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mmmmffmmmm
EL LENGUAJE
SUS TRASFORMACIONES
SU ESTRUCTURA
SU UNIDAD
SU ORIGEN
SU RAZÓN DE SER
ESTUDIADOS
POR MEDIO DE LA COMPARACIÓN DE LAS LENGUAS
POR
D. Julio Cejador y Frauca
OEN. XI. I.
0'.}tai \i.h é^ü) ¡lEtíto Tivo Súva'iiv
e'vaí T^ ávUptoxstav ttjV fiE¡iév7¡v xd
::pío-:a ¿vo|xaTa toií Típá^'iaoív, wat'
¿•^(Tpcdíov s'.vaí aOici ópíwi; s^stv,
Plat. Cratyt. 43.
TOMO V.
PERLADO. PAEZ Y COMP.*
SUCESORES DE HERNANDO
Arcnil, II, yQuintana, 31 y33.-Madrid
i©oe.
f\i Eterno. Señor
CUATRO PALABRAS
He de manifestar á tos lectores de esta obra que tes queilaré
mwf igradccldo, no soto sí me advirtieren tos deslrces en que pu-
fiene íncuirir, sino sobre Iodo si me ayudaren á completar el Dio-
éonvio csstelUno, enviiindome papeletas ó listas de voces, tnodis^
1W5. frises 6 refranes, que echaren menos en el Diccionario de let
ágaátmia: coa advertencia de que cunnto más vulg^r^s y groseras
tpandertn Its palabras ó más exclusivas de algún rincón, donde
í hiUe CKtelIsno, digamos más diaíectates» tendrán mayor valor
"if misnun ó por U luz que derraman para h aclaración de otras
I ya conoct*i*s. Aprovecho esta coyuntura para decir que el
I BisodiOt puesto en la piguiA 324 dei (onio A E I O U, p\t-
t td vez adnnr^ mediante una cita hallnda por mi querido amigo
Icrafllbimo 5r. Rodrlf^uez Marín, en el Diálogo 30, párrafo 33 de
íJlgritaMiaw erisíiana de Juan de Pineda, donde se dice: «At
) de se confesar los convencen de alcahuetes de Crialaysoit
liMff SJKM/fa, estando obligadof i ser cnsamentcros de Chf'rye
'. coa tkl nobis hodie». Bisodiü e^ contracción del Da nobis
»4d Padre nocilro. y el autor taclia aquí a los que re^aii mu-
' hiBüín al propio tiempo su interés, i los que casan i la Reli-
ÍOOQ h Codida. Al mismo lomo había que añadir no pocaft
; j frases, que d«pu£s de Impreso he ido allegando; pero conuk
shan de ir hallando otras muchas, que así son este linaje de obras^
Bnncí se acaban, prcHeró dej:ir9a$ hasta el última toma, donde
: pQodrin cuantas adiciones haya que hacer á todos-Ios anteriores.
Cuanto ala prueba de que las lenguas indo-europeas vienen del
saten, no cor pam» tatn dtí caso repetir que consiste en cslt
sencillo ^a^onamien1o. Las que los indo-europeistas dan por ratcd
indo-europeas, son las que yo (raiffo como (ales, A no advertir
contrario. Esas raices sin vida de por sí en esas lenguas» perlcneclí
ron, según DclbrOck, á una lengua prehistórica, de !a cual el!as
derivan, puesto que de (ales raices nacieron las palabras vivientes'
conocidas. Ahora bien, esas raices son palabras \ivas en euskera
con el mismo valor ycon la clarísima etimología qucles doy. Lu^^
el euskera e$ esa lengua prehistórica de Delbrück, de la cua] naci^
ron los idiomas indo-europeos. E! mismo razonamiento ptidier
hacer alegando las demás lenguas del mundo, y se supone al aleg
los sunjos de no pocas de ellas y al cKplícar en la Embriogtnia la
demostrativos. El que prelenda echar abajo mi teoría, ha de demc
trar que las traídas como raices por los indo-europeislas y por
no lo son, ya fonética, ya sem^nticamenle; ó que el anáüsís de
raices, como palabras eu$ki^icas^ está mal DevadOj ó que las voc
sencillas euskéricas, de tas cuales ellas se fueron componiendo, ni
llenen en la Rsiologia. psicología y gesto ordinario la explicacíój
■que yo les doy. Raices indo-europeas hay dudosas, y asf se veráj
puestas en varios lugares, dándoles las etimologías que les asigna
unos ú oíros autores^ y escogiendo como más probable la que á
me lo parece. Pero la fuerza de mi argumenlación está en el coc
junto y en las raices claras, y en que trayendo en el tomo /?, por ^
ejemplo, todas las raices mencionadas por los autores como períc
necíentes á tal sonido, todas tienen en eu^kcra- vida como palabra
vivas y analizables; y lo mismo digo de cada uno de los tomos.
los cuales el de la N está ya en prensa y ganoso de ver la luz pil
blica y dar que rabiar Á los que por mucho que afilen sus dientcsr
I pueden hincarlos en mi leorfa, antes se les resbalan y se hieren
l^i mismos. De los cuales señores críticos yo tengo no poca lástima
porque harto más de bien harían por la lengua castellana, advinién
dome de los verdaderos deslices y no pocas omisiones en que
obra incurre, á pesar de lodos mis cuidados.
EL AUTOR.
ÍNDICE DE NÜMEROS
Ya que se haya lefdo este tomo, será fácil volver á dar con la
palabra que se busque por el siguiente índice; el euskaro en cursiva.
AR
4 ara
2 ardura cast
3 arazá, arazl, arattt,
araka
4 úrjte cast.
5 ar- at., rarus
6 rarü, ralo
7 arare
S arar
9 üren, arren
10 arenga
11 aroma, armarma, arez,
araba, arpegl, arltz, arta
n ¿OTO!;
13 arto, artaa
14 cragi, arte
15 haijgán, arilga, ardalear
ARR
16 arra, -ar
17 -ar lat.
18 -ar, -atro cast
19 arma lat.
20 arma cast., rima, urimar
21 ars
22 art¿
23 arista
24 aran
25 heremas
26 arañón, arándano, yermo,
randa, rondón
27 arnasa, ardo, arroüttz.
arlo
28 argiiellar, arlóte, arrechu-
cho, racha, redo, rejo,
rarejaque, desarrar
29 artz, ursus
30 arzón, oso
31 arri
32 armuelle, risco, arriesgar,
arisco, ripio.
33 argi
34 arguere, argenttint
35 arienzo, arcilla, naranja
36 arrain
37 arrancar, rancajo
38 rancidus, rando
39 OpviC
40 arraan, arraka
4t arraca, raqueta
42 arka, arki, arcere, arcus
43 arca, arco, artar, archi-
44 argayo, argado, árgana, ar-
guenas, argamasa, argolla
45 arrapa, arpa, arba, arbl
46 rapere, rumpere
47 raudo, rato, romper, de-
rrumbar, arrumar, romo,
robar, rampa, ramplón,
rabia, ropa
48 arpa, arbar, arfar, arrapar,
tapar, rafa, rifar, raposo
49 rapum
50 rabo, rábano
51 horphanus, orbus, robur,
arbor
52 roble, árbol
53 arroz, arraáa
54 radere, rodere
55 raer, rallo, roer, rostro
56 ras, raso, rajar, racha,
raza, arrastrar, rastro, ras-
trojo, arrestar, rastrillo,
rascar, rasgar, raspar, ris-
pido, rasmear
AR!
57 arl, -ari, ardí, arkl
SSaries
59 aríbar, arija, aricar, ardite*
ardid, -ardo
60 aranea
61 araña, araSar, ristra, ristre
62 áptoq/ApTjC
63 -arlus, -arls
64 -ario, -ero, -aire
65 renes
66 riñon
ARRI
67 arrl
68 arre, arrear, arrequive,
recua
ARO
69 aro, -aro
10 aro cast, -aro, harón
ARRO
71 arro
72 arroyo, rúa, arrufaldarse,
roca, rueca, arrojar
73 mere, riyus, rus, ruga
74 ruina, ruin, rio, arruga
75 aar
ER
76 era, -ra, -era, era-
Tl -r leng. deriv.
n <s !-t ^^
^^^
^^^H
A •««•sih. Atí<
IR
ORR ^^1
^v «cni
^Hb fn. nlil, -m, -rna.
IW frff, W. IrUI
134 orrí, icfrra.orri or¡na ^^|
^H 4^90, -4»
!{)& fftar
I3í liornini^ orre, hotwo, é^o- ^^^k
^^B rtaitafc ipo, ñor. m
l(rT ír/n, Iru
mr, bonna, tiúrmigún ^^H
^B^. •'-"■ "-'-1
IOS ruflÉ. aruflo
136 ortz, orratt. orza cut., ^^H
^H
H59 trutzl, Irudi
OTiurU) ^^H
^K^;^ - i"-^,ro-
110 rour, dcrroclur, rozíur,
verrcrt ^^|
^^ft ffiU, r , ron-
TOKi
I3fr barrer, ^ixtm ^^H
^^^^A. rrü
P9 oro, orro ^^H
^^^^^^^BV( ITflM, frr ' .'
IRR
140 runrua, iniiar ^^H
^^^^^■^ crj--. . ■ -
MI ni£lr«. ntmor, nictut, m- ^^H
^BteaA.
Jl! ifro. irri. trríis, Irrlittx,
Tifjnrc, rana ^^H
^^^V TTfltlT~i
¡frika
142 niiüo, niflr, nuBbr, ^^^^H
lU ríátit
nnico, raní catt ^^^^^|
■ -"^
113 rclf, rita, relinchar
^^^^^1
^H V cr< Ufa
lU hlrrllus. írñtjire,1ri UL
lis lia, cnildar
^^H
H^ EKR
HA tlntti, rlxi
1 43 u/, urde, arte ^^^^M
117 irnii, fcncllls, mno
lU minan, tirccus. urna, ^^|
^^Mñitim
lis rcia. rija, litx
I4S nihiyo, orina, orza, or* ^^H
^^HCTnlM, rauta*.
twlo ^^H
^H imm
OR
^H« ■■»«. mío, nM», MWn.
URR ^^1
^H «RteC teto, rvjw, raftái
U9 of, orí, orda
^^^^L^r~
VIO DfKíidaso, -oin>.-oro
^^^^^1
^^^^^
111 orJi}, bidld.ornirt
146 am, arre, ^^^^H
^^^^■r-
IZl oriol, onlefur. urdir.
uvt ^^^^H
^^^^p -js.err^a
Jdonur
ano ^^^^^M
^^^f^mi,- - — -., ntclprocn.
123 oro. aratn
149 ¡iirT3\ lucho ^^^^^H
^H_ *^
13* onor, nibi»
ISO urrín, urrun. urraka, ^^H
^^■BaEteidr, wdfo, fTdr>|o,
12) ort, ortka. orga, orptx
arrata ^^H
^^ feUííIa, n^itBJtniij, w-
136 hnrtpra, ciru|o, úronilo,
151 ncemuij Innsuc ^^H
^^^W im. ftaACK, ncsr, irgna
onnqiie, ordlza
m ntimo, almila, urrACk ^^H
^^K Kf ;riuf . R^afeu, nc^io
in rrpctiif
ahurnifir ^^H
m u.-r, vrtt
tJ3 urscrc, rcrKCRi vlrgí, ^^^|
Al rr»^, tvftqncu. rinclt.
126 To», retina, vetru, aixni-
vetber, verbena, ¿pp^ ^^|
i^«L«. rlacón, nacfto.
coni, vemici. irduua
154 tiucrj^ú, osTo, rumlM^. ver* ^^H
tna, wmuCtr. anvsiUFa,
tM ronictn, rcalnj. nicio,
ga, icveibenr. vertwiu^ ^^|
•nAr
rocío, verraco, berrinche.
biibetbo. tturipir, Or< ^^H
verruga
aatiü ^^H
«rtr
131 ori
^^^^H
^D 0^^^ fYVBfV
ITl orín, tirmlrnlo
^^^^^1
^Bsftm. tfrtto. detrOit.
m oríon, Urbutcja
^^^^H
IL
1
ara. ci'
ARA
rQ hombre primíiivo abrió los ttjos y vio, abrió las orejas y
b. ihnó la boca y habló. De los conceptos má& comunes es el
1 movimiento, y d primero que hubo de expresar fué el físico ó
(Wl cual toniAron nombre los demás movimienlos y
del tiempo á de lo contingente^ de la acción física, de U
moraL Que cómo se las apaña el hombre para expresar el
niento espacial? Aquí cae bien jtqiiello de que el niüvitniento
andando, dtgo moviendo la boca, que es á quien
tnoittrarlo á su oyente. Y de tas partes que tiene la boca
ti más nio\'edíza, la que aun movemos todos, cuando
I indicar d movimiento. No somos de otra hechura ni de
qiic nuestro padre Adán. Saben lan bien como él Iiasta
de los cortijos que lo que en la boca esli hecho para
y vibrar es b lengua, que por eso la conocemos por la
y. Para llamar ^ las palomar ó i las gallinas articulan frtrf,
han de correr á picotear el grano que les echan.
ni más ni menos hizo nuestro padre Adán, cuando quiso
' cualquier muvimicnto, meneó la sin hueso, esa varilla doble-
iquc llamamos lengua, atada por un cabo y suelta por otro,
órgano de la boca que puede cimbrearse libremenle.
! ü pmet» de poner eti vibración cualquier parte de !a boca:
I tí pnmcf m-'"'^ ''las se paran; sola la longsia se mimbres
lOiilamci >J vibraouuc:» por s^uudu. £:! sonido dd
CrKIEN V VIDA VU. LCtiOUMt
;iire herido al vibrar asf la íeTgtia es pl sonido r. Esa es, pues,^
expresión naliua! ilel movimiento. Harto to probamos por diferentes
cstninos en Los Gérmenes y en Xfl Embriogenia. Meneó Adán lo
mcne^tblc de la boca, la !engU3,-."y ¿onó r para expresar el menearse
ó moverse:. Bso es lo que í\iic<i[ Uecir que abrió la boca y habló. No
hulM) más liquis tiiiqwts-tin -hablas inventadas ni mis aprendiíajes.
Quien no ven lo,_n¿ftvraí'-de ta! expresión, no siga adelante, porque
no hallo maij^f^íí^íibrirle las en tendederas.
V^uél.'^e un* pájaro, y decirnos fbrrr! 6 ¡trrrí Los labios al ■
^t^g&f¿V «Onaron b, ó la lengua al dar en los alveolos ó en
•, 9ÍÍSJ'*Í3 sonaron /; pero tras e=ie destapar de la olla, lo que
/;"*déntrti como expresión del rebuüír'e ó volar fué la r» el sonil
lingual, atinqut.' no Mielan llamarlo asl, quizá porque es el ÚB
que articula sola la lengua.
i
■ ■ fM^
tt
De este sonido vaniOi á tratar en este lomo, y cifrando el
cOHiiin de todas las palabras que hemos de recorrer, digamos que es"
el de movimiento.
Titne tsJe soníJn dos matices, uno suave entre vocales,
fuerte entre vocales ó ante consonante, y solemos escribir siemprej
meros cuando entre vocales suena fuerte, que entonces ponemos I
La r suave sirvió para indicar ei movimiento suave; la rr (uc
para ei movimiento fuerte.
k prkipio de palabra ó sflaba, sendüa y naturalmente, no puede
war la r, pues atando la lengua en un hueco, ha de resonar éste
aSe&de que ]» íu^m y fuga del ciml^r»rse U lengua ¡legue á oírse
icndo d aire ambicnlc. Si la boca so halla abierta enieramente,
íJ ar; « eo su abertura normal, en si estrechada, ir; si ah^iecada
M bandii« ttr. Movimiento amplío, normal, sulit, redondo
a: bü c« el valor teórico de csus voces, y esto con sus dos
de fuerte d suave. Para que sirenen con r suave han de
una vocal, por ej. ar sonará ara, are, ar¿, aro, ara. Con una
onantc suena nece^-irlaniente más ó menos fuerte. Inlensivos
I d mismo valor, bien que reforzado, son arra, arre, arri, arro,
La casa dícese ttche-a. Si r indica movimiento, etcHe-r-a signifi-
i U casa. V eso cabalmente significa en cuskera. Puede verse
chrocl valor de movimiento en f? fíufá'íjs-o ya vate á Burgos,
[oe ti a tasce tender á lo tejos la vista; pero Bilbo-ra á Bilbao,
BUbao, expresa mis claramente con ta r el movimiento. El
egüt-a, aJ o para cJ hacer ^íte-r-a. La a final es el articulo
[€Íchf-a\A casa, c indica dirección en ¿fur^o^-ú d Uurgo!^: por-
0 hace mirar Á lo lejos. En ekhe-ra h -a ¿es articulo 6 parte
pues siempre es la misma a de lejanía,
líos ni de adverbios.
^ La Embriogenia vimos la r formando los demostrativos di-
;ue expre^n relaciones espaciales y van
10 del brazo y de los ojos. Tu suena i,
'}:•■ ij, como agente a-k; pero conin al indi-
o hay qtte extender ojos y bmzo, puede decirse también
■. cuw r cierto no es eufónica, pues úk nada tiene de malso-J
ni cactijonico« y se dice tan bien coino ark. En aquel dlcese
.Aat^uel a-r-taro, donde -ra movimiento á, como -n quie-
•s con -r- arlan y arfara por los simples atan, atara,
u J.V "-' — " *■' -vimietno hacia cUo, artara-tu.
iB|o cli > Á lo lejos, allá es -rj; de ffcAe casa,
á casa, £0-ra arriba, be-ra abajo, mendi-ra al monte, bert-
mismo. como bert-oroAci mismo, en torno, como btrt-an
ahf, por d diverso \'aIor de a, o, y de n (quieluJ), r
i}. El, aquel es a; allá, á ¿I se dirá a-ra. Empléase mucho
ORiOfN V VIDA DRI. LHNOUArE
airt herido al vibrar así la leng:ua es el sonido r Esa es, pues, !•
exprrsión natural del movimiento. Harto lo probamos por diferente»
caminos en Los Gérmenes y cti JLa Embriogenia. Meneó Adán lo
nicncnble de la boca, la lengua, y cono r para expresar e\ menearse
ó moverse. Eso es lo que dijcíl decir que abrió la boca y hablo. No
hubo más tlquis miqms ác hablas inventadas ni más aprendizajes.
Quien no vea lo nLiUiral de íal expresión, no siga adelante, porque
no haílo manara ti** abrirle las entendederas.
Vuélase un pájaro, y decimos ¡brrr! ó ¡Irrri Los labios al di^
pegafse sonaron b, ó la lengua al dar en los alveolos ó en
„fítetit<^s son.iron t; pero Iras ese destapar de la olla, lo que soa
■^dentni como expresión del rebullirí^c ó volar íué la r, oí sonid
lingual, aunque no Mielan llamarlo asi, quizá porque es el únÜ
que articula bola la lengua.
ÍM
^-y
..f .K
V^
n
De este sonido vnmos á tratar en esle lomo, y cifrando el
común de todab las palabras que ttenios de recorrer, digamos que^
el de movimiento.
Tiene esíe sonido dos malices, uno suave entre vocales, otí
futrie entre vocales ó ante consonantíf y solemos escribir siempre]
menos cuando entre vocafer; suena fuerte, que entonces ponemos j
La r suave sirvió para indicar el movimiento suave; la rr fue
paz a e¡ movimiento fuerte.
1. ara. cusk.
^P A pncipia de palabra é sHaha, sencilla y naturalmente, no ptiedc
jcmr !■ r, piws estando la lengua en un hueco, ha de resonar éste
ide que la fiicr/a y fuga del cimbrarse la lengua llegue á oírse
el aire ambicnie. Si la buca s^* halla abierta enteramente,
irA ar: si en su abertura normal, er; si estrechada, ir; $i ahuecada
a honda, ar. Movimiento amplio, normal^ sutil, redondo
lio: tal es el vaJor teórico de esí,is voces y esto con sus dos
de fuerlc ó suave. Para tjue suenen con r suave han de
ir una vocal, por ej. m sonará ara, are, ari, aro, ara. Con unt
f-na necesariamente más ó menos fuerte. Intensivos
valor, bien que reforzado, son arra, arre, arri, arro^.
La casa dfccsc eUhc-a. Si r indica movimiento, etcke-r-a signiE*
iri J la casa. V eso Cáh.\Imcnle significa en cuskera. Puede versej
r.lí rUfo el valor de movimiento en /P Burgos-a ya vale á Burgos,'
e la a hace tenderá lo lejos ta vista; pero BUbo-ra i Biltuo,
« ¿¿.^^o Bilbao, empresa tiiis chramenle con la r el movimiento.
■ " í-.vüe-fl, ai u para el hacer egitt-r-a. La a final es el arliculi
..la casa, é indica dirección en fi£i/-^£»s-a á Burgos: por-
« hace mirar ¿ lo lejos. En titHe-ra la -o ¿es artículo ó parte
, pues siempre es la misma a de lejanía,
>i^os ni de atlverbios.
En Im Embrh^nia vimos la r formando los demosiraCivos dí-
lío* ipie expresan relaciones esjtíCíales y van
.u. .-.xinirnto del brazo y de los ojos. Tu suena í,
%\t i-k; aquel ó ct a, como agente a-k; pero como al indi*
ino luy que extender ojos y brazo, puede decirse tattibién
mya r cierto no rs eufónica, pues ak iiad.i tiene de malso-
ni cacofónico, y se dice tan bien como ark. En aquel dicese
I, i aqud a-r-iura, donde -ra movimiento a, como -n quie-
f m acabos con -r- artan y artara por los simples atan, alara.
vimicnio hacia ello, artara-tu,
íi lo lejos, allá es -ra.- de efc/íc casa,
fa X casa, go-ra arriba, be-ra abajo, mendi-ra al monte^ btri-
I misznOf como bert-ora aci mí-inio, en torno, como btrt-an
i-cn ahi, por el diverso >'alor de a, o, y de /i (miietiid), r
ikstk>). El. aquel es a; allá, í él se álri a-ra. Emplean mucW<(i
I r>f.nfr\.t'
para hacer que otro espacie la vista y mire á lo leí-- -r- valiendo^
'mira! velo! he! Ara rfo/or he ahí que viene, ara c w uiía-gt
na bera? ara zu-baiño geiago dala? mina! á que no sabe nt
tPftdre nuestro? mira! á que es más que lú? Ara han da allá es iil^
• •flra noa &M voy. Hasla allá, y por genera I iza don liast», UiceRe ar^
^iAo á ara-iño, 6 ara-ño, del -ño limitativo, como de bai si, baiA
pero, y de gí, i hacer. La parte más íejana ar-<i\nti, de ain-ti
itlf lejos, ó ar~en-dL
Adjetivo de ííra allá es ara-ko el de alH, diminutivo ara-ch^
Ocnilivo ar-en de aqueJ, de Icios, aren-bat dabUz andan sin mucU
Ldifereticia, tan lejos, tan allá. De, desde allí ar-ik, larga egioh
■ arre/j, arik alde egiten, que por Dios le dejase partirse de allí. Da
vo á él es ar-i, hacía allá ar-antza, ar-antze, ar-aniz.
Atlá dfccse a-ra y a-ra-i con la -t local ó interjeccionAl, de d<
^de ara-tu es el tender la vista á !o lejos, mirar, y llegar allá, el esp
sotar, extender, alejar la vista, los bracos, [os píes, iodo el cuerp
Oilaear en una palabra. Pero esta voz es de tentó momento que i
bemos detenemos más de espacio en desmenuzar todos sus valor
Si un vascongado pregunta á otro, á quien topó en el monte
caminoj no-ra zoaz á donde vas? respóndele a-ra allá, ó ,
arriba, ó be-ra abajo, óBtíbo-ra i Bilbao, ti mtndi-ra al monte, j
decir una cosa ú otra esplaya y extiende los ojos y el brazo á
ejos. Este gesto mismo es el que hizo con la boca articulando ta|
de movimiento y la a de esflensión 6 lejanía: n-o-ra á donde? de
interrogativa, o un lugar cualquiera, ra á; a*ra á la a, á lo elloj
lejos, como one-ra acá, orre-ra ahí, mendi-ra al monte. De me
que £í ello dio ofíi allá, y por ser demostrativo de tercer grado,
generaliía y ara dator sirve para decirle al otro que espacie la vísfí
que mire, mira! aque] viene. Ese ara ó ara-t allá díó ara y ara-t
que vale exlen'ier, espaciar, puesto que no es mis que hacer espac^
con ojos, brazos y boca. Pero lo raaravítioso es que semcjanlc ;
yerbío ó interjecciún, ó lo que fuere, haya dado un sinnúmero
palabras que hoy mismo usamos todos para expresar por metáfo
conceptos bien diversos y ro poco abstractos, Maravillosos, en
dad, i la par que sencillos son los caminos de que se ha vahí
/j jnieligencia, li mejor digamos la tanlasía, para llegar á cxpr
I arú cusk.
enDCcpl04 máft elevados, sutiles y metafísicos, valiéndose del
nie «¿reo de la metiifüru. que trjtbít tos extremos más exlremadoa.
Comencemos por la acepción física más clara de ara. Pusiéronse las
; á disponer un lerreno para ^mbrar ó plantar, y vieron que
I netieaBer allanarlo y esponjarlo para que no se encharcasen las
pam que se orease bien la tierra, para que desmenuzados los
y ahuecada la cap^i de ta sobrehaz prendiese la semilla,
^r..,-;*^.. itese fruto, Ese allanar y esponjar la tierra, sea con
o inveutaron, sea con la ras Ira, ó cualquier olra
amienti, dijíTonlo ara, aratu. El arar tiene otro nombre propio
t tüikt' ^'f también se dice arata. Pero lo que propíamen-
[dicct,: í allanar, hacer espacio, y asila rastra, que es la
' verdtáiefanienle sirve para este menester, pites espacia y ex-
tU licrm. como extendemos !a vista y la mano y la boca al ar-
'ara. dícc*« de hecho aro, y el rastrillo de mano eskuara, de
gtítiii mam^. Mnmenio de trabajo agrícola, y el que ejcculan por lur-
I Im VFonns es or-aídl, yugada de (ierra ar-alde, porción ó lado
'ilUndo ar-M, ar-tan. También Va rastra ar-ia, ar-ea,
fcl . n'círilUr «rtti-íu, la nwnccra del arado are-arku, de
^«r-te lo liel coger 6 att, eí surco are-ka, es decir el andar arando,
r» zanja, acequia, la rastra de maizales art-ara, art-are,
O'íVTTo caoBrmar el salor genérico de espaciar en la voz ara
cabios que locan al espaciar físico. El pato y ganso se di*
te, 6 acción de a extender, por andar tendiendo la pata y
«nJiendo la tierra á palmos; de aquí que también se llamaran
ar-aftt con el or-a de extender. El espacio entre dos puntos,
oral Ó moralmente veremos luego que se dice arte;
M u Jiccse también ar-nrte, el mediador arorte-ktin, pc>r
dr ararte-koz.
no que pasándose de listo nos salga con que esc
'€r¿. a ser el arar laiinoosteHano. Yo respondo sen
jmr latino-c.istHIano, no pudiera ser, sino que
m. aratai y sino, venga ta explicación latina de la raíz ara de
j dá el euslcera dictendo que es el movintíento i del a
..-ear, ertender. Cero vengamos á sus vaíores metafór»-
Cfor no pudieron saJír, / si de/ extender y allacar.
I^lb
Ab
ORIOCN V VrDA DEt LP-HOUAJE
Que del «pacía se pase al tiempo lo vemos por los adverbios
temporalea, que suelen ser espaciales en su origen: el tiempo es c*
«spucio en la corlmgencla y mudanza de las cosas, Najorrak eta
ara bere geíago Franziako-enskaíáanak esaten dabe, los Nava-
rros y aun todavía más los vascus de ^■^a^>cia suelen decir. Ese aan
dice mdsen el liempo, más allá temporalj mis espacio de tiempo^
se expresa por ara.
De ú¿s/í cerca dicíse ar-aisti ó ar-aisti-an poco ha, en (iernf
pasado cercano, es decir allá cerca; de aintzin lejos, ar-aintziaa
allá antiguamenle, hace mucho^ ar-ainUin-agalik desde hace mu-
cho tiempo, ar-aintzin-ean hace mucho liempo, antiguamente; de
aitzina delante, ar-aitzina en adelante 6 poco ha.
Anteayer es ar-aiñ-egun, de aiñ, ó ar-en-egun de ar-tnü^
decir el día aquel, el tercero ó de tercer gradOj arenegun-atch
trasanteayer. Ar-ik vale desde allí y temporalmente desde entone
ara-ko el de allá, y temporalmente el de marras.
Pasemos á ideas má^ metarísícas. Nuestras facultades psfquíi
y fisiológicas son tendencias, el instinto animal y el celo délas ml^
mas bestias responden á la inteligencia que pone su mira y sigue
pista Iras el objetOj como la vista que se extiende hacía el objci
para cogerlo, y á la voluntad, al querer, al gusto, al apetito anímic<^
que se lanuí Iras él.
Ara es toda tendencia psico-Hsi o lógica, el instinto y la inteligen-
cia, el celo animal y el gusto ó la voluntad. Y ¿qué es tendencia, sino
tendere, tender á, extenderse, espaciarse moralmente? Celo del arki
ú oveja es ark-ara, ó arki-ara, del perro ú or-a o-ara, de la v^
zaz-ara, es decir mclínación al züZ, á la monta.
Ara egin, ó hacer ara, vale complacer^ dar gusto, obedecer, ha-
cer ta voluntad ó querer de: mutil-orrek tfere-nagusiaren-ara egiUa
du, ese inucliaclio hace la voluntad de su amo. Tendencia, manera,
es lo que eso significa, asf so-ara itsusia da orrek, ese tiene mala
mirada, mala manera ó tendenria del so.' ó atención. Según, confof'
mea, regla, dicense ara-bera de bera inclinación, hacia ab.^]o, eq
arabera á mi parecer, es decir á mi modo ó manera ó tendencia
mi gusto ó querer á pensar, según yo, arabera-ta 6 arabera-ka
ordenar, disponer según regla, conforme á. El simple Hira vaíe|
fí/isato, $^ún acabamos li^ ver, y no menos arú'iZt ara-be-z ,
, araa-ez, araa-a-z, es decir i gusio de, conforme á, z- modal.
norma, el conforme á dfcese ara-u, lo que tiene ara: sor
^confbnne nacen, ó sor-arabera, sor-arau-ka: arau-bage sin
ni concierto, araaz-ko adj. conforme, ontarzímaren-arau
ic al caudal, arau-ka á proporción.
Modo ds expresarse ó lengua, porcj. hablar en siríaco, siri'
, es decir á lo sirio, conforme, como los sirios, iudu-araz i
> )m1ío, en hebreo, tuik-araz i to vascongado, erd-araz á Ío ex-
Olo, Utcralnieule hablar baboseando y á meJla$, pues el euskera
b ti lengua ó modo f>ropio de expresarse, y lodo otro lenguaje es
expresarse á medias, erdt medio: y asi es á la verdad^ como se des-
Je de esle mi übro, pues los idionsas han corrompido la exprc-
catural valiéndose de expresiones despedazadas, partidas por
I eje.
I cuidado, la diligencia, el estudio es un darse ó aplicarse i, un
' 6 ar-íi, Y asi dícen^e ar-ta, donde hay ar-a ó tendencia, di-
iún, etc., arta-dan cuidadoso^ arta-gabe descuidado, <ir-
■ cuidado de. Es eí ar! mira! alcnción! á ello! Ar-ditra es
ibón, cí estudio, el intento, el cuidado, la frecuencia, arda-
procurador, encangado, aráura-n frecuenlemenie, ardaro-H
gg^anhtsu diligente, ardura-tu frecuentar, usar de ordinario,
ko frecuente, interesante.
B eoenitgo no es el que no es amigo 6 cuida de otro, sino el
resida y atiende y mira en daño suyo: eri vale mal, daño, y el
sigo e& ar-tri-v, -o eJ <\\ic tiene cuidado dañoso; Mujica art-
akazaginka Mú^ca, adentelladas con los tnemigos, arerio^tasun
7. Arüiirn, tiene el mismo valor de cuidado que el eu^karo
V. dd cual se deriv6. Fué usado anl ¡guarnen le. Bckc. S. Oom,
os acorro, ca somos en ardura. Alex. 202: Después
^ ;^^.;iv c mas sin ardura. Hita 605: Tyra de mi coracón tal
-4 c tü ardura.
OaBM todavía en Atava por desazón, angustia, apuro.
.%.rdur^ado. apurado, afligido, en ardura. Bcrc. Sat. 272:
I csti cosí eran muraTduradaü (las tres Marías).
3. Mención particular merece e! impulsivo de azi semilla,
as-i comenzar i ser: con ar, ar-ozi y arazo, que valen hacer
airo haga, obligar, arazidagu le hemos obligado, ííraí-tóíí el com-
peler, araz'tu idtm, araz-keri ocupación frivola, engorro que
oblign, arazo y arazoíu ocuparse en. Erapléansc á su vez para
formar factitivos: arr-arazi hacer tomar, sat-arazi hacer vender,
sarr-arazi hacer entrar, gm-arazi hacer quitar, egotch-arazi hacer
echar, lo-arazi y hkar-grazi hacer dormir, negar-egin-arazi hacer
llorar, idisri-arún? hacer parecer.
Ui -í final veremos que fija localmenle, arC't díccse igiialme
por ara, arat ioan da ha ido allá, y ekhe-rat por etche-ra. De !
formas en -í veremos qi:e proceden las en tu de infinliivo. Así^
verbo corre?pondienleá ara y arat es ara 6 ara-tu, que tiene tod
1»s acepciones hasta aquí vistas, propiamente e$ esc exiender ojfl
brazos y boca hacia lo lejano, porconsigiricnle alla-ear, de ar
' arat allá, y moverse hacia, llegar, tender la vista, e.viminar, exc
dhñar, tender, buscar ó querer, mirar, de araf mira allá!, físicamt
ailanaj , arar; es decir hacer extensión física ó moralmente. fcsus-af
tzean al aüáear ó llegar alU Jesús, arattt ondo-ondo zeare-btotzek
bazíer-gutiak; escudriñad ó mirad todos los rincones de vuesiro
coray-ón. Aplícase, pues, á las manos, á los pies, á los ojos ó vista, i
la inteligencia, á la volunfad, Claro está qiie esto no es abstraer, sí
hemos de dar crédito á fos que han dicho que el euskcra no admite
términos abstractos, hijos de culturas muy elevadas. Caer boca
arriba, estar tendido, es extenderse, y dícese arat, arat-m, de in
hacer, arat-en-ik, indefinido del genitivo arat-en; arat-agiri a
nadar tendido, boca arriba, aratin iatisi, aratinik iausi caerse
espaldas cuan largo es. Arat-edo-unot aci 6 allá, revolverse,
itna-k idas y venidas, -/rde plural.
Con -ka andar al, obrando, ara-ka, oraka-ta, equivalen á \
aro-tu, andar extendiendo la vista, buscando, etc.
4. Arn-te, cariz, gesto, de buen ó mal arate. Es puro
kera, la superficie 6 haz de fas cosas, lo que se extiende y se vc_^
escudriña, pues arat, ara-tin estar tendido, boca arriba.
Estar de moi arate, disgustado, enfadado, de mal cariz ó talan
5. raras
^M 5. Ahora vengamos i los derivados indo-europeos de ar, ara.
^1 L& preposición ar se us6 mucho en antiguo lalfn, según Pris-
^bno. arvtfiae, arventores, arvocati, arfines. ürvoiare. arfari;
^lUrhis Vícíorinus irac arventum; Vcleius Longiis arvorsus, arvor-
jjarto; otros arvertiet, arferia: Catón arveho; en inscripciones
^trurjt, ar/aisse, arvorsum, arvarsarío, arduuitur; en Lucilio
rnif <*),30) por ad me. Créese que la r proviene .iqiii de d, y que
rno c* rnis que una varianfc de ad. Nada decidiré, pero el euskíiro
I vite otro tanlo, atlá^ dirección á. Convinlenda en la signiGcación
' or, no es un milagro el que poco a poco una de estas preposi-
dcsterrjisc á la otra. En eu^fcera duran ambas voces ara y at:
w sin tiene ar derivados, y to mismo en lituano. Todo ello favorece
is de que ar no es fónica variante de ad. En lelo ar m
Ldcaciis:ilivodeI mismo valor.
SÉnnskrít una& cuantas voces que no se han analizado bien.
alo lejos y cerca de, casi, «propiamente yendo á, dirígién-
:á», dice Bumouf que vale ürñi. Eso precisamente es lo que
el arO't eu-skíríco, con la -t local de ona-t acá. Sin esa -t,
ibleen skt, en lelo ürt\ vale sacar fuera, aras afueras, fuera
s, IH, ór-as lo de futra, el campo libre y abierto, or-e locativo.
V «r v¿ por el ski., donde para llauíar de lejos se
, ara, locativos de un ara que no hay en esta
iytstXaral be! mira! del euskera. Pero hay otro derivado»
'ch cercano, vecino, ar-vilk cerca, junio á, antes, detrás;
'OMción la hallamos en ilalia. En laíln dr-ea
ío, orea, :Io llano, es adj. -ca de ar-a llan^ira.
Od extender y afofar ara hubo de decirse ápa-tx delf^ado por
Bnido, ligero, ralo, r^trtts raro /» ralo. Iiucco, ran-tas, rari-tudo,
cert enrarecer, encarecer, rare-facere. Dtcese relia rara redes
r y rara ocies escuadrón tieno de claros; después se pa^ i la
-1 raro, escaso: *omnia praeclara rarav, lo bueno es
^imas son Us corre^pondicnles á las vistas con valor de
i4^oo en skt. y en lituano. Para llamar se empleó ara! mira! y tat
ép, pd asevTfativc. dpa interrogativo, qtie en lit. es ar, a(k¿
. nuomdi, mildíci<^n consiguiente y debida á un hecho, ioi-
opücar, imprecar, maldecir. De -¡¿^-á™ salió -[újí pucs.de
- éfa alió ttJTúc. En skt. ar-yalí -~ Qpá-o;jiai, ilabar, y d mluxio
^b^d^
10 Origen v vida del lenguaje
arare para llamar de lejos ¡ea pues! ó mira! Son el ara mira!, hé
aquí del euskera. En lit. ir, skf. et-ar-hi ahora, k-ar-hi cuando; en
latín la a ante r se hace o á menudo, y or responde Á r ó ar del
skt., y así cür^qadr por qué? de ^w- y or=¿qué, pues? qué razón?
igit-ar (?).
RdTUS está, pues, relacionado con ár-ea espacio abierto, que es
el lit. oras el afuera y campo libre, leto aras ídem, Sra sacar á fuera,
y skt. arat allá lejos. Del extenderse y correr díjose en skt. ar-vant,
ar-van el caballo, participio de ara; zend. aorvat, gr. ctpíwv el caba-
llo primitivo, ags. eara veloz, saj. aru, arva presto: arvák ya vimos
indicar cerca de, arvátch próximo, vecino.
6. Karo, de rarus, it. raro, prov. rar, fr. rare, cat. rar. La
poco denso, que deja poros grandes. Corr. Argén. I. 1, f. 35: Tienen
semejantes hombres flojas las membranas del celebro, y por delga-
das, aptas para recibir las imágenes que llamamos fantasías: éstas en
su rara substancia, y por ser delgadas, fáciles adonde quiera que las
llevan. Colom. Obr. poet. letr. 2: Que ligera de las nubes / pene-
tra el raro vapor, / sino alado rayo ardiente, / animada exhalación.
Pocos en número. Alcaz. Cron. Dec. 3, año 10, c. 1, § 4: Lo
sabía ejecutar con tanto secreto y disimulo, que fueron raros los que
tuvieron noticia de su gran perfección.
Extraordinario, poco frecuente. Qaíj\ 1,17: Cómo llama á esta
buena y rara aventura. Id. 1,30: Si es, dijo Cárdenlo, y tan rara y
nunca vista, que. Id. 2,6Q: Del más raro y más nuevo suceso que.
Insigne y excelente. Quij. 1,11: Con las raras y peregrinas inven-
ciones (adornos). Id. 1,51: Rara discreción. Id. 2,25: Hay raras
habilidades perdidas en el mundo.
Hoyademás por extravegante en el vestir, en el humor: es un
hombre muy raro.
¡Cosa más rara! extrañeza, ó cosa rara.
De raro en raro, con intervalos.
Raras veces, pocas, con grandes intervalos. QaiJ. 1,3: Que eran
pocas y raras veces.
Raro adverb. Guev. Ep, 32; Rezo poco, predico raro, hablo
mucho.
l/ji ente raro, del extravagante y estrafalario.
Rap-«&CM, la cualidad de ser rar-o, modo de sersinguhi cfi
|piÍo. A. Alv. Siiv. Ftr. 6 Donu 3 cuar. ¡9c. y.- Por h;iber de-
ta rareza. O. Vhja. Maga.: Competís hoy con Ea oninipoien-
Dio^ m las rareyas y maravillas.
It>if*-i«la«l, de rarilas. Quij. 1,37: La raridad y poco pelo del
Casam. eng.: Sin dejar ver el rostro más de aquello que
OKrdíi la raridad del manto.
En-rai-^-vcvr, hacer rar-o, activo y reflexivo. Rom. Repttbt
'. 5,!2: Porque muchas catupanas tañidas, enrarecen el aire, y
deshacen y resisten á las tempestades.
ítalo, variante Je raro, por di.simitacidn queriendo evitar \¿a
dos r. Lo poco denso. Quij. 2,23; Los dientes.., mostraban ser ralos
no bien puestos. Hckk. 4^* 1 .7: En el terrufio ñaco (écliese la
i) algo rab.
Poco común. Pedro Urd. J. 2: Lo que nuestro alcalde ordena
Ch (.osa rala entre nos.
ÍU Jadió y eí nabo, ralo. c. 83.
1\ím\^v4ís\* Ciudad de lo ral-o. Citest. V,p. 04; U raleza de las
nsr^ madre de la admiración.
Ital-^-nrs hacer i3 hacerse ral-o en densidad, y de los racínios,
no granan enteramente (Nebrija.) Alex. 991 : Ibalos rale
e<tr«nna mxnnera.
K(«Í4.<'-<%, posv. de rale-ar. Del ser ralo ó ralear vino á sigiiifi-
la calidad especial de las cosas por la qtfe algo se distingue de
-'— "/a. Qtiij. 1.4; Mala usanza de los de vuestra ralea. Id,
1^1 y de bjja raka. Id. 1,26; Qtic es de muy 'siala ra-
id 1,52: Fue de castiza ralea. Id. 2,38: Con oíros imposibles
nka (cliáf). T. Naharr. I, Í38: Que por hombre de ralt-a /
ocojoren entre dentó. Pedro Urd. 3: Caiga en li y en tu ralea.
hxm. \ 16: Pues no me vien de ratea. Casa. ceL 2: De esa ralea
En cetrería el ave á que es muy inclinado el halcón ó azor, la
nki dd balcón son las palomas, del a^or las perdices, del gavilán
ks pijarot pequeños; pero la industria del azor inclina c^ias aves de
iiiai pencguir otras aves, y así las hace rateáis. Zúñioa. Cetr. I:
«Üfibcc mis para solo perdices el prima mediano: más si lo
puerta para nlea, bien es que $Gtgrandc, pues ha de matar pr\&\Q^
nes grandes á vueltas de otras. Avala. Cúza. 8: Cuando lu falcón_
tomare ralea, así como corneja, sisón, paloma. Id. 2Q: Que alguc
fa1con«s loman algunas rateas, así como garzotas el niarline
ó garzas, que son raleas que van á ta tirar el á otras raleas que loi
falcones fallan en su cabo. Ovitoo. W. Mrf. 50,10: En un desierto
tan eslíril de (anta? diversidades de raleas e aves.
£5 de mala rafea. (Lo que es malo por natural.) c. 528. Cac
ps, 57; Mostrabar» ser de mala ralea y gente de nvalas roanas.
I^n-riil-iclf». enrarecido, poco. 4/ea. 122Í: Ct eran enr
dos, no lo podieti durar.
7. Como una variante hcténica de ta raíz ar, el ara euíkéric
considera Curtins er- en ¿p-o; el amor, declarándolo come* lendc
cia, inclinación á. De hecho este valor hemos visto en el ara eusll
rico, ceíOf anhelo, querencia; aunque yo prefiero traer de era, ^^
esludiaremos después, los vocablos siguientes. Es ep-r*; e! amor,
pasión, e! anhelo, 'Epiu; eldiosAmor.su personificación, esp
de pariicipio de perfectOj que pudo comparar M. Müller con arvñ
arashís, üntshas, de idéntica Torma, el dios sol y sus caballos; au
que, como observa Cutlius, e] vocablo griego no puede venir de
acepción mitológica del sátiskrito, que propiamenlcts una concr
ción del valor de tender i, de la raiz ara á era, así como otra es la de
amar: ¿pa-iia: y ¿p^i-tu querer, amar, i^a-vk, i^axzivk amable, agra-
dable. De aro, y no de era, vienen dfi-¿3Xíii agradar, ser amat
es decir, hacerse al gusto de otro, como ara en euskera^ á
adulador, (rracioso que se adapte á otro.
Del allanar la tierra disponiéndola para tas labores agrícolas, q^
es lo qne vale ara en eúskera, salió la raíz indo-europea ar dar
que después tomó el significado más concreto de arar ó labrar cC
reja y bueyes. Arar viene de arare, de donde ara-tio, ara-tor, ara^
trumcX insirumenlo para arar, que dio el aradro de Aragón, y
aladro de Aragón y Burgos, de donde aladrar; arado, si no viene 1
anidro, es el participio pasivo; arv-um campo labrado, arada,
anUitdj. aru-us,-itrttr7J, «Non aruos hic, sed pascuos ager
(PiAUT. Truc. 1 4Q), *aí;ri arvi ct arbusli et i>ascui» (Oc Rtp. 5, ;
3), del sufijo 'U'US, como stren-utis, patr-u-us. En gr. «fw-«*, «po-t
iMhrador, ápO'-:pw arado, i^xw y áfoufja campo, que es d \túi
7. arúre.
13
^ wxn campo lahrsdo, arV'Olis adj., j»Vj->]p!;*; y T.'t\ü~(xpvj^jz, en
í9 y rico. En godo ar-yati arar, anl. al. trran, y
. ur, ar-rfAr aralrum; lil. ¿ír-íí\ eil. íirfl-/í arar; lii.
. el aroma ó ¿p-nt-ita, es decir campo labrado, de
■ )«rbBS y ycrbBS aromálicas; esl. oraío^ rala arado, con -Ío de
^mif, iil. or arAliOf air-im arar, ara-thar arado; corn. ez-i», freír
tro. En norso ydrv/esel «pvjpa, ant. al. ero por eraweSt corn.
Solo ea euskrra vívt esta raíz ara c«nio fonna vjva^ campo
D, llano, llanur», espacio, allanar y espaciar.
Lo flotable para la pteontología lingüistica indo-europea es que
va nii, si bien se batb en las arío-irania«, como veremos, no tiene
mapnpladón particular al labrar 6 arar. La consecuencia cUra y
que la labranza, e^ decir la agricultura en todo su de-
rito>,e] gran cullivo de cereales y el uso de la reja y dd buey, no
K CDOoda aún, cuando los ario-iranios formaban un solo pueblo
con \c-i etiropeos. El adelanto de la agricultura, la vida agrícola fué
a Europa poslcrior á la desmembración de los ario-iranios,
tsiM convcuencia lingüistica se refuerza con la historia y U arqueo-
I, dimlonos como averiguado que et estado de la civilización de
I rúa antes de separarse no había llegado á este punto de la
l^nculiura. De griegos f romanos sabemos muy bien que desde
fK no« KM conocidos labran la tierra, son labradores. Las más
afepias notícias qnc nos han llef^do de celtas y germanos nos
rtBlíguin olro doto de aquellos pueblos.
Stgan Eflmbon (4, p. 201) Plieas en su viaje por los mares del
en tiempo de Alejandro Magno halló el cultivo del olv^Zt fué-
ú otro cereal, entre los Brilanos celtas [véise más larga-
MCixcNHOFr I, 393). Todavía más al norte se comía el
6 ini>o, y de los hahítanles de las costar lo afírma Cesar
y. 4, 31, 2; 32. I). aunque de los del interior di^a (fi, 14):
"iarcs plcriqtie írvmenta non serunt*; lo cual prueba que el
► era de] (odo y de lodos desconocido. De los germanos en
» de Clisar y Tácito diremos luego. La mejor prueba del ade-
' 'tura entre e! los son los vocabli>$ que les tomaron,
., ,. . Us cosas que dignificaban, sus vecinos los fineses;
dd godo ahana, kakra avena del antiguo sueco ho^e,
'Itotíirijo del norso taukr^ en alemán Laacfi, rais el sécale cércale
del norso rugr, liina lino del norso Un, bamppu cáñamo del noi
hampr, maltas, el Maíz alemán, del norso maltjdph pan del godo"
filai/s, aira arado del norso ardhr, pello campo del ant. al. fold, al.
Feld, taina planta del godo tains, etc. Los del Báítico, ascendientts
de los Lituanos modernos: -Frumenta cderosque fructus patieiitius
quam pro sólita Oernianonim íneríia 3aboranl* (Tac. 45); y aim <Je
los eslavos lo sabemos desde el siglüVl(Müi.i knhoff,2,35). Los Ira-
dos Peonías debían de ser labradores, pues vivían en cabanas ó
lafilosy bebían cerveza y vestían lino (Heroo. 5,12).
Por otra parle, que se cuUivaba algo el campo, si no con arad
i lo menos con otros instnimentos más sencillos, en la edad de
piedra ptiÜmenUdí, aunque sobre todo se dieran á la cría de ai
males, es hecho comprobado délos europeos meridionales que ;
bricahan los palafitos (Heer, Die Ptanzen dar P/ahlbauíen; KellI!
Ben'chle Vil); y aun creen lo mismo de los más scptentrionaJj
Monte] i US {Die Kullnr Schwedens in vorschristlicher Zeit p. 2Í
y Mñller (Nordische AHertumskunde, \, 206). Lo cual no puc
decirse de la época anterior paleolítica y de la de ]os Kjotíkenmc
dingcr de Dinamarca.
Pero la agricultura en su cabal desenvolvimiento solo se halla «I
Europa después de haberse ido los ario-iranios. La lerminr/
l-agricola es coiuún á las lenguas de Europa; pero no á los ar i ■
nios- Lo hemos visto cuanto al arar y al arado: arare, ñpm, iñ.ai'
rím, es!, orati, lit. árti, y aratrum, á^ux^uv, irl. arathar,
ardhr, arni. araur, esl. óralo, lit. árklas, norso ari Veiu:
de los demás vocablos principales^ pues este punto es de tsnto i
mentó.
Campo; ager^ dx^;, godo akrs, al Acker, y el barbecho v£!<;;,
ruso niva campo.
Cama del arado: viimis, ¿pw;, ant. al. wagan&o, ant. pr
\ vagni&.
Rastriílo: Oi'ta, occare, ¿;ivTr], ani. al. egyan, egida, lit. akéti,
ant. corn. ocet, al. Egge.
Sembrar: sero, cimr. hea, irl. sil, godo satán, csl. seya, liL sé
al. sacn...
Semilla: sBnten, ant. al. samo, esL sainf/r^prus. semen, ht. semtú
«1. Same,
7. arare.
\b
Grano: gr^nnm^ god. kaurrt, prus- syrne, esl. zrano, al. Korn.
Segar har: meÍo, ñ\iám, ant. al. m¿iyan, d,av¡T^;=ant. al,
ídef coat^ ü. ul. meiíheí, metfieí «á party of reapers», clmr.
' jdetn.
Hoc sarpere, «¡rcnj, írl. scrr, esl, jz-u/jií, let. slrpe.
Moten maUrt, {vAT^, irl. meUm, godo matartt csl. mtlyan, líL
j/.'í, jlhan. miíA el AfeA/ alemán, y Mahlen.
iillo lie mano: ¡soóo gairnas, irl. 6ró, lit. ^¿r/ia, esl. zruna-
m.^fm.erkan.
'•'»■' —iirrum, \t\. criathar, atii. al. ntara.
., oXíiii^, ant. stiecct M (de donde en finés luuva).
Ablentar: *í!xXwXaev9v (Hcsiq.), Jít. nekoya.
a: acus, «7K0:, godo ahs, ahana.
sdfta ó liño: porca, ant. 9\,fiiruh, bret, ríc, al. Ftirche.
Surco: /Iro, Hl. />'5í, csl. /ecAa, med. al. kis huella.
II .>s añadir los nombres de los frutos y plantas principa-
fvw.u..Mv_. á los europeos, y ajenos á los ario-iranios.
H. Hirt repone que los ario-iranios pudieron haber olvidado es-
ios agrícolas en sus correrías por las estepas astáticas, aun
mdj nubicran sido labradores antes de d<ísliandarse de los euro
-Pero tos ario-iranios conservan ciertos vocablos, comunes k
uropcot, de agricuUura más rudimenlaría, de la que conocieron y
fon antes de apartarse de ellos. Asi á úipo; responde en ski.
,r;..r,. -.1 ...njjn qtn» se conduce, primitiva acepción de la
\\ I anterior iHStoril tie b ra/a. Lo mismo á mo-
'■ responde en skt. mfl/" desmenuzar; á serete responde \\i\, pra-
lilrt. lanzar. I,<"w vocjiblo-^ comunes, tom.iron, pues, en Europ
ivakir mis particular nf iicotnodarse á la iigricuJtiira, corno de
mcrdíó con otros estados de vida y anics con el de h gan
[jor lo mismo, ncct*?;irío, como argüía Hiri, que un
nii particiiLir á tos europeos, después de separados sus
; de As'is, pida un leni^uaje i parle en h gram.líica; lo que
I pUe es un tecnicismo exclusivo, y ese lo hay como to hay en
portictilar de su \*ida forense y mililar, y entre el celta y el
DO, por tí periodo en que tuvieron vivienda cottum {Y. Kluor
> el Omd, Paa!, 1' 324), sin por eso hab^ nacido una lengua
Antes de despartirse los ario-iraní os, el modo de vivir comí
de la ra?^ fué el del pastoreo y ganadería; pero también había agri-
ciiíUira, aunque no ían en grande como desde el müinenlo en que
el huey y el arado la pusieron en su punió. No faltan vocablos co-
munes 4íuc tocan al cultivo. Tal vez el principal es el de los cereales
más de antiguo conocidos, yava en skt. cereal^ cebada, itnd, yava^
persa mod. djó, oseta ytu, yau m\]o, gr. Cea y lil. yowain espella &
gjrano^ en general, comestible, que vienen de ia-n ia-íe comer en
cuskera, y debió decirse del comestible más común indo-europeo.
Otra raiz que se refiere á Jos granos y viene de bUí vivir^ bi grano,
es en skt. pich, rtÍGíot pinso¡ pich-tra moler el grano, persa pie
fariña losta tritica, norso Jis paja, esl. picfieno harina.
¿Cómo concertar esta vida agrícola, bien que sin labranza, coiT
la pastoril? t^ obra de F.. Hahs. Die Haustíre and ihré Beziehang
zar Virtschaft des Menschen (1396) responde, manifestando que
el primer grado de cultivo, que podemos llamar de la cava, se halla
en todas partes sin necesidad de arado ni bueyes^ y se extiende
hasta el cosechar de cereales. Según él fué c! principal cultivo el del
mijo en Europa y Asía, y el vocablo yava, C«á pudiera ser el nom-
bre que entonces tuvo, y que ya para la época védica y homérica se
halla confundido y poco particularizado. El centeno y la avena no
son, cierto, los principales cereales de aquellos tiempos; la cebada y
d trigo fueron ganando (ierra poco i poco. Extraño es que estos_
üllímos fueran tan conocidos de semitas y egipcios, los cuales
el contrario no conocieron el mijo. 1ji"í últimas cosas llegadas su
Icn lomar los nombres de las antiguas, que se echan en olvido.
mijo en skt, dürva es el terwe trigo del medio bajo alemán;
' xtT/prji mijo es de la mi^ma raíz que xdr/puc cebada; y xpifir; cebad
koráeum, ant. al gcrsta, al. Gerste, responde al persa moder
zurd mijo.
Queda, pues, que toda la raza se dio á algún linaje de agricuT
lura, a! de la cava; poco ú. poco fueron amansando y criando Ifi
animales domésticos, y el pastoreo y ganadería llegó á ser su prinf
pal ocupación. La perfecta vivienda agrícola comenzó más tarden
cdíUiiío los europeos uncieron al arado el buey par.i labrar y culj
varun subrc lodo el higo y la cebada, en lugar de! anliüuu mijo.
fué menesier que para cníonccs se hubiesen apartado del todo Iii
tes ario-iranios de los europeos; lal vn la diversidad de
hizo que los oociiknUles se diesen á [a agricultura, míen*
entates seguCan vagamundeando tras sus ganados. SI la
la raw íi»* d íur de Rusia, la reglón misma pedia cstej
dhCTB. manera de vivir y la separación consiguiente de los nómfl
És orteniaJes tomando ta derrota del Asia. Aun en la época
hallamos los ijrifla: dp&Tf,pc^ 6 iswppí al occidente, en lasJ
. firtilcs, y tos ^J9ai vo|L(Üte; ó ^oÍVeíoi en las estepas orienta»*
b. Los occidentales ó europeos, además de la tierra acomodada i
kbbmua, ptMlleron recibir de tos semitas de Eíabíbnia, por el
Itiancnor y costas del mar Negro, el conocimíenlo del arado, de la
flcfaidí j del trigo, como tal vez hínhúin recibido el sistema sexagc-
v.mai, según algunos autores, aunque yo tengo para mí que en unos
j olraa no son más que rastros del sistema primitivo euskérico.
La condición y vivienda agrícola de los etiropeos por aquel
cbAooccs eran muy desemejantes de lo que fueron después. No liabfa
«i propiedad del suelo ni propiedad individual, dos cosas en qtte
c naia la nacionalidad greco-romana. No habla asiento Fijo de
Jñbus en región determinada. No se había dejado el pastoreo, sino
, Kguia Un pujante como antes. Según acontece en lodas parles,
tbbradores eran tenidos en menosprecio, por lo cual preferían la
Blas libre del pastor y de la rapiña sin Irabajar, cuando se
^ofrecü ocassón. Oígase lo que escribe Cesar de los germanos (Bell.
6, 22): -Ñeque quisquam agri modum certum ant fines hat
s; sed magistraiiis ac principes in annos singulos gentibus"'
BÍbusquc tiominum, qui lum una coierunt, quantum eí quo
csl, agri atuibuunt atque anno post alio transiré cogunt.»
isuevos (4,1^ '^d prívali ac srparati agri apud eos nihil est,
I loagius auno rcmanere imo in loco incokndi causa lícet.» Y
< {Oerm. 26): «Agri pro numero cuHorum ab universis in
occupantwr, quos mox ínter se seciindum dignatíonem par-
-' ■•! partiendi camporum spalia praebení: arva per
i eresl ct ager.» El c;tmpo era, pues, común y se
"Rcartii cada año entre toda la Iribú; no se conocían la propiedad
rjitrc todos lo5 de la tribu se roturaba el terreno,
- ^la la cosecha. Diodoro dice otro lamo de los cc!-
34) «ÓVK xa5* btaaviv iv^'i ^laipw^mi tí^v ywpov (enlre los
ORiorN V VIDA 01:1.
micnibros de la Faniília) •¡zmfr^'/s'Si, «ai x'jÜ; xapn'j-j; Kf^wjnotvjjt
jUTaÍLÍ'JaOiv ixíÍ3T'¡j tí [ispoc xai t^Í; ví/t^ líaitíyot; r. "ysiopyo-Q iJúvcrwv t¿
■ttpooT'ftíiK TeSstxaat. Esta común propiedad y reparto de tierras de
.tiempo en tiempo, consérvase aún hoy día en algunas partes. Eo
muchas de Rusia e! terreno es del procomún y se reparíe cada 20
años para que cada cual lo beneficie y se aproveclie de sus frutos.
De los eslavos meridionales sallemos una coía parecida (Krauss,
Sifte and Brauch 1,23): «Cada tronco de familia toma un terreno
coniiin en lomo tíe sus casas y chozas, y lo cultivan debajo de las
órdenes del cabeza det bratstvo. Usase todavía en Hercegovina,
Critiagora, Bocea» Quedan huellas de lo mismo entre los iflandes«
(Mainf., tarty hisL ojtnstit I. 4), y de los ilirios dijo Estrabon (7J:
ífcwv Í£ Tibv Aü>.|tat2vjv To íia wcTC»Err,pi?i>; /wpecc (¡vaíoaiióv ^otelofia'..
Cada vez fue alargándose más d plazo del nuevo rcparlo,
hasla que se originó la propiedad del cabeza de famiíia, sobre todo
cuando se fabricaron casas ó moradas fijas rodeadas de huertas. Esto
ya había sucedido al comenzar la historia de griegos y romanos;
aunque no faJIan rastros de la antigua nunera de ser de !as cosas. H
vkf(^u\ ó porción, la sors (Fc-sro, ed. C. O. Müller p. 297), el
patrimortium y los consortes, miran á tales reparios. Las leyes de
Licurgo, cuanto á la agricultura, fueron el líKimo reparto de la pro-
piedad comunal.
Como consecuencia de eslo, el Arva per annos mutant prutl»
que más que intenso fué extenso el cultivo en aquellas épocas, tan-_
lo más que se desconocía e! arte de eslercolar.
«Melius
vivunt et rigidi Qetae,
inimcíaía quibus iu^era liberas
fruges et Cercrem ferunt
nec cultura placet longior annua» (Horac. 3,2^
Del poco aprecio en que siempre se tuvo á la agricultura dice
Cesar (6,22): «Agricuíturae non studenl, maiorque parecorum vic-
hjs in lacte, cáseo, carne consistíl» y Tácito (Germ. 14): -Nec arare
lerram ani cxspecíare annum tam faclíe persuaseris, quam vocare
hostcm el vulnera mererí; pigrum quin immo et incrs vidctur sudore
acquirerc quod possissanguine parare.» Y en el cap, 15: •Delegat;
19
^ pcTislium €t agrorum curafemíní'í ícnibusque eí infinnissi-
cc3t familia.» Ideen: •Nearmeniisquidem suus honor aut
^^tu numero gaudenl, eawjiie solac et graiissimac opes
.--.wuOlo hablaiidode los Iracios; ttpi;ov v.vw. y.á'KKiaxw, Tf,(;8i
T,v ttT^i'-'Krrsv <5,6). Tan hondas raictó había echado en la raza
icra manera át vida pastoril, nómada y cerrera. Digo nóma-
ic'. '.rr.'t.Ui i!r ri ( icncr tón cíerloasicnlo como !os pueblos clá-
tf -I-- in VI'. ií-n:iii cnlcramcnlc nómada no pirede admilir*.e cn-
; europeos de ninguna época.
L^ iban íácilmeníe deasienlo. llev-lndos^ lodos sus
.L.Maftos y aun varios años en un lugar y Cal ve¿ loda
v que entender lo de Tucídides (1,2): <Iji que ahora
Grecia no parece haber skfo habitada de asiento en lo anÜ-
, fino que antes hubo emigraciones, y dejaba cada cual su tierra,
« veí4 for/ado por oíros más nimierosos,» Todavía en la
ilu tribus montañesas rozan un manchón de tierra por el scnci-
procedimiento de quemarlo, lo cultivan en común un par de
iv ■- '^ "irti:. En ta mi-<nia InglLilerra se ven en loscon-
■; jjrandes campos comunales partidos i lo
) tn Irea íap«, repartidas i su ve?, alrav€sad.imente en lotes ó par-
■ á tos aldeanos, [-as tres divisiones fueron
aL. , liguo sistema de las tres fajas ó zonas, que-
u en barbecho, míenlias las otras dos se dedicaban á dife-
vo. Estas huellas del feudalismo, esla repartición
^.i -iM^ .J.J uc. «ñor entre los colonos, responde á la jíropícdad
■sal antigua, que se repartía entre todos para el cultivo.
Daradü óaralrum aviTfMv, en crclense «paTnov, solo suena un
[lento para arar. Debió de ser su forma la deí instrumento
1 rt:i..rc« usado pira cavar ó remover la tierra á braío, mudado
para que de iH tirasen los bueycSj es decir una rama gan-
pri' !o el brazo qup lleva la yunta y agrandado algo
mcr '- 'i tierra. Los salvajes erranie>, como los
flianr ■ puntiagudo para desenterrar las raices
n palo parecido sería e! de los primeros t-^ para
VTMDOi rcicc- y para plantarlas, y se han hallado no pocas tinto en
'< en .América. Algún adelanto indica la hoja ancha
1 0 pala. Por otro cabo el pico primiiivo ó una t&-
20
OrIOEN V VIDA DtL LtN(!U^j^
mi terminada en un brazo pequeño corvo y aguzad», y el hacha,
cuando se le anadió una piedra ancha con Tilo, asi 901110 se .iñái
al pico una piedra estrecha puntiaguda, originó el azBdi5n. Ct
tueco es el más sencillo de los hallados en Europa, una estaca he<
de una rama descarnada en la punta, y cs(.i aj<u2;ida. Se ha iisi
en los cortijos de tos bosques en Suecia hasta hace muy poco,
tradición sueca recuerda los pasos dados en csie parlicular. El
de madera vino 3 ser después más pesado y lo arrastraban tos
brcs por el suelo, abriendo el surco; después Ío hicieron de
piezas, una niancera para el arador y una vara larga para el hom!
que tiraba de él; la reja la calzaron con una punía de hierro, y
último una yunta de vacas 6 yeguas tomó el lugar de los honibi
Entre los dibujos egipcios se ve el arado tirado por dos bueyes»-
y detrás un hombre con un pico, que no es más que una hoja de ma-
dera encorvada y larga, atada al mango. El arado es este mismo
pico, con su cuerda y todo, solo que es más pesada y lleva ua
par de manteras para que el arador lo guíe y empuje hacift
abajo, mientras la yunta tira arrastrándolo. Adelanto de Roma en
la época clásica fué el armar el arado de una pesada reja de
melil, el darle hechura d propósito para que pudiera ir rever-
tiendo los terrones en hilera se^ída, el Tirarle un cuchillo para
dar el primer corte y el montarlo lodo sobre ruedas. Esie anido
romano saltó del primitivo J-E, que se diferenciaba bastante del eeip-
CÍO, y no era más que el pico sueco acondicionado á la yunta. Mis
tarde se le añadió la manee ra para mayor comodidad de] ara-
dor. La rama corva primíliva, en que el arado consistía, es el den-
tóle ó ipii¡v, que aconseja Hesjodo at labrador to cojA en el mon
te, y que sea %p'yv^w ó dfgase ilignnm, de ilex, encina ó cosecha
(Op. dies 425J. Dfcele también que ten^a siempre dos en pn
síón de que se te quiebre, y sea el uno denlatum, el otro coin:
tura, aJT'/íiov, que es el encorvado, el priniiiivo de los I-E, y xigxiravj
ados dos pedazos, que hubo de ser de invención ' >r-
Oíro tanto indican las palabras. En f^odo el at,('.. ta
al. haohiti horca), que responde al lil. szaka rama (skt (tikha ram.
A la misma raiz con rasaüaación (skt. fafiku palo, esl. sanka v
pcrletiece el irl. cccht, marix kteaght araOo, También encierra
acepción de nudo ó rama el esl. socHa nudo« Icbcso socha rodri
7. arare.
21
Apitoaborqulllado, polaco fOcAo» «Plugsech, klrus. pososcyna,
Qríodslcucr nAch der Zahl der Pflüge* (V. Pcdcrsen. /. F. V. 49^.
Urcj» y« hemos visto tener nombre en l-E, gr. ocp-^ií^ eíc. Otros
prtotlurs son en ant al. seh, que también significa arado, t\ seca-
«ta., y »nt al. scaro, sc^ran, en esl. íemesi, de lomtíi romper, prus.
páKt.Tffiv* lo llano dd remo. La reja primitiva no era más que la
jH&iguxada del brazo mt;norde la rama que servía de aratlo- Es
ííffwquc antes de la invención de los metales $e le añadiera una
_|iúii{;uzada, como en euskera, donde la reja se dice gold-ortza
I A diente de! arado.
Latst<:va ó pieza corva, soL>re ta cual apoya la mano izquierda
Ique ara para hincar la reja en tierra, se llama i■yiikr^^ stJva, ant.
'^fnzs, déla misma raíx qtie el godo^'a//^, lat Aaet/i/^^ por la
9eáan de cuerno de cabra. Lo corvo de la madera, que dcispués
r dividió en corvadura y maniü^o, era tú>3í (ifva tierra de labor):=
I (oaco?) bara (*gusa).
Dtsdc muy antiguo se comparó el arado con su reja al cerdo
hoza la tierra. De aquf üw:; reja^ úvvi] arado (Mes.); que es
lie cerdo: irl. socc, fr. soc, que es el cimríco hwch, corn. /locfi
. En ags. saih es el arado» y es el latino salcus, óXxk» sXxm. El
rjwtz (Hrs.) es e! sOXdxa la reja, mXaz el sulco. E] porat
íó Uño, caballete, amontonamiento de tierra al hacer sulcos, de
^ ande a-porc-«r, dijese de porc-us, puerco.
te no dd lodo cierto, parece muy probable qtie la etimolo-d
apwfiatQ, de donde aromas, sea áfow arar, como dijo M. Mfl-^
r.SiIc el nombre por primera vez en Jenofonte y Teofrasto y se
ira por lo» plañías de donde en Grecia é Italia se sacaban,
que viene á decir planta cultivada ó del campo. E! USOJ
t aromas llegó d Europa desde el Oriente, donde tantos y tan*
dc« se dan y se gastan. Los 1-E no usaban más que la manteca
p«a ¡miarse el cabello y el cuerpo, costumbre bárbara. Por los
' — ros homiriicos ya k había traído, sin duda por mediación de
<iíos del Asia menor ó de los fenicios, el tiso de perfumar los
faUcif»^ con pebeteros, como se ve por la OdÍsca(5,58),yel nombre
óé perfume era xiífo;« del cedro, y frj-iv, de Sü-íii, que en Homero^
{fiifici quenof perfumes, como fl>fiíííw, frjta, Sur^Xaí, lal. sttf'
cviUtaro su haego. Empicábase igualmente para ello el UuteV,
22
ÜRIOEN V V(DA DtU USdUAJC
el mirto y el ciprés. Estas plantas sagradas prticbaTi que lambién
usaban los perfumes en honra de los dioses, como en Oriente, aun- 1
que hay quien lo niega de los griegos, como Stt\ig (BerUner Phii
Wochenschrifl 1805, p. I IS), y olroí que lo aíiiman, como Frít7e-|
(Ote Raucfjop/er hei Jen Griech^ Berlín 189»). La mirra, la
pasó del oriente á Europa después de Homero, y como se ofiecli
quemaban ricos perfumes á Asíarté en Asía, así se ofrecían en Ore
á Afrodita. AceiCii de )os aromas véase R. Sigismiind [Dk <4rDfl
ta, Leipzig I8S4„)
También arando ó harando, la caña, créese venir de ar-are, i
el 'ttndus gerundivo. [a crecedera, gr. áp-w; y tal vez la barba i
trigo ó arista.
8 .'%pat*, de araie y del ara eusquérico, que valen lo mis
W. arare, rtim. ar, prov. y pg. arar, l"r. arer. Labrar la tierra re
piéndola con clarado. QaiJ. 2,^3: Mejor se me enlietide á miJ
arar y cavar, podar y ensarmentar las viñas, G. Alf. 2. 1, 7: Ar
conmigo, que no perdía surco; y como estaba bien á él disímt
lambicn á mi el nepar.
Meía/or. surcar arañando las lágrimas, arrugar con surcos
León Cas. 12: V aun corren á las veces derretidas las gotas, y ar
con sus arroyos la cara. Roa, Sanch. 1,2: Y verase arada la fr
con las arrugas. Ck^ide Mag:1. 3,26: Aróse la frente tersa. Vii,i
fab. Europa: Y los nunc;* surcados mares ara. Qutv. Tüc. 21:
cara hecha un orejón ó ciscara de nuez, según estaba arada. Lo|
Dos ingen. III, p. 12: En este camino arado. D. Ve^a. De
Demás que nos lo ensena la experiencia de cada día y esUr d^
verdad arada la sagrada Escritura (como Irülada, deJ mucho pas
FoNs. V. Cr. pie. 3, i /, p, 2: Toda la sagrada Escritura está ti
de dos pensamicníos: de tos cuidados que hemos de poner
velar, y de los daños que nos causa el dormtr.
Con la acepción euskérica de ara, arata mirar á lo lejos, IQ
mos en Montería 3t Ir arando con la vista toda la querencia.
Adó irá eí buey que no are, (Celest. fol. 3Q).
Ara bien. (Por ahora bien; dicese determinando de hacer algq
tmcnazando y proponiendo enmienda en lo mal hecho, y por
8. arar
23
i de ahora conviene con ara del verbo arar, y añaifen: y cogerás
n.) c 500.
Ara fríen ogaño, y mejor otro año. c. 29. Ara bien y cogerás
Ara 6/í7i jí no te atabes, estercaeía y no señates. c. 29.
Arj con helada y matarás ía grama.
Ara con niños y segares cadillos.
Ara por enjuto ó por mojado, ao besarás á tu vecino en
[nte.
Arar con sal, dicese de tas casas de los Iraidores que se echa-
hu ahajo, arándose el suelo, es decir allanátidalo, y sembrándolo
de aJ para que ni aun hiervas creciesen en él, por ser estériles los
llerreoos salinos, significando la deslrucciOn de su casta, que no
knñesc sucesión.
Arar mí/j^jhíi, Irabaioiin provecho, ó en la mar.
Arar la casa, arrasarla. Cabr. 262: No solo quitan la vida al
', sino que le demban la casa y se la aran y siembran de sal.
Are mi baey por h ítoigado, y el tuyo por h alabado, por lo
icmbrado hace tiempo.
Are quien aró, gae ya Mayo entró.
Ares, ao ares, renta me pagues.
C iran y cavan. (5>e eniiende no le quitarán tic hacer"
.^... .j.) c 598. J. Pin. Agr. 4, IQ; Y cslo á cuantos aran y
lo deírnderé.
ATo me lo harán creer cuantos aran y cavan. Varíase, c. 562.
No se lo (¡altarán caanlos aran y cavan: una mala costumbre,
Opini-Ki abarrada, ó palos, y lo semejante, c 55S. O no me lo ha-
otx'r. Eü decir nadie, para entre labradores no habia más niun-
que dios. Qcev. C de c: No me lo harán creer cuantos aran y
- Omsidcre v. m. qué letrados ó teólogos buscó, sino (jananes.
Ai^niln. tierra que se ara, labrantía, posv. participial de ar-ar.^
CtíesL U p. 17: En las buerlas, en las anulas, en las viitas, Euo. Sa
50; C' no sapos por aradas. Herr. Agr, 5» 46: Un buey'
o, que . . .. c-;lro en el ara 'o. J. Pin. Agr, 6, 29: Al gañán del
>kla dimos 30 ducados por cada año.
Aiaiuadi d tierra que aran un par de bueyes en un día. Nre-
REM8. Filos, ctir. I, 37; En dos huertos, el mayor de 20 aradas
de tierra.
Acción de arar. Blbt, Amsterd, Gen. 45,6: Y aún dnco años, ,
que no arada ni segada.
Arada con terrones, no la hacen todos ios Hombres. (Sino l<
^íorzudos.) c. 29.
Arada de Agosto, á ta estercada da en rostro. (Porque se se
'la hierba con el calor; y también lo dice por animar i que comie
ccn la labor,) c. 29.
ATo hay tai regazada como la de la arada, c. 220.
Ara-flop, el que ara. y por metáfora el gusanillo ímperceg
tibie de las manos. Celest. I, p. 24: Pensando remediar su hcch
tan arduo é dificil con vanos consejos é necias razones de aquel br
la Sempronio, que es pensar sacar aradores á pala é ai^adón. Lis,
Ros. 2f 3: Que con esta punta de mi puñal no les escarbe los ara-
dores que tuvieron allí en lo ínlimo de sus corazones,
Arador de palma, no le saca toda barba. (Porque son al
cueros callosos, blandos y carnosos, y sale lueí^o sangre y pierde
el arador.) c, 29. El arador de ia palma no le saca toda barb
(En la A va sin artículo El.) c. 75.
No se saca arador á pala de azadón, c. 227.
No se saca arador á pala y azadón, c. 227,
Sacar el arador con pala y azadón; no se saca arador c¿
palo de azadón, c. 247.
Apa— loíri, en Galicia tierra de labor ó arada. El sufijo i
euskéríco, como en anda-mío.
Am-mio, antiguamente, tierra labrantín, gatl. aramia.
Ar-^anz-afla. Medida '.!e tierra, lo que poiila arar un
muías ó bueye? en un día. Con -ada, como cariel-ada, de cand
dad, ar-ar, y el euskaro anz-a parecido, semejanza ó tanto cuaní
medida. Her«. Agr. 2, !5: Antes lener diez aranzadas hien traíac
que. Cabr. p. 259; Tantas aranzadas de olivar.
Arn«lpo. nlutlro, en Aragón y Burji^os el arado, de ar
Iruni. A. Aausr. DiaL f. 322: En el reverso hay un aradro y
va espiga. L. Aro^n. Dírtc: AVMa susfat.: La hoz se le descubre?
licuando e! aradro apaña / y con dulces memorias le acompaña.
0. artn^arrtn.
25
.Vlaili*«ap, arar con el aladr-o, en Aragón y en \s& montanas
tic Burgo».
Aladr-adn, en Aragón surco abierto en la tierra con el
l^idr-o.
Arado, (id aradro, aladro, de aralnim. Qaij. l^lt: Corvo
'«l4o. Id. t, 2S: Andar tras el arado.
Aqai prende ti arado; aquí prendió el arado; no prende ahí el
erado, c, SI6. 62. Las graves dificultades no penden délo que
ipirtsT, sino de las raices, que hay que arrancar.
De af-- ■■' - fe el arado; no prende de aki el arado. (Entténde-
! qoe en ó no está, la dificultad.) c. 279.
De ál prende el arado, c. 279,
£f arado, rabudo; y el fiañán. barbudo, c 75, ó el arador bar-'
^badü. La neja bten aguzada, el arador hombre recio.
Ese tira el dardo, que se preda del arado, que el arar hace ro-
bo9k>y recio at hombre.
."'' - r fe de atti el arado, no esta en eso la d Ificultad.
^ ; arado, no piques el rabo . c. 261.
Rc-nrap, volverá arar. Herr. Agr. I, 9: Después de Soba-
ra» miado.
í. B |fcníü\xi ar-en 6 de aquel significa además el tercero,
que «Alá en tercer lugar, como lejano» confonne á la Irilogia
jírativa: Unengo-andrea emazte, bigarrena senikide, aren-a
I da kalte, la primera mujer es esposa, la segunda patientC] la
I mal y daño. Trasladado d lo moral, par causa de, á fin de, por
e, de ello, como ar-ik 6 an-dik Je lo cual, de ello, de allí; ar-
k, arc-gotik por CSC motivo, por ello; ar-fífr de allí, artik-l
de ollf, echar de un lugar. Hacia a1l.i ar-anU, ar-antze,
oiUTf-o/i en llegando allá; ora-jtíY, ara-teko el de allá, el para]
Fof ota índefinidii por ara es are, que se emplea por aun, lo
mntú qw ara, por su valor indefinido, asf como er-e indefinido
*i ' í er-a; ¡eren are tere-errikoen-artean ere, f)uc!> aun,
4. - -^us paisar.as, uUÍ ezakare arte-anetan, déjale toda-
• año. Aun más areago; gaizto zen leen, oral areago, antes
' «1 Bolo, ahora lo es aun mis. CI locativo art-cn, que e& aseverativo.
26 Oriokn y vida nCL lenouajc
como quien dice y mucho, y más, y aun, arean bere ciertamente,
arean ez nada, arean eza una nonada, areanek egin hacerlo al-
guien, arean ikasi ver algo, arean ezfago no hay cosa (nada); ge-
nitivo areanik ana desde entonces acá, arean etorriko da desde allí
ha de venir.
En ningún sonido se echa de ver tan claramente el piano y forte
y la consiguiente diferencia en el matiz significativo, como en d
sonido r. A cada tema con r suave corresponde otro con r fuerte^
siempre con la idea como agrandada. De ar-en tanto como aquello,
en realidad, arean entonces, pues, desde allí, tenemos reforzando la
r, arr-en pues, de consiguiente: in adi arren ven pues; en realidad:
esan neatsan, arren en realidad se lo dije; á pesar de eüo: ikasten
zendaten arren aunque le veíais. Es, como si dijéramos, el genitivo
de ar, pero fuerte, que indica la consecuencia reforzada, así es que
equivale á ojalá pues, á por favor, etorri zaitez, arren venid pues,
ó por favor, os suplico, por consiguiente. De aquí imprecación iraa
de la causa: boteaz birao eta arrenik gaiztoenak echando las peo-
res maldiciones é imprecaciones, como si dijéramos los pues, y
ruego, súplica, etc. Es adversativa sufijándose: zak ez-arren, norbai-
teri ianerayin badeatzaza aunque no (hayas comido), sí has hecho
comer á alguno, eleizan ezarren aunque no en la iglesia; causal:
dama-arren por pesar, de pesar, ats-arren por el olor, laangoiko-a-
rren por Dios! Entonces arren-dan, desde entonces arren-eta, su-
plicando arren-ga, como aren-ga dando razones, arren-kara 6
arren-gura quejas, de! darlas, arrenkaratu, de gara, kara querer,
y ese arren de súplica motivada,
10. Arenca. Es claramente el euskaro arenga razonar
dando porqués ó razones, no precisamente á muchos; Korting lo
trae del germánico hring círculo. En it. aringa, aringaré, prov-
arenga, fr. harangue, haranguer, pg. arenga. La h del francés no se
hubiera perdido en las demás románicas, á venir del germánico, y
debe ser aspiración franca. Qaij. 1,5: Con su larga arenga. Id. 1,31:
El amo replicó no sé qué arengas y disculpas, las cuales, aunque de
mi fueron oidas, no fueron admitidas. Id. 2,5: Y no me quebréis más
la cabeza con vuestras arengas y retóricas. P. Veoa ps. 2, v. 3, d. 2t
Haciendo arengas de las grandezas de Dios. Valderrama £/. ff.
1 1 . aritza.
27
ém^ 4 cuar.: Esas sin mtichas palabras ^n las que se oyen mejor
mdes arengas. Zamora Morí, mist. pte. 7, S. Lac: Si».,
fi ^d- a jc U nueva enlr,isc con grandes arrngas, con frases exqiii-
sta) Ptdro Urd. I: No hayas miedo nve provoque / tu arenga ;í (|ue
JO le toque / U mano. Obrtg. fot. 175: Habló con el familiar con
MI arenga muy Larga.
^^"^•if. razonamiento largo y enfadoso.
.r areíigas.j. Pin. Agr. 34,1: El predicador me haga muchas
Art-ner-nr, liaccr una areng-a ó razontimienlo pereua«.i/o.
Gt4<:. Crit. 3,9: Arengó el Marino, ciiiTipIiendo con el oficio de
iBCfCtirto. Id. 2,12: Un discreto de capa y espada, habiendo aren
pd í^ncltiyó diciendo.
A; , ij^'-^ido, muy persuasivo y razonado* Esteb.f. 320: La
venU de sus bavtalaques y la grande muLlitud de sus arengadas.
y oyenics noveleros.
II. St úra hctnos visto que stgnifíca extender, espaciar en cual-
Uncft, con d sufijo ma, man que vale dar, tendremos que la
vihx >c lUtná li que extiende y espacia, pero dando de sC, la que
Je si extensión: ara-mu, are-mu, ó con sarií tejido, c*"Sta, ara-
•^are la lelamAa, ú arama^u lo que tiene arama, la del dar de si
isión. También la araña es ar-m-ar-ma, ó &ea ar-ma repelido,
ary ffifl dar de sf; ó ar-mami-o, anna-moi, ar-mi-ar-ma, ar-m-
At/iff. de arabiit, W// apelotonar, coger, dar vueltas. La telaraña
armamio-sart, armarma-sare, ar miar masare. Son varian-
ks trada-í en diversos puntos, todas con la misma etimología y for-
«lil». , ,.n i-í(cra libertad. En eslo con^^isieu los dialectos euskéricos^
É jinda todos los cscualJunas los sonidos con el mismo
ural, y sus principalea combinaciones, cada región las traba
i i:to, siempre con el mismo valor y pore! mismo
I "ínuStico.
odal -ez de ar-a llanura, extensidn, t.> ar-ez en forma llana,.
_..,., .te. cxicndidamente. La pequeña me-xia sobre un dcrnimlia-
, <feru se lUiua arez, con artículo arei-a. La llanura de Álava la ven
I loi^Asco» desde la montaña como una gran extenxión ó llanura allá
«t^, por lo cual la llamaron ara-ba, ba bajo, y aún llaman asi á
26
Origen ¥ vida del LENOUAír
Ift región que hemos convertido en Atüva. Por lo mismo ara-ba «
«1 femiendo que se extiende por debajo de una prenda de vestir, re-
mendar araba-ki, orabaki-fu, con araba. La Jombriz se dice arr en
L^neral, y Ja de tierra arab-arr, es decir la arr del arab-Ot del ex-
tenderse, arrastrarse por to bajo; arabar-tu comerse de gusanos,
huella que deja la enfermedad, el vicio, cíe. ar*<tdu-íí, de adi-z i
ñaUndo, adi señal; es la señat extendida, el vttbo cradiza-tu.
La fresa, que lanío se esliende y propaga^ se dijo ara-ga. El nat
que lo hace por lo bajo ar-bi. La superñcíe que aparece de las
sas, la cai^« la fachada, ar-pegi, de begi vista, es decir la vista
tendida, cl ver 6 mirar extendiendo los ojos, y se dice igualmente i
, la cara ó semblante humano. La imprecación úr-ao es un extenc
ná$ lie lo justo la boca ó ao.
¿Concepto que leñemos del árbol? Los primeros hombres 1
llamaron ar-etch, que como ar-ez 6 meseta, claramente indi^
aquello de quien es propio el extenderse. Todavía más común
ar-itz, ar-itcfi, ara-itz, que vale subir en punta extendiéndose, es i
'iZt itch brote ó punta, en ar que se extiende. Creo que no pued
rdarse concepto más propio. Estos nombres se concretaron más ei
particular para et arbo! propio de la euskalerría, que es el roble;
arifch se dice del roble y de la encina, y la bellota aritch, üret
es decir con el mismo nombre de entrambos árboíes. Del arb
caído todos hacen leña, es refrán antiguo que suena arííz-eroria
orok egur. De modo que aritz es el árbol en general, y de él sal^
nombre toponímico español y apellido Ariza. Los vascongadfl
han olvidado comunmente esta acepción general, por usar el latine
-cspaiíol arbola.
Confírmase su antigüedad con el nombre dado á cualquic
arboleda, que es arez-tui, aresti, areis-ti; el robledal se llama
las variantes ariz-ti, ariz-iuit ariz-toi, ariz-ttgi; la madera de rob|
ariz-ki; lodos son sufijos conocidos.
El ternero gusta de ludirse en los árboles, y así se !lam« d i
arboí, aretz-e, arech-e. aroU-e, arach-e.
Vamos á asentar más la etimología dada de estos nombres.
árbol bravio ó del campo en general es ar-eki, que suena claramente
el que hace or ó espacio. La rama ara-kil la que hace ara: es una
ríanle del anlerior en sus componenles. La vela, el botón,
12. ÓpTOC
2^
del árbol ara-begi, es decir el ojo 6 btji át\ ara, de lo cx-
\ do, dH árbol, fit tooin ara-ondo, de ondo pié. La púa de árbol
9, Je tfpo por debajo 6 dcnlro, que se mete; el nudo de árbol
o.
No menos o \-iríaDle otro nombre de la encina, que es art-a»
, l¡icr»Imcnlc U cspiíciosa, donde hay ar; encinal arte-aga,
atie-ilai, arte-tza, encino arta-karr-o, coscoja aríe-iska^
' es diminutivo.
Va hemos visío que la bellota y ta encina tenían el mismo nom-
^üfíícfl, y el roble y la bellota are/c/i; no exirañemos que aria
I significase también la bellota. Y realmente arfa, yart'0,h
[qn< bene ari-a, son los nombres del maiz y la borona ó pan de
el maiz lo trajo al país vascongado Oanzalo Percaizlegui
si (Larramemoi, Corogr. de Guipúzcoa). Antes de venir
ari el nuiz de América, arta y arto eran el pan de mijo, que Eioy
|ntman arta-tcht, arta-tchiki, arto^tche, es decir maiz ó arta^ arto
quedo, y lo mismo en gallego y portugués el nombre del mijo se
I a] maiz americano.
El rai}0 íu¿ el cereal más antiguo conocido y comido por los
4. Pero los cscualdunas, mis antiguos que los indo-europeos,
ardin en estos vocablos arta^ arto hoy maiz, antes mijo, el nom-
bre del primer alimenlo del hombre salvaje, que según ía tradición
dánica ttbemos fué la bellota. Arta es la encina y el pan. primitiva-
•cnie la bellota, que fué el primer pan, art-o pan lo que tiene art-a
éaáii^ antes mito, antes bellota. En estas tres aplicaciones de di-
cb« nombnes tenemos cifrados los tres estados por los cuales
\ptK 'XÍal: el estado salvaje, cuyo alimento fué la bellota, el
». . i>delosescualdunas primíltvos; el e:itadü bárbaro, cuyo
hié el mijo, estada que revela la civilización primilíva
iropea; el estado civilizado, en el cual nos vino de América el
11 El arta ó arto debió usarse entre los I-E. No solo es común
fb ttadlcióo de haber vivido de bellota los hombres, sino que el
lír'r, r,i,irrico pasó á estos idiomas, y por -u parle al castellano.
fí, ;'an, en Luciano ápio; vttJTufí; el bizcocho de marinosi
, panecillo ó dp-c^Swv, el primero en Ateneo, el isegundo eQ
Laercío, íi-«pT-íí(u amasar e] pan, •^ni'n^vjv en Hc'íicliio pan en Tor
de inedia luna, ¡LriáX-afít'yt; p.in grande, ifííuí-dpTíti panivoru?, noJ
bre de ratón en la Balrajomiomaqnia, üpto-x'^ro- panadero, ¿f<r;-xfii
mezcla de pan y carne á modo de picadillo, ap-n-Xíyctvov pastel
vino, loclit*, aceiíí" y especias. En bajo lalín art-ona pan gro'^ero"
gnvmle, en provenga! artoutl, ortou (Auvernia, Vivares, Rouerg), en
argot francés arton. En ski. art-ika un pasíel, adjetivo que supon^
un art-Q, qne no se usa; en persa ard-ak pan de ñor Je liarií
drá liarina, afganés rotai pan. No se les halla raíz en las l-E; pe
sí en euskera, que nos asegur.i haber sido una pasta de bellolasj
primitivo pan y paslel que saborearon los hombres.
13. /\rto, en Aragún espino, arlos cambronera; díjosc de al
encina, por la semejanza de las hojas punzantes. En Asturias arto]
zarzamora, que en Boal es tenida por sagrada, por alusión al prir
tivo valor de encina ^itie lo era entre los celtas,
Art-t'«ío, en Astur. lugar de zarzamoras, en Boal art-eira. j
Arl-«»ti, en la Qermania es pan, aiimenl. del euskaro art'
Art-a% especie de empanada, derivado -fl/del art-a, arto
euskera. Diminutivos artal-cte y artal-ejo, Montiñ. Art.Coc.f.Sá
He puesto esta manera de artalctcs, no porque son los mejores, sii|
porque son los que su Majeslad come mejor.
Arl-í»ra, inslrnnuínío de hierro para marcar su pan ca<j
vecino al llevarlo al horno, de arl-a pan en euskera.
Afl^esa, la caja donde se amasa el pan. Derivado -es, -ez \
eusíaro art-a pan. Quij. 2,32: Setíiitale y perseguíale el de U arte^
Id. 2,53: Como medio tocino metido entre dos artf^as.
Es cosa de grande comer en artesa, c. 1 29.
AfU^s^iivla, dimin. de aríei-a. Herk. .4£r. 1,12: La
pueden poner á secar en unas artesuelas.... Y dicen que es bien q^
aqueüas artesiiel.is estén untadas primero con un poco de tevadt
fresca y buena.
Ai*t4.*«-il]», dimjn. de artes-a. Qaij. 2,32: Y esas arl^ll
son para él estrechas.
ArU'«*-óii, aurnent. de aríes-a, y por su parecido lechumbrt^
labrada con fondos á manera de artesa, P. Veoa, ps. 4, v. I, d. ,
Donde están los artesones y mácelas cjue se h;) a de r^^. A. AlI
J -I. Ul tf¿¿i
Ji
. Per. ñ Dom. 4 cuar. 19 c. § 3: Los arlesones de talla y dora-
.Ta*UVo, Mostrad, n. W5: Lqs (ccIiqs guarnecidos de artesones
ido?.
Arlv«on-ni% formar arteson-es. L Grac. Crit. 1,12: Tan
I los lechos, que remedando cielos..,. VALtihRRAMA, Ejerc,
/ cuar.: Cuas reales siislí;ní.idas en jaspes y artcv?onaJas con
J> hf. ChilfJ. Í45: Híryse la iglesia de fábrica stmtuosaj
.i, y el lecho arttrionadu con florones dorados.
\rlcHon-»(l(», techumbre con artcson-es. Zamoaa, Mon»
í. ptt. 3, ps. 47, V. 3: Vertida de arícsonados de oro. IlI pte. 7,
. Marcos: Los techos dorados, los arl^sonados más elevados.
\ricMan-c-illu, dimin. de artesón. QuiJ. 2,32: Uno venía
un irlc".ün:;!Io de agua.
.\rÜf-ara, en la Oenn. pan, y !o mismo artife, y artif-ero
punsdcKy, De artO| y -pe bajo, pequeño.
14- ¿Concepto de cuerpo? Lo mismo decimos cuerpo de la$
f iH hombre quede] (umo de cualquier casa. El concepto que
tde cuerpo es el de un extenso corpóreo, es decir el de cosa
, aunque mis en particular apliquemos el vocablo al ruerpoj
ibre, i su extenso ó parte itiaíerial que vemos, tocamos y ine-
V tal es el modo que tuvieron tos primeros liotnbres de
lir y Ibtnur d cuerpo. Para el pueblo español el cuerpo hu-
■> '*5. Lo que la gente de cuenta dice €SÍúr en cuerpai
tn ^ -po, (fl gente vutgar expresa pur estar en carnes.*
ando vi tal furia de azotes, tembláronme tas carnes*, léese en la
Míini (I. 4, c. 2). 'Está obligado voacc á jugar con él hasla de-
'' — í, como Adán,* dice Cervantes en la Cárcel ds Sevilla,
i'fo», en cuerpo. «No enjuto, si no de buenas carnes»,
'Sandoval {Vid. Jav. I, 10, c27). Esta manera de concebir el
lc$ vino á los españoles del cuskcra: el latín dice corpas^ .
9; c) eusken llama del cuerpo y las carnes del hombre aragíA
karne, en cuanto alimento, es cosa muy dislinla, díccse oketa txí\
n, y cnn -ki pedar.o, en particular, ari-ki tozo ó pedazo de car-
.qup -^ ' - '-límente secóme, y noel carnero, que es algOj
». con > ero M dtjo de carniza ó carne deslozada, be*)
' <ltt ptetas 6 Úneos; la carne de cerdo para comer es tcharri-ki, la de
OríOEN y vida DfU. LENGUAJE
cosiatlo saiaski^ la de vaca geli, que es la que hace crecer y cn|
dar, por 3er h común de la IJerra entre vascongados, como
es el carnero en Casiilla, que por eso se Jijo de la carne.
Aliora bien ara-gi son las carnes humanas y el cuerpo, por ce
siguiciilt;, de manera que eí feo corpatza^ de corpas, sobra entre
congados. ¿Qué nombre se dio al cuerpo del hombre y de los aiq
males? El mismo que á la carne de unos y otros. Y ¿cómo se concil
la carne, ó las carnes, el cuerpo? Como lo que se extiende, que ha^
extensión. Eso suena ara-gi. Ves noción tan exacta como vulgárj
científica á la vez. Científicamente lo que se llama carne y cuer
es en el animal el conjunto de células, que han salido unas de otr
la extensión de una célula primordial que se ha ido partiendo
Otras y ¿stasen otras, formando fibras, tejidos y órganos. Eso no <i'
más que extenderse, hacer extensión, y tal expresa el Qra~gi, que hace
ara ó extensión. Al ojo vulj-^ar el cuerpo se va extendiendo y a^r
dando sin cesar hasla llegar á su grandor conveniente: eso esj
cuerpo y tas carnes.
Otsoak bere-arogirean tan ezeuan el lobo no come de sus i
nes, ó cuerpo. Los vascongados cultos, que creen que no tienen
euskera vocablo para expresar el cuerpo, sí no echan mano del tafl
no corputza, no se han hecho cargo de que en Esparta se dice /q
carnes, y prefieren un vocablo convencionalr que no pinta el cuí
po ni las carnes, ñ otro que lo dice maravillosamente, y creen
corputza es más propia P<^r ser más abstracto, es decir menos pif
loresco y concreto, menos significativo. Esa es la abstración de
convencional y que dice lo menos posible. No es más perfecto el qu
la expresión diga, indique, exprese más, y más claro y más pinlor
. camenle las cosas? Expresar má^, con mayor expresión, es perf^
don en la palabra^ piies para eso es.
Carnoso ó corpulento ara-gidim, aragi-tsu, encamar ara^'\
flrff^'-í-taíH, tener coito aragiz batü 6 bilda es decir juntarse
cuerpos, camal aragi-koi, carne de la llaga ó maleada aragi-nsti
el cebón que se cría para cecina ó engorde íira-Areí, ara-kai, ara-.
es decir el apio para ara exíender, la cual confirma la etimalog
diclia, la carnicería ara-kinUe ó aragi-tegi ó arakin-degi, camid
ro arakin, carne podrida ara-kaitz, dura ó maJa ara-katcít, quej
. Jo mismo.
1 4. crte.
33
Timpoco falUrin ,u\o-^ qu« echen menos vocablo ütn
io como el de t-, . ; iludieran decir espacioa en Uance
^ndo. Espacio viene de spatium, que no es más que latiniza-
iil|»ar del stadium griego, ó curriculum Ulíno, el coso ó ca-
k lugar donde se coma y se luchaba en Olimpia, cosa bien con-
Pero "ií me responderá que spatitim y espacio ha tomado un
^ mas abstracto merced á la filosofía. Bien, y qtié dice ta filosofía
fhc concepto, así filosóficamente lomado? Pues hase dicho y escri-
'BTu no uabable biblioteca de libros para decbrar esc concepto,
^noi benu» quedado tan Á oscuras como antes, sin saber lo que es
icio. Vea el leclor lo que acerca de él filosofa Kant en su Crí-
}ik la raían para {Estet. írascend. I sec.) El lenguaje no nació
|4eí líiilisis mctafisico de los conceptos; nació del sentido comúni
prinwft» hombres estoy por creer que tenían más aguzado
'i ' que después expresaron las cosas por tas
j'iesí puede asegurarse es que las palabras
i soa harto más propias y de un sentido común que es raro
■io en nuestros idiomas. Lj abstracción filosófica, que echan
, los partidarios dichos del espacioa en ¡as palabras euskcitcaa,
>dc^ de estar en ellas por pintar las cosas concretamente. Nucs-
I ks coocsplos estin lomados de las cosas concreías, quedan abstrai-
[pero s» valor abstracto nada pierde por llevar la vestidura de
3, de donde se sacaron, el color de la cosa. Coniradición
pero no lo e&. La palabra y concepto de espacio^ por más
'«ricamente, dice algo que (udos sühe-
. -'. pT....'io que ¡aiUife lo confundimos con otra
la un USO conlmuo. Su concreción de coso ó
1 6 estadio e^ un concepto distinto del concepto abstracto de)
ic '--'.'■ ii'in que se valió drescconcrelo ústa-
ptjir„ ,1* espacio fué basutnie craso, ntcjor,'
;nM idiomas no daban más de si ni ofrecían otra raíz
6 lo que es lo mt*mo, que nuestros an!?pa>í>dos
ios CB el pcn-ior, pues no supieron guardar el voca-
Rttivu con cst valor de rspucio, que lo hubo y bien expresivo.
p, y en ¿I no hallaremos esa Un honda di.stinción entre !o
lV.l *IV'.- <•
^c-
34
OrIOÉN V VIOA DEL LÍNGUAfE
to« y aun tal vez facilita d análisis filosónco del espacio abslrac
^^t en vano buscamos en el léruiing espacio, que ó no dice nada
de suyo ó dice una cosa tan distinta como es un lugar de carrera ;
lucha ó estadio.
La voz ar del tender el brazo y los ojos á lo lejos, del cspacU
los, dio ar-te, que en eiiskera suena la acción de ar, como egi'te\
afción de hacer, Íkas-U la acción de ver, ioa-te la acción de partir
blos hallamos con un ceirado bosque, que detiene nuestros paso
Venga una hacha; nos vamos abriendo camino entre el matorral,^
lo atravesamos. ¿Qué hemos hecho? Un camino, un intervalo en^
cosas, un medio entre la maleza, un entre^ en stima, un espacio.
^ ,p«cio aqui es una abertura en lo cerrado, una hendidura en lo unid
^ ó una sei^raciún en lo que für'mat>a un todo^ un camino por dond
l»asarf un e/tlredos en lo uno, un entre. Loa primeros hombres 1|
marón á eso ar^fe, palabra que equivale íi !as de intervalo, camit
medio enire dos cosas ó para ir y lograr algo, hendidura, abertur
diferencia, habiiídaU 6 medio para un logro. Todo eso se dice a/H
en euskera; pero su concepto propio es el de hacer ar, el de hac
' espacio el de hacer que se pueda ahora decir lo que decíamos al
runa llanura ó espacio, y hacer lo que entonces hacíamos, extender \t
OJOS, los brazos, la boca y pronunciar ar. Tenemos delante un mur
tomaíiios el pico, abrimos una brecha: hemos hecho un arte, un
Ire, un camino, un espacio. Mil casos diferentes se nos presentarán»!
á todos ellos aplicaremos el mismo término arfe y en todos ellos teii
(jremos el mismo concepín. Este concepto es abstracto, lanío co
el concepto filosófico, y no está lomado ni lleva la vestidura del de
brozar el bosque ni del aportillar el muro ni de las otras mil ope
dones que nos puedieran ocurrir. Una de etlas es esa del estadil
de un espacio entre dos tierras, donde se agolpan los e^pcctidorcs,]
en el. cual se corre y se lucha. El arte euskérico es tan concreto com
el estadio griego; pero como su concreción era la del cjclendcr ojc
Srazos y boca y mente y organismo todo entero^ !o cital podía
*cn el íiosquc abicrlO; en el muro aportillado y en el estadio, en u^
conerec!*)!! que llevaba en si nii^ma !a mayor abstracción del cspac
filosófico. La vestidura aquí, en vez de entorpecer la abstracción, ]
ícilila, la colora, fa hace más clara» sirve para unir el conrepto puá
aishpiicr realíd;id espaciosa, por ser un fanUi'^ma concrctoj
ví-r,.! ^ la vci. Para cl sentido común eso m lo que concebimos
), lo que dice y expresa flr/é, üi hornos bien entendido su
de hacer ó acción de ar, del espactar el organísino todo,
bnzos y boca, y con ello espaciar la fantasía y espaciar la
que*
\^
«Q espacio, dice Kant, no es un concepto empírico que se
suado de experiencias externas. En efecto, para que cier
>nes puedan referirse á algo íucra de m» (es decir i
^HSlo en otro lugar disTinlo en cf espacio de! que yo ocupo) y
para que yo pueda represeníarme las cosas como fuera y al
I nnas de otnts, por ende como, no solo disíintas, sino eit lirgJl-
kdiliBün, es mencsli:r que la represenlacion del e9f>actc} esté ya
piKM de aniemano como fundamento. Luego la representación del
fifpKio no puede sacara cxperímcnlalmente de las relaciones de le
JOS exteriores, y Ta experiencia externa no es posible mas
jio de esta reprMentacii^n del espacio». Antes bien, la prime-
vez que ei hombre abre los ojos á la luz y siente por el tacto
tas cosas no son ¿I mismo y que entre ellas y él cabe al^^ j
: pasar algo, hay tin no tal cosa y él, hay tin entre, concille eíl
cío. Lue|(0 lo halla eníre las cosas objetivas entre si, y aunque
(HUs sienta oíra cosa, site, agua, un sólido cualquiera, esa re-
■■■"^^pto de an entre sigue ooncibiéndota, y ella le sirve
:r cosa^ de cosas, p.ara ver la diversidad en el universo
mnmo to siente en su persona, entre brazo y braio, entre
j?c'j ^ píes.
S bien se comidera lo que Kant hizo aqu(, no fiíé m.is que pre-
■ U necesidad de una idea abstracta para explicar la compren-
I mm idea concreta. ¿Cómo percibir que dos sensaciones ts-
, en el espacio, si no se presupone la idea de espacio,
I «ticr«ivw, si no se presupone la idt.T del tiempo? A este
1 ^ responde con el hecho general de que á tener
-- ■ e establecer para (oda cmtcrecirtri una
idicnte, por manera que Us formas de la
I «crian inlínllais, no ya tan soto las de es]xido y tiempo;
c admitir que es imposible percibir el color si no se sabd
■ ct Uda, iMtqM <l on^u ili* a«i imimu, bUtt nitincUhi. j>l Atitit lot olot C
¡Bb
-*-- - * "^-^
de antemano lo que es, sin presuponer la cohreidad, ni el soafi
sin la sonoridad, ni el rojo ó verde 5Jn la rojeidad ó vcrdcidad,]
sonido agtido ó el grave sin Ea agudeidad ó graveidad de!
do, etc., etc.
No veo porqué el concepto de espacio preceda á todas esas ex
riencias. No es más que el concepto de la diversidad, aplicado á
cosas materiales. Este concepto filosófico está expresado en ar-^
¿Para seníir las cosas es menester antes tener concepto del esj.
es decir de no ser todas una, de estar separadas? Eso es decir ■
para sentir las cosas se presupone el íjrrírtf ó diversidad. Antesl
sienten la^ cosas, y luego de ellas se desprende el ser varias, su
tre, su esnado. Cosas, luego diversidad, que hay en ellas;
diversidad, luego cosas. El concepto de diversidad, de entre, de (
pació, sin cnsa^i donde se sienta y de donde se saque, parece un ;
turdo. Ese mismo concepto de diversidad aplicado al ser y no ser, i
mudarse de las cosa?, á la contingencia, es el concepto del ticmpoT
que por lo mismo tiene en euskera idéntica expresión que el espado,
porque sí el espacio es un entre cosas, el ticni]X) es un entre casos^
es decir un enire mudanzas de la cosa, y ambos, espacio y tiempo,
son la diversidad aplicada á la extensión y á la conlíngencia. Sus
conceplos nos vienen con las mismas cosas y con la mÍ5Tn;i contin-
[.¿encia de los seres. Son espacio y tiempo intuiciones, nada de retí
objetivamente: pero tampoco nada de presupuesto en la nienie afl
toda experiencia. Admitir esas formalidades mentales ante toda cxi
riencia es poner en la filosofía un misterio más misterioso que loa
los misterios, una tendencia, ó llámesele como se quisiere^ sin cat
fuente de donde dimane^ ó que por lo menos nos es enteramente <
conocida, además de no ser necesaria. AI sentir las cosas es cuar
sentimos ese entre que las hace diferentes en el espacio^ ó en la siij
Sión. Esa sensación se convierte en intuición del espacio y del tiemf
Es, pues, cl espacio un entre, una acción de ar, óar-te entre, mcd
intervalo^ camino, hendidura, abertura, maña y habilidad 6 tne
para lograr algo y hasta cepo ó artimaña para coger; temporalmc
arte es la ocasión^ coyuntura, intervalo ó entre temporal, en ti* -"^
labras, espacio y tiempo. Para nada necesitan los v-ascongiiv
espado ni el dembora. Zoazte nere-aarreHkan eía bego artea
taiáeUk faldera, idos delante de mí y haya espacio entre ret
i 4, arte.
37
itlo, haya entre de rebaño i rebaño. En aquella ocasión arte-ar^
^ó en aquel intervalo, entremedio, entretanlo, espacio ó tiempo,
irie-an cnirc hombres, iaifct adi arte-ra levántate a) medio,
I enlrr mi y aquellas cosas, otso-arte cepo de lobos, medio,
ijrliauña, el coger lobos, pues ar-íe vale también la accidn de coger,
fcdectf de! exlendcr d brazo y la mano, del allaear. Aquí vemos el
I qoe acomptflaba al ar-ie, como al ara allá y al arr^ ar-tu
V ara-tu allaear.
* de tierras es arte-cga, andar al aríe-a 6 hacer espacio,
lira; conlínao y no inlerninipido úrte-gabeko, 6 lo sin arfe,
Talo ó interrupción temporal, que también es un roiiirar ó
Bper. iater-rumpere. El inquieto, que no tiene medio, ni centro,
i cjpacTú como quien dice, se llama arte-ga^ de -ga sin. l-a hcndi-
n ó XV ^ espacio entre Jos cosaSj, á ratos ó sea espacios
■ic fmpidos, y c! llevar una carga á medias, entre va-
arte-ka, andar al arte; mediador arte karí, terreno que-
eito arteka-tsa: lo del intermedio, el intercesor y el ma-
fiabc de medios arte-ko, es decir lo de arte: A tiempos
te, con m de repetición, intervenir uríe-ra-tu, grietas
■ manos ó rayí en el pelo ó hendidura artes-i, de arte-z por
tiarticndo. Hnlrclanio arte-ian, lograr por medie
-.-o entre los tablones de la lancha ú otra cosa^
n. Rrcio, en derecltura, es abriéndose camino por medio, es
M Utina o vics y sesgo castellanos, y todo ello suena arte-z.
rdi>ntSe3«va á Arrígorriagrt?», preguntí á un campesino.
koot) el brazo una Ifneii y dijo: artez-arte, derecho derecho,
luciendo un espado, un entre en esta dirección, artez doa
i-i, medio, enderezar arfez-tu.
iMsmn, entre, intervalo en el espacio ó en
oáti-arte-ko eguzkia el sol de entre nubes, iakin-dunen-
: iakindan c\ q.c anda entre sabios, es sabio,
ru ^< ^.1*11 á casa, es decir el arte ó espacio á casa, egun-,
o,n hoy, es decir el tiempo que medió hasla hoy, noiz-artÉ\
AfVadiendo otros sufijos que limitan el lórmino, teñe-
"' '^ ',i'0, h.tsta, mientras, de -ra, -la hacia, /«j
artc-o, arti-o, y art-in-o, ó artc-an, coal
o, egin-arteraino hasta hacer, dirauen artean núenViai
^ , ,.
3S
OftIOCN V VIDA DCI. LENOUAje
dura, noiz-artean htsia cuando?, biarr-artean 6 biarr-arte ha
mañana, noU-arte gara hasta cuando quiera^ beranda-^irte hz
tarde, ni in-ortto hasta que yo venga.
Diminuiivos son arta-iñ, arte-iñ ntedianejo, lo nitre. artal
hASt^r arta-tu \\a.hi\, art-azí 6 í^^^ffSí íijeras, grietas, es decir i
drascon un entre, entre piedras, por haberse hecho (!< piedra tod
los intnimenlos cortantes y golpeadores. Art-oía, ó labias de enl
de espacio, es la cabana de pastores hecha de tablas (^ leños]
las Artolas ó parihuelas ó tablar qtie hacen juego á los dos lad
de la cabaigadura, y baste con ganchos largos de madera.
15 Ara|f-ü»i. Tráento los romanistas del antiguo alen
arg, arag, al arg avaro, ruin, malo^ ags. earh cobarde, norso ar
y Paulus Diaconus trae arga como palabra injuriosa entre los
¿obardos; pero la raiz arg no se vé que sea germánica ni tiene
mología indo-europea. En Rnés arka vale cobarde. Si estas
tienen que ver con aragán. parecen haber salido de España; iL
gan, cómase, argan, bei^atn. arghcn. La h- sobra de lodos mí
La idea del aragán español, es la del vagamundo ocioso y baldío,^
propongo el euskaro arag-a, que aplicado A la fresa, significa prop
mente extenderse como clla^ andar de aquí para allá, espaciar
Valga la etimología por lo que valiere, que no co^o^co por ahc
Otra mejor. Caüh. p. 183: Tanto ruBán, tantos de los músicos, poe
jugadores, tahúres, bebedores, comilones, araganes, zánganos i
colmena. J. Pm. Agr, 22,4,' Araganas» tragonas y perezosas. Id. 6¿
Es el más vivo aguijón que los hace salir de haraganes.
Es un aragán que se manca en la cabalíenza. (Motejándole 1
hoígaz^ín, para poco, harón y beslia.) c. 527.
Levantóse et perezoso aragán y puso fuego ai pajar^ c, I9fl.
Af»;f»n-eria. Marq. Op&, 2,31: Ejercitar el puebtoen las
armas, íibrarle del ocio y de la araganería. Hortens, Otar, f. 31:
No es agravio de un perezoso haberle dejado tierras de pan llevar^
si él las deja poblar de ortigas por su araganería.
Af*rtg-an«ia. Cabr. p. 668: Muy ocupados en araganfa
Iravcsuras.
Araf;;aa-eap, liacer del aragin.
Artiga, ártica, en Aragún y Vizcaya ta tierra nue
1 5. aragdn, artiga, 39
rola para sembrarla. De arleaga, arteka; los romanistas lo
creen ibérico. En prov. artígua, cat. artiga.
ArllK^-ap, en Méjico romper un terreno quemando ó cor-
ludo monte bajo.
\pti|pi-ePO, el que cultiva las árticas, como dicen algunos;
6 hs artigas, como se dice en castellano (Borao).
Artolan, en Aragón, Navarra y Vizcaya aparejo en forma de
dctis para cabalgar; es puramente euskéríco.
AFd«al*eap, quedar ralos los racimos de uvas y con pocos
{noos.
Pnncc venir de arte espacio, intervalo, *ard-al adjetivo. Herr.
Agr, 2, 2: Esta uva suele ardalear, que es quedar rala en los racimos.
ÍJKKit,N Y VIDA DüU I rNtjgA'.r.
ARR
16 Cómo llamaron las hombres la palma de la mano? Sin du^
Ja extendida. Cs la extensión que tenían más á mano, como
la teninn en la mhma mano. Extienda Ja mano! liso es lo mismo q¿
pedir muestre la palma de la mano. Tan es asi que en todas partes]
patma y el pahno fueron las mcdiiías de la extensión primitiva^
naturales, y de ellas nos valemos comimmenle los que no llevar
el metro en el bolsillo, corno tos eaipiníeros, ó al cuello como
saslrcs. Del palmo salió (a vara, y tiene cualro palmos, porque cua^
son los palmos y palmas del liombre, dos de las manos y dos de I
pies: así como la numeración primilit'a y euskérica se lomó
contar los dedos de pies y manos.
El extender la mano fué para el hombre lo mismo que el cxt^
dcr ojos y brazos á lo lejos al decir ara allá. Pero el movimiento i
, más fuerle al tender la mano, pues era para medir ó para cogeij
' «ferrar, que es para lo que la mano sirve. Y, yum la r de ara esj
<{ue expresaba ese movimiento, la patma de la mano no pudo mea
de sonar con rr fuerie: arra, palmo y palm.i de la mano.
La ~a de arr-a como artículo; ar, con r fuerle por supueslo,^
úr-tu es el andar con el arra, el coger, echar mano, aferrar, ale
zar, tomar. Y el mismo arr-a es el aferramiento, la cogida, y (r
Jadadaniente !a porfía ó terquedad, que es aferrarse á su parecer. 1
tademis arr, arra lodo lo que coge, arrebata y íifcrra como la matl
y la violencia ó fuerza en cualquier línea, propio del arrebatar
r. Otctse del «giui que se despeña con estruendo, de lodo lo
:« vnsm pesada y ruidosamenle« cual sí se agarrara, det gusa-
I que 5e extiende agarrándose y arrastrándose, cual la palma al
ó coger, y que Uimbién cogcy carcome, melafóricamenie es d
y remordimiento como gusano moral; de la carie que roe;
1 aacbo y del varón, tipo de lo fiicrte aferrado y violento. Ez ar
ak, tztükan ezognUtrik, no lotnes por compañero á quien no
s, ondo arta recibir bien, artu-eman dares y tomares, arr*
' hacer coger, arrarka i palmos, de ar-ka abrazando ó abar-
cón el arr-a, ar-ki, arki-ta- liallar, hacer arr, ar-za-k 4j
I cd^lOt arr-eman-ka dando y lomando, arr-eme-ak machón
[kcnbra ó pareja en los animales, arr-eme-tu emparejar^ cruzar el
iarra bigunago, ana barrarago, cuanto más blanda li
I mis penetra el gusano. Accgtda es arr-era, y (amblen ale-^
B(0i brío y coraje, arrera-ona egin dio con que brío le ha
[>! Hacer coger arr-erago, celo de ta hembra arr-eske, lilcral-
: en bu<<a del macho. La hermana del varOn es arre-ba, ar-
Igufaníenlo, ar-tsu zarzoso, que coge mucho, an-o agu^n.ido
í fine arr-a.
nJo QfT't vale aferramiento y terquedad, y rastra nia-
«.^ ivicrte que ara, are, arretu arar, como arelu. Ade-<
ta to muy meneado, [urbio, pardo, <írre-/u enturbiarse la
'Ijo -ar lalc coger, lo que tiene cogido, ya física ya
.utc. La arena se dijo legar, es decir la seca, que tiene
[é apretura, en oposición al mar. E\ rastrojo y el cangrejo tienen
Bvn el agarrar al que $e le acerca, por lo que se llama zam-
nc natnrateza humana es giz-ar, lo que tiene del hom-
.ijgUon-ar, ta necesidad que tiene somelido, que sub-
be-ar. El tomar atención ó cuidado ya vimos que era o-ar,
■ar para apellidos, que indican el poseedor de tal lugar ó
ndc Itene su solar la familia: Atchal-ar, Bak-ar, Azk-ar,
^ indican que tal individuo es de tal lucalidad, piopiamente
I $y dueño que la tomd, ar, artu tomar.
Atribotivo -í de ar es -orr-i, sufijo de adjetivos derivados: e^
tfm sediento, de quien es el estar con sed y ardor, ó secado por
fuego.
Además -ares el macho ó fuerte en lo» animales: oití^ar ga
de oíU-a gallina, erbi-ar liebre macho.
17. Anliqufsimos son los nombres índo-europeo3 en -ar, ai
livos y sustantivos. En latín iab-ar. cak-ar, bast-ar, ftepar, exi
pl-ar, palvín-ar, tacun-Qr, tati-ar, sali-ar^ colamb-ar. El casteíl
no lo aceptó, fu^ra de algunos términos sueüos» como cjempí-ár^
por confundirse con el -orís qne abrevió en -ar. Más antiguos toda-
vía son súr-or, sJct. svas-itr hermana, que Bopp cree haber perdido
la / para relacionarlos con el gótico svis-tar, ele: -tor y -ar son dos
sufijos distintos aun en el mismo euskera, bien que sinónimos. hU-
llamos el -ar en dv-i^p, á-rjp, a',9-T(p, déw-ar, n-ar, nsti-ar, gen-
soí-er, ax-off arm. Aoí>, ma/r, goir, que en su mayor parte
nombres de familia con valor de agente, parejos con los en -i
como pa-ier. ma-ter. En bretón -ar, -fur, -ir de agente, coi
harneiir, barri'er, Uarn-ar, según los dialectos. El ski. -vara paí
ser el '■or, 'Ur, consonanti^rada la u por la adventicia -a-, comO'
ordinario; nag-var-a lo qite parece, bftas-var-a toque brilla.
Como se vé^ no son exclusivamente de agente -ar, -or, -er, síj
de adjetivos, y aunque se parezcan, cuando lo son, al -tar de agí
tienen distinto origen. El genitivo dedvi^p ha lomado una í epenli
lica cív-S-p';;, en sánskrii nar, umbrío ni r-/ proceres, ner-us procí
bus; al liév-ar responden 5a->j.p por 5ap-i^p, lev-ir por tev-er por
logia con vir, arm. taigr, gen. taiger con ¿'procedente de 9^
tilé-or, ant. al. seihhur, lituano gen. dév-er-s, nom. dév-tr-is,
dev-er-í'.. La aurora ush-ar ^ú-r^^, loe. t¡(>-!, adj, iiép-wc, flírr-or-a,
aach-rA, a-jci-iov, es la abierta y brillante. L» hermana sor-or,
ín-as sobrino, el de la hermana, ski. svas-ar, arm. goir, ¡rl. si-tíft
címr. cbwa-er por chwe-ar, god. svis-tar con -tar, al. Schwester, lil.
sesa, gen. sesers, esL ses-tra: gr, l-dp voc y ¿op-K' rp'jjr/gvi
1 8. -ar, el latino -ar, y alterna con -al, no repitiéndose r ó 1 1
la palabra por disimilación: alb-ar, coll-ar^ cjempi-Ar, rnrútjr
19. arma )af.
43
>l-*r, eapflild-ar, lag-ar^ luinin-ar, luii^ar, mill-ar, mulad-ar, paj-ar^
—ariK), -arfa* es el euskaro -arr con -o, -a nominales, pro-'
le de adjetivos: choc-arra y choc-arra, inac-arro, guij-airo,
na yNav-«iTO» zain-arra y zam-arro, chap-arro, chich-arro y
, bÍ7-arro, piz-arra, lab-arro y talvarra, chin-arro, ciq-arro
. gai>4rTa, pan-arra, dcspal-arr-ar,, pap-arr-udia, chanch-
manch-arras, mand-arra, guit-arra y guil-arro« descad-arr-ado
-Eic 243 por descaderado), fanf-arr-ear, escap-arr-arde «eap-ar,
icb-vr-ado, cach-airo^ caz-arro y ca^-arra de caz-o, galf-arro.
de coc-o, col-arro de coí-o, chaf-arr-ear y chaí^rr-intarj
-astroso, desquij-arr-ar, hamb-arr-ia y fanf-arr-U ó panf-arr-ia.
-afl*roa, lumcnt. de -arro: chap'arrón.chtch-arrón, zanc-arrrtn,
, hucs-arrón^ bob-arrón. chíc-arrón, tonl-arrón, cim-arrún,
•VTún, mo7-arrún, wn(-arrón, faní-arrón, buj-arrún.
)0. La mz ar ha dado otros muchos vocablos, y su signíficacrón
pía o, sqjün Curbtis, la út «der Be*egung zu elwas liin*. tno-
hicia. Pero este vaíor, que se conserva en el skt. ar, tiene
t otras lenguas cierto significado algo diferente, el de ajustan y
e, y aun el de pegarse y coger. Es que por no distinguir el
! suave r del fuerte rr, los indo-europeos confimdieion el aro
tticnio á, y el ar, ar-tu coger, echar mano de, etc. En rt. dp-
I i^-oa, ltf-ap-«i>, dp-ii]p-a adaptar, aju^tar, poner junto á, alie-
er, equipar, ¿fjuvoc, ajustado que es en ñor. yOr-muni,
\ akr-mana, lal, Qr-mtntum\ y óp-in; articulación, ajuste, cuya
todos convienen en que es advenediza, ápíto-íw ajusUr,
. y-mas brazo, que en alemán es Ar-m, ñor. armr, anl. aL ara~m,
pd. er-m'St pnis. ¡r-mOt y en esl. ra-men hombro, en laL ar-mus
jtBtun del bmzo y la espalda, de donde arm-are armar, propia-
KBte cr"- 'i? espaldas con alguna defensa. De aquí ar-ma pl.
ktvina:^ ..ts, en oposición á las ofensivas, que se llamaban
Mv, aunque en U lenguas románicas se haya aplicado Á cualquier
■na: tx-ormare des-armar, arma-tara armadura, arma-menta ar-
nuDcotos, arm-ari-um armario, irt-erm-is inerme, arm-illa dim.
fanakie, propiamente justillo. El sufijo -mu es de efeclo, como el
-«n de 4f-fic»-oc ajustulo y de ar-men-tttm hato de animales, va-
44
ORIOEN V VIDA DEI- LENOUAJP
cada, manada, ó un solo animal, como iu-mentam íiimenlo,
iungere. De modo que armentum y mmentum valtti el juniadoj
se dijera por la junla de beslias, ó ya por la bestia de tiro y quc^
sujel-i, como parece más probable. En irK ar-am, con el mismo
fijo -m, es el número ó junta, adaptación, rt-mu numerar
añadir, adaptar en seriCj ñor. rim^ ant. al. rim, serie, número, ver-
so, a[. Reim, de donde tima, rim-ero, rlm-ar, a-rrlmar, que por
lanío tienen Ea misma raíz que áp-itm^íct armonía y que d^fni
yunta, caballos de un carro, carro, el mismo ar-men-ttttn. Ténnj^
nos son cslos de ta época en que á la ganadería se añadió la
cultura en Europa, por lo que faltan en las ario-iranias.
La etimología dada de armas declara cómo estas son las dePfil
si vas y deja traslucir haberse empleado al principia las pieles,
animales, pues solas ellas podían servir para guarecer honibr
espaldas. El general Piít Rivers demuesira hasta qué punto el hon
brc, desarmado por la naturaleza, pero dueño de la razón, supo 1
mcdar á los animales, naluralmente defendidos, valiéndose de pa
cidos recursos. Sus armas remedan los cuernos, las garras,
dientes, los aguijones, liasla cl veneno; sus defensas son pieles recij
corazas de escamas y conchas; su embestir y acometer, su emt
carse en celadas, sus alaridos al entrar en la pelea, no difierer de)
que hacen las Fieras. La armadura propia ó defensiva fué siemp
de pieles, como la égida ó piel de cabra, y como los petos de
de cocodrilo de los egipcios y las pieles de oso con que se deRen-
den los de Borneo. Cor-aza viene de caer-o, y de cuero se armahan,
como hoy nuestros charros, montaraces y cazadores. Los bugis
Sumatra hacen un peto cosiendo sobre cortezas de árbol las es^
, mas desprendidas del hormigtiero, sobreponiéndolas como las llev
r-^íslos animales. Los sármatas emphaban para lo mismo lascas i
cascos de caballo cosidas y sobrepuestas aI modo de las pencas i
una pina. Los griegos imitaban con láminas metálicas las escar
depíces y serpientes, y las caparazones de cangrejos y langosl
para guarecer las coyunturas. Lo mismo hicieron Jos romanos
demás europeos, hasta que la pólvora hizo baldías toda esta balum-
ba de armaduras.
Entre los gramíticos nuestra armonía se llamaba oün<p»vía y \
^lüvia (la octava); nuestra melodía era la áp|wv¿o. La ¿vTt^víase*
19. armonía .
45
Lcnolis voces de bombrci, niños y mujeres en un coro; ta
: eran acordes de ciiarla, quinta y otros, pero todos se con-
t con diversos iftsirumcntos, y más á menudo entre los tn^J
Us voces, y esto raras veces. Antes de Arquiloco solo eV*
> ic conocia en el can lo y acompafiamiento, é! Fué el que
I que b citara y b flauta locasen otra$ ñolas que las de la voz,
I que siempre se prefirió el unísono hasta el s, IV (a. J. C.)
to» riénerus consistían en la extensión de los inlervaCos desi-
(Tiodos en el orden de la disposición de los intervalos. Qé-
Qiatonico (do* tonos y un semitono), cromático (dos semitonc
Boy medio), cnanndnico (doi cuartos de tono y una tercia),
|elO a) rcvb de nosotros, desde la ñola más alta A la más baja.
: bs dos cuerdas extremas del tctracordio, separadas una de |
tpor un inter\'aIo de cuarta, se intercaló primero una cuerda, Iue>
¡>atn; pero míentns el intervalo de las dos extremas era constante,
ñon de tas intermedias variaba en los tres géneros dichos.
: los modos musicales griegos sabemos que el dorio era el que
id género díitóníco tenía su semitono en el grave; el frigio era et
[ en ¿1 lo tenía en ct medio, el lidio el que en el agudo: la gama,
era dcsccndcnie, de modo que la tónica de sus modos era la
i mis alta de cada uno. Et tono más grave de cada modo servia
1 inal Á las roelodfas compuestas en este modo.
Al «etracordio añadieron otro, de modo que tuvieran una ñola
Ma sobre la üllima nota aguda del priniero: tal es
•tbtuvo la 3." ckvando de un tono la cnerda cnáa!
lindo Idracordio, luego como el intervalo entre esta
gnientr era de un tono y medio, se dividió este intervalo
••" '-no, intercalando una nueva nota. A?í resilló la
-j tonos y dos semitonos, y nacieron otros
i modos de suerte que cada octava comprendía dos modos com-
itaríos r ■ .no anlíguo, otro ntievu. Por ejemplo, en el
vdk) do: , iivo la ñola m:is aguda (tónica de los griegas)
letlti. esle ta fama la nota más grave de un nuevo modo, el
limaban también por tu mismo hipodorto; el frigio
^on el h"--'-' -■ ^ "in, su complementario, y el lidio
4ÍJÍO. [ í) es el mus sencillo, natural,
» y el ünico usado en los coros lírico&; los otros mis reinados
4^ OmOEN V VIDA OCL LCNOUAJC
eran parn los solistas de flauta sobre todo. Ef modo dorio era el más
senciilo y grave, el eolio más enérgico y osado, el lidio quejumbroso
y tierno, el frÍK:io patético y más propio del drama, e) jóniú y otros,
afeminados y voluptuosos.
20. Apma, de arma armorum; it. arma, arme, rum. armt,
prov. armas pl., fr. arme. Cuanto sirve para ofender y defenderse
del enemigo. Qatj. 1,13: Al pié del trofeo de las armas de Orlando,
Armas, por ejército armado. Mend. G. Gran. 2,t9: Estando l«t
armas en este silencio, porque el bullicio no cesase.
Armas, por blasones. Qaij, 2,18: Las armas empero, aunque de
piedra tosca, encima de la puerta de la calle. Id. 2,52: Mandóle d
concejo pintar las armas de su Majestad sobre las puertas del Ayun-
tamiento.
Armas, por carrera militar. Quij. 1 ,9: Se puso al trabajo y ejercí-
-cío de las andantes armas. Id. 1,37: Que las letras hacen ventaja á
las armas... y que las armas solo con el cuerpo se ejercitan.
En tauromaquia el asta de toro.
A fuerza de armas. Guev. Ep. píe. 2,12: El cual á fuerza de
armas intentó de quitar á su padre el reino.
Alarma! alarma! Galat. 2: Por todo el pueblo se levantó una
confusa vocería diciendo: al arma! al arma!, que turcos hay en la
tierra.
¡A las armas! animando á disponerse.
A las armas, mariscóte, si las lias de voluntad, c. 6.
A las veces miran más á las armas que á las barbas, c.6; más
á la fuerza que á la autoridad.
Alzarse en armas.
Apellidar arma, alarma, llamará las armas. QuiJ. Í,41: Un
pastor había apellidado arma. Id, 2,53: Y á reiterar el arma! J. Pin.
Agr. 16,36: Alborotó al Grande Alejandro hasta le hacer pedir sus
armas y apellidar al arma.
Arma al brazo, dispuesto.
Arma! arma! Qaij. 1,41: Moros, moros, arma, arma! Id. 2,53:
Arma, arma! señor gobernador, arma!, que han entrado infinitos
enemigos. .
Armal arma! Aldana. Dtscr. centinela: Arma, anna! Santiago,
20. arma casi.
47
j, irma! £ribu / Luego vcrcis la voz multiplicada, / difusa y
en toda boca. Nieto. Perromaquia 3,l7ú: Suena el tambor
i arma! / se oye con e! guerra guerra!
Arma arrojadiza, !a que se tira de lejos, flecha, azagaya, lanza.
H, ¡áej. 1,19: No itejal^ai] de pelear á lo largo con las arma*
/'...í OJanea, espada ó sable, yarm.tdirr3 de acero. Qaij, 1,2: £a
^de las armas blancas penaba Eirnptarlas de manera, que lo fuesen]
i que un armiño. Además dlce^ del aguardiente.
Arma de fuego. Mojíes, Com. El Cabo Olm. 2: La capa se '
Ifi.^rf cicKo / y parece iifíii.! ile fuego. / ¿Por que? Porque tiene
Arma tigtra muerte cualquiera, c. 30. Daño de las armas cor-
ipor lo que fueron prohibidas, como el puñal.
Armas al hombro, el emprender un viaje d otra cosa.
Armat blancas, &Ín empresa, propias del que todavía no se U
i ganado. QuiJ, \, 2: Armas blancas, como novel caballero, sin
en el escudo, hasta que por fuerza las ganase.
Armas defensivas, ofensivas, QuiJ, 2,32: Estos Ires géneros
[gente carecen de armas ofensivas y defensivas.
Armas de mala ley, recursos matos para lograr algo.
Armas descansadas, las que no se usan.
Armas tietiey gente mantiene, y busca quien pelee, c. 3 1 .
Armas lomar, dd que puede ir á la guerra, dispuesto, hombre
i lomar. QaiJ, 2,5: De manera tiuc eslt: {el rucio) para armas
r. J. Pw. Agr. 15,21: 4Mancebos de amias tomar. A. Alv. Sifv.
!^ 5 c § 2: Sí el niño crecía ó si medraba ó si era yai corao^
, para armas lomar.
Armas y dineros, buenas manos quieren, c. 3 1 . Que dañan al
í no abe hacer buen uso.
Arrimar las armas, dejarlas, no pelear.
Arrojar tas armas, huir en la pelea, 6 dejar una contienda.
Baena arma, y buen corazón, y tres higas a! dolor, (O pairn ]
I aMíco, ó cimfano; resolación y desprecio de salir herido), c 3 1 4.
Cama de tas armas df fuego, de lo peligroso.
Cama las armas de Roídaa, de lo que no debe ó no puede
48 OkIOEN V VIDA DCt l-CNOUAJR
Con las armas en la mano, prevenido.
Dar al arma. (Es (ocar a.\ arma para junlarse á lá defensa,)
c. 573.
Dar armOt ó ai arma, 6 alarma^ tocar el enemigo los instni-
meníos de guerra en señal de acometer. Mend. G. Gran, 3»36: E>an-
do im arma de noche á los nuestros. Arauc 24j Digo que ailí estu-
vimos dos semanas / con falsas armas y esperanzas vanas. D. Vega
Paráis. 1, p. 232: Les dan al arma y tocan como á rebato. Quada-
LAj. H. Pontif. 1, 2: Salieron del puerto de Valeta con intento de
dar alguna grande alarma por las islas de Grecia.
Darle armas. Fons. V. Cr.pte. 3, 1. 1, p. 2: Y le arguye de que
él mismo daba armas á su pueblo contra sí y le enseñaba sus daños.
Darle armas para, favorecerle.
De ar/na, lo que sirve de razón, fundamento, pretexto, instru-
mento.
De armas tomar, apto para la guerra, después trasládase á
otras cosas, dispuesto, y la mujer descarada.
Dejar las armas, retirarse de la milicia.
Del arma de, de la clase de... en la milicia.
En armas, en guerra.
Estar sobre las armas, apercibidos los soldados.
Hacer armas con, combatirse. Garibav H. E. f. 11 39: D. Diq:o
de Guzman... hizo armas en Valladolid con un caballero borgoñón.
Hacer armas contra, hacerle el daño que puede, combatirle
física ó moralmente.
Hacerse á las armas. (Acostumbrarse á las cosas.) c. 629.
Hasta ver las armas del malogrado. (Dicho por viuda bebien-
do en la taza antigua y grande, que en el hondo tenía las armas del
marido.) c. 490.
Hecho de armas, hazaña.
Hombre de armas, caballero que iba armado de todas armas.
Hombre de armas tomar, el de resolución y suficiencia para
alguna cosa.
Jugar las armas, esgrimirlas, manejarlas. J. Polo/. 290: No
eran.solas estas armas que allí se jugaban.
Largo y angosto como arma, ó alma de vizcaíno, aludiendo á
las armas antiguas de ellos.
20. arma casL
49
P^ üfvar ti arma at brazo, bien prevenido.
Mídír ías armas, pelear, disculir.
Pasar por tas armas, arusilar por ddito i los soldados.
Ponerse en arma 6 en armas, á punto de defensa ó de coTnb»»i
.Qaíj, 2,1: Caiii cada año nos toca anua (el Turco}... e^taba^
en dU toda la cristiandad, ). Sal, Carta ineú. Bibl. real:
lo que pasdhA ó pasaba de otra manera, se ponían en armt
tn de venganza: Gran. Simt), 5,2.15: Todos los reyes y
lores y todos los sabios y poderosos de la tierra se pusieron
«nnas pan defender la idolatría. Qurv. Tac, 15: Amaneció el
f pusünonos todos en arma. V. P\.'um. c, 16: Se pusieron en
lino contra otro.
¿Qb^ armas? ano tima y dos naranjas; ¿de veras? y de sebo
¡jaro d tat que os íkve preso, aceitunas y queso, (Habla
«>n un pobre escudero sordo que iba de noche y litívaba
de la tienda las dichas cosas; chiste es, aunque dicen
en Salamanca á un Paz.) c. 333.
','' ías armas, someterie- Caccií. ps. TS: No dejó lanza
jdo« te riitdicron tas armas.
Satis d rondar, guardar tas armas, mas primero ta enamora*
^ c 243.
Tener buenas armas, medios.
Tocar arma 6 ai arma, i rebato. Quij. 2J : Casi cada año nos
arma (el Turco). Id. 2,26: Mand6 luego tocar al arma. QuiSo-
Past' ■ i'. 72: Tras lo dicho en el mismo lunes locaron al
B*\ '/ííi/ Oí/n. V//A 23: La ciballería estuviese alerta,
arma en c ; ¡ ,i ocasión, L. Orac. Crtt 2, JO: Conieii-
toovtcs al ariua las horribles tleras pobladoras del monte,
bramar. Id. Crít. \,\2: Siempre está tocando al ,ann3
ligo común.
Todas las armas qae se labran en Toledo, no armarán el
c4l9.
foMor armas con, combatir. Qaij. 1,2: Ni podía ni debía tomar
con ningiin caballero. Id. 2«65: El que no puede lomar
voaen un año.
roñar ¡as armas. QalJ. 2, 27: La causa que os mueve á tonuu-
tesaasicada paso para vengaro» de vuestros enemigos. '^Ufe*
mm
H. MeJ. 1,4: En Sicilia también lomó el puebb tas armas contra
l'trrcy.
Velar tas armas, guardarlas en el lempto velando de noche, tí
ser armado caballero. QaiJ, 1,3: Esta noche en U capilla de vuestro
taslíllo veUré las armas.
Vestir armas. fii^^M, PioV.J. 1 2&: Y osaron vestir armí
daño de la crrsttandad.
Volverse las armas contra él, valerse de malas mañas y
dar conlra c(.
Afui-nr, de ann-a. Tiene dos acepciones, de! tomar arm¡
del asentar la armazón ó armadija.
Intrans. Venirle bien^ cual cosa armada y acomodada, con datr
Jineta p. 23: Se le ponga un Freno... el que mejor le armare. Zami
Moa. mist. pte. 7. 5. Ana: Unas palabras, que aunque pudo ser
fuesen cortadas para olra^ arman muy bien á la gloriosa S. Ana.
•CorneL: El ejercicio de las armfs, aunque arma y dice bien á toi
D. Ví-üA Disc. sab, dom, 1 cuQr.\ Como (á la carne) le arme
mal la cruz, L, Rueda II, 114: Que bien le deben de armar (los
les). Zamora Mon. mist, pte 3, ps. 86, v. 4: Esta pintura, aunqü?
cortada á talle ajeno, arma á la Virgen. htót^Job. 33,26: Ninj^urai
cosa le cuadra menos que ta alíivei? y soberbia, ni le arma mejí
que la modestia.
Trflns. Poner á otro ías armas ó dárselas. Mariana //, £.
Armó sus esc'avos, que eran valientes y en gran número.
Con, ^RQuijo son. 6: Júpiter que dá ia pluvia al suelo / y
con rayos la tonante mano. Solis H. MeJ. 3,17: Le armaban la mi
diestra con un estoque de oro y pedernal.
De. Valb, Bern. S: La madre más piadosa al hijo amado /
acero le arma y le ocasiona armado.
En. HtíRR. 2 ekg. 13: Cual, ardiendo en furor de Marte mdi:
/ arma el osado pecho en duro hierro / contra el estrecho dci
y el vecino.
Aplícase á las defensas naturales de los brutos. B. Aro£N5.
Para ver acodar: Ün cabrón / ni armó la frente de altivez priroi
Moraimenle. HofEDA. Crist. 3: jAh! que es de solo Dios la Ii
Uieza / qwe arma nuestros cobardes corazones. León Princ:
odiu ú si la envidia arma los corazones ajenos contra ¿1. Viaje pan
r.DelutU intiígnacuín ;irni.iJ ti pecho. Gran. Simb, 5, 2,26: Ar-
■o&OTCífti una tan grande forlaíera, que. León Brazo: Armándotoa^
9 k& miembros del demonio) con hierro y con fuego.
En b acgr'^ - ri/m metafórica, coTicerlar ías pic?as qiiecom-"
Bfü un arteü. ^ ., v.^ponerlo para obrar Qaij, 2j25: Quiero armar
I icUbto. Id. 2,20; Volvieron á armar y encajar las tablas del ca&-
a. bL 2,22: No fué sobre el arnés, sino sobre el jubón de armar.
, ps. P; Cayeron en la trampa que habían armado para mf.
fcSA H. E. 1 1,4; Mandó debajo de una encina le armasen una
Lope £/ mayor ímpos. 3,4: Un hombre embozado / con
I plftob armada. León Poes. 2, Georg. I: No es vedado / cercar
valladarw el sembrado /ni menos el armar al ave engaño,
Luar. 2: Armaré por de dentro á eslos ratones malditos. Pers. 2, 1 2:
Apear de todas las persuasiones y lazos que contra su honestidad
kimiascn. Saav. Empr, 45: Si se engañare quien le armaba ase-<
rtaftti. Mahiasa. H. £. 17,10: Armaron una hoguera. Saav. EmprA
*bn las torres de los templos arma su nido la cigüeña. Tir»o
:vtó. 1,1: Mal hemos hecho en armar / hoy el baile
^. ....,_ QaiJ. 1,48: No es posible que esté conlimio el arco
En particubr aprestar ta nave. Esp, ingL: En lo de la comodtdadl
'X< ' "J galeota armare con sola mi chusma y mis «clavos.
_Qb; un dineros para poder armar una barca. Id.: Aderezó
bergantín de quince bancos y le armó de buenas boyas moros y
r crhlianos griegos, Mariana H. E. 18,5: Mandó hacer gente
tora y armar por cl mar para pwr entrambas parles dar guerra
l^irtügal. Oviedo//. Ind. 50,2">: A la fama del cual nuevo descu-
nk) armaron muchos desde aiiuesta ciudad.
Con casi todos los valores del transitivo. Qaij. 1,2: Se
[de ttRk» armas. Id. 2.53: Ármese luego vuestra señoría. Saav.
7: Conozca pues el príncipe estas artes, ármese contra sus
Los celos rompen (oda seguridad y recalo, aun-J
>s pechos enamorados. G. Atf, 1,1,2: O le arme»'
Re ,-■. parn. 1: Ármate de tus versos luego, y ponte.
. p^ 46: Armcwc una gr.in tempestad. SiON- S. Jtron. 3,2:
• '" armaba de allf mayor mal que al principio temía.
^ri. noche: Qué tanto podrá durar el edincio que
52
se annare sobre este cimiento? Herr. Agr, 2,1: Unas (viñas) 9
armadas en árboles... Otras hay armadas á manera de parrales.
En Honduras, hablando de las bestias mulares, plantarse, cor
resistiéndose á caminar.
Armado, participio, metaf. por prevenido.
Armado de pies á cabeza, metaf. del bien prevenido.
Armado de punta en blanco, díjose primero dar de punta
blanco, por dar en el blanco con la punta ó apuntando. Guev. í
t.l,p. 175: Diésedes en el hito de punta en blanco. Después p
exactamente, enteramente. Guev. ep. 1. 1 p. 196: De punta en blan
osar desobedecer al rey. En fin de pies á cabeza, armado entérame
te, y por traslación, sin miramientos. Cabr. Mierc. dom. pas^ L
blasfemos y perjuros son los que de punta en blanco arrojan pied
áDios. Qaij. 1,1: Venía también un caballero armado de punta
blanco, excepto que no traía morrión ni celada. Mariana H. E. 16,
Armó el rey caballero á muchos señores y nobles, que le presentar
delante armados de todas piezas de punta en blanco.
Armado de todas armas. Quij. 2, 1 : Armado de todas arm
desde los pies á la cabeza.
Armado en blanco, de punta en blanco. Com. Grieqo Le
104: Viendo al rey Minos, que andaba entre los suyos armado
blanco, enamoróse mucho del. Valb. Bern. 3: Armado en blan
con plumajes de oro.
Armado hasta los dientes, muy bien prevenido.
Armar barullo, ruido, encizañar, ó enredos.
Armar bronca, camorra, cisco, gresca, la de San Quintín,
gorda, pendencia, pleito, ruido, despertar pendencia, ruido, (
cándalo.
Armar el tenderete, el tinglado, la timba, la timbirimba, p'i
parar el puesto donde se vende, la mesa de jugar ó comer, el soi
brijo, etc.
Armar fallona, reñir. Esteban./, 335: Y al tiempo que tratal
de desagraviarme y de armar fullona.
Armarla, promover riña ó alboroto, ó en el juego hacer trai
pa, encizañar.
Armar la ballesta, disponerla para acometer con denuedo (
Mjguna cosa.
wm=^
20. arma casi.
53
Armar la de Dios es Cristo, trirulca, alboroto.
Armar ia gorda, ana,.., una trifulca^ una de todos los demonios,
I doramuza de lodos tos diabros, una quesea sonada, como
>r bronca: ó un cisco, ttn escalza perros, un guirigay, un infíerno^
I ianmuHo, un jollin» un lío, un tiberio, un zafarrancho.
Armar lazo, :ancadiUa, trampa, Lk. vidr.: Armóles et Conde
íjn.T i- r.-ttTióio5 debajo de su jiirisdición. Celest. / 144: Que
I le >. .11 un lazo con que Melibea llore cuanto ahora goza.
Armarle, tadlitarle el logro de algo.
Armarte caballero, hacerle cabaltero con sus ceremonias, cifién-
b espnc*" Qtffj. 1,2: Que no era armado caballero. Id. 1,2:
de hacerse armar caballero.
Armarle to zancadilla, estorbarle lo que desea, ó al revés para
í diga ó hafra (o que queremos.
Armarte una ailtbra, cnreiTarle, meterle en un enredo, ó una
í, an caramitlo, an frangotío, un lio.
-' '^riíi, que se vea apurado.
Ar r,'fda,rii/rfo, moveríc á ello, moleslarle.
Armarse de, disponerse á soportar con calma; de paciencia.
Ar ':• ios pies á ta cabeza, Fons. V. Cr, píe. 3, t. 1, p. 3:
iunfv; ílc los piH i Li cabera con armas de Dios.
I (odas armas. Qaij. 1,2: Se armó de todas armas.
Armársela, armarle zancadilla.
Armarse la de San Quintín, ia gorda, ta algarada, ana..., una
i ífl* diablos, un escalzaperros, una escaramuza, una ma-
or. an jollín de mU diablos, triftitca, riña.
Armar un estruplcio, hacerlo.
Armar un zipizape, alborotar, escandalizar.
Armar zaragata, charlar sin trin ni son, enredar, encizañar.
tema se armó! pctotera, iriftiica.
EÉíar armada, ser inevitable la lucha, guerra, etc.
th armar ana cosa, no aprovechar, no convenir, no gustar.
"" sta qae está armado, (En et tirar de la ballesta al blanco.)
.i7.
Q^ita la armó qae la desarme, quien hizo el cohombro, que se
t cnpie al hombro.
54 Orioen y vida del tCNaÜÁIE
Tenerle armado. Cacer. ps. 26: No les salió !a maldad que me-
tenían armada.
Ya se armó el ajo, el baile, el lio, el tinglado, la bronca, la dan-
za, la gorda, la gresca, de lo que se enreda y complica gravemente-
en riñas y juergas.
Ya se armó el tabanque, el tinglado, de los mecanismos que se
arman presto y provisionalmente.
Apmu-caiuoi*ra, pendenciero.
Alarma, de al arma!, it. all' arme!, prov. alarma, fr. alarme.
Jarque Orad. 5, inv. 15,2: Fué tan grande su corrimiento y el cora-
je que cobraron con el alarma de esta exhortación, que revolviend*
contra los romanos vencedores, los desbarataron con gloriosa
victoria.
Alarm-ais desde el siglo XVIII por influjo del francés, pero
hace juego con alarm-a por tocar á rebato. Con todo ¿no fuera me-
jor supiéramos hablar de nuestra cosecha y no dejamos guiar, cual
doírinos imberbes, de los franceses?
Francés es por incitar á tomar las armas, asustar, alterar el áni-
mo en bien ó en mal repentinamente (Tom. íriarte Liter. en Coü-
resma). Lo mismo alarma, que solo valió en castellano señal arre-
batada para tomar las armas y se escribió al arma ó alarma.
Apin-ada, posv. de arm-ar. Escuadra en son de guerra.
Quij. 1,39: Había ganado con su armada la famosa isla de Chipre.
Id. 1 ,39: Con la armada de Venecia.
Las mangas de gente en la caza. Monter. Alf. /. /, c. J3: Que los.
alanos que han de estar en las armadas.... porque las armadas sor
más anchas ó más luengas las unas que las otras.
En la Oerm. la flor que el fullero lleva hecha ó armada en e^
naipe. En Argentina forma en que se dispone el lazo por la parte de
la llapa, al tiempo de lanzarlo.
Armad-ijo, como armadija. Leos Job 6,27: Ordenar trampa
y armadijo donde caiga.
Metáf. L. Rueda II, 49: Sin registralla al dueño del armadijo
(mancebía).
Apmad-ija, de armad-o, trampa que se arm-a para cazar.
A. Alv. Siiv, Mand. 1 c: Escondamos nuestras redes y armadijas
contra el inocente. Mena Coron, f. 11: Por el camino del infiem*
«Di entender d mundo, que csU enla7^do de armadijaí que
^ para allá. L Fern. 1 1 5: Pues esla armadija ¿qtié
:/ - . . ^ [ ■.! :■■- lina alabardj.
Arm-aiKl-iJo, irampa, enredo físico ó mora! que se arm-a
DDO. TcRR. FU. mor. 8,5; En cayendo abajo los maestros
Idrl hahían hecha cm|)ozar á Daniel). Id. 24,7:
|<^c .--... . andijo, fu r dado en falso?
Ai*tDuiiil-ijUt como armandijo. A. Alv. Silv. Maná, í c:
iTidijas con heso de paz. L. Fern. 145: Sé armar
■.lili ji .,i.- M .;; ■ J">.
Ariiin4l-ill4i, dimin. de armad-o. Pequeño animal amen'ca-
' M, Umbién llamado latú, cubierto de conchas que cierra y abre á
aoera \^' ' fi. Jnd. 4,38; Por la defensa que tienen
laeíkxwic.- ius y desplegiindolas como quieren, los
I Aman arnndiUos
\rmafl-llla, en ).i Oerm. to que da para que juegue uno
:1o arnuda alguna flor. En i^all ai madijo, tazo, trampa
Ariiia-tlor, tí que arma 6 avía una embarcación, en corso
i: iu,:ii-ért y aliitail-ia. Tíabjzón de maderos que se
34n ya para tujartos de la monuña, donde se cortaron, por los
[para navegar. A. Aoiíst. Oiat./of. ÍO: Ratítes, a?es. los que
^'-ras ó armadías. Act. Cort. Arag. pl. 26: líem de
»■ de fustas niayore'i dos sueldos.
En Asturias trampa de patitos para ratones, ele.
[A' I - ' 1% marear, del ir en almadí-a. Cabr. p. 64: Y c»-'
. .e y lanzar las tripas. Euq. Salaz, c. 36: Y comen-
> i dar d alma (que eso es almadiar). Valdükrama ^/erc, Dom.
f^ hfi hay borrasca (empeslnosa y deshecha que así almadie ;
, como ta del vino. Cabr. Sab. /.* c. 5: Se ven almadiados,^
\ r sin reposo.
Ai-ai-adui*a, con}unto de armas defensivas que se vestían.
1.18: No tubía armadura por fuerte y encantada que Fue
: paTax delante. En el animal lo que armazón, y lo mtsmol
I y o4ra5 cosas que se arman, los palos, etc. que las forman.
R. Agr. 4,16; Poniéndolas (las calabazas) en armaduras como
m^m^mm
56 Orkjen V VIDA DcL lSoOat
parras. Cacer. p$. 68: Un grande ayunador os parecerá hombre
embalsamado y que no tiene más que la armadura. Id. p5. 31:A
poner en los huesos, véome apurado, no tengo más que el armadura.
Ai*fn-Mnzn, armadijo. Recop. 1, 8, 7: Ni sean osados deles
armar (ó ias palomas) con redes ni lazos ni con otra armanza
alguna.
Apm-an«¡.'i, en Salamanca el esqueleto ó arma-dura, que*
éarse en las armancias estar hecho un esqueleto.
/\i-in-ar¡o y almario, de armarium, erudito, it. armadlo,
ant. fr. almaire, armaire, fr. armoire, prov. arman. La /por disimila-
ción paraque no haya dos r. Ovalle H. Chile f. 363: En medio de la
abundancia de madera que tienen y que la saben labrar muy bien, no
tienen mesas, camas, arcas ni otra cosa que unos armarios muy gran-
des. Qaij. 1,4: Almario de embustes. BtRC. Sac, 1 1 l:Que estaba al-
eado siempre en el armario.
.-\i*»ia-l(»»te, ingenio para armar la ballesta, después cual-
quier cosa armada presto, tosté pronto. J. Pin. Agr. 5,21: Movien-
do aquel otro molino con todos sus armatostes. Sandov. fí, Fern.
Magno f. 4: Porque las ballestas de aquel tiempo armábanse con un
ingenio que llamaban arinaíosle, estribando un pié en el arco, de
que tomó el nombre.
Metaf. la persona que nada vale, lo que estorba.
Apm^-zóii. Como de un arma-lio, arma-re, en el sentido
burlesco de acto de armar caballero. Qaij. 1 ,3: La vela de ias armas y
la armazón de caballería que esperaba. De arni-a, aument. -az-on, en
el sentido de materiales para armar algo, de donde el esqueleto en el
hombre, ó su equivalente en objetos, que sobre a!go armado, ó
su armazón, se pone lo que ha de aparecer, como la quilla y costi-
llas en el barco, etc. Ovalle H. Chite, f. 99: Poco antes hallaron
una canoa con el armazón y cuadernas de estas costillas. Gran. Simb.
5,1,2: La primera cosa que se nos ofrece es la armazón de los
huesos de todo el cuerpo.
Armazón de huesos, el flaco.
Ai*iii-ep4», el que cuida de las armas, las hace y compone.
Celest.f. 156: Quien sino ella puebla los cimenterios, quién dá con-
tinuo que hacer á les armeros?
Apin-epia, lugar donde se guardan armas, generalmente an-
20. armn ciist.
%7
. Quii. 1,49: Pues aun hasta hoy día se veen en la armería de
I reyes.
Arm-plln, anillo de meíal por donde entra el mástil del can-J
Jú o ctTrojo. Vaiderrama Ejcrc. Fer. 4 Dom. t cuar.: Los cerro-*
ilorcTíJos no pueden salir délas Armellas. Cron.gral.f. 100: Loa
I Henof de anillo» í líis ínuñecas Ue armellas de oro. O. Alf. 2,
'otra sobrríiave de algunas armellas, y candado. Bardad.
T- vic. 1 29; V «luviérales más á ciienlo poneisc dos armellas en
Itoo y un candido de golpe.
Arm-tltn, «i la Litera de Aragrin abrazadera de hierro para'
ir.íur H f iiipaímc de des pie72s de madern.
Ariaillo, aliuiíln. de arm-a; il. y prov. armilUj fr, «irmi-
iura corta inlerior, escolada por todas partes. Díjose por
-"'T que solía llevarse bajo (a armadura. QaiJ.
iia Je bayeta verde . Galaí. 3, p. 39: Almi-
i¿e Iritt. Qucv. Mas. S, rom. 48: No sé M es alma, si almilla / éstt^
I en el cuerpo; / que si aímílla, no milenta / y si es
' U «icnio.
Afiu-iÍM, brazalete ó nunilía, variante de armelh. A- AousT.
L/ 7: Armil» $on como brazaleles ó manillas.
Annil-ar. lo compueslo de armtla.<i C círculos, como la esfe-
I iríi:itar.
l>o^-fti»innr, quitar las arnws ó descomponer lo armado.
7rt;,is. Quij. 1 ,2 A! cual estaban desarmando l:is tkmcellas. Id. 2,
Dciinno^e Sj'u'ho. j. Pin. Agr. 30,'2f>: Héctor se topó con Pa-
t en b batathi y !c maíó y le deíia rmó y se qiiedri con las armas,
[}om. I caar. / c, 5 3: Desarmar el campo t!c Dios y
» ...„ scffiQrd. Víf,p. 2^tf: Si .iquel borracho I
K lime. SoLis, H. Mej. 4,5: Mandóle con gra-
; que desarmase la gente, deshiciese la armada. J. Pm. Agr,
DVh no nos dejarme de 311 gracia. Mcnu. Q, Gran. 3:
iini V rnbaron la guardia.
'sc^ar el enojo, la cólera, etc. es decir quitarle las fuer-
¿A» mist. ptc. 3 Coftccp.; Vn amar de veras A Dios
irtai 1 r^ir»«i. D. VroA Disc. dom. /: Despoja y desarma
iftQKia t .^ala, Hoktt.ss. Caar.f. 130: Cutí ota razón
ráeana^» ffi* enojos, Galt. cspañ. j. 2: En armarle á (al empre
58 Origen y vida del lenqüaje
/ de íu valor te desarmas. Corn. Cron. 1. 1, 1. 1, c. 27: El media
pues de desarmar la malicia de los maldicientes me parece á mí que
sería admitir algunas moderadas posesiones para pasar la vida.
NiEREMS. Obr. y días c. 24: Desarmar con risa una injuria. Zaba-
LETA. Día f. Estrado: Esta desarme innumerables venenos.
Descomponer algún ingenio armado. Gran. Orac. pte. 2, c. 5,
§ 17: Y después queda todo el reloj desarmado, y para tornar á con-
certarlo, es menester trabajar de nuevo.
Disparar ima arma. Lis. y Ros. 5,1: Avíseos que ninguno de-
sarme hasta que yo comience (disparar la ballesta).
Reflex. Soltarse las armas ó lo armado, ó perder las fuerzas.
Bañ. Arg. 1 : El corazón se desarma / de brio y denuedo. D. Vega.
Lun. Dom. 1: No se desarma ni desenlaza el arnés. Argote, Moti-
ter. c. 25: Armanse para los osos unas trampas de un ingenio de
saeta, cebado con pasto, que en llegan..1o... se desarma el ingenio y
le atraviesa el cuerpo la saeta. Calo. Sitio Breda 1 : Mi hermano, i
su fortuna agradecido / estaba desarmándose en la popa.
l>4;sar*iu-ailo, partic. de desarm-ar, y el que no lleva ar-
mas. Gran. Simb. 1,12: Y los (animales) desarmados y tímidos tie-
' nen astucia y lijereza. Galat. 5, p. 70: Con pecho desarmado me
arrojé por medio de las bárbaras espadas. Quij. 2,65: Don Quijote
desarmado y de camino.
Itesariu-e, desapm->», posv. de desarm-ar.
Kn-arm-e, posv. de en-arm-ar, que no se usa, modo de ar-
mar las redes de pesquera.
Apm-óii, juego delantero de la cureña de campaña, con ú
cual se forma un carruaje de cuatro ruedas y se separa para hacer
fuego; aument. de arm-a.
Kii-ai*ia-oii-ai*Ne. Bonito y propio verbo que expresa A
levantarse los cuadrúpedos sobre sus dos pies alzando las manos al
empinarse. La Academia lo trac de armas la cadera ó espalda de las
bestias; deriva de arm-ón. A. Alv. SUv. Dom, 4 adv. 4 c.§ 4: Como
el Roldan ó el Cid de tapiz, que muy feroz esgrimiendo la espada
puesto en su Babieca qne le tiene enarmonado, las manos altas y pies
restribados, haciendo asomo á la carrera. Id. Dom, 4 caar. 1 c.§2r
Cuando les viéremos enarmonados, metidos en cólera. Valderram*
Ej. Sab. 3 dom. cuan: Hizo que de repente Baliesen dos caballoft>
, los cuales se cnannonaron y comenzaron Á hacer gran-
Id. Fer^ 6 dom. í asar.: No<Jc el caballo algún cor-
nonc. Lt^H Job. vcrs.: Entona / la voz contra ti so-
, por cl suelo / ilerroca h cerviz que ¿;: enarmona. Vai de-
m. 4 dom. Citara Y si lo detiene, relinclia y se enarmona
i qoc se vr rn U batalla.
Trans. Alzar en alto. Alv. Oom. Cant. 8, oci. 23: Los Layos y
tque Niño enarmona (estáUius),
Armon-ixJir, verbo modemo írancés, uiiie cabe por compo-
■ 'i músiCA, como vocablo técnico; lo demás es pm-
i) necesarias.
Itinia, en la acepción de iiion1<^n viene del antiguo alemán
'fjcó sene, número, como enani. saj. an-nm sin nú-
-.1 número. En medio alemán es donde aparece nsn con
iKTpocin de verso y rima en cJ verso; antes dijosc el verso romo
al., ags. word, norso oráh. Infliiyrt en esla acepción e! la-
flhmuSt vertus rhythmicus. Hasta el s. XVIII se halla en ale-
, ptim por vereo, Rund-reim, Kehr-rcim. En med. al. por ri-
)r úetíA rime t>indenp después en al. reimen, y por Reim de-
Ios Mcisíen^ínger Gtbúfíde. El medio inglés rínií, ingl, rhyme
c! francci antiguo y moderno rime, que, como cl il. rima, ¡irov.
ost rima, siempre en el setilido de consonante en el verso,
del medio alemán y faiín, como queda dicho. Por montón
es antií^o rima en España, del antiguo alemiln; por
nie vino de Francia y es erudito. J. Pin. Agr. 31,>i1: La
> rima «quiere dedr en nuestra tierra el montón de las ropas
"-n Us labradoras unas sobre otras muy compties-
.u en ia espetera tienen los instruiucníos de la co-
^ kl 26,5: Para infamar la m4s afamada pieza que Dios tiene
I rima y ajuares. Id. 23,13: Hasta decir Peno ei df Pl;iiito que
I de U$3"" iiicriles es su gritería. A, Alv. SHv, S. Andr.
fe. § 2: Ei el. na copiosísima llena de ajuares de todo valor.
0. A(f. 1,1,2: Tenia puestos en rima unos colchones. Lis. y Ros.
! que (enía llena de Decretos y Baldos y de Scotos y
, - js libros,
Mo ooflhindir cl rima por rendija, que es puro latín, con esta
, COBO k) hace cl Dicioaario de autoridades, que no trac nfn*
guna de la rima española, pues solo es el rima lafino el que trae de
la Mosquea (c. 1, oct. 24): Los escondrijos, rimas y rincones /de
aquella sima averiguar se ofrecen. Ni el rimar por buscar es espa-
ñol, aunque lo use Lope (Dorot. f. 1 59), sino puro latín.
Por verso y consonante ó asonante. Wiaj. parn. 3: Lo que can-
tan tus rimas. De aqui rim-ar los versos por consonantar ó asonan-
tar, como intransitivo, rima un verso con otro.
Hacer rima. J. Pin. Agr. 30,24: Adonde llegarían sus mentiras,
si dellas se hiciese rima.
Ríin-epo, de rím-a con su mismo valor. Qaij. 1,6: Y hacer
un rimero dellos (de los libros). Id. 2,20: Había un rimero de
pan blanquísimo, como los suele haber de montones de trigo en las
eras. IJ. 2,23: Haciendo della (la cuerda) una rosca ó rimero. Abx.
1734: Quando fué allegado fizo un grant rimero.
A-ppim-ap. Formar una rim-a de cosas allegando, de donde
allegar, poner junto i, apoyarse. Cuervo por no haber dado en li
verdadera etimología trastrocó el orden de las acepciones. Latinizad»
en Berceo (S- M. 210): Pero non adrimaban seso nin sapiencia.
Trans. Allegar añadiendo, formando número ó rima. Zamora
Mon. mist pte. 3 Rosar.: Dos lugares arrima á esto el Santo bien
curiosos. J. Pin. Agr. 2,4: A lo cual arrimemos una ley de nuestras
partidas. Id. 5,36: A esto de Pausanias arrimaremos que dice Demós-
tenes haber sido juzgados. Mariana H, E. 18,15: Arrimáronles los
arzobispos de Toledo y de Santiago. Siou. S. Jeron. 5,2: Siempre
arrima estas obligaciones al oficio y al estado como nativas y como
esenciales.
Allegar ó acercar en general, sin tener cuenta con la idea de
montón. Coloma G. Fl. 3: La propia corriente le arrimó á unos
matorrales. Makiana H. E. 2,9: Arrimó sus ingenios á la ciudad, á
cuyos golpes derribó por el suelo tres torres. Ohreg. 3,7: Y arrimán-
dolo á un madero de la escalera. Num, 4: Arrima pues, ó Mario,
alguna escala/á la muralla. Quij. 1,41: Quitándola del mfo, la
arrimó á su pecho.
Apoyar poniendo junto á. Mariana H. E. 8,1: La capilla del
ermitaño Juan, aumentada y ensanchada con nuevos edifícios que le
arrimaron. Moreto Val. just. 3,13: En el brocal desfe pozo ./que
está arrimado á este templo.
20. arrimar.
6t
\$íl«tijf. Pfrs. 1 ,1 : No por eslo ha dejado Arnaldo de entretener
con dudosas imaginaciones, arrimándolas ¿ Ea varia-
I iij US ;:L-mp<» y á la mudable condición de las nnijercs.
Dejar i un lado, apartar, del poner junto á otra cosa. Saav.
r. 9: Animó el cciro y puso ta mano en el arado. Monc. Exp,
; cansaron de su gobierno y le arrimaron. Quev. Mas. 6 rom.
^'Bcsranlc, como al jarro/ borracho bebedor besa,/que en con-
\o arrima /ó en algún rincón le cuelga. Qr;^n. Mem. 2,2r
de conquistada la tierra arrimaron sus lanzas y dejaron las
SocB H. Me/, 2,20: Le intimaíoii que arrínsasc el bastón de
J. Lope Rosar. J¡, 5SA: Sí la vara no arrimáis.
Alribujr, imputar. Makiana H. E, 5,J3: A otros {dió la mt4erte)
fl&ttmoaios que les levantaban y calumnias que les arrimaban.
G- Catat. 3: Esíe fué el primer motivo para nombrarle; des-
^fMO, viéndole bien recibido, fueron con ingenio arrimándole otras
iidcraciancs de gran pcfio.
ffífiex. Allegarse añadiendo. Lazar. 7: Yo determiné de arri^
i los biKiKis, McNO. G. Oran. 4: Stempre fueron émulos de
aqueiU ciudad, y aun cabezas, á quien se arrimaban otras muchas de
Hil Andalucía. Mariana H. E. 6,4: Se arrimó á Sisenando y siguió
^■■pirtiiio. QuiJ. 2,44: Cuando por sí solas (las novelas) sin arri-
^HBix á las locuras de Don Quijute ni á las sandeces de Sancho
■licran a \üi.
Allegarle en general. Gatat. 6: Acabada esta ceremonia, el
cáoo Tdrsio se arrimó á un subido ciprcí. Gitan.: Todas tres se
I i im rincón de la sala. Pers. 2,11: Impeliólos remos con
fuerza, que llegó i igualarse el Ínteres con el Amor, y arriman-
i UD costado, le hizo pedazos todos los rcruos de !a diestra
1. Qaij. 2,60: Yendo A arrimarse ¿ un arboí. Valpkrrama
r. /%r. 5 ctJtiz.: Dan ratichas interpretaciones los doctores, una
i que atas se ajriman al texto.
Mp'»r»r»í estribar. MoRtrtí Valjust. 2,4: l*orque se enlace con
ra que se le arrima. Adj. Parn.: No he visto yo hiedra tan
icaitcu^^ ' desde el pié de la muralla, donde se arrima, ha&ta
Itealocrii.^ w...ji>drr..* Si acaso la muerte ú otro accidente de forlu-
idcrriba d árbol donde se arriman, luego ic descubre y manifíes-
I tan poco valor.
62 Origen y vida del lenouajc
A. Am. lib.: Vendóse una pierna estrechamente y arrimándose
á dos muletas, se convirtió en un pobre tullido. Quij. 2,52: Pusié-
ronle en las manos una lanza, á la cual se arrimó para poder tener-
se en pié.
En. Puente Med. 3,15: Si no han menester báculo, que no usen
de él, ó si llevaren báculo en que arrimarse por flaqueza.
Sobre. Quij. 2,47: Oyendo esto Sancho, se arrimó sobre el e^
paldar de la silla.
Metaf. Buscar apoyo moral. Galat. 2: Arrimóse el amor á la e»>
peranza / cual vid al olmo. Id. 3: Arrimado á mi fé y al valor tuyo.
Obreg. 2,5: Determiné de arrimarme á algún favor poderoso, eit
cuya sombra pudiera descansar. Qaij. 2,32: Yo me he arrimado i.
buen señor, y ha muchos meses que ando en su compañía. A. Alv.
Silv. Dedic: Van arrimadas (las consideraciones) á los dichos y he-
chos del Redentor.
Recurrir á, como buscando apoyo. Valdés Dial, leng.: Vése en
esas palabras y otras tales, que algunos toman á qué arrimarse
cuando están hablando, no les viene á la memoria el vocablo tan
presto como sería menester; y asf unos hay que se arriman á e/i/en-
déisme?.... Otros hay que por la mesma razón se arriman é. No sé
si me entendéis. Stou. S,Jer. 3,5: Arrímanse los herejes á algunas
de estas maneras de decir, cuando son confusas, y que se pueden
tomar en un modo y en otro. Lazar. 1, p. 11: Arrimábase A este
refrán: más dá el duro que el desnudo.
Confiarse. Tr. Arg. 2: Porque un pecho cristiano que se arrima
/ á Cristo, en poco estima hechicerías. Avila Audi. 54: Que no
nos arrimemos á nuestra prudencia. Gran. Imit. 3,8: No es bien
arrimarse demasiadamente á esta afección, porque se puede mudar
presto en contrarío.
Inclinarse moralmente. Erc. Arauc. 15: Por ir ala verdad tan
arrimado. Pers. 2,7: Arrimándose al parecer de los que dicen.
Cacer. ps. 93: En duda lo mejor será arrimarse siempre á la justicia:
no salir un punto del camino derecho, Pedro Urd. 1: De arrimarme
á la ley en cuanto pueda. Torr. Fíl. mor. 8,3: Cobra fama de arri-
mado en demasía á su juicio. Rivad. S. Ign. 5,1: Arrimados i
su parecer.
Arrimar candela, p^^ar, apalear, ó leña.
20. arrimar.
63
Arrimar el ascua á sa sardina, mirar por solo su interés en
Attnmtr ti i>uí.ihv¡, pegarle con él.
Arrimar d hombro, ayudar al trabajo. Saav. Empr. 71: Caen
rs, cuantío el sucesor no les arrima el hombro.
lAiiihién trabajar mucho, ceder en lo inevifabíe.
Arrimar la espuela, cíe, p'Knr. G.Al/. 1,J,3: Arrimáronme el
y torcímc á ta parle que picaba. Quij. 2,\A: Arrimó reda-
! Us espuelas i las trasijadas ijadas de rocinante. Arauc, 22:
in los cabanc-s desbocados ' arrimándoles hierro á los costados.
las piernas aí caballo, aguij-indole. Arauc. 23: Arri-
> la» picRuis al caballo / á más correr salí en su seguimiento.
Arrimar la testuz ú la coyunda, ceder.
Arrimar teña at/aego, agravar al^ío incitando, aconsejando.
Arrimarst á. buscar su favor.
Arriíaarse al sol gae más calienta, buscar la amistad ó amparo
i)Ue en tales ó cuales ca-^os puede vaEerle, sin mas considera-
Do qaiera que me arrimare, aconiézame otro tale. c. 294.
El que ú baen árbol se arrima, buena sombra le cobija. Quij.
M y I proi
An*lni-a«lo. partic, corno susl. el pariente cercano.
En ta Utrra de Arsgón hombre encogido, vergonzoso.
Arrimado á la cola, bruto, insolente, ó arrimado atrás.
Vífíf arrimado, amancebado.
Arrtni-u, posv. de arríni'ar y equivale á apoyo, sobre todo
Qaij. 2,10: Don Quijote se quedrt á caballo descansando
: k» csinbos y sobre el airimo de su tanza. Berruez.^ Amenid.
: Can sus tiois puertas de hierro que le cierran, y al arrimo de
un fuerte mbo de argamasatia canierin. Qutj. 1,33: Pues
■luslesita sobre los débiles arrimas de su flaca naturaleza.
Deiadmc Itegar.... al arrimo de quien no me han podido
importuitadoncs. Id. 2,25: Arrimo de fos que van
.75. ]. Pin. Agr. 17,18: No f.ittan buenos
. V ... , ij. D. Vni,\ Disc. Fer. 6 dom. I cuar.: No
I Gar en arrimo» de hombres y de principes <í"e no son se-
Tr. Arg. 4: Y no sabes también que aquel arrimo/con que el
64 Origen y vida del lenóújijé
cristiano se levanta al cielo / es la cruz y pasión de Jesucristo?. /Vrí-
2,7; El amor ni nace ni puede crecer, si no es al arrimo de la espe»
ranza. A. Alv. 5/7v. ProL: Salvo hacer arrimos y apoyos á los peca-
dos. J. Pin. Agr, 2,34: Porque Orígenes pensó tener arrimo en lo
que dice el Eclesíastes. Selvag. 121: Sin algún arrimo de pariente^
Dícese también arrimo el amante y el amancebamiento; en Hon-
duras, arrimos, los accesorios del aparejo.
AI arrimo de, favorecido de.
No tener arrimos, favor, ayuda.
Un buen arrimo, que ayuda al provecho.
Art*im-e, posv. de arrim-ar, en el juego de bochas el sitio
más arrimado al boliche ó bolín, que se procura conseguir tirando
hacia él con liento la bocha ó bola regular.
Arpim-atlepo, el zócalo con escaño pegado áél en come-
dores, pasillos. El poste, palo grueso, etc., en que se estriba ó arrima.
Pic.Just. f. 44: El arca de la cebada esté siempre alta y firme, y no
haya junto á ella banco, escabel, estribadero ú arrimadero.
Arrím-atl-ixo, como arrim-o. Oran. Simb. pte. 2. e. I7t
Comenzó á poner arrimadizos á su iglesia que bambaleaba.
Dícese del pegadizo, que se arrima á uno por desfrutarlo.
Arpím-ad-illo, estera ó friso en los estrados, clavado i
la pared.
ArpÍm-ón, arrim-arse dejándose caer de golpe á un lado
¡unto á algo. Hacer el arrimón es arrimarse para descansar, como
los que llevan los gigantones. Q. Benav. II, 1 94: De empinar d
jarro / hacen arrimón.
Hacer el arrimón, ir el borracho ó los gigantones arrimándose
á las paredes.
Des-appimap. De arrimar. Trans. apartarlo arrimado.
Q. Benav. If, 295: Desarrimen los gigantes / y con tiento cárguenlos.
Lope Entrem. Muest carr. U, 335 (es del mismo Quiñones); Desa-
rrimen los gigantes. Guev. Doctr. relig. 36: Has de estar en el coro
desarrimado el cuerpo, juntos los pies, cogidas las manos y bajos
los ojos.
De, Euo. Salaz. 5a/. esp. 2,223: Arrimaba las espaldas á una
pared... sin que le desarrimasen de la pared.
Metáfor. Apartar de una opinión. Mañero /V^. ¿ 5: Por que
¿i. ars.
b5
i mis tadl i tos apó$lolcs.., recabar de Io<i gentiles ia absíinen-
Lque dcsarrtnur Á los judíos de su lema,
ffr/fex. Apartarse de la rima ó compañía, ó sencillamente de
de estaba aninudo. Zaüaleta Dia f. p. I, c. 2: Allí [a parte de
|arífiana que se deurrtmó del cuerpo^ la prenden por íncorrcgíbrc.
Mtíúfor. Apartarse de una opinión ó de un afecto. Cascal. TabL
i. p. 239: Bien tiene el poeta licencia de desarrimarse de la fábu-
ípua mayor omamenfo suyo. Avila AadL 38: El arrimo que pone- '
ten él ha de ser desarrimándonos de nosotros. S. J. Cruz MonL
2,17: Si el alma quisiese siempre asirse á ellas y no desarri-
! de días, nunca dejaría de ser pequeñiielo niño, Palma Vid,
Palma p. t\'. Cusn desarrimado estaba de si mismo para no
'é^ileccr y aer.
D«mnrHfii-<>*posv. de desarrim-ar. Davil. Pas. L 5, est t. c.
,áec. 4: Con qur un bra/o y oEro brajto / iuz^a al subir sin arrimo,
f « d brio es desarrimo / y en la cruz parece abrazo.
21. Adaptar, juntar» ajuslar es áf)-TJ-ci>, derivado de ¿p-rj-; ó
ajuste, propiamente lo cogido ó allegado, el ara-ta ó el
'^ dd ctt&keía» en tat. ar-tus miembro que est^ ajustado, dimi<
arfi<atus artículo ó artejo, artical-are ariicular, y ar-fas
apretado, aria-re apretar, en lii. arty-mas cerca, artin-U
, acercar, irl. alt, plur. aUt iiinclura, godo ti-thus miembro;
mtetnbrD y ailejo, ¿pep-ni artritis, gota, dpepi-ti* ajustar,
Del a/ostir y convenir pudo decirse «p-e-n^ la virtud, apr:á*w
ir, *er dichoso, xend, areta perfecio, ere-ike recliiud. Véase,
^CDmo articulo y artejo, qtie vienen de ariicuítts, pudieran
! por el arta cogido, en cuskcra: arttKiiias se dijo prime*,
t, como mam-putas de manu-patus,
-cctsamenle, enseguida, hace un momento, es ¿p-T;,
-uvu ahn" ■'•--■•'-.z'. desde ahora, ¿tíív ápr. enseguida que,
f*-> preparar, . , . > á-r.-^í ajustado, conforme, su adverbio
en HL aríi junto á, ar-ty-tnas junio. El sufijo -zi es el -tí,
'vale al cuskaro ar-te^ar-tia espacio, .cntre^
, „ ficar eí atiaear, el allegarse junto á y en nie-Í
> pui arreglar, adapUr. Y aquí viene el ürli-& O ar-s Ul\-
66
no y el castellano arte y art-ero adjetivo, que más suena á eusken
que á lalín. In-ers inerte, inhábil, soll-ers con arte entero, sollerti-a
solercia, arti-fex artífice, arti-fic-iam. En skt. r-ti equivale á ar-tis
ars, vale ida, de r, nra ir á, llegarse á, llegar, alcanzar, y por lo mis-
mo logro, buena suerte, camino y conducta, y r-té prep. adv. más
alia, excepto. En una palabra, el ar-te euskérico, ó acción de ar.
En skt. r-/esin (vacío) es ciertamente el ar-te, intervalo.
El vocablo arte, que solo significa ajustar, ajuntar, es decir alle-
gar dos cosas, encierra la quinta esencia, el principio de las artes
todas, mejor dicho de la cultura y de la ciencia. No hay principio más
fecundo que el de) cotejar, comparar ideas y en lo físico el de ape-
gar y componer. Todos los artefactos é ingenios, máquinas y herra-
mientas cuelgan de esto, y todas las artes bellas y las ciencias ni más
ni menos. Por eso tienen la misma etimología la armonía, la rima y
el número en griego. La ciencia moderna ha tomado tan grandes
vuelos del comparar, la lingüística comparada remeda el procedí-
miento que siguen todas las investigaciones. La unión hace realmente
la fuerza en todas los órdenes. La música moderna, desconocídt
en los pasados siglos, no es más que un casar en un todo varías
melodías sueltas, un ajuste, un arte. La maquinaría toda redúcese i
coyunturas ó articulaciones, á ar-tus, al engarce de piezas. El orga-
nismo humano no es otra cosa, y toda máquina es un remedo dd
organismo. No extrañemos, pues, oir hoy en día de organismos y de
organizar en todos sentidos. En la inteligencia el pensamiento se
ciíie á atar cabos, á cotejar, com-parar, poner ideas con ideas: eso
es el discurrir, un organizar lógicamente ideas, lo que en la materia
es con-sfruir, ó amontonar cosas. La química enseña cómo unos
cuantos cuerpos simples con solo con-struirse, armonizarse, casarse,
dan lainñnidad de cuerpos del universo. La física declara cómo dd
combinarse y armonizarse las energías de los cuerpos resultan los
fenómenos todos de la naturaleza. Tal es en cifra e! valor de esta
raíz ara allaear, allegar, adaptar, juntar, ajustar, engarzar, casar, y
el adelanto del arte, de la industria, de la ciencia, pende del juntar y
casar: el casorio es ta fuente de la fecundidad.
22. .\rte. Se han encontrado el arte{m) latino y el arte eu9-
Jréi-jco por su parecido. El latino es erudito y vino con la filosofia y
32. arte.
67
HtoA.cs U facultad y tí libro que prescriben reglas para hacer
H^dc donde el primor y perfección en ta obra hecha. Ademases
toéooftcio de manos, y anliguamente el estudio de la meiafisica y
Isca. hs artes.
I , «.-.-i^ón vulgar propia es la de medio y tnaña ó habilidadj
jJo ó manera: es más eiiskcrica que latina.
|tii la primera acepción, como facultad. Oran, Simb, 1,24: En
'o tntiu el arte á la naturaleza en cuanto le ts posible,
"dono puede. QuiJ. l»48: Kl arte y regias, pof donde
guiax^c Id. 2,16: El arte no se aventaja á la naturaieza,
lU.
^primor. Sous H, MeJ, 3J0: El collar era de unas conchas
9, de gran prcdo en aquella tierra, dispuestas y engajadas
I bl arte, que de cada una de etlas pendían.
[Por oficio mantial. Qaij. 1,25: Cuando algún pintor quiere salir
i en su arte. Id. 1 ,37: Esta arle y ejercicio de la caballería. Id,
9: CfcrcJtando el arte de la mercancía,
r ciencia ftsica y metafísica y letras. QuiJ. 1,7: Porque sabe
[artes y letras (el encantador) que tengo de venir, andando
Id. 1,23: A fé que debe de ser razonable poeta, o yo sé
\ ád arte. td. 1,30: El arte mágica. Id. 2,7: De las buenas y tibe-
íirta.
I Por medio, maña. Qd. 574: El ñzo un arl e non lu de tardaua
1 púa). Qui¡. 2,1 ó: Oue si él hallara arte, modo ó manera, co-
^deeocantar á su señora.
'SK>do, manera. QaiJ. 1,18: Llegóse á ¿I y hallóle de muy
i (bchdo).
^^eluntk arte, y pasarás adelante, c. 64.
Áprehtr: '- - - ,7r/í, i irás adelante. {Qxyxt esludiandu con arte
:ha y aprende mucho mis.) c. 6'1.
p/wr arte^ irás adelante. Oalindo, 551.
I y maña, de donde artimaña. D. Veoa. Paráis. Canc: Mis
' lanar por arte y maAa, que no por fuerza de armas.
I arte y con engaño, se vive la mitad del año, y con engallo
^ te »Í9c ta otra parte, Ó se vive e¡ medio año, ó se pasa.
SU
Üí Qík que, de modo que. J. P¡s. Agr, 17,2; Los umsieivift
68
en sus operaciones, de arte que se llevan bien unos con otros. S. '
Perf. 4: Más aprieta el demonio, de arte que no dá á eso lu
León Cas. Introd.: De arte que el estado de los casados es esl
noble y santo.
Del arte, de la misma profesión ú oficio.
Del arte taurino, de las mujeres de mal vivir.
En todas las artes hay engaño, sino en el que vende la es\
por cerro, y el vinagre por vino, y el gato por liebre, (Razones
ironía.) c. 121.
Haz arte, y caberte ha en parte, c. 490.
La mitad del año con arte y engaño , y la otra parte con ei
ño y arte, del gastar y campar sin nada propio más que sus ma
Malas artes, malas mañas. QaiJ. 1,8: Han de poder poco
malas artes.
Ni arte ni parte; ni olor ni sabor. (Para decir con más fu
que no pareció algo, y que no supo nada de ello; no fui ar
parte en ello.) c. 552: A. Alv. Silv. Dom. quine. 6 c. § 6: No >
riendo con ellos arte ni parte.
No ha sido arte ni parte; ni he sido arte ni parte. (Sin se
ello arte ni parte.) c. 554. Nótese parte con p ó labial, de repetí
(Ung. Cerv.i. 1,77).
No pareció arte ni parte; no supo arte ni parte; no tiene
ñiparte; ni tuvo olor ni sabor dello. c. 552.
No tener arte ñiparte en, no entremeterse ni interesar en
A. Alv. Silv. Maad. 6 c.%2: Despídase de Dios, que no tema f
ni arte con él.
No tener arte para, carecer de maña.
Parece hecho por arte de encantamiento, c. 380.
Pararte de, por medio de. Quij, 1,13: Por arte de ene
miento se convirtió en cuervo.
Por arte de birlibirloque, lo que ocurre no esperado, sin y
la razón ó medio.
Por arte del diablo, de lo que sucede sin esperarlo, de i
manera.
Por arte de magia, de encantamiento, de lo inexplicab
inesperado.
Por arte empreñó el conejo á la vaca-, (Acomódase al mo
22, arte.
69
I que se casan. Ejemplos hemo^ visto de escogerá su paje.)
(Jnien tient arte, tiene parte. (Oficio con que ganar la vida.)
340; ó va por toda parfe.
Vakrse de malas oríes, de malos medios.
Apt-rro» miñoso, astuto, de arl-e en el sentido euskérico.
Pw, Agr. 22,4: No ías conocía por cuales debiera, tanto era yo
bozal y ellan de arteras. Cabr. p. 6&: Dragón artero, A. Alv.
ISA'. Dom. t caar. 6 c: No osando fialla de otra mano que fuen
ICC artera y maliciosa que ta suya. J. Pin. Agr, 2,4: Y se defiende
las tentaciones del demonio tan malicioso y artero. Tr. Arg,
3: El arlcTO / y vengativo amor ha salteado... / el pecho de mi
Celest. V. p. 63; Y la experiencia y escarmienío hazc los hom-
juleros. Berc. Loor 4; E los sacó de seso con sermones arteros,
A H. B, S,12: Eran hombres, por Ea larga experiencia, arteros j
sqaccs.
A majer artera, la hija primera. (Artera es ardldora y casera).
22.
Artero, artero, pero no buen caballero, c. 30.
A víior artero, servidor roncero, c 8.
AaíHjae tarde, el artero aljin vino al pagadero, c, 23. El que
kaceUpacn.
.\rU*r*i-inontc, J. Pin. Agr. 20,3S: Arteramente procuráis
ti ptádcs.
Arlrt^i», calidad del arler-o. Locan, c. 49: Como podré'
muchas arterias, con que podré mucho aprovechar ni i fadcn-
DiKtrinol Cabalt- 1,8: Otros) la artería los face buscar carreras, i
Hos. Cari.-- Revueltos en sus lazos y arterías. Alex. 389:
que se non fuesse por la su artería. Hjta. 921: En cubre $e
con mucha arteria.
rUil-uJ-lo, despectivo de art-e, industria, y armadijo de
Tdasc.
Arli-ruaftji, tnaAa industriosa, de arte y maña. J. Pin. Agr.
: Sacarte las peilabras del pecho con artimañas. Id> 7J3: Li
es una de las arlimañas con que se allega el dinero, Zamorjí
D\lit. pie 2, L 3. Simb. fl: Donde las artimafías se profesan.
Qu'.. Oit. 3,6: Toda artimaña, en pareciendo desaparece.
— — IPIHi I *
7U Origen y vida deI lenquaj
Ai*l-iz«r, hacer ó trazar con arí-e y primor ó con maña y
ficción. Cabr. ps. f>95: Artizado (el hombre) para maleficios, habi!
para liacer agravios. León Cas. 12: Luego lo que se finge y artiza
obra será del demonio.
Artía^ado, parlic. y adj. de artiz-ar. Zamora Mon. misL
pte.3,ps. 86, V. 6: Los colores retóricos y las palabras artizadas.
A. Ai.v. Silv. dom. scx. 6 c: Y aún son estos tan mañosos y artiza-
dos en dar sus escusas. Id. Fer. 4 cen. 10 c. § 2: De aquella artizada
alquimia de su depravada intención. D. Viíqa 5. Andr.: La sabi-
duría artizada, lá nobleza desvanecida. Siou. S. Jerón. 5,8: Qué
impaciencia tan santa para con la falsa doctrina y malos cristianos
disimulados y artizados.
AflixiKla-iueiklo. A. Alv. Silv. Purif. 7 c. § 4: Hay otros
desíos así artizada mente justificados (mañosamente).
Ai't-ill-«r. De un art-ilio, del medioeval arl-illum, de art-e.
Armar de arlirería y demás las naves, y por metáfora otras cosas.
En la Germ., artillarse, prevenirse de armas. J. Pin. Agr. 24,16: Ó
cuan bien artillado me le traes. Diablo coj. tr. 9: La Galeona, que
llamaban de esta suerte porque andaba artillada de niños, .que alqui-
laba para pedir. Zamora Mon. mist pte, 7, S. Marc: Envíe el
mundo ejércitos ....artille galeras, junte gentes. Id. S. Mat.: Una cé-
dula puede más á veces que dos galones artillados. Solis H. MeJ,
3,1: Despachó en breves horas dos bajeles muy veleros, bien arti-
llados y guarnecidos.
Ai*till-ei*o. QuEV. Aigaac: Que un artillero que bajó allá
el otro día, queriendo que le pusiesen entre la gente de guerra.
Morir como buen artillero al pié del cañón, por cumplir su
deber.
Artill-epía, maquinaria de guerra conocida. Quij. 1,33:
Una redonda bala de artillería. Id. 1,38: Cañones de artillería.
Id. 2,61: Disparaban infinita artillería.... la artillería gruesa.
Ues-aptillar, quitar la aríillerfa al buque, fueríe, etc.
Art-istn, todo el que ejerce alguna aríe, liberal ó mecánica^
aun los aríesanos, y así se les llama en Castilla.
Artesano, de *aríensianus, de ars; ít. artigiano, fr. artisan»
pg. aríesao. Espej. mor. vid. ham. 1,9: La primera, de los labrado-
res, la segunda, de los artesanos, si quicr menestrales.
23. arista.
71
.\pl-oJ4», de aiiiculiM, cI nudo del Hedo de U mano, ó articulo,
Pin. Agr, 23,15; A muchos íian sacado muchas piedras
nejas óc los dedos. A. Alv. Silv. Üom. 2 adv. I c, § 5:
Blr^ artejos de su poilcrosa mano.
¡e al allcjc^rse ó alinear de aro, responden al ar, df'ttt
f[t:, -,. . - yi: coger, alcanzar y oi[>>>o, por ap-yii, alzar, llevarle co-
do, fut «fr-<»>íia' y io-úi, ap-íiiflcí!, i^hfíoíi a'canzar^ ¿p-tfi; logro,
Variante es a'.p-sw coger, ganar, i^piuv, cuyo dígania pu-
, ser advenedizo; ¿p-<r^-o; escole, coléela, ganancia. El mismo
de lojfrar, ademis del de ir. acercarle, tiene en skt. la
r, era pcrf. artlsmí, üram, <iryí, y r-niymi, que se con-
niír con Ifl raíz or de ori-or, r-namf, en godo rinnan correr, ingí.
VM'r i,-frí-irH.-.Qi» á uno cs ar-tfjayí; ar-tka objeto, cosa, úlll,
. ganancia, causa, motivo, traza, realidad, lo
I m oposición a kanta lo agradable y á úharma lo honeslo, pro-
'- r.'-'ViTJk. Además ar-dd-ti ir á, pedir, y ardha la
.1 cuskcra. El Vú, ardvas txXtnáiúo, \^\.ardda
, comporaüva arddu—arta, allior, gal. Ardaenna siiva, pa-
al uro, ara/u extender. Así pudiera explicarse ar-da-
-i. 1, arJit-itus, íip-Sij-v cogit-^ndo, alzando, ap-3t-; punta
íRedu. V tal vez áp*^ui satisfacer, animar, refrescar, rociar,
lo Uquido, apl-»i*w mojar, «p5-¡ioí bebldn, ap5-o
que -<: cxuendc; skt. iird-ras mojado, ardra-yiiti mojar, y el
I Snie^ ir hacia, pedir, embestir, pegar.
U úr-Uta cascabillo y espiga, cuya elimologia nadie trae, dfjos«
\'o del crecer y atarse?
A^ i.-ialan4?o, arl>*tie|;;fi», ó ai'Í9«-|»rieto, clases
ití(odt arista blancaó negra. Hcrr. Ágr. 1,8: Hay trigo aris-
to es muy vecino al trechel.
Ai-i«ii-ar, h t as, ó darle su forma.
Vht-^t^in, ^ derla plañía de hojas con púas en los
t y en el cáliz de ta Oor. Escoriación en las cuartillas de pies y
sde las caballeras. Jineta p. 79: Sobrcvenilles sama y arestín.
Ueft-arͻt'ar, quitar las arist-as. A. Alv. SUv. Dom. 4
(Vr.c 6, 5 4: Comiendo los granecitos limpios y desaristados de
lopiü».
24. El vocablo ar-an es antiquísimo, pues lo veremos en las I-E
para significar bosque y endrino. En euskera vale entrambas cosas,
es el nombre del campo inculto, etimológicamente lo de ara, lo ex-
tendido, valle, campo. Y como el endrino fué planta silvestre tan
común, díjose ar-an, lo del campo Inculto. Después se aplicó á la
ciruela en general; que en particular toma algún caüficativo, la blan-
ca aran-zarí, la roja aran-gorri, la bravia ó endrino aran ó ¿os-
aron, basok-aran ó dígase silvestre, y ok-aran, que revuelve el estó-
mago; aran-di es boscaje de ciruelos, arana-ize ciruelo, ó aran-
ondo; el espino y la espina tomó el nombre del aran con tza abun-
dancial, aran-tza, el espino negro arantza-belz, el blanco arantzari.
También el arándano se dice arabi, de abi, abe árbol, lo que con-
ñrma la etimología dada de campo inculto en ar-an, de ara.
El conocido apellido Arana es de los nombres más viejos que
han sonado en la tierra y todavía suena en la India como en España.
Los arañones que los mocetes de mi tierra van á coger al campo,
los iban á coger los hombres primitivos dándoles el mismo nombre.
Toda suerte de ciruelas se llamaron con él, porque se parecían á los
arañones, antes de que el cultivo engrosase la pulpa y la azucarase.
Pero este nombre aran lleva en sí la historia del hallazgo del fu^O,
de donde arranca toda la cultura y la industria.
25. Solo el hombre ha sabido sacar provecho del fuego; los
animales no viendo relación alguna entre los medios y el fin, solo
le temen como á un elemento dañino. No hay ni ha habido salvaje
que no supiese buscárselo y aprovecharse de él. Hállanse restos de
huesos quemados y de carbón vegetal en las calizas de las cavernas
del más antiguo periodo del Mamut en que vivía el hombre. El me-
dio más común entre los salvajes para lograrse fuego consiste en
frotar dos leños duros y secos. Un palo terminado en punta roma
que se voltea entre las manos, como el molinillo de la chocolatera,
contra otra pieza de madera, hasta que el serrín producido por el
taladro se encienda, es el medio usado por los buchmanos. Los po-
linesios echan mano de un palo puntiagudo que meten en una mues-
ca hecha en el zoquete que les sirve de suelo. Solo hace falta ciertt
destreza y saber escoger la madera. Los brahmanes guardan por tra-
dición este modo primitivo de sacar fuego para sus sacriGcios, y di-
25. arani ski
73
Kuc lo hacen aisf porque ese es el único fuego puro. Entre los
í había ley de que cuando las vcstates» ó guardadoras del Fue*
» sagrado, U> depban apagar, !o volviesen á encender taladrando
I tibia de madera. V aun los aldeanos en muchas partes de Eu-
■, cuando había una epizootia, acostumbraban hasta poco ha en*
: fricción hogueras, por medio de las cuales hacían pasar |
' j ganado para que se librasen de ta peslÜencia, y aún dicen
í «e haré en Succia en tiempos de epidemias, Luego que se halló
I primer miocral, que fué el cobre, frotüse un pedazo de pirita en
1 pctiental ó piedra de chispa; después vino el eslabón de hieiio y
To, y al fin se aplicó la yesca. Acerca de estos medios véase
Kuhn Ote Herabkanft des Fetiers. La pintó, í:t>pt--a;i; 6 hacedora
; fuego, dice al iegifndo método ya de adeíantOj y de él habla SóFo-
ker ■' ^-'yctetes <29ft): dW év rérfoisi nÉipov ¿x-pi^o» [i.ú.t^ s'f?''
lo que es un medio más antiguo al del [rote con ta
I. bien que posteriora] frote de los leños, pues es el Trote de dos
Lltmibansc rj^.í-B los leños con que se encendía fuego. los
I tvt«?(i (Himno á Hermes IOS); el latín ignitabalum atañe al frote
i El pilo lercbrador es el TÉprrpov, rpi-ovov, en latín tert-
, y la tabla donde lo encendían las Vestales, <tabu!a felicis ma-
■. es decir, madera de materia fecunda» t;ue da fuego. Prcctsa-
: tab-üla viene de ta misma raiz que íep-tdus, temp-as, tem-
an, t\ tap-cs fuego «n sánskrito, por sacarse el fuego de la ma-
f:I palo que se volteaba llámase en sánskrit pra-mantha. de
6- menear, en norso mUndull «lignum teres, que luola trusati*
liMRU drcuntagilnr». Tat es el origen proL>ablemente de Protnt*
, el inventor del fuego, el Ici'io que lo saca. Pero el vocablo más
I en este asunto es el de la madera de los leños que se esco* .
en sánskrii los dos leños se dicen aran-i, dual, y es el^
dd árbol de que se corlaban. En sanskr it aran-yas vale
rx aplica i muchas plantas de denominación indígena muy
, equivale á salvaje ó cerril, aplicadu i las plantas, es decir
r« d bosque y el vejctal bravio que nace de por si. Es un adjc-
•íw. 'ia, -ion: aranya-tchataca el gorrión de los bosques,
van el perro faívrje ó lobo; Aranya-ka del bosque, fores-
ri, tobítanie dH bosque, ermitaño, adj: -Aro. Este aran~ya y aran-i
{P^tapoatn un tema aran, que no lo hay en sinskrilo, sino en li
forma aran-a extranjero, lejano. En cínirico aran vale montaña, eir
erse aruinn bosque; cimr. eirin, arem. irin y airn-eadach espino-
so, eríc airn-eag spina nigra, pruniis spinosa, que en irlandés es.
airne y en ski. aran-i. Ta! fué, pues, !a madera primitiva aprove-
chada para hacer fuego, el aran ó planta más salvaje, dura y á
mano que hallaron. El origen euskcrico de este vocablo no puede
estar más patente. Debió darse después el nombre á otros v^eta-
les, al atnas forestal, ¿o'.v-so; higuera salvaje, es decir que el adjetivo
salvaje, forestal, se concretó á ciertos árboles quedándoles como
nombre propio. Planta y brote es spv-oí, y es el aran-a extranjero^
valor derivado claramente del de bosque, salvaje, etc., que tiene d
euskaro arana. Este es e! arañón de Aragón y Navarra, y el arag-
nón de los gascones. La invención de los fósforos en pajuelas es del
año 1840: se inflama por el frote la mezcla de clorato y nitrato de
potasa, y arde por las partículas de fósforo que la mezcla lleva, pa-
sando la llama á la pajuela, ó á la cerilla, que en España ha tomadi^
su vez; en los fósforos no inflamables va el fósforo en el frotador
de la caja.
En el nombre del fuego Agni encerraba la mitología indiana si>
origen. Este dios es, dicen, hijo de los Aranis; pero estos son los
trozos de madera que lo originaban; por lo mismo lleva por epíteta
vaneja nacido en el bosque, que es lo que significan los Aran-is,
*Arani es la madre de Agni» {Rig-veda V, 9, 3), <el fuego, hijo de
las diez hermanas» (los dedos al menear los palitroques) (id. IV,
6,S); el fuego nace de la madera (id. VI, 3,3; X, 79, 7); está en los
vegetales (X, 1, 2); es el feto de las plantas (11, 1,14); Agni inmor-
tal en los viejos bosques (III, 23,1).
Ahora se alcanzará la significación de £{>7¡[i-o; desierto, solitario,
vacio, que dio heremus y de aqui yermo, Ep7¡¡i-ia soledad, al)andono,.
epTiiJL'wo, devastar, despoblar, dejar desierto, ¿pTjixt-xT]; eremita, ermita
y ermitaño. Muchas raices terminabas en -m provienen de otras c»
~n por que la nasal final se oscurece. Así Curtíus y Fick añaden la.
variante Tjpsii-a tranquilamente, 7¡ps¡ia-'.o; tranquilo, sosegado, á las
raices skt. ram y ran, que ambas significan regocijarse, estar con-
tento y tranquilo. De modo que todos estos vocablos provienen dc^
aran bosque, soledad, quietud, ó í¡p£|i-ía, Tjpsfií-Í» sosegar. La i) jr
c provienen de a, ápá|ievo[ ipuyú^w (Hes.). Perdióse la vocal muy
neremtís.
V ftü en godo rim-is t^ov/íai 6 qiiieíucl, lil. r<tm-<t$, y rim-H
'• tranquilo, ram^/yf/ sosegar.
IskL ram, ram-ati. ran-tuhé', rañ-sya ser feliz, esiai conlertfo
'$t, ram-Q agradable, querido, 6 ram-ya, upa-ram (ranquili-
e, ram-cna amsdo, rf\m-a quietud, ni/n-aj agrado, arima sole-
•yansar, cesar, regocijarse. En 2it\\c\. ram sosegarse,
|0c>¡.>. ' iin-u quietud, at'rima ^okóaá.
Ahora htcn, ratt ctjuivaic a ram y vale en skt.ran-ñti, rana-yati
y al mismo tiempo hacer ruido, ran-a ruido y movi-
fiiü para ir, ran-iSa-ht ¿irboí estéril. nin-Q hoja, rún-ayi^^i li.iccrj
pluscpí. aríranitm. Claro ei;U que eso de hojas y arbole
n)es mueUni que el (a) ruido es el del bosque, e) de la sotedadj
|de bs hojas. Cn la soledad ó aran es donde se oye ese ruido y a1)f
•esÜsoMf^do, tranquilo y aun contento.
Dci antljr por las soleiUdes pudiera tubcrse Itam.iJo el pobre é
Bte arm-r en norso, armas godo» earm ags., aram ani. al., ó
M. airima el soliürio, es decir el abando-
/ , uijcra ser la del sí^riEi-ocsoülario^ ú^jú'uvai.
Coo b oirsuia raíz ram del skt. en cl sentido de acabar, dcscaii-
ir al fin, ponen algunos olra raiz germánica rem ram
\jí cual sacan el ags. reama, rima, ingi. rim cabo, 5n.
Irintís descanso, Iranquilid.id. F.s lo bueno que lodos esos \*alo-
íieiScdarsn mejor todavía por el aran, en la acepción de térmi-
, que era el despoblado y la selva. De aquí en anl, af. rin-
al. rifídCt «1- Riftde corteza, y nun coricw del pan, ags,
{t. rütd, y con apofonía nmdc labios de la herida» etc.; y su
en ant. al. rantt fned. al. rant, al. Rand. penil. randex en
It borde, cabo, OíÜla, del escudo en particular y Ran/t borde,
s. rottd por randa-, godo * randa, que ex]>lican por ♦ ram-
í> que de lodos modos es un deriva lo -ta de la raíz dicha. El
F. Klttgt que se aclara por el castellano randa, borde de
AUrt lu estudiado esta raí?. (Revuc d. 1. rom. 11. 27), que
ÍOtt ser ron: catalán ran á ron, en el Dante randa á randa ras
'I la lenf^ d' oíl. rain borde, término del bosque, lísíere^
•=-''ie 6 aran, en walón raina limite del cimpo, anl. al.
íL rin, de donde en francés rainure, ramcr. En loa
I mar e cshmar las muelas, rana rueda, muela de molino
I cree I
es decir dar punta ó extremo. El extremo Rand en alemán es, puea^
un derivado de ese ran, 6 si se quiere ram, del aran euskérico, en
ags. rand, rond, norso rond. De aquí el provenzal randa á randa
hasta el cabo, rondar, ant. fr. randir, randon, de randon, rando-
ner. Según Diez randon en fr., prov. rando, es un derivado del
prov. randa cabo, extremo, luego resolución extrema, violencia, df
donde a randa hasta el cabo. En picardo randir andar de acá pan
allá. Así tenemos el de rondón ó ant. de rendon, explicado por d
francés y provenzal. El fr. rain lisiere, entrada, límite del bosque, «
de origen germánico, en al. Rain y raínen confinar, ant. y med. al.
rein límite, lindero, norso rein. Lo cual habla en favor de la forma
primitiva aran bosque y frontera, límite, como marca que en skt
vino á significar bosque.
26 Aran, en Álava el endrino, Prunus spinosa L., que es ú
euskaro, donde después se llamó beltz-aran ó ciruela, endrina negra,
para diferenciarlo de las demás ciruelas que tomaron el nombre ge-
nérico de aran,
Apañ-én, dícese encima del Ebro, Navarra, Aragón, etc. por
el aran vascongado, es decir la endrina Prunus spinosa L (rosá-
ceas.) Debió ser general en España, pues tenemos en Escolan. H.
Valenc. dec. 1. 1. 4, c. 3: Ciruelas de varias especies, como son ci-
ruetas comunes, endrinas ó arañones. En cat. arañó, cat. y valenc.
aranyoner, mallorca arañoner, mozárabe aranión.
Afan-<lano, el común es el Vaccinium Myrtillus L.; el ágrío
Oxycoccus palustris Pers.; el encarnado ó puntiagudo, Vaccinium
Vitisidaea L.; el negro Vaccinium uliginosum L. Derivado euskéríco
de aran y dan-o lo que es, negro como aran enteramente, ó lo que
se dá en sitios salvajes. En galL y pg. aran-do, mozárabe aradani.
Apandan-cdo, lugar sombrío y húmedo poblado de arán-
dan-os.
Aran-(Íón. en Álava molleja, por su color negro, azulado '
violáceo, como el arándano.
Yermo, de £pY¡|Lo;, por medio del lat. érémus en la forma d«
ér(é)mas; it. eremo y ermo, rum. erm, prov. erm, ant fr. erme, ct^
erm., pg. ermo. Es sustantivo y adjetivo, desierto, y lo desierto, sil
26. yermo.
77
ni cultivar. QttiJ. 1 ,28: De la ocasión que á su parecer estos
Icofrvdan. Leon/pü. \3,A: Hacerse yerma la lierra.
Caando fueres por eí yermo, ten eí culo quedo, para que caan-
furn por lo poblado, tengas culo bien vezado, c. 37 1 -
Padre dei yermo, anacorela aniiguo.
Vdime por el yermo, y vóime peyendo; véngame á poblado, y
'ae á lo avezado, c. 438.
t^rni-4kt*. Intrans. Quedar yerm-a una tierra, despoblar. Bekc.
O. 187: Mas era tan caído (el monasterio), que se querfe ermar.
Traas. Ciurv. Art. Mar. 7: No hay monle que nú laleii, colme-
qticno descorchen, árboles que no derruequeni palomar que no
ma qoe no corran, huertas que no yermen. J. Pin. Agr.
,21: Valle hondo, donde se dfce andar una sierpe que me yerma
conejos. Ouev, Men. Corte 20: A las colmenas yerman los zán-
;. Cúf 533: ^tas el taslielo non lo quiero hermar.
Ptjicx ]. Pin. Agr, 18,19: Haberse yermado una ciudad fran-
poi Us muchas ranas. León Job 1 3,4: Que la tierra se yerma.
^v ^Iv. Dota* ram. 7 c. § 2: Muchas de vuestras casas gran-
1X& y hermosas se yerman de sucesión.
be«-^*«^rinai«. en la Ulera de Aragón abrir ó roturar por
ti ve/ u" lerreno inculto.
Est-^ei-iu-ai», en Ea Litera de Aragón descuajar y roturar
pnmem vtz un terreno virgen.
KrmUo« de er<e)mita, el solitario ó ermitaño. J. Enc. 398: Ya
mundo estoy muy qmto, / soy ermilo.
Epm-Íia« de yerm-o, enn-ar, diminutivo, como de cas-a,
;ido el latino eremita, de ¿p7|HÍTT¡i; ermitaño. QuíJ. 1,52:
i <i-i:csión auna devola ermita.
ftó de Saco, uberna. ÍL freg.: Visitaba pocas veces las]
de Baco.
mil-afio, ermit-an, de crmit-o. Quí;. 1,26: En compañía^
iMcmituAo. Id. 2,24: Xo lejos de aquí.... e^ti una ermita, donde
ea tkabftación un ermitaño. Bcrc. S. M. 56: Andando por
crmitan. Id. S. D. 56: El que fué, como dicen, el primero
itano ik camino, en Gcrm^ salteador.
R»¡a» en Álava pieza ó heredad inmediata á la casa. En ant
78 Origen y vida del lenguaje '
al. rain borde, orilla, holand. rén, fr. rain linde de bosque, raina en
el Glosario de Ducange.
Ran en Aragón, cortar al ran de tierra, á raiz.
Hiiii-la, del gótico *ram-la según unos, ó del provenzal randa,
randa á randa hasta ei cabo, que es lo mismo- Es el adorno en el
borde del vestido. Qaij. 2,6: Una rapaza que apenas sabe menear
doce palillos de randa. Id. 2, 1 8: £i cuello era valona á lo estudiantil
sin almidón y sin randas. Id. 2,52: Sanchica hace puntas de randas.
Ser un randa, pillo, granuja.
Kniid-4>po, el que hace randa. It. freg.: No hay mejor ran-
dera en Toledo, Quij. 2,70: No he visto en toda mi vida randera que.
lt:in(l-aK tela en forma de rand-a ó la pieza de randas. CroA.
gral. 4,3: E la siella con el cuerpo pusol en un cabalhuste é vestiol
á carona del cuerpo un gambax branco fecho de un randal.
Ru n«t-ado, con randas. Quij. 2,47: Un paje puso un baba-
dor randado á Sancho.
Raii«l-£ip, entre delinc. robar, escribir, randé ladrón, ratt-
delar arrebatar.
RoiKlón (de), pg. de rondao, del fr. randon, randoner,
impetuosidad, lanzarse, del prov. randar, randa á randa hasta d
cabo. Vale de golpe y porrazo, intrépidamente, sin reparo. Casa
cel. I : Que ya el sueño de rondón / va ocupando mis sentidos. Do$
done: Las fuerzas que á mi me han forzado á que tan de rondón y
á rienda suelta me disponga á adoraros y entregarme por vuestro.
Entrar de rondón. Qaij. 2,60: Se dejó entrar de rondón por
las puertas del sueno. Fons. V, Cr,pte. 1. 1, 3, c. 21: Halla la iglesia
abierta, entróse de rondón. León Cant. 2: No entrar de rondón.
Zamora Man. Mist pte. 3, Asanc: Yo no sé entrar de rondón. Ar-
QOTE Mont. 31: Y entran de rondón en el monte levantando la caza.
Meterse de rondón. Quij. 2,32: Meterse de rondón á dar leyes
á la Caballería.
27 Arnasa es el aliento: ezta bere-arnasarík bcre ona elduten
acá no llega ni siquiera su aliento, arnasakaz egon tener ahogos,
estorbo en alentar, arnasa-bakoitza suspiro, una alentada, arnas-ats
hedor del aliento, arnas-bear jadeo, ahogo, necesidad de alentar,
{O'nasbear-fa jadear, arnas-estaka aprieto de id., amas-ka alentan-
il, err fuerza.
7 y
ianas-oska iaáto, arnas-ots Ttí\úo i\ resnlj^ar. Conipónese de
^, vifcor y «as mezclur. los que hallaron csía expresión
■iracitin constada en el cambio y rcnovítción
--s, en que sale y entra mezclándose. Ahora
I en los \'ocablos vistos hasta ahora arr es el esfuerza del que $«
sierra, ele, conin intensivo dei movimiento del mirar
Ljuc ci ar^ ara. R] vijor que diñ nombre al varón ó
I a, pues, el misino de ar en ar-nasa, es e] calor, brío y nlienlo
el iKxnbre al hacer un esfuerzo noU en sí respirando fuerte-
. Es la cncT^ia rii5Íolóí;ica. el calor interior que se Irasforma en
muscular. V efectivamente ar-ge-du, Ó aín arr, es desaliento,
■ resollar, argedtta artuta dugo» y ar-gaL ó perdida del arr,
i dcbil^ perdidas Us fucr/as^ poco aprcln Jo, ralo: ikaste arga-
ÜMCA vistit, ogia-argai trigos ralos, or^GZ-rfu enthquecer,
algat-títsufi flaqueza y lalla en el espesor del (ejido,
descaecimiento grande. Nótese que con relación á lo ralo,
""- ^ aquf el aferrar, el coger, y con relación al orga-
natural: lo mal conlTrma lo dicho, que arr es el
I al embestir y por consiguiente la cnergfa orgánica.
Boatenrcs quebrar el aliento, interrumpirlo, arr-ausi, arr-auzm,
chrabiensiRnifica ansia, afición, por ser á menudo efecto del ham-
arraasi-to bostezando, arr -atai luzca ¡oü edogosea bosiczo
tambre ó sueño. El tiempo bochornoso y la erupción de ta
iiidda por el calor dícen^e arr-tgosi, egosí cocer, muy
rdf)os«: del arr ó aliento caliente, etc.
k dltimas horas de la tarde, ó atardecer, es cuando el hombre
kB ^r y lomar aliento de los esfuerzos trabajosos del
■ «..-, ilcscan-iO, huelgo del arr, asi como ats-alde es la
vnlarse á descansar, de ats, huelgo, descanso, echando
arrats gorri. Mar iguski chiiri atardecer arrebolado,
wl Manco, ó arras-gorrt, eguatdt aíardecer arrebolado,
L. La larde desde el comer es arrats-útde, lo junio al arrats^
itrrat-ti, arroitegi, arras-lei, lugar como quien dice del arrats
r descanso.
bebide espirituosas dan esfuerzo y brío, que el hombre
'. )ut|[o de Inferidas, lo cual te hace conocer que ellas lo llevan (
Llamironsc tas que tienen fuerza ó ar, ar-dau, ar'^u,
80 Orioen y vida del leñóuA
ar-do, las todo ar ó ar-dan, las que tienen alguna fuerza ó ar-i
ArdaU'gozoak laa-begi ta o'iñik ez, el vino dulce tiene cuatro ojo;
no tiene pies, ardan-degi taberna, ardan-koi dado ó propenso
vino, ardan-za ó ardan-tza viña, sag-arno ó sag-arda sidn
bebida espirituosa de manzana, ud-arno de peras, mats-arno
uva ó vino, arno-tegi bodega, arno-ta beber, fermentar, es de
usar ó hacerse arno. El fruto ó arn~ari en cuanto que fermentan
produce bebida espirituosa, aretch-arnari del roble, artakarroH
nari del encino, etc., lo cual indica que se hicieron un tiempo be
das con la bellota, etc.
La yesca y la tea ceban el fuego y se llaman ar-dai, ar-da-gal,
que puede dar ar, secarse un árbol, hacerse yesca ardai-ta. Fermí
tar ar-tzí, es decir que toma fuerza, y por io mismo orgullo;
artzi-dara fermentación, artzi-ta, arzi-tu enorgullecerse, ferment
Esa energía orgánica, esa virilidad, puesta en un recipiente es
que parece ser el huevo, que se dice arra-untza, de untza vaso, re
piente. También puede el huevo concebirse como el ovillo de i
arra, 6 sea el arra aovillado, y se dice arra-altza, arra-uU
arr-ultze, arr-oltza, tza, tze abundancial. En ñn, puro arra
arra-ütza. La cascara de huevo arraatza-azal, arraatza-osk
arraatza-moskol, arrautza-mokol, arraatza-kosko, el huevo est(
arraatza-loka, ponedora arraatz-ari, torta de huevos arraatz~o,
arraaz-taío.
Ar-lo es la dificultad de una cosa, or dago arloa ahí está
díñcultad, propiamente lo atado de fuerzas, sin energías, y
arlo-t, arlo-ta el negligente, el tonto que no sabe obrar, har^
oveja que huye de sus compañeras, arlo-te haragán, vagamuní
andrajoso y dejado; arlot-eri dejadez, vagamundez. En Álava
Bilbao arlóte es el descuidado y desaseado en el vestido y po
Dióse en particular este nombre en España á ciertas gentes (
vivían en el Pirineo vascongado. De los de la Península en gene
dice la Giant Conquista de Ultramar (2,40): «E vieron como
arlóles desenterraban los moros, e los que hallaban frescos comí
los.... é Boymonte le dijo que esto (el comerse los moros «b
guisados») non lo hacían ellos ni era por su consejo: mas aquel i
lo hacía que era uno que acabdillaua la gente baldía, e llamábase
de losarlotes». En escritura alavesa de 2Q de Abril de 1268 fig
28- redo.
6\
■ «Pedro dita arlóle», que Fernández Guerra interpreta con razón
|id íudo. dtsnudo, desarrapado, hecho un Adán* (fuer. Aviles
.79).
21. Apicallarstt. indinarse, caerse (Palcnc.) Es el ar-g»|
fpBníer fuerzas.
Aixucll-Mr, desmedrar y como apocar 6 reducir á menos,
\éA ctKkaro ar-gaí perder fuerzas. Usase en Aragón, como transití-
I y reflexivo.
TimWén irgudljirse dejarse cargar de porquería y mugre, y
lnpdlar cargar de censos. Ambas acepciones vienen de] enílaquc-
|ar, dd Mf miserable y para poco.
Ar-iciK'll-iiflo. de argiicll-ar, desmedrado.
Ar;;uell-uz, desmedrado, en Arag., -uz puro, en euskera.
Ar;;:iiell-o, posv. de arguelt-ar. Mucha porquería y mugre,
||npu de la gente misenble y dejada.
Dt^»-arfpielliirf«G, en Aragdn cobrar lozanía y robustez,
irse una casa.
Arl«»(e« holgaz-in, baldío, desarrapado, hecho un adán; puro
' 439: ¡Ay! ¡quanlo mal saben estas viejas arlotas! Id.
iL-ne dellos ayuda más que de unos alrrotcs. Berc. S. D.,,
fM: Ca cUnuban loa canes ercges e arlóles.
.Arlot-ia. Be»c»> S. M. 20: Enlendie que non era fecha por
piriotti.
Arreob-ar, poner ilesa y recia una cosa. (Nebrija y Te-
1071). Es el cu&karo arr-etsí cobrar fuerzas ó arr, como
'**</» coRrandecer, ouí-fíSí elegir, eííerr-<?/ji* admirar, gíitz-etsi
,»pfolttr, Off-tf/:s/ aprobar. Un cfeclo «n Asturias arrechar vale salEr
I (uena d ttftu, y en gallego recho es tieso y recio. Es, pues,
' vartzuitc antigua de arreciar, arrec-il avenida repentina contó
dttr a4iuri.ino. En Álava arrecho brioso, tieso; palabra que
»i<n se lee en ei poema de José (78).
Arreoh-ailo, atiesado (Tesoro 1671).
tA ' 'in-durn. acción y efecto de arrecha-r, apelitode'
JA y Tesoro 167!).
'Vrretrfa-iirbn, dimin. de arrcch-ar. es arranque ó cosa re-
botina que sobreviene, como indisposición, decisión repentina.
»'i! Origen y vida DEL
como en asturiano arrech-ar. Le vino un arrechucho, le dio un arre-
chucho, ¿qué arrechucho es ese? Son maneras de decir vulgares.
Api"ech-a«la, en Argentina mujer cachonda, es decir d(
rejo y reciura.
AtTOch-o, posv. de arrech-ar {Tesor. 1671).
Arrech-o, adjet., tieso, recio, enhiesto (Tesor. 1671); e
variante de recio; en Gallego rccho. En Honduras dura con el valo'
de berriondo, rijoso, como arrechada y arrechadura, en Álava coi
los de brioso, tieso, erguido. Poem.José (c. 76 v. 3).
Racht-sol (al), en Salamanca sitio donde el sol tiene má
fuerza, de racho, por recho, arrecho.
Racha. Dícese una racha de viento, ó metafóricamente dt
otra cosa, movimiento ó capricho. Es un golpe recio, como arrech
ucho, y en Asturias arrech-ar; díjose por recho, arrecho.
Arreciar, variante dearrechar, cobrar fuerzas, convalecien-
do ó creciendo en ellas, es decir ponerse recio. En el Cid (1291) se
dice del obispo de Valencia: De pié e de cauallo mucho era areziado;
y en Álava arrecho brioso, tieso.
Intrans. A. Alv. SUv. Fer. 4 Dom. 3 caar. 14 c. § 2: Les pidid
consintiesen que entre ellos arreciasen y convaleciesen ciertos
enfermos. Torr. F/7. mor. Z,/^: Nadie se fie de mar, donde si al
principio sopla blando el viento, luego arrecia y se embravece. Guev.
Men, Corte 6: Todo cocido, sino tienen dientes; todo asado, si quie-
ren arreciar.
Reflex. Celest. XV, p. 163: Esfuerza tu fuerza, abiuatu corazón,
arreziate de manera que. Id. IV, p. 50: Que se le arrezió desde ur
rato acá el mal.
Recio, fuerte, robusto, tieso, adj. y adv. Es variante del galle
go recho, de! cast. arrecho, de arrechar y arreciar. QaiJ. 1,18: Arroja
de sí más recio que una escopeta cuanto dentro tenía. (Con el valoi
del arrechar asturiano). Inc. Garcil, Coment. 2,2,4: Que andabaí
en unos animales, que llamaban caballos, que eran tan fuertes ]
recios, que mil ni dos mil indios no eran parte para resistir un caba-
llo. Lope Dorot. f. 1 4; Llama recio, si no te duele la mano.
Metáf. Quij. 1,28: Le había tomado un recio desmayo. Id. 1,50
Oyeron un recio estruendo.
En parfícular de la complexión y humor. Qu(¡, 1,1: De cotnple
28. recio.
83
I recia. ^.., n. p. 321: Sufrildes su recia condición. A. Ai.v. Silv.
T. 6 dom. 4 cuar. tt c. § 2: Mira que tengo reda condición, que
! (fe liH celosos.
Ediarse ano de recio, apurará uno para que haga ó deje de
' retío» no doblegarse á. Bosc. Cortes. 234: El obispo cs-
ü» rcoo, y no quería por manera alguna escnchalle.
Hsbtar recio, en voz alia.
Hücasete recio, duro, insoporLible. S, Ter. Futid. 3: Mas pen-
[artubunde lomarlas compañeras á su casa con la contiadiciófl
|<vtubún ^lido. haciaseme recio.
Oir, y ver, y callar, recias cosas son de obrar, c- 1 54.
ffícío de, dífidl de. Bosc. Cortes. 392: Todas estas cosas son
. d« hacer, que.
caso recial recia cosa. Valderrama E¡. 4 Dom. cuar.: Casoil
I re» (5 que no hubo allí uno que despertara las esperanzas del olro.
Str cosa recia, insufrible. Ruf, dich. j. I : Por Dios, que es cosa
;du hay pacicnda que lo pueda llevar. J. Pjn. Agr. 20,36:
I cosa mr parece ser condenado el deseo de lo bueno. Qatj. ] ,
Bces recia cosa y que no se puede llevaren paciencia, andar...
irse un hombre & sangre fria, es cosa recia.
. -.^-^ .ccia es que.
Tmer recio en, persistir. .Mariana H. E. 4, 1 3: Tuvo recio en su
i ' «•i:i-iiif>ii(<*. de recio. Gomar. H. ¡nd, 201: Comenzá á
wlc \'. S, de Setiembre, y llovirt reciamente aquel y otros
I indias siauicnlcs. Aroíns. Maluc. 3, pl. 1 20: Y aunque forcejean-
püf desasirse.
-.-tii*n. J. Pin. >tigT. 23,13: Como Dios baya hecho al
•:ril blando y tierno; y la ira importe reciura y braw
M: Lm'í muchas coyunturas no ayudan á la reciura y fuerza.
5>:, //. Pont. ^,26.1 1: Mientras ditró h reciura del invierno.
RM*¡-i»<liiinliPe. S, Ti:ri-'5a Vida 5: En esta reciedumbre
ai no otaría más de tres meses.
■U, golpe de agua {Tesor. 1671), adj. -it del primitivo
*^ - . .londe recio, con el valor asturiano de arrechar y de
84 Origen y vida del lenguaje
A-prec-ent>-ap, esforzarse, cobrar fuerzas, de arreci-ar, re-
cio. A. Alv. SíIv. Dom> 2 caar. 8 c: Muchos pecadores hay que de
unos pecados arrecientan para otros, y apenas tienen acabados los
unos, cuando ya están aplazando ios otros.
Apppct^cho, bravura, reciura de condición; de arreci-ar.
Jineta p. 38: Mas gusto es matallo (el venado) en esa sierra á la bra-
ma ó arrececho, que no en un coto donde están mansos.
Appeeipse, lo mismo que arrechar, quedarse duro y tieso,
recio, por el frío. Solo conocen los romanistas el rigidus, que traen
como origen de estos verbos; pero en castellano hubiera dado * rído
ó * reido, ít. ridi, piam. reidi, fr. ant. roit, fr. raide. Si para estos ca-
sos no valen las leyes fonéticas más aseveradas, ¿para qué sirven?
Esteban \y. A la mañana amanecimos arrecidos, por ser cerca de
navidad. Hita 940; Yo con miedo et arresido prometil una guar-
nacha. Id. 966: yo, con miedo E aResido. Id. 982: que, ayuno E
arrecido non omne podría solasar.
Kejo, robustez, fortaleza, reciura. Es, con su variante racha^
por rech-a, y el gallego recho, el posverbal de arrechar, arreciar; en
gall. rej-er tener fuerza, rejo fuerza. Quij. 1,25: Qué rejo que tiene
y que voz. Id. 2,13: Y qué rejo debe de tener la bellaca.
Cinto recio de cuero. Torr. Naharr. I, 136: Her barreñas y cu-
chares, / hondas y rejos á pares. SAnchez Badajoz Recop. I, p. 258:
Quiero her en este rejo / una lazada, á la fé / y bailando asille el
pié. Id. p. 277: Soga, guindaleta ó rejo / no os faltará, juro á ños.
/ Vos haréis una de dos. / Ahorcar ó despenar. De aquí en América
azote, látigo, disciplinas.
De buen rejo. Píe. Just. 2,2,4: Lo cual yo hacía de buen
rejo. Ming. /?ev. 1: Porque traes tal sobre cejo, / andas esta madru-
gada / la cabeza desgreñada, / no te llotras de buen rejo.
Rej-udo, que tiene rej-o ó correa, correoso, como la mel-
cocha.
Rej-epa, en naut. codera que se da por la popa, ó cabo grue-
so para sujetar el buque; de rej-o.
A-ppejei^apse, en naut. amarrarse con rejer-a.
En-pej-ap, en Venezuela atar el becerro á la pierna de la va-
ca; en Cuba poner la soga á la vaca, al ternero, etc. Viene de rej-o,
que en Cuba es la soga con que se amarra del pescuezo el ternero
29. arsus.
85
ih nca, s« U enreja, mientras se la erdena; ^i esta es mansa y no
■coaita itarse, se dice rejega. Aqui rej-o y en-rejar vienen de la
niz de recio, airecUr, siijelar.
RiJ^ii. en la Germ. ;ifírmación recia, de rej-o.
Ari-«'jiiquv, ni*rnja«]iie. Iiorca de hierro de tres púas, y
ftaunind francés ó marlinelto ilalíano, ave. Ofjose de rej-o^ del
Ar y asegurar con fuerza, como enrejar. J. Pin. Agr. 4^9; Los que
Imín arrejaques 6 vencejos.
Sf^iin lo dicho, recho, recio y rejo son tina misma cosa. Las vo-
cc>- ' ": con las silbantes tz, is, z Jan en castellano varianlej
COTí . -.^. >:. J. Es íey foricíica, que lial taremos en no pocas pala-
kis« y nace de la dificultad para los castellanos de pronunciar las
fllluiitei del euskera.
lH»**-:»t*i^«p, desanimarse, perder el brío y ánimo, descora-
aiaiise. Del arta brío, en eiiskera. Behc. Sig. 10: Desarraran los
«mts, iranie a perder. Dutlo 89; Non quieras desarrar. fAü. 591:
Moñófe la tempesta, una orielfa brava / desarró e] maestro que la
Uve Sil (aba.
Ih>««-npr-afl<», triste, desconsolado, descorazonado. Altx.
462: Pins con el roído parósse dcsarrado. Id. 638: Tovos por en-
fBaoilu, Q' "" el corazón, paros desarrado. Id. 682: Eran
«talen lodi .cgos desarrados, / De conquirir i Troya csta-
itt desüuzados. Unte. S. DQtn, 409: Albergat los romeos que
desairados.
>arr-o, posv. de desarr-ar, desaliento. Bcrc. S. Af. 343:
todo d dcsarro que lisera vcntdo {á los padres por la muerte
4e Ufta hip). AWx. 679: iMas con el grant desarro avíelas olvidadas.
tKntitrm-inienio. Be^rc. 5. Or. &5: Estaba atordída en
irut desarramicnto.
r<i»
T^. 1 1 t^-n ^iLiii[)ie tue conocido por sus garras ó zarpas, que
¡ *» ws irnws, con Us cuales aferra y estruja. Qué mucho se llamara
ddetts muctus zarpas ó ar-Ua? Por lo mismo este nombre tam-
Moi áicnifíca lo que agarr» muclio, la pieza de hilo ó de alambre con
qttex rmibrc el anzuelo, la pala del mismo, y zaranda, y pedregal
«B cuiTiitj vcfttniK que a/T, arr-i vale piedra: es abundancjal de
I ^ff- U junnda <uena también ar-ize, término que igualmente va!e
^^
86 Origen y vida del lenguaje
recepción, el coger, artza-tu cribar, zarandar, artz-ari zarandero, 6
artz-lari; zaranda también cr-za, o séase e' crtza oso.
El oso habitó un tiempo por toda Europa y Asia menor, donde
abundaban tupidos matorrales y bosques cerrados; después quedóse
remontado por las montañas, donde todavía dura en no pocas
comarcas. Conociéronle ios primitivos I-E en el sud de Rusia, y
tiene un nombre común en todas nuestras lenguas, bien que algún
tanto corrompido. La silbante euskérica tz pudo dar x- en griego,
ksh en sanskrit? Hay quien saca orcus el huergo y el ogro de opx-oc
y ápJí-KjKoí que valen el primero oso, el segundo pantera pequeña. Sí
la raíz fué ark, pertenecerían estos nombres al arki coger, ¿pxeio^
arceo; pero fuera gran casualidad que sonase el nombre del oso de
manera tan parecida en estas y en otras lenjjuas, en las cuales la deri-
vación del euskera artz es manifiesta. El griego lo llama opxxoc, que
pudiera ser derivado -to; del tema anterior, el skt. rkshas, el latírv
ars-as, tal vez por urcsas, y del latín salieron quizá el irl. ursa, com^
ors, arem. arz. En zend. aresha, que es el artz euskérico con la
parásita e propia de este idioma y que no tienen las demás iranias;
en pamir yursh con la a del latín, en curdo art-tch, arm. ardj, en
albanés ar-i, arash-ke, oseta ars, id. art, cimr. arth. Las germánicas
y leto-eslavas perdieron el vocablo con esta acepción, por haberlo
aplicado al demonio (Keller, Tiere d. kl. Altert p. 109), y se l!ani6
el oso en ant. al. bsro, ags. béra, norso byorn, propiamente el negro
ó brunnus (lit. béras^a.\ braun), al. B&r. En las eslavas vale el
mugidor, esl. metchiku, mefckika (skt. makaka); y el que come-
miel, esl. medvedu, ruso mishka (lit. meszka).
«El ogro de los cuentos populares, dice Regnaud (Comment
naissent les mythes p. 27), es el descendiente del rakshas védico,
el rapaz detentor.» Es el que engulle las cosas del sacrificio, que-
después en el Ramayana se convierte en los Rakshasas ó demonios
horribles y dañinos. El origen del mito es pastoril. El oso y el lobo
en los Vedas (Rígved. Vil, 24,27) significan todo aquello que-
puede embarazar ó impedir la celebración del sacrificio: el rksha 6
opxToc, del cual el Pulgarito fué guardián ó apxT-oüpo;, Arturo,
30. Arzn, aparejo para izar, coger en náutica, estrobo, eslingst^
roñada, gazz. Es el euskaro arts lo que coge mucho, oso.
tO. eso.
87
Arce, arr-ci», mareen por donde algo se- coge, orilla, luego
I en Araron. De arz-a, art». Mend. Tcor. y pract. guerra I 78:
[Muufafá q-.jc lod.1 la arlillcria sobre cE arcén ó borde de
i ribera i\uc i- ^u.tic pasar. Usas:: todavía pt-.r mar^yeii ü orilla en
inirpco.
Ant-<Vii, ftislc delantero ú iiasero «Je b silla de montar. De
an:- ' • se agarra el jinclc, Quij, 1,20: Puso la una mano
1 1. - . - - iero. Id. 1,30: Llevaba colgado del arzón del.-íti-
. Cfon. gen. píe, 4: Le quebrantó el arzón de la silla.
Ea Honduras, Colombia, arción por ación ó correa del estribo,
[pOríCT\-ir timbk'n para asir, pues de asir viene ación: contaminá-
[lonsoickijn y arzón diindo arción [Cueiívo. Apnnt. ^21).
Es AUva arzón vale scibeo. donde aparece d significado etímo-
f^ ir.
A_ . I i ' ' ::. [i ajile ación ó arción.
Arz-oll«« en Salamanca la centaurea ornnLt, y la cscrufularli
■\rj-iir. de artí, desbarrar, ccn la vnricdíiil lí? silbanlcs anlcs
^«*? ^k. Just, 2,3, ! ,2: Un grepucsco de sarja ó por mejor decir,
puro roto y descocido.
' tirsus; it. oTso. rum. urs, prov. or?, iirs, Tr. ours, caL'
- QuiJ- 2,3'i: He l''s osos seas comido, como Fabila el
j.
C.-^Ti en oso, del ico ó desaseado,
r . j, .»,(, (ifl ^t¡Q^ del fciraiJo.
«7, el payaso y Eiaznicreir, cortejar.
iLcírk el oso, del enamorada que ronda á la moza.
,/j JSij' ' ¡iSn de sorpresa ó asombro.
U otJ.j ,v . : , ' (•/ OSO, la rosca, e! amor.
Ou mayar y menor, las constelaciones polares, que vulgar-
I ■artese lUman carro mayor y menor.
fianei que se va d tragar la oso, del de genio violento y gcs-
ibnncof.
Punte un oso, del feo 6 del que lleva el peto alborotado ó bar»]
ftKihomscadas.
Oa-etfio, cachorro de la os-a. Monter, Atf. \. I, c. 27:
CMOíte acKscicrc que los monleros faílarcn osa con oscsnos.
88 Origen v vida del lenguaje
Os-era, cueva del os-o. Monter. Alf. I. 1 , c. 4: Lo más grave
del monlero de pié... en saber levantar el oso en el tiempo que sale
de la osera.
<ls-epo, como os-era. Corr. 117: En Febrero sale el oso del
osero.
31. Negros nos hubiéramos visto para dar nosotros nombre á
las piedras. Y con todo la metáfora que de ellas sacamos es la de la
dureza. Más duro que un pedernal ó que una piedra, empedernirse,
petrificarse, es decir, hacerse sólido, macizo, piedra. De su dureza
llamaron, pues, la piedra, de lo apretado de sus moléculas, aún ha-
blando en química moderna. Ahora bien, ese endurecerse ó apretarse
no podía tomarse más que de lo subjetivo, como todo lo demás,
del aferrar y coger humano, que es,con las manos. El empeño ó afe-
rramiento dícese arra-t, onomatopeya de ana, y arrat es además el
pedernal y eslabón. Piedra es arr-i, atributivo -i de an, aquello de
quien es propio el ser macizo, aferrado, cogido, y así en los deriva-
dos hállase no solo arri-, sino arr- dureza, aferramiento. Caverna
es ar-pe, es decir, bajo piedra ó dureza, roca arr-aitz ó punta y pe-
ña de piedra, espacio pedregoso ó resquicio entre rocas arr-arte,
pared de piedra arr-esi, arr-asi, amurallar arrasi-z-tatu, pesebre
de piedra arr-aska, reventón ó pedregal, lastra, roca ar-ka-di, peñas-
co suelto ó galga ar-kaiz, es decir piedra mala, peligrosa. Lastra
arr-at-al, puerta rústica, de una piedra y un palo atravesado, arr-
ate, cantera arr-egi, ar-di, casa de piedra arr-etche, escollo ar-ta,
es decir, donde hay piedra, pizarra ó piedra blan.^a ar-bera, ó por
lo negra ar-bel, losa dr-/as/a, piedra labrada ó sillar ar-/a/ií/u, ofi-
cio de cantero arlan-tza, peldaño de piedra ar-mail, ar-mal, pica-
cho ar-mo, ar-moka, muro de piedra flr-/nora, roca ó mucha pie-
dra, pedrusco ar-sa, cueva ar-zÍÍo, ar-zalo, piedra blanca ar-zur/,
pedregal en un terreno ar-mol ó montón (mol) de piedras.
De arri, el pedrisco que cae como una Inanga ó ramaje y su
nube arrí-abar, arrí-adar, de abar ó adar rama, como dicen los
campesinos en Castilla, una rama de agua. El tiro de piedra arri-be-
sain, arri-iraitsa, arri-kalda, piedra viva arri-bizi, losa ó piedra an-
cha arri-zabal, pedregal arri-tza, pedregoso arrí-tsu, cantera arri-
0bí, 6 arr-obi, piedra jaspeada ani-nabar.
3?. risco.
89
qucdarae pasnudo, extrañado, cual piedra, petrificado, es
I, es decir luccrsc piedra, el palmado y admirado arri-garrí,
arri-giii, i pedradas crri-^Oj apedrear arri-katii, a rrika
, pednuls ani-ka-da, arri-kaídi, apedrea i arrikaldi-iu, arrikaí-
iútSt arríkaidi-S'katu, apedreador arri-kari. El guijo ó punta
liedra arri-kazkúr, arri-kaskor, arri-kirri, orrikiskirri, arri-
crrikoskor.
, de piedra arrí-tn, arri-ko, andtr entre piedras arris-ka-
[de arrí-z, de piedra, piedre7uela ó junta de peñasco arris-ko,
orada de {¡nmi^o orri-te.
Ai*r-lz. De piedra, hecho piedra de asombro, el euskaro
I ptsmarse, hacerse piedra, de arri piedra; tal un vizcaíno en
Dtc5: Casa cd. j. ]: Qw pues no por aSlf, que por ta senda /
ir arriz en ptajra.
AHn-Ui-St en la Oerni. piedras, del arriz, ta donde hay.
Ar-bd, en Álava lo que en las piezas ha perdido la lierra
apareciendo la roca, de ar-bel loha ó piedra pómez, ar
rmuellas ó arroii4rlle, 3a planta que en ír. llaman
de roche roca, lat alríplex, pg. armóles, armólas. Del eiis-
tnnola, pedre^t en un terreno á armo picacho. En la tiíera
\ hrt^fm armoll.
KÍaco, es el euskaro arriz-ko pefíasco, adj: -ko de ani-z de
Korting dic« que de resecare cortar. En prov. risqiie, lang.
RMvjcuc. arri^ue, arrise, mars. risco, anl. prov. rezcgue, caí.
irrí'c, pg. rÍ5fCO, il. ri^chio, risico, baj. lat. riscus. ír. rtsque:
e tuem de Hspana con ía acepción metafórica de riesgo,
pc9Ka3- Qüij' t,20: De algunos grandes y levantados riscos se des-
ihi. Id. 1,23: Iba sallando un hombre de risco en risco y de
en inaU. Zamimia Mon, mist. pte. 3 Expect. S. Ana: Todo peso
a) pecAiSo, ni loe montes, ni los riscos, ni los peñascos, no pe-
tanto.
Como riscon, del bnijco y áspero.
IÍUc«ui»o. que tiene riscos, A. Atv. SÍÍv. Dom. 4 adv. 5 CJ
o montaña rifcosa.
90 Origen y vida del lenüuajc
Híscal, peñascal ó siíio de risc-os, en documento de 123^'
(Mem.Acad. ///s/. 8,58).
.\»'i'¡sc-ar, propiamente andar por riscos, de donde andar
en peligros; il. arrischiare, rischiare, prov. arrisca, fr. risquer, pg. y
cat. arriscar. En Bogotá arriscar es levantar, como arriscar el ala del
sombrero, nariz arriscada ó respingada; el arresgar, común en Alar-
cón, es vulgar en algunas partes de América. Risco viene de arrisc-o»
de donde salió arrisc-ar. En Boal de Asturias arrisgarse.
Intrans. Pinc. FU. poet, ai lector. Determiné á arriscar por I&
socorrer. Valdés Dial, leng.: Arriscar por aventurar tengo por buen
vocablo, aunque no lo usamos mucho; y así arriscar como apriscar^
que también me contenta, creo habemos desechado, porque tienen
del pastoril. A mi bien me contenían, y bien los usa el refrán pasto-
ril que dice; Quien no arrisca no aprisca.
Trans. Poner á peligro Pie. Just. 2,2, 1 : El orgullo de un triunfo-
hace los ánimos invencibles y los arrisca y dispone para emprender
nuevas hazañas. Vid. pie. 41: Arriscan su pobreza al treinta y uno.,
Valderrama £/. Viern. 3 dom. cuar.: Y arriscan la vida que no tie-
ne precio. T. Naharr. I, 104: Que por la menor oveja /arriscaba II.
pelleja. S. Ter. Vida 34: Se hacen ya gente determinada á arriscar
mil vidas por Dios. Mariana H. E. 17,3: Le suplicaron no quisiese
arriscar su persona y con ella el bien y salud de! reino. S. Ter. VidBt
16: No hay exclavo que no lo arrisque todo por rescatarse.
Refltx. Andar por riscos y aventurarse y atreverse, a, en, contra,.
por. Laguna Diosc. ep. nunc: Arriscándome por barrancos y peli-
grosos despeñaderos. Valderrama £/, Lun. 3 dom. caar.: Se arriscó
contra la potencia de Holofemes. Id. Desc: Ni se arriscaron las olas.;
Id. Resarr.: A todo se oponen, á todo se aventuran y arriscan. Gr,
Sultj. 2: A gran peligro se arrisca. Mariana H. E. 18,Q: Como hom--
bre astuto quería desde allí estarse á la mira sin arriscarse en nada.
Id. 3,12: Con esto Sertorio desmayó de manera, que por no fiarse en
sus fuerzas ni arriscarse á venir á las manos con e! enemigo. Valde-^
RRAMA, Fer. 5 dom. 2 caar.: Una gallina.... azorarse contra un milano-
y arriscarse contra mil personas. J. Pin. Agr. 32,12: Aunque haya
el pastor de andar al sol y al agua y frió y se debe arriscar contra loa
tobos y ladrones por las defender. También despeñarse las reses por
32. risco.
91
en d Tesoro de 1671 ariscar por arriscar, y además con
antñar, por las g^uijas y puntas de las rocas.
no arrisca, no aprisca.
l«C!— ado, partic. dt .trrtsc-arse, y como adjetivo alicvido,
D. VcoA Santiago: Los primeros y m.is arriscados i
lid mar Bermtjo. Ra/. dick.j. 1: Vo, aunque soy mozo
Mariana H. E. 8,7: Quince mil infantes, pero muy \fa-
' en d pelear y arnscados. Erg. Arauc. 4: Hacen de sus per-
arriscadas / de esfuerzo y fuerza pruebas señaladas. Roa
ifAa 2,2: El caballo Ktneroso y arriscado... muestra en el fuego
I respiración y cti la gallardía del lioDarse, que le falta no el
,1010 ri campo para la carrera.
Ea 1» Oerinanfa pendenciero^ que se a(rave á todos.
1 Tunhién vale empinado, como alto risco J. Pin. Agr. 1,\ 2: En^
ilifvrcele arriscado del monte. De aquí por reniangado, respinga^
ládtDmbrero, de la niríz, etc.
<*~o. Posv. de arrisc-ar, riesgo, peligro, J, Enc. 384.
M-.j.iS / que por mf son ya pasadoSr ■' los peligros, losarris-
JANAA. I, 71: Que más ufano muriera / cuando estaba en
1«<|u««. posv. de arrisc-ar, riesgo ó peligro, en Aragón.
Ar, f. 74: La dicha arrendación haya de correr y corra a
que, príigTo y caso fortuilo del dicho arrendador.
rrrl»ra-inÍ€?«ito. osadía, acción de arrisca-rse. Fr. J.
r- ."'.-'s csiad. 1,7: Si un arriscamiento repentino del alma,
'y:i de prcslo puede tanto, ¿qué no hará una rcsolu-
iCrme^
rlscx-Arfle ó ilprri*«cai*««^ caer rodando por
s. Am. Dios 1,32: Como la fuenle, que nace en un risco
viene desriscando y quebrantando de peña en peña.
«var. De risc-o, por derribar en Corr. 145: Yesca
f eslabón que lo derriesca.
I«u*-«r, encumbrar, subir entre risc-os, física ó moral-
Trans. Gutv. Mtn. Corte I : Quién me enriscó á mí en la
de b soberbia, sino sola mi presunción y locura? Leóm
; V bs tira siempre hacía si mismo y las enrisca cu su altcxa
h á la» almas).
92 Okiqcn y vida del lenoujue
Reflex. Valderrama Ej. Viern. 3 dom. citar,: Allí donde se
can y como se prenden. Mariana H. E. 10,9: Parte se fortificaro
en los pueblos y castillos, parte se enriscaron en las montañas.
I*Jnr¡sca-(lo, partic. de enrisc-ar, y como adjetivo puesto
lo alto, entre riscos; metáfor. osado, atrevido. J. Pin. Agr. 7,12: Po
estar el pueblo en lo enriscado del monte. Mariana H, E. 3,25: Po
morar en lugares fragosos y enriscados. Cabr. p. 234: Para derroci
la rebeldía de las conciencias más enriscadas. Cespcd. Pint.: Qol
mucho si la edad hambrienta lleva / las peñas enriscadas y subidaii
En Venezuela valiente, resuelto, arriscado. <
Ai>ricsg^ap. Variante Fonética de arriscar. Los clásicos uath
ron indistintamente entrambas. En Boal de Asturias arrisgarse,
atreverse.
Trans. Ovalle H. Chile 3,3: De la misma vida, cuando es m
sario arriesgarla por la honra y libertad. D. Veoa Esp. S.: Por
poco vendes tu libertad y arriesgas tu salvación. Id. Fer. 6 Dom.
cuar.: No seas tan animoso, que arriesgas tu vida. S. Ter. Conc.
Lo que otros muchos santos hicieron, que arriesgaron la quietud
vida por las almas.
Reflex. Lope Dav. pers. J/I. p. 5 1 5: Que no te arriesges qui
Alarc. La ind. y la suerte 3,5: Perdonad, Blanca, que yo /
quiero arriesgarme tanto.
A. Tirso Am. y Amist. 3,18: Mal haya el hombre celoso, /
por probar lo dudoso, / se arriesga á perder lo cierto. Alarc. Favor*
mundo 2,5: No os arriesguéis á un gran daño / por la que,
«ntiendo, / no os quiere. Mor, VieJ. y la ni/i. 1,5: ¿Cómo / qi
reis que yo me arriesgara / á venir por un camino / con él?
En. Muñoz V. Gran. 3, 11: V no arriesgarse en cosa que pid
mucho reparo.
Arriesgar la pelleja, verse en peligro.
El que no se arriesga, no pasa la mar.
K¡«s^-ap, como arriesgar, perdida la a- por tomarse coi
IOS
preposición. Corr. 111: En el culo las tienes; nunca las ríesguek
(Las bragas que le dio el muchacho). '
Ki«^M^-o. posv. de ríesg-ar y sirve para suplir el arríengo d^
arriesgar, así como arriesgar suple hoy á nesgar. En J. Enc, (3M
arriscos por riesgos. Quij. r,34: Lo cual no podía ser sin mudli
32. arisco.
93
» «lyo. ZAftAifTA Dia f. Íj9: Se navega sin riesgo, y en é\ solo
iu«. A. Alv. Sitv. Dom. rom. 5 c. § 2: Lo que le
I. »c i es(« riesgo. Zamc^ka Aíon. mis/. /JÍe. J, Present,:
JO las deja Dios y en el primer asalto perecieron.... que toda
ana naturaleza padeciese riesgo.
de, con peligro de, Cacer. ps. 67: Teniendo puesta la
dero, i ri«go de perderla al primer tumbo de un dado.
i rk^o y vtntara, venga lo que viniere^ aventurando.
I JO riesgo. León Job 1 3,1 3: Vo quiero hablar á mi riesgo lodo
: nc diere la voluntad, / venga lo que viniere.
lodo ringo. J. Pls. Agr, 14,t8: Porque se hagan á todo
D. ToRit. FU. mor, 10,3: Pone el hombre á todo riesgo lo que
•riesgo. Valderkama Ejerc. Ceniza: No por eso dejes de
. gritos, que aunque por ello corras riesgo. Id. Per. 4,
. 4 ca<?r_- Pues para que tú no corras esle riesgo, quiero que
• traídas i los ojos la muerte. Id. Per, 5, dom, 5 pos.: Corre
i>, si no se guarda mucho. A. Alv. Silv. Parí/, 6 c: Todo
t de su merecida eondeiiación correrá por él. G. Atf. 2,2,Q:
nos mucho riesgo.
'^go, de to peligroso, de la persona arriesgada.
..... .,; ríesgp de, á peligro de. Qaij. !,I: Podía estar al riesgo
I cuchillada.
•e» el riesgo. Zaíialcta Díaf. í,i: Si los ven meterse
los llaman á chillidos.
' d, «fi r/cs;^, peligro, J. Pin. Agr, 22,5: Si alguno se
r otro en tales riesgos. León Cos. 20: V 5í este bien de bcl-
I algún toreo, pudieran por él ponerse á este riesgo los
Qb(/. 2.3: Bs grandísimo el riesgo, á que se pone el que.
ó peilf{^-09iO, de arrcsgar ú arriesgar, que
: en Argentina por arriesgado.
LrtiM*«K por arrís-co, de arríZ'ko, lo propio de riscos, como
1 dice mootaráz, Ispero, intratable. Ya hemos visto ariscar por
r ooa la misma suavi2adún de la r. Pcitro Vfd. j. 2: Qué ¿tan
s Ia mozo?. J. Pin. Agr. M' Arisca de condición. Quttv.
■ Qf JM. S6: La visa arisca y la palabra tosa, / rebosando la
y* Origen y '
íaz libros de duelos. O. Atf. f. 380: Hícele el amor, mostróse a
dádivas ablandan peñas (alusión etimológica).
Ser arisco con. J. Pin. Agr. 18,5: En ser las águilas tan a
con el hombre.
Kipio, sin etimología conocida y solo de España, pg.
ripa; me barrunto viene del euskaro arri-pe, piedra de deba
dentro, las que se ponen para calzar y rellenar otras princip:
díganse los sillares; metáf. lo que sirve para rellenar, como las
bras inútiles para rellenar el verso. Sen. CorneL: Que los tal
desechan ripio. L. Qrac. Crit. 2,1: Tanto libro inútil, ripio dí
das. j. Pin. Agr. 3,30: No hay rastro de piedras ni de ripios
que es todo arena.
Dar ripio (á la mano), c. 576. Hacer de peón de alba
metáf. ayudar. Cacer. ps. 80: Daban ripio á la mano. Acarn
teja y ladrillo. Gall. esp. 1: Denme ripio / suficiente á la h
denme moros / á las manos. G. Alf. 2,1,2: Sin tratar de la enmi
la tomaba como honra, dando ripio á la mano, cuando al|
decían. Quev. C. de c; Por apaciguarlas empezó á darlas ripi
mano á sabiendas.
Kipi-ar, llenar con ripio.
Ripi-oso, de mucho ripi-o.
33. Empresa no menos dificultosa hubo de ser la de dar nc
á la luz. Échese el lector á discurrir, y si no dá en lo que dien
hombres primitivos, tarea le mando. El choque del pedernal ó f
de chispa, fué el que lo originó. Llamáronla ar-gi, la hecha c
arr-i ó piedra. Tal es, por lo mismo, el origen del fuego ent
hombres. No fué Prometeo su inventor, sí el mantha, de c
Prometeo parece derivarse, significa rozar y ludir dos leños, i
buscat}an el fuego y la luz los I-E; pero argi lleva en su etim<
el medio más primitivo, el del eslabón y pedernal. La aurora
alde es la vecina de la luz, ó argi-aste el comienzo de la mis
urgi'begi su ojo. Luciente, ilustre argi-dun, ojos claros ó lumt
los ojos begi-argi, claridad argi-dura, argi-era ó argi-go, es
io que tiende á ser luz, ingenio y lumbre del alma argi-da, 1
de la mañana ó brillante argi-izar, declaración argi-men, crepi
•argi-Mabar 6 luz tamizada y variegada, por los colores del iri
I en las nubes, lámpara 6 farol argi-ontzi é vaso de [uz, ctara-
úrgi-ro, pubtkar ó dar á la luz argi-iara-ia, claridad argt-
^ f allia arghtirrint-a, argian-tcfjtrrint-a, argi'
ua, CÁ dtcir cliorriílü de llíz, abrir^ie \a luz,
argi-tsu, alumbrar^ aclarar argi-tu, el amanecer ó alumbrar
\tie^ argi-aste, argi-arratze ó romper de !a \\\t, luna y cera
y orgi-sarí, argi'zai, es decir pI que cuidn de h luz, el
stenta, claridad de Ea Juna argizai-Uf primeros alborea
i\ rendiji'las, diispacjiloí colados de luz, aurora argiz-
I r ' 'a )tiz. La dcc!aiación ó argi-men diférase venir del
, pero ar^o ¿qué significa en lalín? Nada. ArgivWt
era y admite claro análisis: ihabráie visto el mocoso mutil y
' calzas benncjas quiere poner á los lalínislas!
EJ argi luz, di<5 en gr. dpT-óí, <íp|-^;, á^-swj^, ápy-tvíí-siq,
!■ luz, blanco y brülanle ó luminoso. ápTi-Xi^ arciHa blanca,
i¿^ "-. en laL y arcilla. En skt. responde arjisna brillante,
Unco, plaU; oro, rdja-ti brillar, rañj-rifi, con nasal
tcfiir, colorar, ó rúj-üti, raj-ya-ti, rak-tas teñido, coloreadOi
i color, linie, raj-akas el que tihinipiea ú íifie la ropa, rnjanl
■T ri!r.-utTi p \ esta variante correíiponde en gr, pi^ui (eñirr
' >r, pÉí"**^ Ji€|-¡ia tinte, ■jípvwi¡>u'(é-=-^pu3t,Jia:p¿;.
Vitn arga-^re, -i, -fum indicar, anisar, srgiiír, propiamente
I ch- "' * :^guere n-futnr, argu-men.'am argumcníOj, arga-
ar, '. argumenhi-tio; argiitus bnllaníe, sobresa-
í^ dcvado, claro y penetrante, especie de adjetivo como c^r-
raiHS, '^ ilior picante, del olor pendrante, del
. y i... ._ :al fmo, sutil, argati-ae finura; sutileza
ó ar^tdas, argata exta son las entrañas claras, de
5, argutae liíferae cartas bien circunstanciadas.
-n ■>- - --a piehislórica junlameniecon el
1 con el cobre, oro y bronce. De
ide la plata <n nuestra Península habla Estrabon (/. 3), En
;v en Hí&sarlik se han hallado vasos de e$le metal. Pero el
al conocido de los l-£ antes de su separación fué el cobre,
I que d Dombre de Fa piala, aunque sea común ¡i casi
cAo6, ha debido proceder de un lugar, extendiéndose i to&
, - .. (. . 1 1 -
demás. En el Rfgveda rajata solo signifíca blanco, brillante, í
como darQüta visible, yajata venerable, y solo en el texto
posterior Taittirayasamhita (1,5,1,2) se llama la plata r
hiranyam oro blanco, y en el Atharvaveda rajata toma i
sustantivo de plata.
Entre las célticas parece por primera vez en los nom
ciudades de la Galia Argento-ratam ó Estrasburgo, Argento-
Argento-varia (Arzenheim), Argento-dubrum {dubrum agua
pues Estrabon nos asegura lo poco abundante que allí era
(I. 4) y Diodoro Sículo (5,27,1) añade que no se sacaba de I
lias, estos nombres tuvieron que significar blanco, brillante^
más. Argenfo-ratam, por ej., (irl. rath konigsburg) monte
Argento-dubrum aguas claras. El adjetivo común en las I-E
nto, derivado óeargi, significó blanco, brillante, y se fué ap
á la plata en diversas épocas, así como con otros sufijos se le ai
Grecia el adjetivo áp^ü-po;, semejante a! arja-na del sánskrit
tas del latin de parecida significación, pero sin concretarse á I
Fuera de España, los yacimientos mayores de plata para el c
los del Asia menor en la Armenia, y de allí es lo más creiblt
extendiera la aplicación concreta de este adjetivo á las otras
En armenio se dice arcath, anteriormente arjat, y de allí
Irán y á la India, pues en la literatura indiana aparece concn
vocablo á la plata al mismo tiempo que aparece el mulo (ag\
el cual les llegó de Armenia (Bradke, Zar Methode..., p. 87
Armenia pasó ciertamente el nombre de la plata al Cáucaso,
ro aratz, á trueque del del hierro. En las célticas formaron (
bre á imitación del latino argentam, como cra-entas, sil-enti
entus. (R. Much, Zeit.f. d. Altert. 42,164), así en latín ar¿
ital. argentom, gall. brit. arganton, lo mismo que el albanés
del latín. En sánskrit la plata se dice rajata, en el Avesta i
persa arziz estaño y plomo, en gr. áp^jp-oi;, áppp-tov, en irl. a
argat, airget, cimr. ariant, com. argans, arem. archant, ce
hanz. Entre los griegos corría la noticia de que la plata hab
do de tierras no lejanas de la Armenia y el Caucaso, del
Euxino. Homero dice que de la ciudad 'AXúp?) del Ponto (//.
-njXoOev éí *AXúp>j? oflev ap^úpou éort ^svéíXn). De esta ciuda
*£aXúpii¡, trae Hehn el nombre de la plata silabr en godo, slrt
o, arctiía, naranja.
97
í, sidabras en ühiano, sirablan en prusiano, Siiber en alemán.
(O^S) ncH hibb de los cuernos de piala para beber de los
aos, y Tácito [Germ. 5) de vasos de piala como presente.
semiUs debieron de conocerla muclio antes que los I-E,
y ktstf, asir, kaspu, sarpu, sumer. ku-babbar; en egipcio hat,
»c>^iz/, propiamente blanco, üi plata fué rara antes de que los
U Uevasen de España á todas partes; en Asiría y Egipto al
los metales y otras cosas preciosas la anteponen á menudo
[oro. Li piala de España fué, pues, la que extendió su comercio,
el punió de signincarse el dinero por su nombre rij/j'jpwv y
15. Aripén» dljose de argenlum.
Q^iin titrte argén, tiene todo bien. (Argén, ó argento, es plata.)
[340 y L Qrac. Crit. 3.6 y Oalisdo 600.
Ariceut'-tta-, »i*)(eiit-4>t*ta* eruditas derivaciones de ar-
y bordadura de píaia y oro. Oono. rom. barí. 3:
4-.- ..._Lro de á ocho / argentaron el pantuflo. Quij. 2.35:
indo por todos ellos inrmjtas hojas de argentería de oro.
Arienxo. moneda anl. de Castilla, en Aragón el udarme. En
[Oosariimi del f. Ju/go: Argcntciiis: Nummusargeníeus. Cornip-
¡tur ciiam arjiencius, argencium, argemum. De aquí pudo
120, arienzo. Btuc. S. M. 473; Monzón e Daltinas deuen
"poada / con todos sus alfoi^es, aríenzos en soldada. Csca-
k.0rif^- monter. t lOl: Tenía obligación de pagar con sus
»y atfo^ de cada casa sendos aríenzos anales. Lasian. Moned.
.L 5; Nuestro tnarco pesa ocho onzas... La onza se compone de
|»ci$ aricnros. Becerro Monast. S. MUlán: Singnlos arienzos
Que la traducción del s. XIV, en la vilJa de CuelLar, según
(Fnnd. S. Benito t60t), declara: Sendos aricnzos de cera,
I aflates y rollos grandes de cera.
etllii. de ¿ajtliXfr; por mediación del argüía, que hizo de
b; tL argilla, fr. argile, argille, pg. argüía. Fuenm. Pío V. J,
ense tos tugares y caminos con valladares de arcilla con-
liguas.
kreUl-o«o« de ardlI-a.
Afeudarse, darse pñsa, el lat. argut-arí, de argutus. Bcrc
7
9o Orioen y viüá
Mil. 881: Argudose el clérigo é fizóse más osado. En Alex
(481, 993) lo traduce Morel-Fatio por «se dérober en faísí
mouvement de cúté».
La naranja fué traída á Europa por los árabes, y el camin
recorrió desde la India lo dicen los nombres que lleva. El castt
naranja, ií. aranzi, naran-zi, arancio, melarancio, fr. orange, i
naranza, niall. naranz, pg. laranja, vienen del arábigo naranc
hindosíani nflra/íí/y/ y sánskrito nürañga, nagrunga, nagar
Su forma primitiva es nága-ranga, que significa rojo como el n
de naga montanum, i. e. plumbeum, como en persa badrang,
de badhra es plomo, y de la raiz raj, rañj, ó rak, como sam-r
rojo, ranga color (rojo), ranga-mdtr cochinilla ó madre del
rañj-ana sándalo rojo, la roya. En persa la naranja es narang,
narinj, ge, mod. vípúvTÍt, búlgaro nerandze, alb. naránts.
IVaranjn. del árabe nárandj, del persa narank, como i
laranja del persa larandj, y por contaminación con aurum oro,
orancia, fr. orange; el caí. naranja y el gr. mod. vspávtC:, coi
casteüano. Qaij. 2,8: Es de hechura de una media naranja.
También se decía de la bala de artiliería del tamaño de
naranja.
El que come la naranja que pase la dentera. Sufra las c
cuencias del hacer su gusto.
Media naranja, cúpula arquitectónica por su forma, la e
por completarse con e! esposo.
Naranjas! interjec. de asombro.
No se ha de apretar tanto la naranja, que amargue el z
De aquí apretar la naranja, poner en aprieto,
Xan;»iij-Tnlí»^ conserva ó refresco hecho de naranja, a
yagu?.. Esteban, c. 6: Empezáronse los dos campos á saludar
los buenos días con muy calientes escaramuzas y fervorosas em
das, en lui^ar de chocolate y naranjada. Pedro Urd. J. 1: A(
vendí aguardiente / y naranjada vendí.
Mctáfor. Dicho ó hecho grosero.
IVnpaiij-al, lugar plantado de naranj-as. Agosta H,
4,31: Hay ya en aquellas partes montañas y bosques d
ranjales.
36. arran, arratn.
99
I \aFflLnj-azo, golpe con una naran]-a. Obreg. 1 ,5: Y en acá-
; U grita lie jetingaá y naranj.izos.., ítí conmigo (mi un laber-
do <k U gula.
inj-«»ro, -a» díccse e! trabuco naranjero^ y antes del mñón
iba U baU del calibre iie las que Mantaban naranjas. H£RR.
\ lita. Dtc. 6, t. 6, c. 3: Con algunas de aquellas piezas de artille-
bfM asaban en las Indias, cjueeran unas naranjeras pequeñas que
in con Íticr74 de brazos. Ademis es el que vende naranjas,
iranj-o, -a« el árbol que da naranj-as. Quij. 1 ,32: 1 'eh<i}o
(«DO» [unpjo5. Metif. el rudo é i|;nornnlc.
iij-ailo, de color de naranj-a. Marm. Desc. Af. 4,22:
-■ .crias hacen de aquel cuero marroquí naranjado ó coló*
PAUt H- Chile IJ 9: Tienen la cabeza esmaltada Me naran-
Ibn vh-o que jiarece llamas de fuego. Selvog. Í40: Una &aya
«di.
A-nai*anJ-ado, de color de nnranj-a.
El I 'SU nombre del pescir, como en cnsIeUano.
)F ¿qtí- .'ucs agarrar Cücríemente, que no se encape,
loóles i.- irio en el agarríir un pt:r., que otra comí alguna.
lór, ó \ü propio de coger, el muy de coger, y arr-aa lo de
MittU ó citóla qtie coge el grano eclilndoto
hierro del >iig^ que sujeia, el cencerro
ft. También arr-ai, lo para coger, el pejt y el gavilán, y por tras-
''l pe7, en los visoí de sus eicain.i>y sobre-
•1 lal vez por ser el pescado más coinün
e de la Uin.t dfce^e arrai-iltíra, ó lo
o, el buitre rojo arrai-gorri, el pescador arral-
-- - -rai-ki, la concha arrain-bearrí, la
,./', arrain-eg!) pe-;candü arrain-ka,
' arrain-kaia 6 arran-ka, arranka-ta, pescador arrain-karU
ar' r, la carne de pescada arrain-ki, cantidad de
, abundante en pescado arrainlsu, pescador
zari, pesca arran-tza, pescador orma-tzaie,
-car arraaUa-ta. Dias claroSf serenos son tgiinak
V. í^-i ..)¿;i.tj arr^n-o. como arr-af el gavilán, por sus garras,
I de quien es propio el agarrar ó arran.
100 Oriocn y vida del lenguaje
37. Appancap. Kiirting lo trae del germánico raí
decir, del anf. al. renken torcer, que veremos al tratar de 1
urg: pero esta raiz, alemán ranken, solo vale dar vueltas, retoi
enredarse, como las plantas al tronco, y solo por traslación y í
dariamente en inglés wrench his sword from him, arrancs
espada, donde la idea de tirar está en el from him, no en el
wrench, ni menos tuvo semejante acepción el antiguo alema
it ant. arrancare, hoy en Ñapóles, piam. ranche, gen. ar
sardo arrancai, prov. ant. arrancar, arancar, hoy arranca, a
arancha, arrenca, arrínca, arringar, cat. arrancar, arrenca
arrancar. En castellano antiguo arrancar, ranear y arrincar, i
los dos últimos todavía duraron entre los clásicos. Usóse mucl;
gfinar la batalla, la ciudad, etc. Cid. 764: Por aquel colpe ra
es el fonssado (vencido es el ejército). Id. 769: Arancado es
Faríz. Id. 7Q3: Quando tal batalla auemos arancado. Cron. P.
p. 127: La batalla fué muy ferida de amas las partes, e arran
ya los flamencos á los franceses (ganaban). Paso honroso 71: j
cando el uno contra el otro. Alf. XI, 694: Todos fueron adelan
los moros bien feríendo; / arrancóse el infante / con ssus mor
foyendo. Berc. Mil. 877: Fué con los azadones la ^erraia raí
Id. 5. Miil. 46; Ovóse de las cuevas por esso arrancar, / ca noi
ríe al so grado el voto quebrantar. Id. S. Mili, 452: Fué con '.
los sanctos la facienda raneada (ganada). Cid 1849: Pocos di
Rey, que una lid a arrancado: / A aquel Rey de Marruecos, / '
por nombrado, / Con ginquaenta mili arrancólos del campo.
La acepción más antigua es la de ganar ó coger con fuerz
que ofrece diñcultad: es el concepto del euskaro arranca y art
pescar. De aquf tomar ó ganar por armas una ciudad, una bat
sacar algo por fuerza, de donde p?só á la agricultura, al arram
una planta. De arranka salió arrancar; de arrainka, arrincar, vai
que comprueban la etimología.
Intrans. Empezar á moverse con esfuerzo, en lo físico y
moral, León Job. 39,24: Y esos mismos arrancan alegres y
de corazón al encuentro. Quev. Tac. 6: Arrancaron con esto
ronse. Torr. FU Mor. 7,3: Ni aun por esas arrancaron de sus
Persil, 2,\\\ Y aun mismo tiempo arrancaron todas cuatro b
Lope Rim. de Barg. son. 77: Salió confuso ejército á ladn
37. atrancar.
101
I de gozques, negra, roja v ^lanca,/como de aldea Turibunda
a,/ para seguir al lobo en m<ínte^ valle. Id. AngeL h Furioso
U puerta arranca. Quev. Tac, 5: Arrancó hacia raí
3. 21; Arrancaron tras el picaro jc.asiéroníe. Mariana //.
£ 13,16: Se detuvo en Aragón antes de ari:4n>:ar para venir á su
Zajiora Mon. mist. ptc. 3, Present.: Amutó con una velo-
vi -vi-aftj, D, Veoa 5. Mai.: Por dejarse un hombre envejecer
o. depues para arrancar de ella halta lantos estorbos. J.
N. Agr. 20,45: Se juntan muchas, mas que no arrancan hist^ que
nejas se les dan por ^uias. Id. A,2: Antes de an^ncar de la
, come sus torrijas. Id. 4,20: Los caballos Arrancaron por esos
ahuyentando tas tinieblas. Barbad. Corr. vk. 249; Va avisé
I que arrancase del puesto que quería correr. L. Grac. Fern.:
tbve de un feliz y acertado reinado consiste en el arrancar, y
f decirlo así, en acertar i encarrilar.
Tnns. Sacar con esfuerzo de afguna (jarte. PersU, 2,9: La per-^
•c llaman inquisidores en España me arrancó de
i:)iJo se sale por fuerza della> antes se puede llamar
I, que salida. Vlaj. Para. 7; Apolo le arrancó de Gualimala
i en su ayuda. Erc Arauc. 2: Con diabólica furia y inovi-
rranca a los msljanos del asiento,
■eparar, quitar, con esfuerzo, en genera). QmJ, 2,46: Pug-
^Goo todas sus fuerzas por arrancar el gato de su rostro. Mclo
rf. 1: Le amncaron la cabeza ya cadáver. MoRrro Prtm, la
3.6: Sácale, ínfome (el acero), ó yo mesmo / te le arran-
y seri/para matarte primero. Qa\}> 2,42: A buen seguro,
cido vuestro durño llegue á ser emperador,..» que no se
^ucn como quiera. Oran. Afem, 6,5, § 3: El fruto ya ma-
sazón se cayó del árbol que lo iraí^ y no había nece-
idc arrancar con fuerza lo que de su voluntad se nos ofrecía,
[fmpr. 80: Quién podrá, juntas las cerdas, arrancar la cola de
illo. Tirso Cond. por desc. 3,3: ¿Cómo no rompo estos
' / Curio estu rejas no arranco? Stou. S. Jeron. 4,8: Antes
: »TTanc»«ti áncoras y desplegasen velas. Valdcrrama Ej. dom.
r.i}aé csircltas arranco yo del cielo con una sola coleada que
>. Qw'H. Simb. S,2,20, § 2: Le cortaron las orejas y le arrancaron
bi á»sih^ Qo^. 1,29: Las barbas le ha derribado y arrancado del
rostro, como si las quitaran á-fíDsta. Mariana íí. £. 5,6: Di
encuentro y bote de lanza 1? a'r^andó del caballo.
Sacar de raiz. QaiJ, li2$;**Se volvió loco, arrancó los árbt
enturbió las aguas. k\^-%,^J-''La ínsula que yo os he'prometido n
movible ni fugitivajraices tiene tan hondas, echadas en los abis
de !a tierra, qijfrilg'ra arrancarán ni mudarán de donde está á
tirones. GranN^íc'. espir. 28, § I: Mira diligentemente noarraní
ta buena h't^ba por arrancar la mala. Moreto La misma c
flCiíSíí,-l'^,8:' Arranca el airado viento / todo un roble en la moni
,^ *'&úaf. Zamora Mon. mist. pte. 7, Santiago: Cortad los pe
..nríéntos malos, arrancad los deseos, podad las malicias. Gran. Sí
: 2,30: Si la elocuencia es poderosa para persuadir lo que quiei
arrancar de raiz las opiniones falsas. Erg. Arauc. 32: Ni del i
común mal informado / arrancar un error tan arraigado. Gala
Veis aqui ya arrancada de raiz toda mi esperanza.
Despedir con fuerza la voz, los suspiros, etc. Obreg. 1,18: C
se pudiera arrancar la flema del pecho, si no ayudara la len]
Oran. Doct. crist. 2,6: La primera voz que de aquel tan angust
y cansado pecho arrancó, fué pedir al Padre eterno perdón para
sacriñcadores. Id. Esc. esp. 5: Arrancando gemidos y brami
Qaij. 2,12: Con un ay, arrancado, al parecer, de lo íntimo d<
corazón.
Reflex. Oran. / Clim.: Viera luego la piedra arrancarse c
alto y caer en tierra. QaiJ. 1,43; Le causó tanto dolor, que ere
que la muñeca le cortaban ó que el brazo se le arrancaba.
Arrancar á correr, como echar á correr. Moreto Lindo D.
go3,\'. Aquí no hay otro remedio / sino arrancar á correr.
Arrancar rfc, ant. irse. Berc. 5. M. 46: Ovóse de las cuevas
esso arrancar.
Arrancar de cuajo, de raíz, enteramente.
Arrancar de la espada, etc., tirar de ella, sacarla de la vain
Pin. Agr. 18,23: Me fui allá con dos criados avisados que at
casen de sus espadas cuando. Id. 2,4: Que alguno arranque d
espada contra si mesmo. Valderrama Ej. Orac. huerto: Hecho
brasa de celo, arrancó de una daga, ó lanza, como dicen otros. G.
1,1,6: Con mis flacas fuerzas y pocos años arranqué de un po
tírele medio ladrillo.
arrancar.
103
Anattcarle alga» arrcbaUr-do violenta y dificilmente. QuiJ. 2,42:
I bttft ie5t«ro, que citando vuestro dueño llegue Á ser emperador....,
: no se lo aronqiicn como quiera.
Arruacarie el alma, ú Ííjs muelas, amenaza. QuIJ. 2,35: V no
' rcTtliqíiris paUbni| que os arrancaré el alma.
Anmcarlf et moño, riñendo mujeres, ó e/ pdo, y son amenazas
- ta Itngua. amenaza al malhablado.
Arranearie fas palabras, obligarle á hablar.
Arrancarle ana cosa, obligarle A hablar, despojarle de algo.
Arrancarse, mctaf. cmperar á cantar.
Arraacarse las t)arbas, los pelos, de desesperado, despechado.
. 1,18: Y arrancábase las barbas. Id. 1.26: V se arrancó la mi-
:eriK(d« las barbas), [d. !,41: Arrancárselas barbasJd. 2,26;
na de pesar sus hermosos cabellos.
túnelt el alma, morir, senlirnniclia. Quij. 1,41: Y ella,
de el alma, al parecer, se fué con su padre. Id. t,43:
r que parecía 4|iie con cada uno se le arrancaba el alma.
X. ps. 30: Arráncaseme el alma. Cahk.jP. 411: Citándosele
el alRia (al morir). Ohan. Orjjc. 1,1 1, ¡i 1: Vino á ser el
itin fuerle, que p'jr la grandeza de los dolores, sin Hagra
, le arrancó aquel inima santísima del cuerpo.
Arrancarse por, ^Wr con algo no esperado.
Arraaearana taz. Q¡tij. 2,36: V luego desencajó y arrancó de!
» y dilatsdo pecho una \oz grave y sonora.
Arrancar un suspiro. QaiJ. 1,17: Un suspiro, que parecía que
kinxicaía üc lo prüfur.dode sus entrañas.
U arrancaré... el pescuezo, el gañote, le pegaré y mataré;
\áii pellej^t raunnurar, y en América con más fuerza arrancar-
ítisollaít ó sollastre.
'j ni d tres lirones, ceguera de imo.
I ji», parlic. y adj. de arranc-ar. En América el muy
íqHeittda tiene ó el que perdió cuanto tenia. De itqui en Es-
i b«l^: Es mi5 malo que arrancado.
.tf¿t ri,i¡n <>e,ir, quc arrancodo, del revoltoso, de aviesa con-
a planta que se arranca por ser mala.
ÍMai arrancaiíOf travieso, guerrero, malo.
1U4 Orioen V vida
ArrancM-carno, en la Rioja alavesa el peón que ocupa
cuarto lugar á la izquierda al comenzar la cava de las viñas.
Arpanca-clavos, palanca de uña hendida; enAméríc
despilfarrador y atolondrado.
Appanca-miielas, sacamuelas.
Appanca-pinos, el bajo de taüa.
Appar»ca-s¡ogfa, acto de arrancarse el fruto que había
segarse, como la cebada, cuando no ha granado. Metáf. gran riña
palabras injuriosas.
Appanca-sonda, herramienta para sacar la sonda eng
chada ó rota.
Appanca-tuhos, instrumento con dos ganches que
despliegan cuando se vuelve la sonda.
Appanqu-e, posv. de arranc-ar, en todas sus acepciones,
ímpetu de cólera, la presteza en el obrar, la ocurrencia viva y pr
ta, el valor y brío, el nacimiento de un arco ó bóveda, etc. En la
tera de Aragón último vaso de vino ó copa al separarse de una j
ta ó corro.
De arranque, de valor, resolución.
De arranques vivos, del vivo, impetuoso.
No tener arranques, falta de brío.
Appanc-a, posv. de arranc-ar; acción de coger algunos
tos que no se siegan, sino que se arrancan, como el lino, ha!
judías.
Appanca-miento, acción de arranca-r. S. Ter. Moi
5,1: Porque es un arrancamiento del alma, de todas las operado
que puede tener estando en el cuerpo.
Appanqu-epa, pobreza suma del arrancado; así en Ci
Canarias.
Appanca-depo, lugar de donde se arranca á correr;
Aragón la parte más gruesa del cañón de la escopeta.
Appanca-dera, esquila de los mansos para hacer arrar
y para guiar el ganado.
Arpanc-ada, de arranqu-e, arranc-ar. Antiguamente
victoria ganada, de arrancada^ de vencida. Cid 609; Ca fecha e
arrancada. Id. 583: Deguisa ua myo Qid como siescapasse de ar
cada. Id. 2448: Desta arrancada ños y remos pagados.
37. arrancan
105
I Rfftiáa precipitada ó ado de arrancar atiendo. Persil, 2,8: Me
I de mi palru, que cuando se sale por fuerza de clU> antes se
ílUmar arrancada que salida.
ipoje violento, Marm. Descr. Aífr. i 4, f. 124: Los moros en-
tras ellos y lo$ llevaron de arrancada hasta las puertas. En
.d primer empuje del bajel al andar y su velocidad.
HtaelU (Id animal. Monter. Ai/. L \, c. 9: Fasta que levanieii el
■ de cama ó Tallasen Us arrancadas fres^cas, que entendiesen
; ib delante de ellos.
Ucft-arrnticar* Meno. O. Gran. 3: O es amoUnarse ó un
ncarse pocos á pocos.
Ranrap, arrancar, lograr, vencer, salir de. Berc. 5. D. 378:
tenar iwn pudieron puerro nin chirivía. Duelo 89: Agora so*
\ ora de ranear. S. M. 452: Fut^ con Dios e los sánelos la fa-
L nooida (ganada la balalta). Alex. 54: Quando entran en cam-
I se quieren ranear. Id. 71: Quando Dios quisier que la lid«
tnacada, / Parte bien la garanda con tu gente lazrada.
Ukk lodavU en muchas partes y es el arrancar, perdida la a-.
Ranp-adn« de ranc-ado, ganado, logrado, huida^ derrota, ba-
íc 5- .-^f. 455: Pcidicron dos sennales moros en la raneada.
'-ojo, dimin. de ranc*Ar, arranc-ar, la aslílU 6 punía
rítarranc-a de un palo. Monter. Ai/. L 2, pU. I, c. Í7: Desque
! paire, saldri el rancajo que entró, e cuando fuere salido,
I la metecína de la piedra sufre.
lDcaJ-ailr>, herida de algún rancaj-o.
Rnnrnjj-ap, de rancaj-o, desarraigar ó arrancar de cuajo las
, «rabrados, eíc.
; RanraJ-n«la, de rancaj-ar, corlarse ó maltratarse tas plantas.
Alf. 1,6: La primera de ellas, por soltar en la ida, cuando
venado á la ceba é face unas rancajadas con retozar ó con
icmof que ha de algunas cosas.
Incar. Lo mismo que arrancar, y confirma la etimología
pues cfl euskera se dice arrainka y arranka. Villcna Artt
lando poco por arrincar. /?y/n. Píi/ac. I0Q6; t-a Rusia de
-'" arrincada. L. AvAt* Caza 25: Si vieres que la ufii
icda del falcón c esta aun trabada en aquel lugar que
la dd todo arrincada. Oviroo H. Ind. 12,26: Arrincaba tierra
106 ORtaCN V VIDA DEL LENOUAJC
de) suelo e á puñados lo arrojaba. Id. /. ült., c. 10: Asían (cierto»
pescados) con los dientes de la caravela.... e las despegaban e arrin-
caban. Id. 50,3: Se lo defendieron con las espadas arrincadas (saca-
das). Véase Herr. Agr. I. I, c. 17; 1. 2, c. 1 1. Es usado aún en
Murcia, Asturias y Galicia.
Kaina, pedazo de red, del euskaro arraina, pescado. L, Morat.
Obr. post. 2, Cart. 205: No tardaría un instante en pisar á la raíni
y alollar por ese camino.
Ilain-al, cordelillo para el anzuelo, dcarrain-a, pescado.
Apr*anai* en gallego y rañar en Asturias es raer, rascar, como
los cerdos, etc. Díjose del arrain, no menos que en gallego arranchar^
que vale cazar, llevarse un joven á su querida y casarse con elU^
conforme al uso antiquísimo indo-europeo del matrimonio por rapto-
Hun-o, en gal!, instrumento de hierro con tres púas, parecido-
á las picanas ó instrumento para remover y cargar el estiércol, It
tierra, etc.; posv. de a-rrañ-ar.
Kañ-a, en gall. especie de sarna en el cerdo, el hombre pesa-
do V molesto; en Extrem. terreno montuoso lleno de jara, brezo.
38. E! latino ranc-or moho, desabridez, no tiene origen indo- |
europeo, y parece haberse dicho del pescado raarengo y de su j
sabor tan conocido; ranc-idus rancio, desabrido, desagradable^ ¡
prae-, sub-rancidas, rancid-e de mal gusto, desagradablemcntí; ' ■
ranc-ens rancio.
Kuiieio, de rancídus; it. rancido, rancio, sard. ranchidu, fr.
ranee, cat. ranci, pg. ran^o. An r. Aoust. Dial. medalL pl. 38: Y así
otras cosas muy rancias y viejas.
Añejo, antiguo. QuiJ. 1,28: Cristianos viejos, ranciosos, pero tan '
rancios. Quev. Mas. 5, b. 8: La novia vino rancia, / muy necia y
poco moza.
Kiiiici-4»«fo, muy ranci-o. QaiJ. 1,25: Cristianos viejos, ran*
ciosos. FiouER. Aliv. 8: Por otra quedaba difunto de alegría, consi-
derando los modos con que galantean las damas estos tasajos ran-
ciosos.
Haiic-iUo, rancio. J. Pin. Agr. 20,42: Y como la lechuza en
cuanto teme ser vista no tiene cuasi voz, sino un medio rancfdo-
soplar. Id. 22,2: Y en escucharos á vos estas filosofías, más randctas-'
ÁO. arraka.
107
1 de puerca aoitilújL Id. 27,23: Con este viejo rancíJo de-
lnoÍ<l-t?'r, calidad de lo rancid-o.
^^ancl-:ir, n-rr«n<?í-«i' y eii-rniici-ar, poner ranci-o..
|r. Mar. 6, rom. 87: Mí conmigo ni sin mtgo / quiero que cn-
^ tu coche. Herh. Agr. 5,40: Allí se (luardará.,.. áíti enran-
b- L*o. Diosc. 2,90: Aquella simienle.... con el tiempo se con-
: UkU rti aceite y se enrancia.
arrüi i;.ivii.in y arrarto ágfuHar lo* tenemos en el aombre
en godo úra, aran, an!. al. aro, arn, med. al. Qíkl-arn,
r, ara. al. Adier, Aar, ags. íor, earnaSf ñor. an\ artn, ern^
; erelis, areíh, esl. orilu, ruso orelti, pol. íJr^f/, ilir. oro,
IcUnr. í/yr, írydd, arem. trer, com. íf, irí. ítor, io¡ar, dimi-
jCrírr. De ara lápido trae estaf fornus Piclel; pero la n está
que es la Forma euskérica. La &iiavizacjón de la rr vascon-
.1 ordinario. Para eso, ahí teníanlos el orín veloz y
•>, qne dice Pictet, dcrivuda del euskcra. Con la
n toiemos épv-tc -tfl*;, dor. ¿pv-:í -v/t,^ pájaro, sobre todo
lyor, que por su vuelo servia para los presagios: sufijo? -9o,
" '■•'^'■-irla de ó(>-vu-ii!, pero -vy es del leitia verba!, y op'*-
;. En ópvi&v que vale lo miflmo, tenemos un adjeti-
. el ara del ant aJ.; o-opv-«; donde no se acercan la^ aves,
a, el averno. Acerca del águila en la antigüedad véase
; riere des kl A. pag, 236).
aves de rapífta son en ski. ^y^na (águila, halcón), zend,
'hfi águila, per. sinwfgli, arai. (in milvtis, probable-
•xtiMc y csL síoiazul oscuro; •^■f¡\'r¡ áeuiU marina es el skt.
aqníJa n h nesra, como aquilas á |i4).av>á£-c(i; (Amsr.). El
i(o grdhra, anl. al. gir vale ¿vida, voraz, anL al. ^Vj, al.
y ola ave Oeier. En fin, voHar buitre, tj6 -¡tj-'^^, yxyjz.'^tt esl.
ylUÑX. De U$ nocturnas la ulufa lat., skt. itiuka, ajil, al.
liL /mu; pM^ ^úCo* arm. bóelch, hubo laL, TipqS, 7Tpt*n^;
■0Cf0a de nox.
|40l Q nenio es como una palma de la mano que golpea el
, dijose en euslcera arra-ba, de -ba por lo bajo, metiéndose en
los Origen y vida del Láraíi
ella, ó arra-u, arra-an, lo que tiene arra 6 palma; remar ama
-ta, remador arraun-lari, arraa-Ie, arrau-kerí, arraa-ket
remando arraa-etan.
Andar con la mano es arra-ka y se dice del jugar á nuece
acercarlas á un palmo de distancia, del depacho extraordinario ei
venta de géneros, del rastro que dejan los animales, del gorro
pegote, arrakara bezela sartzen aiz i, tu te metes como un gorr
en fin, es el palitroque como de un codo de largo que se fija ei
verga de la lancha para que la vela no se vuele con el viento,
idea del andar con la mano, ya jugando, ya cogiendo y agarraní
-es manifiesta. La rebusca de una persona ó cosa, la ambición
lograr, la venta extraordinaria, dícense arrakas-ta, buscar y an
clonar arrakasia-ta. Henderse las nueces, castañas, es arraka-ta
hendidura arrak-al-a, henderse las paredes, los árboles, las casta
arrakala-u, arrakaia-ta, anakal-da.
41. Arraca, en naut. como raca y arracada; es el euslc
arraka.
Arrac-ada, arete de adorno ó pendiente de orejas; de arra
Aroens. Maluc. 1, f. 12: Usaban brazaletes, arracadas y gargantjl
de diamantes y rubíes. Ovalle //. Chile f. 357: Usan las indias
arracadas y manillas. Zamora Mon. mist pte 2, Simb. I: Qa
pensara que se quitara luego las arracadas y las diera para echai
al fuego. D. Veoa Dísc. Fer. 5 ceniz.: Aarón les pidió las arracaí
á las mujeres hebreas.
Meta/, los hijos chiquitos que quedan en poder de la madre
altando el padre.
En naut. como arraca y raca.
Le está, como á la burra las arracadas.
Raca, de arraca. En naut. anillo grande de hierro para que
á él sujeto corra por el palo ó cabo á que está unido.
Raca-mento. paca-meiita, el compuesto de vertel
liebres y bastardo, que pasa por ellos, con que se une y atraa
verga al palo; de *racar, raca. ViaJ. parn. 1: La racamenta que
siempre parlera/toda la componían redondillas,/con que ella
mostraba más ligera. Lopt Jeras, conga. 1: Que allí caen el ar!
y el trinquete, /racamentas y velas. Euo. Salaz. Cart. p. 41.
42. arka, arki.
109
[Rfiqii-e, posv. de un *rAC-ar 6 *arrac-ar, del euskaro arraka,
I valor de coger es manifiesto, pues es el acto de hurtar lo peí-
ícfl b?. co&tas por naufragios, ele; andar, ir al raque.
iRaqu-ero, el que anda at raqu-e, el ratem de puertos y eos-
i; adj. dd navio ó lancha que anda pirateando por Cas costas.
Bnqu*<;t», pala del juego del voíante, es un aro con red y
3; adcniis el volante ó pelotilla que se lanza y coge con ella,
lluego de pelota á pala, y el jaramago que se pega y ase. La
I de coger está clara, del arrak*a euskéríco, -eta. En it. racchetta,
qacttc. pg. raqueta; sin etimología probable entre tos romanistas.
QUST. MedaiL pL 105: Una pala con red, que llaman raqueta.
9. 8: No agradándome aquel juego de raqueta, por no llevar
1 pelotazo de barato^
«o, ca la Litera de Aragón el aplicado, trabajador, bus-
! la vida.
[En-raie-at*, en naut. amurar el peiiíoque con su rac^.
De ar coger es derivado común ar-ka andar cogiendo y lo
! co^e. por cj. el nttón ó caja dnnde se desgranan las mazorcas.
ente es ark-al, cmparenlarse arkal-du, relación y parentesco
^tasan. De la planta que agarra bien, de la cola que pega, etc.,
: ar-kor, Is ocasión que se toma ar-kantea, las parihuelas
, arkatclt, la carretilla arkatchi.
Dd mismo ar coger y -ki hac^r, con, arki, arkitn dar con, ha-
^, vkx-trazi hacer hallar, i-arki, i-arkil-a embestir, tomar ánimo,
r,cs decir, todos los valores de arr mano, aferramiento, vigor,
^ donde asiento* silla.
U noción de ar-ki, arki-ia es la de tener cogido con^ es
r contener, y tal es la del latino arcere conlener, tener cogido, y
■tf objctivamcnle contener ó alejar al enemigo, defender. «Or-
f fidimus, qui reliquos onines complectitur, summus [pee
el contiiiens omnia* (Cic. Soma. Scip. 4); *Mun-
complcxu siío coercet et conlinet> (id, Nat deor, 22);
ir: «Ptotanus soiem, aesiale arcet, hteme admittil* {Plin.
k> r»_ . .. ; „,„ rrrc'/s, fortaleza, ciudadela, altura. Co-Qrccrt
. -jre domeñar, ejercer ó ejercitar domeñando
I hura de pnicbaa, ex-crd-tium ejercicio, exerci-tus ejército, antes
1 1 o ORIOCN y vida del LENQUAie
el ejercicio, después concretado, exercifa~re ejercitar, exereita-
<irc-tüs ó artas encerrado, apretado, arfare y co-artare coartir,
apretar, coarta-tío.
En gr. responde ápzi-tu resistir, rechazar, y bastarse, bastar, ser
capaz y suficiente, contentarse con, es decir lo propio del resistir f
tenerse en buenas, del ser dueño de sí y domeñado, refrenado^
apx-io; eficaz, útil, capaz, resistible, ápx-o; remedio ó medio
«fícaz, como arx en latín, -oS-ápx-Tf¡; que fía en sus pies, a'JT-á(w-]|5j
que se basta á si mismo.
En skt. r&k-yati obtener y gustar, rak-skati, por rak-t-ati, guar-=
dar, salvar, proteger, rak-sha protección, custodia; y rakh-ati impe-i
dir, alejar, bastar, en fin arj-ati adquirir por su trabajo, trabajar pul
ello, emprenderla, ejecutar, arj-ana ganancia, adquisición; en E
rak-inti encerrar. Las dos formas arki-ta dar con, coger, y i-arVí
oponerse, se hallan mezcladas en estos verbos.
Las acepciones de ápxéo) son en parte las mismas que las de
áp-/-a) que vale emprender, es decir poner ó echar mano, del ar-tí,
i-arki, como em-prender, de donde comenzar, ser el primero f
adalid, encaminar, gobernar, ópy-ovTsc rectores ó directores, ¿px-ois
adalid, el primero, i^y-r^ comienzo, mando. En skt. arh, arhSíl
tiene los valores de áp/iw poder, ser capaz de, tener mérito, derecho,
venerar, es decir bastar, arh-a digno, arh~an capaz, digno, argh-úM
precio, mérito, argh-yas precioso; zcnd. arej servir ó valer, merecer,
arej-an mérito (de argh-as). En gr. y skt como auxiliares con infi-
nitivo por poder, valer, deber, 'j--áp/e!v. También en skt. rftgh po-
der, bastar, por donde Curtius pasa al godo ragin Soyita, raginSit
ifif s¡iov£'J2;v, fidar-rogineis tíTpap/iuv, lit. rag-in-ti ser necesario.
Con arceo defender, rechazar, ponen los autores arc-a laL y
cast., godo arka, ant. al. archa, ags. earc, alb. ark%, esL raka, nom-
bre antiquísimo de todo recipiente de madera. Pero esa raíz no sig-
nifica coger, tener, y si puede reducirse la idea de arca á la de
arceo sólo es por la idea etimológica que originó ambas acepcio-
nes. Arka es simplemente el ar-ka euskérico con el valor de coger,
de recipiente, como significa en latín, cofre, arc-üñ'US lo escondido
y guardado, arcan-um el secreto, arcano.
El arco, arcus, se dijo lo del coger, es el adjetivo -ko de ar,
arta, ar-ka y ar-ko en euskera, y así en gri^o ¿pxüc es la red y li
4Ü. arca, arcus, antre.
, a decir lo que sirve para coger. Primero se empleó, pues,
p«Ta cafar, que para ía guerra y defensa. Por eso en godo
rr 'a flecha, en Fcsto arqu-ite$ saEiHarií, arqai-teriens.
i .TáTOí. La acepción arquiteclótiica de arcus arco
^6 tiopués, lománilose el nombre de !a forma. E] general Pirt
•: cí arco y la flecha debieron de tener 5ii origen en
li.^ vCTiciUa, en la de tas iranipas que se ponían en los
■e» jr 01)1 traza consísiía en ajustar un dardo á una rama elás-
jrada por la parte de atrás de manera que al pa^r el ant-
'irccciótj que él líevaba. Su elimología Ío de
.1. Las flech»i5 de sílex halladas en muchas
I prueban su uso antiquísimo en la edad de piedra.
I pone- j las flechas es del coniíenzo de la épocí histó-
ntia.. .- ^.. jn madero ó en un palo para hacer ta puntería
ilienle y tirar ta cuerda medianCe un j^tiílo, se conrirLiú en
invcntnda en oricnle y conocida en Europa desde el siglo
ío. ^' ' s soldados la usaron en el s. XVI, y en la edad
[■c :ia.
ocrtetuia es una caña con la cual disparan los americanos
enherbolados y hubi> de invcnlarsc donde quiera que
. En la edad media el tubo se liizo de hierro, por fltretias
■las ó petólas rt:doridas y ta) fué el arcabuz, en el cual
ímfn Ifl pul. ora, prendida con mecha. Sucediéronles los
■ ' ■ '■ , ' [. dondeel galillo y l;i pólvora
I Ktpio. ■ "} e' fulminante que e*ifalla por
|4fil martillo y U IxU cí^nici y el nyaíki det cañón, que Kace^
1. que fl pFiyeciíl, bala 6 flecha lome
-... :¡n de coníCjvar "U paralelismo durante
íu¿ aima comón tíe los I-E en la edad de pie-
' '-■- ■■■irnos se hjj-an podido conser-
-. de Suiza algunos hechos de
I oiubio abundan sobremanera las flechas, ya de piedra de
: y oc-vle, ya de íiucso, cíípecialmcnte en
. .1...... ,„ i^poca de los meíalc>, como se vií por las
ífcts (SaiucMANN p. 313) y en Escandinavia (MoNre-
> Om KuUar Schwtdeas p. ÜQ). En tas flechas de la edad del
Pff
■M^ihffD^e liíf tfMW)^
once se halla á menudo un hueco para poner veneno, qpt
la herida a) sacarla, lo cual no se ve en las de la edad de pic<
En gr. el arco se dijo pto;, propiamente nervio del arco
responde en ski jyd, zend jyil; la ílecha Í5;^s!í1. ¿sAu, zenc
irl. POalfíler. En las Europeas solamente hay además arcttl
arfiwozna flecha, ags. earh, ñor. Sr, y aní. al. str&la=ts]
flecha. El nervio sirvió para nombrar el arco, en ski. smlvan
sn¿ivar, veüpov; ani. al, sénawa; lit. temptywa, esl, tentiva
encorvado díjose en ant. al- bogo, ags. boga, \v\. Jid-boa: ar
neus, esl. lanku de Unshti doblar, lít. tiñkis. Por la mai
que se hacia, x'í^q-* arco, persa tekhsh flecha; lat. taxus el te
yr propiamente tejo, íi/mr propiamente olmo.
El uso de las flechas envenenadas no se sahe si viene di
jismo primitivo ó si del Oriente con las flechas metálicas
Rigveda se habla de ellas (6,75, 1 b), y \o mismo en la Odisea
«íaxíii; flecha, hay quien lo declara por o- de sam- con, c
S-Tcorp&t;, Ó-íü^, é ííjí veneno. Los eslavos usaban flechas de
envefienadas (MOllenhoff D. A, K. 2,37). El arco, maza
desaparecen como armas de guerra aJ llegar á ta época
por lo menos como armas ordinarias no las llevaban loi
homéricos. Fuera de los locrios (¡t. 13,7I&); pero Hórcule
infiernos lleva arco y fíechas (Odis. 11,607). Tampoco lo
celtas ni germanos en la época romana, y aun en el per
Teñe se hatlan pocas flechas (Hornrs Urgeschkfife der Mi
150); mientras que en Escandinavia por aquel tiempo abun
chisimo (MoNTEiLiüs p. 104), quedando después como i
caza (Weinhold Ain, Leben 205). El antiguo arco europw
los pueblos no indo-germanos del Este. De los fineses escrib
(Germ. 46): «Ñon arma.... sola in s^ittis spes, quas ino
ossibus asperant»; de lossármatas Pausanias dice (1,21,5) q'
b&n puntas de hueso en las flechas y en las tanzas, en vez di
de loá Huimos habla Amiano Marcelino (3I,2,Q).
Notable es el prc'ítanio Jel btino sagitta hecho por k
írL saiget, clnu. saetti; y no menos el de lo» germanos,
pifum hicieron p/rí/ ant. al., Pfeil al., pit ags., pila norso. D
cido es el vocablo anterior céltico de la flecíia. Thurneisen
romanisches 5Q) trac el ant fr. Jltscht^ tt. freccia, a&t
43. arca.
113
fr^rhn, del irlandés JÍCSC, que solo significó ver^a. varilla. Estos
ct«ben al luber pasado de Roma á aquellas partes las
, y por e*to en Alemania se han hallado flechas pa-
'• a 1,-1 "^ l-rl pilum romano, que ile lanza vino á significar
en ¡ano-ccUioaíi (LiNDtNSCMMir /lííeríüwítrr I, 11,4).
! taaljabí no lt«ne nombre comiln^ ^upétpa de <péf>ui llevar, de
í pharetra, |fo(»>tv;, de donde córyías, de donde goldre y pg.
js^iin algunos, pero la y=:y es larga (Odis. 21,5-í) y no pudo
e-, ni era nombre que tomasen los españoles y solos ellos.
VttX, gtac saigvd, gíac mano; en ant. al. chohhar, ags. cocur del
. til. cucurum^ mcd. gr. xoüxoüpov, alb. kukare.
1 43. Arca, áe\ ara laílno y arka euskérico, es lo qtie coge; il
,prov. archa, arqua, fr. arche, pg. arca. Caja grande con lapa
hta para abrirse y cerradura. Quij. 2.20: Todas estaban de
en una grande arca.
tuttbiéo la urna de piedra, donde se ponen los cadáveres, y en
IQO cabo doblado i^ne se afija en la polea de cualquier apa^
1 que izan y suben lo que conviene ^Palac. fnstruc, nctutic).
, las tesorerías y oñcios donde se recibían y recaudaban las
|tcalcs, ó erario. En el cuerpo animal los huecos debajo de la?
«^nrtrna de las ijadas, por el arco que forman las coslillas,
, que en Santander aun se dice arca, y en Argentina
■ riavtcula- j. Polo / 2S9: Pues las tales matan á los hom-
Us arcas, como á palominos. Quev. Mus. 5, b. 2: Tras-
Ios cuerpos, / desgozníronse las arcas, j. Pin. Agr, 8,26:
qucson tasareis del hombre. Id. 3,U>: Los que lia<
ilefanuiasde las arcas y sanare de las liebres, y no de las
t, orqaita, de Dios bendita, cierra bien y abre, no fe eaga-
if. (Tengo por derlo que éste y el pasado es cosa y cosa del
|4e dice pof él deseándolo sano; aun^^ue lo usen decir tambi¿n
I é sus arquMas cuando guardan en ellas stis nmerias). c. 30.
a, arquUa de Dios bendita, ábrese y cierra y nunca rechi-
f'' ■ 'Vn y obre, y nunca rechina. (Clara cosa y cosa del
V)
iuislcoM, acertijo.
Arco cenada, del reservado, de lo no bien conocido.
1 1 4 ORIQEN V VIDA DEL LENQUAJC
*í
Arca de agua," cs^úWsi ó depósito en los acueductos, don
guarda el agua, para repartirla á las fuentes.
Arca de embustes, mentiroso, ó arca de mentiras.
Arca de la herradura, en caló jerg. plato.
Arca del pan, la barriga.
Arca del testamento, de la alianza, la de los judíos, que
rraba la Ley, el maná y la vara de Aarón. Marq. Gob. cr. \,V
Y ya le había el Señor proveido de dos grandes oficiales ínst
por orden del cielo en las labores necesarias, para poner en f
el arca del testamento.
Arca de Noé, ó del diluvio. Siou. S.Jerón. 5,3: En los
tes de Ararat se dice comunmente haber hecho asiento el are
pues del diluvio. Por alusión se dice de lo que tiene muchas
veréas cosas, sobre todo si son animales.
Arca llena y arca vacia, alternativa de abundancia y esca
Como arca abierta, el charlatán que todo lo picotea.
Como arca cerrada, el reservado.
Como orco de hierro, pesado.
Como arca sin llave, abierta.
£n arca abierta, el justo peca. Galindo 592.
En arca de avariento, el diablo yace dentro, c. 109.
En la arca abierta, el justo peca; ó en arca abierta, c.
109. La ocasión hace al ladrón.
Mi arca cerrada, mi alma sana, ó mi casa cerrada, mi
salva, c. 463.
Reventar como arca vieja, del que come hasta reventar.
Ar<|U-e<>, reconocimiento de los caudales, papeles y ci
de las arc-as de una casa, oficina, corporación.
Ai'C-Mz, aumenl. de arc-a. Bañ. Arg. j. 3: ¿Cuándo d
bodigos / que por los pobres muertos / ofrecen ricas viudas /
mi arcáz colmado? Lazar. 2: El tenía un arcáz viejo y cerrad
su llave. Obreg. f. 66: Donde estaba un arcáz muy grande co
llaves. En Aragón andas ó caja de llevar á enterrar, arcón.
Arc-óii, aum. de arc-a. G. Alf. /. 178: Tenía Monseñ
trcón grande que usan en Italia, de pino blanco.
Ai-qu-cta, dimin. de arc-a. Quij. 1,3: Una arqueta pee
llena de ungüentos.
Arqnet-ón.de arquct-a, y es grande para ropa, tlínefo^ etc.
•íw, Gm. í. 124; Hn el almario de libróse en eUrquelon de en
lo que dcmatidas. Pragmat. año ! 680, f. 43: Un ar-
ecido de baqueta.
Arqu-üla, dimin. de arc-a. Col. perr.: Sentóse sobre una
iíUl J. Pin. Agr. 3,10: Estas cachas de conejo, que son mis sa-
irquillas.
Al 4íii iiauco, banco largo con cajones debajo, cuyas tapas
de asiento á modo de arc-as. L. Fcrn. 31: Y un arquibanco
1. Cort. Arag.f. 33: De carga dearqiubanques ó de vacias ó
otra fusta obrada un sueldo,
Ar<|iii-iiio«a, en Aragón papelera ó cscríloriú, armario pe-
de sobrenieía con divisiones, adornado con labor de embuti-
arca y mesa.
•o, del arcus latino, del coger ó cazar; il. arco, rum. are,
. are, fr. are, pg. arco. Es el arma antigua para disparar ílechaí-
'. 1,1 B: Los persas en arcos y flechas famosos. Id. 1,15: Como
turquesco. Id. 2,1 1: Con su arco, carcaj y saetas.
Por su parecido díjosc arco con lo que se loca el violin y el
lint Dorot. Pmr S3; Citando á las solas penas / que et eco
1, / cantó, pasando el arco / ;t la sonora lira.
Poí to mismo en arquitectura se dijo el corle ó sección de ciHn-
dofcra hecha por plano vertical ú horízonlal , recto ú oblicuo.
Moiu L I, f. 152: Esta piedra estuvo en Evora sobre un arco
nue^-a.
mismo d aro de cubas y pipas.
al Poniente, deja tí arado y vente. (Señal de agua.} c. 30.
de iglesia, lo dificil y pesado.
tk San Juan» en la Litera de Aragón el arco iris.
^rco de tejo» recio de armar y jlojo de dejo. c. 30.
' y y curaeña de serval, cuando disparan hecho han
'' ' '■■ Por su mala madera dañan al tirador antes que al
Are* M f/ deh, agtia en el suelo, arco iris, que trae agua.
Ano en fa Bttksa^ agua cierta. (Es llagar al Oriente út Sala-
tic JO.
A/wirtJ. QuiJ. 1,13: Sus cejas, arcos del cielo.
116 Orioen y- vida del lenguaje
Arco que macho brega, ó él ó la cuerda. (Entiende, salta y quie
bra.) c. 30: El mucho trabajo quebranta las fuerzas.
Arco siempre armado, ó flojo ó quebrado. (Que no se han di
apretar mucho las cosas.) c. 30.; ó arco siempre flechado, dale poi
quebrado. Galindo 595.
Como arco de iglesia, enredado y dificultoso.
Como arco de violin, lo torcido.
Cuando vieres el arco hacia Ledesma, desuñe los bueyes y vet
á la aldea, óá la taberna. (En tierra de Salamanca, que cae Ledes
ma al ga'lego entre Occidente y Septentrión, y porque con los aira
de aquel laJo son ciertas las aguas.) c. 372.
El arco macho tiempo armado, peligra quedar ñojo ó se
quebrado; ó queda flojo, c. 75. Quij, 1,48: No es posible que est
continuo el arco armado.
Yo veo un arco verde y colorado: Dios me lo deje ver otra
año. c. 148. Que Dios le conserve la vida y la vista para volver i
ver el arco iris.
A»'<ni-ero, que lleva arc-o. Entret. j. 2: Que el ciego arqu^
ro dispara.
\iM--»i», de arc-o, hacer arco. Virués Monserr. 2: Arcando i
veces la una y otra ceja. Obra de ahuecar sacudiendo la lana, etc,
por el arco de las varillas con que se hace. Corr. 30: Arca la dudn
el tapicero y bate sin duelo, y bátela luego. Es de tapiceros. Artii
es apretar con las uñas la trama que van metiendo y labrando, j
ducha llaman al hilado que van metiendo en la tela con que la val
cuajando y dibujando los reposteros y tapices. Orden pañer. Sevi
lia \b\\,\.9: E cualquier que lo contrario hiciere, pague de peni
quanto llevó por el arca á los veedores que para ello fueren diputa
dos, y tornen á arcar dicha lana.
AiM?-a, posverb. de arc-ar (vide).
Arf-»ila, movimiento penoso del estómago al querer devol
ver la comida. Díjose del formar arco el hombre. Ovallc H, Chil
/. 14: Dice hablando de la cordillera, que los que la pasan por <
Perú padecen grandes congojas, arcadas y vómitos.
Conjunto de arcos.
Arco ú ojo de puente, en Aragón, Navarra.
Dar arcadas. Quev. Fort,: Cuando llegare á él la tanda, y
43. arco.
m
Id mundo dando arcadas. Zamora Mon. mist pte 3, Encarn.:
Dios arcadx'i para vomilaros. D- Vega ps. 2, v. 4, d, /:
tn n *> dando arcadas y no quería acabar de vomitar,
Rtftn:^. ... cicadas. Torr. FU. mor. lü,3: Revienia en arcadas
ivwQdo losmaniarcs.
\r<|u •••ar, formar are -o. como con una vara flexible, cuando
!« iol^j icniéndola por su-í cabos.
Ilrr. al ttjr íircada;^, arque^indo el cuerpo, asquear, y aun se uSJi
rStíimanca, Méjico, Colombia. P. VtQ\ ps. 3, v. 10, d. 2: Peor
^ vomiíítra y estuviera arqueando con tal ponzoña. Q.
. ,.s cuan bella, cuan afable y de mi deseo era Florencia?
tote punto arqueaba yo en oyéndola mentar. Hedióme, no la
Lvcr, todo me pareciá mal hasta verme fuera della.
i. Zabalcta Error 24: Arquea las ramas como pai^ besar
Híxst. Agr. 2,23: Después de bien arqueada {la cuba,
rim los arcos).
f?rjbx Zabaleta. Dia /. 1 , 1 : Arquéase las costillas, (anto que 00 '
mmñ no saltan.
ar ta lana, esponjaría y sacudirla con varas ó cuerdas,
7^13,9: Mando que Icts arqueadores arqueen bien las lanas
\\^ ' — i-j^- ; ^.rqtiear... y que sean arqueadas de dos cuer-
|( lexlo en la Orden de los pañeros, ScviJl*
1 1. ^. pone crqatn, arcar, arcadas en lug:ar de arquear.)
pitear la nave, mediría en las tres dimensiones para averiguar
IpT.ric V capacidad.
iir las cejas, alzarlas de admiración como para ver mejor
I lo& ojos» tomar o, o-ar, de enfado^ disgusto y de deseo
mal retenido, cual si se quisiera comer al contrario con
que los ajüranda redondeándolos, D. Veqa, Paráis. DtgotL
No sabiendo lo que era y arqueando las cejas, llenos d«
-siunlaban. Q. Alp. f. 250: Bsláhame mí amo mu/j
1'^ MI cuando arqueando la* cejas. Obreg f. 87; Este]
indo de ima y otra mano y arqueando las cejas
\t reo, de arquc-ar. Obreg. f. 4 : Entró cierto j
yÉKi. ic cuerpo, de razonable lallc, trigueño de]
«ntttk, ceja arqueada y casi de hechura de mariposa de seda.
1 18 Óriqen y vida del lenouaje
« '
Arqiio-adn, arcada, formar arco, arquear el cuerpo al quen
devolver la comida. Valdlrrama Ej. Viern. 3 dom. cuar.: Y con a
queadas y angustias intolerables le predica. Cabr. p. 311: Daba a
queadas rabiosas para lanzarle (el veneno). P. Vega/ís. 3, v. 10, t
2: E! estómago de su alma todo turbado maréase y está dando a
queadas. En Colombia, Cuba, etc. todavía por arcada de náuseas.
Arqiic-o, posv. de arque-ar. En náut. medida del buque, c
alguna embarcación.
Ai-que-ajo, en náut. arqueo.
Kii-arc-ai', arquear ó formar arc-o. J. Pin, Agr. 9,31: Lo al)
del casco de nuestra cabeza se enarca en redondo hacia lo alh
Oviedo H. Ind. 39,2: La cosía va enarcándose. Id. 39,3: Mas se ^
enarcando é dando la vuelta al norte. León Job. 41,9: Y se descubí
una veta de luz extendida y enarcada y bermeja. Herr. Agr. 2,2c
Las cubas cada año se quieren enarcar y pegar muy contino (poner!
aros ó arcos). Agosta //. Ind. 7,26: Con esto enarcando su arco
comenzó á tirar flechas. Valb. Bern. 17,15: Al enarcar las bóveda
del cie!o,/quién sus cimbrias trazó? quién dio el modelo? Oviedc
H. Ind. 20,1: Volviéndose algo, enarcando la tierra hacia ponienfc
pasó esta armada á la parte del antartico polo.
Por enflaquecer en M. Chaide Magd. p. 3, c. 28.
En la Litera de Aragón cortarse, perder la serenidad, cuando 9
va á hacer alguna cosa difícil ó peligrosa.
Enarcar las cejas, arquearlas. Quij. 1,23: Enarcando lasccja
Id. 1,46: Enarcó las cejas (de ira).
Eii-apo-ado, en Aragón mudo de asombro.
Oes-enarcan, las cejas, que suele hacerse al dejar el eno;
ó el pasmo que las enarcó.
En-arqii-eai% arquear. Salazar Silvas d. 3: Luego arrui
la frente,/enarquea las cejas/y retuerce el hocico.
Arbotante, tranquil para contrarrestar el empuje de un an
ó bóveda; Tlel fr. are boutant, arco que bota ó arroja.
Artar« ant. en Aragón, precisar, obligar, de arctare. Fut
Arag. f. 221 : Las quales quanto al dicho efecto de inventariar, ene
mendar ó dar á capleta los dichos bienes tan solamentef no arten
empachen.
En-artap, apretar, estrechar, de arlar. HrrA 1195: guardat
42. orchi'.
119
í Mn fuya que todo el mundo en arta (la cuaresma). M. 1457;
iKDtacl malo mis amigos enarta. Id. ¡82: Er« mentiroso, íalso
bfnartar (el amor). U\. 403: An&y muchas fermosas contigo
in. Cron. graL pie 1, f. 61: E con esta cerca Ujcen que
\ en aquel logir i sus enemigos.
I>e*»-«?i»-nt*l-«r, parece lo opiieslo de aTtar. J, PrN. Agr.2\^
IVAiiQ la ra/a tic nuestros cabaJIos debiera desenartaros cuanto i
,K> nadendo en Castilla rocín que valga para caballo de vista.
|V: Me habcia desenartado de lo que yo no tenía entendido por
1. Id. 2,1: Mucho querría ser desernartado de lo que de
' notado.
Archi-, prefijo griego, de ápyo; principio, laliní^ado en
^Fonna nombres eruditos y jocosos. Con adjelivos por mujr
-ro en estilo jocoso manera muy socorrida y sin igual
_. siiperlalivos, Valeha Com. Mend. 21: Le pegó un
I y archifamiliartirón de las narices. Ejemplos:
ki'bríb&n. O, A(f. \,'Í,V. Príncipe de la pollronía y archi-
ú-itiaMo. Quev. Mas. 6, s. 5 1 : Tú, que con una cslás aman-
^/ yo que lo estoy con muchas cada hora, / somos dos archi-
mirado.
Janísimo, Qafi, 2,30: Vuestra merced es mujer dignísima
t UB Gobernador ardiidigníiíimo.
^hi-düqu€. Título de los príncipes de la Casa de Austria en el
>ilcmdn. Qüi^. 2,29: Senladú en una tabla» como un Archí-
MrUf . cl que muestra pretensiones que desdicen de su
HX. J. Polo Obr. p. 113: Archifenix serás del (¡olo-
_ i-íalíina. Esteban 9: Yo soy archigallina de gallinas.
Arcki-gttto. Quev. Mus. 6, r. 74: El archigato mandó / que cn-
I entrambos.
^títíAaud. Calo. Zp/ y Pocr. 2: Pues con ese arctiilaud.
^mu-pámpano, sobre todo de las Indiat, jocosamente por una
I rtmbombinle y fanUstica, y del que se hace respetar taÍM
fcbtiue se merece.
IZO Origen v vida dbl'lIS
Archi-muñeco. Barbad. Alej. Tramoy.: Pudiera ser el prototf
tere y el archimuñeco, todo figurilla, todo inquietud.
Archi-pobre. Quev. Tac. 3: Al fin era archipobre y proíomiseria
Archí-poeta. Qono. Rom. biirl. 3: Citarista dulce hija / del ar-
chipoeta rubio.
Archi-tirano. B. Argiins. Esos consejos das, 51: AI fiero archi-
tirano del oriente.
Ai»ohivo, de archivum, archium, de áo-/-t\v lugar de anti-
guallas; metaf. del culto y de gran memoria; archiv-ar, guardar et
archivo. Pero esa y ó ck sonó en latín clásico como k, de donde qt
en casíelbno; el pronunciar ch en archi- fué por haberse traido de!
diccionario ateniéndose á la ortografía. Así con ga: arquitecto d
architectum, ápyt-xécTuiv cabeza de los trabajadores, arquitectura.
Además de chi, qui, tenemos ci, que es el sonido que respond
al ci latino en todas las palabras derivadas por evolución natura!
pues así sonaba en latín vulgar al formarse el castellano: Ara
preste, de archi-presbyter, cabeza de los presbíteros: Arcediano, d
archi-diaconus, calveza de los diáconos; Arz-obispo, de archi-episcf
pus, cabeza de los obispos ó vigilantes.
Arcediano de Toledo, Deán de Jaén, Chantre de Sevilla, Moa
trescaela de Salamanca, Canónigos de Cuenca, Racioneros í
Córdoba, c. 30.
44. Del euskaro ar-ka, ar-ki coger, nos quedan en casiellan
unos cuantos vocablos, de los cuales árgano y arganel pasaron j
resto de la Romanía, y han tratado de explicarlos por ¿pTaTr^c trabajl
dor, -(¿pavo; grulla, organum órgano, erigere levantar. Pero del gri(
go directamente no ha pasado al castellano vulgar ni una sola pal¡
bra, que yo sepa, sino es por medio del latín. Todas esas etimologíi
son curiosísimas, pues además de esto, aunque tampoco se atenga
á las leyes fonéticas castellanas, antes las destrozan lastímosament
solo llevan la ventaja de que nada tengan que ver en el significad
con las palabras castellanas. Por manera que esa curiosidad sube (
punto. La idea de la raiz arg- en todas ellas es la de coger, como (
arka. La suavización de ¿ en ^ entre vocales es de ley en la evoli
ción castellana. Para coger el aire de familia hay que cotejara
odos á la vez, y ese aire es el de arka, arA:/ que los descifra.
-44. argado.
121
, ,tr;£ue, oiiquina qu« coge y mueve grandes pesos con torno
llctitor, de arki.
Ifxiy». manto, porciun de tierra. T. Nauarr. II, 123: Y
í tira ííe aci, /* U otra me lira de allá / hasta quíbrme el
kíüü. V. Oran 2,1: Para maniiar hacer un iirgayo (es una
\üc se pone sobre los hábitos, que se llama asi en
- ^* vi^ía wbre la saya con que se repare y defieri-
|l. I ma por manió, capa> y arg-únte ó harg-antB,
• que 5c revuelve al cuerpo, y la tierra que se cae y vuelve,
ay-ada en A^tll^ias la leña lijera que ikja el rio, y urg-uA.
pnjra, ant. arista de trigo, como árgana en gal!, el cas-
jue coge y encierra.
^i»i«, desprenderse argayos ó porciones de tierra. En
' vale mentir, es decir revolver las cosas, y en Coaño
Mcra que queda á la orilla deí Navía al bajar tas
, irpiy-ero embustero. Ríen ciara está acjui la idea de revoltijo,
í que coge.
^;;-a(ln« enredo, cosa cogida y muy trabada; moralmenle
Quij. 2,69: Esto me parece argado sobre argado, y tío
"abajo sobre trabajo, ó enredo).
,. -'--■> Ho'í aparato de niinibres, cuatro cestos
¡lUTlarcitatrü cántaros de agua sobre un
,ctc.
I HKtr 00 argaeh, un enredo ó travesura.
I Argado sobre argado, enredo iras enredo, burla tras burlA.
\rtm<l-Hlo. dimin. de argado, enredijo y devanadera de
de se recoge la madeja. Cork. 24!: Argadillo es la de-
^Ruf.OA 1,82: Do al diabro el argadijo (el enredo). Tam-
nazón del cuerpo y de la imagen de medio talle, funda-
: palof que hagan el medio cuerpo sibajo, y el bullicioso.
c. pesie f. 25: El darse á la continua í\ él suele desbaratar
y el argadillo del cuerpo humano.
B,iki es ceslíin de mimbres, y ari'-u/ía, diminutivo, es-
[^ idnn.
Icaul4n arfpdelb angarillas de fusta; en Astnrias argadrllo d
D, cast. argadillo el bullicioso^ enredador; en Saianianca
paca estrella de raar.
Anda el argadillo, que está uno interesado en un negocio.
Ar(j^ad-ijo, como argadillo. (Covarr.); en Galicia la devi^
nadera.
Ai*|»;-ana, máquina á modo de grúa para atrapar y subir
piedra; y árganas cestones ó angarillas sobre las bestias para lle-
var la comida al campo. J. Enc. 231: Alá vá todo para '1 Diabro,/
burras, árganas y puerros. En gall. cesta y punta del cascabillo dd
grano y espina fina de pescado.
Árganas en Honduras zurrón de cuero crudo ó pellejo en que
se guardan las cosas que se llevan en acémilas; lleva dos cada bestia
una á cada lado del aparejo, unidas por arriba por el palo qtw
llaman estaca.
Ar*;S'-aña, en Salamanca la pluma de la espiguilla de bi
gramináceas. En Lope Vaq. Morana 1. 7, p. 569: Trigo blanco j
sin árgana, / que de verlo es bendición.
Ar$:^an-o, grúa, como árgana, para pesos grandes. Covarr.
Arc. Conq. Rodas 2,7: Ordenaron un ingenio... con dos arganoij
como en nao: y al tiempo que ya querían tirar, rodeaban el ingcnkij
á la una banda con el árgano ó torno.
Ar$i:an-ei, círculo de metal en el astrolabio, del sujetaró
coger. Sánchez Tr. naveg.: El círculo de metal se gradúa tirand»
un diámetro, que corresponda con el centro del arganel, que es otro
círculo de metal pequeño.
Arg;u-iño, en Aragón espuerta de mimbres.
Ai*^an-co« argolla del regon del batel donde se amarn f
coge el cabo. Palac. Instrac. naat: También la argolla de un pedirJ
zo de beta, que se encapilla en la roda del batel y en el davicK]
cuando toman alguna áncora.
Ar*;;:an-«l-ijo, como argadillo {Tesor. 1671).
Ai*^a-vieso, de vieso torcido, malo. Turbión recio de agut.
Es como un ciclón ó tornado malo, un enredo 6 cosa mala qufe
coge desapercibido. Valderrama Ejerc. Fer. 3 Dom. 1 caar.: Cuuh
do una nube parece densa y denegrida, la mesma pesadumbre ]
graveza que trae amenaza tempetad..., mas que una nube liviaiia.1
traiga un argavieso tan nunca pensado? Obreg. f. 47: Auni|ue 1i
furia del argavieso no duró más de una hora, el agua que tras él ■
siguió duró sin cesar hasta el día siguiente. Valderrama EJ, Sabaá
4A, arguenas.
123
b<n. cnar^ Que víó Ezequiel que cataba sobre Jerusalén llena de
I y grillo^ espadas y inslnimentos de guerra^ que p<irecía un
» lempesluoso que quería hundir el mundo. Id. Ceniza: Con
vieso de las nubes espesas.
[ Aricii-f*ñn«, angarillas, como árganas. Lie. Vidr.: Pusíéron-
irgueñasde paja, como aquellas donde llevan el vidrio.
i o. Esc. and. 329; Se la echa al hombro, como lasargue-
{0 dcnundanle.
[ArKii-4*naii, lo mismo que ari;u-eñas, y alforjas como las
Ikvan los religiosos meiit!ic;mles. L. Rueda I, 18: ¿Pues cómo
DCODtrA Dios con unas arguenas de pan? Velez Guev, Conq.
: Donde acaba / de llegar ahora, al hombro /* con unas ar-
» blancas L Ru£oa \, 303: ¿Qué hac^s lo que te dan? / En
kvpRts lo echo.
[Ar)(*«XO. Aument, cosas menudas y como enredadas que
mar i la co&ta. De aqui« el sargasum vulgare, seu Fucu$ un-
ipor ser ova que enreda en el mar. Zamora Mon. mist. pte. 2,
\ 2, Simb. 6: Asi como ei mar siempre eslá echando de sí por
¡ y riberas un argazo podrido de un olor tan contami-
no hay quien pueda lolcnrlc. íd. /. 4, 2, píe. Simb.3.
d ar^axo y bascos iiiad es.
ArifM-maiicl-el. pedazos de tela que por lo rotos no tie-
I y M» que cuelgan del vestido, camisas, etc.; de mand-il, y
I KTitido de cosas que se cogen y rompen. L- Rucda II,
i yo vendido el más hermoso,..., y vos venís por la
rcon aquesüs ai ga mande] es. Píe Jast. 2,2,2: Con una manera
a, forrada en no se qué argamandeles.
i-niand-Uo, aparato y bulla de cosas menudas, chi-
. Saca/ Obr. posi- /. 237: Eres h primer mujer, / que por
'ednordinaria/ traes con arrojos de dueña / argamandijos de
. Quev. rom. 03: Todo su argamandijo (el Manzanares). Id. C.
: Como ic Wó señor del argamandijo (del negocio ó enredo).
. 76: El abad que no bene hijos, es que le fallan los argaman-
. iítiaf. junta de menudencias para algún ofído ó intenlo.
Iryu ero, estorbo, enredo, cosa menuda que molesta,
I M]gana en gall. y argaya 6 arista, cascabiElo. Cork. 216: Nin-
r en su ojo el argucrOj sino en el ajeno.
124 Orioen y VibA tom. lenouíI
Ninguno ve el arguero en sa ojo mesmo, y vele en el .
pañero, c. 216. Veis el arguero en el ojo ajeno, y no veii
en el vuestro, c. 432. Viese el arguero en el ojo ajeno, y nt
de lagar en el nuestro, c. 432.
Ar^oinxi, hubo de decirse por sus pinchos que cog
aulaga. Sufijo euskcrico-castellano -ma.
Ai*;:roni-al, lugar de argom-as.
At*^a-masa. cal, arena y guijas con agua, es dei
que traba.. Q«y. 1,1: Un medio queso más duro que si fue
de argamasa. Id. 2,58; Qué corazón de marmol, qué en
bronce, y qué alma de argamasa. Valderrama EJ. Lun
cuar.: Que por ser de ordinario de una anchísimo argamas
poem. her. 1: De aquel vestiglo, testa de argamasa. Solis
2,17: Era la fábrica de piedras, labrada por el exterior, y u
argamasa de rara tenacidad.
Metaf. Lo que se allega y amontona sin tener que ver
iodo embrollo.
Ai-;j;ainas-ón, pedazo grande ó ruinas de argamas
Olfr. poet. f. 32: Solo aguardaban ya los Escipiones / cor
fantes de las obras muertas, / que rompiendo el calibre arga
/ toscas abriese desunidas puertas.
Arji;ainas-ap. hacer argamas-a, unir con ella. A. /
Fern, 6 Dom. 3 cuar. 25 c: Y hacer baluarte dellos, argar
los con su propia y divina sangre. Id. 5. Andr. 2 c. § I : Er
rior cubierto y argamasado. Zamora Mon. mist. pte. 7, S. A.
cómo dice que está argamasado con la tierra? Berrueza Am^
V al arrimo de cada quicio un fuerte cubo de argamasada
Pic.Just. f. 87: Con la sangre que salió argamasó la cal
puso las primeras piedras. Manrique Laurea 1,5,2: Arga
por amor las piedras, componen la fábrica admirable.
Af;;:-olJa, derivado -a//adel ark, como bamb-olla,
b-a; bar-ullo, cap-ullo, chanch-ullo. Otros quieren que
gol(l)a, pg. argola. Anillo que coge y aprisiona. QuiJ. I,
argollas á la garganta. Persil. 3,6: Cuyos Padrenuestros <
yores que algunas bolas de las con que juegan los muc
la argolla. León Nombr. Cr. 1. 1, f. 22: En aquel día quita
45. arrapa^ arpa.
125
ct ScAorilts hijas de Si6n d chapín.... las argollas, los
los zarzillos.
|En Ar]¡mlÍfU, el anillo de coniproiiií&o que regala el novio.
Mcnf. Todo íoquc oprime y acongoja el ánimo.
ArgoUa mayor, qaiía menor, (Lo que: lo más priva á Jo me-
,) t. 30.
Ce-"' •'" •% de /lierro, Ea mano que ase fuertenienle.
Efí argolla, no entra ta bola. Muchos negocios se ma-
porlos estorbos que ponen los conlrarios. Del juego de la
que puesta en el sueto con una espiga que tiene, hay que
panr por ella unas boÍAS de madera valiéndose de palas
ir|;oll-Oy el collar ó argolla que se echaba a! cuello del
it, criminal, ele. (Tesor. 1671).
.\i'IS<i(l-ón, aumenl. A. Alv. 5/71^. Dom. i aáv, 2 c« Aque-
^ireoilones de bronce y elernas prisiones,
Ar^ull-ndo* asido con argotl-as. ó cosa de argollas. M.
«rw I. 2, n. 1257: Argolladas y presas se las pusieron á las es-
''"■^tr arrebatando, por lo bajo, ociiltamcnle, de súbilo, es
rapa-tu, arrapan, -pa bajo, cepo arrapa-gailti, co-
itropclladamenie arrapa-ka^ ralero arrapa-kari, saquear
ka-tu, atropcUadamenlc arrapa-keta, presa arrapa-kin, col-
que puede robarse, lo al alcance de la mano arrap-al,
arrap^razi, arrebatadamente arrapa-z-ta-ka, liidron-
arrapa-iari, en Iroprí, cocicndose arrapü-z-ka.
ja-ta es el ovario de los peces, la ova que nace en el agna« la
agarra y se propaga, el remo: del ayarrar por abajo,
■-i 'i !\ . . ocuJUmenle, el calambrej y el garfio
iibr.r-.- ju-i- ¡.,11 I,; sr.'.i Ó quitar abrüjos, dícese or-pa. ma-
I tallar arpattt, sierra grande arpa-n, gancho, garfio arp-ero,
i ar-pe-a, arpe-ba, azada de dos púas y arpón arp-oi.
I oof^ por debajo salen también: arba, arba-tza y arbaz^ta
, af mazón del tejada, teña que se corta ^in deshojar las ranus,
i nMca para llevar argoma, arb-asta leña, vara, residuos de
126 Origen y vida del lenguaje^
leña, arb-atz, colgajo, broza del lino, arb-atz .ramillas, rama
narria, colgajo, cabrio.
El nabo grande, que los franceses llaman navet de Malte es mn
cultivado en la euskalerría y le llaman ar-bi, que pudiera declar
por ara extenderse, ó mejor por arr agarrar, prender, bi bajo, |
esíar todo él bajo tierra menos las hojas; también es en un díale
otro vegetal soterraño que comen los niños, según Azkue tal vez
rábano, es todo rizoma y por metáfora la molleja, las moletas, ctc 1
nabo arbi-isa ó nabito, ó err-arbi, arbi-gozo ó arbi sabroso, ó ar
chufeo; la remolacha ud-arbi, tcherri-arbi ó de cerdos, el nabo ]
cido á la zanahoria tchiribiri ó chirivía, la zanahoria arbi-gorrii
rojo, el del ganado arbi-beltz 6 negro, el bromo ó mala hie
arbi-gaizto, arbi-legor, !a acedera arbi-asal, arbi-buru cabea (
nabo; arbi-gara, arbi-listo, arbi-litcha tallo del nabo; arbUh
arbi'lilisw flor, arbi-orpo planta de nabo. .'
46 Perdióse la a en latín, y arrapa dio rap-Ío, -ere, -ui, -fofli^
arrebatar, rap-ax ~a<ís rapaz, rapaci-tas rapacidad, rap-ina rapíD^
rap-tim arrebatadamente, rap-idus rápido ó raudo, rapidi-tas npt-
dez, rap-tus ó -fio rapto, rap-ia-re arrebatar arrastrando, rap^
tare hurtar á menudo. Compuestos en -rip-io, rip-ai, rep-tam, rifP'
ere: ab-rtpere, ar-ripere, cor-ripere, correp-tio, de-, di-ripert, tí*
rep-tio, e-ripere, prae-, pro-, sub- ó sur-ripere, sab-rep-tio, subrt^
ti-cias subrepticio.
En gr. responde con aspiración advenediza á^~-áZ.m arrebataTi
que conserva la a- inicial, pero ha perdido la -a- medial, avTMZ, áp»
oX-£oí que arrebata, áp7:á-'pf¡ gancho, 'ApTi-oiot arpías, áp7:-7¡ hoz ó
cualquier instrumento ganchudo. "
En las germánicas responde en norso refsa (=rafsya), refita f
refsadha castigar, dar un rapapolvo, saj. respian, an. al. r^fsaM
(rafsyan), pret. rajsta med. al. re/sen, repsen, pret, rafote.
En lit. rab-iti robar, pol. rabo-watch y rabas ladrón; dmr. .
rfiaib raptio, rheibiaw rapere, irl. reaba'tm, reaboir y reubaaft^^
ladrón.
Modifícada la vocal dio rup en zend, por hurtar, lu-m-p^OHi
sanskrit por romper y en latin rup4, rup-tum, ramp-ere, romper, fr^
rando y arrebatando, rup-tor el rompedor, legi-rap^ ó iegi-rü
■Iñ. raperc, rumpere.
127
itador de U ley, rap^s roca tajada, rtip-ina idem, Gb-rtim-
vparir rompiendo, ab-rup-tus abrupto» cor-rumpere corrom-
I de*hr. ' - ' 'oJo en pedazos, corrup-tio cornrpción, corrapt-
átrup-: ii. á pico^ dis-rumpere^ e-rumperc, e-rup-th
, inter-rumpere interrumpir, ir-rumpere, irruptio irrupción,
f ''ere,pro-runtpere prorrumpir.
, ti -ambio de vocal leñemos en el godo rauij-ün, coger,
bi'TQub^n, ani. al. roubcn, med.aí. rouben, at. rau-btn,
'oabtn^ aj. rúb?m, ags. réafían^ ingl. ío rea ve, rov-er ladrón^ ags.
jo, ñor. raafari, rei/ari robar, persa rabá-dan, y en skt
reí que roba, rbh-van agíesivo. Lo mismo en anl. al. raüp-
raap, raitp-ari, godo raup-yan, ags. rypan, atit. y med. al. roif-
.. raufen. que valen rufíiper, y su inteníiivo med. al. rtjp/en,
V med. ingL rippen, ing!. rip. al. rupfcn. Robo y arretiaio en
al. roap, «ni. al. roab. at. Raab, saj. mf, ingl. réaf; rom-
^ES. réofan, nor. ryufa.
aquí robar, robo. it. robare, raba, fr. d&ober, deí góüco
y la ropcf, i(. roba, fr. rofrf, propiamente despojo, boliiii
ú. roüb, 3^. riaf, al. Raub, es decir ropa robada, luego ropa
¡(entral.
H bajo alemán raprn. en Baviera rampfen agarrarse, dio segün
«n 'ramparf por nas.ili7aci<^n de '*rappare, conloen la forma
de donde «ilieron en fr. romper que valió agarrarse, luego
rrtndose, y andar á cuatro palas ó arrastrarse, lion ram-
rapante. que ttepa ó sube, ingl. ramp, fr. rampe subida,
íL rampa garra, rampare dar con la garra, rcm/ío gancho.
1 casiellanfl, cuyo origen lillinio es por
:,.„,-.. : .. u. Cotifiniiasi- lodo ello con el proven-
ían. %in nant, que equivale al fr. romper.
^ y germinica.s hay otra rama de vocablos
iTi r^iíLvn.ii; s t-ntre sí y con oíros greco-latinos. Según
el godo arbaitffS, ant. al. ar(a)beit, med. al. arbeit, are-
ú- Arbtit trabajo, pena, necesidad, saj, arbédt, angtosaj.
" fhe, nor. er/ídht, es un vocablo compuesto de un
.¡rbhO' criado, correspondiente al eslavo robu, y dd
idh obra, idhya obrar, de la raíz / de iré, como en skt Í-H
paso. De aquí el godo ormi pobre, de *arbh'mo, norso orrnr.
ags. earm, aní. a!, aram ó arm, al. arm; aunque quién sabe si,
el zend. airima solitario, ep>5no;, apá|i£vat, no vienen estas ps
del aran euskcrico. De modo que sería el trabajo como p
que según Tácito (Germ. 15) los germanos nobles dejaban en
de los no libres. Sea ello así, sea que significase simplemente
jar, leñemos aquí otra variante desgajada del arrapa. En efe
viene de! eslavo raba siervo que trabaja, este vocablo y j
trabajo, bohem. rob-iti trabajar, ruso rabota trabajo, parece
skt. a-rabha-ta emprendedor, a-rabh- emprender, arb-ati
ímpetu contra, embestir, herir, matar, ó arv-dti,'j rabhs, raí
ct^er en la mano, rabh-as movimiento repentino y violento,
tiraiento, alegría. Estos vocablos sánslcritos tienen relación y ei
el lat. rab-ies rabia, rab-idas rabioso, ó rabí-osas, rab-^re an
rabia; y por otra parte manifiestamente proceden de arrape
batar. Por otra parte en erse airbhe es la ganancia, el provecí
se obtiene, sin duda, del trabajo y emprender ó del arrebatar,
del lograr de una ú otra manera. Ese trabajar del eslavo
pudo decirse del emprender, ó del ser siervo rab-u, que es
trabaja, y éste se llamaría del coger prisionero, del afrebat
todos modos proceden todas las palabras dichas de arrapa.
Cuenta Tucídides (1,5) de la antigua Helada que el rol
piratería por mar y tierra era una cosa tan común y casera o
pan de cada día, y lo que más espanta, que ni se tenía po
vergonzosa y fea, sino antes bien por digna de loa y muy gl
Duraba esto hasta su tiempo entre los locríos ozolios, los et
acamanios. Otro tanto se saca de Homero (Gilbert, Jahrb. f.
Phil. 23 Sappl. p. 448), donde el robo del ganado se coi
como una de las maneras de adquirir y remediarse. Si los zí
y gitanos, de raza indiana, viven de esta gitanería, merecen a
por conservar tan religiosamente una tan vieja y tan venera
vienda y ejercicio. Ni faltaba el robo dentro del pueblo, dond<
estaban emparentados, £i:!8i^ii!0[ ¿picaxi>)pe; (II. 24,262); bi
ya esto fuese contra derecho y contra la honradez de con<
Muy de moda andaba sobre todo la piratería, tanto que no si
día á uno con preguntarle si era XTjlaxi^p (Odis. 3,70), y pira
viene del griego icecpcm^c por medio del latino pirüta, solo si
el que emprende, el emprendedor. El mar Egeo hervía por
46. rapere, rumpere.
129
ftn emprendedores y andantes caballeros de vsie ¡nez, fenicios,
I ki« qtie se llevaron á Eumeo y su madre, carios y griegos,
' Por bárbaros pasan lo^atiljguoí germanos, pero no hacían más
parientes los cultos iielenoSj cuando, según César (6,22):
jnía nulíam habent ínfamiam, quae extra fines cuiusqiie civita-
dI, ak]uc ea luvenlutis exercendae ac desidiae mínuendae causa
btpnedicanU. Por huir de la liolgaTanerta y ejercitar la mocedad
que criaban en estas empresas y con ^la leche á sus hijos
laMeros bccdenionios. No lo dirfa más elegantemente ninguno
1 loestros picaros, de como lo decían aquellos Quzmaníllos de
na, según Tácito (c. 14); •Pigruní quin immo et iners videtur
^ acquircre quod possis sangtifne parare» . Poltronería y manos
I son menester para ganárselo con el sudor de su frenleí
manejar la de ganchos. Aie río yo cuando oigo alabar la
i alemana. En Alenianfa se roba mis que en España^&ino que
tahoi hacerlo con tanta gracia y pesquis como aci. Y en Fran-
lilnglalera, Irrt cuartos de lo rnismo^ soto que aquí no hurlan
Ifnpio cuerpo al pelij^ro y tiacen caballerosamente lo que cu otras
■ llevan al cabo más al por mayor con rebozos medio legales.
fntiu |>jr robo, el franco y abierto y con garbo y riesgo.
-icej. Orimm {Deutsche Rechtsaliert. p. 634) estaba
. destionroso cnkrc los antiguos^ como el malar. Glo-
I era ri robar entre lo» tracios, según Herodoto (5,6): ró Zjúa-
- .'<; xdXXiTtov. Podemos, pues, dar por averi-
- :Liiguos 1-E el robar en declarada lucha y al
ble hasta muy entrados los liernpos históricos un modo de
\át adquirir honroso, loabl?, y hasta Klorioso. V olro tanto
t un principio cJ robar aun á los de la mi-^ma carita y pueblo.
.carao toda violencia acompañada de peligro continuo, hubo
I de ser calo ütlimo malquisto y digno de castigo.
f \v>cabto común de este linaje de robo es el arrapa, ^ípxdtCci»,
^^í-TS|i«, alb. ryep hurlar, y su valor es el de aícnar solapa-
> dedr coger con fuera (arr) y maña ó encubiertamente
■Homero i^fKnkin xcp^ij es lo que se logra con avidez, sin
Jp., . u. ™;-^»r, r,.™.,^^.^ usurpare apropiarse, usar, prac-
. /.como quien hurla, Cs dccM; «t^-
1 30 Okiocn y vida del lenoume
baíadamente, echando mano (arr) por \o h&io (pa). Lis arpia ü
apTT'j'.a! eran ciertas diosas rapiegas, demonios alados que arrebátate
á ios hombres, según Eustacio (Hesiodo Teog.), de modo quecua-
do alguno desaparecía ó no se sabía de él, se decía que lo habin
arrebatado y desgarrado las arpías. La hoz ó óíp::>¡ bien se ve ser i»
truniento que coge por debajo.
Oíros ladrones se dijeron Xir¡ttrrr,p, >.r,tísa6a!, otros Xüwzí.í'irq^
que se deslizan y cuelan en ajenos vestidos, ávSptraoStan^^ ladrón de
exclavos, xiíá>.>wT;í pilluelo ó rata de calle, otvo¡xa% oív-tí¡^ oSkm^
ouXáo), oxüXrjv desuello, ox'Aáto desollar, del pellejo y piel de
animales. Los dos últimos se decían de! despojar al enemigo v*
cido, como spoliare, spolia, ant. a!. hrSoraupf waiaraap, ip
w&lreaf. El término jurídico era (pspstv xai á^stv (píq: d8íx<oí;), Véfll
la ley draconiana en Demóslenes (23,60): xaí eov (pépovta xai érfoni
pía á^'Mtíi s'JÍ'j; a¡iüvo¡i2vo; xtsÍvijí, vrjW.vsi Tzdvávai. En el derecho lO
mano pasó por mucho tiempo la rapiña, no por crimen especñl
sino ya como fartum (Doce labias), ya como damnum (iniuria i/to
tam). La lengua antigua distinguía el clepere y el rapere, pero el de
recho ningún caso hacía de tal distinción. La Ley Cornelia de sicúrB
castigaba el crimen del latro ó salteador de caminos, propiamenl
el á sueldo, soldado, Xá-pov sueldo (Rín. Kriminalrecht p. 32C
Mo.MMs. Strafrecht p. 737^ ). Ricas son los germánicas en expreác
ne¿ de este linaje. La más antigua y común es el godo bi-raabOí
(a-Aáv, ¿xo'jsív), dos acepciones que declaran los términos románica
robar y ropa ó despojo; ápráísiv se halla vertido por witwan; ttt
al. roubón, ags. réafian.
La raíz no valió primero romper, sino arrebatar, arrapa, y át
arrebatar salió el romper en rumpera, etc. Ni signiRcó primer*
vestís, como quiere J. Grimm, sino que del arrebatar se dijo O
ant. al. roub, ags. réaftX robo, el botín, el despojo, la ropa, y iK
al revés, que dice dicho autor. De Alemania pasó el vocablo á las ro-
mánicas, it. raba robo y roba ropa, y á las eslavas, téchese rabota
ti y lit. rabavoti. El vocablo eslavo propio es gravíti=skL grabk^
que tiene un valor parecido, del garba escarbar, coger por lo bqib
Otros términos germánicos son en ñor. rán, ant. al. birahanen spo*
liare; ant. al. scah, scahfiOri, ags. stcheácére ladrón; ant a!. IIOM^
46. raptre, rumpere.
Í31
nii*Tí, al. Nehmung; ant. al. zascan robar, de donde en la ley sá-
:a, texaca; godo wai<í<'üya >.i«¡Trf,í, propiamente malheclior.
entender cómo iin hecho (enido por glorioso y loable
á considerarse como un crimen, merecedor de castigo,
ner cuenta de U$ diversas clases de vida porque^ ha pa^-
I b raza. En un vivir aislado del sippe 6 aldeas emparenladas, ro-
»de encmicros ó gcnles extrañas, el robo era la defensa nacio-
venccr y enflaquecer á los demás para conservarse y acrecen-
\ i sf propio. Hoy por mí, mañana por t{, como las Iribii^ de
árabes, que hoy saquean á las tribus vecinas y mañana
• las de ellas. Reunidos los sippes en pueblos mayores,
' tlc\*ar vida tan azarosa y de conlmiia defensa, cada
I f cada aldea se halla entre amigos y aun deudos y allegados;
» en las fronteras luy que estar sobre aviso. La piratería duró
■\r, mis, hasta hace dos siglos. Además, y sobre todo, en los
grupo* priniiüvos de población no podía haber gente
del lodo, aventurera y vagamunda: iodos eran de una
" las poblaciones se formaron enjambres de dc^-^
^ar ni Itacicndn. En el primer caso el robar fuer
l tmrfiriar al común; en el segundo el robar era saltear, í todos
por lo mismo aborreciMe. Así l.idrón ó salteador fué lo
•:• bribón, que vive de brigar, vagircando; en h. lat. vargas
^'J, ag». wearg, (rancíco wargus) es. vocablo común ger-
le índica el abandonado de lodos, qtre anda por montes y
H* ■ --* ni. wurgen tobo, ñor. vargr idem^ andar f>or el
\l Ao. bandito il., bannidts, é sea desechado dela_
I ttío de tener rituy á honra el robo, los españoles no hemos
I nga de nadie. Plutarco en la vida de Mario así )o dic« de
■ {béricfts. Las continuas guerras en qim andaban enzarzados
lade J. Costa -el medio de satisfacer Ea gran pasión
I. -i i'jbo-. 'Hábiles en sorprender al enemigo, dice Esírabon
viven los iberos únicamente de correrías y despojos, avenlu-
' nuichoft golpes de mano ínsign i ficantes, pero nunca acorné-
»enprcsas de imporlancla. por no íiaber sabido concertar
' fundir una liga ó confederación poderosa». No parece sino
■qui los ocho siglos de la reconquista y la bisloria t<i
n
de España. El mismo autor (3,4,15) explica por el género
independiente y de merodeo de los españoles el que solo con
como peltastas, armados á la ligera, con honda, dardo y
Fueron siempre guerrilleros, gentes banderizas que jamás :
ni siquiera les convenía unirse, porque entonces se les acaba
su modo de vivir á cuenta del vecino. La picardía arrancs
taño del alma nacional. Las clases altas no menos que las I
monopolizadores, eclesiásticos y civiles, gobernantes y n
todos se hacen caciques, es decir, picaros de levantada e
Galicia, dicen Justino (44,3) y Silio Itálico (3,352) las mujer
á su cargo la? faenas de la casa y de la labranza, para que
dos quedasen libres dándose al bandolerismo y á la guem
de Astapa dice Livio (28,22) que por propensión al robo,
latrocinio laeta, caían de continuo sobre las tierras de su:
ó sorprendían y asaltaban á los mercaderes que iban cat
como á los legionarios sueltos ó sus bagajes, y algunas ve
á los convoyes bien custodiados. Si esto pasaba al mediodí
Turdetania, la parte más civilizada de la Península, bien s
barruntar lo que pasaría al norte. Hasta Tiberio siguit
cántabros dados al bandolerismo (Estrab. 3,4,8), y por
(6,21) y Floro (4,12) sabemos que no dejaban en paz á su:
los Vacceos, Curgionios, Autrigonas, Turmodigos. Los
jamás pudieron acabar con el bandolerismo en Lusitani.
Diodoro Sículo (5,34,7), y Varron {Re rast. 1,16) dice: «P(
toca á la seguridad, hay fincas que, no obstante ser muy fé
no aconsejaría nunca que se beneficiasen, por los robos á c
expuestas, como algunas cercanas á Celia, en Cerdeña, y
España, en los confínes de la Lusitania». Las tribus entre •
los Artabros preferían á la agricultura el pillaje, no dejando
el campo á los agricultores de la izquierda del río (Estraí
Costumbre inmemorial entre los iberos era que lo más gr
la mocedad en las clases bajas se atropasen en cuadrillas d*
en tiempo y recorriesen la Península devastando las tierr
ciudades, enriqueciéndose con el saqueo (Diod. 5,6 y 5
retirándose con el botín á lugares apartados y arriscados si
lograra dar con ellos (Mommsen H. Roma, 4,1). Querríll;
rras fueron desapareciendo con la administración romana; p
46. rapere, rampere.
133
I después tos foraf^dos sueltos y los cabecillas de bandoleros»
I en el siglo t Caracotia, que con su banda fué el terror de
•, no dejando hombre .4 vida en tos campos, ni ganados nt
tusta el punió de pregonar Auguslo su cabeza en 40.000
l(D. Casto 5fi,43); y como después Materno que peló la Galia
asaltando, saqueando é incendiando ciudades, hasta
Ftn Itolia con ínimo de destronar á Gimodo. (Herodupío HÍsU
ISírf. H. Stcphano 158t).
Los ladrones ibéricos fueron sobre iodo cuatreros ó abigeos, ya
t h riqueza principal de la tierra es>taba en b ganadería, como ha
I Co»ta. I.OS pastores eian medio guerreros, como David y
o, de quien dice Diodoro que andaba armado para luctiar con
ríms y ladrones. Los vencedores del Tesino, Canas y Trasimeno,
t pasiones celiiheros y lusiUnos, tiuc nada tuvieron que apren-
'it rv^nerec á los órdenes de Anibal (Liv. 21,43). Cuando Esci-
^nlra Indibil y Mardonio dijo á sus soldados: fNo vamos^^
- i ttn ejército, sino i tatrones, ¡atronumque duces'. Les
de ganado en un valle, cayó sobre ellos, cuando andaban
.11 la presa, y losfcabó (Ibid,). Con razón, pues', Virgilio ^
i». 3,-ÍOG) escribió que con un par de perros del Epiro ó Lace-
' > lenia por qué temer el ganadero * ni á los lobos ni á los
. «Pro quocumque abigeo et pniedone íberum posutl*,
-a Cerda, y no hace más que repetir el comento de Servio:
entra Ht¥pani omnes acerrimi abactores sunl>. Va se vé que
— ' -- uela donde aprender. Gitanismo y tspa-
confluyen en un punió, fonnando el án-l
)madismo. Por el nomadismo explica Sal ¡Has maravillo-
!li> afinidades entre los gitanos y tos picaros, y en general
ftí- ■■ rpc),
. -le Diego Pérez, de Ñuño Fáñez, de los merinos
4 eo el siglo X (Muftú/ Cari. pag. 39-41); las del
i Ornar ben MaHun por la serranía de Ronda en et siglo IX
Isi. des mas. t. ff, p. 195); las del Cid Campeador: son de
I calaña que Us de los antiguos iberos. S. Gregorio de Tours
Rti i lo» vascos en tiempo de Recaredo corriendo á loda hora
npopulania, talando la tierra y llevándose los ganados (//.
134 Oriuen y vida del ucNouAjr
Franc. 9,7). La guerra privada y el abigeato de la edad media ci
Costa que fué continuación del de la edad antigua.
Hablando de ios irlandeses escribe Summer Maine {Etud. Sí
thist. des. inst. prim. 188, p. ISO): «Las dos sociedades céltií
establecidas en las islas Británicas y que han conservado por n:
tiempo sus antiguas costumbres, eran notoriamente aficionadas
robo de ganado. Hablando de las huellas de esta clase en Irlam
lord Macaulayse expresa á veces como si en su sentir esta práct
debiera atribuirse á un vicio propio del carácter irlandés. Pero í
duda alguna nos encontramos aquí con lo que Tylor denomina a
brevivencia, costumbre antigua cuya duración se ha debido en
caso presente á aquella fatalidad que privó á Irlanda del gran fac
de las ¡deas jurídicas modernas, un fuerte gobierno centraL El taU
to de un escritor ha elevado á la altura casi de una virtud esa misi
práctica entre los celtas de los highlands de Escocia y en la ru
población germánica de la tierra baja. Recordando otra vez á Wav
ley^ no creo posible retrato que se parezca más al adalid céltico p
mitivo que aquel Donald Bean Lean, que arrebata los ganados
Tully Veolan, y quiere que su adivino le anticipe el número de v»
que encontrará probablemente en su camino». En Escocía, toda
en el siglo XVll hacían rogativas públicas cuando salían de alg:
para robar ganado, juzgándolo no más que una cacería lf<
(Lefles Reram Scoticaram 1. 1).
Por la paleontología y la lingüistica se saca que el ratón no
natural de Europa; ni se sabe á punto cierto cuándo pareció i
primera vez ni de dónde vino, y hasta carece de sólido fundamei
el que el mus rattus se derramara por Europa en las invasiones
los pueblos (HcHN Kalturpfl. 453). Más cierto es que rato, rattc
halla en las Glosas antiguas alemanas y anglosajonas (Palander A
Tiernamen 74), y se extendió por las románicas y célticas, it. mi
casi, y pg. rato, fr. rat, bret. raz, mir. rata, gael. radan. Mud
creen falsa la etimología ratto de rápidas. En irl. moderno dfc
/tancacfi gallach ratón galo, por haber pasado de Francia,
cimr. ttygoden Ffrengigt en checo ratón alemán; |t5c mvrtxdc
un animal de piel de Noruega, de donde en gr. mod. xovnxo^ rat
y tal vez el veneciano pantegana, friml. pantiane.
El arpa como instrumento músico debe su nombre á la for
47. raudo.
135
iqtKida, y de faccfao nadó rfel arco guerrero. En la Odisea (21,410)
al tender su famoso arco: «Probó tan reciamente, que el so-
I / vot de una golondrina parecía* como vierle nuestro Gon?a-
\Vhtz (año 1556, pag. 390). Que el sonido del arco sugiriera la
i de tos instrumentos de cuerda compruébase por los dámaras cJcI
|5»t iJc África, que golpean la tiranle cuerda de su arco con un paíi-
0, ddciíandose con su tono. El zulú tiene por arpa un arco gue*
I con un anillo en la cuerda, melicndo en el cual el dedo índice
ficsbalindolo por ella varía la nota: añade una calaba7-a hueca, (e-
i con los demás dedos de la tnaiio pegada al arco como caja de
otoncia, y con U mano derecha loca la cuerda mediante irn pali-
I El arp« egipcia salió de aquí. Después se hi70 hueco el arco par»
' á la vez de caja resonante, que los egipcios anndfan al
i cuerdas de variada longilud, para los varios ^ones, se des-
íácitmcntc por la encorvadura de (a caja de madera, y as(
:«e pegaron sus dos cabos por una pieza que reforzaba la
Q piano es un arpa puesta en una caja para que me|or re-
i las cuerdas, y éstas se tocan por medio del teclado y los
47. R)iudo« de rapidus, como arrebatado. Hear. Agr. 5^2:
[MoBdc no vaya el agua rauda. León yod. 1 1, vers.: No quedará en
(fUos más memoria y que de las aguas ratidas que han pasado.
AHcn.. Con». 2,2,32: Lo^ ríos no tenían vado, que son muy
iMos y caudalosos y con muchos lajg^rfos.
Rnud-ja, de raud-o^ la corriente arrebatada, ffsíca y moral-
. A. Alv. Sitv. Dom. 3, aáv. !, c. §. I: Conlra la rauda de laj
: de Dios. Id. Dom, 4, adv. 2, c.-ADí pues es donde de raudal
{I Irapcics entran ellos en tas repúblicas corriendo sin presa que los
a. Id. 3 C: Se dejó llevar de la rauda de sus viciosas costum-
Mon. mtst. pte. 7, S. Mateo: Para estancar cl corrien-
\ males nos dice que corlemos la rauda del pecado. Lis. y
tlil: S te enfrascas en el vicio y una vez te metes en él, Iras él
rltífiCDOKi barco suelto en pos de ta rauda.
RaO'l-al, de raud-a y con el nusuio valor y cl de abundan-
I ñ. QnT/. 2,30; Y que k iba á embocar por cl raudal de las ruedas.
[ Cicza pi. 68: Para que no me lleve tras sí el raudal íurioso de mis
1 36 Orioen y vida del lemóume
desgracias. D. Veoa Disc. Sab. dom, 1 caar.: Como hombre á quien
el raudal de gloria arrebató los sentidos. Ulloa poes. p. 138: Uo-
vio' sobre los mortales / ia malicia universal, / de penas tanto raudtl, ■
/ tanta inundación de males.
A raudales, en abundancia.
Parece raudal de molino. (A los que tienen voz grande y gran
torrente), c. 59Q.
- Rapax, de rapax, erudito, y en el sentido de arrebatador, de
las aves rapaces; á ser vulgar hubiérase dicho rabaz.
Kapiña, de rap-ina, erudito, de rap-ere. QuiJ. 2,22: Y las
otras aves de rapiña. A. Moral. 9,5: El avaricia de Tiberio llegó i
tanta rapiña, que mandó confíscar la hacienda de muchos españoles
principales. Quev. Tac. 16: Que eramos caballeros de rapiña.]. Enc
242: Y si ellos hallan rapiña / ño estarán que ño la rapen.
Kapiñ-ap. vulgar, por hurtar arrebatando, de rapiñ-a.
ItaU», de raptus, rapere. Espacio de tiempo no muy largo,
que se dijo del coger un pedazo de tiempo. Quij, 1,1: Los ratos que
estaba ocioso. Id. 1,4: Estuvo un rato quedo. Id. 2,40: Porque pien-
so en los ratos ociosos y desocupados darme una tanda de azotes.
A cabo de rato, después de bastante tiempo. Quij. 1 ,22: Bueno
está el donaire, con que ha salido á cabo de rato.
A cada rato, frecuentemente. Torr. FU. mor. 16,3: Le mudan
á cada rato la carcelería de su mazmorra.
A cada rato tres leguas de mal camino, y mal paso. c. 14.
A cada rato un poco de mal quebranto, ó tres leguas, c. 1 4.
Algunos, muchos, pocos ratos, á veces, muchas, pocas. Qag,
1,30: Que muchos ratos se había entretenido en leellos.
Ai rato, al poco tiempo, poco después; ó tardando bastante.
A ratos, á veces. Fons. Am. Dios 3: Puestos en los potros des-
billecen y confíesan á ratos más de lo que pide el juez. Pinc. FU.-
poet. ep. 2: Malcontento con la miseria que Dios le envía á retos*
Fons. V. Cr. pte. /, L 3, c. 20: Que á ratos andan partidos el saber y
aprovechar.
A ratos perdidos. (Cuando se hace algo á las horas que no hay
otra cosa que hacer y se habían de estar ociosos), c. 508.
Cógeme un rato y tráeme todo el año. (De los vestidos), c. 356.
' ¿Cómo os va? bien á ratos, y mal de contino. c. 360.
p
47. rato.
137
Darle malo ó buen rato, disgusto, gusto. A. Alv. Sitv. Fer, 4
2 caca: 5 c, § 5: Donde anda y bulle la turbación de Tos hi-
¡dudo mal «lo á los padres. J. Pin. Agr. 5,15: Vuesira razón
i irñtolclicos pudiera dar mal raío. Quev. Mus. 1, r. 5: No
i Dios que yo olvide ' á quien me dio raíos buenos.
Dar mal rato. (E*muy usado), c. 5Qó,
iDar mat rato á ía vinagrera. (Darse á buen liempo y pla-
, c 27S.
I Df rato, buen espacio de tiempo A. Alv. Siív. Dom. 5. caar,
. § 5: Dcícnic en día de ralo, y luego verás.
' De rjti] en rato, con intermisiones de tiempo. Qunv- Zahurd.:
' decía á voces de ralo en ralo, sisones son los despcnsc-
h>kAitcspcnscros sisones. Celest. V.p.d^: Faziendo paradinas
-" '-í'-^ F,.- j^auc. 7: De rato en rato se renueva y crece
II y el alarido,
h- un rato, y servirte he má& de un año. (El vestido).
Btpero an rato en caanio me otaca. (Debía decir en cuanto rae
I y me desataco), c. ] 36.
lío. Qaij. 1,23: Porque por lo tiue hacia de abrir los
nírando al sucio, sin mover pestaña gran rato,
j/o, délo largo y pesado.
Hág vate pasar an rato que pasar un mat año. c. 454.
ilít vate rato agacioso que día perezoso, c. 455.
iá vaU rato apresada ijuedla engorrado, c, 456.
^ib ftt/e rato de sol que cuarterón de jabón. (A los paños).
í rata presuroso que rato vagaroso, c. 456.
■f rato de piacer que ciento de pesar, 6 más valeim
; - '. . 451.
^Mrato, ni un momento. Qaij. !|22: Que no me deja rcpo-
> compra tmrato qmen no ruega un rato, c. 232.
lí/ baen rato de Hebrero quiero mi teño, c 378.
'(tuj) buen, mal rato con. Tohr. FU. mor. 3,15: Pasar un
*flnieiipo. Obreg. 3,1 5: Se pasó buen rato con él.
138 Oriqen y vida del unOu,
Sácame de rato, y no de paso. (Que el trabajo sea con mode
ción, sin fatiga), c. 247.
Tener (un) rato con. Esteban. 7: Tener un rato con quien p
derse entretener. M. Chaide Magd. 3,22: Tener ratos con uno.
Tener bueno ó mal rato, alegrón ó desazón. Quij. 1,32: Nut
tengo buen rato en mi casa, sino aquel que vos estáis escuchan
leer. Ouev. Diablo coj. tr. 8: Tendrás el mejor rato que has teni
en tu vida.
Un buen rato, lejos. Bañ. Arj. j. 2: Aunque está de aquí i
buen rato / al jardín de. Mucho. Mirones: No vale tanto v. m.,
con buen rato.
Un rato, por un tiempo no muy largo. Cast. H. S. Dom. 1
40: Habiéndose parado á esperar un rato.
Valiente rato! del que nos dio gusto ó tristeza.
Ya ha rato, rato ha, 6 hace, mucho tiempo ha.
Ya hay para rato, de lo lejano y dudoso que haya de venir.
Ya tenemos para rato, de lo que se teme sea pesado.
Rat-ico, dimin. de rat-o. Mirones: Y habiendo estado
ratico, se volvía á entrar.
Rato, pata. No se sabe precisamente de qué idioma proi
de este nombre, común á toda Europa, ni de la historia del anin
se conoce gran cosa. Parece que se corrió de Este á Oeste, y se 1
ne por probable su derivación de raptus por su lijcreza en el corr
Tal vez del italiano ratto lijero y ratón mudado pt en dos tt; aunq
el doblar tales consonantes explosivas en la sílaba segunda es (
fonetismo italiano y nada dice provenga de lípt, de raptus. En Ci
tellano rato por pedazo de tiempo ofrece una derivación harto pu
cida. En m^dio al. es ratte fem. y rat mase, ant. al. ratto m., ratta
en al. Ratte f., ags. raett, ingl. rat, dan. rotte, fr. rat, it. ratto, brel
raz, med. irl. rata, irl. mod. radan, del inglés probablemen
En címríco se llama llygoden Ffrengig ó-ratón francés, en irl. fn
cach y galluch es decir francés ó gálico. La rata es mayor y de ot
especie, y la hembra del ratón ó rato. Navarr. Man. c. 25 n. 13
O si por negligencia... estuvo á peligro probable que la comió
ratos. Fuen. H. Nat. 2,26: Engendran muchos hijos tanto que di
Aristóteles, que habiendo encerrado en un vaso una rata preñada
hallaron después en él ciento y veinte ratones. Huerta P/bi. 8^5
47. rata.
139
|oiro5 ntoncs nayores que los comunes, que también se crían
r poblados y casas, á los cuales llaman los latinos ratos, y este
nombre los dan los alemanes, franceses é ilalianos: los cspa-
i los llanun ratas.
1 vulcarmenle por ralero ó hurlador de cosas pequeñas, en
n. Eiltriqtiera, en caló jerg. jefe de vigilancia.
t fafa petada^ en cueros.
IComo arta rata, la cabeza petada.
\CiiíHa más i^oe tma rata.
9to al rato, el rato á la cuerda. Quif. 1,16, y 1,23: Vos
alo y el rato y el vcltaco. Modo de ensartarse las cosas, so-
I de b vida y del comer.
' BJrato nose fíade unsoto buraco. (E*el mor ó ratón.) c. lOó.
Bstiihtcha ana rafifa, de la vivaracha y hacendosa.
Estará ya comido por las ratas, dtcese cuando premunían por
r ja murió.
\U gocho de comer el rato cómalo el gato, c, 1 97. Gástese de
IKZ con utilidad, anlcs que desperdiciar 6 dejar hurlar.
\lég§ebadt comer el rato, dalo at gato. c. 1 97.
ÍHi conocido qtse tas ratas.
JHt pobre qitf tas ratas.
\ ¡bcko satie el rato, pero más saiye el gato. c. 474.
, hrtce una rata pelada, del corlo de pelo y ralo.
I feto por rato, más sabe que sopas de gato. c. 477.
Tbrde te arrepiente eJ rato, cuando está en la boca de! gato.
1^9, Tarde se arrepiente el rato, cuando te tiene en la boca et
. c 40O.
I ^kagan ralas» que aqat está el que las mata, baladronada.
ftsa rata ¿quién la mata? en alguna dificultad.
IStrcm ratOt un pillo.
[ RaUí-pan Iq uesa, en la Litera de Aragón especie de rata
nt-ero, de ral-o. Lo perleneciente al rat-o ó ralón. fíuf.
• JA. Zabullóme, cemfcilos rateros. Q. Benav. II, 99: Ea. gatos
/ taocs abcr hurtar.
BqKhortí cual nt-a. Pie. Just. /. 37: Pué el caso que por
1 40 Origen y vida del LENOUJtje
decir otra gracia, le sucedió otra desgracia, en que cierto Roldn
ratero se le deslizó un punto de dedos.
Que casi se arrastra, de las aves de bajo vuelo. Zamora A
mist. pte. 3, Encarn.: En las águilas más caudalosas y en los piji
más rateros. Lope Belard.fur. V. 673: Porque eres ave ratera,/
no puede alzar el vuelo.
Metáf. de lo que no se levanta. Cacer. ps. 118: Tengo un
tendimiento ratero ó rastrero, que no se levantan un dedo de la tii
mis pensamientos. S. Ter. Mor. 1,2: Ennoblecerse ha el entei
miento, como he dicho, y no hará el propio conocimiento rata
cobarde. P. Vega ps. 5, v. 5, d. 2: Las grandezas de la tierra
presas rateras, que no hinchen la mano.
Bajo y como arrastrado. Agosta H, fnd. 1,20: Jumentos y ani
les rateros.
Metáf. de lo bajo, vil, de poca estima. Colperr.: Muchos no
arrojados, insolentes, ni malcriados, ni rateros. QaiJ. 1,16: Con
tan mínimas y tan rateras, no las quiso pasar en silencio. Nicri
Filos, car. 1,45: No hay cosa más cierta, más constante, que b
constancia de las cosas en esta naturaleza ratera y material. Esttí,
8: Como mi natural, aunque era picaril, no se inclinaba á hurto;
importancia, sino á cosas rateras. Zamora Mon. mist pte 2, L 4,
pte, Simb. 6: No hay soldado de fortuna tan pusilánime y tan rat
P. Vega, proL: O porque las cosas que dice ya las sabía, ó por
son tan rateras que no hay que saber en ellas. Lope Imp. Otón
498: Un cobarde, aunque sea gentil hombre, / no hay mujer
ratera á quien agrade.
Rater-uelo, dimin. derater-o. Pedro Urd. J, 1: Dond
rateruelo oficio / me acomode.
Rnt-epía, calidad de rater-o en todas sus acepciones,
hurtar. G. Atf. pte. 2,2,4: No andes á raterías hurtando cartil
ladrón de coplas, que no se saca de tales hurtos otro provecho i
infamia.
Del andar arrastrando. Nieremb. Obr. y días c. 44: Andar
astucias y raterías.
Cosa vil, baja, medios poco nobles para lograr algo. Valdcrr
£/. 3 dom. caar.: Que comen hierbas, no comen carne los aninv
generosos, no se abaten á raterías. Esteban. 4: Porque desestima!
47. ratón.
141
¿ules la mucho bueno que encierra su patria, solo dan t:s(i-
ralrrfjw exlraníer»s. O. Atf. ¡,3,2: Todas eran ralerías, respecto
idiosas que a)ff supe.
ít-Ííio, dimtn. de ral-a y ral-ero, hurtadorciUo, raslrcro.
r jHc. 63: A frutcrosi, baratos y ratiños. J. Pín. Agr, 18,22: Bien
que pocas cosas de tas que habéis <*Jcho acerca desta genera-
elcrnj, han entrjdo á nuestros emendíniienlos ratiños. Id. 1,0:
muc 00 perdaü parle de vuesira írrcredulidad ratonera, por no
rntiña (no creer cosas de ratones] . Corh. 28: Aunque somos
' ■ nos ethan de la iglesia. Defensa de los ratiños de la
1 1.
por raiún pequeño asturiano en Euo. Salaz. CarL p. 25.
Rnt-^Ar, hurtar menudcncia'í, cual rai-o, ú andar arrastrando
icél, el cuerpo pegado á tierra, metnf. darse a vilezas.
RatÍ-ina|t;a, vul^. engiño, de magu, niagar y rata.
ltiilA-4lupn^ en-rala-flura, roedura ó taladro de ratas
■i-^tii, dimín. de ral*o, y ei el mismo animal. Quij. 2,29:
lile ratón csscro. En la Germ. el ladrón cotiarde (Hidalgo), y
i ilude H texto de Cervantes cuanto d la cobardía, y el de fai-
fa/ ratón en mi agujero, y tórnaseme heredero, c. 63. No
inzas i quien pueda de ellas abusar, ündo es el aniínalito
lio heredar antes de tiempo'
(r ■' no sabe más de un horado, aquél tapado, presto
.. c A\M ratón que no sebe : ¡tas de un agujero»
]kcoee presto, c 41.
I y al gato, dfce^ que parecen ju^ar á cuando bu^
íooosi otros no se hüllan por mudar de lugar.
Árat9ais van los gatos, cuando busca uno lo que le conviene
tCtee le ba de costar lograrlo; jocosamcute á ratos.
Ctía ratón á sa agujero, cada cual d lo suyo.
CufíQ ratón tiene sa nido, y cada mujer su abrigo, y amigo.
0^^ el ratona su agujero, el que va á casa.
í^í/ ratón en ei tazo, que se vé en apuros y sin esperanza.
{l||ÍI.«|p|l|i||. I
142 Origen y vida díel'lenoüí
Como el ratón que muerde á un lobo, cuando luchan di
desiguales.
Como ratón á su agujero, del que va de prisa á lugar seguí
tras el peligro.
Como ratón en boca de gato, del que es juguete de los capri
chos de otro.
Como ratón en ratonera, del cogido en algo.
Como ratón en sa agujero, del que está á gusto en algm
parte.
Como si lo hubieran roído tos ratones, de lo agujereado.
Como an ratón, listo, pequeño.
El ratoncito Pérez, la persona bullidora.
Entró el ratón en mi cillero, y ftlzose mi hijo y hereden
c. 128.
La que huye de un ratón atado, no huirá de un fraile arrema
gado. c. 177.
La viveza del ratón, atolondramiento, como el que le hace caí
en la trampa.
Metí el ratón en mi cillero; lo mismo, c. 463.
Parece an ratón, del que se mueve á paso corto con viveza.
Parece un ratoncito, del niiío que se suelta pronto á andar.
Ratón de biblioteca, erudito, aficionado á libros.
Ratones, arriba, que todo lo blanco no es harina. (Es lo del
fábula, que el gato se enharinó por desconocerse y engañar á loj
ratones; mas uno viejo que le espió y conoció, dio este aviso á lo|
otros), c. 477.
Ratón que no sabe más de un horado, aquel tapado, presto I
toma el gato. c. 477.
Salió el ratón de su agujero, búscanme aquí para despOk
sero. c. 243.
Se asusta como un ratón.
Se lo habrán comido los ratones, cuando no saben decimos I
razón de algo.
Ser an ratón, pequeño, vivaracho.
Un ratón da en qué entender á un elefante, aunque es taiá
más grande, (Que no hay ninguno por pequeño que sea que M
pueda dañar, si es enemigo.) c. 163.
47. romper.
J43
! Vak meaos que un ratón, del de poco valer.
I Ya está cogido el ratón, cuando descubrimos algún enredo.
I Raton-ur, morder <S roer el ratón, y se traslada al hombre.
Éxtr. 3: N'n no había menester mucha'í salsas para comer; todavía
[tulgalia con las cortezas del queso, que de la ratonera saciha; y
no perdonaba el ralonar del bodigo. J. Pin. Agr. 25,27:
focfa esta plática (de ratones), que nos ha ratonado la de
' Adolecer d galo por comer rallones.
TV T'iiwado, mordido ó roído de raton-es. 0-/4(^.1,2,1:
•s más hombre que yo, á quien podridas lentejas, cocosas
. duro garbanzo y ratonado bizcocho tienen gordo. Quev. Tac
Tnia un bonete !os días de sol ratonado con mil gatems. P/c.
í. 3. 1: Los hombres <Je corto y ratero y ratonado entendimiento.
I A-rratonaflUf mordido, roído de ratones. G. Atf. 1,2,1:
Jo hizcodio. Metaf. lo agujereado.
i-raion-«ir«ie. en Venezuela ponerse malo el gato por
raton-«.
Kaloi»-ero, cosa de ratón. J. Pin. Agr. 1,6: Que perdáis
vuestra incrcijuliiíad r;iloncra (acerca de los ratones). En
al, estafador y escalador.
n»ton-era. Trampa de raton-cs, Quev. ZaA/jrí/.: Al punió
"5 dentro por una puerta como de ratonera, fácil de
[Odible de saíir por clin. VAtnERRAMA £)". Fer. 5 dom, 2
'. j;t es ver armada una ratonera con un pedacillo de
Catr en la ratonera, metaf. como en e! la/o d en el garlito. J. ?n4.
1 * Mejor dice Salomón ser meterse el hombre en una
le en compañía de mujer rijosa en casa grande.
en {ta) ratonera, con engaño. Cace:», ps, 72: Parece que
coger por engaño, como ellos cogieron á los demás, y aT
cogido en ratonera. G. ^^/l l>2.3: Pensándola engañar,
I cQpA en la ratonera.
£» ratonera no es para esta rata, de lo no i propósito pora
rea ta ratonera, dejarse sorprender.
■pery de rumpere; íL romperé, rotio; rum. rumpe, nipt;
144 Origen y vida'del lbüou
rtr. nimper, rut ó roí; prov. y fr. rompre, caf. romprer, pg. rom
Es partir con violencia las partes de un todo.
Intrans. Pasar al través, así el alba, el día, el agua de la fue
rompen ó se abren y revientan. Cacer. ps. 5: Es tan grande e! fa
y espíritu que rompe y se declara con voces lo más secreto de
corazón. Bosc. Cortes. 378: Aunque muchas veces, de muy aprel
de sus fatigas, venga i. romper y casi á desesperarse. A. Alv. i
Fer. 4 dom. 4 cuar. 17 c: Como estos tienen en sí malicia reco
y violenta, cuando por alguna ocasión rompen, rompen de ver
salen de golpe.
Trans. Qaij. 1,3: A trueco de no romper las cintas. Id. 1,4: <
si é\ rompió el cuero de ios zapatos que vos pagastes, vos le ba
rompido el de su cuerpo. Id. 1,22: Procurando romper la cad
Bañ. Arg, 2: Donde las olas su furor rompían. Persil. 3,20: Roe
la voz con un tan grande suspiro.
Abrir la tierra con la reja en la primera labor, así en Cu
otras partes.
Vencer y desbaratar, deshacer. Mend. G. Gran. 1 : Cuando
rieron rotos por Ozmín, capitán del rey Ismael. Torr. FU. mor, I
Aquella famosa encamisada, cuando rompió los asirlos. Qaij, 2
E aquí, señor, rompidos y desbaratados estos agüeros. Colom
FL 2: Y rompiendo algunas tropas suyas que tentaron defeíií
el paso.
Reflex. Qaij, 1,33: Y si se rompiese (el diamante á golpes).
tan. 1: Rompióse el secreto.
Al romper el alba, el día, al amanecer.
jAy, ay, ay!—¿Qaé has?— Rompo lo que tengo y no me
más. c, 23.
De rompe y raja, atrevido, resuelto.
De rompe y rasga, la mujer descarada, con desgarro,
abertura de condición.
Quien rompe paga.
¡Rompan jilas! al comenzar una cosa, al separarse los junta
Romperá, comenzar, á llorar, á hablar, etc.
Romper con, dejar, embestir. J. Pin. Agr, 4,22: Quiere
romper con el otro perdiendo, que consigo ganando. Valderi
Ejerc. Fer. 6, Dom. 1: Romper con los miedos que de ella na
47. romper.
/ff^.: Antes romperé con til amistad. Valdehrama Ej. ja(v. 3
a. ciuir.: Porque quien rompe con las leyes de Dios. Id. Sab. 4
8. raarj- Ka de ser parn que se vea cómo rompió con todas
nt» nubes lo quisieron eclipsar. D. Veoa Fer. 4 dom. 3 cttar.:
¡rompiesen con todos la pa/. Cacer/js. 16: RompÉ con las difi-
i todas que trae consigo eJ servir á Oíos. Id. ps. 61: Dáisme
rompéis conmigo, ¡rriiilts. QuEv. Fort.: Causa justa
Ftw.,.,^,, ^yn Jos amigos y vecinos. Valderrama Fcr. 2 Dom. !
irj V le obligó i romper con un castigo tan grande conira Joab.
Romper con rl posado, títvkUr \o pasado y Iradicional, dejar
inrtina.
fioBiptr coa todo, no parar en estorbos. Cacck ps. 1 1 5: Rom-
ttoo lodo por librarme, id. pS. 10: Los que saben romper con
I y lo llcA'an i fuerza de brazos. Id. ps, 85: Rompieron con todo
{inu consideración, siguiendo en todo su desordenada vo-
r ei aire, volar. Quij. 2,41: Va vais por esos aires, rom-
een mis velocidad que una saeta. MAng. Tr. Jer. v. 2,
\^4: Rompieron el aire las voces.
ríaíbOf alborear. Qüij, 1,34: Al romper el alba. Zamo-
fltís/. pte 3, Nativ.: Al romper del alba, al nacer de la luz.
ttr la aurora. Persit. 3,19: üiro día .il romper de! alba.
tí campo, labrar. O. Pérez, Odh. 1 3; Cuando ha rom-
twt dti entero / con sus bueyes y arado im campo nuevo.
— :/ día, amanecer. Quij. 2,12: Como si al romper del
;eian de ntmpcr las cnlie/as. Vaiíierjiama Ej, Descend.
hqr cosa mis agradable que una mañana de verano al romper
Oatat. 5, p, W: Al romper del día.
r i¡ fuego, comenjutr la baialla, comenzar.
r tí paso, echar á andar,
reí secreto, decirlo. Gitan.: Rompióse el sccrclo, salM
del caso.
•r tí silencio, hablar. Qu^. 1,28: Rompió el silencio y
>ld. \^t: Mas quien primero rompi6 el silencio fué Luscinda.
fr /ar íl. Lkw Caat. 6: Rompe ci ánimo en
tafecfxi:.. , _,;;niración.
en griíoSj paiabras, tiento, gritar, llorar. Meijj G.Ca(. \.
146 Oriocn y vida dcl lcnuuaje
— ■ '
Rompían furiosamente en gritos. J. Pin. >lgr. 2,18: Como el que c
alguna pasión arrebatada rompe en palabras blasfemas.
Romper en quejas, quejarse. A. Alv. Silv. Dom, 1, adv. 9,
§ 1: Romperán en gravísimas quejas.
Romper en risa la cólera. Quij. 2,56: El duque que esto oy
«síuvo por romper en risa toda su cólera y dijo.
Romper en voces, etc. Cacer.ps. 37: Son unos suspiros violo
los, inarticulados, en que rompe algunas veces el gran dolor que ur
siente en el alma de haber ofendido á Dios.
Romper filas, ó romper fuego, ser el primero en obrar.
Romper la amistad. Galat. 4, p. 56: Este rompe amistades.
Romper la batalla, comenzarla. Ocampo Cron. 1,11: Rompien
todos la batalla valientemente, la cual fué mucho reñida y peligra
Romper la fe, faltar á ella. Quij. 1,51: De su fe rompida.
Romper la ley, la orden, etc., faltar á ella. Fuerza sangre: Roí
piendo el orden de Estefanía, salieron á la sala. León Brazo: S
romper alguna ley ordenada. Quij. 1,34: Las santas leyes de la vi
dadcra amistad ahora por tan poderoso enemigo como el amor p
mí rompidas y violadas.
Romper lanzas, contra, por, emprender, metáfora de la lud
Quij. 1 ,46: Como ya la buena suerte y mejor fortuna había comí
zade á romper lanzas y facilitar diñcultades.
Romper la palabra, faltar á ella. Cald. Aarísi. y Lis. J. ¡:
palabra que le dí / de favorecerle, rompo.
Romper la plática, la conversación, interrumpirla. Pinc. FUt
ep. 11: Le rompió la plática y dijo.
Romper las amistades, reñir los amigos.
Romper la tierra, labrar. Quev. Mas. 6, c. 2: Rompe la lien
el lahnidor astuto, / porque en estando rota dá más fruto.
Romper las olas, navegar. Ctenf. V. Borj. 1,4,2: Y sirviead
de tabla á su vida una tormenta, empezó á romper las olas con mf
drosa quilla.
Romperle el alma ó el bautismo, matarle.
Romperle la cabeza, ó los cascos, ó la crisma, descalabrarle
herirle en la cabeza. Barbad. Coran, pl. 6, ep. 9: Le dio con él n
golpe, y aunque pequeño, le lastimó mucho, y no me espanto, sh
cómo no le rompió los cascos.
¡omper.
147
Itompcrte nnatón, un asta, an huesa, maltralarle de obra.
i?tMii;w/ tos moldes, abandonar im sistema ó procedimiento.
Rcmper por, pasar entre, sir* hacfr caso. Qaij. 2,54: Picando al
rompió por ellos, y al pasar. Id. 1 , prot: Tan hecho á roiuper
if por o(ns dificultades. Col. perr.: Mi buena intención
por las malas dádivas. Mahq. T.Jer. v. 2, cons. 3.4: El
rompió por la boca con canciones. Numanc. 3: Rompa por
f fe» liincheado. Valderr/ma £/. 3 dom. caar.: Con el aire se
iJe (el Mznfrt) y rompe por aquella abertura con una llama
Rompfr por el aire, volar. G. Aíf. U.7: Desplegadas la*; alas,
por d aire.
rpor medio de, atravesar. D. Veoa Nom. Jesús: V rompa
(Je sws fuertes murallas. Bañ. ArJ. 2; Por medio de la
y nar rompíendtT.
hmper per todo, no hacer caso y pasar adelante. Caccr. ps. 4:
por lodo.
', que (o tayo rompes, del que airado de^tro^a.
ílafaperse la cabeza, metaí. cavilar mucho^ adivinar lo difícil.
ABsfpcfse la axbeza, los cascos, la crisma, herirse en ella.
Ihmperse la cuerda por lo más delgado, fallar lo más débil.
R(iin|>-¡<lo. panic. de romp-er, y -idjetívo como desgarrado,
ipe y ra'jga. Zamora Mon. mist. pte. 3, ps. 86, v. 2: Qué
.uj taa sin miedo, tan rompido y tan sin hacerle perder el
sangre que baña la campaña. J. Fin. Agr. 2,29: Lo que se
pira los hombres muy rompidos y entendidos, no ha de ser
una mujer encogida y .ifligicia de suyo.
piróte, baiOr escollo ó cosU, donde cortado el curso
i, rompe y se levanta la mar.
oinpe-aratloM, en Aragón laononis procurrens.
nuiii|>e-bauco«i sin esfraí, en la Litera de Aragón el ocio-
"T r ficto.
Uuinp««-<'ab«3uiii, artificio ó problema dífícultoso de re^
ím.t ansa de dos bolas de hierro ó plomo sujetas d los cxtre-
i * tm manKO corto y flexible.
HoRipfvcalIcs. (Por cal(ejero). c. 622.
Houipe-coches, ant., tejido fuerle de lana.
I4S
OeíOCN V VIDA DtL Ltstiu»4e
Roinpe-eor*tezas^ doble tima que se mueve i chame
con dientes, para Iriturar tos viejos tas cortezas.
Runipc-esqiilnus, valentón que se ptAnta en la esqtti)
como á U espera. Silvestre Proserp. c. 10, oc. 71: En los mon|
^espesos apartador / los druidas habiten fas encinas, / en vene
sus ligas ocupados, / como hiciera cualquiera rompeesquinas.
R4»m|»e<^;j^ulaH, desaliñado en el vestir
Kuilipe-^ii^olii». CoRR> 622: Rompenecios. (El que sil*
' sin pagarle). C csl un qui se seri des personnes lant qii' elles |
valeni plus rien, el puls teur donne du pied au cu! (lesor. 1671
Ceíest. [, p. 27: £ste lu amo» como dizen, me parece rompenecid
de lodos se quiere seruir sin merced.
Hitinpe-olaa* muro ó bloques para que allí quiet
l&s oI:ts.
Ituinpc-pollus. Esteban. 6: Sus calderos y asadores rom
pcpoílo?.
Itiimpe<'poj^o$. CoRR- 622: Rompepoyos (por ociOBO]
Cabr. 301: Los rompepoyos, rondacalles y guarda esquinas.
Itoiiipe-ropa, en Cuba cierto arbusto de la familia del
Bignoníjceas.
Hoiiipc-zara^üelles. en Cuba cierta planta.
Il«»nipc'iler4», fácil de rompe-r.
Koinpt^-ilerui hierro para abrir agujeros en el Ivicrroj
líente recibiendo los golpes del macho, con punta acomodada.
ttoiiipe-cliira^ rotura.
lioiiipí-iiiieiito, acción de romper en todos los sentí
por ej. enemistarse.
lti>iiipÍ4l-ui*a, en la Litera de Aragón roíun, tirmía,
rompí-dOr roto, quebrado, caído de color.
Hoto, de nipliis, participio de rumpcrc. Valderkama £J.
3 dom. 1 caar.: Aunque se sufra algo rolo en la manga ó en
parte del vestido, no se puede sufrir en el zapato. Ouev. £p.
2,12: Después de rota y vencida la batalla.
Oicese del que lleva roto el vestido, y del harapiento. QuiJ. I
Sediento, miserable, rolo y piojoso: Id. 1,23: El primero que hablj
fué el «oto.
Meíaf. del vivir suelta y viciosamente. J. Pin* Agr, 7,21: Por
47. rota.
149
i d pecar tan roto, que no reparan en los evidentes peligros.
}f.dich.J. 3: La vida que de hombre roto /en Sevilla y en Tole*
I / le vi hacer. Guarda Cuid.: A un rolo soldado. Torr, Ftí. mor,
it: Otros más rotos de conciencia. Bosc. Cortes. IQ^: Ni dÍ3olu-
kii roto en su vivir, con ciertas maneras de hombre bajo. Torí.
, OMT. 17f6: Mozuelos de U vida rola. ixó^Job. 22>i 3: Que una
i nmy roto con el hecho dice esto siempre.
.ttif;.> rota, como mani-roio, generoso. Vi^i- Parn. 7: Tú, mano
de mercedes.
Sftftca/atta un roto para an descosido, c. 240. JiistlEJcando U
|iiel que no merecía al^o, que se consolará con que hay otros
alidos y pobres.
' a lo roto que to descosido, c, 386. Cuando entre varios
I es mayor.
í y gordos, (Por pobres holgazanes), c 623.
$t ttí/aese to roto como lo descosido, no habría nado per-
.259.
mente» con rotura. Torr. Fií. mor 14,4: Traló roüh
i hernianas (fornicar). Gran. Simb. 3, 3: Viven tan ro-
, como si no tuviesen fe. Bosc. Cortes. 196: Se hablan unosá
rotamente, s-ín ninguna crianza,
Mv-cottido, pieza que por rola se cosió. Jarque Orador*
fhamos por extremadamente menesteroso á quien no lu-
I bocado (ie pan que Uevar i la boca ni un rotocosido con
Mr su desnudez.
hnf- 1, posvcrbal de romper, derivado del participio rot-o. Es
:nio t» vencimiento del enemigo. Mariana H. E, 2,8: Las
^> lismMS de los carlagineses, después de csla rola tan consi-
Bblhi por rumbo ó camino, como derrota, es decir via rota,
b, abierta; del francés dijeron tontamente luta de routc, como si
■'esc lo mismo con la ctímolugla trasparente, que en el
.neis csti oculta. Okan. Simb. pte. 3. ir. 3, Dial. 3, § 2:
tOBl ts Isa grande engaAo, como el de uno que queriendo nave-
rkttlt Oriente tomase la rota de Occidente.
¡^krolú, vencerle. Calo. Hija deí aire, pie. 2, / /: En seguí-
> / de b rola que te di / al gitano Tolomeo. García Sonvííor,
150 Okioen y vida del LCNOUAre
5,19: Seguir el alcance y dar una buena rota. Ovalle H. Chite 1,1
En las rotas que les daban los nuestros.
De rota batida, con total perdida; metafor. de repente, sin re;
ro. Oviedo H. ind. 50,2: Desque vido ir la nao de rota batida á )
en tierra.
Ir de rota, sin remedio, perdidamente. Carc. Sev.: Hermai
esto va muy de rota. Zamora Mon. mist. pie. 2, 1. 3, 3° pte., SU
4: La memoria de Dios, dice San Jerónimo, se ofusca y todo
de rota.
Ir de rota batida. (Dícese en la Relación de Cabeza de Vs
215, fol. 32.) c. 541; vide De rota batida.
Poner en rota, vencer. Viaje Parn. 4: Que por él se vio
fuga y puesto en rota. Mend. O. Gran, 3: Cuasi pusieron en i
el cuartel.
It4»t-upa, acción y efecto de romper, de rot-o. Quij. !,
Que á no mostrar que eran de lana por algunas roturas. Valder
MA Ej. Fer. 2 dom. I cuar.: Cuando saquen los soldados por
roturas que hubieren hecho las baterías en los muros. Corn. O
4, 2,1 1: La santa reina sentía con dolor inconsolable esta pemici
rotura de la paz. Valderrama Ej. Viera, dom. 3 cuar.: Hacíei
lastimosas roturas y portillos en aquella divina y soberana maravi
Metaf. soltura en las costumbres, en el decir, etc. Valderrji
Ej. Cen.: Que celebraban los gentiles con tanta profanidad y rotu
J. Pin. Agr. 6,20: Llega el pecar de algunos á tanta rotura ydesv
güenza. Td. 1 8,30: Habéis censurado lo que Plinio dijo con rotu
Agosta H. Ind. 1,5: Es cosa que saca de juicio la rotura y perdici
que hubo en esto. Torr. FU. mor. 14,4: Esto llegó á tanta rotun
disolución. Valderrama Ej. Fer. 6 dom. 4 cuar.: Pero cuando He
á tal rotura el desafuero. J. Pin. Agr. 28,9: Pues podía ser que c
ella remiende algo mis roturas (vida rota). Cacer ps. 52: Proced
con gran rotura y desenfrenamiento. F. Pulo. c. 25: Asonadas,!
safios, fuerzas, juntamientos de eentes, roturas que cada día se fao
Hi»tiir-ap, de rotur-a. Rozar la tierra, disponerla para
cultura, la que no lo estaba, ro^npiendo el monte ó bosque.
Art*4>turas de Pero González. (Este fué un pobre homl
que en tiempo húmedo plantó en baldíos muchas mimbres en oe
como hazas, y sembró allí las barreduras de las eras ajenas, y Ibi
47. derrota.
151
bbfi sus arretarús, por rozas, que hahfa roto, y en cuanfo duró k
m.ís \x:nida la seca, todo fué nada; y que-
^.'- a IK.Í.IÍ bcrcciaJes de más costa que ptovecho,
> ., 69.
l>r-roUi, de rotü y con sus iiiÍ!>mos valores ilc vencimiento y
'. Quij. 1,7: Acertó Don Quijote á lomar )a misma derrota.
De allí lomará v. m. Ja derrota de Cirlagena. Id. \A\\ No
ríe seguir la derruía de Mallorca. P. Veoa Dedic: Tomar
n(e derrcho á Jciusalen. Esteban. 13: Tomárnosla
H¿..i._i ij ivii.L^ d€ Breüña.
Dar la derrota, en naut. determinar la dirección de un viaje.
¡kctararse en derrota; huir vencido.
Hacer derrote if ;i rumbo.
Utpor ¡a der.-- . íúul. Ilcviird diario de laque se haya de
Kpir en el viaje.
'í ' ■.', ponerse en derrota, en ii.iul. [K>nense á rurnhcj,
■ ■■"■ por derrota y aítura, dirigir la derrota del buque
ia estima con la observación.
Por derrota, díccse del navegar por camino conocido, lo con-
taño de por altura valiéndose del cuadrante salamenle. Ovieoo H.
ki. 47,5: iVrque una cosa es navegar por alturas e otra por
érroiiis.
Shmper ías derrotas, pastar Ío ya segado (Patencia).
Sf^nir la derrota, el alcance.
J.' ur ta derrota. (Para tal ó t^l parle; por caminar). c. 611,
bf rrot^ar» de dcrrol-a.
fntrü ' -jr forzada la emh-ircación, desviada de la derrota,
kn-t illrecho. Qutv. Mus. ^, jac. 2: Aijui derrotaroB
/ CoKolina y Cañamar / en cueros por sus pecados, / como
' //. tnd. Al,\: Acaece tiallai'se atrás de lo que
....«u./ V M.-^^ido, riave^.indo cinco meses se^scnta leguas.
Voas. Sacar el viento á la cnibarcación de su derrota, ó desviar
lino, SoLis Poes, ekg.: feliz U nave, pues que el mar prosí-
«n que ei horror del viento la derrote. Ovaluí H. Chile 2,2:
lú derrotados de alguna tempe:>tad. Coimsjí. H. üegov, 18,3:
Cank» derrotodoft del inar llegasen i sus puertos. Bsteban> &: Por
*V)n pobre y derrotado, huyendo de familiares (extraviado del ca-
■ (V ■um ^a ■TC*
152 Orioen V vjdX del
mino.) Esp, ingU Ser naves derrotadas de las Indias. Valderraha
Ram.: Qué quiere que entienda el marinero que viene derrotado.
Vencer al enemigo. Betisana Guich. L 2, pl. 87: Invadida con
numeroso ejercito de Carlos, duque de Borgoña... en pocos meses
le derrotó tres veces.
Malbaratar y arruinar.
Reflex. Perder la derrota. Coloma G- Fl. t: A la entrada del
canal se derrotó la almiranta.
Derrotar el toro, enderezarse contra, Est. Cald. Esc. and, 230:
Ora acometía ó derrotaba al aire y siempre en balde.
l>ert»ot-e, posv. de derroí-ar, en tauromaquia. Est. Calo.
Esc. and. 222: Podía e! toro en sus embestidas y derrotes herir en
los ojos y en el rostro al caballero. Id. 353: Ya ha volteado á cuatro
pacientes y que con cada derrote llega á las ventanas del segundo
piso (el novillo).
Ut>i*pot-cP04 lo mismo que derrot-a, por rumbo. Nieremb.
V. Nlarc. Mastr. c. 12: Y así decía que este librito era su derrotero.
Libro que contiene la situación geográfica de puntos y costas
para asegurar la navegación, como antiguamente perípío á la griega
é itinerario á la latina.
Eii-dcppotap, en náut. poner el buque á rumbo, hacer de-
rrota á punto determinado; es intrans., trans. y reflexivo.
r\f.T'-ro-tni% destruir, disipar. Avala Caza 46: Vienen aque-
llas peñólas q- ebradas todavía á marrotar más fasta que se fienden.
Id.: Asi marrotanse mucho. Otrosí, se marroían las aves et quiebran-
seles muchas veces las peñólas. Zamora Mon. misf. pte. 3, Asuncí
Sino que desperdician y malrotan.
RiitiiiH, de ruta, remedando el francés routine, como se
había tomado ruta por el castizo rota. De ahí ratin-ario, á la latina; y
rutin-ero, á la española. Es vocablo muy recibido y cómodOi pues
carece de equivalente castellano, ya que no es lo mismo que costum-
bre, uso, estilo, usanza, sino lodo eso cuando ya se obra por instin-
to y tomado en mala parte; dijérase mejor rot-ina.
Oei*i*ul>Íap, desmoronar, ir comiendo el rio ó la humedad It
ribera ó la tapia; en prov. el sustantivo deruben derrumbadero, anL
fr. derub, desrube, desrubant, desrubison, pg. derrubar, derruba-
dóuro derrumbadero, gall. derrubar cortar, derribar, echar á liem
47. derrumbar.
153
s» árboles, etc. De dé y dírapare, de tupe^ roca, según creen
I Diez los romanistas.
»Dt-rrwh|-í», pow. de dcrrubi-ar.
l)t*rt-iMi)l>»t*, crócnlo lo? romanistas vAríante de derrubiar,
B9Sa} debida á conuminación con niraperc romper. Por con-
de mb en ffJ, como en paloma de paliimba, knenios anti-
ilc dcs-nimar: «usijuc ad de^iruttia'a Ue Casliella» (Bf.r<i. año
9. 376), «dcíiorruiTiassí la tierra» {Mingo Reb.) De aquí romo
le caido, la (ierra calda de un ribazo, achatado y allanado.
-L- a etimologia con csle testo do Cibrera p. 240: Cisternas
fiadas, donde equivale á derrubiadas, y derrumbar á un
ibar, el anL fr. desrube, desrubant
df, despeñar. Tirso Ventura con el nombre 3,2: De un
„ :rumi» / de donde el Venlura vino / á dar á un lago.
H. Chitt 1,7: Derrumba la muía y la hace ir volteando hasta
dU en el raudal del río.
ir abajo, más on general, dcíraiiur. AKrcAO. Rim, 1:
de bertnellrtn / derrumba iluminaciones.
f^ffex. despegarse. Viaje Parn. 7: Dcrrümbanse del monte
c — umieron subir por la ladera. Quij. 1.20: Que
- , cí^a y derrumba (el agua) desde los aílos montes
loronarse, como derru'jíarsc, asi en Honduras de casas,
, c '^ MLt H. Chile 1,4: Se derrumban los montes con las
t-l oro mis p.-vien:o. bn^E Gatom. 7: Bajan gatos...
I bajan despcñadosy'fraKnicntos de cdiricio que derrib£in,/que
se derrumba.
Araac. 6: Por mil [jartes (Tos caminos) estaban
Id. 28: Ya por )a áspera cuesta derrumbada/ venían
lo.
.^UJ- x^uij. I, t.\. Que Siindeces / vos lengan el cerbelo
Drr-ruinb-o y clci'riiniÍH4», po«v. de derrumb-ar; el
muy usado en Aniénca por dcmimbamienlo de un cerro,
I nlaa. un puctite, etc.
tlrrrumb«-tiili*filo, acto de dernimtMtrse. SoLORZ. Potit
■ !*« kis derrumbamienbs que ha habido en estas minas.
^ai
nominib.i-dfíro, despeñadero, senda quebrada y
grosa. D. Veoa Disc. Sab. dom. 1 cuar.: Todo lo demi:
derrumbaderos y cuestas inaccesibles, todo despeñaderos. Q.
28: Di con él por un derrumbadero. Zamora Mon. misf. pt
Benito: Porque tenía gran peligro de despenarse por un dem
dero.
Rumbar, de derrumbar, quitada rfe- como preposicid
Honduras arrojar una cosa, rumbarse al rio, en el suelo.
Kumb-a, ruin-«, en Chile rimero, mb en m. Posverl
rumbar, rumar, que del caer, echar á un lado, vino á indi
montón que se hace de lo caido ó dejado.
I(iiinb»zóii, pumnzóii, en naut. cargazón, arru
metaf. cargazón de nubes en el horizonte.
\-i-f*uinbHP, de rumbar y a-. Metaf. arrollarle en la ce
sación obligándole á callar, del amontonar. En América arrun
enmohecerse, propio de lo caido y abandonado. En gall. arro
dejar algo como inútil en lugar escusado, ó colocar en
orden los muebles de la casa ó habitación, es decir amontonai
mar rima.
Vi*i*uni^p, variante náutica de arrumbar, mb en m. Esti
pipería y barrilería, estivar la carga de modo que ocupe pi
vaya equilibrada, cargar á granel. Oviedo, H. Ind. 50,7: La n
venía derecha e traía lado... por no venir bien arrumada.
Reflex.. Cargarse el horizonte de nubes, horizonte arrumi
/\i*i*uin-a, en Chile rima ó rimero, posv. de arrum-ar; er
manca arrum-as añicos, del destrozarse al caer; en náut. di
en la bodega para repartir la carga.
'^ri-umaxóii, como rumbazón, acción y efecto de arr
Recop. Ind. 9,32,3: Por no ir bien calafeteada la nao, ó Iti
fuera de cubierta, ó mala arrumazón. Puent. Cron. D.Juan II,
Diciendo que se forma de celajes y arrumazones, que enj
la vista.
Ai'i'um-MJe, de arrum-ar. Vevtia Norte de la contrai
31: Tócale también el arrumaje de la carga, que es aquella 1
disposición que conviene para que vaya bien repartida y los gé
de mayor peso en el fondo.
47. romo, robar.
155
DeA-arrumAP, lo opuesto de arrumar, deshacer la estiva de
> de oira manera la carga. Küü. Sala?- Carf, 39.
iiwi.ii», V.L i^inar^ rumbar, dci ruinar, derninibar y hubo de
nne de la tierra cakla de un ribazo, de sisertc que éste quedase
adu, chato Ó romo; en náut. poner arruma la carga, como par-
|ipto ó adjetivo, al modo que romo por *nimo. Ocncrnüi^ndo el
vinol decirle de lo achatado, opuesto de lo agudo ó en piinta^
I y moralmenlc. Qaij. 1,16: De nariz roma. Quev. Casa loe.
r: Con zapatos romos. Herr. Agr. 5.13; Y muy romos de na-
> J. PiK. Agr. 3,7: Lo áspero y lo Uso, lo agudo y lo boto ó rorno.
i Veo A Fer. 3, dom. 3, caar.i Hombre que tuviese l.\ Tiariz chala
jncrcümcntc el romo de nar¡¿. Osi. S<:*ior/. Trap. I3:V
I suerte que la tal vieja era muy roma enlre ia^ demás gracias
tenfa.
Meíaf. El boto de ingenio. Tork. son. á Fninc. Vaiíejo. Yo le
'itor romo.
romo, el nacido de caballo y asna (Tesar. 1G71.)
Sí Ui podemos dar roma, no ta damos a^mieñQ (el diablo á la
rr, dar lo peor). (Diablo coj. tr. 2).
I¿n roni-ar. poner roma alguna cosa afilada ó aguda. EspiN^
I. 2,4: Con d mucho ejercicio que hacen se les gastan y en-
an linio Ia5 uAa».
RoliAr, del godo raubon, tat vez por medio del provciizaJ rau-
r. ant. fr reuver, ii. nibarc. En Alexandre (3tió, 302) robir, robi-
! Oiemo ovo París i Elena robída.
T- llar con violencia, y luego en stni-'ral, tomando para
O ^lue me robó el aposento y los libros. Id. 1, 4-1: Con
ipaiejos que me robastes. Qvcv. Fort.: V junlauíenle os
I un reino, robáis las hacicnda^f., y aiíoláisJas íamiiias.
' personas, quitarles !o que llevan generalmente, pero á veces
írmelas y asi de bs jóvenes sacarlas con engaño Ue la osa pa-
Qaif, 1,1: Robar cuantos top:tba. Id. 1,24: Estos pues, dijo el
losi que nos rolaron. Id. 1,27: Aliora que dejé robar
I prvnda. Id. 1,21: Por la robada Elena.
Dcfi/ i uno sin el oso de alguna facultad por atraérmela ó tbs-
la emoddn ú otfa causa. Fu>ís. V. €r. pte I, /. 3 Cemt:
1 56 OrIOEN V VIDA DEL LENOUAJE
Como el amor roba á un hombre de sí mismo, asi roba el desii
Id.: Job en el muladar, como robado de la fíereza de sus males.
Llevarse el río algo de las tierras ribereñas. Torr. FU. mor. 7,'
En tiempos de avenidas roban (los rios) las riberas.
En los naipes tomar nuevas cartas dentro de la jugada. Qi
Mas, 5, 5. 6: Este mundo es juego de bazas, / que solo el que
triunfa y manda.
Reflex. Quitarse de, abandonar. Lope Rosar. \l, 553: Que
geÜzados / á sus pasiones se roban.
Pas. C. SoLORZ. Trap. c. 4: Se fueron, dejándole cerrada
puerta, que no había necesidad de ella, pues estaba la casa
ya de ser robada. Qaij. 2,40: Cuando falta alguna robada
celia.
De. C. SoLORZ. Trap. 4: Volvamos á nuestro pobre escol
robado de su dinero y alhajas, apeado de su autoridad. Quev.
5, s. 7: A sí propio se halló en cueros / robado de su hermosura.
A robar al monte de Torozos, á Sierra Morena, al que hem»
consentido demasiado ó que trata de robar.
Robar á ojos vistas, descaradamente, mucho.
Robar á mansalva, con descaro y sin riesgo.
Robarle el alma, atraer. León Esposo: Y la violencia dulce coa
que enajena y roba para sí toda el alma. Id. Amado: Les robó (fe
tal manera las almas.
Robarle el color, quitárselo por alguna pasión, etc. Lazat*
tr. 3, p. 39: Tomóle tal calofrío, que le robó la color del gesta.:
Persil. 4, 13: Les robó la color de los rostros. G. Alf. 2,1,7: Yp;
llegué tan robada la color, tan encendidos los ojos. D. Veqa DÍ¡í,
Fer. 6, dom. 1, caar.: Perdidas las fuerzas, robado el color, desp(^ J.
jado de su hermosura.
Robarle el corazón, atraerle. Torr. FU. mor. 23,3: No hay oom '
que así robe el corazón de los subditos y no subditos, como. Cienf.
Borja 1,4,2: En pocos días se llevó las atenciones de los aragoneses
y tenía robado el corazón á su tío.
Robarle el pensamiento, abstraerlo. D. Veqa Nativ.: La conso-
nancia que hacen unas con otras no hay duda sino que roba el
samiento y le levanta.
También pensar lo que el otro tenía pensado.
3r¡€ €t reposo, quíür&clo. Hoa V. Bat.: Te robaran et repo-
oTiTJnas viMlas.
rie ei sentido, por !a pasión ó guslo, etc. Sdvag, 13:7
me tiene allá robado (la música). Id. 143: No creas que
cvluca el setitido me haya robado, como las otras exterio-
stenrUs. Gran. Situb, 2,1 1: Tener robados y embebidos los
en U consolación. D. Veoa DíSc. Fer. 5 cen.: Fuera tan
el deleite, que nos robara los sentidos.
tobarle ttseso, quitarle el buen juicio. Ceiest. I, p. 3: Quál hié
¡contrario acontecimiento, que assí tan presto robiá el alegría
! bombre, y ío que peor es» junto con ella el seso?
\Ji<>barU et saeño, quitárselo. León Rey: V le hacen temerosa la
y le roban el sueño, y la cama se le vuelve dura.
l^hbarle la ategria, quifársela. Ceíest. T, p, 3: Quál fué tan con-
acontecimiento, que assí tan presto robó la alegría dtste
tobarle la atención, abííraerla, J. Ano. Cong. d. W: Que me
1.1 atención ¿ [n tención á Dios.
^ Robar ¡a vida, atraer con halagos. LeúN Cas. 10: A las veces
I en las casas algunas personas arrugadas y canas, que roban
y entiznan ta honra.
Robarte la volaniad. Qvtv, Tac. I: Robaba á todos su? volun-
fhrat. 5, p. 65: ¿Quién abrió y rompió mi pecho / y robó
e los ojos y el corazón, atrncr. Fons. Am. Dios 1,48:
-,as y e] corazv'jn. D. Vpoa Purif.: De tal suerte le arreba-
i 0)os y le robaron el corazón.
e/e el sentido, perdérsele con la fuerza de la pasión.
\Ros, 2,2: Lo» sentidos se me roban.
tttpor alláf que yo robaré por acá, (De l;is recelas de los
♦.c482.
Pt, re, roba tu, que yo robaré. (Burla del recipe de los mé-
" "--prctándolc en robar á una ellos y el boticaria), c. 478.
-o, posv, de rob-ar, Qaij 1,23; El robo del gabán. J. Pin,
Pues la acompaña con lo del robo.
M tiito, coger las cartas precisas en el juego.
B ob-a, posv. como reb-o. Berc. S. D, 466: Que teme
ageno de roba ó furtado.
Ifiob-al-aje, robo. Cabr. p. 537: Dicen que va al robali
todo, y como dicen, á río revuelto.
Hob-eHa, rob-o, anticuado. Moret. >l/za/. 21|1: Etsí p
aventura damno viniesse á nuesto Reyno, ó por furto, ó por robcr
ó por otras cosas. Villen. Trab. 6: De aquesta robería sostenli
mantenía é acrecentaba él su sin medida estado.
A-ppobnrsc, quedar trasportado y como fuera de sí: tém
no de los místicos con el valor de robar los sentidos. Marq. (k
cr. 2,23: Quién ignora que el alma padece éxtasis y se arrob
Coi perr.: Que estaba en éxtasis y arrobada de puro buena, j. Sí
c. 2: Se anda arrobando por las casas.
Quedarse pasmado y suspenso por alguna pasión ó cosa quee
canta. J. Polo/. 206: Así como la vio llenóle el ojo /y de verla
arroba. P. Veoa ps. 5, v. 20 y 2/, d. 3: Por ventura está ella t
arrobada en el bien que goza viéndote. Cabr. p. 204: ¿No os I
acontecido estar pensando alguna cosa y arrobaros tanto con
imaginación.
Aprob-o, posv. de arrob-arse. P. Veoa ps. 3, v. 16, d. 2;1
dije en arrobo: todo hombre es mentiroso. Col, perr.: Que nun
los santos hacen tan deshonestos arrobos. MuÑ. Gran. 1,15: Duri
arrobo tres cuartos de hora. Mañero Ap. 16: Y vosotros, cuau
fíngis arrobos furiosos en la oración, no estáis mirando al sol y b
ciendo visajes con la boca? Zamora Mon. mlstpte.3, ps. 86, V.
Aquel rapto de potencias, aquel trasporto de sentidos, aquel amrf
de corazón tan grande.
Apptiba-míento, arrobo, de arroba-rse. Quij, 1 ,27: No n
dio lugar mi suspensión y arrobamiento. S. Ter. Vida 20: Quen
saber declarar la diferencia que hay de unión á arrobamiento.
Pues cuando está en el arrobamiento, el cuerpo queda coa
muerto, sin poner nada de sí muchas veces.
Appoba-dizo. Moreto Lindo D. Diego 2: Primero fne
beata / de aquestas arrobadizas.
A-VPob-iñ-ap, en la Germ. recoger, dimin. de rol>«r.
Rampa, cuesta ó declive, del fr. rampe, y en Aragón y Mi
cía calambre, del it. rampo, donde vale gancho, rampa gam, c
■;7. rompida» rabia.
\':>9
nimpren tfíiirarsc, engancharse, adherirse lo áspero. En
tuda. Chile, etc., suena rampla. En Álava raspa 6 filamento
lid ca&cabíflo que tiene el grano del trigo, ele, trigo ram-
L cíhada rampuda, por rapudo; tal vez por la sensnción angus-
|cn boca y narices, cuando se melé en ellas.
luipt-üii, adj., de la pieza de hierro que Itene las cxlremi-
1 vuetbis, como herradura ramptona; y por extensión del 7-apa-
de mucha suela vuelta ó que sobresale, y de lodo lo tosco.
fr_, del itiisnio origen que el it. rampognare, rnnipone gan-
if de rampa; ir. ramponner y anl. raniproner dar gofpes
lira y ta pata: r hizose / en ramplón. Pic.Just f. 7fi: Des-
aquella fantasma tocinera, aquel galán de ramplón, aquel
jímeiio en jalvajc. Qijf.v. í\cdm. 1: üi habla de ios cristianos
gUAJr de ramplón. Por /afiato para patinar ó patín, ganchu-
O. Fl. 2: Mandrt hacer doce mil pares de ramplones con
de los hielos, que resistiendo eí peso de tos soldados,
H..Vi fArtfsinia provincia del embarazo de las aguas, que (a
ible y dan lugar i pelear sobre eHos y arriinaríc á
Uakbao. Corr. vie^ Trafa medías de cordellate y zapatos de
\de ramplón. (De los calzados y obras fuertes), c. 568.
lui|»liBii-i*rtn. el serramplón.
í»fnplfl>n-4-ar, obrar como ramplón en algo.
I*-f'M)»-orMi, en la Litera de Aragón cosa menuila y dcsprc-
r^tc de ramplón.
Hniu(>-oJu. del ram par que hemos visto en rampa, (amplón.
- '~ ' " •' eícoheiío que queda quitados los granos de la uva
Tesoro át 1671: Chausstrtrapes.
kmpullo, brole, renuevo, en Aragón rampallos pimpollos*
Ibia, de 'rabia por rabíes, il. rabbia, fr. rage, pg. raíva.
*A^.t. I.iatr.: Como tos deben curar de la rabia é délas
Mefa/ F:nojo grande, QttiJ, 1 ,9: La rabia (iiie entró en el corazón
ouncbcgo. Id. 1.23: Arremetió..- con ta! denuedo y rabia.
Dkne. 6,36: Fué ocuixido de la lal rabia. A, Mor. $,t8:
I rncendidos los inimus de ambas parlen con mucha rabia; y
I otra vez.
Ciego de rabia, Qaij. 1 ,34: Ciego de la celosa rabia.
Con rabia el perro, muerde á su dueño, c. 354.
Consumirse de rabia. Aroens. á Flora: De congoja y rabta i
consumo.
Da rabia, de lo que molesta.
De rabia. J. Pin. Agr. 22,23: Y elia se mató de rabia.
De rabia mató la perra, que el que no puede satis&cerse i
agraviador, vuelve contra lo primero que le viene á mano.
Deshacerse de rabia. Sanch. H. mor., Cat f. 106: Se quen
deshacer y aniquilar de rabia. Rivad. fgn. 2, 19: Deshacerse de pt
rabia y pesar.
En rabia de, para enojar á. Qaij, 1,44: Todo en daño del n
tero, y en rabia de Maritornes.
Estar tocado de la rabia, irritado y furioso.
Estoy que rabio, del que siente dolores, sobre todo de muclt
/foccr/c rflWas, hacerle rabiar, Cacer ps. 105: Dátianle gn
des pesadumbres á Moisés, hacíanle rabias, tentábalo la paciencia.
Hacer rabias. (Hacer rabiar), c. 631.
Morder... de rabia. Diablo coj. tr. 5; Morder las piedras
rabia.
Morir de rabia, como los gorriones viejos, encolerizarse.
Quien todo lo quiere, de rabia muere, c. 342.
Rabia de corazón. Fons. Vida Cr. p. Í, c. \2: Levantóse (
rabias del corazón.
Tener rabia, estar enojado. Calder. Mañana. 2: Esa es la n
que tengo / y en lo que yo á hablarte vengo.
Tomarle, cogerle rabia, tenerle inquina por algo.
Traer rabia. A. Alv. Silv. Dom. quine. 6 c. § 2: Qué rab
traerian consigo mismos, cuando se acordasen de.
Rabi-eta, dimin. de rabi-a, por enojo caprichoso, pro|
de niños.
Coger, tomar una rabieta.
Tio rabieta, el de mal genio.
Rabi-ón, en Sant. y Ast. corriente del río, impetuosa en i
Irechuras.
Rabinca, pabisc-ada^ rabiasca en Cuba, rabie
arranque, pronto.
47. rabia.
161
tabK-fti*. de rabi-a; it. rabbíare, fr. rager, pg. raivar. Padecer
de rabUt. Lao. Diosc. 6,36: Suelen asimismo rabiar los perros
iber comido algunas carnes hediondas y corrompidas. Q>l.
Ap&ncn%. que rabia el perro sabio.
tiaf. del sentir extremado dolor, hambre, sed, etc., ó las dos
^ncs de ardiente deseo 6 fuerte enojo. QaiJ, 1,44: Morfa y ra-
de despecho y saña. Id. 2,0: Rabiaba Sancho por sacar á su
i del pueblo. Cask./is. 236: Cuyas dnimas rabian de sed. ld,4Qt:
: rabian por verlos en su poder. Lazar, tr. 3, p- 37: Rauiaua de
re. Pic/ast 2.1,1,3: Como si yo rabiara por ser de corona.
ps. ^S: Fíabiarán de hambre: famem patienlur ut canes. Id.
); Pareceré en su presencia, aunque rabie. Casa. ce\. J. I: Ra-
enojo y muero de despecho. León Job. 13,14: Estoy ansi
ido de dolor, que me querría despedazar con los dientes. Quev.
11: Yo rabiaba ya por comer y cobrar mi hacienda y huir de
>. Cast. H. Oom. 1,1,51: Todos rabian y se embravecen y en
I de sus vicios son leones.
fabiar. de lo que pica, duele mucho, y detras de un verbo
era: canló á rabiar.
\El rey qat rabió, en tiempos antiquísimos; y añaden por gachas,
por dificultades é infortunios. Quev- Vis. chisi.: El rey
' rabió.
En iíando qut tí perro rabia, ha de rabiar, del tenaz en su
r, arrebatado del primer juicio que hizo.
I Hatir oigo rabiando^ á la luerza.
Haark rabiar, enojar adrede. Caccr. p5. 77: Escomo hacelle
que dice el español; parece que lo hace solamente por
: rabiar. Hacen esto las mujeres con los hombres celosos,
ípoc darles un picón ponen los ojos en otro hombre.
UfOMiark qat rabia. (A semejanza de) perro^ que para matarte
, que rabia: así para hacer mal á uno, le levantan y argu-
qoe). c S4Q.
_n-4K rubia, &irve para ponderar el exceso de una calidad ó de
quicr cosa. Qutv. C dt c: Unos bizcochos que saben que
. £i¿cban. 10: En achaque de entróme acá que Hueve y hace
IqiKrabia.
jCM* fQbk!, gozándose en el mal merecido de otro.
u
162 OhIOEN V VIDA DEL LENQUAJC
¡Rabia! rabia!, zahiriendo.
Rabiar de hambre, de sed, etc. '
Rabiar por, desear fuertemente, Persii. 2,5: Y con todo esto
sa\tn á la lengua y á !a boca ciertos pensamientos que rabian porqi
los ponga en voz. Zabaleta Dia f. Pelota: Rabiando por echi
de sí.
Rabi-ada, (dar una...) enojarse dejando con la palabra en
boca á otro (Honduras).
Rabia-zorras, rabi*zorpa, viento solano.
Rabí-oso, el que tiene rabia en todas sus acepciones,
mado. Qüij. 1,51: Sienta la rabiosa enfermedad de los celos.
tr. 2, p. 21: Mi rauiosa y continua muerte. Torr. FíÍ, mor. 17,S
Hartar su rabiosa pasión. Id. 4,4: O rabiosa ambición de mandar.
Valderrama Ej. Ftr. 5,5 dom. pas.: Como si las estuvieran despC
dazando perros rabiosos. Leo^Job. 34,36: Rabioso de enojo dése
á Job la muerte.
Metaf. enojado, airado, violento y recio.
Se dice de lo exagerado así en Est. Cald. Esc' and. 44: La
partidarios del volero disparado y rabioso.
A-ppabi-ado, que tiene rabia y enojo. Abarca AnaL p. ,
Jaime I!, c. 9: Fueron parciales suyos con arrrabiadas y sacrílcgij
ñnezas.
Ropa. Antiguamente roba y raupa (año 917 Berqanza,|
375; año 942, ibid. p. 383). De! ant. al. rouba acción de arrebata
botín, presa, preparativos, vestido, es decir despojos, probablemenl
por el provenzal; bajo lat. rauba, prov. rauba, fr. robe, ant fr. reubf^
it. roba, ropa, pg. roubo, roupa, ant. pg. rouba. Qaij. 1,22: U4
canasta de colar, atestada de ropa blanca. Id . 1 , 4 1 : Se desnudase taÉI
ropas de turco.
Ajustar la ropa. Zabaleta Dia f. 1 ,20: Prosigue en vestírae^ '
al ajustar la ropilla ve que hace bolsas en el pecho.
A quien tiene ropa y duerme en el suelo, no le tengo daáSé
c. 16.
Aquí venden ropa, (De lugar airoso y frío.) c. 62.
Aquí venden ropa. (A veces se dice entrando en parte abrigue
más propiamente y á veces llegando adonde corre aire fHo, y de "^
sitio dicen: Aquí cómense las capas), c. 516.
-í ' . r<jpa.
itlr
^/íientarU, ajusiarle, venirle la ropa, Qtiij. 1,21: Me asentaba
Hbicn ia ropA de muüiilor.
* Bien estáis de ropa, si no se os rnoja. c. 308.
.Con la ropa hecha jirones, sin recursos,
SOar sobre ropas, préstaino con garantía de ellas.
[Dejar sana la ropa y lastimar ti corazón, sin romper efjubá/t,
ei corazón. (Ofender con malas palabras), c, 280.
'mejor nadar es guardar la ropa. c. 105.
\Qaardar la rapa, guardarse Ue tin peligro.
\ Hacer ú toda ropa. {Acomoóarse á toúo). c. 628. Qulj. I»4I:
I CDurii>s franceses, que hacen á (oda ropa.
\Hay que tentarse ta ropa, de lo dificiiUo$o.
ropa sucia se lava en casa, no publicar lo que desacredita,
j ropas de ios letrados son aforradas de las temas de fiti-
\ porfiados, c \9A.
^Uevarta ropa desmentida, corta ó recogida.
- y guardar la ropa, de! que teniendo á su cargo t\ cui-
^■¿0, mira lambién por lo suyo.
I No tocarte á ia ropa, al pelo de la ropa. Mosquea 0,54: Acér-
liK tres; pero no tanto, / que al Tártaro le toquen á la ropa.
! So tocarle at pelo de ¡a ropa, no dañarle en to n\Á$ minimg,
1,10: No consenlirc yo que te (oque en el pelo de ia ropa.
Poca ropa, y al cinto toda. c. 403.
Pota ropa, y buen talante, c. 403.
A»Cd ropa, y esa roía. c. 403.
Psmrle como ropa de pascua, reprenderle, hacerle cargfos
Ptnerse como ropa de pascua, tronce, maltratarse de palabra
r afuera. (Dfccsc para saltar y correr), c. 623.
Jhpa á la mar, niut. aviso de alijar el barco en la tormenta.
Ropa blanca, ta inienor. Qai/. 1,22: Una canasta de colar.
I de ropa btanca.
Ropa de cámara, la de levantarse y andar por casa.
fhpo de levantar, de por casa. J. Polo;?/. 233: Salió á fccí-
k on ditbfauco muy venerable, que era el Rector, con su ropa
E itnniu.
Roficfwerús iza, canalla. (Exliortación i tos remeros), c 482.
lÉfa
164 OltlOEN Y VIDA DEL LEÑÓUAlé
Generalízase por disponerse á, como haldas en cinta. Ruf.
Y vaya, y fuera ropa.
I^opa hecha, la que se hace sin medidas de uno determinado.
Ropa oreada, dos veces colada, ó ropa mojada.
Ropa talar, larga hasta el talón.
Ropa vieja, metaf. guisado de la carne que sobró de la olla
que fué antes cocida.
Si quieres criarte gordito y sano, la ropa del invierno
en verano, no desabrigarse.
Sobrar ropa, sobrar tela, metáfora del cortar el sastre.
2f71 : Habremos cumplido con la partida, y aún nos sobrará ropL
Tentarle la ropa, provocarle.
Tentarse la ropa, mirarse mucho en lo que se va á hacer.
Vender ropa. (Dfcese donde hace frío), c. 615.
Ropa-vej-ero. J. Pin. i4^. 20,1: Extremado ropavejo^
fuérades, según asentáis bien un remiendo. L. Rueda I, 100: Hd
puesto una tendezuela de ropavejero. I
Ropavejep-ia, tienda del ropavejero. ]
Rop-<ge, vestido, en general, y particularmente el largo j
cumplido. Barbad. C/rí/em./. 23: Habiéndola mejorado Pedro d{
Málaga de ropaje. Colmen. H. Segov. 44,13: En un grande nicfad
ú encasamiento se mostraba la reina, gallarda figura, con ropaje |
corona real. J. Pin. Agr. 28,23: He visto á muchos de los de vuesfrtl
ropaje tener en menosprecio esta oración. Zamora Afon. mistpff,
3, Expect.: De tu mismo ropaje y librea? Col. perr.: E>os hombnl
de buen talle y de mejor ropaje.
Rop-eta, dimin., rop-a corta y pobre. Gomar. H. Mtj. T
Una ropeta con medias mangas de pluma de colores, muy gentil.
Rop-et*o, el que entiende en rop-as, y el vestuario doiide m
guardan. Fiouer. Plaz. d. 107: Fué creciendo el número de rope
ros, de manera que se tomó por oScio. //. freg.: Ropero hubo qit
por la mañana les compró sus vestidos.
Quien no te hizo ropero, no supo lo que se hizo. (Por duA
en algún oficio), c. 593.
Roper-ia, oficio ó tienda de roper-o. Fiquer. Plaz. d. 101
Pretende la sastrería por instantes derribar, oprimir y escureccr 1
ropería. C. Solorz. Trap, 4: Sacando de la ropería el día siguicB'
ido de KorróR. Q* Benav. r, 21 6: Pues como de roperft / me
celo* de viejo. Uc. Vidrier.: Pasando pues una vez por U
de Salanunca, le dijo una ropera,
op-llla, dimin., QaiJ. 1,22; Quitáronle una ropilla que traía
lis armas. Id. 2,43: Tu vestido será calza entera, ropilla larga.
a|>-Íta« dúnin. Niememh. Vid. Fr Moreno, § 2: Así le dijo
vvt iit: Din*.- í:<j ir.niía queréismela dar, para que yo sirva
i ¡tKf pobrcf del Xlíio jesúsr'
Ropvp-uclio, en Aragón mujeriego.
|Ro|»H>n, rop-a larga sobre los vestidos y forrada. J. Pm, Agr.
O: Vuestra edad más requería ropón largo y báculo de junco,
capacorU y espada larga. Qaij. 1,21: Cuando me pongan un
ducal á cuestas. Saav. Rep.: Z\ que va i sit lado con un ropón
i... es Paulo tovio, latubdor del marqués del Basto.
'r«|>-ap. Cubrir o abrigar con ropa.
oñs.. QuiJ. 1,17 Que !« arropasen y le dejasen solo. Id. 2,62:
loJe para que sudase la írialdad de su baile. G. Alf. 2,2,6:
casa mis dineros... giardélo y arrópelo, porque no se
. Q. Benav. II, lOi: Arropé la parida.
Qo^. 1,17: Trujáronle ;illí su asno y subiéndole encima íe
c Han.
... .,...;■. 1,10,3" También nacen (l.ts nueces) arropadas
de las injurias de los soles y aires.
ifn- rodear con cabestros apretadamente á los toros para
. Valocuama Ej. Fer. 6, dom. / cuar.: Est^indoos bien
; en vuestra caina... Tórnase á arropar, porque se le hace
salir de la caina. Zamora Mon. mist. pie, 3. Nativ.:
bien arropada Ja coge el invierno. Q. Ben.nv. 1, 208:
c^Q, MHO de arropado,
if. Qaij, 2,53: Y arropianne con un zamarro de dos pelos en
ftA Mon. mhtpU.3, Destierro: Aquel que dá á las
M que se arropan.
tkt9f. prevenir^, annarse, enriquecer; arropado, prevenido,
0.
wí-p.-uie qae sadtt no creyendo hechos rt promesas de otros en
1 66 OrIQEN y vida del LENQUAjé
Arropar el brasero, apretar la ceniza, que dure.
Arrópate que sudas. (Con ironía á quien de poco se cansAj
tales propósitos), c. 70.
Arrópese con ello, despreciando lo que dan.
De9-aPi*opaP, apartar la ropa. Rodr. £/. 2, 1 ,7: Viéni
desarropado y casi desnudo. Nieremb. Vid. Fr. Hortol. § 9: De
brióse el arca, y se halló el cuerpo, tan desarropado, que. Lope I
II, 219; Mas luego se desarropa.
Desappop-ado, partic. de desarrop-ar. Como adjetiv
pobre, sin ropa ó con poca. Quev. Tac. 18: Picaro, desarropado
Alf. 1,2,7: Y este vestido desarropado. Píc. Jast. 2,1.1: Muc
pareceres hubo que por estar algo desarropados no osan salí
teatro. Tom. Ramón Punt. escrit. 2,19,8: Atreveos á meteros er
casa desarropado y sin la vestidura nupcial; por más camarada
hayáis sido, os mandará echar de ella á puntillazos.
Mal-appopailo. Valderrama. Ejerc. Fer. 6 dom. 4 ci¡
Piénsanse los ricos y poderosos que solamente la nieve del tra
es para los pobres y malarropados.
48. Appa, es el euskaro arpa ó garfio para matear ó arpí
en gascón arpe griffe. Véase Korting (4500 y 4501), el norso ha
(ant. al. harfa, al. Harfe), cuyo origen y etimología se descono
no pudo dar con su sola acepción de instrumento músico las de
de garfio, etc. Del apTO], que no fué instrumento músico, no pu(
venir las acepciones agrícolas y náuticas del vascuence y castelL
sin pasar por el latín, que no tuvo tales vocablos. El arrapo
arrapar españoles, claramente del euskera, lo confirman.
Arpa, es todo gancho que agarra, la punta cortada en triáng
la garra que se echa con la mano, para agarrar con las uñas, y
ave de rapiña amiga y parecida al milano. Huerta Plin. i. 10
74: Las ánades y las gaviotas, las arpas y el halcón triorco.
En Álava arpa es instrumento de tres puntas para removeí
basura, y es claramente del euskera.
Instrumento músico de cuerdas conocido, por su forma gan(
da, arqueada. Qaij. 1,28: Tocar una arpa. Id. 2,35: Luego la de
arpas y laudes que en el carro sonaban.
App-ap, arañar ó rasgar con las uñas ó con cosa gancKt
48. arpar, <frb<ir.
167
iro arpa, arpatu matear. Lazar. Ir. 1, p. 15; Me auia dis-
ido y arpado Pn cara. Lis, y Ros. ac. I, esc, 5: Mira mi capa
Hekr. Agr. 5,17: Tenga (el ;íaIIo) la cresta muy derecha,
i y mwy colorada y muy arpada. Qitij. 1,2; Los pequeños y
jos pajarillos con sus arpad.is lenguas. Valderrama Ej. Cenlz.
1 guerras ve?>i;c!os de hierro, arpados los cuerpos, tragando
lentos la muerte. L. Palma. Vid. G. Palma: Los encerados
* ventanas aia^ cscondid.is estaban arpados y hechos pedazos,
Simb. 3. Í6: Toda sti carne arpada con heridas. Cabr.
TT "^ le viera amorLiijiilo, arpado con tantas heridas, feo
w antigua ht-Tino-^itra.
/. de la voz, quebrarla, corlarla cantando. J. Pin. Agr. 4,5:
arpar de su voz la nuestra filomela. Id: Ya silba, ya gorjea
ya reclama.
nar como orpeí vieja, corjier hasta reventar.
Wrp-¿n. aumettl. de ^rp-a, hierro ganchudo con dos lengüetas
cu ncdio, como en la flecha y en la veleta ó arpón.
-. 'I7: La casa ei en figura cuadrada y en las esquinas
. nutro totTrs con rico \Tntanaie y en lo alto de cada una sus
f arpones. L Cjarcií. //. F!or. 4, 1 : Tirábanles con arpones
I (á los cspañolcsj. j. Pin. Agr. 1 5 ,29: Y echaban cuantos
lUn. por sacar algún obispado del pecho del rey. Entrtt.
ÍCmtinica un arpón, /es un virote, una jara./que el ciego
» dispara.
Aliva .iriv\n r^ a/jtli^fj p.ira raiceSj vocablo claramente
^AvpOD-«r, lanzar y ciavir el arpón. Ovieon H. tnd, n,0:
l|iesadorcs dc^^í' hurrr*; .'i nnoas le arponan.
Appon-^ar, lirai > !.-. m el arpdn á los peces.
Arp-ill-nrAC» araflarse, diminntívo -ilí de arpear. Qvtv.
--' \ niicntri"- dl-^s se arpillan.
Arp-UI-crJi, tela rala que parece arpi-llada. Zamora, Moa.
fte. 3. Visit.: El sayal de *» críalura íuéh arpillera de sus
ArtilH nr ■ *' - • rtibrir fardos con arpill-era.
1 1« i*i . <rba narria qile rae el suelo. Covarr.:
iHnr íi coa moy ^ jpneat, como arbor Ea pUna el muchidio.
168
OnrOCN Y VIDA dsl lcnuuajc
cuindo escribe de priesa y maK Qaij. 2,4: Porque no hará sino ar^
«rbar, como sastre en vísperas de pascuas. J. Enc. 78:
nostome/!a cuaresma rellanados. / Arbemos estos bocados. 1
Covarrubias es de su etimotogiX que la Irae de! hebr.
cuatro, porque dice que el que escribe mal hace cuatro letras poí
una.
\rt-ap^ alfar, orfar, vanante fonética de arbar y
valor confirma la etimología dada. Euo. Sa^aí. Carf. p. 41
Dicese det navio, cuando cabecea levantando y hundiendo la
como arrastrándose, al modo de la narria. Sandov. H. Car!. V \
§ 27: Ayudaron poco las galeras, porque esiaban Apariadasy laj
andaba alterada; y como arfaban con las ondas no acertaban adc
aststaban.
At*f-a, en Sevilla el bolso ó copo de las varias redes de ]
quera que emplean en el Guadalquivir.
Ai*ff-eo, cabeceo^ posv. de arf-ar.
Arf-aila, acción de arf-ar.
Arraparj el euskaro arrapa con el mismo valor, lo mj
que el it. arrappare. Korting dice que del germánico rapon, tiJ
fíen; pero esc rapon no ha existido: el raííen alemán viene del '
dio alemán raffen, al cual hubo de responder un anl. al. *ral
íngt. to raff, fr. raffer, il. arraffare, lomado del alto alemán; jng|
rap, relacionado con el mismo alto al. raffen. Asi el italiano ar
pare lo Irao Kluge del ant. al. raspón por *rafspon, mcd.'al.
Todos elIo5 vienen del arrapa, y el ¡í. por medio del castellano
reclámenle del euskaro, lo mismo que arrapa en Colognac
Francia, l-a Academia da arrapar por vo?- baja aragonesa, arret
furtiva y violentamente, hurtar con presteza y agilidad. Conscrvow
naturalmente en la región cercana al vascuence; i Castilla pas6^
fórma acortada rapar, y arrapo. Arrapar por arrebatar en Hita,
na 88,470, y vulgar. Meí. NovÜ. 2,16: Al tiempo que el Re
partió del, arrapóle y arrebatóle tres jirones de 1a so]>revista, >?<;
princip. 1,3,2: Todos los galardones de virtudes arrapa e rob
codicia e la ambición. Hita 1157: En tiempo de pdígro, d^
muerte a rapa.
Anrapa-aliaptfiSt H"^ ^'^'^^ cosas de los altares. L.
Crít. 2,7: Es un arrapaaltares, por tener mncho d« Dios.
48. arrapar^ arapo.
1 69
ipn-|{^alllnaf«, «n Vizcaya el azor.
LrrspK», posv. de arrap-ar, un pedazo que se arrapa, roto
etc. La H' sobra en este y drinás vocablos del mismo
, Zamora Mon. misi. pte. 7, S. Lorenzo: Qué CFudal se ha de
ck un ampo ^ue vos dais al pobre>
irrap-aclcí. en América desarapadado &ndra]oso, lleno
. ó arapos. G. AI/. 1 ,2,7: Quedóme solo el viejo lienzo de
Bes, y un juboncillo desarrapado. Cast. H. S- Dom. i. í, i 2,
! Vez hubo que le pidió limosna un romero, tan desarrapado y
e, que. Cabií. p. 40: Se vio pobre, desarrapado, hambriento.
FiL mor. 17,2; Al desarrapado liasla los perros le tienen por
i de lo ajeno. D, Veqa S. Andr.: Pobres y desarrapados. Zamo-
i.mist.pte3. Visít.: Un malvestido, desarrapado y descalzo.
trr.: Verle ir niño, pobre y desarrapado. Id, Asunc: Son
i desarrapados, cojos y sin eslima.
I&i Honduras, arrojado, atrevido y libre.
I Des-arrapadUlo, dimin. Muñ. l^. Bart. Mari. ],1S: Este
iillo inocente enseña á f r. Barlolmé á ser arzobispo.
I Arapo, no harapo, es el arapo, suavizada la rr, como en arJs-
eamaco y dcsarapado. Gran. Adic. Mem. 1,4,1: De manera que
abt Dios en las leyes de naturale?» por amor de un arapo,
(locado en el cuerpo de un ^nlo. Gitan.: Ándese á eso y
I de los arapos para reliquias. Q. Benav. I, 306: Arapo,
r de capa y gorra. Ruf. dicH. j. t : Asgamos la ocasión por el
, G, Atf. 2f3,b: Todo andaba de arapo, comíamos aunque
ritffr 6 estar hecho an arapo, con vestido muy desaseado y
CbMo un arapo, al que se riñe durameute.
AMcrtr como un arapo, reñirle reciamente.
Apap-leiiio, que lleva arap-os, mendigo andrajoso.
Da»-arap^do, coma dcs-arrapado, pero de arapo. Quev.
^^lf (Mv.; I*ara remendar romances dcsarapados,
Arrapiexo* De arrap-os y pieza. Es el pedazo roto que
, nal si se hubiese tirado ó arrapado una pieza del vestido, y
[vaMo pottí. Zamora Mon. mist. pte. 2. Simb. 6. ¿Quó es de los
>.^«eli traían aipnrada de tos arrapiezos? Id. pte. 3. Pre-
] 70 Oriqen y vida del lenquaie
sent: A un hombre que con afrenta de su mesa estaba tnalvestído,
hácele sacar de los arrapiezos. G. Alf. 2,2,7: A fé que les hubien
sido de menos daño Guzman de Alfarache con sus arrapiezos, quit'
Donjuán de Guznián con sus gayaduras.
De aquí trapo roto. Quev. Tac. 15: Trapos y arrapiezos de
diferentes colores.
Y aperos, ó chirimbolos. T. Naharro I!, 263: Hao, collazo,
dormilón, / apaña tus arrapiezos.
En fin, la persona traviesa, revoltosa y despreciable, menuda,
arrapiezo de lacayo, arrapiezo de paje.
Rapap, variante de arrapar, del cual salió, aunque hoy se
haya particularizado al cortar el pelo á navaja, es decir enteramente^
cual sí se sacara á tirones. Vése además por sus siguientes emparen-
tados, que también ofrecen la suavización de rr, como en arapo de
arrapo, y tienen el valor de arrapar: prov. rapar, arapar, cat. arrapar,
prov. arrapa, lang. arapa; lion. arraper, gasc. rapa, it. arrappare, bajo
lat. arrapare, cat. y pg. rapar.
Trans. por arrapar, hurtar con violencia, vulgar. T. Nahar. II,
169: Rapo una tranca de encina, / si me entírrio con alguien. J. Enc.
242: Y sí ellos hallan rapiña, / ño estarán que ño la rapen. De ma-
nera que no es trasladada del cortar el pelo la acepción de robar,
sino la primitiva. Quev. Tac. 1: Y mi padre fué á rapar á uno (así
lo dijo él), no sé si la barba ó la bolsa. Id. jac. 5: A la Monda la
raparon / una mirla por tomona.
Cortar el pelo á rape. Quij\ 2,40: Que no tienen hacienda pan
pagar á quien las rape. Id. 2,40: No habría navaja que con más b-
cilidad rapase á v. m. como mi espada raparía de los hombros la
cabeza de Malambruno.
Reflex., cortarse el pelo ó las barbas. Quij. 1,21: Será menester
que le rapes las barbas á menudo. Id. 2,40: Cada cual se rape, como
más le viniere á cuento. J. Pin. Agr. 4,17: Que no se rapasen las
coronas.
En Salamanca enfriarse el cuerpo, expuesto algún tiempo á baja.
temperatura.
Rapar á navaja, enteramente como rasurado. Quij. 2,32: Y
aunque si me las rapasen á navaja, y lo tendría á más benefício.
Hap-adOy de rap-ar, partíc. de rap-ar, y el sin pelo. QbÍÍ-
48. rapar.
171
Que ya ibtn rapadas y sin cañones. Oviedo M. fnd. 42,1:
rapadas las cabezas de la mitad adelante de los aladares.
tapa-altares, sacrístár^, jocosamente. L. Grac. Crit, 2,7:
que es un rapaallares.
tapa-bolsas, el qtie fas hurta.
(apn-ru licúas, Fapa-ini|;;ajas, el trago de Wno después
comi;ía.
(apa-nubes. Q. Benav. !1. 96: Hurones, rapanubes, ca-
hpeloK^ estafador, metáfora del que rapa los pelos.
17,23: Entre tantos millares de rapapefos y desuella-
Ipor no decir caras.
ntt de rapapelo. (Los que son arrebatadores), c. 571,
Kapa-pién. buscapiés.
Lapa-polvü, reprensión áspera.
|Rapa-t«rrón (d), de rafz, del segar junto A lierra. Usase
), y lo he oído en Zamora: segar á rapaterrón. Esteban. 3:
! csquilalto como i borrego i rapaterrón.
íps-velas. sacristán.
|Rap-«. posv. de rap-ar, en caló trampa, del arrap-ar acoger,
Vino rapar.
posv. de rap-ar^ en caló lazo^ trampa.
Rap-«, posv. de rap-ar.
lAirape. á rape, cortar el peto como rapando á navaja, i Por
[(mi, tu pcfficial mente, á cercén.
IUpÍ*rape, de rap-«, rapar, como riíí-rafe, de raf-e, raíar,
Rapa-dop, barbero. Qaij. 2, 1 : El mío, señor rapador.
|Bap c<a, suerte de red para pescar sardinas en Galicia.
Rapet-ón, rapct-a mayor.
LApjH-dura, acción de rapar. Owac. Afor. f. 273: Que
tÓKJr rapar, iresquiíar y orrar rapaduras.
Rapa-miento, acción de rap-ar. Quij. 2,40: Cuanto mis
ciebo de hacer el caso para el rapamiento destas tiarbas.
a-dero. d cjuc np-a. Santos Día y noch. d. 8: U rapa-
1 muy buen dinero por lo que no vale nada.
BAp^-ndet-o, el que rapa. Santos Dkiy noch. d. S: Y tú,
172 Oriocn y vida ofiTíS
rapandera y tramoyera, enredadora y alcahueta, cuenta tus trastoa
herramientas.
Rap-icg'o, que arrapa ó coge; ave rapiega, de rapiña. Hei
Agr. 5,34: Más presto las toman las aves rapiegas. J. Enc. 3(
Todos son unos rapiegos, /Iladrobaces / que nunca querrían pac
L. Fern. 71: Ño lo penséis don rapiego.
Rap-ista, barbero. Qaij. 2,1: A, señor rapista, señor rapií
Rap-uñ-ar, en Asturias arrebatar, de arrap-ar, y el sul
-uñ bien, enteramente, como rasg-unar, etc.
So-ppap-eap, en Santander raspar ó rapar con azada, ei
un sendero, campo, para que no crezca la yerba; de so- bajo,
poco, -ear y rap-ar.
Rapaz, por muchacho que va rapado, como lo indican mo
muchacho, motil. De rap-azo, aument. de rap-ar. Quij, 1,12:
quiéreos decir ahora.... quién es esta rapaza. Id. 2,58: Aquel c
llaman Amor, que dicen que es un rapaz ceguezuelo. T. Nahab
I, 358: Muy rapaza debe ser, / que agora muda los dientes. Co
1 : A escudero pobre, mozo adivino; ó rapaz adevino.
Cuida bien de lo que haces, no te fíes de rapaces, c. 375.
Quien manda y haz, no ha menester rapaz, c. 345.
Trota, rapaz, que buen día te faz. c. 429.
Rapac-illo, dimin. de rapaz. Ballest. Eafros, 1,1: La ra
cilla estaba bonita como un oro, con su basquina amarilla. J. F
Agr. 5,30: De los emperadores Arcadio y Honorio cuando ei
rapacillos en poder de su padre.
Rapac-ejo, dimin. de rapaz. G. Alf 2,2,4: Yo era rapacc
delgadillo, de pocas carnes.
Rap-ac-ejo, el flueco liso y sin labor particular, es det
como rap-ado, dimin. M. León Obr. poet. 1. 1, pl. 2: Un capote
grana / al niño ofrezco, / porque lleve el capote / su rapacejo.
Rapac-eria, acción propia de rapac-es ó niñería, mucl
chería. Esteban. 1 : Fueron tantas mis rapacerías.
Rapaz-ada, rapacería.
A-rpapaz-ar, -se, en Salamanca achicar, -se, desistir de u
empresa.
Rapa|p-ón, cual si viniera de rapac-em, por analogía o
narigón, perdigón. Mozo joven sin barba y como rap-ado. Balij
A^. rfí/a.
173
s. 4,7: Si el rapagón cníra, revolverále ochenta hojas* Cald.
Zafam. I: Por Dio* que se las tenía/ con todos el rapagón.
!!, 28: Yo, rapagún. Quev. Rom. sayag.: Iban muchos
tran átgaUtta. (Lo que «volaverun de galle(a>* Cuando
ieron algo), c. 477; de rat^avcmní, pretérilo del macarró-
ipaic, sacsdo de rapar.
Sab«l-o», (crrenü arruhiado por las aguas. Parece un deri-
•don de arrapar, como bal-don, eic, suavizada lap por la d.
.Amít.Job 14,19: Arrabdona sus rabdones (atUivione pautaHni
consumilur).
Arrabdonar, escavar, gastar el ¿tgiia las orillas; de rabdon.
Amsi. Job 14,19: Piedras molieron aguas, arrabdona sus
Hemos visto en las germánicas la raíz *ra/sya correspondiente á
V, y b nii ntp de rampere en el biraiibm y el raupyan del
^órúubrn y raa/en del alemán. A ninguna de estas dos raices
""I I-" -' -í-ii'^aleniin y el alemán taffsñ, bajo alemán rapen,
ir; de los cuales los romanistas ¿uelen sacar el il.
ur^.d tr. rafferf y el ingl. to raff. Presuponen un antiguo alc-
'n que no se halla^ ni aunque se hallara sería de origen
Es, pues, más que probable que de la Romanía pasase al
) ilemán, asi como pasó al ingtés, y que en la Romanía tüfítr
■' provengan de España, del arrapa, coma variante de
o^ii como arfar es variante de arbar, y rafe de rape. Hubo
además rifar del rifi-rafe, repetición con / y con a, pro-
leuskcra, como ris-ras de ras, tris-tras, etc.
I, de un raf-ar. de motlo que ?ean variantes de rapa, rapar,
|irbr de arpar ó arbar. Es So que sobresale en la obra arqui-
I, como lafc por exiremo, del coger, por donde se coge, y
i veces para soslencr, asegurar ó coger las parles. Asi en el
I de- 1671 se defíne ra/a f/e /a£/rri/o5 en italiano y francés:
íóe ntas«onneríe, una fascia di pietia fatia per sostcncre. E$ el
1 de ladrillo ó piedra cnlrc tapial y tapial de tierra para asc-
|tl pared ó reparar la quiebra ó hendidura que padece, ¡dea del
Además cortadura en c) quijero de la acequia ó brazal para
l^ptf lacar agua de riego. Abertura en lo delantero de los caacot
174
OftlOCN V VIDA DCL LCNOUAJC
de las cabalíerías. Corte oblfaio en la^ rocas para
P. Vega ps. J, v. 2, d. J: Las ralas de ladrillo, los «: :
d. 3: Si las rafas de ladriKo no eslán Finnes, menos la tapia del
Oran. Simb. 112; Us cañas dei (rlgo y de h cebada licnen
ñudos atrechos, que $on como raías en la tapicería, Zamora
mist. pte. 3, p&. 86, v. 5: EJ luccr los cimiculos como ncgocioi
mampuesto y rata es obra de aparejadores... Mo hubo mota, nu bu
repelo, no hubo piedra fea, ni manpiiesto, ni rafa.
Rafas, cordón de argamasa que cubre las yrcas en losi
de los tspiale^v.
Kaf-e«rr liaccr, asegurar con raf-as.
Rafe, alero de tejado, extremidad; al rafe de la mesa, dd |
variante con -e de raf-a.
Al rafe, en Aragón como al rape.
Kaf-el, en Segorbe alero del tejado, y también rafe.
Raf-al, parral, emparrado; de! mismo raf-ar ct^r.
Raf-io, en la costa de Valencia gancho de hierro con
de Uüadera para la pesca; del ilah raffio; de la misma raíz de i
Ráf^fSra. del \l ráffíca, termino marino venido de 0¿
protiablemeiite, pg. refega^ fr., raíale y raffaler, raflais, y rafler i
Todos de arralare it., raffer h., rafa cast. ó "arrafar porarraf
golpe de viento ó de cosa que viene arrebatadamente. Gatai,
68: Una ráfaga de viento embistió las velas del navio. Cm.
Estatua: 1^ lleva eS aire en sus ráfagas envuelta.
Como ráfaga de viento, de lo arrebatado que pasa presto.]
Rífi-rrafe, es el posverbal raf-e de *arraíar, it. arr
de arrapar, con repetición en /, para indicar el reñir uno con
tirándose de tas greñas arrebatadamente.
Andar (fe rtjitrafe con, estar reñido con alguien.
Hifar, como el it. arriffare, y rifa como riffa, anL ír.
cii y pg. rifar, rifa, son variantes de arrafar, raffer, como d fr. i
la es de raffler. Probablemerrte nació esta forma con I del rifi-ri\
Trans. reñir, con. Qall. esp. 1: Para que contigo rife. J. ,
Conq. d. 2: Deseo que rifes con ellos (los enemigos). J. Pin. \
23,8: Eurípides introduce i uno rifando con una mujer. LazarA
3, p. 37: En (oda la noche dexaron de rifar.
Sortear entre muchos, pvr ta especie de contienda que |
■til. rtjar. rapos».
175
tocará. Píc.Jasi. 2,2,4: Cierto gala» staba rifando a) naipe
t avellanas. Qvzv. Tac. c, 22: Con título de rifárselos, cincuca-
iidoi. Pie, Jnst. IfitT. 2: Sí aaso la había rifado alguna
ctftff. hactr que otro riña. Euo. Salaz. 5a/ Esp, 2,24 1 : De Te-
e, do busco con quien os rife.
I Rifn-cochiltos, Pic.Jusf. Introd. 2.
fÜfa-Haya». P:c. Just. tntrod. 2: Quizá era este rifa&ayas.
, Rifa-dor. adj. Pendenciero, que rifa. Cosk. 156: Hombre
Jor V caliallo corredor, cuero de buen vino y bestia de andadu-
1 mocho dura. T. Namarr, I, 407: No pueden junios comer
iballos ríbidorvs.
'RiT-a. posv, de rif-«r. Riña. Pie Just. 4,2: Duró no poco la
¡ Sorteo. 2lAVALrrA Dia f. Juego: Le llaman para una rifa. Si es
|CO(ocr y la gana. Q. Atf. 2,3,3: Que cierlo sé, si entonces acaba-
I vida, Ruc corriera el alma ciento de rifa.
' Rap-oso» raposa* la zorra, y se llamó del rap-ar, ó
ir. valor de todos los derivados de rapar, es decir arrebatar.
e con rab-o, como se vé por raboso en Aragfún y rapi-
^nc. uiiiíj. 1>29: A la raposa entre gallinas. C. Cucan, c, 26: Cayó
s(i en tierra y lamúlo el raposo y fuese con él, y ansí fincO
I d cuervo del raposo.
lado de astucia. A. Alv. $ilv. Oom. 2 adv. 2 c. § [: E\
^ talso y engañador; más aun es (an dísimuEado y rapo-
A raposo durmiinU, no le amanece la gaUina en eí vientre,
Astaío como un raposo, c. 55 y 514.
Cada raposa guarde su cola. (Que cada uno mire por 3(>.
Como raposo, del solapado.
I toposa ama engaños, el lobo corderos, la mujer loores,
I vieja raposa con lazo no se toma. c. 1 83.
}tatfeia raposa. pero máseíqaela toma. Lis.yRos,3,3.
9^0U que mstclio tarda, caza aguarda, c. 477.
¡^feta vieja no se toma con tazo ni percha, c. 477.
^dÉBbi^MI
176 OriüCN y vida del LCNOUAje
Rnpos-ilíi, diminutivo.
Raposita artera, harta de sopas y bien cabaUera, c. 477, j
Raposita artera, harta vas y caballera, c. 477 ■
Rapos^ina, ios orines de la rapos-a. Euo. Salaz. Cart. p^
Corno la raposa se aprovecha de su cola empipándola en su ript
sina para rociar con ella y desviar de si los perros.
Rapo»-{n, astucia del rapos-o. A. Alv. Sitv. Fer. 4 etn. ,
§ 3: Tal pues, es la del hipócrita, que pareciendo humildad, no^
es, sino raposía. Vauderrama Ej. Viern, 3 dom, citar.: Imitando i
esto la astucia y raposía de que ñngieron las fábulas que
usado los murciélagos. Id. Sab. 3 dom. ctsúr.i V no andar hacíe
astucias y raposias.
UapoA^ePO, cosa det rapoa-o^ perro raposero.
Rapoa*-eraj nido de rapos-o.
Rapos-erfa, como rapos-ía. Obreg. 1,7: Le ens
raposeríás que ella solía usar. Valderrama Ejer. Ccniz.: No i
drán valer las raposerías de que vos usáis.
Rapos-uno y t*apos-lno, dé rapos-o.
Rapos<-eai% usar de ardides como la rapos-a.
Rapi-pochc, en caló zorra de rabu, pocho espünjadc
Rap-ón, astuto como e! raposo (Tesar. 1671).
49. Más antiguo en Europa que la col^ ó Braasica olera<
el nabo y el rábano ó Brassica napus, Rrassica rapa. En laifn
ráptimy gr, púruc, |xífu; (Athen. 9, p. 3&9), ant. al. raba, ntob^
Mótese que el ant. al. n/o^&a nioppa no pudo tomarse del
pues no hubiera conservado la fonética de rüpa y la /» la huli
convertido en^- nicd. al. rabe, rüebe, raobe, al. Rübe^ suizo \
En esl. repQ, 1¡!. rope, albariés repz. En címrico «r/ín napus, ^
irtiinenn navet^ y según Schrader vienen del antiguo céltico •«
Bien claro esiá aquí el arbi euskérico, con el sufijo -ino, qoei
llevan las otras lenguas, en las cuales hubo metátesiSf rñpo
*'arpa. Los autores tienen esla planta por europea (Heer Dil P^
zen der PJafilbaaien p. 22; De Cwdoi.le Urtpr. d. KaU
pflanzen p. 45). j
Es natural el rábano, rapTianus salivus L,. del oeste de Asia!
GkN00tJ.£ KuUarpJt. 36J, de donde muy temprano pasó
t5). Cn Sa comedU gríc^ se habla de él como de ape-
IcoinídAs: pofw-:; y fj'iqpavo; se dijo, pero estos nombres
So antes de b col con rizoma como de nabo; y llevan el
|o -n que el nonitire céltico del nabo. Los romanos le
ibre e'i*ÍI0 rop/ianus, aumjue con nomtire latino le
t limbién radix Syrica raíz siria, indicando su erigen (Col.
le A«^syrio semine venit» (id I O, I M); de radix se dijo en
!ícA. ratih, ags. raedich, de donde pasó al eslavo ruduky:
TÍ poicdv*, alb. raparte.
Lnbo, de rapum, por su raicilla en punta delgada. QuiJ.
[do parcela sino que era su rabo. Id. 1,32: No se ha aun
más de mi rabo para su barba,
¡rn pl. lo dcshiEachado del remate ¿é\ vestido.
e, aUa el rabo ti la ptrra y hebe. (Hacen pulla de
■DCÜ). c 6.
lencf é uno siempre detrás, que le sigue, cercano,
ci rabo, Menga, pues no hay quien le tenga, c. 43.
: tí rabo, Rucia, ijue vánse los de Olmedo, c. 41.
andar, que el rabo está por desollar, c. 50; todavía
á rabo de borrego. J. Knc. iSt; Que tamhicn yo por
/ ando i rabo de borrega.
tilaerce la puerca el rabo. (Dícese cuando hay cu algodifi-
. c. 62.
rk por el rabo, diñcil de alcanzar al que corre con venlajft,
ca esperanza de log^rar algo,
ir eslá el rabo por desollar . c. 2t; aún queda lo niás ditícul-
-'— - á aán queda 6 falta...
tbo por desollar . c. 26 Aáa le Ha tfs sudar el
itbcultad y trabajo que cuesta el lograr una cosa.
rabo á la huispeita; has de ver el rabo ó la huéspeda.
entrar; iJícee jiinl i con otras palabras; «cor. que viene
ala tiutipeda; achaque para ver el rabo i b huéspeda;
el nbo i U huéspeda*; dice$e desdeñándose A quien
1%
^
^M
178
Ok3(1EN V VIDA PÍL LENOUAJP.
viene á ver de balde, corno á registrar lo que pasa^ y se entra '
donde están.) c. 20.
Como rabos de lagartija, de lo muy delgado.
Cortóle e! rabo al perro y cátale perdiguero, c. 34í>.
Darle con et rabo de la sartén, propósito de no darle
Del rabo, de lo que se lleva al lado.
De rabo á oreja, (Lo que de cabo á rabo: motejar de
c. 578.
De rabo de puerco nunca buen virote. (Ckcttí.ps, 77), de |
sonas ruines no se esperen grandes cosas.
Echar el rabo ó el rabillo del ojo, mirar de soslayo. L. Ferm.J
Quiéreme, quiéreme ya:/eí:ha acá el rabo del ojo. O mirar por\
rabillo del ojo.
El que tiene rabo de paja, no se arrime á la candela, tío i
el que tiene porqué ser censurado.
Ese cena rabos de lagartija, del flaco ó débil por el hambre,]
fuese rabo entre piernas. (Con miedo, huyendo como van |
perros), c. 296.
Hasta ver el rabo á la güéspeda. (Al que se entra hasta i
están, sin llamar.) c. 490.
ir ai rabo, del que sigue siempre á oíro.
Irse, salirse, volver rabo entre piernas, vencido, avcrgonz
cual perro á quien amenazan 6 apalean.
Lo que atrás viene, rabo de asno me parece, c. 198.
Lo que atrás viene, rabo semeja y parece, c. 1Q8.
Mirar de rabo de ojo^ por et rabillo del ojo, severidad ó \
querencia.
Mordeídas del rabo, que saltan con el rescaldo, (Las castafttij
bellotas han de estar mordidas por la raíz para asarlas en la
bre).c. 468.
No quedaron ni los rabos, frase malonesca, no quedó ab
viva, hombre en pié.
No van á quedar ni hs rabos, nada.
Otra venga que tal rabo tmga. c, i 58.
Pegarse al rabo de, arrimarse á, ampararse de.
Por el rabo las tomas, Pedro, las palomas, c. 3Q3.
Por ei rabo parece tomas, Pedro, las palomas, c. 393.
50. rabo.
179
Por tí rabo se tañe el asno. (Se Je da con la vara y arrea), c. 393.
tí rabo se tañe eí asno. (Que a^í se castigue al muchacho;
es arrear y picar), c. 393.
^Qaien mato iitneei rabo, no puede estar sentado, c. 34í.
aien tiene eí rabo de paja, hacia atrás mira y cata qué pasa,
itama. c. 342,
?abo á viento, que el viento áí en la cola de ía pie^a, i dístln-
I de cuAnda da en la cara, cjue los caladores llaman pico á vien-
si*. Ballest. 2,15,2: Sitas rcses salieren de la cama rabo á
sct¿ desgracia no tirarlas, pues las está aguardando con él en
\bo degalío. (Dfcese al cuarto malo), c. 622.
¡í janeo, a^e. Marcuell. H. 4v. c. 21: En eí viaje que se
j . . jiaña A la I$ta española se veen muchas dest^s aves llama-
bu de junco.
*abo de raposo^en Álava cola de caballo ó equíseliini hícmale L.
.ÍH> entre piernas. (Ir, huir, hacer ir; como los perros), c.
, Qucv. C. de c; El hermano se fué rabo entre piernas. Quij. I ,
ic habéis de ir vos solo, rabo entre piernas.
fSotir ratfo entre piernas, vencido^ avergonzado, cual perro que
I Tener et rabo de ta sartén.
Tiene eí rabo tantos a/ios: y dicen ios que son. c. 609.
Tiene más rabos qae un palpo. (Del tramposo y enredador).
117.
Todos tiran deí rabo del asno, pero más su amo. c. 422.
Votver de rabo, torcerse ó Irocarse algo contra lo esperado.
Rab-ada, cuarto trasero de los animales después de muerlos,
dpc con cl rabo. En Aragón por rabad-illa^
Dorana ra&oí/a. apartarse bruscamente en ademan hostil, dar
Lvudu con indolencia á b plática.
ld-lll«, punta dti espinazo, de cuatro vértebras; en las
lU (Muta que hace menear la cola. Corr. 178: La culebra heri-
Aidaedela rabadiHa. M:roRe5.' Para torcelles fas rabadillas
> 1 píos i cuantas viejas tiene et mundo.
A*tHasa, aumenl. de rab*o.
U fdbaia de Pent Jagral, guien ta come no puede cagar.
IM
Origen v vida del lenquaic
(Rabaza es «\ guijón, hierba de buen color, sabor y otor
gimas tierras \a friera}, c. 190.
Rali-ac'-il-es. Las naEgas, adj. -it de rab-az-o. J. I
¡Oh qué paío le íroquó / en aqucll .»s rabaciles!
Halt-eFO; adj. de rab-o, la parte trfisera de alguna cosa^
dero de Una, el cual la recibe i h mitad del cañal y la
unas tablas llamadas zarzo.
En Salamanca ronza!, alijo de la saya ó delantól.
Kalt-cra, la parte posterior de cualquier cosa, et zoqu4
e) carro *k labranza para trabarla tablazón de su asiento; ert
llesta el tablero de la nuez abajo. Xhnvi. Baltesí. i. /, c. 7, § .
En Salamanca la cn'a del ganado asnal y caballar.
Raber-on, punta de la cofia del árbol corlado por tí\
que se deslina para leña.
Rabichef en Cuba cierta paloma rab-uda.
Raba-^allo^, en Segorbe mujer propensa á suscitar i
pendencias ruidosas.
R»bi-ahoi*quÍlladir. Vidc Rabisacado.
Rabi-aniaríllo, en América gulungo.
Rabi-calieui€^ encendido lmi Injuria, andar, salir y
muy apresurado.
Rabi-c«pclü« en Álava lenacuajo^ cuando solo tiene ca
la Rioja pajarita de las nieves, llamada chímita en U llanad
Vitoria.
Rabi-cano 6 rabl-cáu, el caballo que tiene cerdas i
y blancas en ta cola. Esqiíil. Nap. Cant. b, oc. 70: Parte d lije
bicán corriendo.
Rabi-corto, que anda con faldas cortas. (Covarrd.),]
cualquier cosa con punta ó extremo corto, y del animal !
de rabo.
Rabi-cort-én, prenda rabicortona, como la cafia den
corta, etc.
Rabl-duoña. adj. Cor». 302: Guárdele Dios de perro lebO
y de casñtorre, y de rabldiieña miiier. (Rabiduena Itanian po^^
den i la mujer entre ciudadana é hidalga, y suden serenlados^fl
ncccíiidítdes y presunción).
ñabt-f(«lgo, de Itrgo rabo^ Híta I2!9: qu«^ tenie vestida
o Raby «alga.
Rabt-horciiclo, ave negra. Oviedo M^I: Tienen 1^ cola
or e mucho mis hendida que los milanos e por esto los lla-
rabihorcados. lU. 50,10: Cinco aves que acá se llaman rabi-
Vidc MARcutu. H. Av.c. 89.
Cierta pUnta «i Gc^omhia am escotadura en las hojas.
Rab2-horquet«. Vidc Rabi-sacado,
Kabi-juneo, pájaro de la Arner. inerld. por su cola.
Rabi-lar;;;o. adj. Largo de rabo, Corr. 83; El señor que
vendí''' pl í^'íjo, ^^to y rabilargo.
Dt casia it vun, ... ^^.^o el ser rabilargo.
INoese Umbtén del de ve&üdos largos.
Es también pijaro americano y en Cuba el coHbrl.
Rabi-ojo. en Aragón, mirar de rabiojo, de reojo, del rabo ó
del ojo.
Riibi-fubia, en Cuba pescado de cola ahorquillada y rubia,
li-.Uí— -^c*iUü, del ganado señalado con corte de tajo de
ten 1.1 oreja» corlado también cl rabo; si el corle dejados
^es<1c horqucU ó ahorquillado. Tales señales son las marcas
1 ' ' -— icia del hierro, que es la cifn, letrero ó figura
hien ; !t\
RAbl-Hacaduv*. en naút. percha, berlinga ú otra pieza que
pjc cnucho en i^rue^o hncid ta punta.
>l-Mico, en naut. dlccsc de cualquier palo que disminuye
hacia la puma.
tsb¡-«al«^r«t la mujer muy despejada y viva. Dicesc en
*.^^7 .
HnbwHals-ear^ andar escudriñando y probánílalr> todo,
' mete el robo en (odas las salsa<^
t» iln-*.»'f'o. adj, rí animnl seco y largo de raiio, itinirt,-» del
■'M (X)i* el lsííIo. Corr. 13G: Espada vieja, corla
■:a. LPtRN. 16: Rabisca y sobollona. T. Na-
!a, rabisca. Qutv. rom. S7: Sacárades á tizona,
rjrs, / pile* en vos no es rabiseca, / según la
Rabi-straca, de estaca, en Álava palo njndo por me
ha&la cieru allura, de manera que las dos miUde» se :--
aprieten fuertemele la cola de un perro, en cuanto se qii
que las mantiene separadas.
Rabi-zorpa, en algiina? partos el viento sur.
Rabo-pelado, rabi-pelado, en Venezuela, .inímslj
tamaño del gato con rabo sin pelo.
Rabo-puerca, en Álava peón que se pone en el sexto iii
de la fila de la izquierda al comenzar la cava de las viñas.
Rab-ejo, diinin. de rab-o.
Rab-ej-ar, menear mucho el rab-ej-o ó rabo, formado i
diininuiivo para indicar mayor movimiento, más menudeado.
60; Abeja y oveja y piedra que rabc]a y péndola Iras oreja y
en ta lgre]a> deseaba á su hijo la vieja {piedra de molino).
Rabej-ada, golpe rabej-ando.
Dio una rabejada. (Por ir con prisa y enojo.) c. 58] .
Rab-ej-udo, que tiene rabej-o. Corr. 464: O^ila, rab^u
que á las veces bien te ayudo.
Rab-illo, dimin., sobre todo el del ojo, mirar f>or tí raA
deíojo, con disimulo, al sesgo, vizcándolo.
Pinta negra en el grano por haber tocado otros Atizonados-
Pecíolo, pedúnculo.
Rab-ina, punía del rab-o^ que otros dicen ta ruina, cortí
la ruina ó rabina al gato para que medre.
Rabíriefj^a. Ese ttev« ta rabiriega, gae tleva aforrac
mollera, (Que * Ese va bien temido contra el frio^ que ha bien
bidos rnbiriega es lanza ^cualquier embarazo), c. 133.
Rab-iaca, punía de la caña de pescar, en que se pone el '.
en naut. punta de una cosa.
En Oerm. ramera de poco valer y alcahueta que es de lo ^
sirven las tales ya avejeníaiías, de iza mujer, y rab-o lo üHímí
desechable. Rom.germ. r. 5: De rabizas y pelotas / tu ran^
proveído, / que marisquen por su parle / y te acudan al chiüi-lu
Rabiz-ap, cortir las hojas Á la planta tierna, despuntar;!
náut. hacer ó formar rabizas á los cabos 6 íren?^ a! extremo dc|
cabo para que no se dcscolchc.
Rab-IiiC-aPr alzar el rabillo, dimtn. de nb-o.
50. rabo.
183
lal»— ón, el que tiene cortado d rabo. Pie. Jast. 4,3: Que
8u» rostros colas de muía rabona. Col.perr.:7tnia un asno
CoRR. 85: El diablo ls buey rabón, harto de paja, y no
arar, non. Dícese burra, galEma, ele, rabona, sin rabo.
Rabuu-a, en America la mujer que acompaña al soldado en
y hai^ta el canipo líe batalla; del ir detrás.
tr rabona, fallar ú donilc se debiera ir, el niño á la escuela,
I, etc., difosc del quedai^e atrás como el rabo ó mejor sin ^\,
falto.
lab-oso, ío que tiene rabo, como la ropa deshilacliada. Lis.
s. 2,1: Rabosa, zancajosa.
I En la Litera de Aragón, etc., por raposo y picaro, ladino.
Rab-OW», en la Lilert por nposa.
Hacer rabosa, cuando un carro se atasca en un bache y no se
í sacar sin grande esfuerzo de las caballerfas.
I RaboB-«ar, manchar ligeramente como si se salpicara con
ida. enctienlto de cosas, de que se manchan,
I li zorra que se orina en la cola y rocía á los perros; ó rabO'
ta.
>i-ada, rabada, y répitcá atrevida é injuriosa con ade-
I groseros; del despectivo rab-ote,
>fc-caFi entre ganaderos corlar los rabotes á los corderos
ivcra.
ite-o, posv. de rabole-ar, ta acción y el tiempo.
-udo, que tiene rabo. Castellano rabudo, dónde eslá el
; ialir de Otsiilb n»e Ki he liejado. Oinlar de Aragón. Díccse
p)r ducho y viejo en cualquier linca. Cork. 75: El arado ra-
f el iTftíUn barbudo,
el diablo.
aciii^' rubio, batn piojo rabudo.
llar, atar por el rabo, como i las bestift:j en arria
abl-4itar, nbi-atar, en Venezuela, Colombia, ó arre-
cuntaminación con arrear, reala.
Hab-ear, Dseoear d rab-o. Cükr. 90: De M«r£0 ayiuo, no
^
184 Oriqen V VIDA peí, lenguaje
rabea bien el uso. Molinillo, casado te veas, que así rabeas. Los
bajos sujetan y amoldan al más lozano,
R.ab*>H>, posv. de rabe-ar, tnetaf. tnovimiento de la popa
virar ó vaiiar de rumbo,
Rabe-ada, golpe de rabo, ó del uso al rabe-ar, etc. En Ei
Salaz, c. 40, es la sacudida violenta y de contado que suele dar
buque un descuido del timonel.
Hace más de una rabeada, que otra en un dia, (La miqi
hacendosa.) c. 628; hilando.
A-rrab-eai", tiienear el rab-o. Corr. SQ: El buey viejo ai
bea á la mielga. (Que el aiuor del deleite y placer acostumbí
aun en la vejez dura; mielga es sabrosa álos bueyesj.
De-pab-ar, cortar el rab-o. U Fern. 145: Y aun den
una raposa.
Des-pab-ot-ar, quitar los rabos ó rab-ot-es á los con
porque crezcan y engorden,
En-rab-ar, en Santander, como enraberar en Aragón,
car el tente-mozo á un carro ú galero; cargar á la zaga ó raib-o
carro.
En-pab-e»»-a p, en la Litera de Aragón atrasar un caí
hasta que la parte de atrás ó rabcr-a ¡oque en el punto que
desea.
So-ppab-ai*, asir del rab-o i la bestia caida para alzarla^
cortarlo.
Rábano, ^'e raphanus. Laouna Diosc. 2, 1 04; El rábano
gendra ventosidades, calienta, es graío al gusto y nada amigo al
íómago. Rinc. Corf.: Un grande haz de rábano?.
Comenzar et rábano por las fto/'as. (A comer, lo que se hace
revés), c. 358.
Dársele, importársele un rábano, nada.
El rábano, malo para el diente^ y peor para el vientre, c. 10^
El rábano tierno, de cualquier tamaño es bueno, c. 106.
Para rábanos y queso, no es menester trompetero, c. 380,
¿Qué eso? rábanos y queso, c. 333.
Rábanos de Olmedo, y besar en el culo á los de Coca. (Aña-
den e^ta pulla los de Coca, la del buen vino, por ecbárseJa á tos di
Olmedo), c. 477.
tI. orpftanus, robar, arhor
IS5
i
abanos y qaeso, tienen la corte en peso, ó ílevan, ó traen.
7. Que se han de atender las menudencias para lograr las
mayores.
Sin rábanos y veta, no hay baena cena. c. 263,
Tomnr et rábano por tas hojas. (Las cosas al revés), c. 423;
:tar torcidamente lo oído ó leído.
Ral»an-al, &itio sembrado ó oianlado de ráb^n-os.
ttabaii-Ülo, dímín. y et .igrio ó punta en el vino que se tuer-
ó ^rnin Jf<^(>, .1 la esquive/ y a-^pereza.
Raban-iam, simiente de ráhan-o.
Raban-<*ro, el que vende rábanos; metaf. el vestido corto y
en U mujer, desverjionzado.
Como (tas) rabaneras, del descarado y mala tencua, es ana
ReUción manifiesta hallan !o5 autores entre el vocablo celto-
itco que indica el heredar y el greco-latino que dio origen al
<tel huérfano y al carecer de padre. El gr. ój>'f-av-'i<;, de don-
jhanus y huérfano, horfandad, vale propiamente el del opf-,
dejado ó abandonado, ó el heredado, aunque esto úllimo no es
ible* ya que ni en latín ni en gríe>¿o envuelve esta raíz el con-
I de hcreilar. ¿Significó el tomado, cogido por los otros parien-
' por sus padres al morir? En tatin orb-us
s ,.. .. -, el huérfano, en general el privado: ¿fué
imente el arrcbalado, como quien dice, es decir el quitado de
el dciado? tn skt arbh-as, arbtia-kas proles, natus, peque-
¡Sa: ' 1 tomado ó cl tenido de la mnjer, de arrapa
ta«i.: -,i) íucra asi, el huertano seria sencillamente el
una concreción del término general hijo, parto, aplicado
mdres, y de ahí orbus privado de, generaíi?aciíin del
.. ..V padres ó liuírfano. Orba-tio privación, orba-tor el
[uno de sus hijos orfríi-rer orbi-ías; ^>J;^ípav-ía, optpov'-Cw,
t-vi-3Ti|c. derivan de ^p^-av-oc; arm. orb huérfano.
I herencia, sin duda del arrapo recibir, lomar.
, erte/tfcredit, ro-€rbad com-ni\ssum csl, no-m-
I coo6d9: en anl. it. arbi, erbi herencia, godo arbiy med. «1.
186 Origen v vida del lenguaje
erbe, al. Erbe, ags. yrfe, saj. erbi; el heredero ant. al. erbo, arbeo,
godo arbya, med. al. erbe, al. Erbe.
Nótese que yi^pa viuda y har-ati coger y her-es heredero tieneo
la misma raíz, yTjpwotaí equivale á ¿pípavtTTcti ó protectores de huér-
fanos: así or&üs= op^p'^g equivaldría al orpe y arbe irl., heredero,
herencia. El arb-i herencia vino de la laíz *arb-, ó arrapa, irl. erb-
im confiar á; y orb-us, op^po-^oiit del mismo heredar ó del arrebatar.
En godo widuwairna huérfano, widuwó viuda, del mismo skt
vídh quedar vacío, de donde en ant. al. weiso, al. Waise huérfium
de la cual raíz ya hemos tratado (1,120). El gr. áii^iSaA-T^í, que flo-
rece por ambos lados, es lo opuesto de huérfano, el que tiene en-
trambos padres.
Del coger fuertemente ó aferrar se dijo rób-ur la madera dura,
sobre todo del roble, y en general la fuerza y aferramiento, robar-
eas de roble, robor-&re y cor-roborare reforzar, roblar ó confirmar,
cor-roborar, rob-as~tas robusto, del antiguo rob-us^=rob-ur, pro-
piamente de roble.
Doblete de rob~ur es arb-or, ant. arb-os y rob-us, el árbol, pro-
piamente el roble, lo mismo que hemos visto en euskera. De modo
que los que achacan á esta lengua no tener nombre para el árbol en
general, pueden convencerse de que tampoco lo tienen el latín ni d
castellano, árbol y aritza valen roble y árbol. En róbur falta la a
inicial y en arbor la -a- medial, como en rap-ere y ctpí-áCio. Arbof'
eas de árbol, arbor-escere hacerse árbol, arbas-tam arhtisto, como
robus-tas, primero valió arbolado, luego arbusto.
El roble aritza y la encina artea, en latín qnercus robar y
qaercas ilex, fueron los árboles más famosos enlre los I-E. La eti-
mología de qaercas es dudosa y anda enlazada con el culto religioso,
con el nombre del trueno, con el lit. Perkunas y e! skt. Parjama,
que según Hirt es el quercus divino. El vocablo latino parece venir
de *perqa, como quinqué de zivts, pañca skt. En ant. al. fué llamado
forha, como se ve por vereheih, longobardo/ercAa, y después este
forha vino á significar el pino. Emparentado está el godo fairgüid
montañas, propiamente monte de quercus, en ant. al. Virguttttia, al.
Virgunt, que son las montañas que ciñen la Bohemia. Es el mismo
nombre de los antiguos Hercynia silva, que primero se did i los
Alpes, inclusas las montañas de la Germania; luego, cuando desde
:
52. robte.
187
9C gcneriÜJuJ para los primeros el término Alpes, corres-
lid sólo Á Schwarzvald, Otlenwnld, Spessarl, ThúriíJgerwald,
avald, etc., céltico Hercynia, de ^pergunia.
I bellota, ^avo;, Uinibién tiene nombre exclusivo de las euro-
,ea latín responde etimológicamente gíans, esh zelandt, arm.
^y el qiiercus kalni. En ant. al. eiH, que en íslandia vale árbol,
roble, encina, lo ponen algunos con ai-cAiu)* species lobo-
' aqnvcij lanza de roble, y aí|í^ escudo (de roble) de Júpiter,
I. y aescuias por aeg-scalas. Ya vimos la etimología de esta
*eric de nombres l-E. salidos de ía misma raíz, sirvieron
I lUmar el roble, el pino y el árbol, sin que pueda averiguarse
Ide estas cosas significó primero el lema. En $M. y zend. dra-
I, csl. dmvo madera, alb. dra madera, árbol, gr. dpú; roble, y
[árbol, an!. al. trog vasija de madera, esl. drevo, de *dervo,
godo tria, por *drtvo, árbol, lit. derwa madera de pino,
, mL zirbe, zirbel pina de pino, ñor. tyrr pino; ski. dora ma-
^éava-éAftt pino, zend. áauru madera, S^p-j lanza, Auip'c tierra
maced. idip^íXX'i; roble, irl. dair, daur ídem, íat. iaríx,
*tíorix, alerce. En esl. el roble es rfa/i6u=anl. al. zimbar ma-
\ de constnjccióa En laL robar ^ que hemos vistO; y arbor.
Roble, de rohorcm robur, it. rovcre, prov, roure, fr.
e. Qa</. 1,8: De la primert encina 6 roble que se rae depare.
B. potm. tier. c, I: Al pie de un robre. Casa. cel. ]. 2: De rústi-
i ioKcnio, que es de robre.
|Hiy roble aihar, borne ó nieiojo, carrasqueño ó quejigo, negral
I ó villano ó melojo.
Oniio tí, de, an roble, del duro, resisíenlc. fuerte.
£1 roMe. como nace, y el pino, como cae. (Se han de poner en
I para dunr). C 107.
¡hbks y pinos, todos somos primos, c. 482.
Pobitt i' niños, todos son mis primos. (Contra los que se hacen
;.t>s de mayores), c. 482.
un roble, duro, firme.
los robles se nos vuelvon Antones, c. -121,
-'^'<l-«da, robl-«<lo.* roblvd-al, monte de robl-c&
aAi
Q. Galán Noct montañés: Mas abajo las robledas amorosas. Ova
DO H. ¡nd, 50,24: Fuimos á dormir á un robledal.
Hobl-izo, recio, como rob!-e. Nebrija y Tesoro 1671.
Robrar, roblar, confirmar, rubricar corroborando, d
roborare, remachar el clavo, etc., asegurando. Hita 1319: enbid
ya que, / con ellas estas cantigas que vos aquí Robre. Berc. Mi
842: Con su seyello misme robró essa labor.
Robr-a, la confirmación y rúbrica, como quien dice; en Sii
tander y Álava robl-a el piscolabis tras un trato ó compra, es el pos^
de robr-ar.
Robl-ón, en Colombia, etc., clavo que se remacha en calicnl
para que forme segunda cabeza; del afianzar y robl-ar ó roborare.
£n-robr-ecerse, hacerse dura cual robr-e ó robl-e. Gabí
\, p. 4: De aquella que está tan enrobrecida á mis demandas, an
hecha encina á tus continuos quejidos.
Robusto, de robustus, robur encina, reciura. Qaij. 2,34
Hombrón robusto.
RobustȎz, calidad del robust-o. Berrueza Amenid. c.4
Que es cosa maravillosa su altura (de los árboles) y robustez. i
Robiist^ecer, hacerse robust-o, corroborar.
Árbol, de arborem arbor; it. arbore, albore, arbero, albeio
prov. y fr. arbre, pg. arvore, arvor, arvol. Quij. 1,1: Es árbol sñ
hojas. Id. 1 ,20: Entre unos árboles muy altos. Berc. Mil. 25: Lo:
arbores que facen sombra dulce e donnosa.
El mástil de navio. Qaij, 1,39: De popa á proa... que á poce
más que pasó del árbol.
Metaf. linaje, el ascendiente tronco y los descendientes ramis»
Qüij. 1, proL: Un árbol real te ofre, / que da príncipes por fru.
En la germ. el cuerpo (J. Hm.).
Árbol natío, toma un palmo y paga cinco, c. 30; árbol de
buen natío. Atiéndase más á la calidad, que á la corpulencia, de lo
que se compra.
Árbol sin corteza, parece mal y presto seca. Galindo, 587.
Del árbol caído todos hacen leña, desprecian al desafortunado
y se aprovechan de él.
Dos árboles secos nanea florecen. (Casándose dos pobres.) 293*
-Oos árboles secos, tarde florecen y reverdecen. c.'293* , .
^? nrbol
tSQ
f/ que á butn arbot m anima, baena sombra le cobija.
I ei arto! de la mano no ha de tembiar la fioja, y ha de te~
'■ ' ^ ■-.... I. .^..,..r^_ (Antes de echarse mano, se
icadi ia espada, se ha üe tnos-
hombnf valeroso y <k inlmo). c. J 10.
árboks st Ití antojan ftombrest ó ¡os dedos. {De niuclio
f. 202.
ids vale tt árbol que sus flores, y más tú en tierras, que no
ras y cordones, c, 450.
'Pfantar árboles. (La ariülovíH). c . íiUO.
^Quien ú buen árbol se arrima buena sombra le cobija. Quij.
roí
Reunir árbol seco, perdición de tiempo, O^linoo 59 1 .
deniego del árbol, que á palos tía de dar d fruto. De los q iie no
^n 9Íno por fuerza.
' soy el árbol y tu et hacha, someiiéndos? A oiro.
krl>ol-azOr aumcnt. de arbo!. AcosrA //. Ind. I. 5: Tuvi-
1 U ciud.id de los Heyes necesidad de leña rccin y mucha y
unvboUzo dJ&fornie.
krl>ol*etr« rama de árbol de qire tisan los cazadores de
hincándola en tierra y ponií^ndo en ella las várelas de
[En niuL cierio palo en e) centro de un saqtiillo de metralla.
rUr las balas que lo forman; ó arboÍLÍlo.
1-cjo, diinm. de arl>ol. Gomáis. H. ind. I93t Crfansc
iBUM arboleaos, aiyas hojas se secan en tocándolas con U
rbot'tllodimin. drarhol.
rbol-anzo, arbur-anzo, en Asturias arbusto y hier-
i jr dura en los prados descuidados; es decir que tira á árbol,
I euskcn semejante, hícia.
»l-«cer, crecer el árbol. (Nchrija).
>l-cclco, Arooi-ccillo, dimin. heRtt.Agr. 3,4: Losar-
krliol^^n, logar poblaL^o de árboles. Quij. 2,59: Una
fdtn y limpia, que entre una fresca arboleda hallaron. Bcrc
>fcAvic hy grant abondo de buenas arboledas.
IVU ÓriQEN Y VIDA
Arbol-ap, npboi^ap, alzar una bandera, etc., como i
arbo!. Quij. 2,68: Arbolando las lanzas. Lope Concept tUv, 10,
171: El mar su pendón arbola. Id. Corona derrib. III, p. 4!
Que yo por esa ribera, me entretengo en arbolar / una barquil
G. Alf. 1,2,7: Arbolaron las banderas por la Mancha adentro.
Llenar de árboles. Oviedo 42,4: Está arbolada de muchos e
versos géneros de árboles. Id. H. Ind. 50,10: Teniendo arbon
aquel artificio.
Arbolar el navio, ponerle mástiles.
Reflex. Oviedo 13,2: Andaba un pej ó animal de agua m
grande, é de rato en rato se arboraba; é lo que mostraba fuera (
agua.... Coloma G. FL 1: Las banderas francesas no se arbolar
en las islas jamás hasta después de las paces.
Arbolarse el caballo, ponerse sobre los pies levantando los brui
Arbol-ado, partic. de arbol-ar, y sustantivado conjunto i
árboles, lugar de ellos. Canc. gen. f. 58: No ninguno vi venad
/ corzos, ni ligeros gamos, / no soto bien arbolado, / do repon
cuitado / á la sombra de sus ramos. Berc. S. Or. 1 55: Vidi y log
buena sombra, buen arbolado.
En la Cerm. crecido, levantado.
Arbola-dupa, conjunto de palos del navio, y acción (
arbo!a-r. Orden, de marina pte. 1, tr. 2, tit. 2, art. 15.
Apbol-ear. Avora c. 9: Como esta tierra es tan arboleu
y llena de bosques.
De9-arbolap, derribar lo arbolado, en náut. el nusll
Sandov. H. Carlos V. 22,31: Señaláronse sesenta galeras para blli
y para que con menos peligro !o pudiesen hacer se desarbolara
Salaz. La mej. flor de Sic. 1: Contra esas rocas / desarbolado
deshecho / embiste un bajel. Lope Hij. Rosar. 111, p. 67: Del tod
mi pendón se desarbola.
Desapbol-o, posv. de desarbol-ar.
En-apbolap, como arbolar. Alzar bandera, etc. Qtt(f, í,\t
Enarboló el brazo en alto y descargó tan terrible puñada. Id. 1,53
Enerbolando una horquilla ó bastón, con que sustentaba las ands
Id. 2,60: Y enarboló el mocho de un arcabuz. Lope. Vaq* Mortík
VII, p. 553: ¡Qué bien el vino enarbola! / Bravamente alegn <
cuco. Valderrama Ej. 2, Pase: En que no le quiten los cstairihi
rodere, rodere.
191
benm eruirboUdos en las muralks. Caccr. ps. 19: Enarbo-
1 el cstandane. Quirv. Poem. Air. 2; Con un nogal etilero
-'r- sobre el yejmo le <iÁ zurra, J. Pin. Agr,
' lanza tjntislrada, cuanto más enarbolada.
Jbac- Crit. 2,10: RnarboJando á los dos hombros senda,; clavas.
Rejfcx. alborotJirse. eticapricharse.
Enarbolar bandrra, lograr el triunfo de alguna cosa.
La silbante íonna un sufijo, que significa lo que un adver-
i. Oe ana la palma de la in^no, arra-z como con el palnto,
tolalmcnlt: lleno, arras-ka andar con ta palma, rasar, '
r. nspafi rasero, raspador, rasando ó al nivel; lo niísnio arras-
rS'Wfmscro, de hitü en liilo, es drcíi, ras con ras. Con
i, arras-pa raspar, rasixidor para ta artesa. Con -f la ono-
<k andar rasando con Ea palma 6 rasero, arras-t el mido
[arrastre, rasin, rastrillo, arras-ta galga que hace ir arrastrando
inilo al carro, arrasta-ka raslrillando, arrasta-kari reptil,
síaki rasero, <írrí7s/-t3rílrabajador incansahle, arras-te-lu ras-
>. arraslela-iu rastrillar, arrast-o traza ó huella del arrast.
Pueden sonar con ^ en vez de s estos mismos vocablos. Rasero
[tunbién arraz-ki, es decir^ con lo que se hace arra-z, arraz-ko
, cedaxo, que separa como arra-z rasando, arraztttu y
^to-¿if rastrillo, •/<( de agente. Arra-iz, $u variante, e$loque|
DO á palmadas» barril, cesto, cuenco.
i^da es estar bien llena la medida, pero sin colmo, es decir,
»por rasero, arrada-ki rasero, instrumento para alisar zuecos,
tOrrada-tu pasar el rasero, podar.
Raer Je r&dére, perdida [a d pretórica según costumbre,
pof *rñd-si, rasum, y en las XII Tablas arañar: «Mulieiea]
iDc ndunto-; ab-, de-, cor-, ir-, inter-, praeter-, ir-rastís no]
I ras» raso, ras'ter y ras-trum por *rad-iram lo que rae,
^it^ rad-fiia, ral-lam, por *raíi-lam, rallo, rall-ar, ras-iti^, ras-
Un acdóB de raer, rasur-ar rasí-tare, ra-mtntum y ra-meata rae-
Pfe*v T 9 raíz es rada, que ha perdido la a-: es el arra-da(t¡i). En
1-1' raer, rada diente, gr. ápVt; punta de flecha, non ar-ta
\ «c» ca «m. al. arazi, med. al. trze, y al. Erz^ proceden de un
192
OrIOEN V VJDA DEL LENGUAje
*arotium venido de Italia y significa el bronce y cobre, délas !
cas de armas de Arretittm probablemente.
Entre rod-ere roer y rád-ere raer, hay la misma diferencia i
entre rumpere lompcr y rápete arrebatar^ cuanto á la íi que se 1
aa, ü; arr-, ob-, de-, cor-rodem corroer, erodere, e^rpaio erosíá
ros-trum pico, hocico que ro^, rostro, rostr-atus hocicudo, pic«
55. Raep, de radPre; ít. radere, prov. raire, fr. raíre,
2,44: Los pies quisier;i raerte. Lazar, ir. 2, p. 24: Rayó con un
chillo. Cabr. p. 260: Rayendo la podre d? sus llagas con una
A. Alv. Silv. Magd. 5 c: Que no solamenle limpian el alma i
pecado; pero raen della el mismo pecado* Valderrama £/. ftr. J
dom. pas.: Del sayo de terciopelo, cuando ya se había raído
alguna parle, J. Pin. Agr. 2^0: Y cuando alguno se dice raido i
libro de la vida.
Ra-ido, partíc. de raer, adj. lo muy gastado. Quij. 2,55:
aquí sacaran mis huesos... tnondos, blancos y raídos. O. Pírez ■
7: Cuyos huesos muy blancos y raídos / se pudren ya en la tier
D. Vega Disc. sab. dom. 2 asar.: Un sayo más raido que h
p^üenza. L. Grac. Crit. 2,10: La capa raída.
Metáf. desvergonzado.
Más raido que una teja.
Rae-dura. la parte menuda que se rae. Pint. potro p, 7Q: 1
las raeduras que quitan de la carnaia de los cordobanes.
Raed-izo, lo fácil de raer (P. Alcalá).
Raid-ura, desvergüenza del raído.
Rai-inientOj raidura.
Rasura, el E^t. rasura^ de radere; el quitarse las barbas y a
tarse. Plural, las heces del vino, para blanquear plata, etc.; es
faex; it. feccia y groppa, cat. ros de bota (Lao. Diosc. 5,90; Tesor^
lt6\). Lis. y Ros. 2J: Rasuras de ara. Cabr.p. 3S: Lasque curaJtj
el cabello y le enrubian con rasuras y zufres, //. freg,: Vive Dios que \
habla más que un relator, y que le huele el aliento á rasuras desde
una legua, fra^ma^ año 1680 f. 16: Cada libra de rasuras tínti
no pueda pasar de 68 maravedís. León Obr.poet. L I, p. 402: Qo"
hay, compadres, venimos á rasura. J. Pin. Agr. 4, 1 7: Que por faü n
^P cocDnadü con que se venüinn los cativos, $€ tomd por cslila
^pr vendene debajo de corona.
Itnsur-ni*, quitar b barba, muy usado en Aragón y Navarra.
Halto, de- rallum, radere; ít. raíla, certi. ragUa, cat. ralla. Lis.
y. vtrsj RaílaJa por rallo sotil y divino. Sf-LVAG. 62; Por ven-
i ba andado Hrtorino al oreja, que os íguaJáis y tenéis tinto rallo?
ntir^ á nuyores). L Pern. 31: Y su rallo y tajadero /y asado-
lycalden.
Tarreara tkrolh^ con hoyuelos de viruelas.
Hall-nr. desmenuzar con el rall-o. QuíJ. 1,43: Más parece que
me ralla, que no que me regala con la mano. Lis. y Ros. versj
por rallo sotil. Esteban. 4; Hacia jalionciltos de ¡abún ralla-
[OOMAR. //. Ind. 28: También hacen pan Je yuca, que es una
^nde y Manca como nabo, la cual lalian y estrujan, porque
I es ponzoña. Mftó/. molestar con pesadez.
jifo de viriieias, en Ar.igún el señalado de haberlas pasado.
[Jtallnd-iira, surco qne al rallar deja el rallo, y lo qucq<ieda
r. QoMAR. H.ín(t20(i: Aunque también dicen pan lo que
niices, ralladura^ de madera y de peces cocidos.
kllanjor, que mll.i, metaf. pesado en altercar y hablai.
fe09: Ni asno rebuznador, ni hombre rallador. Id. 210; Ni
• rallador, ni asno bramador. (Rallador por rilador).
ill-ón. army lerminada en hierro ancho como escoplo, slr-
ssuM mayor y dispárase con ballesta. Tafur. li: Llevan un
^Ar lama e en cabo km rallón con orejas, que quando entra,
e al tirar afícrra en ta carne. De aquí en Navarra el trompo
iza,
I A-rrallar. Corr. &Q: Arr,-íllarne ese queso, que es para sopas.
! arre alU con disimulación, confundiendo dos verbos: arre
\j anilla, del verbo raliar á arrallar}.
sr, de rodíVe; il. rodere, rtr. ruir, prov. rozer, ani. fr. rore,
r. Es desmenuzar con los dientes superficialmente. Quij. I,
\ú abo de haberse rotdo la mitad de la yema de un dedo.
" "* Lo» hucssos que yo roy piensa este necio de tu amo
^ ler. O. Atf. 1,1,8: Royó un gusano la raíz. Líiosjob
• VtmJüo siempre en hambre y pobreza, solos, desamparados,
\%
194
ORIQEÍÍ V VIDA DEL LCNQUAJC
royendo las raices del campo. Zamora pte. 2, 1. 4, 3 pte., Simb.
Que un buitre le roía las enlrañas.
Gastar poco á paco la superñcie. Sy^AV. Empr. S3: Si la discipline
militar está en ca!ma..- cubre de robin las espadas y roe las embr»»
zaduras de los escudos,
Metaf. HeiíR. //. Escoc. 0: Sin osar desvergonzarse ni abrazv]
la herejía, que iba poco á poco royendo los ánimos de los hombres.
Atormentar interiormente. QuiJ. 2,1; No quisiera quedar cot
un escrúpulo, que me roe y escarba la conciencia. Zamora Moil.
mist. pte. 7, S. Mateo: Engendrar un gusano que siempre le
royendo á todas horas. Baren. G. Ftand. 1,Q: Roía les ánimos
los flamencos la sospecha de ver introducida entre ellos
inquisición.
Hueso que roer, cosa dificultosa y que lleva tiempo.
Roer. (Por murmurar), c. Ó22. Cienf. 5. Borja, 7,8,8:
pudiendo roer la veneración á su ceniza, empleaba su diente
calumnia en quien le trasfadaba.
Roerle la vida y fama, murmurar, Cabr. p. 200: El que trata
roer la vida y faina de. Villaba p. 2, empr. t6: Roer la fama de
ausentes.
Roerle las entrañas. Qaij. 1,34: De la celosa rabia, que
entrañas le roía.
Roerle las haldas, murmurar por detrás. Ceíest. V, p. 65: Qi
dices, Semproniü? con quién hablas? viénesme royendo las haldas?
Se/va^. 143: Qué dices, Escalión? Viénesme por ventura royendo
las faldas?
Roerle los huesos, murmurar, como desenterrárselos. Qaif,
49: Les maldicen y murmuran y les roen los huesos.
Roerle los zancajos^ las haldas^ murmurar de uno detrás de fl,i
ó adular. Quev. Mus, 6, r. 100: Quien me roe tos zancajos / es na
goloso muy sucio, / sí diese tras los juanetes, / metiérame á cal:
justo.
Roer an hueso, sacar poco provecho de algo tras mucho trabajar.
Royendo huesos como perro hambriento, del que saca
provecho de una cosa.
Ro-idO) partic. de ro-er, y to corto, despreciable y dado CQ
55. rostro.
105
, Qucv. Túc. 4: Pornue no se nos desparramasen ios liucsos
roídos de hambre.
I Roedor, que roe^ qae punza el ánimo.
Ko«d-upa. acctón y efecío de roer (P. ALrAU, Nebrija).
Ko-^o, dimin. de ro-er; en Salamanca hojas y renuevos de
fertnfcs arbustos y matas, que sirven de pasto á los rumiantes.
Mo-yvKa, oruga (Palencia) de ro-er.
j Roseipir, llc^-ar un rezón ó cabo rozando y arraslrando por
dü del mar, para dar con lo que se busca; prov. rosegar, i(.
de rostís, rodere.
|Rc»a^r-nv po«v. de roseg-ar, la acción y el extremo dei cabo
con que se rosega.
(Rostro, de rostrum, rodere roer; rum. ros!, pg. rosto. La
del hombre; y con esta acepción se halla ya rosírum en Plauto,
lio» Varrón, Petronio y en las Pandectas; por manera qtie la
rión del hocico^ propiamente del cerdo y del que roe, ú. U
del hombre, fué romana, no española. Quij. 1,1: Rnjiito di
. Id. 1,4: Blandiendo la lanza sobre su rostro. Id. 2,16; El
aguileno.
A rostro firme, cara á cara y con resolución.
I Afilársete et rostro, de enojo, alargársele. Zabaleta Dia /. 1,15:
aébuelc el corazón, afílasele el rostro.
thar bien el rostro; el rostro bien ajetivado. (Por afeitar y
d rostro y llevarle bien apuesto; por adjetivar, dicho por
;de otrof). c. ^15.
\Aktrgar el ros&o^ estar Irísle, malhumorado, es la 1 pintada en
Zabaixta Diaf. p. I, c. 5: Afárgase de rostro, acfVrttse de
\A lo qae puedes huir el rostro, gran simpleza es esperaüo si
roso, c 7.
frostra deseüMerto, sin empacho. A. Alv. Silv, Parif. 3 c,
7: Cuando ya los malos ejemplos son tan públicos y atrevidos»
: á rostro descubierto se andan paseando por las calles.
Cténtíe el rostro, andar Iriste, Caceií. ps. 37: Aunque más me
ofaczar y fingirme alegre, luego se me cae el rostro y se
: i h tríMcn que soUa tener.
196
ORIOEN V VIDA OeX LfNOL
Caer sobre su rostro. Fr. J. Ángel Dhí. 5: Cayó en Ucri
su rostro.
Color en el rostro. (Dice que tienen las mujeres que so
gonzosas). c. 594. QuiJ. 1,29: V el rostro se ¡e cubrió de un
que mostró bien claro el sentimiento y vergüenza del alma.
Dar m rostro. (Es enfadar, y dar hastío una cosa, zaherí
ciéndole sus faltas, darle en rostro» ú ofenderle), c. 573: ToR
mor. proL: Un mesmo manjar á dos días da en rostro. Cace
113; Todo me da en rostro. Todo me cansa, id. ps. 1 Mr Pí
que le enfade, por más que le dé en rostro. J. Pin. Agr. 2 1 ,
conlento de las cosas concedidas en breve da en rostro. Sí
V. Siiúrez 1,3: Dábanle muy en rostro el desaiiogo y desmes
las palabras. J. Pin. Agr. 21,6: El profeta Isaías se Jo daba, en
por notable ignominia.
Dark en rostro con, achacarle, reprocharle por. como
echasen en cara ó á la cara. Cacer. ps, ft3: Dinme en rosn
mis ayunos y penilencias, dicen que es imprudencia, ^bast
ffkr. 4.22: Le dieron en rostro con la iey. Quif. 2,25: Comí
dotes en rostro con el rebuzno de nuestros Regidores. Cao
6: No me deis en rosíro con mis pecados.
¿)ar roíírí? d, presentar la cara. Qaij. 1,19: Descubra
(figura) y dé rostro á los que le miraren,
Ei rostro tne fordstes, pues de los mesmos ojos coi
c. 107.
Encapotar el rostro, ponerlo ceñudo,
Guardar el rosíro. (Tener respeto en presencia y no p
delante del enojado), c. 584."
Hacer buen rostro á, aceptar. Galat. 6, p. 97: Y hace<
rostro á la fortuna presente. Marouc^ Gobern. 2,25: Hacer
rostro á uno. Valof.rrama Ejer. Fern. 2 Üom. t aiar.-.^Á no
mos la verdad, era porque nunca le hiciste buen rostro.
Hacerle rostro, ofrecérsele, que le vean. A. Alv. Silv, .
cuar. 7 c: La de aquella mujer que anda ya en opinión de qu
rostro á muchos. Porque ésta es ya taberna con pendón.
Hacerte rostro, ArrostrAT, oponérsele. León/o6<),U:
{hacerle rosíro y querer en contradición suya salir con ta raía. 1
íASostrad. n. 57J: A lodo hace rostro con U cspcranja. Valoí
55. rostro.
197
. Fer. 3 Dom. i cuar.: Ella con Us pocas que liene se le opone
icc rostro, s#r azora y crtza y defiende. Quij. 2,32: Se estuviera
', haciendo rostro á su enemigo. Giton.: Un mismo rostro ha-
losalsolque al hielo. Cacer. ps. 7: Haceldes rostro. PtLO.
la. Qr. Capit. 1 ,28: Los primeros no hicieron roslro, sino
y poco.
Hacer rostro, del gcslo tic la cara. Qaij. 1^30: ¿Qué rostro hizo,
inda leía La carta?
Huirte eí rostro, no querer ser vislo de. A. Alv. Sitv. Dom. t
'.7c.§í: Avergonzados le huyeron el rostro, acogiéndose i
tiofedas.
Más vak rostro bermejo que corazón negro. (Haber pasado
rgOcnza por alcanzar rogando, ó por librarse negancfo, qtie dejar
Ufoja en el corazón; lo que «más vale vergüenza en cara que
illa en corazón»)- c. 456.
Mostrar mal rostro ó bueno, estar enojado A placentero. Cacer.
tt: ¿Todo ha de ser r>gor> enojo y mostrarme mal rostro? Id. ps,
no sea de veras el moslrarme buen rostro.
á rostro, cara á cara. Persü. 4,9: No se atrevió ia enfer-
á acometer rostro i rostro á la belleza de Aurístela. Roa
Hodr.: No se atrevió rostro á rostro á la constancia del Santo.
Rastro avinagradúf del gesto áspero.
¿_Byafro eaido, del triste. A. Alv. Siiv. Dom, I adv, $ c.§ I: ¿Por
de roílro caído?.... andarás derecho^ el rastro levantado y
alegre. Id. Fera. 4 Dom. 4 cuar. 3 c.: Turbado ó de rostro
I de horno, piernas de rio, y tetas de frío. (Es mal, ó todo
tbomera, piernas de lavandera, curtidas^ tetas de vieja, arru-
481.
¿Cí/o y el perdón, gran vergílcma es del baldón, c. 481.
^vtíro tletc ai lecho, que no el cuto bien hecho, c. 431.
liiittro üeva at techo, gae no pierna á concejo, c. 481.
^¡raírostro, mostrarse en la cara la turbación. Sen. Cornei:
*t3ti <loe lai tristezas del corazón salen at rostro. Via/, Para,
' ^ quimeras, eslts invenciones / tuyas, te han de salir at rostro
t al rostro, la mentira que ha echado, ó la mala partida.
que nos ha jugado, cuando estamos al cabo, pues se \e echa
en el rostro.
Salir los colores al rostro. (Por empacho, vergttenza ó
mienta), c. 564.
Tirárseh al rostro, darle en rostro con ello.
Torcer el rostro, esíar á mal con uno ó con algo, desdt
Persíí. 1,2: El que los pasase sin lorccr el rostro, ni dar irn
de que le sabía mal
Torcerle e¡ rostro, aborrecer. Cacer. ps. 26: Solemos
lorcióine el rostro.
Verterle sangre ef rostro. Zabaleta Dlaf, Estrado: Resf
vertiémiole sangre el rostro con la vergüenza.
leerse rosíro á rostro con. Roa S. Rodr.: Para poder :
verse rostro á rostro con Cristo.
Votveríe el rostro, mirar con desvío. Caccr. ps. 9: No
paras ni vuelves el rostro d los que te buscan. Uuloa Poes. ,
Que así me vuelves el rostro / con tan áspero desvío.
Roi4lPÍ-torcÍ4lo, que tuerce el rostro, con menos;
enojo, j. Pin. Agr^ 5,4; Que por el excesivo calor snlcn los
rostritorcidos y patanes, Salaí. Tetisj. 1; No me estés rostritc
/ ya que me estéis rostrituerta.
RoNirt* tuerto, del que luerce el semblante por cr
enfado, yüC7 í/íV.; Si andáis siempre rostrituerta, enojada.
Pónese rostriluert2 sin querer probar bocado. Caccr. ps. 68: Nii
la hallamos rostrituerta, desabrida, ni malacondicíonada para :
cuantos la han menester. PersU. 3,1: Quedó Alonso desp
Luisa mí esposa rostrituerta.
A-prostr-ar^ de rostr-o.
Instrans. á. Hacer cara á, no huir, antes resistir si es
aceptar si es bueno. J. Pm. Agr. 17,2: No puedo arrostrar i ¡
letrados que no se dan más de á una cosa. Id. 23,26: Con i
cebada el más natural mantenimiento de las bestias, si se acefc
á ninguna cosa arrostran peor. Id- 5,23:Níngiin hombre que aí«
perfección, arrostra á las dignidades y prelacíaSj ni renta* ni h^
mundanas. 5. Tcft. Vida 1 7: Que siente el estómago contca
manera que no á todo manjar arrostraría. León Cas. 18: Alj
no arrostran, porque no hay deleite que lo alcabuclc Tor. ffl. j
55. rostro.
hí9
No arrostraba á manjar, que le diese contento. Oram. Gtita
I, S 1: Así domo hay gustos que no arrostran á cosa dulce ni la
Irasai, sino á cosas amargas y acetosas. Gr^n. Simb. 4,4:
»& por su jrran rudera no arrostraban á amar i Dios puro y des-
de carne. S, Ter. Mor. b,A\ Ella se csló harto despierta para
y dormida pira arrostrar á asirse á ninguna criatura.
Trans. Resistir con valor y admitir con gusto. QuiJ, 1,30; No
ñble que yo arrostre, ni por pienso, el casarme. Id. 2, 1 6: Aun-
I se ta den entre dos píalos, á buen sej^uro que el caballo no le
are. Id. 2.16: Que no es posil^lc hacerle arrostrar la de las leyes.
Mo puede arrostrar Díos cosa mata. Cabr. p. 334:
■$. .tnio que un manjar sea, puede ir tan sucio y mal
ío, crudo, frío, que no haya quien le arrostre, D. Veda
S.Aat.: Todo esto era muy desabrido y amargo, apenas
quien la pudiera arroslrar. Id. Oisc. Sai), áom. J ctiar.:
le arme tan mal Ja cruz, que no puede arrostrar todo lo
itkne.
fi^x. Inclinarse para mirar con atención. (Tesoro 1671).
De--l*ro8tl'-OF«e* maltratarse el rostr-o, física ó moral-
, Ol'Cv. Ep. á Ui Emper.: Que tropecemos; y caigamos y nos
y aun nos dei ros! remos, no es maravillar. J. Pin. Agr.
> un en tropezadero.... en que los malos se derrostran por su
elección; y no se derrostraran ansí, si. Id. 10:23: Y á eso
poco» que no se derrostren. Id. 30,25: Aún será posible
muchas veces y caer no pocas y también derrostraros al-
Urrroslr^nilo, parlic. de derrostr-arse, J. Pín. Agr. 13,1 1:
I á esta edad djban ya la encendida codicia sensual, que trae
enes diMraidos y aun derrostrados.
derrostrado. J. Pw. Agr. 29,^; Eclesiásticos y seglares,
lindamos derrostrado». Id. 1 2, 19: En una materia lan princi-
I <ano ista y por la cual andamos todos derrostrados.
Des-ro«tr-arse, como derrostrarse. A. Alv. SÍIv. Bnc.
ít Dtsrostrose ta tiaz, hirióse las narices, quehráronsc los pies y
I (de tacsIatuaV Gu». £p. 31: En los cuales unos quedan
, otros encenagados.
^¿^
200 Okioen y v!i>a del lenguaje
Kn-postr-ar, dar en rostro; echar en cara, úsase todavía i
Venezuela, Honduras, etc.
So-rrostr-arse, lastimar en el rostro, y reflexivo. Usi
en Castilla,
So-i*i*ostp-ada, dando en rostro, zahiriendo. Corr. D
sorrostrada á uno.
56. Ras. Con decir que viene de rasas raído, habíamos ac
bado, como quieren los romanistas; prov. ras, fr. ras y rez, rez-d
chaassée, morada al ras de la calle, pg. rez, rez de chao. Pero jam:
este ras significó raído, sino en un plano y formando una superí
cíe. Las frases en que se usa, al ras de, al ras con, ras con ras, do
llevan al pasar la mano para percibir el plano formado por ea
cosas que están al ras. Yo no tengo la culpa de que el euskaro arm
y arrez indiquen cabalmente este concepto del pasar la mano, no-
tando que rasan las cosas. Ello se dijo sobre todo del pasar la nuao
por una medida colmada de trigo, que tal fué sin duda el primd
rasero que se usó, pues todavía lo usamos, con ser tan fácil toon
un palo derecho para allanarla. Menos culpa tengo yo de que ni na
ni arraz signiñquen raer, raído. No creo, por consiguiente, eslu
fuera de la ley del sentido común para preferir esta etimología. Ll
fonética lo abona no menos que la semántica. De rasus hubiénx
dicho raso, y no ras, porque en castellano y portugués jamás cae ll
-O, ni aun otra vocal final, fuera de contados casos, como proclítia^
cien hombres y hombres ciento, val de,.., por valle de.... También a
coincidencia que en todas las románicas hubiera caído esa -o; menos
se explica la -z de rez en francés y portugués, ni el cambio de a en t
no entreviniendo elemento alguno palatizador. Las variantes raz ]
rez se aclaran por arra-z y arr-ez, como erra-z y err-ez, y en toí
demás derivados euskéricos, donde -z añadido al artículo ósl-OZ,}
puédese sin él añadir -ez, y de aquí asaz y assez de asa, ase hartir.
En fin, ras no es adjetivo como rasus, sino adverbio como arraz.
Al ras, al ras con, al ras de, á la misma altura y formando iff
solo plano ó llano con alguna cosa. Es vulgar y tiene el valor ti»
kéríco y no el latino.
De ras en ras, enteramente, del colmar. Baena 189: Que no fin
que solitaria y mí vejez de rras en rras.
>^, ,,,^ chinche, wi Hünduras por ras con ras.
ras. (Por igual), c. 622. Qdpv. son, I: Anlcs que ti re-
1, eso fué antaño: / ras con ras de Caín, ó por lo menos. Id. C.
U £1 alguacil decía que les había de poner ras con ras la casa al
Picji/sr. /. 2,p. I,C- 1, §3: Donde nos asentamos ras con
|por el sucio, como monas. Oviedo //. Ind. 42,5: Que había él
»ti malenaú fuei^'X) que hay dentro del pozo ctiasi ras con ras
i boca drl. También se dice cuando pasa tocando ligeramente
tÁ o\to, como la palma de la mano.
[Ras en ras, un lleno, coniJnuidad. J. Polo pí. 120: Es un ras
• de sírIos, / empujón de vida, y íanta, /que presumo que le
ho /á la muerte alguna trampa.
iJto* por ras, rozando. Alv. Gato Bibl. Gallardo: El diablo,
i!nos / siempre sigue ras con ras.
■■>p«-t>us, cuido al desgarrar ras ando ó dando un golpe con
I Ra»o, tampoco signiñca raido ni viene de rasus, sino que es
B, Añadidas -o, -a para formar el adjetivo, y su valor es el de la
ide £nino colmada hasta arriba, de modo que se haya pasado
rtiUh mano, es decir lleno y llano, jamas raído. Fuero Navarr.i
'■ tz^csn tinplir la campanilla de mierda de home, que sea rasa^ é
■■ en U boca del ladrón.
lo igual y llano, como ta palma de la mano, que fué el
I rasero. Qaij, 1,18: Que ifida esLá rasa^ como la palma de
»(1a boca, sin muelas). Id. 3,40: Quedamos rasas y lisas (las
^como fondo de mortero de piedra. Id. 2,55: Pero lodas (las
Fde U sima) las halló rasas y sin asidero alguno.
Licutar del ciclo ^n nubes y del oimpo sin casas, etc. que
'^■- 1.38: Eslandoen la campaña rasa. A. Mor. 7,19: El
) Uvio, era raso^ muy llano y apartjudu ú darse la
lA. Alv. Sh. Dom. 4, cuar. í, c: Se vuela y esparce la nu-
cí alma del iodo rasa y limpia de, Mabq. Tr.Jer. 2,3:
tdcja d ciclo raso. Cast. 5. Dom, 1,1,40: Estando predj-
I dia tan sereno y tan raso como los pasados. Oviedo H. Ind.
^ tiene dos sierras y es todo peña rasa é sin árboles.
, sin adoraos, tt otra cosa que suele haber. Qaij. l.tO:
iMBlna ú sillón? Id. 2,41: Ahora, que tengo de ir sentado tsi
202 0K1Q£N V VlbA DEL LENCIUAJ^
una tabla rasa (sin cojín). £sp. zn^/.: Le hizo levantar y scnt
una sitia rasa. L. Rueda I, 1 35: Como se vé ese becoquín de i
y los lados rasos, atrévese á hablar diciendo que te las cortaroa pd
ladrón. J. Enc. 242: Que traen / la vergüenza ya tan rasa (corta).
En Aragón además de colmado ó lleno, vale desver^nzado i
escaso, siempre del pasar la mano por la medida colmada. 1
Sustantivado, raso es seda fina, suave y lisa, no de torzal. Qafi
1,27: Con unos ribetes de raso blanco. Id. 2,27: O jirón de mi
blanco. 1
A la rasa, llana y rasamente. T. Naharr. I, 375: Si me esoH
chase á la rasa / lo que yo sé del traidor. Id. I, 152: Yo te he W
blado á la rasa. I
AI raso, á la intemperie, en el campo. 1
Bala rasa, la que se pone sola en el arma de fuego. <
Campaña rasa. QaiJ. 1,38: Estando en la campaña rasa. 16.%
58: Cuando Don Quijote se vio en la campaña rasa. Ñamarte, j.9
En cerrado escuadrón ó manga suelta / en la campaña rasa.
Campo raso. Qaij. 1,19: Ahora estamos en campo raso. Cam
p. 581: Campos rasos y extendidos.
Cielo raso, techo con tablas delgadas y entomizadas, cubieitM
de yeso sin hueco alguno.
Gaay del raso cuando apela, y del terciopelo cuando arram
c. 300. Gaay del raso cuando empela, y del terciopelo cuando»
rasa. c. 300.
Lo raso, el campo descubierto y llano sin bosque. J. Pin. Agr,
4,3: Ya que habernos salido del poblado á lo raso. QuiJ. 1,25: Hasta
salir á lo raso. Id. 2,10: Picar á Rocinante y salir á lo raso (fucM
del bosque). Esteban. 1 2: Salíme á lo raso. Mend. G. Gran. 3: Sé
fué retirando hasta salir á lo raso. •*
Quedarse al raso, dormir al raso, á cielo descubierto.
Salir á, ó al raso, salir á lo llano, tocar el punto de la cuesfíds.
Selvag. 25: Como yo la vi, salgo á raso, donde (hablo de dlo^
Oviedo H. Ind. 12,21: Les hacen salir á los rasos á buscariis(B
campo). Persil. 1,5: Salió al raso de aquel sitio.
Tabla rasa, en pintura el lienzo ó tabla dispuesta para la pi»
tura, sin color alguno; metaf. el entendimiento dispuesto, pero qoi
no ha recibido aún especies.
56, rasar.
203
El como ia palma de la mano. Euo. Salaz. Sal. esp.
dejar mi coraüún lan libre y raso d^ste mal, como la
Urna de U mano.
Lomo y «'«rlioso, todo. Dijose de raso y velloso, es decir,
y peludos, lodo*. Gfos, á Mingo R&b. 24: Yo soiié esto
ida» / de que estoy cstremiiloso, / que ni raso ni velloso
»rd de csla v^ada. Fons. V. Cr. 3,2, par. 1 7; Eso hace la
Dios, que no deja roso ni velloso. J. Pulo pí. 21 1: Muerto
ne ya tu rostro hermoso, / pues es de cuanto ve roso y velloso.
C. de e.: Que no había de dejar roso ni velloso, ni piante ni
lie. Obk. p. 37: Qué pulgón en las viñas, que no ha dejado
ni velloso. Cacer, ps- 72: No dejan roso ni velloso. Abrasan
Bundo con su lengua. D. Vega ÚÍsc. áom. 3 cuar.: Que ni deja
I ni vcUodO, rama ni hoja, no deja renuevo ni pimpollo de virtud
I no lo arranca y destruye. J. Pin. Agr. 26,33; Que meten
oso roso y velloso, como les parezca serles de provecho.
I /Vi dejó roso, ni velloso. (Para significar que lodo lo arrebañó;
b consonancia dice roso por raso), c. 211.
\ Si roso, ni veíhso. (Loque ni grudo, ni menudo; no dejar
I de lodo), c &53.
So qaedó roso ni velloso, c. 560.
tlRM-M, abertura ó ralera que se hace en lelas endebles sin
nper U trama ni la urdimbre. Páramo elevado y llano, donde
hacer rozas y tener sus brañas los vaqueros de Asturias.
ttn^-Illa» lela delgada de tana; ladrillo Fino para solar.
HaMa-nicut-Vf enteramente, llanamente, de manera rasa.
Agr. ] 1,7: AUs rasamente condena á Pitágoras de la'palin-
Id. 11,8: Escoto rasamente concede que. Id. 2J2: Séneca
■mente que la idea es ejemplar 6 dechado eterno de las
[IxóH CanL 7,A: Que ni dejen por temor de decir rasamente
í deben.
(■.4^^r« de ras, y aíii propiamente es pasar la mano ó el rase- ,
la medida, que quede llana y llena, y luego del pasar cuak '
rota cosa rozando lijeramente sin raer, como la bala ó la
,pOT una superficie. Atex. 1361: La cárcava es bien fonda,
ktaicn rasada (llena).
(e|kx. Ponerse raso el cielo. A. Alv. Dom. 4 atar. ¡ c: Des-
204 Origen y vida del lenouaic
-ti á
pues de un airecillo que se levanta y sopla, se limpió la nube y
rasó el cielo.
Rasarse los ojos de, con lágrimas, llenarse de ellasi como vasi
poniéndose al ras. G. Alf. 1,21: Y casi se me rasaron los ojosi
agua. Id. 2,1,8; Que no pude resistir sin rasárseme con lágrimas I
ojos. Id. 2,2,7: Que se me rasaban los ojos de alegría (de ügí
mas de alegría). Manrique Laurea 2,4,3: Rásansele los ojos de agí
Kasa-nte, línea rasante en fortiñcacionet, batería rasait
etc., al ras con el agua, el suelo, etc.
KMN-«^ro, palo rollizo que iguala y rasa la medida de tr^
etc. Pie. Jast. f. 45: El rasero no os obligó á tenerle en el arca, qa
si hay tiento, el rasero está en la mano.
Meta/, igualdad rigurosa.
Echar el rasero. (Por igualar y quitar las demasías), c. 536.
El rasero lo lleva; ó el rasero se lo lleva. (Díccse de lo que p
rece que se colma en las medidas de granos, que se han de raer,
se aplica á otras cosas), c. 106.
El rasero lo llevará. (Lo que sobra en la medida, y acomódi
á otras cosas), c. 521.
Ir por un rasero, tratar por igual, ser iguales. Zamora Jlfo
mist. pte. 7, Santiago: Úsese de una medida, vaya todo por un n
sero, no perviertan los particulares intereses. J. Pin. Agr, 22,2!
Porque ni las costumbres ni trajes ni los gustos van por un rasetOk
Llevarlo todo por un rasero. (No hacer diferencia de pcraoifl
y cosas), c. 485 y 625.
Llevar por un rasero. Cacer. ps. 9: A todos lleva Dios por i
rasero. Cabr. p. 217: Y no es razón llevarlos á todos por un rasen
Cácer. ps. 48: En el morir todos serán iguales. A todos los llevar^
por un rasero.
Medir por un rasero, tratar por igual. León Ca/nf/io: Porqi
en su regir no mide á sus ganados por un mismo rasero.
Pasar por el rasero, igualar. J. Pin. Agr. 3,8: V así quiero pi
sar por el rasero conque os he pasado á todos.
Pasar por un rasero. J. Pin. Agr. 23,27: En caso que ñioi
tantas las malas como las buenas y hovieran de pasar todas por C
rasero.
Todo ¡o llevan por un rasero. (Cuando nos quejamos qufe ■
distinción de personas, y se aligue tanto i uno como i oiro
na I 420.
>- i-- ' tumo rasero, y herramienta de carpintería para
QuzM. Bienes p. 143: La muerte es la rasera que á
no* hace tgul». Za«40Ra Mon. mist. píe. 3, Concep.: ñlíos ta
dr la culpa original les rayó la vida. Serafina: Medirlos por
fSeneíal.
k-i«>'ai9ar, de rasar.
intrans. quedar raso el cielo, sin nubes. Espin. Baílest 2,3:
ndo llueve toda la noche, y at amanecer arrasa y sale e! sol muy
ly «.tn viento.
\Trans. poner al ras. Ovteoo. H. índ. 50, 26: Deshicieran la di-»^
c la arrasaron hasta el agua.
•tnar ó híicer colma: liasla el borde ó al ras, arrasado, colmado
, GovARR., Tesor. 1671). De aquí en particular de las lágri-
i que llenando lo^ ojos rebosan un poco y de las olas que pasan
cubierta. Qíí(í. 2,40: Dijo esto con tanto sentimiento la
I que sacó las liornas de los ojos lie Iodos Eos circu asíanles,
i arrasó los de Sancho. Casu. p. 622*. Qué lágrimas de placer
: vuestros ojos?
a» la medida con el rasero. CovAfta: Rasero con que
iisiiatamos la medida.
^MttaJ. /jiüAxxTA Dia f. p. !, c /: Arrasa con el dedo el sudor de
nr, allanar, driando raso, como la medida arrasada. Zamo-
V. mist. pié. 3, ps. 47. v. ¡I: El muro era estucado, ]íso« arra-
itlü ' arnfio no lfní;i. Id. pU. 7, San Marcos. Toma
liLL ., . . „Liirle y arrasarle. fd,pte, 2, L4, pie. 3, Simb.S:
desta parte arrasaban la cera. Vaiverde V. O". 5,
fque para lan inmensa mulliluJ de reos, como han de
anic mí no será bastante su amplitud (drl valle) se arra-
■ motile de tas olivas, continuándose con lo llano y humilde
•ar aba]0 allanando, y vencer^ domeñar. Lope TV
>do lo tumba y arrasa. Entret.j. 3: Que no lo arra-
s H. E. 1 1,0: La villa de Trcncatayo, que era muy
) kAidü que U hubo por fuerza, la allanó y arrasii el año
206
OrIUEN V VIOA DEL LEHUUAJf
1161. OvALLE H. Chile f. 215: El gobernador entraba ana
todo, y así pudo pasar sin resisicncia.
Quitar, hacer desaparecer. ]. PtN. Agr, 24,16: ArráSAtne
cmtauro de las aguas del adriático mar de Venecia, pon
quiero engolfar Irás una gruesa armada. Zamora Mon. mis
SanHogO'. Pues si U sujeción es tan fuerte, que tales dlfic
[á fuerza de trabajo arrasa. Ovalle fí. Cftiíe, 123: Otra horri
menfa les llevó los castillos de proa, y fué menester cortar y
los de popa.
Reflex. colmarse liasta el borde, llenarse, sobre lodo de l(
lleva con, de, pero no ertt como quisieron Salva y otros por
tender la meláfora. que cslá no en anegarse en lágriiius, !
üenarse de 6 con. CMCzn.ps. 77; En lugar de llover, se a
cielo con pájaros. Quij. 2,48: Se me arrasan los ojos de láf
Lis. y Ros. 2,2: Los ojos se me arrasan de agua. Pk. Just. 2,
Se me arrasan los ojos de lágrimas. S. Cornel.: Ya en est
arrasaban los ojos de lágrimas. Cabr. p. 409^ Con los ojos
dos de lágrimas. Santamaría H. Profef. 1,16: Levantando á
ánimo confiadísimo, los ojos arrasados de agua, dijo así.
Monte Catv, 1 ,53: Si se me arrasan los ojos de lágrimas no
por estarlo aquí escribiendo.
Destruirse. Zamora. Mon. mis!, pte. 3, Ásanc: Arrasai
torres con el fuego, arrastrar sus banderas.
Arrasado de lágrimas. J. Pin. Agr. 22,3: Respondió él ar
de lágrimas.
Arrasar con el suelo, ó tierra, echar abajo, poniendo al
el suelo. Cacer. ps. 1 6: Hasta que arrasaron el templo con el
Ui. ps. 73: Han arrasado el lugar con la tierra, no han dejad
con cosa.
Arrasar por tierra. Oran. Slmb. 2, 1 4: Fué abrasado y ai
fcpor tierra, sin quedar en ella piedra sobre piedra. Cacer.
"Hínlo arrasado todo por tierra.
Arrasarse en lágrimas, barbarismo por de. Es que lo coi
con anegarse ó bañarse; hiendo así que lo que vale es rebos
ojos Henos, satir como al arra^r la medida de trigo con el
En-ras-ar. Igualar^ allanar, por ejemplo las paredes,
poner al ras ó ras-o.
f^
56. n^/or.
20T
fntrans. dícese de! estar una cosa en el mismo plano con otra,
* coa ras; y de! quedaisc liso y raso en el refrán: Guüy det raso,
Oiidb empela, y del terciopelo, cuando enrasa; ó: Cuando el pelo
)fnsa y tí raso emptía, muy maí anda la seda.
Puertas enrasadas, las de labias muy juntas y sin entrepaños m
Ibridos.
Enra» c, posv. de cnras-ar.
Ri^ar. K¿írimg lo trae de ■radulare, radula, radcre raer, aun-
coa duda. Y con razón, pues J no viene de d, di, dut en caslella-
ígo racha y rachar por raja y rajar, y en antiguo castella-
iO. Además raza viene de raja. Tenemos pues raja, racha
en el mismo caslelfano. Esta variedad de silbantes siempre
eusfcera, donde hay varias y dificultosas para nuestro idio-
T al cual loman estas variante/, ch, z, como veremos en
mucbos vocablos. E\ primitivo valor es el de golpear^ de
ó arra-tz, ts decir andar con la mano, ya golpeando, ya ara-
I, ya araslrando, como en ras> rasar. «Pódame en Enero, rdja-
a Abril, y déjame dormir», dice la vina cu el refrán antiguo, es
iábrame 6 Hmpiame, rastrillando, etc. (V. Rachar); raj-a es el
derivado.
partir en astillai ú trozos largos algún leño. Quij. 1 ,52:
dcstrooL, asuela, raja y parte. ZAMOftA Mon. mist. pte, 3,
No se contentará con rajar los arcos, romper las picas.
fionr.f, 7S: Rompió en él su laura por tres partes, y la
la arandela, sin que alguno dellos tomase revés. Cid 365S:
los pelos de la cabei^a, bien ala carne tegaua Ccon la espada).
UííaJ. cbariar míniiendo, hablar mal de uno^ braveando sobre
Seitag. 4'2: Mas mira que rajes lar^o (con la dama).
^rajal del que charla con facilidad,
fOttu rajal del que mucho parla.
fftja como un descosido, charla mucho.
R^f-ad-iltc», confitura de almendras rajadas y bañadas de
• Pragm, Tas. 1630, f. 4Q: La libra de rajadillo á cinco reales.
lUjad-hco ficjl de rajar.
R^a-broqueleA, el valentón y camorrista. Estetan, 4: Y
It mistad de mis rajabroqueles.
Raji»'tab]a (a), con brío, como quien de un golpe ni>a uu.,
f tabla, pronto y deprtsa. Un rajatablas, reprimenda.
lifijj-A. astilla que se corta al raj*ar, hendidura, pedazo alo
largo cuyo posverbal es, 6 la liendidura, pedazo. QaiJ. 2,28: Sus6
f tándome con rajas de queso. Galat. &, p. 97; A la luz de una
de teoso pino.
Cierto género de carisea i^ paño prensado (CovARR.)r
racha y raza. QuiJ. 1,6: Una sotana de raja de Florencia. Voeú^
Crasca- Rásela Florentina, Diciamo Rascia á especie di panno
di tana; ma soiüe. Zabaleta Día /. TrapiHo: El vestido de
de Segovia.
Hacerlo rajas, romperlo. Cacer. ps. 73: Como si corlaran
en un nionte^ asf hacían ra^as las puertas del templo. Qftij, 1,6:
oliva se haga luego rajas y se queme. Cárcel Sev,: Déjame que]
haga rajas entre estas manos.
Hacerse rajas. (Hacer algún ejercicio, como bailar, trabaía^
argüir), c. 630. Vizc.jtng.: Y yo me haré rajas bailando en la fíe
pequeñas rajas ef fuego efícienden, y los grandes maderos i
sostienen, c. 390.
Sacar raja, ó racha, aprovecharse de algo. Ctlest, IV, p. ^
Que nunca mete? aguja sin sacar raja.
Si queréis satter dónde vengo, de Hacérmelo rajas vengo, {i
aldeanos dicen rachas; es contra necios preguntad ores.) c. 257.
K»j-íLa, dimin. de raj-a. QaiJ. 2,66: Con no sé cuantas rají^
de queso de tronchón,
li£«j-uela, dimin. de raj-a. Mañero Apol, 37: No btc
unas rajuelas de lea para tomar larga venganza.
^ aj't'líi, paño que llaman raj-a, mezclado y variado de colore
Rüja-dura» raja ó aberlura.
Raj-uñap, en Venezuela por rasguñar^ de raj-ar con la I
ó con el sufijo -uñ.
Hüjiíin-o, posv. de rajuñ-ar.
Itzicbaí*. Variante de rajar y razar^ que confirma la climulú
cuskérica. Rocho por rajado, como ras-o de ras, del arratz
mano, de golpe, y racha por raja. A/exandrí 457: Diér. 7
golpes en medio los escudos, /quebrantaron las lanzas ^^
ennos punnos,/amba5 cayeron rachas é pedazos menudos.
56. racha, raza.
209
rachar es «rajar, rasgar, hender, dividir una cosa i fiieria y
strumeato. Racliou .i roupa. Rasgó ía ropa. Cal lostrego sutil
nube» rachiL Cual relámpago sulíl que las nubes hiende.
rajas de piedra, conchas, eíc, en las aberturas ó rendijas de
[pared, revoatrb». Rachún: •Rasgón. roUira de vestido, etc.>
tdura: «Rasgadura, acción y declo de rachar». Rachado: «Des-
idrajado, rasgado, descosido, despedazado, andrajoso, etc. Des-
, desvergonzado». Rachadela: • Pequeña hendedura ó abertura
cuerpo cualquiera». Racha: <Ra|a 6 astilla que se corta de
leño» (Valladares), En Asturias rachar y raxar (rajar) son
no. i
Richar es ta^or, rajar. J. Pis. Agr. 24,37: Vo mandado tenía que
^alguaciles y porquerones rachasen la cabeza á cualquiera que
|Ib atreviese á quitar los presos.
Rach»-bode|fas, rompe-bodc^as, gran beberrón. J. Pin.
f. 8,16: Hasb ganar nombres vinosos por donde andan, y otros
t tlaxnan rachabodegas sin entrar en etlas^ mas hacen andrajos el
Id. P" "■ Qué se puede decir de los eclesiásüco^ públi-
Li al vino, que sin tes hacer agravio pública y
Ble los llaman rachabodegás y maestre buen vino?
Raeh-n, posv. de rach-ar, y es hendidura ó raja, en minería
l^dc madera.]. Pin. ^r. 28,l4r No saben de oración más que...,
I todo piensan que han de hacer racha los cielos para entrar
tá pesar del aduana. A/cx. 161*. Rachas ñzo la lanza que
1 el punno. Corr. 257: De hacérmelo rajas vengo. Los aldea-
I rachas.
íkilpc fuerte de viento, golpe breve de fortuna en el iitego, serie
como UTtt lista ó raja 6 ra/a en ct paño y la tiendidura
^Techas, á intervalos, con desigualdad.
Hftza. De este vocsblo español y portugués ^lió el italiano raz-
; se halla ya en el s. XIV, y francés race en el s. XVI, del cual
i el infles su race en el mismo siglo, y d alemán Rasse el s.
I lo Bitimo que Icaste de casta. Hay quien trae raza del arábigo
que dio m en castellano; las demás e|imníogí.is antes
■ ton peores. Ks una criante de raja y racha, y díjose raza
a, ó ra/a-go, y aplicada i las telas vino Á sig^nífícar la U4ta
210 Okioen y vida del lenquajÍT, ^
■ —.--. ■ ■ .._ ■ ^ ■ ^
que distingue en ella un pedazo de lo demás; de modo
abrirse se dijo distinguirse ó separarse, y de aquí el disi
casta, asi como ralea de ralo. En Hita 94: Non ay paño sy
Es decir sin marra. Nebrija: «Ra^a de paño, panni raritas:
aberturas. Covarrubias dice del Rec-el ant.: «Cobertor
delgada y lisiada, qnasi racel, especie de paramento delgado,
qUasi racel porque está razado y listado, porque raza s
la lista que hace diferencia en lo demás de la tela». «1
el paño la hilaza que diferencia de los demás hilos de la
Tesoro 1671: Raza del paño, un rasgoncillo ó deshilachadc
p. 286: Paño al parecer finísimo, y desdoblado tiene mil raz,
y Ros. 5,1: Cuanto más que en el buen paño cae la raza. H
Diz la dueña sañuda: non ay paño syn rra^a. Fons. K Cr. 3,
paño tan fino en quien no se halle raza.
Raja, fuera del paño. Jineta p. 83: Tendrá excelentísimos
sin que les salga cuartos, cercos, razas ni sequedad.
Metáf. Hita 504: Con el dinero cumplen sus mengua
Ra^s,
De aquí calidad distintiva. León Jesús: De la flaquez
nacimiento y de la mala raza que tienen. Retabl. marav.: N
puede ver las cosas que en él se muestran, que tenga alguna i
confeso.
Clase. D. Veoa Conc: Fué concebida limpia y pura, y aj
toda raza "de culpa. Quij. 2,32: Fsta raza maldita (los encantat
Casia ó calidad uiáíintiva de! origen ó linaje. J. r'iN. A^
Que Bayarte y Briliadoro Tuercn '.le la raza de vuestros caballos
1,28: Gciiíe llana, sin mezcla de alguna raza malsonante. Pint
p. 80: Los señores que íieneii raza y cría de yeguas. Mariana
22,1: Ko de otra manera que los sembrados y animales, la r
los hombres y casta con la propiedad del cielo y de la tierra,
todo con el tiempo, se muda y se embastarda.
De buena raza, de buena clase, familia, condición.
De raza de titanes, forzudo.
El can de buena raza, si hoy no caza, mañana caza. £t
nacido, por traviesas que tenga algunas acciones, al cabo obra
-quien es. El can de buena raza, siempre ha mientes delpai
caza.
56. arrastrar.
211
J- '-"'r razatk sal que torta de jabón, 6 que pan de Jabón.
■c sol. F.u esta acepción qtie Irae Nebrija, por rayo de
\6 de luJt, ten€mo»el primitivo valor, como raja ó hendidura.
'fí, amor de cortesano y ropa de vHíano, no dum
..^dños. c. 477-
Paxa del sol, rayo que pasa por una rendija (7esor. 1671),
Tener raza de, como raza de so!, hilacha, pizca de. Zabaifta
r/. 1,15: C:- ' ,'a de bs qcie se oyen ha menester más priie-
ira ver si i. de mentira que un prelendienle de un colc-
I para ver si lien; alguna mala raza.
I Tomar ¡a raza, en Salamanca tomar el so) dentro de la ciudad;
I aclarado por raw de sol, rayo delgado, no sol lleno.
Raz-ttdo» del tejido de desigual hilaza, con lisL<is que desdi-
1 de lo demás, de raz-a.
' liaz-ii'ln, en Salamanca caer una tniáa, molliznar, de modo
: e* un golperito de agua, mollina.
Ra¿.-a|CO, lienzo de c&topa muy tosco, que también llamaban
1, del tener basta h raza, ú sea ralo el tejido.
Rec<»l, de riic-el. de raz-a (véase). L. Fern. 31: Y un rece!
lt«.*t?«?IIO| lan.! de recello la larga y basta de las patas, ele, que
kde las ovejas (Halencia); v.iriantc de racel, por lo desiiilacba-
üe se p>areci,'.
A-rfOMti'ar, del antiguo arrastar, como se ve por el portu-
rastir, y por '.oJos !cs derivados en castellano .inífgiio, portu-
10, que nn tienen -//-, la cual s.-íI¡6 posteriornicntt; como
: slella. algtiandre de aliquando, fuerlcmientre y demils
atrc de -mente, tresoro de tesoro, delantre, lasírc— fr. lasle,
idr "■•— t'"n, rislra de restis, comitte de comité, etc. No
^puc mm, pues el tiiisino rastro por zarzo es erudito
ettat vicnt aet anti^o rasto. En euskera arrast onomalope-
itasu ú rozar, del arrastrar, arrasta galga que hace ir arras-
iy rozando el carro, etc.
Itíram, ir arrastrando. Qaij. 2,9: Por el luido que hacia el ara-
tirntíraha jior el sudo. Araac. 23: Otros á galas, otros de-
t / arraítrando procuran acogerse / á algún reparo ó hueco
fh senda. Qucv. Provid,: U cigüeña si no se abale, t\o Vraij^ tiV
212
OKIOEH V vroA DEL LÉNQUAJt
aprisiona á !a cukbra, que arrastra. Qaij. 2,44: Los cabdlof,
3Jr¡os»/que tn pié por el suelo arraslran. Id. 2,23: L'n ven
^anciano, vestido con un capuz de bayeta morada^ que por c
le arrastraba.
Metafor. Qv^.Job: Yo» que no puedo volar, como los
res sagrados» ni vencer las costumbres con ia diligencia de I
,sos, hago ini jornada arrastrando.
De mala gana. S- Ter. Mor, 5,3: Aunque arrastrando c
mos con la obligación para no ser pecado, no llegamos con
á lo que ha de ser para. Avila Aadi. 16: Que no va arrastranf
que le manda la razón^ mas obedece con deleite y presteza.
Eti e] juego de naipes, saltr jugando alguna carta del pa
es triunfo para que asistan los demás. Moheio Aat. y Seleac
Que mi amo tiene mal juego, / pero si el Príncipe arrastra.
Trans. llevar por el suelo tirando. Oraw. Simb. 2, 1 3^1 :
ron i la cárcel y sacándolos los mataron cruelmente, arrastra
unas veces boca arriba, otras veces por las espaldas, kl. 3,3,
fi 2: Para que todas las }{enles arrastrasen y quemasen los
que antes adoraban, Zamora Mon. mist. pte. 2, Simb. /J
l^rraslrando tas cadenas, como esclavos. Caíík. p, 185: Ti
dolé arrastrado, cosido y pegado con la tierra. Galat. \: U
arrastrando adonde León ida estaba.
De, QuKV. Entnm.: Con garfios me arrastraron de las q
por Eas calles.
Por Gran. 5í/n6. 4J6: Arrastraban las mujeres por lo*
líos, Mend. G. Gran. 2: Le sacó arrastrando por los pies un
d quien dio libertad.
Arrastrar sedas, etc., por usar vestidos ricos, rozagantes. 7.
Mon. mist. pte 3, Asunc: Reina de ciclos es, brocados
Gran. Simb. 1,10: También muchos de los que arrastran
terciopelos.
Metaf. violencia en el obrar, aliciente en el atraer. Qai^.
Pero Iraeslos (los refranes) tan por los cabellos, que los arras
iJio los guias. Mañero Pref. 57: Al que con la vivera de Ia
I no le lleva, con ta energía te arrastra.
De las pasiones, impulsar fuertemente. RaJ. didt.j.J: An
di de an deseo / sin provecho resistido. Torr. FU. mor. 4,2t
^an !a intención recta de acertar, sin que tos arrastre la pasión
Iteres. D. VcoA lod. tant.: Llevar su auditorio arraslrado por
^Uas quebrada» y por aquellos peñascales y breñar. Quev. Mas.
?«. 65; Uera Mario d ejército, y á Mario / arrastra ciego la ani-
de imperfo. Moretd Desd. c. desd. í,¡: Pues la que no pudo
ble ; ¿Porque os arrastra enemiga?
\Reflex. ir por tierra rozando. Quij. 1,41: Vimos sus obras, que
arrancarse las harba$, mesarse los cabellos y arrastrarse por el
^ Mtiúf reoaprse con alguien, adularle, y aún se añade eo/no las
iras ó lagartos, ó por el lodo, por los suelos.
Andar arrastrando^ en trabajos ó no podiendo andar. O. Pmti
I. 1: Que arrastrando/algunas veces anda y con gran pena.
Arrastra ese, y vuelve por otro. (DCccnlo cuando pasa aíguno
do en bestia.) c. 69.
Arrastrar ai codo, en et juego siendo mano, con intento de
al si^icnlc con provecho propio y de tos demás.
Arrastrar bayetas, estar enfermo, vivir con gran trabajo.
Arrastrar cadenas, ir preso.
Arrastrar coche, ser rico y poderlo gastar.
Arrastrar data, requerir de amores.
/Afraifroriír.' apiHlrofc contra el que menospreciamos.
Arrastrarte de malUfa, metaf. hacerle daño, apurarle.
Arrastrarse como tas culebras, del zalamero y ruin.
Arrastra tma silla y siéntate en el suelo, cuando vemos i une
Ipié por faltar asiento.
Hacer algo arrastrando, de mata gana.
I qae arrastra, honra, de las ropas rozagantes, y dícese con
l.dcl desaliño. L Ohac, Crii. 36: Antes lo que honra arrastra
: i muchos más arrastrados que sillas.
¿airar ó traer la soga arrastrando, del que huye de la justicit
íf Tfnje la víndidí pública. Qucv. C de c; Llevar la soga arras- '
en que es la mayor desdicha. Vo he llevado arrastrando
^MH t bailo que es peor que la soga lleve arrastrando al hombre, <
Trvtr arrastrando, de lo penoso, CAcctt^s. 87: He traído la
I *Ai unsinndo.
Tnerie arrastrando, aburrido. Obreg. Q: La vida le liacarra»*]
214 OatOtN V VIDA DEL LENGUAJE
tranda- Quev. Mus. 6^ rom. 8; Soy pecador lransparen(e,/dijo, que
truie arrastrando/un año ii as una luerta/á un caballero Don Pablos,
Arra^tr-aílo, partic. dearraslr-ar y comoadjeEÍvo ¡o pena-
so, violeníauo, despreciado y desgraciado. Quij, 2,57: Volverme yo
aurora á las arrastradas aventuras de mi amo. Quev. Cas. he. am.:
Y cuan arrastradas andaban de ordinario. Cacer. ps. 88: Traían
arrasirada la honra. ALARt. Semej. á si mismo: Que anda como la
culebra, /toda su vida arrastrada.
Arrastrado es también el bribón y picaro, el afligido y muy
trabajado, el desdichado y desastrado.
Andar arrastrado, ó arrastrando; vivir arrastrado. (Encarece
esta frase el afán y trabajo con que uno vive por miseria 6 enferme-
dad y ganando la vida.) c. 513.
Arrastrado te veas de la cola de an piojo, maldición, que luego
se recoge con la misma frase que templa la mala intención por la
chanzoneía con que acaba.
Traerle arrastrado, por fuerza. S. Ter. Vida 11: Y es gran
negocio no traer el alma arrastrada, como dicen, sino llevaría con
suavidad. Fons. Am. Dios 3: Et los trae arrastrados y aborridos.
Traerle arrastrado, humillado. Cacer. ps. 43: Tráennos arras-
trados por esos suelos.
Vivir arrastrado, vida arrastrada, pésima. Cacer. ps. 68: No
alzarán jamás cabeza y desta manera vivirán siempre arrastrados.
Aprastpa-muei'los^ en naut. el que los recoge y lleva i
los heridos á la bodega en el combate.
Appastra-neg^ooios. Allá va arrastranegocios. (Dfcese
de las personas desaliñadas que hasta los mismos vestidos arrastran
desiguales y mal puestos), c. 7 1 .
Api*astpa-piés. L. Moratin í. 2 Obr. posf., Carf. 129:
Ni el estruendo de las escaleras, ni los arrastrapiés de las antesalas.
Arrastr-uz-on-es, se aplica en la Litera de Aragón á las
personis y cosas que son llevadas á rastra; vida de privación y
pobreza.
Arpastt*-a, posv. de arrastr-ar.
A la arrastra, contra su voluntad, á la fuerza.
Arrasti^e, posv. de arrastr-ar.
De arrastre, de lo que incita á seguir é imitar.
I
56. rastro.
215
Ai*raHtpa-nii(*nin. Col. ptrr.: Magullada del arrastra-
»lo furfa ilíl JpLJ'^t=nto.
Arp«i»lrail-{xo. Orden. SeviU. Afbard. /. 2Ió: Otrosí, que
||t)Cuno de iai dicl;as albai'deros ni otro por ellos no sean osados á
ir pap arraslraúizü. Es hoy vulgar, por ej. de la lierra de aca-
etc.
Arra«tratl-crOt camino por donde st^ hace el arr^tre de
icrms, «ítio por donde se sacan de la ptaz^ de toros los animales
írtos.
Arfastpaid-era, on náut. ala del Irínqucle.
ArpasIr-í-^-oap, úsa^e sobre todo esie diminulivof-e/^y
rttattvo ('tar)t diciéndose de la persona que anda despacio,
cuando no v-aya así propiamente.
l>gw nrrwatrar. U Rueda 11^ 141: Sí, que Os pudo arras-.
■y desarrastrar.
Ra««lrap, de arrastrar, perdida la ti-. Partid. 2,23,2: Rastrán-
ü dcsüjctiibrandolo, en manera qtie lodos lomasen escarmiento,
rom. 34: Mirando rastrar los trillos. Oviedo//. Jnd. 15,1:
» Aquello que parcs^ce gusnno en una cosíHa A manera de cJ&ca-
" -n rastrando. Í.on Tirano cast W, 486: Me obli-
»( I '.do /y In boca por el sucio. 0\kcÍa Codic, S:
an á dormir tan sordamente^ qiíc podían raslraltcs una
^n sentirl,,. Cid. 3374: Manto armiño é vn brial rastrando.
*'■'. 27 3: Ivasiríhanlo por ticnllas de coces bien sovado.
lo mc-jquina estaba catando mió Fiiiielo, / batiendo mies
ellas nwírando por el suelo.
•Ira-fti^n, pobre labrador. Rerc. Mil 273: finó el i^as-l
rtcrra bieti cargado.
ll4iAtr-ci, posverbal de rasír-ar; en pg. y gallego rasío, que
' antes de decirse en castellano, como rastar. Mada tie-
*•' '" "^'im ó zarzo; solo indica, como todo posvcr-
i;^I rastrar 6 arrastrar, y su acción. Monter.
i^ E cuando tal nutro (aliare en la ombría, no (anga de rastro,
; r alimc bien m la ^nbna, si es de ese día.
, Afi:__ cío, barrunto* :*cn;i| moral. Qaij. 2,14: El railro de
lozañis os servirá de guia. Sclvag. 147: Reniego de los hlrla-
ni tengo mis blanca que un podenco, ni rastro de donde a
216 Orioen y vída dkl lenouaje
presente me venga. Valderrama Ej. Mierc. dom. 3 cuar» Pues
hubo tiempo, donde hubiese algún rastro de cosa que pareciese qi
olía á hipócrita. Id, dom.pas.: Algunos rastros y barruntos hay, pirt
poder rastrear quien es predestinado. D. Veoa Nac. N. SA Tres co-i
sas hay criadas, que tienen cierto rastro y olor de infinitas. León.
Amado: Su nombre apenas oído, y unos como rastros suyos, impre-
sos en la memoria, encendían las almas.
También significó lo mismo que resto, su variante, de ráster dt
donde restar (Ncbrija, P. Avcala).
De aquí el lugar donde se matan las reses para el abasto publica
y el lugar donde se venden cosas usadas: todo del raslar ó. restar,
quedar, por quedar como restos allí la carne, á donde la van á bas-
car los carniceros, y los enseres viejos. QuiJ. 2»20: Que cada unt
cabja un rastro de carne, MifOrtÉS: Que sí fueran de comerj pudieim
dar abasto á un rastro entero- L. Rueda Dlscord. J. 2: ¿HurtíslM
algo del rastro? En Honduras lugar donde se vende carne al me-
nudeo.
Además la provena, que se arrastra por el suelo* J. Pin. Agr. \,
28: Con echar provenas, que también se llaman rastros. Id. 1^3:
Vengamos ya á lo del echar provenas ó rastros.
En náut. un palo con mango ó una armazón de palos con pun-
ías de hierro para rastrear en las playas y fondos y sacar los peces y
ostras.
Caerte en el rastro, dar en él. Cabr. p. 25: Porque no les caye-j
sen en el rastro, vanse á una gran ciudad.
Echar el rastro á colomera, c. 141.
Hacer rastro. D. Vega S. Juan Evang.: Es el rastro que bs
criaturas hicieron, que son la huella que dejaron sus pies.
No dejar ni rastro, nada.
No dejar rastro, ni señal, nada. A. Alv. Silv. Ene. 3 c § 2: Qne
no hayan dejado algún rastro de sí ó algunas señas de que fueron.
Cacer. ps. 72: No dejarás rastro delios. No quedará señal de lo que
fueron.
No quedar rastro de, nada. Cacer. ps, 36: Dentro de poco ao
quedará rastro dél. Id. ps. 67: Desaparézcanse lodos ellos en un
momento, y no quede señal ni rastro delios, como no la quedi dd
humo.
55. rastrojo.
217
tener rastro de. Fons. V, Cr. pte. /, /. 3, Cena: Ni huele i
oi nbe i Dios, ni tiene rastro de Dios.
trdtr el rastro, metaí. de la caza. Gran suU. 1 : Con la trscuri-
dimos / d ritstro de los que hicieron /d robo df Ciara.
. Agr. 20.8: De pocos que se dieron con gran corazón ú ir
s Jcl, no le perdieron el rastro. Valderrama Ej. Fer* 3 dom,
r..* perderá el rasíro y quediri cansado y molido.
*or ei rastro, siguiéndolo. J- Pin. Agr. 3,15; Que se van Iras él
nstro de sus olores.
V rastro. (Metáfora de la huellíi y caía), c, 566. J. Pin.
Ij» sabiduría...- en secreto mora y aula es de descubrir
U sacan de raslro. Valderrama EJ. dom. alb,: Procura
donde está, sácala de raslro. D. Vega Disc. Fer. 4 dom. í:
• lie rastro, y décimo? por aquí va sin duda. Cxcer.
11 por eJ camino que llevo y me sacarán de rastro.
. Agr. 22,24: Las narices son símbolo de discreción y juicio,
como con ellas saca el perro de rastro la caza.
rpor el rastro, conocer por él la caza y otras cosas. Caccr.
'& No te sacarán por el rastro. J- Pin. Agr. 13,30: No hayan
Dios por tales rastros.
et rastro. Persií. 4,2: El raslro que siguieron de la san-
ttevó i Croriano.
rastro de, *in pixca de. J. Pin. Agr. 23|20: S« cara sin
de risa.
Timar et rastro. Puloar Gr. Cap. 1,22: Viendo cuan á 9U
se habiin ido, comenzaron á se armar, y tomando el rastro
le*tbiin los franceses, los siguieron. OvallcW. Chile 3,7: Para
a ra^trraNC: lomó el rastro y fuete siguiendo.
Rll«troJ-<», diminuUvo -jo de rasto, como en Calila e Dimna
resto, y de donde restrojo en Sogcrbe ó resiroio en Alc-
icQ salkgo n»lflUo, anL en Navarra rostol, en la LiFerade
ijo, y resíoj-ar sembrar sobre resiojos. Son ios restos y
det pan en el campo. QaiJ. 1,1; Rccoi^iendo de unos ras-
manada de pMercos.
k de hs rastrojos, sacarle del estado bajo.
ftMtrQÍ-er«f todo el Icrreno y tierras que han quedado de
-^ -*
2IS ' ÜKIÜEN V VIDA DrL LENÜUAJL'
Rastroj-ar, sembrar sobre el rastrojo, sin guardar i
vez, es decir, sin dejar en barbecho (Palencif ).
RastpoJ-ear, buscar entre los rastrojos.
Ka»tti^ón, en algunos lugares de Castilla mu^rrón, com<
tro la provena.
Rasti'-:i, posv. de rasír-ar, como rastr-o. Indica la acck
rastrar ó arrastrar, ó su efecto, es decir, lo mismo que rastro,
Aragón la sarta de cualquier fruía seca, como que arrastra y 1
hilera, rastra ó huella. Corr. 38: Meneando la cola apriesa, cu
siente la caza y va de rastra.
Por narria (Tesoro 1671).
En náut. onda ó seno de cabo para rastrear, ó el rezón, y 1
ción de rastrear.
Llevar á la rastra, ó á rastra, ó d rastras, llevar arras
do, centra su voluntad.
Rastr»-cap, de rastr-o, es decir seguir el rastro, y frcct
tivo de rastr-ar ó ir arrastrando á rastr-a.
Trans. Seguir el rastro. Grac. Mor. f. 198: Así como los <
dores no permiten á los perros de muestra rastrear y seguir á
olor que huelen. L. Fern. 240: Por la sangre rastreando / iba aq
Reina santa / muy dulcemente llorando.
Mefaf. buscar. Quij. 1,18: Rastrea mi suerte. Id. 1,23: Alf
cosa escrita, por donde podamos rastrear y venir en conocímientí
D. Veqa 5. ¡n.: Rastreando por el campo de la divina Escríl
algimos lugares toparemos. León Esposo: Mas qué necesidad
de rastrear por indicios lo que abiertamente testifican las sagn
letras. Cacer. ps. 26: Procuraré rastrear si alcanzo de tí lo
deseo. Cabií. p. 309: Andar rastreando vidas ajenas. Galat. 4, p.
Fueron con el entendimiento rastreando, haciendo escala por t
causas segundas hasta llegar á la primera causa de las causas. Pt
3,1 1: Si yo no conociera á Dio=; por...., le viniera á rastrear y a
cer, viendo la inmensa grandeza destos cielos. Sons H. Mej.
Al modo que suele rastrearse por el tamaño de los efectos la gi
deza de las causas. J. Pin. Agr. 13,6: Del rastrear á Dios por
criaturas. Valderrama Ej. Fcr. 4 dom. 1 cuar.: Parece que los'i
guos olieron y rastrearon el misterio de la creación. J. Pm. i
56. arrestar.
219
iU del mcsmo Dios no esté bieii impresa para quien
t^usiere á la rastrear.
■i ft) el fondo del iigua con un rezón ú c;ibo.
:.-!-. Qa*j\ 2,40; O ya por los aires, óyaraslrean-
hairieudo U (ierra. D. Vega Expect.: El (oimino) de U
qi:c va raslreando por piedras. P. Veoa ps, C, u, /, d. 2:
"■ ^ ' > ^Ho del agu.i, de cotiüniio rastrean allá junio al lodo
- (K D. Ve()\ Astírjc: Como la culebra que v:i n»-
E»or entre peñas y riscos. León Ctimirto: Y en lo que andaba
ircan Jo en cl ^uclo. Raf. viudo: La Repulida comience / con
I niiircar (bailando).
«ilrc-o» posv. de rastre-ar, el vuelo rastrero, niedo qnc
:: hacer cola y la pieza que se une bien con otra.
., ■^..-:.'ea. algo otea, c 3S7.
Mtrc^-ado, acción de arrastrar tos pies. Esteba:i, 1 2:
de haber hecho un rastreado de cortesías, le dí la caria.
." -,í, bknhiiblúr 3: Que si no yo y la tiiulaJa /
, / que capona y r.islri'ada / son cuartos y iso-
lor. \. PtN. Agr. 4,^3: Que toda verd^id viva ca-
iras almas fcan glandes rastreadoras delia.
«tr-rro. Del perro t|iie nsitrea, y de lo que raslrea ó va
mío, fisia ó moralmcnte. L, Rui:d\ 2,3ó: Que anda hombre
Irero, y á mal y á bien no le he podido dar alcance.
, /i'. 3, tr. í, f. 8: No se atreve á co-^íí viíes y lasUrras.
W. tribuL 5: Los ignorantes y sensuales hombres, de bajos
imicnios,
Mi. -<>•,.». ..i. -ero. ViiLAROEx God.ecles. 1657: Cmbara-
loma en un rastroso estudio.
stfit en caU jergal cadena, grillos, faja; es el rastra agí-
II
Wlttiir. del antii^o arrastar que dio arrastrar y arreglar,
ámenle ai desmembrarse La signífícaciún, aun-
'^a irnislrar y andar ú coger con la mano.
.....ur en pg- ygallego y en antiguo castellano.
Tno, En el cambio de a en e debió infiuir el res-
ide £1 no salieron los x'crbos anliguos con a, pue&.
220
OrIO^N V VIDA DCt LOMlUAje
hubieran sonado ricsio, la riesta, el riesío, jamás rasto. Los derií
rastar conservan [a c y el vabr de coger d<l euskcri
rrasta. En el it. arrestare, prov. arestar, fr, arréter, pg.
Cid. tB5: Todos yscarcmos fuera, que nadi non raste. Id. 710: |
rastera por al. Id. 1685: Oydme caualleros, non rabiara por al.
Trans. Echar mano de uno, apresarlo, Mariana H. E.
Primero les cerca la casa para que no huyan y después les ar
la persona. LEóM/üíf 19: Mandó el rey aX duque de Norfólcia quef
arrestase.
Refiex. Arrojarse á una empresa ardua, por el gesto de apreb
las manos cerrando los puños y apretándose, como ciñcndose. Va
Bern. 17; Cuando el bravo león en rabia airosa /se arrestó dej
vez á remalalla. Maiíiama //. E. 19,4: Tan bullicioso cr-i y tan :
tado de su natural.
Arrestarse. (Lo que arrojarse á tomar pendencia con oQ
oíros), c. 518.
Arpest-o, posv, de arrest-ar, prisión y arrojo* Orden, i
1728, fül. 38: Si c5le considerase úlil el arresto de los contu
le damos autoridad para ello.
Ke»tap, del antiguo raslar, contaminado probablement)
íl erudito restar dd latín restare.
Intrans, quedar, Quij, 1,3: Para lo que restaba de hacer. l4
"27: Resta ahora decir que. Id. 1,40: Restaba que los criados dej
Luis se contentasen de. Id. 2,63: Pasaremos lo que resta de Ib i
canUndo. \jr.oHJob. 21,16: Que ú fenece antes, es miseria
<]uc resta después. Valderrama Ej. Fer. 3 dom.pas.: Solo Ici
entrar en la recámara donde dormía.
Trans. aprisionar. AtARC. Caev. Salam. 3: Pues guár
Don DÍego,/quc está restado, yosé 203: Quede el uno restado.
RcJJex. G. Alf. 2,1,7: Habiendo de restarme Unlo liempoi
rrado, tendría por mejor ganarlo en otra parle.
Re8l-o, posv. de rest-ar.
AnL prisión ó destierro, como arresto. Puent. Epit. D,Ja
\ A, c. 10; Aunque el resto les fuese alzado: llamaban resto al i
tamíento, destierro ó redusióo.
Lo que queda. Cast- S, Dom. 1,1,52: En esta demanda i
mayor parte de la noche, ocupando el resto en la onción.
56. rtsto^ rastrillo.
221
el ju«go lo que el juj^dor líene de dinero en la mesa para
y envidtr. Valderrama Conv. buen ladr.: Llegó un pobre á
baratOj cuando se había hecho un gran resto. Zamora Mon.
ptt. 7, 5. Andr.: Encarnizado, en el úKinio descarte, metido el
, cchidas carias. íí./r.: Vio que no jugaban como aguadores,
como arcedianos, porque lenia de resto cada uno más de cien
A resto abierto. (Jugar largo), c. 508. G. Alf^ 1,1,1; Y á resto
dar nueva materia de nuirmuración.
Echar el resto, hacer cuanto se puede, melaf. del juego, cuando
lodo el resto. CAceR, ps. 67; Haced cuanto pudicredes, echad
I». Id. ps. 73: Echó el resto de sn malicia. Pedro Urdcm. j. 2:
Ycslir i (odas, principalmente á Bélica^ se ha de echar el resto.
I. CU I: Pues ¡vive Dios! que pueden estas manos/echar á lodas
K lodo el resto. Echar ei resto, (Hacer ei último esfuerzo; lomóse
iDego de naipes), c. \A\. Echar el resto. (Por aventurarlo lodo,
lodo esfuerzo: edió el resto; cumplió largamente; hizo todo
r). c. 536.
Jugar á dos por dos, y resto abierto, c. 275.
K<rflt-n, posv. de rest-ar. Mend. O. Gran. 4: Pasó con la resta
ai campo á Klam. O. Atf. 2,2,Q: Donde acudiese por la resta. J.
- Agr, 10.0: Recibió parte de la paga luego, Parccióndole i
acc que bastaba lo enseñado para tal pago, pidió la resta.
RrMtA-nte, lo que resla. Qui/. 2,74: Si sobrare alguno....
bule sea suyo.
En-raNLr-iir, en Murcia hacer sartas de los capullos de que
la fedi, enhilindolos por un lado sin que penetre todo el casco
t3- '^1 concepto de coger, enredar es el etimológico dc
nn que vamos i ver en los siguientes vocablos.
Rastille» y rnslHllo. La segunda salió de la primera forma
I b r parásita de arrastrar, rastrar. En eiiskera suena arras-te-la,
ikique hace, arras-/í acción de orras-t arrastrar. Los romanistas
a d taL rasldlum, diminutivo de rastct, rastrum, de radera
B. En gallego es réstelo, y restelar, en Álava rcstellar es rastrillar
ÍM> A cáñamo. iL rastello, rastrcÜo, fr. nUcaii, pg. raslel(])o; en
■• tem de restera tierra de raslrojo, reslevar barbechar. Esto indi
iflie d r«5trojo y rastrar tienen el mismo origen. Esta coincidencia
222 Origen y vida del lenoumíc
de vocablos se resuelve en el origen de rad-ere ó amdata ]
arrastelu de arrast, ambos de arra. En la germania rastillo e
mano, rastill-ero ladrón, rastill-ado el robado. Rom. Germ.5:(.
tribuyen rastill-eros / para ayudar su camino, / hase empeñad
marca,/ anda de golpe y zumbido. Ei rastellum era para limpia
rastrojo y una azadilla para la tierra. En castellano rastillo ó rast
es lo que limpia el lino y el cáñamo, lo que limpia el grano e
era, de im palo con varios dientes cortos de madera y su astil lai
y la reja fuerte de la puerta en las plazas de armas, que se leí
taba por medio de cadenas para impedir la entrada, es decir i
arrestar ó hacer detener ó rastar, como rast-el es baranda que é
ne y rast-illo mano. Nada tiene todo esto que ver con rastrum
rastellum. Ovalle H. Chile 8,9: Tuvieron tiempo para echar el
trillo, que fué lo que salvó el fuerte. Quij. 2,71: No por castilk
cava honda, torres, rastrillos y puente levadiza. L. Grac. Crít.
Estuviera muy bien un rastrillo en cada oido, como en guarda. L
Alm. Toro 8,98: Alza el rastrillo, abrid luego la puerta.... Sí
rastrillo baja.
En náut. manga ó nasa en pesqueras de agua dulce de Muí
para coger pescado.
El rastrillo de higuera y el bielgo de piedra. (Contrapone
blando á lo duro y fuerte, para encarecer de cuan recia maden
de ser el bielj-o ó bieldo. El rastrillo importa poco que sea de mi
ra blanda.) c. lOó.
Itasl-illa, past-ülo, i*ast~el, peine para e! Uno ó I
(Tesar. 1671), y el último también baranda que detiene.
KasliUa-(lui*a, acción de limpiar con el rastilí-o.
Kestcllar, en Abva por rastrillar.
Rastillap, pastrillar, de rastillo, rastrillo. Es limpiar
lino ó cáñamo de la arista y estopa con el rastrillo ó tabla en ct
centro hay púas de hierio de un palmo, formando círculo. Ql
1 ,25: Estuviese elia rastrillando lino. Zamora Mon. mist. pte. 3, j
47, V. 3: Córtase, cuécese, agrámase, rastríllase. Laguna Dil^
2,94; Ei lino, después de muy cruelmente espadado, le rastrillan,
hilan, le tejen, j. Pin. i45*r. 27,35: Bien carmenada dejáis Ubi
quiero ver como rastilláis el lino. Id.: Le rastillan para sacar h loa
estopa. Valderrama £/. cofrad. discipL: Cuando con las rosehl
rascar.
¿ : i
»MORA Mctn. misf. pte 2. i 3, pte 2
1 D y punzones que la traspasan (al alma).
i; t: ;oi decir raslillíido de bs piias de
I,".:... ._ ,......^Liicndü su raslhíbdo, torcido y as-
ilen tn que.
Uño bien rastriUadt^f viene ó peto para ddgaáo. c, SI.
*' -adOi en Ocrm. al que k* arrebatan ó roban atgo,
\t . -:-.0.
RajéiriU-ada, eii Ai;:entiitr. huellos <ie hombres y nníma-
cí 1. 4iiipo; ^-cse aqtií ti \-^.qt ctunológico de rastro y rast-
^n^tllla-dura, rusti*¡llu-(]ut*a« :iccíü;i de limpiar con
ftaMlrill-nzo, fechar un...), en Honduras bailar una ó dos
11 .,- <- , .,-í j^^. Bilí en sus Discursos sobre el
ara, raslro, zarabanda y lárraga son
Rn.Hiill-t*ro, Oer;ii. cl que roba y huye, de rastill-oinano.
fta*«tr¡IÍ-r:ir. rn Vvncziicla por raslrill-ar.
Apfaí^caf, t-i n rascar, d cual nació de 61. Usase en Álava,
Navarra, Ara^jón. El alavés propende á la aféresis más que
con todo este verbo hace excepción, por conservar su
Rnscar. Suelen traerlo de un •rasicare» derivado arliíicial-
iKus raderc. Lo iiúsnio ^^ale en euskcra arrasfca, solo que
' " ' ■ TVLMijíflninKiiria hipótesis; prov. rasca,
n.
1: De l'ís cuales d mío con sus colnit*
i todo cl cuerpo del olto de cabo i calw. Q«ac,
' ■ — ■'• «arna !?n;;3mob •iicmprc incuciicr quien
V. C. di c: Yí> por no andar rascando
d dia. he querido c^pttlgarlr de una vei.
-. mist. pie. 3, Destierro: Los que adulan i
^>ul¿n fue el primero que se rascó en la cabe-
fifí fing.' Mordiéndose los labios y las uflas y rasc-indasc tas
' ^
224
OltlO£N Y ViDK UCL LtNUU\|e
sienes y la frente íormó d soneto. Atex. til: La barba poln
t ti rostro rascado.
Recipr, QuíJ. 2,12. Así como las dos besüas se juntahinj
dían á rascarse el uno s) otro.
Partic. mscado, en Honduras por el de genio arrabataüo.
Cada uno se rasca donde le come, (Que cada uno
que le importa), c. 227, 6 donde Uplca.
Descuidarse en el rascar, cuidatlo que se ha de lencr en no"
der U coyuntura. León Obr. poet t. 2. pl. 194: Doshzarillc
nunca / en rascar se descuidaron, / se echaron sobre tas pal
porque no faltasen granos.
No me vaya rascar ta cabeza; la oreja, c. 562.
Quien rasca, para si tira, c. 347.
Quién rasca? qaién hurga? (Es modo de preguntar qu¡<i
ne), c. 593,
Rascar los pies á una vieja, no hacer nada.
Rascarse donde le come; ráscase donde le come; ráscame \
de me come. (Que cada uno acude á lo que le importa, y ¿ 3U ¡
ció), c. 477.
Rascarse el bolsillo, pagar, gastar mucho á disgusto.
Rascar(se) la cabeza, ge&to de quien quiere recordar aIgo,e
cavara en ella buscando afgún !e?oro. Quij. i, 26: Paróse
Panza á rascar la cabeza, para traer á la memorta la carta. Id.
Rascándote la cabeza.
Rascar(se) ía faltriquera, sacar dinero de elía, y se
pelo arriba. Lie. Vidr,:Sz rasca la faltriquera. Gitan.: Ponien^
mano en la faltriquera, litzo señal de querer darla algo; habié
espulgado, sacudido y rascado muchas veces, al cabo sacó la i
vacia.
Rascarse pelo arriba, pagar á disgusto.
Tá me rascas donde me comía, c. 425.
Ya tiene que rascart censurando, amenazando, compadecí^
poi algún IrabajOj castigo, cuidado.
Yo rascada y vos querellada, c. 1 48.
Ita^ca-barri^a, arbusto de Cuba.
Ra9caM?:iba]lo8, el que los limpia. (Tesor. 1671).
Rasca^^atos. J. Pin. 4^. 13,2Q: Por euc Kihor cfinfl
56. ratear.
225
inclinaciones cual«á las de los gatos, que antes prenden en
que en las cebollas, me llamaron en el estudio el bachifler
Id. 3,11: ¡O romance nacido en Zocodober y traspuesto
de ra.s<agatos'
Kaatfa-liiio. línuela.
Lawf^a-mitfajas» en Aragón el descontentadizo y de difíctf
[>, que ic inquieta |xir lodo y que dá importancia á bagatelas.
Ijuioa-cnoño, aei>i^ izuarnecida de piedras para adorno
il del cabello.
lUattcn-rrnbin», enojadizo eti Honduras, Colombiar ele,
Bo cascarrabias.
KasCA-sobacos, J. Pin. Agr. 24,34: De ningún linaje de
me rio mis de veras, que de unos rascasobacos, que traen
oráculos divinos algunos errores con que se aseguran á si
para el cielo (los que alargan los pleitos so color de buscar
»).
. Raaca-tripas, mal tocador de guitarra ú otro instrumento
(nícída> de tn|>a.
RaKO-a. posv. de rasc-ar; las rascas en Ararán las raspas ó to
¡quedt del racimo prensado ó pisado. De aquí en Venezuela
bera, rascarse emborracharse; en Oalicla ciertas redes que los
nliTHx llaman cazonales.
Ra»c-o, posv. de rasc-ar.
Ttntr gana de rosto, de juego ó retozo.
Raacadura:arcTÓn de rascar
Htíscadura de carnes, rascadera de reaies, 6 gastamiento de
re- 477
Ratira-dop, instrximcnto de metal, marfil, para rascar raete-
-u jjuamecjda de piedras para el cabello.
l«.*^^-a-zóii, comezíSn que lleva á rascarse.
UaM|u-iii«», en Colombia comezón; dimcnutivo.
BaM|u4Ao, cii pesquería como rasc-a^ cierU red.
Raac^óo^ TTjr de codornices.
^""qu-vUi -■-■- 1: hierro para aímoha/ar á los caballos;
^, y ni I iOS cierta pie¿a de acero á modo de es*
• Lo mismo en Argentina, Venezuela, darle la rasqueta al ca-
bftlJo. Además rasquéis, hierros co» dos ú lr«s Hlos para
cubieilas y costados de la embarcación.
Rasqu«t-cap, limpiar con ra-squct-a una caballería.
Rasqu-tdo. Coíír. 335: ¿Qué me da más, quicio
quido?
So-t*i-asc-a(lo. Oviedo H. fnd. 50,20: Hicieron
sorrascadas en ía ceniza é rescoldo.
Rasj^np, variante de rascar, propia del castelUuio y
guís, por el distinto matiz en el significado.
Trans. QuiJ. 1,25: Rasgar las vestiduras. Id. 1,31: Antes]
gó (U carta). Cciest. X!V, p. 102: Señora no rasgues tu
meses tus cabellos (como rascar, que es su variante)., Persit
soy de parecer que rasguemos estos papeles.
Tocar la gnilarra arrastrando la mano, ío opuesto del ptj
QuEv. Visit.: Era de ver puntear á unos y rasgar á otros,
lod;ivia rasgar el giiilarrillo en Venezuela, ele.
Abrir luces, romper, etc. León JoÍj27,Z: El relampaguc
rasgar el trueno las nubes. D. Veoa Paráis. S. Ant.: Lo pí
mxz IraTa es dalle luz, rasga unas venlanas al oriente. A. Alv|
Quasim. 5, c: Y un pecho suyo abierto, rasgado con una !
Meta/. Qüij. 1,20: A mi me ha rasgado mis esperanzas.
Reflex. Quij. 2,26: Sin mirar si se rasgará ó nó el rico bid
id. 2,34: Viéndose asi y que el sayo verde te le rasgaba.
Abrirse. D. Veoa Paráis. Nom.Jes.: Haced que (tas nut
rasguen por medio.
Rass^r ¡as entrañas^ compadecerse. Caev. Salam.'. Va m^
á mi rasgadas ]<is en!rañas._
lta«^-ado« parlicip. de rasg-ar. Como adjetivo díc
abierlo :nuy «i U>ngítud, boca rasgada, ojos rasgados, ven
L. Grac. Cril. 2, 4: Tenía muchas claraboyas, balcones ra
ventanas palcntes, todo era luz y todo claridad. Diabto cof.
Cuya>i rejas rasgadas.
Metaf. de costumbres roías ó i lo menos poco escrupulosa
Rtif. áich.j. 2: Mas yo haré la penilencii / de tu rasada coocní
oia. G. Alf. 2,1,4: Era hombre rasgado. Qübv. Aíguacj De jmi
•adu y rasgada conciencia. Vai-üerrama EJ. Per, 5, ceniza Se a(
•mát^ de ver que en un hombre rasgado y criado entre gente
56. rasgar
121
Imiscbos desatnudos. J. Pis, Agr. IS.I4: Gente sin entendimien-
jra^s^da en cl pecar. Nótese. Persit. \,22\ Dividiendo (la flecha)
^re con un rasgado y tendido silbo (el aire es el rasgado propia-
c)-
[AccWn y efecto de rasgar. Quev. Tac. 15: Aguja y hilo para
un punteado en un rasgado. Zabal^ta Dia f. Comed.: Con lo
I de las uñaf, con ademan de locar rasgados en una guilairra,
I lo ra^goáft), rascando al tocar. QüiJ. 1,51: Tocar una guitarra
Insgido.
\Oios rasgados, grandes y que se descubren niuctio por la am-
Idc los párpados. T/a^/?^.; Los ojos negros, rasgados. Qusy.
20: Ojo? rasgados y verdes. Cabr. p.25l\ Los ojos han de ser
iidos, lo que I laman rasgados, claros y serenos. Quij. 2,\\: Y
Ide Dulcinea deben ser de verdes esmeraldas, rajados.
|KAS|pa(Ja-inenl«, sin miramientos ni reparo, metáfora del
r.que se hace con poco cuidado. J. Pin. Agr. 5>28: Calisienes,
filósofo, aunque intiiscrelo, reprendía muy raígadamente á
iré por el lilulo de Dios que tomaba p.ira sí.
■HK-4«, posv. de rasg-ar, efecto y acción de rasgar. García
Di un rasgo en el terliz de la bala (con cl cuchillo).
\Metaf. Todo acción viva y de golpe como rasgando, iiciichillan-
I wbre lodo a! escribir y pintar la línea ó trazo garboso. Valüe-
i)á\ Fi. Prot.: Cuida mucho de ios rasgos, de la forma y gaU.
' 72; Las puntadas por los rasgos. Hortens. Pan./. 314:
allá pasaje por rasgo pudiera ahora parecer borrón. Mu-
Caar. 1,1; tiitc» es haber delineado en un rasgo lodo el ser-
UíOM. Disc- /un, Cisntr. 5: En mt esposa compilieion toa
risEOs de la luz con los lucimientos de la luna. Cicnp,
1 3,7: Hacer de una vei y can un rasgo solo tan perfectas sus
L Grac. Critit. 3,1: De un rasgo firmó las do5 paces
9, «10 refreicar U pluma ni íomar tinta de nuevo. Jarquc
',Í8,I: D que solía h^iccr frente á millares de enemigos y lic-
úa rasgo ochocientas cabezas, ese vilmente se rindió á un
t ape^ílD.
I frailóles rasgos, galicismo, A grands traits; pues la concisión y
que quiere indicar no se hallan en rasgo, que mis bien
í abandanda y Urgueza en el rasguear garboso de la pluma; kSí-
228 Oriqen y vida del lenquAjc
frar y cifra es lo que se dijo en España, en cifra, en bosqucfo
rasguño.
A todo rasgo, en Argentina á toda fuerza, con violencia.
Rasgo de ojos, mirada. Torr. FU. mor. 20,2: Con solo un
go de ojos descuidado, queda el alma traspasada.
Rasgos de letra, Siouenz. Jeron. 2,4: Enmendaba los raí
mal echados de las letras. L. Grac, Crit. 3,4: Sin acertar á leer
labra, ni conocer letra, ni un rasgo, ni una tilde.
Rasgos de pincel, j arque Orad. 5, inv. 14,14: A cuyo lado
rasgos de pincel todas las llamas del fuego material.
Tiene rasgos, arranques áe imaginación y temperamento re
Ras^^n, el acto de rasgar y el pedazo. 7>. Arg. j. 4:
piernas señaladas, como que trae muchos rasgones de las espín
zarzas. Quev. Algaac: Asomo de camisa por cuello, manchas d(
caramuza y calados de rasgones.
Itasgru-ear, formar rasgos al escribir y rasgar la guita
M. León Obr. poet. t, 2, pl. 90: El barbero los siguió / rasgueaj
una guitarra.
Ras^Tuc^-ado, de rasgue-gar, el escrito de muchos tz%
Palaf. Ortogr. I: Ha de ser clara la letra, porque por muy l
gueada y airosa que sea, si no se puede leer, es opuesta al infcí
que es explicar el concepto.
Como rasgueo, sustantivo.
Ras^ue-o, posv. de rasgue-ar, su acción y efecto. Est. Ca
Esc. and. 281: Con mucho de rasgueo, lazos y ringorrangos.
Ras^u-illo, dimin. de rasg-o. Zamora. Mon. mistpie.
Expect.: Porque con un rasguillo que la añadáis.
Ras^-uñ-o, pasc-iiñ-o, derivados -uñ de rasg-o ó nac
Es como un araño ó rasgado menudo, el rascuño rascando y quife
do, el rasguño echando rasgos por encima ó rasgando un poco; p
como ambos verbos tienen un origen, ambos derivados tícnOl
mismo valor metafórico. Esteban 6: Si no hubiera descendinikd
de manos, rasguños de navajas y sopetones de machetes. P. Vea
ps, 4, disc. 2: El pintor, descontento de su yerro, le dio mil ruO
fios por encima, para amatarla del todo, y la cubrió con una col
de cielo y mil labores primorosas... Para amatar el borrón, edi
después dando tantos rascuños y rayas.
56. raspar.
229
Trasudase, como ra^o» á las lineas de la pintura^ y e$ el dibujo
I aj- nki ó tanteo, lo que hoy dicen bocelo; y dicese des-
n>ciib¡r bosquejando. Cacer. ps. 70: Haré un rasguño de
licia con el carbón que deja e) fuego con que atormentas los
ido&. O. Aif. prúí.: Muchas cosas hallarás de rasgufio y bos-
Quif. 2,32: Si nos la pintase, que á buen seguro qne aun-»
sea en rasguño y bosquejo. Siqu. S.Jeron. 6,3: Para estos fe
tiempos del Evangelio, de que aquello no era más que la frgtir
Id raacufto. Torr. FU. mor, 2,10: Era sombra y rasguño de la
Ras^cuñ'Ai*, rascuñ-ap, hacer rasguñ-o ó rascuñ-o.
Anhar. J. Pin Asr 4,21: Mesando su cabello y rasguñando su
Cabk. p. 430: Afeado con las salivas, rasguñado con las <
i. Lazar tr, í, p, 1 4; Rascuñado el pescuezo y la garganta. Herh
•. 5,26: Envuélvcnsc aquellas espinas en la lana, y rascuñan la
líAN. Simb. 2,20: Mandó... que sus camcs fuesen rasguña*!
cdemales agudos. Oviedo H. ¡nd, 43,2: Son mejores que^
\l ponies y cl esmeril para raspar e limpiar las espadas e ni
necuñan.
ejar. J.PiN. A^r, 5,39: Quiero rasguñar el cuento de Nar-i
■<. FU. mor. 24,6: Rasguñar y perfilar con sus pinceles!
■ves. I*. VcoA ps. í, V. 5, rf. 3: Solo llega el carbón 1
:as sombras, las cejas, los pelos, León. Job. 10, 7: La que
.r que pinta, no en lo que rasguña, sino en lo que figura. Za-
Mon. mist. pie. 7, San Pedro: Si los consideramos i cn-
juDlos, quien rasguñará siquiera los encomios de aqueJlos
I. Id. pt€. 2. i. 3, pie. 3, Simb. I : Y cuando quiero tomar
para rasguñar siquiera lo que siento. A. Auv, Silv. Manda'
% t: Primero procura sacarle en tosco y rasguñarle de carbón.
r. i'k-illo, i*a.*4fiifi-ÍlJo« dinitn. de rasguñ-o. Sefvag,
^..^ de barato este relativo ó rascuñíllo de veinte y cinco
e tengo de oreja á oreja.
HaftpAr. Trienio del anU al. raspón arrebatar, que según
lunbién di6 arrapar. ¿Cómo de un raspón salieron raspar y
? Y ¿cómo de Is idea de arrebatar pudo deriv'arse la de ras*
?Pcro e] mocosueiu raspan y raspar... Es d euskaro arrasisa;
Qipttc, prov. raspa, ir. rAper.
S^
230 Orioen y vida dh.
Es raer ligeramente en la superficie. Fiouer. Plaz. d. 7: Y otras
instrumentos... con que atienden á raer, alegrar, raspar, levantar.
Hurlar. Esteban. 6: Raspar á río revuelto.
Picar y beber, vinos. Lope. Hist Tobías III, 273; Dulce, aro- \
mático vino, / sin que éste os aceda y raspe. Esteban 2: Que es gran
cosa comer de mogollón y raspar á lo morlaco.
Itavpa-hílar, ir muy de prisa el animal por lo flaco, de •
raspa é hilar, yuez div.: Sale por esa puente toledana raspahilando,
á pesar de las malas mañas de la arena. Q. Benav. 1,51: Vengir
rabo entre piernas, raspahílando.
Raspa-iyón y aun paspa-jilón, rasguño en Salamancí»
de raspa y lijar.
Kaspa-leng^ua, arbusto de Cuba, cassearia hirsuta.
Rasp-a, posv. de rasp-ar. Es el nombre de varías cosas que 6
raspan ó parecen raspar; la pajita que cerca el grano y forma li
espiga y tiene dfentecillos que arañan como lima; el conjunto de
espinas en los pescados; el escobajo de la uva; el zurrón en alguaoB
frutos. Oviedo H. Ind. 42,6: A manera de listas ó raspas de trigo.
ViLLAv. Mosqa. 10,73: La espina raspa por su lanza enristra.
En Amer. reprimenda.
En Qerm. trampa de fullero en los naipes, raspando algo pam-
conocer una carta; lo mismo vale raspad-illo.
Raspa-dupa, acción ó efecto del raspa-r. Herr. Agr, 4,34:
Dice Plinio que crece mucho, si se le echan al pié raspaduras de la-
drillos ó heces de vino.
Rasp-i*, posv. de rasp-ar.
Como raspas de pescado, del muy delgado.
Echar raspas, estar furioso, picante y mordaz como las raspas.
ToRR. FU. mor. 7,13: Echa raspas de su furia á todas partes.
Ir á la raspa, á hurtar, esto es á raspar.
Sacar raspa, provecho de algo, raspando como quien dice
Ser un raspa, un cuco, que de todo saca raja ó raspa.
Tender la raspa, echarse á dormir, por el espinazo, cvai st
fuera raspa. Diablo coj. tr. 6: Tendamos la raspa en este pradíUo.
QvEv.jac. 7: Tendí raspa en el mesón.
Rasp-ad-illo. Pedro Urd. t: El raspadilto y holltn/jugaba
por excelencia. Rinc. Cort: El raspadillo, berruguefa y el colmillo.
56. rfspido, rasmear.
231
Borcs r|tie consistían rn sefmlar Iqs naipes pava disijnguirlos
ya raspándalof sutiFmíiUe en determinadcis sitios, según las
.iprcüindo sohre !a ha? de tales ó cuales de ellos la cabeza
. 71 , de modo que por el envés la señal semejaba una verru-
ó bim pulimcntindolos exíremadanienle aquí ó allá, opera-
de ordinario se hacía con un colmillo de cerdo, de donde
' " . (RoDftioUEZ Marín). £síe£fíí/f. I : Señalando
■ cari.' para quínolas y primera, dánJolcí. el raspa-
flo por b cañera.
Ktnw|»-AJo. en Segorbe escobajo de uva, rampajo.
laM|»a-iile. ZABxterA D!a / 1,13: Lo atufado de la mos-
y lo raspante de la pimienla.
xiaMpa-dop y ruspa-d«?pa, lo que raspa.
»T* .1 -^p-ón, en Honduras la desolladura de la piel por choque;
-. partes de América reconvención áspera; en oirás som-
PO de paja.
De raspón, de refilón.
Rftsp-ctH^n (de), en Argentina de refilón.
RnKpatoria. üsíeban. 2: Yo Nevaba... la comida de raspa-
I á casa de mí amo (ajena, del hurtar).
Cnftpt-iir{(iHi» en Anda!, como arií-negro,
Ra»i|»-**ar, correr con Asperc/a y dificultad la pluma y despe-
is de tinta por tener un pelo ó raspa>
praí«|»-aclo. sin rosp-a. Herr. Agr. 1 3: Hay (trigo)
30.
Rispo, como rispido, áspero^ con i por rasp-o, como ring:o-
9, rifi-nfe y rifar de rafar. Cahramza Catee. 6: Haríais la bestia
rispa y desaprovechada para vuestr* servicio.
I Rtep-ido, de rísp-o influido por hispidus. sardo raspidu, fr.
.la^KMis, de rasp-ar. J. Pín. Agr. 5,5: Es tan rispida como yo,
bno». menospreciadora de todos. Id. 14,5: A un mancebo
Irfsn: 1., .-.1110 Aquiles. Id. prol.: Un viejo rispido y desenvuelto...
B -i veces, como cebolla, venciéndole su rfspida con-
Rji»-nie-ar, de me suave en euskera j arraz. Es en Aragón
y cascar Iteeramenle al tacto oon «u aspereza, y rascar suave-
r, como la pluma al escribir.
^asm-la, en Aragón brío, determinación, de rompe y n
posv. de rasme-ar.
flasmea-dupa, aspereza al tacto.
!Rasnie-azo, en Aragón aspereza al tacto.
ii. artt ardí.
233
ARI
S7- Dativo de tercer K^ado, y por consiguiente universal, hemos
T ari A aquel, i él, gÍzon-ari al hombre. Solo diíieie de ara
U / indigitinicqucseñal.1 un individuo^ en ambos la a indica
y la r movimiento en el gesto, en la mirada, en ia dirección
ó momt. Diciendo eíche-ora se indica dirección i la casa,
ido ' ihiición, para la c^sa. Idca>% parecidísimas, y
lo<k- --- ^- - - eii el hal>la por la i, y en el geslo por eí dedo
que se señala individualniente. Si ara vale allá, tender i, arl
ocuparse en, esto es, á ello, ori da se ocupa, iokoan ari
iatrta zaiena lo que les sucede ú los que se dan a\ jue^o,
ocuporse, estar i ello, ari izatcn da se ocupa en: ari'izcn,
y ari-ht &on el presente^ futuro y pasado, arían-arian á fuerza
datv i. ari'Z-ari-z en hacicntlo, añ-ka^ aríkatu andar ocu-
También molivo, iamtorrea-ariaz ;i causa de ese hombre.
imperativo: etorri ari ven, es decir, .1 ctlo. Vale intención, es
T, el i que se mira, i elJo, ari-gaiztokO'gUonen^atiik
■ de los hombres de niaU intención. Ari-arian
;j de, para. í:n aria cmon dar ánimo, equivale á
lótt, tendencia. Suftjado^ eJ que se ucupa en, ú lo que versa
ác di. ' 'bailador, err-ari pan de asar, para el asar. Es
oaisino ar, \q en gizon-arL > que a-ri dativo de a el, á ¿I y
ari ocupane en. El que se ocupa en algo, el que está á clEo, na*
234 Orioen y vida dcl lenquaje
turalmente se expresará añadiendo á la materia de la ocupación d
ari. El plañidor, que se ocupa en, y se da á plañir, dícese erost-arí,
el confundidor nast-ari, el paseador abilt-ari, el golpeador mafdi-
ari, es decir, c! que anda á palos, á la makila ó garrote, iokal-arf
enredador, arnk-ari apedreado^ lotz-ari avergoazador, esk-ari pe-
didor, giir-ari deseador, goz-arÍ desayuno, lo para la mañana, bazk-
ari comida, ern-ari fecundidad, paridera, bir-ari vuelta, enviadora,
err-ari cocimiento, ati-ari atrio, lo que introduce ó lleva á la puerta,
ai-ari quejumbroso, que anda diciendo ai! ai! Nótese que ari no es
exclusivo de las personas, pues significando estar á, lo dado á, lo
para, puede aplicarse igualmente á las co^s.
La oveja se llamó ar-di, la de mucho ar, por cl mucho ar. Pero
ar suena con r suave, por manera que es aquí la extención ó espa-
cio. Y pues todos sabemos que la oveja sirvió al hombre por su
lana, fuerza es decir que á la lana se le dijo con el nombre de exten-
sión ó espacio ar. Y de hecho ar-i, lo de ar, es el hilo, sin duda la
lana de la cual se hizo el primer hilo, y éste no pudo llamarse asi,
si no es por extenderse. Confírmase con ar-A'i, otro nombre de la-
oveja, que vale hacedora de ar. Y no menos con la voz ar-di, que
además de oveja, vale pulga, por su brinco espacioso, admirable
para la menudencia de este bicho. Además, si ara-gi son las camcs
y el cuerpo, en cuanto que extienden, hacen extensión ó cuerpo
ar-di es también el nombre de la cerda, ó ardi-tch, muy ar-di, y h
cerda es la corpulenta y la que hace y echa carnes.
Ardi-tchikia beti bildots oveja pequeña, siempre cordero, ard^
antzu oveja manera ó estéril, seca de leche, ardi-di rebaño, ó ardh
saldo, art-alde, donde ar-t vale donde hay ar ó extensión, ardi-iigl
ó art-egi redil de ovejas, art-zai, art-zain pastor de ovejas, y la ost
mayor, ó artzaia-makoareki el pastor con su cayado, artzai-makoa
el grupo de estrellas de los tres reyes, el cayado artzai-makUa, d
zagal arfzai-mutií, el pastoreo arizain-go, artzai-go, artzaia-tatf
pastorear artzain-katu, perro de pastor artzain-ora, artzain-tzakaff
su zurrón artzai-sare, su silbo artzai-tchizta. El lucero matutino-
art-izar se refiere á la misma leyenda de la constelación de la osi,
ó bocina, estrella de la oveja; la oveja vieja art-zar, su carne artzar-
ki, como la carne de oveja ardi-ki.
De ar-ki oveja, ark-azte oveja joven, de az-te comienzo, «r*-*
>/. un, arui.
2¿:i
la oveía, -era tejidcncia, como -ara, ó ark-am, encelarse
ó ark-al-tu, ark-al-da, de til poder^ excremento de oveJH
rotz, el cordero nmmiJn ark-ame.
oveja se dijera por la lana, se comprueba cun e! nom-
ttsOf ard-Qtz, que propiamente suena dedo de ardi, del
>cgO por su parecido y acción de voílear se dijo litiiibíén
dc\ eje, del palo largo de las mcdas, del lomillo <S Iniso
del la^r, del molino, ele. La h;nada es ardatza-da m
ardaz-gile, hilar ardaz-katu.
lilo, primitivamenle la lana, díjose ar-i lo propio de ar, del
, extenderse de la manera dicha, en linean derechankenlc. üi
el hilo arí-útdi, ari-besaka, ari-biro, ari-izpi, ari-zuntz.
€Z iraski ni hilo ni (rama^ ni fú ni fá, aria galda perder el
U conversación, arí-€zíun hebra del orillo de lana, ari-iraski
Ht, e* decir, ari ó lo que se extiende é iraski la Irania que se
al ari, ari-iztirra hilo encrespado. El ovillo es ari-bit 6
tovilbr artiga, an'i'ffata, ovitlo lambién oril-go. arit-ko,
den aril-iaki, arii-kai, arií-kart, devanando arU-ketan, des-
f enhíXiT ari-ztata, ás ari-z &\ hilo, por d lado mejor,
í, arí-kata hiccr hilo, deshilacharse.
¡tiSonis del hito son el pelaje ó raza de uno, su humor ó g'enio,
que mana en hilo: ari-uneko de buena raza ó linaje, ó
undicionado, ztr onki eramoikn dei aria-bere-artean qué
n con sitó genios y humores, art-baíekoak dirá biak los
igual condición; ari-o humor, talante, lo del genio y
hilo ari es aquello de quien es propio el extenderle lineal-
. Q mismo nombre tomó el camero que por su naturnl lira á
i lanzarse y á topar. Es el dechado y espejo del concepto
de ver de ta voz ari á él, i ello, derechamente, por
^le tendenda é hilo, ir al hilo, derechamente. Carne de
ari-kit camerazo ari-ko, morueco ari-lo, ambos aumenU'^
jr orhko lo del arl^ el cordero.
ipTo díjosc ari-tt lo dd ari 6 carnero ó lanzarse dcrecha-
oría-arin^ri corredor, a rin-du á arí/i-íu aligerar, aliviar,
■ prontamenlc, arin-ktri mala ligereza, arin-tosun hgeieza
*rin-ki Itgeramcnic.
236 Orioen V VIDA del lenguaje
58. El instrumento llamado ariete para batir los muros en <
latín ari-es -etis carnero, cuya raíz ari solo existe en d euska
donde significa el carnero. Otros sufijos derivativos llevan en I
ery-tis cordero, er-as, ery-s cordero, prus. er-istian, skt ara ove
Este es femenino por la -H larga, así como por la -n derivativa
son ar-na, fem. latino de arÍ-eSf ap-v-sc corderos. La lana dfjose n
turalmente como un derivado, en skt. ür-na de ur-a oveja, asf coa
ura-bhras y ura~nas el carnero ó el que lleva lana. En gr. ¿(m
£p-!ov lana, i^iv-n^, epeoü^ lanudo, ap-v-eto; camero, el de la lu
■xoi.ú-ppii¡v rico en corderos, p^v-tí=(3pv-a-x-íí; tusón ó piel de co
dero; en esl. y-ari-na lana, es un derivado intacto de ari con -ñ
pues la y- es adventicia. En lit. eréna, forma paralela, es la carne d
cordero, el cual es eras. En griego ept-tpo? cabrito, con el sufijo ^
de animales, irl. heirpp, umbrio eri-eta, como aries, ariet-is el a
ñero. El ant. al. ram vale «unverschnittner>, hamal «verschniHdi
Schafbock», de hamal trasquilar, como en fr. moaton, lat. mutík
El pastoreo de ganado lanar fué el más primitivo de la rxa,
de mayor importancia aún que el del ganado vacuno. Los Sactt
que con los Escitas, representan la cultura primitiva de ella, en
llamados por los antiguos ¡ty¡Xo-vo|ioE, pastores de ovejas: iLYiXoMp
t£ lóxaí, 7£vs:{¡ Sxúfiat (Choerilus en Estrab. 7, p. 303). Entre k
iranios es muy rica la terminología de este ganado (Tomaschi
Céntralas. Stud. 2,33); y el comercio de lanas era el principal e
el Ponto (Id. Kritik. d. ültesten Nachrichten d. skyth. Nm
dens 1,14).
No se sabe si la oveja es originaria de Europa; pero parece qo
sí. La oveja salvaje vivía en nuestras regiones en la época del Mam
(A. O rro Zur. Gesch. uns. áltesten Haustiere p. 65). Hállase e
la fauna de los palafitos de Suiza y en las estaciones conocidas d
Suecia y Dinamarca del fin de la época neolítica, y en los sepulcrc
de Micenas. Varias regiones tomaron su nombre del cordero: k
Caeracatesde la Galia, irl. caerá, caerach oveja; la Dalmatia,De
matia, Delminiam, albanés detme, deVe oveja; los Faroer á
Norte, norso faer.
Hay más; no solo la riqueza fué la ganadería, sino que espeda
mente lo fué la del ganado lanar y éste parece ser el primero <li
los I-E domesticaron y pastorearon. Efectivamente, el faer nors
58. aries.
237
tfar^ dznésfaar, que significan h oveja, vienen de */éhiz, y es
rus pécaris gnmáo, de donde pecaniOf por la oveja que :
itó en la moneda como símbolo de haber servido antes par
I CfMnpras y ventas y de haber sido fa primiliva riqueza. En rííc
I b misma raíz xixo; y r'vxoc tusón y lana no 1rabajada« de donde
^tíilAT y peinar, pee-ten, de donde peine, /sec-íocardar, peinar,
en griego, ó s¿í-u> y z£'.xm, tít, peszti quitar (a lana á ta ,
como cfj csl. ruao vellón, ruvaíi esquilar, quíLar. Ahora bicnl
r y peatiks bestias» son términos que despuís se generalizaron
ppainenlf son las ovejaíu Así el término general del ganado,
I áe aquellos anliquísimos tiempos, antes de nacer la labranza,
: predsanienle, skt pa^u, zend. pufu, goáofaiftUf ant. prus.
lal. peoi y peru-s pecmíes. En curdo pez, 3Ígan, psa, oseía
i tj oveja concretamente, y este paií del Irán conserva el pasto-
rimitivo. La raíjt de estos vocablos significa sujetar, domeñar,
licar, por haber sido el primer animal domesticado y cultivadOaj
vt paagú pe-pig^.
; españoles preromanos Inbraban telas y vestidos de lana y ex-
■Q en rama grandes cantidades de esta. Aun en el s. I. son
i los paños de .Mcacer do Sal y los finísimos lienzos tarraco-
saelabíUnos, asombro de Romi desde qwe dos siglos antes
^podido contemplar Jos blancos albornoces de tos soldados ibe-
! Aníbal. Las lanas andaluzas fueron famosas, distinguiéndose,
de U blanca y ne^ra, la trythrea rubia 6 dorada, la ferrugi-
' ó morada y la /asea ó baetica, parda (|. Costa). <Tu, cuyo
Qo era mis hermoso que el vellón de los rebaños del Betis»,
: Wurcial (I. V. ep. 35, Xí!, t>5. XiV, 133; Vihoil. Eneid. 9.5S1).
mef'inOf de la lana más fina española, que ha pasado al
europeo, cifra el valer de las lanas de nuestra península.
como diminutivo de mer-ar, nier^a, maii?ar, afinar, cs-mer-
porque, como insinúa Costa, debieron los iberos obtenerla y
irla por medio \let cm^Amiento (p XV). Nu pocos naturahslas
ran el musmón, masmo, como e) tipo originarlo de la oveJA
|CMopci: sa vellón tiene más del pelo de la cabra que de la lana de
l'Síf'i, V es acaso el mismo con que los celtíberos tejian sus tiini-
y peludas, •semejantes á los pelos de cabra», como dice
[ ^^fi«ii>fú (U 5, c 33, § 2). De aquí la conseja, admitida como hecba J
'238 OrIOCN V VIDA del LENOUí
positivo por S. Isidoro, de que se originó del cruce del carnen
la cabra (Etym. 12,1,61). Sabido es que el musmón era origina
de Europa, existía en España y Córcega (Plin. 8,75,2), y aún di
en Córcega, Cerdeña, y Bory de Saint-Vicent dice que los hay
varios punto de la parte meridional de España (Pérez Arcas, Zooi
1883, p.238).
La ardilla se llamó en latín sciürus (Varrón), tomado de axíooi
(Opiano Cineg. 2,586), de cuyos versos se saca que los antigt
veían en este animalito sobre todo la cola (oüpá) con la cual se ht
sombra (ox^á) en las ardorosas horas del estío sirviéndole de qid
sol y de cueva. Pero es el caso que esta etimología popular no di
con la etimología que hallamos en el ant. al. sc§ri ligero. Tampo
tiene que ver con el roble eiche su nombre en ant al. eihhorn, af
ácweorna, norso ikorne (eik roble), al. Eichhorn, ni con horn cm
no. Parece diminutivo de un adjetivo *aíkva, *ikva con el signi
cado de ligero, bullidor, skt. gj bullirse, raíz que hemos visto ded
rada ya (1,41); aunque otros opinen de otra manera (R. MuchZ
deutsches Altert. 42,166; H. Palander Die ahd. Tiernamen 66)
En eslavo se llama veverica, prus. weware, lit. wowere, dcriv
dos, al parecer, del nombre del viverra hurón (Plinio), irl./»nq
ardilla, címr. gwywer, bret. gwiber de *vever.
59. Apiet-ar, del batir con ariet-e. J. Pin. Mon. ectes. I
22,3: Procurando los romanos arietar el muro cabe la torre Anl
nia. Id. 11,23,2, como neutro.
Aribar, en Aragón aspar en el aribe, ó de ari-bata recog
el hilo, batu]\miRT, recoger.
Aribe, especie de torno pequeño para hacer madejas, t
puede venir más que de ari hilo y -be debajo, dentro, del meter i
madeja, ó es posverbal de arib-ar.
Arib-o, posv. de arib-ar, aspa en Aragón.
Arib-ol, en Aragón aspa.
Arl-jOy los labradores llaman así la tierra delgada y faxñ <
-cultivar. Es adjetivo diminutivo -Jo de ari hilo, como quien di
ahilada, delgada.
AH-ja, desperdicio de la harina en el molino, de que
hacen tortas para cerdos. Vcneo. Agón. 3,16: A los molineros po
59. arditef ardiíIOf ardid.
23Q
lie cuantos vece» entremetieron arija, para suplir la falla que
hicieran en la lurína.
>mo ATÍ-jo, d« fifi delgado, muy menudo.
I Afijóte. Hn* 1 477: El mundo es texido de malos arigotes;
trík-ú con cl -ote despectivo, el desecho, como lo es arika del
»r el lino.
¡ AHvHp, arrejacar é dar una reja para matar las raíces de las
hicrtTas y cut>rir el pan. Pudiera venir de areka surco, zanja,
a; pero me parece más probable venga de ari-ka, en el scn-
\ de hacer bilo> pues en la Qertn. y cald arica es la araña y asti*
[de modo que se debió de decir del arañar la tierra dando una
r tomeía.
AH-ca. En la Germ. araña, astilla.
Arlofl-la, parte, de arica-r por rtrañar, sin duda det hurlar.
Aricv-aüa. O. Qal\n Surco arr.: Ni que rompas y fines y
I / y le des arica bien temprana,
AH-u5a. CoRR. 20Q: Ni antruejo sin luna, ni feria sin pula
para «in arluña. (ArtLiña llaman á !a oveja horra que parió y se
> d cordero). De ardí oveja.
I Ardite, «pdití». Moneda de cobre del siglo XVI, orígina-
,it ptrrcrr, de N'a\'arra, donde también la hubo de plata. También
abo en Oítilla y Cataluña. Corí. Segov. 1532: Y aun Iiay otro
avtniente de las dichas tarjas y en los cuartos y ardites viejos.
I de llevar en el cuño una oveja, en señal de riqueza, como
I de pccu, pues viene del ardí oveja, -te donde hay mucho de,
> tíur-te nevada, ogi-te año de panes. En el mediodía de Fran-
Ulardi rra una moneda de plata.
VíDoá tignificar una cosa de poco valor. Quij. 1,23: Y no se le
i|ior hallar otra aventura... un ardite. Id. 1,34; Sin defraudaros
IM vdilc. Id. 3,22: No importan un ardite al entendimiento ni i
la. Id. 2,69: No bis estimaba en dos ardiles.
l¡-ia, en Venezuela y Colombia la ardilla, en euskera d
) dofU 6 dáneU an ardite, no importarle.
Ihtemeda itn ardite, un aifiíer, an ctoil. un cornado, tm co-
. aaa arv^, una blanca. (Por nonada: no ^ me da una cas-
240
OrIOEN V VIOA OtL
Ai*<llllii, es un diminutivo de ardí, arda y dfjose del roo
y espaciarse mucho, como la pulga y el carnero al topar. De d{
formó, como dice KorLíng, arda animalejo como una rata ó (d
y se rebulle iiiuclio y es muy lijera.
Meta/, del vivo y bullidor, ser ana ardilla, ser más UJero t
ana ardilla.
AihI», lo misnio queard-illa su diminutivo, Ovieoo //.
42,12: E de las zorrillas que íiieden é ardas é oíros. Ovaixc|
Chile, f. 53: No así las ardas, que no sé que se hallen en otra ¡
que en los primeros valles de Chile. Celest. 1. p. 12: De lexon,{
arda, de herizo.
Lo que se quiere íaarda, monte espeso y mala guardo, c ij
Lo que quiere la arda, piñones mondados y cerca el
c. 200-
Ai*<lo* Lope Amigo por f nena 2: Viendo el gamo, d ríe
el pardo, / de que eslá cubierto el monle / más que el fértil i
y ardo,
Afflido, arilifl, atrevido, que se lanza, valiente, y
parle ingenioso, que entiende dt: aniides y medios. KÜrting i
it ardilo, ardíre, que tiene d primer sentido, fr. hardir, en*hardJrJ
germánica hartyan reforzar, endurecer. Ni la I lo permite, ni el sl¿^
ficado, EsJe es doble, el de arrojado y el de ingenioso, y se explij
por e) ardí pulga, que se lanza, etc., de donde salió el verbo
y cuyo participio es ardi-do, de donde ardid. Hál lase ardido cni
Juzgo, en el Cid ardida lan^a, en Sanlillana, etc. Compirense|
gascón arto ó ardo=leigne, arUsón. prov. y cal. arda, for. arla, i
fr. arte: claramente del ardi, como arda y ardilla. En Honduras 1
-arda es trampa para coger lagartos, lleva en el sufijo -at ■
gall-ardo, bast-ardo, huh-arda, ele, la idea etimológica Ci ..: - .
medios; bilí es coger en euskera. Cid. 79: Martin AnloIíneZr
ardida lan^a. A. Alv. Sih. Conc. ¡O c: Los ladrones li
andan de camarada. Selvag. 262: Son todos muy vivos, 'i,¿-„
y ardidos. J, Pin. Agr. 4,Q; Es tan ardid la hernuna goIonJ
cuanto á este menester. MejIa H. imper. V. Aug.f, /7.'St comoj
valiente, fuera sabio y ardid... pudiera poner en grande j
Octavíano. Amadis 4,36: No había allf ninguno tan ardid y i
zado, que mucho temor no hubiese. Alex, 6: Que íué franc e i
59. ardid.
241
Id. 66: Quien es franc e ardido á esse tienen por cortes, j. Pin, Agr.
\^27a Muy ardid es la avaricia.
En Mondnras ardido por irritadOi enojado.
Mari-ardida hace hija tufUda, cuando la mAdrc es vivaracha y
ÍJBdoni, ta hija 5e está mano sobre mano.
\r^Íil, maña, ingenio, valor, de ardido. QaiJ. 2,21: Usar de
fes y cslratajcraas para vencer al enemigo. Id. 2,56; Usemos
ardid y mafta.
lEn Colombia ardil, y lo mismo en B. Ciud. R. Epist. 86, p.
r Con tíAo cobró ardil é metió preso á Juan Pérez de Guirnián.
)ue cstt obra no es más que del s. XVM, muestra que se dijo
y pisó i América, como pronuncian miichos Madril y los
ítivos en -il por -ir.
Ardid es de caballeros, Cevallos para vencellos. (Es blasón de
, de Cevallos en la* mononas. Añadieron ímulos: No es ardid
)UÍQsdaI)(0, Cevallos para nialallos; quitado el no, será bien: ardtd
lalgo Cehallos para matallos). c. 30.
^ukucs de guerra. (Ardides son de guerra por las mañas y cn-
pquc se usan con los enemigos, y por las trazas de los que
por avenlaiarse). c. 509.
^rditl-c*x«, del ardíd-o, valentía, y ardid. Cron. Gen. r. 1Q6:
DO que con Un tuen^ paz se podríe perder su ardideza.
r. Á(f. ],0: Para las ardidezas que debe usar contra ellos.
Ardi-inivnto, valor, de ardi-d. Cid. 549: Non lo saben los
i eí ardimenl que an. Qaij- 1,19: AduiiraUo del ardimienlo de
ksAúr. Por acto de arde*r cst.i derivado de este verbo,
Arilld-uMU, ingenioso, de ardid, valiente. P/c./us/. Prot.',
ardidosos de Justina. Jaureo. Fars. 2,3: Ardidoso y
i gentes mueve. Bibi. Qallard. "í,?? I : Dar por rccebir,
/ ardidosa treta es. En Colombia ardil-oso^ de ardil
^'■■'-íñ-ap, en caló jerg. ensalzar, diminutivo /j? de ard-a,
. ;icar, saltar, cic.
Ardlñarap, en caló ierg. nacer, ardiñipen nacimiento,
ArdlA-al, del ard-iñ; vivo. J. Pin. Agr. 21,4: Si los coléricos
tvm coléHcos y lo llevan adeíanic, podní llegar á crecer su ar-
i<M|i)exlón hasta ser genle insufrible. Id. 1 5, 1 7: Baco se tornó
ipor ser animal ardiñal y lujurioso como el vino. Id. Moa.
ecles. 26,2,2: Fué puesto fuego á las barcas llenas de btt i
ardiñales.
-«pdoj -apfle. Dicen que de origen germánico, príi
nombres propios, como Regín-hart, Adal-hart, después en e
alto alemán en apelativos. Esta etimología es como la de ar<
quieren sea ei germánico hartyan endurecer, hacer recio 3
porque á alguna parle había que agarrarse, no contandc
euskera. El que acepte la segunda podrá aceptar !a primera.
-arda es en Honduras trampa, ingenio, medio para coger, y i
coger en euskera y -ardo, -arde es lo mismo que ardid,
trampa para, lo probable es que -ardo, -arde tengan el mismo
tanto más que apenas se halla sino con temas euskéricoi
-ardo, cob-arde, gall-ardo, tab-ardo; mosc-ard-ón, buh-arda, b
illa, gab-ard-ina.
60. La araña, de ara-nea, arcí-neas, díjose del hilar
Tomólo el latín del griego ápá/-v>), ápáy-vri-i;, ctpdxv-rov telai
hilar y torcer en persa es rach-tan, rich-tan, ris-tan, risf-,
donde réchah hilo torcido, rak hilo, rich~tah, ris-mün hilo,
arech, arach cadena de íegido, ras, rasan, rasi-man cuerda,
curdo es resane, en arm. arasan. En curdo rlch es la lana.
rag-ana y ra^-ni cuerda, r/p estirar, rich-ta estirado; lit. rich
como en laf. res-tis cuerda. La raiz se ve que es aríka, el
cadena de tejido: es el ari-ka hacer hilo, andar al ari 6 hilo
Asi se explican «px-áw] t¿ pá|i|ia, (ü x6v ar^iiova ¿pccccazXói
}t:a^ó\xzvm, que ha perdido la -/- de arika, y su doblete aptj^
ha perdido la -a ante el sufijo -n, el cual ha aspirado la x. L
íjXaxóTT) se explica por la variante de Hesiquio í¡Xexd-Ti| y r <
elika-te, alika~te, arika-te.
- De la fábula de Aragne escribe Laguna {Diosc. 2,56): h
linaje de las arañas, de la soberbia y ambición de una mu
llamada Arachne: la cual como quisiese competir con Minen
arte del hilar y tejer y á la fin fuese della vencida (porque c
un poco de humo todo cuanto piensan saber los hombres, e
paración de la divina sapiencia), ordenaron por su gnmde
miento y poco respeto los dioses que trasformada en un anín
sucio y guardando su propio nombre, hilase y tejiese mientni
61. araña.
243
indo y ansi hila como vemos toda la vida, y cuanto teje en un
cuttadiUa viene después un barrendero con una escoba y se ío
iraU en un credo. Esta fábula no es más que la declaración de
lologta de araña.
\\. Araüa, de aranea de oí^'pfi. Ovalu H. Chiíe f. 8:
>1CBr5C entre las hierbas, sin temor de que le pique una araña.
[P«t de mar. Huerta Pítn. 0,49: También es animal peslífero la
I, dañosa por la punía de una espina que tiene en el lomo.
Red pira pJjaros. Valles. Cetrer. 6: De los azores pollos unotj
lonudos con el arafta y red, á Jos cuales llaman zahareños ara-'
y de la red.
Meta/, El vividor y aprovechado; la mujer chica y jorobada de
1 s« dice: Va i Hovcr, que andan las arañas por el suelo; el co-j
que ahorra: y la lámpara de brazos, por su parecido.
En caüd jerg. cartera, portamonedas, araña blanca cartera sin
F, servir una araña hirríar una cartera.
\ ia araña hartó la rueca el diablo, porque saque ta tela del
Andar en zanras de araña, el que se vale de rodeos rehuyendo j
I cargo ó difvcultad, como estira las zancaa h araña antes de correr
mosca.
Araña de agua, tejedora; de mar^ cangrejo con púas.
Araña, ¿quién fe arañó? Otra araña como yo. (RurU de pocas'
de uno; dtcese: es una araña, significando que uno es para
poco, como una criatura), c. 30. Ese es Hi enemigo el de lu
Como la araña, del buen trabajador, y del que se aprovecha de
ÍWfO 6 hurta lo ajeno.
Como las arañas, de los que se encojen, de los raros físicamen-
Ey de los que andan por los suelos.
Es un araña; es ana araña; es ana gallina. (Por persona pWj
I y cobofde). r. 526. Y del vividor que de todo se aprovecha ;
>tmpa.
Hacer araña, buena ó mala. c. 6 3 1 .
ÜKer oraMax. (Por embelecos y trampas), c, 63K
Namea medre la araña que hila y no devana, c. 241 .
Picóme ana araña, y atéme una sábana, c. 392, poco y mi ^
bien quejado. De los quejumbrosos.
Ser más puerco que la araña.
Arañ-ita, dimin. que se dice del muy aprovechado, trabaja
dor y allegador; ó Arañita para su casa, que también se dice dd
que hurta menudencias.
Arañ-uelo, red delgada para pájaros. León Cas. 6: Y qui^
re la ventura después, que habiendo venido mucho del oro, y mu-
cha de la seda y aljófar, para todo el arüñcio y trabajo en un an>
ñuelo de pájaros ó en otra cosa semejante de aire.
Ladronzuelo. Solorz. Gard. Sev. c. 19: No le ocultando la posH
da y señas del tal arañuelo de las haciendas.
Insecto, especie de araña. Huerta Plin. 1 7,24: Es también pr-
ticular á las olivas y á las vides (llámanles arañuelo) cuando envud»
ven el fruto como unas telas y le consumen.
Aniñ-uela, dimin. de arañ-a, y como arañuelo. Qom. H. Ioí
81: Hay tantas langostas, orugas, cocos, arañuelas y otros gusaooi
que destruyen los frutales.
Planta ranunculácea de jardín con hermosas flores.
En la Litera de Aragón, enfermedad del olivo por un insecto que
chupa el jugo en lo tierno de las ramas.
At>añ-ar, de arañ-a. Rasguñar ligeramente, cual sí hubiex
pasado una araña con sus patas. Qaij. 2,7: Arañaron sus rostroft
Id. 2,50: Los encantadores y verdugos que.... pellizcaron y arañaroi
á D. Quijote. G. Alf. 2,3,3: Sólo esto basta para que luego dbtK
arañe y mese, llamándose la más desdichada de las mujeres.
Meta/. Buscar con afán-, recoger lo más mínimo y aún huriu
D. Veoa Paráis. S. Franc: Qué pensamientos tan arañados, quJ
poco sosiego tiene en casa.
Arañando, agarrándose y como andando á gatas. Quev. PoSi
1,21: Pues los que entran por la puerta, entran andando, y los qa
entran por otra parte, suben arañando, y sus manos son sus ptés^ ;
las manos ajenas sus manos.
Arañando arañando, aprovechándose ^e todo, guardtiido
gozar poquito á poco de un beneficio.
Arañarse con los codos, del que se alegra del contntienv
de otro.
61. ristra.
245
Arjiñ-ndM, «mño, en Aragón y^lava, etc. Qvev. Tac 17:
Tftitrpur dclris ima arañada.
Arnii-A3BO, rasguño ligero ó araño.
Arnñ-o, posv. de arañ-ar, acción y efeclo ó señal. Fotrz.
Ni los amAos fueron de provecho alguno. Zamora Mon. misi.
í, L 4, pte. 2, Simb, 3: Y lo que á los demás hacen es un araño.
ipte. 3,ps. S6, V. 5: NI aun un araño pudo hacer en ella. L Grac^
mal parados de araños y de heridas. Zabalüta Ola
iu los pedazos del vertido en las zar/as y llevándose
^anftos en el cuerpo.
Hurlo y hurtador. SoLoítz. Gard. Scv. c. 19: No solo para de-
r«n moneda, más para asegxirarscdét cuando intentase vengarse
I araño.... Comenzó á acompañarse de gente dd araño. Q. Bcnav,
P,I3: Alcanzan con un araño.... /el más costoso bocado. Vid,
.ptt, 2: Del Baratillo y la Feria / sutilísimos araños.
Apiia-4*r<». en Cetrer. zatiareño; pájaro arañero, ave ^ue
I insectos y trepa por las paredes, es ceniciento que tira á azul,
I alas nunctudüs de encarnado^ el pico corvo.
Arafirr-i», hurlillos.
thcer amñcrias. {Lo que encarecimientos), c. 631.
Aran-al, adjcrivo de araña, propio de ella, salteando Iras de
r acechado. CAsnixo Muerte p. 508: Hacerle otros aráñales
pasados.
L .*.. uii, ca Aragón arañazo.
Amw-lí^o, el gavilán que se caaia con arañuelo (Covarr.).
Mal-arañnp. GoftR. 154: Ora en juego, ora en saña, sicm-
in.ilauna.
iih.ii*«, rcAÜii de rí*steni restis cuerda, atadura; i1. resía»
sie, prov. y cat. rcst. pg. y gall. reste. En Plinio restis allio-
; de ajos, rcstjni duocre trenzar un baile (TrRPNC). «De
i alkis, auí de cepolías (f).iriar) viRinti restes de octo capcga»
iviccnda). Dijose, pues, rtsta, de donde restra, ristra» con
I por -ÍB, coate en registro de regestum» ele.
(le cosas, de ajos sobre lodo. Casaw. L Lanuza: Mejor
ristra de ajos. Pic.Just. 2,1,2,2: Una torra coronada de
i Lie 4]Qs.
246 Oriqen V VIDA del lenguaje
Conjunto de cosas seguidas. L. Grac. Crit. 3,1: Desatóle luego
dos ristras de dientes. Lope Dorot. I 48. Parecen ristra de azotulos.
En ristra, en hilera. L. Grac. Crit 3,2: Encarrilaban en ristnL
Ristre, de ristra ó restem, por servir para sujetar ú enlazar
al peto la manija de la lanza. Quíj. 1 ,8: Con la lanza en el ristre.
En-ristp-ap, apoyar la lanza en el ristr-e al acometer. Qiqf.
1,1Q: Enristró su lanza. Qu£v. Mas. 6, r. 84: Para enristrada, mejx
/ que lanza de brida en justa.
Acometer. Qaij. 1,21: Le enristró con el lanzón bajo.
Metaf, Pie. Jast 1 ,3: Veamos sí enristro con algo que de contu'
sea. Id. 3,4: No pude enristrar el sueño.
Formar ristr-a, intrans- ó trans. J. Encin. 80: Las cebollas enris-
traron / y asomaron / por ensomo de aquel teso (pusiéronse m
ristras).
E)npistr-e, posv. de enrístr-ar.
62. El nombre de los Arios está emparentado con esta raíz jr
conserva un valor idéntico en toda la raza. En skt. arya como ai^
tivo vale fiel y amado, excelente; como sustantivo señor y dueño;
en los Vedas ari es celoso, lleno de fidelidad, celo y actividad. ^
pues, el título nobiliario délas gentes de cuenta, el equivalente Í
nuestro noble y biennacido. Esta acepción nació en la India ent^XH
sición á los de la raza subyugada; antes solo se aplicó como adjedio
al que era virtuoso, al mejor. En efecto, ürya vale veneriblef
excelente, señor, noble, amigo, de buena raza ó sea lo opuesto del
vencido; ürya^man amigo, arya-ka venerable, abuelo, afya-í&J
üryat-va conducta honorable, y Arya-varta el país de la Indk
brahmánica entre el Himalaya y los montes Vindhya. En griego iM^
tiene referencia alguna á la distinción de razas; solo conserva el sig-
nificado primitivo de el mejor, como comparativo apsiwv, coni*
superlativo aptoiot;, y aplícase al guerrero valeroso, al ciudadini
eximio, y en general, al virtuoso. De aquí el renombre de valientt
ó'ApTj;, voc. 'Ape-c dado á Marte, dechado de guerreros. Como 4ér
mino más genérico dpc- entra en composición por excelente^ muy
ap'.-p'coxo; bien conocido, ctpt-i^xoo^ que oye bien, dpí-doa^u; de ntf
cho llorar, apí-d7]Xo(; bien brillante, 'Apí-^2vo; muy justo, ápt-pdaia»«
ffluymalo, y su variante ápi-: spt-i^xoo;, apt-i^xoo;, épí-ijp-oQ bien iM
íj2. ios arios.
247
ác ar-. El simple á^z ^ ap^t^; significa valiente, belicoso,
tro. En rtjíd. ai/ya fiel, legal, huzvarcch ér, parsi er. De airy-
I UDO de tos nombres de paises derivado de este tema, proviene
imbií del Irán 6 eran, Iftiilo de la monarquía persa, de donde
■s nombres de países y piiehlos iranios "Aptd, 'A]>í«t,
Awojí'jt; y c! Elúrn del Génesis, según J. Müller, ó Ailama
yama (Journ. asial. 1330, VII, p. 298). Sinónimo de arya
1. rita, zcnd. areta, creta, por venerado, ilustre, de donde
nombre de los persas 'Aprawt (Heródoto Vil, 61). Los
niel Cáucaso se Ihmnn á sf mismos ¡ron, y á su país /r Ueva-
, pues, los artü-iranios este adjetivo ari coma expresivo de
, e! mejor, vinuoso, activo y trabajador en la guerra y en todo
lAnis.
también quedó en Europa, pues además del soriego, y del
t ari, de donde Anus, el famoso hercsiarca alejandrino, entre
k Olios arias, otAi se halla en muchas Inscripciones. En Irlanda
c. Ere, Eiré, Eri fem., y er noble, grande, bueno, híroe,
► «•-, címrico er-, es intensivo, como en parsi er-: er-ma-
aen es{>irítu, er-tan buen cuerpo, y en griego ap»-. De aqu!,
leí, el antiguo nombre de los irlandtises ó Er^ ír. En D3o
t es U Ir-landa ó tierra de /r, íVa é íre valen hibernus, /rtf-
I anglostjon frar los íiiberni, k-iand en norso. Nada tienen
ver aquC, según e) mismo autor, 'UfivTj, Erin é Hibtrio de la
' ' en el libro de Arniagti del siglo V.
-- i-, „;j,üs se llamaron así como Á título de nobleza,,
realmente en ía India al distinguirse delaraziven-
nnKiiM't relación á raxa tenía el nombre anteriormente ni
-■ en las demás Icngu.is. M. MíiUer prefiere la acep-
rcs; pero ya hemos visto que la deducción moderna
iV» vocablos aducidos es que los ano-iranios no fueron labiado-
I valor de Bel, adicto lo hallamos no menos en el nombre del
5r, que en los Ved.is es arati, el griego ú--rjpi-TT,;, el ara ir-
,el <¡ri, Ai* miníster, famuln^ nunlius en norso, de donde el
To en godo a/ros, en sajón sru, ¿Cómo concertar esla acep-
I la de guerrero y excelente, que tiene en griego y en las cél-
aün en las ario-iranias, y con la de señor y amo que tiene
(« ssufcríL^ El concepto genérico, del cual todos los denub so»
248 Okiocn y vida del lünoÍ
concreciones manifiesfas, es el de darse á, ocuparse en, tomar i
ahinco, ya la guerra siendo guerrero, ya la amistad siendo fiel, ytn
cariño siendo amigo, ya los trabajos y servicios siendo criado, ya Ii
ocupaciones domésticas y la hacienda siendo dueño y señor. Este no-i
excelente díjose del trabajar, lo cual no dice poco en pro de la 'vámj
ética de nuestra raza, para la cual el trabajo era la virtud y nuyQr>
excelencia: toda su historia confirma esta idea y los vocablos pta]
ella empleados. La virtud ó á^&-rr¡ y el apttrco; ó mejor y el más va-:
tiente, vienen realmente de la raíz ar adaptar, ser conveniente y apto. .
Pero el derivado atributivo -í de ar es ar-i ó ari-a aquel de quiai;i
es propio el darse á, el ocuparse en, el ser apto y conveniente. Es»J
es lo que ari vale en euskera, el ocupado, el trabajador, ya como-j
sufijo nominal y de dativo, ya de por sí.
63. El suñjo -ari dice Bopp, forma nombres de agente y deri*
vados, que indican la persona que se ocupa en. Tal es el valor dd:
-ari euskérico precisamente. Solo que en I-E es un sufijo fósil, sit:
explicación de ningún género; y no hay suñjo más claramente anilt.
zable en euskera, donde además es el dativo, gizon-ari, donde vik
á ello, y ari á él, áello, y ocuparse en, como ar-a allá, ara-tu aWaeu,
mirar, escudriñar: de modo que consta de a ello, r de movimienlOk
esto es ar aquel, -/ indigiíante. Sufíjado y sin sufijar tiene en euskfr.
ra el mismo valor, y cada uno de sus componentes es una fonal
viva, a, ar, ar-i, ar-a, i. En latín, como fósil que es, se halla enl^
rrado en el segundo estrato bajo los sufijos nominales -us, -a, -fflUÍ
elementos superpuestos de acarreo, que han convertido el -Ar4coa'
artículo -ari-a, en adjetivos de tres terminaciones: tabell-ari-as ó
cartero, es e! que anda con las tablillas ó cartas, tign-ari-as el que 9t
ocupa en artefactos de madcrA, ferr-ari-as el herrero. Son adjetivoi
sustantivados: el neutro arm-ari-am es lo que se ocupa con anntf»
armario. Lx}s neutros son de lugar, por ser acusativos en su orígei^
es decir locativos.
Con la -s de agente -aris-, pero el neutro es la forma originaríl^
pues la -e de are proviene de -i: famili-ari-s, famili-are, dcfiuS'
ori, saecul-aris. De modo que del neutro derivó el mascuiino-felD^
sino añadiendo -s, con lo cual quedó convertido en un adjetivo de
dos terminaciones. Algunos neutros se sustantivaron: «/vfr^re 7 i^'
63. ari I-E, etc.
249
; aít-are y aít-as, toraiharí, V véase el círculo ó rodeo com-
evolutivo; famiU^r, regul-ar, oth-dr, atVar, han perdido 1a
CDCsa laliíu y han quedado convertidos en adjetivos y nombres
igir« con d mismo sufijo -nr, que en euskera tiene idéntico
, y del cual derivó -ari y el latino -art-s, -ate. -ari-as. Solo
romanista laJinizanie que nos venga á decir que el -ar
ríva del latín. Esle procedimiento es el que siguen al-
!ry beaiitifuí.
fodo con -s lais-areis, blost-reis, perdida la a; con la -a
v«, que no puede ser itiiis que el articulo euskérico de -ari-a,
lUs I-E -íi íomó valor Femenino, lais-arya, súk-arya inve».
'UÍtarya batanero, liath-arya canlor. Debilítase en antiguo
b: scrtt^-eri escritor, bst-erí adorador; pero h&f-iXre ayudador»
fi fundador. Estas variantes prueban que el antiguo alemán
triva dtí godo, pties no llevan -s, ni la i consonantizada. En
la seA-ér el que vé, trink-tr hehcdor, stícfj~er, en inglés ^tov-
}B£gon'tr, gorden-er. ConvirÜose -ari en -ir, lo mismo que en
kao, fierr-tr-o, jardin-tr-o.
k muy probable que perdida la Q tengamos el mismo sufijo en
vft: angh-rí el pié. propiamente d que anda y se menea, lo
o que nuestras ang-ar-iUas, />/ríi-r/ abundante, dú^a-ri piadoso.
ir,L-. nyrsi-ar, keñ-arü, ktin-ir, etc, son adjetivos,
irvc para los ordinales: prim-arius, ttrti-úrUis. V he
qsr d japonés coincide en este empleo^ -tffí, -oñ: hitori iino,
indo, yoU-ari tercero; pero perdida la a, tenemos adjeti-
^ridaro, chikka-ri {hmt, mcAAí-n mucho. De las ana-
Vtd todostan pudiera traer no pocos casos; confeníarémc coa
en naga forma participios de presente y pasado, y nombres
parltcEpiales: üttchi-r trancante, adoker d que llega 6
i-íO -arf es de participio presente y de nombres de
iii-ii/j viendo, d que vé, an-uri propulsor. Tat vez en ma-
r, -ér, de persona que se ocupa en, venga dd -uri, si ya no
íád <r eu5Í:érico: /at^ér corredor, de/at correr, túa-ar profe-
" '.nza.
-:^o del -ar egipcio dd participio presente; kfiet-u
^ laq am coa» que han sido cogidas allí: por eso $irv«
250 OrIQEN V VIDA DEL tENÜUA|E
de verbo auxiliar, como ari en euskera. Pero claramente lo teñe
en ari-, ar-, fem. ar-t-: ari-pet celestiales (cosas), ar-t-khekh lorq
6 cosa del cuello, ari-rot-ui id. de los pies, ajorcas, ar-t-fki^í,
id, de los brazos, zarcillos, (moíennu)-t-u ari-a pet ari-a fa=c
nos celestiales y terrestres. Aqui ar-a los que son, ar-Í el qu<
versa acerca de, como todo adjetivo, participio y relativo pi
interpretarse.
El mismo valor tienen en copto ~ari, -era, -ra y el ere de da
y posesivo: eü, romi ere teffsits=éí hombre, cuyas manos, o
ERE tsós cyigoa=hombre velloso, cui pili multi. Equivalen estas
Kias á nuestros adjetivos, así chfof-er brida, de chtof, chtob, bat
sierra, lo que corta. Y con ref-, que lleva /como artículo, nom
de agente: ref-ti dador, el que da, ref-siti sembrador, refóUi{
magnánimo.
En Kanuri del Sudan -ri es la misma nota y forma adjeti
mei-ri real, mAíam-ri sacerdotal; en efik del Sen^^al eri-: en
atado, de büp atar; en serer -ir para nombres de instrumento
vei -re para adjetivos, como ddy&-re pequeño, de doya peque
En nuba ~ar, -er: Sg-ar lugar, de ág existir, dl-ar muerte, de
morir; combínase también con los sufíjos -//, -id.
En hotentote -rha forma nombres de duración, que indican •
pación: dai-si-rha-s nodriza, de dai-si amamantar, gei-rha-b un
jo, de gei cosa vieja. Todas son formas participiales y adjetivas
mismo en aimará de América, donde -ri forma el participio acti'
nombres de autor: luri-ri hacedor, sau-ri tejedor, el que teje. \
kirírí añadido ~ri i todos los temas temporales: darankrer
que se avergüenza, daka~ri amante, dikoto-ri ladrón, el que r
dikoto-kri-ri el que robó, dikoto-ri-di el que ha de robar; lo mt
en el verbo pasivo y en el neutro.
En tarasco -ri forma igualmente participios de presente y n
bres de agente: pa-ri el que lleva, llevador, de pa-ni llevar, ^
cantor, chirekaaa-ri el que hace nidos, de chsre-kaa nido.
En las sonoras -ari, -are, -ri, -re son sufíjos muy comunes i
derivar sustantivos verbales: kahma-are sueño, de kahmae dor
tiyak-ari abuela, i-ari quehacer, muki-ari matador, de moka ini
y con -t, -ti de abstractos y verbales, -arit, -riti, -retí son sufijo
acción verbal: hihhud^riti grito, de hihhua gritar, nahiehüí
65. reit.
251
to, ma-rit rnsueño; y -teri de acdón; vi-ttrí lluvia, de v/ye
y -kari, -kart, ttc. etc. Nótese que la -t, -tí, de acción es el
uropco, el -te cüskérico.
res de autor, ínslrurneiito, acción tambii^n se forman con
, 'ia; gañiría sAiisücciún,, út gane bien, ^ü/ííre estar satis-
alcgrc; -ra es muy usado, ebaa-ra ladrón, de ebua robar.
I 'o -ra fs de auíor, ajenie y nombres verbak'S: ka
..,.^,.iOT» Stt SüA-rú salvador. En timucna -ra, -ri, -ro:
maizal^ ito-ri tí último, Iwro-ro buho. En quechua -ra de
« y nombre», «expresa, dice Anchorena, continuación y se
e cnn uno y otro nombre»; ísaya limpio y tsaya^ra acen-
katsa menester, apuro, cosa áspera y katsa-ra ensatada; esa
I de continuación es ía de! pariícijiio, que está en, ari en cuskera.
taensa -ar del participio presente y adjetivos; rew-ar amante,,
l^nde^ haly-ar despreciable; sin -ar, la raíz es adverbial,
en los compuestos san-hactitrir gran gtierrero-
irlo -aria, erudito del latino -arius, el vulgar -¿ro.
botic-ario. campan-ario, can-ario, conicut-ario, con)i*ariOj
}, pleg-aría, luminaria.
• • del talino -or-ius, -or-ium, crudiio y burlesco. Dcspos-
nt-orio, cnvoU-orio, jolg-orio, caí-orlo, requil-orio, fal-
ipof lubladurías de talar (Segorbe), mortu-oHo.
|-«ro, -«ra, del lal. -arius, -aria, enlreviniendo para el paso el
Ku&kérico; indican agente ó lugar de la acción, Accil-era, agor-
ulcabal-ero, altan-eio, arri-ero, astill-ero, avenlur-eio» hab-era,
3, barb-ero, bcrcnjen-cro^ bodegón-ero, boncl-ero, boy-ero,
cabaM-«ro, cahr-ero> cald-era, canibron-era. Pie. Jast. 1,2,
írrro y aun más carero. Id.; Animrla saltadera, (rotadera,
I, bailadera, sotadcra. Id.: Saltadera, brincadera, bailadera
suñjo nominal scmicrudilo, del -arius latino con la -c
el pueblo lii/o -ero del -arius y los eruditos quedáronse
ÍT^ho. Don-aire, pd-aírc
til U nii rin 6 rn de movimiento menudéase en nombres de
cci el arin veloz, en cuskcra. En ski. orna, arnava ño, mar^
252
UKIOCN V VIDA DCl. ICNUUAje
jettd arenava, trenava torrenlc, curso. En tas gemtinicas se ;
una raíz ten ú rin que vale correr velozmente: es el arin cus
En ant. al. rinnan fluir, correr, godo rinnan, cuya segunda n i
lema de presente, ags.yrníwr, ingl. to ran, baio aí. rannen, sajJ
-non, al. rinnen, med. al. rínnf. De aquí en gtxJo rM/if5 torreiri
r«ns, a^. rym riachuelo, ant. al. rinna canal, rum, runst rio. 1
Rin ó ffAr/í es céltico, lat. rheniis, cirnv. rhen torrente, r/iin ^M
El arniis toíicano y el amo milanés, ernus, arna, orna de ^t9k
earn de Escocia, eme de Irlanda, tienen el mismo origen. En gr.á
pfv-¿i; la nariz, es la que gotea, páv-ic gota, paív-m rociar; en latín
que golea es el riñon 6 ren, ríen, irl. orn y cimr. aren golear.
Metáforas de la nariz 6 piv-í; pí^ son p[v-íj la lima puntiagud
pí-ov la punta del monte, el promonlorioqueentraenel mar, el pluH
de ptv-iov líinile, significa las narices.. ^1
En ski. ara y aram valen veloz, ra^i-aí/ correr, brillar, rofffl
rapidez, ronghe correr, rarrgfiayati brillar: son derivados -ga, -|
de raü ó arin^ si no vienen de argi brillo con nasal adventicia.
66. Ren, plur. renes, del laL ren, et riñon, háltanse i
mente ren, rien, renas, renes, rienes. Siow- S.Jerón* \ pr,:
tas renes, j. Pin. Agr, 7,20: Y U fé, ceñidcro de sus renes.
¡Ay, renes amargas, hartas de parir, y ningana del huei
mi marido: y con mucha hónrate. 25. Renes amargas, hari^
parir y ninguna de mi marido, c. 478.
liiñoii, reiiún. Del antiguo rene y -ón, 6 de •retiit
•renio, de ren reñís; il. rognone, argnone, arnione (ar por
rain, prov, renho, ronho, fr. anl. regnon, roignon, fr. rognon (|
cat rinyOj ronyo (ren), pg. rínbao (rim). Qui}. 2,18: Que mt
años fué enfermo de los ríñones. P/c.yusí. 4,5: Aunque
mitad de su reñón.
Meíaf, lo más interior y en medio. Mirones: En el ri7
invierno. G. Aif. 1,1,8: Como si en et riñon de Casiilla se
HíR«. Agr, 3,5,7: En el riñon del invierno poner y trasponer ár
Q. Benav. i, 313: En el riñon de la corte. Lope Prim. Rey
VIII, p, 62: Porque Castilla es reñón/asaz rico y noble en arr
Trozo redondeado de mineral dentro de otro de
nadi raleza.
66. riñin.
253
ti riñt^n de, en el centro.
lay que tener ríñones, brio.
iombredc riAones, valiente,
ríñones de an asanto, to príncipal.
_ RiAones ayer, ríñones hoy, ríñones mañana, ifévese el diabto
ida. En la variecUd eslá el gusto.
iñonesde conejo, judias secas.
fSacarle an riñon, muclio dinero por algo.
I Tener el riñon cubierto. (Por estar rico») c. 608, ó gordo. Heur,
\jo& carneros de gordos, que se tes cubre el riñon. Caccr.
rmcn el riñon cubierto, no se pueden menear de gordas.
|6: De un hombre gordo decimos que llene el riñon cubierto.
I Tkne el riñon cubierto. (Por el que está rico y gordo.) c. 609,
fl/a hombre de ríñones, forzudo, temerario.
\Un riñon y d9S ríñones habrá quien diga si son pares ó nones.
liúoft^ada, conjunto de rífiones y su sebo, lela de sebo que
Ifis ríñones, y el guisado de ello. Corr. 256: Sí Castilla fuera
Rioja fuera U rifionada.
teúiil-nrüf, estar metido en, como el riñón,adj.sil D.Vcqa
iris ¿í. Müt.: No parece sino que tiene pihuelas echadas, quédase
en los vicios por la dificultad de la mala costumbre.
-ríñon-arse, darse un golpe en los rinon-es.
ARRI
67. E! arriero habla á sus bestias en el mismo lenguaje
-los demás hombres, solo que más broncamente, por ser ell
tercas y duras de orejas. Ari vale á él, á ello, y su fuerte arri
mismo, á él, á ello, y además es la expresión para aguijar y
■á las bestias. Los niños llaman arri-arri al caballo y al bu
-decir, á toda cabalgadura. De aquí el verbo i-arri hacer c
decir, darse á ello, ocuparse en, tender á, llegar, poner, casi
ari, pero más reciamente, con pasión, de asiento é insistiendo
tar, insistir, seguir tras algo, belauniko larri ponerse de n
etzanda iarri ponerse tumbado, zafunik iarri ponerse en p\i
niz lanorri me he hecho y acostumbrado á este trabajo, atea
erroetan ongi iarria dagoenean cuando la puerta está bien as
en sus quicios.
El concepto de á ello fuertemente y de asiento es casi el de
tras uno y no dejarle, lo cual se expresa más fuertemente c
-ai, en vez de -/, y así i-arr-e/ es la continuación, empós, cona
cia práctica y costumbre, ftfirraiY sígame, arreiY nír/ sigúeme, i
sigúele, ~o á el, inurriari arralo imita ó sigue á la horm
narralon pantuarl obeki arblltzen zaio hace mejor el puní
yo sigo; iarrai'tun sectario, secuaz, iarrai-bide ejemplar que
iarral-go séquito, iarrai-ka siguiendo, seguir, iarraika-da <
tida, ataque. Igualmente iarral-gl, larrai-ki, iarrat'nt iarrai-t
^Br, continuar, insistir^ ser diligente y laborioso en algo, ¿ere*
^mider iarraikia da ts fiel ÁSM5 obligaciones, iarrai-pen insis-
Bta, continuación.
Arr-€ta, donde hay arr é tonjar, significa atención, cuidado,
rción i una cosa, dedicarse arreta-ta, acogida orret-ondo, 6
cuidado y atención, á tuerto ó á derecho, es decir, con cuidado
él arrel'Z'arret. De modo q\it de ta idea de movimiento hacia
MIá en ara y en ari i ello, es intensiva h de seguir Iras uno, insís-
ür, continuar, imitar. Tal es U idea del ¡arref, del arrear, ya aguijan-
**'* *' •• niendo seguido (5 arre-o, ó de su variante arriar ó segun-
, de arria 6 recua y del arri-ero que sigue y arrea.
Arre. 1:1 primiüvo arri eiiskérico para alentar y seguir,]
ftdo arrinconado entre carreteros y recueros en el arre! cas-*
y, i veces harte! (Covarr.), ó su variante gráfica farre, que los
I saben que/ sonaba como fr creen ser buena prueba de su
{[a semítica; sonó aspirada, hasta yarnerí^ dijeron algunos,
reljo^orio andaliíz por holgorio^^HrrA 401), á causa del ahinco
! aspira la vocal, como en ha, ah por ¡ai; caí. arrí, gasc. arriéu,
gued. arri. arre, prov. y cat. é it. arri, pg. arre. «Arri Blanquctl
¡MourclI> «Eme d' arriairc cridaul: Arri» (Calendau), Selvag.
7: Arre ñora mala, y á lodos ha metido la vieja en la danza. Pk.
2,1.1.3: La muía aunque le decían jo, debió de pensar que
|dec¡an arre. Quev. Entrem.: Otie es todos los arres y joes con
negra. Cali>e«- Postr. dueL Esp. 3: Arre burro de un ladrón:
are cual se va lorciendo. L. Feíhn. 23: Arre acá, don bobarrón.
[Nakabr. If. 20S: Ma^ si, mas nó, arrallá (arre allá).
Eo Colombia dice (Zuervoque üiiibién hace de inlerjección út^
or. Cn Aragón aiballería de monta ó de tiro.
Arre, nuestra, f era hartada, c. 495.
/Arre aÜáf, con desprecio ó enfado rechazando.
¿Arre arref, el recuero á sus bestias, y melaf. persistencia y
para lograr algo que se tarda.
¡Arre, borrkof, admirándose, no creyendo ó despreciando lo
oimos.
Arre-bcrriqaitos, en Vizcaya dicee del andar i horcajadas en
hooabio» ó i la gtgantotia.
256 Origen y veda del i
Arre mal, arre peor, verse en apuros pecuniarios de nd
pfor, ó en enfermedades ó asuntos enojosos. También andar
Arre que arre, hay que andar así tras uno, cuando es dqadi
abandona los asuntos que se le ancargan, y hay que animarte.
No anda sino á fuerza de arre que arre.
Arre-j-óii, dícese que va ^í el que se sube en las caderas de
otro y le echa los brazos por encima de los hombros; dímiv. -y, -élt
de arre.
Arpe-ar, aguijar y avivar á la bestia con el arre! Quil. 1,18:
Tanto que no podía arrear á su jumento. Corr. CirtL 1. 4, /. 20Gfi
Oyeron mucho ruido de cascabeles y muchas voces, que con la sefli
grosera de la carretería venían arreando unas muías, que tirabn
de un carro manchego.
Trasládase á las personas y vale ir: arrea á la escuela, vé presto»
También del pegar repetidamente, arrearle un par de cachetes Ó
palos, etc. Y aquí tenemos el valor originario de seguir en fila, 9t^.
gundar, seguir, que es el del arri euskérico y sus derivados.
En Argentina, del tomar ganado cimarrón, vino á signfGcar to-i
mar el ajeno furtivamente. Azara Descríp. Parag.: No omiten el nK
bo ratero, porque casi lo creen habilidad, ni á esto lo llaman hurtar,
sino tomar, y, si son ganados, arrear.
Cargar ó conducir en arrias alguna cosa, fruta, etc. trajínandoj
como arriero; así en Cuba. En Venezuela arriar por arrear ó estimii*
lar á las bestias. |
Arrea! metiendo prisa, animando. Bibl. Gallará. 1,983: Corre J
companero, arrea, / pon esa palanca allá. i
Arrea, que llegas tarde, arrea, que vas por hilo. '
Arréale, pégale, anímale.
Arrearle, pegarle, maltratarle, ó arrearle leña.
Salir arreando, huyendo, ó arreando velas.
Arre-ado. En Honduras cachazudo, que necesita le arreen.
Arre-ada, en Argentina acto de arrear una tropa, leva forzo-
sa en las revoluciones; y hurio furtivo de ganado.
Arrea-dor, en Argentina látigo de tropero, carretillero, etc.
Appea-miento. J. Pin Agr. 7,20: En este arreamiento de
Venus y Juno con esta cinta.
Apriar, variante de arrear, con el valor etimológico de s^
6S. arriar, arría.
257
|r, segundtr. Asi arriado por arreado, con sus guarniciones, en el
1777: Non pudieron ellos saber la cuenta de bdos los cauallos
Ite indan arriados c non ha qiii tómalos (por el campo en la ba-
M- Es- largar un Kibo, bajar la bandera, las velas, esderir, ceder
i poco segundindo, y dar fondo con el iíncora largando el
Orden marin. 1,3,2,26: SI falleciere, estando embarcado, t\
in eeneral de b ,irma<ía 6 Comiandante general de la escuadra,
los nanos de ella arriarán sus banderas.
[Ca Cuba generalízase á cualquier cuerda ó cosa que se afloja
St poco, para que baje ó ruede 6 dé de sf.
rinr tti banda, levantar la vela por una sola banda; ó cuando
I «ti en alio y se Kija sin parar donde se ha de poner, soltando
amenté los cabos.
'Arri-niln, arpla-tlurn. acción de arri-ar.
[Apri»! lo mismo que recua, es fila de bestias de carga rabi-
; una i otra. Simón Abril (Sotic. hístor.). Usase aOn hoy día
/«nrzíicla, Cuba, Argenlina. Es el arrí seguir tras Otro, ó pos-
"--■ ar segundar. Cipr. Vaier. f. 205: Que más valían
una arrt> de asnos, que.
I Arri-^paít« en Argentina hormigas que en recuas ó arrias an-
■ por cnmino bien Ira/ado.
I ¿"tranco, arritranca, arriírenga, retranca, arrelranca,
SCO, en nául. cabo algo grueso, que sus dos chicotes pasan
por encima del bauprés, haciéndolos firmes en la cruz
c!e ta cebadera: y en el seno de el se abotona un cua-
baciendo aparejo con niro motón, que esti ñrme junto al
i ó okhcn de Icíin: y ateiando atmca la versa al bauprés y puede
Ademán adornos chirros, trebejos inútiles, secundarios.
jCubt toda especie de uiensilios, correas, cordaje para montar
bestias «on arriirancos ó arretrancos. Adem.1s dlcesc ani-
nca la correa ancha, asida Á las dos partes poste-
6 alhtrda. De! arri:ir ó scKtmdar, modo de Irancfl
arriando, segundando, BibL Gallará, 4.712: Por-
rioy un majadero / que aflojo las arritrengas.
'. ... .ii-o, ap{«e¿ncaao» en Salamanca sim-
duda del seguir.
ArrÍ-«-áii|;etcs. en Salamanca vencejo.
w
Appí-fánfano. Los anifánfanos de María de NUwta
(Arrifánfanos por trampantojos), c. 202.
Arrí-Azo, en Salamanca arrapiezo, como cosa secundar!
<ie poco valer, como arrenquín.
Api*i-az, arri-al, guarnición, e! gavilán de la espa
Memor. Hísí. Acad. hist. V; Cid, 3 1 78: Las macanas e los arria
doro son.
Apri-mach-o, en Salamanca covacha ó nicho prismátii
hecho casi siempre en el ángulo de un cercado, sobre cuyas pare*
se ponen lanchas pizarrosas para formar la techumbre.
Appí-poiicio, en Salamanca casa inútil, secundaria.
Apre-ado, como adj. dícese de cosas en hilera, ovejas am
das, árboles arreados, es decir seguidos (Dueñas). Prueba bien ch
de que arrear y arriar significan propiamente seguir, ir en fila.
Appc-o, posv. de arre-ar, de donde el arreado anterior en
acepción etimoiógica de seguir adelante, que es la del euskera,
donde arre! y arrear á las bestias, acto y efecto de llevar en arrij
arrear. Es, pues, la sucesión y continuación. G. Alf. 2,1,6: Ten
yo de seguir e! arreo.
De arreo, en seguimiento. J. Enc. 125: Ponte, Menga, yi
arreo / de los tus hatos mejores.
Olvidada su etimología y valor sustantivo, creyóse ser un advc
bio compuesto de d y reo, y probablemente lo fué de á arreOf con
de arreo. Así se escribió á reo y arreo y vale adverbial mente i
hila, seguidamente, sucesivamente. QaiJ. 1,12: Término lleva d
quejarse un mes á reo. Lope Madarra Vil, p. 473: De los gaaló
que hice en Burgos / siete semanas arreo. Dos habí,: Si yo Ilevue
usted á mí casa y hablase con ella seis días arreo. Lcon Nombr.lí
ínírod.: Leer en medio de las caniculares tres lecciones en las escM
las muchos días arreo. Obreg. /. 134: No por eso dejamos de ll
cerlo, y fuimos diez ó doce días arreo. Pie. Jast f. 57: Mi madrea
muy ojienjuta, y nosotras no podíamos llorar, sino eia comcnzud
madre, yendo arreo (detras, seguidamente).
También atrás, acuestas, es decir seguidamente, y tal es d wl
que tomó en fr. arriere atrás, derríere detrás, prov. ardit» áeak
en Bagneres de Bigorre arreio le dos, lo de atrás 6 dcrriere. JÉ
c. 6, oc. 68: V así á la grande bestia despedeza, / y arreo d
de U liendre Mcvz,
' At arreo, de arreo, sHcesivamente, tino tras oiro {Tesar. 1671);
rreo por íeíjuidanient*, sin descansar, se usa en Aragón.
Echar un arreo, por «n twrno ó vuelta de beber (Arag.)-
Arft?ar. AnL también arriar. Cid. 1777: Caballos/que andan
arriados e non ha qiii tómalos (enjaeíados); y arrayar: Canc. Baena
p, 457: Sabed que ni arrayo de grant jasaran /e cotta muy fuerte
¡«Dtnmo piedra yman. En bajo latín arriare, arraíare, pg. arrear, arre-
Jfir, arraiar, cat. arrear, arresar, prov. aredar, arre/ar, anl, fr. arrecr,|
••^— •"— '— arraicr, arroier, ií. arredare. Es el eiiskaro i-arrMa/
i\c, segundar ó ir detrás.
Dljoj^r propiamente del adorno y como cosas secundarias que
npahan al vcslido, como arrequives, digamos, ó en lo moral.
Ttatis. con, de. Tokh. FU. mor. 20,10: Arrear su perinna con
1 de valor y regalo. P. Veoa ps. 7, v. 12, d. 2: Adorne y arree
Dnt su alma de la hermostira de las virtudes. C^SR■ p. 499:
aquí arreadas de virginidad. Mariana H. E. 1 !,3: Dijo no
en Europa ni en Asía visto corte más lucida ni arreada.
3: Es la cubierta y el Ujero manto/con que su vano y
no cuerpo arrea. MAKtANA H, E. 6,13: Seguíanse los«oldado
r arreados con penachos y libreas. Berc. S. D. 1 ííí: Ttiéen pocoS
la casa arreada (provista).
Utfkx. Zamora Mon. misi. pie 3, ps. 47. v. 8: De s\% jitsticla
i« visíe, de la traición hecha conira Dios se arrea. Qatat. 5,
t7^ Y las apariencias de la incomparable horcsíidad de que se
, Corbacho c. 1 8: Aunque se cubra de paño de oro nin se arree
emperador. J.l^in.Agr. 11^2: Arcediano me iiarece i mí,
ÍTíiene arreado de muía y gualdrapa, Valderrama Ej. Fer, 2
I cnttr^ Veamos el ropaje con que se ha arreado. Quev. Jifas.
|c. de c.: Euraenia, para mi dulce y graciosa,/más que mujer de
boy se arrean. Ceíest. IV: No es otro mi oficio sino servir á
t tanrtanlcA, y desto vivo, deslo me arreo. Galat. 1: B brío de
: se arrrea. Id. 3: La condición de que te arreas/se extiende á
Ddcr quitar la vida/al que te dio la tuya. Namanc. \. 4: Vuelve
pane/la industria sin igual de que te arreas. Tir. Arg. \. I: Sil
EM/deser predicador, esta no es tierra/do alcanzarás el fruto
que deseas. Rivad. Cisma 2,20: Se vestía de las ropas mis ticM
se arreaba con las joyas de más precio que tenía. Trat Arg. \
Amigo Sayavedras, si te arreas/de ser predicador. Corbacho 17: >
se arrear e peynar.
Andar arreado, apurado de dinero ó de medios, irónicamcnt
por mal provisto ó arreado.
Arre-o, posv. de arre-ar. QaiJ. 1,2: Mis arreos son las armu
mi descanso el pelear. Saav. Empr. 31: Lo precioso y brillante e
el arreo de la persona causa admiración y respeto. Casa ceí.J. 1: 1
risa fué de ver mi pobre arreo. D. Vega Ase: No han menester cb
pines, no afeites, no arreos, no colores. J. Pin. Agr. 4,20: Faetí
puesto en el divino carro con el arreo y aparato sobredicho.
En particular las guarniciones de las bestias.
Arri-ero, el que conduce bestias y trajina con ellas, del at
recua ó del arre-arlas ó arre, arri más primitivamente. QaiJ, 1,
Iban con unos arrieros. Id. 1,51: Unos arrieros yangueses.
Arriero perdido, del que no sabe donde se halla.
Arrieros somos, y nos toparemos solos. (Amenaza), c. A^
Cuando no puede uno vengarse en el momento y espera ocasi^S
como los arrieros que se encuentran por los caminos.
Como arriero sin pollino, sin lo más necesario para algo.
Los arrieros siempre echan los asnos delante. (Moteja al qi
contando algo, se cuenta á sí primero que otros más dignos), c. 2C
El borrico delante para que no se espante.
Más vale ser arriero que borrico, que más vale mandar, ai
con trabajo, que ser mandado.
No pregantes al arriero si gana, sino si vuelve y carga, c. 22
Es que te ha ido bien.
Pues no sois para arriero, idos á deprender zapatero, c. 40^
Somos arrieros y nos encontraremos. (Que se ofrecen mud
ocasiones en la vida de desquitarse de los agravios, y pagarse
buenas obras), c. 266, Todos somos arrieros y nos toparemos*
422. Arrieros somos y en el camino nos encontraremos. A un des
vor amenazando que tampoco le socorrerá en la ocasión.
Arrieritos somos, que podemos vengamos, hallándonos por i
caminos, y asi puede añadirse, y por el camino andamos, ó af(i
ritos sernos, puede que en el camino nos encontremos.
68. récaa.
261
Arriquin^ en Honduras la persona que no se aparta de otra;
itrva li fi!a, recua, y kin con, hacer en euskera,
Ai*Pi*a-4|UÍn, la hesita delantera que gufa la arria en la que
I ri arriero; también la en que monta el mayoral 6 dueño al
\vs hacienda; metaf. persona baja, ruin, que remeda, acompa-
, Gsonjefl f^ divierte á otra. A«í en Cuba, etc. «Qué arrenquín,
,oiatura,» dicese del rabíosillo. De arriquin.
Arre<|uivet ant. arraquibc (Covatíií.), raqiiive; labor ó gnar-
kiúnen d borde rt rafe del vestido, como el ribete; meíafóricamen-
ra plural adornos, trastos, circunstancias. Pudiera venir del ard-
f'fakib cos;a que se une á otra, como el engarce ú una sorli-
TO á una Dedia, rakiba en la 2." torma imposuit rcm alteri,
il* montar á caballo, embarcarse. No lo trayendo nuestros
arábigos, tal vez sea o^is probablemente un derivado
p;, arri, lo qwe va con otro, tra^ ello, -ki con, -be en lo
no arri<]iiín. QuiJ, 2,5: Nombre mondo y escueto, sin
iins ni cortapisas ni arrequives de dones ní donas. Pedro
l¡, 3: ¿Es posible que (e esquives / por tan pocos arrequives?
Hcrii». Es nn adjetivo -kOt <u del arrc-ar, arri-ar, ani-a que
tk int$mo, lo que íorma serie sc(?uida de cosas, y en particular
síes tíc carga. QuiJ. 1.3: Ir á dar agua A su recu:t. IJ. Í,I5:
al Sanclvo se entró sin más averiguaciiín con loda su recua.
ly Ros. Cari»: Esa enojosa recua de libros de caballerías. Acos-
ii !ntl. 1,21: Sin-en también de recua y ju ni en tos para llevar
G. Ai/. 1.1,5: Cuando mi compañero acabó de dar cobro 4
En AltX 1330:rrccoa.
' la recaa, que ya esfd cargada. (Moteja i los concovados).
p*" "^-ft de muías, de ios que van en grupos ó seijindos.
recuero pónsase en cobro, y sí ta gOéspeda pariere,
,ysiiio p 'j- deitodo. (Lo del otro: «Acomódeme yo, y ít
ig quiera para, sí quiera no>), c. 190.
toy wsa harta, do recaa no anda. (En algimos lugares).
IWcu-aje, recua. Cron. D.Juan //, año 15, c. 243: M-indó
iOk
262
OniOEN Y VIDA DEL LENQUAJE
I 'lego cargar su recuaje y cabalgar sus gentes para se partir. Nebk»
Cron. part. 3, c. 20: Fué tomado el recuaje que traían.
Tributo por pasaje de la recua.
Rccu-aja, junta de varios rebaños, que se siguen coma
recu-a. {Tesor. 1671).
Kecu-ero, el que entiende en la recu-a. J. Pin. Agr, 17,15:
Los recueros que llevan bestias de carga. Cabr. p. 100: El recuero
en el mesón sabe del cocear y orejear de sus bestias que... Corr. p. I:
Dirase también recuero por arriero. (Como arria es la recua). Corr.
12: A bestia loca, recuero modorro.
Los recueros de nuestro lugar, hoy enalbardan, mañana se
van. (De ios despaciosos y perezosos), c. 206.
Pues somos recueros, en el camino nos toparemos, c. 404;
puedo vengarme.
Recuero que lleva carga, con mentir la desembarga, c. 480.
Si has sido recuero, guárdate del cabero, c. 250; delantero.
Todos somos recaeros, y nos encontraremos, ó nos toparemos*
c. 422.
09. aro, -arQ ci:sk.
263
ARO
íQ, Hemos visto que ara « el movimiento á lo lejos, en exten-
]lMn <*! a, ari c\ mavíinicnto en línea recia, índivulual, en /. Sí toda
!:» no es lira fantasmagoría úc mí caletre, aro
.,. cu derredor. En los íres íir indiw el moverse,
tejoct, -f lo individual» -o lo en (omo. Ar-o es de hecho todo
rro, rcJíindel, títcaio, aro, guírnaídij corona. Trasladado a! tiem-
r ' ' * !a épocj, la sazón, el Tempero y coyuntu-
jp.. !,¡>o. Es, pues, cl ef.paci'0 circuido, rodeado,
cualquier linea. Elarra, bcre-aro-an, asegarrí; antl kanpora,
irri, nieve, á sti tiempo, fccmuladora; fuera de él, hambrcado-
Ar^.rrr.-i <• u . nnra (Je ]a <cmenlera 6 Junio, az-aro la de I.is sc-
X'azt-aro la de hi mocedad. Ekaitzak dakar
jna;gaitoa batntzatc, oba, la tcmpcslacl trae bonanza; si fueras
Jo, mejor fuera.
El c-üdü »i<I camino, digamos la condición, tempero ó á prop6-
dfcBc por lortifora del campo, bid-aro, cl de la noche gau'
», el del éiá egan-aro, el liciiipo á proposito paia dormir tot-aro.
como siempre, aro es un cíipacto, y así gou-aro toda* las
índica et círculo de mañanas, egtm-aro todos loi días,
Ifo (odos los meses; considéranse como un tumo, una duración
■" ■' ' Tipeio y ocasión es lamhién el derivado
£, ser hcmpo á propósito-
TH tenemos la atribución (4) de ar movimiento hacía ello;
Bur
&«&
^ ^ -^^
r^'
en ar-o tenemos el perímetro (-o) de ese mismo flr -aro es
de -ano lo que r respecto de n, An es el allí fijo, ar es d m
to hacía allá: -ano es el espacio limitado, el allf como un
circuido, -aro la duración limitada. Para lo que está Sjo, p;
pació, pero limitado, se dice -ano; para lo sucesivo, para e
pero limitado, se dice -aro. Az-aro tiempo de la siembra,
bre, como az-ano sitio de semillas, erei-aro tiempo de la
gazt^ro tiempo de la juventud, auri-aro niñez, urt-ün
serie de años, cada año, egun-aro id., de días, il-aro id., <
gau-aro id. de noches, luz-aro durante largo tiempo, c
grandeza, como extendida, i-aro yerbecilla que se extiende
iz-aro isla que rodea el mar, mend-aro espacio dando la >
tre montes. Como se vé, también se aplica al espacio, pen
con la modalidad de movimiento; mientras que -ano di
quietud: r á donde, n en donde, an allí, ara allá. Sufijado v¡
•aro lo mismo que aro separadamente.
Veamos á mengano, que anda dando vueltas de acá pai
un vago, y dícese aro-n, el del aro, aro-tsu bullanguero, (
aro. Lo hueco, fofo, hinchado, poroso, se dice aro-la, lo
aro ó círculos, espacios, aza-arolak berzas fofas, gizc
hombres nuiclles, y tal es el calificativo que encierra el
Aróla. Garita es aro-bi, es decir un hueco bajo, el casca!
enfunda el grano es aro-tz, lo del aro, lo hueco.
Pero este arotz se dice de lodo lo que espacia, ahueca,
y asi es el nombre del forjador, del herrador, del carpii
herrero, etc, que aparejan y disponen el material, ó tamb
tch: -tz, tch es de abundancia y modal. El yunque, la mesa
arotz-mai, la fragua aroz-tegi. Primero parece se dijo del
que espacía y bate y amasa el hierro, aplicándose despuc
oficiales, y es vocablo que pinta el extenderse en toda su :
un pedazo de hierro ó de plomo, conforme lo va man
amasando.
70. Aro Es el aro euskérico. Diez no trae etimología
saca de arvum, Bugge de anus, la Academia del fr. hart ^
del gótico gaírda ceñidor. Es un cerco de cualquier materia
7: Los aros de una cuba.
70. aro, 'CrOr harón casi.
265
CoiJio aro de carro, sortija grande.
Echar por el aro, en Aragón comer, engullir, es decli echar por
jifoifae.
ütrar por ei aro, hacer algo, vencido por maña del que le
Meter á uno por el aro ó arillo, reducirle á lo que se pretende.
Pasar por el aro, Jiguaníaf; hacer algo contra su gusto.
Ar-ete, pendienle ó aro, que también se llama todavía en la
cntínj, Tuba, etc. Pero es. de suyo la pieza que entra en la oreja,
Jicntc ó zarcillo la que cuelga; argolla, cuando es un aro solo.
¡4iro, -«ifa. Ha perdido ya su valor originario y su empleo
i formas; pero lo conserva en algunas palabras. Búc-aro de
, cdnl-aro de canto y al-cánt-araj, que lo lomaron lo^ árabes de
[npañotes, y es un arco, ato, de canto, pie-aro» báz-aro de baz«t,
iij cántabra, por haberlo lomado los romanos de España,
ola de cuatro puntas, de lau cuatro, e% decir trozo ó espacio
Jo, páp-*ro de papas 6 papo, guiích-aro y guách-ara de
, cásc-ara de casc-o y cácti-ara de cnch-o, gáll-ara y gaU*ar-[n
an-ar-UM, cuch-ar-eta de ciich-o, gus-ar-apo, cosc-ar-ana de
c-o, zaf-ar-ec!ic. cuc-ar-acha de cuc-a, chich-aro, záp-arOj chúc-
|bo4<«r-ale de bot-o, danz-ar-ln, angu-ar-ina, ang-ar-i!las, and-ar-
::o, bail-ar-in, cám-ara y cam-ar-ín, chách-ara, dich-
.i ocho, mont-ar*áz, tengu-ar-áz, alcand-ara, pal-ara>U
, sen-ara, charo -ar-if I-ero. Como se vé, pierde á veces U -o
por creerse ser la terminativa de los nombres.
ínróti. Ti .a=^ del arábigo jhariín caballo que se planta, de
: • ■ i.runa pararse de golpe la bestia. En R. Martin eíieni?, en
Oon/itez perezosOí en Boctbor rctif, y jtiarana, harona
en P. de AkraU, Cañe. Baetia 4S6: Por ver vuestra mtila, «ty
r ' r— '-n euskcra aron vaíc lo mismo, aunque no p;irti-
'; sino en general. Pudo tiabcr lusion de \o&
[ungencs; pero no veo porqué hayamos de dar la preferencia
y renegar de lo propio. La aspiración, escrita oliu
baila en no pocos vocablos que no la tienen de origen,
i?iarrvk'.in. ctC.
j, taragán.J. f^m Agr. 17,27: Incentivo de no[o«>
266
Oriqen y vida del len6ua|F
aguijón de harones. Gran. Orac. 1,1 : Son como los mozos haroneSr^
que si no los bailan delante, van refunfuñando á los mandados.
En particular de las bestias. Jaez divorc: A pesar de las mala»-]
mañas de la harona. J. Pi.n. Agr. 20,25: Por haber sido asnos
harones.
Hacer salir de harón. (Lo que apresurar á uno por camino 6 i
pleito), c. 629.
Sacar de harón. (Hacer avivar, andar á prisa, fatigar), c. 566.
Qaij. 2,35: Saca de harón ese brío. Zamora Mon. niíst. pte. 3, proL]
Unos acicates tan agudos, que labrando las ijadas de mi alma de ha*j
ron me sacaran. Oran. Compend, 1,55: Porque no podrá sacar
harona su mala bestia, si va sin espuelas.
Salir de harón. (Tomar cuidado y brío de fuerza ó de grado).]
c. 564. Cast. Teatr. i 2: Si dicha naturaleza sale de harona. J. PucJ
Agr. 26,29: Li esperanza es un aguijón que hace salir al hombre i
harón tras lo que desea.
Hai'on-ía, flojedad del harón (Nebrija). Hita 645: ssyi
dan délas espuelas al cauallo farón, / nunca pierde faronía nin
un pepión.
Hiii*oa-epÍa, como haronía. Tom. Ramón Dom. 22, p. 10:1
los días de trabajo, ahí es el ocio, la haronería, el calentar los ]
liaron-cap, rezongar y emperezar, ser harón. Corr. 15
Hombre holgazán, en el trabajo se lo verán. (Si es continuo ó no;
porque va haroneando). G. Alf. 1,2,5: Todo lo hacía sin rezong
ni haronear. Baena, 57.
Rn-haron-eap. emperezar, ser harón. Hita 633: nunca (
buen doñcador por esto enfaronca.
ARRO
Que rrsta d forte de r lo hemos visto en las raices aiilerio-
vatnos i verlo ca arro, que es el forte de aro, con lo cuat qu&-
i mis de asiento to euskérica que es esta palabra; no fuera .ilguno
que se deriva dd arocastelbno. \' re¡iiirese mucho en esto,
es U única lengua que conozco, donde et píanufodt: suena,
parece debiera sonar en (oda!;. Sino que las demiks lenguas
i vihudiU cascadas y roñosas^ que no responden al dedo
; tas tafte, con ser ellas harto uiás ílamanlcs que el euskera. Y
DO responden las cuerdas, porque todo el mundo aI icfor-
^ concepto ó la pasión con que lo concibe, lo expresa con ma-
f bilo, y feído se no* vá en ahincar la voz 6 alzarla. Si los sonido*
de si para sonar ntás ó menos recio! Esto $olo acaece en
if donde cada consonante puede resonai suave ó fuertemente:
: d fucrle de r. La lengua priniitivu. á pesar de ser más vieja que
después nacidas, se dobtego más á estos y oíros matices
Ikne las cuerdas menos endurecidas y orinientas. Quizá sea
[oooservarse viva y con alma esta vihuela y haberse desalmado
Ello es que arro es el intensivo de aro y significa hueco,
, vano, orgulloso, tüncliado, esponjado fínica ó moralmentc, y la
, de inferior calidad, hablando de tejidos i'alos y fofos, et
hondo y hueco, el cascabillo ó envoltorio del grano que,
I csle, es buceo y vano, la fruta atacai^a y carcomida de ¿usa-
id osado, fanbrrón y atrevido, el alegre de genio y bromisla,
268 Origen v vida del unquAje
MbJ
porque el buen humor esponja el corazón. Con -ii de agente omM
es el barranco, garganta ú olla entre montes, la reguera, la fosa j
cárcava, la raya del peinado ú otra henáidurz, ^arroila-estalia lai^
cantarilla, arraleria la arrogancia, arra-lo el majo, elegante y oraoj
do, arralo-kiro arrogante; arro-keri vanidad, jarana, bullicio. U
levadura, que aleuda, es decir levanta y esponja, es arro-keit lo pr^
pió para ahuecar.
El escorpión, el alacrán, la salamandra, arro-bi^ arra-bi, -bi
que hace debajo un hueco, por la manera de andar haciendo
hueco entre sus patas, ó arro-gi, que hace arro 6 hueco. Tambií
arrobi vale cantera y cueva, como arroi, donde los vascongadi
ven una hoya oí, obi, de piedra arr- y al propio tiempo un huecO'
barranco arro, -i lo propio de, -bi bajo.
El franco y abierto, el campechano y lo ordinario y común
muy usado es arron-ki, de arro-n carcomido y gastado, hueco,
arro, arron-du carcomerse, ahuecarse, gastarse; arron-t, arron-t
usar de ordinario gastándose, de donde ordinariamente, totalmcol
onomaíopeya -t, de donde el verbo arron-ta-tu dejar raso, arrebañ»
lo todo, gastando y ahuecándolo todo, el compañero ordiniii
arrun-kíde, lo frecuente arran-te-ko.
Hondonada es arro-s-ka y orgulloso arro-s-ko, derivados
y -ko de arroz de una manera hueca, y así arro-tch es el cascabil
huero y el erizo, arro-s-a la caspa, y arro-z el de lejos, el forasíeii
el huésped, quiere decir que hay un grande espacio entre él y nfll
otros, arroz-go ir lejos, peregrinar, arroz-ta desterrar, estar fon
tero, irse lejos, arroz-tasan cualidad de forastero.
Todo ahuecamiento, hinchazón y dilatación de los cuerpos, dices
arro-tasan, y arro-tu el ahuecarse, hincharse y envanecerse. A inlef
vales, con interrupciones ó huecos arruz-ka, donde se ve el valp
de arro-tz de lejos, forastero, es decir, con intervalo ó espacio.
El forte de aran es arron, arrotch el de arotch, arro el de flfi
Quede, pues, bien remachado que la vihuela euskéríca tiene almi
las demás lenguas son muebles destartalados. Y venga el romano
el heleno con sus liras y demás armatostes, llenándonos las
con lo culto y armonioso de sus hablas. Se les hará encontradizo
gizon tosco, cabrerizo tal vez del Arit^orri, y encarándoseks
podrá decir: Aquí, señores, el que las sabe las tañe.
72. arroyo.
26Q
que hoy latinamos roca, fué primero la bondonada y hueca
mineros españoles hacían en la peña buscando y sacanda
'.':■ aqui vino A sifinificar la misma peña del mineral y
,'rña. Dijose roca de arro-ka andar haciendo hueco,
khtiecador la roca, y la rueca por ser un hueco de cañas, el lejído
^■llklad por lo rafo y Tofo, la hez de la leche. Es la acción
-^ ccar, hacer barranco y íiontlonada, y así arroka-iu vale
arro~ta, ahuecarse, por ejemplo, un castaño^ como suelen.
I Eu^kaicrría, carcomido el cora<£ÓTi. Su variante arru-ka son
jcgucs huecos de ta ropa, que aló en latín ruga, como cosa
y arru-ga, otra varianle, vale en euskera la plaza dilaiadar
Olro vocablo español de minería fué arro-ki, lo con arro
íio arro, la roca asi ahuecada y cavada por los mineros, y
peña, como arroka, y metafóricamente el fanfarrón, hueco^ y
lie ó con arro, con orondez y anchura de corazón. De este
amaron los latinos el arrogi-um y arragi-a, por confesión
tmM autores romanos, de donde salió arroyo.
Arroya, Es el cuskaro arroArf, latinizado en arroglum
(PuN. 33,70): era vocablo ibérico con el valor de mina,
lodos los autores; en nim. aru^a, ieniga, it. roggia. Cuando
Bick» llegaron á España, los indígenas conocían los metales
5^5), y de España se lomaron entre otros términos de mí-
,kn de minOt baliiat y arrogiam. Valía arrugia óarrogíjm
i, mina, hondo, hueco, barranco, ysu5 variantes gráficas son:
um (cfa 775« SofA), rogio (año 942, Bcroanza p. 383), arro-
vauccllo..,. arroyo de PieSIas.... arroyo Montis media-
j.o qucm dicuntsicum* (Esp. Sagr, 40, escr. 46. p. 375)i,
(en 775, ibid. XVIII, escr. 1), arrogio: *Ex alia parte.... el
po.... d alia parte, et per Hlium arroiiim» (id. 37, escr.
«circa prado usque ad rogio» (era 980, Berq.). * Liborcs
I persülvant.... in unoquoquc mense dúos dies, terlium de
I oiulum de rogO' (era 1010, Arch. Nájera). Sea arrogió
t forma ibérica, es un lérmino vascongado, Lo c\iich:icc (ki.gi)
lo que hace hueco y cavidad. Dijose arroyo pur barran-
hueco en los monlcSv como las cavidades y minas, con agua
llueve, sin día en otras ocasiones. En el Tesoro de 1671:
Arrugia, mine de meíail ou Ton creuse bien profondanes^ i
di nietallo; lo mismo vale en portugués. Qaij. 1,14: Las claras igi
destos arroyos. Id. 1,21: Del arroyo de los batanes. Id. 1,23: Hll
ron en un arroyo caída, muerta y medio comida de perros.... i
muía. Id. 1,37: Fué tanta la sangre que le salió, que los arre
corrían por la tierra, como si fueran de agua,
Dícese del centro de la calle, por donde suelen correr las i%
cuando llueve.
A gran arroyo pasar postrero, c. II, A comer setas, qui
tome primero mi consuegro.
Al arroyo, á la calle, con desprecio.
Arroyo pasado, santo olvidado, c. 70.
Beber en todo arroyo y mudarse á cada viento, Oau
n. 60.
Como arroyos, los ojos que lloran mucho.
Como si hubiera nacido en mitad del arroyo, lamentándose
desprecio y abandono de alguno.
Como un arroyo, sereno.
Correr arroyos de lágrimas. Zarate Pac. crisf. 5,7: Corre
arroyos de lágrimas de sus ojos.
Cuando el arroyo suena, agua lleva, c. 365; que no piedr
Del arroyo, de baja condición.
Derramar arroyos de lágrimas, llorar mucho. Nieremb. P,
3,9.
El arroyo pasado, el santo olvidado; ó el santo engañado;
rio pasado, c. 77,
En el arroyo, vivir, echar, plantar, en la calle, sin hogar.
Arroy-uelo, dim. de arroy-o. Quij. 1,25: Un nu
arroyuelo.
Bullicioso es el arroyuelo, y salpicóme: no hayáis nd
madre, que por él torne, c. 319; escarmiento.
Arroy-ap. Llevar la lluvia impetuosa la tierra descanund
suelo y haciendo surcos como arroyos.
Infrans. Corr. 490: Hasta Navidad no ha de arroyar; entniu!
año, hace daño (la lluvia.)
Trans. ToKK. FiL mor. 17,2: Dejalastierrasarroyadasyrola
&in sustancia.
72. raa, arrttfaídarse.
271
Mtiaf, OBR.p. 430: Rasguñado con tas espinas^ arroyado con
ex. HtvRERA Agr. 3,16: Que no se arroye la tierra. Lop.
fCobiern. agr. pie 3,f. ! 1 1: Se deterioran con el tiempo Ins
>lecas, la casa se cae. U tierra se arroya,
\ Arroyar lo sembrado^ hacer surcos para que corra el agua por
<7W£>r. 1671.)
lArroy-Ada. río, torrente {Tesor. 1&71), avenida del arroy-o.
|Il»a, calle, prov. rúa, fr. twc. Recuerdan los romanistas el
riig», pero notando que no es fácil se deriven de él Como arro-
riene del eu^karo arre, y se ve por H gallego, donde arro es:
^razúQ 6 centro inlemo de los árboles á flor de tierra; corazón
de grandes se cnitm, hiende, ci.i;indo caen, y perjudica más
IOS las capas de madera que [c rodean. Llámase también así la
lidura ó hendiduras que presenta» (Valladares). Bi^n se ve
I to hateo del árbol es lo que le diú este nombre. «Arró. Tierra
L y un tanto alzada, á orillas de los ríos ó riachuelos y ^n los
10Í de las heredades labrantías, pflra contener las aguas, asi
la licna movediza, dar pasa á los transeúntes y evitar que
pisoteen los sembrados* (id). Dijose, pues, rúa por arrua,
el paso y sitio hueco, cnfre montes, entre sembrados, entre
y quedó con el valor de camino y calle (callis)^ que en latín
!i> igualmente esas acepciones. Jittz rfiV.: A los vestidos
üc rúa. Viúj. Parn.: Que yo pisé sus rúas mis de un año.
fAgr. 6,4: La brida para plaza y rúa. A. Alv. SUv. Dom,
. 2 C-* Con otros caballos enjaezados y de rúa. Quev. Mus. ff,
r,* Calvas Jcrónimas hay, /como las sillas de rúa, /cerco dd-
y redondo, / lo demás plaza y tonsura.
flu-art andar por la ru-a. A. Alv. SUv. Dom. sept. t c. § 2:
caües. Lope Mart. Madr. V, p. tí9: Que ruaréis muy galán.
3RA Mofi. mist. pte. 3, Asunc: V no deja baldío que no rué.
XW: En csía ciudad, donde un dfa por ella ruando. Ouev.
[^riac. S: Al tiempo que llevare ruando ó visitando algtina dama,
' despacio con cita. Us, y Roseí. 31: Un caballo para \i en
I Arru-fnld-«p«e, levanlarse ó arremangarse tas faldas, de
I Iknceo y Calda. Ovalle //. Chite f, 363: Al punto se le mostró
en forma de caminante con capotillo y sombrero inufddMJ
L. Rueda II, 237: ¿Cómo vais tan arrufaldado?
Tener remango, descaro, enojo. Quev. baile 4: Arrufaldada
cara / y arrufianada de vista. J. Pin. Agr. 25,6: El se arrufaldópt
le querer comer (el lobo).
Arpufal-damivnto, arremango^ físico ó moral, údfg
desvergüenza y arrebatos de ira. J. Pin. Agr. 23,35: Bien podrfaí
entrar con lo de la ira, siquiera para que yo vea qué deba sentir
mis arrufaldam lentos en el tiempo de la soldadesca (arrebatos de ii
Arpup-ido, en Titaguas encogido. Me suena á la raiz ar
arra ahuecado, -bi, -pi debajo.
Arpu-jaqiie, en Salamanca bien puesto. También me su(
aquí el arra hueco, arrogante, con jaque.
Roca. Deetimologíadesconocida,según los romanistas; itali
rocca, roccia, prov. roe, rochier, gascón arroque, fr. roe, roe
rocher, cat. roe, pg. roca. Emparentados con él están rueca y
quete (V.) Díjose del ano-ka euskaro. A. Mor. 9,5: Por esto
condenado á muerte: y díósela tan cruel, que lo despeñaron d
gran roca del capitolio. Zamora Mon, mist. pte. 7, S. Marc: No 1
roca tan incontrastable, no hay risco tan inaccesible. J, Pin. A
5,40: Los valles rodeados de rocas.
Fuerte ó torre sobre una roca. Qaij. 1,34: Minó la roca d(
entereza con tales pertrechos. Id. 2,69: Libre mi alma de su estn
roca (prisión). Persil. 4,8: La fuerza desta roca no se ha de toí
por hambre.
Como la roca, ó las rocas, 6 una roca, ó rocas, de lo di
firme y constante, física ó moralmenle.
Cuando la roca tiene capelo, coge la vela y vaife á Ras{
(La roca es monte, Rastelo puerto junto á Lisboa), c. 368.
Esta roca me ten morta, este vino me conforta, c, 1 37.
Ser más duro que una roca, que las rocas,
Ro«.<t-alln, piedrecillas menudas que el tiempo ó el aguí
desprendido de los peñascos ó roc-as, ó de las que saltan al p
las -piedras.
Roqu-eila, poqu-edo, poqu-ed-al, lugar de ni
6 gran roca. Oviedo H. ¡nd. 46,17: Hecha como peña ó raqui
,e<teba)0 de tales peñas de sal Id, 50,1; E la nno dio en
■ roqutdos de Id costa.
Ruqii-f ao, d siüo tieno de roc-as, duro como roc-a.
Rt>qu-<'Oy 1.1 pesca entre rocas, de mariscos, cíe; posv. de
T, que debió usarse antigwameníe.
RcKIii-c'ruY de roc-a, sobre locío castillo moquero, sobre
»í. C* ■?«. ps, 9: Es Dios un caslillo roquero, do puede Forlale-
' c! pobre. Valdehrama BJ. Fer 3, dom. 5 pas.: Dando á en-
que es Dios una casa fuerte, un castillo roquero. Zamora
. misi.pU. 2, L 4, Simb. J: Algún giganle de fuerzas extraordi-
s, que retirado á un caslíllo roquero, al mundo todo desafia.
1671: Foríalcza.
^R(»c-ón, aimienl. de roc-a. Jaroíje Orador 2,3,4: Cuando
Loli« se embravTccn y atrevidas amagan, al pié del rocón quie-
I su orgullo, y sin más perjuicio se retiran.
Roque, en persa rokh currus (Gios. Le!d. \), «nomen latnin-
I in Schahiludio ab ave rokh dicta desumptum, qutni laíruncu-
Dtis iarrrtm appellamiis* (Vuli.ers). Era la pieza de ajedrez,
^itprocnló primero un alfil ó camello con su torre de arqueros,
Forbcs relaciona con el Síínskrito ro/rí7 barco, forma primi-
estt 5gura de ajedrez. En íl. rocco y roccare, prov. y
: y roqucr, d¿roquer, pg. roque. Como se vé, es la misma
que hemo^ hallado tener este valor de castillo; pues etimolo-
rier(al no parece segura por ninguna parle, y dado que la
U contaminación con roca es indudable, F, Juzgo. 1 5/1,1 2:
por d que alzú i Elias át tierra al cielo en la nube en un roque
5. Ptdro Urd. J. 1 : Prenderá á la d.ima hermosa, ' sin al-
doda, d Roque. ' Roque ha de ser el que prenda / en esle juc-
tJ ta dantt. J. Prw. Agr. 6,t: Sin ser rey me traspuse no Iras el
sitió de la roca, por haber pasado la sierra. P. VtíOA ps. 4,
Az Mudó, por su mal mirar, un solo peón, y veréis que ya
aquí t:l cahatlo, alf t el roque, j , Pin. Agr. S,\\. Los roques
principales seflorcs, los caballos la caballerfa y los arBIes los
~ ' .Crít. 1,13: Quien no la tuviere, desde el rey hasta el
■. i'.l mundo.
/í rey ni roqut, nadie, mctaf. del ajedrez, el rey y la torre. Qüíj.
[De fiQ decir lo que t. m. dijere & Rey ni Roque ni a hombre
terrenal. Id. 2,25: Sin poderlo remediar Rey ni Roque. He
3,4: Y labrador llamo á cualquier persona que entiende «
el campo, sea rey ó roqu«. Bañ. Arg. 2: Que no hay turco
Roque /que le mire ni le toque. García Codic, 3: No o
respeta rey ni Roque.
No tener rey ni roque ni papa que le absuelva, no
contar con nadie.
De-rpoc-ap, de roc-a. Nuestros clásicos guardaba
del diptongo, derrueco, derrueque, etc.
Intrans. Mend. Copl. 261: Y como las peñas, que de
rruecan / hasta lo hondo no son detenidas.
Trans. arrojar desde las rocas ó de la roca, despeñar. Q
razonam. en Arévalo: Mas no quiso derrocar á Cristo de
de ellos, sino del pináculo del templo. Cerv. Salaz. Obr. í
Como el águila, la cual, si no miran derechamente al sol, co
suyos los derrueca del nido.
Generalízase por echar por tierra lo en alto ó en pié.
Fünd. 17: La casa estaba chica, que la Princesa la había n
derrocar mucho della. Herr. Agr. 6, Mayo: Agora es buen
car los altramuces. Garcil. Egl. 2: Quién las castañas tier
rrocaba / del árbol al subir dificultoso? Erc. Arauc. 9: La <
la siniestra el indio trueca... / y del golpe primero otro d
S. Ter. Mor. 4,3: No llega á tanto que derrueque el
GuEv. Ep. fam. 1,21: Vimos en un paño de su tapicería i
lio que tenía á sus pies cinco caballeros derrocados. Celesf
entrando por la iglesa, veía derrocar bonetes en mi honor.
Agr, 3,32: Fué menester derrocar mil y doscientos cíncuen
de la famosa muralla. R. Solis Arte 1,5: Si le derruecan
almenas ó pedazos de muralla, fácilmente se repara.
A. León/oÍ), 22: El hierro los acaba, y las fuerzas de s
migos los derruecan al suelo.
Por. OcAMPO Cron. 5,35: Algunos lugares viles y bajo!
rrocaron por el cimiento. Id. 5,34: Ya quedaba derrocada
suelo mucha parte dellos (de los franceses).
Metaf. León Job 4, 1 7: Para derrocar en él alguna altivi
berbia. Id. 21: Eso mismo los derrueca que tuvieron por fi
amparo. Bosc. Cortes. 232: Cuando, de lo que os dice algu
12, derrocar.
275
s, tomáis las mismas palabras en e] mismo sentido y sacáis
s cosa con que le derroquéis. Id, 486: Derrueca al alma y le hace
íftga eí apetito. Lcón/í»*. 1 1,20: El (rabajo y la adversidad lo«
quiero decir, los derrueca y vence. Quev. Bp. fam. 1,22:
leafcrmo ni íc hincha soberbia, ni combate lujuria, ni le líerrue-
inrfda.
\A, León Job 22,29: Que el ánimo humilde derrueca al suelo
(ojos. \d.Job 5: La Iristeza les ennegrece el ánimo y la mala for-
1 derrueca á lugar oscuro su estado.
\0t,). Pm Agr. 12,4: Como el demonio con estas tribulaciones
adíese derrocar i Job de su santidad. León Corder.: Le? quitó
áo y derrocóles de su tiranía usurpada. J. Pin, Agr. 5,20; Que
fácil al grande Alejandre derrocar i Darío de la monarqufaj
al filósofo Diógenes de su pobreza.
Ifij. j. Pvi. Agr. 4,32: Le procura derrocar en pecado, id. ft.lS:
' en pocas horas le derrocó en pecado morial una ino/ücla.
*iflex. con á. Ocampo Cron. 1,2: Todas estas cumbres y sierras
'tas de muchos árboles silvestres, en especial por las
,.: *..-i-,ii'>las, que se derruecan á nosotros.
Lhon Nombr. t. 3 fntr.: Sigue el movimienlo del sol, que i
[hora *e encumbra y í la tarde se derrueca en la mar. Id, fob. I,
eitoc'isc en tierra y adoró, id. Rey: Derrocóse en oración
BS£ del Padre.
t. J. Pw. Agr. 4,13: Y se derrocó sobre ¿I, no |x>rdoitando
t ni a! pecho, procurándole la vida. Id. 27,16: Entró y derro-
;pi«».
GftAN. Doc, eriáL 2,14: Los ángeles que se quisieron
' en c) cielo, fueron derrocados hasta el infierno. Ocampo
,16: Amilcar fui rodeado de los españoles y poco después
rio del caballo. Gucv. Ep.fam. 1,21: Mandaron que las casas
E habitasen y aun que se derrocasen,
ftaf, QAKcn- Egi' 2: Y de estado gozoso, noble y alto/es
tuna insana.
-^ -a, posv. de derroc-ar. Qvtv. C. de c: Mas que no
«íi !j echa y derrueca.
Eri*roc-apae, de roc-n, roqu-e. En el ajedrez defender al
k
276 Origen y vida del lemoiíaie
rey von la torre ó roque cambiando de lugar. En náut enredarae la
red ó el anzuelo en las rocas del fondo del mar.
Eii-poc-ado. alfo entre rocas. Tafur. 125: Es tan enrocado^
que ninguna bestia non puede subir arriba.
Dvs-eiipocap, desenredar la red enrocada.
K«»<*hela. Diminutivo francés de su roca ó roche, y rtombit
del conocido puerto donde se guarecían los hugonotes, y que pts6
por dechado de desorden á España y América. G. Alf. 2,2,4: Todo
el mundo es la Rochela en este caso, cada cual vive para sí, quiei:
pilla pilla, y solo pagan los desdichados como tú. En Venezudí,
Colombia, etc. rochela es desorden, rochel-ero el niño travieso y
atolondrado y la caballería resabiada, a-rrocheí-arse tener tal resabkv
rochel-ear retozar.
llueca. Emparentado con e! it. rocca, pg. roca, que valen b
mismo, lo trae Korting del aní. al. roccho. En ant. al. es efectí»
mente roko, med. al. rocke, al. Rocken, ingl. rock, ñor. rokkt.PcA
no basta decir que hay en antiguo alemán una palabra emparentul^
para que de él provenga. Kluge escribe: «Que Rocken con Rodé
(roquete) venga de una antigua raíz ruck hilar, de la que en ninguoi.
parte se halla noticia, es cosa que no puede probarse». Por eso S
La lengua de Cervantes me acogí al al. rucken ó su raíz *rukyi, ao;
atreviéndome á proponer mis dudas. El no valerse de tal raíz sabiov
tan sólidos como Kluge, el mejor lexicógrafo alemán, me deja tBt
libertad de opinar, y digo que Rock y Roken, la rueca y el roqud^j
no se dijeron del hilar, sino del hueco de cañas para sostener elcoplK
qu e se hila, y es un doblete de roca, del euskaro arroka hueco, IM
roca y la rueca. QuiJ. 1,28: La almohadilla y la rueca. Id. 2, 65: A»-
tes me conviene usar la rueca que no la espada. Monter. Arqotc^
40: Difieren de los toros de España en la forma de los cuernos, q»*
son densos y van haciendo ruecas á manera de roscas. Nótese esM
esta acepción el valor etimológico de cosa enroscada que fbni^
huecos.
A buscar la ando, la mala de la rueca, y no la hallo. (Con I^
perezosas.) c. 13,
Buscándola ando la mala de la rueca, y no la hallo, c. 318.
Como la rueca de ana vieja, de lo torcido.
Cuando veo la rueca, de mío, me caigo muerta, c. 372.
72 rueca
277
Donde vieres rueca de algwíón, éntrate de rondón, c, 292.
Donde rieres raeca de algodón, éntrate hasta et rincón: ti
•es rueca de lana, intrate hasta la cama: si vieres raeca de lino,
aíe hasta el postigo. {Denotan pobreza, y que tiarán é ruego,
de Uno, no unto, porque la usan también mujeres caseras, no
y por las tales se dice: «no pases del postigo, y pasa tu
o; si vieres ruec» de lino, pasa tu camino, ó no pases del pos-
Qut^n en la Si.) c. 202.
Donde vieres raeca de lana, éntrate hasta ¡a cama. c> 292.
Donde vieres rueca de lino, éntrate hasta el postigo, c. 2Q2,
La rueca de algodón, siempre quiere estar en el rincón. (Como
quedíced otro refrán: «Uno y lana no quieren ventana*), c. LQO.
La rueca en la cinta, y los pies en la bailta. c. 1 90, en el baile
«gocijo, como; Las manos en la raeca y los ojos en la puerta,
lo ine i holgar.
Mi raeca espetada, mi suegra soterrada, mi marido por nacer,
que no puede ser. <Espe!ar por despdar, acabar de hilar to
en la meca; pertenece á los «tlinos de la tela y cosa y cosa:
deito es quien no ve por lela de cedazo), c. 465.
Perdí la raeca, y el huso no hatto; tres días ha que ando á tus-
I. c. 3B7. Perdí la rueca, y el huso no hallo: tres días ha que
mtdo en el rastra, tu 387.
Roiía y huso, devanadera y aspa, no hay madera que más mal
.c 4S2: propio de liolgazanas. Rueca y huso, mal fuego
que no hay madera tan poca que tanto mal me haga.
lÉflv, si ttó, mi raeca me tengo, c. 261 .
féferes rueca de algodón, éntrate hasta el rincón, c. 260.
Si 'aeres ratea de lona, éntrate hasta la cama. c. 260.
Si 9kres raeca de tino, pasa tu camino. (Las de algodón y lana J
> Pereza, y que se alcanzarán fácilmente; la del Imo úaanla
I majwie* ricas para su casa, y no scr.in tan fáciles), c. 260.
S vieres rueca de tino, no pases del postigo, c. 260.
Wfflecfl de algodón, y éntreme de rondón, c. 434.
'^•w í»d-©ro, el cucurucho en general, en particular el de la
1 sostiene el copo y el de encima que lo asegura, y las mi-
^ ^ «{tBliciados. Zamora Mon. mist. pte. 2, Simb. 5: Que des-
278 Origen y vida del- LEKiaÜAtC
pues de leido no le sirva de rocadero ó de naipe para devanar tnloLi
Pie. Just. 4,3: Ni (se hacía) rueca de vieja, que no se enlraseoQft]
un rocadero hecho de ellos (de billetes). Lis. y Ros. 2,1: YUscabfr^j
zas con mitras y rocaderos. Lao. Diosc. 3,16: Adonde las mujcnj-j
no tienen tanta cuenta con las mudas y afeites, como con los husosy '
rocaderos. Id. 2,94: Sirve aun hasta de rocadero.
Kuca-<lor, en Aragón y otras partes rocadero para sujetar é-
COpo á la rueca.
Mantilla de tocador, en Salamanca la mantilla de las charras, d-
de casco, por tener forma de tal: es de paño con agremanes y carece
de velo, cubriendo la cabeza, los hombros y la parte superior de
la espalda de entre ellos.
/\-pi*oc-ado, de las mangas huecas y acuchilladas como rué-
c-as, conforme á su etimología. Qaij. 1,42: La ropa luenga con lit
mangas arrocadas que traía, mostraron ser oidor.
Roquete^ es un diminutivo de roc-a, roqu-e y ruec-a. Sueleft
traerlo de! ant. al. roe, vestidura de encima, al. Rock, anl. fris. ro^
ags. roce, norso rokkr, med. lat. roccus; it. rocchetto, roccelto, do
fr. rochet, pg. roquete. La forma no diminutiva ó simple solo W
baila en las germánicas. Según todos tiene «I mismo origen que-
rueca, del cual es claramente un diminutivo, sobrepelliz cerrada f
como arrocada, hueca, y en el blasón, roquete es la pieza en fonu
de triángulo en el escudo. A. Alv. Silv. Ftr. 6 dom. 5 caar. // c. S 2:
Vestidos con roquetes y pellizas de sus cerimonias. D. Veoa DÍ8t^
Fer. 3 dom. 2 caar,: Vestirte el roquete.
En Aragón pieza de la lanza en el borne para no malherir en d
torneo y lo mismo antiguamente. Tapur. 278: Justar con roquetes.
K<»queta, caballero ó atalaya que ocupaba una parte interioi
del recinto del fuerte ó roque.
Koquet-al de roquet-e. Pie. Just. 2,3,2: Traía una toca ro
quetal muy larga.
.'Vprojap. Ni de un *ar-roscidare, de roscidus, de donde c
eat. arruxar, que solo vale rociar, aragonés rujiar; ni de un^ar-ni-an
de ruere caer. Es el euskaro arrotza forastero, extraño, lejos, alejai
extrañar. Tiene por propio valor el de echar y lanzar con violencii
y metafóricamente acometer con atrevimiento y valor, es deeir co
arrojo.
hlrans. dd crecer las plantas ó sncar fuem sus ojas, flores,
. D. VtüA 5. ¿or..* Suele segarse el trigOj cuando cs!á en hierba,
mejor. Siou. S. Jeron. 5,4: Remozíiíiase la
i'-*»:! uf-M. {(. Éi'jaban los árboles.
Del habbr con arrojo. J. Pín. Agr. 3,33: V !a imaginación de
I oo puede obrar en otro, por mis qiie arrojen algunos aíregua-
, como Avícena.
Ttatts. laníar, ó liacer salir con fuerza, desechar. QuIJ, 2J7:
I la Itnm y embrazó el escudo. León Cas. 4: Todo nuevo y
I rtcienic y loiío hecho de ayer para vestirlo hoy y arrojarlo
a. SaaS'. Efíipr. 40; En que suele ahorrar mucho el que mis
imcfilc arroja el dinero. QuiJ. 2p4: Arrojaron los boido-
quitítronse Ixs mucetas ó esclavinas y quedaron en petota.
Masa tf, r. 12: Arrojar la cara importa, /que el espejo no
1 porqué.
[jCnvür, hablando de gentes de guerra. Coloma G. F1. 4: Que
í arrojase algimas tropas para el dicho efedo. Id. 5: Mu^lrin-
— ; .^. con todo su campo á la frente del nuestro, arrojó.
i>n con 1500 corarjis la vueHa de nuestro cuartel.
por la boca hablando, sobre todo con atrevimiento. Villa.-
\ír^ N'o sabe*; tú que tina loca que desvaría, si la quieres
cir, que de loca se hará muy loca, y arrojará más porra':ías,
* 2,7; También como vos sé yo atrojar refranes como llovidos.
il/¿4: Voto i tal, respondió con mucha cólera Don Quijote (y
! como tenía de costumhrc). J. Pin. Agr. 4,IS: Y por parecer
D. arrola que la ambrosía era nueve veces más dulce que la
[$E, las plantas, etc, echando afuera. Zamora Mon. mist,
iiago: Pero como es injerto, siempre el tronco anx>ja
i>N Cas. inir.: Arroja mil pimpollos y hijos. Niercmb.
RTo 7: El norte A que mira la caridad es de purísima luí,
'- - ■ mis ardientes que el sol. Le6n Rey: Con el sol
lol aire arrojan afuera hojas y llores y frutos. Id.
arrojará sus renuevos con fuerza, jAKcjue Orad. t. 5,
fi\- ' ' ' ■ escupiendo nube* de cenizas.
_ . . --. . : para que el cielo me arrojó al mundo.
H. MtJ. 1,19: Arrojando al aire puAados de tierra. Coldma
280 Origen y vida del lenoums
Tac. Anal. 6,19: Ni los que la corriente del agua arrojabti
orillas.
De. Qaij. 1,3: Antes trabando délas correas las arrojó
trecho de sí. Id. 1,5: Arrojaba el libro de las manos. Id. 2,!
Cuando le echaron ó arrojaron del cielo. Solis. H. Mej. 4,6: Le anq
de su presencia con desabrimiento. Mariana H. E. 16,10: Con
dras que de los muros le arrojaban. QaiJ. 2,3: Que así componen
arrojan libros de sí, como si fueran buñuelos. León Cas. Intn
Piensan que con parir un hijo de cuando en cuando y con arroji
luego lejos de sí en brazos de un ama, son cabales y pci
mujeres.
En. MoNC. Exped. 22; Las insignias de la dignidad de m
^ue las arrojó en e! mar. Gran. Orac. 1, dom. man.: Al caballo y lí]
caballero arrojó en el mar. Lope Gr, Daga. Mosc. 2,10: Con uot'
piedra me ordena /que le arroje en ese río.
Por. QaiJ. 2,34: Arrojando espuma por la boca. Id. 2,19: Asia
la espada por la empuñadura, y arrojóla por el aire con tanta fuenL
Id. 1,27: Me arrojó por la ventana un pañuelo.
Sobre. Solis H. Mej. 3,2: Arrojaban las mujeres diferentes flo-
res sobre los españoles.
Metaf. Dar arrojo y valor. Castro Moc. Cid 2.° pte. 1: Quite
me anima? quién me arroja?
A. Coloma G. FL 3: Y arrojándolos á los peligros, de dondeí
era cierto que saldrían con la reputación que siempre. G/Ya/i.; Yesta
«le la hambre tal vez hace arrojar los ingenios á cosas que no cátb^
en el mapa. Laguna CatiL: De aquellas sus traiciones secretas le-
arrojamos á públicos latrocinios y robos.
Galicismo es por ofrecer, dar de sí: arrojar cantidades, refleido-
»es, consideraciones, porque no hay brío en este dar de sí ó pre-
sentar, el cual siempre encierra el verbo arrojar.
Reflex. echarse de golpe. Qaij. 2,12: Y al arrojarse hiciecoa
ruido las armas, de que venía armado.
A. Esp. ingl.: Con grande ánimo se arrojó á la mar. QuiJ. 2,29:
Si no fuera por los marineros que se arrojaron al agua y los sacaron. *
Numanc: Quien pues morir de hambre no desea, / arrójese cofr ■■
migo al foso. Estella Vanid. 1,7: Arrójanse pecho por tíem, oonMt^
72. arrojar.
2S]
(que despidió Gedeón, á beb?r $u^ venenosas aguas. Sous H. Mej,
y. Se arrojíj ai agua peteAiido, y gan* la oira ribera.
I 0r. GaU. tsp. 1: ArrojarOme del muro / á la casa. Calder.
'CS/<I2,13: Arrojaos, señor, deíla. Quij. 1,29: El escudero se
D)d de U muía y fué á lomar en los brazos á Dorotea. Id. 2, SO:
|tfTOJó del caballo y se fué con mucha humildad á poner de
mis de Rolpe y á lo hondo que con á. Dos donceíí.: Vol-
t i cernr la puerta, se arrojó en la cama de golpe. QuiJ. 1,41:
;se arrojaxfa en la mar, que. Monc. Exped. 36: Se arrojaron
|d fuego todos. Quij. 1,50: Arrójale en mitad de su negro y en-
t licor. Namanc. A: A las primeras guardias embislicron /" y
Incdio de raíl lanzas se arrojaron.
Eatre, Mauc. 2: Con furia se arroja entre ellos sin recelo.
Por Qttij. 1,33; Se arrojan intrépidainenle por la mitad de mil
BtrapucíUs muertes. A. Alv. Sitw Dom. 2 adv, 3 c. § 2: Se
an por las breñas y riscos. Gatat. 3: Pur el mayor peligro
piara.
Qaij. 2,21: Se arrojó sobre ¿1 (bastón, clavándose).
5: Arrojándose sobre mi lierido cuerpo con lamentables
"" -' '^r- con valor y arrojo, cerrando los ojos y con
Mariana H. E. 1 7,7: No ha lugar ni conviene
r, cuando la tardanza es peor que el arrojarse. D. Vcoa San
:H " ■ ■ . Arroióse. Dijo cuanto se le venia á la boca.
, . , jcslo que sub habilidades acreditan su valor, (oda-
kikrii burao no arrojarse, sin que primero. Alarc. Favor, mundo
Praio arrojarse y presto arrepentirse. S. Tek. Vid. 1,3: Le
EuardakS, que no le daban lugar á que se arrojase ó
A. 5. Corn€Í: Y tan presto os habcts arrojado á emprender una
I tin. YEj»es V. 7>r. 2,15: Me arrojaba á cosas dificultosas.
npr. 26: Se arrojaron i niayoics peligros, td. 34: Anójase
tito Inciertas olas del Occéano en busca de nuevas provin-
iitro Ei parecido 3,5; Al punto á malaria se arrojó. S. Tiír,
Arrojjrmc á lo que enlcndía era mayor servicio suyo.
Orac. 3,2 prtámb.: Y con esto se arrojan á los Irabaios y
232
ÜHIÜEN V VIDA DPL tENOiJA|t
peligros de la vida. Quev, Peste 2: Me arrojo j decir que.
Guia 2,\5, g 9: Que no nos arrojemos inconsideradamente A
cosas que se han de hacer. Gatat 4: Arrójanse luego á caminar trasj
ella aguijados del deseo. Pcrsíl. 1,13: Con facilidad se arroja á |iK.-j
gar de los por venir.
De aquí abalanzarse ansioso. Tirso Prad. fnuj. 3,1: Quesearro-'|
¡en de lal modo y* al cebo del interés.
Y darse d entregarse ciegamente á, Leóíí Princ: Porque no !
sirve de freno para que no se arrojen al mal. J. Pin, Agr. 2,2:
la libertad de la milicia se arrojará á muchas cosas malas. Galat
p, 58: Cobarde que se arroja al mal.
En. Confiarse, entregándose. Gran. Guía 1,28, § 2: Qué I
falta sino fe viva, para que te quieras fiar de Dios y arrojarte en i
brazos? Puente Med. 2,22: Los reyes con la fe viva que tenían ar
jándcse en las manos de Dios, comenzaron á caminar» Cacer. ptl
12^?: Arrojarse en el pozo de la ctilpa.
Arrojar adeianie, hacer salir. Erg. ^ranc. 4: Al itislanle/j
arrojan los caballos adelante.
Arrojar ayes. Qaij, 1,36: Arrojando de lo íntimo de sus i
trañas un luengo y tristísimo ay.
Arrojar de... abajo. Qnij. 2,3: Quién piensas tú que arrojd
Horacio del puente abap.
Arrojar de sL Nierems. Obr. y dias 7: Par ventura, si sup
este ánimo su rey y experimentase este mal servicia, sufriérale i i
lado? antes luego le arrojara de si y de su palacio.
Arrojar eí guante, retar.
Arrojar ei porvenir por la ventana, despreciar ó abandonar to^
que nos cuadiaba.
Arrojar en, poner en, confiando á. Gran. Orac. 2,3, § 4: Ar
jando, como el profeta dice, muy confiadamente todos nuestros cui-^
dados en el Señor. Pulnte Med. 2^27: Cómo no arrojaré toda mil
solicitud en U.
Arrojar en el suelo, Galat. 2: Y arrojándolas en el suelo
asqueroso menosprecio.
Arrojar en tierra. Valdés Dial, leng.: Hace que el rey
arroje en tierra la espada y el escudo.
Arrojarle á los peligros, exponerle. Colorsa G. Fl. 3: He
72. arrojar.
283
^^^mci^ndoles merced y arrojándolos á los peligros, de donde
^Bcrlo que saldrían con la reputación que siempre.
Arrojarle á ios pies de ios cabalios, despreciarle,
k.' r otof, echarlo- Qtiij. I,lb: A él le pareció que (el alíenlo)
IPb - - . L- su boca un olor suave.
Arrojómelas y arrójeselas y voMómelas a arrojar, de! dispu-
ihifiéndo9C de palabra ó por escrito.
'•w á tos pies, etc. suplicando, etc. Gran SiilL I; Arrojó-
.s pies, la color como de un muerto, y con voz inte*
spicb / de aoílozos dijo. Mosero Anthco y Sel. 3,12: A tus
/ af^radccido me arroio.
* Arr-^---- ante, suplicando, Qut'J. 2,3S; Ame estos pié^ y pier-
n , ', o caballero invicto- Gjían. Imit 1,25: Una vez car-
de anjíustia arrojóse ante tin altar.
I Arrojarse de... abajo. QatJ. 2,5: Se arrojará de una torre abajo.
[2,S: Arrojarme de aqnell;t claraboya ahajo.
Arrojarse en, atreverse, Akatd. Dag.: Owe cotiio presumís de
■{do / os arrojáis á troche moche en lodo. J. PiK. Agr. 23,33:
jmbrr vano se arroja en alabanzas de si mesmo.
Arrojarse en sus brazos, confiarse en otro.
Arrojarse iras, dejarse llevar. Rinc. y Cort: Desatinadamente se
Iras MI deseo. J. Pw. Agr. 2!, 30: Que se arrojan fiirio^-ímen-
\o prohibido. OUan.: Drsaímacl.'tmen!'; (la voluntad^ se arraja
, deseo. Qaij. 2,29: Rocinante proci:ra ponei*se erj íilieiind
tras nosotros.
'Se arrojó como gato á bofes, con gran deseo.
Ai^'^'Mdo, como adjetivo, vale viitienie, atrevido y |>oco
ña. NiurjMa. Obr. y días 24: Tener e! apetito arrojado de
Qfíij. 2,1: Quién más arrojado que Don Ccríongilin de Tra-
2,M: Si iCrisóslomo malo su imp.iriencia y arrojado deseo.
^ £mpr. 64; Son peligrosos los consejos arrojado^. Aleaid.
¡Qi)C suele lastimar irna paUhra / de un juez arrojado. Laber.
tj* 2: Reporta. Andronio, reporta/ la arrojada condición.
En H Germ. zaragüelles, por lo huecos y orondos, conforme día
enskirica de arrotza.
arrojado. (Dicese de uno que tiene ímpetus de cnoio, y no-
2fi4 OrIOCN y vida DH. tENOUAJC
reportado), c. 525. Ser arrojado en, atrevido, poco mirado.
ps. 5Í: Eres muy arrojado en el hablar,
Aprojj-atl-izo. Lo qvie puede arrojarse y es para arroji
Proi Comed.: Sin que se Jes ofreciese ofrenda de pepinos ni
olra cosa arrojadiza. Cacer. ps. 59: Asesta los tiros arrojadizos
su indignación y de su ira, Zamora Moa. mist. pte. 2, L 4, Simb.
Si los quería espantar con saetas, tiros arrojadizos^ dardos
res. J. Pm.Agr. 22,3]: NI herida de armas arrojadizas que
lastime.
Metaf. arrojado, atrevido ó inconsiderado. Col. perr. Y al
arrojadizo y mal informado. Am. tib.t Bien así como mujer,
naturaleza es fací! y arrojadiza para todo aquello que es de su
A. Alv. Silv. Magd.9 c; Fueron fáciles y arrojadizos en sus
dos. Id. Fer. 4, dom, 2 mar. 14 c.: Cuan inquieto y arrojadizo es
pensamiento del hombre, D. Veoí S. Pedro: El daño grande
hace una mala lengua con una palabra arrojadiza.]. PtN. Agr. 9.
Esta palabia fué más superba y arrojadiza. Id. 16,9: Con ojos
gabundosy arrojadizos, amiga de ver y de ser vista.
Api'oja-poppailiis, el que habla necedades. J. Pm
4,17: Me notasles de arrojaporradas.
AiTOJ-o, p&sv. de arroj-ar. Dícese en la acepción metafi
atrevimiento y modo de obrar osado. Maner. Pref. § 7: Tuvo
devado ingenio Tertuliano... que en alabanza de su erudición.
nín^nm hipérbole es encomio^ ninguna exageración arrojo. L QllAC*5
Crit. 3,1: No se oyen aquí jamás desatenciones, mucho menos arro-
jos, ni empeños.
De arrojo, decidido, arriesgado.
AiT«J-e, posv. de arroj-ar, el hombre que en el teatro seanCK*
jaba para subir el telón con el peso y el sitio del telar desde d(Hide
se arrojaban, que eran dos.
Arpochar, por arrojar, lo que confirma su etímologfl.
G. Oalan Extrem. p. 39: Yo no me arrocho / á jacel la brutíL
73. Hay en las 1-E una raiz ru, que Fick dice valer lo que he-
mos visto valer el euskaro arro, es decir barranco hondo y fluir 6 :
correr por él. Hacer barranco, cavando y rompiendo, es loque sjg*
nifica en lit. raa-ya, rau-ti, prus. raw-ys barranco hendidun^ eiL
73. ruerc, rivus.
2S5
■ hacer hoyo, ro-yo, ry-yan, ry-ti romper, ry-¡o, ry-ia lo que
f ano, pico, íTadón, pala; en atit, aL riostar pico, al, Riester,
rtas-tra. En los Vfdus rw, el iniper. rutlhi y d participio ru-to
, despedazado. En lalin ruére despeñarse en el barranco, clespe-
(leAplomarse, ad-ruere amontonar la tierra, cor-raere dcsplo-
le, dt; di-rutre despeñar, destruir, e-ruere echar, sacar, ir-ruere
50bre, ol>-raere caer encima de, cubrir, pro-, sab-, sapcr-raere,
¡•rutas medio destruUOí rutA-buhm lo que rae y ahueca, ra-
t pico ó azada para lo mismo, ru-incic\ despeño ó ni fn9. De
barranco, canal en esl. rova, priis. rawys, tat. riv-us, riv-ora,
cor-riv-are j un lar varios lorreníes, deriv-are derivat ó sangrar
iente, de rí va-tío áttivíción, riV-oWs de rio, ribereño, por
nsíón ríval, por los litigeos qus: el tórrenle ó río ocasiona al cam-
bs lindes de los campos ú al sangrarlos; «^ ínter rivales, id
quí per eundem rívum aquam ducunt, sit contentío de aquae
(Gfti M,I)«, pasó d vocabkulel rengiia]e del derecho al habla
eral. El rata védico es d di-ruíus. e-rutua, ob-rutus. Al rivaüs
idc en e^l. rtñnu, rivinu acmulans, runí, rivnu celo, rívinivu,
fiktí aeniulus, como rivmus en Plauto. En ski. rav-áti equivale
r-<r/j, evcllerc.
(Handbuch der Zendspr. S6) y Corssen {V- , 53-í) Iraian de
WOuir, de donde no pocos nombres de rios, en »kl. ri-yami
V hacer ir ó fluir, extraer, por ej. apas las aguas, rí danza,
' . nyfl fluir, n-ti movimiento, finjo, «so, instinto,
¡ ida, corriente.
De arrúfi tal ve/ riína ¡ahalina, que ames debió de ser la.
ncaitnía primitiva para ahuecar el campo y limpiíirlo. pue^ fí/n-
f vaic sidiar ó escaí bar, runca-tio, runca-tor, runc-ina.
El i'ocablo mis usado en las I-E para nombrar el río es el eus-
J que originó nuestra palabra chorro, skt. «sríiva de Sfü fluir,
firi-srava río del monte, poij por *srov4, de pici fluir, lil. sriovve,
tírova tila, p:-j|iia, vri. stíiaim, ant ñl stroumt aL Sirom; skt.
pefs. ant rautatt, persa r&d, irl. sritth, arm. aru cana), de
ttis, Oín raí/, que propiamente indica el agua, es en skt. y zend.
ant pni$. Qpe, lil api', \rI aqtta^agaa, godo íjAh'^, ant. al.
«t; ó ski. a/nÍKi a|^, galo amf»e rivo, /n/rr ambes ínter rívos,
tfAoii/i, aufr rfo, y -apa, -a/a, -a/fa en la toponimia en el N. O.
de Alemania (Müllcnnof, D. A. K, 2,227), lat. amnh',pQKHk
casi todos con el valor de agua, y á veces con el de río, y es d e
karo ibai, ubai ribera.
Nombres antiguos se conservan en los nombres de ríos cu
peos y asiáticos. Así á la raíz dicha ó chorro se reducen el Stpái
de Macedonia y el Ramd, nombre antiguo del Tiber, de *srea-n
El latino-céltico Dünavius, ant. al. Tuonouaa, esl. Dunavu
emparentado con el zéndico daña río, oseta don agua. El Volga
Tolomeo Pá, por papa» es en mordvino Rawa, Raa, y aun tal
es el "Oapoq de Herodoto, y proviene de sravd., que en labios f
ses suena Rawa. Los turcos le llaman el gran río arfe/, idel, y «
mayor del Oeste de Europa.
Del culto de los ríos hay no pocos datos entre griegos (¡uvet
Mundí, p. IQO). Peleo dedicó un mechón de la cabellera de A>
les al rio Sperkio; los pulíanos sacrificaban un toro á Alfeo; The
convocaba á los ríos á la gran sesión del Olimpo. El Occéano
una divinidad y no menos varias fuentes. Pero ya para el tiemp(
Homero iba de capa caída el culto de las aguas, más propio de
estado anterior y más bajo de cultura, como veremos al ha
del agua.
Arrotz, arroz-ta lo tenemos en ras rur-is, por ras-is, campe
decir, el extendido, rur-ien el campo, rar-al-is rural, rus-ticas
tico, riistici-tas rusticidad, rusticá-ri vivir en el campo. Poi
menos Darmesteter (Mém. Soc. Ling. 3,56) ha declarado esta
probando que significa espacio extendido, y ha comparado el Z(
rav-an, rav-as extendido, espacio, participio de una raíz ru, qu
supone indicar movimiento, en persa ravíl ravan el que marcha "
extiende, aor. rav-am, de donde el infín. raf-tan; en pehivi rüc-
=persa rag-tak campo ó rag-i, que es el rus latino. Según (
tendríamos el arro y arrotz extenderse, alejarse. En al. Raum e
cío, pehl. riivak el que va, ant. a!, rñ-m, godo ruma-, rams espa
saj. ram, ags, rúm, ingl. room.
Voz de mineros, correspondiente al arroka, euskérico, fu<
griego ¿púaoíu, typ'Jf-yjv, ü>pü'j(-o=op(ópu/a cavar, ahondar, opiíx-
¿püy-fj^arroArfl y (opü7-|xa agujero, opuS pico, azada. En skt. rirf j
-ati, ru-róg-a golpear, herir, matar, y luñc-üti arrancar, quitar,
en composición que quita, raj ruj-Uti romper, ruj-a rotura. En
uto, wrui¡a, ruJt-/i arrugar, y Uí vez en lat. raga arruga, rug-osus,
fH'e amigar, pues no puede separarse de la forma lituana; y aun
fancare escarbar, si la nasal es adventicia y no viene de run-a,
Bo corr-rug-i b;(rrarcos, tórrenles y canales en las minas de
para Ijvarlo, parece tomado de España con ar-rugia arroyo, y
jcb» el origen rnskírico tle mga y demás vocablos citados:
líegiies 6 arrugas sirenan arntka en ctiskera.
F4. RainA, de ruín£. Acción de arruinarse, caidaí deslrozov
1. Qaij, 1,9: Qne todo elb con espantosa ruina vino al suelo,
): Que más parecían ruinas de edificios. Id. 1,30; Podía
ir toda esta mina y desj^racin. Id. 2,41 : Fueron la total ruina de
Sááv. Empr, \A: Una lengua maldiciente es la turbación de
iz V la luina de las familas.
^Díccse la punía del rabo, que se corla al galo, etc, porque
fea más, como que se lo impide, y la persona pequeña raquitica.
Como ta rabta, def |>equeño y raquítico.
Es ana ruina andando, del muy deficado.
Una ruina, to que trae inabs consecuencias.
Ituíii. Al parecer de ruma, por ruin-o; pg. ruím, roim. El vil,
^. despreciable, desmedrado, mezquino, de nialss mañas, S. Tek.
í. 2: Le di cuenta dclla y casi de toda mi vida, aunque es harto
, cari. t. /, V: Y )0, aunque ruin. CAsntLEi. Oi>r. Poct. f, 58:
me anego/ por ser ta h;uca lan muí. Fons. V. Cr. 2, 1 0,
sí^onlo loft fariseos y salieron con dos calumnian, una que
»mpaAf.^ ' ■:* !i. lííZíir 4: t:scai>anilo delosamos
!)la leí i>do inejoria. Quhv. Mus, 6, r. 73:
ago quedo alumno debe de ser Galicia/de todo punto
iílij. I,-Í:ívi!:n ' il'nno, dijo Don Qitijoíe. Ul 1,20: Como
■ '■"- .y:>- < <<, r.nio y naadü enlrc ellos, td. 1,51: No digo
, en cosas ruines y malas. Id. 2,33: De mi
lío no se puctlc ni debe presumir que. Id. 2,35: No hay
la doctrina por ruin que sea.
t. es el ncrveeiUo de lo último del rabo en los gatos, que se
¡la para que crexcan. Dfcesc también ruina, por arruinarlos y
peñes ruine» y Ueámedrados.
233 Oríocn V viüA del lünquajc
Algün ruin nace, (Díceio alguno, cuando en la conversación
Han lodoSp y con esto mueve la plática), c, 44.
A! ruin, cuando le mientan, fuego viene. En mentando oí
suele venir, c. 41.
Ai ruin, dalde cargo y sabréis quién es. c, 4Í .
Ai ruin da>lde ojicio y será conocido, c. 4L
AI ruin dalde un palmo y tomará cuatro, c. 41.
Al rain de Roma, en mentándole luego asoma, c. 4lj al venir
aquel de quien se hablaba.
Al rain falta posada, qae faera, que en casa, c, 41 ,
Al ruin, mientras más le ruegan, más se extiende, c. 41,
Al ruin que Dios mantiene, en mentándole luego viene, c. 41.
Al rain, su tierra le llama. (Contra los que paran poco en tt
ajena y no se esfuerían á pasar trabajo y valer ausentes, como haccfl
los buenos), c. 41.
A nadie le pese que le digan ruin; pésele de serlo, c. 7,
A pesar de ruines. (Ha de ser, se ha de hacer), c, 506.
A ruin, ruin y medio, c. 22; al maestro (de esgrima) cuchillada;
á uno biienOf olro mejor.
Aunque te veas en alto no te empines, porque es condición
ruines, c. 28.
A un rain otro ruin. (Quiere decir que para rogar y acabar
con una persona baja, es menester otra de su calidad, porque sí «g
mayor y de autoridad^ suelen ensancharse y no corresponder con d
debido respeto y razón), c. 2.
A un ruin, ruin y medio, c. 2.
Buscando anda el ruin su San Martin. (Su castigo y pago).
c. 31a.
Cada ruin piensa que es bueno en si. c. 329.
Cada ruin quiere á su hijo. c. 329,
Cada ruin quiere entrar en la danza con su mudanza, c. 3M-
Cada ruin, zapato al tazo. c. 32Q.
Cada rain, zapato botín, c. 32Q. Vestido precioso no india
nada en el hombre ni en sus costumbres.
Casar ruines, Henos tos hospitales, c. 325.
Casar ruines y habrá montaraces, c. 325.
74. ruin.
289
jV Como tt ruin de Roma, cuando VcgA aqud de quien se habla; y
Ílcn. qtic en cuanto s« le mienta, asoma.
Como rain en casa de suegro. (Por el que se hace dueño y más |
Oíros), c. 36?.
Con ti rain pasan eí vado. (Echándole delante que le tiente).
Ctíando al ruin hacen señor, no hay cuchillo de mayor dotar.
64.
De rain á ruin, quien acomete ó embiste, venu, Laq.
. 2,33.
Dos ruines y dos iUones, nunca bien ios compones, c. 293.
£1 más ruin que lo diga basta. (Pulla dicha en donaire).
521.
£i ruin delante, cuando alguien se nombra ó pone el primero;
7 barrro delante porque no se espante.
Et ruin de Roma en mentándote luego asoma, c. 107.
£f rain mientras más te ruegan, más $e extiende, c. 1 07, d se
nchA, se ctttona.
El rain siéntale á la mesa; tajada toma que á todos pesa.
07.
Enamoróse tí rain de la ruin, de las trenzas del mandil.
2-í.
mentando ei ruin de Roma, luego asoma; ú en nombran'
123. Cuando llega aqu^l de quien se hablaba.
En mentando a¡ ruin, suele venir, c. 1 23.
se gana en hacer bien á ruines. (Queja de perder lo que se
!). c. 530.
Extenderse como raía en casa de suegro rico, c, 1 38.
tar/tf rain es quien por lo suyo no vuelve.
*JttnÍádose han los ruines, chorreías y SanchogHes. c. 275,
que el ruta mete en su arca, desventura ajena no lo saca,
cié avarícnto el diablo yace dentro^ ó á la puerta del l(^rero,
¡c el pordiosero.
ruin me icaste el amigo, que lo bueno presto es vendido.
Los raines y tas tifones, nanea bien los compones, ó nanea
if
E:
F/ií
290
OrIQCM V VIDA DCL LCNQUAJC
éien se componen, ó mal se componen (Porque son temosos y^
fiados, y no se reducen bien á la ratón los ruines), c. 206.
Mailiaya guien á ruin mete en sa casa. (Dicho de arr
do), c. 4A7.
Más quiero comprar, que <f ruines rogar, c. ■449.
Más vate dar ú ruines que rogar á buenos, c. 452.
Mejor es dejar á raines que pedir á buenos, c. 461.
Mete af rain en tu pajar y quererte ha heredar, c. 462.
Ni de ruin causa condal, ni verdad en ojiciai. c, 211.
No ftay ruin que no se tenga por bueno, c. 221.
No se puede igualar ei ruin sino con su igaat c 228.
Por los ruines se pierden los buenos, c. 395.
Quien en ruin lugar hace viña, ú cuestas saca ¿a vene
poco fruto de los ingratos.
Quien no se alaba, de ruin se muere. Poco medra el que i
sus buenas prendas.
Quien ruin es en Roda, rain es en Ronda, c. 347. El de
coslnmbres ócandícirtn, siempre y en lodas partes saca la palaj
Quien ruin es en Roma, ruin es en Carmona. c, 347.
Quien ruin es en su casa, ruin es en la plaza, c. 347.
Quien ruin es en su tierra, rain es fuera de eíla, á en ta ajm
c. 347,
Quien ruin es en su vilia, rain es en Sevilla, c. 347.
Rogar á raines, no hay que esperar de los de baja condic
Rogar á ruines no alcanza Jines.
Ruin con ruin, qUe ansí casan en Dueñas. (En Dueñas iu\
uso de casaren su litjjar cotí su i>{u-il y conocido, y no íuera,
de la comarca por mstraca inventaron este refrán/quizá con
y cJesdeñadoí, que resitlla más en honor que en baldón; na (
z<5 porque allí se casó el rey don Fernando viejo), c. 4&2.
Rain por rain, estése Pedro en casa, ó Martin, c. 433.
Rain por rain, quédese en casa Martin, c. 483.
Rain sen por quien Quedare. J. Encjn. J 14.
Ruin sea quien por ruin se tiene, y lo va d decir á ta ptai
482. No desalabarse ni sentir ruinmetile de sí. Qtúj. 1,2 1
Ruin vendrá que bueno hará, ó que bueno me hará. c. 4^
Si algún ruin no le pone falta, (Alabando algo, ataja que I
74. arruinar.
291
^■radiga. Variase: «si algiln ruin no ta pone falta, no lo pono),
^^Sin vos, ruin, se hará Ja boda. (Cuando alguno se enoja y se
an manceba), c. 203.
un ruin se nos va de la porta, otro viene que nos conforta.
52. Si an rain se nos va de ia puerta, otro viene que nos cofh
3. c. 252.
Todos al ruin y tt ruin ú todos, c. 42 1 .
Í Todos del ruin, y et ruin de todos, c, 422.
Un ruin ido y otro venido, c. 163. Libres ya de un mal, solt-
I ciar en otro mal ó peor. Un rain se nos va de la puerta, y otro
te que nos consuela, c, 163.
]iuiu-tuent«. QuEV. Mus. 6 r. 17: Vive Dios que no es
in/y que es ruinmente hecho.
]tuln-4tfic], lo propio del ruin. J. Pin. Agr. 3,S: Cuantío ra-
abía tantas ruindades. Laxar, 2: Mirad quien pensara de un
cho tan pequeño t^l ruindad.
\Jhnndades vencen seflaíes. (Que en buena cara y talle í^uelc ba-
hechos. El contrario es mejor: «viríiides vencen seña-
Ituin-ejo, dimin. de ruin. Selvag. 261: Siendo tu cliiqíiillo
tlnejou
lia-oso, que se arruina, y lo desmedrado. Lazar. 2: Y fu¿
b(a cnbe el íucgo un nabo pequeño, larguillo, ruinoso.
Lulta-nr,de ruin-a, como arruinar. G. Alf. 1,1,8: Y con ae-
mints lo* postran y ruinan. Lj^n, Diosc. 5,6Q: Oasla y ruínA
' •" M. 5J: Conócese (anta cneniííí.id y discordia cníre las
me ptantatias una'i cabe oira» se ruinan y nunca
Srvi.
1— t*rulii-ar, de rum-ar, rinn-a, causarla, dcílruir, desme-
dí lo firiro y de lo moral, dejar sin bienes. G. Aíf. 1,1,1; Cdi-
L arruinados. Cadr. p. 566: No liay culebrina ni ciftdti reíorza-
into arruine. Zímora Mon. mist. ptc. 3, Asunc: Que el
ipc de la tenución dé con ella en tierra y la arruine. León
S' cuando lodo á la redonda de él se arruine. A. Alv. Sitf.
caar. 7, c: Haberse arruinado y enflaquecido á sola una
292 Origen v vida bfa. iínoúaI]
vista de la ocasión. Id. Dom, 4, cuar. 8, c: Que es fírmeza que 06'
se podía arruinar. Esteban. /. 217: Le deshizo, venció y arruinó.
Arnuiíi-ado, comoadj.el que perdió sus bienes.
En-ruiíi-ap. L. Fern. 143: Ea ya, ño m' enruineis.
Kn-i»u!n-«eei*. Hacerse ruin, desmedrado, vil. Corr. 376:
Crecer y enruinecer.
D<*N-eit-ruiii-ap, sacar de ruin ó de ruin-a. Q. Benav. I,
273: Salga y desenruine / la parentela.
Itío, de rivus; ií. rivo, río, prov. riu, ant. fr. riu. QuiJ. 1,11:
Corrientes ríos. Id. 1,32: Navegando por un río.
Metaf. gran abundancia de lo líquido. Gran. Simb.pte. 2, c 32i.
Así la dejaron testífícada y fírmada, no con tinta, sino con ríos de
sangre.
Al río irás y no hallarás agua. (Encarecimiento de quien no
sabe buscar ó tiene desgracia en hallar; varíase: irá al río y no hallari
agua), c. 510.
A par de río, ni compres viña, ni olivar, ni caserío, c. 1 7.
Apear el rio, vadearlo á pie.
A río pasado, sanio olvidado. (Reprehende el olvido de votos
y promesas pías), c. 22.
A río lleno, con abundancia.
A río revuelto ganancia de pescadores, cuando se apro
un desorden para el propio logro.
A río vuelto, ganancia de pescadores. (A río vuelto, es
muy usada), c. 22. En Pic.Just. 1,3,52, revuelto, como hoy
dice.
Bañarse en el río Jordán. (Por remojarse, tiene el vulgo
opinión creída, que bañándose en el río Jordán, se remozan. Ti
se de lo que dice la Escritura de Aman, que en él lavó su lepra
mandado del profeta Elíseo, y sanó, y se limpió de ella; varíase
cho: «Parece que os fuisteis al río Jordán; parece que os
bañado en el río Jordán; háse bañado en el río Jordán>). c. 305.
Bebe de rio por turbio que vaya, come carnero por caro
valga, casa con doncella por años que haya. c. 307.
Como ríos, de los ojos que lloran mucho.
Como un rio, que brota mucho.
Cuando el rio llegue aquí, Murcia, jqae será de W c. 366.
74. rio.
293
Cuando el rio no hace ruido, ó no lleva agua, ó va muy cre^
údo. .:. 366.
Coúttdotl rio suena, agua lleva, la murmuración tiene algún
immio.
Caandú el rio turbio corra. (Porque cuando alguna cosa succ-
ino stri muy mala), c. 597. Qaij. 2,24. Y cuando todo corra
^o.
Cuando el rio zurrea, ó lleva agua ó piedra, c. 366.
De entre rio y rio, lleva eí divr.mo el más vecino. (Véase atrás
r«j. c. 2SÜ.
f/£te rio, pecesf irutiía para corear y burlar alí^o.
\Do ta más hondo el rio, hace menos raido. (Gentil alegoría
I dedr que do luiy más seso, hay más asiento), c. 289.
Echó un rio de lágrimas, lloró mucho.
£J que no tiene qué hacer, vaya al rio tí ayudar á torcer,
92,
\G rio, no tan junto que te Heve. c. 1 05.
£1 rio pasado, el santo olvidado. (El peligro pa*ado). c, 107.
et buen rio se pesca la trucha, c. 111.
I ei río que no hay peces por demás es echar redes, c. 112.
I? rio gran pez, más ahógase alguna vez. c. 118.
< :.' manso no metas tu mano. c. Í23.
itrt rio y rio /jVí-j e! diezmo el más vecino. (Sucede que dos
en |urj«diccii)n. ó parte de ella entre dos lugares, y que la
. se labrn; pues b mitad más cercana al un rio
¡i. . ' :ía biutda, y la otra mitad cercana al otro rio
, al lugar del otro lado: de manera que la tierra, isla, ó rinco-
paric víual á los dos lados), c, 127.
en mi»... »*; rio, y mttérese de sed el mezquino, c. 136.
fi/? tuécn pueblo de pesca, si tuviera rio, ponderando Fo malo
un pueblo.
■ 'lí^f^masj /oj £>/os, llorar mucho. D. Vcoa
. osa, vuestros ojos hechos tíos de ligrimas.
: ,S: Hídéronse fuentes los (ojos) de Periandro, y ríos (os d«
u* r .. , '■■'■íc delincuentes ocultar lo robado, entre jugado-
la ganancia.
294 Orioen y. vida del LCNouAje
Lo que el tío allega, el rio lo lleva, c. 198.
Más agota el río, y tráemelo en un rivo, c. 447.
Ni cabe rio, ni en lugar de señorío hagas tu nido. c. 2 1 2.
No crece el río con agua limpia; no suelen comunmente lograrse
presto riquezas; ó la buena fortuna se enturbia con di^ustos.
Ni río sin vado, ni linaje sin malo. c. 215.
No nada, y en el río anda. (El áncora, y sirve de refrán), c. 226..
No hay río bravo, que no tenga vado, ni plazo que no Utgat
al cabo. c. 221.
No hay río sin vado ni generación sin malo. c. 221:
¿No sabes, hijo, que del río, á veces cargado, á veces vacio?
Selvag. 146. Hoy hay dinero, etc, mañana nada se saca. Dijese de
pescadores.
No soy río para no volver atrás, c. 229.
Por donde va más hondo el río hace menos ruido. Galindo 303.
Río de lágrimas, llorar mucho. García Dolores: Derramar río»
de lágrimas. Valderrama Teatr. S. Mon. 2: Dos ríos salieron de su
ojos. Id. Siempre andaba ahogada en un río de lágrimas.
Río de Loba, río de Loba, caído de nabos que me tornes toda,
y las piedras sopas, y la puente cuchara, y mi mujer y mis ftíjfov
de esotra parte de Navarra, c. 480.
Río que zurrea, ó trae agua ó piedra. (Cuando suenan las
presas, ó chorreras, es señal de mudanza y agua), c. 480.
¿Soy río para no volver atrás? (Pregunta do niega serla)
c. 263.
Vayase el rio por bajo de la puente. (Que se deje lo que no se
puede estorbar), c. 431.
Ki-fi, el ri-o al entrar en el mar, que se ensancha. Corn. Croir.
2,3,39: Un caballero de Trento salió á divertirse con unos amigos CU
una ría ó brazo de mar.
Kí-ada, avenida grande ó creciente del río.
Ri-ol-ada, afluencia de muchas cosas á un tiempo, de iii
*ri-ola, de ri-o.
Ri-ero. GuEv. Ep. 20: Antiguamente en España al que noso-
tros llamamos pescador, llamaban ellos riero, porque pescaba en el
río.
Ri-ach-uelo, dimin. y despectivo de rí-o. Meoin. Grantf
7-;. dtrivúr, arruga.
29^
',87: No es en nstb enfermo e$te riachuelo; aníi^s es muy apacible
iDtiy provechoso.
A-i»rI-ai", coma arroyar, llevarle el rio la tierra. HtRR. Agf.
,4; No vaya rl agita de furia, que amontona la tierm y arría y des-
ibne la simienle.
Kn-rf-nr, meier en r(o ó agua corriente^ como en atbercas,
ero que el agita corra, el lino ó cáñamo en manojos para que se
íTc y se pueda espadar. Valderhama Ejen. Fer, 6 Dom. 2 cuar.:
rimero lo anancan, luego lo enrían, luego lo golpean» lucfo l«
Irillan.
IW^rlvar, de derivare. Es erudito y con el valor metafórico.
Intrans., Iraer su origen. Her«. 1, e$t. 2: De lal parle mi lástima
irt. Lopt Bel. fur. V, p, 692: Aunque de dioses vengan y deri-
Id. Tirano cast. II, 478: Y es cosa evidente y clara/que por su
er raarido/de SalomOn derivara/su projíenie esclarecida.
En ruut abatir 6 caer á sotavento, desviándose del rumbo,
Trans. P. Wtoh ps. 7, w 9 y 10, d. 4: Si alguno no quisiese
ir que el cuento fué al revés, derivando del alma el nombre de
•ilin ó siCTC. //./rc^.; Y los infinitos y revueltos arcaduces por
ide le había derivado. Quij. 1,21: Dos maneras de linajes en el
sdo: unos que traen y derivan su descendencí.i de príncipes.
ReJUx. Rinc. y CorL: De. donde se derivaba su nombre. VAtot-
£/. Ftr, G dom. pas.: Para que de allí, derivándose en ta
y de elU á la vestidura. Lílon Nombr ¡rttrod.: Llenos y ricos
la virtud de aqueste tesoro, derivarase de ellos necesariamente
IR bien en los menores. \á.: Que cuando el nombre que se pone i
{«na cosa, m* deduce y derivo de alijuna otra palabra y nombre.
' • -.oci Vida 27: Nuestra raza no es más qne una: todos noa
A de Adin.
tkeriv-a« posv. de deriv-ar. En naul. abatimiento del rumbo;
9ar á ia deriva, tirar de una red entre dos barcos, dejindose estos
contado con la corriente ó viento.
l><*PÍv-o. pDSv. de deriv-ar. Zamora Mon. Mist. L 2, Simb.
Fuente de quien lodas las fuentes tienen sus derivos.
Rit^a, de ruga^ erudito. Pie. Jast, 1,1: Dígame, así se vea sin
I niE> 4^ te hace mamona en la frente. Vau>crrama £/. 3 dom-
ara Y coa U& rugas de la frente están diciendo el enfado.
2Q6 Oriqen V VIDA del lÉnqume
Hu;;^'ac1o, Euo. Salaz. Sitv. poes.: V AqutWas carnes, bofei
ya de alanos,/rugadas y aun podridas.
A-iM'Mjfíi, de ruga. Doblez del cuero encogido. Ovalle H.
Chile f. 208: Sólo las arrugas que tenía en la cara demostraban sa
vejez.
AiM»uff-ai«, de arrug-a. Doblar ó encoger el cuero, y después
de otras cosas; transitivo y reflexivo. J. Pin. Agr. 23,13: Por punto
de honra no se mostrar alteradas ni aun arrugar la cara por cosa
ninguna. Tr. Arg. 1: Váse arrugando el vestido/con el calor
violento. Zabaleta Día f. p. 1, c. 1: Abolla y arruga el estómago,
QuEv. Mas. 6, s. 24: Viejo encanece, arrúgase y se seca. Quij. 2,47:
Tiene el rostro arrugado como pergamino.
Amig^-ado, en la Litera de Aragón mezquino, miserable.
Arrugar la frente, el ceño, dudando de lo que se oye, extrañán-
dolo, ó llevándolo á mal, descontentándose, enojándose. D. Vega
Paráis. Encar.: Los amigos, cuando lo oían, arrugaban las frentes.
Id. Disc. dom. 2 caar.: En oyéndole tratar lenguaje de cruz y ik
muerte, arrugaban las frentes, torcían los rostros y lo llevaban muy
cuesta arriba. Id. S. Sim.: Qué encapotado se ponía, cuando le en-
contraba, cómo le arrugaba la frente á la primera palabra. /íi^f.
dich. 1: Para qué arrugas la frente / y alzas las cejas? ViaJ. PartL
8: Arrugué la frente / ascos haciendo del remedio extraño.
Arrugársele las narices, encolerizarse.
Más arrugado que una pasa, que una castaña pilonga, que un
pelk'jo, que culo de pollo, que un higo paso. Adivinanza: Una víeje-
sila .' muy arrugaita, / y en er culo una tranquita.
jVo arrugues, que no hay quien planche, al que se alaba á sí
mismo y con falsa modestia se rebaja esperando le ensalcen.
I>es-appii<fsip, quitar las arrugas, lo opuesto de arrugar.
HfiííK. Agr. 3,9: El aceite de las almendras desarruga el cuero.
Cai.dcr. Verd. Dios Pan.: Desarrugando el manto de mis sombias'
/ al \cr que solo tú feliz me nombras. L. Gkac. Crit. 2,5: Mucho
es que no le acompañen (al viejo) ejércitos de mujeres, cuando va i
desarrugarse.
Desarrugar la frente, el ceño, quitársele el enojo.
75. aar eusk.
2Q7
AUR
El demostfativo aa-r eso mismo, ahf en eso, añade at au la
Imovi miento, como ar al a, za-aar, iaur, gi-aar. De aqui su
'■ de palma de la mano con que se coge, como ar, pero cliferéti-
|de é«te en que siempre indica, como att, lo próximo y pre-
vale abf mismo, mienlnis que ar es lo lejano. Bere-eskaa errú-
tri zabatda dio ela attrrak bearrori edatu abrió sus manos al
ido V externiió sus palmas al pobre, aar-pe-Hk bajo mano,
[cuerda. También vale aur el niñOp infanle, pero en cuanto cria-
»c tienen siempre di-lantc sus paJres ediic:tndo)o y ciiidiíndolor
2k azi, nekeak asi criados los hijos empiezan los trabajos,
jJt útfan erasí, snkaídean zucna ikasi el niño cuent:i á la
lo que aprendit^ en d húsar, aurra gatdu abortar, attr-danik
la infancia, aar-dun preñada, mailrc de hijos, aiircim parir,
-zia prole, aur-gabe sin crías, aur-gin, aur-kin parir, amante
los, ocasión présenle, aurgin-an, aurkin-ean al alcance de
no, aar-min dolores del parto y después al criar los hijos,
Icner i '■ aur-gin, aar-küi, el hallazgo y el paraje
za, aar , lu^r, eslado* intención, ocasión, en fin,
óe ftjíWirse aar-kin-tzt, encontrar presentar aur-ki-tu, es tener
aurki-z-aur-ki frente i frente, aur-ki en seguida, al
sin duda, cncucnlro, halla/go, eti fíenle, poco ha, poco
109, puerilmente, es decir hacer au^ presente, aarki agt^
2QS OrIOEN V VIDA DEL LENQUAJC
riko Maña Mañariko al punió aparecerá María de Manaría, dítri
arazí hacer hablar, ean-aurki cien poco más ó menos, k;
Gurkían atchiki dabei le h^n dado una pedrada par de bs
aur-ka delantera, cara, frontispicio, junto áj coníra, aurka egin
nerse, aurkaz Qurk en frente, también aur-kú sembrar á voli
aark-ari niñería, amante de niños, atir-kerí niñería, aar-keta in
cía, aurk-ez presente, froníero, aurkez~tu presentarse, mi/"-!
acogida, manotada, mir-pegi cara, faz, lo presente de la pcrsoí
aar-tasan infancia, úür-ten este año, i la lelra en el presente, ai
-emen poco ha. El mismo demostrativo aar con -a, aura aqueJ;
rr fuerte aarra ¡ea! ¡adelante! ¡á eso! La parte anterior y el anles
eJ tiempo dícense aurr-e con h e indefinida, gure-aurretik del,
de nosotros, ian-aurre-an antes de comer, aurrC'Z-aurre frente pa
freníe^ autre^kera hacia adelante, üüfre-ko delantero, guía, QüTTtí
y aurren-eko el principal, aarren-engo primero, delantero, principal
úurr-esku el que es mano en el baile, cierto baile, ventaja, esb
ma:io, aurr-eta puñado, aurretik desde la infancia, aurreti-ko güil
ñurr^efsi considerar como niño, aarrerZ en frente, anticipadamente
üurr-ez-te anticipación, aurrez-tu anticiparse.
Adelante, audaz, precoz, á voleo aarre-ra, ondo aurrera d
mutiko-ori ese muchacho es bien atrevido, aurten aurrerea iatorh
gaña este año nos viene precoz e[ trigo, aurrera bidé aücienl^
Qurrera-ka avanzando, aiirrera-ko para adelante, para casia, aarré
rako-an en adelante, atirrer-aniz-eko futuro, aurrera-pen progresa
aliciente, aarrera-ta adelantarse, ahorrar dinero, aurrer-en princi
pal, aurrer-en-go el delantero.
De aarr palma de la mano, sale el verbo i-attrr-i, iaurri-ka-ttt¡
que sig^nifica derramar á manos llenas, desgranar, llenar enteramente;
mucho, en abundancia, extender la cama del ganado, alfombrar,]
por otra paríe tomar bajo su mano amparando, protegiendo: Sufitt
iaurria izanen da aren-oían esparcirán azufre en su habitadóai
eta iraUiko ante Utrrera iaurri y te arrojarán á tierra tendido, lam
artos iaurri zegoen (a tierra e=ítaba llena de maíz, maalsa iaarr
dugti aurten este ano ienemos uva en abundancia, iaur-pen, iaarr-
aldi esparcimiento. De aquí que el palacio se diga la casa de la abuih
dancia, íaur-egif la cama del ganado iaar-gai, iaur-gi, el adorar,
propiamente tendiéndose en tierra, iaur-etsi, el señorío ¿ impefiu
72. aar. 299
dcdr de adorar. Igualmente ir-aarr-i es desparramarf,
L cama al ganado, derramarse, ó iraur-tu, é ir-aur-gei,
■getales para la cama, iraur-ka horquilla de dos púas para
'-kif y la broza, yerba con que se hace ir-aar-kin.
lí presente es aar-ti, aar-tik, y la forma interjeccional para
;lante, arrojar de la presencia es aur-t, i-aar-t, de que se
, hacer retroceder al ganado; aarti-ki, i-aurt-egin, i-aar-ti,
i-aur-tigi, i-aar-fin, i-aur-tu es arrojar, lanzar, iaartigi
stikadeaz ezarri neban lanera con la coz que le df le
tierra.
300 Origen y vida del lenouaie
ER
76. Hemos visto en efche-r-a á casa, de etche-a la casa, qwr
expresaba el meneo, así como lo es en el único órgano de la boa
que puede vibrar, la lengua, y que á no dudar, el brazo acompafll*
ba á esa r meneándose en derechura á lo lejano. La. -a en este cao
indica lejanía, así como la -/ individualiza en a-r-i á él, gizo/NOl
al hombre. Cuando puede articularse sola, por ir tras una vocal, ea
r dice igualmente movimiento y meneo. Egi-te es el hacer, y ^-í^f
á punto de hacer, tender á hacer; errai-te el decir, y erraitt^ i
punto de decir; il-tze el morir, é il-tze-r á punto de morir. Despoél
de decir egite, el hombre, que tenía en su cabeza la idea de tend»
cia, de movimiento, como una idea modificadora de la de egitt, vtr
turalmente meneó el cuerpo, los ojos, los brazos, la boca; pero enli
boca sola la lengua puede menearse, meneóla y sonó -r. £¡gite-r Dt-
turalmente expresaba meneo ó tendencia al egite, estar para hacer.
Con la -a de lejanía, ello, egi-te-r-a lo para hacer: es el egiteroanü
artículo ó idea de cosa, aquello lejano, ó'abstractamente ello.
Tenemos, pues, el sufijo -m que indica dirección, ^-ra arriba
be-ra abajo, a~ra allá, alde-ra al lado, atze-ra atrás, n-o-rs ^
dónde?, como n-o-n ¿en dónde? Bilbo-ra á Bilbao, lo-ra flor, lopW
dormir ó lo, eíche-ra, á casa, mendi-ra al monte. Como s^ v^ •
suñja á cualquier forma y siempre con el mismo valor de movíniiett-
íq físico ó tendencia moral.
ir ara tendió el hombre la visU á lo lejos: e> la expresión
nienlo extendida cnen le. Al articular d sonido r abriendo
itc b boca, sin exlenderla tn a, llevaba en su cabeza sen-
U idea de movimienlo, ni lejano, ni cercano, ni en torno,
^oviniienio, diganios índefinidamenk. Lo que pretendía arli'
Mtamenle la r suave, movfa lo que en la boca se puede
kngaa; pero, según dijimos, al abrirla $encillamenle y
:\uc vibnse en r, tenía que sonar una vocal, y pues ta boca
ícrta en f, sonaba er. Podemos, pues, considerar esa e como
liemoft llamado indefinida» aunque er sea sencítlamente el
Dio de la lengua, que ha menester apoyarse en esa e-. De
dos sí ar es movimiento á lo lejos por la a, er es movi-
I mis determinación, movimiento i secas. Y este concepto
taa abstracto, no es sino muy concreto y natural. La idea
D, no singular ni plural, sino indefinido» se expresa con el
guon-e-k hombres indefinidamente, como gizon-a-k
\ó los hombres, gÍzon-€-n de hombres indeñninamentc, y
""á hombres con la misma indeterminación: luego -fes aquí
dativo. Lo cual quiere decir que al querer expresar el da-
indefin idamente tomadas, tenia el hombre en la fantasía
I del movimiento 6 dirección (ornada indefinidamente, y así
decir ai hombre aquel, lejano, articulaba la a.guon^ri,
decir á hombres le bastó la r con esa e indefinida de
^, gUon-e-tt, y dijo gizon-e-r. La mímica ó gesto que acom-
|lta expresión fué por lo mismo la del tender la vista vaga-
' preeisamcate á lo lejana, ni cercano, sino con una ojeada
y un meneo de brazo y mano en cualquier dirección.
I la dirección, el meneo en el brazo, en los ojos, en la len-
ta fantasía. Tendió, pues, la vista sobre un espacio, fué
con día una serie de puntos del mismo espacio y como
; Individuo con los ojos y con la mente. Ese meneo de
I al recorrerlos es el concepto de serie» orden, disposición
anjía. dirección no definida: eso es lo que significa er en
dativo indefinido y por separado,
emostrativos hacen el dativo con la -r y la ■/ individual: ni-ri
'. '-f'. Afu-í"! "•'''V con -e indefinida son genitivos de pose-
aila mi padre, zare-semea tu hijo, etc. Y con el arllcuto
302 OmOEN Y VIDA IXL 1
nerea ó neria lo mío, zarea, irea, etc; airean en el mío, 2vea^
gürean, etc. Esta -r de movimiento es propia de los demostntÍTDiT
primitivísima, pues los demás nombres hacen el dativo con <ñ,
que lo es propiamente det demostrativo a, y el genitivo con -oreii;
que lo es del mismo a, ó sin r, dat. -ai, -ei, gen. -en, formas inddh
nidas. Los demostrativos hacen además el genitivo ner-en, zn-ren,
con la n posesiva; y del de tercer grado aren de él, salió el genifi- '
vo de los nombres gizon-aren del hombre. El ser, pues, propia de j
los demostrativos esta -r prueba que es espacial, que indicó la dire^ :
ción y movimiento intencional al señalar.
Tenemosya -r, -r-a, -e-r, que expresan el movimiento. Añadidalí -
^ á -e-r, -er-a es lo mismo que -ra, solo que se echa mano de -«
necesariamente, cuando el vocablo termina en consonante, prueba dt
que esa e indefinida casi no tiene valor, como si fuera eufónica, aun-
que puede ir también detrás de vocal, lo que prueba que no loa
del todo. Si egite-ra vale para hacer, etorr-era vale para venir, veni-
da, acción de venir, egi-era acción, ibilt-era ida, igo-era acción de
subir, subida, lan-era al trabajo ó modo de trabajar, istarr-era il
muslo, andi-era grandor ó modo de ser de grande, lodi-era grosor, '
iaburr-era, brevedad, bizi-era vivienda, modo de vivir, otoitz-en
oración, modo de orar. Con ideas verbales -era vale manera ó «^
ción de; con ideas adjetivas ó nominales vale modo de ser tal, su abs-
tracto, con ideas locales vale á: Paris-era á París, Irun-era i Iníe.
Los mismos valores hemos visto en ~ra, solo que se emplai ,
detrás de vocal y -era detrás de consonante y aún detrás de i
vocal, porque la e indefínida que nada añade al concepto evita h I
reunión de consonantes. Mendi-ra al monte, egarkintza-ra i hacer
leña, bi-ra vuelta, lo que hace atroear ó dosear, de bi dos, lo-ra te
para dormir, la flor, de lo dormir, efche-ra á casa n-o-ra á dóndtf
a~ra allá. Pero con consonante por Bilbo-ra á Bilbao tenemos BB^
gos-era á Burgos, aarr-era adelante, orr-era ahí, on-era acá. Puede
también ir detrás de vocal el era movimiento: antzo-era comput*
ción, acción ó movimiento de comparar ó lo para comparar, üTOk
era modo de ser, conforme, regla, arr-era acción de tomar, sarr-tt^
entrada, esk-era modo de hablar, erd-era modo de exprtSKOt
l)abeando, lengua extraña.
Voy á resumir en breves principios el uso del sufíjo de movinña^
76. -ra, -tra. 303
030 «na cosa Ó lugar, ya efeclívos, ya intencionales: es propia»
-ra, -ffl-/. Con la -a universal úarlfcuto tenemos -ara, -arat,
•ra, -rat, y si el lerna acaba en consonante -erOf
MI fflíie golpear y de Itigar -atara, -a-ía-rat, in-
\o -tara, -tarat, con temas en consonante -e-tara -e-tarat.
^ es -f-tara, -e-tarat, con e indefinida, que eqiitva-
,. larr-era i tierra, eiche-ra á casa, 6 tuneraf, etcHe-
txrT'C'ra á la tierra etche a-ra á la casa, ó tarrarat, etchearat,
■tíara ¿ tierras ó i las lierras: etchetara i casas ó á las casas, ó
ttaral, etchetarat. Larratw-cra ¡i Ljrraun, oian-erat á bosque,
lií-rfl 4 monte, mendi-ara al niorlc, mendi-etara i los montes ó
onles, ctorri ostera emenciik vele á fuera de ahí. gitchi gora
t poco más ó mcnívs, íilcr. poco arriba, abajo, begí-etara á los
, arri'tíarat i las piedras, eskit-rat artzen tomar á mano,
tfat artikitzta arrojar á líerra. Igualmente con nombres verba-
íkúste-ra á ver, erosi-tara á comprados, late-ra á comer.
VétK ahora la riqueza del enskera, No-ra da adonde es, y cqui-
: i adonde ha ido, noratztn zaiz adonde vas, li(. adondearse
tu, ara da allá es (ido), aratzen naiz voy alta. Por manera
iw vertios (k ir, de movimiento 6 tendencia, con solo
- -: ,-j A un lugar 6 cosa cualquiera, es decir que los adver-
*ra adonde se verhalizan, ota-ra-fzen gatz vamos á la fábri-
tarrcra-tzen zera vas á tierra, abordas, oe-ra da es ido á tt
a. ttarra-ra-Uen zeraie habéis ¡do adentro, ü os hahcis adenlra-
ztrtaratzfn do porqué obra ú str mueve asi? de zfr qué?, zer-
láqué, alderatzcn naiz me ladcO; de alde \!Láo,eicfte-alderafzea
: Y' de la casa, afera da á b puerta es ido, ha salido, <•
MJit.-.-. . da. « idü á la pLicrla ó íuera de casa, gurí bcgi-ra
inork nadie nos vé, de begt ojo, al ojo, á la mira, unen
' kéntzera, arruntzera eta etihetik ttteratzen bear dttgn
i. _ .ic^ol'ri-; quitar, ak'iar, cciiar de casa debemos (Axular).
dÍ2H taoueratu / zamifitasima o maitea, gran dolor te
pasar (al ccrazoaear) el señor (P. Arana).
•rtícalación r sir^ en los demostrativos para que el oyente
»u cabeía» sus ojos, su intención hacia un punto que $e le
y otro tanto significa -r derivativa en cualquier ideofoncma.
r Bübo-r-a k Bilbao la idea de Bitbo queda modiñcada con
304 Orioen y vida, del i
la del movimiento (-r) que nos lleva hacia allá (-a): -ra no
menos de expresar el ir á un lugar cualquiera: go-ra arríbi, sobifi
be-ra abajo, bajar, ate-ra á fuera, á la puerta, salir, alífá-ra al \iAi¡
desviarse, atze-ra atrás, retrasarse, mendi-ra ir al monte,
larse, egurkintza-ra á hacer leña, a-ra á aquello, á ello, escudrítir,i
buscar lejos, espaciar, o-ra á eso, en torno, lanzarse contra, ^reá
ello (indefinido). Estas formas son adverbios, nombres y verbos, d
con el -tu verbal goratu, beratu, aterata, arata, erata, etc.
último e-ra es el movimiento tomado lo más índeñnídamenfe posible
la mudanza por traslación, la vicisitud, el tiempo, así como a-ra a
el enderezarse en general á lo lejano, ir allá ó mirar extendiendo k
vista, investigar, y o~ra lanzarse rodeando, acorralando. Hallamos
pues, la -r derivativa en los ideofonemas más sencillos, lo mismo qic
como sufijo morfológico. N-o-ra á dónde? con n- interrogatiii,
bi-ra vuelta, lo que hace otroear, dosear, de bl dos, Ío-ra lo que
hace dormir, lo para adormecer ío, la flor, su-ra lo que hace f\«ff,
lo para el fuego, ó su, leño, i-ra lo que hace / ó sea ir y penetrar sulil-
mente, el veneno, etc. Para el lenguaje todo es un espacio; se tridfr;
da la idea del movimiento local ~r, al tiempo, á todo cambio, d
obrar, etc.
¿Puede darse más clara probanza del valor de movimiento isj^
nado en Los Gérmenes á la articulación r? El mismo movimiento
es er, er-a, es decir, el movimiento (-r) del ser en su mayor indt'
terminación, de un ser cualquiera (e). Y ese movimiento lo mismi^
es físico que moral, según sea aquello de que se trate: antzo-era cait^
paración, acción (movimiento) de comparar y parecerse, aratHrtt
modo de ser conforme, regla, arr-era acción de tomar, sarr-eraiÓA
de extenderse y de entrar, etorr-era idem de venir, aldiak-era idea
de alternar, eki-era idem del obrar, actividad, esk-era idem de W
blar, erd-era idem de hablar de una manera extraña, baboseando f
expresándose á medias, igo~era ascensión. Vale, pues, -era tcndendi
á y modo de obrar.
Con los numerales -ra es distributivo: bi-ra dos á cada uno, dn
gamos á cada dos, sei-ra seis á cada uno ó á cada seis, zortzirn &
cada ocho, etc. Es bi dos, bira indica el dosear, e! dos con iiKnKJ
miento, moverse de uno á otro repartiendo dos á cada uno. La nfr
dre que quiso repartir castañas entre sus cinco hijos fu¿ moviéndose^
lo menos meneando el brazo de uno en otro, dando dos al
ro, luejfo dos al segundo^ etc.; ese moverse hacia cada uno ís
f del etch-era á casa, y óe\ bt-ra A cad^ dos.
ICon otros sufijos -m-/, -era-t con -/ locativa, como -ra, stirat
da arralado al fuego.
ICon la -a, -ra-t-a 6 -ra-tu, eíchera-t á casa» etcfteratu venir 6 ir
a. Verbos parecidos en ta de toda forma en -ra puede íraguar-
da hijo de vecino, lo cual quiere decir que son sin mi mero
[Con -fítz ó 'tz hacia, -rantz. -erantz, aurrera aáitzen eztana,
rantz iausíen da, quien adelante no mira, hacia aírás se cae,
U-raz zoatzaia? vas hacia el monte? Claro está que csle otro
I pira indicar el h.icia ó dirección puede añadirse siempre que
lá cuento, y aun con -ííu, -tu, sacar otros Lintos verbos.
[Con -kOj -ra-ko, -tra-ko para, -rako-an tocalivo, -rako-tz ma-
J. Bai aríma-rako ta baí gorpiUze-rako, así para el alma, como
I el cuerpo. Como egiíe-ko para hacer. Pekata-rako-nk los de
idpecsido, los que conducen al pecado, de modo qnc ra vale
'i^d-ear, como m t-ro'karri llevar 6 hacer que oiro lleve.
rako-an al ir al cielo. Oiñak oiz elaza-rako-tz, bero ezkontza-
*-U, los ptcs fríos para {ir i) la igle-^ia, calientes para la boda.
I El sufiio -ko, equivalente á fos suñjos todos de genitivo y adje-
, puede añadirse i cualquier forma, lo mismo á las en -ra, que i
I iemis: -ra-ko, -o'a-ko vale lo de -ra, -era, lo de tendencia ó
mi.
[Coa -z maisria), y -ka, distributivos numerales: thra-zka dos ¡I
I uno.
\ Cofl -no, -diño, -ino, -gino óc límile, hasta: zelieta-rano, zctq-
9, ztru-raino, zeru-ratño hasta el cicío, bekaiazkoeta-ragift»
I los peaiminosos.
I Que -tra sea lo mismo que -ra, es decir la r de movimiento
ando X lo leíos, sino que por no sonar la r de por sí suena er con
ida, que á veces parece eufónica^ por eslo mismo, vése
■mente en los vcrhos factitivos. Hemos \nsto con e-, /- far-
tríos verbos: i-oan ir uno cualquiera, ir, e-man dar. Los
t4oa er-oan hacer ir ó dígase llevar, y era-man hacer dar,
r, e-gon estar y era-gon colocar, i-kasi aprender y era-kasi
■A
306 OmccH V visa bel lenouaje
hacer aprender, ensenar, azi, aso nacer, venir á ser, y er-ai¡, ir-s\
hacer que algo sea ó suceda, e-gi/t obrar, era-gin hacer que otto
obre, i~aiki alzarse é i~r-aiki levantarj í-6í7í andar y enr-frÜJ hacer
andar, menear, e-bazi robar y cra-ÍJíiíí adquirir, c-Aram traer yero*
-Aram atraer, f-A'ü^í ver y era-kusi hacer ver, mostrar^ e-dan beber
y era-dan abrevar.
Asi d-a-kar t\ lo trae, n-a-kar él me trae, da-kar-zü tu1|
traes, n-a-kar-zu tu me traes. Esa -a- ni es del personal ni de la rail;
como no lo es la e- de e-karri traer, ni en- de n-en-karr-en yo Ni
traía. La a ya vimos porqué sirve aquí como de nota de presente, h
e~, en- hace de nota de pasado. Pero si queremos convertir en fadi-'
tivos los verbos, es decir, en verbos que indiquen el hacer que oínn
haga, el concepto que añadimos es el de movimiento, el de raovefi
otro á obrar, y este concepto se expresa por er ó por la simpler
e-karri traer e-ra-karri hacer traer
da-kar él trae da-ra-kar él hace traer
na-kttr-za Ui me traes na-rakar-za tu me haces traer.
Luego -ra vale mover á obrar, hacer; pero otro tanto vale
simple r, pues de i-oan ir sale e-r-oan hacer ir, llevar; y era,
e-gin vale hacer uno y era-gin hacer que otro haga. No puede
claramente darse á entender que en euskera cada sonido tiene
de por sí, puesto que hallamos ra, r, cr^ €ra con el mismo valor
movimiento, que es propio de la r solamente, y la e- indefifli
conserva el suyo en e-karri y e-ra-karri, y la a el suyo en er-u-kai
d-a-kar. El movimiento en su mayor indeterminación suena
donde -a es artículo^ e- indefinido, para que suene la r: y este era
el mismo -ra: e-gin, era-gin. De estos verbos merecen especial
cion era-gin, que Forma causativos, y eraso ó erazi que fon*
impulsivos. Asi ikusi ver, eraküsi mostrar, iküsi-eragjn hacer vil
ikasi-eraso impeler ú que vea. Eurek egaz-eragin eusíeíako \íq:(\üí
eüos me hicieron volar. Cuando no hace faíta para U eufonía, puficle'"
perderse la e: adirazi nai diet quiere enseñarlas, poT adi-erúzU
edan-azi hacer beber, arr-eraso 6 arr-erazi hacer tomar, ¿an-íTi
hacer comer, ó simplemente eda-ra-n abrevar, de eda-n beber,
el -ra de movimiento.
Además de -m tenemos el sufijo -r-o, cuya -o de corro
llamado constitutiva. Quedarse y quedo vate gelUi, aqucdadamcnti^
77. -r demás lenjf.
307
pausa es gelái-ro, garbi limpio y garbi-ro limpiamente, azti
•cioso y oz-iiro despacio; opa desear y opa-ro desea da mente,
luz y argi-to lucida ó claramente, barrí nuevo y barríro
Dente. En vez de exlerder la vista á lo lejano, ct»mo en -ra,
U vista en lomo y suena con -o, -ro. Después es gC'O, y con
1 r del menear la vista ge-ro. De ^í, ki y de a salen -ktro, -girOt
I que tienen un valor parecidn, como veremos en sus propios
s, pero nólese que aro vale corro físico ó teniporal, gau-cro
, las noches, iuzaro por largo tiempo, zartz-aro durante la
3; lo cual confirma la etimologCa dada.
con esto todavía no queda probado para algimos que en
cada sonido tiene su valor propio, entre ellos la r el de
nicnío, y que la libertad en el colocar cada sonido no tiene
que ta necesidad de la ÍJea, y de aquí la riqueza sin par de
y variante* en cida dialecto, valiéndose de los sonidos y
; con d scñoriü de quien domeña y maneja iodo el mecanismo,
de confesar y reconfcsar que hay entre los mhmos sabios
más dura^ que una peña y cascos tan cosidas ya sus suturts
I admiten ensanche para ideas nuevas por ciertas y claras que
twgin. como lo wn ciertas y claras las que acabo de de<;envol-
quisiera yo que la lingüística indo-europea ó la románica
, tan llanas y mañeras como la cuskérica, y que todos los pun-
|lK{[rosde ellas brillasen y quedasen tan blancos y claros como
íéA euskcra.
I freno
■no i
.Ya
U -f del genitivo y dativo euskérico, gizone-r, giz-one-rí,
í-r/, ^üo/ui-rtfn, hállale en muchas lenguas; veamos algunos
Bplo». De Us ciucásicas en avaro es -r la nota de genitivo ó po-
>en los personales: {ti-r de raí,, nedje-r de nosotros, áurúc tí,
>-r de vosotros^ ítosu-/ de élr ^[>-au mío, dir-ai míA, dir-wat9
Ikrmano. De las anananas de la India en knl el genitivo es -re*ff,
• eJ gizona-ren dd euskcra, y -re el locativo, baru-re en el
c. que es el buru-ra al cahe¿o ó monte en eiiskera; en munda-
{rnitivo es -re-a, en santal 're-^(k); en mundari maa-rea
h felicidad, constniccírin euskírica por la felicidad del
intal siafkj-ko-rea^k) na/ieí el arado del labrador, 'k
ite, como en cuskera.
308
OkiOCN y Vlt3A DEL LENGUAJE
tvaj
Entre las drávídas -re es de genitivo en malaysilan, -ra ene
res, de donde' -ind-re en el primero de eslos idiomas, de -inát
bien de genitivo, es decir ~en-re. En hindusUni -ra, -rt con loS|
sonalcs: m^rñ mío^ el nerea euskérico, meri mía. Igualmente cu]
sa tora luyo, el zarea vascongado, y en godo unsara, isvara, i
our, youry iatín noster, vester^ de modo que la r de nuesiro, vue
es el rastro que quedó de la r de nere, eare. El mismo rastro
mos entre las camitas, en íuareg, por ej-, ner, rterter noslrum, i
ner noslrum, nobis, /lírnos acus., ner, aner nobis dat., el neri
kérico. En el Sudán a-rd de é¡, te-r-te á ellos, ko-re de vosotros;!
kaniirí -ro es ci dativo, sóba-ra, en vándala rúa forma U po
y a-ni de é\, en cuskera are, ara, asi envaagd-a-rn *bad heart ]
malo el corazón de él, büka n zid-a-ra no fuerza á él, ílaco. En i
siisti el posesivo añade -ra al personal, en -ra mío, i-ra tuyo, en i
kera nerta, irea, y ara suyo, el área euskcrico.
De las americanas en mosquito -ra es el dativo: mite-ra i I
no, en íetiuel-het-aur, en, á: t^m-aur kaid á tierra échaio; en qu
are él, r- <le él, en poconchi r-, rp-, en ópata are, ara-ku de él,^
él, con -ku de genitivo, y es el euskaro ara-ka lo de atJá, lo de i
ailemás -ri es dalivo-genitivo-acuíaiivo, y de me ellos, se dice J
de elloSí mere á ellos. Todo lo cual muestra bien claramenle
esta r de genitivo lo que propíamenie indica es la dirección, d ]
vimiento del brazo y de la viiíta. Casualidad es que el genítivoj
dativo en tantas lenguas di; tierras tan dísUntes conserven lar^
euskera, y cabalmente en los personales; pero es porque la r iod
dirección á, y así se usa para el locativo directivo y para el acusativ
En mankasar y bugi;^ de la Oceanía r/ vale á: ri baltaka á casa, yJ
r se hizo d- en malayo y baiiak. donde di- tiene el mismo valor. I
parnkala de Australia el genitivo posesivo llera -ra, y el dativo
movunicnt? -í/;iw-rw, de! s^eniíivo de origen -t//i/, por manera
-ni indica movimiemo, el -ra euskcrico. Efecüv^menie en tinaf
.MeLintííia -ra es el acusativo: múka eta i pan ra Jehova ven
Deuin. ketaha so ra nari sava Jehova hacemos tas cosas de [Hqt¡
Esie mismo j-íz vale á él y hace de tercera perdona, porserdomi
eusktfra: ketaha safuadhe ra ommus eum. Asi se cxplicaque en i
íir\Ti re como de articulo: ré ngome el hombre, re rw. to btieiMV j
que ri sea preposición que \'al^ en, á, sobre todo con advtrtitf
orí i dentro, ripone encima. En anuda ra á é!, 61, en msllikola
k, ri haorÍ9l interior, en Nueva Caledonia ra: ie-ra á mi, ora mió,
r re suyo, to re^iere=re—i el. preposición ri, a rii,iro, a ro
ijo, kiro afuera. Hn bauro tqü ellos, ru hacía, hora movimiento,
I; hacia nt dice igual menie ru en guadatcanar, huri en vunnwra-
I w, ra ni, ran en mará ma-siki; re él en nekelé de Nueva Calctio-
rí ello» dos» rí, r/ de ellos, suyo, rtré de él, á él, ré na mío, re
iTi-... por el euskaro ni-re za-re, que se hicieron *re-nj, 're-zo
;-. dice por el sistema preFIjalivo, en fin que ré es pose&it/o,
t de dirección y dalivo, y por ser el ara euskérico, valió iercera
Volvamos al África y entenderemos ahora el ra posesivo y rela-
I del zambeza: gata ra mfumo la arenga del cabecilla. Los de-
livos de lercer grado en esta lengua llevan -re: a-re, wa-re,
zi-re, ri-re, bu-re» ku-re^ pa-re, mientras que los de primer
> llc\'an la -í indigilanle del tste este, y los de segundo la -a de
í fhoic).
En todas las hanlues -ira, -era significan á de moví miento: aja
bir y oji-ra venir á, uia hacer y utira hacer ¡i^ uíeba hablar y
ra hablar á. £n nuba -rü á: bahar-rü al mar. En ttagrima el
I K íiMÜca con -rá, que Darth llama «á kind of aciisattve
e», y « d -ra de tíche-ra. Saltemos al antiguo sumeriano de la
I y -f vale it angaiani-r á su rey, addanara i su padre» donde
I de él, suyo, como en euskera, y orfc/ú el üHa padre; igualmente
ló se escribe -ra, locativo á y alribulivo: angahni-ra i su rey,
ttamU'ra Á m\ rey, ninnera á la señora de ellos; scpamila-
; ra i, ir, tender i, el ara árala de! euskera: asi se halla en
[antiquísimo libro de ladrillos, llamado Silabario de Assur-ban-
No menos antiguo es el egipcio, en cuyos jeroglíficos -m, «er,
I de raovimíenlo, el -era euskérico; er-rá hasta, allá^ ra-jhejh para
re, tufsu er-rú ea sef parece allá, donde ayer; -ra vate ad, i,
em-ro cerca í'í/n- adverbial locativo), er-rer =em-rer tn torno,
Advcrbk» con er- de tendencia: er jfiat adelanle, ery'Ao atrás,
kkufí adeniro, tr-jhir arriba, er-nofer bien, er-meitr justamente,
ra de modo en eu&kera. En copio ro, ra i, junto á, y es el nom<
tdc U boca, es dcdr, abocadamente, aftípi erdf besó su boca,
ccMte dttanle de i\, tuehtijhea ros titsiji cayeron Ut ort
310 Origen t vida del ecnouaie
gladií, Ifijhereb, que dice la Biblia, es decir á cuchillo, CFO i, ffftl
á mí, ero-k á tf, ero-fi é!, y rat á, al pie de, junto á, d -rddá
euskera, erat-k á tí.
En ñn, en magiar el -erat euskérico suena -ért á, pan, por
Ad^-erf por la casa, eusk. etch-erat, baráisag-ét por la amistad; 7
-ra, -re A: tiz-re jar az ora la hora va á las diez, para las diez, tgf
kónap-ra para el mes, fdld-re á fierra, jobb-ra á derecha, bal-^k
izquierda. En ceibal -ar «kommt die Richtung» dice Castren: kid4t'
seitwarts.
Todo esto será pesado y enfadoso para el lector; pero sin tner
hechos no puedo comprobar mi teoría de la unidad del lenguaje id
explicar nuestras lenguas. Las iranias son de ellas^ y el dativo lien
-ra (gil.), -ra (bal.), -ra, -r& (pers. mod.), re (mazend.), -ra, -rf
(pehivi), -ra (curdo): herishe-ra al rey. En persa moderno rOs
dativo y acusativo, y otro tanto en curdo: bizin be rüvi~ra gs dijft
la cabra al zorro. Y aquí hallamos el origen del sufijo indo-euro]N»
comparativo, que indica más allá, propiamente movimiento, y et
-ara y -tara del euskera. Así úr-sp, sup-er, skt. ap-ara, de doodr
sap-er-us é inf-er-as con -u$ de adjetivos, inf-ra, sup-ra abqiv
encima, skt. av-ara, godo uf-ar sobre, af-ar atrás, aiy-ar á ote
parte, yain-ar allá, w-ar donde, etc.: es el -ara á del euskera.
Bien claro se ve no ser propiamente comparativo este su^
indo-europeo, sino de dirección.
78. El comunísimo fenómeno indo-europeo de perderse lí
vocal entre las explosivas y la -r ha ocasionado el sufijo -r-us, -/>«
-rum, cuya filiación es dificil de averiguar. En latín pig-er, -ra, -rOí,
integ-er, integ-ra ínteg-ro, ac-er, ac-ris ac-re, ag-rio, muestran lii*
la pérdida de una -e-, que dura en ten-er tierno gnur-us, ctl-^r, E»
griego tan pronto se conserva como desaparece: (pffov-sp-ó;, wwf-
q-o, vo-Ep-o;, pXap-ep-O!;, ^uf-p-o'^, vex-p-o'c, Xajiic-p-oq, 8db(-f-o, í>^>
Todos ellos parecen derivarse de -er, son adjetivos formados con hl'
desinencias adjetivas de lemas -er, que indicaron modo de ser, coov
en euskera. En godo tag-r-s, &flií-r-fl,=ant. al bitf-ar, fag-ra, üt
r-a; lit. bya-ur-as, bad-r-as, éd-r-as, tik-ra.
Parecen haber convertido la e en / en sánscrít mud4r-a, cW
ir-a; bhid-w-a y vid-ar-a, etc., ó vienen de or? Sin vocal ehanutr^
p
78. er I-E.
311
I.; en ttná, jaf-r-o, meák-ir-a. Al mismo ■Qr=ur pare^^
f Xt7«'j|»*<ic, e)'*üj>-ÍQ^ y al -ar axip-flp-^í, vofl-ijjHSCr V-^fj^
Pero no hay que fiar mucho: la vocal que precede á
ser del icma, como creyó Bopp. Enloncesel sufijo ,
lío último es muy poco probable, pues en las I-E no han
tos sonidos simples su primitivo valor, y yo no veo que
las vocales, por ej. en v.v-Tjp-o? tlo hay más lema que
f de, lo perienecienle á, lo mismo en vi-ap-o; joven,
arm. ñor.
la idea de movimiento de -era hacia, es en los
tos. Sup-er sobre^ vale hacia arriba, aunque en el
por arriba, sup-er-us el hacia arriba, compar. sap-er-
I w=-tp, üc-2tp, u\hir aní. al., über al-, de üx-o, Hp-o sW. ]
De sap-er-as viene el adverbio sup-r-a, y el super!. sap-r-
pde se perdió la e de -er y se compensó alargando lo vocal
I ski. adh-ara, god. und-aní: «kt nitaram hacia abajo»=
iiro=al, niC'áere, ya tienen el -fíríí, paralelo al ^ra. En
fnfcri, Ev-sp-fls, son verdaderos adjetivos de dirección -era,
ác !a -o han añadido las desinencias nominales. Lo mismo
á los demás: ese valor comparaiivo no lo hay, no hay
: d de dirección ó movi míenlo local: sup^er y sup-er-ris
f de comparativos; los comparalívoi son siip-er-ius, sap- ^
I es muy natural que el sufíjo -^ra hacia, se tomase ea
/6n de más allá. f:5to sucedió con el -ter-us que es de com-
t lleva ese -ra direcítvo, ya provtnga del -tera, egiterm
'tara, ya del tira, eaf tí elfo: del mismo tira deriva
tres, el trj-s castellano, con -s modal, y la raiz tr pasar
Icrit el sufijo es -íom, ka-t(íra^=-n-ter, an-iara=in4er,
itivo an=in, d an alU, encima de, panya-tatas, i-taras
T'Um, dftnni'taras más rico; en zend. ^ri-ro-taras mis her-
wrbataras prior; en griego xou^J-Tsp-^;, T:'^T£p-6^, ]Xwj-
OLfííjhoc, y ^iKtt)-ttp-oí más amado; en rjííítiwv-é^Ttp-oi, kak-
, se añadió al lema -ez, -iz, como el superlativo -«--m-to^,
b-jani05. En latín u-Zer, a-fr-um neutro, dex-ter: y con -ís
jjb oseo min-s-trO', mag-iS'íer, délos adverbios mag-U,
B>/$-/rr; en casíctlano -iestro, -estro, 'istro en strt'íestrQ,
312 Oriucn y vida del LKNouAír
ma-estro, min-istro, tomados del acusativo, como admiro oMi-
-tr-um, en-tre,t\c.
En irlandés -thir, air-fhir, air-ther, de air ante, oriens, iskñ-tíát
magis sollicttum; en eslavo en los demostrativos vu-tora, ko-tonl
cual, ye-tern quídam; en lituano solo en aa-trás, ka-trás cual; ca
godo an-thar hva-thar, un-dar=n]. an-ther, hin-dar=ái. hin-ttTt
af-tr-a, hva-thr-5, tha-tr-ó, adverbios, como ul-tra, ci-tra, in-tfít,
ex-ira del latín.
79. Hemos visto los verbos euskéricos de futurición ó de DKh
vimiento larre-ra-ta ir á tierra, no~ra-tzen da á donde es ido, etc.
Veámoslos con el mismo sufijo en otras lenguas. En magiar la
verbos de movimiento se construyen con -tú, -re: szdmot tartaá
valam-ire confiará alguno. En mongol el supino en -ra, -re, como;
en euskera egite-ra, y -ber, -ier es el caso instrumental, que a ;
buryático suena -r, -ar, -er, -or. En caragásico -ar, -er sirve pan j
el Futuro, y de aquí para el presente: al-er-men cogeré; al-er-tzencíh ]
gerás, al-er cogerá, y esta 3.* p. es el simple tema para coger^ é infi'
nitivo que se puede declinar, nomin. -r, dat. -r-ga, loe. -r-da, abL
-r-dan: aler, alerga, alerda, alerdan. En ceibal -ar, -er, tema de
futuro y presente igualmente: oin-ir-ben jugaré, al~er-ben cogeré.
En turco -ar, en manchu y tungus» -ra forman el presente, tiempí
durativo: ana-ra-vun estoy empujando. En el mismo turco el prf
senté y futuro con -er añadiendo los personales: sev-er4m amo t
amaré, sev-er-sin amarás, sev-er él amará ó ama, y es el tema; ut
más verbos causativos ó transitivos con -er, -ar-: tchek-maksé&Tf
tchek-ar-mak sacar, duy-mak sentir y day-ar-mak dar á conocxr.
Igualmente en yacut: bus estar maduro y bu$-ar hacer que mador^
cocer, akh contar y akh-tar hacer contar. Es el mismo arfl, ewdc
movimiento, como en era-bili, etc. De las caucásicas el abchaso fo^
ma causativos con r-: i-z-gphueit escribo, i-si-r-gphueit hago escri"
bir. El aino convierte los intransitivos en transitivos con -rt, y^ '
dida á éstos los hace causativos: hekata nacer y hekatu-re darálOr
ibe comer y ibe-re dar de comer, ibe-re-re hacer que otro dé de co^
mer. En las drávidas -ra forma futuros é infinitivos; así en tulu 'tf'
es nota de infittítivo y supino: büriy-ere caer, á ó pan caer. Esbif'
man -ra forma de necesidad, pra-ra-mi para hacer, ser niuwW
80. era ensle, 313
(^pcio ar, er forma verbos, cual si valiera hacer, p-fa-rt*
.}K, fhra~fl/is vendimiar, 6n r-bol vohr, üter. ir íuera,
r, r-M responder; 6 er. er-h?bi creer, er-hoti temer. En
', ara indica el término: i$sen rai i-ni sabe qué deba hacer,
xza de futuro corno ren egipcio; directivo es ar á, hasla:
i hasta b larde» etc. En odjí y nupe -re- hace dtiranvo
vei -ro vale á, para, verbo duralivo: m-be ki-ro estoy
ir; en Íbo ra, re, r/, ro, ru los llama V, Müller Diucrfotm,
-r vertió duralivo. En xambeza [a forma verbal -ra para, en
de: kuniaaga nditakari-ra nkfiuni izo huno Irácme esa leña
dokú khandiíengere madzi a kumua vete por rg^n™ para
utkj -ffl llc\a eí ku t!e parecido valor direclivo ó final,
fro en etiskera, eg'ite-ko para hacer, asi kujikira ku
llegar á Tete, kurnangi-ra ku mu// amarrar á un aibol; es
-Jh) del euskera. La forma verbal que el P. Courloís llama
[ressi\*a» llera -ri, 'Ort.
B Nue« Celedonia muchos verbos se forman con -re, -ro, -rn
bcan itiovimienio: niare desear y nia procurar, veigayaro
y gei-yayaro, de la luz, que suena iyaiya, naru alzarse tn, de
»En bauro el futuro lleva ari, que dignifica ¡r, moverse:
P dio i mío vendrA i la tierra, ia murua ari ngaua ni ha-
h miiraa ari mai hako -(wenn) ihr Beide essen werdet von
EiDcn Eiaum, vi-erdet iíir víJlIig sierben* (OABELCNr/). En mira
Id ra es de futuro: no ko ra kaist íaraa -ich verde síe
tbetrügcn». Largo fuera recoger otras muchas formas veiba-
le ha dado cile sufijo f de tnovimienlo en inuche.Iumbrc de
De por tí y sin sufiiar, era vale tendencia, mejor dicho nio-
ito ó poso de espacio á espacio, de extenso á extenso, de tno^
o i inomcn'Ki, de modo de Iwberse ó de obrar, á modo de ht-
A de obrar; es dCíir moverse en el espacio, formar un todo
cotre s( los puntos de un cuerpo, ofreciendo su cara
lo cofpóreo ó extenso, succderse en el ticiupoy mu-
ca la contingencia y ser y obrar de los seres.
Cn el espacio es movimiento, pasar la vista par, serie, orden:
itítunbere-eran (Jaren eto Rakettñ Ha neskame-bien-si-
^ puso en orden á los hijos de Lia y Raquel y de las do» siervas.
314 OrIOEN y VIEM del LENOUilje
Era-n es el locativo. Si en vez de pasar la vista por una serie dc^
puntos del espacio y el brazo tras ella, la pasaba e! hombre por \té
puntos de la superficie de una cosa, del espacio pasaron á lo corpa-
reo ó extenso, al orden y disposición de los puntos ó partes de os
cuerpo, al movimiento en lo extenso: y eso es la cara ó superficie,
la sobrehaz del cuerpo, lo aparente de él, lo que por lo mismo Itl-
mamos cara ó haz de las cosas: era-tara ipiñi poner de cara, at de^
recho lo que estaba vuelto y al revés. Si se aplica al tiempo, esli
noción es la de la sucesión de momentos, al tiempo precisamente: !•:
que antes hacían los ojos, el brazo y la mente, ya aquí no puede lo-
cerlo más que esta última, por ser cosa lógica; pero con todo \
fantasía vé una serie espacial ó extensa y el gesto es el mismo.
Esa noción es el tiempo, la coyuntura ó sazón, que suena ^[mí-
mente er, er-a, galtzeko-asmoak artu-ta era-zai zebilen habieodi
formado intento de matarle andaba buscando la coyuntura; el mo-
mento apropiado. Es andar con los ojos buscando en la serie tem-
poral ó sucesividad, como antes en la dirección espacial ó en laant
y puntos de un cuerpo.
Aplicado al obrar ó mudarse de los seres, er, er-a es esa mn- |
danza y vicisitud, el modo de haberse y de obrar: era-bereanát k
misma manera, era-gabe sin modo á propósito, sin educación.
Tenemos pues que era siempre indica el movimiento, el Feoorrer
con los ojos, el brazo, la fantasía, la mente una serie, ya en el O-
pació, ya en lo extenso ó corpóreo, ya en el tiempo, ya en' d !■•
berse y obrar. Indica el pasar físicamente los ojos mirando^ d;
brazo en dirección de algo, la mente cotejando y relacionando ai-,
turaimente los puntos de la serie: es un acto físico del recorrer a*
oj('3 y dedos y expresar ese recorrido ó movimiento con el sooidB,
del movimiento r en su mayor indeterminación, no señalando ■■•
guno de los tres grados, el yo ó aquí, el tú ó ahí, el él ó allá, porll
cual suena con e indefinida: er. Sí afirmo que todo eso equñali i
decir que er, er-a significa el movimiento en cualquier línea y de
una manera indefinida y general, no habré hecho más que saov é
concepto mental de todos esos gestos y fantasmas, concretos y &icO% i
que el hombre naturalmente tuvo al menear la lengua sendlUmeolí '.
en er. Caso bien claro de las operaciones de la inteligencia al paatf '
y al hablar, fundiendo en uno las aprehesiones de todas las fKoI-
80. era eu$1c.
315
pasando del espacto i lo corpóreo, a) tiempo y al obrar/ vís<
las nociones más absti^ctas é incorpóreas con esa vestidura
de un fantasma físico, que de suyo es el moverse más Tísico
- ■ ■ , brazos y lengua,
r'ot. M cr, COI» artículo er-c, usado separadamente, en U
acepción, que es la espacial de movimiento físico, andar al
moviéndose es era-ka y dícese dei meneo .iquel con que balen
las aves al cernerse como en equilibrio ene) aire, que )la-
cernerae, eraka-n cerniéndose de esla manera. El fátuOi
melindroso y parado en sus movimienlos, es er-get, de gel
embobarse ergel-du, boberia ergel-kerí, tontamente ergel-ki,
ergei'tasun,
:1 recorrer un ruido ú ot$ se dijo er-ois la fama, el bullicio,
del granizo, que cae rflmicamenle.
lo del tiempo er-a sazón, vez, tiempo, díú era-alií/ tiempo
de algo, i deshora ó desorden tfa~baga ó sin era, desorde-
tra-baga-ko, zeuek Jakizue eze era-gitchi galúa dodazana
he dejado pasar pocas ocasiones ú veces (Bartolom.).
del Iiaberse y del obrar er-a es el modo; conforme,
ionado, conveniente, 6 lo al modo es era-ko, adjetivo -ko^
al era, erara-ka como era-ko. El mismo tra-ra vale A pro-
i gusto de, al modo de, erek bakakhari Oere-erara aquellos,
cual, i su modo ó gusto, erara-tu corresponder, y eratu
lonar, ordenar, poner en modo y rtianera, faungoikoak era-
btratzat eskeifiigaia Dios proporcionará para sí la vícitma,
drá, hará que, pues era es movimiento, tendencia; tra-z có-
, oportunamente, i modo 6 tiempo conveniente, eraz*ago más
íinmenle, eraz-ko lo conveniente, adaptado y proporcionado,
Oportunidad, eraz-tu aparejar, disponer la tierra para el cuí-
dispODer, proporcionar las cosas, moderarlas, amanarlas ú
rarlas.
|Cü4i -be bajo, oculto, era-be es el corto, el perezoso, el Itmído,
en sus maneras y en su ubrar, ú la timidez y cortedad y la,
I, erabe niz tengo temor, oral erabe dut ahora tengo pereza,
debajo del modo ó norma, erabe-ortara á ese tenor, el
liinido, etc., érabe-ti ó erabe-z-H, el verbo correspondiente
; la cualidad trabe-tasan. Sin modo, disparatado era-gabe^
316 OWOEN Y VIDA DO. LENQUAIE
era-baga, eragabek. En fin, el loco es el de las vicisitudes 6
bies ó er, y dijese er-o, necedad ó cosa de loco ero-go, locun
keri, perder el juicio, mudarse ero-tu y era-ta, de era mudanza.
La voz er expresa una de las nociones más comunes y de ta qnd
mayor uso hacemos á toda hora, la del movimiento en el espacio,ll
del tiempo, la del cambio, la de la actividad, todo á la vez. Su UH
'plitud se comprenderá por la teoría moderna de explicar todas büj
modalidades de la materia por diferentes combinaciones del movii
miento. Esta teoría está lejos de ser enteramente cierta, ya que 0^
conociendo nosotros del universo más que lo que se nos entra pd
ios sentidos, y siendo el principal la vista, toda nuestra ciencia al
visual. Pero de hecho ¿qué hay objetivamente en la materia? Por lii
ojos se nos ofrece como movimiento, es decir, que según el color de
la tente con que principalmente la miramos, se nos ofrece coloreadl
como movimiento. Si nuestra ciencia fuera auditiva ú olfativa óguH
tativa, mudado el color de la lente, por ventura nos pareciera otaj
cosa esa materia, la reduciríamos á si bemol óÁla natural, á salobrtl
ó á dulce, á hedionda ó perfumada. Solo tenemos sensaciones dm
pertadas por algo que llamamos materia, sin saber lo que ella ttf
sino que nos excita tales sensaciones, y entre estas damos la venttj^
á la vista, al tacto y al sentido muscular, en las cuales descubre d|
análisis los elementos y el origen de la representación del morir
miento. Pero tales sensaciones no tienen más valor objeto que M
del olfato, del gusto, del oído, otras tantas lentes diversamente coto?
readas, que nos darían otras distintas representaciones de la nuteríl.
Y fuera de esas cinco sensaciones ¿no caben otras muchas, de qnc
carecemos, para las cuales esa materia se nos- pudiera ofrecer cotf
otros tantos visos y colores? Y sin embargo, la ciencia humana, !•
cefiida, que solo ve de un color la materia, que solo estribadla
modo de representársele por los ojos, el tacto y el sentido muscultfi
es así, muscular, táctil, sobre todo visual. Hemos de contenliraili
con eso, sin pretender alcanzar otra cosa de la materia / del mufldc
físico y espiritual, más de lo que con esa lente, así coloreada, SI
nos deja ver. El caso es que con ella vio siempre el hombre j pM
lo mismo la noción del movimiento fué la más general, y se tpGefl
«1 espacio, al tiempo, á la actividad, á la mudanza de los fenomenal
Toda nuestra ciencia se reduce á conocer el movimiento, y toé
81. e/dca&L
317
Icnguijc está vestido de esu noción del inovíinicnto, es una
üísiíntas tonalidades, y la más sencilla es la voz er de que
i IraUi '■ ''■-•■■ matices más generales son at, or, ir, tir. que
irLin •' HiJo de la nociún er á Jas diversas clases de es*
D, ar movimiento extendido^ ir linea!, or en redondo, ar tn
unJidid.
1. Kra. LAlinizado por S. Isidoro en aera (5,36,4) por falsji
logifl, nadie da otra de esta palabra exclusivamente castellana
mana, pues se aplicri A la era española ó de Cesar ó c6m-
<kl tiempo qife arranea del año 33 antes de Jesucristo ó era
ir. Es el era euskérico por tiempo, sazón, cambio, vicisitud,
lento.
Etl vocablo castizo para expresar el tiempo, la época, la tem-
I, la sazón, el siglo y la duraciún larga de liempo. Quij. 2.53:
eran mis eras, mis dias y niís años. Pedro Urdem. I: Es
oda c^ta era (siglo). A, Alv, 5fYv. Dom. 2. adv. 5 c. § 4:
de gracia (desde Cristo). Mahiana H. E. 3,24: De suerte
afto primero de Cristo fué y se contó 30 de la era del Cesar.
H. Seg, 26,7; Se estableció aquella celebrada ley, de que
cuenta en el tiempo de la era de Cesar.,, se contase por los
nacimiento de Jesucí isla. Valverue V, Cr, 1,16: Siendo tan
loto este día, principio del año romano, lo comenzó también i
df b rra cristiana. Qipv. Mus. 6 a. 36: En un credo oficiales
tpchiiray que en despacharse lirdan tnmera.
Et*-iil. becerro, ó buey, é novillo de más de un año; de er-«,
'.Q. Oalan N. Castelt, D.Juan-. Y como un eral cerril /arre-
íos dientes. Hcrr. A^. 5,48: La primera es de temeros; la
añojo*, la tercera erales. Qohq. Soled. 2: Eral lozano, asi
tierno, / de bien nacido cuerno, / mal lunada la frente.
Et*-4ir, altanar y disponer el huerto para plantarle, formando
surcos y divisiones. Es el euskaro era, era-íu.
lo. El huerto ó plantel así preiwrado.
G mismo era anterior en d sentido de lugar espacioso y
como en euskera. á modo de posvcrbal de erar ó era-ta.
año 941, p, 381: Cum domibus, írtó, ortis, térras. Sota
dOMMa
I
3 1 & Oriqeh y vida OCL LEMOUAJK
era 967: Ad illa era de Lacu. Ber. S. Dom, 467:QuaI simienzil
des, tal era p;iraredes.
Es el pedazo de tierra bien dispuesto para sembt^r. D.Vfiul
Espect: A bs demás eras de la huerta. Cabr. p. 241: Sus meiilla'
como tras de flores olorosas. D. Veo a Anuitc: No deja era ni cuar-j
tel de todo el verjel donde no la tenga plantada. Valderrmw í
ProL: Una era de lechugas.
En general espacio llano y tendido. Zamora Afora, musí. pte.2^\
3, pte. 3, Simb. 5: Busca las eras más descubiertas y llanas.
En particular donde se trilla. Qutj. \,2S: Trillando en las
!d. 2f20: Montones de (rigo en las eras.
La forma hiera de A. Aívarez, débese á la c que se abre en i
la h- para que f suene como vocal, no hiriendo á la e comot
naníe, Dom. sept. 3 c, § 2: Echando mano á su azada, para
con él (criado) lo principal de su hiera. Id.: Le ayude con su :
quillo para contarle después en la gloria toda la hiera entera pors
ya. Id.: Del pereio?o dice Salomón que sale á hacer su labor, ;
que, como no va de gana ni de corazón, en dándole el frío, lucgCÍI
deja los buejes y la hiera, dando la vuelta.
En Colunga de Asturias era es semillero.
Alzar de eras. ^Por metáfora de los labradores, que acaba
de trillar recogen trigo y paja, y dejan la era tíarrida, y se van á<
así cuando se mudan de algún lugar dicen: alzar de eras; alzó dd
era?, fuese con todo su hato), c. 511.
A la era del mico, a! que nos molesta.
Qaal simienza figiercies, tal era para redes. Berc. S. D. 467: Ifl
sementem feceris, ita metes.
Cuando dicen eras eras, ó las hay, ó echan en ellas, c. 370.
Dormir y guardar la era, no ha manera, c. 289.
Eras y aire, nanea faltó á nadie. (Persuade á la labranza que
no la pongan excusas), c. 74.
Levantar de eras, alzar de eras. Pic.Just. 2,2,4,4: Y que COB
brevedad levantaba de eras á tiempo de pagar el recibo.
Nadie puede dormir y guardar las eras. c. 208.
Ni mi era, ni mi cibera, trille quien quiera y pueda* c. 215.
Ni tiene era, ni vera, ni palo de higuera, c. 214.
No he salido de mis eras, que el trigo me tengo en ellai. c 22Z
81 . era cast
319
No puede todo ser dormir y guardar las eros. c. 233.
Yo puedo dormir y guardar las eras, c. 233,
Segar ó gavitíar, ó guardar la era. c. 249.
Ei^-o, lo qucer-a, posv. de erar; ped^/^o de tierra preparada
d cultivo, pero más en general. Hita 327: teuolo E comiólo
■n tal «o. CoH«. 222: No envíes á arar al mozo enJ
i - ... . »iuc se cngant el perro en la hacina (Eria y ero es la (ief
íbbrar) Id. 99: El pié del dueño, estiércol para el guerlo, la he-
y hero. Berc. 5. M. 474; Munnon que es bien rica de vinnas
' en3S. Hita 720: Fué sembrar cannainones en un vicioso ero.
i. D. Sancho Rivad. 175: Da Dios trigo eti el ero sembrac
1297: rnbya derramar U sienpre al ero.
Sn-in, coma er-o y er-a. Hir\ 335: vy que las degullaua ¿tT
fias crias. Corr. 222: No envíes ai mozo en la eria ó ero, que se
. el perro en la hacina. (Eria y ero es la tierra de labrar). Hcriu
, 2,3: Que onde ha sido viña vieja perdida (que aquí en Ta
, llaraan herías) es muy mala. Id. 1. 6^ Mar/o: Si alguna eria i
, que tenga bucna-j cepas. Entre santanderinos y asturianos
cxlensidn grande de terreno en ha/as de varios llevadores
en un cercado, y lal es el valor antiguo, como derivado de
). Brac. Dueto: Andaban aiulando fueras por las crias.
Cr-io, como er-ía.
:^ciis.e erio, y séase mío. c. 248.
J i*i-«l, de eri-o>er-ta por campo cultiva Jo d plantado, proplí?
ano. Es hoy el que dejrt de cultivarse ya desde mucho tiem-
d DO cuihvable por mato, adj. -al. Hita 747: Comed aquesta
de aquestos eriales {ero le llamó antes). J. Pim. Aiir I J6:
^j^«^ - veces están como heredades desamparadas, lomadns i-ti eiia-
Cahb. p. 432: Como un erial de matas secas. HoRrtNS. Mar. í.
• le agradó por entonces a! labrador el erial y pedazo de tie-
ir» de hie rilas inútiles. J. Pin. >l¿r 35,23; Comen-
el erial de mi conciencia.
£rt-AZO, como eri-al, aum. de erí-o, Valdcrr, £/. Mierc. 3
\Dom. cJtar.: Toda hecha un eriazo. Fon?. V. Cr.pie, 3, i 1, p. 1: Va
1 -\'A arxio, rompe el eriazo y la linde, pero el camino no pue
H. Chile 1,10: Antes parecen unos eriazos y tierras sobe
e inütitcs. Valoerr, EJ. Or. huerto: No queda sino un triste
320 Okioen y vida del LtsavAjt
crUzo seco y sin provecho. Casr. p. 674: Rompiendo pritnero i
eriazo, que en elEa estaba de malas setn illas.
EiMz-al, como eri-azo, eri-al, de er-t>. Cacer-p^, 106: Lo (
ayer ?olía ser un río caudal, es ahora un eri2al, un secadal de
provechado.
Ep-eta, en Aragón er-a ó plantel de verduras, es diminutivo.
Er-ete, en Honduras colmena de abejas narras que labran s
habitación en la tierra ó en las paredes.
Ki*<^e, en Aragón miel virgen.
-ero, -era, vale lo á modo de ó lo para, los dos valores di
-era euskérico, y así nada tiene que ver este sufijo con el -ere di
latino -ariuS; de agente ó de lugar. Send-era es lo como sendi
cabec-era lo para la cabeza, cabe!! -era, carn-ero lo para carne d
comer, carr-era lo para carros, cas-ero lo para casa, cib-era lo pa
ó á modo de cebo, ó comida, ó trigo, escal-era, esqu-ero. gil^
harpill-era, hÜ-era, jilgu-ero, magu-era, man-era, moll-era, monki
lo como ó para monte, oj-era, ot-ero lo para ot-e escudriñar del
alto, pand-ero, pedorr-ero, rib-era, rim-ero, sombr-ero lo con
bajo sombra, tabl-ero, tem-ero, vis-era, soñorr-era lo como gn
sueño, dent-era, ventol-era, borrach-era, aguj-ero ó bu]-ero, al-cnl
para el ale ó grano, angu-era, engu-era, asqu-er-oso, entel-er-id
bald-ero, baldr-ero, band-era, barr-era, esbot-er-ar de botar, boc-o
lo para el bozo, cap-er-uza, cach-er-ulo ó cachirulo, OLO^í-d
cans-era, ganch-era lo como gancho, gat-era lo para el gato, ched
er-es, cim-era, cochitril de cochit-era de cocho, brevaje de bdMi
aje, y reforzada la r befa-err-eador, tont-era y tonter-ía, porqu-eN
corr-er-ía, etc.
-er-ia, de -ero é -ía. Arcabuc-ería, artill-ería, bat-erfa, bdlaqi
ería, bob-ería, borrach-ería, botill-ería, burl-ería, goll-ería, giaq
ería, lenc-ería, libr-ería, majad-ería, mensaj-ería, mentecat-erfa, mfl
cad-ería, mont-ería, muchach-ería, niñ-ería, tont-erfa, poiqu-crf
corr-ería, pobret-en'a, lac-ería.
-depo, -dera, del -era á, para, con temas participiales f
-d'O, y vale como un participio de futuro ó adjetivo en -biUsi -U
J. Pin. Agr. 3,31: Obelo quiere decir asador (y no se debe det
asa-dero, porque es palabra pasiva, según que decimos este capí
está asadero ó comedero). Asi-dero lo para asir, la cosa en fpmt
S2. arbütus, reor, res.
321
I mango, atafleniero, derrumba-dero, desagua-dero, desembarca-
, dispctut-dero, duradero durable, lo que ha de durar, poda-de-
¡posa-deras lo para posar, traga-dero, vale-dero, veni-dero, ende-
a, hace-d€ro, come-dero, lleva-dero,
Eii pluial se suple maneras y es gráfico sufijo con el valor de
ó manera: absolve-deras, trago^deras, eníende'deras anda-
-<lt*o, -dra, -tire, y sobre todo ante otros suñjos, es con-
dón del Hiero. Goíon-dro, golon-dr-ino y golon-dr-ina, me-dr-ar
mclinKÍre, colo-dra y colodr-ón, colodr-illOf eshaldr-egar,
r-és, tolondr-ón, bolondr-ún, molondr-ón, calandr-ajo, calan-
rendr-ija, andr-ajo,galdr-ánj galendr-ar, mcndr-ugo, chilin-
y chitindr-ajo, escondr-ijo, hendr-íja.
[ -tura, del latino -tura de fuiurición, del tu y rus, ra; genc-
stc erudito. Aber^tura, al-lura, aven-tiira, cin-tiira, conje-lura,
a, coyuntura, cria-lura, descompos-tura, desenvol-tura, des-
cscri-luri, lec-tura, pin-lura.
•ura. del latino -tura y del euskaro -ura. Amarg-ura, anch-iira,
jra, apost-ura, artnad-ura, bfanc-ura, dulz-ura, fresc-iira, her-
rn-ura.
-ijf-ia, de -ura é *ía. Mercad-iiría, sabíd-urín, hablad-urta,
urta, !»enad-uría, cant-uria.
^" ■' pueden derivar de la raíz ar- el arar los nombres de la
:íwíí á tierra y tal vez ¿v-sp-ot inferí, los dentro de efla;
, en ello los autores (Picrcr 2, p. 1 07). En godo es alr-tha,
r</ tordhtf ingl. earth, ant, aK ^rda. mcd. al. Urde, al.
tu... . j. fJh, gfn. jardlmr ticrta, p\.jardir poscs[ón. ir!, ire^
. \d vez irft -ida, que también vale agua, pabbra. Ei clarajncnte
0. eralu aplicado al espacio y suelo como tierra labrantía.
De u\u\ el anL al. trt-beri fruto de tierra, sueco jord-bQr, al,
r, saj. tfda mrli^iS melitoio; en latín arbatus, si como al-
) quieren, nada tiene qua ver con arbor, ts el arbuíus unedo
'c las tierras ¡unto al Mediterráneo, qi\Q en gr, ca Jt'J;iao'^;,
-_ .-i.-iapo;. gr. mod. x'/j¡iaprj'i; el ant. al. tiemera, es), tchemtri
tchemerka beücborus. En castellano se dijo alborto, de
f y madroño. I.0& escritores cL-istcos lo tuvieron por uno de
2t
tos alimentos de los hombres primitivos. Créese que el nombre k '
dio primero al heléboro y luego pasó al madroño, por la flieni
atolondradora del fruto.
Era-tü y era-z-ta dieron los vocablos indoeuropeos que uni-
fican contar, proporción, calcular, razonar. En lat. rS-or, rií-tas,rHi
calcular, pensar, creer, pro rafa parte ó pro rata á proporción,
tratándose de distribuir, reglar la distribución, ra-tas reglado, d
era-tu del euskera: «Astrorum in omni aetemitate ratos immulabi-
lesque cursus»; de aquí asegurado, ratificado, reor contar, pesw,
medir, ir-r/-íMS irrito, que no cuenta, ra-tio cuenta, cálculo, previsión,
razón y ración, es decir el orden y combinación, y su hojM,
ratión-al-is racional, ir-rationalis, ratio-cinari calcular, razonir,
ratio-cinatio, rati-ancala dimin. La idea es la de disponer coa
modo, lugar y tiempo, proporcionar, reglar, ordenar. Del campiv
como se usa sobre todo en euskera, pasó á la religión, á las leyes,!
la filosofía, á las matemáticas. La fórmula de tos sacrificios leg^
rátüm esto equivale á la védíca ratam astu, sea consagrado, seaaí
ordenado, hecho. La ofrenda es rit-íi, lo consagrado rü-ta; el orden
la costumbre sagrada, la ley divina, dícense en skt, r-fa, r-ta, en zcod
ra-tu ley, en lalín rt-üís el rito, uso, costumbre religiosa y legili
ritu-al-is ritual, rit-'e bien, recta y ordenadamente y según el uso. &
irl. rath garantía sagrada en los contratos, erse rathan vadimoniun^
esl. roía iusiurandum, ro/rf/ sen anatematizar, ilir. roto, pol. rtA
pr^j/s/en^/ es fórmula para los juramentos. La gran ley divina, el
rito, dícese en skt. ritam brihat, la acción legal en los Vedas rffr
karman, ri-ti es el modo de proceder, la conducta, ri-ta el tiempo
apropiado, mayormente para los sacrificios, sazón, ocasión, tiempo
á propósito, ritU'ij el que sacrifica á su debido tiempo, sacerdofcf
ri-tii-iya regular, conforme al tiempo y á las leyes. Todos estos voOH
falos derivan de ri, ri-tchtcha-ti, ri-ná-ti, Ved. iyarti, dryate, ri-t^
-tí, rinaatí. E! primitivo valor es el del causativo arpayatí áispoo^t
fijar, dirigir, ordenar, aplicar. Es el disponer ó poner los medí*
para lograr algo. De aquí lo logrado, la propiedad, cosa rOri, f^pi
ras cosa, y ra-fi conceder, dar, part. rct~ta, zend, rfl traer. Es/*»
un adjetivo en -/, ra-yi~mant rico, rü-ü favor, don, zend r^
liberalidad, parsi ra-di, persa rS.-d, irl. re-t, re-s, ra-tk subsidiOí
salario, gracia, cimr. ro-d, ro-t don, ra-t favor, aretn. rfl doiif rt*
S2. res.
323
eda-p dar, címr. rhoí, corn. reí, ry. En ant. al. rü-t opes, fnictus,
rae-dt phalerae^ apparaíiis, saj, ra-de, ge-rH-de propiedad
riiiría, al. ge-rO-the iilensilioSj vor-ra-th provisión, esL rO'di
toe, raditi curare, godo rP-dan y norso rndha conceder, cuidar,
dftsagf. ra-</=anl. a!, ra-t ayuda y medios.
EKa acepción de ayudar, cuidar, poner los medios es la de era,
•ia, de donde lograr por esos medios, poseer, y el concederlos,
ilitar, dar; en es), re-yan, n-ya-H procurar, empujar, et mismo
'. A /íi-s responde en latín ns, re-i propiedad y luego por
icralizadóTi^cosa, res famllian's. patria, publica, rustica, navatiSt
íbiris, divina, ele: es lo que nuestros aperos, medios, iilensilíos,
para, aplicándose á lodos los tírdencs. En el foro es asunlo,
habere cum aligao, rem dicere, res cúpitalis, reus reo,
sulo ó acusador, es decir el que tiene un asunlo, del genitivo
fO$ de res, el del proceso, ¡n rem, ad rem, ot> rem^ e re, ab re,
hfif, quam-ob-nm, frases todas forenses, que después se genera-
la utilidad, propiedad, ssunlo, cosa; tes publica la cosa pú-
leí pueblo, de donde república.
Del dividir prü rata £p-civ-<¡; escole, conlribución, don, recom-
, adj. -an de er-a, epocv-'Cui poner á conlribucíún. £1 es!, r^yan,
'tf procurar, empujar, hay que compararlo con et godo rath'yartt
contar, y con el lat. ra-tio, raíus, y con el raya ir, raya ida^
lie, riyati ir, moverse, rl danza, caida, riye fluir, riti moví-
nso, institución. El mi mero y cómputo engodo rath-yon»
ndh'fa, ant. al. rad-ya, red-ya y red-a, al. rícf-í.quc responden a
líBodu ga-rath-yan cunur, ñor. roedUa ,rocdda haWar, narrar,
rAd-yaa^ al. red-en, al. Red-e. En gr. vi^j-pE--rac sin cuento, y tal
^>-ji',; número, cuenia, proporción, ápSjuw contar.
Pero la O proviene de suban le, y así esta raíz griega viene de
que tjene valor parecido al de trata. En skt. responde
ffi-ús buen suceso, prosperidad, favor, rAdh-na-ii y rikdh-
lyos valores son los de traz, eraz-tu y eratzi^ poner los
i propósito para lograr un fin, llevar al cabo una cosa, lograr,
lonar, contentar, ayudar, rorfA-íinií cumplimiento, logro^ sa-
I, medio de hacer algo, rdd-dha acabado, iniciado; en rend.
Tal vez i(>«-Tr,; amante, que contenta, ¿po3-ri; amable,
de la ratunt níz, como en skt ras-cyuti gustar, querer, ros-a
324 Origen y vida del lenquaic
gusto, estado de la tierra acomodado ó buen tempero, valor ét]
erazta, rasa-í/ conceder, dar.
El simple ¿pá-oi amar, tender á, tener inclinación y gusto por^
ep-cut; amor, deseo, Cupido, spoj-Tütoí erótico, no vienen dehr^
ar, ir moverse, como dice Curtius. Conforme á la antigua fonéSa
sacaba este autor del ar indiano y primitivo tres raices europea
ar, er, or, porque casi significan lo mismo, es decir movimiento.
Pero movimiento indica la r en las tres formas vascongadas ar,eriV.
Hoy, que sabemos que las tres vocales son originales y que en h
India fué donde se fusionaron en ar, todos admiten tres raices, qne
son cabalmente las euskérícas, con el valor común de movimioib
por la r, pero con diverso matiz: ar de arare es el euskaro ar,ar^
or de or-iri es el euskaro or, ora; er de spáío es el euskaro er, era*
De la raíz er de movimiento saca Curtius sp-x<>-l^at ir con jj ^
gún él, por el incoativo ox, ep-oxo{JLa!. Si así es, er movimiento soto
es palabra euskérica, como ápá-w amar, tender á, es el mismo íM,f
¿p-8ax(u agradar, acomodarse á otro, es el ara del mismo valor tu
euskera.
83. Abopzo, albopzo, alborto, arag. alboroc-eiit
albroc-era, fr. arbous-ier, cat. arboss-er, el fruto arbos, gall. ir
vedo, hérvedo, ant. pg. érvedo, érvodo, asíur. albedro. Fué el mfr
droño antiguamente. De arbutus, arbutum, *arbutrum; Arbutoni
Uaedo L.
Razón, de rationem, ratio. Potencia discursiva y su discuiso
PiNC. FU., ep. /, frag. 3: Razón se dice, el discurso que esta polea
cia intelectual va haciendo de unas cosas en otras.
Cuenta. Quij. 1,28: La razón y cuenta de lo que se sembraba—
pasaba por su mano. Mariana H. E. 1,1: Conforme á la razón délo
tiempos más acertada, se contaba ciento y treinta y uno.
Método y orden. Ocamp. Cron. 1,2: Pusieron en arte y en nx&
la sustancia y ser de las cosas, para que se pudiesen conocer vaá
fácilmente.
Justicia. QaiJ. 1,1: Porque no era razón que. Id. 2,40: Pues ál
que no tenéis razón. Solis H. Mej. 1,4: Puso en congoja mis q*
vulgar á la nobleza y á todos los que tenían la parte de la razón y c
la verdad.
63. razón.
325
Eipresión, vi>t 6 palabra que explica et concepto. Quij. U4: AI
[ deslas razones, td. 1 ,32: Quiero leerla por curiosidad síquie-
qoízá tendrá jügun^i frazón) de gusto. Id. Y 2,34: cuándo será el
M donde yo te vea hablar sin refranes una razón corrícnte y
Kcrtula. Id. 2,62: le respondió esta razón.
Argtunento 6 prueba. QüiJ. 1,2: Mas pudiendo más su locura,
¡otra nzón alguna. Id. 1^33: Asi que es razón concluyente, que.
Á buena razón, conforme á razón. Quíj\ 2,5: Me llaman Teresa
que á buena razón me habían de llamar Teresa Cascajo. Per-
3,20: Pues á buena razón no podía lardar mucho. Palau Pront
; Y asi i buena razón se habla de intitular esta htstoría libro de
Bsión.
Ajustarse é la razón, atenerse á ella.
Ajustarse con ta razón, ser razonable en. CACCf;. ps. 72: ¿Qué
vecho he sacado de ajusUr mis deseos con la razón?
Alcanzar de razones, dejarle sin poder responder.
ABttaru día razón. J. Pín. Agr. t7,U. Cuyas razones tanto se
pn á b razón y confirman )a verdad de )o que prueban.
AiUí^rst á razón. Ovtv, Ep.blí Ni admite escusa, ni sufre
ibra, ni toma consejo, ni se allega A razón.
A nadie fattan razones, c. 7.
A razón de, en proporción, á tanto 6 cuanto.
A razones, J. Pin. Agr. 22^: Ba&ta que con vuestros RIvanos
qoetús coger á razones.
Atravesar razones, trabarse de palabras.
Buenas razones, toda disculpa ó promesa que no se cumple.
Ctberen razón. J. Pm. Agr. 4,6: No cabiendo en razón que al-
io trate mal Á su semejante.
Cargarse ó llenarse de razón, tenerla y mucha.
Como con ra;ó/i, irónicamente del que habla redo y aparentan-
ocable cuanto dice.
Jitsia razón. Quij. 1,23: De quien con justa razón temía.
Cor la razón se váá todas partes, defendiendo su derecho, por
qtic 9Cfl para otros.
razón 6 sin ella, (Por lo que se hace por fuerza). «, 595.
Contra razón. Qaíj. 1,30: Lo que tan contra razón me tiene
326 Orioen y vida del i
Darle la razón, reconocer su derecho.
Darle razón de, enterarle. Qü/y. 1,35: Pero nadie le supo dv
razón de lo que pedía. Id. 2,9: O cualquier dellos sabrá darfc
V. m. razón desa señora Princesa.
Dar razón. Qaij. 1,44: No sabré dar otra razón, sino eslaoc*
diñaría, que. Id. 2,18: Para saber dar razón de la cristiana ley que
profesa clara y distintamente.
Dar razón de, enterarse, conocer de una cosa.
Dar razóu de si, ejecutar bien lo que se le encarga.
De (buena) razón, conforme á razón. Caccr. ps. 108: De bue-
na razón habían ellos de quererme bien. D. Vega Paráis. Nati»^.
Cuando todo el mundo de razón había de estar envuelto en tiai^.
blas. León Job. 9,24: Los sabios, que de razón han de ser los justo
estimadores de las cosas. QaiJ. 1,19: A una ó dos leguas, de buen
razón hallaría en él alguna venta. Id. 1,33: La que de razón podii
causarme.
Dejando ana razón por otra. (Dícese acordándose de otra con
diferente), c. 580.
Di la razón y no digas el autor, c. 28 1 .
Di tu razón, y no señales autor, c. 282.
En esa razón hinco yo mi bordón; ó hincho yo mi bordáiu
c. 112.
En esta, esa razón. A. Alv. Silv. Dom. 2adv, I c, § 3: Ver-
daderamente el amor con que en esta razón se ama la criatura.
En razón, discreta y razonablemente.
En razón de ó que, cuanto á. Cacer. ps. 1 1 8, f. 2 1 7: En nato
de guardar vuestra ley, ninguna cosa me hace estorbo. Valderrama ,
Fer. 5 Dom. I caar.: En razón de defender sus hijuelos azonrse
contra un milano. Qaij. 1,29: Desafíalle en razón de la sinrazón
que os hace. Id. 2,16: Hay mucho que decir en razón de si sod fio-
gidas ó nó las historias de los andantes caballeros. Id. 2,45: Vctú-
mos ante v. m. en razón que este buen hombre llegó á mi Úend^
Cacer. ps. 16: En razón de serviros. PersU. 2,14: Las culpas qo*
comete el enamorado en razón de cumplir su deseo, no lo son ^
razón de que no es suyo ni es él el que las comete. Dos ámC»'
Habían desafiado al padre de Marco Antonio en razón de que ^
había sido sabidor de los engaños de su hijo. Suar. Fiquer. AnurU*
Bi. razón.
327
NI solo te sucederá esio, mas en rizón de haber con tu vana
nosuní afligido i Untos.
Entrar en razones con, disputar. Mal. Chaide Magd. 3,14: En-
ea razones con uno.
Eavolverle á, en razoneSf confundirle, que no sepa responder.
Es justa razón engañar ai engañador, c. 129.
Eso está muy puesto en razón, razonable.
Estar á razón, á razones. QuiJ. 2, 1 6; Estemos á razones, San-
Ven acá, en qué consideración puede caber que. Id. 2,49: Este-
i nuón y vengamos al punió.
Estar en razón, ser justo, razonable. J. Pin. Agr. 5,16: Esti en
n que el hijo que de allí se engendrare, sea imperfecto de coni-
Í6n.
Estar puesto en razón. Qiiij. 1,1: Pues estaba muy puesto en
kjd. 2,2: Eso estaba puesto en razón. Id, 2,18: Lo que más
^^n man e'&tu viere.
tüacer la razón. ^Dkese por beber cuando i uno le hacen brín-
[ ide; haré la rai<in). c. 629. Aceptar Quij. 2,33: Que á
Je un amigo, qin.' corazón ha de haber lan de marmol,
Ro hi^ Ib razón. Esteban. S: Empinaban los codos y hacían
trpor razón, obrar conforme á ella. J. Enc. 222: Conozco que
ao va por razón.
k puesto en razón. Qaij, 1,25: Que lodo cuanto yo he hecho^
Dé hiciere,. va puesto en razón.
Juta razón, engañar ai engañador, c. 275. No hay mejor in-
ESúo que encañar al engañador. Galindo B. Q5.
Lt mala razón d^a ta ropa sana y lastima el corazón, c. Id3»
La mejor razón, la espada: á fuerza de villano, hierro en mano.
ido b\t» ta juiíticia.
it razón no quiere fuerza, ni la faerza quiere razón, c. 190.
Midi reine, no la violencia, y también dlcesc al darse por con-
ido.
í , ,., .^ ^g ^g ^ ^Q^ borrachos, ó á los locos, rechazando la
p .. razón.
MU razón tiene gran faerza, 6 ta verdad, c. IQO.
Ife
Llegarse á razón. Lis. y Ros, 3^2: Agora me conieotas, qiR t
llegas á razón.
Llevar la razón, tenerla ó creer tenerla.
Llevar razón, tenerla. J. Pin. Agr. 18,12: Razón lleva esta doi
trina. Id. 5,24: Lleva razón la doctrina común. Id. 4,8: Suidas
tiene por desecativo de la orina y de la saliva; y lleva razón, pue
Lazar. 2, p. 27; Y lleva razón, que como es larga.
Llevar razón en. Quij. 1,24: Pareciéndome que llevaba raz«
en lo que decía.
Más daña una viciosa razón, que enmienda un largo sermó
c. 448.
Meter en razón, discurrir con juicio, alcanzar un asunto.
Meterle en razón, obligarle á obrar ó hablar conforme á efli
J. Pin. Agr. 6,17: Al cual metió su padre en razón diciéndole.
Machas cosas parecen sin razón, que quien las sabe ensíbm
ñas son. c. 474.
Muy en razón, oportuno, justo.
No avenirse á razones, ceguera.
No hay tal razón como la del bastón. (Es la fuerza y podo)
c. 220,
No tener razón de ser, por causa ó motivo, sabe á francés; di
gase sin porqué, sin para qué, sin porqué ni para qué.
Pedir razón, cuenta. Pie. Just f. 32: Si les pedís razón, cuna
píen con una de pie de banco.
Perder la razón, el juicio, extrañar mucho alguna cosa. Lao
Diosc. 5,1: Perder juntamente la razón y el sentido.
Ponerle en razón, reducirle, sosegarle Cast. H. S. Dom. 1,E
40: Ni la podían poner en razón, porque no la oía.
Ponerse á razones con, altercar.
Ponerse en (la) razón, ser razonable, condescendiente.
Ponerse 6 venir á razones con, discutir. Cacer. ps..80: Venga
mos á razones, que yo dejaré probada mi intención. Id.ps. 105: N
quisieron venir á razones con Dios. Id. ps. 4Q: Una vez se puso Dio
á razones con el pecador, llegó Dios con el pecador á preguntas
respuestas. LEON/ofr. 9,14: Quién soy yo para ponerme con fl
razones? MARQU./eras. 3,1: Pónese á razones con otro.
83. razón
329
Perqué si, porque nó, razón de cofrade. (A los que no saben
rnzón). c 398.
Por razón d<r,ácsusa de. León Brazos Y le llaman Brazo de Dios
yaíiín de iqucstíi victoria y venganza. Dieo. S. Pedro Cíirc,
', p. 22 Foukft,-Delb,: Las mujeres deben ser más obligadas i
i kní que i su vida, la cual deben eslimar en lo menos por razón
r lo más, que es la bondad.
Putsto en razón, razonable. D, Veoa (Paráis. Encara.)
Rozón de cartapacio^ la que se da estudiada y de memoria sin
\ú caso.
^z6n de caria rota. c. 447; el escrito 6 discurso que ni aU
[ihdfsak), cual si se hubiera tomado de una carta rola^ cuyo sentido
) se comprende.
Üazón de Estado, política é arte de gobernar los Estados y mi-
níenlo en t\ portarse. Qtilj. 2,1; Vinieron á tratar en esto, que
razún de Estado y modos de gobierno. Navarrete Con-
t. d 33: Por esta causa las naciones enemigas de España tienen
rbuera razón de estado irla consumiendo con tas mercancías de-
bía.
PiKón de pié de banco. [Así llaman á las que son dispaatadas).
<V.
ÍÍa¿ón nataraí, la potencia discursiva, desnuda de otra especie
: la ilustre. Ant. Per. Cari, á un Sr. Grande y Consejero: Es
I trie divinar está fundada en la verdad y en la razón natural, que
í deben anlcponer i cuantos Platones hay.
f^ón palea, y razón porfía. (Defendiendo lo iuslo; breves y
I refranes), c. 477,
ft»(Jn tendes vos, Vasco Fernández, mas naon osten de va-
'- limita el castellano al portugués; es contra tos que viotcnian la
ly ¡Mlicia). c. 477.
ffttí4/! tiene el negro de no echar agua con tres asnos.
ffazón tiene ía de Recio en ííarnar pata á stt hija. c. 477.
'! vizcaína. (La vizcainada), c. 622.
• -.»■« y eorotón /tacen buen chuzón. (Que con justicia y bitcn
^íkrtcho y ínimo para defenderlo, le seriin á uno armas para vencer
■fHacdiaesfucrzoJ. c. 477.
330 OlílUEN V VIDA DEL LEUQUAje
Razón y cuenta, amistad sustenta,
Romper con la razón, obrar contra ella. Cacer* ps. 72;
pen con la razón por hacer en todo su voluntad.
Salirse de la razón, del asunto
Ser de razón, justo, lógico.
Ser razón que. QuiJ. 1,1 : Porque no era razan que. Id. 1,1U
Es Tazón que. Id, 1^29: Que no es razón, que yo esté á caballo y..-
csié á pié. J, Pin. v4^r. 4j3: Ya que habernos salido de poblado t
lo raso, será razón que rehagamos la barba á lo que. Quij. Ij32:
Que me conceda dormir, cuando fuera razón.
Sigues razón, aunque é unos agrades y á otros non. c. 263.
Sobrarle la razón. Barbad, Corr. vic. 256: Digo que les soba
la razón.
Sóbrale la razón por tos tejados, (Dícese por encarecimien-
to), c. 2&5.
Sobrarle la razón á espuertas, á montones, por encima del»
cabellos, por la punta de los pelos.
$0 la buena razón empece al engañador, c. 263. EJ que Hit
á engañar usa de razones aparentes.
Tener la razón desaparte. Quij. 1,4: Conñado en la naíit
que de mi parte tengo.
Tener razón- Quij. 1,19: Tienes mucha razón, Sancho^ dljoDí»
Quijote. Id. 1,25: Digo que en lodo tiene v. m, razón. Id. 2,40:
Pues á fé que no tenéis ra2Ón.
Tiene razón la buena mujer, comióse los güevos, y dióla tí»
la sartén. (Quejarse de dos daños, como tras cornudo apaleado; si
dijera * y dióle con la sartén», se entendiera que ella le dio á él a»-
venganza de haberlos comido), c. 417.
Tomar (la) razón, asentar ó notar en resumen cualquier data ^■
aviso ó encargo.
Venirse á razones, ceder, transigir.
Ya es razón, mostrando la impaciencia anterior por esperar.
Razonable, de rationabílem, rationabilis; semíerudito. L^
conforme á razón; y lo aunque no acabado con alguna perfecdón^
mediano y que contenta. Qu/y. 1,41: Aun más de aquello qu^
sería razonable. Id. 1,7: Llegó una razonable cantidad. Id. 1,23: ^
á fé que debe de ser razonable poeta ó yo se poco del arte.
83. razón
331
\£s menas roíonabíe que una muta falsa, dd que no puederv
i Job
iZonal»l-eJ[», pnzoiinl»lpj<-ori-azo. Pk. Just !ntr.
haber sido engendrados de un ingemo razonablejonazo..
1,1: Le dijo algunos conceptos razonablejonazos* A. Mend*
pL 13; V llene de másá más / con razonablejo ardor para
iccesidade$/csle requiebro frisón.
Dc»-raxotinble. Navakk. Man. 23JJ4: Y esta pasión de ira
ser nuooablc y desrazonable.
MZon-4iP, discurrir con la razón declarando un Gonccpto»
r COCÍ razoneSf en general hablar. Qaij. ],2S: Iba muerto
razonar con su amo. Gahit. 5, p. G5: Ratonando en diversos
icntos que á los dus habían sucedido (como hablar en)^
17,1: Declara agora estotnismo más y razónalo y dice.
;i: Responder, en la lengua original en que esle libro se es-
lióse loma por razonar ó hablar con otro. Id. 34,31: V^iétvese
propiamente á razonar con Job y á amoneslarle en esta&
ybns.
Rnzori-ndo. como adj. el que razona fundado en razón.
ÍH. Ágr. 22,2: Muy rníonado habéis andado.
Ruonamienío. Lope Amor fon vista 1: Atenía á la cara estoy,
i que fli libro razonado. Suar. Fiüuekoa Discurso: Con razo-
obsccnos,
»-rnzunnfla, qiie raiona bien. OiVa/].;Poriiiie era en.
corles y bicnrazonada. J. Pin. Agr. S,14: Loi que se meten
r tos discordantes deben ser bien razo nados. Leos Job-
lamente por ser bíenrazon*do. Q¡tan>: El mo/o e^ di«-
w;m. razonado. J. PjN. 4^- 9,2S: Puraque los alegres seatl
los y bien razo liad os.
!al-rnz«>iKicto. El que razona mal. Corr. 140: Kcha fuera
que corta mi yerno. {A los malos trinchantes y malrazo*
[Razoon-iiiioiito, aclo de razonar y oración. QuiJ. 1,1 1:
gud inubJ razonamiento á los cabreros.
I-ero, hablador. D. Veoa Serm. 2, p. 125: Eu Marta
'Sln-PMBÓo, cosa falta de razón» in|usticia, injuria, disparale»
332 Origen y vida del lenouaib
A. Alv. Silv. Dom. ram. 2 c. § 2: A este punió de sinrazón y bnfa
había llegado aquel. Leon/oü 24,1: Porque habiendo sígnifictdoli
'Sinrazón con que sus compañeros le culpan. Persü. 1,2: Te coohri
las sinrazones que la fortuna me ha hecho. A. Moral. 7,i: Confioa
las sinrazones con que nos alborotaban. Jarque Miseric. 35,2: Revot-
vemos impacientes con sinrazones sentidas y descorteses.
Hacerle una sinrazón. QuiJ. 1,2Q: Desafíalle en razón de li
"Sinrazón que os hace. Torr. FU. mor, 7,6: Hacer muchas sinnzoDO
y maldades. Persit. 1,2: Te contaré las sinrazones que la fortun
me ha hecho.
Ración. De rationem, erudito. Porción para el alimento a
una comida. QaiJ. 1,2: No había en toda la venta sino unas racione
-de pescado. Id. 2,24: Qente advenediza de ración y quitación tu
mísera y atenuada (la comida señalada y el salario en dinero de
Triado).
Acortar la ración. (Vale lo que suena, y trasládase á otn
tnuchas cosas), c. 516.
A media ración, no bastarle lo que tiene en cualquier menester
Cortarte la ración, atajarle sus atribuciones.
Estar atenido á ana triste ración, á nn negro jornal, y así d
otras cosas y estar atenida á una triste rueca, ó aguja y á volunta*
ajena: habernos de estar atenidos á lo que á él se le antojare, c. 533
La mi ración apartada, si no me harta, quítame de ban^
c. 185.
Parece que le dan la ración en dinero y se la come en cordWa
del muy flaco. Parece que le tasan la ración, del muy flaco.
Por una negra ración. (Quéjase de servir y sujetarse), c 603.
Ración de hambre, empleo ó renta que no basta para comer.
Ración de palacio, quien la pierde no le han grado, c. 477.
84. La raíz er en las I-E vale movimiento, y se halla aplicada j
ínover de la barca con el remo y del carro con la rueda. El barco d
doble remo áit.^--^¡^-7¡z, el que surca el mar áXi-Vip-T¡c, el de 5o reuM
icevxrjXovT-op-o;, el remero ép-é-Tir¡;, ÓTr-Tjp-é-rric, la remada ¿p-c-oU^j
remar ¿p-é-asiu, por Epsi-ytu de un ¿ps-xci el que mueve, el reu
¿p£T-[JL¿;, el barco de tres remos Tpt-:^p-Y¡c. También vale criuj
úxijpéxi];, como en skt. araiis, y ari-ta (ari-tar) es el remero^arMroi
S4. remuSf gabernare, rota.
333
íori-tras lo qut mueve, remo, y que empuja ó mueve, como adj<
, En norso y ags. ar, inRi, oar, sueco ara, danés oar^, med. ai.
F-me, b. al. rífm.ant. al ruo~dar, í\.Ru-der el ceDio, en lit. ir-k(as,
riBMf (>-/í; en irl. tm-rad remaban, ramhaim \ « row, Iravel • En la-
1 Tú-tis njvc, ré'mtis, por "ret-mus el remo, trl-r3m-is, rem-tg-ium
|bdo el conjunto de remos, rem-lg-are remar, rem-ex remera, de
rílle\'»r. La rueda en ski. rathas, lil. ratas, lat. rota, irl. rotk,.
Hit, cimr. rhodr com. roz, arcm. Mcf, an(. al. rad, galo rc-/a. El
I skt. rath-ya, zend rat-iha, ir!, n'arf^ lat rí^cto, cimn rhodawrt
\tMxwg, norso refrf, ags, tíJí/, k^Io réd^, petor-riUim el de cualro.
Iniedis. /?dto rueda dio rota-re voltear, rodar, rota-tío rolación,,
Iní-iiía ruedecilla, rot-undas redondo como rueda, rotundl-tas
[redondez.
Gobernar de gubernare ser piloto, gobernar, posv. gobiem-o,
9berna-tor piloto, gaberna-culum gobernalle. Viene del gr. xyp-jp-
liM llevar, mover la nave como pilólo, de ir- y xií[tji-v¡, cymba, barca,
léA kjíba euskéríco.
En irl. reaiftaim, rithim es correr, derivado de re-th cursus;^
B> rtdtk correr, de ret, red curso, corriente.
Recogiendo los nombres que emplearon para expresar el remo"
lenguas indo-europeas hallamos en ski. art^tra, y el remero
ir, es decir ]o que rema y el que rema; en gr. ¿prnjí;, i\tex~\v^
Ik. rt-mtíí, de donde el címrico rwyf y el cómico rui/, anl. al.
*"■ 't>an¿5 rem, en ant. lat, tri'resmon—t^'.-i,^r^z;tn anl. al.
-if?. rodhor, al. Ruder, norso roedfie^y remar rodhr, nied.
\A. rOtyen, al. Radtrn, ags. roHía/íi norso roa, ir!. fíi/W€ remo, wi-ri7f
cuntur» lil. irti rcnjar, irklas remo. En latín /on5a el remo,
imcnic estaca, como tofisiiía esüica para atar ta barca. En norso
ar, de donde el finés airo, tal vez emparentado con el lil.
reliaras, wainra, leio airis remo. En eslavo ves-¡o remo, ves-tl
I -itJInrrf , serbio voz/íf, albanés poí/Í remar.
El timón fui, como todavía en las barcas, uno de los remos que
[■Olido úeiría en<)erc2aba y i^uíaba. Por eso su nombre viene del
Ittremoó del delapatadel remo. Hn toda la edad media sucedió
I ifeo tanto, solo que era un remo mayor. Como se sujetaba á la
I |Mc derecha del barco, se llamó en las germánicas Steuerbord,
' tintiA que el que se manejaba con ambas manos por la jmrtc de
334 Oriqen V VIDA D£l LseauAie
'atrás del barco se dijo Backbord; en ags. steorbord y íiaectoi
"Hasta el siglo Xlll pasó lo mismo entre las naciones románícaSj j
-¿6 aquí tas palabras estribor y babor, fr* tribord, babord, il. fti
bordo, babordo, Véa^e á O. Boehmer (Prehist. naval artkitttk-
re). Los pueblos clásicos usaron en las grandes naves de
timones, uno sujeto á la derecha y oíro á la izquierda; costumbtt
-que no parece llegd al Norte de Europa,
Asi, pues, el limdn se dijo en gr. xr¡9dXiav de ■¡njSííw remo, 6 pro»
■píamente el cabo del remo á modo de pié ó pata, \it. peda huetla
*pié. En ir!, lae, por *íupef, esU iopata pala del remo^ altané!
f opah remo, al. taffe. Con esta raíz está emparentado el irl.tot
címr. tlyw, de *Iupayo, godo Idfa mano, nuestro antiguo fuá guante,
como SajíTjXw!; en Hesíquío tiu T77¡?aXíou áx^Taviv, el cabo del timón.
En norso styri, de donde el finés tyyry, ant. al* stiura, ags. sléor,
"al. Sfetter y Steuern gobernar la nave, navegar: propiamenle el remo
de pala ó palo, si es que equivale á axaugó^ palo, godo staurs, nw.
sfaurr ser atado, de! esta sujetar, apretar en eiiskera.
Así como la lanza endereza el carro, el timón llamóse tanibiíil
la lanxa que endereza e! barco, en gr. ♦x^^Sspvov, de donde gutet-
num gobernalle, xupspviF^TTií ó gubernnfór, el timonel ó gobemwfií
de la nave; en skt. kübara, kñbatf lanza, en alb. tcmón, serbio
■timun, it. tímone, ca?t. timón, lat. tierno, la lanza del carro y el límín.
La pala del remo en pg. y anf. cast. /eme, y el limón ant. cast. y fr-
timón tienen la misma raíz; lim-ón de lem-e, por analogía con tim-ón-
En Homero o'(a)T^íov timón, y oi(a)axe;-xy¡3áXía (Hesich.), son el skt-
isha tanza.
Bien se vé cómo los nombres de cosas pertenecientes al carr^
pasaron á significar cosas del barco. Nueva prueba de que la nav^
gación fué posterior en los I-E á la agricultura y labores del camp^
como veremos. Claro está que el remar más rudimentario lo hatls-'
mos en los australianos, que empernacados sobre troncos de arbolea
empujan el agua ó reman con sus manos; lo cual pudiera valer par^
cruzar un río de poca corriente ó un brazo de agua cualquiera, conutf
lo hacen también los negros de África. O con los pies, como lofll
pescadores del Nilo superior, que empujan con ellos el haz de palotf
sobre el cual van sentados. La palma de la mano remedó tanto eC
'primitivo remo de madera, como el bieldo y la pala de todo linaje
85. remo
335
;. Los salvajes remnn con un palo cuyo extremo forma pala.
sdebntados están tos esquimales^ que emplean áobXt pala,
í los canotstas del Norte, que de ellos lo tomaron.
U reroOj libremente nwrncado por la mano para cortar el agiia ó
fcrse en ella, se aviene mejor con la estrecha canoa de corteza ó
ronco ahuecado; pero no tinto con la barca ancha, para la cual
9 de descubrirse el remo conocido y hoy común, que es una
nca apo>*ada contra una alzaprima, para aprovcdiar con su em-
: más 6nnc la fuerza del remero. La diferencia de conocimientos
■|ko« entre Us naciones bárbaras y civülzadás se verá bien
^BdO la ancha canoa de bs islas del Pacifico, en la que bogan
le rcincroSy con nuestras lanchas, en tas que bogan tan solo ocho.
otnbre del remo en euskera ana-be expresa eJ meter las palmas
I mano; orra-un cosa como la palma, ya es un adelanto, es la
achatada para que mejor e^tiibc en el agua.
La rueda tiene tres nombres en las 1-6: 1). lat. rota, irl. rotfi, liL
tos, ant. al. rad, al. Rad, al que responde en ski. ratha catto; 2)
cakra, gr. xúxi-í*:, ags. kweohl, fiweo^f, hwewo!, norso htof: y
taluplicactón en prus. kelfí/i, e$l. kolo, ñor. Ave/; 3) arm. dargm,
w/»;, irl. drock, de ^drogan, es!, droga, ruso drogt especie de
[O. A todas (res responden verbos que significan correr, irl»
ski. caratft gr. Tpfi-/o>* (V. Carro}.
Remo, de remus; il- remo. prov. rcm, fr. raine, QuiJ, 1»39:
toílosá un tiempo los remos. Id. 1,11: Todos hombres de
, (¡ente de remo,
I Uámansc remos los miembros del cuerpo brazos y piernas.
At remo, oficio y condena de galeotes. QuiJ, l,3Qi Que todos
^au al remo en la turquesca armada. Id. 1,4): Con los morillos
! t»c*tKin iil remo.
, Andar ai remo, trabajar sin descanso para buscarse la vida.
A rtmo, con trabajo, por necesidad ó por fuerza; ó á remo y
llatü(fc^ A reme y sin stt€Ído, trabaíar sin provecho, alusión A los
10 y vela: á veta y remo. (Navegarj seguir, huir), c. SOS.
I y deseo.
Dar tos remos ai agua. QuiJ. 1,41: Y que querUmos dir
remos al agua.
Echar al remo, condenar á galeras.
Estar, ir al remo de, cuidando no se haga mala la peisonj
cosa, y del que trabaja mucho en su profesión.
Rem-ap, trabajar con los rem-os, y metaf. trabajar mucbi
con dificultades. Ovalle H. Chile 8,19: Dejaría de remar en.
galeras del inñerno.
Rem-ero, el que trabaja á rem-o.
Rueda, de r¿íta; it. rota, ruota, rum. roata, rtr. roda, roed
prov. roda, fr. (ruede, ruee y rouer), roue, cat. roda, pg. roda. Qa^
1,14: Con su rueda Egión no se detenga. Id. 2,34: Un carro delí
rechinantes ruedas.
Metaf. el corro formado de gente al bailar, charlar, el círculo qi
hace el pavo con su cola, en la ternera, salmón, y otras carnes y pt
cados mollares la porción cortada en redondo, en la Gemtania
broquel. Qaij. 1,46: Con alguno de los que están en la rueda. I
2,42: Vendrás á ser feos pies de la rueda de tu locura. Lope. Lat
Apolo s. 9: Porque hay pavones con ajena rueda. Rom. Qerm.
Y en cuanto garló á éste jaque, / Cinesa colgad del golpe / esa rué
de Orihuela / por mengua de Cantarote.
En Castilla rueda es también canción de ronda, del andar i
dando ó rondando.
Ande la rueda. Galindo 509; de la fortuna y sus mudanz
Ande la rueda y coz con ella, juego de muchachos en nie<
uno fuera á quien acocean mientras dan vueltas cogidos de la mai
Clavar la rueda de la fortuna, fijar, hacer estable la suerte.
Como la rueda de la fortuna, del veleidoso.
Como la rueda de un carro, ponderando una sortija, an
etc. grandes.
Como la rueda de un molino, de la persona que da mudí
vueltas.
Como rueda de molino, lo redondo, grande y pesado, metaf.
mentira. Se las fraga como ruedas de molino, comulgarle con n
das de molino, demasiado crédulo.
Comulgar con ruedas de molino, decir embustes que quisien
tragaran los oyentes.
j"n rueda.
337
Oerk d la raeda^ meneo, conslancia en el trabajo.
Deshacer la rueda. (Por conocerse y huraillarse). c. 579.
Disc. Fer. 4, ceniza: Que rueda de pavón, que mirándose á
no « dc-shaga?
Enraüía. Bibt. Galfard. 4,31 1 : Siéntase á la tnedia noche / en
edj con \ui criadas.
Húcerta rueda. ¡. Pin, Agr. 8,13: El pavo vanaglorioso hace
kntUüóii de sus riquezas con Eas diversas vislumbres de \o% colo-
ifesus plumas, cuando hace la rueda.
Hacerla rueda del pavo. (Por mostrar pompa y presunción).
«29.
Hcttrk la rueda, adularle, como eí pavoá la pava.
Laqninta rueda del carro, no hace sino embarazo, c. 177.
iutroeda de la/orítma, nanea es ana. c. lí)0.
Pura todos se vuelve la rueda, para mi soio se está queda. (Es
de tortuna ó de molino, dice que envidia de que los oíros ganen
aedrtfi). c. 380.
Ponerse en rueda, en corro. Quev. Mus. S b. 8; Luego puesto
nmia/tlegan iodos y lodas/i dar la$ norabuenas,/que malas se
tonun. Mirones: Hombres, mujeres y muchachos, puestos todos
nidt, y en medio U calabaza en el suelo.
QüM Stf rueda unta, sus bueyes ayuda.
Ratáa Caialina, la que hace mover el volante en ciertos relojes.
Rttda de Santa Caíatina, como la anterior, y la que los satu-
tonsse hacen estampar cn ci cuerpo y fingen tener en su paladar.
¡Iteda de la fortuna, inconstancia de tos sucesos. Oucv.
3: Puédese esto conocer en que si la fortuna vuelve su
Huda de molino, la piedra que rueda moliendo. QuiJ. 1 ,32:
bm con un dedo una rueda de molino. Id. 2,29: El barco que
imodo en d raudal y cana! de las ruedas (de la accfia).
rodera, la que vsú metida en el eje sin lecho.
ftatr en rueda, ocuparle en lomo suyo y con priesa. NuÑ.
'.40: Pero de ningún modo se permita que elija y deje cada
lüi arbitrio el confesor que la pareciere, y traiga para esto
docena de confesores en rueda.
Tragúruias, como ruedas de molino, creer disparates.
338 Orioen V VIDA del ubhow^
Roda-ja, dimin. de rueda. QaiJ. 2,19: Por ventura
quien se alabe que tiene echado un clavo á la rodaja de la forfuai
Persíl. 3,21: Las espuelas que no son de rodaja. Lao. Diosc. 2,154:
Su raíz es como una rodaja ó círculo.
Rod-ajo, rod-aja, polea {Tesor. 1671).
Rodaj-uela, dim. de roc!aj-a.
Rod-aje, conjunto de rued-as.
Rod-al, terreno de corla extensión, que Forma rued-a ó corro.'
Rod-aiiíi, en Álava coniu roldana ó rodete para la herradi
sobre la cabeza.
Rod-aitcha, en Segorbe lonja de pan, queso, tocinOr^
equimosis. I
Rod-ancho» broquel en la Germ., por su forma de rued-i, i
como corp-ancho, camar-anch-ón. Rom. Germ. 1: Las armas qued
jaque lleva / diré en breve relación: / balc'eo largo y tendido, / ro*
dancho y remollerón. Carc. Sev.:. Pues mi navio y rodancho / átm
buen gusto acomodo. Lope Circanc. 11,517: De rodela y de rodan-
cho. L. Rueda 1,99: AI broquel (llamamos) rodancho.
Rud-eñu, en caló jerg. jndividuo de la policía, á quien hajr
que rodear, no dar con él, ó que rodea y ronda.
Rud-ef*o, que pertenece á la rueda, mazo rodero, eíc.
Rod-etc, dimin. de rued-a.
En molinos de mucho remanso es una rueda de dos cascos ó
medios círculos de madera, unidos con lañas, y fíja á un cilindre
que encaja en el medio, se mueve con el agua, cuya corriente entra
y tropieza en cuatro ó seis huecos que se le dejan. Villeo. Erot el. T
Has visto taravilla de molino/seguir las consecuencias del rodetéj
/Pues tal era su lengua de contino.
En el blasón la trenza ó cordón sobre el yelmo de caballero UM.'
tiguo; llámase también buruletc. Avil. t. 2, pl. 53.
Rosca de lienzo para llevar sobre él en la cabeza el cántaro, etc
y trenzas en el pelo que se enroscan. León Cas. 12: Con colorado
con azafrán, con esos rodetes de cabeza. Pie. Jast. 2,3,2: Y un ro
déte hecho de cabellos trenzados sobre alambre.
En la espuela la ruedilla de que salen los pinchos. CABR.p. 299:
Espolear el rocin..., y él va tal, que aunque le entre la espuela bastí
el rodete, no se menea.
85. rodrigo.
33a
iRod-ete ó roll-cte de mujer, modo de peinado mujeril {Tcsor.
Como rodete de viejo, i!e la poco.
^Rod-czno, rueda de paletus en los molinos de cubo ó en
de corlo remanso. De nied-a. QuEv. Aíüs. 6 r. 35: Aquí miro
|ii hiera / que el rodezno en los molinos / vuelve en harina las
; las piedras al trí^o, P. Vuüa ps, 5, v, 4, d. 3: Con dos
^. ^.j.^jJos de una soga en el roder.no, que jamás están enlram-
I llenos, cuando tino con a^tia, e[ otro sin ella. O. Qalan. N. Cast.
fb^¡.: Que hace girar rodeznos y turbinas.
fRod-nif>» diiTiln. de riied-a. Pato redondo para arrasirar
|ie ¿I por tierra; ú de piedra muy pesado para allanar la tierra.
sr. Agr. 2,5: En una viña hacer dos 6 tres ó cuatro suertes ó
lüics, de cada linaje (de iiv,i) el suyo.
Rod-U-cra» en la Litera de Aragón surco que abre en el ca-
bo la nted-a del carro; de un ♦rod'il, adjetivo de rued^a.
Rod-ina, en Titaguas torno.
IRlMcl-ecilliit dimín. de riied-a. Nieremih. FU oc. 2,1 1:
bb 1.1 i\e considerar á la naturaleza de una *1 otra manera, como
jrarasola una ruedecílla de un reloj ó todo él, entero y
ipd-czuelA, dim. de rued-a.
Uck]i<Í(;o, de rod-er-igo, rueda. Valió horquilla que sustenta y
tías parras, del rodear; metaf. es el porfiado y duro negando,
r. Ca«K. 35: Pera que dice un líodrijío no vale un NírO.
I Rodrígo. (Por dice de no; Rodrigo se loma por duro, rega-
rSado). c 582. Alude al palo duro y tente tieso llamado
, personificado como otras muchas palabras.
Rodrigo. (1.0 mismo que decir tijeretas, estar duro y
0). c. 482.
Rodriic-a, rodrig-o. Maldonado Agr. 1,3: Tiene necesidad
livrinarlaü á alguna rodriga y atarla i ella.
KodFÍ|f*ar. afian/ar las vides, rodeándolas de estacas. De
tí-a, rod-cr-íg-o, (Covarr. y Neuriía).
A-rrodrltf'ari apoyar^ de rodrtf-o. J. Pin. Agr. 1 ,tS: En
1735 se usa arrodrigar las pan.is y sarmientos. Id. 18,12:
.1 c5t3 dücüina, si la queremos arrodrigar con los dere-
340 Oriocn y vida ort lcnouaje
chos que. id. 23,24: No hay contraste contra vuestra corriente i
drigada con la verdad. Id. 5^42: Con lo cual podéis arrodrigt
teología pagana. Id. 1,3&: El arrodrigar de las vastíg^as sobre 1
quillas. Id. 31,34: Si la arrodrigáis con otras virtudes, veréisla trepar^
por ellas.
Rodri^-ón, de rodrig^o. Estaca para apoyar las vid
metaf. el que acompaña á mujeres. Corr. 334: Que sí bebo vino,!
bébolo con razón, que á la parra tuerta póngola un rodrigón. (RodiJ^
gón es un palo con ganchos, que se hinca en el suelo junto á I
parra para ayudarla á sustentar el peso de los racimos). Herr. ^J
2,9: Todo rodrigón sea.,,, seco, derecho. Carc. Sev.: ¿Aún no bastij
tener el pleito á cuestas, sino servir de rodrigón?
Criado viejo que acompañaba á fas señoras.
A-prodrig^n-^p, poner rodrigon-es á las vides. J. PiN. ^
Agr. 1,28: Arrodrigonar las parras y sus sarmientos, que es levan-
tarlos de la tierra sobre unas horquillas de dos palmos en alto.
En-rodrig:on-ar, arrodrigonar. Herr. Agr. 2,9: De! ea-
rodrigonar las vides.
Rod-ap, de rued-a, rot-a, rot-are; it. rotare, prov. rodir;
fr. rouer.
Intrans. Moverse la rueda alrededor de su eje y el vehículo ^
máquina que en ruedas va montada. Valderrama Ej. Fer. 2 d§m
1 cuar.: Como una rueda.... siempre que no la detengan, va m^
rodando.
Moverse cualquier cosa dando vueltas. Quij. 1,4: Cayó Roci
nante y fue rodando su amo una buena pieza por el campo. Id. 2,8 S
Dando con todos ellos en tierra, echándole á rodar por el suel<3
Cacer. ps. 17: Con un rempujón os apartaron de sí y aun os eclf
ron á rodar. León Job 30,14: Que si cae, viene á lo bajo rodandc
Enfret.j. 3: Tropezaran aquí, y allí rodaran. Zamora Mon. ná9i
pte. 2, pte. 2, Simb. 10: Pero el enamorado va rodando por i*
pozo angosto. Marm. Rebel. 4,35: Como unos mozuelos quisiese
ir donde ellas estaban, poniéndose en defensa echó á rodar la pied-i
por la escalera abajo.
Caer el caballo hacia adelante al andar, por dar una rodada n*-^
yor ó menor según corría. Así en Argentina.
ÍAetaf. pasar, volverse los acaecimientos, venir vanados, y eoír^
85. rciiar.
341
MeiÍa //. imp. Val 2*, c. 2: Rodaron las cosas de ma-
i que los godos se apoderaron. León Job 1 1 vers.; Y sí rodare el
hpo. Zaíwka Mon. mist. ptn. 2, 1. 3, Simb. 5: U vida conserve
I ácmás ruede. Id.ptc. 7, S. Tom.: Y que de padres vaya siempre
^úo i hi}os.
lAndar porahf vagueando. G. Alf. 2,2,4: Rodando y lron)picati-
la hambre, di coniingo en el reino de Ñapóles. Mirones:
, c$ una Ntiiive, es otra Fkbilonfa: de lo que iiieds por esas
si hay quien Jo nolcj cida hora puede hacerse una corónica.
[Abundar hasta ser menospreciado. Cabr, p. 474: El íriijo, cuan-
; hay, anda rodando..,.; mas si falla. Cáncer Obr. poet. 87:
núe rueda la comida. Tamavo Mosír. n. 1 38: En su casa andaba
nda la comida, Avala tí, Antic. 1^5: &n su casa ruedan los
Res, se menosprecia el oro, se pisa la seda.
Trans, Mirones: Por rodar una linaja ó por pasar de un barrio
1 im cofre medio vacío» Zaiial^ta Ota f. 1,11: Con ondas que
an inmundicias.
V^UíCRRAMA Ej. Fer, 5 (fom. t cuüT.: Porque en diii-
Ündosc tantito, se rodarían, y dando en ct sucio.
En Honduras dar en el suelo con una persona, animal O cosa
' olpc: Se lo rollaron ó apearon.
rodando, ahimdar. J. Pin. Agr. 32,8: Para lodos estos
I d dinero rodando por casa.
á rodar, no hacer caso. Quij. 1 J6: Echando á ro 'ar la
sd, dtó el retorno .1 Sancho.
Bcitario todo á rodar, desbaratar un negocio, encoleri/arse con
i minintenlo. (Donado fiabl, 1,4).
Ofldo cada cacho por su íado, desmoronándose, desapa-
Rorfj/íí/íí como cántaro boquina (desbocado), como canastillo
nado por ahí, ó por vsos mundos de Dios, del sin morada
Lquc vive de trabajo no fijo.
Podaré en su servicio. (Hacerlo con voluntad), c. 623.
Iháar la fortuna, succdcrie bien á uno.
Hodar por arsa. (Haber abundancia de cosas), c. 623.
Mhlor por el mundo, camiuar muchos lienas. Canc. Obr. poet
Nacim.: Dijo, con saber profundo / que es bien que á todoi !
bre, / aunque no es hijo segundo, / vaya y ruede por el muí
porque así vendrá á ser hombre.
Rodar por el suelo, ó los suelos, abundar. Cacer. ps. 6
falta de escritorios, ande rodando It plata y el oro por el sucio
tiae si affiuant.
l^Rodar por el suelo, andar algo despreciado. Fons, V^ Cr
Apiadóse de ver atropellada de una mujercilla la columm
Iglesia, y de que el que poco antes había blasonado tantc
amor y de su fé, rodase con tan lijera ocasión por el suelo.
Rodársele de, caérsele. L. Grac. Crit. 2,3: Ni á vosotros
cosa en las manos, todo se os rueda de ellas.
Ruede la bola, y aun añaden: hasta que se quede Jija,
las cosas, no importarle lo que ocurre.
Rod-ado, particip. de rod-ar. Como adjetivo díccse <
guaje y de otras cosas por corriente, fácil, que parece rueda.
j. 3: Cristina ¿yo no te he dado / como poeta rodaáo / del ei
la maraña? Gracian Espir. S. Ter. 5: El lenguaje purísimo ;
más elegantes en lengua española, que quizá muchos letra
acertaran á decir una cláusula rodada y bien dicha, como
dice. Zamora Mon. míst. pte. 7, S. Pedro y Pablo: Que ni a
retóricos, ni cláusulas rodadas, ni tropel de palabras. D. Vec
Fer. 6, ceniz.: Con que parece que así iba el lenguaje más re
Capa en el caballo con manchas negras, como lisias red
en rueda. Quij. 1,21: Sobre un caballo rucio rodado. Tafur Í
animalia que llaman araña... e rodada, las ruedas blancas e ar
Privilegio rodado, que tiene el escudo real en rueda.
Venirle, caerle rodado, muy bien, á propósito. Bibl. C
1,884: Coches hubo, unos que fueron / á ver la festivid
otros á quienes rodado / se les vino lance igual,
Rod-ada, acción y efecto de rod-ar el caballo, dar una
Huella y señal de la rued-a por donde pasa. En Aragón devi
de un monte ó bosque, hacer una rodada inutilizar un ai
cortándolo raso.
Rodada de cwnino, vuelta del camino. {Tesor. 1671).
Rodada-mente, fácilmente.]. Pin. Agr. 32,19: Tí
damcnte alegáis los doctores que queréis, que.
85. rodar.
343
c* ¿i
Roíla-dopOi que rutda fáctimeníe.
lloüa'fUz», qu^ medí r.ícümenle.
Riiotla-balsas. en U üíc .i de Aiagón eí insecto caballito]
>(iit: .in.l.i rod '.i miólas, r.iJeár.dolas,
iiu(l;ii-hina, girándula en Colombia, etc.
" i ':i-jnriritA.
' I i;i-|»i.-l«(o),¿i conlrapcJo; ícJopelo conlaniínado con roda-.!
RoHa-pié, paño con que se aibren al rededor los pies dej
: i^-^as. ele. De ruedo y pié. También el friso cerca det sue-
'^f"T. mlst. pte. 7, S. Mat.: Ni los cojines de cannesi son ^
r .c ían infame como nn alma en pecado.
V uiü banqucUlla de cania. (Tcsor. 1671).
"■"'I-a, posv. Je roil-ar, turno, acción de rod-ar. A. Alv, '
._ '/iji-- 5, c: Aldabada la rueda ile sus conviles (de los hijos |
Jol».
Rucü-o, p -v. tk rod-ar. ürilio de ropas, orla, y esterilla re- ]
C<*nv€nc, 2,7, g I; Permitiese que le locasen el ruedo
> PoiS. p. KH; V yo en viendo la basquina / muy
i> canneií X el ruedo: perdone e! diablo/ que no le
'' ■■■'.. las, año ¡630,/. 26: Oída ruedo de dos píd-
donde se hace la lidia ó redondel,
'^rutdo, al de la plaza de torus, ó lugar donde se lucha ó
1 .,í. ..../. ., ,^^j^ ^.,;3^ meldíora del rodar ó rodear enlera-
1 con s?i 1,'utroncs corrientes y molicnfe^ á lodo
Casom. ení¿. El cual de luengos tiempos atrás era su amigo á
do. Alcalíf. Dog.: Oistiano viejo soy á todo ruedo. Col.
ij s-u amigo i Iodo njedo.
R<mI*o, variante de rucd-o, pusv. de rúd*ar. En Salamanca
•\ que u«<m los charros.
' :¡a, rodauJo. Valdcrrama EJ. p. 2, c. 8,
logalo y deleite, que aun apenas se hallaron
i tan de sobra y ú rodo. Est. Calo. Esc. and. 275: Pa-
'J^ io la mano derecha á rodo y contrapelo por los
-■'' ' ■ \q duré á iodo íima c (o Irahcre artodo (redon-
j). Bibi Gallaré. 4, 1531: Había en abundan-
uvDda
344 Origen y vida del :
Roda, en náut. un madero curvo de proa.
Rod-al, en náut. paraje ó porción de algo, rodal de alg;i,
de arena.
En-pod-ap. castigar arrojando sobre una rueda de navajas.
Coloma G. Fl. Q: Y á cinco que quedaron en prisión se supo des-
pués que los habían enrodado, como á públicos salteadores. Orím.
milit. año 1728, 2, 1 3,23: Los que cometieren hurtos con muerta
serán enrodados ó descuartizados. Hortcns. Mar. i. 268: Son como
los enrodados, arrojados á los perros. Barbad. Cab. perf. i. 82: Y
de lo que había declarado uno de los bandidos, que murió enrodado
en Milán. Id. Con. vic. 244: Querría que le enrodasen y atenaceasen.
En-pued-o, ruedo labrado en prendas de vestir. Zabalctx
Día fiesta 1,2: Pide los guantes y dánselos con unas vueltas labra-
das de tantos enruedos hermosos, que no acierta la vista á salir
de ellos.
Son-podapse, atollarse las rued-as. G. Alf. 1,1,1: Aquí ha
parado el carro, metido y sonrodado está en el Iodo (metafor).
Rod-eap, frecuentativo de rod-ar. La idea es la de dar vueltas
como la rueda, después se generaliza por moverse y recorrer, y me-
tafóricamente buscar medios amañándose.
Intrans. ir por camino más largo, que el de la línea recta, que
es dar un rodeo. Q. Benav. I, 314: Eche por esotro lado, / aunque
rodee un poquito. Bañ. ArJ. 2: No por ahí, que rodeas. Alcaz. Cron.
dec. 1, año 3, c. 2, § 3: Hubieron de rodear por caminos desusa-
dos y muy fragosos.
Mefaf. CABR.p. 336: Todos los pecados rodean, para de un vido
venir á parar al otro su contrario.
Hablar con rodeos ó circunlocuciones. Lope Pere^r. prol.: Los
que desean hacerse famosos, murmurando rodean, escribiendo ata-
jan. CiENh. 5. Borja dedic: Se hallan en la razón como inspirados
los grandes pensamientos, sin rodear por los discursos dilatados.
Rebullirse. Qaij. 2,60: Con las manos le tenía las manos^ de
modo que ni le dejaba rodear ni alentar.
Trans. andar al rededor de algo, como rueda. Quij. 1,17: La
rodeó (dio la vuelta al rededor de la venta). Id. 1,41: Rodeé muy
bien y á mi placer todo el jardín. Calder. Día mayor: Un Padre de
familias / dueíio de cuanto rodea / el sol en líneas de luces.
v?
85. rodear, 345
QuiJ. 2,5: No vamos á bodas, sino á rodear el mundo.
ccd ñ vucstias grandes hazañas que corren y rodean
abwrto de la tierra. Leo^ Job. 28,4: Tanto qíie con sus
i rodearon cl mundo. Id, Amaiio: Y que rodeó la ciudad
iisjosa, y que le halló. Quij. t,36: Con los ojos andaba
iodos los lugares donde atcanz^iba con la vista. León Cq$.
I los ha sacado, rodea lodo el ai re votando, y trae al^rc
► que ¿1 desea comer. O. Pí-rez Odis. 9: No sin admíra-
i Esta y (an fértil, fuimos luego A rodearla,
imino mis largo, dar un rodeo. Leom Nombr. t. 2
Llea otra vez el camino, por no (ornar á caer. G» Alf,
trie impedido el paso, rodeaban otra media (legua) por
'en tomo ó en rueda de algo. Quij. 1 .21: Todos le sigan
odo yoccs. Id. ],37; Rodearon i la mora. Id. 1,45: \jys
I. Luis rodearon á D. Luis. Id. 2,33: Todas las doncellas
Qa Duquesa la rodearon. Id. 2,60: Más de cuarenta
rivos, que de improviso les rodearon,
[torno de algo. Quij. 1,52; La mejor ínsula que el mar
\Mm Jesús: Que te rodea lodA, apiadindoíc de 1f toda.
^sq. 5^64: Por todas partes el soberbio pino / de mu-
¡el furor rodea.
|bBccr que dé vueltas una cosa ó se mueva sobf^ su eje
Qitij. 2,-11: Le tentó la clavija, que ficilmcnte se
' daba vudits). Obreg. 1 ,5: Y rodeando la capa al brazo.
Sin poder rodear Ea muía á una ni Á otra parte. Id. 1,21:
una parle y k oira, buscíndolc el encaje.
\\ 'cva. Valhükrama Ej. Buen ladr.: Cuando en
L- callan !os hombreíi, j^iie no pueden rodear la
9m. aib.: Quien hizo rodear con tanta íaciHdad una
pesada.
?ner 6 buscar con maila. Quij, 1,26: Si la fortuna
^cosa£ de manera que. Sclvog. Iü3: De tal manera to
' la fortuna, que en vuestras manos mi vida ó muerte
•^A EJ. Jaev. 3 tSom. caar.: B rodeó y dispuso
L. CeJest. XU, p. J 37: OSrno k \me creer que
Vtí cumplía ddcauade yr, y era por mí seguridad! Q>tícn
346 Origen v vida del i
supiera assi rodear su prouecho, como yo? Id. p. 142: Lo qaekl
vieja traydora con sus pestíferos hechizos ha rodeado y fecho. Cnm. ■
S. Fern. 15: Con su buena industria y saber ella lo rodeaba y ma-
ñeaba todo. S. Ter. Fiind. 12: Tenía tan presente aquel Señor, por ■
quien padecía, que todo lo más que ella podía rodeaba, porque no
entendiesen lo mucho que padecía. Cckst. VI, p. 69: Que si anda!
rodeando su vestido, haze bien; pues tiene dello necesíidad{bus*)
cando cómo le den una saya). Ovuído H. Ind. 46,22: Todo aquello |
fué rodeado por malos e por la inadvertencia e mal consejo del go- \
bernador. Zabaleta Error 34: Piensa el poderoso, que con susten-
tar sus hijos y criados cumpHdamente, rodeó muy comodebiasn
obligación.
Reflex. dar vueltas. León Príncipe: Y ansí el uno come el otrost
rodea, como sobre quicio.
Menearse, bullirse. G. Alf. 1,1,4: Yo llegué tan molido que,
dando en el suelo, no me pude rodear por un gran rato. Valderrama
£/'. 4 dom. cuar.: Sin rodearse casi los animales con tanto mal olor.
Id.: Porque es el hombre como el madero, que cae en tierra, que no
puede rodearse. Id. Fer. 4 dom. 4 cuan: Parado y sin rodearse de
un lugar. Id. Cruz. Pues sois tan pesada, que no os podéis ro-
dear. ToRR. FiL mor, 6,2: Caído en un lado, que ni tiene saber
ni fuerza para rodearse. Valderrama £/. Ceniz.: Los tenía absortos,
sin poder rodearse del lugar donde estaban.
Metaf. L. Rueda II, 93: Mas como se rodea mi gente en hacer
hacienda; todos duermen en Zamora.
Ponerse al rededor, con de. Qaij. 1,32: Y rodeámonos dél más
de treinta. Cabr. Mierc. 6° caar. 2: De vos se rodean luego y OE
toman en medio.
Hacer que se pongan al rededor, de. Leoíí Job. 14,9: Brotará poi
mil partes y se rodeará de ramos y hojas.
Más vale rodear que malpasar. (El vado crecido), c. 456.
Más vale rodear que no ahogar, c. 456.
Más vale rodear que no ahoyar. (Ir á la huesa), c. 456.
Rodearse las cosas, parar en buen ó mal término por camine
no esperados.
Rodea-brazo (á), dando una vuelta al brazo pan arrpjia
85. rodtar
347
con éL Ovicoo //. Ind. 20,8: Tiran una piedra á rotteabi'azo
¡ecia f cierto y lejos.
Rode-o, poív. cié rodc-ar. Acción de rodear fisícameníc cn
sus acepciones. Villav. Mosqu. b,3Ai La negra, sombra de su
pisa. / de tierra muchos pasos en rodeo.
Camino largo y no derecho, y vuelta. León Cas. intr.: Enderece
•'■yi por lodo» los nulos pasos •*€ e.^te camino y por todas las
y rodcw de éi. V'aldeííhama EJ. Sob, doni. 4 atar.: Y 5e
or lo? rodeos y l.-íberíntos. J. Pin. Agr, 3,25: TaiTtas puertas
- rodeos, y vueltas y revueíias en él había.
'■'^ ?^«usas y dilaciones. Pedro Vrd. 1: Siempre fué la ver-
eda / por atajo 6 rodeo. Quij. 1^36: Porqué por tantos
í:*¡r'j< dilatas de hacerme venturosa.
no dcrecliau ó clans. QiüJ, 2,60: El ciclo por extraños
. ...los rodeos.,., suele levantar los caidos, An\. líber: Quizd
;.ieyn k*irv», lia traído h fortuna esíe lodco de haberme he-
-^{ir dcstc háhiío que aborrezco. Quij. 1 ,42: Yo querría no de
'■ <inQ por rodeos, dármete á conocer.
JLKiuios en cJ tiablar. Qii(j, 1,11: Sin buscar arlificioso
Je palabras. Id. 1,33: Andar buscando rodeos pnra decirle
imientos- Id. 2,2; Bien puede?, Sancho, hablar
Li jovJco algimo. CACtTTí. p5. 105: Andaba buscando
.. i...- iu5 equivocas, y hablaba por rodeos. Valderrama
i^íiorr.: Lo cual le díJo por un rodeo maravilloso. Lcon Job
^¿ Smo que sea un rodeo de hablar. Caldch. Con gm^tt vengo
^nocs/ [>ori{uc ad;-ertida y prudente» / rodeos busca talen*
para que el dolor no llegue. Cac£«. ps. 1 18: Decidme clara-
vue«tra voluntad, no andéis conmigo por rodeos.
tn ta Qcrm. ¡unía de nrfíanes, como rueda de ellos. Rom'
"í. 10: Y se juntaba cn rodeo / de rufos y de lagartos.
¡iik de tinado que pasta para reconocerlo, venderlo, etc., y
ir. Asi ea Arycnlina; pedir, dar, parar rodeo.
I ::[f n pisar eí rodeo, en Argentina agnipnr la hadendfl de^
^ ■, n un lugar, para In venta, hierra ú alquila.
rodeo sin deseo, ni atojo sin trabajo, q. 209.
íjinai por rodeos anda, con arte había. (Tambicn nota A los
cultos jerígonzos que nos quieren engañar dando AenteBdo'qM
saben y no lo alcanzan), c. 338.
Sin rodeos, con franqueza.
Tiene buen rodeo, (Por el que ó la que es aliñada, que de c
rodeo compone su casa), c. 609.
Venirse con rodeos, tanteando la voluntad.
Rode-ón, vuelta en redondo. Pic.Jast. 4,3: Tras esto re
noció la espada, y finalmente dando un rodeón al chapeo alzó
ojos.
A-ppodeap, como rodear. P. Veoa ps. 2, v. 13, d. 3: No
sentimiento del hueso insensible, sino de la telilla que le arrodea.
Al tiempo de su conversión le arrodeó una gran luz del cielo
todas partes. Id. ps. 4, v. 6, d. 5: De las tribulaciones que me ai
dearon. Hoj. Viaje f. 1 50: No importa nada, que poco es lo qu
arrodea.
Arrodeo, como rodeo, de arrodear. P. Veoa. ps. 4, v. í
5: Por huir dellos dan la vuelta y hacen arrodeos. Guev. M
calv. 1,1: Todo estetan largo arrodeo hemos traido para de
probar cómo el hijo de Dios fué muy sufrido.
Rod-illa, de rotella, dimin. de rota, ó acaso, como rodillc
rued-a. La parte de la pierna que la une al muslo y en que con
su juego de ella. Frag. Cira]. 1,51: La primera se dice fémur,
castellano muslo, y comienza desde su juntura de la cadera f
ciendo en la rodilla.
Paño vil para limpiar, por rodarse y arrastrarse. Qaij. 2,32:
dillas de aparadores. Valderkama Ej. dom. 5 pas.: Porque la i
Ha, con que friegan, la arriman á un rincón para otra vez.
A media rodilla, hincando una sola.
Como la rodilla de Mariquita, de lo que mancha, en ve;
limpiar, y aun añaden: que deja más que quita.
Como las rodillas, de lo muy sucio, del maltratado por otr
palabra y humillado; ó como las rodillas de cocina.
Como rodilla de cocina, del maltratado.
Como rodilla de fogonero, de la prenda sucia y mugríoita.
De rodilla en rodilla, de varón en varón.
De rodillas, arrodillado. Quij. 1,36: Yo de rodillas roga
cielo. Persií. 2,4: Y dio consigo en el suelo de rodillas.
8S. rodiUa,
34Q
f la rodíHa, arrodillarse.
tal rodilla con, lener t.il grado de pareníeaco con olro.
cr5 rodillas, arrodillarse L Fcrn. 204: Hinquémosle las
ia rodilla, acatar. Sebast. £!$/. cler, 1,14: U hincaba la
de rodillas, ó ponerse. Qtdj. 1,1; V se hinque de
I» 1,20: S« íiic á htticar de rodillas ante las de Don Qui-
l6: Se ítíeron A poner de rodillas ante Don Fernando. Id.
no, pucsío de rodillas.
S filia de Mariparda, más me ensucia que me limpia.
illa de Marl'Marlin, limpióme yo d ella, y limpiase tila
m.
Ülla de Mañóz, limpiaos á elía, y timpiarase ella á vos.
$tá la rodilla que ia pantorrilla. c. 448.
9i y llegábale á la rodilla, c. 223: No era nada la
I llevaba en ta mano.
tto de rodillas, rogar con todo ahinco.
tde lana, á su dueño engaña. (La que se pone en la
>/a para car^rsc el cántaro ó tablero sobre ella, porque
ita al cargarse como es esponja y liviana, y inal acomo-
I.
IUI*a<1n, podill-ozo. Qolpe dado con la rodilla.
Ull-ero, cosa de la rodill-a. J. Pin. Agr. 5,41: V pJega i
Brunos nos pongan el sayo por cabecera en la cama, ó i
flítnohada rodiliera.
Jl««ra, sclíalcs en las rodillas de estar arrodillado,
bu calzas ó pantalones junto i las rodillas. J. PtN. Agr.
nta cl paje con rodilleras y ha de enviar A su padre por
se remendar. Id. 30,27: Va ellos están en pié sacu-
día capa tas rodilleras. Id. 33,1: V lu echa unas rodilleras
í'ón, aument. de rod-illa, y en Colombia el de mucha
ll-udo. de grandes rodillas. Corr. 49: Calla, calla.
rodilludo, que á d« tu faltas, yo cumplo. Herr. Agr. 5,42:Nd ndi-
lliido (el toro).
A-t*i*ocl¡U-ai', de rodilla.
¡ntrans. tocar con ella en tierra cayendo. L. Fern. 228: Verte
en tierra arrodi!lar,/caer mi! veces de pechos. Valderrama. ^^ Fer.
2 dom. í cuar.: Veis allí aquella calle de amargura, adonde arro-
dillé con el peso de vuestras culpas. J. Enq. 31: La cruz á cuestK
cargado/arrodillando y cayendo.
Hincar la rodilla en tierra en señal de sumisión. J. Pm,
Agr. 4,22: Estiman y honran á los otros, y más si rompen calan
de aguja, porque si son de seda, ahí no hay más de que arrodillen
todos delante dellos.
Reflex. ponerse de rodillas. Cabr. p. 442: Sino para arro-
dillaros á los sayones. Quij. 1,36: La que á tus pies está arrodillada.
Zamora Mon, míst. pte. 7, S. Benito: Qué cosa más honrosa que
arrodillarse á un rey, á quien un mundo se arrodilla.
Caer. Valverde V. Cr. 6,37: Se arrodilló con la cruz sin podei
dar paso adelante.
Servir á otro, humillársele. Zabalcta. Dia f. Estrado: Aunqu -
se arrodillaban á las otras.
Api*o<ÜIla-niíeiito. Quij. 2,10: En esta sumisión y arres
dillamiento que á tu contrahecha fígura hago.
Rodela, del provenzal rodela, it. rotella, ant. fr. róele, fr. rG
uelle; del dimin. rotélla, de rota rueda, por su forma redondeads
Quij, 1,7: Acomodóse luego de una rodela. Id. 1,37: Embrazad
de su rodela.
Rodei-ero, el armado de rodel-a. Inc. Garcil. //. Flo^
1,2,10: Otros tantos infantes, entre arcabuceros, ballesteros y rodc
leros fuesen á descubrir la tierra adentro.
A-i'i'odel-ado, rodelero. Lop. Ámete de Toledo I: S«te
Don Luis, Don Francisco, Leoneio y Finardo arrodelados.
Roet, del antiguo francés róele rodela, de rotella, dimin. cr
rota rueda. Pieza redonda en los cuarteles de los escudos de amuB-
Arqot. Nobl. 1,103: Y este eradesíe linaje de los de Castro, derí
cendiente de Diego Lainez... cuyas armas son seis róeles azules ^
campo de plata. Lope Mudarra VII, p. 482: De bandas y de n^«
les / el paramento bordado. Id. Desdich. Esfef. VIII, 350: Sedo tíemr.
85. rolh.
151
loerta esos blasotics/ y en e^e campo üzuI esos rocíes / ganados
Iraríos escuadronea.
lo. riH fr. roellc diico, (le rotella; pedazo de oro ó piala
como una cizueüa.
Kollo. vulgar y castizo de rotíílus, dímin. de rola rueda, lo
no que rolde y rol; íl. rotólo, ruotolo, rullo, prov, rolle, rolle,
Sle, pg. rol. rola.
Cualquier cosa redonda y larna^ es decir lo que hoy llaman Ci-
ro, asi un roílo de manteca, de- tabaco. MomtiÑ. Art. cocin. f. 10:
r 'fe iiii pnlnio de rite rollo de tnasa y rccotíerás
L .. :..iítíTÍ3.náonM.D,\'fí<i\Pariiis.Marf.S.JuaTí:
■ manos i los rollos de oro. J. Pin. Agr. 24,2: Con aijuellos íollos
pera blanca.
r u.. „..,:.,,[,^ ijj jijcoia ú horca de piedra en forma redonda 6 de
I»; . ,;;n¡a de la jurisdicción de villa. Covakkuisias. Lis. y
1 23: Puede ser que te asa la justicia y le guinde del rollo.
Al rollo que te esHre; ai rollo que os estire; vayase at rollo de
ifa. c.b\i).
Aadadai rolto; idos al rollo; vayase at rollo de Ecija. c. 513.
Como rollos dt manteca, del niño robusto,
fiíVíur 6 frac al rallo, despreciando y despidiendo. Quev. Mus,
*-3&: No sintiera lu ausencia ni desvío / cuando fueras no á lia-
lino al rollo.
£sí •¡n rollo <1 roílilo de moníeea, del niño rííbijsto.
Ti-'u ^ .. „, j en el rallo, 5er persona de cuenta en la villa y me-
W rfspetn por asentarse junto al rollo (Covahr.) Ó por ser como
<fc It gente grave y de justicia, li.tber sido concejales, etc. Loi'e
Oom. Vil, 427: Que tienen piedra en el rollo. Qi ev. Tac. 7\
TWesi bastí ahorii tenía, como cada cual, mi piedra en el rollo,
n tengo i mi padre.
Vn rollo que le estire. (Negando dar algo que piden), c. 545.
Viíjinsp al rollo que te estire. (Negando algo), c. 614.
Uoll-n, rollo de espadafia trenzada para asegurar las colleras
^ . forrándola en pellejo. Pragm, Tas, año Í680,/. 27.:
Eíjc rolla para el yugo de carro 72 maravedís... cada par
de arado 78 maravedís.
:zz
RoSl-izo, redondo, recio, de roll-o. Oviedo H, M. Íl
Cilindrus, i, por columna ó cosa rolliza en luenoo. QaiJ. 1,20:
za rolliza. Id. 1,25: Un mozo motilón, rollizo. Id. 1,47: Es r
de carnes. Id. 2,49: Maguera tonto, bronco y rollizo.
En Argentina leño ó corte de un tronco, en la forma ques
barcan las maderas en el Paraná.
RoU-ón, rollizo, recio y grueso como un roll-o. Corr
rollones, apodo ó baldón como sorrollón: Es decir ¡so rollón!
señor rollón.
Hijos de la rollona. Corr. 206: Los hijos de la rollona, i
ja de hijos regalones y malcriados). De la rolliza, como quier
Pie. Just. \,3: Mecer ios hijos de la rollona.
A-PPoU-ar, de" rollar, rollo.
Trans. Formar rollo con algo, volviéndolo en sí n
P. Veoa. ps. 5, V. 26, 27 y 28, d. 2: Un lienzo de Flandes
cuando le van desenvolviendo por ima parte para que se vea, ;
tamente arrollando por la otra. Gono. C. Dr. C.J. 1: Arrollar
su baüja el pergamino. Id. Son. 44: Arrollad, Musa, vuestro peí
no, / y dejad maliciosos en su clase. Cabr. p. 1 36: El pintor ti
arrollado el pergamino. Valderrama Ej. 2 Pase: Envuelto y
liado con mucho cuidado. Zabaleta Dlaf. Santiago: Arro
el justillo hacia las sangraduras.
Llevar rodando y barriendo la furia del agua, viento, esco
enemigo, etc. Valderrama Ej. Mierc. 3. dom. cuar.: Y que lo3
lió á todos. Id. Fer. 6 dom. 4 caar.: A los arroyos, que en i
no van muy poderosos de agua, y todo lo arrollan. Ame.
Descr. Esp. t. 1, f. 46: Sale un arroye con tanta furia que a
las grandes piedras. Valderrama Ej. Per. 2 dom. I atar.: N
cosa más despreciada ni que más ande debajo de los pies, [
más la arrolle cualquier escoba. Id. Sab. dom.l cuar.: Malogí
y escureciendo una preciosa joya, arrollándola con las piedras
Oviedo H. Ind. 50,27: Navios, que estaban en este puerto, e
unos con otros arrollados en estas costas. Bibl. Gallará. 4,.
Que solo entiendo de arrollar valientes / con el rodancho y el
bunf gentes.
Reflex. enroscarse. P. Weoa ps. 4. v. 3, d. 2: Se fué (el peí
robre la rica colcha, Icndido muy á su sabor sobric lo
j^ntí, ¡rn nául, correr mucho el buque,
In-UuUus^ que lodo t o coge. J. Pin. Agr. 9,33: Esta
Rea, que si no es para hombres cuerdos y de buenos entettdi-
tnlos, cuales sois los présenles; otros arroílabollos la hobíeran
iteado como conejo á ballestero, y se hubieran acogido al pecil-
M tomillo.
Des-«rroIlnr, descoger á deshacer el rollo.
Mtiaf., que hay quien diga ser íralidsmo; pero que va con el
dd idioma, declarar lo cifrado 6 arrollado, asi como dijo To-
s FiL mor. 14,5: Desplegar la metáfora que lleva el texto, Cuan-
hiy enredo, burujo, envolvimicnlo, esl.i mejor desenvolver.
Es galicismo por esparcirse una doctrina, U luz, etc., acrecen-
e, porque aquf no hay rollo metafórico de ningún género.
Por evolucionar á el werdcn de la filosofía moderna no tenfa-
i ^-cibo propio fuera del mudarse, y lo mismo puede ser^r
nrroHar que dcsenvofver, pues se supone que hay progreso y
rfaccionamicmo en ese werdcn de los seres, según dicha ñio*
t.
U<>«eappoll-o, posv. de desarroU-ar.
En-rollnp, arrollar.
l>e«M*n-ro!l>Ar. PiNt. Díol. Pelig. 2: Temístocíes cora-
I los hombres que no hablan á las pinturas arrolladas, y los que
iSaui y hablan á las desenrolladas y dc^cogidas,
Uolde, rueda de personas, de rot(u)lus, dimin. de rota rueda;
'O, cuyo erudito es rótiito, y el vulgar rollo.
■ -- j/de, en Aragi'in coper con redes lo4 barbos que van
1 orilla á desovar.
Kiilila« en Aragón raja de melón, por rold-a.
Tí ií»r!.ana, de rold-c, rodaja ó garrucha por donde correa las
la izar y amainar en náutica. Euoen. Salaz. Cart. 39;
DOip, M, I. 9. L 2S, 1. 22, n. 0[; Us roldanas para las iistagas
el mismo chapuz y noenlncel chapuz y el árbol.
d. i'?0: Fn él una roldana ó castülo con un pcmo ó
ikit4ius, ruedas de poleas en los barcos.
Rol, del fr. role, rotulus. Lista, nómina, catálogo. Sens6cii
las nóminas de palacio. Ballest. Ea/ros. 3,8: Id en buen hontqoe'
yo le contaré por Mayo. Acá os hallo en mi rol garrido amor. Aip
CAZ. Cron. dec. 3, año 8, c. 3, § 1: No sé que diga ni con qué me
engañe á mi mesmo; pues no veo en el rol de los difuntos al P.
Francisco de Benavides.
Rol-eo, de ro!. L. Grac. Crít. 1,5: En tarjetas y roleos.
Rótulo y rétulo, erudito de rot-ulus, dimin. de rota, como
rolde semierudito y rollo vulgar. Valderrama EJ. 5, (¡om.pasi
Poner un rétulo encima que diga que son verdades. Qaij. 2,10:
Como rétulos de cátedras. Id. 1,9: A los pies del cual estaba otro
rétulo que decía.
Rotul-ap, petul-ap, del anterior. Gitan.: Le suelen retal-
lar por las esquinas vitor vítor. Qaij\ 2,73: Que no dejemos árbol
por duro que sea, donde no la retule, y grabe su nombre. BuROOl
Loreto 1,29: Queriendo que allí lo rotulasen Rey Nazareo. Manda
rotularle el nombre en tres idiomas.
Rulo, otra variante dialectal por bola y rollo que se rueda,
de rotulus. Vulgar, y en la Germania cartucho de perdigones que
parece lleno de oro. En Titaguas ruUo por crespo, rizo, en la Liten
ruello por rodillo de piedra. En Aragón ruello el rodillo para alta-
nar la era antes de trillar.
RulaP, rodar, de rulo.
Ruejo, otra variante dialectal de rollo, rotulus, rodillo, muda \
de molino, gran piedra, en Aragón rodillo de molino. Jarque Ot^ I
dor 1,3,4: Estrujarlos con ruejo de pesadas razones.
Comulgarle con ruejos de molino, en Arag. quererle convencer i
de lo increíble. :
Riejo, variante dialectal de ruejo. Corr. 289: Do no alcana j
el viejo, alcanza el riejo. (El guijarro).
Redondo, de rotundus, contaminado con red, rededor, de
rota rueda; it. rotondo, ritondo, lomb. redond, nim. ratund, rtr, <
radund, prov. rcdon, fr. rond, cat. redó, rodó.
Lo de figura circular ó esférica. Qulj. 1,33: Una redonda bala
de artillería. Id. 1,37: A una larga mesa como de tinelo, porque no li
había redonda ni cuadrada. Id. 1,41: Un bajel redondo. Id. 2,prol:
85. redondo.
355
ndoI« le ponía rtdondo como una bola. Cac£R. ps. 16: Están
como una bola (¡gordos).
iaf. completo^ lleno. Torr. FÍL mor. 5,6: Respondióle un mi
ido. QttlJ. 1,21: El voto, que lo h.ibía echado redondo como
Id. 1,45: Porque, voto á tal, yarrojrtle redondo.
loiid-ar en la Genn. basquina, por lo hueca que ha de
para meler to hurtado.
ia redonda, en torno, volviéndose. QaiJ, l,\\: Sentáronse ;i
; de las pieles seis delJQs. Id. 1,12: De los (pueblos) de
u ¿ la redonda. Ld. 1,13: Se le pusieron á la redonda,
1,22: Cada uno se dé una vuelta á la redonda. Id. 2,18: Y mu-
[ tinajas i li redonda. León Job. 23, 1 1 : Llama la^os puestos á Ix
I. Zamoka Mon. mhi. pie. 2, 1. 4, Simb. í: Le traen á la re-
como de^-anadera. León Pimpollo: Es fruto que dará mucho
porque á la redonda de Et, eslo es, en EL PersiL 4,2: En un
déstos que csUn aquí á la redonda. Valperram^ £j. 4, dom.
Los impíos y pecadores andan á U redonda del justo. Id. Ej&'C,
i, Dom. 2 atarj Veréis un trompo andar á la redonda, Avora
iLa desviaron de la cava para venir á la redonda con ella para
mejor la casa. Oviedo H, índ. 24,Q: Hombre muy varón <
3o en mis de veinte leguas á la redonda. Meno. G. Gran, 3:
Ibansc bien, pero huraños y recat-idos^ y lodos sospechosos á
>nda. LeoN Princ: V cu.indo lodo á [a redunda de él se
da, redonda, que cada día ganos una dobla, No sé qué te
tt que bien rain andas. (Dicen este cuento que un mozo bar-
I tenia {^na de casar con la hija de una viuda rica, y para dar i
que ganaba mucho al oficio, cada vez que veía á la viuda
por su puerta, tomaba una herramienta y poníase á amolar,
«Anda, redonda, que cada día ganas una dobla»; á li
de amolar llamaba redonda. Tantas veces lo oyó la viuda, que
I é entender por qué lo decía; y vtcndoíe poco medrado, dijo
•No aé qué (c ganas, que bien ruin 3ndas>. Con esto espiró su
Wi^n). c 49.
> redOMito títtí Stuto^ (Por gran caída), c. 589.
: la redonda, de alredor. Coi. perr.: Aunque sé que no es de
356 Origen y vida del LSNOUAjt
los rebaños de la redonda. G. Alf. 2,2,7: A los más de la redoBdi
también repartía algunos escudos (á los jugadores).
De redondo, rotundo, contundente.
Dio con él redondo en el suelo. (Por caerle), c. 581.
En redondo, al rededor. QaiJ. 2,53: Pues parece que ella (la vidi
anda todo en redondo, digo, á la redonda. Gitan.: Al son de las c»
les dando en redondo largas y ligerísimas vueltas. Picjast. 2,2,1,!
Me miró en redondo con una sorna, que. Inc. Garciu Com. 2,2,1;
Dio una vuelta en redondo y volvió con el rostro á la torre. Medh
Grand. 2,14: Tienen de grueso algunas de ellas catorce palmos
redondo, y casi cuatro estados de altura. Oviedo ff. ¡nd. 20,4:
primero hombre que dio la vuelta al mundo universo y le circuyó f
navegó todo en redondo. Id. 20,1: De nuestra nao Victoria, únicat
primera que todo el orbe en redondo navegó.
También vale clara y manifiestamente.
Más redondo que el mundo, que una bola, que una naranjii
que un queso, que una pelota, qne un cuarto, que la O.
Por redondo, de lleno.
Redondo y cuadrado, mas de todas partes cerrado; redonda }
cuadrada, mas de todas partes cerrada. (Dícese de los doblados]
callados), c. 479.
Redond-ón, círculo ó figura circular grande.
Redond-el, círculo, en taurom. el sitio donde se lidia en i
plaza de toros.
Al redondel, á la plaza de toros, al ruedo de ella.
Redond-ela, entre guarnicioneros un fuste redondo d
madera; en América redondel ó círculo.
Salir á redondela, á pescar con red.
Redond-éz, cualidad de lo redond-o. Quij. 1,19: Portod
la redondez de la tierra. Id. 1,25: Hacíase por toda su redondez (dé
peñón) un prado.
Redond-illa, dimin. de redond-o. Cuatro versos de á ochl
sílabas consonantes dos á dos. Quij. 2,4: Décimas ó redondillas.
En Palencia baile en rueda con paseo.
Redonda-mentef de manera redonda, clara y absoluta
mente.
85. rondar.
357
Redund-«tirf poner redonda alguna cosí; transitivo y re*
^Cf. de la tiadendn, estado, quedar libre de deudASj cárga$
ira vivir con cierto desíihogo, y así de otras cosas, coni-
irbs. Redondearse, descargarse de deudas y cuidados, acora o-
i lo que se tienep lograr t^iencs para un bíenpasar.
i»pre4londe-ap. Poner redondo, Cacer. ps. 89: Antes
c/e.isedes eí mundo, amoníonásedes la tierra, la tomeá$edcs y
ldrji<cdes, hacienJo toda ella un globo.
tonda, término traído de Italia y militar; it ronda, Fr. ronde,
>lundü5, rota rueda. QuiJ, •2»40: Aderezáronse de ronda. Id.
ílr La noche de la ronda del Qobermdor.
' entre eJ muro y Jas casas. A. Alv. Stlv. Píirif, 3 c, § Z'
_tr las trascercas y [guardadas rondas. S. TtR. Mor. 1,1:
lay muchas almas que se están en la ronda del castillo, que es
'1 los que la guardan. Lo que reamente llaman hoy bulevar
5 ui i M j„ española, que la hay en todas las ciudades.
En Argentina hilera de hormigas tcrmiíes que á su paso cxlcr-
liran ctianto hallan.
[En ' ' 7. convite colectivo de copas de vino.
lA L, . . ... j, rondadores, que no hay ley en tos hombres, (4nsí
&piüe U cuerda, y es aviso para que las mujeres no se dejen
ir de las teme/as de los hombres), c. 6.
ICútno lú ronda del diabfo, ée ]o que queriendo hacer bien,
ICeAor una randa, convidar á los presentes con vino, etc.
Jpv V ronda, si queras que os responda, c. 402.
,Vci. — .-j, en la* tabernas eJ número de copas Igual al de!
Roiid-ni*, hacer la rond-a visitando de noche la ciudad. Quij.
\Q: RcDiiando su ínsula. Id. 2,49; [:n siendo hora, vamos á rondar.
Pa&cir la^ calles de noche, y aún de día frecuentando mucho
sobretodo para ver á la querida. Ruf, dich» 1: ¿Es hombre
entra en mí casa?/ —Róndala más no entra en ella. Viaj. parn,
DI ti busque, aseche ni la ronde. Mirones: Yo se bien sui
y U ruin intención con que rondaba esta caite. D. Vcqa
5.yiiflii.*A rondarrio* la puerta. Id. S. Tíím.: Róndale la
358 Okioen y Vida
calle, paséale la puerta. J. Pin. Agr. 23,1: Vos. y los buciio»afloi i
rondéis miiclias veces ia piiería.
Mttaf. andar al rededor de uno para lograr algo de él.
Le anda rondando, át lo CTcano, que se le avecina.
Rondarle el sueño, una enfermedad, etc, amagarle.
Y lo que te rondaré, y aun añaden: morena!, y: si no me Ikm
soldado: de lo que trae consecuencias, de ordinario malas, ó dek
que no queda acabado.
Ronda-calles. Cabr.p. 301: Los rompepoyos, rondacallei
Rond-alla, en Aragón rond-a de mozos con guitarras ;
canto.
Rond-eña, como rond-alla, la música de rond-a y baile.
A-rrond-ar, hacer redondo algo, fr. arrondir, it. arrondan
(Tesor. 1671).
Redoma, vasija de vidrio redonda por abajo y cada vez nd
estrecha hacia arriba; del ant. rotoma, arretoma, que vienen deliri
bigo rcddma lagena (Oombav), botella (Marcel, Dozy) y que coat
bajo latín rotumba (Ducanoe V, 810) derivóse probablemente d
rotunda, como rotonda. En Venezuela es también redoma el viril d
cristal para resguardar del polvo un busto, y toda obra de arquilK
tura abovedada como cúpula ó rotonda, y en Covarrubías la ofrend
de novios entre aldeanos, por su forma. QaiJ. 1,3: Redoma de ign
de tal virtud. Id. 1,10: Una redoma del bálsamo de Fierabrás. D
Veoa Disc. Fer. 6 dom. 2 cuar.: La redoma de agua de ángeles.
Como redoma encantada, de lo que nos ofrece sorpresas.
Redom-azo, golpe con la redom-a llena de tinta, en ven
ganza de algún agravio. Metaf. del cuesco en Rinc. y Cort.: Redo
mazos, unciones de miera.
Redom-Ula, dimin. de redom-a. Obreg. 1,2: Un espejo mu]
grande en un poyo muy pequeño de una ventana, y unas redomÜlM
que lo acompañaban.
Redom-ado, el doblado y cauteloso, que se guarda las cnsí
y las encubre cual redom-a, sin manifestar su sentir. Carc Sn
Pendencia redomada. Quev. Tac. 21. Con una alcorzada y ofa
redomada. Q. Benav. 1, 147: ¡Pues y á unos bellacotes redomado
O. A(f. 1,3,10: O hi de puta, traidor, qué nmdrígado y redonuk
era.
e«Inmad-azo, muy rcdomad-o. Espín, Obtfg. 1,P: (:l re-
áía:Ot como no pudo hacer trcla, con el cuidado que yo tenia.
,edoni-ón, cotno redoni-atio, y así en Honduras la besiía
esti dünundo, en Argeiiiina, Chile, etc., el potro no doinaLlo,
aviesas mañas.
i»rre<loiu-ot«, en la Oerni. íuntar como en una redotn-aj
:ivo r'-í-nndali/.ai'se, por los aspavi^rttos que hace ahuecando
15 y manos ei que se escandaliza.
-rredoniAflo, en la Germ. como redomaüoó sabio.
u*andela, del fr. rondflíe, de rotundus. pieza redonda en
tpuñadura de la l.in^a par:i defensa de la mano, platillo en
^..,...,.„...»..„.»...
Volvamos al er-a movimiento en general, ó scase el arlícu-
piies c- es un apoyo y -¿r es el artículo ó el lomar ese mo-
nto r mirando á lo lejos, á eflo, después á cualquier cosa. Si
\oser-e tetidremos eí mismo vocablo, solo que íiiJefiniJo par
Por eso se dice mis bien del tiempo» y aún del espacio, pero
Babir ]o lejano ó lo cercano. F.1 movimiento asi indeñnidamenle
r el brazo y la vista, pasan iola por las cosas sin
. >;io, como en ara. Es, pues, er-e propiamente la
na, d sucederse ó moverse indefinidamente, la serie, espacial
■^nte. En el tiempn vale aún, en el espacio también^
;«... ... ere bai yo también, ni trt ti yo tampoco, nork-
Iiuien quiera, es decir alguien y..., buscando con los ojoSi
tUzi-ereHin i los nueve días, ¿orUi-ere-an al cabo de los
' ! ' se vé que la vista y la mcnle van recorriendo lodos los
i r la serie de nueve ú ocho, za ere tu también, orain ere
bors. £re-a es, como era, la cara, apariencia total de Ta cosa,
recorrléndols con los ojos, área eta irantzia la cara y el
, la área <i superficie y lo hondo y octilto. Vimos ara y tra con
or de modo y manera por el primordial de tendencia i: siri-ara
•era á lo sirio; ere encierra la misma noción, pero de por %i no
[«presar ese modo y movimienlo por ser indcfínido el eft:
■Miirque vale proparcionar^ ordenar, poner al modo de. liene
^|cn ere-da proporción, modelo y norma, orren-eredu-koa
360 ORIUCN V VIDA DEL LENUl/AJt
d conforme i ese, anen-ara-uaz eta ereduz erraiten da Scncftal
conforme y según esto dice Séneca, nork-berak eskainiko da daenü-
ren-eredu-z cada cual ofrecerá á proporción de lo que tuyierc,
endu-an, ereda-z, tr^dit-ra conforme, segúnj al tenor y modo de,
Andar al ere será obrar conforme d, dar gusto, seguirle el modo
y humor, y eso valen ere-ga, erega-ta, erega-a: alperrik, ondú
esanagaz, eraganko dozu en vano le darás gusto é te acomodarás
á él, diciéndole hien, y s» adjefivo ere-gu, eregu bizi vivir á gusto,
cómodanienfe, ni ain íitsegin ta eregu-zalea yo tan ainígo de pla-
ceres y gustos ó de seguir mi inclinación, erega-izaile adutadot
que se acomoda al otro en todo.
Aclárase más esta voz con saber que ere es el posesivo del in-
definido 6 relativo e^ como are el de aquéí, iré tuyo, ñire mío, así
como con -n, niren, ziiren, ircn y eren de aquel de quien se trata,
de otro indefinido. Así como aren es el tercero, el aquel, esto es, el
no yo, ni el tú, así eren vale lo mismo, el otro, el tercero, y por ser
indefinido de ellos, eren-egunago trasanteayer, elgaitz-crena ter-
cianas, eren-bat un tercio, eren-ean á terceras partes, eren-gusa
tercer primo, eren-ik por tercera vez. Si ire-ta es apropiarte tu,
nire-tn apropiarme yo, ere-ta será apropiarse un tercero. Ocasión,
monionlo oportuno es ere-ti de mucho ere ó aún también, tiempo
indefinido, y egoista del ere suyo, á su gusto, muy suyo, que tiende
en todo á lo suyo, á su manera y gusto. Con -z, ere-tz respecto de,
relativamente á, al lado de, comparación, para con, es decir al modo
de, Pekinen-eretzean tipia da es pequeño en comparación de
Pekín, ire-eretzean en comparación de tí, ene-cretzean gaizto izan
daza ha sido malo para conmigo. Vése á ojos visíasaquí el movi-
miento de los ojos siguiendo toda la superficie ó are-a de la cosa ó
del espacio, de modo que erega, eregu, eretz, eredu valen según,
conforme, á proporción de, comparando, y recorriendo con la
vista; de aquí erez-ka, eres-ka poco más ó menos, por alusión, ir
como á la aventura, erezka ioan ta ediren diot sargia fui al buen
tuntún y di con la entrada. En fin erets-i vale alcanzar y seguir,
eretchi parecer, dictamen, figurarse uno ó parecerle, propiamente
andar cotejando, junto ó al lado de ó eretz, siguiendo con los ojos
la cosa.
Esta noción tan abstracta, paralela del ara mirar allá, escudriñar.
87. rtgcre.
361
erl, sino que todavfa lo es m^% por ^cr sencülaniente ere el
udo de era 6 moverse sin más, aclíir^se por su aplicación
I. Porque aratu física y concretamente es t\ arar y aílanar, y
Un y eratu el riisponer la tierra conforme i, conformar, y ere-in,
f, tre-i, ó digamos hacer ere ó movimíenlo» es c! semlimr, di-
r, de»periliciar, es decir esparcir por el terreno recorriéndolo
con la visla hemos icpeíido que se fecorría al decir ere,
>on alera zan eranlzen tíucna ereinUera he a^iii que
I el «cmbriidor i sembrar, Erem-dara es chorro, circulación de
che al ordeñar, behmek ereindurarik ezta emaiten egun esta
no da hoy ni pizca de ereindara» ereindara chin zik korai se
venido el chorro de leche, la [eche circula, le ha venido el
in, que dicen por Carrión. Erein-lari sembrador, ereín-Ua
*ze sembrado, ereÍ-Ua siembra, litrra para sembrar.
tfre vale iguaímente sembrar. Así se explica ere-ik
.áei'k haz tu ere,-k luí ereik ara-kori thmt esa vara, es
i'ento, alárgame. Otro caso concreto es erech-a, de
-., al modo y comparación de, y vale la huella, el
> que una cosa deja tras si, y «rw-/ es el estribillo, tarareo y
que sigue, &e// orí fríre-crísinn ese siempre es su estribillo;
Ibnibtén persecución, inclinarse á, seguir Iras, deseo y ansia,
1/ geltigotan ííiunaganaízen den, berriz ta berriz beraga^
naiez ta eresiaz gelditzen da cuantas mis veces se va al
' <|ueda con más querencia y ansia ó indinúdón de irse
y.
'rc-tJtUt lo que da de sf ere ó poder lender la vista y sembrar,
ilabia espaciarse, es el espacio en general, extensión y su-
terretio, solar, y por conlatiiinacíón ac.isocon yermo, el
' yermo, ó grande espacio baldío, zcruko-eremueian en
i celestiales. Otro caso como el del chorro de leche, que
Jémmiar seíniJo, es la viruta que asi sale y dicese ereZ'ii-ka,
cl lloriqueo seguido del niño y el rítmico caer del pe-
cense ere-ía donde hay ere. Todo ello es movimiento in-
ó serie y vicisitud, $ucederse y espaciarse.
Los derivados euskcrIco« ere-ga, erega-ta obrar confonne
» de, seguir cl modo de ser de, acomodar, como ere^dií mo-
362 Oriqen y vida do. tOtéiOi
délo, norma, proporción, según, y ere-gu lo del acomodarse y
porción, y era-ko conforme, conveniente, salen del tr-a, er-t
miento, c! seguir conforme, manera, modo de obrar. Esía noóte
del obrar conforme á, al hilo de, en fíia, á la manera, en unapalabrt
derecha y rectamente, fué la que pasó á nuestros nombres dd «y,
de! derecho. Son las veces euskéricas dichas pintura visual del tn»
verse por el campo y no lo es menos la raíz I-E reg por eregí
Comencemos por ei latino erga respecto de, junto á, que es d
. mismo erega del euskcra: ttonstricem Suram gnovisti nostrum, quií
modo erga aedes habet» (Plauto), que vivejuntoácasa. Eneuskea
se diría con eretz al lado de, junto á; así como el para conmigo ó
ene-eretz-ean suena en latín erga me. En euskera erega es acomo-
darse á otro, hacer su gusto, obrar á su modo, andar al ere ó mo-
verse bácia; en latín erga vale hacia ó junto á, para con, lo cuilno
es más que acomodarse y seguir tras él, como erecha y eretchi h
huella y seguir. £rgí) pues es conjunción ilativa por *erego, segúi
Brea!, <de un sustantivo *regum,> es decir el eregu euskérico, puei
valdría lo que e regione, como el antiguo cargo, que Fcsio i^te^
preta por cam regó, «corgo apud antiguos pro adverbio, quod es(
profecto, ponebatur>, es decir derechamente, así es. Cuanto á li
forma son dos adverbios como intra é intro, dice Bréal; cuanto ti
significado pueden cotejarse con apad, praeter, en el sentido de s^
cundum, dirigiéndose y mirando frente por frente. Yo creo que
erga y ergo son los euskoros erega y eregu ni más ni menos. U
raíz de reg-o, ¿pé^-to, arj-atí skt, rak-ya godo, es este mismo íf^p^
perdida \s e- inicia! que conservaron erga y ergo, los cuales a
cambio perdieron la -e- medial. En la acepción de instar, cofflflt
á modo de, que tiene ergo hallamos su valor primitivo, el mlsiDO
de erga en dirección á, y ei du op£y-u> por £psir-<o, ópéT-vají! tenifcí
hacia, alargar, presentar, opL^-vú-oiiac me alargo, alcanzo, ops^-fit
5ps^'.;, opd|u>a extensión entre los dos brazos abiertos. El alcanzar dd
skt. arj-ati es á ópÍYio, dice Curtius, lo que tangen en alemán á erfíW'
£E/í, es decir lo que alargar á alcanzar: para alcanzar hay que ÚÜ*
garse. La voz media r-fl-jé en skt. equivale á ópiTp/dojicii, rJ-üS rtcto»
derechamente, raj-is serie, blanco é intento á donde se enderca !•
mira, rj-ras guía ó endcrezador, rUj-an rey que guía ó endereaS
en zend. ereza derecho, recto, verdadero, dedo indicador. Tambüa
. rích-ati, Hch-ase inBn. védico, celebrar, alabar, rich liimiio,
ndor, verso del Rig-veda ú ríg-veda, cokccíón de hímno:s sa-
dos, que cuando se recitan se lUman rkíi-as, y son ocíio libros
ándalas; rik'tha riquexa, bienes logrados, rik-va vódic. que
t, que jUha, riitüti alabar, celebrar.
En godo rak-yan enderezar, regir^ alargar, an|. al. ret'chen, al.
fren, ags. raeíchan, raecean, ing!. to nach. En godo reik-s rey,
í, ani, aL flhhi al. Rtich, rico, es decir poderoso y señor, í'ried-
, Htin-rich con el vator de rey ó señor. Oodo raifits recio, de-
troenle, aiií. a!. ríA/, al. recht, norso rettr.agi. riht. ingl. rr^/if,
ÍUJ lal. y rosAífl zendico, parlicipio pasivo, lo enderc?jido,
tvial intento. En irl. rerarg' direxií, ríá^e imperium, d y acus.
\riga tc^t^ Zsi goáo airkn(i)& hltrv, derecho, ags- eorkan-stan,
, al. trchan, erchen. Según eslo los ricos son los que habían de
' oiis derecho^» y guardar mejor el derecho, pues son los di-
que coderecan y guían á ios demás. Y así es que son loa
I tiesos, los que llevan el agua á su molino y caciquean á los
icndetczándolo lodo para sí. Por lu m^nos lates son Jos más
! yo conozco.
En tolin reg-ere guiar, llevar, rcgír^ e& decir enderezar ó llevar
^•rigere alzar, -rexi, -rec-tutn, cor-riñere corregir, cor-rec-
.'}n, í/5-, dl-rigere dirigir, di-rec~tio dirección, di-rec-íara
prectas derechura, derecho, ó directo, e-rigere erigir, por-rigere
Blar, alargar, como en el verbo griego, sub-rigere. Verbos coa
icn cl radical de algunos tiempos: por^w (pórrigo), ptr-gere^
seguir, ex-pergiscor, -per-recttts, -per-gisci deüperiarse,
\ptrgt-Jacere despertar, sur-gtrít sur-rexí, -rectüm al/arse,
\rgrre, consurgere, dé-, ex-, in-, in-surrectio insurrección,
vgere, re-sarrectio resurrección. Derivados: ree-tus redo»
en derechura, ó rec-té, rec-fio dirección, nc-tor, rtc-iurü,
]ido rcclilud, rtct-an^iilus, regio dirección, regiíjn, regi-men,
rrgU, regal-ar-i$ regular, rtx regáis rey, reg-ina reiiu,
regio, reg-ulus dimín, régulo, reg^n-um reino, lo regido,
1, regn-are reinar.
rogar, propiamente dirigirse á uno preguntándole, y en
I corapucslüs dirigirse, ab-rogart abrogar, ar-rogare mierro-
.•dopUr, atribuir, arrogarse, ar-ro^ans arrogante, mrrogú-nt-itk
•I
Ist. rex rey, galo -rix en nombres propios como Orgdartc,
rí, gen. rig, hoy rigk,riogh, raikneach reina, cimr. r/tícaudS
reik-s caudillo, señor, rc/A:-í dominio, ags. ríícA-í regnum, ni
^■'.ij,5; ant. al. nhh-i, de donde ags. ntche, ñor. rikr, ant. al. ricA.
^ dives, rico, al. /?eícA, saj. nki. Del ani. al. rihhi ó sca ntchi,
el it. ncco, fr. riche, cast. r/co: son adjetivos -/ del voca
Reinar es nij-ati en skt., reg-n-are de reg-n-am, godo rí/Ará
riksian, ñor. rjAr/a, ant. al. richan ó nchison. La idea primi
de enderezar, poner derechamente, ¿péfíu alargar, uf-rak-ya
ags. rek-an regere y curare, y r/Aí por recias, god. ru/A
re/fr, ant. al. reht.
Fué pues el rey un regidor ó enderezador. Hasta dond
alcanza de los I-E, siempre los vemos gobernados en co
parcialmente por reyes; pero el poder y significación varí
eslavos meridionales han conservado casi enteramente la pe
la antigua raza indo-europea. El píeme ó nación se divide er
ó bratsfvos, y tiene un señor llamado glavar pleminski i
de la nación, ó djupan, djapa, voyvoda (ruso voi multitud, es
guiar). Es elegido y puede ser deaposeido, cuando no es va
entendido en el gobierno. Durante la paz ejerce el poder jud
ejecutivo, durante la guerra goza del derecho de vida y muei
87. r€gen*
365
cofñam negaverjt terra» (Au. Marc. 2S,5). -Regeá Iiabent.
im lamen vi» petidet ín pcipulí setilenlia.» V Tácito (Germ. c.
: rcgibiis infinita aiit libera {io{ts\zS';(Annal. Í3,bA): *Vcntio .
e, qui nutíanem FrisJoruní regebant, in qunnttiin Germán!
antur*. Sns cargos eran el judimlj el sacerdotal, el admintstrali-
, d militar. El atií. aj. chuning, ags. cyning, ñor. konungr no
uno de tantos nobles; es un adjetivo -inga de ''kunhs rey, y
•incipe, hijo de rey. Y *kunis ó "kumos rey es una pci*soni-
del pueblo, de la raza, no distinguiéndose más que en el
I de *kunio-m raza, íinl. al. cfiunni, alj^o a^í como 'j AjSo; era
lác los I¡ dios, délos <ii Vj^oí, y como en ag^. léod princeps
:.) y /¿tN/gcns (fem.), entre los francos salios /Aeoíí domínus,
L al. diot pueblo, godo Ihiudans pactXsJc y tHiada puebfo,
.al. truhtin señor y tnsht muchedumbre, ñor. fylkir y fylki
9, godo kintiüís r¡i£\imv y lat. gens. También se le llama el
ero, que es lo que pritt-cep-s sígniRca (prímum capere), asi el
Mnos y el irt. cét prlmus, anl. galo UntU'gnatos, en
', ni. Fürsl pdncipff y primero, eii godo /rííayn señor
ct./rflrva cl primero, de! eubkaro barua cabeza, El rey ó príncipe
alíd en !a guerra es en al. Heriog, ant. al. herizogo, aor,
r, como voyvodn en eslavo y dax en lalín.
Cuanto i los celtas, de los galoá sabemos por César que tenían
I senado, y to$ bretones una especie de magnates (reges, ^jvotiw),
■ cuales en Cintuim solo reinaban cualio (Bel. gal. 3,22). En
lÜamaban ri, gen. rig, cimr. rAr. dominas, baro, sátrapas, nobi-
UL rex, clmr. rttcti dominas, &aira|>as, breL roe de *rt'gni, el
latino. Asi en In anii^im Irlanda, dundc había Ircs
■ rig: los (níitnos, Rig Tmtha {laath pueblo, ^odo thiada,
9aÍo, umbr. totam); mas tievados los Rig Mor (mor grande),
ó Rig Bttiden (badén m\ichediimbre), ó «king of com-
nafcs de lod'tr> Rig Cmcidfi (cdiced provincia),
/ origen, Ironto dv ra/a), Rig Rurecii (rure se-
td rey provincia!, el gran rey de Irlanda (O' CuRRy, Manners
•néC !,229). Todos cr;iri elegidos, pero solo de entre !.i clase
(jc,^.-;. ,.y. y por costumbre se había ceñido á una familu here-
a, y los electores eran de la dase privilegiada. También se
el rey fál y triatfj.
'*^^^"'^*
366 Oriucn y vida del LCNOÜAlé
En los Vedas se hallan tierras gobernadas por un rey, rBjln,ó
por varios rajuñas. El rey era elegido como entre los germanos; m
un gopajanasya ó zoi|j.7¡v Xawv, ags. f olees hyrdt. En la época vifr
ca la monarquía aparece absoluta y heredataria.
De los persas nos cuenta Herodoto (1,125) que primero sepir-
tieron en tres fsvsa, los naoop^aSat, los Mapdtp'.o*, los Moasíot. Un
pi^Tp7¡ ó fratría de los primeros era la de los *Ayoi|jL£v!ía', y de esh
salieron los reyes, svtfsv w. pao'.Xés; oí IlepasTdoc. 78^9^01. El imperio
posterior del cAoA ó rey, xchdyathiya de las cuneiformes, rey de
reyes, se alejaba tanto de la manera indo-europea, como el oriente
del occidente.
De los reyes romanos (Mommsen P.ÓI; Schweqler i?OflL
Gesch. 1- ,645) hay que decir que eran elegibles, y que podía H^
gar á serlo todo hijo de vecino, sin ceñirse á clase noble ó sobre»
Mente. Su poder fué el del pater familias en su casa, es decir absoluto,
y abarcaba lo administrativo, lo militar y lo religioso; su única fnbi
consistía ea no salirse de la ley sin consentimiento del consejo de
los ancianos y de la junta del pueblo. Originariamente también k
gobernaron por reyes los demás itaüotas, el meddix tatlcus de los
sabelios (*meti-deics, \if(zii ó nÉíonm, el homérico iQXT^xoptc íjÜ
(j.é(!ovts<;).
Otra cosa fué el poder real entre los helenos. Del vocablo
paa'Xsúc; no hay nada averiguado, si viene de *^ot-, paívtu, el adllid
que hace ír ó guía al Aeú; ó \r¡6^ pueblo, como seg^ún Plutarco sue-
na el nombre antiguo de los espartanos (zp^oYstac (tésalo xar^ó^, Tám),
ó si es el lit. gimtis=*^a<3i, como en codo kindins, el gens gentil
Tampoco se sabe del título Fáva^ que lleva paoiXñc en Homero,
probablemente frigio de origen, pues se halla en una inscripción
}icqpo Fovox; ni del túpawot; ó tirano, que se lee por primera vez eo
Arquíloco, y parece tan extraño como los demás.
El paatXsúc de la Iliada y Odisea nada tiene de electivo; es un
StoTpetpi^f; ó Sto^Evi^c, es decir de raza divina, cuya dignidad post de
padres á hijos. Su poder en la paz hallábase cercenado por loi
^épovTsc (i^Y^Topsc v;d8 tLsdovxsc), que, como él| se llamaban paoúiijac y
tal vez fueron antes príncipes de la misma raza. Con ellos juzgl d
rey en las juntas, asistiendo como mirones las gentes del pneMo^
flunque ¿1 tiene el poder judicial y el sacerdotal. Pero en la gMtfl
87. regere.
3fi7
iMtVrectio d< vidji y mu crie, como dice Agamenón en un
t de la Iliatia, qiie cíU Arisíóldes (PoUt. 3,9,2): tA^
-■,;. Posee haciendas de Li corona, t:;uvoí. y vol'-inln-
, de los subditos, 3cii:;va'., Oí;l;t:2;. Esía manera de ser
reyes en Grecia encerraba elementos antiguos originarios y
^ posteriormente del Asia.
- 1 rt-te Tedíenlo podernos barruntar la manera de liaberse
ó rey en el primitivo pueblo indo-europeo:
La dignidad real no fue hcredítarín, sino electiva, eligiéndolo
del Sippe Cvik-poti, V. vicas), y de la Familia (Vems-
Poco á poco de hecho fueron los elegidos de una familia ó
mis poderoso, ahriéndosc así camino la corona hereditaria.
La autoridad del rey tenía de ptir sí ó contra sí la autoridad del
>, de suerte que la constitución política indo-europea rodeihase
do» quicios^ el rey y el pueblo, el uno como ejecutor elegido
id pueblo» éslc como consultor judicial y administrativo, i ma-
de un senatus Ó ^t^vjiia (Esparta antigua) de bs principales.
B cargo y deberes del rey eran presidir el consejo del pueblo
ejecutar las decisiones; en h guerra era el adalid y con
poderes qnc en la paz, y en ésta con los poderes judicial y
it, de los que se habla en sus propíos lugares (Jtiez,
ífa).
La contribución del pueblo consistía en libres y acostumbri-
^rcsenles que hacfan al rey.
Us insignias exteriores eran algún adorno en la cabeu,
Cotre loi germanos, aunque no consta claramente; pero hubíe-
le serlo muy pronto, como siempre lo han sido» el cetro» la
y el Ifxmo.
lo Á la extensión de cada reino, cierto es que» como cnlre
rivros meridionales, cada rey lo era de una nación, en el sentido
do y antiguo de esti palabra, es decir de un píeme 6 reuaión
nlstvo£ emparentados. Cómo llegó á serlo de vanos pueblos,
abemos. Los germanos y leto^eslavos perdieron el vocablo pri<
» 'rflí», y de ellos los germaíio$ y lituanos lo tomaron después
celias, pues del antiguo galo *rT¿-c salió el godo reiks a^x^"*»
átmi» lo hallaniog en nombres propios (Thtoderkh, Fríe-
Htíaridi),y ca una rúnica inscripción íAtottr/Ar rex popati^
368 Oríüen y vida del lenüuajc
Del g.'ílo ambactas, cliente de los poderosos, tomaron lunfaj
el ant. al. ambahf, ags. onbiht, godo andbahts servidor. De el
escribe Cesar (6,15): «Eorum (equitum), ut quisque est genere <
piisque amplissimus, ita plurimos circum se ambactos diéntese
habeí». Estos préstamos antiquísimos de vocablos dan á enteiu
que la institución estaba bien arraigada. Por consiguiente \ospa£
ó aldeas primitivas se convirtieron entre celtas y germanos en
vitates por el poder creciente de estos *ng-€s, ayudados de susfli
bactos, señoreando varias naciones; confírmalo el vocablo gem
nico que significa prisionero y esclavo, que se tomó igualmente d
celta. Por consiguiente la organización y desenvolvimiento de
ciudad puede decirse que vino del occidente de Europa, de los a
tas. En ios Gallas hubo más ciudades antes de Cesar, que despui
gobernadas por reyes, pues cl mismo Cesar nombra varías 1
milias, cuyos padres lo habían sido anteriormente. También enl
los eslavos tenían los reyes y príncipes stts servidores, lít. tiyana
ant, ruso tiani, tivana, y estos nombres tomados de los gcrmanc
del norso ihyónn servidor, esclavo. Entre los eslavos meridionah
se hallan varios p/emena unidos 'políticamente en una unidad ((
vitas), señoreando á los demás el píeme más poderoso, y teniend
su jefe ó djapan una dignidad superior á la de ios otros djapan
Así nació el estado de los eslavos meridionales. En un prindpi
el más señalado de los djupaní fué un primus ínter pares, en Se
via veliki djupan ó el gran djapan, en Croacia consérvase
viejo vocablo knez, que es el superior de los voyvode. También !
llama kraly, esl. kraü rey, ruso koroli, alb. krall rey extranjer
gr. mod. zpáXvjs, turco kral, tomado de Cario Magno, lo cual indit
la gran influencia de los germanos sobre los eslavos en esta parte.
Ei no hallarse vocablo común en las I-E para nombrar al pobi
y al rico da por averiguado que no hubo semejante diferencia (
clases en aquellos dichosos tiempos; y así es natural que sucedies
ya que la propiedad particular era desconocida, siendo todas \
haciendas comunales. En gr. el rico dícese z^-oúsio;, de idLoüti
lleno, abundancia, -i¡jL->.iij|jLt llenar; el pobre -évhj^, de xÉvofim tt
bajar, zwi; trabajo, pena; xccu/o; es pobre y mendigo, irccówn» andi
despavorido, aconchado. En latín dives rico, divitiae riquezas, (
divas divino, como fortanae yfortanatas dtfors suerte; pau-pt
hrt cl de poco, wj-po;, patt-cvs. goi^o faw-ai; ^dfcus mendi-
I ikl. ml/íiitX fallo en el cuerpt\ mendum faifa. ido auclags
\tt Tior. audhugr, ags. éadtg, ant. al. úfak, de *aua upes, en ñor.
r, ags, éad, an!. al. fit; godo gabigs rico, ^flíieí' rique^n.^íion
io ¿j/*/7ií pobre, de *arbftmo, godo arbaílhs, a]. Arbdt tra-
Q, esJ. rafra criado. El ant, al riA/rí rico, rlhtaom riqueza, de
¡vienen ritos lérmínos caslcllanos, se refieren al poder de los
^£i pobre en godo fiaiks, cal. chiaku; ant. al. betelciri de
ir, ñor. vtrdhgangr mcndicalio, <a going begging otic's
•. En csl. bogaiii rico, de donde el líL bagótas, de 6o^ü Dios,
^divcs á^divas; uboga \^(ihxe,\\\.ubügas^y nebogu, li(. nc-
(W. En Ii(. el puhre wargrtigas de Uíijr^fíJS necesidad, misciia, ^
. wargs mal, sufrimiento.
El rico tiene, pues, algo de los dioses, como latiibién se ve en'
M cl que Ksiá guardado de buen genio 6 divinidad tutelar.
Iiaduce el ¡idKdpio; dichoso no por sfdig, saíida^ aL selig,
; su propia verdión, sino por audags rico. De modo que la íe-
I csÜ en la riqueza. El paraíso, lugar de los bicuavenlurados,
thigar de la riqueza, pues ct eslavo ray, vtrey, Iti. roy^s parai-
I d skt, rft/ bienes, el lat. rfs rei cosas, Pero lo que no tiene
de lioja es que «poderoso caballero ea don dinero, la ri-
1 y ct poder andan juntos (Cesar Bef. gat, 6,22), de tos galos
ndieron los germanos y su vocablo e« nuestro rico y fique-
¡ pobre es el trabaíador, el trabajo es la pobreza, y aun el
)noral, e' ^ . díjosc de :rívos y r,ivr¡ii pobre, tjabajado.
se .t lo extraño de la doctrina predicada en el
1 del tnonlf. Blenavenlurados los pobres y los humildes, los
perseguidos, despreciados y malditos de las gentes. La
, de Cristo vino del cíelo y A 61 se endereza; de tejas abajo
fas cl dinero C raudio es de amar, «como dice Juan Ruiz,
¡loa del dinero (4Q0-527) es una glosa sin par de esta doc-
I Sy lovyeres dyneros avr.is consolación, / plaser E alearía, del
L Ración, / comprarás parayso, ganarás salua(;iún, / do son
; dineros esta mucha bcndi<;íón>.
' ■ (Est. iber. 41) considera eí feikl.ilisiiKi español de
. . . Jino una iiirts-continu.ilio del de lus ibcrus, y no
moa cfsacir^n original ni como una únporlación exúiica. Cl Iro-
14
370 Oriuen y vida del LENQUAír '
peí io no paso su rasero nivelador por la Península: no desti
vida loeal ni las instituciones nacionales de los iberos: lasen
bre aciscriplicia subsistió después de la conquista en iguales
cioncs que antes, y fué causa de que no penetrase aquí el C(
romano: quedaron las milicias locales, de ciudad y provincia
ronse los antit^uos feudos territoriales, verdaderos Estados cor
res de siervos: subditos inmediatos del príncipe ó noble que
quiría por herencia. Entre aquellos señores ó hwaxfA, que
III a. J. C. reúnen sus mesnadas en Elche, coligados con i
régulos p'-.ra derrotar á Asdrubal (Apiano 6,5), ó aquél Alu
pocos años después pone á servicio de Escipión Africano 5
dados alistados entre sus clientes (Livio 26, 50), y los no
Cauca, Didymo y Vcriniano, que en las postrimerías del I
hacen una leva entre les siervos de sus heredades, sufícienl
contener durante muchos años la irrupción de los barbare
Pirineo (Zosimo Hist. 6, Sozoí.í. Hist 9, Orosio VII, 40,
H. Vand. año 406), ó la mujer deTheudis, que ofrece á eí
guardia de 200 hombres, enchanchados entre los colonos y >
de sus vastísimas posesiones, con que ganó la corona visig(
hay solución de continuidad. Plínio nombra uno de aquellc
nates del siglo I (22,57), Valerio Máximo deja trasparentar
armadas entre esos potentados (5,4 y 3).
Q\\t España se hallaba dividida en infinidad de regiones
en tribus, cada una de las cuales tenía su mandón ó régulo, i
cierta y averij^uada, sobre iodo por las noticias de Livio (2
33,21).
La derecha ó diestra tiene un nombre común en las I-l
dakshina, zend. dashina, esl. desinu, lil. deszine, alb. i
Ssí'/j;, ís;í"po;, dexfer, irl. dess, godo taihswó, ant. zSsawa
indicadora, dic-cre, la del gesto, ó habla primitiva, que es 1
vale en euskera es-ka mano, la del habla ó es, de donde es4
Para la izquierda hay variedad. En skt. savya, zend. húv}
shuj. Además con valor de caído, flaco, XairJ;, laevus, esl. fevi
el de torcido axat^; y scaevas; y godo hleiduma, irl. cié de *,
cié y claon obliquus, laí. ant. clivius, cliviam auspiclum ó sin
malo, xXiri; y xXivw inclinar; lo opuesto de directus dcrecl
rechts, esl. prava rectus, dexter, fr. droit. En fin ant. al. kac
87. regtre
371
tangueo ó ser débil; en csl. kruchitku frígiJi»
que en Icheso kfsnak izquierda.
[córapunitiva tienen sin-isUr, arrl. al. win-istar, ñor.
id. vairya-starat dp-í^ípoc. l-o bueno es que ístns cora-
ireccn oponerse en el concepto á lo qne dicen Eos voca-
^CH«5. U derecha es U mano más poderosa y obradora; ta
i la torcida, la flaca. Y sin embargo el zend. vairyasíilra rcs-
ÍL wr/yffs, comparativo de Vflffl mejor, mis elegible y
^t^Típ-ií á (iptiíov, ¿píTK-; el mejor, winistar al anl. al.
. Lo mismo el irl. tuath izquierda y godo tíiiuth bueno,
htv -,Á propósito. Es que en estos lérmiiios inffuyú la
■t> I os ó vuelo de ías aves. En gr. ejfwvinio; izquierda
buena sij^íñcación. Se miraba al origen Ó al camino que
k volar las a^'cs, cuyo agüero se observaba. Mirando al
de buen agüero si el ave venía de la izquierda é iba
Írech.t, hacia el oricnle ó mediodía. Asi se concierta el que
baños la izquierda hiera de buen agQero y la dereclia
legos, «ita nobis sinistra videnlur, Graiis et barbaris
líiora» (Oc. Div. 2,39). Tal \'c¿ ya en la época indo-curo-
tribus atendían al punto de partida unas, otras á la
el vuelo de las aves, ó en cada ave la dirección ó el,
itingiiía en particular. Así en Roma n^ismo dice PJatHo
,1,12): -Picus et comix ab lacva, parra ab dcxlera con-
par Derecho el conjunto de leyes escrita';, dviles
mandan ó prohiben, su origen históri<:o c^ bien
ij:n Europa. Múbolo en Ürecia desde el siglo Vil {a. J. C),
idaron por escrito las leyus de Zaíeuco, Ch.irondas, ,
en Roma se lomaron de Grecia el s. V las de Las doet
raíl atlo* tn;ítí Urde, el s, V (d, J. C.) comenzaion i
jyas los pueblos germánicos, en latín ó en lengua
>'a en picna cultura cristiano-romana (Urunner, D. fft-
, 282). Desput^ del año 1020 se compuso el mis an*
niso, el de Jaroslav, ó de Novgorod (EwEtf^, D. tílt,
258). No se sabe cuándo nacieron las leyes
.. : i, Mor, Aícill, recogidas con el derecho canónioo
: ó X (Mainc, Early Hist. of l/atiL Itct i y 2); sobre
las de Gales véase Walter (p. 355). Sabido es que tales codiSar
ciones suponen centenares y aún millares de años, durante los Ok
les fueron naciendo y practicándose las leyes, después reducidas i
códigos, pasando de boca en boca por la tradición y como costum-
bres de los pueblos. Solo vamos á decir algo acerca de la antigücdid
y naturaleza de estas leyes ó costumbres no escritas. Para ello lo
primero distíngase el derecho objetivo de su subjetivo conocimiento.
Puede un pueblo regirse muchos años por leyes y costumbres ric^
bidas y heredadas, sin formar concepto cabal del Derecho ni de li
Ley, ni tener un cuerpo de doctrinas orales ó escritas. Antes bia
apenas se concibe pueblo ni sociedad, por agreste y pequeña qnt
sea, sin ciertas prácticas consuetudinarias, todo ello prescindiendo
del reflejo conocimiento de los principios jurídicos y ni aun étioofc
¿Cuándo y en qué circunstancias se despertó esa conciencia juríditt
de! derecho y de la ley en los pueblos I-E? Eso es lo que hay qv
averiguar.
El vocablo skt. ría es entre los indios ó arios el que lleva la ida
del derecho, de la regla, de lo conveniente, en la naturaleza y en di
hombre, digamos del orden que se vé en el universo, y que con»
bido en el alma lleva á ponerlo en las propias acciones con mayoí
ó menor reflexión. Quedó personificada esta idea y fueron los pr^
tectores de Rta, los dioses Mitra, Varuna y los cinco Adityas (el 90^
la luna y los cinco planetas). Responde en la jurisprudencia romtti
ratum ó ratio (Leist, Graeco-ital. Rechtsgeschichte p. 199). Enstt
también tomó este valor, ó mejor dicho conservólo del euskaro
deber, el antiquísimo vocablo dhar-man, dhar-ma, ó ffópoo;, firmni
El derecho, la religión y la moral andan barajados aqui, no meirt
que en el Dharmagústra ó libro del derecho, de los det>eres. Sofcn
el valor de esta raíz, que encierra la ética euskérica y natural, hillll
remos en otro lugar. De dh&,, zí&t¡\u poner salió dhü-man lo puak|
instituido, sobre todo lo ordenado por Mitra y Varuna en el ordtf
doméstico; igualmente en ant. persa data ley, persa dúd derecfcil
arm. dat, gr. 6é\Liz, ds^iio't;, junto á Vxr¡ y vd^c Aparecen solos lO
dos primeros en Homero y vienen de zidr¡^t; d'jo] de }izbc*'j^i=diuiti
indicar, como ia-dex, vin-dex. Mi vsxusí; dtupldtxat; ¿povTo¿ptf
(Odis. 11,570), juzgaban en tomo del rey; xpívcoot Oé\kiamz (R» I
387), en el foro ejercitan los torcidos juicios. Pero desde Homei
I
87. regere.
yiz
c y W¡ir5if« tomaron la acepción de orden cósmico, físico y mo-
Mlabíeddo por tos dioses, y Síin^ quedó más y más ceñido al dere-
civil y iir:licia humana, aunque siempre fué Díke una hija de
w£s. Idéntico d 6á|ií'; es el homérico óaÍYj de ¿otoi;, que responde,
in unos, al ski. satya verdadero, real, aunque éste ea el etío; ó
Úeriv-ado del participio del verbo ser. No se haUa en Homero
ley, uso, v»[i'Cw acosltimbrar, irl. nói, de *nomso uso, y parece
o ley escrita desde Klcislhenes (R. HrRZEL'ATpa^í ví¡|io;, Abh, tí.
: blst Kl d. kgl süchs. Oes. d. W. 20,49). Las leyes de Ora-
se llaman biz\ifÁt no víjiíit, es decir institutiones, estatuios.
En latín responde /ds á Séjuc. y tfis á ííxyj. Sígnica tal vcz/as
esjóit« dicho (fiírí, ^tí\i{ hablar, esl. fríjsní fábula, incantaiio),
de los Dioses, ley divina. El iits es la decisión de] magistrado
* 'o civil, y se relaciona con tarare, como en sueco íag
! amento y ley. Es etimológicamente lo conveniente, adap-
!, ajustado. En zend. responde yaosh puro, mayormente en lo
ioso, ^1. yGS sano y santo en !a forma f(tm ca ytX ca. La ley,
Eísco ü'giid lege, se duda si viene de ícgo, Xéim íBruomann), ó es
irso fój! piíir. ley. eJ godo Ugan, ia^yan, al. Uegen, legen poner,
fftfiíTa; de tiftrjpi y dhaman de dha. Lex se dijo, no menos
chn y fí-y propias, del cuKo anleríor no escrito, y /í^-ea
|i ■ los deceiuviros. En umbrío mers ius, del \i^j\ifi\ IrL
■, godo mita con el valor de medir, juzgar (V. Ja^)-
las germánicas, en jodo witt^tk v.¡io^, ñor. vitadh, fris. witat,
«I. wUzüd, de ía raíz videre, godo witan, de modo que valen
rimicnio; y godo rf«5ms juicio, norso tfdrnr, ags. rfdm, ant. al,
I, emparentados con dhtXman, Bé\ít^, lo puesto. Al ¡dg norso,
jonado antes, por "íagu, responde su derivado ags. tagu.
Jordanis (c. II) se llamaban también tas leyes dadas por sus
> bt(t)lafiines. En ant. al. fiwa, fris. H, e, ags. ¿re, atMf, emparen-
\ con aevum, godo «/ws tiempo, «íct oiwi, ski. éva, curso,
costumbre, es decir to que corre y suele siempre hacerse.
li^, como derecho, en írL recht, aní. at. reht, ñor. réttr, godo
el latino rectus. En el Rigveda se halla su correspon-
- Junto al Rtíi. Es en al. Recht. La misma ¡dea en eslavo
ida el derecho, pravw recio, de pro» lo opuesto de krivida
a torcido; en lit. prowa. La ley en eslava es zakona^ es
decir la costumbre hecha ley, como vopCf opuesto á aran j
obytchay costumbre puramente, como e6oc.
Tratándose en las juntas públicas de los 1-E entre el rey y d co-
mún de cuestiones, litigios y asuntos de todas suertes, las decisio-
nes tomaban color como de ley para en adelante, se apwlaba al uso^
á los precedentes, y venían así á ejercitar el derecho y á formar Iq»
tradicionales. Por !o visto de los términos en cada lengua se ski
que no tuvieron un concepto abstracto del Derecho ni de la justidL
La costumbre derivada de padres á hijos, cuando no se tomata et*
teramcnle como cosa decididamente establecida por ley, se di)»
?¡6o; uso, skt. svadha miLTiCTa propia; el gr. ¿fio; uso, costumbre, d
godo sidas, el ñor. sidhr, ant. al. sita, al. Sitie vienen de otraniz
sedfi. No es creíble que las leyes ó cosas establecidas, cuyos nonit]Ri
vimos antes, ni estos usos, se tomaran en aquellos tiempos por Iqra
y ordenaciones derivadas de los dioses. Sin embargo como aiguna
de los términos dichos llevan en su mayor antigüedad algo de sagnh
do, pudieran haber concebido el derecho y la justicia como puntal
bajo el amparo de las divinidades. Solo hay la grave diñcultadde
que los dioses en aquella época no habían aun tomado la persoaifi-
cación y el valor ético que hiciera distinguir el bien del mal. No
puede ponerse en duda, dice Oldenberg, que las ideas de justo é
injusto nacieron de la vida social, y que antes eran independienfci
de la creencia en los dioses. No son buenos y amigos de los hom-
bres en aquella primera edad, lo cual es necesario fundamento át
la conciencia religiosa; sino que solo se les trata como á poderosos
irresistibles, etc. Más tarde, cuando el concepto de los dioses fuélni"
manándose, como de seres sobrenaturales que se cuidan del bienes
tar de los humanos, la bondad, la justicia, el derecho hubieron de
atribuírseles por más alta manera que á los hombres y entonos
nació la religión propiamente dicha, antes de la cual solo bubo
temor á la naturaleza endiosada, á las fuerzas personificadas deliu^
verso, y la idea de justicia arraigó en la divinidad como de ellfli
derivada, empalmándose así la ética con el dogma. Lo más creibte
es que este enlace de la religión y la moral naciera con la creadóft
del sacerdocio, desconocida en los primeros tiempos por los I-&
Fueron después retirándose poco á poco del cargo de rey los d6
refere.
T?
'o á qucditr atí más deslindados Jos con-
eremos como en cííra el derecho objelivo de los I-E en
cipalcs. Acerca del derecho doméslíco, hay que decir
4^ amo (ie ia casa era el cabeza de ramuja^ el cual ad-
Bujercs por venía que de ellas ¡e hacían sus padres, pu-
estas varias, pero una principal, llamada señara ó ama
Kü paroce hubiera disltnciÓii alguna entre los hijos
5)(ai» imijeres; el coiiceplo de hijos legítimos y bastardos
ás tarde con el del concubinato. Podfa adoptar hijos el señor
tenía en toíla la familia derecho iüinítado de viJa y
BU mano estaba el desechar á los tiijos desconocidos y
p\os y eiiferrttos de la casa. La niujcr se veía alada por
ba Gdelidad cotiyugal, no siéndole dado por causa
arsc de sn marido, bien que él podía alejarla de sí;
tial, ya no podía c!la volverse á casar, sino que seguía
, casa del difunto ó se mataba en su tumba.
la propiedad de bienes no había todavía claro conceplo.
Ído en común i los miembros de la familia, pero deba-
encs de) amo de la casa, que era el que de todo disponía
i. La propiedad era del común, y distribuíanse los cam-
' 'ríos los vecinos por tiempo más ó menos
. :.is; sólo sí parlición de los bienes de la casa
s caso». No se conocían ricos y pobres^ nobles y plebeyos,
b prt^iedad emre todos. Pero podía disponerse de las co*
como lo dan a entender los vocablos vender, com-
E%, co
ele
nina
o, el
inal sólo había un crimen castigado por el poder co-
cí llamado a^as en sk(., «70; en griego, es decir el
el prücomún, como la traición á la p^itria, lacobardíAi.
rey, ele. Juzgábalo entonces el pueblo y era castigado
le. Lo5 demA^ crímenes quedaban i merced de los inte-
farailia ó del barrio, los cuales se vengaban y rctaha-
\0K tal por tal, diente por diente, ó recibiendo ganado
ompensa. Fuera del dicho crimen, parece hubo alguna
límicntü judicial, actuando el rey ante la junta por él
cj, ad:niliase el juramento y en ciertos casos tí
376 Origen y vida del lemg
juicio llamado de Dios, y se oía á los testigos. Las más veces wk
cual se tomaba el derecho por su mano. Solamente los salteadORl
eran perseguidos en común, popular y públicamente. En osos de
diferencias entre dos aldeas ó Sippes, lo probable es que el rey
decídieVa como arbitro.
El guisante es de dos suertes, el Pisam sativam L. y el Pism
arvense L. El primero, ó huertano ó cultivado, es el único que co-
nocemos de la época prehistórica por los palafitos suizos de la edid
de piedra, y parece también en Hisarlik; pero fué ajeno á la cultuil
egipcio-semítica, al revés que e! haba y la lenteja. El Ervum ErvWa
L., en lat. ervam, por *ere-gvo, *erO'gvo, opo^c, es el ant. al. ara-
weiz, arwjz, ags. earfe, ñor. ertr, al. Erbse, Erwe, y parece subió
del mediodía á Alemania. Igualmenk sps^tvd»;, como úóx-tvfc;
de ávflo; lo que crece, hierba, flor, que es el mismo erv-um. Estos
nombres parecen derivados del ere~i, ere-in sembrar, como propias
plantas de huerto, al modo que llamamos nosotrd^ del huerto las
hortalizas.
38. Derecho, de dircctus; it. diretto, diritto, dritto, nim.
drept, rtr. dretg, prov. dreit, drech, fr. droit, cat. dret, pg. direito.
El vulgar drecho se halla por ej. en L. Rueda, Aceitunas: Tendréis
un olivar hecho y drecho; en el s. XV en Baena p. 301: Que eto
allegase muy bien su drecho; en el s. XIV en J. Man. C. Luc: Non
es razón nin drecho que la gane heme, estando home en pecado
mortal; en el s. XIII en Apolonio 97: Pusiéronlo drecho en medio
del mercado.
Como adjetivo, recto. Qaij. 2,60: Informándose primero cuál er*
el más derecho camino para ir á Barcelona. Tia ftng.: Se fué dere-
cha á la cama. Quij. 2,50: Las afrentas que van derechas contra 1«
hermosura. S. Ter. Vid. 7: No dudaba de que iba derecha al délo-
Vertical. Lope, Discreta enam. 1,1: Crió Dios derecho al hom-
bre / porque al cielo ver pudiera. Erg. Araac. 6: Aunque la cues-
ta es áspera y derecha, / muchos á la alta cumbre han arribado.
Metaf., justo. Leos Job 34: El que es Dios, esto es la regia d«
todo ¿cómo puede aborrecer lo derecho? Tirso Palabr. yplam. I, I •
Mas si coligieras deso / la derecha conclusión.
Lado del cuerpo opuesto al en que se siente latir el conzilni 7
88. derecho.
Zll
t CAt de esc lado. Qaij. 1.18: Que está i su derecha mano.
A H. E. 1»2: Que á mano siníeaíra se llamaba ailánttco, co-
la i la derecha i llamarse gálico ó galkgo.
lustantfk'a<« ta derecha por Ea ntanu derecha. Qüij. 1.45: Y con
cha asió á Don Quijote.
!0 suslantivo ei derecho es lo ordenado por ley natural divi-
bumana. Mariana H, E. 22,14; Que parece era conlu razón y
Saav, Empr- 21: Los mismos que habían de ser guardas
,0 son dura cadena de la servidumbre del pueblo.
que puede uno hacer sin apartarse de la ley, facultad reco-
da, natural ó legal de ejccular ú oiuiíir un acto. Mariana H. £.
t Allcg?haTi... cí dcreclio que la naturaleza y Dios da á lodos de
r la libertad y evitar la servidumbre.
•orresponde i uno conforme á la ley, facultad de hacer
;ue la ley nos permite. Mariana H. E. 20,2; No quiso
tiecer, sea por no fiarse en su derecho, sea por esíar rfsuclio
iJerse de sus manos. Qiiij. 2,72: Ante el cual .ilcalUe pidió Don
jclc poi una petición de que á su derecho convenía de que.
Honoririos de algunas profesiones. Quij. 2J7: Protesto i este
íf que lodo el mal y daño que esias besiias hicieren corra y vaja
■lía, con mils mis salarios y deiechos.
hacer jusliciaj dar ó ton;ar satisfacción. Qmj. 2,7; Por-
MleTnuda con su tardanza el derecho de lo& tuertos, el amparo
I)
r,L^^ . «erróla. Gatat. 5; En dos días que durd el maestral»
IOS por todas las islas de aquel derecho, sin poder en ntn-
brsir abrigo.
de la teU ó de otras cosas, por donde han de ser vistas.
. Dial, med, t. 36: Cómo podrá tener dos reversos, pues
íne dos derechos, ni aun uno?
^ i/frccAas, justamente, bien. QuiJ. I.líi: El miedo que tienes
lace Sancho que ni veas ni oyas á derechas. Retablo marav.:
vos que me hablen á derechas, que yo cntendcrí á píe llano.
'. podr.: No podrá hacer cosa á derechas, Vaiocrrama /^.
éom. 4 cuar.: Pero por el contrario, no haciendo cosa i de-
Id. Ceniza 2: No hay vitiud á derechas, ni santidad i dere-
ai honra i derechas en una mala lengua. Grac. Crit. 1,10
Nunca suelen hacer estos cosa á derechas. J. Pin. Agr, 2ft,8: (^
fué al revés. No digo sino que fué muy á derechas contra lo <p
dejé de decir. D. Veoa Paráis. S. Ant: La tierra es cstcrii y no d
fruto á derechas. Cacer, ps. 52: No harán cosa á derechas. Vaim
RRAMA EJerc. Fer. 4 Dom. 1 caar.: Nunca jamás andará á deredn
como el que anda cojo.
A derecha y á izquierda, hacer algo en todas direcciones, si
mirar á quien ayude ó estorbe.
A la derecha, á la mano derecha.
A la derecha, que á la izquierda hay barro, á la derecha.
A las derechas, suple intenciones, sin segundas, honradamenl
QuiJ. 1,12: Que á las derechas es buen cristiano. /«ez div.: Horab
de bien á las derechas (del bien y honrado á las izquierdas enuih
rufianes). Muniesa Caar. 13,1: Ser verdaderos creyentes y católia
á las derechas. %
Cada uno habla en derecho de su dedo. c. 328; ó alega.
Ceder de su derecho, desistir de una pretensión.
Con estos derechos, nacen los cogombros tuertos; con t(á
derechos, se hacen los cogombros tuertos. (Que no siempre se 1
de ejecutar el rigor de la ley á la letra, porque á veces la mud
justicia se torna injusticia), c. 351 y 353.
Darle la derecha, la acera.
De derecho, según ley y justicia. QuiJ. 1 , 1 7: Se les debe de fue
y de derecho. Id. 1,24: A él tocaba de justo derecho hacer.
Derecho apurado, tuerto ha tornado, condena la severidad.
Derecho de pataleo, resistencia ó quejas inútiles, por no haW
sele de oír.
Derecho de pernada, metaf. beneficio que se obtiene de prim
cía en algo.
Donde no hay, derecho se pierde. Al que no tiene, el rey
hace libre.
Es derecho de las narices. (Encaminar sin certeza, y dedr t
algo que está en frente de las narices), a. 522; examinando ó jiL
gando uno las cosas por su conveniencia.
En derecho de su dedo. (Juzgar cada uno), c. 522f conforme
su conveniencia.
88. derecho.
37Q
'itr por derecho^ ir de fíente y con nobleza ó acierto al
i
ta derecha, y dátale con la zurda, del que toma algo por
uio ác lo que es y deí que hace im dispárale.
i en sv derecho, abonando su proceder.
ir á atrecho, comparecer por sí 6 por oiro en juicio y obli-
pasar por la senlencia.
\Uír en derecho de su dedo. (Enderezando á iU provecho).
t derecho, justica. QaiJ. 1,26: Fasta que la hubiese fedia
aquel mal caballero.
nifre de bkn á las derechas. (Alabanza de hombre honrado
en iralo). c. 543.
kftcho á. J^ Pin. Agr. 32,2S: SI van Impedidos y son bu«-
derechos al cíeloi y si son malos van derechos al infierno.
por derecho, vulgar sin vacilación, con resolvicidn,
faesabe la derecha, no Ío sepa ta izgaierái. c. 199.
t derecho que un altnocafie (ironice), que una algarroba, de
ilgarrohar dar á una co^ la figura corva y torcida del fruto
,TTobo. Más derecho que un cuerno, que una hoz (ironice),
pino, qu« una veb. Tanibicn irónicamente: tres más arla
güebo, / mis derecha que una jos; / más blanca que mi
fo, / mis fea que un bolo á Dios. Más derecho que una cafla,
lie: ponte como las cañas, que dicen las madres á los hijea
le se levanten de la cama ó del auelo-
s derecho que un huso. L Orac. Crit. 2,7: Si pretende casa-
que ande mis derecho que un huso. Qn//. t,4: Más derecha
fma de Guadarrama.
|kcft0 á salvo, c. 6 1 9.
'ame derecho, y darte he an cuarto. (Moteja de tuerto y jibo-
467.
perder derechos, ni llevar cohechos, c 213. Con plena jus«
n perdonar lo suyo ni aceptar cohecho. QuiJ. 2,-i9: Yo go-
testa ínsula sin perdonar derecho ni llevar cobecho. Id. 2,51:
II nn he locado derecho ni llevado cohecho.
das derecho, ni tomes cohecho, c. 213,
380 Origen y vida del isibojvr'
No es mucho que pierdas tu derecho, no sabiendo Aaarfil|
hecho, c. 224.
No hacer cosa á derechas, errarlo todo.
Perder de su derecho. (Por ceder), c. 601. Oran. Meta. 24:Dh|
y noche nunca para (el movimiento de nuestra vida), sino siempR |
va perdiendo de su derecho.
Por derecho, sin rodeos.
Su derecho á salvo. (Sacar), c, 569.
Tener derecho en. M. Chaide Magd. 3,14: Tiene derecho emál
Usar de su derecho, valerse de la acción que le compete, qa^|
cer su libertad.
De pecha-mente, con destreza y justicia, alas claras y di* |
rectamente.
Derech-ero. Corr. 78: El año derechero, el besugo al sol
y el hornazo al fuego. (Se ha de comer; que por Navidad hide J i
haga sol, y por Pascua de flores, tiempo de hornazos, haga frescoy
Iluevia). Berc. MU. 90: Madre eres de fijo alcalde derechero OuslO
juez).
Derech-éz. León Job 11 vers.: Y descubriese á tu arrogU'*
■cia loca / su abismo de saber, su derecheza.
Derech-osOy en Honduras el copropietario de una cosa.
I>ereeh-ura, rectitud. Mont. Alf. 1,8: Ca si fuera por la
derechura, enojará al venado. Berc, S. Lor. 74: Padre, si bien qui-
siesses derechura catar. Id. 37: Non serie derechura.... darlo ec
malos usos.
Derechup-fa, como derechur-a. Berc. Loor A\: QuandC
fué de doi;e anuos, maguer ninno de días, / ya iba voceando las suc:
derechurías.
Rey, de regem rex; it. re, prov. rei, fr. roi, pg. rei. Qaij* 1,Q
Un discreto rey de Portugal.
En la baraja. Quij. 2,57: Si jugares a! reinado, / los cientosó V
primera, / los reyes huyan de tí, / ases ni sietes no veas.
El que guarda e! ganado de cerda en los lugares, el hombre
animal que sobresale entre los demás, el hombre magnánimo
liberal.
En Qerm. gallo, por su dominio en el corral; de aquí: Q rey ^
mi gallo.
8S. rey.
3S1
Acairdase def rey que rabió. (Para decir que una cosa es muy
i, príndpalmenle si es pnsada muy antigua), c. 63.
Adiante, como o rey de Portugal. (Usárnosle imilando al porta-
,). c- 56.
Adonde está ti rty, allí está (a corte, c. 56.
A donde va el Rey, allá va tu corte, c. 9.
Atgae no tiene, et rey le hace Jranco. c. 36. Qué le pueden
,r?
Ai rey me atengo, dice el que le condene atenerse á alguna ley
losidóa.
AI rey mozo y gallo, pelallo. (Cosa que ta leemos y ta vimos en
IOS que chupan al rty y al reino, como lo hizo Xevrcs en Es-
;gafto por rnainoradizúj. c. 41.
Atrey qoe fuera, á la reina que fuera, á cualquiera.
A¡ rey y á la reina obedecernos, á este etcétera no conocemos.
[¡ndo á vizcaínos oyendo leer las provisiones reales: fíey de Cas-
de León, etc). c. 41.
At rey y al rio, nanea te tengas muy vecino; porque si se enoja,
lo deja barrido, c. 41.
Átutr {por) rey, acl.imaric por tal. Vald, DiaL leng.: En Asíu-
. alzaron por rey de España al infank D, Pelayo.
Aifta el rey la traición, y at traidor non. c. 66,
Áasi podréis llamar al rey. compadre, c. 47 .
Aate reyes, ó grandes, ó calta, ó cosas gratas habla, c. 52.
Antes rey que tfuena ley. c. 52.
Aquel es rey, que nunca vio rey; 6 que nunca vio al rey. c. 61,
A;if/ del rey. (Pidiendo favor á la justicia), c. 516.
A quien rmda tiene, el Rey le hace franco: ó á quien no titnt.
\y
A rty muerto, reino revuelto, c. 22.
Arey muerto, rey puesto, c. 22.
A toda ley, ayude Dios á naestro Rey. c. 19. A toda ley, vÍpú
%. c. 19. A toda ley, viva nuestro /?*y. c. 19.
A ttt rey no ofendas, ni te metas en sus rentas, c. 19.
Cada rty puede hacer ley. c 329.
Cada ano es rey en su casa, c 327.
Como el rey, que vive con comodidades.
382 Origen v vida del lenquaje
Como el rey en sa trono, á gusto.
Como el rey, que donde no está no parece. (Sois, eres, toj^.
c. 359.
Como el rey que la mandó matar. (Dícese certificando alfo).
c. 359.
Como reyes, altivez y soberbia.
Como un rey, de posición desahogada.
Con el rey en el cuerpo, el ministro que alardea del nombre
del rey y se excede en el uso de su autoridad.
Con el Rey me eché, mas pata me levanté, me quedé, me háÜt
c. 350.
Con el Rey, poquitas. (Entiende burlas, y acomódalo cada uno
á sí), c. 350. Con el Rey, poquitas, ó pocas, y esas muy beÜacas,
(Echa pulla), c. 350.
Con el Rey, y la Cruzada, y la Santa Inquisición, chitón.
c. 350. .
Cual es el rey, tal es la grey. c. 363.
Cuando yo hablo, firma el rey, resolución, sinceridad en d
hablar.
Daréle algo que no se le caiga, que no se lo quite rey ni Roqoe, \
(Amenaza: que le dará jíolpes y palos), c. 576. j
Del rey abajo, abarcando á todos.
Del rey que fuese, no aguantando ni tolerando algo.
Detrás al rey le llaman cornudo, no hay que cuidar de lo que
digan Á espaldas nuestras.
Donde está el rey, á cien leguas. (Para medrar y tener quietud),
c. 290.
Donde está el rey, está la corte; á donde está el rey, c. 2Q0.
Donde va el rey, va la corte, c. 292.
Do no está el rey, no le hallan, ó no parece, c. 239.
Échate y f oiga, rey de Zamora, c. 140.
El rey de las abejas no tiene aguijón y tiene orejas. (Atiendaiwr-
reyes). c. 107.
El rey entra como puede, y reina como quiere, c. 107,
El rey es como el fuego, que al que está más cerca más le Oh^
tienta, y quema. (Dícese por privados que caen, y otros que ofenden^
la majestad y son destruidos), c. 107.
88. rey.
383
Ei rey es poco para sa porquero. (Dtcese át\ vano y presunt uo-
>). o. 107.
£i rey fué viejo á Toro, y iríno moto, (Pide con donaire que el
^ozo eche vino; )i»^!a de la ambigüedad del vocablo vino, por el
ao de uva5 y por el prcícrtto del verbo venir; no eníendiú esta gra~
, el Comendador, que dice: y volvió mozo, atribuyéndolo á la
nctancta de friiUs y otras cosas de Toro, habiendo oíros lugares
mis deleitosos y agradables; mejor fuera qite entendiera leyen-
voitió mozo, que se avisa al mozo que vuelva presto del manda*
», ó que ^^lelva el asador, si está asando, y para con este donaire
Iver el plato en la mesa, del lado que tiene lo inejor^ como se dice
eí otro: eí mundo redondo. En otros refranes se dice esta misma
i ambigua del vino: «Crislo, ¿por quién vino? Por lodos vino»;
, vieja fué i Zaragoza, y vino moza-; maneras son de pedir de
r). c. 107.
El Rey Grillo; el rey Perico; eí rey Mandinga. (De mandinga,
nielos). c. 521.
í:i ri /V;'.7 donde puede, no donde quiere, o. 107.
FA rr ". ¿.ilio; es el rey mi galio; es el rey sa gallo. (Dícese
. y del qde presume tener favor^ y mando, y privanza,
.1 frase cantarte buen gallo; buen gallo te canta-. 6 me
ES rey que rabió; y llevaba ta manía arrastrando, c. 107-
Bnyqut ruWí), y se añavle: por gactias, víiny antiguamente;
•Jet tiempo del ny que... (üarhas son graves difícuftadcs y
- -L». y ¡levaba ta manta arrastrando: esas <:ran sus dcsdidias.
fí rey vfl á do puede, no á do quiere, c. 1 07.
ÍStty ya no paga bt^fones, rechazando majaderías de cho-
" '•' -fT'vrf^, mal vecino. (Porque el rey embarga, y Ilevt
e las heredades de junto i sus bosques^ y la
lue junto al camino la disfrutan pasajeros), c. 107.
^ fi»^^Prto, qut ti rey era macho. (Burla de ignorancias crasas).
I Bs como tí rey, que donde no está no parece; 6 era, 6 soy
Ptírey.cIW.
£5e es rey, que nunca vio rey; ó que nanea vid al nj. c 1:
Está hecho un rey, del regalado y bien acomodado.
Estar á treinta con rey. {Tómase de ios tudescos que vienen á
la costa de la Andalucía á cargar y embarcar mosto, que con eldesn
que traen beben harto y para tener orden de treinta hacen un rey,ii
cual cuida de los otros que se emborrachan, y él no ha de beber a
aquel tiempo que dura la borrachera de los otros; es por eshr!
borracho), c, 533.
Hacerle saltar por el rey de Francia. (Apremiar mucho á unoi
Haréle saltar por el rey de Francia; tómase el símil de los pcrrilloi
que traen los ciegos enseñados á saltar por un arquillo, dicienda
«salta por el rey de Francia», y salta; «salta por la mala tabernera*
y no salta), c. 492.
Hidalgo como el rey, noble como el que más.
La del rey, la calle.
Manda noso Señor ó Rey de Portugal, que ningún sea fosad
á echar los barreños al prado: que comen los gamoniños, qü
son para virotiños para matar los castexanos, que son peón
que demos y diabos. (Imita la habla portuguesa, impropiameni
por burlar), c. 446.
Más católico que el rey de España.
Mata, que el rey perdona. (Dicho por ironía), c. 458,
Meniides, buen rey, mentides, non decides la verdad, c. 460.
Muérese el rey y el papa, y el duque, y el prior de Guadalapi
c. 471.
Muérese el rey y el papa y el que no tiene capa. c. 471.
Ni quito ni pongo rey, dice el que se sale ó no entra en un m
gocio; del dicho de Duguesch'n al volver de arriba abajo á D. 1^
dro el Cruel y á D. Enrique para que este quedase encima, por
que pudo matarle en el Campo de Montiel; y añadió: pero ayudo
mi señor:
Ni rey ni Roque. (Dícese negando, cuando uno es libre, que
puede con él rey ni Roque: no se le quitará rey ni Roque; no tic
que ver con é! rey ni Roque; y amenazando, daréle tales palos (|
no se los quite rey ni Roque; dióle una cuchillada que no se la q.
tara rey ni Roque), c. 553.
Nirey traidor, nipapa descomulgado, c. 215.
No conocer af rey por la moneda, ier muy polire.
No han de fatlar ni rey qite nos mande ni papa que nos exco-
So intentes contra tu rey y sas leyes, vivirás separo en lo gas
ts. c. 225.
Si quito rey ni pongo rey, más ayudo á mi señor. (Sabido es
rio dijo un caballero Andrada, volviendo de abajo arriba á Don
iriquc d Bueno, conira su fí^rniano d rey D. Pedro. Oíros lo
ujren ¿ otro), c. 212. A Dugiicsclín.
So conozco al rey por la moneda, pobre en caudales.
No hay rey sin privado, ni privado sin ídolo, c. 221.
No hay rey sin su vecino, ni regina sin su vecina, c. 221 .
No merece ser rey, et que no cela su ley. (La cristiana católica).
1237.
No se to quitará rey ni Roque. (Cuchillada ó cosa de daño se-
iilc, que no se la puede quitar el rey aunque pueda castigar el
■ C. 227 y 558.
' rey tut vida, corno ei picünj en !a coitnc. c íomo vi
ü. i:. 234. No tiene et rey íal vida. (Üíccsl- del que
isifl cuU!a*lo). c. 5ftl.
rey, nueva ley. c. 239.
...>*• ei rey de ía traición, mas del que ia hace no, mas de
\ ta hace no. c. 385.
Páiase et rey de ia traición, mas no deí traidor, c. 335.
Poca se le dá al rey de eso, c. 403.
hídUt vivir corno un rey. (Si se aplicara), c, Ó05.
/"üf ios Reyes anpaso de bueyes. ^Crcce el día).
f*oritr rey se quiebra toda iey. c. 307 .
Ptitde llamar a t rey especial amigo. (Hd nue alcanza buena
I y del que nn le tiJitcn mal comid.is y bebidas y tiene recia
.C405.
'átreintii con rey. c. -tOJ; comu csdir ;t...
arse todo por et rey. (Lo que queda desierto y baldío).
vo el rey para ir a catfüllot, cnvuí iíindo.
te niefiO que el rey no es hijodalgo? c. 340.
fiUarntas, iituEo que d rey daba Á los caballeros mis luza-
386 Origen y vida ocl uaidüi^'
ñosos, á cuyo cargo estaba testificar de los hechos de imis
demás para galardonarles, denunciar la guerra, asentar la pn
al consejo de guerra, interpretar los escritos extranjeros dirii
rey. Tenía las armas y blasón del rey. Sandov. //. CarL V
Estas respuestas de verbo ad verbum, como aquí van, ftieroi
á los dichos Reyes de armas de Francia é Inglaterra.
Rey de banda, el perdigón que guía á los perdigoncillo
pintas blancas en la punta de la cola ó bajo las alas. Espin.
3,38: El primero de los silvestres, que acomete á la jaula c
digón manso, es el capitán de ellos, que llamamos rey de ba
Rey de codornices, ave mayor que ellas, y las guía cu ai
de paso.
Rey de gallos, regocijo por carnestolendas, en que un
cho hace de rey de otros.
Rey de Mandinga y de Zape. (Burla de un reyezuelo y :
reino, y de presuntuosos; dícese Mandinga por menosprec
dando, y es provincia en Guinea; zape es amenaza á los
c. 478.
Rey de Romanos. (Así llamamos al que ha de suceder á
oficio ó cargo, es jurado rey de Romanos, á imitación del
Romanos, que es jurado para suceder al emperador en el ir
c. 478.
Rey determinado, á duro es aconsejado, ó no ha' n
consejo, c. 478.
Rey muerto, rey puesto, empero más vale el vivo que el
c. 478.
Rey ni roque. (No se lo quitará rey ni Roque, y asf c
maneras), c. 622.
Rey nuevo, ley nueva, c. 478.
Rey por natura y Papa por ventura y emperador por
c. 478.
Rey serás si hicieres derecho, indino de ser rey si
tuerto, c. 478.
Rey sin consejo, pierde lo sayo y no gana lo ajeno, c. *
Rey y enamorado mal se compadecen.
Rey y reina obedecemos, etcétera no conocemos. (Atrit
88. rey.
387
linos oyendo las provisiones reales, Rey de Castilla, de León'
Qraiíada}. c 478.
Saltar por el Rey de Francia. ÍJ6m3&z^0T hacer violencia y
- pesadumbre; semejanza de los perrillos de ciegos, que los hacen
por un aro, diciendo: «salla por eJ Rey de Francia»)- c. 243.
Str el rey su gallo. (Por del que se tiene por favorecido), r. 566.
ij. I, 20: El rey es mi gallo. Rodriqo Caro Días geniales: Cuando
I conlfenden sobre una cosa, (odavfa decimos fulano es mi gallo,
raqüd que leñemos por más valienle ó que cníenderaos que
irá con la victoria: expresión que quedó dei juego en que reñían
gallos, conocido entre griegos y romanos, y que en España se
s6 antiguamente tanto como ahora en Inglaterra,
Servir ol rey, ser soldado.
Si con el rey se echó, puta se halló. Vwiasc: Si con el rey le
■ste, puta le quedaste; sí con el rey me eché, pula me quedé.
25Q.
Soy como el rey, que donde no está no parece. (Varíase: *soy,
i,es»). c. 263.
Tener al rey en el cuerpo. (A] que presume de juez), c. 607.
Tener al rey por et pie. (Del que tiene su favor), c. 607.
Va el rey ú do puede, y no á do quiere. (Que nos contenlcmos
I lo que podemos), c. 430.
Venderse al rey, sentar plaza por el precio legal.
Viva el rey^ daca la copa. (Por lo que se roba á título de ju&-
kc. 310.
me soy el rey Palomo: yo me lo guiso, yo me lo como.
Re^'H^zuelo, ilimin. de rey. Marcuell. H.av. 17: El Reye-
rcs uiu ivecíta muy pequeña, llamada en latín Trochillo, y de
í Parra quasí Parva. Díósele nombre de ReyesHielo ó pajarillo
> Emperador, porque aunque es tan pequeño de cuerpo, están
de de ánimo que osa competir con el águila en el vuelo.
Rey-uoOf en Argentina, etc. dCcese del caballo que tiene It
I cercen en señal de desecho, res nultius ó del rey,
Reytin-ar» hacer en un animal la marca que indica pcrte-
Estado, cortándole ta punta de una oreja, ordinariamente
388 Origen y vida del lenouaib
'de la izquierda; antes díjose de los pertenecientes al rt^t de b
reyun-o de donde se derivó. Así en Argentina, etc.
Entpe-rpey. Lope Honr. herm. VI, p. 374: No debe de
hal>er tenido/Quirino el ser entrerrey.
Vfppey, el gobernador español de algún estado de la Mo-
narquía. De vice y rey. QaiJ: 1,40. Muchos de los virreyes que ilU
venían.
Vlso-rrey, virrey, de vlce, QaiJ. 1,47: Visorrey de algún
ínsula ó reino.
RoaI, de realem realis, rex, cosa de rey. QaiJ. 1,21: De su rtil
palacio. Id. 1,46: El decoro que se debeá las reales personas.
Mete^f. de lo noble y generoso, de lo grande y suntuoso. Qa^.
1,21: Un sujeto real y grave.
Moneda del valor de 34 maravedís ó real de vellón, y tambiéo
el renl de plata. Real de á cincuenta era de plata, del peso y vilor
de 50 reales de plata doble. El real de á dos era de plata, del valor
de la cuarta parte del real de á ocho, ó mitad del rea! de á cuatro.
Real de rf ocho, era de plata, con peso y valor de ocho reates de
plata. Real de á cuatro, de plata, del valor de la mitad del real deí
ocho. Real de plata, antes v.ilió lo que después el real de vellón;
dcspiics que se le dio á la píala e¡ premio de 25 por 100, vaiió real
y ctiar tillo de vellón, que es el real que se regula en la limosma de Ii
Huía. Después se le dio á la plata el premio de 50 por 100, por lo
que snliio al valor de real y medio de vellón. QaiJ. 1,1: Más cuartos
que v.n ical. Id. 1.2: Ocho reales en sencillos. Id. 1,21: Yquevile
u!i uv.; do a ocho, como un maravedí. Id. 1,22: Un rea! dea cuatro.
i"i;iil\imcnlo del ejóiciio y rii;urosamente el sitio donde estáh
l:cn. .-. do la poi^oiu rea! o de! ^cr.ora!: luego se generaliza ytrasladl
.\'. cwk-.u^ \ a", cairpsiiT'.enio a:;:-; íin ser militar. .Mejía H. Imp. /fotf.
\'!, [■* *^ \\\\ iec:.i pes:i!enc:a ci! o! real y murió tanta gente del, qi*
>"i v ,:i': lucer v^::a oos.i o' F:"pc^:aJor detemu'nó de se alar de
.<.^:^u a cr.:dad. <^;;;-". !.'.í. 5o paraKi á hacer un sermón óplátH*
C!í '."■..\s\ de v.'.\ c.í:".v roa^ Id. ; Ji: Las sobras del real quedd
SvY :• a .:os:va:."'.. ." ..\*Í-LC ; 0"--i^d.>5e un chapín, comenzó í
da: ,1 .a v: a, xa. c,'.;tc c:* ;ía ^■■.;' í",;;t:'¿;os.
.\ '«v.:. ^\;4- 1-.: ,;V vj.Ví. ^. '. .\
88. reoi.
389
Ábar el real 6 hs reales, irse t\ ejército dd campo donde
Áízarse ton el real y el trueco, (Bien ciaro es este refrán, y su
Dación naciii de los cmbusleros que lienen por flor, trocando un
I Je á cuRtro ó de á ocho, engañar al que le trueca y hacerle
nlojos en el trueco y en e) real, jurando que le dieron pri-
ío, y por otra vía recibir el Iriieco en el sombrero, agujereado el
o, para tjue se quede algo escondido, y luego dar el real que no
|de tty; y de«contenlo de ét, el que le ha de recibir, enlonces el
»le trasloma e! sombrero sobre su dinero, por que no se eche de
loque queda escondido, y no se hace el trueco, como queno se le
jptáM, que en otra parle se lo toniarán). c. 43,
I A real y medio ía pieza, de lo de poco valor.
* '- real; asentar hs niales; aseníar rancho. (í^or parar y
n. .1 en alguna parte), c 514; dijose primero del ejércilo.
'^Jast. 3,1: Ya, Dios norabuena, asente real en Mansilla; fueme
I en real, pues conlra mí asestaron sus tiros los que. Qitan.:
1 ó cinco leguas de aqiieí, donde habfan ascnlado su real. D.
Ük Paráis. Attg. guarda: Asíenlan sus reales y ponen sus tiendas.
Camino real, se dijeron tos mandados hacer por el Rey. Quij. I,
! Ei caniin»j real.
[Campo real, campamento. QaiJ. 1,18: Se paraba á hacer un
. ó plitica en mitad de un campo reah
pCíWf mi real y mi pata, cotí mi caudal y persona.
ir en él como en real de enemigos. Tía ftng.: Comenzó á dar
lOrijalva como en real de enemigos.
\Sk comer bien á comer mal, va un real, no ha de mirarse en
que sube el alimento mejor sobre el peor.
[£eJiar de real. (Por engañar en maravedís ó reates, en cuentas
S' echóme un real de clavo; echábame dos reales de clavo;
^advirlien de aquí, por lo mismo se toma el verbo clavar:
ne, clavóme un ducado; clavóle muy mal; clavóscla; esto es*
buena; también se entiende (reta y burla^ y nuón ó
I). c. 537.
ÍB que gana el real, ese le ha de gastar, c. 93.
\B real ganado por San Juan, real y mtdio vale por Navidad.
300
Origen v \il>\ mi, icníh ,vt
En reates contados, (Que se dio, ó pagó, tanto), c. 522.
iglesia ó mar ó casa rva!, Qaiy 1,39.
Levantar ef reat, como alzarlo.
No alcanzó un reat. c. bb^.
No hay guíen tenga un real, una blanca, c. 5M.
No tener un reat, ó dos reales, no tener dinero.
Perder reat, y ganar bujetas, c. 3S7.
Rea! no saca reaí, es menester para treta más caudal c. 47^
Real sobre reat, (Encarece que lodo se ha de pagar real !
real), c. 622; de contado.
Sentar el real, como asentarlo.
Si quieres saber cudaío vale un reat, mándate á buscar, c. 2^
Tener más cuartos que un real, la cabailerta con macas, ton
dose cuarto por grieta y moneda.
Tirar como á real de enemigo, encarnizarse en alguno.
Todo lo hacen veinte reales. (El que se esfuerza á comprar alg
c6I0.
Ün real de deuda, otro acarrea, c, 163.
Un real sobre otro, al contado, enícrameníe.
Real-ejo, dímin. de rea!. Oviedo H. fnd. &0,20: N*o al
si estaban seguros, mas por sí ó por nó, junios en su realejo.
Real-eza, calidad ó naturaleza real, magnificencia, exc
cía y generosidad propias de rey; de real, luego en general.
Gallard. 1 ,453: Discreta infanta señora, / crea vuestra realeza j ■
Cabr. p. 65: De cuyas naos solamente se dice que traían esas re
zas (cosas reales). Id. 53: Si la blandura y mansedumbre de DitS"
y su realeza de ánimo. A. Alv. SÍIv. Encara, J c. § 2: Considera I
aquí alenlamente la realeza de tu Dios en este hecho. Gran.
1,12,2: Esto nos declara la grandeza de vuestra bondad, de \
realeza, de vuestra nobleza y de vuestra magnificencia, Torr.
fítor, 7,9: Para conservar y animar al bueno en la vr ■ -m
ría realeza de corazón. Cabr. Soled.: Vio la realeza <d'¿ .-. .
to (ironice, el trato de rey que [e dieron los judíos).
Rcal-eng-o, que (oca al rey. Pic.Just. 4,3: Sí con este >
sis de conlemplación tuvieran obras realengas (dadivo&Bs).
Reina, ant. reina, hasta principios del siglo X\,% BcR.
33; de regina, rex; tt. regina, reina, prov. regina, reina, fr.
83. reato.
391
f. mnha, niínha. Qui¡. \,4: De las Emperatrices y Reinas del
Cortcsanamenic á cualquiera sei\í>ra. J, Poto p. 210: Dijole:
eiiu mía, y aquí tiene un esclavo vustna, / que esa rara beldad
taft cautivado.
A la reina que fuera.' á cualquiera.
A ia reina que seaf cuando dudan de nuestro valor, para dectr
[ uno una verdad recia.
Andaos á reinas. fA buscar las mejores, y tan raras, que son
im de alcati7-ir). c;. 512.
Andaos á reinas y moriréis virgen, c* 46.
Como ta reina panderetona^ de la mujer gruesa y de aire m«-
y reposado.
Ofmo reinas, biicn tralo, riqueja.
Como una reina, cslar muy á guslo, muy bien atendido.
Está hecha una reina, de la que liene comodidades.
^ Mi reina, ¿qué tanto ha que na se peina? Mi galán, desde San
^bflff. c. 465.
Reina es la gallina que pone güevo en la vendimia, c. 47S.
Reina es la gallina qu» pone por ta vendimia. (Pocque entone
•ociis *e deíponen y están otliidas). c. 478.
Reina mía, cara de alegría, en quien remedio no hallo, chlU-
Bib ó tripicaUo. c. 478.
.Vo hay regina sin su vecina, c. 221.
Ririn-o« de regnum, contaminado con reina» pues hubicnl
I de suya reno; it. regno, prov. regne, reyne, fr. regne, pg. rei-
tPropiamcntc y en su elimología corno derivado con -n pasiva,
I nugnus, plcnus, indica aquello sobre que recae el dominio, lo
, ya los lubitailorcs y vasallos, ya la tierra ó provincia. Rivad.
. S. Edj Dcsla manera florecía d santo rey y por él su reino,
}k.ps. Q2: Entró de nuevo en su reino... lomó posesión del rei-
Hnyo, Quij. 1,1: Añadió el nombre de su reino. Id. I, i 6: Dos ó^
ritoooronas de reinos que dar d su escudero, [d. Ir20^ Para pasar j
te* frinos de Portufi^í. Id. 1,21: El rey de aquel reino. Maiíqu.
Cflher. 2,29; El cristiano espera reino sin fin y eterna bicnavcntu-
[iita. Maxian. H. E. 1,4: El reino de Aragón se divide en Cata-
1 Wki y Valencia y.
A^n día me veré yo en mi reino, c. 44.
De los adelantados es el reino de los cielos.
Reinos, amores y dineros no quieren compañeros.
Keiiiar, de regnare (V. Reina); it. regnare, pm
renhar, fr. régner, pg. reinar: Quij. 1,13: Que andando Ic
ha de velver á reinar y á cobrar su reino.
' Nótese por hacer rey á uno. Bibl. Amsterd. Paralip. 1
que se esforgauan con él ^n su reyno con todo Israel, para
Prevalecer. Quij. 1,47: Donde reina la envidia, no pi
valecer la virtud.
No sabe reinar guien no sabe disimular, c. 226.
Kein-ado, posv. participial de rein-ar, el acto de
ser rey, el imperio ó poder de rey, la duración del rein
Adv. Dom. 3, s. 1, c. 2: A S. Juan no la presidencia, sino el
dan sin pleitos, la flor del mundo, solo porque diga de si.
Coron. virt. 1: El rey está puesto en el trono del reinado ;
juicio recto. Ocampo Cron. 1,16: Luego dicen á los prim
reinado, que fundó sobre la ribera del Guadalquivir... ciei
ción. Avila Eacar. 8: Quien nos dio el reino ¿no nos dará <
Juego de naipes. Quij. 2,57: Si jugares al reinado.
Kicl, ant. riegla, de regula ó *regella, como en
«verga striscia meíallica», ant. fr. reule, riule, reille. Barr
de oro ó plata en bruto. Ambr. Mor. 9,3: A cierta manera
de oro pequeñas, á que agora llamamos rieles, escribe i
que las nombrábamos estriglies. G. Alf. 2,3,2: Tenicnd
prevenido, lo fuf á mi espacio haciendo barretas (de ore
H. Ind. 46,13: Que si se fundieran, se hicieran todas riele
ó planchas.
Lo que feamente llaman rail, railes, por donde como
anda el tren, etc.
Rielar, de regulare, reglare, regula, formar ríel-'
como ellos.
I>es-piel-ap, en Argentina descarrilar.
Des-piela-iuiento, en Argentina desea rrílamient
Riel-era, el cauce artificial para que salga el riel
el oro fundido.
(.«I^Je, d« riel, la huella de la rueda y derlo$ realces p^-
c*liirn, como rielera, por rcgl-era. Oviedo H. Jnd. A2,^i
el metal üe una campana cuando eslá derretido c lo quieren
para que entre en el molde ó como el oro ó piala derretido
en b rielara.
íf(la,<le regula, semierudito; it. regola^ fr. regle, prov. re-
lo lo que sirve de norma, física ó nioral. Saav. Empr. 21:
icycs dísiributivas se significan por la regla ó escuadra, que
á todos indifereníemente sus acciones y derecUos. Qaij. 1,10;
ni he caído en las reglas de la profe*;ión cabalícrescav
lAimlnio, por venir según regla á sus tiempos.
Buena es la regía: ia regla es buena, c. 3! 5.
Con regla, peso y medida, pasará en paz nuestra vida. c. 352.
&i regla, como es debido,
Mala ts ía regla, al cabo dcí saco, c. ^45.
Más viUe at cuerdo ta regla, que al necio la renta, c. 450.
Más vij/í rtgta que renta, c. 456; cunde lodo más con cl
resl').
Muy en regia, jusio, oportuno.
So hay regla sin excepción, c. 22 ] . Quij. 2, 1 8.
f^ ordenes regía que ponga mal fuero en la tierra ó venta.
'*- 1 s T'' !u)rf:rs, es ta mejorregla que vistes, c. 240.
«'i ; iLi j; u\, ..Lanío más, niá$.
S^Ürfse) de (la) regla, excederse.
Ser de regla, acomodado pata.
Kegl-ar, de regl-a. Tirar líneas por la regla, medir ó
í'ptíiicr las icciones conforme rt regla, Cahk. p. 353: Reglándolo
• por este norle. Cacer. ps, 118: Que vayan regladas mis accio-
Wtípor la ley del Señor.
Miiaf. Eatrent. 3: A lo tuerios ir leglase / la una y otra mejilla
W> Biu navaja aguda.
im% de regUr. Hoy más usado que éste. Reducir á
;¡vo, conformarse con ta regía. Pero por initlar á lo» fran-
icraiplea por arranger, s'arraiigcri sin necesidad; dígase ajus-
; concertar, aderezar, avenirse. Arreglarse i, con. arreglárselas.
394 Orioen y vida déllciiqi
son francesadas por habérselas, componerse, avenirse ajinluí^
concertarse.
Arreglar este chiquillo mejorar un asunto.
Des-pe^lapse. lo opuesto de reglar, salir de regla y orden.
A. Alv. Silv. Magd. 4 c. 510: Como el calenturoso, que cuinto
más se desregla, tanto más le hierve la sed.
Des-rej^Iado. L. Orac. Crit. 3,3: Rabiaba de sed de sis
desreglados apetitos. M. 3, 11: Era un desreglado, no solo en salod^
pero aún enfermo. Zabalcta Vid. Comod.: Era desreglado bebedor.
Des-appeg^lap, posv. desappeg^l*o» modernos por
derreglar. ]
Re^istpo, de regestus regerere, examen de alguna cosa j i
todo lo á el concerniente, la manifestación, el protocolo, la ofidii^
el asiento, el libro, señal en los libros, cada género de voces en d ¡
órgano y el listón para que suenen, la nota de signaturas al fií '
del libro, lo que regulad movimiento en los relojes, la mirilla por
donde se vé, y otras cien cosas más que han tomado este nombre
semierudito y pueden verse en el Diccionario de Autoridades. QsK.
1 ,22: Aunque llevamos aquí el registro y la fé de las sentencias.
Soltar los registros, tocar fuertemente el órgano, etc. Cacer.
ps. 46: Cantadle regocijadamente con todo género de instrumentos
músicos, y suéltense esta vez todos los registros.
Regfistp-apy de registr-o; examinar, anotar, señalar. Qf^
2,54: Mucho dinero en oro que llevaban por registrar.
Yerto, de *ér(c)tus, participio de *i$rgere, por Srectus grigerti
de modo que yerto es el er(ec)tus; it. erto, esser all* erta, fr. alertli
cast. alerto, rtr, erii. Además antiguamente erccho de erectus.Ba&
Mil. 284: A las horas ó rezos de la Gloriosa siempre estaba erecto
Del antiguo ercer, erger trataremos en otro lugar.
Vale tieso, inflexible, derecho, pino. Quev. Mus. 6, r. 69: Uní
montei a de greña /era coraza á su caspa,/y en el color y en lo
yerto / juntos erizo y castaña. Valderrama £/. Ceniz.: En la cumbt
de los cerros más yertos y encumbrados.
Metaf. muerto, seco. Calo, Verd. Dios Pan: Yerto el pii*V
seco y frío,/no se humedeció, porque / su albor solamente fué/rf
que concibió el rocío.
85. yerto, despierto.
305
D^'arle, quedarse yerto, muerto. Yepes S. Ter. 2,5: Cogió de^
a) niño y le d«jó yerto.
Yert-éz, Veneq, Di/^r. 3,46: La yeriíz «n los zapatos y bor-
ifes.
En-yert'-ar, ponerse yert-o*
En-yepU>ecerse« quedarse yert-o, arrecirse. Viana TranS'
. 2: Lo» brazos comenzaba á sentir con el vello enyerleccrse y
mtnn se le encorvaba.
Alertii, del il. all'erta essere, erto, erta, de erctum, crectum,
¡re; fr. alerte, rlr, erií. Tomado de Italia en el s, XVI hicieron un
ttñfOfl/rr/í) nuestros clásicos, que no pasó y sí solo alerta. Qu^.
1; Y con oido alerto cscuctió lo que del trataban. Id. 1,52: Que
vksen aíería, de que otra vez no se les escapase. !d. 2,47: Con-
velar y estar alerta. Id. 2,49: Todo el mundo traiga el ojo
. Id. 2,54: Solos Ricole y Sancho quedaron alerta (despiertos).
fis, 58: Estad alerta, muy advertido y atento: Intendere.
Akrtat L Qrac. Crii. 2,13: Sabios, guardaos; valientes, aleríal
Alert-ar»e,Germ. apercibirse y alerl-ado, apercibido. De
b
^PmpiertQ. de expergitus con des- por es% preposiciones
se trocean comunmenle en castellano; pg, despertó, esperto, caL
(ert; expcrgitus es el partici|>io de expergo, expergiscor, de
|0, por per-rego, como surgo de sur-regó, de regeic. También
Icni venir de expertijs, como se ve por el valor de vivo de ingc-
yel deapiertamente de Cervantes (Vid.). Ant. espierío. v4toc.
: Nunca fué en un día Bellona Inn espierla. Berc. S, D, 22: An-
I cerca dcllas prudicnt e muy espierío.
D no dormido. Qaij. 1,7: Estando Lin despierto, como si nunca
líera dormido. Id. 2,1: Sueñas contados por hombres despiertos.
, no descuidado, y avisadOj agudo. Qulj, 2,35: Con voz
ida y con lengua no muy despierta comenzó á decir. Id.
^4o llegase á los oídos de las despiertas centinelas de nuestra fe»
Mon. misi. pte. 3, Encarn.: Las lenguas más despiert^ts, Its
veiocfs. Id. Asunc: Escríbanlas los retóricos más aventa-
leólogos más dtspiertos^ Sot-ii H. M^. 2,18: Mandó luego
entre los otros prisioneros... los que pareciesen más despier-
'306' Origen y vida
tos. MoKETo Fuerz. ley 2,Q: Si día se traía de holgar, /i «totólft
está despierta.
Andar despierto, L, Grac. Crr7. 3,6: Y aunque aqüf todos
daban muy despiertos, éste lea pareció desvelado*
Despierta-mente. Persil. 1,4: Que aunque no muy do-
pieriamente, sabía hablar la lengua castellana.
i\lul-(lespierto. Lope Cort. Maertc ¡II, p. 595; Quep«i
tores maldespieríos / saliendo van de las chozas.
Oes{>ert^-ar, de despiert-o; pg. despertar, espertar» cat,
pertar, prov, espertar, ant. fr. y prov. esperir, de expcrgo, TambiÉt
•antigiiameníe espertar. Valdés Dial.: No mirando que al ruido
harían^ de razón había de espertar i los que dormían cerca.
326: Esperló can el suenno Encuba espantada. Be^c. S. Or. lOfc'
Espertó ella luego que ellas la dexaron. '
íntrans. dejar de dormir. QuiJ. 2,20: Despertó al fin soñoüen!
y perezoso. Quev. Mus, 6, r. 19: Dormistes y una mujer / hallaste^
■al despertar.
A. QuiJ. 1,23: Despertó á las voces. Quev. AíiíS. 8, s/M ft
Te veo pasar el sueno al otro mundo /ye! ruiseñor al canto ha d*
perlado.
Con. QuiJ. 1,35: Con todo aquello no despertaba e! pobre ch
ballcro. Id. 1,46; Cuando él despertó con sobresalto. Amb. Atofc
^,23: Asdrubal que despertó con el estruendo.
De. Lazar. 5: El señor Comisario, como quien despierta de m
dulce sueño los miró. León Job. 27: Compara la vida al sueño y d
morir a! despertar de él. QuiJ. 2,22: Desperazándose, bien como Jí
de algún grave y profundo sueño despertara.
Metaf, volver sobre sí haciéndose avisado, advertido, y de oW
■cosas que se avivan. QuiJ. 2,1 1: Avive y despierte y muestre aquelli
gallardía que. Cabr. ;?. 299: Los árboles parece que despiertViT
se ríen. Valb. Bern. 11: Mi vida parecía / alegre flor al de^Mrtft
el día. . !
A. Lope Dorot 5,3: Pareces la primavera, / que las flores y Itt
:aves • todas despiertan á verte. Avila Carta suelt: Quien á okl
no despierta, muerto está, no durmiendo. S. Ter. Mor. l,l:Seit";
salaran y despertaran á más amar á quien hace tantas miseriGOnBHi
8S. despertar.
397
Harmna H. E. 3«24: Cúñ este castigo despertaron lo^ de-
H» f se hicveron más recaudos y valientes. Oran. Guia
^ftces despenando el hombre con la presencia de la muer-
Hiojos y mira (o que nunca había mirado.
$, Tea. Concepta 1,4; Despertemos ya por atnor del Señor
I del mundo- Lazar. I: Parecióme que en aquel instante
i U síraplezJt en que como niño dormido estaba.
Nombr, L 2, introd.: Que primero que despierte la
Dtrot.
Fquitar del sueño at dormido. Qtiij. l^S: Y no fueran parte
arle tos rayos del sol. Id. 1,13: Fueron á despertará
Id. 1,43: Para qué me despertastes. Valdekrama ¿^er.
. caar,: Porque no es él á quien ha menester desper-
na.
KH, Ese. esp, 3: Sin que nadie le quite este reposo ni le
5tc sueño.
^avivar, hacer avisado y aü venido y de otras cosas. Qaij.
sabe si esta soledad, esta ocasión y este silencio, des-
deseos que diiemien. ToNS. Vid. Cr. 1,13: Despertó la
ni pecho. LíoN Espos.: O por otra manera despertando
lAN. Mem. 6,^,1^: Cómo se convirtiera una mujer tan
tan jjrandc fervor y cunlrición, si el Señar no la des-
f alumbrara? Meno. G. Gran- 2: A quien despertaba la j;Io-
ttdre y la virtud del Hermano, J. Ano. Conq. d. 4; Esta
1 al perezoso y lerdo en la virtud. Füenm. S. Pío V, I. 103:
los errores de .^^rio y Eulichcs.
reR. Vid, I: C6mo comenzó el Señor á despertar esta
[niñez á coías virluo-^a^. Mif.nPMh. Ottr. y días 8; El peli-
! despertar al mayor cuidado de esta virtud. J. Pin. Agr.
blbíción los dcspertti á la íransgiesión. S. Ten. Fund, 3
I 5er al^ún medio para dc>pertarla á lo que hizo. LroN
claridad despierta los hombres .-^t hacer. Valderraxia
ioflj, cuar.: Porque el primero dL-speríó A sus compafte-
livo. Qaij. 2,14: Con las cuales (bofetadas) le haré des-
licni, auBquc este con más sucrto que un tirón. A. Alv.
t MX 3 c§ 4: Su vilsa y saifKte que le mueva y dea-
398 Okiqen y vida del unou.
pterfe el apetito. Col. perr.: Guisados que me desperfiseii cÍgDslo|
me avivasen el apetito.
Con. Cacer ps. 77: Despertó con la ley positiva los quevivhi
descuidados en el cumplimiento de la ley natural.
Contra. Mariana //, E. 5,4: Sería despertar contra sí el odio
público y envidia de las otras naciones.
De. Avila Eucar. 15: Despertad los ojos de sueño tan profunda^
En. Quij. 1,23: Tal golosina habían despertado en él los hitlaáoij
«scudos. Id. 1,34: Alguna amorosa compasión, qne las lágrímsyí
las razones de Lotario en su pecho habían despertado. Id. l,34ci
Con alguna palabra ó señal, que pudiese -despertar en tf algn:
Bombra de esperanza. Id. 1,46: Que ha despertado en mf un n-
tiguo rencor que tengo con.
Para. Avila Present N. Sra.: Despiértanos Dios, para que fe
sirvamos. S. TeR. Camin. 20: No sería poca merced que os hidoe
el Señor despertar á alguna alma para este bien.
Reflex. dejare! sueño, metaf. avivarse. Almazan Momo 1,13:
La diosa Virtud, despertada al ruido de su hija. Zamora Mon. BÚsL
pte. 7 S. Tom,; El apetito se despierta, el deseo crece.
A. León Princ: Y la confianza que se le despierta en el alffli.
Avila Ep. 1,8: Estando en oración despiértese á mirar como hibii
con aquel Señor. Gran. Adic. Mem. 18: Habcmos de despertarui
á amar á quien tanto nos amó.
Con. Gran. Orac. 3,1,1,2: ¿Con qué se despierta más el temor
de Dios que con la profunda consideración de su justicia?
En. Esp. ingl: En la memoria de Isabela se comenzaron i del-
pertar unas confusas noticias que le querían dar á entender que (fl
otro tiempo ella había visto aquella mujer.
Entre. Palma Vid. G. Palm.p. 79: Se despertaba súbitanc*
entre ellos un aplauso y ruido de gemidos y lágrimas.
Despertar al dormido. (Por acordar lo que estaba olvidido).
c. 579.
No despiertes á quien duerme, c. 230. El que despierta á n>
dormido, tiene paz y busca ruido.
Despepta-dop, el ó lo que despierta. Rivad. PL S. 4*.*
Empezó á ejercitar el nuevo cargo, haciéndose cocinero de lacvi 7
despertador de los demás.
SUtaf. lo que aviva. CxccR.ps. 15: Dentro de mí me&mD tengo
3» (íopertadores hartos y muchos recuerdos, avisos. S* Ten, Fund.
I): A todas es (día) de&pertsdor para alabar á su Majestad. Lcon
fiomhr, í. Iproi: Pues el papel ha sido el despertador desla plática.
Qü:j. 1,20: Son incentivos y despertadores de mi ánimo. Id. 2,44;
i£) señor de tu conión y t\ despertador de tu alma. Id. 2,54: Oran
idespertador de h colambre (del beber).
Hurg^, surto, eruditos, de surgcre; it. surgere, prov.
g<r, ir. sourdre, pg. surgir. Dar fondo la nave, vocablo nmritimo
¡parece venido de Italia, Oviedo //. ftid, 17,10: Salieron los na-
aquella bahía volteando e surgieron cerca de unos arracifes.
) que eran lodos de aquel navio que estaba surto. G. Pi^itez
4: Mas después que llegué á la mar, adonde / habían mis
; ya surgido, J. Pin. Agr. 30,26: Los navios griegos que
. surtos i la lengua del agua. Zamoha Mon. mist. pte. 3^
l: Surtos están como los navios en el puerto por Enero.
I Rogfar. el rogare latino, erudilo. Quij\ 1,2: Ruégote que no
rides.
Andar á ruégote que kas. c. 50.
I á quien ha% dt rogar, no has de agravar, c. 1 5.
' A regar por Dios, i pordiosear; quedarse en la miseria.
Ayer entró rogando, y hoy entra mandando, c 25.
Hacerse de rogar, rcsiMirse hasta que se lo rucgucn. L. Grac.
íí. 3, 1 1 : Hiccme de rogar para ver si, Qw/y. ],U; Y sin hacerse
I de rogar se sentó. Id. 1,29: Li iomó sin hacerse mucho de
FoNS. V. Cr. pte 3. í. I, p. 5. No veis que se hace de rogar,
le convidan? Vaud. Diaí. leng.: No os hagáis, por vuestra
(tato de rogar en una cosa que.
Quien por otro roga, por si adora. {Que quien á Dios pide
I ó mal para otro, por sí alcanza lo uno por premio, lo otro por
i>i también si intercede con hombres, háccEes la venia demás
|rQ{ir para el otro).c. 338.
Rogar con, ofrecer. J. Pin. Agr. 22,31; A trueco de se llamar
níts, rogaron á sus maridos con otras mujeres.
Rogor am la paz, suplicar con lo más conveniente antes de
Rogar y pechar, (Dicese que para conseguir algo k hi deni
y contribuir), c. 623.
Ruéganla que se pea, y cágase. (Mofa de los demasiados,
no paran la taravilla de hablar hasta que muelen y cansan; «oin
t>tra: dura y porfiada en comenzar á bailar, y mucho más en no
jarlo), c. 482.
Ro^ad-izo, á quien se ruega, el que obra por ruegos. I
Entrem. Campar. II, 428: ¿Son rogadizos? (los músicos).
Ro|¡^a-cIop, de roga-r, el que ruega.
Echar rogadores. Lis. y Ros. 3,3: En cosa que ellas mií
echarían rogadores y terceros.
Nunca faltan rogadores para eso, y cosas peores, c.
y 563.
Rue|C^-o, posv. de rog-ar. QuiJ. 1,17: Mezcladas ya con i
nazas, ya con ruegos. Id. 1,23: Por complacer á tus ruegos.
A lo hecho, ruego y pecho; ó á lo hecho brazo y pecho. iP*
buen tercero y dinero), c. 7.
A ruego de, firmado por otro.
Caer en ruego. (Dejarse vencer), c. 581.
Más vale el ruego del amigo, que el hierro del enemigo; qi
dulzura logra más que el rigor.
No hay cosa tan cara como la que con ruegos se alcaí
c. 218. A^io hay cosa tan costosa, como la que con ruegos se c
pra. c. 218.
Por demás es el ruego á quien no puede haber misericon
ni mover duelo, c. 397.
Por más r.iegos que dineros, c. 400 .
Ruego de grande, fuerza es que te hace. c. 482,
Ruego de rey, mando es. c. 482.
Ruegos porque cante y ruegos por que calle, c. 482.
Ruego y derecho hacen el hecho, c. 482.
Rico, del ant. alemán rihhi; it. ricco, prov. ric, fr. ríche,
rico.
De alto linaje, conforme á su etimología. Part. 2, t. 9, 1.
como quier que el linaje es noble cosa, la bondad pasa é vence
quieri las ha ambas: este puede ser dicho en verdad rico home: I
que es rico por linaje é home cumplido por bondad. Sandov. Ú
88. rico.
401
Esla memoría hace la historia dicha del valiente y me-
ide D. Rodrigo González Girón, en quien primero se
ido de Girón, Un rico y honrado el día de hoy en núes-
10 los pergaminos son poco apreciados, sí no briltan con
5 rodea, presto vino á lomarle por acaudalado: podero-
es Don Dinero. QuiJ. 1,39: Quien quisiere valer y ser
B: Los m4TicIiego3 ricos.
á lodo lo abundante y costoso ó que tiene riqueza.
Del siempre rico y dorado Tajo. Id. 1,21: \Jn rico man-
iata. Id. 1,25: Los ricos presentes que v. m. le ha cnvia-
Aunque rica de simplicíd.ides (la descripción). Gitan.:
6a rica de villancicos, de coplas, seguidillas y zara-
1o muy bueno. QaiJ. 1,6; Guárdense como las mis
de poesía,
e lo sabroso, agradable y de lo muy querido, y así Ita-
u hijo las madres ó amigas, y llamamos rico ó rica fo-
i cualquier persona querida, y decimos que un meló-
' rico, que cl pastel está muy rico.
ü!, el vendedor que pregona su mercancía»
sonrióos que tienen amigos. Qaltodo 343.
«I un año quiere ser rico at medio ie ahorcan. Con-
os que hacen injusticias. Lope Dorot. f, 96.
7 prometaSi y á pobre no fallezcas, c. 22; ó A rico no
)bre no prometas. No obligarse á quien nos puede atro-
I poder ó molesLir con suá instancias.
et püiano está rico, ni tiene pariente ni amigo. Oa-
es áar remedio, y del viejo, consejo.
í soberbio no hay palmo entero,
y amigo, ni pobre ni rico.
de mujer rica, ella manda y ella grita,
no corre prisa, consoündosc de tardarse la fortuna.
Eco dt vero, que con h suyo está contento, c. 133.
zo rko, que te tuzo el pico, el que le hace la costa en su
!. Q. Ai/. 1,3,5: Todos manibamos oro, porque coíiiicn-
402 Origen y vida del lenquajh
do de gracia, la moneda que se ganaba no se gastaba, y ese k bíj
rico, que te hizo el pico.
Hacerse rico, enriquecer. Quij. 1,12: Con esto que Redase %
cieron su padre y sus amigos, que le daban crédito, muy ricos.
Jamás rico no será quien lo ajeno con lo sayo meterd.(Po
que al dar cuentas, y pagar, se suele Ir allá todo), c. 272.
Jamás rico será el que lo de otro en lo sayo no meterá, (Suc
de á veces enriquecer con ayuda de hacienda ajena; sino, hará ot
sentido contrario), c. 272.
Más rico que Heredia (un capitalista malagueño, y aquí en a
lugar su fulano), que el Banco de España, que un Marqués; antes
dijo que un Fúcar (Quijote).
Mas tiene el rico cuando empobrece, que el pobre cuando en
quece, c. 450.
Mejor es ser rico y malnacido, que noble y pobre.
Morir rico, y vivir pobre. (Repruébase en mezquinos y avan
c. 468.
Niá rico debas, ni d pobre prometas, c. 20Q.
No hay rico sufrido, si en trabajos se ve metido.
No siempre le está bien al rico gastar ni guardar, ni aípot
escatimar, c. 229.
O rico, ó pinchado, ó muerto, ó descalabrado. (Dícese de
mozos que salen de su tierra con ánimo de valer, y se aventurai
ser algo, aunque les cueste trabajo, ó volver mancos si van
guerra; y aplícase á los que se abalanzan en juego, ó trato, á ga
mucho, ó ptrdtr; pinchado ó pinjado, es lo mismo), c. 153. 0 C<
ó nada.
O rico ó pinjado. Oalindo 205. Es decir ó vencedor ó venci
fortuna ó la mejoró ninguna. Pinjado es ahorcado.
Para el rico, cuando quiere; para el pobre, cuando paedt, \
la hora de comer; así respondió Diógenes á quien le preguntó ci
era la mejor hora de comer; acomódase á otras cosas), c. 378.
Presto rico, presto pobre. Galindo 572.
Quien por codicia vino á ser rico, corre más peligro.
Rico es el que nada desea y el que nada debe. c. 481.
Rico hombre, de alto linaje, en la primitiva acepción gemiáiiic
Era título de grandeza de los de sangre real y primera nob1eai,bNC
88. rko.
403
»
de dtiqaes y grandes de España. Part 2, t. 9, 1. 6: Deben los ricos
fcomrt ser esforrados c recios. S\laz. Memo. Dign. 1,9: Va muda
tffcrencia de que se diga rko home ú homs rico: porque rko home
e! que alcan7ab.l esta gran dignidad; ftame rko, el que Icnía'
vicha hacienda.
Rko, 6 pinchado, muerto, ú descalabrado. (Pinchado del que
Ie%^ ánimo para valer fuera de su tierra; !o postrero es de! travieso,
tao-uelve descalabrado, óleíraen miierlo de la ronda), c. 48 K
Rico Ó pinjado, resolución en asunto aventurado, aun exponién-
dose i arruinarse, es decir 6 salgo rico ó me ahorco.
Rico sin par rueda el majadera,, y no halla en qué trrar, á'
tr'opczar. (Ironía declarada, moteja de necio diciendo majadero, y^
no moflero, siendo todo uno), c. 491.
Ruin es ct rko avariento, más peor es el pobre soberbio.
-C- 4S2.
Si galeres ser rko, calza de vaca y viste de vinOt el traje lo
Hace todo, pues todos respetan las apariencias.
RloA^ruenic, opulenta y abundanlemcnte, preciosamente,
muy bien. Marm. Descr. 1,11: Pn esta fruía tienen aquella gente su
pnncípal caudal, y della y de sus ganados viven ricamenle i su
usinza. Mariana /A £L 2,21: DióTe Escipidn un caballo, vistióle
mente y envióle graciosamente A su lio. Vulgar es estar en tal
lullarse tan ricamenle.
Tart ricamente, contento.
Rlrn-hoinhr-ia, de rico hombre. Sauz. Mend. Dtgn. 1,0:
entiendo que la ricahombría no consistía tanto en caud.n1, bienesJ
eietida, cuanto en alteza de linaje, privanza y autoridad con|
reyes.
Ric-acho, aum. de ríc-o. G. Aff. 1,1^3: Estos ricachos
PHlenisos.
Rirach-ón, rícach-o.
Ric-azo, aum. de ríc*o. A. Alv. SÍIv. Dom. 5 caar. JO cÁ
Qu*. veamos, son esto* ricazos mercaderes, sino unas ballenas de
^tierra. L G«ac. Crít, 1,11: Chúpala sangre de! pobrecillo el
vWaxo de rapíl^.
Riqueza, abundancia de lo ric-o. Qatf. 1,12: Amén de las
404
OntOCN Y VIDA DEL UENOUAJC
muchas y grandes riquezas. Id. 1,13; En quien el ciclo pusg infiaü
parle de sus riquezas.
Cuanto va creciendo más esta riqueza mundana, más i
aa gana.
Do hay riqueza, hay trabajo, ó falta tntefuSlminnío pam
bernatla, ó salud, ó heredero, c, 289.
Hartas riquezas tiene el que más na quiere, c. 488.
La mayor riqueza, es la voluntad contenta, c. 183.
La riqueza, vecina es de la soberbia, c. 190.
Mercar t^ienesgran riqueza, y comprar mal no esjranqat
c. 460.
Ni riqueza te ensobtrheza, ni te abata la pobreza, c 21 5.
Riqueza trabajosa en ganar, medrosa en poseer, llorosa
dejar, c. 481.
Kic-tadf riqu-eza^ con el -íat (em} latino, en el Cid 69
Crearemos en rielad.
En-riqu-ecer, de ric-o.
Intrans. hacerse rico. QaiJ. 1,8: Con cuyos despojos come
remos á enriquecer. Valdeiírama Ej, 4 Dom. cuar.: Por e«o lid
Dios pobrera, porque nosolros enriquezcamos. Id. Fer. 6
pos.: Como aquellos que derechametile se cometen contra el prSj
mo, queriendo enriquecer empobreciéndolo. Pinc. Fit. poet. ep^
No de los que con virtud y sudor suyo enriquecieron. Valdc
Fér. 3 Dom. í cuar.: Y no robar á los pobres para cnriqiieO<
ellos. QuEv. Mas, 6, r. 91: El mandar y enriquecer /dos encan*
dores son / que le lurban la razón.
Trans. hacer rico, abundante, precioso. Saav. Empr, 40: El i|^
da sin atención enriquece; pero no premia. Qu£V. Fort: £1 que ^*
riquece los subditos, (lene tantas tesoros como vasallos. Qaij.
Suele.... enriquecer los pobres. Id. 2,43: Y esto es cnrique
lengua.
Con. Qaij. 1,51; Las estremaJas paríes con que e! cielo y]
naturaleza le habian enriquecido. Id. 2,S: Adornan y enriquecen
ellos sus oratorios. Namanc. I : Alto, sereno y espacioso cielo, / .
con tus innuendas enriqueces / la parte que es mayor d¿$le mi sue
BERRUE2A Amenid. 5 vers,: Sus viñas la enriquecen con sus vinos-
Oe. Quij, 1,43: Enriqueciendo nuestra lengua del ígradabN
89. erl eu$k.
405
precioso tesoro de la elocuencia. Quev, Doc, esfoic.: Por ser estas
polsbns bin enriquecidas de verdad y tan piadosas.
£jj. F. Heíír. Egi I Garc: Bien podemos enriquecer los con-
ifCeptos amorosos en alguna maneras.
H Rejkx. QuiJ. 2jl4; Enriquecíanse los prados con su venida (d«
Hl murora). Rtcop. 1,3,14: Sácase para ellos la moneda deslos Reinos
^■9ie enriquecen los extranjeros y aun á veces los enemigos.
^m ¿Quién te enriqueciá? quien te gobernó; ó quien me gobernó, 6
Wgsientó. c. 340.
" Yero, el ¿rvum, que Laguna traduce yervo CDítJsc. 2,100);
ÍL cfvo, pr<jv. ers, fr. ers, cat. er. El Diccionario de Autoridades trae
d yervo latino-erudito de Laguna^ y no trae el yero de toda Castilla.
k^ Arveja^ de erviliaj de erviim; it. rubiglia, rlr. arvea, pg. er-
^Bllu. HuR. Agr. 1,23: Las arvejas son de dos ó Ires maneras, mas
k>cS4s quieren una suerte de tierra ó labor.
No $e leda ana arveja, una paja; no se me da una avellana,
Ín comino, c. 557.
ArvpJ-ote» en Álava almorta. Lathyrus sativus L., como
rvcj^r.
Alverja, la vioa salivn, en América el pisum sativuní; variante de
■rvtj», y se dice mucho en varías provincias. Berc. MU 505. Mas
I *>o le empcdecieron valicnt una erveia.
AlverJ-tn, alvepJ-Ulai en Salamanca vicia angustifotia
L. Q. Oai.an. Casteli.: De tus labios los carmines,/que parecen
(•oíasados/con pétalos de alverjines.
I Ali'crja-ca, en Salamanca slverja ó arveja.
8<3. Hemos visto como er, expresión del movimiento, remeda en
^ boca el meneo del gesto. Si er-c es ese movimiento y gesto en
^ncnl y er-e lo es Indefinidamcnle, er-i será aquel de quien es
^^Iropío el ejecutarlo, el individuo señalado, el i que hace er ó moví*
^^Wenlo. El caso es que sirviendo todos los miembros del cuerpo para
^ goto, más en particular sirve el brazo, y más aun Ta mano^ y de
^Uel dedo es el que {ndividualírii, el que 5ja un punto seflalándolo.
^or consiguiente er-i ó et que hace esc gesto y movimiento indivi-
'■olmcnlCf parece debiera haber significado el dedo. Por igual
■Mera ar^, ar-e indican universal é indefinidamente et movimiento
406
OkIUEN y VIDA OEt L£NOUAJC
4
en extensión, á lo kjos, y ar-l es el que inüívídualmcnle la ejecitt,
«quel de quien es propio el moverse á ello, el ocuparse en dio. Dt
hecho en euskera eri es d dedo indicador ó señaUdor. Y en pui\i
eri es la clase, especie, es decir lo señalado en la serie. Azeak bemk
kirtena ta arifckak bere-erí-koa ozpala la ber/a (tiene) su licmciio,
y el arbo! sti correspondiente aslilla^ ú la de su clase^ d su modo,
Por lo dicho el dedo índice, que es el scñalador, tenía que seidl
que precisamente « había de llamar eri. Y realmenie, el índií
diccse eri ó er-goien ó eri-andia, es decir el tledo que sobresik
ei mayor: bien se vé que nó físicamente, sino por su ímporUnci*
parü el señalar, pues físicameníe ni sobresale ni es el ntayor.
El pulgar er-kolo, eri-potots, eri-andi, er-pura, er-k&ro, erí-bea\
es decir rechoncho, gordo, grande, cabezudo, redondo, ele Q
menique eri-rlo, er'hfchume, eri-tchinker, eri-tchtngar, eri-tchinkar,
eri'íchikin, eri-tchipi, eri-ktiintchii, eri-mokosOt que lodo \i
decir el menudo. Et medio eri-andi ú largo, eri-bioiz ó del coraz
biotz-eri. erdiko ó medio. El anular eri-mazter, eri-maizteko,
•ereztan, el del anillo.
Las yemas de los dedos erí-biotz 6 er-piotz, cri-mamL El primí
significa doble ruido dd dedo ó corazón del dedo, por sentirse en
Lias yem.is, al locarse dos de ellas, la pulucíón carJfada. El segundo
fpor la carne ó pulpa bfanda, que es por lo que se llamaron ye
en castellano. El padrastro eri-bizar, et dedil erí-eslari, ta pui
eri-mufur, los anejos eri-bizkar, eri-koskOt eri-koskor, el dcdi'
eri-ko, Cf'ko, ó lo del dedo, lo alto ó yema tr-kain, la sor
er-aztim. Y nótese que en los compuestos junto con cr-í suena
ciüamente er movimiento^ gesto, señalamienlo.
Las garras er-pa, tf'pe, por ser dedos encorvados bada a>njo,
de -pa, -pe abajo; por meláfora cazcarrias y raicillas que agarran. £t
talón er-po 6 dedo bajo, trpo-Í el almocafre y la última raíz del
maíz, er-pin punta ó vértice. Hallar dedeando dfcesc eri-do, er-den,
que es el aplicar el sentido del tacto, á dedos, lodo dedos, y por lo
mismo caber, tener lugar; ñkan duka htsarik eztioía trden-en?_
tenido miedo de que cabria?
La clínica ü observación de lat enfermedades dtjose del d
I decaer lu. salud, de sus altibajos. Lo mismo el medico
Idemás miramos la enfermedad como algo que muda el modo de ser
etnM
IcdS
i
aíMjfl^
an. £t
aízdet
•r-den,
y por lo
de ser
39. €rí, <TÍ cusk.
407
¡aprrsoiu. «Sigue sin novedad». ¿«Ciímo le vá? — Sin novedad»,
decir que la enfermedad es para nosotros una mudanza en el
de sen y de hecho la mudanza en d ser es el no ser aqudlo
K era, y Iralándose de la salud es perderla. Generatio alíerius
y buen provecho le haga; pero to que me duele i mí es el
ruptio unias, «i de mi se traía. Buenas serán las alcachofas que
oiterrador críe sobre mi sepuKura, rico engendro para ellas
ia5 y para el que comiéndolas críe rica sangre; pero ello será i
de mis cueros, que pudrirán contra toda mí voluntad, como
áel portugués. F;1 cambio y mudan?^ ü'ac algo de nuevo y bueno;
ovae victis, ay del mudado, que deja de ser para darse ai hijo
de ¿1 se engendra. El enfermo es aquel que liene novedad y
3i esa mudanza tJega basta el cabo, cálalo muerto.
Bérnard I1>imó á los movimientos vitales, fenómenos de
queriendo dar á entender con esto el rápido pasar y mudar
materia. Así lo vieron lo^ primeros hombres, citando llamaron
nfermo y 4 la dolencia er-i, aquel ó aquello de quien es propio
; i quien le toca la china de mudarse de barrio ó aparejar U
; mudanKi: eri dago está mnlo, es decir está mudado. Enfermizo
^•bcratch» que tiende á mudar, al eri, vez de estar enfenno erí-
í malsano eri-garri <> <\\xii acarrea mudanza, achacoso erikor,
Jurí icomodado para enfermar, hacerse achacoso eríA"or-/íf, coci-
ictnda erí-ondo, enfermar ri adolecer írf-fti.
Syfl|ado -eri tx\ixc'iA la clase de dulencia, los nombres de las
ennedades: kak-eria, ago-eria, naparr-eriQ^ etc.
S tan razonable manera de discurrir se le antoja á alguno rara
Bttsada, repare en que «/siempre es atributivo y tr vale movi-
lo. Miis decusado y raro, aunque lo diga Claudio Bermird, le
rcceri el numhre de la muerte, que según lo dicho no es masque
tRudanza total y entera. Loque hizo notar en los hombres esa
■lianza fué la muerte, por eso la llamaron la que lienc tri: tri-o,
)ifioaf \ó muerte! eriok creían Butroeko-aíabea Plenzian, ta
■ole mató á la hifa de Butrón en Pkncia, laiotik eriora del na-
tóento á la muerte. El morir erio-tze, trto-tza, de muerte erio-z.
En el ejemplo antes citado erezan mató, á la letra mudó; era-4e
I, mudador, ó era-i-le, era-i-ia-, de í hacer, -le, ~ta de agenie,
matar, el participio pasado -ti de -i hacer, como trt-iti tcm-
brar: hacer era ó mudanza. Un refrán reza: iak, tmak, eraU, te
zegiok trankart, hiérele, dale, mátale, y no le hagas folsiá. Aqid
er-a vale matar, como antes er-e en ere-zan: son las formas univer-
sal -a é indefínida -e de er movimiento, mudanza, el alma de todo
lo contingente, del corraptio unias, generatio alierius.
El propio er con este mismo valor de mudanza lo hallamos en
er-ki-ta desmayar, enflaquecer, enfermar, es decir con er ó novedad,
y er-ki ó er-kin flacucho, desmazalado y desgalichado, y la que
siente novedad con los primeros dolores del parto. El débil y flaco
es el descaído en sus movimientos ó en su ser, er-bal, de bal caído,
y lo mismo se llama el paralítico ó tullido: de modo que er es el
movimiento; erbal-du baldarse, tullirse, enflaquecer, debilitarse, er-
bal-dura, erbal-keri, erbat-tasun son los abstractos.
El dativo indefinido -er, gizon-er á hombres expresa el movi-
miento de la vista (r) indefinidamente (e), como el plural indefinido
gízon-e-k lleva -k de plural con la misma e. La -/ indigitante re-
fuerza el dativo, que también suena gizon-er-i á hombres. Pero er-í
es un atributivo de er, es su adjetivo ó su dativo, y er vale movi-
miento, mudanza, tfn es el mal, epa//-en mortandad. La mudanza,
repito, de los seres es su mal, su acabamiento, ya que mueren, de
sobreparto engendrando otros seres, como el gusano de seda, que
después de ataviarse y acicalarse para la boda durante largo tiempo
en su capullo ó tocador, solo se casa para fenecer al día siguiente.
Todas estas palabras son tan primitivas que ni pasaron á las I-E de
por sí, sino en otros derivados de er movimiento.
90. €rr cusk.
409
El nn'ibrar reclámenle la lengua ó /frr/, en vez de er, no
nder míís que a la más fiera de las turbaciones del dnimo,
cncor, á la cófcra, al furor. Esta pasión alborota el corazón
enlos de borrasca por todo el organismo. El hombre
Üdo en lo mis entrañable de su ser patalear no puede parar
> de acá fMira allá. Quémasele la sanjjre y le hierve en las venas,
je los ojos de la» cuencas, enciéndesele el rostro, arroja
I por tas narices. Si lodo c?o no sígnifícT conmoción gande,
I entrañable, que hace rebullir á lodo e! hambre, movimicnlo
ilabra desapoderado, habremos de borrar de tos dicciona-
I I<w tfocablos que lo expresan, pues lodos llevan en sí esta
i de fuego y buUicío. Pues eso es lo que sabemos que ha de
rtiBar err, SI fr suave es el simple movimienlo. La lengua no
:cn tal desaTOSíego de todo el hombre quedarse queda; rompe
¡^bjurlas, revienta en tonterías, charla por los codos. Pero so-
fá lengua movedrui se rebulle, cual fiera en su jaula: eso
fUx ¡errrrí Pues bien esc jerrr! escribiéndolo lo más brcvc-
iibje, con solo rr, aunque había que poner 80 ó 100 rrres,
. una fuera pintura de una ondulación, ($ err^o con el artf-
», y wle rencor y arder ó quemar, asar. Créese comunmente
:d vtlor físico es el primero, que de él, el de fuego en el pre-
i aso. habla de salir el melafórfco de rencor. Eso queda part
erra para el arder de cualquier otra cosa. Repito que Kiar i
sombra de metáfora. La conmoción ó movimiento fuerte de
gua, como del resto del organismo, suena /rrrrt, con la e i
•^*' Ii¿3 ¡errr! Ese erra es el rencor, es esa conmoción. Es expresión
halla en los hombres de cualquiera nacionalidad y hasta
perros: «Irriíata canis quod RR quam plurima dicat>, según 1
«El temblor, dice Gratiolet, se produce, siempre que se hací
gran esfuerzo para vencer una resistencia. Todo músculo
estado normal tiene un poder determinado de contracción^
produce espontáneamente y sin esfuerzo, por ej. al extender <
para señalar un objeto. Pero, si añado un peso al brazo ó li
tengo extendido por largo tiempo, esta resistencia excesiva
un nuevo esfuerzo de la voluntad y la intervención de una
cantidad de movimiento. Ahora bien, este movimiento de oi
es tembloroso: así en el caso de la rigidez los músculos se o
y se hacen resistencia mutua los flectores y los extensores,
por resultado una doble resistencia y por consiguiente una
causa de temblor». Tal es la causa del movimiento convulsiv(
de la cabeza, cuanto más de la lengua, articulando frrrr! el
mente conmovido, como que hasta la sangre se le enciende ]
más á prisa. El calor natural sube, y esc temblor ¡rrrí es la
sirtn HpI píilnr natiiraK HpI renror. HpI ralnr intprinr. nii^ hiill
90. trr ciisk.
•I)
^daUe en que hierven Us enlraiVas. Dijéronsc, pitci, £rr-ai, las
M,\ ¡errferra, i rebullirse y recalentarse. Confirmase cor^
nbrc de la compasión, que es srr^ukl tener esc errt ó con-
|ún, mo^'érseie las entrañas que decimos de] compasivo, ü ablan-
, que es lüsponerse al niovifíiienlo, et cüinpasivo erruíd-or,
4stt el muy blando de cnirañas^ apiadarse erruki-tti. Eí cólí-
: ganado es errat-eta-ko lo de ias entrañas, y la asa,dura ó pe-
1 de entrañas para comer erroi-ki,
caben, pues, aquí antojos de elimólogos ni trampanlojos
lengatü^r ni entrampar ."i nadie. El que haya sentido alguna vez
[rentor, habrá visto que de hecho y en verdad ardía en cólera»
! te quemaba la sangre, que resollaba fuego, que se ]e.j-cbuinan
bruos, C}OS y lenj^ua: eso es articular /f/r/.
5n -# indefinida err-e vale lo mismo, apurarse y desasosegarse,.
rreú ó gizon-odol-errca, es decir hombre que se rebulle ó de
rebulléndose. De aquí se tomó la espresión para \a idea de
ry quemar, que es lo que siente en stelsañudoy enojado, cuando
[quema la sangre, Iraslndando la expresión A lo fuera de sí»)' dicese
cer, asar, quemar, oUolan erre frcir á quemar en aceite, írf-
iquerar lijtranienle; metafóricamente escaldarse ó escarmentar;
que quema es erre-a. Coinbusliblc erra-gin, calor inerte del
T-<iStOt olor ó gusto á quemado erra-kiño, quemado erra-ts,
' 1 chamusquina, erro-í/j quemar al mismo tiempo que odiar
rencor, sintiendo en si esc ardor, erra-uli cantárida ó mosca
[quema, rrr-au/s ceniza ó polvo de quemar. crr«u/s-/ pulvcri-
¿ reducir í ceniza, ó erraus-tu, erraz-i resina, erre-al que se pue-
r. erre-keta quema, erre-ki hez de leche, combustible y pavor
■ro, erre-kin combustión, incentivo, que hace frrc físico ó ino-
\tne-min escozor, erre-mitska y crremuska^a refunfuño, erre-
forjador que anda at fuego, crrement-aí-degi fragua, herrr-
I irre-or inflanuble. erre-tasan ardor^ inquietud interior, afán.
||tsca er-dai, el añublo que quema los panes er-do^ Ta roi^a de
[lusinos y la herrumbre er-doi^ roñarse crdoil-du, erdoi-tu, man-
Idt b pkl erdo-ka. El cuervo err-oi se dijo del color negro,
quemado.
Sfcíperlativo de err-a ó err-e, es err-en, que con gara, kura quc-
k, dacBT, tender i, á\6 trren-gura, ^rrea-kura, y valen la congo-
ja y ardimiento entrañable, la queja, el remordimiento, ddes
go del ánimo; errenkura-fa quejarse, desasoscigaTSe, tniti
ánimo. Vimos en el número 9 arren-kara, arren-gura <
■arrenkara-fa dar quejas, de gara, hura querer, buscar an
zones, súplicas motivadas. Fundiéronse errenkura y arrenh
el castellano arrancura, rancura y rencura.
91 . Arpancupa, en Aragón queja, pleito, litigio. Es ^
ticuada y tomada de documentos latinos, donde se latinizó el
blo popular. Sin duda el arrankura y el errenkura, de valo:
•cido, se han fundido en uno, aunque bien aparecen los orfgi
las variantes rancura y rencura. Del arrankura vienen el sen
pleito y queja que se expresa motivándola; del errenkura el •
sistencia en el desasosiego inferior; el de inquina y odio nació
fusión de entrambos, es una congoja que dura contra algún
<]ada en quejas motivadas.
Rancura, pencupa, de arrancura, en Aragón quej
relia, y en general antiguamente desasosiego interno, inquíni
^ue se guarda contra uno. En prov. é it. rancura, ant fr. rs
fr. rancime, pg. rancura, Corr. 337: Quien fuerza ventura,
rencura. Alex. 38: Tanto he fiera rancura. Cid. 286: Todaí
rencura. Bibi Gallará, 1,468: Segunt es mi grant rencura
miento hondo).
Rancup-ap, vengar, vencer. Alex. 24: Ay mezquino q
Veeré el dia / que pueda rancurar esta sobranzarfa. Id. 125C
•curaban á firmes el su buen compannero.
Rencop, pancop, es el rencura, rancura, asimilado
nombres en -or; it. rancore, prov. rancor, y rangurezir, verb"
se aclara por el arrangura, ant. fr. rancoeur por contaminada
■coeur corazón, cat. rancor, pg. rancor. Nada tiene que ver jt
latino rtíncdr moho, de donde ranc-idus rancio, desabrido al g
al olfato. Esta voz latina no tiene par en las I-E ni rafz conod
el arran-ko, arran-ka, lo del pescado, habiéndose dicho prínn
él por la facilidad en corromperse y su salxir y olor m
cuando está marengo. QaiJ. 1,9; Ni el interés, ni e! miedo, ni >
iX¡T, ni la afición. Id. 1,30: Sin tener cuenta con enojo ni nac
¿uno. Id. 1,48: Que ha despertado en mi un antiguo ranee
92. radus, ruber^ etc.
413
con las comedias que ahora se usan. Id. 2,56; No ha de durar
el nncor qac los encantadores tienen al señor don Quijole,
Rencor-oso, i*i*fi4*oi*-¡i>Hu. Calder. Aurist. y Lis, I;
si e! inicio / dejando lo rencütioso / sin pasar á compasivo.
O nombre más extendido entre las lenguas indo-europeas,,.
I á colores, es el del rojo: skt. rudhtra, rchitüf zend. raoidhi-
I tpo^c, ruber, rafas, rutiíus, russus, godo raads, ir), ruad, esL
ET, lü. raudónas. Además díjose del brillar, Ir!, derc rojo» esl.
I «ni, $l\, zoraht claro; y zend. strf/Qt persa ^uiy^ rojo, skt.
I briJlanle, doro, tuz; en las eslavas se tomó el nombre del ker-
, como nuestro bermejo de ver/nkalus, vermis, godo waurms^
ruso verm(¡e—áx^vi5^, de donde el rojo en prus. urmlnan^.
fmyattf warwaurms, ruso rumjanyi, vermjanyj.
De estas tres series la primera^ que dio nuestros colores rojo,,
O, TOyOf rufo y roano, aluden al fuego. La raíz en I-E es rauti,
henc de trra, erre fuego, probablemente del derivado erraz, trrez
bcndo, ó mejor de errauts ceniza, polvo quemado, es decir lo
> y quemado y hecho como brasa, la cual ofrecía al hombre
matices del color rojo mejor que ningún otro objeto. £1
aa i veces se hizo a. En gr, i^suf^'o; color rojo es el
uts, cuya €' se perdió en otras lenguas, epEÚ¿l*oj, ipulí-aíviu cnro-
r, ruborizarse ó pararse rojo, ¿puO-poc rojo de fuego, ip'ja-í^ij,
tina del trigo. En skt. rudh-iras es el £puft*fó; y vale rojo y san-
Bto, rofi'itas, por raadh-itas, rojo. En norso rjodh-r rubícun-
, rjodha cruentare; en godo randa rojo, ga-riudjú vergüenza,
rM, roS't, áe áonát rostir y rótir en francés ú asar y rostir
jnas partes de España. En csl. rud-eti sen ponerse rojo, rad-ra
rudjda robijo; lit. rauda rojo, rudas rojo oscuro, radh n>-
; Irl. ruad, cimr. rud rojo.
Vengamos al latín, donde son no pocas las variantes. Rtiber rojo
ondea ruí/ftiVfl, ¿(wíf-is, esl. rudra\út aquí rí/ft-í^re ser rojo,
r y e^ubfscere avergonzarse, rab-idas que dio rubio, como
dus limpio, rab-ia, rubi-cundus rubicundo, rub^r de donde
fíltr, rub-eas que dio royo, rubc-JaccrCt rubr-ica que dio rú-
,por escribirse con tinta roja, rofr-íffo herrumbre, robín, que
ípMcblo deda rubigo i veces, según el Appendix Probi, y rab-^n
r
color. En eslavo radeti es el al. errdten, y rada ua, aMÉ
■equivale al al. Rost, ingl. rast, ags. rost, y es el aerugo y i
del metal, mientras que en ir!, raad, en galo Roados, cimr
i^Vf fifi godo rauths es el rojo. En latín responden raad-us, qu
' ' i traen de ravidus, y éste de rav-ñs gris, y que de todos mo
¡t, de la misma raíz. Raudas dio en castellano raud-ano y luei
-^j'S y en latín rodas, luego rñdus, que vale rudo, propiamei
trabajado ó en bruto, y díjose del minera! por el color rojc
mero que se halló, que fué el cobre, y asi aes rudum metal
ó rudas sencillamente mineral no trabajado, antes natural
cobre; pero después pasó á decirse de otras cosas, perdiend
lor de rojo, rftd-as rad-erises masa en bruto de metal, rud
pedazo pequeño de cobre, plata. «Rodus ve! raudus signí
rudem et ímperfectam, nam saxum quoque raudus appella
ut Accius... hinc manibus rapere roudus saxeum> (FestJ
llamar raudas á la piedra fué por haber llamado asf antes al
y antes al primer mineral, al cobre. Por eso significó aes: «1
lana porta appellata, quod rudis et impolita sit relicta, vel qu
id est, aere fuerit viñeta» (Id.). Y Varron: «porta Raud
<luod aeraía fuit. Aes raudas dictum: ex co veteribus ín ]
scriptum raudasculo Ubramferito» (L. L. 5,163).
Ahora se entenderá la razón de rudas ruderls escom]
93. ruano, rubio.
ur, ruúe donatas á quien el prelor daba una vara al rclírarse,
I cable ó cuerda, por hacerse de ramí como csaj rM-ens rixúcntis.
93. Ru-ano, ro-ano, del anliguo rau(d)-arTO. Esp. SagrS
í, ap. 1, año 994: Acccpimus de vos in oferfione caballos dúos
limos, illo uno resello, d nlio raudano per colore. Lo ttii^ttio etll
iadk. áoc. Sahagún p. 165. Randano d\ó rodano (IÍerqanza'
371) y rodane (Indic. Sahagún p. 222], y perdida la d, roano y
ino. Raiidano salió de ratid-us, r3v(;)d(us) con -ano, de rav-us:
coloras appcllantur, quí sunt inlcr flavos et cacsios (Festo). En
pg. raudllo, raiidam, roudane, roiidúo; el fr. roiian y el it. roanoj
«en del castellano. Es el caballo amarillo claro con crin y coli
incas, ruano blanco, ruano amarillo. Calv. Albeit. 96: Ala?
■ro, alajíin boyuno y alazán (oslado ó roano. Quev. Tac. 17:
((tranla) era la que llamaban ruana. Pint. potro 1 1: Las colas f •»
|dc5 mana?. Id. 10: Los manos.
Rudo, erudilo de rudis. Maner. Apot. 16: lRrorn)e5 palc
efigie y IcfVos rudos. Ohan. Simb. 2,17: Unos rudos y pobre
Kaofics pescadores.
Rufl-cza. Quij, 2,42: Doctrínala y desbástala de sti nadiral
Icza.
A-prud-ar. Lope Ocas.perd. 1: O negabas lo que v(as / 6
'. pcnsamienio airudas.
En-rud-ecet*. Hacer rud-o A uno. D. Veqa Paráis. Sacar.:
\ pan de cntcndimienío? anles suele quitarTc, que el pan enrtidece.
De»-enrurfecer, lo opueslo de enrudecer. J. Cri/z 5.
onU 2,17: Ir d<rsennidecrendo y formando muy poco apoco.
Kuda. monedas apiladas y empapeladas.
Ert-rwd-ar, hacer rudas con ct dinero.
Rublu, di rub-idus (Aulo Qclio. 2,26), de rub-írc. De color
) claro, de oro. Quij. I,1S: Coronados de rubias espigas. Id. t,2S:
lios cabellos. Id. 2,10: Cabellos rubios como hebras de oro
\,proL' El rublo Apolo.
Et rubio, el sol, y más en verano.
Hacer á rubias y á morenas, a! que le gustan todas las mujeres.
Más rabio que el oro, que el sol^ que una espiga de trigo, que
i candelis, que una onza, que un galo rubio.
416 Oriocn-v vida dcL
Rabias en Castela, agua en la térra, (Entiéndese pm Poife^
gal), c. 483.
Rubio arrabiado, nunca fué sino falso, c 483.
Rubios, en tauromaquia el morrillo del toro de lidia.
Rubi-a, de rubi-o, por servir en tintorería para este color.
Laq. Diosc. 3,154: La rubia es una rafz bermeja, déla cual usan loi
tintoreros. Lis, y Ros. 2,3: En mi espada las ensartaré cprno nibiai
Kubi-al, campo de rubi-a, y el de tierra rubia.
Rubi-ón, trigo de este color. Quij, 1,31: El trigo era canded
ó trechel? No era sino rubión.
Rubi-eza. Euo. Salaz. Silv. poes.: Ni en su tez &lsa y nibiea
Rubi-c¿n, blanco y rojo en la capa del caballo.
A-rpubi-ado. Corr. 483: Rubio arrubiado, nunca fué sino
folso.
En-rubi-ar, teñir de rubí-o, mayormente el cabello. Cekú,
I, p. 18: Hazla lexias para enrubiar. Zamora Mon. mist pte3
Concep.: Ya los dora, ya los enrubia, ya los encrespa, ya los coa-
pone, ya ios jabona, ya los lava, que les hace aguas para enrubiaiios.
ToRR. FU, mor. 20,11: Enrubiarse los cabellos. Bosc. Cortes. ¡03:
El enrubiarse los cabellos. León Casad. 3: No gasta tanto un lelnulo
en sus libros, como alguna dama en enrubiar los cabellos. MeiU
Vid. Cómodo: Enrubiándose el cabello.
Enpubi-o, posv. de enrubi-ar. Bibl. Qallard. 4,20: Que i
verdes canas el enrubio diste.
Rub-í, pub-í», del fr. rubis, prov. robi; del it. robíno; de
*rub-inus, rub-eus rojo. Qaij. 1,50: Carbuncos, de rubíes, depcriis,
de oro, de esmeraldas.
Robín, de robl(gi}n(em) robigo. Orín ó herrumbre de los
metales. Nuñ. Empr. 2: Limpiar mi conciencia del robín que hi
contraído con tantos yerros. Saav. Cor. got. 1 1, año 674: No dq*
que el ocio cubriese de robín las armas; antes ejercitó la disciptin
militar.
Rob-iñ-ano, tal vez de robín, un enmohecido, como qaieo
dice, es decir nombre muy conocido y manoseado. Corr. 50: Soo
pronombres de lugares vagos, como lo son de personas fulano y
citano y robiñano.
^%— r*t»oh¡i»-np«e, enmollecerse eí metal, la voz, tomándose
L»t*r4>bina-dor, que ^^asta como el robín. L. Fehn. deI
a. Antier. 12,2: San Agustín dice que la contagiosa y arro-1
3ra peste át bt persecución última será universal.
fEii-rohíu-ars4*» tlenarse de robín ó moho, en la Üleni de
jón.
[Rulxkn-iznr, poner rojo de vergüenza y nib-or; reflex.
i. Del erudito y latino rutror.
Rebol, como arrebol; de rrtbíríem) rubor, color rojo, comoj
fie arbor<em)í; de *rohol salió rebol, mudada o en c por la rr.
Mon. mist. pte. 7, S. Tomás: Y vestidas de reboles se la
in.
n^bol-ar, poner rojo, de rebol, como arrebolar.]. Pin. Agr.'
^24: Una lUmarada doctrinal me parece que me ha rebolado el en-
licntcnlo y rae le ha alumbrado.
rrrebof» de rebol. Rojo de las nubes heridas diel sol, y el
que se dan las mujeres. Valüerrama Ejcrc. Sab. Dom. 2
r« Rof» de púrpura, grande afeite y arrebol. Pellic, Argén, p,
^lo con arreboles, al anochecerf pronosíica serenidad
-fc^.v.ite. O. Atf. 1,1,1: Dibufó admirable*; lejos, nubes.
boies ai oriente, agua nmaneci^nte.
oles á todos cabos, tiempos de los diablos.
>mdo/ej de Aragón, á la noche con iigiia son. c. 69*
líftftofra de mañana, á la tarde de agita, c. 70.
Arub^Us de la mañana, d la noche son con agua, c. 70.
oks de la noche, á la mañana son con soíe. c. 70.
I« de Portugal, á ¡a mañana sol serán, c. 69,
oles de la tarde, á la mañana sol Itace. c. 70.
'rthies de tarde, á la mañana aire. (Entiende la raananaj
Olí), c 70.
; en Castilla, viejas á la cocina; ó pocilga, c. 69.
^nboíes en Portugal, uñe los bueyes y ve por sal. c. 69. V»
[J'^fr, entonces Us caballerías lamen los pesebres y por que no
k iena »& dan sat.
n
418 OrIQEN V VIDA DEL LEÑÚtl^ie
Arreboles en Portugal, viejas á solejar, (A gozar del sol
hará), c. 69.
Arreboles en todos cabos, tiempo de los diablos, c. 69.
Arreboles por la mañana, á la noche son con agua.
LINDO 627.
Lo que le falta á la desnuda, arrebol y mala ventura, c. I
Ironía de las del partido.
Ni sábado sin sol, ni vieja sin arrebol. Que con él disimul
la edad.
Arrebol-ap, poner de color de arrebol.
Trans. de las nubes. Lope Circanc. I!, p. 522: Los rayos cfc/
sol/de justicia luz van dando/al mundo y arrebolando/con su en-
vino arrebol. Id. Filom. f. 24: Cuando Febo las nubes arrebola.
Reflex. de las nubes. Lope S. Diego V, p. 50: Cuando se arre-
bola el cielo. ToRR. FU. mor. 1,10: Arrebolósele el cielo al amane-
cer. EspiN. Batlest. 1,6: Sí cuando se pone el sol, no hay nubes ftl
poniente y las de oriente se arrebolan, es señal de serenidad el d£v
siguiente.
Déla cara. Torr. FU. mor, 20,11: Arrebolarse el rostr»' —
Valdi: íR. Ej. Fer. 5 dom. 4 cuar,: Esta es verdadera viuda, qn^^
teniendo el rostro amarillo y penitente alcanzó más hermosura j^'
gracia en el alma y para los ojos de Dios en el cuerpo que las viudí^^
que se arrebolan para parecer bien. Barbad. Corr. vic. 252: S^*
arrebolan y almagran.
Arrebol-ado. Lope Hijo prod. ÍI, p. 58: Que anochecía
arrebolado/el sol que en agua amanece. Mirones: Con una de un-*
mono, rubia y arrebolada. Cabr. p. 100: Cuando se pone el solJ
arrebolado, entendéis que será el día siguiente sereno. Zamora Mm. "
mist. pte. 3, Present.: Una estrella, de quien el propio sol ha de:^
nacer arrebolado.
Arrebol-era, salserilla para el afeite arrebol, y la muje^
que las vende, y cierta planta de campanillas encamadas que tam^'
bien se dice Don Diego; ábrese al caer de la tarde y por toda W^
noche queda abierta.
Hojo, de rr»s5éu(m), rftesu(m); sardo ruju, it. rosso, prov; nm^
fr. roux, cat. ros, pg. roxo, astur. roxo por rojo, caliente, ron.ar
por calentar el horno, rox-ón por chicharrón, en Aviles gritón.
93. rojo.
419
vivo» coma ei de sangre, pero también el rubio
if. del avergonzatlo- Qaij. 1,27: Una g^ran barloa de tmi
roja de buey. Id. 2,53: Rojo amaranto. Quev. Mus. 4,
ilicnic y rojo con la sangre el prado. PersH 2,\^: Rojo
n las alabanzas.,., que de mí oía.
ío de Ja república, radical, por el goiro frigio.
que el fuego, que el soí, que la lumbre, qwe im p^
una atnapola, que la sangre de loro, que un tómale.
•mbrocfo, de brasa.
o e! coral, el Ttiego, el oro, la lunibre.
vergüenza, del ruborizado.
o. dimití, de roj-o. Lao. Diosc. 3,6: Algiin tanto roja
Icrio zumo también rojeto,
lo, dimin. J. Pin. Agr. 3,4: Vino.... blanco, clara y
lor.
ira, color roj-o (Tesoro 1671).
color roj-o.
>, que tira á ro]-o,
i, que tira á roío, de las tierras, planta? y semillas.
r» en Aslur. calentar el homo, de roxo rojo, calfente.
tarrún.
^ lo. L(>pr Audienc. D. Pedro /, t. % p* 452: Entrd de
le / con él Pedro de Pineda.
I*, íener color roj-o. HrRR. A^n 4,33: Es señat de
bastante, cuando huele bien y la mid (rosada) rojea,
las nubes en oriente. Fiqüer. Plaz. d. 49: Entre
que rojean se ponen ei rubr, rubaza, espinela, balaj,
:. Dhsc. ],\ 12: V quebrado por de dentro rojea.
-jiPt poner rojo tí hierro ú otro racial, teñir de rojo,
oniendo rojo A uno. L Rlttda II, 234: Enrojarse »que-
. León Casad. 12: Enrojas tus cabellos, y en ef mal
que te esld por venir les comienzas i dar color seme-
iiego. Lope Víng. mujer I : V cuando el calor dcí sueflo
I le ha enrojado.
ti trébede ó piso que se hact sobre um Tíürn(na para
invierno (Paíen cía), y el l&t piso tr Ifamaa la
ribfde.
420 Origen y vida del lenouaie
En-roj-ecer, en-roi-ar. Pellic. Ar^B/i. 2,1,4: Enrojí
algo á estas razones Poliarcho. Lope Coron. trag.f. 97: Ya ofre^^
estola candida Abel justo/y las sangrientas aras enrojece. Id. ¡h -^^
Dina IJI, p. 202: Mientras viene á enrojecer/Febo las nubes ^de
oriente.
Iles-eurojecer, hacer se quite el rojo, enfriar el hier"»o
enrojecido.
Son-poj-ap, sacar los colores al rostro el calor ó la ver-
güenza. ViLLEQ. Erot 2,1: Que Venus ande ahora más soltera / tío
sonroja al pudor. J. Pin. Agr. 1,29: Y (el sol) nos sonroja de nrma,-
nera que no nos irá mal, si nos mudamos á otro asiento más enra-
mado./?c^ex. Torr. F// mor. 1,12; Comenzó á sonrojarse tiin-
chéndose el rostro de arreboles. J. Pin. Agr. 6,1: La sangre se me
sonrojó de placer con.
Sonpoj-o, posv. de sonroj-ar, acción y efecto de sonrojar y
el improperio que lo causa.
A-so-poch-apsc, en Chile sonrojarse, ruborizarse, sofo
caree.
R<»yo, de rft(b)eu(m); it. robbio, roggio, rum. roib, prov. rp^j ¡
fr. rouge, cat. rotji. Es el rubio puro, de uso más general en el
pueblo. Herr. Agr. 2,21: Lo que se cuece (el vino) con casca sil*
muy ruyo de color como de oro. Usase mucho en Aragón.
Roya, de rft(b)!ía(m). Vicio que sobreviene á la espiga p^'
humedad, recociéndose el grano y secándose con el sol. Llámanl^
en otras partes tizoncillo.
En Aragón la planta rubia, y enfermedad del trigo.
Párate, roya, que jurado soy de Almania. (En Aragón roya ^^
muía roja; jurado, regidor, lo que alcalde acá), c. 380.
Btoy-ucSu, en Aragón como roya ó rubia.
Roy-al, que tira á rubio en Aragón, y especie de olivo,
ferior al negral, y variedad de uva.
Roy-ura, lividez en la epidermis por un golpe: úsase
Aragón.
l%(»y-uiio, de color roy-o.
Roy-ap, poner roy-o, refl. ponerse royo, de las plantas, de
Rusio, PUSO, en Aragón rojo candente, variante de rojOj
russeus, russus.
A-iM*osiap, de nisi-o. A. Alv. Sifv. Úom. 3 üdv. 3 c. §
Hán$e lodos arrosiado como horno encendido.
Kus-Íoiitc\ rusiente, encentlído, hecho brasa. N^aio San
^r. serm. 2, d. 9: Con rayos de rosientes hierros le marliriza*
llusieiit-ar, de nisient-e, poner rojo candente el mdal.
to-fo, de rufus. El royo 6 rojo, et de pelo encrespado y duro,
ucJe ser el rufo, y el vafenlón ó rufián, por el caraclcr que
den tener los royos, corno aparece en los refranes. Rtif. dich, I : Y
ndo rufo de primer tonsura. Rinc. y Cort.: Por un sevillano
fo á to valón/tengo socarrado todo el corazón. Rom, Germ. 1 1 :
rson fos rufos godeños/ á quien los demás respetan. Roofi» Ra-
9A Bibí. Goílard. 4,1 406: Al rufo que me ha garlado.
En Aragón vale roragsnlc, vistoso, bien adornado.
>l ta fH/ÍJ. (Por el vestido, ó el semblante que uno lleva con
rro, á to rufián), c. 504.
Rnf-eta, en Salamanca uva negra y redonda, de hollejo dd-
Jo y muy dulce.
llHf-tmtno, enla Oerm. ruRancillo, dimin, de ruf-o. Rom.
n, 8: Sin que rufo ni rufezno / ni la gran roandiUndina / haya
ióo agraviarte / desde que te cantas mía.
Ruf-óa, en la Qcrmanfa el eslabón con que sacan fuego, el
kjador, como quien dice.
Hiif-ar, en caló jergal calentar, poner rufo.
At*i*iifni*, en niul. dar arrufo ó encorvadura al buque. No
i« parrntescocon término náutico alf^uno en las demás lenguaSj
lo que debe ser español de origen; en cambio hay otros vocablos
tentados en dtas, que nada tienen de náuticos, pero que en-
. la idea de ahuecar: iL arruffare revolverle el cabt:llo, embro-
I y enredárselo, rufTa barullo y gentío^ pg. arrufar arrugar ó
ry ahuecar, caL arrufar tizar, DJjose del ruf-Of de cabello royo,
ísudc ser ensortijado.
£n Aslur. gallear mucho, subirse á la pana y en Baena (288)
►r frundr el ceflo, regañar, y poner algo encarnado, y e» la pil-
ySn acepción, de la cual sale la de envanecerse, entobcrbeccrae,
del rufo y rufián.
Rtfitx. embravecerse, enojarse á lo ruf-o. Hít* 1409: E porque
r Señora vos tanto amibstcs / por lo que yo desvalí \í^tXi moi^
OrIOCK y vida DEl LCNUUA]K
stes. Todavía se usa en Venezuela. En gall. envaneoerseí y
do animado, dispuesto por rivalidad ó enojo ó ánimo pim
índer algo.
ipruf-aclo, como los rufos, de genio quisquilloso y enoja-
, de donde de las narices enojadizas y Furiosas, j. Enc. 170: Un ^^
ón muy repicado / y arrufado. Id. Canc. f. 3Q: Cantemos á su^^^
)res, /mientras mis cabras chapadas / las narices arrufadas / paceau^j
yerbas y flores.
En Astur. fachendoso, levantisco, provocador.
ArFu£-o, posv. de arruf-ar, en náut. curvatura de cintas, S^^i-
mes, bordas y cubiertas del buque.
Art-ufu-dui'a, arrufo.
A-rrufadía, engreimiento, propio de! arrufad-o. Part jtñf.
2,5,5: Si alguno fíciese contra lo que aquesta ley dice, por arrufac::J£(
ó por desentendimiento, débele el rey dar pena.
Ruf-iáii, de ruf-o, como barb-ián de barba, y la idea es k
misma, de hombre barbudo, royo, que suelen ser de malas pulgs&
Es el valentón y que anda con las mujeres de la vida, apoyándolas
y valiéndose de ellas para vivir. Ccrv. El ruñan dichoso. El rufián
viudo. Rufiana es la alcahueta ó tercera.
Almuerza con rufián, come con carpintero y cena con n-
cuero. (Dícese también por infinitivo: «Almorzar con rufián, comer
con carpintero, cenar con recuero>). c. 46.
Como rufián en corte, del acobardado en algún sitio.
Kufíuii-cillo, dimin. de rufián, el poco apreciado.
Rufian-azo« gran rufián. Selvag. 63: ¿Rufianazo? bellaca»
toma. J. Pin. Agr. 23,26: Por andar so las alas de nifianazos acu-
chilladizos, que tengan fama de valientes.
Kuíiaii-ct*iaj alcahuetería, modo de ser de rufian-es.
Rufían-esco, adj. lo que toca á los rufian-es. Covarr.
Rufíanesc-a, de rufianesc-o, como soldadesc-a, lavidí de
los rufianes y su conjunto y sociedad. CxBR.p. 25: Para quien hi
vivido á la rufianesca. J. Pin. Agr, 5,10: Menos dados á la m-
fianesca.
Rufiau-at*, alcahuetear como rufián ó rufiana. Nebrua.
A-rruüan-ar, vivlt como rufián. Intrans. y reftex. (TkMr*
94. (ícrretir. A23
it7\). G'.'EV. Metí. Corte U: Eslán aIIeg:ados, por mejor decir, arru-
inndas con tina cortesana,
Arrufiau-ndo, lo como rufián. Lh. y Ros. 62: Arrufia-
; paUbras y fieros hinchados. Quüv. baUe 4: Arriinanada de
OuE\'. Aviso privad, S: Moíos incjiíietos, bulliciosos, revoU
, acuchilb dores y aun arrufianados no los debe recibir, ni en
compaAIa tener.
Rostir, como rustir, del germánico cocer. T. Naharr, 1.323:
I tienes una cAÍdcrn, ^ ponía con agua á rostir.
Rustir, en Arayón roer, ó también rustrir, en Asturias tostir
[y mascarlo duro y tostado, en la Li lera asar. Del ant. al.,
9, al rdítert, it. arroíllre, fr. rólir, cal. rostir, prov. raustir.
Rostr-izo, eti la Rioja lechoiicillo^ Je rostirj como tostón de
ar.
; 94. Derrellr. Según kírting, de detáro, líríre desmenuzar;
mi la / inicia! ss hace jamás d al pasar al caslcllano^ ni la r suave
I kicc rr fuerte, ni de la idea de desmenuzar puede irse á la de de-
¡r, pues derretir no es un desmenuzar ni el desmenuzar es un
Ür en ningún sentido. En fin ífTfre hubiera dado tcrcr como
tt dio Iccf; y de terer á derretir hay buena pieza. Dcrrciir es
ivaáo áf\ cu^Vzro erre i]ntmar, ó erre-íu, erre-ti, y la jire-
I dé-. Solo en castellano, y en et pg. derreter. Y efectiva-
ile «i la explicación que da DIcü, dice Cuervo, sacando nueslro
f bo del latino delerere gastar, majar, se opone el hecho de ser
común en el periodo antecUsico y acaso wás antiguo el simple
ir». Este ret-ir viene de erret-a. P. Guím. Ciar. var. 234: E tra-
jo oro retido. Baena p. 1 58: Si el sol rrelierc el plomo. Mont,
l,2f\b'. Et si non, tomen unto añejo de puerco, el rétinlo et ,
enlo.J. Man. Ca7a 1 1: Que sea retida en el rábano. Cron,
I. I|6S: E ritió Upeiu
Ttans. liquidjy por el calor lo sólido. Qai/. 1,2: Derretirle los
s. Hejir. Agr. 5,3: En el cstfo con el sol son muy calientes (las
nenas de barro) y derriten la miel con su ardor, td. 5,40: HanU
[derreUr (la manteca) sobre el fuego. Lazar, I: Al calor della
I en derretida la cera. G. Alf. 2,1,7: Riguroso sol que tuesta
lies» abrasa las piedras y derrite los metales.
424 Okiocn y vida orL lenquaje
Deshacer, disolver, aun sin fuego. Laguna Diosa. 5,96: DerreÜdi
toda ia sal en el agua. Cacer. ps. 125: De la manera que el viento
ábrego derrite los hielos.
Metaf. Cabr. p. 363: Calor que te derrita. J. Pin, Agr. 6,18:
Que las casas de sus moradas derriten santidad. Qucv. Cana y sqij
Me miraran tus ojos, que tantos corazones han derretido.
Llorar, cual si la persona se liquidase toda, en. Roa Vid.
Sancha 2,3: Era su pecho una fragua de amor divino, y salían In
palabras como saetas de fuego, que penetraban y encendían la
almas, y aun derretían los ojos en lágrimas.
Beflex. liquidarse por e! calor, Mariana //. E. 3,18: Por derre-
tirse las nieves con la templanza de la primavera. Oran. Orac. I,
mart noche: Una imagen de cera muy ricamente labrada, si estu-
viese puesta al sol, donde así como se derritiese la cera. Cacer. /is.
74: Derretiráse la tierra con el fuego del juicio.
Deshacerse ó resolverse aun sin fuego. Qaij. 2,17: Se me derri-
ten los sesos. Valderr. Ej. Viern. 3 dom. ctiar,: Como se derriten
las nieves de los montes. Herr. Agr. 4,3: El agua que se derrite de
nieves ó hielos. Cabr. p. 325: Cuando corren las lluvias y se derri-
ten las nieves. Palma V. G. Palm. p. 93: Derritiéndose aquella
reuma, le sobrevino un dolor de costado.
En. Lñóujob 26: Ordenó Dios que el agua subiese en altoyse
espesase en nubes encima del aire y se derritiese otra vez en ellas y
cayese hecha lluvia. Valderr. Ej. Fer. 6 Ceniz.: Y si todas lasnie
ves y cristales se derriten y convierten en agua.
Metaf. de los fuertes afectos, mayormente del amor, que se com-
para al fuego, y del contento que ensancha. //. /re¿'.; Vierten azoga*
los pies, / derrítese la persona. Euq. Salaz. C. 1: Andan galane^
sin número en esta corte, hechos enjundias de amor, derritiendo^^
por cualquier parte. Valderr. EJ. Fer. 2 dom. pas.: Así com^
aquella cera se derrite sin resistencia, así el duro corazón de quie^
ama se derrite prestamente al fuego de su voluntad. Cacer. ps. 21
Es tanta la congoja, que se me derrite el corazón. Rivad. Ep{f,: VTt0
devoción tierna y ternura devota, con que sus almas se derretíais
como incienso en la consideración de aquel misterio. Oran. Oraff'
3, 1 1 : Mi ánima se derritió después que oyó la voz de su ainado. íá^
94. derretir.
425
.14,6: Pues ¿cómo no se dcititen nueslras eiilrañas
rñN Cant. 4,9: Derrelidas sus almas de amor. Avila Ep.
líesad y comiiIgaJ, y llegándoos al Señor, sentiréis derre-
ánima de suave dulzor. Rivad. Virg.: Encendida de
btjda de deseo de verle.
Serm. Pent.: Con esia consideración ¿quién no se
' en amor? J. Pin. Agr. 23,33: Derrílense h)s buenos eti
¡idenar sus defectos y se esfuerzan á los cninendar, y en
ir las viríiides y se nniínan 4 las seguir,
ñticho, como deshacerse en ligrimas, ert. Roa Sancha 1 ,2:
ttpmaiKÓ él á hablar, comenzó ella á derretirse en lágrí-
^A^. 3,8: U dio sepultura derretido en Ugrimas. Ca-
'! : E-Moy derretido y deshecho en lágrimas. J. Pin. Agr. 1 ,30:
|_cn lágrimas y quedaban itvortecinos (los contemplativos).
, 1: Mas ¡qué vale el fener^ si derritiendo / me estoy en
U de, en amor. Oran, Simb. 4, d. 7, 2." pte.: Allí se
amor de quien tanto bien Ic mereció. Id. Mem, 19:
I este fuego de íal manera, que ardan y se derritan todas
i en amor. León Cani. -1,9: Derretidas sus almas de
laiebnn con EL
' de gozo. J. Pin. Agr. 23, 1 G: Y si la veen caer en el
Has se derriten de gozo.
se en llanto, en lágrimas, J, Pin. Agr. 4,4: Con to cual
Ébrió de lulo y se derretía en lUnío. L^on Job 16; El
Id corazón^ qwc se derrite en lágrimas cuando esti
rse en voces. J. Pin. Agr. 4,5: Y por quince días parece
Íctido en voces sin jamás callar (el ruiseftor).
Uá como una cera, como la manteca, como el plomo.
tt^ido. Es muy derretido. (Porque los porlugiieses son
muy enamorados^ y de aquí los llaman derretidos y se-
K" Viya y matraca, porque se derriten con el amor como
gebo con el fuego y calor), c. 530. Pk.fust. 4,3: Daban en
enamorad i si m os y derretidos. Lora Marg. Nav. 1:
ane cnaint
426 Origen v vida 0|u.<uenouaje
¿Sois acaso portugués? / Que solo á los portugueses / púa den»
tirse, amor / les dá término tan breve. / ¿Cómo os derretís así?
Derpeti-miento, de derreti-r. Metaf. amor vehemente.
Erpaj, arraj, carbón de cuesco de aceituna; es el euskarp
arrats, el quemado. El vocablo arábigo de donde lo trae Co\'am>
bias, solo vale de vil, bajo precio, barato. Zabaleta Diaf. EstraÚK
Un brasero.... lleno de errax encendido. Quev. rom. 76: Y en el b»
sero de errax, / desde su casa se quema.
95. Habéis reparado en el que está furioso y fuertemente eniK
jado? No habréis sentido el ardor que le quema las entrañas; per»
lo que primero se os habrá venido á los ojos habrá sido sin duda li
asquerosa baba que le cuelga y se le va de la boca, como á perrt
rabioso. La buena educación ha limpiado las barbas de los furiosos^
en cierto linaje de gentes; pero recordad que en los tiempos aquelloi
de que hablamos no se gastaban guantes ni pañuelos, ni educaciiif
ni disimulos, y si aun hoy en día las tías del barrio babean sin min-
miento, cuando les toma la cólera y echan sapos y culebras por estt
bocas, bien podemos ñgurarnos que las tías de entonces, las suegni
y nueras, en particular, cuando andaban envedijadas á la greña, de^
babarían las unas contra las otras espadañadas de bascosidad i.
vueltas de palabrazas de á tres varas. Ni se escame el lector de tant»
horruras como le hago leer, porque he querido prácticamente ht-
cerle saborear la cosa y como sentirla, cual si á sus ojos la escoia
aconteciera. Hay cosas que, si no se tocan con las manos, ni se sien-
ten ni se creen. La baba bien entenderá ahora que pudo decine
er-de, ó acción de encolerizarse y estar enojado en ¡err! El baboso
erde-zu. ¿En qué otra ocasión, sino, iba á andar babeando Adán, 6
sus hijos? El desprecio y el asco hacen caer la baba, un hilillo por el
labio inferior izquierdo, por abajarse éste entreabriéndose la boai,
como saben los fisonomistas: su expresión es el diminutivo erde-iñrtt,
-u el que tiene, -iñ diminutivo. Véase si hay pintor semejante al eu^
kera. Despreciar, asquear de algo, tener eno]o, es erdeiñu-egin^
erdeiña-tu, asqueroso y enojoso erdeiña-garrl.
Cuando oinios hablar en lengua extraña y desconocida, se IKS
figura que más que hablar, babosean, mascullan, hacen feos visajei
£so es lo que encierra la etimología de barbaras, pdp-pa<>-o<, bebno
90. trF, ertía, cusk.
■ 6 bis 6 ghUeg balbus, balbulien?, arnh. gUHéj barbaniBr
mletchfta (y. Lew-BiNü, La LinguisL dévoilée 37 i)* El
de tubbr extraño é ininteligible s€ dice erde-ra ó erdo^rút
nlc que llevi á, ó manera de b»bo^ar y tlcspcrlar asco y
iy. era y ara). Este nombre se da en general á todas Lis ha*
|<iuc no son el cuskera, erd-aldun es el que habla lengua cx-
como eshu-aldun el que se expresa con propiedad^ el que
eti«kera.
todavía en lo subjetivo^ en la tnisma boca podemos ver ese m<y-
alo ó meneo fuerte err. Charlar es menear así, desapoderada-
Ib sin hueso y dijose err-an, en continuo err. Acción de
:6 charla erra-te ó erra-i-te, ite hacer erra, dicho erra-pen,
6 refrán trran-kizttti, dicharacho erran-kerl, habladurías
^m-arran-ckf con m de repelición, charlatán ó dicharachero-
e, de i-Ie el que hace.
Oyese im liro, y de una higuera cercana deírás de la tapia-
I vuelo una bandada de gorriones: ¡ errrrrr f o\go qwc dicen
muchaclios que pasaban á la sazón. He aquí la r íuc-Ac, el
fuerte de Is lengua^ como expresión natural del movimiento-
mirando A lo objetivo. Los muchachos no saben lo que m
pero mintieron el revuelo de los gorriones y pusiéronse sini
á nebulhrse, á revolar como podían, dieron un brinco, loa
í se les fueron Iras los pájaros, desatóse la :>in hueso, que txitn-
I como badajo de esquila produjo esc irino rrrr, pero co-
udo por í-, porque la boca estaba abierta normal nj en le. Nin-
liexie aquí esa e, \o que suena propiamente es una r nuiy
continuada y fuerte, la kngua que cimbrea en una cai'ídad.
ordinaria.
ie visto cien veces á las viejas en el corral llamar ásus gallinjis:
ptua echarles de comer, y siempre les lie oído articular
expresión ¡errrrf Y las gallinas emprenden una corrídíctr
paloraas bajan de los tejados y acorren y se vienen y ro-
ja la vieja, como si les hubiera hablado en su lengua. V tanto
t ha hablado. Les ha dicho que corran ó vuelen con el mismo
! ó trino que solo saben ellas, también como la vieja y noso-
puede producirse por el fuerte y arrebatado niavimicnlo de
428 Oriocn y vida del tañúi
•alguna cosa; y, por apego, por influencia digamos, sin quetetfoi
pretenderlo, se han puesto en meneo, respondiendo como i
una cuerda á otra que suena al unísono. Si las viejas hablaran i b^
iiombre, le dijeran en tal caso e!; pero las gallinas y palomas handl
■correr y volar, y les dice errr! La misma expresión gastan, para o
pautarlas y desbandarlas, que gastaron los muchachos al ver 1|
bandada de gorriones.
Pemítascme asegurar que tal expresión, conservada por tudoí
siglos, la dijeron los primeros hombres. No puede menos, ya que ■
es más que un movimiento físiológico, que menea como por m
fluencia del objeto la lengua, como menea todo el organismo. PeM
además lo dice el mismo lenguaje, pues el derivado ínñnitivo er-á
de ese errr vale correr hacia, congregarse, y se dijo sobretodo di
•las abejas, que así se congregan y acuden y se enraciman á la pi-
quera y zumban en rrrr. Er-da vale, pues, congregarse, correr U^
cia, venir, erdu ven, erdu-e venid, ez erda ta ez m-erdu nlfaú
fa, erda-tu lo mismo, ala ikusiko tuzajende taila-batzak.,., abl^.
dura-andi-batekin bekatu geiago egiíera abiatzen eta erdatat
direlo, así veréis unas personas groseras entregarse á pecados mil
graves y encaminarse ó acudir á ellos con gran presteza. La ab^5
-el enjambre se llamaron er-k, el que hace errr! el que se apelotona
ce arracima y acude á un sitio revolando y zumbando, el zángano
erl-ero ó abeja loca ó suelta, erla-mando ó abeja macho, eria-maat,
erla-nagi) la avispa ería-bi-o, erla-miñ-o por el dolor y picor; é
tábano erle-andi ó grande, erlastar, el avispero erle-ahia, el ttar
gano y avispón erle-alper ó perezoso; el enjambre erle-batz ó jun-
ta de abejas, ó erle-kame, erle-seme donde hay crias, ó trk-pM
arracimamiento de abejas, ó erle-tegi lugar de las mismas.
Donde mejor se echa de ver ese meneo fuerte ¿rr es en d
arrastrar. Asi el rastro se dijo erra-tza, mucho ó lo propio de «ff»
aiñ ariñ ioan da güre-aazoko-tchakurra eze eztaa itchi erraiza^
bere, ha ido tan ligero el perro de vuestra vecindad, que nobi
dejado ni rastro. El mismo erratz fué el nombre de la escoba qw
asi arrastra, y del brusco y del codeso ó piorno usado para escofciS
y del cesto de pescadores que sirve para llevar besugo y dclt percta
■ó anaquel colgado del techo para guardar quesos, por haberse hecbo
de esta planta.
r ru *c«« «
Q6. tnaz cusk.
429
jDe «le arrasífar, errü'Z, moviendo así, significa rasa y entera^
e, es d«dr, paiando d rasero, arrasando, ó fácilmente, 6 dígase
pUna, erras-íisin dificultad, erras-ki económicamente, ra^nda
> quien dice, erra-ts lo mismo que erra-z, fácilmente ó erraZ'
[6 erraZ'tO, facilidad erraz-tasun, erraz-ttira. Del arrastrar A
reciamente err díjose erra-da, donde hay ese movimiento, y
rts con ras, arrasar 6 pasar el rasero, emak burutt, dukek
d¿ colmado, recobrarás arrasado; y al propio tiempo la
|orra y comodidad, de) tenderse arrellanado, erradan tarria esti
inado. Errada-ki, con lo que se íiace errada, es et rasero, el'
5, ta cuchara para hacer zuecos; errada^fu alisar, arrasar el
DO de la medida con ra$ero, de donde apurar y agotiir. Brraüla
Fniontrtn largo y fila de helécho.
^Corno erra-Zf err-^z y sus variantes err-ecfi, err-ekk vaten
enle, ea decir, rasando, moviendo, al ras, de donde erre^-i y
rf-/a, por metáfora del pasar el rasero, ahorrar, moderar, dome-
IJ y erres-a el rasero^ que tiene ese err-ez ó moviendo y arras-
ado, A5l se enliendc que errez-ki 6 erres-ki valgan con facilidad
IcDo seguridad, errez-to fácilmente, errez-tasun facilidad; lo mismo
qoe erraz-ki, erraz-to y errazfnsun.
¡^ El mismo «rr«-/(?, escrito por Azkue erres-ta, vale rastro, traza»
U(rreZ'ten. Rastro, traza, rastrero, indigente y arrastrar dícense
wm-tOt donde hay err-ez moviendo, rasando; arnslrando errestO'
erres-tan, arraslrar errest-arazi, reptil errest-ari, reptar 6
irse i rastras errcsfa-fü, viriila erres-U-ka, con ti acorriente de
Qk ó rcsací erresaí, de ui ola, porque arrastra, resaca 6
ente erresa-ka, á priesa y como arnislrando también erresa-ka,
resaka-n, prendas y |Mn grosero como casa rastieía err-eSt
líente de err-ez, del arrasliar, erresa-tu dar prenda, errecha
hura interior de la castaña, erres-ka-da hilera, carrera en la
nu, errez-ka i continuación, á la hila, errez-ka-da hilera.
I Vemos confirmado el origen de rasar, rastro ó rasEo, arraslrar
star, que trajimos de arra-Zf voz que empareja con err-az,
c, pttes ambas se dijeron del movimiento, aunque arra-z es á lo
, coa la palma de la mano, y erraz, trrez mas en general.
3, fila de cosas, hilera. ¿Cómo se hacer? ¿Pues haciendo mo-
I ó 6rr, moviéndose el yuntero con su par, ú recorriendo con
430 OrIUCN V VIDA DBL !
Jos ojos la serie de cosas, en una palabra, haciendo movímienlD^
eso no pudo llamarse más que erre-ka ó er-ka, tresnok bazÜnai
tzak erreken-egiteko las herramientas tenían púas pan hacer
es decir, para hacer err. Erreka vale además rastro, traza, álveo
arroyo ó de río, y arroyo, torrente, regato, río, raya ó ranura
grano de trigo ó del peinado, huera: porque eso es hacer err^ sui
hacer rastro y regata. Erre-gu, adj., es el andrajo que cuelga con
dejando rastro y traza, y cualquier trasto, errega-ta rebanada,
errego-ta. Erre-erre-ka es jugar á nueces, á dar una contra
donde bien claro se vé el valor de serie y movimiento, pero
mayor intensidad que en era. Erka-da es fila, de erka surco, lo
Indica que éste se llamó por la razón dicha: oreiñak erkadan ipSk
rik iarizen dirá los venados (al pasar el río) se ponen en fila; trk»»
-me es el ramo, me delgado, erka-ia es comparar, es decir, pasar
vista en una direción relacionando: zerekin erkatako duketlainkm
ren-erresuma? á qué podría comparar el reino de Dios, es dedl
parear, poner en línea. La escoba, en cuanto que así recorre el sudt
como surcándolo erka-tz, la del surcar. Derecho, en fila es erke-tz^k
oveja ó cabra en celo erkera por seguir tras... Comparable y comdi
y mellizo er-kide, kide con, comunidad, trato social, Eamíliaridil
erkide-tasun, paraje donde se apelotonan las truchas, donde dq»*
sitan la ova er-ku, lo del er, por iría dejando como en reguero.
De erreka: erreka-gune vallecito ó cañada, erreka io arruinan^
trreka-ño arroyuelo, diminutivo, erreka-ta arrastrar el aguatorrah
cial las tierras, erreka-ra-ta llegar al torrente, arruinarse, errek-artl
canto rodado de arroyo; arroyuelo dícese erreka<h-ka, erreka<Mat
errekach-to, erreka-tckindor, erreka-fchiztor, erreka'Zizior, ertlh
ka-zintzur, errek-illa.
También el surco y la huella es erre-i, lo de erre, tarNifrf
carril hecho por la llanta del carro. No he sutilizado, puei, pn
analizar er-ka, erreka, que suena hacer ó andar al err, moviéndov
97. Rigare regar parece ser el erreka río; los autoras varfsrttf»
to en señalar la etimología, que cada cual le da Is suya snponiaril
que se dijo por vrígare, por mregkare, etc. Ir^rigmt, njfa-fiB •
rigu-um, riga-as 6 ir-rigu-us que riega ó regado. En este tem h*
tino se hace alusión al agua y al cauce, y esto úUimo e» fc> qar fif
97. rtgare, reciprocas, re-.
431
có propiamente, pues cavar y arar son en persa ranjidaa arem.
íi y ^egi, rojgí desgarrar, romper, cimr, rhigaw cavar, tallar,
íírc^rccA-íi en lil. En norso raka raer, sarciilare,
;a ligo, esp,nla y títítíj; en aiit. al rocAo i*asTriim. En
¡ ranjin surco de ranjldan. Dificitmentc puede separarse de aquí
\e}^n lluvia en ai., ant. oí. r^giin, godo rig-n, norso reg-Uf ngs*
f-fx, iri}íl. rain: todos de iiti *riíg-na p;irticipíal ú adjetivo, lo del
ir. De aqiif el arco iris en al, Regen-bogen, ant. al. rSgamboga,
raimbow, ags. r&gnbogo, ñor. regnbogc, es decir arco de Ilu-
■-. Si con estas voces hay que poner Ppi/w humeJecer,
1 cl eslavo vlaga humor, vlaúj-iti humefacere, es más dl-
\ Ac üM^^urar.
'ff«í*prwJi-s reciproco, vale propiaiiicnle de atrás y aiíeUnle,
I i otro. En efecto pro adelante, -cus adjetivo -ko, y reci- de reca-
>. hallamos en reca-perare ó red-pera rf rtvobror. Alrá<r, otra' vez
I que significa r^ctí-. De dónde pudo deciríc, sino del crreka
o, del cual se toma la expresión del volver en muchos vocablos
I el volver del arado ni hacerlo? El pnriicipio significará cl que
literaimcnlc el que liacc surco, y cl verbo volver como al
rio; ó sino scncilIaiTieTite del mover y mover, en fita uno tras
. El particli^io es r^c-ens que significa el qtic vudve^, despwé? et
recícntc^.acftbadode venir, por acabado de volver. Ambos
I seliallan en csie texto de Gcerón; -Verres cum e provincia
ínvidíaque ct infamia non rccenti, sed vcterc ac dlu-
riret». Juega aquí del vocablo rccen^ cl que vuelve y d
reden ll<|pdo. Lle^r y venir vino á signlfícat- lo que pro-
ule solo en volver ó venir otra vez. El verbo *rec-ere no
en Urtín, pero sí en pei^ antiguo, nl-ra^-atiy que suceda, es
renga abajo, parilrüfam logré, vine á parar á, llegue junio á
if-flCT yo vine; en persa moderno raf-idan llegar, como opuesto
adán venir,
Pero erre'ka viene de erre, como erre-ten, y de ese errí salió la
sición rfi- 6 rM- de repelici<in , de volver. No pudo perderse
len rh, y en rírf- debe ser un derivado. Ré-tro redro ó atrás, es*
Biivo de r^, como en In-íro, retro-versum ó reírorsam, de
w^retro-agney retrocederé retroceder» reir<h\re, retro-ferre,
[Con red-.- reJ-ire, red-igere, red-integrare, red-oUrtt red-of
gaere, red-undare, red-dere; y por asimilación reí-lígto, ref4
ret-fuli, rep-perí.
98. Reciente, de recentem recens, nuevo, fresco. Qrm
y. 52: Porque estando aun recientes y deleznables las soidadu
se abra y afloje y haga agua. Sotó. Pind. 1,13: El cual es
dente y su verdad tan llana, que además que la califica ciei
demo autor religioso gravísimo, tiene inmensos testigos.
Recién, adverbio de tiempo antepuesto á participios
1,37: Mostraba ser cristiano recién venido de tierra demo
2,46: El amor recién venido, que hoy llegó y se va mañana. I(
No hallaron en él sino recién derramada sangre. Solis H, Me
En unos lugares recién conquistados. Herr. Agr, 5,3: Vacas
paridas. Gitan.: Las pasiones amorosas en los recién enamor
Reciente-mente, como recién, pero usado de |
Mañero Pr^. 11: Si San Cipriano hallara tan rédenteme
sacreditada la dodrina de Tertuliano.
Recent^ar, renovar, hacer nuevo ó recient-e, ren*
ropa de cama, recentar lienzos (Tesor. 1671). Berc. MiL 28'
fué el su pleito en cabo recentado.
Recent-al, el cordero ó cabrito recién nacido, y
mente el que nació pasado el tiempo regular de la paridera.
Agr. 14,17: La leche de cabras nuevas y no muy recentales y
ordeñada. Id. 5, 11: De cabra nueva, sana y recental. Q. Alj.
Le darán un gentil recental.
Recen-cio, G. Galán Exfrem. 46: Y aguantal con el
el recencio / de po las mañanas.
A-ppecent-ar, volver de nuevo, renovarse. A, Alv
dom. 2 cuar. c, 8: Muchos pecadores hay que de unos p
arrecientan para otros, y apenas tienen acabados los unos, i
ya están aplazando los otros.
Redpo, y piedpo, ant., de r^tro atrás; prov. reiré, ;
riere. G. Alf. 1,2,6: Pensé que ya me llevaba el que á redro
Alude al rade retro Satana, el demonio. L. Fern. 55: ¡Riedi
Satanás!
. A redro vaya! Lope Donair. Matico, 2: Sobre el diab
redro vaya!
^^^^s.
rai'i'" riii;
133
>, ó a-rriedro» de á y redro. Aíex, 40: Siempre
icmpre pierde pr«. Quev. roffi. 67: Con su arríe-
td. Tac. 4: Arredro vayas, Satán. Id. Jac. 5; Jayanes'^
. Q. Benav. II, lOQ: VaJe arredro. Corh. 22: Arrie-'
j, fléjame rezar. Oalindo 14: Abrenuncio. Arredro
E para almy¿n1ar al diablo y para desechar.
desviar, hacer volver atrás, de redrno. Atex. QOOsj
bro por el golpe redrar. td. 1343: Rediólo de la rit
ligero. Cron. Fern, IV, 13: Fallólo ende muy redra-
K, 62: Mancíótos redrar deiide, c fue posar con su
ftdo de la villa. Berc. Sacrif. 273: Vidicron de la
rcdrada. Hita 1303: Rredrauaa me de sy como si
flW/e redrar, hacerle retroceder.
r<!4ln-a, posv. de redr-ar en Aragón. Fi*n7ade'
*ncia. (ItoRAo).
I, dimin. de redrOi y e$ el racimíllo que dejan atrM
es; ó la flor ó el fruto lardfo que echan segunda vez
tíi/on;in; 6 el mucliacho dcsmcJrado; metaf. todo lo
icdiado. Herr. Agr. 4,33: Esto es cütno de las rosas
Kas que llaman redrojos. Id. 1,18: Y más granado, y
mo redrojo y vale poco. Quev. /". 93: En redrojos
UEDA II, 98: Ni el redrojo ni el mal ojo. L. Qrac.
íja fea para el convenio..., el real malo á la limosna»
íl diezmo. Bibt. Gatiard. 4,57: V Icngole allí cocido
redrojo,
■u, como redroj-o, Zamora Mon. mis/, ptc. 3, Pre-
:j:mo ba^a para convertir (odas las ciruelas en
R
mano Izquierda. De redr-o, con el diminuUvoj
e un *rftr-5nea de retr-o. Díjose del esconder y g€»-
{uierda hacia airas, por ser la mano innoble con que
desechamos. Mant Alf. 1,2: E como quiera que el
itetidcra que aquella señal que face es dessa noche,
der si ya en la derecha ó sí va en la redniña.
elo 6 t*c4lo-p«lo (á, ai), á contrapelo, de don*
contra lo nahiralj violentamente. D. Vcoa Nqc,
434 OrIOEN y VIDA Mi i
N.'* S°: Hay hombre á quien se la había de quitar como á indigBO,
al redropelo. Id. Fer. 5 dom. 2 cuan: Quitarles al redropelo d la-
tido. Gitan.: Privilegio de la hermosura, que trae al redopelo 7 por
la melena á sus pies á la voluntad más exenta. P. Veqa ps. 5, v. 12
y 13, d. 4: Sola la muerte lo quita todo al ledopelo. León PimpoQo:
En aquel día quitará al redropelo el Señor á las hijas de Sión el da-
pín que cruje de los píes. Cabr. p. 372: Entonces os desnudarla
de las vuestras á redopelo. Valderrama Ej. Ceniz. 2: Con qué vio-
lencia y al redopelo le arrebataban de todo esto. L. Fern. 146: Tris-
quilarás tú una oveja... / á pospelo y redopelo? Corr. 5, 1 0: Al redro-
pelo. (Esto es, al revés: sacar, tirar, volver, traer). QuiJ. 212: Que
yo se las quitara al redropelo (contra su gusto). Rivad. Vid. Cr» AI
tiempo que se la desnudaron al redopelo y con gran fuerza, le deso-
llaron y renovaron las llagas del cuerpo.
Metaf. riña entre muchos.
Redr(»-suero, J. Pin. Agr. 32,24: Al mundo damos la mti
y á la carne la leche, y el suero dejamos para Dios, y cuando cayé-
remos en las manos del juez soberano y tremendo, pagarnos ha CM
el redrosuero del infierno.
A-ppedpar, de redrar; en Ast. arredar apartar á un lado.
Jntran. retroceder. S. CorneL: Se puso delante de todos yíoi
hizo arredrar á fuerza de cuchilladas y estocadas.
Trans. hacer retroceder, echar atrás. Mariana H. E. 10,6: Am-
parábale el conde don García con su escudo, y con la espada anc-
draba y aún detuvo por buen espacio los moros.
De, Cacer. ps. 34: Arredrad de mí los enemigos. Maruka
//. E. 2,Q: Los arredraron de la ciudad. Gran. Adic. mtm. 2,13,7:
¿Cuántas veces lo habréis ojeado y arredrado de mf, para que dd
todo no me tentase? Id. 16,3: Llegando aquella bestia fiera ádaio>
paz en el rostro, no la arredrasíes de vos. R. Sons Arte 1,10: Dd
sol que nace del alto cielo para arredrar de nosotros las tinieblas d*
la noche. ]. Pin. Agr. 16,25: Como el hombre no tiene más fttO^
tades que para atraer para sí ó que para arredrar de sf.
Metaf. retraer, amedrentar. León Rey.: La majestad y grandí*-
no engendra afición, sino admiración y espanto, y más am'edrt qo*
allega ó atrae. Valderr. Fer, 6 dom. 2 cuar.: Ninguna con ta*
teme el león como el fuego, ni ninguna le arredra más.
98. retaguanUa.
EON Padre: Arredró della !a amargura: y violencia de aque-
. letroceder, temer. T. Iríarte En, 2; De improviso trémulo
Tra cT / que ¡legó i pisar incautamente / eníre ásperos abrojos
ra. L RuEOA I, 270; Arriédratc lo que le cumple. Ovinoo
20,17: Como vieron la determinación de los espafloles, se
y no osaron aíendeilos-
'ntret. 2: De mí se ha arredrado el miedo, y En mí ya no
!e. Qvks. Adic, mem. 2,14,7; Arredraos y alejaos de mí.
Del faligado Rengo se arredraron / y conira Tucapel
¡dos / las armas y la gríla enderezaron,
temer. T, InifttíTr. Ep, cr'tt. pareneL: Podrá creerle hom-
12 de arredrarse ni por la guerrilla sorda que unos le hacen.
Cfit. 2,10: Aquel ledn lau formidable á los cobardes, arrc-
ndrenio.
RAN. Esc. esp. 1 5,2: Algunos, avergonzados con eslc juicio
imicntOf vinieron después á arredrarse desle mal.
rfkip. deponente, el que se aparlaó se aparld. Zamora Mon.
2, Simfr. 3: V así están arredrados los cazadores. J. Pin.
r. 9: Arredrado cuanto sesenta pasos de la puente. Valderr.
dom, 3 atar: Habían de estar las casas de los murmura-
bucn gobierno arredradas de las repüblicas. Oran. Mem.
uién no vé cuánto mayor (mal) es andar los hombres arre-
de los sacramentos? Berc. MU. 872: De fuera de la villa rn
rdla nada/sed ie unaeglesia non mucho arredrada.
ktrtdraos para qae os oiga, porque á paíabras gordas tengo
'^as sordas. Lo mejor contra provocaciones es desentenderse
iratey aílégatc, (to que se hace con mucha lumbre, ó
i70.
k-^BTuardfif rcta^^uardlay de retro: cuerpo de
rcubredclrás la marcha del prmcipal. Tork. /^//. ffior. 3,14:
eces picando en la reUguardía de las cosas temporales
[en e«ia vida. Caccr. ps. 77: Dtáles en la retaguardia. Kf-
r afrcntosamenle. Ibales siempre picando en la retaguardia.
9n.got. t. I, año 451: Dejando por retaguardia un escua-
ados escogidos que ascgiiiasc las espaldas. SoLis //. MtJ*
436 Orioen y viba del lenciuajc
2,1 4: Formando im cuerpo de los españoles i la vang:uan& y oho
de los indios en la retaguardia.
Ejecutar la retaguardia. Mendoza Guer. Gran. 4: Iba Reca-
tando la retaguardia.
Picar la retaguardia, irle á los alcances cuando se retín d
ejército.
Reta-hila, de retro-hila ó hilera, cosas unas detrás de otras.
¡Lfreg.: Predicador le has vuelto, y según llevas la retahila, no aca-
barás tan presto. Qucv. Tac. 3: Y citaba una retahila de médicos-
Q. Benav. 1,345: Señores, qué retahiIa!/obra cortada tenemos. Vi-
LLARROEL Vida 2Q: La retahila del abolorio que dejamos atrás.
Re- preposición en voces compuestas, muy usada en cast^*
llano y viviente, pues se puede añadir á cualquier forma. Indica r^s*
petición ó sencillamente intensidad, propia de la repetición: re-alza ^^i
re-ata, re-baño, re-bien, re-bullir, re-bultado, re-buznar, re-cámar^*i
re-cambio, re-catar, re-celar, re-cobrar, re-coger, re-nó, etc.
99. JSrre, en castellano vale insistencia y pertinacia, como ^=1
re- latino; pero si influyó esta voz en la castellana, su e- índica s^r
el ¡erre! euskérico, erre-erre-ka dar una nuez con otra, muct» «
meneo, repetición. Es expresión antiquísima en España y exclusi\^ai
de ella.
Erre (Esta palabra sola sirve de refrán variable y frase, y CS
el nombre de la rr, y es la causa la partícula rre: de que usa muclio
la lengua castellana en composión para dar más fuerza á las palabras*
porque significa muy mucho, muchas veces; como en digo redigo:
bueno rebueno: quiero requiero: no quiero, no requiero, renoqui«-
ro: digo y redigo que no, y no, y no, y reno con muchas erres: r»0
quiere Marcos que se tope, ó loque, su mujer á papos, y ella que *
repapos se tocaría: tal es su fuerza en composición; de aquf ssüc
tomar el nombre erre solo á muchos propósitos denotando firmen*!
constancia y firmeza, y porfía afirmando ó negando; con ejemplo®
se hará má claro: Erre Erre dice Erre de no; i llamarle y él erre: ^
que está duro en sus treces: Estoy erre todos los días en la lid^n'
asisto con puntualidad: fulano siempre dice erre erre al oficio, 4^^
es sin fallar de él día), c. 535.
También se dice del borracho que cuanto pronuncia son errcA
CO. ene, r<^úr.
437
serd sonido dd movimícnlo. que se le va la sin hueso, como
c van los pies. Quev. Or/. c. I: La voz bebida, las palabras
a, / y hasta los moros se volvieron Fierres. Esteban. 3: Me dijo
de vaguidos de cabwa y de abundancia de erres.
Erre á trrt» perlinazuienle. Qaev. rom. 82; Erre á erre peleaba.
firrí^tííírre, pertinacia. DEjele eslo, y él erre que erre, no
caso. QuEv. C. át c: Dice que se está erre que erre todo
V asi se e?liivjerün erre que erre muclios dias^ hasíaque.
Está erre; está par erre. (Toios estos por borracho), c. 533,
£stor como el que tropieza con tas erres, que ha empinado de-
sitdo y se le traba h lengua al articular la r.
Estar erre, (Por estar puntual y 5rme en lo que ha de hacer y
f borracho), c. 533.
•« /fCcAa f/Tf, persistir J. Pin, Agf. 8,13: Con andar
picando y salpicando de uno en otro, él se está hecho erre
iteileando aquel pavo.
Hacer erres, (Los que se emborrachan), c. 629.
Tropezar en las erres, esíar lomado del vino,
lleoe, d tiiskaro errez. Vald. OÍal. kng.: De raez hacemos
que vale lanío como facil^ y está celebrado en el refrán que
: Huésped que se convida, rece es de liarUr.
Re»acaj del euskaro erresaka y vale lo mismo. Meno, G.
. 3: Las resacas de la mar que en MAIaga estorban á veces el
r. Bibi Gatiard, «tJQQ: La resaca se lo lleva /y la ola lo lor-
'. VcQA Dis^. Fcr. 2 doni. 3 caar.: Con la resaca del mar.
o, surco, cauce en aní. casi, y en Asturias y Gahcia, regos,
cnlre los sembrados en Galicia. El errcka cuskérico, Dona-
i la Igl. de Barcelona año 914: In aquis aquarura in regó et
regó et subliis regó.
Do-ri*e{^-ar, en Galicia abrir con el arado los surcos que
quedar siempre en los sembrados. De reg-o.
int. de rcK-o, ó cauce mayor. HrRR. Agr. 4,32:
cho rcgonei en el invicj no y dcjaJu cieno,
Ítc|pi-epa, de reR-o; (ajea en la tierra para regar la era ó
de plantas. Qrac. Aíor. f. 62: Como viniesen los que fueron
i buscaríe, h.ilUronlc «cando agua de las re^ucfa*- Sant.
-, 14,1; Disponer bien la tierra, cclur en buena suóo lase-
438
OStOCN Y VIDA Ott LCNUUAJfc
tniila: y sí es de riego, encaminarle por sus regueras el agua. He
Agr, 1(25: Ningima cosa de reguera es de tanto vigor 7 fuerza, como'
lo de lugares secos. Cacer. ps. 64: Llenad, señor, los sn'-^
güeras de la tierra sembrada. VALDtRRAMA Ej. Dom. 4 lj^. :
d acequia ó reguera por donde se ha de comimicar el agua
árboles^ esté sana.
Re^u-ero. arroyueío que se hace de algo líquido, de i
guer-3. CoRR, 112: En el mes de Enero el sol enira cncadii
güero. (Ei asturiano y aragonés llama reguero al arroyo y valle liD
do). Vakr. Wst. 1,4,4: Por ambas parles, se^^ún cuentan hshístj
rías, dicen que corrían regueros de saiigie sobre la tierra. Ht
Eneid. 8. f. 1 89; Ya el derretido / eobre por los regueros va conia
do, / ya el rojo oro, ya el llagador hierro / se ablanda y se regala i
la ancha fragua. Cacer. p5. 64; De las cabanas de los pasíores
drán rigueros de la mucha leche que sobra y se derrama. Cabr.
424: Eran tantas sus lágrimas, que habían hecho canales y r^c
en sus mejillas.
Kaj*^ua. hoyo en la ferrería, es decir regata para la fudidj
parece de origen provenzal, de regua, del crreka.
Rng^u-ap, cocer la vena, de rag«-a.
Kag;u-eraj por reguera, comoragita por regua. BibiGúlta^
1,617: Acerca de una raguera / el alférez queuó.
Reglar. Cualquiera diría que de r^glJre; pero no lo dir
que sepa que la fonétícs de la evolución la ti no -castellana ha deaj
carse á este verbo, pues es tan vulgar y del campo que jamis
vieron otro los campesinos. Ahora bien, las suaves g, d prclón^
desaparecen al pasar la voz lalina al casle^ano, real de regale,
de ligare^ freír de frtgere, leer de leyere; y aun poslóníca cae '
leaflj leas por analogía con leer: rifare hubo, pues de dar
rean, reas, reo^ que nunca jamás ficé castellana Reg-ar viene de i
surco ó regalo para regar, que se dice en gallego y .h-
hut>o de decirse en castellano, pues leñemos los diminutiva . .
reg-acho, reg-ato. Y nos saca de toda duda, ademis del de
lona, otro documento del año Q03, de Escalona, y otro de la era <
El de Escalona trac: «Suhtus aulaiium mauris cvim et S. Dig
quac esl posila subtus regó de Cahvarias* . En Reichcnau (s.
«rige, riga, rega* el surco de viñas, tierra, etc. En prov. airtga ¡t«— J
,31^
j
icable por rígarr, ant. aregar de rtgo surco, llm. rejo,
}f bord. arrcgue, delf. rejo, reío, bearn. arreio» arreie,
Lrrco, alpinés rié, ant. prov. regua, arregua, que valen
r^o d'araire surco de arar, creslcn d'uno regó caba-
í y el canee para regar, que también es rcgóu, rigi>u
IJ. reg-olo, alp. legoro. rcgoiiolo, ant. prov. regola, re-
:í>Ielto ríachiu'fo. f:n casi, ragua el hoyo de ta ferrería ó
fundidón, raguar cticer la vena, y parecen venir del
h asturiano regó surco, regu-círx cañada pequeña, re-
fo, rcg3-to nrroytieío; en gallego regó canee, raudal,
cnlre lo5 semSrnd is, de-rregar abrir con el arado los
ebcn quedar siempre en los sembrados de trigo. Regar
.yesledel cu&karo crieka surco, barranca, arroyo.
'egar del tiacr el campe iino el agna por regatos y sur-
> que rcalui?nlc Iiicc; el riego dd cielo es mclafórico.
se explica la c que liay por g en algunas formas.
Ir, rccacliar, etc. que no pueden venir de rigare.
ente es surcar, de donde llevar el agua por regatos á la
tnefrciarla. Herr, Agr. 4,A: El agua de ríos. ía que viene
ly es muy buena para regar, salvo que dicen que cría
y el agiia para regar no sea detenida, ni corrompida,
daña mucho la horlaliza y aún casi todo lo que se rega-
ñí esparcir el agua para refre?^car el sutlo y el aire y
al llover que betieíicia las tierras y refresca el suelo,
rrienle-s que binan las tierras por donde pasan. A. Altv.
'/. 1 c. § 3: Los ríos con sus corrientes al paso rieguen
do ellos pasan. M. Viu.eo. H, Mí}SC. 1,4: Ei la Mos-
tío<í, pues Li ricg;in muchos y grandes,
lis ligrimas y sangre que corren en abundancia. Za<
rst. pie. 7, S. Marcos: Silta ta sangre por l;is venas
micn/a i regar las calles. Cacer. ps. 67: Los pies del
con lágrimas de la M;i:^d.tlena y con sangre de Santo
.V. de r> í;-.ii \' NtnrRRAMA EJ. Fet. 5 dom. pas.:
»de lui ^ibülcj L'ciían d esticrcol, sino luego le
áb
440 Orioen y vida dei unuuajb
Metaf. A. Alv. Silv: Dom. J caar. 2 c: Un riego del alma queli-
medra, la engruesa y hace dar á Dios fruto de precio. Id. Afand.2c:
De cuyos divinos riegos ella simpre se cebaba.
Re^a-nt-io, de rega-nt-e, rega-r. Planta que lia dé regañe
artificialmente, como regadío. Herr. Agr. 1,26: (Lino) que porque
se riega, llaman regantío.
Rc^ad-io, tierra de riego artíñcial, de regad-o. J. Pin. Agr.
4,5: Animaos, señores, que ya entramos por los regadíos, donde
refrescareis los pulsos con aguas frías. Torr. FU, mor. 1 7,2: Pero
como las más mujeres son malcontentadízas, dice la divina escri-
tura que pidió á su padre tierra de regadfo. J. Pin. Agr. 10,7: Hasta
de ganar con el regadío del alameda que arriendan. Zamora Mon.
mist. pte. 3, Alab.: Que las influencias sean benignas, los regadíos
muchos. Id. pte. 7, S. Marc: O tierra venturosa, pues tal regadío
recibes, conviértate ya la maldición del primer Adán. Herr. Agr.
1,18: De reguera ó regadío. G. Alf. 1,2,5: Ganar amigos es dar
dinero á logro y sembrar en regadío.
Reg^ad-izo, lo que puede regarse. Bibl. Amsf. Gen. 13,10;Ii
llanura del yarden; que toda ella regadiza: quae universa irrigabatur.
Reg^a-dera, reguera y vaso de lata ó cobre para regar.
Pragm. Tas. año. 1680, f. 27: Cántaros, rejjaderas, alquitaras. ).
Pin. Agr. 9,4: Como de acequia principal se derivan las regaderas
de las otras venas. León Hijo: Yo soy como canal de agua perpétuSf
como regadera que salió del río.
Reg^-al, en la Litera de Aragón la parte más baja de los i^
rrenos que puede regarse cuando llueve mucho.
Reg;-ala, en náut. tablón que cubre las cabezas de los re\'e3^
de las ligazones y forma la parte superior de la borda; díjose ^^
poderse mojar por las olas; meter la regala debajo del agua, tii. *
barse los botes hasta meter la borda ó regala debajo del agua.
So-rreg^ap, regar ó humedecer un bancal el agua, tras**^
nándose de la reguera ó del bancal vecino que se está regaa ^
Rei^-igo, dimin. del antiguo reg-o, charquillo de agua d^S'
nida, surquillo como quien dice. Berc. Sac. 74: Ca todos los ^
gaios manaban desse río.
En Álava la depresión del suelo á los lados del camino qu& Ai
de andar la bola en el juego de bolos.
Q9. regazo.
441
n Salamanca la pamplina (caríofttácea).
le|cnj-al, charco, áe rcgít\~o. {Tesar. I67I). Aiex. 890:
so el rocío fecho un regaial. Okac. Mor.f. 173: üiego vemos
lo y fc^jal del vino, Ht\<c. Duelo 24: Dabanli azotadas con
clogalcí/cüincnli por las cuestas de sangre rcgaiales.
ie^'a-cha, en Aragón cauce angosto para regar, canal abier-
r cl agua derrumbada de los montes; dimin. -cha, como ja, de
Íc;ca-cho, dini. de reg-o, como regato, en Aragón y en hi
Cang. de Ulír. I. 4, c. 78. Usase en las Vascongadas, Navarra, etc.
Iccach-ar, en Asturiai abrirse el pan al cocer y sacar niudio
Igas. Del formar regacha ó regaña ó regato ó surco.
D gaüU estirar y levantar el rabo ó la falda del vestido, rcca-
I el que abre las piernas, no abriga los pechos^ y se eslí pere-
nenle con oirás posluras poco decentes. Lo mismo en castelU-
J. Enc 12: No son amos que se están / recachando en Us
IKacb-atlo, en Aragón como regacho^ regata, natural 6
fen montes y heredades.
eK^-axo, aumentativo, como re^aclio y regato son diminu-
, d rcg-o surco. Es el enfaldo de la saya que hace seno
ccl ......... Jesdela cintura liasía la rodilla. l\r.. Q^rol. Com.
\: Oirás estatuas están con sus criaturas en las faldas y regazos,
10 Á cuestas. Ballest, Eufros, 4,2: Digo la verdad, que
.o:nc lié que me la arrojó en el regazo. Qttij. 2,45: Ella la
Icrantada y en cl trga/o puesta la bolsa.
La parte del cuerpo donde el regazo se forma. Lis y Ros, 1,3:
i regado m.: la m;i[aron. Corn. Cron. 1,2,65: Cogióla en cl
y ta lialai^aba.
Áietaf. A. Ai.v,Silv.Pabl. 3 c: En n*i regazo os llevaré haciendo
Cacck. ps. 142: Écheme en tu regazo, Lope Orcanc. H, p.
: En d regazo del afba/eslaba durmiendo el sol. F. S. Mar. Hist.
: No tenia más cama que la que instiluyá la naturale/a en los
anales regazos de la tierra, a^z bliinda y suave para el tra-
^.
Qogtr, tomar en el regaza. Orhejo, Cron, I. 1 ,2,^t: Cogióla
d ftf&zo y la halagaba.
442 OrIUCN y vida del IJ9IQU«|V
Criarse en el regazo de, Bravo Benedic. !8,21: Criidos a
la su escuela y su regazo.
Echarse en el regazo de, confiarse.
Echarse en el regazo de Dios. (Por dejarle el cargo y cuenlaeQ
todo lo que nos conviene), c. 537.
Regaz-ada. Corr. 220: No hay tal regazada, como la de
arada.
Reg^-ac-it, de reg-az-o, reg-o, en su valor originario de
surco. Corr. 122: En Marzo, sale la hierba aunque la den con d
mazo; y en Abril, en cada regacil,
Re^az-ap, como arregazar, de regazK). Pie. fast. 2,2,1,2: Q
párpado vuelto afuera, que parecía saya de mezcla regazada.
A-rre^az-ap, recoger las faldas haciendo rega-zo.
Trans. alzar. Pint. Potro p. 29: Sea un refregón hacia arrite,
que le arregace los labios. Zabaleta Dlaf. 1: Escurre el agua de
los bigotes, arregaza el peinador.
Reflex. Mirones: Y al quererle la otra responder, no quiso
darle lugar; sino volviéndole las ancas, arregazóse las faldas. Us.y
Ros. 5,2: Vieja escarní e nía da, arregazada pasa el agua.
Arre^az-ado, como adjetivo, como remangado, lo do*
blado hacia arriba. Quev. Libr. tod. eos.: Arregazados los labios.
Nariz arregazada, remangada de punta.
Reg^a-ña, en Asturias surco divisorio de las nalgas, ele.
En gallego grieta, hendedura larga y angosto. Dimin. -ña de r^-a
Reg^-au-ai*, enseñar el surco de los dientes apretados como
el perro sañudo ó el hombre enojado, y hablar enojado, reñir. Di-
minutivo de reg-o, concretado aquí á los dientes, como regaña en
Asturias, al sulco de las nalgas; en ant. fr. recaner, recaigner, des-
pués ricaner por contaminación con rire, prov. regañar. En Mingo
Rebulgo enseñar los dientes. Oviedo H. Ind. 12,10: El perro il
pié del árbol ladrándole, y el (tigre) regañando, mostrando los dien-
tes. J. Pin. Agr. 21,6: Ya que ellas no nos oyen para que hayan de
regañar. T. Naharr. II, 179: ¿No ves necio, que regaña? Qfl(/. %70:
Allí en aquel juego todos gruñían, todos regañaban y lodos se nu^
decían. Berc. Mil. 47 1 : Vinie de mala guisa, los dientes reganntdoí.
J. Pin. Agr. 23,20: Dio sus ciertos suspiros regañando de dolor.
Regañar en gall. aparecer hendeduras, rendijas en cualqQitf
99. regañar.
443
Ir^c el hollejo de la fruta; son otras concreciones del valor
iiiüvo.
gal regañarás. (Diciendo «sfo hacen cocos los muchachos á
c. 516.
Regañar los dientes. LzoH Job 16,9: Escupió y regañó contra
i dientes. Id: Regaña los liientes y aguza los ojos. Cabr. p.
í Silbaron y regañaron sus dientes conü^ ti. Af. Revafgo 16:
fea las bocas rabiando/ de la sangre que han bebido/ lo& col-
I regañan do/ parece que no han comido.
^igañar, regañar, que no se ¡o tengo de remendar. (Avísala
rido amenazado y puesto pena que la liaiía tal cosa si no te
iba el jubón), c 47Q.
fRepau-ad o. como adjetivo el que rt-gañ-a. Alex. I69Q:
mui íucríc los dientes regannados. T. Nahakr. I, 137; La
ise vuelve en tanto/como perra regañada. Tohr. Fif. mor.
: De las piedras, unas son regaladas y dulces, y otras tercas y
mas con toda su braveza hace dellas el cantero cuanto
CoRR. 337: El pobre y regañido hidalgo. Zabaleta Día /
io: y i\ dijo en tono regañado; enire quien es. HirA H14:
Itóse á la puerta tfel »ldea nombrada^/ Hsose como mucrla, la
^rrcgaAada. Bf.kc MU. 471: Vínie de mala guisa, los dientes
dos. «
I SejEorbc el que tiene los párpados vueltos afucR se dice rc-
regoñados mai se besan, c. 293.
Ojo rebañado, en Ar;ií»ün ri sanguinolento por los bordes.
tecañ-ada, ciruela que se abre liasta descubrir el hueso,
Ipan que dfja abierto surco ai cocerse por $1 6 por la incisión
|ae le hi7o. fin Andalucía torta muy ricfgada y recocida.
tcs^al&n-flEciiU?» (á), regañándolos, de malagana. CAcnt.
I II; Todo lo üeva 1 regañadientes, juez div.:C<\r^^t i rega-
s. Caccr. ps. 3: P.iiece que anclan en todas sus cosas á re-
ucnlcs.
Ic^i^añ-Ot posv. de ri'^ñ-ar, el gesto del enojado, la reprcn-
, y U parte del pan que p-ílÁ tostil.i del horno y sin cortera,
i hendidura que se hi70 al cocerse. Lope Fern. Oonz. V//« p.
: Vndvck» ojos, Fenisaycon menos rcgaflo. Q. A(f. I^IfS:
■ \
444 OkiUEN V VIDA DCL LCNOUí
Que es discreción saber disimular lo que no se puede remecBír, Si^
ciendo el regaño risa. Quev. Libr. tod. eos.: Regaño de nttttL
NiEREMB. Jaan del Castillo: A vuelta de ellas decía cosas con gna
despecho y regaño.
Reg^au-eras, en la Litera de Aragón poner los dientes re-
gañados, dentera.
Reg^añ-ón, el que regaña fácilmente. P. Vega ps. 1, v. 4,
d. 4: Así parece que andan estos dos apellidos á una de ordinario^
viejo y regañón. Rom. Germ. p. 270: Por mostrarme / las foi^ioaei
regañonas.
Viento desabrido, sobre todo el noroeste ó gallego. Viaje pam,^
Que al regañón el céfiro le ahuyenta. Valderr. Ej. Fer. 6 Cenk:
Venga el viento vendaval y lenvántese un cierzo riguroso y regafióB.
Zamora Mon. misf. pte. 2, 1. 4, Simb. 1: Lo tercero, si corre re-
gañón. Id. pte. 3, Concep.: Corrían unos regañones de maldadd
L. Qrac. Crit. 33: Y pasó como un regañón.
A-rpeg-añar. Como regañar. Corr. 256: Si bien supiesa,
arregañarías.
A-rreg-an-o. Como regaño, de arre-gañ-ar y regafl-ir.
Corr. 1 32: Esas risas, arregaños son para mí,
Rc^-uñir, regañar el perro, y refunfuñar el enojado. Usoe
en Patencia y otras partes, de regañ-ar, con el sufijo -üñ.
Rcg;uñ-o, posv. de reguñ-ir.
Rcgtra-to, dimin. euskérico -to de reg-o, reguera 6 sur-
quillo para llevar el agua á las eras de huerta. G. Galán N. CastíL
Sementeras: Ni más espejos que el regato limpio.
Rc^a-ta, como regato ó reguera pequeña (Covarr.). E>
Aragón picado más grueso que el cordoncillo, en la muela, pW
que pase el aire y salga bien la harina.
Rcg^at-uelo, dimin. de regat-o. G. Galán Campes. 2b
Ojendo el decir copioso/del agua del regaíuelo.
Re^at-ap, correr dos embarcaciones porfiando; dfjose dd
surcar ó hacer regat-o ó regut-a. Hurtar el cuerpo dejando un
surco ó regato de por medio, excusarse.
Reg^at-a, posv. de regat-ar ó porfía del andar entre emtitf*
caciones, juego á correr ellas.
99. regatear.
445
le§^at-c, posv. de regatear, d hurlar el cuerpo, el efugio ó
Keg^t^erOf que rehuye. Bibí. Gallará. 1,614: Mas tu
' realera, / malandanles campesinos.
&e|pit-««r. recat-ear, de regat-a, regat-o, Hurtar elcuer-
ejanda paso al que embíslej como espacio y surco,
^ntraris. Quev. Qaint. 1 : No hay ragaícar aquí, / el buscallo ó
bilfo/al toro más baladf.
etaf, excusarse de hacer algo, sobre todo rehuir el dar algo, cs-
olo cuanto se puede: con. Cabr- p. 68Q: Hny unos hombres
laudan regateando con Dios. D. Veqa Nacun. N." S.°: No anda
indo con él en los favores y mercedes que le ha de liacer.
parlicutaral compiar y vender. Mirones: Que estaba en la
\út la otra regateando sobre unas berenjenas. D. Veoa S. Bart:
ii¿s de luber regateado de una parle y de otra, dice el mercader.
putar dos embarcaciones, como regatear» á cual más corre
1671); en Cuba además disputar los jinetes á la carrera.
Tfons. rehuir el dar, escaseando, en particular comprandoy ven-
». CABR.p. ISü: Y regfllearles el gusto. Valderr. Ej. Fer. 5
í eaarj Por eso regatearon tanto los lacedemonios á Anlípalro
nes que le pidieron. CAceR. ps. 65: No recatearé lo que os
. Zamora Mon. ntisL píe. 3, Destier,: No solo no regateaba k
ijjno que daba voces. Lcon Esposo: Deleite como esprímtdo
[berra y como regateado. A. Alv. Siív. Scpt. 2 c. § 4: Son días
rccnarlos los que le damos, vendidos y recateados. Zamora
, misi. ptt, 7, S, Andr.: No boIo recatearían las horas. G. A¡f*
L3: Venden la justicia recaleando el precio. Navarretc Cons. d,
[hío es posible baya vasallo que rci^tee derramar su sangre, sí
I alabanzas reales. Zabmxta Día /. 1,13: Lleva un par de vi-
.regitéalos y cómpralos, j. Pw. Agr. 35,6: Sepa el precio y no
iqoc recatear. L. Grac. Crit 1,9: Asegurándole certezas, quien
! regateaba permisiones.
\R<JÍex. A. Alv. Siív. Mand, 4 c. ^ 2: No fué para escasearse ni
i recalcarse.
I RǤ^te-ado, partic. de rognle-ar; como adj. el escaso, que
. A. Alv. Silv, Dcm. 4 caar. 8 c. §3: Las cosas aci de U
I son cu las que Oíos es menudo y recateado con los hombrea.
446 OrUÍEN V VIDA DEL LENOUAJE
Re^ate>'0, posv. de regate-ar. D. Veoa S. Franca Ec
líos regáleos que pasaron con Abrahán, donde dcspaés de m
dares y tomares que pasaron sobre cito.
Refpat-ero, que regal-a á legal-ea. Hita 632: MoísW
lienen saña e son rregateras (Eas mujeres). Avala Caza 41: El
bien ánade el cuerva et algunas perdices, pero non muy bi
luego se facen regaleros.
Re^ater-ÍA, lit:nda ó calidad del regater-o.
Rc$^at-úii, de regat-ar^ rega(-ear. El que regatea muchi
pftdicular el que compra por mayor y revende al menorete. \m
Ej. Mierc. tiom. 3cuar.: Quilatido las pesas falsas á los rtjg
de U ¡usttcia. Diablo coj. tr. 2: Regalones de los gustos.
Prúg. tiempo: Las mujeres vendedoras y regatonas. A. Alv,
Maná. 4 c. $ 2: No es recatón que di por peso y medida.
i, 1,1: Tanto e! mercader comoel regalón. Mironís; En ven
la batalla dos regalonas ó placeras de las que allí venden. Qü(J,
Ordenó que no hubiese regalones de los bastimentos en la
blica. Valderr. Ej. Fsf. 5 donu 5 cu<tr,: Que venda el me
como quiere y el regalón galo por liebre.
El cuento de la lanza ó su virola, por apoyarse en el su
surcarlo. A. Alv. Sitv. Dom. 3 caar. 10 c: Le hinques la lan
tu pecado hasta el recatón. Zamora Mon. mist, pte, 3, Des
Meten ta lanza hasta el regatón.
En náut, hierro en gancho al extremo de los bicheros par
el proel se agarre at objeto á que va á atracar ta embarcación
puje al desatracar.
Meter ta lanza hasta el recatón. (Por acosar y persegu
619. Por murmurar en A. Alv. Silv. Fer. 6 dom. 3 cüút.
Melemos la lanza hasta el recalón.
Ni compres de ncatónt ni te descuides en mesón, c. 21
Reg^aton-azQr go^pe con el regatón. Inc. Oarciu
2J,I4i Se valió del cuento de la lanza y lo recorrió á buenos
(onazos.
Re^aton-«ear, comprar por mayor para revende
menor, ó dígase ser regalón. (Nebrija).
Regpaton-ia, acto de regaton-ear. (NeeRTjA y P. Alcal
d^
r
100. erren eusk. 447
lefraton-eHa, ííenda del regatón. O. Atf. 2,2,7: Fuera de
juncos y regaloncn'as.
tejpat-ezna, tiiniin. de regat-ar, regal-ear, la lagartija, por
lovímicntos huyendo y hurtando el cwerpo. Cabr, p. 63: Entre
ptezruii vemos que los labrarlos se despedazan unos á otros.
I S. Barb. c 3: Pasa entre ellos lo que entre las regateznas y
dija* de las riberas.
Lcg-allAP, a*pi*eg'allap, en Asturias dfcese de \m ojos,
rios vohititariamenle, de! abrir regó ó surco.
yill-án, e! de ojos muy abicrlos y saltones (Astur.),
■j», parece diniitiutivo de errego, errega, y es el pedazo
te de pan y metaf. el mudiacho de pequeño cuerpo. A. Alv*
po/n. 2aeív. 2 c. § 4: Les etivía Dios su limosna de regojos y
rdel ciclo, J. £nc. 7: Son regojos y raigajas/que se cscue-
lurrón.
ie{;oj-ijoto, dimin. de regoj-o. Biíav. Benedict. Cani. 2,
i2; EJ; traje monacal de pieles hecho,/ es piirpuracon oro. en
9ác%,yt\ seco regojuelo es sámio pavo/faisán de Escitia, an-
de Timavo. A. Alv. Silv. Dom. 4 caar. 3 c: Cuando {al po-
í das el regojuelo de pan.
leco. Tieso, de la pierna, etc. (Paíencia), probablemente de
errekUt de donde el diminutivo regojo.
cd ese cojo que pasa por la acera de enfrente. Ese s(
SU pata galana va t>attt.'ndo el suelo y encorvando el cuerpo
;, como un maestro de capilla. Queréis mejor pintura del
de] menearse? Porque para percibir el movimiento es necc-
'1 ritmo, quiero decir una sucesión de gotpeü que no sean
ó de posturas que no sean parejas, sino que golpes y pos-
de tener variedad y unidad á la vez. Si los golpes 6 movi»
if^ales nada se distingue, falta la variedad; sí todos son
hlU la uniílad: en ambos casos falta el ritmo. Pero si de
golpes ó meneos el primero se diferencia de los demás,
se repite, por ej. /..../..../..../..../.... habrí variedad sis-
. y tmidad que sistematiza lo variable. Tal es el tilmo
isica, en Us estrofas poéticas, etc. Volved á oír ó i ver el
le vuelve á pusar: olbile thí el ritmo personificado. Este con*
448 0«(OEN y viDÁ^
ceplo de movimiento rítmico es el mismo del de fila, serie, Mta,
pero llevado á su extremo, es, digamos, el superlativo dd movi-
miento, y es lo propio de todo movimienlo y sene. El Su&jo -ta
vale en euskeía lo superlativo y además lo más propio de, porqiH
todo ello es lo mismOj el hermosísimo, el más hermoso de todos^
es el rfe los hermosos, el que sobresafe de entre ellos, ydeélespro'_
písimamente la hermosura. Ahora se entenderá porque err-tn es d
nombre del cojo, superlativo y genitivo plural de erf movimiento,
tíe quien es propio del moverse, el má$ moverse de todos. Pot le
diclio crr-erj vale además todo movimienlo continuado y rítmico,
toda serie, la inlcrnipción y la espina, que ofícce á ia vista la van^
dad y la unidad en sus púas, el ritmo visual, y en fin, !a nuera qi*
continua la raza de los abuelos, como QÜ-on cl abuelo ó padre per*
feclo, de generación asegurada, am-on la abuela, ó ait-aita, &m-<im,
muy padre, muy madie.
Superlativo, pues, de err mucho movimiento, es err-en, que se
dice de todo movimiento continuado y rítmico por lo mismo, dd'
cojo, de la interrupción, de la espina, erren-íííí cojear, errendorúM
en fila, ó erren egin cojear, iníerrumpir, erren-dú-da franja de t^
rreno, erren-ert cojera, erren-gale el que se mueve á írancos, erren-
gilatü arrastrar las piernas, erren-ka sin interrupción 6 seguidi-
mente, y cojeando ó al pericón, errenka-da serte, fila, erreráús
en fila, errenka-ta enfilar, e/re/i-ío fila, adjetivo -ko, errenko-errea-
ko en fila, á la hila, erreit-ku ó erren-ko-i recua ó hilera de acém^
las, errenkü-ra cojera.
101. Renco, renjfo, el cojo decaderasj de erren-ka cojafr
do, erren cojo. En Honduras renco el cojo. No de ren ó riñon, (¡i*
hubiera dado des-ren-ar y no rengar, derrengar, rengo: en las útíois
románicas hay derivados de renco, y de ren lo son prov, desrcBtfj
deregner, ant. fr. esreiner. A rengo responden en gasc. y ítíí*
reng, Alpes rene, ant. prov. reng, rene, arrcnc, caí. y bret rene. S
fr. ranger, arranger, rang, il. rancio, vienen de las formas aottgusí
prov, rene, arrenc=orden, serie, rengar, arrengar=ordenar, proí-
arrengueira, Ródano arrenguiera, lang. arrenguierra, tolos, arreagi*»
por poner en fila, en ringle ó ringlera, gasc. renglo, lomos, «ojíV
delfín, ranjo, prov. rengo, «nt. rengua, que todos se refieren ^
101. renco.
^b. turno^ vtz, ringle en Ala^i y Qalícia, del euskaro
(jcartdoy fila, serie, sin inlerrupcián, movimienlo rílmico,
id cojear: lal es el concepto de ren-co, el que cojea ó se
icimente. Qaij. 2,44: No soy renca ni soy coja. Quev.
6 r. 98. Que está ya cansado./perezoso y renco. Gitan.: No
»yo alma en mi cuerpo? no tengo quince años? y no soy manca
nga, P€£Íf, Urüem. 2: Aquel que no es nada renco.
"ktr con ía de rengo, engañar entreten icmiole con esperanzas,
V padre cojo, hijo renco.
WíJfe con la de Rengos. (Con la del martes, con la de Calaínos).
t!.
lide ¡a pata renga, 6 de la pata galana, el cojo. Quev. C. de
^e les pagaría á manteniente con la de rengo.
lacfr la de rengo, fingir lesión ó enfermedad para excusarse
rabajo.
?en^, renga, y á casa venga, (Del que pone tacha á la cosa,
lesea y quiere, y que no se deje perdido lo que en algo puede
ndiar). c. 47Q.
^^BC-at Ia (atiera Ja que anda doblándose como el cojo ó
y.
\enff-aVf cojear, de ren-go ó renc-o. H. NuÑ.: Renga, ren-
yi casa venga. De los que ponen tacha en la cosa, y por otra
la quieren.
len;(n-depo, en Salamanca la cadera ó renca. Q. Oalan
em. 33; Y me puse dos parche* al pecho/y una bilma de pcs y
4opa5/cn el rengaero-
tenc-oso, que cojea.
It^nc-alloj en Salamanca rencoso.
teiii(U-«i*a, en América por cojera.
Cenc|ii-^iirt paiH|noAP, reiiB:"*^í*>' cojear, andar
■o, úsase mucho en America. Q. Benav. IIJI5: Parece que
ncais/de aquella pierna siniestra. Cald. Tres justk. en una 2:
k la coD cuidado/vera&la ranquear de un lado,/y de otro
00 ver.
Renc|iie-o, posv. de renque-ar.
tliii;f-np. Derrengar en Palencía: Que te ringas, ae ringa la
L De rcns-o, como ringla de rengla; variante de rengar.
zs
Oc-rreng^-ar, dejar reng-o, descaderar ó edur i
la renc-a.
Trans. Lao. Diosc. 4,82: Amasadas con enjundia las h
aquesta planta y dadas á comer á los perros... los matan y sú
derriengan. Arauc. 10,44: De este manera Rengo á Talco i
y antes que á la defensa se prevenga, / tan recio le apretó a
tierra, /que el lomo quebrantado le derrienga. J. ENa 241:
el que quedaría /qu' á palos ño derrengase.
Trasládase á otras partes del cuerpo. Q. Benav. II, 122:
te derriengo una costilla.
Metaf. echar abajo. Quev. r. 14: No hay garnacha que i
ten, / ni gorra que no derrienguen^ Id. Entrem: Yo no lo ha
por hacérsela muy mala á él y derrengarle la hipocresía.
Reflex. Lope Robo Elena II, 225: Se derrengué Menclai
Arden. Sat. 9, 1. í, fíorac: Y entonces, cual rocín flojo y a
que echándole la carga se derrienga, / estuve por caerme
estado.
En Asturias derrengar por derribar la fruta del árbol
pa!o que se le tira.
l>ei*i*en^-ado. QaiJ. 2,14: El derrengado caballe:
jadme levantar, os ruego. Calder. Encantos, ha: Estoy ya
rrcngado/con tan insufrible peso. Reboll. Oc. pl. 246; I
moño en punta es mi cuidado, /que mi mujer. le tr«e r
rrengado.
Dei*pen^-a«la, en la Mancha cierta mudanza en el
Derreng^-o, posv. de derreng-ar.
En Aslur. palo que se tira al árbol para derrengar la fru
Deppeng^u-etai cansancio, molimiento. G. Qal. i
Cara al cielo: Y una derrengueta/quc no pueo engiestaUn
cama.
Renque. En Álava y Galicia ringle ó ringlera de i
personas, fila, turno ó vez, misa de tres en renquCí estoy de
para guardar el ganado. De errenka, renco, con el valor de
Ren|>;u-e, en Salamanca navajita tosca de aifi(% c
ancha triangular y mango de madera de una sola piea; i
de renque.
101. ringU,
451
Rcn(|u-ero, en Álava y Galicia e! que eslá de tumo para
>i5 de rcnqu-e.
Rln$;-Ia^ pen^-la (Tesor. 1671) «i Vizcaya rfncfa; de rcn-
I, dimití, lie rengo por orden, serie, errenka. En cat. rengU, Es 1%
\ A Unca de cosas ordenadas. Píe. Just. f. 23; Si las pusiera en rín-
, soiiaran más que la recua enca^cabelada.
En ríngta. O. Oal. Extrem. C. aí cieto: Cuantis gücli que
nm en ringla /dos palabras ú tres de las malas.
Rinicle, reog^ie, vulgar por ringl-a, y en Ouevara <M. Pe-
jro. i4n/o/. 3,245): Amor en setilaros vos/delante*! rengle de
Í.Oviedo H. fnd. 5,1: O asidos muctios en rengle. Id. 20,7;
t cuales se sentaron en rengle.
En ringle, en fila.
in^X^üvskf ren|cl-(rra, de ringla, en algunas parles
t, como en Aíava, Riojay Navarra. Q. Perei Oáis. 12: En
I una delü'i tres rengleras /de dientes. L. Pern. 105: Quizá sois
! los que andáis / como gnilbs en rincrera, A. PmiRz Cárt. ptt,
lO: Hde dado aquel anillo de dos rengleras de diamanies. Oviedo
^btd, 24»3: E ponen tina renglera de tinajas.
A ta riniitera, en hilera. En ringlera, en fila ú huera,
ing^l-vta, en Colombia, etc.^ varilla con dos veleílllas en-
I en los extremos, prendida en medio con un alüler, de
I que el viento le hace girar, como rehilandera ó venloleni.
ivo cree ver conlaniinatlo aquí el rehílele con ringlero.
RÍn|cl-«l4!, en América, ardilla, andorrero, callejero,
Ria;;'lcl-eaPf corretear, callejear, vaguear, de ringíct-c.
Rnii(*-nnf-an. en ?rtlamanca c! niño andarín y vivo.
Ren^l-ón, aum. de rcngl-a. Zamora Mon. mis. pte. 3, S,
f, V. 6: Apenss be borrado ringlón, trai<;1adado hoja, ni vuelta al
)lde razón ninguna. Pic.Jüst. 1,1: Aplana nngtiSn. QaiJ. 1.32r
\ tí curi para si tres ó cuairo renglones.
á rmgión seguido, enseguida.
Posarlo tfttrt renglones, (Quedarse algo olvidado, 6 por fn-
a), c. 600.
Quedar, dejar ^ pasar entre renglones, en blanco, omitir. Quii.
M: No pienso que se han de quedar Tas mías (ttazxñfts) entre ren-
. J. Pin. ^r, 14,10: No se puede pasar entre renglones esto
452 OfuoEK y vida
que se tocó del genio. Torr. FIL mor. 20,7,: No se dejó oÉfe'
rínglones. :
A-rring^Iar» desvencijar (Falencia), como fmffit át rengo,
Rin^o-prango, el rasgo demasiado al escribir, ciulqtúer
. adorno supéríluo. De rengo en el sentido de errenka fila, serie. Con.
232; No quiero ringorrango por mi dinero.
Rinco, rínc-ón, que de él se derivó, canto, cantón, ángolg
(Tesoro 1671). Es variante 'de renco, y díjose de la corva por li
. parte de dentro, lo opuesto de esquina, que es por de fuera.
Rinc-óoy ant. rencon (Part. 2, t. 24, 1. 7; Berceo), y raneo
(Alex. 784; Berceo). De renc-o, rínc-o, por el ángulo de la comí
cojear. Es el ángulo en castizo, lo opuesto de esquina, por ejempk
el de dos paredes que se juntan; de donde escondrijo ó lugar té
rado y el retiro ó casa privada. .QuiJ. 1,1: Armas, olvidadas en n
rincón. Id. 1,41: Si hallaré en mi tierra algún rincón donde leci
gella. Id. 2,9: Podría ser que en algún rincón topase con ese ala
zar. T. Naharr. II, 76: Con las mozas del rencón.
Al rincón, en privado y en casa, ocultamente. A. Alv. Sit
Dom. sex, 3 c,§ 3: AI rincón de sus casas enseñando á sus li
juelos.
Al rincón con la almohadilla, la cachigordilla, c. 41.
Andar, escudriñar los rincones de. A. Alv. Silv. S. Andr. 2
§ 1: Los (ojos) de Dios entran adentro y andan los rincones de i
corazón, siendo escudriñador de él.
Andar por los rincones, Gaundo 4Q7; lo desechado, el que bu
del público.
Echar al rincón. (Lo desechado), c. 536.
El rincón de las siete semanas. (Es ordinario llamar así ái
sitio donde se acude, ó en e! que se ponen y arrinconan algbi
cosas), c. 521 y 107.
En su rincón, en su casa, á sus solas. Cacer. ps. 69: Los q
quieren saber con mucha curiosidad lo que yo hago en mi rinoí
. Qaij. 1,11: Mucho mejor me sabe lo que como en mi rincón.
2,59: Dejarame en mi rincón, sin acordarse de mL
Meterse al ó en el rincón. J. Pin. Agr. 5,29: El mundo notie
. cuenta con los buenos que se meten al rincón.
Mi rincón. (Por mi casa), c 619.
lOI. riitcán.
453
Morirse en ttn rincón, solo, abandonado.
So dejar rincón, escudriñar bien. QuiJ. 1,23: Sin dejar rincón.
I toda ella (la maleta) ni en e] cojín, que no buscase.
Qitedarse ó estarse quedo en su rincón, no salir, acobardarse.
k)A S. £aÍog,: Estarse quedos en sus rincones.
Rincón por rincón, Atcañiz en Aragón, c. 480.
Rincón por rincón, Caiatayud en Aragón. (Alaba cada uno t\
ar y tierra que le agrada), c. A90.
Socúrfe de su rincón, de su casa tí vida ocuHa. A. Alv. Siív. S.
iréSy 2 c. § í: Sacándole de su rtncAn para rey.
Rlneon-aflA> anl. rencon-ada, (Berc. S. Dom, 265). Es el
óa que se forma de dos casas, calles d caminos. Lis. y Ros. 4,í:
ondimonos en esta rinconada.
hliicon-er«ip ménsula de rincón.
Ilincon-ar, como arrinconar, de rincón. Aíex. 2414: Euro-
fcí África yacen bien ranconadas.
A-rrlnt'on-ap, anl, arrinconar, de rinconar. rincón.
Trans. poner ó meter en un rincón; de donde poner en sitio ó ,
ar retirado como cosa de poco valer, en. Comed, prol.: Asi las"
Dconé (las comedías) en un cofre y las consagré y condené i :
•Ivido.
, ir á retirarse A parle de donde no puedan salir. Cacér.p*.
i Arrincónanos, cncerrallos en su tierra. Id. ps. 34: Que los estreche
arrinconar. Rivad. Cism. argum.: Hicieron guerra Ú los
y los vencieron y arrinconaron en cierU parte de la Ista
Día.
Metíif. de lo que se desprecia y desecha. Entret. 2: Y aunque
1 caballeriza/me arrinconó el amor ciego. A. Alv. SÍ\y. Fer. 4
.J5 c. § 2: No pretende el Señor, por esto que dice, arrinconar
bucna$> obras del mundo ni ascondellas para que no salgan á
GvEv. Ep. 5,2: A los sabios arrinconan y i los virtuosos per-
n. Qvtv. Provid.: El desprecio arrinconaba á los doctos.
Acosar, apretar, vencer, acobardar. S. Ter. Mor. 1 ,2: Esto ím*
i mucho á cualquier alma que tenga oración, poca ó mucha, que
h ■rrinconcn ni aprieten. Quev. Prov.: Heíe arrinconado á .
1 5in salida para tenerte, si no más reducido, mis atento. Cf-
I..* Vemos como arrincona y barre la aurora las eslrdtas del Cielo,
UCOb
494 Orioen y vid* dil leüquaie
G.Alf.2,\,5: Animo, ánimo.... ¿cuándo te suelea i tí ininoonr
casos como éste? Tafur. 1 48: Se algo el pueblo contra los venepuos
é los arrenconaron á la una parte de la gibdat.
Reflex. metaf. en el segundo sentido. S. Ter. Conc. 2: Pues Ut
lleva el Señor á tan grande estado, sírvanle con ello y no tearrínoh
nen. A. Alv. Silv. Fer. 4 Doni. 2 caar 14 c: Quién se arrinconif
no lo menea, dejándose á Dios, con su Dios se queda sin que hiji
quien le diga qué hacéis ahí?
Retirarse y esconderse. Cacer-^s. 38; Pienso arrinconarme y o-
rrar mi boca. Persil. 3, 11: Volvió á su melancolía y á arrinconane
en el rincón donde. A. Alv. Silv, Magd, d, 2 c§3:V la que no «
arrinconase á decirse lástimas y á llorarse agrámente. Yepes S. 7lf.
1,1: Por aquí la virtud queda sin valedores y apenas hay quien eo
público la mire ó vuelva por ella; y así se arrincona y da fnncí i
entrada á mil engañosas opiniones y vicios.
Particip. la tierra apartada. S. Ter. Mor. 7,1: Podemos consifc j
rar no una cosa arrinconada y limitada, sino un mundo interior, J
adonde caben tantas y tan lindas moradas como habéis visto.
Desechado, despreciado. Ouev. Mcn. Corte 11: O cuan!»
buenos hay en las cortes de los príncipes pobres, desfavorecidos,
arrinconados, abatidos y olvidados. Qaij. 2,62: Qué de ingenios
arrinconados. Esp. ingi: Sino que la corla suerte me tiene arríndh
nado. Gran. Simb. 2,3,1: La malicia y ambición reina... la virtud
está arrinconada y olvidada.
Vencido, acosado. Yepes 5. Ter. 2, 28: La madre, que en It
fundadora, arrinconada y maltratada de palabras que de ella dedis*
D. Veqa Disc, Lan. dom. I: Como el vicio está entronizado... y 1»
verdad arrinconada.
Retirado, escondido. Gran. Catequizar, Al lector: Digo esta
porque estando yo arrinconado en una celda, quiero enseñar. A
Alv. Silv. Dom. sex. 4 c. § 2: Allá más adentro se quedaba la €*
recogida y arrinconada en el alma.
Arrinconarle, abandonarle, humiüarie.
Arrinconar los libros, no estudiar.
Estar arrinconado, despreciado, olvidado.
J>es-arrinconap. Cruz. S. Martin p. 727: Pan esto «fl
101. rancho.
455
p«n hacer huir la selvaíiqucz de los vicios y sacar á plaza la
ídtij, sacarla al campo y desarrinconarla dindola libertad.
Rancho, del italmito rancio, que se derivó del fr. ranger^
ntt¿er, rang, de las auliguas formas prov. rene, aireac orden,
fie, rengar, arrengar ordenar. En los Glosarios de Donat Pro-
11911 dcrengar significa «de serie mililum exire», ranqueiar dau"
Bfc Rcsponilcn pue5 d rengo, renco, del cuskaro arrenlfa.
El ta junta dr personas que en rueda comen y duermen juntas y
primero de los soldado? (Covarr.) por la misma rueda y serie,
il 2,10: Quisieron los desposados que cenásemos en el campo
nroncs, y dentro del rancho Iíís mujeres. M. León Obr. 3^pí,
I' En el porüil los gallegos / hicieron su roncho aparte.
b ' común de tropa, presidio, etc.
JüJ-. ¡ar de los que separados de otros van ú tratar 6 hacer
p partlciiUr, lomado del ejército qtie se divide por grupos al co-
■. Mascr. Apol, 39: Cuando los piadosos y los castos s< congrc^
ftcsta junta no es rancho, sino escuela; no es facción, sino curta.
Choza en el campo donde se albergan rúsiicamenle pastorea,
mos, etc. y en América fueron las viviendas de caRa, «maje.
Albergue de gilinos ú otras gentes nómadas. Oífürt.: A su anli-
ruidio. Id: Desembarazaron luego un rancho de los mejores
aduar. Qaíj. 2,20: Se recogieron á sus aceñas, y los pcscado-
i sus ranchos.
Albergue pobre, habitación pobre. QufJ. I, 16: Retiróse el ven-
i su aposento, el arriero á sus enjalmas, la moza i su rancho.
. 1,40: te dije que me leyese aquel papel que acaso me babft
hdo en un agujero de mi rancho.
Cn Qcrm. tienda ó lugar donde se recogen.
En América hjbitacidn tosca fuera de poblado por ej, en Ar*
tina con paredes de barro mezclado con bosta, techo de paja
kmdo por horcones y piso natural.
En Aragón esquiladero.
Áttar de rancho, separara de Ut compañía. C Alf. 2^3.2: Al
lio airé de randio: fufme i la primera (casa) que hallé.
A rancho, dfccse metaf. que tocan ó llaman á..., cuando es la
t de comer, tomado de los soldados.
De ajando en cuando k gusta el rancho al rey.
Hacer rancho á parte, separarse de la compañía común, obno-
do por sí ó con otros.
Ranch-era, en Salamanca lumbrarada.
Ranch-epo. El que gobierna un rancho^ y el que prepui
la comida ó rancho, y despectivamente el soldfdo que lo come.
Como rancheros, de! sucio y dejado.
Como un ranchero, del sucio.
Ranch-eria, paraje ó casa de campo, donde se recoge li
gente de un ranch-o. Oviedo H. Ind. 41,3: Hacer una rancherfi
grande en el campo, 6 pueblo de buhíos de prestado. Alcaz. Crflí.
dec. 4, año 10, c 1,3: Habiendo un día halládose en una bodi
que se celebraba en una ranchería ó casa de campo.
En Cuba acción y efecto de ranchear y la expedidón que sale i
ello; lugar donde hay ranchos y su establecimiento.
Ranch-ear, albergarse en un ranch-o, detenerse en un lu-
gar del campo formando rancho. {Tesor. 1671).
Saquear las casas de enemigos, merodear. Oviedo H. Ind. 46,7:
Habéis rancheado mis pueblos e tomado la ropa á mis caciques.
En Cuba buscar las rancherías para coger los negros.
Reflex. Oviedo H. Ind. 50,24: Acaeció una tarde que nos ran-
cheamos en un pequeño estero.
■ A-rranch-ar, buscar, perseguir á los negros cimarrona
en sus ranch-os; así en Cuba.
Reflex. quedarse viviendo, formando ranch-o. Isla Cart. 1,255:
En la carta que le escribo de enhorabuena le pido que me pennHl |
arrancharme aquí, sin acordarme ya más de Villagarcía.
Ües-i*aiich-ar, desalojar, dejar el ranch-o. Meno. 0.
Gran. 3: Como el paradero destos descontentamientos ó es amoti-
narse ó un desrancharse pocos á pocos, vino á suceder así, hasti
quedar las banderas sin hombres. Id. 4: Se desranchaban. Bibl. Gfl-
llard. 1,614: Mas la gran gente capera / que con él fué á des-
ranchar.
Dc-rranch-ap, derrotar, salir contra. Alex. 552: Derran-
chó pora él, quisol descabezar. C. Lucan. c. 18: Vos criadeseste
mozo.... por cosa del mundo non derranchedes contra él castigín-'
dolo, nin maltrahiéndole.
Renta. Dicen que de r^ddere; pero si la n no se e^ltca, por*
101. renta.
457
Bcual suponen un *rend?re, derivado de reddcre, menos cabe I4
^renta. Rédito es el que viene de reddiUis rcddere; de rendir
i rendido. En prov. ren!a, fr. rente, en castellano renta y renda,
írenda. Estos vocablos no pueden salir de los verbos rendir,
render, It. rendere, réndita, prov. réndre, fr. rendre, pg. render;
■no que los verbo» salen de los nombres en este caso. Los nombres
ülan completos en el castellano ren-(a y ren-da, con el -ta y -da
era y erren, erren-la, erren-da. Los posverbslcs de verbos
; HT no son, efcc livamenle, de esta clase, de oír salió oído, de sentir
9, no la oída ni la senla. De renti s&\\6 rentar y de renda ren-
f a-rrendar, es decir, dar á renta. La idea de estos verbos es la
ilvcr y pagar con periodicidad. Antiguamente renda era la
1 y además la segunda cava, renílar dar la segunda cava. Nada
[.aqui de la idea de reddere. Arrendar vale dar á renta y además
ir, donde tampoco hay nada de devolver, sino la idea del
era, de serie, periodicidad, cosa seguida. Segundar es lo que
I rentar, rendir, rendar por cavar segunda vez y arrendar por
ar. En Asturias por escardar segunda vez se dice arrendar, la
va es sachar, y conviene con rendir, reníar y remedar en
i de serie, segundar; en Colunga suena randar. Tenemos, pues,
enda, errcndu, erren del eustíera. Arrendar por tomar en
áo es: prov. arrenda, Langucd. arcnda, en el Ródano arrenta,
D<s renta, Alpes arranta, pg., cat., ant. prov. y casL arrendar,
l latín arrendarep arrenlare. El arriendo: prov. r^ndo, Rod, rento,
ped. rendo, gasc. arrendo, AIp. ranto, anl. prov. renda, arreada,
[•toda, rensa, cat. y pg. renda. En Berceo render por rendir, de-
T, ctilregar, pagar, renda por reñía, tributo. MU. 93; Rendieron
i gracias de buena voluníat. Loor 50: Mandó ^ebar al pobre
' bien por mal. 5. D. 274: Rendiéronli la bestia ficratncnte
ados. S. O, 521: Alzó ambas las manos A Dios nuestro
Hor, ' rendió i él la alma muy grant á su sabor. S. M. 29; Por
■ el voto que ivte prometido / metióse en [as cuevas que avcdcs
>. S- O. 141: Sennor, bien le conseio que nada emprendas / vive
bulos, de tus derechas rcnd.is. Mil. 132: Era un nmnc po-
•"vivie de raí;iones, / non avie otras rendas nin otras fiircio-
••^- S. M. 370: Mandó i los chrisíianos el que mal sieglo p:rcnda,X
^"« li diessea cada anno LX duennas en renda. Asi como el intcrís
458 Oriocn y vida del unquape
y usura se' tlamaron renuevo de renovar, así Ta rcntt j ti rendí K
dijeron del segundar ó renovar, del reiterar, que es eí erren, mendl
En gall. rendar por arrendar, render por rendir, reintegrar, dtf
fruto, vomitar, h. rentes pegadito sin cosa intermedia, áraízse^dft
ó cortando, es decir, seguido.
Renta es el beneficio que rinde anualmente una cosa. Qa(f. 1,39;
Poder tener renta por la Iglesia. Id. 1,50: Gozando de la renta qne
le dan. Id. 2,7: Que se aprecie lo que monta la renta de la lal ínsnil.
Id. 2,13: Echó censos y fundó rentas.
Metaf. negocio de provecho. G. Alf. 2,3,3: Los que lo causany
los que lo favorecen, que todos andan en una misma renta.
Arar y cavar, y en renta no entrar, c. 29.
Ares, no ares, renta me pagues, c. 30.
A renta, en arriendo; irónicamente del pobre se dice que debe
poner su capital á renta.
¡Buena re/?/a/ irónicamente de cargas y desventuras seguidas;6
buena renta me ha caído.
El que lleva la renta, que adobe la venta, c. 94.
La renta de Torrero. (Por vana), c. 1 90.
Mejorar las rentas, pujarlas.
Meterse en la renta delescusado, en lo que no le va ni viene.
No arriendes al cuitado, rentas ni caballo, c. 22Z
No es renta cierta, (Dícese á todo lo que no tiene seguro pro-
vecho), c. 224.
No es renta cierta pescar con ballesta, 6 con mazo. c. 224.
No hay renta más segura y cierta, que dejar de gastar to i*
se puede excusar, c. 221.
No me viene de eso renta ninguna, c. 236.
Rcnt-ai-, de rent-a, producir renta. Hinc. y Cort.: Y ¿cuánta
renta cada año? J. Pin. Agr. 1,38: Que es harto más que dar de 1^
que renta la tierra y la viña. P. Vega ps. 2, v. 4, d, 4: Hacer qU
renten y fructifiquen. J. Pin. Agr. 30,21: Y goce por cuatro aftC
lo que rentare, que serán cada un año más de 150 ducados. I*
29,19: Gastan en un año lo que les rentan sus haciendas en seis.
En Honduras dar recursos alguien á otro.
Rent-o, posv. de rent-ar; renta ó pago con que contribuya
anualmente el labrador ó el colono.
lOI. arrendar.
459
.-rrtsnt^ado, rent-ado, en la frase renta arrentada ó.
fi?, es decir, se^íura y fija, independiente de lo que saquen coo
como entre eclesiásticos el pié de altármete. Quij, 1,26:
mucho de renla arrentada. D. V'eqa DÍsc. dom. I: Por vei^
ta rentada, liencsla como en U bolsa?
knl.acatuÍ;iIaJo. Vencq. /l^Ofl. 3,12: Es él el mis poderoso
Iluto de cuantos moran en la ciudad. Bit>L GaÜard. 1,564:
í ao de los rentados.
Eletii-erOf el que tunta i renla. A. Alv. Silv, Vig. nav, t C
Agravien y pelen i sus renteros. D. Vega Fer. 6 dom, 2 mar,:
[liíó la viña á estos malos renteros. G. Alf. 2,2,7: Verdad es
no tiene rcnla, pero licnc renteros y nmguno lo puede ser sin,
Dendaj pagándole un tanto por ello.
Ilciiii^r-ia, tierra ó pngo que ts,tÁ tomado á renta.
liciiün, como renta antigiiamenle y »L*í;unda cava ó labor,,
repetir ó erren-da, AUx. 1617; De (i nunca quisiera otra renda
cod-ar, cavar ú labrar segunda vez las viñas, de rend-a 6
la tava, del repetir ó erren-da. En Colunga de Asturias randar
escardar por segunda vez, comunraenle en Asíurias arrendar.
rendar vale anendar ó dar ó lomar en arriendo.
10 arrendar, por remedar. Apoíanio 520: Nin sso nc^o nia.
cerlero (el espejo). Nin ten>;ua con que Uble un prouerbia
(TO./ Más sser<-/r4úr á lodos, ssíempre sso reFcrlcro.../£l 4uc
sse cata, veye su mismo geio. / A altos e a b&xos rie/tdelos en
lo.
liend-o, en Álava por arricnd-o, reSriéndose at de un grupo.
«ladespara su cultivo; posv. de rcnd-ar,
i-rrend-ap, de renda, como rentar de renta y det mismo
f valor, y además, scgün su etimología, remedar ó df$pise
tir tras otro, en serie.
Trtuts, dar en renta para que beneficie algo medíanle el pago
rendí 6 renta. Lt.on Cus. 6: Arriendan sus hacicndAs i otrosí^
ociosos del frulo deüas.
bmtr en renta. Ijspc Eimotino 2,13: £1 que le arrienda m«
/ por su mozo en este traje. Id. Niña plata: iKytx f ciertos booK
ti trxcndafau / que vienen con el iofanlCr / y no se U quise óm^
460 Oriod« y vida del UNduüilC^!'^
Pasiv. Mariana//. E. 17,15: Las monedas dé cruzados y Ri
t|ue el año pasado se acuñaron y arrendaron.
Trans. remedar. Almazan Hist. Momo 3, 11 : Dióme un inlaj
tie arrendalle todos sus gestos y meneos.
Arrendar, en Astur. escardar por s^^inda vez la tierra a
'brada; la primera, como en cast. sachar; en Colunga randar.
Arrenda en qué ganéis. (Dfcese con desdén irónico ai)
persuaden á uno que dé algo en menos precio y cuando ntalh
aquello en que podía ganar, y en caso donde hay pérdida
■huye), c. 69.
Arrenda en que ganéis, que hay arena, c. 6Q.
Cuando arrendar, cantar, y al pagar llorar, c. 365.
No arriendo tas escamochos, del pobre.
No arriendo tas ganancias, ó le... sus..., que va á tener
juicios que no espera.
No le arriendo la ganancia, no tomo para mí lo que de
saque, que no será nada bueno. QaiJ. 2,1: A fee, que no le ai
dará la ganancia. Gitan.: Si como en valor subido / vas crecii
-en arrogancia, / no le arriendo la ganancia / á la edad en que
nacido.
Apriend-o, posv. de arrend-ar. A. Alv. Silv, Fer, 6 i
2 caar: La dio en arriendo á ciertos renteros.
Arrenda-intenlo. QaiJ. 1,50: Toman en arrendami
'los estados de los señores y les dan un tanto cada año.
Ai*t*«*ii4la-dop. Quij. 2,4Q: Pedro Pérez Mazorca, ai
xJador de las lanas deste lugar.
En la Germ. el que compra lo hurtado,
Sijaeres arrendador, sé tu el cogedor. (Se, 6 sel, es ímper
de ser), c. 256. Galindo 631.
Arrendadorcillos, comer en plata y morir en grillos. (En
cel, corredor y palos), c. 69. Arrendadorcillos, vivir en pk
•morir en grillos. Galindo 628.
i>e8-apppeiiclai*, no arrendar. León, /o6. 31,40: Y
dan desarrendadas y sin labor.
Rend-ajo, arrciid-ajo, de rendar, por imitar, arra
*a]o diminutivo. ]. Calcaño: El arrendajo, de arrendar (remedaí
Hina de las aves de más hermoso canto. Imita el de todas las v
101. rendir.
461
) los grftos de los ciiAilrúpedos y el rebuzno del asno. Bañ. Arg,,
d español acémila, / que es rendajo de lodos, Cspin. Ballest
Le siguen las picazas, cuervas y rendajos. Quev. son.5:
Tiente los cipreses arrendajo (que los remedan). Esteban 3;
íjéel oGcio de arrcnda|a de cirujano. Valderr. £/. Fer. 6 dom.
ar.: Asi el demonio parece ijtie pedia grttos de sangre, por pa-
■ arrendajo de Dios. Ovalle H. Chile /. 342: EsÜn ya muy
,; y en cuanio á los trajes son unos arrendajos de los cspaño-
, L Fekn. 146: Si es mamilla ú si es rendaja/ ño la sabrás cb-
Hrar.
Los arrequives ó cosas secundarias. Est. Cald. Esc* and. 84:
I mezcla ni arrendajos de vesUmenias ni de usos advenedizos.
Arrencjitin. De arnn-kin el que hace recua ó fila, es decir
sigue. En Cuba el tiiuio ó caballo delantero de recua, [fn Chi-
Etyadante. Además el de genio rahiosillo y acedo, que insiste más
nisy e$ un pelma.
(enHir. Dicen que de rcdderc devolver, daré dar; pero en
Ro d da siempre d y sonarla reder, riedo, riedas. Ant. rcn-
etitregir, renda paga, rend-uda; it. rer:dere y rendila, prov,
ndrc y renta, fr. rendre y reníe, pg. render y renda. Rend-ir vie-
¡dsrcnd-a, lo mismo que a-rrend-ar, del cuskaro erren-da, erren,
\ dar provecho como la renta, dar en general y ceder. Valo.
ai kng.: Rendir por rentar y riende por renta dicen alguno*;.
Trans. dar fruto y utilidad, ^-alor parecido al de rentar,
¡Rueda I, 232: Los blancos vellones... que á colmadas manos en
i ctsts nos rindes. Zamora. Mon. míst. pte, 2, Simb. 15, 1. 3:
Iteraos que hoy uno y mañana otro van rindiendo su tributo.
[Pm. Agr. (i,\2: Rinde al deinoníolüs réditos de sus obras matas.
171: Galardón deste servicio el Criador vos lo renda. Qa^*
(íÜ: Rinda por ello muchas gracias, Solis H. Mej. 1,7; Los habi-
ide ella andaban amedrentados, con que no rendían fnilo
NuÑ. Empr, 23: La limosna rinde abundantes frutos
Éviihclenu.
Oeneralizijse porcntreyar y dar, pero con sumisión, sobretodo.]
' e) participio. Qaij. í,3fi: Que como yo la rinda (la vida) de-
ste de mi buen esposo. VAU)r.mí. £/. Fer. 2» dom. pos.: Que si
'^valiera el favor del tabernáculo, rindiera la vida. CAcuK.pj.l;
462 Origen v vida' del
Trae siempre rendida el justo la voluntad i la ley qne le pov
Dios. Id. ps.6l: Qué razón hay para que no esté siempre ni úm.
rendida á Dios, pues cuelga dél toda mi salud? Cabr. serm, Pd, Jt
Kendir sin violencia el alma en las manos del Padre. NiscnojU.
dom. 4,2: Rendir inmortales gracias por la victoria. SAHTAiitt.
H. prof. p. 451: Rendir gracias al santísimo Dios. Mend. Viiií. H,
Sen. c. 323: Rindió su frente á un ejemplo. Avala //. Antier. 3^
Rendirle parias y darle la obediencia. Palom. Mas. 2,6: Readir
vasallaje á la pintura.
Ceder á lo difícil. Solis H. Mej 1,11: Sin rendir el ánimo áh
diñcultad del remedio.
Devolver vomitando, ant. Mingo Rev.: Coq la qual sy no ha
rendido la grama y lo mal pasgido.
Factit. hacer que otro se entregue, vencer, sujetar, persuidir
Quij. 11: Le rindo. Id. 1,14: Alegran la vista y no rinden la volu»
tad. Que todas las hermosuras enamorasen y rindiesen. Id. 1,34:
No hay cosa que más presto rinda y allane las torres de la vanidid
de las hermosas que la misma vanidad. Id. 2,14: Le vencí y reodL
MoNTEsiN. Serm. Fel. II: La muerte rindió y avasalló al que rendíi
reinos y avasallaba el mundo.
Cansarle hasta dejarle sin fuerzas, así decimos que el peso, c
trabajo le rinde ó deja rendido, es decir vencido, entregado.
Reflex. los mismos valores, entregarse, quedar persuadido, dars
por vencido. Qaij. 1,9: Que se rindiese, si nó que le cortaría lad
beza. Id, 1,34: Rindióse Camila, Camila se rindió. Id. !,34: No 3
rinde á cosas tan bajas, como son dádivas y promesas. Id. 1,3'
Luego se rindieron todos al deseo de servir y de acariciar á la be
mosa mora. Id. 1,34: Por la mañana suele (el amor) poner cerco
una fortaleza, y á la noche la tiene rendida. Cacer. ps. 59: Hastili
extraños se me han de rendir. Id. ps, 61: Qué enfermo hay que i
se rinda al médico? Za.mora Mon. mis. pte. 7, S. Benito: Un rey
quien todo cuanto hay se postra, se rinde y se humilla. León Prim
No os rindáis, dijo Juliano. G. Pérez Odis. 1 : Soberbia y á delcil
tan rendida. Rinc. y Cort.: Por verme hablar tan manso y venir t
rendido. Quij, 1.1: Con voz humilde y rendida. Saav. £/npr. 8
Rendirse á los acasos. Roa S. Pelayo: Afrentosamente se ríndeQ
mil bajezas. Torr. FU. mor. 4|6: Se rindió al mándalo de su pub
101. rendir.
463
PúS.1\\ Te rindes á su perpetua obediencia. Montalv.
\ap. 532: Le faltaba poco para rendirse k la raueríe. Cjvccr.
Con una pablira que les dije se me rindieron todos. Al-
tigu. 1,3: AI fin se rindió & las míqtiinas y tormentos.
% 1^39: Rindióse á partido un pequeño fiicrlc.
CvittiK, no poder mis. Cacer. ps. 63: Y me rinda con el peso
bn grande cargü. Id. p$, t05; Estuio muy cerca de perder d
no, rindiéndose al trabajo, \d.ps. 83: Véame rendido ^in poder
un paso adelante. Obreg. 2, 1 0: Se rindió la Tuerza al can&ando.
1^. 1,27: Vo quedé á pié, rendido de la naliiraieza. Id. 2,45: Yo
doy por rendido y sin ítjcrzas.
Qalicisroo hay, cuando rendir se toma, como en francés, por res-
ir, devolver, traducir, despedir, hacer, llevar, y cuando rendirse
Üce por trasladarse, \v á parar, hacerse; pero por Iraslad^c&e é ir
y llevar se usú antes de la época clásica. J. Man. Caza 8:
»cn poner genles en los lugares do entendiere qne se rendrdj
do fuere vencida (la garza).... El lalcón que la tome suso ó la
; rendir, cuando llegare á dos mili esUdos..., si la rende al agua,
Us frases parlicuíares véanse en los ejemplos traídos.
R«n<l-ítla, posv. participial, acto de rend-ir; pero en cl sentido
wl'igico de alternar, [3or orden, remudarse, pues rendidas eran
{artes de la noche en que las centinelas velatian remudándose
orden. P. Vto* ps. 6. v. 5, d. I: Que diga David que el esperó
Dios sin usa de liempo, des.ic h primera ceiiiínela h-isn la pos-
rendida de la vida. Id.; La It^Iesia puso en !os maitines treS
tomos, que antlguamenlc se cantaban divididos, á diferentes
en las tre$ rendidas de la noche, y en la úllima, que es al áma-
los laudes.
Iliend-ei posv. de rend-ii. Vai.d. Diaí. itng.: Rendir por
tir y riende por renta dicen algunos.
«li-aiíentOf rcnti, entrega, sumisión del vencido, cxn-
LcDN Hijo: Como se le rinde y se desníida de su propiedad,
cl cual r«odímienlo y desnudez él mismo le ayuda. Solis H.
h 3,2: Caminaron delante, dando á entender con este apresurada
lo lo que deseaban adelantar la marcha. Saav. íimpr. 5t:
Nabras csütdiadas suenan amor^ celo y Cdetidad; sus scmblan-
icodimiento.
464 Oriqcn V VIDA DEL
flendi-ble, fácil de rendi-r. A. Alv. SUv. NtVfU. 2 ü
hallan con corazón humano, grato, dócil y rendible á Dios.
fCendibú, el fr. rendez-vous ó cita, con valor de cortáis
agasajo. Esteban. 11: Te hacen todos rendibú.
102. Cuando los hombres tuvieron que viajar ó pastorear gin-
dos ó seguir la caza, formaron de la superñcie de la tierra un coB>
cepto muy diferente del que forma el labrador, considerándcla am
terreno de cultivo ó el que ha visto la mar y la concibe comolr.
seca. Viandante, pastor ó cazador, hubo el hombre de ver h
tierra á manera de lugar y espacio que hay que recorrer. Las giu>.
des distancias siempre se midieron por el tiempo que se echa en a
recorrido, como dice la mecánica, por el tiempo que invierte n
móvil, y como dice el uso común por las horas ó jornadas ques
tarda. ¿Cuánto dista tai pueblo? — Como cinco horas, ó jornada j
media. AI ver, pues, los hombres una grande extensión de ticm
delante de sí, que tenían que recorrer, llamáronla un recorrido» b
del andar y moverse mucho: tal indica err-i lo propio del en 4
mucho movimiento. Tan de sentido común es esta expresión, cooo
que los primeros hombres se daban á caminar y viajar, á pastonff;
y cazar, y no podían tener acerca de la tierra otro concepto más de.
uso ordinario. Hoy mismo los que á estas cosas se dedican, no baOn '
medio de expresar las distancias más que por el tiempo que gasta* '
en recorrerlas. Errik bere-lege, etchek bere-aztara cada tierra tiene
sus leyes, cada casa sus costumbres; goazan beste-errira, an 6ere
tchakarrak dirá, vayamos á otra parte, también allí perros, es dedr»
en todas partes cuecen habas. Parte y partirse ó viajar tienen el mis-
mo radical. La etimología que* acabo de dar de err-i es tan derta,
que además significa la risa, la cual los vascongados siempre la ¡li-
maron del extender las facciones y del mucho rebullirse, barre, ÉrrL
De aquí erri-bera vale tierra en declive y risueño ó inclinado i reir,
es decir inclinación al erri al extenderse, ja riendo, ya andando^
erri-z riendo, erri-zuri risa blanca, burlona. Confírmase por d
mismo erri sufijado, pues vale extensión de terreno y período de
tiempo, gari-erri es tierra de trigo, olo-erri la de avena, y amesk'
erri quincena, zortzi-erri octavario. Región, comarca es erri-cldt,
ó dígase lado del erri, pedazo ó parte de la tierra; el monte coin^
102. erri, erdL
465
Vñ-i^BSO, d barrio b«fo ó interior erri-barren^ e] natural de ua
jái erri'ko, cl p.itríota errí-ko-i; por pueblo erri-kaf, de pueblo
pueb!o errlkaí'ka, naturalizarse en im pueblo ó (ierra erriko-ta,
trri'íaño, es decir, el iaño ó niebla que se extienJe por d
f,el indígena también errUtar, bastardeó niño echado poniem
U nd>rc» por su cado bajo tierra, es er-bi, lebrato erbi-kurné,
tsia (de Jiebre) erbi-ota. El mazo para desterronar er-bii, el
10 coilanero. ba]o erri-pú, em-bere, erri-bera, de -pa bajo,
r, 'bere hacía abajo, tierra forastera er-besíe, desterrar erbes-
r, forastero erbesk-ko, destierro erbeste-tasarit de beste oiro.
!, er-me, er-mo valen firme, fuerte, dd estar asentado cd
I, fr/ní>-/aaseritarsef lomar consistencia, suelo.
Confirmase el valor de err-i con la vox err-o, trr-u lo que tiene
á mucho movimiento extendiéndose, pues err-o signiííca raíz y
la y pe/ón de ubre, raíz del extenderse, pezdn del correr la
Metáfora de la raíz es el valor de quicio, brío, vator y dificul-
del pezón el de rayo de sol, colgajo, pus y abundancia, que son
significados de err-o. Errookegin arraigar ó hacer erro, gurg^
iJt trro-andiago ta zienak ezne iago nuestras vacas (son) de
tnis grandes y las vuestras (tienen) más feclie, atea bere-errot-
bezaki como la puerta en sus quicios. De muchas raices y
t, corpulento, grande erro-ísa, erro-za, arraigar y mudar, es
atenderse, erro-tu, erroz-tatu, brioso erra-dan. Leche recien
ida es errO'bero O erro caliente, grietas de la ubre erro^itz, y
precipicio, fisura hueca y honda entre montes, es decir punta
i rafz del monte, erroiz-tu derrumbarse, trro-ki parte de la rail,
cepa, rastro, consecuencia, erra-itz despeñadero, como
:, trru-Ue lugar pantanoso, crru-íen abundancia, cxlraordi*
lente, mucho, con brío, trruz-ta multiplicar, abundar.
(No hay duda que del extenderse mucho y del abuniar se llama-
arr-o, err-a lo que tiene err, la raíz y el pezón. Arraigar y al
io tiempo poner en fila es erro-ka, idea del extenderse, ó erro*
\mbíén ó cosa extendida es rrron-ka, que vale andar ti
o erro^ y erra-n y erro-in ó hacer erro, es ci poner
10 sin duda del dar de sf con abundancia, erroi-aldi
hue^i» íxmiira ó prole en conjunto, trra-le ponedora de
Ib
466
Origen y vida del LeNou^je
huevos, erríí-í^e acto deponer huevos y íugar pantanoso, Efri-2,1
como ya hemos visto, en abtnidancia.
Vimos que ar-di significaba por h llanura, pues tal es el valor j
del sufijo -di, ó lo de mucho ar ó eKtenderse: af-tíí por allá^ exíoi-í
diéndose. En vez de ar-, con er- tendremos er-di por el campo, ój
moviéndose (indefinidameníe), ó mucho er, mucho moverse. Tal al
precisamente el concepto de el medio ó centro de im espacio, Est]
mos sobre ima loma que señorea un valle cei rado bastante extenso,]
digamos tin err-i ó región donde se puede correr. Para indicarosd]
centro de esc valle, os señalo un punto que disíe mucho de todoaj
perímetro, pues el centro de una circunferencia es lo que dista iguri-l
mente de todüS los puntos de ella, \a que más dista de los mismoil
puntos á la vez. Mucho correr ó distar es lo que vale er-di. Deotnl
maner:i: er-di vals por el cr ó región, por el valle^ es decir porl
medio de cl, por el espacio indefinido, asi como ar-di por el spado]
aquel, mucho extenderse. Igualmente er-fe vale entre, como ar4it
intervalo ú medio, y espacio. Erdi es el medio ó centro. Er-dH
egimk barata nicíiUf he quedado asombrado, literalmente en me
ó partido por el eje.
Efeclivamenie, partirse por medio vale erdi, y, supieran ó
los primeros hambres que la generación se reduce á la segme
ción de una célula en dos, el hecho esqueerrf/es el parir ó parüisftj
como quien dicCj por medio la mujer, ó, si se quiere, dar de
centro: erdi da ha psrídOj está mediada ó partida, erdi bi eginda\
dado á luz, bidos, en dos mitades se ha hecho, se ha rcpartidoi
dos,, se ha segmentado entre ella y la prole. Es, puca, el concepto (
la segmentación íisiológica y cíenlEíica: la prole es la mitad de !
madre. Erdi-a la parida {pa^rUás.)^ erdi-aldi parto á vez de hendc
erdia-tü ó erdi-ra-ía henderse por la mitad, erdi-bi-tu parir,
asombrado, como partido en dos, literalmente partirse ó partirttj
dos, por el eje, bi dos.
Erdi-ki entreabrir, erdi-ka á medias, erdikala casi la mil
ala hacia, así así, erd'/Ao-íü reducir ala mitad, partir por me
erdi-ki medianamente, mediano, erdi-kin casi la mitad, poco mis i
menos, erdikin-da, erdi-ko mediano, lo de erdi ó mitad, erdi-ñ
dolores de parto, trdi-ra-garri desgarrador Cdolor), erdira-ptá\
dolor que quebranta ó literatmenlc quebrantamiento, trdi-r(»4t\
103. ripa, errare.
467
'*'- poner en inedio. qiiehraiitarse de dolor, literalmente a!
fS'ió erdi-tch-i lograr por los medios Á proi>i'>sito, de
fi'Z por medio, i inedias, erál-tm cisr ta miUd, «gato 6 medio
^0 trdi-itsu, erdi-íu parir, partir, hendidura, erdiz-ka á medias,
ka-tu partir en dus ó á medias.
[U on ornato pera -f de trr es er-t, yer-ta, que vale ese mismo
I ó partir por medio y salir lo que habú dentro y por con-
'"irsc, dcshindiai-se y disminuir, y er-te el entre ó
!/ taturik bada iten-í*rtetik resucitando pues de entre
Bijcrto?, erten dago esU saliendo de enire nlgo^ antura erta
■ ' -f:hadoel tumor^ es decir saliendo de entre, de
L ... .■ deshinchazón, er!u-ts deshincliadaniente. á
I vadar. De modo que de er-t el andar por el err, el correr
p, díjose er-tik ó er-di por tierra, por medio del err-i, ó mo-
hdose, ó en medio de ese gran espacio ó recorrido. Kpncí de la
jucción, del partirse algo, dd salir de sw centróles ert-aro,
char y sacar de dentro ert-arazi.
|E1 1 f 'rmino de ese camno, lo que lo (erminaieslo más
, .„j recorrerlo Iodo, y díjo$e lo propio del recorrer ó
tr-U, 6 del err-i Efeclivameiite er-tz es límite, borde, extrc-
lorDla, esquina; limitar, ceñir, poner exiremo, cercar, cerrar un
l>, y por ende rstrechar y aprebr, eslrecho, aprctido crtsa,
cfísa-ta, íricftalti, eríza-tu, erts-i, erkh-i, ertsi-tu, y el
por lo apretado ertse, erzt, y el intestino y el ombligo por
y por lo que cierra ertze. Vencejo, atadura ltísú-A/,
b/» lo con <S para apretar y ceñir, el opresor ertsari, ertcfi'
apretada y estrcdia mente ertsi-kU cerramiento, afíjcción 6
I ertsí-fasun.
D3, B erdl lo tenemos tal vez en el ski. ordfto, ard/ta mita4;
. ardy-ti separar, ir-íl tcpsynisc, csl. oñti; tal vez el skt. r-te sin,
Que prefiero traerlo de ar-ie.
I latino npa ril>í:ra hay quien lo trae de *rÍV'pa de rív-as río;
hp 00 es suHjo latino. Oíros de romperé; pero i no puede venir
1 compara con el ant. al. nbart, aU relben Irotai; pero
lir^ es writf, pues en bajo alemán el verbo es wríben,
heneo wrij . cfh Con todo, d parcnlcsco que trae el mismo autur de
468
ORIOCN V VUU DEL LENOUAJíl
npa con £-pEír.-a>, ¿^eph-tio echar abajo, -■-'--=- ^- ~-
e-pea-ta ruinascaidas, e-ptr-vi^, parece aceí'.
tenece fiíc-Tuí lanzar, dejar, caer^ echar, precipitarsct fts-^
lanzar. La raíz es rtp y err/^, con el valor de Itacúi abaio: áb
eso es el erripa euskérico.
El ertz extremo lo hallamos en el alemin Arsch el Irase
g&St det antiguo Ars, med. al. y anl. al. ars, medio bajo ak
ers, flamenco aars, ags. ears, ing). arse, ñor. ars. Rcsp
griego 5ppíi; por Spa-oi; el cxlremo de la columna vertebra
cola, oüpo^fo^ oüpiojj';^ el extremo final. En latín urr-ancaí
ín Ínfima spica» (Varropí /?. f. 1,48,2).
Errar díjose del andar lejos por los lindes y límites 6
de los campos, engodo a/rz-fs TcXavoiiu-^oc, oirz-yanzh
irr-yan, ant. al. Irr-ón, med. al. /ít-cíi, al. irr-ea^ bt-irr
rriarse y delirar, turbarse. La ratz, según los indoeuropeista
es decir el ertz eu&kérico. En skL irasy, segOn algttnos,
cierlamerte err-üre por *ers'are, errar, erra-tto y erra-toi
erra-bandas, erra-ticas,
104. Riba, de r^pa; ít. ripa, riva^ fr. rive, pg. ríbt. E
por ribera, Akxandre 1751: En riba de Thanais un rio as
/mandó ficar las tiendas i su pueblo lazdrado. Id. 1B43:
déla riba más de medio migero.
En Aragón ripa^ riba vate ribazo y pendiente entre cain
rior é inferior, en Méjico como antiguameute y en lat
barranca es decir loma que sube.
Rib-ar, ant., de rib^^ llegar, subir. Bcrc. 5. Dom.
daban exir dende^ la gente aquedada,/que ribarien á salv<
tcmiessen nada. Id. AííV. 752: Mesquino pecador non veo
Id. 631: Pablemos su vegada del pleil del mercadero,j''leve
nuevas do ribo el tablero. Id. S. Oria 43: Ya eran^ Deo gi
vigínes ribadas,
Hib-azu, tierra con elevación en la ríben , lui^o ea
y en las hazas, de rib-a. Quü* I vers.: Sobre / el gran ríbi
peña pobre. Mariana H, B. 1,15: Nuestros historíadoresafli
no lejos del río Ebro, en un ribazo y coUado, fuadd dt su m
ciudad de Tarragona. -
104. ribera.
409
Blb-era, ríb-a ú orilla d«] mar ó del rfú y lo bajo junto á él
cuencas. QatJ. 1,18: Las famosas y frescas riberas. Id. 1,HI;
otro día al amanecer en las riberas de España, Id. 2,27: Las
dd Ebro.
Antes rto, como en íi. riiriere. Alexandre 1304: De ruedas é de
dUdos que maelen las reverás, /de muchas ricas acennas, que les
id tnpCT»s,/avie grant avondo por todas las riberas* Tafur. 27! :
m la nueva, é pasa por medio dellas una grant rivera.
Á la ribera de. Fons. V. Cr. pie 3, L /, p. t: Predicando Cristo
hK nuestro un día á la rtbera del mar.
Ribera de, ó riberas de. G, Pe«ez Odis. 16: V á la hora fueron
los/ribera de la mar. T, Naiurr, I, 11 S: So los más altos cipreses,/
tns del alegria/por donde el agua más clara/'con mayor dulzor
rrla. Cabil p.6\&: A las fiestas maravillosas que en e! bapltstno
Cristo se hicieron riberas del río Jordán,
Tú, ribera, llena vas: yo no te pasaré, ni tú me llevarás. (Dícelo
cwnlo cuarnto el río va creciendo, y se vuelve atrás), c. 425.
Votar la ribera, tcvant;ir la caza. Quij, 2,2: Sate otra vez á volar
Cibera. A;|Ui melafóricanienle, correr tierras en busca de aventuras,
Atb-«ro. como rib-er.i. En Berceo por ribazo, monlecito, lin-
If^abal. Mil. 104: De fuera de la villa entre unos riberos, alli
iotcrraron. Corr. 38: Al puerco el caldero, y no el ribero. (Que
mejor 34!¡ua litnnia dada d la mano, que no b de charcos en
rras cálidas). Id, 125: Enconitcnda sin dinero, vnse por el ribero.
RIber-pño, de la riber-a.
Riber-ano, en Honduras como ríber-eAo.
I\¡h(*t*-!e|ro, del ^nado trashumante y de tu ganadero.
Kib-ctc. dímin. de rib-a y solo conserva el valor metafórico
orülo y su g:uamicrdn en las tetas y ropas, después trasládase á
aftadidura. Qüi], 1,27: Con unos ribetes de noo btanco. Id.
: Unas (ocas... tan luengas, que solo el ribete del monjil descu-
Im. j. Pin. Agr. 18,23: No nos estiman en el ribete bermejo de
apentza. Pie. fust 2,2,4,3: Me puse mi manto, que en larj^o y
oibrta lodos mis ribetes y cortapisas. Qutj. 2,85: Que diga qne
crcstonlo, aforridodelomismo, connoséqué ribetes de mi-
y de bellaco. Fiolteii. Paia/^ ohf. 7: No boIo se ha de quedar
nuda] en pí¿, sino en su compa&fa fiímosos ribetes de mterés.
470 OlílUCN V VIDA DEL LCNOUAJÉ
Adorno en la conversación, etc, refiriendo alguna drcunshodt
6 gracia.
Tener sus ribetes de, ó sus puntas y ribetes de, alguna cos^
como puntas y collar.
RiUete-ar. echar ribete-s, estar listado. G. Alf. 1,2,&: Cone-
jos desollados y mechados con sus garrochibs de tocino ribeteado^
Diablo coj. tr. 5: Brindándose con vino y pullas los unos á los
otros, ríbeleándolas con tabaco en polvo y en humo.
Ribet-ón, en Ara^r^n ribete de vestido inás ancha.
Rib-azón, en Venezuela llegar á la ribera muchedumbre de
pescado; de rib-ar.
A-rribíi, de riba y á. Habiendo tomado riba y ribazo en k
edad media el vator de lugar escarpado, aunque no Fuesen ribeñj
del río, como en italiano que vale roca, cima, y coleau, de cosi^
en francés, fué empleándose á riba á lo alio como adverbio.
Expresa localmeníeel luoviraienio hacia lo alta. Erc- Araac:
No la pelóla con tan presío sallo/resurie arriba del macizo suelúi
F. Torre 2 canc. /: Muestras tu desconsuelo/no levantando arriba/
la corona gloriosa. Celest. 6: Subamos, si mandas, arriba.
Metaf. Grw, fmit 2,12: Vuélvete arriba, vuélvete abajo, de
dentro y de fuera, que en todo hallarás cruz. Id. SifUb. 1,2: Es tto
corto nuestro enlendímienlo, que no sube un gndo más arriba, put
ver allí al hacedor.
Con adverbios 6 complementos, para precisarlos, y va p»
puesto. Quij. í,20: Comenzaron á caminar por el prado arribi i
tiento. Lie. Vidrier.: Asombróse e[ pobre y díó á correr por aqucDl
cuesta arriba con tanta priesa que no le alcanzara un galgo.
De aquí su uso como preposición pospuesta. Lazar. 3: Yeníto
la calle arriba.,, á deshora me vino al encuentro. Coloma Tcc^
Hist. 4: Subía una parte de los alojamientos suavemente un collado
arriba. Quev. Tac. 20: Di dos vueltas calle arriba y calle abajo sb
ver nada. Quij. 2,27: Y subió la loma arriba. Erg. Araac, 23: Como
el viejo salió la cuesta arriba. Millav. Mosq. 6: Humo miró ítáár
la torre arriba.
Sobre todo del curso de las aguas, en dirección á su fuente. Mat
RiANA H. E. 9,\\: Rompió lo primero por el reino de Toledo y d
río Henares arriba no paró hasta llegar á. Coloma Q. Fl* U En
104. arriba.
471
lúSibte $.nlirl& á biisciir el canal arriba. Id. I : Podrían tos n<ivíos
tnuAdi pasar el río arriba.
Jéelaf. con de, indicando grado superior en cantidit t ó cualidad.
Álf. 1,3,2: Que niiii;ún mendigo pueda traer nrm:is ofensivas ni
insivas, de cudiillo arriba. Pic.Just í,3.3: t-i lublainos hecho
de mil miias arriba. P. VcaAps. J, v. 8, d. 4: No vale de diez
rt arriba. OftAN. Guia 2,1 1,2: El mandnmienío del ayuno obliga
veintiún años arriba. Menú. G. Gran. 1. Le% prohibieron la in-
Didad de las iglesi.ts arrib.i de tres días.
Pre»cindiencío, como otros adverbios, del movimienío, indica
loaíto, y pueden pceceJerle preposiciones. León Hijo: En la
ede arriba del, las aguas que venían se amonlonaron creciendo,
f. 2,55: ¿Ai de arriba ¿hay al^ún cristiano que me escuche? Gran.
Ev 1,16: Da saltos hacia arriba imitando U lijereza y n.itiirnleza
fiícgo. Ctlest 1: Mis dí¿qué pasos suenan arriba?... Quién está
n? QaiJ. 2,62: En el aposento de abajo, correspondiente al de
iá. 2,10: Enramar y cubrir todo el prado por airilta.
Con tic indicandu un punto que queda más abajo. Mariana //.
0,16: A ta ribera del Ebro, tres icguas arriba de 2arag02a, esU
¡ún. QafJ. {,34: Por más arriba de !a islilla del lado izquierdo.
^¡gr. 3,10: Porque los pimpollos que nacen al pié del ivt-
^Bin de arriba del enjerto.
Acompaña á los adverbios de lugar. Qttij. 2,23: Le pregunté si
verdad lo que en el mundo de acá arriba se conlaba (de Mon-
los).
iíeíqf. Qram. Imit. 3,6: El amor quiere estar arriba y no quiere
detenido de cosas bajas. Id. Orac. \, Juev. man.: No lernias
Er ningimo sobre mf^ si no te fuera dado de arriba. S. Ter.
L: Aquella vida de airiba/es la vida verdadera.
Tmlidasc al tiempo, y vale anteriormente. León Princ: Pero,
10 arriba cslá dicho. Pie. Jusi. 2^2,3: La carta arriba dicha.
lUNA H, E. 3,1 2: Fu¿ hombre de valor, de que antes en España
bastante muestra, como queda arriba apunlado.
Tra-sUdase á ta causalidad, y vale lo que lógicamente precede
lo causa ó antecedente. Mariana H. E. 6,26: El principio de
dopuUsc tomari un poco más arriba en csla manera.
IfOA arriba, contra corriente, y mctaf. Qran. Orac. 2,2,SI:
472 Origen y vida del
No debemos luego desmayar con las contradicciones... imíttndo ct
esta parte á los que van remando agua arriba en un río arrcfailid&
Arribat, alentando á levantar, y á beber. Alcalá. Dag.: No bi
de quedar por manta./Asgan pues todos/sin que queden gituiQi
ni gitanas: / Arriba, amigos. También arríéíi con ello! ¡an^
pelele!
...arriba, del río, edad, etc. Oviedo. H. Jnd. 24,7: Cincuodi
leguas el río arriba. Id. 24,4: Ni de 25 años abajo ni de 50 amli.
Arriba de, más de la cantidad dicha.
Arriba y abajo, del que se menea y trabaja mucho, y del subfr
y bajar.
Boca arriba. Quij. 1,16: Estaba en su derribado lecho, tendido
boca arriba sin sentido alguno.
Dar con élpatas arriba. Gall. esp, 2: Y si no lo estorbui
Don Femando, / diera con más de dos patas arriba. Ruf. dich. I:Y
arremetiendo con él / dio con él patas arriba. Tirso Amar por seña
1 , 1 : Tu cólera adusta / dio con tres patas arriba.
De abajo arriba, volviendo. Alarc. Cuev. Salam. 1: Sudo^
paredes y techos/de abajo arriba volvamos.
De arriba, de alto, encumbrado, noble, y de parte de Dios, dd
cielo.
De arriba á bajo . (Que una cosa coge toda la persona, y volver
á una cosa de arriba abajo), c. 577. Qaij. 1 ,9: Y fenderían dearribi
abajo. Id. 1,16: Le emplastaron de arriba abajo. Id. 1,23: Carta »
crita en verso de arriba abajo. Id. 2,48: Cubierto de arrit» atajo
en una colcha de raso amarílio. Id. 2,49: Miráronla de arriba abijib
Cacer. ps. 17: Trastornóse lo de arriba abajo. Valderrama Ejot,
Prol.: El que araba revolvía la tierra de arriba abajo.
De la cintura arriba. Qaij. 1,31: Desnudo de la cintura amfafr
Gran. Simb. 1,28: Doce sirven para dar estos espíritus animales i
la parte de nuestro cuerpo que sube de la cintura arriba, y los otroi
para lo que resta de la cintura abajo.
De medio arriba. Quij. 2,40: Quitarles la mitad de las nariocf
de medio arriba. Valb. Bern. 7: De un revés esquivo /de nedto
arriba le dejó sin talle.
De medio cuerpo arriba. Quij, 1,4: Desnudo de medio ORfpv
arriba.
ntniba. OvuDo H. I
anidar.
"írf
I. OvuDO H. Ind. 50,20: Despucs que las tenían
pies para arriba.
' arriba y por abajo, por todas partes,
í/o mt da arriba que abajo, lo uno como lo otro.
\ftrlade arriba abajo y lo de abajo arribOt trastornar las
rril>^ar, de á y rib-a; il. arrívare, caL arribar, prov. ari-
Rfr. arriver, b. lat. arripare, adriparc.
. llegar a] puerto, ú la riba ú ribera.
Stp. íngL: Que con tormenta habían arribado i aquella
ida destruida y sin artiriería. Erc, Arauc. 16: Espero que la
re mía/ha de arribar al puerto deseado. Mariana //. £.
trcy arribó á Marsella en fa ribera de Francia.
bise al llegar, fuern del mar. Oarcil. Egí. 3: A mi majada
rimero/que el ciclo nos amuestre *u lucero. Pie. Just.
fé mi l^utr.i víenlo en popa hasti encimarse y arribar á la
del portillo de Mansílla. Erc. Araac. 2: Arriban á Puren,
'gura/cubiertos de la noche y sombra escura.
'Hf. Zamora Man. mtst pie, 2, pie. 2, Simb, I: No le que-
iés ¿ su esperanza para arribar en lo perdido. Quij. 2,6: Do
rribci, quien de allí declina. Le.oti Job. 11,12: Si quiere
I cnscftanza de Dios, pudra arribar á ser bueno y bicnaven-
3itA Mon. mist.pte 3 Nativ,: Por aquf arribó á la cum-
Bvores de Dios. LcoNy^fr. 23,11: A quien no es posible
lira ¡guateó arribe. Id. Af(7/ife; Lo alto y la cabeza de
D% que traspasa los cielos y es consejos altísimos de
donde no poedc arribar ingenio ninguno mortal.
e, niut Esp. ingi: Arribó U nave de Rlcaredo á su
iriEC» H. tttd. 43,3: E arribó sobrel navfo c le tomaron.
'lle^-ar. J. Enc. Caacf. 20: A tí Virgen que llamamos/
gS ruegos recibes, /te pedimos y rogamos / desque desta
^^/ilo$e«ek)» nos arribes. Id. /o/. 75: Qui6n le arribó
i^an lagrimoso y tnn solo.? Roor. Rcjnosa Bibl. Qa^
t>14l5: Quiero arribar mi ganado/ do la cabana he dejado.
rtt»-adc», partie. depon, de arrib-or. Eac Arauc. 21:
¡ser más cierto ínlelif^cia / del español ejército arribado, /"
tbía la fama acrecentado.
474 ' Oriuen y yiDA del
Aprib-ada» posv. particlp. de arrib-ar, llegada de la nnt
SoLis H. MéJ. 5,16: Donde se recibió á un tiempo el socorro y Ii
noticia d2 su arribada.
De arribada, acogerse forzosamente el navio á tierra. Orika,
Ind. 1596, 1. 4, p. 177: Fueron llegando... á la dicha provincia de
tierra ñrme 21 navios dellos, también de arribada.
App¡b-í>, posv. de arribar. De arribo, de llegada.
A-ppib-es, en Salamanca derrumbaderos hacia el Huebn,
Duero, etc.
Appib-eño, entre los de las costas son ios que proceden de
tierras altas. Así en Argeijtina los de las provincias de arriba, la
cercanas de los Andes.
Appib-anza, arribo, ant. Cid. 512: Sos caualleros yn
arribanza.
Appib-azón, grande afluencia de peces á las costas, en Cubi^
etc., de arribar.
Appíb-aje, como arribada, y lugar donde se puede arribr
en la playa.
De-pp¡b-ap, de de y rib-a en su acepción de altura, de
modo que equivale á despeñar y derrocar, aunque algo oscureddl
la imagen del altozano.
Trans. echar abajo lo puesto en alto ó en pié. Qaij. 1,18: Dd
templo que derribó Sansón. Id, 1,25: Derribó casas. Id. 2,19: DeriK-
bóle el sombrero dos veces. 77í2 fing.: Al entrar, los estudianfc»^
derribaron los bonetes con extraordinario modo de crianza. D. Vb31
Fer. 4 dom. 3 Cí/or.: Derriban los templos, despojan las iglesia.^
Qü//. -2,41: Y no me aprietes tanto, que me derribas. Sous.H.M4».
4,1: Se determinaron á derribar los ídolos de Méjico. Qaij. 2,68: ,
Derribando no solo á Don Quijote, sino llevando por añadiduná
Rocinante. Celest. 9; Mira no derribéis la mesa. Qaij. 2,22: Ponieo»
do mano á su espada comenzó á derribar y cortar de aquellas niil^
zas. Saav. Empr. 50: A veces quien se abrazó con otro para derih
bailo, cayó con él.
Cortar de golpe un miembro. Qaij. !,18: Más quisiera que me
hubieran derribado un brazo, como no fuera el de la espada. U*
1,29: Que le habían derribado las muelas... las barbas tehadeni-
bado y arrancado del rostro.
El(k. bermii¿
. 2,11: Cotí grandísimo Aliento derriba muerto á im,
\ch6n.
ocattvo. B. Arocns. Con, felparlo: La piedra que escondido
uro/villano, la derriba de la plañía. Marmul Rebei 6,33: Y
idotc del caballo, se lo quitó. Qaij. 2, 65: £1 me venció á mi
erribó del caballo.
insirumcntiL Qaij. \,\: Le derribó de un encucntio.
Ambr, Mor* Croa. 17,23: Mandó derribar por los clnuen--
latro puertas de U ciudad.
nar, agobi&r. V\lb. Sigí. oro 2: Ni en et campo los manzanos
su madura fruta derriba. Dos doncel!.: A cada trago
volvía y derribaba la cabeza sobre el hombro izquier-
■Quc. 5: Saca enlci-a Ea lanza y derribando/el brazo atraa
ijaba. Gatat, 2: Y el oiro brazo jt la olra 'parle floja-
do.
caer, hablándose de ropa. Lazar. 3; Y derribando el cabo
sobre el lado izquierdo, sacó una tlave de la manga. Col,
t sentó en una silla junto Á mí, derribado el manto hasta la
ja^z fXfígel 1: El bonete á los ojos derribado.
b/. A- Alv. Silv, Canon. 10 c: Suele pues el Señor no como
nrríhir el contenió del hombre. Id. Fer. 6 dom. 3 caor, 3 c^
tengamos fortaleza del cuerpo, una cnfermedaJ la derriba.
Mon. mist pte. 3 Soled.: No derribó á Job esta niícva. Avila
2: La tristeza que consume y derriba ei vigor del corazón.
. Jeran. 3,6: Qué consecuencia es e<;la, para derribar con
iición tan antigua? Gatat. 2; No puede la aspereza y desdén
Ct d« Qalatea acabar de derribar mis esperanzas. Saav. Empr^
I tnbafo es continuo, derriba la salud y entorpece el ánimo.
¡9. 4,9: No debemos derribar nuestro corazón, por más que
E crezcan. Mariaxa H. E. 1 3,6: Muchos con derribará otroSi
dio de acusaciones, Márquez Goft. cr. 1,21: El deseo de
rte de la privanza. Qaij. 2,3S: Todas estas paiIcs y gracias
inlcs á derribar una monlaña, no que una delicada doncella^
16; Le derribó de intento semejante. Mariana//. E, 2
y el daño derriba á los cobardes y anima á los valientes,
r. 5,b, or. 3: Plcgatc, Sc&or, que este ejemplo penetre
476 OrIOEN V VtDA OEl. I,CNQUA]t
mi corazón y derribe cualquiera presunción y sobcfbift que tají
«nél.
ReJIex. echarse, despeñarse. Oran. Orac, 1, vüern. ifuffj Detii-
bándose de la cama en el suelo. QuiJ. 2,12. Vio que eran dosbM'
bres á caballo, y que el uno dejándose derribar de la silla, dijo Ú
otro. Mariana //. £. 4,13: El río Alberche, que se derriba deloi
montes de Avila. Erc. Araac. 2: La luna.../se derríbó en el irtiv
hemisfero. Herr. 2, son. 100: EdíGcio más firme, y aunque veo/qoe
se derriba.
Inclinarse. Jineta p. 57: Le irá aguardando (al toro), yanoi
vueltas derribándose sobre las caderas de su caballo, le volverá ádv
los palos que pudiere. Gran. Mem. 7,1,6: Derribémonos humiKte-
mente á sus pies.
Metaf. Avila Audi 105: Cuando oyeredes que os amonesta ooM
tan altas, no debéis derribaros, mas esforzaros. Id. Ep. 3,40: Ate
para que no se le derribe el corazón ni se le entristezca demasÍMllf
mente. Siau. S.Jeron. 5,1: A todos se pospone (la humildad), pu
todos se derriba. Avila Ep. 2,8: Ya que no creciese en bien, nos
derribe ella misma á mayores males.
Recipr. QaiJ. 2,74: Ser cosa ordinaria derribarse unos caballeni
á otros, y el que es vencido hoy, ser vencedor mañana.
Pasiv. Qaij. 2,\ I: Sancho, que consideró el peligro en queibi
su amo de ser derribado, saltó del rucio. Saav. Empr. 34: Tan gnt
máquina no se podía derribar sin que cogiese debajo á quies ll>
intentase.
En náut. derribar es derramar, del aire en las velas.
Derribar al suelo. Lope Al pas. del arroyo 3,5: Vino el toriBoy
derribóla ai suelo.
Derribar en el suelo. Qaij. 1,37: Y de un revés, zas, le dcnibl
la cabeza en e! suelo. Id. 1,3: Alzó la lanza á dos manos y dio ood
ella tan gran golpe al arriero en la cabeza, que le derribó en elsuck»
Derribar por el suelo. Amb. Mor. Cron. 1 7,24: Llegando i fc
iglesia del apóstol Santiago derribó por el suelo mucha parte deSt
Erc. Arauc. 20: Hoy la sangrienta y rigurosa muerte / todo lo ha dC
rríbado por el suelo.
Derribarse d, ante tos pies de. Gran. Simé. 2,22,3: DerribiroBS
á los pies de los santos rogándoles que. Id. Escr. e^, 4,2: Queot*
104. errar.
477
purrtt del monasterio y que te derribes ante los pies de lodos
ntos entran y salen. Herr. 2, son. B3: No ^ derribe A vuestros
í rendido.
Depplb-ado^ p»rtic, de derrJb-ar, como adjetivo caído, indi»
o. Castillejo 2, A un caballo: Tiene pequeña la frente, / las cade-
derribadas. Quev. M. Bruto: Siendo el natural de todas las que
<t\ (mujeres) derribado á las niñerías del agasajo y solo atento al
de su hermosura. Id. rom. 94: Derribada de hombros,/pcro
de espaldas. Avala Caza 2x, El las colas más corlas et mis de-
Hutas CQ las espaldas.
Oerríbadas. (PuUa á las narices; cuando alguna se suena).
KSl.
Derrlkad-tco. Calücr. Cas. dospuert. 2,12: Derríbadica
Kbros/y redondita de faldas.
ppib-4>, posv, de derrib*ar. Ardcm. GoL pol. 5: Que deso-
6 quiten las alhajas, que estuvieren puestas en las paredes
Üanens, porque no 5e les echen á perder al tiempo del derribo.
Son también los maletiales derribados y deálrozados del edificio.
En njul. la inclinación que tienen tas orillas de los lados de la&
8 de cuadras, por ser el gratil menor que el pujamen,
Mal-deprli>«r. Am. lfser.: Malderribados torreones.
So-rrib-at*) en Cañarías cavar hondo la lierra yerma pam
Bllrvo.
Soprlb-a. posv. de sorrib-^r.
Errar, de cirare.
intrans. andar vagueando fuera de camino. QuIJ. 1,52: Aquel
:ca rocinante errando anduvo (equívoco, errante y cometiendo
[). NuS. Empr. 5: V el humilde prelado procuró otras veces
■tirie con la mano, para que errando vago por el aire, no se
de ver á quien señalaba. Cald. Tres may. prodig. 1 : E.n sus
tifas albcrf^a/varios huéspedes, que errando/con sus familias
i/cxtraAos climag visita, /zonas discurre diversas.
Utia¡f, faltar, desacertar. Qaij. 1,30: Todo ha de ser errar vos y
donaros yo? Id. 1,33: De si se avergüenza, cuando yerra.
4. hitarte, ant. Meju //. Imp, Otón It, c. t : Del cual aprendan
hijos y vasallos que hubieren ernulo i sus señores, á se emendar
neprnür.
478 Okioen y vida Of£'ú
Contra, ant. Partid. 1,4,23: Estas tres cosas debe fRcér adifli'
pecador, porque erró contra Dios en tres maneras.
En. QuiJ. 2,25: Aunque no todas veces acierta (el mono) ei
todas, en las más no 3 erra. Ant. Aoust. Dial. pl. 17: En mudm
yerran en las letras, y en otras en el retrato.
Trans. con persona, no hallarla buscándola. QuiJ. 1,25: Pan
que no me yerres y te pierdas.
Con /o desacertar. QaiJ. 2,13: Pues en verdad que lo yem
vuestra merced. Id. 2,27: Y sobre mí, si lo erraren. Zabkleta IHaf*
1,15: El que no es puntual, le yerra de no serlo. Ahora vercraot
como lo yerra.
Factit. hacer errar. J. Enc! 398: Que te yerran.
Reflex. puele llevar en, desacertar. QuiJ. 2,2: Tu debes, Sancho^
errarte en el sobrenombre de ese Cide. Id. 2,27: El que les hatñ
dado noticia de aquel caso se había errado en decir que. Id. 2,35:
Si me errare en el número. £síe6an. 4: Me perdone su cadáver,
que él también se erró en esto, fíinc. y Cort: No me erraré en u
átomo. Bañ. Arg. 2: Yo bien sé que no me yerro. Ruf. viudo: Va-
yanse todos por lo que cantare /y no será posible que se yerreí
(bailando).
Pasiv. QuiJ. 2,19: El (estado) del matrimonio estájmuy á punto
de errarse. Id. 1,20: Si se yerra una del número, no puedes seguir
adelante con la historia.
Al que yerra, perdónale una vez, más no después, c. 36.
A quien errares, nunca le creas, c. 1 5.
De hombres es errar; de bestias perseverar en el error.
Después que te erré nunca bien te quise ó pensé. Galindo lOt
Del que nos faltó en lo prometido no hay que esperar.
Errando se aprende. (Consejo para perseverar en el oficio),
c. 140.
Errar el blanco, el tiro, no dar en él, no lograr.
Errar el golpe, no atinar, y metaf. engañarse. Nieremb. Gtaek
1,9: Caiga ya en la cuenta, como ha errado el golpe, que lo que se
había de desear, no es un bien imaginado, perecedero é insuficieole^
sino el bien verdadero de la gracia.
Errar y porfiar. (Reprensión á los tercos y porfiados), c. 140.
Malo es errar, y peor perseverar. Vald. Dial kng.
104. errar.
479
errar por parecer ajeno, que acertar por el nuestro,
ienío para persuadir que nos aconsejímos en Iodo y
cer de oíros, porque ea mejor errar alguna vez por
>. que ser los hombre'^ confiados de sí y cabezudos,
parecer), c. 451.
por otro errar, que por si acertar. (Poco anics queda
t« encarecimiento y uviso de lomar consejo), c. 454.
qaien yerre, sino qakn su parecer quiere, c. 213.
qaien á !os sayos semeja, c. 225.
amos. (Enlre dos cainaraJas bellacones, que el uno se
IOS, y el otro le ponía el cuerno, conlaban los cornudos
Ramos no se conbha así, que no lo sabía; al cabo de
otro decía: Otro c-ramos, con ambígüedíid, por otro
lOr que la s anlcs de la r, se come. El Ramos enUí! *ia
'aban y se les olvidara de la cuenta), c. 1 5Q.
ra y se enmkntfa ú Dios se Encomienda, {Quij. 2, 18).
Dios le .lyudará.
I qae no erra. (Dícenío por Nneslra Señora, dando i
;e no es maravilla que una de las otras yerre por ser
rtra Haquc/a cF vicio y el errar), c. 163,
o, partic. de err-ar y empicase como deponcnic dd
de lo que no va accrlado. Qaij. 1,48: Para sacarle de
■nsamienío. Id. 1,50: Siempre irAn errados los medio»
^ae2 líiv.: Prometí de casarme con una mujer errada (de
r errado. Quij. 2,3; V ya en esto anda errada la historia,
|b,2Q: O)mo ~ ido que ambos andaban errados.
|dn, posv. I' de crr-ar, fatla, pecado. Caur. p.
hay lan grandes erradas siendo luz?.
rradas, Carr. p. 66*): Supuesto que lanías cegueras
deán es imposible dejar de hacer muchas crr^-tdas, á mí
nás breves, por menos costosas, serian las menos inlole-
229: Si i esto mirasen las casamenteras de ahora, no
i erradas como vemos.
>> posv, de err-ar. Zabalcta Error 28; El malo yem,
^a el yerro. T. Naharr. I, SO: Es cosa fea / perdo-
limero. •
480
ymmmmvm
OwaettY
Los yerros por amor dignos son de perdón, Qalindo 471.
£rr-aiiza, error. Berc. 5. D. 149: Las erranzas que
£rr-aTite, de err-ar, errans. El que anda vagando, insegura.
NuÑ, Empr. 21: Porque es cierto no anduviera paovejuda) perdidí
y erran ie, si oyera las voces de su propio Pastor.
Des-efi-ar. Lope Tobías 2, t. 3, p. 201: Y si el deseo st
desyerra?— Yerra,
Eppop> de error-etn error, con su acepción moral. QaiJ. 1,15:
Para darte á entender, Panza, en e] error en que estás. Id. 2,1; &e
es otro error en que íian caído muchos.
Error es igaaif no sabiendo, responder; y sabiendo, preguntar,
c. 140.
Radio, errado, malo, necio, de errativus, pg. erradEo. Besa
Mil. 230; El que á mi cantaba la missa cada día/ judguestiEo por
bestia e por cosa radía. HrrA 983: E andas como Radío. /
ando, sseñora, en esta grand espe^sura.
En Aragón radío suelto, Ubre, y radído miseraWt, avaro.
Í05. ira CPSÍC.
ASÍ
IR
Si mi teoría tiene visos de verdad, esta voz ha de ser
i6rt naltiral del movimiento sutil, lineal, primero fisiológica-
en c] organismo, luego fuera en las cosas. Es el err! del
rizarse, pero con mayor sutileza y aprieto, cualquier conmoción
I que sentimos correr á modo de fluido eléctrico por los hilos
s de niic<iíros nervios. El fluido nervioso no sabremos lo que
ro á la verdad sentimos como una corriente eléctrica que se
I mucho á la descarga que nos Iraspnsa, cuando nos ponemos
los dos reóforos. Entonces el organismo todo se aprieta, \A
ti mési ni menos y no puede articularse más que ir, la / de
iprttüda y la r del movimiento que la corriente imprime i la
I, como al resto del cuerpo. Eslo mismo índica la pafabra con-
pn, meneo, pero sutil que corre, al modo que pinía la corriente
cdo por los huesos el poetó latino: Gelidusque cacarrit ossa
r. Ello es que en euskera ÍT-<t es el veneno que físicamente se
wr W% venas, la pena honda que corre por toda la red nerviosa
^ mismos efectos, la consunción y ahilamiento, y et filtro ama-
|6 tiebedúo, que de^de muy antiguo hubo de componerle de
bos. Esta planta tomó su nombre /r£r por haber sido propia de
pm» y brujas, no solo entre los vascongados y españoles hasta
pdií, sino entre los antiguos germanos y eslavos. ¿Querrá
T en este nombre el recuerdo de t« aotiquisíma Oora que
aballare
«1
482 Origen v visa del lenoimií;
hoy sacamos de las entrañas de la tierra convertida en carbón Dñ
ral? Aquellos espantosos bosques sepultados en las reventazones de
cordilleras, islas y continentes, sabido es que en su mayor parte!
ron de heléchos arborescentes. ¿La esbeltez de esta planta, que
siempre á la línea sutil, pudo ser la razón de llamar ira i la mis
planta, originando la leyenda de servir su jugo como bebedizt
ponzoña, porque la ponzoña y bebedizo, que penetra sutilme
también se decían ir-a? ¿Creyeron los primeros hombres al conli
piar el rápido crecimiento de aquellas plantas y bosques quevt
crecer la hierba? Lo que si puede asegurarse es que la noción»
rrada en la voz ira fué la que digo de conmoción sutil que penelí
corre por los nervios y venas. Ira es el veneno ó ponzoña, el pes
la pena honda que conmueve el sistema nervioso, el ahilamienl
consunción y el helécho. Su derivado ira-du vale emponzo:
angustiar y apenar, ahilarse y consumirse; ira-ta es ir aprisa dere
y como penetrando y filtrándose en hilo, irada noa naira
aprisa ó derechamente á lo que deseo, ira-dura angustia y p
hondo: i-ra es moverse en i, como a-ra es moverse en a.
Acerca de la superstición en España tocante a! helécho véaa
que escribió Laguna [Diosc. 4,186): «No puedo disimular la \
superstición, abuso y grande maldad (no quiero decir herigfa)
algunas vejezuelas endemoniadas, las cuales tienen ya persuadid
los populares, que la víspera de San Juan en punto á la media nc
florece y grana el helécho; y que si el hombre allí no se halla
aquel momento, se cae su simiente y se pierde, la cual alaban i
infinitas hechicerías. Yo digo á Dios mi culpa, que para verla coi
una vez acompañé á cierta vieja lapidaria y barbuda, tras ta i
iban otros muchos mancebos y cinco ó seis doncelluelas malav
das, de las cuales algunas volvieron dueñas á casa. Del resto
puedo testificar otra cosa.sino que aquella madre reverenda y I
rada pasando por el helécho tas manos) lo cual no nos era á noso
lícito, nos daba descaradamente á entender, que cogía cierta
miente como aquella de la mostaza, la cual (á mi parecer) se b<
llevado ella niesma en la bolsa: dado que ya pudo ser, que r
mente se desgranase el helécho entonces, pues por todo el mes
Junio y de Julio están aquellos fluecos en su fuerza y vigor». Y
mismo Dioscórides (ibid.): «Las mujeres que las bebieren (
[raíz cotí vino) quedarán estériles, y !as preñadas mal-
asaren sobre ellas». Y luego Laguna (id). «El helécho
Us atas no acoge serptenic alguna y con su humo exler-
Sinches. No se debe dar por ninguna vía ni !a hembra ni
Eacho ú hs hembras, por cuanto dada cualquiera de
í á hs preñadas las hace malparir luego, y á las otras
icía de jamás empreñarse»,
varías sutrles de heléchos, el común ira, el que tiene en su
Erecido al pelo sor^in-ira ó ira de bruja; el que por
dicen en la iglesia y guardan para quemarlo cuando
>nira, de tronada, y donean-ira 6 del santo; el pur-
: crece sobre las peñas atch-ira ó atch-ganeko-ira.
ubre ó ira-it es el mes del helécho, helechal iralekat aca-
de heléchos ira-hrí, montón de tielechos ira-meta, palo
mtonarla en torno Ír-ardatz, la raí/ y trozo de su tallo que
Íufa de segado ¡r-art-or. También el helécho /ra-Zs, de
esto es de mucho filtrai-se y ser ponzoña mágica, iratch'C
ici filtro, ira-ísii ponzoñoso, de mucho ira, ira-ta em-
\vo m valor de cosa sutil se vé en que también vale
:i hombre, venir á menos y angustiar.
cho también ira-tze, aumentativo como Ira-h, helechal
tif, montón de él iratze'meta, iraz-meta, el que lo siega
Hle, rastrojo de helécho irolz-otz ó lo dejado del ¡fatze, el
nto con que se (rae al hombro iraiz-un, helechal {raz-tot,
Í'aZ'torr-a, iraz-torri.
ilucnde iraícho, ó el del bebedizo ó cl del helécho, hay
f\ nombre del chivo en Álava, Aragón y Navarra Íras-co,
\ irais helécho. En figura de cerdos pequeños con un Taro-
ota dice una tradición que se aparecen los iratckos en cl
e la Rosa, cerca de Bermeo (Dclmas, Euskaíerriú t. 1 , p.
■lienta en otras consejas euskéricas, apareciéndose siempre
Bfmboto del mal, luego del diablo^ el macho cabrio, como
Brre aquel de! Fausto, en la noche de Walpurgts, tiene
Hiy antiguos, pues no solo aquelarre vale campa del ca-
O que al espiritu del mal se sacríñca en el Rig-Veda antes
Ücar d caballo al espíritti de! bien, porque el caballo re-
y la luz, el chivo la noche y tinieblas. Los griegos id-
4S4 Orkien y vida del lenoiiAPB
molaban á Baco un chivo en las Dionisiacas, origen de la tngediif y
los lusitanos á Marte antes de la batalla, (Estrab. Qeogr* 3,4,7). B
símbolo debió nacer de lo dañino que el chivo era á la agrícultuii.
Con lo cual queda declarada la razón del irasco alavés, conlonne
al erudito Federico Baraibar.
Si ira es ese movimiento sutil, ira-z á lo ira, filtrada, ahíUdi-
mente, hubo de dar iraz-i, cuyos valores son filtrar, colar, larainar,
adelgazar el hierro, ahilarse y enflaquecer, urdir el lienzo en d
telar, que es poner hilos ó cosas lineales, es decir, mover linealmenk^
y sajar apostemas, que es un filtrar, ó sacar otras cosas. Gorpab-ta-
zia es cuerpo esbelto, ahilado. Adelgazarse irazi-ia, colador íra-
zi-ontzi, filtro y trama del lienzo iraz-kai, ó dígase lo para iraz,
taller de tejedor irazkegi, filtro iraz-kei. Que -i sea sufijo que valgí
hacer en iraz-it se vé por iraz-ki, que lleva ki hacer, y signifia
urdir la trama, cadena de hilo, estatura ó esbeltez, trama del lienzo,
estambre, delgado, esbelto, filtro; irazki-tu adelgazarse, tramar.
Más fuerte suena iratsi que significa alargar ó ahilar añadiendo,
iratsi-ki añadir, apegar, metafóricamente referir ó atribuir, 6 ifít"
tch-eki, hacer iratch ó iraz, añadir, apegar.
Más suave y sutilmente iratz-i filtrar, colar, filtro, colador, sajar,
lo mismo que iraz-i, y encender, es decir, pegar fuego, difundirlo f
como hacerlo pasar de una cosa á otra, que también suena iraz-t^
é iraz-eiñ, 6 hacer iraz, é iraz-eki encender, antorcha.
Si en vez de ira-z decimos ire-z con el sufijo -ez por -z, el valor
es el mismo, filtrada y ahiladamente y de aquí irez-ka esbelto, Írez-Íd
urdir la tela, devanadera, irezki-ta devanar el hilo.
Con la variante s, ires-i peinar, ires-katu secarse un árbol, dd
ahilarse.
Más fuerte iretsi es tragar, devorar, es decir hacer pasar ó ffltitr
por el gargabero, irets-arazi hacer tragar, ires-6ide tragaderas.
Lo propio de ir 6 moverse longitudinalmente, es ir-i que signi-
fica lo en dirección á. D. Pedro I de Aragón hizo á la iglesia de
Pamplona donación de la villa llamada zubiri diciendo: «uDin>
villam meam, quae vocatur zubiria, scilicet iuxfa pontem sita». C*
efecto bederaizietaJeo-iri-an significa á eso de las nueve, iri-aríOí^
hacia aquella época, en aquella hora poco más ó menos: es el ende
zar ojos y brazos en una dirección sin fijar el término; £OÍz^£r«
lOó. rUar. 485
}i müRxati, arrasi-lri hiói fa tard?, zuttlrí hacía el puente.
se ve que esíe iri no es mfe que como el dativo de / tú, el se-
do derccíiamcníe. También iri vale población, ciudad, como arí,
cual parece ser variante, á no haberse dicho por la cercanía y
■ción; iri'büru cabeza á lo alio de la población, iri'goien en lo
de U misma, sri-pc en lo bajo de ella, irisko é irícftka villo*
(, irí'tar ciudadano. Bien conocidos son los nombres de pobla-
la Ibéricas preromanas que llevan esta voz y aun il^ilicas. Iría,
Plinio y Antonino eiria, en Tolomeo éipia es río de Italia según
landcs Diaconus, y ciudad según oíros. Iria Flavia ó ipía (pXao'jía
ríos Liicenses en Galicia. F.n U euskalerria tenemos en Navarra
^arnn, Jríbas, dos iriberris, irisarri, ¡riso: en Vizcaya iríbin; en
ipúzcoa ¡fiarte, /rihar, Iribarren, fribe, Iribura, Irigoincho,
h ' n, MondO'Echcberri, íriso^ friso-Berrí, Ircs ¡rizar ó
L . .icj3, írizarri, ele.
Como de ir salid ir-tz ¿ irez-i, y de íra salió ira-z é iraz-i^ »í
ir-/ sale iri-z i iriz-i, todos sinónimos. Vale irizi lo mismo que
i/ y que irezi, urdir, sajar, esbelto, etc., irizi-an urdiendo.
Mis fue ríe suena iritsi ordeñar, que es hacer correr ó filtrar
DO un hilo, de donde bajar ó llevar abajo y alcanzar, ó iritchi
t, y devorar, que es un filtrar por el gai^bero abajo.
;, pues, bien patente, el valor fisiológico, y luego el úb-
Mdo de la voz ir con r suave.
Ahon se comprenderá el valor faclitivo de ir-, ira-, igual que el
er*, era-: ira-gazi, ír-ago 6 ir-agon, ira-izi, ele. Aprender es
así, enseñar irti-katsi ó era-kaísi: la i- inJigilanlc, ira- de dírcc-
y«ra- de movimiento ó dirección indefinida; Í-bilfi andar y
■MU hacer andar, mover. La r ó ra es en lodos eslos casos el
■Sdet movimiento, cr, era, el movinncnio indefinido, ir, íra el
nfimicnto en Knca rec!a, la dirección: así como e-, i- forman ver-
por ser ios sonidos llamativo i indígitantc, asi er-t ir', era-t irú-
Dai) factitivos.
0(y. Rlzar^ dijose del p.-i<iar por la hilera, que hace lome
^' iw la mntcíia, es decir del iritsi, irizi, irit/i, ordeñar,
j - uf por ta hilera. Compruébase por el gallego, donde
son Wrutaa al toraeu una madera ó $s% rich-ado avirOr
486 Oriqcn y vida pel lcnouají
rich-ar roer, rechinar, enfurecerse, del salir en chorrillo. Suein
traerlo de erizo, ericiu&; pero ni se pierde la e- en vocablos latino^ '.
ni tiene que ver el erizarse ó atiesarse el cabello con el ruarse, que
es todo lo contrario, y solo es efecto del pasar por la hilera y dd
laminar, que es lo que vale la raíz euskéríca. Erizar viene de eríciits;
pero rizar no tiene nada que ver con erizar.
Trans. enredar ó enlazar, valor primitivo. Ouev. Mon. CorUbi !
No hay injusticias que te aten ó ricen.
Ensortijar el cabello por adorno. A. Alv, Sih. Magd. 2c. §3:
Su rizado cabello.
Del agua y del (raje, hacer pliegues. Quev. Poem, her, 1; Ria
espumoso el lago fresco viento.
Reflex. G, AI/. 1,1,1: Rizarse, afeilarse.
Ri-zado, partic. y sustantivo, el acia y efecto. O. A!f. 1,1,1;
Y á lo que es tratar de rizados y más porquerías,
Riz-O, posv., acción y efecto de riz-ar. León Cas, 12: [Com-
ponerse los rizos. Persil. 2,14: Anteponer los rizos de un criado
mío á mis canas. León Cas, 12: Concede ropas, pero no permite
rizos, ni encrespes, ni afeites. Cornejo Cron. 3.3,31: OcTipada en
el aseo de sus galas y en eí rizo de sus cabellos. Cabr. p. 238: Pan
qué rizos y copetes tan desvergonzados? Ftierz. sangr.: Cuya invai-
ción de lazos y rizos y vislumbres de diamantes, que con ellos se
entretejían.
Terciopelo áspero que forma cordondllo, Pragm. TVis. úffí
1680, f. 6: Una (vara) de rizo negro alio de Toledo.
Adjetivo, hecho rizos, ensortijado, revuefto. Am. íiber.: De blan-
cas manos y rizos cabellos. G, Alf. 1,1,1; Era blancOj rubio, colo-
rado, rizo. Zabaleta Día f. Trapillo: El jubón de terciopelo ri2ft
Bibl. Gallará. 1,1059: Y rizas entrambas sienes.
A-rPÍzap, en náut. suspender, dejar colgado, disminuir U
vela tomándole rizos; ant. díjose enrizar. Arrizar las pipas es formiT
sarta de ellas para llevarías flotando; navegar arrizado, con las velis
en rizos. G. Alf. 2,3,8: Cuando sucedió este hurto acaso no dorraU
un forzado gitano, y cuando llegó su vez que lo querían arrizar dijo-
Cabr. p. 672: Ya arrizan las cajas que ruedan.
Des-arrizat*, en náut. soltar cualquier cosa arrizada.
£n-rizar, encrespar, ensortijar, poner ríz-o el cabello, ele.
107. (riít, ira.
487
'rans. Lasvza Hom. 2l,í7: Aderejía e) rosiro, enriza el cabello.
tRA Mon. mist. pU 3 Purif.: Que todo se os va er> componer el
io, cn enrizarle, encresparle. Lope Past. loboycab. cd. !l,339:
ancft lana al sol dorado cnrizAn.
^fiex, ToRR. Fii mor. 20,7: Se ptilíá, atavíA, enrizó, y hechi
luya se puso á ver. C\cer. ps. 67: Los hombres de copete, que
rilan el cabello. Valdcrram^ Ej. Proi: Se enríziS el cabello. M.
dom. 2 cuar.: Para que la tez y sobrehaz del agua se enrice y
mil escarchados, basla un muy sutil vienio. Fons. V. Cr. 1,1,1:
ülinn, cuando se abate el milano á sus po]fuelo$, se eteriza,
icip., adj. y sii^íanlivo. Ca'Ir. /». 153: Sus cabellos enriza-
,26: Un morillo de cabellos enrizados. Id. 2,4Q: Sus
'cabellos, que eran sortijas de oro, según eran rubios y en-
Casr. p. 67: Esperáis ver una dama galana^ enrizada. Siau.
in, 4,6: Haceric trencillas, enrizados. Torr. ñt. mor. 20,1 1:
[irita los enrizados.
plc-e, posv. de cnriz-ar^ todavía usado en Cuba, asi como
r por rizar al modo clásico.
os-rlzar^ dcicoraponer lo riz-ado. Hortens. Coar. f. 121:
¡uiesia y deslicnz-idoc! peto, desrizado esln vez con más
.>po olras! Jac. Polo/?/. 201 : Venus desgreñado el moño,
o $u apatusco.
rlZ'SMf en Sslamanca posvcrbal de un dcmz-ar, ó de
de romper, desbaratar, destrozar, pulvcrizju'.
7, A qué pudo darse el nombre Ir-in, diminutivo de ir? A lo
mueve más dclí,'a<h, sutil y nicnudamentc. Tal es la harina y
Iviüo, por ejemplo, de la carcoma. No conozco cosa más dcs-
uada, y si se hallase, la llamarían irin los cscualduna?. Cae ía
formando an hitíllo delicado, y el madero puesto bajo el
to al cerner en b «ríesa se dice iriñ-alki; el moler e! trigo ó
bbricsndo harina, y el carcomerse el árbol formándose car*
\rin-du. El polvillo de harina irin-errauís, e^jwlvorear con
■•tata, cl cernedero irüi'degi 6 iríji'ícgi, enharinar ó pro-
rina in'n'dú'tü.
tiene ¿r, es decir ir-u, se dijo lodo lo sutil y delgado, el
hiUr ó hacer hilo y cl pus casi flquiao, y su variaole dialec-
4
488 OmOEN V VIDA DEL Ll
tal ir-o el pus, la carcoma que fbrma polvillo, la fibra ó hilo de h»
vegetales, ya verdes, ya secos ó parte leñosa, y la yesca en cunto
ñbra vegetal. Metafóricamente es molestarse, cansarse, es dedr, ahi-
larse, como nuestros clásicos decían: gizon irua es el hombre cap
sado y%l molesto, irota gera gaur nos hemos cansado hoy.
Hacer iru ó hilar es ira-in, iru-ki hilar, ira-kintza oGcio de
hilar, iru-le 6 iru-la hilandera, iru-lai rueca, iru-n, ira-fl hilar,
irun-alki devanadera, irun-du laminar 6 ahilar el metal.
Secarse el árbol haciéndose ñbra leñosa, de donde envejecer, es
iro-tii, sama y putrefacción ó sea formarse pus iro-dura.
El rocío díjose iran-tz del gotear ó caer en gotitas y como un
hilado, y así irants-i es ahilarse y demacrarse, iruntz-i el reverso,
del dar vueltas al hilar.
Además de hilar vale im-in la mancera del arado, é ira-n hilar
y lanza del arado .y cuello, por ir derechos. La hilandera es /ra-js,
iru-le, iru-l, donde / vale trabajar, sufijo de agente.
108. Ruñ-ar, antiguamente valía desgastar poco á poco
deshaciéndose en polvillo, como la rueda del molino. Después quedó
particularizado al labrar por dentro la cavidad ó muesca en que se
encajan las tiestas de los toneles ó botas. Díjose del euskaro i-tú,
del pulverizar, del caer polvillo. Precioso verbo que nos vá á d^
clarar otros varios. Es el ant. fr. roognier, fr. rognier, it. rognare.
Roñ-ar, en Aragón, Asturias y Galicia regañar, díjose de ro-
ñar, como morder y de^;astar moralmente.
Roñ*ÓD, regañón en Aragón, y roñoso, tacaño, llorón.
Rou-«, especie de sarna que da al ganado ovejuno, y viene
del roñar, ruñar, el i-ruñ euskéríco, el polvillo, la harina, perdida
la i- como en otras voces con r; prov. ronha, rounja, cat. ronya, fr.
rogne. Desechan la etimología de Diez, rubigo; pero nadie traeoln.
Mingo Rev.: O mate mala ponzoña/á pastor de tal mañera/que tiene
cuerno con miera/y no les unta la roña. Galat. 1, p. 4: Mala «bi».
ó cruda roña consuma ó acabe mis retozadores chivatos.
Trasládase á la porquería, suciedad. Quev. Mus. 6, r. 2: Un*
camisa le viste / tejida con peste y roña.
Tacañería propia de pobres que son los que andan sucios /
sarnosos: es vulgar.
108. fOñOf aruñar.
489
■ddad y (rampa, soUperfa, Ireta, maula. Quev, Fort~- A la
í le dijo Ribbí la palabrita, dejaos gobernar: á roña sabe^ con-
ir el ojo con estos. Sánchez Badajoz f^ecop^ \, p. 363:
ado mil ffcscuras»/ usarás de mucha rona./tentar á claras y
s;/cubíerta de tus dulzuras, /darás á beber ponzoña. Metáfora
: roña c<»ino sarna y mugre que encubre malidosa y dañosa-
■ el verd-ideio jnlenlo. De aquí en Colonibia hacer roña por
||cer la zangiiangua. <No cstí enfcrnio: es roña-.
Ilión-ico, en la Litera viejo, raido, gastado; adj. -ico de la
Biu raíz t-run, en-ron-ar.
PKdn-ego, en Segoibe descarnado; variante de rón-ico.
Kuii-^o, en Honduras, de la persona pequeña de cuerpo. Di-
! del gastarse, adj. -go, como rón-ico, rón-ego. Et: Salamanca es
do pequeño anles del año cumplido.
luco. En Honduras ruin^ inülij, inservible; parece, como
%o, venir de la misrna raíz i*r>i.
loü-oso, que tiene roña, en cualquiera de sus acepciones.
R. Af¡r. 5,1 -I: Las (cabras) que están roñosas y enfermas. Id. 1,3:
suida (y«rba), arrugada, como roñosa. Quev. son. 38: Vieja
. MoRCTO No puede ser, ¡: V yo en todas siempre advierto/
an diücrelo, airoso,/ dejado por un roñoso,/ necio, zambo,
I y tuerto.
I En Aragón regañón, llorón.
Roü*cpia. lo propio de la roñ-a, mezquindad 6 tacafteite
uda.
i A-rti¿ar, de ruñar, arañar, aun se usa en muchas partes de
y América. J. Pin. Agr. 1 ,34: U tal tierra floja es iiara plan-
[ (fifia de buen llevar, y más es para criar zarzas de buen aruñar.
iZahur.: SaÜ auna dehesa, donde estaban muchos hombres
id. son. 30: El gato negro que la dicha arufta.
Apuñ-o. posv. de aniñ-ar. QuiJ. 2.48: El rostro y los bigotes
s, el rostro por los aruños (del i^.ito). Id. 2,52: Sano de sus
Qiítv, Mas. 6r rom. 6: Ei aruño les perdono, / pues que
los cuartos.
Apuñ-<)tt, que aruft-a. Qucv. sm. 31: Del aruñón de bolsas
ao.
j-amñ-np, verbo asturiano que declara más el ruñar, pues
490 OrIOEN V VIDA OEL
vale hurgar y rascar una costra^ de aiz dedo y urañ por Inri, qw
también suele sonar en la euskalerría.
De-poñ-ap, desgastar poco á poco, deshaciéndose en polvi-
llo, como lo muela del molino, de roñ-a, cuya etimología quedi asi
mejor aclarada.]. Pin. Agr. 1,8: Aun yo con tener tan derroñadod
molino, que donde tengo muela debajo no la tengo arriba, nodqn
de martillar. Id. 3,11: Vuestra boca, más derroñada que la cuew
de Tenaro.
Des-pon-ap, como en-ron-ar, de i-run. En Murcia quitará
los árboles las ramitas ruines.
En-pon-ap, en-pun-ar, en Aragón envolver con escom-
bros, metaf. dícese de alguno que es tan rico, que nos puede enro-
ñar á onzas de oro. Díjose del caer en polvo desgastándose ó
derrumbándose; variante de ruñar, de i-r»n.
Enpon-a, enpun-a, enpuen-a, en Aragón posv. de en-
ron-ar, escombros, desperdicios de una obra.
I>cs-enpon-ap, en Aragón quitar la enrona de alguna parit
lOQ. El concepto del número tres tomóse del pegar más dedos
fibras ó hilos, del tejer, conforme al refrán «funicuius triplex diS-
cile rumpiíur». Con dos todavía no se forma hilado seguro, s^úí
esto. Lo mismo se vé en el tresdoblar y tresdoblado de los escudOl
trenzados desde Homero. Ya lo dijo Aristóteles, ateniéndose áesü
voz popular, y lo recuerda J. de Pineda (Agrie. 1,9): «Aristóteles fc
llama número iodo, y número perfecto, y le hace número plürttl,l
de tres decimos /orfos, mas de dos decimos ambos*. Las áirnta-
siones son tres, solo con ellas pudo haber cuerpos. Varron dijo que
los convidados no habían de ser menos que las tres Gracias, ni mil
que las nueve Musas. Tres son además los estados físicos de ks
cuerpos, sólido, líquido y gaseoso y así hay tierra, agua y aire. Todl;
esto vaya para dar á entender el concepto del número tres desde fc»;
primeros hombres.
El hilar ir-u es lo que encierra ese reunir (-u) hilos ó COBS
delgadas en ir. De aquí que el tres se dijese ira también, ó con -or,
-ur que llevan el mismo concepto de lo que tiene, ir-urt k-Ot,
Tercero es ira-garren, tercio ó hilar iru-ki, de tres ó triple íW-Jto
íra'koitz=iru-kotch. El trébol ó tres hojas ¿ruk-usta ó irnitía. Dl
109, irudi.
4QI
obas I
hue
tres irana-ka, de irü-na tres cada uno, repartir de tres en
I irunaka-ta, Iridcntc ó arado de tres púas ¡ra-oríz, Irescicnlos
un, horquijo de tres inir-fca, triple irar-kan, triplicar iru-ia,
iru'tan, tres grupos iru-Ua-k, con fzu abundancia!, como
tt'k varios unos, varios, Íra-U de Ires, iras-tea tres en una
(rutz-i agrupar, propiamente unir tres, que es lo que dio
I á este número, de suerte qiiesegün esto iru ó tres ya forma
como forman hilado ó ira tres tiilos^ trébedes ira-zango ó
E>i¿s. Todo esto parecerá asaz de sutil á tos que eslán muy
; en que los hoíiibres primitivos eran unos brutos, tontos y
entendederas. Pero como yo no puedo mudar la* cosas de
fueron, soto me toca avisar á esos tales que abran más el ojo
mayores les aguardan.
número dos es el principio de la distinción; el tres lo es de la
arción y semejanza: «Dos cosas iguales á una tercera son igua-
rtre si». Según la doctrina de K&nt, el número tres es además el
Úo y fuente de todoa nuestros conocimientos, por serlo pre-
ule esa proporción ó comparacitin con un tercero, en la cual
in todos los juicios sintéticos á priorí. «En los juicios sintéti-
: de tener, fuera del concepto del sujeto, alguna otra cosa (X),
a cual el entendimiento se apoye para reconocer que un pre-
, que no está encerrado en ese concepto, le pertenece con
l>. Esa X ó tcrtíum cotiiparatLonis es la clave de todo nuevo
s. Al llamar sirtiéticos á estos juicios, ósea de anión, tuvo prc-
'. la idea común, que hemos visto en la elímología áv ira tre'vé
> hilar uniendo tre» fibras.
es t»xui, la proporción, Ea semejanza, el parecerse, la im:igen;
áoncs, la p:irábo!a, la compnración son una misma cosa, según
I primitiva, en la cual se dicen tru-di, es decir por eí tres,
^boto en-di por tlli, ó del tres: iru-di por ó det tres, andar en busca
Itaa tercero, sacar de un tercero, por medio de un tercero. No
Hde darse expresión más cabal de todos esos conoeplos. La com-
^■dún de dos cosas pide que se busque un tertium cotnparationis
Bl que convengan entrambas, por él, de £1 y por medio de ¿I se
^■(■RUi y se saca el piwcciilo, la semejan/a, la imagen, las faccio-
Pl h parábola, estableciendo la proporción: todas estas cosas dí-
¡fttK, pues, ira-di. Bauko nori irudi atalak lapikoarif quien & los
4Q2 Orioen y vida del
suyos semeja, honra merece, literalmente tiene á quien sem^in^i
pedazo ó cacho al puchero, tiene á quien por-eí-tres^arse, ticDe I
quien per-tertiam-carse, D-irudi parece, d~iradi-k pareces, íWr
te parecen. Irudi-erazo asemejar, hacer que se comparen oonc
tertium en que convienen, tradi-ko semejante.
Los que hallaron este vocablo tenían bien calada la natun
del pensamiento, del juicio, del razonamiento, habían penetrado*
el principio del pensar y del conocimiento, pues habían dado en I
razón de ser de la proporción.
Este conocimiento hondo de la proporción, madre del
miento y de la ciencia, se lo había dado á los primeros hombres in]
fenómeno bien concreto, pues de él tomaron el modo de llamar coa]
tan abstracta, tan á priori, tan del espíritu. Ese fenómeno fué el I
ó ira, de donde sacaron el concepto del tres, y del tres el de la i
porción. Por manera que en euskera no solo el tres es hilar, junittj
tres fílamentos, sino que nada más que hilar es el pensar, el
semejanzas y proporciones. Las matemáticas son un hilado, son JD
cios sintéticos á priori, para los cuales no basta el principio de
tradicción, ni el análisis; es menester buscar un tertium fuera dd!
jeto (Kant, Crit. r. para, Introd.); la física encierra como principki
otros juicios sintéticos á priori: es otro hilado. Nada se diga de
metafísica. Todo conocimiento es un hilado. Las ciencias me
llámanse comparadas ó comparativas. La comparación y el cotqo|
fueron siempre la clave de todo conocimiento.
1 10. Rozar, del euskaro irutzi juntar ramas, etc., dijese i
del recogerlas y la broza, etc., como se verá por algunos deriv
no de *r£isare de rosus rodere, ó *rosÍtare, pues no es ruese, sv|
roza, ni s se hace z, p.
Trans. limpiar la tierra de las matas que cría, cortar la mak
para disponerla á la labor. G. Alf. 2,1,5: Todas eran matas y pa|
rozar; de la una parte lo malo, y de la otra peor. Hcrr. Agr. 2jk}
Rozándole y sacándole las raíces de los árboles y matas y de lodtl
grama. Id. 2,18: Rozará zarzales. Valderrama EJ. Fer. 2, dom, 5j
pas.: Pues después de rozada y arada, habiéndole echado buena i
milla. Id. Ram.: Y entretanto que viene la cosecha rozando y fatt^'
bechando la tierra. Id. Sab. dom, 2 cuar.: Estuviese él FPziuido y
IIO« rozar. 403
lUndo \\ tierra. Oviedo W. /ni/. 20,34: Para loaar y talar ar-
y montes de boscajes.
articular el pacer la tierra loa animales. Torr. FU mor.
buey trabaja y después tío roza la haza? Zamora Mon.
^.ple. 3 Destierro: Los jumentos lo pacen y lo rozan.
! aquí en la Oermania rocor por comer. Rom, Germ. 5: El
Je (cnga talado, /dcdpiínenio conlino, / roce bizcocKo y dieta,
lIc fHar poco vino.
|En el alio Aragón hacer hendiduras ó rozas en la roca para
cuñas y hacerla saltar.
ifcT, arañar, cualquier cosa por traslación, y de aquí tocar lige-
Btc. Qucv. TVc. 19: Con la cara rozada de puros mojicones.
KA Mon. mist. pU. 3, ps. 86J: Los príncipes rozando (eta^,
ftores cubierlos de hermosura (arrastrando).
!?lf/7cx. arañarse, gastarse algo por ello. Pk.Jusi. l,U Que ha
i que pisa la soga y ya se roza. A. Alv. Síiv. S. Andr. 5 c.§ 1:
udo los montes, rozándose los pies, moliéndose y aun ma-
Id. Don. J cuar. 4 c, §5: Los sayos y zapatos de los que
5u seguí [iiienlo ala tierra de promisión, sí n que se ronipie-
i aun se rozasen, (rayéndose cada día. J. Pm. Agr. 4,31: Si se
( y gasta algo de los coladeros. Zabaleta Dia f, \,19í Corren
fcntrc terrones, se rozan con maderos.
4eto/. tener parecido una cosa con olra, como locándose, tratar
[too, Zaíiora Mon^ mist. pte, 3 Rosar.: Y así si este libro en
¡con los demás se rozare. Ovalle //. Chite 2,3: Cuyo valeroso
»pvece que pasando sus propios limites y términos, llegó á
ÍVOrse con los de la teineridad. Moret /l/i£r/. 27,2: Oque se prc-
Isinían ó se rozaban con algún linaje de jurisdicción lemporal.
IkPos/y. Oucv. Ep. 3G: Pues ya se pasa el puerto, se marea cl
Pfc, se rozó cl camino.
Rozar (rajes, llevarlos, gasíarlos. Bitl. GaÜard. 4,1217: Damas
osicsanas,/las que presumís / de rozar soplillo, / chacona y chapfn.
Roza-hierbas. P/c.yu5f. 3,3: Un triste rozabíerbas del
•maso.
-^Roza*bÍll-óii, enla Oerm.el que come de mogollón» de
H* comer y 6/7/ andar pegado, como de gorra, en euskera. Rom.
494 Orioen V VIDA del
Gcrm. /; Convida el jaque al comporte /y luego derto ci|á^/d^
comporte era gran gorra / en lo de rozabillón. |
Rozabillon-ar, comer de prisa en caló jergal. ¡
Roz-o. Posv. de roz-ar, el acto y el efecto ó leña recopdif|
el campo rozado. Corr. 370: Cuando fueres al rozo, no vayudi
calagozo. (Calagozo es herramienta). Id. 112: En Setiembre dtw
y la urdiembre. |
En la Germán, rozo la comida. Rom. Germ. 1: Deo gtidÉ
señor comporte, / bien seáis venido el bailón: / para el rozo de p»
senté / que tenéis en el tallón. Rodr. Reinosa, Gallará. 4,1407: 9
no jibas que rozar / y pines para piar/y bocudos para el rozo.
Cuando fueres al rozo, no vayas sin calagozo. (Calagozo s
herramienta, retornada para el corte la punta, y gorda para que ho*
cique en ella y no en el corte, cortando matas junto al suelo; j é
manil es hueco para poderle poner astil), c. 370.
Roz-a. Posv. de roz-ar, la acción y el efecto ó campo nxado.
Herr. Agr. 1,5: Todas las rozas y montes que son para pan. Oun
Men. Corte 6: A partir rozas. Bibl. Gallard. 4,Q14: A aguardirli
chácara, roza ó labranza de qiaíz.
En el alto Aragón hendiduras que se hacen en la roca paradiw
cuñas y hacerla saltar. En Aragón el picado ó hendidura quesehMC
en la pared para afirmar sobre ello un tabique.
En Astur. maleza, rozar, cortarla.
De roza, en Aragón del andar muy pegado á faldas, etc. dd R^
cero: Jusepa la Cunza, daifa de toda roza.
En la roza, la reja mocha, c. 1 1 5.
Roc-c, posv. de roz-ar, su acción y efecto; trato frecuenta cfli
alguna persona.
Roza-dupa, poza-niiento, acción ó efecto de roa-f.
Roc-epo, en Aragón el demasiado familiar con sus inferiora
el añcionado á mujeres que están bajo su condición. Del rartf*
demasiado.
Roz-ÓD, guadaña corta para rozar.
Ros-ig^o, en Aragón las ramas de olivo que se corlan en k
limpiezas ó remoldas y sirven para pasto del ganado. Es adjetivo d
f02-a, roz-ar.
í 1 0. roznar t derrochar.
495
osi^-ón, eit la üiera mendrugo raído de pan, raíz d« tin
ó muda rotos.
o»ii^>ap, en Aragón roer poco á poco alguna cosa, miir-
por lo bajo mascullando, rosigar altares pasar mudio
en ellos, de rosfg-o.
o»(¡^-aliare9, en la Litera de Aragón roe^altares, que
mucho tiempo en la iglesia.
oc-iua. Av.M.A Caza 2: Tomados en las rocinas et cerca de
rí&m«?.
UH-uittP, en Galicia masciiltar, regañar, refunfufiar, gruñir
ó perros; sufijo -ma de roz-ar.
oMui-úii» regañón, gruñidor.
ochar, en algiinas parles como rozar por comer royendo.
och'^f variante de roM por (ierra rozada» posv. de roch-ar.
la cuesia. En Argentina hacer roclia^ hacer calva ó novi-
'1r á ta escuela.
uch-2f|ue, en Honduras mancerina de madera, del rozar
r.
•i*i'ocli-;ii% variante etimoMgíca de roz-ar, de inilsi lile-
montonar, es decir, deshacer el montón, desperdiciarlo, del
tr que dio rocha, como rozar dió roza, tirando de uno y otro
as cosas del campo. D. Veqa. Disc. Fer. dom. 2, cuar.: Para
y derrochar sus sarmientos. Iií. Dom~ ^, amr.: Abrásalo lodo,
►cha, desgaja, y átala sin piedad y liento. Fons. V. Cr. 1,3|5: Si
tempestad) se derrochan los cedros, y sale de cuajo la encina,
rayo hiende las peñas.
tttaf. malbaratar tos bienes, ^s(ar sin ton ni son.
Nu'rooh-c, posv. de dcrroch-ar, sobre lodo de los bienes,
)ar derruche, entre charros, explicar una cosa, como limplin-
aclantndola.
rru clin 'lio r, malbaratador, que derroch-a.
oz-n-ar. Es un diminutivo -/i de roz-ar en la acepción de
les la hierba de la tierra y del comer de ta Qerma-
el animal con el ruido propio de dientes. J. Pin. Agr.
Va enliírtdo que me dices quc pues dos me dicen que soy
rozne y calle. Lcon Job. 30,7: Entre matorrales roznaban.
.^ai
496 ORIOEN V VIDA DB. 1
Id. Y dice que roznaban, porque la manera de conversu'yded^
grarse entre gente baja es de ordinario torpe y bestial.
Rebuznar, ó por traslación de] ruido, ó de rozno borriquíDo*
Quíj. 2,29: Pero ninguna cosa le dio más pena que el oir rozov
al rucio. Gran suít 2: Ora los asnos roznando. Valderrama
EJ. Fer. 4, dom. 1 cuar.: Gruñían y roznaban los cebones y loi
jumentos. Pic.Just.f. 158: Y aun quien quisiese emborrar / piO*j
piedades de borricos, / se pudiera estar roznando / desde aqufil
otro siglo. Bibl, Gallará. 4,1130: El hijo del asno una vez al dh
rozna.
Rozna-doF. Corr. 54: Asno de aguador, asno roznador.
Rozn-ido, el ruido de dientes al rozn-ar, y rebuzno.
Rozn-o, borriquito, de rozn-ar. Rinc. y Cort: Dieron tres
ansias á un cuatrero que había murciado dos roznos... sepan vOI0^
des que cuatrero es ladrón de bestias, ansia es tormento, rozoa
los asnos.
Ros-co, adjetivo -co de roz-ar, como ros-igo, del irutsi, tp^
lotonar, recoger. Dícese de lo enroscado, que se cierra en redan
do quedando en medio un vacío. En particular de cierto pastel de
esta hechura.
Rosc-a, de rosc-o. Cualquier cosa en rollo rollizo, que «
viene á cerrar en redondo, quedando vacío en medio. Quij. 2,21
Fui recogiendo la soga que enviábades, y haciendo della una rosa
ó rimero. Zabaleta Teatr.: La culebra... su cabeza... la rodea mo-
chas veces de su cuerpo y la deja dentro de tantas fortificaciones,
cuantas roscas puede hacer de si misma. Quev, Mus. 5, jac 5:
Atollada tengo el alma / de su trenzado en las roscas.
En particular bollo en círculo, mayor que el rosco. Rí^, dÍdL¡,
2: Las blandas roscas de Utrera.
Vuelta moviéndose. Parra Luz verá. 2,40: Arrojáis la piedn \
en medio del lago, dá un golpe solo, y al punto unas á otras, em-
pujándose las olas, llega en roscas la inquietud hasta las orillas.
Como roscas, del torpe y bruto.
El pan de la que malquieras, en roscas lo veas. c. 97.
En rosca, en Argentina piernas en paréntesis, chueco ó ptfi-
zambo.
Hacer la rosca, halagar, adular, metáfora del perro que cnroscí
no. rosca.
497
Id rabo y del hombre y animales todos que al halagar se doblan
bomo de gusto; dormir, por enroscarse y encogerse.
Húcer la rosca dei galgo, buscAV \\xg3.r para dormir, como el
0ügo que da vuclUá al echarse.
Hacer ro&ca, encoger y doblar el cuerpo, como los animales
d dormirse. Esteban. A: Tendiéndose en lierra haciendo ro^a y Rn-
Ijlendoel súbito desmayo.
Hacerse ana rosca, enroscar el cuerpo, y de aquí maravillarse^
I La rosca de Pedraza, gran agujero y poca masa. c. 1 00.
iLeanda honendo la rosca, el amor ó adulándole.
IRosc^s ác Utrera. (Son excelentes y de buen pan), c. 4SK
I Ser un rosca, un taimado.
1 Tirarse ana rosca, entre e^íudianíes quedar mal en la lección ó
?-a<la. como rosc-a de ma^. L Rueda I, 86: Hacia
I. En Aragón la coMrla.
Ro^fa-ilepo, en Aragón cuévano para fniUs y verduras.
Rusiiu-clc, dim. de TKfíc-a. Bibl. Gallará. 4,1529: Roscas
adas. bollos y rosquetes / antasados con leche y con aziicar.
[En Honduras pan de maíz con manteca de res y dulce en forma
¡rosca.
ittuiíqu-llla, dimín.derosc-a, rosc-o. Montor. Obr. post.
24: Rosquillas le trajo Gila,/y algunos zagales diestros/de yeroa
hacían/locindolts con los dedos.
, Como rosquillas, de lo que sabe bien.
[parece rosquillas, del buen pan y bien cocido.
I Saber á rosgaillas, ser sabroso, 6 muy A gusto y deseo. No
era.... lo que duele 6 desazona.
1 l&09e-<^n, rosca á rosco mayores, sobre todo de masa. 5iL-
Proserp. C 12, od 74: A pechuga* le sabe y á roscones/
' de heno el pancho llena.
... roscón de Pascua, muy grande.
tRosc-ado» lo en rosc-a. Cokr. 3$; Podencos conejeros, es
loa bien roscados de cola eran alabados.
Rosqu-ear. hacer rosc-a. culebrear. Vcneo. Di/er, llbr,
U El rayo va lan lijcroi que parece culebra que va rosqueando.
A-rroNc-ar. en la Qcrm. como enroscar, envolver 6 juntar.
^
Vk
498
Origen y vida .
En-rosc-aP| torcer algo formando rosc-a. P,VtXiKpi.2,i
2, d. 3: Se enroscó y se hizo una pella y dejóse rodar por d
abajo. J. Pin. Agr. 3,9: No sé qué peor serpiente queréis qoe
pecador, que se ha encorvado y enroscado y anda arrastrando porl
inmundicias de la tierra. Valderrama £/. 4, dom. 4 caarj Enr
dose y poniendo la extremidad de la cola sobre la cabeza (cl :
A. Cabr. p. 189: Váse enroscando y ciñendo al hombre con i
vuelta y otra. Qucv. son. 66: Ceja serpiente^ que al minr :
enrosca.
En. Valderrama Ej. Dom. 1 cuar.: El daño de la culebra
se enrosca en el cuello. Id. Sab. dom. 2 cuar.: Del árbol, en i
la culebra del demonio se enroscó.
Partidp. Qaij. 2,58: San Jorge puesto á caballo con una
piente enroscada á los píes. Cabr. p. 18Q: Fué sacada la cuk
enroscada.
En la Germ. enroscar, envolver, liar la ropa; en Honduras, j
gentina, etc., sentarse poniendo las piernas, en lo posible, en :
Des-enposcap, deshacer la rosca, del enroscar. P. VeoaI
5, V. 26, 27 y 28, d. 4: Por dejarle desenroscar una vuelta ó (
del pergamino en que se había de leer. Id. ps. 2, v. 2, d. 3:
roscándose, cogióle.
U 1 . irr, irri.
499
IRR
Cuanto tcabamos de dectr te funda en el valor de ir,
ímíento sutil, lineal- Reforcemos la r, é íVr C5 ese mismo mo-
icnto, pero fucile. Su .onomatopeya ir-t lo es en euskcra del
del fluir, pero en linca recta, y reforzado el concepto, del
ir: ir-t salida, irí-en salir, irten-a el atrevido, coqueiuela, es
r, arrojado, irtcn-€tan a\ marro, liier. en las Saudita, irt-era salr-
[iri'iiiikl entreabrir. El vencejo, el avión les pareció ser como el
ido ¿e Ul movimiento derecho como el de una flecha: llamóse
t^rra. Que aquí tenían los primeros hombres puestos tos ojos en
yhiUr. lo manifiesta el simple rVf^, que es la onomatopeya del
- el hilo de la rueca en e<4 forioa delgada y con ese movimiento
5U propio ruido nacíJo de la lijereza y del roce. El conceplo
se ve que es intensivo respecto del ir suave, que es lo que se
oina y filtra silenciosamente y poco ú poco. Dícese igualmente
' de) «embrnr ú voleo, del correr y bailar. En fin es la expresión
Je se llama á gallinas y palomas para que acudan i escape,
volando. Atdazforrtan ikasi neban irra goruetan, la vi
irra en la rueca, es decir hilando eti la rueca; irra
toan dirá, irra han huido, es decir haciendo irr, como una
h&n huido. U brarjida de hilo que se recoge en el huso,
va saliendo hrcho d ícese irr a-da, á el Unce del sembrar^ ó la
ó Efl fila de hortalizas en el pUntfo, ó el baile, es decir, una
Üib
corrida, una bailada, una hilada de cosas, una volcadt, unt !
en el huso, pues el ~ada castellano viene de ese sufijo -da de
da. El baile ó Wúoi-ada en corro tomándose las manos irra
el sembrar á voleo irran erein.
Vamos á ver ahora la fisiología del reir, que hallaremos pií
retratada en su nombre euskéríco y castellano. Danvin la decía
estas palabras (V Expr. d' émoL c. 4): «Puede explicarse el \
el reir del hombre y del mono es un sonido de sacudimientc
movido. Los puntos extremos de la boca se alzan y retraen al
cual alarga trar.sversalmente la boca».' En la misma abertun
boca alargándose transversalmente tenemos la figura de la j
i que en los labios se retrata es la que se articula al reir, por
alargarse y retraerse y alzarse los puntos extremos de los lab
alza la lengua y queda el estrecho tubo entre ella y el paladar,
pió para la articulación de /. Hágase la prueba, y al echar el i
sonará este sonido. De aquí que expresemos la risa con //íyí.
larís. Pero ademas de i, suena rr fuerte, pues, como dice Dan
reir nace un sonido de sacudimiento may movido. Y en e
prueba más despacio cómo el reir es un temblor de los músc
por lo mismo de la boca, de la mandíbula, de la lengua, que
que puede vibrar, y aun de todo el organismo. Zabaleta (Dk
p. 322) dice: «El otro se va sorbiendo los labios por no reír
solemos decir que «se los muerde por no reírse»: para impí
que sus puntos extremos se alarguen. Correas (Ll) habla del *
de risa, mearse de risa», y (R) del «retozar la risa en el cu(
por el sacudimiento de todo él y por apretarse con el sacudií
hasta exprimirse las lágrimas y soltarse la orina. P. Vega (Siú
V. 12, disc. 2): «Quién no se cayera todo de risa?», Cáceres ('*
21) «En viéndome no se podían tener de risa», Quevedo (T
«Nos despedazábamos de risa todos», (Id. 8): «Pereciendo)
risa», Guevara (Diablo coy. 7): «Llegaron á él muertos de
Pie. Justina (1,2): «Hacíanme quebrar el cuerpo de risa», Qt
{Mas, 6, r. 62): «Hará descalzar de risa /aun á los padres
criptos>, Esteban, ^c. 50): «Reventándome la risa en el cu
todo lo cual bien claramente indica la perturbación, sacudií
y temblor de todo el cuerpo, el cual parece desencasarse y d(
ponerse todo, como supone nuestro «descoyuntarse de rist»;
III. irr,{rrl.
50!
iirsí ó caerse tic risa», ^dcstornilUrseó deslernülarse de risa>.
|baní1lo fe. 3) habla del «descubrir el chorro de la risa»» porque
SfSegfun lo dicho, //T, es decir, saíir un chorro. El estrecharse en
Iboa y el lemblar h lengua ó r no es más que irn eso es el reír,
to reir viene de rt-dere, y éste del euskaro (ir)r'i, (Ír)rUtiu
c, pues ifr-í, es decir, lo propio del irr, /m'-irriskinatU'
—HgTia y burlón?», gaiU deritzanak irri (teroidik el que
. leif, irrt ia barre rtirss y burlarse, donde bam
I es reirscj pero en el senlldo de esparcir y ensanchar íoda la
, y cara» irri del hender los labios formando una raja ó rasgado
I acudimientD de la lengua y quijadas, *Á mandibuh batiente*,
(o decimos. Sonrisa es. irri-abar ramo de risa, ó irrí-barre ó risa
risueño irri-bera, que liende al irri, irrisorio ó burlesco
arrrí, risotada irri-karkara, sonreír irri-ka-tu, riendo /rrf-z,
[Usa irri'Zuri, 6 sea risa blanca, irru usteldu, irriz kerfa, irriz
\tu dciternillarse, reverttar de risa, irriz ataka i carcajadas,
abriendo,
gmpniéfaase que irri reír se dijo det aclo Gsíotógico expues-
el texto de Danrln» por el otro valor de irri, que es
rechinar, sobre todo abriendo los labios como a! reir y
indo ios dic^ntirs, irri-ka hendidura^ entreabrirse, irrika-dara
jia, irrlka-tii abrirse el erizo de la castaña, rendija, crujir, y
f, risueño, y reñir, irritarse, y desear vivamente, y azuzar los
LÚ otros ¡inimalcs; iodo etlo no es más que el regañar los
\irrika diUakt orUak puede regañar d rechinar los dientes,
rendija, regato ó acequia, bragueta, irri-kin rechinamiento,
tO'tu rechinar, irrtki-tasun anhelo, irri-ki-tu rendija, anhelar,
enbdár, crujir ó rechinar los diente^, henderse nueces ó
bragueta, irrikitzen nago orí ikusteko estoy ansiando
5. ¡rri-ía rechinar, irritarse, impacientarse, arrumaco, es decir
. con la boca regañando, mutiJ onen-irritaa ¡qué quisquilloso,
icQie es este muchacho! goseak ¡rriturik muerto de liambre,
irritarik transido de frfo: es decir que rcgafta y rechina los
ya de frfo, ya de hambre, ya de enfado. Todo ello ñsiología
que puede vrrsc en el perro, cuando regaña por una cosa fl
Rendija írri-z-kl-tu, írr-in-arte, crujido irr-in-ga, rechinar
i-^a; con -/A. 4n diminutivo, gruñidor, deseontentadtzo irri-
502 Origen y vida del lenouaic
ga-Uf tchakar-zarra irrigau, gazfe-ori alberdau el perro vie|ft
regañón, y ese joven regocijado.
Derramar cuartos en los bautizos dícese irrí-marra; el honda,
las líneas nial trazadas, por ej. del borracho al hacer equis, dd
arado en el suelo, de una costura mal llevada irri-orro: lo cod
comprueba que estamos siempre en el irr de movimiento lineil j
en el salir.
De irri-z riendo, regañando, es decir abriendo la boca de li
manera declarada salió la onomatopeya irris-t del abrirse una coa
crujiendo, llevada la voz á lo de fuera del hombre, asi del raspr
una tela, un papel, y del resbalar. Ya vimos en los Gérmenes cómo
el rasgar y el resbalar es una serie de golpes, un vibrar sonoro, un
sacudimiento compuesto de infinifos sacudimientos pequeños, un
sonido compuesto de infínifos menudos: otro tanto es el vibrar de h
lengua y su voz rr. El resbalón irrista-áa, resbaladizo irrista-kor,
resbalar irrísfa-ta, resbalar y grieta irrist-a, ó que tiene irríiL
Anhelo, apetito, concupiscencia es irrí-ís, el forte de irri-z, por
regañar los dientes con tales emociones al modo del perro, codido»,
irri-tsa, de mucho irri, anhelando irrits-an.
El relincho de bestias, el chirrido del carro, el grito estrt
dente, agudo y largo de los pastores en señal de alegría, el chillída
largo y penetrante con que terminan cantares y jolgorios, y cuitoi
de victoria sabido es y característico de los eskualdunas: dícese irr-
intchi,irr-intz, irr-intza, del irr, es decir retrayendo y alargando lii
comisuras de los labios de manera que solo quede un estrecho tuto 1
entre la lengua y el paladar, como al regañar, reír, anhelar, y de '
intz, que veremos es la fisiología del hinch-ar la garganta al grittf
largo y agudo, al hacer un grande esfuerzo. Derivados con el mismo
valor son irrintz-i, irrintz-in, irrintz~iri, donde ir-i indica el dqo
prolongado yagudo, irrintz-ir-in; relinchando ó gritando irriatd-H,
112. Nada dicen los autores de r/cférfi reir, rí-si, nsum^ ar-,
cor-, ds-, ir-, ir-ri-sio irrisión, sub-ridere sonreír, risas y risio rísiu
buria, ridt-calas ridículo ó risible, ridicuí-arias bufón.
No tiene parejo en las demás indo-europeas. Es claramente d
euskaro irri, irrita, perdida la vocal inicial, rid-.
113. Reip, en Alexandre riir (1738), rier (1990), en Bercec
113. reir.
503
K'^m. 481), de rt(d)Sre, it. ridere, riim. ride, rtr. ri^ prov,
t rí(ii)rer, pg. rir.
L Qrac. Critic 1,1: Yo río y yo Doro» cuando dios
I. Pin. Agr. 2,2: Y te dije lo que pasaba, t\6 muy de gaLi<i.
Íde las cosas lozanas que alegran. Zamorj^ !Aon, mist
t.: Si los campos lien.
celebrar con risa. Entret. 1: Traéis desdichas que liore?
veoluras que ría? Roa V. Sanch- 2,5: Reimos ya los vicios.
lar de uno. Lazar, ir. 2, p. 30: Tornaron de niie^o i con-
cuitas y a reyHas. A. Alv. Silv. Dom. 5 cuar. 4. c: Le rías
sus mandamienlús.
Ambs. MoEt. 8,13: Reían y mofaban del desvario.
rx. QttiJ. 1,17: Si la culera Te dejara, lengo para mt que se
H45 Un boboj. \: Parece que os rds con sonsonete, como
Ktriolcra» Orac. Moral f. 99: Reírse con desentono y
e, despreciar ó sencillameníe pcirse. Qútj. 1,8: Nñ se
m Quijote de la simplicidad de su escudero. Id. 1»9:
kque de qué se reía. Id. 1,1 9: Rióse Don Quijote del do-
icho. Id, 1,45: Los otros se reían de ver como,
r despreciar. Cacer. ps. 24: Que no se rían de mí. Oran*
Se fie de todo lo que nosotros tenemos, Marqu. Qob,
Tnque un autor, que por su impiedad no es justo nombrar-
'dellas»coR mayor fundamento nos podrí-imos nosotros reír
^QUE Orador 1,3,4: Riyéndosede las nieves del invierno.
tf, de lo que alegra. QitiJ. 2,\A: Reíanse tas fuentes. Cabk.
Lm irbohs parece que despiertan y se rfcn. Id. p. 331: El
erie.
qtttrtir.y Pin. Agr. 21,26: Hay hombres que por dtr
i otros.
ÉU reirás tá, censurando el alarde por abuso de autorí-
e extraordinaria.
irse á rtir, burlarse de.
er reir, dar motivo de risa.
tr rtir á un muerto, ser muy gracioso.
V. reir, ironía con burla, desprecio, chanza.
I veces se ríe de cosa que después se Hora. c. 474.
504 Origen v vida dbL
Pues yo no me río. (Cuando se ríen del que amenaza), c GOl
Reír el alba, el día, amanecer. Cacer. ps. 56: Levantarle í
reir del alba lo más de mañana que pudiere. QaiJ. 1,20: Espetará
que ría el alba. J. Pin. Agr. 3,1: Dende que comienza á reirelafti
Reírse á casquillo quitado, á carcajadas.
Reírse á mandíbula batiente, con estrépito y de buena ganí, y
de la risa que nos da lo extravagante.
Reírse á pierna suelta ó á todo trapo, ó como un desco^
mucho y con gana.
Reírse como una tonta, de la mujer, mucho y de gana.
Reírse de dientes afuera, como los conejos, simulando 1í risi,í
anda la procesión por dentro.
Reírse del mando, ser muy fresco, independiente, que no neo-
sita de nadie.
Reírse de su sombra, del que se burla con focilídad y gndi
de todo.
Reírse de una cosa, ó persona, despreciarla y no hacer o»
de ella.
Reírse el agua, en Álava aparecer el agua en capa poco boodi
sobre el cascajo ó arena al sobrarse una fuente.
Reírse la ropa, las botas, los zapatos, abrirse, rasgarse, como
se abre la boca al reir.
Reírselo. Villalob. Tres grand. 9: Algunos hay que, cuando ■»
hallan quien acuda con la risa á lo que ellos dijeron, ríenselo dios.
Reírse por lo bajo, sin ruido, con disimulo, burlarse.
Se ríe como un tonto, como un simple.
Ríe como lloran en Francia, verdadero llanto.
Todos se ríen del, y él de todos, c. 421.
Todos se ríen de mi, y yo de todos, c. 421.
Tomarse á r«ír. j. Pin. Agr. 24,1: Dimos tan grandes riarf*
ambos de ver la burla que pasaba, que todos se tomaron i rdr.
Y reírse de todos; y reírse del mando, c. 540.
Hazmc-peir, el ridículo por su persona, bcha, etc.»^
sirve de juguete á los demás.
Rei-depo, que hace reír.
Rei-il-epa, facultad de rei-r, como tragaderas, enteoMMi
113. risa.
505
Jast 2,3,2,2: Ya que tuvimos gastados los dedos de hacer ma-
las y las reideras de celebradas.
■M»n-rolr, reír un poco, por lo bajo ó son-.
Trans. burlándose, A. Alv. Silv. Dom. 3 cuar. 3 c. § 3: Que
lofc jf sonría la obra. Id. Fer. 4, Oom, 4 cuar, W c. § 3: Le
itn, le mofan, fe Ir^en en habla.
ffe^ex. Hsteb. 3: No dejó de sonreírse. Gííac. Mor. f. 1 68: Son-
(Sócrates) con el gesto alegre y risueño. Quij. 1,35: La hija
I» y de cuando en cuando se sonreía. Id. 1,39; Miró á sus
radas y todos Ires se sonrieron.
Riso, de rísum, ristis, ta risa. Híta 77: Ssienpre avia delta
» fabla e buen rríso. Berc. S. D. 1 1: De risos nin de Íuego$
poco cuidado. Id. 5. Af. 391: Fizo el fuego escarnio e grant
Id. Duelo Ió9; Riso Taran de nos.
Ri»-a, de ris-o, acción de reir. Pic.Just. 2,2,3: Traigo forra-
tisa todas tas Ires potencias del alma. Monc. Exp. 8: Burla-
con mucha risa de su traje y figura.
Ahifgarle la risa, contenerla por disimulo, ahogarse de risa,
de gana.
A media risa, á medio reír. Pñrstl 5,S: Enlerdíóla Aurislela, y
Kfiarisa, quiero decir con muestras alegres, le dijo.
Andarte ta risa por {(entro, 6 fa procesión^ cuando disimula
¡en algo malo 6 sensible,
'aliarle ta risa en eí cuerpo. Omintx} B. A", del genio alegre.
lañarse ea risa. Cald. Faena I: R.inada en alegre risa, dijo.
ioca de risa, agrado. Avala Hist. Ant. tr. 2, d. 19: Mosírar á
s una bocí de risa.
íocff ííena de risa. Qufj, 1 ,20: Que tenia los carrillü-s hinchados
boca llena de risa. ZAkate Pac. cr. 3,7: Estará llena de risa
dtra boca?
Caerse de risa. (Por mucha risa), c. 589. P.VcoAps. 5, v. ¡2,
í Qui^ no se cayera de riía.^
Cara de risa, agrado. Avala Hist. Ant. tr. 2, d. 19: En su cara
Taasar risa. Qaij. 1 ,26: No causó poca risa en los que hallaron
rersos reíerídos d aftadidura del Tot>oso. Id. 1,45: No menos
506 OttltobN Y VtUA UEL USUáo,
causaban risa las necedades que decía el barbero, que los (fispinki
de don Quijote.
Comerse de risa, reprimirla, mordiéndose los labios.
Como á risa, no tomando algo en serio. ■
Como la risa del conejo, disimulo, hipocresía, sufrimiento
reprimido.
Con la risa en la boca. Zarate Pac. cr. 3,7: Hállase con la ria
súbitamente en la boca.
Cosa de risa. Salaz. Car. Men. 1,19: Holgaba con las co»
de risa.
Dar carcajadas de risa. Cacer. ps. 21: Dando grandes cara-
jadas de risa.
Darle risa, causársela. J. Pin. Agr, 5,29: O de risa que le dio de
una gracia que dijo á una vejezuela que le servía... le dio uiubl
risa que le arrancó el alma.
De la risa al duelo ni un pelo. Vienen seguidos.
Descalzarse de risa. Quev. C. d. c: Se descalzaban de rlsial
ver al viejo hecho de hieles, j. Polo p. 235; Todos nos descalzaraoi
de risa.
Descoyuntarse de risa.
Desmenuzarse las ternillas de risa. J. Pin. Agr. 14,12: Ají
que se me desmenuzan las ternillas de risa con.
Despedazarse de risa. Quev. Tac. 6: Nos despedazábamos*
risa todos.
Desperecerse de risa.
Desternillarse de risa.
Disparar en ana risa. Quij. 1, pref,: Y disparando en uu
larga risa.
Echarlo á, en risa, mofar. A. Alv. Silv. Fer. 6 cen. 2cjU
echan en risa y mofa.
El cfiorro de la risa. Esteban. 3: Descubrir el chorro de la riaL
Esas risas, arregaños son para mi. (Dicho de vizcaíno), c 131
Esas risas con or macho, para mí son arregaños. c. 132.
Es cosa de risa. (Deshaciendo la importancia de alguna cosa).
c. 529.
Es cosa para mearse de risa y no echar gofa. c. 129.
Estar para reventar la risa, violentarse por no reír.
I! 3. risa.
507
vtarse dé risa. Fons. V. Cr. píe, ¡, L 3, c. 20: Se finan ik risa,
que le llevan cuairo dedos. Kodr. Reinosa BibL Güilani. 4,
i: Que os fináracles de risa, / si víéradn.
ingcnrha, mas reviefíí*tn. (Finges), c 296.
oípt de risa. Solor^. Gard. Sev. c. 20: Mucho hizo el aulor
niular los golpes de risa que le vinieron oyendo los tihilos.
uardar de la risa para otro lloro, que viene aprisa, c. 30!.
iaccr gorgoritas la risa, Pic.Jasf. 1^1: La risa me hacía gor*
en los dientes.
!acer risa de, burlarse. Lanuza //am. 21^6: Hacían del casa
flevaban en chaco».
que tomarlo á risa, desprecio, ele,
ÍMnchir la boca de risa. León Job S: Se hinche de risa la boca.
linchar la boca de risa. G. A!/. 2,1,3: Que para que la boca
ÍDche de risa, no ha de estar el vientre vacío de vianda.
la riáa del conejo y máska dei cisnero. (Porque cuand<^) el c<^
está en el plato, muestra los dientes desnudos), c. 190.
la risa va por barrios, i cada puerco le llega su San M-irtín.
llevarlo en risa. Lakuza Hom. 21,6: Lo lleváis en risa.
llorar de risa. {Por mucha risa), c. 626.
Mds vale morir de risa que de ictericia.
Mearse de risa. (Por ocasión Je mucho reír), c. 618. M/ro/rcí.-
qtie temo ha de mearse de risa.
Morirse de risa, c, 620. Quij. 2,23: Pensó perder el juicio ó
ine de risa. Oarcía Codie. 2: Tm 6 cuatro cainaraJas suyos,,
lerlos de risa.
T á risa, Quij. I pref.: Que leyendo vuestra historia el me-
tlico se mueva d risa.
\overk la risa. S^v. Rep. 114: Mueven la risa al más sa-
o.
Caerlo de risa. Diabí. coj\ 7: Ufaron á él nuiertos de risa,
es cosa de risa, es importante.
Vo poderse tener de risa, Caccr. ps. 21: Cn viéndome no se
tener de risa.
poderte valer de risa. R(vat>. S. /gn. 2,10: No podía valerse
508 OmacN v vida del lenquajc
Oh, qué risa habría en la boda, si no fuera tuerta ta mvIa,
c. 152.
Perderse de risa. Quev. Tac. 9: Perdido de risa de ver.
Perecerse! de risa. Quev. Tac. 8: Perecléiidome de risa.
Pinza sin risa. (Es un juego en que tiznan \a cara del quequi^
ren burlar, y por eso piden que no se rían porque tiú advierta Ii
burla), c. 391.
Quebrar el cuerpo de risa. Pic.Jast. 2,1,2,2: Hacíanme que-
brar el cuerpo de risa.
Retozar la risa en el cuerpo, c. 622. Pic.Just. l,li La risa me
retozaba en el cuerpo.
Reventar de risa. Cacer. ps. 1 25: Dábamos carcajadas de rist
Reventábamos de risa. Quij. 1,3: Para no reventar de risa. Id. 2,38:
Reventaban de risa con eslas cosas Jos Duques.
Reventarle ta risa. Esteban. 50: Reventándome la risa ea d
cuerpo.
Risa falsa, ñngiendo agrado para engañar á otro.
Risa sardónica, sardonia ó sardesca, afectada, por cierta hierb*
lie Cerdeña que mataba haciendo visajes y como de risa. Dic*
Laguna {Diosc. 2,166): *A1 Raniínculo, y en especial á la segun(S*
especie que nace copiosamente en Cerdeña, llaman algunos Apiastr^
y Apio silvestre, porque se parece al Apio en las hojas, dado q**
su facultad se muestra mucho más vehemente y tanto que si **
come ó se gusta, hace torcer la lengua y los labios: de doiMÍ*
vino á llamarse Apium risus: que es apio que constriñe árd*^
porque los que le comen, se mueren riendo á regañadientes 3
mal de su grado. De aquí procede que como esta planta se Iltit»*
también Sardonia, porque crece por la mayor parte en Cerdeña, 5
haga reír sin gana, todos traigan ya el riso Sardonio en común prCf-
verbio, entendiendo por él toda suerte de risa falsa, que no nace ^^
corazón.
Risa del conejo, forzada por algún accidente, ó al tiempo df
morir, como sucede al conejo; reirse cuando hay razón de sentaV /
llorar.
Ser cosa de risa, burla y mentira. Quij. 2,70: Que esto del m/h
rírse los enamorados, es cosa de risa.
113. risa.
509
entrdenimiento
Ser ia risa de. Cacer. ps. 21: Era yo la risa y
Mío».
SoUar ia risa. Pic.Jast 4,2: Yo no pude Icncr la risa, soltéla^
Tener boca de risa, alegre y apacible con los demás.
Tener, contener tarisa. Quij. 1,2: No pudieron tenerla risa.
Tener la risa á raya. Quij. 1,3: L« *cnía la risa á raya.
Tentado de risa, propenso á reír por algún caso.
Temar á risa, no darle importancia, no creer lo oido.
Tomarle la risa. J. Pin. Agr, 19,1: Con U cual gracia le lonid
risa, que.
RÍ»-a<ln, gran risa, Baruad. Alej. intr,: Las risadas trave-
Dn brgo tiempo más juguetonas de lo que yo quisiera. Id. AÍeJ<.
't: Pa^an con risadas de contento lodo aquello.
Oar risadas. J. Pin. A^r. Ii2,4: Dio tnnlas risadas en escarnio
a diosa, td. 24,1: Yo df una tan t^ran risada sin pensar lo que
Bo5t. Caries, p. 49,52: Anda dando grandes risadas. Miro-
• Did «na grande ris.ida. J. Pim. Agr. 1,4: íillos dieron una gran
cía viéndole tan gordo.
RlsiUle, que es digno de risa.
Ris-Ica, diinin. de ris-a. Gitan: Agora si es la r[sica;/¡Ay
; bien haya esa gracia!
Rlsi-ila, dimín. tleris-a. Q, Atf, l.UO: Comencé con veras á
lirsela, y ét con risitas á negármela. Id: Con una risita le daba
idas de elto.
R{í*-ot^u4la, como ris-ad.i, pero más bronca y menos Gna;
un ris-Qt-c despectivo.
Rlmiieñc», de ris-on-cus, ris-a. QaiJ. 1,2(1: He andado algo
ueño en demasía. Id. 1,34: Con rostro al parecer torcido, aunque
aJma risueña. Id. 2,46: Una broma que tuese más rt:(ueña que
)o$a.
A-ri*is-ada, rísucfio, apacible, de ris-a. Fons. MisL d. 3,3:
»rrcgir con una arrisada blandura.
I¿uti*e-i*i«-íUi. Q. A{f. 2,1,7: M.i$ no Unlo, que por entre
unas cnírcri5íl:is y mirar de ojos no se lo conociese,
2»on-rliiai son-piso, risa leve, baja, medio oculb. A. Alv.
r. Fer. 6 cen. 2 c. § 2: Aquel eníado y sonrisa con que Ias evan t
tf^l
510 Orioen y vida oü.
géljcas perfecciones se habrán de recibir de algunos vuoi dd
mundo.
Son-pis-ap, de sonris-o, -a. Cid 154: Sonrrisos myo Gá,
^táualos fablando. Id. 298: Tomos á sonrisar. Id. 873: fermoso
sonrrisaua.
Relínchap, no de hinníre, como dicen los romanistas; dd
antiguo reinchar, de rinchar, que es como suena en portugués y
gallego, rrnchez en rumano; pero por etimología popular de re^^
char. En gal!, rinchar, por relinchar, rinch-eíro por alborotado, qoe
mete ruido, rincho por relincho. Es el euskaro irrintz el grito pasio-
nal y de guerra. Qaij. 1,18: No oyes el relinchar de los caballoa?
Id. 2,8: Comenzó á relinchar rocinante. Id. 2,41: Hasta que el ola-
lio relinche. Guev. Menospr. 7: Mugir las vacas, cantar los pájara^
graznar los ánsares, gruñir los cochinos y relinchar las yegua&
Sandov. H. Carlos V 4,5: Espantábanse de los caballos, que nuoei
los habían visto, y cuando los oían relinchar, pensaban que
hablaban.
Vale también gritar en regocijo y fiesta, como en euskera.
Relinch-o, posv. de relinch-ar. QaiJ. 2,4: Cuando llegaroi
á sus oídos relinchos de rocinante. Zamora Mon. mist píe. 7. Sa
Feiip.: Ni el ruido de las trompas ni el relincho de los caballos.
Por grito de regocijo es su primitivo valor,
Relinchld-o, posv. participial de relinch-ar, y lo trae Nfr
brija por relincho.
114. De irrita saWó hir ritas el gruñir del perro encolerizado
enseñando los dientes, con h no etimológica, tal vez para diferen-
ciarlo del irrita-re irritar, azuzar los perros en la caza, por it
rita-re, de in-rí-tas, irrita-tio irritación, azuzamiento, irritad
irritable. ¿Cómo casar ese rita- de in-ri-tas, in-ri-tare con ir-útaií^
ira-sci enfadarse, airarse, sab-irasci enfadarse ligeramente, í/TS-fl*
das iracundo, iracandia? Solo con el euskaro irri, del cual salió f
peidida la /-, é ira suavizada la r, fenómeno común en las I-Efde
bido á que en estas lenguas no se distinguió la r fuerte de la suivt
En gr. Épt-t; odio, contienda, i^iQm, épsOíCo odiar, reñir, ept^ i4
odio. En skt. irya enérgico, movible, irin potente, irasyatí con*
tnoverse, estar de mal humor, ser hostil, enojarse, irasyn nttlipifr
115. ira casi.
511
if'kehy, Irch lener envidia, iryíiii envidiar. En el mismo
¿r-5 moverse, ira-yati hacer ir, lanzar, excitar, í/a bebida
losa, parecen ser el ira euskéríco, ponzoña, bebedizo^ ñMrar-"'
^Kcbamente.
^■riir de ira. Puede decirse en plural QuiJ, 1 ,36: No solo I
PRntc tu ira, sino que ta mengüe en tal manera que. Id. 1 ,46: '
ezcas delante de mí» so pena de mi ira.
faf. Calo. Laber. d. mundo: Que ya deslos mares/ templa* j
inis, / el puerto se ve, / la tierra se mira.
Túsar&e en ira. Casa ceLJ. I; Deja, que me abraso en ira.
ira de Dios, no hay casa fuerte: ó cosa Juerte. Cor. I.
. 195.
tansar ta ira. Guev. £p. pie. 2,i0: Ya que el señor obíípo de
a amansó mi ira.
piien dieron d escoger, dieron á ta ira, c. 15*
4er en ira. Qaij. 1,40: Ardiendo en ira,
varsc la ira. Mariana //. E. 6, 1 2; La ira se aviva con ta
irte ha, si no estuviese limo de ira. c, 326.
Ira de señor, y de alboroto de pueblo, nos Ubre Dios, y de
ie esparteña queda pena. (Esparteña es alpargata de esparto
ara largo camino; lambic:i hay hondas de esparte, y su pe-
lo será buena), c. 230.
jarse arrastrar, llevar, de ta ira. Torr. FU. mor. T,IO: No
arrastrar de la ira.
kira mala. (SígniRcando su mal, un pleito de la ira malai
3, unas voces de la ira mala), c, 577.
poner la ira. Qaij. 2,1: Presto en deponer la ira.
scorgar, desfogar la ira en.
discreto disimuta la ira con sosiego; el necio, atúfase fuego. '
tborracharse de ira. Oucv. Bp. 17: Que no habfa para loi
B tan grave pestilencia, como «ra el juez que se emborracha-
Ira.
^der ta ira. Lis y Ros. 5S: Pues guartc no me cnoiendasj
Enturbiarse la ira. Zamora Mon. mist. pte. 2, t. 4, ptt. 2, SM'
Ó: Pero cuando la ira se enturbia y hierve en el pecho de an tn¡usto,
Hervir en ira. Zamora Atori. mist. pte, 7, S, Felipe y Scnt'
Hierven en ira, miiérdense tos labios.
¡fra de Dios! ponderando, extrañando, ó mostrando enojo. Oía
Posfrim, 1^8,3: Venga la ira de Dios sobre gente Un antojadiza.
Irü de hermanús, ira de diablos, c. 1 49,
Lo que con ira se hace, desplace, c. 200-
Lo que con ira se hace, sin elía desplace, c 200.
Llenarse, henchirse de ira.
Para la ira, de hoto, de tira mira. (Que es de escaparte hiiyí*
do), c. 379.
Parla ira, en hoto, de tira mira. (Que el airado habla á veta
más de lo que debe, en holo de huir, si algún peligro se le recree^
c381.
Quebrar la ira en. Roa S. Leocr. Que en semejantes ocasiono
suele la ira quebrar en lo más cercano^ y más donde halla mencí
resistencia.
Resfriarse ¡a ira. Torr, FíL mor. 7,17: Pero resfriada la
llegó luego el arrepenlimiento.
Reventar ¡as iras. Quij. 2,26: Y no revienten sus iras por 1«5
rotas y sangrientas armas, ní por.
Tomarle ta ira. L. Qrac. Crit. 1,7: La ira le tomaba fueiíemenfc^
Ip-oso. Cr. Moreno Limp. V. M. p. 134: Los deshonestos, 5»
limpísima castidad; los irosos su mansedumbre.
Ir-arse, de ir-a, ir-ascí, Aíex. 8: Todol mar fué irado,
fierra (remeció.
A-ii"-:ti% de ir-a; it. adirarej prov. airar, ahirar, azirar, fr. dt'
airer, pg, airar.
Trans, tener ira. Cid 62Q: Ayrolo el rey (tuvo ira contra él).
Zamora Mon. mist. pte. 7, S. Ana: No dice sino que le deje airar.
Mover á ira. Zamora Mon. mist. pte. 3, Visit: Hay pecadosqm
aunque airan á Dios.
Meíaf. Arauc. 15: Y las valientes otas reparando / que dd
ríoeo cierzo repentino / iban la vía siguiendo, las airatia (Eoto)
el removido mar más alteraba.
Reflex. tomar ira. Quij. 2,1: Tardo en airarse y presto en depo-
116. ringi, ñcinunu
513
1 irs. Caía, p, 258: Cuando me hubiere airado. Id. p. 31fl: Se
,' airó de sucrle que. Cekst. 4: Siifrile con temor, por-
dti.i:>ie con razón, td. 10: Cuando yo más airada, lii mis
Kde.
McMtrro Trampa adeianie 3,6: Yo más íe debo estar / agra-
o» que airado.
3íW. Casií. p. ^35: Qué dd veces se aíi ú con los hijos de Isfael,
. Orac. 1,10,12: No querría airarme con nadie. Makiana H. £.
Porque Dios estaba con ¿\ muy airado.
"Uínira. J. Pin. Agr, 25,21: Que ei Dios de los cris(ianos se bi-
airar contra quien, Valderiüaha £/ Mierc. 3 dom. cuar.: Y
tgo de aiiar cotilni sii qéicilo. Gran. Simb. 5,3,17: Los pe-
I porque Dios se airó coníra mi. Qaij. [,4S: Airado conira d
y riumuiado de la viitird. J. Pin. Agr. 17,19: Todo aquel que
ftie contra su herm.ino.
)e. SoLis siivo: ¿Campana y á estas horas?; Airóse pues de ver
tiva /ala que tanto lustre le ha debido.
fttaf. Vau(. Bern. 24: La vista afegre, el alma enamorada, /
capote y ceño si se aira, / da gusto y regocijo á quien lo mira.
Lv. Sitv. Dom. ¡ cuar. 3 c: Cuando el cielo está airado, no
II la tierra guarda que guarde. Qaij. 1,1: Con voz airada dijo.
1; Con semblante airado. Siou. V.Jtron, 5,4: Li (ierra lértil
ilíri!, cl cielo clemente se aira y embravece.
'-aclo. £7 airada y rezongón, pedernal y eslabón. (Amo
y iiio/o harón), c. 75. Al criado y rc/ongón atizaile.
-i*í(l-ar, azuzar al perro, del euskaro Irritu. Hállase eo
clisu Cetrería, y en el libro de Montería, atribuido á Al-
RT El regañar los dientes irri-ka^ ó andar al /rW, suena en
\ringl, riC'ius, abrirse ]a boca, enseñar los dientes, cnfurmflarse,
r?e y abrirse una cosa, La ratz es ric, de la cual no querrán
intstas, ó mejor dicho no podrán^ mal su grado^ sacar irri-
io por el conírario la r de ríe supone una vocal, y otra li
»^, ríc-/i/s ó r/c-/ií/ií hendidura, boca abierta. Dcsa|>arcció
■dial en ri^ma hendidura, por riC'ma, nmO'ri buscar tina
I, escudriñar: «Partes rimatur aperlas, / qua vulniís IcUlc
514 OXIOEN Y VIDA bÍL
ferat» (Vero.); y hender ó ahondar: «Ergoaegre listris iemni ti>
manfur> (id.); ir-rimari, rim-osas, rim-ula dimin.
En lif. responde rek-iü, rek-íi hender, corlar, anl, al. nh-m,ú
reih-en. La raya, h'nea ó serie, díjose de la rendija de los diaria
Reihe en al., med. al. rihe, de donde el alinear nh-an del ant a!.,¿
reihen. También en med. al. rige línea, serie, ant. al. riga, holini
rij, norso riga, rega; en ags. raw, raeu, godo *ralwa por *raigmf
de *reihwan; de donde el inglés row. En skt. r^kha línea, rasgo
iékha; pero su raíz cambia de paladial en ríe, rínac-mi, rntOf
ri-ríc-e, rek-tdsmi, vaciar, quitar, es decir hacer hendidura, y«
confunde con ric, ncami, que ponen con linquo. Además r^f^
herir, golpear, ó réshami, rish-yami, rish-ta herido, provienen dd
hender. En gr. £psíx-u>, i^r^-^'.1-\i,w., íj-pa-ov romper, romperse <
henderse, r^ftw/v en Homero.
El primitivo valor de enseñar los dientes tiene en lif. rídj-e^
y en eslavo raga, ranga-ti, reng-nan, reng-nati hiscere, ringi. Gi
gr. ptx-v'Jí arrugado por la edad, de piel áspera, poevó-'-jiaí arrugan^
encorvarse de viejo, como ric-tas en latín.
Rixa ó riña, por *ric-ta, rix-ari reñir, rixa-tor, rix-osas: m^
al que responde en esl. retchino, o6w;ov, vestís, y rak-no, raMá
vestís; ricinam 6 rezno que horada y carcome.
1 17. Keñip, de *rínggre por el clásico ringi; it. ringhiare
*ringulare, cat. renyir, prov. reno, pg. renhir.
Instrans. contender ó disputar altercando de obra ó de palafaní
Quij. 2,73: Estaban riñendo dos muchachos. Inc. Garcil. 2,2,18:
Mas no se concertaron; antes riñeron sobre ello, y Cortés se víBOá
España. Pérez Serm. dom. p. 32: Mano á mano, tal á tal, cuerpol
cuerpo, y cara á cara riñe. Qaij. 2,14: Mientras nuestros dui
riñeren.
Reprender con amenazas y calor, puede ir con dativo. Qüij, 1
No se me acordó de reñir á mí doncella. Id. 1,32: Que no os
dais de reñir por entonces. Id. 2,16: Riña v. m. á su hijo, si hidsC
LtoNyod. 10,2: Aunque no le hablaba, con las obras al parecer
reñía. Id. Cas. 16: Y el sol, cuando nacía, le hablaba riñendo.
Reflex. reprenderse á sí propio, Quij. 1,33: Me culpo y merSO
á solas. 1
117. reñir, rencUta, rezno.
515
star, vivir reñido con, QtJEttR. Caar. Centur.: Si la luz vive
1 con bs sombras, $iendo lodo luz» no tendrá nubes.
ioy te reñiré y mañana te halagaré. (Sucede enlre los que se
^D). c. 153.
Vd riñamos por eso. (Cuando uno se reduce á lo que otros
9). c, 562.
^eñir batalla. D. VeoA Fer. 5 dom. 3 cuar.: Reñir vuestras
^eñir por, procurar con ahinco varios, tratando de adelantarse.
2,43: Viénensetne tanlos (refranes) juntos ala boca, cuando
po, que riñen por s^ür unos con otros.
Leü-iHo, parlicipio de reñ-ir, y dícese dei enojado con otro
que le niega el trato. Gomar. H. Mej. 2: El patrón echaba U
^a al piloto, y e! piloto al patrón, ca según pareció iban reñidos,
Lv. Sitv. Encarn.: Los dos reñidos, Dios y el hombre, se ca-
lo que Ucne mucha riña. Quij. !,16: La mis reftida y graciosa
muza del mundo. Id. 1,21: Tiene ima muy reñida guerra. Id.
¡5: En la más reñida y trabada batalla.
Andar reñidos. L. Orac. Crií. 3,1: SI que há días andan reñí-
r tanto que ni se ven ni se hablan.
Kiti-£i, posv. de refl-ir, la í en í por causa de la fl; altercado
irensión fuerte. QaiJ. 2,18: Dios bendMO la paz y maldijo tas
Id. 2,33: Yo fingí aquello por escaparme de las riñas de
icAor.
E%to parece una riña de gailos, en dispulas á gritos.
La riña de hermanos, es agua de manos, c. 1 90.
f rr '"*as de por San Juan son paz para todo et año. (Este re*
n y dicen todos, chicos y grandes, y ninguno he visto
tepsí su sentido y aplicación. Quiere decir que al principia de
Doncicrtos se averigüe todo bien, y entonces se tina y porfié lo
ha de ser, y resultará paz para lodo el año, como se pnrcba con
Iro refrán Quien destaja no baraja. Tuvo principio de las casas
se alquilan, y de los rnozoa que se escogen y entran con amos
San Juan. Por San Pedro también se alquilan casas y cogen
, y es lodo uno, por ser solos cinco día^ de diferencia, y de
se dice hacer San Pedro y hacer San Juan, por mudarse de una
516 OwaEM Y yiok oti teitívi
casa á otra y por despedirse los mozos y dejar d amo, ó dapedbie
de él. En Salamanca, respecto de los estudiantes que comienzaiit
estudio por San Lucas, se alquilan las casas por Sart Miguel, jpK
mudarse, dicen hacer San Miguel; ó que San Miguel es revoHoM^
por los ajuares que se revuelven y mudan), c. 194. Son lambida hf
riñas de novios que avivan el amor. Véase en el Jaez de divonk
de Cervantes este refrán. Y en Celestina: Abrazarte quiero,
hermanos: vaya el diablo para ruin; sea lo pasado cuestión de
Juan y así paz para todo el ano.
Riña de titanes, sangrienta, terrible.
Riñas de enamorados, amores doblados, c. 481.
Riña de por San Juan, paz para todo el año. L. Grac Oft
3,6: Quien tiene mal San Juan ¿qué buena pascua espera?
Riñ-oso. Bibl. Gallard. 1,460: Ni triste me viste/ ni rínf»
so. Id. 461; E sin causa son rinyosos.
Ren-cilla» de riñ-a, diminutivo por riñ-cilla. El encono
rescoldo que queda de haber reñido. QaiJ. 2,25: Como es amigo (i
diablo) de sembrar y derramar rencillas y discordia por doquioi
Laber. amor. 2: Envainad vos, señor, y esta rencilla / quédese
León Rey: Que la fuente de la discordia y rencilla siempre es y I
la mala codicia de nuestro vicioso apetito. Id. Principe: Y que
fuente de la discordia y rencilla siempre es y fué la mala codiciL
Amigo de rencillas. Cacer. ps. 58: Son mis enemigos pend»
ciosos, amigos de rencillas, acuchilladizos, matantes.
Rencilla de por San Juan, paz para todo el año. (Decíanse \
el otro: las riñas de por San Juan allá se vea), c. 479.
Revolver rencillas. J. Pin. Agr. 7,3: Revolvió rendllaseí
cielo atreviéndose al mismo Júpiter.
RencUI-oso, inclinado á la rencíll-a. J. Pin. Agr. 19,11
Fué glotón, lujurioso y rencilloso. Id. 25,3: Unas son de suyo ni
cillosas y ásperas de complexión.
Rancilla. En Álava y Aragón deseo de comer, dentcn;
riante de rencilla, del ringi denles.
Rezno, garrapata, de r7c(^num, ricinus. Herr. Agr, 5,11'
Si tienen llagas algunas, con pez derretida y mezclada con unh^
aun si tienen reznos ó garrapatas, con lo mismo se quitan. Id. 5^i
113. reja, rtjo.
51?
bricrcn piojos ó reznos (fns sbt\^), jineta ji, 20^ Con él purgan
[potros) el pcrcoj de la dehesa y los reznos,
R<»j», tkl euskaro Irrils, irriz. irristu regañar, hendcne»
el nombre preroniano del surco. Hehií. Agr, l,2i: Dice el
sttno que la primera vez ahonden la reja cuanto más pudie-
L secunda no lanío, la tercer.t algo menos,
\ «quf la vuella d^l surco 6 la labur de abrir d surcar la tierra,
adc dar rejas dar iant¿s vueltas ó labores. Bcrceo Mil. 270:
una lierra un omne labradora/que usaba la reía más que otra
HrRR. Agr. 1,5: Las tierras gruesas quieren Iré s rejas. Usanlo
ibradores en muchas partes por vuella del arado» labor de arar.
: aqu{ el hierro mismo que abre et surco, Qui/.. 1,11: La pe-
del corvo arado. Pedro VroA ps. I, v. I, d. 2: Al tiempo
gar la reja, vio qnc la desvió. Valockrama Azotes: Y llevan
ndo tras si el arado y reja que rompe la tierra.
kmiticlóti de ios surcos dijose reja la verja 6 cerramiento de
; paralelas en ventanas^ cercas, ele. Qí/í/. 1,21: Por las rejas
1 jardín. Vcpcs S. Ter. 2,22: Poniendo tomos, locutorios y
UofUO rtja de enamorada, del callado y prudente, y de la ador-
; de flores,
ara/ta, dffs re/as d, vueltas de arado. Zamora. Mon. mist,
J, ps. 86, V. 2: Demos otra reja á la pieza. Valderrama £J,
. I cuar.: Y cuantas rejas dan, Unto la tierra se ablanda mis.
^tjas vueltas, cuando en dos pueblos cercanos pueden pastar
ados mezdadamente dentro de los mojones Je uno y otro, y
I el vecino siembra en el otro.
teJ*azo, golpe con la rej-a.
iiaeh*úz, clavo de la peonza, ó rejón, (PaJencia),
Hl^j-xiflo, la verja ó rej-A. Lanuza H. Arag. 2,5,10: Esti
Hda la santa imagen con otro rejado de hierro bien labrado y
ReJ-aela. En Álava reja más estrecha del arado, para romper
10 arre jada.
Lcj-Uüla, pcj-Ula» dimín. de rej-a« y el braserito en fonm
guilla con enrejado, para los pies.
51S
OKIüCN V VIDA DEL LCKOUAIE
En Aragón rejuela pasta de sartén que tiene algún
á la reja,
Rvj-ol-ado, en Aragón pórlico de ta ígtesta. por sas
Rcj-al» montón de ladrillos apilados, enrejados, en rtj-;
Rej-al-es, celosía de rejas {Tesar, 1671).
Rej-ar, hacer reja ó celosía (Tesor. 1671).
A-rrej-atta, herramienta en media luna, enhestada co
palo, para desbrozar el arado lleno de tierra.
En-fej[-ar, poner rej-a 6 verja, echar la reja al arado
hacer con ella los surcos y labores, herir con la reja del arado, i
1|43: Por alcanzar á la ventana enrejada.
Metaf. QaiJ, 2,20: Los quesos puestos como ladrillos enrq
formaban una muralla.
En la Germ. prender, poner en la cárcel; enrejado preso y
ó red grande de mujer.
En-rej-u(Io, como rejado, de enrej-ar^ en la Ocnn.
de mujer. D. Veqa Paráis, S. /así; Como quien mira porenr
y celogia delanle^ para no ser conocido. Caldcr, Fieras afí^
amor 2: Lo que se descubría de ellas eran unos enrejados, i i
de glorietas, cubertadas de hojas y flores.
Labor de hilo y aguja en ropa blanca, atravesando Tos bilj
modo de rejas.
Eii-rej-ada, en la Litera de Aragón herida en la pali
una caballería con la rsj-a del arado.
£nrejarl-ura, como enrejad-a.
Kej-o. variante de rej-a, ta punta ó aguijón de hierro,
abeja^ etc, el clavo en el juego del herrón, y el hierro del cero
las puertas, de donde se dijo enrejar. T. Naharr. 1,136, Hon
rejos á píircs. Cabr. p. 58: Y remos por rejos.
Meta/, todo lo que sirve para mortificar y herir.
Como rejús, de lo que se clava y pincha,
Rej-án, aument. de rej-o, barrón en punta, tanza dc¡
con punta descero, para herir ¿ tos toros. Q. Bcnav. U, 183: 1
jone$ y de Unzas. Quev. son. 3: Que vueltos en andrajos los rcjj
MoNTOR. Obr. post. t, p. S36: Que rejones la cspaldilla/lc «
mando de nuevas /corlas astas, según Grmes/se ios davaa
I IS. rija, rijo, rúa.
5Í9
iebran. Est. Cald. Ese. and. 224: El rejón al e&lribg ^ quiebra
ivesando cl caballo.
Punta cti:ilqiiiera, como la del trompo. En Honduras criada Loca,
pirrta, que anda como el rejón del trompo.
£síe rejón, y este rejfto, y este rejómonos un poquito. (Juego
niños asidos de tas manos andando al derredor^ como danzando).
133.
Rcjna-ear, lierir los loros con rejón, en particular en el
eo de á caballo.
Rejoutr-o, posv. de rejone-ar.
Rc*Jnn-nxo, golpe de rejón.
Metaf. golpe mortificando en lo moral.
.\-rpeja-cap ó reja-cap ó ant. rejal-car, dar i los
nbrados una vuelta ó rej-a, cuando ya están encepados y COB
Olas raices, la cual se dá al través de como se araron para sem-
ir, con el fin de cortar las raíces de las malas hierbas y cubrir el
. De rej-a y el -ka eiiskérico, y de rej-*!. HtRR. Agr, 1^9: Hay
a manera de malar la hierba que Plinto llama lirar, que en at-
IOS lugares de Castilla onde la usan y se hallan bien dello Maman
tjacar. Id. 1,1: Arar, sembrar, arrejacar ó escardar.
Rij-», hendidura en el ojo, Hstula en él: variante de reja; por
I del Utin rixa. J. Pin. Ágr, 22,10: Testifica ser rija en caía la
! de la muíer.
Rijo, conato ó propensión sensual; es el euskaro Irrits apetito,
ción, concupiscencia.
R^-ap. de rij-o, clamar el apasionado. Hita 243: vidolo el
icsíio, Rixo bien tres vegadas; /dír: •compañero sobervío»
lusenpelladas?
Rlj-oso, apsMonado, furioso^ de rij-o. Quij. Ijl 5: Tan manso
poco rijoso (rocinante). Id. 2,2: De don Oalaor... se murmuta
más que demasiadamente rijoso (quería bien á todas 1.13).
Agr, 22,4: Mas st se alteran, levantan las furias de sus ondas
sobre las más altas rocas de las cabezas de sus maridos. Id.
13: Mejor dice Salomón ser meterse el hombre en una ratonera,
í en compafiia de mujer rijosa. Valdeiírama ^erc Ftr. 5 Oom,
ocr^ Tampoco hay quien pare donde hay una mujer rijosa.
iiicM, se dijo dd euskaro irrits pasión fuerte, Furia, como'de
irrítu rídar, y queda confírmado por a-rriz-^r, en-ríz-«r, de modoqw
parece fué posverbal de un riz-ar, como rij-ar, de donde oM
salieron. Es, pues, vanante etimológica de rijo, aplicado á las piso-
nes irascibles, así como rijo á las concupiscibles. Usase en la finM
hacer riza, por destrozar, propiamente como el animal furioso,}
así según Covarrubias vale también el residuo, como destrozado, drf
alcacer después de cortado: de irris-t hender, rasgar. Viaje pam,t
Qué riza en ellos y matanza hicieron. Entret. 1: Haciendo en mil
dichas riza/mi suerte, que no se muda.'CACER. p5. 14: Y haga ría
en la honra del prójimo. Cabr. p. 359. Hiciese tal riza y estrago en
un campo de filisteos. Lis. y Ros. 4,3: Quien.... hace rizas de bro-
queles en tu servicio. Sold. Pind. 1,6: Deste destrozo y riza redundó
te mohína. Fons. V. Cr. 1,3 Cena: Representábasde la riza que
habían de hacer de su carne tierna y delicada. Bibi. Gallará. 4,I096e
Canto batallas... .rizas, odios.
AppÍse-ap, en Honduras compeler: Si fulano no me pagaki
día, lo arrizo en el cabildo. Del *rizar dicho, como enrizar ó azu2ttl
Enpiz-ap, del irrits 6 irriz, con pasión, anhelo, es dedrcon**'
nicárselo al animal, azuzarle. F. Juzgo 8,4,8: Si algún home enria
boy ó can ó otra anomalía contra sí, quanto daño le fícier la animA
tómese á sua culpa. Id. 8,4,18: El can que es enrizado.
De-ppiz-s», en Salamanca posverbal de un de-rriz-ar, ó dt
riza, aclo de romper, desbaratar, destrozar, pulverizar (vide 106).
119, or eusk.
521
OR
los I
puesto aT demostrativo ar de lejanía w or, que vale
ca, cireum ó circa. Quiso el hom.'ire btiscAr ar^ en
ra elfo dio una viielti, volvióse-, es Uccir hizo una o
brazo tliio srnahndo \a cosa: írr abí. El cuerpo y et
0)03 para mirar y scfiafar tuvieron qtic volverse, hicieron
movimiento r: or zaffoz ahí te estas, or dogo ahí está. Con
•a,or-r{tyorr-€ravn\rn ahí con movimiento del C|t!esencerca,
Or daiata por ahí se lai haya, ortik egiñago por ahí te
, te las componga?, oriik tdo tmendik dakusan iegez cgin
■bor aquí, haz como vieres, or-tmcn aquí, ahí, es decir
(bo, or-or aproxímadanieníe, poco mAs ó menos, cireum
*pctido ri or. En or-on-ak ú on-onak idas y venidas, se vé
r de movimiento indica cierta vaciedad, por ahf« y mayor
que la n, or es en torno, on Unibii-n cerca, cn torno, pe^
Idud, al pie. Vagar orr-on ibilli, vago orr-ím, el d< aquí aW.
IOS en la Embriogema otios derivados, or-l ese, orri á ese,
•zat para ese, ^rrf^ esc (afrente).
ci^ dada confírmase con or-zn be ahf, tú, loma, or-l
i indifíitanír, que es la misina segunda persona ó qm
ualmentc, ori-za y ori-k valen, como or-za, ahí, tú,
znre ar^ia toma tu luz. abi tu Uix. Aguardar or-M^
ahí, estarse alrí^ ahitar.
522 OkIOHN V VtDA DtL LCNUUAjr
1
¿Cómo se amañaron los hombres para dedr que s" --"
no de una cosa? Acordarse, recordar valen (encr 6 jí. r
corazón: psicología aiítigua, propia de viejas. ¿Qué tendrt qí
el corazón con acordarse, con la fantasía y la iateligcnda? '
cilios fueron Jos hombres primitivos y más naturales y
sus expresiones. «Paróse Sancho Panza á rascar la cabeza pir
i la memoria la caria: y ya se ponía sobre un píe, y ya sobre
Unas vece^ miraba al suelo, oirás al ciclo; y al cabo de haberse |
la nmtadile la yema de un dedo, teniendo suspensos á lot qU
peraban que ya la dijese, dijo al cabo de uti grandísima raU
Dios, señor Licenciado, que tos diablos lEeven (a cosa que
carta se me acuerda* {Qaij. 1,26). Esa es la mímica del que :
recordar lo que se le ha traspuesto: da cien vueltas Ú ta cabczaJ
brazos, á tos piés, á bs ojos, ya mira al suelo por si se k cayój
cielo por si se le fué volando^ ya se rasca como si cavara um
para desenterrar lo muy metido y soterrado, ya se roe los
como quien revuélvelas ropas del cofre. Todo eso no es mi
darle mil y mil vueltas al cerebro, con lo cual los miembros ¡
andan volviendo y revolviendo de un lado para otro rebuscan
que se trasconejó. Hemos dicho que ori ahí, en torno, es di
vuelta y pararse señalando un punto cercano. Ese ori dio orí, oñ
acordarse, nuía eztikoi beniz tzinago, eninUan ezkoak ot
como soy muy añcíonadoá la miel, no me acordaba de 1a|
Pero el dar vifeltas buscando todavía parece mejor en otro
que signiñca lo mismo, acordarse. Con oi soler, es decir rew
revolver sobre lo mismo y ori acordarse dicesc or-oi, or-cÍ-t,
ia, es decir volver y revolver (oí) en torno {or): es lo qucj
Sancho con todos los remos y artejos de su personilla.
0fo/f-^an en la memoria délos hombres. El recuerdo oroiÁ
mucho or-oi, oroitza-pen, oroii-pen, oroi-karri.
Cuando el hombre, Adán probablemente, andaba bajo di
de la ciencia del bien y del mal^ cual otro Nevlcn bajo el ma
que le hiro descubrir la ley universal de la atracción, pudo si
que cayese del árbol alguna dorada manzana. Si fué entonces i
otra ocasión, el hecho «s que al caer lo llamó tr-orl hacer qu
se ahie, se ponga or, ori ahí; una caída erori-bat, eror-iza, ,
cj caer^ erori-ko lo de caer, para caer, abatimiento, tendencii <
CCS 4
•a
^ncii m
11 y, or ciisk.
^:j
l^aíT, á lirarse abajo ó tambaleando er-or-ka, caedizo er-or-koft.
oNi, hacer caer eror-arazi, tror-azL
Or-iik, or-4e-k ú or-de-za, fem. or-^e-n, pl. ordt-zie valen de
, fuera de ahí! vete^ idos; li or-tze, acción de or, ahueca el ala,
media vuelta y vete, ú oríze-í con -i hacer, or-tzu vete, de
fyí«.
Trasladado al tiempo or-ai, or-ain es d ahora, en eslc espacien
t tiempo, lógicametile circuido y límiíado, orai-beretik bazoazke,
[puedes ir desde ahora m'\smo,oraia-rc-z ya^enestccaso.ürfl/'ar/e,
tiarte'an, oraiarteraiño hasta ahora, orai'berean ahora niismOa
nlcmenie, ii oral-beri-an, oraí-berri-ki, orai-danik, orai-ganik
í ahora, orai-etan ahora, orai-gane hace poco, orai-ko par»
tt actual, oraiko-an esta vez, orano, orain-do todavía, ú orain^
to, oraingo-an de esta hecha, ele.
Or-du que tieneor, es la hora, y el entonces ó momenio pre*
I dicese ortiu-an, entonces mismo orduaa-tche, desde entonce»
^tikf para entonces ordu-ko, para la hora ordu'rako. Pero
I e» también en general el tiempo, la vez, la ocasión: azaak tta
ak guzttak daroaz ordtiak (as beizas y los puerros lodos loa
lel tiempo, orda-beranta niza? me he atrasado? zori deia xitt
htea zonbait ordaz? está permitido jurar en ciertos casos? egit-or-
paír al hacer» en el momento de hacer, datorren-ordaan cuando
gi, ordu-berean en el mismo momento, Ofdü-danik desde lu^o,
i'gabe i deshora, ordu-ka por horas, orda-z á tiempo, ordnz-ko
ual. Vale or-da lo que tiene or ó ahí, ío que tiene presencia,
dio.
Con -df de acción abstracta or-de lugar y ocasión de algo, en
: de, en compensación, pago, orde-a ú orde-an empero, con todo
ea-z en vtz ó lugar de, ordeaz-tu retribuir, dar en ver de,
sustituto, orde'Z en vez, en lugar de, orde-tu sustituir,
bmpensar, ordtz-ko sustituto; lo mismo ord-úÍn, ord-ai susllluto,
ite, ya en bien ó remuneración, ya en mal ó pena, castigo,
cíón^ pago, trueque, ordain-du pagar, compensar, vrdain-et,
tsk-tart Á préstamo, recíprocamente, ordain-etaa ceder i cambio,
i coiRpensadón, tr%t>aiar ayudindose mutuamente, úrd-ari recom*
sustituto, en recompensa, ordarí-ata i trueque, en com*
6iu
524 Orioen y vida del lenquaie
Al decir or ahí atraemos, con la articulación de te r, k nhadb
del oyente hacia el lugar cercano de nosotros, expresado portift
tal vimos en la Embriogenia que era la fuerza de este demostnlivo,
■del cual, por lo mismo, derivan or-i esc, fijando con la i el iiKfifl-
duo que está cerca, y ori-zu, ori-k ven tú, ahí tú, trae, etc. Si qufr
remos mostrarle un lugar cercano donde hay semillas, un semiSotV
lo natural será decirle el nombre de la semilla, que es al, y ajladir
ese mismo or: semillero se dice al-or. De la misma manen -#
añadido á cualquier ideofonema indicará el donde hay, sea hspt
físico, sea moral lo que tiene: send-or donde hay robustez y vírtt
dad, robustez, robusto, aut-or donde hay eso es, confesión, de aa4,
aU'ta esoear, escoger, aa-ta afirmación, eso es; leg-or donde taf
apelmazamiento, seco. El estar bajo ó sujeto al semental es profiis
de la yegua, qiie se dice be-or; el tener la paternidad de toda ta nal
es lo propio del patriarca, y así el de los eskualdunas se llama aÍt-or,
de fliY-a padre. Lo tardo y pesado es como si estuviera atado y
cogido, se dice lor, lo-or: ezin lor-ta dot etchera níre-semia M
puedo arraslrar á casa á mi hijo, de io estar enteramente cxfM
atado y pecado. El vergonzoso iots~or, el asustadizo ikar-or, el co»-
pasivo erruki'Or.
Por supuesto, como demostrativo: seme-gazten-or toan 2afll
erri-arranbatetara este hijo menor se fué á una tierra lejana.
120. jOrit en la Germ. interj. ¡Hola! Otro tanto vale íird
Juego del escondite entre niños, como quien dice ¡aquí!
Ov-dsí^o, vale en euskera ahí está, y es del juego de nai]Mi
en toda España, como son euskéricos la mayor parte de !os tíratí-
nos de cartas. La apuesta que decide de todo el juego en el niiis>d
reto capital que se lanza luego de haber envidado y revidado, coflt
último esfuerzo.
De ordago, dícese de lo muy bueno, ponderándolo.
-orro, -opra, -or-o, -op-a, de! euskaro -or. Zab-ont
pich-orra, mat-orr-al, ped-orr-era, cosc-orro, cara-orra> calz<on4
Pac-orro, mach-orra, cep-orro, pach-orra, mod-orro, pit-orr^
vcnt-orr-illo, pant-orra, pant-orr-illa, chic-orro, chinch-omi, lofr
twr-era, ang-orra de anc-a, and-orra de and-ar, banrb-or-oteivdft
bamb-a, pand-ora, pol-ono de pot-e, bot-or de bot-ar, üMthOfRb
122. orden.
523
h ^^l-OJ^^o, coc-ora, cocíi-orro, coi-orro, co!-ortx, zaf-or-as,.
r-OiCar, chisp-orr-ear.
-orr-óii^ wi. aumniL de -orro. Cosc-orrOn, cíe
[l21- El ordirn, de ordo ordinis esuí en U vez que cada objelo
serva en una serie de lugares 6 *ie Ucfrtpos, pues al lícmpo y «I
jcio se refiere, lo mismo que orde, ordtt en eu?.kcm; no «e Ine
tiologia alguna. De aqu( onÜn-ñre ordenar, ordina-tio ordena-
ordin-arias ordinario, cxtraordinariü& extraordinario^ ex
\4ine en serie, por veces. Li misma i.tca lleva nrdir \^ trama, pues
Insiste en el orden serial tíe lo5 hilos; vi«nc urdir de ordíri: *nn-
ofditur lelas> (Punió), orrfí/í rc/rú; luego sicniRcó acometer,
^rapccar, ad-orsus sum he emprendido, ex-oriíín comenzar, ex-üré'3
exordio, rUd-ordiri dovan.n, ofiU-a, -orunj comienzos ó Hh
\íiia, or-sas, por ord-sus, empresa. Or-narc prcparof. de donde
irnare adornar, preparar, diíiponcr, críese contrnccWn de ordi'
^re, *ordnare: ex-, per-, snbormire preparar bajo cnerda é snlwr-
r, orna-tas adórnalo, íipresio, adorno, in-ornaíits, orna-meniam
1 mentó.
122. Opdcrií de género ambiguo; de flrdyrtcni; ú. ordinc,
IV. orde, aiit. ír. orne, oiirne, fr. ordre, cat. oide, pg. ordcm.
idóii de cosas en serie, donde les corresponde según la traza
da. QuiJ. 1,50: Puestas en orden dcsordenaiü. Id. 1,47:
que llevaban <;a esta. Iba primero el carro....
De aquí buen concierlo en !as cosas y preparación de ellas.
K 2.4: Sancho íué á poner en orden lo necesario para su jor<^
Id. 2,50: Pon en orden este caballo. Id. 1,3: Se dio luego
len cómo velase bs armas en t\i corral.
De aquí trazs. QuiJ. ],40: En qué orden ¿clcadrú para sacar á
roon. Id. 1.7: Dio luego don Quijote orden en bu»:sr díñenos.
Por lo mismo mándalo del que Uitza y dispone y ley. QafJ,
,2A: Que era orden de su señor que la hiciese trasladar en papcL
1^3: Afligiese Camila.... de la orden que su marido le dejaba.'
1,41: Que ¿1 na ct que por orden mía le había d¿ llevar. Id. I
fe/.' No he podido yo contravenir la oiden de naturaleza.
526 OuecK T VBMi
Estatutos y modo de vivir en las religiones aprobadn^ j d
mentó del orden sacerdotal ó sus preparatorios.
A la orden, dispuesto á servir y obedecer, se añade mi capttáñi
mi general, de usted, etc.
Al orden! avisando al que se desmanda.
Dar orden de, disponer, mandar.
De primer orden, excelente.
De real orden, con autoridad y resolución.
Donde no hay ordene, ella se pene. (Dlcenlo asi los libia-
dores), c. 291.
El orden y la prisa no son de una familia.
En orden, ordenadamente, y en cuanto, por lo que min i
Cald. Afect. de odio y amor 1: Le presenté la batalla / dejando por
la desierta / campana, al frondoso abrigo / en orden mi gente puesb.
BocANo. Lir. son. 4: Crece el dolor y en orden á su aumento/d
mismo mal me presta resistencia.
En orden, bien puesto, en su lugar cada cosa.
En orden de batalla, lo dispuesto para alguna cosa, como Iqi
soldados en la pelea.
May á la orden. (Ir, andar, salir), c. 620.
May en orden, justo, oportuno.
¡Orden!, atención, silencio, compostura.
Ordenes sagradas, los grados del sexto sacramento, de li
orden. Qaij. 1,6: Por las órdenes que recibí, dijo el cura. Id. 1,19:
Que soy licenciado y tengo las primeras órdenes.
Orrfe/zes re//^íOSfls, los institutos religiosos aprobados por d
Papa, cuyos seguidores viven debajo de Regla. Qaij. 1,4: Yo jun)
por todas las órdenes de caballerías que hay en el mundo. Id. 1,8:
Dos frailes de la orden de San Benito.
Por (sa) orden, sucesivamente, conforme se siguen las cosas.
pica es la orden. (Cuando se perdió algo, ó se gasta de qni*
tiene mucho, y con ironía se dice del que tiene poco), c. 480.
Pica es la orden, y el monasterio es pobre, c. 480.
pica es la orden, y el monasterio está por puertas. (Tiene un-
bigüedad á estar pobre y á estar los frailes demandando por I»
puei Lis, y esto tiene más gracia por los otros dos: Dad por Dios i
122, orden.
527
tiene más que vos. Quien más tiene, más quiere. Y si les dicen
5 la orden, responden y el monasterio es pobre), c, 480.
in orden ni concierto, dísparaladatnente, á lo que saliere.
fno del orden, gtiardia de seguridad.
ftrdc^ii-ar, de orden, con sus valores respectivos,
oner en orden. Qaij. 1,20: Mccesarístnio en la república bien
lada. Id. 1,52: La procesión volvida ordenarse y á proseguir
mino.
x>ncei1ary preparar. Quij. 1,52: Pero Dios que lo ordenaba
ra manera. Id. 2,7: Ordene su testamento con su codicilo. Id.
Que quien la había compuesto y ordenado (la danza). Id. 2,74:
ués de haber hecho la cabeza del testamento y ordenado su
don Quijote con lodas aquellas circunstancias cristianas que
quieren.
"razar. QuiJ, 1,34: Que él ordenaría remedio para alaj'ar b in-
da de Leoneta.
ilandar, dar mandato, estatutos. QuiJ. 1,1: Lo que por el ciclo
>rdenado. Id. IJO: Si el caballero cumplió to que se le dejó
udo. Id. 1,13: Que el mismo capitán que se lo ordenaba.
Graduarse en las órdenes sagradas. Qaij. 2,52: Se ha ordenado
l¿os y corona.
^^ktto y mandoi denotando autoridad y resolución.
liMlen-anza» método ú orden, mandato ú orden, ley, es-
k T. Namarr. i, 304: Toca un poco la ordenanza (entre sol-
i). León yo6. 23,4: Cuando se ponen los soldados en Ofdc-
I. Id. Rey: Adonde el ejército de las estrellas, puesto como en
aania, QuiJ. 2,14: Sabe de memoria todas las ordenanzas de
danle caballería. Id. 2,51; Hacer algunas ordenanzas tocante*
len gobierno de la que él imaginaba ser ínsula.
3e ordenanza^ de costumbre.
yes-orilon, Talla de orden^ que lo hay ó por desconcierto y
món de las co$a% ó por exceso en lo moral,
jonfu&ión. Mariana M £. 6,21: De nuevo se enconaron las
aladcs con un nuevo desorden y caso que sucedió. Leos Padre:
B que en ¿I estábamos, el espíritu del pecado y la desorden.
exceso. ToRH. ñí. mor. 11,3: Ninguna cosa hay que haga mis
I guerra al cuerpo y alma, que el desorden y demasía de csle
52S * Orioen V yio* DH.
vicio. A. Ai.v. Silv. Dom. 2 adv. 9 c.§2i Todo lo demás qaeiki
graüdes toca es por el inísrno desorden. Id. Dom. guütc 7 c Poique
del todo se excusase este desorden de justicia eo su reiDa
La mucha desorden trae mucha orden, c. 190. Donde no hiy
regia, ella sola se pone. Después de gastar no queda nada.
Una desorden no lleva al hospital, más dos üevarán. c. 163.
Bi mucho desorden trae orden, el nul rochar acarrea pobreza j
niíramienío en el gasto.
Des-ordeiiar, de ordenar. Desconcerlar d orden confín»
diendo. Qaij. 1,50: Puestasen orden desordenada. Id. 2,10: Si I»
vanta la mano al cabello para componerlo, aunque no esté deso^I^
iiadu. Hab. H. Pontif. S. Greg, XIII, 63: Le aconsejó que recogieadí
un inien número de vacas, las echase delante, que desordenarían i
¡os co:iírario>. Mend. G. Gran. 1: Si con esta ocasión pudieni
desüidenar el cdmj30. To;ír. /"//. mor. 14,4: La desordenaron sis
amores, aficionándola á otro. A. Alv.. 5//^. Dom. 3 caar. 5 c.}t
Que ha Dios de desordenar su mundo para tí. Valderrama Ej,Fff»
6 dom. 4 caar.: Antes se desordenó de tal manera en todo, qv
murió sin acordarse de Dios. León Padre: Desordenándose él á ll
mesnio. Id. Princ: Adán no pecó, porque se desordenase el sentido
en é!.
Excederse en lo moral. Torr. FU. mor. 1 1,3: Mas extendiéndose
adelante y desordenándole en la gula. Id. 19,2: Lo que una quiebra
otra lo sana, y lo que desordena la primera (la lujuria), por la »
gunda (la castidad) se concierta. A. Alv. Silv. Fer. 4 cen. 3 CJ fl
que ayer írajo á loj hombres desordenados y enloquecidos con SB
destemplanza. Bañ. Arg. 1: Sin duda es el temor el que te ofrecc/d
son que tus bravezas desordena. Id. 2: Doquiera nace un deseo/
que un buen pecho desordena. Leon/oíi. 36,8: Y se desordenan «
la templanza y modestia.
Dcs-oi*dciianza, desorden. Mena Copl. 10: Tu más delta
orden es desordenanza.
Kv-ordenai'. J. Pin. Agr, 29,14: Y lo desordenado por cul-
pa se reordena por su contraria la pena.
Opdcñar, de *ordinÍ8re, ordenare ordinem ordo, por d
orden y horas en que se hace, dejando parte para las crías, pg, or-
denhar. Qaij. 2,16: Unos pastores que allí junto estaban ordeñando
122. urdir.
529
ovejas. Grac. Mor. f. 267: Y de las cabras, que las ordeña-
; y trc&quilainos.
[También coger la aceituna á mann sin varear el árbol, y cu
va quitar á las avenas locas la semilla antes de secarse y espar-
En la Oerman. ordenar. Ron«. Reinosa Bibl. Gfítlard. 4,
)(k Si la crfa ya no ordenas.
Ordenar cabrones, c. 543.
Ordeñar la cabra, ó e! asanto, sacar lodo el jugo á la cosa.*
Vista ordeñar, de la leche indicando que es pura, aunque no
a; metaf. de lo qitc se hace de modo claro y convincente
(Ir<l4n'«ii-clep<>r Ití^íar donde se ordeña. L. Rueda I, 170:
1 recogeré á su acosíumbrado ordcfladeto.
Onllnnrlo, es enidllo; ordin-ariiis.
\Dt ordinario, prdiirrínamente. Qui}. 1,1: Cómo de ordinario
nlcce X los caballeros andantes.
itrf'-orflinnria. medio etiire bueno y bajo, de los gé-
í. Pra^. Tíis. IfiSO í. 25: Cada guarnición de espada blanca
xltnaria ((e Vizcaya, seis reates.
i!4-ikr*lÍn»t*io. S. Ter. f//níí. 6: Si han recibido del
l!gíin3 rTT'rc^d tri^o; diñaría. Cacetí. ps, SO: Van siempre por
nos desusados y trasordinarios.
UriHr, de 'ordire por ordiri; iÉ. ordire, prov. ordír* ír. our-
iC»L ordir, pg. nrdir.
; Disponer Io<t primeros hilos sobre q^ie se ha de formar la lela.
3TO. Duelos de hon. y nmht. 2: Que e«ítos serviles ropajes, /que
Idecoro ni aliño / toscos nos urdió d telar y sin primor del ar-
ECV*
[aSetaf, disponer algo contr.i uno callada mcnle. Entret. 2: Esie
qnc urdió ü lela /que tan cira me ha costado (el embuste).
. p. 7' ^ " "\:\ elIíK urJienJo una traición. Siql'. S. jeron.
K i'J3 c! impUcHblc cnt-mijío qwe urdía ^z ícla. Pe-
I, 2,2,20: No ha mencitcr Iberia para consonarse urdir
Smidov. //. Cari V, 20,37: fué, pues, que como
Liiii vlA deshecha ía trami, que con el conde Prisco tenia
A mi qite ¡as urdo y tramo, c 21 .
%K
530 ORiacN Y vnM
Ansí se arden ellas. (Mentiras, cuestiones, revueHas, pidoi)
c. 512.
Urde delgado, y teje gordo, y hallarlo has provechoso, y sftb
vete del como de un moro. c. 161.
Úrdesete una tela, ana trama; urdió una tela. (Por revueUif
pleitos), c. 545.
Urdir. (Por metáfora de los tejedores: es revolver cosas de
i^ullen pleitos y pesadumbres: Vos urdiréis algo que nosepáisdÉ
enredar), c. 545.
Urde-malas, cuatrero, enmarañador. Corr.: Es un Pedrada
Urdenialas. Ccrv. en su comedia del mismo.
Updi-mltPC, urdiembre, conjunio de hilos ordenidoi
para el telar; de urdi-r, con el -mbre de nombre, hombre. Coot
112: En Setiembre, el rozo y la urdiembre. Zamora Mon.
pte. 2, L 3, Sim. 8: Entre las urdiembres de las arañas. Id./A.X
Destierro: La tela tiene urdimbre y tiene trama.
Verse, trasparentarse la urdimbre, clarearse á pesar del M
mulo.
Updi-dero, updi-dop, el que urde. Fiouer. Plaz. (L
Rastrilladores, urdidores, tejedores.
Updi-depa, instrumento para urdir, armazón de paloi
modo de devanadera formada en triángulos con un cilindro en
dio con que se mueve alrededor.
l>cs-updip, desbaratar una trama ó intriga.
Adopiaap, del adornare, erudito. Qaij. 1,14: Si la honi
es una délas virtudes, que al cuerpo y alma más adornan.
Adornarse con plamzs ajenas ó de pavo real, apropiarse
recimientos ajenos.
Adopu-o, posv. de adorn-ar. Qaij. 1,11: La honrayÜB
tudes son adornos del alma.
Metaf. lo que no sirve, estorba y puede dejarse.
123. Si ar es lanzarse anchamente allaeando, ór es!
acorralando en torno ó con todo el cuerpo, como se lanzay oogei
perro. Efectivamente or y or'O es el perro y ora ora-tu
sobre y agarrar; y como se trata de movimiento (r) en o, Or, \
133, ora.
531
1 masa y la Ic\'adura, que se voltea y rcviidvc «i lodos sentidos,
ló oro es d lobo, pro balite mente «I eusfcaro ora,
el perro y el lanzarse y agarrar: Or gose, faz ase perro ham-
ito, se harta de sncfio, andtki-or, ona otsoen, perro de po-
s, bueno para los lobos, ogio tenago, ora batño, pan prime-
que maslín, ora otsoen-fagjín, el perro compañero de lobos, egaz
Hdci, ora nekikeo tchoriari, si supiera volar, cogerla el pájaro,
oraindiito bildur bazara, oratu egidazu ncuri besU-esku-
^g02r y todavía si lienes miedo, te me agarras con esa otra
3, de aquí, contagiarse, orata egifen da se contagia ó pega (la
nedad). abrazando, en aprlelo ora-ka, oraka-oraka bizi vivir
nóes apuros, es decir cojy;ido y acorralado, oraka-da agarra-
[ abrazo, oraka-ka amalgamándose, agarrándose, ora-karri aga-
or-oldi acometida, agarrada, ara-pildu anudar, empeloto-
la comida en el esíoma^o, ora-pit-o nudo, or-<iSi seto que
ala, ora-tzaUe tenedor, cogedor. Dice un refrán: aldi-igaroa,
w gachta, el tiempo pasado es difícil de alrapar. Otro:
sagua azkatztn ta fulta oraizen, h telaraña, el ratón la
I, y coge á la mosca. Es pues un coger envolviendo, enzarzán-
I lodo y como arrebujándolo y apelotonándolo, por la o en de-
dor; mientras que íir es coger echando el guante, anchamente,
-o se líniila enteramente el or; así como flf-o es espacio ú
tiene allá, amplitud, asi or-o es espacio que tiene or en tDrno,
|b totalidad, el todo, el cada ó entero. Zeiangoa da Biitroe?
daJtíe^ ¿qué tal es Butrón? Todos lo saben, edozein beretzai,
olkaa oroentzat cada cual por si y Dios por lodos, ororen
• dena ezta neortn el que es amigo de lodos, no lo es de
ororea-naiz, oro gal el que todo Jo quiere, lodo lo pierde.
I Sufijado \*alr en todos, enteramente, cada: ari-aro serie de anos,
año, lodos ellos, 6 el lotal del ano, egun-oro cad.i día, todo el
OrO'bat asimismo, todo uno, además, orobat-eko «mejantc,
a/-ii hacerse iguat, dimin. orobatsa casi igual, oro-gat (¡uffír)
•piefde, oro-í enteramenle, oro^-Ao piiblico, de lodos.
fíMcamcnic or-a es el solar acotado, lí también oru-tK,
|b«jo.
1 24. Ese OTf oratu lanzarse, dio la raíz or de op-w-fU| «^4hi
concitare, conmoverse, ú opo9¿v(i>; fut. opso), aor. ¿p-op-ov que tal
el mismo valor, wp-xo, op-oscu, ¿p-é-oviQ, op-o6o> ímiere, ferri ^
¿p-ou|ia ímpetu (Hesich.), dv-opo¿-<u brotar, lanzarse hacia arriln. El
skt. ar, r-no-fi, aor. ar-am, ar-to=wp-xo, y además ír incitar, idok(
lanzarse, zend. ir del alzarse de las estrellas.
En lat. dr-iri, or-tus nacer, elevarse, ab-orior morir, co-oiit^
co-ortus origen, como ab-ortas aborto, ex-orior, ex-ortas condÉ
zo, salida, m-, ob~, sab-orior; ori-entem oriente ó levante, ori
al-is oriental, ori-undus oriundo, or-tas nacimiento, ori-go onga,
de donde origin-al, origin-ar, ab-origenes primeros habitantes de
un país. Ad-oriri embestir, ha conservado mejor el valor prímilii%
como en gr. y skt., que se concretó en latín al salir de, nacer,
decir, al primer acto del lanzarse. Nótese que el cambio de la
radical confunde casi tres raices en skt., pues allí ap, ep, op se
ar, y son las tres formas euskéricas ar, er, or, de un valor
parecido, puesto que sirven para expresar el movimiento, pero a
la distinción que en euskera presentan bien claramente, segGa
valor de las vocales.
En skt. pone aquí Curtius r-nó-tt herir lanzándose sobre, del
ara, áritha, artüsmi, ar-am, aor. «/--/íí^o^p-To lanzarse, ir )aá^
llegar, obtener, sobrevenir, lo cual muestra que tal es el primitii
valor de orior, ópvuiit. Fick añade el germánico rann de arn,
fluir, correr, norso ar-na, -gdha, -at, godo rinnan, rann, naam^
rannans, al. rinnen, rann, geronnen, ags. yrnan, ingl. to nm:
segunda n es del tema de presente, godo rin-nan, como en 5peHl
Los vocablos orientación, orientarse, desorientarse, eruditosi
su origen, encierran el modo que tuvieron de orientarse los !-E,<(
fué mirando á levante, de modo que el oriente era el delankrl
poniente el atrás, el mediodía la derecha, el norte la izquíerdi.1
oriente se dijo en skt. prañc y p«rva=zend. poara, irl. airthu^
gr. ::apo'Tepoi;, es decir el delantero, del baru cabeza en euskera.
occidente en skt. ú/íara=zend. apara, y skt. ap&ñc, apúcya
atrás , oeste, persa baxtar oeste (zend. apaxtara norte), irl. iár, SÍ
^. del euskera apa abajo, que es la preposición ab, m:á, etc. El snrM
skt. dakskina (el Dekhan de la lndia)=:zend. dashina, ir. dtedotl
1 24. orior, orbis.
533
sur, d lal. dextera, diestra. El norte en ski. smyú, irl. tuQth
lerda y norte, ademas irl. fochla norle, dé izquierda (godo ftteí-
')» y el germánico jto/"!/ en atil. aí., umbrío nertra sinístro,
'alca ad sinEsírum; en gr, cxqt'n; izquierda y oeste.
tos romanos dice Servto (Aeneid. 2^6Q3): «Sínistras autem
septentrionales cssc augunim disciplina consenlit». Esta antí-
ncni de orientación, con^icrvada entre los augures, tomó nue-
lombresdel nacer y ponerse el sol, de los vientos, de tas horas
Ib, de las estaciones, de los antros. Así del sol dvoToXa'. ó levante,
ó aurora, y 8'j3iLat ó poniente, 'ílfoí oscuridad; (at, orlens, occi-
', ant. al, óstan (— Iw;, aur&ra), al. Osten, casi, poniente y levan-
ponente, levanle; de los vientos Td píipsta norte, voTí-csiid, eslavo
, lil. Siiaure norte, c$\.Jagu sud (ú^fw; húmedo); del día Éoiíápo
y poniente, iiswjjilipía meJfodía y sur, la(. merl-dies mediodía,
p/e/íJí mediodía y sur,ivíT*afíi//i tarde y oesle, r^^ííJÍ mañana y
inte, al. Morgert. Mittag, Ábend, Mitternacftí; de las estaciones
invierno y norte; de los asiros, como «¡ixto;. El anl. al.
:_ . . ,_jjündeá Í3:tepa, según parece. Sundan, al. Suden, el sud
IjUT, ags. y norso sund, nombre común del mar, norso sunnan,
Ip. sadftan del sur, del mar, como en hcbíco iam mar, meditem*
hk oeste, y en finés hade, liv. lúod, weps. íódeh, del gótico /íódus
Bienle, noroeste, oeste, viento oeste. Parece, pues, que la patrÍA
Bp» I-E 6 de los germanos tenía al sud algún mar que veremos
mt\ mar negro; aunque pudiera declararse el germ. *snnth sud por
de 'ffwTo? colocar (?). E* de notar que de las germánicas til-
las románicas los términos de norte^ sur, esU, oeste, fr.
sad, est, ouest, lo cual indica el influjo de aquellos pueblos
navegación.
ara parece dio el lüfi-ú-; ancho, espacbso, e^;, que en skt.
-í, (<m. arv-i, compar. var-iyas, en zend. «m, voaru, eüpú-vo»
ura-gayam espacio ancho en ski., aru-calcshctí que
ontbe parece ser el orbl-s circulo, ruedii U tierra, orbi-ta
de b nieda. Según Varron urb-s dijose de orbis {/,. /. 5,5):
quae prius erant circumducta aratro ab orbe el urvo
Corssen to desecha diciendo que las pobUcionei de U
■=-^
-'■V:
534 Origen y vida ml i
antigua Italia no se edificaban en círculo: tal vez tuvo presente d
«Roma quadrata» de ¡os antiguos. (V. oragua y üribe).
Cuanto va de Oriente á Poniente, c, 374.
Échale al Oriente; echarte has sano y levantarte has doUait»
Echa tu cabeza á Oriente, c. 1 40.
Saberlo de buen original. (Dando certeza), c 565.
125. Cuanto á la acepción de masa y amasar, creerá alguno qiii
eso no es más que el cogerse formando un todo, de modo queesus
caso concreto del agarrar. Y está en lo cierto, porque ora, oratu a '
embestir por todos lados, coger enteramente, y encierra dos ideas, la
de entorno a y la de movimiento r, total la de revolver la cosa, que
es el amasar y el coger bien del todo: batuten dirá ta egiten dta
ora-bat, se recogen 6 aunan y se forman una masa, y ora-ta
amasar, sobar, forjar, fraguar, pegarse el contagio, llenarse de en-
grudo y masa las piedras del molino, errota oratu detenerse por
ello, y lo mismo empacharse el estómago, ule-orataa pelo postizo,
apegado; ora-ka trabajo de amasar, ora-ka-ka amalgamándose, ortir
ka-tu enlodarse, or-aldi amasamiento, ora-mai, ora-main, ora-má'
ra artesa ó mesa de amasar, or-antza levadura, ora-parro masa que
se recoge al limpiar la artesa, parr-o extendida, desparramad^
ora-pen acto de amasar, or-aska artesa, masa de varías sustancias,'
ora-tcha levadura, ora-tzar masa grande.
Amarillento ora-s-t, díjose de la masa, amarillecer oras-tu.
Con -e indeñnida también es or-e la masa y todo lo así revudlo^
la nube, la materia de que se hace algo; ore-i nube, lo apelotonada^
y lunar, ore-itz y oritz calostro ó leche revuelta primeriza.
Abundante es i~or-i y díjose del apelotonarse como la masante
nubes, etche-iori-batean zaade, estás en casa abundante, iori-tasttt
abundancia, iori-tu hac^r durar una cosa, es decir que dé de sí 7
sea abundante, ezneaguti emanez ioritzen da, la leche dura, dandi
poco. Por eso e-or-ta es tejer, eta ze tunika kostara-gabea, eorith
rik goititik guzia, y era la túnica sin costura, tejida toda día de
alto á bajo.
La idea del movimiento en or se vé claramente en ore-ka eqUK
librio pero con balanceo, andar al ore, como la masa y la nubi*
oreka-n estar así, y se dice de las lanchas que están á U rema^y^
126, Oliera, orujo, orondo.
535
gdc rapiña que se cicriicn, y paradas menean reciamente sus
\ri cl remero qne inaníiene la lancha en equilibrio para
arrasírc la corriente durante ía pesca.
gamo, cl ciervo es dechado de la velocidad y díccse con el
Mivo or-M ú ore-in ú or-in: oreina ¡arrean, bertza laratzean,
to en cl desierto, el caldero en el lar, cervato orein-kume,
pendra orein-mí ó lengua de ciervo.
carro or-ga es et que luce ese movimiento de rodar» org-aga
ri carro, or^-ardalz eje, org-atz, orga-erecha, org-aska ca»
r^íi-&Í£/e carretera, org-ari, orj^ü-íom carrero. El quicio de
f trasladad a mente el talón y d pié de plañía, es !o bajo -p€,
gira, dijose or-po, orpoz-orpo zerraion le seguía pisándole
IBCS, por todas parles, orp-eko pedales para mover el tetar,
i, orp-aziri cuñas calzadas al carro por debajo, orp-atch
!a de! ganado vncuno, orp-iteh ojo de perdí?, seta de los
, Or-di ó mucho or, mucho moverse en torno, es el borra-
la borrachera, c!iya cíimoíogfa sabía el borracho aquel que
bdo porqi}^ no se iba á su casa en vez de eslnrsc sentado en
del arroyOj respondió: Estoy aguardando que pase mi casa;
: todas van pas^indo. Veía las casas dando vueltas ú or-di;
¡rrí embriagador, orífr-írm borrachera, orífr-/ü cmborrachar-
^a es lo espacioso, que lícne poiierse mover todo en torno,
'd&a caniino Uano, ordcka llanura, campo llano, sembrado,
i llanura, saieskía lauda ezak, ordokía eare ezak ataba te
O&tanera, elige h Ibnura ó espaciosa.
, Ort-em, escudilla de palo de gente pobre; del cuskaro
para coger ó amasar. Sobra la h-, y nadie dice una palabra
lologla. Q. Alf. 1,3,2: Ortcra, calabaza, esportillo. Torr.
'. 1 1,2: Entre sus pobres alhajas le sobraba una ortera con
;. CoRH. 76: El ajuar de la hornera, dos jarros y una orlcra.
lA Error 27: Esta era la que había de arr.gjar Díógenes, no
a. Mctaf. apodo de! mancebo de tienda.
ujo. vocablo puramente español, lo que queda de la uva,
,, después de exprimida?, dimlniítiio de Of-í masa, etc.,
de orri hoja, como su equivalente brisa, ibérico ó del
Ca8R. p. 21 6: Cn el lagar se pisa la uva para qae te aparte
536 Oriocn V VIDA del
el vino del orujo. Quev. Mus. 6, son. 40: En las gued^ yaéto
el oro orujo. Herr. Agr. 3,26: No llevaran los granos (de la gra-
nada) orujos dentro.VALDERRAMA Ej. Fer. 2, dom. pas.: El fuego
que se enciende del orujo, que sobra en los molinos del aceite.
Orenza, en Aragón tolva, probablemente del meneo.
Op-oiiiIo, campanudo, hueco, pomposo, presumido, pi^
píamente en onda, en lo hueco y en el movimiento. Derivado -orA
de or-e lo en movimiento, la masa fluida, ora-ta coger abrazaodiv
agitar, amasar, ore~ka balanceo de las lanchas en el agua, del gaviUn
en el aire, etc. Precioso vocablo, exclusivo de España y del carácter
español, pomposo, airoso y bizarro. Huero pudiera venir de aqu^
pero la g del goro pg. y güero vulgar me hace preferir otra rao.
Qaij. 2,20: SI es que se podían llamar sartenes las tan orondas od*
deras. Id. 2,52: Que si yo y mi hija andamos orondas y pomposas
en ia Corte. Quev. Mus. 6, saL: He yo burlado á tu mujer orondí
/He aclarado el secreto de la penca?/ Llevé tu hija robada á Tit-
pisón da?
Orondo y morondo, contento; con m- de repetición.
V ella tan oronda/ serenidad ó desahogo en lo que pudien
alterarle.
Opond-ado, ensortijado, variado en ondas, lo heclio oronda
Mont. Alf. 1,3Q: E rubios claros é rubios escuros, en tal que sett
orondados e prietos.
Orondad-iipa, de orondad-o, diversidad de color en fom
de ondas. Mont. Alf. 1,39: E la orondadura que sea alfeñadac UBI
prietos sin orondadura.
Oronil-ear, en América farolear muy orondo.
Op^a, en Aragón especie de yunque pequeño para soportarli
dalla, cuando se la afíla á golpe de martillo; del orga euskéríco.
Orinque, cabo que está ñjo á la cruz del ancla por un O-
tremo y por otro se afirma en la boya. Probablemente del ángulo
que forma, como en it. grippia, gruppia, ingl. Buoy rope. En fir.
hoirin, orin. Parece venir, si es así, del euskaro orin por la formidd
asía de ciervo, ó sencillamente del or coger.
Opino-ar, poner orinque á un ancla ó anclote.
Orinqu-ear, tantear si un ancla está agarrada en el fosák
tírindola del orinque.
128. orar.
537
iRc-orp-ado. No enlictido el valor de este vocablo: pon-
I tquí por sonarme al orpo euskéríco. Selvag. 24: Y aniejuro
[Ufuilisma de la reorpada de una de su familiar, que no poco
I á mi servicio qiied.'i. M* sosptclio vnlga ahorcado que OS-
I coleando, como algo en el orpo ó en sn quicio.
I Ordif^Qi «n 'a (tase del caló jergal ¡ünde. la ordigaf por indc
Bovimienlo, el meneo, el jaleo. Parece un derivado euskérico, de
' borracho, borrachera, ordi-koi propenso á embriagarse, or-
tí borrachera, orrfA^arr/ embriagador.
127. El quicio orpo donde gira la puertai ele., dio la ídea de
|br, de donde Iciiiblar, vibrar, significados de! Uíuano virpuy de
I balancearse, de dotidc abalanzarse ó inclinarse la balanza.
ple<}se esta raíz para indicar el ir y venir ile la lanzaJeia en el
r, y asi la trama que cruza y el golpe y el lanceó acto de lanzar
kqeron en ñor. varp, pU vófpt ags. vearp, ant. al warf, med. aL
vjftn liL verp-ií hiUi, dar vueltas, en iior. lanzar csverpa, varp,
t-ffi, orpinn godo vairparj, varp, vaurpum, saj. tvíf/jon, ags.
aa, anL al. werfün, nied. aí. wiírfat, al. werfen, warj, geworfen.
[Repentino de repent-inus corao pengrmu% ác percgre, 3.á\t\\vOf
ipente, t^tie es «n locativo del parilcipio rep-ens, como ¿6£).ottí
ibucna gana, y responde á poríj v.vi monicnlo, en un guiñar ó
íiear 6 volver de ojos. En aíbancs vrap vale corrida y en griego
Jtnarse. y dfccse sobretodo de la balanza, par-i^ inclinación,
D, ¿vT>^¡x»7:-o^, «¡lyi-pfiiz-f^C que se inclina á ambos lados,
I amff-fg-uus ambiguo, pó;:-aX-(iv porra ó palo terminado en a*
o, que se vibra, y servia i los pastores para lanzarlo contra el g«-
0,Io mismo que xaXa-íipí»^, de KdX-«; cuerda, vocablo dond«apa-
;li ü ó digama, peiUtJo en las formas aniertores; ^'^r.-z\m¥ cosa
tvibray da golpe, tambor, martillo, maza, verga que oscila
128. Uno de los fentSmenos nattimles qu« más dá en qué entre-
y soñar á los niílos es la contemplación de las nubes con
loril figuras y enredos que forman en variedad y abigarramiento
olores. Los pueblos salvajes distinguen muy mal los colores y
s, como es bien sabido, y en nuestras lenguas, como veremos.
538 Oricjkn y vida íj£l i.£NaUM>l
los colores primitivos bien distinguidos apenas pisan d«l blmco^
negro y rojo, confundiéndose lamentablemente todos los dcmiL
Tiene, pues, no pequeño interés ver cómo en la lengua primi&n
estaban más adelantados en este punto de estética de los coloieL.
Baste para conocer el gusto que sentfan en ellos estudiar lo qw;
dedujeron de las nubes. ^
La nube la consideraron como una masa en raovimíenlo, ctjm
algo que se apelotona y revuelve, al modo que se revuelve y apelo-
tona la masa de harina. No que la metáfora la tomaran del amasu;
pues esta labor no fué &íno más posterior. Llamaron la nube cond
mismo orí de ahí eníorno, ú or-e, ore-i lo que hace or-e óapeloto-
naniiento y revolverse. Tales nombres lo son de las nubes en gene»
ral y del tiempo nuboso y revuelto, no soleado ni lluvioso del todo.
También se dijo todo ello or-z, or-tz, de mucho or^ lo propio de
or ó dar vueltas. La (eiupestad ortz-e ú or-tze es el hacer mucho w,
el andar muy revueltas las nubes, egun-ortzearen lotsa nuk me lne
encogido la tempestad ó tiempo revuelto de hoy. Los rayos inter-
mitentes de sol, oscurecido á ratos por iHibecillas^ se llaman orífA-
inga. El trueno y tempestad ortz-antz, orz-antz, egun orzanztuh
du tempestad habrá hoy. Nube atronadora, trueno es ortz-i, lo de
cielo revuelto, amenazas de tempestad, tiempo de truenos ortzi-kara
que tiende á orízi, ortzikara da egana el día líene trazas de troiui;
tempestuoso orizi-tsu, tronar ortzi-ía, ortzita du ha tronado.
El alba se llamó fin de la oscuridad orz-ondo, ortz-ondOy el mW
iris orz-adar, orzi-adar, es decir ramaje en las nubes, palabra biea
linda y poética, goiz orzadar, arrals íturrt á la mañana arco iris, i
la tarde fuente (de lluvia). Aurora y luz del c[elo es orz-ürgi, pro-
piamente luz de nubes, orz-egun dm de nubes, revuelto ó juera,
en que van y vienen las nubes, el día en que el horizonte sefitÉ
abriendo y despejando, en la creación, según Moisés, el día en qw
aparecieron y brillaron para Ja liejra el sol, la luna y las estrelísí,
antes ocultas por la densa atmósfera cosmogónica. Los arrebol»
ortz-gorri, orz-gorri ó nubes rojas. E[ viernes orz-ira-te, orz-üar-t,
es «1 avance y fiüración de las nubes; el a[re sereno orz-oski.
El festón se dijo, por bien Iraida metáfora de las nubes, oríit
festonar ortza-ka-ta, de ortza-ka nubeando, como quien dice.
129. ras, rtsina, vtrruca.
539
^139. Derivado de ar agua con Za silbante parece el skL var-
MWt var-shcm lluWa, y a¿t los tutores lo ponen con palabras que
Rnen de uf; pero bien claro está que tal sjlbanie deiivatíva no
^splia lodos ios vocablos siguientes de las indo-europeas, y que
doi elh» vienen flerechamenle del or/z nube en euskera. Uueve
varsh-ati, en zcnd. vüreñíi. Pero varshas en ski. no es solo.
povia„ sino la nube Ifiii'íosa y la estación de las IIuvíjis^ y varsh'
, -mcrt es el volumen, masa y aUura, donde se trasluce la clirno-
, de ortz.
lEn gr. responde íp»], hom. ¿¿pa-Tj, creí, ¿q/3-a, por F£f.;-7j, el
o, £p7T;-£t; de rocío, pero Sf/Ji también vale v&TÍa, ¿J"lÍ*¿í^'1 en He-
kio, es decir ta nube <S nube lluviosa y tempestad, que es su valor
nológico. En irL /rass de *vrasta ayuacero, lluvia pawjeia con,
medio nuboso, el mismo ortz ú ors-ta. En laííii fOS, ror~Ís
o, que viene de roscidus cscatchado, ror-are rociar, mojar,
ar, ros marirtüs romero.
perdido ros (a tf-, como en ski. ras-as ju^o, agua, y en gr.
\taa. ros-a, como nuestro ros-ada Je ros, lít. ras-a^ y en gr.
El adj. skt. rasika jugoso, ó ras-¡n rasa-ydti gustar, sabo-
r. Y (al es el origen de la resina que fluye, en latín y castellano,
itoisin, roisiíí, persa roiséad, nrem. rousin; fluir en persa rjsAU
sW. rtí, mA, arsA, emparentado con varsh llover ó iTsfl^
I El carnero y el semen llimanse en zcnd* vars-ril, por lo fccun-
fqae derrima como nube; en skt. vrisha, y vris/t-an el loro fe-
or, yrhh llover y engendrar. Indra ó cielo lluvioso, tcmpes-
leí vrish-an. En latín verz-fs (2,137) por vers-€5, til. yírs¿is
el verra-co; ski. varsh regar, vrslt-ana tcsiiculus, vrsfha
Vi en Rr. ópa-ip», jon. ípa-)¡v, ático «pf-TjV varonil, varón, ápa-t»-
; varonil, arsénico, skt. rsha-bhas macho, asno, zcnd. arshaa
jWfdtif hombre*
El arsénico, arscnicam, se dijo del griego apsr^ucov en Aiisló-
Jtíe, ¿pprrMw en Teofraslo* de donde arr/unicum en Plinio. Parece
del siríaco zarrtxkü, acomodado á afií3r,v varón por etimología
arj persa-irabe zarnijft^ ¿armg, zariti, zarna, ann. zarik^
estas palabras del zendo zaranya, per^a zar oro, es dcdr^
ureo, por su color, de la raíz gorri encarnado.
540 Origen y vida del lenóuaiT
Una especie de arsenicum es el aurípigmentum, y se nina oi
castellano rejalgar y oropimente, que del latín dijeron los dáskoi.
Rejalgar es e! arsénico blanco, oroplmenfo el amarillo, sandana d
rojo, ó oav^apá/Tj, que no se ha de confundir con la sandaraa de
los árabes ó barniz, ó goma de enebro, llamada en Castilla gns^
según Laguna y vernix en las boticas. El solimán se hace del azogoe
sublimado, y no del rejalgar, ni es el arsénico sublimado.
Del apelotonarse las nubes ó cualquier masa parecida ortz liH
marón los I-E la raíz vrdh que vale hacerse algo grueso, apeloto-
nado, crecer, que es lo que significa el skt. vardh-atU vardhaysh
aumentar, desenvolver, hacer crecer, á veces brillar y hablar, wrf-
dha crecido, adulto, amontonado. En zend, vared, adj. vareda que
crece, sust. crecimiento. En gr. fi>.á3--nj, pXna--Kí; brote y botón «■
geta!, pXaa-Tdvu) brotar, pXcufl-po; grueso, henchido, del arb(4
Verntca verruga, en ant. lat. altozano, montículo, lit. vlrszSSf
punta, skt. varsch-man altura, volumen, masa, ant. al. warza v^
rruga, al. Warze, ñor. varía, ags. wearte, ingl. wart, esl. vrídu bro-
te. La verruga dijese por la hinchazón y levantamiento, de vemxa,
que Brugmann compara con el skt. varshíyas el mayor, conipin-
tivo de varsha, y es equivalente de varshuka lluvioso, habiéndose
tomado idea de la hinchazón y crecimiento, del amontonamiento de
las nubes, así varsh-ma es el volumen, altura, masa, cuerpo, y
Varsha-yati envejecer de varsha año, y éste de varsha en el sen-
tido de lluvia, nube lluviosa, estación de las lluvias, de donde aika
Es, pues, verraca un adjetivo -uka de vers-, de ortz nube, apelofeh
tia miento.
De vrdh sale en skt ñrddha, ürddhva, ürdhva alto, levantadOi
el opOd;, gael. ard, lat. arduas. La mañanita opd-poc la pone Brug-
mann con esta raiz, y se refiere no al levantarse del sol, sino al ddo
t]ue clarea. Variante de vrdh es vrsh nube de lluvia, lluvia, el gr*
iparj. Masa, volumen, altura es varsh-ma, donde se ve la relación de
ambas raices, varsk-üti llover, y varshaye engendrar, vrska loro, w-
ron, fuerza viril, viril, del regar como la nube, vrsh-ana op^»^ it^
ttrum.
En gr. ópd>9;, dor p'.p6-d;, derecho, propiamente alzado, lUo,
«pO>(u erigere, díjose de las nubes altas, del ortz, y asf opO-poc es li
130. rucio, Túcio,
5<l
aurois ó el alba, por la ]u2 áe\orÍz. En sVX (v)tir(Ík-VQS re^pon-
i (D'if^^^c. d vardh-vas, vardhp vardk-ati vardh-e crecer,
frfíttí crecimiento, vrddha crecido, vartí/í-íiyflmr aumentar, brillar.
IE< el ortz por nube apelotonada, hinchada.
130. Or-eo, haber oreos, en Lastres de Asturias bruma npelo-
nada en d liorizonle ctiat £i fneran buques: es el ore nube en
jskera.
Kom-cro. «Je r0$ marinus; It. ramerino, prov. ramaní, fr.
amarin, caí. ronuni, pg. rosmaninho; en gr. Xi^cívwtíí. Laq. Diosc,
Í3; Es el cofonaiío romero tan conocido y vul^^ir, que en muchas
ríes de Francia y España calientan con él tos hornos.
Ri'siiíai del lat. resina. Frau. Drog. Ind. d. 4: Tráete ¿c U
«ÍÜCV.1 E?paña otro género de resina que llaman Copal ó Pancopal,
Buy blanca, lucia y transparente.
Como ta resinOt de lo seco y duro.
Como resina, lo que pe^ ose despega dincihncnte.
Resia~OSo, que tiene resin-a. Inc. Qarcil. H. Fivr. b.lSr
Lian resinosa» y llenas de la brea de los navios.
Iluclu. Es el color pardo entrecano, y antiguamente Umbién
rocío. Luc Eeriv. 202: Dome i Dios, que Isaías/llamaba i
iiesle ruíío. Bibi escur !j-6, Cant. \2,ií^}3, f. 3S0: ft\i cabera
pena es de rucio. De roscidus, de ros rorís el rocío; pg. ru^o, russo,
ilt. niziOf ruzo^canoso ú rucio en castellano. La í/ de rucio por fa
[llgujcnlc, como en turbio por torbio; por la ambigüedad del acento
los verbos en -/flr,-€úir, vacio y vacío, resultaren nicia y rucb, y
n prelónica se hizo o: rocía, rocío, rociar, y el sustantivo rocío por_
Atracción: rucio Fué la escarcha, el rocío y to entrecano. J. Pin.
>: Otro (caballo), Eoo, de color rucio. Lope An. prof. IV, p,"
i^EI perro rucio. //./rfi^.: Las dos muías rucias que sabes que
raías. Viaj, parn. 7: Por las rucias que peino, que me corro/
ver (las canas). Qrrry. 1,21: Sobre un caballo rucio rodado. Id. I,
' '-T cola rucia ó roja de buey. Id. 2,31: Donde hallar-i im asno
6n la capa de lo» caballos rucio rodado era blanquecino ó canoso,
equivale i tordo, de color pardo clara ó blanco sucio con mancbaa
542 Okiqen y vrDA dei lenouaje
negras; si estíis son pequeñas, llámase tordillo. Hay también ntío
-blanco, rucio canelo, rucio azul, rucio mosqueado.
En particular el asno por su color muy común. Qaij,%\^í^
hurla tendrá v. m. eí valor de mi rudo, que rucio es d color de
jumento, id. 1,23: Halló menos su rucio.
Allá va el rucio y las canastas, c. 71.
Guardar el rucio para otro alarde; guardo el rucio: guaríi
(a rucio para otro alarde), c. 301.
Montarse en el rucio, cutre charros enfadarse.
Perdido ha la rucia los saltos. (El cansancio y vejez úta^,
c. 337.
Rucio rodado, antes muerto que cansado, c. 483.
Sea rucio, y sea cualquiera. (Es buen pelo el cab3lIoa9Q.c24i
Kuci-hapto. Cab«. p. 15: Acá lo decís: ruciharto no a
comedor.
Roc-ín, dimin. de ruc-io, «Es el potro que ó por no tcno
edad ó estar maltratado ó no ser de buena raza, no ílegó á mereccf
d nombre de caballo. En la lengua laliua caballuí ^igiiiRca loqut
en la nuestra rocín ó caballo viejo y cansado» (Covarr). Qtdj* 1,1:
Rocin flaco. Id. 1,19: El otro de las riendas de su rocino.
MelaL toscOj ignorante, malcriado.
Al giit quieres mal, con dos rocines tuertos le veas arar; y d
que más mal, con otro par. c. 36.
Alquílame el vuestro rocin, que tengo cantusada la ropü,
c. 45.
Al rocin, la carga á la clin; y al asnOf la carga al rabo. c. 41,
Allá fué rocín y manzanas, (Es variable; «Allá va; Allá íri;
Al]á fué rocín y manzanas»), c. 71-
Allá va Sancho con su rocino, dicen que éste era un hombre
g^radosOj que tenía una acá, y donde quiera que entraba la metti
consigo: Usamos de este proverbio cuando dos amigos andan sJetU'
pre juntos. Covahr, Lo mismo en L. Fernández, en el Viaje entrfL
y en Saníillana: Topado se ha Sancho con su rocino. De aquí tomfi
en parte Cervantes la idea de su Sancho..
A quien mal deseas, un rocín le veas; y á quien más mat m
par. c. 1 7.
130. rocía.
543
A guien mal quisiera, an rocín !t aü^aes; y á quien más mal
un par. c. 17.
A rocín viejo, cabezadas nuevas, de? viejo que se atusa.
Aia corto y piensa íargo, y harás de rocín cabaílo. c 65.
Aunque se aventuren rocín, y manzanas, decisión en el obrar
riesgo.
Oí rocfn á rocín. (Lo que de iilIs ú menos), c. 531. Caceh. ps,
\\U. Vcnfjan de rocín á ruin. Lis. y Ros.: 4,3: Siempre vamos,
I, d«cayfndo de las costumbres de los pasados, de rocín ¿ rute.
Echar quiero mi rocín de casa en casa, que no quiere comer
c. MU
El rocín, á la crin; el asno, al rabo. (Quiere la c.irga). c. 107.
E¡ rocín, en Mayo vuélvese caballo, c. 107; qtie hay inuchi
rierba.
El roela, para polvo: ia muía, para lodo; el mulo, para iodo,^
107.
Encontrar Sancho con sa rocina que uno dio con otro su igtial"
bumor, mañas, etc.
Enfrenas te rocín, porque no enfrenas le vín. (Imita la habla _
csdranjcroSj que mudan et artículo e^cn le^ y oirás sílabas)
124.
Es un rocín, bruto.
ir de rocín d ruin. (Del que va i menos), c. 149.
Machos rocines viejos vemos cargados de pellejos de corderos.
476.
A7 rocín, ni moza ruin. c. 215.
Paes ara et rocín, ensillemos et buey. c. 404; no Iraslrocar las
Quien tiene rocín y barragana, tiene rain noche y peor ma*
ana. c 342.
Quien tiene rocín, y no sillo^ primero que cabalga lo saben par^
villa, c 342,
Rifaban los rocines del vidriero, jr él mirando cual daba mejor '
al compañero, c, 480.
Rocín de Btude, ni moza dt Talces, no me la atroces^ ó alú'
St ó aconsejes, c. 481.
^
544
ÜKKtLN V tfIRA DEL tCNÜUAJK
Rocín de un establo, que ni tiene pariente ni hermano. (Del
bravos que no canfijenten compafiía, caballos ú hombres), c. 4S1.
Roein y mamarias. (Lo que aventurarlo todo)> c« 622*
Rocfn y manzanas. Ada fué rocín y manzanas. Echar roch|
manzanas. (Pónese el caso qite uno fué al mercado con carpí
manzanas y le avino cticucriíro con la moza de la frutera y leí
bargaron lacar^ayc! rocín, y allá se consumió en salir de la can
c. 4S1; aventurarlo todo, Quev. C. de c: Diciendo que si [ehad
habían de ir rocín y manzanas con todos ios diabíos.
Ser un rocín, necio, Qaij, 1, pref,: E[ amo y escudero ó rrap
domo / son tan rocines como rocinante. Esteban. 1: Por lo cual i
he juzgado por centauro á to picaro, medio hombre y medio ro
Si los rocines mueren de amores, qué fiarán ios hombres. |
la Floresta se pone por dicho de un galán, que se le niiirió el :
corriéndole delante de su dama), c. 253.
Voíver de rocín d ruin. c. 311.
Roein-^jti. CoRR. 59: Roi-ímcjos agudos y pira poca(
Itaciii-^erísi, dichos necios dí!Í qtie es como tm rocín.
Just 1,1: De oir las dichas roncerías á rocinerfas de este;
mancebo.
Itocin-m*., hablar neciamente, como un rocín, PiC.Ji6
2,3,1,2: Que gusto de oirle rocinarj digo razonar.
/V-proc-ina i-, ser conio rocín, embrutecer, enamon
ciegamente. Jineta p. 10: Está tfín í^ordo {el caballo) y tan
nudo, poniendo la carne tan mal piiesti. A'c, /«sí, 2,2,4,4:
arrocinado, eso sí, era. Qonq. Rom. bnrl. 3: Era arrocinado)
cara y carigordo de piernas. Id. 3: Es cólera de que escriben /i
tores arrocinados.
En Argentina amansar enteramente un caballo. Se dcraa •
potro, se arrocina un redomón. También como reflexivo.
Itiich-o^ en Aragón pollino, variante de rucio, por el i
Roeio, de rucio, de ro^cidus, ro> rorií. Li humedad que
frío de ía noche condensa en gotas sobre la hierba, etc. UllokPob
pi. IQ3: El rocío, á quien sucede/tanta amenidad norida,/sin qo
la selva le pida,/el alba se le concede.
Generalízase por lluvia provechosa. Quij. 1,52: Aquel aflohl
Uu. rociar.
545
ibes negado su n>cÍo á U tiena. Id. 2,20: Sin acudir i \t
el convcnienl< rocío»
Ki ayuda divina. Rivad. 5- Ani. Atad: Con lau llamas de
ibidinosos un incedio infernal, que no se pudía apagar
in roclo de) cielo.
)nduras riícío ó rubicán, aplicado al caballo.
ir, de roci-o vulgar y auí. ruciar de rucio; en Aragón
r, rujiada, rojiar, cal. ruxar. Ir. arroser, piov. arrosar,
caer rocío. Monter. Alf. 1,2: Cuando acaesce que
media noche, y de la medi.t noche adelante rocía fasta
derramar suavemente agua ó algún licor ú otras cosas.
Rocié esle aposento, no esté aquí algún encanlador.
jaíat. 5; Con el .igua de la fuente le rocié el rostro con
;>s perdidos espírilus. Cacer. ps. 67: No has de parar
flusptéial pecador cotivcftido. que los rociará y mo-
angre de, D. Veoa Disc. Fer. 6 dom. ! atar.: La sangre
íaban el pueblo, Oran. Mém. 2,&: Rociarme héis. Señor,
) y seré limpio.
üev, Entrem^: Los demonios y condeníidos, que le vieron
Jo á ruciarlos de dueñas. A. Alv. Sih. Qaasim. Í4 c, § 2:
o ruciado de marto ajena. Hortehs. Cuar. /. 130: Para
i prisión al contrario, también los rociaban de arena, para
ir alas manos. Qjev. Fort,: Habian pues flechado den
estos, rociando de estaleía á lodo eliugar. Araac. 3,50:
I por de dentro la celada/de los bulientes sesos rociada.
UoH Casad. 12: Vístese, almízclase, aderézase, rocíase
f al fin si luiy algo que no, abó^rase, mátale.
kda. acción y efecto de roci-ar. Ám. Uber.: Y i la pri-
I mató más de diez turcos. Pk. JasL 2,2,4,4: Duró
áo la rociada de palabras. Sakoov. H. Cari v, 22,38:
Ilesas las rociadas de la arcabucería imperial. Cuo.
poes.: Los prados con su fresca rociadft. Oviedo //. ¡nd.
ín!e* una rociada de ariillcria. L. Osac. Crít 1,11:
pede hacer una roaada de pcrdi^ncs.
ilünnuración ó rcprcn^óa. O. Alf, 1,2,3: Dio utu ro-
546 Origen v vida del :
ciada por los eclesiásticos, prelados y beneficiados. Id. l,2,5:DüiiBll-
una rociada de leña seca. ■■'
Como una rociada, de lo repentino. I
Le echó una rociada, le avergonzó en público. I '
Rociel-ap, caer rocío que luego se hiela (Patencia). I
En-Fociap, rociir. Tesoro 1671. ■
Kuci-ap, en América y en España vulgar, como rociar. Bqn
Sacrif. 87: Con ysopo de yerba todo lo ruciaba. Colcha Tíu: h
9S8 Duay 1629: Ruciado. S. Fiquer. Piaz, f. 336: Aunque 9rfd
los rucien. I
Kuci-ado, del caballo rucio rodado, en algimas partes. I
Riici-ada, por rociada, vulgar, y en el Tesoro de 1671 pM
rocío. BüRC. Mil. 24Q: Níl veiie sol nin luna, nin buena ni^dL m
Kujio, en Aragón por rocío. ■
Ri^iap. pujap, en Aragón regar con agua, es decir rodu
Ruji-ada, puy-ada, en Aragón por rociada, golpe dfl
lluvia, reprensión agria. I
Ruji-azo. en Aragón como rujiada. ■
Rujo, varimfe de rucio en Ara?;ón. Corr. 304: Barba nu
presto puja. (f:s de montanas de Aragón). ■
Ruj», en la Litera de Aragón picos pardos, variante de nidal
Ros-ar, en Aragón humedecer el trigo después de aecbuM
para que suelte mejor !a harina al molerlo; variante de rujar y rodlH
Ros-ado, en la capa del caballo vale lo que ros-illo ó rox-flfl
ó roc-illo, por contaminación de ros-a, pero que nada tiene que «efl
con este vocablo; sino que viene de ros-ar, por rociar. En Colombíl
rubicán, mezcla de castaño y blanco. I
Ros-illo ó rodillo, diminutivo de rucio, canillo como qÁfl
dice, del ro3-ar, ruj-ar. Corr. 2! 5: Ni hovero, ni rosillo, ni adadfl
ni morcillo. Lope fmp. Otón VI, p. 500: El Duque en un rosÉI
per la arena/entra gallardo. a
Roc-illo, ó el caballo negro entremezclado con blanco, dnfl
una mezcla canosa ó rucia, en América; rocillo plateado, del lüc
en que Sfibieabunda el pelo blanco. Es el rosillo, pues en Cubt
le ¡lanía así, habiendo además rosillo almacigado, enjabonado, i
RoS'r."'^ rsc^LtcXv^L, ^cimo rociada y rujada, vulgar en /
130. verraco.
5A7
I, Navarra, etc. G. PcRE2 Odis, 14; Una nieve menucb, seme-
\e/á la rosAdn fría.
VerrOr en la Litera de Aragón ql verraco, vcrra Ta hembra
tinada á la reproducción. Es el verrcs latino, y de verro salió
Taco.
Verp-ap, en Boal de Astur. verrear, reñir, de verr-o, yerres.
Vcpp-eap, grunir el verr-o ó verraco; pero dfcese larnbién
bramar los vecerros, balar mucho las ovejas, reñir enojado, llo-
• d niño reclámenle. Cor». 134: Esos campos de Molerás, que
I campos sin venlura, do verrean los corderos, las ovejas no nin-
, QuEv. Aftrs, 5 jac. 10: Tu te apitonas conmigo?/ hiédete ri
pobrete? / salgamos á verrear, / veremos á qirien le hiede.
En caló jerg. confesar, delatar. Verrearst, contar lo que no se
e, delatar,
VepP-itlu, bramido y voz del que verraca en todas sus acep-
nes, voz íueríe y lar^a, disparate.
Veppa-co, el cerdo padre, aumentativo euskérico -ko de ve-
cs. Viaj, parn. 5: El gran colmillo del verraco. Hcrh. Agr. 5,37:
e laícshan de ser los verracos.]. Pm. ^|r. 7,13: Ei bravísimo co-
5 del puerco significan bien los de nuestra iierra, diciendo qne líe-
verraco el que estí embravecido y •rabioso por matar á olro.
Vcppaiiu-cpa, üoro con rabia del niño, como verraquean-
f,en Cuba embriague/.
Veppuqu-C'ap gruñir el verrac-o, y melaí. dar scftas de
ijo, gritar el niño llorando reciamente y con rabia.
%^epp-iti, cJimin. de verr-es, y dicese del que se enoja y ve-
como el puerco, como el niño que llora, se emporra y toma
i; e&ti hecho un verrín.
Vepplii-che dimín. de verrin, enojo ciego, como del nífto
mal humorado. Diólc, tomóle, tomó, cogió un berrinche.
Tepplncli-Apsc, encolerizarse, mayormente los niños,
idose un bcrríncb-e. Lope Rosar. U. 550: Y no me haga ena-
nchar. Id. S. Isidoro IV. 575: No vivas emberrinchado /ni
» lus penas más. Id. Lat>r. vent. VIII, 33: Que ya estoy / em-
nchado con ellos.
Vcrr-enoU-in, vepr-inch-iu dimín. de verrinch*e, y
548 Orioen y vida dcl lenoüaje
con el mismo valor; coger, tomar, darle, tomarle, cogerle un
rrenchín, enojarse, sobre lodo el niño.
Se murió de un venenchin como los gorriones,
En-veprenchin-aFse, enojarse, emperrarse como
verrenchfn.
Vepr-uelo, en Grado de Astur. en celo, caliente, de va
verres.
Vepp-ón, verr-aco, aument. -on, como verraco, de va
verres. Alex. 380: Vertie fuego é flamma cuerno puerco verrfi
VarP-ienta, en Álava celosa, de la puerca, por venio
de verr-o, verres.
Verri-ondo, como turí-ondo, sabi-ondo, el puerco, cui
está en celo, y las hierbas marchitas, malcocidas y duras; de va
QuEV. poem, her. 1: Verriondo, los ímpetus de esposo.
VepPÍond-ez, celo del puerco, y de la hierba man
mal cocida.
Veppug^a, de verruca. Quij. 2,14: Toda (la nariz) llem
verrugas.]. Pin. j4£T. 27,17: Si queréis que una verruga ó un c
ó callo se os seque.
Metaf. persona ú otra cosa que molesta y de que no nos pe
mos librar.
Veppug^o. tacaño y avaro, de verrug-a.
Hecho un verrugo, frío, helado.
Verpug-oso, que tiene verrug-as. J. Pin. Agr, 27,1'
ansi por más berrugosa y callosa de mala costumbre que tcngí
conciencia.
Veppugu-eta, flor de fulleros, apretando los naipes si
la haz con la cabeza de un alfíier, que señalase una verruguilla
el envés, para reconocerlos. Pedro Urd. 1: Verrugueta y ballesli
/ jugaba. Rinc. y Cort: El raspadillo, verrugueta y el colmiUfl
131. El color de las nubes dio nombre a! pardo ó amarílli
que se dice orí, nombre de este color y de la nube, es decir i
revuelto como el de la revuelta nube, como el del tiempo ni sol
ni lluvioso. No es, pues, propiamente nuestro amarillo, sino el
grisáceo de un día revuelto, y amarillento pardo por los ny
sol que se entreveran con las nubes. El verbo cor-respondíc
132. orto.
549
sr, «nianllíar es orí-tüt hacer lomar ese color orl-arazi, ama-
tolo úri'koit ú ori-kara, que liende á ese color, ú oriska,
^zka, ori-chto, diminutivos, la cualidad abstracta, digamos ama-
ori-tasun. El color bermejo ori-gorri es mezcla de rojo y
irillo, casi ó sin casi el anaranjado, que es el que entre ellos se
I en la serie de los colores.
tCl calostro ori-tz por su color. El cardenillo y el lunar orí-/i,
fíñ, diminiilivos, lunar or-ei; la peca orU-ta, ort-z-ta, pecoso
z-tOf ores-tan, donde hay oriz, por el color propio. El verde se
bd ori-ardin, y es el amarillo-azul, como que de hecho se billa
^e estos colores. El anaranjado y el verde se nombraron, par
o, indirectamente, por composición; el rejo, amarillo» a^ul tienen
obres propios, íomndos de la naluralezA: e! rojo, de la sangre y
piel; ct amarillo, del día revuelto y rayos de sol que atraviesan
nubes; el azul, del agua, el azul marino. Esto nos muestra que
de los colores les era bien conocida en su orden serial rojo,
^lanjadn, amarillo, verde, azul, añil, violado.
El musgo que Titancha los árboles díjose or-et-dui, or-oI-dL
p2. Orla, de «eruginem dice Ktirting; pero hubiera dado
(Hes nn diminr'"o -í/i de orí amarillo ó grisáceo, el orín, orein
denillo y el hunr en euskera^ como or-doi, or-dai, or-itz moho,
|Orin propio de toda of't masa. Es el moho de cualquier metal y de
i cosas. Qui¡. 2,7: Estaba más oscura (la celada) por el orin y el
Laq. D/í>iC. "3,53: El orín en el hierro es lo mesmo que el
nillo en el cobre, y llámase en latín rubigo por la roja color
i tiene.
\HttQf. ¡ ■ " A. Alv. SHv. Dom. $ex, 6 c: Oaslado el orín
pccau \..p. MO: Si no salts de pecado y os dejais criar
I en los vicios loda la vida. D. Vcoa 5. Cruz: Tiene mohosa la e^
i de su jtislicia V Urna de polvo y orín. Gran. Mem. 2,4: Sudas-
trabsjasies por tltmpiarme; y con todo eso no salió de mí el
de mis vicio?.
I Tomar orin ó tomarse de orín. Zamora Mon. mist. píe. 3, t, 3,
b. ti: Ni el pirata anda en corso ni el orfn loma los metales.
1,1: Armas, que tomadas de orín.
¡Orln-ecer, lomarscdcorfn. ¿£5._y /?05. 5,2: A quien nue**
550
ÜRIQEW V VIDA bCL LtNQUAJt
Iras armas no dqa orinecer. Lucían. Vita beai. ¡'
vender la vida de PJroriicias su camarero, los ronu.--. .^
dieron, salud queremos á íjiiien nuestras armas nú (leja orinecer^
Partid. 1,4,56; Ca si los ficiessen de fierro, orinecerec hian aína* <
Orin-lenlo^ que tiene orín. J, Pin. Agr. 14,38; Cunndol
flores de las selvas esián mohosas y orinientas ó denegridas de i
bladas. Lis. y Ros, 8: La oira orinienta, sucia, estropajos».
Süv. Nacim. í c: Pedacillos de oro ó de plata orinientos y mallfl
lados. Aval. CíjjiÍ. /irme. 3J 3: M^s cslando en ocio, como
orinientas están las cosas.
Ori-ento, como orin-iento, del primitivo ori cuskérico.
Alv. Silv. Dom. sex. 5 c. §3: No es aaí por cierto nuestra lenga
antes es espada bota y orienta.
OF-micnto, levadura ó recentadcro{Pa]enda),como orn
en etiskera levadura, y oramai mesa ó artesa de amasar: tal vt
mismo ormietito que veremos después, con sufijo -mcnt-e, -micnt^
A* Alv. Silv, Dom. sex. 3 c; Compara su idno de los cielos il_
orniieiito ó levadura.
t33. La mancha, la pinta, la peca, la cicatriz dicense or-i
de ban distinguir, lo distinto, es pues cosa como masa apelolontib,
que está separada y distinta de aquello donde campea, indúk mirabat
Qrban-baga. diana neskea gaizpa^a, dame una picaza sin p¡nu,j|
te daré moza sin mengua, orbanik bokoa inmaculada, orban-i
manchar, orban-dan pecoso, orban-tsu virulento, pecoso, picado de
viruebs; orbain lo mismo, orbain-da presentar cicatrices.
Orban-cja. Personifíci^ción del ma[ pintor, que no sabei
que emborronar, diminutivo despectivo de Qtbsn mancha, lun
Qttij. 2j3: Como hacía Orbaneja, el pintor de Ubeda. Id. 2,71: ^
pintor es como Orbaneja.
134. Con rr fuerle, como orr-a vale ahí, i ese que está
en torno, solo se dice orr-c, por or-e, masa, pero dando á entend
mayor intensidad en el movimiento, biltzen dirá eía egikM
orre-baí se recogen y se forma una masa; orra-ta amasar, rccog
escardar, orrantz levadura, orra-barr-o masa que se recoge con I
ntsquetá, la desperdigada. Ese valor de rr fuerte se vé cUno
13!>. Itúrrura,
551
T'Odtt orr-ache, orr^azí, que significan peine para la lana ó en
ínü, es Uecir punía que se mueve cogiendo, quitando, y on-atz
alfiler, anzuelo; peinar orraz-ta, orraz-ia-ia, orraza-ta,
xít-ta-tu. El iiusmo orraz-tu vale barajar, donde se ve la idea
volver. El panal ó masa de rniel orrach, orrazt, con c! mismo
ibre del peine, y onaz-i peine, cuñas del telar y del carro, cs-
y panal.
ji escardadura es i'úrra, afía'íorra'fi e&cardando el maiz,
/, iorrai-aitíur, iorrai-ko escardillo, iorra-ta escardar.
Díccse del moverse uno mucho y todo i\, que liembla y se me-
como la hoja en el árbol. A la verdad no 3iay cosa que así %t
lee como ta lioja, á poco que eslé movido el vienlo. La hoja se
ó orr-j, de quien es propio el orr, el mucho moverse. Seroja ú
aida y la roña del Irigo 6 maiz es or-btt^ orbel-erriko ligero de
is, iil. tierra de serojas, orrí-ka por hojas, orri-kara temblor, lo
o hs hojas, orrUlo ho|:is de pfanta madura, orri-utdtt deshojar.
Or-katch es la horquilla de dos púas, el dedo pequeño de algu-
aniínalcs la espuela, or-katz la agalla del pez, la peziiñita tra-
de perros y bueyes^ el espolón del gctllo, la pala, los mogotes 4
«s anuales del corza, el corzo ó gamuza. Orkai, or-koí la bor-
ide rápalo ú or-kc, or-ket, d apto para coger en lomo.
^r-ma es la pared anlíquasinia española de tapial, y el hielo, es
r lo que loma or, norensabcíelik itki da orma?i\fi qué vienire
la helada. Aire helado orma-aUe, parietal ia orma-belar, helada
ó negra orma-beHz, el tapiaior orma-gins^^ de Upialci orma-
\ d calamoco, canelón ó cerrión orma-kizki, orma-Undirí,
zin, orma-ziztor, p.ircd seca orma-tegor, temporada de hela-
orma-te, helar orma-ta, gorrión orma-tchori 6 pájaro de pared.
35. Ilorr-ura, con h por falS4 etimología de horror, es It
tdad que sale de algo, escoria, maleza del boiqíic, ele; de orri-
»mo quien dice barreduras. HtRH. Agr. 4,3: Si la cuecen. .. y no
(el aeun) horruras en lo hondo. Zamora Mon. míst, ptt, 3»
V..* El hijo, cuando sale del vientre de su madre cnvucUo en
en sangre y en horrura. Av*i.a Caza 32: Por remondar las tri-
d buche de Ea horrura de la sangie de tus palumínos que co-
J. Pw. Agr. 4,31: Yo me admiro cómo no se nos denan lot
tragaderos ó gargueros con ías horruras que sería razón que se Id
pegasen al pasar.
Metaf. Carh. p. 332: Limpiar i los miembros, cuya cabeza h,
de la horrura de sus pecados. Id. p. 345: Sois la basura, los muli»
dares de la república, las horruras del mundo. D. VeoA SantiagK
AIH dejaron toda su malicia y horrura. P. Veoa/jí, 5, v. 22 y 23, i'
3: Ciudad poblada de las horruras del mundo. Zamora Mon. nM
pte. 2, 1. 3, pte. 2. Simb. 6: Así como el mar siempre está echanib
de sí... un argazo podrido... así la voluntad mil horruras echa por
todas las potencias y sentidos. Berc. 5. Dom. 470: Ca suelen tale
mozps Fablar muchas orruras.
Opp-esca, horrura, de orra-tu. Alex. 220Q: Muchas otrtt
orrescas tan ma?as é peores.
Orp-e, del mismo orratu, ó probablemente el orre masa, e»
kérico; á granel, en masa, como quien barre, cargaren orreá pi-
nel, en náutica.
Al-hopr-e, usagre. Tesor. 1671. De! orr-e con artículo
arábigo.
Al-hiipr-cca , espuma sucia del mar, de tas hierbas, de
Ibid. Del mismo alhorre.
Hopro. En árabe jhurr, horro de servidumbre^ libre, nacido (■
libertad (P. Alc), Hber (R, Mart,). Pudo y hubo de terciar <*
raíz, que solo indica libertar al esclavo; pero las acepciones vulp-
res y el haberse formado derivados como ahorrar, dan i entewlff
que la base etimológica está en el euskaro orra quitado, libre, Drrflfi^
i-orratu limpiar, escardar. En ei Tes. \t)7\ sin h-..
Libre de cualquier obligación^ exento. Torr, FU. mor. 19,S(
Nadie tan hidalgo y horro de oecho como. Rinc. y Corf.r Yo petfí
que el hurtar era oficio libre, horro de pecho y aícabala. Cabr^^.
484: Serán lo primero seriaíes de que ya reina sólo Cristo y 1»
criaturas están horras y libres de servir al pecador. Muñoz 526: S
por arentura el poblador de Oreja cviere heredad en otra twr»
cualquier, téngala forra.
Limpio. Zamora Mon, misf, pte, 3, Purif: No se conlerta Dioi
con viarazas de devoción ni con horros de espíritu, con darilBi
grande arremetida en la vida -spirilual y cansarse luego. Qay, 2;52r
Gana cada día ocho maravedís horros.
135. horro.
551
De la oveja que no queda embarazada.
Ubre, no dependiemc de otro. J. Pin. 4^. 1 ,34: Si después de
ros (los esclavos) fuesen ingraíos. Cel. Extrem.: El [eslamento, en
il dejó.,, horras las esclavas. Orao. Mor. f. 60; Y lomando cl
3 en h cabeza, que se daba en señal de libertad, se pronunció
esclavo horro de los romanos.
En Cuba horro ad|. del tabaco que por malo no arde bien.
Darle carta de horro, de libertad, librarle, dejarle morálmente
libertad, desechar. A. Alv, SUv. Magd. 4 c. ^ ]0: Dando al
ido su carta de horro, y á los galanes que la servían. Mirones:
punto M le di carta de horro y le borramos de nuestra cofradía.
. FU. mor, 1,9: También doy carta de horro á esotra invención
chiromancia (no admito). D. Veqa Disc. Ftr. 2, Oom. 2 cuar.'.
[ OShe repudiado y dado carta de horro.
Horro Mahoma. (Con ironía, libre; y sin elEa, quedar en paz sin
C 633. Y añaden: y diez años por servir. Del que hace
ita de estar fuera de obligación, faüindolc mucho para haber de
iplir y quedar libre. Quev, t'nírem.: Si yo pedía la pócima, mi
|er respondía: tocas; cl criado: ropilla; y el esclavo: horro
loma.
ir horro, tn el jiiego, cuando dos hacen el partido de no tirar
i envites la parle que el otro luviese puesla si perdiese. Quev.
tK. 4: Htzonos gran fiesta, y como cl y los miníslros del carretero
>»B horros... pegóse al coche.
Más vaie str horro de Hamtte, que cautivo Jl de AIL (Por hijo
ii, nombre de honrados moros; Hamete, de vulgares.) c. 452.
Satúr ó salir horro¡ sacar libre i uno y sin pagar lo que adeu-
otros en un mismo negocio, ó salirse de él sirt pagar su parte.
Üorr-ar. libertar, perdonar, [Tesor. 1671), de horr-o-
HorT'arse, consérvase en Honduras, Colombia, de. como
vo por quedar la vaca ó la yegua sin cria, muriéndosete antes
á ser cabeza, es decir quedar suelta de su cría.
orr-O, posv. de horr-ar. soltura, libertad. Carc. Sev.: Que
de haber en mi cárcel horro de ladrones. Laber. amor,: Cl
horro bizarro.
horrro, en Aragón el que camina solo, y el sin peto en-
de honxi suelto, quitado de cosas.
¡^^
554
ÜKJOrN V VIUA UCl LINOUAJC
A-hopr-ar, ha sustituido a! simple horrar.
íntrans, de, estar ó quedar exento^ quito y suelto de algo,
casar de. Tirso PreUnd, 1,12: Ahorremos úc " -nios. Qi
2|52; Ahorrad de vueslros suspiros. Col.perr.: i -;..-^ un fortai
coloquio por ahorrar de dijo Cipión, respondió Berganza. Qaij.
21: Verás cuan sin iiablar palabra, por ahorrar del tíeinpo«
yo esta aventura. Id. 2,17: Pudieras ahorrar desta diligencia
1: Considerando que á pocos golpes lalei el ciuel ciego aho)
mi, quise yo ahorrar del. M^RrANA //. E. 14,6: Con poco tnbajo f
cosía ahorraréis de grandes tempestades. Quev. Tac. 3: Poríhofor
de cuidados. Persií. 1,10: Por ahorrar de tiempo delcrminú.
Trans, quitar, sobre lodo de la ropa, desarropar. ]. Enc. 2,
Quizis, sí ahorro cT gabán, y á las maiios he la porra.
Evitar, excusar. Qaij, 1,25: Será ahorrar tiempo a mí ida y vi
ta. Id. 2,1: Ahorraréis la vuelta. Id. 2,18: Cuando v. m. quili
ahorrar caminos y trabajos para. Fd. 1,6: Etla ahorró U escal
díó con ellos por la ventana abajo. S. Ter. Cqüc. 2: Que ihocrai
mos hartas culpas y hartos trabajos.
Con dativo. Calo. Mejor está $. estaba 2,5: A él le pcgabB
y á mi me ahorraban el susto.
No gastar, hablan Jo de dinero. Lope Pertgr.f, U6: En
cual ahorrarás dinero. Saav. Empr. 40: En que suele ahorrai mm
el que más pródigamente arroja el dinero.
Entre ganaderos conceder á los mayorales y pastores cierto
mero de cabezas, horras de toda paga y gasto, es decir, hacerles
rros ó quitos de ga5to.
Hacer libre, ú horro, liberlar. Qaij. 2,24: Los que ahorran... á
negros...; les hacen esclavos de la hambre. J, Pin. Agr. 1,34: j
esclavos de tas iglesias que deltas hovíescn sido ahorrados, si
pues de horros fuesen ingratos. Bosc. Cortes. 334: Que i todo»
esclavos que huyesen de la ciudad y se viniesen para él,
de ahorralloa. ToRR. FU. mor. 24,7: Que si habiendo aho:
algún amo á sit esclavo.
De, excusar, evitar. Quev. Zah.: Ellos se son diablos para
para otros y ríos ahorran de trabajos. Id. Toe. 2: Para ahorrarlcB-]
pesadumbre. Tirso Cond. por desc. 2,14; Ahorrara con aquesto
trabajo á la justicia / y al verdugo de conlenfo. Siou. S,JerAa,
135. abonar.
555
: Dice que por lo menos su tr3s!3d<in tiene este provecho, que
: de grandes costas y gastos. Cald. Sii. Breda 3,8: El primero
me ahorró / de decir Dios te perdone.
yylfjc. con lérmino objetivo, evitar, excusar. Giían.: Traeré
^do que no me han de dar nada, y ahorureme la fatiga del
irlo. Qu/y. 1,25; V se hubieran ahorrado cl golpe del guijarra
f coces. Qucv. Sueñ.: Esio rae ahorraré de andar después, sí he
* más ab^jo.
^n particular del dinero, no gaslirseJo. JAuRtiam Bien pensarás:
ro la moneda.
acers« horro ó libre. L. Arocns. son. 40: Como cuando te
tin esclav^o / con el propio trabajo de sus manos,
e, quilindose y librándose. Hita 1099: Troxiéronlos atados.
; non escapasen, / diéronSes n la diienna ante que se aforrasen*
sembarazarse ó alijerarse de ropa. U^se mucho en Aragón
oralijerarse de ropa. Cabr. p. 62: No son sino echar ropA fuera y
homrse. D. Veoa Paráis. S. Barí.: Cualquiera que salía i la plaza
I coliseo, donde se había de luchar, ahorrábase cuanto podía, por-
fíe cl competidor no tuviese donde poder hacer presa. Id.: Rara
mir i esta lucha, sallan tos más ahorrados y sueltos que podían.
taÜír, y mientras más desnudos y despojados, mejor. Zamora Mon.
mití. píe. 3, Niev.: Cuando se ahorra el cortesano (se viste de ligero,
■n verano).
Con, de persona, no perdonara andarse en miramientos Cacer,
pt 75: Eres lerribtc para quien se atreve á resistir á ti) poder. Y
ndedn en llegando á ese punto no se ahorra Dios con nadie, y nsl
IHiéD íe hará rostro, Señor roto? Pons. V, Cr,pU /. /. J, c 20: Ej.
ti amenaza, con nadie se ahorra Dios, aunque sea con S. Pedro.
Iaac. CHt 2,3: Ninguno se ahorraba con el otro, nt hermanos,
hermanos^ ni padres con hijos; ¿pues qué seria suegras coo
1»? Id. 2,7: Con nadie se ahorra y con lodos se viste, á lodos.
I quitando las ocasiones del mal para quedarse con ellas.
i^UDCRR. Ej, Fer. 2 dom. 2 cuar.: Su rigurosa justicia^ que ni s«
lllona con sus amigos, si se descuidan, ni perdona á. Qucv. Mía, 5,
Itt/. 15: Ninguno hay con qnicn se ahorre/ni perdona i su señor.
De, desembarazarse ó librarse de. Qaij. 2,2-1: Cuál era la mejor
Hrte. Respondió que la impensada... para ahorrarse del sentí-
556 Orioen y vida del lenguaje
miento humano. Id, 2,24: Los hacen esclavos át li hambre, dt'
quien no piensan ahorrarse, sino con la muerte. Lope Teths p. 1,
3,15: Se ahorra de requiebros y promesas. Guev. Ep. 1^58: Os
ahorrárades de[ destierro que padecéis y de la afrenta que sentiL
QuEv. Zah.: Ha de venir Lucifer á ahorrarse de diablos y de5p^
dirnos á nosotros por recibirlos á ellos? Meno, G. Gran. 1: Dejando
los heridos y embarazos con buena guardia, partió el marqwÉl
ahorrado contra Aben hítimcya.
Desembarazarse de ropa Lope. Peribañ. y el Com. Oc. 2,8; De
mi capote me ahorro/y para escuchar me asiento.
Ahorrarse entre dos que juegan. (No llevarse nada, de aquí'ir
horros, y ahorrarse es quitarse la capa y vestidos que sobran pan
estar ágil para hacer cualquiera cosa; estar ahorrado el que está eo
calzas y jubón), c, 5IS,
Eso me ahorro, el que se vé libre de compromiso, por que le
desatienden ó por hallar achaque.
No ahorrárseías con nadie, hablar ú obrar sin temor ni ai-
ramiento.
No se ahorra con nadie; no se ahorrará con su padre. (De
interesales, apretados), c. 557.
Ahopr-o, posv. de ahorr-ar, acción y efecto ó lo que K
ahorra. Quij. 1,48: El ahorro del cuidado de castigarlos. Grac.
Mor. f. 183: El ahorro, aunque sea de cosas de poco valor, sude
ser muy provechoso, y llegar i ser caudal. Barbad. Corr. vic.t Siem-
pre el ahorro de los miserables es como el caminar de Jos perrtM^
que andan dos veces la jornada, primero que su amo una. GaU, I
esp. 3: A la hambre y al temor /han dado carta de ahorro (ya no ¡
tienen hambre).
Ahopp-io, libertad, rescate, liberación, de ahorr-ar. CabU
Serm. 2 cal. Navid. c. 1: Así como no hay nueva mejor al enfcnno
que salud; así no la hay para el cautivo tal como ahorno, libertad.
Horma, pared ó muralla de piedra sobrepuesta, sin mczda
ni lodo, y antes tapial de tierra: es el orma euskérico, toda masi
apisonada, tapial de tierra, hielo. De origen prehistórico en Espafia*
y común hasta hoy, su nombre orma equivale al de tapia, amboi
del euskera, y se confirmará con sus derivados. En Plinio (35,169)
formaceus pudiera ser una coincidencia ó latinización del vocablo
135. horma.
557
iflol, acomodado á forma, que más bien se refiere á la super-
mientras que horma dice reladón al golpear, apisonar. María»
'. £. i 7,1 3: A la hora le hizo cercar una horma, pared de piedrt
con gran vigilancia, porque no se les pudiese escapar.
Molde de zapato, sombrero^ etc., no por la forma, sino por d
o. QaiJ. 1,15: Si e) zapatero da á otro con la horma. Don.
il. 1,6: Con una horma calzan á todos.
En Cuba horma es vasija de barro, cónica, con agujero ó faro
•\ vértice, que se lapa para echar el líquido ya preparado en
le y grano de azúcar, y se deslapa luego para que purgúela
I, cuando aquel eslá coagulado ó críslaljzada.
A horma, á montones y á propósito, conforme á su elimologfa
ipclmazar. Laber. amor. I: ¿Bernardinas á horma?
íaí horma, ial zapato: y á tai zapato Jai horma, c. 19.
Cada ano halla horma de su zapato, ó zapata, c. 328. HaWai
uc desea y es de ^u humor; ir<inicameiite h:illar quien le entlen-
,ua mafias y se le oporga á sus intcnlos,
Encontrar con horma de su zapato; haiíar horma de su zapa-
524. Pie, JasL 2, 1,2: Se le alegró I2 pararilla, viendo que ha-
'encontrado horma de su zapato (persona de su humor). Ovau.c
Chile 4, 1 7: Aquí hallaron los españoles la iiorraa de su zapato.
Encontró con horma de &u zapato. (Topó, bailó quien le
i2ga$e).c. 125.
Horma de $u zapato. (Cuando uno halla oiro tal, 6 mds fuerte).
195.
¡Ser horma de su zapato, que Ic corrija. Corr. I: A uno mal
pdo, darle otro que sea horma de su Tapato, que le dome y
Topar horma de su zapato. (Lo que -hallar, encontrar horma»)
jTópar horma de sa zapato. (Otro que Ir rinda.) c. 611.
I Topó horma de sa zapato, (Por otro que le vence.) c. 422.
I Horm-ar, en Hondura» por ahormar, de horm-a.
A-httrni-nr, poner en horm-a molde, moldear. Torr. Fü
ProL: Cuyos naturales son trabajosos de ahormar, por estai
bos al molde propio. Qucv. Taz, 4: Que cada dfa nos las ahor-
ton la mano de un almirez.
558 Oriqcn V VIDA del
En-hormar, como hormar. Tesoro 1071.
Hopin-azo, anment. de horm-a, tapial de tiem, propio d|
los iberos y alabado por PHnio y Varron. El primero dice (35,48, IJ¿
Quid? non in África Hispaniaque ex térra parieles, quos appdbt
formaceos, quonian in forma circumdatis utrínque duabus faM
fnferciuntur verius, quam ínstruuntur, aevísdurant, incorrupti iollíi
bus, ventis, ignibiis, omnique caemento fírmiores? ídem en S.1^
doro al definir el formatum sive formafium, variedad de nomW
que indican haberse acomodado al latín el euskaro orma. Vuni
(Re rust. 1,14): Pared que se construye con bloques compueski
de tierra y guijarros echados en un molde, como en España y enh
■campiña de Tarento.
Opma-cho, variante de hormazo, como á horma en O
yantes: la falta de h~ prueba ser esta efecto de la falsa etimologbfl
horma. Corr. 132: Esas risas con ormacho para mí son arrcgañoi
Hopin-ig'o, hopmig^u-illo,dimín.de horm-a, en el senU
etimológico de apelmazar y amasar. Guiso de avellanas machacad^
pan rallado y miel. Lao. Diosc. 1,142: Las buenas viejas suda
hacer ciertos hormiguillos de avellanas tostadas para asentar el cstf
mago. En e! Tesoro 1 67 1 pan desmigado con azafrán, todo amasidB
Tnmbién los granitos mayores que quedan en el amerillo i
cerner la sémola ó trigo quebrantado y que no pueden pasar por i
caber por los agujerillos. J. Pin. Agr. 9,28: Que os valdrá másqi
los pistes y hormigos que os da vuestra madre antes que salgáis
la cama.
Iliipniig^-ón, aument. de hormig-o. Argamasa depidrezudn
cal y betún.
Oí-ni», en naut. ancla de orma el ancla llamada de espentoa
Del coger y agarrar, orma en euskera.
Ori£i-oj-ap, asegurar el buque dando fondo á la espern
ó ancla, de orma. í
<>rni-iai*se, entorpecerse en lo moral, del orma apretotti
Pie, Just. 2,2,4,2: Nunca fui mejor gata, ni jamás me ormié (al
encogí, sino que me atreví y robé la burra).
Oriiii-ento, entorpecido.
136. orzcr.
559
136. Lo de orr ó revolver cogiendo, quitando, es or-tz, orích,
mbrc de Ta dentadura y de! diente^ del arado de cinco púa? y de
púa del arado, del Iridenle, de los dientes del cepo, y del peldaño
escalón por metáfora. Es, pues, casi como orr-atz aguja, orr-ach
inc. Aideok ex arrln, ortzak nerekín, bs parienles no lejos, los
ntes conmigo, es decir, anles son mis dientes que mis pariente;,
^zak aoan dafro, dientes tiene en ]a boca, dicese de los de malas in-
dores que no pueden realizarlas, arí-orte reja del arado, orízaz
ra dientes arriba ó boca arriba, orizekin soriu da ha nacido con
te*, c» decir de pies, bfko*orÍza la dentadura inferior, iru-ortz
■do de tres púas, iaii-ortz de cuatro, bosi-orz de cinco, ortze-ra
sembrar abriendo la tierra con púas. Colmillo, diente? y mtietas
tz-agin.ortza-giñok óicni^y muelas, ortz-biko azada de dos
, ortz^-üra en aparceríi, lil. i diente, oriz-erro raigón, ortzez
in morder, orUi, orz-Í, orzi-tu sepultar, es decir mcíer en tierra
ivando, orizik-aídi mordedura, ortzikQfdi-ta morder, ortz-ikara
g\r de dientes, Oftzi^kari mordedor, ortzi-ka-tu morder, roer,
irri el de dientes salietitei, ortz-katu, orz-kata morder,
U-ki-dura dentera, ortzki-tu producirla, orza-U sepullurero,
/f/í/-A¿iítf roer, crugir los dientes, í-í>rf;f enterrar, ó €-crtzi, cor-
Ir, eorZ'ie enterrador, eorz-toki sepultura.
Orx-ar, poner la punta de la proa contra el viento. Del euskaro
'tz diente, punta, llanta del carro que se clava en tierra; cal. orsa,
ov., t(.. y pg. orza, del castellano-
Orz*ada, aceión de orz-ar.
Orz-a, es un tablón ovabdo en el buque para contener la
iva. CovARií.: Ir el navio i orja, ir lecoMaüo de un lado para
"■ "mar el viento, que no te virnc derecho, y así íe pune la vela
nenie, t'osv. de orz-nr á porier la puma de la proa conlra el
lo. á orza hacín H viento. QuiJ. 1,41: Llevando un poco á orza
fi;i -'n. Persii 2,15: A orza por delante de nosotros pasaba. O.
\(/.'2.l,^- Colación y vino admirable, coi que puestos á orza se
iron dormir. Qutv. Cosa. loe. amor: Tratan sombreros á orza
ue ellos ltani.in {jatiión de la cabeza).
Orza de avante, de novela, que se enderece i la mano i- ■ - m.
'. AIJ. 2,3,9: Cuando íbamos .i la vela, tenia cuidado con e
te, y con ta orza de novela.
Traerle á orza, dominarle i su aníojo.
Opz-uelo, es un dimÍTi. del ortz diente, punta; ít orzo), svdo
arzola, fr. orgeol-et, or^tel-et, pg. bordeólo. Dicen que de hordcohok.
de hordeum cebada. Si así es, como en pg. y Ir.r el ir contitli
fonética esta derivación se explicaría por contaminación del eaúm
ortz diente, punta, que es lo que de hecho es el orzuelo; y púdica
ser sencillamente este vocablo, sin tener que ver con el latino. M
era para traído del italiano, según parece.
No nos eche orzuelo. (Orzuelo es un veneno que nace en d
párpado del ojo debajo de la ceja, y es penoso y hace punta; diot
el vulgo que si una preñada pide algo y no se lo dan, nace el U
orzuelo á quien se lo niega, y que ella echó el orzuelo; pues cuis-
do nos piden algo solemos decir: démoslo, no nos eche orzuelo;
esto es, no quede disgustado con nos, y haya entre nos homidllo).
c. 557.
Orzoyo, el pelo ó hebra de la seda para labrar el terdopdo,
en 161 1 en Aragón (Borao).
Opch-e^ap, en la Litera de Aragón ahogarse; variante de
orz-ar, con el -cgar de otros verbos.
1 37. Labios ó propiamente la hilera de los dientes, según Fick,
significa en norso vdrr ó vor, por vors, es decir el ortz ó diente a
euskera, gen. varrar, pl. varrar; prus. varsus labio, go Jo vairÜBt,
ags. veleras, veoloras. Pero en el sentido de escoba, que es con»
un peine que araña al limpiar, dio esta raíz el lat. verr-ere barrar,
por vers-ere, como verres por vrs-es, del mismo ortz; que tal «
se llamó del hozar con el hocico ó punta, de ortz, más bien que dd
rociar (R. 129). De aquí revolver, traer de aquí para allá, valor que
originó el saj. werran, aní. al vérran, med. al vSrren traer y ame-
trar; ant. al vérra, med. al. v^rre, al. ver-wirrung, ivirreUt IWr^
war, ver-worren; y norso vórr, por vors, gen. varrar, malo, ver»*
peor, vers-is pésimo, ó vcrs-ista. En ingl. worse peor, saj. wirs,a^
al. wirs, godo vairs por vairs-is, como mins por min-is; superL
ñor. verstr, saj. wirs-isío, ingl. worst, ant. al. wirsisío. Del ant ■!■
wérra, que equivale al al. ver-wirrang, contienda, del traer y Uertfi
salieron guerra, fr. guerre. El saj. wérrü/i vale //i Verwirrttttg br^
gen, y proviene de un *tv¿'rs-a/i. La raíz germánica es loers, es dedr
137. verrcre.
&6J
L Ofiz, y i elU responde en esUvo vréck-U iril lar, vrachíJ, y yírr'trt
fialin.en gr. axí-'-Pcpor, Fíppm, cppw, dor. ^sppT,?, Hoixierútll. 8,230):
Fíj>p<ov, Épp-£ vete (HoM.), ¿ppitti» qtie perezca, que se \t,fk
U, de donde ei perderse^ perecer, tomándose en mala pat1e, como
lias germánicas, sppsi td ¿¡id zpájuata mis negocios van mal
r,), ó^tipp-o? que vuelve atrás, ¿-^-t-pp-o-j atrás, otra vez, re-
ce.
Tienen el mismo origen errare, por ers-are, godo oirz-yan
^_Airpi-/, al. irr-tfi? Yo creo que nó, y que provienen de erlz limite,
lirse del lindero y límites, y Curíitis lo pone á pa:te con la idea
lir, andar, como derivado de ar moverse.
Los nombres más antiguos para llamar la guerra son varios. En
, persa karc, lil. karas, ant, prus. karyis, godo ftaryis, que va-^
guerra y ejiÍTcito, gentes de guerrn ó muclicdiimhre,, En ski,
tf A combóle, bril. iud-, anu. Jad-nertti, ü3¡uvr,. L"n f^r. lai en el
Dmbate, 8rjto; enemigo de guerra. En Jal. ííaelUtm, bctlttm, per-
^elUs, que traen de diia dos. En ant. al. hadti, ags. heatlo combate,
,coM, csl. kotora, í1<i. ^atnt cncnngo, y aatívr, que vino del Asia
ñor. En godo weihan balallar, wmhyCt combate, ant. al. wigafi,
•.fichirn, lal. vincere vencer, que se refieren al suliyujar y sujetar.
ipariícular vJhi\iu^, tiÍKz\\sí<^, norso gunnr, ant, al. kampj de
TtptíS, al. Krieg que es moderno en esta acepción, an). al. ué/m
lífnrirrung, Slrcil, de donde guerra, esí. voyna bellum, voysko,
tka rxerrisus, emparenlado con el ski. vj, Wí/ embestir, peiear.
i victoria, vucr^, godo sigis, ski. sah, irl. scg fuerza. La presa 6
B, ir. boaid, mcd. al. biaíc, norso t^yte, al. Beitítt gr. Ksia, Xotogl
i|, ¿»iL<»u». lacrttm» esL tot^u. ski. bta, tótra, y firaeda de
vftcíía, prac-hentSere.
No hay vocatilo común para la paz heclia tras la guerra, porque
tra era el modo de ser ordinario de las tribus y solo se conoda
anso por algún tiempo, el no guerrear, que es lo que valen,
ly Tviopokoy paz, es decir, inlenumpír la guerra, lit. pa-
s, y el lat. indatiae no guerra, in-da-tiae de iiu-ellam: quiere
' que la paz no se pactaba, como iioy, legalmente. En ant. al, la
^/h'du, agí. /Wí/Am, ñor. /rírfi'ír, godo Fnthareiks -a). Frie-
sFederico; e*!. miru. Viene el vocablo germ.*lnico de Ea mi^ma
cpn amar en skt., es decir gozar, godo friym. Solo el crístia-
562 Orioen y vlda del lenguaje
tiísmo suavizó las cosás^ considerando á todos los pueblos comolKr-
manos y dando mayor alcance aí derecho de gentes y ala paz \t^
En gr. e'.p:^,vY) paz, de spéw, como Fpi^Tpff, del avenirse habtandc;
pax de pangerc, pactum, goúo fahéds, faginún alegrarse.
138. Barrer, de verrere. Trons. limpiar con escoba pord
suelo. Celesf. 17: Barreré mi puerla y regaré la calle. líiiflri
Comienzo á barrer fa casa con mucha alegría. S, Ter. Vid, 4: Al-
daba algunas veces barriendo^ en horas que yo solía ocupar en ni
regalo y gala.
Melof. Quitar etiterametite, ITcvarsc, en lo físico y cti lo monL
ToRR* FiL mor. 8,14: Como el cierzo, que á pesar del sol barre
nublados. Td. MJ: La torpeza es una nasa... barre ingenios bueíos
y malos. Gitan.: Vemos como arrincona y barre la aurora las e^
trellas del cielo. Oran. Aíem. 2,2: Haga el hombre una conFesióí
general muy bien hecba, para barrer con ella todas estas negligeticiít
L. GsAC. Crít 3^1 1: Yo soy la pesie que todo lo barro y todo Ib
ando.
De, y lo que se quita. Pers. 3,1 1: Se asomaba (la aurora)
rriendo el cielo de las estrellas, Valb. Bern. 2: Y en invisible^
blando movimiento / de negras sombras barre y limpia el vífíitoLí
Diabt. coj, 5: Queda la calle toda tan barrida de gozques y
tatito silenciOf que aun á ladrar no se atreven.
De, y el Uigpr que queda sin algo. Valh, Bern. 14:
suele.,./ la clara íiurora con serena frenle/ barrer del mundo latimeWl
fria.-OuJiv. C. dec: Donde se leen juntas las vulgaridades rúslJciV'
que aun duran en nuestra habb, barridas de la conversación.
freg.t Barrida está Sevilla y diez leguas á la redonda de jácaros.
Pasar rozando, como la escoba. Quij. 2»40; Ya por los airaí
ya rastreando y barriendo la tierra. Id- 2,S: Debe andar mi honrt^
al estricole aquí y afli barriendo las calles. Id. 2,61; Flámulas J
llardetea, que tremolaban a! viento y besaban y barrían el agoi
Persil. 2,1: Y otras veces barrer la gavia las trenas del mar prohifr,
do. Id- 2, 1 1 : Las riberas de una isla barríamos.
Recorrer como la escoba el suelo. Valdcrrama EJ. Ceniza: Q
el argavieso de las nubes espesas venía la piedra que burla I
campos y sembrados. ViaJ. parn. 1: De Italia las riberu he birrid
138, barrer.
563
visto las de Francia. /*ers/7. 2j,2 1: Barrimos todos los mares,
mos todafi las islas. Quij. 2,63: Primero quisieron barrer cata
kla y hacer alguna presa, si pudiesen.
Barrer con escobón, arrojar con desprecio.
Barrírlfr arrojarle con desprecio de un lugar.
Barrerlo todo, no dejar nada.
Barrer para adentro, aprovecharse disimuladamcnlc de las
\h\as de un asunto, no desperdiciar nada de él; y aun añaderif
'O tos plateros, como los tenderos.
Barrer para afuero, barrerlo loifo.
No barre más que lo que vé su saegrat dejando los rincones $ín
les la escoba.
Itnrr-ido, particip. de barr-er, y posverbal sustantivo, acddn
íecío.
A cagar en lo barrido. (Ir 6 venir; reprende acciones vanas y
consideraciAn). c. 50fi.
Como barrido, de lo que desaparece del todo de repente.
Valer lo mismo para un barrido que para un fregado, del que
i (odo y vale par.i iodo.
Barro-ilepo, lo que arraslra y lleva cuanto halla. Vcaae
barredera. O- Alf. f. 11\ No dejando seguru la pala ó barredero
homo.
Iliirred-ora, barredero y pedazo de vela que se añade ala
Varal con írapos para barrer el horno anies de cocer. /?n/.
. 1 : Envaínense la pala y barrederas.
Metof. qiip arraslra ca.in1o halla, sofión, descaro, imprudencia.
Eebar la barredero, en Aragón decidir bruscamenlc la cuestiónj
le red (vide).
Eché la t>arredera, del que dice ó hace algo imporbknle en algOj
no admilc mejora.
Barrederus en Aragón el mícrolonchus Ouiür por era-
rse para escoba de eras.
Barr-endepo, el que por oficio barr-e. Corr. 1 4Q: Invierno
ijero, verano barrendero. (Parece será fértil año y habrá que
en las eras... Rarrer.,. denota faltar, como en casa barrida, no
duefla ardida}. Esteban, f, U: Hiciáronme al cabo de cinco
564 OmoEN V vida otL lcnquajc
semanas en premio de mis servicios barrendero menor de Ik Wt
lera abajo.
Barre-dupai acción de barrer yla inmundicia barrida> tnekk
el desecho; barreduras lo que estorba y ha de quitarse. G- Alf, Pfot;
No los eches como barreduras al muladar del olvido.
Más valen barreduras de era, que caudal de panadera, c, 456^
Bari^endura, barredura.]. Pim. Agr. S,1Q: Pue^esdesi
facultad, sus barrenduras valdrán más que nuestras aechaduras,
Sobne-b^rrcr, barrer someramente. P, Vzqa proem, <L^
Lo demás no es barrer, sino sobrebarrer.
Guerra, del prov. guerra ó ital. guerra, fr. guerre. Su origen
es e] anL al. werra, sustaniivo del verbo werran, fir-^^erra^, med. ik
yerren, ver-werren, al. ver-wirren, wirren, adj. wirr. Provienen de,
un pregermánico wers que responde al eslavo vr^chll trillar, y latir»
verr-ere barrer, por vers-ere, y al germánico wers errar, godj
waírsiza, ingl. worse malo, peor, vagauuindo, godo \raLrsis, tL
wirsch, med. aL un-wirsch, wirs peor.
Hostilidad dectarada entre naciones ó personas, pública ó priva-
dameníe. Saav. Carón, got. 1: En las guerras obra más la diviK
asistencia, que el valor humano. Quij. 1,22: En paz ó en gaem.
Id. 1,35: El acabará la guerra del gigante.
Toda lucha ó diferencia y la oposición entre personas, cüsmí
tendencias,
¿A dónde vais? A la gaevra. ¿De dónde verJs? De la gaentk
fDícese dando á entender cuan briosos van los mozos á ía guen^
sin experiencia, y cuan mansos y quebrantados vuelven de t\\z,íÍB
haber logrado sus altos pensamientos; á lo primera responden op
gullosos, á lo segundo marchitos y en tono bajo), c. 10.
Arder en guerra: arden, ardían en guerra. (Doüde hay mucbi
guerra), c. 509, L Qrac, Crit 2j3: Todo ardiendo eu guerras.
Armar en gaerra^ poner los barcos mercantes á punto pan 1l
guerra.
Buena guerra, justa^ leal, Quij. Ij8: Que esta es buena guerm
Id. 1 ,44: Que en buena guerra ganó mi señor don Quijote eska
despojos.
Oa más guerra que vale, del travieso, molesto.
Darle guerra. S. Ter. Vida IT: Sino que' le da tal fucm I
\
138. gaerro-
565
ría, é imaginación, que no la dejan valer* Cacer. ps, 45: Cada
M) tendrá harto que cuidar de sí mcsmo y desús cosas, y dejari
oifO en s« casa sin dar guerra á su vecino. Id, p5. 26: Aunque sej
le de repente y metlé guerra lodo el mundo. Lazar, tr. 2, p,
; El niíón y cmlebra que rnc daban guerra.
Declarar la guerra, notificarla, entablar competencia con uno.
Dedararíe guerra á muerte.
De guerra. Valderrama Ejerc. Fcr, 2 Dom* ¡ cuar,: Los sol-
[ios venían lan de guerra.
Ei que no sabe ík guerra, dice bien de ella. c. 92,
Ei qae no va á ¡a guerra, no muere en etía. c. 93.
Bi que íoíTto va á Ja guerra, tonto viene de ella; c\ listo apro»
±a en los viajen, el que no lo es vuelve como se partió.
fft buena guerra, combatiendo con lealtid,
Ea ía guerra de amar, el que huye es vencedor, c, 114.
En son de guerra, provocando, con violencia.
Entre guerra y pax, el que muera ya se yaz^ c. 1 27.
OanaJa en buena guerra. <Lo que habido en guerra; también
• jüs liijt's habidos de -inior venturero), c. 584.
¡Guerraf animando al combate, ó en enemistades^ pleitos y di-
sicias.
Querrá abierta, enemistad declarada.
Querrá d muerte, sin cuartel.
Querrá campai, en campo abierto, melaf. oposición obstinada
Escubicrta eníre j»ersonas.
Querrá, caza y amores, por un placer mil dolores, c. 300.
Oüirra civii, entre los de la misma nación. Cürn, Cron. 2,1, <6í
aftos gozó Colomano del reino, envuelto en guerras civiles.
Querrá declarada, enemistad, odio entre personas ó con al*
A cosa.
Querrá franca, oposición sincera, sin rebozo*
Oaerra galana, poco sangrienta sin empeñar todo el ejército; ó
É our con el carión^ sin llegar al abordaje.
Guerra/ guerra! aJ entrar en la Ud, a) animar» contra alguno
ilgún asunto.
tí^rro guerreada. Oviedo H. ind. 17,10: Y que águerra gye-
^^Ebartan mejor sua hechos, que no mettcndo todo el resto á
566 Origen y vida del LCNauAjc
una jornada. Guev. Ep.pte. 2,12: Desta guerra tan guerreada decfa
el buen Agustino. ]. Enc. 44: Vencedor de guerra tan guerrcadi.
Guerra toda ¡a vida, y no batalla un día. c. 300.
Habido en buena guerra; haber en bttena guerra. (Gratiiai
por sí), c. 517.
Habla en la guerra, y no vayas á ella; habla de. c. 493.
Hablar de la guerra, y estar /aera de ella. c. 494.
Hacer guerra con. Roa S. Eulog.: Hacer guerra con las pah'
bras, como mujeres.
Hacerle la guerra, oponérsele. Mend. Vid. N. Señora c. 107;
Fiel ministro á quien hacen/poca guerra los secretos. Cacer. pt.
26: En la mesma guerra que me hacen. A. Alv. SUv. Dom. sepL
5 c»: Para que viesen que é! (Dios) era el que les hacía guerra.
Hombre de guerra, militar.
¡r á la guerra y ni casar, no se ha de aconsejar, c. 1 48.
La buena guerra, hace buena paz, o buena paz engenára.
c. 174.
La guerra /jace los ladrones, y la paz hs ahorca. (Reñércst
este refrán en el traíado de caballería por el Oran Capitán platicad»
en Burgos con el Condeslablc). c. 173.
La guerra y la cena, comenzándola luego se atea. c. 173,
Las guerras y las turmas de tierra, en^éndranse en otoiío j
paren en primavera, c. 192,
Levantar guerra. Ouev. Ep. pte, 2jl2: El primero que levanta
guerra en el mundo.
Más vale guerra abierta, que paz fingida y cubierta, c. 453.
Moverle (la) guerra. Amuk. Mor. 3^23: Así tuvo ya como quien
causa para moverles la guerra. ViaJ, parn.: A la envidia muewa
guerra. Entret. 1 : Muévenme los celos guerra. León Brazo: Qoe
hecha señora de Italia, movió guerra á toda la tierra.
Muchos hay en la guerra, y pocos en la pelea, c. 475.
Muchos mueren en la guerra, más por eso no dejan dtir é
ella. c. 476.
Nunca vi morir en guerra soldado que de ella venga, 6 qtt
en ella venza, c. 241. ?
Quien no quisiere ver lástimas, no vaya á la guerra.
Quien no sabe que es guerra, vaya á ella.
138. guerra.
567
Quien ¥0 rf ía guerra, carne mal y duerme en ¡a tierra, c.343.
Tener guerra COR. Qaíj. 1,21: Tiene un4 muy reñida giiena
a oiro Un itodcroso como él.
tener ta guerra declarada, de los que siempre disputan ó
persiguen.
Traer gaerra con, aborrecer. Fons. Am. de Dios 1,54: Traer
iCrra pcriijrable con uno.
Vístete en guerra, y ármate en paz. c. 437; ó ctiando armas,
irtats; cuando martas, anuas. OalindoóIS.
Ya esíá la guerra armada, en la oposicii3n de pareceres, etc.
Guerr-oJip, hacer guerr-a. ámhr. Mor. S,\Q:. Y el haber
Uiéo Unto lienipo y resistido al pueblo rotnanOf que guerreaba
h ' ^ de todo el universo. Saav. Coron. got. t, año 437:
biíLi _ _ ! __^:ijro considerado cuan inútilmente habia guerreado á
del Imperio. Qucv. Ep. ÓO: Si fuimos piadosos, cuando te
rreamos ta tíerm.
A. J. Pin. Agr. 7,Q; Estenelo, rey de Micenas, guerreaba á Ler-
reyezuclo de poca tierra. M. 23,18: Guerrea bravamenle á los
-seto estorban. Id. I,3S: Basta qu? no es acabada la soberbia
M, que, corno nfeó Otón, guerreaba A los oíros, porque se
¡traban soberbios con ellos.
Con. Vj^lo£iiram\ ^'. Ceniza: Lo principal con que ícngo de
üTear es con montones de (ierra.
Metqf^ A. Alv. 5//. Dom. 1 ctiar. 10 c: Porque b carne y sangre
Iqujcra ocasión no nos guerreen y falisuen, León Jesús: De-
di¿ndonos de quien nos guerrea, para que no venzan los anti-
■•i.J. Pin. Agr, 2,22: Andar en guerra guerreando honras
...as ajenas.
A, CAfid. p. 329: Querrcáramos al mundo, y ¿i nos tratara como
■nió á él
Con. j. Enc. 371: ¿Qa¿ dirí, pues que guerreo / con dolores
; no dejan?
Pasiv. A. Alv. Silv. Fer, 6 Dom. t cuar, 5c. § 3: Siendo el
^^Bierreado de su mujer.
BIBcipr. Taiuk 167: Qucrréansc ios unos i los otros.
B €suoi*r-ero, el soldado que anda á la guerra. J. Pin. Agr. 2,
tz Los guerreros que proceden por la común soldadesca, le gve»
568 Ohksen V VIDA del lknuuaje
rrean más que todos. Solis H. Mej. 4,20: Con formidable numera
de guerreros. En particular el capitán que guía el ejército, QiííJ, I,
37: El ánimo del guerrero, que íiene A su cargo un ejército.
Metaf. adjelivOj el amigo de contiendas, de genio violento. A,
Alv. SUv. Dom. sept- /, c ^ 2: Por ser ella provincia guerreta^qoe
tiene por oficio pelear. Ambr. Mor. 8,51: Como hombres mil
guerreros que estudiosos.
Un guerrero debe tener e! asalto del galgo, la huida de! hbo
y la audacia deljabalL
Guerp-er-ía. Bosc. Cortes. 445; Y así ejercitan á los suyos
en una fiera guerrería de robos, de matanzas.
Guei'f-illüj dimin. de gucrr-a. Encuentro lijero en la guenx
L. Grac. Crit. 3, 1 2: Yo he conocida en poco tiempo más de veinte
generales en una cierta guerrilla, asi la llaniaba el que la ín^'entó.j.
Pin. Agr. 4,9: Mis moriscos han hecho esa invención en memoria de
su pueblo de adonde los traje cativos en la guerrilla de su rebelión.
Contrariedad de opiniones y contienda sin gravedad. D, VeíH
Paráis. Conc.:\Q pondré guerrillas y bandos, ó serpiente fin*
entre tí y la mujer. Mirones: Apenas había pasado esta guerrilla
cuando (pelea de placeras). Illesc. H, Pontif. 6,17: En el segundo
año de su pontificado le sucedieron al Papa algunas guerrillas. Q.
Alf. 2,2,8: Se comenzó una guerrilfa bien trabada (en el juego).
GueppíU-eai-, pelear en guerrillas, en Venezuela. ().
Calc. 820).
Eii-gueri»ill-ííi*, en Venezuela dividir el ejército en g«*
rrillas: reflex. alzarse en guerrillas.
A-«»^«err-ir, -se, ejercitarse y curtirse para ser bueng» j
rrero.
A-^uepp-ido, ejercitado en la guerr-a.
1 39. El sonido retumbante es redondo por ser rodador y o
rodador por consistir en doblarse repetidamente al dar con las pne*
des de la cavidad donde rebota. Et ruido de la piedra que cae de
las nubes se dijo orots, por valer ots ruido y or-t el apeloíoai"
miento, sea de nubes ó de otra cosa. El rugido or-o es lo que tiene
or, movimiento rodador y por lo mismo retumbante. Pero sobre
todo con rr fuerte orr-Ot lo que tiene orr ó revolver y aptlotooiri
140. runrún, arrucr.
569
ingido de las bestias, el rugido, el bramido, ó lambién su
SorC'U, que muyen particular se dice del ruido que se oye
volverse las tripas. Es la voz retumb;inle y rodadora en el
Jrc y en los animaleí, y luego en los seres insensibles. Con ~€
Saida orr<he, por orro-a, vale lo mismo, y con i- aíributiv»
rugiendo orroa-ka, orrocka, orroÍ-ka: iíckasoak andien
orroeka bazterrak bera ekarri bearko dttaz, é mar á fuerza
rcer, bramando derribará los tugares. Orro-koz aullando, orru^
lullido de tobo; aullido y occidente ú su viento es orro-bia.
•0. Itu-rat rumor sordo, que no es más qwe el euskaro
(o)rro repelido, (o)rrurra. D. Vcoa Paráis, S, Juan Ev.:
un ruru y opinión entre los heimanos, que aquel discípulo
shfa de morir, td. Díse. Sab. dom. I caar.: LevanfOse en el
ío un ruru y una murmuración.
L-rro-rro, grflo de baile» de ro, ro. Quev. Entrem.: Tus
Rtss, hues, aves, arrorros.
l-pru-nr, dar el ¡íb.ilí cierto gruflido cuando huye, hahien-
rconocido por el vieníoque le persiguen. De! ru-ru, orru euské-
EsriN. Balíest. 2,20: Advierto, que, si cuando salió huyendo
baÜeslero, arruó (que es un género de gruñido que hacen
ndo han conocido de lo que huyen), no parará aquella noche en
: dcscubíerla.
lun-rúii, r»n-róii, el mismo vocablo anterior con nasal
! pinta d retumbo hondo. Qvtv. C de c* Bastaba cl runrún y
; difín. Q. Bknav. II, 68: Un runrún anda en la villa, / Fran-
, qué tenéis vos. Foms. V, Cr. 1,2,1: Lt primera el runrún que
»en d colegio apostólico sobre quién era el traidor. Quev. Fort,:
I tí runrún que tenían, y empezó i leer. Caceh. ps. 63: Anda-
re ello» un runrún... Hablábanse unos á otros al oído. Ul. p*.
: Han hecho un runrún de mis cosas, con que me disfaman.
\Pon, ron» iras tacapa te andan, c. 48 L
Ran, ron, tres días son, c. 481.
Un ranrún, (Por algo que se ruge y murmura por el hifir).
570 Okiuhn y vida ucl lcmouajc
141. El rugido oro y orro originaron tópú-iu ahullar, ¿pu-9|u(
¿pi-STctí óXaxtEi (Hesich.), ¿pa-iLayBo; ruido. En eslavo rev-an, rjt
tu tvjx'Iodctí, oipz^Qai. En skt. rd-yati mugir, bramar, ra guern
rav-a combate, rav-ana tumulto, ra-na ruido, combale, raa-a
resonar, que explican el irl. rae batalla, cimr. rhae, esl. ruva-é
rivanüe mugido, riafi mugir, ruso revu mugido, lit. reya, retí, d
reru sonitus, skt. raa-ti, rav-ati bramar, gritar, roru, ror&ya, rava
mu;?ido, ags. ry-an. Probablemente hay que añadir aquí, aunqn
ya los vimos (1,76), el godo ra-na, al. Raunen, ant. a!. rün€n,Mg^
ranian, ingl. to roun, ags. run, godo rma, norso run, irl. tur, Id
runas, con el significado de misterio, de rumor hondo y cuchidieo
y tal vez el epsuváiu investigar, escudriñar.
En latín rii-mor, ram-iio (Naev.), rumi-ficare, ad-ramaii
«rumorem fccit sive commormuratus est> (Fest.); rav-is ronquen
rav-ire ant. enronquecer, rau-cus ronco, rauci-tas ronquera i
rauc-edo; riidere rebuznar, rnditas rebuzno. El fr. raire rebuzaif
del ant. al. réra/i, reren, flam. r¿cre/i, tirol. reven, raeren,sua
rerren, al. reren, (roeren, riren), ingl. roar, rair, ant. ingl. rort
bramar, gritar.
Darmesteter halla la raíz ru resonar en el zéndíco rao-rathat
del carro ruidoso, y en ru~ma. En eslavo rydayan «ich wehklage»
lit. rauda <\Vchklagc>, skt.. rudati, ant. al. riozan quejarse, llorui
El orroeka ú orroaka, 6 tal vez el arruka, que luego veremo^
forma la raíz de íp3-JY-o¡Lat roncar, mugir, gunado con e el presenil
y sin guna r^^•J■\-ov, £p'JY-¡iv¡A.o; mugidor, Epj^^-ávtu con nasal infiji j
eps'j-,'-íi), Epoy-T^ eructo con ruido. Consérvase, pues, el valor fisiológi-
co de la raíz, lo mismo que en ant. ai. it-ruch-an, ags. roccttM
eructare, eslavo ryg-ati ifiú-{zzfiw., rygayan, lit. riaug-mi, rúgia.
En latín rug-lre rugir, aplicado á los animales, rugl-tus rugida
y rnc-tüs, rac-iare, e-ructare erucLir, s-rug-ere echar, «contempsl
foníes quibu' scsc érngit aquae vÍ5> (Enn. Anal. 546).
El rumiar ó rrminare, ramigare es devolver lo comido, rüríHB
y rñ-rna e! buche ó primer estómago de los rumiantes. «Rume
est pars colli qua esca devoratur» (Serv. ad Vergil. EcL 6,51).
«Ruminátío dicta esta ruma, eminente gutturis parte, per quu
demisEus cibus a certis revocatur animalibus* (Pompón, q
Non. 1,64.)
142. ruido.
571
La o- «Hmotógtca de esta raíz, perdida en rugiré, ructus, se
ecc en ófjx-fÁz, «>fjf^^ ¿pün-ixu rugitlo, bramido. En eslava
fyk-natití w^-j-fsúat, en atil. ai. roiJ-on rugiré. No menos se con-
.„.,, ^^ 1^ Q[j.j variante ¿p!/-6¿aj aliuliar, que en ps^x-iu y f¿Y/-u>,
., {Kiy-^-w vuelve .i perderse. En nono rog, godo vrbh-is,
ti. al. rtroíV, /'ííí'áv, al. Ruge, y el verbo ant. al. ruogen, raed.
üegen, al. rugen, godo vroh-yan, saj. vrog-yan, ags. vreg-ün,
miinnurar, después denunciar, reprochar, casligar, acusar {ficK
|p. 310). Enesl. /j^ü-^'an bramar, gritar, y en laün rn»a por
íff, U rana, y lal vez raccare, rauc-arc, raucas ronco, si no es
Ifivo -ko del rav-is, y r/c-íareel bramar del leopardo.
rtfu anda barajada con el s:ipo en las I-E. Nombre antiguo
; ser ^pícjfoc, jon. ^¿tpa//);, ^^'ixtr/'i-, ^-iOpT/o; lana, de un
M%, si ha de responder al anL al. chreia, chrota, al. Króit
b. El ant. pnit, gabawo ^po^^csl. ¿aba raha, $kl, jc]¿/z zampar;
rupuize^poL ropucha sapo, lat. rub<:ía especie de rana, de
1? En gr. íppjvTj sapo. ^jjoXc»; de f jsííu hinchar los papos»
\) sapo, skt. gOí/Aa del mismo origen» asi como ct prusiano.
. > antes visto, de "góbfiOr *gobho; tn fín rana. En ant. «I.
¡fres*, ñor. /rojAr, ags./ro¿'^, nor./rííHArr, al. FroscH rana. En
%. croinoc sapo, del cambr. croen piel.
|42. Ruitlo, ant. roído, de rugítus rugiré; fr. rutant. fr. ruít.
;>nJdo confuso y in:is ó menos recio que desazona el oído,
íto al sonido musical concertado, Qwy. 1,3:A1 ruido acudid
bda la gente de b venia. Id. l,tS: El ruido de los alambores. CU.
&: Ante roydo de alamores. Eoks. V. O. 2,IQJ: En medio del
eniraton escribas y (ariscos con grande tropel y ruido
«do calle. S. TeR. Cart. t 1,4; Ya estoy buena del mal que
ti aunqtie no de la cabeza, que siempre me atormenta esíe i uiJo.
^Pendencia y alboroto, donde hay ruido de voces. MejlA H. Jat'
\ Carias IV, 2: Asi volvió en Alemaiía. lo más en paz y úa mido,
sunca emperador había bajado en Italia.
rienda grande en cosas de nonada y novedad u cxirancza;
música la caja, timbales, bombo y platillos.
U Qcrmanía el rufián, que bravcanJo lodo lo mete en ruida.
572
OxtO^N Y VIDA DEL LeNOUAJE
Rom. Germ. 8: Garlando aquesto el ruido, / á Córdoba descuhriaTi,
./ que de un florido verdón / alegre vista ofrecía.
A ruido de gaitero érame yo casamentero (Pie JusL i
C.2, §2).
Asaz de ruido y poca lana, dijo el que la puerca írasgoflak^
c. 54.
Buscar raido. L. Grac. Crit 2,1: Anda descalzo por na«|
sentido, tan enemigo es de buscar ruido.
Bascar raido por sw dinero. (Pleiíos). c. 588. Garav Cart. 1 ]
Yo estoy en paz, no quiero niiiío por mis dineros.
Dar ruido, decir ó hacer algo que llame la atención de las gdilCfc j
üef mido, de la gente alegre y bullanguera.
Fingir ruido, por venir apartidóle. 29b. A falta de
echaría á bravatas y fiero?.
Hacer ruido. Cacek. ps. 73: Fiestas que no hagan ruido. Q>)^|
1,20: Vino á hacer un poco de ruido, bien diferente de aquel que^
él le ponía tanto miedo. Id. 1,41: Sin hacer ningún ruido. L Gwftj
Crit, 3,7: Todos se pican de hacer ruido en el mundo y que í
hable de ellos.
Más es el ruido que tas nueces; cagajones descabeces, c, 447, j
Cuando se pondera algo más de loque vale.
Más raido mete uno que ckillaj que ciento que callan.
Meter en ruido, alborotar, dar que hablar. LeÓN/ofi. 3,17; Nl|
meten eí mundo en ruido.
Meter más ruido que gorrión en sarmentera. Pie. Jasi. /íífc |
p, !63.
Meter ruido, hacerlo, ser muy nombrado y famoso.
Meterse en ruidos^ pendencias y alborotos. Qai], 1,8: Eneraipi
de meíerme en ruidos ni pendencias. Esteban. 2; Jamis me niítia '
ruidos, ni fui nada ambicioso.
Mucho ruido y pocas nueces.
Ponerlo todo en ruido, alborotarlo. Ltótijob 3,16: Que itll
los malos se mueslran fieros, como solían, poniéndolo todoenmiJOb^
Querer ruido, ser amigo de contiendas.
Quitarse de ruidos. (Lo que de voces), c. 593.
Ruido ttechizo; fué raido hechizo. (El fingido pw«
vrigafio). c. 483.
1 42. rumiar.
^tsido no es afearía, pero es cosa parecida.
^liido, ruido, que dio la mujer en eJ marido, c. 483.
' fi^ge ruido por venir a partido.
^er mas el raido que las njeces: mayor la fama que el hecho.
HVm/o ruido para nada, cuando se di iiTiporiaricía á lo qu«
K tíene.
Wsrener ruido 6 ruidos con, conlienúíis, C^cm. ps. 79: Siempre
Hdos «1 perpetua contienda y tenemos ruido con nuestros vecinos.
Riiiil-jgo, en América dímJn. de ruid-o.
UliiUI-u»o, COSA de nñilo, qui: se liabla mucho dcllo. CoRN*
Hi. 2,3,20; Quiso Dios que se supiesen por medio Un miisgroso
H que con ta admiración de tan ruidosa maravilla, fuese mis
Bre y conocida la suntÍLbd de sti siervo. L Qrac. Crit. IJ3¡
Pns los ruines son los más ruidosos.
Ku¡<io*«ii-nieiitc, con estruendo y publicidad.
tciir, anl. hacer ruido, susurrar; de rugiré^ ant. fr. ruir,a&tur.
meicn ruido, j. Man. Caza 1 1: La seutial de la dolencia es
I ruyecl papo. Hita 396: Tu les rrugcs ala oreja E das le mal
ejo.
Itii;;;lr. erudito, de rugiré, bramar el león. Quij. U4: El ru*
lc<3n.
riuslidase al ruido del vieníre. Hcrr. Agr. 5,47: Que les ruge
slre. EuQ. Salaz, Sat. esp. 2,253: A ralos ruge en las tripas de
Mnera.
^fíejtcx. Empezar I decirse pübücamenle lo oculto. Cac£r. pi.
lugiase que me lomalian ios pasos. Zamura Mon, misl. ptt. 3^
rr.: Ya comenzaba i rugíise por cl (jiieblo. Quirv. jac. 3;
\<€ rujc por acá / no se qué de tu espinazo. J. Pin. Agr. 5.36:
I rugU que allí ejercitaron primero lo:^ Efetas sus judicaturas.
or abi se ruge. (Lo que por ahí se dice), c 602.
gí como el león, como una fiera, como an toro.
bu^c-ido, el br:imido del icün. Quf;. 2,5: Oír silbos, nigi-
bramidos y balad ros.
Ru;f4*o (de), entre charros de broma ó jarana; del rugir ó
cr rutilo*
tuiuiar, de rumigare
> embaulado de antemano.
en Apulcyo. Muticar tos rumíanies cl
Lao. Diosc. l,8S: Y cierto las hojas
574 Orioem V VIDA del lencuaje
de el tejo comidas de cualquier animal que no rumia súbito
despachan.
Metaf. considerar despacio, pensar con madurez, puede Bcísr
en. Qnij. 2,31: Considera y rumia las palabras, antes que te salgm'
Tde la boca. Cacer, /ís, 33: Es menester rumiallo mucho y mtiúñ
veces en la oración. A. Alv. SUv, Dom. 5 cuar. 1 c; No pase, ta*
mano mío, ligeramente por este caso de lu Dios, para en él y rúoi^
le de espacio. Cacer, ps, 76: Me las pienso yo á solas y las niminí
y examinaré siempre. J. Ano, Conq, tf. 1; Tu tienes bien querumií
en lo que has oido. Zamora Mon. jitist. pté. 3 Destierro: Si va
nimiásedes lo que sucede á los que. Id.: Qué bien rumiaba el qqe
dando voces á Dios decfa. Id Asunc: Y rumiando de día y de nocte
en las virtudes suyas. C\czR.ps. 48:Téngolo muy bien pensado, m^
rumiado conmigo mesmo. Id,; Rumiando en esto la volunta
nuestra hallará que. Corr. 023; Rumiar. (Por considerar despacio
I^nmiario; digerirlo. (Lo que se estudia, y repasarlo), c.623.
Kiiini*-n, posv. de rumi-ar.
Rumia-nte, el animal que rumc-a. Laq. Díosc. 1,83: Im
ho}a=; del fresno matan al animal no rumiante que fas comiere.
Ronco. En gal), ronco, it, rauco, rocOj de raucus; peroronoi
caf. ronc. mejor de ronchare de p<if/oí.
E[ que padece ronquera. Quij, 2,25: Desconsolados y nsKOl
(de gritar).
Voz y son bronco, oscuro. Quij. 1,14: Los ecos roncos. Id. 1,51
V con turbada y ronca voz dijo. Id. 2,34: Tocando... un hueco /
desmesurado cuerno, que un ronco y espaníoso son despedía.
Roiic-n, de ronc-o. El grito del gamo en ceto llamaiídoili
hembra, y la amenaza jaclanciosa y hueca. Espi>f. Baitest, 2,17: Lw
gam-^^i tienen también su celo, no braman como el venado: S su VB
Ilamnmos ronca. Math, Orig. Indic: Picadero es un sitio que O
tiempo de ronca toman los gamoí, cerca de alguna encina ó mala.
Echar roncas, estar raneo y echar bravatas. Estiban. 7: TenÉí í
cada instante con ellos mií peleonas y les echaba cada día mil ron»
Vítor la ronca, irónicamente despreciando las bravatas. I
Müs vale ana ronca que cien panderos, la opinión de tinoifrjp
torizado, que la de los que no lo son.
Roiic-c»n, el que echa ronc-as, fanfarrón.
142. ronco, rana.
575
fioncar, de ronchare, de p'^fZ-^íí sarda roncare, prov. roncar,
, fr. ronchier. Hacer ruido et resuello del dormido. Qaij, 2J4:
halUron roncando,
iacer un ruido ronco, echar roncas, llamar el gamo en celo á la
bbra. Esptn. Balfest- 2, 1 7: Acuden algunas horas del dfa y no-
I y allí están raneando y aguzando los cuernos en las malas.
[Ituiii|u-íi]n, el ruido del roncar u otro bronco cualquiera.
Exlrem.: Comenzó íí dar el viejo tan grandes ronquidos. Qi/Ev.
^m. fjer. \: Este con svis ronquidos y resuellos.
Konvn-derii» en Argentina espuela vaquera de grande y
ante rodaja.
I ltoiiqu-«i*A. J. Pw. Agr. 4,3: Lo primero que se tocó fué la
^ucra de filomela y progne. Lao. Diosc, 1,64: Es remedio .1 la
e» al catarro, al romadizo^ á la ronquera.
' Konqn-ear. estar ronco.
Eii-roT>qti-«M?cr, ponerse rortc-o.
tafrans. Qatv. Tac. 22: Enronquecieron adrede, y sacaron tales
s, que en vez de cantar la misa, la gimieron.
Trans. poner voz ronca. Zamora Mon, mist. pte. 2, pie. 2,
^ 1(h Y aun basta la voz no perdona, sino que la enronquece.
: H. Chile 3, 11: Son aguas muy eficaces para desemhara2ar
|.|pirganta y pecho de las destilaciones y humores que suelen
onqucccría.
fteftéx. ponerse ronco. Esp. ingí.: Enronquecírscle !a voz. J.
N. Agí. l,l&: Se enronquece de cantar aleluyas. Cabr. p. 453:
Jo se echan á morir.se enronquece la voz. J, Pin Agr. 1 1,18:
se enronquecer, sin enloquecer, sin se cansar ni enfadar (de
^tir).
OriUr mucho. Fons. V. Cr. pte. I, L 3, e. 20: Quí mucho que
! enronquezca yo y rae desentrañe, y no haga mella en el corazón
n?
eip. Gran. Adk, Mem, 2,H: Conocéis cuya es esa tan en-
Jx»(«|uedda voz? U Fcrn. 237: Con U voz enronquecida.
Kanji, del lal. rana. QaiJ. 2,42: El no hincharte como ta rana,
quiso igualarse con el buey. Laouna Diosc. 2,25: De las ranas
infinitas especies, dilerentes ansí en complexión y naturia como
i color y grandeza.
576 Oriqen y vida del lenquaií
Canta la rana el cucurucú, soíiósela uit traque, sórbtítk t¿
c. 324.
Canta la rana, y baila el sapo, y taüe ía vigüela el iagañx,
C.32+.
Canta la rana, y no tiene pelo ni lana. (Que se sufra la pobtiJ
za con paciencia^ lomando ejemplo en los animales, á quien
Süsíenla). c. 324.
Como la rana en su charco, del que esláá gusto en un lugn.
Como las ranas, del que gusta de estarse en el ^ua ó que h
bebe mucho.
Como las ranas cuando llueve, del que habla mucho y á vocq^
y más siendo varios.
Como una rana, del que anda siempre en el a£;ua ó del que
brinca.
Cuando la rana tenga pelo, (A plazo largo, para nunca cíiid-
plir). c. 368; ó crie] jamás.
Cuando la rana tenga pelo, seréis vos bueno, c. 36S y 598,
Cuando la rana tenga pelo y lana, y el olmo peras, y tat
apenas, c. 3óS.
Ese no es rana, no es de despreciar, no es un cualquiera y necki.
Es un rana, un perdido, vivo é indómiío. j
Estar hecho una rana, del tendido boca abajo y esparranadOL^
No es {ningún) rana, no es tonto.
No ser rana, del ducho y mañoso. M. León Obr. poet t ¡, pL
163: Los huéspedes nos sentamos/y bebíamos sin agua,/como unos
lobos: y á fé/que e¡ setior Quzmán no es rana.
No ser rana, ser listo.
Parece una rana, del que se arrastra por el suelo.
Quedarse como una rana, ai caer.
Rana de San Antón, en Álava la de zarzal, Hyla arbórea L;
de Santa Catalina.
Te vas á volver rana, del que anda en el agua mucho, ó !
lava ó la bebe.
/ Valiente rana! del marrullero.
Venir hecho una rana, mojado de ia lluvia.
Volverse rana, estar mucho en el agua, lavarse mucho, beb
mucha agua.
142. raaa.
577
Bt^r^ bmno, cuando la rana tuviere peto. c. 438.
n-illa. djmin. de rana, y el chítrto casco de pié ó mano del
muía ó borrico, por Eener la Figura de tas caderas de la
^t Albeit, 1,57: El cuarto y último casco es llamado
Bcsle casco el más blando.
Sacunjo^ ranacuiijo, dtm. de rana-cu-ajo, de ran-B.
IB antes de íormarse del lodo; por mctáíora se dice del bom-
leñoydelos niños. Quij. 1,18: Los renacuajos del agua. L.
t 18:5¡ duermo ó no, ¿qué le va al gesto de renacuajo?]. Pin»
: Conio los renacuajos.
(nacaojú tiene sis cuajo, c. 329. A. Aiv. Silv. Dom. 3
A cada renacuajo su cuajo. Es decir que cada uno
ecer, á cada cabeza su seso.
'énacuajos, que rabian y sufren asi los que llevan vida
ar.
O un renacuajo, del pequeño y de poco aprecio.
[l-4?ro, lugar donde se crian ranas (Cuba).
n^oAaf en Aragón la res baldada ó impedida de los remos,
T como Tan*a.
n-eai*. baccr como la rana pataleando, voceando. O. Oa-
'em. 13: Bjalo que puea/raneal con las piernas al aire. Enr,
Tttúdaña 7: Le dejamos raneando (voceando).
'raii-arsej ap-arranarae. en Salamanca sentarse
1 mujeres, ap-o abajo en euskera.
143. Fué la pri mí i"a voz vascongada que llegó á mis oidos fc ,
muchacho, ciíando ni por pienso sabía yo que hubiese vascuence J
en cl munda ni que pudiera nadie hablar más que casíellano. Atidi-i
bamos melidos hasta los tobillos á la lengua del agua en un retnaiBB ]
del Ebro, y un vascongado, fresco como una camuesa y espig
más que los maizales del valle de Azpeitia, nos dijo que en su licfti .
el agu.i, aqiieüo, se decía ¡auur!, y pronunció una a ían larga que ■
despenó en mi algo así como un pozo hondo y lemeroso; mas I
reparé en que mis pies calaban y entraban en fo hondo del agua y
sabía que á los pocos pasos río adentro no hallaría pié. Parecióme
aquella voz honda a, que el chicote sacaba de !o hondo de su gw-
gabero, y aun la hacía más retumbar alargando los morros como cí
gollete de una botella, algo ían hondo y oscuro como el agua quení
rodeaba. Luego sentí su empuje en mis canillas, mientras repeííiyo
pensativo ¡iitmr! No me di cuenta enteramente, pero comoqufi
presentí que con el agua también se movía la lengua, y esta vez dije
¡urnr!. Después acá hurgando en estos sentimientos y recuerdos de
antañazo he venido á caer en que si no tenía el hombre primitivo
voz más á propósito para expresar el agua como único cuerpo
ahondable y penetrable que la honda u, el acompañarla la movedia
r no venía menos a] caso^ cuando el agua era corrienfe. Porque fro
hay cuerpo que no caiga, resbale y ruede, si le falta apoyo; ptf
143. or.
579
se para por el roce; mientras el agua el mismo roce parece
r de aceiíe i sus maléenlas para rodar y deslizarse más suave-
le. En suma que el agua es lai» deleznable y resbaladiza como
dable y liviana. Se dqa peneíiar del dedO; del brazo, de los
lantu de los muchachos como de tos pescadores, sin cortarse ni
cdaz'.rse» y corre que !c correrás, se desliza que le deslizarás,
tener pies ni ser anguila. El ai^ua sonó iir con r suave; urak
trrena, urak daroo, lo que d agua trae, el agua se lo lleva,
idian ez ezar oinlk ei tskiirik, en agua estancada no metas pi¿
lano. Conocieron los hombres tos jugos de carnes, frutas,
kTcs y otros muchos líquidos, y á todos los llamaron ur, de
que vino i signific:;r todo cuerpo en estado Eiqutdo.
inire sus muchos derivados y compuestos los relieves y horru-
ue deja el agua al pasíu se dicen ur-abar ó ramaje del iir, la
a baja ura-bera, la atU iirú-gora, la bomba de agua ur^cga ó
que la sube, la presa y el agotamiento que en ella se hace para
ttr-agor ó seca del agua, el Aguaducho ó avenida ur-alde,
tu/, es decir vez de aguas, el rio ur-andi ó grande agua, arrufar
idera en el agua ur-andi-ttí, nr-aimtu, agua de la presa y
liso nr-cn-sda, que hace (-glla} quedarse {-an} el agua, agua
guijas íir'Orris cnvpap-ir en agua y envanecerse
, recipiente ttr-üskít, a;;ua sulfurosa, hedionda «f-tífs,
ó berza de ai^a ur-aza, cenagal ar'basa, coditlera, ampo*
r^atu ó dígase agua recogida, oriítade rio ó mar ur-baztcr,
RnUal ur-begi ú ojo de agua, 2.in].i nr-bide, agua tranquila
, tibia ur-cpd, viva ur-bizi, ur-crre, riada ar-eía, ttr-etu,
irse, regar ur-ez-talu, de ur-ez de agua, vado ar-tzH ó agua
y agua dulce, agua coriirntc ur-gan, nutria ar^getra,
que anda al agua, agua s-ilada ur^gazi, icmanso ur-gcidi^
roja mineral ar-gorri, caliente ur-hero, manantial, aguaje
muerta, tranquila ur-íV, corriente ur-ioan, ar-ibiti,
la uva sacindolc el jugo ó estrujar ur-Ích-ki, ur-izki,
X agüita, orina ur-istirl, que sale en cliorrilto, cantidad de
ur-keiti. abedul tir-ki, muy amigo del agua, manantial
tiza, cisterna ar-ííze, pantano ur-Hngirda, agua dormida
vado ó poca agua ur-me, arme-gtine, nrme-tuie, hidri>pesía
I, torrente ur-ol» inundación urol-dc.
580
OrIOCN y VIDA DCL LCNOtiAte
Zambullirse, anrgar »r^e, arpe-ta, -pe bajo el ifui, ly^N
zambulléndose. Hilo de agua en las peñas, ñltracit^n af'tufar, w
nigar 6 lágrimas de agua, gallíneu y inarlfn pescador irr-tflto. <!
ur-chocho.<\\it también vale tordo acuático, marisitia, lugar enagua» i
do «r-foAi, manantial urf-oski^s\ es pequeño ar-f':^ '"' '•''"din
-kit que hace, niitria y perro de agrias ur-. jaral
aguas ur-tchorl, aguanoso ar-tsu, aguar ur-tsu-ta, ar-tza-ta,
-fa, agua turbia ur-abel, ar-uer, aljibe ur-züo, ur-zulo, Todwl
compuestos tan claros, que basta saber lo que sígatfica eJ
componente de por sí para entenderlos.
Lo propio del ur agua es üt-í, y con e llamatÍTa ear-i ta Durii y
la población, que se hacía junto al agua, co i i pre (e ha heite
De aquí los muchos nombres de poblan n ari: UHa
Uri-bazter, üri-be, Uñbi-tarte, Uri-goiti, Urí-barre/t, Ufi-i
i/rí-oste, que siempre indican el agua: ari-arte es entre ag
uri-be bajo el agua, uri-goiti por la paric alta del agua, arZ-osA
espaldas al agua. Uri-galduan amia eskuan, cu vílli ruin, pie
ta mano. Temporal de aguas es uri-íe, euri-te.
Olro derivado es ur-in dimin. agüita, el jugo, el zumo, la i
la grasa ó manteca, la sustancia, errekak zilobattra €ramattíi\
samatsaren-urina, la cuneta lleva á un agujero la sustandaj
abono, sagar-urina el zumo de la itianzana; urln-datu cng
nrin-ez-laltí ídem, ar m-Aetó gr.isas, «rí>i-ísa grasicnto, susianc
Sufijado uri vale c¡ud.id de, y es común en la toponimia
Euskalerha y de leda la España preromana: Bazí-aria, Len
Ata-uña^ Goiko-uria, Obek-tsría, Oíh-arl, Zcan-uri, Btí'i
Ast'uria, Asi-uri-ka, Bcr-uria, Ga-uria.
Propios de localidades y apelativos son arl-arte entre
aguas, uri-barri ó uri-berri villa-nueva, uri-ona eludid
uri'zar ciudad vieja, arí-bezar, ari-en, urí-be, eto. Porsupu
también son apellidos, porque todos ellos se lomaron de
locales, del solar y casería de U familia, y fuera de tos
que siempre han ido derramándose por España y Amcrici, losj
llídos más nobles de nuestra nación duran desde antes de (a W
de los romanos y son del mismo jaez y cep^ ibcnca 6 yí
Recuérdense nombres históricos del pasado, de liov, upcNll
Tm
143. ur^ Hfée,
581
más de U milad son d«l euskert, el cual, segiín mucliM,
tíene que ver con el castellano ni con los españoles.
r Que d cerdo gti$te del agua es bien sabido, y si se revuelca en
[clttfCOftes porque no (ieiic agua limpia, que lo qtie su calor pide
rse en agua ó lodo^ lo que hubiere. E&to da á entender su
fibre ur-ífej el agüear, como quien dice, üfi/e-arrf/ cerda, ó cerdo
idero, piara urde-aídc, urd~aldt, cerda que cria urde-ama^
i-^ma, jamón urde-Q2pi, carne Uc cerdo, tocino urda-ki, dúquero
Jta-n-de^i, \Mm6n, tocino, arda-i ó tird-ai lo deT cerdo, el gordo
l'gUen^ (rozo de tociito urdai-kí\ urdai-onso, urdat-ontzaíd,
ai-unsagi, urdúi-anUa-ki, morcillón urdai-ñ, ci^rdi urd-onga,
aillo urd-arrain. El estómago ardai, urdaü se dijo de arde
metáfora del cerdo, como urda-keria obscenidad, urd-aada
n mala y comadreja, ard-anga cerda y ramera, ard-aika mala
Ijer, urde-tu ensuciarle, hacerse puerco, urde-zatn porquero.
£1 color azul vascongado es el azul verdoso del agua, ur-iUtt
de agua, y también vate agua turbia, moho, sucio, ^vls (de la
^bi á peto no del lodo cano); urdin-du azularse, enturbiarse, en-
leccrsc, ardiñ-ert peca, urdin-ka azulado, diiniíi. urdin<fika,
fi-zka, enmollecerse urdin-tu. Navegando por el Meiiücrráneo he
Jo algunos días el agua azulada por retratarse en elia el cielo
y deslumbrador. Así me explico porque ItAniaron ur-din el
azul.
No dejaré de decir aquí que en et habla de las picapedreros de
|licía hay un icxtco euskórico, que In historia pudiera ;tclarar. Al
, la llaman ar-eta, que vale aguas en euskera, y al cerdo urdió,
ftipindfy Jardio, Á Ea piedra arria, A la cantera arri-oi-tira, el arrl-
\ euskéríco, ó argina, hacedora de piedra, lo grande andia, ele.
La medida del ano no pudo ser el sol ni su cirrera, por no estar
nce del pueblo %in los conocimientos a^trotiómicos de que
;Jao los hombres. Llan;>')sc el año por la vudta de ia$ aguas, lo
dá i entender que la tierra donde se inventó c^te vocablo era
I ó menos tropicat. Hl año tiene e! mismo nombre que la avenida
i aguas é inundacii^n, iir-te A acción de ar, el agüear, como quien
? arte por lérmino medio de aflos, urte-gaiztoa okin ats
:, todo junaJeria; aijada y año de abundancia urí-aidit
, mrt-übtf cabo de año urta-bett, arte-bdet ramas que adi
582 Oriqen y vida del linauaje
año brotan urt-adar, cosecha ó para el aiío urt-aro, Enero art<rt4i
ó mes de agua<i del año^ primer día ó comienzo del iño nfí-nfs,
regar, bañarse uría-tu, niños nacidos el mismo año urt-aur, deju
corro mper&e el lino en el agua urta-z-ta, en algunos años arU-üíS-
ka, añojo, anual uríe-an^go-, urtean-urteangOf comienzo de afw
ürte-aste, año nuevo urte-barri, urte-berri, Enero urte-berr-il ó ma
del nuevo año, brote anual ur te-bota, urti-ka, provisiones para tf
año arte-ko, 6 lo para el año.
Nombre de acción de ur agua es ur-fe, y su infiniíivo ar-ío, j
su locativo ó presente ar-te-n, como igi-ie ei hacer, egi-ía y egi-tiM,
Vale ur-ten brotar, salir, como el agua, izerdi-larri-batek urteim
deust gorpuiz-güzHH, un sudor congojosa me brota de todo d
cuerpo, udaberrian urteíen dabe kapalaük tchiribiria biurturitt
en primavera salen del capullo Iiechos raaj'iposas. Vale ur-ía iunát-
se, regar, derretirse, fluir, desaparecer ó irsej liquidarse en suDsi:
negarrez urtu deshacerse en lágrimas, landarak urtu regar lu
plantas, omn-eskaetan dirua iirtzen da gaiza urean bttak.
el dinero desaparece en las manos, como la sal en el agua, fun-
didor ur-tzüle.
144. Nuestro eufemismo ue hacer aguas por orinar debió estir
en usanza entre ios romanos, pues íiMn-a es la orina y arína-ri&
zambullirse, «ríVi-w/iS el ojina!, urma-íor buzo, El íema ur-w M
un adjetivo -in de/rr, que nada vale en latín, pero que tuvo que sig-
nificar agufl: es más claro que la luz, y no puede darse derívadÚa
más sencilla del tir euskérico.
La orza de Hr-c-eH5 es otro adj. -etts de *ur-co, adj. ~cf> dd
mismo ur, y itr-na por urg-na, urc-na, es otro adj. -n. El gri^
nos ofrece las mismas palabras f/^^-^jv orina, 'jí^-ííi* orinar, oúft-^
la metra, y oOp-lc ave acuática. El planeta Urano es el Dios del ridflt
que se llama ciifi-av-'j;, adj. ^an, y o'jpav-to; celesliaL Los müólogoi
quieren que venga de la raíz sanskrila var ciibiir, cual si la atmfr
íera fuera á manera de cobertor ó pabellón; pero cuando cjo^aJ
Qli^-r,v y tir-itja nos preseiilan en casa la raíz ur agua, es necedid
irse á buscar ese var liasla h India. Urano ó el cielo personifiado
es la atmósfera como lluviosa, si no miente Esquilo: «El puro Ura-
nos anhela penetrar la Tiei raj la amante Tierra espera la unlia cfl^
145. orbayo, orina, orza.
583
El amanie Uranos fecunda con su agua U Tierra y engendra
dos para las besílas y los cereales para los hombres- La as-
: conyugal ís el preludio de la arborescente esladón* {Da-
'): y Hesiodo: «vipavo- es el padre de Okeanos, y Urania hija
canos y de Telhys (el agua)..
ano, padre de los Titanes, significa padre de las tempestades.
Var-anas Dios de las aguas 6 var-ana 6 ur-ana, en zend
Ot son adjetivos -im, -an, -en, como urina es adj. -in; pero
coii&onAnliza i mentido en skt. lomando Iras si a inorgá-
[sa forma var no es más que el ur, no es la raíz sencilla, sino
cada. El agua en ski. suena vár, vnr-i adj. -/, var-i río,
Uha nube, mar, var-idln mar, vür-da nube; y sin consonan-
n ftr-fj/oln, ar-dra núifia, en /.end var-a lluvia, va/r-/el mar.
hriante de Urano y V.iruna es en ios Vedas Ur-i-!ra, cquivalen-
ré-tral «Urttra manda y deirama las aguas»; -ira es de agente.
tur el mar» ñor. ur llovizna, yra lloviznar, irl. fual agua,
r ó vGr mar. El lingíii^ta que no vea que ar agua es la raU de
slas palabras, csUi dejado de la mano de Dios, y el que aun
lo recapacite en el origen de esa nr, que nada sijfnifica en
y vale agua en euskera, y no vm que aquella* lenguas pro-
I '- - *". no tiene perdón ni de! diablo,
son ct apellido Uribe y los pueblos asf llamados:
jo Ó junto al agua, asf como ur-i ciudad, población, ariberrí
I nuevo, art'Zar pueblo viejo: se llamaron así íior fundarse
>lados junto i los ríos ó fuentes. Me sospecho que tal es d
tí« urb'S urbi-s, cuyo tenia arbi es el urbe ó aribe, sin eti-
a indo-europea; adj. -an es urb-iinus urbano, adv. nrban-tf
Ufas urbanidad, sab-urbanus el del arrabal, sab-urbi-am
, in-urbanus groittro, tirbi-cus de la ciudaJ, adj. -koXo único
sen \o$ etim^Iogos es que urbs piircce relacionado con or&is,
lara la mayor parte de ellos esla relación es m:ís que dudosa.
nfta les ha dado ahora d escritores y discurscros por decir tas
!t urbes en vez de ciudades, vilJas, etc.: con su pan Latino se
Orl>ayo, en A&tnrias es Itovíjcna menuda, y se dccJan
lliv¿s ar-bajift que vale lo mismo; de ar agua y bal criba.
584
ORIOBN V ^(M nSt lOKltfMff
cerner: es e! agua como ctmida. En galáko-portugoéi orvoUo, y
orvatlar, urbajear lloviznar en Alavj,
Orina, de ^^ir^na, por urina, «ópifv orinar, ÍL orini» rtr. mm,
prov. otirino, uní. fr. orine, fr. uiine^ cat orína, pg. oarini, Qt^,
1,22: Vn mal de orina que llevo,.
Bueno orina^ y buen color y tres higas a! dotor, (Y cíen 1
c, 315.
Opíti-al, el vaso de noche.
Cuando vino el orinal^ muerto era Joan Pasosa!. (Contra
que se tardan en acudir con !o9 remedios), c. 37Z
Orin-ap, de orin-a. Oran, Simb. 1,26,1: Asi pron
este esinnque, porque na anduviese siempre orinando. Miro^
piles que me voy meíiendoá viejo, veo más, puedo mis,
más, orino más alto y me siento mejor.
Orza, de urceiis, il. orcJo. Vasija vídrLida de barro y sini
para conseivas. Gaii tspan. 3: Con lreint.i or/j»s de miel, aun
tocada. Hita 514: Quien non tiene miel en la or^, t¿ngaU
boccU
Orz-uelo. dimin. de orz-a. Inslriimenlo de cazadores
coger vivas las perdices, y es como tina ratonera de Jgu.i coo
pilla movible. También cepo para coger íieras. Cabr. p. 344:
zuelos, Irampas, hoyas, donde caen tos miserables degos.
Balkst. 3,3S: Aj-manlas asimismo unos orzuelos co que caen,
es como una ratonera de agua.
146. Si or valió ahí. en tomo, driiculando más hondamente^
sirvió como demostralivo más cercano y junto á si: /i
dagoka zaunka egitea ta etche'Ur ta ingtjruan iblltea, a praptb
dd perro ladrar y andar cerca y al rededor de casa. CaliaJmente»
llamó or al perro por andar rondando y acorralando; pero ar iiidioi
mayor cercanía y hasta aprieto: atorra baizen urr-ago rtorraa á
cuero más cerca que la camisa, lengasa urra primo camal, ctrcaí^
aide urra 6 aid-urro pariente cercano, ur-ko cercaoo. De aqni «tur
ar signifique la avellana, como cosa apretada.
Atajo ó camino de cerca .irr-6írfe, cerca, cercano ar-bílt y Of'Ut
ó urbií'du acercarse, urbü-agorík ikastearekin con v*ffe mis cero,
irr{rik urbiiena el pueblo más cercano, arbU JtakUkidati
lí: bÜ andar cn iorno, apretarse. Atajo urbii-bide, cerca urbü-tan,
no urbll'tko, inmediato arbií-en, cercanía ürbU-tasan, acer-
ur eman, ur emon. Fulano, tal es ur-Iia, es decir an prójimo,
|quc cslá cercano: Ñor ií da? erantzungo date: Urlia U da cjuién
rouerlo? responderán: Fulano ha muerto, urtia-e^ancan en
Ahora se comprenderá por qué sonando suave la r, ar^a vule
3, en vez de or-í éste. La -o de lejanía se opone A la *í de cer-
y or en torno á ur un prójimo^ un cualquiera. Ese uro se tía
tienüizado en varios dialectos, agente arak, por el a, ak aquél:
si por aquel viniese la moda de decir fulano ó un tal, come
I ahora la de decir asfed ó sea vuestra merced por vos. De aquf
1 sufijos -ara, -ara, -arí, con el articulo -a, ei constitutivo -a y cl
Ibuüvo -/, que indican el movimiento y tendencia, así como ara
jél: gatdura, putura, ichura. mukura, ¿aiUuru, takínduri,
hari, moíirL Cn castellano -ura (R. 82) viene de este sufijo oonla-
pnado con el -tara lalino. y el latino -tu-ras.- íu-ra, -tu-rum, par-
pia] futuro, es el -iu participial y el -ra, como pU-ttt-ra acción de
íMr y rebuliirse, de pU-íu revivir, aliarse.
Con artfctilOr urr-a el prójimo, el cercano, la avellana ó apre-
Pero además ¡urrrrra! ó ¡itrraf es la expresión con que se
venir i las f^ll i ñas y palomas, y por ende su nombre entre
Ese rrrr al llamar la vieja en el comí á sus aves caseras
I está que expresa cn el movimiento de la tcngua el movimiento
Ico de las aves at venirse para ella. Y si orra vale fhí con la
r, arra por su u indica mayor cercanía. Es el sonido hondo
onaJife que sale de Lo hondo, que no parece sino que dice
lid acá adentro! Usase ese /arraf en toda Espaüa para llamar i
I aves de corral y no sé si aun fuera de Cspaf^:], aunque creo que
^ para esto mismo y para aianífe:ítar el hondo regocijo, es decir,
' ó vibración y meneo, por otro nombre conmoción, que hace
úUíTj brincar y moverse, que eso es el regocijo, y u hondamente,
ción bullidora honda: ¡arraf
El locativo arra-n, urre-an cerca, cercano, casi, tal vez, emen^O'
ggin-urran aitut tengo casi acabado mi tiempo, ü-arrana
1 casi muerto, urrean agindako teuke probablemente mandarlt;1
superlativo urr-en cl mis cercano, erori-arren i punto de caer,
as
586 OmUEN T VIDA DEL LENOUA/E
ii-ürren da eslá casi niuerío; unan-cía y urren-da allegarse, áctf-
carse, ó simplemente urr-an, urr-en; inmediato arren^ko, \í pté-
xima vez urrcn-aldij urran-aldi; inmediata, siguiente, otra vé
urren-¿iO, un engo-urtean el año siguiente; agaff unengo-arít,
adiós, hasta otra vez, dimin. unen-isa casi; arre-ra-ta acercar^
une-ro casi, próximamente; un-ago más cerca, unaR-Ckh
cerquita.
El sufijo -un en indica periodo de días, eí más cercano, ti di:
bederaizi-anen novenario, zarpi-anen setenario; lo mismo col
ürte año.
El indefinido arr-e vafe cerca y el oro, sin duda por sus pc|fr
las apretadas y pequeñas; deí oro llamóse á veces arre-zuri la j>M
y une-goni el oro, por lo blanco ó rojo, urre-bizi mercurio ú oro
vivo, une-gin platero, urre-gintza platería, urra-z-tQta dortf,
urrc-zilar oro y plata, unez-ko de oro. Si itne-gonió arte ro|0 ñ
el oro, y iirre-zuri ó itrre blanco es la plata, claro está que irfM
propiamente fué e! nombre de la pepiía, la primera que se hllU^
que fué la de oro: es el indefinido -e de un-a avellana, lo prieto.
Atributivo -r de iirr es im-i, que vale apretado, lo del acerctíSE,
como /irr-o la aveJlíina, de donde ün-í tncaño, prieto, miserabíe,
escaso y chichón, jorobado, coímo apretado, y lento que se va aaf^
cando, en fin, los meses de escasez Setiembre y Octubre, lan-affk
trabajo escaso, uni-iini muy prieto y colmado, uni-aro oUAl^
época de escasez, uni-eta Ocíubre, oíoño, uni-kaí miseria 6 es*
sez dañosa, unikal-du compadecerse del miserable, unikaifSi
misericordia ó unikal-tasun, anikal-ti compasivo, unik~ari (*■
dad, urri-ki compasión, lentamente, itrri-ki izan, uni-kaiUBj
urr/A-íín í'za/i compadecerse, del apretarse las entrañas acorigfljfr
dose y lasiimándo^^e, uni-ta, uni-fe otoiiada, ürritasufi tU3tíl^
lentitud, uni-iíí escasear, colmar, hacerse lento.
Mayor fuerza qtie -or encierra -ur, como que vate lo quetflft,
apretando, an-ean aquí cabe mí, cerca. Cuando la idea de ttnfítt
'Or es más profunda, convirtiéndose en la de eticenar detiífo, eflí
fondo, se dice -ur. El miedo se mahifiesla por Un encogimiento y
ftovillamiento de todo el hottibre, no solo en lo de fuen, «tttfe ttll
sino en el ánimo y eh lodo ct cuerpo, pues e! eíicoglmiento q«
muestra afuera et que t]tt\k miedo no ts íaáA qU« la izarte visíbhdá
■■ m
J47. -urro, -arrio.
W7
^fcecho general y qu« arraiga en el ánimo. Aovillarse y apelotonvss
bilda, biít: el miedo es hitd-ur. Si preguntamos á Ins eieoclas
modernas qué es H combuslibte, la \fm, el carbón mineral,
I dirán que es un atniacenamiento tie energías solaras. En i*ft:cto,
i sol descompuso las materíai Lernaría^ vegeUles dejanJu el carbooo
tal situación de instabilidad, que solo aguarda á c|ue le toque el
K^eno, con lal que veng:a algún tanto apasionado y calicnle para
Jtir al momento caiga en sus braT^os, se entregue á su voracidad,
nionces aquellas energías solares, que estaban como ud rcsoilc man-
ilemlo la instabilidad det carbono, quiero decir Uabajandocn
ípcdir que oíros cuerpos viniesen «i combinarse con éUnopudícnda
ííslir al ímpetu del oxígeno, sueltan su presa, y salen afuera en Ja
I que en un principio tuvieron, de luz» calor, fuego. Esc altna<;e-
liento de las energía<i solares tiene una fórmula en el nombn:
rimitivo de Ea leña y del combustible. La energía solar es e^, ü^*
nde egtts-ki sol, que las tiene y tas fragua, eg-un día« espacio del
p ahora bien, el tener afgo encerrado hemos visto que ha de expre-
por «r: el comlnisijble, la leña se llama eg-ur. ts todo un
itxdo de fisiología vegetal. El nombre de la azada remonta a la
I de piedra, es otro tratado de prehistoria: dfcesc aích'ur^ aiUat,
■ ti! '" ""■ peña.
'. I de -ur es -J/rrní lo apretado, poco, escaso, 6 simple*
lo propio (-i) del tener ó encerrar (-ur): eíoií-urri apocado,
Hin-arri hormiga, ask-urri cosa vulgar. adocenada^ de asko mucho,
^-urri apocado de ánimo. Tenemos^ pues, ur, urr-i con»o sufijos
d mismo valor que tienen de por sí.
147. -urro, del euskaro -arr: bab-urr-ear de bab-a, dcspach
■rde patch, (d)eá})3nz-uiTar de pfin/-a,a)>ach-urrar (Ilond.), l
!>-arrBrsc (Galicia) de cs-cap^r, caz-urro, cacb-urro, cosc-urro=a
•UTTO, chutíi-urrar, cant-urr-ear, diap-urrar, bat-urro de bato,
•ttrrlo, offIo, como eti etiskera -urri, escaso y lo propio
^át, despectivo: cep-urrk» de cepo, band-urria ó pand-urria de bandii
^kd-urti-ales de andar, vtll-orrio, cimb-oirio.
^V 148. He dicho qiia la a de jarraf para exclamar regocijado •
llamar i las gallinas tenía algo de hondo, dentro de mi; y aunqu
588 OjtlQEN Y VIDA DCH LENGUAJE
yo lo he dicho, más de cuatro lectores no lo habrán creído, atribu-
yéndolo á cosas mías, á mi teoría que había de llenar de ripio i Mtt
de buenos sillares. Como no gusto de que nadie me crea por mi
palabra, que nada vale sino es portavoz de la razón, conviene qut
ahora la oijs^mos á ella misma.
Con la -a de adjetivos, que llamo constitutiva porque expresad
tener; aquello que tiene, arr-a es lo que tiene urr, y de hecho v<Jc
espeso, apretado, colmado, de suerte que urr, tanto con -a, -e, 4,
como con ~a vale siempre una misma cosa: ile-urraa da aarr-orrú
ese niño tiene mucho pelo.
Pero he declarado la acepción de prieto por la de cercano, y ésta
por la de hondura en la voz arr, y lo que hace al caso es ver li
acepción fisiológica de ese arr, de la cual nacen las acepciones mái
objetivas. Al llamar á las gallinas traduje ¡arrat por ¡venid acá aáeih
tro! Adentro en verdad es lo que indica fisiológicamente arr, mo-
vimiento (rr) hondo (u). Eso de decir movimiento hondo no es
más que analizar en dos palabras el arrullo, que es el que se -dice
urr-a, el mismo arr-a que las aves hacen, lo que tiene urr. Porque
¿qué es el arrullo del pichón? Es un sonido hondo y oscuro, del tim-
bre a, y además vibratorio, de timbre r, es resonar adentro algo que
se parece á nuestro arrr. Esto mismo se ve por los derivados. B
arrullo se dice arr-u, arra-eta ó donde hay arra, urru-ka ó andar
al urra, urra-e-ka indefinido plural, urru-ma, de ma dar de s^
arruma-da, da donde hay. Arrullando arruma, arruma-da, arru^
ma-ka, nombres además del lamento y quejido humano, del br»-
mido del ganado vacuno, del silbido del viento. También el arrullo
arrun-ga.
Con la -p de hondura, bajo, urru-p, urru-pa sorbo, trago, i
causa del mismo rurun ó arra, solo que bajo, medio á la calladla
menos sonoro, arrapa egin, urrupatu sorber, urrupa-ka i sorbos.
La hembra del ganado arru-za, arra-cha, urru-tch, arr-idu,
llamóse del arrullarla el macho, la del arra ó arrullo. El pichóoy
la paloma ur-zo, el del mucho arrullo, palomar arzo-tegi, urza-^
El estornudo urzain, urzainz, artzintz, urzinfz, arsain, esíonifr
dar arzin-da. La ardilla archa, urchantch, archints.
150. arrúi, arrnn.
5S9
149. Uppa! con los mismos valores para llamar i las aves,
lie en cuskera, y de regocijo y como arrullando.
Urr-L urtia, del euskaro ¡urra! J. Encin. 92: Silva, ¡urrial
út grílíHo.
¿/rrj acá, T. Naharr. 11, 75: Sí n' os digo ]hurrl allá! Lope,
\Hijo ieofí. 1: No hay más de venir al campo / de hablar con cabras
bucyts / y usar bárbaros vocablos... / Urri acá, buey, y oirás
' / de que no hay vocabuUrio.
Hürriaiiá.]. En-cin, 100; Repastemos el ganado. Hurriaílál
Riirlif», ó repelido, es expresión del arrullar vascongado,
qtie se ii!>a en varias parles de España para llamar á las hembras i
jnos animales, como i ta cabra, etc,
/r de rucha, en Asturias corlejar.
Ruca. Yegua joven en Falencia; del arrullo arruA'o.
] 50. Con el -tik áv, fuera de, ur-Ük-ú ei d sustantivo de
de aquí cerc^i, y vale lo que se echa, el brote ó rama, á esti-
ó urropndo, birao-urtika echando maldiciones^ arri-ttríi-ka
nzando piedras^ tchinpart-ttrtika echando chispas, adar-urtika
ando babas, íchisí-urtika escupiendo; de aquf tírtik-i, urtig-i
ir lejos de sf, arrojxr, arria urtigi ta cskua osta, Itrar la piedrs
' esconder la mano, ürílki ziUaion se le arrojó.
At ganado se le hace retroceder dicíéndole t-aM con la t¡ lla-
Biltva» eur-tiki arrojar, desechar, earíu liacer cejar.
Cuando el perro anda de caza, y aun cuando no anda en ella,
rque siempre es cazador, va tras el rastro, venteando, husmeando.
iviila parece que un olorcilio tan liviano, que no alcanza nuestro
kto, baste para que e! perro desde muy lejos de con eJ camino
'donde pasó la presa. Esc olorcilio Un ligero díjosc urr-ín, di-
BUtivo de urr acercarse, porque hace que el perro poquito i poco
lya acercándose A la ca/a; urrin-da-ta husmear, olfatear, perfumar,
c/u hedor, arrtn-te olor, arrin-i-tata aromatizar.
De aqut vino á, indtcir eJ alejarse, como se aleja el perro en s€-_
imienlo dct rastro venteado; y así urrin olor, vale también Icjc
no, arrindatu husmear, y urrinda hedor y alejarse; urrin-g^
anü. Lo mismo ttrr-un es el rebusco en la viña, yendo Iras, junio
I y por otra parte del irse así rebuscando vino á signiíicar Iej09|
lejano, arrun-tín alejarse, urru-ti de lejos ó ítrniti-an. Sufijada
-urran periodo de dias, bederatzi-urrun novena.
El romper adrede una cosa apretando es arraf urra-tUt y 9U{ se
dice del romper el día por metáfora argia arratzerat zoan apun-
taba el día, urra-tze la aurora ó romper del día, además rasgar, qu^
brantar, destrozar, quedar molido del trabajo, estallar, reventar, d»
hacer, descoser, irriz arrala reventar de risa; urra-tze, arra-tzth
pen destrucción, arra-ka rompiendo, refunfuño del perro, ett,
ürraJ:a-da arañazo, urra-ko rasguño, resquicio, urra-koi ó urra-
kor rompedizo, ur-urrata destrozos hechos por el agua. No conozco
deñnición más exacta del romper. No haya cuidado de que se ron*
pa ninguna cosa, si otra no la aprieta desencasando sus partes /
moléculas.
Andar al urr ó apretando es ur-ka agarrotar, garrote, hora^
traba en el cuello de animales, palitroque donde se aprieta la yerba
para que la coma el corderillo, cruces de haces para que se sequen
las espigas, tornillo que aprieta la prensa, viga del lagar, pértiga
encima del carro, urk-abe garrote ó palo que aprieta, arka-bütr
dogal, urka-fcha horquilla, arka y urka-tu exírangular, urki lo que
aprieta, traba que impide al cerdo, etc., entrar en sembrados, urilü
rueca, lo que coge el copo, ar-kila rodrigón, meca, urkila-tu ahor-
quillar, arkila horquilla, ~ki, -kil, etc., significan lo que hace aró
cerca, apretar, iir-koi horma, ar-kala horquilla, urkul-da desgranar
mazorcas, abrir el erizo apretando, ar-ku~la rasguño, horquüll^
mella en la oreja en forma de horquijo.
151. De u/TflrA:í7, mejor que de arka, se dijo en skt. vrAfld
lobo, el perro, el chacal, la corneja, el buho, el ladrón, y etiloi
Vedas también el arado; la idea de romper y desgarrar es clara. De
aquí en pali yaka, indost. brik, bik el lobo, en zend. vehrka,át
donde Vehrkdna ó Hircania, tierra de lobos, en huzvar., parsi f
persa gurg, beluchi gurk, curdo garg, varg, verg, oseta biragh,y
en irlandés brecfi, breachs por lobo y perro salvaje, como en skL
vrka-dañga perro, vark-ara macho cabrío y cordero, que corneal!
hoja y pierden el arbolado, varkaía clavo, vrg-yati coger, agarnu;
vergcika escorpión, vragc-ati romper, cortar {taran los irbcki^
y herir, vragc-ana acción de cortar, herir, sierra, tijeras. Todo ao
152. racimo, urraca.
591
ti» urivcj, dcrivaJu ca&lcllano dd mismo vocablo cus-
á las formas sánskriUs con k responden FfMfac-íí;, eol.
Í)|^x.-*r, pedazo o sea rüío, Ft/oyia roca á pico 6taja<la, póy-t^
Irsal, p*x-o; espino con púas, que desgarra, pcp¿-wi cortar
, ¡kí3-3ifi ir contrfl, pe^ar, rom|>er, ppajc-ia: v" Tpa/ti; tvsw
^^ como en an!. fríson rra/: dañado, herido, corlado. Con
^Bi rccvmus racimo.
ERr trae aquí Tpír,', fjVj*f-vj-¡»i romper, desgarrar, pí¡7'ii3 ped
ísgano, fr,^-[i!v orilla donde rompe el a;íua, S'.ct-ppojc roto.
En gotio bri'kan yJA-*, ^of>fl5'v. ga-bnik-a, Brocken al,,
s. br'écan, ingl. ío MwA-, atií. al. bri-ltltan, med. al.
?ra'. brechen, zeT'bn'che. En eslavo Oreg-tt ripa, irl. ¿"fo^p
nmu), briss-im rompo. f:ti lal. frang-ere^ f^^íí'U Jrac-tum
^^onfringere, in-fringere iníringir, tn-frac-tio infracción,
rt-frinffcre, re-fractio refr^ícción; frag-iíis frágil, fagiti-tas
' V ^':jg-men y Jragmentum pedazt), [cagmenío, Jrog-or
■ T al rpmpcr, /ro;^-í),s«j ijiteluado y ruidoso, frajioso,
K-ttíS aíajo, nau-frog-ium rotura de nave, naufragio, ñau-
as ■ ' ^- "íüJ'nsafraí'io» del uso de los tejos al
Sü¡y-,:^.. . .„.:i, apoyar con su voló, re-fragari votar
I, rt-frac-t-aritís que halla tjue reprochar cu conlra, retrae*
i grafía 3í» <■*" Levaos y Beoda, dice Brugmann (157), ppdíivoc,
;; muestra el cambio de ur- en vr-; pW^I^' >' p'iosw son el
If^, cuyA n enjerida ante la^es la caía ele rtstica de presen-
»
RnciniOf de rac^^mus: ii. racemo, prov. r^tzim, fr. rai-
emo. La porción de uvas, granos ó fnitos que da la xid,
• oirás plantas cusidas ú sus piccczuelos y estos á un tallo
del sarmienio. Qiiij. 2,38: Llevarse en agiiz el racimo
1060 vcduño del suelo. Id. 2,21: Una palma, que se
irgada de racimos de dálilcs. Id. 2,51: Con un pedazo de
un racimo de uvas.
tío/. Quij. 2,60: Vieron los racimos de aquellos árboles, que
ucrpos de bandoleros. Saav. Rep. pl. 82: F.nUe facimos de
I
592 Oriqen y vida dcl'
perlas, que se dejaron pendientes de los ramos, los traviesos siHos de
una clara y apacible fuentecilla. Herr. Agr. 5,4: Hallaianb llent de
abejas, racimos á racimos, que andan buscando la salida.
Germ. ahorcado.
A racimos, á montones. Berrueza Amenid. 3: Cógense á ih
cimos las violetas, á montones los claveles,
A racimos, apiñada y abundantemente, personas^ insectos, de
Como racimos, de lo muy agrupado y abundante.
En racimos, y aun se añade: como los boquerones fritos, ei
abundancia y arracimados.
Racim-ar, amontonarse como en racím-o. Hernano. Entíd.
U 6: Un racimado enjambre se hicieron.
En Aragón rebuscar los racimos en viña vendimiada.
A-ppacim-apse, amontonarse como en racimo. Herr. Aff.
5,5: Estarse han (las abejas) así arracimadas unas á otras. Zamou
Mon. mist. pte. 3, Visit.: Como abejas á un hombre arracimadas.
Viaj. parn. 7: Cuatro se arracimaron á un quejigo. L. Qrac. Crá.
3,2: Coronada de rubíes arracimados.
Afi*echo, gall. afreito, en Andalucía, Extremadura, Aragón,
etc, el salvado, de af-fractuní, frangere desmenuzar, lo desmenu-
zado. L. Rueda 1,5: Debía ser de puro afrecho. Valderrama §.
Fer. 5 dom. 2 cuar.: Si viese morir de hambre ó hartarse de ud
pan de afrecho infinitas viudas. Id. Fer. 2 dom. pos.: Lo que en-
cendían las mujeres eran como afrechos ó salvados.
Urraca, según todos, del euskaro urra-ka coger, robar; y
responde al nombre del lobo y de otras cosas que cogen, en \ñ
I-E. Ant. también furraca, hurraca, y téngase presente para la A no
etimológica de otras voces euskéricas en castellano como haroBj
harre, etc. L. Rueda 11,53: Escucha, pico de urraca. Quev. rí?ffl. 05:
Urracas en soto/ó en estrado sotas.
Hablar más que una urraca, por hablar cuando está enseñada.
Más contenta que urraca sin cola. c. 44Q y 430.
No hay quien tenga tanta cola de urraca, del que anda en»
gocios para los cuales no tiene costilla.
Ser una urraca, aprovechado, avaro.
Uppaqu-ear, (hacer) en Argentina hacerle ver las esírellií
ó sudar la pita, que también dicen.
153. urgen, virgo, verter. 593
■ A-'burraji^-ar, romper mal y superficialmente !a lierra,
cual si ía picara una urrac-a, Herr- Agr. 1,5: Más fnictifica «na
huebra bien labrada y bien aderezada^ cjue tres corridas y ahu-
rngadas.
153. La raíz urg, según Curtitis^ significa aprelar, oprimir: es el
Í, arkatu. En gr. Fe^^, fi'p^-vü-jjiij EÍp-[-tu cercar^ encerrar, apretar,
díríender, rechazar, eipi-jtoí, £ifx-r^ cercado, Aüxo-'jp^-'>^ Li-
5. De aquí, según muchos, épK-oí encierro, red, collar, todo lo
«prieta, y ípx-'j'; juramento que ala; en lal. orc-us dios y señor
W inricino y el mismo iníierno. En godo vrik-an perseguir apfe-
■ndo, aní. a!, reccheo perseguidor, godo vruggñ lazo, ags, vring-an
Itringere, godo vorkyon prohiberc, vrafg-s corvo. En lit, verdj-in
azar, apretar, esl. vruz-an ügare, lit. varg-ti apretar, vargas
io, esl. vraga enemigo. En skt. varj-áti, vrna-j-mi excluir, ro-
^, dejar, perder, vfj-ana en bóveda, varga junta, clase, vraj-
arque« cercado, vrj-an-am patio, entrada, vrj-inas falso, malo,
Rdo.
ro el latín es d que mejor conserva el primitivo valor en
re urgir, apretar, ad-, ex-, m-, per-, sab-: ursi por arc-sit
'-ere variante de urgere. En vaíg-as zambo hay / por r, y rcs-
Ede á paiPíi-;, que vale lo mistno y corvo, godo vraiqU'S oxoXtá;,
m Fpati-(*c por consiguiente, luego Fpaií-io;,
Si rfí^íi arruga, riig-arey cor-rugare, esiá por vniga, como
:rcn algunos (Curtius * p. ^73), pcrtencire .1 esta raíz, lo mismo
Que el ags. vrmC'ie. No menos verg-ért inclinarse hacia, es decir
■er corvo, parece variante de arg'?re, aquél neuiro, csíe transitivo,
jOMno pendtre y peitdíre, memini y mont're, detergeré divergir,
it-ia divergencia, inclinación, i'n-, e-, re-vergerc.
JAI IM. verdj-íí apretar y esl. vruzan vrcs-ti atar, hay que afíadir
arza gen., igual al ags. vringan, ingl. wring, al. ringcn apretar,
b!ar, hol. wringen, ant. .if. ringan, ags. wringün, irgl. to wring,
• vraggo lazo; variante germánica de wrtng es wrank, de
'líiodc en al. Ranke, Ingl. ir/'o/r^ ¡orcitlo, malo. ñor. rangr corvo,
brcido, hol. wrang, ingl. to wrangte apretar, ant. al renken por-
^an*-^a/i, ags. u'ríno corvo, wrenc-an torcer, ingl. /o wrencH;
^ vez gr. p¿;i^, p'íttpoc que valen dar vueltas, rueda, rombOj aun-
594 OrU3£N V ViDA DKí. lenouaic
que pudieran venir de fi^-<ii, eusk. orpo: los autores ¿tu(Uv,pefD lo
primero es más probable. Dolor por el aprieto es en norso vefk, st^
vürk, ags. veork, ingl, irk-sonie molesto, pesado, como ípi-aX-íos,
Añaden algunos virga verga por torceise y doblarse, virg-ala, wlhi
gal'tiitn, y Pp'V/'J^ '^zo, y verber verga, azole, y el golpe con dh.
como en es), vrubú saVix, sauce, til. virbas verga, virbaías palo de
madera, verba sauce; Verbcra-re azotar, re-verberare rechazar ua>
fando, trans-verberare atravesar azotando, de verber, que se d^S
por el genitivo verbcris en vez de verbus. La verbena en castellano
y latín tiene el mismo origen por verb-es~na, át *ver6iíj, esd
ramo sagrado, y el verb-ascuní barbecho.
Los romanos empleaban la verbena en las ceremonias lusírale^
los pitonisas se coronaban con ella para arrobarse y piedecir
venidero, los mágicos Ja quemaban mezclada con incienso durul|H
la preparación de sus encaníamienlos, los heraldos declaraban li
guerra al enemigo llevando cabe sí un hombre con una rama di
verbena en la mano, el cual se llamaba verbenariiis. Era la yerta
sagrada, '.^^'/'^'J-'■i■■^^^, herbé ?acréi.', denominación que alcanza íambiíl
á la salvia. Cúralo-todo, guérit-tont se la ha llamado. Fué en Gredií
é Italia hierba de hechicería, de buena suerte y de bu^na safuJ, pot
lo que se llama Verbena afjidnalis L. Como de buena dicha pertD'
necea las vcrbenae ó sagmina. Dice Pliriip (25,105): *NuIlalanjf(
Romanae nobililatis plus babel quam liiera botane s,\\^u\ arht&ñoi,
nostrl verbenacam vocant. Haec est quaní legatos ferré ad hosta
iudlcavimus. Hac lovis mensa verritur, domus purgantiir lusln»-
turque,... utraqiie (genera plantae) sortiuntur Galli et praccÍDinl'
responsa, sed Mag[ utiqne circ:i lianc insaniuní, hac perunctos irapfr
Irare quae velínl, Febres abígere, amicitias conciliare nulliqne noa
morbo mederi. ColHge deberé circa canis ortum íta ne luna autsol
conspicíant, favis ante et melle lerrae ad piamenlum dalis, circna-
scripíam ferro effodi sinistra míinu....> Con eeío se declara nücsta
verbena, ir á coger la verbena, juergas nocturnas ó muy lempranfr
ras, que ni haj'a sol ni luna. De lo último que dice Pllnio, qucSC
arrancaba con hierro, díjose en alemán Eisenkraut hierba dchierrí>
y entre germanos y eslavos en general ysena, ist'nc filete, iseaam,
isere, Userenbart, iscnbart, isenliart (Fischer-Benzon Attd. <kt^
tenfl. p. 78), y en eslavo deriva átzelezo hierro (Nemnich 4,155^
\
i 54. haergo» ogro.
595
! esta dcnomiRacii6n su procedente en la antit^uedad elisia,
>Íotoándc» trae d nombre de 7!^r,fií>!-, además de -z[í\~í^w*
, pahrmra, «porque la? palomas se htidgan de Frecuentar Á.
ella se luiU», Uice Dioscóiidcs (4,&I), y: • Dice&e iiiie ii se
td lut>ar á do se hidereri convites con d agua que hubiere
I en remojo, regocija mucho los convidados». Tal es U iMÓn
verbenas ó comilonas campestres. «Uámanla híciba s.igiada
er úül para purear la casa de adversidades, coEgAndose en ell»-.
íser Indígena de loda Europa la verbena.
hrios autores convienen en tfinparexitar con U laiz antn lor de
I urg-ere, la olra Fipi que vale esíar con empeño en algo, de
: obrar. En ski. Víoj-ümi ir, dirigirse á, es reaímenlc variante
^rj-úmi rodear, prohibir: Ea idea de apidar, cercar dio la de
Ibir y la de dirigirse ú acercarse. Igualmeiile en gr. 2-'jp7*o^
, por Fcp7Wi, p«í-u*. por Fpa^w^ por Pip^Lw, obrar, es ponerse á,
de «'PK^B cercar, apretar. Responde al $kt. el zend. varez
vareza obra, tem. verez. Obrar es i\f\-úX.'*n.tJí\, éí>t-w ubra,
«'C, ¿pX-«v-<»v ímstruiiiento, órgano, ópi-tov obra sagrada. En
vaurk-yan ¿p-ídíssOai; obra en ant. al, wifrafu wSrk, al. Wcrk,
verk, ags. weorc, ingl. work; y obrar ant. a), wirkan, al.
En eslavo vareza obrar, breJ. Vergo-bretus—guerg cíiicax,
n norso orka obrar y tener fuerza, poder, procurai, y en
\rjasvant, ürjavya tueríe, poítnle.
valor secundariü de velicmcricia á\o, sc^un <_urüiií, '^p;-55
, cmpeAo, ira, ¿pi-úm Icncr violencia, esur en caJor, '>p|-4i
(eiil, of/f-ta orgia, fiesLas báquicas^ ¿i>T-tCcii irrtiar. F,n skt
¡ ft/yas fiierTa, violencia, poder, aclividad, ürja-yami ürj-itat
ríe. En lii, vcrg-ii verse apretado, csl. vrag-a enemigo, godo
B, vrak apretar, apurar, pcr^eauir: son tos vocablos de la
i acepci<>n, pero cuya conexión con esta tercera es bien m^rzi-
, ui como la de esta Icrccra con ln segunda de trabajar, ser
Del urgir ó apretar se dijo cl tomar con empeño y el activir
bemenda.
IIu«rco, huerjío, uerco, de orcus, andas para
; á los muertos, (risle, retiíado en U oscuridad, ínüenio, mucr-
nio; íL orcOj sardo orcu. Corr. 176: La casa heclu y
596 Okioen y vida del LEHOtúilii
el huerco á la puerta. Hita 400: Almas, cuerpos c algos
huerco las traga. Id. 828: Diz: cya leuase el verco a la vieja RjsoBü.
Huerca, en la Qerm. la justicia, de huerco.
Ogro, del fr. y prov. ogre, que Diez trae de orcus. Comedor
de hombres, como huergo ó demonio.
Rumbo, de rh¿ímbus, de pojiPoc, fir. rumb, it. rombo, f^:
rumbo, rumo. Es término que signifíca las líneas de los vienta f,
que se usó primero en náutica pasando de Italia á Francia y Espdi
En la forma rombo. Qaij. 2,35: Donde estaba mi alma entretenidí
/en formar ciertos rombos y caracteres.
Son cada uno de los 32 radios señalados en la rosa náutici^
rombo di vento. Covarr.: Figura de cosmógrafo en forma de C9>
trella, en la cual forman los vientos, y sirve á los marineros con h
carta y aguja de marear. Persil. 1,7: La nave comenzó á correr a
popa por el contrario rumbo que venía. Casa, cel. 3: Y en saliendo
del estrecho / lomar el rumbo á esta mano. Bañ. ArJ..3: Y qued
rumbo de Argel toman.
Sirve también á los astrólogos judiciarios. QüiJ. 2,62: QuanU
rumbos.
Generalizóse por camino, derrota, física ó' moralmente. Manoo
Pref. 10: No deben los católicos seguir el rumbo de los herejeSL
CiENF. S. BorJ., Dedíc: Pasemos á descubrir nuevos rumbos, por
las sendas de gloria que abristeis, con la discreción, con la gala f
con la bizarría.
Por el movimiento airoso de la nave que camina, las velas hiih
chadas, díjose también por carrera impetuosa del caballo (TesM
1671), y de aquí pompa, ostentación y aparato costoso. Ret marOK
¿Qué poetas se usan ahora en la Corte de fama y rumbo? Conud,
ProL: El rumbo, el tropel, el boato, la grandeza de las comedias de
Luis Vélez de Guevara. Esteban, 3: Había entrado un soldado de
los adocenados, de bravo rumbo. Lope Laar. Apolo s. 9: Queaoi-
que los hincha no los hace tersos / el bálago del rumbo de los ver-
sos, / que son como las velas de las naves, / que porque llertt
viento van muy graves. L. Grac. Crít 3,9: Y así otros singulaiti
ingenios de valiente rumbo y mucho garbo. Id. 2,2: Aquel ostafr
loso edificio con rumbos de palacio.
De aquí el desenfado, desenvoltura y generosidad de rufol ]
154. rumbo.
5*57
peres de la vida, la vida airada, cuyo ideal es la pompa en los
iHiMMiios, U bizarría. Vizc. fing,: A esfa señora del rwmbo scvi-
Ic empeñé una cadeiu. //. freg.: Donde se ejercita lodo género
juibo y jácara. IiC. Viür.: Sucedió que en este tiempo llegó á
Ha ciudad una dama de todo rumbo y manejo.
[En la Oermania peligro aventurado, donde se manifiesta esa
rdla. Rom. Germ. 8: El rufo viendo tal rumbo, / cala el techo
se gtiiña, / manilla Pedro de Castro, / adonde dejó su ¡í*,
dSfcft. 1; Que entrevo toda flor y todo rumbo.
\lfatir el rumbo, ceder mucho en el propósito que llevábamos,
Iccir, amenguar en la bizarría.
(De rumbo, gente maleante, del bronce. Viaj. Parn. 2: Unos por
bmbres buenos conocidos, / otros de rumbo y hampa y Dios es
rumbo y cumbo, en Honduras del dispuesto á todo.
Echar por otro rumbo. L Qrac. Crit 1,11: Echó por otro
bü, determinó ir A buscarle ¿t casa de.
Ituntl»-ar, andar mares, caminos, señalar su nimb-o ó
ccíón.
Rutnl>-ada, a-rriiitib-adn. en náutica corredores en
IcniJ en cada K-índa dc>idf donde í;e hacía fuego, es decir las
, de rumbo ó dirección. Mpnií. G. Oran. 2; Con mantas y
como rumbadas, á falta de rama y tierra, Viaj. Parn. 1; Las
ibcidas, fortfsimas y honestas /estancias, eran tablas poderosas,
llevan un poema y oírn á cuestas. Q. Ai/. '2,2, Q: Sin ferros,
lería, poslizas, ni arrombadas, porque Iodo fué A h mar,
Kuinti^átíco, rumboso. Miranda Apohg. 2,2: Si fueran
r&os espirituales, convencía la réplica; pero como no son sino
icos, y de sutíknts aparentes y rumbáticas, le viene nacido el
lo.
Kunib-A9<i, hombí c de rumbo, pomposo, bizarro, osten-
que alardea de desenfado y desenvoltura en la persona y de
idad en dar.
ulttbo8a*iueutC| con pompa^ bizarría^ generosidad.
Rttinl»-óa, rumboso.
RuEiik-earf en náutica trazaren la carta alguna rosa de
jfacrosii
k.
5Q8 Oriocn y vida del lenouajc
Tumbos, manejar los compases en la carta para echar en eRi d pn
cuartear.
En Argentina brujulear, abrirse camino por monte ó pnn
•buscar yerbales, árboles de goma, etc., desde una altura.
Kumliea-doi*, el práctico ó baqueano encargado
rumbear.
Rumb-iar, en Honduras andar en los jaleos de los btni
por el rumbo y aire, variante de rumbear.
A-i*Pumb-ar, en náutica maniobrar de modo que seluq
coincidir dos 6 más objetos en una sola enñlacíón ó arruml)amiei
de rumb-o, dirección, están arrumbados los que ae hallan «
misma dirección; trazar en la carta alguna rosa de rumbos; de
minar la dirección que sigue una costa; navegar paralelami
á eiia.
Reflex. tomar su rumbo la nave. Arqens. Nlalac. f. 109: F
ya quitado de una vez e! horror, se pueden poner en altura cii
arrumbarse, y con derrota segura llegar al estrecho. Ponerse a
mismo arrumbamiento con otro objeto; seguir la costa en
dirección,
Appumba-iiiicnto, en náutica el rumb-o de una c
derrota; la que tiene dos cosas entre sí.
Vepg^a, de vXrga; it. verga, rum. varga, prov., pg. y caL ve
fr. verge. Es lo mismo que vara, en náutica los palos de las i
ñas, además el miembro animal generador y en la ballesta el ne
con que la aprietan. Hürr. Agr. 4,2: Zarzales.... por tener lasvo
delgadas. J. Enc. 356; Con tu verga / haz que se levante e yerj
este cuerpo lindo e tierno. Silvest. Proserp. c. 4 oct. 22: Vuehn
seguro puerto de arribada, / y tus uñas aferren mis terrones, /
la nave anunciando va pesares, / cuya verga se moja por los mi
QuEv. rom. 17: Hecho verga de ballesta.
Vergas, en Salamanca ramillos terminales y níedfos * te l
mas ó escobas.
Vergas de Valencia del Cid, y camenas de ValladoÜd, c. 4
Verg-ajo, el nervio del miembro genital del toro y o
cuadrúpedos, dimin. de verg-a. Laouna Diosc. 2,39: El -vogtit
ciervo molido y bebido con vino socorre á los mordidos <le vfbc
IbA. verga, reverberar.
599
IVw*|7-aMto. en Aragón cardetial ó roncha de iiti latigazo ó
JÍo.
Verirti-eta, climin. de verg-;», y cl algiiacR que ta llevaba.
5^^ //, /fiíA "í.^I: De noche le melían en una jaula de redas
güeras, porqtir no se fnese, hasla qiíe Jlegamto ía fiesta le sacrifi-
^. OsJiCiA Codic. I: Y estos son ios que el vulgo líama vw-
ó corchetes.
\Caer en la vergueta, en la Lilera de Aragón caer uno en el lazo,
i ardid qtTC ffc le spareja.
I V<»t»yiiet-cado, en cí blasón díccsc del escudo y las figu-
Icompiic^t.is ííe I O p^\m o más. Avii. t. ¡, tr. /, c. 3.
\ VerKTi-ío, la madera blanda, doblegable como la verg-a.
üw. Agr, 2,4: Toda víd que [ienc la nudcra verguía, porque no
garra. Id. 2,F-: La madera ver^ítífl, correosa^ que no Ironclien.
VetfpM.-'lzn^ en Ai'Rgiin ramujo.
"Vergru-cro, vergu-er, en Aragón alguacil de vara y
cefo.
V<?r^-»r, doblegar como verg-a. He«r. Agr. 2,7: Queden
yemas $o tierra, un poco vergados, que hagan asicnlo un pat-
Id. 3,14: V^crganse los ramos... pueden hacer dellos sillas.
Vcr;rti-cnr, sacudir con vergar. (Covahií).
Iui-v«*r^-ar, en niut. atar las v«:las á las verg-a5 con Jot ca-
i fl rebenques.
tnvei^^-e, posv. de enverg-ar, el cjbllo ó rebenque para
^crgar.
Envcr;(n-durn, en náüt. conjunlo de envergues de uiisi
I. acción y cíeclo dt* envcre^r, anchura de las velas.
DeH-enver);'at*» quitar las velas de Lis vergas, desamanan-
|5ti5 envcrjíurí.
K«»%'crhcrar» de reverberare, es erudito.
intraní. Ai ca/. Crort, Dec. i. año 6, c. I: Espejo Bel, donde re-
(ben»ron lodns la? virtudes de un San Pranclsco de Bofja. Ce/es/.
1 3: Que el so( más arde donde puede reverberar. Cabr, p.
í:Siw ©Jos reverberan en el pobre.
Trv^ * ^t.v. Stív. Dom, t caat, 3 c: Una nube grande llena
|un : ', toda cTta inflamada reverberando fuego. Id. Dom*
5 c; Revwbemndo rayo» de Dios en sua obras divitin.
600 Orioen y vida del
ZAtnoRA Mon. mist pte. 3 Destier.: En bañándonos su lumbny
reverberando en nosotros su figura.
Revepbeivo, posv. de reverber-ar, aparato de hojalata i
otro metal para que reverbere la luz, el calor, etc.
Reverbepa-depo, reverbero. D. Veoa Serm, t 2, p. TSk
Son las criaturas como espejos y reverberaderos de los rayos de
Dios. Id. Paráis. S. Juan Ev.: Si las criaturas nos sirven de espejoi
y de reverberaderos de Dios.
Revepbep-eap, en Colombia por reverberar.
Vepbena, del latín. Lope Dorot. f. 78: Las frentes, que o-
Fonan / corales y verbenas / para que doble el llanto / tan mísai
tragedia. Pedro Urd 1: Aquí verás la verbena / de raras virtudd
llena.
Coger la verbena, madrugar mucho para irse á pasear.
Como verbenes. (Por verbenear, para decir abundancia de co-
sas, como se dice verbenea en gusanos, la cosa corrupta), c. 597,
La verbena, lava y cercena, mas cría como colmena. (Parece
que en tiempo la usaron como jabón, ó ceniza, en coladas, y hadi
criar piojos), c. 174,
La verbena y la verdad perdido se han. (Prosigue en cantan
la verdad en los hombres, y la verbena en los montes perdidos
ha), c. 173.
Que si verde era la verbena, séalo en horabaena. c. 334.
Vepben-eap, rebullir con vive?^ de un lugar á otro, cooo
en las verbenas y regocijos. Torr. FíL mor. 3,10: Los ojos le ver-
benean registrando cuantos entran y salen del templo.
En Patencia bullir mucha gente, que es su propio valor.
Rapbecho, de vervtíctum, sardo barvattu, prov. garag, fr.
guéret, pg. barbeito. Covarr.: La tierra de labor se ara y barbecha
para la sementera del año siguiente. Quij. 1,25: Que andaban a
un barbecho de su padre.
La primera labor que se hace labrándola con el arado ó azadáL
Berc. Loor 184: Segaran tales mieses, qual Hcieron el barbecho.
Como en (un) barbecho ó por un barbecho, obrar sin repna
Bapbech-epa, conjunto de barbech-os y la acción de bar-
bech-ar. CopiL ley. de Santiago 35, f. 148: Se atreven á llevar ká
bueyes... á sus labores y sementeras y barbecheras. O. QuJtiL
154. hurgar.
601
iid.:Tu, alondra, ta barbechera, / y yo^cliarro, la charrada. Corr.
\\ Mas vate saltón, que barbechera ni binazón.
Bartiech-ar, arar d labrar disponiendo la tierra para la
neníera. IlbKK. Agr. 1,5: La primera (reja) poco antes ó d«puís
|la sementera, y é-ila se liama alzar ó barbechar. Valüeiírama £/.
WS: Y entre tanto que viene la cosecha rozando y barbechando
Hem. Cabr. p. 621: Barbechó la Üerra para que cuando saliese
Jestial sembrador. R. S^lis Arte 1,2; Barbechad primero, que
¡OS conviene^ vuestras tierras nuevas.., desmontad y limpiad la
ra y haced vuestros barbechos- Beiíc. Mit. 843: Non quisso que
nassen esas lales labores / ca eran barbechadíis de malos labra-
s. Id. S. D. 37S: Fuera que barbecharon lo que ya^ic cria.
A-harhcehar. A. Alv. Siív. Fer. 4 Dom. 5 caar. 5 c. § 2:
; hay que son como sementera abarbechada, id. Per. 6 Dom. 5
^r. 6c. §8. Con las unas le abarbecharon tas tierras.
Verbasco, el gordolobo, de verKiscum. Laoun. Oiosc. 1,27:
amariJhí bs flores y en elías una simiente como la del
SCO.
Clii-veri>aí»c-ai>. Oviedo 13,1: Esta bay^rua es como be-
i>,e picada e majada aprovecha par;i envarbascar e adormecer el
Ido.
Hu4*K4ti*, del eiiskaro m-^z acercarse, ¡indar cerca, en torno,
r; no de fórca, fítrcare, que dieron horca y ahorcar ni podían
otra cosa. La h- está por fal«» eiimoloí?ía, como se ve por Ur-
hda. Es urgar hermano de uigerc y con el mismo valor.
Menear, ínciínr, apretando y cercando íisica ó moralmeníe. Vi-
stee. Probl. c. •!: Ellos andan hurgando al que se deja de la porfía,
tal manera, que le hacen darse aí diablo. Rivad. Cisrrt. 1,5: Y
I se hiciera así, si et cardenal no hurgara unto y fuera importuno
f, QuEV. rom. 73: El ajo con su regüeldo / la dijo que no lo
Itíf. físcoií, pte. f, preg. 2IS: Mis hiede, si más lo hurgan, / me-
' e» dejarlo eslar. Thkj'. FU, mor. 2,8: No luirgar loi niií-lcríos de
Id. 1,Q: Solicitar, tcnlar, hurgar, requerir y convidar con el
■do.
Pt0r es hurgaUo. (Amonesta que se dejen las porfías), c. 386.
Peor es hurgarle, no conviene apurar. T. Naharr. II, 2-56-.
Irqae e\ encendido amor / diz que peor c* hurgalle. Canc Cawi.
602
Valdovinos j. 2: Pero yo callo mi pico, / que es mucho peor
hurgallo.
Hurgarle, instarle, molestarle,
Hup^-ada, furg-ada, en Títaguss metida, de Tiiirg-ar,
Hup^a-inendales, en (a Germ. criados de mujeres de k
mancebía, ó de los rufianes.
Hupg^a-mandepa, mujer pública en la Germanfa.
Hupg^-a, posv. de hurg-ar. Esteban. 5: Cuando salí á hurgí,
i dar en manos de gitanos.
Hup^ca-dop. A. Auv. Silv. Dom. 2 údv. 5 c, § U Esta
santos varones son tan codiciosos y hurgadores de sus ^pirítüi^
ganancias.
Hupjipa-nd-íllo^ bullidor, inquieto. Pie. Jast f. 7Q: Propio
de monjas esandsr bailando, ser mimosas, melindrosas y urgandilla.
Hup^andill-a, de hurgandilNo. Pie, Jast 2,1,1: Segúa
vuestro tío era de hurgandilla y amigo de husmearlo lodo. En Hon-
duras el que menea una cosa, en lo moral.
Hup$;^u-cpa, en Álava paloma que se pone al cabo de uní
vara para reclamo de otias^ porque atrae.
llurjifu-ptt», en Chile rebuscador, curioso,
HuPS^iH!Í-eap, de hurguel-e, rebuscar, curiosear, usado en
América, etc.
IIiiP$$'U-itla, el que hurga, atle;:^a y busca, 6 temoso, porfiado
é insistente. S. Tct!. Cari. 252 ( Lafuente): Esta urguillas de la prio-
ra, con un amigo que tiene, por ser para esta casa, lo ha andado
concertando.
Hupgr-ón, especie de asador para menear la lumbre (Covfr
RRUBiAs). El golpe con éL Quev. Mas. 5, baile I: Fué respetado a
Toledo / Francisco López Labada, y valiente de hurgón y tajos
/sin ángulos ni Carranza. Q. Benav. I, 163; Pericote con la diia
/ quiso lograr un hurgón,
Hiu*$>^on~ada. QuF.v,/ac. 15: Díle yo siete hurgonadas/
á Paiau con. Q. Benav. II, 263: üévate horro ya desía hurgonaik
Ilup^oii-azo, eslocada, golpe hurgando. Qlfev. FoTt.z Y
agarrando de Pan empezó á sacar de él rebanadas, y trinchar con ll
daga sus ganados, engulléndose los rebaños enteros, hechos jigote i
hurgonazos. Id. yac, 13; Y tIríSle un hurgonazo. Calo, Antes qm
154. órgano 603
Mft» es mi dama 1: Vé aquf que me da / vuesarced un hurgonazo,
^ que es lo más que puede hacer.
Hni^on-ear^ menear la lumbre con el hurgón, y dar es-
Dcadas.
Org^anOy de ojrfovov; el pueblo lo españoliza, según la foné-
ica, diciendo huérgano, como huérfano de horphanus, en Espafia
• América.
Como el órgano 6 los órganos de Móstoles, sin orden ni con-
íerfo. Cuentan allf de un cosechero de vino, á cuyo despacho llega-
«n tubos con sus llaves de todos sus mostos.
OPi^an-izar, de órgan-o. Zamora Man. mist. pte. 3, En-
ttrn.: Compuso aquel cuerpo divino, le organizó y le juntó con el
lima. Oran. Simb, 4,2,8: Después de organizar el cuerpecito del
úfto. Qónoora Sal. esp. 2,303: Queriendo acumular mil fragmen-
os de disparates, no supo organízarlos, pues están más faltos de
ulfculos y conjunciones copulativas que cartas de vizcaínos.
-Amciones y Erratas
605
ADICIONES Y ERRATAS
gtu Uou
6 33
II
!l4 15
29
19 2
25 19
21
132 2ü
38 34
También se oye por Andalucía: No tengo yo ese
arate, es decir, esa calma y espacio. ¡Qué arate/
¡qué pachorraí ¡Qué arat-oso! qué espacioso y pa-
chorrudo. HquivaEe á espacio, otro y primero de los
valores del ara espaciarse, ¡Maf arate! mala facha.
La superficie ó arpegi se concibe como lo exten-
so ara.
Ral-arln, en Cuba et excremento de ave ó
rai-ea.
RoDR, Reinos. BlbL Qatlard, 4.M06: Si Is cria
ya no ordenas / y artife no me sueoas.
Póngase ¿fpvi; por ópw.í:.
Póngase íxifirmissímo cuique ex familia.
Des-arar. Conde Albeli. 4,3S: Antes que se
corrompan (los humores) y se desare el casco ó hagan
muchas bocas en la cuartilla.
Hobre-arar, arar después de sembrar paraj
cubrir, J. Pin. ^gr. 35,28: Aró, y «mbró, y sobrttir6.]
Más claro se ve en úfaka (vide n."" 3) espaciarse^
andar at ara, y cuya varíame es araga la fresa.
CABít. 5- Barb, c, 6: Espoleando su araganfa coal
los lormenlos det infierno.
Antes que armas tomar, todo se ha de tentar.
Oalinix) 607,
Armas, tetras y dineros, hacen hijos cat>atteros,
ó costumbres, letras y dinero. Qaliniw 604.
Armado como un reloj, Qallndo 606; mucho
herraje y poca pcr$ona.
84
26
85
5
91
20
94
23
606 Orioen V vjnk otu ü^cnouaIE
Páglni Unet
71 36 Id. Dom. sex. 7 c. § 3: ¿Acaso eran los gnnoi
de trigo limpios^ desnudos y desaristados de suscí
pigas entre las manos que comían. Señor, los de ru»
Ira casa?
84 20 Atinge Üev.: Por lo cual no se Itotra fabla de boa
rejo de buena fuerga de buen aliento,
cu Astur. rechu cuerda, gail. relio.
y ari^Jaca . Avala Caza 8; O con vara ¿
con arrejaca ó ballesta, que cobres el ánade, púa
anda muerta.
Ming. Rev.: Rebeldes i todo arrisco.
Arnaya Confer. esp. 6,1: No solamente se apro-
vecha de piedras grandes, sino también de las p^
quenas, que son de ordinario tan necesarias, como
esotras, para ripiar.
98 20 A la naranja y al hidalgo, lo que quisiere; á ft
lima y al villano, lo que tuviere, c. 2.
98 28 Toma allá esa naranja que me envían de h
Granja, c. 423. Toma allá esta naranja que tem-
vían de la Granja. (Esto decían disparando uní
lombarda con piedras al rey D.Juan el 11, que estila
en la ermita de San Lázaro, estando alzado el comáo
de Toledo por un odrero con el capitán Pedro Sir-
miento por causa de D. Alvaro de Luna; llámase k
Granja la torre de donde tiraba el lombardero).
c. 423.
99 1 0 Arrimaos al naranjo. (Con ironía, por ser arbot
delicsdo al hielo; sin ironía, es árbol bueno y her-
moso), c. 70.
114 27 Apqu-ear. En Chile reconocer los caudilet
y papeles, es decir, hacer el arque-o, que a »
posverbal.
116 14 En arco. Roo. Rein. Bibl. Gallará. 4,1420: Los
ojos en arco, la boca torcida / las carnes temblindOi
la lengua salida.
PÉfioa
ADECia-^es v Erratas
607
150
154
,154
I5S
tfon
31
30
15
19
23
IS
Entre-arco, L. Morat, Viaj. ¡tai 3: Doce
profeüs en tos entrearcos de Us capillas.
En CatiL e Dymn. enarlado por cmbelcsadOj en-_
ganado.
Enti*«.^-roinpcr» inlerrumpir, que dicen"
crudiUmeiiíe. Navarr. Atan. 13; Cuyo cocimienío
no se puede enireromper para otro día. Id. &: Sola-
mente son camino para un solo pecadOj aunque sean
entrerompidoSr cuales son los pasos cti el andar»
aparejar e! caballo, lanza y otras armas con los deseos
enlreronipidos por diversas veces, hablando, comien-
do y durmiendo.
Eiitre-rompimit^ato* Navahr. Maa, 6:
Porque si hubo enlrcroinpiínttínlo, por proponer de
no acabar el pecado, ó por arrepentirse, ó por olro
respeto y después otra vez lo quisiese acabar, dos
pecados distintos serían.
Ikesi-i-ot-jii-se. perder la rot-a ó camino.
Oviedo H, /nd, 20,19: Y que en el camino con un
temporal recio se habían desrotado y perdido de vista
unos de oíros.
Desrotar por derrotar en el Tesoro 1671.
En la vinatería de Jerez y de aquellos puertos es
trasegar vinos, y en Andalucía poner algo como inii-
til en lugar excusado^ arrinconar, del cslivar y distri-
buir la carica, como arrumar.
Car. FU. 3,! 2: Lo mismo se ha de decir si suce-*"
dio el úMio por no cargar ú arrumar la carga en la
parte de la na^c. Egu. Salaz. Cart, 39.
y 41.
Como derrubiar y derrumbar. Ming, Rev.: Cat
que se rompe el cielo, / deíorrúma&e la tierra.
La roma, la muerte, la calavera. L. Mokat. Cart.
221: Sirvo á Dios y cuando venga la roma, sea muy
bien venida.
608 OltlQE^ y VIDA DÜij
PAglna Línea
155 21 A-POm-ado. Condz ARteit l,2fi: Lt od»
za.... es arromada y ancha de belfos.
158 5 R«>b-aina. robo. G. Qal/m Postra Porqvt
á mí no me salí la robaina.
159 10 En Venezuela dícese rampla por rampa.
15Q 20 Conde Aíbeit. 4,64: Vueltas las extremidades a
forma de ramplones, para que no se asienten en la
ranillas. Id. 4,52: Le echará una herradura ordio^
ría y llana, que no tenga ramplones.
164 29 Ropct^ica. Oviedo H, ¡nd. 20.34: Paño de
colores para hacer unas ropeticas cortas, que les Ite-
gan á medio muslo.
166 19 Sobpe-rpopa. BW. Gallará. 4,814: Us
muchas sayas y las sobrerropas y los extendidos y
delicados mantos.
167 14 Oviedo //. Ind. 24,4: Ni tan arpado ni parlero,
como los que digo (suelto, roto en hablar 6 cantar).
170 24 Vid. pie. pte. 2: Moquenque rape un atún, / dos
atunes Marigueía, /otro el Chucho y otros dos/
Ropasanta y Bocanegra.
171 26 Rap-ia, hurto. Bib. Gallarda 4,703: El Señor
Pedro de Tapia, / persona de buena rapia, / aunque
fuese un pedernal.
172 30 Oviedo H. ¡nd. 46,17: E á los cabos sus rapfr
cejos colgados, que parecen barbas.
175 27 Vald. Dial.leng.
180 27 Conde Albeít, 4,63: El caballo que fuere o»-
tralbo, rabicano.
184 24 T, Naharr. II, 100: Mas mandadme sombir
/ ó siquiera echadme á cuestas. Corr. 170: A sorn-
bar á otros, que así llaman al rogar y pedir con so-
misión. A esta acepción alude el sorrabar en Angón,
que vale colinear, adular.
185 15 Raban-ete. Santill. Rauanete y qua»,
tienen la corte en pesso.
188 5 En Aragón reblar.
AoicioMES Y Erratas
bOQ
Umi
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23
27
Conde Aibeit. 4,3S: Juzgando (el herrador) que
cl clavo va seguro, no le saca y le robra y lo deja
estar.... El Ul clavo puede hacer mal y lo robla y to
deja ir.... al tiempo de robrar los clavos.
Rol»rn-diira< Condz Aibeit, A ¡6i: Las ro-
braduras sean pequeñas.
Rolfti^ón, pedazo de clavo que quedó del
robr^an Conde Aíbeit. 4,39: Por topar la vuclla del
davo en algún robrón viejo cine hay en el casco.
Folk, and, I8S2, p. 42: Has de tener seis cor-
tijos,; toitiíos enarbolados.
Oviedo H. tnd, 20,6: Los hierros dcllas eran
de pedernal á guisa de harpones ó rallones bien
labrados.
tener royega, por lener reconcomio.
Rostro Otando y ef perdón, gran venganza ei
del baldón, Oalindo B 1 4.
Hostri-liicio. BitL Galtard, 4.45; Pue»
aun la cJcI Mastresala/no anda tan roílrilucia.
Dar sorrostrada. (Decir oprobios, dar en rostro
algunas cosas que den pesadumbres), c. 574.
En Pilcncia díccfie del sol fuerte: Hace an soí
que racha^ es decir que raja y parle.
Conde AtbtiL 4J 1: La enfermedad de la raza...
por ser abertura en el casco.
En Aragón el hombre de mal genio.
CoNDr Aibeit. 4,60: La harina volátil de los
molinos, llamada vulgarmente arijas.
Desriñon'Odo vaíe molido y cansado.
Luego, por ronsiguiente, sacando la consecuen-
cia. Bibl. Gatlard. 1,932: Pues al fin no hubo ttl
don/ hombre puro y criatura, / como hobo la vir^gcn
pura:/ arre, torceos, don ladrón.
Arrier-ia. Conde Aíbeit, 4,20: Como se
ven en los machos de arriería muchos mancos de
esta enfcrmediui.
610
OltlOCN V VIDA DEL LeNUUAje
262
Linea
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20
Derpad-era^ como en h. demere^ cM.
rrera, de- y arriere, prov* areíre» de arri detrás y-eaj
CoRR. 200: Lo que faz el loco á la derrad
Í3,z el sabio á la primera: Equivale á (201); Ui qi
hace el necio á la postre, eso hace el Sabio aí prílrj
dpto.
Arp-on, como aron, y el arro gallegOj drfi
arron euskérico. Pint. potr. 9: Los pelihitos son de
grart bondad y lijereza y los peligordos son atronó j
y muleros.
En gal!, arrupiar ahuecar e\ peo, aliñarlo.
Enrocar lamblén es fortificar un lugar. Tesett^
1671.
Vald. Día!. íeng.
Como no soy rio, atrás me vuelvo; disculpando \
la mudanza deopinidn.
De aur-zaiftt aar-zai niñera, viene el orTaya o]
Aragón y Navarra, el que acompaña ó lleva en
brazos los niños pequeños-
De era en era, de siglo en siglo, de edad ett ¡
edad. Tesoro 1671.
En Paleada eral es en el ganado vacuno el mad» ¡
de dos á tres años.
En el Tesoro 1671 erar con cordeles, hacer ki|
eras de un jardin; erarse haber pasado en otro tietnpOp '
Keni-a, posv. de rem-ar, estar á la retMp ]
mantenerse fa barca en un lugar á f^er^a de reiM
contra la corrienie, etc,
So-rrueda. Folk.and. ISS2. p. 491: fl
buey que en una carreta va al pasar una ladera, deb
parte de abajo se llama el buey de la sorrueda ó de j
debajo de la rueda.
Cogerle la sorrusda á alguien es cogerle de
molestarle.
Sobre-podeón. Pie. Just 2,2,4^2: Ur
Adiciones v Erratas
611
UncÉ
liempo que llaman los esgrimidores Ujo volado, coa
sobrtrodeóíi y mandoble.
25 Sobt^e-PodUla, Conde Albeit 4^i Z%t^
enfermedad de sobrerodilla es muy grave y peños*
al animal que la padece, porque no puede doblar el
brazo.
23 Des-a rrodillar. Tesoro 1671.
27 En-rudül-aF, armar de rodel-a. Tesota
1671.
13 Rollona, vutg. nodriza dd ser rolliza y de
rollar á los niños, como rolla.
1 Redoiid'01*. redond-ear, Tesor. 1671.
26 Si la redoma da en ta piedra ó la piedra ttt lú
redoma, mal para la redoma, c. 253.
] 3 Vizc. jing.: Que vale más la sueta de mi botín
que las arandelas de su cuello. D. VeoA Paráis. 5«
Ant.: TraUr de copete, arandela y garbo y de galas*
Zamora AÍíí/i. mist. pte 7 S. Bartol: Los encrespas,
las arandelas, las galas y damerías que el mundu usa.
2 Pint. potr.: Que el caxco quede encerrado ct» la
herradura, quedando un relej al rededor que sobre.
33 VÍüJ,parn, c. 3: Poníanserac yertos los cabellos/
de temor. Cabr. p. 55: Cómo están yertos sus bracos
tendidos. Persit. 2,7: La nieve tal vez le ha tenido
yerta. A. Alv. Silv. Dom. I adv. 3 c: Así yerto y en-
varado. Id. Pabl. í c; El cuello erguido, ta cerviz
yerta y encrespada. Id. Fer. 4 dom. 3 cuar. 3 c. § S:
Asi como el ave sale yerU y toda encrespada» pue»U
de i^erra á defender sus pollilos. Numanc.j^ 2: Y
los canos cabellos tengo yertos. ]. Ano. Conq. d. 4:
les fallaban las fuerzas corporales y quedaban mu-
chas veces yertos, y los miembros inmóviles y
helados. Valdcrrama £j. Per. 2 dom. pas.: Ni por
yerto y levantado que sea el cerro.
1 7 A. Alv. SUv. Dom. ram. 6 c: Así andaban los
tales aloquecidos del mundo, y solos vivos y alertos
6 1 2 OrIOEH y vida D£L LCMOt7A|E
Pásina Unct
395
18
3Q5
19
^4
31
á Dios. León Jesús: Tus angela te bendigan, tus
valerosos, tus valientes ejecutores de tus mandamicD-
tos, tus alertos á oir lo que mandas. Id Job. 8, 6:£h
duda hubiera estado á tu defensa despierto y alerto,^
Estar alerta. (Con vigilancia), c. 533.
Cabr. p. 250: Alertar nuestras esperanzas.
L. Orac. Crit. 3j7: Ni salones reales ni cuadv
doradas que la enriqueciesen.
415 1 5 Según Cuervo, es en Bogotá de capa unifomn
color bayo encendido, las más veces cuatralbo.
416 28 Rub-aza, rubí de poco valor,
417 13 Id. pte. 3, Asunc: Qué de matices, qué de rtb»-
les, qué de rayos.
420 19 Sorroch-Ct posv. de sorroch-arSCj dnibo^
en Chile.
437 26 Pers^ 1,5: Llegó la barca A dar casi en seco por
la cueva adentro, pero volvíala á sacar la resacL
D. Vega S. Dom.: Había sacado á fuera la rcs«*
del mar.
451 2 En Falencia ranga-ero el que hace pequrfto
malas paríidas, del andar torcido y cojeando.
452 4 £atre^ppen^loii-ap, escribir entre M-
g Iones.
456 36 Salirse de Rías. Cid 703: Non deranctie mngnm
fata que }o lo mande.
461 10 En ta montaña de Falencia arrenía-jo, de •arroH
tar por arrendar ú remedar, lo que confímia el ori-
gen único de entrambas variantes.
419 al fin El menor yerro qae puede hacer, es casar» k
la mujer, (Vuelto es: -El menor yerro que pude
hacer la mujer, es casarse*), c. 104.
Eí pequeño yerro al principio, se hace grtnA
al dorreqaio, c. 98.
Eí primer yerro al principio, se hace granate
fin,c. 100.
El yerro del médico, la tierra U tapa;üÉ^
Adiciones y Erratas
613
Uncj
27
II
27
_ 26
26
25
letrado, el dinero le sana: el del teólogo, eljaego
te apaga, c 73.
Ei yerro encelado, medio perdonado, c. 7S.
La qat hizo an yerro, y pudiendo no hito más,
por buena ta tendrás, c. 177.
Los más discretos ttacen mayores yerros, c. 205,
Los yerros del médico encubre la tierra; los del
rico, la txacienda. c, 202.
Los yerros del médico, la tierra los cabré. (Dig-
no, son de perdonar), c. 202.
Los ytrros por amor, dinos son de perdonar.
Los yerros por amores, c. 202.
• Los yerros se encuentran unos con otros, e. 202 ^
Si no atajas de chico el yerro, contino irá ere-
ciendo. c. 253.
Tan grande es el yerro, como el que yerra.
411.
Un yerro quienquiera le hace. c. 161.
Un yerro no se hace soto, ó no viene soto.
161.
Yerres de amor dinos son de perdón, c, 1 45.
lloz-n«la, Ula de la roxa. (Sanbndcr).
Roznarte tos dientes. Conob AlbeiL 3,2: Tiém-
blatile k« belfos de la boca y róznanle los dicnlea
unos con otro*;.
Caccr. /7s. 105: Otros veces solfa irarse contra
su pueblo. Iralus es furore Dominus in popu-
tum suuni.
S«ii-i'ej-«r»*f, herirse con la rtj-a el ani-
mal. CoNoe Aíbeii. 4,39: Sucede en las mutas de
las labores sonrcjarsc y hacerse miicli.is heridas.
Suii-i-«.'j{««dur2i, herida al sonreja-rse. Cow-
DE Albeit. 4,39.
CosDC A f^f i/. 3,15: Cuando algún caballa de
rúa monta alguna muía..., si no se capa, no ca de
c.
c.
614
Orioen y vida del LtNaUAJE
PáElDa Ubw
algún provecho, por el grande n]o que le hi c
dado.
530 32 Des-adopiiaPy Tesor. 1671.
-559 35 Andar á orza, A la briba, briboneando y fmr
do, conforme al valor de orza, diente y cosí
coge.
Críticas más notables de la obra
EL LENGUAJE
5TUOIOS SOBRE EL LENGUAJE.
OBRA IMIKJRTANTlSlMA.
frialdad con que se recibe en España la publicaciAti de cierto
genero de obras raya cierUmcnte en insensata. Hay ciencias de la
ayor importancia que se han esludíado y se estudian ansiosamente
|Cl extranjero, y que aquí apenas si se conocen de nombre. Ob-
t, si no, lo que con la Geografía potílica y económica aconte-
Nótese lo que ocurre con la Lingüística. Es este e^tudiOf
exiraño aclualmente al movimiento intelectual de nuestra patria,
obstante haber sido tin español, Hervas, quien en el $Íglo XVIIl
^6 los cimientos de la ciencia del lenguaje, que se confunde ordí-
imenlc con la filología.
Dedicarse ¡i 3U elaboración, es desde luego un caso honorable,
[legar en su cultivo á dominar la complejidad y dificultades de
conocimienloi supone largos años de trabajo constante, árido
I alicienle alguno, como no sea et ideal lejano de algún hallazgo
porlaníCr de alguna innovación perdurable. A este pequeño gru-
fdc oscuros españoles beneméritos pertenece D. Julio Cejadory
kua, quien despu^ de veinte años de estudio ha comenzado á
Micar una obm m.igt<itral sobre el lenguaje.
El pasado afto apareció el lomo primero, con el título gcn^rko
[«Cl Icngiuje: sus Irairformacioncs, su estructura, su unidad, SU
SU razón de ser».
Se hace en este lomo un estudio histórico sobre la ciencia Tiloló*
2
gica, en el cual muestra el autor haber manejado cuanto aobn eril
ciencia se ha escrito en todos l^s países y en todos los tiempos.
Hace á continuación las diversiñcaciones entre la filolofuíayk
lingüística, ciencia esta última que apenas si cuenta un siglo deeiii>
tencia.
Conocidos estos preliminaresi expone el Sr. Cejador sus teorti
originalísimas, atrevidas y sólidamente científicas, acerca del ki>
guaje, teorías que serán presentadas sistemáticamente en los tomos
sucesivos, á que este sirve de introducción.
El volumen aparecido este año «Los gérmenes del lenguaje», d
un profundo estudio ñsiológico y psicológico de las voces del len-
guaje como base para la investigación de sus orígenes. Hay en este
libro ideas realmente interesantísimas sobre los sonidos prímítivoi
y las primeras ideas expresadas fonéticamente. Las más modermí
concepciones del sonido bocal, fisiológica y psicológicamente con-
siderado, son criticadas sabia y agudamente.
Después de este tomo vendrán, según promete el autor, otns
que han de completar esta obra, única en su género y sin preceden-
tes, según creemos, en la bibliografía española por su amplitud j
su ejecución.
«Me declaro — dijo el Sr. Menéndez Pelayo en una carta al au-
tor— de todo punto incompetente para juzgar una obra de tal mi^
nitud y trascendencia, pero no puedo menos de manifestar á V. ni
admiración por los conocimientos profundos y sólidos que revdl^
por la lucidez y elegancia de la exposición, y por los altos propósi-
tos que indica y cumplirá.
»Unicameníe los verdaderos filólogos, ó por mejor decir, los
verdaderos lingüistas, que son los que en este caso tienen autoridid
y competencia, podrán decir á Vd. si en et estado actual de la deiH ]
cia es posible la síntesis á que Vd. aspira. Los que solo hemos cst^ '
diado algunas lenguas como instrumentos de sus respectivas litenh
turas, no tenemos voto en tal litigio; pero si algo vale la razón de
analogía, debemos estar de parte de Vd., porque siendo tan mnt
fiesta en la literatura comparada la unidad del espíritu humano y
de sus procedimientos artísticos, mucho más parece que ha de serta
en el material lingüístico y en la gramática comparada, donde ti ;
mucho mayor la parte de lo espontáneo é inconsciente. En mim, ¡
ac es verdad de las milolügias y de las literaturas^ no ha de des-
lirs€ respecto de las lenguas, que cu cierto modo envuelven sus
nencii.
►Además de la grande importancia que para todos, creycnics é
ncrédulos, Ueiie la lésís rundameiilal del priaier libro, que Ita de
er explanada en los subsiguicnlcs, hay mucha y positiva doctrina
lo ya publicado, y puede servir como cxcdenlc ensayo de vul-
riación de estos conocirnienlo^ en España. Son úíiles desde luego
I cuadro y clarificación de las lenguas y el rico tratado de Fono-
;fs, que por sí soto puede labrar una reputación científica.
• No me creo con la auJoridad suficiente para hal)!ar en ninguna
mta de una obra que solo tiene relación indirecta con mis cstu-
Sos; pero como mero lecíor agradecido, no puedo menos de dar i
fá* la enhorabuena por su trabajo y por el valor heroico que manl-
, Vd., en el mero hecho de publicarle».
Es verdaderamente heroico el esfueno del 5r. Cejador» tanlo
[to inverosímil el desdén con que la nación corresponde A sus
; sabios, á los que lo son en realidad.— XXX.
fEi íasparcJal. 27 Uclubtc l«n|.
MITRÍDATES,
Hace pr6xmiamenle ttn siglo qtic cierto sabio alemán, nacido
1 Pomerania y llamado Juan CrísIob.il Adclung, emprendió la pu-
llcadón de un libro formidable, el Af/Zf/rfa/w, en el que se Ira-
ucta la oración dominical á todas tas lenguas del mundo. Veinte
Ros antes un sacerdote español, nacido en tierra de Cucncx y lia-
ndo D. Lorenzo Hcrv.ls y Pan duro, había publicado su lamoso
jtálofio de las lenguas, piedra fundamc.ital de la ciencia filoló-
■ los librijs $? ha |i*vaitl.ido un monumental edificio,
XíX. Siguiendo el método cumparalivo, que ya en el
gjlodeoro de nuestra literatura presintieron el maestro Francí'^co
; de las Brozas y el canónigo D. Bernardo Afdretc, los sa-
""^ ii centuria han llcRado á conocer todas las lenj^iias
Iletrado en el scci do de los pensares y en el de
4A
los hablares con que los expresan Unto los antropófagos africaooi
al mascullar la chuleta de algún pariente, lanzando grilos de hirtsn
satisfecha, en S'i^ahilj ó en batitú^ cuanto los más refinados psicób^
gos de París al despellejar piadosamcníe á un dramaturgo moder-
nista durante los entreactos de cualquier estreno en el Odeón,
Hubo, pues, un primer Mitridates conocedor de todas las Iok
guas, ya fuese Hervás, ya Adelung. Después los Mitrídates se ha
mnítiplicado. Se ha llegado á desenredar y poner en claro gni
parte del árbol genealógico de las lenguas. Se ha visto cómo erai
ramas muchas que parecían troncos- Se ha entrevisto la unidad, d
tocón primitivo. Fallaba desenterrar/ descubrir las raíces, y estl
importantísima invención ]digámoslo con orgullo para gloria de II
patria! la ha reaü^íido un pobre, oscuro, modesto sacerdote esptiM^
nacido en tierra aragonesa: D, julio Ccjadory Frauca.
Cejador es un hombre pequeño, flaco, cetrino, los ojos corao
dos ascuas, los brazos rebeldes, los movimientos indisciplinados, b
figura toda llena de elocuencia persuasiva. No tiene facha de o*
dor, de político, de IHerato, de nada que huela á profesión ú ofid>
enderezado d conseguir fines inmediatos y someros. Los que sabeil
conocer en los ojos ó en otras cosas ai hombre poseído por un ¡ddl
ó por una idea grande, no confundiréis a Cejador con ningún uár
nistril del hoy ni del mañana temprano, con aquel sabio adminis-
trador de su ciencia ó de su arte, con este ambicioso apio para tiaar
bulto en escalafoncp. Ni es tampoco Cejador un erudito ptsahor-
migas y cuentigoíasde los que percancean respetabilidad cíenÜfiay
pingües sueldos dilucidando cuidadosamente si la mota wtgTi qpt
hay en la página segxmda del Códice Vigiiano es el punto de una /
ó la indiscreción de una mosca medioeval: ni menos todavía es de
aquellos Mitríd.ites baratos para quienes la ciencia es una fonda fl
donde ellos, como ciertos camareros, sirven Ja minuta y cobran ll
cuenta en veinlicínco idiomas. Sabio de veras, Cejador es un alltt
inocente y candorosa, ¡nhábü para los tratos del mundo> Ha vivídí
en las faldas y laderas del Líbano^ ha recorrido Egipto y Síri^
errando inconscientemente por el mundo con su ideal á cuestas, f
al volver á la patria, el ideal logrado le pesa como una crui, y él
no lo nota, por más que ya le han azotado los sayoties, le han pO^
seguido los escribas y le han vendido los fariseos. Pero Trie ni
entrislecerac, puw fratísmoí de un SíiWo aTcgre para qttíen foda
I y !oda gralulación son obligadas.
Desenterrar las raices del lengunjej poner al descubíerlola lengua
imiüva, declarar y demostrar con pntetws de lodos los generas y
ejemplos de todos los idiomas que e«a lengua primiliva es el
skera i^ vascongado y proclamar que las formas eleiTienlaVs de
t1!a son las voces dictadas por U Tialur»lcia 6 sugeridas por el
Ifmplc funcionamiento del organismo i los primeros hombres y
anservAiIas vivas al Iravés de siglos y siglo? en ambas vcrtienles de
regii^n pirenaica donde el vasco y sus dialectos viven, es lo que
asU ahora ha iniciado Cefador en el primer tomo ó prólogo de
i maravilloso libro £/frrf^a/e (Salamanca, 1901)^ ba expueslo
'. ^ segundo iomo, Los gérmenes dt! fenguaje (Bilbao, 1002) y
ibide probar cumplidamente en el tercer voltimen^ Embríogt'
fia dd íengttaje {Mad^id^ IQ04). Eri los dos primeros lomos ex-
jnía con lucidez pasmosa un novísimo, claro y racional criterio
ara Iratíir la cnestifSn. Ya en eltos se comprendía que era Cciador
monista convencido, im Hnckel de la ciencia lingüística, un
skAlogode la fuerza úe los Wundl y de los Sergi, un observador
juctor de la talla de bs Max Müller y de los Spencer. Pero en
¡úilimo volumen, al tratar de la Embriogenia del Itngaajt, fuñ-
ando la ¡nvcsligación en c! estudio de laa palabras demostrativis
todos tos idiomas del mundo, construyendo, como repeíirla Adfc-
ig.el Mitridates del yo, del tú, del éf. del nosotros, etc., para lo
le ha sido necesario recorrer y manejar cuantas gramá-
I y cuantos léxicos existen relativos i las Innumerables Jormas
¡ hablar notorias en el planeta, Cejador se presenta á nueslroí ojos
«o el hombre que ve claro y que claro habla, cual vela Platón cl
Bvino, cual hablaba Renán el humano.
Ha trascurrido un siglo, elticmpo suficiente para !a crianza de
sfínltos dogmatismos y para la cerrazón absoluta de innumerables
rilerios. La Filosofía, la ciencia del lenguaje, que debiera ser la
viva y despabilada, se ha ido convirtiendo, bajo las gafas de los
iJOpcs alemanes, en una nue\'a Escolástica. A los nominalistas de
. generalización lílosófica han reemplazado los nominalistas de la
cularlzacldn 6 desmenuzamiento filológico. Vamos ya teniendo
abtéfl aquí en Espifla ¡alabado sea Dios! algunos filólogos de
esos que estudiando la piel de las palabras, llaman despectivamoik
io otro á las ideas: hay, en esta materia, quien afirma que d pen-
samiento es pura retórica, divagar de oradores hueros; hay qina
colecciona variantes y quien hacina papeletas consignando hedhoi
desalmados y estúpidos para no sabemos qué Estadísticas de la
que empujan hacia la Academia. Para estos t)enditos seres, la Filo*
sofía es cosa.de los republicanos y demás gente enemiga del orden.
Las hipótesis, para ellos, son patentes de locura: las generalizadt^
nes, crímenes nefandos. Ellos son los sabios únicos, la avejentada
prole de los doctores de Salamanca, vestidos hoy con cogulla aI^
manísca, incapaces é impotentes para comprender que aun queden
por descubrir Nuevos Mundos de aquellos que jamás encontró It
ciencia si no supo hermanarse con la audacia. Ya sé, ya presumo to
que estos frailucos laicos, lo que algunos miopes germanóEIos pen-
sarán y dirán de Cejador. Por ellos, América se hubiera quedado
sin descubrir, pues Colón no era ningún sabio, ni usaba antipams^
ni había dividido el mundo entero en papeletas.
Pero, por honra de España, bueno será creer que existe alguien
capaz de menospreciar esas ratoniles pequeneces. Alguien habni á
quien, si no le convence la inteligencia, le conmoverá hondamarie
el corazón el hecho de que un sabio español, pobre, soto y sin
ayuda oñcial, ni títulos académicos hasta hace pocos días, haya fun-
dado una doctrina completa, lógica y, por lo menos, científica-
mente aceptable acerca del primer idioma que se habló en la tiem
y haya probado que ese idioma fué el que hablan los campesinos y
los trabajadores en una región de las más pobladas y cultas de
nuestro país.
¿Sería mucho pedir para un hombre que tal obra ha realizado,
el amparo oficial que pudiera suponer la creación de una cátedil
de easkera en el doctorado de Filosofía y Letras? ¿Parecerá un dil-
parate que siendo ó pudiendo ser (no afirmemos nada en atisolllh^
la lengua vascongada la primitiva, el Estado español proteja su c^
tudio oficial con la misma atención que dedica al del sánscrito, qoe
de fijo no es primitiva y casi de seguro no le importa á nadie CB
España?
Y cuando el Estado no tenga en sus arcas cuatro mil pesrki
para las carabelas que han de aportar á este Nuevo Mundo jBO
i «Ilá, en la vieja tierra de Vasconia, entre aquellos cuskaldu
i tan generosos y tan ricos quien se prive cada año de unas cuan-
botellas ile Cordón roage 6 del importe de una traviesa h favor
cualquier Chiquito para que, libremente y sin auxüio del tanlas
lacees maldecido Erario centralizador, un hombre de buena y de
nucha fe, como aquel de quien hablo, enseñe á tos que quieran
rifle algo vislumbrado por Humboldt, presentido por Larramendi,
jvínado por Luis Luciano Bonaparte^ indicado por Astarloa, algo
: que los vascos pueden quizás más que de oira cosa alguna enor-
ílkcerse? Aquel hierro vizcaíno
que os encargo,
corto en palabras, pero en obras largo
ñcn podrá Irocarse en un poco de oro para cambiarte por los bri-
dantes de h ciencia y permilirlc al sabio pobre que siga en paz sus
(Studios.
¿Quiere escucharlo el señor niinislro de Ins(rucci6n pública?
íuícrcn enlenderlo bien los patriólas vascongados?
pero aún será preciso decir algo de to sustancial de este Übro
llgioso.
II
•y dijo el Señor: he aquf que uno es el puebla y una lengut ]
.. «Pero venid, bajemos y confundamos alHIa lengua de
I para que no enlicnda cada cual la voz de su prójimo >.
Esto dice el Qínesis, en el capitulo XI, que trata de la torre de
el. Lo que no consigna es cuál era esa lengua primitiva una para
ios. Ehora ya está averiguado: esa lengua era la que hablan los
adores de Berrnco y de Mundaca, la que cantan los versolarís
Us fiestas de Durango y de Orduña^ d viejo idioma cuyo última
ela. Antonio Arzac, ha muerto hace pocos días pobre y casi olvi-
Jo. Es un idioma no inficionado por la retórica, no adulterado
la acción corrosiva de las abstracciones: un idioma positivo,
' natural, que pesa poco en la memoria: algo de lo que intenta ser el
B^glés común á londinenses, neoyorkinos, calífomianos, neocclande-
^BS| australianos, indios del Oinges y burghers del Sur tic África: un
^klrumento semejante ií\bar\jo de la conocidísima canción de Kiplíng
8
y que con su pyÜí-wyUi 'Winki-wiaki-poppl y con su tanka-tOBki^
tunka, tunka, tank y su tara-rara~rara-rara-ra-rrrppl con seis &
ocho sonidos toscos, pero de pujante eHcacía expresiva, hace enteo*
derse, danzar, reír, caminar y gemir tanto al pobre negro que toq»»
mente la maneja en el sollado de un trasatlántico, cuanto al mariw
hiperbóreo que reposa las íatigas del balleneo 6 de las pesqueríit
de Terranova, asi al fellah harapiento de las riberas del Kilo, como
al borrachín azotamuelles de Londres ó de Glasgow.
Fundado en mal leídos dogmas teológicos ó metafísicos y en
caprichosas inducciones, cuanto se había dicho hasta aquí respecto
de la lengua madre era igualmente absurdo. Quienes viven pegadas
al texto del Génesis no pueden pensar que Adán hablaba hebreo,
sirocaldeo ó elidioma plagado de formas dialectales en que escriba
Moisés cuando intentaba resucitar la perdida memoria del Paraíso
terrestre, pues ¿para qué necesitaba Adán la complicada terminologii
de una lengua que sirve á civilizaciones evidentemente muy lejana
del primitivo estado de candidez paradisiaca? Quienes aceptan lu
tan repetidas como desacreditadas divisiones de las lenguas en tres
familias, dándose en su estructura (monosilábicas, aglutinantes;
flexibles) ó en las supuestas razas que las hablaron (indoeuropeas^
semíticas y turanias) no podrán menos de admitir tres idiomas pri-
mitivos, pero verdaderamente primitivos, elementales, semisalvaj»
ó salvajes del todo. ¿Hay, sin embargo, nada menos probable que U
existencia de tres formas distintas para expresar una sola y simple
sensación primitiva y elemental? ¿No es en esto mucho más racional
el Génesis, que anticipándose á Ernesto Haeckel decía, por boca dd
Creador: Ecce unas est populas, «hé aquí que uno es el pue-
blo», y adelantándose á Julio Cejador, añadía: Et anum labiuM
ómnibus, <y un labio (una lengua) para todos? Moisés era monistOt
sin saberlo, y yo creo que si hubiese estado en Roma recioh
temente, habría estrechado la mano de Haeckel el librepensador,
á hurtadillas del Vaticano, y no hubiera dejado de recomendar
á Su Santidad que mirase por un sacerdote como Cejador, á quiea
se ha perseguido por probar científicamente lo que el primero y
más respetable autor del Antiguo testamento había afirmado CQ
forma popular, lo que algunos sabios neos niegan porque I9
conviene que haya en la ciencia muchas torres de Babel pan a^
jr cobrando en diversos idiomas, como verdaderos Marídales del
supuesto.
Pero, además de ser fílófogo y antropóíogo consumado, Moisés
stró ser un filósofo profundo en este asunlo del idioma
IHvú: y sin apartarse un pumo del leído sagrado, establece
toda lógica Cejador su segunda ímporlantfsima afirmación
s(ra Rousseau y contra cuantos han discurrido sobre este par-
cular, á saber:
£/ idioma primitivo no es un invento de los hombres.
Oaro es, por consiguiente, que la lengua primitiva fué ínwnlada
"Dio^ ¿cómo? como inventa Dios las cosas; creando organismos
lies y haciéndolos servir á necosidadís naturales también. Im-
Jble parece que hayan Iranscurrido tantos siglos sin qnc los sabio*
aran á persuadirse de eslo, de que el hablar es tan natural y tan
esarío como el andar y el digerir, y si conocemos la digestión y
locomoción estudiando anatómica y fisiológicamente los órganos
ellas empleados sin andarnos con elucubraciones melafisicis
: páncreas ó sobre el íendón de Aquitcs» necio será creer que
conocer el orÍ;;en del lenguaje si no estudiamos los órga-
i y las funciones naturales del habla.
Por eso el ilustre Sánchez Calvo, precursor de Ccjador en estas
— '—.íioneí, anduvo cerca de resolvere! problema en su conori-
Los nombres de hs dioses, pero no le resolvió porque lle-
Iba i ciMSlas unas alforjas metarísícis que le estorbaban mucho, las
Bismas que lí dictaron su estupenda Filosofia de lo maravilloso
tivo. Para ('■alar de estas cosas, vale más ser como Cejador, filó-
\ y antropóíogn ó psicólogo experimental que filólogo y metafí-
maravlihsOt como Sánchez Calvo: vale mis ir del brazo de
undt, que ir de la mano de Kant.
Siiidiez Calvo había reconocido, como Cefador, comunidad de
i y de fa>mias en lodis las lenguas esludiadas, pues gracias A las
'i:ític.isy á los innumerables vocabularios que la propa-
; iilisla y comercial de cierta* naciones colonizadoras ha
tido por el globo, no es ningún milagro ser hoy Milrldates de
■dios Idiomas se hablan en la tierra. Pero Sánchez Calvo, filósofo
iraWlloso creía que las primeras palabras fueron palabras
vas y la m;is antigua la onomatopeya ^rbertftrber, imiUti-
10
va de la acción de hervir. Sánchez Calvo suponía que los hoaibiti
no hablaron ni se admiraron hasta que vieron barbotear al aguí
caliente en un puchero ó cazuela: como si fuera posible hacer cu»
las sin hablar, y probable que no les pasmase más á aquellos hom-
bres cualquier fenómeno de la naturaleza (rayo, trueno, etc.) que leí
llenara de miedo y consiguientemente de instintos defensivos y reli-
giosos. Sánchez Calvo contemplaba este fenómeno puramente huma-
no sin atender al hombre mismo, sino á las cosas exteriores. Cejador
por el contrarío, rumiando concienzudamente una página admirable
de Taine en su hondo libro De la Inteligencia, profundizando lu
inducciones de Wundt en su ya popu]ar Psicología fisiológica j
atendiendo á su propio discurrir de hombre clarividente, conGrma
iodos los datos por él acumulados y relativos á cientos y miles de
lenguas habladas en el mundo respecto de unos cuantos sonido^
iguales en todas ellas, y que expresan principalmente las ideas y r^
laciones del espacio en las que van envueltas las de la personalidad,
las de la añrmación categórica instintiva, las que los psicólogos lla-
man hoy asociaciones primeras ó sensoriales, base de los juicioso
relaciones intelectivas, etc.Y estos primeros sonidos ¡caso inesperado!
coincidentes en todas las hablas del mundo, son las palabns
demostrativas del eúskera pronunciadas y escritas en el siglo XX
como se escribían ya en el códice Calixtino del siglo XIll, de seguro
como se pronunciaban antes de la torre de Babel, que si fué confth
síón de lenguas, mas fué confusión de ideas, de instintos y de
propósitos. Pero como esta teoría no es un capricho (Cejador ni
siquiera es vascongado ni en Vasconia le ha ocurrido nada agradar
ble), resulta que esas primeras formas demostrativas no son sino
movimientos naturales del aparato vocal ó posiciones de la garganta,
de la lengua, del paladar, de los dientes y de los labios para dqv
salir el aire.
Pocas páginas tan interesantes ni que causen tan íntima emodón
estética y moral como aquellas en que rastreando esos sonidos de que
se valieron nuestros infelices ascendientes para expresar sus afectos,
sus impresiones y sus relaciones con la Naturaleza, llegamos i con-
vencernos, como dijo el otro, de que el hombre es un animal mete*
físico; de que el primer salvaje que abrió la boca, por instinto, di^
tínguíó el yo del no yo con la misma seguridad que Kant, auaqiie
II
_feo diferencíase el yo puro (das reine ich) del yo empírico, en lo
t quizis el salvaje tenía razón: y de igual manera se ensanc^ia y
Jegra el alma comprobando que ese mismo (roglodib, antropó-
► ó lo que fuera, sin haber leído la Lógica de Hegel, ni las Afe-
aríúaes de Descartes, ni los Diálogos entre Hylas y FHonoas de
keley, tenía del espacio uníi noción naiural claHstma y La con-
^liba dicietido a para expresar Ío lejano, í para Jo próximoi o para
circundante, etcétera, etc.
Pero seria inoceníe suponer en el lenguaje primÜivo cxprcsio-
para todas las calegoriasarisloléltcas y paia todas las niodíftca-
ites de estos coticeplos fundamentales. Las palabras de espacio
Jican, para un hombre sensitivo ó sensorial, de ineníalidad pre-
cíente, sensaciones de cantidad y de relacirtn y hasLi de ca-
Rd y I nodo. A es lejos, pero también es mucho y es graa-
I y es eiíos, la mullitud lejana, / es cerco, y así mismo es poco
i no grande y t% tu ó vosotros que estiis junto i mí y á qiiie-
scilalo con el dedo (la i indtgitante, dice con agudeza Ce-
iof) y es algo agudo y algo estrecho, como el sonido i. A las reía-
(eraporalcs no alcanzan estos sonidos, porque el salvaje no
B, como nosotros, de recuerdos y de esperanzas, sino que
en presente, de la actualidad, sin la conciencia del ayernt el
ntimicnto ó el temor del mañana... Y véase como, contra lo
siumhrado y previsto, el grito de un papú nos conduce ,i las mis
; rrgiuncs de la Metaristca, por que la scncílüez es el camino para
{randeza y tu condición obli^^da, y á la Metafísica, se la cncuen-
, oo se la busca. ¿Cómo prueba Cejador estas pocas fundamentales
clones, bases de! descubrimiento del idioma primitivo? Menester
, resumirlo en breves palabras.
III
^^ Es un hecho indudable y dolorosísimo, por cierto, que la pata-
^B, mejor dir¿, el ^rilo más antiguo común á todos los idiomas es
^Ktmido ó la queja ¡ayl Oiro hecho indíKuNbtc es que ta letra
^Bi sanare entra. Üt Icngiije, pues, como el arle, como la ciencia^
^^mo los hombres mininos, nació del dolor.
^^^P Artis initiam dolor
es el prímcr miembro de la fórmula misteriosa de akimi, quiero de-
12
cir, de Ganivel el grande. Y la primera de todas las artes dciiíó de. ^
ser el hablar.
Pero ¿qué dice quien grita ¡a-y! instinlivamcnte? Con la tí quie-
re arrojar lejos, fuera de sí, al mundo entero el dolor que le opnrat»
con la /, más apremiante y acentuada cuanto mayor es el apriete,
pide auxilio al prójimo, á í, es decir á tu, al que está más cenx
Este ejemplo no es de Cejado r, pero yo lo pongo aplicando n
teoría.
Otro mío también y quizás más probatorio, pues se trata de
sonidos extra-humanos, tan conocidos por los hombres como por
los animales. ¿Habéis visto lo que hace un carromatero de los que
enganchan una reata de ocho ó nueve muías en fíla india ó sea de
una en fondo, cuando tiene que doblar la esquina de una caUtf
Como el látigo no le basta y ni las muías obedecen ya al látigo c&
estos tiempos, aunque otra cosa crean algunos gobernantes de rea-
ta, el buen carromatero coge de la madrina á la muía de \aras y
ahuecando la voz todo lo posible, grita primero /oooooo/... El efec-
to es instantáneo. La primera muía de la fila y tras ella todas las d^
más, describen un arco de círculo, ó se vuelven en redondo pan
doblar ta esquina hasta hacer virar el carromato pesadísimo. Esa0
es para las muías, como para les hombres, la voz que expresa lo xt-
dondo, lo circundante, lo en torno. De modo, que si el carreteros-
guiese soltando oes la muía primera describiría un círculo completo
é iría á dar con el hocico en la barcina ó en la zaga del carro. Pero
una vez dada la vuelta necesaria, es menester seguir en línea reda
y entonces el carretero emite estos tres sonidos sorprendentes, vene-
rables, antiquísimos: Rrrrri-a, con lo cual basta para que las mutis
adelincn otra vez todas derechas. ¿Por qué? Porque r/rr significft'
en iodos los idiomas partir, salir andando (de ahí arre, aarrerát
etc.); / es un mandato, dirigido á ///, con el dedo tieso ó con el láti-
go, si de muías se trata; y por último, a es lo lejano, el sitio á donde
el carro se encamina. ¿Cómo han de caer en la cuenta de cual fué
la lengua primitiva los filólogos de chistera y smoArm^, quede»»
conocen el lenguaje de los carreteros, el habla de la Naturalea?
No hemos de suponer que la mentalidad del hombre primitivo eslH
ba mucho más cerca de la inteligencia de una muía de varas que de
la sublime minerva de un profesor de Cambridge ó de Tubinga? i
Oe tgual inanerai ¿cuántos académicos de U Española ó de h¡P
an cesa hay que, al entrar en sus doctas casas, saluden al colegjt
k pregunten por sus achaques diciendo cité? Ninguno. Putí^ •
teño; cfté 6 zé {tsé pronuncian los vascongados) es la primera
rrogariún y el primer ¿.aludo, la priniera fúnnuia vocaliva. Véase
Valencia, en Murcia, en Castilla la Vieja (donde suelen decir
ó) en gran parte de Italia (donde suena también cho-á) y en toda
aérica del Siir, singularmente entre los gauchos y pamperos, cu»
vocabulario, según observaciones directas, hedías en el terreno»
constará de sesenta » óchenla palabrotas. Más á toda pre-
nta sigue una afirniaciún. 1:1 hombre priniitivü, sin embargo»
pcide con los ^hios analíticos inodcnios en lo de sentar pocas
ciones absolutas, apodícücas: un salvaje es tan excéptico ó mis
un sabio investigador, pues los extremos se tocan, y á la misma
bitación angustiosa conducen la suma ciencia y la suma ignoran-
Así, el hombre primitivo no afirma stnocuado le preguntan, y
>nc«s echa para afuera los labios, baja la cabeza hacía el sttelOj^
I para arraÍL;ar en la tierra n>adre su convicción, y dice ba, pa,
I asi. un sonido labial, que para el vascongado, amigo de córa-
los conceptos y hasta de imponerlos, es mucho más categóri-
Jes dice ba-i, ó lo que es lo mismo: 1." Eso ex cierio ^&.
i cierto universalmenle ú en toda món—a, y i,*" Debes crcer-
y convencerte /ii-=í. ¿Qué otra cosa signíñcan nuestro fbaya,
it aserlúrioo, que naüa tiene que \'cr con el verbo ir, y d véiay
\ k}& valisoletanos y el vai ó vé de los provenzalesP
Pero un hombre que pregunta y otro que responde ya son dos
racionales. Véase en que términos tan sencillos (aparte el na^
ttnl desenvolvimiento de estos elemcnCalcs datos en una obra fuiw
íllal) se resume la evulucmn humana, desde el hombre enio-
que solo sabía decir ¡ayi hasta el hoinUrc intelectual, que con
I vocales designa sitiüs* tamaños, distancias y relaciones de las
i y dechira su propia peisunaliJad y ta ajena y hasta muc-lra
itos sociables diciendo che y convicciones precicnliñcas dícicn-
I bQ. La razón comicnxa desde que el hombre articula, esto cv
Je que usa las articulaciones impropiamente llamadas c^Aisonaa*
, Vocafes solo hay muchos animales que las profieren: articulara
lio articula d hombre. No %t puede creer cu d hombre alalo d
14
mudo; no se concibe su e?cistencia: y aquí Cejador cierra conbi
trasformistas, y en particular contra Haeckel, con la convícdán
tnás ruda.
Hay aún otro elemento impórtanos i mo del que los ttiúlogos ha
prescindido y que solamente los psicólogos, y en particular lo$ lü
toriadores déla naturaleza y del espíritu, Tylor, J ara rus, Vund^
Lange y Willam James toman en cuenta: el gesto, el movimieak^
ademán, actitud y visaje que á cada sonido corresponde. En el g^
revela el hombre primitivo ó no educado la emoción, y el ged»
proviene de la contracción de músculos, de !a vibración de nervtofc
de las desigualdades circulatorias; eso es la emoción, el movímicdto
mismo, la conmoción de los órganos afectados por accidentes ínta^
nos ó exteriores, según declaran Lange, James, Sergl, los más aEuB^
dos psicólogos modernos. Luego el lenguaje no es sino un aspedo
natural, concreto de esla conmoción. El hombre educado se sonniji
y calla; el niño se pone coíorado á consecuencia de una emodíni,
y además lo confiesa inocenlemente, diciendo: — Me dá vergüenza.—
Esas tres palabras forman parte de la emoción, son una Caceta de
ella, como la congestión sanguínea que colorea los carrillos dd
muchacho. De ahí la asociación de las impresiones á las patabn
que las representan, y el que mucha veces solo al nombrará^,
limón partido se nos hace la boca agua. El lenguaje emocional ao
es más que un gesto de la garganta y de la boca,,, tan natural como
el estirar un brazo ó el encogerle, y cuántas veces la mano, d
entrecejo, la comisura de los labios, el busto son más elocucnfcf
que la palabra, ó la frase á que acompañan! De esto juzgará biCD
quien recuerde haber oído hablar al difunto D. Práxedes Maleo
Sagasla.
Complemento nalurat del gesto y aun mejor que complemoito
diré calidad principalísima de lo que se dice y de lo que se gesticB-
la ó mima, son la entonación y el timbre de la voz, con tanta pro-
fundidad estudiados y entendidos por Benot, nuestro gran filúsefo
del lenguaje. Grave atraso representa en la humanidad la escuéz
de signos gráficos para representar la entonación, el timbre y h
duración de los sonidos, donde se revela únicamente la intendAí
del que habla y el verdadero sentido de lo que dice. ¡Cuántos pleüiNf
y cuántas disquisiciones hermenéuticas y cuántas contndidorítf
15
se cviíarán el día que, muertas h escritura y U imprenta^
irnos cuanto se diga y hay» de decir, por medios directos,
' cl fonógrafo perfeccionado y unlversalizado! Esta parte igno-
mal revelada del lenguaje es precisamente la parte siibíeüva, cl
del que habla, lo que descubre los fenómenos de su concien-
, Mucho interés han tenido siempre losi hombres en que no co-
imos su interior, donJe habita la verdad, según el santo. Por
I hay tan poco^ signos para describir ó representar In entonnciAn y
^Ürtibre. La hipocresía Iiutnanae^ infinita... Pero estoes ya ir muy
5. Volviendo á nuestros hombres primitivos y á su sencillísimo
uaje, no creo que haya nadie á qui«n no asombre y sorprendí
' cómo éste obedece á im plan lógico por la misma Naturaleza
■do: de la emoción pura a} concepto genérico, ya casi melafíii-
[Admirablc estudio, en el que se aprendes estimar al primer
ibff que dijo ¡ayí tanto cuanto á Homero y d Aristóleles^ pues
esas dos vocales moslró ser tan pocti como filósofo!
¡Maravillosa intuición l.i de Ccjador al descubrir las bases del
juaje geométrico ó espacia), que entraña tanta diversidad de re-
ines materiales é inmateriaíeí! ¡Certero Inslinto el que Ic ha coñ-
udo á fijarse en cl hecho prodigioso de que el euskcra sea un
que conserva sus raíces vivas, mientras los demás viven de
Ces muertas, embalsamadas en los Diccionarios; en la naturaíisima
sí perugrullesca afirmación, por iodos tos gramáh'cos olvidada ó
}Ducida, de que cl sonido no es un guaiismo muertu, sino un
lismo viviente, de que el 7 ó cl Q no existen en la nalurakvji y
y, ti o y la e, sí; de que las relaciones gramaticales no son alge-
jiicss ecuaciones, sino hechos duros como pefus ó bUndos como
B, pero reales y tangibles; de que, en ñn, para mayor claridad,
el mismo nombre del idioma primitivo es tan luminoso en
! punto» que fskera signiHca el habla yeskaldun, clqae habtaj
[Y cuando esto no fuera útil y giorioso p^ra [España, aunque <le
¡httporUnt^ descubrimientos no 5c siguiese mayor bien que el
icudir el polvo á las viejas rutinas filn!(V;;tcas ó Ktamaíicales y
'4 mis nobles y alias esferas las cabezas acachadas sobre los
aríentofi infolios, y habituar á la gente estudiosa k penetrar con
irdla y gentil desembarazado en el intrincado bosque, siempre
ador mereda y merece la gratitud nacional. Bueno será que no
16
pasemos por el bochorno de dejar abandonado en un rincdo
hombre que con más amplitud de criterio y can más
y alteza filosofea ha iratado el lenguaje desde los tiempos del P.l
vas y Panduro hasla los présenles. Désele una cátedra, que
legales hay para elEo y algo más aprovecliará et hacerlo que el
cedérsela por oposición^ ó por concurso á cualquier yerrjo ve
roso ó á cualquier lacayo erudiio.
F. Navarro v Ledesmjl
(El Impartial 18, '23 y S9 do Ociubre An \^\\
ES POSITIVAMENTE IMPOSIBLE REDUCIR TODAS LAS
LENGUAS A UN SOLO Y MISMO IDIOMA PRIMITIVO
Esta gratuita y negaíiva afirmación que Ernesto Hackel sienta
la página 599 de su obra Histoire de la Creation después de id
razonamiento en el que afirma la existencia del hombre privado de
lenguaje, durante cuyo estado ala lo de la humanidad tuvo lugar II
división del género humano en eajpecies, en cada una de las cuaÍB
brotó posteriormente el habla, ha tenido en el año de gracia
corremos dos convincentes y positivas contestaciones^ dadas, h
una por un ilaliano y la olra por un e^paiíol (1). Alfredo Trombeti'
es el nombre del italiano que en una Memoria premiada con 10.001
francos por la Academia de los Sineri, demuestra en vista de la coi*'
paración de todas las lenguas que se h^iblan en el globo, que (odtf
ellas proceden de un solo tronco. No he visto la Memoria de Tnn*
betti; pero sí tengo á la vista y he Teido desde la prímeía á la üttinii,
página, el libro del eminente linqriiisíj español titulado fffi&r/OÉíJlk
del lenguaje, su estructura y formación primitivas, sacadas M
estudio comparativo de los elementos demostrativos de tas fc*
guas, por D. Julio Cejador y Franca.
Este libro forma ti tercer tomo de la colección que et Sr. O^
dor va publicando para exponer completamente su teoría lingüfstia;
(1) Va en 1895, Qmina Memoria ptcsentidaal segundo CongreoíittemaefaniJ,
católicos, demostró pl dt-atc Alcxandre que morfoii^Lcatncnlr, ú sea bajad punto de vb
It forma, las li.'n(tii;i9 tcniaserjH redmcihles iun íi|íOiíTiicci, y porlu tanta, oo si^nífia
reacia esencial li di visión deaquélla.<i en monosilábicas, Aglutinante y de fluríán. fL. ,
probar k) mismo bajo el punto <le vista de la materiA, y cua tt lo «pe hiq Jacha C^fÉatt
from betti.
17
so se desprende del tfluto del mismo, no cstudi:! en é\ todas
Dccs de los idiomas lodos^ sino solo los demostralivo'í, cuya
nparaclt^n le lleva i Afirmar que todas ias lenguas habladas
or ios distintos pueblos del gíotfa, no son más que variaciones
ana primitiva, cuyos etcmenlos aparecen en todas ellas mis ó
peños alterados, pero reducibtes siempre al tipo primitivo.
El plan que desarrolla el autor en csle lomo de su obra, es el si-
ilientc: I." Medíanle el esliidio de los demoslralivos de todas tas
bngiias, llegar -i la lengua primitiva. 2.* Comprobar con dalos la
aria expuesta en ¿os Gérmtnes (I). 3.* Demostrar la unidad ori-
naría de todas !»s lenguas, 4." Que el sistema demostrativo nos
cnta el verdadero desenvolvimiento del lenguaje en su estado
As primitivo; y 5.* Que en el vascuence se halla el estado primi-
|vo Ue losdemósirattvos de todos los idiomas.
Como demostrativos esludía el autor «todas aquellas dicciones
lie indican las relaciones del espacio respecto del que habla; pro
ombrcs personales y demostrativos; todos los adverbios y partícu-
que indican tiempo, espado, lugar 6 modo, aunque solo de
I punto de vista de las relaciones del espacio ►. Estos demosirativ
I son más que los sonidos primitivos, cuya naturaleza y valor ha
itudiado ya en el segundo tomo de su obra; ellos constituyen el
ih'vo Icn^aje y su combinación y evolución ha dado por re-
do et sinnúmero de lenguas que hoy se hablan en el mnndo.
Los demostrativos absolutos primitivos no son mis que los cinco
ildos vocales a. e, t, o, a, que como interjecciones en todos tos
líos tienen su valor propio y determinado.
La emisión de dichos cinco sonidos responde i cinco distintos
L de la boca, que á su vez se corresponden con otros tantos de
jo d or^nísmo, como éstos responden á la situación moral pro-
cida en el hombre por el estado de relación en que se encuentra
eclo de los objelo$ del mundo exterior; y de ahí que aquellos
aidos no sean más que la expresión fónica de los estados internos
el ser que habla. Y por esta raxón, en todas las lenguas «/es un
;trativo que indica lo próximo, a es el que se le contrapone
Indicar lo lejano, c es un término medio que síive psni lo
TewoKcnndo de li obra, del cihI tnr onpf ta la AnMi ife AncAn. H>n»di 1981
18
lejano y en torno, u para expresar lo profundo, y e, finalmente ainc ^
para preguntar y para el relativo», doctrina que nos compruebí
con ejemplos que aduce de todas las lenguas.
A continuación estudia el Sr. Cejador el valor de todos esos dt
mostrativos en Euskera, y pasa después al de los demostrativos rdt
tivos primitivos, formados por consonantes que para sonar toma
una vocal, y cuya ley de derivación es: «cada sonido ó grupo fónico
se determina y especifica más por otro sonido ó grupo fónico que
se le añade, sufíjándosele»; procedimiento conforme con el procesa
intelectual que va siempre de lo indeterminado y genérico á loife-
termidado y específico. Expone el valor que en Euskera tienen esloi
demostrativos (n, z, b, k, g, r, I, d, t) y su evolución en elida
lengua.
No conozco el vascuence ni dispongo actualmente de tiempo
para dedicar un par de meses á su estudio; pero fiado en la sinceri-
dad del autor y en vista de los datos que en este estudio aduce, no
puede uno menos de rendirse á la evidencia de que el valor naturtl
que á los demostrativos asignó el autor en Los gérmenes, lo tienen
en esta lengua tan ignorada y desconocida por nosotros, que dtbt-
riamos ser los más interesados en estudiarla y en divulgar su cono-
cimiento.
Varias pueden ser las causas que á esto han contribuido, siendo
sin duda una de las más imporfaníes el gran defecto de nuestra edu-
cación cívica ó nacional, que nos lleva no sé por qué ni cómo á
aplaudir y admirar todo lo que sea y venga del extranjero y desd^
ñar y menospreciar lo que tenemos en casa. Preocupación perni-
ciosa é infundada, contra la cual debe empezar la reacción.
Pero en donde resulta probada hasta la evidencia más convin-
cente la unidad originaria de todas las lenguas que se hablan eo
nuestro planeta, es en el estudio que el Sr. Cejador hace en el capí-
tulo V de la obra, de los grupos ni y ou, empleados ambos piB
significar !a primera persona, el vo y el nos, por todas las lengMl
del mundo. Efectivamente; el yo es lo más íntimo de nuestro ser,
es lo que más agarrado poseemos; es lo último que perdemos. Podrf
un pueblo perder miles de voces de su vocabulario y sustituiriB
por otras; pero cuando pierda el yo es que ha perdido su lengUi
es que él mismo ha dejado de existir.
10
las
íuas
>!oco,
ies bien: el autor pasa revista á todas las lenguas del mundo^
cnzanito por las de América. En los vocabularios comparados
34 lenguas que hablan las tribus indianas de la Colombia in-
16 liciien e! ni— yo, ó ne\ seis, nu; cuatro, no, y sólo una, na,
1 siete restaníes se ve en todas la n. En 16, junio con la n, se
gutural k, ya como tal, ya palaüzada. Lo mismo &c ve en las
algonquinas y en las atapascas. En Méjico sucede lo propio
¡ lenguas nahualt, tepehuana, etc., etc.; como también en tarasco,
>, seri y demás lenguas del centro de América. Lo mismo
en todo el Occideníe de Amíríca, como en mojo, batiro,
3Ur« y otras lenguas de la América merídionaL resultando de
os los cuadros comparativos que nos presenta el Sr. Cejador que
, toda !a América, la primera persona, el yo, tiene para su expre-
un solo grupo etimológico: el grupo ni. Estudia después este
en las lenguas hiperbóreas: aleula, esquimal, alno, co-
do; en las anarianas del Indostán, empezando por las dravidas,
[tas que nos da un exclraclo de los cuadros comparativos de
Bler citando Formas del tamil, matayalan, cañares» teUiga, etc., etc.,
lodas las que se ve el grupo ai para indicar vo» nos, nuestro, y
po sufijo 6 desinencia verbal. Explica la k del brahui> que no
explicar F. Muller, y concluye en que las drávidas presentan
|rupo ni mejor conservado que las indo-europeas y altaicas^ con
consideraciones acerca de los pueblos que pasaron á pablar et
continente.
lY pira no hacerme pesado citando nombres de lenguas, en todas
(cuales encontraremos el f^rupo ni para expresar el vo, diré que
jtor continua su revista por las lenguas de la Occeanía, Á las
siguen las camitas, después las semíticas, las del Sudán, tas al-
s, las caucásicas, y, por ñn, Us indo-europeas. En éstas se en-
íitra la m, que no es primitiva, sino derivada de la /ij como lo
eb«n los muchos casos en que en estas mismas lenguas aparece
i Idr»; y, como Rnal de este estudio, dioe el autor «He analizado
I lodas lis lenguas del mundo; apenas he dejado por aducir más
I ftfgttnos dialectos, y, sin embargo, en todas nos hemos encoo-
I con que yo se dice ni 6 de otra manera muy parecida.
I La primitiva forma ni 6 nik 6nt 6 nek en las lenguas aducidas
» hallado la frioleri de 1 30 veces sólo en América. Como
41
20
sufijo ó prefijo, ni, así como suena, existe, se puede decir no afilo ea
todas las familias, sino en todas las lenguas en una propordún dd
90 por 100... ¿Puede atribuirse este hecho á casualidad? Luego a^
nik son las formas primitivas, pues que son las más generales y tai
que explican todas las demás.
El mismo procedimiento sigue el autor en el estudio que hace
del grupo ga=^nos, acerca del cual hay que advertir que en alguns
lenguas, y entre éstas, en las indo-europeas, se ha empleado pand
singular yo=^(e)go: así como el grupo ni ha pasado á indicar d
plural nos con la s característica de este número. La explicatíóndd
empleo del gu=nos, en vez del ni=yo, es muy natural, y todavii
seguimos hoy empleando muchas veces el nos decimos por el yo
digo, con cuyo cambio no hacemos más que atribuir al nos (derivado
de ni) su valor natural, primitivo y etimológico, vo.
Y qué de extraño es que así sucediera, sobre todo en Asía, donde
las etiquetas refínadas fueron antiguamente tan ordinarias y aún lo
son en todo el Oriente de Asía? En América no se encuentra td
confusión, ni tampoco en el extremo de la Oceanía, en la Malanesá,
los dos polos de la irradiación etnológica, á donde fueron las priiw*
ras oleadas de gentes partidas del Asia.
Después de estudiar, siguiendo el mismo proceso, los grupos
fónicos que indican la segunda y la tercera persona en las lengim
derivadas, se ocupa del estudio de los demás demostrativos en toda
ellas, llegando siempre á la misma deducción, esto es, que á ixviH
de las múltiples y variadas modiñcaciones que han sufrido cskis
grupos fónicos en las distintas lenguas, todavía el estudio comparativo
permite al que lo verífíca con imparcialidad y sin prevención de
ningún género, encontrar los elementos comunes y primitivos debs
mismos, los cuales debieron pertenecer á la lengua común, madre
de todas, pues existen en todas las derivadas.
Y de paso he de notar que lo más extraño en este punto, no esd
que las lenguas se diferencien después de tantos siglos de desgnle
continuo que las palabras vienen sufriendo, y especialmente debi^
ron sufrir antes de conocerse la escritura y quedar aquéllas yt, con
este procedimiento, ñjadas y como estereotipadas hasta cierto punto;
sino que lo raro, lo extraño, lo que casi llega á lo inconcebible^y
por tanto puede explicar en cierto modo las afirmaciones que^
21
nmente han hecho de que las lenguas eran irreduetible, tos que
hian querido aceptar la relación del Génesis/— es que, i pesar de
idiferencia de civilizaciones, de climas, de variaciones en el mc-
I ambiente, de infidencias recíprocas, ele, etc., queden todavía en
[lenguas h<ibladas elementos suficientes para demostrar su unidad
[orij^en de un modo positivo y evidente á todo aquel que eraiprcn-
sle estudio sin prevenciones de ningún genero.
Léase la obra del Sr. Cejador; esíúdiese con el delenimiento que
rece objeto tan profundo y tan trascendente; téngase la debida
_ aración para comprender algunos cambios fónicos, que son muy
Ibrmales y ordinarios y concede todo el que haya estudiado, no
nuchas lenguas, sino solo las de una familin, y se verá que las de-
ciones del Sr. Ccjador son tan lógicas y conformes ^i Jas leyes
la lingüística, que puede afirmar, como lo hacCj que no ha lortu-
ningún grupo fónico para derivarlo de otro. Y no puede menos
{suceder esto; y no puede ser más legítima la conclusión del autor,
la la base sobre que asienta su teoría.
Léanse el tomo segundo, Los gérmenes, y dígase si hasta el dfa
habido ItngQtsla que hiya tratado de demostrar la unidad del
¡ruajc basándose en la misma naturaleza del sujeto que habla, del
tibre: y como el origen de éste es uno y único, como es obra de
¡solo y único Artífice, y no de diversos monos que lo engendrt-
I en distintos puntos del planeta, su modo de expresión, su habla,
fsido también único y no arlificial, no producto de convención,
^ de gritos inarticulados y gestos y ademanes descompuestos, sino
jral y conforme Á la upíentiáima oi^nización y alma racional
le dotó el sapientísimo Artífice que le formó del polvo.
José Alcmanv.
Otcdr&tlcú de LenKSA Qrtegt de Ii Unlvcntiliil CentnL
(SI CAlflww. Ibát Niivletnhrt dr 1901).
■■ - — '^^^Vi^l^^H
LA SUERTE DE NUESTROS SABIOS.
(Su autor se muestra enterado de todos los prasnsof de la fr
logft clisici, y esto no de un modo atropellado y sapeificül, Ém,
con pleno y maduro conocimiento y con la habilidad aecesarii ¡mi
adaptar los resultados de esta Investigación al estado actual de no* '
tracnltorai.
M. Mtnéndez y POofO.
■Se ba llegado i desenredar y poner en claro eran parte (tel ubol
genealógico de las lenguas. Se ha risto cómo eran ramas mncbuqK
parcelan troncos. Se ha entrevisto la unidad, el toc6n priaMni ,
Faltaba desenterrar y descubrir las raíces, y esta impoiUntisina i»
vendón, [digámoslo con orgullo para gloria de la patria!, la taam-
llzado nn pobre, oscuro, modesto sacerdote español, nacido ea tlent
aragonesa: D. Julio Cejador y Frauca>.
P. Navarro Ltdetma.
Con palabras semejantes se expresaban también, en igual cuo^
los grandes crfticos y maestros de las ciencias y las letras italiants.
Alfredo Trombetti, hasta entonces oscurecido y pobre, acababa de
publicar sus cuatro tomos sobre Nessi geneaíógici tra le tingue dd
mondo antico; es decir, su notable estudio sobre la afinidad y el pi-
rentesco de los idiomas. Los periódicos se disputaban sus escritoSi
los alemanes é ingleses reproducían su biografía, le consullabu
los maestros, la Universidad de Boloña le ofrecían una cátedra de
Filología semítica, creada en 1860 y no provista aún; se le prepi-
raba, en fin, un premio excepcional de 200.000 liras para la obn, ,
que terminará en breve. Gramática universal comparada. Hetqnl |
un caso reciente. Este es el ejemplo que nos da la nación italiana. j
Pues bien; un sabio todavía más glorioso, que vivió tambiíB
años y anos oscurecido y pobre, un sacerdote desamparado, trabt- ;
jador infatigable y fecundo, que, cual nuevo Colón desatendido^ !
caminó errante por la tierra sin otro estímulo que el mismo pew
de su ideal, y que ñrme en sus convicciones católicas esperó sicm*
pre y recorrió con fe Siria y Egipto, y en el Líbano vivió con monjes
sirios maronitas, y en Damasco y Beyrut estudió las lenguas orieB-
tales: árabe, siriaco, hebreo, armenio y copto, llegando hasta hablar
el árabe; un lingüista eminente, reconocido ya en el extranjerOf Itt
emprendido, cuatro años hace, entre nosotros, la publicación de
admirables y costosos libros, de tan grande importancia dentUbS
23
•como difícil salida en e! mercado, abicrío mejor A insustanciales no*
^kbis, sin que e] estimable y 5igniñcativQ alerta de tos maestros ni
Hds m;5s nobles ecos gallarda ineníe resonados, hayan logrado sitenr
^B IriiiIJsd impAsible de las nltilras.
H Navarro Ledesma, en sus íres hermosos artículos, recientemente
■publicados en E! fmparcíaí, aboga por la creación de una cátedra
Lengua euskera dedicada á Cejador, que tan acreditadas tiene
íS excelentes condiciones de maestro en la Escuela de Estudios
Bperiores del Ateneo de Madrid, para la que se ha visto repetida-
neme designado. Y esU fué también la proposición que el 5r. Reina
hizo, días alrds, en el Congreso de los Diputados al señor ministro
Instrucción pública, quien contestó, por toda excusa, hablando
la mezquindad y estrechez del presirpuesío del ramo, y des-
chando el único procedimiento eKtraordinario para la provisióOj
Ve cátedra^; por la sencilla razón de no ser rápido, como si fue
rápido no hacer nada.
Entre tanto, en la Universidad Cenlral existen cátedras no
s, como la de Gramática comparada de las lenguas semUic
y Gramática comparada de las lenguas indo-europeas, en cuyos
¡ludios, especialmente fn e^losúítimos^ el Sr. Cejador es el pri*
Dcro, por lo que no le fallarfa el voto de la Academia Española, ni
de la Universidad Central, n¡ el del Real Consejo de Instrucción
Sbtica, con los cuales votos se obtendría Icgalmente ese proccdi-
aiento extraordinario de que hablaba el señor ministro; cátedra
están acumuladas, la una á la del señor decano (Lengua hebrea)!,!
Otra ala del Sr. Garbín (Literatura latina), y que pudieran servir
Buy bien cualquiera de ellas, aunque más propiamente la segunda,
1 ayudar i Cejador en ta publicación de su monumenlaJ obra, y
smo lienipo, dándole un lugar que por derecho le corresponde,
itar asi el bochorno de obligarle á medir sus armas en unas opc-
iones, como Iss que tiene ya firmadas, para la cátedra de Latí
Canarias! con cuatro principiantes recién salidos de las aulas,
con «cualquier yerno venturoso ó cualquier lacayo erudito »,
I que podrían resultar tres males distintos y un solo oprobia
idero: el de abandonar y desatenderá un hombre sabio; ej át
recluirle en donde carecería de elementos para la continuación de
sos brillantes estudios; el de añadir, en ñn, una injusticia más á la
fe
24
historia, ya vergonzosa y larga, de los calvarios sufridos por mu-
tros grandes hombres, en tanto que en ios mejores puestos, cooKf
diría el poeta:
Til son todos los que estaría
ni están todos los que son,
Mariano Miouel de Val
(D:arlo Universal, 23 dt Novlsoibre de 1904).
DIARIO DE UN ESPECTADOR.
LAS PALABRAS.
Un sabio modesto, cuya fama no ha salido aún del círculo de
los doctos y de los estudiosos, D. Julio Cejador, trabaja hace a&os
en desvelarnos el misterio del lenguaje. D. Julio Cejador es m
filólogo. El filólogo es el hombre de la lenta lectura. ¿Os acordüi
de Nietzsche? Nosotros, hombres vulgares, de lectura rápida, past*
mos sobre las palabras, recogiendo de ellas nociones y conceptos:
son para nosotros signos fríos, inertes; fórmulas habituales del álge^
bra, del pensamiento. El filólogo, hombre de lectura lenta, se pan
en ellas, las ve animadas y vivas; descubre su historia, su abolengo^
su lejano origen, y escudriña en su interior la sucesión de ideas y de
emociones que las fabricaron primeramente y lu^o las habitaron.
Las palabras son, de cierto, una gran maravilla y un gran miste»"
río. Acostumbrados á usarlas desde la infancia, nuestra familiaridad
con ellas hace que no veamos su misterio, que nos parezcan uni
cosa natural, sencilla, que lleva en sí misma su explicación, ó no
necesita ninguna. ¿Hay cosa más natural que hablar? Esos sonidos
nos parecen una cosa definitiva como la forma de los seres. Su sig-
nificación se nos antoja que es parte de ellas mismas, é inseparable
del sonido. Pero esos sonidos y esas significaciones tienen una laigl
y á veces accidientada historia; han pasado por muchas fases y cun-
bios. También los seres del mundo orgánico, siguiendo el río cao-
daloso y lento de la evolución, se vistieron y se despojaron de
muchas formas.
Remontándonos en la investigación de la antigüedad de las pi-*
25
^rs^ llegamos, como en U historia de los pueblos, á un período
fobuloso, mítico, lleno de nieblas: al misíerio de los orígenes, ¿Hubo
|ua lengua primitiva? Y yendo aún más allá, ¿cómo se formó e3e
Boma originario? ¿Cómo prendieron en las voces det hombre las
Broens semillas de pensamiento y de emoción? ¿Cómo la vida
ífiíerna lomt'í carne y vestidura de palabras? ¿Por qué lal sonido
Jquirió tal significación ó nació con ella? ¿Por qué unas palabras
presan seres, otras acciones, otras relaciones^ otras conceptos^
Btractos, ideas metafísicas, lo más alejado de la materialidad y de
í Fórmulas precisas y concretas? ¿Qué relación hay entre el sonido
significación? ¿Qué ignorado canee llevó al pensamiento i vet-
en las copas de la palabra?
Cejador. en sn obra monumental El lenguaje, escudriña cslos
blema?, y nos cuenta la vida y aventuras de estas palabras casle-
■s que usamos todos los días, y que tan sencillas y naturales nos
en. El tomo IV de El íenifiíaje acaba de publicarse. Se llama ]
I de la lengua cíixt-eUaJia. Origen y vida del lejt^aaje. Lo
Veen l^v liolahra». Es un Diccionario, pero un Diccionario
no se parece i los qi^e tilili^imos comunmente; un Diccionario]
! que Us palabras nn están en íormacrón militar, siguiendo cl orden i
diversas linderas, que son las letras, sino agrupadas por '
Üías y gentes, como las antiguas milicias, en torno tie tas voces i
is 6 indo europeas de donde provienen, ó que son sus pa- ,
mayores. Un Diccionario que no se limita i poner al lado
libio una deñnición, sino que nos cuenta lo que el vocablo ha
[>, sus vicbiitidcs y cambios, su empteo en las letras eruditas y en
I modismos y refranes del habla popular, su parentela y esürpe.
Esta obra maí^na no es hosca y ceñuda para con el vulgo; no
escrita con el pensamiento aristocrático del que sólo qmere
irse con gentes leídas y sabidoras: á todos se ofrece llana y cotn-
sible, y aun s; adereza i veces con las sales del ingenio castizo,
: hacerüc m.is acepta y tratable. El mediano saber, mucho más
que la verdadera sabiduría, suele huir de esta llaneza, y pere-
por tecnicismos y terminarhos intrincados.
ISr. Ccjador es un ccJesiástico: es caledrAlico de un Instituto
I provincias. Sus libroSr por la enorme suma de tratiajo, de medi-
n, de paciente inteligencia que representan, nos dan la imagen
26
df su vida; la imagen de una vida absorbida por la representado!^
que arde serenamente en luz espiritual. Su símbolo sería una láa> ■
para, una lámpara antigua, como las que vemú:^ en tas viñetas / d
los emblemas que representan sabios de lejanos tiempos, at>sc»1oi
en su trábajOf meditativos, ausentes del marco exterior de $u vh
vienda, de las cosas materiales que les rodean. La lámpara es n
emblema de vigilancia, de trabajo mentad de vigilias consagradas d
pensamiento.
El Estado debería tionrar á Cejador, elevándole á las aulas deb,
enseíianza superior, donde eslá su puesto.
Los que hablamos el castellano, doctos é ignorantes, leíradoa j
sin letras, debemos agradecerle que nos cuente la maravíMosa histont
de las palabras desde que brotaron de labios del hombre primifivt^
en la selva prehisíórica.
ANDRENIO
(La Época, 30 de octubre 14ÚS).
REVISTA LITERARIA
TcflOFO <le la long-un cnitellanM.— OrEgen y vl<la del lengxiftjo^— L*
que dicen lan |ja]abra*.-par U. Jüíia Ccjk^or y Prauca-^Uadn i. ISUS
Plumas ilustres de literatos y filólogos, como Menéndez Pelaje^
Rufino José Cuervo, y aquí en estas mismas columnas c] malogudo
Navarro_ Ledesma^ se han empleado en el elogio de las obras dd
gran filólogo español D. Julio Cejador y Franca, investigador ySfr
sofo del lenguaje. Hoy loca á la mía, más humilde, decir alj^im
palabras del «Tesoro de la lengua castellana', recién salido de hs
prensas.
El «Tesoro de la lengua castellana, Origen y vida del lenginje^
Lo que dicen las palabras», que todos estos títulos lleva, y ninguno
sobra, por lo que cada uno declara del contenido del libro, es d
tomo IV de la obra magistral emprendida por Cejador con el título
de «El lenguaje, sus trasformaciones, su estructura, su unidad, SB
origen y su razón de ser». Recordemos rápidamente que los tres
tomos anteriores comprenden: el primero, la «Introducción al estu-
dio del lenguaje»; el segundo, «Los gérmenes del lenguaje, estuiBo
27
pfoTógíco y psicológico de las voces del lenguaje, como base para
, invcsiigación de sus orí|:enes>, y el tercero, la «Embriogenia del
nguajc, su cslrucliira y formas primitivas, sacadas del estudio
binparaiivo de los elementos demosírali vos de bs lenguas». Obra
1 ésta de las que consumen una vida y exigpen tal caudal de cono-
fiiento de idiomas anliguos y modernos, lal penetración Hlosúfica,
i espíritu de paciente invesligacióa histórica y una tan firme ojeada
conjunto para no !>erderse en esa Babel de palabras diferenlesi
parecen superiores á lo que puede dar de sí el esfuerzo de un
nibre, bien que la laboriosidad guiada por una inteligencia pode*
hace milagros y uno de ellos es la multiplicación del tiempo y
trabajo.
El -Tesoro», como lo dke su nombre, es un Diccionario, pero'
I Diccionario concebido y ejecuíadodc muy diferente manera que
: usuales que manejamos á cada paso.
Lo primero que llamará fa atención en él, por ser lo mis visible
[chocante, es que las palabras no están por el orden del abec<^, como
pee el autor, ívino formadas en grupos naturales con arreglo al
den lógico ¿ histórico que les marca la derivación de Eos sonidos
emcnUles y ta descendencia de uñasen otras lenguas, desde
ejo euskcra y las antiguas lenguas ind j-europeas, principalmente i
*y el latín, al castellano. El orden alfabético que se emplea en
diccionarios es, como lodo el mundo sabe, un orden anificial,
catálogo, de clasificación, ideado para la comodidad d« ].i con«i
tilta, aunque Ücne el inconveniente de presentar descoyuntada,!
[más aun que descoyuntada, rcpatlida en casillas la lengua, es
¡ituilile por lo sencillo y ríipido, sobre todo en los léxicos de
ejo vulgar. En la obra de Ccjador la di&cuttad práctica qt
iltirfa de no estar las palabras puestas por este orden acostum-
sdo se remediará (acilmcnle poniendo al fmal un repertorio ó
^dice alfabético. El autor lo dice en el prólogo: -El tropiezo de
servir después ts obra para dar al punto con et vocablo que
busque, con el refrán, el modismo, la frase, rodéase de una
panera liarlo llana, hacietido al final de U obra un lomo de releren
I por orden alfabético de las voces castellanas, y li á mano vicne,1
listas separadas, de las griegas, latinas, euskcricas. Por manera
: sigYiiendo el orden lógico, tendremos un diccionario castellano,
28
un diccionario del euskcra, un diccionario latino, un diccíc
griego, todos climo)ógicos, y además un diccionario casIdUnoi
en lodos sentidos, cuanío es posible hacerlo á una sola persona t
solo cuenta con una cabeza y dos puños». Este remedio se ha i
cado en los diccionarios que no observan el orden del zh
por e]emp]0i en los diccionarios ideológicos^ cuyos articule
agrupados en (orno de ciertas nociones ó ideas primarias^ que i
modo de capitanes de cada grupo de conceptos. Trazar el raap
un idioma, reconstituir h estructura natural de su vocabulario, |
empresa dificilísima^ en que hay que proceder por aproxin^ '»'-''
conjeturas. £1 esquema más aproximado de un idioma, .
cuenta su formudón temporal é híslórica, sería un árbol, un árbol'
genealógico de palabras. En ese esquema nos hace pensar el «Ifl
ro de la íengua casteUana» del Sr. Celador, en cuyo primer voiu
aparecen agrupadas las palabras en torno de las cinco vocales i
o u, como sonidos elementales. Su subtítulo «Orijjen y
palabras* declárala ímporiancia qiieen esta obra lícnen i..-,
gfas, la historia de las palabms. El oiro subtitulo^ «Lo que dicen]
palabras», alañe á la semántica ó valor significativo. Pero el Dfc
nario de Cejador no es un Diccionario de definiciones. «¿Def "
nes de palabras en el Diccionario? — dice.— Cuando algún
teles se meta á lexicógrafo, amohinado al cabo con sus gdaerosf
diferencias que nada dicen, dará en volverlas por el envés, comoll
del narigudo de Quevedo: * Erase un hombre á una nariz prr^'^'"
Esas son las mejores dennicíones. El que no sepa lo que es un
se quedará tan en ayunas con su deñnícíón como todos nos qu
mos con la de la electricidad, que nadie sabe deSnir hoy por <
¿Cómo sabremos, pues, lo que dicen las palabras? Lo sabce
principalmente por el uso vulgar, y también por su historia. El
cionario del Sr. Cejador nos muestra el uso de las palabras con i
clases de autoridades: las autoridades literarias y la anónir
inmensa y decisiva autoridad del pueblo, manifestada en los l
y modismos vulgares, verdaderamente idiomáticos, sacados
«ntrAña de la lengua.
Lleva el «Tesoro de la lengua castellana ► XXXVI páginas
introducción^ páginas verdaderamente sustanciosas, escritas con
llaneza y una soltura encantadoras, como por maestro en el idk:
29
esume cl Sr. Cejador su teoría del lenguaje, expuesta y desarro-
en los volúments anteriores. Los filólogos, valiéndose del mé-
h i stó rico-comparativo^ es decir, cotejatido las diversas formas
palabras en las lenguas de la misma familia, y averiguando laa
is que las palabras de im mismo idioma lian tenido en las
1 ópocas de su historia, han llcgAJ<> á desciibrtr las leyes de It
tción fonética de las lenguas, y aun á sacar ciertas fórmulas 6i
iras esquemáticas, que parecen como las palabras madres de
salieron las variantes de los diferentes idiomas, y que dcbie^
de pertenecer á una lengua única anterior á los idiomas indo-
ipeos que conocemos. Pero más allá de las raíces que son las
iras de un periodo prehistórico, como dice Delbrück, no puede
' la investigación puramente filológica. Los psicólogos, por su
, trabajan por averiguar el origen del íiabla por medio de
[aciones psícofísícas. Cejador aprovechando los trabajos de
y otros, ha llegado más lejos, hallando en e) vascuence ó ens*
(a lengua priniiUva, anterior á las indo-europeas, y al misma
0 el lenguaje natural que responde al mecanismo psicofisico.
En el terreno histórico, donde trabajan indo-curopcistas y ro-
tas—escribe el Sr, Cejadur,— soy uno de elíos, y como ellos,
czo todos mis pasos por el método histórico-comparalivOf y
iropio cuanto ha descubierto la lingüística moderna: las Icyca
cas y las raíces... Créese hoy que el problema del origen del Icn»
esti en manos de la psicología: á ella, pues, me cnciininc. Pero
stando la psicología individual, porque e! tiabla es un fenómeno
sociedad, no del individuo, hube de acudir á la psicología co-
1 y social Por esic camino logré penetrar en la prchisioiia Im-
ca y dar por rara casualidad con la lengua má» anligna de
tanque allá antes de la historia se hablaba por estas tierras,
o ni el griego, ni el latín, ni el godo, ni el sánskrito habían
D. Aquella hab!a, qutr es la cusl^era, y todavía vive en un rincón
jaña, entre los vascongados, ví que era el habla natural* que
ibaen los principios de la psicología colectiva, y el habla de
ll las indo-europeas poca después nacieron*. En los trabajoi
filólogos vascófilos Asbrloa y Larramendí puede rastrearse H
6 antecedente remoto de la doctrina que cíentüicamenl^
vuelve Cejador, pero aquello escomo una incipiente aurort
30
en que hay muchas sombras, y esto el discurso claro y Inmfeuw
como la luz del día, discurso que se desenvuelve con U ríquezt y
la seguridad de una doctrina científica aprovechando los graads
adelantos de la filología y la psicología modernas.
¿Cómo y por qué puede decirse que el euskera te el habla ■-
tural? Cejador lo razona con una explicación psicológica. El 1»
guaje nace del gesto; la articulación es un gesto que se hace coa li
boca, y que expresa tan naturalmente como los demás gestos, loi
astados interiores del hombre, sus emociones, su vida psíquica. S
gesto es una manifestación externa, una aparición en la superSde
del movimiento psicofísico. Eso son las palabras. Pero ocurre qoe
los gestos elementales del lenguaje, esas voces sencillas, que faM
sido, como dice Cejador, las turquesas de las palabras, son vooa
vivas euskéricas, por donde resulta que el euskera coincide con la
primitivas manifestaciones psicofísicas que forman los elementos dd
lenguaje.
La clara, á par de profunda introducción del «Tesoro de la lo-
gua castellana», es el mejor comentario de este libro, al cual puede
aplicarse en dos sentidos ese clásico nombre de Tesoro que les CK
bien á los diccionarios.
Tesoro es de voces, de refranes, de autoridades letradas y na
de psicología y folklore, y Tesoro es también mirando á la partedd
autor, de saber, de paciente estudio, de erudición, de laboriosiiWI
infatigable. A esa «Introducción» remitimos á los que deseen mil
larga explicación de la que puede darse en estas rápidas rescflM
periodísticas.
E. Gómez de Baquew)
{El Imparcial, 26 Octubre 1908).
UN LIBRO DE CEJADOR.
Después de leer el libro de D. Julio Cejador Lo que dicen tal
palabras, primer capítulo de su obra Origen y vida del lengtt^
parece como que se apodera de vosotros cierto encogimiento dd
ánimo, temeroso de invadir inconscientemente el vedado de lasbr
mas bárbaras de expresión del pensamiento.
Un chistoso amigo del Sr. Maura, periodista de aguda peitEp
If
B, informante polílico de buen seso, qtic hoy comparte con olroa
kigos del prciidenle la ingrata tarea de fiscalizar la coritabilídad de
lacíenda pública, no sabiendo en cierta ocasión qué lérniinoft
ndcrativos usar pata la alabanza de la oratoria maurísia, ex*
naba:
—¿No es verdad que at oir hablar á D. Aníonio se sienten de-
r áe tirar de un carro?
No se si fué Volíaire el que dijo que leyendo Et contrato sociai
|sentían g^nas de ponerse á cuatro pies. Mi respetable y justa-
nte agasajado conlertulio de otros dUs remedaba en cierto modo
^fónico creador del panglostVmo, annque, naturalmente, las pala-
de ésle, si es que profirió las que yo le cuelgo, y las de aquél
distinto alcance y algo diversa significación....
Pues bien; al enterarse de Lo que dicen las palabras, del maes-
I de Filología, lo que uno advierte en si mismo es>... dedeos de
llar. Cejador debe de ser uno de los hombres que calen más
ndo en punió á lingüistica, y doy á este concepto forma dubíta-
porquc no cuadraría con mi modestia en ese menester de los
lioA filológicos un aserto cerrado, donde la malicia común pu-
hallar bambolla, ya que, así el elogio como el vituperio apun-
I en quien los manifiesta y mantiene la presunción de ciencia
kbintc para el juicio que los engendra.
«Acordándome del ideal que en d suyo elimoli^ico propone
^oUu de un acabadísimo diccianario, cual seria el que llevase las
abras por sus acepciones, usos y etimología hasta su fuente
inttal y primer origen del habla, si posible fuese, me prei^unlé
me sería dado á mi lograrlo, juntando en una entrambas obras,
í abrazase todo el castellano las inJo-c^iropeas, donde cstin sus
files inmediatas, y hasta el cu^kera ó lengua primitiva, de donde
manan, trayendo así el agua desde las primeras maneras que
((cron los hombres de expresarle hasta el castellano que boy ha-
los. Halagador era el intento, grandiosa la empresa, por más
pareciera formidable. Pero iban adtrjanielos trabajos preparato-
ft; reducíase á enlazarlos y entretejerlos en una sola lela. Atcv mi
Snglado, armé mi telar y allá va: este es el primer tomo, el primer
{itiilo de muestra, del Origen y vida del ¡engaite y del Tesoro-
tngaa castellana*.
32
Esas palabras de Cejador denuncian la magnitud de su infamo
y el mérito imponderable de tan egregia tentativa.
El lector del primer capítulo del Origen y vida del ¿e/^oofe, yi.
sabe á qué atenerse. Los vocablos que vayan apareciendo á sus(^
le dirán su historia, las vicisitudes por que han pasado, lo que ooi
«líos ó con sus elementos fonéticos más simples ha dicho la Hudi-
nidad, los cambios operados en los mismos en el flujo y reSujode
las generaciones que los usaron, el valor semántico que se les puede
atribuir, la misión que les estuvo reservada en un período determi-
tiado de cultura.
Cada uno de los signos verbales con que expresamos nuestm
pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras voliciones, es U
símbolo histórico ó un elemento dinámico del espíritu social. Cuu*
do pasa como ser muerto al catálogo de los arcaísmos, todavfi se
presta á la disección del filólogo, que lo descompone en su parte
temática y en su parte desinencíal y en los prefíjos y en los suQo^
que recibiera al correr en el acarreo del uso, y puede mostrar d
curioso su noble ascendencia ó su baja estirpe y el resumen de n
valor como testimonio momentáneo de la psiquis de un pueblo.
Las palabras son índices de la cultura y del progreso de la Hu-
manidad, y en sus evoluciones semánticas se puede seguir el cunp
de ciertos principios que fueron como jalones de la marcha deh
-Historia.
La frase con que yo estampo mi pensamiento, su giro, su a»
tructura, es un dato de la vida de mi ambiente interior (mi ediio-
ción literaria, mis aficiones, mis prejuicios) en sus relaciones cond
medio que me circunda. Por muy subjetivo que estiméis lo qoe
sale de vosotros en forma 'de concepto, siempre habréis de enceii*
trar en su fondo y en su modalidad externa un atributo de esos doi
ambientes.
AI hablar devolvemos en nuevos estados alotrópicos, como dica
los químicos, la riqueza mental que hemos tomado del aceno
común. La idea es del medio; cualquiera que fuere la caperuza qoB
la pongáis, reflejará en todo momento un estado de condendi
social que ha tenido en vosotros el primero de sus órganos de efr
^jresión ó uno de tantos como la revelaron.
Somos, realmente, arcaduces. Pozamos el agua y la impubnuoi
33
luces diversos; pero no n:iírtmos el man.intial. Cuanto csli en
Jiros nos vino de fuera, y al asistir á b contemplación de nucs-
^ propia psiquis, al sentirnos términos objetivos de nuestra rene*
5n (e! yOr visto en la conciencia), lo que halamos propiamcnle «3
liniagen del ser social, de la psiquis de nuestro medio circun-
iJtc, proyectada en nosotros mismos.
Vaya todo esto para denoiar [a importancia que» en mi sentir,
fie el estudio lexicográfico del lenguaje, como hecho que llcva^
inducción al conocimiento de la Misiona.
Benot dijo un dfa ante la Academia de la Lengua lo que era ha*
r, complementando así uno de los elementos de la definición de
¡OramáHca, y creo que para él á tanto equivatfa aquel acto como
Bustíluir el valor absoluto de las palabras, consideradas aistada-
ote, por el valor relativo que cobran en virtud de su oracional
erdependencla.
Cejador, como dicsiro orífice, aquilata y depura el casticismo
vocablo, señalando su noble ó vil abolengo (y tened presente
tie aqui la nobleza procede de abajo), según el mester donded
enti3 al gún día ó la nativa pureza de su íonnación original. Y luega^
cude al a rsen;l inagotable de la sabiduría plebeya y os dice lo que
[chusma castellana {definitivo legislador del idioma, arbitro p«r
ff 6 negar el pase á las intrusiones de la erudición) pensó con li
ibras que os quintaesencia, defíniéndolas en c! refntn ó en
t, es decir, limitando al agruparlas con otras su primera signiS-
Ición absoluta.
No es el suyo trabajo anatómico, de descomposición, de anáH^
«exclusívamcnle, aunque vosotros y yo creamos que te preocupa
! hallazgo de los últimos filnnientj>$ ideológicos que contenga ufl
10 verbal, por rudimentarios que fueren, y sorprenda su pcrsp^
tía para reducir á ek-mentossimplicísimos las partes componenti
la estiuctura verbal. Ce|ador estudia la palabra en función, como
' vivo, de órganos prímordialeü, adventicios Ó atrofiados, y
eja ver cómo han pasado por ella calladas cotrlenles de ene
itali deformándola en unas ocasiones y hermoseándola en otr
[reaibricndo casi siempre con una cstratiñcación de esladoft
aa (página de la historia natural del lenguaje) que conserva I
Irmas itefinitivas de su estructura orgánica....
34
Cejador restituye á las palabras de nuestra lengut bu primñvi
significación y las sorprende en un momento de su vida; es i sabor
cuando, expresando el querer y el sentir del pueblo, hallaron alber-
gue en los escritores clásicos de los siglos XVI y XVII, espccbl*
mente en los del primero; y decía yo que invitaba al silencio la ieo> ¡
tura de su libro magistral, porque después de notar en sus pigiw '
el cerco apretado que ponen los barbarísmos de toda espede i j
castizo decir, parece imposible no enturbiar la limpidez de nueslm \
idioma con nuevos vocablos allegados al mismo, no por el vinculo ^
de la agnación, de la unidad genética, sino por el lazo de In !
menguadas adopciones artificiosas.
Solo que habrá no pocos que crean que no debemos aspirar i .
un puro remedo del habla de nuestros mayores, y que siendo inle- ,
resante la obra de descubrir su buen gusto, su gentileza en el uso
del idioma, su escrupulosa expresión de la savia castiza para señalar
los mínimos matices del pensamiento, su majestuosa grandeza, sa
prodigalidad sin límites en la fárfara de Castilla, hasta llegar á !i ,
liberalísima disipación que muestra un Alfonso Martínez de Toledo, :
verbigracia (á quien por cierto no cita entre sus clásicos Cejador, í
con ser quien fué, sin duda por no salirse de los escritores del siglo
XVI), es inútil ir contra la invasora corriente de neologismos que
han aportado al idioma nuestro acceso al mundo civilizado (sin qot
esto sea negar que fuimos alguna vez centro de la universal cultun)
y el olvido y la ignorancia de nuestro tesoro vert)al, escondido bqo
siete llaves en el arca veneranda de la literatura del siglo XV y de 1(»
dos siguientes.
Ni siquiera son muchos los que aseguren que bastaría con huntfir
el cazo en el barreño popular para extraer la más rica substancia de
nuestro decir. Recordad que era Fray Luís de León el que se cxpre-
saba en los términos siguientes:
«Dicen que no hablo romance porque no hablo desatadamode
y sin orden y porque pongo en las palabras concierto, y las escojo y
les doy su lugar, porque piensan que hablar romance es hablar con»
se habla en el vulgo, y no conocen que el bien hablar no es comün,
sino negocio de particular juicio, ansí en lo que se dice como en li. •
manera como se dice. Y negocio, que de las palabras que todos
hablan, elige las que convienen y mira el sonido dellas y aun cueobi
35
(veces Us letras y las pesa y las compone, para que no sobmente
an con claridad lo que se prelende decir, sino también con armo-
y dulzura....-
El caudal de las palabras se renueva y se renovará incesanle-
entc, sin que las leyes de razas de los que más csíiman lo caslizo y
disico sean parle á evilar cruzamientos que engendren vastagos
! mestiza condición.
Mortalia /acta períbartt—dcclz Horacio (y perdonad la cita,
^b, nobles Efeuierios!}— /Vet/w/n sermoriüm steí fiónos ct graíia
füx. Multa renasccfjtar guae jam cecidere, cadentque qaae nunc
' in honore vacábala, si volet asus.,,.
V si ikait semperqae ticebit—signatum praescníe nota proca^
re /lomc/i—, ¿quién se airevcrá á proscribir formas nuevas verJ
Jes que han logrado ingreso en la conversación familiar vestidas
arreo castellano?
Ut sylviie foüis pronos mataitur in ann&s, prima cadunt: ita
rborum vetas interií aetas. Et iavenum ritu Jíoreni modo nata,
tntque.
Las palabras no están Ubres de la caducidad que amenaza á todo
contingente. Y aunque las que ya sucumbieron revivan en la
Juma de un escritor ú en los labios de los oradores, la proliferación
jberante de los neologismos les n^ará el aire y la luz y volverán
taer fósiles que recuerden una etapa de nuestra literatura d un mo«
líenlo de la Historia de la Humanidad.
Apuremos todos los días en la apacible soledad de nuestra blbUo
; el néctar de la castiza parla de nuestros mayores en el vaso de"
' de los libro» predilectos; pero dejemos que eslc revuelto mar de
1 vida moderna traiga á nuestras playas fragmentos de lodos los
ntUes....
jase ROCAMORA.
(tltrulOo 4t MaOrtí, 30 dt Octubre de I90S).
*i
36
CRÓNICA GENERAL.
— ¿Cómo el Sr, D. Julio Cejador y Frauca se convierte repeolh
ñámenle de escritor didáctico en popular, con la pubfiaicióo dd
tomo IV de su monumental biblioteca Ei Lenguaje, íomoqw»
titula Tesoro de la Lengua castellana?
No puedo explicármelo, desconociendo los tomos anteriores; sis
embargo, entre los lingüistas que agotaron el tomo 1, psicólogos dd
lenguaje y otros técnicos sabios, el nombre del sabio profesor cA
respetado como un gran helenista y un investigador de las palabra,
que rastreaba su origen á través de los idiomas, por un método
basado en ambas ciencias, para avanzar de un golpe allí donde h
investigación se detenía, y hallar en un idioma vivo, el vascuence^ d
idioma primitivo, y demostraba su tesis con ingeniosas pruebisj
observaciones de mucha originalidad y estupenda erudición. Co»
fíeso mi incompetencia en asunto tan complicado: no he tenido nuna
reposo para ayudar á los que comparan diccionarios y gramáticas;
menos podré juzgar la cumbre de esos difíciles estudios á que d
Sr. Cejador ha subido con tan gallardo atrevimiento y donde está ci
su casa solariega; sólo me permitiré respetuosamente una objedáe
si el lenguaje humano es, como obra del creador de la Naturalea^
natural y resultado de condiciones fisiológicas, ¿cómo los sord^
-mudos, en vez del murmullo que produce su aparato vocal, oo
articulan las raíces del éuscaro? Pero la falta del oído puede impedir,
con* la ignorancia de la sonoridad, la rectifícación de lo que no K
acomoda á la pronunciación justa y fisiológicamente musida d
llamémosle el sentido del idioma; su máquina de hablar es impB^
fecta, y como no la escuchan funcionar, no la cuidan, por no tener
conciencia de su utilidad ni resultado; pero esa negación detbiblí
merece que se hagan experiencias. Más seguras serían las legenáK
rias ó ciertas que refieren las historias, de encerrar algunos niños en
donde no oigan la voz humana, para conocer las raices naturales del
lenguaje por las palabras con que llegaran á comunicarse; lossonkh
mudos podrían ser utilizados como guardianes y preceptores de lof
niños, si esta prueba fuese posible, no por falta de padres que cedió
37
I fas criaturas, donde tantas se abandonan, sino por &us dificiiMBds_
naleriales y morales.
—También estudiad gesto el Sr. Cejador, como parle def idiomar
— Como que viene á ser su ortografía, y hay gestos nacionalc» y
h'jncíales, ¿acaso gesticula el andaluz como et asturiano? Y Ice
ly familiares también; los músculos de la car* ca» todos se mezclan
I la conversaddn; Ins minos, lo« ojos. los trrazos, d cuerpo, los piei,
la sangre con el rubor <ó la palidez. Pero tengo que salinike del
Übro en parte, porque sugiere ideas; como el sistema dd Sr. Gcjador
jroducírá dcscubrimienlos y porque en el interior de una Crónica
> es posible compendiarle, y sólo me corresponde contribuir con
ste párrafo á la prúpaf;anda de tan luminoso libro y á la fama de
benemérito escritor, honra de la patria. Empieza á hacérsele
isticia; ya era tiempo. Es algo más que un erudito de primera dase:
i un inventor.
Jos£ FeRNANDCZ Brcmón.
f¿« Untíracidn EsfiaOala y Americana. & [3c Noviembre 1908).
4
MONUMENTOS DEL IDIOMA.
UN LIBRO DE CCIAD08.
Entramos francamente en un período de renovación
juesto que francamente hemus entrado en un período de i^.* j,^^í-.>íí
<k nuestro idioma.
La más alia expresión dd amor patrio es el culto por d leu-
y cada pueblo da su gesta prof>ia con su habla ó con su es-
peculiares. Esto es desde qae eit tiempos de Servio Tulio tos
nanos llamaban «bárbaros» á los de fuera, hasta eslos tiempos de
nbó y de Maura, en que tos alcaldes de real orden tiablan at rey
! España en catalán.
Uega pues, en buena honir el libro ameno y profundísimo de
¡ benedictino dd Instituto de Patencia que se llama D. Julio Ccja-
Br. Llega en hora propicia para alentar á los inquietos, inquietar i
i indiferentes, dar nueva tuz á los doctrinos y marcar i los cullos
I senda del amor al asldlano, esquivado y rehuido por algún al-
^^gg^
38
calde español, y hablado y aun gloríScado por cuarenta millones de
ciudadanos que ni son alcaldes ni españoles. '
Desde que el gran pontfñce del culto, el glorioso Menéndez
Pelayo, se retrajo á las torres de la Biblioteca, en estos años últimos
daban guardia de honor al castellano, en la literatura, la trinidad
gloriosa de Valera, Qaldós y la señora Pardo Bazán, y en el períih
dismo, la tozudez casticista del insigne Cavia. No hablamos de oía-
toría aquí, porque las decadencias políticas la han corroído como
cánceres, y porque el casticismo no fué, ni aquí ni en parte algum,
ni antes ni hoy, patrimonio de la oratoria.
Ahora, estos días procelosos, hacen surgir bizarros adalides. Y
notad bien que estos adalides no han surgido por aranceles, ni por
autonomías, ni por programas máximos ni mínimos. Cuando se dis-
cutían estas cosas, los adalides se encogían de hombros; cuando se
ha puesto mano audaz en el idioma, que es poner mano en la ban-
dera y en el alma, los adalides se han lanzado resueltamente i
combatir...
Una tarde, en la «Cacharrería» del Ateneo penetró un sacerdote
enclenque, morenísimo, comido de una recia barba que, aunque
afeitada, le manchaba el rostro, nervioso, pequeñín, alargando btfl^
sus gafas una nariz audazmente expresiva.
—¿Quién es?
— Es Cejador.
Entró, pues, Cejador, y entró esoamado. Entraba en un combtó
de acertijos, de colmos, de chistes malos y de <reóforos> pésimos.
Allá, en aquella torre frivola, aguardábamos á los sabios, á los «ma-
cizos», á todos los «pelmazos» de la Biblioteca. ¿Qué venía á hacer
allí Cejador, el lexicógrafo, el humanista, el hombre que tenía CS?
critos varios volúmenes para probar que el castellano procedía dd
euskaro? ¡Que se guardase Cejador de intervenir, porque de no,
saldría de allí verde! ^
¡Pues, no, señor; no se guardó! Coa gran asombro nuestro, Ce*
jador nos llevó la corriente frivola, contó también sus chascanillos-
y hasta creo que puso «un colmo». ¡Caracoles con Cejador! ¿Sabei'
ustedes que este hombre no es pelmazo? ¿Saben ustedes qoCj á ;
39
sar de sus tres volúmenes sabihondos, este Cejador es tan ligeroj
dado á la broma^ tan amante de la amenidad como cualquien
'. noíOtroS; que sabemos por lo <lemás que hay diccionarios y gra-
áticas? ¿Si será así de llano y de amable en sus escritos? ¿Qué
■pesiamos á que (eemos á Cejador? ¿Vaya á que sí, á que lo leemos?
Y he aquí que leímos á Cejador; y he aquí que Cejador, el ogro
human isla, nos encantó ante todo y sobre todo por su amenidad.
[Loada sea Minerva, que así hace amable ía sabiduría!.,.
Aquel espíritu tan hondo y tan sutil que se llamó Navarro Le-
Üesma compendió así sus juicios sobre los tres volúmenes de Ceja-
Jor anteriores al publicado ahora:
• Desenterrar las rafees del lenguaje, poner al descubierto la len-
primítiva, declarar y demoslrar con pruebas de todos los {;é-
^eros y con ejemplos de todos los idiomas que esa lengua primitiva
; el euskaro ó vascongado, y proclamar que los formas elementales
|e cita son las voces de la naturaleza ó sugeridas por el simple
Dncionami^ntodel organismo A los primeros hombres, es to que ha
aiciadu Cejador en el primer tomo de su maravilloso libro «El len-
guaje», ha expuesto en el segundo tomo * Los gérmenes del lenguaje^
y acaba de probar cumplidamente en su tercer volumen «ümbríoge
Cejador se presenta i nuestros ojos como el hombre que
y que habla claro, cual veía Plalón el divino, cual hablaba
Itenan el humano,..*
Sí Navarro Ledesma nos viviese» al lomar en sus manos esft
irlo lomo «Tesoro déla lengua castellana», hubiese visto su almtl
Vícáz cómo este libro abultadísimo de sabid, de erudito y de
DDcicnzudo laboradoT, estásanlifícadocn su portada con la estroG
un poeta tan flagelador de sabios, de eruditos y de concienzudos^
QO Enrique Hcine.
¿No dice ya este lema del * Intermezzo» que Cejador no es ua
^lícto rie las bibliotecas seco y árido» sino un fruto jugoso y sa-
jo del cspírilu?
ipenas se abre el libro, nótase cómo en él no están las letras
' iffornteddas por el sopor de la erudición, sino vivas y palpitantes
Animadas por un ideal hierle. ¿Quién sintió por sus manoc calor áñ^
40
vida entre las hojas de un volun¡^cn lexicógrafo? Pucsd «Tettro de
la lengua castellana» arde, quema las manos y el espíritu, según h
fuerza de pasión que en él llamea. No es un libro especulativo, am
de amor; de amor y de llaneza raros, verdaderamente sin par ch
libros de esta índole.
«Lo que atañe al origen de las palabras — dice Cejador — pueden
en este libro leerlo hasta los niños: llano es el asunto, apacible, co-
rrido y de sabroso paladear>. Y luego, al exponer su plan, escribe
«Doble es pues, mi intento: componer un diccionario lo más com-
pleto posible del castellano, en el cual se eche de ver la psicología de
la raza española, y declarar de hecho el origen y desenvolvimiento
del lenguaje desde sus primeras voces hasta el castellano, pasando
por las lenguas indo-europeas, en particular el griego y el latín».
Como se ve, este doble intento no es un grano de anís; pero, en lo
que á nosotros se nos alcanza, luego viene el que Cejador consigue
el doble intento. Porque es bien cierto que en lo del origen del leih:
guaje nos atascamos, como buenos legos que somos; mas con ata»
caduras y todo, algo nos llega. Y en lo que dice al diccionario «m4l
completo posible del castellano», ¡cuerpo de Cristo sí lo es! Coa
decirles á ustedes que cojo por la A, el verbo «abrir» y que nK
encuentro la friolera de ¡I 10! modismos en que se emplea el tal
verbo, me parece que he dicho lo bastante...
Lo extranjerizo pone al bueno de Cejador furioso. Y no vaya i
creerse que distingue entre francés ú otro cualquier idioma vivo^
¡Ca! Aun de las lenguas muertas, hasta de nuestro padre, el latió;
hasta de nuestro abuelo, el griego, se queja, como de infrusoí,
Cejador. ¿Por qué hemos de decir en mal latín abecedario, ó CB-
peor griego alfabeto, de donde la cursilería intelectual, que asi le
llama á sí misma, ha derivado el voquible «analfabeto» para desig»
nar al que no sabe leer? ¿No tenemos, en castellano neto, la palabn
«abecé», que ^ tan castiza?
La verdadera fuente casticista es para Cejador «el idioma vulgv
de la generalidad de los españoles». De ella toman su autoridad loi
clásicos antiguos y modernos. «Los escritores todos — dice — padoi^
cemos de galicismo; el único que sigue sano y ajeno de semejante
moda es el pueblo, tomado en su generalidad, y á él pertenecemoft
cuando parlamos como españoles». Y en esta confesióti ingenia
Iconfesión de Cervantes y de Fray Luis, de Quevedo y de Mateo
I Alemán, eslá todo el espíritu de ese sacerdote casi enclenque^ inore-
üfeitno, inqiiiíío y vibrador, qu«, Iras haber escrilo un monumento
Idel idioma, pasmo de sabios y envidia de eruditos, se va, con su
[^solana» pol>rc y con su «teja» humilde, i ver sí acierta un «coimo»
(en \a -Cacharrería* del Ateneo,,.
CmsTOSM, DE Castro
(Et UAtral. 11 Nntlonbre 1908J.
UN LINGÜISTA GENIAL
Este lingüista genial es Julio Cejador. Su obra no tiene derecho
, desconocerla nadie que pretenda tenerse por entendido en «la
atería, ó en cualquiera de hs innumenibtes que con ella se reta-
snjuí. Joven aún, su labor asusta por sus colosales proporciones.
Lo más saliente de ella son sus tres lomos sobre El LcngaQJt,
los cuales sigue ahora el Tesoro de ta lengua castellana, de que
publicado el primero.
El Sr Cejador ha estudiado el lenguaje en relación con el ges-
j, de! cual lo consid^rra expresión fonética, y como el gesto está en
ilima relación con los fenómenos psicológicos, ha llegada á la con-
ión de que los sonidos hablados han debido estarlo también
if^n^riamcnle^ y que, por lo lanío» determinados sonidos debían
jcr una significación naíiiral.
Con este punto de partida, ha comparado entre si las lenguas
le lodos los grupos gtotoli^rcos, fijándose, para limitar y hacer ha-
anímente posible su trabajo, en los elenicnlos demostrativos de
ida una, elementos que considera lo? primordiales <kl liabla, Stts
rimeras formas. «Los demostrativos son aquellas dicciones, 6 sean
presiones ác ideas, que indican las relaciones del espacio respecto
Id que hahta.* Demostrativos de 1 .* persona es et que indica el su-
tlo que habla ó lo que csU jimto á él: yo, éste, mío, aquí, etc...
cmoslrativos de 2/ persona son: tíi, vosotros, esos, vucslro, tuyo—
QOstratívos de 3.** son: él, ella, el, la, lo, aqucKb, suyo, allí..,
ly también demostrativos de vaguedad, de interrogación, etc.,..
42
Del paso de su atención por centenares y centenares de legnn^
ha sacado en consecuencia que, en todas ellas i es un elemeclod^
mostrativo que indica lo próximo; a otro que se le contrapone pm
indicar lo lejano; o es un término medio para indicar lo ca-
cano y lo que se halla en torno, y e tiene un valor interrogativo y \
relativo.
Ahora bien: «el estado primitivo de los demostrativos de toda
los idiomas y el de todo su sistema — nos sigue diciendo el Sr. Cqt*
dor — sólo se encuentra en una de las lenguas que hoy se hablan: d ^
euskera. »
De todo lo cual, viene á parar el ilustre lingüista á una serie de
conclusiones, entre las que figuran las siguientes:
!.• Todos los idiomas son corrupción del euskera.»
2/ Esta fué la lengua primitiva.
3.'^ Esta lengua primitiva no responde á los principios deh
evolución, pero sí á los principios psicológicos admitidos porloi
mismos evolucionistas.
Y aquí preguntará el lector ¿Todo esto se puede considerar ^
como última palabra de la ciencia, como verdad definitivamente ad- 1
quirida?
Eso — me permito contestarle — tú mismo, lector, y nadie máscs
quien lo ha de decir. Si te interesa el asunto, estudia la obra, y de
su estudio podrás deducir tu opinión. Si no quieres tomarle ese
trabajo, no tienes derecho á opinar. Únicamente podrás decir: *\a!f |
un Sr. Cejador, calificado de lingüista genial, que ha dicho íalcoSB^
pero no se si será verdad.» <
En cuanto á mí, creo que mi deber es prestar al Sr. Cejador d \
mejor homenaje de que es susceptible todo e! que crea algo: el de ^
demostrarle que he leído su obra y que he meditado sobre ella. Esh '
clase de homenajes, por pobres que sean, valen más que una esb*
tua modelada, costeada y discurseada por gentes que desconcoen
la verdadera razón de ser del monumento.
Este homenaje será el asunto de mi artículo en el próximo Da-
mero. Quédese para entonces la exposición y justificación de mí di-
sentimiento de las conclusiones á que llega el Sr. Cejador.
Por hoy me limito á presentar su personalidad, una delasqse
más derecho tienen á figurar en la Academia de la Lengua.
43
En esle caso particular ha sido, sin embargo, una fortuna que
emcjanle acto de justicia no se haya realizado aún. Si el Sr. Cejador
uera académico, no residiría prohablemenle en Palencía, y, por lo
into, no habría tenido ocasión de trabajar como to ha hecho por la
Hiltura en el riñon de \st Vieja Casiilla.
» El Sr. Cejador ha fundado en Palencia un Ateneo del cual es
^Bidente, y que da Té de lozana vida con sus sesiones, su Boletín
ronsual y sus conferencias. El mismo Sr. Cej.idor ha empezado i
lar tinas sobre «La Religión y el Estado en sus mutuas relaciones
inles del Cristianismo.»
Como se ve^ la labor realizada por esle intelectual eminente y
aborioso pesa bíisiante más que la llevada á cabo en las vecinda-
jes del Casón por la mayor parte de los señores á quienes está en-
arcado oficialmente t\ dar fijeza, limpidez y explendor á nuestra
fegua.
W Emjuo H, del Víllar.
H (r/atvo Mando, zft Corro IW).
TL ORIGEN DEL LENGUAJE.
tes EL VASCUENCE LA LENQÜA MADRE Ot TODAS?
Hubo un eminente geólogo, Elie de F. Beaumonl, cuyo nombre
6 largos años !a Ciencia de ía Tierra. Este sabio consagré acaso
nás arduo de sus afanes á imaginar un sistema pentagonal para
licar la distribiicitón de las disloacioncs orgánicas por la superíi-
tdel globo. Sus prosflilos fueron innumerables; su autoridad in-
ísa. Hoy su sistema pentagonal está en absoluto mandado recoger,
embargo, ninguno de los grandes geólogos modernos ha rega-
lado á Elie de Bcaumonl su verdadero inírito,
I Para mí, la teoría del Sr. Cejador, que expuse en el número p«-
■P, es algo equivalente ol sistema pentagonal de Elie de Beaumont.
Be inclino re-ípeltíoso ante el lingüfsía y su labor de gigante, pero
fedaro que no me ha convencido aún su teoría.
Para refutarla, necesitaría escribir, por lo menos, tantas páginu
toma él. No puedo, pue9, aquí desarrollar mis argumentos, sino*
■Ip lo mis, dejar entrever vagamente su naturaleza.
44 ■"^.
En cuanto precede al tercer tomo de su Obra (d dd cstadlft
comparativo de los idiomas), encuentro escasez de hechos y enes»
de razonamientos; y, como consecuencia, un sin fin de afimucioM»
que no veo probadas de ninguna manera: que «los sonidos fi»
nen un valor natural»; que «las vocales tov/ero/t ^ae ser las prímem
expresiones en que prorrumpió el hombre»; que «desde un princi-
pio fué completo el lenguaje» y tuvo dicciones expresivas de idos;
que «las tres nociones de espacio, tiempo y movimiento ó acción scut
las únicas expresiones propias del habla, como son los únicos con-
ceptos propios de nuestra mente», etc.
Todo esto es metafísica. Para mí la única demostración posible
de estas cosas serían los hechos, el método histórico: deducirlas de
las lenguas de los salvajes más inferiores, de los balbuceos del nifio
entre esos salvajes, de los gritos animales. Pero el Sr. Cejador axh
pieza por rechazar de plano la doctrina evolucionista, y los que ht-
llamos en las Ciencias Naturales la conñrmacíón de esa doctrina, ]n
no podemos seguirle. (1)
En el tercer tomo todos son hechos. Allí es donde se compano
las expresiones demostrativas de innumerables lenguas. Por eso e$
en él donde he ido á buscar mi convicción.
Pero tampoco he podido encontrarla.
El Sr. Cejador trata, por ejemplo, de demostrar que, en todas bt
lenguas, el elemento originario de primera persona es el del vas-
cuence ni ó ga.y para ello pasa revista á los diferentes sonidos que
en las diferentes lenguas significan: yo, mío, nosotros, nuestro, aqi4
.1
(I) Mucho será que el articulista no esté á matar con la metafísica. De los balbtteto* tf 1
niño, de los gritos de los animales y de la armonía Imitativi, del sesto, de lis czpmlilMt- ^
de los ruidos pretendo yo en Los Gérmenes insinuarel valor que parecen tener loi moM^;-' ^
^ t
del lenguaje. Dejando para el Tesoro la investigación en concreto de cada palabra: itu hII^^ .
he presentado, hipotéticamente como quien dice, ese valor, qne después haljré de verifica' t>\ :.
postertori». COfrm. pag. 504). Para algunos científicos la metafísica huele itaueroylst
de la evolución pasa como doctrina asentada. Mientras un periódico reaccionario me c
ga como á hereje por evolucionista, el articulista dice qne rechazo deplano ladotírtaamt^
luclonista. Vayase lo uno por lo otro. La evolución en el euskera ó lengua primitlvieito^-'
yo rechazo porque los hcciios nic dicen que debo hacerlo, y en las demis lenguas lo qae MlC-.'
es degeneración del sintetismo primitivo hada el despedazamiento y analitismo y la 1^ I
ti(ji de I menor esfuerzo. Fuera de la lingüistica, yo hallo muy probable la teoría delac
clon hasta cierto punto, aunque sin tocar al alma humana. Pero lo que no veo es por qié fet*- A
qae hallan en las ciencias naturales la confirmación de la evolaeiáit ya no patémtgr ' ^
galrme en esa metafísica de Los Gérmenes, que nada tiene que ver con cUa, ni en pnala
contra.
45
Cj éslo, etc., etc. I 6 carActerízan terminaciones verbales de pricncra'
DTU ó se rdacíonan de algfún otro modo con la idea üc yo. Cocnai
e, ya las palabras ó clemenlos en que buscar^ resultan en cada ,
'. al^ numerosos.
Pero, además, no es piecíso cu ellis encontrar aislados el ni d
sino formando parle de ta palabra.
Y, por fin, no « necesario encontrar precisamente ni ógu» de
I Riodo explícito; basla encontrar sonidos equivalentes. Lo mismo
' ni da, por ejemplo, /la, ne, no, na ó ña, ó simplemenle n,6 II,
I, (por desaparición de la vocal y transtonnaciún de \n conso*
ate) ó simplemente i por pérdida de la n, ú otra vocal por iran»-
□ación de la i, eíc, ele. En vez de^w, da lo mismo encontrar
, gp, tso, ku, yan, gi, gei, k, ni, sen, wa, bu, bi, ba, pei, ttt. ov,
, ze, sz, ó simplemente a, e, i, o d ir, ó cualquiera de otros nu-
asísimos sonidos que el Sr. Cejador identifica con git.
De modo que el único hcchu que, en mi sentir, se pone de ma-
jjeslo es ésitt que, dentro de cualquier idioma de los examinados,
I las numerosas palabras que se relacionan con el concepto dt
ncra persona, se encuentra siempre alguna de las cíen 6 doscien-
I combinaciones de letras que cl Sr. Cejador identifica con ni^ga^,
sbtnacjones entre las cuales entran nada menos que cualquiera
[las cinco vocales castellanas, Y. en mi humilde sentir, este hecha
[ demuestra absolutamente nada.
Esto aparte de la agmvanie» de que un mismo sonido lo ídenU*
frecuentemente cl señor Cejador, ya con cl ni 6 gu de primera
3na, ya con el a de tercera persona, según conviene A su pro-
hJla
I 1 ii-i.ii'. vi.K .1 ¡ít. MI, n .; rti ■¿•11 .:i ■ .Ut%
•brt no UibU pata : \t á^ ¡¡l¿<at%it ni 1< 'Ci
OMiU^r^ .'j xiniO y inl !>!»« una rl7<iiiQr oiiiuii^, Iiiiil4<*%^
ÍMl' jcji itc la úbiB. Yo lio li«KU niAa iiuc rfcuftf^l
ta^>. iA> .MMuti'». j -, M '' >i< I II ..tnnJ* m cxdj r ■- ;ii >- . ■. ^¿j. tuadio l'^iojod
U mayar ptsU áe Ua turmni lUvau *• Inid»l, y . ifuc nn la llcvaa .
X rulantes ckKcnctAiUt. (tunca UtnUni« Uiu:... .-... — ^i cnAtqiu un d-,^
vo put iit IJcA. ya CID puo.lo' mcnoa ilr lacii eamo fnncJiíiu^n «luc ■ ca cic »^
!fu emU EamíiU. Y ti Unlamail- UliJillu del» ratnna uxucracti bxtai 1«> (scai>
leas» yo I OUiqakn MClilt que tudas cus lutioA» pt'XTÜcn ú< uaa itiirútjta 41V
por»-. CaAnCflciiehAUuiJia, nt.nt.no.ttB. r dw poi lOu ilc UtiúraMn mh
dc «i p«n merfo ooioo b torsu prioUttvi i Ui aciiM aecpdouL* V «i ti nri^
46
La equivalencia y transformación de vocales y consonantes sé>
puede demostrar dentro de la historia de un mismo idioma, óeofee
idiomas diferentes de una misma familia. En la indo-europea sd».
mos evidentemente, y sin ningún género de duda, la equivalendi
de las palabras aham (en sánscrito), azem (en zend), egó (en grícgi^^
ego (en latfn), ik (en gótico), ich (en alemán), asa (en eslavo anfi-
guo), es (en armenio), Je (en francés), ea (en portugués) y yo {a
castellano).
Pero en idiomas de familias, que no se han reducido predsh ^
mente á la unidad fundándose en su morfología y su proceso hisli^
rico, la transmutación de sonidos no hace sino justificar la satina
deñnición que Volfaire dio de la Etimología: <una ciencia en que Itt'
vocales no cuentan por nada y las consonantes por muy poa.
cosa». (1)
El Sr. Cejador dice que está dispensado del rigor metódico que
moni lo hallamos no una, sino varias veces en la mayoria de las familias UngOlsUcii ¿qufcM
Imporíaá Riiqueno pudieran explicarse las variantes excepcionales, que por sapnesto laiill
veces se explican y tas explico? La trama de La Embriogenia es tan trasparente que oi cik;i
página V cngo á decir: ¿£s una casualidad el que n- por ej., se halle en casi todas las torm^i
Vesa/i-, impresa adrede en caracteres gruesos salta i la vista. Podía haberme dejado ciM
renglones las poquísimas formas que la han mudadoen otro sonido; pero ¿no era mis ^mm
traerins t odas y que la misma excepción conñrmase la regla, como la confirma, pues n digh
neración es clara y explicable? No se necesitan hondos conocimientos lingüísticos parabiflv
el ni en nosotros, del nos latino, cuya -t de plural se añadió al 'na yo, y 'na claro que vtaKdi
ni, 6 para hallar el ga en yo, del e-go latino, pues la &■ la tenemos en e-nos del Canto déla
Arvales. ¿Es una casualidad que no-5 y e-fú suenen como ni y fu? Pues no es otro elrta^
miento de toda la obra. Solo ¡il que asó la manteca le ocurriera identllicar con nt dea ódi^
dentas combinadons de letras y luego al ver que el nombre de U primera persona de ImI»
guas se encuentra en una ú otra de esas cien ó doscientas combinadoncSj dedndr qic k
primera persona venía en todas partes de ni. En las Infínitos lenguas que se hablan babiiMN
cuantas combinaciones, no cien ó doscientas, en las cnales degeneró el nt; pero en todtf dta<
hállase el ni que las explica, como se halla ni en el mismo sánsktlt que explica el rb j d Mi-
de otras lenguas de la familia. Ni el cariño al evolucionismo ni la enemiga por U netaflris-'.
dan licencia á nadie para volver tan del revés mi razonamiento y la trama de mi obra. Ll
vuelta del revés ¿qué ha de parecer y ser sino mentira?
(I) Yo conceda que haya habido cuantas trasfomiaclones se puedan Ima^nir <
lenguas, l'ero ¿puede ser casxalidad el que nly ga y sus variantes claras (pmdi
las no tan claras) sean los dos núduos á que se reduce la primera persona co todtt ki
lenguas de cada familia y en todas las familias de lenguas del mundo? Porque este es adMot'
ari.'umcnto. Y téngase presente que no me Ke dejado, por ir contra mi teorfa, cxpiesIaMI M'
yo, habiendo escogido las que me venían á cuento. Ahí están puedo dedr que todas :f de toM'
las leniiuas que conozco. Si á eso se llama casualidad, no hay inducción qtie poedi
conclusiún científica ni en lingüística ni en otra ciencia alguna. Porque no hay famlUidcIl
guas, mejor dicho, casi no hay lengua, donde no haya nlógupsn la primera penoDi é <
variantes claras, aunque las haya también más Ó menos oscuras, pero tu ruM ca ai fl
paración, que la excepdón confirma la regla.
47
exigen (os HngüisIftSj (I) porque precisamenle ¿1 va i demostrar que
falsa la irrf^duclibilid^d de las diferentes familias de [enguos; pero .
ctsamcníe por cslo habíaj á mi modeslo entender, mayar uiüiivc
comparar no las lenguas en diferenl» grados de derivación.
So en la forma primitiva ú original ia, ó más anrigua cognoscible
¡cada familia, (2) Si cslas eslán emparenladas, ahi es donde se
rfa. El parentesco había de aparecer tanto mayor cuanlo más nos
neniásemos en el proceso gcneraüvo,
Pero con el mélodo riguroso de la Üngüiática^ todo el edifido^
antado por la portentosa imaginación del 3r. Cejador^ se viene al.
cío. En las lenguas indoeuropeas, por ejemplo, la mis arcaica
na de las voces mCt mi, y otras análogas que indican casos oblí-
¡ ó desinencias verbales de primera persona, es ma, y de ahí no--
derecho A pasar. ¿Por que razón hemos de idcniiiicar tale ma
I el ni cuskaro? £n cambio, en dicha familia índo-europca, e
IfTjo ni, debititactún de na, tiene un valor propio y bien exclarecido:
[de formar nombres abstractos y verbales de agenle. ¿Con qué
recho le vamos, pues, á cousidetar como demostrativo de primen
sona? (3).
¡I) Janii di« tii dlipenuJo yo det rigor metíáíca fut rx{£ta tos Ungautas; aoin lnii»J
>4Viecn fcmMíoMy lLituii£i"'o^<i>'"^^t *1ic *ii^ 1 (lulu^ra tt me tnjrn
> en que haUera tHojado la tuno nti* de lo ¡usto. A lo que yo no me iioOlli ilcticr cib al
litr DO comparar mlrr il UidlvFridt tamiiUt ¡íf Inxzmy por viponrrv quí nn pnrctrn rr*
^nti uní. ftirtiiie cip nipiif-vlr^ nn nlin-li timit.il-i rn argummlr» piiwtlvo:^ punSr vralnt
i,ÉÍ liJO heirhrH dtcfnciur hi Irnt^iiii t xJ.ti virp'-n lir una ijXt primitiva. V cntno u*
r trato (le pmbaT ijiie \n\ hrzXicn ax¡ !>> J-inur^Irari, n) erra ta.l\M al ri^r mttú^leo
iMf !«• ni puede fuiíllr rte kupunt'i nr-alíNv 1 li^s tit-chfw |KMtlÍV(>t ea oiitinrt»,
>antn Jt- Bo;rp *c »i>f|ati« en \¡»t (<> ' -n oid* tjue Kti coa lu
*: ¿hliomal n.'pprtioimf)«i«rl«i > . M>ccJrn át ua tronco?
PWd •! yo «tnptJ') tod» Ltl ral* anUt :■. ;» nai wletir r%tj (A«rv*-
. ni iiu¿ tlenv qur rf r oM lo il-'l rl¡;nr m «ili^i/icl [lirrjf i, rI uiij bI
^•cwifl Vito iccomi'tiat tjri' '.mof
I totv plrcifo ic rriibrt/tlaii^ - , lUC
[lliie4l«tlcin«lcitterto«ii loiWttu. kjiJ* UiiH-'ldUtli'HUAJ «k l«k UiuiUm, j^ lu Je kth
.^ow, tjuí rrtlen iirt [nip-iiir Ua |pyr» fiKirttc»*, qiiHj er p(e qne
I.: n^ í"! i'^ V '1 •■■inir 1» *- .ti V tt/y jfa ó ron ripmin^^- tm pnt-
-| pir que l>> mitni I lot
■.tr».
■ lOW ^l uttta
la ha Icíilia qne
■i-m|".v rn ^lu*- K
'<i .' i I', ni llA-
,Hoy íilxti tjiuslJiínJüiur ip-ui-i» ju- li j Jcí iií p.i.-]r VfJiif Je e. a,a,y 4uc U
Tinm í* m *:t "n,
48
Ahora bien, ¿quién nos garantiza que no podría razonaiw pa^
cidainente acerca de cada una de las lenguas que el Sr. Cejador Ine
á colación y que suman muchos centenares? Solo sería capaz de nr
ponder añrmativa ó negativamente quien hubiera vivido los sigln
necesarios para hacer el estudio concienzudo de todas ellas.
Y que el Sr. Cejador no habla siempre por sí mismo y, porll
tanto, no puede ofrecernos la garantía de su autoridad, apamf
á menudo. Dos ejemplos. Después de haber examinado varías I»
guas de Méjico, dice que va á pasar á las de Centro-América, y dh
entre estas el tarasco, el seri, el mixteca, el zapoteca y el otomf, qM
son todas mejicanas. El japonés, que es lengua aglutinante, lo ofr
fica el autor de monosilábico (pág. 174 del í. III) (1).
Y todo esto no es óbice para que, luego, contradiga sin reparn ■
á los especiah'stas en cada grupo de lenguas, como lo hace al tialv
de las baníúes, oceánicas é indo-orientales (2).
Los innumerables datos elegidos, interpretados, adaptado» y
acumulados por la benedictina laboriosidad del autor, sugestiona ^
á primera vista. Pero cuando de la simple visión de sus tablas,» I
pasa al detenido estudio que la obra merece, la cosa varía. Mucfaf
de los mismos casos citados se vuelven contra la teoría que X
defiende. Dos ejemplos:
En el grupo malayo dice que la fl es elemento demostratido ti
a-ho=yo, a-zi=é\; y la / en í-í/— Ara = nosotros, i-zareo=é[\os.
En egipcio dice que al pronombre indefinido tu se añaden IN
vocLil orii^inarin en cada palabra es la que conscn'an las lenguas de Europa. ¿Que ni sea dd^
litaciún de /Id? «Jamíis/ puede venir de a», dice Curtius, ni por conilpuicnte ni de na; toca*
trarin na de ni, a de i es cambio bien conocido. Que, asi como suena, el sufijo ni fonne ■•■•
bres atistracios y verbaíes de agente, es um novedad desconocida de todos los ¡ndi>^ifr
peis'as. Que me venga de ni harto lo he probado por las altaicas, donde se v¿ el pu» A te
1-E en toda la gramática.
(1) Tan novicio me cree el articulista qut no sepa distinguir una lengui monodUUcí
que no sepa abrir por la primera hoja las gramAticasde todas esas lenguas, que pongo i V ^
posición, paranosaberdondeschablan? ¿No lasheclasifldoéhistoriado y puesto U liWb-
grafi.i de cada una en el tomo primero del Lenguaje? Querer sacar de quisquillas sen^^l
que yo no siempre hablo por mi mismo es buscar tres pies al gato. Claro esti que bs flfe
veces no hablo pormi mismo, sino por los hechos que me ofrecen las gramitlcas; qoe al m
japones ni tarasco, confíésolo con harto sentimiento. Durillo y poco creedero hnMeriiWo|iM
los lectores darles yo ú entender que habfa recorrido todos los rincones del nnndo doadt •
habhin todas las lenguas que yo traigo á colación, y que yo habfa nacido i U mi fB ttM
ellos.
(2) Asi como ellos corrigieron i los que les precedieron, les corrijo yo i dio*. &■ a f
teoría de la evolución, ipUcada 1 \z. cvoida: ;y luego dirán qne no soy evoludonlital
49
determinalivos personales, resuliando íM-tf^=yo, ia-/^=é} tfiii-a=
digo yo.
¿Pero no liablamos qiicdado en que / era \i característica de la
|)rímer:i pí^rsüiia por oposición Á a que lo era de !a tercera? (1)
Por En el Sr. Cciador llega consecuentemente i conclusiones
gtie esUn en abíerla oposEcidn con Us Ue la Anlropalogfa y la Ar-
Ijueologia prehistórica.
Su teoría del origen del lenguaje exige un eslado de inenlalidad
elevado, que se da de cachetes con los cráneos de Neandeíthal, Espy
La Oiapelíc; con las mandíbulas de La Naulcdc y de Heidclbcrg, y
on tos groseros instriimenlos de piedra tallada. Y como estos res-
s, ios más andgnos que la tierra nos ha revelado de la existencia
ítumana, son objetes visible» y tangibles que guardamos en nuesüos
Duseos, y atya reilidad e$ innegable, tienen para mi infinito mis
ilor que todos los razonamientos hat>Ídos y |i^r haber (2).
R! ilustre Cej'ador es eminentemente español: su ambición inte-
iual ha elegido un asunto desproporcionada para una simple vida
Dumana.
Por eso creo que lo mis positivo de su labor está en el estudio
concreto y proporciüíiado que ha empezado á hacer en su Díc-
narío EUmoIóí^ico, de las relaciones entre el vascuence y. el cas-
Jlano.
De esto hablaremos otro día, nue lo merece.
EmIUU H. do. VlUAIl.
fffutvo Mundo, 4 ÚK Fcbítro dr l«Kij.
(1) Ni), qoe yo Kp*. i CMndr dliD fo Qm f n U prlnirn prjiaiuf La a mnlti «rto m
Ipelopor dqcmenciandcxfi.rd, A«. a. ¿Qu^ n«neriaqu( vrr cns U o tfie U X' fcnoM
|iMlMp<ne».'Tainb<lto f eili 3.*i€i»etua> toducUu. y cunUhiocii tntUactU I.* |<r-
como <kc«neiad¿n de e~20, i-eh, t.
t7) <T)n rícrtit. ^on ht (oncluitanr* qiH tÍP Mcrinco) «ncill pan t» mestiMÚMl dplDI
1 1. abjrtm KM i>fi<M>u j tangíMf». umque p&i «ocnda no to
rarrupowit*, tamH''n '! i-iT-tirn anlri for ^t^u '''itilf f ron*
que rl lit-im ln; j liüiilivii- fiir ■ -,t
iitlü l<i t^nc *<^n Ui úcir. I
«Se prot^irtAi nu tim li> . >-
iIMaí, alU {■llu*. y ■• .,iIl! {mj uíiü. u:uUllt|
•omhrrio j ct\lu, r ■• ~u U oua, uo volvtrtM al
L
50
EL CASTELLANO Y EL VASCUENCE.
La última obra del Sr. Cejador (de la cual solo va publicado d
primer tomo) es la titulada Tesoro de ¡a lengua castellana; un dic-
cionario enciclopédico y razonado de nuestro idioma.
El criterio que la informa, el sistema de exposicióiii el cuerpo
de doctrina que con él quiere su autor formar, obedecen á su teork
sobre el origen del lenguaje; quieren ser su exposición y su aplici-
ción; y como en esta teoría ya he expresado y razonado en número»
anteriores que estoy en completo y absoluto desacuerdo, claro esfá
que, desde este punto de vista fundamental, la obra me tiene que
s^uir mereciendo, á pesar mío, el mismo concepto. (1)
Sin embargo, como fruto de un ingenio no vulgar y resultado
de un prolijo estudio, contiene elementos de gran interés. Estol
elementos son: un gran conocimiento del caudal castizo castellUQ^
estudios comparativos de las lenguas indo-europeas con el vascuence
y la comparación de este último con el castellano.
La del vascuence con las lenguas indo-europeas, obedece, lógico
es, á las mismas teorías del autor que he combatido. (2) Sin embu^
go, la comparación en sí facilita elementos para su estudio hecho ea
la dirección que á cada uno aconseje su particular criterio. Y an
cuando pueda conducir á muchos que no pensamos con el Sr. C^
jador, á un resultado negativo, esto mismo es ya algo. En la ciendi
una negación puede tener tanto valor como una afirmación.
Pero un carácter muy diferente reviste la comparación del v»-
cuence con el castellano. Oerto que son dos lenguas de cander
muy diferente: aglutinante la una y sin parentesco definitivamenle
reconocido por la ciencia; flexible y analítica la otra é indiscutible
mente derivada del latín. Sin embargo, es más que probable qa^
aunque morfológicamente derivado del latín el castellano, las nial
vascuences hayan contribuido á formar el léxico de nuestro idio-
ma en mucha mayor proporción de lo que generalmente se aoqilk
(1) Ahora veo que mis anteriores notas son inútiles, pnes i todo este irtícnlo lopoBde ta
tantemi-nte el del 5r. Alenauy, pág. 16.
(2) Véase en las Cuatro palabras, que pongo al comienzo de este tomot ni wxpmÉ
don general: ¿chela abajo el que pudiere, y estamos al cabo de la calle.
Eslainosaun lejos de que se haya podido decir la última pala-
bra sobre el origen antropológico de la población de España. Seg-ún
bl iluslre cattfdr;Ílico Sr, Antón, csla población, como la mayoría de
cuenca del Mediterráneo, por lo menos en los tiempos antiguos^
; compone preponderadamente de dos elementos: uno ibérico y
>tro scmíUcü.
El semítico no sólo se debe atribuir á ta invasión musulmana y
, la coloni/jción histórica de fenicios y cartagineses. Para inducir
^e la historia i la prehistoria se parte del principio de que los
imcnos que en los tiempos históricos se han venido manifes-
ndo con ostensible constancia y desde lo más antiguo conocido, es
;ico admiiir que también se produjeron con anterioridad i lo que
ilistóricamcnic sabemos. V cuando semejante inducción estd de
cuerdo con (o que la experiencia nos demucsta, v, g., con lo que
pos dicen Íüs restos del hombre y de su industria correspondientes á
anteriores á tos documentos escrilos, adquiere mucho más
^alor que el de una simple hipótesis.
Así, del hecho de las sucesivas y constantes invasiones de pue-
rtos tártaros en Europa, de Oriente á Occidente, que, aun en íicm-
históricos relativamcnle recientes, han dejado elementos de po-
rción como el de los húngaros en el valle del Danubio y el de los
longoics en Rusia; y del hecho de encontrarse en toda la roña mon-
añosa de la Europa central caracteres antropológicos como la gran
iquiccfalia, que se consideraron antes peculiares de una raza celia,
ro que son comunes i la raza mongol, se ha venido i inducir
Bodernamente que no existió tal raza celta, sino que los pueblos
iquicéíatos morenos de la banda central de Europa, son un re-
do de la cruza de las raT-is europeas con los innumerables pue-
; mongoles, que dc-sde muchísimo anles de que la historia men-
itttseá los escitas, habian estado aportando un poderoso contin-
nte i U población europea.
Anilogamentc en España y en toda la región del Medilcrrineo,
elemento semita se fué infiltrando desde mucho anles de las mis
liguas expediciones fenicias de que tenemos noticia.
En cuanto al elemento ibérico, la tendencia mis corriente, dentro
et actual estado de la ciencia, es identificarlo con los vascos; por
i menos con los vascos primitivos, pues loe actuales pueden ha-
52-- ■■
berse transformado antropológicamente, por las cruzas, como indu-
dablemente se ha transformado también, más ó menos, su idioma.
Sin detenernos á hacer la crítica de la teorfa del Sr. Antón (lenn
desproporcionado para este lugar) el hecho es que el idioma vasco
es el único resto que conocemos de los idiomas prehistóricos de
España; que su extensión en otros tiempos debió ser enorme, pues
los nombres geográHcos de etimología vascuence se encuentran
grandemente diseminados por la península; y que se conseno 10- ■
davía uu hecho vivo que habla en el mismo sentido: el de U f(K '
Hética.
Este hecho que me parece de gran fuerza ha sido menos estu-
diado de lo que merece. En gran extensión alrededor del país eus-
karo, existe una área en que el castellano es pronunciado con una
gran claridad y energía, con aes y oes muy claras y sonoras, con a
muy cerradas: precisamente con la sonoridad especial de las vocales
vascuences; es, aunque no toda castellana históricamente, ni mucho
menos, la zona de más castiza y típica pronunciación de nuestro
idioma, por lo menos en cuanto á las vocales; y al mismo tiempo li
zona en que con más pureza persiste el tipo antropológico ib6'
rico del Sr. Antón. Esta zona comprende la Rioja (alavesa, cas-
tellana y navarra), gran parte de Aragón, la colindante de Castilla,
desde la mitad oriental de Santander hasta Guadalajara y el Norte
de Cuenca, y, por fin, á pesar de su diferente idioma, el reino de
Valencia, en parte por lo menos. ;
Valencia coincide con Cataluña solo en la forma y el léxico de. \
su lengua; pero la pronunciación es completamente distinta: d \fr ;
lenciano es un lemosín pronunciado á la castellana.
En esa área de pronunciación castiza, lo más típico, lo más tt> !
rrado, se encuentra en la Rioja, lindando y entreverándose con é
vascuence. Desde ese núcleo en todas direcciones va la pureza de
la pronunciación disminuyendo; por el Cantábrico y Castilla hadi
la pronunciación de Asturias y Galicia: por el Este hacia el prupo •
lemosin.
Esa área es, pues, la de mayor persistencia del elemento euslcanh j
la que debió conservar por más tiempo su antiguo idioma, puesto j
que todavía conserva su típica pronunciación de las vocales.
Cuando un pueblo loma una lengua extraña, lo que se aprof
^3
E\a es la forma; lo que menos la pronunciactón. Es el
e los exUanjeros que hablan castellano sin acabar de
jmar nuestro acento. Es el fenómeno que aparece en el castellano
Í" ab!an los negros ¿ indígenas en Améric2. El que nos ofrecen
isnios andaluces descenJientcs de africanos,
nire la forma y la pronunciación esiá d IcxEco; se pierde mucho
jiic éslaj pero menos que aquíila. El lalln popular que habla-
on los iberos debió estar impregnado de palabras ibéricas; y
nuchíis, aníc? que perderse, acomodáronse Á la forma del lalln y
r[o dcf romance.
Hasta qué punto se ha verificado eslo, es lo qiie puede ense-
lamos la comparación del vascuence con el castellano. Por eso
■reo que esta parle de la obra del Sr. Cejador liene por sí misma,
ndependienlemcnlc de h leoí ía general que éste sosücnc» un valor
legran inlcrés.
BPor lo demás no deja de resultar curioso, por lo contradictorio,
fn siendo el efcmenlo vascuence el resto más arcaico de lo gcnui-
amcnlc LSpañüI, lo que debiera considerarse con patrióiico orgullo,
Bo lo míis nacional de la nación española, haya nacido en pleno
skaro un ^ienrimiento local anliespañol que por fortuna, sólo
entra en una minoría.
No cabe mayor aberración que el anhelo de emanciparse de una
ponaüdad en los que tienen derecho i considerarse como padres
Jla.
[Desde este punto de vistff, el bizcaitarrismo (en el sentido es-
lío de la palabra) no es hijo sino de la ignorancia: de la igno-
! historii. de la antropología, déla etnografía, de todas
. , por medio de las cuales puede cl hombre llegar á cono-
: á sí mismo.
EMrtlO H. DtL VlUAR
EN PRENSA EL TOMO N.
Acabóse de imprimir este tomo
en la ciudad de falencia,
en la imprenta de gutié-
RREZ, Uter y Herrero,
A LOS VEINTIOCHO
DÍAS DE Febrero de
MIL NUEVECIEN-
TCS NUEVE
AÑOS.
5TANFORD UNIVERSITY LIBRARIES
STANFORD AUXIUARY LIBRARY
STANFORD, CALIFORNIA 94305-6004
(650) 723'9201
salcirc@sulmarl. stanFordedu
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