,  eraz-ko  lo  conveniente,  adaptado  y  proporcionado, 
Oportunidad,  eraz-tu  aparejar,  disponer  la  tierra  para  el  cuí- 
dispODer,  proporcionar  las  cosas,  moderarlas,  amanarlas  ú 
rarlas. 
|Cü4i  -be  bajo,  oculto,  era-be  es  el  corto,  el  perezoso,  el  Itmído, 
en  sus  maneras  y  en  su  ubrar,  ú  la  timidez  y  cortedad  y  la, 
I,  erabe  niz  tengo  temor,  oral  erabe  dut  ahora  tengo  pereza, 
debajo  del  modo  ó  norma,  erabe-ortara  á  ese  tenor,  el 
liinido,  etc.,  érabe-ti  ó  erabe-z-H,  el  verbo  correspondiente 
;  la  cualidad  trabe-tasan.  Sin  modo,  disparatado  era-gabe^ 


316  OWOEN  Y  VIDA  DO.  LENQUAIE 


era-baga,  eragabek.  En  fin,  el  loco  es  el  de  las  vicisitudes  6 
bies  ó  er,  y  dijese  er-o,  necedad  ó  cosa  de  loco  ero-go,  locun 
keri,  perder  el  juicio,  mudarse  ero-tu  y  era-ta,  de  era  mudanza. 

La  voz  er  expresa  una  de  las  nociones  más  comunes  y  de  ta  qnd 
mayor  uso  hacemos  á  toda  hora,  la  del  movimiento  en  el  espacio,ll 
del  tiempo,  la  del  cambio,  la  de  la  actividad,  todo  á  la  vez.  Su  UH 
'plitud  se  comprenderá  por  la  teoría  moderna  de  explicar  todas  büj 
modalidades  de  la  materia  por  diferentes  combinaciones  del  movii 
miento.  Esta  teoría  está  lejos  de  ser  enteramente  cierta,  ya  que  0^ 
conociendo  nosotros  del  universo  más  que  lo  que  se  nos  entra  pd 
ios  sentidos,  y  siendo  el  principal  la  vista,  toda  nuestra  ciencia  al 
visual.  Pero  de  hecho  ¿qué  hay  objetivamente  en  la  materia?  Por  lii 
ojos  se  nos  ofrece  como  movimiento,  es  decir,  que  según  el  color  de 
la  tente  con  que  principalmente  la  miramos,  se  nos  ofrece  coloreadl 
como  movimiento.  Si  nuestra  ciencia  fuera  auditiva  ú  olfativa  óguH 
tativa,  mudado  el  color  de  la  lente,  por  ventura  nos  pareciera  otaj 
cosa  esa  materia,  la  reduciríamos  á  si  bemol  óÁla  natural,  á  salobrtl 
ó  á  dulce,  á  hedionda  ó  perfumada.  Solo  tenemos  sensaciones  dm 
pertadas  por  algo  que  llamamos  materia,  sin  saber  lo  que  ella  ttf 
sino  que  nos  excita  tales  sensaciones,  y  entre  estas  damos  la  venttj^ 
á  la  vista,  al  tacto  y  al  sentido  muscular,  en  las  cuales  descubre  d| 
análisis  los  elementos  y  el  origen  de  la  representación  del  morir 
miento.  Pero  tales  sensaciones  no  tienen  más  valor  objeto  que  M 
del  olfato,  del  gusto,  del  oído,  otras  tantas  lentes  diversamente  coto? 
readas,  que  nos  darían  otras  distintas  representaciones  de  la  nuteríl. 
Y  fuera  de  esas  cinco  sensaciones  ¿no  caben  otras  muchas,  de  qnc 
carecemos,  para  las  cuales  esa  materia  se  nos- pudiera  ofrecer  cotf 
otros  tantos  visos  y  colores?  Y  sin  embargo,  la  ciencia  humana,  !• 
cefiida,  que  solo  ve  de  un  color  la  materia,  que  solo  estribadla 
modo  de  representársele  por  los  ojos,  el  tacto  y  el  sentido  muscultfi 
es  así,  muscular,  táctil,  sobre  todo  visual.  Hemos  de  contenliraili 
con  eso,  sin  pretender  alcanzar  otra  cosa  de  la  materia  /  del  mufldc 
físico  y  espiritual,  más  de  lo  que  con  esa  lente,  así  coloreada,  SI 
nos  deja  ver.  El  caso  es  que  con  ella  vio  siempre  el  hombre  j  pM 
lo  mismo  la  noción  del  movimiento  fué  la  más  general,  y  se  tpGefl 
«1  espacio,  al  tiempo,  á  la  actividad,  á  la  mudanza  de  los  fenomenal 
Toda  nuestra  ciencia  se  reduce  á  conocer  el  movimiento,  y  toé 


81.  e/dca&L 


317 


Icnguijc  está  vestido  de  esu  noción  del  inovíinicnto,  es  una 
üísiíntas  tonalidades,  y  la  más  sencilla  es  la  voz  er  de  que 
i  IraUi   '■     ''■-•■■  matices  más  generales  son  at,  or,  ir,  tir.  que 
irLin  •'  HiJo  de  la  nociún  er  á  Jas  diversas  clases  de  es* 

D,  ar  movimiento  extendido^  ir  linea!,  or  en  redondo,  ar  tn 
unJidid. 

1.  Kra.  LAlinizado  por  S.  Isidoro  en  aera  (5,36,4)  por  falsji 
logifl,  nadie  da  otra  de  esta  palabra  exclusivamente  castellana 
mana,  pues  se  aplicri  A  la  era  española  ó  de  Cesar  ó  c6m- 
<kl  tiempo  qife  arranea  del  año  33  antes  de  Jesucristo  ó  era 
ir.  Es  el  era  euskérico  por  tiempo,  sazón,  cambio,  vicisitud, 
lento. 
Etl  vocablo  castizo  para  expresar  el  tiempo,  la  época,  la  tem- 
I,  la  sazón,  el  siglo  y  la  duraciún  larga  de  liempo.  Quij.  2.53: 
eran  mis  eras,  mis  dias  y  niís  años.  Pedro  Urdem.  I:  Es 
oda  c^ta  era  (siglo).  A,  Alv,  5fYv.  Dom.  2.  adv.  5  c.  §  4: 
de  gracia  (desde  Cristo).  Mahiana  H.  E.  3,24:  De  suerte 
afto  primero  de  Cristo  fué  y  se  contó  30  de  la  era  del  Cesar. 
H.  Seg,  26,7;  Se  estableció  aquella  celebrada  ley,  de  que 
cuenta  en  el  tiempo  de  la  era  de  Cesar.,,  se  contase  por  los 
nacimiento  de  Jesucí  isla.  Valverue  V,  Cr,  1,16:  Siendo  tan 
loto  este  día,  principio  del  año  romano,  lo  comenzó  también  i 
df  b  rra  cristiana.  Qipv.  Mus.  6  a.  36:  En  un  credo  oficiales 
tpchiiray  que  en  despacharse  lirdan  tnmera. 
Et*-iil.  becerro,  ó  buey,  é  novillo  de  más  de  un  año;  de  er-«, 
'.Q.  Oalan  N.  Castelt,  D.Juan-.  Y  como  un  eral  cerril /arre- 
íos dientes.  Hcrr.  A^.  5,48:  La  primera  es  de  temeros;  la 
añojo*,  la  tercera  erales.  Qohq.  Soled.  2:  Eral  lozano,  asi 
tierno,  /  de  bien  nacido  cuerno,  /  mal  lunada  la  frente. 
Et*-4ir,  altanar  y  disponer  el  huerto  para  plantarle,  formando 
surcos  y  divisiones.  Es  el  euskaro  era,  era-íu. 
lo.  El  huerto  ó  plantel  así  preiwrado. 
G  mismo  era  anterior  en  d  sentido  de  lugar  espacioso  y 
como  en  euskera.  á  modo  de  posvcrbal  de  erar  ó  era-ta. 
año  941,  p,   381:  Cum  domibus,  írtó,  ortis,  térras.  Sota 


dOMMa 


I 

3 1  &  Oriqeh  y  vida  OCL  LEMOUAJK 


era  967:  Ad  illa  era  de  Lacu.  Ber.  S.  Dom,  467:QuaI  simienzil 
des,  tal  era  p;iraredes. 

Es  el  pedazo  de  tierra  bien   dispuesto  para  sembt^r.   D.Vfiul 
Espect:  A  bs  demás  eras  de  la  huerta.  Cabr.   p.  241:  Sus  meiilla' 
como  tras  de  flores  olorosas.  D.  Veo  a  Anuitc:  No  deja  era  ni  cuar-j 
tel  de  todo  el  verjel  donde  no   la  tenga  plantada.  Valderrmw  í 
ProL:    Una  era  de  lechugas. 

En  general  espacio  llano  y  tendido.  Zamora  Afora,  musí.  pte.2^\ 
3,  pte.  3,  Simb.  5:  Busca  las  eras  más  descubiertas  y  llanas. 

En  particular  donde  se  trilla.  Qutj.  \,2S:  Trillando  en  las 
!d.  2f20:  Montones  de  (rigo  en  las  eras. 

La  forma  hiera  de  A.  Aívarez,  débese  á  la  c  que  se  abre  en  i 
la  h-  para  que  f  suene  como  vocal,  no  hiriendo  á  la  e  comot 
naníe,  Dom.  sept.  3  c,  §  2:  Echando  mano  á  su  azada,  para 
con  él  (criado)   lo  principal  de  su  hiera.  Id.:    Le  ayude  con  su  : 
quillo  para  contarle  después  en  la  gloria  toda  la  hiera  entera  pors 
ya.  Id.:  Del  pereio?o  dice  Salomón  que  sale  á  hacer  su  labor, ; 
que,  como  no  va  de  gana  ni  de  corazón,  en  dándole  el  frío,   lucgCÍI 
deja  los  buejes  y  la  hiera,  dando  la  vuelta. 
En  Colunga  de  Asturias  era  es  semillero. 

Alzar  de  eras.  ^Por  metáfora  de  los  labradores,  que  acaba 
de  trillar  recogen  trigo  y  paja,  y  dejan  la  era  tíarrida,  y  se  van  á< 
así  cuando  se  mudan  de  algún  lugar  dicen:  alzar  de  eras;   alzó  dd 
era?,  fuese  con  todo  su  hato),  c.  511. 

A  la  era  del  mico,  a!  que  nos  molesta. 

Qaal  simienza  figiercies,  tal  era  para  redes.  Berc.  S.  D.  467:  Ifl 
sementem  feceris,  ita  metes. 

Cuando  dicen  eras  eras,  ó  las  hay,  ó  echan  en  ellas,  c.  370. 

Dormir  y  guardar  la  era,  no  ha  manera,  c.  289. 

Eras  y  aire,  nanea  faltó  á  nadie.  (Persuade  á  la  labranza  que 
no  la  pongan  excusas),  c.  74. 

Levantar  de  eras,  alzar  de  eras.  Pic.Just.  2,2,4,4:  Y  que  COB 
brevedad  levantaba  de  eras  á  tiempo  de  pagar  el  recibo. 

Nadie  puede  dormir  y  guardar  las  eras.  c.  208. 

Ni  mi  era,  ni  mi  cibera,  trille  quien  quiera  y  pueda*  c.  215. 

Ni  tiene  era,  ni  vera,  ni  palo  de  higuera,  c.  214. 

No  he  salido  de  mis  eras,  que  el  trigo  me  tengo  en  ellai.  c  22Z 


81 .  era  cast 


319 


No  puede  todo  ser  dormir  y  guardar  las  eros.  c.  233. 

Yo  puedo  dormir  y  guardar  las  eras,  c.  233, 

Segar  ó  gavitíar,  ó  guardar  la  era.  c.  249. 

Ei^-o,  lo  qucer-a,  posv.  de  erar;  ped^/^o  de  tierra   preparada 

d  cultivo,  pero  más  en  general.  Hita  327:  teuolo  E  comiólo 

■n  tal  «o.   CoH«.  222:    No   envíes  á  arar  al  mozo  enJ 

i -  ... .  »iuc  se  cngant el  perro  en  la  hacina  (Eria  y  ero  es  la  (ief 

íbbrar)  Id.  99:  El  pié  del  dueño,  estiércol  para  el  guerlo,  la  he- 

y  hero.  Berc.  5.  M.  474;  Munnon  que  es  bien  rica  de  vinnas 

'  en3S.  Hita  720:  Fué  sembrar  cannainones  en  un  vicioso  ero. 

i.  D.  Sancho  Rivad.  175:  Da  Dios  trigo  eti  el  ero  sembrac 

1297:  rnbya  derramar  U  sienpre  al  ero. 

Sn-in,  coma  er-o  y  er-a.  Hir\   335:  vy  que   las    degullaua  ¿tT 

fias  crias.  Corr.  222:  No  envíes  ai  mozo  en  la  eria  ó  ero,  que  se 

.  el  perro  en  la  hacina.  (Eria  y  ero  es  la  tierra  de  labrar).  Hcriu 

,  2,3:   Que  onde  ha  sido  viña  vieja  perdida  (que  aquí  en  Ta 

,  llaraan  herías)  es  muy  mala.  Id.  1.  6^  Mar/o:  Si  alguna  eria  i 

,  que   tenga  bucna-j  cepas.  Entre  santanderinos   y  asturianos 

cxlensidn  grande  de  terreno  en   ha/as  de  varios  llevadores 

en  un  cercado,  y  lal  es   el  valor  antiguo,  como  derivado  de 

).  Brac.  Dueto:  Andaban  aiulando  fueras  por  las  crias. 

Cr-io,  como  er-ía. 

:^ciis.e  erio,  y  séase  mío.  c.  248. 

J  i*i-«l,  de  eri-o>er-ta  por  campo  cultiva  Jo  d  plantado,  proplí? 

ano.  Es  hoy  el  que  dejrt  de  cultivarse  ya  desde  mucho  tiem- 

d  DO  cuihvable  por  mato,  adj.  -al.  Hita  747:  Comed  aquesta 

de  aquestos  eriales  {ero  le  llamó  antes).  J.  Pim.  Aiir  I J6: 

^j^«^  -  veces  están  como  heredades  desamparadas,  lomadns  i-ti  eiia- 

Cahb.  p.  432:  Como  un  erial  de  matas  secas.   HoRrtNS.  Mar.  í. 

•  le  agradó  por  entonces  a!  labrador  el  erial  y  pedazo  de  tie- 

ir»  de  hie rilas  inútiles.  J.  Pin.  >l¿r  35,23;  Comen- 

el  erial  de  mi  conciencia. 
£rt-AZO,  como  eri-al,  aum.  de  erí-o,  Valdcrr,  £/.  Mierc.  3 
\Dom.  cJtar.:  Toda  hecha  un  eriazo.  Fon?.  V.  Cr.pie,  3,  i  1,  p.  1:  Va 
1  -\'A  arxio,  rompe  el  eriazo  y  la  linde,  pero  el  camino  no  pue 
H.  Chile  1,10:  Antes  parecen  unos  eriazos  y  tierras  sobe 
e  inütitcs.   Valoerr,  EJ.  Or.  huerto:  No  queda  sino  un  triste 


320  Okioen  y  vida  del  LtsavAjt 


crUzo  seco  y  sin  provecho.  Casr.  p.  674:  Rompiendo  pritnero  i 
eriazo,  que  en  elEa  estaba  de  malas  setn  illas. 

EiMz-al,  como  eri-azo,  eri-al,  de  er-t>.  Cacer-p^,  106:  Lo  ( 
ayer  ?olía  ser  un  río  caudal,  es  ahora  un  eri2al,  un  secadal  de 
provechado. 

Ep-eta,  en  Aragón  er-a  ó  plantel  de  verduras,  es  diminutivo. 

Er-ete,  en  Honduras  colmena  de  abejas  narras  que  labran  s 
habitación  en  la  tierra  ó  en  las  paredes. 

Ki*<^e,  en  Aragón  miel  virgen. 

-ero,  -era,  vale  lo  á  modo  de  ó  lo  para,  los  dos  valores  di 
-era  euskérico,  y  así  nada  tiene  que  ver  este  sufijo  con  el  -ere  di 
latino  -ariuS;  de  agente  ó  de  lugar.  Send-era  es  lo  como  sendi 
cabec-era  lo  para  la  cabeza,  cabe!! -era,  carn-ero  lo  para  carne  d 
comer,  carr-era  lo  para  carros,  cas-ero  lo  para  casa,  cib-era  lo  pa 
ó  á  modo  de  cebo,  ó  comida,  ó  trigo,  escal-era,  esqu-ero.  gil^ 
harpill-era,  hÜ-era,  jilgu-ero,  magu-era,  man-era,  moll-era,  monki 
lo  como  ó  para  monte,  oj-era,  ot-ero  lo  para  ot-e  escudriñar  del 
alto,  pand-ero,  pedorr-ero,  rib-era,  rim-ero,  sombr-ero  lo  con 
bajo  sombra,  tabl-ero,  tem-ero,  vis-era,  soñorr-era  lo  como  gn 
sueño,  dent-era,  ventol-era,  borrach-era,  aguj-ero  ó  bu]-ero,  al-cnl 
para  el  ale  ó  grano,  angu-era,  engu-era,  asqu-er-oso,  entel-er-id 
bald-ero,  baldr-ero,  band-era,  barr-era,  esbot-er-ar  de  botar,  boc-o 
lo  para  el  bozo,  cap-er-uza,  cach-er-ulo  ó  cachirulo,  OLO^í-d 
cans-era,  ganch-era  lo  como  gancho,  gat-era  lo  para  el  gato,  ched 
er-es,  cim-era,  cochitril  de  cochit-era  de  cocho,  brevaje  de  bdMi 
aje,  y  reforzada  la  r  befa-err-eador,  tont-era  y  tonter-ía,  porqu-eN 
corr-er-ía,  etc. 

-er-ia,  de  -ero  é  -ía.  Arcabuc-ería,  artill-ería,  bat-erfa,  bdlaqi 
ería,  bob-ería,  borrach-ería,  botill-ería,  burl-ería,  goll-ería,  giaq 
ería,  lenc-ería,  libr-ería,  majad-ería,  mensaj-ería,  mentecat-erfa,  mfl 
cad-ería,  mont-ería,  muchach-ería,  niñ-ería,  tont-erfa,  poiqu-crf 
corr-ería,  pobret-en'a,  lac-ería. 

-depo,  -dera,  del  -era  á,  para,  con  temas  participiales  f 
-d'O,  y  vale  como  un  participio  de  futuro  ó  adjetivo  en  -biUsi  -U 
J.  Pin.  Agr.  3,31:  Obelo  quiere  decir  asador  (y  no  se  debe  det 
asa-dero,  porque  es  palabra  pasiva,  según  que  decimos  este  capí 
está  asadero  ó  comedero).  Asi-dero  lo  para  asir,  la  cosa  en  fpmt 


S2.  arbütus,  reor,  res. 


321 


I  mango,  atafleniero,  derrumba-dero,  desagua-dero,  desembarca- 
,  dispctut-dero,  duradero  durable,  lo  que  ha  de  durar,  poda-de- 
¡posa-deras  lo  para  posar,  traga-dero,  vale-dero,  veni-dero,  ende- 

a,  hace-d€ro,  come-dero,  lleva-dero, 
Eii  pluial  se  suple  maneras  y  es  gráfico  sufijo  con  el   valor  de 
ó   manera:  absolve-deras,  trago^deras,  eníende'deras  anda- 

-<lt*o,  -dra,  -tire,  y  sobre  todo  ante  otros  suñjos,  es  con- 
dón del  Hiero.  Goíon-dro,  golon-dr-ino  y  golon-dr-ina,  me-dr-ar 
mclinKÍre,  colo-dra  y  colodr-ón,  colodr-illOf  eshaldr-egar, 
r-és,  tolondr-ón,  bolondr-ún,   molondr-ón,   calandr-ajo,   calan- 
rendr-ija,  andr-ajo,galdr-ánj  galendr-ar,  mcndr-ugo,  chilin- 
y  chitindr-ajo,  escondr-ijo,  hendr-íja. 
[  -tura,  del  latino  -tura  de  fuiurición,  del  tu  y  rus,  ra;  genc- 
stc  erudito.  Aber^tura,  al-lura,  aven-tiira,  cin-tiira,  conje-lura, 
a,  coyuntura,  cria-lura,  descompos-tura,   desenvol-tura,   des- 
cscri-luri,  lec-tura,  pin-lura. 
•ura.  del  latino  -tura  y  del  euskaro  -ura.  Amarg-ura,  anch-iira, 
jra,  apost-ura,  artnad-ura,  bfanc-ura,  dulz-ura,  fresc-iira,  her- 
rn-ura. 
-ijf-ia,  de  -ura  é  *ía.  Mercad-iiría,  sabíd-urín,  hablad-urta, 
urta,  !»enad-uría,  cant-uria. 


^"  ■'  pueden  derivar  de  la  raíz  ar-  el  arar  los  nombres  de  la 

:íwíí  á  tierra  y  tal  vez  ¿v-sp-ot  inferí,  los  dentro  de  efla; 

,  en  ello  los  autores  (Picrcr  2,  p.  1 07).  En  godo  es  alr-tha, 

r</  tordhtf  ingl.  earth,  ant,  aK  ^rda.  mcd.  al.  Urde,  al. 

tu... .  j.  fJh,  gfn.  jardlmr  ticrta,  p\.jardir  poscs[ón.  ir!,  ire^ 

.  \d  vez  irft  -ida,  que  también  vale  agua,  pabbra.  Ei  clarajncnte 

0.  eralu  aplicado  al  espacio  y  suelo  como  tierra  labrantía. 

De  u\u\  el  anL  al.  trt-beri  fruto  de  tierra,  sueco  jord-bQr,  al, 

r,  saj.  tfda  mrli^iS  melitoio;  en  latín  arbatus,  si  como  al- 

)  quieren,  nada  tiene  qua  ver  con  arbor,  ts  el  arbuíus  unedo 

'c  las  tierras  ¡unto  al  Mediterráneo,  qi\Q  en  gr,  ca  Jt'J;iao'^;, 

-_  .-i.-iapo;.  gr.  mod.  x'/j¡iaprj'i;  el  ant.  al.  tiemera,  es),  tchemtri 

tchemerka  beücborus.  En  castellano   se  dijo  alborto,  de 

f  y  madroño.  I.0&  escritores  cL-istcos  lo  tuvieron  por  uno   de 

2t 


tos  alimentos  de  los  hombres  primitivos.  Créese  que  el  nombre  k  ' 
dio  primero  al  heléboro  y  luego  pasó   al    madroño,  por  la  flieni 
atolondradora  del  fruto. 

Era-tü  y  era-z-ta  dieron  los  vocablos  indoeuropeos  que  uni- 
fican contar,  proporción,  calcular,  razonar.  En  lat.  rS-or,  rií-tas,rHi 
calcular,  pensar,  creer,  pro  rafa  parte  ó  pro  rata  á  proporción, 
tratándose  de  distribuir,  reglar  la  distribución,  ra-tas  reglado,  d 
era-tu  del  euskera:  «Astrorum  in  omni  aetemitate  ratos  immulabi- 
lesque  cursus»;  de  aquí  asegurado,  ratificado,  reor  contar,  pesw, 
medir,  ir-r/-íMS  irrito,  que  no  cuenta,  ra-tio  cuenta,  cálculo,  previsión, 
razón  y  ración,  es  decir  el  orden  y  combinación,  y  su  hojM, 
ratión-al-is  racional,  ir-rationalis,  ratio-cinari  calcular,  razonir, 
ratio-cinatio,  rati-ancala  dimin.  La  idea  es  la  de  disponer  coa 
modo,  lugar  y  tiempo,  proporcionar,  reglar,  ordenar.  Del  campiv 
como  se  usa  sobre  todo  en  euskera,  pasó  á  la  religión,  á  las  leyes,! 
la  filosofía,  á  las  matemáticas.  La  fórmula  de  tos  sacrificios  leg^ 
rátüm  esto  equivale  á  la  védíca  ratam  astu,  sea  consagrado,  seaaí 
ordenado,  hecho.  La  ofrenda  es  rit-íi,  lo  consagrado  rü-ta;  el  orden 
la  costumbre  sagrada,  la  ley  divina,  dícense  en  skt,  r-fa,  r-ta,  en  zcod 
ra-tu  ley,  en  lalín  rt-üís  el  rito,  uso,  costumbre  religiosa  y  legili 
ritu-al-is  ritual,  rit-'e  bien,  recta  y  ordenadamente  y  según  el  uso.  & 
irl.  rath  garantía  sagrada  en  los  contratos,  erse  rathan  vadimoniun^ 
esl.  roía  iusiurandum,  ro/rf/  sen  anatematizar,  ilir.  roto,  pol.  rtA 
pr^j/s/en^/ es  fórmula  para  los  juramentos.  La  gran  ley  divina,  el 
rito,  dícese  en  skt.  ritam  brihat,  la  acción  legal  en  los  Vedas  rffr 
karman,  ri-ti  es  el  modo  de  proceder,  la  conducta,  ri-ta  el  tiempo 
apropiado,  mayormente  para  los  sacrificios,  sazón,  ocasión,  tiempo 
á  propósito,  ritU'ij  el  que  sacrifica  á  su  debido  tiempo,  sacerdofcf 
ri-tii-iya  regular,  conforme  al  tiempo  y  á  las  leyes.  Todos  estos  voOH 
falos  derivan  de  ri,  ri-tchtcha-ti,  ri-ná-ti,  Ved.  iyarti,  dryate,  ri-t^ 
-tí,  rinaatí.  E!  primitivo  valor  es  el  del  causativo  arpayatí  áispoo^t 
fijar,  dirigir,  ordenar,  aplicar.  Es  el  disponer  ó  poner  los  medí* 
para  lograr  algo.  De  aquí  lo  logrado,  la  propiedad,  cosa  rOri,  f^pi 
ras  cosa,  y  ra-fi  conceder,  dar,  part.  rct~ta,  zend,  rfl  traer.  Es/*» 
un  adjetivo  en  -/,  ra-yi~mant  rico,  rü-ü  favor,  don,  zend  r^ 
liberalidad,  parsi  ra-di,  persa  rS.-d,  irl.  re-t,  re-s,  ra-tk  subsidiOí 
salario,  gracia,  cimr.  ro-d,  ro-t  don,  ra-t  favor,  aretn.  rfl  doiif  rt* 


S2.  res. 


323 


eda-p  dar,  címr.  rhoí,  corn.  reí,  ry.  En  ant.  al.  rü-t  opes,  fnictus, 
rae-dt  phalerae^  apparaíiis,  saj,  ra-de,  ge-rH-de  propiedad 
riiiría,  al.  ge-rO-the  iilensilioSj  vor-ra-th  provisión,  esL  rO'di 
toe,  raditi  curare,  godo  rP-dan  y  norso  rndha  conceder,  cuidar, 
dftsagf.  ra-</=anl.  a!,  ra-t  ayuda  y  medios. 
EKa  acepción  de  ayudar,  cuidar,  poner  los  medios  es  la  de  era, 
•ia,  de  donde  lograr  por  esos  medios,  poseer,  y  el  concederlos, 
ilitar,  dar;  en  es),  re-yan,  n-ya-H  procurar,  empujar,  et  mismo 
'.  A  /íi-s  responde  en  latín  ns,  re-i  propiedad  y  luego  por 
icralizadóTi^cosa,  res  famllian's.  patria,  publica,  rustica,  navatiSt 
íbiris,  divina,  ele:  es  lo  que  nuestros  aperos,  medios,  iilensilíos, 
para,  aplicándose  á  lodos  los  tírdencs.  En  el  foro  es  asunlo, 
habere  cum  aligao,  rem  dicere,  res  cúpitalis,  reus  reo, 
sulo  ó  acusador,  es  decir  el  que  tiene  un  asunlo,  del  genitivo 
fO$  de  res,  el  del  proceso,  ¡n  rem,  ad  rem,  ot>  rem^  e  re,  ab  re, 
hfif,  quam-ob-nm,  frases  todas  forenses,  que  después  se  genera- 
la utilidad,  propiedad,  ssunlo,  cosa;  tes  publica  la  cosa  pú- 
leí  pueblo,  de  donde  república. 
Del  dividir  prü  rata  £p-civ-<¡;  escole,  conlribución,  don,  recom- 
,  adj.  -an  de  er-a,  epocv-'Cui  poner  á  conlribucíún.  £1  es!,  r^yan, 
'tf  procurar,  empujar,  hay  que  compararlo  con  et  godo  rath'yartt 
contar,  y  con  el  lat.  ra-tio,  raíus,  y  con  el  raya  ir,  raya  ida^ 
lie,  riyati  ir,  moverse,  rl  danza,  caida,  riye  fluir,  riti  moví- 
nso,  institución.  El  mi  mero  y  cómputo  engodo  rath-yon» 
ndh'fa,  ant.  al.  rad-ya,  red-ya  y  red-a,  al.  rícf-í.quc  responden  a 
líBodu  ga-rath-yan  cunur,  ñor.  roedUa  ,rocdda  haWar,  narrar, 
rAd-yaa^  al.  red-en,  al.  Red-e.  En  gr.  vi^j-pE--rac  sin  cuento,  y  tal 
^>-ji',;  número,  cuenia,  proporción,  ápSjuw  contar. 
Pero  la  O  proviene  de  suban  le,  y  así  esta  raíz  griega  viene  de 
que  tjene  valor  parecido  al  de  trata.  En  skt.  responde 
ffi-ús  buen  suceso,  prosperidad,  favor,  rAdh-na-ii  y  rikdh- 
lyos  valores  son  los  de  traz,  eraz-tu  y  eratzi^  poner  los 
i  propósito  para  lograr  un  fin,  llevar  al  cabo  una  cosa,  lograr, 
lonar,  contentar,  ayudar,  rorfA-íinií  cumplimiento,  logro^  sa- 
I,  medio  de  hacer  algo,  rdd-dha  acabado,  iniciado;  en  rend. 
Tal  vez  i(>«-Tr,;  amante,  que  contenta,  ¿po3-ri;  amable, 
de  la  ratunt  níz,  como  en  skt  ras-cyuti  gustar,  querer,  ros-a 


324  Origen  y  vida  del  lenquaic 


gusto,  estado  de  la  tierra  acomodado  ó  buen  tempero,  valor  ét] 
erazta,  rasa-í/ conceder,  dar. 

El  simple  ¿pá-oi  amar,  tender  á,  tener  inclinación  y  gusto  por^ 
ep-cut;  amor,  deseo,  Cupido,  spoj-Tütoí  erótico,  no  vienen  dehr^ 
ar,  ir  moverse,  como  dice  Curtius.  Conforme  á  la  antigua  fonéSa 
sacaba  este  autor  del  ar  indiano  y  primitivo  tres  raices  europea 
ar,  er,  or,  porque  casi  significan  lo  mismo,  es  decir  movimiento. 
Pero  movimiento  indica  la  r  en  las  tres  formas  vascongadas  ar,eriV. 
Hoy,  que  sabemos  que  las  tres  vocales  son  originales  y  que  en  h 
India  fué  donde  se  fusionaron  en  ar,  todos  admiten  tres  raices,  qne 
son  cabalmente  las  euskérícas,  con  el  valor  común  de  movimioib 
por  la  r,  pero  con  diverso  matiz:  ar  de  arare  es  el  euskaro  ar,ar^ 
or  de  or-iri  es  el  euskaro  or,  ora;  er  de  spáío  es  el  euskaro  er,  era* 

De  la  raíz  er  de  movimiento  saca  Curtius  sp-x<>-l^at  ir  con  jj  ^ 
gún  él,  por  el  incoativo  ox,  ep-oxo{JLa!.  Si  así  es,  er  movimiento  soto 
es  palabra  euskérica,  como  ápá-w  amar,  tender  á,  es  el  mismo  íM,f 
¿p-8ax(u  agradar,  acomodarse  á  otro,  es  el  ara  del  mismo  valor  tu 
euskera. 

83.  Abopzo,  albopzo,  alborto,  arag.  alboroc-eiit 
albroc-era,  fr.  arbous-ier,  cat.  arboss-er,  el  fruto  arbos,  gall.  ir 
vedo,  hérvedo,  ant.  pg.  érvedo,  érvodo,  asíur.  albedro.  Fué  el  mfr 
droño  antiguamente.  De  arbutus,  arbutum,  *arbutrum;  Arbutoni 
Uaedo  L. 

Razón,  de  rationem,  ratio.  Potencia  discursiva  y  su  discuiso 
PiNC.  FU.,  ep.  /,  frag.  3:  Razón  se  dice,  el  discurso  que  esta  polea 
cia  intelectual  va  haciendo  de  unas  cosas  en  otras. 

Cuenta.  Quij.  1,28:  La  razón  y  cuenta  de  lo  que  se  sembraba— 
pasaba  por  su  mano.  Mariana  H.  E.  1,1:  Conforme  á  la  razón  délo 
tiempos  más  acertada,  se  contaba  ciento  y  treinta  y  uno. 

Método  y  orden.  Ocamp.  Cron.  1,2:  Pusieron  en  arte  y  en  nx& 
la  sustancia  y  ser  de  las  cosas,  para  que  se  pudiesen  conocer  vaá 
fácilmente. 

Justicia.  QaiJ.  1,1:  Porque  no  era  razón  que.  Id.  2,40:  Pues  ál 
que  no  tenéis  razón.  Solis  H.  Mej.  1,4:  Puso  en  congoja  mis  q* 
vulgar  á  la  nobleza  y  á  todos  los  que  tenían  la  parte  de  la  razón  y  c 
la  verdad. 


63.  razón. 


325 


Eipresión,  vi>t  6  palabra  que  explica  et  concepto.  Quij.  U4:  AI 
[  deslas  razones,  td.  1 ,32:  Quiero  leerla  por  curiosidad  síquie- 
qoízá  tendrá  jügun^i  frazón)  de  gusto.  Id.  Y  2,34:  cuándo  será  el 
M  donde  yo  te  vea  hablar  sin  refranes  una  razón  corrícnte  y 
Kcrtula.  Id.  2,62:  le  respondió  esta  razón. 
Argtunento  6  prueba.  QüiJ.  1,2:  Mas  pudiendo  más  su  locura, 
¡otra  nzón  alguna.  Id.  1^33:  Asi  que  es  razón  concluyente,  que. 
Á  buena  razón,  conforme  á  razón.  Quíj\  2,5:  Me  llaman  Teresa 
que  á  buena  razón  me  habían  de  llamar  Teresa  Cascajo.  Per- 
3,20:  Pues  á  buena  razón  no  podía  lardar  mucho.  Palau  Pront 
;  Y  asi  i  buena  razón  se  habla  de  intitular  esta  htstoría  libro  de 
Bsión. 

Ajustarse  é  la  razón,  atenerse  á  ella. 

Ajustarse  con  ta  razón,  ser  razonable  en.  CACCf;.  ps.  72:  ¿Qué 
vecho  he  sacado  de  ajusUr  mis  deseos  con  la  razón? 
Alcanzar  de  razones,  dejarle  sin  poder  responder. 
ABttaru  día  razón.  J.  Pín.  Agr.  t7,U.  Cuyas  razones  tanto  se 
pn  á  b  razón  y  confirman  )a  verdad  de  )o  que  prueban. 
AiUí^rst  á  razón.  Ovtv,  Ep.blí   Ni  admite  escusa,  ni  sufre 
ibra,  ni  toma  consejo,  ni  se  allega  A  razón. 
A  nadie  fattan  razones,  c.  7. 
A  razón  de,  en  proporción,  á  tanto  6  cuanto. 
A  razones,  J.  Pin.  Agr.  22^:   Ba&ta  que  con  vuestros  RIvanos 
qoetús  coger  á  razones. 
Atravesar  razones,  trabarse  de  palabras. 
Buenas  razones,  toda  disculpa  ó  promesa  que  no  se  cumple. 
Ctberen  razón.  J.  Pm.  Agr.  4,6:  No  cabiendo  en  razón  que  al- 
io trate  mal  Á  su  semejante. 
Cargarse  ó  llenarse  de  razón,  tenerla  y  mucha. 
Como  con  ra;ó/i,  irónicamente  del  que  habla  redo  y  aparentan- 
ocable  cuanto  dice. 

Jitsia  razón.  Quij.  1,23:  De  quien  con  justa  razón  temía. 
Cor  la  razón  se  váá  todas  partes,  defendiendo  su  derecho,  por 

qtic  9Cfl  para  otros. 

razón  6  sin  ella,  (Por  lo  que  se  hace  por  fuerza).  «,  595. 
Contra  razón.    Qaíj.  1,30:  Lo  que  tan  contra  razón  me   tiene 


326  Orioen  y  vida  del  i 


Darle  la  razón,  reconocer  su  derecho. 

Darle  razón  de,  enterarle.  Qü/y.  1,35:  Pero  nadie  le  supo  dv 
razón  de  lo  que  pedía.  Id.  2,9:  O  cualquier  dellos  sabrá  darfc 
V.  m.  razón  desa  señora  Princesa. 

Dar  razón.  Qaij.  1,44:  No  sabré  dar  otra  razón,  sino  eslaoc* 
diñaría,  que.  Id.  2,18:  Para  saber  dar  razón  de  la  cristiana  ley  que 
profesa  clara  y  distintamente. 

Dar  razón  de,  enterarse,  conocer  de  una  cosa. 

Dar  razóu  de  si,  ejecutar  bien  lo  que  se  le  encarga. 

De  (buena)  razón,  conforme  á  razón.  Caccr.  ps.  108:  De  bue- 
na razón  habían  ellos  de  quererme  bien.  D.  Vega  Paráis.  Nati»^. 
Cuando  todo  el  mundo  de  razón  había  de  estar  envuelto  en  tiai^. 
blas.  León  Job.  9,24:  Los  sabios,  que  de  razón  han  de  ser  los  justo 
estimadores  de  las  cosas.  QaiJ.  1,19:  A  una  ó  dos  leguas,  de  buen 
razón  hallaría  en  él  alguna  venta.  Id.  1,33:  La  que  de  razón  podii 
causarme. 

Dejando  ana  razón  por  otra.  (Dícese  acordándose  de  otra  con 
diferente),  c.  580. 

Di  la  razón  y  no  digas  el  autor,  c.  28 1 . 

Di  tu  razón,  y  no  señales  autor,  c.  282. 

En  esa  razón  hinco  yo  mi  bordón;  ó  hincho  yo  mi  bordáiu 
c.  112. 

En  esta,  esa  razón.  A.  Alv.  Silv.  Dom.  2adv,  I  c,  §  3:  Ver- 
daderamente el  amor  con  que  en  esta  razón  se  ama  la  criatura. 

En  razón,  discreta  y  razonablemente. 

En  razón  de  ó  que,  cuanto  á.  Cacer.  ps.  1 1 8,  f.  2 1 7:  En  nato 
de  guardar  vuestra  ley,  ninguna  cosa  me  hace  estorbo.  Valderrama  , 
Fer.  5  Dom.  I  caar.:  En  razón  de  defender  sus  hijuelos  azonrse 
contra  un  milano.   Qaij.   1,29:   Desafíalle  en  razón  de  la  sinrazón 
que  os  hace.  Id.  2,16:  Hay  mucho  que  decir  en  razón  de  si  sod  fio- 
gidas  ó  nó  las  historias  de  los  andantes  caballeros.  Id.  2,45:  Vctú- 
mos  ante  v.  m.  en  razón  que  este  buen  hombre  llegó  á  mi  Úend^ 
Cacer.  ps.  16:  En  razón  de  serviros.  PersU.  2,14:  Las  culpas  qo* 
comete  el  enamorado  en  razón  de  cumplir  su  deseo,  no  lo  son  ^ 
razón  de  que  no  es  suyo  ni  es  él  el  que  las  comete.  Dos  ámC»' 
Habían  desafiado  al  padre  de  Marco  Antonio  en  razón  de  que  ^ 
había  sido  sabidor  de  los  engaños  de  su  hijo.  Suar.  Fiquer.  AnurU* 


Bi.  razón. 


327 


NI  solo  te  sucederá  esio,  mas  en  rizón  de  haber  con  tu  vana 
nosuní  afligido  i  Untos. 

Entrar  en  razones  con,  disputar.  Mal.  Chaide  Magd.  3,14:  En- 
ea razones  con  uno. 

Eavolverle  á,  en  razoneSf  confundirle,  que  no  sepa  responder. 
Es  justa  razón  engañar  ai  engañador,  c.  129. 
Eso  está  muy  puesto  en  razón,  razonable. 
Estar  á  razón,  á  razones.  QuiJ.  2, 1 6;  Estemos  á  razones,  San- 
Ven  acá,  en  qué  consideración  puede  caber  que.  Id.  2,49:  Este- 
i  nuón  y  vengamos  al  punió. 

Estar  en  razón,  ser  justo,  razonable.  J.  Pin.  Agr.  5,16:  Esti  en 
n  que  el  hijo  que  de  allí  se  engendrare,  sea  imperfecto  de  coni- 
Í6n. 

Estar  puesto  en  razón.  Qiiij.  1,1:  Pues  estaba  muy  puesto  en 
kjd.  2,2:  Eso  estaba  puesto  en  razón.  Id,  2,18:  Lo  que  más 
^^n  man  e'&tu  viere. 

tüacer  la  razón.  ^Dkese  por  beber  cuando  i  uno  le  hacen  brín- 
[  ide;  haré  la  rai<in).  c.  629.  Aceptar  Quij.  2,33:  Que  á 

Je  un  amigo,   qin.'  corazón  ha  de  haber  lan  de  marmol, 

Ro  hi^  Ib  razón.  Esteban.  S:  Empinaban  los  codos  y  hacían 


trpor  razón,  obrar  conforme  á  ella.  J.  Enc.  222:  Conozco  que 
ao  va  por  razón. 

k  puesto  en  razón.  Qaij,  1,25:  Que  lodo  cuanto  yo  he  hecho^ 

Dé  hiciere,. va  puesto  en  razón. 

Juta  razón,  engañar  ai  engañador,  c.  275.  No  hay  mejor  in- 

ESúo  que  encañar  al  engañador.  Galindo  B.  Q5. 

Lt  mala  razón  d^a  ta  ropa  sana  y  lastima  el  corazón,  c.  Id3» 

La  mejor  razón,  la  espada:  á  fuerza  de  villano,  hierro  en  mano. 

ido  b\t»  ta  juiíticia. 

it  razón  no  quiere  fuerza,  ni  la  faerza  quiere  razón,  c.  190. 

Midi  reine,  no  la  violencia,  y  también  dlcesc  al  darse  por  con- 

ido. 

í ,  ,.,  .^  ^g  ^g  ^  ^Q^  borrachos,  ó  á  los  locos,  rechazando  la 
p  ..  razón. 

MU  razón  tiene  gran  faerza,  6  ta  verdad,  c.  IQO. 

Ife 


Llegarse  á  razón.  Lis.  y  Ros,  3^2:  Agora  me  conieotas,  qiR  t 
llegas  á  razón. 

Llevar  la  razón,  tenerla  ó  creer  tenerla. 

Llevar  razón,  tenerla.  J.  Pin.  Agr.  18,12:  Razón  lleva  esta  doi 
trina.  Id.  5,24:  Lleva  razón  la  doctrina  común.  Id.   4,8:  Suidas 
tiene  por  desecativo  de  la  orina  y  de  la  saliva;  y  lleva  razón,  pue 
Lazar.  2,  p.  27;  Y  lleva  razón,  que  como  es  larga. 

Llevar  razón  en.  Quij.  1,24:  Pareciéndome  que  llevaba  raz« 
en  lo  que  decía. 

Más  daña  una  viciosa  razón,  que  enmienda  un  largo  sermó 
c.  448. 

Meter  en  razón,  discurrir  con  juicio,  alcanzar  un  asunto. 

Meterle  en  razón,  obligarle  á  obrar  ó  hablar  conforme  á  efli 
J.  Pin.  Agr.  6,17:  Al  cual  metió  su  padre  en  razón  diciéndole. 

Machas  cosas  parecen  sin  razón,  que  quien  las  sabe  ensíbm 
ñas  son.  c.  474. 

Muy  en  razón,  oportuno,  justo. 

No  avenirse  á  razones,  ceguera. 

No  hay  tal  razón  como  la  del  bastón.  (Es  la  fuerza  y  podo) 
c.  220, 

No  tener  razón  de  ser,  por  causa  ó  motivo,  sabe  á  francés;  di 
gase  sin  porqué,  sin  para  qué,  sin  porqué  ni  para  qué. 

Pedir  razón,  cuenta.  Pie.  Just  f.  32:  Si  les  pedís  razón,  cuna 
píen  con  una  de  pie  de  banco. 

Perder  la  razón,  el  juicio,  extrañar  mucho  alguna  cosa.  Lao 
Diosc.  5,1:  Perder  juntamente  la  razón  y  el  sentido. 

Ponerle  en  razón,  reducirle,  sosegarle  Cast.  H.  S.  Dom.  1,E 
40:  Ni  la  podían  poner  en  razón,  porque  no  la  oía. 

Ponerse  á  razones  con,  altercar. 

Ponerse  en  (la)  razón,  ser  razonable,  condescendiente. 

Ponerse  6  venir  á  razones  con,  discutir.  Cacer.  ps..80:  Venga 
mos  á  razones,  que  yo  dejaré  probada  mi  intención.  Id.ps.  105:  N 
quisieron  venir  á  razones  con  Dios.  Id.  ps.  4Q:  Una  vez  se  puso  Dio 
á  razones  con  el  pecador,  llegó  Dios  con  el  pecador  á  preguntas 
respuestas.  LEON/ofr.  9,14:  Quién  soy  yo  para  ponerme  con  fl 
razones?  MARQU./eras.  3,1:  Pónese  á  razones  con  otro. 


83.  razón 


329 


Perqué  si,  porque  nó,  razón  de  cofrade.  (A  los  que  no  saben 
rnzón).  c  398. 

Por  razón  d<r,ácsusa  de.  León  Brazos  Y  le  llaman  Brazo  de  Dios 
yaíiín  de  iqucstíi  victoria  y  venganza.  Dieo.  S.  Pedro  Cíirc, 
',  p.  22  Foukft,-Delb,:  Las  mujeres  deben  ser  más  obligadas  i 
i  kní  que  i  su  vida,  la  cual  deben  eslimar  en  lo  menos  por  razón 
r  lo  más,  que  es  la  bondad. 
Putsto  en  razón,  razonable.  D,  Veoa  (Paráis.  Encara.) 
Rozón  de  cartapacio^  la  que  se  da  estudiada  y  de  memoria  sin 
\ú  caso. 

^z6n  de  caria  rota.  c.  447;  el  escrito  6  discurso  que  ni  aU 
[ihdfsak),  cual  si  se  hubiera  tomado  de  una  carta  rola^  cuyo  sentido 
)  se  comprende. 
Üazón  de  Estado,  política  é  arte  de  gobernar  los  Estados  y  mi- 
níenlo en  t\  portarse.  Qtilj.  2,1;    Vinieron  á  tratar  en  esto,  que 
razún  de  Estado  y   modos  de  gobierno.  Navarrete  Con- 
t.  d  33:  Por  esta  causa  las  naciones  enemigas  de  España  tienen 
rbuera  razón  de  estado  irla  consumiendo  con  tas  mercancías  de- 
bía. 

PiKón  de  pié  de  banco.  [Así  llaman  á  las  que  son  dispaatadas). 
<V. 

ÍÍa¿ón  nataraí,  la  potencia  discursiva,  desnuda  de  otra  especie 
:  la  ilustre.  Ant.  Per.  Cari,  á  un  Sr.  Grande  y  Consejero:   Es 
I  trie  divinar  está  fundada  en  la  verdad  y  en  la  razón  natural,  que 
í  deben  anlcponer  i  cuantos  Platones  hay. 
f^ón  palea,  y  razón  porfía.  (Defendiendo  lo  iuslo;  breves  y 

I  refranes),  c.  477, 
ft»(Jn  tendes  vos,  Vasco  Fernández,  mas  naon  osten  de  va- 
'-  limita  el  castellano  al  portugués;  es  contra  tos  que  viotcnian  la 
ly  ¡Mlicia).  c.  477. 
ffttí4/!  tiene  el  negro  de  no  echar  agua  con  tres  asnos. 

ffazón  tiene  ía  de  Recio  en  ííarnar  pata  á  stt  hija.  c.  477. 
'!  vizcaína.  (La  vizcainada),  c.  622. 

•  -.»■«  y  eorotón  /tacen  buen  chuzón.  (Que  con  justicia  y  bitcn 
^íkrtcho  y  ínimo  para  defenderlo,  le  seriin  á  uno  armas  para  vencer 
■fHacdiaesfucrzoJ.  c.  477. 


330  OlílUEN  V  VIDA  DEL  LEUQUAje 


Razón  y  cuenta,  amistad  sustenta, 

Romper  con  la  razón,  obrar  contra  ella.  Cacer*  ps.  72; 
pen  con  la  razón  por  hacer  en  todo  su  voluntad. 

Salirse  de  la  razón,  del  asunto 

Ser  de  razón,  justo,  lógico. 

Ser  razón  que.  QuiJ.  1,1 :  Porque  no  era  razan  que.  Id.  1,1U 
Es  Tazón  que.  Id,  1^29:  Que  no  es  razón,  que  yo  esté  á  caballo  y..- 
csié  á  pié.  J,  Pin.  v4^r.  4j3:  Ya  que  habernos  salido  de  poblado  t 
lo  raso,  será  razón  que  rehagamos  la  barba  á  lo  que.  Quij.  Ij32: 
Que  me  conceda  dormir,  cuando   fuera  razón. 

Sigues  razón,  aunque  é  unos  agrades  y  á  otros  non.  c.  263. 

Sobrarle  la  razón.  Barbad,  Corr.  vic.  256:  Digo  que  les  soba 
la  razón. 

Sóbrale  la  razón  por  tos  tejados,  (Dícese  por  encarecimien- 
to), c.  2&5. 

Sobrarle  la  razón  á  espuertas,  á  montones,  por  encima  del» 
cabellos,  por  la  punta  de  los  pelos. 

$0  la  buena  razón  empece  al  engañador,  c.  263.  EJ  que  Hit 
á  engañar  usa  de  razones  aparentes. 

Tener  la  razón  desaparte.  Quij.  1,4:  Conñado  en  la  naíit 
que  de  mi  parte  tengo. 

Tener  razón-  Quij.  1,19:  Tienes  mucha  razón,  Sancho^  dljoDí» 
Quijote.  Id.  1,25:  Digo  que  en  lodo  tiene  v.  m,  razón.  Id.  2,40: 
Pues  á  fé  que  no  tenéis  ra2Ón. 

Tiene  razón  la  buena  mujer,  comióse  los  güevos,  y  dióla  tí» 
la  sartén.  (Quejarse  de  dos  daños,  como  tras  cornudo  apaleado;  si 
dijera  *  y  dióle  con  la  sartén»,  se  entendiera  que  ella  le  dio  á  él  a»- 
venganza  de  haberlos  comido),  c.  417. 

Tomar  (la)  razón,  asentar  ó  notar  en  resumen  cualquier  data  ^■ 
aviso  ó  encargo. 

Venirse  á  razones,  ceder,  transigir. 

Ya  es  razón,  mostrando  la  impaciencia  anterior  por  esperar. 

Razonable,  de  rationabílem,  rationabilis;  semíerudito.  L^ 
conforme  á  razón;  y  lo  aunque  no  acabado  con  alguna  perfecdón^ 
mediano  y  que  contenta.  Qu/y.  1,41:  Aun  más  de  aquello  qu^ 
sería  razonable.  Id.  1,7:  Llegó  una  razonable  cantidad.  Id.  1,23:  ^ 
á  fé  que  debe  de  ser  razonable  poeta  ó  yo  se  poco  del  arte. 


83.  razón 


331 


\£s  menas  roíonabíe  que  una  muta  falsa,  dd  que  no  puederv 


i  Job 


iZonal»l-eJ[»,  pnzoiinl»lpj<-ori-azo.  Pk.  Just  !ntr. 
haber  sido  engendrados  de  un  ingemo  razonablejonazo.. 
1,1:   Le  dijo  algunos  conceptos  razonablejonazos*  A.  Mend* 
pL  13;  V  llene  de  másá  más  /  con  razonablejo  ardor    para 
iccesidade$/csle  requiebro  frisón. 
Dc»-raxotinble.  Navakk.  Man.  23JJ4:  Y  esta  pasión  de  ira 
ser  nuooablc  y  desrazonable. 

MZon-4iP,  discurrir  con  la  razón  declarando  un  Gonccpto» 
r  COCÍ  razoneSf  en  general  hablar.  Qaij.  ],2S:  Iba  muerto 
razonar  con  su  amo.  Gahit.  5,  p.  G5:  Ratonando  en  diversos 
icntos  que  á  los  dus  habían  sucedido  (como  hablar  en)^ 
17,1:  Declara  agora  estotnismo  más  y  razónalo  y  dice. 
;i:  Responder,  en  la  lengua  original  en  que  esle  libro  se  es- 
lióse loma  por  razonar  ó  hablar  con  otro.  Id.  34,31:  V^iétvese 
propiamente  á  razonar  con  Job  y  á  amoneslarle  en  esta& 
ybns. 

Rnzori-ndo.  como  adj.  el  que   razona  fundado   en   razón. 
ÍH.  Ágr.  22,2:  Muy  rníonado  habéis  andado. 
Ruonamienío.  Lope  Amor  fon  vista  1:  Atenía  á  la  cara  estoy, 
i  que  fli  libro  razonado.  Suar.   Fiüuekoa  Discurso:  Con   razo- 
obsccnos, 

»-rnzunnfla,  qiie  raiona  bien.  OiVa/].;Poriiiie  era   en. 

corles  y  bicnrazonada.  J.  Pin.  Agr.  S,14:  Loi  que  se  meten 

r  tos  discordantes  deben  ser    bien  razo  nados.  Leos  Job- 

lamente  por  ser  bíenrazon*do.  Q¡tan>:  El  mo/o  e^  di«- 

w;m. razonado.  J.  PjN.  4^-  9,2S:  Puraque  los  alegres  seatl 

los  y  bien  razo  liad  os. 
!al-rnz«>iKicto.  El  que  razona  mal.  Corr.  140:  Kcha  fuera 
que  corta  mi  yerno.  {A  los  malos  trinchantes  y  malrazo* 


[Razoon-iiiioiito,  aclo  de  razonar  y  oración.  QuiJ.    1,1 1: 
gud  inubJ  razonamiento  á  los  cabreros. 

I-ero,  hablador.  D.  Veoa  Serm.  2,  p.  125:  Eu  Marta 


'Sln-PMBÓo,  cosa  falta  de  razón»  in|usticia,  injuria,  disparale» 


332  Origen  y  vida  del  lenouaib 


A.  Alv.  Silv.  Dom.  ram.  2  c.  §  2:  A  este  punió  de  sinrazón  y  bnfa 
había  llegado  aquel.  Leon/oü  24,1:  Porque  habiendo  sígnifictdoli 
'Sinrazón  con  que  sus  compañeros  le  culpan.  Persü.  1,2:  Te  coohri 
las  sinrazones  que  la  fortuna  me  ha  hecho.  A.  Moral.  7,i:  Confioa 
las  sinrazones  con  que  nos  alborotaban.  Jarque  Miseric.  35,2:  Revot- 
vemos  impacientes  con  sinrazones  sentidas  y  descorteses. 

Hacerle  una  sinrazón.  QuiJ.  1,2Q:  Desafíalle  en  razón  de  li 
"Sinrazón  que  os  hace.  Torr.  FU.  mor,  7,6:  Hacer  muchas  sinnzoDO 
y  maldades.  Persit.  1,2:  Te  contaré  las  sinrazones  que  la  fortun 
me  ha  hecho. 

Ración.  De  rationem,  erudito.  Porción  para  el  alimento  a 
una  comida.  QaiJ.  1,2:  No  había  en  toda  la  venta  sino  unas  racione 
-de  pescado.  Id.  2,24:  Qente  advenediza  de  ración  y  quitación  tu 
mísera  y  atenuada  (la  comida  señalada  y  el  salario  en  dinero  de 
Triado). 

Acortar  la  ración.  (Vale  lo  que  suena,  y  trasládase  á  otn 
tnuchas  cosas),  c.  516. 

A  media  ración,  no  bastarle  lo  que  tiene  en  cualquier  menester 

Cortarte  la  ración,  atajarle  sus  atribuciones. 

Estar  atenido  á  ana  triste  ración,  á  nn  negro  jornal,  y  así  d 

otras  cosas  y  estar  atenida  á  una  triste  rueca,  ó  aguja  y  á  volunta* 

ajena:  habernos  de  estar  atenidos  á  lo  que  á  él  se  le  antojare,  c.  533 

La  mi  ración  apartada,  si  no  me  harta,  quítame  de  ban^ 
c.  185. 

Parece  que  le  dan  la  ración  en  dinero  y  se  la  come  en  cordWa 
del  muy  flaco.  Parece  que  le  tasan  la  ración,  del  muy  flaco. 

Por  una  negra  ración.  (Quéjase  de  servir  y  sujetarse),  c  603. 

Ración  de  hambre,  empleo  ó  renta  que  no  basta  para  comer. 

Ración  de  palacio,  quien  la  pierde  no  le  han  grado,  c.  477. 

84.  La  raíz  er  en  las  I-E  vale  movimiento,  y  se  halla  aplicada  j 
ínover  de  la  barca  con  el  remo  y  del  carro  con  la  rueda.  El  barco  d 
doble  remo  áit.^--^¡^-7¡z,  el  que  surca  el  mar  áXi-Vip-T¡c,  el  de  5o  reuM 
icevxrjXovT-op-o;,  el  remero  ép-é-Tir¡;,  ÓTr-Tjp-é-rric,  la  remada  ¿p-c-oU^j 
remar  ¿p-é-asiu,  por  Epsi-ytu  de  un  ¿ps-xci  el  que  mueve,  el  reu 
¿p£T-[JL¿;,  el  barco  de  tres  remos  Tpt-:^p-Y¡c.  También  vale  criuj 
úxijpéxi];,  como  en  skt.  araiis,  y  ari-ta  (ari-tar)  es  el  remero^arMroi 


S4.  remuSf  gabernare,  rota. 


333 


íori-tras  lo  qut  mueve,  remo,  y  que  empuja  ó  mueve,  como  adj< 

,  En  norso  y  ags.  ar,  inRi,  oar,  sueco  ara,  danés  oar^,  med.  ai. 

F-me,  b.  al.  rífm.ant.  al  ruo~dar,  í\.Ru-der  el  ceDio,  en  lit.  ir-k(as, 

riBMf  (>-/í;  en  irl.  tm-rad  remaban,  ramhaim  \  « row,  Iravel  •  En  la- 

1  Tú-tis  njvc,  ré'mtis,  por  "ret-mus  el  remo,  trl-r3m-is,  rem-tg-ium 

|bdo  el  conjunto  de  remos,  rem-lg-are  remar,  rem-ex  remera,  de 

rílle\'»r.  La  rueda  en  ski.  rathas,  lil.  ratas,  lat.  rota,  irl.  rotk,. 

Hit,  cimr.  rhodr  com.  roz,  arcm.  Mcf,  an(.  al.  rad,  galo  rc-/a.  El 

I  skt.  rath-ya,  zend  rat-iha,  ir!,  n'arf^  lat  rí^cto,  cimn  rhodawrt 

\tMxwg,  norso  refrf,  ags,  tíJí/,  k^Io  réd^,  petor-riUim  el  de  cualro. 

Iniedis.  /?dto  rueda  dio  rota-re  voltear,  rodar,  rota-tío  rolación,, 

Iní-iiía  ruedecilla,  rot-undas  redondo  como  rueda,  rotundl-tas 

[redondez. 

Gobernar  de  gubernare  ser  piloto,  gobernar,  posv.  gobiem-o, 
9berna-tor  piloto,  gaberna-culum  gobernalle.  Viene  del  gr.  xyp-jp- 
liM  llevar,  mover  la  nave  como  pilólo,  de  ir-  y  xií[tji-v¡,  cymba,  barca, 
léA  kjíba  euskéríco. 

En  irl.  reaiftaim,  rithim  es  correr,  derivado  de  re-th  cursus;^ 

B>  rtdtk  correr,  de  ret,  red  curso,  corriente. 

Recogiendo  los  nombres  que  emplearon  para  expresar  el  remo" 

lenguas  indo-europeas  hallamos  en  ski.  art^tra,  y  el  remero 

ir,  es  decir  ]o  que  rema  y  el  que  rema;  en  gr.  ¿prnjí;,  i\tex~\v^ 

Ik.  rt-mtíí,  de  donde  el  címrico  rwyf  y  el  cómico  rui/,  anl.  al. 

*"■    't>an¿5  rem,  en  ant.  lat,  tri'resmon—t^'.-i,^r^z;tn  anl.  al. 

-if?.  rodhor,  al.  Ruder,  norso  roedfie^y  remar  rodhr,  nied. 

\A.  rOtyen,  al.  Radtrn,  ags.  roHía/íi  norso  roa,  ir!.  fíi/W€  remo,  wi-ri7f 

cuntur»  lil.  irti  rcnjar,  irklas  remo.  En  latín  /on5a  el  remo, 

imcnic  estaca,  como  tofisiiía  esüica  para  atar  ta  barca.  En  norso 

ar,  de  donde  el  finés  airo,  tal  vez  emparentado  con  el  lil. 

reliaras,  wainra,  leio  airis  remo.  En  eslavo  ves-¡o  remo,  ves-tl 

I  -itJInrrf ,  serbio  voz/íf,  albanés  poí/Í  remar. 

El  timón  fui,  como  todavía  en  las  barcas,  uno  de  los  remos  que 
[■Olido  úeiría  en<)erc2aba  y  i^uíaba.  Por  eso  su  nombre  viene  del 
Ittremoó  del  delapatadel  remo.  Hn  toda  la  edad  media  sucedió 
I  ifeo  tanto,  solo  que  era  un  remo  mayor.  Como  se  sujetaba  á  la 
I  |Mc  derecha  del  barco,  se  llamó  en  las  germánicas  Steuerbord, 
'  tintiA  que  el  que  se  manejaba  con  ambas  manos  por  la  jmrtc  de 


334  Oriqen  V  VIDA  D£l  LseauAie 

'atrás  del  barco  se  dijo  Backbord;  en  ags.  steorbord  y  íiaectoi 
"Hasta  el  siglo  Xlll  pasó  lo  mismo  entre  las  naciones  románícaSj  j 
-¿6  aquí  tas  palabras  estribor  y  babor,  fr*  tribord,  babord,  il.  fti 
bordo,  babordo,  Véa^e  á  O.  Boehmer  (Prehist.  naval  artkitttk- 
re).  Los  pueblos  clásicos  usaron  en  las  grandes  naves  de 
timones,  uno  sujeto  á  la  derecha  y  oíro  á  la  izquierda;  costumbtt 
-que  no  parece  llegd  al  Norte  de  Europa, 

Asi,  pues,  el  limdn  se  dijo  en  gr.  xr¡9dXiav  de  ■¡njSííw  remo,  6  pro» 
■píamente  el  cabo  del  remo  á  modo  de  pié  ó  pata,  \it.  peda  huetla 
*pié.  En  ir!,  lae,  por  *íupef,  esU  iopata  pala  del  remo^  altané! 
f  opah  remo,  al.  taffe.  Con  esta  raíz  está  emparentado  el  irl.tot 
címr.  tlyw,  de  *Iupayo,  godo  Idfa  mano,  nuestro  antiguo  fuá  guante, 
como  SajíTjXw!;  en  Hesíquío  tiu  T77¡?aXíou  áx^Taviv,  el  cabo  del  timón. 
En  norso  styri,  de  donde  el  finés  tyyry,  ant.  al*  stiura,  ags.  sléor, 
"al.  Sfetter  y  Steuern  gobernar  la  nave,  navegar:  propiamenle  el  remo 
de  pala  ó  palo,  si  es  que  equivale  á  axaugó^  palo,  godo  staurs,  nw. 
sfaurr  ser  atado,  de!  esta  sujetar,  apretar  en  eiiskera. 

Así  como  la  lanza  endereza  el  carro,  el  timón  llamóse  tanibiíil 
la  lanxa  que  endereza  e!  barco,  en  gr.  ♦x^^Sspvov,  de  donde  gutet- 
num  gobernalle,  xupspviF^TTií  ó  gubernnfór,  el  timonel  ó  gobemwfií 
de  la  nave;  en  skt.   kübara,  kñbatf  lanza,  en  alb.  tcmón,  serbio 
■timun,  it.  tímone,  ca?t.  timón,  lat.  tierno,  la  lanza  del  carro  y  el  límín. 
La  pala  del  remo  en  pg.  y  anf.  cast.  /eme,  y  el  limón  ant.  cast.  y  fr- 
timón  tienen  la  misma  raíz;  lim-ón  de  lem-e,  por  analogía  con  tim-ón- 
En  Homero  o'(a)T^íov  timón,  y  oi(a)axe;-xy¡3áXía  (Hesich.),  son  el  skt- 
isha  tanza. 

Bien  se  vé  cómo  los  nombres  de  cosas  pertenecientes  al  carr^ 
pasaron  á  significar  cosas  del  barco.  Nueva  prueba  de  que  la  nav^ 
gación  fué  posterior  en  los  I-E  á  la  agricultura  y  labores  del  camp^ 
como  veremos.  Claro  está  que  el  remar  más  rudimentario  lo  hatls-' 
mos  en  los  australianos,  que  empernacados  sobre  troncos  de  arbolea 
empujan  el  agua  ó  reman  con  sus  manos;  lo  cual  pudiera  valer  par^ 
cruzar  un  río  de  poca  corriente  ó  un  brazo  de  agua  cualquiera,  conutf 
lo  hacen  también  los  negros  de  África.  O  con  los  pies,  como  lofll 
pescadores  del  Nilo  superior,  que  empujan  con  ellos  el  haz  de  palotf 
sobre  el  cual  van  sentados.  La  palma  de  la  mano  remedó  tanto  eC 
'primitivo  remo  de  madera,  como  el  bieldo  y  la  pala  de  todo  linaje 


85.  remo 


335 


;.  Los  salvajes  remnn  con  un  palo  cuyo  extremo  forma  pala. 

sdebntados  están  tos  esquimales^  que  emplean  áobXt  pala, 

í  los  canotstas  del  Norte,  que  de  ellos  lo  tomaron. 

U  reroOj  libremente  nwrncado  por  la  mano  para  cortar  el  agiia  ó 

fcrse  en  ella,  se  aviene  mejor  con  la  estrecha  canoa  de  corteza  ó 

ronco  ahuecado;  pero  no  tinto  con  la  barca  ancha,  para  la  cual 

9  de  descubrirse  el  remo  conocido  y  hoy  común,  que  es  una 

nca  apo>*ada  contra  una  alzaprima,  para  aprovcdiar  con  su    em- 

:  más  6nnc  la  fuerza  del  remero.  La  diferencia  de  conocimientos 

■|ko«  entre  Us   naciones   bárbaras  y  civülzadás  se  verá   bien 

^BdO  la  ancha  canoa  de  bs  islas  del  Pacifico,  en  la  que  bogan 

le  rcincroSy  con  nuestras  lanchas,  en  tas  que  bogan  tan  solo  ocho. 

otnbre  del  remo  en  euskera  ana-be  expresa  eJ  meter  las  palmas 

I  mano;  orra-un  cosa  como  la  palma,  ya  es  un  adelanto,  es  la 

achatada  para  que  mejor  e^tiibc  en  el  agua. 

La  rueda  tiene  tres  nombres  en  las  1-6:  1).  lat.  rota,  irl.  rotfi,  liL 

tos,  ant.  al.  rad,  al.  Rad,  al  que  responde  en  ski.  ratha  catto;  2) 

cakra,  gr.  xúxi-í*:,  ags.  kweohl,  fiweo^f,   hwewo!,  norso  htof:  y 

taluplicactón  en  prus.  kelfí/i,  e$l.  kolo,  ñor.  Ave/;  3)  arm.  dargm, 

w/»;,  irl.  drock,  de  ^drogan,  es!,  droga,  ruso  drogt  especie  de 

[O.  A  todas  (res  responden  verbos  que  significan  correr,  irl» 

ski.  caratft  gr.  Tpfi-/o>*  (V.  Carro}. 


Remo,  de  remus;  il-  remo.  prov.  rcm,  fr.  raine,  QuiJ,  1»39: 
toílosá  un  tiempo  los  remos.  Id.  1,11:  Todos  hombres  de 
,  (¡ente  de  remo, 
I  Uámansc  remos  los  miembros  del  cuerpo  brazos  y  piernas. 
At  remo,  oficio  y  condena  de  galeotes.  QuiJ,    l,3Qi  Que    todos 
^au  al  remo  en  la  turquesca  armada.  Id.  1,4):  Con  los   morillos 
!  t»c*tKin  iil  remo. 

,  Andar  ai  remo,  trabajar  sin  descanso  para  buscarse  la  vida. 
A  rtmo,  con  trabajo,  por  necesidad  ó  por  fuerza;  ó  á  remo  y 
llatü(fc^  A  reme  y  sin  stt€Ído,  trabaíar  sin  provecho,  alusión  A  los 


10  y  vela:  á  veta  y  remo.  (Navegarj  seguir,  huir),  c.  SOS. 
I  y  deseo. 


Dar  tos  remos  ai  agua.  QuiJ.  1,41:  Y  que  querUmos  dir 
remos  al  agua. 

Echar  al  remo,  condenar  á  galeras. 

Estar,  ir  al  remo  de,  cuidando  no  se  haga  mala  la  peisonj 
cosa,  y  del  que  trabaja  mucho  en  su  profesión. 

Rem-ap,  trabajar  con  los  rem-os,  y  metaf.  trabajar  mucbi 
con  dificultades.  Ovalle  H.  Chile  8,19:  Dejaría  de  remar  en. 
galeras  del  inñerno. 

Rem-ero,  el  que  trabaja  á  rem-o. 

Rueda,  de  r¿íta;  it.  rota,  ruota,  rum.  roata,  rtr.  roda,  roed 
prov.  roda,  fr.  (ruede,  ruee  y  rouer),  roue,  cat.  roda,  pg.  roda.  Qa^ 
1,14:  Con  su  rueda  Egión  no  se  detenga.  Id.  2,34:  Un  carro  delí 
rechinantes  ruedas. 

Metaf.  el  corro  formado  de  gente  al  bailar,  charlar,  el  círculo  qi 
hace  el  pavo  con  su  cola,  en  la  ternera,  salmón,  y  otras  carnes  y  pt 
cados  mollares  la  porción  cortada  en  redondo,  en  la  Gemtania 
broquel.  Qaij.  1,46:  Con  alguno  de  los  que  están  en  la  rueda.  I 
2,42:  Vendrás  á  ser  feos  pies  de  la  rueda  de  tu  locura.  Lope.  Lat 
Apolo  s.  9:  Porque  hay  pavones  con  ajena  rueda.  Rom.  Qerm. 
Y  en  cuanto  garló  á  éste  jaque,  /  Cinesa  colgad  del  golpe  /  esa  rué 
de  Orihuela  /  por  mengua  de  Cantarote. 

En  Castilla  rueda  es  también  canción  de  ronda,  del  andar  i 
dando  ó  rondando. 

Ande  la  rueda.  Galindo  509;  de  la  fortuna  y  sus  mudanz 

Ande  la  rueda  y  coz  con  ella,  juego  de  muchachos  en  nie< 
uno  fuera  á  quien  acocean  mientras  dan  vueltas  cogidos  de  la  mai 

Clavar  la  rueda  de  la  fortuna,  fijar,  hacer  estable  la  suerte. 

Como  la  rueda  de  la  fortuna,  del  veleidoso. 

Como  la  rueda  de  un  carro,  ponderando  una  sortija,  an 
etc.  grandes. 

Como  la  rueda  de  un  molino,  de  la  persona  que  da  mudí 
vueltas. 

Como  rueda  de  molino,  lo  redondo,  grande  y  pesado,  metaf. 
mentira.  Se  las  fraga  como  ruedas  de  molino,  comulgarle  con  n 
das  de  molino,  demasiado  crédulo. 

Comulgar  con  ruedas  de  molino,  decir  embustes  que  quisien 
tragaran  los  oyentes. 


j"n    rueda. 


337 


Oerk  d  la  raeda^  meneo,  conslancia  en  el  trabajo. 

Deshacer  la  rueda.  (Por  conocerse  y  huraillarse).  c.  579. 
Disc.  Fer.  4,  ceniza:  Que  rueda  de  pavón,  que  mirándose  á 
no  «  dc-shaga? 

Enraüía.  Bibt.  Galfard.  4,31 1 :  Siéntase  á  la  tnedia  noche  /  en 
edj  con  \ui  criadas. 

Húcerta  rueda.  ¡.  Pin,  Agr.  8,13:  El  pavo  vanaglorioso  hace 
kntUüóii  de  sus  riquezas  con  Eas  diversas  vislumbres  de  \o%  colo- 

ifesus  plumas,  cuando  hace  la  rueda. 

Hacerla  rueda  del  pavo.  (Por  mostrar  pompa  y  presunción). 
«29. 

Hcttrk  la  rueda,  adularle,  como  eí  pavoá  la  pava. 

Laqninta  rueda  del  carro,  no  hace  sino  embarazo,  c.  177. 

iutroeda  de  la/orítma,  nanea  es  ana.  c.  lí)0. 

Pura  todos  se  vuelve  la  rueda,  para  mi  soio  se  está  queda.  (Es 
de  tortuna  ó  de  molino,  dice  que  envidia  de  que  los  oíros  ganen 
aedrtfi).  c.  380. 

Ponerse  en  rueda,  en  corro.  Quev.  Mus.  S  b.  8;  Luego  puesto 
nmia/tlegan  iodos  y  lodas/i  dar  la$  norabuenas,/que  malas  se 
tonun.  Mirones:  Hombres,  mujeres  y  muchachos,  puestos  todos 
nidt,  y  en  medio  U  calabaza  en  el  suelo. 

QüM  Stf  rueda  unta,  sus  bueyes  ayuda. 

Ratáa  Caialina,  la  que  hace  mover  el  volante  en  ciertos  relojes. 

Rttda  de  Santa  Caíatina,  como  la  anterior,  y  la  que  los  satu- 
tonsse  hacen  estampar  cn  ci  cuerpo  y  fingen  tener  en  su  paladar. 

¡Iteda  de  la  fortuna,  inconstancia  de  tos  sucesos.  Oucv. 
3:  Puédese  esto  conocer  en  que  si  la  fortuna  vuelve  su 


Huda  de  molino,  la  piedra  que  rueda  moliendo.  QuiJ.  1 ,32: 
bm  con  un  dedo  una  rueda  de  molino.  Id.  2,29:  El  barco  que 
imodo  en  d  raudal  y  cana!  de  las  ruedas  (de  la  accfia). 
rodera,  la  que  vsú  metida  en  el  eje  sin  lecho. 
ftatr  en  rueda,  ocuparle  en  lomo  suyo  y  con  priesa.  NuÑ. 
'.40:  Pero  de  ningún  modo  se  permita  que  elija  y  deje  cada 
lüi  arbitrio  el  confesor  que  la  pareciere,  y  traiga  para  esto 

docena  de  confesores  en  rueda. 
Tragúruias,  como  ruedas  de  molino,  creer  disparates. 


338  Orioen  V  VIDA  del  ubhow^ 


Roda-ja,  dimin.  de  rueda.  QaiJ.  2,19:  Por  ventura 
quien  se  alabe  que  tiene  echado  un  clavo  á  la  rodaja  de  la  forfuai 
Persíl.  3,21:  Las  espuelas  que  no  son  de  rodaja.  Lao.  Diosc.  2,154: 
Su  raíz  es  como  una  rodaja  ó  círculo. 

Rod-ajo,  rod-aja,  polea  {Tesor.  1671). 

Rodaj-uela,  dim.  de  roc!aj-a. 

Rod-aje,  conjunto  de  rued-as. 

Rod-al,  terreno  de  corla  extensión,  que  Forma  rued-a  ó  corro.' 

Rod-aiiíi,  en  Álava  coniu  roldana  ó  rodete  para  la  herradi 
sobre  la  cabeza. 

Rod-aitcha,  en  Segorbe  lonja  de  pan,  queso,  tocinOr^ 
equimosis.  I 

Rod-ancho»  broquel  en  la  Germ.,  por  su  forma  de  rued-i,  i 
como  corp-ancho,  camar-anch-ón.  Rom.  Germ.  1:  Las  armas  qued 
jaque  lleva  /  diré  en  breve  relación:  /  balc'eo  largo  y  tendido,  /  ro* 
dancho  y  remollerón.  Carc.  Sev.:.  Pues  mi  navio  y  rodancho  /  átm 
buen  gusto  acomodo.  Lope  Circanc.  11,517:  De  rodela  y  de  rodan- 
cho. L.  Rueda  1,99:  AI  broquel  (llamamos)  rodancho. 

Rud-eñu,  en  caló  jerg.  jndividuo  de  la  policía,  á  quien  hajr 
que  rodear,  no  dar  con  él,  ó  que  rodea  y  ronda. 

Rud-ef*o,  que  pertenece  á  la  rueda,  mazo  rodero,  eíc. 

Rod-etc,  dimin.  de  rued-a. 

En  molinos  de  mucho  remanso  es  una  rueda  de  dos  cascos  ó 
medios  círculos  de  madera,  unidos  con  lañas,  y  fíja  á  un  cilindre 
que  encaja  en  el  medio,  se  mueve  con  el  agua,  cuya  corriente  entra 
y  tropieza  en  cuatro  ó  seis  huecos  que  se  le  dejan.  Villeo.  Erot  el.  T 
Has  visto  taravilla  de  molino/seguir  las  consecuencias  del  rodetéj 
/Pues  tal  era  su  lengua  de  contino. 

En  el  blasón  la  trenza  ó  cordón  sobre  el  yelmo  de  caballero  UM.' 
tiguo;  llámase  también  buruletc.  Avil.  t.  2,  pl.  53. 

Rosca  de  lienzo  para  llevar  sobre  él  en  la  cabeza  el  cántaro,  etc 
y  trenzas  en  el  pelo  que  se  enroscan.  León  Cas.  12:  Con  colorado 
con  azafrán,  con  esos  rodetes  de  cabeza.  Pie.  Jast.  2,3,2:  Y  un  ro 
déte  hecho  de  cabellos  trenzados  sobre  alambre. 

En  la  espuela  la  ruedilla  de  que  salen  los  pinchos.  CABR.p.  299: 
Espolear  el  rocin...,  y  él  va  tal,  que  aunque  le  entre  la  espuela  bastí 
el  rodete,  no  se  menea. 


85.  rodrigo. 


33a 


iRod-ete  ó  roll-cte  de  mujer,  modo  de  peinado  mujeril  {Tcsor. 

Como  rodete  de  viejo,  i!e  la  poco. 
^Rod-czno,  rueda  de  paletus  en  los  molinos  de  cubo  ó  en 

de  corlo  remanso.  De  nied-a.  QuEv.  Aíüs.  6  r.  35:  Aquí  miro 
|ii  hiera  /  que  el  rodezno  en  los  molinos  /  vuelve  en  harina  las 
;  las  piedras  al  trí^o,  P.  Vuüa  ps,  5,  v,  4,  d.  3:  Con  dos 

^.  ^.j.^jJos  de  una  soga  en  el  roder.no,  que  jamás  están  enlram- 
I  llenos,  cuando  tino  con  a^tia,  e[  otro  sin  ella.  O.  Qalan.  N.  Cast. 
fb^¡.:  Que  hace  girar  rodeznos  y  turbinas. 
fRod-nif>»  diiTiln.  de  riied-a.  Pato  redondo  para  arrasirar 
|ie  ¿I  por  tierra;  ú  de  piedra  muy  pesado  para  allanar  la  tierra. 

sr.  Agr.  2,5:  En  una  viña  hacer  dos  6  tres  ó  cuatro  suertes  ó 
lüics,  de  cada  linaje  (de  iiv,i)  el  suyo. 

Rod-U-cra»  en  la  Litera  de  Aragón  surco  que  abre  en  el  ca- 
bo la  nted-a  del  carro;  de  un   ♦rod'il,  adjetivo  de  rued^a. 

Rod-ina,  en  Titaguas  torno. 

IRlMcl-ecilliit  dimín.  de  riied-a.  Nieremih.  FU  oc.  2,1 1: 
bb  1.1  i\e  considerar  á  la  naturaleza  de  una  *1  otra  manera,  como 
jrarasola  una  ruedecílla  de  un  reloj  ó  todo  él,  entero  y 


ipd-czuelA,  dim.  de  rued-a. 
Uck]i<Í(;o,  de  rod-er-igo,  rueda.  Valió  horquilla  que  sustenta  y 
tías  parras,  del  rodear;  metaf.  es  el  porfiado  y  duro  negando, 
r.  Ca«K.  35:  Pera  que  dice  un  líodrijío  no  vale  un  NírO. 
I  Rodrígo.  (Por  dice  de  no;  Rodrigo  se  loma  por  duro,  rega- 
rSado).  c  582.  Alude  al  palo  duro  y  tente  tieso  llamado 
,  personificado  como  otras  muchas  palabras. 

Rodrigo.  (1.0  mismo  que  decir  tijeretas,  estar  duro  y 
0).  c.  482. 

Rodriic-a,  rodrig-o.  Maldonado  Agr.  1,3:  Tiene  necesidad 
livrinarlaü  á  alguna  rodriga  y  atarla  i  ella. 
KodFÍ|f*ar.  afian/ar  las  vides,  rodeándolas  de  estacas.  De 
tí-a,  rod-cr-íg-o,  (Covarr.  y  Neuriía). 

A-rrodrltf'ari  apoyar^  de  rodrtf-o.  J.  Pin.  Agr.  1  ,tS:  En 
1735  se  usa  arrodrigar  las  pan.is  y  sarmientos.  Id.  18,12: 
.1  c5t3  dücüina,  si  la  queremos  arrodrigar  con  los  dere- 


340  Oriocn  y  vida  ort  lcnouaje 


chos  que.  id.  23,24:  No  hay  contraste  contra  vuestra  corriente  i 
drigada  con  la  verdad.  Id.  5^42:  Con  lo  cual  podéis  arrodrigt 
teología  pagana.  Id.  1,3&:  El  arrodrigar  de  las  vastíg^as  sobre  1 
quillas.  Id.  31,34:  Si  la  arrodrigáis  con  otras  virtudes,  veréisla  trepar^ 
por  ellas. 

Rodri^-ón,  de  rodrig^o.  Estaca  para  apoyar  las  vid 
metaf.  el  que  acompaña  á  mujeres.  Corr.  334:  Que  sí  bebo  vino,! 
bébolo  con  razón,  que  á  la  parra  tuerta  póngola  un  rodrigón.  (RodiJ^ 
gón  es  un  palo  con  ganchos,  que  se  hinca  en  el  suelo  junto  á  I 
parra  para  ayudarla  á  sustentar  el  peso  de  los  racimos).  Herr.  ^J 
2,9:  Todo  rodrigón  sea.,,,  seco,  derecho.  Carc.  Sev.:  ¿Aún  no  bastij 
tener  el  pleito  á  cuestas,  sino  servir  de  rodrigón? 

Criado  viejo  que  acompañaba  á  fas  señoras. 

A-prodrig^n-^p,  poner  rodrigon-es  á  las  vides.  J.  PiN.  ^ 
Agr.  1,28:  Arrodrigonar  las  parras  y  sus  sarmientos,  que  es  levan- 
tarlos de  la  tierra  sobre  unas  horquillas  de  dos  palmos  en  alto. 

En-rodrig:on-ar,  arrodrigonar.  Herr.  Agr.  2,9:  De!  ea- 
rodrigonar  las  vides. 

Rod-ap,  de  rued-a,  rot-a,  rot-are;  it.  rotare,  prov.  rodir; 
fr.  rouer. 

Intrans.  Moverse  la  rueda  alrededor  de  su  eje  y  el  vehículo  ^ 
máquina  que  en  ruedas  va  montada.  Valderrama  Ej.  Fer.  2  d§m 
1  cuar.:  Como  una  rueda....  siempre  que  no  la  detengan,  va  m^ 
rodando. 

Moverse  cualquier  cosa  dando  vueltas.  Quij.  1,4:  Cayó  Roci 
nante  y  fue  rodando  su  amo  una  buena  pieza  por  el  campo.  Id.  2,8  S 
Dando  con  todos  ellos  en  tierra,  echándole  á  rodar  por  el  suel<3 
Cacer.  ps.  17:  Con  un  rempujón  os  apartaron  de  sí  y  aun  os  eclf 
ron  á  rodar.  León  Job  30,14:  Que  si  cae,  viene  á  lo  bajo  rodandc 
Enfret.j.  3:  Tropezaran  aquí,  y  allí  rodaran.  Zamora  Mon.  ná9i 
pte.  2,  pte.  2,  Simb.  10:  Pero  el  enamorado  va  rodando  por  i* 
pozo  angosto.  Marm.  Rebel.  4,35:  Como  unos  mozuelos  quisiese 
ir  donde  ellas  estaban,  poniéndose  en  defensa  echó  á  rodar  la  pied-i 
por  la  escalera  abajo. 

Caer  el  caballo  hacia  adelante  al  andar,  por  dar  una  rodada  n*-^ 
yor  ó  menor  según  corría.  Así  en  Argentina. 

ÍAetaf.  pasar,  volverse  los  acaecimientos,  venir  vanados,  y  eoír^ 


85.  rciiar. 


341 


MeiÍa  //.  imp.  Val  2*,  c.  2:  Rodaron  las  cosas  de  ma- 
i  que  los  godos  se  apoderaron.  León  Job  1 1  vers.;  Y  sí  rodare  el 
hpo.  Zaíwka  Mon.  mist.  ptn.  2, 1.  3,  Simb.  5:  U  vida  conserve 
I  ácmás  ruede.  Id.ptc.  7,  S.  Tom.:  Y  que  de  padres  vaya  siempre 

^úo  i  hi}os. 
lAndar  porahf  vagueando.  G.  Alf.  2,2,4:  Rodando  y  lron)picati- 
la  hambre,  di  coniingo  en  el  reino  de  Ñapóles.  Mirones: 
,  c$  una  Ntiiive,  es  otra  Fkbilonfa:  de  lo  que  iiieds  por  esas 
si  hay  quien  Jo  nolcj  cida  hora  puede  hacerse  una  corónica. 
[Abundar  hasta  ser  menospreciado.  Cabr,  p.  474:  El  íriijo,  cuan- 
;  hay,  anda  rodando..,.;  mas  si  falla.  Cáncer  Obr.  poet.  87: 
núe  rueda  la  comida.  Tamavo  Mosír.  n.  1 38:  En  su  casa  andaba 
nda  la  comida,  Avala  tí,  Antic.  1^5:  &n  su  casa  ruedan  los 
Res,  se  menosprecia  el  oro,  se  pisa  la  seda. 
Trans,  Mirones:  Por  rodar  una  linaja  ó  por  pasar  de  un  barrio 
1  im  cofre  medio  vacío»  Zaiial^ta  Ota  f.  1,11:  Con  ondas  que 
an  inmundicias. 

V^UíCRRAMA  Ej.  Fer,  5  (fom.  t  cuüT.:  Porque  en  diii- 
Ündosc  tantito,  se  rodarían,  y  dando  en  ct  sucio. 
En  Honduras  dar  en  el  suelo  con  una  persona,  animal  O  cosa 
'         olpc:  Se  lo  rollaron  ó  apearon. 

rodando,  ahimdar.  J.  Pin.  Agr.  32,8:  Para  lodos  estos 
I  d  dinero  rodando  por  casa. 

á  rodar,  no  hacer  caso.  Quij.  1 J6:   Echando  á  ro  'ar  la 
sd,  dtó  el  retorno  .1  Sancho. 
Bcitario  todo  á  rodar,  desbaratar  un  negocio,  encoleri/arse  con 
i  minintenlo.  (Donado  fiabl,  1,4). 
Ofldo  cada  cacho  por  su  íado,  desmoronándose,  desapa- 

Rorfj/íí/íí  como  cántaro  boquina  (desbocado),  como  canastillo 


nado  por  ahí,  ó  por  vsos  mundos  de  Dios,  del  sin  morada 
Lquc  vive  de  trabajo  no  fijo. 
Podaré  en  su  servicio.  (Hacerlo  con  voluntad),  c.  623. 
Iháar  la  fortuna,  succdcrie  bien  á  uno. 
Hodar por  arsa.  (Haber  abundancia  de  cosas),  c.  623. 
Mhlor por  el  mundo,  camiuar  muchos  lienas.  Canc.  Obr. poet 


Nacim.:  Dijo,  con  saber  profundo  /  que  es  bien  que  á  todoi ! 
bre,  /  aunque  no  es  hijo  segundo,  /  vaya  y  ruede  por  el  muí 
porque  así  vendrá  á  ser  hombre. 

Rodar  por  el  suelo,  ó  los  suelos,  abundar.  Cacer.  ps.  6 
falta  de  escritorios,  ande  rodando  It  plata  y  el  oro  por  el  sucio 
tiae  si  affiuant. 

l^Rodar  por  el  suelo,  andar  algo  despreciado.  Fons,  V^  Cr 
Apiadóse  de  ver  atropellada  de  una  mujercilla  la  columm 
Iglesia,  y  de  que  el  que  poco  antes  había  blasonado  tantc 
amor  y  de  su  fé,  rodase  con  tan  lijera  ocasión  por  el  suelo. 

Rodársele  de,  caérsele.  L.  Grac.  Crit.  2,3:  Ni  á  vosotros 
cosa  en  las  manos,  todo  se  os  rueda  de  ellas. 

Ruede  la  bola,  y  aun  añaden:  hasta  que  se  quede  Jija, 
las  cosas,  no  importarle  lo  que  ocurre. 

Rod-ado,  particip.  de  rod-ar.  Como  adjetivo  díccse  < 
guaje  y  de  otras  cosas  por  corriente,  fácil,  que  parece  rueda. 
j.  3:  Cristina  ¿yo  no  te  he  dado  /  como  poeta  rodaáo  /  del  ei 
la  maraña?  Gracian  Espir.  S.  Ter.  5:  El  lenguaje  purísimo  ; 
más  elegantes  en  lengua  española,  que  quizá  muchos  letra 
acertaran  á  decir  una  cláusula  rodada  y  bien  dicha,  como 
dice.  Zamora  Mon.  míst.  pte.  7,  S.  Pedro  y  Pablo:  Que  ni  a 
retóricos,  ni  cláusulas  rodadas,  ni  tropel  de  palabras.  D.  Vec 
Fer.  6,  ceniz.:  Con  que  parece  que  así  iba  el  lenguaje  más  re 

Capa  en  el  caballo  con  manchas  negras,  como  lisias  red 
en  rueda.  Quij.  1,21:  Sobre  un  caballo  rucio  rodado.  Tafur  Í 
animalia  que  llaman  araña...  e  rodada,  las  ruedas  blancas  e  ar 

Privilegio  rodado,  que  tiene  el  escudo  real  en  rueda. 

Venirle,  caerle  rodado,  muy  bien,  á  propósito.  Bibl.  C 
1,884:  Coches  hubo,  unos  que  fueron  /  á  ver  la  festivid 
otros  á  quienes  rodado  /  se  les  vino  lance  igual, 

Rod-ada,  acción  y  efecto  de  rod-ar  el  caballo,  dar  una 
Huella  y  señal  de  la  rued-a  por  donde  pasa.  En  Aragón  devi 
de  un  monte  ó  bosque,  hacer  una  rodada  inutilizar  un  ai 
cortándolo  raso. 

Rodada  de  cwnino,  vuelta  del  camino.  {Tesor.  1671). 

Rodada-mente,  fácilmente.].  Pin.  Agr.  32,19:  Tí 
damcnte  alegáis  los  doctores  que  queréis,  que. 


85.  rodar. 


343 


c*  ¿i 


Roíla-dopOi  que  rutda  fáctimeníe. 

lloüa'fUz»,  qu^  medí  r.ícümenle. 

Riiotla-balsas.  en  U  üíc  .i  de  Aiagón  eí  insecto  caballito] 

>(iit:  .in.l.i  rod '.i miólas,  r.iJeár.dolas, 
iiu(l;ii-hina,  girándula  en  Colombia,  etc. 
"  i  ':i-jnriritA. 

'  I  i;i-|»i.-l«(o),¿i  conlrapcJo;  ícJopelo  conlaniínado  con  roda-.! 
RoHa-pié,  paño  con  que  se  aibren  al  rededor  los  pies  dej 
:  i^-^as.  ele.  De  ruedo  y  pié.  También  el  friso  cerca  det  sue- 
'^f"T.  mlst.  pte.  7,  S.  Mat.:  Ni  los  cojines  de  cannesi  son  ^ 
r  .c  ían  infame  como  nn  alma  en  pecado. 

V  uiü  banqucUlla  de  cania.  (Tcsor.  1671). 
"■"'I-a,   posv.  Je  roil-ar,  turno,   acción  de   rod-ar.   A.  Alv,  ' 
._    '/iji--  5,  c:  Aldabada  la  rueda  ile  sus  conviles  (de  los  hijos  | 

Jol». 

Rucü-o,  p  -v.  tk  rod-ar.  ürilio  de  ropas,  orla,  y  esterilla  re-  ] 

C<*nv€nc,  2,7,  g  I;  Permitiese  que  le  locasen  el  ruedo 

>  PoiS.  p.  KH;  V  yo  en  viendo  la  basquina  /  muy 

i>  canneií  X el  ruedo:  perdone  e!  diablo/ que  no  le 

''     ■■■'..  las,  año ¡630,/.  26:  Oída  ruedo  de  dos  píd- 

donde  se  hace  la  lidia  ó  redondel, 

'^rutdo,  al  de  la  plaza  de  torus,  ó  lugar  donde  se  lucha  ó 

1  .,í.  ..../.    .,  ,^^j^  ^.,;3^  meldíora  del  rodar  ó  rodear  enlera- 
1  con  s?i  1,'utroncs  corrientes  y  molicnfe^  á  lodo 
Casom.  ení¿.  El  cual  de  luengos  tiempos  atrás  era  su  amigo  á 
do.  Alcalíf.  Dog.:  Oistiano  viejo  soy  á  todo  ruedo.  Col. 
ij  s-u  amigo  i  Iodo  njedo. 
R<mI*o,   variante  de  rucd-o,   pusv.  de  rúd*ar.  En  Salamanca 
•\  que  u«<m  los  charros. 

'     :¡a,   rodauJo.   Valdcrrama  EJ.  p.  2,  c.  8, 

logalo  y  deleite,  que  aun  apenas  se  hallaron 

i  tan  de  sobra  y  ú  rodo.  Est.  Calo.  Esc.  and.  275:  Pa- 

'J^  io  la  mano  derecha  á  rodo  y  contrapelo  por  los 

-■''  '  ■  \q  duré  á  iodo  íima  c  (o  Irahcre  artodo  (redon- 

j).  Bibi  Gallaré.  4,  1531:  Había  en  abundan- 

uvDda 


344  Origen  y  vida  del  : 

Roda,  en  náut.  un  madero  curvo  de  proa. 

Rod-al,  en  náut.  paraje  ó  porción  de  algo,  rodal  de  alg;i, 
de  arena. 

En-pod-ap.  castigar  arrojando  sobre  una  rueda  de  navajas. 
Coloma  G.  Fl.  Q:  Y  á  cinco  que  quedaron  en  prisión  se  supo  des- 
pués que  los  habían  enrodado,  como  á  públicos  salteadores.  Orím. 
milit.  año  1728,  2, 1 3,23:  Los  que  cometieren  hurtos  con  muerta 
serán  enrodados  ó  descuartizados.  Hortcns.  Mar.  i.  268:  Son  como 
los  enrodados,  arrojados  á  los  perros.  Barbad.  Cab.  perf.  i.  82:  Y 
de  lo  que  había  declarado  uno  de  los  bandidos,  que  murió  enrodado 
en  Milán.  Id.  Con.  vic.  244:  Querría  que  le  enrodasen  y  atenaceasen. 

En-pued-o,  ruedo  labrado  en  prendas  de  vestir.  Zabalctx 
Día  fiesta  1,2:  Pide  los  guantes  y  dánselos  con  unas  vueltas  labra- 
das de  tantos  enruedos  hermosos,  que  no  acierta  la  vista  á  salir 
de  ellos. 

Son-podapse,  atollarse  las  rued-as.  G.  Alf.  1,1,1:  Aquí  ha 
parado  el  carro,  metido  y  sonrodado  está  en  el  Iodo  (metafor). 

Rod-eap,  frecuentativo  de  rod-ar.  La  idea  es  la  de  dar  vueltas 
como  la  rueda,  después  se  generaliza  por  moverse  y  recorrer,  y  me- 
tafóricamente buscar  medios  amañándose. 

Intrans.  ir  por  camino  más  largo,  que  el  de  la  línea  recta,  que 
es  dar  un  rodeo.  Q.  Benav.  I,  314:  Eche  por  esotro  lado,  /  aunque 
rodee  un  poquito.  Bañ.  ArJ.  2:  No  por  ahí,  que  rodeas.  Alcaz.  Cron. 
dec.  1,  año  3,  c.  2,  §  3:  Hubieron  de  rodear  por  caminos  desusa- 
dos y  muy  fragosos. 

Mefaf.  CABR.p.  336:  Todos  los  pecados  rodean,  para  de  un  vido 
venir  á  parar  al  otro  su  contrario. 

Hablar  con  rodeos  ó  circunlocuciones.  Lope  Pere^r.  prol.:  Los 
que  desean  hacerse  famosos,  murmurando  rodean,  escribiendo  ata- 
jan. CiENh.  5.  Borja  dedic:  Se  hallan  en  la  razón  como  inspirados 
los  grandes  pensamientos,  sin  rodear  por  los  discursos  dilatados. 

Rebullirse.  Qaij.  2,60:  Con  las  manos  le  tenía  las  manos^  de 
modo  que  ni  le  dejaba  rodear  ni  alentar. 

Trans.  andar  al  rededor  de  algo,  como  rueda.  Quij.  1,17:  La 
rodeó  (dio  la  vuelta  al  rededor  de  la  venta).  Id.  1,41:  Rodeé  muy 
bien  y  á  mi  placer  todo  el  jardín.  Calder.  Día  mayor:  Un  Padre  de 
familias  /  dueíio  de  cuanto  rodea  /  el  sol  en  líneas  de  luces. 


v? 


85.  rodear,  345 

QuiJ.  2,5:  No  vamos  á  bodas,  sino  á  rodear  el  mundo. 

ccd  ñ  vucstias  grandes  hazañas  que  corren  y  rodean 

abwrto  de  la  tierra.  Leo^  Job.  28,4:  Tanto  qíie  con  sus 

i  rodearon  cl  mundo.  Id,  Amaiio:  Y  que  rodeó  la  ciudad 

iisjosa,  y  que  le  halló.  Quij.  t,36:  Con  los  ojos  andaba 

iodos  los  lugares  donde  atcanz^iba  con  la  vista.  León  Cq$. 

I  los  ha  sacado,  rodea  lodo  el  ai  re  votando,  y  trae  al^rc 
►  que  ¿1  desea  comer.  O.  Pí-rez  Odis.  9:  No  sin  admíra- 

i  Esta  y  (an  fértil,  fuimos  luego  A  rodearla, 
imino  mis  largo,  dar  un  rodeo.  Leom  Nombr.  t.  2 
Llea  otra  vez  el  camino,  por  no  (ornar  á  caer.  G»  Alf, 
trie  impedido  el  paso,  rodeaban  otra  media  (legua)  por 

'en  tomo  ó  en  rueda  de  algo.  Quij.  1 .21:  Todos  le  sigan 
odo  yoccs.  Id.  ],37;  Rodearon  i  la  mora.  Id.  1,45:  \jys 
I.  Luis  rodearon  á  D.  Luis.  Id.  2,33:  Todas  las  doncellas 
Qa  Duquesa  la  rodearon.  Id.  2,60:  Más  de  cuarenta 
rivos,  que  de  improviso  les  rodearon, 
[torno  de  algo.  Quij.  1,52;  La  mejor  ínsula  que  el  mar 
\Mm  Jesús:  Que  te  rodea  lodA,  apiadindoíc  de  1f  toda. 
^sq.  5^64:  Por  todas  partes  el  soberbio  pino  /  de  mu- 
¡el  furor  rodea. 

|bBccr  que  dé  vueltas  una  cosa  ó  se  mueva  sobf^  su  eje 
Qitij.  2,-11:   Le  tentó  la  clavija,  que  ficilmcnte  se 
'  daba  vudits).  Obreg.  1 ,5:  Y  rodeando  la  capa  al  brazo. 
Sin  poder  rodear  Ea  muía  á  una  ni  Á  otra  parte.  Id.  1,21: 

una  parle  y  k  oira,  buscíndolc  el  encaje. 
\\  'cva.  Valhükrama  Ej.  Buen  ladr.:  Cuando  en 

L-  callan  !os  hombreíi,  j^iie  no  pueden  rodear  la 
9m.  aib.:  Quien  hizo  rodear  con  tanta  íaciHdad  una 
pesada. 
?ner  6  buscar  con  maila.  Quij,  1,26:  Si  la  fortuna 
^cosa£  de  manera  que.  Sclvog.  Iü3:  De  tal  manera  to 
'  la  fortuna,  que  en  vuestras  manos  mi  vida  ó  muerte 
•^A  EJ.  Jaev.  3  tSom.  caar.:  B  rodeó  y  dispuso 
L.  CeJest.  XU,  p.  J  37:  OSrno  k  \me  creer  que 
Vtí  cumplía  ddcauade  yr,  y  era  por  mí  seguridad!  Q>tícn 


346  Origen  v  vida  del  i 


supiera  assi  rodear  su  prouecho,  como  yo?  Id.  p.  142:  Lo  qaekl 
vieja  traydora  con  sus  pestíferos  hechizos  ha  rodeado  y  fecho.  Cnm.  ■ 
S.  Fern.  15:  Con  su  buena  industria  y  saber  ella  lo  rodeaba  y  ma- 
ñeaba todo.  S.  Ter.  Fiind.  12:  Tenía  tan  presente  aquel  Señor,  por  ■ 
quien  padecía,  que  todo  lo  más  que  ella  podía  rodeaba,  porque  no 
entendiesen  lo  mucho  que  padecía.  Cckst.  VI,  p.  69:  Que  si  anda! 
rodeando  su  vestido,  haze  bien;  pues  tiene  dello  necesíidad{bus*) 
cando  cómo  le  den  una  saya).  Ovuído  H.  Ind.  46,22:  Todo  aquello  | 
fué  rodeado  por  malos  e  por  la  inadvertencia  e  mal  consejo  del  go-  \ 
bernador.  Zabaleta  Error  34:  Piensa  el  poderoso,  que  con  susten- 
tar sus  hijos  y  criados  cumpHdamente,  rodeó  muy  comodebiasn 
obligación. 

Reflex.  dar  vueltas.  León  Príncipe:  Y  ansí  el  uno  come  el  otrost 
rodea,  como  sobre  quicio. 

Menearse,  bullirse.  G.  Alf.  1,1,4:  Yo  llegué  tan  molido  que, 
dando  en  el  suelo,  no  me  pude  rodear  por  un  gran  rato.  Valderrama 
£/'.  4  dom.  cuar.:  Sin  rodearse  casi  los  animales  con  tanto  mal  olor. 
Id.:  Porque  es  el  hombre  como  el  madero,  que  cae  en  tierra,  que  no 
puede  rodearse.  Id.  Fer.  4  dom.  4  cuan:  Parado  y  sin  rodearse  de 
un  lugar.  Id.  Cruz.  Pues  sois  tan  pesada,  que  no  os  podéis  ro- 
dear. ToRR.  FiL  mor,  6,2:  Caído  en  un  lado,  que  ni  tiene  saber 
ni  fuerza  para  rodearse.  Valderrama  £/.  Ceniz.:  Los  tenía  absortos, 
sin  poder  rodearse  del  lugar  donde  estaban. 

Metaf.  L.  Rueda  II,  93:  Mas  como  se  rodea  mi  gente  en  hacer 
hacienda;  todos  duermen  en  Zamora. 

Ponerse  al  rededor,  con  de.  Qaij.  1,32:  Y  rodeámonos  dél  más 
de  treinta.  Cabr.  Mierc.  6°  caar.  2:  De  vos  se  rodean  luego  y  OE 
toman  en  medio. 

Hacer  que  se  pongan  al  rededor,  de.  Leoíí  Job.  14,9:  Brotará  poi 
mil  partes  y  se  rodeará  de  ramos  y  hojas. 

Más  vale  rodear  que  malpasar.  (El  vado  crecido),  c.  456. 

Más  vale  rodear  que  no  ahogar,  c.  456. 

Más  vale  rodear  que  no  ahoyar.  (Ir  á  la  huesa),  c.  456. 

Rodearse  las  cosas,  parar  en  buen  ó  mal  término  por  camine 
no  esperados. 

Rodea-brazo  (á),  dando  una  vuelta  al  brazo  pan  arrpjia 


85.  rodtar 


347 


con  éL  Ovicoo  //.  Ind.  20,8:  Tiran   una  piedra  á  rotteabi'azo 
¡ecia  f  cierto  y  lejos. 

Rode-o,   poív.  cié  rodc-ar.  Acción  de  rodear  fisícameníc  cn 
sus  acepciones.  Villav.  Mosqu.  b,3Ai  La  negra,  sombra  de  su 
pisa.  /  de  tierra  muchos  pasos  en  rodeo. 
Camino  largo  y  no  derecho,  y  vuelta.  León  Cas.  intr.:  Enderece 
•'■yi  por  lodo»  los  nulos  pasos  •*€  e.^te  camino  y  por  todas  las 
y  rodcw  de  éi.  V'aldeííhama  EJ.  Sob,  doni.  4  atar.:  Y  5e 
or  lo?  rodeos  y  l.-íberíntos.  J.  Pin.  Agr,  3,25:  TaiTtas  puertas 
-  rodeos,  y  vueltas  y  revueíias  en  él  había. 
'■'^  ?^«usas  y  dilaciones.  Pedro  Vrd.  1:  Siempre  fué  la  ver- 
eda /  por  atajo  6  rodeo.  Quij.  1^36:  Porqué  por  tantos 
í:*¡r'j<  dilatas  de  hacerme  venturosa. 

no  dcrecliau  ó  clans.  QiüJ,  2,60:  El  ciclo  por  extraños 

.  ...los  rodeos.,.,  suele  levantar  los  caidos,  An\.  líber:  Quizd 

;.ieyn  k*irv»,  lia  traído  h  fortuna  esíe  lodco  de  haberme  he- 

-^{ir  dcstc  háhiío  que  aborrezco.  Quij.  1 ,42:  Yo  querría  no  de 

'■  <inQ  por  rodeos,  dármete  á  conocer. 

JLKiuios  en  cJ  tiablar.  Qii(j,   1,11:  Sin   buscar  arlificioso 

Je  palabras.  Id.  1,33:  Andar  buscando  rodeos  pnra  decirle 
imientos-  Id.  2,2;  Bien  puede?,  Sancho,  hablar 
Li  jovJco  algimo.  CACtTTí.  p5.  105:  Andaba  buscando 
..    i...-  iu5  equivocas,   y  hablaba  por  rodeos.  Valderrama 
i^íiorr.:  Lo  cual  le  díJo  por  un  rodeo  maravilloso.  Lcon  Job 
^¿  Smo  que  sea  un  rodeo  de  hablar.  Caldch.  Con  gm^tt  vengo 
^nocs/ [>ori{uc  ad;-ertida  y  prudente»  /  rodeos  busca  talen* 
para  que  el  dolor  no  llegue.  Cac£«.  ps.  1 18:  Decidme  clara- 
vue«tra  voluntad,  no  andéis  conmigo  por  rodeos. 
tn  ta  Qcrm.  ¡unía  de  nrfíanes,  como  rueda  de  ellos.  Rom' 
"í.  10:  Y  se  juntaba  cn  rodeo  /  de  rufos  y  de  lagartos. 
¡iik  de  tinado  que  pasta  para  reconocerlo,  venderlo,  etc.,  y 
ir.  Asi  ea  Arycnlina;  pedir,  dar,  parar  rodeo. 
I ::[f  n  pisar  eí  rodeo,  en  Argentina  agnipnr  la  hadendfl  de^ 
^  ■,  n  un  lugar,  para  In  venta,  hierra  ú  alquila. 
rodeo  sin  deseo,  ni  atojo  sin  trabajo,  q.  209. 
íjinai  por  rodeos  anda,  con  arte  había.  (Tambicn  nota  A  los 


cultos  jerígonzos  que  nos  quieren  engañar  dando  AenteBdo'qM 
saben  y  no  lo  alcanzan),  c.  338. 

Sin  rodeos,  con  franqueza. 

Tiene  buen  rodeo,  (Por  el  que  ó  la  que  es  aliñada,  que  de  c 
rodeo  compone  su  casa),  c.  609. 

Venirse  con  rodeos,  tanteando  la  voluntad. 

Rode-ón,  vuelta  en  redondo.  Pic.Jast.  4,3:  Tras  esto  re 
noció  la  espada,  y  finalmente  dando  un  rodeón  al  chapeo  alzó 
ojos. 

A-ppodeap,  como  rodear.  P.  Veoa  ps.  2,  v.  13,  d.  3:  No 
sentimiento  del  hueso  insensible,  sino  de  la  telilla  que  le  arrodea. 
Al  tiempo  de  su  conversión  le  arrodeó  una  gran  luz  del  cielo 
todas  partes.  Id.  ps.  4,  v.  6,  d.  5:  De  las  tribulaciones  que  me  ai 
dearon.  Hoj.  Viaje  f.  1 50:  No  importa  nada,  que  poco  es  lo  qu 
arrodea. 

Arrodeo,  como  rodeo,  de  arrodear.  P.  Veoa.  ps.  4,  v.  í 
5:  Por  huir  dellos  dan  la  vuelta  y  hacen  arrodeos.  Guev.  M 
calv.  1,1:  Todo  estetan  largo  arrodeo  hemos  traido  para  de 
probar  cómo  el  hijo  de  Dios  fué  muy  sufrido. 

Rod-illa,  de  rotella,  dimin.  de  rota,  ó  acaso,  como  rodillc 
rued-a.  La  parte  de  la  pierna  que  la  une  al  muslo  y  en  que  con 
su  juego  de  ella.  Frag.  Cira].  1,51:  La  primera  se  dice  fémur, 
castellano  muslo,  y  comienza  desde  su  juntura  de  la  cadera  f 
ciendo  en  la  rodilla. 

Paño  vil  para  limpiar,  por  rodarse  y  arrastrarse.  Qaij.  2,32: 
dillas  de  aparadores.  Valderkama  Ej.  dom.  5  pas.:  Porque  la  i 
Ha,  con  que  friegan,  la  arriman  á  un  rincón  para  otra  vez. 

A  media  rodilla,  hincando  una  sola. 

Como  la  rodilla  de  Mariquita,  de  lo  que  mancha,  en  ve; 
limpiar,  y  aun  añaden:  que  deja  más  que  quita. 

Como  las  rodillas,  de  lo  muy  sucio,  del  maltratado  por  otr 
palabra  y  humillado;  ó  como  las  rodillas  de  cocina. 

Como  rodilla  de  cocina,  del  maltratado. 

Como  rodilla  de  fogonero,  de  la  prenda  sucia  y  mugríoita. 

De  rodilla  en  rodilla,  de  varón  en  varón. 

De  rodillas,  arrodillado.  Quij.  1,36:  Yo  de  rodillas  roga 
cielo.  Persií.  2,4:  Y  dio  consigo  en  el  suelo  de  rodillas. 


8S.  rodiUa, 


34Q 


f  la  rodíHa,  arrodillarse. 
tal  rodilla  con,  lener  t.il  grado  de  pareníeaco  con  olro. 
cr5  rodillas,  arrodillarse  L  Fcrn.  204:  Hinquémosle  las 


ia  rodilla,  acatar.  Sebast.  £!$/.  cler,  1,14:  U  hincaba  la 

de  rodillas,  ó  ponerse.  Qtdj.   1,1;  V  se  hinque  de 

I»  1,20:  S«  íiic  á  htticar  de  rodillas  ante  las  de  Don  Qui- 
l6:  Se  ítíeron  A  poner  de  rodillas  ante  Don  Fernando.  Id. 
no,  pucsío  de  rodillas. 

S filia  de  Mariparda,  más  me  ensucia  que  me  limpia. 
illa  de  Marl'Marlin,  limpióme  yo  d  ella,  y  limpiase  tila 

m. 

Ülla  de  Mañóz,  limpiaos  á  elía,  y  timpiarase  ella  á  vos. 

$tá  la  rodilla  que  ia  pantorrilla.  c.  448. 
9i  y  llegábale  á  la  rodilla,  c.  223:  No  era  nada  la 
I  llevaba  en  ta  mano. 
tto  de  rodillas,  rogar  con  todo  ahinco. 

tde  lana,  á  su  dueño  engaña.  (La  que  se  pone  en  la 
>/a  para  car^rsc  el  cántaro  ó  tablero  sobre  ella,  porque 
ita  al  cargarse  como  es  esponja  y  liviana,  y  inal  acomo- 
I. 
IUI*a<1n,  podill-ozo.  Qolpe  dado  con  la  rodilla. 
Ull-ero,  cosa  de  la  rodill-a.  J.  Pin.  Agr.  5,41:  V  pJega  i 
Brunos  nos  pongan  el  sayo  por  cabecera  en  la  cama,  ó  i 
flítnohada  rodiliera. 
Jl««ra,  sclíalcs  en  las  rodillas  de  estar  arrodillado, 
bu  calzas  ó  pantalones  junto  i  las  rodillas.  J.  PtN.  Agr. 
nta  cl  paje  con  rodilleras  y  ha  de  enviar  A  su  padre  por 
se  remendar.  Id.  30,27:  Va  ellos  están  en  pié  sacu- 
día capa  tas  rodilleras.  Id.  33,1:  V  lu  echa  unas  rodilleras 

í'ón,  aument.  de  rod-illa,  y  en  Colombia  el  de  mucha 

ll-udo.  de  grandes  rodillas.   Corr.  49:  Calla,  calla. 


rodilludo,  que  á  d«  tu  faltas,  yo  cumplo.  Herr.  Agr.  5,42:Nd  ndi- 
lliido  (el  toro). 

A-t*i*ocl¡U-ai',  de  rodilla. 

¡ntrans.  tocar  con  ella  en  tierra  cayendo.  L.  Fern.  228:  Verte 
en  tierra  arrodi!lar,/caer  mi!  veces  de  pechos.  Valderrama.  ^^  Fer. 
2  dom.  í  cuar.:  Veis  allí  aquella  calle  de  amargura,  adonde  arro- 
dillé con  el  peso  de  vuestras  culpas.  J.  Enq.  31:  La  cruz  á  cuestK 
cargado/arrodillando  y  cayendo. 

Hincar  la  rodilla  en  tierra  en  señal  de  sumisión.  J.  Pm, 
Agr.  4,22:  Estiman  y  honran  á  los  otros,  y  más  si  rompen  calan 
de  aguja,  porque  si  son  de  seda,  ahí  no  hay  más  de  que  arrodillen 
todos  delante  dellos. 

Reflex.  ponerse  de   rodillas.  Cabr.  p.  442:    Sino  para  arro- 
dillaros á  los  sayones.  Quij.  1,36:  La  que  á  tus  pies  está  arrodillada. 
Zamora  Mon,  míst.  pte.  7,  S.  Benito:  Qué  cosa  más  honrosa  que 
arrodillarse  á  un  rey,  á  quien  un  mundo  se  arrodilla. 

Caer.  Valverde  V.  Cr.  6,37:  Se  arrodilló  con  la  cruz  sin  podei 
dar  paso  adelante. 

Servir  á  otro,  humillársele.  Zabalcta.  Dia  f.  Estrado:  Aunqu  - 
se  arrodillaban  á  las  otras. 

Api*o<ÜIla-niíeiito.  Quij.  2,10:  En  esta  sumisión  y  arres 
dillamiento  que  á  tu  contrahecha  fígura  hago. 

Rodela,  del  provenzal  rodela,  it.  rotella,  ant.  fr.  róele,  fr.  rG 
uelle;  del  dimin.  rotélla,  de  rota  rueda,  por  su  forma  redondeads 
Quij,  1,7:  Acomodóse  luego  de  una  rodela.  Id.  1,37:  Embrazad 
de  su  rodela. 

Rodei-ero,  el  armado  de  rodel-a.  Inc.  Garcil.  //.  Flo^ 
1,2,10:  Otros  tantos  infantes,  entre  arcabuceros,  ballesteros  y  rodc 
leros  fuesen  á  descubrir  la  tierra  adentro. 

A-i'i'odel-ado,  rodelero.  Lop.  Ámete  de  Toledo  I:  S«te 
Don  Luis,  Don  Francisco,  Leoneio  y  Finardo  arrodelados. 

Roet,  del  antiguo  francés  róele  rodela,  de  rotella,  dimin.  cr 
rota  rueda.  Pieza  redonda  en  los  cuarteles  de  los  escudos  de  amuB- 
Arqot.  Nobl.  1,103:  Y  este  eradesíe  linaje  de  los  de  Castro,  derí 
cendiente  de  Diego  Lainez...  cuyas  armas  son  seis  róeles  azules  ^ 
campo  de  plata.  Lope  Mudarra  VII,  p.  482:  De  bandas  y  de  n^« 
les  /  el  paramento  bordado.  Id.  Desdich.  Esfef.  VIII,  350:  Sedo  tíemr. 


85.  rolh. 


151 


loerta  esos  blasotics/  y  en  e^e  campo  üzuI  esos  rocíes  /  ganados 
Iraríos  escuadronea. 
lo.  riH  fr.  roellc  diico,  (le  rotella;  pedazo  de  oro  ó  piala 
como  una  cizueüa. 
Kollo.  vulgar  y  castizo  de  rotíílus,  dímin.  de  rola  rueda,  lo 
no  que  rolde  y  rol;  íl.  rotólo,  ruotolo,  rullo,  prov,  rolle,  rolle, 
Sle,  pg.  rol.  rola. 

Cualquier  cosa  redonda  y  larna^  es  decir  lo  que  hoy  llaman  Ci- 
ro, asi  un  roílo  de  manteca,  de- tabaco.  MomtiÑ.  Art.  cocin.  f.  10: 
r  'fe  iiii  pnlnio  de  rite  rollo  de  tnasa  y  rccotíerás 

L .. :..iítíTÍ3.náonM.D,\'fí<i\Pariiis.Marf.S.JuaTí: 

■  manos  i  los  rollos  de  oro.  J.  Pin.  Agr.  24,2:  Con  aijuellos  íollos 
pera  blanca. 

r  u..  „..,:.,,[,^  ijj  jijcoia  ú  horca  de  piedra  en  forma  redonda  6  de 
I»;  .  ,;;n¡a  de  la  jurisdicción  de  villa.  Covakkuisias.  Lis.  y 

1  23:  Puede  ser  que  te  asa  la  justicia  y  le  guinde  del  rollo. 
Al  rollo  que  te  esHre;  ai  rollo  que  os  estire;  vayase  at  rollo  de 
ifa.  c.b\i). 

Aadadai  rolto;  idos  al  rollo;  vayase  at  rollo  de  Ecija.  c.  513. 
Como  rollos  dt  manteca,  del  niño  robusto, 
fiíVíur  6  frac  al  rallo,  despreciando  y  despidiendo.  Quev.  Mus, 
*-3&:  No  sintiera  lu  ausencia  ni  desvío  /  cuando  fueras  no  á  lia- 
lino  al  rollo. 

£sí  •¡n  rollo  <1  roílilo  de  moníeea,  del  niño  rííbijsto. 

Ti-'u  ^ ..  „,  j  en  el  rallo,  5er  persona  de  cuenta  en  la  villa  y  me- 
W  rfspetn  por  asentarse  junto  al  rollo  (Covahr.)  Ó  por  ser  como 
<fc  It  gente  grave  y  de  justicia,  li.tber  sido  concejales,  etc.  Loi'e 
Oom.  Vil,  427:  Que  tienen  piedra  en  el  rollo.  Qi  ev.  Tac.  7\ 
TWesi  bastí  ahorii  tenía,  como  cada  cual,  mi  piedra  en  el  rollo, 
n  tengo  i  mi  padre. 

Vn  rollo  que  le  estire.  (Negando  dar  algo  que  piden),  c.  545. 
Viíjinsp  al  rollo  que  te  estire.  (Negando  algo),  c.  614. 
Uoll-n,  rollo  de  espadafia  trenzada  para  asegurar  las  colleras 
^  .  forrándola  en  pellejo.  Pragm,  Tas,  año  Í680,/.  27.: 

Eíjc  rolla  para  el  yugo  de  carro  72  maravedís...  cada  par 
de  arado  78  maravedís. 
:zz 


RoSl-izo,  redondo,   recio,  de  roll-o.  Oviedo  H,  M.  Íl 

Cilindrus,  i,  por  columna  ó  cosa  rolliza  en  luenoo.  QaiJ.  1,20: 
za  rolliza.  Id.  1,25:  Un  mozo  motilón,  rollizo.  Id.  1,47:  Es  r 
de  carnes.  Id.  2,49:  Maguera  tonto,  bronco  y  rollizo. 

En  Argentina  leño  ó  corte  de  un  tronco,  en  la  forma  ques 
barcan  las  maderas  en  el  Paraná. 

RoU-ón,  rollizo,  recio  y  grueso  como  un  roll-o.  Corr 
rollones,  apodo  ó  baldón  como  sorrollón:  Es  decir  ¡so  rollón! 
señor  rollón. 

Hijos  de  la  rollona.  Corr.  206:  Los  hijos  de  la  rollona,  i 
ja  de  hijos  regalones  y  malcriados).  De  la  rolliza,  como  quier 
Pie.  Just.  \,3:  Mecer  ios  hijos  de  la  rollona. 

A-PPoU-ar,  de"  rollar,  rollo. 

Trans.  Formar  rollo  con  algo,  volviéndolo  en  sí  n 
P.  Veoa.  ps.  5,  V.  26,  27  y  28,  d.  2:  Un  lienzo  de  Flandes 
cuando  le  van  desenvolviendo  por  ima  parte  para  que  se  vea, ; 
tamente  arrollando  por  la  otra.  Gono.  C.  Dr.  C.J.  1:  Arrollar 
su  baüja  el  pergamino.  Id.  Son.  44:  Arrollad,  Musa,  vuestro  peí 
no,  /  y  dejad  maliciosos  en  su  clase.  Cabr.  p.  1 36:  El  pintor  ti 
arrollado  el  pergamino.  Valderrama  Ej.  2  Pase:  Envuelto  y 
liado  con  mucho  cuidado.  Zabaleta  Dlaf.  Santiago:  Arro 
el  justillo  hacia  las  sangraduras. 

Llevar  rodando  y  barriendo  la  furia  del  agua,  viento,  esco 
enemigo,  etc.  Valderrama  Ej.  Mierc.  3.  dom.  cuar.:  Y  que  lo3 
lió  á  todos.  Id.  Fer.  6  dom.  4  caar.:  A  los  arroyos,  que  en  i 
no  van  muy  poderosos  de  agua,  y  todo  lo  arrollan.  Ame. 
Descr.  Esp.  t.  1,  f.  46:  Sale  un  arroye  con  tanta  furia  que  a 
las  grandes  piedras.  Valderrama  Ej.  Per.  2  dom.  I  atar.:  N 
cosa  más  despreciada  ni  que  más  ande  debajo  de  los  pies,  [ 
más  la  arrolle  cualquier  escoba.  Id.  Sab.  dom.l  cuar.:  Malogí 
y  escureciendo  una  preciosa  joya,  arrollándola  con  las  piedras 
Oviedo  H.  Ind.  50,27:  Navios,  que  estaban  en  este  puerto,  e 
unos  con  otros  arrollados  en  estas  costas.  Bibl.  Gallará.  4,. 
Que  solo  entiendo  de  arrollar  valientes  /  con  el  rodancho  y  el 
bunf  gentes. 

Reflex.  enroscarse.  P.  Weoa  ps.  4.  v.  3,  d.  2:  Se  fué  (el  peí 


robre  la  rica  colcha,   Icndido  muy  á  su  sabor  sobric  lo 


j^ntí,  ¡rn  nául,  correr  mucho  el  buque, 
In-UuUus^  que  lodo  t o  coge.  J.  Pin.  Agr.  9,33:  Esta 
Rea,  que  si  no  es  para  hombres  cuerdos  y  de  buenos  entettdi- 
tnlos,  cuales  sois  los  présenles;  otros  arroílabollos  la  hobíeran 
iteado  como  conejo  á  ballestero,  y  se  hubieran  acogido  al  pecil- 
M  tomillo. 

Des-«rroIlnr,  descoger  á  deshacer  el  rollo. 
Mtiaf.,  que  hay  quien  diga  ser  íralidsmo;  pero  que  va  con  el 
dd  idioma,  declarar  lo  cifrado  6  arrollado,  asi  como  dijo  To- 
s  FiL  mor.  14,5:  Desplegar  la  metáfora  que  lleva  el  texto,  Cuan- 
hiy  enredo,  burujo,  envolvimicnlo,  esl.i  mejor  desenvolver. 
Es  galicismo  por  esparcirse  una  doctrina,  U  luz,  etc.,  acrecen- 
e,  porque aquf  no  hay  rollo  metafórico  de  ningún  género. 
Por  evolucionar  á  el  werdcn  de  la  filosofía  moderna  no  tenfa- 
i  ^-cibo  propio  fuera  del  mudarse,  y  lo  mismo  puede  ser^r 
nrroHar  que  dcsenvofver,  pues  se  supone  que  hay  progreso  y 
rfaccionamicmo  en  ese  werdcn  de  los  seres,  según  dicha  ñio* 
t. 

U<>«eappoll-o,  posv.  de  desarroU-ar. 
En-rollnp,  arrollar. 

l>e«M*n-ro!l>Ar.  PiNt.  Díol.  Pelig.  2:  Temístocíes  cora- 
I  los  hombres  que  no  hablan  á  las  pinturas  arrolladas,  y  los  que 
iSaui  y  hablan  á  las  desenrolladas  y  dc^cogidas, 
Uolde,  rueda  de  personas,  de  rot(u)lus,  dimin.  de  rota  rueda; 
'O,  cuyo  erudito  es  rótiito,  y  el  vulgar  rollo. 

■  --    j/de,  en  Aragi'in  coper  con  redes  lo4  barbos  que  van 

1  orilla  á  desovar. 

Kiilila«  en  Aragón  raja  de  melón,  por  rold-a. 
Tí  ií»r!.ana,  de  rold-c,  rodaja  ó  garrucha  por  donde  correa  las 
la  izar  y  amainar  en  náutica.   Euoen.  Salaz.  Cart.  39; 
DOip,  M,  I.  9.  L  2S,  1.  22,  n.  0[;  Us  roldanas  para  las  iistagas 
el   mismo  chapuz  y  noenlncel   chapuz  y  el  árbol. 
d.  i'?0:  Fn  él  una  roldana  ó  castülo  con  un  pcmo  ó 


ikit4ius,  ruedas  de  poleas  en  los  barcos. 


Rol,  del  fr.  role,  rotulus.  Lista,  nómina,  catálogo.  Sens6cii 
las  nóminas  de  palacio.  Ballest.  Ea/ros.  3,8:  Id  en  buen  hontqoe' 
yo  le  contaré  por  Mayo.  Acá  os  hallo  en  mi  rol  garrido  amor.  Aip 
CAZ.  Cron.  dec.  3,  año  8,  c.  3,  §  1:  No  sé  que  diga  ni  con  qué  me 
engañe  á  mi  mesmo;  pues  no  veo  en  el  rol  de  los  difuntos  al  P. 
Francisco  de  Benavides. 

Rol-eo,  de  ro!.  L.  Grac.  Crít.  1,5:  En  tarjetas  y  roleos. 

Rótulo  y  rétulo,  erudito  de  rot-ulus,  dimin.  de  rota,  como 
rolde  semierudito  y  rollo  vulgar.  Valderrama  EJ.  5,  (¡om.pasi 
Poner  un  rétulo  encima  que  diga  que  son  verdades.  Qaij.  2,10: 
Como  rétulos  de  cátedras.  Id.  1,9:  A  los  pies  del  cual  estaba  otro 
rétulo  que  decía. 

Rotul-ap,  petul-ap,  del  anterior.  Gitan.:  Le  suelen  retal- 
lar por  las  esquinas  vitor  vítor.  Qaij\  2,73:  Que  no  dejemos  árbol 
por  duro  que  sea,  donde  no  la  retule,  y  grabe  su  nombre.  BuROOl 
Loreto  1,29:  Queriendo  que  allí  lo  rotulasen  Rey  Nazareo.  Manda 
rotularle  el  nombre  en  tres  idiomas. 

Rulo,  otra  variante  dialectal  por  bola  y  rollo  que  se  rueda, 
de  rotulus.  Vulgar,  y  en  la  Germania  cartucho  de  perdigones  que 
parece  lleno  de  oro.  En  Titaguas  ruUo  por  crespo,  rizo,  en  la  Liten 
ruello  por  rodillo  de  piedra.  En  Aragón  ruello  el  rodillo  para  alta- 
nar la  era  antes  de  trillar. 

RulaP,  rodar,  de  rulo. 

Ruejo,  otra  variante  dialectal  de  rollo,  rotulus,  rodillo,  muda  \ 
de  molino,  gran  piedra,  en  Aragón  rodillo  de  molino.  Jarque  Ot^  I 
dor  1,3,4:  Estrujarlos  con  ruejo  de  pesadas  razones. 

Comulgarle  con  ruejos  de  molino,  en  Arag.  quererle  convencer  i 
de  lo  increíble.  : 

Riejo,  variante  dialectal  de  ruejo.  Corr.  289:  Do  no  alcana  j 
el  viejo,  alcanza  el  riejo.  (El  guijarro). 

Redondo,  de  rotundus,  contaminado  con  red,  rededor,  de 
rota   rueda;  it.  rotondo,  ritondo,  lomb.  redond,  nim.  ratund,  rtr,  < 
radund,  prov.  rcdon,  fr.  rond,  cat.  redó,  rodó. 

Lo  de  figura  circular  ó  esférica.  Qulj.  1,33:  Una  redonda  bala 
de  artillería.  Id.  1,37:  A  una  larga  mesa  como  de  tinelo,  porque  no  li 
había  redonda  ni  cuadrada.  Id.  1,41:  Un  bajel  redondo.  Id.  2,prol: 


85.  redondo. 


355 


ndoI«  le  ponía  rtdondo  como  una  bola.  Cac£R.  ps.  16:  Están 

como  una  bola  (¡gordos). 
iaf.  completo^  lleno.  Torr.  FÍL  mor.  5,6:  Respondióle  un  mi 
ido.   QttlJ.  1,21:  El  voto,  que  lo  h.ibía  echado  redondo   como 
Id.  1,45:  Porque,  voto  á  tal,  yarrojrtle  redondo. 
loiid-ar   en  la  Genn.   basquina,  por  lo  hueca  que  ha  de 
para  meler  to  hurtado. 

ia  redonda,  en  torno,  volviéndose.  QaiJ,   l,\\:  Sentáronse  ;i 
; de  las  pieles  seis  delJQs.   Id.  1,12:   De  los  (pueblos)  de 
u  ¿  la  redonda.  Ld.  1,13:  Se  le  pusieron  á  la  redonda, 
1,22:  Cada  uno  se  dé  una  vuelta  á  la  redonda.  Id.  2,18:  Y  mu- 
[  tinajas  i  li  redonda.  León  Job.  23, 1 1 :  Llama  la^os  puestos  á  Ix 
I.  Zamoka  Mon.  mhi.  pie.  2,  1.  4,  Simb.  í:  Le  traen  á  la  re- 
como de^-anadera.  León  Pimpollo:  Es  fruto  que  dará  mucho 
porque  á  la  redonda  de  Et,  eslo  es,  en  EL  PersiL  4,2:  En  un 
déstos  que  csUn  aquí  á  la  redonda.  Valperram^  £j.  4,  dom. 
Los  impíos  y  pecadores  andan  á  U  redonda  del  justo.  Id.  Ej&'C, 
i,  Dom.  2  atarj  Veréis  un  trompo  andar  á  la  redonda,  Avora 
iLa  desviaron  de  la  cava  para  venir  á  la  redonda  con  ella  para 
mejor  la  casa.  Oviedo  H,  índ.  24,Q:  Hombre  muy  varón  < 
3o  en  mis  de  veinte  leguas  á  la  redonda.  Meno.  G.  Gran,  3: 
Ibansc  bien,  pero  huraños  y  recat-idos^  y  lodos  sospechosos  á 
>nda.   LeoN  Princ:  V  cu.indo   lodo  á  [a  redunda  de  él  se 


da,  redonda,  que  cada  día  ganos  una  dobla,  No  sé  qué  te 

tt  que  bien  rain  andas.  (Dicen  este  cuento  que  un  mozo  bar- 

I  tenia  {^na  de  casar  con  la  hija  de  una  viuda  rica,  y  para  dar  i 

que  ganaba  mucho  al  oficio,  cada  vez  que  veía  á  la  viuda 

por  su  puerta,  tomaba  una  herramienta  y  poníase  á  amolar, 

«Anda,  redonda,  que  cada  día  ganas  una  dobla»;   á  li 

de  amolar  llamaba  redonda.  Tantas  veces  lo  oyó  la  viuda,  que 

I  é  entender  por  qué  lo  decía;  y  vtcndoíe  poco  medrado,  dijo 

•No  aé  qué  (c  ganas,  que  bien  ruin  3ndas>.  Con  esto  espiró  su 

Wi^n).  c  49. 

>  redOMito  títtí  Stuto^  (Por  gran  caída),  c.  589. 
:  la  redonda,  de  alredor.  Coi.  perr.:  Aunque  sé  que  no  es  de 


356  Origen  y  vida  del  LSNOUAjt 


los  rebaños  de  la  redonda.  G.  Alf.  2,2,7:  A  los  más  de  la  redoBdi 
también  repartía  algunos  escudos  (á  los  jugadores). 

De  redondo,  rotundo,  contundente. 

Dio  con  él  redondo  en  el  suelo.  (Por  caerle),  c.  581. 

En  redondo,  al  rededor.  QaiJ.  2,53:  Pues  parece  que  ella  (la  vidi 
anda  todo  en  redondo,  digo,  á  la  redonda.  Gitan.:  Al  son  de  las  c» 
les  dando  en  redondo  largas  y  ligerísimas  vueltas.  Picjast.  2,2,1,! 
Me  miró  en  redondo  con  una  sorna,  que.  Inc.  Garciu  Com.  2,2,1; 
Dio  una  vuelta  en  redondo  y  volvió  con  el  rostro  á  la  torre.  Medh 
Grand.  2,14:  Tienen  de  grueso  algunas  de  ellas  catorce  palmos 
redondo,  y  casi  cuatro  estados  de  altura.  Oviedo  ff.  ¡nd.  20,4: 
primero  hombre  que  dio  la  vuelta  al  mundo  universo  y  le  circuyó  f 
navegó  todo  en  redondo.  Id.  20,1:  De  nuestra  nao  Victoria,  únicat 
primera  que  todo  el  orbe  en  redondo  navegó. 

También  vale  clara  y  manifiestamente. 

Más  redondo  que  el  mundo,  que  una  bola,  que  una  naranjii 
que  un  queso,  que  una  pelota,  qne  un  cuarto,  que  la  O. 

Por  redondo,  de  lleno. 

Redondo  y  cuadrado,  mas  de  todas  partes  cerrado;  redonda  } 
cuadrada,  mas  de  todas  partes  cerrada.  (Dícese  de  los  doblados] 
callados),  c.  479. 

Redond-ón,  círculo  ó  figura  circular  grande. 

Redond-el,  círculo,  en  taurom.  el  sitio  donde  se  lidia  en  i 
plaza  de  toros. 

Al  redondel,  á  la  plaza  de  toros,  al  ruedo  de  ella. 

Redond-ela,  entre  guarnicioneros  un  fuste  redondo  d 
madera;  en  América  redondel  ó  círculo. 

Salir  á  redondela,  á  pescar  con  red. 

Redond-éz,  cualidad  de  lo  redond-o.  Quij.  1,19:  Portod 
la  redondez  de  la  tierra.  Id.  1,25:  Hacíase  por  toda  su  redondez  (dé 
peñón)  un  prado. 

Redond-illa,  dimin.  de  redond-o.  Cuatro  versos  de  á  ochl 
sílabas  consonantes  dos  á  dos.  Quij.  2,4:  Décimas  ó  redondillas. 

En  Palencia  baile  en  rueda  con  paseo. 

Redonda-mentef  de  manera  redonda,  clara  y  absoluta 

mente. 


85.  rondar. 


357 


Redund-«tirf  poner  redonda  alguna  cosí;  transitivo  y  re* 

^Cf.  de  la  tiadendn,  estado,  quedar  libre  de   deudASj  cárga$ 

ira  vivir  con  cierto  desíihogo,  y  así  de  otras  cosas,  coni- 

irbs.  Redondearse,  descargarse  de  deudas  y  cuidados,  acora o- 

i  lo  que  se  tienep  lograr  t^iencs  para  un  bíenpasar. 

i»pre4londe-ap.   Poner  redondo,  Cacer.  ps.  89:  Antes 

c/e.isedes  eí  mundo,  amoníonásedes  la  tierra,  la  tomeá$edcs  y 

ldrji<cdes,  hacienJo  toda  ella  un  globo. 
tonda,  término  traído  de  Italia  y  militar;  it  ronda,  Fr.  ronde, 
>lundü5,  rota  rueda.  QuiJ,  •2»40:  Aderezáronse  de  ronda.  Id. 
ílr  La  noche  de  la  ronda  del  Qobermdor. 

'  entre  eJ  muro  y  Jas  casas.  A.  Alv.  Stlv.  Píirif,  3  c,  §  Z' 

_tr  las  trascercas  y  [guardadas  rondas.  S.  TtR.  Mor.  1,1: 

lay  muchas  almas  que  se  están  en  la   ronda  del  castillo,  que  es 

'1  los  que  la  guardan.  Lo  que  reamente  llaman  hoy  bulevar 

5  ui  i  M  j„  española,  que  la  hay  en  todas  las  ciudades. 

En   Argentina  hilera  de  hormigas  tcrmiíes  que  á  su  paso  cxlcr- 
liran  ctianto  hallan. 
[En  '  '  7.  convite  colectivo  de  copas  de  vino. 

lA  L,  . .  ...  j,  rondadores,  que  no  hay  ley  en  tos  hombres,  (4nsí 
&piüe  U  cuerda,  y  es  aviso  para  que  las  mujeres  no  se  dejen 
ir  de  las  teme/as  de  los  hombres),  c.  6. 
ICútno  lú  ronda  del  diabfo,  ée  ]o  que  queriendo  hacer  bien, 

ICeAor  una  randa,  convidar  á  los  presentes  con  vino,  etc. 
Jpv  V  ronda,  si  queras  que  os  responda,  c.  402. 

,Vci.   —  .-j,  en  la*  tabernas  eJ  número  de  copas  Igual   al  de! 


Roiid-ni*,  hacer  la  rond-a  visitando  de  noche  la  ciudad.  Quij. 

\Q:  RcDiiando  su  ínsula.  Id.  2,49;  [:n  siendo  hora,  vamos  á  rondar. 

Pa&cir   la^  calles  de  noche,  y  aún  de  día  frecuentando  mucho 

sobretodo  para  ver  á  la  querida.  Ruf,  dich»  1:  ¿Es  hombre 

entra  en  mí  casa?/  —Róndala  más  no  entra  en  ella.  Viaj.  parn, 

DI  ti  busque,  aseche  ni  la  ronde.  Mirones:  Yo  se  bien  sui 

y  U  ruin  intención  con  que  rondaba  esta  caite.  D.  Vcqa 

5.yiiflii.*A  rondarrio*  la  puerta.  Id.  S.  Tíím.:  Róndale  la 


358  Okioen  y  Vida 


calle,  paséale  la  puerta.  J.  Pin.  Agr.  23,1:  Vos. y  los  buciio»afloi i 
rondéis  miiclias  veces  ia  piiería. 

Mttaf.  andar  al  rededor  de  uno  para  lograr  algo  de  él. 

Le  anda  rondando,  át  lo  CTcano,  que  se  le  avecina. 

Rondarle  el  sueño,  una  enfermedad,  etc,  amagarle. 

Y  lo  que  te  rondaré,  y  aun  añaden:  morena!,  y:  si  no  me  Ikm 
soldado:  de  lo  que  trae  consecuencias,  de  ordinario  malas,  ó  dek 
que  no  queda  acabado. 

Ronda-calles.  Cabr.p.  301:  Los  rompepoyos,  rondacallei 

Rond-alla,  en  Aragón  rond-a  de  mozos  con  guitarras ; 
canto. 

Rond-eña,  como  rond-alla,  la  música  de  rond-a  y  baile. 

A-rrond-ar,  hacer  redondo  algo,  fr.  arrondir,  it.  arrondan 
(Tesor.  1671). 

Redoma,  vasija  de  vidrio  redonda  por  abajo  y  cada  vez  nd 
estrecha  hacia  arriba;  del  ant.  rotoma,  arretoma,  que  vienen  deliri 
bigo  rcddma  lagena  (Oombav),  botella  (Marcel,  Dozy)  y  que  coat 
bajo  latín  rotumba  (Ducanoe  V,  810)  derivóse  probablemente  d 
rotunda,  como  rotonda.  En  Venezuela  es  también  redoma  el  viril  d 
cristal  para  resguardar  del  polvo  un  busto,  y  toda  obra  de  arquilK 
tura  abovedada  como  cúpula  ó  rotonda,  y  en  Covarrubías  la  ofrend 
de  novios  entre  aldeanos,  por  su  forma.  QaiJ.  1,3:  Redoma  de  ign 
de  tal  virtud.  Id.  1,10:  Una  redoma  del  bálsamo  de  Fierabrás.  D 
Veoa  Disc.  Fer.  6  dom.  2  cuar.:  La  redoma  de  agua  de  ángeles. 

Como  redoma  encantada,  de  lo  que  nos  ofrece  sorpresas. 

Redom-azo,  golpe  con  la  redom-a  llena  de  tinta,  en  ven 
ganza  de  algún  agravio.  Metaf.  del  cuesco  en  Rinc.  y  Cort.:  Redo 
mazos,  unciones  de  miera. 

Redom-Ula,  dimin.  de  redom-a.  Obreg.  1,2:  Un  espejo  mu] 
grande  en  un  poyo  muy  pequeño  de  una  ventana,  y  unas  redomÜlM 
que  lo  acompañaban. 

Redom-ado,  el  doblado  y  cauteloso,  que  se  guarda  las  cnsí 
y  las  encubre  cual  redom-a,  sin  manifestar  su  sentir.  Carc  Sn 
Pendencia  redomada.  Quev.  Tac.  21.  Con  una  alcorzada  y  ofa 
redomada.  Q.  Benav.  1,  147:  ¡Pues  y  á  unos  bellacotes  redomado 
O.  A(f.  1,3,10:  O  hi  de  puta,  traidor,  qué  nmdrígado  y  redonuk 
era. 


e«Inmad-azo,  muy  rcdomad-o.  Espín,  Obtfg.  1,P:  (:l  re- 
áía:Ot  como  no  pudo  hacer  trcla,  con  el  cuidado  que  yo  tenia. 
,edoni-ón,  cotno  redoni-atio,  y  así  en  Honduras  la   besiía 
esti  dünundo,  en  Argeiiiina,  Chile,  etc.,  el  potro  no  doinaLlo, 
aviesas  mañas. 

i»rre<loiu-ot«,  en  la  Oerni.  íuntar  como  en  una  redotn-aj 
:ivo  r'-í-nndali/.ai'se,  por  los  aspavi^rttos  que  hace  ahuecando 
15  y  manos  ei  que  se  escandaliza. 

-rredoniAflo,  en  la  Germ.  como  redomaüoó  sabio. 
u*andela,  del  fr.  rondflíe,  de  rotundus.  pieza   redonda   en 
tpuñadura  de  la  l.in^a  par:i    defensa   de  la  mano,  platillo   en 

^..,...,.„...»..„.»... 

Volvamos  al  er-a  movimiento  en  general,  ó  scase  el  arlícu- 
piies  c-  es  un  apoyo  y  -¿r  es  el  artículo  ó  el  lomar  ese  mo- 
nto r  mirando  á  lo  lejos,  á  eflo,  después  á  cualquier  cosa.  Si 
\oser-e  tetidremos  eí  mismo  vocablo,  solo  que  íiiJefiniJo  par 
Por  eso  se  dice  mis  bien  del  tiempo»  y  aún  del  espacio,  pero 
Babir  ]o  lejano  ó  lo  cercano.  F.1  movimiento  asi  indeñnidamenle 
r  el  brazo  y  la  vista,  pasan  iola  por  las  cosas  sin 
.  >;io,  como  en  ara.  Es,   pues,   er-e  propiamente  la 
na,  d  sucederse  ó  moverse  indefinidamente,  la  serie,  espacial 
■^nte.  En  el  tiempn  vale  aún,  en  el  espacio  también^ 
;«...  ...  ere  bai  yo  también,  ni  trt  ti  yo  tampoco,  nork- 

Iiuien  quiera,  es  decir  alguien  y...,  buscando  con  los  ojoSi 
tUzi-ereHin  i  los  nueve  días,  ¿orUi-ere-an  al  cabo  de  los 

'  !  '  se  vé  que  la  vista  y  la  mcnle  van  recorriendo  lodos  los 
i  r  la  serie  de  nueve  ú  ocho,  za  ere  tu  también,  orain  ere 

bors.  £re-a  es,  como  era,  la  cara,  apariencia  total  de  Ta  cosa, 

recorrléndols  con  los  ojos,  área  eta  irantzia  la  cara  y  el 
,  la  área  <i  superficie  y  lo  hondo  y  octilto.  Vimos  ara  y  tra  con 
or  de  modo  y  manera  por  el  primordial  de  tendencia  i:  siri-ara 
•era  á  lo  sirio;  ere  encierra  la  misma  noción,  pero  de  por  %i  no 
[«presar  ese  modo  y  movimienlo  por  ser  indcfínido  el  eft: 
■Miirque  vale  proparcionar^  ordenar,  poner  al  modo  de.  liene 
^|cn  ere-da  proporción,  modelo  y  norma,  orren-eredu-koa 


360  ORIUCN  V  VIDA  DEL  LENUl/AJt 

d  conforme  i  ese,  anen-ara-uaz  eta  ereduz  erraiten  da  Scncftal 
conforme  y  según  esto  dice  Séneca,  nork-berak  eskainiko  da  daenü- 
ren-eredu-z  cada  cual  ofrecerá  á  proporción  de  lo  que  tuyierc, 
endu-an,  ereda-z,  tr^dit-ra  conforme,  segúnj  al  tenor  y  modo  de, 
Andar  al  ere  será  obrar  conforme  d,  dar  gusto,  seguirle  el  modo 
y  humor,  y  eso  valen  ere-ga,  erega-ta,  erega-a:  alperrik,  ondú 
esanagaz,  eraganko  dozu  en  vano  le  darás  gusto  é  te  acomodarás 
á  él,  diciéndole  hien,  y  s»  adjefivo  ere-gu,  eregu  bizi  vivir  á  gusto, 
cómodanienfe,  ni  ain  íitsegin  ta  eregu-zalea  yo  tan  ainígo  de  pla- 
ceres y  gustos  ó  de  seguir  mi  inclinación,  erega-izaile  adutadot 
que  se  acomoda  al  otro  en  todo. 

Aclárase  más  esta  voz  con  saber  que  ere  es  el  posesivo  del  in- 
definido 6  relativo  e^  como  are  el  de  aquéí,  iré  tuyo,  ñire  mío,  así 
como  con  -n,  niren,  ziiren,  ircn  y  eren  de  aquel  de  quien  se  trata, 
de  otro  indefinido.  Así  como  aren  es  el  tercero,  el  aquel,  esto  es,  el 
no  yo,  ni  el  tú,  así  eren  vale  lo  mismo,  el  otro,  el  tercero,  y  por  ser 
indefinido  de  ellos,  eren-egunago  trasanteayer,  elgaitz-crena  ter- 
cianas, eren-bat  un  tercio,  eren-ean  á  terceras  partes,  eren-gusa 
tercer  primo,  eren-ik  por  tercera  vez.  Si  ire-ta  es  apropiarte  tu, 
nire-tn  apropiarme  yo,  ere-ta  será  apropiarse  un  tercero.  Ocasión, 
monionlo  oportuno  es  ere-ti  de  mucho  ere  ó  aún  también,  tiempo 
indefinido,  y  egoista  del  ere  suyo,  á  su  gusto,  muy  suyo,  que  tiende 
en  todo  á  lo  suyo,  á  su  manera  y  gusto.  Con  -z,  ere-tz  respecto  de, 
relativamente  á,  al  lado  de,  comparación,  para  con,  es  decir  al  modo 
de,  Pekinen-eretzean  tipia  da  es  pequeño  en  comparación  de 
Pekín,  ire-eretzean  en  comparación  de  tí,  ene-cretzean  gaizto  izan 
daza  ha  sido  malo  para  conmigo.  Vése  á  ojos  visíasaquí  el  movi- 
miento de  los  ojos  siguiendo  toda  la  superficie  ó  are-a  de  la  cosa  ó 
del  espacio,  de  modo  que  erega,  eregu,  eretz,  eredu  valen  según, 
conforme,  á  proporción  de,  comparando,  y  recorriendo  con  la 
vista;  de  aquí  erez-ka,  eres-ka  poco  más  ó  menos,  por  alusión,  ir 
como  á  la  aventura,  erezka  ioan  ta  ediren  diot  sargia  fui  al  buen 
tuntún  y  di  con  la  entrada.  En  fin  erets-i  vale  alcanzar  y  seguir, 
eretchi  parecer,  dictamen,  figurarse  uno  ó  parecerle,  propiamente 
andar  cotejando,  junto  ó  al  lado  de  ó  eretz,  siguiendo  con  los  ojos 
la  cosa. 

Esta  noción  tan  abstracta,  paralela  del  ara  mirar  allá,  escudriñar. 


87.  rtgcre. 


361 


erl,  sino  que  todavfa  lo  es  m^%  por  ^cr   sencülaniente  ere    el 

udo  de  era  6  moverse  sin    más,   aclíir^se  por  su  aplicación 

I.  Porque  aratu  física  y  concretamente  es  t\  arar  y  aílanar,  y 

Un  y  eratu  el  riisponer  la  tierra  conforme  i,  conformar,  y  ere-in, 

f,  tre-i,  ó  digamos  hacer  ere  ó  movimíenlo»  es  c!  semlimr,  di- 

r,  de»periliciar,  es  decir  esparcir  por  el  terreno  recorriéndolo 

con  la  visla  hemos  icpeíido  que  se  fecorría  al  decir  ere, 

>on  alera  zan  eranlzen  tíucna  ereinUera  he  a^iii   que 

I  el  «cmbriidor  i  sembrar,  Erem-dara  es  chorro,  circulación   de 

che  al  ordeñar,  behmek  ereindurarik  ezta  emaiten  egun  esta 

no  da  hoy  ni  pizca  de  ereindara»  ereindara  chin  zik  korai  se 

venido  el  chorro  de  leche,  la   [eche  circula,  le  ha   venido   el 

in,  que  dicen  por  Carrión.  Erein-lari  sembrador,   ereín-Ua 

*ze  sembrado,  ereÍ-Ua  siembra,  litrra  para  sembrar. 

tfre  vale  iguaímente  sembrar.  Así  se  explica  ere-ik 

.áei'k  haz  tu  ere,-k  luí  ereik  ara-kori  thmt  esa  vara,  es 

i'ento,  alárgame.  Otro  caso  concreto  es  erech-a,  de 

-.,  al  modo  y  comparación  de,  y  vale  la   huella,   el 

>  que  una  cosa  deja  tras  si,  y  «rw-/ es  el  estribillo,   tarareo  y 

que  sigue,  &e// orí  fríre-crísinn  ese  siempre  es  su  estribillo; 

Ibnibtén  persecución,  inclinarse  á,  seguir   Iras,  deseo  y  ansia, 

1/  geltigotan    ííiunaganaízen  den,  berriz  ta  berriz  beraga^ 

naiez  ta  eresiaz  gelditzen  da  cuantas  mis  veces  se  va  al 

'  <|ueda  con   más  querencia  y  ansia  ó  indinúdón  de  irse 

y. 

'rc-tJtUt  lo  que  da  de  sf  ere  ó  poder  lender  la  vista  y  sembrar, 
ilabia  espaciarse,  es  el  espacio  en  general,  extensión  y  su- 
terretio,  solar,  y  por  conlatiiinacíón  ac.isocon  yermo,  el 
'  yermo,  ó  grande  espacio  baldío,   zcruko-eremueian  en 
i  celestiales.  Otro  caso  como  el  del  chorro  de  leche,  que 
Jémmiar  seíniJo,  es  la  viruta  que  asi  sale  y  dicese  ereZ'ii-ka, 
cl  lloriqueo  seguido  del  niño  y  el  rítmico  caer  del   pe- 
cense  ere-ía  donde  hay  ere.  Todo  ello  es   movimiento  in- 
ó  serie  y  vicisitud,  $ucederse  y  espaciarse. 


Los  derivados  euskcrIco«  ere-ga,  erega-ta  obrar  confonne 
» de,  seguir  cl  modo  de  ser  de,  acomodar,  como  ere^dií  mo- 


362  Oriqen  y  vida  do.  tOtéiOi 


délo,  norma,  proporción,  según,  y  ere-gu  lo  del  acomodarse  y 
porción,  y  era-ko  conforme,  conveniente,  salen  del  tr-a,  er-t 
miento,  c!  seguir  conforme,  manera,  modo  de  obrar.  Esía  noóte 
del  obrar  conforme  á,  al  hilo  de,  en  fíia,  á  la  manera,  en  unapalabrt 
derecha  y  rectamente,  fué  la  que  pasó  á  nuestros  nombres  dd  «y, 
de!  derecho.  Son  las  veces  euskéricas  dichas  pintura  visual  del  tn» 
verse  por  el  campo  y  no  lo  es  menos  la  raíz  I-E  reg  por  eregí 
Comencemos  por  ei  latino  erga  respecto  de,  junto  á,  que  es  d 
.  mismo  erega  del  euskcra:  ttonstricem  Suram  gnovisti  nostrum,  quií 
modo  erga  aedes  habet»  (Plauto),  que  vivejuntoácasa.  Eneuskea 
se  diría  con  eretz  al  lado  de,  junto  á;  así  como  el  para  conmigo  ó 
ene-eretz-ean  suena  en  latín  erga  me.  En  euskera  erega  es  acomo- 
darse á  otro,  hacer  su  gusto,  obrar  á  su  modo,  andar  al  ere  ó  mo- 
verse bácia;  en  latín  erga  vale  hacia  ó  junto  á,  para  con,  lo  cuilno 
es  más  que  acomodarse  y  seguir  tras  él,  como  erecha  y  eretchi  h 
huella  y  seguir.  £rgí)  pues  es  conjunción  ilativa  por  *erego,  segúi 
Brea!,  <de  un  sustantivo  *regum,>  es  decir  el  eregu  euskérico,  puei 
valdría  lo  que  e  regione,  como  el  antiguo  cargo,  que  Fcsio  i^te^ 
preta  por  cam  regó,  «corgo  apud  antiguos  pro  adverbio,  quod  es( 
profecto,  ponebatur>,  es  decir  derechamente,  así  es.  Cuanto  á  li 
forma  son  dos  adverbios  como  intra  é  intro,  dice  Bréal;  cuanto  ti 
significado  pueden  cotejarse  con  apad,  praeter,  en  el  sentido  de  s^ 
cundum,  dirigiéndose  y  mirando  frente  por  frente.  Yo  creo  que 
erga  y  ergo  son  los  euskoros  erega  y  eregu  ni  más  ni  menos.  U 
raíz  de  reg-o,  ¿pé^-to,  arj-atí  skt,  rak-ya  godo,  es  este  mismo  íf^p^ 
perdida  \s  e-  inicia!  que  conservaron  erga  y  ergo,  los  cuales  a 
cambio  perdieron  la  -e-  medial.  En  la  acepción  de  instar,  cofflflt 
á  modo  de,  que  tiene  ergo  hallamos  su  valor  primitivo,  el  mlsiDO 
de  erga  en  dirección  á,  y  ei  du  op£y-u>  por  £psir-<o,  ópéT-vají!  tenifcí 
hacia,  alargar,  presentar,  opL^-vú-oiiac  me  alargo,  alcanzo,  ops^-fit 
5ps^'.;,  opd|u>a  extensión  entre  los  dos  brazos  abiertos.  El  alcanzar  dd 
skt.  arj-ati  es  á  ópÍYio,  dice  Curtius,  lo  que  tangen  en  alemán  á  erfíW' 
£E/í,  es  decir  lo  que  alargar  á  alcanzar:  para  alcanzar  hay  que  ÚÜ* 
garse.  La  voz  media  r-fl-jé  en  skt.  equivale  á  ópiTp/dojicii,  rJ-üS  rtcto» 
derechamente,  raj-is  serie,  blanco  é  intento  á  donde  se  enderca  !• 
mira,  rj-ras  guía  ó  endcrezador,  rUj-an  rey  que  guía  ó  endereaS 
en  zend.  ereza  derecho,  recto,  verdadero,  dedo  indicador.  Tambüa 


.  rích-ati,  Hch-ase  inBn.  védico,  celebrar,  alabar,  rich  liimiio, 
ndor,  verso  del  Rig-veda  ú  ríg-veda,  cokccíón  de  hímno:s  sa- 
dos,  que  cuando  se  recitan  se  lUman  rkíi-as,  y  son  ocíio  libros 
ándalas;  rik'tha  riquexa,  bienes  logrados,  rik-va  vódic.  que 
t,  que  jUha,  riitüti  alabar,  celebrar. 
En  godo  rak-yan  enderezar,  regir^  alargar,  an|.  al.  ret'chen,  al. 
fren,  ags.  raeíchan,  raecean,  ing!.  to  nach.  En  godo  reik-s  rey, 
í,  ani,  aL  flhhi  al.  Rtich,  rico,  es  decir  poderoso  y  señor,  í'ried- 
,  Htin-rich  con  el  vator  de  rey  ó  señor.  Oodo  raifits  recio,  de- 
troenle,  aiií.  a!.  ríA/,  al.  recht,  norso  rettr.agi.  riht.  ingl.  rr^/if, 
ÍUJ  lal.  y  rosAífl  zendico,  parlicipio  pasivo,  lo  enderc?jido, 
tvial  intento.  En  irl.  rerarg' direxií,  ríá^e  imperium,  d  y  acus. 
\riga  tc^t^  Zsi  goáo airkn(i)&  hltrv,  derecho,  ags-  eorkan-stan, 
,  al.  trchan,  erchen.  Según  eslo  los  ricos  son  los  que  habían  de 
'  oiis  derecho^»  y  guardar  mejor  el  derecho,  pues  son  los  di- 
que coderecan  y  guían  á  ios  demás.  Y  así  es  que  son  loa 
I  tiesos,  los  que  llevan  el  agua  á  su  molino  y  caciquean  á  los 
icndetczándolo  lodo  para  sí.  Por  lu  m^nos  lates  son  Jos  más 
!  yo  conozco. 

En  tolin  reg-ere  guiar,  llevar,  rcgír^  e&  decir  enderezar  ó  llevar 
^•rigere  alzar,  -rexi,  -rec-tutn,  cor-riñere  corregir,  cor-rec- 
.'}n,  í/5-,  dl-rigere  dirigir,  di-rec~tio  dirección,  di-rec-íara 
prectas  derechura,  derecho,  ó  directo,  e-rigere  erigir,  por-rigere 
Blar,  alargar,  como  en  el  verbo  griego,  sub-rigere.  Verbos  coa 
icn  cl  radical  de  algunos  tiempos:  por^w  (pórrigo), ptr-gere^ 
seguir,  ex-pergiscor,  -per-recttts,  -per-gisci  deüperiarse, 
\ptrgt-Jacere    despertar,  sur-gtrít    sur-rexí,    -rectüm    al/arse, 
\rgrre,   consurgere,  dé-,  ex-,  in-,  in-surrectio  insurrección, 
vgere,   re-sarrectio  resurrección.   Derivados:    ree-tus    redo» 
en  derechura,  ó  rec-té,  rec-fio  dirección,  nc-tor,  rtc-iurü, 
]ido  rcclilud,  rtct-an^iilus,  regio  dirección,  regiíjn,  regi-men, 
rrgU,  regal-ar-i$  regular,  rtx  regáis  rey,  reg-ina  reiiu, 
regio,  reg-ulus  dimín,  régulo,  reg^n-um  reino,  lo  regido, 
1,  regn-are  reinar. 

rogar,  propiamente  dirigirse  á  uno  preguntándole,  y  en 
I  corapucslüs  dirigirse,  ab-rogart  abrogar,  ar-rogare  mierro- 
.•dopUr,  atribuir,  arrogarse,  ar-ro^ans  arrogante,  mrrogú-nt-itk 


•I 


Ist.  rex  rey,  galo  -rix  en  nombres  propios  como  Orgdartc, 
rí,  gen.  rig,  hoy  rigk,riogh,  raikneach  reina,  cimr.  r/tícaudS 
reik-s  caudillo,  señor,  rc/A:-í  dominio,  ags.  ríícA-í  regnum,  ni 
^■'.ij,5;  ant.  al.  nhh-i,  de  donde  ags.  ntche,  ñor.  rikr,  ant.  al.  ricA. 

^  dives,  rico,  al.  /?eícA,  saj.  nki.  Del  ani.  al.  rihhi  ó  sca  ntchi, 

el  it.  ncco,  fr.  riche,  cast.  r/co:  son  adjetivos  -/  del  voca 
Reinar  es  nij-ati  en  skt.,  reg-n-are  de  reg-n-am,  godo  rí/Ará 
riksian,  ñor.  rjAr/a,  ant.  al.  richan  ó  nchison.  La  idea  primi 
de  enderezar,  poner  derechamente,  ¿péfíu  alargar,  uf-rak-ya 
ags.  rek-an  regere  y  curare,  y  r/Aí  por  recias,  god.  ru/A 
re/fr,  ant.  al.  reht. 

Fué  pues  el  rey  un  regidor  ó  enderezador.  Hasta  dond 
alcanza  de  los  I-E,  siempre  los  vemos  gobernados  en  co 
parcialmente  por  reyes;  pero  el  poder  y  significación  varí 
eslavos  meridionales  han  conservado  casi  enteramente  la  pe 
la  antigua  raza  indo-europea.  El  píeme  ó  nación  se  divide  er 
ó  bratsfvos,  y  tiene  un  señor  llamado  glavar  pleminski  i 
de  la  nación,  ó  djupan,  djapa,  voyvoda  (ruso  voi  multitud,  es 
guiar).  Es  elegido  y  puede  ser  deaposeido,  cuando  no  es  va 
entendido  en  el  gobierno.  Durante  la  paz  ejerce  el  poder  jud 
ejecutivo,  durante  la  guerra  goza  del  derecho  de  vida  y  muei 


87.  r€gen* 


365 


cofñam  negaverjt  terra»  (Au.  Marc.  2S,5).   -Regeá  Iiabent. 

im  lamen  vi»  petidet  ín  pcipulí  setilenlia.»  V  Tácito  (Germ.  c. 

:  rcgibiis  infinita  aiit  libera  {io{ts\zS';(Annal.  Í3,bA):  *Vcntio . 

e,  qui  nutíanem  FrisJoruní  regebant,  in  qunnttiin  Germán! 

antur*.  Sns  cargos  eran  el  judimlj  el  sacerdotal,  el  admintstrali- 

,  d  militar.  El  atií.  aj.  chuning,  ags.  cyning,  ñor.  konungr  no 

uno  de  tantos  nobles;  es  un  adjetivo  -inga  de  ''kunhs  rey,  y 

•incipe,  hijo  de  rey.  Y  *kunis  ó  "kumos  rey  es  una  pci*soni- 

del  pueblo,  de  la  raza,  no  distinguiéndose  más  que  en  el 

I  de  *kunio-m  raza,  íinl.  al.  cfiunni,  alj^o  a^í  como  'j  AjSo;  era 

lác  los  I¡  dios,   délos  <ii  Vj^oí,  y  como  en  ag^.  léod  princeps 

:.)  y  /¿tN/gcns  (fem.),  entre  los  francos  salios /Aeoíí  domínus, 

L  al.  diot  pueblo,  godo  Ihiudans  pactXsJc  y  tHiada  puebfo, 

.al.  truhtin  señor  y  tnsht  muchedumbre,  ñor.  fylkir  y  fylki 

9,  godo  kintiüís  r¡i£\imv  y  lat.  gens.  También  se  le  llama  el 

ero,  que  es  lo  que  pritt-cep-s  sígniRca  (prímum  capere),  asi  el 

Mnos  y  el  irt.  cét  prlmus,  anl.  galo  UntU'gnatos,  en 

',  ni.  Fürsl  pdncipff  y  primero,  eii  godo /rííayn  señor 

ct./rflrva  cl  primero,  de!  eubkaro  barua  cabeza,  El  rey  ó  príncipe 

alíd  en   !a  guerra  es  en  al.  Heriog,  ant.  al.  herizogo,    aor, 

r,  como  voyvodn  en  eslavo  y  dax  en  lalín. 

Cuanto  i  los  celtas,  de  los  galoá  sabemos  por  César  que  tenían 

I  senado,  y  to$  bretones  una  especie  de  magnates  (reges,  ^jvotiw), 

■  cuales  en  Cintuim  solo  reinaban  cualio   (Bel.  gal.  3,22).  En 

lÜamaban  ri,  gen.  rig,  cimr.  rAr.  dominas,  baro,  sátrapas,  nobi- 

UL  rex,  clmr.  rttcti  dominas,  &aira|>as,   breL  roe  de  *rt'gni,  el 

latino.   Asi  en  In  anii^im   Irlanda,   dundc  había  Ircs 

■  rig:  los  (níitnos,  Rig  Tmtha  {laath  pueblo,  ^odo  thiada, 

9aÍo,  umbr.  totam);  mas  tievados  los  Rig  Mor  (mor  grande), 

ó  Rig  Bttiden  (badén  m\ichediimbre),  ó  «king  of  com- 

nafcs  de  lod'tr>   Rig  Cmcidfi  (cdiced  provincia), 

/  origen,  Ironto  dv  ra/a),  Rig  Rurecii  (rure  se- 

td  rey  provincia!,  el  gran  rey  de  Irlanda  (O'  CuRRy,  Manners 

•néC  !,229).  Todos  cr;iri  elegidos,  pero  solo  de  entre  !.i  clase 

(jc,^.-;.  ,.y.  y  por  costumbre  se  había  ceñido  á  una  familu  here- 

a,  y  los  electores  eran  de  la  dase  privilegiada.  También  se 

el  rey  fál  y  triatfj. 


'*^^^"'^* 


366  Oriucn  y  vida  del  LCNOÜAlé 


En  los  Vedas  se  hallan  tierras  gobernadas  por  un  rey,  rBjln,ó 
por  varios  rajuñas.  El  rey  era  elegido  como  entre  los  germanos;  m 
un  gopajanasya  ó  zoi|j.7¡v  Xawv,  ags.  f  olees  hyrdt.  En  la  época  vifr 
ca  la  monarquía  aparece  absoluta  y  heredataria. 

De  los  persas  nos  cuenta  Herodoto  (1,125)  que  primero  sepir- 
tieron  en  tres  fsvsa,  los  naoop^aSat,  los  Mapdtp'.o*,  los  Moasíot.  Un 
pi^Tp7¡  ó  fratría  de  los  primeros  era  la  de  los  *Ayoi|jL£v!ía',  y  de  esh 
salieron  los  reyes,  svtfsv  w.  pao'.Xés;  oí  IlepasTdoc.  78^9^01.  El  imperio 
posterior  del  cAoA  ó  rey,  xchdyathiya  de  las  cuneiformes,  rey  de 
reyes,  se  alejaba  tanto  de  la  manera  indo-europea,  como  el  oriente 
del  occidente. 

De  los  reyes  romanos  (Mommsen  P.ÓI;  Schweqler  i?OflL 
Gesch.  1-  ,645)  hay  que  decir  que  eran  elegibles,  y  que  podía  H^ 
gar  á  serlo  todo  hijo  de  vecino,  sin  ceñirse  á  clase  noble  ó  sobre» 
Mente.  Su  poder  fué  el  del  pater  familias  en  su  casa,  es  decir  absoluto, 
y  abarcaba  lo  administrativo,  lo  militar  y  lo  religioso;  su  única  fnbi 
consistía  ea  no  salirse  de  la  ley  sin  consentimiento  del  consejo  de 
los  ancianos  y  de  la  junta  del  pueblo.  Originariamente  también  k 
gobernaron  por  reyes  los  demás  itaüotas,  el  meddix  tatlcus  de  los 
sabelios  (*meti-deics,  \if(zii  ó  nÉíonm,  el  homérico  iQXT^xoptc  íjÜ 
(j.é(!ovts<;). 

Otra  cosa  fué  el  poder  real  entre  los  helenos.  Del  vocablo 
paa'Xsúc;  no  hay  nada  averiguado,  si  viene  de  *^ot-,  paívtu,  el  adllid 
que  hace  ír  ó  guía  al  Aeú;  ó  \r¡6^  pueblo,  como  seg^ún  Plutarco  sue- 
na el  nombre  antiguo  de  los  espartanos  (zp^oYstac  (tésalo  xar^ó^,  Tám), 
ó  si  es  el  lit.  gimtis=*^a<3i,  como  en  codo  kindins,  el  gens  gentil 
Tampoco  se  sabe  del  título  Fáva^  que  lleva  paoiXñc  en  Homero, 
probablemente  frigio  de  origen,  pues  se  halla  en  una  inscripción 
}icqpo  Fovox;  ni  del  túpawot;  ó  tirano,  que  se  lee  por  primera  vez  eo 
Arquíloco,  y  parece  tan  extraño  como  los  demás. 

El  paatXsúc  de  la  Iliada  y  Odisea  nada  tiene  de  electivo;  es  un 
StoTpetpi^f;  ó  Sto^Evi^c,  es  decir  de  raza  divina,  cuya  dignidad  post  de 
padres  á  hijos.  Su  poder  en  la  paz  hallábase  cercenado  por  loi 
^épovTsc  (i^Y^Topsc  v;d8  tLsdovxsc),  que,  como  él|  se  llamaban  paoúiijac  y 
tal  vez  fueron  antes  príncipes  de  la  misma  raza.  Con  ellos  juzgl  d 
rey  en  las  juntas,  asistiendo  como  mirones  las  gentes  del  pneMo^ 
flunque  ¿1  tiene  el  poder  judicial  y  el  sacerdotal.  Pero  en  la  gMtfl 


87.  regere. 


3fi7 


iMtVrectio  d<  vidji  y  mu  crie,  como  dice  Agamenón  en  un 

t  de  la   Iliatia,  qiie  cíU  Arisíóldes  (PoUt.  3,9,2):  tA^ 

-■,;.  Posee  haciendas  de  Li  corona,  t:;uvoí.  y  vol'-inln- 

,   de  los  subditos,  3cii:;va'.,  Oí;l;t:2;.  Esía  manera  de  ser 

reyes  en  Grecia  encerraba  elementos  antiguos  originarios  y 

^  posteriormente  del  Asia. 

-  1  rt-te  Tedíenlo  podernos  barruntar  la  manera  de  liaberse 

ó  rey  en  el  primitivo  pueblo  indo-europeo: 

La  dignidad  real  no  fue  hcredítarín,  sino  electiva,  eligiéndolo 

del  Sippe  Cvik-poti,  V.  vicas),  y  de  la  Familia  (Vems- 

Poco  á  poco  de  hecho  fueron  los  elegidos  de  una  familia  ó 

mis  poderoso,  ahriéndosc  así  camino  la  corona  hereditaria. 

La  autoridad  del  rey  tenía  de  ptir  sí  ó  contra  sí  la  autoridad  del 

>,  de  suerte  que  la  constitución  política  indo-europea  rodeihase 

do»  quicios^  el  rey  y  el  pueblo,  el  uno  como  ejecutor  elegido 

id  pueblo»  éslc  como  consultor  judicial  y  administrativo,  i   ma- 

de  un  senatus  Ó  ^t^vjiia  (Esparta  antigua)  de  bs   principales. 

B  cargo  y  deberes  del  rey  eran  presidir  el  consejo  del  pueblo 

ejecutar  las  decisiones;  en  h  guerra  era  el  adalid  y  con 

poderes  qnc  en  la  paz,  y  en  ésta  con  los  poderes  judicial  y 

it,  de  los  que  se   habla   en   sus   propíos   lugares   (Jtiez, 

ífa). 

La  contribución  del  pueblo  consistía  en  libres  y  acostumbri- 
^rcsenles  que  hacfan  al  rey. 
Us  insignias  exteriores  eran  algún  adorno  en  la  cabeu, 
Cotre  loi  germanos,  aunque  no  consta  claramente;  pero  hubíe- 
le  serlo  muy  pronto,  como  siempre  lo  han  sido»  el  cetro»  la 
y  el  Ifxmo. 
lo  Á  la  extensión  de  cada  reino,  cierto  es  que»  como  cnlre 
rivros  meridionales,  cada  rey  lo  era  de  una  nación,  en  el  sentido 
do  y  antiguo  de  esti  palabra,  es  decir  de  un  píeme  6  reuaión 
nlstvo£  emparentados.  Cómo  llegó  á  serlo  de  vanos  pueblos, 
abemos.  Los  germanos  y  leto^eslavos  perdieron  el  vocablo  pri< 
»  'rflí»,  y  de  ellos  los  germaíio$  y  lituanos  lo  tomaron  después 
celias,  pues  del  antiguo  galo  *rT¿-c  salió  el  godo  reiks  a^x^"*» 
átmi»  lo  hallaniog  en  nombres  propios  (Thtoderkh,  Fríe- 
Htíaridi),y  ca  una  rúnica  inscripción  íAtottr/Ar  rex popati^ 


368  Oríüen  y  vida  del  lenüuajc 


Del  g.'ílo  ambactas,  cliente  de  los  poderosos,  tomaron  lunfaj 
el  ant.  al.  ambahf,  ags.  onbiht,  godo  andbahts  servidor.  De  el 
escribe  Cesar  (6,15):  «Eorum  (equitum),  ut  quisque  est  genere  < 
piisque  amplissimus,  ita  plurimos  circum  se  ambactos  diéntese 
habeí».  Estos  préstamos  antiquísimos  de  vocablos  dan  á  enteiu 
que  la  institución  estaba  bien  arraigada.  Por  consiguiente  \ospa£ 
ó  aldeas  primitivas  se  convirtieron  entre  celtas  y  germanos  en 
vitates  por  el  poder  creciente  de  estos  *ng-€s,  ayudados  de  susfli 
bactos,  señoreando  varias  naciones;  confírmalo  el  vocablo  gem 
nico  que  significa  prisionero  y  esclavo,  que  se  tomó  igualmente  d 
celta.  Por  consiguiente  la  organización  y  desenvolvimiento  de 
ciudad  puede  decirse  que  vino  del  occidente  de  Europa,  de  los  a 
tas.  En  ios  Gallas  hubo  más  ciudades  antes  de  Cesar,  que  despui 
gobernadas  por  reyes,  pues  cl  mismo  Cesar  nombra  varías  1 
milias,  cuyos  padres  lo  habían  sido  anteriormente.  También  enl 
los  eslavos  tenían  los  reyes  y  príncipes  stts  servidores,  lít.  tiyana 
ant,  ruso  tiani,  tivana,  y  estos  nombres  tomados  de  los  gcrmanc 
del  norso  ihyónn  servidor,  esclavo.  Entre  los  eslavos  meridionah 
se  hallan  varios  p/emena  unidos 'políticamente  en  una  unidad  (( 
vitas),  señoreando  á  los  demás  el  píeme  más  poderoso,  y  teniend 
su  jefe  ó  djapan  una  dignidad  superior  á  la  de  ios  otros  djapan 
Así  nació  el  estado  de  los  eslavos  meridionales.  En  un  prindpi 
el  más  señalado  de  los  djupaní  fué  un  primus  ínter  pares,  en  Se 
via  veliki  djupan  ó  el  gran  djapan,  en  Croacia  consérvase 
viejo  vocablo  knez,  que  es  el  superior  de  los  voyvode.  También  ! 
llama  kraly,  esl.  kraü  rey,  ruso  koroli,  alb.  krall  rey  extranjer 
gr.  mod.  zpáXvjs,  turco  kral,  tomado  de  Cario  Magno,  lo  cual  indit 
la  gran  influencia  de  los  germanos  sobre  los  eslavos  en  esta  parte. 

Ei  no  hallarse  vocablo  común  en  las  I-E  para  nombrar  al  pobi 
y  al  rico  da  por  averiguado  que  no  hubo  semejante  diferencia  ( 
clases  en  aquellos  dichosos  tiempos;  y  así  es  natural  que  sucedies 
ya  que  la  propiedad  particular  era  desconocida,  siendo  todas  \ 
haciendas  comunales.  En  gr.  el  rico  dícese  z^-oúsio;,  de  idLoüti 
lleno,  abundancia,  -i¡jL->.iij|jLt  llenar;  el  pobre  -évhj^,  de  xÉvofim  tt 
bajar,  zwi;  trabajo,  pena;  xccu/o;  es  pobre  y  mendigo,  irccówn»  andi 
despavorido,  aconchado.  En  latín  dives  rico,  divitiae  riquezas,  ( 
divas  divino,  como  fortanae  yfortanatas  dtfors  suerte;  pau-pt 


hrt  cl  de  poco,  wj-po;,  patt-cvs.  goi^o  faw-ai;      ^dfcus  mendi- 

I  ikl.  ml/íiitX  fallo  en  el  cuerpt\  mendum  faifa.  ido  auclags 

\tt  Tior.  audhugr,  ags.  éadtg,  ant.  al.  úfak,  de  *aua  upes,  en  ñor. 

r,  ags,  éad,  an!.  al.  fit;  godo  gabigs  rico,  ^flíieí'  rique^n.^íion 

io  ¿j/*/7ií  pobre,  de  *arbftmo,  godo  arbaílhs,  a].  Arbdt  tra- 

Q,  esJ.  rafra  criado.  El  ant,  al  riA/rí  rico,  rlhtaom  riqueza,  de 

¡vienen  ritos  lérmínos  caslcllanos,  se  refieren  al  poder  de  los 

^£i  pobre  en  godo  fiaiks,  cal.  chiaku;  ant.  al.  betelciri  de 

ir,  ñor.  vtrdhgangr  mcndicalio,  <a  going  begging  otic's 

•.  En  csl.  bogaiii  rico,  de  donde  el  líL  bagótas,  de  6o^ü  Dios, 

^divcs  á^divas;  uboga  \^(ihxe,\\\.ubügas^y  nebogu,   li(.   nc- 

(W.  En  Ii(.  el  puhre  wargrtigas  de  Uíijr^fíJS  necesidad,   misciia, ^ 

.  wargs  mal,  sufrimiento. 

El  rico  tiene,  pues,  algo  de  los  dioses,  como  latiibién  se  ve  en' 

M  cl  que  Ksiá  guardado  de  buen  genio   6  divinidad  tutelar. 

Iiaduce  el  ¡idKdpio;  dichoso  no  por  sfdig,  saíida^  aL  selig, 

;  su  propia  verdión,  sino  por  audags  rico.  De  modo  que  la  íe- 

I  csÜ  en  la  riqueza.   El  paraíso,  lugar  de  los  bicuavenlurados, 

thigar  de  la  riqueza,  pues  ct  eslavo  ray,  vtrey,  Iti.  roy^s  parai- 

I  d  skt,  rft/  bienes,  el  lat.  rfs  rei  cosas,  Pero  lo  que  no  tiene 

de  lioja  es  que    «poderoso  caballero  ea  don    dinero,  la  ri- 

1  y  ct  poder  andan  juntos  (Cesar  Bef.  gat,  6,22),  de  tos  galos 

ndieron  los  germanos  y  su  vocablo  e«  nuestro  rico  y  fique- 

¡  pobre  es  el  trabaíador,  el  trabajo  es  la  pobreza,  y  aun  el 

)noral,  e'  ^         .  díjosc  de  :rívos  y  r,ivr¡ii  pobre,  tjabajado. 

se  .t   lo  extraño  de   la  doctrina  predicada  en   el 

1  del  tnonlf.  Blenavenlurados  los  pobres  y  los  humildes,  los 

perseguidos,    despreciados  y  malditos  de  las  gentes.    La 

,  de  Cristo  vino  del  cíelo  y  A  61  se  endereza;  de  tejas  abajo 

fas  cl  dinero  C  raudio  es  de  amar,  «como  dice  Juan  Ruiz, 

¡loa  del  dinero  (4Q0-527)  es  una  glosa  sin  par  de  esta  doc- 

I  Sy  lovyeres  dyneros  avr.is  consolación,  /  plaser  E  alearía,  del 

L Ración,  /  comprarás  parayso,    ganarás    salua(;iún,  /  do  son 

;  dineros  esta  mucha  bcndi<;íón>. 

'  ■  (Est.  iber.  41)  considera  eí  feikl.ilisiiKi  español  de 

.  .  .  Jino  una  iiirts-continu.ilio  del  de  lus  ibcrus,  y  no 

moa  cfsacir^n  original  ni  como  una  únporlación  exúiica.  Cl  Iro- 

14 


370  Oriuen  y  vida  del  LENQUAír  ' 


peí  io  no  paso  su  rasero  nivelador  por  la  Península:  no  desti 
vida  loeal  ni  las  instituciones  nacionales  de  los  iberos:  lasen 
bre  aciscriplicia  subsistió  después  de  la  conquista  en  iguales 
cioncs  que  antes,  y  fué  causa  de  que  no  penetrase  aquí  el  C( 
romano:  quedaron  las  milicias  locales,  de  ciudad  y  provincia 
ronse  los  antit^uos  feudos  territoriales,  verdaderos  Estados  cor 
res  de  siervos:  subditos  inmediatos  del  príncipe  ó  noble  que 
quiría  por  herencia.  Entre  aquellos  señores  ó  hwaxfA,  que 
III  a.  J.  C.  reúnen  sus  mesnadas  en  Elche,  coligados  con  i 
régulos  p'-.ra  derrotar  á  Asdrubal  (Apiano  6,5),  ó  aquél  Alu 
pocos  años  después  pone  á  servicio  de  Escipión  Africano  5 
dados  alistados  entre  sus  clientes  (Livio  26,  50),  y  los  no 
Cauca,  Didymo  y  Vcriniano,  que  en  las  postrimerías  del  I 
hacen  una  leva  entre  les  siervos  de  sus  heredades,  sufícienl 
contener  durante  muchos  años  la  irrupción  de  los  barbare 
Pirineo  (Zosimo  Hist.  6,  Sozoí.í.  Hist  9,  Orosio  VII,  40, 
H.  Vand.  año  406),  ó  la  mujer  deTheudis,  que  ofrece  á  eí 
guardia  de  200  hombres,  enchanchados  entre  los  colonos  y  > 
de  sus  vastísimas  posesiones,  con  que  ganó  la  corona  visig( 
hay  solución  de  continuidad.  Plínio  nombra  uno  de  aquellc 
nates  del  siglo  I  (22,57),  Valerio  Máximo  deja  trasparentar 
armadas  entre  esos  potentados  (5,4  y  3). 

Q\\t  España  se  hallaba  dividida  en  infinidad  de  regiones 
en  tribus,  cada  una  de  las  cuales  tenía  su  mandón  ó  régulo,  i 
cierta  y  averij^uada,  sobre  iodo  por  las  noticias  de  Livio  (2 
33,21). 

La  derecha  ó  diestra  tiene  un  nombre  común  en  las  I-l 
dakshina,  zend.  dashina,  esl.  desinu,  lil.  deszine,  alb.  i 
Ssí'/j;,  ís;í"po;,  dexfer,  irl.  dess,  godo  taihswó,  ant.  zSsawa 
indicadora,  dic-cre,  la  del  gesto,  ó  habla  primitiva,  que  es  1 
vale  en  euskera  es-ka  mano,  la  del  habla  ó  es,  de  donde   es4 

Para  la  izquierda  hay  variedad.  En  skt.  savya,  zend.  húv} 
shuj.  Además  con  valor  de  caído,  flaco,  XairJ;,  laevus,  esl.  fevi 
el  de  torcido  axat^;  y  scaevas;  y  godo  hleiduma,  irl.  cié  de  *, 
cié  y  claon  obliquus,  laí.  ant.  clivius,  cliviam  auspiclum  ó  sin 
malo,  xXiri;  y  xXivw  inclinar;  lo  opuesto  de  directus  dcrecl 
rechts,  esl.  prava  rectus,  dexter,  fr.  droit.  En  fin  ant.  al.  kac 


87.  regtre 


371 


tangueo  ó  ser  débil;  en  csl.  kruchitku  frígiJi» 
que  en  Icheso  kfsnak  izquierda. 
[córapunitiva  tienen  sin-isUr,  arrl.  al.  win-istar,  ñor. 
id.  vairya-starat  dp-í^ípoc.  l-o  bueno  es  que  ístns  cora- 
ireccn  oponerse  en  el  concepto  á  lo  qne  dicen  Eos  voca- 
^CH«5.  U  derecha  es  U  mano  más  poderosa  y  obradora;  ta 
i  la  torcida,  la  flaca.  Y  sin  embargo  el  zend.  vairyasíilra  rcs- 

ÍL  wr/yffs,  comparativo  de  Vflffl  mejor,  mis  elegible  y 
^t^Típ-ií  á  (iptiíov,  ¿píTK-;  el   mejor,  winistar  al  anl.  al. 
.  Lo  mismo  el  irl.  tuath  izquierda  y  godo  tíiiuth  bueno, 
htv  -,Á  propósito.  Es  que  en  estos  lérmiiios  inffuyú  la 

■t>  I  os  ó  vuelo  de  ías  aves.  En  gr.  ejfwvinio;  izquierda 

buena  sij^íñcación.  Se  miraba  al  origen  Ó  al  camino  que 

k volar  las  a^'cs,  cuyo  agüero  se  observaba.  Mirando  al 
de  buen  agüero  si  el  ave  venía  de  la  izquierda  é  iba 
Írech.t,  hacia  el  oricnle  ó  mediodía.  Asi  se  concierta  el  que 
baños  la  izquierda  hiera  de   buen  agQero  y  la  dereclia 
legos,  «ita  nobis   sinistra    videnlur,   Graiis   et   barbaris 
líiora»  (Oc.  Div.  2,39).  Tal  \'c¿  ya  en  la  época  indo-curo- 
tribus  atendían  al  punto  de  partida  unas,  otras  á  la 
el  vuelo  de  las  aves,  ó  en   cada  ave  la   dirección   ó  el, 
itingiiía  en  particular.  Así  en   Roma   n^ismo  dice   PJatHo 
,1,12):  -Picus   et  comix  ab  lacva,  parra  ab  dcxlera  con- 


par  Derecho  el  conjunto  de  leyes  escrita';,  dviles 

mandan  ó  prohiben,  su  origen  históri<:o  c^  bien 

ij:n  Europa.  Múbolo  en  Ürecia  desde  el  siglo  Vil  {a.  J.  C), 

idaron  por  escrito  las   leyus  de  Zaíeuco,   Ch.irondas, , 

en  Roma  se  lomaron  de  Grecia  el  s.  V  las  de  Las  doet 

raíl  atlo*  tn;ítí  Urde,  el  s,  V  (d,  J.  C.)  comenzaion  i 

jyas  los  pueblos  germánicos,  en  latín  ó  en  lengua 

>'a  en  picna  cultura  cristiano-romana  (Urunner,  D.  fft- 

,  282).  Desput^  del  año  1020  se  compuso  el  mis  an* 

niso,  el  de  Jaroslav,  ó  de  Novgorod  (EwEtf^,   D.  tílt, 

258).  No   se  sabe  cuándo  nacieron  las  leyes 

..  :  i,  Mor,  Aícill,  recogidas  con  el  derecho  canónioo 

:  ó  X  (Mainc,  Early  Hist.  of  l/atiL  Itct  i  y  2);  sobre 


las  de  Gales  véase  Walter  (p.  355).  Sabido  es  que  tales  codiSar 
ciones  suponen  centenares  y  aún  millares  de  años,  durante  los  Ok 
les  fueron  naciendo  y  practicándose  las  leyes,  después  reducidas  i 
códigos,  pasando  de  boca  en  boca  por  la  tradición  y  como  costum- 
bres de  los  pueblos.  Solo  vamos  á  decir  algo  acerca  de  la  antigücdid 
y  naturaleza  de  estas  leyes  ó  costumbres  no  escritas.  Para  ello  lo 
primero  distíngase  el  derecho  objetivo  de  su  subjetivo  conocimiento. 
Puede  un  pueblo  regirse  muchos  años  por  leyes  y  costumbres  ric^ 
bidas  y  heredadas,  sin  formar  concepto  cabal  del  Derecho  ni  de  li 
Ley,  ni  tener  un  cuerpo  de  doctrinas  orales  ó  escritas.  Antes  bia 
apenas  se  concibe  pueblo  ni  sociedad,  por  agreste  y  pequeña  qnt 
sea,  sin  ciertas  prácticas  consuetudinarias,  todo  ello  prescindiendo 
del  reflejo  conocimiento  de  los  principios  jurídicos  y  ni  aun  étioofc 
¿Cuándo  y  en  qué  circunstancias  se  despertó  esa  conciencia  juríditt 
de!  derecho  y  de  la  ley  en  los  pueblos  I-E?  Eso  es  lo  que  hay  qv 
averiguar. 

El  vocablo  skt.  ría  es  entre  los  indios  ó  arios  el  que  lleva  la  ida 
del  derecho,  de  la  regla,  de  lo  conveniente,  en  la  naturaleza  y  en  di 
hombre,  digamos  del  orden  que  se  vé  en  el  universo,  y  que  con» 
bido  en  el  alma  lleva  á  ponerlo  en  las  propias  acciones  con  mayoí 
ó  menor  reflexión.  Quedó  personificada  esta  idea  y  fueron  los  pr^ 
tectores  de  Rta,  los  dioses  Mitra,  Varuna  y  los  cinco  Adityas  (el  90^ 
la  luna  y  los  cinco  planetas).  Responde  en  la  jurisprudencia  romtti 
ratum  ó  ratio  (Leist,  Graeco-ital.  Rechtsgeschichte  p.  199).  Enstt 
también  tomó  este  valor,  ó  mejor  dicho  conservólo  del  euskaro 
deber,  el  antiquísimo  vocablo  dhar-man,  dhar-ma,  ó  ffópoo;,  firmni 
El  derecho,  la  religión  y  la  moral  andan  barajados  aqui,  no  meirt 
que  en  el  Dharmagústra  ó  libro  del  derecho,  de  los  det>eres.  Sofcn 
el  valor  de  esta  raíz,  que  encierra  la  ética  euskérica  y  natural,  hillll 
remos  en  otro  lugar.  De  dh&,,  zí&t¡\u  poner  salió  dhü-man  lo  puak| 
instituido,  sobre  todo  lo  ordenado  por  Mitra  y  Varuna  en  el  ordtf 
doméstico;  igualmente  en  ant.  persa  data  ley,  persa  dúd  derecfcil 
arm.  dat,  gr.  6é\Liz,  ds^iio't;,  junto  á  Vxr¡  y  vd^c  Aparecen  solos  lO 
dos  primeros  en  Homero  y  vienen  de  zidr¡^t;  d'jo]  de  }izbc*'j^i=diuiti 
indicar,  como  ia-dex,  vin-dex.  Mi  vsxusí;  dtupldtxat;  ¿povTo¿ptf 
(Odis.  11,570),  juzgaban  en  tomo  del  rey;  xpívcoot  Oé\kiamz  (R»  I 
387),  en  el  foro  ejercitan  los  torcidos  juicios.  Pero  desde  Homei 

I 


87.  regere. 


yiz 


c  y  W¡ir5if«  tomaron  la  acepción  de  orden  cósmico,  físico  y  mo- 
Mlabíeddo  por  tos  dioses,  y  Síin^  quedó  más  y  más  ceñido  al  dere- 
civil  y  iir:licia  humana,  aunque  siempre  fué  Díke  una  hija  de 
w£s.  Idéntico  d  6á|ií';  es  el  homérico  óaÍYj  de  ¿otoi;,  que  responde, 
in  unos,  al  ski.  satya  verdadero,  real,  aunque  éste  ea  el  etío;  ó 
Úeriv-ado  del  participio  del  verbo  ser.  No  se  haUa  en  Homero 
ley,  uso,  v»[i'Cw  acosltimbrar,  irl.  nói,  de  *nomso  uso,  y  parece 
o  ley  escrita  desde  Klcislhenes  (R.  HrRZEL'ATpa^í  ví¡|io;,  Abh,  tí. 
:  blst  Kl  d.  kgl  süchs.  Oes.  d.  W.  20,49).  Las  leyes  de  Ora- 
se llaman  biz\ifÁt  no  víjiíit,  es  decir  institutiones,  estatuios. 
En  latín  responde /ds  á  Séjuc.  y  tfis  á  ííxyj.  Sígnica  tal  vcz/as 
esjóit«  dicho  (fiírí,  ^tí\i{  hablar,  esl.  fríjsní  fábula,  incantaiio), 
de  los  Dioses,  ley  divina.  El  iits  es  la  decisión  de]  magistrado 
*  'o  civil,  y  se  relaciona  con  tarare,  como  en  sueco  íag 
!  amento  y  ley.  Es  etimológicamente  lo  conveniente,  adap- 
!,  ajustado.  En  zend.  responde  yaosh  puro,  mayormente  en  lo 
ioso,  ^1.  yGS  sano  y  santo  en  !a  forma  f(tm  ca  ytX  ca.  La  ley, 
Eísco  ü'giid  lege,  se  duda  si  viene  de  ícgo,  Xéim  íBruomann),  ó  es 
irso  fój!  piíir.  ley.  eJ  godo  Ugan,  ia^yan,  al.  Uegen,  legen  poner, 
fftfiíTa;  de  tiftrjpi  y  dhaman  de  dha.  Lex  se  dijo,  no  menos 
chn  y  fí-y  propias,  del  cuKo  anleríor  no  escrito,  y /í^-ea 
|i  ■  los  deceiuviros.    En  umbrío  mers  ius,  del  \i^j\ifi\  IrL 

■,  godo  mita  con  el  valor  de  medir,  juzgar  (V.  Ja^)- 
las  germánicas,  en  jodo  witt^tk  v.¡io^,  ñor.  vitadh,  fris.  witat, 
«I.  wUzüd,  de  ía  raíz  videre,  godo  witan,  de  modo  que  valen 
rimicnio;  y  godo  rf«5ms  juicio,  norso  tfdrnr,  ags.  rfdm,  ant.  al, 
I,  emparentados  con  dhtXman,  Bé\ít^,  lo  puesto.  Al  ¡dg  norso, 
jonado  antes,  por  "íagu,  responde  su  derivado  ags.  tagu. 
Jordanis  (c.  II)  se  llamaban  también  tas  leyes  dadas  por  sus 
>  bt(t)lafiines.  En  ant.  al.  fiwa,  fris.  H,  e,  ags.  ¿re,  atMf,  emparen- 
\  con  aevum,  godo  «/ws  tiempo,  «íct  oiwi,  ski.  éva,  curso, 
costumbre,  es  decir  to  que  corre  y  suele  siempre  hacerse. 
li^,  como  derecho,  en  írL  recht,  aní.  at.  reht,  ñor.  réttr,  godo 
el  latino  rectus.  En  el  Rigveda  se  halla  su  correspon- 
-  Junto  al  Rtíi.  Es  en  al.  Recht.  La  misma  ¡dea  en  eslavo 
ida  el  derecho,  pravw  recio,  de  pro»  lo  opuesto  de  krivida 
a  torcido;  en  lit.  prowa.  La  ley  en  eslava  es  zakona^  es 


decir  la  costumbre   hecha  ley,  como  vopCf  opuesto  á  aran  j 
obytchay  costumbre  puramente,  como  e6oc. 

Tratándose  en  las  juntas  públicas  de  los  1-E  entre  el  rey  y  d  co- 
mún de  cuestiones,  litigios  y  asuntos  de  todas  suertes,  las  decisio- 
nes tomaban  color  como  de  ley  para  en  adelante,  se  apwlaba  al  uso^ 
á  los  precedentes,  y  venían  así  á  ejercitar  el  derecho  y  á  formar  Iq» 
tradicionales.  Por  !o  visto  de  los  términos  en  cada  lengua  se  ski 
que  no  tuvieron  un  concepto  abstracto  del  Derecho  ni  de  la  justidL 
La  costumbre  derivada  de  padres  á  hijos,  cuando  no  se  tomata  et* 
teramcnle  como  cosa  decididamente  establecida  por  ley,  se  di)» 
?¡6o;  uso,  skt.  svadha  miLTiCTa  propia;  el  gr.  ¿fio;  uso,  costumbre,  d 
godo  sidas,  el  ñor.  sidhr,  ant.  al.  sita,  al.  Sitie  vienen  de  otraniz 
sedfi.  No  es  creíble  que  las  leyes  ó  cosas  establecidas,  cuyos  nonit]Ri 
vimos  antes,  ni  estos  usos,  se  tomaran  en  aquellos  tiempos  por  Iqra 
y  ordenaciones  derivadas  de  los  dioses.  Sin  embargo  como  aiguna 
de  los  términos  dichos  llevan  en  su  mayor  antigüedad  algo  de  sagnh 
do,  pudieran  haber  concebido  el  derecho  y  la  justicia  como  puntal 
bajo  el  amparo  de  las  divinidades.  Solo  hay  la  grave  diñcultadde 
que  los  dioses  en  aquella  época  no  habían  aun  tomado  la  persoaifi- 
cación  y  el  valor  ético  que  hiciera  distinguir  el  bien  del  mal.  No 
puede  ponerse  en  duda,  dice  Oldenberg,  que  las  ideas  de  justo  é 
injusto  nacieron  de  la  vida  social,  y  que  antes  eran  independienfci 
de  la  creencia  en  los  dioses.  No  son  buenos  y  amigos  de  los  hom- 
bres en  aquella  primera  edad,  lo  cual  es  necesario  fundamento  át 
la  conciencia  religiosa;  sino  que  solo  se  les  trata  como  á  poderosos 
irresistibles,  etc.  Más  tarde,  cuando  el  concepto  de  los  dioses  fuélni" 
manándose,  como  de  seres  sobrenaturales  que  se  cuidan  del  bienes 
tar  de  los  humanos,  la  bondad,  la  justicia,  el  derecho  hubieron  de 
atribuírseles  por  más  alta  manera  que  á  los  hombres  y  entonos 
nació  la  religión  propiamente  dicha,  antes  de  la  cual  solo  bubo 
temor  á  la  naturaleza  endiosada,  á  las  fuerzas  personificadas  deliu^ 
verso,  y  la  idea  de  justicia  arraigó  en  la  divinidad  como  de  ellfli 
derivada,  empalmándose  así  la  ética  con  el  dogma.  Lo  más  creibte 
es  que  este  enlace  de  la  religión  y  la  moral  naciera  con  la  creadóft 
del  sacerdocio,  desconocida  en  los  primeros  tiempos  por  los  I-& 
Fueron  después  retirándose  poco  á  poco  del  cargo  de  rey  los  d6 


refere. 


T? 


'o  á  qucditr  atí  más  deslindados  Jos  con- 

eremos  como  en  cííra  el  derecho  objelivo  de  los  I-E  en 
cipalcs.  Acerca  del  derecho  doméslíco,  hay  que  decir 
4^  amo  (ie  ia  casa  era  el  cabeza  de  ramuja^  el  cual  ad- 
Bujercs  por  venía  que  de  ellas  ¡e  hacían  sus  padres,   pu- 
estas varias,  pero  una  principal,  llamada  señara  ó   ama 
Kü   paroce   hubiera   disltnciÓii    alguna  entre    los    hijos 
5)(ai»  imijeres;  el  coiiceplo  de  hijos  legítimos  y  bastardos 
ás  tarde  con  el  del  concubinato.  Podfa  adoptar  hijos  el  señor 
tenía  en  toíla  la  familia  derecho    iüinítado   de  viJa   y 
BU  mano  estaba  el  desechar  á  los  tiijos  desconocidos  y 
p\os  y  eiiferrttos  de  la  casa.  La  niujcr  se  veía  alada   por 
ba  Gdelidad  cotiyugal,  no  siéndole  dado  por  causa 
arsc  de  sn  marido,  bien   que  él   podía  alejarla  de   sí; 
tial,  ya  no  podía  c!la  volverse  á  casar,  sino  que  seguía 
,  casa  del  difunto  ó  se  mataba  en  su  tumba. 
la  propiedad  de  bienes  no  había  todavía  claro  conceplo. 

Ído  en  común  i  los  miembros  de  la  familia,  pero  deba- 
encs  de)  amo  de  la  casa,  que  era  el  que  de  todo  disponía 
i.  La  propiedad  era  del  común,  y  distribuíanse  los  cam- 
'      'ríos   los  vecinos  por  tiempo  más  ó  menos 
.    :.is;  sólo  sí  parlición  de  los  bienes  de  la  casa 
s  caso».  No  se  conocían  ricos  y  pobres^  nobles  y  plebeyos, 
b  prt^iedad  emre  todos.  Pero  podía  disponerse  de   las  co* 
como  lo  dan  a  entender  los  vocablos  vender,  com- 


E%,  co 
ele 
nina 
o,  el 


inal  sólo  había  un  crimen  castigado  por  el  poder  co- 
cí llamado  a^as  en  sk(.,  «70;  en  griego,  es  decir  el 
el  prücomún,  como  la  traición  á  la  p^itria,  lacobardíAi. 
rey,  ele.  Juzgábalo  entonces  el  pueblo  y  era  castigado 
le.  Lo5  demA^  crímenes  quedaban  i  merced  de  los  inte- 
farailia  ó  del  barrio,  los  cuales  se  vengaban  y  rctaha- 
\0K  tal  por  tal,  diente  por  diente,  ó  recibiendo  ganado 
ompensa.  Fuera  del  dicho  crimen,  parece  hubo  alguna 
límicntü  judicial,  actuando  el  rey  ante  la  junta  por  él 
cj,  ad:niliase  el  juramento  y  en  ciertos  casos  tí 


376  Origen  y  vida  del  lemg 

juicio  llamado  de  Dios,  y  se  oía  á  los  testigos.  Las  más  veces  wk 
cual  se  tomaba  el  derecho  por  su  mano.  Solamente  los  salteadORl 
eran  perseguidos  en  común,  popular  y  públicamente.  En  osos  de 
diferencias  entre  dos  aldeas  ó  Sippes,  lo  probable  es  que  el  rey 
decídieVa  como  arbitro. 

El  guisante  es  de  dos  suertes,  el  Pisam  sativam  L.  y  el  Pism 
arvense  L.  El  primero,  ó  huertano  ó  cultivado,  es  el  único  que  co- 
nocemos de  la  época  prehistórica  por  los  palafitos  suizos  de  la  edid 
de  piedra,  y  parece  también  en  Hisarlik;  pero  fué  ajeno  á  la  cultuil 
egipcio-semítica,  al  revés  que  e!  haba  y  la  lenteja.  El  Ervum  ErvWa 
L.,  en  lat.  ervam,  por  *ere-gvo,  *erO'gvo,  opo^c,  es  el  ant.  al.  ara- 
weiz,  arwjz,  ags.  earfe,  ñor.  ertr,  al.  Erbse,  Erwe,  y  parece  subió 
del  mediodía  á  Alemania.  Igualmenk  sps^tvd»;,  como  úóx-tvfc; 
de  ávflo;  lo  que  crece,  hierba,  flor,  que  es  el  mismo  erv-um.  Estos 
nombres  parecen  derivados  del  ere~i,  ere-in  sembrar,  como  propias 
plantas  de  huerto,  al  modo  que  llamamos  nosotrd^  del  huerto  las 
hortalizas. 

38.  Derecho,  de  dircctus;  it.  diretto,  diritto,  dritto,  nim. 
drept,  rtr.  dretg,  prov.  dreit,  drech,  fr.  droit,  cat.  dret,  pg.  direito. 
El  vulgar  drecho  se  halla  por  ej.  en  L.  Rueda,  Aceitunas:  Tendréis 
un  olivar  hecho  y  drecho;  en  el  s.  XV  en  Baena  p.  301:  Que  eto 
allegase  muy  bien  su  drecho;  en  el  s.  XIV  en  J.  Man.  C.  Luc:  Non 
es  razón  nin  drecho  que  la  gane  heme,  estando  home  en  pecado 
mortal;  en  el  s.  XIII  en  Apolonio  97:  Pusiéronlo  drecho  en  medio 
del  mercado. 

Como  adjetivo,  recto.  Qaij.  2,60:  Informándose  primero  cuál  er* 
el  más  derecho  camino  para  ir  á  Barcelona.  Tia  ftng.:  Se  fué  dere- 
cha á  la  cama.  Quij.  2,50:  Las  afrentas  que  van  derechas  contra  1« 
hermosura.  S.  Ter.  Vid.  7:  No  dudaba  de  que  iba  derecha  al  délo- 

Vertical.  Lope,  Discreta  enam.  1,1:  Crió  Dios  derecho  al  hom- 
bre /  porque  al  cielo  ver  pudiera.  Erg.  Araac.  6:  Aunque  la  cues- 
ta es  áspera  y  derecha,  /  muchos  á  la  alta  cumbre  han  arribado. 

Metaf.,  justo.  Leos  Job  34:  El  que  es  Dios,  esto  es  la  regia  d« 
todo  ¿cómo  puede  aborrecer  lo  derecho?  Tirso  Palabr.  yplam.  I,  I  • 
Mas  si  coligieras  deso  /  la  derecha  conclusión. 

Lado  del  cuerpo  opuesto  al  en  que  se  siente  latir  el  conzilni  7 


88.  derecho. 


Zll 


t  CAt  de  esc  lado.  Qaij.    1.18:  Que  está  i  su  derecha  mano. 
A  H.  E.  1»2:  Que  á  mano  siníeaíra  se  llamaba  ailánttco,  co- 
la  i  la  derecha  i  llamarse  gálico  ó  galkgo. 
lustantfk'a<«  ta  derecha  por  Ea  ntanu  derecha.  Qüij.  1.45:  Y  con 
cha  asió  á  Don  Quijote. 

!0  suslantivo  ei  derecho  es  lo  ordenado  por  ley  natural  divi- 
bumana.  Mariana  H,  E.  22,14;  Que  parece  era  conlu  razón  y 
Saav,  Empr-  21:    Los  mismos  que  habían   de  ser  guardas 
,0  son  dura  cadena  de  la  servidumbre  del  pueblo. 
que  puede  uno  hacer  sin  apartarse  de  la  ley,  facultad  reco- 
da, natural  ó  legal  de  ejccular  ú  oiuiíir  un  acto.  Mariana  H.  £. 
t  Allcg?haTi...  cí  dcreclio  que  la  naturaleza  y  Dios  da  á  lodos  de 
r  la  libertad  y  evitar  la  servidumbre. 

•orresponde  i  uno  conforme  á  la  ley,  facultad  de  hacer 
;ue  la  ley  nos  permite.  Mariana  H.  E.  20,2;  No  quiso 
tiecer,  sea  por  no  fiarse  en  su  derecho,  sea  por  esíar  rfsuclio 
iJerse  de  sus  manos.  Qiiij.  2,72:  Ante  el  cual  .ilcalUe  pidió  Don 
jclc  poi  una  petición  de  que  á  su  derecho  convenía  de  que. 
Honoririos  de  algunas  profesiones.   Quij.  2J7:  Protesto  i  este 
íf  que  lodo  el  mal  y  daño  que  esias  besiias  hicieren  corra  y  vaja 
■lía,  con  mils  mis  salarios  y  deiechos. 

hacer  jusliciaj  dar  ó  ton;ar  satisfacción.  Qmj.  2,7;  Por- 

MleTnuda  con  su  tardanza  el  derecho  de  lo&  tuertos,  el  amparo 

I) 

r,L^^  .  «erróla.  Gatat.  5;  En  dos  días  que  durd  el  maestral» 
IOS  por  todas  las  islas  de  aquel  derecho,  sin  poder  en  ntn- 
brsir  abrigo. 

de  la  teU  ó  de  otras  cosas,  por  donde  han  de  ser  vistas. 
.  Dial,  med,  t.  36:  Cómo  podrá  tener  dos  reversos,  pues 
íne  dos  derechos,  ni  aun  uno? 

^  i/frccAas,  justamente,  bien.  QuiJ.  I.líi:  El  miedo  que  tienes 

lace  Sancho  que  ni  veas  ni  oyas  á  derechas.  Retablo  marav.: 

vos  que  me  hablen  á  derechas,  que  yo  cntendcrí  á  píe  llano. 

'.  podr.:  No  podrá  hacer  cosa  á  derechas,  Vaiocrrama  /^. 

éom.  4  cuar.:  Pero  por  el  contrario,  no  haciendo  cosa  i  de- 

Id.  Ceniza  2:  No  hay  vitiud  á  derechas,  ni  santidad  i  dere- 

ai  honra  i  derechas  en  una  mala  lengua.  Grac.  Crit.  1,10 


Nunca  suelen  hacer  estos  cosa  á  derechas.  J.  Pin.  Agr,  2ft,8:  (^ 
fué  al  revés.  No  digo  sino  que  fué  muy  á  derechas  contra  lo  <p 
dejé  de  decir.  D.  Veoa  Paráis.  S.  Ant:  La  tierra  es  cstcrii  y  no  d 
fruto  á  derechas.  Cacer,  ps.  52:  No  harán  cosa  á  derechas.  Vaim 
RRAMA  EJerc.  Fer.  4  Dom.  1  caar.:  Nunca  jamás  andará  á  deredn 
como  el  que  anda  cojo. 

A  derecha  y  á  izquierda,  hacer  algo  en  todas  direcciones,  si 
mirar  á  quien  ayude  ó  estorbe. 

A  la  derecha,  á  la  mano  derecha. 

A  la  derecha,  que  á  la  izquierda  hay  barro,  á  la  derecha. 

A  las  derechas,  suple  intenciones,  sin  segundas,  honradamenl 
QuiJ.  1,12:  Que  á  las  derechas  es  buen  cristiano. /«ez  div.:  Horab 
de  bien  á  las  derechas  (del  bien  y  honrado  á  las  izquierdas  enuih 
rufianes).  Muniesa  Caar.  13,1:  Ser  verdaderos  creyentes  y  católia 
á  las  derechas.  % 

Cada  uno  habla  en  derecho  de  su  dedo.  c.  328;  ó  alega. 

Ceder  de  su  derecho,  desistir  de  una  pretensión. 

Con  estos  derechos,  nacen  los  cogombros  tuertos;  con  t(á 
derechos,  se  hacen  los  cogombros  tuertos.  (Que  no  siempre  se  1 
de  ejecutar  el  rigor  de  la  ley  á  la  letra,  porque  á  veces  la  mud 
justicia  se  torna  injusticia),  c.  351  y  353. 

Darle  la  derecha,  la  acera. 

De  derecho,  según  ley  y  justicia.  QuiJ.  1 , 1 7:  Se  les  debe  de  fue 
y  de  derecho.  Id.  1,24:  A  él  tocaba  de  justo  derecho  hacer. 

Derecho  apurado,  tuerto  ha  tornado,  condena  la  severidad. 

Derecho  de  pataleo,  resistencia  ó  quejas  inútiles,  por  no  haW 
sele  de  oír. 

Derecho  de  pernada,  metaf.  beneficio  que  se  obtiene  de  prim 
cía  en  algo. 

Donde  no  hay,  derecho  se  pierde.  Al  que  no  tiene,  el  rey 
hace  libre. 

Es  derecho  de  las  narices.  (Encaminar  sin  certeza,  y  dedr  t 
algo  que  está  en  frente  de  las  narices),  a.  522;  examinando  ó  jiL 
gando  uno  las  cosas  por  su  conveniencia. 

En  derecho  de  su  dedo.  (Juzgar  cada  uno),  c.  522f  conforme 
su  conveniencia. 


88.  derecho. 


37Q 


'itr  por  derecho^  ir  de  fíente  y  con  nobleza  ó  acierto  al 


i 


ta  derecha,  y  dátale  con  la  zurda,  del  que  toma  algo  por 
uio  ác  lo  que  es  y  deí  que  hace  im  dispárale. 
i  en  sv  derecho,  abonando  su  proceder. 
ir  á  atrecho,  comparecer  por  sí  6  por  oiro  en  juicio  y  obli- 
pasar  por  la  senlencia. 
\Uír  en  derecho  de  su  dedo.  (Enderezando  á  iU  provecho). 

t  derecho,  justica.  QaiJ.  1,26:  Fasta  que  la  hubiese  fedia 
aquel  mal  caballero. 
nifre  de  bkn  á  las  derechas.  (Alabanza  de  hombre  honrado 
en  iralo).  c.  543. 

kftcho  á.  J^  Pin.  Agr.  32,2S:  SI  van  Impedidos  y  son  bu«- 
derechos  al  cíeloi  y  si  son  malos  van  derechos  al  infierno. 
por  derecho,  vulgar  sin  vacilación,  con  resolvicidn, 
faesabe  la  derecha,  no  Ío  sepa  ta  izgaierái.  c.  199. 
t  derecho  que  un  altnocafie  (ironice),  que  una  algarroba,  de 
ilgarrohar  dar  á  una  co^  la  figura  corva  y  torcida  del  fruto 
,TTobo.  Más  derecho  que  un  cuerno,  que  una  hoz  (ironice), 
pino,  qu«  una  veb.  Tanibicn  irónicamente:   tres  más  arla 
güebo,  /  mis  derecha  que  una  jos;  /  más  blanca  que  mi 
fo,  /  mis  fea  que  un  bolo  á  Dios.  Más  derecho  que  una  cafla, 
lie:  ponte  como  las  cañas,  que  dicen  las  madres  á  los  hijea 
le  se  levanten  de  la  cama  ó  del  auelo- 
s  derecho  que  un  huso.  L  Orac.  Crit.  2,7:  Si  pretende  casa- 
que  ande  mis  derecho  que  un  huso.  Qn//.  t,4:  Más  derecha 
fma  de  Guadarrama. 
|kcft0  á  salvo,  c.  6 1 9. 
'ame  derecho,  y  darte  he  an  cuarto.  (Moteja  de  tuerto  y  jibo- 
467. 

perder  derechos,  ni  llevar  cohechos,  c  213.  Con  plena  jus« 
n  perdonar  lo  suyo  ni  aceptar  cohecho.  QuiJ.  2,-i9:  Yo  go- 
testa  ínsula  sin  perdonar  derecho  ni  llevar  cobecho.  Id.  2,51: 

II  nn  he  locado  derecho  ni  llevado  cohecho. 
das  derecho,  ni  tomes  cohecho,  c.  213, 


380  Origen  y  vida  del  isibojvr' 

No  es  mucho  que  pierdas  tu  derecho,  no  sabiendo  Aaarfil| 
hecho,  c.  224. 

No  hacer  cosa  á  derechas,  errarlo  todo. 

Perder  de  su  derecho.  (Por  ceder),  c.  601.  Oran.  Meta.  24:Dh| 
y  noche  nunca  para  (el  movimiento  de  nuestra  vida),  sino  siempR  | 
va  perdiendo  de  su  derecho. 

Por  derecho,  sin  rodeos. 

Su  derecho  á  salvo.  (Sacar),  c,  569. 

Tener  derecho  en.  M.  Chaide  Magd.  3,14:  Tiene  derecho  emál 

Usar  de  su  derecho,  valerse  de  la  acción  que  le  compete,  qa^| 
cer  su  libertad. 

De  pecha-mente,  con  destreza  y  justicia,  alas  claras  y  di*  | 
rectamente. 

Derech-ero.  Corr.  78:  El  año  derechero,  el  besugo  al  sol 
y  el  hornazo  al  fuego.  (Se  ha  de  comer;  que  por  Navidad  hide  J  i 
haga  sol,  y  por  Pascua  de  flores,  tiempo  de  hornazos,  haga  frescoy 
Iluevia).  Berc.  MU.  90:  Madre  eres  de  fijo  alcalde  derechero  OuslO 
juez). 

Derech-éz.  León  Job  11  vers.:  Y  descubriese  á  tu  arrogU'* 
■cia  loca  /  su  abismo  de  saber,  su  derecheza. 

Derech-osOy  en  Honduras  el  copropietario  de  una  cosa. 

I>ereeh-ura,  rectitud.  Mont.  Alf.  1,8:  Ca  si  fuera  por  la 
derechura,  enojará  al  venado.  Berc,  S.  Lor.  74:  Padre,  si  bien  qui- 
siesses  derechura  catar.  Id.  37:  Non  serie  derechura....  darlo  ec 
malos  usos. 

Derechup-fa,  como  derechur-a.  Berc.  Loor  A\:  QuandC 
fué  de  doi;e  anuos,  maguer  ninno  de  días,  /  ya  iba  voceando  las  suc: 
derechurías. 

Rey,  de  regem  rex;  it.  re,  prov.  rei,  fr.  roi,  pg.  rei.  Qaij*  1,Q 
Un  discreto  rey  de  Portugal. 

En  la  baraja.  Quij.  2,57:  Si  jugares  a!  reinado,  /  los  cientosó  V 
primera,  /  los  reyes  huyan  de  tí,  /  ases  ni  sietes  no  veas. 

El  que  guarda  e!  ganado  de  cerda  en  los  lugares,  el  hombre 
animal  que  sobresale  entre  los  demás,  el  hombre  magnánimo 
liberal. 

En  Qerm.  gallo,  por  su  dominio  en  el  corral;  de  aquí:  Q  rey  ^ 
mi  gallo. 


8S.  rey. 


3S1 


Acairdase  def  rey  que  rabió.  (Para  decir  que  una  cosa  es  muy 

i,  príndpalmenle  si  es  pnsada  muy  antigua),  c.  63. 

Adiante,  como  o  rey  de  Portugal.  (Usárnosle  imilando  al  porta- 

,).  c-  56. 

Adonde  está  ti  rty,  allí  está  (a  corte,  c.  56. 

A  donde  va  el  Rey,  allá  va  tu  corte,  c.  9. 

Atgae  no  tiene,  et  rey  le  hace  Jranco.  c.  36.  Qué  le  pueden 

,r? 

Ai  rey  me  atengo,  dice  el  que  le  condene  atenerse  á  alguna  ley 

losidóa. 
AI  rey  mozo  y  gallo,  pelallo.  (Cosa  que  ta  leemos  y  ta  vimos  en 

IOS  que  chupan  al  rty  y  al  reino,  como  lo  hizo  Xevrcs  en  Es- 
;gafto  por  rnainoradizúj.  c.  41. 
Atrey  qoe  fuera,  á  la  reina  que  fuera,  á  cualquiera. 
A¡  rey  y  á  la  reina  obedecernos,  á  este  etcétera  no  conocemos. 
[¡ndo  á  vizcaínos  oyendo  leer  las  provisiones  reales:  fíey  de  Cas- 

de  León,  etc).  c.  41. 
At  rey  y  al  rio,  nanea  te  tengas  muy  vecino;  porque  si  se  enoja, 

lo  deja  barrido,  c.  41. 
Átutr  {por)  rey,  acl.imaric  por  tal.  Vald,  DiaL  leng.:  En  Asíu- 

.  alzaron  por  rey  de  España  al  infank  D,  Pelayo. 
Aifta  el  rey  la  traición,  y  at  traidor  non.  c.  66, 
Áasi  podréis  llamar  al  rey.  compadre,  c.  47 . 
Aate  reyes,  ó  grandes,  ó  calta,  ó  cosas  gratas  habla,  c.  52. 
Antes  rey  que  tfuena  ley.  c.  52. 
Aquel  es  rey,  que  nunca  vio  rey;  6  que  nunca  vio  al  rey.  c.  61, 

A;if/  del  rey.  (Pidiendo  favor  á  la  justicia),  c.  516. 

A  quien  rmda  tiene,  el  Rey  le  hace  franco:  ó  á  quien  no  titnt. 

\y 

A  rty  muerto,  reino  revuelto,  c.  22. 
Arey  muerto,  rey  puesto,  c.  22. 

A  toda  ley,  ayude  Dios  á  naestro  Rey.  c.  19.  A  toda  ley,  vÍpú 
%.  c.  19.   A  toda  ley,  viva  nuestro  /?*y.  c.  19. 
A  ttt  rey  no  ofendas,  ni  te  metas  en  sus  rentas,  c.  19. 
Cada  rty  puede  hacer  ley.  c  329. 
Cada  ano  es  rey  en  su  casa,  c  327. 
Como  el  rey,  que  vive  con  comodidades. 


382  Origen  v  vida  del  lenquaje 


Como  el  rey  en  sa  trono,  á  gusto. 

Como  el  rey,  que  donde  no  está  no  parece.  (Sois,  eres,  toj^. 
c.  359. 

Como  el  rey  que  la  mandó  matar.  (Dícese  certificando  alfo). 
c.  359. 

Como  reyes,  altivez  y  soberbia. 
Como  un  rey,  de  posición  desahogada. 
Con  el  rey  en  el  cuerpo,  el  ministro  que  alardea  del  nombre 
del  rey  y  se  excede  en  el  uso  de  su  autoridad. 

Con  el  Rey  me  eché,  mas  pata  me  levanté,  me  quedé,  me  háÜt 
c.  350. 

Con  el  Rey,  poquitas.  (Entiende  burlas,  y  acomódalo  cada  uno 
á  sí),  c.  350.  Con  el  Rey,  poquitas,  ó  pocas,  y  esas  muy  beÜacas, 
(Echa  pulla),  c.  350. 

Con  el  Rey,  y  la  Cruzada,  y  la  Santa  Inquisición,  chitón. 
c.  350.      . 

Cual  es  el  rey,  tal  es  la  grey.  c.  363. 

Cuando  yo  hablo,  firma  el  rey,  resolución,  sinceridad  en  d 
hablar. 

Daréle  algo  que  no  se  le  caiga,  que  no  se  lo  quite  rey  ni  Roqoe,   \ 
(Amenaza:  que  le  dará  jíolpes  y  palos),  c.  576.  j 

Del  rey  abajo,  abarcando  á  todos. 
Del  rey  que  fuese,  no  aguantando  ni  tolerando  algo. 
Detrás  al  rey  le  llaman  cornudo,  no  hay  que  cuidar  de  lo  que 
digan  Á  espaldas  nuestras. 

Donde  está  el  rey,  á  cien  leguas.  (Para  medrar  y  tener  quietud), 
c.  290. 

Donde  está  el  rey,  está  la  corte;  á  donde  está  el  rey,  c.  2Q0. 
Donde  va  el  rey,  va  la  corte,  c.  292. 
Do  no  está  el  rey,  no  le  hallan,  ó  no  parece,  c.  239. 
Échate  y  f oiga,  rey  de  Zamora,  c.  140. 

El  rey  de  las  abejas  no  tiene  aguijón  y  tiene  orejas.  (Atiendaiwr- 
reyes).  c.  107. 

El  rey  entra  como  puede,  y  reina  como  quiere,  c.  107, 
El  rey  es  como  el  fuego,  que  al  que  está  más  cerca  más  le  Oh^ 
tienta,  y  quema.  (Dícese  por  privados  que  caen,  y  otros  que  ofenden^ 
la  majestad  y  son  destruidos),  c.  107. 


88.  rey. 


383 


Ei  rey  es  poco  para  sa  porquero.  (Dtcese  át\  vano  y  presunt  uo- 
>).  o.  107. 

£i  rey  fué  viejo  á  Toro,  y  iríno  moto,  (Pide  con  donaire  que  el 

^ozo  eche  vino;  )i»^!a  de  la  ambigüedad  del   vocablo  vino,  por  el 

ao  de  uva5  y  por  el  prcícrtto  del  verbo  venir;  no  eníendiú  esta  gra~ 

,  el  Comendador,  que  dice:  y  volvió  mozo,  atribuyéndolo  á  la 

nctancta  de  friiUs  y  otras  cosas  de  Toro,  habiendo  oíros  lugares 

mis  deleitosos  y  agradables;  mejor  fuera  qite  entendiera  leyen- 

voitió  mozo,  que  se  avisa  al  mozo  que  vuelva  presto  del  manda* 

»,  ó  que  ^^lelva   el  asador,  si  está   asando,  y  para  con  este  donaire 

Iver  el  plato  en  la  mesa,  del  lado  que  tiene  lo  inejor^  como  se  dice 

eí  otro:  eí  mundo  redondo.  En  otros  refranes  se  dice  esta  misma 

i  ambigua  del  vino:  «Crislo,  ¿por  quién  vino?  Por  lodos  vino»; 

,  vieja  fué  i  Zaragoza,  y  vino  moza-;  maneras  son  de  pedir  de 

r).  c.  107. 

El  Rey  Grillo;  el  rey  Perico;  eí  rey  Mandinga.  (De  mandinga, 

nielos).  c.  521. 
í:i  ri    /V;'.7  donde  puede,  no  donde  quiere,  o.  107. 
FA  rr     ".  ¿.ilio;  es  el  rey  mi  galio;  es  el  rey  sa  gallo.  (Dícese 
.  y  del  qde  presume  tener  favor^  y  mando,  y  privanza, 
.1  frase  cantarte  buen  gallo;  buen  gallo  te  canta-.  6  me 

ES  rey  que  rabió;  y  llevaba  ta  manía  arrastrando,  c.  107- 
Bnyqut  ruWí),  y  se  añavle:  por  gactias,  víiny  antiguamente; 
•Jet  tiempo  del  ny  que...  (üarhas  son  graves  difícuftadcs  y 
-    -L».  y  ¡levaba  ta  manta  arrastrando:  esas  <:ran  sus  dcsdidias. 
fí  rey  vfl  á  do  puede,  no  á  do  quiere,  c.  1 07. 
ÍStty  ya  no  paga  bt^fones,  rechazando  majaderías  de  cho- 


"  '•'  -fT'vrf^,  mal  vecino.  (Porque  el  rey  embarga,  y  Ilevt 
e  las  heredades  de   junto  i  sus  bosques^   y  la 
lue  junto  al  camino  la  disfrutan  pasajeros),  c.  107. 
^  fi»^^Prto,  qut  ti  rey  era  macho.  (Burla  de  ignorancias  crasas). 

I  Bs  como  tí  rey,  que  donde  no  está  no  parece;  6  era,  6  soy 
Ptírey.cIW. 


£5e  es  rey,  que  nunca  vio  rey;  ó  que  nanea  vid  al  nj.  c  1: 

Está  hecho  un  rey,  del  regalado  y  bien  acomodado. 

Estar  á  treinta  con  rey.  {Tómase  de  ios  tudescos  que  vienen  á 
la  costa  de  la  Andalucía  á  cargar  y  embarcar  mosto,  que  con  eldesn 
que  traen  beben  harto  y  para  tener  orden  de  treinta  hacen  un  rey,ii 
cual  cuida  de  los  otros  que  se  emborrachan,  y  él  no  ha  de  beber  a 
aquel  tiempo  que  dura  la  borrachera  de  los  otros;  es  por  eshr! 
borracho),  c,  533. 

Hacerle  saltar  por  el  rey  de  Francia.  (Apremiar  mucho  á  unoi 
Haréle  saltar  por  el  rey  de  Francia;  tómase  el  símil  de  los  pcrrilloi 
que  traen  los  ciegos  enseñados  á  saltar  por  un  arquillo,  dicienda 
«salta  por  el  rey  de  Francia»,  y  salta;  «salta  por  la  mala  tabernera* 
y  no  salta),  c.  492. 

Hidalgo  como  el  rey,  noble  como  el  que  más. 

La  del  rey,  la  calle. 

Manda  noso  Señor  ó  Rey  de  Portugal,  que  ningún  sea  fosad 
á  echar  los  barreños  al  prado:  que  comen  los  gamoniños,  qü 
son  para  virotiños para  matar  los  castexanos,  que  son  peón 
que  demos  y  diabos.  (Imita  la  habla  portuguesa,  impropiameni 
por  burlar),  c.  446. 

Más  católico  que  el  rey  de  España. 

Mata,  que  el  rey  perdona.  (Dicho  por  ironía),  c.  458, 

Meniides,  buen  rey,  mentides,  non  decides  la  verdad,  c.  460. 

Muérese  el  rey  y  el  papa,  y  el  duque,  y  el  prior  de  Guadalapi 
c.  471. 

Muérese  el  rey  y  el  papa  y  el  que  no  tiene  capa.  c.  471. 

Ni  quito  ni  pongo  rey,  dice  el  que  se  sale  ó  no  entra  en  un  m 
gocio;  del  dicho  de  Duguesch'n  al  volver  de  arriba  abajo  á  D.  1^ 
dro  el  Cruel  y  á  D.  Enrique  para  que  este  quedase  encima,  por 
que  pudo  matarle  en  el  Campo  de  Montiel;  y  añadió:  pero  ayudo 
mi  señor: 

Ni  rey  ni  Roque.  (Dícese  negando,  cuando  uno  es  libre,  que 
puede  con  él  rey  ni  Roque:  no  se  le  quitará  rey  ni  Roque;  no  tic 
que  ver  con  é!  rey  ni  Roque;  y  amenazando,  daréle  tales  palos  (| 
no  se  los  quite  rey  ni  Roque;  dióle  una  cuchillada  que  no  se  la  q. 
tara  rey  ni  Roque),  c.  553. 

Nirey  traidor,  nipapa  descomulgado,  c.  215. 


No  conocer  af  rey  por  la  moneda,  ier  muy  polire. 

No  han  de  fatlar  ni  rey  qite  nos  mande  ni  papa  que  nos  exco- 

So  intentes  contra  tu  rey  y  sas  leyes,  vivirás  separo  en  lo  gas 

ts.  c.  225. 

Si  quito  rey  ni  pongo  rey,  más  ayudo  á  mi  señor.  (Sabido  es 
rio  dijo  un  caballero  Andrada,  volviendo  de  abajo  arriba  á  Don 
iriquc  d    Bueno,  conira  su  fí^rniano  d  rey   D.   Pedro.  Oíros  lo 
ujren  ¿  otro),  c.  212.  A  Dugiicsclín. 
So  conozco  al  rey  por  la  moneda,  pobre  en  caudales. 
No  hay  rey  sin  privado,  ni  privado  sin  ídolo,  c.  221. 
No  hay  rey  sin  su  vecino,  ni  regina  sin  su  vecina,  c.  221 . 
No  merece  ser  rey,  et  que  no  cela  su  ley.  (La  cristiana  católica). 
1237. 
No  se  to  quitará  rey  ni  Roque.  (Cuchillada  ó  cosa  de  daño  se- 
iilc,  que  no  se  la  puede  quitar  el  rey  aunque  pueda  castigar  el 
■  C.  227  y  558. 

'  rey  tut  vida,  corno  ei  picünj  en  !a  coitnc.  c  íomo  vi 
ü.  i:.  234.  No  tiene  et  rey  íal  vida.  (Üíccsl-  del  que 
isifl  cuU!a*lo).  c.  5ftl. 

rey,  nueva  ley.  c.  239. 
...>*•  ei  rey  de  ía  traición,  mas  del  que  ia  hace  no,  mas  de 
\  ta  hace  no.  c.  385. 
Páiase  et  rey  de  ia  traición,  mas  no  deí  traidor,  c.  335. 
Poca  se  le  dá  al  rey  de  eso,  c.  403. 
hídUt  vivir  corno  un  rey.  (Si  se  aplicara),  c,  Ó05. 
/"üf  ios  Reyes  anpaso  de  bueyes.  ^Crcce  el  día). 
f*oritr  rey  se  quiebra  toda  iey.  c.  307 . 
Ptitde  llamar  a t  rey  especial  amigo.  (Hd  nue  alcanza  buena 
I  y  del  que  nn  le  tiJitcn  mal  comid.is  y  bebidas  y  tiene  recia 
.C405. 

'átreintii  con  rey.  c.  -tOJ;  comu  csdir  ;t... 
arse  todo  por  et  rey.  (Lo  que  queda  desierto  y  baldío). 


vo  el  rey  para  ir  a  catfüllot,  cnvuí  iíindo. 
te  niefiO  que  el  rey  no  es  hijodalgo?  c.  340. 
fiUarntas,  iituEo  que  d  rey  daba  Á  los  caballeros  mis  luza- 


386  Origen  y  vida  ocl  uaidüi^' 


ñosos,  á  cuyo  cargo  estaba  testificar  de  los  hechos  de  imis 
demás  para  galardonarles,  denunciar  la  guerra,  asentar  la  pn 
al  consejo  de  guerra,  interpretar  los  escritos  extranjeros  dirii 
rey.  Tenía  las  armas  y  blasón  del  rey.  Sandov.  //.  CarL  V 
Estas  respuestas  de  verbo  ad  verbum,  como  aquí  van,  ftieroi 
á  los  dichos  Reyes  de  armas  de  Francia  é  Inglaterra. 

Rey  de  banda,  el  perdigón  que  guía  á  los  perdigoncillo 
pintas  blancas  en  la  punta  de  la  cola  ó  bajo  las  alas.  Espin. 
3,38:  El  primero  de  los  silvestres,  que  acomete  á  la  jaula  c 
digón  manso,  es  el  capitán  de  ellos,  que  llamamos  rey  de  ba 

Rey  de  codornices,  ave  mayor  que  ellas,  y  las  guía  cu  ai 
de  paso. 

Rey  de  gallos,  regocijo  por  carnestolendas,  en  que  un 
cho  hace  de  rey  de  otros. 

Rey  de  Mandinga  y  de  Zape.  (Burla  de  un  reyezuelo  y : 
reino,  y  de  presuntuosos;  dícese  Mandinga  por  menosprec 
dando,  y  es  provincia  en  Guinea;  zape  es  amenaza  á  los 
c.  478. 

Rey  de  Romanos.  (Así  llamamos  al  que  ha  de  suceder  á 
oficio  ó  cargo,  es  jurado  rey  de  Romanos,  á  imitación  del 
Romanos,  que  es  jurado  para  suceder  al  emperador  en  el  ir 
c.  478. 

Rey  determinado,  á  duro  es  aconsejado,  ó  no  ha'  n 
consejo,  c.  478. 

Rey  muerto,  rey  puesto,  empero  más  vale  el  vivo  que  el 
c.  478. 

Rey  ni  roque.  (No  se  lo  quitará  rey  ni  Roque,  y  asf  c 
maneras),  c.  622. 

Rey  nuevo,  ley  nueva,  c.  478. 

Rey  por  natura  y  Papa  por  ventura  y  emperador  por 
c.  478. 

Rey  serás  si  hicieres  derecho,  indino  de  ser  rey  si 
tuerto,  c.  478. 

Rey  sin  consejo,  pierde  lo  sayo  y  no  gana  lo  ajeno,  c.  * 

Rey  y  enamorado  mal  se  compadecen. 

Rey  y  reina  obedecemos,  etcétera  no  conocemos.  (Atrit 


88.  rey. 


387 


linos  oyendo  las  provisiones  reales,  Rey  de  Castilla,  de  León' 
Qraiíada}.  c  478. 

Saltar  por  el  Rey  de  Francia.  ÍJ6m3&z^0T  hacer  violencia  y 
-  pesadumbre;  semejanza  de  los  perrillos  de  ciegos,  que  los  hacen 

por  un  aro,  diciendo:  «salla  por  eJ  Rey  de  Francia»)-  c.  243. 
Str  el  rey  su  gallo.  (Por  del  que  se  tiene  por  favorecido),  r.  566. 
ij.  I,  20:  El  rey  es  mi  gallo.  Rodriqo  Caro  Días  geniales:  Cuando 
I  conlfenden  sobre  una  cosa,  (odavfa  decimos  fulano  es  mi  gallo, 
raqüd  que  leñemos  por  más  valienle  ó  que  cníenderaos  que 
irá  con  la  victoria:  expresión  que  quedó  dei  juego  en  que  reñían 

gallos,  conocido  entre  griegos  y  romanos,  y  que  en  España  se 
s6  antiguamente  tanto  como  ahora  en  Inglaterra, 

Servir  ol  rey,  ser  soldado. 

Si  con  el  rey  se  echó,  puta  se  halló.  Vwiasc:  Si  con  el  rey  le 
■ste,  puta  le  quedaste;  sí  con  el  rey  me  eché,  pula  me  quedé. 
25Q. 

Soy  como  el  rey,  que  donde  no  está  no  parece.  (Varíase:  *soy, 
i,es»).  c.  263. 

Tener  al  rey  en  el  cuerpo.  (A]  que  presume  de  juez),  c.  607. 

Tener  al  rey  por  et  pie.  (Del  que  tiene  su  favor),  c.  607. 

Va  el  rey  ú  do  puede,  y  no  á  do  quiere.  (Que  nos  contenlcmos 
I  lo  que  podemos),  c.  430. 

Venderse  al  rey,  sentar  plaza  por  el  precio  legal. 

Viva  el  rey^  daca  la  copa.  (Por  lo  que  se  roba  á  título  de  ju&- 

kc.  310. 
me  soy  el  rey  Palomo:  yo  me  lo  guiso,  yo  me  lo  como. 


Re^'H^zuelo,  ilimin.  de  rey.  Marcuell.  H.av.  17:  El  Reye- 
rcs  uiu  ivecíta  muy  pequeña,  llamada  en  latín  Trochillo,  y  de 
í  Parra  quasí  Parva.  Díósele  nombre  de  ReyesHielo  ó  pajarillo 
>  Emperador,  porque  aunque  es  tan  pequeño  de  cuerpo,  están 
de  de  ánimo  que  osa  competir  con  el  águila  en  el  vuelo. 
Rey-uoOf  en  Argentina,  etc.  dCcese  del  caballo  que  tiene  It 
I  cercen  en  señal  de  desecho,  res  nultius  ó  del  rey, 


Reytin-ar»  hacer  en  un  animal  la  marca  que  indica  pcrte- 
Estado,  cortándole  ta  punta  de  una  oreja,  ordinariamente 


388  Origen  y  vida  del  lenouaib 


'de  la  izquierda;  antes  díjose  de  los  pertenecientes  al  rt^t  de  b 
reyun-o  de  donde  se  derivó.  Así  en  Argentina,  etc. 

Entpe-rpey.  Lope  Honr.  herm.  VI,  p.  374:  No  debe  de 
hal>er  tenido/Quirino  el  ser  entrerrey. 

Vfppey,  el  gobernador  español  de  algún  estado  de  la  Mo- 
narquía. De  vice  y  rey.  QaiJ:  1,40.  Muchos  de  los  virreyes  que  ilU 
venían. 

Vlso-rrey,  virrey,  de  vlce,  QaiJ.  1,47:  Visorrey  de  algún 
ínsula  ó  reino. 

RoaI,  de  realem  realis,  rex,  cosa  de  rey.  QaiJ.  1,21:  De  su  rtil 
palacio.  Id.  1,46:  El  decoro  que  se  debeá  las  reales  personas. 

Mete^f.  de  lo  noble  y  generoso,  de  lo  grande  y  suntuoso.  Qa^. 
1,21:  Un  sujeto  real  y  grave. 

Moneda  del  valor  de  34  maravedís  ó  real  de  vellón,  y  tambiéo 
el  renl  de  plata.  Real  de  á  cincuenta  era  de  plata,  del  peso  y  vilor 
de  50  reales  de  plata  doble.  El  real  de  á  dos  era  de  plata,  del  valor 
de  la  cuarta  parte  del  real  de  á  ocho,  ó  mitad  del  rea!  de  á  cuatro. 
Real  de  rf  ocho,  era  de  plata,  con  peso  y  valor  de  ocho  reates  de 
plata.  Real  de  á  cuatro,  de  plata,  del  valor  de  la  mitad  del  real  deí 
ocho.  Real  de  plata,  antes  v.ilió  lo  que  después  el  real  de  vellón; 
dcspiics  que  se  le  dio  á  la  píala  e¡  premio  de  25  por  100,  vaiió  real 
y  ctiar  tillo  de  vellón,  que  es  el  real  que  se  regula  en  la  limosma  de  Ii 
Huía.  Después  se  le  dio  á  la  plata  el  premio  de  50  por  100,  por  lo 
que  snliio  al  valor  de  real  y  medio  de  vellón.  QaiJ.  1,1:  Más  cuartos 
que  v.n  ical.  Id.  1.2:  Ocho  reales  en  sencillos.  Id.  1,21:  Yquevile 
u!i  uv.;  do  a  ocho,  como  un  maravedí.  Id.  1,22:  Un  rea!  dea  cuatro. 

i"i;iil\imcnlo  del  ejóiciio  y  rii;urosamente  el  sitio  donde  estáh 
l:cn. .-.  do  la  poi^oiu  rea!  o  de!  ^cr.ora!:  luego  se  generaliza  ytrasladl 
.\'.  cwk-.u^  \  a",  cairpsiiT'.enio  a:;:-;  íin  ser  militar.  .Mejía  H.  Imp. /fotf. 
\'!,  [■*  *^  \\\\  iec:.i  pes:i!enc:a  ci!  o!  real  y  murió  tanta  gente  del,  qi* 
>"i  v  ,:i':  lucer  v^::a  oos.i  o'  F:"pc^:aJor  detemu'nó  de  se  alar  de 
.<.^:^u  a  cr.:dad.  <^;;;-".  !.'.í.  5o  paraKi  á  hacer  un  sermón  óplátH* 
C!í  '."■..\s\  de  v.'.\  c.í:".v  roa^  Id.  ;  Ji:  Las  sobras  del  real  quedd 
SvY  :•  a  .:os:va:."'..  ."  ..\*Í-LC  ;  0"--i^d.>5e  un  chapín,  comenzó  í 
da:  ,1  .a  v:    a, xa.  c,'.;tc  c:*  ;ía  ^■■.;'  í",;;t:'¿;os. 

.\  '«v.:.  ^\;4- 1-.:  ,;V  vj.Ví.  ^.  '. .\ 


88.  reoi. 


389 


Ábar  el  real  6  hs  reales,  irse  t\  ejército  dd  campo  donde 


Áízarse  ton  el  real  y  el  trueco,  (Bien  ciaro  es  este  refrán,  y  su 
Dación  naciii  de  los  cmbusleros  que  lienen  por  flor,  trocando  un 
I  Je  á  cuRtro  ó  de  á  ocho,  engañar  al  que  le  trueca  y  hacerle 
nlojos  en  el  trueco  y  en  e)  real,  jurando  que  le  dieron  pri- 
ío,  y  por  otra  vía  recibir  el  Iriieco  en  el  sombrero,  agujereado  el 
o,  para  tjue  se  quede  algo  escondido,  y  luego  dar  el  real  que  no 
|de  tty;  y  de«contenlo  de  ét,  el  que  le  ha  de  recibir,  enlonces  el 
»le  trasloma  e!  sombrero  sobre  su  dinero,  por  que  no  se  eche  de 
loque  queda  escondido,  y  no  se  hace  el  trueco,  como  queno  se  le 
jptáM,  que  en  otra  parle  se  lo  toniarán).  c.  43, 
I A  real  y  medio  ía  pieza,  de  lo  de  poco  valor. 

* '-  real;  asentar  hs  niales;  aseníar  rancho.  (í^or  parar  y 

n.  .1  en  alguna  parte),  c  514;  dijose  primero  del  ejércilo. 

'^Jast.  3,1:  Ya,  Dios  norabuena,  asente  real  en  Mansilla;   fueme 

I  en  real,  pues  conlra   mí  asestaron  sus  tiros  los  que.  Qitan.: 

1  ó  cinco  leguas  de  aqiieí,  donde  habfan  ascnlado  su  real.  D. 

Ük  Paráis.  Attg.  guarda:  Asíenlan  sus  reales  y  ponen  sus  tiendas. 

Camino  real,  se  dijeron  tos  mandados  hacer  por  el  Rey.  Quij.  I, 

!  Ei  caniin»j  real. 

[Campo  real,  campamento.  QaiJ.  1,18:  Se  paraba  á  hacer  un 

.  ó  plitica  en  mitad  de  un  campo  reah 
pCíWf  mi  real  y  mi  pata,  cotí  mi  caudal  y  persona. 

ir  en  él  como  en  real  de  enemigos.  Tía  ftng.:  Comenzó  á  dar 
lOrijalva  como  en  real  de  enemigos. 
\Sk  comer  bien  á  comer  mal,  va  un  real,  no  ha  de  mirarse  en 

que  sube  el  alimento  mejor  sobre  el  peor. 

[£eJiar  de  real.  (Por  engañar  en  maravedís  ó  reates,  en  cuentas 

S'  echóme  un  real  de  clavo;  echábame  dos  reales  de  clavo; 

^advirlien  de  aquí,  por  lo  mismo  se  toma  el  verbo  clavar: 

ne,  clavóme  un  ducado;  clavóle  muy  mal;  clavóscla;  esto  es* 

buena;   también  se  entiende  (reta  y  burla^  y  nuón  ó 

I).  c.  537. 

ÍB  que  gana  el  real,  ese  le  ha  de  gastar,  c.  93. 
\B  real  ganado  por  San  Juan,  real  y  mtdio  vale  por  Navidad. 


300 


Origen  v  \il>\  mi,  icníh  ,vt 


En  reates  contados,  (Que  se  dio,  ó  pagó,  tanto),  c.  522. 

iglesia  ó  mar  ó  casa  rva!,  Qaiy  1,39. 

Levantar  ef  reat,  como  alzarlo. 

No  alcanzó  un  reat.  c.  bb^. 

No  hay  guíen  tenga  un  real,  una  blanca,  c.  5M. 

No  tener  un  reat,  ó  dos  reales,  no  tener  dinero. 

Perder  reat,  y  ganar  bujetas,  c.  3S7. 

Rea!  no  saca  reaí,  es  menester  para  treta  más  caudal  c.  47^ 

Real  sobre  reat,  (Encarece  que  lodo  se  ha  de  pagar  real ! 
real),  c.  622;  de  contado. 

Sentar  el  real,  como  asentarlo. 

Si  quieres  saber  cudaío  vale  un  reat,  mándate  á  buscar,  c.  2^ 

Tener  más  cuartos  que  un  real,  la  cabailerta  con  macas,  ton 
dose  cuarto  por  grieta  y  moneda. 

Tirar  como  á  real  de  enemigo,  encarnizarse  en  alguno. 

Todo  lo  hacen  veinte  reales.  (El  que  se  esfuerza  á  comprar  alg 
c6I0. 

Ün  real  de  deuda,  otro  acarrea,  c,  163. 

Un  real  sobre  otro,  al  contado,  enícrameníe. 

Real-ejo,  dímin.  de  rea!.  Oviedo  H.  fnd.  &0,20:  N*o  al 
si  estaban  seguros,  mas  por  sí  ó  por  nó,  junios  en  su  realejo. 

Real-eza,  calidad  ó  naturaleza  real,  magnificencia,  exc 
cía  y  generosidad  propias  de  rey;  de  real,  luego  en  general. 
Gallard.  1 ,453:  Discreta  infanta  señora,  /  crea  vuestra  realeza  j  ■ 
Cabr.  p.  65:  De  cuyas  naos  solamente  se  dice  que  traían  esas  re 
zas  (cosas  reales).  Id.  53:  Si  la  blandura  y  mansedumbre  de  DitS" 
y  su  realeza  de  ánimo.  A.  Alv.  SÍIv.  Encara,  J  c.  §  2:  Considera  I 
aquí  alenlamente  la  realeza  de  tu  Dios  en  este  hecho.  Gran. 
1,12,2:  Esto  nos  declara  la  grandeza  de  vuestra  bondad,  de  \ 
realeza,  de  vuestra  nobleza  y  de  vuestra  magnificencia,  Torr. 
fítor,  7,9:  Para  conservar  y  animar  al  bueno  en  la  vr  ■  -m 

ría  realeza  de  corazón.  Cabr.  Soled.:  Vio  la  realeza  <d'¿  .-.  . 
to  (ironice,  el  trato  de  rey  que  [e  dieron  los  judíos). 

Rcal-eng-o,  que  (oca  al  rey.  Pic.Just.  4,3:  Sí  con  este  > 
sis  de  conlemplación  tuvieran  obras  realengas  (dadivo&Bs). 

Reina,  ant.  reina,  hasta  principios  del  siglo  X\,%  BcR. 
33;  de  regina,  rex;  tt.  regina,  reina,  prov.  regina,  reina,  fr. 


83.  reato. 


391 


f.  mnha,  niínha.   Qui¡.   \,4:   De  las  Emperatrices  y  Reinas  del 

Cortcsanamenic  á  cualquiera  sei\í>ra.  J,  Poto  p.  210:  Dijole: 
eiiu  mía,  y  aquí  tiene  un  esclavo   vustna,  /  que  esa  rara  beldad 

taft  cautivado. 

A  la  reina  que  fuera.' á  cualquiera. 

A  ia  reina  que  seaf  cuando  dudan  de  nuestro  valor,  para  dectr 
[  uno  una  verdad  recia. 

Andaos  á  reinas.  fA  buscar  las  mejores,  y  tan  raras,  que  son 

im  de  alcati7-ir).  c;.  512. 

Andaos  á  reinas  y  moriréis  virgen,  c*  46. 

Como  ta  reina  panderetona^  de  la  mujer  gruesa  y  de  aire  m«- 

y  reposado. 
Ofmo  reinas,  biicn  tralo,  riqueja. 
Como  una  reina,  cslar  muy  á  guslo,  muy  bien  atendido. 
Está  hecha  una  reina,  de  la  que  liene  comodidades. 
^     Mi  reina,  ¿qué  tanto  ha  que  na  se  peina?  Mi  galán,  desde  San 
^bflff.  c.  465. 

Reina  es  la  gallina  que  pone  güevo  en  la  vendimia,  c.  47S. 
Reina  es  la  gallina  qu»  pone  por  ta  vendimia.  (Pocque  entone 
•ociis  *e  deíponen  y  están  otliidas).  c.  478. 

Reina  mía,  cara  de  alegría,  en  quien  remedio  no  hallo,  chlU- 
Bib  ó  tripicaUo.  c.  478. 
.Vo  hay  regina  sin  su  vecina,  c.  221. 

Ririn-o«  de  regnum,  contaminado  con  reina»  pues  hubicnl 

I  de  suya  reno;  it.  regno,  prov.  regne,  reyne,  fr.  regne,  pg.  rei- 

tPropiamcntc  y  en  su  elimología  corno  derivado  con  -n  pasiva, 

I  nugnus,  plcnus,  indica  aquello  sobre  que  recae  el  dominio,  lo 

,  ya  los  lubitailorcs  y  vasallos,  ya  la  tierra  ó  provincia.  Rivad. 

.  S.  Edj  Dcsla  manera  florecía  d  santo  rey  y  por  él  su  reino, 

}k.ps.  Q2:  Entró  de  nuevo  en  su  reino...  lomó  posesión  del  rei- 

Hnyo,  Quij.  1,1:  Añadió  el  nombre  de  su  reino.  Id.  I, i 6:  Dos  ó^ 

ritoooronas  de  reinos  que  dar  d  su  escudero,  [d.  Ir20^  Para  pasar  j 

te*  frinos  de  Portufi^í.   Id.  1,21:  El  rey  de  aquel   reino.  Maiíqu. 

Cflher.  2,29;  El  cristiano  espera  reino  sin  fin  y  eterna  bicnavcntu- 

[iita.  Maxian.  H.  E.  1,4:  El  reino  de  Aragón  se  divide  en  Cata- 

1  Wki  y  Valencia  y. 


A^n  día  me  veré  yo  en  mi  reino,  c.  44. 

De  los  adelantados  es  el  reino  de  los  cielos. 

Reinos,  amores  y  dineros  no  quieren  compañeros. 

Keiiiar,   de  regnare  (V.  Reina);  it.  regnare,  pm 
renhar,  fr.  régner,  pg.  reinar:  Quij.  1,13:  Que  andando  Ic 
ha  de  velver  á  reinar  y  á  cobrar  su  reino. 
'     Nótese  por  hacer  rey  á  uno.  Bibl.  Amsterd.  Paralip.  1 
que  se  esforgauan  con  él  ^n  su  reyno  con  todo  Israel,  para 

Prevalecer.  Quij.  1,47:  Donde  reina  la  envidia,  no  pi 
valecer  la  virtud. 

No  sabe  reinar  guien  no  sabe  disimular,  c.  226. 

Kein-ado,  posv.  participial  de  rein-ar,  el  acto  de 
ser  rey,  el  imperio  ó  poder  de  rey,  la  duración  del  rein 
Adv.  Dom.  3,  s.  1,  c.  2:  A  S.  Juan  no  la  presidencia,  sino  el 
dan  sin  pleitos,  la  flor  del  mundo,  solo  porque  diga  de  si. 
Coron.  virt.  1:  El  rey  está  puesto  en  el  trono  del  reinado  ; 
juicio  recto.  Ocampo  Cron.  1,16:  Luego  dicen  á  los  prim 
reinado,  que  fundó  sobre  la  ribera  del  Guadalquivir...  ciei 
ción.  Avila  Eacar.  8:  Quien  nos  dio  el  reino  ¿no  nos  dará  < 

Juego  de  naipes.  Quij.  2,57:  Si  jugares  al  reinado. 

Kicl,  ant.  riegla,  de  regula  ó  *regella,  como  en 
«verga  striscia  meíallica»,  ant.  fr.  reule,  riule,  reille.  Barr 
de  oro  ó  plata  en  bruto.  Ambr.  Mor.  9,3:  A  cierta  manera 
de  oro  pequeñas,  á  que  agora  llamamos  rieles,  escribe  i 
que  las  nombrábamos  estriglies.  G.  Alf.  2,3,2:  Tenicnd 
prevenido,  lo  fuf  á  mi  espacio  haciendo  barretas  (de  ore 
H.  Ind.  46,13:  Que  si  se  fundieran,  se  hicieran  todas  riele 
ó  planchas. 

Lo  que  feamente  llaman  rail,  railes,  por  donde  como 
anda  el  tren,  etc. 

Rielar,  de  regulare,  reglare,  regula,  formar  ríel-' 
como  ellos. 

I>es-piel-ap,  en  Argentina  descarrilar. 

Des-piela-iuiento,  en  Argentina  desea rrílamient 

Riel-era,  el  cauce  artificial  para  que  salga  el  riel 
el  oro  fundido. 


(.«I^Je,  d«  riel,  la  huella  de  la  rueda  y  derlo$  realces  p^- 


c*liirn,   como  rielera,  por  rcgl-era.   Oviedo  H.  Jnd.  A2,^i 
el  metal  üe  una  campana  cuando  eslá  derretido  c  lo  quieren 
para  que  entre  en  el  molde  ó  como  el  oro  ó  piala  derretido 
en  b  rielara. 

íf(la,<le  regula,  semierudito;  it.  regola^  fr.  regle,  prov.  re- 
lo  lo  que  sirve  de  norma,  física  ó  nioral.  Saav.  Empr.  21: 
icycs  dísiributivas  se  significan  por  la  regla  ó  escuadra,  que 
á  todos  indifereníemente  sus  acciones  y  derecUos.  Qaij.    1,10; 
ni  he  caído  en  las  reglas  de  la  profe*;ión  cabalícrescav 
lAimlnio,  por  venir  según  regla  á  sus  tiempos. 
Buena  es  la  regía:  ia  regla  es  buena,  c.  3!  5. 
Con  regla,  peso  y  medida,  pasará  en  paz  nuestra  vida.  c.  352. 
&i  regla,  como  es  debido, 
Mala  ts  ía  regla,  al  cabo  dcí  saco,  c.  ^45. 
Más  viUe  at  cuerdo  ta  regla,  que  al  necio  la  renta,  c.  450. 
Más  vij/í  rtgta  que  renta,  c.  456;   cunde    lodo   más   con   cl 
resl'). 
Muy  en  regia,  jusio,  oportuno. 
So  hay  regla  sin  excepción,  c.  22  ] .  Quij.  2, 1 8. 
f^  ordenes  regía  que  ponga  mal  fuero  en  la  tierra  ó  venta. 


'*-       1  s  T''  !u)rf:rs,  es  ta  mejorregla  que  vistes,  c.  240. 
«'i    ;  iLi  j;  u\,  ..Lanío  más,  niá$. 
S^Ürfse)  de  (la)  regla,  excederse. 
Ser  de  regla,  acomodado  pata. 

Kegl-ar,  de  regl-a.  Tirar  líneas  por  la  regla,  medir  ó 
í'ptíiicr  las  icciones  conforme  rt  regla,  Cahk.  p.  353:  Reglándolo 
•  por  este  norle.  Cacer.  ps,  118:  Que  vayan  regladas  mis  accio- 
Wtípor  la  ley  del  Señor. 

Miiaf.  Eatrent.  3:  A  lo  tuerios  ir  leglase  /  la  una  y  otra  mejilla 
W>  Biu  navaja  aguda. 

im%  de  regUr.  Hoy  más  usado  que  éste.  Reducir  á 
;¡vo,  conformarse  con  ta  regía.  Pero  por  initlar  á  lo»  fran- 
icraiplea  por  arranger,  s'arraiigcri  sin  necesidad;  dígase  ajus- 
;  concertar,  aderezar,  avenirse.   Arreglarse  i,  con.  arreglárselas. 


394  Orioen  y  vida  déllciiqi 

son  francesadas  por  habérselas,  componerse,  avenirse  ajinluí^ 
concertarse. 

Arreglar  este  chiquillo  mejorar  un  asunto. 

Des-pe^lapse.  lo  opuesto  de  reglar,  salir  de  regla  y  orden. 
A.  Alv.  Silv.  Magd.  4  c.  510:  Como  el  calenturoso,  que  cuinto 
más  se  desregla,  tanto  más  le  hierve  la  sed. 

Des-rej^Iado.  L.  Orac.  Crit.  3,3:  Rabiaba  de  sed  de  sis 
desreglados  apetitos.  M.  3, 11:  Era  un  desreglado,  no  solo  en  salod^ 
pero  aún  enfermo.  Zabalcta  Vid.  Comod.:  Era  desreglado  bebedor. 

Des-appeg^lap,  posv.  desappeg^l*o»  modernos  por 
derreglar.  ] 

Re^istpo,  de  regestus  regerere,  examen  de  alguna  cosa  j  i 
todo  lo  á  el  concerniente,  la  manifestación,  el  protocolo,  la  ofidii^ 
el  asiento,  el  libro,  señal  en  los  libros,  cada  género  de   voces  en  d  ¡ 
órgano  y  el  listón  para  que  suenen,  la  nota  de  signaturas  al  fií  ' 
del  libro,  lo  que  regulad  movimiento  en  los  relojes,  la  mirilla  por 
donde  se  vé,  y  otras  cien  cosas  más  que  han  tomado  este  nombre 
semierudito  y  pueden  verse  en  el  Diccionario  de  Autoridades.  QsK. 
1 ,22:  Aunque  llevamos  aquí  el  registro  y  la  fé  de  las  sentencias. 

Soltar  los  registros,  tocar  fuertemente  el  órgano,  etc.  Cacer. 
ps.  46:  Cantadle  regocijadamente  con  todo  género  de  instrumentos 
músicos,  y  suéltense  esta  vez  todos  los  registros. 

Regfistp-apy  de  registr-o;  examinar,  anotar,  señalar.  Qf^ 
2,54:  Mucho  dinero  en  oro  que  llevaban  por  registrar. 

Yerto,  de  *ér(c)tus,  participio  de  *i$rgere,  por  Srectus  grigerti 
de  modo  que  yerto  es  el  er(ec)tus;  it.  erto,  esser  all*  erta,  fr.  alertli 
cast.  alerto,  rtr,  erii.  Además  antiguamente  erccho  de  erectus.Ba& 
Mil.  284:  A  las  horas  ó  rezos  de  la  Gloriosa  siempre  estaba  erecto 
Del  antiguo  ercer,  erger  trataremos  en  otro  lugar. 

Vale  tieso,  inflexible,  derecho,  pino.  Quev.  Mus.  6,  r.  69:  Uní 
montei  a  de  greña /era  coraza  á  su  caspa,/y  en  el  color  y  en  lo 
yerto  /  juntos  erizo  y  castaña.  Valderrama  £/.  Ceniz.:  En  la  cumbt 
de  los  cerros  más  yertos  y  encumbrados. 

Metaf.  muerto,  seco.  Calo,  Verd.  Dios  Pan:  Yerto  el  pii*V 
seco  y  frío,/no  se  humedeció,  porque  /  su  albor  solamente  fué/rf 
que  concibió  el  rocío. 


85.  yerto,  despierto. 


305 


D^'arle,  quedarse  yerto,  muerto.  Yepes  S.  Ter.  2,5:  Cogió  de^ 
a)  niño  y  le  d«jó  yerto. 
Yert-éz,  Veneq,  Di/^r.  3,46:  La  yeriíz  «n  los  zapatos  y  bor- 

ifes. 

En-yert'-ar,  ponerse  yert-o* 

En-yepU>ecerse«  quedarse  yert-o,  arrecirse.  Viana  TranS' 

.  2:  Lo»  brazos  comenzaba  á  sentir  con  el  vello  enyerleccrse  y 

mtnn  se  le  encorvaba. 
Alertii,  del  il.  all'erta  essere,  erto,  erta,  de  erctum,  crectum, 
¡re;  fr.  alerte,  rlr,  erií.  Tomado  de  Italia  en  el  s,  XVI  hicieron  un 
ttñfOfl/rr/í)  nuestros  clásicos,  que  no  pasó  y  sí  solo  alerta.  Qu^. 
1;  Y  con  oido  alerto  cscuctió  lo  que  del  trataban.  Id.  1,52:  Que 
vksen  aíería,  de  que  otra  vez  no  se  les  escapase.  !d.  2,47:   Con- 

velar  y  estar  alerta.  Id.  2,49:  Todo  el   mundo  traiga   el  ojo 

.  Id.  2,54:  Solos  Ricole  y  Sancho  quedaron  alerta  (despiertos). 
fis,  58:  Estad  alerta,  muy  advertido  y  atento:  Intendere. 
Akrtat  L  Qrac.  Crii.  2,13:  Sabios,  guardaos;  valientes,  aleríal 
Alert-ar»e,Germ.  apercibirse  y  alerl-ado,  apercibido.  De 

b 

^PmpiertQ.  de  expergitus  con  des-  por  es%  preposiciones 
se  trocean  comunmenle  en  castellano;  pg,  despertó,  esperto,  caL 
(ert;  expcrgitus  es  el  partici|>io  de  expergo,  expergiscor,  de 
|0,  por  per-rego,  como  surgo  de  sur-regó,  de  regeic.  También 
Icni  venir  de  expertijs,  como  se  ve  por  el  valor  de  vivo  de  ingc- 
yel  deapiertamente  de  Cervantes  (Vid.).  Ant.  espierío.  v4toc. 
:  Nunca  fué  en  un  día  Bellona  Inn  espierla.  Berc.  S,  D,  22:  An- 
I  cerca  dcllas  prudicnt  e  muy  espierío. 

D  no  dormido.  Qaij.  1,7:  Estando  Lin  despierto,  como  si  nunca 
líera  dormido.  Id.  2,1:  Sueñas  contados  por  hombres  despiertos. 
,  no  descuidado,  y  avisadOj  agudo.  Qulj,  2,35:  Con  voz 
ida  y  con  lengua  no  muy  despierta  comenzó  á  decir.  Id. 
^4o  llegase  á  los  oídos  de  las  despiertas  centinelas  de  nuestra  fe» 
Mon.  misi.  pte.  3,  Encarn.:  Las  lenguas  más  despiert^ts,  Its 
veiocfs.  Id.  Asunc:  Escríbanlas  los  retóricos  más  aventa- 
leólogos  más  dtspiertos^  Sot-ii  H.  M^.  2,18:  Mandó  luego 
entre  los  otros  prisioneros...  los  que  pareciesen  más  despier- 


'306'  Origen  y  vida 


tos.  MoKETo  Fuerz.  ley  2,Q:  Si  día  se  traía  de  holgar,  /i  «totólft 
está  despierta. 

Andar  despierto,  L,  Grac.  Crr7.  3,6:  Y  aunque  aqüf  todos 
daban  muy  despiertos,  éste  lea  pareció  desvelado* 

Despierta-mente.  Persil.  1,4:  Que  aunque  no  muy  do- 
pieriamente,  sabía  hablar  la  lengua  castellana. 

i\lul-(lespierto.  Lope  Cort.  Maertc  ¡II,  p.  595;  Quep«i 
tores  maldespieríos  /  saliendo  van  de  las  chozas. 

Oes{>ert^-ar,  de  despiert-o;  pg.  despertar,  espertar»  cat, 
pertar,  prov,  espertar,  ant.  fr.  y  prov.  esperir,  de  expcrgo,  TambiÉt 
•antigiiameníe  espertar.  Valdés  Dial.:  No  mirando  que  al  ruido 
harían^  de  razón  había  de  espertar  i  los  que  dormían  cerca. 
326:  Esperló  can  el  suenno  Encuba  espantada.  Be^c.  S.  Or.  lOfc' 
Espertó  ella  luego  que  ellas  la  dexaron.  ' 

íntrans.  dejar  de  dormir.  QuiJ.  2,20:  Despertó  al  fin  soñoüen! 
y  perezoso.  Quev.  Mus,  6,  r.  19:  Dormistes  y  una  mujer  /  hallaste^ 
■al  despertar. 

A.  QuiJ.  1,23:  Despertó  á  las  voces.  Quev.  AíiíS.  8,  s/M  ft 
Te  veo  pasar  el  sueno  al  otro  mundo  /ye!  ruiseñor  al  canto  ha  d* 
perlado. 

Con.  QuiJ.  1,35:  Con  todo  aquello  no  despertaba  e!  pobre  ch 
ballcro.  Id.  1,46;  Cuando  él  despertó  con  sobresalto.  Amb.  Atofc 
^,23:  Asdrubal  que  despertó  con  el  estruendo. 

De.  Lazar.  5:  El  señor  Comisario,  como  quien  despierta  de  m 
dulce  sueño  los  miró.  León  Job.  27:  Compara  la  vida  al  sueño  y  d 
morir  a!  despertar  de  él.  QuiJ.  2,22:  Desperazándose,  bien  como  Jí 
de  algún  grave  y  profundo  sueño  despertara. 

Metaf,  volver  sobre  sí  haciéndose  avisado,  advertido,  y  de  oW 
■cosas  que  se  avivan.  QuiJ.  2,1 1:  Avive  y  despierte  y  muestre aquelli 
gallardía  que.  Cabr.  ;?.  299:  Los  árboles  parece  que  despiertViT 
se  ríen.  Valb.  Bern.  11:  Mi  vida  parecía  /  alegre  flor  al  de^Mrtft 
el  día.  .  ! 

A.  Lope  Dorot  5,3:  Pareces  la  primavera,  /  que  las  flores  y  Itt 
:aves  •  todas  despiertan  á  verte.  Avila  Carta  suelt:  Quien  á  okl 
no  despierta,  muerto  está,  no  durmiendo.  S.  Ter.  Mor.  l,l:Seit"; 
salaran  y  despertaran  á  más  amar  á  quien  hace  tantas  miseriGOnBHi 


8S.  despertar. 


397 


Harmna  H.  E.  3«24:  Cúñ  este  castigo  despertaron  lo^  de- 
H»  f  se  hicveron  más  recaudos  y  valientes.  Oran.  Guia 
^ftces  despenando  el  hombre  con  la  presencia  de  la  muer- 
Hiojos  y  mira  (o  que  nunca  había  mirado. 
$,  Tea.  Concepta  1,4;  Despertemos  ya  por  atnor  del  Señor 
I  del  mundo-  Lazar.  I:  Parecióme  que  en  aquel  instante 
i  U  síraplezJt  en  que  como  niño  dormido  estaba. 

Nombr,  L  2,  introd.:  Que  primero  que  despierte  la 

Dtrot. 

Fquitar  del  sueño  at  dormido.  Qtiij.  l^S:  Y  no  fueran  parte 

arle  tos  rayos  del   sol.   Id.  1,13:   Fueron  á  despertará 

Id.  1,43:  Para  qué  me  despertastes.  Valdekrama  ¿^er. 

.  caar,:  Porque  no  es  él  á  quien  ha  menester  desper- 

na. 

KH,  Ese.  esp,  3:  Sin  que  nadie  le  quite  este  reposo  ni  le 
5tc  sueño. 

^avivar,  hacer  avisado  y  aü venido  y  de  otras  cosas.  Qaij. 
sabe  si  esta  soledad,  esta  ocasión  y  este  silencio,  des- 
deseos  que  diiemien.  ToNS.  Vid.  Cr.  1,13:  Despertó  la 
ni  pecho.  LíoN  Espos.:  O  por  otra  manera  despertando 
lAN.  Mem.  6,^,1^:  Cómo  se  convirtiera  una  mujer  tan 
tan  jjrandc  fervor  y  cunlrición,  si  el  Señar  no  la  des- 
f  alumbrara?  Meno.  G.  Gran-  2:  A  quien  despertaba  la  j;Io- 
ttdre  y  la  virtud  del  Hermano,  J.  Ano.  Conq.  d.  4;  Esta 
1  al  perezoso  y  lerdo  en  la  virtud.  Füenm.  S.  Pío  V,  I.  103: 
los  errores  de  .^^rio  y  Eulichcs. 
reR.  Vid,  I:  C6mo  comenzó  el  Señor  á  despertar  esta 
[niñez  á  coías  virluo-^a^.  Mif.nPMh.  Ottr.  y  días  8;  El  peli- 
!  despertar  al  mayor  cuidado  de  esta  virtud.  J.  Pin.  Agr. 
blbíción  los  dcspertti  á  la  íransgiesión.  S.  Ten.  Fund,  3 
I  5er  al^ún  medio  para  dc>pertarla  á  lo  que  hizo.  LroN 
claridad  despierta  los  hombres  .-^t  hacer.  Valderraxia 
ioflj,  cuar.:  Porque  el  primero  dL-speríó  A  sus  compafte- 


livo.  Qaij.  2,14:  Con  las  cuales  (bofetadas)  le  haré  des- 
licni,  auBquc  este  con  más  sucrto  que  un  tirón.  A.  Alv. 
t  MX  3  c§  4:  Su  vilsa  y  saifKte  que  le  mueva  y  dea- 


398  Okiqen  y  vida  del  unou. 


pterfe  el  apetito.  Col.  perr.:  Guisados  que  me  desperfiseii  cÍgDslo| 
me  avivasen  el  apetito. 

Con.  Cacer  ps.  77:  Despertó  con  la  ley  positiva  los  quevivhi 
descuidados  en  el  cumplimiento  de  la  ley  natural. 

Contra.  Mariana  //,  E.  5,4:  Sería  despertar  contra  sí  el  odio 
público  y  envidia  de  las  otras  naciones. 

De.  Avila  Eucar.  15:  Despertad  los  ojos  de  sueño  tan  profunda^ 

En.  Quij.  1,23:  Tal  golosina  habían  despertado  en  él  los  hitlaáoij 
«scudos.  Id.  1,34:  Alguna  amorosa  compasión,  qne  las  lágrímsyí 
las  razones  de  Lotario  en  su  pecho  habían  despertado.  Id.  l,34ci 
Con  alguna  palabra  ó  señal,  que  pudiese -despertar  en  tf  algn: 
Bombra  de  esperanza.  Id.  1,46:  Que  ha  despertado  en  mf  un  n- 
tiguo  rencor  que  tengo  con. 

Para.  Avila  Present  N.  Sra.:  Despiértanos  Dios,  para  que  fe 
sirvamos.  S.  TeR.  Camin.  20:  No  sería  poca  merced  que  os  hidoe 
el  Señor  despertar  á  alguna  alma  para  este  bien. 

Reflex.  dejare!  sueño,  metaf.  avivarse.  Almazan  Momo  1,13: 
La  diosa  Virtud,  despertada  al  ruido  de  su  hija.  Zamora  Mon.  BÚsL 
pte.  7  S.  Tom,;  El  apetito  se  despierta,  el  deseo  crece. 

A.  León  Princ:  Y  la  confianza  que  se  le  despierta  en  el  alffli. 
Avila  Ep.  1,8:  Estando  en  oración  despiértese  á  mirar  como  hibii 
con  aquel  Señor.  Gran.  Adic.  Mem.  18:  Habcmos  de  despertarui 
á  amar  á  quien  tanto  nos  amó. 

Con.  Gran.  Orac.  3,1,1,2:  ¿Con  qué  se  despierta  más  el  temor 
de  Dios  que  con  la  profunda  consideración  de  su  justicia? 

En.  Esp.  ingl:  En  la  memoria  de  Isabela  se  comenzaron  i  del- 
pertar  unas  confusas  noticias  que  le  querían  dar  á  entender  que  (fl 
otro  tiempo  ella  había  visto  aquella  mujer. 

Entre.  Palma  Vid.  G.  Palm.p.  79:  Se  despertaba  súbitanc* 
entre  ellos  un  aplauso  y  ruido  de  gemidos  y  lágrimas. 

Despertar  al  dormido.  (Por  acordar  lo  que  estaba  olvidido). 
c.  579. 

No  despiertes  á  quien  duerme,  c.  230.  El  que  despierta  á  n> 
dormido,  tiene  paz  y  busca  ruido. 

Despepta-dop,  el  ó  lo  que  despierta.  Rivad.  PL  S.  4*.* 
Empezó  á  ejercitar  el  nuevo  cargo,  haciéndose  cocinero  de  lacvi  7 
despertador  de  los  demás. 


SUtaf.  lo  que  aviva.  CxccR.ps.  15:  Dentro  de  mí  me&mD  tengo 
3» (íopertadores  hartos  y  muchos  recuerdos,  avisos.  S*  Ten,  Fund. 
I):  A  todas  es  (día)  de&pertsdor  para  alabar  á  su  Majestad.  Lcon 
fiomhr,  í.  Iproi:  Pues  el  papel  ha  sido  el  despertador  desla  plática. 
Qü:j.  1,20:  Son  incentivos  y  despertadores  de  mi  ánimo.  Id.  2,44; 
i£)  señor  de  tu  conión  y  t\  despertador  de  tu  alma.  Id.  2,54:  Oran 
idespertador  de  h  colambre  (del  beber). 

Hurg^,  surto,  eruditos,  de  surgcre;  it.  surgere,  prov. 

g<r,  ir.  sourdre,  pg.  surgir.  Dar  fondo  la  nave,  vocablo  nmritimo 

¡parece  venido  de  Italia,  Oviedo  //.  ftid,  17,10:  Salieron  los  na- 

aquella  bahía  volteando  e  surgieron  cerca  de  unos  arracifes. 

)  que  eran  lodos  de  aquel  navio  que  estaba  surto.  G.  Pi^itez 

4:  Mas  después  que  llegué  á  la  mar,  adonde  /  habían   mis 

;  ya  surgido,  J.  Pin.  Agr.  30,26:  Los  navios   griegos   que 

.  surtos  i  la   lengua  del  agua.  Zamoha  Mon.  mist.  pte.  3^ 

l:  Surtos  están  como  los  navios  en  el  puerto  por  Enero. 

I  Rogfar.  el  rogare  latino,  erudilo.  Quij\  1,2:  Ruégote  que  no 

rides. 

Andar  á  ruégote  que  kas.  c.  50. 
I  á  quien  ha%  dt  rogar,  no  has  de  agravar,  c.  1 5. 
'  A  regar  por  Dios,  i  pordiosear;  quedarse  en  la  miseria. 
Ayer  entró  rogando,  y  hoy  entra  mandando,  c  25. 
Hacerse  de  rogar,  rcsiMirse  hasta  que  se  lo  rucgucn.  L.  Grac. 
íí.  3, 1 1 :  Hiccme  de  rogar  para  ver  si,  Qw/y.  ],U;  Y  sin  hacerse 
I  de  rogar  se  sentó.  Id.  1,29:   Li  iomó  sin  hacerse  mucho  de 
FoNS.  V.  Cr.  pte  3.  í.  I,  p.  5.  No  veis  que  se  hace  de  rogar, 
le  convidan?  Vaud.  Diaí.  leng.:  No  os  hagáis,  por  vuestra 
(tato  de  rogar  en  una  cosa  que. 
Quien  por  otro  roga,  por  si  adora.  {Que  quien  á  Dios  pide 
I  ó  mal  para  otro,  por  sí  alcanza  lo  uno  por  premio,  lo  otro  por 
i>i  también  si  intercede  con  hombres,  háccEes  la  venia  demás 
|rQ{ir  para  el  otro).c.  338. 
Rogar  con,  ofrecer.  J.  Pin.  Agr.  22,31;  A  trueco  de  se  llamar 
níts,  rogaron  á  sus  maridos  con  otras  mujeres. 
Rogor  am  la  paz,  suplicar  con  lo  más  conveniente  antes  de 


Rogar  y  pechar,  (Dicese  que  para  conseguir  algo  k  hi  deni 
y  contribuir),  c.  623. 

Ruéganla  que  se  pea,  y  cágase.  (Mofa  de  los  demasiados, 
no  paran  la  taravilla  de  hablar  hasta  que  muelen  y  cansan;  «oin 
t>tra:  dura  y  porfiada  en  comenzar  á  bailar,  y  mucho  más  en  no 
jarlo),  c.  482. 

Ro^ad-izo,  á  quien  se  ruega,  el  que  obra  por  ruegos.  I 
Entrem.  Campar.  II,  428:  ¿Son  rogadizos?  (los  músicos). 

Ro|¡^a-cIop,  de  roga-r,  el  que  ruega. 

Echar  rogadores.  Lis.  y  Ros.  3,3:  En  cosa  que  ellas  mií 
echarían  rogadores  y  terceros. 

Nunca  faltan  rogadores  para  eso,  y  cosas  peores,  c. 
y  563. 

Rue|C^-o,  posv.  de  rog-ar.  QuiJ.  1,17:  Mezcladas  ya  con  i 
nazas,  ya  con  ruegos.  Id.  1,23:  Por  complacer  á  tus  ruegos. 

A  lo  hecho,  ruego  y  pecho;  ó  á  lo  hecho  brazo  y  pecho.  iP* 
buen  tercero  y  dinero),  c.  7. 

A  ruego  de,  firmado  por  otro. 

Caer  en  ruego.  (Dejarse  vencer),  c.  581. 

Más  vale  el  ruego  del  amigo,  que  el  hierro  del  enemigo;  qi 
dulzura  logra  más  que  el  rigor. 

No  hay  cosa  tan  cara  como  la  que  con  ruegos  se  alcaí 
c.  218.  A^io  hay  cosa  tan  costosa,  como  la  que  con  ruegos  se  c 
pra.  c.  218. 

Por  demás  es  el  ruego  á  quien  no  puede  haber  misericon 
ni  mover  duelo,  c.  397. 

Por  más  r.iegos  que  dineros,  c.  400 . 

Ruego  de  grande,  fuerza  es  que  te  hace.  c.  482, 

Ruego  de  rey,  mando  es.  c.  482. 

Ruegos  porque  cante  y  ruegos  por  que  calle,  c.  482. 

Ruego  y  derecho  hacen  el  hecho,  c.  482. 

Rico,  del  ant.  alemán  rihhi;  it.  ricco,  prov.  ric,  fr.  ríche, 
rico. 

De  alto  linaje,  conforme  á  su  etimología.  Part.  2,  t.  9, 1. 
como  quier  que  el  linaje  es  noble  cosa,  la  bondad  pasa  é  vence 
quieri  las  ha  ambas:  este  puede  ser  dicho  en  verdad  rico  home:  I 
que  es  rico  por  linaje  é  home  cumplido  por  bondad.  Sandov.  Ú 


88.  rico. 


401 


Esla  memoría  hace  la  historia  dicha  del  valiente  y  me- 
ide  D.  Rodrigo  González  Girón,  en  quien  primero  se 
ido  de  Girón,  Un  rico  y  honrado  el  día  de  hoy  en  núes- 

10  los  pergaminos  son  poco  apreciados,  sí  no  briltan  con 
5  rodea,  presto  vino  á  lomarle  por  acaudalado:  podero- 
es  Don  Dinero.  QuiJ.  1,39:  Quien  quisiere  valer  y  ser 
B:  Los  m4TicIiego3  ricos. 

á  lodo  lo  abundante  y  costoso  ó  que  tiene  riqueza. 
Del  siempre  rico  y  dorado  Tajo.  Id.  1,21:  \Jn  rico  man- 
iata. Id.  1,25:  Los  ricos  presentes  que  v.  m.  le  ha  cnvia- 
Aunque  rica  de  simplicíd.ides  (la  descripción).  Gitan.: 
6a  rica  de  villancicos,  de  coplas,  seguidillas  y  zara- 

1o  muy  bueno.   QaiJ.  1,6;  Guárdense  como  las  mis 

de  poesía, 
e  lo  sabroso,  agradable  y  de  lo  muy  querido,  y  así  Ita- 
u  hijo  las  madres  ó  amigas,  y  llamamos  rico  ó  rica  fo- 

i  cualquier  persona  querida,  y  decimos  que  un  meló- 

'  rico,  que  cl  pastel  está  muy  rico. 

ü!,  el  vendedor  que  pregona  su  mercancía» 

sonrióos  que  tienen  amigos.  Qaltodo  343. 

«I  un  año  quiere  ser  rico  at  medio  ie  ahorcan.  Con- 
os que  hacen  injusticias.  Lope  Dorot.  f,  96. 
7  prometaSi  y  á  pobre  no  fallezcas,  c.  22;  ó  A  rico  no 
)bre  no  prometas.  No  obligarse  á  quien  nos  puede  atro- 
I  poder  ó  molesLir  con  suá  instancias. 

et  püiano  está  rico,  ni  tiene  pariente  ni  amigo.  Oa- 

es  áar  remedio,  y  del  viejo,  consejo. 
í  soberbio  no  hay  palmo  entero, 
y  amigo,  ni  pobre  ni  rico. 
de  mujer  rica,  ella  manda  y  ella  grita, 

no  corre  prisa,  consoündosc  de  tardarse  la  fortuna. 
Eco  dt  vero,  que  con  h  suyo  está  contento,  c.  133. 
zo  rko,  que  te  tuzo  el  pico,  el  que  le  hace  la  costa  en  su 
!.  Q.  Ai/.  1,3,5:  Todos  manibamos  oro,  porque  coíiiicn- 


402  Origen  y  vida  del  lenquajh 

do  de  gracia,  la  moneda  que  se  ganaba  no  se  gastaba,  y  ese  k  bíj 
rico,  que  te  hizo  el  pico. 

Hacerse  rico,  enriquecer.  Quij.  1,12:  Con  esto  que  Redase  % 
cieron  su  padre  y  sus  amigos,  que  le  daban  crédito,  muy  ricos. 

Jamás  rico  no  será  quien  lo  ajeno  con  lo  sayo  meterd.(Po 
que  al  dar  cuentas,  y  pagar,  se  suele  Ir  allá  todo),  c.  272. 

Jamás  rico  será  el  que  lo  de  otro  en  lo  sayo  no  meterá,  (Suc 
de  á  veces  enriquecer  con  ayuda  de  hacienda  ajena;  sino,  hará  ot 
sentido  contrario),  c.  272. 

Más  rico  que  Heredia  (un  capitalista  malagueño,  y  aquí  en  a 
lugar  su  fulano),  que  el  Banco  de  España,  que  un  Marqués;  antes 
dijo  que  un  Fúcar  (Quijote). 

Mas  tiene  el  rico  cuando  empobrece,  que  el  pobre  cuando  en 
quece,  c.  450. 

Mejor  es  ser  rico  y  malnacido,  que  noble  y  pobre. 

Morir  rico,  y  vivir  pobre.  (Repruébase  en  mezquinos  y  avan 
c.  468. 

Niá  rico  debas,  ni  d  pobre  prometas,  c.  20Q. 

No  hay  rico  sufrido,  si  en  trabajos  se  ve  metido. 

No  siempre  le  está  bien  al  rico  gastar  ni  guardar,  ni  aípot 
escatimar,  c.  229. 

O  rico,  ó  pinchado,  ó  muerto,  ó  descalabrado.  (Dícese  de 
mozos  que  salen  de  su  tierra  con  ánimo  de  valer,  y  se  aventurai 
ser  algo,  aunque  les  cueste  trabajo,  ó  volver  mancos  si   van 
guerra;  y  aplícase  á  los  que  se  abalanzan  en  juego,  ó   trato,  á  ga 
mucho,  ó  ptrdtr;  pinchado  ó  pinjado,  es  lo  mismo),  c.  153. 0  C< 
ó  nada. 

O  rico  ó  pinjado.  Oalindo  205.  Es  decir  ó  vencedor  ó  venci 
fortuna  ó  la  mejoró  ninguna.  Pinjado  es  ahorcado. 

Para  el  rico,  cuando  quiere;  para  el  pobre,  cuando  paedt,  \ 
la  hora  de  comer;  así  respondió  Diógenes  á  quien  le  preguntó  ci 
era  la  mejor  hora  de  comer;  acomódase  á  otras  cosas),  c.  378. 

Presto  rico,  presto  pobre.  Galindo  572. 

Quien  por  codicia  vino  á  ser  rico,  corre  más  peligro. 

Rico  es  el  que  nada  desea  y  el  que  nada  debe.  c.  481. 

Rico  hombre,  de  alto  linaje,  en  la  primitiva  acepción  gemiáiiic 
Era  título  de  grandeza  de  los  de  sangre  real  y  primera  nob1eai,bNC 


88.  rko. 


403 


» 


de  dtiqaes  y  grandes  de  España.  Part  2,  t.  9, 1.  6:  Deben  los  ricos 
fcomrt  ser  esforrados  c  recios.  S\laz.  Memo.  Dign.   1,9:  Va  muda 
tffcrencia  de  que  se  diga  rko  home  ú  homs  rico:  porque  rko  home 
e!  que  alcan7ab.l  esta  gran  dignidad;  ftame  rko,  el  que    Icnía' 
vicha  hacienda. 

Rko,  6 pinchado,  muerto,  ú  descalabrado.  (Pinchado  del  que 
Ie%^  ánimo  para  valer  fuera  de  su  tierra;  !o  postrero  es  de!  travieso, 
tao-uelve  descalabrado,  óleíraen  miierlo  de  la  ronda),  c.  48 K 
Rico  Ó  pinjado,  resolución  en  asunto  aventurado,  aun  exponién- 
dose i  arruinarse,  es  decir  6  salgo  rico  ó  me  ahorco. 

Rico  sin  par  rueda  el  majadera,,  y  no  halla  en  qué  trrar,  á' 
tr'opczar.  (Ironía  declarada,  moteja  de  necio  diciendo  majadero,  y^ 
no  moflero,  siendo  todo  uno),  c.  491. 

Ruin  es  ct  rko  avariento,  más  peor  es  el  pobre  soberbio. 
-C-    4S2. 

Si  galeres  ser  rko,  calza  de  vaca  y  viste  de  vinOt  el  traje  lo 
Hace  todo,  pues  todos  respetan  las  apariencias. 

RloA^ruenic,  opulenta  y  abundanlemcnte,   preciosamente, 
muy  bien.  Marm.  Descr.  1,11:  Pn  esta  fruía  tienen  aquella  gente  su 
pnncípal  caudal,  y  della  y  de  sus  ganados  viven  ricamenle  i  su 
usinza.   Mariana  /A  £L  2,21:   DióTe  Escipidn  un  caballo,   vistióle 
mente   y  envióle  graciosamente  A  su  lio.  Vulgar  es  estar  en  tal 

lullarse  tan  ricamenle. 
Tart  ricamente,  contento. 

Rlrn-hoinhr-ia,  de  rico  hombre.  Sauz.  Mend.  Dtgn.  1,0: 
entiendo  que  la  ricahombría  no  consistía  tanto  en  caud.n1,  bienesJ 
eietida,  cuanto  en  alteza  de  linaje,  privanza  y  autoridad  con| 
reyes. 

Ric-acho,  aum.  de  ríc-o.    G.  Aff.   1,1^3:  Estos  ricachos 
PHlenisos. 

Rirach-ón,  rícach-o. 

Ric-azo,  aum.  de  ríc*o.  A.  Alv.  SÍIv.  Dom.  5  caar.  JO  cÁ 
Qu*.  veamos,  son  esto*  ricazos  mercaderes,  sino  unas  ballenas  de 
^tierra.  L  G«ac.  Crít,  1,11:  Chúpala  sangre  de!  pobrecillo  el 
vWaxo  de  rapíl^. 

Riqueza,  abundancia  de  lo  ric-o.  Qatf.  1,12:  Amén  de  las 


404 


OntOCN  Y  VIDA  DEL  UENOUAJC 


muchas  y  grandes  riquezas.  Id.  1,13;  En  quien  el  ciclo  pusg  infiaü 
parle  de  sus  riquezas. 

Cuanto  va  creciendo  más  esta  riqueza  mundana,  más  i 
aa  gana. 

Do  hay  riqueza,  hay  trabajo,  ó  falta  tntefuSlminnío  pam 
bernatla,  ó  salud,  ó  heredero,  c,  289. 

Hartas  riquezas  tiene  el  que  más  na  quiere,  c.  488. 

La  mayor  riqueza,  es  la  voluntad  contenta,  c.  183. 

La  riqueza,  vecina  es  de  la  soberbia,  c.  190. 

Mercar  t^ienesgran  riqueza,  y  comprar  mal  no  esjranqat 
c.  460. 

Ni  riqueza  te  ensobtrheza,  ni  te  abata  la  pobreza,  c  21 5. 

Riqueza  trabajosa  en  ganar,  medrosa  en  poseer,  llorosa 
dejar,  c.  481. 

Kic-tadf  riqu-eza^  con  el  -íat  (em}  latino,  en  el  Cid  69 
Crearemos  en  rielad. 

En-riqu-ecer,  de  ric-o. 

Intrans.  hacerse  rico.  QaiJ.  1,8:  Con  cuyos  despojos  come 
remos  á  enriquecer.  Valdeiírama  Ej,  4  Dom.  cuar.:  Por  e«o  lid 
Dios  pobrera,  porque  nosolros  enriquezcamos.  Id.  Fer.  6 
pos.:  Como  aquellos  que  derechametile  se  cometen  contra  el  prSj 
mo,  queriendo  enriquecer  empobreciéndolo.  Pinc.  Fit.  poet.  ep^ 
No  de  los  que  con  virtud  y  sudor  suyo  enriquecieron.  Valdc 
Fér.  3  Dom.  í  cuar.:  Y  no  robar  á  los  pobres  para  cnriqiieO< 
ellos.  QuEv.  Mas,  6,  r.  91:  El  mandar  y  enriquecer /dos  encan* 
dores  son  /  que  le  lurban  la  razón. 

Trans.  hacer  rico,  abundante,  precioso.  Saav.  Empr,  40:  El  i|^ 
da  sin  atención  enriquece;  pero  no  premia.  Qu£V.  Fort:  £1  que  ^* 
riquece  los  subditos,  (lene  tantas  tesoros  como  vasallos.  Qaij. 
Suele....  enriquecer  los  pobres.   Id.  2,43:  Y  esto  es  cnrique 
lengua. 

Con.  Qaij.  1,51;  Las  estremaJas  paríes  con  que  e!  cielo  y] 
naturaleza  le  habian  enriquecido.  Id.  2,S:  Adornan  y  enriquecen 
ellos  sus  oratorios.  Namanc.  I :  Alto,  sereno  y  espacioso  cielo,  / . 
con  tus  innuendas  enriqueces  /  la  parte  que  es  mayor  d¿$le  mi  sue 
BERRUE2A  Amenid.  5  vers,:  Sus  viñas  la  enriquecen  con  sus  vinos- 

Oe.  Quij,  1,43:  Enriqueciendo  nuestra  lengua  del  ígradabN 


89.  erl  eu$k. 


405 


precioso  tesoro  de  la  elocuencia.  Quev,  Doc,  esfoic.:  Por  ser  estas 
polsbns  bin  enriquecidas  de  verdad  y  tan  piadosas. 

£jj.  F.  Heíír.  Egi  I  Garc:  Bien  podemos  enriquecer  los  con- 
ifCeptos  amorosos  en  alguna  maneras. 

H      Rejkx.  QuiJ.  2jl4;  Enriquecíanse  los  prados  con  su  venida  (d« 
Hl  murora).  Rtcop.  1,3,14:  Sácase  para  ellos  la  moneda  deslos  Reinos 
^■9ie  enriquecen  los  extranjeros  y  aun  á  veces  los  enemigos. 
^m     ¿Quién  te  enriqueciá?  quien  te  gobernó;  ó  quien  me  gobernó,  6 
Wgsientó.  c.  340. 

"         Yero,  el  ¿rvum,   que   Laguna  traduce  yervo  CDítJsc.  2,100); 

ÍL   cfvo,  pr<jv.  ers,  fr.  ers,  cat.  er.  El  Diccionario  de  Autoridades  trae 

d   yervo  latino-erudito  de  Laguna^  y  no  trae  el  yero  de  toda  Castilla. 

k^      Arveja^  de  erviliaj  de  erviim;  it.  rubiglia,  rlr.  arvea,  pg.  er- 

^Bllu.  HuR.  Agr.  1,23:  Las  arvejas  son  de  dos  ó  Ires  maneras,  mas 

k>cS4s  quieren  una  suerte  de  tierra  ó  labor. 

No  $e  leda  ana  arveja,  una  paja;  no  se  me  da  una  avellana, 

Ín  comino,  c.  557. 
ArvpJ-ote»  en   Álava  almorta.   Lathyrus  sativus  L.,  como 
rvcj^r. 
Alverja,  la  vioa  salivn,  en  América  el  pisum  sativuní;  variante  de 
■rvtj»,  y  se  dice  mucho  en  varías  provincias.  Berc.  MU  505.  Mas 
I     *>o  le  empcdecieron  valicnt  una  erveia. 

AlverJ-tn,  alvepJ-Ulai  en  Salamanca  vicia  angustifotia 
L.  Q.  Oai.an.   Casteli.:  De  tus  labios  los  carmines,/que   parecen 

(•oíasados/con  pétalos  de  alverjines. 
I      Ali'crja-ca,  en  Salamanca  slverja  ó  arveja. 
8<3.    Hemos  visto  como  er,  expresión  del  movimiento,  remeda  en 
^  boca  el  meneo  del  gesto.  Si  er-c  es  ese  movimiento  y  gesto  en 
^ncnl  y  er-e  lo  es  Indefinidamcnle,  er-i  será  aquel  de  quien  es 
^^Iropío  el  ejecutarlo,  el  individuo  señalado,  el  i  que  hace  er  ó  moví* 
^^Wenlo.  El  caso  es  que  sirviendo  todos  los  miembros  del  cuerpo  para 
^  goto,  más  en  particular  sirve  el  brazo,  y  más  aun  Ta  mano^  y  de 
^Uel  dedo  es  el  que  {ndividualírii,  el  que  5ja  un  punto  seflalándolo. 
^or  consiguiente  er-i  ó  et  que  hace  esc  gesto  y  movimiento  indivi- 
'■olmcnlCf  parece  debiera  haber  significado  el  dedo.  Por  igual 
■Mera  ar^,  ar-e  indican  universal  é  indefinidamente  et  movimiento 


406 


OkIUEN  y  VIDA  OEt   L£NOUAJC 


4 


en  extensión,  á  lo  kjos,  y  ar-l  es  el  que  inüívídualmcnle  la  ejecitt, 
«quel  de  quien  es  propio  el  moverse  á  ello,  el  ocuparse  en  dio.  Dt 
hecho  en  euskera  eri  es  d  dedo  indicador  ó  señaUdor.  Y  en  pui\i 
eri  es  la  clase,  especie,  es  decir  lo  señalado  en  la  serie.  Azeak  bemk 
kirtena  ta  arifckak  bere-erí-koa  ozpala  la  ber/a  (tiene)  su  licmciio, 
y  el  arbo!  sti   correspondiente  aslilla^  ú   la  de  su  clase^  d  su  modo, 

Por  lo  dicho  el  dedo  índice,  que  es  el  scñalador,  tenía  que  seidl 
que  precisamente  «  había  de  llamar  eri.  Y  realmenie,  el  índií 
diccse  eri  ó  er-goien  ó  eri-andia,  es  decir  el  tledo  que  sobresik 
ei   mayor:  bien  se  vé  que  nó  físicamente,  sino  por  su   ímporUnci* 
parü  el  señalar,  pues  físicameníe  ni  sobresale  ni  es  el  ntayor. 
El  pulgar  er-kolo,  eri-potots,  eri-andi,  er-pura,  er-k&ro,  erí-bea\ 
es  decir  rechoncho,  gordo,  grande,  cabezudo,  redondo,  ele  Q 
menique  eri-rlo,  er'hfchume,  eri-tchinker,  eri-tchtngar,  eri-tchinkar, 
eri'íchikin,  eri-tchipi,  eri-ktiintchii,  eri-mokosOt  que  lodo  \i 
decir  el  menudo.  Et  medio  eri-andi  ú  largo,  eri-bioiz  ó  del  coraz 
biotz-eri.  erdiko  ó  medio.  El  anular  eri-mazter,  eri-maizteko, 
•ereztan,  el  del  anillo. 

Las  yemas  de  los  dedos  erí-biotz  6  er-piotz,  cri-mamL  El  primí 
significa  doble  ruido  dd  dedo  ó  corazón  del  dedo,  por  sentirse  en 
Lias  yem.is,  al  locarse  dos  de  ellas,  la  pulucíón  carJfada.  El  segundo 
fpor  la  carne  ó  pulpa  bfanda,  que  es  por  lo  que  se  llamaron  ye 
en  castellano.  El  padrastro  eri-bizar,  et  dedil  erí-eslari,  ta  pui 
eri-mufur,  los  anejos  eri-bizkar,  eri-koskOt  eri-koskor,  el  dcdi' 
eri-ko,  Cf'ko,  ó  lo  del  dedo,  lo  alto  ó  yema  tr-kain,  la  sor 
er-aztim.  Y  nótese  que  en  los  compuestos  junto  con  cr-í  suena 
ciüamente  er  movimiento^  gesto,  señalamienlo. 

Las  garras  er-pa,  tf'pe,  por  ser  dedos  encorvados  bada  a>njo, 
de  -pa,  -pe  abajo;  por  meláfora  cazcarrias  y  raicillas  que  agarran.  £t 
talón  er-po  6  dedo  bajo,  trpo-Í  el  almocafre  y  la  última  raíz  del 
maíz,  er-pin  punta  ó  vértice.  Hallar  dedeando  dfcesc  eri-do,  er-den, 
que  es  el  aplicar  el  sentido  del  tacto,  á  dedos,  lodo  dedos,  y  por  lo 
mismo  caber,  tener  lugar;  ñkan  duka  htsarik  eztioía  trden-en?_ 
tenido  miedo  de  que  cabria? 

La  clínica  ü  observación  de  lat  enfermedades  dtjose  del  d 
I  decaer  lu.  salud,  de  sus  altibajos.  Lo  mismo  el   medico 
Idemás  miramos  la  enfermedad  como  algo  que  muda  el  modo  de  ser 


etnM 
IcdS 

i 

aíMjfl^ 
an.  £t 
aízdet 
•r-den, 

y  por  lo 

de  ser 


39.  €rí,  <TÍ  cusk. 


407 


¡aprrsoiu.  «Sigue sin  novedad».  ¿«Ciímo  le  vá? — Sin  novedad», 
decir  que  la  enfermedad  es  para  nosotros  una  mudanza  en  el 
de  sen  y  de  hecho  la  mudanza  en  d  ser  es  el  no  ser  aqudlo 
K  era,  y  Iralándose  de  la  salud  es  perderla.  Generatio  alíerius 
y  buen  provecho  le  haga;  pero  to  que  me  duele  i  mí  es  el 
ruptio  unias,  «i  de  mi  se  traía.  Buenas  serán  las  alcachofas  que 
oiterrador  críe  sobre  mi  sepuKura,  rico  engendro  para  ellas 
ia5  y  para  el  que  comiéndolas  críe  rica  sangre;  pero  ello  será  i 
de  mis  cueros,  que  pudrirán  contra  toda  mí  voluntad,  como 
áel  portugués.  F;1  cambio  y  mudan?^  ü'ac  algo  de  nuevo  y  bueno; 
ovae  victis,  ay  del  mudado,  que  deja  de  ser  para  darse  ai  hijo 
de  ¿1  se  engendra.  El  enfermo  es  aquel  que  liene  novedad  y 
3i  esa  mudanza  tJega  basta  el  cabo,  cálalo  muerto. 
Bérnard  I1>imó  á  los  movimientos  vitales,  fenómenos  de 
queriendo  dar  á  entender  con  esto  el  rápido  pasar  y  mudar 
materia.  Así  lo  vieron  lo^  primeros  hombres,  citando  llamaron 
nfermo  y  4  la  dolencia  er-i,  aquel  ó  aquello  de  quien  es  propio 
;  i  quien  le  toca  la  china  de  mudarse  de  barrio  ó  aparejar  U 
;  mudanKi:  eri  dago  está  mnlo,  es  decir  está  mudado.  Enfermizo 
^•bcratch»  que  tiende  á  mudar,  al  eri,  vez  de  estar  enfenno  erí- 
í  malsano  eri-garri  <>  <\\xii  acarrea  mudanza,  achacoso  erikor, 
Jurí  icomodado  para  enfermar,  hacerse  achacoso  eríA"or-/íf,  coci- 
ictnda  erí-ondo,  enfermar  ri  adolecer  írf-fti. 
Syfl|ado  -eri  tx\ixc'iA  la  clase  de  dulencia,  los  nombres  de  las 
ennedades:  kak-eria,  ago-eria,  naparr-eriQ^  etc. 
S  tan  razonable  manera  de  discurrir  se  le  antoja  á  alguno  rara 
Bttsada,  repare  en  que  «/siempre  es  atributivo  y  tr  vale  movi- 
lo.  Miis  decusado  y  raro,  aunque  lo  diga  Claudio  Bermird,  le 
rcceri  el  numhre  de  la  muerte,  que  según  lo  dicho  no  es  masque 
tRudanza  total  y  entera.  Loque  hizo  notar  en  los  hombres  esa 
■lianza  fué  la  muerte,  por  eso  la  llamaron  la  que  lienc  tri:  tri-o, 
)ifioaf  \ó  muerte!  eriok  creían  Butroeko-aíabea  Plenzian,  ta 
■ole  mató  á  la  hifa  de  Butrón  en  Pkncia,  laiotik  eriora  del  na- 
tóento  á  la  muerte.  El  morir  erio-tze,  trto-tza,  de  muerte  erio-z. 
En  el  ejemplo  antes  citado  erezan  mató,  á  la  letra  mudó;  era-4e 
I,  mudador,  ó  era-i-le,  era-i-ia-,  de  í  hacer,  -le,  ~ta  de  agenie, 
matar,  el  participio  pasado  -ti  de  -i  hacer,  como  trt-iti  tcm- 


brar:  hacer  era  ó  mudanza.  Un  refrán  reza:  iak,  tmak,  eraU,  te 
zegiok  trankart,  hiérele,  dale,  mátale,  y  no  le  hagas  folsiá.  Aqid 
er-a  vale  matar,  como  antes  er-e  en  ere-zan:  son  las  formas  univer- 
sal -a  é  indefínida  -e  de  er  movimiento,  mudanza,  el  alma  de  todo 
lo  contingente,  del  corraptio  unias,  generatio  alierius. 

El  propio  er  con  este  mismo  valor  de  mudanza  lo  hallamos  en 
er-ki-ta  desmayar,  enflaquecer,  enfermar,  es  decir  con  er  ó  novedad, 
y  er-ki  ó  er-kin  flacucho,  desmazalado  y  desgalichado,  y  la  que 
siente  novedad  con  los  primeros  dolores  del  parto.  El  débil  y  flaco 
es  el  descaído  en  sus  movimientos  ó  en  su  ser,  er-bal,  de  bal  caído, 
y  lo  mismo  se  llama  el  paralítico  ó  tullido:  de  modo  que  er  es  el 
movimiento;  erbal-du  baldarse,  tullirse,  enflaquecer,  debilitarse,  er- 
bal-dura,  erbal-keri,  erbat-tasun  son  los  abstractos. 

El  dativo  indefinido  -er,  gizon-er  á  hombres   expresa   el   movi- 
miento de  la  vista  (r)  indefinidamente  (e),  como  el  plural  indefinido 
gízon-e-k  lleva  -k  de  plural  con  la  misma  e.  La  -/  indigitante   re- 
fuerza el  dativo,  que  también  suena  gizon-er-i  á  hombres.  Pero  er-í 
es  un  atributivo  de  er,  es  su  adjetivo  ó  su  dativo,  y  er  vale  movi- 
miento, mudanza,  tfn  es  el  mal,  epa//-en  mortandad.  La  mudanza, 
repito,  de  los  seres  es  su  mal,  su  acabamiento,  ya  que  mueren,   de 
sobreparto  engendrando  otros  seres,  como  el  gusano  de  seda,   que 
después  de  ataviarse  y  acicalarse  para  la  boda  durante  largo  tiempo 
en  su  capullo  ó  tocador,  solo  se  casa  para  fenecer  al  día  siguiente. 
Todas  estas  palabras  son  tan  primitivas  que  ni  pasaron  á  las  I-E  de 
por  sí,  sino  en  otros  derivados  de  er  movimiento. 


90.  €rr  cusk. 


409 


El  nn'ibrar  reclámenle  la  lengua  ó  /frr/,  en  vez  de  er,  no 
nder  míís  que  a  la  más  fiera  de  las  turbaciones  del  dnimo, 
cncor,  á  la  cófcra,  al  furor.  Esta  pasión  alborota  el  corazón 
enlos  de  borrasca  por  todo  el  organismo.  El  hombre 
Üdo  en  lo  mis  entrañable  de  su  ser  patalear  no  puede  parar 
>  de  acá  fMira  allá.  Quémasele  la  sanjjre  y  le  hierve  en  las  venas, 
je  los  ojos  de  la»  cuencas,  enciéndesele  el  rostro,  arroja 
I  por  tas  narices.  Si  lodo  c?o  no  sígnifícT  conmoción  gande, 
I  entrañable,  que  hace  rebullir  á  lodo  e!  hambre,  movimicnlo 
ilabra  desapoderado,  habremos  de  borrar  de  tos  dicciona- 
I  I<w  tfocablos  que  lo  expresan,  pues  lodos  llevan  en  sí  esta 
i  de  fuego  y  buUicío.  Pues  eso  es  lo  que  sabemos  que  ha  de 
rtiBar  err,  SI  fr  suave  es  el  simple  movimienlo.  La  lengua  no 
:cn  tal  desaTOSíego  de  todo  el  hombre  quedarse  queda;  rompe 
¡^bjurlas,  revienta  en  tonterías,  charla  por  los  codos.  Pero  so- 
fá lengua  movedrui  se  rebulle,  cual  fiera  en  su  jaula:  eso 
fUx  ¡errrrí  Pues  bien  esc  jerrr!  escribiéndolo  lo  más  brcvc- 
iibje,  con  solo  rr,  aunque  había  que  poner  80  ó  100  rrres, 
.  una  fuera  pintura  de  una  ondulación,  ($  err^o  con  el  artf- 
»,  y  wle  rencor  y  arder  ó  quemar,  asar.  Créese  comunmente 
:d  vtlor  físico  es  el  primero,  que  de  él,  el  de  fuego  en  el  pre- 
i  aso.  habla  de  salir  el  melafórfco  de  rencor.  Eso  queda  part 


erra  para  el  arder  de  cualquier  otra  cosa.  Repito  que  Kiar  i 
sombra  de  metáfora.  La  conmoción  ó  movimiento  fuerte  de 
gua,  como  del  resto  del  organismo,  suena  /rrrrt,  con   la  e  i 
•^*'  Ii¿3  ¡errr!  Ese  erra  es  el  rencor,  es  esa  conmoción.  Es  expresión 

halla  en  los  hombres  de  cualquiera  nacionalidad  y  hasta 
perros:  «Irriíata  canis  quod  RR  quam  plurima  dicat>,  según  1 
«El  temblor,  dice  Gratiolet,  se  produce,  siempre  que  se  hací 
gran  esfuerzo  para  vencer  una  resistencia.  Todo  músculo 
estado  normal  tiene  un  poder  determinado  de  contracción^ 
produce  espontáneamente  y  sin  esfuerzo,  por  ej.  al  extender  < 
para  señalar  un  objeto.  Pero,  si  añado  un  peso  al  brazo  ó  li 
tengo  extendido  por  largo  tiempo,  esta  resistencia  excesiva 
un  nuevo  esfuerzo  de  la  voluntad  y  la  intervención  de  una 
cantidad  de  movimiento.  Ahora  bien,  este  movimiento  de  oi 
es  tembloroso:  así  en  el  caso  de  la  rigidez  los  músculos  se  o 
y  se  hacen  resistencia  mutua  los  flectores  y  los  extensores, 
por  resultado  una  doble  resistencia  y  por  consiguiente  una 
causa  de  temblor».  Tal  es  la  causa  del  movimiento  convulsiv( 
de  la  cabeza,  cuanto  más  de  la  lengua,  articulando  frrrr!  el 
mente  conmovido,  como  que  hasta  la  sangre  se  le  enciende  ] 
más  á  prisa.  El  calor  natural  sube,  y  esc  temblor  ¡rrrí  es  la 

sirtn  HpI  píilnr  natiiraK  HpI  renror.  HpI  ralnr  intprinr.  nii^  hiill 


90.  trr  ciisk. 


•I) 


^daUe  en  que  hierven  Us  enlraiVas.  Dijéronsc,  pitci,  £rr-ai,  las 
M,\  ¡errferra,  i  rebullirse  y  recalentarse.  Confirmase  cor^ 
nbrc  de  la  compasión,  que  es  srr^ukl  tener  esc  errt  ó  con- 
|ún,  mo^'érseie  las  entrañas  que  decimos  de]  compasivo,  ü  ablan- 
,   que  es  lüsponerse  al  niovifíiienlo,  et  cüinpasivo  erruíd-or, 
4stt  el  muy  blando  de  cnirañas^  apiadarse  erruki-tti.  Eí  cólí- 
:  ganado  es  errat-eta-ko  lo  de  ias  entrañas,  y  la  asa,dura  ó  pe- 
1  de  entrañas  para  comer  erroi-ki, 

caben,   pues,  aquí   antojos  de  elimólogos  ni  trampanlojos 

lengatü^r  ni  entrampar  ."i  nadie.  El  que  haya  sentido  alguna  vez 

[rentor,  habrá  visto  que  de  hecho  y  en  verdad  ardía  en  cólera» 

!  te  quemaba  la  sangre,  que  resollaba  fuego,  que  se  ]e.j-cbuinan 

bruos,  C}OS  y  lenj^ua:  eso  es  articular /f/r/. 

5n  -#  indefinida  err-e  vale  lo  mismo,  apurarse  y  desasosegarse,. 

rreú  ó gizon-odol-errca,  es  decir  hombre  que  se  rebulle  ó  de 

rebulléndose.   De  aquí  se  tomó  la  espresión  para  \a  idea  de 

ry  quemar,  que  es  lo  que  siente  en  stelsañudoy  enojado,  cuando 

[quema  la  sangre, Iraslndando  la  expresión  A  lo  fuera  de  sí»)' dicese 

cer,  asar,  quemar,  oUolan  erre  frcir  á  quemar  en  aceite,  írf- 

iquerar  lijtranienle;  metafóricamente  escaldarse  ó  escarmentar; 

que  quema  es  erre-a.  Coinbusliblc  erra-gin,  calor  inerte  del 

T-<iStOt  olor  ó  gusto  á  quemado  erra-kiño,  quemado  erra-ts, 

'  1  chamusquina,  erro-í/j  quemar  al  mismo  tiempo  que  odiar 

rencor,  sintiendo  en  si  esc  ardor,  erra-uli  cantárida  ó  mosca 

[quema,  rrr-au/s  ceniza  ó  polvo  de  quemar.   crr«u/s-/ pulvcri- 

¿ reducir  í  ceniza,  ó  erraus-tu,  erraz-i  resina,  erre-al  que  se  pue- 

r.  erre-keta  quema,  erre-ki  hez  de  leche,  combustible  y  pavor 

■ro,  erre-kin  combustión,  incentivo,  que  hace  frrc  físico  ó  ino- 

\tne-min  escozor,  erre-mitska  y  crremuska^a  refunfuño,  erre- 

forjador  que  anda  at  fuego,  crrement-aí-degi  fragua,  herrr- 

I  irre-or  inflanuble.  erre-tasan  ardor^  inquietud  interior,  afán. 

||tsca  er-dai,  el  añublo  que  quema  los  panes  er-do^  Ta  roi^a  de 

[lusinos  y  la  herrumbre  er-doi^  roñarse  crdoil-du,  erdoi-tu,  man- 

Idt  b   pkl  erdo-ka.  El  cuervo  err-oi  se  dijo  del  color  negro, 

quemado. 

Sfcíperlativo  de  err-a  ó  err-e,  es  err-en,  que  con  gara,  kura  quc- 
k,  dacBT,  tender  i,  á\6  trren-gura,  ^rrea-kura,  y  valen  la  congo- 


ja  y  ardimiento  entrañable,  la  queja,  el  remordimiento,  ddes 
go  del  ánimo;  errenkura-fa  quejarse,  desasoscigaTSe,  tniti 
ánimo.  Vimos  en  el  número  9  arren-kara,  arren-gura  < 
■arrenkara-fa  dar  quejas,  de  gara,  hura  querer,  buscar  an 
zones,  súplicas  motivadas.  Fundiéronse  errenkura  y  arrenh 
el  castellano  arrancura,  rancura  y  rencura. 

91 .  Arpancupa,  en  Aragón  queja,  pleito,  litigio.  Es  ^ 
ticuada  y  tomada  de  documentos  latinos,  donde  se  latinizó  el 
blo  popular.  Sin  duda  el  arrankura  y  el  errenkura,  de  valo: 
•cido,  se  han  fundido  en  uno,  aunque  bien  aparecen  los  orfgi 
las  variantes  rancura  y  rencura.  Del  arrankura  vienen  el  sen 
pleito  y  queja  que  se  expresa  motivándola;  del  errenkura  el  • 
sistencia  en  el  desasosiego  inferior;  el  de  inquina  y  odio  nació 
fusión  de  entrambos,  es  una  congoja  que  dura  contra  algún 
<]ada  en  quejas  motivadas. 

Rancura,  pencupa,  de  arrancura,  en  Aragón  quej 
relia,  y  en  general  antiguamente  desasosiego  interno,  inquíni 
^ue  se  guarda  contra  uno.  En  prov.  é  it.  rancura,  ant  fr.  rs 
fr.  rancime,  pg.  rancura,  Corr.  337:  Quien  fuerza  ventura, 
rencura.  Alex.  38:  Tanto  he  fiera  rancura.  Cid.  286:  Todaí 
rencura.  Bibi  Gallará,  1,468:  Segunt  es  mi  grant  rencura 
miento  hondo). 

Rancup-ap,  vengar,  vencer.  Alex.  24:  Ay  mezquino  q 
Veeré  el  dia  /  que  pueda  rancurar  esta  sobranzarfa.  Id.  125C 
•curaban  á  firmes  el  su  buen  compannero. 

Rencop,  pancop,  es  el  rencura,  rancura,  asimilado 
nombres  en  -or;  it.  rancore,  prov.  rancor,  y  rangurezir,  verb" 
se  aclara  por  el  arrangura,  ant.  fr.  rancoeur  por  contaminada 
■coeur  corazón,  cat.  rancor,  pg.  rancor.  Nada  tiene  que  ver  jt 
latino  rtíncdr  moho,  de  donde  ranc-idus  rancio,  desabrido  al  g 
al  olfato.  Esta  voz  latina  no  tiene  par  en  las  I-E  ni  rafz  conod 
el  arran-ko,  arran-ka,  lo  del  pescado,  habiéndose  dicho  prínn 
él  por  la  facilidad  en  corromperse  y  su  salxir  y  olor  m 
cuando  está  marengo.  QaiJ.  1,9;  Ni  el  interés,  ni  e!  miedo,  ni  > 
iX¡T,  ni  la  afición.  Id.  1,30:  Sin  tener  cuenta  con  enojo  ni  nac 
¿uno.   Id.  1,48:  Que  ha  despertado  en  mi  un  antiguo  ranee 


92.  radus,  ruber^  etc. 


413 


con  las  comedias  que  ahora  se  usan.  Id.  2,56;  No  ha  de  durar 
el  nncor  qac  los  encantadores  tienen  al  señor  don  Quijole, 
Rencor-oso,  i*i*fi4*oi*-¡i>Hu.   Calder.  Aurist.  y  Lis,    I; 
si  e!  inicio  /  dejando  lo  rencütioso  /  sin  pasar  á  compasivo. 


O  nombre  más  extendido  entre  las  lenguas   indo-europeas,,. 

I  á  colores,  es  el  del  rojo:  skt.  rudhtra,  rchitüf  zend.  raoidhi- 

I  tpo^c,  ruber,  rafas,  rutiíus,  russus,  godo  raads,  ir),  ruad,  esL 

ET,  lü.  raudónas.  Además  díjose  del  brillar,  Ir!,  derc  rojo»  esl. 

I  «ni,  $l\,  zoraht  claro;  y  zend.  strf/Qt  persa  ^uiy^  rojo,  skt. 

I  briJlanle,  doro,  tuz;  en  las  eslavas  se  tomó  el  nombre  del  ker- 

,  como  nuestro  bermejo  de  ver/nkalus,  vermis,  godo  waurms^ 

ruso  verm(¡e—áx^vi5^,  de  donde  el  rojo  en  prus.  urmlnan^. 

fmyattf  warwaurms,  ruso  rumjanyi,  vermjanyj. 

De  estas  tres  series  la  primera^  que  dio  nuestros   colores   rojo,, 

O,  TOyOf  rufo  y  roano,  aluden  al  fuego.  La  raíz  en  I-E  es  rauti, 

henc  de  trra,  erre  fuego,  probablemente  del  derivado  erraz,  trrez 

bcndo,  ó  mejor  de  errauts  ceniza,  polvo  quemado,  es  decir  lo 

>  y  quemado  y  hecho  como  brasa,  la  cual  ofrecía  al  hombre 

matices  del  color  rojo  mejor  que  ningún  otro  objeto.  £1 

aa  i  veces  se  hizo  a.  En  gr,  i^suf^'o;  color  rojo  es  el 

uts,  cuya  €'  se  perdió  en  otras  lenguas,  epEÚ¿l*oj,  ipulí-aíviu  cnro- 

r,  ruborizarse  ó  pararse  rojo,  ¿puO-poc  rojo  de  fuego,  ip'ja-í^ij, 

tina  del  trigo.  En  skt.  rudh-iras  es  el  £puft*fó;  y  vale  rojo  y  san- 

Bto,  rofi'itas,  por  raadh-itas,  rojo.  En  norso  rjodh-r  rubícun- 

,  rjodha  cruentare;  en  godo  randa  rojo,  ga-riudjú  vergüenza, 

rM,  roS't,  áe  áonát  rostir  y  rótir  en  francés  ú  asar  y  rostir 

jnas  partes  de  España.  En  csl.  rud-eti  sen  ponerse  rojo,  rad-ra 

rudjda  robijo;  lit.  rauda  rojo,  rudas  rojo  oscuro,  radh  n>- 

;  Irl.  ruad,  cimr.  rud  rojo. 

Vengamos  al  latín,  donde  son  no  pocas  las  variantes.  Rtiber  rojo 

ondea  ruí/ftiVfl,  ¿(wíf-is,  esl.  rudra\út  aquí  rí/ft-í^re  ser  rojo, 

r  y  e^ubfscere  avergonzarse,  rab-idas  que  dio  rubio,  como 

dus  limpio,  rab-ia,  rubi-cundus  rubicundo,  rub^r  de  donde 

fíltr,  rub-eas  que  dio  royo,  rubc-JaccrCt  rubr-ica  que  dio  rú- 

,por  escribirse  con  tinta  roja,  rofr-íffo  herrumbre,  robín,  que 

ípMcblo  deda  rubigo  i  veces,  según  el  Appendix  Probi,  y  rab-^n 


r 


color.  En  eslavo  radeti  es  el  al.  errdten,  y  rada  ua,  aMÉ 

■equivale  al  al.  Rost,  ingl.  rast,  ags.  rost,  y  es  el  aerugo  y  i 

del  metal,  mientras  que  en  ir!,  raad,  en  galo  Roados,  cimr 

i^Vf  fifi  godo  rauths  es  el  rojo.  En  latín  responden  raad-us,  qu 

'  '       i  traen  de  ravidus,  y  éste  de  rav-ñs  gris,  y  que  de  todos  mo 

¡t,  de  la  misma  raíz.  Raudas  dio  en  castellano  raud-ano  y  luei 

-^j'S  y  en  latín  rodas,  luego  rñdus,  que   vale  rudo,  propiamei 

trabajado  ó  en  bruto,  y  díjose  del  minera!  por  el  color  rojc 

mero  que  se  halló,  que  fué  el  cobre,  y  asi  aes  rudum  metal 

ó  rudas  sencillamente  mineral  no  trabajado,  antes   natural 

cobre;  pero  después  pasó  á  decirse  de  otras  cosas,  perdiend 

lor  de  rojo,  rftd-as  rad-erises  masa  en  bruto  de  metal,  rud 

pedazo  pequeño  de  cobre,  plata.  «Rodus  ve!   raudus  signí 

rudem  et  ímperfectam,  nam  saxum  quoque  raudus  appella 

ut  Accius...   hinc  manibus  rapere  roudus  saxeum>  (FestJ 

llamar  raudas  á  la  piedra  fué  por  haber  llamado  asf  antes  al 

y  antes  al  primer  mineral,  al  cobre.  Por  eso  significó  aes:  «1 

lana  porta  appellata,  quod  rudis  et  impolita  sit  relicta,  vel  qu 

id  est,  aere  fuerit  viñeta»    (Id.).  Y  Varron:   «porta  Raud 

<luod  aeraía  fuit.  Aes   raudas  dictum:  ex  co  veteribus  ín  ] 

scriptum  raudasculo  Ubramferito»  (L.  L.  5,163). 

Ahora  se  entenderá  la  razón  de  rudas  ruderls  escom] 


93.  ruano,  rubio. 


ur,  ruúe  donatas  á  quien  el  prelor  daba  una  vara  al  rclírarse, 
I  cable  ó  cuerda,  por  hacerse  de  ramí  como  csaj  rM-ens  rixúcntis. 


93.     Ru-ano,  ro-ano,  del  anliguo  rau(d)-arTO.  Esp.  SagrS 
í,  ap.  1,  año  994:  Acccpimus  de  vos  in  oferfione  caballos  dúos 
limos,  illo  uno  resello,  d  nlio  raudano  per  colore.  Lo  ttii^ttio  etll 
iadk.  áoc.  Sahagún  p.  165.  Randano  d\ó  rodano  (IÍerqanza' 
371)  y  rodane  (Indic.  Sahagún  p.  222],  y  perdida  la  d,  roano  y 
ino.  Raiidano  salió  de  ratid-us,  r3v(;)d(us)  con  -ano,  de  rav-us: 

coloras  appcllantur,  quí  sunt  inlcr  flavos  et  cacsios  (Festo).  En 

pg.  raudllo,  raiidam,  roudane,  roiidúo;  el  fr.  roiian  y  el  it.  roanoj 
«en  del  castellano.  Es  el  caballo  amarillo  claro  con  crin  y  coli 
incas,  ruano  blanco,  ruano  amarillo.  Calv.  Albeit.  96:  Ala? 
■ro,  alajíin  boyuno  y  alazán  (oslado  ó  roano.   Quev.    Tac.  17: 

((tranla)  era  la  que  llamaban  ruana.  Pint.  potro  1 1:  Las  colas  f  •» 
|dc5  mana?.  Id.  10:  Los  manos. 

Rudo,  erudilo  de  rudis.  Maner.  Apot.   16:  lRrorn)e5  palc 

efigie  y  IcfVos  rudos.  Ohan.  Simb.  2,17:  Unos   rudos  y  pobre 

Kaofics  pescadores. 

Rufl-cza.  Quij,  2,42:  Doctrínala  y  desbástala  de  sti  nadiral 
Icza. 

A-prud-ar.  Lope  Ocas.perd.  1:  O  negabas  lo  que  v(as  /  6 
'.  pcnsamienio  airudas. 

En-rud-ecet*.  Hacer  rud-o  A  uno.  D.  Veqa  Paráis.  Sacar.: 

\  pan  de  cntcndimienío?  anles  suele  quitarTc,  que  el  pan  enrtidece. 

De»-enrurfecer,  lo  opueslo  de  enrudecer.  J.  Cri/z  5. 
onU  2,17:  Ir  d<rsennidecrendo  y  formando  muy  poco  apoco. 

Kuda.  monedas  apiladas  y  empapeladas. 

Ert-rwd-ar,  hacer  rudas  con  ct  dinero. 

Rublu,  di  rub-idus  (Aulo  Qclio.  2,26),  de  rub-írc.  De  color 

) claro,  de  oro.  Quij.  I,1S:  Coronados  de  rubias  espigas.  Id.  t,2S: 

lios  cabellos.  Id.  2,10:  Cabellos  rubios  como  hebras  de  oro 

\,proL'  El  rublo  Apolo. 

Et  rubio,  el  sol,  y  más  en  verano. 

Hacer  á  rubias  y  á  morenas,  a!  que  le  gustan  todas  las  mujeres. 

Más  rabio  que  el  oro,  que  el  sol^  que  una  espiga  de  trigo,  que 

i  candelis,  que  una  onza,  que  un  galo  rubio. 


416  Oriocn-v  vida  dcL 


Rabias  en  Castela,  agua  en  la  térra,  (Entiéndese  pm  Poife^ 
gal),  c.  483. 

Rubio  arrabiado,  nunca  fué  sino  falso,  c  483. 

Rubios,  en  tauromaquia  el  morrillo  del  toro  de  lidia. 

Rubi-a,  de  rubi-o,  por  servir  en  tintorería  para  este  color. 
Laq.  Diosc.  3,154:  La  rubia  es  una  rafz  bermeja,  déla  cual  usan  loi 
tintoreros.  Lis,  y  Ros.  2,3:  En  mi  espada  las  ensartaré  cprno  nibiai 

Kubi-al,  campo  de  rubi-a,  y  el  de  tierra  rubia. 

Rubi-ón,  trigo  de  este  color.  Quij,  1,31:  El  trigo  era  canded 
ó  trechel?  No  era  sino  rubión. 

Rubi-eza.  Euo.  Salaz.  Silv.  poes.:  Ni  en  su  tez  &lsa  y  nibiea 

Rubi-c¿n,  blanco  y  rojo  en  la  capa  del  caballo. 

A-rpubi-ado.  Corr.  483:  Rubio  arrubiado,  nunca  fué  sino 
folso. 

En-rubi-ar,  teñir  de  rubí-o,  mayormente  el  cabello.  Cekú, 
I,  p.  18:  Hazla  lexias  para  enrubiar.  Zamora  Mon.  mist  pte3 
Concep.:  Ya  los  dora,  ya  los  enrubia,  ya  los  encrespa,  ya  los  coa- 
pone, ya  ios  jabona,  ya  los  lava,  que  les  hace  aguas  para  enrubiaiios. 
ToRR.  FU,  mor.  20,11:  Enrubiarse  los  cabellos.  Bosc.  Cortes.  ¡03: 
El  enrubiarse  los  cabellos.  León  Casad.  3:  No  gasta  tanto  un  lelnulo 
en  sus  libros,  como  alguna  dama  en  enrubiar  los  cabellos.  MeiU 
Vid.  Cómodo:  Enrubiándose  el  cabello. 

Enpubi-o,  posv.  de  enrubi-ar.  Bibl.  Qallard.  4,20:  Que  i 
verdes  canas  el  enrubio  diste. 

Rub-í,  pub-í»,  del  fr.  rubis,  prov.  robi;  del  it.  robíno;  de 
*rub-inus,  rub-eus  rojo.  Qaij.  1,50:  Carbuncos,  de  rubíes,  depcriis, 
de  oro,  de  esmeraldas. 

Robín,  de  robl(gi}n(em)  robigo.  Orín  ó  herrumbre  de  los 
metales.  Nuñ.  Empr.  2:  Limpiar  mi  conciencia  del  robín  que  hi 
contraído  con  tantos  yerros.  Saav.  Cor.  got.  1 1,  año  674:  No  dq* 
que  el  ocio  cubriese  de  robín  las  armas;  antes  ejercitó  la  disciptin 
militar. 

Rob-iñ-ano,  tal  vez  de  robín,  un  enmohecido,  como  qaieo 
dice,  es  decir  nombre  muy  conocido  y  manoseado.  Corr.  50:  Soo 
pronombres  de  lugares  vagos,  como  lo  son  de  personas  fulano  y 
citano  y  robiñano. 


^%— r*t»oh¡i»-np«e,  enmollecerse  eí  metal,  la  voz,  tomándose 

L»t*r4>bina-dor,  que  ^^asta   como  el   robín.   L.  Fehn.  deI 
a.  Antier.  12,2:  San  Agustín   dice  que  la  contagiosa  y  arro-1 
3ra  peste  át  bt  persecución  última  será  universal. 
fEii-rohíu-ars4*»  tlenarse  de  robín  ó  moho,  en  la  Üleni  de 
jón. 

[Rulxkn-iznr,  poner  rojo  de  vergüenza  y  nib-or;  reflex. 
i.  Del  erudito  y  latino  rutror. 
Rebol,  como  arrebol;  de  rrtbíríem)  rubor,  color  rojo,  comoj 
fie  arbor<em)í;  de  *rohol  salió  rebol,  mudada  o  en  c  por  la  rr. 
Mon.  mist.  pte.  7,  S.  Tomás:  Y  vestidas  de  reboles  se  la 
in. 

n^bol-ar,  poner  rojo,  de  rebol,  como  arrebolar.].  Pin.  Agr.' 
^24:  Una  lUmarada  doctrinal  me  parece  que  me  ha  rebolado  el  en- 
licntcnlo  y  rae  le  ha  alumbrado. 

rrrebof»  de  rebol.  Rojo  de  las  nubes  heridas  diel  sol,  y  el 

que  se  dan  las  mujeres.  Valüerrama  Ejcrc.  Sab.  Dom.  2 

r«  Rof»  de  púrpura,  grande  afeite  y  arrebol.  Pellic,  Argén,  p, 

^lo  con  arreboles,  al  anochecerf   pronosíica  serenidad 

-fc^.v.ite.  O.   Atf.    1,1,1:   Dibufó  admirable*;   lejos,  nubes. 


boies  ai  oriente,  agua  nmaneci^nte. 
oles  á  todos  cabos,  tiempos  de  los  diablos. 
>mdo/ej  de  Aragón,  á  la  noche  con  iigiia  son.  c.  69* 
líftftofra  de  mañana,  á  la  tarde  de  agita,  c.  70. 
Arub^Us  de  la  mañana,  d  la  noche  son  con  agua,  c.  70. 
oks  de  la  noche,  á  la  mañana  son  con  soíe.  c.  70. 

I«  de  Portugal,  á  ¡a  mañana  sol  serán,  c.  69, 
oles  de  la  tarde,  á  la  mañana  sol  Itace.  c.  70. 
'rthies  de  tarde,  á  la  mañana  aire.  (Entiende  la  raananaj 
Olí),  c  70. 

;  en  Castilla,  viejas  á  la  cocina;  ó  pocilga,  c.  69. 
^nboíes  en  Portugal,  uñe  los  bueyes  y  ve  por  sal.  c.  69.  V» 
[J'^fr,  entonces  Us  caballerías  lamen  los  pesebres  y   por  que  no 

k  iena  »&  dan  sat. 

n 


418  OrIQEN  V  VIDA  DEL  LEÑÚtl^ie 


Arreboles  en  Portugal,  viejas  á  solejar,  (A  gozar  del  sol 
hará),  c.  69. 

Arreboles  en  todos  cabos,  tiempo  de  los  diablos,  c.  69. 
Arreboles  por  la  mañana,   á  la  noche  son  con  agua. 

LINDO  627. 

Lo  que  le  falta  á  la  desnuda,  arrebol  y  mala  ventura,  c.  I 
Ironía  de  las  del  partido. 

Ni  sábado  sin  sol,  ni  vieja  sin  arrebol.  Que  con  él   disimul 
la  edad. 

Arrebol-ap,  poner  de  color  de  arrebol. 

Trans.  de  las  nubes.  Lope  Circanc.  I!,  p.  522:  Los  rayos    cfc/ 
sol/de  justicia  luz  van  dando/al  mundo  y  arrebolando/con  su    en- 
vino arrebol.  Id.  Filom.  f.  24:  Cuando  Febo  las  nubes  arrebola. 

Reflex.  de  las  nubes.  Lope  S.  Diego  V,  p.  50:  Cuando  se  arre- 
bola el  cielo.  ToRR.  FU.  mor.  1,10:  Arrebolósele  el  cielo  al  amane- 
cer. EspiN.  Batlest.  1,6:  Sí  cuando  se  pone  el  sol,  no  hay   nubes  ftl 
poniente  y  las  de  oriente  se  arrebolan,  es  señal  de  serenidad  el  d£v 
siguiente. 

Déla  cara.  Torr.  FU.  mor,  20,11:  Arrebolarse  el  rostr»'  — 
Valdi:  íR.  Ej.  Fer.  5  dom.  4  cuar,:  Esta  es  verdadera  viuda,  qn^^ 
teniendo  el  rostro  amarillo  y  penitente  alcanzó  más  hermosura  j^' 
gracia  en  el  alma  y  para  los  ojos  de  Dios  en  el  cuerpo  que  las  viudí^^ 
que  se  arrebolan  para  parecer  bien.  Barbad.  Corr.  vic.  252:  S^* 
arrebolan  y  almagran. 

Arrebol-ado.  Lope  Hijo  prod.  ÍI,  p.  58:  Que  anochecía 
arrebolado/el  sol  que  en  agua  amanece.  Mirones:  Con  una  de  un-* 
mono,  rubia  y  arrebolada.  Cabr.  p.  100:  Cuando  se  pone  el  solJ 
arrebolado,  entendéis  que  será  el  día  siguiente  sereno.  Zamora  Mm.  " 
mist.  pte.  3,  Present.:  Una  estrella,  de  quien  el  propio  sol  ha  de:^ 
nacer  arrebolado. 

Arrebol-era,  salserilla  para  el  afeite  arrebol,  y  la  muje^ 
que  las  vende,  y  cierta  planta  de  campanillas  encamadas  que  tam^' 
bien  se  dice  Don  Diego;  ábrese  al  caer  de  la  tarde  y  por  toda  W^ 
noche  queda  abierta. 

Hojo,  de  rr»s5éu(m),  rftesu(m);  sardo  ruju,  it.  rosso,  prov;  nm^ 
fr.  roux,  cat.  ros,  pg.  roxo,  astur.  roxo  por  rojo,  caliente,  ron.ar 
por  calentar  el  horno,  rox-ón  por  chicharrón,  en  Aviles  gritón. 


93.  rojo. 


419 


vivo»  coma  ei  de  sangre,  pero  también  el  rubio 
if.  del  avergonzatlo-  Qaij.  1,27:  Una  g^ran  barloa  de  tmi 
roja  de  buey.  Id.  2,53:  Rojo  amaranto.  Quev.  Mus.  4, 
ilicnic  y  rojo  con  la  sangre  el  prado.  PersH  2,\^:  Rojo 
n  las  alabanzas.,.,  que  de  mí  oía. 
ío  de  Ja  república,  radical,  por  el  goiro  frigio. 
que  el  fuego,  que  el  soí,  que  la  lumbre,  qwe  im  p^ 
una  atnapola,  que  la  sangre  de  loro,  que  un  tómale. 
•mbrocfo,  de  brasa. 

o  e!  coral,  el  Ttiego,  el  oro,  la  lunibre. 
vergüenza,  del  ruborizado. 

o.  dimití,  de  roj-o.  Lao.  Diosc.  3,6:  Algiin  tanto  roja 
Icrio  zumo  también  rojeto, 
lo,  dimin.  J.  Pin.  Agr.  3,4:  Vino....  blanco,  clara  y 
lor. 
ira,  color  roj-o  (Tesoro  1671). 
color  roj-o. 
>,  que  tira  á  ro]-o, 
i,  que  tira  á  roío,  de  las  tierras,  planta?  y  semillas. 
r»  en  Aslur.  calentar  el  homo,  de  roxo  rojo,  calfente. 
tarrún. 

^  lo.  L(>pr  Audienc.  D.  Pedro  /,  t.  %  p*  452:  Entrd  de 
le  /  con  él  Pedro  de  Pineda. 

I*,  íener  color  roj-o.  HrRR.  A^n  4,33:  Es  señat  de 
bastante,  cuando  huele  bien  y  la  mid  (rosada)  rojea, 
las  nubes  en  oriente.  Fiqüer.  Plaz.  d.  49:  Entre 
que  rojean  se  ponen  ei  rubr,  rubaza,  espinela,  balaj, 
:.  Dhsc.  ],\  12:  V  quebrado  por  de  dentro  rojea. 
-jiPt  poner  rojo  tí  hierro  ú  otro  racial,  teñir  de  rojo, 
oniendo  rojo  A  uno.  L  Rlttda  II,  234:  Enrojarse  »que- 
.  León  Casad.  12:  Enrojas  tus  cabellos,  y  en  ef  mal 
que  te  esld  por  venir  les  comienzas  i  dar  color  seme- 
iiego.  Lope  Víng.  mujer  I :  V  cuando  el  calor  dcí  sueflo 
I  le  ha  enrojado. 

ti  trébede  ó  piso  que  se  hact  sobre  um  Tíürn(na  para 
invierno  (Paíen  cía),  y  el  l&t  piso  tr  Ifamaa  la 
ribfde. 


420  Origen  y  vida  del  lenouaie 


En-roj-ecer,  en-roi-ar.  Pellic.  Ar^B/i.  2,1,4:  Enrojí 
algo  á  estas  razones  Poliarcho.  Lope  Coron.  trag.f.  97:  Ya  ofre^^ 
estola  candida  Abel  justo/y  las  sangrientas  aras  enrojece.  Id.  ¡h  -^^ 
Dina  IJI,  p.  202:  Mientras  viene  á  enrojecer/Febo  las  nubes  ^de 
oriente. 

Iles-eurojecer,  hacer  se  quite  el  rojo,  enfriar  el  hier"»o 
enrojecido. 

Son-poj-ap,  sacar  los  colores  al  rostro  el  calor  ó  la  ver- 
güenza. ViLLEQ.  Erot  2,1:  Que  Venus  ande  ahora  más  soltera  /  tío 
sonroja  al  pudor.  J.  Pin.  Agr.  1,29:  Y  (el  sol)  nos  sonroja  de  nrma,- 
nera  que  no  nos  irá  mal,  si  nos  mudamos  á  otro  asiento  más  enra- 
mado./?c^ex.  Torr.  F// mor.  1,12;  Comenzó  á  sonrojarse  tiin- 
chéndose  el  rostro  de  arreboles.  J.  Pin.  Agr.  6,1:  La  sangre  se  me 
sonrojó  de  placer  con. 

Sonpoj-o,  posv.  de  sonroj-ar,  acción  y  efecto  de  sonrojar  y 
el  improperio  que  lo  causa. 

A-so-poch-apsc,  en  Chile  sonrojarse,  ruborizarse,  sofo 
caree. 

R<»yo,  de  rft(b)eu(m);  it.  robbio,  roggio,  rum.  roib,  prov.  rp^j   ¡ 
fr.  rouge,  cat.  rotji.  Es  el  rubio  puro,  de  uso   más  general  en  el 
pueblo.  Herr.  Agr.  2,21:  Lo  que  se  cuece  (el  vino)  con  casca  sil* 
muy  ruyo  de  color  como  de  oro.  Usase  mucho  en  Aragón. 

Roya,  de  rft(b)!ía(m).  Vicio  que  sobreviene  á  la  espiga  p^' 
humedad,  recociéndose  el  grano  y  secándose  con  el  sol.  Llámanl^ 
en  otras  partes  tizoncillo. 

En  Aragón  la  planta  rubia,  y  enfermedad  del  trigo. 

Párate,  roya,  que  jurado  soy  de  Almania.  (En  Aragón  roya  ^^ 
muía  roja;  jurado,  regidor,  lo  que  alcalde  acá),  c.  380. 

Btoy-ucSu,  en  Aragón  como  roya  ó  rubia. 

Roy-al,  que  tira  á  rubio  en  Aragón,  y  especie  de  olivo, 
ferior  al  negral,  y  variedad  de  uva. 

Roy-ura,  lividez  en  la  epidermis  por  un  golpe:  úsase 
Aragón. 

l%(»y-uiio,  de  color  roy-o. 

Roy-ap,  poner  roy-o,  refl.  ponerse  royo,  de  las  plantas,  de 

Rusio,  PUSO,  en  Aragón  rojo  candente,  variante  de  rojOj 
russeus,  russus. 


A-iM*osiap,  de  nisi-o.  A.  Alv.  Sifv.  Úom.  3  üdv.  3  c.  § 

Hán$e  lodos  arrosiado  como  horno  encendido. 

Kus-Íoiitc\  rusiente,  encentlído,  hecho  brasa.  N^aio  San 

^r.  serm.  2,  d.  9:  Con  rayos  de  rosientes  hierros  le  marliriza* 

llusieiit-ar,  de  nisient-e,  poner  rojo  candente  el  mdal. 

to-fo,  de  rufus.  El  royo  6  rojo,  et  de  pelo  encrespado  y  duro, 

ucJe  ser  el  rufo,  y  el  vafenlón  ó  rufián,    por    el   caraclcr  que 

den  tener  los  royos,  corno  aparece  en  los  refranes.  Rtif.  dich,  I :  Y 

ndo  rufo  de  primer  tonsura.  Rinc.  y   Cort.:  Por  un  sevillano 

fo  á  to  valón/tengo  socarrado  todo  el  corazón.  Rom,  Germ.    1 1 : 

rson  fos  rufos  godeños/ á  quien  los  demás  respetan.  Roofi»  Ra- 

9A  Bibí.  Goílard.  4,1 406:  Al  rufo  que  me  ha  garlado. 

En  Aragón  vale  roragsnlc,  vistoso,  bien  adornado. 

>l  ta  fH/ÍJ.  (Por  el  vestido,  ó  el   semblante  que   uno  lleva  con 

rro,  á  to  rufián),  c.  504. 
Rnf-eta,  en  Salamanca  uva  negra  y  redonda,  de  hollejo  dd- 
Jo  y  muy  dulce. 
llHf-tmtno,  enla  Oerm.  ruRancillo,  dimin,  de  ruf-o.  Rom. 
n,  8:  Sin  que  rufo  ni  rufezno  /  ni  la  gran  roandiUndina  /  haya 
ióo  agraviarte  /  desde  que  te  cantas  mía. 
Ruf-óa,  en  la  Qcrmanfa  el  eslabón  con  que  sacan   fuego,  el 
kjador,  como  quien  dice. 
Hiif-ar,  en  caló  jergal  calentar,  poner  rufo. 
At*i*iifni*,  en  niul.  dar  arrufo  ó  encorvadura  al   buque.   No 
i«  parrntescocon  término  náutico  alf^uno  en  las  demás  lenguaSj 
lo  que  debe  ser  español  de  origen;  en  cambio  hay  otros  vocablos 
tentados  en  dtas,  que  nada  tienen  de  náuticos,   pero  que  en- 
.  la  idea  de  ahuecar:  iL  arruffare  revolverle  el  cabt:llo,  embro- 
I  y  enredárselo,  rufTa  barullo  y  gentío^  pg.  arrufar  arrugar  ó 
ry  ahuecar,  caL  arrufar  tizar,  DJjose  del  ruf-Of  de  cabello  royo, 
ísudc  ser  ensortijado. 

£n  Aslur.  gallear  mucho,  subirse  á  la  pana  y  en  Baena  (288) 

►r  frundr  el  ceflo,  regañar,  y  poner  algo  encarnado,  y  e»  la  pil- 

ySn  acepción,  de  la  cual  sale  la  de  envanecerse,  entobcrbeccrae, 

del  rufo  y  rufián. 

Rtfitx.  embravecerse,  enojarse  á  lo  ruf-o.  Hít*  1409:  E  porque 

r Señora  vos  tanto  amibstcs  /  por  lo  que  yo  desvalí  \í^tXi  moi^ 


OrIOCK  y  vida  DEl  LCNUUA]K 


stes.  Todavía  se  usa  en  Venezuela.   En  gall.  envaneoerseí  y 
do  animado,  dispuesto  por  rivalidad  ó   enojo   ó  ánimo  pim 
índer  algo. 
ipruf-aclo,  como  los  rufos,  de  genio  quisquilloso  y  enoja- 

,  de  donde  de  las  narices  enojadizas  y  Furiosas,  j.  Enc.  170:  Un  ^^ 

ón  muy  repicado  /  y  arrufado.  Id.  Canc.  f.  3Q:  Cantemos  á  su^^^ 

)res,  /mientras  mis  cabras  chapadas  /  las  narices  arrufadas  /  paceau^j 

yerbas  y  flores. 

En  Astur.  fachendoso,  levantisco,  provocador. 

ArFu£-o,  posv.  de  arruf-ar,  en  náut.  curvatura  de  cintas,  S^^i- 
mes,  bordas  y  cubiertas  del  buque. 

Art-ufu-dui'a,  arrufo. 

A-rrufadía,  engreimiento,  propio  de!  arrufad-o.  Part  jtñf. 
2,5,5:  Si  alguno  fíciese  contra  lo  que  aquesta  ley  dice,  por  arrufac::J£( 
ó  por  desentendimiento,  débele  el  rey  dar  pena. 

Ruf-iáii,  de  ruf-o,  como  barb-ián  de  barba,  y  la  idea  es    k 
misma,  de  hombre  barbudo,  royo,  que  suelen  ser  de  malas  pulgs& 
Es  el  valentón  y  que  anda  con  las  mujeres  de  la  vida,  apoyándolas 
y  valiéndose  de  ellas  para  vivir.  Ccrv.  El  ruñan  dichoso.  El  rufián 
viudo.  Rufiana  es  la  alcahueta  ó  tercera. 

Almuerza  con  rufián,  come  con  carpintero  y  cena  con  n- 
cuero.  (Dícese  también  por  infinitivo:  «Almorzar  con  rufián,  comer 
con  carpintero,  cenar  con  recuero>).  c.  46. 

Como  rufián  en  corte,  del  acobardado  en  algún  sitio. 

Kufíuii-cillo,  dimin.  de  rufián,  el  poco  apreciado. 

Rufian-azo«  gran  rufián.  Selvag.  63:  ¿Rufianazo?  bellaca» 
toma.  J.  Pin.  Agr.  23,26:  Por  andar  so  las  alas  de  nifianazos  acu- 
chilladizos, que  tengan  fama  de  valientes. 

Kuíiaii-ct*iaj  alcahuetería,  modo  de  ser  de  rufian-es. 

Rufían-esco,  adj.  lo  que  toca  á  los  rufian-es.  Covarr. 

Rufíanesc-a,  de  rufianesc-o,  como  soldadesc-a,  lavidí  de 
los  rufianes  y  su  conjunto  y  sociedad.  CxBR.p.  25:  Para  quien  hi 
vivido  á  la  rufianesca.  J.  Pin.  Agr,  5,10:  Menos  dados  á  la  m- 
fianesca. 

Rufiau-at*,  alcahuetear  como  rufián  ó  rufiana.  Nebrua. 

A-rruüan-ar,  vivlt  como  rufián.  Intrans.  y  reftex.  (TkMr* 


94.  (ícrretir.  A23 


it7\).  G'.'EV.  Metí.  Corte  U:  Eslán  aIIeg:ados,  por  mejor  decir,  arru- 

inndas  con  tina  cortesana, 

Arrufiau-ndo,  lo  como  rufián.  Lh.  y  Ros.  62:  Arrufia- 

;  paUbras  y  fieros  hinchados.  Quüv.  baUe  4:   Arriinanada   de 

OuE\'.  Aviso  privad,  S:  Moíos  incjiíietos,  bulliciosos,  revoU 

,  acuchilb dores  y  aun  arrufianados  no  los  debe  recibir,   ni   en 

compaAIa  tener. 

Rostir,  como  rustir,  del  germánico  cocer.  T.  Naharr,  1.323: 
I  tienes  una  cAÍdcrn,  ^  ponía  con  agua  á  rostir. 
Rustir,  en  Arayón  roer,  ó  también  rustrir,  en  Asturias  tostir 
[y  mascarlo  duro  y  tostado,   en   la  Li lera  asar.   Del  ant.  al., 
9,  al  rdítert,  it.  arroíllre,  fr.  rólir,  cal.  rostir,  prov.  raustir. 
Rostr-izo,  eti  la  Rioja  lechoiicillo^  Je  rostirj  como  tostón  de 
ar. 

;  94.    Derrellr.  Según  kírting,  de  detáro,  líríre  desmenuzar; 
mi  la  /  inicia!  ss  hace  jamás  d  al  pasar  al  caslcllano^  ni  la  r  suave 
I  kicc  rr  fuerte,  ni  de  la  idea  de  desmenuzar  puede  irse  á  la  de  de- 
¡r,  pues  derretir  no  es  un  desmenuzar  ni  el   desmenuzar   es  un 
Ür  en  ningún  sentido.  En  fin  ífTfre  hubiera  dado  tcrcr  como 
tt  dio  Iccf;  y  de  terer  á  derretir  hay  buena  pieza.  Dcrrciir  es 
ivaáo  áf\  cu^Vzro  erre  i]ntmar,  ó  erre-íu,  erre-ti,  y  la  jire- 
I  dé-.  Solo  en  castellano,  y  en  et  pg.  derreter.  Y  efectiva- 
ile  «i  la  explicación  que  da  DIcü,  dice  Cuervo,  sacando  nueslro 
f  bo  del  latino  delerere  gastar,  majar,  se  opone  el   hecho  de  ser 
común  en  el  periodo  antecUsico  y  acaso  wás  antiguo  el  simple 
ir».  Este  ret-ir  viene  de  erret-a.  P.  Guím.  Ciar.  var.  234:  E  tra- 
jo oro  retido.  Baena  p.  1 58:  Si  el  sol  rrelierc  el  plomo.  Mont, 
l,2f\b'.  Et  si  non,  tomen  unto  añejo  de  puerco,  el  rétinlo  et , 
enlo.J.  Man.  Ca7a    1 1:  Que  sea  retida  en  el   rábano.  Cron, 
I.  I|6S:  E  ritió  Upeiu 
Ttans.  liquidjy  por  el  calor  lo  sólido.  Qai/.  1,2:   Derretirle  los 
s.  Hejir.  Agr.  5,3:  En  el  cstfo  con  el  sol  son  muy  calientes  (las 
nenas  de  barro)  y  derriten  la  miel  con  su  ardor,  td.  5,40:  HanU 
[derreUr  (la  manteca)  sobre  el  fuego.  Lazar,  I:  Al  calor  della 
I  en  derretida  la  cera.  G.  Alf.  2,1,7:  Riguroso  sol  que  tuesta 
lies»  abrasa  las  piedras  y  derrite  los  metales. 


424  Okiocn  y  vida  orL  lenquaje 


Deshacer,  disolver,  aun  sin  fuego.  Laguna  Diosa.  5,96:  DerreÜdi 
toda  ia  sal  en  el  agua.  Cacer.  ps.  125:  De  la  manera  que  el  viento 
ábrego  derrite  los  hielos. 

Metaf.  Cabr.  p.  363:  Calor  que  te  derrita.  J.  Pin,  Agr.  6,18: 
Que  las  casas  de  sus  moradas  derriten  santidad.  Qucv.  Cana  y  sqij 
Me  miraran  tus  ojos,  que  tantos  corazones  han  derretido. 

Llorar,  cual  si  la  persona  se  liquidase  toda,  en.  Roa  Vid. 
Sancha  2,3:  Era  su  pecho  una  fragua  de  amor  divino,  y  salían  In 
palabras  como  saetas  de  fuego,  que  penetraban  y  encendían  la 
almas,  y  aun  derretían  los  ojos  en  lágrimas. 

Beflex.  liquidarse  por  e!  calor,  Mariana  //.  E.  3,18:  Por  derre- 
tirse las  nieves  con  la  templanza  de  la  primavera.  Oran.  Orac.  I, 
mart  noche:  Una  imagen  de  cera  muy  ricamente  labrada,  si  estu- 
viese puesta  al  sol,  donde  así  como  se  derritiese  la  cera.  Cacer. /is. 
74:  Derretiráse  la  tierra  con  el  fuego  del  juicio. 

Deshacerse  ó  resolverse  aun  sin  fuego.  Qaij.  2,17:  Se  me  derri- 
ten los  sesos.  Valderr.  Ej.  Viern.  3  dom.  ctiar,:  Como  se  derriten 
las  nieves  de  los  montes.  Herr.  Agr.  4,3:  El  agua  que  se  derrite  de 
nieves  ó  hielos.  Cabr.  p.  325:  Cuando  corren  las  lluvias  y  se  derri- 
ten las  nieves.  Palma  V.  G.  Palm.  p.  93:  Derritiéndose  aquella 
reuma,  le  sobrevino  un  dolor  de  costado. 

En.  Lñóujob  26:  Ordenó  Dios  que  el  agua  subiese  en  altoyse 
espesase  en  nubes  encima  del  aire  y  se  derritiese  otra  vez  en  ellas  y 
cayese  hecha  lluvia.  Valderr.  Ej.  Fer.  6  Ceniz.:  Y  si  todas  lasnie 
ves  y  cristales  se  derriten  y  convierten  en  agua. 

Metaf.  de  los  fuertes  afectos,  mayormente  del  amor,  que  se  com- 
para al  fuego,  y  del  contento  que  ensancha.  //.  /re¿'.;  Vierten  azoga* 
los  pies,  /  derrítese  la  persona.  Euq.  Salaz.  C.  1:  Andan  galane^ 
sin  número  en  esta  corte,  hechos  enjundias  de  amor,  derritiendo^^ 
por  cualquier  parte.  Valderr.  EJ.  Fer.  2  dom.  pas.:  Así  com^ 
aquella  cera  se  derrite  sin  resistencia,  así  el  duro  corazón  de  quie^ 
ama  se  derrite  prestamente  al  fuego  de  su  voluntad.  Cacer.  ps.  21 
Es  tanta  la  congoja,  que  se  me  derrite  el  corazón.  Rivad.  Ep{f,:  VTt0 
devoción  tierna  y  ternura  devota,  con  que  sus  almas  se  derretíais 
como  incienso  en  la  consideración  de  aquel  misterio.  Oran.  Oraff' 
3, 1 1 :  Mi  ánima  se  derritió  después  que  oyó  la  voz  de  su  ainado.  íá^ 


94.  derretir. 


425 


.14,6:  Pues  ¿cómo  no  se  dcititen  nueslras  eiilrañas 


rñN  Cant.  4,9:  Derrelidas  sus  almas  de  amor.  Avila  Ep. 
líesad  y  comiiIgaJ,  y  llegándoos  al  Señor,  sentiréis  derre- 
ánima  de  suave  dulzor.  Rivad.  Virg.:  Encendida  de 
btjda  de  deseo  de  verle. 

Serm.  Pent.:  Con  esia  consideración  ¿quién    no  se 

'  en  amor?  J.  Pin.  Agr.  23,33:  Derrílense  h)s  buenos  eti 

¡idenar  sus  defectos  y  se  esfuerzan  á  los  cninendar,  y  en 

ir  las  viríiides  y  se  nniínan  4  las  seguir, 
ñticho,  como  deshacerse  en  ligrimas,  ert.  Roa  Sancha  1 ,2: 
ttpmaiKÓ  él  á  hablar,  comenzó  ella  á  derretirse  en  lágrí- 
^A^.  3,8:  U  dio  sepultura  derretido  en  Ugrimas.  Ca- 
'! :  E-Moy  derretido  y  deshecho  en  lágrimas. J.  Pin.  Agr.  1 ,30: 
|_cn  lágrimas  y  quedaban  itvortecinos  (los  contemplativos). 
,  1:  Mas  ¡qué  vale  el  fener^  si  derritiendo  /  me  estoy  en 


U  de,  en  amor.  Oran,  Simb.  4,  d.  7,  2."  pte.:  Allí  se 
amor  de  quien   tanto  bien  Ic  mereció.  Id.  Mem,  19: 

I  este  fuego  de  íal  manera,  que  ardan  y  se  derritan  todas 
i  en  amor.  León  Cani.  -1,9:  Derretidas  sus  almas  de 
laiebnn  con  EL 

'  de  gozo.  J.  Pin.  Agr.  23, 1 G:  Y  si  la  veen  caer  en  el 
Has  se  derriten  de  gozo. 

se  en  llanto,  en  lágrimas,  J,  Pin.  Agr.  4,4:  Con  to  cual 
Ébrió  de  lulo  y  se  derretía  en  lUnío.  L^on  Job  16;  El 
Id  corazón^  qwc  se  derrite   en  lágrimas  cuando  esti 


rse  en  voces.  J.  Pin.  Agr.  4,5:  Y  por  quince  días  parece 

Íctido  en  voces  sin  jamás  callar  (el  ruiseftor). 
Uá  como  una  cera,  como  la  manteca,  como  el  plomo. 
tt^ido.  Es  muy  derretido.  (Porque  los  porlugiieses  son 
muy  enamorados^  y  de  aquí  los  llaman  derretidos  y  se- 
K"  Viya  y  matraca,  porque  se  derriten  con  el  amor  como 
gebo  con  el  fuego  y  calor),  c.  530.  Pk.fust.  4,3:  Daban  en 
enamorad  i  si  m  os  y  derretidos.  Lora  Marg.  Nav.  1: 


ane  cnaint 


426  Origen  v  vida  0|u.<uenouaje 


¿Sois  acaso  portugués?  /  Que  solo  á  los  portugueses  /  púa  den» 
tirse,  amor  /  les  dá  término  tan  breve.  /  ¿Cómo  os  derretís  así? 

Derpeti-miento,  de  derreti-r.  Metaf.  amor  vehemente. 

Erpaj,  arraj,  carbón  de  cuesco  de  aceituna;  es  el  euskarp 
arrats,  el  quemado.  El  vocablo  arábigo  de  donde  lo  trae  Co\'am> 
bias,  solo  vale  de  vil,  bajo  precio,  barato.  Zabaleta  Diaf.  EstraÚK 
Un  brasero....  lleno  de  errax  encendido.  Quev.  rom.  76:  Y  en  el  b» 
sero  de  errax,  /  desde  su  casa  se  quema. 

95.     Habéis  reparado  en  el  que  está  furioso  y  fuertemente  eniK 
jado?  No  habréis  sentido  el  ardor  que  le  quema  las  entrañas;  per» 
lo  que  primero  se  os  habrá  venido  á  los  ojos  habrá  sido  sin  duda  li 
asquerosa  baba  que  le  cuelga  y  se  le  va  de  la  boca,  como  á  perrt 
rabioso.  La  buena  educación  ha  limpiado  las  barbas  de  los  furiosos^ 
en  cierto  linaje  de  gentes;  pero  recordad  que  en  los  tiempos  aquelloi 
de  que  hablamos  no  se  gastaban  guantes  ni  pañuelos,  ni  educaciiif 
ni  disimulos,  y  si  aun  hoy  en  día  las  tías  del  barrio  babean  sin  min- 
miento,  cuando  les  toma  la  cólera  y  echan  sapos  y  culebras  por  estt 
bocas,  bien  podemos  ñgurarnos  que  las  tías  de  entonces,  las  suegni 
y  nueras,  en  particular,  cuando  andaban  envedijadas  á  la  greña,  de^ 
babarían  las  unas  contra  las  otras  espadañadas  de  bascosidad  i. 
vueltas  de  palabrazas  de  á  tres  varas.  Ni  se  escame  el  lector  de  tant» 
horruras  como  le  hago  leer,  porque  he  querido  prácticamente  ht- 
cerle  saborear  la  cosa  y  como  sentirla,  cual  si  á  sus  ojos  la  escoia 
aconteciera.  Hay  cosas  que,  si  no  se  tocan  con  las  manos,  ni  se  sien- 
ten ni  se  creen.  La  baba  bien  entenderá  ahora  que  pudo  decine 
er-de,  ó  acción  de  encolerizarse  y  estar  enojado  en  ¡err!  El  baboso 
erde-zu.  ¿En  qué  otra  ocasión,  sino,  iba  á  andar  babeando  Adán,  6 
sus  hijos?  El  desprecio  y  el  asco  hacen  caer  la  baba,  un  hilillo  por  el 
labio  inferior  izquierdo,  por  abajarse  éste  entreabriéndose  la  boai, 
como  saben  los  fisonomistas:  su  expresión  es  el  diminutivo  erde-iñrtt, 
-u  el  que  tiene,  -iñ  diminutivo.  Véase  si  hay  pintor  semejante  al  eu^ 
kera.  Despreciar,  asquear  de  algo,  tener  eno]o,  es  erdeiñu-egin^ 
erdeiña-tu,  asqueroso  y  enojoso  erdeiña-garrl. 

Cuando  oinios  hablar  en  lengua  extraña  y  desconocida,  se  IKS 
figura  que  más  que  hablar,  babosean,  mascullan,  hacen  feos  visajei 
£so  es  lo  que  encierra  la  etimología  de  barbaras,  pdp-pa<>-o<,  bebno 


90.  trF,  ertía,  cusk. 


■  6  bis  6  ghUeg  balbus,  balbulien?,  arnh.  gUHéj  barbaniBr 

mletchfta  (y.  Lew-BiNü,  La  LinguisL  dévoilée  37 i)*  El 

de  tubbr  extraño  é  ininteligible  s€  dice  erde-ra  ó  erdo^rút 

nlc  que  llevi  á,  ó  manera  de  b»bo^ar  y  tlcspcrlar  asco  y 

iy.  era  y  ara).  Este  nombre  se  da  en  general  á  todas  Lis  ha* 

|<iuc  no  son  el  cuskera,  erd-aldun  es  el  que  habla  lengua  cx- 

como  eshu-aldun  el  que  se  expresa  con  propiedad^  el  que 

eti«kera. 

todavía  en  lo  subjetivo^  en  la  tnisma  boca  podemos  ver  ese  m<y- 

alo  ó  meneo  fuerte  err.  Charlar  es  menear  así,  desapoderada- 

Ib  sin  hueso  y  dijose  err-an,  en  continuo  err.  Acción  de 

:6  charla  erra-te  ó  erra-i-te,  ite  hacer  erra,  dicho  erra-pen, 

6  refrán  trran-kizttti,  dicharacho  erran-kerl,  habladurías 

^m-arran-ckf  con  m  de  repelición,  charlatán  ó  dicharachero- 

e,  de  i-Ie  el  que  hace. 


Oyese  im  liro,  y  de  una  higuera  cercana  deírás  de  la  tapia- 
I  vuelo  una  bandada  de  gorriones:  ¡ errrrrr f  o\go  qwc  dicen 
muchaclios  que  pasaban  á  la  sazón.  He  aquí  la  r  íuc-Ac,  el 
fuerte  de  Is  lengua^  como  expresión  natural  del  movimiento- 
mirando  A  lo  objetivo.  Los  muchachos  no  saben  lo  que  m 
pero  mintieron  el  revuelo  de  los  gorriones  y  pusiéronse  sini 
á  nebulhrse,  á  revolar  como  podían,  dieron  un  brinco,  loa 
í  se  les  fueron  Iras  los  pájaros,  desatóse  la  :>in  hueso,  que  txitn- 
I  como  badajo  de  esquila  produjo  esc  irino  rrrr,  pero  co- 
udo  por  í-,  porque  la  boca  estaba  abierta  normal  nj  en  le.  Nin- 
liexie  aquí  esa  e,  \o  que  suena  propiamente  es  una  r  nuiy 
continuada  y  fuerte,  la  kngua  que  cimbrea  en  una  cai'ídad. 
ordinaria. 

ie  visto  cien  veces  á  las  viejas  en  el  corral  llamar  ásus  gallinjis: 
ptua  echarles  de  comer,  y  siempre  les  lie  oído  articular 
expresión  ¡errrrf  Y  las  gallinas  emprenden  una  corrídíctr 
paloraas  bajan  de  los  tejados  y  acorren  y  se  vienen  y  ro- 
ja la  vieja,  como  si  les  hubiera  hablado  en  su  lengua.  V  tanto 
t  ha  hablado.  Les  ha  dicho  que  corran  ó  vuelen  con  el  mismo 
!  ó  trino  que  solo  saben  ellas,  también  como  la  vieja  y  noso- 
puede  producirse  por  el  fuerte  y  arrebatado  niavimicnlo  de 


428  Oriocn  y  vida  del  tañúi 


•alguna  cosa;  y,  por  apego,  por  influencia  digamos,  sin  quetetfoi 
pretenderlo,  se  han  puesto  en  meneo,  respondiendo  como  i 
una  cuerda  á  otra  que  suena  al  unísono.  Si  las  viejas  hablaran  i  b^ 
iiombre,  le  dijeran  en  tal  caso  e!;  pero  las  gallinas  y  palomas  handl 
■correr  y  volar,  y  les  dice  errr!  La  misma  expresión  gastan,  para  o 
pautarlas  y  desbandarlas,  que  gastaron  los  muchachos  al  ver  1| 
bandada  de  gorriones. 

Pemítascme  asegurar  que  tal  expresión,  conservada  por  tudoí 
siglos,  la  dijeron  los  primeros  hombres.  No  puede  menos,  ya  que  ■ 
es  más  que  un  movimiento  físiológico,  que  menea  como  por  m 
fluencia  del  objeto  la  lengua,  como  menea  todo  el  organismo.  PeM 
además  lo  dice  el  mismo  lenguaje,  pues  el  derivado  ínñnitivo  er-á 
de  ese  errr  vale  correr  hacia,  congregarse,  y  se  dijo  sobretodo  di 
•las  abejas,  que  así  se  congregan  y  acuden  y  se  enraciman  á  la  pi- 
quera y  zumban  en  rrrr.  Er-da  vale,  pues,  congregarse,  correr  U^ 
cia,  venir,  erdu  ven,  erdu-e  venid,  ez  erda  ta  ez  m-erdu  nlfaú 
fa,  erda-tu  lo  mismo,  ala  ikusiko  tuzajende  taila-batzak.,.,  abl^. 
dura-andi-batekin  bekatu  geiago  egiíera  abiatzen  eta  erdatat 
direlo,  así  veréis  unas  personas  groseras  entregarse  á  pecados  mil 
graves  y  encaminarse  ó  acudir  á  ellos  con  gran  presteza.  La  ab^5 
-el  enjambre  se  llamaron  er-k,  el  que  hace  errr!  el  que  se  apelotona 
ce  arracima  y  acude  á  un  sitio  revolando  y  zumbando,  el  zángano 
erl-ero  ó  abeja  loca  ó  suelta,  erla-mando  ó  abeja  macho,  eria-maat, 
erla-nagi)  la  avispa  ería-bi-o,  erla-miñ-o  por  el  dolor  y  picor;  é 
tábano  erle-andi  ó  grande,  erlastar,  el  avispero  erle-ahia,  el  ttar 
gano  y  avispón  erle-alper  ó  perezoso;  el  enjambre  erle-batz  ó  jun- 
ta de  abejas,  ó  erle-kame,  erle-seme  donde  hay  crias,  ó  trk-pM 
arracimamiento  de  abejas,  ó  erle-tegi  lugar  de  las  mismas. 

Donde  mejor  se  echa  de  ver  ese  meneo  fuerte  ¿rr  es  en  d 
arrastrar.  Asi  el  rastro  se  dijo  erra-tza,  mucho  ó  lo  propio  de  «ff» 
aiñ  ariñ  ioan  da  güre-aazoko-tchakurra  eze  eztaa  itchi  erraiza^ 
bere,  ha  ido  tan  ligero  el  perro  de  vuestra  vecindad,  que  nobi 
dejado  ni  rastro.  El  mismo  erratz  fué  el  nombre  de  la  escoba  qw 
asi  arrastra,  y  del  brusco  y  del  codeso  ó  piorno  usado  para  escofciS 
y  del  cesto  de  pescadores  que  sirve  para  llevar  besugo  y  dclt  percta 
■ó  anaquel  colgado  del  techo  para  guardar  quesos,  por  haberse  hecbo 
de  esta  planta. 


r   ru  *c««  « 


Q6.  tnaz  cusk. 


429 


jDe  «le  arrasífar,  errü'Z,  moviendo  así,  significa  rasa  y  entera^ 
e,  es  d«dr,  paiando  d  rasero,  arrasando,  ó  fácilmente,  6  dígase 
pUna,  erras-íisin  dificultad,  erras-ki  económicamente,  ra^nda 
>  quien  dice,  erra-ts  lo  mismo  que  erra-z,  fácilmente  ó  erraZ' 
[6  erraZ'tO,  facilidad  erraz-tasun,  erraz-ttira.  Del  arrastrar  A 
reciamente  err  díjose  erra-da,  donde  hay  ese  movimiento,  y 
rts  con  ras,  arrasar  6  pasar  el  rasero,  emak  burutt,  dukek 
d¿  colmado,  recobrarás  arrasado;  y  al  propio  tiempo  la 
|orra  y  comodidad,  de)  tenderse  arrellanado,  erradan  tarria  esti 
inado.  Errada-ki,  con  lo  que  se  íiace  errada,  es  et  rasero,  el' 
5,  ta  cuchara  para  hacer  zuecos;  errada^fu  alisar,  arrasar  el 
DO  de  la  medida  con  ra$ero,  de  donde  apurar  y  agotiir.  Brraüla 
Fniontrtn  largo  y  fila  de  helécho. 
^Corno  erra-Zf  err-^z  y  sus  variantes  err-ecfi,  err-ekk  vaten 
enle,  ea  decir,  rasando,  moviendo,  al  ras,  de  donde  erre^-i  y 
rf-/a,  por  metáfora  del  pasar  el  rasero,  ahorrar,  moderar,  dome- 
IJ  y  erres-a  el  rasero^  que  tiene  ese  err-ez  ó  moviendo  y  arras- 
ado, A5l  se  enliendc  que  errez-ki  6  erres-ki  valgan  con  facilidad 
IcDo  seguridad,  errez-to  fácilmente,  errez-tasun  facilidad;  lo  mismo 
qoe  erraz-ki,  erraz-to  y  errazfnsun. 

¡^  El  mismo  «rr«-/(?,  escrito  por  Azkue  erres-ta,  vale  rastro,  traza» 
U(rreZ'ten.  Rastro,  traza,  rastrero,  indigente  y  arrastrar  dícense 
wm-tOt  donde  hay  err-ez  moviendo,  rasando;  arnslrando  errestO' 
erres-tan,  arraslrar  errest-arazi,  reptil  errest-ari,  reptar  6 
irse  i  rastras  errcsfa-fü,  viriila  erres-U-ka,  con  ti  acorriente  de 
Qk  ó  rcsací  erresaí,  de  ui  ola,  porque  arrastra,  resaca  6 
ente  erresa-ka,  á  priesa  y  como  arnislrando  también  erresa-ka, 
resaka-n,  prendas  y  |Mn  grosero  como  casa  rastieía  err-eSt 
líente  de  err-ez,  del  arrasliar,  erresa-tu  dar  prenda,  errecha 
hura  interior  de  la  castaña,  erres-ka-da  hilera,  carrera  en  la 
nu,  errez-ka  i  continuación,  á  la  hila,  errez-ka-da  hilera. 
I  Vemos  confirmado  el  origen  de  rasar,  rastro  ó  rasEo,  arraslrar 
star,  que  trajimos  de  arra-Zf  voz  que  empareja  con  err-az, 
c,  pttes  ambas  se  dijeron  del  movimiento,  aunque  arra-z  es  á  lo 
,  coa  la  palma  de  la  mano,  y  erraz,  trrez  mas  en  general. 
3,  fila  de  cosas,  hilera.  ¿Cómo  se  hacer?  ¿Pues  haciendo  mo- 
I  ó  6rr,  moviéndose  el  yuntero  con  su  par,  ú  recorriendo  con 


430  OrIUCN  V  VIDA  DBL  ! 


Jos  ojos  la  serie  de  cosas,  en  una  palabra,  haciendo  movímienlD^ 
eso  no  pudo  llamarse  más  que  erre-ka  ó  er-ka,  tresnok  bazÜnai 
tzak  erreken-egiteko  las  herramientas  tenían  púas  pan  hacer 
es  decir,  para  hacer  err.  Erreka  vale  además  rastro,  traza,  álveo 
arroyo  ó  de  río,  y  arroyo,  torrente,  regato,  río,  raya  ó  ranura 
grano  de  trigo  ó  del  peinado,  huera:  porque  eso  es  hacer  err^  sui 
hacer  rastro  y  regata.  Erre-gu,  adj.,  es  el  andrajo  que  cuelga  con 
dejando  rastro  y  traza,  y  cualquier  trasto,  errega-ta  rebanada, 
errego-ta.  Erre-erre-ka  es  jugar  á  nueces,  á  dar  una  contra 
donde  bien  claro  se  vé  el  valor  de  serie  y  movimiento,  pero 
mayor  intensidad  que  en  era.  Erka-da  es  fila,  de  erka  surco,  lo 
Indica  que  éste  se  llamó  por  la  razón  dicha:  oreiñak  erkadan  ipSk 
rik  iarizen  dirá  los  venados  (al  pasar  el  río)  se  ponen  en  fila;  trk»» 
-me  es  el  ramo,  me  delgado,  erka-ia  es  comparar,  es  decir,  pasar 
vista  en  una  direción  relacionando:  zerekin  erkatako  duketlainkm 
ren-erresuma?  á  qué  podría  comparar  el  reino  de  Dios,  es  dedl 
parear,  poner  en  línea.  La  escoba,  en  cuanto  que  así  recorre  el  sudt 
como  surcándolo  erka-tz,  la  del  surcar.  Derecho,  en  fila  es  erke-tz^k 
oveja  ó  cabra  en  celo  erkera  por  seguir  tras...  Comparable  y  comdi 
y  mellizo  er-kide,  kide  con,  comunidad,  trato  social,  Eamíliaridil 
erkide-tasun,  paraje  donde  se  apelotonan  las  truchas,  donde  dq»* 
sitan  la  ova  er-ku,  lo  del  er,  por  iría  dejando  como  en  reguero. 

De  erreka:  erreka-gune  vallecito  ó  cañada,  erreka  io  arruinan^ 
trreka-ño  arroyuelo,  diminutivo,  erreka-ta  arrastrar  el  aguatorrah 
cial  las  tierras,  erreka-ra-ta  llegar  al  torrente,  arruinarse,  errek-artl 
canto  rodado  de  arroyo;  arroyuelo  dícese  erreka<h-ka,  erreka<Mat 
errekach-to,  erreka-tckindor,  erreka-fchiztor,  erreka'Zizior,  ertlh 
ka-zintzur,  errek-illa. 

También  el  surco  y  la  huella  es  erre-i,  lo  de  erre,  tarNifrf 
carril  hecho  por  la  llanta  del  carro.  No  he  sutilizado,  puei,  pn 
analizar  er-ka,  erreka,  que  suena  hacer  ó  andar  al  err,  moviéndov 

97.  Rigare  regar  parece  ser  el  erreka  río;  los  autoras  varfsrttf» 
to  en  señalar  la  etimología,  que  cada  cual  le  da  Is  suya  snponiaril 
que  se  dijo  por  vrígare,  por  mregkare,  etc.  Ir^rigmt,  njfa-fiB  • 
rigu-um,  riga-as  6  ir-rigu-us  que  riega  ó  regado.  En  este  tem  h* 
tino  se  hace  alusión  al  agua  y  al  cauce,  y  esto  úUimo  e»  fc>  qar  fif 


97.  rtgare,  reciprocas,  re-. 


431 


có  propiamente,  pues  cavar  y  arar  son  en  persa  ranjidaa  arem. 

íi  y  ^egi,  rojgí  desgarrar,  romper,  cimr,  rhigaw  cavar,  tallar, 

íírc^rccA-íi  en  lil.  En  norso   raka  raer,  sarciilare, 

;a  ligo,  esp,nla  y  títítíj;  en  aiit.  al  rocAo  i*asTriim.  En 

¡  ranjin  surco  de  ranjldan.  Dificitmentc  puede  separarse  de  aquí 

\e}^n  lluvia  en  ai.,  ant.  oí.  r^giin,  godo  rig-n,  norso  reg-Uf  ngs* 

f-fx,  iri}íl.  rain:  todos  de  iiti  *riíg-na  p;irticipíal  ú  adjetivo,   lo  del 

ir.  De  aqiif  el  arco  iris  en  al,  Regen-bogen,  ant.  al.  rSgamboga, 

raimbow,  ags.  r&gnbogo,  ñor.  regnbogc,  es  decir  arco  de  Ilu- 

■-.  Si  con  estas  voces  hay  que  poner  Ppi/w  humeJecer, 

1  cl  eslavo  vlaga  humor,  vlaúj-iti  humefacere,  es  más  dl- 

\  Ac  üM^^urar. 

'ff«í*prwJi-s  reciproco,  vale  propiaiiicnle  de  atrás  y  aiíeUnle, 
I  i  otro.  En  efecto  pro  adelante,  -cus  adjetivo  -ko,  y  reci-  de  reca- 
>.  hallamos  en  reca-perare  ó  red-pera  rf  rtvobror.  Alrá<r,  otra'  vez 
I  que  significa  r^ctí-.  De  dónde  pudo  deciríc,  sino  del  crreka 
o,  del  cual  se  toma  la  expresión  del  volver  en  muchos  vocablos 
I  el  volver  del  arado  ni  hacerlo?  El  pnriicipio    significará  cl   que 
literaimcnlc  el  que  liacc  surco,  y  cl  verbo  volver  como  al 
rio;  ó  sino  scncilIaiTieTite  del  mover  y  mover,  en   fita  uno  tras 
.  El  particli^io  es  r^c-ens  que  significa  el  qtic  vudve^,  despwé?  et 
recícntc^.acftbadode  venir,  por  acabado  de  volver.  Ambos 
I  seliallan  en  csie  texto  de  Gcerón;  -Verres  cum  e  provincia 
ínvidíaque  ct  infamia  non  rccenti,  sed  vcterc  ac  dlu- 
riret».  Juega  aquí  del  vocablo  rccen^  cl  que  vuelve  y  d 
reden  ll<|pdo.  Lle^r  y  venir  vino  á  signlfícat-  lo  que  pro- 
ule  solo  en  volver  ó  venir  otra  vez.  El  verbo  *rec-ere  no 
en  Urtín,  pero  sí  en  pei^  antiguo,  nl-ra^-atiy  que   suceda,  es 
renga  abajo,  parilrüfam  logré,  vine  á  parar  á,  llegue  junio  á 
if-flCT  yo  vine;  en  persa  moderno  raf-idan  llegar,  como  opuesto 
adán  venir, 

Pero  erre'ka  viene  de  erre,  como  erre-ten,  y  de  ese  errí  salió  la 
sición  rfi-  6  rM-  de  repelici<in  ,  de  volver.  No  pudo  perderse 
len  rh,  y  en  rírf-  debe  ser  un  derivado.  Ré-tro  redro  ó  atrás,  es* 
Biivo  de  r^,  como  en  In-íro,  retro-versum  ó  reírorsam,  de 
w^retro-agney  retrocederé  retroceder»  reir<h\re,  retro-ferre, 
[Con  red-.-  reJ-ire,  red-igere,  red-integrare,  red-oUrtt  red-of 


gaere,  red-undare,  red-dere;  y  por  asimilación  reí-lígto,  ref4 
ret-fuli,  rep-perí. 

98.    Reciente,  de  recentem  recens,  nuevo,  fresco.  Qrm 
y.  52:  Porque  estando  aun  recientes  y  deleznables  las  soidadu 
se  abra  y  afloje  y  haga  agua.  Sotó.  Pind.   1,13:  El  cual  es 
dente  y  su  verdad  tan  llana,  que  además  que  la  califica  ciei 
demo  autor  religioso  gravísimo,  tiene  inmensos  testigos. 

Recién,  adverbio  de  tiempo  antepuesto  á  participios 
1,37:  Mostraba  ser  cristiano  recién  venido  de  tierra  demo 
2,46:  El  amor  recién  venido,  que  hoy  llegó  y  se  va  mañana.  I( 
No  hallaron  en  él  sino  recién  derramada  sangre.  Solis  H,  Me 
En  unos  lugares  recién  conquistados.  Herr.  Agr,  5,3:  Vacas 
paridas.  Gitan.:  Las  pasiones  amorosas  en  los  recién  enamor 

Reciente-mente,  como  recién,  pero  usado  de  | 
Mañero  Pr^.  11:  Si  San  Cipriano  hallara  tan  rédenteme 
sacreditada  la  dodrina  de  Tertuliano. 

Recent^ar,  renovar,  hacer  nuevo  ó  recient-e,  ren* 
ropa  de  cama,  recentar  lienzos  (Tesor.  1671).  Berc.  MiL  28' 
fué  el  su  pleito  en  cabo  recentado. 

Recent-al,  el  cordero  ó  cabrito  recién  nacido,  y 
mente  el  que  nació  pasado  el  tiempo  regular  de  la  paridera. 
Agr.  14,17:  La  leche  de  cabras  nuevas  y  no  muy  recentales  y 
ordeñada.  Id.  5, 11:   De  cabra  nueva,  sana  y  recental.  Q.  Alj. 
Le  darán  un  gentil  recental. 

Recen-cio,  G.  Galán  Exfrem.  46:  Y  aguantal  con  el 
el  recencio  /  de  po  las  mañanas. 

A-ppecent-ar,  volver  de  nuevo,  renovarse.  A,  Alv 
dom.  2  cuar.  c,  8:  Muchos  pecadores  hay  que  de  unos  p 
arrecientan  para  otros,  y  apenas  tienen  acabados  los  unos,  i 
ya  están  aplazando  los  otros. 

Redpo,  y  piedpo,  ant.,  de  r^tro  atrás;  prov.  reiré,  ; 
riere.  G.  Alf.  1,2,6:  Pensé  que  ya  me  llevaba  el  que  á  redro 
Alude  al  rade  retro  Satana,  el  demonio.  L.  Fern.  55:  ¡Riedi 
Satanás! 

.   A  redro  vaya!  Lope  Donair.  Matico,  2:  Sobre  el  diab 
redro  vaya! 


^^^^s. 


rai'i'"  riii; 


133 


>,  ó  a-rriedro»  de  á  y  redro.  Aíex,  40:  Siempre 

icmpre  pierde  pr«.  Quev.  roffi.  67:  Con  su  arríe- 
td.  Tac.  4:  Arredro  vayas,  Satán.  Id.  Jac.  5;  Jayanes'^ 
.  Q.  Benav.  II,  lOQ:  VaJe  arredro.  Corh.  22:  Arrie-' 
j,  fléjame   rezar.  Oalindo  14:  Abrenuncio.  Arredro 
E  para  almy¿n1ar  al  diablo  y  para  desechar. 

desviar,  hacer  volver  atrás,  de  redrno.  Atex.  QOOsj 
bro  por  el  golpe  redrar.  td.  1343:  Rediólo  de  la  rit 
ligero.  Cron.  Fern,  IV,  13:  Fallólo  ende  muy  redra- 
K,  62:  Mancíótos  redrar  deiide,  c  fue  posar  con  su 
ftdo  de  la  villa.  Berc.  Sacrif.  273:  Vidicron  de  la 
rcdrada.  Hita  1303:  Rredrauaa  me  de  sy  como  si 
flW/e  redrar,  hacerle  retroceder. 

r<!4ln-a,  posv.  de  redr-ar  en  Aragón.  Fi*n7ade' 
*ncia.  (ItoRAo). 

I,  dimin.  de  redrOi  y  e$  el  racimíllo  que  dejan  atrM 
es;  ó  la  flor  ó  el  fruto  lardfo  que  echan  segunda  vez 
tíi/on;in;  6  el  mucliacho  dcsmcJrado;  metaf.  todo  lo 
icdiado.  Herr.  Agr.  4,33:  Esto  es  cütno  de  las  rosas 
Kas  que  llaman  redrojos.  Id.  1,18:  Y  más  granado,  y 
mo  redrojo  y  vale  poco.  Quev. /".  93:  En  redrojos 
UEDA  II,  98:  Ni  el  redrojo  ni  el  mal  ojo.  L.  Qrac. 
íja  fea  para  el  convenio...,  el  real  malo  á  la  limosna» 
íl  diezmo.  Bibt.  Gatiard.  4,57:  V  Icngole  allí  cocido 
redrojo, 

■u,  como  redroj-o,  Zamora  Mon.  mis/,  ptc.  3,  Pre- 
:j:mo  ba^a  para  convertir  (odas  las  ciruelas  en 


R 


mano  Izquierda.  De  redr-o,  con  el  diminuUvoj 
e  un  *rftr-5nea  de  retr-o.  Díjose  del  esconder  y  g€»- 
{uierda  hacia  airas,  por  ser  la  mano  innoble  con  que 
desechamos.  Mant  Alf.  1,2:  E  como  quiera  que  el 
itetidcra  que  aquella  señal  que  face  es  dessa  noche, 
der  si  ya  en  la  derecha  ó  sí  va  en  la  redniña. 
elo  6  t*c4lo-p«lo  (á,  ai),  á  contrapelo,  de  don* 
contra  lo  nahiralj  violentamente.  D.  Vcoa  Nqc, 


434  OrIOEN  y  VIDA  Mi  i 

N.'*  S°:  Hay  hombre  á  quien  se  la  había  de  quitar  como  á  indigBO, 
al  redropelo.  Id.  Fer.  5  dom.  2  cuan:  Quitarles  al  redropelo  d  la- 
tido. Gitan.:  Privilegio  de  la  hermosura,  que  trae  al  redopelo  7  por 
la  melena  á  sus  pies  á  la  voluntad  más  exenta.  P.  Veqa  ps.  5,  v.  12 
y  13,  d.  4:  Sola  la  muerte  lo  quita  todo  al  ledopelo.  León  PimpoQo: 
En  aquel  día  quitará  al  redropelo  el  Señor  á  las  hijas  de  Sión  el  da- 
pín  que  cruje  de  los  píes.  Cabr.  p.  372:  Entonces  os  desnudarla 
de  las  vuestras  á  redopelo.  Valderrama  Ej.  Ceniz.  2:  Con  qué  vio- 
lencia y  al  redopelo  le  arrebataban  de  todo  esto.  L.  Fern.    146:  Tris- 
quilarás  tú  una  oveja...  /  á  pospelo  y  redopelo?  Corr.  5, 1 0:  Al  redro- 
pelo. (Esto  es,  al  revés:  sacar,  tirar,  volver,  traer).  QuiJ.  212:  Que 
yo  se  las  quitara  al  redropelo  (contra  su  gusto).  Rivad.  Vid.  Cr»  AI 
tiempo  que  se  la  desnudaron  al  redopelo  y  con  gran  fuerza,  le  deso- 
llaron y  renovaron  las  llagas  del  cuerpo. 

Metaf.  riña  entre  muchos. 

Redr(»-suero,  J.  Pin.  Agr.  32,24:  Al  mundo  damos  la  mti 
y  á  la  carne  la  leche,  y  el  suero  dejamos  para  Dios,  y  cuando  cayé- 
remos en  las  manos  del  juez  soberano  y  tremendo,  pagarnos  ha  CM 
el  redrosuero  del  infierno. 

A-ppedpar,  de  redrar;  en  Ast.  arredar  apartar  á  un  lado. 

Jntran.  retroceder.  S.  CorneL:  Se  puso  delante  de  todos  yíoi 
hizo  arredrar  á  fuerza  de  cuchilladas  y  estocadas. 

Trans.  hacer  retroceder,  echar  atrás.  Mariana  H.  E.  10,6:  Am- 
parábale el  conde  don  García  con  su  escudo,  y  con  la  espada  anc- 
draba  y  aún  detuvo  por  buen  espacio  los  moros. 

De,  Cacer.  ps.  34:  Arredrad  de  mí  los  enemigos.  Maruka 
//.  E.  2,Q:  Los  arredraron  de  la  ciudad.  Gran.  Adic.  mtm.  2,13,7: 
¿Cuántas  veces  lo  habréis  ojeado  y  arredrado  de  mf,  para  que  dd 
todo  no  me  tentase?  Id.  16,3:  Llegando  aquella  bestia  fiera  ádaio> 
paz  en  el  rostro,  no  la  arredrasíes  de  vos.  R.  Sons  Arte  1,10:  Dd 
sol  que  nace  del  alto  cielo  para  arredrar  de  nosotros  las  tinieblas  d* 
la  noche.  ].  Pin.  Agr.  16,25:  Como  el  hombre  no  tiene  más  fttO^ 
tades  que  para  atraer  para  sí  ó  que  para  arredrar  de  sf. 

Metaf.  retraer,  amedrentar.  León  Rey.:  La  majestad  y  grandí*- 
no  engendra  afición,  sino  admiración  y  espanto,  y  más  am'edrt  qo* 
allega  ó  atrae.  Valderr.  Fer,  6  dom.  2  cuar.:  Ninguna  con  ta* 
teme  el  león  como  el  fuego,  ni  ninguna  le  arredra  más. 


98.  retaguanUa. 


EON  Padre:  Arredró  della  !a  amargura:  y  violencia  de  aque- 


.  letroceder,  temer.  T.  Iríarte  En,  2;  De  improviso  trémulo 
Tra  cT  /  que  ¡legó  i  pisar  incautamente  /  eníre  ásperos  abrojos 
ra.  L  RuEOA  I,  270;  Arriédratc  lo  que  le  cumple.  Ovinoo 
20,17:  Como  vieron  la  determinación  de  los  espafloles,  se 
y  no  osaron  aíendeilos- 
'ntret.  2:  De  mí  se  ha  arredrado  el  miedo,  y  En  mí  ya  no 
!e.  Qvks.  Adic,  mem.   2,14,7;   Arredraos  y  alejaos  de  mí. 
Del  faligado  Rengo  se  arredraron  /  y  conira  Tucapel 
¡dos  /  las  armas  y  la  gríla  enderezaron, 
temer.  T,  InifttíTr.  Ep,  cr'tt.  pareneL:  Podrá  creerle  hom- 
12  de  arredrarse  ni  por  la  guerrilla  sorda  que  unos  le  hacen. 
Cfit.  2,10:  Aquel  ledn  lau  formidable  á  los  cobardes,  arrc- 
ndrenio. 

RAN.  Esc.  esp.  1 5,2:  Algunos,  avergonzados  con  eslc  juicio 
imicntOf  vinieron  después  á  arredrarse  desle  mal. 
rfkip.  deponente,  el  que  se  aparlaó  se  aparld.  Zamora  Mon. 
2,  Simfr.  3:  V  así  están  arredrados  los  cazadores.  J.   Pin. 
r.  9:  Arredrado  cuanto  sesenta  pasos  de  la  puente.  Valderr. 
dom,  3  atar:  Habían  de  estar  las  casas  de  los  murmura- 
bucn  gobierno  arredradas  de  las  repüblicas.  Oran.  Mem. 
uién  no  vé  cuánto  mayor  (mal)  es  andar  los  hombres  arre- 
de  los  sacramentos?  Berc.  MU.  872:  De  fuera  de  la  villa  rn 
rdla nada/sed ie  unaeglesia  non  mucho  arredrada. 
ktrtdraos  para  qae  os  oiga,  porque  á  paíabras  gordas  tengo 
'^as  sordas.  Lo  mejor  contra  provocaciones  es  desentenderse 


iratey  aílégatc,  (to  que  se  hace  con  mucha  lumbre,  ó 

i70. 

k-^BTuardfif  rcta^^uardlay  de  retro:  cuerpo  de 

rcubredclrás  la  marcha  del  prmcipal.  Tork. /^//.  ffior.  3,14: 

eces  picando  en  la  reUguardía  de  las  cosas  temporales 

[en  e«ia  vida.  Caccr.  ps.  77:  Dtáles  en  la  retaguardia.  Kf- 

r  afrcntosamenle.  Ibales  siempre  picando  en  la  retaguardia. 

9n.got.  t.  I,  año  451:  Dejando  por  retaguardia  un  escua- 

ados  escogidos  que  ascgiiiasc  las  espaldas.  SoLis  //.  MtJ* 


436  Orioen  y  viba  del  lenciuajc 

2,1 4:  Formando  im  cuerpo  de  los  españoles  i  la  vang:uan&  y  oho 
de  los  indios  en  la  retaguardia. 

Ejecutar  la  retaguardia.  Mendoza  Guer.  Gran.  4:  Iba  Reca- 
tando la  retaguardia. 

Picar  la  retaguardia,  irle  á  los  alcances  cuando  se  retín  d 
ejército. 

Reta-hila,  de  retro-hila  ó  hilera,  cosas  unas  detrás  de  otras. 
¡Lfreg.:  Predicador  le  has  vuelto,  y  según  llevas  la  retahila,  no  aca- 
barás tan  presto.  Qucv.  Tac.  3:  Y  citaba  una  retahila  de  médicos- 
Q.  Benav.  1,345:  Señores,  qué  retahiIa!/obra  cortada  tenemos.  Vi- 
LLARROEL  Vida  2Q:  La  retahila  del  abolorio  que  dejamos  atrás. 

Re-  preposición  en  voces  compuestas,   muy  usada  en  cast^* 
llano  y  viviente,  pues  se  puede  añadir  á  cualquier  forma.  Indica  r^s* 
petición  ó  sencillamente  intensidad,  propia  de  la  repetición:  re-alza  ^^i 
re-ata,  re-baño,  re-bien,  re-bullir,  re-bultado,  re-buznar,  re-cámar^*i 
re-cambio,  re-catar,  re-celar,  re-cobrar,  re-coger,  re-nó,  etc. 

99.  JSrre,  en  castellano  vale  insistencia  y  pertinacia,  como  ^=1 
re-  latino;  pero  si  influyó  esta  voz  en  la  castellana,  su  e-  índica  s^r 
el  ¡erre!  euskérico,  erre-erre-ka  dar  una  nuez  con  otra,  muct» « 
meneo,  repetición.  Es  expresión  antiquísima  en  España  y  exclusi\^ai 
de  ella. 

Erre  (Esta  palabra  sola  sirve  de  refrán   variable  y  frase,  y  CS 
el  nombre  de  la  rr,  y  es  la  causa  la  partícula  rre:  de  que  usa  muclio 
la  lengua  castellana  en  composión  para  dar  más  fuerza  á  las  palabras* 
porque  significa  muy  mucho,  muchas  veces;  como  en  digo  redigo: 
bueno  rebueno:  quiero  requiero:  no  quiero,  no  requiero,   renoqui«- 
ro:  digo  y  redigo  que  no,  y  no,  y  no,  y  reno  con  muchas  erres:  r»0 
quiere  Marcos  que  se  tope,  ó  loque,  su  mujer  á  papos,  y  ella  que     * 
repapos  se  tocaría:  tal  es  su  fuerza  en  composición;  de  aquf  ssüc 
tomar  el  nombre  erre  solo  á  muchos  propósitos  denotando  firmen*! 
constancia  y  firmeza,  y  porfía  afirmando  ó  negando;  con  ejemplo® 
se  hará  má  claro:  Erre  Erre  dice  Erre  de  no;  i  llamarle  y  él  erre:     ^ 
que  está  duro  en  sus  treces:  Estoy  erre  todos  los  días  en  la  lid^n' 
asisto  con  puntualidad:  fulano  siempre  dice  erre  erre  al  oficio,  4^^ 
es  sin  fallar  de  él  día),  c.  535. 

También  se  dice  del  borracho  que  cuanto  pronuncia  son  errcA 


CO.  ene,  r<^úr. 


437 


serd  sonido  dd  movimícnlo.  que  se  le  va  la  sin  hueso,  como 
c  van  los  pies.  Quev.  Or/.  c.  I:  La  voz  bebida,  las  palabras 
a,  /  y  hasta  los  moros  se  volvieron  Fierres.  Esteban.  3:  Me  dijo 

de  vaguidos  de  cabwa  y  de  abundancia  de  erres. 
Erre  á  trrt»  perlinazuienle.  Qaev.  rom.  82;  Erre  á  erre  peleaba. 
firrí^tííírre,  pertinacia.  DEjele  eslo,  y  él   erre  que  erre,  no 
caso.  QuEv.  C.  át  c:  Dice  que  se  está  erre  que  erre  todo 

V  asi  se  e?liivjerün  erre  que  erre  muclios  dias^  hasíaque. 

Está  erre;  está  par  erre.  (Toios  estos  por  borracho),  c.  533, 
£stor  como  el  que  tropieza  con  tas  erres,  que  ha  empinado  de- 
sitdo  y  se  le  traba  h  lengua  al  articular  la  r. 
Estar  erre,  (Por  estar  puntual  y  5rme  en  lo  que  ha  de  hacer  y 
f  borracho),  c.  533. 

•« /fCcAa  f/Tf,  persistir  J.   Pin,  Agf.   8,13:   Con  andar 
picando  y  salpicando  de  uno  en  otro,  él  se  está  hecho  erre 
iteileando  aquel  pavo. 

Hacer  erres,  (Los  que  se  emborrachan),  c.  629. 
Tropezar  en  las  erres,  esíar  lomado  del  vino, 
lleoe,  d  tiiskaro  errez.  Vald.  OÍal.  kng.:  De  raez   hacemos 
que  vale  lanío  como  facil^  y  está  celebrado  en  el  refrán   que 
:  Huésped  que  se  convida,  rece  es  de  liarUr. 
Re»acaj  del  euskaro  erresaka  y  vale  lo   mismo.   Meno,  G. 
.  3:  Las  resacas  de  la  mar  que  en  MAIaga  estorban  á  veces  el 
r.  Bibi  Gatiard,  «tJQQ:  La  resaca  se  lo  lleva /y  la  ola  lo  lor- 
'.  VcQA  Dis^.  Fcr.  2  doni.  3  caar.:  Con  la  resaca  del  mar. 
o,  surco,  cauce  en  aní.  casi,  y  en  Asturias  y  Gahcia,  regos, 
cnlre  los  sembrados  en  Galicia.  El  errcka  cuskérico,  Dona- 
i  la  Igl.  de  Barcelona  año  914:  In  aquis  aquarura   in   regó  et 

regó  et  subliis  regó. 
Do-ri*e{^-ar,  en  Galicia  abrir  con  el  arado  los  surcos  que 
quedar  siempre  en  los  sembrados.  De  reg-o. 

int.  de  rcK-o,  ó  cauce  mayor.  HrRR.  Agr.  4,32: 

cho  rcgonei  en  el  invicj  no  y  dcjaJu  cieno, 

Ítc|pi-epa,  de  reR-o;  (ajea  en  la  tierra  para  regar  la  era  ó 

de  plantas.  Qrac.  Aíor.  f.  62:  Como  viniesen  los  que  fueron 

i  buscaríe,  h.ilUronlc  «cando  agua  de  las  re^ucfa*-  Sant. 

-,  14,1;  Disponer  bien  la  tierra,  cclur  en  buena  suóo  lase- 


438 


OStOCN  Y  VIDA  Ott    LCNUUAJfc 


tniila:  y  sí  es  de  riego,  encaminarle  por  sus  regueras  el  agua.  He 
Agr,  1(25:  Ningima  cosa  de  reguera  es  de  tanto  vigor  7  fuerza,  como' 
lo  de  lugares  secos.  Cacer.  ps.  64:  Llenad,  señor,  los  sn'-^ 
güeras  de  la  tierra  sembrada.  VALDtRRAMA  Ej.  Dom.  4  lj^.  : 
d  acequia  ó  reguera  por  donde  se  ha  de  comimicar  el  agua 
árboles^  esté  sana. 

Re^u-ero.  arroyueío  que  se  hace  de  algo  líquido,  de  i 
guer-3.  CoRR,  112:  En  el  mes  de  Enero  el  sol  enira  cncadii 
güero.  (Ei  asturiano  y  aragonés  llama  reguero  al  arroyo  y  valle  liD 
do).  Vakr.  Wst.  1,4,4:  Por  ambas  parles,  se^^ún  cuentan  hshístj 
rías,  dicen  que  corrían  regueros  de  saiigie  sobre  la  tierra.  Ht 
Eneid.  8.  f.  1 89;  Ya  el  derretido  /  eobre  por  los  regueros  va  conia 
do,  /  ya  el  rojo  oro,  ya  el  llagador  hierro  /  se  ablanda  y  se  regala  i 
la  ancha  fragua.  Cacer.  p5.  64;  De  las  cabanas  de  los  pasíores 
drán  rigueros  de  la  mucha  leche  que  sobra  y  se  derrama.  Cabr. 
424:  Eran  tantas  sus  lágrimas,  que  habían  hecho  canales  y  r^c 
en  sus  mejillas. 

Kaj*^ua.  hoyo  en  la  ferrería,  es  decir  regata  para  la  fudidj 
parece  de  origen  provenzal,  de  regua,  del  crreka. 

Rng^u-ap,  cocer  la  vena,  de  rag«-a. 

Kag;u-eraj  por  reguera,  comoragita  por  regua.  BibiGúlta^ 
1,617:  Acerca  de  una  raguera  /  el  alférez  queuó. 

Reglar.  Cualquiera  diría  que  de  r^glJre;  pero  no  lo  dir 
que  sepa  que  la  fonétícs  de  la  evolución  la  ti  no -castellana  ha  deaj 
carse  á  este  verbo,  pues  es  tan  vulgar  y  del  campo  que  jamis 
vieron  otro  los  campesinos.  Ahora  bien,  las  suaves  g,  d  prclón^ 
desaparecen  al  pasar  la  voz  lalina  al  casle^ano,  real  de  regale, 
de  ligare^  freír  de  frtgere,  leer  de  leyere;  y  aun  poslóníca  cae  ' 
leaflj  leas  por  analogía  con  leer:   rifare  hubo,  pues  de  dar 
rean,  reas,  reo^  que  nunca  jamás  ficé  castellana  Reg-ar  viene  de  i 
surco  ó  regalo  para  regar,  que  se  dice  en  gallego  y  .h- 
hut>o  de  decirse  en  castellano,  pues  leñemos  los  diminutiva . . 
reg-acho,  reg-ato.  Y  nos  saca  de  toda  duda,  ademis  del  de 
lona,  otro  documento  del  año  Q03,  de  Escalona,  y  otro  de  la  era  < 
El  de  Escalona  trac:  «Suhtus  aulaiium  mauris  cvim  et  S.    Dig 
quac  esl  posila  subtus  regó  de  Cahvarias* .  En  Reichcnau  (s. 
«rige,  riga,  rega*  el  surco  de  viñas,  tierra,  etc.  En  prov.  airtga  ¡t«— J 


,31^ 


j 


icable  por  rígarr,  ant.  aregar  de  rtgo  surco,  llm.  rejo, 
}f  bord.  arrcgue,  delf.  rejo,  reío,  bearn.  arreio»  arreie, 
Lrrco,  alpinés  rié,  ant.  prov.  regua,  arregua,   que  valen 

r^o  d'araire  surco  de  arar,  creslcn  d'uno  regó  caba- 

í  y  el  canee  para  regar,  que  también  es  rcgóu,  rigi>u 
IJ.  reg-olo,  alp.  legoro.  rcgoiiolo,  ant.  prov.  regola,  re- 

:í>Ielto  ríachiu'fo.  f:n  casi,  ragua  el  hoyo  de  ta  ferrería  ó 
fundidón,  raguar  cticer  la  vena,  y  parecen  venir  del 
h  asturiano  regó  surco,  regu-círx  cañada  pequeña,  re- 
fo,  rcg3-to  nrroytieío;  en   gallego   regó  canee,  raudal, 

cnlre  lo5  semSrnd  is,  de-rregar  abrir  con  el  arado  los 
ebcn  quedar  siempre  en  los  sembrados  de  trigo.  Regar 
.yesledel  cu&karo  crieka  surco,  barranca,  arroyo. 
'egar  del  tiacr  el  campe  iino  el  agna  por  regatos  y   sur- 

>  que  rcalui?nlc  Iiicc;  el  riego  dd  cielo  es  mclafórico. 

se  explica  la  c  que  liay  por  g  en  algunas  formas. 
Ir,  rccacliar,  etc.  que  no  pueden  venir  de  rigare. 
ente  es  surcar,  de  donde  llevar  el  agua  por  regatos  á  la 
tnefrciarla.  Herr,  Agr.  4,A:  El  agua  de  ríos.  ía  que  viene 
ly  es  muy  buena  para  regar,  salvo  que  dicen  que  cría 
y  el  agiia  para  regar  no  sea  detenida,  ni  corrompida, 

daña  mucho  la  horlaliza  y  aún  casi  todo  lo  que  se  rega- 


ñí esparcir  el  agua  para  refre?^car  el  sutlo  y  el  aire  y 
al  llover  que  betieíicia  las  tierras  y  refresca  el  suelo, 
rrienle-s  que  binan  las  tierras  por  donde  pasan.  A.  Altv. 
'/.  1  c.  §  3:  Los  ríos  con  sus  corrientes  al  paso  rieguen 
do  ellos  pasan.  M.  Viu.eo.  H,  Mí}SC.  1,4:  Ei  la  Mos- 
tío<í,  pues  Li  ricg;in  muchos  y  grandes, 
lis  ligrimas  y  sangre  que  corren  en  abundancia.  Za< 
rst.  pie.  7,  S.  Marcos:  Silta  ta  sangre  por  l;is  venas 
micn/a  i  regar  las  calles.  Cacer.  ps.  67:  Los  pies  del 
con  lágrimas  de  la  M;i:^d.tlena  y  con  sangre  de  Santo 

.V.  de  r>  í;-.ii    \' NtnrRRAMA  EJ.  Fet.  5  dom.  pas.: 
»de  lui  ^ibülcj  L'ciían  d  esticrcol,  sino  luego  le 


áb 


440  Orioen  y  vida  dei  unuuajb 


Metaf.  A.  Alv.  Silv:  Dom.  J  caar.  2  c:  Un  riego  del  alma  queli- 
medra,  la  engruesa  y  hace  dar  á  Dios  fruto  de  precio.  Id.  Afand.2c: 
De  cuyos  divinos  riegos  ella  simpre  se  cebaba. 

Re^a-nt-io,  de  rega-nt-e,  rega-r.  Planta  que  lia  dé  regañe 
artificialmente,  como  regadío.  Herr.  Agr.  1,26:  (Lino)  que  porque 
se  riega,  llaman  regantío. 

Rc^ad-io,  tierra  de  riego  artíñcial,  de  regad-o.  J.  Pin.  Agr. 
4,5:  Animaos,  señores,  que  ya  entramos  por  los  regadíos,  donde 
refrescareis  los  pulsos  con  aguas  frías.  Torr.  FU,  mor.  1 7,2:  Pero 
como  las  más  mujeres  son  malcontentadízas,  dice  la  divina  escri- 
tura que  pidió  á  su  padre  tierra  de  regadfo.  J.  Pin.  Agr.  10,7:  Hasta 
de  ganar  con  el  regadío  del  alameda  que  arriendan.  Zamora  Mon. 
mist.  pte.  3,  Alab.:  Que  las  influencias  sean  benignas,  los  regadíos 
muchos.  Id.  pte.  7,  S.  Marc:  O  tierra  venturosa,  pues  tal  regadío 
recibes,  conviértate  ya  la  maldición  del  primer  Adán.  Herr.  Agr. 
1,18:  De  reguera  ó  regadío.  G.  Alf.  1,2,5:  Ganar  amigos  es  dar 
dinero  á  logro  y  sembrar  en  regadío. 

Reg^ad-izo,  lo  que  puede  regarse.  Bibl.  Amsf.  Gen.  13,10;Ii 
llanura  del  yarden;  que  toda  ella  regadiza:  quae  universa  irrigabatur. 

Reg^a-dera,  reguera  y  vaso  de  lata  ó  cobre  para  regar. 
Pragm.  Tas.  año.  1680,  f.  27:  Cántaros,   rejjaderas,  alquitaras.  ). 
Pin.  Agr.  9,4:  Como  de  acequia  principal  se  derivan  las  regaderas 
de  las  otras  venas.  León  Hijo:  Yo  soy  como  canal  de  agua  perpétuSf 
como  regadera  que  salió  del  río. 

Reg^-al,  en  la  Litera  de  Aragón  la  parte  más  baja  de  los  i^ 
rrenos  que  puede  regarse  cuando  llueve  mucho. 

Reg;-ala,  en  náut.  tablón  que  cubre  las  cabezas  de  los  re\'e3^ 
de  las  ligazones  y  forma  la  parte  superior  de  la  borda;  díjose  ^^ 
poderse  mojar  por  las  olas;  meter  la  regala  debajo  del  agua,  tii.  * 
barse  los  botes  hasta  meter  la  borda  ó  regala  debajo  del  agua. 

So-rreg^ap,  regar  ó  humedecer  un  bancal  el  agua,  tras**^ 
nándose   de  la  reguera  ó  del  bancal  vecino  que  se  está  regaa  ^ 

Rei^-igo,  dimin.  del  antiguo  reg-o,  charquillo  de  agua  d^S' 
nida,  surquillo  como  quien  dice.  Berc.  Sac.  74:  Ca  todos  los  ^ 
gaios  manaban  desse  río. 

En  Álava  la  depresión  del  suelo  á  los  lados  del  camino  qu&  Ai 
de  andar  la  bola  en  el  juego  de  bolos. 


Q9.  regazo. 


441 


n  Salamanca  la  pamplina  (caríofttácea). 
le|cnj-al,  charco,  áe  rcgít\~o.  {Tesar.   I67I).  Aiex.  890: 
so  el  rocío  fecho  un  regaial.  Okac.  Mor.f.  173:  üiego  vemos 
lo  y  fc^jal  del  vino,  Ht\<c.  Duelo  24:  Dabanli  azotadas  con 

clogalcí/cüincnli  por  las  cuestas  de  sangre  rcgaiales. 
ie^'a-cha,  en  Aragón  cauce  angosto  para  regar,  canal  abier- 
r  cl  agua  derrumbada  de  los  montes;  dimin.  -cha,  como  ja,  de 

Íc;ca-cho,  dini.  de  reg-o,  como  regato,  en  Aragón  y  en  hi 
Cang.  de  Ulír.  I.  4,  c.  78.  Usase  en  las  Vascongadas,  Navarra,  etc. 
Iccach-ar,  en  Asturiai  abrirse  el  pan  al  cocer  y  sacar  niudio 
Igas.  Del  formar  regacha  ó  regaña  ó  regato  ó  surco. 
D  gaüU  estirar  y  levantar  el  rabo  ó  la  falda  del  vestido,  rcca- 
I  el  que  abre  las  piernas,  no  abriga  los  pechos^  y  se  eslí  pere- 
nenle  con  oirás  posluras  poco  decentes.  Lo  mismo  en  castelU- 
J.  Enc    12:  No  son  amos  que  se  están  /  recachando  en  Us 

IKacb-atlo,  en  Aragón  como  regacho^  regata,  natural  6 
fen  montes  y  heredades. 
eK^-axo,  aumentativo,  como  re^aclio  y  regato  son  diminu- 
,  d  rcg-o  surco.  Es  el  enfaldo  de  la  saya  que  hace  seno 

ccl  .........  Jesdela  cintura  liasía  la  rodilla.  l\r..  Q^rol.  Com. 

\:  Oirás  estatuas  están  con  sus  criaturas  en  las  faldas  y  regazos, 
10  Á  cuestas.  Ballest,  Eufros,  4,2:  Digo  la  verdad,  que 
.o:nc  lié  que  me  la  arrojó  en  el  regazo.  Qttij.  2,45:  Ella  la 
Icrantada  y  en  cl  trga/o  puesta  la  bolsa. 
La  parte  del  cuerpo  donde  el  regazo  se  forma.  Lis  y  Ros,  1,3: 
i  regado  m.:  la  m;i[aron.  Corn.  Cron.  1,2,65:  Cogióla    en  cl 

y  ta  lialai^aba. 
Áietaf.  A.  Ai.v,Silv.Pabl.  3  c:  En  n*i  regazo  os  llevaré  haciendo 
Cacck.  ps.  142:  Écheme  en  tu  regazo,  Lope  Orcanc.  H,  p. 
:  En  d  regazo  del  afba/eslaba  durmiendo  el  sol.  F.  S.  Mar.  Hist. 
:  No  tenia  más  cama  que  la  que  instiluyá  la  naturale/a  en  los 
anales  regazos  de  la  tierra,  a^z  bliinda  y  suave  para  el  tra- 
^. 

Qogtr,  tomar  en  el  regaza.  Orhejo,  Cron,  I.  1 ,2,^t:  Cogióla 
d  ftf&zo  y  la  halagaba. 


442  OrIUCN  y  vida  del  IJ9IQU«|V 


Criarse  en  el  regazo  de,  Bravo  Benedic.  !8,21:  Criidos  a 

la  su  escuela  y  su  regazo. 

Echarse  en  el  regazo  de,  confiarse. 

Echarse  en  el  regazo  de  Dios.  (Por  dejarle  el  cargo  y  cuenlaeQ 
todo  lo  que  nos  conviene),  c.  537. 

Regaz-ada.  Corr.  220:  No  hay  tal  regazada,  como  la  de 
arada. 

Reg^-ac-it,  de  reg-az-o,  reg-o,  en  su  valor  originario  de 
surco.  Corr.  122:  En  Marzo,  sale  la  hierba  aunque  la  den  con  d 
mazo;  y  en  Abril,  en  cada  regacil, 

Re^az-ap,  como  arregazar,  de  regazK).  Pie.  fast.  2,2,1,2:  Q 
párpado  vuelto  afuera,  que  parecía  saya  de  mezcla  regazada. 

A-rre^az-ap,  recoger  las  faldas  haciendo  rega-zo. 

Trans.  alzar.  Pint.  Potro  p.  29:  Sea  un  refregón  hacia  arrite, 
que  le  arregace  los  labios.  Zabaleta  Dlaf.  1:  Escurre  el  agua  de 
los  bigotes,  arregaza  el  peinador. 

Reflex.  Mirones:  Y  al  quererle  la  otra  responder,  no  quiso 
darle  lugar;  sino  volviéndole  las  ancas,  arregazóse  las  faldas.  Us.y 
Ros.  5,2:  Vieja  escarní  e  nía  da,   arregazada  pasa  el  agua. 

Arre^az-ado,  como  adjetivo,  como  remangado,  lo  do* 
blado  hacia  arriba.  Quev.  Libr.  tod.  eos.:  Arregazados  los  labios. 

Nariz  arregazada,  remangada  de  punta. 

Reg^a-ña,  en  Asturias  surco  divisorio  de  las  nalgas,  ele. 
En  gallego  grieta,  hendedura  larga  y  angosto.  Dimin.  -ña  de  r^-a 

Reg^-au-ai*,  enseñar  el  surco  de  los  dientes  apretados  como 
el  perro  sañudo  ó  el  hombre  enojado,  y  hablar  enojado,  reñir.  Di- 
minutivo de  reg-o,  concretado  aquí  á  los  dientes,  como  regaña  en 
Asturias,  al  sulco  de  las  nalgas;  en  ant.  fr.  recaner,  recaigner,  des- 
pués ricaner  por  contaminación  con  rire,  prov.  regañar.  En  Mingo 
Rebulgo  enseñar  los  dientes.  Oviedo  H.  Ind.  12,10:  El  perro  il 
pié  del  árbol  ladrándole,  y  el  (tigre)  regañando,  mostrando  los  dien- 
tes. J.  Pin.  Agr.  21,6:  Ya  que  ellas  no  nos  oyen  para  que  hayan  de 
regañar.  T.  Naharr.  II,  179:  ¿No  ves  necio,  que  regaña?  Qfl(/.  %70: 
Allí  en  aquel  juego  todos  gruñían,  todos  regañaban  y  lodos  se  nu^ 
decían.  Berc.  Mil.  47 1 :  Vinie  de  mala  guisa,  los  dientes  reganntdoí. 
J.  Pin.  Agr.  23,20:  Dio  sus  ciertos  suspiros  regañando  de  dolor. 

Regañar  en  gall.  aparecer  hendeduras,  rendijas  en  cualqQitf 


99.  regañar. 


443 


Ir^c  el  hollejo  de  la  fruta;  son  otras  concreciones  del  valor 
iiiüvo. 
gal  regañarás.  (Diciendo  «sfo  hacen  cocos  los  muchachos  á 

c.  516. 

Regañar  los  dientes.  LzoH  Job  16,9:  Escupió  y  regañó  contra 
i  dientes.  Id:  Regaña  los  liientes  y  aguza  los  ojos.  Cabr.  p. 
í  Silbaron  y  regañaron  sus  dientes  conü^  ti.  Af.  Revafgo  16: 
fea  las  bocas  rabiando/ de  la  sangre  que  han  bebido/ lo&  col- 
I  regañan  do/ parece  que  no  han  comido. 
^igañar,  regañar,  que  no  se  ¡o  tengo  de  remendar.  (Avísala 
rido  amenazado  y  puesto  pena  que  la  liaiía  tal  cosa  si  no  te 
iba  el  jubón),  c  47Q. 
fRepau-ad o.  como  adjetivo  el  que  rt-gañ-a.  Alex.  I69Q: 
mui  íucríc  los  dientes  regannados.  T.  Nahakr.  I,  137;  La 
ise  vuelve  en  tanto/como  perra  regañada.  Tohr.  Fif.  mor. 
:  De  las  piedras,  unas  son  regaladas  y  dulces,  y  otras  tercas  y 
mas  con  toda  su  braveza  hace  dellas  el  cantero  cuanto 
CoRR.  337:  El  pobre  y  regañido  hidalgo.  Zabaleta  Día  / 
io:  y  i\  dijo  en  tono  regañado;  enire  quien  es.  HirA  H14: 
Itóse  á  la  puerta  tfel  »ldea  nombrada^/  Hsose  como  mucrla,  la 
^rrcgaAada.  Bf.kc  MU.  471:  Vínie  de  mala  guisa,  los  dientes 
dos.  « 
I  SejEorbc  el  que  tiene  los  párpados  vueltos  afucR  se  dice  rc- 


regoñados  mai  se  besan,  c.  293. 
Ojo  rebañado,  en  Ar;ií»ün  ri  sanguinolento  por  los  bordes. 
tecañ-ada,  ciruela  que  se  abre  liasta  descubrir  el    hueso, 
Ipan  que  dfja  abierto  surco  ai  cocerse  por  $1  6  por  la  incisión 
|ae  le  hi7o.  fin  Andalucía  torta  muy  ricfgada  y  recocida. 
tcs^al&n-flEciiU?»  (á),  regañándolos,  de  malagana.  CAcnt. 
I II;  Todo  lo  üeva  1  regañadientes,  juez  div.:C<\r^^t  i   rega- 
s.  Caccr.  ps.  3:  P.iiece  que  anclan  en  todas  sus  cosas  á   re- 
ucnlcs. 

Ic^i^añ-Ot  posv.  de  ri'^ñ-ar,  el  gesto  del  enojado,  la  reprcn- 
,  y  U  parte  del  pan  que  p-ílÁ  tostil.i  del  horno  y  sin  cortera, 
i  hendidura  que  se  hi70  al  cocerse.  Lope  Fern.  Oonz.  V//«  p. 
:  Vndvck»  ojos,  Fenisaycon  menos    rcgaflo.  Q.  A(f.   I^IfS: 


■  \ 
444  OkiUEN  V  VIDA  DCL  LCNOUí 


Que  es  discreción  saber  disimular  lo  que  no  se  puede  remecBír,  Si^ 
ciendo  el  regaño  risa.  Quev.  Libr.  tod.  eos.:  Regaño  de  nttttL 
NiEREMB.  Jaan  del  Castillo:  A  vuelta  de  ellas  decía  cosas  con  gna 
despecho  y  regaño. 

Reg^au-eras,  en  la  Litera  de  Aragón  poner  los  dientes  re- 
gañados, dentera. 

Reg^añ-ón,  el  que  regaña  fácilmente.  P.  Vega  ps.  1,  v.  4, 
d.  4:  Así  parece  que  andan  estos  dos  apellidos  á  una  de  ordinario^ 
viejo  y  regañón.  Rom.  Germ.  p.  270:  Por  mostrarme  /  las  foi^ioaei 
regañonas. 

Viento  desabrido, sobre  todo  el  noroeste  ó  gallego.  Viaje pam,^ 
Que  al  regañón  el  céfiro  le  ahuyenta.  Valderr.  Ej.  Fer.  6  Cenk: 
Venga  el  viento  vendaval  y  lenvántese  un  cierzo  riguroso  y  regafióB. 
Zamora  Mon.  misf.  pte.  2, 1.  4,  Simb.  1:  Lo  tercero,  si  corre  re- 
gañón. Id.  pte.  3,  Concep.:  Corrían  unos  regañones  de  maldadd 
L.  Qrac.  Crit.  33:  Y  pasó  como  un  regañón. 

A-rpeg-añar.  Como  regañar.  Corr.  256:  Si  bien  supiesa, 
arregañarías. 

A-rreg-an-o.  Como  regaño,  de  arre-gañ-ar  y  regafl-ir. 
Corr.  1 32:  Esas  risas,  arregaños  son  para  mí, 

Rc^-uñir,  regañar  el  perro,  y  refunfuñar  el  enojado.  Usoe 
en  Patencia  y  otras  partes,  de  regañ-ar,  con  el  sufijo  -üñ. 

Rcg;uñ-o,  posv.  de  reguñ-ir. 

Rcgtra-to,  dimin.  euskérico  -to  de  reg-o,  reguera  6  sur- 
quillo  para  llevar  el  agua  á  las  eras  de  huerta.  G.  Galán  N.  CastíL 
Sementeras:  Ni  más  espejos  que  el  regato  limpio. 

Rc^a-ta,  como  regato  ó  reguera  pequeña  (Covarr.).  E> 
Aragón  picado  más  grueso  que  el  cordoncillo,  en  la  muela,  pW 
que  pase  el  aire  y  salga  bien  la  harina. 

Rcg^at-uelo,  dimin.  de  regat-o.  G.  Galán  Campes.  2b 
Ojendo  el  decir  copioso/del  agua  del  regaíuelo. 

Re^at-ap,  correr  dos  embarcaciones  porfiando;  dfjose  dd 
surcar  ó  hacer  regat-o  ó  regut-a.  Hurtar  el  cuerpo  dejando  un 
surco  ó  regato  de  por  medio,  excusarse. 

Reg^at-a,  posv.  de  regat-ar  ó  porfía  del  andar  entre  emtitf* 
caciones,  juego  á  correr  ellas. 


99.  regatear. 


445 


le§^at-c,  posv.  de  regatear,  d  hurlar  el  cuerpo,  el  efugio  ó 

Keg^t^erOf  que  rehuye.  Bibí.    Gallará.   1,614:  Mas   tu 

'  realera,  /  malandanles  campesinos. 

&e|pit-««r.  recat-ear,  de  regat-a,  regat-o, Hurtar elcuer- 

ejanda  paso  al  que  embíslej  como  espacio  y  surco, 

^ntraris.  Quev.  Qaint.  1 :  No  hay  ragaícar  aquí,  /  el   buscallo  ó 

bilfo/al  toro  más  baladf. 

etaf,  excusarse  de  hacer  algo,  sobre  todo  rehuir  el  dar  algo,  cs- 

olo  cuanto  se  puede:  con.  Cabr-  p.  68Q:  Hny  unos  hombres 

laudan  regateando  con  Dios.  D.  Veqa  Nacun.  N."  S.°:  No  anda 

indo  con  él  en  los  favores  y  mercedes  que  le  ha  de  liacer. 
parlicutaral  compiar  y  vender.  Mirones:  Que  estaba  en  la 

\út  la  otra  regateando  sobre  unas  berenjenas.  D.  Veoa  S.  Bart: 

ii¿s  de  luber  regateado  de  una  parle  y  de  otra,  dice  el  mercader. 
putar  dos  embarcaciones,  como  regatear»  á  cual  más  corre 
1671);  en  Cuba  además  disputar  los  jinetes  á  la  carrera. 
Tfons.  rehuir  el  dar,  escaseando,  en  particular  comprandoy  ven- 

».  CABR.p.  ISü:  Y  regfllearles  el  gusto.  Valderr.  Ej.  Fer.   5 

í  eaarj  Por  eso  regatearon  tanto  los  lacedemonios  á  Anlípalro 
nes  que  le  pidieron.  CAceR.  ps.  65:  No  recatearé  lo  que  os 

.  Zamora  Mon.  ntisL  píe.  3,  Destier,:  No  solo  no  regateaba  k 

ijjno  que  daba  voces.  Lcon  Esposo:  Deleite  como  esprímtdo 
[berra  y  como  regateado.  A.  Alv.  Siív.  Scpt.  2  c.  §  4:  Son  días 
rccnarlos  los  que  le  damos,  vendidos  y  recateados.  Zamora 

,  misi.  ptt,  7,  S,  Andr.:  No  boIo  recatearían  las  horas.  G.  A¡f* 
L3:  Venden  la  justicia  recaleando  el  precio.  Navarretc  Cons.  d, 
[hío  es  posible  baya  vasallo  que  rci^tee  derramar  su  sangre,  sí 

I  alabanzas  reales.  Zabmxta  Día /.  1,13:  Lleva  un  par  de  vi- 

.regitéalos  y  cómpralos,  j.  Pw.  Agr.  35,6:  Sepa  el  precio  y  no 

iqoc  recatear.  L.  Grac.  Crit  1,9:  Asegurándole  certezas,  quien 

!  regateaba  permisiones. 
\R<JÍex.  A.  Alv.  Siív.  Mand,  4  c.  ^  2:  No  fué  para  escasearse  ni 

i  recalcarse. 

I  RǤ^te-ado,  partic.  de  rognle-ar;  como  adj.  el  escaso,  que 
.  A.  Alv.  Silv,  Dcm.  4  caar.  8  c.  §3:  Las  cosas  aci  de  U 

I  son  cu  las  que  Oíos  es  menudo  y  recateado  con  los  hombrea. 


446  OrUÍEN  V  VIDA  DEL  LENOUAJE 


Re^ate>'0,  posv.  de  regate-ar.  D.  Veoa  S.  Franca  Ec 
líos  regáleos  que  pasaron  con  Abrahán,  donde  dcspaés  de  m 
dares  y  tomares  que  pasaron  sobre  cito. 

Refpat-ero,  que  regal-a  á  legal-ea.  Hita  632:  MoísW 
lienen  saña  e  son  rregateras  (Eas  mujeres).  Avala  Caza  41:  El 
bien  ánade  el  cuerva  et  algunas  perdices,  pero  non  muy  bi 
luego  se  facen  regaleros. 

Re^ater-ÍA,  lit:nda  ó  calidad  del  regater-o. 

Rc$^at-úii,  de  regat-ar^  rega(-ear.  El  que  regatea  muchi 
pftdicular  el  que  compra  por  mayor  y  revende  al  menorete.  \m 
Ej.  Mierc.  tiom.  3cuar.:  Quilatido  las  pesas  falsas  á  los  rtjg 
de  U  ¡usttcia.  Diablo  coj.  tr.  2:  Regalones  de  los  gustos. 
Prúg.  tiempo:  Las  mujeres  vendedoras  y  regatonas.  A.  Alv, 
Maná.  4  c.  $  2:  No  es  recatón  que  di  por  peso  y  medida. 
i, 1,1:  Tanto e!  mercader  comoel  regalón.  Mironís;  En  ven 
la  batalla  dos  regalonas  ó  placeras  de  las  que  allí  venden.  Qü(J, 
Ordenó  que  no  hubiese  regalones  de  los  bastimentos  en  la 
blica.  Valderr.  Ej.  Fsf.  5  donu  5  cu<tr,:  Que  venda  el  me 
como  quiere  y  el  regalón  galo  por  liebre. 

El  cuento  de  la  lanza  ó  su  virola,  por  apoyarse  en  el  su 
surcarlo.  A.  Alv.  Sitv.  Dom.  3  caar.  10  c:  Le  hinques  la  lan 
tu  pecado  hasta  el  recatón.  Zamora  Mon.  mist,  pte,  3,  Des 
Meten  ta  lanza  hasta  el  regatón. 

En  náut,  hierro  en  gancho  al  extremo  de  los  bicheros  par 
el  proel  se  agarre  at  objeto  á  que  va  á  atracar  ta  embarcación 
puje  al  desatracar. 

Meter  ta  lanza  hasta  el  recatón.  (Por  acosar  y  persegu 
619.  Por  murmurar  en  A.  Alv.  Silv.  Fer.  6  dom.  3  cüút. 
Melemos  la  lanza  hasta  el  recalón. 

Ni  compres  de  ncatónt  ni  te  descuides  en  mesón,  c.  21 

Reg^aton-azQr  go^pe  con  el  regatón.  Inc.  Oarciu 
2J,I4i  Se  valió  del  cuento  de  la  lanza  y  lo  recorrió  á  buenos 
(onazos. 

Re^aton-«ear,  comprar  por  mayor  para  revende 
menor,  ó  dígase  ser  regalón.  (Nebrija). 

Regpaton-ia,  acto  de  regaton-ear.  (NeeRTjA  y  P.  Alcal 


d^ 


r 


100.  erren  eusk.  447 


lefraton-eHa,  ííenda  del  regatón.  O.  Atf.  2,2,7:  Fuera  de 
juncos  y  regaloncn'as. 

tejpat-ezna,  tiiniin.  de  regat-ar,  regal-ear,  la  lagartija,  por 
lovímicntos  huyendo  y  hurtando  el  cwerpo.  Cabr,  p.  63:  Entre 
ptezruii  vemos  que  los  labrarlos  se  despedazan  unos  á  otros. 
I  S.  Barb.  c  3:  Pasa  entre  ellos  lo  que  entre  las  regateznas  y 
dija*  de  las  riberas. 

Lcg-allAP,  a*pi*eg'allap,  en  Asturias  dfcese  de  \m  ojos, 
rios  vohititariamenle,  de!  abrir  regó  ó  surco. 
yill-án,  e!  de  ojos  muy  abicrlos  y  saltones  (Astur.), 
■j»,  parece  diniitiutivo  de  errego,  errega,  y  es  el  pedazo 
te  de  pan  y  metaf.  el  mudiacho  de  pequeño  cuerpo.  A.  Alv* 
po/n.  2aeív.  2  c.  §  4:  Les  etivía  Dios  su  limosna  de  regojos  y 

rdel  ciclo,  J.  £nc.  7:  Son  regojos  y  raigajas/que  se  cscue- 
lurrón. 
ie{;oj-ijoto,  dimin.  de  regoj-o.  Biíav.  Benedict.  Cani.  2, 
i2;  EJ;  traje  monacal  de  pieles  hecho,/  es  piirpuracon  oro. en 
9ác%,yt\  seco  regojuelo  es  sámio  pavo/faisán  de  Escitia,  an- 
de Timavo.  A.  Alv.  Silv.  Dom.  4  caar.  3  c:  Cuando  {al  po- 
í  das  el  regojuelo  de  pan. 

leco.  Tieso,  de  la  pierna,  etc.  (Paíencia),  probablemente  de 
errekUt  de  donde  el  diminutivo  regojo. 

cd  ese  cojo  que  pasa  por  la  acera  de  enfrente.  Ese  s( 
SU  pata  galana  va  t>attt.'ndo  el  suelo  y  encorvando  el  cuerpo 
;,  como  un  maestro  de  capilla.  Queréis  mejor  pintura   del 
de]  menearse?  Porque  para  percibir  el  movimiento  es  necc- 
'1  ritmo,  quiero  decir  una  sucesión  de   gotpeü  que  no   sean 
ó  de  posturas  que  no  sean  parejas,  sino  que  golpes  y  pos- 
de  tener  variedad  y  unidad  á  la  vez.  Si  los  golpes  6  movi» 
if^ales  nada  se  distingue,  falta  la  variedad;  sí  todos  son 
hlU  la  uniílad:  en  ambos  casos  falta  el  ritmo.  Pero  si  de 
golpes  ó  meneos  el  primero  se  diferencia  de  los  demás, 
se  repite,  por  ej. /..../..../..../..../....  habrí  variedad  sis- 
.  y  tmidad  que  sistematiza  lo  variable.  Tal  es  el  tilmo 
isica,  en  Us  estrofas  poéticas,  etc.  Volved  á  oír  ó  i  ver  el 
le  vuelve  á  pusar:  olbile  thí  el  ritmo  personificado.  Este  con* 


448  0«(OEN  y  viDÁ^ 


ceplo  de  movimiento  rítmico  es  el  mismo  del  de  fila,  serie,  Mta, 
pero  llevado  á  su  extremo,  es,  digamos,  el  superlativo  dd  movi- 
miento, y  es  lo  propio  de  todo  movimienlo  y  sene.  El  Su&jo  -ta 
vale  en  euskeía  lo  superlativo  y  además  lo  más  propio  de,  porqiH 
todo  ello  es  lo  mismOj  el  hermosísimo,  el  más  hermoso  de  todos^ 
es  el  rfe  los  hermosos,  el  que  sobresafe  de  entre  ellos,  ydeélespro'_ 
písimamente  la  hermosura.  Ahora  se  entenderá  porque  err-tn  es  d 
nombre  del  cojo,  superlativo  y  genitivo  plural  de  erf  movimiento, 
tíe  quien  es  propio  del  moverse,  el  má$  moverse  de  todos.  Pot  le 
diclio  crr-erj  vale  además  todo  movimienlo  continuado  y  rítmico, 
toda  serie,  la  inlcrnipción  y  la  espina,  que  ofícce  á  ia  vista  la  van^ 
dad  y  la  unidad  en  sus  púas,  el  ritmo  visual,  y  en  fin,  !a  nuera  qi* 
continua  la  raza  de  los  abuelos,  como  QÜ-on  cl  abuelo  ó  padre  per* 
feclo,  de  generación  asegurada,  am-on  la  abuela,  ó  ait-aita,  &m-<im, 
muy  padre,  muy  madie. 

Superlativo,  pues,  de  err  mucho  movimiento,  es  err-en,  que  se 
dice  de  todo  movimiento  continuado  y  rítmico  por  lo  mismo,  dd' 
cojo,  de  la  interrupción,  de  la  espina,  erren-íííí  cojear,  errendorúM 
en  fila,  ó  erren  egin  cojear,  iníerrumpir,  erren-dú-da  franja  de  t^ 
rreno,  erren-ert  cojera,  erren-gale  el  que  se  mueve  á  írancos,  erren- 
gilatü  arrastrar  las  piernas,  erren-ka  sin  interrupción  6  seguidi- 
mente,  y  cojeando  ó  al  pericón,  errenka-da  serte,  fila,  erreráús 
en  fila,  errenka-ta  enfilar,  e/re/i-ío  fila,  adjetivo  -ko,  errenko-errea- 
ko  en  fila,  á  la  hila,  erreit-ku  ó  erren-ko-i  recua  ó  hilera  de  acém^ 
las,  errenkü-ra  cojera. 

101.  Renco,  renjfo,  el  cojo  decaderasj  de  erren-ka  cojafr 
do,  erren  cojo.  En  Honduras  renco  el  cojo.  No  de  ren  ó  riñon,  (¡i* 
hubiera  dado  des-ren-ar  y  no  rengar,  derrengar,  rengo:  en  las  útíois 
románicas  hay  derivados  de  renco,  y  de  ren  lo  son  prov,  desrcBtfj 
deregner,  ant.  fr.  esreiner.  A  rengo  responden  en  gasc.  y  ítíí* 
reng,  Alpes  rene,  ant.  prov.  reng,  rene,  arrcnc,  caí.  y  bret  rene.  S 
fr.  ranger,  arranger,  rang,  il.  rancio,  vienen  de  las  formas  aottgusí 
prov,  rene,  arrenc=orden,  serie,  rengar,  arrengar=ordenar,  proí- 
arrengueira,  Ródano  arrenguiera,  lang.  arrenguierra,  tolos, arreagi*» 
por  poner  en  fila,  en  ringle  ó  ringlera,  gasc.  renglo,  lomos,  «ojíV 
delfín,  ranjo,  prov.  rengo,  «nt.  rengua,  que  todos  se  refieren  ^ 


101.  renco. 


^b.  turno^  vtz,  ringle  en  Ala^i  y  Qalícia,  del  euskaro 
(jcartdoy  fila,  serie,  sin  inlerrupcián,  movimienlo  rílmico, 
id  cojear:  lal  es  el  concepto  de  ren-co,  el  que  cojea  ó  se 
icimente.  Qaij.  2,44:  No  soy  renca  ni  soy  coja.  Quev. 
6  r.  98.  Que  está  ya  cansado./perezoso  y  renco.  Gitan.:  No 
»yo  alma  en  mi  cuerpo?  no  tengo  quince  años?  y  no  soy  manca 
nga,  P€£Íf,  Urüem.  2:  Aquel  que  no  es  nada  renco. 
"ktr  con  ía  de  rengo,  engañar  entreten  icmiole  con  esperanzas, 
V  padre  cojo,  hijo  renco. 

WíJfe  con  la  de  Rengos.  (Con  la  del  martes,  con  la  de  Calaínos). 
t!. 

lide  ¡a  pata  renga,  6  de  la  pata  galana,  el  cojo.  Quev.  C.  de 
^e  les  pagaría  á  manteniente  con  la  de  rengo. 
lacfr  la  de  rengo,  fingir  lesión  ó  enfermedad  para  excusarse 
rabajo. 

?en^,  renga,  y  á  casa  venga,  (Del  que  pone  tacha  á  la  cosa, 
lesea  y  quiere,  y  que  no  se  deje  perdido  lo  que  en  algo  puede 
ndiar).  c.  47Q. 
^^BC-at  Ia  (atiera Ja  que  anda  doblándose  como   el   cojo   ó 
y. 

\enff-aVf  cojear,  de  ren-go  ó  renc-o.  H.  NuÑ.:  Renga,   ren- 
yi  casa  venga.  De  los  que  ponen  tacha  en  la  cosa,  y  por  otra 
la  quieren. 

len;(n-depo,  en  Salamanca  la  cadera  ó  renca.  Q.  Oalan 
em.  33;  Y  me  puse  dos  parche*  al  pecho/y  una  bilma  de  pcs  y 
4opa5/cn  el  rengaero- 
tenc-oso,  que  cojea. 
It^nc-alloj  en  Salamanca  rencoso. 
teiii(U-«i*a,  en  América  por  cojera. 
Cenc|ii-^iirt  paiH|noAP,  reiiB:"*^í*>'  cojear,  andar 
■o,  úsase  mucho  en  America.  Q.  Benav.  IIJI5:  Parece  que 
ncais/de  aquella  pierna  siniestra.  Cald.  Tres  justk.  en  una  2: 
k  la  coD  cuidado/vera&la  ranquear  de  un  lado,/y  de  otro 
00  ver. 

Renc|iie-o,  posv.  de  renque-ar. 

tliii;f-np.  Derrengar  en  Palencía:  Que  te  ringas,  ae  ringa   la 
L  De  rcns-o,  como  ringla  de  rengla;  variante  de  rengar. 

zs 


Oc-rreng^-ar,  dejar  reng-o,  descaderar  ó  edur  i 
la  renc-a. 

Trans.  Lao.  Diosc.  4,82:  Amasadas  con  enjundia  las  h 
aquesta  planta  y  dadas  á  comer  á  los  perros...  los  matan  y  sú 
derriengan.  Arauc.  10,44:  De  este  manera  Rengo  á  Talco  i 
y  antes  que  á  la  defensa  se  prevenga,  /  tan  recio  le  apretó  a 
tierra, /que  el  lomo  quebrantado  le  derrienga.  J.  ENa  241: 
el  que  quedaría /qu'  á  palos  ño  derrengase. 

Trasládase  á  otras  partes  del  cuerpo.  Q.  Benav.  II,  122: 
te  derriengo  una  costilla. 

Metaf.  echar  abajo.  Quev.  r.  14:  No  hay  garnacha  que  i 
ten,  /  ni  gorra  que  no  derrienguen^  Id.  Entrem:  Yo  no  lo  ha 
por  hacérsela  muy  mala  á  él  y  derrengarle  la  hipocresía. 

Reflex.  Lope  Robo  Elena  II,  225:  Se  derrengué  Menclai 
Arden.  Sat.  9,  1.  í,  fíorac:  Y  entonces,  cual  rocín  flojo  y  a 
que  echándole  la  carga  se  derrienga,  /  estuve  por  caerme 
estado. 

En  Asturias  derrengar  por  derribar  la  fruta  del  árbol 
pa!o  que  se  le  tira. 

l>ei*i*en^-ado.  QaiJ.  2,14:  El  derrengado  caballe: 
jadme  levantar,  os  ruego.  Calder.  Encantos,  ha:  Estoy  ya 
rrcngado/con  tan  insufrible  peso.  Reboll.  Oc.  pl.  246;  I 
moño  en  punta  es  mi  cuidado, /que  mi  mujer. le  tr«e  r 
rrengado. 

Dei*pen^-a«la,  en  la  Mancha  cierta  mudanza  en  el 

Derreng^-o,  posv.  de  derreng-ar. 

En  Aslur.  palo  que  se  tira  al  árbol  para  derrengar  la  fru 

Deppeng^u-etai  cansancio,  molimiento.  G.  Qal.  i 
Cara  al  cielo:  Y  una  derrengueta/quc  no  pueo  engiestaUn 
cama. 

Renque.  En  Álava  y  Galicia  ringle  ó  ringlera  de  i 
personas,  fila,  turno  ó  vez,  misa  de  tres  en  renquCí  estoy  de 
para  guardar  el  ganado.  De  errenka,  renco,  con  el  valor  de 

Ren|>;u-e,  en  Salamanca  navajita  tosca  de  aifi(%  c 
ancha  triangular  y  mango  de  madera  de  una  sola  piea;  i 
de  renque. 


101.  ringU, 


451 


Rcn(|u-ero,  en  Álava  y  Galicia  e!  que  eslá  de  tumo   para 
>i5  de  rcnqu-e. 

Rln$;-Ia^  pen^-la  (Tesor.  1671)  «i  Vizcaya  rfncfa;  de  rcn- 
I,  dimití,  lie  rengo  por  orden,  serie,  errenka.  En  cat.  rengU,  Es  1% 
\  A  Unca  de  cosas  ordenadas.  Píe.  Just.  f.  23;  Si  las  pusiera  en  rín- 
,  soiiaran  más  que  la  recua  enca^cabelada. 
En  ríngta.  O.  Oal.   Extrem.  C.  aí  cieto:  Cuantis  gücli  que 
nm  en  ringla  /dos  palabras  ú  tres  de  las  malas. 
Rinicle,  reog^ie,  vulgar  por  ringl-a,  y  en  Ouevara  <M.  Pe- 
jro.  i4n/o/.  3,245):  Amor  en  setilaros  vos/delante*!    rengle  de 
Í.Oviedo  H.  fnd.  5,1:  O  asidos   muctios  en  rengle.  Id.  20,7; 
t  cuales  se  sentaron  en  rengle. 
En  ringle,  en  fila. 
in^X^üvskf  ren|cl-(rra,   de   ringla,  en   algunas  parles 
t,  como  en  Aíava,  Riojay  Navarra.  Q.  Perei  Oáis.  12:  En 
I  una  delü'i  tres  rengleras  /de  dientes.  L.  Pern.  105:  Quizá  sois 
!  los  que  andáis  /  como  gnilbs  en  rincrera,  A.   PmiRz    Cárt.  ptt, 
lO:  Hde  dado  aquel  anillo  de  dos  rengleras  de  diamanies.  Oviedo 
^btd,  24»3:  E  ponen  tina  renglera  de  tinajas. 
A  ta  riniitera,  en  hilera.  En  ringlera,  en  fila  ú  huera, 
ing^l-vta,  en  Colombia,  etc.^  varilla  con  dos  veleílllas  en- 
I  en  los  extremos,  prendida  en  medio  con  un  alüler,  de 
I  que  el  viento  le  hace  girar,  como  rehilandera  ó  venloleni. 
ivo  cree  ver  conlaniinatlo  aquí  el  rehílele  con  ringlero. 
RÍn|cl-«l4!,  en  América,  ardilla,  andorrero,  callejero, 
Ria;;'lcl-eaPf  corretear,  callejear,  vaguear,  de  ringíct-c. 
Rnii(*-nnf-an.  en  ?rtlamanca  c!  niño  andarín  y  vivo. 
Ren^l-ón,  aum.  de  rcngl-a.  Zamora  Mon.  mis.  pte.  3,  S, 
f,  V.  6:  Apenss  be  borrado  ringlón,  trai<;1adado  hoja,  ni  vuelta  al 
)lde  razón  ninguna.  Pic.Jüst.  1,1:  Aplana  nngtiSn.  QaiJ.  1.32r 
\  tí  curi  para  si  tres  ó  cuairo  renglones. 
á  rmgión  seguido,  enseguida. 
Posarlo  tfttrt  renglones,  (Quedarse  algo  olvidado,  6  por  fn- 

a),  c.  600. 

Quedar,  dejar ^  pasar  entre  renglones,  en  blanco,  omitir.  Quii. 
M:  No  pienso  que  se  han  de  quedar  Tas  mías  (ttazxñfts)  entre  ren- 
.  J.  Pin.  ^r,  14,10:  No  se  puede  pasar  entre  renglones  esto 


452  OfuoEK  y  vida 


que  se  tocó  del  genio.  Torr.  FIL  mor.  20,7,:  No  se  dejó  oÉfe' 

rínglones.  : 

A-rring^Iar»  desvencijar  (Falencia),  como  fmffit  át  rengo, 

Rin^o-prango,  el  rasgo  demasiado  al  escribir,  ciulqtúer 

.  adorno  supéríluo.  De  rengo  en  el  sentido  de  errenka  fila,  serie.  Con. 

232;  No  quiero  ringorrango  por  mi  dinero. 

Rinco,  rínc-ón,  que  de  él  se  derivó,  canto,  cantón,  ángolg 
(Tesoro  1671).  Es  variante  'de  renco,  y  díjose  de  la  corva  por  li 
.  parte  de  dentro,  lo  opuesto  de  esquina,  que  es  por  de  fuera. 

Rinc-óoy  ant.  rencon  (Part.  2,  t.  24, 1. 7;  Berceo),  y  raneo 
(Alex.  784;  Berceo).  De  renc-o,  rínc-o,  por  el  ángulo  de  la  comí 
cojear.  Es  el  ángulo  en  castizo,  lo  opuesto  de  esquina,  por  ejempk 
el  de  dos  paredes  que  se  juntan;  de  donde  escondrijo  ó  lugar  té 
rado  y  el  retiro  ó  casa  privada.  .QuiJ.  1,1:  Armas,  olvidadas  en  n 
rincón.  Id.  1,41:  Si  hallaré  en  mi  tierra  algún  rincón  donde  leci 
gella.  Id.  2,9:  Podría  ser  que  en  algún  rincón  topase  con  ese  ala 
zar.  T.  Naharr.  II,  76:  Con  las  mozas  del  rencón. 

Al  rincón,  en  privado  y  en  casa,  ocultamente.  A.  Alv.  Sit 
Dom.  sex,  3  c,§  3:  AI  rincón  de  sus  casas  enseñando  á  sus  li 
juelos. 

Al  rincón  con  la  almohadilla,  la  cachigordilla,  c.  41. 

Andar,  escudriñar  los  rincones  de.  A.  Alv.  Silv.  S.  Andr.  2 
§  1:  Los  (ojos)  de  Dios  entran  adentro  y  andan  los  rincones  de  i 
corazón,  siendo  escudriñador  de  él. 

Andar  por  los  rincones,  Gaundo  4Q7;  lo  desechado,  el  que  bu 
del  público. 

Echar  al  rincón.  (Lo  desechado),  c.  536. 

El  rincón  de  las  siete  semanas.  (Es  ordinario  llamar  así  ái 
sitio  donde  se  acude,  ó  en  e!  que  se  ponen  y  arrinconan  algbi 
cosas),  c.  521  y  107. 

En  su  rincón,  en  su  casa,  á  sus  solas.  Cacer.  ps.  69:  Los  q 
quieren  saber  con  mucha  curiosidad  lo  que  yo  hago  en  mi  rinoí 
.  Qaij.  1,11:  Mucho  mejor  me  sabe  lo  que  como  en  mi  rincón. 
2,59:  Dejarame  en  mi  rincón,  sin  acordarse  de  mL 

Meterse  al  ó  en  el  rincón.  J.  Pin.  Agr.  5,29:  El  mundo  notie 
.  cuenta  con  los  buenos  que  se  meten  al  rincón. 

Mi  rincón.  (Por  mi  casa),  c  619. 


lOI.  riitcán. 


453 


Morirse  en  ttn  rincón,  solo,  abandonado. 
So  dejar  rincón,  escudriñar  bien.  QuiJ.  1,23:  Sin  dejar  rincón. 
I  toda  ella  (la  maleta)  ni  en  e]  cojín,  que  no  buscase. 

Qitedarse  ó  estarse  quedo  en  su  rincón,  no  salir,  acobardarse. 
k)A  S.  £aÍog,:  Estarse  quedos  en  sus  rincones. 
Rincón  por  rincón,  Atcañiz  en  Aragón,  c.  480. 
Rincón  por  rincón,  Caiatayud  en  Aragón.  (Alaba  cada  uno  t\ 
ar  y  tierra  que  le  agrada),  c.  A90. 

Socúrfe  de  su  rincón,  de  su  casa  tí  vida  ocuHa.  A.  Alv.  Siív.  S. 
iréSy  2  c.  §  í:  Sacándole  de  su  rtncAn  para  rey. 
Rlneon-aflA>  anl.  rencon-ada,  (Berc.  S.  Dom,  265).  Es  el 
óa  que  se  forma  de  dos  casas,  calles  d  caminos.  Lis.  y  Ros.  4,í: 
ondimonos  en  esta  rinconada. 
hliicon-er«ip  ménsula  de  rincón. 

Ilincon-ar,  como  arrinconar,  de  rincón.  Aíex.  2414:  Euro- 
fcí  África  yacen  bien  ranconadas. 
A-rrlnt'on-ap,  anl,  arrinconar,  de  rinconar.  rincón. 
Trans.  poner  ó  meter  en  un  rincón;  de  donde  poner  en  sitio  ó  , 
ar  retirado  como  cosa  de  poco  valer,  en.  Comed,  prol.:  Asi  las" 
Dconé  (las  comedías)  en  un  cofre  y  las  consagré  y  condené  i  : 
•Ivido. 
,  ir  á  retirarse  A  parle  de  donde  no  puedan  salir.  Cacér.p*. 
i  Arrincónanos,  cncerrallos  en  su  tierra.  Id.  ps.  34:  Que  los  estreche 
arrinconar.  Rivad.  Cism.  argum.:  Hicieron  guerra  Ú  los 
y  los  vencieron  y  arrinconaron  en  cierU  parte  de  la  Ista 
Día. 

Metíif.  de  lo  que  se  desprecia  y  desecha.  Entret.  2:  Y  aunque 
1  caballeriza/me  arrinconó  el  amor  ciego.  A.  Alv.  SÍ\y.  Fer.  4 
.J5  c.  §  2:  No  pretende  el  Señor,  por  esto  que  dice,  arrinconar 
bucna$>  obras  del  mundo  ni  ascondellas  para  que  no  salgan  á 
GvEv.  Ep.  5,2:  A  los  sabios  arrinconan  y  i  los  virtuosos  per- 
n.  Qvtv.  Provid.:  El  desprecio  arrinconaba  á  los  doctos. 
Acosar,  apretar,  vencer,  acobardar.  S.  Ter.  Mor.  1 ,2:  Esto  ím* 
i  mucho  á  cualquier  alma  que  tenga  oración,  poca  ó  mucha,  que 
h  ■rrinconcn  ni  aprieten.  Quev.  Prov.:  Heíe  arrinconado  á . 
1 5in  salida  para  tenerte,  si  no  más  reducido,  mis  atento.  Cf- 
I..*  Vemos  como  arrincona  y  barre  la  aurora  las  eslrdtas  del  Cielo, 


UCOb 


494  Orioen  y  vid*  dil  leüquaie 


G.Alf.2,\,5:  Animo,  ánimo....  ¿cuándo  te  suelea  i  tí  ininoonr 
casos  como  éste?  Tafur.  1 48:  Se  algo  el  pueblo  contra  los  venepuos 
é  los  arrenconaron  á  la  una  parte  de  la  gibdat. 

Reflex.  metaf.  en  el  segundo  sentido.  S.  Ter.  Conc.  2:  Pues  Ut 
lleva  el  Señor  á  tan  grande  estado,  sírvanle  con  ello  y  no  tearrínoh 
nen.  A.  Alv.  Silv.  Fer.  4  Doni.  2  caar  14  c:  Quién  se  arrinconif 
no  lo  menea,  dejándose  á  Dios,  con  su  Dios  se  queda  sin  que  hiji 
quien  le  diga  qué  hacéis  ahí? 

Retirarse  y  esconderse.  Cacer-^s.  38;  Pienso  arrinconarme  y  o- 
rrar  mi  boca.  Persil.  3, 11:  Volvió  á  su  melancolía  y  á  arrinconane 
en  el  rincón  donde.  A.  Alv.  Silv,  Magd,  d,  2  c§3:V  la  que  no  « 
arrinconase  á  decirse  lástimas  y  á  llorarse  agrámente.  Yepes  S.  7lf. 
1,1:  Por  aquí  la  virtud  queda  sin  valedores  y  apenas  hay  quien  eo 
público  la  mire  ó  vuelva  por  ella;  y  así  se  arrincona  y  da  fnncí  i 
entrada  á  mil  engañosas  opiniones  y  vicios. 

Particip.  la  tierra  apartada.  S.  Ter.  Mor.  7,1:  Podemos  consifc  j 
rar  no  una  cosa  arrinconada  y  limitada,  sino  un  mundo  interior,  J 
adonde  caben  tantas  y  tan  lindas  moradas  como  habéis  visto. 

Desechado,  despreciado.  Ouev.  Mcn.  Corte  11:  O  cuan!» 
buenos  hay  en  las  cortes  de  los  príncipes  pobres,  desfavorecidos, 
arrinconados,  abatidos  y  olvidados.  Qaij.  2,62:  Qué  de  ingenios 
arrinconados.  Esp.  ingi:  Sino  que  la  corla  suerte  me  tiene  arríndh 
nado.  Gran.  Simb.  2,3,1:  La  malicia  y  ambición  reina...  la  virtud 
está  arrinconada  y  olvidada. 

Vencido,  acosado.  Yepes  5.  Ter.  2,  28:  La  madre,  que  en  It 
fundadora,  arrinconada  y  maltratada  de  palabras  que  de  ella  dedis* 
D.  Veqa  Disc,  Lan.  dom.  I:  Como  el  vicio  está  entronizado... y  1» 
verdad  arrinconada. 

Retirado,  escondido.  Gran.  Catequizar,  Al  lector:  Digo  esta 
porque  estando  yo  arrinconado  en  una  celda,  quiero  enseñar.  A 
Alv.  Silv.  Dom.  sex.  4  c.  §  2:  Allá  más  adentro  se  quedaba  la  €* 
recogida  y  arrinconada  en  el  alma. 

Arrinconarle,  abandonarle,  humiüarie. 

Arrinconar  los  libros,  no  estudiar. 

Estar  arrinconado,  despreciado,  olvidado. 

J>es-arrinconap.  Cruz.  S.  Martin  p.  727:  Pan  esto  «fl 


101.  rancho. 


455 


p«n  hacer  huir  la  selvaíiqucz  de  los  vicios  y  sacar  á  plaza  la 
ídtij,  sacarla  al  campo  y  desarrinconarla  dindola  libertad. 

Rancho,  del  italmito  rancio,  que  se  derivó  del  fr.  ranger^ 
ntt¿er,  rang,  de  las  auliguas  formas  prov.  rene,  aireac  orden, 
fie,  rengar,  arrengar  ordenar.  En  los  Glosarios  de  Donat  Pro- 
11911  dcrengar  significa  «de  serie  mililum  exire»,  ranqueiar  dau" 
Bfc  Rcsponilcn  pue5  d  rengo,  renco,  del  cuskaro  arrenlfa. 

El  ta  junta  dr  personas  que  en  rueda  comen  y  duermen  juntas  y 

primero  de  los  soldado?  (Covarr.)  por  la  misma  rueda  y  serie, 

il  2,10:  Quisieron  los  desposados  que  cenásemos  en  el  campo 

nroncs,  y  dentro  del  rancho  Iíís  mujeres.  M.  León  Obr.  3^pí, 

I'  En  el  porüil  los  gallegos  /  hicieron  su  roncho  aparte. 

b  '    común  de  tropa,  presidio,  etc. 

JüJ-.  ¡ar  de  los  que  separados  de  otros  van  ú  tratar  6  hacer 

p  partlciiUr,  lomado  del  ejército  qtie  se  divide  por  grupos  al  co- 

■.  Mascr.  Apol,  39:  Cuando  los  piadosos  y  los  castos  s<  congrc^ 

ftcsta  junta  no  es  rancho,  sino  escuela;  no  es  facción,  sino  curta. 

Choza  en  el  campo  donde  se  albergan  rúsiicamenle  pastorea, 
mos,  etc.  y  en  América  fueron  las  viviendas  de  caRa,  «maje. 

Albergue  de  gilinos  ú  otras  gentes  nómadas.  Oífürt.:  A  su  anli- 
ruidio.  Id:  Desembarazaron  luego  un  rancho  de  los  mejores 

aduar.  Qaíj.  2,20:  Se  recogieron  á  sus  aceñas,  y  los  pcscado- 

i  sus  ranchos. 

Albergue  pobre,  habitación  pobre.  QufJ.  I,  16:  Retiróse  el  ven- 
i  su  aposento,  el  arriero  á  sus  enjalmas,  la  moza  i  su  rancho. 
.  1,40:  te  dije  que  me  leyese  aquel  papel  que  acaso  me  babft 
hdo  en  un  agujero  de  mi  rancho. 

Cn  Qcrm.  tienda  ó  lugar  donde  se  recogen. 

En  América  hjbitacidn  tosca  fuera  de  poblado  por  ej,  en  Ar* 
tina  con  paredes  de  barro  mezclado  con  bosta,  techo  de  paja 
kmdo  por  horcones  y  piso  natural. 

En  Aragón  esquiladero. 

Áttar  de  rancho,  separara  de  Ut  compañía.  C  Alf.  2^3.2:  Al 
lio  airé  de  randio:  fufme  i  la  primera  (casa)  que  hallé. 

A  rancho,  dfccse  metaf.  que  tocan  ó  llaman  á...,  cuando  es  la 

t  de  comer,  tomado  de  los  soldados. 

De  ajando  en  cuando  k  gusta  el  rancho  al  rey. 


Hacer  rancho  á  parte,  separarse  de  la  compañía  común,  obno- 
do  por  sí  ó  con  otros. 

Ranch-era,  en  Salamanca  lumbrarada. 

Ranch-epo.  El  que  gobierna  un  rancho^  y  el  que  prepui 
la  comida  ó  rancho,  y  despectivamente  el  soldfdo  que  lo  come. 

Como  rancheros,  de!  sucio  y  dejado. 

Como  un  ranchero,  del  sucio. 

Ranch-eria,  paraje  ó  casa  de  campo,  donde  se  recoge  li 
gente  de  un  ranch-o.  Oviedo  H.  Ind.  41,3:  Hacer  una  rancherfi 
grande  en  el  campo,  6  pueblo  de  buhíos  de  prestado.  Alcaz.  Crflí. 
dec.  4,  año  10,  c  1,3:  Habiendo  un  día  halládose  en  una  bodi 
que  se  celebraba  en  una  ranchería  ó  casa  de  campo. 

En  Cuba  acción  y  efecto  de  ranchear  y  la  expedidón  que  sale  i 
ello;  lugar  donde  hay  ranchos  y  su  establecimiento. 

Ranch-ear,  albergarse  en  un  ranch-o,  detenerse  en  un  lu- 
gar del  campo  formando  rancho.  {Tesor.  1671). 

Saquear  las  casas  de  enemigos,  merodear.  Oviedo  H.  Ind.  46,7: 
Habéis  rancheado  mis  pueblos  e  tomado  la  ropa  á  mis  caciques. 

En  Cuba  buscar  las  rancherías  para  coger  los  negros. 

Reflex.  Oviedo  H.  Ind.  50,24:  Acaeció  una  tarde  que  nos  ran- 
cheamos en  un  pequeño  estero. 

■    A-rranch-ar,  buscar,  perseguir  á  los  negros  cimarrona 
en  sus  ranch-os;  así  en  Cuba. 

Reflex.  quedarse  viviendo,  formando  ranch-o.  Isla  Cart.  1,255: 
En  la  carta  que  le  escribo  de  enhorabuena  le  pido  que  me  pennHl    | 
arrancharme  aquí,  sin  acordarme  ya  más  de  Villagarcía. 

Ües-i*aiich-ar,    desalojar,  dejar    el  ranch-o.    Meno.  0. 
Gran.  3:  Como  el  paradero  destos  descontentamientos  ó  es  amoti- 
narse ó  un  desrancharse  pocos  á  pocos,  vino  á  suceder  así,  hasti 
quedar  las  banderas  sin  hombres.  Id.  4:  Se  desranchaban.  Bibl.  Gfl- 
llard.  1,614:  Mas  la  gran  gente  capera  /  que  con  él  fué  á  des- 
ranchar. 

Dc-rranch-ap,  derrotar,  salir  contra.  Alex.  552:  Derran- 
chó pora  él,  quisol  descabezar.  C.  Lucan.  c.  18:  Vos  criadeseste 
mozo....  por  cosa  del  mundo  non  derranchedes  contra  él  castigín-' 
dolo,  nin  maltrahiéndole. 

Renta.  Dicen  que  de  r^ddere;  pero  si  la  n  no  se  e^ltca,  por* 


101.  renta. 


457 


Bcual  suponen  un  *rend?re,  derivado  de  reddcre,  menos  cabe  I4 
^renta.  Rédito  es  el  que  viene  de  reddiUis  rcddere;  de  rendir 
i  rendido.  En  prov.  ren!a,  fr.  rente,  en  castellano  renta  y  renda, 
írenda.  Estos  vocablos  no  pueden  salir  de  los  verbos  rendir, 
render,  It.  rendere,  réndita,  prov.  réndre,  fr.  rendre,  pg.  render; 
■no  que  los  verbo»  salen  de  los  nombres  en  este  caso.  Los  nombres 
ülan  completos  en  el  castellano  ren-(a  y  ren-da,  con  el  -ta  y  -da 
era  y  erren,  erren-la,  erren-da.  Los  posverbslcs  de  verbos 
;  HT  no  son,  efcc livamenle,  de  esta  clase,  de  oír  salió  oído,  de  sentir 
9,  no  la  oída  ni  la  senla.  De  renti  s&\\6  rentar  y  de  renda  ren- 
f  a-rrendar,  es  decir,  dar  á  renta.  La  idea  de  estos  verbos  es  la 
ilvcr  y  pagar  con  periodicidad.  Antiguamente  renda  era  la 
1  y  además  la  segunda  cava,  renílar  dar  la  segunda  cava.  Nada 
[.aqui  de  la  idea  de  reddere.  Arrendar  vale  dar  á  renta  y  además 
ir,  donde  tampoco  hay  nada  de  devolver,  sino  la  idea  del 
era,  de  serie,  periodicidad,  cosa  seguida.  Segundar  es  lo  que 
I  rentar,  rendir,  rendar  por  cavar  segunda  vez  y  arrendar  por 
ar.  En  Asturias  por  escardar  segunda  vez  se  dice  arrendar,  la 
va  es  sachar,  y  conviene  con  rendir,  reníar  y  remedar  en 
i  de  serie,  segundar;  en  Colunga  suena  randar.  Tenemos,  pues, 
enda,  errcndu,  erren  del  eustíera.  Arrendar  por  tomar  en 
áo  es:  prov.  arrenda,  Langucd.  arcnda,  en  el  Ródano  arrenta, 
D<s  renta,  Alpes  arranta,  pg.,  cat.,  ant.  prov.  y  casL  arrendar, 
l  latín  arrendarep  arrenlare.  El  arriendo:  prov.  r^ndo,  Rod,  rento, 
ped.  rendo,  gasc.  arrendo,  AIp.  ranto,  anl.  prov.  renda,  arreada, 
[•toda,  rensa,  cat.  y  pg.  renda.  En  Berceo  render  por  rendir,  de- 
T,  ctilregar,  pagar,  renda  por  reñía,  tributo.  MU.  93;  Rendieron 
i  gracias  de  buena  voluníat.  Loor  50:  Mandó  ^ebar  al  pobre 
'  bien  por  mal.  5.  D.  274:  Rendiéronli  la  bestia  ficratncnte 
ados.  S.  O,  521:  Alzó  ambas  las  manos  A  Dios  nuestro 
Hor,  '  rendió  i  él  la  alma  muy  grant  á  su  sabor.  S.  M.  29;  Por 
■  el  voto  que  ivte  prometido  /  metióse  en  [as  cuevas  que  avcdcs 
>.  S-  O.  141:  Sennor,  bien  le  conseio  que  nada  emprendas  /  vive 
bulos,  de  tus  derechas  rcnd.is.  Mil.  132:  Era  un  nmnc  po- 
•"vivie  de  raí;iones,  /  non  avie  otras  rendas  nin  otras  fiircio- 
••^-  S.  M.  370:  Mandó  i  los  chrisíianos  el  que  mal  sieglo  p:rcnda,X 
^"«  li  diessea  cada  anno  LX  duennas  en  renda.  Asi  como  el  intcrís 


458  Oriocn  y  vida  del  unquape 


y  usura  se'  tlamaron  renuevo  de  renovar,  así  Ta  rcntt  j  ti  rendí  K 
dijeron  del  segundar  ó  renovar,  del  reiterar,  que  es  eí  erren,  mendl 
En  gall.  rendar  por  arrendar,  render  por  rendir,  reintegrar,  dtf 
fruto,  vomitar,  h.  rentes  pegadito  sin  cosa  intermedia,  áraízse^dft 
ó  cortando,  es  decir,  seguido. 

Renta  es  el  beneficio  que  rinde  anualmente  una  cosa.  Qa(f.  1,39; 
Poder  tener  renta  por  la  Iglesia.  Id.  1,50:  Gozando  de  la  renta  qne 
le  dan.  Id.  2,7:  Que  se  aprecie  lo  que  monta  la  renta  de  la  lal  ínsnil. 
Id.  2,13:  Echó  censos  y  fundó  rentas. 

Metaf.  negocio  de  provecho.  G.  Alf.  2,3,3:  Los  que  lo  causany 
los  que  lo  favorecen,  que  todos  andan  en  una  misma  renta. 

Arar  y  cavar,  y  en  renta  no  entrar,  c.  29. 

Ares,  no  ares,  renta  me  pagues,  c.  30. 

A  renta,  en  arriendo;  irónicamente  del  pobre  se  dice  que  debe 
poner  su  capital  á  renta. 

¡Buena  re/?/a/ irónicamente  de  cargas  y  desventuras  seguidas;6 
buena  renta  me  ha  caído. 

El  que  lleva  la  renta,  que  adobe  la  venta,  c.  94. 

La  renta  de  Torrero.  (Por  vana),  c.  1 90. 

Mejorar  las  rentas,  pujarlas. 

Meterse  en  la  renta  delescusado,  en  lo  que  no  le  va  ni  viene. 

No  arriendes  al  cuitado,  rentas  ni  caballo,  c.  22Z 

No  es  renta  cierta,  (Dícese  á  todo  lo  que  no  tiene  seguro  pro- 
vecho), c.  224. 

No  es  renta  cierta  pescar  con  ballesta,  6  con  mazo.  c.  224. 

No  hay  renta  más  segura  y  cierta,  que  dejar  de  gastar  to  i* 
se  puede  excusar,  c.  221. 

No  me  viene  de  eso  renta  ninguna,  c.  236. 

Rcnt-ai-,  de  rent-a,  producir  renta.  Hinc.  y  Cort.:  Y  ¿cuánta 
renta  cada  año?  J.  Pin.  Agr.  1,38:  Que  es  harto  más  que  dar  de  1^ 
que  renta  la  tierra  y  la  viña.  P.  Vega  ps.  2,  v.  4,  d,  4:  Hacer  qU 
renten  y  fructifiquen.  J.  Pin.  Agr.  30,21:  Y  goce  por  cuatro  aftC 
lo  que  rentare,  que  serán  cada  un  año  más  de  150  ducados.  I* 
29,19:  Gastan  en  un  año  lo  que  les  rentan  sus  haciendas  en  seis. 

En  Honduras  dar  recursos  alguien  á  otro. 

Rent-o,  posv.  de  rent-ar;  renta  ó  pago  con  que  contribuya 
anualmente  el  labrador  ó  el  colono. 


lOI.  arrendar. 


459 


.-rrtsnt^ado,  rent-ado,  en  la  frase  renta  arrentada  ó. 

fi?,  es  decir,  se^íura  y  fija,  independiente  de  lo  que  saquen  coo 
como  entre  eclesiásticos  el  pié  de  altármete.  Quij,  1,26: 
mucho  de  renla  arrentada.  D.  V'eqa  DÍsc.  dom.  I:  Por  vei^ 
ta  rentada,  liencsla  como  en  U  bolsa? 
knl.acatuÍ;iIaJo.  Vencq. /l^Ofl.  3,12:  Es  él  el  mis  poderoso 
Iluto  de  cuantos  moran  en  la  ciudad.  Bit>L  GaÜard.  1,564: 
í  ao  de  los  rentados. 

Eletii-erOf  el  que  tunta  i  renla.  A.  Alv.  Silv,  Vig.  nav,  t  C 
Agravien  y  pelen  i  sus  renteros.  D.  Vega  Fer.  6  dom,  2  mar,: 
[liíó  la  viña  á  estos  malos  renteros.  G.  Alf.  2,2,7:  Verdad  es 
no  tiene  rcnla,  pero  licnc  renteros  y  nmguno  lo  puede  ser  sin, 
Dendaj  pagándole  un  tanto  por  ello. 
Ilciiii^r-ia,  tierra  ó  pngo  que  ts,tÁ  tomado  á  renta. 
liciiün,  como  renta  antigiiamenle  y  »L*í;unda  cava  ó  labor,, 
repetir  ó  erren-da,  AUx.  1617;  De  (i  nunca  quisiera  otra  renda 

cod-ar,  cavar  ú  labrar  segunda  vez  las  viñas,  de  rend-a  6 
la  tava,  del  repetir  ó  erren-da.  En  Colunga  de  Asturias  randar 
escardar  por  segunda  vez,  comunraenle  en  Asíurias  arrendar. 
rendar  vale  anendar  ó  dar  ó  lomar  en  arriendo. 
10 arrendar,  por  remedar.  Apoíanio  520:  Nin  sso  nc^o  nia. 
cerlero  (el  espejo).  Nin  ten>;ua  con  que  Uble  un  prouerbia 
(TO./ Más  sser<-/r4úr  á  lodos,  ssíempre  sso  reFcrlcro.../£l  4uc 
sse  cata,  veye  su  mismo  geio.  /  A  altos  e  a  b&xos  rie/tdelos  en 
lo. 

liend-o,  en  Álava  por  arricnd-o,  reSriéndose  at  de  un  grupo. 
«ladespara  su  cultivo;  posv.  de  rcnd-ar, 
i-rrend-ap,  de  renda,  como  rentar  de  renta  y  det  mismo 
f  valor,  y  además,  scgün  su   etimología,   remedar  ó  df$pise 
tir  tras  otro,  en  serie. 

Trtuts,  dar  en  renta  para  que  beneficie  algo  medíanle  el  pago 
rendí  6  renta.  Lt.on  Cus.  6:  Arriendan  sus  hacicndAs  i  otrosí^ 

ociosos  del  frulo  deüas. 
bmtr  en  renta.  Ijspc  Eimotino  2,13:  £1  que   le  arrienda  m« 
/  por  su  mozo  en  este  traje.  Id.  Niña  plata:  iKytx  f  ciertos  booK 
ti  trxcndafau  /  que  vienen  con  el  iofanlCr  /  y  no  se  U  quise  óm^ 


460  Oriod«  y  vida  del  UNduüilC^!'^ 


Pasiv.  Mariana//.  E.  17,15:  Las  monedas  dé  cruzados  y  Ri 
t|ue  el  año  pasado  se  acuñaron  y  arrendaron. 

Trans.  remedar.  Almazan  Hist.  Momo  3, 11 :  Dióme  un  inlaj 
tie  arrendalle  todos  sus  gestos  y  meneos. 

Arrendar,  en  Astur.  escardar  por  s^^inda  vez  la  tierra  a 
'brada;  la  primera,  como  en  cast.  sachar;  en  Colunga  randar. 

Arrenda  en  qué  ganéis.  (Dfcese  con  desdén  irónico  ai) 
persuaden  á  uno  que  dé  algo  en  menos  precio  y  cuando  ntalh 
aquello  en  que  podía  ganar,  y  en  caso  donde  hay  pérdida 
■huye),  c.  69. 

Arrenda  en  que  ganéis,  que  hay  arena,  c.  6Q. 

Cuando  arrendar,  cantar,  y  al  pagar  llorar,  c.  365. 

No  arriendo  tas  escamochos,  del  pobre. 

No  arriendo  tas  ganancias,  ó  le...  sus...,  que  va  á  tener 
juicios  que  no  espera. 

No  le  arriendo  la  ganancia,  no  tomo  para  mí  lo  que  de 
saque,  que  no  será  nada  bueno.  QaiJ.  2,1:  A  fee,  que  no  le  ai 
dará  la  ganancia.  Gitan.:  Si  como  en  valor  subido  /  vas  crecii 
-en  arrogancia,  /  no  le  arriendo  la  ganancia  /  á  la  edad  en  que 
nacido. 

Apriend-o,  posv.  de  arrend-ar.  A.  Alv.  Silv,  Fer,  6  i 
2  caar:  La  dio  en  arriendo  á  ciertos  renteros. 

Arrenda-intenlo.  QaiJ.  1,50:  Toman  en  arrendami 
'los  estados  de  los  señores  y  les  dan  un  tanto  cada  año. 

Ai*t*«*ii4la-dop.  Quij.  2,4Q:  Pedro  Pérez  Mazorca,  ai 
xJador  de  las  lanas  deste  lugar. 

En  la  Germ.  el  que  compra  lo  hurtado, 

Sijaeres  arrendador,  sé  tu  el  cogedor.  (Se,  6  sel,  es  ímper 
de  ser),  c.  256.  Galindo  631. 

Arrendadorcillos,  comer  en  plata  y  morir  en  grillos.  (En 
cel,  corredor  y  palos),  c.  69.  Arrendadorcillos,  vivir  en  pk 
•morir  en  grillos.  Galindo  628. 

i>e8-apppeiiclai*,  no  arrendar.  León,  /o6.  31,40:  Y 
dan  desarrendadas  y  sin  labor. 

Rend-ajo,  arrciid-ajo,  de  rendar,  por  imitar,  arra 
*a]o  diminutivo.  ].  Calcaño:  El  arrendajo,  de  arrendar  (remedaí 
Hina  de  las  aves  de  más  hermoso  canto.  Imita  el  de  todas  las  v 


101.  rendir. 


461 


)  los  grftos  de  los  ciiAilrúpedos  y  el  rebuzno  del  asno.  Bañ.  Arg,, 
d  español  acémila,  /  que  es  rendajo  de  lodos,  Cspin.  Ballest 
Le  siguen  las  picazas,  cuervas  y  rendajos.  Quev.  son.5: 
Tiente  los  cipreses  arrendajo  (que  los  remedan).  Esteban  3; 
íjéel  oGcio  de  arrcnda|a  de  cirujano.  Valderr.  £/.  Fer.  6  dom. 
ar.:  Asi  el  demonio  parece  ijtie  pedia  grttos  de  sangre,  por  pa- 
■  arrendajo  de  Dios.  Ovalle  H.  Chile  /.  342:  EsÜn  ya  muy 
,;  y  en  cuanio  á  los  trajes  son  unos  arrendajos  de  los  cspaño- 
,  L  Fekn.  146:  Si  es  mamilla  ú  si  es  rendaja/  ño  la  sabrás  cb- 
Hrar. 

Los  arrequives  ó  cosas  secundarias.  Est.  Cald.  Esc*  and.  84: 
I  mezcla  ni  arrendajos  de  vesUmenias  ni  de  usos  advenedizos. 
Arrencjitin.  De  arnn-kin  el  que  hace  recua  ó  fila,  es  decir 
sigue.  En  Cuba  el  tiiuio  ó  caballo  delantero  de  recua,  [fn  Chi- 
Etyadante.  Además  el  de  genio  rahiosillo  y  acedo,  que  insiste  más 
nisy  e$  un  pelma. 
(enHir.  Dicen  que  de  rcdderc  devolver,  daré  dar;  pero  en 
Ro  d  da   siempre  d  y  sonarla  reder,  riedo,  riedas.  Ant.  rcn- 
etitregir,  renda  paga,  rend-uda;  it.  rer:dere  y  rendila,   prov, 
ndrc  y  renta,  fr.  rendre  y  reníe,  pg.  render  y  renda.  Rend-ir  vie- 
¡dsrcnd-a,  lo  mismo  que  a-rrend-ar,  del  cuskaro  erren-da,  erren, 
\  dar   provecho  como  la   renta,  dar  en  general  y  ceder.  Valo. 
ai  kng.:  Rendir  por  rentar  y  riende  por  renta  dicen  alguno*;. 
Trans.  dar  fruto  y  utilidad,   ^-alor  parecido  al   de  rentar, 
¡Rueda  I,  232:  Los  blancos  vellones...  que  á  colmadas  manos  en 
i  ctsts  nos  rindes.  Zamora.  Mon.  míst.  pte,  2,  Simb.  15, 1. 3: 
Iteraos  que  hoy  uno  y  mañana  otro  van  rindiendo  su  tributo. 
[Pm.  Agr.  (i,\2:  Rinde  al  deinoníolüs  réditos  de  sus  obras  matas. 
171:  Galardón  deste  servicio  el  Criador  vos  lo  renda.  Qa^* 
(íÜ:  Rinda  por  ello  muchas  gracias,  Solis  H.  Mej.  1,7;  Los  habi- 
ide  ella  andaban  amedrentados,  con  que  no  rendían  fnilo 
NuÑ.  Empr,  23:  La  limosna  rinde  abundantes  frutos 
Éviihclenu. 
Oeneralizijse  porcntreyar  y  dar,  pero  con  sumisión,  sobretodo.] 
'  e)  participio.   Qaij.  í,3fi:  Que  como  yo  la  rinda  (la  vida)  de- 
ste de  mi  buen  esposo.  VAU)r.mí.  £/.  Fer.  2»  dom.  pos.:  Que  si 
'^valiera  el  favor  del  tabernáculo,  rindiera  la  vida. CAcuK.pj.l; 


462  Origen  v  vida'  del 


Trae  siempre  rendida  el  justo  la  voluntad  i  la  ley  qne  le  pov 
Dios.  Id.  ps.6l:  Qué  razón  hay  para  que  no  esté  siempre  ni  úm. 
rendida  á  Dios,  pues  cuelga  dél  toda  mi  salud?  Cabr.  serm,  Pd,  Jt 
Kendir  sin  violencia  el  alma  en  las  manos  del  Padre.  NiscnojU. 
dom.  4,2:  Rendir  inmortales  gracias  por  la  victoria.  SAHTAiitt. 
H.  prof.  p.  451:  Rendir  gracias  al  santísimo  Dios.  Mend.  Viiií.  H, 
Sen.  c.  323:  Rindió  su  frente  á  un  ejemplo.  Avala  //.  Antier.  3^ 
Rendirle  parias  y  darle  la  obediencia.  Palom.  Mas.  2,6:  Readir 
vasallaje  á  la  pintura. 

Ceder  á  lo  difícil.  Solis  H.  Mej  1,11:  Sin  rendir  el  ánimo  áh 
diñcultad   del  remedio. 

Devolver  vomitando,  ant.  Mingo  Rev.:  Coq  la  qual  sy  no  ha 
rendido  la  grama  y  lo  mal  pasgido. 

Factit.  hacer  que  otro  se  entregue,  vencer,  sujetar,  persuidir 
Quij.  11:  Le  rindo.  Id.  1,14:  Alegran  la  vista  y  no  rinden  la  volu» 
tad.  Que  todas  las  hermosuras  enamorasen  y  rindiesen.  Id.  1,34: 
No  hay  cosa  que  más  presto  rinda  y  allane  las  torres  de  la  vanidid 
de  las  hermosas  que  la  misma  vanidad.  Id.  2,14:  Le  vencí  y  reodL 
MoNTEsiN.  Serm.  Fel.  II:  La  muerte  rindió  y  avasalló  al  que  rendíi 
reinos  y  avasallaba  el  mundo. 

Cansarle  hasta  dejarle  sin  fuerzas,  así  decimos  que  el  peso,  c 
trabajo  le  rinde  ó  deja  rendido,  es  decir  vencido,  entregado. 

Reflex.  los  mismos  valores,  entregarse,  quedar  persuadido,  dars 
por  vencido.  Qaij.  1,9:  Que  se  rindiese,  si  nó  que  le  cortaría  lad 
beza.  Id,  1,34:  Rindióse  Camila,  Camila  se  rindió.  Id.  !,34:  No  3 
rinde  á  cosas  tan  bajas,  como  son  dádivas  y  promesas.  Id.  1,3' 
Luego  se  rindieron  todos  al  deseo  de  servir  y  de  acariciar  á  la  be 
mosa  mora.  Id.  1,34:  Por  la  mañana  suele  (el  amor)  poner  cerco 
una  fortaleza,  y  á  la  noche  la  tiene  rendida.  Cacer.  ps.  59:  Hastili 
extraños  se  me  han  de  rendir.  Id.  ps,  61:  Qué  enfermo  hay  que  i 
se  rinda  al  médico?  Za.mora  Mon.  mis.  pte.  7,  S.  Benito:  Un  rey 
quien  todo  cuanto  hay  se  postra,  se  rinde  y  se  humilla.  León  Prim 
No  os  rindáis,  dijo  Juliano.  G.  Pérez  Odis.  1 :  Soberbia  y  á  delcil 
tan  rendida.  Rinc.  y  Cort.:  Por  verme  hablar  tan  manso  y  venir  t 
rendido.  Quij,  1.1:  Con  voz  humilde  y  rendida.  Saav.  £/npr.  8 
Rendirse  á  los  acasos.  Roa  S.  Pelayo:  Afrentosamente  se  ríndeQ 
mil  bajezas.  Torr.  FU.  mor.  4|6:  Se  rindió  al  mándalo  de  su  pub 


101.  rendir. 


463 


PúS.1\\  Te  rindes  á  su  perpetua  obediencia.  Montalv. 

\ap.  532:  Le  faltaba  poco  para  rendirse  k  la  raueríe.  Cjvccr. 
Con  una  pablira  que  les  dije  se  me  rindieron  todos.  Al- 
tigu.  1,3:  AI  fin  se  rindió  &  las  míqtiinas  y  tormentos. 
%  1^39:  Rindióse  á  partido  un  pequeño  fiicrlc. 
CvittiK,  no  poder  mis.  Cacer.  ps.  63:  Y  me  rinda  con  el  peso 
bn  grande  cargü.  Id.  p$,  t05;  Estuio  muy  cerca  de  perder  d 
no,  rindiéndose  al  trabajo,  \d.ps.  83:  Véame  rendido  ^in  poder 
un  paso  adelante.  Obreg.  2, 1 0:  Se  rindió  la  Tuerza  al  can&ando. 
1^.  1,27:  Vo  quedé  á  pié,  rendido  de  la  naliiraieza.  Id.  2,45:  Yo 
doy  por  rendido  y  sin  ítjcrzas. 

Qalicisroo  hay,  cuando  rendir  se  toma,  como  en  francés,  por  res- 
ir,  devolver,  traducir,  despedir,  hacer,  llevar,  y  cuando  rendirse 
Üce  por  trasladarse,  \v  á  parar,  hacerse;  pero  por  Iraslad^c&e  é  ir 
y  llevar  se  usú  antes  de  la  época  clásica.  J.  Man.  Caza  8: 
»cn  poner  genles  en  los  lugares  do  entendiere  qne  se  rendrdj 

do  fuere  vencida  (la  garza)....  El  lalcón  que  la  tome  suso  ó  la 
;  rendir,  cuando  llegare  á  dos  mili  esUdos...,  si  la  rende  al  agua, 
Us  frases  parlicuíares  véanse  en  los  ejemplos  traídos. 
R«n<l-ítla,  posv.  participial,  acto  de  rend-ir;  pero  en  cl  sentido 
wl'igico  de  alternar,  [3or  orden,  remudarse,  pues  rendidas  eran 
{artes  de  la  noche  en  que  las  centinelas  velatian  remudándose 
orden.  P.  Vto*  ps.  6.  v.  5,  d.  I:  Que  diga  David  que  el  esperó 
Dios  sin  usa  de  liempo,  des.ic  h  primera  ceiiiínela  h-isn  la  pos- 

rendida  de  la  vida.  Id.;   La  It^Iesia  puso  en  !os  maitines  treS 
tomos,  que  antlguamenlc  se  cantaban  divididos,  á  diferentes 

en  las  tre$  rendidas  de  la  noche,  y  en  la  úllima,  que  es  al  áma- 
los laudes. 
Iliend-ei  posv.  de  rend-ii.   Vai.d.  Diaí.  itng.:  Rendir  por 
tir  y  riende  por  renta  dicen  algunos. 

«li-aiíentOf  rcnti,  entrega,  sumisión  del  vencido,  cxn- 
LcDN  Hijo:  Como  se  le  rinde  y  se  desníida  de  su  propiedad, 

cl  cual  r«odímienlo  y  desnudez  él  mismo  le  ayuda.  Solis  H. 

h  3,2:  Caminaron  delante,  dando  á  entender  con  este  apresurada 

lo  lo  que  deseaban  adelantar  la  marcha.  Saav.  íimpr.  5t: 

Nabras  csütdiadas  suenan  amor^  celo  y  Cdetidad;  sus  scmblan- 

icodimiento. 


464  Oriqcn  V  VIDA  DEL 


flendi-ble,  fácil  de  rendi-r.  A.  Alv.  SUv.  NtVfU.  2  ü 

hallan  con  corazón  humano,  grato,  dócil  y  rendible  á  Dios. 

fCendibú,  el  fr.  rendez-vous  ó  cita,  con  valor  de  cortáis 
agasajo.  Esteban.  11:  Te  hacen  todos  rendibú. 

102.  Cuando  los  hombres  tuvieron  que  viajar  ó  pastorear  gin- 
dos  ó  seguir  la  caza,  formaron  de  la  superñcie  de  la  tierra  un  coB> 
cepto  muy  diferente  del  que  forma  el  labrador,  considerándcla  am 
terreno  de  cultivo  ó  el  que  ha  visto  la  mar  y  la  concibe  comolr. 
seca.  Viandante,  pastor  ó  cazador,  hubo  el  hombre  de  ver  h 
tierra  á  manera  de  lugar  y  espacio  que  hay  que  recorrer.  Las  giu>. 
des  distancias  siempre  se  midieron  por  el  tiempo  que  se  echa  en  a 
recorrido,  como  dice  la  mecánica,  por  el  tiempo  que  invierte  n 
móvil,  y  como  dice  el  uso  común  por  las  horas  ó  jornadas  ques 
tarda.  ¿Cuánto  dista  tai  pueblo? — Como  cinco  horas,  ó  jornada  j 
media.  AI  ver,  pues,  los  hombres  una  grande  extensión  de  ticm 
delante  de  sí,  que  tenían  que  recorrer,  llamáronla  un  recorrido»  b 
del  andar  y  moverse  mucho:  tal  indica  err-i  lo  propio  del  en  4 
mucho  movimiento.  Tan  de  sentido  común  es  esta  expresión,  cooo 
que  los  primeros  hombres  se  daban  á  caminar  y  viajar,  á  pastonff; 
y  cazar,  y  no  podían  tener  acerca  de  la  tierra  otro  concepto  más  de. 
uso  ordinario.  Hoy  mismo  los  que  á  estas  cosas  se  dedican,  no  baOn ' 
medio  de  expresar  las  distancias  más  que  por  el  tiempo  que  gasta* ' 
en  recorrerlas.  Errik  bere-lege,  etchek  bere-aztara  cada  tierra  tiene 
sus  leyes,  cada  casa  sus  costumbres;  goazan  beste-errira,  an  6ere 
tchakarrak  dirá,  vayamos  á  otra  parte,  también  allí  perros,  es  dedr» 
en  todas  partes  cuecen  habas.  Parte  y  partirse  ó  viajar  tienen  el  mis- 
mo radical.  La  etimología  que*  acabo  de  dar  de  err-i  es  tan  derta, 
que  además  significa  la  risa,  la  cual  los  vascongados  siempre  la  ¡li- 
maron del  extender  las  facciones  y  del  mucho  rebullirse,  barre,  ÉrrL 
De  aquí  erri-bera  vale  tierra  en  declive  y  risueño  ó  inclinado  i  reir, 
es  decir  inclinación  al  erri  al  extenderse,  ja  riendo,  ya  andando^ 
erri-z  riendo,  erri-zuri  risa  blanca,  burlona.  Confírmase  por  d 
mismo  erri  sufijado,  pues  vale  extensión  de  terreno  y  período  de 
tiempo,  gari-erri  es  tierra  de  trigo,  olo-erri  la  de  avena,  y  amesk' 
erri  quincena,  zortzi-erri  octavario.  Región,  comarca  es  erri-cldt, 
ó  dígase  lado  del  erri,  pedazo  ó  parte  de  la  tierra;  el  monte  coin^ 


102.  erri,  erdL 


465 


Vñ-i^BSO,  d  barrio  b«fo  ó  interior  erri-barren^  e]  natural  de  ua 
jái  erri'ko,  cl  p.itríota  errí-ko-i;  por  pueblo  erri-kaf,  de  pueblo 

pueb!o  errlkaí'ka,  naturalizarse  en  im  pueblo  ó  (ierra  erriko-ta, 
trri'íaño,  es  decir,  el  iaño  ó  niebla  que  se  extienJe  por  d 

f,el  indígena  también  errUtar,  bastardeó  niño  echado  poniem 

U  nd>rc»  por  su  cado  bajo  tierra,  es  er-bi,  lebrato  erbi-kurné, 

tsia  (de  Jiebre)  erbi-ota.  El  mazo  para  desterronar  er-bii,  el 

10  coilanero.  ba]o  erri-pú,  em-bere,  erri-bera,  de  -pa  bajo, 

r,  'bere  hacía  abajo,  tierra  forastera  er-besíe,  desterrar  erbes- 

r,  forastero  erbesk-ko,  destierro  erbeste-tasarit  de  beste  oiro. 

!,  er-me,  er-mo  valen  firme,  fuerte,  dd  estar  asentado  cd 

I,  fr/ní>-/aaseritarsef  lomar  consistencia,  suelo. 

Confirmase  el  valor  de  err-i  con  la  vox  err-o,  trr-u  lo  que  tiene 

á  mucho  movimiento  extendiéndose,  pues  err-o  signiííca  raíz  y 

la  y  pe/ón  de  ubre,  raíz  del  extenderse,   pezdn  del  correr  la 

Metáfora  de  la  raíz  es  el  valor  de  quicio,  brío,  vator  y  dificul- 

del  pezón  el  de  rayo  de  sol,  colgajo,  pus  y  abundancia,  que  son 

significados  de  err-o.  Errookegin  arraigar  ó  hacer  erro,  gurg^ 

iJt  trro-andiago  ta  zienak  ezne  iago  nuestras  vacas  (son)  de 

tnis  grandes  y  las  vuestras  (tienen)  más  feclie,  atea  bere-errot- 

bezaki  como  la  puerta  en  sus  quicios.   De  muchas  raices  y 

t,  corpulento,  grande  erro-ísa,  erro-za,  arraigar  y  mudar,  es 

atenderse,  erro-tu,  erroz-tatu,  brioso  erra-dan.  Leche  recien 

ida  es  errO'bero  O  erro  caliente,  grietas  de  la  ubre  erro^itz,  y 

precipicio,  fisura  hueca  y  honda  entre  montes,  es  decir  punta 

i  rafz  del  monte,  erroiz-tu  derrumbarse,  trro-ki  parte  de  la  rail, 

cepa,   rastro,  consecuencia,  erra-itz  despeñadero,   como 

:,  trru-Ue  lugar  pantanoso,  crru-íen  abundancia,  cxlraordi* 

lente,  mucho,  con  brío,  trruz-ta  multiplicar,  abundar. 

(No  hay  duda  que  del  extenderse  mucho  y  del  abuniar  se  llama- 

arr-o,  err-a  lo  que  tiene  err,  la  raíz  y  el  pezón.  Arraigar  y  al 

io  tiempo  poner  en  fila  es  erro-ka,  idea  del  extenderse,  ó  erro* 

\mbíén  ó  cosa  extendida  es  rrron-ka,  que  vale  andar  ti 

o  erro^  y  erra-n  y  erro-in  ó  hacer  erro,  es  ci  poner 

10  sin  duda  del  dar  de  sf  con  abundancia,  erroi-aldi 

hue^i»  íxmiira  ó  prole  en  conjunto,  trra-le  ponedora  de 

Ib 


466 


Origen  y  vida  del  LeNou^je 


huevos,  erríí-í^e  acto  deponer  huevos  y  íugar  pantanoso,  Efri-2,1 
como  ya  hemos  visto,  en  abtnidancia. 

Vimos  que  ar-di  significaba  por  h  llanura,  pues  tal  es  el  valor  j 
del  sufijo  -di,  ó  lo  de  mucho  ar  ó  eKtenderse:  af-tíí  por  allá^  exíoi-í 
diéndose.  En  vez  de  ar-,  con  er-  tendremos  er-di  por  el  campo, ój 
moviéndose  (indefinidameníe),  ó  mucho  er,  mucho  moverse.  Tal  al 
precisamente  el  concepto  de  el  medio  ó  centro  de  im  espacio,  Est] 
mos  sobre  ima  loma  que  señorea  un  valle  cei  rado  bastante  extenso,] 
digamos  tin  err-i  ó  región  donde  se  puede  correr.  Para  indicarosd] 
centro  de  esc  valle,  os  señalo  un  punto  que  disíe  mucho  de  todoaj 
perímetro,  pues  el  centro  de  una  circunferencia  es  lo  que  dista iguri-l 
mente  de  todüS  los  puntos  de  ella,  \a  que  más  dista  de  los  mismoil 
puntos  á  la  vez.  Mucho  correr  ó  distar  es  lo  que  vale  er-di.  Deotnl 
maner:i:  er-di  vals  por  el  cr  ó  región,  por  el  valle^  es  decir  porl 
medio  de  cl,  por  el  espacio  indefinido,  asi  como  ar-di  por  el  spado] 
aquel,  mucho  extenderse.  Igualmente  er-fe  vale  entre,  como  ar4it 
intervalo  ú  medio,  y  espacio.  Erdi  es  el  medio  ó  centro.  Er-dH 
egimk  barata  nicíiUf  he  quedado  asombrado,  literalmente  en  me 
ó  partido  por  el  eje. 

Efeclivamenie,  partirse  por  medio  vale  erdi,  y,  supieran  ó 
los  primeros   hambres  que  la  generación   se  reduce  á  la  segme 
ción  de  una  célula  en  dos,  el  hecho  esqueerrf/es  el  parir  ó  parüisftj 
como  quien  dicCj   por   medio  la  mujer,  ó,  si  se  quiere,  dar  de 
centro:  erdi  da  ha  psrídOj  está  mediada  ó  partida,  erdi  bi  eginda\ 
dado  á  luz,  bidos,  en  dos  mitades  se  ha  hecho,  se   ha  rcpartidoi 
dos,,  se  ha  segmentado  entre  ella  y  la  prole.  Es,  puca,  el  concepto  ( 
la  segmentación  íisiológica  y  cíenlEíica:  la  prole  es  la  mitad  de ! 
madre.  Erdi-a  la  parida  {pa^rUás.)^  erdi-aldi  parto  á  vez  de  hendc 
erdia-tü  ó  erdi-ra-ía  henderse  por  la  mitad,  erdi-bi-tu  parir, 
asombrado,  como  partido  en  dos,  literalmente  partirse  ó  partirttj 
dos,  por  el  eje,  bi  dos. 

Erdi-ki  entreabrir,  erdi-ka  á  medias,  erdikala  casi  la  mil 
ala   hacia,  así  así,  erd'/Ao-íü  reducir  ala  mitad,  partir  por  me 
erdi-ki  medianamente,  mediano,  erdi-kin  casi  la  mitad,  poco  mis  i 
menos,  erdikin-da,  erdi-ko  mediano,  lo  de  erdi  ó  mitad,  erdi-ñ 
dolores  de  parto,  trdi-ra-garri  desgarrador  Cdolor),  erdira-ptá\ 
dolor  que  quebranta  ó  literatmenlc   quebrantamiento,   trdi-r(»4t\ 


103.  ripa,  errare. 


467 


'*'-    poner  en  inedio.  qiiehraiitarse  de  dolor,  literalmente  a! 
fS'ió  erdi-tch-i  lograr  por  los  medios  Á  proi>i'>sito,  de 
fi'Z  por  medio,  i  inedias,  erál-tm  cisr  ta  miUd,  «gato  6  medio 
^0  trdi-itsu,  erdi-íu  parir,  partir,  hendidura,  erdiz-ka  á  medias, 

ka-tu  partir  en  dus  ó  á  medias. 

[U  on  ornato  pera -f  de  trr  es  er-t,  yer-ta,  que  vale  ese  mismo 

I  ó  partir  por  medio  y  salir  lo  que  habú  dentro  y  por  con- 

'"irsc,  dcshindiai-se  y  disminuir,   y  er-te  el  entre  ó 

!/  taturik  bada  iten-í*rtetik  resucitando  pues  de  entre 

Bijcrto?,  erten  dago  esU  saliendo  de  enire  nlgo^  antura  erta 

■    '  -f:hadoel  tumor^  es  decir  saliendo  de  entre,  de 

L  ...    .■  deshinchazón,   er!u-ts  deshincliadaniente.   á 

I  vadar.  De  modo  que  de  er-t  el  andar  por  el  err,  el  correr 

p,  díjose  er-tik  ó  er-di  por  tierra,  por  medio  del  err-i,  ó  mo- 

hdose,  ó  en  medio  de  ese  gran  espacio  ó  recorrido.  Kpncí  de  la 

jucción,  del  partirse  algo,  dd  salir  de  sw  centróles  ert-aro, 

char  y  sacar  de  dentro  ert-arazi. 

|E1 1  f  'rmino  de  ese  camno,  lo  que  lo   (erminaieslo  más 

,  .„j  recorrerlo  Iodo,  y  díjo$e  lo  propio  del  recorrer  ó 

tr-U,  6  del  err-i  Efeclivameiite  er-tz  es  límite,  borde,  extrc- 

lorDla,  esquina;  limitar,  ceñir,  poner  exiremo,  cercar,  cerrar  un 

l>,  y  por  ende  rstrechar  y  aprebr,   eslrecho,  aprctido  crtsa, 

cfísa-ta,  íricftalti,  eríza-tu,  erts-i,  erkh-i,  ertsi-tu,  y  el 

por  lo  apretado  ertse,  erzt,  y  el  intestino  y  el  ombligo  por 

y  por  lo  que  cierra  ertze.  Vencejo,  atadura  ltísú-A/, 

b/»  lo  con  <S  para  apretar  y  ceñir,  el  opresor  ertsari,  ertcfi' 

apretada  y  estrcdia mente  ertsi-kU  cerramiento,  afíjcción  6 

I  ertsí-fasun. 


D3,    B  erdl  lo  tenemos  tal  vez  en  el  ski.  ordfto,  ard/ta  mita4; 
.  ardy-ti  separar,  ir-íl  tcpsynisc,  csl.  oñti;  tal  vez  el  skt.  r-te  sin, 
Que  prefiero  traerlo  de  ar-ie. 

I  latino  npa  ril>í:ra  hay  quien  lo  trae  de  *rÍV'pa  de  rív-as  río; 
hp  00  es  suHjo  latino.  Oíros  de  romperé;  pero  i  no  puede  venir 
1  compara  con  el  ant.  al.  nbart,  aU  relben  Irotai;  pero 
lir^  es  writf,  pues  en  bajo  alemán  el  verbo  es  wríben, 
heneo  wrij .  cfh  Con  todo,  d  parcnlcsco  que  trae  el  mismo  autur  de 


468 


ORIOCN  V  VUU  DEL  LENOUAJíl 


npa  con  £-pEír.-a>,  ¿^eph-tio  echar  abajo,   -■-'--=-  ^-  ~- 
e-pea-ta  ruinascaidas,  e-ptr-vi^,  parece  aceí'. 
tenece  fiíc-Tuí  lanzar,  dejar,  caer^  echar,  precipitarsct  fts-^ 
lanzar.  La  raíz  es  rtp  y  err/^,  con  el  valor  de  Itacúi  abaio:  áb 
eso  es  el  erripa  euskérico. 

El  ertz  extremo  lo  hallamos  en  el  alemin  Arsch  el  Irase 
g&St  det  antiguo  Ars,  med.  al.  y  anl.  al.  ars,  medio  bajo  ak 
ers,  flamenco  aars,  ags.  ears,  ing).  arse,  ñor.  ars.  Rcsp 
griego  5ppíi;  por  Spa-oi;  el  cxlremo  de  la  columna  vertebra 
cola,  oüpo^fo^  oüpiojj';^  el  extremo  final.  En  latín  urr-ancaí 
ín  Ínfima  spica»  (Varropí  /?.  f.  1,48,2). 

Errar  díjose  del  andar  lejos  por  los  lindes  y  límites  6 
de  los  campos,  engodo  a/rz-fs  TcXavoiiu-^oc,  oirz-yanzh 
irr-yan,  ant.  al.  Irr-ón,  med.  al.  /ít-cíi,  al.  irr-ea^  bt-irr 
rriarse  y  delirar,  turbarse.  La  ratz,  según  los  indoeuropeista 
es  decir  el  ertz  eu&kérico.  En  skL  irasy,  segOn  algttnos, 
cierlamerte  err-üre  por  *ers'are,  errar,  erra-tto  y  erra-toi 
erra-bandas,  erra-ticas, 

104.  Riba,  de  r^pa;  ít.  ripa,  riva^  fr.  rive,  pg.  ríbt.  E 
por  ribera,  Akxandre  1751:  En  riba  de  Thanais  un  rio  as 
/mandó  ficar  las  tiendas  i  su  pueblo  lazdrado.  Id.  1B43: 
déla  riba  más  de  medio  migero. 

En  Aragón  ripa^  riba  vate  ribazo  y  pendiente  entre  cain 
rior  é  inferior,  en  Méjico  como  antiguameute  y  en  lat 
barranca  es  decir  loma  que  sube. 

Rib-ar,  ant.,  de  rib^^  llegar,  subir.  Bcrc.  5.  Dom. 
daban  exir  dende^  la  gente  aquedada,/que  ribarien  á  salv< 
tcmiessen  nada.  Id.  AííV.  752:  Mesquino  pecador  non  veo 
Id.  631:  Pablemos  su  vegada  del  pleil  del  mercadero,j''leve 
nuevas  do  ribo  el  tablero.  Id.  S.  Oria  43:  Ya  eran^  Deo  gi 
vigínes  ribadas, 

Hib-azu,  tierra  con  elevación  en  la  ríben ,  lui^o  ea 
y  en  las  hazas,  de  rib-a.  Quü*  I  vers.:  Sobre  /  el  gran  ríbi 
peña  pobre.  Mariana  H,  B.  1,15:  Nuestros  historíadoresafli 
no  lejos  del  río  Ebro,  en  un  ribazo  y  coUado,  fuadd  dt  su  m 
ciudad  de  Tarragona.  - 


104.  ribera. 


409 


Blb-era,  ríb-a  ú  orilla  d«]  mar  ó  del  rfú  y  lo  bajo  junto  á  él 
cuencas.  QatJ.  1,18:  Las  famosas  y  frescas  riberas.  Id.  1,HI; 
otro  día  al  amanecer  en  las  riberas  de  España,  Id.  2,27:  Las 
dd  Ebro. 

Antes  rto,  como  en  íi.  riiriere.  Alexandre  1304:  De  ruedas  é  de 
dUdos  que  maelen  las  reverás, /de  muchas  ricas  acennas,  que  les 
id  tnpCT»s,/avie  grant  avondo  por  todas  las  riberas*  Tafur.  27! : 
m  la  nueva,  é  pasa  por  medio  dellas  una  grant  rivera. 

Á  la  ribera  de.  Fons.  V.  Cr.  pie  3,  L  /,  p.  t:  Predicando  Cristo 
hK  nuestro  un  día  á  la  rtbera  del  mar. 

Ribera  de,  ó  riberas  de.  G,  Pe«ez  Odis.  16:  V  á  la  hora  fueron 
los/ribera  de  la  mar.  T,  Naiurr,  I,  11 S:  So  los  más  altos  cipreses,/ 
tns  del  alegria/por  donde  el  agua  más  clara/'con  mayor  dulzor 
rrla.  Cabil  p.6\&:  A  las  fiestas  maravillosas  que  en  e!  bapltstno 
Cristo  se  hicieron  riberas  del  río  Jordán, 

Tú,  ribera,  llena  vas:  yo  no  te  pasaré,  ni  tú  me  llevarás.  (Dícelo 
cwnlo  cuarnto  el  río  va  creciendo,  y  se  vuelve  atrás),  c.  425. 

Votar  la  ribera,  tcvant;ir  la  caza.  Quij,  2,2:  Sate  otra  vez  á  volar 
Cibera.  A;|Ui  melafóricanienle,  correr  tierras  en  busca  de  aventuras, 
Atb-«ro.  como  rib-er.i.  En  Berceo  por  ribazo,  monlecito,  lin- 
If^abal.  Mil.  104:  De  fuera  de  la  villa  entre  unos  riberos,  alli 
iotcrraron.  Corr.  38:  Al  puerco  el  caldero,  y  no  el  ribero.  (Que 
mejor  34!¡ua  litnnia  dada  d  la  mano,  que  no  b  de  charcos  en 
rras  cálidas).  Id,  125:  Enconitcnda  sin  dinero,  vnse  por  el  ribero. 

RIber-pño,  de  la  riber-a. 

Riber-ano,  en  Honduras  como  ríber-eAo. 

I\¡h(*t*-!e|ro,  del  ^nado  trashumante  y  de  tu  ganadero. 

Kib-ctc.  dímin.  de  rib-a  y  solo  conserva  el  valor  metafórico 
orülo  y  su  g:uamicrdn  en  las  tetas  y  ropas,  después  trasládase  á 

aftadidura.  Qüi],  1,27:  Con  unos  ribetes  de  noo  btanco.  Id. 

:  Unas  (ocas...  tan  luengas,  que  solo  el  ribete  del  monjil  descu- 
Im.  j.  Pin.  Agr.  18,23:  No  nos  estiman  en  el  ribete  bermejo  de 
apentza.  Pie.  fust  2,2,4,3:  Me  puse  mi  manto,  que  en  larj^o  y 
oibrta  lodos  mis  ribetes  y  cortapisas.  Qutj.  2,85:  Que  diga  qne 
crcstonlo,  aforridodelomismo,  connoséqué  ribetes  de  mi- 
y  de  bellaco.  Fiolteii.  Paia/^  ohf.  7:  No  boIo  se  ha  de  quedar 
nuda]  en  pí¿,  sino  en  su  compa&fa  fiímosos  ribetes  de  mterés. 


470  OlílUCN  V  VIDA  DEL  LCNOUAJÉ 


Adorno  en  la  conversación,  etc,  refiriendo  alguna  drcunshodt 
6  gracia. 

Tener  sus  ribetes  de,  ó  sus  puntas  y  ribetes  de,  alguna  cos^ 
como  puntas  y  collar. 

RiUete-ar.  echar  ribete-s,  estar  listado.  G.  Alf.  1,2,&:  Cone- 
jos desollados  y  mechados  con  sus  garrochibs  de  tocino  ribeteado^ 
Diablo  coj.  tr.  5:  Brindándose  con  vino  y  pullas  los  unos  á  los 
otros,  ríbeleándolas  con  tabaco  en  polvo  y  en  humo. 

Ribet-ón,  en  Ara^r^n  ribete  de  vestido  inás  ancha. 

Rib-azón,  en  Venezuela  llegar  á  la  ribera  muchedumbre  de 
pescado;  de  rib-ar. 

A-rribíi,  de  riba  y  á.  Habiendo  tomado  riba  y  ribazo  en  k 
edad  media  el  vator  de  lugar  escarpado,  aunque  no  Fuesen  ribeñj 
del  río,  como  en  italiano  que  vale  roca,  cima,  y  coleau,  de  cosi^ 
en  francés,  fué  empleándose  á  riba  á  lo  alio  como  adverbio. 

Expresa  localmeníeel  luoviraienio  hacia  lo  alta.  Erc-  Araac: 
No  la  pelóla  con  tan  presío  sallo/resurie  arriba  del  macizo  suelúi 
F.  Torre  2  canc.  /:  Muestras  tu  desconsuelo/no  levantando  arriba/ 
la  corona  gloriosa.  Celest.  6:  Subamos,  si  mandas,  arriba. 

Metaf.  Grw,  fmit  2,12:  Vuélvete  arriba,  vuélvete  abajo,  de 
dentro  y  de  fuera,  que  en  todo  hallarás  cruz.  Id.  SifUb.  1,2:  Es  tto 
corto  nuestro  enlendímienlo,  que  no  sube  un  gndo  más  arriba,  put 
ver  allí  al  hacedor. 

Con  adverbios  6  complementos,  para  precisarlos,  y  va  p» 
puesto.  Quij.  í,20:  Comenzaron  á  caminar  por  el  prado  arribi  i 
tiento.  Lie.  Vidrier.:  Asombróse  e[  pobre  y  díó  á  correr  por  aqucDl 
cuesta  arriba  con  tanta  priesa  que  no  le  alcanzara  un  galgo. 

De  aquí  su  uso  como  preposición  pospuesta.  Lazar.  3:  Yeníto 
la  calle  arriba.,,  á  deshora  me  vino  al  encuentro.  Coloma  Tcc^ 
Hist.  4:  Subía  una  parte  de  los  alojamientos  suavemente  un  collado 
arriba.  Quev.  Tac.  20:  Di  dos  vueltas  calle  arriba  y  calle  abajo  sb 
ver  nada.  Quij.  2,27:  Y  subió  la  loma  arriba.  Erg.  Araac,  23:  Como 
el  viejo  salió  la  cuesta  arriba.  Millav.  Mosq.  6:  Humo  miró  ítáár 
la  torre  arriba. 

Sobre  todo  del  curso  de  las  aguas,  en  dirección  á  su  fuente.  Mat 
RiANA  H.  E.  9,\\:  Rompió  lo  primero  por  el  reino  de  Toledo  y  d 
río  Henares  arriba  no  paró  hasta  llegar  á.  Coloma  Q.  Fl*  U  En 


104.  arriba. 


471 


lúSibte  $.nlirl&  á  biisciir  el  canal  arriba.  Id.  I :  Podrían  tos  n<ivíos 
tnuAdi  pasar  el  río  arriba. 

Jéelaf.  con  de,  indicando  grado  superior  en  cantidit  t  ó  cualidad. 
Álf.  1,3,2:  Que  niiii;ún  mendigo  pueda  traer  nrm:is  ofensivas  ni 
insivas,  de  cudiillo  arriba.  Pic.Just  í,3.3:  t-i  lublainos  hecho 
de  mil  miias  arriba.  P.  VcaAps.  J,  v.  8,  d.  4:  No  vale  de  diez 
rt  arriba.  OftAN.  Guia  2,1 1,2:  El  mandnmienío  del  ayuno  obliga 
veintiún  años  arriba.  Menú.  G.  Gran.  1.  Le%  prohibieron  la  in- 
Didad  de  las  iglesi.ts  arrib.i  de  tres  días. 

Pre»cindiencío,  como  otros  adverbios,  del  movimienío,  indica 
loaíto,  y  pueden  pceceJerle  preposiciones.  León  Hijo:  En  la 
ede  arriba  del,  las  aguas  que  venían  se  amonlonaron  creciendo, 
f.  2,55:  ¿Ai  de  arriba  ¿hay  al^ún  cristiano  que  me  escuche?  Gran. 
Ev  1,16:  Da  saltos  hacia  arriba  imitando  U  lijereza  y  n.itiirnleza 
fiícgo.  Ctlest  1:  Mis  dí¿qué  pasos  suenan  arriba?...  Quién  está 
n?  QaiJ.  2,62:  En  el  aposento  de  abajo,  correspondiente  al   de 

iá.  2,10:  Enramar  y  cubrir  todo  el  prado  por  airilta. 
Con  tic  indicandu  un  punto  que  queda  más  abajo.  Mariana  //. 
0,16:  A  ta  ribera  del  Ebro,  tres  icguas  arriba  de  2arag02a,  esU 
¡ún.  QafJ.  {,34:  Por  más  arriba  de  !a  islilla  del  lado  izquierdo. 
^¡gr.  3,10:  Porque  los  pimpollos  que  nacen  al  pié  del  ivt- 
^Bin  de  arriba  del  enjerto. 
Acompaña  á  los  adverbios  de  lugar.  Qttij.  2,23:  Le  pregunté  si 
verdad  lo  que  en  el  mundo  de  acá  arriba  se  conlaba  (de  Mon- 
los). 

iíeíqf.  Qram.  Imit.  3,6:  El  amor  quiere  estar  arriba  y  no  quiere 
detenido  de  cosas  bajas.  Id.  Orac.  \,  Juev.  man.:  No  lernias 
Er  ningimo  sobre  mf^  si  no  te  fuera  dado  de  arriba.  S.  Ter. 
L:  Aquella  vida  de  airiba/es  la  vida  verdadera. 
Tmlidasc  al  tiempo,  y  vale  anteriormente.  León  Princ:  Pero, 
10  arriba  cslá  dicho.  Pie.  Jusi.  2^2,3:  La  carta  arriba  dicha. 
lUNA  H,  E.  3,1 2:  Fu¿  hombre  de  valor,  de  que  antes  en  España 
bastante  muestra,  como  queda  arriba  apunlado. 
Tra-sUdase  á  ta  causalidad,  y  vale  lo  que  lógicamente  precede 
lo  causa  ó  antecedente.  Mariana  H.  E.   6,26:  El   principio  de 
dopuUsc  tomari  un  poco  más  arriba  en  csla  manera. 
IfOA  arriba,  contra  corriente,  y  mctaf.  Qran.  Orac.  2,2,SI: 


472  Origen  y  vida  del 


No  debemos  luego  desmayar  con  las  contradicciones...  imíttndo  ct 
esta  parte  á  los  que  van  remando  agua  arriba  en  un  río  arrcfailid& 

Arribat,  alentando  á  levantar,  y  á  beber.  Alcalá.  Dag.:  No  bi 
de  quedar  por  manta./Asgan  pues  todos/sin  que  queden  gituiQi 
ni  gitanas:  /  Arriba,  amigos.  También  arríéíi  con  ello!  ¡an^ 
pelele! 

...arriba,  del  río,  edad,  etc.  Oviedo.  H.  Jnd.  24,7:  Cincuodi 
leguas  el  río  arriba.  Id.  24,4:  Ni  de  25  años  abajo  ni  de  50  amli. 

Arriba  de,  más  de  la  cantidad  dicha. 

Arriba  y  abajo,  del  que  se  menea  y  trabaja  mucho,  y  del  subfr 
y  bajar. 

Boca  arriba.  Quij.  1,16:  Estaba  en  su  derribado  lecho,  tendido 
boca  arriba  sin  sentido  alguno. 

Dar  con  élpatas  arriba.  Gall.  esp,  2:  Y  si  no  lo  estorbui 
Don  Femando,  /  diera  con  más  de  dos  patas  arriba.  Ruf.  dich.  I:Y 
arremetiendo  con  él  /  dio  con  él  patas  arriba.  Tirso  Amar  por  seña 
1 , 1 :  Tu  cólera  adusta  /  dio  con  tres  patas  arriba. 

De  abajo  arriba,  volviendo.  Alarc.  Cuev.  Salam.  1:  Sudo^ 
paredes  y  techos/de  abajo  arriba  volvamos. 

De  arriba,  de  alto,  encumbrado,  noble,  y  de  parte  de  Dios,  dd 
cielo. 

De  arriba  á  bajo  .  (Que  una  cosa  coge  toda  la  persona,  y  volver 
á  una  cosa  de  arriba  abajo),  c.  577.  Qaij.  1 ,9:  Y  fenderían  dearribi 
abajo.  Id.  1,16:  Le  emplastaron  de  arriba  abajo.  Id.  1,23:  Carta  » 
crita  en  verso  de  arriba  abajo.  Id.  2,48:  Cubierto  de  arrit»  atajo 
en  una  colcha  de  raso  amarílio.  Id.  2,49:  Miráronla  de  arriba  abijib 
Cacer.  ps.  17:  Trastornóse  lo  de  arriba  abajo.  Valderrama  Ejot, 
Prol.:  El  que  araba  revolvía  la  tierra  de  arriba  abajo. 

De  la  cintura  arriba.  Qaij.  1,31:  Desnudo  de  la  cintura  amfafr 
Gran.  Simb.  1,28:  Doce  sirven  para  dar  estos  espíritus  animales  i 
la  parte  de  nuestro  cuerpo  que  sube  de  la  cintura  arriba,  y  los  otroi 
para  lo  que  resta  de  la  cintura  abajo. 

De  medio  arriba.  Quij.  2,40:  Quitarles  la  mitad  de  las  nariocf 
de  medio  arriba.  Valb.  Bern.  7:  De  un  revés  esquivo /de  nedto 
arriba  le  dejó  sin  talle. 

De  medio  cuerpo  arriba.  Quij,  1,4:  Desnudo  de  medio  ORfpv 
arriba. 


ntniba.  OvuDo  H.  I 


anidar. 


"írf 


I.  OvuDO  H.  Ind.  50,20:   Despucs  que  las  tenían 
pies  para  arriba. 

'  arriba  y  por  abajo,  por  todas  partes, 
í/o  mt  da  arriba  que  abajo,  lo  uno  como  lo  otro. 
\ftrlade  arriba  abajo  y  lo  de  abajo  arribOt  trastornar  las 

rril>^ar,  de  á  y  rib-a;  il.  arrívare,  caL  arribar,  prov.   ari- 

Rfr.  arriver,  b.  lat.  arripare,  adriparc. 
.  llegar  a]  puerto,  ú  la  riba  ú  ribera. 
Stp.  íngL:  Que  con  tormenta  habían  arribado  i  aquella 
ida  destruida  y  sin  artiriería.  Erc,  Arauc.  16:  Espero  que  la 
re  mía/ha  de  arribar  al   puerto  deseado.  Mariana   //.   £. 

trcy  arribó  á  Marsella  en  fa  ribera  de  Francia. 
bise  al  llegar,  fuern  del  mar.  Oarcil.  Egí.  3:  A  mi  majada 
rimero/que  el  ciclo  nos  amuestre  *u  lucero.  Pie.  Just. 
fé  mi  l^utr.i  víenlo  en  popa  hasti  encimarse  y  arribar  á  la 
del  portillo  de  Mansílla.  Erc.  Araac.  2:  Arriban  á  Puren, 
'gura/cubiertos  de  la  noche  y  sombra  escura. 
'Hf.  Zamora  Man.  mtst  pie,  2,  pie.  2,  Simb,  I:  No  le  que- 
iés  ¿  su  esperanza  para  arribar  en  lo  perdido.  Quij.  2,6:  Do 
rribci,  quien  de  allí  declina.  Le.oti  Job.  11,12:  Si  quiere 
I  cnscftanza  de  Dios,  pudra  arribar  á  ser  bueno  y  bicnaven- 
3itA  Mon.  mist.pte  3  Nativ,:  Por  aquf  arribó  á  la  cum- 
Bvores  de  Dios.  LcoNy^fr.  23,11:  A  quien  no  es  posible 
lira  ¡guateó  arribe.  Id.  Af(7/ife;  Lo  alto  y  la  cabeza  de 
D%  que  traspasa  los  cielos  y  es  consejos  altísimos  de 
donde  no  poedc  arribar  ingenio  ninguno  mortal. 
e,  niut  Esp.  ingi:  Arribó  U  nave  de  Rlcaredo  á  su 
iriEC»  H.  tttd.  43,3:  E  arribó  sobrel  navfo  c  le  tomaron. 
'lle^-ar.  J.  Enc.  Caacf.  20:  A  tí  Virgen  que  llamamos/ 
gS  ruegos  recibes, /te  pedimos  y  rogamos  /  desque  desta 
^^/ilo$e«ek)»  nos  arribes.  Id. /o/.  75:  Qui6n  le  arribó 
i^an  lagrimoso  y  tnn  solo.?  Roor.  Rcjnosa  Bibl.  Qa^ 
t>14l5:  Quiero  arribar  mi  ganado/  do  la  cabana  he  dejado. 
rtt»-adc»,  partie.  depon,  de  arrib-or.  Eac  Arauc.  21: 
¡ser  más  cierto  ínlelif^cia  /  del  español  ejército  arribado,  /" 
tbía  la  fama  acrecentado. 


474  '  Oriuen  y  yiDA  del 


Aprib-ada»  posv.  particlp.  de  arrib-ar,  llegada  de  la  nnt 
SoLis  H.  MéJ.  5,16:  Donde  se  recibió  á  un  tiempo  el  socorro  y  Ii 
noticia  d2  su  arribada. 

De  arribada,  acogerse  forzosamente  el  navio  á  tierra.  Orika, 
Ind.  1596, 1.  4,  p.  177:  Fueron  llegando...  á  la  dicha  provincia  de 
tierra  ñrme  21  navios  dellos,  también  de  arribada. 

App¡b-í>,  posv.  de  arribar.  De  arribo,  de  llegada. 

A-ppib-es,  en  Salamanca  derrumbaderos  hacia  el  Huebn, 
Duero,  etc. 

Appib-eño,  entre  los  de  las  costas  son  ios  que  proceden  de 
tierras  altas.  Así  en  Argeijtina  los  de  las  provincias  de  arriba,  la 
cercanas  de  los  Andes. 

Appib-anza,  arribo,  ant.  Cid.  512:  Sos  caualleros  yn 
arribanza. 

Appib-azón,  grande  afluencia  de  peces  á  las  costas,  en  Cubi^ 
etc.,  de  arribar. 

Appíb-aje,  como  arribada,  y  lugar  donde  se  puede  arribr 
en  la  playa. 

De-pp¡b-ap,  de  de  y  rib-a  en  su  acepción  de  altura,  de 
modo  que  equivale  á  despeñar  y  derrocar,  aunque  algo  oscureddl 
la  imagen  del  altozano. 

Trans.  echar  abajo  lo  puesto  en  alto  ó  en  pié.  Qaij.  1,18:  Dd 
templo  que  derribó  Sansón.  Id,  1,25:  Derribó  casas.  Id.  2,19:  DeriK- 
bóle  el  sombrero  dos  veces.    77í2  fing.:  Al  entrar,  los  estudianfc»^ 
derribaron  los  bonetes  con  extraordinario  modo  de  crianza.  D.  Vb31 
Fer.  4  dom.  3  Cí/or.:  Derriban  los  templos,  despojan   las  iglesia.^ 
Qü//. -2,41:  Y  no  me  aprietes  tanto,  que  me  derribas.  Sous.H.M4». 
4,1:  Se  determinaron  á  derribar  los  ídolos  de  Méjico.  Qaij.  2,68: , 
Derribando  no  solo  á  Don  Quijote,  sino  llevando  por  añadiduná 
Rocinante.  Celest.  9;  Mira  no  derribéis  la  mesa.  Qaij.  2,22:  Ponieo» 
do  mano  á  su  espada  comenzó  á  derribar  y  cortar  de  aquellas  niil^ 
zas.  Saav.  Empr.  50:  A  veces  quien  se  abrazó  con  otro  para  derih 
bailo,  cayó  con  él. 

Cortar  de  golpe  un  miembro.  Qaij.  !,18:  Más  quisiera  que  me 
hubieran  derribado  un  brazo,  como  no  fuera  el  de  la  espada.  U* 
1,29:  Que  le  habían  derribado  las  muelas...  las  barbas  tehadeni- 
bado  y  arrancado  del  rostro. 


El(k.  bermii¿ 
.  2,11:  Cotí  grandísimo  Aliento  derriba  muerto  á  im, 
\ch6n. 
ocattvo.  B.  Arocns.  Con,  felparlo:  La  piedra  que  escondido 
uro/villano,  la  derriba  de  la  plañía.  Marmul  Rebei  6,33:  Y 
idotc  del  caballo,  se  lo  quitó.  Qaij.  2,  65:  £1  me  venció  á  mi 
erribó  del  caballo. 

insirumcntiL  Qaij.  \,\:  Le  derribó  de  un  encucntio. 
Ambr,  Mor*  Croa.  17,23:  Mandó  derribar  por  los  clnuen-- 
latro  puertas  de  U  ciudad. 

nar,  agobi&r.  V\lb.  Sigí.  oro  2:  Ni  en  et  campo  los  manzanos 

su  madura  fruta  derriba.  Dos  doncel!.:  A  cada  trago 

volvía  y  derribaba  la  cabeza  sobre  el  hombro  izquier- 

■Quc.  5:  Saca  enlci-a  Ea  lanza  y  derribando/el  brazo  atraa 

ijaba.  Gatat,  2:  Y  el  oiro  brazo  jt  la  olra  'parle  floja- 

do. 

caer,  hablándose  de  ropa.  Lazar.  3;  Y  derribando  el  cabo 

sobre  el  lado  izquierdo,  sacó  una  tlave  de  la  manga.  Col, 

t  sentó  en  una  silla  junto  Á  mí,  derribado  el   manto  hasta  la 

ja^z  fXfígel  1:  El  bonete  á  los  ojos  derribado. 

b/.  A-  Alv.  Silv,  Canon.  10  c:  Suele  pues  el  Señor  no  como 

nrríhir  el  contenió  del  hombre.  Id.  Fer.  6  dom.  3  caor,  3  c^ 

tengamos  fortaleza  del  cuerpo,  una  cnfermedaJ  la  derriba. 

Mon.  mist  pte.  3  Soled.:  No  derribó  á  Job  esta  niícva.  Avila 

2:  La  tristeza  que  consume  y  derriba  ei  vigor  del  corazón. 

.  Jeran.  3,6:  Qué  consecuencia  es  e<;la,  para  derribar  con 

iición  tan  antigua?  Gatat.  2;  No  puede  la  aspereza  y  desdén 

Ct  d«  Qalatea  acabar  de  derribar  mis  esperanzas.  Saav.  Empr^ 

I  tnbafo  es  continuo,  derriba  la  salud  y  entorpece  el  ánimo. 

¡9.  4,9:  No  debemos  derribar  nuestro  corazón,  por  más  que 

E  crezcan.  Mariaxa  H.  E.  1 3,6:  Muchos  con  derribará  otroSi 

dio  de  acusaciones,  Márquez  Goft.  cr.   1,21:  El  deseo  de 

rte  de  la  privanza.  Qaij.  2,3S:  Todas  estas  paiIcs  y  gracias 

inlcs  á  derribar  una  monlaña,  no  que  una  delicada  doncella^ 

16;  Le  derribó  de  intento  semejante.  Mariana//.  E,  2 

y  el  daño  derriba  á  los  cobardes  y  anima  á  los  valientes, 

r.  5,b,  or.  3:  Plcgatc,  Sc&or,  que  este  ejemplo  penetre 


476  OrIOEN  V  VtDA  OEl.  I,CNQUA]t 


mi  corazón  y  derribe  cualquiera  presunción  y  sobcfbift  que  tají 

«nél. 

ReJIex.  echarse,  despeñarse.  Oran.  Orac,  1,  vüern.  ifuffj  Detii- 
bándose  de  la  cama  en  el  suelo.  QuiJ.  2,12.  Vio  que  eran  dosbM' 
bres  á  caballo,  y  que  el  uno  dejándose  derribar  de  la  silla,  dijo  Ú 
otro.  Mariana  //.  £.  4,13:  El  río  Alberche,  que  se  derriba  deloi 
montes  de  Avila.  Erc.  Araac.  2:  La  luna.../se  derríbó  en  el  irtiv 
hemisfero.  Herr.  2,  son.  100:  EdíGcio  más  firme,  y  aunque  veo/qoe 
se  derriba. 

Inclinarse.  Jineta  p.  57:  Le  irá  aguardando  (al  toro),  yanoi 
vueltas  derribándose  sobre  las  caderas  de  su  caballo,  le  volverá  ádv 
los  palos  que  pudiere.  Gran.  Mem.  7,1,6:  Derribémonos  humiKte- 
mente  á  sus  pies. 

Metaf.  Avila  Audi  105:  Cuando  oyeredes  que  os  amonesta  ooM 
tan  altas,  no  debéis  derribaros,  mas  esforzaros.  Id.  Ep.  3,40:  Ate 
para  que  no  se  le  derribe  el  corazón  ni  se  le  entristezca  demasÍMllf 
mente.  Siau.  S.Jeron.  5,1:  A  todos  se  pospone  (la  humildad),  pu 
todos  se  derriba.  Avila  Ep.  2,8:  Ya  que  no  creciese  en  bien,  nos 
derribe  ella  misma  á  mayores  males. 

Recipr.  QaiJ.  2,74:  Ser  cosa  ordinaria  derribarse  unos  caballeni 
á  otros,  y  el  que  es  vencido  hoy,  ser  vencedor  mañana. 

Pasiv.  Qaij.  2,\  I:  Sancho,  que  consideró  el  peligro  en  queibi 
su  amo  de  ser  derribado,  saltó  del  rucio.  Saav.  Empr.  34:  Tan  gnt 
máquina  no  se  podía  derribar  sin  que  cogiese  debajo  á  quies  ll> 
intentase. 

En  náut.  derribar  es  derramar,  del  aire  en  las  velas. 

Derribar  al  suelo.  Lope  Al  pas.  del  arroyo  3,5:  Vino  el  toriBoy 
derribóla  ai  suelo. 

Derribar  en  el  suelo.  Qaij.  1,37:  Y  de  un  revés,  zas,  le  dcnibl 
la  cabeza  en  e!  suelo.  Id.  1,3:  Alzó  la  lanza  á  dos  manos  y  dio  ood 
ella  tan  gran  golpe  al  arriero  en  la  cabeza,  que  le  derribó  en  elsuck» 

Derribar  por  el  suelo.  Amb.  Mor.  Cron.  1 7,24:  Llegando  i  fc 
iglesia  del  apóstol  Santiago  derribó  por  el  suelo  mucha  parte  deSt 
Erc.  Arauc.  20:  Hoy  la  sangrienta  y  rigurosa  muerte  /  todo  lo  ha  dC 
rríbado  por  el  suelo. 

Derribarse  d,  ante  tos  pies  de.  Gran.  Simé.  2,22,3:  DerribiroBS 
á  los  pies  de  los  santos  rogándoles  que.  Id.  Escr.  e^,  4,2:  Queot* 


104.  errar. 


477 


purrtt  del  monasterio  y  que  te  derribes  ante  los  pies  de  lodos 
ntos  entran  y  salen.  Herr.  2,  son.  B3:  No  ^  derribe  A  vuestros 
í  rendido. 

Depplb-ado^  p»rtic,  de  derrJb-ar,  como  adjetivo  caído,  indi» 
o.  Castillejo  2,  A  un  caballo:  Tiene  pequeña  la  frente,  /  las  cade- 
derribadas.  Quev.  M.  Bruto:  Siendo  el  natural  de  todas  las  que 

<t\  (mujeres)  derribado  á  las  niñerías  del  agasajo  y  solo  atento  al 
de  su  hermosura.  Id.  rom.  94:  Derribada  de  hombros,/pcro 

de  espaldas.  Avala  Caza  2x,  El  las  colas  más  corlas  et  mis  de- 
Hutas  CQ  las  espaldas. 

Oerríbadas.  (PuUa  á  las  narices;  cuando  alguna  se  suena). 
KSl. 

Derrlkad-tco.  Calücr.  Cas.  dospuert.  2,12:  Derríbadica 

Kbros/y  redondita  de  faldas. 
ppib-4>,  posv,  de  derrib*ar.  Ardcm.  GoL  pol.  5:  Que  deso- 

6  quiten  las  alhajas,  que  estuvieren  puestas  en  las  paredes 
Üanens,  porque  no  5e  les  echen  á  perder  al  tiempo  del  derribo. 
Son  también  los  maletiales  derribados  y  deálrozados  del  edificio. 
En  njul.  la  inclinación  que  tienen  tas  orillas  de  los  lados  de  la& 
8  de  cuadras,  por  ser  el  gratil  menor  que  el  pujamen, 
Mal-deprli>«r.  Am.  lfser.:  Malderribados  torreones. 
So-rrib-at*)  en  Cañarías  cavar  hondo  la  lierra  yerma  pam 
Bllrvo. 

Soprlb-a.  posv.  de  sorrib-^r. 
Errar,  de  cirare. 

intrans.  andar  vagueando  fuera  de  camino.  QuIJ.    1,52:  Aquel 
:ca  rocinante  errando  anduvo  (equívoco,  errante  y   cometiendo 
[).  NuS.  Empr.  5:  V  el  humilde  prelado  procuró   otras   veces 
■tirie  con  la  mano,  para  que  errando  vago  por   el   aire,   no   se 

de  ver  á  quien  señalaba.  Cald.  Tres  may.  prodig.  1 :  E.n  sus 
tifas albcrf^a/varios  huéspedes,  que   errando/con  sus  familias 

i/cxtraAos  climag  visita, /zonas  discurre  diversas. 
Utia¡f,  faltar,  desacertar.  Qaij.  1,30:  Todo  ha  de  ser  errar  vos  y 
donaros  yo?  Id.  1,33:  De  si  se  avergüenza,  cuando  yerra. 
4.  hitarte,  ant.  Meju  //.  Imp,  Otón  It,  c.  t :  Del  cual  aprendan 
hijos  y  vasallos  que  hubieren  ernulo  i  sus  señores,  á  se  emendar 
neprnür. 


478  Okioen  y  vida  Of£'ú 


Contra,  ant.  Partid.  1,4,23:  Estas  tres  cosas  debe  fRcér  adifli' 
pecador,  porque  erró  contra  Dios  en  tres  maneras. 

En.  QuiJ.  2,25:  Aunque  no  todas  veces  acierta  (el  mono)  ei 
todas,  en  las  más  no  3  erra.  Ant.  Aoust.  Dial.  pl.  17:  En  mudm 
yerran  en  las  letras,  y  en  otras  en  el  retrato. 

Trans.  con  persona,  no  hallarla  buscándola.  QuiJ.  1,25:  Pan 
que  no  me  yerres  y  te  pierdas. 

Con  /o  desacertar.  QaiJ.  2,13:  Pues  en  verdad  que  lo  yem 
vuestra  merced.  Id.  2,27:  Y  sobre  mí,  si  lo  erraren.  Zabkleta  IHaf* 
1,15:  El  que  no  es  puntual,  le  yerra  de  no  serlo.  Ahora  vercraot 
como  lo  yerra. 

Factit.  hacer  errar.  J.  Enc!  398:  Que  te  yerran. 

Reflex.  puele  llevar  en,  desacertar.  QuiJ.  2,2:  Tu  debes,  Sancho^ 
errarte  en  el  sobrenombre  de  ese  Cide.  Id.  2,27:  El  que  les  hatñ 
dado  noticia  de  aquel  caso  se  había  errado  en  decir  que.  Id.  2,35: 
Si  me  errare  en  el  número.  £síe6an.  4:  Me  perdone  su  cadáver, 
que  él  también  se  erró  en  esto,  fíinc.  y  Cort:  No  me  erraré  en  u 
átomo.  Bañ.  Arg.  2:  Yo  bien  sé  que  no  me  yerro.  Ruf.  viudo:  Va- 
yanse todos  por  lo  que  cantare /y  no  será  posible  que  se  yerreí 
(bailando). 

Pasiv.  QuiJ.  2,19:  El  (estado)  del  matrimonio  estájmuy  á  punto 
de  errarse.  Id.  1,20:  Si  se  yerra  una  del  número,  no  puedes  seguir 
adelante  con  la  historia. 

Al  que  yerra,  perdónale  una  vez,  más  no  después,  c.  36. 

A  quien  errares,  nunca  le  creas,  c.  1 5. 

De  hombres  es  errar;  de  bestias  perseverar  en  el  error. 

Después  que  te  erré  nunca  bien  te  quise  ó  pensé.  Galindo  lOt 
Del  que  nos  faltó  en  lo  prometido  no  hay  que  esperar. 

Errando  se  aprende.  (Consejo  para  perseverar  en  el  oficio), 
c.  140. 

Errar  el  blanco,  el  tiro,  no  dar  en  él,  no  lograr. 

Errar  el  golpe,  no  atinar,  y  metaf.  engañarse.  Nieremb.  Gtaek 
1,9:  Caiga  ya  en  la  cuenta,  como  ha  errado  el  golpe,  que  lo  que  se 
había  de  desear,  no  es  un  bien  imaginado,  perecedero  é  insuficieole^ 
sino  el  bien  verdadero  de  la  gracia. 

Errar  y  porfiar.  (Reprensión  á  los  tercos  y  porfiados),  c.  140. 

Malo  es  errar,  y  peor  perseverar.  Vald.  Dial  kng. 


104.  errar. 


479 


errar  por  parecer  ajeno,  que  acertar  por  el  nuestro, 
ienío  para  persuadir  que  nos  aconsejímos  en  Iodo  y 
cer  de  oíros,  porque  ea  mejor  errar  alguna  vez  por 
>.  que  ser  los  hombre'^  confiados  de  sí  y  cabezudos, 
parecer),  c.  451. 

por  otro  errar,  que  por  si  acertar.  (Poco  anics  queda 
t«  encarecimiento  y  uviso  de  lomar  consejo),  c.  454. 
qaien  yerre,  sino  qakn  su  parecer  quiere,  c.  213. 

qaien  á  !os  sayos  semeja,  c.  225. 
amos.  (Enlre  dos  cainaraJas  bellacones,  que  el  uno  se 
IOS,  y  el  otro  le  ponía  el  cuerno,  conlaban  los  cornudos 
Ramos  no  se  conbha  así,  que  no  lo  sabía;  al  cabo  de 
otro  decía:  Otro  c-ramos,  con  ambígüedíid,  por  otro 
lOr  que  la  s  anlcs  de  la  r,  se  come.  El  Ramos  enUí!  *ia 
'aban  y  se  les  olvidara  de  la  cuenta),  c.  1 5Q. 
ra  y  se  enmkntfa  ú  Dios  se  Encomienda,  {Quij.  2, 18). 
Dios  le  .lyudará. 

I  qae  no  erra.  (Dícenío  por  Nneslra  Señora,  dando  i 
;e  no  es  maravilla  que  una  de  las  otras  yerre  por  ser 
rtra  Haquc/a  cF  vicio  y  el  errar),  c.  163, 
o,  partic.  de  err-ar  y  empicase  como  deponcnic  dd 
de  lo  que  no  va  accrlado.  Qaij.  1,48:  Para  sacarle  de 
■nsamienío.  Id.  1,50:  Siempre  irAn  errados  los  medio» 
^ae2  líiv.:  Prometí  de  casarme  con  una  mujer  errada  (de 


r  errado.  Quij.  2,3;  V  ya  en  esto  anda  errada  la  historia, 
|b,2Q:  O)mo  ~  ido  que  ambos  andaban  errados. 
|dn,  posv.   I'  de  crr-ar,  fatla,  pecado.  Caur.  p. 

hay  lan  grandes  erradas  siendo  luz?. 
rradas,  Carr.  p.  66*):  Supuesto  que  lanías  cegueras 
deán  es  imposible  dejar  de  hacer  muchas  crr^-tdas,  á  mí 
nás  breves,  por  menos  costosas,  serian  las  menos  inlole- 
229:  Si  i  esto  mirasen  las  casamenteras  de  ahora,  no 
i  erradas  como  vemos. 

>>  posv,  de  err-ar.  Zabalcta  Error  28;  El  malo  yem, 
^a  el  yerro.  T.  Naharr.  I,  SO:  Es  cosa  fea  /  perdo- 
limero.  • 


480 


ymmmmvm 

OwaettY 


Los  yerros  por  amor  dignos  son  de  perdón,  Qalindo  471. 

£rr-aiiza,  error.  Berc.  5.  D.  149:  Las  erranzas  que 

£rr-aTite,  de  err-ar,  errans.  El  que  anda  vagando,  insegura. 
NuÑ,  Empr.  21:  Porque  es  cierto  no  anduviera  paovejuda)  perdidí 
y  erran  ie,  si  oyera  las  voces  de  su  propio  Pastor. 

Des-efi-ar.  Lope  Tobías  2,  t.  3,  p.  201:  Y  si  el  deseo  st 
desyerra?— Yerra, 

Eppop>  de  error-etn  error,  con  su  acepción  moral.  QaiJ.  1,15: 
Para  darte  á  entender,  Panza,  en  e]  error  en  que  estás.  Id.  2,1;  &e 
es  otro  error  en  que  íian  caído  muchos. 

Error  es  igaaif  no  sabiendo,  responder;  y  sabiendo,  preguntar, 
c.  140. 

Radio,  errado,  malo,  necio,  de  errativus,  pg.  erradEo.  Besa 
Mil.  230;  El  que  á  mi  cantaba  la  missa  cada  día/ judguestiEo  por 
bestia  e  por  cosa  radía.  HrrA  983:  E  andas  como  Radío.  / 
ando,  sseñora,  en  esta  grand  espe^sura. 

En  Aragón  radío  suelto,  Ubre,  y  radído  miseraWt,  avaro. 


Í05.   ira  CPSÍC. 


ASÍ 


IR 


Si  mi  teoría  tiene  visos  de  verdad,  esta  voz  ha  de  ser 
i6rt  naltiral  del  movimiento  sutil,  lineal,  primero  fisiológica- 
en  c]  organismo,  luego  fuera  en  las  cosas.  Es  el  err!  del 
rizarse,  pero  con  mayor  sutileza  y  aprieto,  cualquier  conmoción 
I  que  sentimos  correr  á  modo  de  fluido  eléctrico  por  los  hilos 
s  de  niic<iíros  nervios.  El  fluido  nervioso  no  sabremos  lo  que 
ro  á  la  verdad  sentimos  como  una  corriente  eléctrica  que  se 
I  mucho  á  la  descarga  que  nos  Iraspnsa,  cuando  nos  ponemos 
los  dos  reóforos.  Entonces  el  organismo  todo  se  aprieta,  \A 
ti  mési  ni  menos  y  no  puede  articularse  más  que  ir,  la  /  de 
iprttüda  y  la  r  del  movimiento  que  la  corriente  imprime  i  la 
I,  como  al  resto  del  cuerpo.  Eslo  mismo  índica  la  pafabra  con- 
pn,  meneo,  pero  sutil  que  corre,  al  modo  que  pinía  la  corriente 
cdo  por  los  huesos  el  poetó  latino:  Gelidusque  cacarrit  ossa 
r.  Ello  es  que  en  euskera  ÍT-<t  es  el  veneno  que  físicamente  se 
wr  W%  venas,  la  pena  honda  que  corre  por  toda  la  red  nerviosa 
^  mismos  efectos,  la  consunción  y  ahilamiento,  y  et  filtro  ama- 
|6  tiebedúo,  que  de^de  muy  antiguo  hubo  de  componerle  de 
bos.  Esta  planta  tomó  su  nombre  /r£r  por  haber  sido  propia  de 
pm»  y  brujas,  no  solo  entre  los  vascongados  y  españoles  hasta 
pdií,  sino  entre  los  antiguos  germanos  y  eslavos.  ¿Querrá 
T  en  este  nombre  el  recuerdo  de  t«  aotiquisíma  Oora  que 


aballare 


«1 


482  Origen  v  visa  del  lenoimií; 


hoy  sacamos  de  las  entrañas  de  la  tierra  convertida  en  carbón  Dñ 
ral?  Aquellos  espantosos  bosques  sepultados  en  las  reventazones  de 
cordilleras,  islas  y  continentes,  sabido  es  que  en  su  mayor  parte! 
ron  de  heléchos  arborescentes.  ¿La  esbeltez  de  esta  planta,  que 
siempre  á  la  línea  sutil,  pudo  ser  la  razón  de  llamar  ira  i  la  mis 
planta,  originando  la  leyenda  de  servir  su  jugo  como  bebedizt 
ponzoña,  porque  la  ponzoña  y  bebedizo,  que  penetra  sutilme 
también  se  decían  ir-a?  ¿Creyeron  los  primeros  hombres  al  conli 
piar  el  rápido  crecimiento  de  aquellas  plantas  y  bosques  quevt 
crecer  la  hierba?  Lo  que  si  puede  asegurarse  es  que  la  noción» 
rrada  en  la  voz  ira  fué  la  que  digo  de  conmoción  sutil  que  penelí 
corre  por  los  nervios  y  venas.  Ira  es  el  veneno  ó  ponzoña,  el  pes 
la  pena  honda  que  conmueve  el  sistema  nervioso,  el  ahilamienl 
consunción  y  el  helécho.  Su  derivado  ira-du  vale  emponzo: 
angustiar  y  apenar,  ahilarse  y  consumirse;  ira-ta  es  ir  aprisa  dere 
y  como  penetrando  y  filtrándose  en  hilo,  irada  noa  naira 
aprisa  ó  derechamente  á  lo  que  deseo,  ira-dura  angustia  y  p 
hondo:  i-ra  es  moverse  en  i,  como  a-ra  es  moverse  en  a. 

Acerca  de  la  superstición  en  España  tocante  a!  helécho  véaa 
que  escribió  Laguna  [Diosc.  4,186):  «No  puedo  disimular  la  \ 
superstición,  abuso  y  grande  maldad  (no  quiero  decir  herigfa) 
algunas  vejezuelas  endemoniadas,  las  cuales  tienen  ya  persuadid 
los  populares,  que  la  víspera  de  San  Juan  en  punto  á  la  media  nc 
florece  y  grana  el  helécho;  y  que  si  el  hombre  allí  no  se  halla 
aquel  momento,  se  cae  su  simiente  y  se  pierde,  la  cual  alaban  i 
infinitas  hechicerías.  Yo  digo  á  Dios  mi  culpa,  que  para  verla  coi 
una  vez  acompañé  á  cierta  vieja  lapidaria  y  barbuda,  tras  ta  i 
iban  otros  muchos  mancebos  y  cinco  ó  seis  doncelluelas  malav 
das,  de  las  cuales  algunas  volvieron  dueñas  á  casa.  Del  resto 
puedo  testificar  otra  cosa.sino  que  aquella  madre  reverenda  y  I 
rada  pasando  por  el  helécho  tas  manos)  lo  cual  no  nos  era  á  noso 
lícito,  nos  daba  descaradamente  á  entender,  que  cogía  cierta 
miente  como  aquella  de  la  mostaza,  la  cual  (á  mi  parecer)  se  b< 
llevado  ella  niesma  en  la  bolsa:  dado  que  ya  pudo  ser,  que  r 
mente  se  desgranase  el  helécho  entonces,  pues  por  todo  el  mes 
Junio  y  de  Julio  están  aquellos  fluecos  en  su  fuerza  y  vigor».  Y 
mismo  Dioscórides  (ibid.):  «Las  mujeres  que  las  bebieren  ( 


[raíz  cotí  vino)  quedarán  estériles,  y  !as  preñadas  mal- 
asaren  sobre  ellas».  Y  luego  Laguna  (id).   «El  helécho 
Us  atas  no  acoge  serptenic  alguna  y  con  su  humo  exler- 
Sinches.  No  se  debe  dar  por  ninguna  vía  ni  !a  hembra  ni 

Eacho  ú  hs  hembras,  por  cuanto  dada  cualquiera  de 
í  á  hs  preñadas  las  hace  malparir  luego,  y  á  las  otras 
icía  de  jamás  empreñarse», 
varías  sutrles  de  heléchos,  el  común  ira,  el  que  tiene  en   su 

Erecido  al  pelo  sor^in-ira  ó  ira  de  bruja;  el  que  por 
dicen  en  la  iglesia  y  guardan  para  quemarlo  cuando 
>nira,  de  tronada,  y  donean-ira  6  del  santo;  el  pur- 
:  crece  sobre  las  peñas  atch-ira  ó  atch-ganeko-ira. 
ubre  ó  ira-it  es  el  mes  del  helécho,  helechal  iralekat  aca- 
de  heléchos  ira-hrí,  montón  de  tielechos  ira-meta,  palo 
mtonarla  en  torno  Ír-ardatz,  la  raí/  y  trozo  de  su  tallo  que 

Íufa  de  segado  ¡r-art-or.  También  el  helécho  /ra-Zs,  de 
esto  es  de  mucho  filtrai-se  y  ser  ponzoña  mágica,  iratch'C 
ici  filtro,  ira-ísii  ponzoñoso,  de  mucho  ira,  ira-ta  em- 
\vo  m  valor  de  cosa  sutil  se  vé  en  que  también  vale 
:i  hombre,  venir  á  menos  y  angustiar. 
cho  también  ira-tze,  aumentativo  como  Ira-h,  helechal 
tif,  montón  de  él  iratze'meta,  iraz-meta,  el  que  lo  siega 
Hle,  rastrojo  de  helécho  irolz-otz  ó  lo  dejado  del  ¡fatze,  el 
nto  con  que  se  (rae  al  hombro  iraiz-un,  helechal  {raz-tot, 

Í'aZ'torr-a,  iraz-torri. 
ilucnde  iraícho,  ó  el  del  bebedizo  ó  cl  del  helécho,  hay 
f\  nombre  del  chivo  en  Álava,  Aragón  y  Navarra  Íras-co, 
\  irais  helécho.  En  figura  de  cerdos  pequeños  con  un  Taro- 
ota  dice  una  tradición  que  se  aparecen  los  iratckos  en  cl 
e  la  Rosa,  cerca  de  Bermeo  (Dclmas,  Euskaíerriú  t.  1 ,  p. 
■lienta  en  otras  consejas  euskéricas,  apareciéndose  siempre 
Bfmboto  del  mal,  luego  del  diablo^  el  macho  cabrio,  como 
Brre  aquel  de!  Fausto,  en  la  noche  de  Walpurgts,  tiene 
Hiy  antiguos,  pues  no  solo  aquelarre  vale  campa  del  ca- 
O  que  al  espiritu  del  mal  se  sacríñca  en  el  Rig-Veda  antes 
Ücar  d  caballo  al  espíritti  de!  bien,  porque  el  caballo  re- 
y  la  luz,  el  chivo  la  noche  y  tinieblas.  Los  griegos  id- 


4S4  Orkien  y  vida  del  lenoiiAPB 


molaban  á  Baco  un  chivo  en  las  Dionisiacas,  origen  de  la  tngediif  y 
los  lusitanos  á  Marte  antes  de  la  batalla,  (Estrab.  Qeogr*  3,4,7).  B 
símbolo  debió  nacer  de  lo  dañino  que  el  chivo  era  á  la  agrícultuii. 
Con  lo  cual  queda  declarada  la  razón  del  irasco  alavés,  conlonne 
al  erudito  Federico  Baraibar. 

Si  ira  es  ese  movimiento  sutil,  ira-z  á  lo  ira,  filtrada,  ahíUdi- 
mente,  hubo  de  dar  iraz-i,  cuyos  valores  son  filtrar,  colar,  larainar, 
adelgazar  el  hierro,  ahilarse  y  enflaquecer,  urdir  el  lienzo  en  d 
telar,  que  es  poner  hilos  ó  cosas  lineales,  es  decir,  mover  linealmenk^ 
y  sajar  apostemas,  que  es  un  filtrar,  ó  sacar  otras  cosas.  Gorpab-ta- 
zia  es  cuerpo  esbelto,  ahilado.  Adelgazarse  irazi-ia,  colador  íra- 
zi-ontzi,  filtro  y  trama  del  lienzo  iraz-kai,  ó  dígase  lo  para  iraz, 
taller  de  tejedor  irazkegi,  filtro  iraz-kei.  Que  -i  sea  sufijo  que  valgí 
hacer  en  iraz-it  se  vé  por  iraz-ki,  que  lleva  ki  hacer,  y  signifia 
urdir  la  trama,  cadena  de  hilo,  estatura  ó  esbeltez,  trama  del  lienzo, 
estambre,  delgado,  esbelto,  filtro;  irazki-tu  adelgazarse,  tramar. 

Más  fuerte  suena  iratsi  que  significa  alargar  ó  ahilar  añadiendo, 
iratsi-ki  añadir,  apegar,  metafóricamente  referir  ó  atribuir,  6  ifít" 
tch-eki,  hacer  iratch  ó  iraz,  añadir,  apegar. 

Más  suave  y  sutilmente  iratz-i  filtrar,  colar,  filtro,  colador,  sajar, 
lo  mismo  que  iraz-i,  y  encender,  es  decir,  pegar  fuego,  difundirlo  f 
como  hacerlo  pasar  de  una  cosa  á  otra,  que  también  suena  iraz-t^ 
é  iraz-eiñ,  6  hacer  iraz,  é  iraz-eki  encender,  antorcha. 

Si  en  vez  de  ira-z  decimos  ire-z  con  el  sufijo  -ez  por  -z,  el  valor 
es  el  mismo,  filtrada  y  ahiladamente  y  de  aquí  irez-ka  esbelto,  Írez-Íd 
urdir  la  tela,  devanadera,  irezki-ta  devanar  el  hilo. 

Con  la  variante  s,  ires-i  peinar,  ires-katu  secarse  un  árbol,  dd 
ahilarse. 

Más  fuerte  iretsi  es  tragar,  devorar,  es  decir  hacer  pasar  ó  ffltitr 
por  el  gargabero,  irets-arazi  hacer  tragar,  ires-6ide  tragaderas. 

Lo  propio  de  ir  6  moverse  longitudinalmente,  es  ir-i  que  signi- 
fica lo  en  dirección  á.  D.  Pedro  I  de  Aragón  hizo  á  la  iglesia  de 
Pamplona  donación  de  la  villa  llamada  zubiri  diciendo:  «uDin> 
villam  meam,  quae  vocatur  zubiria,  scilicet  iuxfa  pontem  sita».  C* 
efecto  bederaizietaJeo-iri-an  significa  á  eso  de  las  nueve,  iri-aríOí^ 
hacia  aquella  época,  en  aquella  hora  poco  más  ó  menos:  es  el  ende 
zar  ojos  y  brazos  en  una  dirección  sin  fijar  el  término;  £OÍz^£r« 


lOó.  rUar.  485 

}i  müRxati,  arrasi-lri  hiói  fa  tard?,  zuttlrí  hacía  el  puente. 
se  ve  que  esíe  iri  no  es  mfe  que  como  el  dativo  de  /  tú,  el  se- 
do derccíiamcníe.  También  iri  vale  población,  ciudad,  como  arí, 
cual  parece  ser  variante,  á  no  haberse  dicho  por  la  cercanía  y 
■ción;  iri'büru  cabeza  á  lo  alio  de  la  población,  iri'goien  en  lo 
de  U  misma,  sri-pc  en  lo  bajo  de  ella,  irisko  é  irícftka  villo* 
(,  irí'tar  ciudadano.  Bien  conocidos  son  los  nombres  de  pobla- 
la  Ibéricas  preromanas  que  llevan  esta  voz  y  aun  il^ilicas.  Iría, 
Plinio  y  Antonino  eiria,  en  Tolomeo  éipia  es  río  de  Italia  según 
landcs  Diaconus,  y  ciudad  según  oíros.  Iria  Flavia  ó  ipía  (pXao'jía 
ríos  Liicenses  en  Galicia.  F.n  U  euskalerria  tenemos  en  Navarra 
^arnn,  Jríbas,  dos  iriberris,  irisarri,  ¡riso:  en  Vizcaya  iríbin;  en 
ipúzcoa  ¡fiarte,  /rihar,  Iribarren,  fribe,  Iribura,  Irigoincho, 
h   '         n,  MondO'Echcberri,  íriso^  friso-Berrí,  Ircs  ¡rizar  ó 

L .  .icj3,  írizarri,  ele. 

Como  de  ir  salid  ir-tz  ¿  irez-i,  y  de  íra  salió  ira-z  é  iraz-i^  »í 
ir-/ sale  iri-z  i  iriz-i,  todos  sinónimos.  Vale  irizi  lo  mismo  que 
i/ y  que  irezi,  urdir,  sajar,  esbelto,  etc.,  irizi-an  urdiendo. 
Mis  fue  ríe  suena  iritsi  ordeñar,  que  es  hacer  correr  ó  filtrar 
DO  un  hilo,  de  donde  bajar  ó  llevar  abajo  y  alcanzar,  ó  iritchi 
t,  y  devorar,  que  es  un  filtrar  por  el  gai^bero  abajo. 
;,  pues,  bien  patente,  el  valor  fisiológico,  y  luego  el  úb- 
Mdo  de  la  voz  ir  con  r  suave. 

Ahon  se  comprenderá  el  valor  faclitivo  de  ir-,  ira-,  igual  que  el 
er*,  era-:  ira-gazi,  ír-ago  6  ir-agon,  ira-izi,  ele.  Aprender  es 
así,  enseñar  irti-katsi  ó  era-kaísi:  la  i-  inJigilanlc,  ira-  de  dírcc- 
y«ra-  de  movimiento  ó  dirección  indefinida;  Í-bilfi  andar  y 
■MU  hacer  andar,  mover.  La  r  ó  ra  es  en  lodos  eslos  casos  el 
■Sdet  movimiento,  cr,  era,  el  movinncnio  indefinido,  ir,  íra  el 
nfimicnto  en  Knca  rec!a,  la  dirección:  así  como  e-,  i-  forman  ver- 
por  ser  ios  sonidos  llamativo  i  indígitantc,  asi  er-t  ir',  era-t  irú- 
Dai)  factitivos. 

0(y.    Rlzar^  dijose  del  p.-i<iar  por  la  hilera,  que  hace  lome 
^'  iw  la  mntcíia,   es  decir  del  iritsi,  irizi,   irit/i,  ordeñar, 

j  -  uf  por  ta  hilera.  Compruébase  por  el  gallego,  donde 
son  Wrutaa  al  toraeu  una  madera  ó  $s%  rich-ado  avirOr 


486  Oriqcn  y  vida  pel  lcnouají 


rich-ar  roer,  rechinar,  enfurecerse,  del  salir  en  chorrillo.  Suein 
traerlo  de  erizo,  ericiu&;  pero  ni  se  pierde  la  e-  en  vocablos  latino^  '. 
ni  tiene  que  ver  el  erizarse  ó  atiesarse  el  cabello  con  el  ruarse,  que 
es  todo  lo  contrario,  y  solo  es  efecto  del  pasar  por  la  hilera  y  dd 
laminar,  que  es  lo  que  vale  la  raíz  euskéríca.  Erizar  viene  de  eríciits; 
pero  rizar  no  tiene  nada  que  ver  con  erizar. 

Trans.  enredar  ó  enlazar,  valor  primitivo.  Ouev.  Mon.  CorUbi  ! 
No  hay  injusticias  que  te  aten  ó  ricen. 

Ensortijar  el  cabello  por  adorno.  A.  Alv,  Sih.  Magd.  2c.  §3: 
Su  rizado  cabello. 

Del  agua  y  del  (raje,  hacer  pliegues.  Quev.  Poem,  her,  1;  Ria 
espumoso  el  lago  fresco  viento. 

Reflex.  G,  AI/.  1,1,1:  Rizarse,  afeilarse. 

Ri-zado,  partic.  y  sustantivo,  el  acia  y  efecto.  O.  A!f.  1,1,1; 
Y  á  lo  que  es  tratar  de  rizados  y  más  porquerías, 

Riz-O,  posv.,  acción  y  efecto  de  riz-ar.  León  Cas,  12:  [Com- 
ponerse los  rizos.  Persil.  2,14:  Anteponer  los  rizos  de  un  criado 
mío  á  mis  canas.  León  Cas,  12:  Concede  ropas,  pero  no  permite 
rizos,  ni  encrespes,  ni  afeites.  Cornejo  Cron.  3.3,31:  OcTipada  en 
el  aseo  de  sus  galas  y  en  eí  rizo  de  sus  cabellos.  Cabr.  p.  238:  Pan 
qué  rizos  y  copetes  tan  desvergonzados?  Ftierz.  sangr.:  Cuya  invai- 
ción  de  lazos  y  rizos  y  vislumbres  de  diamantes,  que  con  ellos  se 
entretejían. 

Terciopelo  áspero  que  forma  cordondllo,  Pragm.  TVis.  úffí 
1680,  f.  6:  Una  (vara)  de  rizo  negro  alio  de  Toledo. 

Adjetivo,  hecho  rizos,  ensortijado,  revuefto.  Am.  íiber.:  De  blan- 
cas manos  y  rizos  cabellos.  G,  Alf.  1,1,1;  Era  blancOj  rubio,  colo- 
rado, rizo.  Zabaleta  Día  f.  Trapillo:  El  jubón  de  terciopelo  ri2ft 
Bibl.  Gallará.  1,1059:  Y  rizas  entrambas  sienes. 

A-rPÍzap,  en  náut.  suspender,  dejar  colgado,   disminuir  U 
vela  tomándole  rizos;  ant.  díjose  enrizar.  Arrizar  las  pipas  es  formiT 
sarta  de  ellas  para  llevarías  flotando;  navegar  arrizado,  con  las  velis 
en  rizos.  G.  Alf.  2,3,8:  Cuando  sucedió  este  hurto  acaso  no  dorraU 
un  forzado  gitano,  y  cuando  llegó  su  vez  que  lo  querían  arrizar  dijo- 
Cabr.  p.  672:  Ya  arrizan  las  cajas  que  ruedan. 

Des-arrizat*,  en  náut.  soltar  cualquier  cosa  arrizada. 

£n-rizar,  encrespar,  ensortijar,  poner  ríz-o  el  cabello,  ele. 


107.  (riít,  ira. 


487 


'rans.  Lasvza  Hom.  2l,í7:  Aderejía  e)  rosiro,  enriza  el  cabello. 
tRA  Mon.  mist.  pU  3  Purif.:  Que  todo  se  os  va  er>  componer  el 
io,  cn  enrizarle,  encresparle.  Lope  Past.  loboycab.  cd.  !l,339: 
ancft  lana  al  sol  dorado  cnrizAn. 

^fiex,  ToRR.  Fii  mor.  20,7:  Se  ptilíá,  atavíA,  enrizó,  y  hechi 
luya  se  puso  á  ver.  C\cer.  ps.  67:  Los  hombres  de  copete,  que 
rilan  el  cabello.  Valdcrram^  Ej.  Proi:  Se  enríziS  el  cabello.  M. 
dom.  2  cuar.:  Para  que  la  tez  y  sobrehaz  del  agua  se  enrice  y 
mil  escarchados,  basla  un  muy  sutil  vienio.  Fons.  V.  Cr.  1,1,1: 
ülinn,  cuando  se  abate  el  milano  á  sus  po]fuelo$,  se  eteriza, 
icip.,  adj.  y  sii^íanlivo.  Ca'Ir. /».  153:  Sus  cabellos  enriza- 
,26:  Un  morillo  de  cabellos  enrizados.  Id.  2,4Q:  Sus 
'cabellos,  que  eran  sortijas  de  oro,  según  eran  rubios  y  en- 
Casr.  p.  67:  Esperáis  ver  una  dama  galana^  enrizada.  Siau. 
in,  4,6:  Haceric  trencillas,  enrizados.  Torr.  ñt.  mor.  20,1 1: 
[irita  los  enrizados. 

plc-e,  posv.  de  cnriz-ar^  todavía  usado  en  Cuba,  asi  como 
r  por  rizar  al  modo  clásico. 

os-rlzar^  dcicoraponer  lo  riz-ado.  Hortens.  Coar.  f.  121: 
¡uiesia  y  deslicnz-idoc!  peto,  desrizado  esln  vez  con  más 
.>po  olras!  Jac.  Polo/?/.  201 :  Venus  desgreñado  el  moño, 
o  $u  apatusco. 

rlZ'SMf  en  Sslamanca  posvcrbal  de  un  dcmz-ar,  ó  de 
de  romper,  desbaratar,  destrozar,  pulvcrizju'. 

7,  A  qué  pudo  darse  el  nombre  Ir-in,  diminutivo  de  ir?  A  lo 
mueve  más  dclí,'a<h,  sutil  y  nicnudamentc.  Tal  es  la  harina  y 
Iviüo,  por  ejemplo,  de  la  carcoma.  No  conozco  cosa  más  dcs- 
uada,  y  si  se  hallase,  la  llamarían  irin  los  cscualduna?.  Cae  ía 
formando  an  hitíllo  delicado,  y  el  madero  puesto  bajo  el 
to  al  cerner  en  b  «ríesa  se  dice  iriñ-alki;  el  moler  e!  trigo  ó 
bbricsndo  harina,  y  el  carcomerse  el  árbol  formándose  car* 
\rin-du.  El  polvillo  de  harina  irin-errauís,  e^jwlvorear  con 
■•tata,  cl  cernedero  irüi'degi  6  iríji'ícgi,  enharinar  ó  pro- 
rina  in'n'dú'tü. 

tiene  ¿r,  es  decir  ir-u,  se  dijo  lodo  lo  sutil  y  delgado,  el 
hiUr  ó  hacer  hilo  y  cl  pus  casi  flquiao,  y  su  variaole  dialec- 


4 
488  OmOEN  V  VIDA  DEL  Ll 


tal  ir-o  el  pus,  la  carcoma  que  fbrma  polvillo,  la  fibra  ó  hilo  de  h» 
vegetales,  ya  verdes,  ya  secos  ó  parte  leñosa,  y  la  yesca  en  cunto 
ñbra  vegetal.  Metafóricamente  es  molestarse,  cansarse,  es  dedr,  ahi- 
larse, como  nuestros  clásicos  decían:  gizon  irua  es  el  hombre  cap 
sado  y%l  molesto,  irota  gera  gaur  nos  hemos  cansado  hoy. 

Hacer  iru  ó  hilar  es  ira-in,  iru-ki  hilar,  ira-kintza  oGcio  de 
hilar,  iru-le  6  iru-la  hilandera,  iru-lai  rueca,  iru-n,  ira-fl  hilar, 
irun-alki  devanadera,  irun-du  laminar  6  ahilar  el  metal. 

Secarse  el  árbol  haciéndose  ñbra  leñosa,  de  donde  envejecer,  es 
iro-tii,  sama  y  putrefacción  ó  sea  formarse  pus  iro-dura. 

El  rocío  díjose  iran-tz  del  gotear  ó  caer  en  gotitas  y  como  un 
hilado,  y  así  irants-i  es  ahilarse  y  demacrarse,  iruntz-i  el  reverso, 
del  dar  vueltas  al  hilar. 

Además  de  hilar  vale  im-in  la  mancera  del  arado,  é  ira-n  hilar 
y  lanza  del  arado  .y  cuello,  por  ir  derechos.  La  hilandera  es  /ra-js, 
iru-le,  iru-l,  donde  /  vale  trabajar,  sufijo  de  agente. 

108.  Ruñ-ar,  antiguamente  valía  desgastar  poco  á  poco 
deshaciéndose  en  polvillo,  como  la  rueda  del  molino.  Después  quedó 
particularizado  al  labrar  por  dentro  la  cavidad  ó  muesca  en  que  se 
encajan  las  tiestas  de  los  toneles  ó  botas.  Díjose  del  euskaro  i-tú, 
del  pulverizar,  del  caer  polvillo.  Precioso  verbo  que  nos  vá  á  d^ 
clarar  otros  varios.  Es  el  ant.  fr.  roognier,  fr.  rognier,  it.  rognare. 

Roñ-ar,  en  Aragón,  Asturias  y  Galicia  regañar,  díjose  de  ro- 
ñar, como  morder  y  de^;astar  moralmente. 

Roñ*ÓD,  regañón  en  Aragón,  y  roñoso,  tacaño,  llorón. 

Rou-«,  especie  de  sarna  que  da  al  ganado  ovejuno,  y  viene 
del  roñar,  ruñar,  el  i-ruñ  euskéríco,  el  polvillo,  la  harina,  perdida 
la  i-  como  en  otras  voces  con  r;  prov.  ronha,  rounja,  cat.  ronya,  fr. 
rogne.  Desechan  la  etimología  de  Diez,  rubigo;  pero  nadie  traeoln. 
Mingo  Rev.:  O  mate  mala  ponzoña/á  pastor  de  tal  mañera/que  tiene 
cuerno  con  miera/y  no  les  unta  la  roña.  Galat.  1,  p.  4:  Mala  «bi». 
ó  cruda  roña  consuma  ó  acabe  mis  retozadores  chivatos. 

Trasládase  á  la  porquería,  suciedad.  Quev.  Mus.  6,  r.  2:  Un* 
camisa  le  viste  /  tejida  con  peste  y  roña. 

Tacañería  propia  de  pobres  que  son  los  que  andan  sucios  / 
sarnosos:  es  vulgar. 


108.  fOñOf  aruñar. 


489 


■ddad  y  (rampa,  soUperfa,  Ireta,  maula.  Quev,  Fort~-  A  la 
í  le  dijo  Ribbí  la  palabrita,  dejaos  gobernar:  á  roña  sabe^  con- 
ir  el  ojo  con  estos.  Sánchez  Badajoz  f^ecop^  \,  p.  363: 
ado  mil  ffcscuras»/ usarás  de  mucha  rona./tentar  á  claras  y 
s;/cubíerta  de  tus  dulzuras, /darás  á  beber  ponzoña.  Metáfora 
:  roña  c<»ino  sarna  y  mugre  que  encubre  malidosa  y  dañosa- 
■  el  verd-ideio  jnlenlo.  De  aquí  en  Colonibia  hacer  roña  por 
||cer  la  zangiiangua.  <No  cstí  enfcrnio:  es  roña-. 
Ilión-ico,  en  la  Litera  viejo,  raido,  gastado;  adj.  -ico  de  la 
Biu  raíz  t-run,  en-ron-ar. 

PKdn-ego,  en  Segoibe  descarnado;  variante  de  rón-ico. 
Kuii-^o,  en  Honduras,  de  la  persona  pequeña  de  cuerpo.  Di- 
!  del  gastarse,  adj.  -go,  como  rón-ico,  rón-ego.  Et:  Salamanca  es 
do  pequeño  anles  del  año  cumplido. 

luco.  En  Honduras   ruin^   inülij,   inservible;   parece,  como 
%o,  venir  de  la  misrna  raíz  i*r>i. 

loü-oso,  que  tiene  roña,  en  cualquiera  de  sus  acepciones. 

R.  Af¡r.  5,1 -I:  Las  (cabras)  que  están  roñosas  y  enfermas.  Id.  1,3: 

suida  (y«rba),  arrugada,  como  roñosa.  Quev.  son.  38:  Vieja 

.  MoRCTO  No  puede  ser,  ¡:  V  yo  en  todas  siempre  advierto/ 

an   diücrelo,  airoso,/ dejado  por   un   roñoso,/ necio,  zambo, 

I  y  tuerto. 

I  En  Aragón  regañón,  llorón. 

Roü*cpia.  lo  propio  de  la  roñ-a,  mezquindad  6  tacafteite 
uda. 
i  A-rti¿ar,  de  ruñar,  arañar,  aun  se  usa  en  muchas  partes  de 
y  América.  J.  Pin.  Agr.  1 ,34:  U  tal  tierra  floja  es  iiara  plan- 
[  (fifia  de  buen  llevar,  y  más  es  para  criar  zarzas  de  buen  aruñar. 
iZahur.:  SaÜ  auna  dehesa,  donde  estaban  muchos  hombres 
id.  son.  30:  El  gato  negro  que  la  dicha  arufta. 
Apuñ-o.  posv.  de  aniñ-ar.  QuiJ.  2.48:  El  rostro  y  los  bigotes 
s,  el  rostro  por  los  aruños  (del  i^.ito).  Id.  2,52:  Sano  de  sus 
Qiítv,  Mas.  6r  rom.  6:  Ei  aruño  les  perdono,  /  pues  que 
los  cuartos. 
Apuñ-<)tt,  que  aruft-a.  Qucv.  sm.  31:  Del  aruñón  de  bolsas 
ao. 
j-amñ-np,  verbo  asturiano  que  declara  más  el  ruñar,  pues 


490  OrIOEN  V  VIDA  OEL 


vale  hurgar  y  rascar  una  costra^  de  aiz  dedo  y  urañ  por  Inri,  qw 
también  suele  sonar  en  la  euskalerría. 

De-poñ-ap,  desgastar  poco  á  poco,  deshaciéndose  en  polvi- 
llo, como  lo  muela  del  molino,  de  roñ-a,  cuya  etimología  quedi  asi 
mejor  aclarada.].  Pin.  Agr.  1,8:  Aun  yo  con  tener  tan  derroñadod 
molino,  que  donde  tengo  muela  debajo  no  la  tengo  arriba,  nodqn 
de  martillar.  Id.  3,11:  Vuestra  boca,  más  derroñada  que  la  cuew 
de  Tenaro. 

Des-pon-ap,  como  en-ron-ar,  de  i-run.  En  Murcia  quitará 
los  árboles  las  ramitas  ruines. 

En-pon-ap,  en-pun-ar,  en  Aragón  envolver  con  escom- 
bros, metaf.  dícese  de  alguno  que  es  tan  rico,  que  nos  puede  enro- 
ñar á  onzas  de  oro.  Díjose  del  caer  en  polvo  desgastándose  ó 
derrumbándose;  variante  de  ruñar,  de  i-r»n. 

Enpon-a,  enpun-a,  enpuen-a,  en  Aragón  posv.  de  en- 
ron-ar,  escombros,  desperdicios  de  una  obra. 

I>cs-enpon-ap,  en  Aragón  quitar  la  enrona  de  alguna  parit 

lOQ.  El  concepto  del  número  tres  tomóse  del  pegar  más  dedos 
fibras  ó  hilos,  del  tejer,  conforme  al  refrán  «funicuius  triplex  diS- 
cile  rumpiíur».  Con  dos  todavía  no  se  forma  hilado  seguro,  s^úí 
esto.  Lo  mismo  se  vé  en  el  tresdoblar  y  tresdoblado  de  los  escudOl 
trenzados  desde  Homero.  Ya  lo  dijo  Aristóteles,  ateniéndose  áesü 
voz  popular,  y  lo  recuerda  J.  de  Pineda  (Agrie.  1,9):  «Aristóteles  fc 
llama  número  iodo,  y  número  perfecto,  y  le  hace  número  plürttl,l 
de  tres  decimos /orfos,  mas  de  dos  decimos  ambos*.  Las  áirnta- 
siones  son  tres,  solo  con  ellas  pudo  haber  cuerpos.  Varron  dijo  que 
los  convidados  no  habían  de  ser  menos  que  las  tres  Gracias,  ni  mil 
que  las  nueve  Musas.  Tres  son  además  los  estados  físicos  de  ks 
cuerpos,  sólido,  líquido  y  gaseoso  y  así  hay  tierra,  agua  y  aire.  Todl; 
esto  vaya  para  dar  á  entender  el  concepto  del  número  tres  desde  fc»; 
primeros  hombres. 

El  hilar  ir-u  es  lo  que  encierra  ese  reunir  (-u)  hilos  ó  COBS 
delgadas  en  ir.  De  aquí  que  el  tres  se  dijese  ira  también,  ó  con  -or, 
-ur  que  llevan  el  mismo  concepto  de  lo  que  tiene,  ir-urt  k-Ot, 
Tercero  es  ira-garren,  tercio  ó  hilar  iru-ki,  de  tres  ó  triple  íW-Jto 
íra'koitz=iru-kotch.  El  trébol  ó  tres  hojas  ¿ruk-usta  ó  irnitía.  Dl 


109,  irudi. 


4QI 


obas  I 


hue 


tres  irana-ka,  de  irü-na  tres  cada  uno,  repartir  de  tres  en 

I  irunaka-ta,  Iridcntc  ó  arado  de  tres  púas  ¡ra-oríz,  Irescicnlos 

un,  horquijo  de  tres  inir-fca,  triple  irar-kan,  triplicar  iru-ia, 

iru'tan,  tres  grupos  iru-Ua-k,  con  fzu  abundancia!,  como 

tt'k  varios  unos,  varios,  Íra-U  de  Ires,  iras-tea  tres  en  una 

(rutz-i  agrupar,  propiamente  unir  tres,  que  es  lo  que  dio 

I  á  este  número,  de  suerte  qiiesegün  esto  iru  ó  tres  ya  forma 

como  forman  hilado  ó  ira  tres  tiilos^  trébedes  ira-zango  ó 

E>i¿s.  Todo  esto  parecerá  asaz  de  sutil  á  tos  que  eslán  muy 

;  en  que  los  hoíiibres  primitivos  eran  unos  brutos,  tontos  y 

entendederas.  Pero  como  yo  no  puedo  mudar  la*  cosas  de 

fueron,  soto  me  toca  avisar  á  esos  tales  que  abran  más  el  ojo 

mayores  les  aguardan. 

número  dos  es  el  principio  de  la  distinción;  el  tres  lo  es  de  la 

arción  y  semejanza:  «Dos  cosas  iguales  á  una  tercera  son  igua- 

rtre  si».  Según  la  doctrina  de  K&nt,  el  número  tres  es  además  el 

Úo  y  fuente  de  todoa  nuestros  conocimientos,   por  serlo  pre- 

ule  esa  proporción  ó  comparacitin  con  un  tercero,  en  la  cual 

in  todos  los  juicios  sintéticos  á  priorí.  «En  los  juicios  sintéti- 

:  de  tener,  fuera  del  concepto  del  sujeto,  alguna  otra  cosa  (X), 

a  cual  el  entendimiento  se  apoye  para  reconocer  que  un  pre- 

,  que  no  está  encerrado  en  ese  concepto,  le  pertenece  con 

l>.  Esa  X  ó  tcrtíum  cotiiparatLonis  es  la  clave  de  todo  nuevo 

s.  Al  llamar  sirtiéticos  á  estos  juicios,  ósea  de  anión,  tuvo  prc- 

'.  la  idea  común,  que  hemos  visto  en  la  elímología  áv  ira  tre'vé 

>  hilar  uniendo  tre»  fibras. 

es  t»xui,  la  proporción,  Ea  semejanza,  el  parecerse,  la  im:igen; 
áoncs,  la  p:irábo!a,  la  compnración  son  una  misma  cosa,  según 
I  primitiva,  en  la  cual  se  dicen  tru-di,  es  decir  por  eí  tres, 
^boto  en-di  por  tlli,  ó  del  tres:  iru-di  por  ó  det  tres,  andar  en  busca 
Itaa  tercero,  sacar  de  un  tercero,  por  medio  de  un  tercero.  No 
Hde  darse  expresión  más  cabal  de  todos  esos  conoeplos.  La  com- 
^■dún  de  dos  cosas  pide  que  se  busque  un  tertium  cotnparationis 
Bl  que  convengan  entrambas,  por  él,  de  £1  y  por  medio  de  ¿I  se 
^■(■RUi  y  se  saca  el  piwcciilo,  la  semejan/a,  la  imagen,  las  faccio- 
Pl  h  parábola,  estableciendo  la  proporción:  todas  estas  cosas  dí- 
¡fttK,  pues,  ira-di.  Bauko  nori  irudi  atalak  lapikoarif  quien  &  los 


4Q2  Orioen  y  vida  del 


suyos  semeja,  honra  merece,  literalmente  tiene  á  quien  sem^in^i 
pedazo  ó  cacho  al  puchero,  tiene  á  quien  por-eí-tres^arse,  ticDe  I 
quien  per-tertiam-carse,  D-irudi  parece,  d~iradi-k  pareces,  íWr 
te  parecen.  Irudi-erazo  asemejar,  hacer  que  se  comparen  oonc 
tertium  en  que  convienen,  tradi-ko  semejante. 

Los  que  hallaron  este  vocablo  tenían  bien  calada  la  natun 
del  pensamiento,  del  juicio,  del  razonamiento,  habían  penetrado* 
el  principio  del  pensar  y  del  conocimiento,  pues  habían  dado  en  I 
razón  de  ser  de  la  proporción. 

Este  conocimiento  hondo  de  la   proporción,   madre  del 
miento  y  de  la  ciencia,  se  lo  había  dado  á  los  primeros  hombres  in] 
fenómeno  bien  concreto,  pues  de  él  tomaron  el  modo  de  llamar  coa] 
tan  abstracta,  tan  á  priori,  tan  del  espíritu.  Ese  fenómeno  fué  el  I 
ó  ira,  de  donde  sacaron  el  concepto  del  tres,  y  del  tres  el  de  la  i 
porción.  Por  manera  que  en  euskera  no  solo  el  tres  es  hilar,  junittj 
tres  fílamentos,  sino  que  nada  más  que  hilar  es  el  pensar,  el 
semejanzas  y  proporciones.  Las  matemáticas  son  un  hilado,  son  JD 
cios  sintéticos  á  priori,  para  los  cuales  no  basta  el  principio  de 
tradicción,  ni  el  análisis;  es  menester  buscar  un  tertium  fuera  dd! 
jeto  (Kant,  Crit.  r.  para,  Introd.);  la  física  encierra  como  principki 
otros  juicios  sintéticos  á  priori:  es  otro  hilado.  Nada  se  diga  de 
metafísica.  Todo  conocimiento  es  un  hilado.  Las  ciencias  me 
llámanse  comparadas  ó  comparativas.  La   comparación  y  el  cotqo| 
fueron  siempre  la  clave  de  todo  conocimiento. 

1 10.     Rozar,  del  euskaro  irutzi  juntar  ramas,  etc.,  dijese  i 
del  recogerlas  y  la  broza,  etc.,  como  se  verá  por  algunos  deriv 
no  de  *r£isare  de  rosus  rodere,  ó  *rosÍtare,  pues  no  es  ruese,  sv| 
roza,  ni  s  se  hace  z,  p. 

Trans.  limpiar  la  tierra  de  las  matas  que  cría,  cortar  la  mak 
para  disponerla  á  la  labor.  G.  Alf.  2,1,5:  Todas  eran  matas  y  pa| 
rozar;  de  la  una  parte  lo  malo,  y  de  la  otra  peor.  Hcrr.  Agr.  2jk} 
Rozándole  y  sacándole  las  raíces  de  los  árboles  y  matas  y  de  lodtl 
grama.  Id.  2,18:  Rozará  zarzales.  Valderrama  EJ.  Fer.  2,  dom,  5j 
pas.:  Pues  después  de  rozada  y  arada,  habiéndole  echado  buena  i 
milla.  Id.  Ram.:  Y  entretanto  que  viene  la  cosecha  rozando  y  fatt^' 
bechando  la  tierra.  Id.  Sab.  dom,  2  cuar.:  Estuviese  él  FPziuido  y 


IIO«  rozar.  403 


lUndo  \\  tierra.  Oviedo  W.  /ni/.  20,34:  Para  loaar  y  talar  ar- 
y  montes  de  boscajes. 

articular  el  pacer  la  tierra  loa   animales.   Torr.  FU   mor. 
buey  trabaja  y  después  tío  roza  la  haza?  Zamora  Mon. 
^.ple.  3  Destierro:  Los  jumentos  lo  pacen  y  lo  rozan. 

!  aquí  en  la  Oermania  rocor  por  comer.  Rom,  Germ.  5:  El 
Je  (cnga  talado, /dcdpiínenio  conlino,  /  roce  bizcocKo  y  dieta, 
lIc  fHar  poco  vino. 
|En  el  alio  Aragón  hacer  hendiduras  ó  rozas  en  la  roca  para 
cuñas  y  hacerla  saltar. 
ifcT,  arañar,  cualquier  cosa  por  traslación,  y  de  aquí  tocar  lige- 
Btc.  Qucv.  TVc.  19:  Con  la  cara   rozada  de  puros   mojicones. 
KA  Mon.  mist.  pU.  3,  ps.  86J:  Los  príncipes  rozando  (eta^, 
ftores  cubierlos  de  hermosura  (arrastrando). 
!?lf/7cx.  arañarse,  gastarse  algo  por  ello.  Pk.Jusi.  l,U  Que  ha 
i  que  pisa  la  soga  y  ya  se  roza.  A.  Alv.  Síiv.  S.  Andr.  5  c.§  1: 
udo  los  montes,  rozándose  los  pies,  moliéndose  y  aun  ma- 
Id.  Don.  J  cuar.  4  c,  §5:  Los  sayos  y  zapatos  de  los  que 
5u  seguí [iiienlo  ala  tierra  de  promisión,  sí n  que  se  ronipie- 
i  aun  se  rozasen,  (rayéndose  cada  día.  J.  Pm.  Agr.  4,31:  Si  se 
( y  gasta  algo  de  los  coladeros.  Zabaleta  Dia  f,  \,19í  Corren 
fcntrc  terrones,  se  rozan  con  maderos. 

4eto/.  tener  parecido  una  cosa  con  olra,  como  locándose,  tratar 
[too,  Zaíiora  Mon^  mist.  pte,  3  Rosar.:  Y  así  si  este  libro  en 
¡con  los  demás  se  rozare.  Ovalle  //.  Chite  2,3:  Cuyo  valeroso 
»pvece  que  pasando  sus  propios  limites  y  términos,  llegó  á 
ÍVOrse  con  los  de  la  teineridad.  Moret /l/i£r/.  27,2:  Oque  se  prc- 
Isinían  ó  se  rozaban  con  algún  linaje  de  jurisdicción  lemporal. 
IkPos/y.  Oucv.  Ep.  3G:  Pues  ya  se  pasa  el  puerto,  se  marea  cl 
Pfc,  se  rozó  cl  camino. 

Rozar  (rajes,  llevarlos,  gasíarlos.  Bitl.  GaÜard.  4,1217:  Damas 
osicsanas,/las  que  presumís  /  de  rozar  soplillo,  /  chacona  y  chapfn. 
Roza-hierbas.  P/c.yu5f.  3,3:  Un  triste  rozabíerbas  del 
•maso. 

-^Roza*bÍll-óii,  enla  Oerm.el  que  come  de  mogollón»  de 
H*  comer  y  6/7/  andar  pegado,  como  de  gorra,  en  euskera.  Rom. 


494  Orioen  V  VIDA  del 


Gcrm. /;  Convida  el  jaque  al  comporte /y  luego  derto  ci|á^/d^ 
comporte  era  gran  gorra  /  en  lo  de  rozabillón.  | 

Rozabillon-ar,  comer  de  prisa  en  caló  jergal.  ¡ 

Roz-o.  Posv.  de  roz-ar,  el  acto  y  el  efecto  ó  leña  recopdif| 
el  campo  rozado.  Corr.  370:  Cuando  fueres  al  rozo,  no  vayudi 
calagozo.  (Calagozo  es  herramienta).  Id.  112:  En  Setiembre  dtw 
y  la  urdiembre.  | 

En  la  Germán,  rozo  la  comida.  Rom.  Germ.  1:  Deo  gtidÉ 
señor  comporte,  /  bien  seáis  venido  el  bailón:  /  para  el  rozo  de  p» 
senté  /  que  tenéis  en  el  tallón.  Rodr.  Reinosa,  Gallará.  4,1407:  9 
no  jibas  que  rozar  /  y  pines  para  piar/y  bocudos  para  el  rozo. 

Cuando  fueres  al  rozo,  no  vayas  sin  calagozo.  (Calagozo  s 
herramienta,  retornada  para  el  corte  la  punta,  y  gorda  para  que  ho* 
cique  en  ella  y  no  en  el  corte,  cortando  matas  junto  al  suelo;  j  é 
manil  es  hueco  para  poderle  poner  astil),  c.  370. 

Roz-a.  Posv.  de  roz-ar,  la  acción  y  el  efecto  ó  campo  nxado. 
Herr.  Agr.  1,5:  Todas  las  rozas  y  montes  que  son  para  pan.  Oun 
Men.  Corte  6:  A  partir  rozas.  Bibl.  Gallard.  4,Q14:  A  aguardirli 
chácara,  roza  ó  labranza  de  qiaíz. 

En  el  alto  Aragón  hendiduras  que  se  hacen  en  la  roca  paradiw 
cuñas  y  hacerla  saltar.  En  Aragón  el  picado  ó  hendidura  quesehMC 
en  la  pared  para  afirmar  sobre  ello  un  tabique. 

En  Astur.  maleza,  rozar,  cortarla. 

De  roza,  en  Aragón  del  andar  muy  pegado  á  faldas,  etc.  dd  R^ 
cero:  Jusepa  la  Cunza,  daifa  de  toda  roza. 

En  la  roza,  la  reja  mocha,  c.  1 1 5. 

Roc-c,  posv.  de  roz-ar,  su  acción  y  efecto;  trato  frecuenta  cfli 
alguna  persona. 

Roza-dupa,  poza-niiento,  acción  ó  efecto  de  roa-f. 

Roc-epo,  en  Aragón  el  demasiado  familiar  con  sus  inferiora 
el  añcionado  á  mujeres  que  están  bajo  su  condición.  Del  rartf* 
demasiado. 

Roz-ÓD,  guadaña  corta  para  rozar. 

Ros-ig^o,  en  Aragón  las  ramas  de  olivo  que  se  corlan  en  k 
limpiezas  ó  remoldas  y  sirven  para  pasto  del  ganado.  Es  adjetivo  d 
f02-a,  roz-ar. 


í  1 0.  roznar t  derrochar. 


495 


osi^-ón,  eit  la  üiera  mendrugo  raído  de  pan,  raíz  d«  tin 
ó  muda  rotos. 

o»ii^>ap,  en  Aragón  roer  poco  á  poco  alguna  cosa,   miir- 
por  lo    bajo  mascullando,  rosigar  altares  pasar    mudio 
en  ellos,  de  rosfg-o. 
o»(¡^-aliare9,  en  la  Litera  de  Aragón  roe^altares,  que 
mucho  tiempo  en  la  iglesia. 

oc-iua.  Av.M.A  Caza  2:  Tomados  en  las  rocinas  et  cerca  de 
rí&m«?. 

UH-uittP,  en  Galicia  masciiltar,  regañar,  refunfufiar,  gruñir 
ó  perros;  sufijo  -ma  de  roz-ar. 
oMui-úii»  regañón,  gruñidor. 

ochar,  en  algiinas  parles  como  rozar  por  comer  royendo. 
och'^f  variante  de  roM  por  (ierra  rozada»  posv.  de  roch-ar. 
la  cuesia.  En  Argentina  hacer  roclia^  hacer  calva  ó  novi- 
'1r  á  ta  escuela. 

uch-2f|ue,  en  Honduras  mancerina  de  madera,  del  rozar 
r. 

•i*i'ocli-;ii%  variante  etimoMgíca  de  roz-ar,  de  inilsi  lile- 
montonar,  es  decir,  deshacer  el  montón,  desperdiciarlo,  del 
tr  que  dio  rocha,  como  rozar  dió  roza,  tirando  de  uno  y  otro 
as  cosas  del  campo.  D.  Veqa.  Disc.  Fer.  dom.  2,  cuar.:  Para 
y  derrochar  sus  sarmientos.  Iií.  Dom~  ^,  amr.:  Abrásalo  lodo, 
►cha,  desgaja,  y  átala  sin  piedad  y  liento.  Fons.  V.  Cr.  1,3|5:  Si 
tempestad)  se  derrochan  los  cedros,  y  sale  de  cuajo  la  encina, 
rayo  hiende  las  peñas. 

tttaf.  malbaratar  tos  bienes,  ^s(ar  sin  ton  ni  son. 
Nu'rooh-c,  posv.  de  dcrroch-ar,  sobre  lodo  de  los  bienes, 
)ar  derruche,  entre  charros,  explicar  una  cosa,  como  limplin- 
aclantndola. 

rru  clin 'lio  r,  malbaratador,  que  derroch-a. 

oz-n-ar.  Es  un  diminutivo  -/i  de  roz-ar  en  la  acepción  de 

les  la  hierba  de  la  tierra  y  del  comer  de  ta  Qerma- 

el  animal  con  el  ruido  propio  de  dientes.  J.  Pin.  Agr. 

Va  enliírtdo  que  me  dices  quc  pues  dos  me  dicen  que  soy 

rozne  y  calle.  Lcon  Job.  30,7:  Entre  matorrales  roznaban. 


.^ai 


496  ORIOEN  V  VIDA  DB.  1 

Id.  Y  dice  que  roznaban,  porque  la  manera  de  conversu'yded^ 
grarse  entre  gente  baja  es  de  ordinario  torpe  y  bestial. 

Rebuznar,  ó  por  traslación  de]  ruido,  ó  de  rozno  borriquíDo* 
Quíj.  2,29:  Pero  ninguna  cosa  le  dio  más  pena  que  el  oir  rozov 
al  rucio.  Gran  suít  2:  Ora  los  asnos  roznando.  Valderrama 
EJ.  Fer.  4,  dom.  1  cuar.:  Gruñían  y  roznaban  los  cebones  y  loi 
jumentos.  Pic.Just.f.  158:  Y  aun  quien  quisiese  emborrar  /  piO*j 
piedades  de  borricos,  /  se  pudiera  estar  roznando  /  desde  aqufil 
otro  siglo.  Bibl,  Gallará.  4,1130:  El  hijo  del  asno  una  vez  al  dh 
rozna. 

Rozna-doF.  Corr.  54:  Asno  de  aguador,  asno  roznador. 

Rozn-ido,  el  ruido  de  dientes  al  rozn-ar,  y  rebuzno. 

Rozn-o,  borriquito,  de  rozn-ar.  Rinc.  y  Cort:  Dieron  tres 
ansias  á  un  cuatrero  que  había  murciado  dos  roznos...  sepan  vOI0^ 
des  que  cuatrero  es  ladrón  de  bestias,  ansia  es  tormento,  rozoa 
los  asnos. 

Ros-co,  adjetivo  -co  de  roz-ar,  como  ros-igo,  del  irutsi,  tp^ 
lotonar,  recoger.  Dícese  de  lo  enroscado,  que  se  cierra  en  redan 
do  quedando  en  medio  un  vacío.  En  particular  de  cierto  pastel  de 
esta  hechura. 

Rosc-a,  de  rosc-o.  Cualquier  cosa  en  rollo  rollizo,  que  « 
viene  á  cerrar  en  redondo,  quedando  vacío  en  medio.  Quij.  2,21 
Fui  recogiendo  la  soga  que  enviábades,  y  haciendo  della  una  rosa 
ó  rimero.  Zabaleta  Teatr.:  La  culebra...  su  cabeza...  la  rodea  mo- 
chas veces  de  su  cuerpo  y  la  deja  dentro  de  tantas  fortificaciones, 
cuantas  roscas  puede  hacer  de  si  misma.  Quev,  Mus.  5,  jac  5: 
Atollada  tengo  el  alma  /  de  su  trenzado  en  las  roscas. 

En  particular  bollo  en  círculo,  mayor  que  el  rosco.  Rí^,  dÍdL¡, 
2:  Las  blandas  roscas  de  Utrera. 

Vuelta  moviéndose.   Parra  Luz  verá.  2,40:  Arrojáis  la  piedn  \ 
en  medio  del  lago,  dá  un  golpe  solo,  y  al  punto  unas  á  otras,  em- 
pujándose las  olas,  llega  en  roscas  la  inquietud  hasta  las  orillas. 

Como  roscas,  del  torpe  y  bruto. 

El  pan  de  la  que  malquieras,  en  roscas  lo  veas.  c.  97. 

En  rosca,  en  Argentina  piernas  en  paréntesis,  chueco  ó  ptfi- 
zambo. 

Hacer  la  rosca,  halagar,  adular,  metáfora  del  perro  que  cnroscí 


no.  rosca. 


497 


Id  rabo  y  del  hombre  y  animales  todos  que  al  halagar  se  doblan 
bomo  de  gusto;  dormir,  por  enroscarse  y  encogerse. 

Húcer  la  rosca  dei galgo,  buscAV  \\xg3.r  para  dormir,  como  el 
0ügo  que  da  vuclUá  al  echarse. 

Hacer  ro&ca,  encoger  y  doblar  el  cuerpo,  como  los  animales 
d  dormirse.  Esteban.  A:  Tendiéndose  en  lierra  haciendo  ro^a  y  Rn- 
Ijlendoel  súbito  desmayo. 

Hacerse  ana  rosca,  enroscar  el  cuerpo,  y  de  aquí  maravillarse^ 

I  La  rosca  de  Pedraza,  gran  agujero  y  poca  masa.  c.  1 00. 

iLeanda  honendo  la  rosca,  el  amor  ó  adulándole. 

IRosc^s  ác  Utrera.  (Son  excelentes  y  de  buen  pan),  c.  4SK 

I  Ser  un  rosca,  un  taimado. 

1  Tirarse  ana  rosca,  entre  e^íudianíes  quedar  mal  en  la  lección  ó 


?-a<la.  como  rosc-a  de  ma^.  L  Rueda  I,  86:  Hacia 
I.  En  Aragón  la  coMrla. 
Ro^fa-ilepo,  en  Aragón  cuévano  para  fniUs  y  verduras. 
Rusiiu-clc,  dim.  de  TKfíc-a.  Bibl.  Gallará.  4,1529:  Roscas 
adas.  bollos  y  rosquetes  /  antasados  con  leche  y  con  aziicar. 
[En  Honduras  pan  de  maíz  con  manteca  de  res  y  dulce  en  forma 
¡rosca. 

ittuiíqu-llla,  dimín.derosc-a,  rosc-o.  Montor.  Obr.  post. 
24:  Rosquillas  le  trajo  Gila,/y  algunos  zagales  diestros/de  yeroa 

hacían/locindolts  con  los  dedos. 
,  Como  rosquillas,  de  lo  que  sabe  bien. 
[parece  rosquillas,  del  buen  pan  y  bien  cocido. 
I  Saber  á  rosgaillas,  ser  sabroso,  6  muy  A  gusto  y  deseo.  No 
era....  lo  que  duele  6  desazona. 

1  l&09e-<^n,  rosca  á  rosco  mayores,  sobre  todo  de  masa.  5iL- 
Proserp.  C  12,  od  74:  A  pechuga*  le  sabe  y  á  roscones/ 

'  de  heno  el  pancho  llena. 
...  roscón  de  Pascua,  muy  grande. 

tRosc-ado»  lo  en  rosc-a.  Cokr.  3$;  Podencos  conejeros,  es 
loa  bien  roscados  de  cola  eran  alabados. 
Rosqu-ear.  hacer  rosc-a.  culebrear.  Vcneo.  Di/er,  llbr, 
U  El  rayo  va  lan  lijcroi  que  parece  culebra  que  va  rosqueando. 
A-rroNc-ar.  en  la  Qcrm.  como  enroscar,  envolver  6  juntar. 


^ 


Vk 


498 


Origen  y  vida  . 


En-rosc-aP|  torcer  algo  formando  rosc-a.  P,VtXiKpi.2,i 

2,  d.  3:  Se  enroscó  y  se  hizo  una  pella  y  dejóse  rodar  por  d 
abajo.  J.  Pin.  Agr.  3,9:  No  sé  qué  peor  serpiente  queréis  qoe 
pecador,  que  se  ha  encorvado  y  enroscado  y  anda  arrastrando  porl 
inmundicias  de  la  tierra.  Valderrama  £/.  4,  dom.  4  caarj  Enr 
dose  y  poniendo  la  extremidad  de  la  cola  sobre  la  cabeza  (cl : 

A.  Cabr.  p.  189:  Váse  enroscando  y  ciñendo  al  hombre  con  i 
vuelta  y  otra.  Qucv.  son.  66:  Ceja  serpiente^  que  al   minr : 
enrosca. 

En.  Valderrama  Ej.  Dom.  1  cuar.:  El  daño  de  la  culebra 
se  enrosca  en  el  cuello.  Id.  Sab.  dom.  2  cuar.:  Del  árbol,  en  i 
la  culebra  del  demonio  se  enroscó. 

Partidp.  Qaij.  2,58:  San  Jorge  puesto  á  caballo  con  una 
piente  enroscada  á  los  píes.  Cabr.  p.   18Q:  Fué  sacada  la  cuk 
enroscada. 

En  la  Germ.  enroscar,  envolver,  liar  la  ropa;  en  Honduras,  j 
gentina,  etc.,  sentarse  poniendo  las  piernas,  en  lo  posible,  en  : 

Des-enposcap,  deshacer  la  rosca,  del  enroscar.  P.  VeoaI 
5,  V.  26,  27  y  28,  d.  4:  Por  dejarle  desenroscar  una  vuelta  ó  ( 
del  pergamino  en  que  se  había  de  leer.  Id.  ps.  2,  v.  2,  d.  3: 
roscándose,  cogióle. 


U  1 .  irr,  irri. 


499 


IRR 


Cuanto  tcabamos  de  dectr  te  funda  en   el  valor  de  ir, 

ímíento  sutil,  lineal- Reforcemos  la  r,  é  íVr  C5  ese  mismo  mo- 

icnto,  pero  fucile.  Su  .onomatopeya  ir-t  lo  es  en  euskcra  del 

del  fluir,  pero  en  linca  recta,  y  reforzado  el  concepto,  del 

ir:  ir-t  salida,  irí-en  salir,  irten-a  el  atrevido,  coqueiuela,  es 

r,  arrojado,  irtcn-€tan  a\  marro,  liier.  en  las  Saudita,  irt-era  salr- 

[iri'iiiikl  entreabrir.  El  vencejo,  el  avión  les  pareció  ser  como  el 

ido  ¿e  Ul  movimiento  derecho  como  el  de  una  flecha:  llamóse 

t^rra.  Que  aquí  tenían  los  primeros  hombres  puestos  tos  ojos  en 

yhiUr.  lo  manifiesta  el  simple  rVf^,  que  es  la  onomatopeya  del 

-  el  hilo  de  la  rueca  en  e<4  forioa  delgada  y  con  ese  movimiento 

5U  propio  ruido  nacíJo  de  la  lijereza  y  del  roce.  El  conceplo 

se  ve  que  es  intensivo  respecto  del  ir  suave,  que  es  lo  que  se 

oina  y  filtra  silenciosamente  y  poco  ú  poco.   Dícese  igualmente 

'  de)  «embrnr  ú  voleo,  del  correr  y  bailar.  En  fin  es  la  expresión 

Je  se  llama  á  gallinas  y  palomas   para  que  acudan  i  escape, 

volando.  Atdazforrtan  ikasi  neban  irra  goruetan,  la  vi 

irra  en  la  rueca,  es  decir  hilando  eti  la  rueca;  irra 

toan  dirá,  irra  han  huido,  es  decir  haciendo  irr,  como  una 

h&n  huido.  U  brarjida  de  hilo  que  se  recoge  en  el  huso, 

va  saliendo  hrcho  d  ícese  irr  a-da,  á  el  Unce  del  sembrar^  ó  la 

ó  Efl  fila  de  hortalizas  en  el  pUntfo,  ó  el  baile,  es  decir,  una 


Üib 


corrida,  una  bailada,  una  hilada  de  cosas,  una  volcadt,  unt  ! 
en  el  huso,  pues  el  ~ada  castellano  viene  de  ese  sufijo  -da  de 
da.  El  baile  ó  Wúoi-ada  en  corro  tomándose  las  manos  irra 
el  sembrar  á  voleo  irran  erein. 

Vamos  á  ver  ahora  la  fisiología  del  reir,  que  hallaremos  pií 
retratada  en  su  nombre  euskéríco  y  castellano.  Danvin  la  decía 
estas  palabras  (V  Expr.  d'  émoL  c.  4):  «Puede  explicarse  el  \ 
el  reir  del  hombre  y  del  mono  es  un  sonido  de  sacudimientc 
movido.  Los  puntos  extremos  de  la  boca  se  alzan  y  retraen  al 
cual  alarga  trar.sversalmente  la  boca».' En  la  misma  abertun 
boca  alargándose  transversalmente  tenemos  la  figura  de  la  j 
i  que  en  los  labios  se  retrata  es  la  que  se  articula  al  reir,  por 
alargarse  y  retraerse  y  alzarse  los  puntos  extremos  de  los  lab 
alza  la  lengua  y  queda  el  estrecho  tubo  entre  ella  y  el  paladar, 
pió  para  la  articulación  de  /.  Hágase  la  prueba,  y  al  echar  el  i 
sonará  este  sonido.  De  aquí  que  expresemos  la  risa  con  //íyí. 
larís.  Pero  ademas  de  i,  suena  rr  fuerte,  pues,  como  dice  Dan 
reir  nace  un  sonido  de  sacudimiento  may  movido.  Y  en  e 
prueba  más  despacio  cómo  el  reir  es  un  temblor  de  los  músc 
por  lo  mismo  de  la  boca,  de  la  mandíbula,  de  la  lengua,  que 
que  puede  vibrar,  y  aun  de  todo  el  organismo.  Zabaleta  (Dk 
p.  322)  dice:  «El  otro  se  va  sorbiendo  los  labios  por  no  reír 
solemos  decir  que  «se  los  muerde  por  no  reírse»:  para  impí 
que  sus  puntos  extremos  se  alarguen.  Correas  (Ll)  habla  del  * 
de  risa,  mearse  de  risa»,  y  (R)  del  «retozar  la  risa  en  el  cu( 
por  el  sacudimiento  de  todo  él  y  por  apretarse  con  el  sacudií 
hasta  exprimirse  las  lágrimas  y  soltarse  la  orina.  P.  Vega  (Siú 
V.  12,  disc.  2):  «Quién  no  se  cayera  todo  de  risa?»,  Cáceres  ('* 
21)  «En  viéndome  no  se  podían  tener  de  risa»,  Quevedo  (T 
«Nos  despedazábamos  de  risa  todos»,  (Id.  8):  «Pereciendo) 
risa»,  Guevara  (Diablo  coy.  7):  «Llegaron  á  él  muertos  de 
Pie.  Justina  (1,2):  «Hacíanme  quebrar  el  cuerpo  de  risa»,  Qt 
{Mas,  6,  r.  62):  «Hará  descalzar  de  risa  /aun  á  los  padres 
criptos>,  Esteban,  ^c.  50):  «Reventándome  la  risa  en  el  cu 
todo  lo  cual  bien  claramente  indica  la  perturbación,  sacudií 
y  temblor  de  todo  el  cuerpo,  el  cual  parece  desencasarse  y  d( 
ponerse  todo,  como  supone  nuestro  «descoyuntarse  de  rist»; 


III.  irr,{rrl. 


50! 


iirsí  ó  caerse  tic  risa»,  ^dcstornilUrseó  deslernülarse  de  risa>. 
|baní1lo  fe.  3)  habla  del  «descubrir  el  chorro  de  la  risa»»  porque 
SfSegfun  lo  dicho, //T,  es  decir,  saíir  un  chorro.  El  estrecharse  en 
Iboa  y  el  lemblar  h  lengua  ó  r  no  es  más  que  irn  eso  es  el  reír, 
to  reir  viene  de  rt-dere,  y  éste  del  euskaro  (ir)r'i,  (Ír)rUtiu 
c,  pues  ifr-í,  es  decir,  lo  propio  del  irr,  /m'-irriskinatU' 
—HgTia  y  burlón?»,  gaiU  deritzanak  irri  (teroidik  el  que 
.  leif,  irrt  ia  barre  rtirss  y  burlarse,  donde  bam 
I  es  reirscj  pero  en  el  senlldo  de  esparcir  y  ensanchar  íoda  la 
,  y  cara»  irri  del  hender  los  labios  formando  una  raja  ó  rasgado 
I  acudimientD  de  la  lengua  y  quijadas,  *Á  mandibuh  batiente*, 
(o  decimos.  Sonrisa  es.  irri-abar  ramo  de  risa,  ó  irrí-barre  ó  risa 
risueño  irri-bera,  que  liende   al  irri,  irrisorio  ó  burlesco 
arrrí,  risotada   irri-karkara,  sonreír  irri-ka-tu,   riendo  /rrf-z, 
[Usa  irri'Zuri,  6  sea  risa  blanca,  irru  usteldu,  irriz  kerfa,  irriz 
\tu  dciternillarse,  reverttar  de  risa,  irriz  ataka  i  carcajadas, 
abriendo, 
gmpniéfaase  que  irri  reír  se  dijo  det  aclo  Gsíotógico  expues- 
el   texto  de  Danrln»   por  el  otro  valor  de  irri,  que  es 
rechinar,  sobre  todo  abriendo  los  labios  como  a!  reir  y 
indo  ios  dic^ntirs,  irri-ka  hendidura^  entreabrirse,  irrika-dara 
jia,  irrlka-tii  abrirse  el  erizo  de  la  castaña,  rendija,  crujir,  y 
f,  risueño,  y  reñir,  irritarse,  y  desear  vivamente,  y  azuzar  los 
LÚ  otros  ¡inimalcs;  iodo  etlo  no  es  más   que  el   regañar  los 
\irrika  diUakt  orUak  puede  regañar  d  rechinar  los  dientes, 
rendija,  regato  ó  acequia,  bragueta,  irri-kin  rechinamiento, 
tO'tu  rechinar,  irrtki-tasun  anhelo,  irri-ki-tu  rendija,  anhelar, 
enbdár,   crujir  ó   rechinar  los   diente^,    henderse  nueces  ó 
bragueta,  irrikitzen  nago  orí  ikusteko  estoy  ansiando 
5.  ¡rri-ía  rechinar,  irritarse,  impacientarse,  arrumaco,  es  decir 
.  con  la  boca  regañando,  mutiJ  onen-irritaa  ¡qué  quisquilloso, 
icQie  es  este  muchacho!  goseak  ¡rriturik  muerto  de  liambre, 
irritarik  transido  de  frfo:  es  decir  que  rcgafta  y  rechina  los 
ya  de  frfo,  ya  de  hambre,  ya  de  enfado.  Todo  ello  ñsiología 
que  puede  vrrsc  en  el  perro,  cuando  regaña  por  una   cosa  fl 
Rendija  írri-z-kl-tu,  írr-in-arte,  crujido  irr-in-ga,  rechinar 
i-^a;  con  -/A.  4n  diminutivo,  gruñidor,  deseontentadtzo  irri- 


502  Origen  y  vida  del  lenouaic 


ga-Uf  tchakar-zarra  irrigau,  gazfe-ori  alberdau  el  perro  vie|ft 
regañón,  y  ese  joven  regocijado. 

Derramar  cuartos  en  los  bautizos  dícese  irrí-marra;  el  honda, 
las  líneas  nial  trazadas,  por  ej.  del  borracho  al  hacer  equis,  dd 
arado  en  el  suelo,  de  una  costura  mal  llevada  irri-orro:  lo  cod 
comprueba  que  estamos  siempre  en  el  irr  de  movimiento  lineil  j 
en  el  salir. 

De  irri-z  riendo,  regañando,  es  decir  abriendo  la  boca  de  li 
manera  declarada  salió  la  onomatopeya  irris-t  del  abrirse  una  coa 
crujiendo,  llevada  la  voz  á  lo  de  fuera  del  hombre,  asi  del  raspr 
una  tela,  un  papel,  y  del  resbalar.  Ya  vimos  en  los  Gérmenes  cómo 
el  rasgar  y  el  resbalar  es  una  serie  de  golpes,  un  vibrar  sonoro,  un 
sacudimiento  compuesto  de  infinifos  sacudimientos  pequeños,  un 
sonido  compuesto  de  infínifos  menudos:  otro  tanto  es  el  vibrar  de  h 
lengua  y  su  voz  rr.  El  resbalón  irrista-áa,  resbaladizo  irrista-kor, 
resbalar  irrísfa-ta,  resbalar  y  grieta  irrist-a,  ó  que  tiene  irríiL 
Anhelo,  apetito,  concupiscencia  es  irrí-ís,  el  forte  de  irri-z,  por 
regañar  los  dientes  con  tales  emociones  al  modo  del  perro,  codido», 
irri-tsa,  de  mucho  irri,  anhelando  irrits-an. 

El  relincho  de  bestias,  el  chirrido  del  carro,  el  grito  estrt 
dente,  agudo  y  largo  de  los  pastores  en  señal  de  alegría,  el  chillída 
largo  y  penetrante  con  que  terminan  cantares  y  jolgorios,  y  cuitoi 
de  victoria  sabido  es  y  característico  de  los  eskualdunas:  dícese  irr- 
intchi,irr-intz,  irr-intza,  del  irr,  es  decir  retrayendo  y  alargando  lii 
comisuras  de  los  labios  de  manera  que  solo  quede  un  estrecho  tuto  1 
entre  la  lengua  y  el  paladar,  como  al  regañar,  reír,  anhelar,  y  de  ' 
intz,  que  veremos  es  la  fisiología  del  hinch-ar  la  garganta  al  grittf 
largo  y  agudo,  al  hacer  un  grande  esfuerzo.  Derivados  con  el  mismo 
valor  son  irrintz-i,  irrintz-in,  irrintz~iri,  donde  ir-i  indica  el  dqo 
prolongado  yagudo,  irrintz-ir-in;  relinchando  ó  gritando  irriatd-H, 

112.  Nada  dicen  los  autores  de  r/cférfi  reir,  rí-si,  nsum^  ar-, 
cor-,  ds-,  ir-,  ir-ri-sio  irrisión,  sub-ridere  sonreír,  risas  y  risio  rísiu 
buria,  ridt-calas  ridículo  ó  risible,  ridicuí-arias  bufón. 

No  tiene  parejo  en  las  demás  indo-europeas.  Es  claramente  d 
euskaro  irri,  irrita,  perdida  la  vocal  inicial,  rid-. 

113.  Reip,  en  Alexandre  riir  (1738),  rier  (1990),  en  Bercec 


113.  reir. 


503 


K'^m.  481),  de  rt(d)Sre,  it.  ridere,  riim.  ride,  rtr.  ri^  prov, 
t  rí(ii)rer,  pg.  rir. 
L  Qrac.   Critic  1,1:  Yo  río  y  yo  Doro»  cuando  dios 
I.  Pin.  Agr.  2,2:  Y  te  dije  lo  que  pasaba,  t\6  muy  de  gaLi<i. 

Íde  las  cosas  lozanas  que  alegran.  Zamorj^  !Aon,  mist 
t.:  Si  los  campos  lien. 
celebrar  con  risa.  Entret.  1:  Traéis  desdichas  que  liore? 
veoluras  que  ría?  Roa  V.  Sanch-  2,5:  Reimos  ya  los  vicios. 
lar  de  uno.  Lazar,  ir.  2,  p.  30:  Tornaron  de  niie^o  i  con- 
cuitas  y  a  reyHas.  A.  Alv.  Silv.  Dom.  5  cuar.  4.  c:  Le  rías 
sus  mandamienlús. 

Ambs.  MoEt.  8,13:  Reían  y  mofaban  del  desvario. 
rx.  QttiJ.  1,17:  Si  la  culera  Te  dejara,  lengo  para  mt  que  se 
H45  Un  boboj.  \:  Parece  que  os  rds  con  sonsonete,  como 

Ktriolcra»  Orac.  Moral  f.  99:  Reírse  con  desentono  y 
e,  despreciar  ó  sencillameníe  pcirse.  Qútj.  1,8:  Nñ  se 
m  Quijote  de  la  simplicidad  de  su  escudero.  Id.  1»9: 
kque  de  qué  se  reía.  Id.  1,1 9:  Rióse  Don  Quijote  del  do- 
icho.  Id,  1,45:  Los  otros  se  reían  de  ver  como, 
r  despreciar.  Cacer.  ps.  24:  Que  no  se  rían  de  mí.  Oran* 
Se  fie  de  todo  lo  que  nosotros  tenemos,  Marqu.  Qob, 
Tnque  un  autor,  que  por  su  impiedad  no  es  justo  nombrar- 
'dellas»coR  mayor  fundamento  nos  podrí-imos  nosotros  reír 
^QUE  Orador  1,3,4:  Riyéndosede  las  nieves  del  invierno. 
tf,  de  lo  que  alegra.  QitiJ.  2,\A:  Reíanse  tas  fuentes.  Cabk. 
Lm  irbohs  parece  que  despiertan  y  se  rfcn.  Id.  p.  331:  El 
erie. 

qtttrtir.y  Pin.  Agr.  21,26:  Hay  hombres  que  por  dtr 
i  otros. 

ÉU  reirás  tá,  censurando  el  alarde  por  abuso  de  autorí- 
e  extraordinaria. 
irse  á  rtir,  burlarse  de. 
er  reir,  dar  motivo  de  risa. 
tr  rtir  á  un  muerto,  ser  muy  gracioso. 

V.  reir,  ironía  con  burla,  desprecio,  chanza. 
I  veces  se  ríe  de  cosa  que  después  se  Hora.  c.  474. 


504  Origen  v  vida  dbL 


Pues  yo  no  me  río.  (Cuando  se  ríen  del  que  amenaza),  c  GOl 

Reír  el  alba,  el  día,  amanecer.  Cacer.  ps.  56:  Levantarle  í 
reir  del  alba  lo  más  de  mañana  que  pudiere.  QaiJ.  1,20:  Espetará 
que  ría  el  alba.  J.  Pin.  Agr.  3,1:  Dende  que  comienza  á  reirelafti 

Reírse  á  casquillo  quitado,  á  carcajadas. 

Reírse  á  mandíbula  batiente,  con  estrépito  y  de  buena  ganí,  y 
de  la  risa  que  nos  da  lo  extravagante. 

Reírse  á  pierna  suelta  ó  á  todo  trapo,  ó  como  un  desco^ 
mucho  y  con  gana. 

Reírse  como  una  tonta,  de  la  mujer,  mucho  y  de  gana. 

Reírse  de  dientes  afuera,  como  los  conejos,  simulando  1í  risi,í 
anda  la  procesión  por  dentro. 

Reírse  del  mando,  ser  muy  fresco,  independiente,  que  no  neo- 
sita  de  nadie. 

Reírse  de  su  sombra,  del  que  se  burla  con  focilídad  y  gndi 
de  todo. 

Reírse  de  una  cosa,  ó  persona,  despreciarla  y  no  hacer  o» 
de  ella. 

Reírse  el  agua,  en  Álava  aparecer  el  agua  en  capa  poco  boodi 
sobre  el  cascajo  ó  arena  al  sobrarse  una  fuente. 

Reírse  la  ropa,  las  botas,  los  zapatos,  abrirse,  rasgarse,  como 
se  abre  la  boca  al  reir. 

Reírselo.  Villalob.  Tres  grand.  9:  Algunos  hay  que,  cuando  ■» 
hallan  quien  acuda  con  la  risa  á  lo  que  ellos  dijeron,  ríenselo  dios. 

Reírse  por  lo  bajo,  sin  ruido,  con  disimulo,  burlarse. 

Se  ríe  como  un  tonto,  como  un  simple. 

Ríe  como  lloran  en  Francia,  verdadero  llanto. 

Todos  se  ríen  del,  y  él  de  todos,  c.  421. 

Todos  se  ríen  de  mi,  y  yo  de  todos,  c.  421. 

Tomarse  á  r«ír.  j.  Pin.  Agr.  24,1:  Dimos  tan  grandes  riarf* 
ambos  de  ver  la  burla  que  pasaba,  que  todos  se  tomaron  i  rdr. 

Y  reírse  de  todos;  y  reírse  del  mando,  c.  540. 

Hazmc-peir,  el  ridículo  por  su  persona,  bcha,  etc.»^ 
sirve  de  juguete  á  los  demás. 

Rei-depo,  que  hace  reír. 

Rei-il-epa,  facultad  de  rei-r,  como  tragaderas,  enteoMMi 


113.  risa. 


505 


Jast  2,3,2,2:  Ya  que  tuvimos  gastados  los  dedos  de  hacer  ma- 
las y  las  reideras  de  celebradas. 
■M»n-rolr,  reír  un  poco,  por  lo  bajo  ó  son-. 
Trans.  burlándose,  A.  Alv.  Silv.  Dom.  3  cuar.  3  c.  §  3:  Que 
lofc  jf  sonría  la  obra.   Id.  Fer.  4,  Oom,  4  cuar,  W  c.  §  3:  Le 
itn,  le  mofan,  fe  Ir^en  en  habla. 

ffe^ex.  Hsteb.  3:  No  dejó  de  sonreírse.  Gííac.  Mor.  f.  1 68:  Son- 
(Sócrates)  con  el  gesto  alegre  y  risueño.  Quij.  1,35:    La  hija 
I»  y  de  cuando  en  cuando  se  sonreía.  Id.  1,39;  Miró  á  sus 

radas  y  todos  Ires  se  sonrieron. 
Riso,  de  rísum,  ristis,  ta  risa.  Híta  77:  Ssienpre  avia  delta 
»  fabla  e  buen  rríso.  Berc.  S.  D.   1 1:  De  risos  nin  de  Íuego$ 

poco  cuidado.  Id.  5.  Af.  391:  Fizo  el  fuego  escarnio  e  grant 

Id.  Duelo  Ió9;  Riso  Taran  de  nos. 
Ri»-a,  de  ris-o,  acción  de  reir.   Pic.Just.  2,2,3:  Traigo  forra- 
tisa  todas  tas  Ires  potencias  del  alma.   Monc.  Exp.  8:  Burla- 
con  mucha  risa  de  su  traje  y  figura. 

Ahifgarle  la  risa,  contenerla  por  disimulo,  ahogarse  de  risa, 
de  gana. 

A  media  risa,  á  medio  reír.  Pñrstl  5,S:  Enlerdíóla  Aurislela,  y 
Kfiarisa,  quiero  decir  con  muestras  alegres,  le  dijo. 
Andarte  ta  risa  por  {(entro,  6  fa  procesión^  cuando  disimula 
¡en  algo  malo  6  sensible, 

'aliarle  ta  risa  en  eí  cuerpo.  Omintx}  B.  A",  del  genio  alegre. 

lañarse ea  risa.  Cald.  Faena  I:  R.inada  en  alegre  risa,  dijo. 

ioca  de  risa,  agrado.  Avala  Hist.  Ant.  tr.  2,  d.  19:  Mosírar  á 

s  una  bocí  de  risa. 

íocff  ííena  de  risa.  Qufj,  1 ,20:  Que  tenia  los  carrillü-s  hinchados 

boca  llena  de  risa.    ZAkate  Pac.  cr.   3,7:  Estará  llena  de  risa 

dtra  boca? 

Caerse  de  risa.  (Por  mucha  risa),  c.  589.  P.VcoAps.  5,  v.  ¡2, 

í  Qui^  no  se  cayera  de  riía.^ 

Cara  de  risa,  agrado.  Avala  Hist.  Ant.  tr.  2,  d.  19:  En  su  cara 


Taasar  risa.  Qaij.  1 ,26:  No  causó  poca  risa  en  los  que  hallaron 
rersos  reíerídos  d  aftadidura  del  Tot>oso.  Id.  1,45:  No  menos 


506  OttltobN  Y  VtUA  UEL  USUáo, 


causaban  risa  las  necedades  que  decía  el  barbero,  que  los  (fispinki 
de  don  Quijote. 

Comerse  de  risa,  reprimirla,  mordiéndose  los  labios. 

Como  á  risa,  no  tomando  algo  en  serio.   ■ 

Como  la  risa  del  conejo,  disimulo,  hipocresía,  sufrimiento 
reprimido. 

Con  la  risa  en  la  boca.  Zarate  Pac.  cr.  3,7:  Hállase  con  la  ria 
súbitamente  en  la  boca. 

Cosa  de  risa.  Salaz.  Car.  Men.  1,19:  Holgaba  con  las  co» 
de  risa. 

Dar  carcajadas  de  risa.  Cacer.  ps.  21:  Dando  grandes  cara- 
jadas  de  risa. 

Darle  risa,  causársela.  J.  Pin.  Agr,  5,29:  O  de  risa  que  le  dio  de 
una  gracia  que  dijo  á  una  vejezuela  que  le  servía...  le  dio  uiubl 
risa  que  le  arrancó  el  alma. 

De  la  risa  al  duelo  ni  un  pelo.  Vienen  seguidos. 

Descalzarse  de  risa.  Quev.  C.  d.  c:  Se  descalzaban  de  rlsial 
ver  al  viejo  hecho  de  hieles,  j.  Polo  p.  235;  Todos  nos  descalzaraoi 
de  risa. 

Descoyuntarse  de  risa. 

Desmenuzarse  las  ternillas  de  risa.  J.  Pin.  Agr.  14,12:  Ají 
que  se  me  desmenuzan  las  ternillas  de  risa  con. 

Despedazarse  de  risa.  Quev.  Tac.  6:  Nos  despedazábamos* 
risa  todos. 

Desperecerse  de  risa. 

Desternillarse  de  risa. 

Disparar  en  ana  risa.  Quij.  1,  pref,:  Y  disparando  en  uu 
larga  risa. 

Echarlo  á,  en  risa,  mofar.  A.  Alv.  Silv.  Fer.  6  cen.  2cjU 
echan  en  risa  y  mofa. 

El  cfiorro  de  la  risa.  Esteban.  3:  Descubrir  el  chorro  de  la  riaL 

Esas  risas,  arregaños  son  para  mi.  (Dicho  de  vizcaíno),  c  131 

Esas  risas  con  or macho,  para  mí  son  arregaños.  c.  132. 

Es  cosa  de  risa.  (Deshaciendo  la  importancia  de  alguna  cosa). 
c.  529. 

Es  cosa  para  mearse  de  risa  y  no  echar  gofa.  c.  129. 

Estar  para  reventar  la  risa,  violentarse  por  no  reír. 


I! 3.  risa. 


507 


vtarse  dé  risa.  Fons.  V.  Cr.  píe,  ¡,  L  3,  c.  20:  Se  finan  ik  risa, 
que  le  llevan  cuairo  dedos.  Kodr.   Reinosa  BibL  Güilani.  4, 
i:  Que  os  fináracles  de  risa,  /  si  víéradn. 
ingcnrha,  mas  reviefíí*tn.  (Finges),  c  296. 
oípt  de  risa.  Solor^.  Gard.  Sev.  c.  20:  Mucho  hizo  el  aulor 
niular  los  golpes  de  risa  que  le  vinieron  oyendo  los  tihilos. 
uardar  de  la  risa  para  otro  lloro,  que  viene  aprisa,  c.  30!. 
iaccr gorgoritas  la  risa,  Pic.Jasf.  1^1:  La  risa  me  hacía  gor* 

en  los  dientes. 
!acer  risa  de,  burlarse.  Lanuza //am.  21^6:  Hacían  del  casa 
flevaban  en  chaco». 
que  tomarlo  á  risa,  desprecio,  ele, 
ÍMnchir  la  boca  de  risa.  León  Job  S:  Se  hinche  de  risa  la  boca. 
linchar  la  boca  de  risa.  G.  A!/.  2,1,3:  Que  para  que  la  boca 
ÍDche  de  risa,  no  ha  de  estar  el  vientre  vacío  de  vianda. 
la  riáa  del  conejo  y  máska  dei  cisnero.  (Porque  cuand<^)  el  c<^ 
está  en  el  plato,  muestra  los  dientes  desnudos),  c.  190. 
la  risa  va  por  barrios,  i  cada  puerco  le  llega  su  San  M-irtín. 
llevarlo  en  risa.  Lakuza  Hom.  21,6:  Lo  lleváis  en  risa. 
llorar  de  risa.  {Por  mucha  risa),  c.  626. 
Mds  vale  morir  de  risa  que  de  ictericia. 
Mearse  de  risa.  (Por  ocasión  Je  mucho  reír),  c.  618.  M/ro/rcí.- 
qtie  temo  ha  de  mearse  de  risa. 

Morirse  de  risa,  c,  620.  Quij.  2,23:  Pensó  perder  el  juicio  ó 
ine  de  risa.  Oarcía  Codie.  2:  Tm  6  cuatro  cainaraJas  suyos,, 
lerlos  de  risa. 

T  á  risa,  Quij.  I  pref.:  Que  leyendo  vuestra  historia  el  me- 
tlico  se  mueva  d  risa. 

\overk  la  risa.  S^v.  Rep.  114:  Mueven  la  risa  al  más  sa- 
o. 
Caerlo  de  risa.  Diabí.  coj\  7:  Ufaron  á  él  nuiertos  de  risa, 

es  cosa  de  risa,  es  importante. 
Vo  poderse  tener  de  risa,  Caccr.  ps.  21:  Cn  viéndome  no  se 
tener  de  risa. 
poderte  valer  de  risa.  R(vat>.  S.  /gn.  2,10:  No  podía  valerse 


508  OmacN  v  vida  del  lenquajc 


Oh,  qué  risa  habría  en  la  boda,  si  no  fuera  tuerta  ta  mvIa, 
c.  152. 

Perderse  de  risa.  Quev.  Tac.  9:  Perdido  de  risa  de  ver. 

Perecerse!  de  risa.  Quev.  Tac.  8:  Perecléiidome  de  risa. 

Pinza  sin  risa.  (Es  un  juego  en  que  tiznan  \a  cara  del  quequi^ 
ren  burlar,  y  por  eso  piden  que  no  se  rían  porque  tiú  advierta  Ii 
burla),  c.  391. 

Quebrar  el  cuerpo  de  risa.  Pic.Jast.  2,1,2,2:  Hacíanme  que- 
brar el  cuerpo  de  risa. 

Retozar  la  risa  en  el  cuerpo,  c.  622.  Pic.Just.  l,li  La  risa  me 
retozaba  en  el  cuerpo. 

Reventar  de  risa.  Cacer.  ps.  1 25:  Dábamos  carcajadas  de  rist 
Reventábamos  de  risa.  Quij.  1,3:  Para  no  reventar  de  risa.  Id.  2,38: 
Reventaban  de  risa  con  eslas  cosas  Jos  Duques. 

Reventarle  ta  risa.  Esteban.  50:   Reventándome  la  risa  ea  d 
cuerpo. 

Risa  falsa,  ñngiendo  agrado  para  engañar  á  otro. 

Risa  sardónica,  sardonia  ó  sardesca,  afectada,  por  cierta  hierb* 
lie  Cerdeña  que  mataba  haciendo  visajes  y  como  de  risa.  Dic* 
Laguna  {Diosc.  2,166):  *A1  Raniínculo,  y  en  especial  á  la  segun(S* 
especie  que  nace  copiosamente  en  Cerdeña,  llaman  algunos  Apiastr^ 
y  Apio  silvestre,  porque  se  parece  al  Apio  en  las  hojas,  dado  q** 
su  facultad  se  muestra  mucho  más  vehemente  y  tanto  que  si  ** 
come  ó  se  gusta,  hace  torcer  la  lengua  y  los  labios:  de  doiMÍ* 
vino  á  llamarse  Apium  risus:  que  es  apio  que  constriñe  árd*^ 
porque  los  que  le  comen,  se  mueren  riendo  á  regañadientes  3 
mal  de  su  grado.  De  aquí  procede  que  como  esta  planta  se  Iltit»* 
también  Sardonia,  porque  crece  por  la  mayor  parte  en  Cerdeña,  5 
haga  reír  sin  gana,  todos  traigan  ya  el  riso  Sardonio  en  común  prCf- 
verbio,  entendiendo  por  él  toda  suerte  de  risa  falsa,  que  no  nace  ^^ 
corazón. 

Risa  del  conejo,  forzada  por  algún  accidente,  ó  al  tiempo  df 
morir,  como  sucede  al  conejo;  reirse  cuando  hay  razón  de  sentaV  / 
llorar. 

Ser  cosa  de  risa,  burla  y  mentira.  Quij.  2,70:  Que  esto  del  m/h 
rírse  los  enamorados,  es  cosa  de  risa. 


113.  risa. 


509 


entrdenimiento 


Ser  ia  risa  de.  Cacer.  ps.  21:  Era  yo  la  risa  y 

Mío». 

SoUar  ia  risa.  Pic.Jast  4,2:  Yo  no  pude  Icncr  la  risa,  soltéla^ 

Tener  boca  de  risa,  alegre  y  apacible  con  los  demás. 

Tener,  contener  tarisa.  Quij.  1,2:  No  pudieron  tenerla  risa. 

Tener  la  risa  á  raya.  Quij.  1,3:  L«  *cnía  la  risa  á  raya. 

Tentado  de  risa,  propenso  á  reír  por  algún  caso. 

Temar  á  risa,  no  darle  importancia,  no  creer  lo  oido. 

Tomarle  la  risa.  J.  Pin.  Agr,  19,1:  Con  U  cual  gracia  le  lonid 
risa,  que. 

RÍ»-a<ln,  gran  risa,  Baruad.  Alej.  intr,:  Las  risadas  trave- 
Dn  brgo  tiempo  más  juguetonas  de  lo  que  yo  quisiera.  Id.  AÍeJ<. 
't:  Pa^an  con  risadas  de  contento  lodo  aquello. 

Oar  risadas.  J.  Pin.  A^r.  Ii2,4:  Dio  tnnlas  risadas  en  escarnio 
a  diosa,  td.  24,1:  Yo  df  una  tan  t^ran  risada  sin  pensar  lo  que 
Bo5t.  Caries,  p.  49,52:  Anda  dando  grandes  risadas.  Miro- 
•  Did  «na  grande  ris.ida.  J.  Pim.  Agr.  1,4:  íillos  dieron  una  gran 
cía  viéndole  tan  gordo. 

RlsiUle,  que  es  digno  de  risa. 

Ris-Ica,  diinin.  de  ris-a.  Gitan:  Agora  si  es  la  r[sica;/¡Ay 
;  bien  haya  esa  gracia! 

Rlsi-ila,  dimín.  tleris-a.  Q,  Atf,  l.UO: Comencé  con  veras á 

lirsela,  y  ét  con  risitas  á  negármela.  Id:  Con  una  risita  le  daba 
idas  de  elto. 

R{í*-ot^u4la,  como  ris-ad.i,  pero  más  bronca  y  menos  Gna; 

un  ris-Qt-c  despectivo. 

Rlmiieñc»,  de  ris-on-cus,  ris-a.  QaiJ.  1,2(1:  He  andado  algo 
ueño  en  demasía.  Id.  1,34:  Con  rostro  al  parecer  torcido,  aunque 

aJma  risueña.  Id.  2,46:  Una  broma  que  tuese  más  rt:(ueña  que 
)o$a. 

A-ri*is-ada,  rísucfio,  apacible,  de  ris-a.  Fons.  MisL  d.  3,3: 
»rrcgir  con  una  arrisada  blandura. 

I¿uti*e-i*i«-íUi.  Q.  A{f.  2,1,7:  M.i$  no  Unlo,  que  por  entre 
unas  cnírcri5íl:is  y  mirar  de  ojos  no  se  lo  conociese, 

2»on-rliiai  son-piso,  risa  leve,  baja,  medio  oculb.  A.  Alv. 
r.  Fer.  6  cen.  2  c.  §  2:  Aquel  eníado  y  sonrisa  con  que  Ias  evan  t 


tf^l 


510  Orioen  y  vida  oü. 


géljcas  perfecciones  se  habrán  de  recibir  de  algunos  vuoi  dd 
mundo. 

Son-pis-ap,  de  sonris-o,  -a.  Cid  154:  Sonrrisos  myo  Gá, 
^táualos  fablando.  Id.  298:  Tomos  á  sonrisar.  Id.  873:  fermoso 
sonrrisaua. 

Relínchap,  no  de  hinníre,  como  dicen  los  romanistas;  dd 
antiguo  reinchar,  de  rinchar,  que  es  como  suena  en  portugués  y 
gallego,  rrnchez  en  rumano;  pero  por  etimología  popular  de  re^^ 
char.  En  gal!,  rinchar,  por  relinchar,  rinch-eíro  por  alborotado,  qoe 
mete  ruido,  rincho  por  relincho.  Es  el  euskaro  irrintz  el  grito  pasio- 
nal y  de  guerra.  Qaij.  1,18:  No  oyes  el  relinchar  de  los  caballoa? 
Id.  2,8:  Comenzó  á  relinchar  rocinante.  Id.  2,41:  Hasta  que  el  ola- 
lio  relinche.  Guev.  Menospr.  7:  Mugir  las  vacas,  cantar  los  pájara^ 
graznar  los  ánsares,  gruñir  los  cochinos  y  relinchar  las  yegua& 
Sandov.  H.  Carlos  V  4,5:  Espantábanse  de  los  caballos,  que  nuoei 
los  habían  visto,  y  cuando  los  oían  relinchar,  pensaban  que 
hablaban. 

Vale  también  gritar  en  regocijo  y  fiesta,  como  en  euskera. 

Relinch-o,  posv.  de  relinch-ar.  QaiJ.  2,4:  Cuando  llegaroi 
á  sus  oídos  relinchos  de  rocinante.  Zamora  Mon.  mist  píe.  7.  Sa 
Feiip.:  Ni  el  ruido  de  las  trompas  ni  el  relincho  de  los  caballos. 

Por  grito  de  regocijo  es  su  primitivo  valor, 

Relinchld-o,  posv.  participial  de  relinch-ar,  y  lo  trae  Nfr 
brija  por  relincho. 

114.  De  irrita  saWó  hir ritas  el  gruñir  del  perro  encolerizado 
enseñando  los  dientes,  con  h  no  etimológica,  tal  vez  para  diferen- 
ciarlo del  irrita-re  irritar,  azuzar  los  perros  en  la  caza,  por  it 
rita-re,  de  in-rí-tas,  irrita-tio  irritación,  azuzamiento,  irritad 
irritable.  ¿Cómo  casar  ese  rita-  de  in-ri-tas,  in-ri-tare  con  ir-útaií^ 
ira-sci  enfadarse,  airarse,  sab-irasci  enfadarse  ligeramente,  í/TS-fl* 
das  iracundo,  iracandia?  Solo  con  el  euskaro  irri,  del  cual  salió  f 
peidida  la  /-,  é  ira  suavizada  la  r,  fenómeno  común  en  las  I-Efde 
bido  á  que  en  estas  lenguas  no  se  distinguió  la  r  fuerte  de  la  suivt 
En  gr.  Épt-t;  odio,  contienda,  i^iQm,  épsOíCo  odiar,  reñir,  ept^  i4 
odio.  En  skt.  irya  enérgico,  movible,  irin  potente,  irasyatí  con* 
tnoverse,  estar  de  mal  humor,  ser  hostil,  enojarse,  irasyn  nttlipifr 


115.  ira  casi. 


511 


if'kehy,  Irch  lener  envidia,  iryíiii  envidiar.  En  el  mismo 
¿r-5  moverse,  ira-yati  hacer  ir,  lanzar,  excitar,  í/a  bebida 

losa,  parecen  ser  el  ira  euskéríco,  ponzoña,  bebedizo^  ñMrar-"' 

^Kcbamente. 

^■riir  de  ira.  Puede  decirse  en  plural  QuiJ,  1 ,36:  No  solo  I 
PRntc  tu  ira,  sino  que  ta  mengüe  en  tal  manera  que.  Id.  1 ,46: ' 
ezcas  delante  de  mí»  so  pena  de  mi  ira. 
faf.  Calo.  Laber.  d.  mundo:  Que  ya  deslos  mares/  templa* j 

inis,  /  el  puerto  se  ve,  /  la  tierra  se  mira. 
Túsar&e  en  ira.  Casa  ceLJ.  I;  Deja,  que  me  abraso  en  ira. 
ira  de  Dios,  no  hay  casa  fuerte:  ó  cosa  Juerte.  Cor.  I. 
.  195. 

tansar  ta  ira.  Guev.  £p.  pie.  2,i0:  Ya  que  el  señor  obíípo  de 
a  amansó  mi  ira. 

piien  dieron  d  escoger,  dieron  á  ta  ira,  c.  15* 
4er  en  ira.  Qaij.  1,40:  Ardiendo  en  ira, 

varsc  la  ira.  Mariana  //.  E.  6,  1 2;  La  ira  se  aviva  con  ta 


irte  ha,  si  no  estuviese  limo  de  ira.  c,  326. 
Ira  de  señor,  y  de  alboroto  de  pueblo,  nos  Ubre  Dios,  y  de 
ie  esparteña  queda  pena.  (Esparteña  es  alpargata  de  esparto 
ara  largo  camino;  lambic:i  hay  hondas  de  esparte,  y  su  pe- 
lo será  buena),  c.  230. 

jarse  arrastrar,  llevar,  de  ta  ira.  Torr.  FU.  mor.  T,IO:  No 
arrastrar  de  la  ira. 

kira  mala.  (SígniRcando  su  mal,  un  pleito  de  la  ira  malai 
3,  unas  voces  de  la  ira  mala),  c,  577. 
poner  la  ira.  Qaij.  2,1:  Presto  en  deponer  la  ira. 
scorgar,  desfogar  la  ira  en. 
discreto  disimuta  la  ira  con  sosiego;  el  necio,  atúfase  fuego. ' 

tborracharse  de  ira.  Oucv.  Bp.  17:  Que  no  habfa  para  loi 
B  tan  grave  pestilencia,  como  «ra  el  juez  que  se  emborracha- 
Ira. 
^der  ta  ira.  Lis  y  Ros.  5S:  Pues  guartc  no  me  cnoiendasj 


Enturbiarse  la  ira.  Zamora  Mon.  mist.  pte.  2,  t.  4,  ptt.  2,  SM' 
Ó:  Pero  cuando  la  ira  se  enturbia  y  hierve  en  el  pecho  de  an  tn¡usto, 

Hervir  en  ira.  Zamora  Atori.  mist.  pte,  7,  S,  Felipe  y  Scnt' 
Hierven  en  ira,  miiérdense  tos  labios. 

¡fra  de  Dios!  ponderando,  extrañando,  ó  mostrando  enojo.  Oía 
Posfrim,  1^8,3:  Venga  la  ira  de  Dios  sobre  gente  Un  antojadiza. 

Irü  de  hermanús,  ira  de  diablos,  c.  1 49, 

Lo  que  con  ira  se  hace,  desplace,  c.  200- 

Lo  que  con  ira  se  hace,  sin  elía  desplace,  c  200. 

Llenarse,  henchirse  de  ira. 

Para  la  ira,  de  hoto,  de  tira  mira.  (Que  es  de  escaparte  hiiyí* 
do),  c.  379. 

Parla  ira,  en  hoto,  de  tira  mira.  (Que  el  airado  habla  á  veta 
más  de  lo  que  debe,  en  holo  de  huir,  si  algún  peligro  se  le  recree^ 
c381. 

Quebrar  la  ira  en.  Roa  S.  Leocr.  Que  en  semejantes  ocasiono 
suele  la  ira  quebrar  en  lo  más  cercano^  y  más  donde  halla  mencí 
resistencia. 

Resfriarse  ¡a  ira.  Torr,  FíL  mor.  7,17:  Pero  resfriada  la 
llegó  luego  el  arrepenlimiento. 

Reventar  ¡as  iras.  Quij.  2,26:  Y  no  revienten  sus  iras  por  1«5 
rotas  y  sangrientas  armas,  ní  por. 

Tomarle  ta  ira.  L.  Qrac.  Crit.  1,7:  La  ira  le  tomaba  fueiíemenfc^ 

Ip-oso.  Cr.  Moreno  Limp.  V.  M.  p.  134:  Los  deshonestos,  5» 
limpísima  castidad;  los  irosos  su  mansedumbre. 

Ir-arse,  de  ir-a,  ir-ascí,  Aíex.  8:  Todol  mar  fué  irado, 
fierra  (remeció. 

A-ii"-:ti%  de  ir-a;  it.  adirarej  prov.  airar,  ahirar,  azirar,  fr.  dt' 
airer,  pg,  airar. 

Trans,  tener  ira.  Cid  62Q:  Ayrolo  el  rey  (tuvo  ira  contra  él). 
Zamora  Mon.  mist.  pte.  7,  S.  Ana:  No  dice  sino  que  le  deje  airar. 

Mover  á  ira.  Zamora  Mon.  mist.  pte.  3,  Visit:  Hay  pecadosqm 
aunque  airan  á  Dios. 

Meíaf.  Arauc.  15:  Y  las  valientes  otas  reparando  /  que  dd 
ríoeo  cierzo  repentino  /  iban  la  vía  siguiendo,  las  airatia  (Eoto) 
el  removido  mar  más  alteraba. 

Reflex.  tomar  ira.  Quij.  2,1:  Tardo  en  airarse  y  presto  en  depo- 


116.  ringi,  ñcinunu 


513 


1  irs.  Caía,  p,  258:  Cuando  me  hubiere  airado.  Id.  p.  31fl:  Se 
,'  airó  de  sucrle  que.  Cekst.  4:  Siifrile  con  temor,  por- 

dti.i:>ie  con  razón,  td.    10:  Cuando  yo  más  airada,   lii  mis 
Kde. 

McMtrro  Trampa  adeianie  3,6:  Yo  más  íe  debo  estar  /  agra- 
o»  que  airado. 

3íW.  Casií.  p.  ^35:  Qué  dd  veces  se  aíi  ú  con  los  hijos  de  Isfael, 
.  Orac.  1,10,12:  No  querría  airarme  con  nadie.  Makiana  H.  £. 
Porque  Dios  estaba  con  ¿\  muy  airado. 
"Uínira.  J.  Pin.  Agr,  25,21:  Que  ei  Dios  de  los  cris(ianos  se  bi- 

airar  contra  quien,  Valderiüaha  £/   Mierc.  3  dom.  cuar.:  Y 

tgo  de  aiiar  cotilni  sii  qéicilo.   Gran.  Simb.  5,3,17:  Los  pe- 

I  porque  Dios  se  airó  coníra  mi.  Qaij.  [,4S:  Airado  conira  d 
y  riumuiado  de  la  viitird.  J.  Pin.  Agr.  17,19:  Todo  aquel  que 
ftie  contra  su  herm.ino. 

)e.  SoLis  siivo:  ¿Campana  y  á  estas  horas?;  Airóse  pues  de  ver 

tiva  /ala  que  tanto  lustre  le  ha  debido. 
fttaf.  Vau(.  Bern.  24:  La  vista  afegre,  el  alma  enamorada,  / 
capote  y  ceño  si  se  aira,  /  da  gusto  y  regocijo  á  quien  lo  mira. 

Lv.  Sitv.  Dom.  ¡  cuar.  3  c:  Cuando  el  cielo  está  airado,  no 

II  la  tierra  guarda  que  guarde.  Qaij.  1,1:  Con  voz  airada  dijo. 
1;  Con  semblante  airado.  Siou.  V.Jtron,  5,4:  Li  (ierra  lértil 

ilíri!,  cl  cielo  clemente  se  aira  y  embravece. 

'-aclo.  £7  airada  y  rezongón,  pedernal  y  eslabón.  (Amo 
y  iiio/o  harón),  c.  75.  Al  criado  y  rc/ongón  atizaile. 

-i*í(l-ar,  azuzar  al  perro,  del  euskaro  Irritu.  Hállase  eo 
clisu  Cetrería,  y  en  el  libro  de  Montería,   atribuido  á  Al- 


RT    El  regañar  los  dientes  irri-ka^  ó  andar  al /rW,  suena   en 

\ringl,  riC'ius,  abrirse  ]a  boca,  enseñar  los  dientes,  cnfurmflarse, 

r?e  y  abrirse  una  cosa,   La  ratz  es  ric,  de  la  cual  no   querrán 

intstas,  ó  mejor  dicho  no  podrán^  mal  su  grado^  sacar  irri- 

io  por  el  conírario  la  r  de  ríe  supone  una  vocal,  y  otra  li 

»^,  ríc-/i/s  ó  r/c-/ií/ií  hendidura,  boca  abierta.  Dcsa|>arcció 

■dial  en  ri^ma  hendidura,  por  riC'ma,  nmO'ri  buscar  tina 

I,  escudriñar:   «Partes   rimatur  aperlas,  /  qua  vulniís  IcUlc 


514  OXIOEN  Y  VIDA  bÍL 


ferat»  (Vero.);  y  hender  ó  ahondar:  «Ergoaegre  listris  iemni  ti> 
manfur>  (id.);  ir-rimari,  rim-osas,  rim-ula  dimin. 

En  lif.  responde  rek-iü,  rek-íi  hender,  corlar,  anl,  al.  nh-m,ú 
reih-en.  La  raya,  h'nea  ó  serie,  díjose  de  la  rendija  de  los  diaria 
Reihe  en  al.,  med.  al.  rihe,  de  donde  el  alinear  nh-an  del  ant  a!.,¿ 
reihen.  También  en  med.  al.  rige  línea,  serie,  ant.  al.  riga,  holini 
rij,  norso  riga,  rega;  en  ags.  raw,  raeu,  godo  *ralwa  por  *raigmf 
de  *reihwan;  de  donde  el  inglés  row.  En  skt.  r^kha  línea,  rasgo 
iékha;  pero  su  raíz  cambia  de  paladial  en  ríe,  rínac-mi,  rntOf 
ri-ríc-e,  rek-tdsmi,  vaciar,  quitar,  es  decir  hacer  hendidura,  y« 
confunde  con  ric,  ncami,  que  ponen  con  linquo.  Además  r^f^ 
herir,  golpear,  ó  réshami,  rish-yami,  rish-ta  herido,  provienen  dd 
hender.  En  gr.  £psíx-u>,  i^r^-^'.1-\i,w.,  íj-pa-ov  romper,  romperse  < 
henderse,  r^ftw/v  en  Homero. 

El  primitivo  valor  de  enseñar  los  dientes  tiene  en  lif.  rídj-e^ 
y  en  eslavo  raga,  ranga-ti,  reng-nan,  reng-nati  hiscere,  ringi.  Gi 
gr.  ptx-v'Jí  arrugado  por  la  edad,  de  piel  áspera,  poevó-'-jiaí  arrugan^ 
encorvarse  de  viejo,  como  ric-tas  en  latín. 

Rixa  ó  riña,  por  *ric-ta,  rix-ari  reñir,  rixa-tor,  rix-osas:  m^ 
al  que  responde  en  esl.  retchino,  o6w;ov,  vestís,  y  rak-no,  raMá 
vestís;  ricinam  6  rezno  que  horada  y  carcome. 

1 17.     Keñip,  de  *rínggre  por  el  clásico  ringi;  it.    ringhiare 
*ringulare,  cat.  renyir,  prov.  reno,  pg.  renhir. 

Instrans.  contender  ó  disputar  altercando  de  obra  ó  de  palafaní 
Quij.  2,73:  Estaban  riñendo  dos  muchachos.  Inc.  Garcil.  2,2,18: 
Mas  no  se  concertaron;  antes  riñeron  sobre  ello,  y  Cortés  se  víBOá 
España.  Pérez  Serm.  dom.  p.  32:  Mano  á  mano,  tal  á  tal,  cuerpol 
cuerpo,  y  cara  á  cara  riñe.  Qaij.  2,14:  Mientras  nuestros  dui 
riñeren. 

Reprender  con  amenazas  y  calor,  puede  ir  con  dativo.  Qüij,  1 
No  se  me  acordó  de  reñir  á  mí  doncella.  Id.  1,32:  Que  no  os 
dais  de  reñir  por  entonces.  Id.  2,16:  Riña  v.  m.  á  su  hijo,  si  hidsC 
LtoNyod.  10,2:  Aunque  no  le  hablaba,  con  las  obras  al  parecer 
reñía.  Id.  Cas.  16:  Y  el  sol,  cuando  nacía,  le  hablaba  riñendo. 

Reflex.  reprenderse  á  sí  propio,  Quij.  1,33:  Me  culpo  y  merSO 
á  solas.  1 


117.  reñir,  rencUta,  rezno. 


515 


star,  vivir  reñido  con,  QtJEttR.  Caar.  Centur.:  Si  la  luz  vive 
1  con  bs  sombras,  $iendo  lodo  luz»  no  tendrá  nubes. 
ioy  te  reñiré  y  mañana  te  halagaré.  (Sucede  enlre  los  que  se 
^D).  c.  153. 
Vd  riñamos  por  eso.  (Cuando  uno  se  reduce  á  lo  que  otros 

9).  c,  562. 
^eñir  batalla.  D.  VeoA  Fer.  5  dom.  3  cuar.:  Reñir  vuestras 

^eñir  por,  procurar  con  ahinco  varios,  tratando  de  adelantarse. 

2,43:  Viénensetne  tanlos  (refranes)  juntos  ala  boca,  cuando 

po,  que  riñen  por  s^ür  unos  con  otros. 

Leü-iHo,  parlicipio  de  reñ-ir,  y  dícese  dei  enojado  con  otro 

que  le  niega  el  trato.  Gomar.  H.  Mej.  2:  El  patrón  echaba  U 

^a  al  piloto,  y  e!  piloto  al  patrón,  ca  según  pareció  iban  reñidos, 

Lv.  Sitv.  Encarn.:  Los  dos  reñidos,  Dios  y  el  hombre,  se  ca- 


lo que  Ucne  mucha  riña.  Quij.  !,16:  La  mis  reftida  y  graciosa 

muza  del  mundo.  Id.  1,21:  Tiene  ima  muy  reñida  guerra.  Id. 
¡5:  En  la  más  reñida  y  trabada  batalla. 

Andar  reñidos.  L.  Orac.  Crií.  3,1:  SI  que  há  días  andan  reñí- 
r  tanto  que  ni  se  ven  ni  se  hablan. 
Kiti-£i,  posv.  de  refl-ir,  la  í  en  í  por  causa  de  la  fl;  altercado 

irensión  fuerte.  QaiJ.  2,18:  Dios  bendMO  la  paz  y  maldijo  tas 
Id.  2,33:  Yo  fingí  aquello  por  escaparme  de  las  riñas  de 
icAor. 

E%to  parece  una  riña  de  gailos,  en  dispulas  á  gritos. 
La  riña  de  hermanos,  es  agua  de  manos,  c.  1 90. 
f  rr  '"*as  de  por  San  Juan  son  paz  para  todo  et  año.  (Este  re* 
n  y  dicen  todos,  chicos  y  grandes,  y  ninguno  he  visto 
tepsí  su  sentido  y  aplicación.  Quiere  decir  que  al  principia  de 
Doncicrtos  se  averigüe  todo  bien,  y  entonces  se  tina  y  porfié  lo 
ha  de  ser,  y  resultará  paz  para  lodo  el  año,  como  se  pnrcba  con 
Iro  refrán  Quien  destaja  no  baraja.  Tuvo  principio  de  las  casas 

se  alquilan,  y  de  los  rnozoa  que  se  escogen  y  entran  con  amos 

San  Juan.  Por  San  Pedro  también  se  alquilan  casas  y  cogen 

,  y  es  lodo  uno,  por  ser  solos  cinco  día^  de  diferencia,  y  de 

se  dice  hacer  San  Pedro  y  hacer  San  Juan,  por  mudarse  de  una 


516  OwaEM  Y  yiok  oti  teitívi 


casa  á  otra  y  por  despedirse  los  mozos  y  dejar  d  amo,  ó  dapedbie 
de  él.  En  Salamanca,  respecto  de  los  estudiantes  que  comienzaiit 
estudio  por  San  Lucas,  se  alquilan  las  casas  por  Sart  Miguel,  jpK 
mudarse,  dicen  hacer  San  Miguel;  ó  que  San  Miguel  es  revoHoM^ 
por  los  ajuares  que  se  revuelven  y  mudan),  c.  194.  Son  lambida  hf 
riñas  de  novios  que  avivan  el  amor.  Véase  en  el  Jaez  de  divonk 
de  Cervantes  este  refrán.  Y  en  Celestina:  Abrazarte  quiero, 
hermanos:  vaya  el  diablo  para  ruin;  sea  lo  pasado  cuestión  de 
Juan  y  así  paz  para  todo  el  ano. 

Riña  de  titanes,  sangrienta,  terrible. 

Riñas  de  enamorados,  amores  doblados,  c.  481. 

Riña  de  por  San  Juan,  paz  para  todo  el  año.  L.  Grac  Oft 
3,6:  Quien  tiene  mal  San  Juan  ¿qué  buena  pascua  espera? 

Riñ-oso.  Bibl.  Gallard.  1,460:  Ni  triste  me  viste/  ni  rínf» 
so.  Id.  461;  E  sin  causa  son  rinyosos. 

Ren-cilla»  de  riñ-a,  diminutivo  por  riñ-cilla.  El  encono 
rescoldo  que  queda  de  haber  reñido.  QaiJ.  2,25:  Como  es  amigo (i 
diablo)  de  sembrar  y  derramar  rencillas  y  discordia  por  doquioi 
Laber.  amor.  2:  Envainad  vos,  señor,  y  esta  rencilla  /  quédese 
León  Rey:  Que  la  fuente  de  la  discordia  y  rencilla  siempre  es  y  I 
la  mala  codicia  de  nuestro  vicioso  apetito.  Id.  Principe:  Y  que 
fuente  de  la  discordia  y  rencilla  siempre  es  y  fué  la  mala  codiciL 

Amigo  de  rencillas.  Cacer.  ps.  58:  Son  mis  enemigos  pend» 
ciosos,  amigos  de  rencillas,  acuchilladizos,  matantes. 

Rencilla  de  por  San  Juan,  paz  para  todo  el  año.  (Decíanse  \ 
el  otro:  las  riñas  de  por  San  Juan  allá  se  vea),  c.  479. 

Revolver  rencillas.  J.  Pin.  Agr.  7,3:  Revolvió  rendllaseí 
cielo  atreviéndose  al  mismo  Júpiter. 

RencUI-oso,  inclinado  á  la  rencíll-a.  J.  Pin.  Agr.  19,11 
Fué  glotón,  lujurioso  y  rencilloso.  Id.  25,3:  Unas  son  de  suyo  ni 
cillosas  y  ásperas  de  complexión. 

Rancilla.  En  Álava  y  Aragón  deseo  de  comer,  dentcn; 
riante  de  rencilla,  del  ringi  denles. 

Rezno,  garrapata,  de  r7c(^num,  ricinus.  Herr.  Agr,  5,11' 
Si  tienen  llagas  algunas,  con  pez  derretida  y  mezclada  con  unh^ 
aun  si  tienen  reznos  ó  garrapatas,  con  lo  mismo  se  quitan.  Id.  5^i 


113.  reja,  rtjo. 


51? 


bricrcn  piojos  ó  reznos  (fns  sbt\^),  jineta  ji,  20^  Con  él  purgan 
[potros)  el  pcrcoj  de  la  dehesa  y  los  reznos, 

R<»j»,  tkl  euskaro  Irrils,  irriz.  irristu  regañar,  hendcne» 
el  nombre  preroniano  del  surco.  Hehií.  Agr,    l,2i:    Dice  el 

sttno  que  la  primera  vez  ahonden  la   reja  cuanto  más   pudie- 

L  secunda  no  lanío,  la  tercer.t  algo  menos, 

\  «quf  la  vuella  d^l  surco  6  la  labur  de  abrir  d  surcar  la  tierra, 

adc  dar  rejas  dar  iant¿s  vueltas  ó  labores.  Bcrceo  Mil.  270: 
una  lierra  un  omne  labradora/que  usaba  la  reía  más  que  otra 
HrRR.  Agr.  1,5:  Las  tierras  gruesas  quieren  Iré s  rejas.  Usanlo 
ibradores  en  muchas  partes  por  vuella  del  arado»  labor  de  arar. 

:  aqu{  el  hierro  mismo  que  abre  et  surco,  Qui/..  1,11:    La  pe- 
del  corvo  arado.  Pedro  VroA  ps.  I,  v.  I,  d.    2:  Al   tiempo 

gar  la  reja,  vio  qnc  la  desvió.  Valockrama  Azotes:  Y  llevan 
ndo  tras  si  el  arado  y  reja  que  rompe  la  tierra. 

kmiticlóti  de  ios  surcos  dijose  reja  la  verja  6  cerramiento   de 

;  paralelas  en  ventanas^  cercas,  ele.  Qí/í/.  1,21:   Por   las  rejas 

1  jardín.  Vcpcs  S.  Ter.  2,22:    Poniendo  tomos,   locutorios   y 


UofUO  rtja  de  enamorada,  del  callado  y  prudente,  y  de  la  ador- 
;  de  flores, 
ara/ta,  dffs  re/as  d,  vueltas  de  arado.  Zamora.  Mon.  mist, 
J,  ps.  86,  V.  2:  Demos  otra  reja  á  la  pieza.  Valderrama  £J, 
.  I  cuar.:  Y  cuantas  rejas  dan,  Unto  la  tierra  se  ablanda  mis. 
^tjas  vueltas,  cuando  en  dos  pueblos  cercanos  pueden    pastar 
ados  mezdadamente  dentro  de  los  mojones  Je  uno  y  otro,  y 
I  el  vecino  siembra  en  el  otro. 
teJ*azo,  golpe  con  la  rej-a. 
iiaeh*úz,  clavo  de  la  peonza,  ó  rejón,  (PaJencia), 
Hl^j-xiflo,    la  verja  ó  rej-A.  Lanuza   H.   Arag.  2,5,10:    Esti 
Hda  la  santa  imagen  con  otro  rejado  de  hierro  bien  labrado  y 

ReJ-aela.  En  Álava  reja  más  estrecha  del  arado,  para  romper 
10  arre  jada. 

Lcj-Uüla,  pcj-Ula»  dimín.  de  rej-a«  y  el  braserito  en  fonm 
guilla  con  enrejado,  para  los  pies. 


51S 


OKIüCN  V  VIDA  DEL  LCKOUAIE 


En  Aragón   rejuela  pasta  de  sartén  que  tiene  algún 
á  la  reja, 

Rvj-ol-ado,  en  Aragón  pórlico  de  ta  ígtesta.  por  sas 

Rcj-al»  montón  de  ladrillos  apilados,  enrejados,  en  rtj-; 

Rej-al-es,  celosía  de  rejas  {Tesar,  1671). 

Rej-ar,  hacer  reja  ó  celosía  (Tesor.  1671). 

A-rrej-atta,  herramienta  en  media  luna,  enhestada  co 
palo,  para  desbrozar  el  arado  lleno  de  tierra. 

En-fej[-ar,  poner  rej-a  6  verja,  echar  la  reja  al  arado 
hacer  con  ella  los  surcos  y  labores,  herir  con  la  reja  del  arado,  i 
1|43:  Por  alcanzar  á  la  ventana  enrejada. 

Metaf.  QaiJ,  2,20:  Los  quesos  puestos  como  ladrillos  enrq 
formaban  una  muralla. 

En  la  Germ.  prender,  poner  en  la  cárcel;  enrejado  preso  y 
ó  red  grande  de  mujer. 

En-rej-u(Io,  como  rejado,  de  enrej-ar^  en  la  Ocnn. 
de  mujer.  D.  Veqa  Paráis,  S. /así;  Como  quien  mira  porenr 
y  celogia  delanle^  para  no  ser  conocido.   Caldcr,    Fieras  afí^ 
amor  2:  Lo  que  se  descubría  de  ellas  eran  unos  enrejados,  i  i 
de  glorietas,  cubertadas  de  hojas  y  flores. 

Labor  de  hilo  y  aguja  en  ropa  blanca,  atravesando  Tos  bilj 
modo  de  rejas. 

Eii-rej-ada,  en  la  Litera  de  Aragón  herida  en  la  pali 
una  caballería  con  la  rsj-a  del  arado. 

£nrejarl-ura,  como  enrejad-a. 

Kej-o.  variante  de  rej-a,  ta  punta  ó  aguijón  de  hierro, 
abeja^  etc,  el  clavo  en  el  juego  del  herrón,  y  el  hierro  del  cero 
las  puertas,  de  donde  se  dijo  enrejar.  T.  Naharr.  1,136,  Hon 
rejos  á  píircs.  Cabr.  p.  58:  Y  remos  por  rejos. 

Meta/,  todo  lo  que  sirve  para  mortificar  y  herir. 

Como  rejús,  de  lo  que  se  clava  y  pincha, 

Rej-án,  aument.  de  rej-o,  barrón  en  punta,  tanza  dc¡ 
con  punta  descero,  para  herir  ¿  tos  toros.  Q.  Bcnav.  U,  183: 1 
jone$  y  de  Unzas.  Quev.  son.  3:  Que  vueltos  en  andrajos  los  rcjj 
MoNTOR.  Obr.  post.  t,  p.  S36:  Que  rejones  la  cspaldilla/lc  « 
mando  de  nuevas /corlas  astas,  según  Grmes/se  ios  davaa 


I IS.  rija,  rijo,  rúa. 


5Í9 


iebran.  Est.  Cald.  Ese.  and.  224:  El  rejón  al  e&lribg  ^  quiebra 
ivesando  cl  caballo. 

Punta  cti:ilqiiiera,  como  la  del  trompo.  En  Honduras  criada  Loca, 
pirrta,  que  anda  como  el  rejón  del  trompo. 

£síe  rejón,  y  este  rejfto,  y  este  rejómonos  un  poquito.  (Juego 
niños  asidos  de  tas  manos  andando  al  derredor^  como  danzando). 
133. 

Rcjna-ear,  lierir  los  loros  con  rejón,  en  particular  en  el 
eo  de  á  caballo. 

Rejoutr-o,  posv.  de  rejone-ar. 

Rc*Jnn-nxo,  golpe  de  rejón. 

Metaf.  golpe  mortificando  en  lo  moral. 

.\-rpeja-cap  ó  reja-cap  ó  ant.  rejal-car,  dar  i  los 
nbrados  una  vuelta  ó  rej-a,  cuando  ya  están  encepados  y  COB 
Olas  raices,  la  cual  se  dá  al  través  de  como  se  araron  para  sem- 
ir,  con  el  fin  de  cortar  las  raíces  de  las  malas  hierbas  y  cubrir  el 

.  De  rej-a  y  el  -ka  eiiskérico,  y  de  rej-*!.  HtRR.  Agr,  1^9:  Hay 
a  manera  de  malar  la  hierba  que  Plinto  llama  lirar,    que  en   at- 

IOS  lugares  de  Castilla  onde  la  usan  y  se  hallan  bien  dello  Maman 
tjacar.  Id.  1,1:  Arar,  sembrar,  arrejacar  ó  escardar. 

Rij-»,  hendidura  en  el  ojo,  Hstula  en  él:  variante  de  reja;  por 

I  del  Utin  rixa.  J.  Pin.  Ágr,  22,10:  Testifica  ser  rija  en  caía  la 

!  de  la  muíer. 

Rijo,  conato  ó  propensión  sensual;  es  el  euskaro  Irrits  apetito, 
ción,  concupiscencia. 

R^-ap.  de  rij-o,  clamar  el  apasionado.  Hita  243:  vidolo  el 
icsíio,  Rixo  bien  tres  vegadas; /dír:  •compañero  sobervío» 
lusenpelladas? 

Rlj-oso,  apsMonado,  furioso^  de  rij-o.  Quij.  Ijl  5:  Tan  manso 

poco  rijoso  (rocinante).  Id.  2,2:  De  don  Oalaor...  se  murmuta 

más  que  demasiadamente  rijoso  (quería  bien  á  todas  1.13). 

Agr,  22,4:  Mas  st  se  alteran,  levantan  las  furias  de  sus  ondas 

sobre  las  más  altas  rocas  de  las  cabezas  de  sus  maridos.  Id. 

13:  Mejor  dice  Salomón  ser  meterse  el  hombre  en  una  ratonera, 

í  en  compafiia  de  mujer  rijosa.  Valdeiírama  ^erc  Ftr.  5  Oom, 
ocr^  Tampoco  hay  quien  pare  donde  hay  una  mujer  rijosa. 

iiicM,  se  dijo  dd  euskaro  irrits  pasión  fuerte,  Furia,  como'de 


irrítu  rídar,  y  queda  confírmado  por  a-rriz-^r,  en-ríz-«r,  de  modoqw 
parece  fué  posverbal  de  un  riz-ar,  como  rij-ar,  de  donde  oM 
salieron.  Es,  pues,  vanante  etimológica  de  rijo,  aplicado  á  las  piso- 
nes irascibles,  así  como  rijo  á  las  concupiscibles.  Usase  en  la  finM 
hacer  riza,  por  destrozar,  propiamente  como  el  animal  furioso,} 
así  según  Covarrubias  vale  también  el  residuo,  como  destrozado,  drf 
alcacer  después  de  cortado:  de  irris-t  hender,  rasgar.  Viaje pam,t 
Qué  riza  en  ellos  y  matanza  hicieron.  Entret.  1:  Haciendo  en  mil 
dichas  riza/mi  suerte,  que  no  se  muda.'CACER.  p5.  14:  Y  haga  ría 
en  la  honra  del  prójimo.  Cabr.  p.  359.  Hiciese  tal  riza  y  estrago  en 
un  campo  de  filisteos.  Lis.  y  Ros.  4,3:  Quien....  hace  rizas  de  bro- 
queles en  tu  servicio.  Sold.  Pind.  1,6:  Deste  destrozo  y  riza  redundó 
te  mohína.  Fons.  V.  Cr.  1,3  Cena:  Representábasde  la  riza  que 
habían  de  hacer  de  su  carne  tierna  y  delicada.  Bibi.  Gallará.  4,I096e 
Canto  batallas... .rizas,  odios. 

AppÍse-ap,  en  Honduras  compeler:  Si  fulano  no  me  pagaki 
día,  lo  arrizo  en  el  cabildo.  Del  *rizar  dicho,  como  enrizar  ó  azu2ttl 

Enpiz-ap,  del  irrits  6  irriz,  con  pasión,  anhelo,  es  dedrcon**' 
nicárselo  al  animal,  azuzarle.  F.  Juzgo  8,4,8:  Si  algún  home  enria 
boy  ó  can  ó  otra  anomalía  contra  sí,  quanto  daño  le  fícier  la  animA 
tómese  á  sua  culpa.  Id.  8,4,18:  El  can  que  es  enrizado. 

De-ppiz-s»,  en  Salamanca  posverbal  de  un  de-rriz-ar,  ó  dt 
riza,  aclo  de  romper,  desbaratar,  destrozar,  pulverizar  (vide  106). 


119,  or  eusk. 


521 


OR 


los  I 


puesto  aT  demostrativo  ar  de  lejanía  w  or,  que  vale 
ca,  cireum  ó  circa.  Quiso  el  hom.'ire  btiscAr  ar^  en 
ra  elfo  dio  una  viielti,  volvióse-,  es  Uccir  hizo  una  o 
brazo  tliio  srnahndo  \a  cosa:  írr  abí.  El  cuerpo  y  et 
0)03  para  mirar  y  scfiafar  tuvieron  qtic  volverse,  hicieron 
movimiento  r:  or  zaffoz  ahí  te  estas,  or  dogo  ahí  está.  Con 
•a,or-r{tyorr-€ravn\rn  ahí  con  movimiento  del  C|t!esencerca, 
Or  daiata  por  ahí  se  lai  haya,  ortik  egiñago  por  ahí  te 
,  te  las  componga?,  oriik  tdo  tmendik  dakusan  iegez  cgin 
■bor  aquí,  haz  como  vieres,  or-tmcn  aquí,  ahí,  es  decir 
(bo,  or-or  aproxímadanieníe,  poco  mAs  ó  menos,  cireum 
*pctido  ri  or.  En  or-on-ak  ú  on-onak  idas  y  venidas,  se  vé 
r  de  movimiento  indica  cierta  vaciedad,  por  ahf«  y  mayor 
que  la  n,  or  es  en  torno,  on  Unibii-n  cerca,  cn  torno,  pe^ 
Idud,  al  pie.  Vagar  orr-on  ibilli,  vago  orr-ím,  el  d<  aquí  aW. 
IOS  en  la  Embriogema  otios  derivados,  or-l  ese,  orri  á  ese, 
•zat  para  ese,  ^rrf^  esc  (afrente). 

ci^  dada  confírmase  con  or-zn  be  ahf,  tú,  loma,  or-l 

i  indifíitanír,  que  es  la  misina  segunda  persona  ó  qm 

ualmentc,  ori-za  y  ori-k  valen,  como  or-za,  ahí,  tú, 

znre  ar^ia  toma  tu  luz.  abi  tu  Uix.  Aguardar  or-M^ 

ahí,  estarse  alrí^  ahitar. 


522  OkIOHN  V  VtDA  DtL  LCNUUAjr 


1 


¿Cómo  se  amañaron  los  hombres  para  dedr  que  s"  --" 
no  de  una  cosa?  Acordarse,  recordar  valen  (encr  6  jí.    r 
corazón:  psicología  aiítigua,  propia  de  viejas.  ¿Qué  tendrt  qí 
el  corazón  con  acordarse,  con  la  fantasía  y  la  iateligcnda? ' 
cilios  fueron  Jos  hombres  primitivos  y  más  naturales  y 
sus  expresiones.  «Paróse  Sancho  Panza  á  rascar  la  cabeza  pir 
i  la  memoria  la  caria:  y  ya  se  ponía  sobre  un  píe,  y  ya  sobre 
Unas  vece^  miraba  al  suelo,  oirás  al  ciclo;  y  al  cabo  de  haberse  | 
la  nmtadile  la  yema  de  un  dedo,  teniendo  suspensos  á   lot  qU 
peraban  que  ya  la  dijese,  dijo  al  cabo  de  uti  grandísima  raU 
Dios,  señor  Licenciado,  que  tos  diablos  lEeven  (a  cosa   que 
carta  se  me  acuerda*  {Qaij.  1,26).  Esa  es  la  mímica  del  que : 
recordar  lo  que  se  le  ha  traspuesto:  da  cien  vueltas  Ú  ta  cabczaJ 
brazos,  á  tos  piés,  á  bs  ojos,  ya  mira  al  suelo  por  si  se  k  cayój 
cielo  por  si  se  le  fué  volando^  ya  se  rasca  como  si  cavara  um 
para  desenterrar  lo  muy  metido  y  soterrado,   ya  se  roe  los 
como  quien  revuélvelas  ropas  del  cofre.  Todo  eso  no  es  mi 
darle  mil  y  mil  vueltas  al  cerebro,  con  lo  cual  los  miembros  ¡ 
andan  volviendo  y  revolviendo  de  un  lado  para  otro  rebuscan 
que  se  trasconejó.  Hemos  dicho  que  ori  ahí,  en  torno,  es  di 
vuelta  y  pararse  señalando  un  punto  cercano.  Ese  ori  dio  orí,  oñ 
acordarse,  nuía  eztikoi  beniz  tzinago,  eninUan   ezkoak  ot 
como  soy  muy  añcíonadoá  la  miel,  no   me  acordaba  de  1a| 
Pero  el  dar  vifeltas  buscando  todavía  parece  mejor  en  otro 
que  signiñca  lo  mismo,  acordarse.  Con  oi  soler,  es  decir  rew 
revolver  sobre  lo  mismo  y  ori  acordarse  dicesc  or-oi,  or-cÍ-t, 
ia,  es  decir  volver  y  revolver  (oí)  en  torno  {or):  es  lo  qucj 
Sancho  con  todos  los  remos  y  artejos  de  su   personilla. 
0fo/f-^an  en  la  memoria  délos  hombres.   El   recuerdo  oroiÁ 
mucho  or-oi,  oroitza-pen,  oroii-pen,  oroi-karri. 

Cuando  el  hombre,  Adán  probablemente,  andaba  bajo  di 
de  la  ciencia  del  bien  y  del  mal^  cual  otro  Nevlcn  bajo  el  ma 
que  le  hiro  descubrir  la  ley  universal  de  la  atracción,  pudo  si 
que  cayese  del  árbol  alguna  dorada  manzana.  Si  fué  entonces  i 
otra  ocasión,  el  hecho  «s  que  al  caer  lo  llamó  tr-orl  hacer  qu 
se  ahie,  se  ponga  or,  ori  ahí;  una  caída  erori-bat,  eror-iza, , 
cj  caer^  erori-ko  lo  de  caer,  para  caer,  abatimiento,  tendencii  < 


CCS  4 

•a 

^ncii  m 


11  y,  or  ciisk. 


^:j 


l^aíT,  á  lirarse  abajo  ó  tambaleando  er-or-ka,  caedizo  er-or-koft. 
oNi,  hacer  caer  eror-arazi,  tror-azL 

Or-iik,  or-4e-k  ú  or-de-za,  fem.  or-^e-n,  pl.  ordt-zie  valen  de 
,  fuera  de  ahí!  vete^  idos;  li  or-tze,  acción  de  or,  ahueca  el  ala, 
media  vuelta  y  vete,  ú  oríze-í  con  -i  hacer,  or-tzu  vete,  de 
fyí«. 

Trasladado  al  tiempo  or-ai,  or-ain  es  d  ahora,  en  eslc  espacien 

t tiempo,  lógicametile  circuido  y  límiíado,  orai-beretik  bazoazke, 

[puedes  ir  desde  ahora  m'\smo,oraia-rc-z  ya^enestccaso.ürfl/'ar/e, 

tiarte'an,  oraiarteraiño  hasta  ahora,  orai'berean  ahora  niismOa 

nlcmenie,  ii  oral-beri-an,  oraí-berri-ki,  orai-danik,  orai-ganik 

í  ahora,  orai-etan  ahora,  orai-gane  hace  poco,  orai-ko  par» 

tt  actual,  oraiko-an  esta  vez,  orano,  orain-do  todavía,  ú  orain^ 

to,  oraingo-an  de  esta  hecha,  ele. 

Or-du  que  tieneor,  es  la  hora,  y  el  entonces  ó  momenio  pre* 

I  dicese  ortiu-an,  entonces  mismo  orduaa-tche,  desde  entonce» 

^tikf  para  entonces  ordu-ko,  para   la  hora  ordu'rako.  Pero 

I  e»  también  en  general  el  tiempo,  la  vez,  la  ocasión:  azaak  tta 

ak  guzttak  daroaz  ordtiak  (as  beizas  y  los  puerros  lodos  loa 

lel  tiempo,  orda-beranta  niza?  me  he  atrasado?  zori  deia  xitt 

htea  zonbait  ordaz?  está  permitido  jurar  en  ciertos  casos?  egit-or- 

paír  al  hacer»  en  el  momento  de  hacer,  datorren-ordaan  cuando 

gi,  ordu-berean  en  el  mismo  momento,  Ofdü-danik  desde  lu^o, 

i'gabe  i  deshora,  ordu-ka  por  horas,  orda-z  á  tiempo,  ordnz-ko 

ual.  Vale  or-da  lo  que  tiene  or  ó  ahí,  ío  que  tiene  presencia, 

dio. 

Con  -df  de  acción  abstracta  or-de  lugar  y  ocasión  de  algo,  en 

:  de,  en  compensación,  pago,  orde-a  ú  orde-an  empero,  con  todo 

ea-z  en  vtz  ó  lugar  de,  ordeaz-tu  retribuir,  dar  en  ver  de, 

sustituto,  orde'Z  en  vez,  en  lugar  de,  orde-tu  sustituir, 

bmpensar,  ordtz-ko  sustituto;  lo  mismo  ord-úÍn,  ord-ai  susllluto, 

ite,  ya  en  bien  ó  remuneración,  ya  en  mal  ó  pena,  castigo, 

cíón^  pago,  trueque,  ordain-du  pagar,  compensar,  vrdain-et, 

tsk-tart  Á  préstamo,  recíprocamente,  ordain-etaa  ceder  i  cambio, 

i  coiRpensadón,  tr%t>aiar  ayudindose  mutuamente,  úrd-ari  recom* 

sustituto,  en  recompensa,  ordarí-ata  i  trueque,  en  com* 

6iu 


524  Orioen  y  vida  del  lenquaie 


Al  decir  or  ahí  atraemos,  con  la  articulación  de  te  r,  k  nhadb 
del  oyente  hacia  el  lugar  cercano  de  nosotros,  expresado  portift 
tal  vimos  en  la  Embriogenia  que  era  la  fuerza  de  este  demostnlivo, 
■del  cual,  por  lo  mismo,  derivan  or-i  esc,  fijando  con  la  i  el  iiKfifl- 
duo  que  está  cerca,  y  ori-zu,  ori-k  ven  tú,  ahí  tú,  trae,  etc.  Si  qufr 
remos  mostrarle  un  lugar  cercano  donde  hay  semillas,  un  semiSotV 
lo  natural  será  decirle  el  nombre  de  la  semilla,  que  es  al,  y  ajladir 
ese  mismo  or:  semillero  se  dice  al-or.  De  la  misma  manen -# 
añadido  á  cualquier  ideofonema  indicará  el  donde  hay,  sea  hspt 
físico,  sea  moral  lo  que  tiene:  send-or  donde  hay  robustez  y  vírtt 
dad,  robustez,  robusto,  aut-or  donde  hay  eso  es,  confesión,  de  aa4, 
aU'ta  esoear,  escoger,  aa-ta  afirmación,  eso  es;  leg-or  donde  taf 
apelmazamiento,  seco.  El  estar  bajo  ó  sujeto  al  semental  es  profiis 
de  la  yegua,  qiie  se  dice  be-or;  el  tener  la  paternidad  de  toda  ta  nal 
es  lo  propio  del  patriarca,  y  así  el  de  los  eskualdunas  se  llama  aÍt-or, 
de  fliY-a  padre.  Lo  tardo  y  pesado  es  como  si  estuviera  atado  y 
cogido,  se  dice  lor,  lo-or:  ezin  lor-ta  dot  etchera  níre-semia  M 
puedo  arraslrar  á  casa  á  mi  hijo,  de  io  estar  enteramente  cxfM 
atado  y  pecado.  El  vergonzoso  iots~or,  el  asustadizo  ikar-or,  el  co»- 
pasivo  erruki'Or. 

Por  supuesto,  como  demostrativo:  seme-gazten-or  toan  2afll 
erri-arranbatetara  este  hijo  menor  se  fué  á  una  tierra  lejana. 

120.    jOrit  en  la  Germ.  interj.  ¡Hola!  Otro  tanto  vale  íird 
Juego  del  escondite  entre  niños,  como  quien  dice  ¡aquí! 

Ov-dsí^o,  vale  en  euskera  ahí  está,  y  es  del  juego  de  nai]Mi 
en  toda  España,  como  son  euskéricos  la  mayor  parte  de  !os  tíratí- 
nos  de  cartas.  La  apuesta  que  decide  de  todo  el  juego  en  el  niiis>d 
reto  capital  que  se  lanza  luego  de  haber  envidado  y  revidado,  coflt 
último  esfuerzo. 

De  ordago,  dícese  de  lo  muy  bueno,  ponderándolo. 

-orro,  -opra,  -or-o,  -op-a,  de!  euskaro  -or.  Zab-ont 
pich-orra,  mat-orr-al,  ped-orr-era,  cosc-orro,  cara-orra>  calz<on4 
Pac-orro,  mach-orra,  cep-orro,  pach-orra,  mod-orro,  pit-orr^ 
vcnt-orr-illo,  pant-orra,  pant-orr-illa,  chic-orro,  chinch-omi,  lofr 
twr-era,  ang-orra  de  anc-a,  and-orra  de  and-ar,  banrb-or-oteivdft 
bamb-a,  pand-ora,  pol-ono  de  pot-e,  bot-or  de  bot-ar,  üMthOfRb 


122.  orden. 


523 


h  ^^l-OJ^^o,  coc-ora,  cocíi-orro,  coi-orro,  co!-ortx,  zaf-or-as,. 
r-OiCar,  chisp-orr-ear. 
-orr-óii^  wi.  aumniL  de  -orro.  Cosc-orrOn,  cíe 

[l21-     El  ordirn,  de  ordo  ordinis  esuí  en  U  vez  que  cada  objelo 
serva  en  una  serie  de  lugares  6  *ie  Ucfrtpos,  pues  al  lícmpo  y  «I 
jcio  se  refiere,  lo  mismo  que  orde,  ordtt  en  eu?.kcm;  no  «e  Ine 
tiologia  alguna.  De  aqu(  onÜn-ñre  ordenar,  ordina-tio  ordena- 
ordin-arias  ordinario,   cxtraordinariü&  extraordinario^  ex 
\4ine  en  serie,  por  veces.  Li  misma  i.tca  lleva  nrdir  \^  trama,  pues 
Insiste  en  el  orden  serial  tíe  lo5  hilos;  vi«nc  urdir  de  ordíri:  *nn- 
ofditur  lelas>  (Punió),  orrfí/í  rc/rú;  luego  sicniRcó  acometer, 
^rapccar,  ad-orsus  sum  he  emprendido,  ex-oriíín  comenzar,  ex-üré'3 
exordio,  rUd-ordiri  dovan.n,  ofiU-a,  -orunj  comienzos  ó  Hh 
\íiia,  or-sas,  por  ord-sus,  empresa.   Or-narc  prcparof.  de  donde 
irnare  adornar,  preparar,  diíiponcr,  críese  contrnccWn  de  ordi' 
^re,  *ordnare:  ex-, per-,  snbormire  preparar  bajo  cnerda  é  snlwr- 
r,  orna-tas  adórnalo,  íipresio,  adorno,  in-ornaíits,  orna-meniam 
1  mentó. 


122.     Opdcrií  de  género  ambiguo;  de  flrdyrtcni;  ú.  ordinc, 

IV.  orde,  aiit.  ír.  orne,  oiirne,  fr.  ordre,  cat.  oide,  pg.  ordcm. 

idóii  de  cosas  en  serie,  donde  les  corresponde  según  la  traza 

da.  QuiJ.  1,50:  Puestas  en  orden   dcsordenaiü.  Id.  1,47: 

que  llevaban  <;a  esta.  Iba  primero  el  carro.... 

De  aquí  buen  concierlo  en  !as  cosas  y  preparación  de  ellas. 

K  2.4:  Sancho  íué  á  poner  en  orden   lo  necesario  para  su  jor<^ 

Id.  2,50:  Pon  en  orden  este  caballo.  Id.  1,3:  Se  dio  luego 

len  cómo  velase  bs  armas  en  t\i  corral. 

De  aquí  trazs.  QuiJ.  ],40:  En  qué  orden  ¿clcadrú  para  sacar  á 

roon.  Id.  1.7:  Dio  luego  don  Quijote  orden  en  bu»:sr  díñenos. 

Por  lo  mismo  mándalo  del  que  Uitza  y  dispone  y  ley.  QafJ, 

,2A:  Que  era  orden  de  su  señor  que  la  hiciese  trasladar  en  papcL 

1^3:  Afligiese  Camila....  de  la  orden  que  su  marido  le  dejaba.' 

1,41:  Que  ¿1  na  ct  que  por  orden  mía  le  había  d¿  llevar.  Id.  I 

fe/.'  No  he  podido  yo  contravenir  la  oiden  de  naturaleza. 


526  OuecK  T  VBMi 


Estatutos  y  modo  de  vivir  en  las  religiones  aprobadn^  j  d 
mentó  del  orden  sacerdotal  ó  sus  preparatorios. 

A  la  orden,  dispuesto  á  servir  y  obedecer,  se  añade  mi  capttáñi 
mi  general,  de  usted,  etc. 

Al  orden!  avisando  al  que  se  desmanda. 

Dar  orden  de,  disponer,  mandar. 

De  primer  orden,  excelente. 

De  real  orden,  con  autoridad  y  resolución. 

Donde  no  hay  ordene,  ella  se  pene.  (Dlcenlo  asi  los  libia- 
dores),  c.  291. 

El  orden  y  la  prisa  no  son  de  una  familia. 

En  orden,  ordenadamente,  y  en  cuanto,  por  lo  que  min  i 
Cald.  Afect.  de  odio  y  amor  1:  Le  presenté  la  batalla  /  dejando  por 
la  desierta  /  campana,  al  frondoso  abrigo  /  en  orden  mi  gente  puesb. 
BocANo.  Lir.  son.  4:  Crece  el  dolor  y  en  orden  á  su  aumento/d 
mismo  mal  me  presta  resistencia. 

En  orden,  bien  puesto,  en  su  lugar  cada  cosa. 

En  orden  de  batalla,  lo  dispuesto  para  alguna  cosa,  como  Iqi 
soldados  en  la  pelea. 

May  á  la  orden.  (Ir,  andar,  salir),  c.  620. 

May  en  orden,  justo,  oportuno. 

¡Orden!,  atención,  silencio,  compostura. 

Ordenes  sagradas,  los  grados  del  sexto  sacramento,  de  li 
orden.  Qaij.  1,6:  Por  las  órdenes  que  recibí,  dijo  el  cura.  Id.  1,19: 
Que  soy  licenciado  y  tengo  las  primeras  órdenes. 

Orrfe/zes  re//^íOSfls,  los  institutos  religiosos  aprobados  por  d 
Papa,  cuyos  seguidores  viven  debajo  de  Regla.  Qaij.  1,4:  Yo  jun) 
por  todas  las  órdenes  de  caballerías  que  hay  en  el  mundo.  Id.  1,8: 
Dos  frailes  de  la  orden  de  San  Benito. 

Por  (sa)  orden,  sucesivamente,  conforme  se  siguen  las  cosas. 

pica  es  la  orden.  (Cuando  se  perdió  algo,  ó  se  gasta  de  qni* 
tiene  mucho,  y  con  ironía  se  dice  del  que  tiene  poco),  c.  480. 

Pica  es  la  orden,  y  el  monasterio  es  pobre,  c.  480. 

pica  es  la  orden,  y  el  monasterio  está  por  puertas.  (Tiene  un- 
bigüedad  á  estar  pobre  y  á  estar  los  frailes  demandando  por  I» 
puei  Lis,  y  esto  tiene  más  gracia  por  los  otros  dos:  Dad  por  Dios  i 


122,  orden. 


527 


tiene  más  que  vos.  Quien  más  tiene,  más  quiere.  Y  si  les  dicen 
5  la  orden,  responden  y  el  monasterio  es  pobre),  c,  480. 
in  orden  ni  concierto,  dísparaladatnente,  á  lo  que  saliere. 
fno  del  orden,  gtiardia  de  seguridad. 
ftrdc^ii-ar,  de  orden,  con  sus  valores  respectivos, 
oner  en  orden.  Qaij.  1,20:  Mccesarístnio  en  la  república  bien 
lada.  Id.  1,52:  La  procesión  volvida  ordenarse  y  á  proseguir 
mino. 

x>ncei1ary  preparar.  Quij.  1,52:  Pero  Dios  que  lo  ordenaba 
ra  manera.  Id.  2,7:  Ordene  su  testamento  con  su  codicilo.  Id. 
Que  quien  la  había  compuesto  y  ordenado  (la  danza).  Id.  2,74: 
ués  de  haber  hecho  la  cabeza  del  testamento  y  ordenado  su 
don  Quijote  con  lodas  aquellas  circunstancias  cristianas  que 
quieren. 

"razar.  QuiJ,  1,34:  Que  él  ordenaría  remedio  para  alaj'ar  b  in- 
da de  Leoneta. 

ilandar,  dar  mandato,  estatutos.  QuiJ.  1,1:  Lo  que  por  el   ciclo 
>rdenado.  Id.  IJO:  Si  el  caballero  cumplió  to  que  se  le  dejó 
udo.  Id.  1,13:  Que  el  mismo  capitán  que  se  lo  ordenaba. 
Graduarse  en  las  órdenes  sagradas.  Qaij.  2,52:  Se  ha  ordenado 
l¿os  y  corona. 
^^ktto  y  mandoi  denotando  autoridad  y  resolución. 
liMlen-anza»  método  ú  orden,  mandato  ú  orden,  ley,   es- 
k  T.  Namarr.  i,  304:  Toca  un  poco  la  ordenanza  (entre  sol- 
i).  León yo6.  23,4:  Cuando  se  ponen   los  soldados  en  Ofdc- 
I.  Id.  Rey:  Adonde  el  ejército  de  las  estrellas,  puesto  como  en 
aania,  QuiJ.  2,14:  Sabe  de  memoria  todas   las   ordenanzas   de 
danle  caballería.  Id.  2,51;  Hacer  algunas  ordenanzas  tocante* 
len  gobierno  de  la  que  él  imaginaba  ser  ínsula. 
3e  ordenanza^  de  costumbre. 

yes-orilon,  Talla  de  orden^  que  lo  hay  ó  por  desconcierto  y 
món  de  las  co$a%  ó  por  exceso  en  lo  moral, 
jonfu&ión.  Mariana  M  £.  6,21:  De  nuevo  se  enconaron  las 
aladcs  con  un  nuevo  desorden  y  caso  que  sucedió.  Leos  Padre: 
B  que  en  ¿I  estábamos,  el  espíritu  del  pecado  y  la  desorden. 
exceso.  ToRH.  ñí.  mor.  11,3:  Ninguna  cosa  hay  que  haga  mis 
I  guerra  al  cuerpo  y  alma,  que  el  desorden  y  demasía  de  csle 


52S       *  Orioen  V  yio*  DH. 


vicio.  A.  Ai.v.  Silv.  Dom.  2  adv. 9  c.§2i  Todo  lo  demás qaeiki 

graüdes  toca  es  por  el  inísrno  desorden.  Id.  Dom.  guütc  7  c  Poique 
del  todo  se  excusase  este  desorden  de  justicia  eo  su  reiDa 

La  mucha  desorden  trae  mucha  orden,  c.  190.  Donde  no  hiy 
regia,  ella  sola  se  pone.  Después  de  gastar  no  queda  nada. 

Una  desorden  no  lleva  al  hospital,  más  dos  üevarán.  c.  163. 

Bi  mucho  desorden  trae  orden,  el  nul  rochar  acarrea  pobreza  j 
niíramienío  en  el  gasto. 

Des-ordeiiar,  de  ordenar.  Desconcerlar  d  orden  confín» 
diendo.  Qaij.  1,50:  Puestasen  orden  desordenada.  Id.  2,10:  Si  I» 
vanta  la  mano  al  cabello  para  componerlo,  aunque  no  esté  deso^I^ 
iiadu.  Hab.  H.  Pontif.  S.  Greg,  XIII,  63:  Le  aconsejó  que  recogieadí 
un  inien  número  de  vacas,  las  echase  delante,  que  desordenarían  i 
¡os  co:iírario>.  Mend.  G.  Gran.  1:  Si  con  esta  ocasión  pudieni 
desüidenar  el  cdmj30.  To;ír. /"//.  mor.  14,4:  La  desordenaron  sis 
amores,  aficionándola  á  otro.  A.  Alv..  5//^.  Dom.  3  caar.  5  c.}t 
Que  ha  Dios  de  desordenar  su  mundo  para  tí.  Valderrama  Ej,Fff» 
6  dom.  4  caar.:  Antes  se  desordenó  de  tal  manera  en  todo,  qv 
murió  sin  acordarse  de  Dios.  León  Padre:  Desordenándose  él  á  ll 
mesnio.  Id.  Princ:  Adán  no  pecó,  porque  se  desordenase  el  sentido 
en  é!. 

Excederse  en  lo  moral.  Torr.  FU.  mor.  1 1,3:  Mas  extendiéndose 
adelante  y  desordenándole  en  la  gula.  Id.  19,2:  Lo  que  una  quiebra 
otra  lo  sana,  y  lo  que  desordena  la  primera  (la  lujuria),  por  la  » 
gunda  (la  castidad)  se  concierta.  A.  Alv.  Silv.  Fer.  4  cen.  3  CJ  fl 
que  ayer  írajo  á  loj  hombres  desordenados  y  enloquecidos  con  SB 
destemplanza.  Bañ.  Arg.  1:  Sin  duda  es  el  temor  el  que  te  ofrecc/d 
son  que  tus  bravezas  desordena.  Id.  2:  Doquiera  nace  un  deseo/ 
que  un  buen  pecho  desordena.  Leon/oíi.  36,8:  Y  se  desordenan  « 
la  templanza  y  modestia. 

Dcs-oi*dciianza,  desorden.  Mena  Copl.  10:  Tu  más  delta 
orden  es  desordenanza. 

Kv-ordenai'.  J.  Pin.  Agr,  29,14:  Y  lo  desordenado  por  cul- 
pa se  reordena  por  su  contraria  la  pena. 

Opdcñar,  de  *ordinÍ8re,  ordenare  ordinem  ordo,  por  d 
orden  y  horas  en  que  se  hace,  dejando  parte  para  las  crías,  pg,  or- 
denhar.  Qaij.  2,16:  Unos  pastores  que  allí  junto  estaban  ordeñando 


122.  urdir. 


529 


ovejas.  Grac.  Mor.  f.  267:  Y  de  las  cabras,  que  las  ordeña- 
;  y  trc&quilainos. 
[También  coger  la  aceituna  á  mann  sin   varear  el  árbol,  y  cu 
va  quitar  á  las  avenas  locas  la  semilla  antes  de  secarse  y  espar- 
En   la  Oerman.  ordenar.  Ron«.   Reinosa  Bibl.  Gfítlard.  4, 
)(k  Si  la  crfa  ya  no  ordenas. 
Ordenar  cabrones,  c.  543. 

Ordeñar  la  cabra,  ó  e!  asanto,  sacar  lodo  el  jugo  á  la  cosa.* 
Vista  ordeñar,  de  la  leche  indicando  que  es  pura,  aunque  no 
a;  metaf.  de  lo  qitc  se  hace  de  modo  claro  y  convincente 
(Ir<l4n'«ii-clep<>r  Ití^íar  donde  se  ordeña.  L.  Rueda  I,  170: 
1  recogeré  á  su  acosíumbrado  ordcfladeto. 
Onllnnrlo,  es  enidllo;  ordin-ariiis. 

\Dt  ordinario,  prdiirrínamente.  Qui}.  1,1:   Cómo  de  ordinario 
nlcce  X  los  caballeros  andantes. 

itrf'-orflinnria.  medio  etiire  bueno  y  bajo,  de  los  gé- 
í.  Pra^.  Tíis.  IfiSO  í.  25:  Cada  guarnición  de  espada  blanca 
xltnaria  ((e  Vizcaya,  seis  reates. 

i!4-ikr*lÍn»t*io.  S.  Ter.  f//níí.  6:  Si  han  recibido  del 
l!gíin3  rTT'rc^d  tri^o;  diñaría.  Cacetí.  ps,  SO:  Van  siempre  por 
nos  desusados  y  trasordinarios. 
UriHr,  de  'ordire  por  ordiri;  iÉ.  ordire,  prov.  ordír*  ír.  our- 
iC»L  ordir,  pg.  nrdir. 

;  Disponer  Io<t  primeros  hilos  sobre  q^ie  se  ha  de  formar  la  lela. 

3TO.  Duelos  de  hon.  y  nmht.  2:  Que  e«ítos  serviles  ropajes,  /que 

Idecoro  ni  aliño  /  toscos  nos  urdió  d  telar  y  sin  primor  del  ar- 

ECV* 

[aSetaf,  disponer  algo  contr.i  uno  callada  mcnle.  Entret.  2:  Esie 
qnc  urdió  ü  lela  /que  tan  cira  me  ha  costado  (el  embuste). 

.  p.  7'  ^  "  "\:\  elIíK  urJienJo  una  traición.  Siql'.  S.  jeron. 

K  i'J3  c!  impUcHblc  cnt-mijío  qwe  urdía  ^z  ícla.  Pe- 

I,  2,2,20:  No  ha  mencitcr  Iberia  para  consonarse  urdir 

Smidov. //.   Cari  V,   20,37:  fué,  pues,  que   como 

Liiii  vlA  deshecha  ía  trami,  que  con  el    conde  Prisco  tenia 


A  mi  qite  ¡as  urdo  y  tramo,  c  21 . 


%K 


530  ORiacN  Y  vnM 


Ansí  se  arden  ellas.  (Mentiras,  cuestiones,  revueHas,  pidoi) 
c.  512. 

Urde  delgado,  y  teje  gordo,  y  hallarlo  has  provechoso,  y  sftb 
vete  del  como  de  un  moro.  c.  161. 

Úrdesete  una  tela,  ana  trama;  urdió  una  tela.  (Por  revueUif 
pleitos),  c.  545. 

Urdir.  (Por  metáfora  de  los  tejedores:  es  revolver  cosas  de 
i^ullen  pleitos  y  pesadumbres:  Vos  urdiréis  algo  que  nosepáisdÉ 
enredar),  c.  545. 

Urde-malas,  cuatrero,  enmarañador.  Corr.:  Es  un  Pedrada 
Urdenialas.  Ccrv.  en  su  comedia  del  mismo. 

Updi-mltPC,  urdiembre,  conjunio  de  hilos  ordenidoi 
para  el  telar;  de  urdi-r,  con  el  -mbre  de  nombre,  hombre.  Coot 
112:  En  Setiembre,  el  rozo  y  la  urdiembre.  Zamora  Mon. 
pte.  2,  L  3,  Sim.  8:  Entre  las  urdiembres  de  las  arañas.  Id./A.X 
Destierro:  La  tela  tiene  urdimbre  y  tiene  trama. 

Verse,  trasparentarse  la  urdimbre,  clarearse  á  pesar  del  M 
mulo. 

Updi-dero,  updi-dop,  el  que  urde.  Fiouer.  Plaz.  (L 
Rastrilladores,  urdidores,  tejedores. 

Updi-depa,  instrumento  para  urdir,  armazón  de  paloi 
modo  de  devanadera  formada  en  triángulos  con  un  cilindro  en 
dio  con  que  se  mueve  alrededor. 

l>cs-updip,  desbaratar  una  trama  ó  intriga. 

Adopiaap,  del  adornare,  erudito.  Qaij.  1,14:  Si  la  honi 
es  una  délas  virtudes,  que  al  cuerpo  y  alma  más  adornan. 

Adornarse  con  plamzs  ajenas  ó  de  pavo  real,  apropiarse 
recimientos  ajenos. 

Adopu-o,  posv.  de  adorn-ar.  Qaij.  1,11:  La  honrayÜB 
tudes  son  adornos  del  alma. 

Metaf.  lo  que  no  sirve,  estorba  y  puede  dejarse. 

123.     Si  ar  es  lanzarse  anchamente  allaeando,  ór  es! 
acorralando  en  torno  ó  con  todo  el  cuerpo,  como  se  lanzay  oogei 
perro.  Efectivamente  or  y  or'O  es  el  perro  y  ora  ora-tu 
sobre  y  agarrar;  y  como  se  trata  de  movimiento  (r)  en  o,  Or,  \ 


133,  ora. 


531 


1  masa  y  la  Ic\'adura,  que  se  voltea  y  rcviidvc  «i  lodos  sentidos, 
ló  oro  es  d  lobo,  pro  balite  mente  «I  eusfcaro  ora, 
el  perro  y  el  lanzarse  y  agarrar:  Or  gose,  faz  ase  perro  ham- 
ito,  se  harta  de  sncfio,  andtki-or,  ona  otsoen,  perro  de  po- 
s,  bueno  para  los  lobos,  ogio  tenago,  ora  batño,  pan  prime- 
que  maslín,  ora  otsoen-fagjín,  el  perro  compañero  de  lobos,  egaz 
Hdci,  ora  nekikeo  tchoriari,  si  supiera  volar,  cogerla  el  pájaro, 
oraindiito  bildur  bazara,  oratu  egidazu  ncuri  besU-esku- 
^g02r  y  todavía  si  lienes  miedo,   te  me   agarras  con   esa  otra 
3,  de  aquí,  contagiarse,  orata  egifen  da  se  contagia  ó  pega  (la 
nedad).  abrazando,  en  aprlelo  ora-ka,  oraka-oraka  bizi  vivir 
nóes  apuros,  es  decir  cojy;ido  y  acorralado,  oraka-da  agarra- 
[  abrazo,  oraka-ka  amalgamándose,  agarrándose,  ora-karri  aga- 
or-oldi  acometida,  agarrada,  ara-pildu  anudar,  empeloto- 
la  comida  en  el  esíoma^o,  ora-pit-o  nudo,  or-<iSi  seto  que 
ala,  ora-tzaUe  tenedor,  cogedor.  Dice  un  refrán:  aldi-igaroa, 
w  gachta,  el  tiempo  pasado  es  difícil  de  alrapar.  Otro: 
sagua  azkatztn   ta  fulta  oraizen,  h  telaraña,  el  ratón  la 
I,  y  coge  á  la  mosca.  Es  pues  un  coger  envolviendo,  enzarzán- 
I  lodo  y  como  arrebujándolo  y  apelotonándolo,  por  la  o  en  de- 
dor;  mientras  que  íir  es  coger  echando  el  guante,  anchamente, 
-o  se  líniila  enteramente  el  or;  así  como  flf-o  es  espacio  ú 
tiene  allá,  amplitud,  asi  or-o  es  espacio  que  tiene  or  en  tDrno, 
|b  totalidad,  el  todo,  el  cada  ó  entero.   Zeiangoa  da  Biitroe? 
daJtíe^  ¿qué  tal  es  Butrón?  Todos  lo  saben,  edozein  beretzai, 
olkaa  oroentzat  cada  cual  por  si  y  Dios  por  lodos,  ororen 
•  dena  ezta  neortn  el  que  es  amigo  de  lodos,  no  lo  es  de 
ororea-naiz,  oro  gal  el  que  todo  Jo  quiere,  lodo  lo  pierde. 
I  Sufijado  \*alr  en  todos,  enteramente,  cada:  ari-aro  serie  de  anos, 
año,  lodos  ellos,  6  el  lotal  del  ano,  egun-oro  cad.i  día,  todo  el 
OrO'bat  asimismo,  todo  uno,  además,  orobat-eko  «mejantc, 
a/-ii  hacerse  iguat,  dimin.  orobatsa  casi  igual,  oro-gat  (¡uffír) 
•piefde,  oro-í  enteramenle,  oro^-Ao  piiblico,  de  lodos. 

fíMcamcnic  or-a  es  el  solar  acotado,  lí  también  oru-tK, 
|b«jo. 


1 24.  Ese  OTf  oratu  lanzarse,  dio  la  raíz  or  de  op-w-fU|  «^4hi 
concitare,  conmoverse,  ú  opo9¿v(i>;  fut.  opso),  aor.  ¿p-op-ov  que  tal 
el  mismo  valor,  wp-xo,  op-oscu,  ¿p-é-oviQ,  op-o6o>  ímiere,  ferri  ^ 
¿p-ou|ia  ímpetu  (Hesich.),  dv-opo¿-<u  brotar,  lanzarse  hacia  arriln.  El 
skt.  ar,  r-no-fi,  aor.  ar-am,  ar-to=wp-xo,  y  además  ír  incitar,  idok( 
lanzarse,  zend.  ir  del  alzarse  de  las  estrellas. 

En  lat.  dr-iri,  or-tus  nacer,  elevarse,  ab-orior  morir,  co-oiit^ 
co-ortus  origen,  como  ab-ortas  aborto,  ex-orior,  ex-ortas  condÉ 
zo,  salida,  m-,  ob~,  sab-orior;  ori-entem  oriente  ó  levante,  ori 
al-is  oriental,  ori-undus  oriundo,  or-tas  nacimiento,  ori-go  onga, 
de  donde  origin-al,  origin-ar,  ab-origenes  primeros  habitantes  de 
un  país.  Ad-oriri  embestir,  ha  conservado  mejor  el  valor  prímilii% 
como  en  gr.  y  skt.,  que  se  concretó  en  latín  al  salir  de,  nacer, 
decir,  al  primer  acto  del  lanzarse.  Nótese  que  el  cambio  de  la 
radical  confunde  casi  tres  raices  en  skt.,  pues  allí  ap,  ep,  op  se 
ar,  y  son  las  tres  formas  euskéricas  ar,  er,  or,  de  un  valor 
parecido,  puesto  que  sirven  para  expresar  el  movimiento,  pero  a 
la  distinción  que  en  euskera  presentan  bien  claramente,  segGa 
valor  de  las  vocales. 

En  skt.  pone  aquí  Curtius  r-nó-tt  herir  lanzándose  sobre,  del 
ara,  áritha,  artüsmi,  ar-am,  aor.  «/--/íí^o^p-To  lanzarse,  ir  )aá^ 
llegar,  obtener,  sobrevenir,  lo  cual  muestra  que  tal  es  el  primitii 
valor  de  orior,  ópvuiit.  Fick  añade  el  germánico  rann  de  arn, 
fluir,  correr,  norso  ar-na,  -gdha,  -at,  godo  rinnan,  rann,  naam^ 
rannans,  al.  rinnen,  rann,  geronnen,  ags.  yrnan,  ingl.  to  nm: 
segunda  n  es  del  tema  de  presente,  godo  rin-nan,  como  en  5peHl 

Los  vocablos  orientación,  orientarse,  desorientarse,  eruditosi 
su  origen,  encierran  el  modo  que  tuvieron  de  orientarse  los  !-E,<( 
fué  mirando  á  levante,  de  modo  que  el  oriente  era  el  delankrl 
poniente  el  atrás,  el  mediodía  la  derecha,  el  norte  la  izquíerdi.1 
oriente  se  dijo  en  skt.  prañc  y  p«rva=zend.  poara,  irl.  airthu^ 
gr.  ::apo'Tepoi;,  es  decir  el  delantero,  del  baru  cabeza  en  euskera. 
occidente  en  skt.  ú/íara=zend.  apara,  y  skt.  ap&ñc,  apúcya 
atrás ,  oeste,  persa  baxtar  oeste  (zend.  apaxtara  norte),  irl.  iár,  SÍ 
^.  del  euskera  apa  abajo,  que  es  la  preposición  ab,  m:á,  etc.  El  snrM 

skt.  dakskina  (el  Dekhan  de  la  lndia)=:zend.  dashina,  ir.  dtedotl 


1 24.  orior,  orbis. 


533 


sur,  d  lal.  dextera,  diestra.  El  norte  en  ski.  smyú,  irl.  tuQth 
lerda  y  norte,  ademas  irl.  fochla  norle,  dé  izquierda  (godo  ftteí- 
')»   y  el  germánico  jto/"!/  en  atil.  aí.,   umbrío  nertra  sinístro, 
'alca  ad  sinEsírum;  en  gr,  cxqt'n;  izquierda  y  oeste. 

tos  romanos  dice  Servto  (Aeneid.  2^6Q3):  «Sínistras  autem 
septentrionales  cssc  augunim  disciplina  consenlit».  Esta  antí- 
ncni  de  orientación,  con^icrvada  entre  los  augures,  tomó  nue- 
lombresdel  nacer  y  ponerse  el  sol,  de  los  vientos,  de  tas  horas 
Ib,  de  las  estaciones,  de  los  antros.  Así  del  sol  dvoToXa'.  ó  levante, 
ó  aurora,  y  8'j3iLat  ó  poniente,  'ílfoí  oscuridad;  (at,  orlens,  occi- 
',  ant.  al,  óstan  (— Iw;,  aur&ra),  al.  Osten,  casi,  poniente  y  levan- 
ponente,  levanle;  de  los  vientos  Td  píipsta  norte,  voTí-csiid,  eslavo 
,  lil.  Siiaure  norte,  c$\.Jagu  sud  (ú^fw;  húmedo);  del  día  Éoiíápo 
y  poniente,  iiswjjilipía  meJfodía  y  sur,  la(.  merl-dies  mediodía, 
p/e/íJí  mediodía  y  sur,ivíT*afíi//i  tarde  y  oesle,  r^^ííJÍ  mañana  y 
inte,  al.  Morgert.  Mittag,  Ábend,  Mitternacftí;  de  las  estaciones 
invierno  y  norte;  de  los  asiros,  como  «¡ixto;.  El  anl.  al. 
:_  .  .  ,_jjündeá  Í3:tepa,  según  parece.  Sundan,  al.  Suden,  el  sud 
IjUT,  ags.  y  norso  sund,  nombre  común  del  mar,  norso  sunnan, 
Ip.  sadftan  del  sur,  del  mar,  como  en  hcbíco  iam  mar,  meditem* 
hk  oeste,  y  en  finés  hade,  liv.  lúod,  weps.  íódeh,  del  gótico  /íódus 
Bienle,  noroeste,  oeste,  viento  oeste.  Parece,  pues,  que  la  patrÍA 
Bp»  I-E  6  de  los  germanos  tenía  al  sud  algún  mar  que  veremos 
mt\  mar  negro;  aunque  pudiera  declararse  el  germ.  *snnth  sud  por 
de  'ffwTo?  colocar  (?).  E*  de  notar  que  de  las  germánicas  til- 
las románicas  los  términos  de  norte^  sur,  esU,  oeste,  fr. 
sad,  est,  ouest,  lo  cual  indica  el  influjo  de  aquellos  pueblos 
navegación. 

ara  parece  dio  el  lüfi-ú-;  ancho,  espacbso,  e^;,  que  en  skt. 

-í,  (<m.  arv-i,  compar.  var-iyas,  en  zend.  «m,  voaru,  eüpú-vo» 

ura-gayam  espacio  ancho  en  ski.,  aru-calcshctí  que 


ontbe  parece  ser  el  orbl-s  circulo,  ruedii  U  tierra,  orbi-ta 

de  b  nieda.  Según  Varron  urb-s  dijose  de  orbis  {/,.  /.  5,5): 

quae  prius  erant  circumducta  aratro  ab  orbe  el  urvo 

Corssen  to  desecha  diciendo  que  las  pobUcionei  de  U 


■=-^ 


-'■V: 

534  Origen  y  vida  ml  i 


antigua  Italia  no  se  edificaban  en  círculo:  tal  vez  tuvo  presente  d 
«Roma  quadrata»  de  ¡os  antiguos.  (V.  oragua  y  üribe). 

Cuanto  va  de  Oriente  á  Poniente,  c,  374. 

Échale  al  Oriente;  echarte  has  sano  y  levantarte  has  doUait» 
Echa  tu  cabeza  á  Oriente,  c.  1 40. 

Saberlo  de  buen  original.  (Dando  certeza),  c  565. 

125.  Cuanto  á  la  acepción  de  masa  y  amasar,  creerá  alguno  qiii 
eso  no  es  más  que  el  cogerse  formando  un  todo,  de  modo  queesus 
caso  concreto  del  agarrar.  Y  está  en  lo  cierto,  porque  ora,  oratu  a  ' 
embestir  por  todos  lados,  coger  enteramente,  y  encierra  dos  ideas,  la 
de  entorno  a  y  la  de  movimiento  r,  total  la  de  revolver  la  cosa,  que 
es  el  amasar  y  el  coger  bien  del  todo:  batuten  dirá  ta  egiten  dta 
ora-bat,  se  recogen  6  aunan  y  se  forman  una  masa,  y  ora-ta 
amasar,  sobar,  forjar,  fraguar,  pegarse  el  contagio,  llenarse  de  en- 
grudo y  masa  las  piedras  del  molino,  errota  oratu  detenerse  por 
ello,  y  lo  mismo  empacharse  el  estómago,  ule-orataa  pelo  postizo, 
apegado;  ora-ka  trabajo  de  amasar,  ora-ka-ka  amalgamándose,  ortir 
ka-tu  enlodarse,  or-aldi  amasamiento,  ora-mai,  ora-main,  ora-má' 
ra  artesa  ó  mesa  de  amasar,  or-antza  levadura,  ora-parro  masa  que 
se  recoge  al  limpiar  la  artesa,  parr-o  extendida,  desparramad^ 
ora-pen  acto  de  amasar,  or-aska  artesa,  masa  de  varías  sustancias,' 
ora-tcha  levadura,  ora-tzar  masa  grande. 

Amarillento  ora-s-t,  díjose  de  la  masa,  amarillecer  oras-tu. 

Con  -e  indeñnida  también  es  or-e  la  masa  y  todo  lo  así  revudlo^ 
la  nube,  la  materia  de  que  se  hace  algo;  ore-i  nube,  lo  apelotonada^ 
y  lunar,  ore-itz  y  oritz  calostro  ó  leche  revuelta  primeriza. 

Abundante  es  i~or-i  y  díjose  del  apelotonarse  como  la  masante 
nubes,  etche-iori-batean  zaade,  estás  en  casa  abundante,  iori-tasttt 
abundancia,  iori-tu  hac^r  durar  una  cosa,  es  decir  que  dé  de  sí  7 
sea  abundante,  ezneaguti  emanez  ioritzen  da,  la  leche  dura,  dandi 
poco.  Por  eso  e-or-ta  es  tejer,  eta  ze  tunika  kostara-gabea,  eorith 
rik  goititik  guzia,  y  era  la  túnica  sin  costura,  tejida  toda  día  de 
alto  á  bajo. 

La  idea  del  movimiento  en  or  se  vé  claramente  en  ore-ka  eqUK 
librio  pero  con  balanceo,  andar  al  ore,  como  la  masa  y  la  nubi* 
oreka-n  estar  así,  y  se  dice  de  las  lanchas  que  están  á  U  rema^y^ 


126,  Oliera,  orujo,  orondo. 


535 


gdc  rapiña  que  se  cicriicn,  y  paradas  menean  reciamente  sus 

\ri  cl  remero  qne  inaníiene  la  lancha  en  equilibrio  para 

arrasírc  la  corriente  durante  ía  pesca. 

gamo,  cl  ciervo  es  dechado  de  la  velocidad  y  díccse  con  el 

Mivo  or-M  ú  ore-in  ú  or-in:  oreina  ¡arrean,  bertza  laratzean, 

to  en  cl  desierto,  el  caldero  en  el   lar,  cervato  orein-kume, 

pendra  orein-mí  ó  lengua  de  ciervo. 

carro  or-ga  es  et  que  luce  ese  movimiento  de  rodar»  org-aga 
ri  carro,  or^-ardalz  eje,  org-atz,  orga-erecha,  org-aska  ca» 
r^íi-&Í£/e  carretera,  org-ari,  orj^ü-íom  carrero.  El  quicio  de 
f  trasladad  a  mente  el  talón  y  d  pié  de  plañía,  es  !o  bajo  -p€, 
gira,  dijose  or-po,  orpoz-orpo  zerraion  le  seguía  pisándole 
IBCS,  por  todas  parles,  orp-eko  pedales  para  mover  el  tetar, 
i,  orp-aziri  cuñas  calzadas  al  carro  por  debajo,  orp-atch 
!a  de!  ganado  vncuno,  orp-iteh  ojo  de  perdí?,  seta  de  los 
,  Or-di  ó  mucho  or,  mucho  moverse  en  torno,  es  el  borra- 
la  borrachera,  c!iya  cíimoíogfa  sabía  el  borracho  aquel  que 
bdo  porqi}^  no  se  iba  á  su  casa  en  vez  de  eslnrsc  sentado  en 
del  arroyOj  respondió:  Estoy  aguardando  que  pase  mi  casa; 
:  todas  van  pas^indo.  Veía  las  casas  dando  vueltas  ú  or-di; 
¡rrí  embriagador,  orífr-írm  borrachera,  orífr-/ü  cmborrachar- 
^a  es  lo  espacioso,  que  lícne  poiierse  mover  todo  en  torno, 
'd&a  caniino  Uano,  ordcka  llanura,  campo  llano,  sembrado, 
i  llanura,  saieskía  lauda  ezak,  ordokía  eare  ezak  ataba  te 
O&tanera,  elige  h  Ibnura  ó  espaciosa. 

,  Ort-em,  escudilla  de  palo  de  gente  pobre;  del  cuskaro 
para  coger  ó  amasar.  Sobra  la  h-,  y  nadie  dice  una  palabra 
lologla.  Q.  Alf.  1,3,2:  Ortcra,  calabaza,  esportillo.  Torr. 
'.  1 1,2:  Entre  sus  pobres  alhajas  le  sobraba  una  ortera  con 
;.  CoRH.  76:  El  ajuar  de  la  hornera,  dos  jarros  y  una  orlcra. 

lA  Error  27:  Esta  era  la  que  había  de  arr.gjar  Díógenes,  no 

a.  Mctaf.  apodo  de!  mancebo  de  tienda. 
ujo.  vocablo  puramente  español,  lo  que  queda  de  la  uva, 
,,  después  de  exprimida?,   dimlniítiio  de  Of-í  masa,  etc., 
de  orri  hoja,  como  su  equivalente   brisa,  ibérico  ó  del 
Ca8R.  p.  21 6:  Cn  el  lagar  se  pisa  la  uva  para  qae  te  aparte 


536  Oriocn  V  VIDA  del 


el  vino  del  orujo.  Quev.  Mus.  6,  son.  40:  En  las  gued^  yaéto 
el  oro  orujo.  Herr.  Agr.  3,26:  No  llevaran  los  granos  (de  la  gra- 
nada) orujos  dentro.VALDERRAMA  Ej.  Fer.  2,  dom.  pas.:  El  fuego 
que  se  enciende  del  orujo,  que  sobra  en  los  molinos  del  aceite. 

Orenza,  en  Aragón  tolva,  probablemente  del  meneo. 

Op-oiiiIo,  campanudo,  hueco,  pomposo,  presumido,  pi^ 
píamente  en  onda,  en  lo  hueco  y  en  el  movimiento.  Derivado  -orA 
de  or-e  lo  en  movimiento,  la  masa  fluida,  ora-ta  coger  abrazaodiv 
agitar,  amasar,  ore~ka  balanceo  de  las  lanchas  en  el  agua,  del  gaviUn 
en  el  aire,  etc.  Precioso  vocablo,  exclusivo  de  España  y  del  carácter 
español,  pomposo,  airoso  y  bizarro.  Huero  pudiera  venir  de  aqu^ 
pero  la  g  del  goro  pg.  y  güero  vulgar  me  hace  preferir  otra  rao. 
Qaij.  2,20:  SI  es  que  se  podían  llamar  sartenes  las  tan  orondas  od* 
deras.  Id.  2,52:  Que  si  yo  y  mi  hija  andamos  orondas  y  pomposas 
en  ia  Corte.  Quev.  Mus.  6,  saL:  He  yo  burlado  á  tu  mujer  orondí 
/He  aclarado  el  secreto  de  la  penca?/ Llevé  tu  hija  robada  á  Tit- 
pisón  da? 

Orondo  y  morondo,  contento;  con  m-  de  repetición. 

V  ella  tan  oronda/  serenidad  ó  desahogo  en  lo  que  pudien 
alterarle. 

Opond-ado,  ensortijado,  variado  en  ondas,  lo  heclio  oronda 
Mont.  Alf.  1,3Q:  E  rubios  claros  é  rubios  escuros,  en  tal  que  sett 
orondados  e  prietos. 

Orondad-iipa,  de  orondad-o,  diversidad  de  color  en  fom 
de  ondas.  Mont.  Alf.  1,39:  E  la  orondadura  que  sea  alfeñadac  UBI 
prietos  sin  orondadura. 

Oronil-ear,  en  América  farolear  muy  orondo. 

Op^a,  en  Aragón  especie  de  yunque  pequeño  para  soportarli 
dalla,  cuando  se  la  afíla  á  golpe  de  martillo;  del  orga  euskéríco. 

Orinque,  cabo  que  está  ñjo  á  la  cruz  del  ancla  por  un  O- 
tremo  y  por  otro  se  afirma  en  la  boya.  Probablemente  del  ángulo 
que  forma,  como  en  it.  grippia,  gruppia,  ingl.  Buoy  rope.  En  fir. 
hoirin,  orin.  Parece  venir,  si  es  así,  del  euskaro  orin  por  la  formidd 
asía  de  ciervo,  ó  sencillamente  del  or  coger. 

Opino-ar,  poner  orinque  á  un  ancla  ó  anclote. 

Orinqu-ear,  tantear  si  un  ancla  está  agarrada  en  el  fosák 
tírindola  del  orinque. 


128.  orar. 


537 


iRc-orp-ado.  No  enlictido  el  valor  de  este  vocablo:  pon- 
I  tquí  por  sonarme  al  orpo  euskéríco.  Selvag.  24:  Y  aniejuro 
[Ufuilisma  de  la  reorpada  de  una  de  su  familiar,  que  no  poco 
I  á  mi  servicio  qiied.'i.  M*  sosptclio  vnlga  ahorcado  que  OS- 
I coleando,  como  algo  en  el  orpo  ó  en  sn  quicio. 
I  Ordif^Qi  «n  'a  (tase  del  caló  jergal  ¡ünde.  la  ordigaf  por  indc 
Bovimienlo,  el  meneo,  el  jaleo.  Parece  un  derivado  euskérico,  de 
'  borracho,  borrachera,  ordi-koi  propenso  á  embriagarse,  or- 
tí  borrachera,  orrfA^arr/ embriagador. 

127.     El  quicio  orpo  donde  gira  la  puertai  ele.,  dio  la  ídea  de 

|br,  de  donde  Iciiiblar,  vibrar,  significados  de!  Uíuano  virpuy  de 

I  balancearse,  de  dotidc   abalanzarse  ó  inclinarse  la  balanza. 

ple<}se  esta  raíz  para  indicar  el  ir  y  venir  ile  la   lanzaJeia  en  el 

r,  y  asi  la  trama  que  cruza  y  el  golpe  y  el  lanceó  acto  de  lanzar 

kqeron  en  ñor.  varp,  pU  vófpt  ags.  vearp,  ant.  al  warf,  med.  aL 

vjftn  liL  verp-ií hiUi,  dar  vueltas,  en  iior.  lanzar  csverpa,  varp, 

t-ffi,  orpinn  godo   vairparj,  varp,  vaurpum,  saj.  tvíf/jon,  ags. 

aa,  anL  al.  werfün,  nied.  aí.  wiírfat,  al.  werfen,  warj,  geworfen. 

[Repentino  de  repent-inus corao pengrmu% ác percgre, 3.á\t\\vOf 

ipente,  t^tie  es  «n  locativo  del  parilcipio  rep-ens,  como  ¿6£).ottí 

ibucna  gana,  y  responde  á  poríj  v.vi  monicnlo,   en  un   guiñar    ó 

íiear  6  volver  de  ojos.  En  aíbancs  vrap  vale  corrida  y  en  griego 

Jtnarse.  y  dfccse  sobretodo  de  la  balanza,  par-i^  inclinación, 

D,  ¿vT>^¡x»7:-o^,  «¡lyi-pfiiz-f^C  que  se  inclina  á  ambos  lados, 

I  amff-fg-uus  ambiguo,  pó;:-aX-(iv  porra  ó  palo  terminado  en  a* 

o,  que  se  vibra,  y  servia  i  los  pastores  para  lanzarlo  contra  el  g«- 

0,Io  mismo  que  xaXa-íipí»^,  de  KdX-«;  cuerda,  vocablo  dond«apa- 

;li  ü  ó  digama,  peiUtJo  en  las  formas  aniertores;  ^'^r.-z\m¥  cosa 

tvibray  da  golpe,   tambor,    martillo,   maza,  verga   que   oscila 


128.     Uno  de  los  fentSmenos  nattimles  qu«  más  dá  en  qué  entre- 
y  soñar  á  los  niílos  es  la  contemplación   de  las  nubes  con 
loril  figuras  y  enredos  que  forman  en  variedad  y  abigarramiento 
olores.  Los  pueblos  salvajes  distinguen  muy  mal  los  colores  y 
s,  como  es  bien  sabido,  y  en  nuestras  lenguas,  como  veremos. 


538  Oricjkn  y  vida  íj£l  i.£NaUM>l 


los  colores  primitivos  bien  distinguidos  apenas  pisan  d«l  blmco^ 
negro  y  rojo,  confundiéndose  lamentablemente  todos  los  dcmiL 
Tiene,  pues,  no  pequeño  interés  ver  cómo  en  la  lengua  primi&n 
estaban  más  adelantados  en  este  punto  de  estética  de  los  coloieL. 
Baste  para  conocer  el  gusto  que  sentfan  en  ellos  estudiar  lo  qw; 
dedujeron  de  las  nubes.  ^ 

La  nube  la  consideraron  como  una  masa  en  raovimíenlo,  ctjm 
algo  que  se  apelotona  y  revuelve,  al  modo  que  se  revuelve  y  apelo- 
tona la  masa  de  harina.  No  que  la  metáfora  la  tomaran  del  amasu; 
pues  esta  labor  no  fué  &íno  más  posterior.  Llamaron  la  nube  cond 
mismo  orí  de  ahí  eníorno,  ú  or-e,  ore-i  lo  que  hace  or-e  óapeloto- 
naniiento  y  revolverse.  Tales  nombres  lo  son  de  las  nubes  en  gene» 
ral  y  del  tiempo  nuboso  y  revuelto,  no  soleado  ni  lluvioso  del  todo. 
También  se  dijo  todo  ello  or-z,  or-tz,  de  mucho  or^  lo  propio  de 
or  ó  dar  vueltas.  La  (eiupestad  ortz-e  ú  or-tze  es  el  hacer  mucho  w, 
el  andar  muy  revueltas  las  nubes,  egun-ortzearen  lotsa  nuk  me  lne 
encogido  la  tempestad  ó  tiempo  revuelto  de  hoy.  Los  rayos  inter- 
mitentes de  sol,  oscurecido  á  ratos  por  iHibecillas^  se  llaman  orífA- 
inga.  El  trueno  y  tempestad  ortz-antz,  orz-antz,  egun  orzanztuh 
du  tempestad  habrá  hoy.  Nube  atronadora,  trueno  es  ortz-i,  lo  de 
cielo  revuelto,  amenazas  de  tempestad,  tiempo  de  truenos  ortzi-kara 
que  tiende  á  orízi,  ortzikara  da  egana  el  día  líene  trazas  de  troiui; 
tempestuoso  orizi-tsu,  tronar  ortzi-ía,  ortzita  du  ha  tronado. 

El  alba  se  llamó  fin  de  la  oscuridad  orz-ondo,  ortz-ondOy  el  mW 
iris  orz-adar,  orzi-adar,  es  decir  ramaje  en  las  nubes,  palabra  biea 
linda  y  poética,  goiz  orzadar,  arrals  íturrt  á  la  mañana  arco  iris,  i 
la  tarde  fuente  (de  lluvia).  Aurora  y  luz  del  c[elo  es  orz-ürgi,  pro- 
piamente luz  de  nubes,  orz-egun  dm  de  nubes,  revuelto  ó  juera, 
en  que  van  y  vienen  las  nubes,  el  día  en  que  el  horizonte  sefitÉ 
abriendo  y  despejando,  en  la  creación,  según  Moisés,  el  día  en  qw 
aparecieron  y  brillaron  para  Ja  liejra  el  sol,  la  luna  y  las  estrelísí, 
antes  ocultas  por  la  densa  atmósfera  cosmogónica.  Los  arrebol» 
ortz-gorri,  orz-gorri  ó  nubes  rojas.  E[  viernes  orz-ira-te,  orz-üar-t, 
es  «1  avance  y  fiüración  de  las  nubes;  el  a[re  sereno  orz-oski. 

El  festón  se  dijo,  por  bien  Iraida  metáfora  de  las  nubes,  oríit 
festonar  ortza-ka-ta,  de  ortza-ka  nubeando,  como  quien  dice. 


129.  ras,  rtsina,  vtrruca. 


539 


^139.  Derivado  de  ar  agua  con  Za  silbante  parece  el  skL  var- 
MWt  var-shcm  lluWa,  y  a¿t  los  tutores  lo  ponen  con  palabras  que 
Rnen  de  uf;  pero  bien  claro  está  que  tal  sjlbanie  deiivatíva  no 
^splia  lodos  ios  vocablos  siguientes  de  las  indo-europeas,  y  que 
doi  elh»  vienen  flerechamenle  del  or/z  nube  en  euskera.  Uueve 
varsh-ati,  en  zcnd.  vüreñíi.  Pero  varshas  en  ski.  no  es  solo. 
povia„  sino  la  nube  Ifiii'íosa  y  la  estación  de  las  IIuvíjis^  y  varsh' 
,  -mcrt  es  el  volumen,  masa  y  aUura,  donde  se  trasluce  la  clirno- 
,  de  ortz. 
lEn  gr.  responde  íp»],  hom.  ¿¿pa-Tj,  creí,  ¿q/3-a,  por  F£f.;-7j,  el 
o,  £p7T;-£t;  de  rocío,  pero  Sf/Ji  también  vale  v&TÍa,  ¿J"lÍ*¿í^'1  en  He- 
kio,  es  decir  ta  nube  <S  nube  lluviosa  y  tempestad,  que  es  su  valor 
nológico.  En  irL /rass  de  *vrasta  ayuacero,  lluvia  pawjeia  con, 
medio  nuboso,  el  mismo  ortz  ú  ors-ta.  En  laííii  fOS,  ror~Ís 
o,  que  viene  de  roscidus  cscatchado,  ror-are  rociar,  mojar, 
ar,  ros  marirtüs  romero. 

perdido  ros  (a  tf-,  como  en  ski.  ras-as  ju^o,  agua,  y  en  gr. 

\taa.  ros-a,  como  nuestro  ros-ada  Je  ros,  lít.  ras-a^  y  en  gr. 

El  adj.  skt.  rasika  jugoso,  ó  ras-¡n  rasa-ydti  gustar,  sabo- 

r.  Y  (al  es  el  origen  de  la  resina  que  fluye,  en  latín  y  castellano, 

itoisin,  roisiíí,  persa  roiséad,  nrem.  rousin;  fluir  en  persa  rjsAU 

sW.  rtí,  mA,  arsA,  emparentado  con  varsh  llover  ó  iTsfl^ 


I  El  carnero  y  el  semen   llimanse  en  zcnd*  vars-ril,  por  lo  fccun- 

fqae  derrima  como  nube;  en  skt.  vrisha,  y  vris/t-an  el  loro  fe- 

or,  yrhh  llover  y  engendrar.  Indra  ó  cielo  lluvioso,  tcmpes- 

leí  vrish-an.  En  latín  verz-fs  (2,137)  por  vers-€5,  til.  yírs¿is 

el  verra-co;  ski.  varsh  regar,  vrslt-ana  tcsiiculus,  vrsfha 

Vi  en  Rr.  ópa-ip»,  jon.  ípa-)¡v,  ático  «pf-TjV  varonil,  varón,  ápa-t»- 

;  varonil,  arsénico,  skt.  rsha-bhas  macho,  asno,  zcnd.  arshaa 

jWfdtif  hombre* 

El  arsénico,  arscnicam,  se  dijo  del  griego  apsr^ucov  en  Aiisló- 

Jtíe,  ¿pprrMw  en  Teofraslo*  de  donde  arr/unicum  en  Plinio.  Parece 

del  siríaco  zarrtxkü,  acomodado  á  afií3r,v  varón  por  etimología 

arj  persa-irabe  zarnijft^  ¿armg,  zariti,  zarna,  ann.  zarik^ 

estas  palabras  del  zendo  zaranya,  per^a  zar  oro,  es  dcdr^ 

ureo,  por  su  color,  de  la  raíz  gorri  encarnado. 


540  Origen  y  vida  del  lenóuaiT 


Una  especie  de  arsenicum  es  el  aurípigmentum,  y  se  nina  oi 
castellano  rejalgar  y  oropimente,  que  del  latín  dijeron  los  dáskoi. 
Rejalgar  es  e!  arsénico  blanco,  oroplmenfo  el  amarillo,  sandana  d 
rojo,  ó  oav^apá/Tj,  que  no  se  ha  de  confundir  con  la  sandaraa  de 
los  árabes  ó  barniz,  ó  goma  de  enebro,  llamada  en  Castilla  gns^ 
según  Laguna  y  vernix  en  las  boticas.  El  solimán  se  hace  del  azogoe 
sublimado,  y  no  del  rejalgar,  ni  es  el  arsénico  sublimado. 

Del  apelotonarse  las  nubes  ó  cualquier  masa  parecida  ortz  liH 
marón  los  I-E  la  raíz  vrdh  que  vale  hacerse  algo  grueso,  apeloto- 
nado, crecer,  que  es  lo  que  significa  el  skt.  vardh-atU  vardhaysh 
aumentar,  desenvolver,  hacer  crecer,  á  veces  brillar  y  hablar,  wrf- 
dha  crecido,  adulto,  amontonado.  En  zend,  vared,  adj.  vareda  que 
crece,  sust.  crecimiento.  En  gr.  fi>.á3--nj,  pXna--Kí;  brote  y  botón  «■ 
geta!,    pXaa-Tdvu)    brotar,    pXcufl-po;  grueso,   henchido,   del  arb(4 

Verntca  verruga,  en  ant.  lat.  altozano,  montículo,  lit.  vlrszSSf 
punta,  skt.  varsch-man  altura,  volumen,  masa,  ant.  al.  warza  v^ 
rruga,  al.  Warze,  ñor.  varía,  ags.  wearte,  ingl.  wart,  esl.  vrídu  bro- 
te. La  verruga  dijese  por  la  hinchazón  y  levantamiento,  de  vemxa, 
que  Brugmann  compara  con  el  skt.  varshíyas  el  mayor,  conipin- 
tivo  de  varsha,  y  es  equivalente  de  varshuka  lluvioso,  habiéndose 
tomado  idea  de  la  hinchazón  y  crecimiento,  del  amontonamiento  de 
las  nubes,  así  varsh-ma  es  el  volumen,  altura,  masa,  cuerpo,  y 
Varsha-yati  envejecer  de  varsha  año,  y  éste  de  varsha  en  el  sen- 
tido de  lluvia,  nube  lluviosa,  estación  de  las  lluvias,  de  donde  aika 
Es,  pues,  verraca  un  adjetivo  -uka  de  vers-,  de  ortz  nube,  apelofeh 
tia  miento. 

De  vrdh  sale  en  skt  ñrddha,  ürddhva,  ürdhva  alto,  levantadOi 
el  opOd;,  gael.  ard,  lat.  arduas.  La  mañanita  opd-poc  la  pone  Brug- 
mann con  esta  raiz,  y  se  refiere  no  al  levantarse  del  sol,  sino  al  ddo 
t]ue  clarea.  Variante  de  vrdh  es  vrsh  nube  de  lluvia,  lluvia,  el  gr* 
iparj.  Masa,  volumen,  altura  es  varsh-ma,  donde  se  ve  la  relación  de 
ambas  raices,  varsk-üti  llover,  y  varshaye  engendrar,  vrska  loro,  w- 
ron,  fuerza  viril,  viril,  del  regar  como  la  nube,  vrsh-ana  op^»^  it^ 
ttrum. 

En  gr.  ópd>9;,  dor  p'.p6-d;,  derecho,  propiamente  alzado,   lUo, 
«pO>(u  erigere,  díjose  de  las  nubes  altas,  del  ortz,  y  asf  opO-poc  es  li 


130.  rucio,  Túcio, 


5<l 


aurois  ó  el  alba,  por  la  ]u2  áe\orÍz.  En  sVX  (v)tir(Ík-VQS  re^pon- 
i  (D'if^^^c.  d  vardh-vas,  vardhp  vardk-ati  vardh-e  crecer, 
frfíttí  crecimiento,  vrddha  crecido,  vartí/í-íiyflmr  aumentar,  brillar. 
IE<  el  ortz  por  nube  apelotonada,  hinchada. 


130.  Or-eo,  haber  oreos,  en  Lastres  de  Asturias  bruma  npelo- 
nada  en  d  liorizonle  ctiat  £i  fneran  buques:  es  el  ore  nube  en 
jskera. 

Kom-cro.  «Je  r0$  marinus;  It.  ramerino,  prov.  ramaní,  fr. 
amarin,  caí.  ronuni,  pg.  rosmaninho;  en  gr.  Xi^cívwtíí.  Laq.  Diosc, 
Í3;  Es  el  cofonaiío  romero  tan  conocido  y  vul^^ir,  que  en  muchas 
ríes  de  Francia  y  España  calientan  con  él  tos  hornos. 
Ri'siiíai  del  lat.  resina.  Frau.  Drog.  Ind.  d.  4:  Tráete  ¿c  U 
«ÍÜCV.1  E?paña  otro  género  de  resina  que  llaman  Copal  ó  Pancopal, 
Buy  blanca,  lucia  y  transparente. 
Como  ta  resinOt  de  lo  seco  y  duro. 
Como  resina,  lo  que  pe^  ose  despega  dincihncnte. 
Resia~OSo,  que  tiene   resin-a.  Inc.   Qarcil.  H.  Fivr.    b.lSr 
Lian  resinosa»  y  llenas  de  la  brea  de  los  navios. 
Iluclu.  Es  el  color  pardo  entrecano,  y  antiguamente  Umbién 
rocío.  Luc  Eeriv.  202:  Dome  i  Dios,  que   Isaías/llamaba  i 
iiesle  ruíío.  Bibi  escur  !j-6,  Cant.  \2,ií^}3,  f.  3S0:  ft\i  cabera 
pena  es  de  rucio.  De  roscidus,  de  ros  rorís  el  rocío;  pg.  ru^o,  russo, 
ilt.  niziOf  ruzo^canoso  ú  rucio  en  castellano.  La  í/  de  rucio  por  fa 
[llgujcnlc,  como  en  turbio  por  torbio;  por  la  ambigüedad  del  acento 
los  verbos  en  -/flr,-€úir,  vacio  y  vacío,  resultaren  nicia  y  rucb,  y 
n  prelónica  se  hizo  o:  rocía,  rocío,  rociar,  y  el  sustantivo  rocío  por_ 
Atracción:  rucio  Fué  la  escarcha,  el  rocío  y  to  entrecano.  J.  Pin. 

>:  Otro   (caballo),  Eoo,  de  color   rucio.  Lope  An.  prof.  IV,   p," 

i^EI  perro  rucio. //./rfi^.:  Las  dos  muías  rucias  que  sabes  que 

raías.  Viaj,  parn.  7:  Por  las  rucias  que  peino,  que  me  corro/ 

ver  (las  canas).  Qrrry.  1,21:  Sobre  un  caballo  rucio  rodado.  Id.  I, 

'  '-T  cola  rucia  ó  roja  de  buey.  Id.  2,31:  Donde  hallar-i  im  asno 

6n  la  capa  de  lo»  caballos  rucio  rodado  era  blanquecino  ó  canoso, 
equivale  i  tordo,  de  color  pardo  clara  ó  blanco  sucio  con  mancbaa 


542  Okiqen  y  vrDA  dei  lenouaje 

negras;  si  estíis  son  pequeñas,  llámase  tordillo.  Hay  también  ntío 
-blanco,  rucio  canelo,  rucio  azul,  rucio  mosqueado. 

En  particular  el  asno  por  su  color  muy  común.  Qaij,%\^í^ 
hurla  tendrá  v.  m.  eí  valor  de  mi  rudo,  que  rucio  es  d  color  de 
jumento,  id.  1,23:  Halló  menos  su  rucio. 

Allá  va  el  rucio  y  las  canastas,  c.  71. 

Guardar  el  rucio  para  otro  alarde;  guardo  el  rucio:  guaríi 
(a  rucio  para  otro  alarde),  c.  301. 

Montarse  en  el  rucio,  cutre  charros  enfadarse. 

Perdido  ha  la  rucia  los  saltos.  (El  cansancio  y  vejez  úta^, 
c.  337. 

Rucio  rodado,  antes  muerto  que  cansado,  c.  483. 

Sea  rucio,  y  sea  cualquiera.  (Es  buen  pelo  el  cab3lIoa9Q.c24i 

Kuci-hapto.  Cab«.  p.  15:  Acá  lo  decís:  ruciharto  no  a 
comedor. 

Roc-ín,  dimin.  de  ruc-io,  «Es  el  potro  que  ó  por  no  tcno 
edad  ó  estar  maltratado  ó  no  ser  de  buena  raza,  no  ílegó  á  mereccf 
d  nombre  de  caballo.  En  la  lengua  laliua  caballuí  ^igiiiRca  loqut 
en  la  nuestra  rocín  ó  caballo  viejo  y  cansado»  (Covarr).  Qtdj*  1,1: 
Rocin  flaco.  Id.  1,19:  El  otro  de  las  riendas  de  su  rocino. 

MelaL  toscOj  ignorante,  malcriado. 

Al  giit  quieres  mal,  con  dos  rocines  tuertos  le  veas  arar;  y  d 
que  más  mal,  con  otro  par.  c.  36. 

Alquílame  el  vuestro  rocin,  que  tengo  cantusada  la  ropü, 
c.  45. 

Al  rocin,  la  carga  á  la  clin;  y  al  asnOf  la  carga  al  rabo.  c.  41, 

Allá  fué  rocín  y  manzanas,  (Es  variable;  «Allá  va;  Allá  íri; 
Al]á  fué  rocín  y  manzanas»),  c.  71- 

Allá  va  Sancho  con  su  rocino,  dicen  que  éste  era  un  hombre 
g^radosOj  que  tenía  una  acá,  y  donde  quiera  que  entraba  la  metti 
consigo:  Usamos  de  este  proverbio  cuando  dos  amigos  andan  sJetU' 
pre  juntos.  Covahr,  Lo  mismo  en  L.  Fernández,  en  el  Viaje  entrfL 
y  en  Saníillana:  Topado  se  ha  Sancho  con  su  rocino.  De  aquí  tomfi 
en  parte  Cervantes  la  idea  de  su  Sancho.. 

A  quien  mal  deseas,  un  rocín  le  veas;  y  á  quien  más  mat  m 
par.  c.  1 7. 


130.  rocía. 


543 


A  guien  mal  quisiera,  an  rocín  !t  aü^aes;  y  á  quien  más  mal 
un  par.  c.  17. 

A  rocín  viejo,  cabezadas  nuevas,  de?  viejo  que  se  atusa. 

Aia  corto  y  piensa  íargo,  y  harás  de  rocín  cabaílo.  c  65. 

Aunque  se  aventuren  rocín,  y  manzanas,  decisión  en  el  obrar 

riesgo. 

Oí  rocfn  á  rocín.  (Lo  que  de  iilIs  ú  menos),  c.  531.  Caceh.  ps, 

\\U.  Vcnfjan  de  rocín  á    ruin.  Lis.  y  Ros.:  4,3:  Siempre  vamos, 

I,  d«cayfndo  de  las  costumbres  de  los  pasados,  de  rocín  ¿  rute. 

Echar  quiero  mi  rocín  de  casa  en  casa,  que  no  quiere  comer 
c.  MU 

El  rocín,  á  la  crin;  el  asno,  al  rabo.  (Quiere  la  c.irga).  c.  107. 

E¡  rocín,  en  Mayo  vuélvese  caballo,  c.  107;  qtie  hay  inuchi 
rierba. 

El  roela,  para  polvo:  ia  muía,  para  lodo;  el  mulo,  para  iodo,^ 
107. 

Encontrar  Sancho  con  sa  rocina  que  uno  dio  con  otro  su  igtial" 
bumor,  mañas,  etc. 

Enfrenas  te  rocín,  porque  no  enfrenas  le  vín.  (Imita  la  habla  _ 

csdranjcroSj  que  mudan  et  artículo  e^cn  le^  y  oirás  sílabas) 
124. 

Es  un  rocín,  bruto. 

ir  de  rocín  d  ruin.  (Del  que  va  i  menos),  c.  149. 

Machos  rocines  viejos  vemos  cargados  de  pellejos  de  corderos. 
476. 

A7  rocín,  ni  moza  ruin.  c.  215. 

Paes  ara  et  rocín,  ensillemos  et  buey.  c.  404;  no  Iraslrocar  las 

Quien  tiene  rocín  y  barragana,  tiene  rain  noche  y  peor  ma* 
ana.  c  342. 

Quien  tiene  rocín,  y  no  sillo^  primero  que  cabalga  lo  saben  par^ 
villa,  c  342, 

Rifaban  los  rocines  del  vidriero,  jr  él  mirando  cual  daba  mejor ' 

al  compañero,  c,  480. 

Rocín  de  Btude,  ni  moza  dt  Talces,  no  me  la  atroces^  ó  alú' 
St  ó  aconsejes,  c.  481. 


^ 


544 


ÜKKtLN  V  tfIRA  DEL  tCNÜUAJK 


Rocín  de  un  establo,  que  ni  tiene  pariente  ni  hermano.  (Del 
bravos  que  no  canfijenten  compafiía,  caballos  ú  hombres),  c.  4S1. 

Roein  y  mamarias.  (Lo  que  aventurarlo  todo)>  c«  622* 

Rocfn  y  manzanas.  Ada  fué  rocín  y  manzanas.  Echar  roch| 
manzanas.  (Pónese  el  caso  qite  uno  fué  al  mercado  con  carpí 
manzanas  y  le  avino  cticucriíro  con  la  moza  de  la  frutera  y  leí 
bargaron  lacar^ayc!  rocín,  y  allá  se  consumió  en  salir  de  la  can 
c.  4S1;  aventurarlo  todo,  Quev.  C.  de  c:  Diciendo  que  si  [ehad 
habían  de  ir  rocín  y  manzanas  con  todos  ios  diabíos. 

Ser  un  rocín,  necio,  Qaij,  1,  pref,:  E[  amo  y  escudero  ó  rrap 
domo  /  son  tan  rocines  como  rocinante.  Esteban.  1:  Por  lo  cual  i 
he  juzgado  por  centauro  á  to  picaro,  medio  hombre  y  medio  ro 

Si  los  rocines  mueren  de  amores,  qué  fiarán  ios  hombres.  | 
la  Floresta  se  pone  por  dicho  de  un  galán,  que  se  le  niiirió  el : 
corriéndole  delante  de  su  dama),  c.  253. 

Voíver  de  rocín  d  ruin.  c.  311. 

Roein-^jti.  CoRR.  59:  Roi-ímcjos  agudos  y  pira  poca( 

Itaciii-^erísi,  dichos  necios  dí!Í  qtie  es  como  tm  rocín. 
Just  1,1:  De  oir  las  dichas  roncerías  á  rocinerfas  de  este; 
mancebo. 

Itocin-m*.,  hablar  neciamente,  como  un  rocín,  PiC.Ji6 
2,3,1,2:  Que  gusto  de  oirle  rocinarj  digo  razonar. 

/V-proc-ina  i-,  ser  conio  rocín,  embrutecer,  enamon 
ciegamente.  Jineta  p.  10:  Está  tfín  í^ordo  {el  caballo)  y  tan 
nudo,  poniendo  la  carne  tan  mal  piiesti.  A'c, /«sí,  2,2,4,4: 
arrocinado,  eso  sí,  era.  Qonq.  Rom.  bnrl.  3:  Era  arrocinado) 
cara  y  carigordo  de  piernas.  Id.  3:  Es  cólera  de  que  escriben  /i 
tores  arrocinados. 

En  Argentina  amansar  enteramente  un  caballo.  Se  dcraa  • 
potro,  se  arrocina  un  redomón.  También  como  reflexivo. 

Itiich-o^  en  Aragón  pollino,  variante  de  rucio,  por  el  i 

Roeio,  de  rucio,  de  ro^cidus,  ro>  rorií.  Li  humedad  que 
frío  de  ía  noche  condensa  en  gotas  sobre  la  hierba,  etc.  UllokPob 
pi.  IQ3:  El  rocío,  á  quien  sucede/tanta  amenidad   norida,/sin  qo 
la  selva  le  pida,/el  alba  se  le  concede. 

Generalízase  por  lluvia  provechosa.  Quij.  1,52:  Aquel  aflohl 


Uu.  rociar. 


545 


ibes  negado  su  n>cÍo  á  U  tiena.  Id.  2,20:  Sin  acudir  i   \t 
el  convcnienl<  rocío» 

Ki  ayuda  divina.  Rivad.  5-  Ani.  Atad:  Con  lau  llamas  de 
ibidinosos  un  incedio  infernal,  que  no  se  pudía  apagar 
in  roclo  de)  cielo. 
)nduras  riícío  ó  rubicán,  aplicado  al  caballo. 

ir,  de  roci-o  vulgar  y  auí.  ruciar  de  rucio;  en  Aragón 
r,  rujiada,  rojiar,  cal.  ruxar.  Ir.  arroser,  piov.  arrosar, 
caer  rocío.   Monter.  Alf.   1,2:  Cuando  acaesce  que 
media  noche,  y  de  la  medi.t  noche  adelante  rocía  fasta 


derramar  suavemente  agua  ó  algún  licor  ú  otras  cosas. 

Rocié  esle  aposento,  no  esté  aquí  algún  encanlador. 
jaíat.  5;  Con  el  .igua  de  la  fuente  le  rocié  el  rostro   con 

;>s  perdidos  espírilus.  Cacer.  ps.  67:  No  has  de   parar 

flusptéial  pecador  cotivcftido.  que  los  rociará  y  mo- 
angre  de,  D.  Veoa  Disc.  Fer.  6  dom.  !  atar.:  La  sangre 

íaban  el  pueblo,  Oran.  Mém.  2,&:  Rociarme  héis.  Señor, 
)  y  seré  limpio. 

üev,  Entrem^:  Los  demonios  y  condeníidos,  que  le  vieron 
Jo  á  ruciarlos  de  dueñas.  A.  Alv.  Sih.  Qaasim.  Í4  c,  §  2: 
o  ruciado  de  marto  ajena.  Hortehs.  Cuar.  /.  130:  Para 
i  prisión  al  contrario,  también  los  rociaban  de  arena,  para 
ir  alas  manos.  Qjev.  Fort,:  Habian    pues  flechado  den 

estos,  rociando  de  estaleía  á  lodo  eliugar.  Araac.  3,50: 

I  por  de  dentro  la  celada/de  los  bulientes  sesos  rociada. 
UoH  Casad.  12:  Vístese,  almízclase,  aderézase,  rocíase 
f  al  fin  si  luiy  algo  que  no,  abó^rase,  mátale. 
kda.  acción  y  efecto  de  roci-ar.  Ám.  Uber.:  Y  i  la  pri- 
I  mató  más  de  diez  turcos.  Pk.  JasL  2,2,4,4:  Duró 
áo  la  rociada  de  palabras.  Sakoov.  H.  Cari  v,  22,38: 
Ilesas  las  rociadas  de  la  arcabucería  imperial.  Cuo. 
poes.:  Los  prados  con  su  fresca  rociadft.  Oviedo  //.  ¡nd. 
ín!e*  una  rociada  de  ariillcria.   L.  Osac.  Crít  1,11: 
pede  hacer  una  roaada  de  pcrdi^ncs. 
ilünnuración  ó  rcprcn^óa.  O.  Alf,  1,2,3:  Dio  utu  ro- 


546  Origen  v  vida  del  : 


ciada  por  los  eclesiásticos,  prelados  y  beneficiados.  Id.  l,2,5:DüiiBll- 
una  rociada  de  leña  seca.  ■■' 

Como  una  rociada,  de  lo  repentino.  I 

Le  echó  una  rociada,  le  avergonzó  en  público.  I ' 

Rociel-ap,  caer  rocío  que  luego  se  hiela  (Patencia).         I 
En-Fociap,  rociir.  Tesoro  1671.  ■ 

Kuci-ap,  en  América  y  en  España  vulgar,  como  rociar.  Bqn 
Sacrif.  87:  Con  ysopo  de  yerba  todo  lo  ruciaba.  Colcha  Tíu:  h 
9S8  Duay  1629:  Ruciado.  S.  Fiquer.  Piaz,  f.  336:  Aunque  9rfd 
los  rucien.  I 

Kuci-ado,  del  caballo  rucio  rodado,  en  algimas  partes.     I 
Riici-ada,  por  rociada,  vulgar,  y  en  el  Tesoro  de  1671  pM 
rocío.  BüRC.  Mil.  24Q:  Níl  veiie  sol  nin  luna,  nin  buena  ni^dL    m 
Kujio,  en  Aragón  por  rocío.  ■ 

Ri^iap.  pujap,  en  Aragón  regar  con  agua,  es  decir  rodu 
Ruji-ada,  puy-ada,  en  Aragón  por  rociada,  golpe  dfl 
lluvia,  reprensión  agria.  I 

Ruji-azo.  en  Aragón  como  rujiada.  ■ 

Rujo,  varimfe  de  rucio  en  Ara?;ón.  Corr.  304:  Barba  nu 
presto  puja.  (f:s  de  montanas  de  Aragón).  ■ 

Ruj»,  en  la  Litera  de  Aragón  picos  pardos,  variante  de  nidal 
Ros-ar,  en  Aragón  humedecer  el  trigo  después  de  aecbuM 
para  que  suelte  mejor  !a  harina  al  molerlo;  variante  de  rujar  y  rodlH 
Ros-ado,  en  la  capa  del  caballo  vale  lo  que  ros-illo  ó  rox-flfl 
ó  roc-illo,  por  contaminación  de  ros-a,  pero  que  nada  tiene  que  «efl 
con  este  vocablo;  sino  que  viene  de  ros-ar,  por  rociar.  En  Colombíl 
rubicán,  mezcla  de  castaño  y  blanco.  I 

Ros-illo  ó  rodillo,  diminutivo  de  rucio,  canillo  como  qÁfl 
dice,  del  ro3-ar,  ruj-ar.  Corr.  2!  5:  Ni  hovero,  ni  rosillo,  ni  adadfl 
ni  morcillo.  Lope  fmp.  Otón  VI,  p.  500:  El  Duque  en  un  rosÉI 
per  la  arena/entra  gallardo.  a 

Roc-illo,  ó  el  caballo  negro  entremezclado  con  blanco,  dnfl 
una  mezcla  canosa  ó  rucia,  en  América;  rocillo  plateado,  del  lüc 
en  que  Sfibieabunda  el  pelo  blanco.  Es  el  rosillo,  pues  en  Cubt 
le  ¡lanía  así,  habiendo  además  rosillo  almacigado,  enjabonado,  i 
RoS'r."'^  rsc^LtcXv^L,  ^cimo  rociada  y  rujada,  vulgar  en  / 


130.  verraco. 


5A7 


I,  Navarra,  etc.  G.  PcRE2  Odis,  14;  Una  nieve  menucb,  seme- 
\e/á  la  rosAdn  fría. 

VerrOr  en  la  Litera  de  Aragón  ql  verraco,  vcrra  Ta  hembra 
tinada  á  la  reproducción.  Es  el  verrcs  latino,  y  de  verro  salió 
Taco. 

Verp-ap,  en  Boal  de  Astur.  verrear,  reñir,  de  verr-o,  yerres. 
Vcpp-eap,  grunir  el  verr-o  ó  verraco;  pero  dfcese  larnbién 
bramar  los  vecerros,  balar  mucho  las  ovejas,  reñir  enojado,  llo- 
•  d  niño  reclámenle.  Cor».  134:  Esos  campos  de  Molerás,  que 
I  campos  sin  venlura,  do  verrean  los  corderos,  las  ovejas  no  nin- 
,  QuEv.  Aftrs,  5  jac.  10:  Tu  te  apitonas  conmigo?/ hiédete  ri 
pobrete?  /  salgamos  á  verrear,  /  veremos  á  qirien  le  hiede. 
En  caló  jerg.  confesar,  delatar.  Verrearst,  contar  lo  que  no  se 
e,  delatar, 

VepP-itlu,  bramido  y  voz  del  que  verraca  en  todas  sus  acep- 
nes,  voz  íueríe  y  lar^a,  disparate. 

Veppa-co,  el  cerdo  padre,  aumentativo  euskérico  -ko  de  ve- 
cs.  Viaj,  parn.  5:  El  gran  colmillo  del  verraco.  Hcrh.  Agr.  5,37: 
e  laícshan  de  ser  los  verracos.].  Pm.  ^|r.  7,13:  Ei  bravísimo  co- 
5  del  puerco  significan  bien  los  de  nuestra  iierra,  diciendo  qne  líe- 
verraco  el  que  estí  embravecido  y  •rabioso  por  matar  á  olro. 
Vcppaiiu-cpa,  üoro  con  rabia  del  niño,  como  verraquean- 
f,en  Cuba  embriague/. 
Veppuqu-C'ap  gruñir   el  verrac-o,   y  melaí.   dar  scftas  de 
ijo, gritar  el  niño  llorando  reciamente  y  con  rabia. 
%^epp-iti,  cJimin.  de  verr-es,  y  dicese  del  que  se  enoja  y  ve- 
como  el  puerco,  como  el  niño  que  llora,  se  emporra  y  toma 
i;  e&ti  hecho  un  verrín. 

Vepplii-che  dimín.  de  verrin,  enojo  ciego,  como  del  nífto 
mal  humorado.  Diólc,  tomóle,  tomó,  cogió  un  berrinche. 

Tepplncli-Apsc,  encolerizarse,  mayormente  los  niños, 
idose  un  bcrríncb-e.  Lope  Rosar.  U.  550:  Y  no  me  haga  ena- 
nchar. Id.  S.  Isidoro  IV.  575:  No   vivas  emberrinchado  /ni 
»  lus  penas  más.  Id.  Lat>r.  vent.  VIII,  33:  Que  ya  estoy  /  em- 
nchado  con  ellos. 
Vcrr-enoU-in,  vepr-inch-iu  dimín.  de  verrinch*e,  y 


548  Orioen  y  vida  dcl  lenoüaje 


con  el  mismo  valor;  coger,  tomar,  darle,  tomarle,  cogerle  un 
rrenchín,  enojarse,  sobre  lodo  el  niño. 

Se  murió  de  un  venenchin  como  los  gorriones, 

En-veprenchin-aFse,  enojarse,  emperrarse  como 
verrenchfn. 

Vepr-uelo,  en  Grado  de  Astur.  en  celo,  caliente,  de  va 
verres. 

Vepp-ón,  verr-aco,  aument.  -on,  como  verraco,  de  va 
verres.  Alex.  380:  Vertie  fuego  é  flamma  cuerno  puerco  verrfi 

VarP-ienta,  en  Álava  celosa,  de  la  puerca,  por  venio 
de  verr-o,  verres. 

Verri-ondo,  como  turí-ondo,  sabi-ondo,  el  puerco,  cui 
está  en  celo,  y  las  hierbas  marchitas,  malcocidas  y  duras;  de  va 
QuEV.  poem,  her.  1:  Verriondo,  los  ímpetus  de  esposo. 

VepPÍond-ez,  celo  del  puerco,  y  de  la  hierba  man 
mal  cocida. 

Veppug^a,  de  verruca.  Quij.  2,14:  Toda  (la  nariz)  llem 
verrugas.].  Pin.  j4£T.  27,17:  Si  queréis  que  una  verruga  ó  un  c 
ó  callo  se  os  seque. 

Metaf.  persona  ú  otra  cosa  que  molesta  y  de  que  no  nos  pe 
mos  librar. 

Veppug^o.  tacaño  y  avaro,  de  verrug-a. 

Hecho  un  verrugo,  frío,  helado. 

Verpug-oso,  que  tiene  verrug-as.  J.  Pin.  Agr,  27,1' 
ansi  por  más  berrugosa  y  callosa  de  mala  costumbre  que  tcngí 
conciencia. 

Veppugu-eta,  flor  de  fulleros,  apretando  los  naipes  si 
la  haz  con  la  cabeza  de  un  alfíier,  que  señalase  una  verruguilla 
el  envés,  para  reconocerlos.  Pedro  Urd.  1:  Verrugueta  y  ballesli 
/  jugaba.  Rinc.  y  Cort:  El  raspadillo,  verrugueta  y  el  colmiUfl 

131.  El  color  de  las  nubes  dio  nombre  a!  pardo  ó  amarílli 
que  se  dice  orí,  nombre  de  este  color  y  de  la  nube,  es  decir  i 
revuelto  como  el  de  la  revuelta  nube,  como  el  del  tiempo  ni  sol 
ni  lluvioso.  No  es,  pues,  propiamente  nuestro  amarillo,  sino  el 
grisáceo  de  un  día  revuelto,  y  amarillento  pardo  por  los  ny 
sol  que  se  entreveran  con  las  nubes.  El   verbo  cor-respondíc 


132.  orto. 


549 


sr,  «nianllíar  es  orí-tüt  hacer  lomar  ese  color  orl-arazi,  ama- 
tolo  úri'koit  ú  ori-kara,  que  liende   á  ese  color,  ú   oriska, 
^zka,  ori-chto,  diminutivos,  la  cualidad  abstracta,  digamos  ama- 
ori-tasun.  El   color  bermejo  ori-gorri  es  mezcla  de  rojo  y 
irillo,  casi  ó  sin  casi  el  anaranjado,  que  es  el  que  entre  ellos  se 
I  en  la  serie  de  los  colores. 
tCl  calostro  ori-tz  por  su  color.  El  cardenillo  y  el  lunar  orí-/i, 
fíñ,  diminiilivos,  lunar  or-ei;  la  peca  orU-ta,  ort-z-ta,  pecoso 
z-tOf  ores-tan,  donde  hay  oriz,  por  el  color  propio.  El  verde  se 
bd  ori-ardin,  y  es  el  amarillo-azul,  como  que  de  hecho  se  billa 
^e  estos  colores.   El  anaranjado  y  el  verde  se  nombraron,  par 
o,  indirectamente,  por  composición;  el  rejo,  amarillo»  a^ul  tienen 
obres  propios,  íomndos  de  la  naluralezA:  e!  rojo,  de  la  sangre  y 
piel;  ct  amarillo,  del  día  revuelto  y  rayos  de  sol  que  atraviesan 
nubes;  el  azul,  del  agua,  el  azul  marino.  Esto  nos  muestra  que 
de  los  colores  les  era  bien  conocida  en  su  orden  serial  rojo, 
^lanjadn,  amarillo,  verde,  azul,  añil,  violado. 
El  musgo  que  Titancha  los  árboles  díjose  or-et-dui,  or-oI-dL 


p2.    Orla,  de  «eruginem  dice  Ktirting;  pero  hubiera  dado 

(Hes  nn  diminr'"o  -í/i  de  orí  amarillo  ó  grisáceo,  el  orín,  orein 

denillo  y  el  hunr  en  euskera^  como  or-doi,  or-dai,  or-itz  moho, 

|Orin  propio  de  toda  of't  masa.  Es  el  moho  de  cualquier  metal  y  de 

i  cosas.  Qui¡.  2,7:  Estaba  más  oscura  (la  celada)  por  el  orin  y  el 

Laq.  D/í>iC.  "3,53:  El  orín  en  el  hierro  es  lo  mesmo  que  el 

nillo  en  el  cobre,  y  llámase  en  latín  rubigo  por  la  roja  color 

i  tiene. 

\HttQf.  ¡  ■       "    A.  Alv.  SHv.  Dom.  $ex,  6  c:  Oaslado  el  orín 

pccau  \..p.  MO:  Si  no  salts  de  pecado  y  os  dejais  criar 

I  en  los  vicios  loda  la  vida.  D.  Vcoa  5.  Cruz:  Tiene  mohosa  la  e^ 

i  de  su  jtislicia  V  Urna  de  polvo  y  orín.  Gran.  Mem.  2,4:  Sudas- 

trabsjasies  por  tltmpiarme;  y  con  todo  eso  no  salió  de  mí  el 

de  mis  vicio?. 

I  Tomar  orin  ó  tomarse  de  orín.  Zamora  Mon.  mist.  píe.  3,  t,  3, 

b.  ti:  Ni  el  pirata  anda  en  corso  ni  el  orfn  loma  los  metales. 

1,1:  Armas,  que  tomadas  de  orín. 

¡Orln-ecer,  lomarscdcorfn.  ¿£5._y /?05.  5,2:  A  quien  nue** 


550 


ÜRIQEW  V  VIDA  bCL  LtNQUAJt 


Iras   armas  no  dqa  orinecer.   Lucían.  Vita  beai.    ¡' 
vender    la  vida  de  PJroriicias  su   camarero,  los  ronu.--.    .^ 
dieron,  salud  queremos  á  íjiiien   nuestras  armas  nú  (leja  orinecer^ 
Partid.  1,4,56;  Ca  si  los  ficiessen  de  fierro,  orinecerec  hian  aína*  < 

Orin-lenlo^  que  tiene  orín.  J,  Pin.  Agr.  14,38;  Cunndol 
flores  de  las  selvas  esián  mohosas  y  orinientas  ó  denegridas  de  i 
bladas.  Lis.  y  Ros,  8:  La   oira  orinienta,  sucia,  estropajos». 
Süv.  Nacim.  í  c:  Pedacillos  de  oro  ó  de  plata  orinientos  y  mallfl 
lados.  Aval.  CíjjiÍ. /irme.  3J  3:   M^s  cslando  en  ocio,  como 
orinientas  están  las  cosas. 

Ori-ento,  como  orin-iento,  del  primitivo  ori  cuskérico. 
Alv.  Silv.  Dom.  sex.  5  c.  §3:  No  es  aaí  por  cierto  nuestra  lenga 
antes  es  espada  bota  y  orienta. 

OF-micnto,  levadura  ó  recentadcro{Pa]enda),como  orn 
en  etiskera  levadura,  y  oramai  mesa  ó  artesa  de  amasar:  tal  vt 
mismo  ormietito  que  veremos  después,  con  sufijo  -mcnt-e,  -micnt^ 
A*  Alv.  Silv,  Dom.  sex.  3  c;  Compara  su  idno  de  los  cielos  il_ 
orniieiito  ó  levadura. 

t33.  La  mancha,  la  pinta,  la  peca,  la  cicatriz  dicense  or-i 
de  ban  distinguir,  lo  distinto,  es  pues  cosa  como  masa  apelolontib, 
que  está  separada  y  distinta  de  aquello  donde  campea,  indúk  mirabat 
Qrban-baga.  diana  neskea  gaizpa^a,  dame  una  picaza  sin  p¡nu,j| 
te  daré  moza  sin  mengua,  orbanik  bokoa  inmaculada,  orban-i 
manchar,  orban-dan  pecoso,  orban-tsu  virulento,  pecoso,  picado  de 
viruebs;  orbain  lo  mismo,  orbain-da  presentar  cicatrices. 

Orban-cja.  Personifíci^ción  del  ma[  pintor,  que  no  sabei 
que  emborronar,  diminutivo  despectivo  de  Qtbsn  mancha,  lun 
Qttij.  2j3:  Como  hacía  Orbaneja,  el  pintor  de  Ubeda.  Id.  2,71:  ^ 
pintor  es  como  Orbaneja. 


134.    Con  rr  fuerle,  como  orr-a  vale  ahí,  i  ese  que  está 
en  torno,  solo  se  dice  orr-c,  por  or-e,  masa,  pero  dando  á  entend 
mayor  intensidad  en  el  movimiento,  biltzen  dirá  eía  egikM 
orre-baí  se  recogen  y  se  forma  una  masa;  orra-ta  amasar,  rccog 
escardar,  orrantz  levadura,  orra-barr-o  masa  que  se  recoge  con  I 
ntsquetá,  la  desperdigada.  Ese  valor  de  rr  fuerte  se  vé  cUno 


13!>.  Itúrrura, 


551 


T'Odtt  orr-ache,  orr^azí,  que  significan  peine  para  la  lana  ó  en 

ínü,  es  Uecir  punía  que  se  mueve  cogiendo,  quitando,  y  on-atz 

alfiler,  anzuelo;   peinar  orraz-ta,  orraz-ia-ia,    orraza-ta, 

xít-ta-tu.  El  iiusmo  orraz-tu  vale  barajar,   donde  se  ve  la  idea 

volver.  El  panal  ó  masa  de  rniel  orrach,  orrazt,  con  c!  mismo 

ibre  del  peine,  y  onaz-i  peine,  cuñas  del  telar  y  del  carro,  cs- 

y  panal. 

ji  escardadura   es  i'úrra,   afía'íorra'fi   e&cardando  el   maiz, 
/,  iorrai-aitíur,  iorrai-ko  escardillo,  iorra-ta  escardar. 
Díccse  del  moverse  uno  mucho  y  todo  i\,  que  liembla  y  se  me- 

como  la  hoja  en  el  árbol.  A  la  verdad  no  3iay  cosa  que  así  %t 
lee  como  ta  lioja,  á  poco  que  eslé  movido  el  vienlo.  La  hoja  se 
ó  orr-j,  de  quien  es  propio  el  orr,  el  mucho  moverse.  Seroja  ú 

aida  y  la  roña  del  Irigo  6  maiz  es  or-btt^  orbel-erriko  ligero  de 

is,  iil.  tierra  de  serojas,  orrí-ka  por  hojas,  orri-kara  temblor,  lo 
o  hs  hojas,  orrUlo  ho|:is  de  pfanta  madura,  orri-utdtt  deshojar. 
Or-katch  es  la  horquilla  de  dos  púas,  el  dedo  pequeño  de  algu- 
aniínalcs   la  espuela,  or-katz  la  agalla  del  pez,  la  peziiñita   tra- 

de  perros  y  bueyes^  el  espolón  del  gctllo,  la  pala,  los  mogotes  4 
«s  anuales  del  corza,  el  corzo  ó  gamuza.  Orkai,  or-koí  la  bor- 
ide  rápalo  ú  or-kc,  or-ket,  d  apto  para  coger  en  lomo. 

^r-ma  es  la  pared  anlíquasinia  española  de  tapial,  y  el  hielo,  es 
r  lo  que  loma  or,  norensabcíelik  itki  da  orma?i\fi  qué  vienire 

la  helada.  Aire  helado  orma-aUe,  parietal ia  orma-belar,  helada 

ó  negra  orma-beHz,  el  tapiaior  orma-gins^^  de  Upialci  orma- 

\  d  calamoco,   canelón  ó  cerrión  orma-kizki,  orma-Undirí, 
zin,  orma-ziztor,  p.ircd  seca  orma-tegor,  temporada  de  hela- 
orma-te,  helar  orma-ta,  gorrión  orma-tchori  6  pájaro  de  pared. 

35.  Ilorr-ura,  con  h  por  falS4  etimología  de  horror,  es  It 
tdad  que  sale  de  algo,  escoria,  maleza  del  boiqíic,  ele;  de  orri- 
»mo  quien  dice  barreduras.  HtRH.  Agr.  4,3:  Si  la  cuecen. ..  y  no 
(el  aeun)  horruras  en  lo  hondo.  Zamora  Mon.  míst,  ptt,  3» 
V..*  El  hijo,  cuando  sale  del  vientre  de  su  madre  cnvucUo  en 
en  sangre  y  en  horrura.  Av*i.a  Caza  32:  Por  remondar  las  tri- 
d  buche  de  Ea  horrura  de  la  sangie  de  tus  palumínos  que  co- 
J.  Pw.  Agr.  4,31:  Yo  me  admiro  cómo  no  se  nos  denan  lot 


tragaderos  ó  gargueros  con  ías  horruras  que  sería  razón  que  se  Id 
pegasen  al  pasar. 

Metaf.  Carh.  p.  332:  Limpiar  i  los  miembros,  cuya  cabeza  h, 
de  la  horrura  de  sus  pecados.  Id.  p.  345:  Sois  la  basura,  los  muli» 
dares  de  la  república,  las  horruras  del  mundo.  D.  VeoA  SantiagK 
AIH  dejaron  toda  su  malicia  y  horrura.  P.  Veoa/jí,  5,  v.  22  y  23, i' 
3:  Ciudad  poblada  de  las  horruras  del  mundo.  Zamora  Mon.  nM 
pte.  2, 1.  3,  pte.  2.  Simb.  6:  Así  como  el  mar  siempre  está  echanib 
de  sí...  un  argazo  podrido...  así  la  voluntad  mil  horruras  echa  por 
todas  las  potencias  y  sentidos.  Berc.  5.  Dom.  470:  Ca  suelen  tale 
mozps  Fablar  muchas  orruras. 

Opp-esca,  horrura,  de  orra-tu.  Alex.  220Q:  Muchas  otrtt 
orrescas  tan  ma?as  é  peores. 

Orp-e,  del  mismo  orratu,  ó  probablemente  el  orre  masa,  e» 
kérico;  á  granel,  en  masa,  como  quien  barre,  cargaren  orreá  pi- 
nel,  en  náutica. 

Al-hopr-e,  usagre.  Tesor.  1671.  De!  orr-e  con  artículo 
arábigo. 

Al-hiipr-cca ,  espuma  sucia  del  mar,  de  tas  hierbas,  de 
Ibid.  Del  mismo  alhorre. 

Hopro.  En  árabe  jhurr,  horro  de  servidumbre^  libre,  nacido (■ 
libertad  (P.  Alc),  Hber  (R,  Mart,).  Pudo  y  hubo  de  terciar  <* 
raíz,  que  solo  indica  libertar  al  esclavo;  pero  las  acepciones  vulp- 
res  y  el  haberse  formado  derivados  como  ahorrar,  dan  i  entewlff 
que  la  base  etimológica  está  en  el  euskaro  orra  quitado,  libre,  Drrflfi^ 
i-orratu  limpiar,  escardar.  En  ei  Tes.  \t)7\  sin  h-.. 

Libre  de  cualquier  obligación^  exento.  Torr,  FU.  mor.  19,S( 
Nadie  tan  hidalgo  y  horro  de  oecho  como.  Rinc.  y  Corf.r  Yo  petfí 
que  el  hurtar  era  oficio  libre,  horro  de  pecho  y  aícabala.  Cabr^^. 
484:  Serán  lo  primero  seriaíes  de  que  ya  reina  sólo  Cristo  y  1» 
criaturas  están  horras  y  libres  de  servir  al  pecador.  Muñoz  526:  S 
por  arentura  el  poblador  de  Oreja  cviere  heredad  en  otra  twr» 
cualquier,  téngala  forra. 

Limpio.  Zamora  Mon,  misf,  pte,  3,  Purif:  No  se  conlerta  Dioi 
con  viarazas  de  devoción  ni  con  horros  de  espíritu,  con  darilBi 
grande  arremetida  en  la  vida  -spirilual  y  cansarse  luego.  Qay,  2;52r 
Gana  cada  día  ocho  maravedís  horros. 


135.  horro. 


551 


De  la  oveja  que  no  queda  embarazada. 
Ubre,  no  dependiemc  de  otro.  J.  Pin.  4^.  1 ,34:  Si  después  de 
ros  (los  esclavos)  fuesen  ingraíos.  Cel.  Extrem.:  El  [eslamento,  en 
il  dejó.,,  horras  las  esclavas.  Orao.  Mor.  f.  60;  Y  lomando  cl 
3  en  h  cabeza,  que  se  daba  en  señal  de  libertad,  se  pronunció 
esclavo  horro  de  los  romanos. 

En  Cuba  horro  ad|.  del  tabaco  que  por  malo  no  arde  bien. 
Darle  carta  de  horro,  de  libertad,  librarle,  dejarle  morálmente 
libertad,  desechar.  A.  Alv,  SUv.  Magd.  4  c.  ^  ]0:  Dando  al 
ido  su  carta  de  horro,  y  á  los  galanes  que  la  servían.  Mirones: 
punto  M  le  di  carta  de  horro  y  le  borramos  de  nuestra  cofradía. 
.  FU.  mor,  1,9:  También  doy  carta  de  horro  á  esotra  invención 
chiromancia  (no  admito).  D.  Veqa  Disc.  Ftr.  2,  Oom.  2  cuar.'. 
[  OShe  repudiado  y  dado  carta  de  horro. 
Horro  Mahoma.  (Con  ironía,  libre;  y  sin  elEa,  quedar  en  paz  sin 
C  633.  Y  añaden:  y  diez  años  por  servir.  Del  que  hace 
ita  de  estar  fuera  de  obligación,  faüindolc  mucho  para  haber  de 
iplir  y  quedar  libre.  Quev,  t'nírem.:  Si  yo  pedía  la  pócima,  mi 
|er  respondía:  tocas;  cl  criado:  ropilla;  y  el  esclavo:  horro 
loma. 

ir  horro,  tn  el  jiiego,  cuando  dos  hacen  el  partido  de  no  tirar 
i  envites  la  parle  que  el  otro  luviese  puesla  si  perdiese.  Quev. 
tK.  4:  Htzonos  gran  fiesta,  y  como  cl  y  los  miníslros  del  carretero 
>»B  horros...  pegóse  al  coche. 
Más  vaie  str  horro  de  Hamtte,  que  cautivo  Jl  de  AIL  (Por  hijo 
ii,  nombre  de  honrados  moros;  Hamete,  de  vulgares.)  c.  452. 
Satúr  ó  salir  horro¡  sacar  libre  i  uno  y  sin  pagar  lo  que  adeu- 
otros  en  un  mismo  negocio,  ó  salirse  de  él  sirt  pagar  su  parte. 
Üorr-ar.  libertar,  perdonar,  [Tesor.  1671),  de  horr-o- 
HorT'arse,    consérvase  en  Honduras,  Colombia,   de.    como 
vo  por  quedar  la  vaca  ó  la  yegua  sin  cria,  muriéndosete  antes 

á  ser  cabeza,  es  decir  quedar  suelta  de  su  cría. 
orr-O,  posv.  de  horr-ar.  soltura,  libertad.  Carc.  Sev.:  Que 
de  haber  en  mi  cárcel  horro  de  ladrones.  Laber.  amor,:  Cl 
horro  bizarro. 

horrro,  en  Aragón  el  que  camina  solo,   y  el  sin  peto  en- 
de honxi  suelto,  quitado  de  cosas. 


¡^^ 


554 


ÜKJOrN   V    VIUA   UCl    LINOUAJC 


A-hopr-ar,  ha  sustituido  a!  simple  horrar. 

íntrans,  de,  estar  ó  quedar  exento^  quito  y  suelto  de  algo, 
casar  de.  Tirso  PreUnd,  1,12:  Ahorremos  úc  "         -nios.  Qi 
2|52;  Ahorrad  de  vueslros  suspiros.  Col.perr.:  i  -;..-^  un  fortai 
coloquio  por  ahorrar  de  dijo  Cipión,  respondió  Berganza.  Qaij. 
21:  Verás  cuan  sin  iiablar  palabra,  por  ahorrar  del  tíeinpo« 
yo  esta  aventura.  Id.  2,17:  Pudieras  ahorrar  desta  diligencia 
1:  Considerando  que  á  pocos  golpes  lalei  el  ciuel  ciego  aho) 
mi,  quise  yo  ahorrar  del.  M^RrANA  //.  E.  14,6:  Con  poco  tnbajo  f 
cosía  ahorraréis  de  grandes  tempestades.  Quev.  Tac.  3:  Poríhofor 
de  cuidados.  Persií.  1,10:  Por  ahorrar  de  tiempo  delcrminú. 

Trans,  quitar,  sobre  lodo  de  la  ropa,  desarropar.  ].  Enc.  2, 
Quizis,  sí  ahorro  cT  gabán,  y  á  las  maiios  he  la  porra. 

Evitar,  excusar.  Qaij,  1,25:  Será  ahorrar  tiempo  a  mí  ida  y  vi 
ta.  Id.  2,1:  Ahorraréis  la  vuelta.    Id.  2,18:  Cuando  v.  m.  quili 
ahorrar  caminos  y  trabajos  para.  Fd.  1,6:  Etla  ahorró  U  escal 
díó  con  ellos  por  la  ventana  abajo.  S.  Ter.  Cqüc.  2:  Que  ihocrai 
mos  hartas  culpas  y  hartos  trabajos. 

Con  dativo.  Calo.  Mejor  está  $.  estaba  2,5:  A  él  le  pcgabB 
y  á  mi  me  ahorraban  el  susto. 

No  gastar,  hablan  Jo  de  dinero.  Lope  Pertgr.f,  U6:  En 
cual  ahorrarás  dinero.  Saav.  Empr.  40:  En  que  suele  ahorrai  mm 
el  que  más  pródigamente  arroja  el  dinero. 

Entre  ganaderos  conceder  á  los  mayorales  y  pastores  cierto 
mero  de  cabezas,  horras  de  toda  paga  y  gasto,  es  decir,  hacerles 
rros  ó  quitos  de  ga5to. 

Hacer  libre,  ú  horro,  liberlar.  Qaij.  2,24:  Los  que  ahorran...  á 
negros...;  les  hacen  esclavos  de  la  hambre.  J,  Pin.  Agr.  1,34:  j 
esclavos  de  tas  iglesias  que  deltas  hovíescn  sido  ahorrados,  si 
pues  de  horros  fuesen  ingratos.  Bosc.  Cortes.  334:  Que  i  todo» 
esclavos  que  huyesen  de  la  ciudad  y  se  viniesen  para  él, 
de  ahorralloa.  ToRR.  FU.  mor.  24,7:   Que  si  habiendo  aho: 
algún  amo  á  sit  esclavo. 

De,  excusar,  evitar.  Quev.  Zah.:  Ellos  se  son  diablos  para 
para  otros  y  ríos  ahorran  de  trabajos.  Id.  Toe.  2:  Para  ahorrarlcB-] 
pesadumbre.  Tirso  Cond.  por  desc.  2,14;  Ahorrara  con  aquesto 
trabajo  á  la  justicia  /  y  al  verdugo  de  conlenfo.  Siou.  S,JerAa, 


135.  abonar. 


555 


:  Dice  que  por  lo  menos  su  tr3s!3d<in  tiene  este  provecho,  que 

:  de  grandes  costas  y  gastos.  Cald.  Sii.  Breda  3,8:  El  primero 

me  ahorró  /  de  decir  Dios  te  perdone. 

yylfjc.  con  lérmino  objetivo,   evitar,   excusar.  Giían.:  Traeré 

^do  que  no  me  han  de  dar  nada,  y  ahorureme  la  fatiga  del 

irlo.  Qu/y.  1,25;  V  se  hubieran  ahorrado  cl  golpe  del  guijarra 

f  coces.  Qucv.  Sueñ.:  Esio  rae  ahorraré  de  andar  después,  sí  he 

*  más  ab^jo. 

^n  particular  del  dinero,  no  gaslirseJo.  JAuRtiam  Bien  pensarás: 
ro  la  moneda. 
acers«  horro  ó  libre.  L.  Arocns.  son.  40:  Como  cuando  te 
tin  esclav^o  /  con  el  propio  trabajo  de  sus  manos, 
e,  quilindose  y  librándose.  Hita    1099:   Troxiéronlos  atados. 
;  non  escapasen,  /  diéronSes  n  la  diienna  ante  que  se  aforrasen* 
sembarazarse  ó  alijerarse  de  ropa.  U^se  mucho  en   Aragón 
oralijerarse  de  ropa.  Cabr.  p.  62:  No  son  sino  echar  ropA  fuera  y 
homrse.  D.  Veoa  Paráis.  S.  Barí.:  Cualquiera  que  salía  i  la  plaza 
I  coliseo,  donde  se  había  de  luchar,  ahorrábase  cuanto  podía,  por- 
fíe cl  competidor  no  tuviese   donde  poder  hacer  presa.  Id.:  Rara 
mir  i  esta  lucha,  sallan  tos  más  ahorrados  y  sueltos  que   podían. 
taÜír,  y  mientras  más  desnudos  y  despojados,  mejor.  Zamora  Mon. 
mití.  píe.  3,  Niev.:  Cuando  se  ahorra  el  cortesano  (se  viste  de  ligero, 
■n  verano). 

Con,  de  persona,  no  perdonara  andarse  en  miramientos  Cacer, 
pt  75:  Eres  lerribtc  para  quien  se  atreve  á  resistir  á  ti)  poder.  Y 
ndedn  en  llegando  á  ese  punto  no  se  ahorra  Dios  con  nadie,  y  nsl 
IHiéD  íe  hará  rostro,  Señor  roto?  Pons.  V,  Cr,pU  /.  /.  J,  c  20:  Ej. 

ti  amenaza,  con  nadie  se  ahorra  Dios,  aunque  sea  con  S.  Pedro. 
Iaac.  CHt  2,3:  Ninguno  se  ahorraba  con  el  otro,  nt  hermanos, 
hermanos^  ni  padres  con  hijos;  ¿pues  qué  seria  suegras  coo 
1»?  Id.  2,7:  Con  nadie  se  ahorra  y  con  lodos  se  viste,  á  lodos. 
I  quitando  las  ocasiones  del  mal  para  quedarse  con  ellas. 
i^UDCRR.  Ej,  Fer.  2  dom.  2  cuar.:  Su  rigurosa  justicia^  que  ni  s« 
lllona  con  sus  amigos,  si  se  descuidan,  ni  perdona  á.  Qucv.  Mía,  5, 
Itt/.  15:  Ninguno  hay  con  qnicn  se  ahorre/ni  perdona  i  su  señor. 

De,  desembarazarse  ó  librarse  de.  Qaij.  2,2-1:  Cuál  era  la  mejor 
Hrte.  Respondió  que  la  impensada...   para  ahorrarse  del  sentí- 


556  Orioen  y  vida  del  lenguaje 


miento  humano.  Id,  2,24:  Los  hacen  esclavos  át  li  hambre,  dt' 
quien  no  piensan  ahorrarse,  sino  con  la  muerte.  Lope  Teths  p.  1, 
3,15:  Se  ahorra  de  requiebros  y  promesas.  Guev.  Ep.  1^58:  Os 
ahorrárades  de[  destierro  que  padecéis  y  de  la  afrenta  que  sentiL 
QuEv.  Zah.:  Ha  de  venir  Lucifer  á  ahorrarse  de  diablos  y  de5p^ 
dirnos  á  nosotros  por  recibirlos  á  ellos?  Meno,  G.  Gran.  1:  Dejando 
los  heridos  y  embarazos  con  buena  guardia,  partió  el  marqwÉl 
ahorrado  contra  Aben  hítimcya. 

Desembarazarse  de  ropa  Lope.  Peribañ.  y  el  Com.  Oc.  2,8;  De 
mi  capote  me  ahorro/y  para  escuchar  me  asiento. 

Ahorrarse  entre  dos  que  juegan.  (No  llevarse  nada,  de  aquí'ir 
horros,  y  ahorrarse  es  quitarse  la  capa  y  vestidos  que  sobran  pan 
estar  ágil  para  hacer  cualquiera  cosa;  estar  ahorrado  el  que  está  eo 
calzas  y  jubón),  c,  5IS, 

Eso  me  ahorro,  el  que  se  vé  libre  de  compromiso,  por  que  le 
desatienden  ó  por  hallar  achaque. 

No  ahorrárseías  con  nadie,  hablar  ú  obrar  sin  temor  ni  ai- 
ramiento. 

No  se  ahorra  con  nadie;  no  se  ahorrará  con  su  padre.  (De 
interesales,  apretados),  c.  557. 

Ahopr-o,  posv.  de  ahorr-ar,  acción  y  efecto  ó  lo  que  K 
ahorra.  Quij.  1,48:  El  ahorro  del  cuidado  de  castigarlos.  Grac. 
Mor.  f.  183:  El  ahorro,  aunque  sea  de  cosas  de  poco  valor,  sude 
ser  muy  provechoso,  y  llegar  i  ser  caudal.  Barbad.  Corr.  vic.t  Siem- 
pre el  ahorro  de  los  miserables  es  como  el  caminar  de  Jos  perrtM^ 
que  andan  dos  veces  la  jornada,  primero  que  su  amo  una.  GaU,  I 
esp.  3:  A  la  hambre  y  al  temor  /han  dado  carta  de  ahorro  (ya  no  ¡ 
tienen  hambre). 

Ahopp-io,  libertad,  rescate,  liberación,  de  ahorr-ar.  CabU 
Serm.  2  cal.  Navid.  c.  1:  Así  como  no  hay  nueva  mejor  al  enfcnno 
que  salud;  así  no  la  hay  para  el  cautivo  tal  como  ahorno,  libertad. 

Horma,  pared  ó  muralla  de  piedra  sobrepuesta,  sin  mczda 
ni  lodo,  y  antes  tapial  de  tierra:  es  el  orma  euskérico,  toda  masi 
apisonada,  tapial  de  tierra,  hielo.  De  origen  prehistórico  en  Espafia* 
y  común  hasta  hoy,  su  nombre  orma  equivale  al  de  tapia,  amboi 
del  euskera,  y  se  confirmará  con  sus  derivados.  En  Plinio  (35,169) 
formaceus  pudiera  ser  una  coincidencia  ó  latinización  del  vocablo 


135.  horma. 


557 


iflol,  acomodado  á  forma,  que  más  bien  se  refiere  á  la  super- 
mientras  que  horma  dice  reladón  al  golpear,  apisonar.  María» 
'.  £.  i  7,1 3:  A  la  hora  le  hizo  cercar  una  horma,  pared  de  piedrt 
con  gran  vigilancia,  porque  no  se  les  pudiese  escapar. 
Molde  de  zapato,  sombrero^  etc.,  no  por  la  forma,  sino  por  d 
o.  QaiJ.  1,15:  Si  e)  zapatero  da  á  otro  con  la  horma.  Don. 
il.  1,6:  Con  una  horma  calzan  á  todos. 
En  Cuba  horma  es  vasija  de  barro,  cónica,  con  agujero  ó  faro 
•\  vértice,  que  se  lapa  para  echar  el  líquido  ya   preparado  en 
le  y  grano  de  azúcar,  y  se  deslapa  luego  para  que  purgúela 
I,  cuando  aquel  eslá  coagulado  ó  críslaljzada. 
A  horma,  á  montones  y  á  propósito,  conforme  á  su  elimologfa 
ipclmazar.  Laber.  amor.  I:  ¿Bernardinas  á  horma? 

íaí  horma,  ial  zapato:  y  á  tai  zapato  Jai  horma,  c.  19. 
Cada  ano  halla  horma  de  su  zapato,  ó  zapata,  c.  328.  HaWai 
uc  desea  y  es  de  ^u  humor;  ir<inicameiite  h:illar  quien  le  entlen- 
,ua  mafias  y  se  le  oporga  á  sus  intcnlos, 
Encontrar  con  horma  de  su  zapato;  haiíar  horma  de  su  zapa- 
524.  Pie,  JasL  2, 1,2:  Se  le  alegró  I2  pararilla,  viendo  que  ha- 
'encontrado  horma  de  su  zapato  (persona  de  su  humor).  Ovau.c 
Chile  4, 1 7:  Aquí  hallaron  los  españoles  la  iiorraa  de  su  zapato. 
Encontró  con  horma  de  &u  zapato.   (Topó,  bailó  quien  le 
i2ga$e).c.  125. 

Horma  de  $u  zapato.  (Cuando  uno  halla  oiro  tal,  6  mds  fuerte). 
195. 

¡Ser  horma  de  su  zapato,  que  Ic  corrija.  Corr.  I:  A  uno  mal 
pdo,  darle  otro  que  sea  horma  de  su  Tapato,  que  le  dome  y 

Topar  horma  de  su  zapato.  (Lo  que  -hallar,  encontrar  horma») 


jTópar  horma  de  sa  zapato.  (Otro  que  Ir  rinda.)  c.  611. 
I  Topó  horma  de  sa  zapato,  (Por  otro  que  le  vence.)  c.  422. 
I  Horm-ar,  en  Hondura»  por  ahormar,  de  horm-a. 
A-httrni-nr,  poner  en  horm-a  molde,  moldear.  Torr.  Fü 
ProL:  Cuyos  naturales  son  trabajosos  de  ahormar,  por  estai 
bos  al  molde  propio.  Qucv.  Taz,  4:  Que  cada  dfa  nos  las  ahor- 
ton  la  mano  de  un  almirez. 


558  Oriqcn  V  VIDA  del 


En-hormar,  como  hormar.  Tesoro  1071. 

Hopin-azo,  anment.  de  horm-a,  tapial  de  tiem,  propio  d| 
los  iberos  y  alabado  por  PHnio  y  Varron.  El  primero  dice  (35,48,  IJ¿ 
Quid?  non  in  África  Hispaniaque  ex  térra  parieles,  quos  appdbt 
formaceos,  quonian  in  forma  circumdatis  utrínque  duabus  faM 
fnferciuntur  verius,  quam  ínstruuntur,  aevísdurant,  incorrupti  iollíi 
bus,  ventis,  ignibiis,  omnique  caemento  fírmiores?  ídem  en  S.1^ 
doro  al  definir  el  formatum  sive  formafium,  variedad  de  nomW 
que  indican  haberse  acomodado  al  latín  el  euskaro  orma.  Vuni 
(Re  rust.  1,14):  Pared  que  se  construye  con  bloques  compueski 
de  tierra  y  guijarros  echados  en  un  molde,  como  en  España  y  enh 
■campiña  de  Tarento. 

Opma-cho,  variante  de  hormazo,  como  á  horma  en  O 
yantes:  la  falta  de  h~  prueba  ser  esta  efecto  de  la  falsa  etimologbfl 
horma.  Corr.  132:  Esas  risas  con  ormacho  para  mí  son  arrcgañoi 

Hopin-ig'o,  hopmig^u-illo,dimín.de  horm-a,  en  el  senU 
etimológico  de  apelmazar  y  amasar.  Guiso  de  avellanas  machacad^ 
pan  rallado  y  miel.  Lao.  Diosc.  1,142:  Las  buenas  viejas  suda 
hacer  ciertos  hormiguillos  de  avellanas  tostadas  para  asentar  el  cstf 
mago.  En  e!  Tesoro  1 67 1  pan  desmigado  con  azafrán,  todo  amasidB 

Tnmbién  los  granitos  mayores   que  quedan  en  el  amerillo  i 
cerner  la  sémola  ó  trigo  quebrantado  y  que  no  pueden  pasar  por  i 
caber  por  los  agujerillos.  J.  Pin.  Agr.  9,28:  Que  os  valdrá  másqi 
los  pistes  y  hormigos  que  os  da  vuestra  madre  antes  que  salgáis 
la  cama. 

Iliipniig^-ón,  aument.  de  hormig-o.  Argamasa  depidrezudn 
cal  y  betún. 

Oí-ni»,  en  naut.  ancla  de  orma  el  ancla  llamada  de  espentoa 
Del  coger  y  agarrar,  orma  en  euskera. 

Ori£i-oj-ap,  asegurar  el  buque  dando  fondo  á  la  espern 
ó  ancla,  de  orma.  í 


<>rni-iai*se,  entorpecerse  en  lo  moral,  del  orma  apretotti 
Pie,  Just.  2,2,4,2:  Nunca  fui  mejor  gata,  ni  jamás  me  ormié  (al 
encogí,  sino  que  me  atreví  y  robé  la  burra). 

Oriiii-ento,  entorpecido. 


136.  orzcr. 


559 


136.  Lo  de  orr  ó  revolver  cogiendo,  quitando,  es  or-tz,  orích, 
mbrc  de  Ta  dentadura  y  de!  diente^  del  arado  de  cinco  púa?  y  de 
púa  del  arado,  del  Iridenle,  de  los  dientes  del  cepo,  y  del  peldaño 
escalón  por  metáfora.  Es,  pues,  casi  como  orr-atz  aguja,  orr-ach 
inc.  Aideok  ex  arrln,  ortzak  nerekín,  bs  parienles  no  lejos,  los 
ntes  conmigo,  es  decir,  anles  son  mis  dientes  que  mis  pariente;, 
^zak  aoan  dafro,  dientes  tiene  en  ]a  boca,  dicese  de  los  de  malas  in- 
dores  que  no  pueden  realizarlas,  arí-orte  reja  del  arado,  orízaz 
ra  dientes  arriba  ó  boca  arriba,  orizekin  soriu  da  ha  nacido  con 

te*,  c»  decir  de  pies,  bfko*orÍza  la  dentadura  inferior,  iru-ortz 
■do  de  tres  púas,  iaii-ortz  de  cuatro,  bosi-orz  de  cinco,  ortze-ra 
sembrar  abriendo  la  tierra  con  púas.  Colmillo,  diente?  y  mtietas 
tz-agin.ortza-giñok  óicni^y  muelas,  ortz-biko  azada  de  dos 

,  ortz^-üra  en  aparceríi,  lil.  i  diente,  oriz-erro  raigón,  ortzez 
in  morder,  orUi,  orz-Í,  orzi-tu  sepultar,  es  decir  mcíer  en  tierra 
ivando,  orizik-aídi  mordedura,  ortzikQfdi-ta  morder,  ortz-ikara 
g\r  de  dientes,  Oftzi^kari  mordedor,  ortzi-ka-tu  morder,  roer, 
irri  el  de  dientes  salietitei,  ortz-katu,  orz-kata  morder, 
U-ki-dura  dentera,  ortzki-tu  producirla,  orza-U  sepullurero, 
/f/í/-A¿iítf  roer,  crugir  los  dientes,  í-í>rf;f  enterrar,  ó  €-crtzi,  cor- 
Ir,  eorZ'ie  enterrador,  eorz-toki  sepultura. 

Orx-ar,  poner  la  punta  de  la  proa  contra  el  viento.  Del  euskaro 
'tz  diente,  punta,  llanta  del  carro  que  se  clava  en  tierra;  cal.  orsa, 
ov.,  t(..  y  pg.  orza,  del  castellano- 

Orz*ada,  aceión  de  orz-ar. 

Orz-a,  es  un  tablón  ovabdo  en  el  buque  para  contener  la 
iva.  CovARií.:  Ir  el  navio  i  orja,  ir  lecoMaüo  de  un   lado  para 

"■  "mar  el  viento,  que  no  te  virnc  derecho,  y  así  íe  pune  la  vela 
nenie,  t'osv.  de  orz-nr  á  porier  la  puma  de  la  proa  conlra  el 

lo.  á  orza  hacín  H  viento.  QuiJ.  1,41:  Llevando  un  poco  á  orza 

fi;i  -'n.  Persii  2,15:  A  orza  por  delante  de  nosotros  pasaba.  O. 
\(/.'2.l,^-  Colación   y  vino  admirable,  coi  que  puestos  á  orza  se 

iron  dormir.  Qutv.  Cosa.  loe.  amor:  Tratan  sombreros  á  orza 
ue  ellos  ltani.in  {jatiión  de  la  cabeza). 

Orza  de  avante,  de  novela,  que  se  enderece  i  la  mano  i-  ■  -  m. 
'.  AIJ.  2,3,9:  Cuando  íbamos  .i  la  vela,  tenia  cuidado  con  e 

te,  y  con  ta  orza  de  novela. 


Traerle  á  orza,  dominarle  i  su  aníojo. 

Opz-uelo,  es  un  dimÍTi.  del  ortz  diente,  punta;  ít  orzo),  svdo 
arzola,  fr.  orgeol-et,  or^tel-et,  pg.  bordeólo.  Dicen  que  de  hordcohok. 
de  hordeum  cebada.  Si  así  es,  como  en  pg.  y  Ir.r  el  ir  contitli 
fonética  esta  derivación  se  explicaría  por  contaminación  del  eaúm 
ortz  diente,  punta,  que  es  lo  que  de  hecho  es  el  orzuelo;  y  púdica 
ser  sencillamente  este  vocablo,  sin  tener  que  ver  con  el  latino.  M 
era  para  traído  del  italiano,  según  parece. 

No  nos  eche  orzuelo.  (Orzuelo  es  un  veneno  que  nace  en  d 
párpado  del  ojo  debajo  de  la  ceja,  y  es  penoso  y  hace  punta;  diot 
el  vulgo  que  si  una  preñada  pide  algo  y  no  se  lo  dan,  nace  el  U 
orzuelo  á  quien  se  lo  niega,  y  que  ella  echó  el  orzuelo;  pues  cuis- 
do  nos  piden  algo  solemos  decir:  démoslo,  no  nos  eche  orzuelo; 
esto  es,  no  quede  disgustado  con  nos,  y  haya  entre  nos  homidllo). 
c.  557. 

Orzoyo,  el  pelo  ó  hebra  de  la  seda  para  labrar  el  terdopdo, 
en  161 1  en  Aragón  (Borao). 

Opch-e^ap,  en  la  Litera  de  Aragón  ahogarse;  variante  de 
orz-ar,  con  el  -cgar  de  otros  verbos. 

1 37.     Labios  ó  propiamente  la  hilera  de  los  dientes,  según  Fick, 
significa  en  norso  vdrr  ó  vor,  por  vors,  es  decir  el  ortz  ó  diente  a 
euskera,  gen.  varrar,  pl.  varrar;  prus.  varsus  labio,  go Jo  vairÜBt, 
ags.  veleras,  veoloras.  Pero  en  el  sentido  de  escoba,  que  es  con» 
un  peine  que  araña  al  limpiar,  dio  esta  raíz  el  lat.  verr-ere  barrar, 
por  vers-ere,  como  verres  por  vrs-es,  del  mismo  ortz;  que  tal  « 
se  llamó  del  hozar  con  el  hocico  ó  punta,  de  ortz,  más  bien  que  dd 
rociar  (R.  129).  De  aquí  revolver,  traer  de  aquí  para  allá,  valor  que 
originó  el  saj.  werran,  aní.  al  vérran,  med.  al  vSrren  traer  y  ame- 
trar;  ant.  al  vérra,  med.  al.  v^rre,  al.   ver-wirrung,   ivirreUt  IWr^ 
war,  ver-worren;  y  norso  vórr,  por  vors,  gen.  varrar,  malo,  ver»* 
peor,  vers-is  pésimo,  ó  vcrs-ista.  En  ingl.  worse  peor,  saj.  wirs,a^ 
al.  wirs,  godo  vairs  por  vairs-is,  como  mins  por  min-is;  superL 
ñor.  verstr,  saj.  wirs-isío,  ingl.  worst,  ant.  al.  wirsisío.  Del  ant  ■!■ 
wérra,  que  equivale  al  al.  ver-wirrang,  contienda,  del  traer  y  Uertfi 
salieron  guerra,  fr.  guerre.  El  saj.  wérrü/i  vale //i   Verwirrttttg  br^ 
gen,  y  proviene  de  un  *tv¿'rs-a/i.  La  raíz  germánica  es  loers,  es  dedr 


137.  verrcre. 


&6J 


L  Ofiz,  y  i  elU  responde  en  esUvo  vréck-U  iril  lar,  vrachíJ,  y  yírr'trt 
fialin.en  gr.  axí-'-Pcpor,  Fíppm,  cppw, dor. ^sppT,?,  Hoixierútll.  8,230): 
Fíj>p<ov,  Épp-£  vete  (HoM.),  ¿ppitti»  qtie  perezca,  que  se  \t,fk 
U,  de  donde  ei  perderse^  perecer,  tomándose  en  mala  pat1e,   como 
lias  germánicas,   sppsi  td  ¿¡id  zpájuata   mis  negocios   van  mal 
r,),  ó^tipp-o?  que  vuelve  atrás,  ¿-^-t-pp-o-j  atrás,  otra  vez,  re- 
ce. 
Tienen  el  mismo  origen   errare,  por  ers-are,  godo  oirz-yan 
^_Airpi-/,  al.  irr-tfi?  Yo  creo  que  nó,  y  que  provienen  de   erlz  limite, 
lirse  del  lindero  y  límites,  y  Curíitis  lo  pone  á  pa:te  con   la  idea 
lir,  andar,  como  derivado  de  ar  moverse. 

Los  nombres  más  antiguos  para  llamar  la  guerra  son  varios.  En 

,  persa  karc,  lil.  karas,  ant,  prus.  karyis,  godo  ftaryis,  que  va-^ 

guerra  y  ejiÍTcito,  gentes  de  guerrn  ó  muclicdiimhre,,  En  ski, 

tf A  combóle,  bril.  iud-,  anu.  Jad-nertti,  ü3¡uvr,.  L"n  f^r.  lai  en   el 

Dmbate,  8rjto;  enemigo  de  guerra.  En  Jal.  ííaelUtm,   bctlttm,  per- 

^elUs,  que  traen  de  diia  dos.  En  ant.  al.  hadti,  ags.  heatlo  combate, 

,coM,  csl.  kotora,  í1<i.  ^atnt  cncnngo,  y  aatívr,  que  vino  del  Asia 

ñor.  En  godo  weihan  balallar,  wmhyCt  combate,  ant.  al.  wigafi, 

•.fichirn,  lal.  vincere  vencer,  que  se  refieren  al  suliyujar  y  sujetar. 

ipariícular  vJhi\iu^,  tiÍKz\\sí<^,   norso  gunnr,  ant,  al.  kampj  de 

TtptíS,  al.  Krieg  que  es  moderno  en  esta  acepción,  an).  al.  ué/m 

lífnrirrung,  Slrcil,  de  donde  guerra,  esí.  voyna  bellum,   voysko, 

tka  rxerrisus,  emparenlado  con  el  ski.  vj,  Wí/ embestir,  peiear. 

i  victoria,  vucr^,  godo  sigis,  ski.  sah,  irl.  scg  fuerza.  La  presa  6 

B,  ir.  boaid,  mcd.  al.  biaíc,  norso  t^yte,  al.  Beitítt  gr.  Ksia,  Xotogl 

i|,  ¿»iL<»u».  lacrttm»  esL  tot^u.  ski.  bta,  tótra,  y  firaeda  de 

vftcíía,  prac-hentSere. 

No  hay  vocatilo  común  para  la  paz  heclia  tras  la  guerra,  porque 

tra  era  el  modo  de  ser  ordinario  de  las  tribus  y  solo  se  conoda 

anso  por  algún  tiempo,  el  no  guerrear,  que  es   lo  que  valen, 

ly  Tviopokoy  paz,  es  decir,  inlenumpír  la  guerra,    lit.  pa- 

s,  y  el  lat.  indatiae  no  guerra,  in-da-tiae  de  iiu-ellam:  quiere 

'  que  la  paz  no  se  pactaba,  como  iioy,  legalmente.  En  ant.  al,  la 

^/h'du, agí. /Wí/Am,  ñor. /rírfi'ír,  godo  Fnthareiks -a).  Frie- 

sFederico;  e*!.  miru.  Viene  el  vocablo  germ.*lnico  de  Ea  mi^ma 

cpn  amar  en  skt.,  es  decir  gozar,  godo  friym.  Solo  el  crístia- 


562  Orioen  y  vlda  del  lenguaje 


tiísmo  suavizó  las  cosás^  considerando  á  todos  los  pueblos  comolKr- 
manos  y  dando  mayor  alcance  aí  derecho  de  gentes  y  ala  paz  \t^ 
En  gr.  e'.p:^,vY)  paz,  de  spéw,  como  Fpi^Tpff,  del  avenirse  habtandc; 
pax  de  pangerc, pactum,  goúo  fahéds,  faginún  alegrarse. 

138.  Barrer,  de  verrere.  Trons.  limpiar  con  escoba  pord 
suelo.  Celesf.  17:  Barreré  mi  puerla  y  regaré  la  calle.  líiiflri 
Comienzo  á  barrer  fa  casa  con  mucha  alegría.  S,  Ter.  Vid,  4:  Al- 
daba algunas  veces  barriendo^  en  horas  que  yo  solía  ocupar  en  ni 
regalo  y  gala. 

Melof.  Quitar  etiterametite,  ITcvarsc,  en  lo  físico  y  cti  lo  monL 
ToRR*  FiL  mor.  8,14:  Como  el  cierzo,  que  á  pesar  del  sol  barre 
nublados.  Td.  MJ:  La  torpeza  es  una  nasa...  barre  ingenios  bueíos 
y  malos.  Gitan.:  Vemos  como  arrincona  y  barre  la  aurora  las  e^ 
trellas  del  cielo.  Oran.  Aíem.  2,2:  Haga  el  hombre  una  conFesióí 
general  muy  bien  hecba,  para  barrer  con  ella  todas  estas  negligeticiít 
L.  GsAC.  Crít  3^1 1:  Yo  soy  la  pesie  que  todo  lo  barro  y  todo  Ib 
ando. 

De,  y  lo  que  se  quita.  Pers.  3,1 1:  Se  asomaba  (la  aurora) 
rriendo  el  cielo  de  las  estrellas,  Valb.  Bern.  2:  Y  en  invisible^ 
blando  movimiento  /  de  negras  sombras  barre  y  limpia  el  vífíitoLí 
Diabt.  coj,  5:  Queda  la  calle  toda  tan  barrida  de  gozques  y 
tatito  silenciOf  que  aun  á  ladrar  no  se  atreven. 

De,  y  el  Uigpr  que  queda  sin  algo.  Valh,  Bern.  14: 
suele.,./ la  clara  íiurora  con  serena  frenle/ barrer  del  mundo  latimeWl 
fria.-OuJiv.  C.  dec:  Donde  se  leen  juntas  las  vulgaridades  rúslJciV' 
que  aun  duran  en  nuestra  habb,  barridas  de  la  conversación. 
freg.t  Barrida  está  Sevilla  y  diez  leguas  á  la  redonda  de  jácaros. 

Pasar  rozando,  como  la  escoba.  Quij.  2»40;  Ya  por  los  airaí 
ya  rastreando  y  barriendo  la  tierra.  Id-  2,S:  Debe  andar  mi  honrt^ 
al  estricole  aquí  y  afli  barriendo  las  calles.  Id.  2,61;  Flámulas  J 
llardetea,  que  tremolaban  a!  viento  y  besaban  y  barrían  el  agoi 
Persil.  2,1:  Y  otras  veces  barrer  la  gavia  las  trenas  del  mar  prohifr, 
do.  Id-  2, 1 1 :  Las  riberas  de  una  isla  barríamos. 

Recorrer  como  la  escoba  el  suelo.  Valdcrrama  EJ.  Ceniza:  Q 
el  argavieso  de  las  nubes  espesas  venía  la  piedra  que  burla  I 
campos  y  sembrados.  ViaJ.  parn.  1:  De  Italia  las  riberu  he  birrid 


138,  barrer. 


563 


visto  las  de  Francia. /*ers/7.  2j,2 1:  Barrimos  todos  los  mares, 
mos  todafi  las  islas.  Quij.  2,63:  Primero  quisieron  barrer  cata 
kla  y  hacer  alguna  presa,  si  pudiesen. 
Barrer  con  escobón,  arrojar  con  desprecio. 
Barrírlfr  arrojarle  con  desprecio  de  un  lugar. 
Barrerlo  todo,  no  dejar  nada. 

Barrer  para  adentro,  aprovecharse  disimuladamcnlc  de  las 
\h\as  de  un  asunto,  no  desperdiciar  nada  de  él;  y  aun  añaderif 
'O  tos  plateros,  como  los  tenderos. 
Barrer  para  afuero,  barrerlo  loifo. 

No  barre  más  que  lo  que  vé  su  saegrat  dejando  los  rincones  $ín 
les  la  escoba. 

Itnrr-ido,  particip.  de  barr-er,  y  posverbal  sustantivo,  acddn 
íecío. 

A  cagar  en  lo  barrido.  (Ir  6  venir;  reprende  acciones  vanas  y 
consideraciAn).  c.  50fi. 

Como  barrido,  de  lo  que  desaparece  del  todo  de  repente. 
Valer  lo  mismo  para  un  barrido  que  para  un  fregado,  del  que 

i  (odo  y  vale  par.i  iodo. 
Barro-ilepo,   lo  que  arraslra  y  lleva  cuanto  halla.   Vcaae 
barredera.  O-  Alf.  f.  11\  No  dejando  seguru  la  pala  ó  barredero 
homo. 
Iliirred-ora,  barredero  y  pedazo  de  vela  que  se  añade  ala 

Varal  con  írapos  para  barrer  el  horno  anies  de  cocer.  /?n/. 
.  1 :  Envaínense  la  pala  y  barrederas. 

Metof.  qiip  arraslra  ca.in1o  halla,  sofión,  descaro,  imprudencia. 
Eebar  la  barredero,  en  Aragón  decidir  bruscamenlc  la  cuestiónj 
le  red  (vide). 

Eché  la  t>arredera,  del  que  dice  ó  hace  algo  imporbknle  en  algOj 
no  admilc  mejora. 

Barrederus  en  Aragón  el   mícrolonchus  Ouiür  por  era- 
rse para  escoba  de  eras. 

Barr-endepo,  el  que  por  oficio  barr-e.  Corr.  1 4Q:  Invierno 

ijero,  verano  barrendero.  (Parece  será   fértil  año  y  habrá  que 

en  las  eras...  Rarrer.,.  denota  faltar,  como  en  casa  barrida,  no 

duefla  ardida}.  Esteban,  f,  U:  Hiciáronme  al  cabo  de  cinco 


564  OmoEN  V  vida  otL  lcnquajc 


semanas  en  premio  de  mis  servicios  barrendero  menor  de  Ik  Wt 
lera  abajo. 

Barre-dupai  acción  de  barrer  yla  inmundicia  barrida>  tnekk 
el  desecho;  barreduras  lo  que  estorba  y  ha  de  quitarse.  G-  Alf,  Pfot; 
No  los  eches  como  barreduras  al  muladar  del  olvido. 

Más  valen  barreduras  de  era,  que  caudal  de  panadera,  c,  456^ 

Bari^endura,  barredura.].  Pim.  Agr.  S,1Q:  Pue^esdesi 
facultad,  sus  barrenduras  valdrán  más  que  nuestras  aechaduras, 

Sobne-b^rrcr,  barrer  someramente.  P,  Vzqa proem,  <L^ 
Lo  demás  no  es  barrer,  sino  sobrebarrer. 

Guerra,  del  prov.  guerra  ó  ital.  guerra,  fr.  guerre.  Su  origen 
es  e]  anL  al.  werra,  sustaniivo  del  verbo  werran,  fir-^^erra^,  med.  ik 
yerren,  ver-werren,  al.  ver-wirren,  wirren,  adj.  wirr.  Provienen  de, 
un  pregermánico  wers  que  responde  al  eslavo  vr^chll  trillar,  y  latir» 
verr-ere  barrer,  por  vers-ere,  y  al  germánico  wers  errar,  godj 
waírsiza,  ingl.  worse  malo,  peor,  vagauuindo,  godo  \raLrsis,  tL 
wirsch,  med.  aL  un-wirsch,  wirs  peor. 

Hostilidad  dectarada  entre  naciones  ó  personas,  pública  ó  priva- 
dameníe.  Saav.  Carón,  got.  1:  En  las  guerras  obra  más  la  diviK 
asistencia,  que  el  valor  humano.  Quij.  1,22:  En  paz  ó  en  gaem. 
Id.  1,35:  El  acabará  la  guerra  del  gigante. 

Toda  lucha  ó  diferencia  y  la  oposición  entre  personas,  cüsmí 
tendencias, 

¿A  dónde  vais?  A  la  gaevra.  ¿De  dónde  verJs?  De  la  gaentk 
fDícese  dando  á  entender  cuan  briosos  van  los  mozos  á  ía  guen^ 
sin  experiencia,  y  cuan  mansos  y  quebrantados  vuelven  de  t\\z,íÍB 
haber  logrado  sus  altos  pensamientos;  á  lo  primera  responden  op 
gullosos,  á  lo  segundo  marchitos  y  en  tono  bajo),  c.  10. 

Arder  en  guerra:  arden,  ardían  en  guerra.  (Doüde  hay  mucbi 
guerra),  c.  509,  L  Qrac,  Crit  2j3:  Todo  ardiendo  eu  guerras. 

Armar  en  gaerra^  poner  los  barcos  mercantes  á  punto  pan  1l 
guerra. 

Buena  guerra,  justa^  leal,  Quij.  Ij8:  Que  esta  es  buena  guerm 
Id.  1 ,44:  Que  en  buena  guerra  ganó  mi  señor  don  Quijote  eska 
despojos. 

Oa  más  guerra  que  vale,  del  travieso,  molesto. 

Darle  guerra.  S.  Ter.  Vida  IT:  Sino  que' le  da  tal  fucm  I 


\ 


138.  gaerro- 


565 


ría,  é  imaginación,  que  no  la  dejan  valer*  Cacer.  ps,  45:  Cada 
M)  tendrá  harto  que  cuidar  de  sí  mcsmo  y  desús  cosas,  y  dejari 

oifO  en  s«  casa  sin  dar  guerra  á  su  vecino.  Id,  p5.  26:  Aunque  sej 

le  de  repente  y  metlé  guerra  lodo  el  mundo.  Lazar,  tr.  2,   p, 
;  El  niíón  y  cmlebra  que  rnc  daban  guerra. 

Declarar  la  guerra,  notificarla,  entablar  competencia  con  uno. 

Dedararíe  guerra  á  muerte. 

De  guerra.  Valderrama  Ejerc.  Fcr,  2  Dom*  ¡   cuar,:  Los  sol- 
[ios  venían  lan  de  guerra. 

Ei  que  no  sabe  ík  guerra,  dice  bien  de  ella.  c.  92, 

Ei  qae  no  va  á  ¡a  guerra,  no  muere  en  etía.  c.  93. 

Bi que  íoíTto  va  á  Ja  guerra,  tonto  viene  de  ella;  c\  listo  apro» 
±a  en  los  viajen,  el  que  no  lo  es  vuelve  como  se  partió. 

fft  buena  guerra,  combatiendo  con  lealtid, 

Ea  ía  guerra  de  amar,  el  que  huye  es  vencedor,  c,  114. 

En  son  de  guerra,  provocando,  con  violencia. 

Entre  guerra  y  pax,  el  que  muera  ya  se  yaz^  c.  1 27. 

OanaJa  en  buena  guerra.  <Lo  que  habido  en  guerra;  también 
•  jüs  liijt's  habidos  de  -inior  venturero),  c.  584. 

¡Guerraf  animando  al  combate,  ó  en  enemistades^  pleitos  y  di- 
sicias. 

Querrá  abierta,  enemistad  declarada. 

Querrá  d  muerte,  sin  cuartel. 

Querrá  campai,  en  campo  abierto,  melaf.  oposición   obstinada 
Escubicrta  eníre  j»ersonas. 

Querrá,  caza  y  amores,  por  un  placer  mil  dolores,  c.  300. 

Oüirra  civii,  entre  los  de  la  misma  nación.  Cürn,  Cron.  2,1, <6í 

aftos  gozó  Colomano  del  reino,  envuelto  en  guerras  civiles. 
Querrá  declarada,  enemistad,  odio  entre  personas  ó  con  al* 
A  cosa. 

Querrá  franca,  oposición  sincera,  sin  rebozo* 
Oaerra  galana,  poco  sangrienta  sin  empeñar  todo  el  ejército;  ó 
É  our  con  el  carión^  sin  llegar  al  abordaje. 
Guerra/  guerra!  aJ  entrar  en  la  Ud,  a)  animar»  contra  alguno 
ilgún  asunto. 

tí^rro  guerreada.  Oviedo  H.  ind.  17,10:  Y  que  águerra  gye- 
^^Ebartan  mejor  sua  hechos,  que  no  mettcndo  todo  el  resto  á 


566  Origen  y  vida  del  LCNauAjc 


una  jornada.  Guev.  Ep.pte.  2,12:  Desta  guerra  tan  guerreada  decfa 
el  buen  Agustino.  ].  Enc.  44:  Vencedor  de  guerra  tan  guerrcadi. 

Guerra  toda  ¡a  vida,  y  no  batalla  un  día.  c.  300. 

Habido  en  buena  guerra;  haber  en  bttena  guerra.  (Gratiiai 
por  sí),  c.  517. 

Habla  en  la  guerra,  y  no  vayas  á  ella;  habla  de.  c.  493. 

Hablar  de  la  guerra,  y  estar /aera  de  ella.  c.  494. 

Hacer  guerra  con.  Roa  S.  Eulog.:  Hacer  guerra  con  las  pah' 
bras,  como  mujeres. 

Hacerle  la  guerra,  oponérsele.  Mend.  Vid.  N.  Señora  c.  107; 
Fiel  ministro  á  quien  hacen/poca  guerra  los  secretos.  Cacer.  pt. 
26:  En  la  mesma  guerra  que  me  hacen.  A.  Alv.  SUv.  Dom.  sepL 
5  c»:  Para  que  viesen  que  é!  (Dios)  era  el  que  les  hacía  guerra. 

Hombre  de  guerra,  militar. 

¡r  á  la  guerra  y  ni  casar,  no  se  ha  de  aconsejar,  c.  1 48. 

La  buena  guerra,  hace  buena  paz,  o  buena  paz  engenára. 
c.  174. 

La  guerra /jace  los  ladrones,  y  la  paz  hs  ahorca.  (Reñércst 
este  refrán  en  el  traíado  de  caballería  por  el  Oran  Capitán  platicad» 
en  Burgos  con  el  Condeslablc).  c.  173. 

La  guerra  y  la  cena,  comenzándola  luego  se  atea.  c.  173, 

Las  guerras  y  las  turmas  de  tierra,  en^éndranse  en  otoiío  j 
paren  en  primavera,  c.  192, 

Levantar  guerra.  Ouev.  Ep.  pte,  2jl2:  El  primero  que  levanta 
guerra  en  el  mundo. 

Más  vale  guerra  abierta,  que  paz  fingida  y  cubierta,  c.  453. 

Moverle  (la)  guerra.  Amuk.  Mor.  3^23:  Así  tuvo  ya  como  quien 
causa  para  moverles  la  guerra.  ViaJ,  parn.:  A  la  envidia  muewa 
guerra.  Entret.  1 :  Muévenme  los  celos  guerra.  León  Brazo:  Qoe 
hecha  señora  de  Italia,  movió  guerra  á  toda  la  tierra. 

Muchos  hay  en  la  guerra,  y  pocos  en  la  pelea,  c.  475. 

Muchos  mueren  en  la  guerra,  más  por  eso  no  dejan  dtir  é 
ella.  c.  476. 

Nunca  vi  morir  en  guerra  soldado  que  de  ella  venga,  6  qtt 
en  ella  venza,  c.  241.  ? 

Quien  no  quisiere  ver  lástimas,  no  vaya  á  la  guerra. 

Quien  no  sabe  que  es  guerra,  vaya  á  ella. 


138.  guerra. 


567 


Quien  ¥0  rf  ía  guerra,  carne  mal  y  duerme  en  ¡a  tierra,  c.343. 
Tener  guerra  COR.  Qaíj.   1,21:  Tiene  un4  muy  reñida  giiena 
a  oiro  Un  itodcroso  como  él. 
tener  ta  guerra  declarada,  de  los  que  siempre  disputan  ó 
persiguen. 

Traer  gaerra  con,  aborrecer.  Fons.  Am.  de  Dios  1,54:  Traer 
iCrra  pcriijrable  con  uno. 

Vístete  en  guerra,  y  ármate  en  paz.  c.  437;  ó  ctiando  armas, 
irtats;  cuando  martas,  anuas.  OalindoóIS. 
Ya  esíá  la  guerra  armada,  en  la  oposicii3n  de  pareceres,  etc. 
Guerr-oJip,  hacer  guerr-a.  ámhr.  Mor.  S,\Q:.  Y  el  haber 
Uiéo  Unto  lienipo  y  resistido  al  pueblo  rotnanOf  que  guerreaba 
h  '  ^  de  todo  el  universo.  Saav.  Coron.  got.  t,  año  437: 
biíLi  _  _  !  __^:ijro  considerado  cuan  inútilmente  habia  guerreado  á 
del  Imperio.  Qucv.  Ep.  ÓO:  Si  fuimos  piadosos,  cuando  te 
rreamos  ta  tíerm. 

A.  J.  Pin.  Agr.  7,Q;  Estenelo,  rey  de  Micenas,  guerreaba  á  Ler- 
reyezuclo  de  poca  tierra.  M.  23,18:  Guerrea  bravamenle  á  los 
-seto  estorban.  Id.  I,3S:  Basta  qu?  no  es  acabada  la  soberbia 
M,  que,  corno  nfeó  Otón,  guerreaba  A  los  oíros,  porque  se 
¡traban  soberbios  con  ellos. 

Con.  Vj^lo£iiram\  ^'.  Ceniza:  Lo  principal  con  que  ícngo  de 
üTear  es  con  montones  de  (ierra. 

Metqf^  A.  Alv.  5//.  Dom.  1  ctiar.  10  c:  Porque  b  carne  y  sangre 

Iqujcra  ocasión  no  nos  guerreen  y  falisuen,   León  Jesús:  De- 

di¿ndonos  de  quien  nos  guerrea,  para  que  no  venzan  los  anti- 

■•i.J.  Pin.  Agr,  2,22:  Andar  en  guerra  guerreando  honras 

...as  ajenas. 

A,  CAfid.  p.  329:  Querrcáramos  al  mundo,  y  ¿i  nos  tratara  como 
■nió  á  él 

Con.  j.  Enc.  371:  ¿Qa¿  dirí,  pues  que  guerreo  /  con  dolores 
;  no  dejan? 

Pasiv.  A.  Alv.  Silv.  Fer,  6  Dom.  t  cuar,  5c.  §  3:  Siendo  el 
^^Bierreado  de  su  mujer. 

BIBcipr.  Taiuk  167:  Qucrréansc  ios  unos  i  los  otros. 
B  €suoi*r-ero,  el  soldado  que  anda  á  la  guerra.  J.  Pin.  Agr.  2, 
tz  Los  guerreros  que  proceden  por  la  común  soldadesca,  le  gve» 


568  Ohksen  V  VIDA  del  lknuuaje 

rrean  más  que  todos.  Solis  H.  Mej.  4,20:  Con  formidable  numera 
de  guerreros.  En  particular  el  capitán  que  guía  el  ejército,  QiííJ,  I, 
37:  El  ánimo  del  guerrero,  que  íiene  A  su  cargo  un  ejército. 

Metaf.  adjelivOj  el  amigo  de  contiendas,  de  genio  violento.  A, 
Alv.  SUv.  Dom.  sept-  /,  c  ^  2:  Por  ser  ella  provincia  guerreta^qoe 
tiene  por  oficio  pelear.  Ambr.  Mor.  8,51:  Como  hombres  mil 
guerreros  que  estudiosos. 

Un  guerrero  debe  tener  e!  asalto  del  galgo,  la  huida  de!  hbo 
y  la  audacia  deljabalL 

Guerp-er-ía.  Bosc.  Cortes.  445;  Y  así  ejercitan  á  los  suyos 
en  una  fiera  guerrería  de  robos,  de  matanzas. 

Guei'f-illüj  dimin.  de  gucrr-a.  Encuentro  lijero  en  la  guenx 
L.  Grac.  Crit.  3, 1 2:  Yo  he  conocida  en  poco  tiempo  más  de  veinte 
generales  en  una  cierta  guerrilla,  asi  la  llaniaba  el  que  la  ín^'entó.j. 
Pin.  Agr.  4,9:  Mis  moriscos  han  hecho  esa  invención  en  memoria  de 
su  pueblo  de  adonde  los  traje  cativos  en  la  guerrilla  de  su  rebelión. 

Contrariedad  de  opiniones  y  contienda  sin  gravedad.  D,  VeíH 
Paráis.  Conc.:\Q  pondré  guerrillas  y  bandos,  ó  serpiente  fin* 
entre  tí  y  la  mujer.  Mirones:  Apenas  había  pasado  esta  guerrilla 
cuando  (pelea  de  placeras).  Illesc.  H,  Pontif.  6,17:  En  el  segundo 
año  de  su  pontificado  le  sucedieron  al  Papa  algunas  guerrillas.  Q. 
Alf.  2,2,8:  Se  comenzó  una  guerrilfa  bien  trabada  (en  el  juego). 

GueppíU-eai-,  pelear  en  guerrillas,  en  Venezuela.  (). 
Calc.  820). 

Eii-gueri»ill-ííi*,  en  Venezuela  dividir  el  ejército  en  g«* 
rrillas:  reflex.  alzarse  en  guerrillas. 

A-«»^«err-ir,  -se,  ejercitarse  y  curtirse  para  ser  bueng»  j 
rrero. 

A-^uepp-ido,  ejercitado  en  la  guerr-a. 

1 39.  El  sonido  retumbante  es  redondo  por  ser  rodador  y  o 
rodador  por  consistir  en  doblarse  repetidamente  al  dar  con  las  pne* 
des  de  la  cavidad  donde  rebota.  Et  ruido  de  la  piedra  que  cae  de 
las  nubes  se  dijo  orots,  por  valer  ots  ruido  y  or-t  el  apeloíoai" 
miento,  sea  de  nubes  ó  de  otra  cosa.  El  rugido  or-o  es  lo  que  tiene 
or,  movimiento  rodador  y  por  lo  mismo  retumbante.  Pero  sobre 
todo  con  rr  fuerte  orr-Ot  lo  que  tiene  orr  ó  revolver  y  aptlotooiri 


140.  runrún,  arrucr. 


569 


ingido  de  las  bestias,  el  rugido,  el  bramido,  ó  lambién  su 

SorC'U,  que  muyen  particular  se  dice  del  ruido  que  se  oye 

volverse   las  tripas.  Es  la   voz  retumb;inle  y   rodadora  en  el 

Jrc  y  en  los  animaleí,  y  luego  en  los  seres  insensibles.  Con  ~€ 

Saida  orr<he,  por  orro-a,  vale  lo  mismo,  y  con  i-  aíributiv» 

rugiendo  orroa-ka,  orrocka,  orroÍ-ka:  iíckasoak  andien 

orroeka  bazterrak  bera  ekarri  bearko  dttaz,  é  mar  á  fuerza 

rcer,  bramando  derribará  los  tugares.  Orro-koz  aullando,  orru^ 

lullido  de  tobo;  aullido  y  occidente  ú  su  viento  es  orro-bia. 


•0.     Itu-rat  rumor  sordo,  que  no  es  más  qwe  el  euskaro 

(o)rro  repelido,  (o)rrurra.  D.  Vcoa  Paráis,  S,  Juan  Ev.: 

un  ruru  y  opinión  entre  los  heimanos,  que  aquel  discípulo 

shfa  de  morir,  td.  Díse.  Sab.  dom.  I  caar.:  LevanfOse  en  el 

ío  un  ruru  y  una  murmuración. 

L-rro-rro,  grflo  de  baile»  de  ro,  ro.   Quev.  Entrem.:  Tus 

Rtss,  hues,  aves,  arrorros. 

l-pru-nr,  dar  el  ¡íb.ilí  cierto  gruflido  cuando  huye,  hahien- 

rconocido  por  el  vieníoque  le  persiguen.  De!  ru-ru,  orru  euské- 

EsriN.  Balíest.  2,20:  Advierto,  que,  si  cuando   salió  huyendo 

baÜeslero,   arruó  (que  es  un  género  de  gruñido  que  hacen 

ndo  han  conocido  de  lo  que  huyen),  no  parará  aquella  noche  en 

:  dcscubíerla. 

lun-rúii,  r»n-róii,  el  mismo  vocablo  anterior  con  nasal 
!  pinta  d  retumbo  hondo.  Qvtv.  C  de  c*  Bastaba  cl  runrún  y 
;  difín.  Q.  Bknav.  II,  68:  Un  runrún  anda  en  la  villa,  /  Fran- 
,  qué  tenéis  vos.  Foms.  V,  Cr.  1,2,1:  Lt  primera  el  runrún  que 
»en  d  colegio  apostólico  sobre  quién  era  el  traidor.  Quev.  Fort,: 
I  tí  runrún  que  tenían,  y  empezó  i  leer.  Caceh.  ps.  63:  Anda- 
re  ello»  un  runrún...  Hablábanse  unos  á  otros  al  oído.  Ul.  p*. 
:  Han  hecho  un  runrún  de  mis  cosas,  con  que  me  disfaman. 
\Pon,  ron»  iras  tacapa  te  andan,  c.  48  L 
Ran,  ron,  tres  días  son,  c.  481. 
Un  ranrún,  (Por  algo  que  se  ruge  y  murmura  por  el  hifir). 


570  Okiuhn  y  vida  ucl  lcmouajc 


141.    El  rugido  oro  y  orro  originaron  tópú-iu  ahullar,  ¿pu-9|u( 
¿pi-STctí  óXaxtEi  (Hesich.),  ¿pa-iLayBo;  ruido.  En  eslavo  rev-an,  rjt 

tu  tvjx'Iodctí,  oipz^Qai.  En  skt.  rd-yati  mugir,  bramar,  ra  guern 
rav-a  combate,  rav-ana  tumulto,  ra-na  ruido,  combale,  raa-a 
resonar,  que  explican  el  irl.  rae  batalla,  cimr.  rhae,  esl.  ruva-é 
rivanüe  mugido,  riafi  mugir,  ruso  revu  mugido,  lit.  reya,  retí,  d 
reru  sonitus,  skt.  raa-ti,  rav-ati  bramar,  gritar,  roru,  ror&ya,  rava 
mu;?ido,  ags.  ry-an.  Probablemente  hay  que  añadir  aquí,  aunqn 
ya  los  vimos  (1,76),  el  godo  ra-na,  al.  Raunen,  ant.  a!.  rün€n,Mg^ 
ranian,  ingl.  to  roun,  ags.  run,  godo  rma,  norso  run,  irl.  tur,  Id 
runas,  con  el  significado  de  misterio,  de  rumor  hondo  y  cuchidieo 
y  tal  vez  el  epsuváiu  investigar,  escudriñar. 

En  latín  rii-mor,  ram-iio  (Naev.),  rumi-ficare,  ad-ramaii 
«rumorem  fccit  sive  commormuratus  est>  (Fest.);  rav-is  ronquen 
rav-ire  ant.  enronquecer,  rau-cus  ronco,  rauci-tas  ronquera  i 
rauc-edo;  riidere  rebuznar,  rnditas  rebuzno.  El  fr.  raire  rebuzaif 
del  ant.  al.  réra/i,  reren,  flam.  r¿cre/i,  tirol.  reven,  raeren,sua 
rerren,  al.  reren,  (roeren,  riren),  ingl.  roar,  rair,  ant.  ingl.  rort 
bramar,  gritar. 

Darmesteter  halla  la  raíz  ru  resonar  en  el  zéndíco  rao-rathat 
del  carro  ruidoso,  y  en  ru~ma.  En  eslavo  rydayan  «ich  wehklage» 
lit.  rauda  <\Vchklagc>,  skt..  rudati,  ant.  al.  riozan  quejarse,  llorui 

El  orroeka  ú  orroaka,  6  tal  vez  el  arruka,  que  luego  veremo^ 
forma  la  raíz  de  íp3-JY-o¡Lat  roncar,  mugir,  gunado  con  e  el  presenil 
y  sin  guna  r^^•J■\-ov,  £p'JY-¡iv¡A.o;  mugidor,  Epj^^-ávtu  con  nasal  infiji  j 
eps'j-,'-íi),  Epoy-T^  eructo  con  ruido.  Consérvase,  pues,  el  valor  fisiológi- 
co de  la  raíz,  lo  mismo  que  en  ant.  ai.  it-ruch-an,  ags.  roccttM 
eructare,  eslavo  ryg-ati  ifiú-{zzfiw.,  rygayan,  lit.  riaug-mi,  rúgia. 

En  latín  rug-lre  rugir,  aplicado  á  los  animales,  rugl-tus  rugida 
y  rnc-tüs,  rac-iare,  e-ructare  erucLir,  s-rug-ere  echar,  «contempsl 
foníes  quibu'  scsc  érngit  aquae  vÍ5>  (Enn.  Anal.  546). 

El  rumiar  ó  rrminare,  ramigare  es  devolver  lo  comido,  rüríHB 
y  rñ-rna  e!  buche  ó  primer  estómago  de  los  rumiantes.  «Rume 
est  pars  colli  qua  esca  devoratur»  (Serv.  ad  Vergil.  EcL  6,51). 

«Ruminátío  dicta  esta  ruma,  eminente  gutturis  parte,  per  quu 
demisEus  cibus  a  certis  revocatur  animalibus*  (Pompón,  q 
Non.  1,64.) 


142.  ruido. 


571 


La  o-  «Hmotógtca  de  esta  raíz,  perdida  en  rugiré,  ructus,  se 

ecc  en  ófjx-fÁz,  «>fjf^^  ¿pün-ixu  rugitlo,  bramido.  En  eslava 

fyk-natití  w^-j-fsúat,  en  atil.  ai.  roiJ-on  rugiré.  No  menos  se  con- 

.„.,,  ^^  1^  Q[j.j  variante  ¿p!/-6¿aj  aliuliar,  que  en  ps^x-iu  y  f¿Y/-u>, 

.,   {Kiy-^-w  vuelve  .i   perderse.   En  nono  rog,  godo  vrbh-is, 

ti.  al.  rtroíV,  /'ííí'áv,  al.  Ruge,  y  el  verbo  ant.  al.  ruogen,  raed. 
üegen,  al.  rugen,  godo  vroh-yan,  saj.  vrog-yan,  ags.  vreg-ün, 
miinnurar,  después  denunciar,  reprochar,  casligar,  acusar  {ficK 
|p.  310).  Enesl. /j^ü-^'an  bramar,  gritar,  y  en  laün  rn»a  por 
íff,  U  rana,  y  lal  vez  raccare,  rauc-arc,  raucas  ronco,  si  no  es 
Ifivo  -ko  del  rav-is,  y  r/c-íareel  bramar  del  leopardo. 

rtfu  anda  barajada  con  el  s:ipo  en  las  I-E.  Nombre  antiguo 

;  ser  ^pícjfoc,  jon.   ^¿tpa//);,  ^^'ixtr/'i-,  ^-iOpT/o;  lana,  de   un 

M%,  si  ha  de  responder  al  anL  al.  chreia,  chrota,  al.  Króit 

b.  El  ant.  pnit,  gabawo  ^po^^csl.  ¿aba  raha,  $kl,  jc]¿/z  zampar; 

rupuize^poL  ropucha  sapo,   lat.  rub<:ía  especie  de  rana,  de 

1?  En  gr.  íppjvTj  sapo.  ^jjoXc»;  de  f jsííu  hinchar  los  papos» 

\)  sapo,  skt.  gOí/Aa  del  mismo  origen»  asi  como  ct  prusiano. 

.         >  antes  visto,  de  "góbfiOr  *gobho;  tn  fín  rana.   En  ant.  «I. 

¡fres*,  ñor. /rojAr,  ags./ro¿'^,  nor./rííHArr,  al.  FroscH   rana.    En 

%.  croinoc  sapo,  del  cambr.  croen  piel. 


|42.     Ruitlo,  ant.  roído,  de  rugítus  rugiré;  fr.  rutant.  fr.  ruít. 
;>nJdo  confuso  y  in:is  ó  menos  recio  que  desazona  el  oído, 
íto  al  sonido   musical  concertado,    Qwy.  1,3:A1   ruido  acudid 
bda  la  gente  de  b  venia.  Id.  l,tS:  El  ruido  de  los  alambores.  CU. 
&:  Ante  roydo  de  alamores.  Eoks.  V.  O.   2,IQJ:   En  medio  del 
eniraton  escribas  y  (ariscos  con  grande  tropel  y  ruido 
«do  calle.  S.  TeR.  Cart.  t  1,4;  Ya  estoy  buena  del  mal  que 
ti  aunqtie  no  de  la  cabeza,  que  siempre  me  atormenta  esíe  i  uiJo. 
^Pendencia  y  alboroto,  donde  hay  ruido  de  voces.  MejlA  H.  Jat' 
\  Carias  IV,  2:  Asi  volvió  en  Alemaiía.  lo  más  en  paz  y  úa  mido, 
sunca  emperador  había  bajado  en  Italia. 

rienda  grande  en  cosas  de  nonada  y  novedad  u  cxirancza; 
música  la  caja,  timbales,  bombo  y  platillos. 
U  Qcrmanía  el  rufián,  que  bravcanJo  lodo  lo  mete  en  ruida. 


572 


OxtO^N  Y  VIDA  DEL  LeNOUAJE 


Rom.  Germ.  8:  Garlando  aquesto  el  ruido,  /  á  Córdoba  descuhriaTi, 
./  que  de  un  florido  verdón  /  alegre  vista  ofrecía. 

A  ruido  de  gaitero  érame  yo  casamentero  (Pie  JusL  i 
C.2,  §2). 

Asaz  de  ruido  y  poca  lana,  dijo  el  que  la  puerca  írasgoflak^ 
c.  54. 

Buscar  raido.  L.  Grac.  Crit  2,1:  Anda  descalzo  por  na«| 
sentido,  tan  enemigo  es  de  buscar  ruido. 

Bascar  raido  por  sw  dinero.  (Pleiíos).  c.  588.  Garav  Cart.  1  ] 
Yo  estoy  en  paz,  no  quiero  niiiío  por  mis  dineros. 

Dar  ruido,  decir  ó  hacer  algo  que  llame  la  atención  de  las  gdilCfc  j 

üef  mido,  de  la  gente  alegre  y  bullanguera. 

Fingir  ruido,  por  venir  apartidóle.   29b.  A  falta  de 
echaría  á  bravatas  y  fiero?. 

Hacer  ruido.  Cacek.  ps.  73:  Fiestas  que  no  hagan  ruido.  Q>)^| 
1,20:  Vino  á  hacer  un  poco  de  ruido,  bien  diferente  de  aquel  que^ 
él  le  ponía  tanto  miedo.  Id.  1,41:  Sin  hacer  ningún  ruido.  L  Gwftj 
Crit,  3,7:  Todos  se  pican   de  hacer  ruido  en  el   mundo  y  que  í 
hable  de  ellos. 

Más  es  el  ruido  que  tas  nueces;  cagajones  descabeces,  c,  447,  j 
Cuando  se  pondera  algo  más  de  loque  vale. 

Más  raido  mete  uno  que  ckillaj  que  ciento  que  callan. 

Meter  en  ruido,  alborotar,  dar  que  hablar.  LeÓN/ofi.  3,17;  Nl| 
meten  eí  mundo  en  ruido. 

Meter  más  ruido  que  gorrión  en  sarmentera.  Pie.  Jasi.  /íífc  | 
p,  !63. 

Meter  ruido,  hacerlo,  ser  muy  nombrado  y  famoso. 

Meterse  en  ruidos^  pendencias  y  alborotos.  Qai],  1,8:  Eneraipi 
de  meíerme  en  ruidos  ni  pendencias.  Esteban.  2;  Jamis  me  niítia  ' 
ruidos,  ni  fui  nada  ambicioso. 

Mucho  ruido  y  pocas  nueces. 

Ponerlo  todo  en  ruido,  alborotarlo.  Ltótijob  3,16:  Que  itll 
los  malos  se  mueslran  fieros,  como  solían,  poniéndolo  todoenmiJOb^ 

Querer  ruido,  ser  amigo  de  contiendas. 

Quitarse  de  ruidos.  (Lo  que  de  voces),  c.  593. 

Ruido  ttechizo;  fué  raido  hechizo.  (El   fingido  pw« 
vrigafio).  c.  483. 


1 42.  rumiar. 

^tsido  no  es  afearía,  pero  es  cosa  parecida. 
^liido,  ruido,  que  dio  la  mujer  en  eJ  marido,  c.  483. 
'  fi^ge  ruido  por  venir  a  partido. 
^er  mas  el  raido  que  las  njeces:  mayor  la  fama  que  el  hecho. 
HVm/o  ruido  para  nada,  cuando  se  di  iiTiporiaricía  á  lo  qu« 
K  tíene. 

Wsrener  ruido  6  ruidos  con,  conlienúíis,  C^cm.  ps.  79:  Siempre 
Hdos  «1  perpetua  contienda  y  tenemos  ruido  con  nuestros  vecinos. 

Riiiil-jgo,  en  América  dímJn.  de  ruid-o. 
UliiUI-u»o,  COSA  de  nñilo,  qui:  se  liabla  mucho  dcllo.  CoRN* 
Hi.  2,3,20;  Quiso  Dios  que  se  supiesen  por  medio  Un  miisgroso 
H  que  con  ta  admiración  de  tan   ruidosa    maravilla,  fuese  mis 
Bre  y  conocida   la  suntÍLbd  de  sti  siervo.  L  Qrac.   Crit.  IJ3¡ 
Pns  los  ruines  son  los  más  ruidosos. 
Ku¡<io*«ii-nieiitc,  con  estruendo  y  publicidad. 
tciir,  anl.  hacer  ruido,  susurrar;  de  rugiré^  ant.  fr.  ruir,a&tur. 
meicn  ruido,  j.  Man.  Caza  1 1:  La  seutial  de  la  dolencia   es 
I  ruyecl  papo.  Hita  396:  Tu  les  rrugcs  ala  oreja  E  das  le  mal 
ejo. 
Itii;;;lr.  erudito,  de  rugiré,  bramar  el  león.  Quij.  U4:  El  ru* 

lc<3n. 
riuslidase  al  ruido  del  vieníre.  Hcrr.  Agr.  5,47:  Que  les  ruge 
slre.  EuQ.  Salaz,  Sat.  esp.  2,253:  A  ralos  ruge  en  las  tripas  de 
Mnera. 

^fíejtcx.  Empezar  I  decirse  pübücamenle  lo  oculto.  Cac£r.  pi. 

lugiase  que  me  lomalian  ios  pasos.  Zamura  Mon,  misl.  ptt.  3^ 

rr.:  Ya  comenzaba  i  rugíise  por  cl   (jiieblo.  Quirv.  jac.  3; 

\<€  rujc  por  acá  /  no  se  qué  de  tu  espinazo.  J.  Pin.  Agr.  5.36: 

I  rugU  que  allí  ejercitaron  primero  lo:^  Efetas  sus  judicaturas. 

or  abi  se  ruge.  (Lo  que  por  ahí  se  dice),  c  602. 

gí  como  el  león,  como  una  fiera,  como  an  toro. 
bu^c-ido,   el  br:imido  del  icün.  Quf;.   2,5:  Oír  silbos,   nigi- 
bramidos  y  balad  ros. 
Ru;f4*o  (de),  entre  charros  de  broma  ó  jarana;  del  rugir  ó 


cr  rutilo* 
tuiuiar,  de  rumigare 
>  embaulado  de  antemano. 


en  Apulcyo.  Muticar  tos  rumíanies  cl 
Lao.  Diosc.  l,8S:  Y  cierto  las  hojas 


574  Orioem  V  VIDA  del  lencuaje 


de  el   tejo  comidas  de  cualquier  animal  que  no  rumia  súbito 

despachan. 

Metaf.  considerar  despacio,  pensar  con  madurez,  puede  Bcísr 
en.  Qnij.  2,31:  Considera  y  rumia  las  palabras,  antes  que  te  salgm' 
Tde  la  boca.  Cacer, /ís,  33:  Es  menester  rumiallo  mucho  y  mtiúñ 
veces  en  la  oración.  A.  Alv.  SUv,  Dom.  5  cuar.  1  c;  No  pase,  ta* 
mano  mío,  ligeramente  por  este  caso  de  lu  Dios,  para  en  él  y  rúoi^ 
le  de  espacio.  Cacer,  ps,  76:  Me  las  pienso  yo  á  solas  y  las  niminí 
y  examinaré  siempre.  J.  Ano,  Conq,  tf.  1;  Tu  tienes  bien  querumií 
en  lo  que  has  oido.  Zamora  Mon.  jitist.  pté.  3  Destierro:  Si  va 
nimiásedes  lo  que  sucede  á  los  que.  Id.:  Qué  bien  rumiaba  el  qqe 
dando  voces  á  Dios  decfa.  Id  Asunc:  Y  rumiando  de  día  y  de  nocte 
en  las  virtudes  suyas.  C\czR.ps.  48:Téngolo  muy  bien  pensado,  m^ 
rumiado  conmigo  mesmo.  Id,;  Rumiando  en  esto  la  volunta 
nuestra  hallará  que.  Corr.  023;  Rumiar.  (Por  considerar  despacio 

I^nmiario;  digerirlo.  (Lo  que  se  estudia,  y  repasarlo),  c.623. 

Kiiini*-n,  posv.  de  rumi-ar. 

Rumia-nte,  el  animal  que  rumc-a.   Laq.  Díosc.   1,83:  Im 
ho}a=;  del  fresno  matan  al  animal  no  rumiante  que  fas  comiere. 

Ronco.  En  gal),  ronco,  it,  rauco,  rocOj  de  raucus;  peroronoi 
caf.  ronc.  mejor  de  ronchare  de  p<if/oí. 

E[  que  padece  ronquera.  Quij,  2,25:  Desconsolados  y  nsKOl 
(de  gritar). 

Voz  y  son  bronco,  oscuro.  Quij.  1,14:  Los  ecos  roncos.  Id.  1,51 
V  con  turbada  y  ronca  voz  dijo.  Id.  2,34:  Tocando...  un  hueco  / 
desmesurado  cuerno,  que  un  ronco  y  espaníoso  son  despedía. 

Roiic-n,  de  ronc-o.  El  grito  del  gamo  en  ceto  llamaiídoili 
hembra,  y  la  amenaza  jaclanciosa  y  hueca.  Espi>f.  Baitest,  2,17: Lw 
gam-^^i  tienen  también  su  celo,  no  braman  como  el  venado:  S  su  VB 
Ilamnmos  ronca.  Math,  Orig.  Indic:  Picadero  es  un  sitio  que  O 
tiempo  de  ronca  toman  los  gamoí,  cerca  de  alguna  encina  ó  mala. 

Echar  roncas,  estar  raneo  y  echar  bravatas.  Estiban.  7:  TenÉí  í 
cada  instante  con  ellos  mií  peleonas  y  les  echaba  cada  día  mil  ron» 

Vítor  la  ronca,  irónicamente  despreciando  las  bravatas.  I 

Müs  vale  ana  ronca  que  cien  panderos,  la  opinión  de  tinoifrjp 
torizado,  que  la  de  los  que  no  lo  son. 

Roiic-c»n,  el  que  echa  ronc-as,  fanfarrón. 


142.  ronco,  rana. 


575 


fioncar,  de  ronchare,  de  p'^fZ-^íí  sarda  roncare,  prov.  roncar, 
,  fr.  ronchier.   Hacer  ruido  et  resuello  del  dormido.  Qaij,  2J4: 
halUron  roncando, 

iacer  un  ruido  ronco,  echar  roncas,  llamar  el  gamo  en  celo  á  la 
bbra.  Esptn.  Balfest-  2, 1 7:  Acuden  algunas  horas  del  dfa  y  no- 
I  y  allí  están  raneando  y  aguzando  los  cuernos  en  las  malas. 
[Ituiii|u-íi]n,  el  ruido  del  roncar  u  otro   bronco  cualquiera. 

Exlrem.:  Comenzó  íí  dar  el  viejo  tan  grandes  ronquidos.  Qi/Ev. 
^m.  fjer.  \:  Este  con  svis  ronquidos  y  resuellos. 

Konvn-derii»   en  Argentina  espuela  vaquera  de  grande  y 
ante  rodaja. 

I  ltoiiqu-«i*A.  J.  Pw.  Agr.  4,3:  Lo  primero  que  se  tocó  fué  la 
^ucra  de  filomela  y  progne.  Lao.  Diosc,    1,64:  Es  remedio  .1  la 
e»  al  catarro,  al  romadizo^  á  la  ronquera. 
'  Konqn-ear.  estar  ronco. 

Eii-roT>qti-«M?cr,  ponerse  rortc-o. 

tafrans.  Qatv.  Tac.  22:  Enronquecieron  adrede,  y  sacaron  tales 

s,  que  en  vez  de  cantar  la  misa,  la  gimieron. 

Trans.  poner  voz  ronca.  Zamora  Mon,  mist.  pte.  2,  pie.  2, 

^  1(h  Y  aun  basta  la  voz  no  perdona,  sino  que  la  enronquece. 

:  H.  Chile  3, 11:  Son  aguas  muy  eficaces  para  desemhara2ar 

|.|pirganta  y  pecho  de  las   destilaciones  y  humores  que  suelen 

onqucccría. 

fteftéx.  ponerse  ronco.  Esp.  ingí.:  Enronquecírscle  !a   voz.  J. 

N.  Agí.  l,l&:   Se  enronquece  de  cantar  aleluyas.  Cabr.  p.   453: 

Jo  se  echan  á  morir.se  enronquece  la  voz.  J,  Pin  Agr.  1 1,18: 

se  enronquecer,  sin  enloquecer,  sin  se  cansar  ni  enfadar  (de 
^tir). 

OriUr  mucho.  Fons.  V.  Cr.  pte.  I,  L  3,  e.  20:  Quí  mucho  que 
!  enronquezca  yo  y  rae  desentrañe,  y  no  haga  mella  en  el  corazón 

n? 

eip.  Gran.  Adk,  Mem,  2,H:  Conocéis  cuya  es  esa  tan  en- 
Jx»(«|uedda  voz?  U  Fcrn.  237:  Con  U  voz  enronquecida. 

Kanji,  del  lal.  rana.  QaiJ.  2,42:  El  no  hincharte  como  ta  rana, 
quiso  igualarse  con  el  buey.  Laouna  Diosc.  2,25:  De  las  ranas 
infinitas  especies,  dilerentes  ansí  en  complexión  y  naturia  como 
i  color  y  grandeza. 


576  Oriqen  y  vida  del  lenquaií 


Canta  la  rana  el  cucurucú,  soíiósela  uit  traque,  sórbtítk  t¿ 
c.  324. 

Canta  la  rana,  y  baila  el  sapo,  y  taüe  ía  vigüela  el  iagañx, 
C.32+. 

Canta  la  rana,  y  no  tiene  pelo  ni  lana.  (Que  se  sufra  la  pobtiJ 
za  con  paciencia^  lomando  ejemplo  en  los  animales,  á  quien 
Süsíenla).  c.  324. 

Como  la  rana  en  su  charco,  del  que  esláá  gusto  en  un  lugn. 

Como  las  ranas,  del  que  gusta  de  estarse  en  el  ^ua  ó  que  h 
bebe  mucho. 

Como  las  ranas  cuando  llueve,  del  que  habla  mucho  y  á  vocq^ 
y  más  siendo  varios. 

Como  una  rana,  del  que  anda  siempre  en  el  a£;ua  ó  del  que 
brinca. 

Cuando  la  rana  tenga  pelo,  (A  plazo  largo,  para  nunca  cíiid- 
plir).  c.  368;  ó  crie]  jamás. 

Cuando  la  rana  tenga  pelo,  seréis  vos  bueno,  c.  36S  y  598, 

Cuando  la  rana  tenga  pelo  y  lana,  y  el  olmo  peras,  y  tat 
apenas,  c.  3óS. 

Ese  no  es  rana,  no  es  de  despreciar,  no  es  un  cualquiera  y  necki. 

Es  un  rana,  un  perdido,  vivo  é  indómiío.  j 

Estar  hecho  una  rana,  del  tendido  boca  abajo  y  esparranadOL^ 

No  es  {ningún)  rana,  no  es  tonto. 

No  ser  rana,  del  ducho  y  mañoso.  M.  León  Obr.  poet  t  ¡,  pL 
163:  Los  huéspedes  nos  sentamos/y  bebíamos  sin  agua,/como  unos 
lobos:  y  á  fé/que  e¡  setior  Quzmán  no  es  rana. 

No  ser  rana,  ser  listo. 

Parece  una  rana,  del  que  se  arrastra  por  el  suelo. 

Quedarse  como  una  rana,  ai  caer. 

Rana  de  San  Antón,  en  Álava  la  de  zarzal,  Hyla  arbórea  L; 
de  Santa  Catalina. 

Te  vas  á  volver  rana,  del  que  anda  en  el  agua  mucho,  ó  ! 
lava  ó  la  bebe. 

/  Valiente  rana!  del  marrullero. 
Venir  hecho  una  rana,  mojado  de  ia  lluvia. 
Volverse  rana,  estar  mucho  en  el  agua,  lavarse  mucho,  beb 
mucha  agua. 


142.  raaa. 


577 


Bt^r^  bmno,  cuando  la  rana  tuviere  peto.  c.  438. 
n-illa.  djmin.  de  rana,  y  el  chítrto  casco  de  pié  ó  mano  del 
muía  ó  borrico,  por  Eener  la  Figura  de  tas  caderas  de  la 
^t  Albeit,  1,57:   El  cuarto  y   último  casco  es  llamado 
Bcsle  casco  el  más  blando. 

Sacunjo^  ranacuiijo,  dtm.  de  rana-cu-ajo,  de  ran-B. 
IB  antes  de  íormarse  del  lodo;  por  mctáíora  se  dice  del  bom- 
leñoydelos  niños.  Quij.  1,18:  Los  renacuajos  del  agua.  L. 
t  18:5¡  duermo  ó  no,  ¿qué  le  va  al  gesto  de  renacuajo?].  Pin» 
:  Conio  los  renacuajos. 

(nacaojú  tiene  sis  cuajo,  c.  329.  A.  Aiv.  Silv.  Dom.  3 
A  cada  renacuajo  su  cuajo.  Es  decir  que  cada  uno 
ecer,  á  cada  cabeza  su  seso. 
'énacuajos,  que  rabian  y  sufren  asi  los  que  llevan  vida 
ar. 
O  un  renacuajo,  del  pequeño  y  de  poco  aprecio. 
[l-4?ro,  lugar  donde  se  crian  ranas  (Cuba). 
n^oAaf  en  Aragón  la  res  baldada  ó  impedida  de  los  remos, 
T  como  Tan*a. 

n-eai*.  baccr  como  la  rana  pataleando,  voceando.  O.  Oa- 
'em.  13:  Bjalo  que  puea/raneal  con  las  piernas  al  aire.  Enr, 
Tttúdaña  7:  Le  dejamos  raneando  (voceando). 
'raii-arsej  ap-arranarae.  en  Salamanca  sentarse 
1  mujeres,  ap-o  abajo  en  euskera. 


143.  Fué  la  pri mí i"a  voz  vascongada  que  llegó  á  mis  oidos  fc  , 
muchacho,  ciíando  ni  por  pienso  sabía  yo  que  hubiese  vascuence  J 
en  cl  munda  ni  que  pudiera  nadie  hablar  más  que  casíellano.  Atidi-i 
bamos  melidos  hasta  los  tobillos  á  la  lengua  del  agua  en  un  retnaiBB  ] 
del  Ebro,  y  un  vascongado,  fresco  como  una  camuesa  y  espig 
más  que  los  maizales  del  valle  de  Azpeitia,  nos  dijo  que  en  su  licfti . 
el  agu.i,  aqiieüo,  se  decía  ¡auur!,  y  pronunció  una  a  ían  larga  que  ■ 
despenó  en  mi  algo  así  como  un  pozo  hondo  y  lemeroso;  mas  I 
reparé  en  que  mis  pies  calaban  y  entraban  en  fo  hondo  del  agua  y 
sabía  que  á  los  pocos  pasos  río  adentro  no  hallaría  pié.  Parecióme 
aquella  voz  honda  a,  que  el  chicote  sacaba  de  !o  hondo  de  su  gw- 
gabero,  y  aun  la  hacía  más  retumbar  alargando  los  morros  como  cí 
gollete  de  una  botella,  algo  ían  hondo  y  oscuro  como  el  agua  quení 
rodeaba.  Luego  sentí  su  empuje  en  mis  canillas,  mientras  repeííiyo 
pensativo  ¡iitmr!  No  me  di  cuenta  enteramente,  pero  comoqufi 
presentí  que  con  el  agua  también  se  movía  la  lengua,  y  esta  vez  dije 
¡urnr!.  Después  acá  hurgando  en  estos  sentimientos  y  recuerdos  de 
antañazo  he  venido  á  caer  en  que  si  no  tenía  el  hombre  primitivo 
voz  más  á  propósito  para  expresar  el  agua  como  único  cuerpo 
ahondable  y  penetrable  que  la  honda  u,  el  acompañarla  la  movedia 
r  no  venía  menos  a]  caso^  cuando  el  agua  era  corrienfe.  Porque  fro 
hay  cuerpo  que  no  caiga,  resbale  y  ruede,  si  le  falta  apoyo;  ptf 


143.  or. 


579 


se  para  por  el  roce;  mientras  el  agua  el  mismo  roce  parece 
r  de  aceiíe  i  sus  maléenlas  para  rodar  y  deslizarse  más  suave- 
le.  En  suma  que  el  agua  es  lai»  deleznable  y  resbaladiza  como 
dable  y  liviana.  Se  dqa  peneíiar  del  dedO;  del  brazo,  de  los 
lantu  de  los  muchachos  como  de  tos  pescadores,  sin  cortarse  ni 
cdaz'.rse»  y  corre  que  !c  correrás,  se  desliza  que  le  deslizarás, 
tener  pies  ni  ser  anguila.  El  ai^ua  sonó  iir  con  r  suave;  urak 
trrena,  urak  daroo,  lo  que  d  agua  trae,  el  agua  se  lo  lleva, 
idian  ez  ezar  oinlk  ei  tskiirik,  en  agua  estancada  no  metas  pi¿ 
lano.  Conocieron  los  hombres  tos  jugos  de  carnes,  frutas, 
kTcs  y  otros  muchos  líquidos,  y  á  todos  los  llamaron  ur,  de 

que  vino  i  signific:;r  todo  cuerpo  en  estado  Eiqutdo. 
inire  sus  muchos  derivados  y  compuestos  los  relieves  y  horru- 
ue  deja  el  agua  al  pasíu  se  dicen  ur-abar  ó  ramaje  del  iir,  la 
a  baja  ura-bera,  la  atU  iirú-gora,  la  bomba  de  agua  ur^cga  ó 
que  la  sube,  la  presa  y  el  agotamiento  que  en  ella  se  hace  para 
ttr-agor  ó  seca  del  agua,  el  Aguaducho  ó  avenida  ur-alde, 
tu/,  es  decir  vez  de  aguas,  el  rio  ur-andi  ó  grande  agua,  arrufar 
idera  en  el  agua  ur-andi-ttí,  nr-aimtu,  agua  de  la  presa  y 
liso  nr-cn-sda,  que  hace  (-glla}  quedarse  {-an}  el  agua,  agua 
guijas  íir'Orris  cnvpap-ir  en  agua  y  envanecerse 
,  recipiente  ttr-üskít,  a;;ua  sulfurosa,  hedionda «f-tífs, 
ó  berza  de  ai^a  ur-aza,  cenagal  ar'basa,  coditlera,  ampo* 
r^atu  ó  dígase  agua  recogida,  oriítade  rio  ó  mar  ur-baztcr, 
RnUal  ur-begi  ú  ojo  de  agua,  2.in].i  nr-bide,  agua  tranquila 
,  tibia  ur-cpd,  viva  ur-bizi,  ur-crre,  riada  ar-eía,  ttr-etu, 
irse,  regar  ur-ez-talu,  de  ur-ez  de  agua,  vado  ar-tzH  ó  agua 
y  agua  dulce,  agua  coriirntc  ur-gan,  nutria  ar^getra, 
que  anda  al  agua,  agua  s-ilada  ur^gazi,  icmanso  ur-gcidi^ 
roja  mineral  ar-gorri,  caliente  ur-hero,  manantial,  aguaje 
muerta,  tranquila  ur-íV,  corriente  ur-ioan,  ar-ibiti, 
la  uva  sacindolc  el  jugo  ó  estrujar  ur-Ích-ki,  ur-izki, 
X  agüita,  orina  ur-istirl,  que  sale  en  cliorrilto,  cantidad  de 
ur-keiti.  abedul  tir-ki,  muy  amigo  del  agua,  manantial 
tiza,  cisterna  ar-ííze,  pantano  ur-Hngirda,  agua  dormida 
vado  ó  poca  agua  ur-me,  arme-gtine,  nrme-tuie,  hidri>pesía 
I,  torrente  ur-ol»  inundación  urol-dc. 


580 


OrIOCN  y  VIDA  DCL  LCNOtiAte 


Zambullirse,  anrgar  »r^e,  arpe-ta,  -pe  bajo  el  ifui,  ly^N 
zambulléndose.  Hilo  de  agua  en  las  peñas,  ñltracit^n  af'tufar,  w 
nigar  6  lágrimas  de  agua,  gallíneu  y  inarlfn  pescador  irr-tflto.  <! 
ur-chocho.<\\it  también  vale  tordo  acuático,  marisitia,  lugar  enagua»  i 
do  «r-foAi,  manantial  urf-oski^s\  es  pequeño  ar-f':^  '"'   '•''"din 
-kit  que   hace,   niitria  y  perro  de  agrias  ur-.  jaral 

aguas  ur-tchorl,  aguanoso  ar-tsu,  aguar  ur-tsu-ta,  ar-tza-ta, 
-fa,  agua  turbia  ur-abel,  ar-uer,  aljibe  ur-züo,  ur-zulo,  Todwl 
compuestos  tan  claros,  que  basta  saber  lo  que  sígatfica  eJ 
componente  de  por  sí  para  entenderlos. 

Lo  propio  del  ur  agua  es  üt-í,  y  con  e  llamatÍTa  ear-i  ta  Durii  y 
la  población,  que  se  hacía  junto  al  agua,  co  i  i  pre  (e  ha  heite 
De  aquí  los  muchos  nombres  de  poblan  n  ari:  UHa 

Uri-bazter,  üri-be,  Uñbi-tarte,  Uri-goiti,  Urí-barre/t,  Ufi-i 
i/rí-oste,  que  siempre  indican  el  agua:  ari-arte  es  entre  ag 
uri-be  bajo  el  agua,  uri-goiti  por  la  paric  alta  del  agua,  arZ-osA 
espaldas  al  agua.  Uri-galduan  amia  eskuan,  cu  vílli  ruin,  pie 
ta  mano.  Temporal  de  aguas  es  uri-íe,  euri-te. 

Olro  derivado  es  ur-in  dimin.  agüita,  el  jugo,  el  zumo,  la  i 
la  grasa  ó  manteca,  la  sustancia,  errekak  zilobattra  €ramattíi\ 
samatsaren-urina,  la  cuneta  lleva  á  un  agujero  la  sustandaj 
abono,  sagar-urina  el  zumo  de  la  itianzana;  urln-datu  cng 
nrin-ez-laltí  ídem,  ar m-Aetó  gr.isas,  «rí>i-ísa  grasicnto,  susianc 

Sufijado  uri  vale  c¡ud.id  de,  y  es  común  en  la  toponimia 
Euskalerha  y  de  leda  la  España  preromana:  Bazí-aria,  Len 
Ata-uña^  Goiko-uria,  Obek-tsría,  Oíh-arl,   Zcan-uri,  Btí'i 
Ast'uria,  Asi-uri-ka,  Bcr-uria,  Ga-uria. 

Propios  de  localidades  y  apelativos  son  arl-arte  entre 
aguas,  uri-barri  ó  uri-berri  villa-nueva,  uri-ona  eludid 
uri'zar  ciudad  vieja,  arí-bezar,  ari-en,  urí-be,  eto.  Porsupu 
también  son  apellidos,  porque  todos  ellos  se  lomaron  de 
locales,  del  solar  y  casería  de  U  familia,  y  fuera  de  tos 
que  siempre  han  ido  derramándose  por  España  y  Amcrici,  losj 
llídos  más  nobles  de  nuestra  nación  duran  desde  antes  de  (a  W 
de  los  romanos  y  son  del  mismo  jaez  y  cep^  ibcnca  6  yí 

Recuérdense  nombres  históricos  del  pasado,  de  liov,  upcNll 


Tm 


143.  ur^  Hfée, 


581 


más  de  U  milad  son  d«l  euskert,  el  cual,  segiín  mucliM, 
tíene  que  ver  con  el  castellano  ni  con  los  españoles. 
r  Que  d  cerdo  gti$te  del  agua  es  bien  sabido,  y  si  se  revuelca  en 
[clttfCOftes  porque  no  (ieiic  agua  limpia,  que  lo  qtie  su  calor  pide 
rse  en  agua  ó  lodo^  lo  que  hubiere.  E&to  da  á  entender  su 
fibre  ur-ífej  el  agüear,  como  quien  dice,  üfi/e-arrf/ cerda,  ó  cerdo 
idero,  piara  urde-aídc,  urd~aldt,  cerda  que  cria  urde-ama^ 
i-^ma,  jamón  urde-Q2pi,  carne  Uc  cerdo,  tocino  urda-ki,  dúquero 
Jta-n-de^i,  \Mm6n,  tocino,  arda-i  ó  tird-ai  lo  deT  cerdo,  el  gordo 
l'gUen^  (rozo  de  tociito  urdai-kí\  urdai-onso,  urdat-ontzaíd, 
ai-unsagi,  urdúi-anUa-ki,  morcillón  urdai-ñ,  ci^rdi  urd-onga, 
aillo  urd-arrain.  El  estómago  ardai,  urdaü  se  dijo  de  arde 
metáfora  del  cerdo,  como  urda-keria  obscenidad,  urd-aada 
n  mala  y  comadreja,  ard-anga  cerda  y  ramera,  ard-aika  mala 
Ijer,  urde-tu  ensuciarle,  hacerse  puerco,  urde-zatn  porquero. 
£1  color  azul  vascongado  es  el  azul  verdoso  del  agua,  ur-iUtt 
de  agua,  y  también  vate  agua  turbia,  moho,  sucio,  ^vls  (de  la 
^bi  á  peto  no  del  lodo  cano);  urdin-du  azularse,  enturbiarse,  en- 
leccrsc,  ardiñ-ert  peca,  urdin-ka  azulado,  diiniíi.  urdin<fika, 
fi-zka,  enmollecerse  urdin-tu.  Navegando  por  el  Meiiücrráneo  he 
Jo  algunos  días  el  agua  azulada  por  retratarse  en  elia  el  cielo 
y  deslumbrador.  Así  me  explico  porque  ItAniaron  ur-din  el 
azul. 

No  dejaré  de  decir  aquí  que  en  et  habla  de  las  picapedreros  de 

|licía  hay  un  icxtco  euskórico,  que  In  historia  pudiera  ;tclarar.  Al 

,  la  llaman  ar-eta,  que  vale  aguas  en  euskera,  y  al  cerdo  urdió, 

ftipindfy  Jardio,  Á  Ea  piedra  arria,  A  la  cantera  arri-oi-tira,  el  arrl- 

\  euskéríco,  ó  argina,  hacedora  de  piedra,  lo  grande  andia,  ele. 

La  medida  del  ano  no  pudo  ser  el  sol  ni  su  cirrera,  por  no  estar 

nce  del  pueblo  %in  los  conocimientos  a^trotiómicos  de  que 

;Jao  los  hombres.  Llan;>')sc  el  año  por  la  vudta  de  ia$  aguas,   lo 

dá  i  entender  que  la  tierra  donde  se  inventó  c^te  vocablo  era 

I  ó  menos  tropicat.  Hl  año  tiene  e!  mismo  nombre  que  la  avenida 

i  aguas  é  inundacii^n,  iir-te  A  acción  de  ar,  el  agüear,  como  quien 

?  arte  por  lérmino  medio  de  aflos,  urte-gaiztoa  okin  ats 

:,  todo  junaJeria;  aijada  y  año  de  abundancia  urí-aidit 

,  mrt-übtf  cabo  de  año  urta-bett,  arte-bdet  ramas  que  adi 


582  Oriqen  y  vida  del  linauaje 

año  brotan  urt-adar,  cosecha  ó  para  el  aiío  urt-aro,  Enero  art<rt4i 
ó  mes  de  agua<i  del  año^  primer  día  ó  comienzo  del  iño  nfí-nfs, 
regar,  bañarse  uría-tu,  niños  nacidos  el  mismo  año  urt-aur,  deju 
corro mper&e  el  lino  en  el  agua  urta-z-ta,  en  algunos  años  arU-üíS- 
ka,  añojo,  anual  uríe-an^go-,  urtean-urteangOf  comienzo  de  afw 
ürte-aste,  año  nuevo  urte-barri,  urte-berri,  Enero  urte-berr-il  ó  ma 
del  nuevo  año,  brote  anual  ur te-bota,  urti-ka,  provisiones  para  tf 
año  arte-ko,  6  lo  para  el  año. 

Nombre  de  acción  de  ur  agua  es  ur-fe,  y  su  infiniíivo  ar-ío,  j 
su  locativo  ó  presente  ar-te-n,  como  igi-ie  ei  hacer,  egi-ía  y  egi-tiM, 
Vale  ur-ten  brotar,  salir,  como  el  agua,  izerdi-larri-batek  urteim 
deust  gorpuiz-güzHH,  un  sudor  congojosa  me  brota  de  todo  d 
cuerpo,  udaberrian  urteíen  dabe  kapalaük  tchiribiria  biurturitt 
en  primavera  salen  del  capullo  Iiechos  raaj'iposas.  Vale  ur-ía  iunát- 
se,  regar,  derretirse,  fluir,  desaparecer  ó  irsej  liquidarse  en  suDsi: 
negarrez  urtu  deshacerse  en  lágrimas,  landarak  urtu  regar  lu 
plantas,  omn-eskaetan  dirua  iirtzen  da  gaiza  urean  bttak. 
el  dinero  desaparece  en  las  manos,  como  la  sal  en  el  agua,  fun- 
didor ur-tzüle. 

144.  Nuestro  eufemismo  ue  hacer  aguas  por  orinar  debió  estir 
en  usanza  entre  ios  romanos,  pues  íiMn-a  es  la  orina  y  arína-ri& 
zambullirse,  «ríVi-w/iS  el  ojina!,  urma-íor  buzo,  El  íema  ur-w  M 
un  adjetivo  -in  de/rr,  que  nada  vale  en  latín,  pero  que  tuvo  que  sig- 
nificar agufl:  es  más  claro  que  la  luz,  y  no  puede  darse  derívadÚa 
más  sencilla  del  tir  euskérico. 

La  orza  de  Hr-c-eH5  es  otro  adj.  -etts  de  *ur-co,  adj.  ~cf>  dd 
mismo  ur,  y  itr-na  por  urg-na,  urc-na,  es  otro  adj.  -n.  El  gri^ 
nos  ofrece  las  mismas  palabras  f/^^-^jv  orina,  'jí^-ííi*  orinar,  oúft-^ 
la  metra,  y  oOp-lc  ave  acuática.  El  planeta  Urano  es  el  Dios  del  ridflt 
que  se  llama  ciifi-av-'j;,  adj.  ^an,  y  o'jpav-to;  celesliaL  Los  müólogoi 
quieren  que  venga  de  la  raíz  sanskrila  var  ciibiir,  cual  si  la  atmfr 
íera  fuera  á  manera  de  cobertor  ó  pabellón;  pero  cuando  cjo^aJ 
Qli^-r,v  y  tir-itja  nos  preseiilan  en  casa  la  raíz  ur  agua,  es  necedid 
irse  á  buscar  ese  var  liasla  h  India.  Urano  ó  el  cielo  personifiado 
es  la  atmósfera  como  lluviosa,  si  no  miente  Esquilo:  «El  puro  Ura- 
nos anhela  penetrar  la  Tiei  raj  la  amante  Tierra  espera  la  unlia  cfl^ 


145.  orbayo,  orina,  orza. 


583 


El  amanie  Uranos  fecunda  con  su  agua  U  Tierra  y  engendra 
dos  para  las  besílas  y  los  cereales  para  los  hombres-  La  as- 
:  conyugal  ís  el  preludio  de  la  arborescente  esladón*  {Da- 
'):  y  Hesiodo:  «vipavo-  es  el  padre  de  Okeanos,  y  Urania  hija 
canos  y  de  Telhys  (el  agua).. 
ano,  padre  de  los  Titanes,  significa  padre  de  las  tempestades. 

Var-anas  Dios  de  las  aguas  6  var-ana  6  ur-ana,  en  zend 
Ot  son  adjetivos  -im,  -an,  -en,  como  urina  es  adj.  -in;  pero 
coii&onAnliza  i  mentido  en  skt.  lomando  Iras  si  a  inorgá- 
[sa  forma  var  no  es  más  que  el  ur,  no  es  la  raíz  sencilla,  sino 
cada.  El  agua  en  ski.  suena  vár,  vnr-i  adj.  -/,  var-i  río, 
Uha  nube,  mar,  var-idln  mar,  vür-da  nube;  y  sin  consonan- 
n  ftr-fj/oln,  ar-dra  núifia,  en  /.end  var-a  lluvia,  va/r-/el  mar. 
hriante  de  Urano  y  V.iruna  es  en  ios  Vedas  Ur-i-!ra,  cquivalen- 
ré-tral  «Urttra  manda  y  deirama  las  aguas»;  -ira  es  de  agente. 

tur  el  mar»  ñor.  ur  llovizna,  yra  lloviznar,  irl.  fual  agua, 
r  ó  vGr  mar.  El  lingíii^ta  que  no  vea  que  ar  agua  es  la  raU  de 
slas  palabras,  csUi  dejado  de  la  mano  de  Dios,  y  el  que  aun 
lo  recapacite  en  el  origen  de  esa  nr,  que  nada   sijfnifica  en 

y  vale  agua  en  euskera,  y  no  vm  que  aquella*  lenguas  pro- 
I  '-  -  *".  no  tiene  perdón  ni  de!  diablo, 

son  ct  apellido  Uribe  y  los  pueblos  asf  llamados: 
jo  Ó  junto  al  agua,  asf  como  ur-i ciudad,  población,  ariberrí 
I  nuevo,  art'Zar  pueblo  viejo:  se  llamaron  así  íior  fundarse 
>lados  junto  i  los  ríos  ó  fuentes.  Me  sospecho  que  tal  es  d 
tí«  urb'S  urbi-s,  cuyo  tenia  arbi  es  el  urbe  ó  aribe,  sin  eti- 
a  indo-europea;  adj.  -an  es  urb-iinus  urbano,  adv.  nrban-tf 
Ufas  urbanidad,  sab-urbanus  el  del  arrabal,  sab-urbi-am 
,  in-urbanus groittro,  tirbi-cus  de  la  ciudaJ,  adj.  -koXo  único 
sen  \o$  etim^Iogos  es  que  urbs  piircce  relacionado  con  or&is, 
lara  la  mayor  parte  de  ellos  esla  relación  es  m:ís  que  dudosa. 
nfta  les  ha  dado  ahora  d  escritores  y  discurscros  por  decir  tas 
!t  urbes  en  vez  de  ciudades,  vilJas,  etc.:  con  su  pan  Latino  se 

Orl>ayo,  en  A&tnrias  es  Itovíjcna  menuda,  y  se  dccJan 
lliv¿s  ar-bajift  que  vale  lo  mismo;  de  ar  agua  y  bal  criba. 


584 


ORIOBN  V  ^(M  nSt  lOKltfMff 


cerner:  es  e!  agua  como  ctmida.  En  galáko-portugoéi  orvoUo,  y 
orvatlar,  urbajear  lloviznar  en  Alavj, 

Orina,  de  ^^ir^na,  por  urina,  «ópifv  orinar,  ÍL  orini»  rtr.  mm, 
prov.  otirino,  uní.  fr.  orine,  fr.  uiine^  cat  orína,  pg.  oarini,  Qt^, 
1,22:  Vn  mal  de  orina  que  llevo,. 

Bueno  orina^  y  buen  color  y  tres  higas  a!  dotor,  (Y  cíen  1 
c,  315. 

Opíti-al,  el  vaso  de  noche. 

Cuando  vino  el  orinal^  muerto  era  Joan  Pasosa!.  (Contra 
que  se  tardan  en  acudir  con  !o9  remedios),  c.  37Z 

Orin-ap,  de  orin-a.  Oran,  Simb.    1,26,1:  Asi  pron 
este  esinnque,  porque  na  anduviese  siempre  orinando.  Miro^ 
piles  que  me  voy  meíiendoá  viejo,  veo  más,   puedo  mis, 
más,  orino  más  alto  y  me  siento  mejor. 

Orza,  de  urceiis,  il.  orcJo.  Vasija  vídrLida  de  barro  y  sini 
para  conseivas.  Gaii  tspan.  3:  Con  lreint.i  or/j»s  de   miel,  aun 
tocada.  Hita  514:  Quien  non  tiene  miel  en   la  or^,  t¿ngaU 
boccU 

Orz-uelo.  dimin.  de  orz-a.  Inslriimenlo  de  cazadores 
coger  vivas  las  perdices,  y  es  como  tina  ratonera  de  Jgu.i  coo 
pilla  movible.  También  cepo  para  coger  íieras.  Cabr.  p.  344: 
zuelos,  Irampas,  hoyas,  donde   caen   tos  miserables  degos. 
Balkst.  3,3S:  Aj-manlas  asimismo  unos  orzuelos  co  que  caen, 
es  como  una  ratonera  de  agua. 


146.  Si  or  valió  ahí.  en  tomo,  driiculando  más  hondamente^ 
sirvió  como  demostralivo  más  cercano  y  junto  á  si:  /i 
dagoka  zaunka  egitea  ta  etche'Ur  ta  ingtjruan  iblltea,  a  praptb 
dd  perro  ladrar  y  andar  cerca  y  al  rededor  de  casa.  CaliaJmente» 
llamó  or  al  perro  por  andar  rondando  y  acorralando;  pero  ar  iiidioi 
mayor  cercanía  y  hasta  aprieto:  atorra  baizen  urr-ago  rtorraa  á 
cuero  más  cerca  que  la  camisa,  lengasa  urra  primo  camal,  ctrcaí^ 
aide  urra  6  aid-urro  pariente  cercano,  ur-ko  cercaoo.  De  aqni  «tur 
ar  signifique  la  avellana,  como  cosa  apretada. 

Atajo  ó  camino  de  cerca  .irr-6írfe,  cerca,  cercano  ar-bílt  y  Of'Ut 
ó  urbií'du  acercarse,  urbü-agorík  ikastearekin  con  v*ffe  mis  cero, 
irr{rik  urbiiena  el  pueblo  más  cercano,  arbU  JtakUkidati 


lí:  bÜ  andar  cn  iorno,  apretarse.  Atajo  urbii-bide,  cerca  urbü-tan, 

no  urbll'tko,  inmediato  arbií-en,  cercanía  ürbU-tasan,  acer- 

ur  eman,  ur  emon.  Fulano,  tal  es  ur-Iia,  es  decir  an  prójimo, 

|quc  cslá  cercano:  Ñor  ií  da?  erantzungo  date:  Urlia  U  da  cjuién 

rouerlo?   responderán:  Fulano  ha   muerto,    urtia-e^ancan  en 


Ahora  se  comprenderá  por  qué  sonando  suave  la  r,  ar^a  vule 

3,  en  vez  de  or-í  éste.  La  -o  de  lejanía  se  opone  A  la  *í  de  cer- 

y  or  en  torno  á  ur  un  prójimo^  un  cualquiera.  Ese  uro  se  tía 

tienüizado  en  varios  dialectos,  agente  arak,  por  el  a,  ak  aquél: 

si  por  aquel  viniese  la  moda  de  decir   fulano  ó  un  tal,  come 

I  ahora  la  de  decir  asfed  ó  sea  vuestra  merced  por  vos.  De  aquf 

1  sufijos  -ara,  -ara,  -arí,  con  el  articulo  -a,  ei  constitutivo  -a  y  cl 

Ibuüvo  -/,  que  indican  el  movimiento  y  tendencia,  así  como  ara 

jél:  gatdura,  putura,  ichura.   mukura,  ¿aiUuru,   takínduri, 

hari,  moíirL  Cn  castellano  -ura  (R.  82)  viene  de  este  sufijo  oonla- 

pnado  con  el  -tara  lalino.  y  el  latino  -tu-ras.-  íu-ra,  -tu-rum,  par- 

pia]  futuro,  es  el  -iu  participial  y  el  -ra,  como pU-ttt-ra  acción  de 

íMr  y  rebuliirse,  de  pU-íu  revivir,  aliarse. 

Con  artfctilOr  urr-a  el  prójimo,  el  cercano,  la  avellana  ó  apre- 

Pero  además  ¡urrrrra!  ó  ¡itrraf  es  la  expresión   con  que  se 

venir  i  las  f^ll i  ñas  y  palomas,  y  por  ende  su  nombre  entre 

Ese  rrrr  al  llamar  la  vieja  en  el  comí  á  sus  aves  caseras 

I  está  que  expresa  cn  el  movimiento  de  la  tcngua  el  movimiento 

Ico  de  las  aves  at  venirse  para  ella.  Y  si  orra  vale  fhí  con  la 

r,  arra  por  su  u  indica  mayor  cercanía.  Es  el  sonido  hondo 

onaJife  que  sale  de  Lo  hondo,  que  no  parece  sino  que  dice 

lid  acá  adentro!  Usase  ese  /arraf  en  toda  Espaüa  para  llamar  i 

I  aves  de  corral  y  no  sé  si  aun  fuera  de  Cspaf^:],  aunque  creo  que 

^  para  esto  mismo  y  para  aianífe:ítar  el  hondo  regocijo,  es  decir, 

'  ó  vibración  y  meneo,  por  otro  nombre  conmoción,  que  hace 

úUíTj  brincar  y  moverse,  que  eso  es  el  regocijo,  y  u  hondamente, 

ción  bullidora  honda:  ¡arraf 
El  locativo  arra-n,  urre-an  cerca,  cercano,  casi,  tal  vez,  emen^O' 

ggin-urran  aitut  tengo  casi  acabado  mi  tiempo,  ü-arrana 
1  casi  muerto,  urrean  agindako  teuke  probablemente  mandarlt;1 
superlativo  urr-en  cl  mis  cercano,  erori-arren  i  punto  de  caer, 

as 


586  OmUEN   T  VIDA  DEL  LENOUA/E 


ii-ürren  da  eslá  casi  niuerío;  unan-cía  y  urren-da  allegarse,  áctf- 
carse,  ó  simplemente  urr-an,  urr-en;  inmediato  arren^ko,  \í  pté- 
xima  vez  urrcn-aldij  urran-aldi;  inmediata,  siguiente,  otra  vé 
urren-¿iO,  un  engo-urtean  el  año  siguiente;  agaff  unengo-arít, 
adiós,  hasta  otra  vez,  dimin.  unen-isa  casi;  arre-ra-ta  acercar^ 
une-ro  casi,  próximamente;  un-ago  más  cerca,  unaR-Ckh 
cerquita. 

El  sufijo  -un  en  indica  periodo  de  días,  eí  más  cercano,  ti  di: 
bederaizi-anen  novenario,  zarpi-anen  setenario;  lo  mismo  col 
ürte  año. 

El  indefinido  arr-e  vafe  cerca  y  el  oro,  sin  duda  por  sus  pc|fr 
las  apretadas  y  pequeñas;  deí  oro  llamóse  á  veces  arre-zuri  la  j>M 
y  une-goni  el  oro,  por  lo  blanco  ó  rojo,  urre-bizi  mercurio  ú  oro 
vivo,  une-gin  platero,  urre-gintza  platería,  urra-z-tQta  dortf, 
urrc-zilar  oro  y  plata,  unez-ko  de  oro.  Si  itne-gonió  arte  ro|0  ñ 
el  oro,  y  iirre-zuri  ó  itrre  blanco  es  la  plata,  claro  está  que  irfM 
propiamente  fué  e!  nombre  de  la  pepiía,  la  primera  que  se  hllU^ 
que  fué  la  de  oro:  es  el  indefinido  -e  de  un-a  avellana,  lo  prieto. 

Atributivo  -r  de  iirr  es  im-i,  que  vale  apretado,  lo  del  acerctíSE, 
como /irr-o  la  aveJlíina,  de  donde  ün-í  tncaño,  prieto,  miserabíe, 
escaso  y  chichón,  jorobado,  coímo  apretado,  y  lento  que  se  va  aaf^ 
cando,  en  fin,  los  meses  de  escasez  Setiembre  y  Octubre,  lan-affk 
trabajo  escaso,  uni-iini  muy  prieto  y  colmado,  uni-aro  oUAl^ 
época  de  escasez,  uni-eta  Ocíubre,  oíoño,  uni-kaí  miseria  6  es* 
sez  dañosa,  unikal-du  compadecerse  del  miserable,  unikaifSi 
misericordia  ó  unikal-tasun,  anikal-ti  compasivo,  unik~ari  (*■ 
dad,  urri-ki  compasión,  lentamente,  itrri-ki  izan,  uni-kaiUBj 
urr/A-íín  í'za/i  compadecerse,  del  apretarse  las  entrañas  acorigfljfr 
dose  y  lasiimándo^^e,  uni-ta,  uni-fe  otoiiada,  ürritasufi  tU3tíl^ 
lentitud,  uni-iíí  escasear,  colmar,  hacerse  lento. 

Mayor  fuerza  qtie  -or  encierra  -ur,  como  que  vate  lo  quetflft, 
apretando,  an-ean  aquí  cabe  mí,  cerca.  Cuando  la  idea  de  ttnfítt 
'Or  es  más  profunda,  convirtiéndose  en  la  de  eticenar  detiífo,  eflí 
fondo,  se  dice  -ur.  El  miedo  se  mahifiesla  por  Un  encogimiento  y 
ftovillamiento  de  todo  el  hottibre,  no  solo  en  lo  de  fuen,  «tttfe  ttll 
sino  en  el  ánimo  y  eh  lodo  ct  cuerpo,  pues  e!  eíicoglmiento  q« 
muestra  afuera  et  que  t]tt\k  miedo  no  ts  íaáA  qU«  la  izarte  visíbhdá 


■■     m 


J47.  -urro,  -arrio. 


W7 


^fcecho  general  y  qu«  arraiga  en  el  ánimo.  Aovillarse  y  apelotonvss 
bilda,  biít:  el  miedo  es  hitd-ur.  Si  preguntamos  á  Ins  eieoclas 
modernas  qué  es  H  combuslibte,  la  \fm,  el  carbón  mineral, 
I  dirán  que  es  un  atniacenamiento  tie  energías  solaras.  En  i*ft:cto, 
i  sol  descompuso  las  materíai  Lernaría^  vegeUles  dejanJu  el  carbooo 
tal  situación  de  instabilidad,  que  solo  aguarda  á  c|ue  le  toque  el 
K^eno,  con  lal  que  veng:a  algún  tanto  apasionado  y  calicnle  para 
Jtir  al  momento  caiga  en  sus  braT^os,  se  entregue  á  su  voracidad, 
nionces  aquellas  energías  solares,  que  estaban  como  ud  rcsoilc  man- 
ilemlo  la  instabilidad  det  carbono,  quiero  decir  Uabajandocn 
ípcdir  que  oíros  cuerpos  viniesen  «i  combinarse  con  éUnopudícnda 
ííslir  al  ímpetu  del  oxígeno,  sueltan  su  presa,  y  salen  afuera  en  Ja 
I  que  en  un  principio  tuvieron,  de  luz»  calor,  fuego.  Esc  altna<;e- 
liento  de  las  energía<i  solares  tiene  una  fórmula  en  el  nombn: 
rimitivo  de  Ea  leña  y  del  combustible.  La  energía  solar  es  e^,  ü^* 
nde  egtts-ki  sol,  que  las  tiene  y  tas  fragua,  eg-un  día«  espacio  del 
p  ahora  bien,  el  tener  afgo  encerrado  hemos  visto  que  ha  de  expre- 
por  «r:  el  comlnisijble,  la  leña  se  llama  eg-ur.  ts  todo  un 
itxdo  de  fisiología  vegetal.  El  nombre  de  la  azada  remonta  a  la 
I  de  piedra,  es  otro  tratado  de  prehistoria:  dfcesc  aích'ur^  aiUat, 
■  ti!  '"      ""■  peña. 

'.  I  de  -ur  es  -J/rrní  lo  apretado,  poco,  escaso,  6  simple* 
lo  propio  (-i)  del  tener  ó  encerrar  (-ur):  eíoií-urri  apocado, 
Hin-arri  hormiga,  ask-urri  cosa  vulgar. adocenada^  de  asko  mucho, 
^-urri  apocado  de  ánimo.  Tenemos^  pues,  ur,  urr-i  con»o  sufijos 
d  mismo  valor  que  tienen  de  por  sí. 


147.     -urro,  del  euskaro  -arr:  bab-urr-ear  de  bab-a,  dcspach 
■rde  patch,  (d)eá})3nz-uiTar  de  pfin/-a,a)>ach-urrar  (Ilond.),  l 
!>-arrBrsc  (Galicia)  de  cs-cap^r,  caz-urro,  cacb-urro,  cosc-urro=a 
•UTTO,  chutíi-urrar,  cant-urr-ear,  diap-urrar,  bat-urro  de  bato, 
•ttrrlo,  offIo,  como  eti  etiskera  -urri,  escaso  y  lo  propio 
^át,  despectivo:  cep-urrk»  de  cepo,  band-urria  ó  pand-urria  de  bandii 
^kd-urti-ales  de  andar,  vtll-orrio,  cimb-oirio. 

^V   148.     He  dicho  qiia  la  a  de  jarraf  para  exclamar  regocijado  • 
llamar  i  las  gallinas  tenía  algo  de  hondo,  dentro  de  mi;  y  aunqu 


588  OjtlQEN  Y  VIDA  DCH  LENGUAJE 


yo  lo  he  dicho,  más  de  cuatro  lectores  no  lo  habrán  creído,  atribu- 
yéndolo á  cosas  mías,  á  mi  teoría  que  había  de  llenar  de  ripio  i  Mtt 
de  buenos  sillares.  Como  no  gusto  de  que  nadie  me  crea  por  mi 
palabra,  que  nada  vale  sino  es  portavoz  de  la  razón,  conviene  qut 
ahora  la  oijs^mos  á  ella  misma. 

Con  la  -a  de  adjetivos,  que  llamo  constitutiva  porque  expresad 
tener;  aquello  que  tiene,  arr-a  es  lo  que  tiene  urr,  y  de  hecho  v<Jc 
espeso,  apretado,  colmado,  de  suerte  que  urr,  tanto  con  -a,  -e,  4, 
como  con  ~a  vale  siempre  una  misma  cosa:  ile-urraa  da  aarr-orrú 
ese  niño  tiene  mucho  pelo. 

Pero  he  declarado  la  acepción  de  prieto  por  la  de  cercano,  y  ésta 
por  la  de  hondura  en  la  voz  arr,  y  lo  que  hace  al  caso  es  ver  li 
acepción  fisiológica  de  ese  arr,  de  la  cual  nacen  las  acepciones  mái 
objetivas.  Al  llamar  á  las  gallinas  traduje  ¡arrat  por  ¡venid  acá  aáeih 
tro!  Adentro  en  verdad  es  lo  que  indica  fisiológicamente  arr,  mo- 
vimiento (rr)  hondo  (u).  Eso  de  decir  movimiento  hondo  no  es 
más  que  analizar  en  dos  palabras  el  arrullo,  que  es  el  que  se  -dice 
urr-a,  el  mismo  arr-a  que  las  aves  hacen,  lo  que  tiene  urr.  Porque 
¿qué  es  el  arrullo  del  pichón?  Es  un  sonido  hondo  y  oscuro,  del  tim- 
bre a,  y  además  vibratorio,  de  timbre  r,  es  resonar  adentro  algo  que 
se  parece  á  nuestro  arrr.  Esto  mismo  se  ve  por  los  derivados.  B 
arrullo  se  dice  arr-u,  arra-eta  ó  donde  hay  arra,  urru-ka  ó  andar 
al  urra,  urra-e-ka  indefinido  plural,  urru-ma,  de  ma  dar  de  s^ 
arruma-da,  da  donde  hay.  Arrullando  arruma,  arruma-da,  arru^ 
ma-ka,  nombres  además  del  lamento  y  quejido  humano,  del  br»- 
mido  del  ganado  vacuno,  del  silbido  del  viento.  También  el  arrullo 
arrun-ga. 

Con  la  -p  de  hondura,  bajo,  urru-p,  urru-pa  sorbo,  trago,  i 
causa  del  mismo  rurun  ó  arra,  solo  que  bajo,   medio  á  la  calladla 
menos  sonoro,  arrapa  egin,  urrupatu  sorber,  urrupa-ka  i  sorbos. 
La  hembra  del  ganado  arru-za,  arra-cha,  urru-tch,  arr-idu, 
llamóse  del  arrullarla  el  macho,  la  del  arra  ó  arrullo.  El  pichóoy 
la  paloma  ur-zo,  el  del  mucho  arrullo,  palomar  arzo-tegi,  urza-^ 
El  estornudo  urzain,  urzainz,  artzintz,  urzinfz,  arsain,  esíonifr 
dar  arzin-da.  La  ardilla  archa,  urchantch,  archints. 


150.  arrúi,  arrnn. 


5S9 


149.    Uppa!  con  los  mismos  valores  para  llamar  i  las  aves, 
lie  en  cuskera,  y  de  regocijo  y  como  arrullando. 
Urr-L  urtia,  del  euskaro  ¡urra!  J.  Encin.  92:  Silva,  ¡urrial 
út  grílíHo. 

¿/rrj  acá,  T.  Naharr.  11,   75:  Sí  n' os  digo  ]hurrl  allá!  Lope, 
\Hijo  ieofí.  1:  No  hay  más  de  venir  al  campo  /  de  hablar  con  cabras 
bucyts  /  y  usar  bárbaros  vocablos...  /  Urri  acá,  buey,  y  oirás 
'  /  de  que  no  hay  vocabuUrio. 

Hürriaiiá.].  En-cin,  100;  Repastemos  el  ganado.  Hurriaílál 
Riirlif»,  ó  repelido,  es  expresión   del  arrullar  vascongado, 
qtie  se  ii!>a  en  varias  parles  de  España  para  llamar  á  las  hembras  i 
jnos  animales,  como  i  ta  cabra,  etc, 
/r  de  rucha,  en  Asturias  corlejar. 
Ruca.  Yegua  joven  en  Falencia;  del  arrullo  arruA'o. 


]  50.     Con   el  -tik  áv,  fuera  de,    ur-Ük-ú  ei  d   sustantivo  de 

de  aquí  cerc^i,  y  vale  lo  que  se  echa,  el  brote  ó  rama,  á  esti- 

ó  urropndo,  birao-urtika  echando  maldiciones^  arri-ttríi-ka 

nzando  piedras^  tchinpart-ttrtika  echando  chispas,  adar-urtika 

ando  babas,  íchisí-urtika  escupiendo;  de  aquf  tírtik-i,  urtig-i 

ir  lejos  de  sf,  arrojxr,  arria  urtigi  ta  cskua  osta,  Itrar  la  piedrs 

'  esconder  la  mano,  ürílki  ziUaion  se  le  arrojó. 

At  ganado  se  le  hace  retroceder  dicíéndole  t-aM  con  la  t¡  lla- 
Biltva»  eur-tiki  arrojar,  desechar,  earíu  liacer  cejar. 

Cuando  el  perro  anda  de  caza,  y  aun  cuando  no  anda  en  ella, 

rque  siempre  es  cazador,  va  tras  el  rastro,  venteando,  husmeando. 

iviila  parece  que  un  olorcilio  tan  liviano,  que  no  alcanza  nuestro 

kto,  baste  para  que  e!  perro  desde  muy  lejos  de  con  eJ  camino 

'donde  pasó  la  presa.  Esc  olorcilio  Un  ligero  díjosc  urr-ín,  di- 

BUtivo  de  urr  acercarse,  porque  hace  que  el  perro  poquito  i  poco 

lya  acercándose  A  la  ca/a;  urrin-da-ta  husmear,  olfatear,  perfumar, 

c/u  hedor,  arrtn-te  olor,  arrin-i-tata  aromatizar. 

De  aqut  vino  á,  indtcir  eJ  alejarse,  como  se  aleja  el  perro  en  s€-_ 

imienlo  dct  rastro  venteado;  y  así  urrin  olor,  vale  también  Icjc 

no,  arrindatu  husmear,  y  urrinda  hedor  y  alejarse;  urrin-g^ 

anü.  Lo  mismo  ttrr-un  es  el  rebusco  en  la  viña,  yendo  Iras,  junio 

I  y  por  otra  parte  del  irse  así  rebuscando  vino  á  signiíicar  Iej09| 


lejano,  arrun-tín  alejarse,  urru-ti  de  lejos  ó  ítrniti-an.  Sufijada 
-urran  periodo  de  dias,  bederatzi-urrun  novena. 

El  romper  adrede  una  cosa  apretando  es  arraf  urra-tUt  y  9U{  se 
dice  del  romper  el  día  por  metáfora  argia  arratzerat  zoan  apun- 
taba el  día,  urra-tze  la  aurora  ó  romper  del  día,  además  rasgar,  qu^ 
brantar,  destrozar,  quedar  molido  del  trabajo,  estallar,  reventar,  d» 
hacer,  descoser,  irriz  arrala  reventar  de  risa;  urra-tze,  arra-tzth 
pen  destrucción,  arra-ka  rompiendo,  refunfuño  del  perro,  ett, 
ürraJ:a-da  arañazo,  urra-ko  rasguño,  resquicio,  urra-koi  ó  urra- 
kor  rompedizo,  ur-urrata  destrozos  hechos  por  el  agua.  No  conozco 
deñnición  más  exacta  del  romper.  No  haya  cuidado  de  que  se  ron* 
pa  ninguna  cosa,  si  otra  no  la  aprieta  desencasando  sus  partes  / 
moléculas. 

Andar  al  urr  ó  apretando  es  ur-ka  agarrotar,  garrote,  hora^ 
traba  en  el  cuello  de  animales,  palitroque  donde  se  aprieta  la  yerba 
para  que  la  coma  el  corderillo,  cruces  de  haces  para  que  se  sequen 
las  espigas,  tornillo  que  aprieta  la  prensa,  viga  del  lagar,  pértiga 
encima  del  carro,  urk-abe  garrote  ó  palo  que  aprieta,  arka-bütr 
dogal,  urka-fcha  horquilla,  arka  y  urka-tu  exírangular,  urki  lo  que 
aprieta,  traba  que  impide  al  cerdo,  etc.,  entrar  en  sembrados,  urilü 
rueca,  lo  que  coge  el  copo,  ar-kila  rodrigón,  meca,  urkila-tu  ahor- 
quillar, arkila  horquilla,  ~ki,  -kil,  etc.,  significan  lo  que  hace  aró 
cerca,  apretar,  iir-koi  horma,  ar-kala  horquilla,  urkul-da  desgranar 
mazorcas,  abrir  el  erizo  apretando,  ar-ku~la  rasguño,  horquüll^ 
mella  en  la  oreja  en  forma  de  horquijo. 

151.  De  u/TflrA:í7,  mejor  que  de  arka,  se  dijo  en  skt.  vrAfld 
lobo,  el  perro,  el  chacal,  la  corneja,  el  buho,  el  ladrón,  y  etiloi 
Vedas  también  el  arado;  la  idea  de  romper  y  desgarrar  es  clara.  De 
aquí  en  pali  yaka,  indost.  brik,  bik  el  lobo,  en  zend.  vehrka,át 
donde  Vehrkdna  ó  Hircania,  tierra  de  lobos,  en  huzvar.,  parsi  f 
persa  gurg,  beluchi  gurk,  curdo  garg,  varg,  verg,  oseta  biragh,y 
en  irlandés  brecfi,  breachs  por  lobo  y  perro  salvaje,  como  en  skL 
vrka-dañga  perro,  vark-ara  macho  cabrío  y  cordero,  que  corneal! 
hoja  y  pierden  el  arbolado,  varkaía  clavo,  vrg-yati  coger,  agarnu; 
vergcika  escorpión,  vragc-ati  romper,  cortar  {taran  los  irbcki^ 
y  herir,  vragc-ana  acción  de  cortar,  herir,  sierra,  tijeras.  Todo  ao 


152.  racimo,  urraca. 


591 


ti»  urivcj,  dcrivaJu  ca&lcllano  dd  mismo  vocablo  cus- 
á  las  formas  sánskriUs  con  k  responden  FfMfac-íí;,  eol. 
Í)|^x.-*r,  pedazo  o  sea  rüío,  Ft/oyia  roca  á  pico  6taja<la,  póy-t^ 
Irsal,  p*x-o;  espino  con  púas,  que  desgarra,  pcp¿-wi  cortar 
,  ¡kí3-3ifi  ir  contrfl,  pe^ar,  rom|>er,  ppajc-ia:  v"  Tpa/ti;  tvsw 
^^  como  en  an!.  fríson  rra/:  dañado,  herido,  corlado.  Con 
^Bi  rccvmus  racimo. 

ERr  trae  aquí  Tpír,',  fjVj*f-vj-¡»i  romper,  desgarrar,  pí¡7'ii3  ped 
ísgano,  fr,^-[i!v  orilla  donde  rompe  el  a;íua,  S'.ct-ppojc  roto. 
En  gotio  bri'kan  yJA-*,  ^of>fl5'v.  ga-bnik-a,  Brocken  al,, 
s.  br'écan,  ingl.  ío  MwA-,  atií.  al.  bri-ltltan,  med.  al. 
?ra'.  brechen,  zeT'bn'che.  En  eslavo  Oreg-tt  ripa,  irl.  ¿"fo^p 
nmu),  briss-im  rompo.  f:ti  lal.  frang-ere^  f^^íí'U  Jrac-tum 
^^onfringere,  in-fringere  iníringir,  tn-frac-tio  infracción, 
rt-frinffcre,  re-fractio  refr^ícción;  frag-iíis  frágil,  fagiti-tas 
'  V  ^':jg-men  y  Jragmentum  pedazt),  [cagmenío,  Jrog-or 
■  T  al  rpmpcr, /ro;^-í),s«j  ijiteluado  y  ruidoso,  frajioso, 
K-ttíS  aíajo,  nau-frog-ium  rotura  de  nave,  naufragio,  ñau- 
as ■  '  ^-  "íüJ'nsafraí'io»   del  uso  de  los  tejos  al 

Sü¡y-,:^..  .  .„.:i,  apoyar  con  su  voló,  re-fragari  votar 

I,  rt-frac-t-aritís  que  halla  tjue   reprochar  cu  conlra,  retrae* 


i  grafía  3í»  <■*"  Levaos  y  Beoda,  dice  Brugmann  (157),  ppdíivoc, 
;;  muestra  el  cambio  de  ur-  en  vr-;  pW^I^'  >'  p'iosw  son  el 
If^,  cuyA  n  enjerida  ante  la^es  la  caía  ele  rtstica  de  presen- 


» 


RnciniOf  de  rac^^mus:  ii.  racemo,  prov.  r^tzim,  fr.   rai- 
emo.  La  porción  de  uvas,  granos  ó  fnitos  que  da  la  xid, 
•  oirás  plantas  cusidas  ú  sus  piccczuelos  y  estos  á  un  tallo 
del  sarmienio.  Qiiij.  2,38:  Llevarse  en  agiiz   el    racimo 
1060  vcduño  del  suelo.  Id.  2,21:  Una   palma,  que  se 
irgada  de  racimos  de  dálilcs.  Id.  2,51:  Con  un  pedazo  de 
un  racimo  de  uvas. 

tío/.  Quij.  2,60:  Vieron  los  racimos  de  aquellos  árboles,    que 
ucrpos  de  bandoleros.  Saav.  Rep.  pl.  82:  F.nUe  facimos  de 


I 


592  Oriqen  y  vida  dcl' 


perlas,  que  se  dejaron  pendientes  de  los  ramos,  los  traviesos  siHos  de 
una  clara  y  apacible  fuentecilla.  Herr.  Agr.  5,4:  Hallaianb  llent  de 
abejas,  racimos  á  racimos,  que  andan  buscando  la  salida. 

Germ.  ahorcado. 

A  racimos,  á  montones.  Berrueza  Amenid.  3:  Cógense  á  ih 
cimos  las  violetas,  á  montones  los  claveles, 

A  racimos,  apiñada  y  abundantemente,  personas^   insectos,  de 

Como  racimos,  de  lo  muy  agrupado  y  abundante. 

En  racimos,  y  aun  se  añade:  como  los  boquerones  fritos,  ei 
abundancia  y  arracimados. 

Racim-ar,  amontonarse  como  en  racím-o.  Hernano.  Entíd. 
U  6:  Un  racimado  enjambre  se  hicieron. 

En  Aragón  rebuscar  los  racimos  en  viña  vendimiada. 

A-ppacim-apse,  amontonarse  como  en  racimo.  Herr.  Aff. 
5,5:  Estarse  han  (las  abejas)  así  arracimadas  unas  á  otras.  Zamou 
Mon.  mist.  pte.  3,  Visit.:  Como  abejas  á  un  hombre  arracimadas. 
Viaj.  parn.  7:  Cuatro  se  arracimaron  á  un  quejigo.  L.  Qrac.  Crá. 
3,2:  Coronada  de  rubíes  arracimados. 

Afi*echo,  gall.  afreito,  en  Andalucía,  Extremadura,  Aragón, 
etc,  el  salvado,  de  af-fractuní,  frangere  desmenuzar,  lo  desmenu- 
zado. L.  Rueda  1,5:  Debía  ser  de  puro  afrecho.  Valderrama  §. 
Fer.  5  dom.  2  cuar.:  Si  viese  morir  de  hambre  ó  hartarse  de  ud 
pan  de  afrecho  infinitas  viudas.  Id.  Fer.  2  dom.  pos.:  Lo  que  en- 
cendían las  mujeres  eran  como  afrechos  ó  salvados. 

Urraca,  según  todos,  del  euskaro  urra-ka  coger,  robar;  y 
responde  al  nombre  del  lobo  y  de  otras  cosas  que  cogen,  en  \ñ 
I-E.  Ant.  también  furraca,  hurraca,  y  téngase  presente  para  la  A  no 
etimológica  de  otras  voces  euskéricas  en  castellano  como  haroBj 
harre,  etc.  L.  Rueda  11,53:  Escucha,  pico  de  urraca.  Quev.  rí?ffl.  05: 
Urracas  en  soto/ó  en  estrado  sotas. 

Hablar  más  que  una  urraca,  por  hablar  cuando  está  enseñada. 

Más  contenta  que  urraca  sin  cola.  c.  44Q  y  430. 

No  hay  quien  tenga  tanta  cola  de  urraca,  del  que  anda  en» 
gocios  para  los  cuales  no  tiene  costilla. 

Ser  una  urraca,  aprovechado,  avaro. 

Uppaqu-ear,  (hacer)  en  Argentina  hacerle  ver  las  esírellií 
ó  sudar  la  pita,  que  también  dicen. 


153.  urgen,  virgo,  verter.  593 


■  A-'burraji^-ar,  romper  mal  y  superficialmente  !a  lierra, 
cual  si  ía  picara  una  urrac-a,  Herr-  Agr.  1,5:  Más  fnictifica  «na 
huebra  bien  labrada  y  bien  aderezada^  cjue  tres  corridas  y  ahu- 
rngadas. 

153.     La  raíz  urg,  según  Curtitis^  significa  aprelar,  oprimir:  es  el 

Í,  arkatu.  En  gr.  Fe^^,  fi'p^-vü-jjiij  EÍp-[-tu  cercar^  encerrar,  apretar, 
díríender,  rechazar,  eipi-jtoí,  £ifx-r^  cercado,  Aüxo-'jp^-'>^  Li- 
5.  De  aquí,  según  muchos,  épK-oí  encierro,  red,  collar,  todo  lo 
«prieta,  y  ípx-'j';  juramento  que  ala;  en  lal.  orc-us  dios  y  señor 
W  inricino  y  el  mismo  iníierno.  En  godo  vrik-an  perseguir  apfe- 
■ndo,  aní.  a!,  reccheo  perseguidor,  godo  vruggñ  lazo,  ags,  vring-an 
Itringere,  godo  vorkyon  prohiberc,  vrafg-s  corvo.  En  lit,  verdj-in 
azar,  apretar,  esl.  vruz-an  ügare,  lit.  varg-ti  apretar,  vargas 
io,  esl.  vraga  enemigo.  En  skt.  varj-áti,  vrna-j-mi  excluir,  ro- 
^,  dejar,  perder,  vfj-ana  en  bóveda,  varga  junta,  clase,  vraj- 
arque«  cercado,  vrj-an-am  patio,  entrada,  vrj-inas  falso,  malo, 
Rdo. 

ro  el  latín  es  d  que  mejor  conserva  el  primitivo  valor  en 
re  urgir,  apretar,  ad-,  ex-,  m-,  per-,  sab-:  ursi  por  arc-sit 
'-ere  variante  de  urgere.  En  vaíg-as  zambo  hay  /  por  r,  y  rcs- 

Ede  á  paiPíi-;,  que  vale  lo  mistno  y  corvo,  godo  vraiqU'S  oxoXtá;, 
m  Fpati-(*c  por  consiguiente,  luego  Fpaií-io;, 
Si  rfí^íi  arruga,  riig-arey  cor-rugare,  esiá  por  vniga,  como 
:rcn  algunos  (Curtius  *  p.  ^73),  pcrtencire  .1  esta  raíz,  lo  mismo 
Que  el  ags.  vrmC'ie.  No  menos  verg-ért  inclinarse  hacia,  es  decir 
■er  corvo,  parece  variante  de  arg'?re,  aquél  neuiro,  csíe  transitivo, 
jOMno  pendtre  y  peitdíre,  memini  y  mont're,  detergeré  divergir, 
it-ia  divergencia,  inclinación,  i'n-,  e-,  re-vergerc. 
JAI  IM.  verdj-íí  apretar  y  esl.  vruzan  vrcs-ti  atar,  hay  que  afíadir 
arza  gen.,  igual  al  ags.  vringan,  ingl.  wring,  al.  ringcn  apretar, 
b!ar,  hol.  wringen,  ant.  .if.  ringan,  ags.  wringün,  irgl.  to  wring, 
•  vraggo  lazo;  variante  germánica  de  wrtng  es  wrank,  de 
'líiodc  en  al.  Ranke,  Ingl.  ir/'o/r^  ¡orcitlo,  malo.  ñor.  rangr  corvo, 
brcido,  hol.  wrang,  ingl.  to  wrangte  apretar,  ant.  al  renken  por- 
^an*-^a/i,  ags.  u'ríno  corvo,  wrenc-an  torcer,  ingl.  /o  wrencH; 
^  vez  gr.  p¿;i^,  p'íttpoc  que  valen  dar  vueltas,  rueda,  rombOj  aun- 


594  OrU3£N  V  ViDA  DKí.  lenouaic 


que  pudieran  venir  de  fi^-<ii,  eusk.  orpo:  los  autores  ¿tu(Uv,pefD lo 
primero  es  más  probable.  Dolor  por  el  aprieto  es  en  norso  vefk,  st^ 
vürk,  ags.  veork,  ingl,  irk-sonie  molesto,  pesado,  como  ípi-aX-íos, 
Añaden  algunos  virga  verga  por  torceise  y  doblarse,  virg-ala,  wlhi 
gal'tiitn,  y  Pp'V/'J^  '^zo,  y  verber  verga,  azole,  y  el  golpe  con  dh. 
como  en  es),  vrubú  saVix,  sauce,  til.  virbas  verga,  virbaías  palo  de 
madera,  verba  sauce;  Verbcra-re  azotar,  re-verberare  rechazar  ua> 
fando,  trans-verberare  atravesar  azotando,  de  verber,  que  se  d^S 
por  el  genitivo  verbcris  en  vez  de  verbus.  La  verbena  en  castellano 
y  latín  tiene  el  mismo  origen  por  verb-es~na,  át  *ver6iíj,  esd 
ramo  sagrado,  y  el  verb-ascuní  barbecho. 

Los  romanos  empleaban  la  verbena  en  las  ceremonias  lusírale^ 
los  pitonisas  se  coronaban  con  ella  para  arrobarse  y  piedecir 
venidero,  los  mágicos  Ja  quemaban  mezclada  con  incienso  durul|H 
la  preparación  de  sus  encaníamienlos,  los  heraldos  declaraban  li 
guerra  al  enemigo  llevando  cabe  sí  un  hombre  con  una  rama  di 
verbena  en  la  mano,  el  cual  se  llamaba  verbenariiis.  Era  la  yerta 
sagrada,  '.^^'/'^'J-'■i■■^^^,  herbé  ?acréi.',  denominación  que  alcanza  íambiíl 
á  la  salvia.  Cúralo-todo,  guérit-tont  se  la  ha  llamado.  Fué  en  Gredií 
é  Italia  hierba  de  hechicería,  de  buena  suerte  y  de  bu^na  safuJ,  pot 
lo  que  se  llama  Verbena  afjidnalis  L.  Como  de  buena  dicha  pertD' 
necea  las  vcrbenae  ó  sagmina.  Dice  Pliriip  (25,105):  *NuIlalanjf( 
Romanae  nobililatis  plus  babel  quam  liiera  botane  s,\\^u\  arht&ñoi, 
nostrl  verbenacam  vocant.  Haec  est  quaní  legatos  ferré  ad  hosta 
iudlcavimus.  Hac  lovis  mensa  verritur,  domus  purgantiir  lusln»- 
turque,...  utraqiie  (genera  plantae)  sortiuntur  Galli  et  praccÍDinl' 
responsa,  sed  Mag[  utiqne  circ:i  lianc  insaniuní,  hac  perunctos  irapfr 
Irare  quae  velínl,  Febres  abígere,  amicitias  conciliare  nulliqne  noa 
morbo  mederi.  ColHge  deberé  circa  canis  ortum  íta  ne  luna  autsol 
conspicíant,  favis  ante  et  melle  lerrae  ad  piamenlum  dalis,  circna- 
scripíam  ferro  effodi  sinistra  míinu....>  Con  eeío  se  declara  nücsta 
verbena,  ir  á  coger  la  verbena,  juergas  nocturnas  ó  muy  lempranfr 
ras,  que  ni  haj'a  sol  ni  luna.  De  lo  último  que  dice  Pllnio,  qucSC 
arrancaba  con  hierro,  díjose  en  alemán  Eisenkraut  hierba  dchierrí> 
y  entre  germanos  y  eslavos  en  general  ysena,  ist'nc filete,  iseaam, 
isere,  Userenbart,  iscnbart,  isenliart  (Fischer-Benzon  Attd.  <kt^ 
tenfl.  p.  78),  y  en  eslavo  deriva  átzelezo  hierro  (Nemnich  4,155^ 


\ 


i  54.  haergo»  ogro. 


595 


!  esta  dcnomiRacii6n  su  procedente  en  la  antit^uedad  elisia, 

>Íotoándc»  trae  d  nombre  de  7!^r,fií>!-,  además  de  -z[í\~í^w* 

,  pahrmra,  «porque  la?  palomas  se  htidgan  de  Frecuentar  Á. 

ella  se  luiU»,  Uice  Dioscóiidcs  (4,&I),  y:  •  Dice&e  iiiie  ii  se 

td  lut>ar  á  do  se  hidereri  convites  con  d  agua  que  hubiere 

I  en  remojo,  regocija  mucho  los  convidados».  Tal  es  U  iMÓn 

verbenas  ó  comilonas  campestres.  «Uámanla  híciba  s.igiada 

er  úül  para  purear  la  casa  de  adversidades,  coEgAndose  en  ell»-. 

íser  Indígena  de  loda  Europa  la  verbena. 

hrios  autores  convienen  en  tfinparexitar  con  U  laiz  antn  lor  de 

I  urg-ere,  la  olra  Fipi  que  vale  esíar  con  empeño  en  algo,  de 

:  obrar.  En  ski.  Víoj-ümi  ir,  dirigirse  á,  es  reaímenlc  variante 

^rj-úmi  rodear,  prohibir:   Ea  idea  de  apidar,  cercar  dio  la  de 

Ibir  y  la  de  dirigirse  ú  acercarse.   Igualmeiile  en  gr.  2-'jp7*o^ 

,  por  Fcp7Wi,  p«í-u*.  por  Fpa^w^  por  Pip^Lw,  obrar,  es  ponerse  á, 

de  «'PK^B  cercar,  apretar.  Responde  al  $kt.  el  zend.  varez 

vareza  obra,  tem.  verez.  Obrar  es  i\f\-úX.'*n.tJí\,  éí>t-w  ubra, 

«'C,  ¿pX-«v-<»v  ímstruiiiento,  órgano,  ópi-tov  obra  sagrada.  En 

vaurk-yan  ¿p-ídíssOai;  obra  en  ant.  al,  wifrafu  wSrk,  al.  Wcrk, 

verk,  ags.  weorc,  ingl.  work;  y  obrar  ant.  a),  wirkan,  al. 

En  eslavo  vareza  obrar,  breJ.  Vergo-bretus—guerg  cíiicax, 

n  norso  orka  obrar  y  tener  fuerza,  poder,   procurai,  y  en 

\rjasvant,  ürjavya  tueríe,  poítnle. 

valor  secundariü  de  velicmcricia  á\o,  sc^un  <_urüiií,  '^p;-55 

,  cmpeAo,  ira,  ¿pi-úm  Icncr  violencia,  esur  en  caJor,  '>p|-4i 

(eiil,  of/f-ta  orgia,  fiesLas  báquicas^  ¿i>T-tCcii  irrtiar.   F,n  skt 

¡  ft/yas  fiierTa,  violencia,  poder,  aclividad,  ürja-yami  ürj-itat 

ríe.  En  lii,  vcrg-ii  verse  apretado,  csl.  vrag-a  enemigo,  godo 

B,  vrak  apretar,  apurar,  pcr^eauir:  son  tos  vocablos  de  la 

i  acepci<>n,  pero  cuya  conexión  con  esta  tercera  es  bien  m^rzi- 

,  ui  como  la  de  esta  Icrccra  con  ln  segunda  de  trabajar,  ser 

Del  urgir  ó  apretar  se  dijo  cl  tomar  con  empeño  y  el  activir 

bemenda. 


IIu«rco,  huerjío,  uerco,  de  orcus,  andas  para 
;  á  los  muertos,  (risle,  retiíado  en  U  oscuridad,  ínüenio,  mucr- 
nio;  íL  orcOj  sardo  orcu.  Corr.  176:  La  casa  heclu  y 


596  Okioen  y  vida  del  LEHOtúilii 


el  huerco  á  la  puerta.  Hita  400:  Almas,  cuerpos  c  algos 
huerco  las  traga.  Id.  828:  Diz:  cya  leuase  el  verco  a  la  vieja  RjsoBü. 

Huerca,  en  la  Qerm.  la  justicia,  de  huerco. 

Ogro,  del  fr.  y  prov.  ogre,  que  Diez  trae  de  orcus.  Comedor 
de  hombres,  como  huergo  ó  demonio. 

Rumbo,  de  rh¿ímbus,  de  pojiPoc,  fir.  rumb,  it.  rombo,  f^: 
rumbo,  rumo.  Es  término  que  signifíca  las  líneas  de  los  vienta  f, 
que  se  usó  primero  en  náutica  pasando  de  Italia  á  Francia  y  Espdi 
En  la  forma  rombo.  Qaij.  2,35:  Donde  estaba  mi  alma  entretenidí 
/en  formar  ciertos  rombos  y  caracteres. 

Son  cada  uno  de  los  32  radios  señalados  en  la  rosa  náutici^ 
rombo  di  vento.  Covarr.:  Figura  de  cosmógrafo  en  forma  de  C9> 
trella,  en  la  cual  forman  los  vientos,  y  sirve  á  los  marineros  con  h 
carta  y  aguja  de  marear.  Persil.  1,7:  La  nave  comenzó  á  correr  a 
popa  por  el  contrario  rumbo  que  venía.  Casa,  cel.  3:  Y  en  saliendo 
del  estrecho  /  lomar  el  rumbo  á  esta  mano.  Bañ.  ArJ..3:  Y  qued 
rumbo  de  Argel  toman. 

Sirve  también  á  los  astrólogos  judiciarios.  QüiJ.  2,62:  QuanU 
rumbos. 

Generalizóse  por  camino,  derrota,  física  ó'  moralmente.  Manoo 
Pref.  10:  No  deben  los  católicos  seguir  el  rumbo  de  los  herejeSL 
CiENF.  S.  BorJ.,  Dedíc:  Pasemos  á  descubrir  nuevos  rumbos,  por 
las  sendas  de  gloria  que  abristeis,  con  la  discreción,  con  la  gala  f 
con  la  bizarría. 

Por  el  movimiento  airoso  de  la  nave  que  camina,  las  velas  hiih 
chadas,  díjose  también  por  carrera  impetuosa  del  caballo  (TesM 
1671),  y  de  aquí  pompa,  ostentación  y  aparato  costoso.  Ret  marOK 
¿Qué  poetas  se  usan  ahora  en  la  Corte  de  fama  y  rumbo?  Conud, 
ProL:  El  rumbo,  el  tropel,  el  boato,  la  grandeza  de  las  comedias  de 
Luis  Vélez  de  Guevara.  Esteban,  3:  Había  entrado  un  soldado  de 
los  adocenados,  de  bravo  rumbo.  Lope  Laar.  Apolo  s.  9:  Queaoi- 
que  los  hincha  no  los  hace  tersos  /  el  bálago  del  rumbo  de  los  ver- 
sos, /  que  son  como  las  velas  de  las  naves,  /  que  porque  llertt 
viento  van  muy  graves.  L.  Grac.  Crít  3,9:  Y  así  otros  singulaiti 
ingenios  de  valiente  rumbo  y  mucho  garbo.  Id.  2,2:  Aquel  ostafr 
loso  edificio  con  rumbos  de  palacio. 

De  aquí  el  desenfado,  desenvoltura  y  generosidad  de  rufol  ] 


154.  rumbo. 


5*57 


peres  de  la  vida,  la  vida  airada,  cuyo  ideal  es  la  pompa  en  los 
iHiMMiios,  U  bizarría.  Vizc.  fing,:  A  esfa  señora  del  rwmbo  scvi- 
Ic  empeñé  una  cadeiu.  //.  freg.:  Donde  se  ejercita  lodo  género 
juibo  y  jácara.  IiC.  Viür.:  Sucedió  que  en  este  tiempo  llegó  á 
Ha  ciudad  una  dama  de  todo  rumbo  y  manejo. 
[En  la  Oermania  peligro  aventurado,  donde  se  manifiesta  esa 
rdla.  Rom.  Germ.  8:  El  rufo  viendo  tal  rumbo,  /  cala  el  techo 
se  gtiiña,  /  manilla  Pedro  de  Castro,  /  adonde  dejó  su   ¡í*, 
dSfcft.  1;  Que  entrevo  toda  flor  y  todo  rumbo. 
\lfatir  el  rumbo,  ceder  mucho  en  el  propósito  que  llevábamos, 
Iccir,  amenguar  en  la  bizarría. 
(De  rumbo,  gente  maleante,  del  bronce.  Viaj.  Parn.  2:  Unos  por 
bmbres  buenos  conocidos,  /  otros  de  rumbo  y  hampa  y  Dios  es 

rumbo  y  cumbo,  en  Honduras  del  dispuesto  á  todo. 
Echar  por  otro  rumbo.  L  Qrac.  Crit  1,11:  Echó  por  otro 
bü,  determinó  ir  A  buscarle  ¿t  casa  de. 

Ituntl»-ar,  andar  mares,  caminos,  señalar  su  nimb-o  ó 
ccíón. 

Rutnl>-ada,  a-rriiitib-adn.  en  náutica  corredores  en 
IcniJ  en  cada  K-índa  dc>idf  donde  í;e  hacía  fuego,  es  decir  las 
,  de  rumbo  ó  dirección.  Mpnií.  G.  Oran.  2;  Con  mantas  y 
como  rumbadas,  á  falta  de  rama  y  tierra,  Viaj.  Parn.  1;  Las 
ibcidas,  fortfsimas  y  honestas  /estancias,  eran  tablas  poderosas, 
llevan  un  poema  y  oírn  á  cuestas.  Q.  Ai/.  '2,2, Q:  Sin  ferros, 
lería,  poslizas,  ni  arrombadas,  porque  Iodo  fué  A  h  mar, 
Kuinti^átíco,  rumboso.  Miranda  Apohg.  2,2:  Si  fueran 
r&os  espirituales,  convencía  la  réplica;  pero  como  no  son  sino 
icos,  y  de  sutíknts  aparentes  y  rumbáticas,  le  viene  nacido  el 
lo. 

Kunib-A9<i,  hombí  c  de  rumbo,  pomposo,   bizarro,  osten- 
que  alardea  de  desenfado  y  desenvoltura  en  la  persona  y  de 

idad  en  dar. 
ulttbo8a*iueutC|  con  pompa^  bizarría^  generosidad. 
Rttinl»-óa,  rumboso. 
RuEiik-earf  en  náutica  trazaren  la  carta  alguna  rosa  de 


jfacrosii 


k. 


5Q8  Oriocn  y  vida  del  lenouajc 


Tumbos,  manejar  los  compases  en  la  carta  para  echar  en  eRi  d  pn 
cuartear. 

En  Argentina  brujulear,  abrirse  camino  por  monte  ó  pnn 
•buscar  yerbales,  árboles  de  goma,  etc.,  desde  una  altura. 

Kumliea-doi*,    el   práctico   ó   baqueano   encargado 
rumbear. 

Rumb-iar,  en  Honduras  andar  en  los  jaleos  de  los  btni 
por  el  rumbo  y  aire,  variante  de  rumbear. 

A-i*Pumb-ar,  en  náutica  maniobrar  de  modo  que  seluq 
coincidir  dos  6  más  objetos  en  una  sola  enñlacíón  ó  arruml)amiei 
de  rumb-o,  dirección,  están  arrumbados  los  que  ae  hallan  « 
misma  dirección;  trazar  en  la  carta  alguna  rosa  de  rumbos;  de 
minar  la  dirección  que  sigue  una  costa;  navegar  paralelami 
á  eiia. 

Reflex.  tomar  su  rumbo  la  nave.  Arqens.  Nlalac.  f.  109:  F 
ya  quitado  de  una  vez  e!  horror,  se  pueden  poner  en  altura  cii 
arrumbarse,  y  con  derrota  segura  llegar  al  estrecho.  Ponerse  a 
mismo  arrumbamiento  con  otro  objeto;  seguir  la  costa  en 
dirección, 

Appumba-iiiicnto,  en  náutica  el  rumb-o  de  una  c 
derrota;  la  que  tiene  dos  cosas  entre  sí. 

Vepg^a,  de  vXrga;  it.  verga,  rum.  varga,  prov.,  pg.  y  caL  ve 
fr.  verge.  Es  lo  mismo  que  vara,  en  náutica  los  palos  de  las  i 
ñas,  además  el  miembro  animal  generador  y  en  la  ballesta  el  ne 
con  que  la  aprietan.  Hürr.  Agr.  4,2:  Zarzales....  por  tener  lasvo 
delgadas.  J.  Enc.  356;  Con  tu  verga  /  haz  que  se  levante  e  yerj 
este  cuerpo  lindo  e  tierno.  Silvest.  Proserp.  c.  4  oct.  22:  Vuehn 
seguro  puerto  de  arribada,  /  y  tus  uñas  aferren  mis  terrones,  / 
la  nave  anunciando  va  pesares,  /  cuya  verga  se  moja  por  los  mi 
QuEv.  rom.  17:  Hecho  verga  de  ballesta. 

Vergas,  en  Salamanca  ramillos  terminales  y  níedfos  *  te  l 
mas  ó  escobas. 

Vergas  de  Valencia  del  Cid,  y  camenas  de  ValladoÜd,  c.  4 

Verg-ajo,  el  nervio  del  miembro  genital  del  toro  y  o 
cuadrúpedos,  dimin.  de  verg-a.  Laouna  Diosc.  2,39:  El  -vogtit 
ciervo  molido  y  bebido  con  vino  socorre  á  los  mordidos  <le  vfbc 


IbA.  verga,  reverberar. 


599 


IVw*|7-aMto.  en  Aragón  cardetial  ó  roncha  de  iiti  latigazo  ó 
JÍo. 

Verirti-eta,  climin.  de  verg-;»,  y  cl  algiiacR  que  ta  llevaba. 
5^^  //,  /fiíA  "í.^I:  De  noche  le  melían  en  una  jaula  de  redas 
güeras,  porqtir  no  se  fnese,  hasla  qiíe  Jlegamto  ía  fiesta  le  sacrifi- 
^.  OsJiCiA  Codic.  I:  Y  estos  son  ios  que  el  vulgo  líama  vw- 
ó  corchetes. 
\Caer  en  la  vergueta,  en  la  Lilera  de  Aragón  caer  uno  en  el  lazo, 

i  ardid  qtTC  ffc  le  spareja. 
I  V<»t»yiiet-cado,  en  cí  blasón  díccsc  del  escudo  y  las  figu- 
Icompiic^t.is  ííe  I O  p^\m  o  más.  Avii.  t.  ¡,  tr.  /,  c.  3. 
\  VerKTi-ío,  la  madera  blanda,  doblegable  como  la  verg-a. 
üw.  Agr,  2,4:  Toda  víd  que  [ienc  la  nudcra  verguía,  porque  no 
garra.  Id.  2,F-:  La  madera  ver^ítífl,  correosa^  que  no  Ironclien. 
VetfpM.-'lzn^  en  Ai'Rgiin  ramujo. 
"Vergru-cro,  vergu-er,  en  Aragón  alguacil  de  vara  y 
cefo. 

V<?r^-»r,  doblegar  como  verg-a.  He«r.  Agr.  2,7:  Queden 
yemas  $o  tierra,  un  poco  vergados,  que  hagan  asicnlo  un  pat- 
Id.  3,14:  V^crganse  los  ramos...  pueden  hacer  dellos  sillas. 
Vcr;rti-cnr,  sacudir  con  vergar.  (Covahií). 
Iui-v«*r^-ar,  en  niut.  atar  las  v«:las  á  las  verg-a5  con  Jot  ca- 
i  fl  rebenques. 

tnvei^^-e,   posv.  de  enverg-ar,  el  cjbllo  ó  rebenque  para 
^crgar. 
Envcr;(n-durn,  en  náüt.  conjunlo  de  envergues  de   uiisi 
I.  acción  y  cíeclo  dt*  envcre^r,  anchura  de  las  velas. 
DeH-enver);'at*»  quitar  las  velas  de  Lis  vergas,  desamanan- 
|5ti5  envcrjíurí. 
K«»%'crhcrar»  de  reverberare,  es  erudito. 
intraní.  Ai  ca/.  Crort,  Dec.  i.  año  6,  c.  I:  Espejo  Bel,  donde  re- 
(ben»ron  lodns  la?  virtudes  de  un  San  Pranclsco  de  Bofja.  Ce/es/. 
1  3:   Que  el  so(  más  arde  donde  puede  reverberar.  Cabr,  p. 
í:Siw  ©Jos  reverberan  en  el  pobre. 

Trv^  *    ^t.v.  Stív.  Dom,  t  caat,  3  c:  Una  nube  grande  llena 
|un  :  ',  toda  cTta  inflamada  reverberando  fuego.  Id.  Dom* 

5  c;  Revwbemndo  rayo»  de  Dios  en  sua  obras  divitin. 


600  Orioen  y  vida  del 


ZAtnoRA  Mon.  mist  pte.  3  Destier.:  En  bañándonos  su  lumbny 
reverberando  en  nosotros  su  figura. 

Revepbeivo,  posv.  de  reverber-ar,  aparato  de  hojalata  i 
otro  metal  para  que  reverbere  la  luz,  el  calor,  etc. 

Reverbepa-depo,  reverbero.  D.  Veoa  Serm,  t  2,  p.  TSk 
Son  las  criaturas  como  espejos  y  reverberaderos  de  los  rayos  de 
Dios.  Id.  Paráis.  S.  Juan  Ev.:  Si  las  criaturas  nos  sirven  de  espejoi 
y  de  reverberaderos  de  Dios. 

Revepbep-eap,  en  Colombia  por  reverberar. 

Vepbena,  del  latín.  Lope  Dorot.  f.  78:  Las  frentes,  que  o- 
Fonan  /  corales  y  verbenas  /  para  que  doble  el  llanto  /  tan  mísai 
tragedia.  Pedro  Urd  1:  Aquí  verás  la  verbena  /  de  raras  virtudd 
llena. 

Coger  la  verbena,  madrugar  mucho  para  irse  á  pasear. 

Como  verbenes.  (Por  verbenear,  para  decir  abundancia  de  co- 
sas, como  se  dice  verbenea  en  gusanos,  la  cosa  corrupta),  c.  597, 

La  verbena,  lava  y  cercena,  mas  cría  como  colmena.  (Parece 
que  en  tiempo  la  usaron  como  jabón,  ó  ceniza,  en  coladas,  y  hadi 
criar  piojos),  c.  174, 

La  verbena  y  la  verdad  perdido  se  han.  (Prosigue  en  cantan 
la  verdad  en  los  hombres,  y  la  verbena  en  los  montes  perdidos 
ha),  c.  173. 

Que  si  verde  era  la  verbena,  séalo  en  horabaena.  c.  334. 

Vepben-eap,  rebullir  con  vive?^  de  un  lugar  á  otro,  cooo 
en  las  verbenas  y  regocijos.  Torr.  FíL  mor.  3,10:  Los  ojos  le  ver- 
benean registrando  cuantos  entran  y  salen  del  templo. 

En  Patencia  bullir  mucha  gente,  que  es  su  propio  valor. 

Rapbecho,  de  vervtíctum,  sardo  barvattu,  prov.  garag,  fr. 
guéret,  pg.  barbeito.  Covarr.:  La  tierra  de  labor  se  ara  y  barbecha 
para  la  sementera  del  año  siguiente.  Quij.  1,25:  Que  andaban  a 
un  barbecho  de  su  padre. 

La  primera  labor  que  se  hace  labrándola  con  el  arado  ó  azadáL 
Berc.  Loor  184:  Segaran  tales  mieses,  qual  Hcieron  el  barbecho. 

Como  en  (un)  barbecho  ó  por  un  barbecho,  obrar  sin  repna 

Bapbech-epa,  conjunto  de  barbech-os  y  la  acción  de  bar- 
bech-ar.  CopiL  ley.  de  Santiago  35,  f.  148:  Se  atreven  á  llevar  ká 
bueyes...  á  sus  labores  y  sementeras  y  barbecheras.  O.  QuJtiL 


154.  hurgar. 


601 


iid.:Tu,  alondra,  ta  barbechera,  /  y  yo^cliarro,  la  charrada.  Corr. 
\\  Mas  vate  saltón,  que  barbechera  ni  binazón. 

Bartiech-ar,  arar  d  labrar  disponiendo  la  tierra  para  la 
neníera.  IlbKK.  Agr.  1,5:  La  primera  (reja)  poco  antes  ó  d«puís 
|la  sementera,  y  é-ila  se  liama  alzar  ó  barbechar.  Valüeiírama  £/. 

WS:  Y  entre  tanto  que  viene  la  cosecha  rozando  y  barbechando 
Hem.  Cabr.  p.  621:  Barbechó  la  Üerra  para  que  cuando  saliese 

Jestial  sembrador.  R.  S^lis  Arte  1,2;  Barbechad  primero,  que 
¡OS  conviene^  vuestras  tierras  nuevas..,  desmontad  y  limpiad  la 
ra  y  haced  vuestros  barbechos-  Beiíc.  Mit.  843:  Non  quisso  que 

nassen  esas  lales  labores  /  ca  eran  barbechadíis  de  malos  labra- 

s.  Id.  S.  D.  37S:  Fuera  que  barbecharon  lo  que  ya^ic  cria. 

A-harhcehar.  A.  Alv.  Siív.  Fer.  4  Dom.  5  caar.  5  c.  §  2: 
;  hay  que  son  como  sementera  abarbechada,  id.  Per.  6  Dom.  5 
^r.  6c.  §8.  Con  las  unas  le  abarbecharon  tas  tierras. 

Verbasco,  el  gordolobo,  de  verKiscum.  Laoun.  Oiosc.  1,27: 
amariJhí  bs  flores  y  en   elías   una  simiente   como  la  del 

SCO. 

Clii-veri>aí»c-ai>.  Oviedo  13,1:  Esta  bay^rua  es  como  be- 

i>,e  picada  e  majada  aprovecha  par;i  envarbascar  e  adormecer  el 

Ido. 

Hu4*K4ti*,  del  eiiskaro  m-^z  acercarse,  ¡indar  cerca,  en  torno, 
r;  no  de  fórca,  fítrcare,  que  dieron  horca  y  ahorcar  ni  podían 

otra  cosa.  La  h-  está  por  fal«»  eiimoloí?ía,  como  se  ve  por  Ur- 
hda.  Es  urgar  hermano  de  uigerc  y  con  el  mismo  valor. 

Menear,  ínciínr,  apretando  y  cercando  íisica  ó  moralmeníe.  Vi- 
stee. Probl.  c.  •!:  Ellos  andan  hurgando  al  que  se  deja  de  la  porfía, 

tal  manera,  que  le  hacen  darse  aí  diablo.  Rivad.   Cisrrt.  1,5:  Y 

I  se  hiciera  así,  si  et  cardenal  no  hurgara  unto  y  fuera  importuno 
f,  QuEV.  rom.  73:  El  ajo  con  su  regüeldo  /  la  dijo  que  no  lo 
Itíf.  físcoií,  pte.  f,  preg.  2IS:  Mis  hiede,  si  más  lo  hurgan,  /  me- 
'  e»  dejarlo  eslar.  Thkj'.  FU,  mor.  2,8:  No  luirgar  loi  niií-lcríos  de 
Id.  1,Q:  Solicitar,  tcnlar,  hurgar,  requerir  y  convidar  con  el 

■do. 

Pt0r  es  hurgaUo.  (Amonesta  que  se  dejen  las  porfías),  c.  386. 

Peor  es  hurgarle,  no  conviene  apurar.  T.  Naharr.  II,  2-56-. 
Irqae  e\  encendido  amor  /  diz  que  peor  c*  hurgalle.  Canc  Cawi. 


602 


Valdovinos  j.  2:  Pero  yo  callo  mi  pico,  /  que  es  mucho  peor 
hurgallo. 

Hurgarle,  instarle,  molestarle, 

Hup^-ada,  furg-ada,  en  Títaguss  metida,  de  Tiiirg-ar, 

Hup^a-inendales,  en  (a  Germ.  criados  de  mujeres  de  k 
mancebía,  ó  de  los  rufianes. 

Hupg^a-mandepa,  mujer  pública  en  la  Germanfa. 

Hupg^-a,  posv.  de  hurg-ar.  Esteban.  5:  Cuando  salí  á  hurgí, 
i  dar  en  manos  de  gitanos. 

Hup^ca-dop.  A.  Auv.  Silv.  Dom.  2  údv.  5  c,  §  U  Esta 
santos  varones  son  tan  codiciosos  y  hurgadores  de  sus  ^pirítüi^ 
ganancias. 

Hupjipa-nd-íllo^  bullidor,  inquieto.  Pie.  Jast  f.  7Q:  Propio 
de  monjas  esandsr  bailando,  ser  mimosas,  melindrosas  y  urgandilla. 

Hup^andill-a,  de  hurgandilNo.  Pie,  Jast  2,1,1:  Segúa 
vuestro  tío  era  de  hurgandilla  y  amigo  de  husmearlo  lodo.  En  Hon- 
duras el  que  menea  una  cosa,  en  lo  moral. 

Hup$;^u-cpa,  en  Álava  paloma  que  se  pone  al  cabo  de  uní 
vara  para  reclamo  de  otias^  porque  atrae. 

llurjifu-ptt»,  en  Chile  rebuscador,  curioso, 

HuPS^iH!Í-eap,  de  hurguel-e,  rebuscar,  curiosear,  usado  en 
América,  etc. 

IIiiP$$'U-itla,  el  que  hurga,  atle;:^a  y  busca,  6  temoso,  porfiado 
é  insistente.  S.  Tct!.  Cari.  252  (  Lafuente):  Esta  urguillas  de  la  prio- 
ra, con  un  amigo  que  tiene,  por  ser  para  esta  casa,  lo  ha  andado 
concertando. 

Hupgr-ón,  especie  de  asador  para  menear  la  lumbre  (Covfr 
RRUBiAs).  El  golpe  con  éL  Quev.  Mas.  5,  baile  I:  Fué  respetado  a 
Toledo  /  Francisco  López  Labada,  y  valiente  de  hurgón  y  tajos 
/sin  ángulos  ni  Carranza.  Q.  Benav.  I,  163;  Pericote  con  la  diia 
/  quiso  lograr  un  hurgón, 

Hiu*$>^on~ada.  QuF.v,/ac.  15:  Díle  yo  siete  hurgonadas/ 
á  Paiau  con.  Q.  Benav.  II,  263:  üévate  horro  ya  desía  hurgonaik 

Ilup^oii-azo,  eslocada,  golpe  hurgando.  Qlfev.  FoTt.z  Y 
agarrando  de  Pan  empezó  á  sacar  de  él  rebanadas,  y  trinchar  con  ll 
daga  sus  ganados,  engulléndose  los  rebaños  enteros,  hechos  jigote  i 
hurgonazos.  Id. yac,  13;  Y  tIríSle  un  hurgonazo.  Calo,  Antes  qm 


154.  órgano  603 

Mft»  es  mi  dama  1:  Vé  aquf  que  me  da  /  vuesarced  un  hurgonazo, 
^  que  es  lo  más  que  puede  hacer. 

Hni^on-ear^  menear  la  lumbre  con  el  hurgón,  y  dar  es- 
Dcadas. 

Org^anOy  de  ojrfovov;  el  pueblo  lo  españoliza,  según  la  foné- 
ica,  diciendo  huérgano,  como  huérfano  de  horphanus,  en  Espafia 
•  América. 

Como  el  órgano  6  los  órganos  de  Móstoles,  sin  orden  ni  con- 
íerfo.  Cuentan  allf  de  un  cosechero  de  vino,  á  cuyo  despacho  llega- 
«n  tubos  con  sus  llaves  de  todos  sus  mostos. 

OPi^an-izar,  de  órgan-o.  Zamora  Man.  mist.  pte.  3,  En- 
ttrn.:  Compuso  aquel  cuerpo  divino,  le  organizó  y  le  juntó  con  el 
lima.  Oran.  Simb,  4,2,8:  Después  de  organizar  el  cuerpecito  del 
úfto.  Qónoora  Sal.  esp.  2,303:  Queriendo  acumular  mil  fragmen- 
os  de  disparates,  no  supo  organízarlos,  pues  están  más  faltos  de 
ulfculos  y  conjunciones  copulativas  que  cartas  de  vizcaínos. 


-Amciones  y  Erratas 


605 


ADICIONES  Y  ERRATAS 


gtu   Uou 

6    33 


II 

!l4    15 

29 

19    2 
25    19 


21 


132    2ü 


38    34 


También  se  oye  por  Andalucía:  No  tengo  yo  ese 
arate,  es  decir,  esa  calma  y  espacio.  ¡Qué  arate/ 
¡qué  pachorraí  ¡Qué  arat-oso!  qué  espacioso  y  pa- 
chorrudo. HquivaEe  á  espacio,  otro  y  primero  de  los 
valores  del  ara  espaciarse,  ¡Maf  arate!  mala  facha. 
La  superficie  ó  arpegi  se  concibe  como  lo  exten- 
so ara. 

Ral-arln,  en  Cuba  et  excremento  de  ave  ó 
rai-ea. 

RoDR,  Reinos.  BlbL  Qatlard,  4.M06:  Si  Is  cria 
ya  no  ordenas  /  y  artife  no  me  sueoas. 

Póngase  ¿fpvi;  por  ópw.í:. 

Póngase  íxifirmissímo  cuique  ex  familia. 

Des-arar.  Conde  Albeli.  4,3S:  Antes  que  se 
corrompan  (los  humores)  y  se  desare  el  casco  ó  hagan 
muchas  bocas  en  la  cuartilla. 

Hobre-arar,  arar  después  de  sembrar  paraj 
cubrir,  J.  Pin.  ^gr. 35,28:  Aró,  y  «mbró,  y  sobrttir6.] 

Más  claro  se  ve  en  úfaka  (vide  n.""  3)  espaciarse^ 
andar  at  ara,  y  cuya  varíame  es  araga  la  fresa. 

CABít.  5-  Barb,  c,  6:  Espoleando  su  araganfa  coal 
los  lormenlos  det  infierno. 

Antes  que  armas  tomar,  todo  se  ha  de  tentar. 
Oalinix)  607, 

Armas,  tetras  y  dineros,  hacen  hijos  cat>atteros, 
ó  costumbres,  letras  y  dinero.  Qaliniw  604. 

Armado  como  un  reloj,  Qallndo  606;  mucho 
herraje  y  poca  pcr$ona. 


84 

26 

85 

5 

91 

20 

94 

23 

606  Orioen  V  vjnk  otu  ü^cnouaIE 


Páglni       Unet 

71         36  Id.  Dom.  sex.  7  c.  §  3:  ¿Acaso  eran  los  gnnoi 

de  trigo  limpios^  desnudos  y  desaristados  de  suscí 
pigas  entre  las  manos  que  comían.  Señor,  los  de  ru» 
Ira  casa? 
84         20  Atinge  Üev.:  Por  lo  cual  no  se  Itotra  fabla  de  boa 

rejo  de  buena  fuerga  de  buen  aliento, 
cu  Astur.  rechu  cuerda,  gail.  relio. 
y  ari^Jaca .  Avala  Caza  8;  O  con  vara  ¿ 
con  arrejaca  ó  ballesta,  que  cobres  el  ánade,  púa 
anda  muerta. 

Ming.  Rev.:  Rebeldes  i  todo  arrisco. 
Arnaya  Confer.  esp.  6,1:  No  solamente  se  apro- 
vecha de  piedras  grandes,  sino  también  de  las  p^ 
quenas,  que  son  de  ordinario  tan  necesarias,  como 
esotras,  para  ripiar. 
98        20  A  la  naranja  y  al  hidalgo,  lo  que  quisiere;  á  ft 

lima  y  al  villano,  lo  que  tuviere,  c.  2. 

98  28  Toma  allá  esa  naranja  que  me  envían  de  h 

Granja,  c.  423.  Toma  allá  esta  naranja  que  tem- 
vían  de  la  Granja.  (Esto  decían  disparando  uní 
lombarda  con  piedras  al  rey  D.Juan  el  11,  que  estila 
en  la  ermita  de  San  Lázaro,  estando  alzado  el  comáo 
de  Toledo  por  un  odrero  con  el  capitán  Pedro  Sir- 
miento  por  causa  de  D.  Alvaro  de  Luna;  llámase  k 
Granja  la  torre  de  donde  tiraba  el  lombardero). 
c.  423. 

99  1 0  Arrimaos  al  naranjo.  (Con  ironía,  por  ser  arbot 

delicsdo  al  hielo;  sin  ironía,  es  árbol  bueno  y  her- 
moso), c.  70. 

114        27  Apqu-ear.  En  Chile  reconocer  los  caudilet 

y  papeles,  es  decir,  hacer  el  arque-o,  que  a  » 
posverbal. 

116         14  En  arco.  Roo.  Rein.  Bibl.  Gallará.  4,1420:  Los 

ojos  en  arco,  la  boca  torcida  /  las  carnes  temblindOi 
la  lengua  salida. 


PÉfioa 


ADECia-^es  v  Erratas 


607 


150 


154 


,154 


I5S 


tfon 

31 


30 


15 


19 


23 


IS 


Entre-arco,  L.  Morat,  Viaj.  ¡tai  3:  Doce 
profeüs  en  tos  entrearcos  de  Us  capillas. 

En  CatiL  e  Dymn.  enarlado  por  cmbelcsadOj  en-_ 
ganado. 

Enti*«.^-roinpcr»  inlerrumpir,  que  dicen" 
crudiUmeiiíe.  Navarr.  Atan.  13;  Cuyo  cocimienío 
no  se  puede  enireromper  para  otro  día.  Id.  &:  Sola- 
mente son  camino  para  un  solo  pecadOj  aunque  sean 
entrerompidoSr  cuales  son  los  pasos  cti  el  andar» 
aparejar  e!  caballo,  lanza  y  otras  armas  con  los  deseos 
enlreronipidos  por  diversas  veces,  hablando,  comien- 
do y  durmiendo. 

Eiitre-rompimit^ato*  Navahr.  Maa,  6: 
Porque  si  hubo  enlrcroinpiínttínlo,  por  proponer  de 
no  acabar  el  pecado,  ó  por  arrepentirse,  ó  por  olro 
respeto  y  después  otra  vez  lo  quisiese  acabar,  dos 
pecados  distintos  serían. 

Ikesi-i-ot-jii-se.  perder  la  rot-a  ó  camino. 
Oviedo  H,  /nd,  20,19:  Y  que  en  el  camino  con  un 
temporal  recio  se  habían  desrotado  y  perdido  de  vista 
unos  de  oíros. 

Desrotar  por  derrotar  en  el  Tesoro  1671. 

En  la  vinatería  de  Jerez  y  de  aquellos  puertos  es 
trasegar  vinos,  y  en  Andalucía  poner  algo  como  inii- 
til  en  lugar  excusado^  arrinconar,  del  cslivar  y  distri- 
buir la  carica,  como  arrumar. 

Car.  FU.  3,!  2:  Lo  mismo  se  ha  de  decir  si  suce-*" 
dio  el  úMio  por  no  cargar  ú  arrumar  la  carga  en  la 
parte  de  la  na^c.  Egu.  Salaz.  Cart,  39. 

y  41. 

Como  derrubiar  y  derrumbar.  Ming,  Rev.:  Cat 
que  se  rompe  el  cielo,  /  deíorrúma&e  la  tierra. 

La  roma,  la  muerte,  la  calavera.  L.  Mokat.  Cart. 

221:  Sirvo  á  Dios  y  cuando  venga  la  roma,  sea  muy 

bien  venida. 


608  OltlQE^  y  VIDA  DÜij 


PAglna         Línea 

155        21  A-POm-ado.  Condz  ARteit  l,2fi:  Lt  od» 

za....  es  arromada  y  ancha  de  belfos. 

158  5  R«>b-aina.  robo.  G.  Qal/m  Postra  Porqvt 

á  mí  no  me  salí  la  robaina. 

159  10  En  Venezuela  dícese  rampla  por  rampa. 

15Q        20  Conde  Aíbeit.  4,64:  Vueltas  las  extremidades  a 

forma  de  ramplones,  para  que  no  se  asienten  en  la 
ranillas.  Id.  4,52:  Le  echará  una  herradura  ordio^ 
ría  y  llana,  que  no  tenga  ramplones. 

164        29  Ropct^ica.  Oviedo  H,  ¡nd.  20.34:  Paño  de 

colores  para  hacer  unas  ropeticas  cortas,  que  les  Ite- 
gan  á  medio  muslo. 

166  19  Sobpe-rpopa.  BW.  Gallará.  4,814:  Us 

muchas  sayas  y  las  sobrerropas  y  los  extendidos  y 
delicados  mantos. 

167  14  Oviedo  //.  Ind.  24,4:  Ni  tan  arpado  ni  parlero, 

como  los  que  digo  (suelto,  roto  en  hablar  6  cantar). 

170  24  Vid.  pie.  pte.  2:  Moquenque  rape  un  atún,  /  dos 

atunes  Marigueía,  /otro  el  Chucho  y  otros  dos/ 
Ropasanta  y  Bocanegra. 

171  26  Rap-ia,  hurto.  Bib.  Gallarda  4,703:  El  Señor 

Pedro  de  Tapia,  /  persona  de  buena  rapia,  /  aunque 
fuese  un  pedernal. 

172  30  Oviedo  H.  ¡nd.  46,17:  E  á  los  cabos  sus  rapfr 

cejos  colgados,  que  parecen  barbas. 
175         27  Vald.  Dial.leng. 

180         27  Conde  Albeít,  4,63:  El  caballo  que  fuere  o»- 

tralbo,  rabicano. 

184  24  T,  Naharr.  II,  100:  Mas  mandadme  sombir 

/  ó  siquiera  echadme  á  cuestas.  Corr.  170:  A  sorn- 
bar  á  otros,  que  así  llaman  al  rogar  y  pedir  con  so- 
misión.  A  esta  acepción  alude  el  sorrabar  en  Angón, 
que  vale  colinear,  adular. 

185  15  Raban-ete.    Santill.   Rauanete  y  qua», 

tienen  la  corte  en  pesso. 
188  5  En  Aragón  reblar. 


AoicioMES  Y  Erratas 


bOQ 


Umi 


13 


27 


7 
23 

18 


14 

16 

28 
2 

23 

27 


Conde  Aibeit.  4,3S:  Juzgando  (el  herrador)  que 
cl  clavo  va  seguro,  no  le  saca  y  le  robra  y  lo  deja 
estar....  El  Ul  clavo  puede  hacer  mal  y  lo  robla  y  to 
deja  ir....  al  tiempo  de  robrar  los  clavos. 

Rol»rn-diira<  Condz  Aibeit,  A ¡6i:  Las  ro- 
braduras  sean  pequeñas. 

Rolfti^ón,  pedazo  de  clavo  que  quedó  del 
robr^an  Conde  Aíbeit.  4,39:  Por  topar  la  vuclla  del 
davo  en  algún  robrón  viejo  cine  hay  en  el  casco. 

Folk,  and,  I8S2,  p.  42:  Has  de  tener  seis  cor- 
tijos,; toitiíos  enarbolados. 

Oviedo  H.  tnd,  20,6:  Los  hierros  dcllas  eran 
de  pedernal  á  guisa  de  harpones  ó  rallones  bien 
labrados. 

tener  royega,  por  lener  reconcomio. 
Rostro  Otando  y  ef  perdón,  gran  venganza  ei 
del  baldón,  Oalindo  B  1 4. 

Hostri-liicio.  BitL  Galtard,  4.45;  Pue» 
aun  la  cJcI  Mastresala/no  anda  tan  roílrilucia. 

Dar  sorrostrada.  (Decir  oprobios,  dar  en  rostro 
algunas  cosas  que  den  pesadumbres),  c.  574. 

En  Pilcncia  díccfie  del  sol  fuerte:  Hace  an  soí 
que  racha^  es  decir  que  raja  y  parle. 

Conde  AtbtiL  4J  1:  La  enfermedad  de  la  raza... 
por  ser  abertura  en  el  casco. 

En  Aragón  el  hombre  de  mal  genio. 
CoNDr  Aibeit.  4,60:    La   harina  volátil    de   los 
molinos,  llamada  vulgarmente  arijas. 
Desriñon'Odo  vaíe  molido  y  cansado. 
Luego,  por  ronsiguiente,  sacando  la  consecuen- 
cia. Bibl.  Gatlard.  1,932:  Pues  al  fin  no  hubo  ttl 
don/ hombre  puro  y  criatura,  /  como  hobo  la  vir^gcn 
pura:/  arre,  torceos,  don  ladrón. 

Arrier-ia.  Conde  Aíbeit,  4,20:  Como  se 
ven  en  los  machos  de  arriería  muchos  mancos  de 
esta  enfcrmediui. 


610 


OltlOCN  V  VIDA  DEL  LeNUUAje 


262 


Linea 

19 


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317 
317 
317 
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3 

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31 


16 


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20 


Derpad-era^  como  en  h.  demere^  cM. 
rrera,  de-  y  arriere,  prov*  areíre»  de  arri  detrás  y-eaj 

CoRR.  200:  Lo  que  faz  el  loco  á  la  derrad 
Í3,z  el  sabio  á  la  primera:  Equivale  á  (201);  Ui  qi 
hace  el  necio  á  la  postre,  eso  hace  el   Sabio  aí  prílrj 
dpto. 

Arp-on,  como  aron,  y  el  arro  gallegOj  drfi 
arron  euskérico.  Pint.  potr.  9:  Los  pelihitos  son  de 
grart  bondad  y  lijereza  y  los  peligordos  son  atronó  j 
y  muleros. 

En  gal!,  arrupiar  ahuecar  e\  peo,  aliñarlo. 

Enrocar  lamblén  es  fortificar  un  lugar.   Tesett^ 
1671. 

Vald.  Día!.  íeng. 

Como  no  soy  rio,  atrás  me  vuelvo;  disculpando  \ 
la  mudanza  deopinidn. 

De  aur-zaiftt  aar-zai  niñera,  viene  el  orTaya  o] 
Aragón  y  Navarra,  el  que  acompaña  ó  lleva  en 
brazos  los  niños  pequeños- 
De  era  en  era,  de  siglo   en  siglo,   de  edad  ett  ¡ 
edad.  Tesoro  1671. 

En  Paleada  eral  es  en  el  ganado  vacuno  el  mad»  ¡ 
de  dos  á  tres  años. 

En  el  Tesoro  1671  erar  con  cordeles,  hacer  ki| 
eras  de  un  jardin;  erarse  haber  pasado  en  otro  tietnpOp ' 

Keni-a,  posv.  de  rem-ar,  estar  á  la  retMp  ] 
mantenerse  fa  barca  en  un  lugar  á  f^er^a  de  reiM 
contra  la  corrienie,  etc, 

So-rrueda.  Folk.and.  ISS2.  p.  491:  fl 
buey  que  en  una  carreta  va  al  pasar  una  ladera,  deb 
parte  de  abajo  se  llama  el  buey  de  la  sorrueda  ó  de  j 
debajo  de  la  rueda. 

Cogerle  la  sorrusda   á  alguien  es  cogerle  de 
molestarle. 

Sobre-podeón.  Pie.  Just  2,2,4^2:   Ur 


Adiciones  v  Erratas 


611 


UncÉ 

liempo  que  llaman  los  esgrimidores  Ujo  volado,  coa 
sobrtrodeóíi  y  mandoble. 

25  Sobt^e-PodUla,  Conde  Albeit  4^i  Z%t^ 
enfermedad  de  sobrerodilla  es  muy  grave  y  peños* 
al  animal  que  la  padece,  porque  no  puede  doblar  el 
brazo. 

23  Des-a  rrodillar.  Tesoro  1671. 

27  En-rudül-aF,  armar  de     rodel-a.    Tesota 

1671. 
13  Rollona,  vutg.  nodriza  dd  ser  rolliza  y  de 

rollar  á  los  niños,  como  rolla. 

1  Redoiid'01*.  redond-ear,  Tesor.  1671. 

26  Si  la  redoma  da  en  ta  piedra  ó  la  piedra  ttt  lú 
redoma,  mal  para  la  redoma,  c.  253. 

]  3  Vizc.  jing.:  Que  vale  más  la  sueta  de  mi  botín 

que  las  arandelas  de  su  cuello.  D.  VeoA  Paráis.  5« 
Ant.:  TraUr  de  copete,  arandela  y  garbo  y  de  galas* 
Zamora  AÍíí/i.  mist.  pte  7  S.  Bartol:  Los  encrespas, 
las  arandelas,  las  galas  y  damerías  que  el  mundu  usa. 

2  Pint.  potr.:  Que  el  caxco  quede  encerrado  ct»  la 
herradura,  quedando  un  relej  al  rededor  que  sobre. 

33  VÍüJ,parn,  c.  3:  Poníanserac  yertos  los  cabellos/ 

de  temor.  Cabr.  p.  55:  Cómo  están  yertos  sus  bracos 
tendidos.  Persit.  2,7:  La  nieve  tal  vez  le  ha  tenido 
yerta.  A.  Alv.  Silv.  Dom.  I  adv.  3  c:  Así  yerto  y  en- 
varado. Id.  Pabl.  í  c;  El  cuello  erguido,  ta  cerviz 
yerta  y  encrespada.  Id.  Fer.  4  dom.  3  cuar.  3  c.  §  S: 
Asi  como  el  ave  sale  yerU  y  toda  encrespada»  pue»U 
de  i^erra  á  defender  sus  pollilos.  Numanc.j^  2:  Y 
los  canos  cabellos  tengo  yertos.  ].  Ano.  Conq.  d.  4: 
les  fallaban  las  fuerzas  corporales  y  quedaban  mu- 
chas veces  yertos,  y  los  miembros  inmóviles  y 
helados.  Valdcrrama  £j.  Per.  2  dom.  pas.:  Ni  por 
yerto  y  levantado  que  sea  el  cerro. 

1 7  A.  Alv.  SUv.  Dom.  ram.  6  c:  Así  andaban  los 

tales  aloquecidos  del  mundo,  y  solos  vivos  y  alertos 


6 1 2  OrIOEH  y  vida  D£L  LCMOt7A|E 


Pásina        Unct 


395 

18 

3Q5 

19 

^4 

31 

á  Dios.  León  Jesús:  Tus  angela  te  bendigan,  tus 
valerosos,  tus  valientes  ejecutores  de  tus  mandamicD- 
tos,  tus  alertos  á  oir  lo  que  mandas.  Id  Job.  8, 6:£h 
duda  hubiera  estado  á  tu  defensa  despierto  y  alerto,^ 

Estar  alerta.  (Con  vigilancia),  c.  533. 

Cabr.  p.  250:  Alertar  nuestras  esperanzas. 

L.  Orac.  Crit.  3j7:  Ni  salones  reales  ni  cuadv 
doradas  que  la  enriqueciesen. 

415  1 5  Según  Cuervo,  es  en  Bogotá  de  capa  unifomn 

color  bayo  encendido,  las  más  veces  cuatralbo. 

416  28  Rub-aza,  rubí  de  poco  valor, 

417  13  Id.  pte.  3,  Asunc:  Qué  de  matices,  qué  de  rtb»- 

les,  qué  de  rayos. 
420         19  Sorroch-Ct  posv.  de  sorroch-arSCj  dnibo^ 

en  Chile. 
437        26  Pers^  1,5:  Llegó  la  barca  A  dar  casi  en  seco  por 

la  cueva  adentro,  pero  volvíala  á   sacar  la  resacL 

D.  Vega  S.  Dom.:  Había  sacado  á  fuera  la  rcs«* 

del  mar. 

451  2  En  Falencia  ranga-ero  el  que  hace  pequrfto 

malas  paríidas,  del  andar  torcido  y  cojeando. 

452  4  £atre^ppen^loii-ap,  escribir  entre  M- 

g  Iones. 
456        36  Salirse  de  Rías.  Cid  703:  Non  deranctie  mngnm 

fata  que  }o  lo  mande. 
461         10  En  ta  montaña  de  Falencia  arrenía-jo,  de  •arroH 

tar  por  arrendar  ú  remedar,  lo  que  confímia  el  ori- 
gen único  de  entrambas  variantes. 
419      al  fin        El  menor  yerro  qae  puede  hacer,  es  casar»  k 
la  mujer,  (Vuelto  es:  -El  menor  yerro  que  pude 
hacer  la  mujer,  es  casarse*),  c.  104. 

Eí  pequeño  yerro  al  principio,  se  hace  grtnA 
al  dorreqaio,  c.  98. 

Eí  primer  yerro  al  principio,  se  hace  granate 
fin,c.  100. 

El  yerro  del  médico,  la  tierra  U  tapa;üÉ^ 


Adiciones  y  Erratas 


613 


Uncj 


27 

II 


27 


_    26 


26 


25 


letrado,  el  dinero  le  sana:  el  del  teólogo,  eljaego 
te  apaga,  c  73. 

Ei  yerro  encelado,  medio  perdonado,  c.  7S. 

La  qat  hizo  an  yerro,  y  pudiendo  no  hito  más, 
por  buena  ta  tendrás,  c.  177. 

Los  más  discretos  ttacen  mayores  yerros,  c.  205, 

Los  yerros  del  médico  encubre  la  tierra;  los  del 
rico,  la  txacienda.  c,  202. 

Los  yerros  del  médico,  la  tierra  los  cabré.  (Dig- 
no, son  de  perdonar),  c.  202. 

Los  ytrros  por  amor,  dinos  son  de  perdonar. 
Los  yerros  por  amores,  c.  202. 
•    Los  yerros  se  encuentran  unos  con  otros,  e.  202  ^ 

Si  no  atajas  de  chico  el  yerro,  contino  irá  ere- 
ciendo.  c.  253. 

Tan  grande  es  el  yerro,  como  el  que  yerra. 
411. 

Un  yerro  quienquiera  le  hace.  c.  161. 

Un  yerro  no  se  hace  soto,  ó  no  viene  soto. 

161. 

Yerres  de  amor  dinos  son  de  perdón,  c,  1 45. 

lloz-n«la,  Ula  de  la  roxa.  (Sanbndcr). 

Roznarte  tos  dientes.  Conob  AlbeiL  3,2:  Tiém- 
blatile  k«  belfos  de  la  boca  y  róznanle  los  dicnlea 
unos  con  otro*;. 

Caccr. /7s.  105:  Otros  veces  solfa  irarse  contra 
su  pueblo.  Iralus  es  furore  Dominus  in  popu- 
tum  suuni. 

S«ii-i'ej-«r»*f,  herirse  con  la  rtj-a  el  ani- 
mal. CoNoe  Aíbeii.  4,39:  Sucede  en  las  mutas  de 
las  labores  sonrcjarsc  y  hacerse  miicli.is  heridas. 

Suii-i-«.'j{««dur2i,  herida  al  sonreja-rse.  Cow- 
DE  Albeit.  4,39. 

CosDC  A f^f i/.  3,15:  Cuando  algún  caballa  de 
rúa  monta  alguna  muía...,  si  no  se  capa,  no  ca  de 


c. 


c. 


614 


Orioen  y  vida  del  LtNaUAJE 


PáElDa        Ubw 

algún  provecho,  por  el  grande  n]o  que  le  hi  c 

dado. 
530        32  Des-adopiiaPy  Tesor.  1671. 

-559        35         Andar  á  orza,  A  la  briba,  briboneando  y  fmr 

do,  conforme  al  valor  de  orza,  diente  y  cosí 

coge. 


Críticas  más  notables  de  la  obra 
EL  LENGUAJE 


5TUOIOS  SOBRE  EL  LENGUAJE. 

OBRA    IMIKJRTANTlSlMA. 

frialdad  con  que  se  recibe  en  España  la  publicaciAti  de  cierto 
genero  de  obras  raya  cierUmcnte  en  insensata.  Hay  ciencias  de  la 
ayor  importancia  que  se  han  esludíado  y  se  estudian  ansiosamente 
|Cl  extranjero,  y  que  aquí  apenas  si  se  conocen  de  nombre.  Ob- 
t,  si  no,  lo  que  con  la  Geografía  potílica  y  económica  aconte- 
Nótese  lo  que  ocurre  con  la  Lingüística.   Es  este  e^tudiOf 
exiraño  aclualmente  al  movimiento  intelectual  de  nuestra  patria, 
obstante  haber  sido  tin  español,  Hervas,  quien  en  el  $Íglo  XVIIl 
^6  los  cimientos  de  la  ciencia  del  lenguaje,  que  se  confunde  ordí- 
imenlc  con  la  filología. 

Dedicarse  ¡i  3U  elaboración,  es  desde  luego  un  caso  honorable, 

[legar  en  su  cultivo  á  dominar  la  complejidad  y  dificultades  de 

conocimienloi  supone  largos  años  de  trabajo  constante,  árido 

I  alicienle  alguno,  como  no  sea  et  ideal  lejano  de  algún  hallazgo 

porlaníCr  de  alguna  innovación  perdurable.  A  este  pequeño  gru- 

fdc  oscuros  españoles  beneméritos  pertenece  D.  Julio  Cejadory 

kua,  quien   despu^  de  veinte  años  de  estudio  ha  comenzado  á 

Micar  una  obm  m.igt<itral  sobre  el  lenguaje. 

El  pasado  afto  apareció  el  lomo  primero,  con  el  título  gcn^rko 

[«Cl  Icngiuje:  sus  Irairformacioncs,  su  estructura,  su    unidad,  SU 

SU  razón  de  ser». 

Se  hace  en  este  lomo  un  estudio  histórico  sobre  la  ciencia  Tiloló* 


2 


gica,  en  el  cual  muestra  el  autor  haber  manejado  cuanto  aobn  eril 
ciencia  se  ha  escrito  en  todos  l^s  países  y  en  todos  los  tiempos. 

Hace  á  continuación  las  diversiñcaciones  entre  la  filolofuíayk 
lingüística,  ciencia  esta  última  que  apenas  si  cuenta  un  siglo  deeiii> 
tencia. 

Conocidos  estos  preliminaresi  expone  el  Sr.  Cejador  sus  teorti 
originalísimas,  atrevidas  y  sólidamente  científicas,  acerca  del  ki> 
guaje,  teorías  que  serán  presentadas  sistemáticamente  en  los  tomos 
sucesivos,  á  que  este  sirve  de  introducción. 

El  volumen  aparecido  este  año  «Los  gérmenes  del  lenguaje»,  d 
un  profundo  estudio  ñsiológico  y  psicológico  de  las  voces  del  len- 
guaje como  base  para  la  investigación  de  sus  orígenes.  Hay  en  este 
libro  ideas  realmente  interesantísimas  sobre  los  sonidos  prímítivoi 
y  las  primeras  ideas  expresadas  fonéticamente.  Las  más  modermí 
concepciones  del  sonido  bocal,  fisiológica  y  psicológicamente  con- 
siderado, son  criticadas  sabia  y  agudamente. 

Después  de  este  tomo  vendrán,  según  promete  el  autor,  otns 
que  han  de  completar  esta  obra,  única  en  su  género  y  sin  preceden- 
tes, según  creemos,  en  la  bibliografía  española  por  su  amplitud  j 
su  ejecución. 

«Me  declaro — dijo  el  Sr.  Menéndez  Pelayo  en  una  carta  al  au- 
tor— de  todo  punto  incompetente  para  juzgar  una  obra  de  tal  mi^ 
nitud  y  trascendencia,  pero  no  puedo  menos  de  manifestar  á  V.  ni 
admiración  por  los  conocimientos  profundos  y  sólidos  que  revdl^ 
por  la  lucidez  y  elegancia  de  la  exposición,  y  por  los  altos  propósi- 
tos que  indica  y  cumplirá. 

»Unicameníe  los  verdaderos  filólogos,  ó  por  mejor  decir,  los 
verdaderos  lingüistas,  que  son  los  que  en  este  caso  tienen  autoridid 
y  competencia,  podrán  decir  á  Vd.  si  en  et  estado  actual  de  la  deiH  ] 
cia  es  posible  la  síntesis  á  que  Vd.  aspira.  Los  que  solo  hemos  cst^  ' 
diado  algunas  lenguas  como  instrumentos  de  sus  respectivas  litenh 
turas,  no  tenemos  voto  en  tal  litigio;   pero  si  algo  vale  la  razón  de 
analogía,  debemos  estar  de  parte  de  Vd.,  porque  siendo  tan  mnt 
fiesta  en  la  literatura  comparada  la  unidad  del  espíritu  humano  y 
de  sus  procedimientos  artísticos,  mucho  más  parece  que  ha  de  serta 
en  el  material  lingüístico  y  en  la  gramática  comparada,  donde  ti  ; 
mucho  mayor  la  parte  de  lo  espontáneo  é  inconsciente.  En  mim,  ¡ 


ac  es  verdad  de  las  milolügias  y  de  las  literaturas^  no  ha  de  des- 
lirs€  respecto  de  las  lenguas,  que  cu  cierto  modo  envuelven  sus 
nencii. 

►Además  de  la  grande  importancia  que  para  todos,  creycnics  é 

ncrédulos,  Ueiie  la  lésís  rundameiilal  del  priaier  libro,  que  Ita  de 

er  explanada  en  los  subsiguicnlcs,  hay  mucha  y  positiva  doctrina 

lo  ya  publicado,  y  puede  servir  como  cxcdenlc  ensayo  de  vul- 

riación  de  estos  conocirnienlo^  en  España.  Son  úíiles  desde  luego 

I  cuadro  y  clarificación  de  las  lenguas  y  el  rico  tratado  de  Fono- 

;fs,  que  por  sí  soto  puede  labrar  una  reputación  científica. 

•  No  me  creo  con  la  auJoridad  suficiente  para  hal)!ar  en  ninguna 

mta  de  una  obra  que  solo  tiene  relación  indirecta  con  mis  cstu- 

Sos;  pero  como  mero  lecíor  agradecido,  no  puedo  menos  de  dar  i 

fá*  la  enhorabuena  por  su  trabajo  y  por  el  valor  heroico  que  manl- 

,  Vd.,  en  el  mero  hecho  de  publicarle». 

Es  verdaderamente  heroico  el   esfueno  del  5r.  Cejador»  tanlo 
[to  inverosímil  el  desdén  con  que  la  nación  corresponde  A  sus 
;  sabios,  á  los  que  lo  son  en  realidad.— XXX. 

fEi  íasparcJal.  27  Uclubtc  l«n|. 


MITRÍDATES, 


Hace  pr6xmiamenle  ttn  siglo  qtic  cierto  sabio  alemán,  nacido 
1  Pomerania  y  llamado  Juan  CrísIob.il  Adclung,  emprendió  la  pu- 
llcadón  de  un  libro  formidable,  el  Af/Zf/rfa/w,  en  el  que  se  Ira- 
ucta  la  oración  dominical  á  todas  tas  lenguas  del  mundo.  Veinte 
Ros  antes  un  sacerdote  español,  nacido  en  tierra  de  Cucncx  y  lia- 
ndo D.  Lorenzo  Hcrv.ls  y  Pan  duro,  había  publicado  su  lamoso 
jtálofio  de  las  lenguas,  piedra  fundamc.ital  de  la  ciencia  filoló- 
■  los  librijs  $?  ha  |i*vaitl.ido  un  monumental  edificio, 
XíX.  Siguiendo  el  método  cumparalivo,  que  ya  en  el 
gjlodeoro  de  nuestra  literatura  presintieron  el  maestro  Francí'^co 
;  de  las  Brozas  y  el  canónigo  D.  Bernardo  Afdretc,  los  sa- 
""^  ii  centuria  han  llcRado  á  conocer  todas  las  lenj^iias 
Iletrado  en  el  scci  do  de  los  pensares  y  en  el  de 

4A 


los  hablares  con  que  los  expresan  Unto  los  antropófagos  africaooi 
al  mascullar  la  chuleta  de  algún  pariente,  lanzando  grilos de  hirtsn 
satisfecha,  en  S'i^ahilj  ó  en  batitú^  cuanto  los  más  refinados  psicób^ 
gos  de  París  al  despellejar  piadosamcníe  á  un  dramaturgo  moder- 
nista durante  los  entreactos  de  cualquier  estreno  en  el  Odeón, 

Hubo,  pues,  un  primer  Mitridates  conocedor  de  todas  las  Iok 
guas,  ya  fuese  Hervás,  ya  Adelung.  Después  los  Mitrídates  se  ha 
mnítiplicado.  Se  ha  llegado  á  desenredar  y  poner  en  claro  gni 
parte  del  árbol  genealógico  de  las  lenguas.  Se  ha  visto  cómo  erai 
ramas  muchas  que  parecían  troncos-  Se  ha  entrevisto  la  unidad,  d 
tocón  primitivo.  Fallaba  desenterrar/  descubrir  las  raíces,  y  estl 
importantísima  invención  ]digámoslo  con  orgullo  para  gloria  de  II 
patria!  la  ha  reaü^íido  un  pobre,  oscuro,  modesto  sacerdote  esptiM^ 
nacido  en  tierra  aragonesa:  D,  julio  Ccjadory  Frauca. 

Cejador  es  un  hombre  pequeño,  flaco,  cetrino,  los  ojos  corao 
dos  ascuas,  los  brazos  rebeldes,  los  movimientos  indisciplinados,  b 
figura  toda  llena  de  elocuencia  persuasiva.  No  tiene  facha  de  o* 
dor,  de  político,  de  IHerato,  de  nada  que  huela  á  profesión  ú  ofid> 
enderezado  d  conseguir  fines  inmediatos  y  someros.  Los  que  sabeil 
conocer  en  los  ojos  ó  en  otras  cosas  ai  hombre  poseído  por  un  ¡ddl 
ó  por  una  idea  grande,  no  confundiréis  a  Cejador  con  ningún  uár 
nistril  del  hoy  ni  del  mañana  temprano,  con  aquel  sabio  adminis- 
trador de  su  ciencia  ó  de  su  arte,  con  este  ambicioso  apio  para  tiaar 
bulto  en  escalafoncp.  Ni  es  tampoco  Cejador  un  erudito  ptsahor- 
migas  y  cuentigoíasde  los  que  percancean  respetabilidad  cíenÜfiay 
pingües  sueldos  dilucidando  cuidadosamente  si  la  mota  wtgTi  qpt 
hay  en  la  página  segxmda  del  Códice  Vigiiano  es  el  punto  de  una  / 
ó  la  indiscreción  de  una  mosca  medioeval:  ni  menos  todavía  es  de 
aquellos  Mitríd.ites  baratos  para  quienes  la  ciencia  es  una  fonda  fl 
donde  ellos,  como  ciertos  camareros,  sirven  Ja  minuta  y  cobran  ll 
cuenta  en  veinlicínco  idiomas.  Sabio  de  veras,  Cejador  es  un  alltt 
inocente  y  candorosa,  ¡nhábü  para  los  tratos  del  mundo>  Ha  vivídí 
en  las  faldas  y  laderas  del  Líbano^  ha  recorrido  Egipto  y  Síri^ 
errando  inconscientemente  por  el  mundo  con  su  ideal  á  cuestas,  f 
al  volver  á  la  patria,  el  ideal  logrado  le  pesa  como  una  crui,  y  él 
no  lo  nota,  por  más  que  ya  le  han  azotado  los  sayoties,  le  han  pO^ 
seguido  los  escribas  y  le  han  vendido  los  fariseos.   Pero  Trie  ni 


entrislecerac,  puw  fratísmoí  de  un  SíiWo  aTcgre  para  qttíen  foda 

I  y  !oda  gralulación  son  obligadas. 
Desenterrar  las  raices  del  lengunjej  poner  al  descubíerlola  lengua 
imiüva,  declarar  y  demostrar  con  pntetws  de  lodos  los  generas  y 
ejemplos  de  todos  los  idiomas  que  e«a  lengua  primiliva  es  el 
skera  i^  vascongado  y  proclamar  que  las  formas  eleiTienlaVs  de 
t1!a  son  las  voces  dictadas  por   U  Tialur»lcia  6  sugeridas  por  el 
Ifmplc  funcionamiento  del  organismo  i  los  primeros  hombres  y 
anservAiIas  vivas  al  Iravés  de  siglos  y  siglo?  en  ambas  vcrtienles  de 
regii^n  pirenaica  donde  el  vasco  y  sus  dialectos  viven,  es   lo  que 
asU  ahora  ha  iniciado  Cefador  en  el  primer  tomo  ó  prólogo  de 
i  maravilloso  libro  £/frrf^a/e  (Salamanca,    1901)^  ba  expueslo 
'.  ^  segundo  iomo,  Los  gérmenes  dt!  fenguaje  (Bilbao,    1002)  y 
ibide  probar  cumplidamente  en  el  tercer   voltimen^    Embríogt' 
fia  dd  íengttaje  {Mad^id^  IQ04).  Eri  los  dos  primeros  lomos  ex- 
jnía  con  lucidez  pasmosa  un  novísimo,  claro  y   racional   criterio 
ara  Iratíir  la  cnestifSn.  Ya  en  eltos  se  comprendía  que  era  Cciador 
monista  convencido,  im  Hnckel  de   la   ciencia   lingüística,   un 
skAlogode  la  fuerza  úe  los  Wundl  y  de  los  Sergi,  un   observador 
juctor  de  la  talla  de  bs  Max  Müller  y  de  los  Spencer.   Pero  en 
¡úilimo  volumen,  al  tratar  de  la  Embriogenia  del  Itngaajt,  fuñ- 
ando la  ¡nvcsligación  en  c!  estudio  de  laa   palabras  demostrativis 
todos  tos  idiomas  del  mundo,  construyendo,  como  repeíirla  Adfc- 
ig.el  Mitridates  del  yo,  del  tú,  del  éf.  del  nosotros,  etc.,  para  lo 
le   ha  sido   necesario   recorrer   y   manejar   cuantas  gramá- 
I  y  cuantos  léxicos  existen  relativos  i  las  Innumerables   Jormas 
¡  hablar  notorias  en  el  planeta,  Cejador  se  presenta  á  nueslroí  ojos 
«o  el  hombre  que  ve  claro  y  que  claro  habla,  cual  vela  Platón   cl 
Bvino,  cual  hablaba  Renán  el  humano. 

Ha  trascurrido  un  siglo,  elticmpo  suficiente  para  !a  crianza  de 
sfínltos  dogmatismos  y  para  la  cerrazón  absoluta  de  innumerables 
rilerios.  La  Filosofía,  la  ciencia  del  lenguaje,  que  debiera  ser  la 
viva  y  despabilada,  se  ha  ido  convirtiendo,  bajo  las  gafas  de  los 
iJOpcs  alemanes,  en  una  nue\'a  Escolástica.  A  los  nominalistas  de 
.  generalización  lílosófica  han  reemplazado  los  nominalistas  de  la 
cularlzacldn  6  desmenuzamiento  filológico.  Vamos  ya  teniendo 
abtéfl  aquí  en  Espifla  ¡alabado  sea  Dios!  algunos  filólogos  de 


esos  que  estudiando  la  piel  de  las  palabras,  llaman  despectivamoik 
io  otro  á  las  ideas:  hay,  en  esta  materia,  quien  afirma  que  d  pen- 
samiento es  pura  retórica,  divagar  de  oradores  hueros;  hay  qina 
colecciona  variantes  y  quien  hacina  papeletas  consignando  hedhoi 
desalmados  y  estúpidos  para  no  sabemos  qué  Estadísticas  de  la 
que  empujan  hacia  la  Academia.  Para  estos  t)enditos  seres,  la  Filo* 
sofía  es  cosa.de  los  republicanos  y  demás  gente  enemiga  del  orden. 
Las  hipótesis,  para  ellos,  son  patentes  de  locura:  las  generalizadt^ 
nes,  crímenes  nefandos.  Ellos  son  los  sabios  únicos,  la  avejentada 
prole  de  los  doctores  de  Salamanca,  vestidos  hoy  con  cogulla  aI^ 
manísca,  incapaces  é  impotentes  para  comprender  que  aun  queden 
por  descubrir  Nuevos  Mundos  de  aquellos  que  jamás  encontró  It 
ciencia  si  no  supo  hermanarse  con  la  audacia.  Ya  sé,  ya  presumo  to 
que  estos  frailucos  laicos,  lo  que  algunos  miopes  germanóEIos  pen- 
sarán y  dirán  de  Cejador.  Por  ellos,  América  se  hubiera  quedado 
sin  descubrir,  pues  Colón  no  era  ningún  sabio,  ni  usaba  antipams^ 
ni  había  dividido  el  mundo  entero  en  papeletas. 

Pero,  por  honra  de  España,  bueno  será  creer  que  existe  alguien 
capaz  de  menospreciar  esas  ratoniles  pequeneces.  Alguien  habni  á 
quien,  si  no  le  convence  la  inteligencia,  le  conmoverá  hondamarie 
el  corazón  el  hecho  de  que  un  sabio  español,  pobre,  soto  y  sin 
ayuda  oñcial,  ni  títulos  académicos  hasta  hace  pocos  días,  haya  fun- 
dado una  doctrina  completa,  lógica  y,  por  lo  menos,  científica- 
mente aceptable  acerca  del  primer  idioma  que  se  habló  en  la  tiem 
y  haya  probado  que  ese  idioma  fué  el  que  hablan  los  campesinos  y 
los  trabajadores  en  una  región  de  las  más  pobladas  y  cultas  de 
nuestro  país. 

¿Sería  mucho  pedir  para  un  hombre  que  tal  obra  ha  realizado, 
el  amparo  oficial  que  pudiera  suponer  la  creación  de  una  cátedil 
de  easkera  en  el  doctorado  de  Filosofía  y  Letras?  ¿Parecerá  un  dil- 
parate  que  siendo  ó  pudiendo  ser  (no  afirmemos  nada  en  atisolllh^ 
la  lengua  vascongada  la  primitiva,  el  Estado  español  proteja  su  c^ 
tudio  oficial  con  la  misma  atención  que  dedica  al  del  sánscrito,  qoe 
de  fijo  no  es  primitiva  y  casi  de  seguro  no  le  importa  á  nadie  CB 
España? 

Y  cuando  el  Estado  no  tenga  en  sus  arcas  cuatro  mil  pesrki 
para  las  carabelas  que  han  de  aportar  á  este  Nuevo  Mundo  jBO 


i  «Ilá,  en  la  vieja  tierra  de  Vasconia,  entre  aquellos  cuskaldu 

i  tan  generosos  y  tan  ricos  quien  se  prive  cada  año  de  unas  cuan- 

botellas  ile  Cordón  roage  6  del  importe  de  una  traviesa  h  favor 

cualquier  Chiquito  para  que,  libremente  y  sin  auxüio  del   tanlas 

lacees  maldecido  Erario  centralizador,  un  hombre  de  buena   y   de 

nucha  fe,  como  aquel  de  quien  hablo,  enseñe  á  tos  que  quieran 

rifle  algo  vislumbrado  por  Humboldt,  presentido  por   Larramendi, 

jvínado  por  Luis  Luciano  Bonaparte^  indicado  por  Astarloa,  algo 

:  que  los  vascos  pueden  quizás  más  que  de  oira  cosa  alguna  enor- 

ílkcerse?  Aquel  hierro  vizcaíno 

que  os  encargo, 
corto  en  palabras,  pero  en  obras  largo 

ñcn  podrá  Irocarse  en  un  poco  de  oro  para  cambiarte  por  los  bri- 
dantes de  h  ciencia  y  permilirlc  al  sabio  pobre  que  siga  en  paz  sus 
(Studios. 

¿Quiere  escucharlo  el  señor   niinislro  de  Ins(rucci6n  pública? 
íuícrcn  enlenderlo  bien  los  patriólas  vascongados? 
pero  aún  será  preciso  decir  algo  de  to  sustancial  de  este  Übro 
llgioso. 


II 


•y  dijo  el  Señor:  he  aquf  que  uno  es  el  puebla  y  una  lengut  ] 

..  «Pero  venid,  bajemos  y  confundamos  alHIa  lengua  de 
I  para  que  no  enlicnda  cada  cual  la  voz  de  su  prójimo  >. 
Esto  dice  el  Qínesis,  en  el  capitulo  XI,  que  trata  de  la  torre  de 
el.  Lo  que  no  consigna  es  cuál  era  esa  lengua  primitiva  una  para 
ios.  Ehora  ya  está  averiguado:  esa  lengua  era  la  que  hablan  los 
adores  de  Berrnco  y  de  Mundaca,  la  que  cantan  los  versolarís 
Us  fiestas  de  Durango  y  de  Orduña^  d  viejo  idioma  cuyo  última 
ela.  Antonio  Arzac,  ha  muerto  hace  pocos  días  pobre  y  casi  olvi- 
Jo.  Es  un  idioma  no  inficionado  por  la  retórica,  no  adulterado 
la  acción  corrosiva  de  las  abstracciones:  un  idioma  positivo, 
'  natural,  que  pesa  poco  en  la  memoria:  algo  de  lo  que  intenta  ser  el 
B^glés  común  á  londinenses,  neoyorkinos,  calífomianos,  neocclande- 
^BS|  australianos,  indios  del  Oinges  y  burghers  del  Sur  tic  África:  un 
^klrumento  semejante  ií\bar\jo  de  la  conocidísima  canción  de  Kiplíng 


8 


y  que  con  su  pyÜí-wyUi  'Winki-wiaki-poppl  y  con  su  tanka-tOBki^ 
tunka,  tunka,  tank  y  su  tara-rara~rara-rara-ra-rrrppl  con  seis  & 
ocho  sonidos  toscos,  pero  de  pujante  eHcacía  expresiva,  hace  enteo* 
derse,  danzar,  reír,  caminar  y  gemir  tanto  al  pobre  negro  que  toq»» 
mente  la  maneja  en  el  sollado  de  un  trasatlántico,  cuanto  al  mariw 
hiperbóreo  que  reposa  las  íatigas  del  balleneo  6  de  las  pesqueríit 
de  Terranova,  asi  al  fellah  harapiento  de  las  riberas  del  Kilo,  como 
al  borrachín  azotamuelles  de  Londres  ó  de  Glasgow. 

Fundado  en  mal  leídos  dogmas  teológicos  ó  metafísicos  y  en 
caprichosas  inducciones,  cuanto  se  había  dicho  hasta  aquí  respecto 
de  la  lengua  madre  era  igualmente  absurdo.  Quienes  viven  pegadas 
al  texto  del  Génesis  no  pueden  pensar  que  Adán  hablaba  hebreo, 
sirocaldeo  ó  elidioma  plagado  de  formas  dialectales  en  que  escriba 
Moisés  cuando  intentaba  resucitar  la  perdida  memoria  del  Paraíso 
terrestre,  pues  ¿para  qué  necesitaba  Adán  la  complicada  terminologii 
de  una  lengua  que  sirve  á  civilizaciones  evidentemente  muy  lejana 
del  primitivo  estado  de  candidez  paradisiaca?  Quienes  aceptan  lu 
tan  repetidas  como  desacreditadas  divisiones  de  las  lenguas  en  tres 
familias,  dándose  en  su  estructura  (monosilábicas,  aglutinantes; 
flexibles)  ó  en  las  supuestas  razas  que  las  hablaron  (indoeuropeas^ 
semíticas  y  turanias)  no  podrán  menos  de  admitir  tres  idiomas  pri- 
mitivos, pero  verdaderamente  primitivos,  elementales,  semisalvaj» 
ó  salvajes  del  todo.  ¿Hay,  sin  embargo,  nada  menos  probable  que  U 
existencia  de  tres  formas  distintas  para  expresar  una  sola  y  simple 
sensación  primitiva  y  elemental?  ¿No  es  en  esto  mucho  más  racional 
el  Génesis,  que  anticipándose  á  Ernesto  Haeckel  decía,  por  boca  dd 
Creador:  Ecce  unas  est  populas,  «hé  aquí  que  uno  es  el  pue- 
blo», y  adelantándose  á  Julio  Cejador,  añadía:  Et  anum  labiuM 
ómnibus,  <y  un  labio  (una  lengua)  para  todos?  Moisés  era  monistOt 
sin  saberlo,  y  yo  creo  que  si  hubiese  estado  en  Roma  recioh 
temente,  habría  estrechado  la  mano  de  Haeckel  el  librepensador, 
á  hurtadillas  del  Vaticano,  y  no  hubiera  dejado  de  recomendar 
á  Su  Santidad  que  mirase  por  un  sacerdote  como  Cejador,  á  quiea 
se  ha  perseguido  por  probar  científicamente  lo  que  el  primero  y 
más  respetable  autor  del  Antiguo  testamento  había  afirmado  CQ 
forma  popular,  lo  que  algunos  sabios  neos  niegan  porque  I9 
conviene  que  haya  en  la  ciencia  muchas  torres  de  Babel  pan  a^ 


jr  cobrando  en  diversos  idiomas,  como  verdaderos  Marídales  del 
supuesto. 

Pero,  además  de  ser  fílófogo  y  antropóíogo  consumado,  Moisés 
stró  ser   un   filósofo  profundo  en   este  asunlo  del  idioma 
IHvú:  y  sin  apartarse  un   pumo  del   leído  sagrado,  establece 
toda   lógica  Cejador  su  segunda  ímporlantfsima  afirmación 
s(ra  Rousseau  y  contra  cuantos  han  discurrido  sobre  este  par- 
cular,  á  saber: 
£/  idioma  primitivo  no  es  un  invento  de  los  hombres. 
Oaro  es,  por  consiguiente,  que  la  lengua  primitiva  fué  ínwnlada 
"Dio^  ¿cómo?  como  inventa  Dios  las  cosas;  creando  organismos 
lies  y  haciéndolos  servir  á  necosidadís  naturales  también.  Im- 
Jble  parece  que  hayan  Iranscurrido  tantos  siglos  sin  qnc  los  sabio* 
aran  á  persuadirse  de  eslo,  de  que  el  hablar  es  tan  natural  y  tan 
esarío  como  el  andar  y  el  digerir,  y  si  conocemos  la  digestión  y 
locomoción  estudiando  anatómica  y  fisiológicamente  los  órganos 
ellas  empleados  sin  andarnos  con  elucubraciones  melafisicis 
:  páncreas  ó  sobre  el  íendón  de  Aquitcs»  necio  será  creer  que 
conocer  el  orÍ;;en  del  lenguaje  si  no  estudiamos  los  órga- 
i  y  las  funciones  naturales  del  habla. 
Por  eso  el  ilustre  Sánchez  Calvo,  precursor  de  Ccjador  en   estas 
— '—.íioneí,  anduvo  cerca  de  resolvere!  problema  en  su  conori- 
Los  nombres  de  hs  dioses,  pero  no  le  resolvió  porque  lle- 
Iba  i  ciMSlas  unas  alforjas  metarísícis  que  le  estorbaban  mucho,  las 
Bismas  que  lí  dictaron  su  estupenda  Filosofia  de  lo  maravilloso 
tivo.  Para  ('■alar  de  estas  cosas,  vale  más  ser  como  Cejador,  filó- 
\  y  antropóíogn  ó  psicólogo  experimental  que  filólogo  y  metafí- 
maravlihsOt  como  Sánchez  Calvo:  vale  mis  ir  del  brazo  de 
undt,  que  ir  de  la  mano  de  Kant. 
Siiidiez  Calvo  había  reconocido,  como  Cefador,  comunidad  de 
i  y  de  fa>mias  en  lodis  las  lenguas  esludiadas,  pues  gracias  A  las 
'i:ític.isy  á  los  innumerables  vocabularios  que  la  propa- 
;  iilisla  y  comercial  de  cierta*  naciones  colonizadoras  ha 
tido  por  el  globo,  no  es  ningún  milagro  ser  hoy  Milrldates  de 
■dios  Idiomas  se  hablan  en  la  tierra.  Pero  Sánchez  Calvo,  filósofo 
iraWlloso  creía  que  las  primeras  palabras  fueron  palabras 
vas  y  la  m;is  antigua  la  onomatopeya  ^rbertftrber,  imiUti- 


10 


va  de  la  acción  de  hervir.  Sánchez  Calvo  suponía  que  los  hoaibiti 
no  hablaron  ni  se  admiraron  hasta  que  vieron  barbotear  al  aguí 
caliente  en  un  puchero  ó  cazuela:  como  si  fuera  posible  hacer  cu» 
las  sin  hablar,  y  probable  que  no  les  pasmase  más  á  aquellos  hom- 
bres cualquier  fenómeno  de  la  naturaleza  (rayo,  trueno,  etc.)  que  leí 
llenara  de  miedo  y  consiguientemente  de  instintos  defensivos  y  reli- 
giosos. Sánchez  Calvo  contemplaba  este  fenómeno  puramente  huma- 
no sin  atender  al  hombre  mismo,  sino  á  las  cosas  exteriores.  Cejador 
por  el  contrarío,  rumiando  concienzudamente  una  página  admirable 
de  Taine  en  su  hondo  libro  De  la  Inteligencia,  profundizando  lu 
inducciones  de  Wundt  en  su  ya  popu]ar  Psicología  fisiológica  j 
atendiendo  á  su  propio  discurrir  de  hombre  clarividente,  conGrma 
iodos  los  datos  por  él  acumulados  y  relativos  á  cientos  y  miles  de 
lenguas  habladas  en  el  mundo  respecto  de  unos  cuantos  sonido^ 
iguales  en  todas  ellas,  y  que  expresan  principalmente  las  ideas  y  r^ 
laciones  del  espacio  en  las  que  van  envueltas  las  de  la  personalidad, 
las  de  la  añrmación  categórica  instintiva,  las  que  los  psicólogos  lla- 
man hoy  asociaciones  primeras  ó  sensoriales,  base  de  los  juicioso 
relaciones  intelectivas,  etc.Y  estos  primeros  sonidos  ¡caso  inesperado! 
coincidentes  en  todas  las  hablas  del  mundo,  son  las  palabns 
demostrativas  del  eúskera  pronunciadas  y  escritas  en  el  siglo  XX 
como  se  escribían  ya  en  el  códice  Calixtino  del  siglo  XIll,  de  seguro 
como  se  pronunciaban  antes  de  la  torre  de  Babel,  que  si  fué  confth 
síón  de  lenguas,  mas  fué  confusión  de  ideas,  de  instintos  y  de 
propósitos.  Pero  como  esta  teoría  no  es  un  capricho  (Cejador  ni 
siquiera  es  vascongado  ni  en  Vasconia  le  ha  ocurrido  nada  agradar 
ble),  resulta  que  esas  primeras  formas  demostrativas  no  son  sino 
movimientos  naturales  del  aparato  vocal  ó  posiciones  de  la  garganta, 
de  la  lengua,  del  paladar,  de  los  dientes  y  de  los  labios  para  dqv 
salir  el  aire. 

Pocas  páginas  tan  interesantes  ni  que  causen  tan  íntima  emodón 
estética  y  moral  como  aquellas  en  que  rastreando  esos  sonidos  de  que 
se  valieron  nuestros  infelices  ascendientes  para  expresar  sus  afectos, 
sus  impresiones  y  sus  relaciones  con  la  Naturaleza,  llegamos  i  con- 
vencernos, como  dijo  el  otro,  de  que  el  hombre  es  un  animal  mete* 
físico;  de  que  el  primer  salvaje  que  abrió  la  boca,  por  instinto,  di^ 
tínguíó  el  yo  del  no  yo  con  la  misma  seguridad  que  Kant,  auaqiie 


II 


_feo  diferencíase  el  yo  puro  (das  reine  ich)  del  yo  empírico,  en  lo 
t  quizis  el  salvaje  tenía  razón:  y  de  igual  manera  se  ensanc^ia  y 

Jegra  el  alma  comprobando  que  ese  mismo  (roglodib,  antropó- 
►  ó  lo  que  fuera,  sin  haber  leído  la  Lógica  de  Hegel,   ni  las  Afe- 

aríúaes  de  Descartes,  ni  los  Diálogos  entre  Hylas  y  FHonoas  de 
keley,  tenía  del  espacio  uníi  noción  naiural  claHstma  y  La  con- 

^liba  dicietido  a  para  expresar  Ío  lejano,  í  para  Jo  próximoi  o  para 

circundante,  etcétera,  etc. 

Pero  seria  inoceníe  suponer  en  el  lenguaje  primÜivo  cxprcsio- 
para  todas  las  calegoriasarisloléltcas  y   paia  todas  las  niodíftca- 

ites  de  estos  coticeplos  fundamentales.  Las  palabras  de  espacio 

Jican,  para  un  hombre  sensitivo  ó  sensorial,  de  ineníalidad  pre- 
cíente,  sensaciones  de  cantidad  y  de  relacirtn  y  hasLi  de  ca- 

Rd  y  I  nodo.  A  es  lejos,  pero  también    es   mucho  y  es  graa- 

I  y  es  eiíos,  la  mullitud  lejana,  /  es  cerco,  y  así  mismo  es  poco 

i  no  grande  y  t%  tu  ó  vosotros  que  estiis  junto  i  mí  y  á  qiiie- 

scilalo  con  el  dedo  (la  i  indtgitante,  dice  con  agudeza  Ce- 

iof)  y  es  algo  agudo  y  algo  estrecho,  como  el  sonido  i.  A  las  reía- 

(eraporalcs  no  alcanzan  estos  sonidos,  porque  el  salvaje  no 

B,  como  nosotros,  de  recuerdos  y  de  esperanzas,  sino  que 
en  presente,  de  la  actualidad,  sin  la  conciencia  del  ayernt  el 
ntimicnto  ó  el  temor  del  mañana...  Y  véase  como,  contra  lo 

siumhrado  y  previsto,  el  grito  de  un  papú  nos  conduce  ,i  las  mis 
;  rrgiuncs  de  la  Metaristca,  por  que  la  scncílüez  es  el  camino  para 

{randeza  y  tu  condición  obli^^da,  y  á  la  Metafísica,  se  la  cncuen- 

,  oo  se  la  busca.  ¿Cómo  prueba  Cejador  estas  pocas  fundamentales 
clones,  bases  de!  descubrimiento  del  idioma  primitivo?  Menester 
,  resumirlo  en  breves  palabras. 

III 

^^  Es  un  hecho  indudable  y  dolorosísimo,  por  cierto,  que  la  pata- 
^B,  mejor  dir¿,  el  ^rilo  más  antiguo  común  á  todos  los  idiomas  es 
^Ktmido  ó  la  queja  ¡ayl  Oiro  hecho  indíKuNbtc  es  que  ta  letra 
^Bi  sanare  entra.  Üt  Icngiije,  pues,  como  el  arle,  como  la  ciencia^ 
^^mo  los  hombres  mininos,  nació  del  dolor. 
^^^P  Artis  initiam  dolor 

es  el  prímcr  miembro  de  la  fórmula  misteriosa  de  akimi,  quiero  de- 


12 


cir,  de  Ganivel  el  grande.  Y  la  primera  de  todas  las  artes dciiíó  de. ^ 
ser  el  hablar. 

Pero  ¿qué  dice  quien  grita  ¡a-y!  instinlivamcnte?  Con  la  tí  quie- 
re arrojar  lejos,  fuera  de  sí,  al  mundo  entero  el  dolor  que  le  opnrat» 
con  la  /,  más  apremiante  y  acentuada  cuanto  mayor  es  el  apriete, 
pide  auxilio  al  prójimo,  á  í,  es  decir  á  tu,  al  que  está  más  cenx 
Este  ejemplo  no  es  de  Cejado  r,  pero  yo  lo  pongo  aplicando  n 
teoría. 

Otro  mío  también  y  quizás  más  probatorio,  pues  se  trata  de 
sonidos  extra-humanos,  tan  conocidos  por  los  hombres  como  por 
los  animales.  ¿Habéis  visto  lo  que  hace  un  carromatero  de  los  que 
enganchan  una  reata  de  ocho  ó  nueve  muías  en  fíla  india  ó  sea  de 
una  en  fondo,  cuando  tiene  que  doblar  la  esquina  de  una  caUtf 
Como  el  látigo  no  le  basta  y  ni  las  muías  obedecen  ya  al  látigo  c& 
estos  tiempos,  aunque  otra  cosa  crean  algunos  gobernantes  de  rea- 
ta, el  buen  carromatero  coge  de  la  madrina  á  la  muía  de  \aras  y 
ahuecando  la  voz  todo  lo  posible,  grita  primero /oooooo/...  El  efec- 
to es  instantáneo.  La  primera  muía  de  la  fila  y  tras  ella  todas  las  d^ 
más,  describen  un  arco  de  círculo,  ó  se  vuelven  en  redondo  pan 
doblar  ta  esquina  hasta  hacer  virar  el  carromato  pesadísimo.  Esa0 
es  para  las  muías,  como  para  les  hombres,  la  voz  que  expresa  lo  xt- 
dondo,  lo  circundante,  lo  en  torno.  De  modo,  que  si  el  carreteros- 
guiese  soltando  oes  la  muía  primera  describiría  un  círculo  completo 
é  iría  á  dar  con  el  hocico  en  la  barcina  ó  en  la  zaga  del  carro.  Pero 
una  vez  dada  la  vuelta  necesaria,  es  menester  seguir  en  línea  reda 
y  entonces  el  carretero  emite  estos  tres  sonidos  sorprendentes,  vene- 
rables, antiquísimos:  Rrrrri-a,  con  lo  cual  basta  para  que  las  mutis 
adelincn  otra  vez  todas  derechas.  ¿Por  qué?  Porque  r/rr  significft' 
en  iodos  los  idiomas  partir,  salir  andando  (de  ahí  arre,  aarrerát 
etc.);  /  es  un  mandato,  dirigido  á  ///,  con  el  dedo  tieso  ó  con  el  láti- 
go, si  de  muías  se  trata;  y  por  último,  a  es  lo  lejano,  el  sitio  á  donde 
el  carro  se  encamina.  ¿Cómo  han  de  caer  en  la  cuenta  de  cual  fué 
la  lengua  primitiva  los  filólogos  de  chistera  y  smoArm^,  quede»» 
conocen  el  lenguaje  de  los  carreteros,  el  habla  de  la  Naturalea? 
No  hemos  de  suponer  que  la  mentalidad  del  hombre  primitivo  eslH 
ba  mucho  más  cerca  de  la  inteligencia  de  una  muía  de  varas  que  de 
la  sublime  minerva  de  un  profesor  de  Cambridge  ó  de  Tubinga?     i 


Oe  tgual  inanerai  ¿cuántos  académicos  de  U  Española  ó  de  h¡P 
an cesa  hay  que,  al  entrar  en  sus  doctas  casas,  saluden  al  colegjt 
k  pregunten  por  sus  achaques  diciendo  cité?   Ninguno.  Putí^  • 
teño;  cfté  6  zé  {tsé  pronuncian  los  vascongados)   es  la  primera 
rrogariún  y  el  primer  ¿.aludo,  la  priniera  fúnnuia  vocaliva.  Véase 
Valencia,  en  Murcia,  en  Castilla  la  Vieja  (donde  suelen  decir 
ó)  en  gran  parte  de  Italia  (donde  suena  también  cho-á)  y  en  toda 
aérica  del  Siir,  singularmente  entre  los  gauchos  y  pamperos,  cu» 
vocabulario,  según  observaciones  directas,  hedías  en  el  terreno» 
constará  de  sesenta  »  óchenla  palabrotas.  Más  á  toda  pre- 
nta   sigue  una  afirniaciún.  1:1  hombre  priniitivü,   sin   embargo» 
pcide  con  los  ^hios  analíticos  inodcnios  en  lo  de  sentar  pocas 
ciones  absolutas,  apodícücas:  un  salvaje  es  tan  excéptico  ó  mis 
un  sabio  investigador,  pues  los  extremos  se  tocan,  y  á  la  misma 
bitación  angustiosa  conducen  la  suma  ciencia  y  la  suma  ignoran- 
Así,  el  hombre  primitivo  no  afirma  stnocuado  le  preguntan,  y 
>nc«s  echa  para  afuera  los  labios,  baja  la  cabeza  hacía  el  sttelOj^ 
I  para  arraÍL;ar  en  la  tierra  n>adre  su  convicción,  y  dice  ba,  pa, 
I  asi.  un  sonido  labial,  que  para  el  vascongado,  amigo  de  córa- 
los conceptos  y  hasta  de  imponerlos,  es  mucho  más  categóri- 
Jes  dice  ba-i,  ó  lo  que  es  lo  mismo:  1."  Eso  ex  cierio  ^&. 
i  cierto  universalmenle  ú  en  toda  món—a,  y  i,*"  Debes  crcer- 
y  convencerte  /ii-=í.  ¿Qué  otra  cosa  signíñcan  nuestro  fbaya, 
it  aserlúrioo,  que  naüa  tiene  que  \'cr  con  el  verbo  ir,  y  d  véiay 
\  k}&  valisoletanos  y  el  vai  ó  vé  de  los  provenzalesP 
Pero  un  hombre  que  pregunta  y  otro  que  responde  ya  son  dos 
racionales.  Véase  en  que  términos  tan  sencillos  (aparte  el  na^ 
ttnl  desenvolvimiento  de  estos  elemcnCalcs  datos  en  una  obra  fuiw 
íllal)  se  resume  la  evulucmn  humana,  desde  el  hombre  enio- 
que  solo  sabía  decir  ¡ayi  hasta  el  hoinUrc  intelectual,  que  con 
I  vocales  designa  sitiüs*  tamaños,  distancias  y  relaciones  de  las 
i  y   dechira  su  propia  peisunaliJad  y  ta  ajena  y  hasta   muc-lra 
itos  sociables  diciendo  che  y  convicciones  precicnliñcas  dícicn- 
I  bQ.  La  razón  comicnxa  desde  que  el  hombre  articula,  esto  cv 
Je  que  usa  las  articulaciones  impropiamente  llamadas  c^Aisonaa* 
,  Vocafes  solo  hay  muchos  animales  que  las  profieren:  articulara 
lio  articula  d  hombre.  No  %t  puede  creer  cu  d  hombre  alalo  d 


14 


mudo;  no  se  concibe  su  e?cistencia:  y  aquí  Cejador  cierra  conbi 
trasformistas,  y  en  particular  contra  Haeckel,  con  la  convícdán 
tnás  ruda. 

Hay  aún  otro  elemento  impórtanos  i  mo  del  que  los  ttiúlogos  ha 

prescindido  y  que  solamente  los  psicólogos,  y  en  particular  lo$  lü 

toriadores  déla  naturaleza  y  del  espíritu,  Tylor,  J  ara  rus,  Vund^ 

Lange  y  Willam  James  toman  en   cuenta:  el  gesto,  el  movimieak^ 

ademán,  actitud  y  visaje  que  á  cada  sonido  corresponde.  En  el  g^ 

revela  el  hombre  primitivo  ó  no  educado  la  emoción,  y  el  ged» 

proviene  de  la  contracción  de  músculos,  de  !a  vibración  de  nervtofc 

de  las  desigualdades  circulatorias;  eso  es  la  emoción,  el  movímicdto 

mismo,  la  conmoción  de  los  órganos  afectados  por  accidentes  ínta^ 

nos  ó  exteriores,  según  declaran  Lange,  James,  Sergl,  los  más  aEuB^ 

dos  psicólogos  modernos.  Luego  el  lenguaje  no  es  sino  un  aspedo 

natural,  concreto  de  esla  conmoción.  El  hombre  educado  se  sonniji 

y  calla;  el  niño  se  pone  coíorado  á  consecuencia  de  una  emodíni, 

y  además  lo  confiesa  inocenlemente,  diciendo: — Me  dá  vergüenza.— 

Esas  tres  palabras  forman  parte  de  la  emoción,  son   una  Caceta  de 

ella,   como   la  congestión  sanguínea  que  colorea  los  carrillos  dd 

muchacho.  De  ahí  la  asociación  de  las  impresiones  á  las  patabn 

que   las    representan,  y  el  que  mucha  veces  solo  al  nombrará^, 

limón  partido  se  nos  hace  la  boca  agua.  El  lenguaje  emocional  ao 

es  más  que  un  gesto  de  la  garganta  y  de  la  boca,,,  tan  natural  como 

el  estirar  un   brazo  ó  el  encogerle,  y  cuántas  veces  la  mano,  d 

entrecejo,  la  comisura  de  los  labios,  el  busto  son  más  elocucnfcf 

que  la  palabra,  ó  la  frase  á  que  acompañan!   De  esto  juzgará  biCD 

quien   recuerde   haber  oído  hablar  al  difunto  D.  Práxedes  Maleo 

Sagasla. 

Complemento  nalurat  del  gesto  y  aun  mejor  que  complemoito 
diré  calidad  principalísima  de  lo  que  se  dice  y  de  lo  que  se  gesticB- 
la  ó  mima,  son  la  entonación  y  el  timbre  de  la  voz,  con  tanta  pro- 
fundidad estudiados  y  entendidos  por  Benot,  nuestro  gran  filúsefo 
del  lenguaje.  Grave  atraso  representa  en  la  humanidad  la  escuéz 
de  signos  gráficos  para  representar  la  entonación,  el  timbre  y  h 
duración  de  los  sonidos,  donde  se  revela  únicamente  la  intendAí 
del  que  habla  y  el  verdadero  sentido  de  lo  que  dice.  ¡Cuántos  pleüiNf 
y  cuántas  disquisiciones  hermenéuticas  y  cuántas  contndidorítf 


15 


se  cviíarán  el  día  que,  muertas  h  escritura  y  U  imprenta^ 
irnos  cuanto  se  diga  y  hay»  de  decir,  por  medios  directos, 
'  cl  fonógrafo  perfeccionado  y  unlversalizado!  Esta  parte  igno- 
mal  revelada  del  lenguaje  es  precisamente  la  parte  siibíeüva,  cl 
del  que  habla,  lo  que  descubre  los  fenómenos  de  su  concien- 
,  Mucho  interés  han  tenido  siempre  losi  hombres  en  que  no   co- 
imos  su  interior,  donJe  habita  la  verdad,  según  el  santo.   Por 
I  hay  tan  poco^  signos  para  describir  ó  representar  In  entonnciAn  y 
^Ürtibre.  La  hipocresía  Iiutnanae^  infinita...  Pero  estoes  ya  ir  muy 
5.  Volviendo  á  nuestros  hombres  primitivos  y  á  su  sencillísimo 
uaje,  no  creo  que  haya  nadie  á  qui«n  no  asombre  y  sorprendí 
' cómo  éste  obedece  á  im  plan  lógico  por  la  misma  Naturaleza 
■do:  de  la  emoción  pura  a}  concepto  genérico,  ya  casi  melafíii- 
[Admirablc  estudio,  en  el  que  se  aprendes  estimar  al  primer 
ibff  que  dijo  ¡ayí  tanto  cuanto  á  Homero  y  d  Aristóleles^  pues 
esas  dos  vocales  moslró  ser  tan  pocti  como  filósofo! 
¡Maravillosa  intuición  l.i  de  Ccjador  al  descubrir  las   bases  del 
juaje  geométrico  ó  espacia),  que  entraña  tanta  diversidad  de   re- 
ines materiales  é  inmateriaíeí!  ¡Certero  Inslinto  el  que  Ic  ha  coñ- 
udo á  fijarse  en  cl  hecho  prodigioso  de  que  el   euskcra  sea   un 
que  conserva  sus  raíces  vivas,  mientras  los  demás  viven  de 
Ces  muertas,  embalsamadas  en  los  Diccionarios;  en  la  naturaíisima 
sí  perugrullesca  afirmación,  por  iodos  tos  gramáh'cos  olvidada  ó 
}Ducida,  de  que  cl  sonido  no  es  un  guaiismo  muertu,    sino  un 
lismo  viviente,  de  que  el  7  ó  cl  Q  no  existen  en  la  nalurakvji  y 
y,  ti  o  y  la  e,  sí;  de  que  las  relaciones  gramaticales  no  son   alge- 
jiicss  ecuaciones,  sino  hechos  duros  como  pefus  ó  bUndos   como 
B,  pero  reales  y  tangibles;  de  que,  en  ñn,  para  mayor  claridad, 
el  mismo  nombre  del  idioma  primitivo   es   tan  luminoso   en 
!  punto»  que  fskera  signiHca  el  habla  yeskaldun,  clqae  habtaj 
[Y cuando  esto  no  fuera  útil  y  giorioso  p^ra  [España,  aunque   <le 
¡httporUnt^  descubrimientos  no  5c  siguiese  mayor  bien   que  el 
icudir  el  polvo  á  las  viejas  rutinas  filn!(V;;tcas  ó   Ktamaíicales  y 
'4  mis  nobles  y  alias  esferas  las  cabezas   acachadas  sobre   los 
aríentofi  infolios,  y  habituar  á  la  gente  estudiosa  k  penetrar  con 
irdla  y  gentil  desembarazado  en  el  intrincado  bosque,   siempre 
ador  mereda  y  merece  la  gratitud  nacional.  Bueno  será  que  no 


16 


pasemos  por  el  bochorno  de  dejar  abandonado  en  un  rincdo 
hombre  que  con  más  amplitud  de    criterio   y   can  más 
y  alteza  filosofea  ha  iratado  el  lenguaje  desde  los  tiempos  del  P.l 
vas  y  Panduro  hasla  los  présenles.  Désele  una  cátedra,  que 
legales  hay  para  elEo  y  algo  más  aprovecliará  et  hacerlo  que  el 
cedérsela  por  oposición^  ó  por  concurso  á  cualquier  yerrjo  ve 
roso  ó  á  cualquier  lacayo  erudiio. 

F.  Navarro  v  Ledesmjl 

(El  Impartial  18,  '23  y  S9  do  Ociubre  An  \^\\ 


ES  POSITIVAMENTE  IMPOSIBLE  REDUCIR  TODAS  LAS 
LENGUAS  A  UN  SOLO  Y  MISMO  IDIOMA  PRIMITIVO 

Esta  gratuita  y  negaíiva  afirmación  que  Ernesto  Hackel  sienta 
la  página  599  de  su  obra  Histoire  de  la  Creation  después  de  id 
razonamiento  en  el  que  afirma  la  existencia  del  hombre  privado  de 
lenguaje,  durante  cuyo  estado  ala  lo  de  la  humanidad  tuvo  lugar  II 
división  del  género  humano  en  eajpecies,  en  cada  una  de  las  cuaÍB 
brotó  posteriormente  el  habla,  ha  tenido  en  el  año  de  gracia 
corremos  dos  convincentes  y  positivas  contestaciones^  dadas,  h 
una  por  un  ilaliano  y  la  olra  por  un  e^paiíol  (1).  Alfredo  Trombeti' 
es  el  nombre  del  italiano  que  en  una  Memoria  premiada  con  10.001 
francos  por  la  Academia  de  los  Sineri,  demuestra  en  vista  de  la  coi*' 
paración  de  todas  las  lenguas  que  se  h^iblan  en  el  globo,  que  (odtf 
ellas  proceden  de  un  solo  tronco.  No  he  visto  la  Memoria  de  Tnn* 
betti;  pero  sí  tengo  á  la  vista  y  he  Teido  desde  la  prímeía  á  la  üttinii, 
página,  el  libro  del  eminente  linqriiisíj  español  titulado  fffi&r/OÉíJlk 
del  lenguaje,  su  estructura  y  formación  primitivas,  sacadas  M 
estudio  comparativo  de  los  elementos  demostrativos  de  tas  fc* 
guas,  por  D.  Julio  Cejador  y  Franca. 

Este  libro  forma  ti  tercer  tomo  de  la  colección  que  et  Sr.  O^ 
dor  va  publicando  para  exponer  completamente  su  teoría  lingüfstia; 

(1)    Va  en  1895,  Qmina  Memoria  ptcsentidaal  segundo  CongreoíittemaefaniJ, 

católicos,  demostró  pl  dt-atc  Alcxandre  que  morfoii^Lcatncnlr,  ú  sea  bajad  punto  de  vb 
It  forma,  las  li.'n(tii;i9  tcniaserjH  redmcihles  iun  íi|íOiíTiicci,  y  porlu  tanta,  oo   si^nífia 

reacia  esencial  li  di  visión  deaquélla.<i  en  monosilábicas,  Aglutinante  y  de  fluríán.  fL. , 

probar  k)  mismo  bajo  el  punto  <le  vista  de  la  materiA,  y  cua  tt  lo  «pe  hiq  Jacha  C^fÉatt 
from  betti. 


17 


so  se  desprende  del  tfluto  del  mismo,  no  cstudi:!  en  é\  todas 
Dccs  de  los  idiomas  lodos^  sino  solo  los  demostralivo'í,  cuya 
nparaclt^n  le  lleva  i  Afirmar  que  todas  ias  lenguas  habladas 
or  ios  distintos  pueblos  del  gíotfa,  no  son  más  que  variaciones 
ana  primitiva,  cuyos  etcmenlos  aparecen  en  todas  ellas  mis  ó 
peños  alterados,  pero  reducibtes  siempre  al  tipo  primitivo. 

El  plan  que  desarrolla  el  autor  en  csle  lomo  de  su  obra,  es  el  si- 
ilientc:   I."  Medíanle  el  esliidio  de  los  demoslralivos  de  todas  tas 
bngiias,  llegar  -i  la  lengua  primitiva.   2.*  Comprobar  con  dalos  la 
aria  expuesta  en  ¿os  Gérmtnes  (I).  3.*  Demostrar  la  unidad  ori- 
naría de  todas  !»s  lenguas,  4."  Que  el  sistema  demostrativo  nos 
cnta  el  verdadero  desenvolvimiento  del  lenguaje  en  su  estado 
As  primitivo;  y  5.*  Que  en  el  vascuence  se  halla  el  estado  primi- 
|vo  Ue  losdemósirattvos  de  todos  los  idiomas. 

Como  demostrativos  esludía  el  autor  «todas  aquellas  dicciones 
lie  indican  las  relaciones  del  espacio  respecto  del  que  habla;  pro 
ombrcs  personales  y  demostrativos;  todos  los  adverbios  y  partícu- 

que  indican  tiempo,  espado,  lugar  6  modo,  aunque  solo  de 
I  punto  de  vista  de  las  relaciones  del  espacio  ►.  Estos  demosirativ 
I  son  más  que  los  sonidos  primitivos,  cuya  naturaleza  y  valor  ha 
itudiado  ya  en  el  segundo  tomo  de  su  obra;  ellos  constituyen  el 
ih'vo  Icn^aje  y  su  combinación  y  evolución   ha  dado  por  re- 
do et  sinnúmero  de  lenguas  que  hoy  se  hablan  en  el  mnndo. 
Los  demostrativos  absolutos  primitivos  no  son  mis  que  los  cinco 
ildos  vocales  a.  e,  t,  o,  a,  que  como  interjecciones  en  todos  tos 
líos  tienen  su  valor  propio  y  determinado. 
La  emisión  de  dichos  cinco  sonidos  responde  i  cinco  distintos 
L  de  la  boca,  que  á  su  vez  se  corresponden  con  otros  tantos  de 
jo  d  or^nísmo,  como  éstos  responden  á  la  situación  moral  pro- 
cida  en  el  hombre  por  el  estado  de  relación  en  que  se  encuentra 
eclo  de  los  objelo$  del  mundo  exterior;  y  de  ahí  que  aquellos 
aidos  no  sean  más  que  la  expresión  fónica  de  los  estados  internos 
el  ser  que  habla.  Y  por  esta  raxón,  en  todas  las  lenguas  «/es  un 
;trativo  que  indica  lo  próximo,  a  es  el  que  se  le  contrapone 
Indicar  lo  lejano,  c  es  un  término  medio  que  síive  psni  lo 


TewoKcnndo  de  li  obra,  del  cihI  tnr  onpf  ta  la  AnMi  ife  AncAn.  H>n»di  1981 


18 


lejano  y  en  torno,  u  para  expresar  lo  profundo,  y  e,  finalmente  ainc  ^ 
para  preguntar  y  para  el  relativo»,  doctrina  que  nos  compruebí 
con  ejemplos  que  aduce  de  todas  las  lenguas. 

A  continuación  estudia  el  Sr.  Cejador  el  valor  de  todos  esos  dt 
mostrativos  en  Euskera,  y  pasa  después  al  de  los  demostrativos  rdt 
tivos  primitivos,  formados  por  consonantes  que  para  sonar  toma 
una  vocal,  y  cuya  ley  de  derivación  es:  «cada  sonido  ó  grupo  fónico 
se  determina  y  especifica  más  por  otro  sonido  ó  grupo  fónico  que 
se  le  añade,  sufíjándosele»;  procedimiento  conforme  con  el  procesa 
intelectual  que  va  siempre  de  lo  indeterminado  y  genérico  á  loife- 
termidado  y  específico.  Expone  el  valor  que  en  Euskera  tienen  esloi 
demostrativos  (n,  z,  b,  k,  g,  r,  I,  d,  t)  y  su  evolución  en  elida 
lengua. 

No  conozco  el  vascuence  ni  dispongo  actualmente  de  tiempo 
para  dedicar  un  par  de  meses  á  su  estudio;  pero  fiado  en  la  sinceri- 
dad del  autor  y  en  vista  de  los  datos  que  en  este  estudio  aduce,  no 
puede  uno  menos  de  rendirse  á  la  evidencia  de  que  el  valor  naturtl 
que  á  los  demostrativos  asignó  el  autor  en  Los  gérmenes,  lo  tienen 
en  esta  lengua  tan  ignorada  y  desconocida  por  nosotros,  que  dtbt- 
riamos  ser  los  más  interesados  en  estudiarla  y  en  divulgar  su  cono- 
cimiento. 

Varias  pueden  ser  las  causas  que  á  esto  han  contribuido,  siendo 
sin  duda  una  de  las  más  imporfaníes  el  gran  defecto  de  nuestra  edu- 
cación cívica  ó  nacional,  que  nos  lleva  no  sé  por  qué  ni  cómo  á 
aplaudir  y  admirar  todo  lo  que  sea  y  venga  del  extranjero  y  desd^ 
ñar  y  menospreciar  lo  que  tenemos  en  casa.  Preocupación  perni- 
ciosa é  infundada,  contra  la  cual  debe  empezar  la  reacción. 

Pero  en  donde  resulta  probada  hasta  la  evidencia  más  convin- 
cente la  unidad  originaria  de  todas  las  lenguas  que  se  hablan  eo 
nuestro  planeta,  es  en  el  estudio  que  el  Sr.  Cejador  hace  en  el  capí- 
tulo V  de  la  obra,  de  los  grupos  ni  y  ou,  empleados  ambos  piB 
significar  !a  primera  persona,  el  vo  y  el  nos,  por  todas  las  lengMl 
del  mundo.  Efectivamente;  el  yo  es  lo  más  íntimo  de  nuestro  ser, 
es  lo  que  más  agarrado  poseemos;  es  lo  último  que  perdemos.  Podrf 
un  pueblo  perder  miles  de  voces  de  su  vocabulario  y  sustituiriB 
por  otras;  pero  cuando  pierda  el  yo  es  que  ha  perdido  su  lengUi 
es  que  él  mismo  ha  dejado  de  existir. 


10 


las 


íuas 


>!oco, 


ies  bien:  el  autor  pasa  revista  á  todas  las  lenguas  del  mundo^ 
cnzanito  por  las  de  América.  En  los  vocabularios  comparados 
34  lenguas  que  hablan  las  tribus  indianas  de  la  Colombia  in- 
16  liciien  e!  ni— yo,  ó  ne\  seis,  nu;  cuatro,  no,  y  sólo  una,  na, 
1  siete  restaníes  se  ve  en  todas  la  n.  En  16,  junio  con  la  n,  se 
gutural  k,  ya    como  tal,  ya  palaüzada.    Lo  mismo  &c  ve  en  las 
algonquinas  y  en  las  atapascas.  En  Méjico  sucede  lo  propio 
¡  lenguas  nahualt,  tepehuana,  etc.,  etc.;  como  también  en  tarasco, 
>,  seri  y  demás  lenguas  del  centro  de  América.   Lo  mismo 
en  todo  el  Occideníe  de  Amíríca,   como  en   mojo,  batiro, 
3Ur«  y  otras  lenguas  de  la  América  merídionaL   resultando  de 
os  los  cuadros  comparativos  que  nos  presenta  el  Sr.  Cejador  que 
,  toda  !a  América,  la  primera  persona,  el  yo,  tiene  para  su  expre- 
un  solo  grupo  etimológico:  el  grupo  ni.  Estudia  después  este 
en   las  lenguas  hiperbóreas:    aleula,  esquimal,    alno,  co- 
do; en  las  anarianas  del  Indostán,  empezando  por  las  dravidas, 
[tas  que  nos  da  un   exclraclo  de   los  cuadros    comparativos   de 
Bler  citando  Formas  del  tamil,  matayalan,  cañares»  teUiga,  etc.,  etc., 
lodas  las  que  se  ve  el  grupo  ai  para  indicar  vo»  nos,  nuestro,  y 
po  sufijo  6  desinencia   verbal.  Explica  la  k  del   brahui>  que  no 
explicar  F.  Muller,  y  concluye  en  que  las  drávidas  presentan 
|rupo  ni  mejor  conservado  que  las  indo-europeas  y  altaicas^  con 
consideraciones  acerca  de  los  pueblos  que  pasaron  á  pablar  et 
continente. 

lY  pira  no  hacerme  pesado  citando  nombres  de  lenguas,  en  todas 
(cuales  encontraremos  el  f^rupo  ni  para  expresar  el  vo,  diré  que 
jtor  continua  su  revista  por  las  lenguas  de  la  Occeanía,  Á  las 
siguen  las  camitas,  después  las  semíticas,  las  del  Sudán,  tas  al- 
s,  las  caucásicas,  y,  por  ñn,  Us  indo-europeas.  En  éstas  se  en- 
íitra  la  m,  que  no  es  primitiva,  sino  derivada  de  la  /ij  como  lo 
eb«n  los  muchos  casos  en  que  en  estas  mismas  lenguas  aparece 
i  Idr»;  y,  como  Rnal  de  este  estudio,  dioe  el  autor  «He  analizado 
I  lodas  lis  lenguas  del  mundo;  apenas  he  dejado  por  aducir  más 
I  ftfgttnos  dialectos,  y,  sin  embargo,  en  todas  nos  hemos  encoo- 

I  con  que  yo  se  dice  ni  6  de  otra  manera  muy  parecida. 
I  La  primitiva  forma  ni  6  nik  6nt  6  nek  en  las  lenguas  aducidas 
»  hallado  la  frioleri  de   1 30  veces  sólo  en  América.  Como 

41 


20 


sufijo  ó  prefijo,  ni,  así  como  suena,  existe,  se  puede  decir  no  afilo  ea 
todas  las  familias,  sino  en  todas  las  lenguas  en  una  propordún  dd 
90  por  100...  ¿Puede  atribuirse  este  hecho  á  casualidad?  Luego  a^ 
nik  son  las  formas  primitivas,  pues  que  son  las  más  generales  y  tai 
que  explican  todas  las  demás. 

El  mismo  procedimiento  sigue  el  autor  en  el  estudio  que  hace 
del  grupo  ga=^nos,  acerca  del  cual  hay  que  advertir  que  en  alguns 
lenguas,  y  entre  éstas,  en  las  indo-europeas,  se  ha  empleado  pand 
singular  yo=^(e)go:  así  como  el  grupo  ni  ha  pasado  á  indicar  d 
plural  nos  con  la  s  característica  de  este  número.  La  explicatíóndd 
empleo  del  gu=nos,  en  vez  del  ni=yo,  es  muy  natural,  y  todavii 
seguimos  hoy  empleando  muchas  veces  el  nos  decimos  por  el  yo 
digo,  con  cuyo  cambio  no  hacemos  más  que  atribuir  al  nos  (derivado 
de  ni)  su  valor  natural,  primitivo  y  etimológico,  vo. 

Y  qué  de  extraño  es  que  así  sucediera,  sobre  todo  en  Asía,  donde 
las  etiquetas  refínadas  fueron  antiguamente  tan  ordinarias  y  aún  lo 
son  en  todo  el  Oriente  de  Asía?  En  América  no  se  encuentra  td 
confusión,  ni  tampoco  en  el  extremo  de  la  Oceanía,  en  la  Malanesá, 
los  dos  polos  de  la  irradiación  etnológica,  á  donde  fueron  las  priiw* 
ras  oleadas  de  gentes  partidas  del  Asia. 

Después  de  estudiar,  siguiendo  el  mismo  proceso,  los  grupos 
fónicos  que  indican  la  segunda  y  la  tercera  persona  en  las  lengim 
derivadas,  se  ocupa  del  estudio  de  los  demás  demostrativos  en  toda 
ellas,  llegando  siempre  á  la  misma  deducción,  esto  es,  que  á  ixviH 
de  las  múltiples  y  variadas  modiñcaciones  que  han  sufrido  cskis 
grupos  fónicos  en  las  distintas  lenguas,  todavía  el  estudio  comparativo 
permite  al  que  lo  verífíca  con  imparcialidad  y  sin  prevención  de 
ningún  género,  encontrar  los  elementos  comunes  y  primitivos  debs 
mismos,  los  cuales  debieron  pertenecer  á  la  lengua  común,  madre 
de  todas,  pues  existen  en  todas  las  derivadas. 

Y  de  paso  he  de  notar  que  lo  más  extraño  en  este  punto,  no  esd 
que  las  lenguas  se  diferencien  después  de  tantos  siglos  de  desgnle 
continuo  que  las  palabras  vienen  sufriendo,  y  especialmente  debi^ 
ron  sufrir  antes  de  conocerse  la  escritura  y  quedar  aquéllas  yt,  con 
este  procedimiento,  ñjadas  y  como  estereotipadas  hasta  cierto  punto; 
sino  que  lo  raro,  lo  extraño,  lo  que  casi  llega  á  lo  inconcebible^y 
por  tanto  puede  explicar  en  cierto  modo  las  afirmaciones  que^ 


21 


nmente  han  hecho  de  que  las  lenguas  eran  irreduetible,  tos  que 
hian  querido  aceptar  la  relación  del  Génesis/— es  que,  i  pesar  de 
idiferencia  de  civilizaciones,  de  climas,  de  variaciones  en  el  mc- 
I  ambiente,  de  infidencias  recíprocas,  ele,  etc.,  queden  todavía  en 
[lenguas  h<ibladas  elementos  suficientes  para  demostrar  su  unidad 
[orij^en  de  un  modo  positivo  y  evidente  á  todo  aquel  que  eraiprcn- 
sle  estudio  sin  prevenciones  de  ningún  genero. 
Léase  la  obra  del  Sr.  Cejador;  esíúdiese  con  el  delenimiento  que 
rece  objeto  tan  profundo  y  tan  trascendente;  téngase  la  debida 
_  aración  para  comprender  algunos  cambios  fónicos,  que  son  muy 
Ibrmales  y  ordinarios  y  concede  todo  el  que  haya  estudiado,  no 
nuchas  lenguas,  sino  solo  las  de  una  familin,  y  se  verá  que  las  de- 
ciones  del  Sr.  Ccjador  son  tan  lógicas  y  conformes  ^i  Jas  leyes 
la  lingüística,  que  puede  afirmar,  como  lo  hacCj  que  no  ha  lortu- 
ningún  grupo  fónico  para  derivarlo  de  otro.  Y  no  puede  menos 
{suceder  esto;  y  no  puede  ser  más  legítima  la  conclusión  del  autor, 
la  la  base  sobre  que  asienta  su  teoría. 
Léanse  el  tomo  segundo,  Los  gérmenes,  y  dígase  si  hasta  el  dfa 
habido  ItngQtsla  que  hiya  tratado  de  demostrar  la  unidad  del 
¡ruajc  basándose  en  la  misma  naturaleza  del  sujeto  que  habla,  del 
tibre:  y  como  el  origen  de  éste  es  uno  y  único,  como  es  obra  de 
¡solo  y  único  Artífice,  y  no  de  diversos  monos  que  lo  engendrt- 
I  en  distintos  puntos  del  planeta,  su  modo  de  expresión,  su  habla, 
fsido  también  único  y  no  arlificial,  no  producto  de  convención, 
^  de  gritos  inarticulados  y  gestos  y  ademanes  descompuestos,  sino 
jral  y  conforme  Á  la  upíentiáima  oi^nización  y  alma  racional 
le  dotó  el  sapientísimo  Artífice  que  le  formó  del  polvo. 

José  Alcmanv. 

Otcdr&tlcú  de  LenKSA  Qrtegt  de  Ii  Unlvcntiliil  CentnL 
(SI  CAlflww.  Ibát  Niivletnhrt  dr  1901). 


■■  - —  '^^^Vi^l^^H 

LA  SUERTE  DE  NUESTROS  SABIOS. 

(Su  autor  se  muestra  enterado  de  todos  los  prasnsof  de  la  fr 
logft  clisici,  y  esto  no  de  un  modo  atropellado  y  sapeificül,  Ém, 
con  pleno  y  maduro  conocimiento  y  con  la  habilidad  aecesarii  ¡mi 
adaptar  los  resultados  de  esta  Investigación  al  estado  actual  de  no*    ' 
tracnltorai. 

M.  Mtnéndez  y  POofO. 

■Se  ba  llegado  i  desenredar  y  poner  en  claro  eran  parte  (tel  ubol 
genealógico  de  las  lenguas.  Se  ha  risto  cómo  eran  ramas  mncbuqK 
parcelan  troncos.  Se  ha  entrevisto  la  unidad,  el  toc6n  priaMni , 
Faltaba  desenterrar  y  descubrir  las  raíces,  y  esta  impoiUntisina  i» 
vendón,  [digámoslo  con  orgullo  para  gloria  de  la  patria!,  la  taam- 
llzado  nn  pobre,  oscuro,  modesto  sacerdote  español,  nacido  ea  tlent 
aragonesa:  D.  Julio  Cejador  y  Frauca>. 

P.  Navarro  Ltdetma. 

Con  palabras  semejantes  se  expresaban  también,  en  igual  cuo^ 
los  grandes  crfticos  y  maestros  de  las  ciencias  y  las  letras  italiants. 
Alfredo  Trombetti,  hasta  entonces  oscurecido  y  pobre,  acababa  de 
publicar  sus  cuatro  tomos  sobre  Nessi  geneaíógici  tra  le  tingue  dd 
mondo  antico;  es  decir,  su  notable  estudio  sobre  la  afinidad  y  el  pi- 
rentesco  de  los  idiomas.  Los  periódicos  se  disputaban  sus  escritoSi 
los  alemanes  é  ingleses  reproducían  su  biografía,  le  consullabu 
los  maestros,  la  Universidad  de  Boloña  le  ofrecían  una  cátedra  de 
Filología  semítica,  creada  en  1860  y  no  provista  aún;  se  le  prepi- 
raba,  en  fin,  un  premio  excepcional  de  200.000  liras  para  la  obn,  , 
que  terminará  en  breve.  Gramática  universal  comparada.  Hetqnl  | 
un  caso  reciente.  Este  es  el  ejemplo  que  nos  da  la  nación  italiana.       j 

Pues  bien;  un  sabio  todavía  más  glorioso,  que  vivió  tambiíB 
años  y  anos  oscurecido  y  pobre,  un  sacerdote  desamparado,  trabt-  ; 
jador  infatigable  y  fecundo,  que,  cual  nuevo  Colón  desatendido^  ! 
caminó  errante  por  la  tierra  sin  otro  estímulo  que  el  mismo  pew 
de  su  ideal,  y  que  ñrme  en  sus  convicciones  católicas  esperó  sicm* 
pre  y  recorrió  con  fe  Siria  y  Egipto,  y  en  el  Líbano  vivió  con  monjes 
sirios  maronitas,  y  en  Damasco  y  Beyrut  estudió  las  lenguas  orieB- 
tales:  árabe,  siriaco,  hebreo,  armenio  y  copto,  llegando  hasta  hablar 
el  árabe;  un  lingüista  eminente,  reconocido  ya  en  el  extranjerOf  Itt 
emprendido,  cuatro  años  hace,  entre  nosotros,  la  publicación  de 
admirables  y  costosos  libros,  de  tan  grande  importancia  dentUbS 


23 


•como  difícil  salida  en  e!  mercado,  abicrío  mejor  A  insustanciales  no* 
^kbis,  sin  que  e]  estimable  y  5igniñcativQ  alerta  de  tos  maestros  ni 
Hds  m;5s  nobles  ecos  gallarda ineníe  resonados,  hayan  logrado  sitenr 
^B  IriiiIJsd  impAsible  de  las  nltilras. 

H  Navarro  Ledesma,  en  sus  íres  hermosos  artículos,  recientemente 
■publicados  en  E!  fmparcíaí,  aboga  por  la  creación  de  una  cátedra 
Lengua  euskera  dedicada  á  Cejador,  que  tan  acreditadas  tiene 
íS  excelentes  condiciones  de  maestro  en  la  Escuela  de  Estudios 
Bperiores  del  Ateneo  de  Madrid,  para  la  que  se  ha  visto  repetida- 
neme  designado.  Y  esU  fué  también  la  proposición  que  el  5r.  Reina 
hizo,  días  alrds,  en  el  Congreso  de  los  Diputados  al  señor  ministro 
Instrucción  pública,  quien  contestó,  por  toda  excusa,  hablando 
la  mezquindad  y  estrechez  del  presirpuesío  del  ramo,  y  des- 
chando  el  único  procedimiento  eKtraordinario  para  la  provisióOj 
Ve  cátedra^;  por  la  sencilla  razón  de  no  ser  rápido,  como  si  fue 
rápido  no  hacer  nada. 

Entre  tanto,  en  la  Universidad  Cenlral  existen  cátedras  no 
s,  como  la  de  Gramática  comparada  de  las  lenguas  semUic 
y  Gramática  comparada  de  las  lenguas  indo-europeas,  en  cuyos 
¡ludios,  especialmente  fn  e^losúítimos^  el  Sr.  Cejador  es  el  pri* 
Dcro,  por  lo  que  no  le  fallarfa  el  voto  de  la  Academia  Española,  ni 
de  la  Universidad  Central,  n¡  el  del  Real  Consejo  de  Instrucción 
Sbtica,  con  los  cuales  votos  se  obtendría  Icgalmente  ese  proccdi- 
aiento  extraordinario  de  que  hablaba  el   señor   ministro;   cátedra 
están  acumuladas,  la  una  á  la  del  señor  decano  (Lengua  hebrea)!,! 
Otra  ala  del  Sr.  Garbín  (Literatura  latina),  y  que  pudieran  servir 
Buy  bien  cualquiera  de  ellas,  aunque  más  propiamente  la  segunda, 
1  ayudar  i  Cejador  en  ta  publicación  de  su  monumenlaJ  obra,  y 
smo  lienipo,  dándole  un  lugar  que  por  derecho  le  corresponde, 
itar  asi  el  bochorno  de  obligarle  á  medir  sus  armas  en  unas  opc- 
iones, como  Iss  que  tiene  ya  firmadas,  para  la  cátedra  de  Latí 
Canarias!  con  cuatro  principiantes  recién  salidos  de  las  aulas, 
con  «cualquier  yerno  venturoso  ó  cualquier   lacayo  erudito », 
I  que  podrían  resultar  tres  males  distintos  y  un  solo  oprobia 
idero:  el  de  abandonar  y  desatenderá  un  hombre  sabio;  ej  át 
recluirle  en  donde  carecería  de  elementos  para  la  continuación  de 
sos  brillantes  estudios;  el  de  añadir,  en  ñn,  una  injusticia  más  á  la 


fe 


24 


historia,  ya  vergonzosa  y  larga,  de  los  calvarios  sufridos  por  mu- 
tros  grandes  hombres,  en  tanto  que  en  ios  mejores  puestos,  cooKf 
diría  el  poeta: 

Til  son  todos  los  que  estaría 

ni  están  todos  los  que  son, 

Mariano  Miouel  de  Val 

(D:arlo  Universal,  23  dt  Novlsoibre  de  1904). 


DIARIO  DE  UN  ESPECTADOR. 

LAS   PALABRAS. 

Un  sabio  modesto,  cuya  fama  no  ha  salido  aún  del  círculo  de 
los  doctos  y  de  los  estudiosos,  D.  Julio  Cejador,  trabaja  hace  a&os 
en  desvelarnos  el  misterio  del  lenguaje.  D.  Julio  Cejador  es  m 
filólogo.  El  filólogo  es  el  hombre  de  la  lenta  lectura.  ¿Os  acordüi 
de  Nietzsche?  Nosotros,  hombres  vulgares,  de  lectura  rápida,  past* 
mos  sobre  las  palabras,  recogiendo  de  ellas  nociones  y  conceptos: 
son  para  nosotros  signos  fríos,  inertes;  fórmulas  habituales  del  álge^ 
bra,  del  pensamiento.  El  filólogo,  hombre  de  lectura  lenta,  se  pan 
en  ellas,  las  ve  animadas  y  vivas;  descubre  su  historia,  su  abolengo^ 
su  lejano  origen,  y  escudriña  en  su  interior  la  sucesión  de  ideas  y  de 
emociones  que  las  fabricaron  primeramente  y  lu^o  las  habitaron. 

Las  palabras  son,  de  cierto,  una  gran  maravilla  y  un  gran  miste»" 
río.  Acostumbrados  á  usarlas  desde  la  infancia,  nuestra  familiaridad 
con  ellas  hace  que  no  veamos  su  misterio,  que  nos  parezcan  uni 
cosa  natural,  sencilla,  que  lleva  en  sí  misma  su  explicación,  ó  no 
necesita  ninguna.  ¿Hay  cosa  más  natural  que  hablar?  Esos  sonidos 
nos  parecen  una  cosa  definitiva  como  la  forma  de  los  seres.  Su  sig- 
nificación se  nos  antoja  que  es  parte  de  ellas  mismas,  é  inseparable 
del  sonido.  Pero  esos  sonidos  y  esas  significaciones  tienen  una  laigl 
y  á  veces  accidientada  historia;  han  pasado  por  muchas  fases  y  cun- 
bios.  También  los  seres  del  mundo  orgánico,  siguiendo  el  río  cao- 
daloso  y  lento  de  la  evolución,  se  vistieron  y  se  despojaron  de 
muchas  formas. 

Remontándonos  en  la  investigación  de  la  antigüedad  de  las  pi-* 


25 


^rs^  llegamos,  como  en  U  historia    de  los  pueblos,  á  un  período 
fobuloso,  mítico,  lleno  de  nieblas:  al  misíerio  de  los  orígenes,  ¿Hubo 
|ua  lengua  primitiva?  Y  yendo  aún  más  allá,  ¿cómo  se  formó  e3e 
Boma  originario?  ¿Cómo  prendieron  en  las  voces  det  hombre   las 
Broens  semillas  de  pensamiento  y  de  emoción?  ¿Cómo  la  vida 
ífiíerna   lomt'í  carne  y  vestidura  de  palabras?  ¿Por  qué  lal  sonido 
Jquirió  tal  significación  ó  nació  con  ella?  ¿Por  qué  unas  palabras 
presan    seres,  otras  acciones,   otras  relaciones^   otras  conceptos^ 
Btractos,  ideas  metafísicas,  lo  más  alejado  de  la  materialidad  y  de 
í  Fórmulas  precisas  y  concretas?  ¿Qué  relación  hay  entre  el  sonido 
significación?  ¿Qué  ignorado  canee  llevó  al  pensamiento  i  vet- 
en las  copas  de  la  palabra? 
Cejador.  en  sn  obra  monumental  El  lenguaje,  escudriña  cslos 
blema?,  y  nos  cuenta  la  vida  y  aventuras  de  estas  palabras  casle- 
■s  que  usamos  todos  los  días,  y  que  tan  sencillas  y  naturales  nos 
en.  El  tomo  IV  de  El  íenifiíaje  acaba   de  publicarse.  Se  llama  ] 
I  de  la  lengua  cíixt-eUaJia.  Origen  y  vida  del  lejt^aaje.  Lo 
Veen  l^v  liolahra».  Es  un   Diccionario,  pero  un  Diccionario 
no  se  parece  i  los  qi^e  tilili^imos  comunmente;  un  Diccionario] 
!  que  Us  palabras  nn  están  en  íormacrón  militar, siguiendo  cl  orden  i 
diversas  linderas,   que  son  las  letras,  sino  agrupadas  por  ' 
Üías  y  gentes,  como  las  antiguas  milicias,  en  torno  tie  tas  voces  i 
is  6  indo  europeas  de  donde  provienen,  ó  que  son  sus  pa- , 
mayores.  Un  Diccionario  que  no  se  limita  i  poner  al  lado 
libio  una  deñnición,  sino  que  nos  cuenta  lo  que  el  vocablo  ha 
[>,  sus  vicbiitidcs  y  cambios,  su  empteo  en  las  letras  eruditas  y  en 
I  modismos  y  refranes  del  habla  popular,  su  parentela  y  esürpe. 
Esta  obra  maí^na  no  es  hosca  y  ceñuda   para  con  el  vulgo;   no 
escrita  con  el  pensamiento  aristocrático  del  que  sólo  qmere 
irse  con  gentes  leídas  y  sabidoras:  á  todos  se  ofrece  llana  y  cotn- 
sible,  y  aun  s;  adereza  i  veces  con  las  sales  del  ingenio  castizo, 
:  hacerüc  m.is  acepta  y  tratable.  El  mediano  saber,  mucho  más 
que  la  verdadera  sabiduría,  suele  huir  de  esta  llaneza,  y  pere- 
por  tecnicismos  y  terminarhos  intrincados. 
ISr.  Ccjador  es  un  ccJesiástico:  es  caledrAlico  de  un  Instituto 
I  provincias.  Sus  libroSr  por  la  enorme  suma  de  tratiajo,  de  medi- 
n,  de  paciente  inteligencia  que  representan,  nos  dan  la  imagen 


26 


df  su  vida;  la  imagen  de  una  vida  absorbida  por  la  representado!^ 
que  arde  serenamente  en  luz  espiritual.  Su  símbolo  sería  una  láa>  ■ 
para,  una  lámpara  antigua,  como  las  que  vemú:^  en  tas  viñetas  /  d 
los  emblemas  que  representan  sabios  de  lejanos  tiempos,  at>sc»1oi 
en  su  trábajOf  meditativos,  ausentes  del  marco  exterior  de  $u  vh 
vienda,  de  las  cosas  materiales  que  les  rodean.  La  lámpara  es  n 
emblema  de  vigilancia,  de  trabajo  mentad  de  vigilias  consagradas  d 
pensamiento. 

El  Estado  debería  tionrar  á  Cejador,  elevándole  á  las  aulas  deb, 
enseíianza  superior,  donde  eslá  su  puesto. 

Los  que  hablamos  el  castellano,  doctos  é  ignorantes,  leíradoa  j 
sin  letras,  debemos  agradecerle  que  nos  cuente  la  maravíMosa  histont 
de  las  palabras  desde  que  brotaron  de  labios  del  hombre  primifivt^ 
en  la  selva  prehisíórica. 

ANDRENIO 
(La  Época,  30  de  octubre  14ÚS). 


REVISTA  LITERARIA 

TcflOFO  <le  la  long-un  cnitellanM.— OrEgen  y  vl<la  del    lengxiftjo^— L* 
que  dicen  lan  |ja]abra*.-par  U.  Jüíia  Ccjk^or  y  Prauca-^Uadn  i.  ISUS 

Plumas  ilustres  de  literatos  y  filólogos,  como  Menéndez  Pelaje^ 
Rufino  José  Cuervo,  y  aquí  en  estas  mismas  columnas  c]  malogudo 
Navarro_  Ledesma^  se  han  empleado  en  el  elogio  de  las  obras  dd 
gran  filólogo  español  D.  Julio  Cejador  y  Franca,  investigador  ySfr 
sofo  del  lenguaje.  Hoy  loca  á  la  mía,  más  humilde,  decir  alj^im 
palabras  del  «Tesoro  de  la  lengua  castellana',  recién  salido  de  hs 
prensas. 

El  «Tesoro  de  la  lengua  castellana,  Origen  y  vida  del  lenginje^ 
Lo  que  dicen  las  palabras»,  que  todos  estos  títulos  lleva,  y  ninguno 
sobra,  por  lo  que  cada  uno  declara  del  contenido  del  libro,  es  d 
tomo  IV  de  la  obra  magistral  emprendida  por  Cejador  con  el  título 
de  «El  lenguaje,  sus  trasformaciones,  su  estructura,  su  unidad,  SB 
origen  y  su  razón  de  ser».  Recordemos  rápidamente  que  los  tres 
tomos  anteriores  comprenden:  el  primero,  la  «Introducción  al  estu- 
dio del  lenguaje»;  el  segundo,  «Los  gérmenes  del  lenguaje,  estuiBo 


27 


pfoTógíco  y  psicológico  de  las  voces  del  lenguaje,  como  base  para 

,  invcsiigación  de  sus  orí|:enes>,  y  el  tercero,  la  «Embriogenia  del 

nguajc,  su  cslrucliira  y   formas  primitivas,  sacadas  del  estudio 

binparaiivo  de  los  elementos  demosírali vos  de  bs  lenguas».  Obra 

1  ésta  de  las  que  consumen  una  vida  y  exigpen  tal  caudal  de  cono- 

fiiento  de  idiomas  anliguos  y  modernos,  lal  penetración  Hlosúfica, 

i  espíritu  de  paciente  invesligacióa  histórica  y  una  tan  firme  ojeada 

conjunto  para  no  !>erderse  en  esa  Babel  de  palabras  diferenlesi 

parecen  superiores  á  lo  que  puede  dar  de  sí  el  esfuerzo  de  un 

nibre,  bien  que  la  laboriosidad  guiada  por  una  inteligencia  pode* 

hace  milagros  y  uno  de  ellos  es  la  multiplicación  del  tiempo  y 

trabajo. 

El  -Tesoro»,  como  lo  dke  su  nombre,  es  un  Diccionario,  pero' 
I  Diccionario  concebido  y  ejecuíadodc  muy  diferente  manera  que 
:  usuales  que  manejamos  á  cada  paso. 
Lo  primero  que  llamará  fa  atención  en  él,  por  ser  lo  mis  visible 
[chocante,  es  que  las  palabras  no  están  por  el  orden  del  abec<^,  como 
pee  el  autor,   ívino  formadas  en  grupos  naturales  con  arreglo  al 
den  lógico  ¿  histórico  que  les  marca  la  derivación  de  Eos  sonidos 
emcnUles  y  ta  descendencia  de  uñasen  otras  lenguas,   desde 
ejo  euskcra  y  las  antiguas  lenguas  ind  j-europeas,  principalmente  i 
*y  el  latín,  al  castellano.  El  orden  alfabético  que  se  emplea  en 
diccionarios  es,  como  lodo  el  mundo  sabe,  un  orden   anificial, 
catálogo,  de  clasificación,  ideado  para  la  comodidad  d«   ].i  con«i 
tilta,  aunque  Ücne  el     inconveniente  de  presentar    descoyuntada,! 
[más  aun  que  descoyuntada,   rcpatlida  en   casillas   la  lengua,   es 
¡ituilile  por  lo  sencillo  y  ríipido,  sobre  todo  en   los  léxicos  de 
ejo  vulgar.  En  la  obra   de  Ccjador  la   di&cuttad  práctica  qt 
iltirfa  de  no  estar  las  palabras  puestas  por  este  orden  acostum- 
sdo  se   remediará  (acilmcnle  poniendo  al  fmal  un    repertorio   ó 
^dice  alfabético.  El  autor  lo  dice  en  el  prólogo:   -El    tropiezo  de 
servir  después  ts  obra  para  dar  al   punto   con  et  vocablo  que 
busque,   con  el  refrán,  el  modismo,  la  frase,   rodéase  de  una 
panera  liarlo  llana,  hacietido  al  final  de  U  obra  un  lomo  de  releren 
I  por  orden  alfabético  de  las  voces  castellanas,  y  li  á  mano  vicne,1 
listas  separadas,  de  las  griegas,  latinas,  euskcricas.  Por  manera 
:  sigYiiendo  el  orden  lógico,  tendremos  un  diccionario  castellano, 


28 


un  diccionario  del  euskcra,  un  diccionario  latino,  un  diccíc 
griego,  todos  climo)ógicos,  y  además  un  diccionario  casIdUnoi 
en  lodos  sentidos,  cuanío  es  posible  hacerlo  á  una  sola  persona  t 
solo  cuenta  con  una  cabeza  y  dos  puños».  Este  remedio  se  ha  i 
cado  en  los  diccionarios  que  no  observan  el  orden  del  zh 
por  e]emp]0i  en   los  diccionarios  ideológicos^  cuyos  articule 
agrupados  en  (orno  de  ciertas  nociones  ó  ideas  primarias^  que  i 
modo  de  capitanes  de  cada  grupo  de  conceptos.  Trazar  el  raap 
un  idioma,  reconstituir  h  estructura  natural  de  su  vocabulario,  | 
empresa  dificilísima^  en  que  hay  que  proceder  por  aproxin^ '»'-'' 
conjeturas.  £1  esquema  más  aproximado  de  un  idioma,  . 
cuenta  su  formudón  temporal  é  híslórica,  sería  un  árbol,  un  árbol' 
genealógico  de  palabras.  En  ese  esquema  nos  hace  pensar  el  «Ifl 
ro  de  la  íengua  casteUana»  del  Sr.  Celador,  en  cuyo  primer  voiu 
aparecen  agrupadas  las  palabras  en  torno  de  las  cinco  vocales  i 
o  u,  como  sonidos  elementales.  Su  subtítulo   «Orijjen  y 
palabras*  declárala  ímporiancia  qiieen  esta  obra  lícnen  i..-, 
gfas,  la  historia  de  las  palabms.  El  oiro  subtitulo^  «Lo  que  dicen] 
palabras»,  alañe  á  la  semántica  ó  valor  significativo.  Pero  el  Dfc 
nario  de  Cejador  no  es  un  Diccionario  de  definiciones.  «¿Def " 
nes  de  palabras  en  el  Diccionario? — dice.— Cuando  algún 
teles  se  meta  á  lexicógrafo,  amohinado  al  cabo  con  sus  gdaerosf 
diferencias  que  nada  dicen,  dará  en  volverlas  por  el  envés,  comoll 
del  narigudo  de  Quevedo:  *  Erase  un  hombre  á  una  nariz  prr^'^'" 
Esas  son  las  mejores  dennicíones.  El  que  no  sepa  lo  que  es  un 
se  quedará  tan  en  ayunas  con  su  deñnícíón  como  todos  nos  qu 
mos  con  la  de  la  electricidad,  que  nadie  sabe  deSnir  hoy  por  < 

¿Cómo  sabremos,  pues,  lo  que  dicen  las  palabras?  Lo  sabce 
principalmente  por  el  uso  vulgar,  y  también  por  su  historia.  El 
cionario  del  Sr.  Cejador  nos  muestra  el  uso  de  las  palabras  con  i 
clases  de  autoridades:   las  autoridades  literarias  y  la  anónir 
inmensa  y  decisiva  autoridad  del  pueblo,  manifestada  en  los  l 
y  modismos  vulgares,  verdaderamente  idiomáticos,  sacados 
«ntrAña  de  la  lengua. 

Lleva  el   «Tesoro  de  la  lengua  castellana  ►  XXXVI  páginas 
introducción^  páginas  verdaderamente  sustanciosas,  escritas  con 
llaneza  y  una  soltura  encantadoras,  como  por  maestro  en  el  idk: 


29 


esume  cl  Sr.  Cejador  su  teoría  del  lenguaje,  expuesta  y  desarro- 
en  los  volúments  anteriores.  Los  filólogos,  valiéndose  del  mé- 
h i stó rico-comparativo^  es  decir,  cotejatido  las  diversas  formas 
palabras  en  las  lenguas  de  la  misma  familia,  y  averiguando  laa 
is  que  las  palabras  de  im  mismo  idioma  lian  tenido  en  las 
1  ópocas  de  su  historia,  han  llcgAJ<>  á  desciibrtr  las  leyes  de  It 
tción  fonética  de  las  lenguas,  y  aun  á  sacar  ciertas  fórmulas  6i 
iras  esquemáticas,  que  parecen  como  las  palabras  madres  de 
salieron  las  variantes  de  los  diferentes  idiomas,  y  que  dcbie^ 
de  pertenecer  á  una  lengua  única  anterior  á  los  idiomas  indo- 
ipeos  que  conocemos.  Pero  más  allá  de  las  raíces  que  son  las 
iras  de  un  periodo  prehistórico,  como  dice  Delbrück,  no  puede 
'  la  investigación  puramente  filológica.  Los  psicólogos,  por  su 
,  trabajan  por  averiguar  el  origen  del  íiabla  por  medio  de 
[aciones  psícofísícas.  Cejador  aprovechando  los  trabajos  de 
y  otros,  ha  llegado  más  lejos,  hallando  en  e)  vascuence  ó  ens* 
(a  lengua  priniiUva,  anterior  á  las  indo-europeas,   y  al  misma 

0  el  lenguaje  natural  que  responde  al  mecanismo  psicofisico. 
En  el  terreno  histórico,  donde  trabajan  indo-curopcistas  y  ro- 
tas—escribe el  Sr,  Cejadur,— soy  uno  de  elíos,  y  como  ellos, 
czo  todos  mis  pasos  por  el  método  histórico-comparalivOf  y 
iropio  cuanto  ha  descubierto  la  lingüística  moderna:  las  Icyca 
cas  y  las  raíces...  Créese  hoy  que  el  problema  del  origen  del  Icn» 
esti  en  manos  de  la  psicología:  á  ella,  pues,  me  cnciininc.  Pero 
stando  la  psicología  individual,  porque  e!  tiabla  es  un  fenómeno 
sociedad,  no  del  individuo,  hube  de  acudir  á  la  psicología  co- 

1  y  social  Por  esic  camino  logré  penetrar  en  la  prchisioiia  Im- 
ca  y  dar  por  rara  casualidad  con  la  lengua  má»  anligna  de 
tanque  allá  antes  de  la  historia  se  hablaba  por  estas  tierras, 
o  ni  el  griego,  ni  el  latín,  ni  el  godo,  ni  el  sánskrito  habían 
D.  Aquella  hab!a,  qutr  es  la  cusl^era,  y  todavía  vive  en  un  rincón 

jaña,  entre  los  vascongados,  ví  que  era  el  habla  natural*  que 
ibaen  los  principios  de  la  psicología  colectiva,  y  el  habla  de 
ll  las  indo-europeas  poca  después  nacieron*.  En  los  trabajoi 
filólogos  vascófilos  Asbrloa  y  Larramendí  puede  rastrearse  H 
6  antecedente  remoto  de  la  doctrina  que  cíentüicamenl^ 
vuelve  Cejador,  pero  aquello  escomo   una  incipiente  aurort 


30 


en  que  hay  muchas  sombras,  y  esto  el  discurso  claro  y  Inmfeuw 
como  la  luz  del  día,  discurso  que  se  desenvuelve  con  U  ríquezt  y 
la  seguridad  de  una  doctrina  científica  aprovechando  los  graads 
adelantos  de  la  filología  y  la  psicología  modernas. 

¿Cómo  y  por  qué  puede  decirse  que  el  euskera  te  el  habla  ■- 
tural?  Cejador  lo  razona  con  una  explicación  psicológica.  El  1» 
guaje  nace  del  gesto;  la  articulación  es  un  gesto  que  se  hace  coa  li 
boca,  y  que  expresa  tan  naturalmente  como  los  demás  gestos,  loi 
astados  interiores  del  hombre,  sus  emociones,  su  vida  psíquica.  S 
gesto  es  una  manifestación  externa,  una  aparición  en  la  superSde 
del  movimiento  psicofísico.  Eso  son  las  palabras.  Pero  ocurre  qoe 
los  gestos  elementales  del  lenguaje,  esas  voces  sencillas,  que  faM 
sido,  como  dice  Cejador,  las  turquesas  de  las  palabras,  son  vooa 
vivas  euskéricas,  por  donde  resulta  que  el  euskera  coincide  con  la 
primitivas  manifestaciones  psicofísicas  que  forman  los  elementos  dd 
lenguaje. 

La  clara,  á  par  de  profunda  introducción  del  «Tesoro  de  la  lo- 
gua  castellana»,  es  el  mejor  comentario  de  este  libro,  al  cual  puede 
aplicarse  en  dos  sentidos  ese  clásico  nombre  de  Tesoro  que  les  CK 
bien  á  los  diccionarios. 

Tesoro  es  de  voces,  de  refranes,  de  autoridades  letradas  y  na 
de  psicología  y  folklore,  y  Tesoro  es  también  mirando  á  la  partedd 
autor,  de  saber,  de  paciente  estudio,  de  erudición,  de  laboriosiiWI 
infatigable.  A  esa  «Introducción»  remitimos  á  los  que  deseen  mil 
larga  explicación  de  la  que  puede  darse  en  estas  rápidas  rescflM 
periodísticas. 

E.  Gómez  de  Baquew) 

{El  Imparcial,  26  Octubre  1908). 


UN  LIBRO  DE  CEJADOR. 

Después  de  leer  el  libro  de  D.  Julio  Cejador  Lo  que  dicen  tal 
palabras,  primer  capítulo  de  su  obra  Origen  y  vida  del  lengtt^ 
parece  como  que  se  apodera  de  vosotros  cierto  encogimiento  dd 
ánimo,  temeroso  de  invadir  inconscientemente  el  vedado  de  lasbr 
mas  bárbaras  de  expresión  del  pensamiento. 

Un  chistoso  amigo  del  Sr.  Maura,  periodista  de  aguda  peitEp 


If 


B,  informante  polílico  de  buen  seso,  qtic  hoy  comparte  con  olroa 
kigos  del  prciidenle  la  ingrata  tarea  de  fiscalizar  la  coritabilídad  de 
lacíenda  pública,  no  sabiendo  en   cierta  ocasión  qué  lérniinoft 
ndcrativos  usar  pata  la  alabanza  de  la  oratoria  maurísia,  ex* 
naba: 

—¿No  es  verdad  que  at  oir  hablar  á  D.  Aníonio  se  sienten  de- 
r  áe  tirar  de  un  carro? 

No  se  si  fué  Volíaire  el  que  dijo  que  leyendo  Et  contrato  sociai 
|sentían  g^nas  de  ponerse  á  cuatro  pies.  Mi  respetable  y  justa- 
nte agasajado  conlertulio  de  otros  dUs  remedaba  en  cierto  modo 
^fónico  creador  del  panglostVmo,  annque,  naturalmente,  las  pala- 
de  ésle,  si  es  que  profirió  las  que  yo  le  cuelgo,  y  las  de  aquél 

distinto  alcance  y  algo  diversa  significación.... 

Pues  bien;  al  enterarse  de  Lo  que  dicen  las  palabras,  del  maes- 

I  de  Filología,  lo  que  uno  advierte  en  si  mismo  es>...  dedeos  de 

llar.  Cejador  debe  de  ser  uno  de   los  hombres  que  calen  más 

ndo  en  punió  á  lingüistica,  y  doy  á  este  concepto  forma  dubíta- 

porquc  no  cuadraría  con  mi  modestia  en  ese  menester  de  los 

lioA  filológicos  un  aserto  cerrado,  donde  la  malicia  común  pu- 

hallar  bambolla,  ya  que,  así  el  elogio  como  el  vituperio  apun- 

I  en  quien  los  manifiesta  y  mantiene  la  presunción  de  ciencia 

kbintc  para  el  juicio  que  los  engendra. 

«Acordándome  del  ideal  que  en  d  suyo  elimoli^ico  propone 
^oUu  de  un  acabadísimo  diccianario,  cual  seria  el  que  llevase  las 
abras  por  sus  acepciones,  usos  y  etimología  hasta  su   fuente 
inttal  y  primer  origen  del  habla,  si  posible  fuese,  me  prei^unlé 
me  sería  dado  á  mi  lograrlo,  juntando  en  una  entrambas  obras, 
í  abrazase  todo  el  castellano  las  inJo-c^iropeas,  donde  cstin  sus 
files  inmediatas,  y  hasta  el  cu^kera  ó  lengua  primitiva,  de  donde 
manan,  trayendo  así  el  agua  desde  las  primeras  maneras  que 
((cron  los  hombres  de  expresarle  hasta  el  castellano  que  boy  ha- 
los. Halagador  era  el  intento,  grandiosa   la  empresa,  por  más 
pareciera  formidable.  Pero  iban  adtrjanielos  trabajos  preparato- 
ft;  reducíase  á  enlazarlos  y  entretejerlos  en  una  sola  lela.  Atcv  mi 
Snglado,  armé  mi  telar  y  allá  va:  este  es  el  primer  tomo,  el  primer 
{itiilo  de  muestra,  del  Origen  y  vida  del  ¡engaite  y  del  Tesoro- 
tngaa  castellana*. 


32 


Esas  palabras  de  Cejador  denuncian  la  magnitud  de  su  infamo 
y  el  mérito  imponderable  de  tan  egregia  tentativa. 

El  lector  del  primer  capítulo  del  Origen  y  vida  del  ¿e/^oofe,  yi. 
sabe  á  qué  atenerse.  Los  vocablos  que  vayan  apareciendo  á  sus(^ 
le  dirán  su  historia,  las  vicisitudes  por  que  han  pasado,  lo  que  ooi 
«líos  ó  con  sus  elementos  fonéticos  más  simples  ha  dicho  la  Hudi- 
nidad,  los  cambios  operados  en  los  mismos  en  el  flujo  y  reSujode 
las  generaciones  que  los  usaron,  el  valor  semántico  que  se  les  puede 
atribuir,  la  misión  que  les  estuvo  reservada  en  un  período  determi- 
tiado  de  cultura. 

Cada  uno  de  los  signos  verbales  con  que  expresamos  nuestm 
pensamientos,  nuestros  sentimientos,  nuestras  voliciones,  es  U 
símbolo  histórico  ó  un  elemento  dinámico  del  espíritu  social.  Cuu* 
do  pasa  como  ser  muerto  al  catálogo  de  los  arcaísmos,  todavfi  se 
presta  á  la  disección  del  filólogo,  que  lo  descompone  en  su  parte 
temática  y  en  su  parte  desinencíal  y  en  los  prefíjos  y  en  los  suQo^ 
que  recibiera  al  correr  en  el  acarreo  del  uso,  y  puede  mostrar  d 
curioso  su  noble  ascendencia  ó  su  baja  estirpe  y  el  resumen  de  n 
valor  como  testimonio  momentáneo  de  la  psiquis  de  un  pueblo. 

Las  palabras  son  índices  de  la  cultura  y  del  progreso  de  la  Hu- 
manidad, y  en  sus  evoluciones  semánticas  se  puede  seguir  el  cunp 
de  ciertos  principios  que  fueron  como  jalones  de  la  marcha  deh 
-Historia. 

La  frase  con  que  yo  estampo  mi  pensamiento,  su  giro,  su  a» 
tructura,  es  un  dato  de  la  vida  de  mi  ambiente  interior  (mi  ediio- 
ción  literaria,  mis  aficiones,  mis  prejuicios)  en  sus  relaciones  cond 
medio  que  me  circunda.  Por  muy  subjetivo  que  estiméis  lo  qoe 
sale  de  vosotros  en  forma 'de  concepto,  siempre  habréis  de  enceii* 
trar  en  su  fondo  y  en  su  modalidad  externa  un  atributo  de  esos  doi 
ambientes. 

AI  hablar  devolvemos  en  nuevos  estados  alotrópicos,  como  dica 
los  químicos,  la  riqueza  mental  que  hemos  tomado  del  aceno 
común.  La  idea  es  del  medio;  cualquiera  que  fuere  la  caperuza  qoB 
la  pongáis,  reflejará  en  todo  momento  un  estado  de  condendi 
social  que  ha  tenido  en  vosotros  el  primero  de  sus  órganos  de  efr 
^jresión  ó  uno  de  tantos  como  la  revelaron. 

Somos,  realmente,  arcaduces.  Pozamos  el  agua  y  la  impubnuoi 


33 


luces  diversos;  pero  no  n:iírtmos  el  man.intial.  Cuanto  csli  en 

Jiros  nos  vino  de  fuera,  y  al  asistir  á  b  contemplación  de  nucs- 

^  propia  psiquis,  al  sentirnos  términos  objetivos  de  nuestra  rene* 

5n  (e!  yOr  visto  en  la  conciencia),  lo  que  halamos  propiamcnle  «3 

liniagen  del  ser  social,  de  la  psiquis  de  nuestro  medio  circun- 

iJtc,  proyectada  en  nosotros  mismos. 

Vaya  todo  esto  para  denoiar  [a  importancia  que»  en  mi  sentir, 

fie  el  estudio  lexicográfico  del   lenguaje,  como  hecho  que  llcva^ 

inducción  al  conocimiento  de  la  Misiona. 

Benot  dijo  un  dfa  ante  la  Academia  de  la  Lengua  lo  que  era  ha* 

r,  complementando  así  uno  de  los  elementos  de  la  definición  de 

¡OramáHca,  y  creo  que  para  él  á  tanto  equivatfa  aquel  acto  como 

Bustíluir  el  valor  absoluto  de  las  palabras,  consideradas  aistada- 

ote,  por  el  valor  relativo  que  cobran  en  virtud  de  su  oracional 

erdependencla. 

Cejador,  como  dicsiro  orífice,  aquilata  y  depura  el  casticismo 

vocablo,  señalando  su  noble  ó  vil  abolengo  (y  tened  presente 

tie  aqui  la  nobleza  procede  de  abajo),  según  el   mester  donded 

enti3  al  gún  día  ó  la  nativa  pureza  de  su  íonnación  original.  Y  luega^ 

cude  al  a  rsen;l  inagotable  de  la  sabiduría  plebeya  y  os  dice  lo  que 

[chusma  castellana  {definitivo  legislador  del  idioma,  arbitro  p«r 

ff  6  negar  el  pase  á  las  intrusiones  de  la  erudición)  pensó  con  li 

ibras  que  os  quintaesencia,  defíniéndolas  en  c!  refntn  ó  en 

t,  es  decir,  limitando  al  agruparlas  con  otras  su  primera  signiS- 

Ición  absoluta. 

No  es  el  suyo  trabajo  anatómico,  de  descomposición,  de  anáH^ 

«exclusívamcnle,  aunque  vosotros  y  yo  creamos  que  te  preocupa 

!  hallazgo  de  los  últimos  filnnientj>$  ideológicos  que  contenga  ufl 

10  verbal,  por  rudimentarios  que  fueren,  y  sorprenda  su  pcrsp^ 

tía  para  reducir  á  ek-mentossimplicísimos  las  partes  componenti 

la  estiuctura  verbal.  Ce|ador  estudia  la  palabra  en  función,  como 

'  vivo,  de  órganos  prímordialeü,  adventicios  Ó  atrofiados,  y 

eja  ver  cómo  han  pasado  por  ella  calladas  cotrlenles  de  ene 

itali  deformándola  en  unas  ocasiones  y  hermoseándola  en  otr 
[reaibricndo  casi  siempre  con  una  cstratiñcación  de  esladoft 
aa  (página  de  la  historia  natural  del  lenguaje)  que  conserva  I 
Irmas  itefinitivas  de  su  estructura  orgánica.... 


34 


Cejador  restituye  á  las  palabras  de  nuestra  lengut  bu  primñvi 
significación  y  las  sorprende  en  un  momento  de  su  vida;  es  i  sabor 
cuando,  expresando  el  querer  y  el  sentir  del  pueblo,  hallaron  alber- 
gue en  los  escritores  clásicos  de  los  siglos  XVI  y  XVII,  espccbl* 
mente  en  los  del  primero;  y  decía  yo  que  invitaba  al  silencio  la  ieo>  ¡ 
tura  de  su  libro  magistral,  porque  después  de  notar  en  sus  pigiw  ' 
el  cerco  apretado  que  ponen  los  barbarísmos  de  toda  espede  i  j 
castizo  decir,  parece  imposible  no  enturbiar  la  limpidez  de  nueslm  \ 
idioma  con  nuevos  vocablos  allegados  al  mismo,  no  por  el  vinculo  ^ 
de  la  agnación,  de  la  unidad  genética,  sino  por  el  lazo  de  In  ! 
menguadas  adopciones  artificiosas. 

Solo  que  habrá  no  pocos  que  crean  que  no  debemos  aspirar  i   . 
un  puro  remedo  del  habla  de  nuestros  mayores,  y  que  siendo  inle-  , 
resante  la  obra  de  descubrir  su  buen  gusto,  su  gentileza  en  el  uso 
del  idioma,  su  escrupulosa  expresión  de  la  savia  castiza  para  señalar 
los  mínimos  matices  del  pensamiento,  su  majestuosa  grandeza,  sa 
prodigalidad  sin  límites  en  la  fárfara  de  Castilla,  hasta  llegar  á  !i  , 
liberalísima  disipación  que  muestra  un  Alfonso  Martínez  de  Toledo,  : 
verbigracia  (á  quien  por  cierto  no  cita  entre  sus  clásicos  Cejador,  í 
con  ser  quien  fué,  sin  duda  por  no  salirse  de  los  escritores  del  siglo 
XVI),  es  inútil  ir  contra  la  invasora  corriente  de  neologismos  que 
han  aportado  al  idioma  nuestro  acceso  al  mundo  civilizado  (sin  qot 
esto  sea  negar  que  fuimos  alguna  vez  centro  de  la  universal  cultun) 
y  el  olvido  y  la  ignorancia  de  nuestro  tesoro  vert)al,  escondido  bqo 
siete  llaves  en  el  arca  veneranda  de  la  literatura  del  siglo  XV  y  de  1(» 
dos  siguientes. 

Ni  siquiera  son  muchos  los  que  aseguren  que  bastaría  con  huntfir 
el  cazo  en  el  barreño  popular  para  extraer  la  más  rica  substancia  de 
nuestro  decir.  Recordad  que  era  Fray  Luís  de  León  el  que  se  cxpre- 
saba  en  los  términos  siguientes: 

«Dicen  que  no  hablo  romance  porque  no  hablo  desatadamode 
y  sin  orden  y  porque  pongo  en  las  palabras  concierto,  y  las  escojo  y 
les  doy  su  lugar,  porque  piensan  que  hablar  romance  es  hablar  con» 
se  habla  en  el  vulgo,  y  no  conocen  que  el  bien  hablar  no  es  comün, 
sino  negocio  de  particular  juicio,  ansí  en  lo  que  se  dice  como  en  li.  • 
manera  como  se  dice.  Y  negocio,  que  de  las  palabras  que  todos 
hablan,  elige  las  que  convienen  y  mira  el  sonido  dellas  y  aun  cueobi 


35 


(veces  Us  letras  y  las  pesa  y  las  compone,  para  que  no  sobmente 
an  con  claridad  lo  que  se  prelende  decir,  sino  también  con  armo- 
y  dulzura....- 

El  caudal  de  las  palabras  se   renueva  y  se  renovará  incesanle- 
entc,  sin  que  las  leyes  de  razas  de  los  que  más  csíiman  lo  caslizo  y 
disico  sean  parle  á  evilar  cruzamientos  que  engendren  vastagos 
!  mestiza  condición. 

Mortalia /acta  períbartt—dcclz  Horacio  (y  perdonad  la  cita, 
^b,  nobles  Efeuierios!}— /Vet/w/n  sermoriüm  steí  fiónos  ct  graíia 
füx.  Multa  renasccfjtar  guae  jam  cecidere,  cadentque  qaae  nunc 
'  in  honore  vacábala,  si  volet  asus.,,. 

V  si  ikait  semperqae  ticebit—signatum  praescníe  nota  proca^ 
re /lomc/i—,  ¿quién  se  airevcrá  á  proscribir  formas  nuevas  verJ 
Jes  que  han  logrado  ingreso  en  la  conversación   familiar  vestidas 
arreo  castellano? 

Ut sylviie  foüis  pronos  mataitur  in  ann&s,  prima  cadunt:  ita 
rborum  vetas  interií  aetas.  Et  iavenum  ritu  Jíoreni  modo  nata, 
tntque. 

Las  palabras  no  están  Ubres  de  la  caducidad  que  amenaza  á  todo 

contingente.  Y  aunque  las  que  ya  sucumbieron  revivan  en  la 

Juma  de  un  escritor  ú  en  los  labios  de  los  oradores,  la  proliferación 

jberante  de  los  neologismos  les  n^ará  el  aire  y  la  luz  y  volverán 

taer  fósiles  que  recuerden  una  etapa  de  nuestra  literatura  d  un  mo« 

líenlo  de  la  Historia  de  la  Humanidad. 

Apuremos  todos  los  días  en  la  apacible  soledad  de  nuestra  blbUo 
;  el  néctar  de  la  castiza  parla  de  nuestros  mayores  en  el  vaso  de" 
'  de  los  libro»  predilectos;  pero  dejemos  que  eslc  revuelto  mar  de 
1  vida  moderna  traiga  á  nuestras  playas  fragmentos  de  lodos  los 
ntUes.... 

jase    ROCAMORA. 
(tltrulOo  4t  MaOrtí,  30  dt  Octubre  de  I90S). 


*i 


36 


CRÓNICA  GENERAL. 


— ¿Cómo  el  Sr,  D.  Julio  Cejador  y  Frauca  se  convierte  repeolh 
ñámenle  de  escritor  didáctico  en  popular,  con  la  pubfiaicióo  dd 
tomo  IV  de  su  monumental  biblioteca  Ei  Lenguaje,  íomoqw» 
titula  Tesoro  de  la  Lengua  castellana? 

No  puedo  explicármelo,  desconociendo  los  tomos  anteriores;  sis 
embargo,  entre  los  lingüistas  que  agotaron  el  tomo  1,  psicólogos  dd 
lenguaje  y  otros  técnicos  sabios,  el  nombre  del  sabio  profesor  cA 
respetado  como  un  gran  helenista  y  un  investigador  de  las  palabra, 
que  rastreaba  su  origen  á  través  de  los  idiomas,  por  un  método 
basado  en  ambas  ciencias,  para  avanzar  de  un  golpe  allí  donde  h 
investigación  se  detenía,  y  hallar  en  un  idioma  vivo,  el  vascuence^  d 
idioma  primitivo,  y  demostraba  su  tesis  con  ingeniosas  pruebisj 
observaciones  de  mucha  originalidad  y  estupenda  erudición.  Co» 
fíeso  mi  incompetencia  en  asunto  tan  complicado:  no  he  tenido  nuna 
reposo  para  ayudar  á  los  que  comparan  diccionarios  y  gramáticas; 
menos  podré  juzgar  la  cumbre  de  esos  difíciles  estudios  á  que  d 
Sr.  Cejador  ha  subido  con  tan  gallardo  atrevimiento  y  donde  está  ci 
su  casa  solariega;  sólo  me  permitiré  respetuosamente  una  objedáe 
si  el  lenguaje  humano  es,  como  obra  del  creador  de  la  Naturalea^ 
natural  y  resultado  de  condiciones  fisiológicas,  ¿cómo  los  sord^ 
-mudos,  en  vez  del  murmullo  que  produce  su  aparato  vocal,  oo 
articulan  las  raíces  del  éuscaro?  Pero  la  falta  del  oído  puede  impedir, 
con*  la  ignorancia  de  la  sonoridad,  la  rectifícación  de  lo  que  no  K 
acomoda  á  la  pronunciación  justa  y  fisiológicamente  musida  d 
llamémosle  el  sentido  del  idioma;  su  máquina  de  hablar  es  impB^ 
fecta,  y  como  no  la  escuchan  funcionar,  no  la  cuidan,  por  no  tener 
conciencia  de  su  utilidad  ni  resultado;  pero  esa  negación  detbiblí 
merece  que  se  hagan  experiencias.  Más  seguras  serían  las  legenáK 
rias  ó  ciertas  que  refieren  las  historias,  de  encerrar  algunos  niños  en 
donde  no  oigan  la  voz  humana,  para  conocer  las  raices  naturales  del 
lenguaje  por  las  palabras  con  que  llegaran  á  comunicarse;  lossonkh 
mudos  podrían  ser  utilizados  como  guardianes  y  preceptores  de  lof 
niños,  si  esta  prueba  fuese  posible,  no  por  falta  de  padres  que  cedió 


37 


I  fas  criaturas,  donde  tantas  se  abandonan,  sino  por  &us  dificiiMBds_ 
naleriales  y  morales. 

—También  estudiad  gesto  el  Sr.  Cejador,  como  parle  def  idiomar 

— Como  que  viene  á  ser  su  ortografía,  y  hay  gestos  nacionalc»  y 

h'jncíales,  ¿acaso  gesticula  el  andaluz  como  et  asturiano?  Y  Ice 

ly  familiares  también;  los  músculos  de  la  car*  ca»  todos  se  mezclan 

I  la  conversaddn;  Ins  minos,  lo«  ojos.  los  trrazos,  d  cuerpo,  los  piei, 

la  sangre  con  el  rubor  <ó  la  palidez.  Pero  tengo  que  salinike  del 

Übro  en  parte,  porque  sugiere  ideas;  como  el  sistema  dd  Sr.  Gcjador 

jroducírá  dcscubrimienlos  y  porque  en  el   interior  de  una  Crónica 

>  es  posible  compendiarle,  y  sólo  me  corresponde  contribuir  con 

ste  párrafo  á  la  prúpaf;anda  de   tan  luminoso  libro  y  á  la  fama  de 

benemérito  escritor,  honra  de  la  patria.   Empieza  á  hacérsele 

isticia;  ya  era  tiempo.  Es  algo  más  que  un  erudito  de  primera  dase: 

i  un  inventor. 

Jos£  FeRNANDCZ  Brcmón. 

f¿«  Untíracidn  EsfiaOala  y  Americana.  &  [3c  Noviembre  1908). 


4 


MONUMENTOS  DEL  IDIOMA. 

UN   LIBRO  DE  CCIAD08. 

Entramos  francamente  en  un  período  de  renovación 
juesto  que  francamente  hemus  entrado  en  un  período  de  i^.*  j,^^í-.>íí 
<k  nuestro  idioma. 

La  más  alia  expresión  dd  amor  patrio  es  el  culto   por   d  leu- 
y  cada  pueblo  da  su  gesta  prof>ia  con  su  habla  ó  con  su  es- 
peculiares.  Esto  es  desde  qae  eit  tiempos  de  Servio  Tulio  tos 
nanos  llamaban  «bárbaros»  á  los  de  fuera,  hasta  eslos  tiempos  de 
nbó  y  de  Maura,  en  que  tos  alcaldes  de  real  orden  tiablan  at  rey 
!  España  en  catalán. 
Uega  pues,  en  buena  honir  el  libro  ameno  y  profundísimo  de 
¡  benedictino  dd  Instituto  de  Patencia  que  se  llama  D.  Julio  Ccja- 
Br.  Llega  en  hora  propicia  para  alentar  á  los  inquietos,  inquietar  i 
i  indiferentes,  dar  nueva  tuz  á  los  doctrinos  y  marcar  i  los   cullos 
I  senda  del  amor  al  asldlano,  esquivado  y  rehuido  por   algún   al- 


^^gg^ 


38 


calde  español,  y  hablado  y  aun  gloríScado  por  cuarenta  millones  de 
ciudadanos  que  ni  son  alcaldes  ni  españoles.  ' 

Desde  que  el  gran  pontfñce  del  culto,  el  glorioso  Menéndez 
Pelayo,  se  retrajo  á  las  torres  de  la  Biblioteca,  en  estos  años  últimos 
daban  guardia  de  honor  al  castellano,  en  la  literatura,  la  trinidad 
gloriosa  de  Valera,  Qaldós  y  la  señora  Pardo  Bazán,  y  en  el  períih 
dismo,  la  tozudez  casticista  del  insigne  Cavia.  No  hablamos  de  oía- 
toría  aquí,  porque  las  decadencias  políticas  la  han  corroído  como 
cánceres,  y  porque  el  casticismo  no  fué,  ni  aquí  ni  en  parte  algum, 
ni  antes  ni  hoy,  patrimonio  de  la  oratoria. 

Ahora,  estos  días  procelosos,  hacen  surgir  bizarros  adalides.  Y 
notad  bien  que  estos  adalides  no  han  surgido  por  aranceles,  ni  por 
autonomías,  ni  por  programas  máximos  ni  mínimos.  Cuando  se  dis- 
cutían estas  cosas,  los  adalides  se  encogían  de  hombros;  cuando  se 
ha  puesto  mano  audaz  en  el  idioma,  que  es  poner  mano  en  la  ban- 
dera y  en  el  alma,  los  adalides  se  han  lanzado  resueltamente  i 
combatir... 

Una  tarde,  en  la  «Cacharrería»  del  Ateneo  penetró  un  sacerdote 
enclenque,  morenísimo,  comido  de  una  recia  barba  que,  aunque 
afeitada,  le  manchaba  el  rostro,  nervioso,  pequeñín,  alargando  btfl^ 
sus  gafas  una  nariz  audazmente  expresiva. 

—¿Quién  es? 

— Es  Cejador. 

Entró,  pues,  Cejador,  y  entró  esoamado.  Entraba  en  un  combtó 
de  acertijos,  de  colmos,  de  chistes  malos  y  de  <reóforos>  pésimos. 
Allá,  en  aquella  torre  frivola,  aguardábamos  á  los  sabios,  á  los  «ma- 
cizos», á  todos  los  «pelmazos»  de  la  Biblioteca.  ¿Qué  venía  á  hacer 
allí  Cejador,  el  lexicógrafo,  el  humanista,  el  hombre  que  tenía  CS? 
critos  varios  volúmenes  para  probar  que  el  castellano  procedía  dd 
euskaro?  ¡Que  se  guardase  Cejador  de  intervenir,  porque  de  no, 
saldría  de  allí  verde!  ^ 

¡Pues,  no,  señor;  no  se  guardó!  Coa  gran  asombro  nuestro,  Ce* 
jador  nos  llevó  la  corriente  frivola,  contó  también  sus  chascanillos- 
y  hasta  creo  que  puso  «un  colmo».  ¡Caracoles  con  Cejador!  ¿Sabei' 
ustedes  que  este  hombre  no  es  pelmazo?  ¿Saben   ustedes  qoCj  á  ; 


39 


sar  de  sus  tres  volúmenes  sabihondos,  este  Cejador  es  tan  ligeroj 
dado  á  la  broma^  tan  amante  de  la   amenidad  como  cualquien 
'.  noíOtroS;  que  sabemos  por  lo  <lemás  que  hay  diccionarios  y  gra- 
áticas?  ¿Si  será  así  de  llano  y  de  amable  en  sus  escritos?  ¿Qué 
■pesiamos  á  que  (eemos  á  Cejador?  ¿Vaya  á  que  sí,  á  que  lo  leemos? 
Y  he  aquí  que  leímos  á  Cejador;  y  he  aquí  que  Cejador,  el  ogro 
human  isla,  nos  encantó  ante  todo  y  sobre  todo  por  su  amenidad. 
[Loada  sea  Minerva,  que  así  hace  amable  ía  sabiduría!.,. 

Aquel  espíritu  tan  hondo  y  tan  sutil  que  se  llamó  Navarro  Le- 
Üesma  compendió  así  sus  juicios  sobre  los  tres  volúmenes  de  Ceja- 
Jor  anteriores  al  publicado  ahora: 

•  Desenterrar  las  rafees  del  lenguaje,  poner  al  descubierto  la  len- 
primítiva,  declarar  y  demoslrar  con  pruebas  de  todos  los  {;é- 
^eros  y  con  ejemplos  de  todos  los  idiomas  que  esa  lengua  primitiva 
;  el  euskaro  ó  vascongado,  y  proclamar  que  los  formas  elementales 
|e  cita  son  las  voces  de  la  naturaleza  ó  sugeridas  por  el  simple 
Dncionami^ntodel  organismo  A  los  primeros  hombres,  es  to  que  ha 
aiciadu  Cejador  en  el  primer  tomo  de  su  maravilloso  libro  «El  len- 
guaje», ha  expuesto  en  el  segundo  tomo  *  Los  gérmenes  del  lenguaje^ 
y  acaba  de  probar  cumplidamente  en  su  tercer  volumen  «ümbríoge 
Cejador  se  presenta  i  nuestros  ojos  como  el  hombre  que 
y  que  habla  claro,  cual  veía  Plalón  el  divino,  cual  hablaba 
Itenan  el  humano,..* 

Sí  Navarro  Ledesma  nos  viviese»  al  lomar  en   sus  manos  esft 

irlo  lomo  «Tesoro  déla  lengua  castellana»,  hubiese  visto  su  almtl 

Vícáz  cómo  este  libro  abultadísimo  de  sabid,  de  erudito  y  de 

DDcicnzudo  laboradoT,  estásanlifícadocn  su  portada  con  la  estroG 

un  poeta  tan  flagelador  de  sabios,  de  eruditos  y  de  concienzudos^ 

QO  Enrique  Hcine. 

¿No  dice  ya  este  lema  del  *  Intermezzo»  que  Cejador  no  es  ua 
^lícto  rie  las  bibliotecas  seco  y  árido»  sino  un  fruto  jugoso  y  sa- 
jo del  cspírilu? 

ipenas  se  abre  el  libro,  nótase  cómo  en  él  no  están  las  letras 
'  iffornteddas  por  el  sopor  de  la  erudición,  sino  vivas  y  palpitantes 
Animadas  por  un  ideal  hierle.  ¿Quién  sintió  por  sus  manoc  calor  áñ^ 


40 


vida  entre  las  hojas  de  un  volun¡^cn  lexicógrafo?  Pucsd  «Tettro  de 

la  lengua  castellana»  arde,  quema  las  manos  y  el  espíritu,  según  h 
fuerza  de  pasión  que  en  él  llamea.  No  es  un  libro  especulativo,  am 
de  amor;  de  amor  y  de  llaneza  raros,  verdaderamente  sin  par  ch 
libros  de  esta  índole. 

«Lo  que  atañe  al  origen  de  las  palabras — dice  Cejador — pueden 
en  este  libro  leerlo  hasta  los  niños:  llano  es  el  asunto,  apacible,  co- 
rrido y  de  sabroso  paladear>.  Y  luego,  al  exponer  su  plan,  escribe 
«Doble  es  pues,  mi  intento:  componer  un  diccionario  lo  más  com- 
pleto posible  del  castellano,  en  el  cual  se  eche  de  ver  la  psicología  de 
la  raza  española,  y  declarar  de  hecho  el  origen  y  desenvolvimiento 
del  lenguaje  desde  sus  primeras  voces  hasta  el  castellano,  pasando 
por  las  lenguas  indo-europeas,  en  particular  el  griego  y  el  latín». 
Como  se  ve,  este  doble  intento  no  es  un  grano  de  anís;  pero,  en  lo 
que  á  nosotros  se  nos  alcanza,  luego  viene  el  que  Cejador  consigue 
el  doble  intento.  Porque  es  bien  cierto  que  en  lo  del  origen  del  leih: 
guaje  nos  atascamos,  como  buenos  legos  que  somos;  mas  con  ata» 
caduras  y  todo,  algo  nos  llega.  Y  en  lo  que  dice  al  diccionario  «m4l 
completo  posible  del  castellano»,  ¡cuerpo  de  Cristo  sí  lo  es!  Coa 
decirles  á  ustedes  que  cojo  por  la  A,  el  verbo  «abrir»  y  que  nK 
encuentro  la  friolera  de  ¡I  10!  modismos  en  que  se  emplea  el  tal 
verbo,  me  parece  que  he  dicho  lo  bastante... 

Lo  extranjerizo  pone  al  bueno  de  Cejador  furioso.  Y  no  vaya  i 
creerse  que  distingue  entre  francés  ú  otro  cualquier  idioma  vivo^ 
¡Ca!  Aun  de  las  lenguas  muertas,  hasta  de  nuestro  padre,  el  latió; 
hasta  de  nuestro  abuelo,  el  griego,  se  queja,  como  de  infrusoí, 
Cejador.  ¿Por  qué  hemos  de  decir  en  mal  latín  abecedario,  ó  CB- 
peor  griego  alfabeto,  de  donde  la  cursilería  intelectual,  que  asi  le 
llama  á  sí  misma,  ha  derivado  el  voquible  «analfabeto»  para  desig» 
nar  al  que  no  sabe  leer?  ¿No  tenemos,  en  castellano  neto,  la  palabn 
«abecé»,  que  ^  tan  castiza? 

La  verdadera  fuente  casticista  es  para  Cejador  «el  idioma  vulgv 
de  la  generalidad  de  los  españoles».  De  ella  toman  su  autoridad  loi 
clásicos  antiguos  y  modernos.  «Los  escritores  todos — dice — padoi^ 
cemos  de  galicismo;  el  único  que  sigue  sano  y  ajeno  de  semejante 
moda  es  el  pueblo,  tomado  en  su  generalidad,  y  á  él  pertenecemoft 
cuando  parlamos  como  españoles».  Y  en  esta  confesióti  ingenia 


Iconfesión  de  Cervantes  y  de  Fray  Luis,  de  Quevedo  y  de  Mateo 
I  Alemán,  eslá  todo  el  espíritu  de  ese  sacerdote  casi  enclenque^  inore- 
üfeitno,  inqiiiíío  y  vibrador,  qu«,  Iras  haber  escrilo  un  monumento 
Idel  idioma,  pasmo  de  sabios  y  envidia  de  eruditos,  se  va,  con  su 
[^solana»  pol>rc  y  con  su  «teja»  humilde,  i  ver  sí  acierta  un  «coimo» 
(en  \a  -Cacharrería*  del  Ateneo,,. 

CmsTOSM,  DE  Castro 

(Et  UAtral.  11  Nntlonbre  1908J. 


UN  LINGÜISTA  GENIAL 

Este  lingüista  genial  es  Julio  Cejador.  Su  obra  no  tiene  derecho 

,  desconocerla   nadie  que  pretenda  tenerse  por  entendido  en  «la 

atería,  ó  en  cualquiera  de  hs  innumenibtes  que  con  ella  se  reta- 

snjuí.  Joven  aún,  su  labor  asusta  por  sus  colosales  proporciones. 

Lo  más  saliente  de  ella  son  sus  tres  lomos  sobre  El  LcngaQJt, 

los  cuales  sigue  ahora  el  Tesoro  de  ta  lengua  castellana,  de  que 

publicado  el  primero. 

El  Sr  Cejador  ha  estudiado  el  lenguaje  en  relación  con  el  ges- 

j,  de!  cual  lo  consid^rra  expresión  fonética,  y  como  el  gesto  está  en 

ilima  relación  con  los  fenómenos  psicológicos,  ha  llegada  á  la  con- 

ión  de  que  los  sonidos  hablados  han  debido  estarlo  también 

if^n^riamcnle^  y  que,  por  lo   lanío»  determinados  sonidos  debían 

jcr  una  significación  naíiiral. 

Con  este  punto  de  partida,  ha   comparado  entre  si  las  lenguas 

le  lodos  los  grupos gtotoli^rcos,  fijándose,  para  limitar  y  hacer  ha- 

anímente  posible  su  trabajo,  en    los  elenicnlos  demostrativos  de 

ida  una,  elementos  que  considera  lo?  primordiales  <kl  liabla,  Stts 

rimeras  formas.  «Los  demostrativos  son  aquellas  dicciones,  6  sean 

presiones  ác  ideas,  que  indican  las  relaciones  del  espacio  respecto 

Id  que  hahta.*  Demostrativos  de  1  .*  persona  es  et  que  indica  el  su- 

tlo  que  habla  ó  lo  que  csU  jimto  á  él:  yo,  éste,  mío,  aquí,  etc... 

cmoslrativos  de  2/  persona  son:  tíi,  vosotros,  esos,  vucslro,  tuyo— 

QOstratívos  de  3.**  son:  él,  ella,  el,  la,  lo,  aqucKb,  suyo,  allí.., 

ly  también  demostrativos  de  vaguedad,  de  interrogación,  etc.,.. 


42 


Del  paso  de  su  atención  por  centenares  y  centenares  de  legnn^ 
ha  sacado  en  consecuencia  que,  en  todas  ellas  i  es  un  elemeclod^ 
mostrativo  que  indica  lo  próximo;  a  otro  que  se  le  contrapone  pm 
indicar  lo  lejano;  o  es  un  término  medio  para  indicar  lo  ca- 
cano  y  lo  que  se  halla  en  torno,  y  e  tiene  un  valor  interrogativo  y  \ 
relativo. 

Ahora  bien:  «el  estado  primitivo  de  los  demostrativos  de  toda 
los  idiomas  y  el  de  todo  su  sistema — nos  sigue  diciendo  el  Sr.  Cqt* 
dor — sólo  se  encuentra  en  una  de  las  lenguas  que  hoy  se  hablan:  d   ^ 
euskera. » 

De  todo  lo  cual,  viene  á  parar  el  ilustre  lingüista  á  una  serie  de 
conclusiones,  entre  las  que  figuran  las  siguientes: 
!.•    Todos  los  idiomas  son  corrupción  del  euskera.» 
2/    Esta  fué  la  lengua  primitiva. 

3.'^  Esta  lengua  primitiva  no  responde  á  los  principios  deh 
evolución,  pero  sí  á  los  principios  psicológicos  admitidos  porloi 
mismos  evolucionistas. 

Y  aquí  preguntará  el  lector  ¿Todo  esto  se  puede  considerar  ^ 
como  última  palabra  de  la  ciencia,  como  verdad  definitivamente  ad-  1 
quirida? 

Eso — me  permito  contestarle — tú  mismo,  lector,  y  nadie  máscs 
quien  lo  ha  de  decir.  Si  te  interesa  el  asunto,  estudia  la  obra,  y  de 
su  estudio  podrás  deducir  tu  opinión.  Si  no  quieres  tomarle  ese 
trabajo,  no  tienes  derecho  á  opinar.  Únicamente  podrás  decir:  *\a!f  | 
un  Sr.  Cejador,  calificado  de  lingüista  genial,  que  ha  dicho  íalcoSB^ 
pero  no  se  si  será  verdad.»  < 

En  cuanto  á  mí,  creo  que  mi  deber  es  prestar  al  Sr.  Cejador  d    \ 
mejor  homenaje  de  que  es  susceptible  todo  e!  que  crea  algo:  el  de   ^ 
demostrarle  que  he  leído  su  obra  y  que  he  meditado  sobre  ella.  Esh    ' 
clase  de  homenajes,  por  pobres  que  sean,  valen  más  que  una  esb* 
tua  modelada,  costeada  y  discurseada  por  gentes  que  desconcoen 
la  verdadera  razón  de  ser  del  monumento. 

Este  homenaje  será  el  asunto  de  mi  artículo  en  el  próximo  Da- 
mero. Quédese  para  entonces  la  exposición  y  justificación  de  mí  di- 
sentimiento de  las  conclusiones  á  que  llega  el  Sr.  Cejador. 

Por  hoy  me  limito  á  presentar  su  personalidad,  una  delasqse 
más  derecho  tienen  á  figurar  en  la  Academia  de  la  Lengua. 


43 


En  esle  caso  particular  ha  sido,  sin  embargo,  una  fortuna  que 
emcjanle  acto  de  justicia  no  se  haya  realizado  aún.  Si  el  Sr.  Cejador 
uera  académico,  no  residiría  prohablemenle  en  Palencía,  y,  por  lo 
into,  no  habría  tenido  ocasión  de  trabajar  como  to  ha  hecho  por  la 
Hiltura  en  el  riñon  de  \st  Vieja  Casiilla. 

»  El  Sr.  Cejador  ha  fundado  en  Palencia  un  Ateneo  del  cual  es 
^Bidente,  y  que  da  Té  de  lozana  vida  con  sus  sesiones,  su  Boletín 
ronsual  y  sus  conferencias.  El  mismo  Sr.  Cej.idor  ha  empezado  i 
lar  tinas  sobre  «La  Religión  y  el  Estado  en  sus  mutuas  relaciones 
inles  del  Cristianismo.» 

Como  se  ve^  la  labor  realizada  por  esle  intelectual  eminente  y 
aborioso  pesa  bíisiante  más  que  la  llevada  á  cabo  en  las  vecinda- 
jes del  Casón  por  la  mayor  parte  de  los  señores  á  quienes  está  en- 
arcado oficialmente  t\  dar  fijeza,  limpidez  y  explendor  á  nuestra 
fegua. 

W  Emjuo  H,  del  Víllar. 

H      (r/atvo  Mando,  zft  Corro  IW). 

TL  ORIGEN  DEL  LENGUAJE. 

tes  EL  VASCUENCE  LA  LENQÜA  MADRE  Ot  TODAS? 
Hubo  un  eminente  geólogo,  Elie  de  F.  Beaumonl,  cuyo  nombre 
6  largos  años  !a  Ciencia  de  ía  Tierra.  Este  sabio  consagré  acaso 
nás  arduo  de  sus  afanes  á  imaginar  un  sistema  pentagonal  para 
licar  la  distribiicitón  de  las  disloacioncs  orgánicas  por  la  superíi- 
tdel  globo.  Sus  prosflilos  fueron  innumerables;  su  autoridad  in- 
ísa.  Hoy  su  sistema  pentagonal  está  en  absoluto  mandado  recoger, 
embargo,  ninguno  de  los  grandes  geólogos  modernos  ha  rega- 
lado á  Elie  de  Bcaumonl  su  verdadero  inírito, 
I  Para  mí,  la  teoría  del  Sr.  Cejador,  que  expuse  en  el  número  p«- 
■P,  es  algo  equivalente  ol  sistema  pentagonal  de  Elie  de  Beaumont. 
Be  inclino  re-ípeltíoso  ante  el  lingüfsía  y  su  labor  de  gigante,  pero 
fedaro  que  no  me  ha  convencido  aún  su  teoría. 

Para  refutarla,  necesitaría  escribir,  por  lo  menos,  tantas  páginu 
toma  él.  No  puedo,  pue9,  aquí  desarrollar  mis  argumentos,  sino* 
■Ip  lo  mis,  dejar  entrever  vagamente  su  naturaleza. 


44  ■"^. 

En  cuanto  precede  al  tercer  tomo  de  su  Obra  (d  dd  cstadlft 
comparativo  de  los  idiomas),  encuentro  escasez  de  hechos  y  enes» 
de  razonamientos;  y,  como  consecuencia,  un  sin  fin  de  afimucioM» 
que  no  veo  probadas  de  ninguna  manera:  que  «los  sonidos  fi» 
nen  un  valor  natural»;  que  «las  vocales  tov/ero/t  ^ae ser  las  prímem 
expresiones  en  que  prorrumpió  el  hombre»;  que  «desde  un  princi- 
pio fué  completo  el  lenguaje»  y  tuvo  dicciones  expresivas  de  idos; 
que  «las  tres  nociones  de  espacio,  tiempo  y  movimiento  ó  acción scut 
las  únicas  expresiones  propias  del  habla,  como  son  los  únicos  con- 
ceptos propios  de  nuestra  mente»,  etc. 

Todo  esto  es  metafísica.  Para  mí  la  única  demostración  posible 
de  estas  cosas  serían  los  hechos,  el  método  histórico:  deducirlas  de 
las  lenguas  de  los  salvajes  más  inferiores,  de  los  balbuceos  del  nifio 
entre  esos  salvajes,  de  los  gritos  animales.  Pero  el  Sr.  Cejador  axh 
pieza  por  rechazar  de  plano  la  doctrina  evolucionista,  y  los  que  ht- 
llamos  en  las  Ciencias  Naturales  la  conñrmacíón  de  esa  doctrina,  ]n 
no  podemos  seguirle.  (1) 

En  el  tercer  tomo  todos  son  hechos.  Allí  es  donde  se  compano 
las  expresiones  demostrativas  de  innumerables  lenguas.  Por  eso  e$ 
en  él  donde  he  ido  á  buscar  mi  convicción. 

Pero  tampoco  he  podido  encontrarla. 

El  Sr.  Cejador  trata,  por  ejemplo,  de  demostrar  que,  en  todas  bt 
lenguas,  el  elemento  originario  de  primera  persona  es  el  del  vas- 
cuence ni  ó  ga.y  para  ello  pasa  revista  á  los  diferentes  sonidos  que 
en  las  diferentes  lenguas  significan:  yo,  mío,  nosotros,  nuestro,  aqi4 


.1 


(I)  Mucho  será  que  el  articulista  no  esté  á  matar  con  la  metafísica.  De  los  balbtteto*  tf  1 
niño,  de  los  gritos  de  los  animales  y  de  la  armonía  Imitativi,  del  sesto,  de  lis  czpmlilMt-  ^ 
de  los  ruidos  pretendo  yo  en  Los  Gérmenes  insinuarel  valor  que  parecen  tener  loi  moM^;-'  ^ 


^  t 


del  lenguaje.  Dejando  para  el  Tesoro  la  investigación  en  concreto  de  cada  palabra:  itu  hII^^  . 
he  presentado,  hipotéticamente  como  quien  dice,  ese  valor,  qne  después  haljré  de  verifica' t>\  :. 
postertori».  COfrm.  pag.  504).  Para  algunos  científicos  la  metafísica  huele  itaueroylst 
de  la  evolución  pasa  como  doctrina  asentada.  Mientras  un  periódico  reaccionario  me  c 
ga  como  á  hereje  por  evolucionista,  el  articulista  dice  qne  rechazo  deplano  ladotírtaamt^ 
luclonista.  Vayase  lo  uno  por  lo  otro.  La  evolución  en  el  euskera  ó  lengua  primitlvieito^-' 
yo  rechazo  porque  los  hcciios  nic  dicen  que  debo  hacerlo,  y  en  las  demis  lenguas  lo  qae  MlC-.' 
es  degeneración  del  sintetismo  primitivo  hada  el  despedazamiento  y  analitismo  y  la  1^  I 
ti(ji  de  I  menor  esfuerzo.  Fuera  de  la  lingüistica,  yo  hallo  muy  probable  la  teoría  delac 
clon  hasta  cierto  punto,  aunque  sin  tocar  al  alma  humana.  Pero  lo  que  no  veo  es  por  qié  fet*-  A 
qae  hallan  en  las  ciencias  naturales  la  confirmación  de  la  evolaeiáit  ya  no  patémtgr '  ^ 
galrme  en  esa  metafísica  de  Los  Gérmenes,  que  nada  tiene  que  ver  con  cUa,  ni  en  pnala 
contra. 


45 


Cj  éslo,  etc.,  etc. I  6  carActerízan  terminaciones  verbales  de  pricncra' 
DTU  ó  se  rdacíonan  de  algfún  otro  modo  con  la  idea  üc  yo.  Cocnai 
e,  ya  las  palabras  ó  clemenlos  en  que  buscar^  resultan  en  cada  , 

'.  al^  numerosos. 
Pero,  además,  no  es  piecíso  cu  ellis  encontrar  aislados  el  ni  d 

sino  formando  parle  de  ta  palabra. 
Y,  por  fin,  no  «  necesario  encontrar  precisamente  ni  ógu»  de 

I  Riodo  explícito;  basla  encontrar  sonidos  equivalentes.  Lo  mismo 
'  ni  da,  por  ejemplo,  /la,  ne,  no,  na  ó  ña,  ó  simplemenle  n,6  II, 
I,  (por  desaparición  de  la  vocal  y  transtonnaciún  de  \n  conso* 

ate)  ó  simplemente  i  por  pérdida  de  la  n,  ú  otra  vocal  por  iran»- 
□ación  de  la  i,  eíc,  ele.  En  vez  de^w,  da  lo  mismo  encontrar 

,  gp,  tso,  ku,  yan,  gi,  gei,  k,  ni,  sen,  wa,  bu,  bi,  ba,  pei,  ttt.  ov, 
,  ze,  sz,  ó  simplemente  a,  e,  i,  o  d  ir,  ó  cualquiera  de  otros  nu- 
asísimos  sonidos  que  el  Sr.  Cejador  identifica  con  git. 
De  modo  que  el  único  hcchu  que,  en  mi  sentir,  se  pone  de  ma- 

jjeslo  es  ésitt  que,  dentro  de  cualquier  idioma  de  los  examinados, 

I  las  numerosas  palabras  que  se  relacionan  con  el  concepto  dt 
ncra  persona,  se  encuentra  siempre  alguna  de  las  cíen  6  doscien- 

I  combinaciones  de  letras  que  cl  Sr.  Cejador  identifica  con  ni^ga^, 
sbtnacjones  entre  las  cuales  entran  nada  menos  que  cualquiera 

[las  cinco  vocales  castellanas,  Y.  en  mi  humilde  sentir,  este  hecha 

[  demuestra  absolutamente  nada. 
Esto  aparte  de  la  agmvanie»  de  que  un  mismo  sonido  lo  ídenU* 
frecuentemente  cl  señor  Cejador,  ya  con  cl  ni  6  gu  de  primera 
3na,  ya  con  el  a  de  tercera  persona,  según  conviene  A  su  pro- 

hJla 


I  1  ii-i.ii'.  vi.K  .1  ¡ít.  MI,  n  .;  rti    ■¿•11  .:i    ■  .Ut% 

•brt  no  UibU  pata  :  \t  á^  ¡¡l¿<at%it  ni  1<  'Ci 

OMiU^r^  .'j  xiniO  y  inl  !>!»«  una  rl7<iiiQr   oiiiuii^,   Iiiiil4<*%^ 

ÍMl'  jcji  itc  la  úbiB.  Yo   lio   li«KU   niAa  iiuc   rfcuftf^l 

ta^>.  iA>  .MMuti'».  j  -,  M  ''  >i<  I  II  ..tnnJ*  m  cxdj  r  ■- ;ii      >-    .  ■.     ^¿j.  tuadio  l'^iojod 
U  mayar  ptsU  áe  Ua  turmni  lUvau  *•  Inid»l,  y  .  ifuc  nn  la  llcvaa  . 

X  rulantes  ckKcnctAiUt.  (tunca  UtnUni«  Uiu:...  .-...  —    ^i  cnAtqiu  un  d-,^ 

vo  put  iit  IJcA.  ya  CID  puo.lo'  mcnoa  ilr  lacii  eamo  fnncJiíiu^n  «luc  ■  ca  cic  »^ 
!fu  emU  EamíiU.  Y  ti  Unlamail-  UliJillu  del»  ratnna  uxucracti  bxtai  1«>  (scai> 
leas»  yo  I  OUiqakn  MClilt  que  tudas  cus  lutioA»  pt'XTÜcn  ú<  uaa  itiirútjta  41V 

por»-.  CaAnCflciiehAUuiJia,  nt.nt.no.ttB.  r  dw  poi  lOu  ilc  UtiúraMn  mh 
dc  «i  p«n  merfo  ooioo  b  torsu  prioUttvi  i  Ui  aciiM  aecpdouL*  V  «i  ti  nri^ 


46 


La  equivalencia  y  transformación  de  vocales  y  consonantes  sé> 
puede  demostrar  dentro  de  la  historia  de  un  mismo  idioma,  óeofee 
idiomas  diferentes  de  una  misma  familia.  En  la  indo-europea  sd». 
mos  evidentemente,  y  sin  ningún  género  de  duda,  la  equivalendi 
de  las  palabras  aham  (en  sánscrito),  azem  (en  zend),  egó  (en  grícgi^^ 
ego  (en  latfn),  ik  (en  gótico),  ich  (en  alemán),  asa  (en  eslavo  anfi- 
guo),  es  (en  armenio),  Je  (en  francés),  ea  (en  portugués)  y  yo  {a 
castellano). 

Pero  en  idiomas  de  familias,  que  no  se  han  reducido  predsh  ^ 
mente  á  la  unidad  fundándose  en  su  morfología  y  su  proceso  hisli^ 
rico,  la  transmutación  de  sonidos  no  hace  sino  justificar  la  satina 
deñnición  que  Volfaire  dio  de  la  Etimología:  <una  ciencia  en  que  Itt' 
vocales  no  cuentan  por  nada  y  las  consonantes  por  muy  poa. 
cosa».  (1) 

El  Sr.  Cejador  dice  que  está  dispensado  del  rigor  metódico  que 


moni  lo  hallamos  no  una,  sino  varias  veces  en  la  mayoria  de  las  familias  UngOlsUcii  ¿qufcM 
Imporíaá  Riiqueno  pudieran  explicarse  las  variantes  excepcionales,  que  por  sapnesto  laiill 
veces  se  explican  y  tas  explico?  La  trama  de  La  Embriogenia  es  tan  trasparente  que  oi  cik;i 
página  V  cngo  á  decir:  ¿£s  una  casualidad  el  que  n-  por  ej.,  se  halle  en  casi  todas  las  torm^i 
Vesa/i-,  impresa  adrede  en  caracteres  gruesos  salta  i  la  vista.  Podía  haberme  dejado  ciM 
renglones  las  poquísimas  formas  que  la  han  mudadoen  otro  sonido;  pero  ¿no  era  mis  ^mm 
traerins  t  odas  y  que  la  misma  excepción  conñrmase  la  regla,  como  la  confirma,  pues  n  digh 
neración  es  clara  y  explicable?  No  se  necesitan  hondos  conocimientos  lingüísticos  parabiflv 
el  ni  en  nosotros,  del  nos  latino,  cuya  -t  de  plural  se  añadió  al  'na  yo,  y  'na  claro  que  vtaKdi 
ni,  6  para  hallar  el  ga  en  yo,  del  e-go  latino,  pues  la  &■  la  tenemos  en  e-nos  del  Canto  déla 
Arvales.  ¿Es  una  casualidad  que  no-5  y  e-fú  suenen  como  ni  y  fu?  Pues  no  es  otro  elrta^ 
miento  de  toda  la  obra.  Solo  ¡il  que  asó  la  manteca  le  ocurriera  identllicar  con  nt  dea  ódi^ 
dentas  combinadons  de  letras  y  luego  al  ver  que  el  nombre  de  U  primera  persona  de  ImI» 
guas  se  encuentra  en  una  ú  otra  de  esas  cien  ó  doscientas  combinadoncSj  dedndr  qic  k 
primera  persona  venía  en  todas  partes  de  ni.  En  las  Infínitos  lenguas  que  se  hablan  babiiMN 
cuantas  combinaciones,  no  cien  ó  doscientas,  en  las  cnales  degeneró  el  nt;  pero  en  todtf  dta< 
hállase  el  ni  que  las  explica,  como  se  halla  ni  en  el  mismo  sánsktlt  que  explica  el  rb  j  d  Mi- 
de otras  lenguas  de  la  familia.  Ni  el  cariño  al  evolucionismo  ni  la  enemiga  por  U  netaflris-'. 
dan  licencia  á  nadie  para  volver  tan  del  revés  mi  razonamiento  y  la  trama  de  mi  obra.  Ll 
vuelta  del  revés  ¿qué  ha  de  parecer  y  ser  sino  mentira? 

(I)  Yo  conceda  que  haya  habido  cuantas  trasfomiaclones  se  puedan  Ima^nir  < 
lenguas,  l'ero  ¿puede  ser  casxalidad  el  que  nly  ga  y  sus  variantes  claras  (pmdi 
las  no  tan  claras)  sean  los  dos  núduos  á  que  se  reduce  la  primera  persona  co  todtt  ki 
lenguas  de  cada  familia  y  en  todas  las  familias  de  lenguas  del  mundo?  Porque  este  es  adMot' 
ari.'umcnto.  Y  téngase  presente  que  no  me  Ke  dejado,  por  ir  contra  mi  teorfa,  cxpiesIaMI  M' 
yo,  habiendo  escogido  las  que  me  venían  á  cuento.  Ahí  están  puedo  dedr  que  todas  :f  de  toM' 
las  leniiuas  que  conozco.  Si  á  eso  se  llama  casualidad,  no  hay  inducción  qtie  poedi 
conclusiún  científica  ni  en  lingüística  ni  en  otra  ciencia  alguna.  Porque  no  hay  famlUidcIl 
guas,  mejor  dicho,  casi  no  hay  lengua,  donde  no  haya  nlógupsn  la  primera  penoDi  é  < 
variantes  claras,  aunque  las  haya  también  más  Ó  menos  oscuras,  pero  tu  ruM  ca  ai  fl 
paración,  que  la  excepdón  confirma  la  regla. 


47 


exigen  (os  HngüisIftSj  (I)  porque  precisamenle  ¿1  va  i  demostrar  que 
falsa  la  irrf^duclibilid^d  de  las  diferentes  familias  de  [enguos;  pero . 
ctsamcníe  por  cslo  habíaj  á  mi  modeslo  entender,  mayar  uiüiivc 
comparar  no  las  lenguas  en  diferenl»  grados  de  derivación. 
So  en  la  forma  primitiva  ú  original  ia,  ó  más  anrigua  cognoscible 
¡cada  familia,  (2)  Si  cslas  eslán   emparenladas,   ahi  es  donde  se 
rfa.  El  parentesco  había  de  aparecer  tanto  mayor  cuanlo  más  nos 
neniásemos  en  el  proceso  gcneraüvo, 

Pero  con  el  mélodo  riguroso  de  la  Üngüiática^  todo  el  edifido^ 
antado  por  la  portentosa  imaginación  del  3r.  Cejador^  se  viene  al. 
cío.  En  las  lenguas  indoeuropeas,  por  ejemplo,  la  mis  arcaica 
na  de  las  voces  mCt  mi,  y  otras  análogas  que  indican  casos  oblí- 
¡  ó  desinencias  verbales  de  primera  persona,  es  ma,  y  de  ahí  no-- 
derecho  A  pasar.  ¿Por  que  razón  hemos  de  idcniiiicar  tale  ma 
I  el  ni  cuskaro?  £n  cambio,  en  dicha  familia  índo-europca,  e 
IfTjo  ni,  debititactún  de  na,  tiene  un  valor  propio  y  bien  exclarecido: 
[de  formar  nombres  abstractos  y  verbales  de  agenle.  ¿Con  qué 
recho  le  vamos,  pues,  á  cousidetar  como  demostrativo  de  primen 
sona?  (3). 


¡I)    Janii  di«  tii  dlipenuJo  yo  det  rigor  metíáíca  fut  rx{£ta  tos  Ungautas;  aoin  lnii»J 

>4Viecn  fcmMíoMy  lLituii£i"'o^<i>'"^^t  *1ic  *ii^  1  (lulu^ra  tt  me   tnjrn 

>  en  que  haUera  tHojado  la  tuno  nti*  de  lo  ¡usto.  A  lo  que  yo  no  me  iioOlli  ilcticr  cib  al 

litr  DO  comparar  mlrr  il  UidlvFridt  tamiiUt  ¡íf  Inxzmy  por  viponrrv  quí  nn  pnrctrn  rr* 

^nti  uní.  ftirtiiie  cip  nipiif-vlr^  nn  nlin-li  timit.il-i  rn  argummlr»  piiwtlvo:^  punSr  vralnt 

i,ÉÍ  liJO  heirhrH  dtcfnciur  hi  Irnt^iiii  t xJ.ti  virp'-n  lir  una   ijXt   primitiva.  V  cntno  u* 

r  trato  (le  pmbaT  ijiie  \n\  hrzXicn  ax¡  !>>  J-inur^Irari,  n)  erra  ta.l\M   al  ri^r  mttú^leo 

iMf  !«•  ni  puede  fuiíllr  rte  kupunt'i  nr-alíNv  1  li^s   tit-chfw  |KMtlÍV(>t  ea  oiitinrt», 

>antn  Jt-  Bo;rp  *c  »i>f|ati«  en  \¡»t  (<>  '  -n  oid*  tjue  Kti  coa  lu 

*:  ¿hliomal  n.'pprtioimf)«i«rl«i  >  .  M>ccJrn  át  ua  tronco? 

PWd  •!  yo  «tnptJ')  tod»  Ltl  ral*  anUt  :■.  ;»  nai    wletir  r%tj   (A«rv*- 

.  ni  iiu¿  tlenv  qur  rf r  oM  lo il-'l  rl¡;nr  m  «ili^i/icl  [lirrjf  i,  rI    uiij   bI 

^•cwifl  Vito  iccomi'tiat  tjri'  '.mof 

I  totv  plrcifo  ic  rriibrt/tlaii^  -  ,  lUC 

[lliie4l«tlcin«lcitterto«ii  loiWttu.  kjiJ*  UiiH-'ldUtli'HUAJ  «k  l«k  UiuiUm,   j^  lu  Je  kth 

.^ow,  tjuí  rrtlen  iirt  [nip-iiir  Ua  |pyr»  fiKirttc»*,  qiiHj  er  p(e  qne 

I.:  n^  í"!  i'^  V  '1  •■■inir  1»  *-  .ti  V  tt/y  jfa  ó  ron  ripmin^^-    tm    pnt- 

-|  pir  que  l>>  mitni  I   lot 

■.tr». 

■  lOW    ^l  uttta 

la  ha  Icíilia   qne 

■i-m|".v  rn  ^lu*-   K 

'<i  .'  i  I',     ni    llA- 

,Hoy  íilxti  tjiuslJiínJüiur  ip-ui-i»  ju-  li  j  Jcí  iií  p.i.-]r  VfJiif  Je  e.  a,a,y  4uc  U 


Tinm  í*  m  *:t   "n, 


48 


Ahora  bien,  ¿quién  nos  garantiza  que  no  podría  razonaiw  pa^ 
cidainente  acerca  de  cada  una  de  las  lenguas  que  el  Sr.  Cejador  Ine 
á  colación  y  que  suman  muchos  centenares?  Solo  sería  capaz  de  nr 
ponder  añrmativa  ó  negativamente  quien  hubiera  vivido  los  sigln 
necesarios  para  hacer  el  estudio  concienzudo  de  todas  ellas. 

Y  que  el  Sr.  Cejador  no  habla  siempre  por  sí  mismo  y,  porll 
tanto,  no  puede  ofrecernos  la  garantía  de  su  autoridad,  apamf 
á  menudo.  Dos  ejemplos.  Después  de  haber  examinado  varías  I» 
guas  de  Méjico,  dice  que  va  á  pasar  á  las  de  Centro-América,  y  dh 
entre  estas  el  tarasco,  el  seri,  el  mixteca,  el  zapoteca  y  el  otomf,  qM 
son  todas  mejicanas.  El  japonés,  que  es  lengua  aglutinante,  lo  ofr 
fica  el  autor  de  monosilábico  (pág.  174  del  í.  III)  (1). 

Y  todo  esto  no  es  óbice  para  que,  luego,  contradiga  sin  reparn  ■ 
á  los  especiah'stas  en  cada  grupo  de  lenguas,  como  lo  hace  al  tialv 
de  las  baníúes,  oceánicas  é  indo-orientales  (2). 

Los  innumerables  datos  elegidos,  interpretados,  adaptado»  y 
acumulados  por  la  benedictina  laboriosidad  del  autor,  sugestiona  ^ 
á  primera  vista.  Pero  cuando  de  la  simple  visión  de  sus  tablas,»  I 
pasa  al  detenido  estudio  que  la  obra  merece,  la  cosa  varía.  Mucfaf 
de  los  mismos  casos  citados  se  vuelven  contra  la  teoría  que  X 
defiende.  Dos  ejemplos: 

En  el  grupo  malayo  dice  que  la  fl  es  elemento  demostratido  ti 
a-ho=yo,  a-zi=é\;  y  la  /  en  í-í/— Ara = nosotros,  i-zareo=é[\os. 

En  egipcio  dice  que  al  pronombre  indefinido  tu  se  añaden  IN 


vocLil  orii^inarin  en  cada  palabra  es  la  que  conscn'an  las  lenguas  de  Europa.  ¿Que  ni  sea  dd^ 
litaciún  de /Id?  «Jamíis/ puede  venir  de  a»,  dice  Curtius,  ni  por  conilpuicnte  ni  de  na;  toca* 
trarin  na  de  ni,  a  de  i  es  cambio  bien  conocido.  Que,  asi  como  suena,  el  sufijo  ni  fonne  ■•■• 
bres  atistracios  y  verbaíes  de  agente,  es  um  novedad  desconocida  de  todos  los  ¡ndi>^ifr 
peis'as.  Que  me  venga  de  ni  harto  lo  he  probado  por  las  altaicas,  donde  se  v¿  el  pu»  A  te 
1-E  en  toda  la  gramática. 

(1)  Tan  novicio  me  cree  el  articulista  qut  no  sepa  distinguir  una  lengui  monodUUcí 
que  no  sepa  abrir  por  la  primera  hoja  las  gramAticasde  todas  esas  lenguas,  que  pongo  i  V  ^ 
posición, paranosaberdondeschablan? ¿No  lasheclasifldoéhistoriado  y  puesto  U  liWb- 
grafi.i  de  cada  una  en  el  tomo  primero  del  Lenguaje?  Querer  sacar  de  quisquillas  sen^^l 
que  yo  no  siempre  hablo  por  mi  mismo  es  buscar  tres  pies  al  gato.  Claro  esti  que  bs  flfe 
veces  no  hablo  pormi  mismo,  sino  por  los  hechos  que  me  ofrecen  las  gramitlcas;  qoe  al  m 
japones  ni  tarasco,  confíésolo  con  harto  sentimiento.  Durillo  y  poco  creedero  hnMeriiWo|iM 
los  lectores  darles  yo  ú  entender  que  habfa  recorrido  todos  los  rincones  del  nnndo  doadt  • 
habhin  todas  las  lenguas  que  yo  traigo  á  colación,  y  que  yo  habfa  nacido  i  U  mi  fB  ttM 

ellos. 

(2)  Asi  como  ellos  corrigieron  i  los  que  les  precedieron,  les  corrijo  yo  i  dio*.  &■  a  f 
teoría  de  la  evolución,  ipUcada  1  \z.  cvoida:  ;y  luego  dirán  qne  no  soy  evoludonlital 


49 


determinalivos  personales,  resuliando  íM-tf^=yo,  ia-/^=é}  tfiii-a= 
digo  yo. 

¿Pero  no  liablamos  qiicdado  en  que  /  era  \i  característica  de  la 
|)rímer:i  pí^rsüiia  por  oposición  Á  a  que  lo  era  de  !a  tercera?  (1) 

Por  En  el  Sr.  Cciador  llega  consecuentemente  i  conclusiones 
gtie  esUn  en  abíerla  oposEcidn  con  Us  Ue  la  Anlropalogfa  y  la  Ar- 
Ijueologia  prehistórica. 

Su  teoría  del  origen  del  lenguaje  exige  un  eslado  de  inenlalidad 

elevado,  que  se  da  de  cachetes  con  los  cráneos  de  Neandeíthal,  Espy 

La  Oiapelíc;  con  las  mandíbulas  de  La  Naulcdc  y  de  Heidclbcrg,  y 

on  tos  groseros  instriimenlos  de  piedra  tallada.  Y  como  estos  res- 

s,  ios  más  andgnos  que  la  tierra  nos  ha  revelado  de  la  existencia 

ítumana,  son  objetes  visible»  y  tangibles  que  guardamos  en  nuesüos 

Duseos,  y  atya  reilidad  e$   innegable,  tienen  para  mi  infinito  mis 

ilor  que  todos  los  razonamientos  hat>Ídos  y  |i^r  haber  (2). 

R!  ilustre  Cej'ador  es  eminentemente  español:  su  ambición  inte- 
iual  ha  elegido  un  asunto  desproporcionada  para  una  simple  vida 
Dumana. 

Por  eso  creo  que  lo  mis  positivo  de  su  labor  está  en  el  estudio 
concreto  y  proporciüíiado  que  ha  empezado  á  hacer  en  su  Díc- 
narío  EUmoIóí^ico,  de  las  relaciones  entre  el  vascuence  y. el  cas- 
Jlano. 

De  esto  hablaremos  otro  día,  nue  lo  merece. 

EmIUU  H.  do.  VlUAIl. 
fffutvo  Mundo,  4  ÚK  Fcbítro  dr  l«Kij. 


(1)  Ni),  qoe  yo  Kp*.  i  CMndr  dliD  fo  Qm  f  n  U  prlnirn  prjiaiuf  La  a  mnlti  «rto  m 
Ipelopor  dqcmenciandcxfi.rd,  A«.  a.  ¿Qu^  n«neriaqu(  vrr  cns  U  o  tfie  U  X'  fcnoM 
|iMlMp<ne».'Tainb<lto  f  eili  3.*i€i»etua>  toducUu.  y  cunUhiocii  tntUactU  I.*   |<r- 

como  <kc«neiad¿n  de  e~20,  i-eh,  t. 
t7)    <T)n  rícrtit.  ^on  ht  (oncluitanr*  qiH  tÍP  Mcrinco)  «ncill  pan  t»  mestiMÚMl  dplDI 
1 1.  abjrtm  KM  i>fi<M>u  j  tangíMf».   umque  p&i  «ocnda  no  to 

rarrupowit*,  tamH''n '!  i-iT-tirn    anlri  for  ^t^u  '''itilf  f   ron* 

que  rl  lit-im  ln;  j  liüiilivii-  fiir   ■  -,t 

iitlü  l<i  t^nc  *<^n  Ui  úcir.  I 

«Se  prot^irtAi  nu  tim  li> .  >- 

iIMaí,  alU  {■llu*.  y  ■•  .,iIl!  {mj    uíiü.  u:uUllt| 

•omhrrio  j  ct\lu,  r  ■•  ~u  U  oua,  uo  volvtrtM  al 


L 


50 


EL  CASTELLANO  Y  EL  VASCUENCE. 

La  última  obra  del  Sr.  Cejador  (de  la  cual  solo  va  publicado  d 
primer  tomo)  es  la  titulada  Tesoro  de  ¡a  lengua  castellana;  un  dic- 
cionario  enciclopédico  y  razonado  de  nuestro  idioma. 

El  criterio  que  la  informa,  el  sistema  de  exposicióiii  el  cuerpo 
de  doctrina  que  con  él  quiere  su  autor  formar,  obedecen  á  su  teork 
sobre  el  origen  del  lenguaje;  quieren  ser  su  exposición  y  su  aplici- 
ción;  y  como  en  esta  teoría  ya  he  expresado  y  razonado  en  número» 
anteriores  que  estoy  en  completo  y  absoluto  desacuerdo,  claro  esfá 
que,  desde  este  punto  de  vista  fundamental,  la  obra  me  tiene  que 
s^uir  mereciendo,  á  pesar  mío,  el  mismo  concepto.  (1) 

Sin  embargo,  como  fruto  de  un  ingenio  no  vulgar  y  resultado 
de  un  prolijo  estudio,  contiene  elementos  de  gran  interés.  Estol 
elementos  son:  un  gran  conocimiento  del  caudal  castizo  castellUQ^ 
estudios  comparativos  de  las  lenguas  indo-europeas  con  el  vascuence 
y  la  comparación  de  este  último  con  el  castellano. 

La  del  vascuence  con  las  lenguas  indo-europeas,  obedece,  lógico 
es,  á  las  mismas  teorías  del  autor  que  he  combatido.  (2)  Sin  embu^ 
go,  la  comparación  en  sí  facilita  elementos  para  su  estudio  hecho  ea 
la  dirección  que  á  cada  uno  aconseje  su  particular  criterio.  Y  an 
cuando  pueda  conducir  á  muchos  que  no  pensamos  con  el  Sr.  C^ 
jador,  á  un  resultado  negativo,  esto  mismo  es  ya  algo.  En  la  ciendi 
una  negación  puede  tener  tanto  valor  como  una  afirmación. 

Pero  un  carácter  muy  diferente  reviste  la  comparación  del  v»- 
cuence  con  el  castellano.  Oerto  que  son  dos  lenguas  de  cander 
muy  diferente:  aglutinante  la  una  y  sin  parentesco  definitivamenle 
reconocido  por  la  ciencia;  flexible  y  analítica  la  otra  é  indiscutible 
mente  derivada  del  latín.  Sin  embargo,  es  más  que  probable  qa^ 
aunque  morfológicamente  derivado  del  latín  el  castellano,  las  nial 
vascuences  hayan  contribuido  á  formar  el  léxico  de  nuestro  idio- 
ma en  mucha  mayor  proporción  de  lo  que  generalmente  se  aoqilk 


(1)  Ahora  veo  que  mis  anteriores  notas  son  inútiles,  pnes  i  todo  este  irtícnlo  lopoBde  ta 
tantemi-nte  el  del  5r.  Alenauy,  pág.  16. 

(2)  Véase  en  las  Cuatro  palabras,  que  pongo  al  comienzo  de  este  tomot  ni  wxpmÉ 
don  general:  ¿chela  abajo  el  que  pudiere,  y  estamos  al  cabo  de  la  calle. 


Eslainosaun  lejos  de  que  se  haya  podido  decir  la  última  pala- 
bra sobre  el  origen  antropológico  de  la  población  de  España.  Seg-ún 
bl  iluslre  cattfdr;Ílico  Sr,  Antón,  csla  población,  como  la  mayoría  de 
cuenca  del  Mediterráneo,  por  lo  menos  en  los  tiempos  antiguos^ 
;  compone  preponderadamente  de  dos  elementos:  uno   ibérico  y 
>tro  scmíUcü. 

El  semítico  no  sólo  se  debe  atribuir  á  ta  invasión  musulmana  y 

,  la  coloni/jción  histórica  de  fenicios  y   cartagineses.  Para   inducir 

^e  la  historia  i  la  prehistoria  se  parte  del  principio  de  que  los 

imcnos  que  en  los  tiempos  históricos  se  han   venido   manifes- 

ndo  con  ostensible  constancia  y  desde  lo  más  antiguo  conocido,  es 

;ico  admiiir  que  también  se  produjeron  con  anterioridad  i  lo  que 

ilistóricamcnic  sabemos.  V   cuando  semejante  inducción  estd  de 

cuerdo  con  (o  que  la  experiencia  nos  demucsta,  v,  g.,  con   lo  que 

pos  dicen  Íüs  restos  del  hombre  y  de  su  industria  correspondientes  á 

anteriores  á  tos  documentos  escrilos,  adquiere  mucho  más 

^alor  que  el  de  una  simple  hipótesis. 

Así,  del  hecho  de  las  sucesivas  y  constantes  invasiones  de  pue- 
rtos tártaros  en  Europa,  de  Oriente  á  Occidente,  que,  aun  en  íicm- 
históricos  relativamcnle  recientes,  han  dejado  elementos  de  po- 
rción como  el  de  los  húngaros  en  el  valle  del  Danubio  y  el  de  los 
longoics  en  Rusia;  y  del  hecho  de  encontrarse  en  toda  la  roña  mon- 
añosa  de  la  Europa  central  caracteres  antropológicos  como  la  gran 
iquiccfalia,  que  se  consideraron  antes  peculiares  de  una  raza  celia, 
ro  que  son  comunes  i  la  raza  mongol,  se  ha  venido  i  inducir 
Bodernamente  que  no  existió  tal  raza  celta,  sino  que  los  pueblos 
iquicéíatos  morenos  de  la  banda  central  de  Europa,  son  un  re- 
do de  la  cruza  de  las  raT-is  europeas  con  los  innumerables  pue- 
;  mongoles,  que  dc-sde  muchísimo  anles  de  que  la  historia  men- 
itttseá  los  escitas,  habian  estado  aportando  un  poderoso  contin- 
nte  i  U  población  europea. 

Anilogamentc  en  España  y  en  toda  la  región  del  Medilcrrineo, 

elemento  semita  se  fué  infiltrando  desde  mucho  anles  de  las  mis 

liguas  expediciones  fenicias  de  que  tenemos  noticia. 

En  cuanto  al  elemento  ibérico,  la  tendencia  mis  corriente,  dentro 

et  actual  estado  de  la  ciencia,  es  identificarlo  con  los  vascos;  por 

i  menos  con  los  vascos  primitivos,  pues  loe  actuales  pueden  ha- 


52-- ■■ 


berse  transformado  antropológicamente,  por  las  cruzas,  como  indu- 
dablemente se  ha  transformado  también,  más  ó  menos,  su  idioma. 

Sin  detenernos  á  hacer  la  crítica  de  la  teorfa  del  Sr.  Antón  (lenn 
desproporcionado  para  este  lugar)  el  hecho  es  que  el  idioma  vasco 
es  el  único  resto  que  conocemos  de  los  idiomas  prehistóricos  de 
España;  que  su  extensión  en  otros  tiempos  debió  ser  enorme,  pues 
los  nombres  geográHcos  de  etimología  vascuence  se  encuentran 
grandemente  diseminados  por  la  península;  y  que  se  conseno  10-  ■ 
davía  uu  hecho  vivo  que  habla  en  el  mismo  sentido:  el  de  U  f(K  ' 
Hética. 

Este  hecho  que  me  parece  de  gran  fuerza  ha  sido  menos  estu- 
diado de  lo  que  merece.  En  gran  extensión  alrededor  del  país  eus- 
karo,  existe  una  área  en  que  el  castellano  es  pronunciado  con  una 
gran  claridad  y  energía,  con  aes  y  oes  muy  claras  y  sonoras,  con  a 
muy  cerradas:  precisamente  con  la  sonoridad  especial  de  las  vocales 
vascuences;  es,  aunque  no  toda  castellana  históricamente,  ni  mucho 
menos,  la  zona  de  más  castiza  y  típica  pronunciación  de  nuestro 
idioma,  por  lo  menos  en  cuanto  á  las  vocales;  y  al  mismo  tiempo  li 
zona  en  que  con  más  pureza  persiste  el  tipo  antropológico  ib6' 
rico  del  Sr.  Antón.  Esta  zona  comprende  la  Rioja  (alavesa,  cas- 
tellana y  navarra),  gran  parte  de  Aragón,  la  colindante  de  Castilla, 
desde  la  mitad  oriental  de  Santander  hasta  Guadalajara  y  el  Norte 
de  Cuenca,  y,  por  fin,  á  pesar  de  su  diferente  idioma,  el  reino  de 
Valencia,  en  parte  por  lo  menos.  ; 

Valencia  coincide  con  Cataluña  solo  en  la  forma  y  el  léxico  de.  \ 
su  lengua;  pero  la  pronunciación  es  completamente  distinta:  d  \fr  ; 
lenciano  es  un  lemosín  pronunciado  á  la  castellana. 

En  esa  área  de  pronunciación  castiza,  lo  más  típico,  lo  más  tt>    ! 
rrado,  se  encuentra  en  la  Rioja,  lindando  y  entreverándose  con  é 
vascuence.  Desde  ese  núcleo  en  todas  direcciones  va  la  pureza  de 
la  pronunciación  disminuyendo;  por  el  Cantábrico  y   Castilla  hadi 
la  pronunciación  de  Asturias  y  Galicia:  por  el  Este  hacia  el   prupo   • 
lemosin. 

Esa  área  es,  pues,  la  de  mayor  persistencia  del  elemento  euslcanh  j 
la  que  debió  conservar  por  más  tiempo  su  antiguo  idioma,  puesto  j 
que  todavía  conserva  su  típica  pronunciación  de  las  vocales. 

Cuando  un  pueblo  loma  una  lengua  extraña,  lo  que  se  aprof 


^3 


E\a  es  la  forma;  lo  que  menos  la   pronunciactón.  Es  el 
e  los  exUanjeros  que  hablan  castellano  sin   acabar  de 
jmar  nuestro  acento.  Es  el  fenómeno  que  aparece  en  el  castellano 

Í"  ab!an  los  negros  ¿  indígenas  en  Améric2.  El  que  nos  ofrecen 
isnios  andaluces  descenJientcs  de  africanos, 
nire  la  forma  y  la  pronunciación  esiá  d  IcxEco;  se  pierde  mucho 
jiic  éslaj  pero  menos  que  aquíila.  El  lalln  popular  que  habla- 
on  los  iberos  debió  estar  impregnado  de  palabras  ibéricas;  y 
nuchíis,  aníc?  que  perderse,  acomodáronse  Á  la  forma  del  lalln  y 

r[o  dcf  romance. 
Hasta  qué  punto  se  ha  verificado  eslo,  es  lo  qiie  puede  ense- 
lamos  la  comparación  del  vascuence  con  el  castellano.  Por  eso 
■reo  que  esta  parle  de  la  obra  del  Sr.  Cejador  liene  por  sí  misma, 
ndependienlemcnlc  de  h  leoí  ía  general  que  éste  sosücnc»  un  valor 
legran  inlcrés. 

BPor  lo  demás  no  deja  de  resultar  curioso,  por  lo  contradictorio, 
fn  siendo  el  efcmenlo  vascuence  el  resto  más  arcaico  de  lo  gcnui- 
amcnlc  LSpañüI,  lo  que  debiera  considerarse  con  patrióiico  orgullo, 
Bo  lo  míis  nacional  de  la  nación  española,  haya  nacido  en  pleno 
skaro  un  ^ienrimiento  local  anliespañol  que  por  fortuna,  sólo 
entra  en  una  minoría. 
No  cabe  mayor  aberración  que  el  anhelo  de  emanciparse  de  una 
ponaüdad  en  los  que  tienen  derecho  i  considerarse  como  padres 
Jla. 
[Desde  este  punto  de  vistff,  el  bizcaitarrismo  (en  el  sentido  es- 
lío de  la  palabra)  no  es  hijo  sino  de  la  ignorancia:  de  la  igno- 
!  historii.  de  la  antropología,  déla  etnografía,  de  todas 
. ,  por  medio  de  las  cuales  puede  cl  hombre  llegar  á  cono- 
:  á  sí  mismo. 

EMrtlO   H.   DtL  VlUAR 


EN  PRENSA  EL  TOMO  N. 


Acabóse  de  imprimir  este  tomo 
en  la  ciudad  de  falencia, 
en  la  imprenta  de  gutié- 
RREZ, Uter  y  Herrero, 

A   LOS   VEINTIOCHO 

DÍAS  DE  Febrero  de 

MIL   NUEVECIEN- 

TCS     NUEVE 

AÑOS. 


5TANFORD  UNIVERSITY  LIBRARIES 

STANFORD  AUXIUARY  LIBRARY 

STANFORD,  CALIFORNIA  94305-6004 

(650)  723'9201 

salcirc@sulmarl.  stanFordedu 

All  books  are  subjgct  to  r«call. 

DATE  DUE 


A