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VASCO NUlZ DE BALBOA
POR
flngel de flltolaguirre y Duvale
in
De la Real /academia de la Historia.
m:adrid
Imprenta del Patronato de Huérfanos de Intendencia é Intervención Militares-
Caracas, número 7.
1914
E
as
fil0428
Expediciones de Nicuesa y Ojeda. — Funda éste la villa de San Sebastián y regresa
a la Española. — El bachiller Enciso lleva socorros al Darien; con él va Vasco
Núñez de Balboa. — Fundación de la villa de Nuestra Señora del Darien. —
Desgraciados sucesos de la expedición de Nicuesa. — Destitución de Enciso 3' es-
tablecimiento del régimen municipal en Santa María. — Envían los colonos á
buscar a Nicuesa. — Disposiciones oficiales. — Destitución de Nicuesa y Ojeda. —
Vasco Núñez es nombrado Capitán y Alcalde mayor del Darien,
Por capitulación otorgada en Burgos el 9 de Junio de 1508 con
Diego de Nicuesa por sí y en nombre de Alonso de Ojeda, se les con-
cedió por término de cuatro años la gobernación de las tierras de
Urabá al primero y las de Nicaragua al segundo, imponiendo a am-
bos, entre otras condiciones, la de que habían de construir dos for-
talezas en sus respectivos territorios y autorizándoles para llevar
600 hombres de la isla Española y 200 de la Península \
Temerario parece el propósito de dos particulares de alistar un
numeroso contingente cuando tan refractarios se mostraban los espa-
ñoles a pasar a las colonias que se hizo preciso conceder indultos a los
penados que se presentasen a ir a ellas, visto el negativo resultado que
de otros estímulos se había obtenido ^; porque, en efecto, a los gran-
des entusiasmos que en todas las clases sociales produjera el descu-
1 Apéndice 1.
2 Por Real Cédula de 10 de Abril de 1495 (Colee. Navarrete, tomo II, fo-
lio 165) se concedieron beneficios a los que fueren a poblar la isla Española; pero
no dando esta disposición el resultado apetecido, tuvo que recurrirse para com-
pletar el número de personas que había de llevar D. Cristóbal Colón en su tercer
viaje al' recurso extremo de enviar a ella los penados, dirigiéndose a las Justicias
VI
brimiento de tierras a la distancia que el gran Colón predijo, había
sucedido el mayor desencanto: las cartas que de las colonias se re-
cibían y los relatos de los repatriados constituían poderosos calman-
tes para traer a la realidad a las más exaltadas imaginaciones; por
ninguna parte parecían ni había indicios de que existieran próximos
aquellos prósperos y civilizados dominios del gran Kan, tan abun-
dantes en oro, plata, piedras preciosas y especiería con que Colón
había deslumhrado a los primeros expedicionarios, haciéndoles con-
cebir la esperanza de que en breve plazo regresarían a la Península
cargados de riquezas; habíanse, sí, descubierto numerosas y extensas
islas surcadas por caudalosos ríos y pobladas por razas salvajes que
casi sin resistencia se sometían a los españoles, la bondad de las tie-
en 22 de Junio de 1497 carta patente en la que se les mandaba que «cada e
cuando alguna o algunas personas así varones como mujeres de nuestros Reinos
hobieren cometido o cometieren cualquier delito o delitos por que merezcan ser
desterrados para alguna isla o para labrar e servir en los metales, que los deste-
rréis que vayan a estar e servir en la dicha isla por el tiempo que habían de
estar en la dicha isla o labor de metales. E así mismo todas las otras personas
que fuesen culpantes en delitos que no merezcan pena de muerte seyendo tales
los delitos que justamente se les pueda dar destierro para las dichas Indias,
según la calidad de los delitos, los condenéis o desterréis para la dicha isla Es-
pañola por el tiempo que a vosotros paresciere : a los que merezcan ser desterra-
dos perpetuamente fuera del Reino que lo sean a la Española por diez años y a
los que fueren por tiempo limitado la mitad del tiempo de condena». Los com-
prendidos en esta disposición debían ser conducidos a Sevilla para que allí se les
tuviese (la buen recaudo hasta entregarlos al Almirante en los navios cuando estén
prestos a salir para las Indias».
Por otra Carta patente de la misma fecha de 22 de Junio de 1497 (Colee. Na-
varrete, tomo II, fol. 212) se concede a los criminales que no hubieran cometido
alguno de los delitos que expresa, el perdón de «cualquier crímenes o delitos e de
cualesquier manera e calidad e gravedad que sean que hobiesen fecho o cometido
fasta el día de la publicación de esta nuestra Carta», a condición de que fuesen a
servir a su costa a la isla Española por dos años los que mereciesen pena de muerte
y los demás por uno y se acogiesen a este beneficio antes del 1.° de Octubre si-
guiente.
Esta última prescripción rigió sólo para completar la gente que debía llevar til
Almirante en su tercer viaje, pero la primera estuvo en vigor hasta que por Carta
patente de 11 de Abril de 1505 dirigida a las Justicias se les dijo : ((Vos mando
que de aquí adelante no desterredes a ningunos deliquentes salvo que quando al-
gunas personas cometieren los delitos porque fueron mandados desterrar para las
dichas islas les dedes la pena que merescieren según las leyes deslos mis reimj.b».
(Acad.* de la Hist.*, Colee. Muñoz, tomo 75, fol. 142).
VII
rras y la benignidad del clima prodncían una vegetación exube-
rante y exótica, extensos y abrigados puertos ofrecían seguro asilo
a los navegantes; existían, pues, en ellas todos los elementos nece-
sarios para con tiempo, capital y trabajo convertirlas, como después
se convirtieron, en un emporio de riqueza; pero el aventurero espa-
ñol, en la primera época de los descubrimientos, no abandonaba su
patria y familia para establecerse definitivamente en aquellos sitios,
iba en busca de oro con la esperanza de en un breve plazo regresar
convertido en un potentado, y se encontraba en vez de la fortuna que
soñara con un país que carecía de los animales que sirven de ali-
mento o de poderoso auxilio en el trabajo, y tan mísero de produc-
tos naturales e industriales que se hacía preciso llevar de España
todo lo necesario para la vida del hombre civilizado, y cuando los
víveres se agotaban o corrompían no les quedaba más recurso que
por buenas o por la fuerza obtener de los indígenas maíz, pescado
y frutas, con lo que iban sosteniéndose hasta la llegada de algún
barco de la Península; las privaciones y penalidades de la conquista
y ocupación del territorio y el cambio de clima, aguas y alimentos
producían enfermedades que diezmaban a los colonos, y podía darse
por muy satisfecho el que tan pobre como fué lograba volver sano
a España, siendo fiel expresión del concepto que el pueblo tenía for-
mado de las colonias aquella frase que D. Fernando Colón refiere
que oyó en Granada a un repatriado que con otros esperaba ver a
los Reyes para exponerle sus cuitas: «Mirad los hijos del Almirante,
los Mosquitillos de aquel que ha hallado tierras de vanidad y engaño
para sepulcro y miseria de los hidalgos castellanos».
Si el aventurero, lo mismo en las Indias que en la Península, se
mostraba refractario a la vida tranquila y laboriosa del colono, su
espíritu inquieto le incitaba a alistarse en las empresas de descu-
brimiento con la esperanza de hallar aquellas tierras profetizadas
por Colón en que tanto abundaba el codiciado metal; en este estado
social y en el prestigio de sus nombres confiaban ambos Gober-
nadores para llevar adelante sus proyectos; de distinguida fami-
lia y afable trato Diego de Nicuesa, que pasó a la isla Española con
el Comendador Ovando, se había captado por sus condiciones per-
VIH
sonales y su riqueza generales simpatías; Alonso de Ojeda acompañó
al Almirante D. Cristóbal Colón en su segundo viaje, adquirió repu-
tación de astuto y valiente en la pacificación de la isla Española, y
los tres reconocimientos que efectuó en las costas de Tierra firme
acreditáronle como experto navegante; por desgracia, surgieron en-
tre ambos caudillos disidencias que los enemistaron tan profunda-
mente que el P. Las Casas, que a la sazón se encontraba en la Espa-
ñola, dice (cque se matasen un día creíamos los que los veíamos», y
aunque la principal causa de la discordia, que era la fijación de lí-
mites de los territorios de sus Gobiernos se zanjó por mediación de
Juan de la Cosa, concertándose que el río grande del Darien en r]
Golfo de Urabá les sirviera de frontera \ no por esto se aplacaron
sus enconos y siguieron procurando cada uno entorpecer la acción
del otro cuando más necesario les era marchar unidos para vencer la
resistencia que D. Diego Colón, Virrey y Gobernador de la isla Es-
1 Por Real Cédula de 15 de Junio de 1510 (Arch. de Indias, Indiferente ge-
neral, Registros 139-1-3, fol. 34) se declaró que el Golfo de Uraba pertenecía a
Ojeda ; cuando esta disposición se dictó hacía ya más de tres meses que habían par-
tido de la Española las expediciones de Ojeda y Nicuesa ; dice el P. Las Casas, que
a la sazón se hallaba en la isla, que el primero lo efectuó el 10 ó 12 de Noviembre de
1509 con 300 hombres y el segundo con 700 ocho días después ; pero en estas cifras
debe haber error, en primer término porque no hallándose autorizados por la Capi-
tulación para llevar más de 800, el Almirante y Oficiales que se oponían a que lle-
vasen tanta gente no hubieran consentido que se excedieran en el número, y
además porque testigo de mayor excepción como Rodrigo de Colmenares, Teniente
de Nicuesa, en documento oficial exponía que cuando él llegó a Tierra firme casi
todos los expedicionarios habían muerto, «pues de 800 que pasaron con ambos
Gobernadores (Nicuesa y Ojeda) no había 300 vivos, no matáronlos indios 150, los
demás murieron de hambre (apéndice núm. 60). En el mismo documento dice
Colmenares que Nicuesa llevó 580 hombres, luego la expedición de Ojeda se com-
ponía sólo de 220.
Conformes están Oviedo y el P. Las Casas en que la Armada de Nicuesa cons-
taba de cinco buques 5 no así en la de Ojeda, que Las Casas dice llevaba cuatro \
Oviedo que tres, añadiendo que uno de ellos lo había sustraído a Nicuesa; es en
este punto el P. Las Casas autoridad de mayor excepción porque se encontraba
en la Espa,ñola cuando las Armadas se organizaron y estuvo al tanto de los inci-
dentes que en sus aprestos surgieron, y de haberse realizado la substracción de que
Oviedo habla habría hecho de ella mención, no sólo por la gravedad del hecho,
sino también por el escándalo a que diera lugar ; a mayor abundamiento, no es de
creer que la caballerosidad de que Nicuesa dio pruebas al socorrer a Ojeda en Car-
tagena llegase hasta el punto de no reclamarle la devolución de su buque, y ni
IX
pañola y demás territorios descubiertos por su padre D. Cristóbal,
oponía al cumplimiento de las Cédulas reales que le ordenaban les
auxiliase y dificultaba cuanto le era posible el alistamiento de los bu-
ques por considerar como contrario a sus privilegios el que la Corona
hubiera capitulado con Nicuesa y Ojeda la colonización del Darien,
territorio que como todo lo descubierto y por descubrir al Oeste de
la famosa línea de demarcación dispuesta por el Papa Alejandro Vi
pretendía se hallaba sometido a su jurisdicción como comprendido ou
el Virreinato.
Vencidas todas las dificultades partió Ojeda de la Española el
10 de Noviembre de 1509 con dos navios, dos bergantines y 220 es-
pañoles, dejando en la isla al bachiller Martín Fernández de Enciso,
al que nombró Alcalde mayor de su Gobernación, para que le llevase
víveres y refuerzos. Nicuesa, que le siguió ocho días después llevando
580 españoles en cinco naos y dos bergantines, dejó con igual encar-
go a su Teniente Rodrigo de Colmenares \
Poco afortunado fué Ojeda desde los comienzos de su expedición:
al llegar al puerto de Cartagena organiza una columna de desem-
barco compuesta de 100 hombres con objeto de saquear la tierra y
hacer esclavos, castigando a los naturales que en diversas ocasiones
habían guerreado con los españoles, y si bien al principio la entrada
Las Casas ni el mismo Oviedo dicen nada de tal reclamación ni de que de la Ar-
mada de Ojeda se separase ningún buque para unirse a la de Nicuesa.
1 Según lo capitulado podían llevar entre Nicuesa y Ojeda 200 hombres de
la Península y 60O de la isla Española. En el libro de cargo y descargo del Teso-
rero Matienzo correspondiente a los años de 1509 a 1514 se hace constar que Diego
de Nicuesa recibió de Matienzo bizcocho, etc., añadiendo lleva de España 20O hom-
bres y ha de hacer 600 más en la Española ; pero en las cuentas del año 1510 apa-
rece que en las carabelas de Nicuesa sólo embarcaron en España 150 hombres.
(Acad.a de la Hist.^, Colee. Muñoz, tomo 75, fol. 251).
Consecuente a exposición hecha por el Almirante y Oficiales de la isla Española
sobre los perjuicios que reportaría el sacar 600 hombres de los en ella ave-
cindados, se les contestó en Real Cédula de 28 de Febrero de 1510 : ((Vi lo que
decís del asiento con Nicuesa y Ojeda, sin embargo de todo cúmplase lo capitulado
porque así lo firmé e no les pongáis impedimento antes les dad todo favor. Lo-?
600 que habían de sacar de esa isla según las capitulaciones con su hacienda, sus
indios y naborias, pues hay inconveniente redúzcanse a 200. Si Nicuesa y Ojeda
quisieren para completar los 600 a otros que no tuvieren vecindad ni indios, dén-
seles». (Arch. de Indias, 139-1-4, fol. 111).
tuvo éxito, rehechos los indios cargan sobre los nuestros, matan
a 70, entre ellos al célebre piloto y cartógrafo Juan de la Cosa, y obli-
gan a reembarcarse precipitadamente a Ojeda y los que habían lo-
grado salvar sus vidas; cuando se disponían a abandonar el puerto
de que tan tristes recuerdos llevaban apareció la Armada de Nicuesa,
causando en Ojeda el temor de que impulsado de la animosidad que
contra él tenía por las pasadas disidencias y aprovechando el des-
aliento que en los suyos había producido el desastre, tratara de des-
truirlos; pero lejos de ello, Nicuesa con una nobleza y una genero-
sidad digna de todo encomio se ofreció vengar la muerte de su gente,
y desembarcando 400 hombres mandados por ambos Capitanes sor-
prenden y derrotan a los indios causando en ellos gran mortandad,
saquean y queman sus pueblos y con un importante botín de guerra
vuelven a los barcos, llevando Nicuesa a tal punto su desprendimiento
que ni él tomó ni consintió que los suyos tomasen parte alguna de la
presa.
ReconciHados los dos Capitanes se separaron para ir a sus respec-
tivas Gobernaciones; al llegar Ojeda al Golfo de Urabá escogió el
sitio que le pareció más oportuno para poblar, fundando en Febrero
de 1510 la villa que llamó de San Sebastián; agotadas bien pronto
las provisiones que la Armada llevaba, viéronse los españoles en la
necesidad de hacer entradas en el interior de la tierra para buscar
en los poblados de indios con que alimentarse; eran los naturales
aguerridos y sumamente diestros en disparar flechas envenenadas
que producían rápidamente la muerte del que herían, de suerte que
acosados por el hambre y por los indios que les causaron muchas
bajas, hubieran perecido todos sin la oportuna llegada de Bernardino
de Talavera en un navio que en la Española había hurtado a unos
comerciantes genoveses y en el que conducía 70 hombres y raciones;
pronto se agotaron éstas, y la situación volvió a ser tan angustiosa
como cuando llegó Talavera; en vano esperaban al bachiller Enciso
con los víveres que debía traer, cundió el desaliento entre los colonos
y Ojeda decidió en el mes de Mayo ir a la Española con Talavera y
la gente que había traído, que no quiso quedarse en San Sebastián,
a fin de procurar a toda costa el envío de socorros, dejando por su
XI
Teniente a Francisco Pizarro con orden de que transcurridos cin-
cuenta días sin recibir los auxilios abandonasen todos la villa de San
Sebastián y se volvieran a la isla.
Si desgraciado había sido Ojeda en su viaje al Darien, más aún
lo fué en el regreso a la Española; prevalido Talavera de que toda la
gente era hechura suya lo prendió y tomó el título de Capitán de la
expedición; vientos contrarios llevaron al navio a la isla de Cuba,
en cuyas costas se perdió, teniendo los tripulantes que seguir larga
y penosa marcha en la dirección de Oriente que era la que más les
aproximaba a la isla Española, con la esperanza de que fuesen vis-
tos y recogidos por algún buque, y como desconocían el terreno,
penetraron en una extensa ciénaga por la que marcharon, según
Las Casas, durante treinta días con la esperanza siempre de hallarle
pronto fin: dormían sobre las raíces de los árboles y se alimentaban
de los escasos víveres que cada uno llevaba en un saco; muchos mu-
rieron ahogados, no pocos sucumbieron por tantas penalidades y
los restantes hambrientos y extenuados lograron llegar al tei minar
la ciénaga a un poblado de indios, donde se establecieron para re-
poner las perdidas fuerzas; gracias al valor de Pedro de Ordax que
en una canoa pasó a Jamaica, tuvo su Gobernador Juan de Esquivel
noticia de la situación en que se encontraban y les envió un bergantín
que los condujo a la isla, desde la que Ojeda pasó a la Española
para procurarse los socorros que debía llevar a la gente que había
dejado en Santa María la Antigua.
Entretanto viendo Francisco Pizarro que el hambre y los indios
iban acabando con los españoles, pues sólo eran ya 60 los que que-
daban, y que ni Ojeda ni Enciso parecían, acordó abandonar la co-
lonia, y en los primeros días de Septiembre de 1510 se embarcaron
todos en dos bergantines, únicos buques que tenían, tomó el mando
de uno un tal Valenzuela y Pizarro se reservó el del otro; a la salida
del Golfo de Urabá naufragó el bergantín mandado por Valenzuela,
pereciendo todos los que le tripulaban, quedando sólo de los que
con Ojeda fueron los 30 ó 40 hombres que llevaba Francisco Pizarro,
el que siguiendo su navegación hacia el puerto de Cartagena encon-
tró un navio y un bergantín, en cuyos buques conducía el bachiller
XII
Enciso los tan esperados socorros, consistentes en 150 hombres, ar-
mas, víveres y caballos; no quería la gente de Ojeda volver a la villa
de San Sebastián, sino ir a Veragua y ponerse a las órdenes de
Nicuesa que suponían habría tenido mejor fortuna que ellos; tal reso-
lución impHcaba el abandono de la Gobernación de Ojeda y para
Enciso con la pérdida de su cargo la esperanza de resarcirse de las
cantidades que había puesto en la empresa, una vez que en el te-
rritorio de Nicuesa sólo sería uno de tantos colonos, y por ello se
impuso a todos y siguió navegando hacia San Sebastián \
La mala suerte parecía ensañarse contra todos los que intentaban
establecerse en Tierra firme: el navio de Enciso naufragó a la entrada
del Golfo de Urabá, y aunque se salvó la gente en los bergantines,
se ahogó el ganado y se perdieron casi todas las armas y víveres y
los documentos que acreditaban a Enciso como Alcalde mayor de
Ojeda, con lo que al arribar a la villa, que encontraron quemada por
los indios, se hallaron en situación verdaderamente desesperada.
Tenía el bachiller Enciso una vasta ilustración, que acreditó con
su obra «Summa de Geografía», y con la labor que realizó en las
juntas que en 1512 tuvieron lugar en Burgos para mejorar la situa-
ción de los indios, se había enriquecido en Santo Domingo aprove-
chando aquella fiebre de pleitos que como epidemia contagiosa se
apoderó de los españoles, inficionándolos hasta el punto de obligar al
1 Dice el P. Las Casas que Ojeda salió de la isla Española para poblar on
Tierra firme el 10 ó 12 de Noviembre de 1509 (lib. II, cap. LII), que a principios
de 1510 fundó la villa de San Sebastián (lib. II, cap. LIX), que volvió a la Es-
pañola en demanda de socorros dejando ordenado a Francisco Pizarro que le es-
perara cincuenta días, el cual, pasado el plazo y no recibiendo el socorro, embarcó
la gente y abandonó la tierra ((seis meses después que allí habían entrado» (li-
bro II, cap. LXII).
Rodrigo de Colmenares (apénd. núm. 60) manifiesta que Enciso partió de la
Española en socorro de Ojeda nueve meses después de la salida de éste para Tie-
rra firme, y Pedro Mártir fija la marcha de Enciso en los primeros días de Sep-
tiembre de 1510, añadiendo que al quinto de navegación encontró el bergantín en
que Francisco Pizarro regresaba de Tierra firme a la Española.
De estos datos se deduce que la villa de San Sebastián fué fundada en Fe-
brero de 1510, que Ojeda partió de ella para la Española en Mayo, que Pizarro
abandonó la Tierra firme a primeros de Septiembre, en cuyos días había partido
Enciso de la Española para San Sebastián, por lo que a mediados del mes se encon-
traron en el camino.
XIII
Gobierno de la metrópoli a prohibir que pasasen letrados a las Indias
para evitar que con sus argucias explotasen la vanidad, la avaricia
y los rencores de los colonos envolviéndolos en las redes de largos
y ruinosos pleitos y procesos ^; pero no era un hombre de letras
que con considerandos y resultandos tratase de salvar la situación
lo que necesitaban los españoles del Darien; acosados por el hambre,
bloqueados por los indios que con sus envenenadas flechas sembra-
ban el terror y la muerte en las filas, sin tener donde guarecerse y
sin esperanza de inmediato socorro por creer que Ojeda, único que
podía interesarse por ellos, había sucumbido, lo que necesitaban era
tener a su frente un hombre de grandes energías, de prontas resolu-
ciones, valiente en el combate, sufrido en las penalidades, que con
su ejemplo diese a todos ánimo y les hiciese recobrar las perdidas
esperanzas; ese hombre surgió del montón de los desconocidos, se
llamaba Vasco Núñez de Balboa.
Era según el P. Las Casas, que lo trató en la Española, «de buen
entendimiento y mañoso y animoso y de muy linda despusición y
hermoso de gesto y presencia»; nacido hacia el año de 1475, de hi-
dalgos padres, en Jerez de los Caballeros ^, se alistó en la expedi-
1 El Rey a los Oficiales de Sevilla. — Valladolid 14 Noviembre 1509.
((Porque yo he sido informado que a cabsa de haber pasado a las Indias algunos
letrados abogados han sucedido en ellas muchos pleitos e diferencias yo vos mando
que de aquí adelante no dejéis ni consintáis pasar a las dichas Indias ningún le--
trado abogado sin nuestra licencia especial, mandando que si necesario es por esta
presente lo vedamos ei'iohibimos» (Acad.^ de la Hist.^', Colee. Muñoz, tomo 90,
folio 53 vuelto).
2 Es general la creencia de que Vasco Núñez de Balboa nació en Jerez de
los Caballeros, pero en realidad ningún documento fehaciente que lo diga ha lle-
gado hasta nosotros, únicamente la tradición y el testimonio de algunos escritores
así lo aseguran ; de los que le conocieron, el cronista Oviedo dice que era de Je-
rez de Badajoz, pero el P. Las Casas que también lo trató afirma que era natural
de Badajoz; Gomara, tomándolo acaso de Oviedo, dice lo mismo que éste, y de los
historiadores posteriores el P. Mariana, en su ((Historia» escrita en latín, afirma
que era de Badajoz, lo mismo que el P. Fr. Felipe de la Gándara, cronista ge-
neral de los Reinos de León y Galicia, que en su nobiliario ((Armas y triunfos dá
Galicia», impreso en Madrid en 1677, escribe : ((La gloria del descubrimiento de
las dilatadas provincias del Perú se debe primeramente a Vasco Núñez de Balboa,
originario de Galicia y natural de la ciudad de Badajoz, del nobilísimo linaje y
apellido de los Balboas, cuya genealogía es como sigue : Fué Vasco Núñez de
Balboa (según mis noticias) descendiente de Alonso Rodríguez de Balboa, her-
XIV
ción de Rodrigo de Bastidas que en 1500 salió de Cádiz y recorrió
el Golfo de Venezuela y de Urabá ampliando en más de cien
leguas los reconocimientos hechos por Colón de la costa del conti-
nente americano; al terminar la expedición se estableció Vasco Nú-
ñez en la villa de Salvatierra de Sabana, situada en la parte occiden-
tal de la isla Española; la vida reposada y tranquila del granjero no
cuadraba con sus grandes alientos y espíritu aventurero y enérgico,
pero acosado por las deudas veíase atado al terruño por no permitir
las autoridades de la isla que se alistasen en las empresas de des-
cubrimientos los que no dejaran solventadas sus cuentas; no viendo
remedio a su situación, al saber que Enciso iba a partir llevando
socorros a los españoles del Darien, abandona la villa de Salvatierra,
penetra sin ser visto en el navio de Enciso y se oculta entre unas
mano del Adelantado García Rodríguez de Balboa, y de su mujeir Teresa Rodrí-
guez de Figueroa, hija de Rui Barba de Figueroa, señor de esta casa de Figue-
roa, y fué abuelo de Vasco Núñez, Gonzalo Rodríguez Valcarce y Balboa, casado
con Emilia Vázquez de Quiroga, y fué sobrino del Obispo de Plasencia D. Vi-
cente Arcas de Balboa, hermano de dicho su abuelo, que está enterrado en To-
ledo en la capilla de D. Pedro Tenorio, y el padre de Vasco Núñez de Balboa,
de quien hablamos, se llamó Ñuño Arias de Balboa, sobrino del Obispo, el cual
casó en Badajoz y hay descendencia suya en esta ciudad».
El libro de pasajeros para América existente en el Archivo de Indias de
Sevilla con la signatura 45-1-^/^,, contiene asiento de los pasajes concedidos desde
1.° de Diciembre de 1509, y en los relativos al año 1511 aparece uno con fecha
18 de Agosto que dice : «En este día dimos licencia a Vasco Nuñez hijo de p.°
(Pedro) de Albarrazin e beatriz gutierrez su mujer vezinos de Venalcazar para
que pudiese partir a las indias en la nao de ques maestre diego rodríguez del
pino por quanto dio ynformacion bastante no ser persona de las prohy vidas».
El ser poco corriente en España el nombre de Vasco, por más que encontremos
algunos, sobre todo en Extremadura y Galicia, como Vasco de Herrera, natural
de Trujillo, y D. Vasco de Quiroga, primer Obispo de Mechoacan, y el coincidir
con el apellido Núñez pudiera hacer creer que el Vasco Núñez a que el asiento se
refiere es Vasco Núñez de Balboa; pero desde luego puede afirmarse que el asiento
no se refiere a éste, porque no hay la menor constancia de que viniera a España
desde que salió para la Española en 1500, y durante todo el año de 1511 a que el
asiento se refiere sabemos que estuvo en Tierra firme.
Respecto al año en que nació, tampoco tenemos dato seguro ; únicamente por
lo que dice el P. Las Casas (lib. 11, cap. LXII) de que cuando fué a Tierra firme
con Enciso (1510) tendría treinta y cinco años o pocos más, y lo que después
agrega (lib. III, cap. LXXIV) refiriéndose al año 1517, de que entonces contaría
cuarenta, podemos deducir que nació hacia el 1475 ; Oviedo manifiesta que Vasco
Núñez era mancebo cuando se trató su boda en 1515 con una hija de Pedrarias.
XV
velas según Oviedo, en un tonel según Las Casas, y allí permanece
hasta que, ya el buque en alta mar, es descubierta su presencia a
bordo; indignado Enciso de su osadía y temiendo el castigo que pu-
dieran imponerle las autoridades de la Española por haberle llevado
en el buque sin autorización, ordena que le dejen abandonado en
una isla desierta; a ruego de otros tripulantes le perdona, pero ya
entre aquellos dos hombres quedó latente una enemistad que, fomen-
tada por las circunstancias en que uno y otro se encontraron, había
de ser funesta para Vasco Núñez.
No sabiendo Enciso qué resolución tomar, consultó, dice Las Ca-
sas, el parecer de todos, y al llegarle el turno expuso Vasco Núñez
que recordaba haber visto cuando con Bastidas reconoció el Golfo,
que hacia la parte de Poniente de la otra banda de un gran río exis-
tían fértiles llanuras pobladas por indios que no envenenaban las
flechas, opinando que a ellas debían dirigirse; su dictamen fué por
todos aceptado, y guiados por él reconocieron el Golfo, hallaron el
río Darien y en la margen opuesta y después de vencer a los indios
comarcanos fundaron la villa que llamaron de Nuestra Señora de la
Antigua, cumpliendo el voto que antes de empezar el combate habían
hecho a una imagen de la Virgen que se venera en Sevilla de dar
su nombre a la primera población que fundasen si les concedía la
victoria.
Sólo Las Casas habla de haber salvado Vasco Núñez a los espa-
ñoles conduciéndolos a la margen opuesta del río Darien; pero su
relato nos merece crédito porque es muy verosímil que recordase
Vasco Núñez las tierras que había visitado con Rodrigo Bastidas, y
además porque para adquirir la influencia que tan rápidamente ad-
quirió sobre sus compañeros, siendo un hombre obscuro y casi des-
conocido, necesario fué que mediante algún hecho extraordinario
les hiciera sentir su superioridad.
Apenas se esta])lecieron los colonos les prohibió Enciso comer-
ciar con los indios; tal resolución y el desprestigio en que había caído
por su íalta de condiciones para el mando, indujo a la mayoría a des-
tituirle y crear un Municipio que les gobernase, nombrando por Al-
caldes a Vasco Núñez de Balboa y Benito Palazuelos; no dejaban los
XVI
sediciosos de alegar razones que justificasen su proceder: decían que
no teniendo Enciso nombramiento real de Alcalde mayor sino sólo de
Ojeda, por la muerte de éste, en la que todos creían, había cesado en
el cargo, y aducían también que hallándose fuera de los límites de
la Gobernación de Ojeda, puesto que habían atravesado el Darien,
aunque Ojeda viniera ninguna jurisdicción podía tener sobre ellos.
Manifiesta el P. Las Casas que según se dijo el principio de las
discusiones las motivó Vasco Núñez, y aunque es verosímil que
por la enemistad que con Enciso tenía tratase de derrocarlo, no puede
aceptarse que los colonos siguieran ciegamente sus inspiraciones,
una vez que apenas constituido el Municipio se dividen en tres ban-
dos: los amigos de Enciso, que querían reponerlo en el ejercicio del
cargo de Alcalde mayor; los partidarios del régimen municipal, ín-
terin que por el Rey se nombrase quien había de gobernarlos, y un
tercer grupo que, fundado en que se hallaban en territorio de la Go-
bernación de Nicuesa y esperando que éste hubiera tenido mejor
suerte que ellos y se encontrase próspero, quería que se enviase
gente en su busca y ponerse todos a sus órdenes; esta división de pa-
receres demuestra que los colonos en su gran mayoría eran opues-
tos a reconocer como Jefe a Enciso y que no fué depuesto exclusi-
vamente por intriga de Vasco Núñez, sino por haber perdido la fuerza
moral al no ser él el que con sus resoluciones sacase a los colonos de
la grave situación en que se encontraron al arribar a la villa de San
Sebastián, y más tarde al prohibir que comerciasen con los indios,
disposición que todos creían dictada con el fin de guardar para sí
todos los beneficios y resarcirse de este modo de las cantidades que
había aportado a la empresa.
A mediados de Noviembre de 1510 ^ arribaron al puerto de
1 Las Casas (lib. II, cap. LXIV) fija la llegada de Colmenares a Santa Ma-
ría la Antigua a mediados de Noviembre de 1510, lo que coincide con la afirmación
de Pedro Mártir de que salió de la Española en los primeros días de Octubre, j
con lo expuesto por el mismo Colmenares de que su partida fué diez meses después
do la de Ojeda; explicándose que tardara mes y medio en llegar a Santa María,
porque como él mismo dice en el camino se detuvo a descubrir «una provincia que
se dice Sierra Nevada, la más alta que se cree haber en el mundo, de do siguiendo
la costa Uegvié con hartos trabajos a Uraba». (Apénd. núm. 60).
XVII
Santa María de la Antigua dos navios en los que Rodrigo de Col-
menares, Teniente de Nicuesa, que había quedado en la Española,
le llevaba 60 hombres, víveres y armas; al enterarse Colmenares
de los partidos en que se hallaban divididos los españoles procuró
ganar su voluntad repartiéndoles víveres y efectos, y logró decidirlos
a que se enviasen comisionados en busca de Nicuesa para someterse
a su jefatura una vez que se hallaban dentro de los términos de su
Gobierno; otra consideración debieron tener en cuenta los vecinos de
la villa de Santa María la Antigua para seguir los consejos de Colme-
nares: era Nicuesa hombre adinerado y de prestigio en la Española,
y conveníales tener por Jefe a quien pudiera disponer en la isla de
elementos para socorrerlos, aparte de que ignorando la suerte que
había corrido y el lugar en que se encontraba podían hallarle prós-
pero en su emprescí y ser ellos partícipes de esta prosperidad.
Lógico es que, como los cronistas afirman, no fuera esta resolu-
ción del agrado de Vasco Núñez y de los demás que componían el
Municipio, puesto que si Nicuesa iba a gobernarlos perderían sus
puestos; pero es de notar que tampoco eran partidarios de ella En-
ciso y sus amigos, y es más, por la forma de expresarse P. Mártir, que
sobre estos sucesos fué informado por Colmenares, parece que aún
fué mayor la oposición de Enciso y los suyos que la de Vasco Núñez,
no obstante lo cual fueron designados Colmenares, Diego de Albitez
y el bachiller Corral para buscar a Nicuesa, al que encontraron en
el puerto que el Almirante D. Cristóbal Colón había llamado de Bas-
timentos y él titulado ((Nombre de Dios».
Más contraria aún que a Ojeda había sido la fortuna a Nicuesa;
poco después de salir del puerto de Cartagena una violenta tempestad
separó su buque de los dos que llevaba a su cargo su Capitán general
Lope de Glano y lo estrelló contra las rocas: la tripulación se salvó
milagrosamente, perdióse todo el cargamento y sólo les quedó la
barca que llevaba el bergantín, la cual tripulada por cuatro marine-
ros fué siguiendo por la costa la triste peregrinación que por tierra
emprendieron Nicuesa y su gente en busca de la provincia de Vera-
gua; llegaron con grandes penalidades a la punta de una gran ense-
nada, y para ahorrar camino fueron pasando en la barca al extremo
II
XVIII
opuesto, el cual hallaron ser una isla desprovista de recursos para
subsistir; los marineros que tripulaban la barca viendo lo perdidos
que estaban los abandonaron y emprendieron la vuelta con la espe-
ranza de encontrar los buques mandados por Olano y tuvieron la
fortuna de hallarlos en el río de Belén, y desde allí salió un bergan-
tín con alguna provisión de palmitos y agua dulce que era lo único
que tenían para sustentarse en busca de los que en la isla se encon-
traban, hallando en tan triste estado a i\icuesa y los pocos que ha-
bían logrado conservar la vida que fué preciso tasarles la ración de
palmitos para evitar que si los comían con exceso sucumbiesen; un
tanto repuestos fueron conducidos en el bergantín al río de Belén,
donde Nicuesa como primera providencia prendió y condenó a
muerte a Lope de Olano, acusándole de traidor, que por quedarse
con la Gobernación le había dejado abandonado y sido causa del
desastre que experimentaban; sólo a fuerza de reiteradas súplicas
lograron los compañeros de Olano que no se ejecutara la sentencia,
pero quedó en prisiones para en la primera ocasión que se presen-
tase enviarle a la isla Española con el proceso que se le formó a fin
de que allí le fuera impuesta la pena a que se hubiera hecho acreedor.
El paraje en que se hallaban en el río de Belén era malsano y
carecía de elementos de subsistencia, viéndose los colonos en la ne-
cesidad de hacer continuas entradas para saltear los poblados indios
y apoderarse de los escasos víveres que tenían, llegando a tan ex-
trema necesidad, según cuenta el P. Las Casas, que una partida
de 30 españoles acosados por el hambre se comieron el cadáver en
descomposición de un indio, de cuyas resultas todos murieron.
Firme Nicuesa en su propósito de establecerse en la Gobernación,
abandonó el río de Belén y fué con su gente en busca de mejor sitio
donde colonizar; obligado por la necesidad de buscar víveres desem-
barcó en Puerto Bello, pero hallábanse los españoles tan extenuados
que apenas podían manejar las armas, por lo que fueron rechazados
por los indios, que les mataron 20 hombres; al fin llegaron a un
gran puerto que Nicuesa tituló Nombre de Dios, y en el que con
grandes trabajos construyó un fuerte para defenderse de los natura-
les que exacerbados con las entradas que los españoles hacían en
XIX
sus poblados para quitarles los mantenimientos les declararon impla-
cable guerra.
Desde allí despachó Nicuesa un bergantín a la Española en busca
de socorros y enviando relación fechada en 9 de Noviembre de 15i0
de las increíbles vicisitudes, privaciones y peligros que habían pa-
sado en los doce meses transcurridos desde que salieron de la isla,
habiendo sufrido tantas bajas que según el P. Las Casas sólo que-
daban unos cien hombres, la mayor parte enfermos, cuando llegaron
los comisionados del Darien que iban en busca del amparo y protec-
ción de Nicuesa.
Hablando el P. Las Casas de la fecha en que los españoles se
establecieron en Nombre de Dios dice: <'y esto era a fin del año 1510
por el mes de Diciembre» (lib. II, cap. LXV); pero teniendo en cuenta
que la carabela que Nicuesa envió a la Española llevó la relación
de los sucesos que les habían ocurrido y ésta tenía fecha de 9 de
Noviembre de aquel año, no es aventurado creer que los españoles
arribaron a Nombre de Dios por lo menos en el mes de Octubre an-
terior, una vez que antes de despachar el buque tuvieron que atender
a su seguridad personal construyendo el fuerte y a procurarse ví-
veres para su subsistencia y para abastecer el bergantín.
Mientras Nicuesa esperaba que le enviasen socorros de la isla
Española, Ojeda, que a eUa había llegado, procuraba igualmente que
le facilitasen los medios para llevar auxilios a Santa María la An-
tigua.
Es extraño que los primitivos historiadores de Indias, que con
mayor suma de datos han narrado el descubrimiento y colonización
de Tierra firme, no llegaran a conocer cuándo fué destituido Nicuesa
ni las causas que motivaron el que Ojeda no volviera a su Goberna-
ción.
Dice Gomara que Ojeda llegó a Santo Domingo muy malo de la
herida que en un muslo le habían inferido los indios en un encuen-
tro que con ellos tuvo en el Darien, por cuyo dolor o por no tener
aparejo para tornar a su Gobernación y Ejército se quedó allí, o
como dicen, se metió a fraile francisco y en aquel hábito acabó su
vida; Oviedo expone que al llegar Ojeda a Santo Domingo y saber
XX
que el bachiller Enciso había partido con la nao, gente y socorro que
le llevaba, <(Ovo mucho pesar de no le aver hallado. Y como él venía
muy cansado y enfermo y enojado de tantos trabajos e reveses como
por él avían pasado acordó de acabar e renunciar las cosas del
mundo y recogerse a Dios e assi de Capitán e hombre guerrero
se convirtió en devoto frayle de la observancia». (Lib. XXVII, capí-
tulo IV de la Historia general y natural de las Indias). Pedro Mártir de
Anghiera en sus décadas tituladas «De Orbe Novo» no se ocupa de la
estancia de Ojeda en la Española, tan sólo dice que los indios que-
maron la villa de San Sebastián tan luego la evacuaron Francisco
Pizarro y sus compañeros abandonados por Ojeda (Déc. 2.% capí-
tulo I), lo que envuelve el concepto del autor de que Ojeda no pro-
curó volver a Tierra firme a socorrer a la gente que allí había dejado
y hacerse cargo del Gobierno.
Narrando el P. Las Casas las vicisitudes por que Ojeda pasó en
su viaje de San Sebastián de Ürabá a la Española, dice que en Ja-
maica fué muy bien recibido por Juan de Esquivel y quedaron muy
buenos amigos; que Bernardino de Talavera y sus compañeros no
quisieron pasar a la Española por miedo a ser castigados por el hurto
de la nave, pero sabido por las Justicias del Almirante que estaban
allí los llevaron presos y fué Talavera ajusticiado; «por lo que a
Ojeda hicieron no creo hubo castigo porque no era Ojeda hombre
que les acusaría. Estuvo Ojeda en esta ciudad después de esto mu-
chos días, y creo que fué más de un año, y yo lo vide; algunos que
debían ser de los que con él mal estaban y quizá de los que con él
habían en este viaje venido lo aguardaron para lo matar una noche
pero aina les hobiera pesado de haberle acometido, porque creo que
los corrió por una calle adelante a cuchilladas según que siempre
hacer solía en semejantes refriegas. Al cabo no mucho después de lo
dicho murió en esta ciudad de su enfermedad paupérrimo, sin dejar
un cuarto según creo mandó que lo enterrasen a la entrada de la
iglesia y Monasterio de San Francisco, y así no acertaron los que
dijeron que el Almirante queriendo prenderlo se había retraído a
San Francisco y allí había muerto de la herida que en Urabá rescí-
bido había, porque como dije yo lo vide suelto y libre y sano pasear
XXI
por esta ciudad y después yo salido de aquí oí ser fallecido». (His-
toria de las Indias, lib. II, cap. LXI).
Por lo expuesto se ve que los cronistas ignoraban las causas que
motivaron el que Ojeda no volviera a su Gobierno, y se hace necesa-
rio exponerlas porque explican importantes sucesos que tuvieron lu-
gar en Tierra firme.
En 9 de Julio de 1511 los Oficiales de la Casa de Contratación
de Sevilla enviaron al Rey tres pliegos de cartas que el Almirante y
Oficiales de la Española remitían en dos navios que acababan de
arribar, y le manifestaban que Pedro de Arbolancha que venía comi-
sionado por las Autoridades de la isla para informarle del estado de
los asuntos en las Indias no podía continuar su viaje a la Corte por
hallarse enfermo. .
No han llegado hasta nosotros las cartas que contenían los plie-
gos, pero sí las contestaciones que a ellas se dieron ^ y por las que
1 Todas las cartas están expedidas en Tordesillas y tienen la fecha de 25 de
Julio de 1511.
La dirigida a Nicuesa está encabezada : «Diego de Nicnesa nuestro Capitán a
la parte de Veragua que es en Tierra firme; acusa recibo de su carta de 9 de
Noviembre de 1510 y le manifiesta que ha ordenado al Almirante y a Pasamente
que les presten auxilio ((fuisteis muy bien en castigar los que castigasteis, pero
todavía debéis procurar de non dar ocasión a que se fagan atrevimientos porque
si vos non os apaitarades del navio en que iba des, no os acaescieran los trabajos
que os acaescieron nin fuera necesario executar la xusticia en los que lo efec-
tuasteis nin se perdiera el tiempo que se perdió, nin se posiera el negocio en el
rriesgo que se a puesto de acabarse de perder del todo». (Arch. de Indias, E. 139-
1-4, tomo 3°, fol. 146).
A Ojeda le contesta: «Vi vuestra letra de 5 de Mayo de 511 ; en lo que decis
que los que traian la nao hurtada juntamente con los de Cuba os quisieron matar
yo he mandado al Almirante e Oficiales que les fagan castigar conforme a justi-
cia, debéis mucho excusar semejantes atrevimientos que quando los Capitanes
que llevan gente quieren darse buena manera non les acaesce lo que a vos acaes-
cio agora. Lo que decis que pasasteis con Esquivel e que fizo proceso contra vos
non por eso dexeis de continuar vuestro viage. En lo que decis que queréis volver
a continuar vuestro viage e que el Almirante nombre persona para que cumpla
con vos lo que se contiene en la capitulación yo he mandado proveer sobre todo».
(Arch. de Indias, E. 139-1-4, tomo 3.°, fol. 147).
Dirigiéndose el Rey en carta general al Almirante y Oficiales de la isla Es-
pañola les decía : ((Después de haber respondido vuestras cartas hasta las postre-
ras que fueron de 19 de Hebrero llegaron los dos navios con Bartolomé Colon
XXTI
venimos en conocimiento que eran: una de Nicuesa fechada el 9 de
Noviembre de 1510, sin duda la que envió con la carabela desde
Nombre de Dios, en la que, después de narrar sus desdichas y la
insubordinación de Lope de Olano, pedía urgente auxilio; otra de
Ojeda, fechada en la Española el 5 de Mayo de 1511, en que igual-
mente exponía el desastre que su expedición había sufrido, que en
Cuba le había querido matar Bernardino de Talavera y su gente, el
mal trato que en Jamaica había recibido de Juan de Esquivel, que le
formó proceso, y pidiendo el cumplimiento de su capitulación para
volver a Urabá a encargarse del Gobierno; tres cartas escribía don
Diego Colón, fechadas en 25 de Abril, 5 y 15 de Mayo, y otra en
unión de los Oficiales Reales, y en ellas confirmaban los desastres
sufridos por los dos Gobernadores.
Habíanse fundado en la Corte grandes esperanzas en el éxito de
De las nuevas que nos escribis de Ojeda y Nicuesa nos ha pesado mucho por la
gran perdida de gente que ha ávido y ficisteis muy bien en dar nuestra carabela
a Ojeda para que vaya a socorrer la gente que dejo en el asiento que abia comen-
zado a hacer en Urabá; aconsejalle todo lo que obiese de hacer e dalle todo el
favor que obiese menester y procurad que alguna persona acaudalada le ayude
con dinero y en ultimo termino con la Hacienda real para que aquella gente
perdida que alia quedo non perezca^) Le manda que cumpla con Ojeda y Ni-
cuesa todo lo capitulado, excepto lo de los 400 vecinos. c(Poned mucha diligencia
en que de la isla Jamaica se les lleve el mas mantenimiento que ser pueda, vos
mando que deis a Nicuesa y Ojeda todo el favor e ayuda que obieren menester
para el sostenimiento de aquellos dos asientos que han comenzado Creo que
aquello se sostendrá e paresceme que por agora la mexor negociación que en aque-
llo de la Tierra firme se puede hacer es sostener lo fecho e procurar apaciguar
la tierra».
Dice que Ojeda escribe que para defenderse de los indios necesita armas, y que
ya había ordenado a Sevilla que se las enviasen.
((Déla venida de Arbolancha me ha placido porque es persona abile e que sabrá
dar buena cuenta de las cosas de alia, el non ha venido a mi hasta agora por no
estar bien disjjuesto e por el se fara lo que buenamente se podiere facer e lo man-
dare despachar lo mas brevemente que se pueda como lo suplicáis.
)>Ojeda me ha enviado a suplicar prorroga para el plazo que le daba su capi-
tulación para hacer las fortalezas sino existe inconveniente concedédsela por el
tiempo que os parezca». (Arch. de Indias, E. 139-1-4, tomo 3.°)
Además de la carta general el Rey escribió particularmente al Almirante
D. Diego Colón y al Tesorero Pasamente; al primero acusaba recibo de sus cartas
de 28 de Abril y 5 y 15 de Mayo de 1511 y le recriminaba diciéndole : ((por cierto
se cree que si vos despacharais aquella Armada con delygencia e el rrecabdo que se
XXIII
ambas expediciones, y las noticias transmitidas desde la Española
produjeron tan honda impresión en el ánimo del Rey, que sin espe-
rar a que llegara Arbolancha para oir sus informes, dictó desde Tor-
desillas el 25 del mismo mes de Julio las órdenes conducentes para
remediar en lo posible el desastre.
Violenta por demás fué la carta que dirigió al Almirante Colón,
acusándole de haber dado lugar a que se llegara a aquel estado de
cosas por no haber provisto la Armada de todo lo necesario y de ti-
bieza en facilitar a Ojeda medios para que volviese a su Gobernación;
le ordena cumpla lo con él y con Nicuesa capitulado, y termina con
estas duras palabras: ue por mi servicio que non deis lugar aqui ade-
lante a que nadie pueda decir que dexais de complir mis manda-
mientos, porque ya vedes quand mal suena e quan rescio seria de
corregir».
rrequeria e yo vos imbie a mandar que no rrecibieran tanto daño como han
rrescibido» ; le ordena que con toda prontitud acuda al sostenimiento de los
que han quedado vivos, y añade : «lo que decis en vuestra carta de quince de
Mayo que vos e los Oficiales fycisteis llamar a Oxeda e le preguntasteis que habia
menester para que el fuese a su voluntad servido porque vos a ello estabades apa-
rexados non me satisface debisteis aconsejarle e buscar formas y medios que
en estos casos se suelen buscar para que se remediara aquella gente e los asientos
que alli se hablan comenzado a hacer no se perdieran» ; le ordena cumpla lo ca-
pitulado con Nicuesa y Ojeda y procure ((favorecer ahora tanto este negocio que
le satysfagais lo que han perdido por quitalle los indios e por servycio mió vos
lo fagáis de tal manera que yo conozca por obra la gana que vos decis que ther-
neis de me servir e complir mis mandamyentos en tanto e por mi servycio que non
deis lugar aqui adelante a que nadie pueda decir que dexais de complir mis man-
damyentos porque ya vedes quan mal suena e quan rescio seria de corregir».
(Archv. de Indias, E. 139-1-4, tomo 3.°)
Al Tesorero Pasamente le decía : ((Maravillado estoy como en este despacho
que vino con Arbolancha no recibí carta vuestra e creo que por non ser el llegado
aqui donde yo estoy que trae las cartas» ; le encarga que tenga especial cuidado
en que se cumplan las capitulaciones de Nicuesa y Ojeda y que sean socorridos, y
termina diciéndole que ((non ay alia persona de quien yo faga la confianza que
de vos nin tenga cargo de las cosas de la facienda». (Arch. de Indias, E. 139-1-4,
tomo 3.°)
Por último se acusaba recibo a los Oficiales de Sevilla de los despachos de la
Española que le habían remitido, en la siguiente carta :
Oficiales de la Casa de la Contratación de Sevilla. — Tordesillas 25 de Julio
de 1511.
Vi vuestra letra de 9 de Julio e rrescebi con ella los tres pliegos de cartas que
XXIV
En la caria general a D. Diego Colón y Oficiales Reales les or-
dena que aconsejen y favorezcan a Ojeda para que vuelva a su Go-
bierno, y que socorran a Nicuesa «pues por agora la mejor negocia-
ción que en aquello de la Tierra firme se puede hacer es sostener io
hecho e procurar apaciguar la tierra».
Contestando a la carta de Diego de Nicuesa de 9 de Noviembre
de 1510 y refiriéndose a la insubordinación de Lope de Olano, lo
recrimina diciéndole: «si vos non os apartarades del navio en que
ibades non os acaescieran los trabajos que os acaescieron nin fuera
necesario executar la xusticia en los que lo efectuasteis nin se per-
diera el tiempo que se perdió ni se pusiera el negocio en el rriesgo
que se ha puesto de acabarse de perder del todo».
No menos fuerte es la contestación a la carta de Ojeda de 5 de
Mayo, en la que haciéndose eco de lo escrito por Ojeda de que Ber-
nardino de Talavera había querido matarle, le dice: «quando los
Capitanes que llevan xente quieren darse buena manera non les
acaesce lo que a vos acaescio agora» y <(lo que decis que pasasteis
el Almirante e Oficiales embiaron para mi que trujeron esos dos navios.
Mucho me ha pesado del desbarate y mala fortuna que han abido los de Tierra
fií'me ninguno otro remedio paresce que ay al presente sino favorecer a Ni-
cuesa e a Oxeda para que no se acabe de caer lo quellos tienen fecho, fasta tanto
que sepamos si ay oro en aquellos desiertos que agora tomaron e en que cantidad
e la manera que podrian therner para sacar proveolio de aquellas partes.
Que manda a Pasamonte les provea de las cosas que necesitan y que se les
cumpla lo capitulado; a los de Sevilla les dice que se adquieran las armas que
piden y las envíen a la Española para que allí las entreguen por mitad a Nicuesa
y Ojeda tomando seguridad de que pagaran su importe ; que si hubiera posibi-
lidad envíen un navio con víveres y si no que lo hagan lo antes que puedan ; upa-
resceme que debéis publicar por todas las partes que vieredes que conviene en el
Beyno las grandes muestras de oro que ay donde an comenzado a facer sus con-
ciertos dysciendo amas desto las otras cosas qtie vieredes que convengan para
ynvitar a la gente que vaj'a a Tierra firme e a los que quisiesen pasar de aqni
en adelante a las indias non les apremyeis como fasta aqui en querer saber quie-
nes son, especialmente siendo trabajadores e aun de los que no fuesen traba-
jadores non se deben tampoco apretar porque como vedes habrá alia necesidad ile
xente para la guerra.
))De la venida de Arbolancha e abido plascer e quysiera questhobiera en dys-
pusicion de venir luego para me ynformar de las cosas de alia, porque se que
podra dezir bien dellas esi non fuere partido debéis dalle priesa que parta en ther-
niendo salud para ello». (Arch. de Indias, E. 139-1-4, tomo 3.", fol. 245).
XXV
con Esquivel e que fizo proceso contra vos, non por aquello dexeis de
continuar vuestro viaje».
Síntesis de las anteriores fué la dirigida a los Oficiales de ¡a
Casa de la Contratación de Sevilla: «ningún otro remedio paresce
que hay al presente sino favorecer a Nicuesa y Oxeda para que no
se acabe de caer lo que ellos tienen fecho fasta tanto que sepamos
si ay oro en aquellos desiertos que agora tomaron»; les ordena que
envíen lo antes que puedan un navio con víveres y que publiquen
por todas partes «las grandes muestras de oro que hay donde han
comenzado a facer sus asientos dysciendo ademas de esto las otras
cosas que vieredes que convengan para ynvitar a la xente a que vaya
a la Tierra firme» y que procuren que Arbolancha venga a la Corte
en cuanto su salud se lo permita.
Por último al Tesorero de la isla Española Miguel de Pasamonte
le dice: «Maravillado estoy como en este despacho que vino con Ar-
bolancha no recibí carta vuestra e creo que por non ser el llegado
aquí donde Yo estoy que trae las cartas», y protesta de que «non ay
de la persona de quien Yo tenga la confianza que de vos».
Estos documentos rectifican la suposición del P. Las Casas de
que Ojeda no denunció los atropellos de que había sido víctima por
parte de Bernardino de Talavera, la afirmación del buen recibimiento
que Esquivel hizo a Ojeda en la isla Jamaica y la excelente armonía
en que quedaron, y demuestran que Ojeda desde que llegó a la Es-
pañola procuró arbitrar medios para ir a su Gobernación y socorrer
a Francisco Pizarro y a Enciso.
Digna de estudio es la declaración hecha en la carta a los Ofi-
ciales de Sevilla de que debe de favorecerse a Nicuesa y Ojeda uhasta
saber si hay oro en aquellos desieriosn, y la orden que al mismo
tiempo se les da para que publiquen las grandes muestras de oro
que hay donde han comenzado a hacer los asientos, a fin de que
fuera gente en el navio que mandaban armar, es decir, que ante la
ineficacia de la concesión de mercedes e indultos para reclutar gente
no se vacila en recurrir al engaño para despertar la codicia de los
españoles y arrancándoles del seno de sus familias conducirles a
aquellas lejanas e inhospitalarias tierras, donde en vez de las ofre-
XXVI
cidas riquezas los más habían de encontrar la muerte y todos peli-
gros y privaciones sin cuento.
Pero lo que más valor dan a estos documentos es que de ellos se
deduce claramente que sin la intervención del Tesorero Pasamonte
ni del comisionado Arbolancha, puesto que cuando fueron escritas
ni éste había llegado a la Corte ni de aquél se había recibido corres-
pondencia y sólo por los relatos que los mismos Nicuesa y Ojeda
hicieron de los desastres que habían sufrido, el Rey los consideró
fracasados, y si los sostuvo en sus puestos fué porque, como dice
a los Oficiales de Sevilla, «ningún otro remedio encontraba sino fa-
vorecerlos para que no se acabase de perder lo que habían hecho
hasta saber si había oro en aquellos lugares».
Pocos días después ya no se pensaba en la Corte del mismo modo,
pues en 9 de Septiembre ^, y haciendo referencia a que el Rey
había hablado con Arbolancha, escribió a los Oficiales de Sevilla que
en vista de que lo de la Tierra firme estaba muy perdido y el viaje
era largo y poco navegado no enviaran navios con mantenimientos
por cuenta de la Hacienda Real, pero si por la suya querían ir algu-
nos mercaderes que se les autorizase.
En 25 de Julio todo eran apremios, ante la esperanza de que hu-
biera oro en Tierra firme, para que se enviasen socorros a los que
allí estaban a fin de que no perecieran de hambre; el 9 de Septiem-
bre, y sin duda por los informes de Arbolancha de que no existían
las supuestas riquezas, parece largo y peligroso el viaje y se deja
en el mayor abandono a los que allí estaban; así se procedía en la
Corte con los que luchaban y sufrían penalidades sin cuento por en-
grandecer los dominios de España.
En 6 de Octubre siguiente, y sin que tengamos noticia de que
hubiera llegado ningún buque que trajera correspondencia de la isla
1 1511, Septiembre 9, Burgos. — El Rey decía a los Oficiales de Sevilla :
«Lo de tierra firme quedo muy perdido y el viaje es largo, poco navegado por eso
no curéis de embiar navios con mantenimientos de nuestra cuenta mas vayan si
quieren algunos de mercaderes» ; y hablando de la venta de la sal en la isla Es-
pañola refiere «lo que dice Arbolancha»; luego éste se encontraba ya en la Corte.
(Acad.a de la Hist.*, Colee. Muñoz, tomo 90, fol. 88).
XXYII
Española, se expide una Real Cédula ^ a los Jueces de apelación
de la misma para que formasen proceso a Ojeda y Bernardino de
Talavera por los graves delitos que según informes recibidos habían
cometido, y si resultasen culpables se les prendiese y condenase en
derecho.
Cambio tan radical hace creer que el Rey no se había equivocado
1 La Real Cédula expedida en Burgos en 6 de Octubre de 1511 dice así :
D. Hernando etc. a vos los Xueces de apelación de las Indias Islas e Tierra
firme del Mar Océano que rresydis en la isla Española salud e gracia : Sepades
que Yo he seydo ynformado que Alhonso Doxeda nuestro Gobernador de la pro-
vincia de Huraba ques en la Tierra firme del Mar Océano, fizo muchos delitos e
escesos, especialmente questando en la dicha Provincia, fizo matar dos ombres, al
uno degolló e al otro ahorco, e fizo executar otros dos ombres, e cortar la lengua :
e a otro herrar en la frente e cortar dos dedos a otro : lo qual fizo e mando f azer
sin ser oidos en xustycia, non guardándoles la orden de derecho ; e que diz que
fizo nuevos xueces e oficiales de Xusticia para les sentenciar e executar ; e dixo
que aunque fuéramos seruidos seria Gobernador en la dicha Provincia de Huraba
e que vendria a la dicha Isla Española e cortaría la cabeza al Almirante D. Diego
Colon nuestro Visorrey e Gobernador de la dicha isla, e le llamo traydor e otras
palabras de ynxuria e dixo que llevarla a doña Maria su muger del dicho Almi-
rante a la dicha Provincia de Huraba, e que vendria a la via de la dicha isla Espa-
ñola e de la dicha Isla de Sant Xoan e que thomaria puerto e pan, e que procu-
raría de thomar alguna nao de las que fuesen o vyniesen de Castilla a las dichas
Indias; e con esta yntencion, el dicho Alhonso Doxeda e Bernardino de Talavera,
vecino que fue de la dicha Isla Española, abiendose alzado con una nao, e urtan-
dola de otros muchos vecinos de la dicha Isla e yéndose a Huraba en la dicha nao,
salieron de la dicha provincia de Huraba con propósitos depravados, de seguir
sil viaxe a la dicha Isla Española como dicho es, e con tiempos e vientos contra-
rios, diz que aportaron a la Isla de Cuba, donde diz que dicho Alhonso Doxeda
fizo e cometió otros muchos delitos e desconciertos; e que dicho Bernardino de
Talavera, dempues quen la dicha Isla entraron se aparto de la compañía del dicho
Alhonso Doxeda e con la mayor parte de la xente que los susodichos llevaban en
la dicha nao, se fizo pasar por capitán e la dicha xente lo xuro e poso de su mano
alguaciles non lo podiendo facer ; e diz que ansi sentraron el dicho Bernardino de
Talavera, los quales syguieron la Tierra adentro por la dicha Isla de Cuba, donde
fycieron muchos delitos e escesos, maltratando los caciques e yndios della, thoman-
doles sus faciendas e mantenymientos contra su voluntad sin se lo pagar e for-
zándoles las muxeres e sacándolas de su poder por fuerza para las traer consigo
por mancebas e ynjuriandolos gravemente e a otros dando muerte; por manera
que por lo que los dichos Alhonso Doxeda e Bernardino de Talavera e las otras
personas de su compañía ansi de los que .se alzaron en la Isla Española e urtaron
la dicha nao, como de los que antes estaban con el dicho Oxeda e ficieron a los
yndios questaban de paz e con yntencion de Nos servir e ser nuestros vasallos
dieron cabsa, que se rrebelasen contra nuestro servycio, lo qual todo diz que a
XXVIII
ai suponer que Arbolancha traería cartas del Tesorero Miguel de
Pasamonte y que en ellas la persona de toda la confianza del Mo-
narca pintara con tan negros colores la situación de los estableci-
mientos de Tierra firme y dirigieran tan graves acusaciones contra
Ojeda que le determinaran a ordenar que fuese procesado y a dero-
gar la orden de que se equipase un buque para llevar víveres y re-
fuerzos; la circunstancia de que la Cédula dispone al mismo tiempo
el procesamiento de Ojeda y de Bernardino de Talavera por delitos
cometidos no sólo en Tierra firme sino también en Cuba y Jamaica,
induce a suponer que los informes dados al Rey tuvieran por funda-
mento el proceso que en esta última isla instruyó Esquivel a Ojeda
y de que éste hace mención en la referida carta de 5 de Mayo.
La orden de encausar a Ojeda da verosimilitud a la versión que
el P. Las Casas contradice, de que queriendo el Almirante prenderle
se había acogido al Convento de San Francisco, donde murió.
Nuevos despachos que llegan a la Corte el 23 de Noviembre en-
viados por las autoridades de la isla Española, y entre los que venía
una carta de 3 de Abril anterior del Veedor Quincedo, que había ido
seydo a cabsa de poner en la dicha Tierra e Isla mucho escándalo e alboroto ; e
porque semexante cosa non quedase sin provisión ni castigo, fue acordado que
debia mandar dar esta mi Carta para vosotros en la dicha rrazon e Yo thobelo
por bien ; e confiado de vosotros que sois tales personas que bien e fielmente fareis
lo que por mi os fuese encomendado e cometido es mi merced de vos encomendar
e cometer lo susodicho e por la presente vos lo encomiendo e cometo, porque vos
mando que luego veades lo susodicho e fagáis ynformacion por quantas partes e
maneras mexor e mas complidamente saberla podieredes, que escesos e cosas
fueron los que los dichos Bernardino de Talavera e Alhonso Doxeda fycieron e
cometieron, ansi en la Isla Española e Tierra firme como en Xamaica e Cuba e en
todas las otras partes por donde se fueron e andobieron e que navio es el quel
dicho Bernardino de Talavera urto xuntamente con los otros e quienes e quales
personas fueron con el a lo urtar ; e por cuyo mandado, e quien dio para ello
ayuda ; e todo lo demás que vosotros vieredes ser nescesario para mexor saber la
verdad de todo lo susodicho e la ynformacion de todo ello abida ; e los que por
ella fallaredes delincuentes, por ende, prendelles los cuerpos e presos, prosceder
contra ellos e contra sus bienes e a las mayores e mas graves penas ceviles e cri-
minales que fallarades por fuero e por derecho por vuestra sentencia o sentencias,
ansi ynterlocutorias como defynitivas, la qual o las quales mandamiento o manda-
mientos quen la dicha rrazon dieredes e pronunciarades llevedes e fagades llevar
a pura e debida execucion Dada en la cibdad de Burgos a seis de Octubre de
mil e quinientos once años. — Yo el Rey. (Arch. de Indias, E. 139-1-4, tomo 3.°)
XXIX
con Nicuesa a Tierra firme, a la que acompañaba extenso relato de
lo que a la expedición había ocurrido desde su comienzo, decidieron
al Rey a destituir a Nicuesa y Ojeda, mandándoles venir a España; a
ordenar la evacuación de Nombre de Dios, disponiendo que sus ve-
cinos se trasladasen a Santa María la Antigua, y a nombrar Gober-
nador del Darien a Vasco Núñez de Balboa.
No se conservan las cartas del Almirante y Oficiales Reales ni la
de Quincedo con la relación que remitía, pero por lo que se les con-
testó y resoluciones que se adoptaron fácil es deducir su contenido:
en 23 de Diciembre se destituye a Ojeda y se le ordena venir a Es-
paña; se nombra Gobernador interino de la provincia del Darien a
Vasco Núñez ^; se ordena al Almirante y Oficiales de la Española
que envíen allí provisiones sin decirle nada del nombramiento de
Vasco Núñez; se dan las gracias a Juan de Quincedo por sus infor-
mes, y a los Oficiales de Sevilla, en carta que aunque la minuta no
tiene fecha se escribió probablemente el mismo día y con seguridad
el mismo mes, les manifestó el Rey que de acuerdo con su parecer
y en vista de que ínterin otra cosa se dispusiera habían acordado
los de la villa del Darien tener por Gobernador a Vasco Núñez de
Balboa, «yo lo entiendo proveer asi para quel dicho Balboa este en
aquel cargo fasta que yo otra cosa lo inbie a mandar e provea de
otra persona lo cual haré» ^.
1 Apéndice número 2.
2 1511, Noviembre 27, Burgos. — El Rey a Oficiales de Sevilla. — Rescebi vues-
tras cartas del 17 del presente mes que trajo el correo Collantes e ansi mismo las
que vinieron de Indias que llegaron aqui el 23 a las once de la mañana. (Arch. de
Indias, 139-1-4).
1511, Diciembre 23, Burgos. — El Rey a Alonso de Ojeda nuestro Capitán de
Uraba que es en Tierra firme. — Le dice que ha sido informado qu.e no puede cum-
plir lo que con el capitulo y que lo deje todo y venga a la Corte. (Arch. de In-
dias, 139-1-4).
1511, Diciembre 23, Burgos. — El Rey a Almirante y Oficiales. — Vi la relación
que me enviasteis sobre lo de Tierra firme he acordado ((de lo mandar proveer
como convenga y que entre tanto envien alli todos los mantenimientos y otras
cosas que menester ovieren». (Arch. de Indias, E. 139-1-4).
1511, Diciembre 23, Burgos. — El Rey. — Juan de Quincedo vi vuestra carta
de 3 de Abril de 511 y tengoos en servicio el cuidado que aveys tenido de me en-
viar la relación de todo lo que alia ha pasado después que de la Española partis-
tes y ansi vos mando lo hagáis e continuéis enviandome larga y verdadera xela-
XXX
Para refundir en uno los establecimientos de Tierra firme se or-
dena en 17 de Enero a los vecinos de Nombre de Dios se trasladen
a Santa María la Antigua; a Nicuesa el día 31 que lo deje todo y re-
grese a España, y a Vasco Núñez que recibiera y atendiese a los que
de Nombre de Dios fueran a aquella villa S comunicándose al Almi-
rante el día 23 la destitución de Ojeda y Nicuesa y diciéndole que fué
buen medio el que tomó de que estuviese allí (en el Darien) por ahora
Vasco Núñez de Balboa ^; lo que prueba que antes del 10 de Septiem-
cion de todo lo que pasa porque yo tengo mucha voluntad de saber todas las cosas
de esas partes (Arch. de Indias, 139-1-4).
1511, Diciembre. — El Rey a Oficiales de Sevilla. — Vi vuestras cartas de 17 de
Noviembre que trujo el correo Collantes y rescibi las que con el me embiasteis que
vinieron de las Indias en los tres navios, con el mismo Collantes que partió de
aqui el 27 del pasado vos escribí.
Vi lo que ansi mesmo los dichos Oficiales de la Española os escribieron sobre
lo de Tierra firme e de las cosas como alia suceden e se facen e como entre tanto
que de acá se proveen an acordado los de la Villa del Darien therner por Gober-
nador e Alcalde mayor a un Basco Nuñez de Balboa persona con quien diz que
todos están contentos e ansi mismo vi vuestro parecer que sobrello vosotros lies-
cis e an pensado bien e Yo lo enthiendo mandar proveer asi para quel dicho Bal-
boa este en aquel cargo fasta que yo otra cosa le inbie a mandar e provea de otra
persona lo qual se fara pero entretanto debéis vosotros de procurar que los mer-
caderes ymbien alia los mantenimientos que podieren ser e si algún navio de mer-
caderes se dispydiese para la dicha provincia del Darien debéis ymbiar a la Villa
de Santa Maria de la Antigua algunas armas de las que vieredes que son mexores
para alia e en la cantidad que os pareciere. (Arch. de Indias, E. 139-1-4, tomo 3."^)
No puede ofrecer duda que esta carta fué escrita en Diciembre, una vez que
en ella se hace referencia a la que les llevó Collantes ((en 27 del pasado», o sea la de
27 de Noviembre, primera inserta en esta nota.
1 Apéndices 3, 5 y 6.
2 1512, Enero 23, Burgos. — El Rey contesta carta del Almirante D. Diego
Colón de 10 de Septiembre anterior y le dice : ((En lo de Oxeda y Nicuesa non ay
que decir si non que sygund lo que fasta aqui emos podido saber ellos se han dado
muy mal rrecabdo en lo que llevaron a cargo e que non conviene quellos entien-
dan mas en lo de la Tierra firme e que es necesario proveer aquello de otra ma-
nera que fasta aqui.
))E mandado que los del Consejo declaren si la Gobernación de la Tierra firme
pertenesce a vos, entretanto que aquello se declare por seruycio mió que deis
todo el fauor e ayuda e buen aderezo que podieredes a los questan e estobieren
en la dicha Tierra firme como por la carta general vos lo escribo, quen ello me
seruireis mucho, que fue }>uen medio el que tomasteis questobiese alli por agora
aquel Vasco Nuñez de Balboa hasta que se prouea de quien tenga cargo de aque-
llo». (Arch. de Indias, 139-1-4, tomo 3.», fol. 217).
XXXI
bre de 1511, que es la fecha de la carta a que el Rey contestaba, ya
aquella autoridad en vista de la anarquía que reinaba en Santa María
la Antigua había nombrado a Vasco Núñez Gobernador de la Co-
lonia ínterin en la Corte se resolvía quién había de serlo en propiedad.
La orden que en 28 de Enero se dio a Nicuesa o la persona que
tuviese preso a Lope de Olano ^ para que enviara éste a España en
unión del proceso que se le había formado, hace pensar que fué
dictada como consecuencia de los informes favorables a Olano y con-
trarios a Nicuesa que contenía la relación de Quincedo, pues no es
de olvidar que fué éste el que al llegar a Santa María soliviantó, se-
gún Oviedo, a los colonos contra Nicuesa, relatándoles los atropellos
que había cometido y los proyectos que contra ellos llevaba, y que fué
portador de una carta de Lope de Olano para el Alcalde Zamudio en
que se quejaba de las violencias y de la injusta prisión a que Nicuesa
le tenía sometido.
De estos documentos resulta que lo mismo Ojeda que Nicuesa
fueron destituidos por haber fracasado en su empresa y por las que-
jas que de su conducta formularon los mismos que con ellos ha-
bían ido.
Dato muy interesante que ha de aclarar muchos puntos obscuros
de la historia de Tierra firme es que en el navio Buenaventura que
fué uno de los que trajeron esta correspondencia llegó a España el
Alcalde de Santa María la Antigua Martín de Zamudio ^ enviado por
1 Apéndice número 4.
3 En el libro de Cuenta y Razón del Tesorero Sancho de Matienzo (Archivo
de Indias, 39-2-Vg, libro II, fols. 41 y 42), aparecen los siguientes asientos:
Goanyes de la Tierra firme. — En la sobredicha nao (Buenaventura) de Ambrosyo
Sanches enbiaron el Almirante e Oficiales de su Alte9a que rresyden en la Española
para su Alteza con Martyn de Qamudio myll e doszientos e sesenta e syete pesos e
seys tomines e diez granos de goanyns en piezas diversas según están asentadas por
menudo en el libro del entrego del oro para amonedar a fojas veynte e nueve los
quales dichos goanines de la manera que el dicho Qamudio los traxo syn tocar en
ellos se enbiaron a su Alteza con el dicho Qamudio en tres de dizienbre del
dicho año.
asy que monta el cargo fecho al dicho thesorero desde primero dia del mes
de abrill deste presente año de honze hasta en fin deste dicho año y mas los
MCCLXXVII pesos VI t y Xg degoaines que trnxo de la Tierra firme Martin de
^amudio.
XXXIX
Vasco Núñez a la Española primero y después a la Península para
que gestionara el que se le nombrase Gobernador del Darien, y tam-
bién es probable viniera en alguno de estos barcos el bachiller En-
ciso ^ del que sabemos había ya en 20 de Marzo entregado al Rey
un memorial de las necesidades de la Colonia.
La fecha de 31 de Enero de 1512 - en que se ordena a Nicuesa
regrese a España plantea un problema que no hemos alcanzado a
resolver; los términos de la orden son tan claros que no dejan lugar
a duda de que en la Corte se le consideraba residiendo en Nombre
de Dios: (( luego que con esta nuestra carta fuesedes requerido, se le
dice, todas cosas dexadas vos partáis e vengáis do quier yo estu-
viere enbio a mandar por toda la gente que con vos esta se pase
a la villa de Santa Maria la Antigua del Darien dexad proveydo
como luego se cumpla lo que yo enbio a mandar»; esto no obstante,
es de todo punto inverosímil que en los centros oficiales no se tu-
viera noticia de que en Mayo de 1511 había sido expulsado Nicuesa
de Tierra firme y que se ignoraba su paradero.
Bastante tiempo antes del 10 de Septiembre de 1511, fecha de la
última carta del Almirante, que vino en la expedición que llegó a la
Península a principios de Noviembre, arriba a la isla Española, pro-
cedente de Tierra firme, de donde había salido después de la expul-
sión de Nicuesa, una carabela que conducía al Alcalde Zamudio, al
Corregidor Valdivia y al bachiller Enciso, conducía también una
carta escrita por el Veedor Juan de Quincedo con posterioridad a
la expulsión de Nicuesa, a la que acompañaba extenso relato de lo
sucedido a la expedición que éste mandaba y de que formó parte
Quincedo desde que salió de la isla Española; ¿cómo explicar que
ni por Valdivia, ni por Zamudio, ni por Enciso, enemigo de Vasco
Núñez que acababa de formarle proceso y de expulsarle del Darien,
ni por los tripulantes de la carabela, ni por la relación de Quincedo,
1 1512, Marzo 20. — El Rey a Oficiales de Sevilla. — Sino se halla quien quiera
ir por flete a Tierra firme, ved que vaya presto un navio ayudado por vos : para
las cosas que han de enviarse va un memorial del bachiller Enciso en que dice se
ganara la mitad de lo que costare puesto alli. (Acad.* de la Hist.*, Colee. Muñoz,
tomo 90, fol. 100 vuelto).
2 Apéndice número 5.
XXXI ri
ni por cartas de los vecinos de Santa María que llevara la carabela
no se tuviera en la Española noticia de hecho que tan hondamente
había conmovido la tranquilidad de la Colonia?
Aun en el supuesto de que el Almirante y Oficiales Reales gana-
dos por Valdivia y Zamudio hubieran guardado silencio e intencio-
nadamente nada dijeran al Rey en los despachos que se recibieron
en España a principios de Noviembre, ¿cómo suponer que no llegara
a conocimiento de los Oficiales de Sevilla ni de las personas encarga-
das por el Rey de los asuntos de Indias por los relatos de los tripu-
lantes de los navios, por la carta y relación de Quincedo y aun por
el mismo Zamudio, que se hallaba en Sevilla el 21 de Noviembre y
el 3 de Diciembre salió para Burgos donde se hallaba la Corte? '.
La única explicación que encontramos es que considerándose
poco menos que perdidos los establecimientos de Tierra firme por
los informes que había dado Arbolancha, al conocerse en la isla Es-
pañola primero y después en la Corte la relación de Quincedo y los
informes de Valdivia y Zamudio de las riquezas del Darien, de las
que como muestra traía éste 1.200 pesos de oro, y que los vecinos de
Santa María se hallaban todos contentos con el Gobernador Vasco
Núñez nombrado por ellos ínterin se designaba el que en propiedad
había de ejercer el cargo, se considerase que para el desenvolvimiento
de la Colonia no convenía promover nuevas alteraciones y que era
más político no darse el Rey por enterado de los sucesos allí ocurri-
dos, procediendo con Nicuesa como si estuviera en Nombre de Dios
y dejando para más adelante el depurar responsabilidades.
Hemos expuesto las resoluciones dictadas por el Gobierno de la
metrópoli desde el arribo de Nicuesa y Ojeda al Darien hasta el nom-
bramiento de Vasco Núñez como Gobernador de aquellos territorios,
con objeto de que al narrar los hechos que allí ocurrieron podamos
deducir si dichas resoluciones obedecieron en realidad a convenien-
cias de gobierno o tuvieron por causa, como algunos cronistas pre-
tenden, falsos o apasionados informes dados a los Podei'cs públicos
1 Véase la nota 2.*^ de la página XXXI.
XXXIV
por funcionarios venales o por hombres a quienes cegaba la ambi-
ción, la envidia o las enemistades que dividían a los españoles de
Tierra firme.
El reducido número de personas que desde tan lejanos territorios
estaban en relación con los llamados a resolver los asuntos de las
Indias y la dificultad de comunicaciones, hacía difícil si no imposible
toda comprobación de sus asertos; con tiempo favorable se empleaba
ocho días en la navegación de Tierra firme a la Española y cua-
renta desde ésta a la Península, pero como los buques no hacían un
servicio regular entre la isla y el continente, sino que sólo iban a
éste para llevar víveres o comerciar, y tanto a la ida como al re-
greso las calmas y temporales demoraban a veces la navegación
largo tiempo, recibíanse en la Española las noticias con gran re-
traso y allí quedaba detenida la correspondencia hasta que salía al-
gún buque para la Península, de lo que resultaba que cuando oA
Gobierno recibía los pliegos hacía ya muchos meses que habían
ocurrido los hechos que referían; tratar de comprobarlos o pedir
ampliación de noticias representaba el retraso de otro tanto tiempo
en las resoluciones, y de aquí la necesidad de dictarlas fiados en la
buena fe, la imparcialidad y el conocimiento de causa de los infor-
mantes, que por desgracia no siempre respondían a la confianza en
ellos depositada, y atentos más a sus propios intereses que al interés
público, variaban en sus juicios según les aconsejaba su conveniencia,
dando lugar a esa desorientación que se observa en las resoluciones
del Gobierno hasta que se crearon en las colonias organismos que,
como las Audiencias, ofrecían mayores garantías de imparcialidad,
probidad y acierto en sus dictámenes; pudiendo servirnos de ejem-
plo de las indecisiones que en el Gobierno producía la falta de no-
ticias ciertas de lo que en las Indias ocurría, el hecho expuesto de que
el 25 de Julio de 1511 y en vista de las cartas del Almirante y Oficia-
les de la Española que acababan de recibirse, impera en las esferas
oficiales el propósito de sostener a toda costa los establecimientos de
Tierra firme y se ordena a los Oficiales de Sevilla que si existe algún
buque en disponibilidad lo envíen en seguida con víveres, gente y
pertrechos de guerra y si no existe ninguno que lo armen cuanto an-
XXXV
les sea posible, ^ y pocos días después en cuanto llega a la Corle Ar-
bolancha que había venido de la Española al mismo tiempo que las
cartas, sea por los informes que diese, sea porque trajera pliegos
del Tesorero Pasamonte pintando como desesperada la situación de
los establecimientos, el Gobierno cambia de parecer y se da contra-
orden a los Oficiales de Sevilla para que no envíen los víveres y re-
fuerzos 2.
Si las resoluciones oficiales deben ser objeto de detenido estudio
para averiguar las causas que las motivaron, no menos deben mere-
cerlo los relatos de los cronistas de la época, a los que general-
mente se les da excesivo crédito sin tener en cuenta si presen-
ciaron o no los hechos, si existen motivos para considerarlos impar-
ciales en sus juicios, si se sirvieron de documentos que den fe cuando
no fueron testigos de los sucesos, o si sólo transcriben lo que les con-
taron o copian lo escrito por otros autores, en cuyo caso no debe
dárseles más crédito que el que merezcan las fuentes de que se sir-
vieron.
En el transcurso de la historia tendremos que recurrir con fre-
cuencia a hacer esta clase de investigaciones para poder formar jui-
cio lo más imparcial posible de los hechos y de las personas que en
ellos fueron actores.
1 Véanse las notas de las páginas XXXI a XXXIV.
2 Véase la nota de la página XXVI.
II
Causas que motivaron la expulsión de Diego de Nicuesa de Santa María la Anti-
gua.— Participación que en ella tuvieron el bachiller Enciso y Vasco Núñez de
Balboa.
Expuesto queda el acuerdo de los vecinos de Santa María la An-
tigua de que Colmenares, Albitez y el bachiller Corral fueran en
busca de Nicuesa para que se hiciese cargo del Gobierno de la co-
lonia.
Al llegar los comisionados a Nombre de Dios encontraron a sus
vecinos en situación, si cabe, más angustiosa que la que ellos atra-
vesaban: el hambre, los trabajos y la lucha con los indios, unido
a lo insano del lugar, habían reducido á 60 el número de los españo-
les, los que se hallaban en tan mísero estado que hubieran perecido
sin la oportuna llegada de Colmenares y Albitez, a los que Nicuesa
recibió como a personas a quien debía su salvación, emprendiendo
con ellos al poco tiempo el viaje a Santa María, donde esperaba
tener la buena acogida que los comisionados le ofrecían; pero lejos
de esto los vecinos se negaron a reconocerle como Gobernador y le
prenden y conducen a un bergantín que debía traerlo a España, y
del que no se volvió a tener noticia, suponiendo algunos autores
que el barco naufragó en el camino y perecieron todos sus tripulan-
tes, y otros que agotados los víveres se vio Nicuesa en la necesidad
de desembarcar con su gente en la isla de Cuba y allí sucumbieron
todos a manos de los indios; ¿qué causas motivaron que los que
habían enviado a buscarle cambiaran tan radicalmente de opinión,
y qué parte tomó Vasco Núñez en que Nicuesa no fuera recibido
XXXVIII
por Gobernador y se le prendiera y enviase a España? He aquí
una pregunta a la que es difícil contestar; faltan documentos que
arrojen luz sobre el particular, y los cronistas contemporáneos di-
sienten en sus narraciones; como uno de los cargos más graves que
contra Vasco Núñez se formuló fué el de considerarle causante de
la expulsión y muerte de Nicuesa, conviene estudiar detenidamente
lo que dicen los historiadores, a fm de deducir hasta qué punto es
fundada la acusación.
Vasco Núñez carecía de protectores: salió de las filas de los co-
lonos y alcanzó entre ellos el primer puesto merced a sus excepcio-
nales condiciones; mas su encumbramiento le captó la enemiga de
Enciso, como su oposición a que se fuera a buscar a Nicuesa y la
parte que tomó en hacerle abandonar el Darien le atrajo la de Colme-
nares, y así no es de extrañar que tanto el uno como el otro al llegar
a España informasen en contra suya en los centros oficiales.
Cuando Enciso vino a España en 1512 no pensaba en regresar
a Tierra firme, y lo demuestra que en 13 de Septiembre del mismo
año fué nombrado Corregidor de Santo Domingo \ y bien sabido es
que estos cargos no se otorgaban sino mediante influencias que in-
terponían los interesados o al menos con su consentimiento; más
tarde, al recibirse las noticias que envió Vasco Núñez de la proximi-
dad del mar a las tierras del cacique Comogre y de las incalculables
riquezas de aquellos países, es cuando se despierta la ambición de
Enciso y cambiando de propósitos obtiene el cargo de Alguacil ma-
yor de Tierra firme y dirige violentísima campaña contra Vasco
Núñez con el fin de que fuese arrojado del Darien y le dejase libre
el campo para satisfacer sus aspiraciones; y otro tanto puede decirse
de Colmenares, que si bien al llegar a España en 1513 dio rienda
1 En 13 de Septiembre de 1512 se hizo merced al bachiller Enciso de un
cargo de Regidor en Santo Domingo, con tanto que espere para servirlo a que el
Rey provea los otros Regidores.
En 12 de Noviembre siguiente se le hizo merced de 20.000 maravedises, sin
duda en recompensa de la parte que tomó en redactar las «Ordenanzas para el tra-
tamiento de los Indios».
En 8 de Mayo de 1513 se le autorizó para llevar cinco esclavos a la isla Es-
pañola. (Acad.^ de la Hist.=^, Colee. Muñoz, tomo 90, fols. 108 vuelto, 115 y 119).
XXXIX
suelta a antiguos enconos que hábilmente había disimulado mientras
estuvo en Santa María la Antigua, fingiéndose amigo de Vasco Nú-
ñez y aceptando el ser su segundo y que le colmase de atenciones,
su malquerencia no tenía entonces el grado de intensidad que alcanzó
más tarde cuando, según puede apreciarse por la Memoria que diri-
gió al Gobierno después de la muerte del Rey Católico \ aspiraba
a suplantar a Vasco Núñez en las empresas de descubrimiento en la
mar del Sur, pidiendo que con él se capitulase el de la especiería;
pues bien, al llegar Enciso y Colmenares a España, y antes de que
fuera descubierta la mar del Sur, informan a Pedro Mártir de los
sucesos de Tierra firme que ocasionaron la expulsión de Nicuesa, y
el cronista los narra de muy distinta manera que Oviedo y Las Ca-
sas, que escribieron cuando ya la envidia y la ambición habían for-
mulado contra Vasco Núñez todo género de acusaciones.
Según Pedro Mártir ^, Nicuesa después de ofrecerle Colmenares y
los demás comisionados el Gobierno de Santa María la Antigua se
consideró ya en posesión del mando y comenzó a exponer pública-
mente las medidas que pensaba adoptar, siendo una de ellas la
de incautarse de todo el oro que tenían los colonos, porque a su
juicio ninguno podía poseer el preciado metal sin su autorización
o la de Ojeda; estas imprudentes palabras, conocidas de los veci-
nos de Santa María por el relato de algunos que procedentes de
Nombre de Dios fueron a la villa antes que Nicuesa, indignaron a
todos y especialmente a los partidarios de Enciso y Vasco Núñez,
los cuales excitados por éste produjeron a la llegada de Nicuesa una
sublevación del pueblo que le obligó a abandonar la Tierra firme en
el mismo bergantín que lo había traído; el buque, que sólo llevaba
17 hombres de tripulación, zarpó de Santa María la Antigua, según
Pedro Mártir, en las calendas de Marzo de 1511 con rumbo a la isla
Española, donde Nicuesa se proponía quejarse al Almirante y Oficiales
Reales de la usurpación de Vasco Núñez y de la violencia que le ha-
bía hecho el Juez Enciso, pero sin duda el bergantín naufragó en el
camino, porque no se volvió a tener noticia de él.
1 Apéndice número 60.
2 De Orhe Novo, 2.^ década, capítvilo III.
XL
Pedro Mártir cierra esta su segunda década en Diciembre de 1514
y en ella dice que había hablado en la Corte con Enciso y con Zamu-
dio que se hallaban en España desde Noviembre de 1511, y con Col-
menares, que procedente del Darien llegó a la Península en Mayo de
1513; seguramente que el cronista no aceptó los informes de Enciso,
una vez que en su relato le hace responsable en unión de Vasco Nú-
ñez de la expulsión de Nicuesa; tampoco debió aceptar los de Zamu-
dio, íntimo amigo de Vasco Núñez, por la misma razón; lo más pro-
bable es que se fiara de lo que le dijo Colmenares, al que trató en la
Corte y del que tenía un elevado concepto, diciendo de él que era
hombre de gran experiencia, que había viajado por toda Europa y
tomado parte en las guerras de Italia, siendo de notar que en todo
su relato procura realzar la acción de Colmenares en el Darien, y
omite siempre que puede el nombre de Vasco Núñez, al que cuando
cita aplica el calificativo de aventurero.
Oviedo expone en su ((Historia general de las Indias», que Lope
de Olano, ai que como dicho queda tenía Nicuesa en prisiones, es-
cribió desde Nombre de Dios a su pariente Martín de Zamudio, Al-
calde en unión de Vasco Núñez de la villa de Santa María la Anti-
gua, relatándole los malos tratamientos de que era objeto por parte
de Nicuesa; esta carta llevó el Veedor Juan de Quincedo, el que en
una carabela arribó a Santa María la Antigua antes que Nicuesa,
haciendo correr la voz de que éste había ofrecido la Alcaldía mayor
que tenía Vasco Núñez al bachiller Corral y el Alguacilazgo de Bar-
tolomé Hurtado a Diego Albitez, y que se proponía incautarse del
oro que poseían los vecinos y escoger entre éstos los más fuertes
para enviarlos a poblar Nombre de Dios; tales noticias indignaron u
todos contra Nicuesa, y reunido el Cabildo en unión de otros vecinos
en la iglesia de San Sebastián, juraron no recibir como Gobernador
a Nicuesa; dice Oviedo que vio y leyó el acta que de este juramento
levantó el Escribano Hernando de Arguello.
Llegado Nicuesa al Darien, refiere Oviedo que se alojó en casa
de Vasco Núñez, el que le aconsejó que se volviese a sus barcos ín-
terin él exploraba la voluntad de los vecinos, y a aquefios que viese
que eran sus partidarios los dejaría andar libres por la ciudad y o
XLI.
SUS enemigos les ordenaría no saliesen de sus casas; aceptó Nicuesa,
según el cronista, esta solución y se reembarcó, pero Vasco Núñez,
lejos de cumplir lo ofrecido, hizo todo lo contrario, encerró en sus
casas a los partidarios de Nicuesa y dejó en libertad a los que no le
querían por Gobernador, enviándole recado que no se fiase de nadie
más que de los Regidores de la villa que eran Diego Albitez, el ba-
chiller Alberto, Juan de Vegines y Esteban Barrantes; los cuales fue-
ron al buque en que Nicuesa se encontraba y le invitaron a que des-
embarcase, lo que no tuvo inconveniente en efectuar fiado en lo que
le había enviado a decir Vasco Núñez, y apenas pisó tierra fué preso
por el Alcalde Zamudio y el Regidor Pedro Macaz que con gente
armada le estaban esperando, y le condujeron a un bergantín que a
poco zarpó para España \ y el que según unos naufragó en el camino
pereciendo todos sus tripulantes, en tanto que otros creyeron que
para reponer víveres y hacer la aguada habían desembarcado Ni-
cuesa y los suyos en la isla de Cuba donde fueron muertos por los
indios.
El P. Las Gasas para escribir su «Historia de las Indias» tuvo
presente, además de los informes que pudo adquirir y de los do-
cumentos que hasta su poder llegaron, las «Décadas» de Pedro Már-
tir, la «Historia general» de Oviedo y «La Barbárica» de Tobilla,
y con este arsenal hizo el relato de la expulsión de Nicuesa de Tie-
rra firme, separándose no poco de lo dicho por Oviedo y Pedro Már-
tir. ¿Quién pudiera pensar, dice Las Gasas, de los que a Nicuesa
cognoscieron, que estando en tan desventurado estado, donde cada
hora morir infelizisimamente, no como quería, sino en amarguras
grandes esperaba, enviándolo a llamar para subjetársele los que pu-
dieran bien dejarlo, sacándolo de todos aquellos males, que acaba-
das las lágrimas y llantos que tuvo con Golmenares, luego pública-
mente dijese que los había de tomar el oro que habían en aquella
tierra sin su licencia y beneplácito habido y sobre todo ello castiga-
llos? ¿Qué mayor imprudencia pudo hallarse y qué yerro en tal tiempo
a éste puede ser comparado? Hizo también, añade, otro yerro grande,
1 Historia general y natural de Indias, libro XXVIII, capítulo III.
XLII
y éste fué dejar ir delante una carabela; di jóse que aquella noche
Lope de Olano, que traía siempre preso, habló con alguno de los que
vinieron del Darien indignándolos, y que dijo al tiempo de embarcar
públicamente: ¿Piensa que le han de recibir los de Ojeda como nos-
otros lo recibimos cuando venía perdido de Veragua? En la carabela,
sigue diciendo Las Casas, iba el bachiller Corral y Diego de Albitez
y otros que avisaron en llegando al Darien del propósito de Nicuesa
de tomarles el oro y castigarlos y de como era cruel y riguroso y
trataba mal los que consigo traía y otras cosas cuantas pudieron
para mudarles los ánimos: próximo ya Nicuesa a Santa María la An-
tigua envía en una barca para que anunciase su llegada al Veedor
Quincedo, el cual por enemistad que con él tenía en cuanto pisó tie-
rra comenzó públicamente a decir a los colonos que ¿cómo habían
osado incurrir en tan gran error siendo libres quererse someter a Ni-
cuesa que era un tirano, el cual era el peor hombre del mundo y más
cruel y que peor trata los que consigo trae, a los cuales tomaba todo
lo que en la guerra contra los indios se toma diciendo que todos los
despojos son suyos, como traía propósito de hacer con ellos, como ve-
rían, y por ello castigallos porque todo lo habían tomado en aquella
tierra que era de su Gobernación? Al oir tan duras nuevas por tantos
testigos relatadas los colonos recriminábanse por haberlo llamado.
«Quien más en no rescibirlo solicitaba fué Vasco Núñez. Dijose que
llamó a todos los principales uno a uno sin que el uno supiese del
otro y los persuadió a no recibillo: llamó al Escribano secretamente
la misma noche e hizo una protestación y pidióle testimonio como él
no era en lo que contra Nicuesa se hacía antes estaba presto y apa-
rejado para obedecelle y hacer lo que mandase como Gobernador del
Rey. Llegado Nicuesa a Santa María la Antigua vio, según Las Casas,
a Vasco Núñez que con gente armada le gritaba desde la rivera que
no desembarcase y regresara a Nombre de Dios; apartóse aquella
noche Nicuesa de la costa y desembarcó al siguiente día; pero acu-
diendo gente a prenderle salió huyendo y se salvó gracias a que a
tiempo acudió en su auxilio Vasco Núñez, el que arrepentido de haber
sido opuesto a su recibimiento de allí en adelante hizo por él y re-
prendió al otro Alcalde Juan de Zamudio que era el que más se mos-
XLIII
traba contra Niciiesa y con él era todo el pueblo; rogaba Nicuesa le
dejaran como compañero, y Vasco Núñez abogaba mucho para que
lo admitiesen; uno llamado Francisco Benítez que mucho se allegaba
con el Alcalde Zamudio dijo que no se había de rescibir tal mal hom-
bre como Nicuesa y antes de que Zamudio lo pudiera impedir ordenó
Vasco Núñez que le diesen cien azotes, sentencia que se ejecutó en
el acto, y viendo Vasco Núñez que no podía ir contra el torrente y
furia de todo el pueblo envió a decir a Nicuesa se retirara a su ber-
gantín y no saliese sin que él fuera a buscarle; pero al ver que
Esteban Barrantes, Diego Albitez y Juan de Vegines se presentaron
en nombre de todo el pueblo a pedirle perdón y rogarle se pu-
siera al frente del Gobierno, se olvidó de las prevenciones de Vasco
Núñez, desembarcó y en seguida lo prendió Zamudio que acudió
con gente armada y a pesar de sus ruegos y protestas lo condujo al
más ruin bergantín que allí estaba, obligándole a partir para España;
«no sé si de industria, añade Las Casas, escogieron el peoí-, pero al
menos fué un bergantín viejo y hasta mal aparejado no sólo para
llegar a España como ellos le mandaban, ni para esta isla (la Espa-
ñola) ni aun para poder llegar a Nombre de Dios que de allí estaba
50 leguas. Embarcáronse con él 16 ó 17 personas, criados suyos y
otros que de lástima seguir y acompañarlo quisieron. Hízose a la
vela con su bergantín primer día de Marzo de 1511, el cual nunca
jamás pareció un hombre de los que con él fueron; algunos asegura-
ron que fué a aportar a la isla de Cuba y que allí los indios lo mata-
ron y que andando ciertos españoles por la isla hallaron escrito en
un árbol «aquí feneció el desdichado Nicuesa», pero yo creo que esto
es falso porque yo que anduve por ella con otros en sus principios
mucha tierra nunca vi ni oí que hobiese tal nueva. Lo que por más
cierto se puede tener es que como él llevase tan mal recabdo de na-
vio y los mares de por estas tierras sean tan bravos y vehementes
la mesma mar le tragaría fácilmente o también de hambre y sed mu-
riese como no llevase sobrado ni aun el necesario bastimento»^.
Existe entre los tres relatos, basados en distintas fuentes de in-
1 Historia de las Indias, libro II, capítulos LXVII y LXVIII.
XLIV
formación, términos que son comunes; los tres exponen el angus-
tioso estado en que Nicuesa y los suyos se encontraban en Nombre
de Dios, los tres afirman que antes de ir a Santa María la Antigua
hizo Nicuesa público su prop'ósito de incautarse del oro que tenían los
colonos y los tres están conformes en que estos proyectos fueron co-
nocidos de los vecinos de la villa antes de que a ella llegase Nicuesa.
Y si se recuerda que, ignorando dónde y en qué situación se en-
contraba éste, habían cedido a las gestiones de Colmenares y con-
tra el parecer de Enciso y Vasco Núñez, según afirma P. Mártir,
le enviaron a buscar para ponerse bajo sus órdenes con la esperanza
de que estando próspero les sacaría del precario estado en que se
hallaban y restablecería la vida normal de la colonia tan agitada
por intestinas discordias, no es de extrañar que al saber por los
mismos compañeros de Nicuesa que en vez de poder proteger nece-
sitaba ser protegido y que en lugar de la paz y tranquilidad apete-
cida sus condiciones de carácter y propósitos habían de originar ma-
yores disturbios, se aunasen las voluntades de la gran mayoría de los
vecinos de la villa, sobre todo las de aquellos que más habían de per-
der admitiéndolo y decidieran no recibirlo por Gobernador y expul-
sarlo de la colonia para evitar las disensiones que su presencia en
ella había de producir.
Respecto a la participación de fínciso en estos hechos sólo Pedro
Mártir, informado sin duda por Colmenares que los había presen-
ciado, hace referencia de que tanto Enciso como Vasco Núñez se
habían opuesto con su dictamen a que se fuera en busca de Nicuesa
y más tarde de una manera activa a que se le recibiese en la colonia,
sin que sea obstáculo a suponer que Colmenares fuese el informante
el que nada diga sobre la parte que Enciso tomó en los sucesos en
la Memoria ({ue dirigió al Gobierno después de la muerte del Rey Ca-
tólico \ porque en 1513 cuando habló con P. Mártir aún no se habían
desencadenado las pasiones de los enemigos de Vasco Núñez hasta
el punto de desfigurar por completo los hechos ocurridos en el Da-
rien para hacerle el único responsable de ellos con el fin de anu-
1 Apéndice número 60.
XLV
larlo y aprovecharse de sus descubrimientos, ni en Colmenares ha-
bía germinado el ambicioso propósito que revela en su Memoria de
suplantarlo en la empresa de ir a descubrir la especiería, ni se había
formado el partido de Pedrarias en que militaba Enciso y en el que
también ocupaba puesto Colmenares cuando escribió su informe, y
de consiguiente no tenía entonces el interés que después tuvo en no
ponerse mal con Enciso, que podía perjudicarle en sus aspiraciones,
y en acumular todo género de cargos contra Vasco Núñez, presentán-
dolo como el único responsable de todo lo ocurrido en el Darien.
El silencio que Oviedo guarda sobre la conducta de Enciso en
aquellos sucesos es por demás sospechoso, no porque a ciencia y con-
ciencia omitiera los hechos o los disligurase, sino porque no habiendo
estado en el Darien cuando ocurrieron, necesariamente tuvo que va-
lerse de los informes que le dieran, y el cuidado que parece poner en
no hablar de Enciso más que cuando tiene precisión absoluta y el
encono que en todo su relato revela contra Vasco Núñez, hace creer
que el que le informó fué el mismo Enciso, que con Oviedo volvió
a Tierra firme en 1513 en la expedición de Pedrarias Dávila \ exis-
tiendo entre ellos tal amistad y confianza que cuando Enciso regresó
por segunda vez a España le dejó poder para que en su nombre,
1 Los múltiples cargos que en Castilla del Oro desempeñó Gonzalo Fernández de
Oviedo han dado lugar a confusiones que el sabio Académico D. Rodrigo Amador
de los Ríos no logró desvanecer en la biografía del autor de la ((Historia General y
Natural de las Indias» que acompaña a la edición de esta obra hecha por la Real
Academia de la Historia en los años de 1851 a 1855.
Lope de Conchillos, Secretario y del Consejo del Rey D. Fernando, tenía por
merced los oficios de Escribano mayor de minas y del crimen y juzgados de Tierra
firme y también los de fundidor y marcador de metales y el del hierro de los in-
dios y esclavos, todos con la facultad de que fueran desempeñados por la persona
que él designase, la que a su vez podría delegar en otra.
Usando de esta concesión propuso Conchillos y fué aprobado por Real Cédula
dada en Valladolid a 9 de Agosto de 1513 (Arch. de Indias, 103-1-5) que todos los
referidos cargos los desempeñase Oviedo por sí o por quien él nomljrase, y en su
consecuencia actuó como Escribano en todos los actos que requerían que se les
diese fe pública o tuvo de ellos conocimiento por sus delegados, llegando por este
motivo a su poder, como así lo manifiesta en el libro XXI, capítulo IX de la
((Historia General», las relaciones y actas de las expediciones que se efectuaron
durante el tiempo que en su primera estancia residió en CastiUa del Oro.
Por muerte de Juan de Quincedo, Veedor de las fundiciones del oro y Procu-
XLVI
como Alguacil mayor que era de Tierra firme, proveyese los oñcios de
Alguacilazgo que vacasen durante su ausencia, y corrobora esta opi-
nión el que Oviedo tan bien enterado de todas las intrigas que según
dice fraguó Vasco Núñez para arrojar a Nicuesa del Darien, ignora
hechos tan importantes ocurridos después de la expulsión de Enciso,
como la entrada que hizo Vasco Núñez en las tierras del cacique
Comogre, de cuyo hijo tuvo las primeras noticias de la proximidad
de la mar del Sur, y la conjura que contra los españoles tramaron los
caciques y de la que por confidencias tuvo noticias Vasco Núñez con
tiempo suficiente para desbaratarla, de lo cual hacen extensos relatos
Pedro Mártir y Las Casas, y afirma que Colmenares llegó a Santa
María la Antigua después de la gente de Nicuesa que estaba en Nom-
bre de Dios (lib. XXIX, cap. II); todo lo que prueba en nuestro con-
cepto que el informante de Oviedo fué Enciso, y como éste no conoció
los hechos posteriores a la fecha en que fué expulsado de Tierra firme,
el cronista careció de datos completos de lo ocurrido desde entonces
rador de Tierra firme, fué Oviedo nombrado para el primero de dichos cargos por
Real Cédula de 2 de Noviembre de 1513 (Arch. de Indias, 109-1-5), y no deja
lugar a duda que también desempeñó el segundo la carta dirigida al Rey por los
Oficiales de la isla Española en 7 de Agosto de 1515 (Colee, doc. inéds. de Indias,
tomo 36), en la que le anunciaban que <(por relación de Gonzalo Fernández do
Oviedo que viene por procurador de dicha Tierra firme podrá S. A. ser infor-
mado».
Llegó Oviedo a Castilla del Oro con la Armada de Pedrarias el 26 de Ju-
nio de 1514; pero enemistado bien pronto con éste, y no transigiendo con los
excesos que cometía, decidió dar de ellos cuenta al Rey y a los diez meses de su
arribo al Darien regresó a España; así lo declaró en el juicio de residencia:
«todo lo que entonces estuve en la Tierra firme fueron sólo diez meses». (Residen-
cia tomada por el Lie. Salmerón a Pedrarias Dávila y sus Oficiales en 1521,
Arch. de Indias, 48-4-Vn).
Designado Lope de Sosa para relevar a Pedrarias no tuvo ya Oviedo obstáculo
para volver a Tierra firme a ejercer su destino de Veedor de las fundiciones, y
por Real Cédula dada en Barcelona en 19 de Junio de 1519 (Arch. de Indias
109-1-6, lib. I, fol. 235) fué nombrado Regidor de Nuestra Señora de la Antigua
del Darien ; también obtuvo el cargo de Receptor general de la Cámara e fisco
(Oviedo: Historia general, lib. XXIX, cap. XIV), y por Real Cédula de 16 de
Agosto del mismo año 1519 el especial de incautarse en nombre de la Real Ha-
cienda de los bienes de Vasco Núñez de Balboa y demás encartados en su proceso.
Llegó Oviedo al Darien pocos días después de la muerte de Lope de Sosa (Re-
sidencia de Oviedo, fol. 532), ocurrida el 18 de Junio de 1520, y volvió a encon-
XLVII
hasta que Vasco Nimez realizó la expedición en que descubrió la mar
del Sur, de la que tuvo detallado relato por las actas que levantó el
Escribano Arguello.
Más de extrañar que el silencio de Oviedo es el del P. Las Casas,
que conoció los escritos de éste y apreció en mucho los de P. Mártir,
del que dice que era el que con mayor verdad había escrito en latín,
porque se informaba de todos los que de las Indias venían a España;
pero Las Casas en su relato, que tanto se separa de los de Oviedo y
P. Mártir, parece seguir el de Tobilla en su obra «La Barbárica»,
que no ha llegado hasta nosotros, pero que Las Casas cita con fre-
cuencia y aun copia algunos párrafos por los que se viene en cono-
cimiento que era enemigo declarado de Pedrarias Dávila y acérrimo
partidario de Vasco Núñez de Balboa, corroborándolo lo que Pedra-
rias escribía a su mujer en carta fecha 20 de Agosto de 1520, en
l;i que le recomendaba acudiera a D. Carlos de Padilla y al Se-
trarse en poder de sii enemigo Pedrarias que por la dicha miierte continuó en-
cargado del Gobierno, pero adaptándose a las circunstancias, no sólo supo allí sos-
tenerse sino que cuando Pedrarias se trasladó a Panamá en 1522 le nombró, ro
obstante sus demás cargos. Teniente de Gobernador de la ciudad j provincia del
Darien, en cuyo cometido continuó hasta principios del año 1525 que regresó a
España para dar cuenta de los excesos que el Gobernador cometía y pedir justicia
contra él por haberle hecho acuchillar. (Arch. de Indias, 109-1-5).
Cuanto Oviedo expone en su Historia respecto a los hechos ocurridos en Cas-
tilla del Oro en los diez meses siguientes al de Junio de 1514 en qvie allí residió
y desde el de Julio de 1520 hasta los primeros meses del año 1525 merece especial
ci'édito, porque los múltiples cargos que desempeñó le colocaron en excepcionales
condiciones para enterarse de todo, y lo mismo puede decirse respecto a la expe-
dición de Vasco Núñez en que descubrió la mar del Sur y el juicio que forma de
la sentencia a la pena de muerte de Vasco Núñez y sus supuestos cómplices, una
Tez que por su comisión de incautarse de los bienes que dejaron, tuvo en su po-
der las actas autorizadas por el Escribano Andrés de Valderrábano y los me-
moriales de Vasco Núñez en los que dice ((halle escripto y signado todo lo que digo
y diré hasta (jue este viage se acabe» (lib. XXIX, caps. IIT y V) ay el proceso
tuve en mi poder algunos dias y leyle todo e pusele cuento a todas las hojas por
letras e rubriquelas de la señal de mi firma porque no se pudiese hurtar hoja ni
auto este proc3So fue después llevado por el escribano a Panamá e como el Go-
bernador e Alcalde mayor vieran aquel cuento e rubricas mias sospecharon que \o
habia notado las faltas e méritos del proceso en daño dellos. E por esto sospeche
que habían dado orden en mi muerte e trabajos» (lib. XXIX, cap. XV).
XLVIII
crelario Cobos porque temía que Tobilla hiciera contra él por el ne-
gocio de Vasco Núñez '; de este párrafo se desprende que Tobilla
no era sencillamente el cronista que aspiraba a narrar los hechos tal
como según su leal saber y entender se realizaron, sino un hombi-e
de acción y de lucha que después de ejecutado Vasco Núñez trataba
de rehabilitar su memoria denunciando a Pedrarias por haber hecho
que injustamente fuese decapitado; y como uno de los más graves
cargos que aparecen en el escrito de acusación que formuló Pedra-
rias fué el considerar a Vasco Núñez como el causante de la muerte
de Nicuesa, es posible que, fija la atención de Tobilla en vindicarle,
se ocupase sólo en aducir datos para justificar su conducta, omitiendo
la parte que Enciso y otros tomaron en aquellos sucesos, ya porque
el tiempo hubiera borrado el recuerdo, o lo que es más probable,
porque teniendo Enciso predicamento en la Corte creyera prudente
no crearse en él un enemigo.
Cuando no existen más fuentes de conocimiento que el contra-
dictorio relato de los cronistas, la buena crítica aconseja considerar
que los hechos se realizaron tal y como lógicamente debieron reali-
zarse; si se reflexiona sobre la situación de Enciso, bien se ha de
comprender que no podía ser muy de su agrado que Nicuesa se hi-
ciera cargo del Gobierno quedando él en la colonia como simple
particular; había puesto sus capitales en la empresa, era el Te-
niente de Ojeda y como tal había gobernado a su gente hasta que
penetraron en territorio de Nicuesa y le despojaron del cargo ale-
gando que allí no tenía jurisdicción; de consiguiente, la única espe-
ranza que le quedaba para recuperar el poder y resarcirse de los
gastos que en la empresa había hecho era que Nicuesa fuera expul-
sado, porque entonces podría alegar que no existiendo Gobernador
en aquella tierra por nombramiento Real, a él, como Teniente de
Ojeda, correspondía la Gobernación, una vez que la villa de Santa
María la Antigua había sido fundada por la gente de Ojeda con arre-
glo a lo que éste había capitulado con el Rey; hablando Pedro Mártir
de la expulsión de Enciso, manifiesta que había personas que decían
1 Archivo de Indias, 2-1- Vjg, núm. 19.
XLIX
por lo bajo que Dios y los sanios habían combinado así los sucesos
pura castigarle por la de Nicuesa aconsejada por él \
El relato de Las Casas parécenos parcial en favor de Vasco Nú-
ñez, pues no es verosímil que aspirando a quedarse de Jefe de la
colonia protegiera de buena fe a Nicuesa y pusiese todo el empeño
que Las Casas dice en que fuera admitido por Gobernador.
Todavía más parcial que el de Las Casas resulta, en nuestro con-
cepto, el de Oviedo, pero no en favor sino en contra de Vasco Núñez;
la narración de lo que éste en su casa dijo a Nicuesa teniendo sólo
por testigo a un individuo llamado Alonso Ranyelo, el recado que con
éste le envió para que no se fiase más que de los Regidores de la
villa, la promesa de que retendría en sus casas a sus enemigos y
dejaría andar libremente por las calles a los que le eran afectos, son
hechos tan difíciles de comprobar por el cronista después de muerto
Nicuesa, que el relato más que información imparcial y seria parece
un conjunto de maledicencias recogidas en el arroyo con el decidido
propósito de satisfacer malsanas pasiones.
Pero es más; si en la narración histórica encontramos que una
de sus partes más importantes es notoriamente falsa y está inspirada
en el propósito de que aparezca culpable determinada persona, ten-
dremos derecho a dudar de la veracidad del resto del relato, y esto
sucede con las condiciones en que Oviedo dice que se obligó a Ni-
cuesa a partir para la Española; según su narración, que aceptó el
P. Las Casas, aunque sin atribuir la responsabilidad a Vasco Nú-
ñez, «una de las cosas que más agrava y engrandece la culpa de
Vasco Núñez y Zamudio e la crueldad de éstos y de todos los que en
el Darien con ellos se conformaron y en aquel juramento y liga fue-
ron, es que Nicuesa les rogó e requirió que no le echasen a morir
desesperado con aquellos que con él iban e que obiesen piedad del
e dellos e les dexasen estar como un poblador e vecino privado e no
Gobernador, e quel se desistía de la gobernación e la renunciaba en
Vasco Núñez. E a este propósito hizo otras reclamaciones e ruegos
lagrimando que nunca le fueron recibidas ni otorgadas ni quisieron
1 De Orbe Novo, década 2.», capítulo III.
IT
L
aver piedad del, e assi se fué por essa mar donde nunca más paresció
ni se supo del ni de hombre de los que con él fueron» \
Natural es que Nicuesa pretendiera quedarse en el Darien; tenia
el título de Gobernador por el Rey y podía esperar que al conocerse
en la Corte lo ocurrido se tomasen las medidas conducentes para
reponerle en el ejercicio de su cargo, lo cual no sería tan fácil si se
hallara fuera de su Gobernación; lógico también que los Alcaldes y
Regidores temieran que su permanencia en Santa María fuese mo-
tivo de discordias y que a él recurrieran los descontentos, y de aquí
el decidido empeño que demostraron en que abandonase la tierra;
pero de esto a que deliberadamente se le colocara en condiciones de
una muerte cierta como dice el cronista existe gran distancia; basta
una consideración para que se comprenda lo falso del relato: Nicuesa
marchaba a la fuerza, pero los 17 hombres que formaban la tripula-
ción ¿cómo se prestaron a u^ en el buque si por las condiciones que
tenía la catástrofe era tan cierta, tan evidente, que Nicuesa, hombre
de grandes energías, pedía por Dios con lágrimas en los ojos que
tuvieran de él piedad?
De todo lo expuesto se deduce que los enemigos de Vasco Núñez
trataron de sacar partido de la muerte de Nicuesa haciendo creer
que de propósito había escogido un buque que no se hallaba en con-
diciones de navegar, cuando en realidad no fué motivada más que
por un accidente fortuito, debido como tantos otros a la mala construc-
ción y poco tonelaje del buque, a ser muy duros aquellos mares y
desconocidas las costas y corrientes; así hemos visto que el mismo
Nicuesa perdió el bergantín que lo conducía a Veragua, que nau-
fragó el de Valenzuela al salir de San Sebastián, el de Enciso a la
entrada del Golfo de Urabá, como también se perdió después de la
partida de Nicuesa el que desde Santa María la Antigua transpor-
taba a Valdivia a la isla Española.
De la narración de Oviedo, lo que dice de que las noticias que
hicieron circular respecto a los propósitos de Nicuesa los que antes
que él llegaron a Santa María indignaron a todos y que reunidos en
1 Historia general y natural de las Indias, libro XVIII, capítulo III.
LI
la iglesia el Cabildo y otros vecinos se juramentaron para no reci-
birle, es lo que ofrece mayor garantía de veracidad, porque en este
caso Oviedo no habla por cuenta ajena, sino que afirma haber leído
el acta que del juramento levantó el Escribano Arguello, la cual, a
nuestro entender, comprueba que el desencanto de los colonos al co-
nocer la situación de Nicuesa y el temor de que realizase los propó-
sitos que le atribuían produjeron la revolución que le expulsó de Tie-
rra firme, revolución que lo mismo hubiera estallado sin las instiga-
ciones de Enciso y Vasco Núñez, porque obedeció no a favorecer las
aspiraciones de éstos, sino al espíritu de conservación de los intereses
de todos; por eso creemos que quien más sintéticamente expuso la
verdad fué el Licenciado Espinosa al escribir al Rey en 30 de No-
viembre de 1514 refiriéndose a la residencia que tomaba a Vasco Nú-
ñez: «en lo de Nicuesa he hecho la probanza y todo el pueblo es cul-
pante, pues le llamaion, aunque tuvieron alguna causa para resis-
tirle» \
1 Academia de la Historia, Colección Muñoz, tomo 75.
III
Vasco Núñez Gobernador del Darien. — Expedición a la provincia de Coiba. — Ex-
ploración del Golfo de Urabá y de los ríos que en él desaguan. — Conjuración de
los caciques indios contra los cristianos. — Vasco Núñez y Colmenares sorpren-
den y derrotan a los conjurados. — Expedición a las provincias de Careta y Co-
mogre.— Primeras noticias de la proximidad de la mar del Sur.- Conjuración
de algunos españoles contra Vasco Núñez.
Con la expulsión de Nicuesa en Marzo de 1511 ^ de Santa María
la Antigua renacieron las aspiraciones del bachiller Enciso a recupe-
rar el Gobierno de la colonia, alegando su derecho a ocuparlo como
Teniente que era de Ojeda, el que decía le había otorgado poderes
para substituirle, si bien no podía presentarlos por haberlos perdido
con su equipaje al naufragar en el Golfo de Urabá el buque que lo
conducía.
No entraba en las miras de Vasco Núñez, del Municipio de Santa
María y de la mayor parte de los colonos el reconocer como Jefe al que
tan patentes muestras de ineptitud para el mando había demostrado
en San Sebastián y tanto rigor desplegó prohibiéndoles el comercio
con los indios sin su permiso, y aprovechando este estado de opinión
y que no les faltaban razones legales para ello, el Municipio, del que
era alma Vasco Núñez, decretó la prisión de Enciso, el embargo de
sus bienes y que se le sometiese a proceso por haber ejercido actos de
jurisdicción sin poder legal para ello, pues aunque alegaba tenerlo de
Ojeda no podía presentarlo por haberle perdido, ni aunque lo hiciera
sería eficaz, en primer término porque suponiendo muerto a Ojeda,
1 Pedro Mártir. — De Orbe Novu, 2.* década, capítulo III.
LIV
del que ninguna noticia tenían a pesar del tiempo transcurrido desde
que dejó el Darien para ir a la Española en busca de socorros, el
poder caducó con el fallecimiento del poderdante, y si así no fuera,
tampoco tendría validez en Santa María la Antigua, que se hallaba
edificada fuera de los límites de la Gobernación de Ojeda.
Bien pronto se terminó el proceso y se decretó que Enciso fuera
conducido a la Española con los autos para que las autoridades de
la isla resolvieran lo que en justicia debía hacerse.
Respecto a la fecha en que Enciso abandonó Santa María la An-
tigua, está tan confuso y tan lleno de errores el relato de P. Mártir,
al que sigue el P.' Las Casas, que precisa hacer una digresión
a fin de fijarla, porque es de gran interés para determinar el orden
en que se sucedieron no pocos hechos de esta historia.
No puede ofrecer duda porque lo dice P. Mártir, a quien En-
ciso contó las peripecias de su viaje \ y lo corrobora Colmenares, tes-
tigo presencial de la expulsión ", que Enciso partió de Santa María
después de Nicuesa, que lo efectuó en Marzo de 1511.
Afirma P. Mártir que juntos fueron el Corregidor Valdivia, el
Alcalde Zamudio y el bachiller Enciso, y en el reíalo que éste le hizo
de su viaje le manifestó que había salido del Darien dos días antes
del Domingo de San Lázaro, pasando la Pascua en el cabo Oriental
de la isla de Cuba ^
Con independencia de esto expone el cronista que Valdivia volvió
a los seis meses de su partida, no hallando a Vasco Núñez en Santa
María porque había ido a una expedición contra el cacique Careta,
la cual se realizó en los meses de Septiembre a Noviembre, una vez
que afirma que las sementeras que en Septiembre dejó en buen es-
tado después de su vuelta fueron destruidas por una gran tormenta;
luego la partida de Valdivia, Zamudio y Enciso debió efectuarse
en el mes de Abril, y así resulla comprobado por otros datos.
El 3 de Abril de 1511 escribió el Veedor Zamudio al Rey remi-
tiéndole relación de todo lo ocurrido a la expedición de Nicuesa
1 De Orbe Novo, década 2.^, capítulo III.
2 Apéndice número 60.
3 De Orbe Novo, 2.* década, capítulo VI.
LV
desde que salió de la isla de Santo Domingo^ ; esta carta llegó a la
Española después del 15 de Mayo de 1511, fecha del último pliego en-
viado a la corte por el Almirante D. Diego Colón ^ en los barcos que
arribaron a la Península en Julio siguiente, y fué traida en los que
vino Zamudio y probablemente Enciso, que llegaron a principios
de Noviembre de 1511; si a esto se agrega que el Domingo de San
Lázaro es catorce días antes que la Pascua Florida, que en 1511 fué
el 20 de Abril, tendremos los datos suficientes para poder afirmar
que Valdivia, Zamudio y Enciso con la relación de Quincedo salieron
de Santa María la Antigua el 4 de Abril de 1511, dos días antes del
Domingo de San Lázaro, pasaron el día de Pascua, o sea el 20, en el
cabo Oriental de Cuba, pero no llegaron a la Española hasta después
del 16 de Mayo, una vez que la relación de Quincedo no fué incluida
en los pliegos que vinieron a España en Julio y cuya última dala es
del día 15 de dicho mes; pero sí llegaron antes del 10 de Septiembre,
porque vino con los que en dicho día enviaba el Almirante y la con-
dujo uno de los barcos que trajeron a España a Zamudio, que el 21
de Noviembre estaba en Sevilla ^, y probablemente a Enciso, del que
sabemos que ya el 20 de Marzo de 1512 había presentado al Rey un
memorial de las cosas que convenía enviar a Tierra firme ^
Respecto al viaje de Valdivia también armonizan estos dalos,
pues habiendo regresado a Tierra firme entre Septiembre y Noviem-
bre, durante la ausencia de Vasco Núñez, confirma su salida en Abril
anterior, el tiempo aproximado a seis meses que dice P. Mártir es-
tuvo ausente.
La misión que Valdivia y Zamudio llevaron a la Española apa-
rece perfectamente clara; quebrantado el prestigio de Ojeda y Ni-
1 Véase la contestación dada por el Rey (nota 2.^ de la pág. XXIX).
2 Véase la contestación dada por el Rey (nota de la pág. XXII).
3 Véase la nota 2.^ de la página XXX y 2.^ de la XXXI.
4 En carta fecha 20 de Marzo de 1512 el Rey escribía a los Oficiales de Sevilla
((sino se halla quien quiera ir por flete a Tierra firme ved que vaya presto un
navio ayudado por vos ; para las cosas que han de enviarse va un memorial del
bachiller Enciso en que dice se ganara la mitad de lo que costare puesto alia».
(Acad.^ de la Hist.^, Coleo. Muñoz, tomo 90).
LVI
cuesa por los desastres sufridos en sus intentos de colonizar en el
Darien y Veragua, suponiéndose muerto al primero y habiendo sido
expulsado de Tierra firme el segundo así como Enciso por las cau-
sas que los comisionados se encargaron de justificar, a cuyo efecto
llevaban el proceso formado a éste y la relación del Veedor Quincedo
contraria a Nicuesa, bien se alcanza que su labor debió consistir en
demostrar las riquezas del Darien, para lo que conducía Zamudio
1.200 pesos de oro por el quinto que de los rescates y contribuciones
impuestas a las tribus correspondía al Rey, y si hemos de dar cré-
dito a las murmuraciones de que se hizo eco el P. Las Casas, una no
pequeña suma, para con ella convencer al omnipotente Tesorero Pa-
samente no sólo de que el oro existía en abundancia en Tierra firme,
sino también de que el único hombre capaz de hacer prosperar la colo-
nia era Vasco Núñez de Balboa, al que, ínterin el Rey resolvía quién
había de gobernarlos, habían elegido los vecinos de Santa María la
Antigua su Alcalde mayor y con el que estaban todos contentos.
Hay que convenir en que tal y como se encontraba la colonia la
única solución práctica para que no se acabara de arruinar fué la
que tomó el Almirante de nombrar Gobernador interino a Vasco Nú-
ñez; esta resolución, de que daba ya cuenta al Rey el 10 de Septiem-
bre de 1511, constituía el primer triunfo de los comisionados, y para
confirmarlo vino a España el Alcalde Zamudio en tanto que Valdivia
volvía a Tierra firme, y debió llevar ya el nombramiento de Vasco
Núñez de Alcalde mayor, una vez que fué hecho con anterioridad
al 10 de Septiembre y Valdivia arribó a Santa María durante la au-
sencia de Vasco Núñez, o sea hacia el mes de Octubre.
Las consecuencias de la carta y relación de Quincedo, de los in-
formes del Almirante y Oficiales de la Española al Rey y a los Ofi-
ciales de Sevilla y de las gestiones de Zamudio, expuestas quedan en
el capítulo anterior; Nicuesa y Ojeda fueron destituidos, se ordenó
que Nombre de Dios fuera abandonado y que sus vecinos pasaran a
Santa María, y Vasco Núñez fué nombrado por el Rey su Capitán y
Alcalde mayor de Tierra firme.
Después de la partida de Nicuesa y Enciso envió Vasco Núñez
en busca de la gente que había quedado en Nombre de Dios; «podrá
LVII
haber un año y medio que la traje a esla Villa», decía al Rey en caria
de 20 de Enero de 1513 ^; luego aproximadamente debió ser por Julio
de 1511 cuando llegaron; con este refuerzo tuvo Vasco Núñez a sus
órdenes más de 300 hombres, según refiere en la misma carta, pero
el aumento de gente implicaba un aumento de consumo en las sub-
sistencias, que de tal suerte escaseaban que los colonos se veían en
la disyuntiva de ir a buscarlas en las tierras vecinas o perecer de
hambre; para conjurar el peligro y para extender el dominio de la
colonia embarcó Vasco Núñez 130 hombres en los bergantines y fué,
en Octubre de 1511, a dar en la provincia de Coiba, cuyo cacique
Careta, alegando que la guerra con otro cacique vecino suyo lla-
mado Ponca le había impedido hacer la sementera y de consiguiente
que carecía de bastimentos, se negó a entregárselos; ante la impe-
riosa necesidad de vivir, Vasco Núñez con su gente asaltó y saqueó
el poblado, puso preso a Careta y su familia y los llevó a Santa Ma-
ría, donde hizo las paces con él, tomando por concubina a una de sus
hijas y ofreciéndole ayudarle contra Ponca.
La pérdida de las sementeras a consecuencia de la tormenta que
las destruyó en Noviembre hizo aplazar la expedición contra Ponca
hasta que una nueva cosecha permitiese a Careta atender al soste-
nimiento de la gente que en las operaciones tomase parte y obligó
a Vasco Núñez a enviar a Valdivia por víveres a la isla Española.
Partió Valdivia en Enero de 1512, pereciendo con todos los que le
acompañaban antes de llegar a la isla: la muerte de Valdivia trajo a
Vasco Núñez fatales consecuencias, porque ignorando durante largo
tiempo tanto él como Pasamente su desgraciado fin, es más que pro-
bable que éste creyera que aquél no cumplía con lo que estaba obli-
gado, y Vasco Núñez a su vez estuviera en el convencimiento de
haber probado su gratitud y de aquí naciera la enemiga que, como
veremos más adelante, le demostró bien pronto el célebre Tesorero.
Asegurado ya en el Gobierno Vasco Núñez y reforzada su hueste
con la gente que trajo de Nombre de Dios, emprendió una expedi-
ción de la que sólo tenemos noticia detallada por Pedro Mártir, al
1 Apéndice número 8.
LVIII
que sin duda informó Colmenares que en ella tomó parte, pues aun-
que el P. Las Casas también se ocupa de ella, no hizo más que co-
piar lo escrito por el autor de las Décadas.
Tuvo la expedición por objeto buscar en el fondo del Golfo de
Urabá las tierras del cacique Dabaybe, que según las noticias que
daban los indios eran muy ricas de oro y abundantes en manteni-
mientos.
En dos bergantines y varias canoas llevó Vasco Núñez 160 hom-
bres, y al llegar a la desembocadura del Río Grande ordenó a Colme-
nares, que iba por su Teniente, que con una parte de la gente re-
montase el río en tanto que él con el resto reconocía otro, al que puso
por nombre ((Río de las redes», por haber encontrado allí algunos de
estos aparejos.
A corta distancia de la desembocadura hallaron un poblado que
los indios habían abandonado y en el que recogieron como botín de
guerra piezas de oro por valor de 7.000 pesos y algunos víveres, y
no adquiriendo noticias de que estuviesen en aquella comarca las
tierras de Dabaybe que con tanto empeño buscaban, volvieron al
Golfo, en el que les cogió tan violenta tempestad que algunas canoas
zozobraron, perdiéndose el oro que conducían y pereciendo los tripu-
lantes; Vasco Núñez con el bergantín y el resto de las canoas penetró
en el Río Grande y dio alcance a Colmenares, descubriendo juntos la
isla que llamaron Cañafistola, según Las Casas, de la Canela, dice
P. Mártir; más adelante hallaron otro río que desagua en el Grande,
al que por su obscuro color pusieron el nombre de Río Negro, remon-
taron sus aguas hasta el poblado del cacique Ahenemechei, que les
opuso resistencia pero fué vencido y saqueado el poblado; allí dejó
Vasco Núñez a Colmenares con alguna gente y siguió en busca del
cacique Abibeyba, al que encontró en la desembocadura de otro río
que desagua en el Negro a más de veinte leguas de la isla de Cañafis-
tola; por lo pantanoso del terreno y para librarse de sus enemigos
y de los tigres tenían los indios de Abibeyba construidas sus vivien-
das en las copas de gigantescos árboles, a los que subían por escale-
ras de caña que por la noche retiraban; creyéndose seguros en sus
guaridas negáronse los indios a entregarse, pero al ver que los es-
LTX
ron lo inútil de la resistencia y se rindieron a discreción, quedando
pañoles comenzaban a aserrar los árboles por su base comprendie-
prisionero Abibeyba, el que fué puesto en libertad mediante la pro-
mesa que hizo y no cumplió de llevar a los españoles buena cantidad
de oro.
Con el botín que se tomó en el poblado volvió Vasco Núñez a
reunirse con Colmenares, teniendo el sentimiento de saber que du
rante su ausencia los indios habían matado tres españoles que fue-
ron a reconocer la tierra y atacado a Colmenares, que los rechazó
causándoles buen número de bajas; como ya el objeto de explorar
el territorio se había cumplido, regresó Vasco Núñez con Colmena-
res a Santa María la Antigua, dejando en Río Negro un puesto de
30 hombres a las órdenes de Bartolomé Hurtado, el cual al poco
tiempo tuvo que sostener reñida lucha con los naturales, a los que
hizo crecido número de prisioneros que envió a Santa María en una
canoa con 20 españoles entre enfermos y escoUa, quedándose con
sólo 10.
Al cruzar el Golfo fué la canoa atacada por numerosos enemigos
que tripulaban cuatro piraguas, pereciendo en la lucha todos los es-
pañoles menos dos que lograron llegar donde estaba Hurtado, el cual
viéndose con tan poca gente y apreciando lo que aquella victoria
había de envalentonar a los indios abandonó la estancia de Río Ne-
gro y regresó a Santa María llevando la noticia, que supo por algu-
nos de los indios cautivos, que los caciques de la comarca se habían
confederado para formar un numeroso ejército, atacar de improviso
la villa y matar a los españoles; poníanse en duda la veracidad de
estas confidencias, cuando Vasco Núnez las vio confirmadas por el
relato que le hizo una india con la que sostenía relaciones y a la
que su hermano le había confiado todo el plan de los conjurados;
comprendiendo la gravedad de las circunstancias organizó sin pér-
dida de tiempo dos columnas: una mandada por él y fuerte de 70
hombres, llegó al lugar donde creyó debía encontrarse el cacique
Lemaco, jefe de la rebelión, pero no le halló, la otra, compuesta de
40 hombres mandados por Colmenares, remontó el río y en el poblado
llamado Tachi sorprendió al jefe indio que había de mandar a los
LX
conjurados y varios de los principales caudillos; sobre el terreno fué
asaetado el primero y ahorcados los segundos, regresando Colmena-
res al Darien con un gran botín de víveres, pues en el poblado habían
los indios constituido los almacenes para aprovisionar su ejército.
El duro castigo impuesto por Colmenares a los caudillos indios
atemorizó de tal suerte a los demás que desde aquel momento quedó
dominada toda la comarca, sin que los más osados volvieran a in-
tentar sustraerse de la dominación española.
Refiriéndose a estas excursiones escribía Vasco Núñez al Rey en
20 de Enero de 1513 ' : «la tierra es muy trabajosa de andar a cabsa
de los muchos rios y ciénagas de grandes anegadizos y sierras donde
muere mucha gente del gran trabajo que se rescibe porque cada
dia es menester ponerse a la muerte m.ill vezes muchas vezes
pienso como ha sido posible podernos remediar porque habemos
seido tan mal socorrjdos de la isla Española como sino fuéramos
cristianos muchas vezes hemos estado tan al cabo que creíamos
perdernos de hambre havemos corrido tanto a unas partes e a
otras a cabsa de la mucha necesidad que havemos tenido que me
espanto como se ha sufrido tanto trabajo. Yo he procurado de
nunca fasta hoy haver dexado andar la gente fuera de aquí sin yo ir
adelante, hora fuese de noche o de dia andando por rios i ciénagas
i montes i sierras i las ciénagas desta tierra no crea Vuestra Real
Alteza que es tan liviano que nos andamos folgando, porque muchas
vezes nos acaese ir una legua i dos y tres por ciénagas y agua des-
nudos i la ropa cogida puesta en la tablachina encima de la cabeza
i salidos de unas ciénagas entramos en otras i andar de esta manera
dos i tres i diez dias aqui havemos tenido en mas las cosas de
comer que el oro, porque teníamos mas oro que salud, que muchas
vezes fue en muchas partes que holgava mas hallar una cesta de
maíz que otra de oro porque a la contina nos ha faltado mas la co-
mida que el oro».
Dice P. Mártir que después de hecha la sementera los españoles
emprendieron la campaña contra Ponca ^ que residía 100 millas al
1 Apéndice número 8.
2 De Orbe Novo, 2.* década, capítulo III.
LXI
Norte del Darien: componían la expedición 80 hombres que fueron
conducidos en los bergantines hasta las tierras de Careta, donde
desembarcaron, y unidos a éste y a su gente marcharon en busca de
Ponca, el cual no les esperó y huyó a las montañas; los españoles
saquearon el poblado recogiendo importante botín.
Vecino a las tierras de Careta y en extenso valle al pie de elevadas
montañas se hallaba construido el poblado de Comogre, uno de los
caciques más poderosos de la región, el que en vista de los daños
sufridos por Careta y Ponca y convencido de su impotencia para
resistir a los españoles, pensó con acierto que le era más ventajoso
procurarse su amistad, y accediendo a las gestiones de un deudo de
Careta les invitó a que fueran a su tierra para conocerlos y confede-
rarse con ellos.
En extremo afectuoso fué el recibimiento que a los españoles
hizo Comogre: dióles alojamiento y víveres en abundancia y un pre-
sente de piezas de oro por valor de más de 4.000 pesos y 70 esclavos.
El reparto del oro ocasionó disputas entre los soldados, y perca-
tándose del motivo un hijo de Comogre que lo presenciaba se dirigió
a los contendientes diciéndoies que si tanto ambicionaban oro él les
mostraría, traspuestas las sierras, una provincia en que abundaba
tanto como en España decían que abundaba el hierro, que aquellas
tierras tenían por hmite el mar que era navegado por barcos que
llevaban remos y velas como los de los españoles, y señalando al Sur
añadía que más allá del mar existían otras provincias en que también
abundaba mucho el oro; esto, dice Las Casas \ demuestra la noticia
que aquellas gentes tenían de la existencia del Perú, agregando el
hijo de Comogre que para sujetar aquellos pueblos eran necesarios
mil españoles por ser muchos y muy belicosos los naturales, y que él
se prestaba a acom|)añar con su gente a los españoles.
Grande fué la alegría de éstos, y especialmente de Vasco Núñez
y Colmenares, con tan inesperadas nuevas, que vieron confirmadas
con el testimonio de otros indios, y no menor la de los vecinos de
Santa María al regresar los expedicionarios y saber por ellos el por-
1 nistoria de las Indias, libro III, capítulo XLI.
LXII
venir de riquezas que les esperaba, y desde luego comenzaron a
pensar en la manera de reunir los hombres y recursos necesarios
para ir al descubrimiento del mar y de las tierras de que había ha-
blado el hijo de Comogre.
Como medio mejor y más práctico acordaron enviar Procurado-
res a la Corte para que expusieran al Rey la situación de la Colonia
y las esperanzas que abrigaban de descubrir la otra mar, si les faci-
litaban los elementos precisos.
A esta resolución se llegó con acuerdo de todos, pero no lo hubo
respecto al nombramiento de personas ante el temor de que una
vez en España no volvieran a Tierra firme, como creían que habían
hecho Zamudio y Valdivia, de los que no se tenía noticia; por esto no
accedieron los colonos a los deseos de Vasco Núñez que pretendía
ser designado, y después de muchos debates acordaron que uno de
los Procuradores fuera el Veedor Juan de Ouincedo, que por dejar
ahí mujer e hijos ofrecía garantía de volver; el nombramiento del
otro Procurador ofreció aún mayores dificultades, y no llegándose
a un acuerdo hubo, según Las Casas, que recurrir a la suerte, siendo
el favorecido Rodrigo de Colmenares.
Partieron los Procuradores del Darien a fines de Octubre de 1512,
pero por las vicisitudes que sufrieron en el viaje a la isla Española
no llegaron a la Península hasta Mayo de 1513 \
Afirma P. Mártir ^ y lo copia Las Casas, que la noticia de la proxi-
midad de la mar a las tierras de Comogre la llevaba Valdivia en su
segundo viaje, y que por haber perecido en el camino con todos los
que le acompañaban nada se supo hasta que llegaron Quincedo y
Colmenares; en esto se equivocó P. Mártir, y con sus mismos datos
el error demuestra; sabemos que Valdivia regresó de su primer viaje
en el mes de Octubre de 1511, el cronista nos dice que en Noviembre
fueron destruidas las cosechas y que Vasco Núñez acordó con el
cacique Careta aplazar la guerra contra el cacique Ponca, que fué
anterior a la excursión a las tierras de Comogre, hasta que una nueva
cosecha asegurase la subsistencia de la gente que en ella había de
1 Pedro Mártir. — De Orbe Novo, 2.^ década, capítulo VII.
2 De Orbe Novo, 2.^ década, capítulo IV.
LXIII
tomar parte, por lo que transcurrieron varios meses sin comenzarse
las operaciones; luego en el mes de Enero de 1512, en que empren-
dió Valdivia su segundo viaje, aun no se había realizado la expedí
ción a las tierras de Comogre, y por tanto no se tenía noticia de la
proximidad a ellas del mar.
Pedro Mártir dice que Valdivia emprendió el viaje en que pereció,
o sea el segundo que hizo a la Española, en el mes de Enero de 1511;
pero en esto también se equivocó, pues habiendo regresado del pri-
mero en Octubre de 1511 y efectuado el segundo poco después, el
mes de Enero a que P. Mártir se refiere es el del año 1512 y no ol
del de 1511.
Otro error en que parece haber incurrido P. Mártir y con él Las
Casas, es el de conceptuar que primero se realizó la expedición a las
tierras de Ponca y Comogre que la exploración de los ríos que des-
embocan en el Golfo de Urabá, pues no es verosímil que si por la
pérdida de las cosechas se aplazó la guerra contra Ponca varios
meses y el problema de las subsistencias se hizo tan grave que obligó
a Vasco Núñez a enviar por ellas a Valdivia a la Española, permane-
ciera toda la gente inactiva en Santa María la Antigua pudiendo ir
a buscarlas a otras zonas en donde las tormentas no hubieran cau-
sado los destrozos que en aquélla, y también es inverosímil que al
regresar Vasco Núñez con la noticia de la proximidad del mar del
Sur y de las riquísimas tierras de que habló el hijo de Comogre, que
tantas esperanzas y tantas ambiciones despertaron, emprendiera la
expedición al fondo del Golfo demorando hasta su vuelta el tratar
de que viniesen Procuradores a España para pedir los elementos ne-
cesarios para el descubrimiento; por esto creemos que no pudiendo
realizar la expedición contra Ponca por la falla de subsistencias, fué
Vasco Núñez primoro al fondo del Golfo y a los ríos en busca de
tierras donde las tormentas no hubieran destrozado las cosechas, a
fin de entretener la ícente y explorar la tierra, y ([ue después teniendo
ya aseguradas las subsistencias fué cuando realizó las expediciones a
las tierras de Poncu y Comogre.
Con la sumisión de Careta, Ponca y Comogre los límites de la
Colonia se habían extendido considerablemente.
Lxiy
El valor y la energía de Vasco Núñez habían logrado dominar
a los indios salvajes, pero no consiguieron apaciguar a los díscolos
colonos de Santa María, que instigados por uno de ellos llamado
Alonso Pérez de la Rúa tramaron una conjura para prender a Vasco
Núñez y quitarle el cargo de Gobernador; pero éste, enterado a
tiempo, puso en prisiones a Pérez de la Rúa; la intervención de los
neutrales hizo que al parecer se reconciliasen los dos bandos, que a
punto estaban de llegar a las manos, y que fuese puesto en libertad
Pérez de la Rúa; pero esta armonía duró poco, y tomando por pre-
texto que Vasco Núñez no repartía según los merecimientos de cada
uno el oro y los esclavos que se tomaban en las entradas, volvieron
a conjurarse contra él; también en esta ocasión tuvo noticia de lo que
sus enemigos tramaban, y para dominar el conflicLo usó de una es-
tratagema que bien claro demuestra que era hombre a quien en los
casos extremos no faltaban recursos: «so color de ir de caza se salió
aquella noche del pueblo, dice el P. Las Casas \ con la confianza que
le acudirían los que en las partes solían mejorar y sucedióle así, por-
que tomados 10.000 castellanos que estaban por partir repartiéronlos
de la manera que a ellos paresció, dando a algunos de la gente
menuda más de lo que parecía convenirles y a los de mayor calidad
o presunción menos de lo que a su parecer pertenecerles estimaban;
desto quedaron aquéllos corridos y afrentados, y así llaman a Vasco
Núñez y júntanse con él todos armados con clamores y juramen-
tos que habían de matallos, van a ellos y prenden al Alonso Pé-
rez y a un bachiller Corral y a otros principales y échanlos en la
fortaleza donde los tuvieron bien aprisionados». En esto llegaron
procedentes de la Española dos navios con víveres y 150 españoles
mandados por Cristóbal Serrano, que enviaban como socorro el Al-
mirante y Jueces de la Española, y el Tesorero Pasamonte remitía
en ellos a Vasco Núñez el nombramiento de Capitán general de Tie-
rra firme hecho por el Rey, con lo cual quedó sólidamente restable-
cida su autoridad sobre los colonos.
De estos sucesos no hablan ni Oviedo ni P. Mártir, pero a ellos
hace referencia la carta de Vasco Núñez al Rey de 20 de Enero de
1 Historia de las Indias, libro III, capítulo XLVI.
LXV
1513* en que le decía: «Vuestra Alteza sabrá que los dias pasados
hubo aquí ciertas diferencias que los alcaldes y regidores con embidia
e falsedad intentaban de me prender e desque no pudieron ficieron
contra mi una pesquisa falsa e con falsos testigos y secretamente,
de lo qual me quejo a V. A i porque los alcaldes y regidores
imbiaron una pesquisa contra mi la cual alia creo vera V. A. fice
jueces a dos fidalgos para que ficiesen pesquisa e información de
mi vida i de mi mui leales i grandes servicios la qual envió a V. A.
para que vea las maldades de las gentes»; también dice que remite
una información de lo que pasó «sobre que inventaron sus maldades».
Portador de esta carta e informaciones fué un Sebastián de
Ocampo, Vasco Núñez le llama del Campo, que ha pasado desaper-
cibido a los historiadores, y que según veremos más tarde debió
desempeñar, aunque por poco tiempo, importante papel en las rela-
ciones de Vasco Núñez con la Corte.
Seguramente que éste desconocía la Real Cédula de 14 de No-
viembre de 1509 prohibiendo el pase a las Indias de letrados, pues
de haberla conocido hubiera en ella fundado la petición que, haciendo
extensiva a la clase la animosidad que sentía contra los bachilleres
Enciso y Corral, dirigía al Rey en la citada carta de 20 de Enero
de 1513 para que «ningún bachiller en leyes ni otro ninguno sino
fuera de medicina pase a estas parles de la Tierra firme so una gran
pena que Vuestra Alteza para ello mande proveer, porque ningún ba-
chiller acá pasa que no sea diablo i tienen vida de diablos e no sola-
mente ellos son malos mas aun facen i tienen forma por donde haya
mili pleitos i maldades».
El silencio de Oviedo respecto a las expediciones al Golfo de
Urabá y a las tierras de Careta, Ponca y Comogre, de las que apenas
hace mención, es un dalo más para juzgar que se sirvió para su his-
toria de lo que le contó el bachiller Enciso, una vez que de hechos
de escasa importancia ocurridos en el Darien antes de que Enciso
saliera para España da minuciosa noticia y en cambio ningún detalle
refiere de aquéllos, lo cual demuestra que sólo en términos generales
1 Apéndice número 8.
LXVl
llegaron a su conocimiento, pues no es de creer que intencionada-
mente y faltando a su deber de cronista omitiera el relato de hechos
que causan profundo asombro al considerar la suma de energías, el
absoluto desprecio a la vida, de aquel reducido número de hombres
que cruzando espesos bosques en los que tenían que abrirse paso
con sus espadas, durmiendo en el fango de los pantanos, atravesando
extensas ciénagas, conquistando cada día el alimento y amenazados
constantemente por las fieras siguen siempre adelante y luchando
con numerosas y guerreras tribus, se imponen a la naturaleza, a las
fieras y a los hombres y dejan sólidamente asentada la soberanía
española en aquellas regiones.
IV
Organizase en España una importante expedición para ir a descubrir la mar del
Sur. — Se confiere su mando y el Gobierno de Tierra firme a Pedrarias Dávila.
— Confabulación de Enciso, Quincedo y Colmenares contra Vasco Ntíñez. — El
Gobernador lleva órdenes para procesai'le. — Pai'tida de la Armada para Tierra
firme.
Las denuncias formuladas por el bachiller Enciso contra Vasco
Núñez no parece que en un principio tuvieron acogida favorable en
la Corte; pero sea debido a la constante labor del bachiller o a que
por otros conductos tuvieran confirmación, es lo cierto que la des-
confianza sobre la veracidad de las noticias que se recibían de Tierra
firme se apodera de los centros oficiales, y así lo revela la carta que
en 28 de Abril de 1513 escribía el Rey al Tesorero Pasamonte dicién-
dole: «En lo de Tierra firme estoy con mucho cuidado sin saber como
subcede y han subcedido y están las cosas de alia, por seruicio mió
que procureys el saberlo por todas las vias e maneras que se pudiese
saber y en los primeros navios que vynieren me embiad entera y
larga y verdadera relación dello y de lo que convyniere proveerse
porque hasta lo saber yo estare con cuidado dello» \
En los primeros días de la segunda quincena de Mayo de 1513
arribaron a España los buques que conducían a los Procuradores
de Tierra firme Quincedo y Colmenares y cartas del Almirante y
Oficiales de la Española comunicando lo que Vasco Núñez les había
escrito y corroboraban los Procuradores, de la proximidad del mar a
las tierras del cacique Comogre y de la necesidad del envío de los
1 Archivo de Indias, 139-1-5.
LXVIII
1.000 hombres que el hijo del cacique había expuesto ser necesarios
para imponer la soberanía española a los indios que habitaban en las
costas de dicha mar.
Tan profunda satisfacción causó en la Corte la noticia que trans-
mitieron en 19 de Mayo los Oficiales de la Casa de Contratación, que
sin esperar a obtener mayores datos de los Procuradores, que aun
no habían llegado a la Corte, se dictaron en 31 del mismo las órdenes
a Sevilla para que (csin pérdida de un solo día que sería muy grande
pérdida perderlo» se procediera al apresto de la Armada y la recluta
de los 1.000 hombres pedidos \
Y no es de extrañar ni la satisfacción ni la premura; el descu-
brimiento que se iba a realizar constituía un ideal constantemente
perseguido desde que Cristóbal Colón propuso a los Reyes Católicos
dirigir una expedición que navegando directamente al Oeste desde
las islas más occidentales de África llegase al extremo oriental de
Asia, estableciendo una vía comercial entre Europa y Asia más se-
gura que la del Mar Rojo y más corta que la que costeando África y
doblando el Cabo de Buena Esperanza acababan de descubrir los
portugueses, arrebatando al Cairo y Venecia el monopolio que ejer-
cían del comercio con el Oriente.
Admitida como lo estaba por todas las personas cultas que la
forma de la tierra es esférica, no podía ofrecer duda de que traspues-
tas las tierras que habían reconocido las expediciones de Colón,
Bastidas, Nicuesa y Ojeda, tenía que existir el mar que bañaba las
costas orientales de Asia y en el que se encontraban las innumera-
bles islas, entre ellas la tan famosa por sus riquezas de Cipango, de
que hablaban los viajeros que habían visitado el Asia y especialmente
Marco Polo; tampoco ofrecía duda que la distancia entre las tierras
nuevamente descubiertas y el extremo oriental de Asia tenía que ser
relativamente corta, pues aun admitiendo que la línea ecuatorial tu-
viera de extensión 6.300 leguas, a razón de 17'50 al grado, restando
de ellas las ya reconocidas desde el extremo oriental de Asia en direc-
ción a Occidente hasta Tierra firme, la distancia desde ésta, en di-
1 Apéndice número 9.
LXIX
rección del Oriente, hasta dicho extremo oriental de Asia, no podía ser
muy extensa aunque no fuera posible precisarla con exactitud por lo
inciertas de las noticias referentes al espacio ocupado por el conti-
nente asiático.
Habíase explorado sin encontrar paso a la otra mar muchas le-
guas de costa al Norte y Sur del Golfo de Paria, y así como se igno-
raba lo que la tierra se prolongaba en estas direcciones, se ignoríiba
también el espacio que ocupaba en dirección Oeste a Este; por ello
las noticias enviadas por Vasco Núñez de que próximo a las tierras
de Comogre se hallaba el mar produjeron tan viva satisfacción y
motivaron que sin pérdida de tiempo se ordenasen los aprestos para
ir a descubrirla.
Lógico parece que al recibirse en la Corte la fausta nueva se pen-
sara en recompensar al que luchando durante tanto tiempo con todo
género de adversidades había logrado adquirir aquella noticia que
abría tan amplios horizontes para la grandeza y prosperidad de Cas-
tilla; pero lejos de ello, la Corte acordó el inmediato relevo de Vasco
Núñez en el Gobierno de Tierra firme y que se le formase un proceso
para que fuera castigado por las faltas que se le imputaban; tan vio-
lenta determinación no puede ser atribuida únicamente a las intrigas
del bachiller Enciso, pues si bien desde que arribó a España había
trabajado constantemente en contra de Vasco Núñez, no es de creer
que lo que no había logrado antes de recibirse la noticia de la proxi-
midad del mar a la colonia de Santa María la Antigua lo fuera a
obtener precisamente cuando Vasco Núñez acababa de prestar tan
importante servicio; tampoco es de admitir que la destitución de
Vasco Núñez fuera debida a los informes que contra él dieran los
Procuradores Quincedo y Colmenares, pues en la carta fecha 31 de
Mayo dirigida por el Rey a los Oficiales de Sevilla ordenándoles el
apresto de la Armada, y por la que consta que aún no habían llegado
a la Corte los Procuradores, decía el Rey a los Oficiales que al frente
de la Armada iría una persona principal «que mandare de acá», lo
que implicaba la resolución de relevar a Vasco Núñez',
1 Apéndice número 9.
LXX
El Licenciado Suazo, Juez de residencia en la isla Española, es-
cribía a Mr. Xevres, del Consejo Real, en 22 de Febrero de 1518, re-
firiéndose al año 1513: «en este tiempo aconteció que el dicho theso-
rero (Pasamonle) se enojó con Vasco Nuñez que reside en Tierra
firme e para le destruir acordó descrevir al Rey Catholico que hera
muy bien que Su Alteza hiziese una Armada para Tierra firme e que
viniese vn Gobernador de aquellas partes proveido e sobrel dicho
Vasco Nuñez e para que a su carta se le diese mas crédito enbio a ne-
gociar esto a vn bachiller Inciso que habia estado en Tierra firme e
era grande enemigo del dicho Vasco Nuñez porque traya pleito con
el y como el rey se creia por aquefios que deseaban hazer plazer
al Ihesorero mando quel Armada se hiziese y que fuese por Capitán
General della e Gobernador en Tierra firme en la provincia que dizen
t)astilla del Oro Pedrarias Davila» ^ .
En efecto; el Tesorero Pasamonte escribió al Rey en el indicado
sentido, pues éste, contestando en 4 de Julio de 1513 a sus cartas,
que llegaron en los mismos barcos que conducían a los Procurado-
res, le decía: (^asi por lo que escribís como por otras vias sabia va-
rios escesos de Vasco Nuñez de Balboa Alcalde mayor del Darien
harase pesquisa porque sea castigado^) '^
Las anteriores palabras concordadas con lo que el Rey escribía
a Pasamonte en 28 de Abril anterior esclarecen perfectamente el
asunto; ante las acusaciones que Enciso formulaba contra Vasco
Núñez, el Rey pidió en dicha carta al Tesorero Pasamonte que le en-
viara informes precisos sobre lo ocurrido en el Darien, y antes
que de ella pudiera tener contestación recibió la en que el Tesorero
1 Apéndice número 63.
2 1513, Julio 4, Valladolid. — El Rey al Tesorero Pasamonte.
((A mui buen tiempo han llegado los 23.000 pesos ya por las necesidades ya
para el breve despacho de la Armada de Tierra firme que ira luego tan bien pro-
vista que se resarcirá la tardanza i enmendaran los yerros de Nicuesa y Ojeda
He holgado de la venida de los procuradores de tierra firme a donde ira por Ca-
pitán e gobernador Pedrarias de Avila el de Segovia hombre qual conviene lleva
particular encargo de comunicar con vos.
))Ansi por lo que escribis como por otras vias sabia varios escesos de Vasco
Nuñez Alcalde mayor del Darien harase pesquisa porque sea castigado». (Archivo
de Indias, 139-1-5, lib. 4, fol. 212).
LXXI
denunciaba abusos de Vasco Núñez, con lo que considerándose sufi-
cientemente impuesto acordó su relevo y procesamiento; fué, por
tanto, Pasamonle el que decidió al Rey en contra de Vasco Núñez, y
no parece aventurado sospechar que en su conducta influyera tanto
lo que al pasar por la Española le dijeran Quincedo y Colmenares,
que al llegar a España se declararon enemigos de Vasco Núñez, como
el que ignorando el triste fin de Valdivia creyese que Vasco Núñez se
había desligado de demostrarle en forma efectiva que no era ingrato
a la protección que le dispensaba.
La llegada a la Corte de Quincedo y Colmenares, con un indio y
una india para dar fe de sus asertos, exaltó por modo extraordmario
la imaginación de los españoles al ver que confirmaban lo escrito por
Pasamonle acerca de las riquezas de las tierras que se iban a descu-
brir, en las que según los Procuradores abundaba de tal modo el oro
y eran tan gruesas las pepitas del codiciado metal que en los ríos se
empleaban redes de pescar para cogerlo; la especie fué acogida con
tal credulidad aun por los hombres más serios y reflexivos, que de
todas partes de Castilla se presentaban voluntarios empleando toda
suerte de medios para ser admitidos en la expedición que se organi-
zaba; al pasado descrédito de las colonias, a la resistencia a ir a los
territorios descubiertos a pesar de las mercedes e indultos que se
concedieron para estimular la emigración a ellos, sucedió en cuanto
se habló de las inmensas riquezas que atesoraban los nuevos un estado
de febril excitación en que nobles y plebeyos, soldados, letrados y ecle-
siásticos abandonaban sus familias e intereses y se disputaban tomar
parte en la empresa, seguros de que unos cuantos días que se dedica-
ran a la pesca del oro serían suficientes para que pudiesen volverá la
madre patria convertidos en Cresos; yo oí decir, refiere el P. Las
Casas, a un clérigo que parecía cuerdo y de edad no muy mozo, de
los que por esta nueva de Castilla le movieron a pescar oro, estando
yo en la isla de Cuba, donde vino él a parar huyendo de la tal pes-
quería harto hambriento y flaco y sin un quilate de oro: «que había
dejado en Castilla 100.000 maravedís de renta en un beneficio que
tenía, por venir a pescar oro, y que si no creyera que había de vol-
verse a Castilla en breves días con un arca llena de granos de oro
Lxxir
tan gruesos como naranjas y granadas y mayores, no saliera de su
casa dejando lo que tenía por venir a buscar menos que aquel oro
que decía», y esto con juramento lo afirmaba delante de personas gra-
ves y a lo mismo me hallé presente.
Hasta los hombres de Estado se sintieron contagiados por estas
noticias, y el Rey acordó que para llamar a aquella región con más
propiedad, en vez de Tierra firme se la denominase Castilla del Oro,
«porque aun no consta que sea tierra firme \
Si tal competencia se entabló para lograr puesto en la expedición
aunque fuese sin sueldo y con la obligación de sustentarse los inte-
resados por su cuenta, bien se alcanza el pugilato a que daría lugar
la provisión de los altos cargos: para el de Capitán general fué desig-
nado Pedro Arias Dávila, que gozaba en la Corte de gran influencia
por su abolengo aristocrático, su distinguido comportamiento en las
guerras de Italia, su gallardía en los torneos y por hallarse casado con
Doña Isabel de Bobadilla, sobrina de la Marquesa de Moya, que tan
relevantes servicios prestó a la Reina Católica, con la que le unía es-
trecha amistad; no fué el nombramiento del agrado de los Procurado-
res, pero sus gestiones se estrellaron contra la decisiva influencia del
Obispo de Burgos D. Juan de Fonseca, que tenía a su cargo los asun-
tos de Indias y que entonces como después fué decidido protector de
Pedro Arias; el título le fué expedido en 27 de Julio -, por más que .^l
nombramiento debió ser anterior al 18 de Junio, fecha en que ya en-
contramos Cédulas a él dirigidas como Gobernador de Tierra firme ^
Por disposición de 28 de Julio fueron nombrados Diego Márquez,
Contador, y Alonso de la Puente, Tesorero; en 2 de Agosto Juan de
Tavira, Factor, y en 18 de Septiembre Alcalde mayor el Licenciado
Espinosa; al bachiller Enciso se le colma de beneficios haciéndole
1 1513, Julio 4, Valladolid. — El Rey a Almii-ante, Jueces y Oficiales de la isla
Española.
((Es menester mucho tiento en las cosas de Tierra firme para promover su po-
blación de que se espera mucho fruto. La hemos mandado nombrar Castilla del
Oro y aun no consta si es tierra firme». (Acad.^ de la Hist.^, Colee. Muñoz,
tomo 90).
2 El título está publicado en el tomo III de la (¡Colección de Viajes» de don
Martín Fernández de Navarrete.
3 Apéndice número 11.
LXXIII
merced, por Cédula de 13 de Junio, de 25.000 maravedís para ayuda
de costa y en 4 de Julio de oíros 38.000, nombrándole en igual fecha
'Alguacil mayor de las villas y lugares de Tierra firme, se le da a
tributo por vida una casa en Sevilla y concede a su mujer la pen-
sión anual de 15.000 maravedis; al Procurador Juan de Quincedo
se le nombra en 9 de Agosto Veedor de las fundiciones, y lo mismo
que a Colmenares se le otorga la merced de 25.000 maravedis, reco-
mendando a ambos a Pedrarias y ofreciéndoles que serían nombrados
Regidores cuando se hiciera la renovación de cargos en el Cabildo de
la villa de Santa María *.
Como se ve, todos los altos puestos los ocuparon personas que no
habían estado en Tierra firme o enemigos de Vasco Núñez; de los que
allí estaban y habían sufrido los riesgos e increíbles necesidades á que
dio lugar le ocupación y pacificación del territorio nadie se acordó.
Pero no bastaba a los enemigos de Vasco Núñez el ir a desempe-
ñar todos los cargos amparados por un numeroso Ejército, tenían
miedo de que aquel hombre de extraordinarias energías intentase ya
la resistencia armada, ya algún acto de violencia personal, y preca-
viéndose ponen en juego todos los medios para paralizar su acción;
«por Cédula de 4 de Julio se ordena a Pedrarias diera al bachiller
Enciso 10 hombres de los que iban a sueldo para que ejecutasen I )
que el dicho bachiller de nuestra parte les mandare» ^, con lo que se
creó una guardia para el resguardo de su persona; temerosos, a pesar
de que en la expedición iban más de 1.000 hombres, de que Vasco
Núñez amparado por sus amigos se opusiera a entregar el mando a
Pedrarias, hacen que el Rey envíe a Pedro de Arbolancha al Darien
con la aparente misión de llevar víveres, pero con la secreta de in-
formarse del estado de la Colonia y de preparar a sus vecinos a re-
cibir sin hostilidad al nuevo Gobernador ^ • a este efecto llevaba Ar-
1 Las minutas de estas Cédulas están en el Archivo de Indias de Sevilla, 109-1 5.
2 Archivo de Indias; 109-1-6.
B 1513, Junio 11, Valladolid. — El Rey a D. Diego Colon, Oficiales e Jueces
de la isla Española.
(( yo enbio a Pedro de Arbolancha al Darien a visitar a los cristianos que alia
están y para que me traiga relación cierta de todas las cosas de aquellas partes ;
le dice que tanto a la ida como al regreso le favorezcan». (Arch. de Indias, 109 15).
LXXIV
bolancha para ellos una Real Cédula fecha 11 de Junio de 1513 en
que se les dan las gracias por sus trabajos y ofrece enviarles en breve
Gobernador con Armada y provisiones; encargándoles dieran cré-
dito a Arbolancha en lo que de parte del Rey les dijese» *; deseaban
los enemigos de Vasco Núñez conocer el resultado de la misión que
llevaba Arbolancha a ser posible antes de emprender ellos el viaje,
y para lograrlo se apremió por Real Cédula de 13 del mismo mes
de Junio a los Oficiales de la Casa de Contratación de Sevilla para
que con toda urgencia lo despachasen, porque «conviene que vaya e
buelba lo mas presto posible que pueda» ^.
Por si todo ello no fuese bastante, Enciso, Quincedo y Colmenares
unidos por el interés común de derrocar a Vasco Núñez para ser
ellos los que obtuviesen los frutos del descubrimiento que iba a rea-
lizarse, obtienen una Real Cédula fecha de 18 de Junio para que Pe-
drarias cumplimentase «ciertas ejecutorias que el bachiller Enciso
lleva contra el Concejo de la Villa de Santa María la Antigua del
Darieh» 3; otra de 28 de Julio siguiente para que en cuanto Pedrarias
llegase a Santa María la Antigua y se hiciese cargo del mando ((hi-
ciera pesquisa e ynquision» respecto a la conducta seguida por Vasco
Núñez y sus amigos contra el bachiller Enciso y al oro que según
denuncia de éste habían defraudado, y la verdad habida, dice la Cé-
dula, «a los que por ella fallarades culpantes en todo lo susodicho y
ansi mismo al dicho Basco Nuñez de balboa prendelles los cuerpos e
presos e a buen recabdo proceded contra ellos e contra sus vienes a
1 1513, Junio 11, Valladolid. — El Rey a los vecinos del Darien.
Les da las gracias por sus trabajos, ofreciéndoles enviai-les en breve Goberna-
dor con Armada y provisiones y encargándoles den crédito a lo que les diga Pedro
de Arbolancha. (Arch. de Indias, 109-1-5).
2 1513, Junio 13, Valladolid. — El Rey a los Oficiales de la Casa de Contratación
de Sevilla.
(íYo he dado licencia a Pedro de Arbolancha mi criado para que vaya a la
Tierra firme al pueblo del Darien con algunos mantenimientos e le he dado
cargo que me traiga relación cierta de todas las cosas que pudiese saber de aque-
llas partes por ende yo vos mando que deys orden como se despache breue e secre-
tamente )) ; apremia para que lo despachen pronto porque ((conuiene que vaya
e buelba lo mas presto que pueda». (Arch. de Indias, 109-1-5).
3 Apéndice número 11.
LXXV
las mayores penas cebiles e criminales que fallaredes por juicio e por
derecho. E al dicho basco Nuñez de Valboa enbiadle preso a esta
nuestra corte juntamente con la pesquisa» K En la misma fecha se
ordena a Pedrarias que en llegando a Tierra firme abra el juicio de
residencia de Vasco Núñez y los otros Alcaldes y Justicias para sa-
ber cómo han usado de sus cargos, y si resultasen culpables los en-
víen presos a la Corte con el juicio de residencia ^■, por último, por
otras dos Cédulas de 9 de Agosto siguiente se ordenó también á Pe-
drarias hiciese justicia a Juan de Ouincedo que se quejaba de que
Vasco Núñez no le habla dado parte del botín obtenido en unas en-
tradas hechas en la tierra ', y a Rodrigo de Colmenares que igual-
mente se quejaba de los muchos agravios y sinrazones que Vasco
Núñez le había inferido ^.
Con todos estos elementos, dejando en la Corte poderosos pro-
tectores y un ambiente de lodo punto desfavorable para Vasco Nú-
ñez, y yendo de Gobernador un hombre de carácter arrebatado y
enérgico que influido por los informes recibidos iba ya con prejui-
cios que Enciso, Quincedo y Colmenares se encargarían de fomentar,
podían éstos ir seguros de que en cuanto llegasen a Santa María Ja
Antigua sería Vasco Núñez encarcelado y enviado a España y ellos
quedarían dueños de la situación.
Para contentar a los antiguos colonos y alentar a otros a que
fueran en la expedición concediéronseles en 18 de Junio franquicias
y privilegios, siendo verdaderamente curioso que una de las gracias
que se les otorgó, coincidiendo con lo pedido por Vasco Núñez en Ja
carta al Rey de 20 de Enero anterior y por los Procuradores después,
fué «que por termino de quatro años e mas cuanto fuere la voluntad
de Su A. ningún letrado ni otra persona que allá fuere no pueda
abogar ni avogue e tyene mandado quen ningún juizio no sea reci-
bido escripto ninguno sino que todos los debates e diferencias se de-
terminen por albedrio de buen varón simplemente e de llano por
1 Apéndice número 12.
2 Apéndice número 14.
8 Apéndice número 16.
4 Apéndice número 17.
LXXVI
que no hayan logar los pleitos e diferencias que por esta causa an
subcedido e ha ávido e agora ay en la isla Española de que los veci-
nos e moradores della han recibido y reciben mucho daño» \
Esta misma prohibición aparece reiterada en la instrucción que
en 2 de Agosto se dio a Pedrarias D avila dictando las reglas a que
había de sujetarse tanto en la navegación como en el gobierno de
Tierra firme 2. Hállanse estas instrucciones inspiradas en el vivo de-
seo de establecer la soberanía española en aquellas regiones por
medios pacíficos, no recurriendo a los violentos sino en caso de ex-
trema necesidad, y si hubieran sido observadas en lo que de reali-
zables tenían se habría evitado la despoblación de la tierra a que
dieron lugar los atropellos y violencias cometidos por Pedrarias y
sus Capitanes. «Debéis procurar, dice el artículo 8.° de las Instruc-
ciones, por todas maneras e vias que vierdes e pensardes que para
1 1513, Junio 18, ValladoHd. — Memorial de las franquezas e livertades que
S. A. otorga a los vezinos e moradores e pobladores que están e fueren a la dicha
tierra firme y de la ayuda que manda hazer a los que fuesen en esta Armada que
agora enbia Su Al. con su gouernador y Capitán general para poblar la dicha
tierra firme.
A los que fueran se les ofrecían casas y tierras según su calidad, las cuales que-
darían de su propiedad a los cuatro años de residencia, indios en encomienda por
vida; se les autorizaba a rescatar plata, oro, perlas, etc., siempre que fuera con
licencia del Gobernador y Oficiales Reales y pagando el quinto de todo para Su
Alteza ; se les concedía el usufructo de las minas por diez años pagando el quinto
y sin impuesto alguno durante un año a los que las descubriesen ; se les autori-
zaba a llevar sin pago de derechos las mercaderías, provisiones y ganado que qui-
sieran, y que por término de cuatro años podrían llevar a vender a la Española y
traer a Castilla sin pagar ningún derecho ni impuesto todo lo que adquirieran.
«Otro si : su al. da por livertad a la dicha tierra firme para que por tiempo
de los dichos quatro años y mas cuanto fuere la voluntad de su al. ningund le-
trado ni otra persona que alia fuere no pueda abogar ni avogue e tiene mandado
que en ningún juyzio no sea recibido escripto ninguno sino que todos los devates
e diferencias se determinen por albedrio de buen varón simplemente y de llano
porque no hayan logar los pleitos e diferencias que por esta causa an subce-
dido e ha ávido e agora ay en la isla española de que los vezinos e moradores della
han recibido e reciben mucho daño».
Estas franquicias debían pregonarse en Sevilla, Córdoba, Ecija, Provincia de
León, Maestrazgo de Calatrava y Alcántara, Obispado de Jaén, Málaga, Cádiz,
Xerez y Valencia. (Arch. de Indias, 109-1-5).
2 Apéndice número 15.
LXXVII
ello han de aprovechar e por todas las otras vias e formas que se pu-
dieren tener alguna experiencia que se podra hacer, atraer con bue-
nas obras a que los indios estén con los cristianos en amor e amistad
e que por esta via se haga todo lo que se oviese de hacer con ellos
no consentiréis que por vos ni por otras personas no se les quebrante
ninguna cosa que les fuere prometida sino que antes que se les pro-
meta se mire con mucho cuidado si se les puede guardar e sino se
puede bien facer que no se les prometa pero prometido se les guarde
enteramente e no habéis de consentir que se les haga ningún mal
ni daño porque de miedo no se alboroten ni se levanten, antes habéis
mucho de castigar a los que los ficiesen mal e daño porque por esta
via vernan antes a la conversión e al conoscimiento de Dios e de
nuestra santa fe católica en mas se gana en convertir ciento de esta
manera que cien mil por otra.
))Y en caso que por esta via, dice el artículo 9.°, no quisieren ve-
nir a nuestra obediencia e se les hobiese de facer guerra habéis de
mirar que por ninguna cosa se les haga guerra no siendo ellos los
agresores o no habiendo fecho o provado a hacer mal e daño a nues-
tra gente e aunque los hayan acometido antes de romper con ellos
les fagáis de nuestra parte los requerimientos necesarios para que
vengan a nuestra obediencia».
Habíase acordado en juntas que por teólogos y juristas se cele-
braron en Sevilla en 1613, que antes de emplearse la fuerza con los
indios se les leyera el requerimiento que redactaron para que volun-
tariamente depusieran las armas y se sometiesen a la dominación es-
pañola; a estos requerimientos se refieren las Instrucciones, y bien se
alcanza que si la idea demuestra la buena fe de los que tal procedi-
miento imaginaron, demuestra igualmente la completa ignorancia de
lo que es la guerra; prescribir que si los indios atacaban a los espa-
ñoles se estuvieran éstos arma al brazo dejándose herir o malar en
tanto «que una e dos e tres e mas veces cuantas vierdes que sean ne-
cesarias» se hiciesen los requerimientos, es sencillamente absurdo,
y por esto no dieron el resultado que los autores del procedimiento
se proponían, antes al contrario, sirvieron de desprestigio de las
autoridades de la metrópoli que tales disposiciones dictaban.
LXXVIII
Más en lo real está el aviso que se da a Pedrarias de que debiendo
ser esclavos los indios prisioneros de guerra desconfíe de los cris-
tianos, que «porque los indios se les encomienden tienen mucha gana
que sean de guerra e que no estén de paz e que siempre han de ha-
blar en este proposito»; se le recomienda que oiga el parecer del
Obispo y de los clérigos, porque (cestan mas sin pasión e con menos
esperanzas de haber dellos intereses».
Como se ve, las Instrucciones se hallaban inspiradas en el vivo
deseo, como dice el artículo 10, ude que los indios con amor e volun-
tad e amistad e buen tratamiento sean atraídos a nuestra santa fe ca
tolica e se escuse de forzallos e maltratallos para ello cuanto fuera
posible porque desta manera se servirá mucho nuestro Señor e Yo
me terne de vos por muy servido dello».
El mismo espíritu informa las disposiciones relativas al régimen
a que habían de ser sometidos los indios dados en encomienda, pre-
viniendo a Pedrarias en el artículo 10 que se guarden las ordenanzas
que para ello llevaba, que eran las acordadas en Burgos en 1512,
«a fin de que sean mas conservados e mejor tratados e mas doctri-
nados a nuestra santa fe católica», y somete a su decisión si sería
conveniente que los indios de cada cacique turnasen en el servicio
de los cristianos o se les impusiera como tributo una señalada can-
tidad de oro.
La experiencia de los inconvenientes que por la distancia y difi-
cultad de comunicaciones había producido en las colonias los mandos
unipersonales hizo que se prescribiera a Pedrarias que todas las
cosas arduas concernientes a la buena gobernación de la tierra y al
bien común de los vecinos las resolviese de acuerdo con Fray Juan
de Quevedo, Obispo del Darien, y con el Tesorero, Contador y Ofi-
cial, informando lodos en un escrito al Rey de los asuntos referentes
a toda la comunidad; de esta suerte se limitaba un tanto el poder
del Gobernador y se precavían los abusos que pudiera cometer.
Los aprestos necesarios para conducir hasta 3.000 hombres que
en Sevilla se reunieron para ir a Tierra firme demoraron el que la
Armada estuviera lista para zarpar, y después los malos tiempos
retrasaron aún más su partida; en vista de nuevos avisos de Tierra
LXXIX
firme de que no era necesario tanta gente se ordenó, escribe Oviedo ^
que por ir en la Armada estuvo bien enterado de lo que sobre este
punto ocurrió, que fuera la mitad de la gente licenciada, no obstante
lo cual era tal entusiasmo para ir en busca de las tan ponderadas ri-
quezas, que no pudo excusarse que bajara de 2.000 el número de hom-
bres de que constase la expedición, los cuales embarcaron en 22 naos
y carabelas que partieron de San Lúcar de Barrameda el 11 de Abril
de 1514 con rumbo a las islas Canarias para desde allí seguir direc-
tamente a Tierra firme.
1 Historia general y natural de Indias, libro XXIX, capítulo VI.
V
Llegan a Tierra firme socorros conducidos por Cristóbal Serrano. — Sebastián de
Ocampo viene a Castilla como Procni-ador de Vasco Núiiez. — Recibe éste no-
ticias de que sns enemigos han logrado que se le releve del cargo de Goberna-
dor.— Organiza una pequeña columna con la que va a las tierras del cacique
Comogre. — Descubrimiento del Océano Pacífico.
En tanto que en la Corle los enemigos de Vasco Núñez acumula-
ban toda clase de elementos para asegurar su perdición, continuaba
éste la laboriosa tarea de domniar las revueltas de los colonos y so-
meter el país; la llegada de dos navios con bastimentos y 150 hombres
a las órdenes de Cristóbal Serrano, enviados por el Almirante y Ofi-
ciales de Santo Domingo, colocó a Vasco Núñez en condiciones de
emprender en mayor escala la exploración y conquista del territorio;
con Cristóbal Serrano, dice Las Casas, (cenvio según se dijo el teso-
rero Pasamonte a Vasco Nuñez una provisión de Capitán general de
toda aquella tierra, porque diz que tenia poder del Rey para consti-
tuir Capitanes y Gobernadores en la Tierra firme según que el de-
terminase. A mi es difícil esto creer, que tan presto y tan a la clara
el Rey quisiese al Almirante y sus privilegios perjudicar porque
en verdad no pertenecia a ninguno constituir Capitán ni Gobernador
sino al Almirante por sus privilegios» \
Tan poco enterado de los hechos como apasionado en su juicio
resulta en esto el P. Las Casas; hallábase en litigio si con arreglo a
las capitulaciones y privilegios de D. Cristóbal Colón la Tierra firme
se hallaba comprendida en el Virreinato de las Indias, y en tanto que
1 Historia de las Indias, libro III, capítulo XLVI.
LXXXII
el pleito no se fallara no puede ofrecer duda que la Corona, en la que
radicaba la soberanía, era la llamada a entender en todos los asuntos
de aquel territorio, y no un particular que con razón o sin ella preten-
día el gobernarlos; pero a mayor abundamiento, ni el Tesorero
Pasamonte estaba facultado para constituir Capitanes generales, ni
fué el Rey, sino el Almirante, el que primeramente nombró a Vasco
Núñez Gobernador de Tierra firme; ante la imperiosa necesidad de
que los colonos de Santa María la Antigua tuvieran quien legalmenle
los rigiese, de acuerdo con los Oficiales Reales de la Española nom-
bró D. Diego Colón a Vasco Núñez Gobernador interino, dando
cuenta al Rey en 10 de Septiembre de 1511, el que aprobó su resolu-
ción diciéndole: ((Fue buen medio el que tomasteis questoviese alli
por agora aquel Vasco Nuñez de Balboa hasta que se provea de quien
tenga cargo de aquello» ^; pero recabando sus facultades como So-
berano y sin perjuicio de lo que del pleito resultase, nombró por «í
Gobernador a Vasco Núñez en 23 de Diciembre de 1511 ^ haciendo
caso omiso de lo dispuesto por el Almirante; no hubo, pues, discor-
dancia entre las partes litigantes respecto a la persona designada y
ambas podían aducir que habían ejercido sus pretendidos derechos,
puesto que Vasco Núñez había sido nombrado por el Rey y por el
Almirante.
Por el orden en que el P. Las Casas narra los sucesos, los dos
navios de Cristóbal Serrano llegaron a Santa María después de Octu-
bre de 1512 en que partieron para Castilla los Procuradores Quincedo
y Colmenares ^, lo cual parece encontrar confirmación en la carta de
Vasco Núñez al Rey de 20 de Enero de 1513, en la que habla del
arribo de los buques como hecho que acababa de realizarse: «agora
ha nos Dios proveído de dos navios cargados de bastimentos» *; desde
luego hay que descartar que Serrano llevara a Vasco Núñez el nom-
bramiento de Gobernador hecho por el Almirante antes de 10 de
Septiembre de 1511, pues habiéndolo gestionado Zamudio y Valdivia
1 Véase la nota 2.* de la página XXX.
2 Apéndice número 2.
3 Ristoria de las Indias, libro III, capítulo XLVI.
4 Apéndice número 8.
LXXXIII
y regresado éste a Santa María la Antigua después de dicha fecha,
bien se alcanza esperó a llevar consigo el codiciado despacho; (^1
nombramiento de que fué portador Serrano fué el hecho por el Rey
en 23 de Diciembre de 1511, y así parece confirmarlo el que en la ci-
tada carta de 20 de Enero de 1513, escrita poco después de la llegada
de los navios, le acusa recibo de la Real Cédula de 31 de Enero de 1512
ordenándole que recibiera a la gente de Nicuesa ' , y como esta dispo-
sición sólo es posterior en treinta y siete días al nombramiento, jun-
tos debieron salir de España y juntos llegar al Darien; podrá ale-
garse que en la carta nada dice Vasco Núñez de haber recibido los
despachos ni, como era de rigor, expresa su gratitud por la mer-
ced que se le había otorgado, pero hay que tener en cuenta que en
la misma carta hace referencia a otra que acababa de escribir: «como
Vuestra Real Magestad, le dice, vera en otra carta que a vuestra
mui Real Alteza escrivo haciendo relación de todas las cosas que acá
han pasado ))2 , en ésta, que no ha llegado hasta nosotros y de la que
parece ser continuación la de 20 de Enero, es donde, como prime-
ramente escrita, cabía hacer las demostraciones de gratitud por su
nombramiento.
«Luego dende a pocos dias, según creo, sigue diciendo Las Casas,
se le aguo a Vasco Nuñez aquel gran placer que con su Capitanía ge-
neral y con lo demás bobo y por ventura le vino en aquellos dos mis-
mos navios por vía de esta isla (la Española) fue avisado o por Qa-
mudio o por cartas de otras personas como el Rey estaba contra el
indignado por las quejas que del dio Anciso y por la muerte de Ni-
cuesa ^. Con estos pensamientos que no poco le acosaban y como
hombre que era de mucho animo, determino de se aventurar a co-
meter la empresa de ir a buscar la otra mar y las riquezas que
antes y después della se le habían notificado cosa por entonces
tenida (y con razón pues se le había dicho ser necesarios 1.000 hom-
bres) por muy ardua, para que si saliese con prosperidad de la jor-
nada se le contase por servicio grande hecho al Rey e por el le pcr-
1 Apéndice número 5.
2 Apéndice número 8.
3 Historia de las Indias, libro III, capítulo XLVI.
LXXXIV
donase lo pasado y si por el contrario muriese en la demanda seria
suelto de sus temores y cuidados temporales» \
No parece probable que las noticias que los navios le trajeran,
sino otras posteriores, fuesen las que le determinaran a efectuar la
expedición para descubrir el mar Austral, porque no la emprendió
hasta ocho meses después , v por la poca gente que llevó no le fué
preciso hacer grandes preparativos; pero desde luego la carta al Rey
de 20 de Enero patentiza que ya abrigaba temores de lo que contra él
se fraguaba en Castilla y trataba de contrarrestar los manejos de sus
enemigos; no por su forma literaria, sino por su fondo, demuestra
la carta que era Vasco Núñez hombre de clara intehgencia, que co-
nocía bien los resortes que tenía que tocar para conseguir el fin que
deseaba; hace resaltar en ella que la negligencia de Ojeda y Nicuesa
fueron causa de que fracasaran en sus intentos colonizadores «por no
saberse valer y porque los gobernadores después que a estas partes
pasan toman tanta presunción y fantasía que les paresce ser señores
de la tierra y desde la cama han de mandar la tierra y governar !o
que es menester y ellos ansi lo fisieron y como la tierra sea muy
trabajosa de andar a cabsa de los muchos rios y ciénagas de grandes
anegadizos y sierras donde muere mucha gente, hacensele de mal \r
a recibir malas noches y pasar trabajos porque cada dia es menester
ponerse a la muerte mili vezes y por esta cabsa quierense descargar
con algunas personas que no se las da mucho que se haga bien que
mal, como Diego de Nicuesa ha hecho por donde fue cabsa de se
perder ansi el uno como el otro», y en prueba de estos asertos envió
al Rey una información que mandó hacer «de todo lo que pasó por
donde Vuestra Alteza Real vera los negocios como se reglan».
Haciendo contraste de la conducta de Nicuesa y Ojeda con !a
suya pinta con vivos colores las penalidades y riesgos que ha su-
frido, vencidos todos merced a la bondad con que trató a los indios,
a la justicia en el reparto de las presas y aa que no se ha andado esta
tierra de a una parte ni a otra que no haya ido adelante por guia i
1 Iliatoiia de las Indias, libro III, capítulo XLVII.
LXXXV
aun abriendo los caminos por mi mano para los que van conmigo y
sino es ansi a las obras me remito i al fruto que cada uno de los que
han pasado acá han dado».
Comprendiendo que en la Corte más que por justificarse de los
hechos pasados había de obtener favor por lo que de él se esperase,
dice al Rey que la bondad con los indios le ha valido el saber de ellos
«mui grandes secretos i cosas donde se puede haver mui grandes ri-
quezas en mui grande cantidad de oro»; con este motivo hace una
descripción geográfica del territorio, señalando donde según sus no-
ticias existían yacimientos, y sobre todo habla de la portentosa abun-
dancia del preciado metal y de las perlas en las costas e islas del
mar Austral, pidiendo al Rey el cargo para ir a descubrirla «y si es
servido, le dice, de me dar e enbiar gente yo me atrevo a tanto me-
diante la bondad de Nuestro Señor de descobrir cosas tan altas i a
donde puede haver tanto oro y tanta riqueza con que se puede con-
quistar mucha parte del mundo y quando esto no hiciere no tengo
mejor cosa que mi cabeza que pongo por prenda».
Para dar mayor fuerza a su relato lo envió Vasco Núñez con Se-
bastián de Ocampo ^ e hizo que a éste le acompañara un indio con el
fin de que confirmase la existencia de la fabulosa riqueza del país.
Trajo Sebastián de Ocampo amplios poderes para representar a
Vasco Núñez como su Procurador, y a fin de cumplir su cometido
se estableció en Sevilla para practicar sus gestiones en la Casa de
Contratación, pero aquejado de grave enfermedad y viendo cercana
la hora de su muerte hizo uso de las facultades que los poderes le
1 En la carta de 20 de Enero de 1513 al Rej- (apénd. ntím. 9) le llama Vasco
Núñez Sebastián del Campo; de él se ocupa el P. Las Casas en el libro II, capí-
tulo XLI de su Historia de las Indias, diciendo que era hidalgo gallego, criado de
la Reina Doña Isabel y que había pasado a las Indias con D. Cristóbal Colón en
su segundo viaje. En 1508 fué comisionado por el Comendador Ovando para que
con dos bergantines reconociese si Cuba era isla o tierra firme; tardó ocho meses
en rodearla reconociendo todos los puertos, volviendo con la noticia de que era
isla y de la riqueza de la tierra.
Hace referencia Las Casas (lib. III, cap. XXVIII) que en 1512 llevó Ocampo
al Darien un navio cargado de víveres para venderlos a los que allí estaban, y
este comercio a que se dedicaba es probable que diera lugar a su amistad con Vasco
Núñez.
LXXXVI
otorgaban y los substituyó en 26 de Julio de 1514 en su primo Alonso
de Noya y en Cobos, Oficial del Secretario Conchillos ^; más tarde
hemos de ocuparnos de lo sospechoso que resulta el que quedase
de Procurador de Vasco Núñez un Oficial dependiente de Conchillos
cuya influencia era tan decisiva en los asuntos de Indias y que tan
amigo y protector era del Tesorero Pasamonte; por el pronto basta
indicar que la residencia en Sevilla de Ocampo y las relaciones
que la substitución del poder en Cobos demuestra que tenía en la
Casa de Contratación, hacen sospechar de que fuera él el que en-
terado de lo que se tramaba contra Vasco Núñez le diera en cuanto
llegó a España los avisos que le determinaron a emprender la arries-
gada por no decir temeraria expedición a la mar del Sur sin esperar
los refuerzos pedidos.
No estaba, pues, en lo cierto el P. Las Casas al decir que Arbo-
lancha fué el Procurador de Vasco Núñez, que con él tenía estrecha
amistad y que anduvo por aquellas tierras; según Oviedo (cera curial
e conocido en la Corte y hombre de negocios»; en 1501 pasó desti-
nado a la isla Española como Oficial del Contador Cuéllar^; tal vez
tuviera allí amistad con Vasco Núñez, pero su nombre no figura
entre los que fueron a Tierra firme con Nicuesa, Ojeda, Enciso o
Colmenares, ni se menciona en ninguno de los relatos de los sucesos
del Darien; en 1511 vino a la Corte comisionado por los Oficiales
de la Española para informar sobre el estado de los asuntos en
las Indias, y expuesto queda que los negros colores con que pintó
Ja situación de los establecimientos determinaron al Rey a ordenar
que no fuese el navio que había mandado armar con toda premura
para que les llevasen armamento y provisiones.
CumpHda su misión se estableció Arbolancha en Bilbao con su
familia, hasta que el Rey le envió a llamar en Junio de 1513 a fin de
que fuese a Santa María la Antigua a preparar a sus vecinos para que
1 Apéndice número 20.
2 1501, Noviembre 19, Ecija. — Carta del Rey a Pedro de Arbolancha para que
vaya a Indias por Oficial del Contador Cuéllar. (Acad.* de la Hist.*, Colee. Mu-
ñoz, tomo 90).
LXXXVII
recibiesen bien a Pedrnrias '; la misión que llevaba era, por lanío,
contraria a los intereses de Vasco Núñez y sólo le vemos intervenir
favorablemente en los asnnlos de éste después del descubrimiento Je
la mar del Sur.
De todas suertes lo que resulta comprobado es que Vasco Núñez
siguiendo los consejos del hijo del cacique Comogre pidió el envío
de gente a fin de organizar una columna de 1.000 hombres para ir a
descubrir el mar Austral, y que sin esperar a que llegasen los re-
fuerzos se decidió a emprender la expedición con la reducida fuerza
con que contaba.
Desgraciadamente no han llegado hasta nosotros documentos ori-
ginales que relaten las vicisitudes por que pasaron los españoles
hasta dar cima a su temerario propósito, y por tanto tenemos que
atenernos a los relatos de los cronistas que tuvieron mejores fuentes
de información; Oviedo, que llegó al Darien cuando se acababa «le
realizar el descubrimiento, trató a la mayoría de los que en él to-
maron parte y por razón de su cargo de Escribano mayor y de la
comisión que más larde se le confirió de incautarse de los bienes de
Vasco Núñez y Valderrábano cuando fueron ejecutados, disfrutó de
todos sus documentos incluso de las actas que de los sucesos más
culminantes de la expedición levantó este último en el ejercicio de sus
funciones de Escribano Real, formó con todos estos antecedentes la
narración que inserta en el libro XIX de su Historia general de las
Indias; más extensa es la que hace el P. Las Casas, pero carece de
valor propio por no ser más que una copia de lo expuesto por P. Már-
1 1512, Abril 24, Burgos. — El Rey a D. Diego Colón y Jueces de Apelación de
la Española.
Les dice que Pedro de Arbolancha le hizo relación de ciertos indios y naborías
que le fueron encomendados por el Comendador mayor de Alcántara y al tiempo
que Diego Colón fué de Gobernador le dejó los dichos indios, y que al tiempo que
él partió de esa isla para venir a estos Reinos a nuestra Corte le dieron término
de un año para retener los indios y porque cumple el tiempo pide prórroga.
1513, Junio 11, Valladolid. — El Rey al Concejo de la villa de Bilbao.
«Yo enbio a Pedro de Arbolancha my criado vecino de esa Villa a las Indias
del Mar Océano a ciertas cosas que cumplen a nuestro servicio por ende les ruego
e encargo que durante su ausencia miren por sus cosas y por su muger e hijos».
(Arch. de Indias 109-1-5).
Lxxxvm
tir, el que a su vez se fundó en lo escrito al Rey por Vasco Núñez, y
con su carta y los informes que le suministró Arbolancha que estaba
en Santa María la Antigua cuando los españoles regresaron de la
expedición, hizo el relato, más extenso que el de Oviedo, con el que
coincide en todo lo esencial, ofreciéndonos, por tanto, una compro-
bación que asegura su veracidad y que permite sea admitido sin re-
celos, por lo que a él tendremos que atenernos a falta de los docu-
mentos originales.
El 1." de Septiembre de 1513 embarcaron en Santa María la An-
tigua en un galeón y nueve canoas 800 hombres mandados por Vasco
Núñez, el que dio por pretexto de la expedición que iba a descubrir
minas e inquirir los secretos de la tierra; según el P. Las Casas ^ el
número de españoles era el de 190, siendo los demás indios de servi-
cio personal o empleados en conducir la impedimenta, y así debió
ser, porque el total de los colonos de Santa María la Antigua no
alcanzaba la cifra de 800.
Llegaron parte de los expedicionarios al puerto que después se
denominó de Acia el 4 de Septiembre, y tanto ellos como los que
iban en el galeón o bergantín (Oviedo le llama galeón. Casas dice
era bergantín, inclinándonos a creer esto último por no constar que
en Santa María hubiese galeones ni navios) fueron bien acogidos y
agasajados por el cacique Careta, con el que ya tenía hecha paz y
amistad Vasco Núñez; dejó éste en el puerto parte de la gente al
cuidado de los barcos y con el resto y guiados por indios que Careta
le dio partió la tierra adentro el día 6 de Septiembre en busca del
cacique Ponca, el cual al tener noticia por sus espías de la proximi-.
dad de los cristianos huyó a los montes con toda su gente, pero re-
querido por los indios de Careta que Vasco Núñez envió en su busca
y fiado en la promesa de que no recibiría daño volvió al poblado el
día íó e hizo paces y amistad con los cristianos, facilitándoles deta-
lladas noticias de la tierra y guías que los condujeron al poblado del
cacique Torecha, según Oviedo, Guarequa, según Las Casas y P. Már-
tir, con el que Ponca tenía guerra; para llegar a él tuvieron que reco-
1 Historia de las Indias, libro III, capítulo XLVII.
LXXXIX
rrer diez leguas de áspero camino cruzado de numerosos ríos que fué
preciso vadear o pasar en balsas con gran riesgo de perecer; dice
Oviedo ^ que sorprendieron de noche el poblado y tomaron en él al-
guna gente y oro, sin hacer mención de que Torecha saliera a com-
batir; Pedro Mártir y con él Las Casas refieren, por el contrario, que
el cacique Quarequa salió con mucha gente de guerra al encuentr(j
de Vasco Núñez y le acometieron con ((gran grita e ímpetu espanta-
ble, pero bien pronto fueron vencidos por los españoles, que les cau-
saron gran número de muertos, entre ellos el mismo cacique y algu-
nos prisioneros que Vasco Núñez tomó por guías para continuar )a
ascensión de la cordillera, dejando en el poblado a muchos españoles
que de hambre y cansancio se encontraban enfermos».
El 25 de Septiembre de 1513 a las diez de la mañana los indios
que servían de guías dieron noticia a Vasco Núñez que desde próxima
meseta se veía el mar; avanza solo, ansioso de ser el primero en con-
templarlo, y al llegar a la planicie divisa en lontananza las tranquilas
ondas del mar que denominó del Sur y que más tarde recibió el nom-
bre de Océano Pacífico.
Seguramente que en aquellos momentos no se daría Vasco Núñez
cuenta de la trascendental importancia que para todos los órdenes de
la vida humana tenía el descubrimiento que acababa de realizar, pero
bien se le alcanzó al ver confirmadas las noticias que le dio el hijo
de Comogre, que las riquísimas comarcas de que le había hablado
eran las que hacia el Sur se extendían, y que navegando aquel mar
debía arribarse a la isla de Cipango, famosa en Europa por sus ri-
quezas, y a las costas orientales del continente asiático, en el que
tanto abundaba el oro, la plata y las piedras preciosas y en el que
se producía la codiciada especiería; exaltado por el porvenir de glo-
ria y de grandeza que para Castilla y para él en su imaginación se
representaba, llama a su gente y todos de rodifias entonan el Te
Deum por la buena ventura que el Señor les había deparado. Cum-
plido este deber ordena construir una gran cruz de madera, que fijó
en tierra en señal de loma de posesión, y dispone que el Escribano
1 Historia general y natural de Indias, libro XXIX, capítulo III.
xc
Real Andrés de Valderrábano extendiera acta del descubrimiento ha-
ciendo en ella constar para eterna memoria los nombres de todos los
españoles que en él se hallaron; gracias al cronista Oviedo, que tuvo
en su poder el acta y la transcribió en su Historia general y natural
de las Indias, han pasado a la posteridad los nombres de los 67 héroes
que realizaron tan asombrosa empresa ^; porque, en efecto, causa
asombro el considerar la resistencia física y el absoluto desprecio que
a la vida tenían aquellos hombres que desde el 6 de Septiembre que so
internaron en las montañas hasta el día 25, sin más alimento que wi
puñado de maíz, sin más armas que sus espadas y unos cuantos ar-
cabuces, avanzan abriéndose paso con sus cuchillos por la espesa
maleza, cruzan impetuosos torrentes, escalan elevadísimas cimas, atra-
viesan casi inaccesibles desfiladeros; millares de indios tratan de ce-
rrarles el paso, los españoles saben muy bien que si caen en su po-
der les esperan los más crueles tormentos, no dudan ni vacilan, lu-
chan, los derrotan y someten, y siguen siempre adelante en busca de
nuevos obstáculos que vencer y nuevos enemigos que avasallar; io
desconocido, lejos de atemorizarles, les atrae, porque se sienten con
arrestos bastantes para dominar a la naturaleza y a los hombres, y
cuando desde la planicie en que fijaron la cruz contemplan la ex-
tensa comarca poblada por millares de indígenas, ni los cuentan, ni
se cuentan, ni piensan que la elevadísima cordillera que acaban do
atravesar^les cortaría la retirada caso de un desastre, y sólo desean
bajar pronto al llano para enseñorearse de todo el territorio y some-
terlo a la dominación castellana.
Enterado Vasco Núñez por los guías de que se hallaba próximo
el poblado de un poderoso cacique llamado Chiapes, comienza con
su gente a descender la sierra en la dirección que los guías le in-
dicaban, no tardando en encontrar gran número de indios capita-
neados por Chiapes que trataron de resistirles, pero al ruido de los
disparos y a la vista de los perros que les acometían se desbandaron,
no sin dejar en poder de los nuestros algunos prisioneros, a los que
agasajó Vasco Núñez haciéndoles comprender que lo que deseaba
1 Apéndice número 18.
XCI
era su amistad y que no tenía intención de hacerles daño; tranquilos
con las dádivas y promesas consintieron en ir en unión de algunos
de los guías en busca de Chiapes, el que se presentó a Vasco Núñez
que lo recibió con grandes agasajos y le hizo un obsequio de objetos
de Castilla en correspondencia al de 400 pesos de oro que el cacique
le había llevado; hechas con él las paces, se aposentó Vasco Núñez
en el poblado y despidió a los indios de Torecha para que volvieran
a sus tierras, encargándoles comunicasen a los españoles que allí ha-
bían quedado que se le incorporaran; en tanto que esto se realizaba,
formó Vasco Núñez tres grupos de 12 hombres cada uno mandados
por Francisco Pizarro, Juan de Ezcaray y Alonso Martín para que
reconociesen la tierra a fin de averiguar el camino más corto para
ir al mar, al que Alonso Martín llegó el primero y embarcándose
en una canoa que encontró en la playa penetró en el Océano, ha-
ciendo testigos a sus compañeros de que era el primer cristiano que
lo surcaba.
Incorporadas a Vasco Núñez las partidas exploradoras, empren-
dió con 26 hombres el descenso a la costa el 29 de Septiembre, y
llegando a la orilla del mar penetró en él llevando en las manos 'n
espada desnuda y el pendón real, y en nombre de los Reyes de Cas-
tilla tomó «posesión real e corporal e actualmente de estas mares e
tierras e costas e puertos e islas australes con todos sus anexos e rei-
nos e provincias que les pertenesgen e pertenesger pueden en qual-
quier manera e por qualquier ragon e titulo que sea»; de la tierra
lomó la posesión real haciendo con su puñal cruces en los árboles y
ordenando al Escribano Andrés de Valderrábano levantase acta de
todo lo que había presenciado \
Dio el nombre de San Miguel, que era el santo del día, al gran
golfo que allí hace el mar, y regresó con su gente al poblado de Chia-
pes, en el que se estableció tomándolo por centro para explorar )a
tierra y donde se le incorporó la gente que había dejado enferma
en el de Torecha.
Por un hermano del cacique Chiapes tuvo Vasco Núñez noticia
1 Oviedo. — Historia general de las Indias, libro XXIX, capítulo III.
XCII
que en ciertas islas que había en el golfo se pescaban perlas, y aun-
que le manifestaron los indios que era sumamente peligroso navegar
el golfo en aquella estación por lo revuelto que el mar se encontraba,
organizó una pequeña columna de 60 hombres que en ocho canoas
que le facilitó el hermano de Chiapes fueron a las tierras de un caci-
que llamado Cuquera, y con ánimo de sorprenderle desembarcaron el
8 de Octubre por la noche, mas sentidos de los indios se apercibieron
a resistirles, pero fueron derrotados haciéndoseles algunos prisio-
neros; soltó a uno de ellos Vasco Núñez coníiándole la misión de
que tranquilizase a su jefe y le convenciera de que el mejor partido
que podía lomar era someterse, como así lo efectuó, quedando amigo
de los cristianos e informando a Vasco Núñez dónde y cómo se pes-
caban las perlas.
Adquiridas las noticias que deseaba volvió al poblado de Chia-
pes para preparar su viaje a la isla de las Perlas, que emprendió el
17 de Octubre con 60 hombres escogidos, mas apenas se separaron
de la costa estalló una violenta tempestad que ponía a cada momento
a las canoas en gran peligro de zozobrar, y aunque las ataron unas
a otras arreció tanto el oleaje que se vieron en la precisión de tomar
tierra en una isleta, donde pasaron la noche con terribles angustias
porque creciendo el mar inundó toda la tierra y a cada momento
temían que los arrastrase; al llegar el día y retirarse las aguas vie-
ron con tristeza que las canoas que habían dejado atadas a los ár-
boles se hallaban abiertas por los envites de las olas y que de ellas
habían desaparecido los pocos víveres que llevaban; no desmayan
ante situación tan angustiosa, y con hierbas y cortezas de árboles re-
median las averías de las canoas, en las que se embarcaron dirigién-
dose a tierra firme, a la que con grandes riesgos de perderse llegaron
extenuados por el cansancio y por el hambre; allí les esperaba el
cacique de aquella comarca llamado Tumaco con toda su gente dis-
puesto a resistirles, y aunque los españoles no disponían más que
de sus espadas y se hallaban tan extenuados, haciendo un supremo
esfuerzo, no sólo lograron derrotarle sino que valiéndose de los in-
dios del hermano de Chiapes le convencieron de lo mucho que le
convenía estar en paz con los cristianos, y se presentó a Vasco Nú-
XCIII
ñez con un donativo en oro y 240 perlas gruesas, ante cuya vista
se consolaron todos de los peligros y penalidades que habían pasado
y adquirieron la certidumbre de que no les había engañado el hijo de
Comogre al ponderarles las cuantiosas riquezas del país; a estas tie-
rras de Tumaco puso Vasco Núñez el nombre de provincia de San
Lucas, y también dio el de este santo al golfo que forma allí el mar.
Tanto el hermano de Chiapes como Tumaco manifestaron a Vasco
Núñez que en el Golfo de San Miguel existía una isla en la que había
gran abundancia de piedras muy gruesas, y que siguiendo hacia el
Sur la costa de la tierra firme se hallaba una comarca riquísima en
oro, aludiendo sin duda al Perú, y aunque Vasco Núñez deseaba
emprender estas navegaciones, los caciques le expusieron que el es-
tado del mar en aquella época hacía, como había podido experimen-
tar, muy peligrosa la navegación en barcos tan pequeños y frágiles
como eran las canoas y que debía aplazar la empresa para el verano
en que el mar estaba más tranquilo; convencido de la razón con que
hablaban acordó seguir el consejo y regresar al Darien por distinto
camino que el que había traído; partió el 3 de Noviembre llevando
su gente embarcada en canoas, remontó un río hasta llegar a tierras
del cacique Thevaca, según Oviedo, Teaochan según Las Casas, con
el que hizo paces, saliendo el día 5 para el poblado del cacique Pacra
en cuyas tierras era fama existían muy ricas minas, puso el nombre
a esta provincia de Todos los Santos; no encontró a Pacra, y aun-
que se le presentó más tarde, los gravísimos delitos de que le acusa-
ban los indios y su obstinación en no declarar, las minas de oro que
había en su territorio decidieron a Vasco Núñez, para intimidar a los
demás caciques, a hacer en él un ejemplar castigo, sometiéndolo a
tormento hasta que murió. La noticia de tan duro escarmiento hizo
que espontáneamenle se le presentasen con regalos y se le sometieran
los caciques Mahe y Tamao Othoque y un hermano de Pacra; conti-
nuando Vasco Núñez su viaje hacia la costa salió el 1.° de Diciem-
bre de la provincia de Todos los Santos, el 5 llegó al poblado del
cacique Bocheriboca, que encontró abandonado, y siguió al de Po-
corosa, que igualmente lo estaba, pero el día 13 vino éste de paz
llevándole regalos de oro; allí se le presentaron espontáneamente
XCIV
otros (los caciques con los que hizo paces, y siguiendo su camino
llegó el 18 al bohío del cacique Tubanama, al que puso preso y sus
subditos rescataron dando el oro que se les pidió, después de lo cual
se hicieron las paces, quedando muy amigos cristianos e indios; en
aquellas tierras comprobó Vasco Núñez la existencia de minas de
oro, y volvió al poblado de Pocorosa; siguiendo su marcha hacia el
Darien, supo en el poblado de Comogre que éste había muerto; allí
descansó la gente desde el 1.° de Enero hasta el 14, y fué muy aten-
dida por el hijo de Comogre; siguieron al poblado de Ponca, que
también les acogió con agrado y les dio noticia de que al Darien
habían llegado una nao y una carabela procedentes de la Española;
pasó Vasco Núñez al puerto de Careta, donde llegó el 17 de Enero,
y embarcándose arribó a Santa María la Antigua el 19 de Enero, o
sean cuatro meses y diez y nueve días después de su partida.
En la expedición de Vasco Núñez no se sabe qué admirar más,
si el valor temerario de los españoles, o su resistencia física para
sobrellevar el hambre, la sed y las fatigas de las penosas jornadas
por montes casi inaccesibles, o si el talento militar y político del cau-
dillo y su inquebrantable voluntad para superar todas las contrarie-
dades que le ofrecían la naturaleza y los hombres; cúlpasele, sobre
todo por el P. Las Casas, de duro en los castigos y de sanguinario
por haber empleado los perros de presa en los combates con los in-
dios, y esta acusación, que en general se hace a todos los conquis-
tadores de América, es en mucha parte injustificada; para apreciar
los hechos con justicia, es necesario compenetrarse de las circunstan-
cias en que se realizaron; toda censura es poca para los hombres
que sin una imprescindible necesidad atormentaban los indios o les
daban muerte, pero estos hechos no deben confundirse con los ejem-
plares castigos que los conquistadores se vieron en la necesidad de
imponer en defensa de sus vidas y para conseguir la finalidad que
se habían propuesto; no fueron Vasco Núñez, Cortés, los Pizarro y
tantos otros a América para fundar conventos, fueron para dominar
el país, y tuvieron que emplear la fuerza para realizar la conquista;
inhumano fué el empleo de los perros de presa como auxiliares en
los combates, pero al fin y al cabo esto ocurría en el- siglo xvi y era
xcv
el perro un enemigo con el que el indio, aunque en condiciones de
inferioridad, podía luchar frente a frente, o en último término buscar
la salvación en la huida; en cambio en este siglo, en que tanto se ha-
bla de aquellos tiempos bárbaros y de los progresos realizados para
humanizar las costumbres, se emplean en las guerras los torpedos y
las minas submarinas que abren las quillas de los buques y destrozan
y sumergen en las profundidades del mar los cuerpos de los Iripulan-
*tes que navegaban bien ajenos de la suerte que les esperaba, y en el
bombardeo de las ciudades los proyectiles cargados de explosivos,
que lo mismo destrozan a los combatientes que a los ancianos, las
mujeres y los niños; la humanidad en este punto no nos parece que
ha hecho grandes progresos.
Vasco Núñez en su expedición demostró que no sólo era un gran
Capitán, sino un político tan hábil como lo fué después Hernán Cor-
tés en la conquista de Méjico; al frente de 190 españoles, cuyo nú-
mero como fuerza disminuyó considerablemente por las enfermeda-
des que produjo el hambre y las fatigosas marchas, penetra por te-
rritorios de tribus de numerosa población que tratan de oponerse a
su marcha aprovechándose de las ventajas que les ofrece la fragosi-
dad del terreno: saben muy bien los españoles que una derrota daría
lugar a un levantamiento general del país contra ellos y que acosa-
dos tendrían que sucumbir a manos de los indios, sufriendo las más
crueles torturas, y por eso combaten con toda la energía del que
juzga que sólo con la victoria puede salvar la vida; pero aun existía
para ellos otro peligro mayor que el que les ofrecía el combate, el
del abandono por los indios de sus viviendas retirándose a las fra-
gosidades de las montañas, porque si empleasen estos medios extre-
mos se encontrarían los españoles sin portadores de su pequeña im-
pedimenta, ni guías que los condujesen a través de aquellos casi inac-
cesibles parajes y sin medios para subsistir; era, por tanto, para Vas-
co Núñez cuestión de vida o muerte no dejar detrás de sí enemigos,
y por eso emplea todas sus energías en vencer a los que comba-
ten y someter a los que se huían a los montes, empleando duros
castigos con los que de éstos puede haber y se muestran rebeldes;
pero en cambio, una vez lograda la sumisión, despliega un tacto ex-
XCVI
quisilo y valiéndose del prestigio que le dan sus victorias, del lerroi'
que producen los castigos impuestos, del halago de sus palabras y
del atractivo de las dádivas, convierte a los enemigos en aliados, y
con razón pudo jactarse de que si los españoles al entrar en el terri-
torio de las tribus eran recibidos en son de guerra, al salir se
habían captado la admiración, el respeto y el cariño de los indí-
genas.
La llegada de los expedicionarios a Santa María la Antigua pro-
dujo en sus habitantes la natural alegría; el oro y las perlas que en
abundancia habían adquirido borraron por el momento todas las dife-
rencias, y los mismos Regidores y Alcaldes, que según la carta de
Vasco Núñez de 20 de Enero de 1514 habían abierto contra él una
información y querido prenderle, dirigen una exposición al Rey
relatando sus méritos y servicios y pidiendo que quedase de Gober-
nador de Tierra firme ^ y Pedro de Arbolancha, que había llegado
a Santa María la Antigua durante la ausencia de Vasco Núñez para
desempeñar la misión secreta de informar al Gobierno de la metró-
poli del estado de los asuntos en aquella colonia y preparar que sus
vecinos recibieran sin oposición el Gobernador que se nombrase, se
convierte en partidario de Vasco Núñez, se presta a traer a España
la exposición del Cabildo de Santa María y al parar de regreso a la
metrópoli en la isla Española hace desaparecer los resentimientos
que contra Vasco Núñez tenía el Tesorero Pasamente, el que escribe
al Rey rectificando lo que antes le había informado y proponiéndole
para que continuase al frente del Gobierno ".
1 Apéndice número 22.
2 El Licenciado Suazo en carta a M. Xevres (apénd. núm. 63) (de decía
que como llegó a noticia de Vasco Nuñez que el bachiller Enciso llevaba el cargo
de negociar contra el siendo su enemigo e quel thesorero Pasamente tenia tanto
poder acordó de embiar al dicho Pasamente muchos esclavos y muy lucidas piezas,
mucho oro e otras joias de harto valor que hoy dia tiene en su casa e es mui no-
torio en esta Cibdad que Vasco Nuiiez se las enbió e ay muchos testigos de vista
desto. Viendo pues el dicho thesorero tal presente recibióle y luego escrebio todo
lo contrario de lo que habia escrito, haciendo saber al Rey Católico que Vasco Nu-
ñez era muy servidor de su Alteza e la mejor persona e que mas havia trabajado
en su servicio de quantos acá avian pasado pero como el camino es tan largo no
XCVII
El efecto de la recomendación de Pasamonle fué inmediato; ape-
nas se recibió en la Corte su misiva y con ella copia de dos que con
fecha doce de Marzo de 1514 escribió Vasco Núñez relatando su expe-
dición y descubrimientos, el Rey dirigiéndose a éste directamente
le decía en 19 de Agosto: «porque Arbolancha avn no es llegado y
espero a su venida para mandar proveer en todo lo de alia y en lo que
a vos os toca, esta solamente sera para deciros lo mucho que e ol-
gado de ver buestras cartas y en saver las cosas que aveis descu-
bierto en esas partes de tierra nueva de la mar del Sur y del golfo
de San Miguel a bos os agradezco y tengo mucho en servicio lo
que en ello aveis travajado y fecho que a sido como de muy cierto y
berdadero servidor tened esperanza que a bos y a ellos (los que
con él fueron) a de ser bien gratificado y remunerado, y que Yo siem-
pre abre respeto a vuestros servicios y suyos para que recivais las
mercedes, y en lo que a vos toca Yo lo haré de manera que bos seáis
onrrado y buestros servicios se gratifiquen que por cierto yo tengo
bien conocido que en todo lo que abéis entendido lo aveis hecho muy
bien quando buestras letras llegaron ya Pedrarias era partido
con el Armada que mandamos fazer para esa Tierra de Castilla del
Oro de que el va por nuestro Capitán general y Gobernador della,
agora le escrivo que mire mucho por buestras cosas y os favorezca
y trate como a persona a quien yo tengo tanta voluntad de fazer mer-
ced y tanvien me a servido y sirve» ^
En igual fecha y en respuesta a la petición del Cabildo de Santa
María la Antigua de 12 de Marzo anterior para que Vasco Núñez
continuase al frente del Gobierno le escribía el Rey ofreciendo mer-
pudo llegar tan presto esta carta que ya el armada estaba hecha y Pedrarias con
ella en Sevilla para se embarcar».
Confirma que Pasamonte escribió en el indicado sentido al Re}-, el que éste de-
cía a Vasco Núñez en carta fecha 19 de Agosto de 1514 (apénd. ntím. 24) : «Miguel
de Pasamonte nuestro thesorero general de las Indias me envió dos treslados de
vnas letras buestras que le ynviastes que dezis que son como las que me escriuis
fechas de 12 de Marzo deste presente año que trae Arbolancha y el dicho thesorero
me escriue lo demás que vos a el le escriuis y suplicándonos por lo que os tocaren.
1 Apéndice número 24.
TU
XCVIII
cedes a los que habían ido al descubrimiento de la mar del Sur con
Vasco Núñez de Balboa, y respecto a éste les contestaba: «en lo que
dezis de lo mucho que nos ha servido Vasco Nuñez y de la abylidad
que tiene para servir en esas partes mas que otra ninguna persona
Yo tengo por cierto que ha servido bien y que tiene la voluntad que
dezis e asy lo fauorescere e fare mercedes y en lo de la gouernacion
desa tierra ya quando esta recibieredes avra llegado alia Pedrarias
dauila que enbyamos por nuestro Capitán general y Gobernador de-
sas partes tenedle por tal y obedecedle como a nuestra persona» \
Estos documentos demuestran que antes de que Arbolancha llega-
se a la Corte, y merced a lo escrito por Pasamonte, había ya reco-
brado Vasco Núñez la gracia del Rey, el que le da a entender la impo-
sibilidad en que se hallaba de dejarle de Gobernador de Tierra firme
una vez que ya había partido para ella Pedrarias D avila; pero en cam-
bio entre frases de agradecimiento le ofrece que pronto le remunera-
rá sus servicios como por su importancia lo merecen, y en efecto,
después de oir a Arbolancha le nombra en 23 de Septiembre siguien-
te Adelantado de la Mar del Sur y Gobernador de las provincias de
Panamá y Coiba-;no es, pues, exacto, como dice el P. Las Gasas,
que fuera Arbolancha Procurador de Vasco Núñez, pues ya hemos
visto que lo era Sebastián de Ocampo, ni que merced a sus gestiones
volviera Vasco Núñez a la gracia del Rey y se le otorgaran mercedes;
cuando Arbolancha llegó a la Corte ya el Rey había escrito las cartas
de 19 de Agosto, y por tanto lo único en que pudo influir fué en de-
terminar la clase de recompensa que debía otorgársele; tampoco pa-
rece cierto que acompañara a Vasco Núñez en la expedición, como
se deduce del relato del P. Las Casas ^, porque de haber ido, siendo
como era persona principal, su nombre figuraría en las listas que
inserta Oviedo, y además porque habiéndose dado la orden en 13 de
Junio de 1513 a los Oficiales de Sevilla para que aprestasen el buque
que había de conducirlo á Tierra firme, haciendo escala en la Espa-
1 Apéndice número 22.
2 Apéndice número 29.
3 Historia de las Indias, libro III, capítulo LII.
XCIX
ñola y siendo la navegación con buen tiempo de cuarenta y ocho
días, no es fácil que estuviera en Santa María la Antigua el 1.° de
Septiembre en que partió la expedición, siendo lo más probable
que llegara en uno de los dos barcos que a dicha villa arribaron
durante la ausencia de Vasco Núñez.
VI
El Tesorero de la isla Española Miguel de Pasamente. — Su intervención en les
asuntos de Vasco Ntíñez de Balboa.
De propósito nos hemos limitado hasta ahora a indicar la parte
que tomó el Tesorero Miguel de Pasamonte en los asuntos de Vasco
Núfiez, sin tratar de inquirir las causas que le impulsaron a ser unas
veces su protector y otra su enemigo, a fin de que apreciando su per-
sonalidad en conjunto puedan ser sus actos juzgados con la severidad
que merecen.
Dice el P. Las Casas ^ que queriendo el Rey Católico enaltecer
el cargo de Tesorero de la isla Española, «acordó enviar para el una
persona cierto veneranda, de grande cordura, prudencia, experien-
cia y autoridad, aragonés, criado suyo viejo, llamado Miguel de Pa-
samonte, .señaladamente honesto y de quien se tuvo opinión de ha-
ber sido casto toda su vida. Este llegó a la Española en el mes de
Noviembre de 1508 ^, dio.sele tanta honrra que lo llamaban en las
cartas y cédulas reales Tesorero General de todas estas Indias, ha-
biendo tesoreros en tierra firme y en las otras islas, esto no .se si pro-
cedia de voluntad del Rey o de solo los secretarios que el Rey en-
tonces tenia. Finalmente por ser la persona tal como es dicho cobro
aquel oficio en estas tierras mas nombre y mayor e.^^limacion que el
1 Casas. — Historia de las Indias, libro II, capítulo XII.
2 En carta fechada en Valladolid en 3 de Mayo de 1509 el Rey decía a Mi-
guel de Pasamonte: «Vi vuestras letras de 31 de Enero de este año y holgué ú(-
saber vue.stra llegada». (Acad.* de la Hist.*, Colee. Muñoz, tomo 90).
cu
oficio de Contador, como quiera que sea al contrario en Castilla.
Tuvo tanto crédito con el Rey que casi toda la disposición y gober-
nación de estas Indias por su relación y parecer se ordenaba y dis-
ponia».
Fué ciertamente Pasamente hombre laborioso y de clara inteli-
pero distaba mucho de reunir todas las excelentes cualidades que el
pero distaba mucho de reunir todas las excelentes cualidades que el
P. Las Casas le atribuye en el precedente párrafo: sobrábale la am-
bición de riquezas y era poco escrupuloso acerca del modo de adqui-
rirlas; el mismo Las Casas manifiesta que trabajó Vasco Núñez que
se enviase a la isla Española a Valdivia uno de los Regidores ((muy
amigo suyo porque lo hablan sido ambos siendo vecinos de la villa
de Salvatierra de la Qabana donde yo a ambos conosci, para hacer
saber al Almirante D. Diego Colon que la gobernaba y al Tesorero
Pasamonte que tenia grande autoridad, el estado y servicio del Rey
en que quedaban y en tierra muy rica que les enviasen gente, armas
y comida para lo cual envió buena cantidad de oro y secretamente
al Tesorero Pasamonte una buena cantidad de ello, según se dijo» ^
El desconocido autor de un memorial dado al Cardenal Jiménez
de Cisneros denunciando abusos cometidos en Indias ^ escribía: «Lope
de Conchillos proveyó de su mano por thesorero de la Española a
Pasamonte que era escribiente en casa de Almazan e iba algunas ve-
ces por correo con cartas: Pasamonte con favor de Conchillos hace
infinitos insultos e agravios asi en la casa de la fundición del oro
donde se haze juez, como fuera de ella e da causa de que los hagan
los otros juezes e Oficiales del Rey Pasamonte supo como un
Vasco Nuñez que el Almirante habia enviado a la Tierra firme habia
habido buena dicha e que se hallava con mucho oro, por su aviso
Conchillos hizo relación al Rey que convenia enviar a la Tierra firme
un caballero principal con mil o dos mil hombres e que se tomara re-
1 Casas. — Historia de las Ivdins, libro III, capítulo XXXIX.
2 Memorial (Jado al Cardenal Cisneros de lo que conviene proveer para la
buena gobernación de la isla Española ; denuncia los abusos e injusticias cometidos
en la isla Española. (Acad.'^ de la Hist.'^, Colee. Muiíoz, tomo 76). — Se halla publi-
cado en la Colección de documentos inéditos del Archivo de Indias, tomo I, pá-
gina 253.
CIII
sidencia al dicho Vasco Nuñez e como Pedrarias fue con la mas es-
cogida gente que de España ha salido e con gasto de mas de 50.000
ducados e tomo la dicha residencia al dicho Vasco Nuñez este se re-
medio con diez o doce esclavos e otras cosas nuevas que envió a
Pasamonte el cual le aconsejo que enviara presentes a Conchillos e
con esto e con lo quel dicho Pasamonte escribió fue dada por buena
su residencia e proveído de adelantado de cierta parte de aquella
Tierra firme con otros favores e mercedes.
También expone que Diego Velázquez, Teniente del Almirante en
la isla de Cuba, ((ha hecho para si grandes haciendas e enviado poco
ha cada seiscientos castellanos a Conchillos e a Pasamonte, diciendo
que es lo que han sacado de sus indios siendo de lo suyo propio
porque lo sostengan, y que Juan Ponce de León envió a Conchillos
una cadena de seiscientos o setecientos castellanos e otras cosas a el
e a sus Oficiales por los cuales le enviaron Cédula del Rey para que
fuese Gobernador de la isla de San Juan, el mismo Juan Ponce trajo
después a la Corte seis o siete mil castellanos que repartió entre Con-
chillos e sus criados conque le hicieron dar cuatro naos de Armada
a costa del Rey».
En otra memoria instructiva para tomar residencia a los Oficia-
les Reales de la isla Española se acusa a Pasamonte de ((haber reci-
bido de los Capitanes que iban en el Armada de Tierra firme y de
Vasco Nuñez y de Diego Velázquez y otros muchos, esclavos, perlas,
guanines, hamacas, dineros, papagayos e otras muchas cosas de
Tierra firme. Que como el daba e quitaba los indios no habia persona
para el antes las manejaba a su arbitrio» \
Dada la gratitud de Oviedo al Secretario Lope de Conchillos, cu-
yos oficios desempeñaba en su nombre en Tierra firme, no es de
creer que sin gran fundamento dirigiera graves acusaciones contra
persona por Conchillos tan favorecida como lo era el Tesorero Pasa-
monte, del que da claramente a entender que en unión del Almirante
recibió los regalos de Vasco Núñez que le movieron a influir para que
1 Memoria instructiva para tomar resi(3encia a los Oficiales de la Española
Pasamonte Ampies etc. (Acad.* de la Hist.% Colee. Muñoz, tomo 75).
CIV
fuese nombrado Gobernador; deseando Vasco Núñez, escribe Oviedo,
ganar las voluntades de personas que le pudiesen ayudar, envió a esta
ciudad de Santo Domingo cartas e algunas hermosas piezas de oro
labradas para quien le pareció; y escribió al Almirante D. Diego
Colon e al Tesorero Miguel de Pasamente al cual el Catholico Rey
daba crédito e granjeo sus voluntades de tal forma quel Almirante
le envió una cédula con titulo de Capitán e Theniente suyo. E por lo
quel Thesorero Pasamonte escribió al Rey Catholico en su favor se
le envió una cédula de Capitán e Administrador suyo en aquella pro-
vincia ^
En documentos oficiales aparecen aún más terminantes las acu-
saciones contra Pasamonte; en carta dirigida a S. A. por el bachiller
Corral en 2 de Mayo de 1515 le decía: <( Vasco Nuñez ha tenido maña
de sostenerse, tomaba las cartas que a el se escribían, enbiaba las
suyas con presentes' al Tesorero Pasamonte quien cohechado le ha
sostenido» ^.
Por último, el Licenciado Suazo, Juez de residencia en la isla Es-
pañola, remitió en 21 de Enero de 1518 a Mr. de Xevres una memoria
sobre el estado de las Indias; en ella expone que la influencia del
Tesorero Pasamonte tenía por causa el que «por conservar el Obispo
de Burgos el Licenciado Zapata y el Secretario Conchillos que tenian
mando en las Indias los intereses que en ellas tenian todos confiaban
sus haciendas del Tesorero Pasamonte e porque acá hacia sus nego-
cios ninguna cosa enviaba a pedir a Su Alteza, como habia de ser
despachada por Conchillos que no le venia pintada como queria»; y
refiriéndose a Vasco Núñez dice que Pasamonte se enojó con él ((C
para le destruir acordó de escribir al Rey Católico que era muy bien
que Su Alteza hiciese una Armada para Tierra firme e que viniese
un Gobernador de aquellas partes proveído e sobre el dicho Vasco
Nuñez, e para que a su carta se diese mas crédito envió a negociar
esto a un bachiller Enciso que habiá estado en Tierra firme e era
grande enemigo del dicho Vasco Nuñez porque traia pleito con el, el
1 Oviedo. — Historia general y natural de las Indias, libro XXVIII, capí-
tulo III.
2 Apéndice número 34.
cv
cual se determino en el Consejo Real en Madrid habrá un año. H
como el Rey se creia por aquellos que deseaban hacer placer al Te-
sorero, mando que la Armada se hiciese e que fuese por Capitán ge-
neral della e Gobernador de Tierra firme en la provincia que dicen
Castilla del Oro Pedradas de Avila. E esto asi proveido no pudo ser
esta negociación tan secreta que no la supo el dicho Vasco Nuñez
e como vino a su noticia quel bachiller Enciso llevaba el cargo de
negociar contra el siendo su enemigo, e quel Tesorero Pasamonte
tenia tanto poder por razón de las causas que arriba digo, acordó
de enviar al dicho Pasamonte muchos esclavos e muy lucidas piezas,
mucho oro e otras joyas de harto valor que hoy tiene en su casa, e
es muy notorio en esta ciudad que Vasco Nuñez se las envió e hay
muchos testigos de vista desto. Viendo pues el dicho Tesorero tal
presente, recibióle e luego escribió todo en contrario de lo que antes
habia escrito, haciendo saber al Rey Católico que Vasco Nuñez era
muy servidor de Su Alteza e la mejor persona, e que mas abia tra-
bajado en su servicio de cuantas acá hablan pasado pero como el
camino es tan largo no pudo llegar tan presto esta carta que ya la
Armada no estaba hecha e Pedrarias con ella en Sevilla para se em-
barcar» V
Eran tan frecuentes las acusaciones de haber efectuado cohechos
que se dirigían contra los que desempeñaban cargos en las Indias,
que a pesar de que las dirigidas contra Pasamonte provienen de dis-
tintas personas y tienen al parecer fundamento, todavía podría .dudarse
de si fueron producidas por las enemistades que necesariamente se
crea todo el que como Pasamonte fué arbitro durante mucho tiempo
de la resolución de los asuntos de Indias; pero hay en su proceder
con Vasco Núñez tales nebulosidades que bastan, sin necesidad de las
precedentes acusaciones, para llegar al convencimiento de que no fu.'*
la persona veneranda y de autoridad y cordura que dice el P. Las
Casas, sino el funcionario venal que en unión de los que en la Corte
le patrocinaban ponían a contribución los cargos, explotando la con-
fianza que en ellos depositaba el Rey, sin que nada les importase eí
1 Apéndice número 63.
OVI
interés de la patria ni cometer todo género de tropelías e injusticias
con tal de satisfacer su desenfrenada codicia.
Expuesto queda que en los informes que en Septiembre de 1511
dio Arbolancha al Rey de parte de los Oficiales Reales de la Española
y probablemente las cartas que de Pasamonte trajo, describían como
de tal suerte desesperada la situación de los establecimientos de
Tierra firme que el Monarca mandó a los Oficiales de Sevilla que no
hicieran los aprestos que había ordenado días antes para que fuese
un barco con víveres para los españoles del Darien; pero después de
la partida de Arbolancha para la Península hace Valdivia, comisio-
nado por Vasco Núñez, su primer viaje a Santo Domingo, y el resul-
tado de sus gestiones y las de Zamudio que le acompañaba se aprecia
en las cartas que con relación de los sucesos de Tierra firme escri-
bían al Rey el Almirante y Oficiales de la Española y éstos a sus
compañeros de Sevifia ^ y que dieron por resultado la destitución de
Nicuesa y Ojeda, el abandono de Nombre de Dios y el nombramiento
de Vasco Núñez de Gobernador del Darien.
Por segunda vez envía Vasco Núñez a Valdivia a la Española en
Enero de 1512, llevando, según oyó el P. Las Casas, buena cantidad
de oro para Pasamonte; pero Valdivia y toda su gente perecen en
el camino, y creyendo Pasamonte que Vasco Núñez no cumplía como
hombre agradecido, da oídos a las acusaciones que contra él formu-
laron a su paso por la Española Quincedo y Colmenares, se suma
a ellos contra Vasco Núñez y escribe al Rey la carta a que éste con-
testaba en 4 de Julio de 1513 diciéndole <-(por lo que escribís como
por otras vias sabia varios escesos de Vasco Nuñez harase pesquisa
porque sea castigado» ^ sin que esta resolución y la de destituirle
del mando pueda atribuirse a gestiones de los Procuradores Quin-
cedo y Colmenares, porque en 31 de Mayo \ antes de que éstos lle-
gasen a la Corte, ya el Rey aprobando lo propuesto en 19 del mismo
mes por los Oficiales Reales de Sevilla en vista de lo que le habían
escrito los de la Española, o sea Pasamonte, que era el que allí todo
1 Véase la nota de la página XXX.
2 ídem id. de la id.
3 Apéndice número 9.
CVII
lo manejaba, ordenó el apresto de la Armada para Tierra firme «con
la que ira, dice la carta, una persona principal».
Poco después de la partida para España de los Procuradores de
Tierra firme Quincedo y Colmenares llegó a Santo Domingo Pedro
de Arbolancha que iba a Santa María la Antigua a influir con sus
vecinos para que recibieran sin hostilidad a Pedrarias Dávila nom-
brado Capitán general y Gobernador de aquellos territorios, y a su
regreso a la Española, que fué bien pronto, llevó la noticia del des-
cubrimiento de la mar del Sur y de las inmensas riquezas que había
en sus costas e islas, siendo de ellas muestra el oro y perlas que como
presente conducía para el Rey \
Al ambicioso Tesorero no se le podía ocultar cuan beneficioso
sería para sus intereses que de Gobernador de aquellos tan ricos te-
rritorios estuviera una persona a quien él pudiese tener dominada,
haciéndola ver que de su voluntad dependía el que continuase en el
cargo o fuera destituido, y tampoco se le podía ocultar que si hasta
entonces había manejado a su antojo los asuntos de Tierra firme
cesaba casi por completo su intervención en ellos con el nombra-
1 Era Arbolancha, según Oviedo, hombre de negocios, y bien lo demostró en
esta ocasión llevando el barco que le conducía cargado de víveres para negociarl )s
por su cuenta en Tierra firme ; cuando arribó a Santa María la Antigua hallábase
Vasco Núñez en la expedición en que descubrió la mar del Surj al regresar con
la noticia del descubrimiento y riquísimo botín de oro y perlas, comprendió Arbo-
lancha, como hombre de negocios que era, todo el que podía hacer poniéndose de
acuerdo con Vasco Núñez y haciendo valer lo que sus informes podían favorecerle
en la Corte, y en efecto, no sólo se estableció entre ambos estrecha amistad sino
que Arbolancha sirvió de mediador para restablecer la armonía entre su antiguo
jefe y amigo el Tesorero Pasamente y Vasco Núñez, y a tal punto llegó la con-
fianza que en éste depositó, que le dejó encomendada la gestión de sus intereses se-
gún se desprende de una Real Cédula dictada en Burgos en 1.° de Julio de 1524,
dirigida a los Gobernadores y otras Justicias de Castilla del Oro, en la que se les
dice que Pedro de Arbolancha había hecho relación de que cuando por mandado
del Rey fué el año catorce a Tierra firme a visitar a los cristianos llevó un barco
cargado de ^averes y por venir brevemente con la relación de lo que le era man-
dado dejó su hacienda encomendada al Adelantado Vasco Núñez de Balboa que
a la sazón era Gobernador de Tierra firme, el cual al tiempo que del se hizo jus-
ticia diz que tenía cobrados muchos pesos de oro de la dicha hacienda y lo gastó
en cierta armada que hizo para la mar del Sur; se ordena se investigue lo que
sobre ello haya de cierto y se le devuelva lo que sea suyo. (Archivo de Indias,
109-1-5;.
CVIII
miento de Gobernador de hombre de carácter tan independiente, de
tan elevada alcurnia y tan bien quisto del Rey como Pedrarias Dá-
vila, el que a mayor abundamiento contaba con las grandes influen-
cias que su mujer Doña Isabel de Bobadilla tenía en la Corte y con
la decidida protección del Obispo Fonseca, encargado del despacho-
de los asuntos de Indias.
Reconciliado Pasamonte con Vasco Núñez por mediación de Ar-
bolancha y no pudiendo hacer que se anulase el nombramiento de
Pedrarias, se ve bien claro el plan que se traza: escribe al Rey pon-
derando el gran servicio prestado por Vasco Núñez con el descu-
brimiento de la mar del Sur y que se ha hecho acreedor de una ex-
traordinaria recompensa \ dejando que Arbolancha, apoyado por el
Secretario Conchillos, propongan que las mercedes consistieran en
el nombramiento de Adelantado de la Mar del Sur y en el Gobierno
de las provincias de Panamá y Coiba por él descubiertas, fijando los
límites de éstas desde la cumbre de las montañas al mar, es decir,
todos los territorios en que se suponían las inmensas riquezas de qu)
hablaba el hijo del cacique Comogre, quedando la Gobernación de
Pedrarias reducida a los territorios ya explorados; de esta suerte el
Tesorero y sus patrocinadores serían partícipes de aquellas riquezas,
ya que careciendo Vasco Núñez de protectores en la Corte no tendría
más remedio que sucumbir a sus exigencias.
Cambios tan bruscos en los informes de Pasamonte al Rey y <'l
hecho de que Sebastián de Ocampo, Procurador de Vasco Núñez,
substituyera los poderes que éste le había otorgado en favor de Cobos,
Oficial tan distinguido de la oficina del Secretario Conchillos, que
éste renunció en él su cargo de la negociación y despacho de los
asuntos de Indias -, no pueden por menos de inducir a tener por cier-
tas las acusaciones que quedan expuestas de que Vasco Núñez, í:1
igual de Juan Ponce de León y Diego Velázquez y tantos otros tu-
vieron para obtener la merecida recompensa de sus servicios que
1 Apéndice número 24.
2 En 5 de Abril de 1518 Lope de Conchillos renunció el cargo de la negocia-
ción y despacho de las Indias en el Secretario Francisco de los Cobos. (Acad.^ Je
la Hist.*, Colee. Muñoz, tomo 76, fol. 34).
CIX
ganar con dádivas la protección de Pasamonte y de Conchillos, pro-
tección que no faltó a Vasco Núñez en lo sucesivo ', pues tanto el uno
como el otro hicieron a su favor cuanto en su mano estuvo, aunque
vieron contrarrestados sus esfuerzos por superiores influencias.
1 En 8 de Agosto de 1515 Pasamonte escribía al Rey pidiéndole qr.e ordenase
«que de la gente que Vasco Nuñez tenia en el Darien antes de que fuese Pedrarias
le diera 150 hombres para ir a poblar las provincias de Panamá y Coiba donde '\s
Adelantado que destruyeron e robaron Ayora e los otros capitanes porque Pedra-
rias les da logar para ello e de la Isla Española non se pueden proveer por la
falta que alli ay de xente por haberse ido a la Fernandina e venido a Castilla ; e
las provisiones vayan duplicadas en el pliego del Obispo porque se las detienen
los Oñciales». (Colee, de doc. inéd. de Indias, tomo 36).
VII
Llegada de Pedrarias a Santa Maiía la Antigua. — El hambre y las enfermedades
diezman a los expedicionarios. — Política de Pedrarias con relación a Vasco Nú-
ñez. — Los Capitanes de Pedrarias destruyen la obra de paz realizada por Vasco
Núñez.
Grande debió ser el disgusto de Vasco Núñez al saber que por
Gobernador y al frente de lucido Ejército llegaba Pedrarias acompa-
ñado de Enciso y Colmenares, y no menor debieron tenerlo éstos al
enterarse de que aquel a quien consideraban anulado para siempre
había con el gran éxito del descubrimiento de la mar del Sur hecho
méritos bastantes para recobrar el favor real y la influencia en la
Corte.
El 30 de Junio de 1514 desembarcaron los expedicionarios que
habían partido de San Lúcar el 11 de Abril anterior, y desde luego
pudo observarse las diferencias que separaban a los dos bandos; Pe-
drarias quiso rodearse de todo el aparato posible de ostentación, e
hizo su entrada en Santa María de la Antigua llevando de la mano
a su mujer Doña Isabel de Bobadilla, rodeados ambos del Obispo
D. Juan de Quevedo, Oficiales Reales y Capitanes lujosamente ata-
viados y seguidos de la tropa formada y con armas, dispuesta a ha-
cer uso de ellas si como temían Vasco Núñez oponía resistencia; éste,
por el contrario, se presentó a recibirlos seguido de los 515 hombres
que componían la colonia, sin armas y con sus habituales vestiduras,
como queriendo hacer alarde de humildad ante los que tan llenos de
orgullo venían y en demostración de que allí lo que imperaba era
el trabajo y no la vana ostentación.
ex II
Si político y hábil estuvo Pedradas, no menos se mostró Vasco
Núñez, saludándose como amigos afectuosos, y los vecinos ofrecie-
ron cariñoso alojamiento a los recién llegados en las cien casas que
tenían construidas y que formaban, según dice Oviedo, «muy gentil
población» \
Hízose cargo del mando Pedrarias y al siguiente día celebró una
larga conferencia con Vasco Núñez a la que asistió Oviedo como
Escribano general, el que refiere que durante ella colmó Pedrarias de
halagos a Vasco Núñez, exponiéndole ((que el Rey le avia mandado
que lo tractasse muy bien por lo que le avia servido en aquella tie-
rra, e en todo lo que oviesse lugar le favoresgiesse e gratificasse»; el
íin que con tales frases, tan contrarias a su pensamiento e instruc-
ciones, se proponía Pedrarias, no era otro que inspirar confianza o
Vasco Núñez para obtener de él los datos que necesitaba sobre el
estado de la colonia y su parecer acerca de lo que debía hacerse, y
cuando le expuso su deseo, Vasco Núñez con una gran lealtad le
ofreció escribir una memoria que le llevaría al día siguiente, como
así lo efectuó; contenía la relación, dice Oviedo, ((muchas cosas bien
dichas e convenientes, y entre otras declaro los rios e quebradas e
paises señalados donde se habia hallado oro e lo avian visto e cogido
los cristianos hasta entonces», y en ella exponía los descubrimientos
que había realizado. ((E dijo que de tres años antes hasta que Pedra-
rias llego avia hecho de pages aquestos cagiques, Careta, Ponca, Ca-
zeca. Chape, Cuquera, Juanaga, Bonanimana, Tecra, Comogre, Po-
corosa, Pucheribuca, Chuyrica, Otoque, Qhorita, Pacra, Teacoa, The-
noca, Tamao, Tamoca, Tubanama e otros; e avia descubierto la mar
del Sur en el año de mili e quinientos y trece e la isla Rica de las per-
las e avia en persona atravesado la tierra de mar a mar, e en todo
dixo la verdad \
No era Oviedo muy amigo de Vasco Núñez, influido sin duda por
los relatos de Enciso, y sin embargo, no puede por menos de recono-
cer lo próspera que la colonia se hallaba cuando llegó la Armada; en-
tonces, escribe, los indios «pasaban de dos millones o eran inconta-
1 Historia general y natural áe Indias, libro XXIX, capítulo VIII.
CXIII
bles e avia de pa^es muchos caciques e otros neutrales y en dispusi-
cion e aparejo grande de servir e ser amigos de los christianos e
venir á la obidiencia, e la tierra toda muy rica, e avia mucho oro
labrado en poder de los indios e los christianos que estaban con
Vasco Nuñez vivían sin nesgesidad e tenían aparejo para ser ricos
presto, por la disposición que avia en la tierra para ello» \
En cuanto Pedrarias obtuvo de Vasco Núñez los datos que nece-
sitaba, comenzó a instruir contra él la pesquisa secreta, prescindiendo
del Licenciado Espinosa, al que por su cargo de Alcalde mayor y
por las instrucciones reales correspondía formarla, hasta que ente-
rado éste de lo que ocurría logró, no sin antes sostener con él vio-
lentos altercados, el asumir el conocimiento tanto de la pesquisa
como del juicio de residencia; atribúlasele a Vasco Núñez como cargo
más principal el haber sido el causante de la expulsión y muerte de
Nicuesa, haciendo caso omiso de todos los demás que en ella tomaron
parte, muchos de los cuales se encontraban en Tierra firme; pero
como allí se hallaba ejerciendo el cargo de Alguacil mayor y con
gran influencia sobre Pedrarias el bachiller Enciso, enemigo de-
clarado de Vasco Núñez y como él había intervenido en los sucesos
que originaron la expulsión de Nicuesa, sus amigos, los que no se
hallaban en buena armonía con Vasco Núñez, y los que por congra-
ciarse con el Gobernador pensaban y querían lo que él pensase y
quisiese, pedían que fuera enviado preso a España a responder de
los delitos que se le imputaban: por su fortuna, desde que llegó la
Armada tuvo un decidido protector en el Obispo Fr. Juan de Que-
vedo, el que por su elevada jerarquía eclesiástica, su coparticipación
en el Gobierno, puesto que todas las resoluciones debían ser dicta-
das con su acuerdo y el de los Oficiales Reales, y sus condiciones
personales de hombre enérgico y tenaz, ejerció un gran influjo en !a
resolución de todos los asuntos de Tierra firme, y mientras en ella
permaneció fué el constante amparador de Vasco Núñez, salvándole
de este primer golpe que sus enemigos le asestaban, haciendo pre-
sente a Pedrarias que al saberse en la Corte la noticia del descu-
1 Hidoria general y natural de Indias, libro XXIX, capítulo IX.
viil
OXIV
brímiento de la 'mar df>l Sur seguramente Vasco Núñez había vuelto
a obtener el favor del Rey, y por tanto se exponía si lo enviaba preso
a caer él en desgracia y a que Vasco Núñez que contaba con la pro-
tección de Pasamonte regresara á Tierra firme colmado de honores y
mercedes.
Estas razones convencieron a Pedrarias de que la mejor solución
para conseguir sus propósitos era que continuase el juicio de resi-
dencia y la pesquisa secreta, no permitir a Vasco Núñez el que vi-
niese a la Corle ni que tomara parte en ninguna expedición y ser-
virse de sus informes para llevar adelante los descubrimientos, es-
perando a que el tiempo y los éxitos que se lograsen harían olvidar o
por lo menos aminorarían la importancia de sus empresas y entonces
sería ocasión propicia para hacerle perder el favor real.
((La fingida fama, dice Las Casas, o de Colmenares o de otros,
que no de Basco Nuñez, de que en Tierra firme el oro se pescaba
con redes», despertó de tal suerte la codicia de los españoles que de
habérseles permitido pasarían de 10.000 los que fueran en la expe-
dición, y aunque el Rey limitó el número a 1.500, Oviedo que fué
con Pedrarias asegura que lograron ir más de 2.000; no pocos lle-
vaban sueldo: a Pedrarias se le fijó el de 366.000 maravedís por año ^
y se le otorgó la facultad de nombrar cinco Capitanes con 4.000.
15 cabos y 180 hombres con seis y dos ducados respectivamente 2, al
Contador Diego Márquez y al Tesorero Alonso de la Puente se les
asignaron 200.000 maravedís anuales y 150.000 al Alcalde mayor
Gaspar de Espinosa, y a este tenor los demás funcionarios ^.
Como todos estos sueldos más el sostenimiento de la gente que
iba por su cuenta habían de obtenerse del país, Pedrarias se vio en
la necesidad desde el momento en que llegó de procurarse recursos
mediante el único medio de que disponía, que era el de hacer expe-
diciones para obtener de los indígenas hombres con que labrar los
campos y trabajar las minas y oro y perlas para satisfacer los sueldos
y atender a los gastos generales de la colonia.
1 Apéndice número 13.
2 Academia de la Historia, Colección Muñoz, tomo 75, folio 319.
3 Las cédulas de estos nombramientos están en el Archivo de Indias, 109-1-5
Presentábasele también otro problema de muy difícil solución,
que era el de alimentar a la gente; contando con la prosperidad del
país sólo llevaban víveres para un mes, pero desgraciadamente In
langosta había asolado los campos y bien pronto el hambre comenzó
a dejarse sentir y la situación llegó a ser tan desesperada que muchos
perecieron de inanición y otros a consecuencia de enfermedades con-
traídas por el cambio de clima, la insuficiente alimentación y lo in-
sano del lugar. El P. Las Casas que se hallaba en la isla de Cuba,
donde oyó a algunos que fueron de Tierra firme, escribe: «Crescio
esta calamidad del hambre tanto, que morían dando quejidos dadmo
pan muchos caballeros que dejaban en Castilla empeñados sus mayo-
razgos y otros que daban un sayón de seda carmesí e otros vestidos
ricos porque les diesen una libra de pan de maiz o bizcocho de Cas-
tilla o cacabe. Una persona hijodalgo de los principales que había
traído Pedrarías iba un día clamando por una calle que perecía de
hambre y delante todo el pueblo, cayendo en el suelo, se le salió el
anima. Nunca parece que se vido cosa igual, que personas tan vesti-
das de ropas ricas de seda y aun parte de brocado que valían muchos
dineros, se cayesen a cada paso muertas de pura hambre. Otros se
salían al campo y pascían y comían las hierbas y raices que mas
tiernas hallaban Morían cada día tantos que en un hoyo que se
hacia muchos juntos enterraban muchos se quedaban sin sepul-
tura un día o dos por no tener fuerzas para los enterrar los que eran
sanos y tenían que comer algo. En estas angustias puestos y no me-
nos Pedradas y su casa dio licencia a algunos principales caballeros
que se volviesen a España de los cuales vinieron a parar a esta isla
de Cuba una barcada con harta necesidad donde les matamos bien el
hambre» \
Con objeto de dar ocupación a la gente, y disgregándola en par-
tidas que se establecieran en distintos puntos facilitar su abasteci-
miento, envió el Gobernador a Luis Carrillo con 60 hombres para que
fundase un pueblo en las orillas del río llamado por Vasco Núñez de
los Añades, distante siete leguas de Santa María la Antigua; no pudo
1 Historia de las Indias, libro III, capítulo LXI.
CXVI
•
Carrillo soslenej-se en aquellos parajes y regresó presto, trayendo a
falla de oro buen número de esclavos.
Confiado Vasco Núñez en las buenas palabras que al día si-
guiente de desembarcar le había dirigido Pedrarias en nombre del
Rey y en el suyo propio, le declaró en la memoria que escribió su
proyecto de establecer como enlace enive los dos mares poblaciones
que sirvieran de base en el camino que de uno a otro había de se-
guirse; la idea sobre ser buena en sí, encajaba perfectamente en los
propósitos de Pedrarias, el que ordenó la formación de una columna
fuerte de 400 hombres cuyo mando confió a su Teniente general
Juan de Ayora, yendo al frente de los tres grupos en que se dividió
la tropa los Capitanes Zorita, Meneses y Avila; el primero debía fun-
dar en Pocorosa, el segundo en Tubanama y Avila en la costa de la
mar del Sur.
'Profundo debió ser el desencanto de Vasco Núñez al ver que se
entregaba a otro el mando de la expedición que a él correspondía di-
rigir por haber descubierto y recorrido todo el territorio en que se
pretendía fundar las poblaciones y obtenido la amistad de los indí-
genas que lo habitaban, y bien pudo apreciar la mala fe con que ha-
bía procedido Pedrarias, pero seguramente no se le alcanzó todo el
alcance de la intención de éste al ordenar la expedición; Oviedo nos
la denuncia al escribir: «mas hablando la verdad, el fin de esto (de
la expedición de Ayora) era que aunque el Rey supiese que Vasco
Nuñez avia descubierto la otra mar e enviase algún favor para el,
estuviese poblada la costa por Pedrarias e impedir a Vasco Nuñez
el efetto de qualquier merced que se le hiciese e oponerse a ella Pe-
drarias alegando que por su industria avia poblado e que Vasco Nu-
ñez no avia hecho sino verlo, maltratando los indios para lo qual
tenia Pedrarias fechas algunas informaciones contra el».
Diéronse a Juan de Ayora instrucciones precisas, recomendán-
dole con especial interés el buen trato de los indios y que se les le-
yese el requerimiento ordenado por el Rey a propuesta de la Junta
de teólogos y juristas reunida en Sevilla en 1513; pero apenas se hizo
cargo del mando dio al olvido cuanto se le había prevenido, y para
obtener oro y hacer esclavos cometieron él y su gente las mayores
CXVII
crueldades que imagiuarse pueden; en este camino, escribe Oviedo,
«no solamente dexo de hacer los requerimientos e amonestaciones
que se debian de hacer a los indios antes de les mover la guerra;
pero salteábanlos de noche, e a los caciques e indios principales
atormentábanlos, pidiéndoles oro, e unos assaban e otros hacian
comer vivos de perros e otros colgaban e en otros se higieron nuevas
formas de tormento, demás de les tomar las mugeres e las hijas e
hagerlos esclavos e prissioneros e repartirlos entre si, segund e de
la manera que a Jhoan de Ayora le paresgio e a cada uno de los
otros Capitanes por donde anduvieron» \
Confirma el P. Las Casas las crueldades cometidas en esta expe-
dición, y Pedro Mártir a pesar de su amistad con el cronista Gonzalo
de Ayora, deplora que la conducta de su hermano Juan turbara la
paz que reinaba en Tierra firme y convirtiera los indios amigos en
implacables adversarios.
El Obispo del Darien Fray Juan de Ouevedo en las instrucciones
que dio a su Capellán Cintado para que informase al Rey de la si-
tuación de la colonia ^, nos da noticias de los excesos cometidos por
Ayora y sus Capitanes y pormenores de la expedición, que rectifican
en algo lo expuesto por Las Casas; por el relato del Obispo sabemos
que un Capitán llamado Zorita y no Garci-Alvarez fué el que quedó
en la villa de Santa Cruz fundada por Juan de Ayora en los comien-
zos de su viaje, probablemente en el mes de Mayo de 1514 y no
en el mismo mes del año 1515 como dice Las Casas; que no fué a
Francisco Becerra sino a Francisco de Avila a quien Ayora envió con
1 Historia general y natural de las Indias, libro XXIX, capítulos VIII y IX.
2 Por la lectura de las instrucciones dadas a Cintado se deduce claramente que
su autor era Fray Juan de Quevedo, primer Obispo de Tierra firme (apénd. nií-
mero 53) ; pero a mayor abundamiento, tenemos los datos de que Oviedo dice que
Cintado era Capellán del Obispo (lib. XXIX, cap. VI), y éste en carta de 20 de
Enero de 1515 manifestó al Rey «la figura de la tierra que mando V. A. hacer a
Pedrarias y Vasco Nuñez hemos hecho este y yo porque el gobernador ha estado malo».
(Arch. de Indias, l-l-V,^) ; lo que concuerda con lo que dicen las instrucciones
de que Cintado llevaba el mapa de referencia, por lo que no es aventurado suponer
que fué a principios de dicho año de 1515 cuando Cintado vino a la Corte para
desempeñar la comisión a que las instrucciones se contraen y hacer entrega del
mapa.
CXVIII
150 hombres a poblar en la costa de la mar del Sur, y que en la
fortaleza que hizo en Tamao según Oviedo, o Tubanama según Las
Casas, dejó con 60 hombres a Hernán Pérez de Meneses para asegu-
rar las comunicaciones con la mar del Sur, regresando él a Santa
María la Antigua con el pretexto de estar enfermo, y aprovechando
que se hallaba una carabela a punto de zarpar para la Española se
embarcó en ella con el fruto de sus rapiñas antes de que en Santa
María fuesen conocidos los robos y crueldades que había cometido '.
Los que con el Capitán Francisco de Avila fueron a poblar en la
mar del Sur se desbandaron, cometiendo todo género de excesos,
regresando a Santa María sin haber hecho población y dejando, como
dice el Obispo, «toda la tierra comida, corrida, robada y puestos to-
dos los indios en huida».
El Capitán Zorita y los que quedaron en Santa Cruz pagaron por
todos los atropellos y vejaciones que cometían con los indios, que los
sorprendieron y mataron menos a cinco que lograron escapar y fue-
ron los que a Santa María llevaron la noticia de la catástrofe.
Excepto la matanza de los españoles en Santa Cruz, todos estos
hechos ocurrieron dentro del año 1514, puesto que se ocupa de ellos
el Obispo en las instrucciones que dio a Cintado, y Pedrarias los
comunicó al Rey en 26 de Noviembre ^
Durante la ausencia de Ayora envió Pedrarias para averiguar
cómo la expedición realizaba su cometido a Bartolomé Hurtado cojí
20 hombres, el que encontró a Ayora y volvió a Santa María la An-
tigua anunciando que a los pocos días regresaría éste por encontrarse
enfermo; tanto a la ida como a la vuelta cometió Hurtado todo gé-
1 El fracaso de la expedición de Ayora fué debido a que no se ocupó más que
en saquear el país, pero el Tesorero Lapuente aprovecha la ocasión para escribir
al Rey desacreditando a Vasco Núñez por haberla aconsejado ; por información de
Vasco Núñez, le dice en 1.° de Enero de 1515, envió Pedrarias a Juan de Ayora y
tres Capitanes para fundar en Pocorosa, Tubanama y en la costa de la mar del
Sur, y que los primeros han escrito que se vienen por falta de recursos, enferme-
dades y no encontrar las minas que dijo Vasco Núñez.
Todos los caciques alrededor del Darien están ya andados y no les queda on,
que todo lo dieron a Vasco Núñez y los que después vinieron.
2 .Apéndice número 31 bis.
CXTX
iiero de atropellos, reduciendo a la esclavitud a los indios que en-
contró a su paso, lo mismo a los que le opusieron resistencia que n
los que se hallaban de paz, sin que a pesar de hacerse público su
proceder tuviera el merecido castigo. La causa de esta impunidad
dice Oviedo que fué el que Hurtado <(dió seis indios al Gobernador,
otros seis al Obispo, y al Tesorero Contador Factor y Alcalde mayor
cuatro a cada uno; estas, añade, fueron las primeras partes quel
Gobernador e Obispo e Officiales e Alcalde mayor llevaron, sin las
ganar ni aver causa para que se les diesen. Y en tal hora lo comen-
zaron que se quedaron en costumbre de las llevar de alli adelante
(a lo menos el Gobernador e Oficiales)».
Después del regreso de Ayora y para saber los adelantos que sus
Capitanes hacían en el descubrimiento y población de aquella co-
marca envió Pedrarias a Tubanama 80 hombres con Antonio Téllez
de Guzmán, y a la mar del Sur a Gaspar de Morales con 60; halló el
primero que a causa de lo insano del lugar no podía sostenerse la
población que allí se había hecho, por lo que fué abandonada, regre-
sando a Santa María el Capitán Meneses con los enfermos.
En el camino a la mar del Sur encontró Gaspar de Morales a
Francisco Becerra que había ido con el Capitán Francisco de Avila,
y al que Las Casas supone Jefe de la expedición, que volvía con su
gente cargada del botín obtenido, habiendo regresado antes Francisco
de Avila con los enfermos; siguió Morales y Francisco Pizarro que
con él iba su viaje a la mar del Sur, y obteniendo de los caciques de
la costa canoas pasaron a la mayor de las islas de las Perlas, donde
después de luchar con los indígenas los sometieron, obteniendo ri-
quísimo botín de perlas, con el que emprendieron la vuelta a Santa
María la Antigua, durante la que tuvieron que combatir constante-
mente con todas las tribus que coaligadas por las crueldades y atro-
pellos de que les habían hecho víctimas Avila, Becerra y el mismo
Morales les fueron acosando todo el camino.
Casi al mismo tiempo que Ayora para Pocorosa, salieron para el
Cenú en busca de las minas de Tarufi el bachiller Enciso y Pedrarias,
sobrino del Gobernador, con 200 hombres; supone el P. Las Casas
que primero fué Pedrarias, que fracasó en la empresa, regresando
cxx
al Daricn, yeiidu después Eiiciso; pero la carta de éste al Rey de 20
de Noviembre de 1514 ^ no sólo demuestra que ambos fueron juntos,
sino que en la fecha en que fué escrita habían ya regresado sin con-
seguir su objeto de fundar una población, y después de haber sufrido
grandes penalidades y tenido que combatir con los indios; esto tam-
bién lo confirma el Obispo '^ y manifiesta que la expedición duró sólo
tres meses.
Durante ella tuvo ocasión el bachiller Enciso de apreciar el resul-
tado del famoso requerimiento que por su iniciativa se había acorda-
do hacer en las juntas celebradas en Sevilla en 1513"; él mismo lo
cuenta hablando del Cenú en su obra Summa de Geografía, y su na-
rración excusa de todo comentario. ((Yo requerí, dice, de parte del
Rey de Castilla a dos caciques de estos del Cenu que fuesen del Rey
de Castilla y que les hacia saber como habia un solo Dios que era
trino y uno y gobernaba el cielo y la tierra y que este ha venido al
1 Apéiiflice número 31.
2 Apéndice número 53.
3 El bachiller Enciso en un Memorial ((de lo ejecutado por él en defensa do
los Reales derechos en materia de indios» declara que él fué el que tuvo la idea
de que se hicieran los requerimientos; dice que ((en el año 12 se juntaron en Bur-
gos muchos teólogos de la Orden de Santo Domingo e franciscos e muchos letrados
para tratar de la servidumbre de los indios y se dio forma sobre ello con ciertos
capitulos que por mandado de S. A. hizimos Fr. Alonso de Espinar e yo. E des-
pués en el año 13 estando Pedrarias e yo para ir a la provincia del Darien con
nna Armada los frailes dominicos se pusieron otra vez en estorbarlo y S. A. mandó
que se juntasen y estudiasen la cuestión respondiendo a ciertos capitulos que yo
les di sobre ello y juntos los frailes en San Pablo yo alegue en favor de S. A. cier-
tos derechos y conforme a lo ({ue propuse declararon todos que el Papa habia po-
dido dar aquella tierra al Rey Católico e que el Rey podia requerir a los indios
que se la diesen e que sino se la quisiesen dar les podia hacer la guerra e tomársela
por fuerza e matarlos e prenderlos e que a los que fuesen presos los podían dar por
esclavos e determinaron que si algunos les quisiesen entregar la tierra e vivir tu
ella que eran obligados a le servir como sus vasallos e que el Rey podia hacer mer-
ced de este servicio a los que alli fuesen a ganar aquella tierra e a la poblar lo
cual enviaron a S. A. firmado de sus nombres con siete firmas sin la de su confe-
sor, e ordenaron por escrito el requerimiento que a los indios se habia de hacer e
se lo dieron a Pedrarias el cual esta asentado en los libros de la Contratación de
Indias e el primer requerimiento lo hice yo en el puerto de (en blanco el nombre,
l)cro fué en Cutarapa)». Véase el apéndice número 31. (Acad.* de la Hist.* Co-
lección Muñoz, tomo 75).
CXXl
inundo y habia dejado en ^■u lugar a Sanl Pedro y que Sanl Pedro
habia dejado por su sucesor en la Tierra al Santo Padre, que era Se-
ñor de lodo el mundo Universo en lugar de Dios y que ese Santo Pa-
dre como señor del Universo habia hecho merced de toda aquella
tierra de las Indias y del Cenu al Rey de Castilla y que por virtud de
aquella merced que el Papa habia hecho al Rey les requería que ellos
le dejasen en aquella tierra, pues les pertenecía, y que si quisiesen vi-
vir en ella, como se estaban, que le diesen la obediencia como a su
señor y le diesen en señal de obediencia alguna cosa cada año, y que
eso fuese lo que ellos quisiesen señalar, y que si esto hacian que c!
Rey les haria mercedes y les daria ayuda contra sus enemigos, y que
pornia entre ellos frailes o clérigos que les dijesen las cosas de la le
de Cristo, y que si algunos se quisiesen tornar cristianos que les haria
mercedes y que los que no quisiesen ser cristianos que no les apre-
iiiiarian a que lo fuesen sino que se estuviesen como se estaban».
((Respondiéronme que si lo que decia que no habia sino un Dios y que
este gobernaba el cielo y la tierra y que era señor de todo que les
parecía bien y que asi debia ser pero en lo que decia que el papa era
señor de todo el Universo en lugar de Dios y que el habia hecho mer-
ced de aquella tierra al Rey de Castilla, dijeron que el Papa debia es-
tar borracho cuando lo hizo, pues daba lo que no era suyo y que el
Rey que pedia y tomaba la merced debia ser algún loco pues pedia ¡o
que era de otros, y que fuese alia a tomarla que ellos le pornian la ca-
beza en un palo, como tenian otras que me mostraron de enemigos
suyos, puestas encima de sendos palos, cabe el lugar y dijeron que
ellos eran señores de su tierra y que no hablan menester otro Señor.
Yo les torne a requerir que lo hieciesen sino que les haria la guerra y
les tomarla el lugar y que matarla a cuantos tomase e los prenderla y
ios venderla por esclavos. E respondiéronme que ellos me pornian
primero la cabeza en un palo e trabajaron por lo hacer pero no pudie-
ron porque les tomamos el lugar por fuerza aunque nos tiraron enfi-
nitas flechas e todas herboladas, e nos hirieron dos hombres y en-
trambos murieron de la hierva aunque las heridas eran pequeñas;
y después prendí yo en otro lugar a un cacique dellos que es el que
dije arriba que me habla dicho de las minas del Nocri, e hállelo hom-
cxxii
bre de mucha verdad e que guardaba la palabra y le parecía mal lo
malo y bien lo bueno».
La expedición constituyó un fracaso para Enciso, pues se había
efectuado por las noticias que él decía tener de ricas minas, y en reali-
dad él fué el jefe efectivo y el responsable moralmente del resultado,
porque al sobrino de Pedrarias, ni por su edad ni por ser la primera
vez que pisaba aquella tierra podía exigírsele lo que a un hombre que
como Enciso había sido el Gobernador interino de la Colonia con pre-
tensiones de quedarse de efectivo; Oviedo, a pesar de su amistad con
él, no puede por menos de reconocer que se dieron tan mal recaudo
«que mataron al Capitán Bustamante e a otros christianos e los demás
tornaron perdidos y enfermos e Iruxeron tan poco oro que les cupo
de parte a menos de un peso de oro a cada hombre»; pero lo que no
dice Oviedo, sin duda por su amistad con Enciso, pero lo refiere el
Obispo \ es que ((cautivaron obra de doscientos indios». La justicia
requiere que no toda la culpa de estas violencias se atribuya a los
Capitanes que mandaban las expediciones; el error fundado en las
falsas noticias que circularon respecto a las riquezas del país, de
haber enviado tan crecido número de funcionarios dotados con pin-
gües sueldos que elevaron el presupuesto de la Colonia a 5.600.000
maravedises anuales y el admitir mucho mayor número de hombres
que los pedidos por Vasco Núñez, de los que muchos no iban a sueldo
y tenían que sostenerse con los beneficios que obtuvieran de las con-
tribuciones impuestas a los indios, una vez que ni ellos se prestaban
a las labores agrícolas ni los indios al laboreo de las minas, ocasionó
el que los Capitanes se vieran competidos de una parte por el Gober-
nador y Oficiales y de otra por sus mismos soldados a exigir a los
indios todo el oro que tenían, y como éste no alcanzase a cubrir las
más perentorias necesidades recurrieron al medio de someter a ia
esclavitud a los indios, a fin de venderlos en la isla Española y con el
producto procurarse los medios necesarios para vivir ^,
1 Apéndice número 53.
2 1514, Noviembre 28. — A S. A. Alonso de la Puente.
(Extracto). — Desde el pueblo del Darien hasta el mar del Sur y hasta el Cenú
en todos los ríos se halla oro y así todos los indios tienen algo dello en granos, lo
CXXIII
Este procedimiento, tan contrario al espíritu y letra de las ins-
trucciones que a Pedrarias se dieron para que tratase bien a los in-
dígenas y procurara civilizarlos y convertirlos a la religión cristiana,
no tendrá nunca justificación bastante; pero podría explicarse si sólo
se hubiera empleado como extremo recurso para poder subsistir los
españoles, pero por desgracia no fué así; los que tan escrupulo-
sos y justicieros se mostraban con las faltas reales o supuestas co-
metidas por Vasco Núñez comenzaron por hacer ver al Gobierno de
la metrópoli que no eran prácticas las instrucciones y que debían ser
modificadas, y una vez que obtuvieron la autorización de aplicarlas
en la forma que estimasen más oportuna acordaron, en 9 de Noviem-
bre de 1515, que al Gobernador correspondiesen dos partes de los
beneficios de las entradas a que no concurriera como si hubiera ido
a ellas, y al Contador, Tesorero, Factor y Alcalde mayor se les gra-
tificase a cada uno «con una parte como a un compañero de los que
iban en las dichas entradas que sean de las partes mayores asi de
oro e perlas e esclavos e navorias e piedras e ropa e otras qualesquier
cosas que se oviesen en las tales entradas» ^
Pero aun con esto no quedó satisfecha la codicia de los Oficiales;
en la residencia tomada a Pedrarias por el Licenciado Salmerón de-
clara un testigo que los Oficiales enviaban a las entradas sus mo-
zos y negros, (dos cuales eran personas que no merecían llevar partes
con los otros que iban a las entradas por no ser personas aviles para
funden y hacen piezas. Los cristianos cogen poco en las minas que están allí cerca
por la carencia de mantenimientos.
Los indios no pueden hacei'se de paz para el servicio. Aunque les pongan pri-
siones se huyen y meten en espesuras y montañas.
De las entradas toca a cada uno cuatro o cinco pesos y tres o cuatro esclavos,
con que se sostendrán vendiendo unos a la Española y otros empleándolos en las
sementeras; para meter a minas no tan presto los habrá. (Acad.^ de la Hist.*, Co-
lección Muñoz, tomo 75).
1 En la residencia tomada a Pedrarias Dávila por el Licenciado Salmerón
consta al folio 600, por la declaración de un testigo, que los Oficiales pidieron que
en virtud de las facultades que por Real Cédula dictada en Aranda en 2 de Agosto
de 1515 para modificar de acuerdo con el Obispo y Oficiales las instrucciones que
se le dieron al ser nombrado Gobernador, se acordase que tuvieran como gratifi-
cación una parte de los beneficios de las entradas, y en junta acordaron en 9 de
Noviembre de 1515 las referidas gratificaciones. (Arch. de Indias).
CXXIV
la guerra, los quales llevaban los dichos Capitanes e les daban sus
partes enteras por ynteresacion de los dichos thesorero y contador
e si por ellos no fueran no les dieran las dichas parles enteras ny
avn medias partes ny los consintieran a hir a las dichas entradas»),
y otro testigo que trata de justificar a los Oficiales Reales declara ';
«que todos los que podian llevaban e enviaban a las dichas entradas
hombres a partido como con ellos se concertaban a mitad o a quarto
porque les ayudaban de lo que avian menester para los dichos via-
ges, y que el thesorero y contador lo hacian como los otros vecinos
de la tierra».
De esta suerte, las autoridades se hallaban personalmente inte-
resadas en que en las entradas se obtuviera el mayor botín posible
para que sus participaciones fueran acrecentadas, y los Capitanes se
veían obligados a extremar sus exacciones, so pena a su llegada a
Santa María de ser envueltos en interminables procesos y de que no
se les volviera a confiar ningún mando.
Las expediciones de Ayora y Enciso no llevaron socorros a los
que habían quedado en Santa María la Antigua, cuya situación en
Febrero de 1515 era lan angustiosa que el Obispo Fray Juan de Que-
vedo en las citadas instrucciones al Maestrescuela Cintado le pre-
venía dijera al Rey «el pueblo esta todo perdido, todos tristes e las
haciendas del campo destruidas porque la grant necesidad de la
gente, que se caen muertas de hambre por las calles lo destruye todo»;
el que podía abandonaba lo colonia, no siendo de los últimos los que
por sus cargos y significación estaban más obligados a permanecer
en ella: el bachiller Enciso, Rodrigo de Colmenares, Gonzalo Fernán-
dez de Oviedo y Pedrarias, sobrino del Gobernador, volvieron a
España en el transcurso del año, y aun el mismo Gobernador hubiera
dejado su cargo a no impedírselo los vecinos de Santa María funda-
dos en que no podía salir del país sin habérsele formado antes tú
juicio de residencia.
Los que regresaban a la Península esparcían por todas partes
el descrédito de aquella tierra, a la que habían ido con tantas ilusio-
1 En la misma residenciaj folios 602 y 608.
cxxv
lies, persuadidos de que de tal suerte abundaba el oro en los ríos
que con unas cuantas redadas tendrían suficiente para volver ricos
a sus hogares; así se deshizo aquella brillante expedición que parecía
había de realizar extraordinarias empresas.
De creer es. que el resultado hubiera sido muy distinto siendo el
Gobernador Vasco Núñez de Balboa, así tiene que deducirse habida
cuenta de lo que realizó antes de que llegase PedrariasD avila; «decid
a Su Alteza, prevenía el Obispo a Cintado, como hallamos este pue-
blo bien aderezado, mas de doscientos bohíos hechos, la gente alegre
y contenta, cada fiesta jugaban cañas y todos estaban puestos en
regocijo, tenían muy bien senbrada toda la tierra de maíz i de yuca,
puercos hartos para comer, al presente i ordenado de descubrir la
tierra, porque tenia mucha dispusicion para ello, los caciques de al-
rrcdedor, ansí con o Careta y Ponca enbiaron sus mensajeros a re-
conocer al gobernador que havia venido i ofrecieronsele para servillo
e truxeronle presentes de los que ellos suelen hacer, podía ir un cris-
tiano i de cinco hasta diez y de diez hasta uno por todos estos caci-
(jues desde esta costa hasta la otra al poniente, tan seguros como si
fueran quince, i cada cacique les daba de comer i los guiaba de ma-
nera que andavan enlrellos como entre sus amigos» ^; si Vasco Núñez
con tan reducidos e'ementos había obtenido tan brillante éxito, no es
aventurado suponer que con los grandes elementos con que contó
Pedradas lograra en poco tiempo emplearlos con fruto; su dictamen
de que se enviase la expedición para poblar en Pocorosa, Tubanama
y en la costa de la mar del Sur fué muy acertado, pues sobre distri-
buir la gente para hacer más fácil su manutención, establecía pobla-
ciones en las comarcas donde se hallaban los indios amigos a fin de
consolidar su alianza y desde ellas ir extendiendo el radio de acción
de la influencia española, explorando la tierra para descubrir minas
y sobre todo servirían de puntos de etapa para la comunicación en-
tre el Atlántico y el Pacífico; pero el éxito del proyecto dependía de
conservar la amistad con los indígenas, y Ayora, en vez de fomen-
tarla, la destruyó, ronvirliéndolo* con sus excesos en irreconciliables
adversarios.
1 Apéndice número 53.
CXXVI
El desfavorable juicio que de Vasco Núñez tenia formado Pedra-
rias cuando partió de España no lo modificó al ver la portentosa
labor que había realizado en Tierra firme, sino que, por el contrario,
se convirtió en animadversión personal cuando pudo apreciar, por la
carta que el Rey le escribió en 19 de Agosto de 1514, que Vasco Nú-
ñez con haber descubierto la mar del Sur se había captado el favor
del Rey; «desde aquel punto y hora, dice el Obispo, jamas le ha po-
dido mirar pacificamente i aunque sepa que por su mano se ha de
cobrar la vida de los que estamos acá no hará cosa por manos del
dicho Vasco Nuñez»; y agrega, ujuro por la santa Consagración que
rescebi que a lo que yo creo ninguno de los que acá están tiene mas
entera voluntad al servicio de Su Alteza ni con mayor arte ni maña
baria todo el bien que acá es posible hacerse en tanto que creo que
con quan escandalizada esta la tierra si el bolviese a entender entre
los caciques indios el los volviera a sosegar y pacificar» \
A pesar de que los enemigos de Vasco Núñez, siguiendo un pro-
cedimiento de descrédito muy generalizado en las colonias, le acu-
saban de haber ganado con dádivas la voluntad del Obispo, no es
posible dudar de la sinceridad de los juicios de éste, garantizados
por tan solemne juramento; tal vez pudiera tachársele de apasionado
por la causa que defendía si sus asertos no encontraran confirmación
en la conducta seguida por Pedrarias reteniendo a Vasco Núñez en
Santa María la Antigua con el pretexto de la residencia y prefiriendo
que la gente muriese de hambre en las calles o abandonase la colo-
nia antes que confiarle misión alguna a pesar de saber que era la
única persona capaz de someter de nuevo a los indios, salvándose de
este modo la situación dificilísima por que la colonia atravesaba.
Apenas habían transcurrido cinco meses desde el arribo de Pe-
drarias y ya estaba por completo destruida la obra de paz y concor-
dia realizada por Vasco Núñez; cuando llegó Pedrarias, españoles y
naturales se trataban como amigos y abados; después de las cruel-
dades cometidas por Ayora y Enciso y sus Capitanes, los indígenas
no vieron en los españoles más que hombres dispuestos a hacerles
l Apéndice número 53.
CXXVII
daño, y se aprestaban a la lucha o buscaban su salvación en las mon-
tañas; los caciques Ponca, Pocorosa y Comogre que tan eficaz auxi-
lio prestaron a Vasco Núñez en el descubrimiento del mar Austral, se
convirtieron en encarnizados enemigos, y Pocorosa vengó los atrope-
llos de que él y los suyos habían sido víctimas asesinando en Noviem-
bre de 1515 a los vecinos de la nueva villa de Santa Cruz.
VIH
Estado de la Gobernación de Tierra firme en 1515. — Pedrarias no permite ir a su
Gobierno a Vasco Núñez; envía éste por gente a la Española y Cuba para lle-
varla a Panamá ; coincide la llegada de la gente con carta real a Pedrarias
para que reduzca a prisión a Vasco Núñez. — Prisión de Vasco Núñez. — Condi-
ciones en que recobra la libertad ; falsas promesas de Pedrarias. — Va Vasco Nú-
ñez a repoblar Acia y construir una Armada para descubrir en la mar del Sur.
Aunque lenlamenle, el juicio de residencia avanzaba en un sen-
tido favorable a Vasco Núñez; pretendió éste en sus comienzos venir
a España a dar cuenta de lo ocurrido en Tierra firme y del estado de
la colonia, pero a la carta de 23 de Noviembre de 1514 en que lo soli-
citaba contestó el Rey en 2 de Agosto siguiente: «dezis quisierades
benir acá para darme cuenta de las cosas de alia y fue mejor no benir
y asi sera bien quesleis alia y entendáis en hazer lo que de nuestra
parte os dixere y mandare nuestro lugarteniente general que por mas
servido me tengo de vos estando alia en esto que viniendo acá)) ';
esta respuesta obedecía a que en el mismo buque que trajo la carta
de Vasco Núñez vinieron otras dos de Pedrarias, cuyo contenido .se
desprende de la respuesta que a ellas dio el Rey el mismo día en que
lo hacía a Vasco Núñez: ((dezis, escribía a Pedrarias, que vuestro Al-
calde mayor me ha de escrivir algunas cosas tocantes a la resi-
dencia de Vasco Nuñez y hasta agora no lo ha hecho, bien sera que
escriva todo lo que convenga consultar acá para que .se provea y
pues Vasco Núñez es menester alia fue muy bien el inbiarle a la pro-
vincia de el dabaybe y para su residencia no es menester que el venga
1 Apéndice número 37.
ex XX
acá syno solamente que se enbieii los procesos para que yo los mande
ver e se provea sobre ello como convenga y entre tanto pues como
dezis es tan provechoso bien es que se este alia y aprovechaos de
todo lo que vieredes ques menester y favorecedle lo que buenamente
pudieredes para que con mejor voluntad haga lo que le encomenda-
redes» \
Antes de que esta contestación se recibiera en Tierra firme había
insistido Vasco Núñez con Pedrarias en que le dejase venir a la Pe-
nínsula; así se lo escribía el Obispo al Rey en 20 de Abril de 1515:
(da residencia de Vasco Nuñez jamas se acabara aunque el ha rogado
le envíen con el proceso preso o suelto a V. A.» ^.
La doblez con que procedía Pedrarias hállase probada con la
contestación del Rey a sus carias; temía, sin duda, que al regresar
Vasco Núñez a España se captase el favor real y le desposeyese del
cargo, y para conjurar el peligro escribe. que le era allí necesario,
en tanto que no )e permite salir de Santa María la Antigua con el
pretexto de que por el juicio de residencia no podía ausentarse de la
villa; dando al propio tiempo a entender que temía se rebelase si le
confiaba el mando de una expedición: contra esta sospecha el Obispo
decía a Cintado, para que lo transmitiera al Rey: «finge el Gobernado]'
que no se fiara de Vasco Nuñez, siendo manifiesto que aunque qui-
siese ser el mayor traidor que en el mundo nascio no hai en que lo
pueda ser porque no es la tierra de dispusicion para que hombre que
mal haga se pueda íavorescer ni absconder en ella» ^.
Quería Pedrarias que el Alcalde mayor ordenase la prisión de
Vasco Núñez como resultado del proceso, pero el Licenciado Espi-
nosa se mantuvo firme en no decretarla por no considerarlo de justi-
cia, pues según decía, «de las cosas criminales de que le acusaban
1 Apéndice número 36.
2 1515, Abril 20.— A S. A. el Obispo (Fr. Juan de Quevedo).
(f]xtracto). — Cree que la residencia de Vasco Núñez jamás se acabará aunque
Núñez ha rogado le envíen con el proceso o svielto a V. A. ; aunque Gobernador
y Oficiales no tengan culpa él cree que la tienen. — El Obispo piensa en compo-
nerlo por concierto. Pero queda la duda si el Gobernador le dará gente con que
vaya a Adelantamiento y Gobernación porque según la que se ha muerto e ido no
quedan trescientos de la que fué en el Armada. (Arch. de Indias, l-l-'/os)-
B Apindice número 53.
CXXXl
el esta libre o a lo menos no con mas culpa que los otros del pueblo»;
así se lo manifestó al Obispo y éste encargó a Cinlado que lo dijera
en la Corte, y así lo escribió el mismo Alcalde mayor al Rey en
30 de Noviembre de 1514; el extracto de esta caria, hecho por la
Secretaría de Indias y que en copia se halla inserto on el tomo 75,
folio 336, de la Colección Muñoz de la Real Academia de la Historia,
dice: «A S. A. el Lie. Espinosa. — A su cargo esta la justicia y con-
sulta algunas cosas, manda S. A. castigar los culpantes en descompo-
ner a Enciso y lo son casi lodos los que fueron con el. — En lo de Ni-
cuesa ha hecho la probanza y todo el pueblo es culpante pues le lla-
maron aunque tuvieron alguna causa para resistirle. — Se creo un
fiscal para la residencia (de Vasco Núñez). Respuesta no haya abo-
gado ni para fiscal ni para parte».
Habiéndose perdido el proceso es de gran interés el extracto de
esta carta, que nos da noticia del dictamen del Juez instructor sobre
las dos acusaciones principales que contra Vasco Núñez se formula-
ban, la expulsión de Nicuesa y la de Enciso, y comprueba que sobre
esto procedió Espinosa con justicia, una vez que su dictamen coin-
cide con lo que expuesto queda al hablar de aquellos hechos, y que
de haber culpa no era únicamente de Vasco Núñez sino de todos los
que en ellos tomaron parte, constituyendo notoria injusticia que a él
solo se le procesase por ellos, en tanto que a los demás se les hon-
raba y favorecía.
La imparcialidad con que procedió Espinosa le valió la acusación
de que estaba vendido a Vasco Núñez; contra ella se rebela el Obispo
en sus instrucciones sobre lo que Cintado debía decir en la Corte;
«esto, escribe, es una gran! burla, antes fuera de la prisión, la qual
no se hizo, dice el Alcalde, porque no era de justicia en todo lo emú le
ha fecho muchos agravios en hacelle pagar cosas que parescen muy
injustas, ansi como naboi'ias que habia quitado a unos [>ara dar a
otros como hombre que tenia cargo de la gobernación, mandarse-
las bolver a quien se las tomo con los intereses que es por cada dia
que estuvo la naboría dada a otro medio peso de oro y havia algunas
que havia mas de un año que eran dadas i otras menos i en tal ma-
nera que cuando aqui venimos valia la hacienda de Vasco Nuñez
CXXXIÍ
nueve mili o diez mili castellanos i agora no tiene un pan que comer,
el gobernador tomóle la casa e diole por ella poco mas de lo que
rentaban las tiendas que liai en ellas, las tierras hanselas tomado
para su alteza, los dineros hanselos hecho pagar a los que se los pe-
dían, queda como el mas pobre hombre de la tierra» \
La situación de la colonia en el año de 1515 -, en que el Obispo
daba sus instrucciones a üintado de lo que debía decir en la Corte,
puede sintetizarse en pocas palabras: los indios en completa rebel-
día, las tierras sin labrar, los españoles defraudados en sus espe-
ranzas de un rápido enriquecimiento, sucumbían por hambre o
abandonaban el país; de más de 2.0Ü0 hombres que en Santa María
la Antigua se reunieron cuando llegó Pedradas entre los que con él
fueron y los que tenía Vasco Núñez, quedaban sólo 600 en 23 de No-
viembre de 1515, según escribía al Rey el Tesorero Lapuenle, y és-
tos se resistían a hacer poblaciones (cy no tenían otro fin syno ir en
las entradas y traer oro y esclavos para yrse a Castilla» •', por lo
que se les había prohibido salir de Tierra firme, y el Tesorero pedía
para que fuera gente «que S. A. mande que todos los condenados
a muerte vayan a poblar en la tierra y los que cometieron delitos que
no merezcan muerte vayan a resydir en ella por un tiempo limitado
según sus cabsas y los culpados en muertes de algunos, seyendo
perdonados de las partes como su alteza lo suele mandar yendo a
seruir en aquellas partes por algún tiempo ganen privilegio de per-
don de la justicia»'^; el Tesoro público en constante déficit porque
los derechos reales sobre el producto de las minas y de las contribu-
1 Apéndice número 53.
2 Las instrucciones del Obispo al Maestrescuela Toribio Cintado no tienon
fecha, pero seguramente son posteriores al día 20 de Enero de 1515, en que i.l
Obispo escribía al Rey (Arch. de Indias, l-Wje) anunciándole que Vasco Núñez y
él habían hecho el mapa de la tierra, de que según las instrucciones era portador
Toribio Cintado, y también puede a-firmarse que son anteriores al 30 de Abril del
mismo año, porque en ellas se dice que los émulos de Vasco Núñez se oponían a
que fuera al Dabaibe y éste en la citada fecha (apénd. núm. 33) escribía al Rey
que le habían ordenado verificar la expedición y que se preparaba a emprender 'a
marcha.
3 Apéndice número 48.
4 Academia de la Historia, Colección Muñoz, tomo 75.
CXXXTII
ciones impuestas a los indios en las expediciones no alcanzaba ni
con mucho a satisfacer los sueldos, el Obispo pedía al Rey que Pe-
drarias fuese destituido por inepto. El Tesorero Pasamonte, el que
regresasen a Castilla Pedrarias, Obispo y Oficiales y que allí quedase
Vasco Núñez como estaba antes ^; Pedrarias, dominado por su carác-
ter rencoroso e instigado por los enemigos de Vasco Núñez que explo-
taban sus recelos de que pudiera llegar a suplantarle, no se atrevía
a tomar con él ninguna resolución definitiva por la protección que el
Obispo le dispensaba y la resistencia de Espinosa a reducirlo a pri-
sión, y sobre todo por el temor de desagradar al Rey que tanto se lo
había recomendado en la carta de 19 de Agosto de 1514 -; el Licenciado
Espinosa que tan enérgico se mostraba para defenderlo de los deli-
tos que se le imputaban, lo dejaba en la miseria con sus arbitrarias
resoluciones sobre responsabilidades civiles, y él en tanto se veía
obligado a presenciar cómo aquellos hombres que como una plaga
habían caído sobre Tierra firme destruían la obra que tanto tiempo,
tantos peligros y tantos trabajos le había costado realizar, y se apo-
deraban de sus bienes y hablaban de justicia y le inculpaban delitos
y hacían alarde de rectitud y probidad, cuando tenían muchos más
motivos que él para ser los acusados en vez de los acusadores, sin
poder alegar en su abono ni su valor, ni su pericia, ni sus éxitos.
Dos carabelas que arribaron a Santa María la Antigua el 20 de
Marzo de 1515 ^ fueron portadoras de las provisiones reales nom-
brando a Vasco Núñez Gobernador de las provincias de Panamá y
Coiba y Adelantado de la mar del Sur como recompensa de los des-
cubrimientos que había realizado; si sólo la recomendación que el
Rey hizo de Vasco Núñez había causado en Pedrarias tal efecto que
desde entonces, como dice el Obispo, jamás le pudo mirar pacífica-
mente, bien se alcanza la impresión que tanto a él como a los Ofi-
ciales Reales causaría la noticia del encumbramiento de aquel a quien
suponían anulado, máxime cuando las mercedes que se le otorgaban
cerraban por completo el camino a sus ambiciones; porque, en efecto,
1 Apéndice número 57.
2 Apéndice número 23.
3 Apéndice número 33.
CXXXIV
según las Cédulas Reales la Gobernación de Vasco Núñez com-
prendía <(la tierra nueva aguas vertientes de la mar del Sur que es
desde lo alto de las montañas y sierras que responden a la parte del
Norte de la costa de Veragua y de las aguas vertientes de las dichas
montañas y sierras hazia la mar del Sur» \ es decir, los territorios
no explorados en que se suponía la existencia de ricas minas de oro,
en tanto que a Pedrarias quedaban las comarcas de las que poco o
ningún fruto se podía obtener por su pobreza y haberse ya en repe-
tidas expediciones expoliado a los indios de cuanto tenían de algún
valor, y correspondía además a Vasco Núñez como Gobernador de
los territorios de la costa y Adelantado del mar Austral tanto el des-
cubrimiento de las tierras que se extienden al Sur del Golfo de San
Miguel, sumamente ricas según las noticias dadas por los indios,
como el de las islas de las Perlas y del camino de la especiería, o sea
el de las islas y costas del extremo oriental de Asia.
Los términos en que se concedió a Vasco Núñez el Gobierno
hacen presumir la lucha entablada en la Corte entre sus amigos y
los de Pedrarias, pretendiendo los unos que Vasco Núñez fuera por
completo independiente de Pedrarias, que era lo que a Pasamente y
Conchillos convenía para sus miras particulares, y el Obispo de Pa-
tencia y los amigos de Pedrarias tratando de limitar las atribuciones
de Vasco Núñez y de someterlo al Gobernador de Tierra íirme a fin de
que fuera éste quien dirigiera los descubrimientos en la mar del Sur.
La fórmula que encontraron los que al Rey aconsejaban en los
asuntos de Indias para resolver el conflicto que se les presentaba de
recompensar a Vasco Núñez sin menoscabo de la autoridad de Pe-
drarias, que iba camino de Tierra firme, no pudo ser más desacer-
tada; bien conocía D. Juan Fonseca cuan duro y altivo era Pedrarias
y pública y notoria era la animosidad que, inspirada por Enciso y
Colmenares, tenía a Vasco Núñez, contra el que llevaba instrucciones
y ejecutorias para procesarle en cuanto se hiciera cargo del Gobierno;
tampoco ignoraban los que intervenían en los negocios coloniales las
energías de Vasco Núñez y su carácter independiente, y sin embargo.
1 Apéndice número 25.
cxxxv
no ennontraron otra fórmula que nombrarle Adelantado de la mar
del Sur y Gobernador de las provincias de Panamá y Coiba bajo la
dependencia de Pcdrarias, al que en lodo debía obedecer \ y al
mismo tiempo ordenan a éste le dé toda libertad en las cosas de la
Gobernación (cno embargante que yo haya mandado, dice el Rey
a Pcdrarias, poner en su provisión que a de estar debajo de vuestra
gobernación» ^; de esta suerte pensaron dejar a ambos contentos,
sin tener en cuenta que a ninguno de los dos podía satisfacer el que
se mermasen las atribuciones que creían corresponderles, y que no
pudiendo la metrópoli por la distancia y falta de medios de comuni-
cación ejercer su poder moderador, aquellos dos hombres igual-
mente enérgicos y altivos habían de chocar y convertirse en irrecon-
ciliables enemigos, queriendo Pedrarias, fundado en los títulos que
le daba el ser la autoridad superior de Tierra firme, anular por com-
pleto a Vasco Núñez, y éste, enorgullecido con sus éxitos, desligarse
en lo posible para ejercer con independencia el cargo de Gobernador
y seguir en gran escala los descubrimientos en la mar del Sur.
No quería Pedrarias entregar a Vasco Núñez las provisiones rea-
les concediéndole las mercedes, pero ante el requerimiento del Obispo
no tuvo más remedio que ceder ^, aunque resuelto a no consentir que
las disfrutara, para lo que dispuso que se llevase a efecto la hacía
tiempo proyectada "' expedición al Dabaybe y que al frente de ella
1 Apéndice número 29.
2 Apéndice número 26.
3 1515, Marzo 20, Santa María la Antigua. — A S. A. el Obispo (Fr. Juan de
Quevedo) .
(Extracto). — A buen tiempo llegaron las dos carabelas con bastimentos, que
ya ni harina ni vino había.
Las provisiones a favor de Vasco Núñez no se las quería dar el Gobernador ;
diólas por requerimiento del Obispo y fueron bien proveídas. (Arch. de Indias,
1-1-V,J.
4 1515, Enero 2. — A S. A. el Obispo Fr. Juan de Quevedo.
(Extracto). — Describe la pobreza de la tierra y los muchos que han muerto <(la
única esperanza está en la provincia del Dabaybe» ; quería el Gobernador enviar
a Vasco Núñez porque no hay quien mejor lo haga, y sus competidores reclamaron
tanto que el Gobernador no le envió por no enojar a nadie. (Acad.^ de la Histo-
ria, Colee. Muñoz, tomo 75).
CXXXVI
fuera Vasco Núñez, alejándole de este modo de Santa María, acaso
con la esperanza de que los indios o las enfermedades le libraran del
hombre a quien tanto odiaba.
En esta ocasión, como en todas desde que Pedradas llegó a Tie-
rra firme, demostró Vasco Núñez un exquisito tacto para no dar mo-
tivo a que se le pudiera acusar de desobediencia; pudo muy bien ale-
gar que en virtud de los mandatos del Rey, que Pedrarias estaba
obligado a obedecer, era Gobernador de las provincias de Panamá y
Coiba y que a ellas y no al Dabaybe le correspondía ir, y sin embargo
a pesar de conocer que el propósito de Pedrarias era alejarle de Sania
María y que no fuera a su Gobernación, se aprestó a cumplir sus
órdenes y por el mes de Julio o Agosto de 1515 ^ emprendió la mar-
cha llevando 190 hombres en cinco barcos.
De las vicisitudes de la expedición dio cuenta al Rey en carta
fecha 26 de Octubre, diciéndole que siguió la costa del Golfo del Da-
rien y desembarcando tomó algunos pueblos, pero no halló con que
alimentar la gente y tuvo que continuar hasta el Río Grande, de donde
envió la mayor parte de su tropa a una provincia llamada Ibeiba y
él con 50 hombres en cuatro canoas comenzó a remontar el río para
tomar un poblado que se hallaba a dos jornadas; en el camino salié-
ronle al encuentro ocho piraguas tripuladas por numerosos indios;
la habilidad con que navegan sus piraguas y la prontitud, rapidez y
acierto con que lanzaban las varas que les servían de armas ofensivas,
causaron tal desconcierto en los españoles que antes de que pudiesen
defenderse estaban heridos la mayoría y tuvieron que buscar la salva-
ción tomando tierra; murió en la refriega el Capitán Luis Carrillo y dos
soldados, y fueron heridos Vasco Núñez en la cabeza y 30 hombres
más; marchando con grandes trabajos lograron reunirse los supervi-
vientes con el resto de la gente, y vista la carencia de alimentos que
había en la tierra acordaron volver al Darien, reconociendo que para
1 En 8 de Agosto de 1515 escribían Pedrarias, el Obispo y Oficiales al Rey :
«Vasco Nuñez es ido a la provincia del Dabaybe con dos navios sotiles dos carabelas
y un bergantin» (Acad.^ de la Hist.^, Colee. Muñoz, tomo 75) ; y en 20 de Octubre
siguiente daban los mismos cuenta al Rey (apénd. núm. 42) del resultado de la
expedición, diciendo que había empleado en ella Vasco Núñez treinta días.
CXXXVII
la empresa que intentaban era precisa más gente provista de lo nece-
sario para subsistir sin contar con los recursos del país \
Con el regreso de Vasco Núñez a Santa María la Antigua a los
treinta días de su partida se planteaba de nuevo la cuestión de su ida
a las provincias de que estaba nombrado Gobernador, pero ya sobre
esto habían sus enemigos formado un plan que fácilmente se des-
cubre en los documentos que hasta nosotros han llegado: en la misma
carta de 20 de Octubre de 1515 en que el Gobernador y Oficiales da-
ban cuenta al Rey del fracaso de la expedición de Vasco Núñez al
Dabaybe le exponían que Diego de Albitez se había ofrecido a des-
cubrir en la mar del Sur ^, y en 23 de Noviembre el Tesorero Alonso
de la Puente hacía saber al Rey la ida del Gobernador a Panamá, Co-
mogre y Pocorosa y que Pedrarias y los Oficiales ((hablan escripto a
Su Alteza y agora escriben que Diego de Albitez tiene deseo de ser-
vir a su Alteza y descubrir en la mar del Sur» y diciendo (do que han
conocido del y de su buena habilidad»; añade el Tesorero que el pro-
yecto de Albitez era llevar por tierra los aparejos y bastimentos de
los navios desde Careta al Golfo de San Miguel en la mar del Sur,
hacer un pueblo en aquella costa y construir allí los navios en los
que embarcaría la mitad de la gente e iría con ella a explorar la costa
de levante hacia el Sur 200 ó 300 leguas, dejando la otra mitad de ia
gente construyendo dos carabelas con los elementos que envió a su-
plicar con el bachiller Enciso para con ellas continuar las explora-
ciones en vista de los datos que adquiriera en el primer viaje, espe-
rando descubrir el paso del mar del Sur al Atlántico; recomienda
Lapuente a Albitez diciendo (ces muy seruidor de Vuestra Alteza y
onbre para hazer lo que ofrece y platico en las cosas de la mar y de
la guerra»; también escribe el Tesorero, añade el extracto que la
Secretaría hizo de esta carta, sobre la población de los dos lugares
«y enbian el memorial de lo que dio Diego de Albitez que les parece
cosa muy conveniente y provechosa y que si Su Alteza se quisiere
servir del dicho Diego de Albitez en lo que se ha proreferido del des-
cubrir que ya cuando vaya el despacho dello estaran principiados los
1 Apén(3ice número 44.
2 Apéndice número 42.
CXXXVIII
pueblos y se porna persona que los continué no quitándose al dicho
Diego Alvitez el cargo dellos pues ha fecho el principio y ofreci-
miento» \
De este documento resulta que después de recibirse en Santa Ma-
ría la Antigua y ser entregadas a Vasco Núñez las provisiones reales
por las que se le nombraba Gobernador de las provincias de Panamá
y Coiba, Pedrarias confabulado con el Tesorero Lapuenle y con el
bachiller Enciso pretenden que se conceda a Diego de Albitez el ir a
descubrir desde el Golfo de San Miguel hacia el Sur la costa e islas
adyacentes, lo cual entraba dentro de la merced concedida a Vasco
Núñez como Adelantado de la mar del Sur, y que Pedrarias se prepa-
raba a hacer una expedición a Panamá, Gomogre y Pocorosa para
fundar un pueblo en la costa del Atlántico y otro en la del Pacífico
dentro de la jurisdicción del Gobierno de Vasco Núñez, a fin de en-
tregarlos a Diego de Albitez, si como esperaban se accedía a su pe-
tición.
Con independencia de estas gestiones practicaba otras en la Corle
Rodrigo de Colmenares, que en el mes de Mayo de 1515, y por tanto
después de recibirse en Tierra firme los nombramientos de Vasco
Núñez, regresó a España como Procurador de los colonos, recomen-
dando en 2 de dicho mes Pedrarias y los Oficiales al Rey ^ que le
diese crédito, lo que demuestra la amistad que entre ellos existía y
su unidad de aspiraciones; en el memorial que Colmenares presentó
trata de desacreditar a Vasco Núñez, diciendo que por las mentiras
y desvarios que escribió se proveyó la Armada de Pedrarias al revés
de como se había acordado y «gasto el Rey mas de 25.000 pesos de
oro que no aprovecharon nada y murieron de hambre mas de 600 de
los que pasaron con Pedcarias porque fueron mui mal proveídos )
aunque se le tomó la residencia que mandó Vuestra Alteza no pudo
hacerse justicia mereciendo el mil muertes, pues ganó con oro y otras
cosas a Gobernador y Alcalde mayor»; el fin que con estas falseda-
des se proponía Colmenares aparece claro en la conclusión al solicitar
que se le conceda el ir a descubrir la especiería, lo cual se obliga ^
1 Apéndice número 48.
2 Apéndice número 35.
CXXXIX
hacer <(en miii poco tiempo por aquella mar, pues esta muy cerca i los
portugueses la traen entrándose en tierras de Vuestra Alteza. Deveran
hacerse tres carabelas de 30, 35 i 40 toneladas embiando alia maestros
y cosas necesarias que el luego las pagara pondrá gentes e hará toda
la costa con tal de que de todo el provecho no de a Vuestra Alteza
sino el Vio- Si acomoda el dará memorial de todo» \
Pedrarias, por su parte, dirigió una representación al Rey para
que se limitaran las gracias otorgadas a Vasco Núñez y dio instruc-
ciones a la persona que las llevaba para lo que particularmente debía
decir a Sus Altezas; seria y razonada es la representación, salvo en
acoger la especie, que sobrados motivos tenía para saber que era
falsa, de que el descubridor de la mar del Sur no había sido Vasco
Núñez sino Nicuesa; en el documento hace observar lo indefinidos
que resultan los límites de las provincias concedidas en gobernación
a Vasco Núñez, y más todavía el adelantamiento de la mar del Sur,
«pues si se entiende toda su costa han recibido gran engaño Vuestras
Altezas en la costa de la mar del Sur y en las yslas que en ella ay
se encierran grandysimos tesoros e riquezas de oro e perlas y aljófar
e piedras e frutas y no se deve enagenar en poder de ninguno tan
grandes tesoros e riquezas y tomen V. alts.* en excmplo la merced
que se hizo al Almirante viejo y quanto cuesta el desatalla», y termina
pidiendo que la gobernación se limite a lo que Vasco Núñez descubrió,
«pues no seria razón darle lo descubierto por Capitanes mios con
gran trabajo», y este concepto explica el empeño que Pedrarias puso
desde que llegó a Tierra firme de enviar expediciones a los territorios
explorados por Vasco Núñez, a fin de poder argumentar que caían
bajo su gobierno por haberlos descubierto y poblado su gente ^
Aunque en la representación se ve claro el pensamiento de Pe-
drarias de reducir al mínimum posible las mercedes que el Rey otorgó
a Vasco Núñez, guarda la forma serena y reposada que corresponde
al que estaba investido de tan alta autoridad; pero en las instrucciones
que dio de lo que había de decir al Rey la persona que las entregara,
da rienda suelta a sus enconos y lanza contra Vasco Núñez todo gé-
1 Apéndice número 60.
2 Apéndice número 52.
CXL
ñero de improperios, nada razona, nada justifica, lanza insultos a
granel para desahogar su ira, sin comprender que lejos de perjudicar
a Vasco Núñez no hace más que descubrir el odio mortal que le tenía,
hijo del despecho de no poder aniquilarle; «de Vasco Nuñez se dirá
que la condición que tiene y asy es publico y notorio que no sabe
decir verdad ni sentir ni tomar afrenta azerle cualquiera cosa que
faga mal fecha de qualquiera calidad que sea, no tener voluntad ni
amor a ningún bueno, preciarse de conversar e darse mucho a per-
sonas cerviles. Ser muy demasyadamente codicioso, tener grande en-
vidia de cualquiera bien que otro aya, ser muy cruel e ingrato, nunca
perdonar, no sujetarse a ningún consejo, no tener razón ni poder vsar
della para resistir ningún apetito vicioso. Ser muy interesal, no tener
obediencia e ninguna reverencia a la Iglesia ni a sus ministros. Ser
muy mala conciencia, estar siempre fundado en engañar a quien con
el conversare, quando se le pide consejo dalle siempre al revés. Ser
muy entendido e procurar a justo e ynjusto ser superior a do quiera
que estouiere procurándolo con ligas e munipudios y por todas las
otras vias que puede fallar aparejo aunque sea contra toda lealtad
e seruicio que a Dios e a Su Alt.^ se deva fasta ver lo que sus
Alts.^ enbian a mandar sobre esto e lo que es su seruicio yo no en-
tiendo de dar lugar quel dicho Vasco Nuñez salga desta cibdad donde
le tengo detenido por razón de los dichos delitos».
Ni la representación ni las instrucciones tienen fecha, pero habida
cuenta de que lo en ellas pedido es que se determinen los límites de
las mercedes otorgadas a Vasco Núñez y que las Reales provisiones
en que se le concedían fueron recibidas en el Darien el 20 de Marzo
de 1515 \ no puede ser el escrito muy posterior a esta fecha, y como
en él se hace referencia a que ya había vuelto Vasco Núñez de su
expedición al Dabaibe, lo que efectuó en fin de Julio de 1515 ^ y el
30 de Noviembre ^ siguiente emprendió Pedrarias su expedición a
Comogre y Pocorosa con el fin de vengar la muerte de los cristianos
en Santa Cruz y fundar poblaciones, es de creer que la representa-
1 Apéndice número 33.
2 Apéndice número 44.
3 Apéndice número 51.
CXLI
ción y las instrucciones fueran escritas antes del viaje, y así lo abona
el que al hablar de lo descubierto por sus Capitanes no hace refe-
rencia a que él fundó el pueblo de Acia, como seguramente lo habría
hecho, pues era argumento capital para la tesis que sostenía si la
protesta la hubiera escrito después; además, documento e instruccio-
nes de tal importancia no parece natural lo entregara cualquiera, y
precisamente en este tiempo regresó a España el bachiller Enciso ',
que bien pudo ser la persona a quien las instrucciones iban dirigidas.
Lo propuesto en la representación encaja perfectamente en lo que
parece un plan formado para anular las mercedes concedidas a Vasco
Núñez; el Gobernador y Oficiales, al propio tiempo que para desacre-
ditarle envían una información de su desgraciada jornada al Dabay-
be, recomiendan a Diego Albilez que se ofrece a ir a descubrir en la
mar del Sur, siendo portador de la petición el mayor enemigo do
Vasco Núñez, el bachiller Enciso; al tener Colmenares conocimiento
de los propósitos de Albitez contribuye a su vez al descrédito del
Adelantado presentando un memorial en el que después de censurar-
le duramente acaba por pedir el que a él se le conceda la navega-
ción a la especiería, y Pedrarias en su protesta el que la Goberna-
ción de Panamá y Coiba quedara reducida a lo que descubrió Vas-
co Núñez y no comprendiera lo descubierto por los Capitanes, que
como dice Oviedo envió Pedrarias en cuanto llegó a Tierra firme
con el objeto de poder alegar en su día mejor derecho para la go-
bernación de la tierra que recorrieran -, y para consolidar aún más
este derecho emprende la expedición a Panamá, Comogre y Poco-
rosa para fundar una villa en la costa de la mar del Sur antes de
que en la Corte se resolviera sobre su representación, a fin de tenei-
base para si se fallaba en su contra alegar que la población por él
fundada debía corresponder a su Gobierno, y para que Vasco Núñez
con sus energías e iniciativas no hiciera fracasar sus planes lo retuvo
en Santa María la Antigua.
El odio y la ambición unieron a Enciso, Colmenares, Pedrarias,
1 En 30 de Junio de 1516 presentó en Madrid una exposición contra Vasco
Núñez. (Apénd. núm. 58).
2 Historia general y natural de los Indias, libro XXIX, capítulo VIII
CXLIl
el Tesorero Lapuente y el Capitán Albitez, formando una coalición
que disponía de poderosa influencia en la Corte y que tarde o tem-
prano había de conseguir la ruina de Vasco Núñez; pero aun tenía
otro enemigo más temible porque sabía disimular mejor sus intencio-
nes y ocultar su codicia: era éste el Alcalde mayor Gaspar de Espi-
nosa, que si en un principio le hizo justicia no permitiendo que Pe-
drarias le redujese a prisión, se convirtió después en su enemigo,
cegado como todos por la ambición de las riquezas que esperaba
hallar en los descubrimientos en la mar del Sur.
Entretanto no permanecían ociosos Vasco Núñez y sus amigos,
tratando de desacreditar a Pedrarias y pidiendo se facilitaran medios
al Adelantado para ir a su Gobierno; el Obispo escribía al Rey que
dudaba que Pedrarias diera a Vasco Núñez la gente que necesitaba
para ir a Panamá por la poca que quedaba en Santa María ^; Vasco
Núñez solicitó que se le permitiera llevar del Darien 150 hombres -, pe-
tición que fué apoyada por el Tesorero Pasamente ^ el que además
proponía en vista del estado de los asuntos públicos en Tierra firme
que regresaran a Castilla Pedrarias, el Obispo y los Oficiales y que
quedase allí Vasco Núñez como estaba antes de ir la expedición *.
Tal era el estado de las cosas en Tierra firme cuando Pedrarias
Dávila emprendió el 30 de Noviembre de 1515 la expedición a las pro-
vincias de Careta, Comogre y Pocorosa con el propósito de castigar
los indios que habían dado muerte a los cristianos que habitaban el
poblado de Santa Cruz, y adelantar lo posible los descubrimientos de
la costa de la mar del Sur fundando dos poblaciones, una en dicha
costa y otra en la del Atlántico, para lo que llevaba 250 hombres
y 12 caballos en tres carabelas y un bergantín; era Pedrarias hombre
de grandes energías, pero su quebrantada salud impedíale realizar
sus propósitos y su expedición quedó reducida á hacer un desem-
barco en la punta de la Aguada en Caribana para averiguar el para-
dero del Capitán Becerra del que nada se sabía a pesar de haber trans-
1 Véase la nota de la página CXXX.
2 Apéndice número 33.
3 Véase la nota de la página CIX.
4 Apéndice número 57.
CXLIII
currido ocho meses desde que penetró por aquella parte a reconoc<ír
la tierra, y después de poner el nombre de Arias al río que por di-
cha punta desemboca en el Golfo del Darien, siguió hasta el puerto
de Acia, donde comenzó a fundar; pero el mal estado de su salud I**
obligó a regresar a la villa de Santa María, en la que ya se encon-
traba el 28 de Enero de 1516 ^; le sustituyó en el mando de la expedi-
ción el Alcalde mayor Licenciado Espinosa; de lo que éste ejecutó y
resultados que obtuvo hemos de ocuparnos en tiempo oportuno.
Hablando el P. Las Casas del nombramiento de Luis Carrillo para
ir al Río de los Añades, y antes de referir la expedición de Juan de
Ayora, dice: «En este tiempo como se le iba asentando la silla de obe-
decer y ser mandado a Vasco Núñez estando tan acostumbrado a ser
obedecido y a mandar , inventó camino para ir por sí a donde solo
gobernase, para lo cual envió secretamente a Andrés Garabito a la
isla de Cuba para que le trújese gente con la cual por el Nombre de
Dios pasase a poblar en la mar del Sur. En este propósito no sé so-
bre qué estribaba porque no creo que le era venido el título de Ade-
lantado de la mar del Sur sino quizá por cartas que tenía que el Rey
le había hecho merced del porque ya que lo tuviese de presente no
parece que había de pretender ni podía gobernar sin estar subjeto a
Pedrarias y por ventura de este principio comenzó a tener cosqui-
llas de sospecha del Pedrarias, de donde al cabo le provino su final
daño» ^
Más adelante, y después de relatar la expedición de Vasco Núñez
1 1515, Diciembre 15. — A S. A. el Licenciado Espinosa.
(Extracto). — En 30 de Noviembre se hizo a la vela Pedrarias con 2.50 hombres
en tres carabelas y un bergantín ; van 12 de caballo. Esto es, para el viaje de Ca-
reta, Comogre y Pocorosa e la otra mar; saltó en Caribana que es de la otra
parte del Darien a sab; r del Capitán Becerra que hará ocho meses entró por allí
a descubrir la tierra y nada se ha sabido de él y temen algún peligro ; el desem-
barco fué en el puerto de la Aguada y pusieron al río el nombre de Arias.
1516, Enero 28. — A S. A. Alonso de la Puente, Tesorero.
(Extracto). — Pedrarias partió en Noviembre de 1515 con cuatro naves y 260 hom-
bres, que desembarcó r:i Acra donde fundó un pueblo, él se quedó allí por e.star
enfermo y los demás siguieron con el Alcalde mayor y escrita esta carta llegó
Pedrarias desde Acra. (Acad.» de la Hist.*, Colee. Muñoz, tomo 75).
2 Historia de las IjKlias, libro III, capítulo LXI.
ex XX XIV
en busca del Dabaide, escribe que en aquellos días «llegó cierto navio
al Darien que trujo una provisión real por la cual el Rey daba título
a Vasco Núñez de Adelantado de Goyba y Panamá»; expone el mal
efecto que esta merced causó en Pedrarias, y añade que ayudó a
los desabrimientos de éste «que volvió Andrés de Garabito de la isla
de Cuba con 60 españoles para seguir a Vasco Núñez con armas y
otras cosas necesarias para pasar por el Nombre de Dios a poblar
en la mar del Sur esperando que el Rey le daría la gobernación de lo
que poblase. Garabito surgiendo seis leguas del puerto envió secreta-
mente a avisar a Vasco Núñez su venida. No se le encubrió a Pedra-
rias la venida de Garabito y el propósito de Vasco Núñez de como
pretendía sin él gobernar, enviando al Rey por licencia para ello y
así salírsele de la mano, íuele oirlo molestísimo e mucho indignado
le mandó prender y meter en una jaula de madera; puesto que a ruego
grande del Obispo Fray Juan de Cabedo no le metieron en la jaula
y al cabo Pedrarias le mandó soltar con ciertas condiciones que se
pusieron entre ambos. Posible cosa es creer que nunca las cosquillas
de los ánimos, secretas, cesaron» \
De estos párrafos deducirá seguramente el lector que recuerde
que las expediciones de Carrillo y Ayora se emprendieron a los pocos
días de llegar Pedrarias al Darien ^ que Vasco Núñez antes de ser
nombrado Gobernador de Panamá y Coiba trató de establecerse en
estas provincias separándose de la obediencia de Pedrarias, y como
esto envuelve una grave acusación, preciso es rectificar lo expuesto
por el P. Las Casas, el que sobre el viaje de Garabito a la Española
y sobre las mercedes otorgadas a Vasco Núñez tuvo noticias muy
incompletas.
Los nombramientos de Adelantado de la mar del Sur y de Go-
bernador de las provincias de Panamá y Coiba a favor de Vasco Nú-
ñez se hicieron el 23 de Septiembre de 1514 ^ y las Reales provisiones
de estos cargos llegaron al Darien y fueron entregadas a Vasco Nú-
1 Historia de las Indias, libro III, capítulo LXIV.
2 La Armada mandada por Pedrarias llegó al Darien el 30 de Junio de 1514,
y consta que en 1." de Agosto había ya Juan de Ayora emprendido su expedición.
(Apénd. núm. 32).
3 Apéndice número 29.
CXLV
ñez el 20 de Marzo de 1515 *; de consiguiente, es erróneo lo que dice
Las Casas que después de recibir Vasco Núñez el título de Adelan-
tado pretendía poblar en la costa de la mar del Sur para que el Rey
le diese la gobernación de aquellas provincias, una vez que al mismo
tiempo se le nombró Gobernador y Adelantado.
Respecto a la fecha en que Garabito fué por gente a las islas de
Cuba y Española, si nos atenemos a lo expuesto por el P. Las Casas
debió de ser antes de 1.° de Agosto de 1514, fecha en que ya consta que
Juan de Ayora había salido para la expedición 2, y como el regreso lo
efectuó Garabito, según veremos, en los primeros meses del año
1516, resultaría que empleó más de año y medio en cumplir su come-
tido, lo que no parece probable, como tampoco lo es que sin haberse
aún resuelto en España las mercedes que por el descubrimiento de la
mar del Sur se habían de otorgar a Vasco Núñez se arriesgara éste
a enviar por gente para que a su costa fuera a poblar en un territorio
sobre el que no tenía jurisdicción alguna, poniéndose en abierta re-
beldía con el Gobernador de la colonia.
La rectificación de lo expuesto por el P. Las Casas nos la da he-
cha el Adelantado Pascual de Andagoya, que por hallarse entonces
en Tierra firme es testigo de mayor excepción, el cual escribe que
estando Vasco Núñez en el Darien, después que se dio su residencia
envió sin que Pedrarias supiese a lo que iba a un Francisco Garabito
a la isla de Cuba y éste trujo un navio con cierta gente y vino al
l)uerto del Darien que está legua y media del pueblo y sin desembar-
car la gente hizo saber el Garabito a Vasco Núñez como estaba allí,
lo cual vino a noticia de Pedrarias y como aquel navio venía por él
para irse a la mar del Sur le prendió e hizo una jaula en que le metió
en la misma casa de Pedrarias, y estando allí se convino con él y le
dio una hija por mujer que estaba en España y recibido por yerno
le envió a la provincia de Acia a poblar ^
Las palabras de Andagoya son terminantes: Vasco Núñez envió
a la Española a Garabito después que se dio su residencia, y como
1 Apéndice número 33.
2 Apéndice número 32.
3 Apéndice número 80.
CXLVI
ésta en su parle principal fué enviada a la Corle por el Licenciado
Espinosa en Agosto de 1515 \ cuando ya desde 20 de Marzo anterior
tenía Vasco Núñez en su poder el nombramiento de Gobernador de
Panamá y Coiba ^, la cuestión queda reducida a apreciar si la depen-
dencia de Vasco Núñez a Pedrarias llegaba hasta el punto de que no
pudiera sin su permiso llevar a su Gobierno gente para poblar.
En cuanto Vasco Núñez recibió su nombramiento comenzó a ges-
tionar, como queda expuesto, que se le permitiese llevar gente del
Darien para poblar en la costa de la mar del Sur; pero compren-
diendo que los motivos que Pedrarias alegaba para no conceder ?1
permiso eran sólo pretextos, escribió al Rey en 30 de Abril de 1515
pidiendo se le autorizase a sacar 150 hombres del Darien para llevar-
los a su Gobierno, y en 16 de Octubre siguiente insistía en solicitar
que se le permitiera reclutar 100 hombres en Santa María y 200 en ia
Española ^', la primera de estas solicitudes la apoyó el Tesorero Pa-
samonte, escribiendo al Rey en 8 de Agosto de dicho año que con-
vendría dar a Vasco Núñez para poblar Panamá y Coiba 150 hombres
de los que tenía antes de ir Pedrarias, porque éste no le daba gente,
y añadía que de la Española no se le podía enviar * ; luego la dificul-
tad que Pasamonte encontraba no era el que Vasco Núñez no estu-
viese facultado para reclutar gente en las islas y llevarla a su Go-
bierno sin previa autorización de Pedrarias, sino la de que por esca-
sez no se le podía enviar de la isla Española, y este mismo criterio
debían tener las autoridades de Cuba cuando permitieron que Gara-
bito sacase de allí los 60 hombres.
En el nombramiento de Gobernador de Vasco Núñez se le orde-
naba estuviera bajo la dependencia de Pedrarias; pero como no se
deslindaban las atribuciones y Vasco Núñez no ignoraba que a Pe-
drarias se le había mandado que le dejara en su Gobierno la mayor
libertad, pudo muy bien creer, como lo creía Pasamonte, tan expe-
rimentado en los asuntos del gobierno de las colonias, que estaba
1 Apéndice número 45.
2 Apéndice número 33.
3 Apéndice número 39.
4 Véase la nota de la página CLX.
CXLVII
dentro de sus facultades el llevar la gente que necesitase al territorio
de su demarcación, pues en aquella época se hallaban facultados para
ello los Gobernadores \ siempre y cuando que en ello estuvieran con-
formes los de los territorios de donde salía la gente, pues no están-
dulo precisaba que recayera autorización real, y por eso la solicitó
Vasco Núñez para llevar gente de la Española y del Darien, en donde
se oponían las Autoridades, y no la necesitó Garabito para sacar de
la isla de Cuba los 60 hombres que en ella recinto.
Desde que Vasco iVúñez fué nombrado Gobernador de Panamá y
Coiba y Adelantado de la mar del Sur se aumentó la mala voluntad
que ya le tenía Pedrarias, el que no dejó de aprovechar la ocasión
que se le presentaba, y dando al arribo de Garabito y los 60 hombres
toda la importancia de una rebelión, como si fuera posible que pen-
sase Vasco Núñez declararse independiente con 60 hombres, lo re-
dujo a prisión y sólo lo puso en libertad cuando de él obtuvo la pro-
mesa de que no pretendería ir a ejercer los cargos de que el Rey le
había hecho merced, y cuando más tarde el Licenciado Espinosa,
Juez instructor del proceso que se le instruyó por el supuesto delito
de rebelión, consultó a Pedrarias si procedía que fuera fallado por él
en definitiva o remitido a la Corte, Pedrarias en el capítulo de cargos
con que contestó, aducía, sin duda para probar la reincidencia en
dicho delito, ((que el Adelantado ascondiendose de mi, sin me dar parte
alguna dello, estando como estaua para la dicha residencia, sin licencia
e facultad de sus altezas e sin la mia envió por gente a la isla Espa-
ñola y Cuba, la qual vino a la ciudad del Darien en vna nao que trajo
e se siguió tanto escándalo e alvoroto en la ciudad que sino le fuera
a la mano como le fuy se alzara e se procurara de se yr ascondida-
menle e como mejor pudiera e lo yntentó e procuro e yo para paci-
guar e sosegar el pueblo con acuerdo e parecer del muy Reverendo
e magnifico Sr. D. fray Juan de quevedo Obispo e de los señores
Oficiales reales de sus Altezas sin enbargo de todo lo susodicho para
1 1513, Julio 4, Valladolid. — El Rey al Almirante.
(Extracto). — En adelante no daréis solo las licencias para pasar y sacar man-
tenimientos y otras cosas de esa isla a otras partes sino juntamente con Jueces y
Oficiales. (Acad.a de la Hist.^, Colee. Mufxoz, tomo 90, fol. 127).
CXLVIII
mayor pacificación e sosiego del dicho Adelantado le prometi una
hija mia en casamiento con tanto que sus Altezas fuesen deho servi-
dos e teniendo esta confianza le di la dicha gente que trajo el Ca-
pitán Andrés Garabito que seria hasta sesenta onbres poco mas o me-
nos e mas desto trescientos onbres los mejores o mas que ay en todos
estos Reynos e habrá dos años poco mas o menos que con ella enuie
al dicho Adelantado a acauar e fenecer el pueblo desta villa de Acia» \
El desastre de la expedición que de España salió para Tierra
firme a las órdenes de Pedrarias produjo penosa impresión en la
Corte; los que regresaban desengañados por no haber encontrado las
riquezas que creyeron hallar, describían la aridez y falla de recursos
de la tierra y las penahdades que habían sufrido, dándose por con-
tentos con haber salvado la vida y achacando todas las desgracias a
los que tan falsas noticias dieron de la bondad y riqueza de la tierra,
y aunque Vasco Núñez no había pedido tanto número de personas
como las que fueron, ni desde que llegaron estuvo encargado de ía
dirección de los negocios, la opinión pública, fomentada por las insi-
dias de sus enemigos, le atribuía la responsabilidad de lo ocurrido
e influyó de tal suerte en el ánimo de los gobernantes, que le hicieron
caer de la gracia real, como lo demuestra el extracto que existe en
la Colección Muñoz de la Real Academia de la Historia, tomo 75,
folio 336, de la respuesta dada a una carta dirigida al Rey por Vasco
Núñez de Balboa en 13 de Diciembre de 1514, en la que le exponía
«que ayudaba o aconsejaba al Gobernador, pero que había gran in-
conveniente en que éste deba obrar con acuerdo de Officiales, y la tie-
rra pide gobernación absoluta si no nada se hace con la variedad de pa-
receres, que cuantos indios se habían tomado de entradas se habían
vendido en la Española y que así en cuatro años se despoblaría la
tierra, no pensando los que con el Armada fueron más que en enri-
quecerse y marchar, y (jue nada había hecho Pedrarias de lo orde-
nado por el Rey para que le fiase bien lo mismo que a los que pri-
mero allí estaban habiendo dado los mejores solares y parte de tierras
a los Oficiales y que a él le tomó un solar en que tenía hechas unas
1 Apéndice número 66.
CXLIX
casas de valor de más de 700 pesos»; a conliiiuacion de esle extracto
aparece la siguiente nota: «Respuesta. Que S. A. ha visto sus cartas
y se ha maravillado mucho continuar tanto en el atrevimiento que
tuvo de escribir a S. A. cosas tan inciertas. ^ — Asi por esto como por
las cosas y delitos que cometió al tiempo que se entremetió en usur-
par la gobernación de aquella tierra S. A. enbia a mandar a su Lu-
garteniente general que haga lo que de él sabrá. — Se escriva a Pe-
drarias que esta le dé después que le tenga a recabdon.
No está fechada la respuesta, pero si se tiene en cuenta que la
carta a que se contesta era de 13 de Diciembre de 1514, y que en 2 de
Agosto del año siguiente escribía el Rey a Vasco Núfiez ^ respondiendo
con frases laudatorias a las que le había dirigido en 1.° de Agosto y
23 de Noviembre de 1514, habrá que reconocer que la carta de 13 de
Diciembre de 1514 fué recibida en España después del 2 de Agosto
de 1515, y por tanto, que posterior a esta fecha fué la contestación;
y como ya entonces debía encontrarse en la Corte Colmenares ^ y en
la representación que más tarde hizo al Rey ^ se emplean los mismos
conceptos que en la respuesta se exponen achacando el fracaso de la
expedición de Pedrarias a las mil mentiras y desvarios que Vasco
Núñez escribió, por lo que se proveyó la Armada al revés de lo que
se había resuelto, no parece aventurado juzgar, conocida la animosi-
dad que contra él tenía y sus pretensiones para que se le concediera
el ir a descubrir la especiería, el que aprovechándose del estado de
opinión que habían ci-eado los repatriados fuera el inspirador de las
instrucciones reservadas que el Rey daba a Pedrarias y de la orden
1 Apéndice número 37.
2 Dice Oviedo (lib. XXIX, cap. IX) que ocho o diez días antes de partir él
del Darien llegaron las provisiojies reales nombrando a Vasco Núñez, y como las
carabelas que las condujeron arribaron el 20 de Marzo de 1515, la partida de
Oviedo fué en los últimos días de este mes; con él fué hasta la Española Rodrigo
de Colmenares, el cual vino a España en unas naves que estaban para zarpar, que-
dándose allí Oviedo más de dos meses (lib. XXIX, cap. XI), el que ya sabemos es-
taba en Sevilla en 1.° de Octubre (Acad.^ de la Hist.^, Colee. Muñoz, tomo 75, fo-
lio 313 vuelto); luego la licitada a E.spaña de Colmenares debió ser con más de dos
meses de anterioridad, o sea por lo menos en el mes de Julio, y por tanto antes
que se diera resjiuesta a la carta de Vasco Núñez de 13 de Diciembre de 1514.
3 Apéndice número 60.
CL
de que las comunicase a Vasco Núñez después de tenerle a recaudo,
o sea reducido a prisión.
El 25 de Noviembre de 1515, cinco días antes de emprender Pe-
drarias la expedición a las provincias de Careta, Comogre y Pocorosa,
escribía al Rey ^ diciendo que había favorecido a Vasco Núñez y mi-
rado sus cosas como Su Alteza se lo envió a mandar y le concertó con
los que le acusaban criminalmente y suspendió sus causas y que ha-
bía mandado permaneciese allí hasta que él volviese de la jornada a
que iba; de consiguiente en esta fecha aun no había recibido la carta
en que el Rey le ordenaba pusiera a (crecabdo» a Vasco Núñez, ni
había llegado al Darien el Capitán Garabito con la gente que había
reclutado en Cuba; es más que probable que al regresar Pedradas
en 28 de Enero de 1516 de su expedición encontrara la Carta real y
en aquellos días llegara Garabito, y que ambas causas determinaran
la prisión del Adelantado.
A pesar de que ni Pedro Mártir ni Oviedo hablan de que Vasco
Núñez fuera reducido a prisión, lo expuesto por el P. Las Casas no
puede ofrecer duda, por estar confirmado con el testimonio de An-
dagoya, hallándose ambos contestes en que no fué puesto en libertad
hasta que se verificó la reconciliación por mediación del Obispo, se-
gún afirma Las Casas.
¿Cuáles fueron las condiciones que dice el P. Las Casas que se
pusieron antre ambos para llegar al acuerdo? Sabemos por el escrito
de acusación de Pedrarias «que éste prometió a Vasco Núñez una hija
suya en casamiento con tanto que sus Altezas fuesen dello servidos»
y enviarle a acabar el pueblo de Acia «e fecho e fenecido el dicho pue-
blo pasase a la mar del Sur en el parage de la isla de las Perlas que
agora se llama de Flores e pasase a la dicha ysla el cazique de la qual
estaua de pazes e hiciese alli ciertas fustas e descubriese con la dicha
gente i con ellas pacificase todo lo mas que pudiese», dándole un
plazo para efectuarlo.
No dice el escrito cuáles fueron las concesiones hechas por Vasco
Núñez, pero bien puede afirmarse que consistieron en el compromiso
1 Apéndice número 49.
CLI
de no reclamar el cumplimiento de las mercedes que el Rey le otorgó,
conservando sólo el Ululo honorífico de Adelantado, pues ya en lo
sucesivo no se vuelve a hablar de la Gobernación de Panamá y Coiba
y va a Acia como Capitán de Pedradas, y si se le confía la construc-
ción de la Armada para ir a descubrir en la mar del Sur, es, en vir-
tud de una capitulación, sujeto a las instrucciones que se le dan y
fijándole un plazo, pasado el cual caducaba el permiso; es decir, que
la concesión se le otorgaba lo mismo que podía haberse otorgado a
cualquiera de los vecinos de Santa María la Antigua.
No resultó el Obispo muy hábil diplomático, y seguramente para
persuadir a Pedrarias de la conveniencia que para él tenía la solu-
ción no necesitaría hacer grandes esfuerzos; más fácil es que tuviera
que emplearlos con Vasco Núñez para lograr que aceptase, una vez
que se le obligaba a ceder derechos efectivos a cambio de promesas
de cuyo cumplimiento no podía abrigar la mayor seguridad, pues
motivos tenía para dudar de la buena fe de Pedrarias; si Vasco Nú-
ñez se sometió fué porque la fuerza de las circunstancias a ello le
obligaron, y con la esperanza, sin duda, de que los descubrimientos
que hiciera en la mar del Sur le devolvieran el favor real.
Por parte de Pedrarias puede asegurarse que la reconciliación no
fué sincera, pues sólo un padre desnaturalizado podía sacrificar a su
hija casándola con un hombre que a su juicio tenía todos los defec-
tos y malas cualidades que relacionó en su memoria para que se in-
formase el Rey ^; los hechos posteriores demuestran que no pensó en
tal matrimonio, del que no se vuelve a hablar, y que con la reconci-
liación sólo se propuso Pedrarias hacer desistir a Vasco Núñez de
sus pretensiones de ir a su Gobierno y utilizar sus energías en fun-
dar las poblaciones y construir la Armada, a fin de que cuando llega-
sen las provisiones reales que se gestionaban en la Corte para que
Diego Albitez fuera a descubrir en la mar del Sur estuviese todo dis-
puesto para que se realizase la expedición.
'1 Apéndice número 52.
IX
Vasco Núñez repnebla la villa de Acia y comienza la construcción de cuatro ber-
gantines para descubrir en la mar del Sur. — Las noticias de las crueldades co-
metidas con los indios por el Licenciado Espinosa determinan al Rey a des-
tituir a Pedrarias. — Llegan a Santa María las provisiones concediendo a Die-
go de Albitez el descubrir en la mar del' Sur y poblar en sus costas. — Vasco
Núñez pide prórroga de tiempo para terminar lo construcción de los bergan-
tines y Pedrarias se resiste a concedérsela.
Bien ajeno de la maquinación que contra él se urdía, marchó
Vasco Núñez con 80 hombres a repoblar la villa de Acia que había
sido abandonada después de los trabajos que para fundarla realizó
Pedrarias, desplegando tal actividad y energía que al pasar por ella
el Licenciado Espinosa en Abril de 1517 ^ de regreso de su desdi-
chada expedición dice que encontró a Vasco Núñez «poblando tan
en forma la villa de Acia como lo está esta del Darien e alié muy
bien de comer como lo hallamos en Sevilla e nao ansimismo para po-
dernos venir a esta cibdad como nos venimos en una noche»; para
obtener tan brillante éxito empleó Vasco Núñez el mismo procedi-
miento que en Santa María la Antigua de predicar con el ejemplo;
organizó el Municipio nombrando Alcaldes y Regidores, y no ha-
biendo indios que hiciesen la siembra dispuso que todos los españoles
fueran a labrar por sí mismos los campos, siendo él el primero, por-
que, dice Las Casas, era hombre de muchas fuerzas y sería enton-
1 Apéndice número 59.
CLIV
ees ^ de cuarenta años y siempre en todos los trabajos llevaba la
delantera.
Terminada la población de Acia pasó Vasco Núñez a Santa María
la Antigua a gestionar lo relativo a la construcción de la Armada
para ir a descubrir en la mar del Sur.
No parece que Pedrarias se encontraba decidido a cumplir su
compromiso, antes al contrario, pretendía realizar él la expedi-
ción; así se desprende del requerimiento que el 3 de Junio de 1517 le
hicieron el Obispo Fr. Juan de Quevedo y los Oficiales Reales Puente,
Márquez y Tavira, y que notificó a Pedrarias el Escribano Juan de
Jáuregui pidiéndole que no fuera a descubrir en el mar del Sur como
tenía resuelto, «porque su persona era menester do están ellos para
tratar los negocios importantes, fuera de que esta indispuesto y no
ai la gente ni navios que se requieren para su acompañamiento. En-
tre tanto podra V. S. mandar despachar a mi el factor e al Adelantado
Vasco Nuñez e a Diego de Albitez a las jornadas que esta acorda-
do > 2; sometióse Pedrarias a esta petición porque no tenía otro re-
medio, una vez que las instrucciones reales que se le dieron al ir a
Tierra firme contenían la cláusula de que los asuntos de importancia
los resolviese de acuerdo con el Obispo y Oficiales y todos a una se
oponían a su salida y pidieron se cumpliese los acuerdos anteriores;
en esto como en todos los actos de Pedrarias se puede apreciar la
mala fe con que procedía, importándole poco el faltar a sus com-
promisos con tal de evitar que fuera Vasco Núñez a descubrir en la
mar del Sur.
Obligado por el requerimiento del Obispo y Oficiales dio a Vasco
Núñez 200 hombres y los recursos necesarios para construir algunos
buques, y con estos elementos volvió el Adelantado a Acia para co-
menzar los trabajos; allí supo que Diego Albitez había pasado a
la isla Española a fin de recabar, según dice Las Casas, de los Pa-
dres Jerónimos que la gobernaban licencia para hacer un pueblo en
Nombre de Dios y de allí tratar el descubrimiento de la mar del
1 Historia de las I v dios, libro III, capítulo LXXIV.
3 Academia de la Historia, Colección Muñoz, tomo 76, folio 30.
CLV
Sur; no quisieron los Jerónimos entrometerse en hacer mudanzas
y remitieron el asunto a Pedrarias, el que mostró recibir placer de la
ida y vuelta de Albitez, que llevó 60 hombres y víveres a Santa María
la Antigua; no sabía Las Casas qué juicio formar sobre si Pedrarias
se alegró o no de lo hecho por Albitez, porque era, dice, hombre
muy recatado y entendido y también como a él le viniese gente y co-
sas de bastimentos todo lo demás bien lo sufría \
El viaje de Albitez a la Española no tuvo por objeto el pedir a los
PP. Jerónimos la autorización que dice el P. Las Casas, sino sólo ol
de reclutar gente; antes de que lo emprendiera, viendo Pedrarias y
los Oficiales Reales que se demoraba la resolución en la Corte de la
petición que tenía hecha Albitez para (jue se le permitiese fundar
una población en la costa del Atlántico, otra en la del Pacífico y
efectuar en éste expediciones para descubrir, le otorgaron el per-
miso, prescindiendo de las mercedes concedidas a Vasco Núñez y
sin contar con el Obispo, copartícipe con ellos en el Gobierno, e hi-
cieron con él una capitulación que enviaron a la Corte para (pie
fuese aprobada, y como para cumplir lo estipulado necesitaba Al-
bitez gente y no la había en Tierra firme, Pedrarias le dio cartas
para los PP. Jerónimos a fin de que le permitieran reclutarla en la
isla Española ^.
El momento en que llegó Albitez a la isla no pudo ser más in-
oportuno: Fr. Francisco de San Román, que había ido en la expedi-
ción con el Licenciado Espinosa, escribió las crueldades que por ésie
se haDían cometido con los indios a Fr. Pedro de Córdoba que se
hallaba en la Española, el cual entregó la carta al P. Las Casas,
que la trajo a Castilla «para a quien conviniese mostralla ^; sea por
este documento o por otras fuentes de información, las noticias
que en la Corle se tuvieron de la conducta seguida por Espinosa y su
gente causaron profunda indignación, y la Reina en 20 de Enero do
1517 escribió a los PP. Jerónimos de la Española enviándoles relación
de los indios que Espinosa había hecho esclavos para que pusieran
1 Historia de las Indias, libro III, capítulo LXXIV.
2 Ai)éndice número 65.
3 Historia de las Indias, libro III, capítulo LXXII.
CLVI
remedio, «pues lo hecho habrá desasosegado la tierra», y al propio
tiempo les decía que había sido informada de que de Tierra firme
habían enviado por gente a la isla Española y a la de San Juan y les
ordenaba que de ninguna manera consintieran que se sacase de las
citadas islas ni tampoco de Cub^ ni de Jamaica, y que si Pedra-
das la necesitaba le mandaría enviar la que hubiera menester \
Hallábase en la Española Albitez reclutando gente cuando se re-
cibió esta orden, que determinó el que los Jerónimos le prohibiesen
continuar sus gestiones, no permitiéndole llevar más que los que ya
tenía reclutados ^.
Es probable que los PP. Jerómimos contestaran a la carta de la
Reina de 20 de Enero confirmando las noticias que contenía la rela-
ción que a ella se acompañaba; pero si no fué por este conducto, la
Corte debió tenerlas por otro, puesto que en 22 de Julio siguiente
escribía la Reina a Pedrarias con este motivo una carta sumamente
enérgica diciéndole: «Savido emos lo sucedido en la entrada que higo
vuestro Alcalde mayor la tierra adentro desas partes de Tierra firme
y ansi mismo los esclavos que de la dicha tierra trajo y a parecido
cosa muy recia traerse los dichos yndios y porque ansi sobre esto
como sobre la gente que hemos savido que enbiais a pedir a la Espa-
ñola nos escrivimos a los Reverendos y devotos padres nuestros
jueces y comisarios lo que sobre lodo han de facer e de proveer
como dellos mas largamente sabréis» le ordena les obedezca abso-
lutamente en todo lo que le mandaren, «porque haziendo lo contra-
rio converna que lo mandemos castigar con mucha riguridad» \
A otro hombre más delicado y menos deseoso de conservar ol
cargo los términos de la carta le hubieran obligado a abandonarlo,
porque toda la censura de los atropellos cometidos por Espinosa re-
caían sobre él, que siendo la autoridad superior de Tierra firme no
había tomado resolución alguna para castigarlos, y la forma dura
en que amenazándole con el castigo se le ordena que en todo obedezca
1 Archivo de Indias, 139-1-5, tomo 7.°
2 Apéndice número 61.
3 Apéndice número 64.
CLVII
a los Jerónimos, era más que suficiente para que hubiese tratado de
dejar el Gobierno y volver a España.
Aunque ignorara Vasco Núñez toda la importancia de las maqui-
naciones de sus contrarios, no se le pudo ocultar la amistad que Pe-
drarias y los Oficiales Reales tenían con Albitez y que éste sin estar
debidamente autorizado no se hubiera atrevido a abandonar su pues-
to, ir a la Española con su pretensión y regresar tranquilamente a
Santa María la Antigua, con la gente que quiso seguirle, a ponerse
en manos del Gobernador; pero no teniendo otro remedio y disimu-
lando, como dice Las Casas, dcnvio a Compañón, sobrino del mismo
Diego de Albitez, a que viese si en el rio de las Balsas que ya diji-
mos salia a la mar del Sur habia dispusicion para hacer navios» ',
orden en que se ven sus propósitos de activar todo lo posible la obra
de ios barcos a fin de poder alegar, si su competidor lograba sus
aspiraciones, que por los trabajos hechos y gastos realizados a él
le correspondía en derecho el ir con ellos a descubrir.
En tanto que Compañón cumplía su cometido comenzó Vasco Nú-
ñez en persona, para dar ejemplo a su gente, a cortar y labrar en
Acia la madera necesaria para cuatro bergantines, y al regresar el
emisario con la noticia de que el río de las Balsas tenía condiciones
para armar los buques dispuso que con la gente necesaria volviera a
salir y construyera en el punto más elevado de la ruta que había de
seguirse una casa para almacenar los víveres y efectos y que a la vez
fuese })unto de etapa para los que condujeran los materiales; al pro-
pio tiempo, envió Capitanes a recorrer toda la comarca cautivando
indios que ayudaran al penosísimo trabajo de transportar desde Acia
hasta lo alto de las montañas, que Las Casas dice que ((habría sus
12 leguas de tierras y ríos que ya se bajaban ya se subían hasta llegar
a la sierra muy alta donde se asentó aquella guarida», y desde ella ba-
jar al río de las Balsas la madera que ya tenía labrada para dos ber-
gantines y la clavazón, anclas, jarcia y herramientas para armar cua-
tro; lo primero que se transportó fué la madera, y cuando fué deposi-
tada en el río de las Balsas dividió Vasco Núñez su gente en tres sec-
1 Historia de ¡as Indias, libro III, capítulo LXXIV.
CLVIII
ciones: una encargada de requisar víveres en la comarca y cautivar
indios para que ayudasen en los trabajos; otra, para conducir desde
Acia las herramientas, jarcias, velas, anclas y clavos, y la tercera,
destinada a los talleres de construcción.
Durísima fué la tarea de transportar tan pesados materiales por
elevadísimas montañas, teniendo que atravesar impetuosos torrentes
y abrirse camino a través de una exuberante vegetación; Vasco Nú-
ñez por su persona, refiere Oviedo, traía la madera a cuestas desde
el monte hasta el astillero donde se hacían los navios; «esta madera,
escribe Las Casas, se cargó sobre los indios que tenían por esclavos
y los que iban a saltear cada día y su parte llevaron los negros, que
no eran sino obra de 30, y también cada uno de los españoles llevaba
la que podía, los trabajos que aquí llevando y subiendo esta madera
y clavazón y herramientas y después bajándola hasta el río, que por
todos se padecieron no pueden ser creídos pero no se halló que negro
ni español muriese de ellos»; los indios, en cambio, no podían resistir
tan penoso esfuerzo, y Las Casas aíirma que vio una relación fir-
mada por el Obispo Fr. Juan de Quevedo en que se hacía constar
que por el transporte de los materiales para los bergantines habían
sucumbido 500 indios, y añade que esta cifra no era la verdadera,
pues el Secretario del Obispo le dijo que el número de muertos lle-
gaba a 2.000.
El plazo señalado a Vasco Núñez para realizar la expedición fué
hasta fines de Febrero de 1518; no conocemos documento en que esta
fecha se precise, pero sí sabemos, que en virtud de petición formulada
en su nombre en 13 de Enero de 1518 por Arguello, en la que se hace
constar que ((estaba pasado casi todo el tiempo de la concesión, !e
fué otorgada a Vasco Núñez una prórroga de cuatro meses para efec-
tuar su viaje» \ y como en el escrito que en 12 de Enero de 1519
dirigido por Pedrarias al Licenciado Espinosa, de que extensamente
hemos de ocuparnos, se hace constar que ((a lo mas tarde para San
Juan de este año que pasó», o sea para el 24 de Junio de 1518, debía
haber enviado Vasco Núñez relación de sus descubrimientos para que
Pedrarias, el Obispo y los Oficiales Reales resolvieran (do que más
1 Apéndice número 62.
CLIX
conviniese al servicio de Sus yMtezas» ', deduciendo de la fecha 24 de
Junio de 1518 los cuatro meses de la prórroga que a Vasco Núñez se
le dio en 13 de Enero, resultará que la concesión le fué hecha hasta
fines de Febrero de 1518, lo que concuerda con lo expuesto por Ar-
guello el dicho día 13 de Enero de que «estaba pasado casi todo el
tiempo del plazo», puesto que sólo quedaba hasta el 24 de Febrero».
Viendo Vasco Núñez que se aproximaba el término de la prórroga
de los cuatro meses que le había sido concedida sin que hubiera po-
dido terminar su escuadrilla y hacer el viaje de descubrimiento a que
se hallaba comprometido, para justificar que había comenzado la ex-
pedición embarcó ciento y tantos hombres en los dos bergantines que
estaban aparejados, y en el mes de Junio de 1518, último del plazo, se
hizo a la mar llegando hasta un puerto situado a unas 25 leguas, pa-
sado el Golfo de San Miguel, y de ahí regresó a la isla de las Perlas
haciendo en el camino un desembarco para castigar a los indios del
cacique Chucama, que habían muerto al Capitán Gaspar de Morales.
En tanto que Vasco Núñez armaba los bergantines y realizaba su
exploración en la mar del Sur, refiere Oviedo ^ «que se pasó aquel
tiempo limitado e licencia quel Gobernador avia dado al Adelantado
para yr a aquel viage que pensó hager por la mar del Sur, e dieronle
a entender a Pedrarias que pues el Adelantado no venia ni enviaba
a dar racon de si e de su tardanga que debia estar algado e se querria
yr por Ja mar del Sur con aquellos navios que avia hecho a poblar
en otras partes donde fuesse señor e no obedesgiesse al Rey ni al Go-
bernador. Lo qual Pedrarias creyó, e los émulos del Adelantado, que
eran los Officiales y el bachiller Corral, viendo la dispusicion quel
tiempo les mostró en la voluntad del Gobernador, para encender mas
su sospecha e quitar el crédito a Vasco Nuñez siempre le decían pala-
bras de mas indignación. E estando las cosas en este estado de opi-
nión llegaron carias del Adelantado dando sus excusas al Gobernador
de la tardanca a causa de la dilación e tiempo que se había gastado
en la labor de los navios hasta los echar al agua e suplicándole que
le prorrogase el termino para efectuar su viage. La qual petición le
1 Apéndice número 66.
2 Historia general Je las Indias, libro XXIX, capítulo XII.
CLX
fue denegada porque los Ofíiciales e aquel bachiller Corral degian
que en ninguna manera el Gobernador le debia dar tal prorrogación:
e asi el Gobernador no le respondió e dilataba sin conceder ni negar
sino dando respuestas equivocas a los solicitadores e entreteniendo
negocios.
))De esto todo le aviso aquel Hernando de Arguello por una carta
que le costo la cabera, en la qual le escribió que no le querían dar
mas termino ni prorrogación e que le aconsejaba que no curase de
ello ni dexase de hacer su viage; e que hiciese lo que los padres
hieronimos (que gobernaban desde aquesta cibdad de Santo Domingo
las Indias, como superiores) en aquella sagon le avian escripto a
Vasco Nuñez, que era que hiciese el viage, pues tanto convenia al
servicio de Dios e del Rey: e que esto le acordaba el Hernando de
Arguello que hiciese, e no se curasse de lo quel Gobernador e OfO-
ciales higiesen o dixessen, pues avia gastado en la empressa e navios
su hagienda e la de sus amigos, con tanto tiempo e trabaxos».
Son por muchos conceptos dignas de atención las palabras ác
Oviedo, por la seguridad con que afirma los términos de la carta de
Arguello, y que ella fué la que motivó su sentencia de muerte; no
cabe duda de que la había leído y que debió obrar en el proceso que a
Vasco Núñez y sus compañeros se instruyó, proceso que tuvo Oviedo
varios días en su poder y estudió detenidamente.
Confirma la carta lo que ya hemos expuesto: de que los enemigos
de Vasco Núñez no perdieron ocasión de hacerle todo el daño posi-
jjle, y aprovechándose de que no daba frecuentes noticias del estado
de los trabajos de la Armada sacaron partido de su silencio para in-
citar a Pedrarias a que lo destituyera envenenando su ánimo con la
sospecha de que pretendía rebelarse; también nos da la carta la noti-
cia importante de que los PP. Jerónimos a los que Pedrarias, como
queda indicado, se hallaba obligado a obedecer, habían autorizado a
Vasco Núñez a que realizase la expedición para descubrir en la mar
del Sur, y por último la persistencia de los Oficiales Reales y del
bachiller en oponerse a que le fuese concedida la prórroga y las dila-
ciones de Pedrarias en resolver «dando, como dice Oviedo, respues-
tas equívocas a los solicitadores y entreteniendo los negocios», de-
CLXI
muestran que éste se proponía ganar tiempo, sin duda en espera de
que llegasen las provisiones reales aprobando la capitulación que ha-
bía hecho con Albitez, con lo que estando éste autorizado para nave-
gar la mar del Sur podía hacerse cargo del mando de la escuadrilla
construida por Vasco Núñez.
En tanto que estos sucesos se desarrollaban en Tierra firme lle-
garon a la Península el fraile franciscano Francisco San Román, que
había ido en la expedición de Espinosa, y el Veedor Fernández de
Oviedo; el primero, refiere Las Casas, «contó en Sevilla en el Cole-
gio de Santo Tomas de la Orden de Santo Domingo que habia visto
acuchillar y echar a perros en el viage de Espinosa sobre 40.000 al-
mas»; horrorizados los dominicos con el relato de su compañero se
apresuraron a ponerlo en conocimiento del W Las Casas que se ha-
llaba en Zaragoza con la Corte, a fin de que procurase que se pu-
siera coto a tales crueldades; enterado el Gran Canciller de lo ocu-
rrido por el P. Las Casas, encargó a éste que lo comunicase al Obispo
de Patencia, el que a pesar de ser el protector de Pedrarias no pudo
por menos al leer la carta de los dominicos que reconocer la razón
que tenían y contestó a Las Casas: «Decid a su señoría que ya he yo
dicho ques bien que echemos aquel hombre de alli» \
Las acusaciones sobre el mal gobierno de Pedrarias desde que
llegó a Tierra firme formuladas por el Obispo Quevedo, Vasco Nú-
ñez, el Tesorero Pasamonte, el Licenciado Suazo, Juez de residencia
en la Española, y por los que de allí regresaban, habían mermado
grandemente su crédito, y sólo se sostenía en el cargo merced a las
grandes influencias con que contaba, pero el escándalo que produje-
ron las denuncias y la activa campaña sostenida contra él por el Pa-
dre Las Casas, al que se unió Fernández de Oviedo, que en su His-
toria general de las Indias (lib. XXXIX, cap. XII) .se jacta de ha-
ber sido el que dio lugar a que .se le destituyera, hicieron comprender
a los gobernantes que no era posible que continuase por más tiempo
en Castilla del Oro; se acordó que lo relevase D. Lope de Sosa, Go-
bernador de Canarias, al que le fué dirigida Real Cédula en 2 de
1 IJistoria (le las Indias, libro TU, capít\ilo CTTT.
CLXII
Septiembre de 1518 consultándole si aceptaría el cargo % y por su
respuesta afirmativa se expidió el Real nombramiento en 3 de Marzo
de 1519 2j siendo muy de notar, para que pueda apreciarse hasta qué
punto las influencias dominaban en los Consejeros del Rey, que, de-
bido sin duda a las empleadas por los amigos de Pedradas para de-
morar su relevo ganando tiempo por si podían evitarlo, transcurrie-
ron quince meses desde que Lope de Sosa aceptó hasta que recibió
el Real nombramiento ^, y que habiendo sido la causa principal de
la destitución de Pedrarias las crueldades cometidas con los indios
y muy especialmente las llevadas a cabo por el Licenciado Espinosa
en la expedición a las provincias de Paris y Nata, a los siete días de
nombrado Lope de Sosa Gobernador y Capitán general de Tierra
íirme se le dirige una Real Cédula recomendando a Espinosai y más
larde, en 5 de Marzo de 1524 ^, se le ennoblece concediéndole escudo
de armas en premio de sus servicios.
Poco antes de acordarse la destitución de Pedrarias había logrado
lo que hacía tres años solicitaban con tanto empeño él y los Oüciales
Reales: el que se autorizase a Diego de Albitez para ediíicar dos pue-
blos, uno en la costa del Atlántico y otro en la del Pacííico, y que
pudiera hacer expediciones para descubrir en este último mar.
1 Archivo de Indias, 139-1-5, tomo 7.", folio 8G vuelto.
2 Academia de la Historia, D. 95, folio 125 vuelto.
3 1520. — Al electo Emperador D.^ Inés Cabrera muger de Lope de Sosa. Dice
que haviendo servido su esposo 14 años en la gobernación de la Gran Canaria ha-
ciendo renuncia dése cargo fue provisto de la de Tierra firme.
Desde que aceptó hasta que le llegaron las provisiones pasaron 15 meses luego
tres meses aderezando la nao e proveyéndose con mucha costa. Partió de Ca-
naria en 31 de Marzo de 1520. En 40 dias llegó al puerto del Darien enfermo e
murió antes de desenbarcar. Llevava consigo su hijo Juan Alonso de Sosa de íío
años e su sobrino hijo de hermano Juan Alonso de Sosa por su Teniente General.
Suplica la Gobernación del Padre para el hijo y otras mercedes.
Respuesta. — Se escriva a D.^ Inés que S. M. le concede 40.000 maravedís li-
brados de tres en tres años, a sus hijas ayudará a casar, en lo demás se tomaran
informes. Una de las peticiones era merced de habito de Santiago para los dos
hijos e al menor Pedro Cabrera reciba S .M. por Gentilhombre es de 22 años bien
dispuesto tan discreto como el padre. (Acad.^ de la Hist.^^, Colee. Muñoz, tomo 76,
folio 91 vuelto).
4 Archivo de Indias, 109-1-5, libro I, folio 217.
6 Colección de documentos inéditos de Indias, tomo 40.
CLXlIl
La Real Cédula dirigida a Albitez tiene fecha 23 de Marzo de l5lS
y en ella se le dice: «Por cuanto el nuestro Gobernador e Oficiales
que residen en la cibdad del Darien ques en Castilla del Oro, tomaron
con vo¿ ci Capitán Diego Albitez cierto asiento para que hicieredes
dos pueblos uno a la parte del Norte al Goli'o de San Blas y Nombre
de Dios y el otro a la parle del Sur, al cacique Chepo es nuestra
merced que agora e de aqui adelante, cuanto nuestra merced e vo-
luntad fuere seáis nuestro Justicia mayor de los dichos pueblos
con tanto que estéis debajo de la juredicion e subjecion del que agora
es o fuese nuestro Gobernador o lugarteniente general de la dicha
Castilla del Oro e otro si, vos damos poder e facultad para que
si vos vierdes ques cumplidero a nuestro servicio e a la población de
la dicha tierra descubrir por la mar del Sur e por la tierra adentro
aguas vertientes a la mar del Sur vos damos licencia e facultad para
que a vuestra propia costa lo podáis hacer» \
Si se comparan las mercedes otorgadas a Vasco Núñez con la con-
cesión hecha a Albitez, puede apreciarse que ésta deroga a aqué-
llas; a Vasco Núñez se le nombró Gobernador de las provincias de
Panamá y Coiba, entendiendo por tales el territorio comprendido
«desde lo alto de las montañas y sierras que responden a la parte
del Norte sobre la costa de Veragua y de las aguas vertientes de .las
dichas montañas y sierras hacia la mar del Sur» ^, sin fijar los límites
al Norte ni al Sur de la faja de terreno comprendida entre las mon-
tañas y el mar; a Vasco Núñez, como Adelantado de la mar del Sur,
correspondía las expediciones de descubrimiento, y sin embargo, sin
derogar las provisiones reales en que se le hacían estas mercedes y
sin limitarlas ni mencionarlas siquiera, se autoriza a Albitez para
fundar poblaciones en la costa de la mar del Sur, para hacer expe-
diciones de descubrimiento en este mar y para descubrir por la tierra
adentro aguas vertientes a la mar del Sur, es decir, en los territorios
de que se había hecho Gobernador a Vasco Núñez; es, a nuestro jui-
cio, indudable que para expedir la Real Cédula en favor de Albitez
1 Apéndice número 65.
2 Apéndice número 25.
CLXIV
se luvieron presentes las dirigidas a Vasco Núñez, que se trataban
por ella de anular Lácitanienle.
Este i'ué el resultado de la larga campaña sostenida contra Vasco
Núñez por Pedradas y los Oficiales Reales, de acuerdo con Enciso y
Colmenares, desde que se recibieron en Santa María la Antigua las
provisiones reales nombrándole Gobernador de las provincias de Pa-
namá y Coiba y Adelantado de la mar del Sur; pues no es de olvidar
que i'ué Enciso el que trajo a España la petición de Albitez, que Col-
menares trabajó cuanto pudo por desacreditar a Vasco Núñez en la
Corte, que Pedrarias y los Üíiciales recomendaban a Albitez al Rey
en su carta de 20 de Octubre de 1515 ', que en 23 de Noviembre si-
guiente bacía el Tesorero Eapuente al Rey grandes elogios de las
condiciones personales de Albitez y de la bondad de su proyecto ", y
que a pesar de la aparente reconciliación de Vasco Núñez con Pedra-
rias éste y los Oíiciales Reales capitulan con Albitez la íundación de
poblaciones en territorio de la Gobernación de Vasco Núñez y el que
verifique en ellos descubrimientos, y Pedrarias escribe a los PP. Je-
rónimos de la Española para que le permitan sacar de la isla gente
con que Uevar a efecto lo capitulado \
Podrá alegarse que lo concedido a Albitez no era incompatible
con que Vasco Núñez realizase descubrimientos en la mar del Sur,
pero habrá que convenir en que se autoriza a hacer a Albilez lo que
legalmente y en virtud de sus nombramientos de Goberiuidor y Ade-
lantado era de la exclusiva facultad de Vasco Núñez, como era fun-
dar poblaciones en las provincias de Panamá y Coiba y realizar des-
cubrimientos en la mar del Sur y en sus costas y aguas vertientes a
dicha mar, desde lo alto de las sierras hasta las orillas del Pacílico,
o sea los territorios concedidos a Vasco Núñez; y si se tiene en cuenta
que a pesar de haber reunido Pedrarias los elementos que tenía Vasco
Núñez con los importantes contingentes que él llevó de la Península
no había logrado fundar una población estable, y sólo lo fué la de
Acia mediante el esfuerzo realizado por Vasco Núñez y el tiemjjo y
1 Apéndice número 42.
2 Apéndice número 48.
3 Apéndices númeroa 64 y 65.
CLXV
extraordinarios trabajos que a éste había restado la construcción de
los cuatro bergantines, se comprenderá lo absurdo que es suponer
que al gestionar l^edrarias y los Oficiales las concesiones para Albi-
tez fuera con el propósito de que se fundaran cuatro poblaciones y
se construyesen dos escuadras, siendo sólo su pensamiento el apro-
vecharse de las excepcionales condiciones de Vasco Núñez para que
adelantase las construcciones hasta que llegasen las provisiones rea-
les en favor de Albitez y entonces (juitarle el mando y que éste rea-
lizase las expediciones de descubrimiento, y que este era el pensa-
miento lo demuestra la carta que escribió al Rey el Tesorero Lapuenlo
en 23 de Noviembre de 1515, en la que le decía que si se quisiera
servir de Diego de Albitez en lo del descubrir «cuando venga el des-
pacho dello estaran principiados los pueblos y .se poma persona que
los continué no quitándose al dicho Diego de Albitez el cargo dcllos
pues ha fecho el principio y ofrerimiento».
Estos propósitos tan persistentemente sostenidos explican la in-
decisa conducta de Pedrarias con Vasco Núñez; en tanto que éste
pretendió el cumplimiento de las mercedes que el Rey le otorgara,
Enciso y Colmenares en la Corte y los Oficiales Reales y Pedra-
rias desde Tierra firme, procuran por todos los medios desacredi-
tarle acusándole de lodo género de faltas y de ser el causante del
estado precario de la colonia, y el Gobernador le retiene en Santa
María la Antigua con el pretexto de que no se había terminado su
juicio de residencia, pero aprovechándose de sus conocimientos (i
iniciativas; cuando Vasco Núñez comprende que por el momento
toda resistencia era inútil y se aviene a la reconciliación gestionada
por el Obispo, desistiendo de reclamar el cumplimiento de las merce-
des que el Rey le otorgara, I^edrarias le ofrece una hija en matrimo-
nio y que él será el que como Capitán suyo haga los descubrimien-
tos, pero le fija un plazo para la repoblación de Acia y la construcción
de los bergantines, dentro del que era de todo punto imposible el que
se hubiera hecho la Armada y realizado los descubrimientos; apunto
de terminar el plazo y estando todavía atrasados los trabajos de los
buques, Pedrarias se opone a concederle la pi'órroga del plazo conve-
nido, y sólo bajo la presión del Obispo y la de los Oficiales Reales,
CLXVI
«
que tratan de ganar tiempo para que lleguen las provisiones reales
en favor de Albitez, le concede una prórroga de cuatro meses, bien
a conciencia de que dado el estado de la construcción de los buques y
a pesar de la extraordinaria actividad de Vasco Núñez no podrían es-
tar terminados, dejando tiempo bastante, dentro de los cuatro meses,
para que se realizara alguna expedición de importancia, y cuando
transcurrida la prórroga vieron que ya la escuadrilla estaba a punto
de terminarse y cumplidos sus propósitos, se niegan los Oficiales
Reales a otorgar una nueva prórroga a Vasco Núñez para que pu-
diera recoger el fruto de sus trabajos realizando la expedición ofi-e-
cida, y Pedrarias entretiene, como dice Oviedo, el resolverla ganando
tiempo para que llegase la concesión a favor de Albitez, que sus ami-
gos gestionaban en la Corle, y alegando entonces que Vasco Núñez
no había cumplido sus compromisos en el tiempo marcado quitarle
el mando de la Armada y dárselo a Albitez, en virtud de la autoriza-
ción real, para que hiciera descubrimientos en la mar del Sur.
X
Llega a oídos de Vasco Núñez que Lope de Sosa relevaba a Pedrarias en el Go-
bierno de Tierra firme y que se había autorizado a Diego de Albitez para des-
cubrir en la mar del Sur. — Sus temores de que le quitaran el mando de los barcos
y resolución de antes de entregarlo hacerse a la mar para realizar los descu-
brimientos.— Descúbrese su intento, es reducido a prisión y fórmasele causa.
Al regre.sar Vasco Núñez de su exi)loración en la mar del wSur
tuvo noticias de haber ocurrido novedades en la colonia que tenían
para él excepcional importancia; una era el regreso a España de su
decidido prolector el Obispo Fray Juan de Ouevedo \ que venía dis-
puesto a denunciar al Rey los excesos de Pedrarias y sus Oficiales;
otra, que había sido Pedrarias destituido del Gobierno, relevándole
Lope de Sosa, y es más que probable que también llegara a su cono-
cimiento que por Real Cédula de 23 de Marzo de 1518 se concedía a
Diego Albitez, en forma tal que anulaba las mercedes que a él le ha-
bía otorgado el Rey, el que pudiese hacer descubrimientos en la mar
1 No hemos podido averiguar la fecha exacta en que salió de Tierra firme el
Obispo Fr. Juan de Quevedo; hablando de los sucesos del año 1518, dice el P. Las
Casas (Ilist.^ de Jas Indias, lib. III, cap. CVI) : (cEn este tiempo acordó el Obispo
D. Fr. Juan Cabedo primer Obispo del Darien irse a Castilla, partióse también con
el Gonzalo Hernández de Oviedo» (esto nu es cierto, Oviedo había regresado mucho
antes; véase la nota de la pág. XLVI). — Estuvo el Obispo en la isla de Cuba
algún tiempo y negoció con Diego Velázquez el que gestionaría con el Rey el Go-
bierno de Tierra firme. «Bien se creyó, dice Las Casas, que Diego Velázquez untó
al Sr. Obispo las manos». De la Española pasó el Obispo a Barcelona a principies
del año 1519, falleciendo al poco tiempo en un pueblo próximo a dicha capital. (Ca-
sas.— Historia de las Indias, lib. III, cap. CLII).
CLXVIII
del Sur; si a esto se agrega que en Junio había terminado la prórroga
que tenía concedida para ir él a efectuarlos y que según le escribía
Arguello los Oficiales Reales se oponían a que se le concediera otra
nueva prórroga y Pedrarias dando respuestas equívocas demoraba
dictar resolución, no es de extrañar el que recelase que sus enemigos
trataban de arrebatarle el fruto de sus trabajos destituyéndole del
mando de la Armada.
Pocas son las fuentes de conocimiento que nos quedan de los su-
cesos que se siguieron; sólo un documento arroja alguna luz y no
puede ser más parcial, el escrito en que Pedrarias negó a Vasco Nú-
ñez el recurso de apelación en la causa que le instruyó; de los histo-
riadores contemporáneos Las Casas se ocupa extensamente de ellos,
pero el que merece mayor crédito es Fernández de Oviedo, el cual
manifiesta que tuvo el proceso en su poder varios días «e leyle todo
e pusele cuento a todas las hojas por letras e rubriquelas de la señal
de mi firma porque no se pudiese hurtar hoja ni autos. Este proceso
fue después llevado por el escribano a Panamá e como el Gobernador
e Alcalde mayor vieron aquel cuento e rubricas mias sospecharon
que yo habia notado las faltas e méritos del proceso en daño dellos.
E por esto sospeche que avian dado orden en mi muerte e trabajos» ^
A falta de documentos originales, al testimonio de Oviedo tenemos
que atenernos para conocer los hechos tal y como en la causa resul-
taban.
Para averiguar lo que hubiera de verdad sobre el relevo del Go-
bernador, dice Oviedo que Vasco Núñez acordó con Andrés de Val-
derrábano, Luis Botello y Fernán Muñoz comisionar al Capitán An-
drés de Garabito que iba a Acia por materiales para terminar la
construcción de los dos bergantines que faltaban para completar los
cuatro de que debía componerse la escuadrilla.
Las instrucciones que según Oviedo llevó Garabito fueron que al
volver de su comisión dijese si había venido nuevo Gobernador.
«Albricias! albricias! quel Adelantado Vasco Nuñez es Gobernador
de Tierra firme, e le diessen giertas cartas, en que paresgiese que
1 llisturia general de las Indias, libro XXIX, capítulo XV.
CLXIX
le yba el aviso dello. Lo qual él hagia e fingía, porque si la gente su-
piera que avia Gobernador nuevo en la tierra, no la pudiera tener o
se le tornarían al Darien, e también porque si gobernador nuevo
oviera, sospechaba que le quitaria el cargo, por le dar a algún pa-
riente o amigo suyo, o le deternia y él perderla su tiempo e trabaxo
e lo que avia gastado: e que si este mensagero que avia de yr a Acia
no hallasse nueva de la venida del nuevo gobernador, dixesse que no
avia otro Gobernador, ni nueva del, sino Pedradas Davila, e que es-
taba muy bueno e alegre en aver sabido del adelantado Vasco Nuñez
e que le enviaba la prorrogación que le avia enviado a pedir».
«Estas cartas y espías fueron tomadas por un Francisco Benitez,
escribano que era alli en Acia e dio aviso en continenti a Pedrarías:
el qual escrivio luego muy sobradamente como padre, al adelantado,
e lo envío a llamar desde Acia, a donde se avía ydo; e luego, como
hijo, obediente, vino alli a ver al gobernador e saber lo quel quería
mandar, pensando que estaba en su gracia como era ragon. Pero assi
como llego le higo prender e assimesmo fueron presos el Capitán An-
drés Garabito e Luís Botello e Fernán Muñoz e Andrés de Valderra-
bano e Hernando de Arguello, porque avia escripto la carta que de
susso al adelantado. Estando assi pressos, fue aconsejado el Garabito
que descubriesse lo que sabia de este negocio e pidiesse misericordia
e merced de la vida; e assi lo higo, e dixo al gobernador e juro lo
que es dicho e por esta su confession o declaragíon le fué remitida o
perdonada la culpa o parle que le cabía en el concierto que es dicho,
pues avia descubierto aquella traygion, que se les imputaba al ade-
lantado e sus consortes» \
El relato que hace el P. Las Casas no difiere en lo substancial del
de Oviedo en cuanto a la intención con que Vasco Núñez envió a Acia
al Capitán Garabito; pero sí en lo relativo a cómo llegaron los hechos
a conocimiento de Pedrarías; «temiendo Vasco Nuñez, escribe Las
Casas, que si Lope de Sosa iba de Gobernador le quitase los navios
y diese la empresa a alguno de los que llevase consigo, hablando
una noche con un Valderrabano y con un clérigo llamado Rodrigo
1 Historia general de las Indias, libro XXIX, capítulo XII.
CLXX
Pérez dijoles: Según lo mucho que ha que vinieron las nuevas, quel
Rey tenia proveido por Gobernador a Lope de Sosa desta tierra fir-
me, no parece posible que o no sea venido o no haya nueva de ser
cercana su venida y si es venido Pedrarias mi señor ya no tiene la
gobernación y asi nosotros quedamos defraudados de nuestros de-
seos y tantos trabajos como en esto hemos puesto quedan perdidos
parece pues que para haber noticia de lo que nos conviene sera bien
que vaya el Capitán Francisco Garabito a la villa de Acia, con de-
manda del hierro y pez que nos falta y sepa si es venido porque si
lo fuese se torne y nosotros acabaremos los navios y proseguiremos
nuestra demanda y como quiera que nos suceda de creer es que el
que gobernase nos recibirá de buena voluntad porque le ayudemos
y sirvamos, pero si Pedrarias mi señor todavia tuviese la goberna-
ción dalle han parte del estado en que quedamos y proveerá de lo
que pedimos y partirnos hemos a nuestro viage del qual espero en
Dios que nos ha de suceder lo que tanto deseamos. Dijose que cuando
esto Vasco Nuñez hablaba comenzó a llover y que la guarda, per-
sona que velaba su cuarto se recogió debajo del tejado de la casa
donde Vasco Nuñez estaba por no mojarse, el cual oyó como decia
que convenia irse con los navios su viage no entendiendo mas de la
platica ni porque causa y ampliando en su pensamiento que aquello
era quererse huir de Pedrarias y con esta opinión o error calla y no
da parte a nadie hasta que fue tiempo de poder dañar diciendolo a
Pedrarias» \
Lo expuesto por Oviedo representa la versión oficial, que sin
duda dedujo de la causa formada a Vasco Núñez y sus compañeros:
y el reíalo de Las Casas, lo que entre los españoles residentes en el
Darien se dijo sobre aquellos sucesos, por ser más que probable que
lo tomase como hizo con gran parte de lo que refiere sobre Tierra
firme de la obra La Barbárica, escrita por Tobilla, que residía en-
tonces en Santa María la Antigua.
Coinciden ambos relatos en que Vasco Núñez abrigaba el temor
de que se le quitase el mando de la escuadrilla con que habían de ha-
1 Historia de las Indias, libro III, capítulo LXXV.
CLXXI
cerse los descubrimientos en la mar del Sur, y aunque suponen que
este temor sólo lo tenía para en el caso de que fuese nuevo Goberna-
dor, si los historiadores hubieran estado enterados de las maquina-
ciones de Pedrarias y el Tesorero Lapuente para que se encomendase
la empresa al Capitán Albilez, habrían podido apreciar que el mayor
riesgo para Vasco Núñez consistía precisamente en que Pedrarias
continuase en el Gobierno.
No existen datos para afirmar que Vasco Núñez estuviera al tanto
de los propósitos de sus enemigos, pues aimque despertó sus recelos,
según dice Las Casas, el viaje de Albitez a la Española con objeto de
que los PP. Jerónimos le autorizasen a sacar gente para ir a descubrir
en lo mar del Sur, estos recelos debieron amortiguarse con el fracaso
de la<=; gestiones de su competidor y con la confianza de que el Obispo
le avisara en caso de peligro; pero si las negociaciones se lleva-
ron tan en secreto que ni Fray Juan de Ouevedo se enteró de ellas,
pues como queda expuesto las cartas que del particular trataban
fueron escritas por Pedrarias y sus Oficiales sin contar con él,
ni llegaron a conocimiento de los cronistas, una vez dictada la Real
Cédula de 23 de Marzo de 1518 otorgando a Albitez el hacer los
descubrimientos, ya no era fácil que continuara el secreto ni existía
ya razón para guardarlo, y teniendo Vasco Núñez sus Procuradores
en Sevilla, así como llegó a él la noticia de haberse acordado que
Lope de Sosa relevara a Pedrarias en el Gobierno de Tierra firme
debió llegar también la de la concesión hecha a Albitez, despertando
sus anteriores recelos y viendo un peligro para él más inminente en que
Pedrarias continuase en el Gobierno que no el de que le sustituyera
Lope de Sosa, cuyas intenciones desconocía, en tanto que estaba bien
convencido de la malquerencia que le tenían Pedrarias y la gente que
le rodeaba.
Y esto no es una suposición nuestra; el temor de Vasco Núñez de
ser relevado lo expone el mismo Pedrarias en el escrito de acusación
que contra él dirigió al Licenciado Espinosa en 12 de Enero de
1519 \ diciendo que Vasco Núñez había enviado mensajeros a Acia
1 Apéndice numero 66.
CLXXII
((a le avisar de lo que pasaba e si hauia mandamiento o mandamien-
tos de sus Altezas o de otro Gobernador que obiese venido e suzedido
en el dicho oíicio para el estoruar el yr llevando por engaños o por
fuerza a los dichos navios»; es decir, que no sólo temía Vasco Núñez
el que hubiera llegado Lope de Sosa y dispuesto su relevo, sino tam-
bién el que éste hubiera sido decretado por «Sus Altezas»; por lo que
parece claro que con mayores o menores visos de certidumbre había
llegado a su noticia la concesión hecha a Albitez, lo que llevaba con-
sigo, una vez que había transcurrido el plazo que a Vasco Núñez se le
había concedido para hacer los descubrimientos, el que se le negase
la prórroga que tenía solicitada y fuera Albitez el que se encargara
de efectuarlos.
Respecto a lo que Vasco Núñez pensara hacer en vista de las noti-
cias que le comunicase el Capitán Garabito, pocos datos se conservan,
y éstos aparecen bastante confusos; la crítica, sin embargo, debe reco-
nocer que es absurda la especie que sus enemigos propalaron de que
conspiraba para declararse independiente; solamente un hombre pri-
vado de razón podía albergar tal pensamiento, y aunque lo hubiera
concebido seguro es que no habría encontrado quien le secundara;
el atrevidísimo paso dado mas tarde por Hernán Cortés de rebelarse
contra la autoridad de Velázquez, no podría en ningún caso admitir
parangón con el de Vasco Núñez, pues aunque Cortés destruyó sus
naves, siempre le quedó la esperanza de ser socorrido desde las próxi-
mas islas a pesar de la enemiga de Velázquez, y en último extremo
con los materiales que de sus navios conservó podía armar algunos
bergantines para comunicarse con las Antillas o con España, como los
armó para navegar la laguna de Méjico; Vasco Núñez, de haber eni-
prei^dido la expedición a la mar del Sur con ánimo de emanciparse de
la dependencia de Pedrarias, hubiera quedado completamente aislado,
y sin tener refuerzos ni recursos de ninguna clase su gente hubiera
sucumbido por la lucha con los indios o la acción del tiempo: iría, por
tanto, a un desastre seguro, y ni es verosímil que este fuera su pen-
samiento, ni el que encontrase quien lo secundara.
El propósito de Vasco Núñez, que lo mismo podía responder al
temor que hacía ostensible por la llegada de Lope de Sosa, como el
CLXXIIl
que, (MI nuestro juicio, disimulaba {¡or no producir escisiones en su
gente de ser relevado por Albitez, se halla sintetizado por el P. Las
Casas en las palabras que pone en boca de Vasco Núñez sobre lo
que pensaba hacer en el caso de que ya hubiera llegado Lope de Sosa:
((acabaremos los navios y proseguiremos nuestra demanda y como
({uiera que nos suceda de creer es que el que gobernase nos recibirá
de buena voluntad porque le ayudemos y sirvamos»; es decir, que su
intención era solamente hacerse a la mar antes de que pudiera ser
relevado, realizar los descubrimientos, y si la suerte le era propicia
y encontraba las riquísimas tierras de que tanto le hablaban los in-
dios, refiriéndose al Perú, volver con la seguridad de que el éxito ha-
ría que se le perdonase la falta que había cometido de emprender
la expedición después de terminado el plazo que para efectuarla se
le había dado y antes que se le otorgase la prórroga que tenía soli-
citada; y es tanto más de creer que tales fueran sus propósitos,
cuanto que al llevarlos a efecto no haría más que repetir lo que tan
brillante resultado le había producido, cuando al saber las acu-
saciones que contra él se habían formulado en la Corte y que estaba
acordada su destitución del cargo de Capitán y Alcalde mayor del
Darien, emprendió la atrevidísima expedición en que descubrió l-a
mar del Sur, lo que lo valió el recuperar el favor del Rey y el obtener
como premio los nombramientos de Gobernador de las provincias de
Panamá y Coiba y de Adelantado de la mar del Sur.
Desgraciadamente para Vasco Núñez todas las circunstancias ha-
bían coincidido en contra suya en aquellos momentos: los odios de
Pedradas habíanse aumentado con la noticia de su relevo, que nece-
sariamente tenía que atribuir, como en realidad ei-a en gran parte,
a las continuas denuncias de su conducta formuladas por Vasco Nú-
ñez y sus amigos; el regreso a España del Obispo Fray Juan de Que-
vedo, que le privaba de su decidido protector y dejaba el camino ex-
pedito a Pedrarias para cometer todo género de violencias contando
como contaba con la aquiescencia de los Oficiales Reales; la Real
Cédula de 23 de Marzo do 1518 que otorgaba a Albitez los descubri-
mientos en la mar del Sur avivó las ambiciones del Tesorero Lapuen-
te, que veía llegado el momento decisivo do relevar a Vasco Núñez
CLXXIV
con Albilez, y más cauto que todos ios demás, el Licenciado Espinosa
soñaba con ser el descubridor de aquellas riquísimas regiones en las
que todos cifraban tan grandes esperanzas.
Por rara coincidencia se encontraban en igual situa*ción los dos
rivales: Vasco Núñez, temiendo ser relevado del mando, veía su sal-
vación en hacerse a la mar con su gente, esperando que el éxito que
obtuviera le colocaría en condiciones de obtener el favor real y con
él la independencia que tanto anhelaba; Pedrarias, al tener noticia
de estar acordado su relevo, tuvo también que pensar que si antes
que éste llegara lograba que la expedición dirigida según sus órde-
nes por persona por él nombrada realizaba un descubrimiento de
gran importancia, aparte del lucro que le produjera, le devolvería el
aprecio y confianza de la Corona.
La mina estaba cargada, faltaba sólo quien aplicara la mecha, y
fué el Escribano Francisco Benítez el que con sus denuncias produjo
la explosión.
En cuanto de ellas tuvo noticias Pedrarias, escribió a Vasco Nú-
ñez para que se trasladase a Acia a fin de ultimar los preparativos de
la Armada y envió al Capitán Francisco Pizarro para que saliese a
su encuentru y lo prendiera, como así lo efectuó, conduciéndole a
Acia, donde comenzó en seguida a instruírsele proceso.
Al propio tiempo que Pedrarias escribía a Vasco Núñez envió a
la costa de la mar del Sur a Bartolomé Hurtado para que sofocase
lodo conato de rebelión que pudieran provocar los amigos de Vasco
Núñez y se hiciera cargo del mando de la gente que allí estaba.
Como cómplices en los delitos que se imputaban a Vasco Núñez
fueron presos y procesados Luis Botello, Fernán Muñoz, Andrés
de Valderrábano, Hernando de Arguello y el Capitán Andrés Gara-
bito, si bien este último fué puesto en libertad en premio de haber
confirmado con sus declaraciones las denuncias hechas por el Escri-
bano Francisco BeníLez.
XI
Vasco Núñez y sus compañeros son condenados a la pena de muerte y ejecutados
en Acia. — Consideraciones sobre los cargos formulados por Pedrarias en el es-
crito en que negó la apelación de la sentencia ante' el Rey. — Semblanza de
Vasco Núñez.
Inútiles han sido cuantas gestiones hemos practicado en averigua-
ción del paradero de los procesos instruidos a Vasco Núñez y sus
compañeros; sólo sabemos que por Real Cédula de 1.° de Abril de
1525 se ordenó al Alcalde mayor de Castilla del Oro remitiese al Con-
sejo de Indias los procesos originales formados por Gaspar de Espi-
nosa contra Andrés de Valderrábano y Hernando de Arguello y con-
sortes, a fin de resolver demandas, sobre devolución de los bienes
que dejaron, presentadas por la viuda de Arguello Ana Ruiz y los her-
manos de Valderrábano Francisco, Diego, Isabel, Ana y Catalina,
reiterándole la orden por Real Cédula de 28 de Abril de 1520 dirigida
al Licenciado Salmerón, Juez de residencia en Tierra firme, al que
se le prescribía que para evitar la contingencia de pérdida se sacaran
copias de los dos procesos y las enviaran en los primeros navios que
vinieran a España, remitiendo en uno el proceso original de Valde-
rrábano con la coi)ia del de Arguello y en otro navio el original de
éste con la copia del de Valderrábano \
El proceso de Hernando de Arguello consta que vino a España
1 Archivo de ludias, 109-1-5.
CLXXVI
por una instancia que promovió en 1547 su viuda Ana Ruiz pidiendo
al Fiscal del Consejo de Indias se le entregaran la mitad de los bienes
que dejó Arguello, exponiendo en su escrito que el proceso instruido
contra su marido por el Licenciado Espinosa se hallaba en poder de
Samano ^; éste era Secretario del Consejo de Indias y en 24 de Enero
de 1525 se le había ordenado se hiciera cargo de ciertas cantidades
qre procedentes de los bienes de los procesados tenía en su poder
Gonzalo Fernández de Oviedo ^.
En un alegato del Conde de Puñonrostro en el pleito que sostuvo
contra el cronista Herrera por los juicios que en su Historia de las
Indias hacía de Pedradas \ manifestaba que «en esta Audiencia real
esta presentado el proceso que se hizo a Vasco Nuñez y sus compa-
ñeros».
Si Herrera hubiera sido un historiador concienzudo y no un mero
compilador, no habría dejado pasar esta ocasión que se le presentaba
para con habilidad obtener del mismo Puñonrostro las noticias ne-
cesarias para encontrar tan interesantes documentos que habían de
esclarecer sobremanera la historia de los sucesos que los motivaron;
pero Herrera se limitó a contestar a Puñonrostro que puesto que
sabía donde estaban que los trajera al pleito, y ya no vuelve a ha-
blarse más de ellos; acaso aparezcan algún día en los Archivos uni-
dos a los expedientes de devolución de bienes a las familias de los
procesados, pero hasta entonces tenemos que atenernos a lo que so-
bre ellos escribió Fernández de Oviedo, que es el único de los histo-
riadores que habla con conocimiento de causa, por haberlos tenido
en su poder y estudiado detenidamente, comparando lo que en ellos
aparecía con los hechos que a él le constaban ser ciertos.
Cuenta Oviedo que una vez preso Vasco Núñez «mandó el Gober-
nador a su Alcalde mayor el licenciado Espinosa que con mucha
diligencia entendiese luego en la residencia e la hiciese pregonar
contra Vasco Nuñez e mandó que se le acumulase la primera que se
1 Archivo de Indias. — Asuntos fiscales, año 1547. Est. 52, C. 6, L. 72?-
2 Archivo de Indias, 109-1-5.
3 Los documentos relativos a este curioso pleito se hallan publicados en el
tomo 37 de la Colección de documentos int''(iitos del Archivo de Indias.
CLXXVII
le avia comencado a lomar, cinco años o mas avia, e nunca se avia
acabado; e todos los crimenes y excessos que del Adelantado se pu-
diesen saber, con la muerte del Capitán Diego de Nicuesa, e que todo
se le truxesse a congeqüencia; e que assimesmo en el tiempo que
Vasco Nuñez avia gobernado la tierra avia tomado una marca real
de marcar oro al veedor Silvestre Pérez e lo avia hecho morir de
hambre e otros delictos.
»En esta nescessidad puesto el Adelantado Vasco Nuñez, los offi-
ciales, el thesorero Alonso de la Puente y el contador Diego Márquez
e con ellos el bachiller Diego de Corral vinieron muy de grado con-
certados, e pusiéronle una larga c criminal acusación, la qual firmada
de todos tres pressentó aquel bachiller su antiguo enemigo: e al Al-
calde mayor no le falló volunlad para proceder en este progeso e
finalmente los sentenció a todos a ser degollados por traydores e con-
fiscados sus bienes para la cámara e fisco de Sus Magestades.
))Antes que esta sentencia se diesse tuvo forma el Alcalde mayor
con ciertos diputados de la compañia que avian hecho los navios, que
higiessen un pedimento al Gobernador, en que le suplicassen e pi-
diessen que mandasse abreviar la residencia de Vasco Nuñez y en-
viasse al Alcalde mayor, el licenciado Espinosa por su Teniente ge-
neral e Capitán, diciendo que a el querían y no a otro e aun degian
que no avia otro que mejor lo higiesse, porque no se acabassen de
perder tantos hombres esperando aquel viage e determinación: e a
este proposito otras palabras en favor del Alcalde mayor, segund
(piel niesnio las ordenó e las higo firmar a aquellos diputados de la
compañia.
«Hecho esto se dio la sentencia de la qual apeló el Adelantado
Vasco Nuñez para el Emperador Nuestro Señor e su Real Consejo
de Indias y el Alcalde mayor envió a un Chripstobal Muñoz que era
el Escribano ante quien passaba la causa a notificar al Gobernador
la apelación para que se hiciesse lo que mandasse e dixesse si se le
otorgarla la apelagion por ra(;on del titulo de Adelantado o si se ¡e
denegarla, y el Gobernador respondió por escripto que no lo remi-
tiesse ni so le otorgasse sino que hiciese justicia. Aquel auto que el
Alcalde niaijoi' mandó notificar a Pedrarias e su respuesta todo lo
CLXXVIlI
ordenó el licenciado Espinosa e lo escrevio Anínüo Quadrado su
criado e lo firmó Pedrarias» ^
Lo referido por Oviedo respecto al proceder del Licenciado Es-
pinosa se halla en abierta contradicción con lo afirmado por el P. Las
Casas de que había intervenido con Pedrarias para que perdonase ia
vida a Vasco Núñez en atención a los servicios que hizo al Rey, pro-
testando que no lo sentenciaría si no se lo mandaba expresamente \
En efecto; el 12 de Enero de 1519 y en presencia del Escribano
Antonio Cuadrado, el Alcalde mayor Gaspar de Espinosa manifestó
a Pedrarias Dávila que los procesos instruidos a Vasco Núñez y co-
reos se hallaban conclusos para poderse sentenciar definitivamente ((y
que viese su señoria si mandava que se remitiesen a sus Altezas o a
los de su muy Alto Consejo a lo menos el proceso tocante en particu-
lar al dicho Adelantado Vasco Nuñez atenta su calidad e titulo e dig-
nidad de su persona o si mandava quel dicho Señor Alcalde mayor
lo vea e determine en todo lo que hallare por justicia sin hacer la
dicha remisión o que es lo que manda cerca de lo susodicho» ^
La forma en que está hecha la consulta no demuestran el menor
interés en favor de Vasco Núñez y nada hay en ellos de la protesta
que refiere Las Casas de que no le sentenciaría si no se lo mandaba
expresamente.
De los dos relatos el de Oviedo es, a nuestro juicio, el verídico; ^
el nombramiento de Espinosa para mandar la Armada de Vasco Nú-
ñez, hecho por Pedrarias antes de que fallase el proceso, revela
una gran armonía entre el Gobernador y su Alcalde, que hace sos-
pechar si el nombramiento fué el precio de la sentencia; no ten-
dría explicación que habiendo disconformidad entre las dos autori-
dades desistiera Pedrarias, para favorecer al que se oponía a sus de-
seos, de que mandase la expedición de descubrimiento en la mar del
Sur su antiguo candidato Diego de Albitez, ni es de presumir que
a tanto llegara su atrevimiento que con la oposición verdadera del
Juez instructor de la causa negara la apelación.
1 Historia general y natural de Indias, libro XXIX, capítulo XII.
2 Historia de las Indias, libro III, capítulo LXXVI.
3 Apéndice número 66.
CLXXIX
Las Casas, al tener noticia de que Espinosa había por escrito con-
sultado con Pedrarias si procedía admitir la apelación a Vasco Nú-
ñez, juzgó que lo hizo por favorecerle; Oviedo, conocedor de la in-
triga y de las personas que en ella intervinieron, vio claro el acuerdo
entre Espinosa y Pedrarias, y que el primero con suma cautela supo
eludir su responsabilidad haciéndola recaer entera sobre Pedrarias,
que ciego por el odio que tenía a Vasco Núñez no vaciló en asumirla,
desobedeciendo, con tal de satisfacer su venganza, la orden termi-
nante que se le dio en el título de Gobernador, al facultarle para
«usar los oficios de Justicia e su jurisdicion civil e criminal asi por
mar como por tierra quedando de iodo ello la apelación para ante
los del Consejo desios reinos de Castilla siendo de seiscientos pesos
arriva» \
Los términos de la respuesta revelan que fué redactada por per-
sona perita y no por un soldado como Pedrarias ignorante de las
frases y giros usualmente empleados en los escritos judiciales, y el
haber sido dada el mismo día en que se hizo la consulta, a pesar de
constituir una recapitulación extensa y bien meditada de todos los
cargos que podían acumularse a Vasco Núñez desde que llegó al Da-
rien, confirman lo que dice Oviedo de que demanda y contestación
estaban con anterioridad estudiadas por el Licenciado Espinosa, y
que el acto que reafizó, de acuerdo con Pedrarias, fué sólo con ob-
jeto de eludir su responsabilidad en el crimen que iba a cometerse.
Digno de detenido estudio es el escrito contestación de Pedrarias,
en el que puede a primera vista apreciarse que no encontrando los
enemigos de Vasco Núñez fundamento bastante para condenarle a
muerte por el supuesto intento de rebelión, acumulan contra él todo
género de cargos para dar apariencia de justa a la sentencia ^.
Expuesto queda la parte que tomó Vasco Núñez en la expulsión
de Nicuesa y Enciso^ pero bueno es recordar que el Licenciado Es-
pinosa, que redactó el escrito de Pedrarias en que se declara a Vasco
Núñez principal causante de la muerte de Nicuesa, fué el que en
10 de Noviembre de 1514 escribía al Rey, como Juez instructor
1 Apéndice número 13.
2 Apéndice número 66.
CLXXX
de la residencia que lomaba a Vasco Núñez, diciéudole: «Manda su
Alteza castigar a los culpantes en descomponer a Enciso y lo son
casi todos los que fueron con él. En lo de Nicuesa he hecho la pro-
banza y todo el pueblo es culpante, pues le llamaron aunque tuvieron
alguna causa para resistirle» \
Un año después, el 15 de Noviembre de 1515, manifestaba el
mismo Licenciado Espinosa al Rey «que hacia cuatro meses que ha-
bía enviado la residencia, que por mandado de Su A. tomó a Vasco
Nuñez y officiales; que Pedrarias en atención a las necesidades y
fatigas que hubo luego que fueron alli acordó disimular y suspender
en algunos pleitos criminales e concejiles entre el Gobernador o
Vasco Nuñez e otras personas e que si se diera lugar a ello fuera
cosa que nunca se acabara porque lodos los vecinos travavan
pleitos» 2.
Resulla, pues, que la residencia había sido enviada a España
para que fuese fallada en el mes de Julio de 1515, y que en ella no
aparecía Vasco Núñez con especial responsabilidad por la expulsión
de Enciso y Nicuesa, lo que viene a comprobar lo expuesto por el
P. Las Casas ^ de que al llegar Pedrarias a Tierra firme ((cl licen-
ciado Espinosa tomó residencia a Vasco Nuñez y mandó prenderle
y condenó en algunos millares de castellanos por los agravios hechos
al bachiller Enciso y a otros y al cabo de la muerte de Nicuesa y de
todos los mas cargos que le pusieron le dieron por libre y quito-);
pero aunque así no fuera, aunque la residencia aun no hubiera sido
fallada en definitiva, ni Espinosa ni Pedrarias podían declarar a
Vasco Núñez delincuente por la expulsión de Nicuesa y Enciso, una
vez que el Rey había resuelto reservarse el conocimiento del asunto
al disponer en 2 de Agosto de 1512 ^ que no viniera Vasco Núñez a
España a responder de los cargos de la residencia, sino que se en-
viasen los procesos (como lo hizo el Licenciado Espinosa) «para que
yo los mande ver y se provea sobre ello como convenga».
1 Academia de la Historia, Colección Muñoz, tomo 75.
2 Apéndice número 2.
O Historia de las Indias libro ITT, capítulo LX.
4 Apéndice número 36.
CLXXXl
Todavía le pareció poco a Pedrarias declarar a Vasco Núñez
responsable de la expulsión de Nicuesa y de Enciso y le atribuye
otras que inventa, diciendo: «parece claro aver sido el principal
en yr e hazer morir al dicho Gobernador Diego de Nicuesa e al va-
chiller Martin Fernandez de Enciso e a los otros Gobernadores que a
estos reynos e tierra an venido parece que en hauer hauido la
dicha dilación e no auer sido punido e castigado con toda breuedad
e sin dilación alguna el dicho Adelantado de los dichos delitos cri-
mcnes y excesos semejantes (juel dicho Adelantado intento cometer
y cometió contra los Gobernadores Diego de Nicuesa e Alonso de
Ojeda e bachiller Martin Fernandez de Enciso a tenido osadia de los
yntentar e cometer contra el seruicio de Sus Altezas e contra el mió
en su nombre e los a tomado e tenido por costumbre».
Al arribar Vasco Núñez con Enciso a Tierra íirme había ya par-
tido üjeda para la isla Española, en la que murió sin haber vuelto
al Darien; de consiguiente, mal pudo intervenir en que abandonase
el país cuando ni siquiera le vio; tampoco es cierto que expulsara
a otros Gobernadores, por la sencilla razón de que no los hubo, una
vez que después de la marcha de Nicuesa y Enciso fué Vasco Núñez
nombrado Gobernador y le relevó Pedrarias, demostrando estas acu-
saciones hasta qué punto llegó el afán de atribuirle gran número de
delitos a fin de que apareciera justa su sentencia de muerte.
Asombra el cinismo con que Pedrarias trató de hacer responsable
a Vasco Núñez de su desdichada gestión; cuando llegó al Darien no
sólo tenía Vasco Núñez sometidas las tribus que poblaban el territo-
rio que había recorrido, sino que los españoles podían transitar por
él libremente, lo mismo fueran en partida que en corto número,
y en todos los lugares eran recibidos con cariño y respeto, y los in-
dios a su vez iban a Santa María la Antigua en la confianza de que
ningún daño recibirían; con tan amistosas relaciones Vasco Núñez
hubiera poblado allí donde le hubiese convenido, y los españoles
con sólo seguir la política de atracción y buen trato a los naturales
tan hábilmente iniciada por Vasco Núñez desde el comienzo de sus
expediciones, habrían tenido u;i poderoso elemento auxiliar en los
indígenas; si éstos se rebelaron, si el nombre español fué de ellos
CLXXXII
odiado, si asesinaron a los cristianos en Santa Cruz y si el país se
levantó en masa contra los colonos y su resistencia fué causa de
que fracasaran todas las expediciones, no fué debido a que Vasco
Núñez, sabiendo las dificultades que ofrecían, las aconsejara mali-
ciosamente para que su mal éxito desacreditase a Pedrarias, sino a
los Capitanes encargados de realizarlas, que como Ayora y el Licen-
ciado Espinosa, impulsados por su ambición y para satisfacer la de
Pedrarias y los Oficiales Reales y los excesivos gastos que gravaban
el presupuesto de la Colonia, llevaron la destrucción y la muerte por
todo el país, y no satisfechos con arrebatar a los indígenas el oro
que tenían, imponiéndoles crueles castigos si suponían que lo ocul-
taban, convertían en esclavos para después venderlos hasta los indios
que los caciques amigos les daban para que les sirviesen de guías o
llevaran la impedimenta \
Para demostrar Pedrarias que hizo lodos los esfuerzos posibles
a fin de atraer a buen camino a Vasco Núñez y que éste le había co-
rrespondido con ingratitudes, dice en su escrito que le ofreció ca-
sarle con una hija que tenía en España, siempre que el Rey diera
su consentimiento, y que le envió a Ada y le facilitó todos los medios
necesarios para repoblarla y construir los bergantines con que ha-
bían de ir a descubrir a la mar del Sur, lt)dü lo cual es cierto, pero
omite el decir que tales concesiones no fueron gratuitas, sino que a
cambio de ellas renunció Vasco Núñez a exigir el cumplimiento de
las mercedes que el Rey le había otorgado, conservando sólo el tí-
tulo honorífico de Adelantado de la mar del Sur; es decir, que Vasco
1 Tuvo Pedrarias la suerte de que Lope de Sosa, nombrado para sustituirle
en el Gobierno, falleciera el mismo día que llegó al Darien, y que el Licenciado
Alarconcillo que iba a tomarle la residencia al encontrarse sin protector y sin re-
cursos se le ofreciera incondicionalmente ; no dejando pasar Pedrarias ocasión ta:i
propicia hizo que le tomase la residencia sin entregar el mando, por lo que
nadie se atrevió a declarar en contra suya, y aunque la residencia fué declarada
nula porque Alarconcillo no tenía poderes para tomarla, Pedrarias fué confirmado
en el mando que ejercía interinamente por no haberlo entregado a Lope do Sosa,
y se faculto a Alarconcillo para que le volviera a tomar la residencia, de la que
con ii'ayor motivo salió absuelto por ser ya Gobernador efectivo de Castilla Ofí!
Oro. Si en vez de un Juez como Alarconcillo la residencia la hubiera tomado un
hombre probo y de recta conciencia, habría en ella aparecido bien clara la dife-
rencia entre la gestión de Pedrarias y la de Vasco Núñez.
CLXXXIII
Núñez renunció al Gol)ierno de las provincias de Panamá y Coiba y
a los derechos que como Adelantado tenía, sin recibir en compensa-
ción más que promesas hechas por Pedrarias con la reserva mental
de no cumplirlas, como lo demuestra el propósito de que una vez
construidos los buques, que era empresa poco menos que imposible
de realizar, fuera Diego de Albitez el que con ellos hiciera las expe-
diciones de descubrimiento, y que desde que se hizo la transacción
no vuelve a hablarse de que Vasco Núñez reclamara el ir a su Go-
bierno.
Con respecto a la boda, Pedrarias no dice más sino que hizo el
ofrecimiento a Vasco Núñez de darle en matrimonio una hija; pero
Las Gasas y Oviedo, que tan discordes están en otros asuntos, -coin-
ciden en éste, asegurando el primero que el Obispo «trató de casar ^
Vasco Nuñez con la hija mayor de dos que en España tenia Pedra-
rias, llamada D.^ Maria. Ilízose el desposorio con autoridad del
Obispo y las demás ceremonias que se requerían» ^; cuenta Oviedo
que el Obispo propuso- a Pedrarias que casase una hija con Vasco
Núñez, y tanto él como su mujer Doña Isabel de Bobadilla se avinie-
ron a ello e hicieron los capítulos matrimoniales y Pedrarias «en
nombre de su hija se desposó e dio la mano por ella e pasaron las
escripturas e firmezas que les páreselo. Y escribió luego Pedrarias
al Rey e a los Señores del Consejo de Indias que este casamiento
habia hecho de su hija porque todos sirviesen mejor y mas derecha-
mente a Dios e a Sus Magestades» -; como se ve, ambos cronistas
están conformes en que hubo algo más que la simple promesa que
dice Pedrarias, interesado cuando escribía la acusación en aminorar
su compromiso; pero fuera en una u otra forma, y mediando o no
escrituras, lo que se puede apreciar es que así como Pedrarias ao
tuvo ni por un momento la intención de que Vasco Núñez fuera a
descubrir en la mar del Sur, tampoco tuvo nunca el propósito de
que se casara con su hija, y la prueba es que transcurrió más de un
año de aparente armonía entre Vasco Núñez y él y nadie hace men-
1 Historia de ¡as Indias, lihio TIT, capítulo LXXIV.
2 Tlisturia cjeneral y natural de Indias, libro XXIX, capítulo XII.
Cí.XXXIV
cion de que se ocupase de la boda, ni de que pensara en llevar a su
hija a Castilla del Oro.
Pedrarias y el Licenciado Espinosa buscan en el escrito de acu-
sación que Vasco Núñez aparezca como autor de muchos delitos por-
que aquel que servía de base al proceso, si es que lo había cometido,
no era bastante para condenarlo a la pena de muerte, que es la que
a toda costa quería imponérsele, lo mismo que a sus amigos, para
quitar todo obstáculo a los ambiciosos proyectos de ser ellos o sus
secuaces los que realizaran los descubrimientos en la mar del Sur,
de los que por las noticias que tenían de los indios esperaban obte-
ner riquezas sin cuento; todo lo que se podría inculpar a Vasco Nú-
ñez es que, habiendo terminado el plazo que se le había dado para
emprender la navegación, trató de inquirir si iba a ser relevado para
en caso afirmativo hacerse a la mar sin esperar a que se le concediese
nueva prórroga, no con ánimo de declararse independiente, como
dice el escrito de Pedrarias, y ninguna razón abona que así fuera,
sino para efectuar los descubrimientos, esperando que como le ocu-
rrió al descubrir la mar del Sur, el éxito obtenido no sólo le sirviera
para obtener el indulto, sino también para que se le concedieran
mercedes.
Si Vasco Núñez luvo esle })eiisaniiento, no llegó a realizar ningún
acto de resistencia; pudo al ser llamado a Achí por Pedrarias decla-
rarse en abierta rebelión, apoyado por la gente que le era afecta y
que por su número y calidad constituía una fuerza respetable capaz
de derrotar a Pedrarias y tomar a Santa María la Antigua; pudo
también hacerse acompañar a Acia por amigos de toda su confianza
que le defendieran en caso necesario, pero tranquilo por no haber
realizado ningún acto de rebeldía y confiado en las palabras cariño-
sas de Pedrarias se entregó incautamente a sus enemigos, que no
desperdiciaron la propicia ocasión que se les presentaba para desha-
cerse de él.
No podemos precisar el día en que cumpliéndose la sentencia del
Licenciado Espinosa fueron degoüados por traidores en la plaza de
Acia Vasco Núñez y sus compañeros Fernando de ArgüeHo, Luis
Botello, Hernán Muñoz y Andrés de Valderrábano, pero teniendo en
CLXXXV
cuenta que la consulta del Licenciado Espinosa sobre si se concedía
o no a Vasco Núñez apelación de la sentencia y la respuesta de Pe-
drarias tienen la fecha 12 de Enero de 1519, que éste, según el testi-
monio de Oviedo, presenció las ejecuciones y que el 21 del mismo
mes se había ya trasladado desde Acia a la costa de la mar del Sur,
habrá que reconocer que las ejecuciones tuvieron que efectuarse en
uno de los días comprendidos entre el 14 y el 21 de Enero de 1519.
No llevaron al patíbulo a Vasco Núñez los crímenes de que lo
acusaba la sentencia: le llevó la grandeza de su descubrimiento, que
concitó contra él la envidia y el odio de los que con su muerte veían
expedito el camino para saciar su ambición realizando los descubri-
mientos en la mar del Sur.
En un principio los enemigos de Vasco Núñez estuvieron de
acuerdo dirigiendo sus esfuerzos a desacreditarle en la Corte y tra-
bajar por que se autorizase a Diego de Albitez para efectuar expedi-
ciones de descubrimiento en la mar del Sur a íin de que una vez ob-
tenido el permiso tomara el mando de la escuadrilla que construía
Vasco Núñez, al que podían destituir cuando quisieran, pues con
sólo retrasar la entrega de materiales no estarían los barcos termi-
nados dentro del plazo otorgado y quedaba anulada la concesión;
pero cuando el plan dio su fruto, cuando se recibió la Real Cédula
en favor de Albitez y se encontró el motivo para relevar del mando
a Vasco Núñez y procesarle, el Licenciado Espinosa con toda la fuerza
que le daba el ser el Juez de la causa logró burlar al Tesorero La-
puente, patrocinador de Albitez, y convencer o imponerse a Pedra-
rias, y ganando la voluntad de los representantes de las tripulaciones
hizo que le pidieran por Jefe y que el Gobernador accediera a su pe-
tición otorgándole el mando de la escuadrilla.
La mejor prueba de que nunca se pensó en que Albitez constru-
yera una Escuadra, sino de que se sirviera de la que construía Vasco
Núñez, es que una vez nombrado para mandarla el Licenciado Espi-
nosa, no se vuelve a hablar de lo capitulado con Albitez ni de la con-
cesión que le había sido hecha por la Real Cédula de 23 de Marz(j
(le 1518, y que su protector el Tesorero Lapucnte despechado por el
iK)iiibrain¡cii(() de Espinosa, y tratando de vengarse haciendo que le
CLXXXVl
quitaran el mando, envió a España a solicitarlo al piloto Andrés
Ñuño acompañado de Andrés de Cereceda, los que viendo que no en-
contraban eco a sus pretensiones se asociaron con el Contador Gil
González Dávila, el que por mediación de su protector el Obispo de
Patencia obtuvo en 18 de Junio de 1519 una Real Cédula para que
le fueran entregados los buques de Vasco Núñez, lo que originó vivas
discusiones con Pedrarias que terminaron con que éste se asociara
a la empresa y Gil González saliera a descubrir a fines del año 1522.
El bachiller Corral, uno de los mayores enemigos de Vasco Nú-
ñez, hacía su semblanza en carta dirigida al Rey diciendo: cees hom-
bre recio para el campo y bien cuidoso pero quiere todo el interese
para si y no quiere consejo ni sigue razón ni quiere reconocer su-
perior» \ Aunque breve e incompleto, el juicio es exacto: Vasco Nú-
ñez desde que llegó Pedrarias al Darien hasta su muerte sufrió una
constante y sistemática persecución; con injustas condenas a pagos
de cantidades, fué arruinado por el [licenciado Espinosa, instructor
del juicio de residencia; por obra y gracia de Pedrarias y sus Oficia-
les vio incumplidas las mercedes que el Rey le había otorgado en re-
compensa de sus extraordinarios servicios; pedíale el Gobernador
su dictamen sobre los sitios a que debían dirigirse las expediciones,
y villas que era conveniente fundar, y con arreglo a su informe se
resolvía, pero no se le confiaba el mando de ninguna y se le dejaba
como preso en Santa María, postergándolo a todos los demás Capi-
tanes, y sólo al cabo del tiempo se le dio el mando de la del Dabaibe
porque así se aplazaba el resolver sus peticiones para que se le dejase
ir a su Gobierno, y acaso por lo peligrosa que era por las enferme-
dades y los indios, y cuando por mediación del Obispo llega a recon-
ciliarse con Pedrarias mediante la renuncia de las mercedes que el
Rey le había otorgado, prometiéndosele en cambio que sería él el que
mandase las expediciones para descubrir en la mar del Sur, se le en-
gaña villanamente para que realice lo que ninguno más que él era
capaz de realizar, la construcción de la escuadrilla, pero siempre con
el propósito de cuando estuviera a punto de terminarse quitarle el
1 1515, Mayo 2. Carta a S. A. del bachiller Corral, Alcalde ordinario .le
Santa María la Antigua. (Acad.^ de la Hist.% Colee. Muñoz, tomo 75).
CI.XXXVI1
mando y no cumplir lo ofrecido y que fuera otro a realizar los des-
cubrimientos; y a pesar de tantas injusticias y de tantas persecucio-
nes, Vasco Núñez tuvo el tacto de no dar durante tres años el menor
pretexto a Pedrarias para que pudiera acusarle de insubordinado o
de rebelde; no puede, pues, atribuirse a este concepto el juicio del
bachiller Corral de que no admitía superior, sino al de que Vasco Nú-
ñez se consideraba superior a los demás, y si así fué, aunque de in-
modesto pecara, no le faltaba razón para ello; ¿cómo no había de con-
siderarse superior comparando los resultados que con tan escasos
elementos había él conseguido, con la gestión desdichada de aquellas
autoridades inmorales c ineptas que asolaban el país y destruían la
gran obra por él realizada? Quería lodo el interese para sí, dice
el bachiller Corral, y este juicio, que parece estar en contradicción
con lo que Oviedo refiere de que «era buen partidor en los despojos y
entradas que hacía», no lo está, sin embargo; Vasco Núñez era bueno
para sus soldados: «si un hombre se le cansaba y adolecía en cual-
quier jornada que él se hallase, escribe Oviedo, no lo desamparaba,
antes si era necesario iba con una ballesta a le buscar un pajaro o
ave y se la matava y se la traia y le curaba como a hijo o hermano
suyo y lo esforzaba y animaba»; Vasco Núñez repartía entre los su-
yos con justicia el bolín adquirido en las entradas; lo que Vasco
Núñez no admitía era la expoliación de que Pedrarias y los Oficiales
Reales hacían objeto a los que iban a exponer sus vidas, arrebatándo-
les, con abuso de la autoridad que ejercían, la mayor parte de lo que
habían adquirido, no diremos legalmente, pero sí con arreglo a los
usos y costumbres de la guerra y pasando grandes penalidades y ries-
gos; el Adelantado Pascual de Andagoya, que por cierto no era muy
amigo de Vasco Núñez y sí de Pedrarias, bien claro dice: «Los Capi-
tanes repartían los indios que tomaban entre los soldados y el oro lle-
vaban al Darien; junto y fundido daban a cada uno su parte y a los
Oficiales y Obispo que tenian voto en la Gobernación y al Goberna-
dor les llevaban sus partes de los indios que les cabia, y como pro-
veían por Capitanes por el favor de los que gobernaban deudos o ami-
gos suyos aunque hubiesen hecho muchos males, nenguno era casti-
gado Vasco Nuñez siempre habia hecho poco caso de los Oficia-
CLXXXVIII
les, ni de los indios que se hablan lomado en aquellas Behetrias les
habia enviado nengunos como lo hacian otros Capitanes que sallan
por la tierra; teníanle enemistad» \
Las palabras de Andagoya explican que no haya contradicción
entre lo dicho por Oviedo y por el bachiller Corral: para sus soldados
era Vasco Núñez buen partidor, pero se negaba, y por eso dice Co-
rral que quería todo el interese para sí, a hacer partícipes de los
beneficios a los que no habían sufrido los riesgos y penalidades de
la campaña, pensando sin duda que lo que diera sin razón se lo qui-
taba a los que con su esfuerzo lo habían ganado.
Recio para el campo y bien cuidoso lo juzga el bachiller Corral, y
en efecto, la frase no puede estar mejor aplicada, porque pocos hom-
bres han dado muestras de mayor fuerza de voluntad y mayor resis-
tencia física que Vasco Núñez; convencido de que el único modo de
que sus planes tuvieran debida ejecución sin que su gente diera mues-
tras de flojedad o de cansancio era el de animarla con su ejemplo, iba
siempre el primero en los trances difíciles y en los combates y nunca
procuró eximirse de las privaciones y penalidades que ellos sufrían,
con lo que logró ser al propio tiempo querido y respetado de su gente.
Pero si el bachiller Corral al calificar a Vasco Núñez de recio para
el campo quiso dar a entender que si se hallaba adornado de cuali-
dades para ser un buen Capitán no las tenía de gobernante, cometió
una gran injusticia, porque precisamente lo que más avalora su ges-
tión en Tierra firme es la hábil política, comparable sólo en la Histo-
ria de América con la seguida más tarde por Hernán Cortés en Mé-
jico, que puso en juego para enseñorearse del país, empleando com-
binados los halagos y la fuerza hasta conseguir hacerse respetar y
querer de los naturales, a los que logró inspirar tal afecto y confianza
en los cristianos que sin temor alguno iban a visitarlos y comerciar
con ellos en Santa María la Antigua y a su vez los recibían como
amigos en su bohíos, ofreciéndose a servirles en todo lo que podían.
Sea que por lo mucho que en contra de Vasco Núñez habían ha-
blado sus enemigos lograran desacreditarle en la Corte, sea porque
en aquella época los grandes acontecimientos se sucedían con tal
1 Apéndice número 80.
CLXXXTX
frecuencia que el recuerdo de los pasados lo borraba presto la im-
presión que causaban los nuevos, o sea, y esto es lo más probable,
que las gestiones de los amigos de Pedradas ahogasen en los centros
oficiales toda idea de investigar lo que había ocurrido en Tierra
firme \ lo cierto es que el único dato que hasta nosotros ha llegado
del efecto que en la Corte produjo la noticia de que había sido ejecu-
tado en un patíbulo el hombre que tan grandes servicios había pres-
tado a España sosteniendo y engrandeciendo a fuerza de tacto y de
valor la colonia de Tierra firme y realizando con sólo 190 españoles
aquella heroica expedición que dio por resultado el descubrimiento
del Océano Pacífico, es el nombramiento de Gonzalo Fernández de
Oviedo, no para que investigara lo ocurrido, sino para que sin pér-
dida de tiempo se incautara de los bienes de Vasco Núñez y sus
1 Los temores que abrigaba Pedrarias del efecto que en la Corte hubiera pro-
ducido la noticia de la ejecución de Vasco Núñez y sus compañeros se revelan en
la carta que en 1.*^ de Agosto de 1520 escribió a su mujer Doña Isabel de BobadiJla
que había venido a España después de la muerte de Vasco Núñez, sin duda para
estar al tanto de lo que pudiera ocurrir y para negociar los asuntos de su marido,
el que en la carta le dice que le habían tomado la residencia y que salió bien de
ella ; «que confía de sus servicios en D. García de Padilla y en Cobos» y encarga
a su mujer acuda a ellos que se teme (¡que Tovilla hace contra él en el negocio de
Vasco Núñez, que Dios le libre de hombre que masca con los dos carrillos». (Ar-
chivo de Indias, P. 2-1-^/^3, núm. 19).
Estos temores y el empeño de sincerarse aparecen todavía más claros en la
carta que dirigió al Jiej en 7 de Octubrck de 1520 ; en ella le dice : (da residenaia
mia y de los Oficiales de justicia se ha hecho. Acabado de hacerse en los otros pue-
blos me dice el licenciado Juan Rodríguez de Alarconcillo juez de residencia que
lo embyará todo a V. A. y por haber el mismo licenciado adolescido y aver estado
muy enfermo no se ha acabado antes de agora, por ella vera V. A. como acá ave-
nios seruido y los trabajos que avemos pasado. Muy humildemente suplico a A". M.
pues desde que vine he seruido a vuestra Corona real y en esto tengo de biuja* y
morir mande mirar allá por D.^ Isabel de Bobadilla mi muger e mis hijos e por
mis cosas pues todo lo he desamparado para .servir a V. A. y como tengo espuesto
a Vtra. Magestad muchas vezes son otros mis seruicios que las siniestras relacio-
nes que de mi allá se lia fecho.
Suplico a V. R. M. aunqiie yo no sea meresceclor quando algo de mi se dijere
sea oydo antes que condenado pues los que tienen cargo de justicia cuando la ha-
zen vo son bien quistos de todos e como en esta tierra estamos tan lejos cada uno
rsrriue In que quiere por no se poder averiguar la verdad tan presto como se ave-
rigua en esos sus reynos. (Areh. de Indias, 1-1-'/..,,').
cxc
compañeros, que en virtud de la sentencia quedaban a beneficio de
la Cámara Real.
Sólo algunos años después de la muerte del Adelantado su her-
mano Gonzalo Núñez de Balboa recurrió al Rey pidiendo se hiciera
justicia en Pedrarias D avila por la injusta muerte que había dado a
Vasco Núñez; todavía se hallaba Pedrarias de Gobernador de Tierra
firme cuando se tramitó la instancia, y la resolución del Consejo más
parece una burla que el acuerdo de un tribunal: el fallo fué que se re-
mitiese a Pedrarias la solicitud para que hiciera la justicia pedida,
con lo que se dio por resuelto y terminado el asunto \
A pesar de la recomendación del Rey y del Consejo hecha el año
1528 a favor de los hermanos de Vasco Núñez alegando los servicios
por éste prestados y de haberse dispuesto que les fueran entregadas
algunas naborías que pertenecieron al Adelantado, en cuyas resolucio-
nes creen algunos ver un reconocimiento de la inocencia de Vasco
Núñez por parte del Rey y del Consejo, lo cierto es que nada se hizo
oficialmente para rehabilitar su memoria, y sólo merced a la acción
individual, representada en lo antiguo por los cronistas que nos han
legado las noticias que pudieron recoger, y en la época presente por
los investigadores que han hallado en los archivos los interesantes
documentos que revelan las envidias, las intrigas, las ambiciones y
la ruindad de espíritu de Pedrarias y sus secuaces, es como se ha
podido llegar a conocer la verdad de lo ocurrido en este período de
la historia de Tierra firme y a hacer justicia, execrando cual se me-
recen a los que no satisfechos sus odios con el crimen de Acia qui-
sieron hasta borrar de la memoria de los hombres que fué Vasco
Núñez de Balboa el que tras de heroica expedición descubrió la mar
del Sur y tomó de ella posesión en nombre de los Reyes de Castilla -.
1 Apéndice número 74.
2 En cuanto fueron ejecTitados Vasco Ntíñoz y sus compañeros se trasladó
Pedrarias a la costa de la mar del Sur, en donde, queriendo borrar la memoria de
la posesión tomada por Vasco Núñez, la tomó él de nuevo el 27 de Enero de 1519.
(Apénd. número 67).
APÉNDICES
(Año de 1508. — Junio 9, Burgos). — Capitulación con Diego de Nicvxesa en su nom-
bre y en el de Alonso de Ojeda para poblar en Uraba y Veragua. — f^. de 1.,
E. 148, C. 2).
El Rey. — El Asiento que por mi Mandado se thomo con vos Diego de
Mcuesa por vos e en nombre de Alhonso Doxeda para yr a la Tierra de
Huraba e Veragua es esto :
Primeramente que podays yr con los navios que quysieredes Uevar a
vuestra costa e myncion al Golfo e tierra de Huraba e Veragua para
facer en eUas los asientos quen esta Capytulacion serán conthenidos, e a
la yda podays tocar en cualesquier Yslas e Tierra firme del mar Océano,
ansi descobiertas como por descobrir, con thanto que non sean de las
Yslas e Tierra firme del mar Océano que pertenescen al Serenísimo Rey
de Portugal Nuestro Muy Caro e Muy Amado fixo ; entiéndese aquellas
questobieren dentro de los limites quentre Nos e el están señalados,
nin dellas nin de algunas dellas podays tomar ni aber interese nin otra
cosa alguna, salvo solamente las cosas que para vuestro manteuymiento
e provysion de navios e gente, obieredes menester, pagando por ellos lo
que valiesen ; e podades en las dichas tierras que por esta Capytulacion
non vos son defendidas, rresgatar e aber en otra cualesquier manera oro
e plata e guanines e otros metales e alxofar e perlas e mostruos e ser-
pientes e pescados e aves e especyerias e otras cualesquier cosas de cual-
quier genero e calidad e nombre que sean, por termino de quatro años
primeros syguientes, con thanto que non podays traer esclavos, segund
quen adelante sera conthenido.
Ansi mesmo que de lo que rresgataredes e obieredes en qualesquier
manera dentro del dicho tiempo, que Nos fayais de dar e deys el pri-
mero año el quinto de todo lo que ansi obieredes, e los otros tres años
syguientes, el quarto, sin sacar de lo uno nin de lo otro, almacén, niu
cuita de flete nin sueldo de gente nin otra cosa alguna de gasto que
fycieredes, e las otras partes sean libremente para vosotros, e lo que
a Nos pertenesciere deys puesto a vuestra costa en la Ysla Española
entregándolo a Miguel de Pasamonte, Nuestro Thesorero general de las
dichas Yslas Yndias e Tierra Firme del Mar Océano o en la Cibdad de
Sevilla en poder de los Nuestros Oficiales de la Casa de la Contratación
<pe allí rresiden o a la parte de suso dicho, que mas quysieremos.
; . Ansi mesmo, quen la dicha tierra seays obligados a facer quatro for-
— 4 —
talezas a vuestra costa e myncion, para quatro asientos; las dos en la
tierra de Muraba fasta el Golfo, e las otras dos deudel Golfo fasta en
ñn de la tierra que llaman Veragua ques donde postrimeramente fue el
Almirante Colon, en los logares e asientos que señalare en Huraba el
diclio Alhonso Doxeda, xuntamente con Silvestre Pérez, que para ello
Yo nombro; e en las partes de Veragua vos el dicho Diego de Mcuesa
xuntamente con Alhonso Doxeda, las quales an de ser labradas de tal
manera, que se puedan bien defender de la gente de la tierra, los quales
vosotros decys que queréis facer desta manera ; las dos que an de facer
en Huraba el dicho Alhonso Doxeda, la primera dentro de año e me-
dio, que se asiente dendel dia que desembarcaredes en tierra e la otra
dentro de otros dos años e medio ; e en este mesmo tiempo, vos el dicho
Diego de Nicuesa abeys de facer las otras dos en la parte de Veragua.
Ansi mesmo, que para las dichas fortalezas que abeys de facer, vos
fayan de mandar dar e den dempues de fechas, abiendo ynformacion de
las tales fortalezas e de la labor e manera dellas e de la xente e otras
cosas que obiere menester, conthando dendel dia que comenzaredes a
labrar las dichas fortalezas, en adelante, con thanto que si non las aca-
baredes, non Seamos obligados a pagar a vos cosa alguna de la dicha
quenta en rrecabdo dellas,
Ansi mesmo, que vos fayan de dar lycencia e por la presente os la
Do}^ para que podays pasar quarenta esclavos para la labor de las di-
chas fortalezas, para cada asiento diez.
Ansi mesmo, que yo vos faga de mandar dar i)ara cada una de las dichas
fortalezas, quatro tiros de aniUa de ocho a diez; e de la menuda de sa-
cabuches e tiros de hierro para cada, asiento, veinte; e para cada for-
taleza diez quintales de pólvora.
Ansi mesmo, que de las minas e mineros de oro e plata que aUi se
fallaren, e otro metal por vosotros, e de los (pie con vosotros fueren,
las podays gozar por tiempo de diez años en esta manera; el primero
año pagando para Nos el diezmo ; el segundo año, pagando la novena
parte ; e el tercero año pagando la octava parte e el quarto año pagando
la setena parte e el quinto año pagando la sesta parte de todo lo que de
las dichas minas e mineros se sacare ; e los otros cinco años venideros pa-
gando el quinto sygund e por la forma e manera que agora se paga en
la Ysla Esi)añola; e abiendo ansi pagado los dichos derechos lo que vos
quedase vuestro vos Damos lycencia e facultad para que lo podays llevar
a vender a la dicha Ysla Española, libremente, sin pagar nuevos dere-
chos, llevando fee de como los abeys pagado en la dicha Tierra firme.
Otro si : que vosotros o quien vuestro poder obiere, podays comprar
en la Y^sla Española todas las cosas que obieredes menester para vues-
tro mantenymieuto, sygund e como los compran los mesmos becinos de
la dicha Y^sla, pagando los derechos como ellos los pagan e non mas. ni
allende ; e durante el tiempo de los dichos qiiatro aiios podays fletar en
la dicha Ysla Española los navios que vieredes menester para las dichas
tierras; e que los Cristianos que alia se quysieren yr con vosotros, de
mas de los seyscientos de vuso conthenidos, lo puedan facer agora o en
qualquier tiempo durante los dichos quatro años, que por la presente
Doy licencia para ello, con thanto que los dichos navios se fleten con
sabeduria del Nuestro Gobernador de la dicha Ysla Española, el qual
faya de poner el rrecabdo que fuere menester para que vayan a los di-
chos asientos, e n<m a otra parte, so pena de perder los navios e lo quen
eUos llevaren, e todos los otros bienes que thienen en las personas de
Nuestra merced; pero si en qualesquiera thiempo Dieremos lycencia
para que lleven a las dichas tierras de lluraba e Veragua destos Nues-
tros Reynos o de otra qualesquier parte, (pmlesquier mantenymiento e
otras mercaderias, non sean vendiendo en la dicha isla Española, entién-
dese non abiendose vendido en ella, que Nos paguen los derechos dellos
como se pagan agora en la dicha Ysla Esjjañola e nuis, si adelante se
pague mas.
Ansi mesmo, que Yo vos faya de dar e j)or la presente vos Doy paxase
franco para la gente de Castilla que con vosotros se (piysieren yr, fasta
en numero de doscientos ombres; e ansi mesmo a los que quyiseren yr con
vosotros dende la Y''sla Española fasta en numero de seyscientos ombres,
de mas de los doscientos que fuesen de Sevilla, e con vos faya de mandar
dar mantenymiento i»ara los dichos duscientos ombres (jue de acá fueren,
quarenta dias; e [¡ara los otros seyscientos cpie fueren dende la Ysla Es-
I)añola, para quince dias, lo <]ual todo l^mbyare a mandar a los Oficiales
de la Contratación de las Yndias que rresiden en la Cibdad de Seuilla a
<pie luego lo provean; de mas de lo qual Yo vos e de mandar dar ])ara
las dichas personas las armas que obieren menester a razón de una.*....
e un coselete, e un casquete, e un para cada uno.
Ansi mesmo, quel numero de los dichos seiscientos omines que an
de yr de dicha Ysla Española, quel Nuestro Gobernador qucs o fuere
de aqui adelante de la dicha Ysla, non les pongan embargo nin contra-
dycion alguna, antes les den todo el favor e ayuda que fuere menester ;
e los que dellos thobieren yndios de rreparti miento de la dicha Ysla,
non les puedan ser quitados por termino de los dichos quatro años; e
que gozen de las otras libertades e prevylegios quen la dicha Ysla Espa-
ñola gozan ; e por esto Mando al dicho Gobernador ques o fuere que ansi
lo cumpla.
Ansi mesmo, que dempues de allegados en las dichas Yslas e Tierra
Firme, e sabido lo que ay en ellas, ymbieis otra rrelacion dello a Nos,
o a Nuestro Gobernador ques o fuere de la dicha Y^sla Española, para
que nos los Veamos e Mandemos proveer en ello lo que a Nuestro servy-
cio compla.
— 6 —
Ansi mesmo, que Yo faya de mandar e por la presente Mando, que
a vos los dichos Diego de Nicuesa e Alhonso Boxeda, vos dexen vuestros
yndios sygund e de la manera que agora los therneys en la dicha Ysla
Española durante el dicho tiempo de los dichos cuatro años.
Ansi mesmo, que vos faya dar lycencia e por la presente vos la
Doy, para que durante el dicho tiempo de los dichos cuatro años, po-
days llevar e lleveys destos Reinos de Castilla a la dicha Tierra Firme,
quarenta caballos, diez para cada asiento.
Ansi mesmo, que vosotros e los que con vosotros fueren a lo suso-
dicho, podays a la yda prender e cautivar esclavos de los logares que
están señalados por esclavos ; que son en el Puerto de Cartagena que
llaman los yndios Curamari e Cadio; e las islas de San Bernabé e la
Ysla Fuerte; e cargar vuestros navios e llevarlos a vender a la Ysla
Española pagando alli lo que de Nuestra parte e derechos obieremos de
aber, ques el quinto, o en piezas dellas mismas o en dinero como Nues-
tros Oficiales mas lo quisieren; e lo que vendieredes por mercadería,
pagueys los derechos como de las otras mercaderías, e si a la yda non
vos ubiere el tiempo para que lo podays facer, a la thornada de los na-
vios e faciendo lo contrario caygais en pena de perdymiento dellos e do.
todos vuestros bienes e si vos quisieredes aprovehar dellos para vuestras
labores en la dicha Ysla Española abiendo pagado el quinto a Nos lo
podays facer.
Ansi mesmo, que vosotros nin nenguno de vos nin otras personas, non
podays rresgatar nin aber, nin coxer nin sacar oro o plata nin otra cosa
alguna, sin traerlo a manifestar a las personas que por Nos, fueren
nombradas para ello o a quien su poder obiere, estando ellos enfermos
u ocupados, non lo podiendo facer en persona.
Ansi mesmo, que si vosotros o los que con vosotros se xuntaren, quy-
sieredes quedar alia para edeficar casas o estancias o pueblos en los lu-
gares o asientos, que los podays facer e que gozeys de las casas e estan-
cias e poblaciones e heredades que alli fycieredes e obieredes firmemente,
sin pagarnos alcabala nin otro derecho alguno nin ymposicion por el
dicho tiempo de los quatro años ; e que del oro e plata e piedras e xoyas
e cosas de algodón e telas e otras qualesquier cosas de qualesquier nom-
bres e valor e calidad que sean que rresgaretaredes e obieres en qual-
quier manera aunque sea con yndustria e trabaxo de los yndios e otras
personas, pagueys el primero año el quinto e los otros tres años el
quarto, xunto, en la Y^sla Española sygund que arriba se conthiene, es-
cebto de las cosas de algodón e lino e lana que obieredes menester para
vuestros vestuarios e de los que con vosotros esthovieren, que de aquesto
Yo vos fago merced que non fayais de pagar cosa nenguna.
Ansi mesmo, que abiendo poblado vos e los que con vos fueren e se
xuntaren en las dichas tierras, mandando Yo proveer demás pobladores
_ 7 -
e de otro Gobernador, que vos e los que alia estliovieredes, vos podays
venir quando quysieredes libremente a estos Reynos, sin que vos sea
puesto ympedimento alguno, e podays vender las heredades e casas que
alli thobieredes.
Ansi mesmo, que antes que fagays el dicho viaxe, vos vayáis a pre-
sentar e presenteys con los navios e con la xente dellos a la Cibdad
de Cádiz ante Pedro del Águila Mi vysitador que alli esta por Mi
mandado, para que vea los dichos navios e xente e asiente la rrelacion
de todo ello en sus libros e lo ymbie a Nuestros Oficiales de la Casa de
la Contratación que rresiden en la dicha Cibdad de Sevilla e fayan to-
das las otras delygencias como por Nos les es mandado.
Ansi mesmo, que vos faya de dar lycencia e por la presente vos la
Doy, de therner los navios que obieredes menester, para la contratación
de la Ysla Española fasta en numero de dos navios para cada asiento,
conque podays llevar de la Española o de Xamayca todas las cosas nes-
cesarias para los pobladores que alli obiere, con tanto que los tales na-
vios se i)ongan en personas fiables o conoscidas e que vosotros seays
obligados por ellos a las penas que por Nuestro mandado fueren puestas
e que non puedan yr a otra parte sin Nuestra especial lycencia.
Ansi mesmo, que se vos faya de dar lycencia para que a la yda po-
days llevar quatruscientos yndios de las yslas comarcanas de la Espa-
ñola, por la Orden que se ha escripto al Nuestro Gobernador della,
para que vos podays aprovecliar dellos en vuestras naborías e facieudas
sygund e por la forma e manera que al dicho Gobernador le ymbio a
mandar e para eUo vos Mandare dar mi Carta.
Ansi mesmo, que yo vos faya de dar lycencia para que podays llevar
de la dicha Ysla Española quarenta yndios que sean maestros de sacar
oro para que puedan enseñar a los otros de aquellas partes, con tanto
que non sean de los que agora vosotros abeys en la dicha Ysla ; e por
esta Mando al Nuestro Gobernador de la dicha Ysla que vos los faga
dar como aqui se contiene.
Ansi mesmo, que non podays Uevar en vuestra compañía para lo
susodicho, persona nin personas algunas que sean crystianos de fuera de
nuestros Reynos.
Ansi mesmo, que para seguridad que vos el dicho Diego de Nicuesa
e el dicho Alhonso Doxeda e las personas quen los dichos navios fuesen,
f aréis e comj)lireys e pagareys e sera complidoe guardado e pagado lo en
esta Capitulación couthenido, que a vosotros atañe de guardar e tomplir
e pagar cada cosa e parte dello ; e antes que fagáis el dicho viaxe, deys
para ello fianzas llanas e abonadas a contentamiento de Don Xoan de
Fonseca Obispo de Falencia, fasta en tanto que seays obligados a facer
el dicho viaxe, e estar aparexado para facer vela para seguir el dicho
viaxe, faciendo tiempo, dendel dia de la data desta Nuestra Cai)ytula-
— 8 —
cion, fasta en fin de Marzo próximo que viene del año venidero de mil
e quynientos e nueve años.
Ansi mesmo, que vos el dicho Diego de Nicuesa e el dicho Alhonso
Doxeda e las otras personas quen los dichos navios fueren o alia estho-
hieren, fareys e guardareys e pagareys todo lo contheuido en esta Capy-
tulacion, e cada cosa e parte dello ; e non fareys frabde nin engaño al-
guno, nin dareys favor nin ayuda nin consentymiento para ello : e si Jo
sopieredes, lo nothificareis a Nos o a Nuestros Oficiales en Nuestro
nombre, so pena que vosotros u otra persona que lo contrario fyciere,
])or el mismo fecho es que si non lo compliere, faya ]»erdido qualquier
merced u oficio o prehemynencia que de Nos thobiere e pierda la parte
que le pertenesciera de todo lo que se resgatare e obiere ; e de todo el
interese e provecho quen el dicho viaxe obiere, ansi en la Mar como
dentro en la Tierra; esta aplicado e dende agora lo aplico a Nuestra
Cámara e Fisco e pague por su persona e bienes todas las dichas penas
que Nos por bien thobieremos de mandar executar en las personas e
bienes de aquellos que lo fycieren o consyntieren o encobrieren.
Para lo cual vos facemos a vos los dichos Diego de Nicuesa e Alhonso
Doxeda Nuestros Capitanes de los navios e xente quen ellos fueren, e
en los dichos asientos e otras partes de la dicha Tierra-firme, en esta
manera: a vos el dicho Diego de Nicuesa en la parte de Veragua, e al
dicho Alhonso Doxeda en la parte de lluraba, con tanto quel dicho
Alhonso Doxeda faya de llevar e lleve ]>or su Lugar-Thyniente de Ca-
pitán e Xoan de la Cossa, para quen las i»aj'tes dondel non estobiere
sea Nuestro Capitán en su nombre, e donde estobiere, sea su Thyniente
estando todavía debaxo de su obydiencia : e pcn* esta fornuí vos Damos
Nuestro poder complido e xuresdecion cevil e creminal, con todas sus
yncidencias e dependencias, conexidades e anexidades, por el dicho
tiempo de los dichos quatro años, quedando la ajjelacion de todo para
ante Nuestro Gobernador ques o fuere de la dicha Ysla Española e
Mando a todas las personas quen los dichos navios fueren e a cada uno
dellos, que como a tales Nuestros Capitanes os obedezcan e vos dexeu e
consientan usar el dicho oficio e Xuresdecion.
Ansi mesmo, que thengais por Nos, la Gobernación de la Ysla de
Xamaica con las condiciones susodichas por el dicho tiempo de los di-
chos quatro años, e estando debaxo del Nuestro Gobernador ques o fuere
de la dicha Ysla ICspañola, con que vosotros seays obligado de facer
alli otra fortaleza de la condición e forma e manera que arriba se con-
thiene, e para ello seays obligados a complir lo en esta dicha Capytula-
cion contenido, que a las otras fortalezas toca.
Lo qual todo que dicho es, e Cíida cosa e pai-te dello, dadas las dichas
fianzas, por vos los dichos Diego de Nicuesa e Alhonso Doxeda e fechas
las otras delygencias e guardando e compliendo e pagando las cosas
9
susodichas, Prometeiuos por la presente, de vos mandar guardar e com-
plir todo lo en esta Capytulacion contlienido e cada cosa e parte deUo ;
e Mandamos a Frey Nicolás Dovando Nuestro Gobernador de las Yslas
e Tierra firme del Mar Océano que vea esta Nuestra Capytulacion e la
guarde e compla sygund e por la forma e manera quen ella se conthiene.
Fecha en Burgos a nueve de Xunio de mil e quinientos e ocho años. —
Yo el Rey.— Por mandado de Su Alteza Lope Conchillo.— Firmada del
Obispo de Falencia.
(Año de 1511.— Diciembre 23, Zaragoza). — Eeal cédula nombrando á Vasco Núñez
Gobernador interino del Darien.— f J. de I., 139-1-4, lib. 3, fol. 203 vto.)
El Rey. — Por la presente entretanto que mandamos prouher de gouer-
nador e justicia de la prouincia del darieu ques en la tierra firme de las
yudias del mar océano es mi merced e voluntad acatando la suficiencia
e avilidad e fidelidad de vos vasco uuñez de valboa entendiendo que
cumple asi a nuestro servicio que seays nuestro gouernador e capitán
de la dicha provincia del darieu e que tengays por nos y en nuestro
nombre la gouernacion e capitancia de la dicha ysla e provincia e juz-
gado della e por esta mi cédula mando a qualesquier personas de cua-
lesquier estado o condición preheminencia o dignidad que sea que están
o estuvieren en la diclia provincia del darieu que durante el dicho tiempo
vos ayan e tengan e resciban por nuestro capitán e governador della e
vseu con vos en todos los casos e cosas al dicho oficio de governador
anexas e pertenecientes e que como a nuestro governador en todo vos
traten e cumplan e obedescan vuestros mandamientos que para vssar el
dicho cargo en la forma susodicha e para la ejecución e cumplimiento
deUo vos doy poder cumplido por esta mi cédula con todas sus ynciden-
cias e dependencias anexidades e conexidades e los vnos ni los otros
no fagades en deal fecha en Zaragoza XXIII dias de diciembre de
DXI años yo el rey por mandado de su alteza/ lope conchillos señalada
del obispo.
(Año de 1512. — Enero 17, Burgos). — Carta á los que están en el asiento de Nicuesa
para que se pasen al Darien. — (A. de 1., 139-1-4, lib. 3, fol. 220 vto.)
El Rey. Concejo justicia e rregimiento e otras qualesquier personas
que estovieredes en el asiento de (claro) que diego de nicuessa nuestro
— 10 —
capitán de la provincia de beragna hizo por virtud de asiento e capi-
tulación que por nuestro mandado con el se tomo yo he sido ynformado
qut el dicho asiento donde agora estay s es muy mal sano para vuestra
saJud y tierra donde no podéis ser ansi aprouechados como es rrazou
según el travajo e perdidas que aveis pasado en vuestro viaje e porque
yo queria que fuerdes gratificados e ayudados en la viUa de santa marin
de la antigua que es en la provincia del darien que agora nuevamente
se a hablado e poblado de christianos diz ques tierra muy sana e se ha-
llan en eUa muy buenas muestras de oro e porque destar vosotros allí
yo espero ser servido e vosotros ser aprovechados y os mando que si el
pueblo donde agora estáis es mal sano e creéis que en el darien donde
agora esta hecho aquel asiento ay buenas muestras de oro e disposición
para que en el seays mas aprovechados que no en ese dicho pueblo que
lo mas breve que pudierdes os vays e paseys de bivienda y estada a 'a
dicha viUa de santa maria de la antigua que yo enbio a mandar a los
all'. están que os ayuden e favorezcan e aprovechen en todo lo que bue-
namente oviere lugar e si os determiuaredes de pasar hazedme saber
con los primeros que vinieren como lo aveis fecho e como sois tratados
e mirados e ayudados por el capitán e justicia e rregimiento de la dicha
viUa porque si no lo hazen como yo se lo he enbiado a mandar lo man-
dare proveher como a vosotros convenga en lo qual plazer e servicio me
haréis de burgos a diez y siete dias del mes de enero de miU e quinien-
tos e doze años — yo el rey por mandado de su alteza lope conchillos/
señalada del obispo de palencia.
(Año de 1512. — Enero 28, Burgos). — Carta á Diego de Nicnesa ó la persona que
tuviere preso á Olano que le envíe á la Corte con el proceso que contra él está
hecho.— (M. de I., 139-1-4, lib, 3, fol. 221).
El Rey. — diego de nicuessa nuestro capitán en la parte de beragua
que es en tierra firme u otra qualquier persona en cuyo poder estoviere
preso lope de olano porque yo quiero ser ynformado ques la cavsa por-
que el dicho lope de olano esta preso para lo mandar ver e determinar
a los del nuestro consejo como hallaren por justicia/ por ende yo vos
mando que luego que esta mi cédula vos fuere mostrada sin poner en
ello impedimento ni dilación alguna enbieys ante mi al dicho lope de
olano juntamente con la j)esquisa o proceso que contra el estoviere
hecho para que yo lo mande ver e determinar como se hallare por jus-
ticia la causa y si el dicho lope de olano se hallare culpante se le de
la pena que de justicia se haUare que meresce lo qual vos mando que
— 11 —
ausi hagáis e cumpláis siendo primero tomada la razón de esta mi ce-
dula en la nuestra casa de la contratación de las yndias que rreside eu
la ciudad de seviUa por los nuestros oficiales della es no fagades ende
al por alguna manera fecha en burgos a veynte e ocho dias del mes de
enero de quinientos e doze años yo el rey por mandado de su alteza
lo pe conchillos/ señalada del obispo de palencia.
(Año de 1512. — Enero 31, Burgos). — El Rey á Diego de Nicuesa ordenándole re-
grese inmediatamente á España. — (A. de 1., 139-1-4, t. 3.°)
Diego de Nicuesa nuestro Capitán de la prouincia e golfo de Vera-
gua ques en la Tierra firme del mar Océano ya sabeys lo que con vos se
asento e capitulo sobre los asientos e fortalezas que en esa prouincia
aviáis de hazer y porque según lo pasado y el poco remedio que alia te-
neis parece que no podréis cumplir lo que sois obligado y para proueer
sobre ello lo que convenga para otras cosas complideras a nuestro ser-
uicio ay necesidad de vuestra venida por ende yo vos mando que luego
que con esta nuestra fueredes requerido todas cosas dexadas vos partáis
c vengáis doquier que Yo estuviese i^orque venido se dará orden que eu
todo se prouea lo que mas conuenga y entre tanto porque sigun he sido
ynformado la parte donde tenéis fecho asiento es muy yndispuesta y en
ella adolecen muchas personas y es de poco prouecho enbio a mandar
que toda la gente que con vos esta se pase a la viUa de Santa Maria la
Antigua del Darien porque aquello tiene muy mejor disposición y mues-
ti'as de oro, dexad proveydo como luego se cumpla lo que yo enbio a man-
dar que allí les harán todo buen rescibimiento y serán bien tratados y
en ello no abrá falta non fagades ende al porque asi cumple a nuestro
seruicio.— fecha en burgos a 31 dias del mes de Enero de quinientos
doce años yo el Rey, — por mandado de su Alteza Lope de ConchiUos ru
bricada del Obispo.
6
(Año de 1512.— Enero 31, Burgos).— Carta á los de la provincia del Darien orde-
nándoles qite hagan buen recibimiento á los que están en el pueblo de Nicuesa
cuando allá se pasaren. -f4. de I., 139-1-4, lib. 3, fol. 220).
El Rey. — Vasco nnñez de balboa nuestro capitán de la villa santa
maria de la antigua ques en la provincia del darien e concejo justicia
— 12 —
e rregimiento e otras qualesquier personas de la dicha villa ya sabéis
como diego de nicuesa nuestro capitán de la provincia e golfo de bera-
gua con cierta gente tiene fecho un asiento y pueblo en Ja dicha pro
vincia e ¡lorque yo he sido ynformado que es muy mal sano e biven allí
muy enfermos y que esa villa de santa maria tiene muy mejor asiento
y es mas sana y en que mas se pueda aprovechar por lo que a su bien
cunple y tan bien porque con su venida ay a esa dicha villa estara mas
ennoblecida y a mejor recado y todos podréis ser mas aprovechados
enbio a mandar a las personas que están en el dicho pueblo e asiento
que hizo el dicho diego de nicuessa que luego se vengan a sentar e po-
blar en esa dicha villa e provincia por ende yo vos mando que a todas
las personas que ay fueren del dicho asiento de nicuessa les hagáis muy
buen acogimiento y que sean muy bien tratados y en todo lo que buena-
mente ouiere lugar ayudarlos y favorecerlos porque yo les escribo cer-
tificándole que ansi se cumplirá y en que no aya falta seré de vosotros
seruido e de lo contrario recibiré enojo para lo mandar proveer como a
nuestro servicio cuupla fecha en burgos a treinta e un dias del mes de
enero de quinientos y doze años yo el Key por mandado de su alteza
lojie conchillos señalada del obispo de palencia.
(Año de 1512.— Julio 5, Burgos). — Reclama el bachiller Enciso daño.s y perjuicios
que se le irrogaron por su expulsión del Daiien. — (A. de í., 2-2, 1 Vé)-
Las costil s quel bachiller enciso pide e dize que tiene fechas después
que le prendieron en el Darien son las syguientes.
Primeramente me costo el protesto e testimonios que truxe ginco
pesos que di al nauio que me truxo L ps.° que gastaua en las indias cada
vn dia con dos mogos que me seruian vn peso o a lo menos vn ducado
cada vn dia pido que me lo paguen desdel dia que me prendieron fasta
oy. Que ganarla en las indias estandome en mi casa vsando de mi oficio
cada vn dia cuatro o ginco pesos pido por cada dia todo lo que alia ga-
ganaua e disminuyéndolo digo que sea tres ps." por cada vn dia.
Digo que me costara de flete la nao en que yo e mis criados fuéremos
fasta la española doze ducados ques a cuatro por cada persona.
Pido e digo que me costara vna carauella por que me llene de la espa-
ñola a Uraba a lo menos cien pesos y estos conque llene alguna carga
para pagar a los marineros que de otra manera mas costara de cuatro-
cientos.
Digo que es menester pasar desde aqui a Seuilla e desde alli a la es-
pañola e de la española a Uraba a lo menos Seis meses pido por cada
vn dia de ellos otro tanto como por los dias de fasta agora.
— 13 —
Que di al relator del protesto vu peso que a de aiier Castañeda de
los actos e prostesto e t-arta executoria.
Eu burgos a qíuco de JuUio de MDXII años, fuerou tasadas estas
costas por los Señores del Consejo de S. A. eu Noventa e cinco pesos
de oro e setecientos e yinqueuta e tres mrs. que son por todos quarenta
e tres luil mrs. — Castañeda.
8
(Año de 1513.— Enero 20, Santa María del Darían).— Carta de Vasco Núñez al Rey
dándole noticias de sus descubrimientos y pidiendo auxilios para continuarlos
y fundar poblaciones.— (Navarrete, Colee, de viajes, t. IIÍ).
Cristianísimo i mui poderoso Señor. = Los dias pasados escrivi a
Vuestra Real Magestad en una cara vela que a esta ViUa vino haciendo
saber a vuesti-a mui real Alteza todas las cosas acaecidas en estas par-
tes : ansimismo escrivi en un vergantin que de esta Villa partió para la
isla Española ha hacer saber al Almirante como estavamos en m.ui es-
trecha nescesidad, i agora ha nos Dios proveído de dos navios cargados
de bastimentos con los quales nos havemos remediado, i ha sido cabsa
de ser poblada esta tierra, porque estavamos tan al cabo que si mucho
tardara el remedio quando viniera no fuera menester porque no haUara
que remediar segund la liambre nos ha trabtado, porque a cabsa de la
grant nescesidad que havemos tenido nos falta de trecientos hombres
que aqui nos hallamos los quoales yo he regido, de los de Huraba de
Alonso de Ojeda, i de los de Veragua de Diego de Niquesa, los cuales
yo he juntado con mucho trabajo a los unos i a los otros, como Vuestra
Real Majestad vera eu otra carta (lue a vuestra mui Real Alteza escrivo,
haciendo relación de todas las cosas (lue acá han pasado. Envíame Vues-
tra muy Real Alteza a uumdar que inbie por las personas que están en
el asiento de Diego de Niquesa i los traiga a esta Villa i les faga mucha
honra en todo lo que sea posible. A^uestra mui Real Alteza sabrá que
después que Diego de Niquesa a esta Villa vino i de aqui partió para
ir a la isla Española, yo tuve tanto cuidado de la gente que dexava en
su asiento como si a mi cargo estoviera i la hoviera traído de Castilla
de mano de vuestra mui Real Alteza : luego como supe que quedavan en
nescesidad acorde de les inbiar manteniuuentos una i dos e tres vezes,
fasta tanto que podía haver un año e medio que los traxe a esta Villa
viendo que asi cumplía al servicio de vuestra muy Real Alteza, porque
si yo no los remediara ya estavan perdidos que de hambre se morían
cinco e seis cada día i los Yndios les iban apocando : aqui están en esta
Villa comigo todos los que dexo Diego de Niquesa. Desde el primero día
— 14 -
que a esta Villa llegaron se les han techo tan buena compíiñia como Vues-
tra muy Real Alteza me inbia a mandar, porque no habido ninguna di-
ferencia para con eUos mas que si todos viniéramos aqui en un dia :
luego como aqui llegaron se les dio sus solares i sus tierras de labranzas
en mui buena parte i Juntamente con los que a esta ViUa vinieron co-
migo a las ganar, porque las tierras e solares no estavan aun repartidas
i llegaron al tiempo que alcanzaron parte de todo lo bueno que havia.
Hago saber a Vuestra muy Real Alteza que anvos a dos Governadores,
ansi Diego de Mquesa como Alonso de Ojeda, dieron mui mala cuenta
de si por su culpa, que eUos fueron cabsa de su perdición por no saberse
valer, i porque después que a estas partes pasan toman tanta presun-
ción i fantasía en sus pensamientos que les paresce ser Señores de la
tierra i desde la cama han de mandíir la tierra i governar lo que es lue-
nester, i eUos ansi lo Asieron, i de que acá se hallaron creyeron que no
havia mas que hacer de darse a buen vicio, i la calidad de la tierra os
tal que si el que toviere cargo de governarla se duerme, quando quiere
despertar no puede, porque es tierra (jue quiere que el que la regiere Li
pase e la rodee muchas vezes, i como la tierra sea mui trabajosa de
andar a cabsa de los muchos rios i ciénagas de grandes anegadizos i sie-
rras donde muere mucha gente del grand trabajo que se i'escibe, hac en-
sele de mal ir a recibir malas noches i pasar trabajos, porque cada dia
es menester ponerse a la muerte mili vezes, i por esta cabsa quierense
descargar con algunas personas que no se les da mucho que se haga bien
que mal, como Diego de Mquesa ha hecho, por donde fue cabsa de se
perder ansi el uno como el otro, i porque Vuestra muy Real Alteza sejia
por quien se regia Diego de Niquesa i con que persona se descarga va,
le imbio una información de todo lo que paso, por donde Vuestra muy
Real Alteza vera los negocios como se regían, i como podia hacer lo que,
convenia al dicho servicio de Dios i de Vuestra muy Real Alteza : la
mayor parte de su perdición ha sido el mal tratamiento de la gente, por-
que creen que desde que acá una vez los tienen, que los tienen por escla-
vos, porque aun de las cosas que se tomavan de comer en las entradas
se hacia tan mal con ellos, ansi en la governacion de Alonso de Ojeda,
como en la de Diego de Niquesa, i nunca de quanto oro se tomo ni de
otras cosas se les dio valor de fasta un real, de cuya cabsa todos anda-
van tan desabridos que aunque viau el oro par de si no lo querían tomar
sabiendo que havian de haver poca parte deUo. Quiero hacer saber a
Vuestra Real Magestad la cabsa por donde yo he alcanzado i sabido los
grandes secretos que hai en esta tierra. Vuestra mui Real Alteza sabrá
que desque a esta tierra llegamos, yo he procurado tanto el servicio de
Vuestra Real Alteza nue nunca de noche i de dia pienso sino como me
podre valer i dar buen recabdo i poner a mi i a esta poca gente, que
Dios aqui nos echo, en cobro, e buscar mañas con que nos podiesemos
— 16 —
remediar e sustentar las vidas, como por la obra Vuestra mui Real
Alteza vera, fasta tauto que Vuestra muy Real Alteza provea de gente,
l'rincipalmente he procurado, por doquiera que he andado, que los Yn-
dios desta tierra sean muy bien trabtados no consintiendo hacerles mal
ninguno tratándoles mucha verdad dándoles muchas cosas de las de
CastiUa por atraerlos a nuestra amistad. Ha sido cabsa tratándoles
verdad que he sabido dellos mui grandes secretos i cosas donde se pue-
de haver mui grandes riquezas en mucha cantidad de oro de donde
^"uestra mui Real Alteza sera mui servido. Mui poderoso Señor, muchas
vezes pienso como ha seido posible podernos remediar, porque havemos
seido tan mal socorridos de la isla Española como sino fuéramos cris-
tianos, mas Nuestro Señor por su infinita clemencia nos ha querido
proveer de bastimentos de la tierra, porque muchas vezes havemos es-
tado tan al cabo que creíamos perdernos de hambre, i al tiempo de la
mayor nescesidad Nuestro Señor nos enseñava camino por donde nos
remediásemos. Sabrá Vuestra mui Real Alteza que después que aqui
estamos havemos corrido tanto a unas partes i a otras a cabsa de la
mucha nescesidad que havemos tenido, que me espanto como se ha su-
frido tanto trabajo i las cosas que han subcedido mas han sido por mano
de Dios que por mano de gentes. Yo he procurado de nunca fasta oy
haver dexado andar la gente fuera de aqui sin yo ir adelante, hora
fuese de noche o de dia, andando por rios i ciénagas i montes i sierras,
i las ciénagas desta tierra no crea Vuestra Real Alteza que es tan li-
viano que nos andamos folgando, porque muchas vezes nos acaese ir
una legua i dos i tres por ciénagas i agua desnudos i la ropa cogida
puesta en la tablachina encima de la cabeza, i salidos de unas ciénagas
entramos en otras i andar de esta manera dos i tres i diez dias, i si la
persona que tiene cargo de governar esta tierra se descuida con algunas
personas i se queda en casa, ninguno lo puede hacer tan bien de los que
en su lugar enbian ton la gente que no haga muchos yerros, por donde
da cabsa a perderse el e todos los que van con el, porque no se les da
mucho por lo que cumple a todos, i lo que mas procuran de hacer es de
darse al vicio i escusarse lo mas que pueden de el trabajo, i esto pue-
dolo bien decir como persona que ha visto bien en que cae, porque cier-
tas vezes, aunque no han seido de tres arriba, que yo no he ido a entrar
con la gente, a cabsa de haver tenido algund inpedimento con el pueblo
por hacer las simenteras, he visto que las personas que yo inbiava en
mi lugar no lo han fecho como era razón, i se ha visto la gente que con
ellos ha ido en mucho aprieto a cabsa de darse poco por lo que lievan a
cargo. Yo Señor he procurado de contino de hacer que todo lo que sea
havido fasta hoy de lo hacer mui bien repartir, ansi el oro como guanin
i perlas, sacado lo que pertenesce a Vuestra mui Real Alteza, como to-
das las otras cosas ansi de ropa como de cosas de comer, que fasta aqui
— 16 —
evemos tenido en mas las cosas de comer que el oro, porque teníamos
mas oro que salud, que muchas vezes fue en muchas partes que holgava
mas de hallar una cesta de maíz que otra de oro, de tanto certifico a
Vuestra mui Real Alteza, porque a la contina nos ha faltado mas la
comida que el oro, de tanto certifico a Vuestra mui Real Alteza, que si
yo no hoviera procurado de andar con mi persona delante de todos a
buscar los mantenimientos para los que ivan comigo y para los que en
esta ViUa quedavan, que fuera maravilla quedar ni estar en esta Villa
ninguno ni en esta tierra, si N. Señor milagrosamente no quisiera obrar
de misericordia con nosotros : la maña que he tenido en el repartimiento
del oro que se ha tomado a sido, que se ha dado a los que lo han ido
a tomar dando a cada uno segud su persona, quedando todos sastisfe-
chos i contentos : de las cosas de comer todos alcanzan parte aunque
no vayan a entrar.
Quiero dar cuenta a Vuestra mui Real Alteza de las cosas i grandes
secretos de maravillosas riquezas que en esta tierra hai, de que N. Se-
ñor a Vuestra mui Real Alteza ha hecho Señor, i a mi me ha querido
hacer sabidor i me las ha dexado descobrir primero que a otro ninguno
i mas, por lo quoal yo le doi muchas gracias i loores todos los dias del
mundo i me tengo por el mas bien -aventurado hombre que nascio en el
mundo, i pues ansi N. Señor ha seido servido que por mi mano, primero
que de otro, se hayan fecho tan grandes principios, suplico a Vuestra
mui Real Alteza sea servido que yo llegue al cabo de tan grand jornada
como esta, i esto me atrevo a suplicar a Vuestra mui Real Megestad
porque se que dello ha de ser mui servido, porque yo me atrevo a tanto
que con el ayuda de Dios con mi buena industria que lo sabi'e guiar de
tal manera que Vuestra mui Real Alteza seii servido dello, i para poner
esto en efetto Vuestra mui Real Magestad deve mandar proveer que
para el i)resente vengan fasta quinientos hombres o mas de la isla Espa-
ñola, para que con ellos i con los que acá están comigo, aunque no non
mas de ciento para guerra, pueda proveer a donde sea menester i entrar
la tierra adentro i pasar la otra mar de la i)arte de medio día, i aunque
de algunas cosas yo haya dado parte de lo que he sabido a los que van
comigo, ha seido libianamente i el secreto i verdad de todo es esto que
a Vuestra mui Reiil Alteza escrivo.
Mui poderoso Señor lo que yo con buena industria i mucho trabajo
con la buena bentura he descobierto es esto. En esta prí)vincia del Da-
ñen hai descobiertas muchas i mui ricas minas, hai oro en mucha can-
tidad : están descubiertos veinte rios, i treinta que tienen oro salen de
una sierra que esta fasta dos leguas de esta Villa, va su via acia la parte
de medio dia: los rios que llevan el oro van fasta dos leguas de esta
ViUa acia el medio dia : esta sierra buelve por esta costa abajo acia e!
poniente : desde esta Villa para el poniente por esta sierra no se ha
— 17 —
visto rio de oro ninguno, creo que los liai : yendo este rio grande de
S. Juan arriba fasta treinta leguas sobre la mano derecha esta una
provincia que se dice de Abanumaqué que tiene mui grand dispusicion de
oro, tengo nueva mui cierta que hai en ella rios de oro muí ricos: selo
de un fijo del Cacique de aquella provincia que tengo aqui, i de otros
Yndios e Yndias que aqui están de aquella tierra que yo he tomado :
yendo este rio grande arriba treinta leguas sobre la mano esquierda en-
tra un rio mui hermoso i grande, yendo dos dias por el arriba estava
un Cacique que se dice Davaive, es muy grand Señor i de mui grand
tierra i mui poblada de gente, tiene oro en mucha cantidad en su casa.
i tanto que para quien no sabe las cosas de esta tierra sera bien dudoso
de creer : esto se de nueva cierta de casa de este Cacique de Yaive viene;
todo el oro que sale por este golfo i todo lo que tienen estos Caciques
de estas comarcas, es fama que tienen muchas piezas de oro de estraña
manera i mui grandes : dicenme muchos Y^ndios que lo han visto que
tiene este Cacique de Yaive ciertas cestas de oro que cada una dellas
tiene un hombre que llevar a cuestas : este Cacique coge este oro por-
que esta apartado de la sierra, de la manera como lo ha es, que dos
jornadas de alli hai una tierra mui hermosa en que hai una gente que
es mui caribe i mala, comen hombres quantos pueden haver : esta es
gente que esta sin Señor i no tienen a quien obedescer, es gente de gue-
rra, cada uno vive sobre si, son Señores de las minas, son estas minas
segund yo tengo la nueva las mas ricas del mundo : estas son en una
tierra que hai una sierra la mas alta del mundo a parescer i creo que
nunca se ha visto otra de tan gran altura, nace de acia la parte de
brava de este golfo algo la tierra dentro, que podia ser de la mar veinte
leguas, va su via de esta sierra metiéndose a la parte de medio dia, es
tierra llana do comienza, desde el nacimiento della va cresiendo en mu-
cha cantidad, es tan alta que se cubre con las nubes, dos años ha que
estamos de que nunca se ha visto lo alto deUa sino dos vezes porque
a la contina esta cobierta con los cielos, des que llega en la mas altura
torna a decaer, fasta alli va montosa de grand arboleda, i desde alli
van cayendo unas cordilleras de sierras sin monte ninguno, va a fenes-
cer en la mas hermosa tierra del mundo i mas llana junto con este
Cacique de Daive : las minas mui ricas están en esta punta de esta tie-
rra bolviendo acia la parte del nacimiento del sol, el sol las da en nas-
ciendo: hai dos jornadas desde este Cacique Davaibe fasta estas ricas
minas, la manera como se coge es sin niuguu trabajo de dos maneras,
la una es que esperan que crescan los rios de las quebradas, i desque
pasan las crecientes quedan secos y queda el oro descobierto délo que
roba délas barrancas i trae de la sierra en mui gordos granos : señalan
los Yndios que son del tamaño de naranjas i como el puño, i piezas
segund señalan a manera de planchas Uanas. Otra manera de coger oro
— 18 —
liai, que esperan que se seque la yeii)a eu las sierras i las i^onen fuego,
i después de quemado van a buscar por lo alto i por las partes mas dis-
puestas i cogen el oro en mucha cantidad i en mui hermosos granos :
estos Yndios que cogen este oro lo traen en granos como lo cogen por
fundir i lo rescatan con este Cacique Davaibe, dales en precio por res-
cate Yndios mancebos i mochachos para comer, i Yndia-s para que sirvan
a sus mugeres, no las comen, dales puercos en esta tierra muchos, dales
mucho pescado i ropa de algodón i sal, dales piezas de oro labradas
como ellos las quieren, con solo con este Cacique Davaibe tienen este
rescate aquellos Yndios porque por otra parte no hai lugar : este Caci-
que Davaibe tiene grand fundición de oro en su casa : tiene cient hom-
bres a la contina que labran oro, esto se todo por nueva cierta, porque
nunca otra cosa procuro por do quiera que ando, he procurado saberlo
de muchos Caciques e Yndios e ansi de sus vecinos de este Cacique Da-
vaibe como de los de otras partes hallo ser verdad todo porque lo he
sabido en muchas maneras i formas dando a unos tormento, i a otros
por amor, i dando a otros cosas de Castilla, tengo por nueva cierta que
yendo este rio de S. Juan arriba cinquenta leguas que hay mui ricas
minas de la una parte del rio e de la otra : la manera como este rio se
ha de navegar es eu canoas de los Yndios porque se hacen muchos brazos
pequeños e estrechos i cerrados con arboledas i no pueden entrar por
ellos sino es en canoas de fasta tres palmos o quatro de anchos : después
que sea descobierto este rio se podran hacer navios de anchos de ocho
palmos i de conplidos que puedan remar veinte remos a manera de fus-
tas, ijorque el rio es de mui gran corriente i aun con las canoas de los
Yndios no se puede bien navegar, eu tiempos de grandes brisas pueden
navegar a la vela por los navios que llevan fasta doze botas i ayudándo-
les del remo algunas vueltas que face el rio algunas vezes es menester
ir desviados del rio tres leguas, i cinco i ocho a las vezes yendo por
tierra, no se puede cabalgar por tierra a caballo yendo este rio arriba
fasta quanto havemos visto, pero puedense llegar a enbarcar al rio
algunas vezes por algunos esteros que entran a rio, que al rio princi-
pal no pueden porque es anegado a la redonda, la vez que mas cerca
se pueden enbarcar por los esteros es media legua : la gente que hai por
este rio grande arriba es mala, i es gente de guerra : es menester mucha
maña para con ellos : de otras muchas cosas tengo nuevas i no me cer-
tiñco fasta que mas enteramente lo sepa, i creo se sabrá mediante Dios.
Lo que por esta costa abajo acia el poniente hai es que yendo veinte
leguas de aqui hai una provincia que se dice Careta, hay en ella ciertos
rios que tienen oro, selo de algunos Yndios i Yndias que aqui están en
esta Villa, no se han ido a cabar por no alborotar la tierra que esta de
paz porque somos pocos fasta que halla mas gente: yendo mas la costa
abajo fasta quarenta leguas desta Villa entrando la tierra adentro fasta
— 19 —
doze leguas esta un Cacique que se dice Comogre, i otro que se dice Po-
corosa, están tan cerca de la mar el uno como el otro, tienen mucha gue-
rra unos con los otros, en toda la tierra tiene cada uno dellos un pueblo
i dos a la costa de este mar, de donde se mantienen de pescado la tierra
dentro: en casa de estos dos Caciques me certificaron los Yndios que
hai rios de oro mui ricos, esta una jornada de este cacique Pocorosa
unas sierras las mas hermosas que se han visto en estas partes, son sie-
rras mui claras sin ningund monte, salvo alguna arboleda que esta por
algunos arroyos que descienden de las sierras. Están alli en aquellas
sierras ciertos Caciques que tienen oro en mucha cantidad en sus casas :
dicen que los tienen todos aquellos Caciques en las barbacoas como
maíz, porque es tanto el oro que tienen que no lo quieren tener en ces-
tas, dicen que todos los rios de aquellas sierras que tienen oro, e que
hai granos mui gordos en mucha cantidad: la manera como se coge es
que lo ven estar en lagua i lo apañan i echan en sus cestas : ansimismo
lo cogen en los arroyos desque están secos, i para que Vuestra mai
Real xVlteza de las cosas de aquellas partes (1) le inbio un Yndio errado
de los de aquella tierra que lo ha cogido el muchas vezes : esto no lo
tenga Vuestra mui Real Alteza a cosa de burla porque de verdad yo estoi
bien certificado de muchos Yndios principales i Caciques.
Yo Señor he estado bien cerca de aquellas sierras fasta una jornada,
no he allegado a ellas porque no he podido a cabsa de la gente de la
gente porque Uega hombre fasta donde puede i no fasta donde quiere,
por el canto de aquellas sierras van unas tierras mui llanas, van la via
de acia la parte de medio dia, dicen los Yndios que esta la otra mar de
aUi tres jornadas : dicenme todos los Caciques i Yndios de aquella pro-
vincia de Comogre que hai tanto oro cogido en piezas en casa de los
Caciques de la otra mar que nos facen estar a todos fuera de sentido :
dicen que hay por todos los rios de la otra costa oro en mucha cantidad
i en granos mui gordos : dicen que a casa de este Cacique Comogre vie-
nen Yndios de la otra mar en canoas por un rio que llegan a casa del
Cacique Comogre i traen oro de minas por fundir en mui gordos granos
i mucho : el rescate que les dan por el oro es ropa de algodón i Yndios
e Yndias hermosas, no los comen como la gente de acia el rio grande,
dicen que es mui buena gente de buena conversación la de la otra costa,
dicenme que la otra mar es mui buena para navegar en canoas porque
esta mui mansa a la contina, que nunca anda braba como la mar de esta
vanda segund los Yndios dicen : yo creo que en aquella mar hai muchas
islas, dicen que hai muchas perlas en mucha cantidad mui gordas i que
tienen cestas dellas los Caciques, i que tan bien las tienen todos los
Yndios e Yndias generalmente, este rio que va deste Cacique Comogre
(1) Falta al parecer: usea más cumplidamente informado».
— 20 —
a la otra mar, antes que llegue alia se hace tres brazos i cada uno deUos
entra por si <*n la otra mar: dicen que por el brazo que entra acia f^l
Poniente vienen las perlas a rescatar en canoas a casa del Cacique Co-
mogre : dicen que por el brazo que entra acia el Levante entran las
canoas con oro por todas partes que es cosa increible i sin ninguna
conparacion, i pues que de tan gran tierra a donde tanto bien liai Nues-
tro Señor le ha fecho Señor no la deve de echar en olvido, que si Vues-
tra mui Real Alteza es servido de me dar e enbiar gente, yo me atrevo
a tanto mediante la bondad de Nuestro Señor de descobrir cosas tan
altas i a donde puede haver tanto oro i tanta riqueza conque se puede
conquistar mucha parte del mundo, i si de esto Vuestra mui Real Ma-
gestad es servido para en las cosas que acá son menester de hacer,
dexeme Vuestra mui Real Alteza el cargo, que yo tengo tanta confianza
en la misericordia de Nuestro Señor que le sabré dar tan buena maña i
industria conque lo traya todo a buen estado e Vuestra mui Real Alteza
sea mui servido, i quando esto no hiciere no tengo mejor cosa que mi
cabeza que pongo por prenda, i de tanto certifico a Vuestra mui Real
Alteza que i^rocure con mas diligencia lo que cumple a servicio de Vues-
tra mui Real Alteza, que no los Governadores que acá se perdieron
Alonso de Ojeda e Diego de Niquesa, porque no me quedo yo en la
cama entre tanto que la gente va a entrar i a correr la tierra, porque
hago saber a Vuestra mui Real Alteza que no se ha andado por toda
esta tierra a una parte ni a otra que no haya ido adelante por guia i
aun abriendo los caminos por mi mano para los que van comigo, i sino
es ansi a las obras me remito i al fruto que cada uno de los que han pa-
sado acá han dado.
Mui poderoso Señor, como persona que ha visto las cosas de estas
partes i que mas noticia tiene de la tierra que fasta (1) nadie ha tenido,
i porque deseo que las cosas de acá que yo tengo principiadas florescan i
vengan al estado que conviene al servicio de Vuestra mui Real Alteza,
le quiero hacer saber lo que el para el presente conviene i es menester de
mandar proveer, i esto es para el presente fasta que la tierra se sepa
i se vea lo que hai en ella, lo principal es menester que vengan mili
hombres de los de la isla Espñola porque los que agora viniesen de Cas-
tilla no valdrian mucho fasta que se ficiesen a la tierra, porque al pre-
sente ellos se perderían i los que acá estamos con eUos. Habrá Vuestra
mui Real Alteza de mandar proveer que esta tierra por el presente se
provea de bastimentos por mano de Vuestra mui Real Alteza i esto cum-
ple para que la tierra se descubra i se sepa los secretos della, i en esto
se harán dos cosas una ganarse han muchos dineros en las mercaderías,
i la otra principal es que estando la tierra proveída de bastimentos se
(1) Falta uarjoran.
— 21 —
podran liacer i descobrir grandes cosas i en mucha cantidad de riqnesas
como por la obra se parecerá mediante Dios, i juntamente se lia de pro-
veer que a la contina haya acá mucho adrezo para hacer navios peque-
ños para los rios la pez i clavazón i velas i jarcias sobra-
das, es menester que vengan algunos maestros que sepan hacer vergau-
tines : ha de mandar Vuestra mui Keal Alteza que se trayan docientas
vallestas mandadas hacer fechizas mui fornidas las cureñas i las goar-
niciones i de muy recio tiro y que no sean mas de
fasta dos libras e en eUas se ganaran dineros porque cada uno délos
que acá están huelgan de tener una vaUesta i dos, porque demás ser
armas mui buenas para contra los Yndios, mantienen mucho de aves y
caza los que las pueden tener, son menester dos docenas despingardas
mui buenas de metal libianas porque las de hierro luego se dañan con
las muchas agoas i se comen de orin : ha de mandar Vuestra mui Real
Alteza proveer que se hagan dos docenas de tiros de metal porque los
de fierro se perdieran : basta ser de peso de fasta una arroba o treinta
libras i largos, para oue un hombre pueda Uevar para donde se fuere
menester uno deUos i mui buena pólvora. Para el presente mui poderoso
Señor es menester que en la provincia de Davaibe se haga una fuerza
en veniendo mas gente la mas fuerte que se pueda hacer porque es
tierra mui poblada de mala gente : ha se de hacer otra fuerza en las mi-
nas de Tubanama en la provincia de Comogre porque ansi-mismo hai
mucha gente i es tierra mui poblada, i estas fuerzas mui poderoso Se-
ñor al presente no se pueden hacer de cal e canto ni de tapia, mas han
hacerse dos palizadas de mui fuerte madera i en medio de tierra mui
tapiada i mui fuerte e del tamaño que fuere menester segud los Apaños
que oviere de haver: i ala redonda una mui buena cava mui fuerte, i
que le digan a Vuestra mui Real Alteza si pueden hacer fortalezas de
cal i canto ni de otra cosa en esta tierra por el presente, porquel que lo
dixiere no havra visto la calidad de la tierra : esto que yo digo mui po-
deroso Señor se porna por obra en veniendo gente placiendo a Nuestro
Señor, i de estos dos asientos el uno de Dabaibe, i el otro déla provin-
cia de Comogre se corra la tierra, e se sabrán los secretos deUa i déla
otra mar de la vanda de medio dia, i todo lo demás que fuere menester,
ha de mandar Vuestra mui Real Alteza que vengan los maestros para
aderezar las vallestas porque cada dia se desconciertan a cabsa de las
muchas aguas : en todo lo que digo se ganaran dineros i no ha de costar
a Vuestra mui Real Alteza cosa ninguna mas de mandar proveer de
gente la que es menester, que yo me atrevo mediante Nuestro Señor
hacer todo lo que en estas partes conviene a servicio de Vuestra mui
Real Alteza Mui poderoso Señor, porque como tengo dicho yo estol
aqui para servir i avisar a Vuestra mui Real Alteza de todo lo que me
paresciere que cumple a su servicio, i porque agora los vecinos de esta
— 22 -
Villa inbian a suplicar a Vuestra mui Real Alteza les faga ciertas mer-
cedes, lo quoal conviene que la mayor parte les conceda Vuestra Alteza
porque cumple a su servicio, en lo que toca de ciertos Yndios que hai
en ciertas provincias que comen los hombres, i otros que están en Ja
culata deste golfo de vraba i en los anegadizos del rio grande de San
Juan, i otros anegadizos que hai en alagunas deste rio i mui grandes
i muchas, i de otros anegadizos que hai a la redonda deste golfo, que
están fasta entrar en la tierra llana de la provincia de Davaive, que estos
todos tienen labranzas ningunas, ni se mantienen de otra cosa sino del
pescado, i con el pescado van a rescatar maiz : es gente sin ningund
provecho, i fasen mas, que en pasando canoas de Cristianos por este rio
grande de San Juan salen con sus canoas i los corren, i nos han muerto
algunos Cristianos, i ansimismo soto para adonde todos los Yndios déla
tierra se acogen alli i de toda la redonda, adonde es la tierra de los
Yndios que comen los hombres es mui mala e desaprovechada a donde
en ningund tiempo podian liaver ningund provecho : asimismo estos
Yndios del Caribana tienen bien merecido mili vezes la muerte porque
es mui mala gente i han muerto en otras vezes muchos Cristianos i
algunos de los nuestros ala pasada quando perdimos alli la nao, i no
digo darlos por esclavos segund es mala casta, mas aun mandarlos que-
mar a todos chicos i grandes porque no quedase memoria de tan mala
gente : esto digo Señor en quanto a la punta de Caribana fasta veinte
leguas la tierra dentro, lo uno porque la gente es mui mala, i lo otro
por la tierra que es mui estéril i sin provecho, i destos unos i otros con-
viene que Vuestra Alteza de licencia que los puedan llevar ala isla Es-
pañola i a las otras islas pobladas de Cristianos a vender i aprovechar
dellos, i que puedan traer otros esclavos en precio dellos, porque para
tenerlos en estas partes es iuposible poderse servir dellos ni tan sola-
mente un dia porque hai mui larga tierra por donde se puedan esconder
i oir, i de esta manera no teniendo los vecinos destas partes Y^'ndios se-
guros no se podra hacer lo que conviene al servicio de Vuestra Alteza
ni se podra sacar ningund oro de las minas. Asimismo inbian a supli-
car a Vuestra Alteza les haga merced que puedan traer Yndios délas
partes de Beragua, desde un golfo que se dice San Bras, que es fasta
cinquenta leguas desta Villa por la costa abajo. Vuestra Alteza sera
mui servido en hacerles esta merced porque es tierra mui desaprove-
chada i mui fragosa de mui grandes arboledas i muchas sierras i vera
de la mar es toda tierra agenada, de manera que los Yndios de aquellas
partes de Beragua i de Carabana, que es mas abajo, no se ha de ver
ningund provecho dellos sino es desta manera trayendo a pueblos délos
Cristianos, e que los puedan llevar a las islas de Cuba i Jamaica i a
otras islas pobladas de Cristianos a trocar por otras navorias Yndios
que ansimismo hai en las otras islas pobladas de Cristianos muchos
~ 23 —
dellos bravos i que los Cristianos no se pueden bien servir deUos, i de
esta manera mandando los bravos a donde estén fuera de su natural,
los de estas partes servirán bien en las islas i los de las islas acá. Esto
aviso a Vuestra Alteza que conviene mucho a su servicio déla merced
que les face que tomen los Yndios délas islas comarcanas a esta tierra
firme : de esto hago saber a Adiestra Alteza que en todas estas comarcas
con docientas leguas ala redonda de esta ViUa no hai isla poblada sino
es en Cartagena una i por agora hai harta gente i eUos defienden bien
su ropa.
Asimismo en lo que toca en lo de oro que esta cogido en poder de los
Yndios que se oviere por rescate i en la guerra, conviene a su servicio
que les haga merced que de aqui adelante den el quinto de todo lo que
se oviere a Vuestra Alteza, i la cabsa porque conviene a Vuestra Alteza
es que en estar agora al quarto hacelos demal ir a descobrir la tierra i
andar en la guerra con mucho trabajo, porque de verdad se pasa tanto
que es cosa inconparable, i quieren antes sacar oro de las minas, que las
hai mui buenas cerca de aqui, que no ir a morir, i puesto caso que yo
o el Governador que fuere adelante los haga ir a los Cristianos a entrar
y descobrir la tierra, nunca irán de buena voluntad, i nunca cosa hecha
de mala gana se pudo hacer tan bien como es menester, i si se hace de
buena gana todo se hace como se pide i lo hadan fecho todo lo que quie-
ren hacer, i de tanto certifico a Vuestra Alteza que estando el oro al
quinto que se tome en mucha mas cantidad que estando al quarto i mas
que descobrira la tierra como Vuestra Alteza desea.
Asimismo en lo que toca en lo déla ropa délos Yndios i menudencias
de casa es cosa libiana i de poco valer, i todo lo demás se toma en parte
que no se pueden aprovechar dello, porque de verdad muchas vezes se
quedan alos Yndios en sus casas por no haver lugar para traerlo i con-
viene i es sei*vicio de Vuestra Alteza hacerles merced de todo franca-
mente, en lo que toca de las armas i tiros i adereszo para hacer vergan-
tines i maestros para los hacer esto conviene bien sobre todo porque sin
esto no se puede hacer cosa buena, i aunque agora Vuestra Alteza lo
mande proveer todo sea a costa de los vecinos destas partes sinque a
Vuestra Alteza le cueste cosa alguna en todo lo que Vuestra Alteza
mandase proveer de Castilla délo que tengo dicho se ganara mucho i
sera la tierra proveída délo que es menester: todo esto tome Vuestra
Alteza de mi como de mui leal servidor i de crédito a todo esto porque
ansi conviene al servicio de Vuestra Alteza i no quiero hacer torres de
vieuto como armavan los Governadores que Vuestra Alteza acá inbio
que entre amos a dos faltan ochocientos hombres, i los que yo he podido
recoger de los que amos dexaron perdidos i escaparon son fasta cin-
quenta, i esto pasa en verdad i mire Vuestra Alteza lo que yo fecho i
descobierto e sostenido a toda esta gente sin ningund remedio sino el
— 24 —
de Dios i con mui buena industria, i a quien esto ha sabido sostener e re-
mediarse con los Yndios i hace por lo que Vuestra Alteza alia vera que
le sabrá decir lo que para estas partes convenga, i si en algo errare de
lo que cumple al servicio de Vuestra Alteza, suplico a Vuestra Alteza
que resciba mi mui sobrada voluntad i deseo del servicio de Vuestra
Alteza i aunque agora mui poderoso Señor yo no alcance todo lo que eu
esta tierra, es menester para lo de adelante, de tanto le certifico que
para lo que conviene oue sabré dar buen recabdo i maña como todos los
que fasta agora acá han venido, e para que Vuestra Alteza lo vea mire
lo que los Governadores descobrieron fasta oy han sabido i alcanzado
i todos han buelto perdidos i dexan acá bien llenas las playas de sepul-
turas, i aun si fasiesen en tierra los Cristianos que se les mueren no ha-
rían poco, que la verdad la mas parte de los Cristianos que se les mo-
rían los comian perros i ouervos, no quiero alargar mas sino que por
las obras vea Vuestra Alteza lo aue cada uno puede hacer i ha hecho
fasta agora. Mui poderoso Señor para que mejor sea Vuestra Alteza
informado de todo lo que acá pasa, inbio a Sebastian de Campo, su-
plico a Vuestra Alteza le de entero crédito por que de mi va informado
de toda la verdad i de todo lo que en esto se puede hacer en servicio de
Vuestra Alteza i lo que es menester para la tierra : Vuestra Alteza sabrá
que los dias pasados huvo aqui ciertas diferencias porque los Alcaldes
i Regidores desta Villa con inbidia i falsedad intenta van de me prender,
i desque no pudieron fisieron contra mi una pesquisa falsa i con falsos
testigos i secretamente, délo quoal yo me quexo a Vuestra Alteza por-
que si esto no se castigase nunca a ningund Govemador délos que acá
pasasen por Vuestra Alteza nunca los faltarían rebueltas, porque siendo
yo Alcalde mayor por Vuestra Alteza intentaron contra mi mili malde-
des, i ansi mismo han fecho a quantos a estas partes han venido, i si la
justicia de Vuestra Alteza no es temida nunca se hará lo que a sa
servicio cumpla, i porque los Alcaldes i Regidores inbiaron una pes-
quisa contra mi la qual alia creo vera Vuestra Alteza fice Juezes a dos
Fidalgos para que ficiesen pesquisa e información de mi vida i de mi
mui leales i grandes servicios que en estas partes de las Yndias i tierra
firme i estas provincias en. que agora estamos yo he fecho a Vuestra Al-
teza lo quoal inbio a Vuestra Alteza para que vea las maldades de las
gentes, i porque creo Vuestra Alteza havra mucho placer de todo lo que
yo en estas partes lie fecho en su servicio. Suplico a Vuestra Alteza lo
vea todo i conforme a mis servicios ansi me faga las mercedes : ansi-
mismo inbio una información de lo que paso sobre que inventaron sus
maldades.
Mui poderoso Señor una merced quiero suplicar a Vuestra Alteza me
haga porque cumple mucho a su servicio, i esque Vuestra Alteza mande
que ningud Bachiller en Leyes ni otro ninguno sino fuere de medecina
— 25 —
pase a estas partes de la tierra firme so una grand pena que Vuestra
Alteza para ello mande proveer, porque ninguno Bachiller acá pasa que
no sea diablo i tienen vida de diablos, e no solamente ellos son malos
mas aun fasen i tienen forma por donde haya miU pleitos i maldades :
esto cumple mucho al servicio de Vuestra Alteza porque la tierra os
nueva. Mui pederoso Señor a un bergatin que de aqui inbiamos en que
fue Juan de Quizedo i Rodrigo de Colmenares enbie a Vuestra Alteza
quinientos pesos de oro de minas en granos mui hermosos, i porque la
navegación es algo peligrosa para navios pequeños, torno a inbiar agora
a ^"uestra Alteza con Sebastian del Campo trecientos i setenta pesos de
oro de minas : mas se inbiaran sino fuera porque no se i^udo coger en
tanto que acá estovieron los navios. En todo lo que he dicho suplico a
Vuestra Alteza provea lo que mas a su servicio cumpla. Nuestro Señor
la vida i mui Real estado de Vuestra Alteza prospere con acrescenta-
miento de muchos mas Reinos e Señoríos a su Santo servicio i que en
estas partes se descubran i venga todo a manos de Vuestra Alteza como
Vuestra mui Real Alteza desea, porque hai mas riquezas que en todo el
mundo. De la villa de Santa Maria del Antigua de la provincia del Da-
rien en el golfo de Urava oy Jueves a 20 de Enero de 513 años. — De
Vuestra Alteza hechura i crianza de sus mui Reales manos i pies besa. —
Vasco Nuñez de Valboa.
(Año de 1513. — Mayo 31, Valladolid). — El Rey acusa recibo á los Oficiales de Se-
villa de las cartas en que le comunican tenerse noticia en Tierra firme de la
proximidad de la mar del Sur y ordena que sin pérdida de momento se equipe
una armada que conduzca allí de ochocientos á mil hombres. — (A. de I.j 109-1-5)
El Rey.— Nuestros oficiales de Sevilla vi vuestra carta de XIX de
mayo en que me hazeys saber las nuevas de tierra firme y he ávido mu-
cho plazer dello y de la venida destos procuradores y pareceme que se-
gún lo que nuestro Señor alia descubre que seria gran culpa mia dexar
de mandar proueher en eUo con diligencia y recabdo que conbiene y asy
estoy determinado de lo hazer con ayuda de Dios y para esto me ha
parescido bien lo que me escriuis sobre eUo y por que no se pierda vn
solo dia que seria muy grande perdida perderlo es bien que desde luego
se comiencen a proueher todas las cosas necesarias para el armada que
se deue hazer que sea que alia os a parecido que vayan desde ochogientos
fasta mili hom'bres y llévala vna persona principal que yo mandare que
vaya de acá para ello porque mejor y mas hordenadamente se haga i.o
— 26 —
de la mar y lo de la tierra y para que no tengan necesidad liazese quenta
que vayan proueydos para quinze o diez e seys meses e soy de parecer
que a esta gente se les de pasaje y de comer por todo el viaje y vn mes
después que fueren llegados en tierra para que cada vno en estos dias
pueda procurar de hazer su asiento y ver de que se mantengan y coman
que esto me paresga que sera muy ligero de liazer porque la gente que
alia agora esta hazen lo mismo y los que de acá fueren podran hazer
otro tanto y el mantenimiento que destos XVI meses sobrare ha de estar
de respeto para quando alguna gente oviere de entrar la tierra adentro
en busca de minas o otra cosa porque tengan de que se mantener mayor-
mente de vino y carne y ante todas cosas deveys hordenar vn pregón
conforme a vn memorial que va con esta de lo que se ha de hazer con
los que fueren a la dicha armada que mandamos hazer para la dicha
tierra fií-me y hazello a pregonar en todas las partes que mejor os pa-
reciere por mas mover a la gente que vaya en ella y por no detener a
este correo no se os enbian con la presente todas las prouisiones negesa-
rias las quales se os enbiaran muy breuemente con otro mensajero que
partirá presto.
Con la gente de mar nos parece que se a de tener otra manera porque
esta no se podra aser sin sueldo y acá se haze consideración que toman-
dolos por mas tiempo por tener yierta la ganancia se contentaran con
menos sueldo y por esto seria bien tomallos por dos años pues para
proueerlo de tierra firme sera menester todo este tienpo y podran tan-
bien aprouechar para algunos viajes a la española y mirad si en el
partido que con la gente de mar se hiziere sy sera bien que tomeys a
vuestro cargo de dalles mantenimientos porque como los viajes son lar-
gos de tienpo sy se oviesen de mantener ellos no yrian tan proueydos
quanto seria menester y paresge que sera mejor que el partido sera me-
jor que les deys mantenimientos por tanto tienpo quanto os pareciere y
tanto por año de soldada a cada vno o sy desta mana no quisieren dalles
de soldada tanto y vastimentos contando en ella y la cantidad por el
tienpo que os pareciere para que en ellos podays hazer proueher. Y esto
se dize porque no se puede escusar de llevar el mantenimiento que a vo-
sotros os pareciere que avran menester llevar/ para todo esto se a he-
cho vn memorial de lo que parege que sera menester para el dicho viaje
de tierra firme el qual vos mando enbiar con la presente firmado del
muy Reuerendo en Christo padre obispo de palengia mi Capellán Mayor
e de mi Consejo e de Lope Conchillos mi secretario para ello me pareció
que deveys gastar deste dinero que agora a venido hasta cinco quentos
porque avnque monte mas en cosas que aqui no van. asy por los precios
que van tasados largos con vuestra buena diligengia podran vastar los
cinco quentos y quando no dellos de los que vinieren se podra pagar la
resta, por ende mucho vos encargo que pongays muy buen recabdo e
— 27 —
diligencia para que todo se haga y provea con la mas brevedad qne ser
pueda y para las cosas de artillería que van en el memorial vos mando
enbiar con la presente Qedula para que en málaga se haga, pero es me-
nester que vosotros proueays de metal que fuere menester para todo ello,
porque en la casa de artillería no podran dar sino poluora y salitre.
Y porque acá ay al presente alguna nescesidad de dinero lo que me
parece que se deue hazer deste oro que es llegado es esto, pagar a ochoa
de Landa por virtud de vna Qedula que yo le mande dar para la des-
pensa Qera Canalleriza y andas hazemilleria, rabión de la Iglesia y gas-
tos extraordinarios de tercio segundo deste año de DXIII. ochocientos y
ochenta mili marauedises que en ello monta. Y porque en la misma Qe-
dula se contiene le pagueys vn quento de DCXXX" que monta el primer
tercio de los oficiales de la casa de la dicha Reina este dicho año este
tergio se podrá suspender hasta en fin de Agosto porque en mi Casa
sienpre se paga este tercio regagado en el primer tercio de año. Y en
el primero en el segundo y el segundo en el tercero y el tercero en el
primero del año siguiente y para esto del armada de tierra firme po-
deys tomar deste dinero Qinco quentos como dicho es y a este respete
podreys enbiar a mi Cámara quatro quentos y medio trabajad de hazer
luego amonedar y enbiarlo lo antes que ser pueda.
Y porque yo deseo que vengan estos procuradores de tierra firme acá
lo antes que ser pueda para ynformarme dellos. luego que ay llegaren
los dichos procui-adores y francisco de tapia les dezid de mi parte que
se den mucha priesa en su venida a esta mi Corte casy sobre esto de
tierra firme como de todas las otras cosas que supieredes me escriuid
sienpre vuestro parecer muy larga y particularmente y porque por otra
mi gedula vos respondo a vuestras cartas de I e XII de mayo no abra
otra cosa de dezir en esta sino que en lo susodicho pongays muy buen
recabdo y diligengia como yo de vosotros confio que en ello me seruyreys
de VaUadolid a XXXI de mayo de DXIII. — Yo el Rey. — Por mandado
de su alteza Lope ConchiUos señalada del Obispo de Falencia.
10
(Año de 1513.— Junio 11, Valladolid). — Carta del Rey á los vecinos del Darien
anunciándoles el envío de un Gobernador al frente de una expedición, les ofrece
mercedes y les manda den crédito á lo que les diga de su parte Pedro de Arbo-
lancha.— (^^. de I., 109-1-5).
El Rey. — A los escuderos e omes buenos nuestros vasallos que estays
en el pueblo de Darien e en otras qualesquler partes de las provincias
de urava e veragua e cada vno de vos. Yo he sabido los trabajos e fatigas
— 28 —
que por la nuestra gente que a esa tierra paso en conpañia de diego de
nicuesa e de alfonso de ojeda han pasado e de como los que aveys esca-
pado os aveys dado buen recabdo e de la buena muestra e señales de
oro que ay en esas partes de que ha ávido plazer e en seruigio os tengo
vuestra continuagion en la estada alia e lo que aveys trabajado en des-
cubrir minas e asy os encargo e mando lo hagays por que de mas de ser
vosotros aprouechados me echareys cargo para os hazer mercedes e muy
breuemente enbiare vna persona principal que tenga cargo de la gouer-
nacion desa tierra como me lo aveys enbiado a suylicar con la qual yra
tal armada e proueymientos para vosotros conque se pueda hazer las
cosas desas partes como conuenga a seruicio de Dios y nuestro e bien
de los pobladores della/. Lo que entretanto aveys de hazer es estar muy
conformes e juntos e trabajar de conseruaros hasta que llegue la dicha
nuestra armada que sera presto plaziendo a Nuestro Señor como dicho
es e porque pedro de arbolanga nuestro criado llevador desta os hablara
mas largamente sobre lo susodicho dadle entera fee e creencia de ^'alla-
dolid a honze dias del mes de Junio de quinientos e trece. — Yo el Rey. —
Refrendada e señalada de los sobre dichos.
11
(Año de 1513. — Junio 18, Valladolid). —Real cédula á Pedrarias Dávüa para que
vea las ejecutorias que lleva el bachiller Enciso contra el Concejo de la Villa
de Santa María la Antigua del Darien.— f^t. de I., 109-1-5).
El Rey. — Pedrarias davilla nuestro Capitán e gouernador de tierra
ñrme o a otro qualquier Capitán o gouernador que fuere o vuestros
lugarthenientes en la provincia del Darien que es en el golfo de Uraba,
sabed quel bachiller Martin Hernández Encisso lleva ciertas Cartas
executorias de la Serenissima Reyna Pringessa mi muy cara e muy
amada hija contra el Congejo de la villa de Santa Maria delantigua
del Darien que es en el dicho golfo e por que la execucion dellas va diri-
gida a Don Diego Colon nuestro Almirante vissorrey e gouernador de
la Ysla española y la dicha villa del Darien es fuera de su jurisdicción
Yo vos mando que veades las dichas executorias que el dicho bachiller
Engiso lleva contra el Conzejo de la dicha villa del Darien e las execu-
teys segund e como en ellas se contiene asy como sy a vosotros fuessen
dirigidas que para ello sy necesario es, por esta mi Cédula vos doy po-
der conplido e mando que se tome la razón de esta mi Qedula en la
nuestra Casa e no fagades ende al fecha en Valladolid a XVIII" dias
del mes de Junio de quinientos e treze años. — Yo el Rey. — Lope Conchi-
llos.—Señalada del Obispo.
— 29 —
12
(Año de 1513. — Julio 18, Valladolid). — Real cédula ordenando á Pedrarias que al
llegar al Darien forme proceso a Vasco Núñez por la conducta que siguió con
el bachiller Enciso. — fA. de 1., 109-1-5).
D. Fernando etc. — A vos pedrarias davila nuestro Capitán general
e gouernador. Salud y gragia sepades, que yo he seydo ynformado que
yendo el bachiller Engiso desde la ysla española a socorrer a Alonso de
Ojeda que por nuestro mandado avia y do a la tierra firme a la parte de
Urava e llevando giertos vastimentos a la gente que en la dicha tierra
firme estaba yendo el dicho viaje topo en el camino vn vergantin que el
dicho Ojeda le enbiaba y vn poder para que en su nombre y por virtud
de la capitulación que con el dicho Ojeda mandamos tomar vsase y
exergiese el dicho ofi§io de Governaciou en la dicha provincia de Urava
en el asiento que alli avia fecho la gente que el dicho Ojeda llebava e diz
que en la entrada del dicho golfo de Uraba se les perdió la Nao con to-
dos los vastimentos e cosas que lleuauan. E que se saluo la gente en vna
Varea y vnos vergantines que llenaba e saco alguna cosa de vizcocho
e arina e diz que estando en tierra con la gente vna noche se juntaron
e ficieron monipodio contra el vn Velasco Nuñez de balboa que a la
sazón hera Alcalde en Santa Maria del Antigua del darien e Venito pa-
laguelos e bartolome hurtado e vn bachiller Medico e barrantes e fasta
veynte otras perssonas con ellos e diz que secretamente le furtaron los
vergantines e que el prendió por virtud del poder que llebaba a algunos
de los que avian seydo en furtar los dichos vergantines e con temor que
no los ahorcase se los voluieron e que asi bueltos luego se partieron al
dicho asiento que tcnian hecho que se dize Santa Maria del antygua
del Darien e que al tienpo que alli llego alio quemada la fortaleza que
estaba fecha en el dicho pueblo del Darien e que luego que salto en tie-
rra fue al dicho pueblo del Darien a buscar que comiese la gente con fasta
ciento y diez onbres e que alli los yndios se le pusieron en resistengia
e que con la buena diligencia que para ello los Christianos pusieron los
vencieron e mataron e algunos e les tomaron quarenta e ginco libras
de oro fino e que en otro alcange que se les dio le tomaron mas oro e que
monta entre todo segund se registro por ante los nuestros Veedores que
estañan alli ciento e tres libras de oro e diz que después de pasado todo
lo susodicho los dichos Vasco Nuñez de Valboa e sus consortes con te-
mor que el dicho bachiller no los castigase por lo que avian fecho tor-
naron a juntarse y en ausencia del dicho bachiller y contra su voluntad
se elijieron por alcaldes al dicho Vasco Nuñez de Valboa e a Venito
— 30 —
palenguelos e por regidores a Juan de Valdiuya e a Martin de Qamudio
a Diego Arbitez e por alguazil a bartolome hurtado e por thesorero al
bachiller medico los quales desde que se vieron asi dadas las varas die-
ron un mandamiento para el dicho alguazil que tomase los vergantines
e vareas con todo lo que el dicho bachiller alli tenia e ansimismo todo
el oro que ansy avian tomado a los yndios, e asi tomado todo el oro en-
tregaron al dicho bachiller como thesorero que avian fecho e que como
el dicho bachiller Engiso supo la dicha elecion que avian fecho e toma-
dole los dichos Vergantines e barca e oro les fizo requirimiento que no
vsasen de los oficios pues no tenian poder ni licengia para ello ni toma-
sen el oro e que si lo quisiesen partyr que diesen para Nos el quinto
e de todo lo otro sacado del quinto fiziesen tres partes e se les diese al
dicho bachiller las dos partes la vua para los Navios e la otra para los
Vastimentos e armazón e que de la otra tergia parte les diesen el derechí)
de Capitán que hera vna joya e quatro suertes segund en la capitula-
ción que con el dicho Ojeda mandamos asentar e ansi mismo les requirió
le voluiesen los dichos Vergantines e barca e todo lo que mas le avian
tomado e que porque fiso este requerimiento le prendieron y echaron
vnos grillos e pusieron en la cargel como si fuera malechor e le daban
muy mala vida porque se muriese y ellos se pudiesen quedar con todo
el oro que asi les avian tomado e que sobre Autos que les fazia deaian
los susodichos muchas cosas en grand desacatamiento de nuestro Señor
y en mucho deseruicio nuestro e que quando vinieron a partyr el oro
dixieron que no avia mas de setenta y cinco libras de oro e que todo lo
demás ellos lo avian furtado e sobre ello lo avian fecho muchos exgesos
dinos de mucha punigion e castigo e por que yo quiero ser de todo lo
susodicho ynformado e quel dicho basco Nuñez de balboa e los otros que
con el fueron sean castigados por el atrebimiento que en todo lo susodi-
cho tuuieron e ansi mismo por el oro que encubrieron fue acordado que
devia mandar dar esta mi carta sobre la dicha razón e yo tóbelo por
vien e confiando de vos que soys tal persona que bien e fielmente areys
lo que por mi, vos fuere mandado y encomendado por que vos mando
que luego que llegaredes a la dicha prouincia de Urava e villa de Santa
Maria del antigua del Darlen tomeys en vos las varas de justicia Alcal-
día e alguazilazgo que tenia el dicho basco Nuñez de balboa e los suso-
dichos al qual mando que vos las de y entregue luego e ansi tomadas
fagays pesquisa e ynquisicion por todas las partes e maneras que mejor
saberla podieredes sobre todo lo susodicho en especial en saber que oro
fue el que tomaron al dicho bachiller Engiso e quanto pertenecía dello
a nos e que tanto los susodichos dieron después e que se menoscabo f
furto e perdió y en cuyo poder ha estado e que lo han fecho e de todo lo
demás que fuere negesario para mejor saber el secreto e ynforniagion
de todo lo susodicho, e sauido esto abrigüeys que cabsa e rrazon tuieron
— 31 —
para tomar los dichos Vergantines e barca al dicho bachiller e para
prenderle e secrestarle sus vienes e de todo lo otro que conviniere para
mejor saber la verdad de todo lo susodicho e ansi ávida a los que por
ella fallaredes culpantes en todo lo susodicho y ansi mismo al dicho
basco nuñez de balboa, prendeldes los cuerpos e presos e a buen recabdo
proceded contra ellos e contra sus vienes a las mayores e mas graves
penas cebiles e criminales que faUaredes por juicio e por derecho e al
dicho basco Nuñez de Valboa enbialde preso a esta nuestra Corte junta-
mente con la pesquisa que contra el se hallare e secrestaldes sus vienes
ansi a el como a todos los susodichos que allaredes culpantes e poneldes
en poder de vna persona llana e avonada por ynveutario ante escriuano
publico al qual mando que los tenga en el dicho secresto e no acuda con
eUos sin mi licencia e mandado e si para lo asi fazer e conplir y executar
menester ouierdes fauor e ayuda por esta mi carta mando al Concejo
Justicia e Regidores e Oficiales e omes buenos e otras qualesquier per-
sonas que están o estuuiesen en la dicha población de Santa Maria del
Antigua del Darien que vos la den e fagan dar segund se lo pidierdes
e demandarles e mando a las partes a quien lo susodicho tocare e ata-
ñiere e a otras cualesquier personas de quien yerca de lo susodicho en-
terdierdes ser ynformado que vengan e parescan ante vos a vuestros
llamamientos y enplazamientos e sola pena o penas que les pusierdes o
mandardes poner las quales yo por la presente les pongo y he por pues-
tas y vos doy poder y faculüid para las executar en los que remisos e
yn obedientes fuesen e que la sentengia e sentengias que en la dicha
razón dierdes e pronuneiardes Uebedes e fagades Uebar a pura e devida
exengion con efecto quanto con justicia e con derecho devays, e hase de
tomar la razón desta mi carta en los libros de la Casa de la Contrata -
gion de Seuilla por los oficiales deUa e no fagades ende al fecha en Va-
Uadolid a XXVIII" días del mes de JuUio de M. D. XIII años.— Yo el
Rey. — Diose otra tal duplicada de la Reina.
13
(Año de 1513, — Julio 27, Valladolid). — Título de Capitán General y Gobernador
de la provincia de Castilla del Oro en el Darien, expedido por el Rey Católico
á Pedrarias Dávila. — fA. de I., relac. y descrip., leg. TI, publicado por Nava-
rrete, Colee, de viajes, t. III, pág. 337).
D. Fernando etc. — Por cuanto a nuestro Señor ha placido que por
mandado de la sereiiisima Reina, mi muy cara e muy amada Hija, e
mió, se han descubierto algunas islas e tierras que hasta agora eran
iunotas, e entre ellas una muy grand parte de tierra que fasta aqui se
— 32 —
ha llamado Tierra firme, e agora mandamos que se llame Castilla del
oro y en ella ha hecho nuestra gente un asiento en el golfo de Uraba,
ques en la provincia del Darien, que al presente se llama la provincia
de Andalucía la Nueva, e el pueblo se dice Santa María del Antigua del
Darien ; e para que nuestro señor sea en las dichas tierras servido e su
santo nombre conoscido, e los vecinos de la dicha tierra sean converti-
dos a nuestra santa fe católica y doctrinados e enseñados en ella e pues-
tos en camino de salvación e no se pierda tanto numero de animas como
hasta aqui ha perecido; y para que esto haya el efecto que deseamos,
havemos inviado a suplicar a nuestro muy santo Padre provea de prela-
dos que sean personas eclesiásticas e religiosas doctas, de buen ejemplo,
que vayan a enseñarles e predicarles, e para la seguridad destas perso-
nas ha sido menester proveer de algund numero de gente que vayan a
poblar en las dichas tierras para que con la dotrina de los eclesiásticos
e con la conversión de los otros cristianos, ellos mas prestos se convier-
tan a nuestra santa fe e convertidos permanescan en ella fasta ser mas
capaces de la dotrina cristiana lo que agora paresce que lo son, e
para ello mandamos facer agora una gruesa armada proveida de todas
las cosas necesarias, como nos lo suplicaron los procuradores que a nos
enviaron los que alia tenemos en la dicha provincia, e asi para llevar la
dicha armada por nuestro capitán general della, como para tener la
toda justicia paz e sosiego e buena gobernación a los que en la dicha
indios, juntamente con las dichas personas eclesiásticas, e tengan en
toda justicia paz e sosiego e buena gobernación a los que en la dicha
armada fueren e a los que poblaren y agora están e fueren a residir en
la tierra, e porque agora enviamos a poblar, como abajo sera declarado,
es menester persona de tal prudencia e conciencia e fidelidad que para
todo ello tenga el zelo diligencia y recabdo que para tan santa obra y
tanto servicio de nuestro Señor e aumento de su santa fe es menester.
E confiando de vos Pedrarias Davila, que sois tal persona como dicho
es, e que muy bien e fielmente mirareis las cosas del servicio de Dios
nuestro Señor e nuestro e la ejecución de nuestra justicia e la paz e so-
siego e gobernación de la dicha tierra, e visitareis con mucha retitud e
buena conciencia la población deUa, es mi merced e voluntad por la
parte que a mi toca e atañe que vos el dicho Pedrarias Davila tengáis
por nos e en nuestro nombre la gobernación e Capitanía general de toda
la gente e navios que agora van en la dicha armada ; e asimismo de la
que esta o estoviere o fuere de aqui adelante a la dicha tierra de Castilla
del oro, con tanto que no se entienda ni comprenda en ella la provincia
de Veragua cuya gobernación pertenece al Almirante D. Diego Colon
por lo haber descubierto el Almirante su padre por su persona, ni !a
tierra que descul)rieron Vicente Yañez Pinzón e Juan Diaz de Solis, }ii
la provincia de Paria, con la tierra que Nos le mandaremos juntar, por-
-sa-
que son dos partes de tierra a causa de estar muy lejos de donde vos
habéis de residir, no las podriades gobernar en ninguna manera, como
convernia a nuestro servicio e a la buena gobernación de ellas, y a esta
causa se habrán de proveer para estas dos partes otros gobernadores
por si, e que podáis usar los oficios de justicia e su jurisdicion civil e
criminal, asi por mar como por tierra ; quedando de todo ello la apela-
ción para los del Consejo destos reinos de Castilla, siendo los 600 pesos
arriba, e que vos el dicho Pedrarias Davila podáis usar e uséis el dicho
oficio de nuestro Capitán general e Gobernador, asi por mar como por
tierra, por vos e por vuestros lugarestenientes, los cuales podáis quitar
e admover cada e cuando quisieredes e por bien tovieredes que a nuestro
servicio e a la ejecución de nuestra justicia e paz e sosiego de la dicha
armada e tierra convenga ; e para lo asi hacer e cumplir e ejecutar por
esta mi carta vos doy poder cumplido ; por la cual o por su traslado
signado de escribano publico, mando a todas o cualesquier personas
que en los dichos navios de la dicha armada fueren, e a las otras que
agora están o estuvieren en el dicho asiento de Santa Maria del Anti-
gua del Darien, e en los otros asientos que de aqui adelante se fisieren
en la dicha tierra que de suso va declarada que vos hayan e reciban e
tengan por nuestro Capitán general e Gobernador de todo ello e vos
dejen e consientan usar el dicho oficio, asi por mar como por tierra e
ejecutar la dicha nuestra justicia por vos e por los dichos vuestros luga-
restenientes, e podáis oir e librar e determinar e oigáis libréis e deter-
minéis todos los pleitos e causas asi civiles como criminales que en las
dichas partes, asi por mar cuando fueredes o desembarcaredes en alguna
isla y en la dicha tierra firme cuando Uegaredes estovieren comenzadas
e movidas o se comenzaren e movieren en adelante e podáis llevar e
llevéis vos e los dichos vuestros lugarestenientes los derechos e otras
costas al dicho oficio de Capitán e Gobernador anejas e pertenescientes
segund e de la forma e manera que hasta aqui se han Uevado e llevaren
I)or el Almirante Visorey e Gobernador de la dicha isla Española e por
los otros Capitanes que han seido por Nos hasta aqui e como tal Capitán
e Gobernador podáis hacer e hagáis en la dicha tierra e población de
suso declarada asientos e lugares de los pueblos que aUa se hobieren de
hacer, e darles solares de las casas a los vecinos que en ellos se avecin-
daren e repartir las heredades segund la calidad de las personas que en
los tales lugares se avecindaren; e para que a los primeros pobladores
e descubridores que en ellas han estado, en eaimienda e satisfacion de
los muchos trabajos e peligros e necesidades que han pasado, e los que
de aqui adelante se señalaren en hacer mas servicios señalados alia,
les podáis dar en los dichos repartimientos, demás de lo que ordinaria-
mente se ficieren, la ventaja que os paresciere justa, según la calidad de
los trabajos pasados e de los servicios que ficieren en lo porvenir, e les
3
— 34 —
podáis facer ordenanzas generales en toda vuestra gobernación e par-
ticulares en cada pueblo particular della por do se rijan e gobiernen cu
toua parte que fuese menester, para que vivan como buenos cristianos
e en toda paz e sosiego e mucha policía e se aparten de las malas cos-
tumbres e vicios que comunmente tienen las otras gentes d<mde esto no
se face, e ponerles las penas que vos paresciere que deben ser puestas
para que las guarden e ejecutarlas en ellas si las quebrantaren; e asi-
mismo para los ordenar la orden que lian de tener en el sacar el oro de
las minas e cogerlo de las riberas en que lo hobiere e la parte de gente
que cada uno de ellos ha de traer, e el ayuda que los vecinos de la tie-
rra les han de hacer en sus labranzas e todas las otras cosas que general
e particularmente sean menester para la policía y debida gobernación
que j)ara el bien común de todas sean necesarias, e que vos e los dichos
vuestros lugarestenientes podáis hacer cualesquier pesquisas en los ca-
sos de derecho premisas, e de todas las otras cosas e cada una dellas al
dicho oficio anejas e pertenecientes e que vos e los dichos vuestros lu-
garestenientes entendáis que a nuestro servicio e a la ejecución de nues-
tra justicia cumplan e que para usar e ejercer el dicho oficio de Capitán
general e Gobernador e cumplir e ejecutar la nuestra justicia asi por
mar como por tierra, todos se conformen con vos el dicho Pedrarias, e
cou los dichos vuestros lugarestenientes e vos deu e fagan dar todo el
favor e ayuda que les pidieredes e menester hobieredes conforme a la
instrucción que por nuestro mandado se vos da para entender en todo
lo susodicho, e que en ello ni en cosa alguna, ni parte dello embargo ni
contrario alguno vos non pongan ni consientan poner, que Yo por la
parte que a mi toca e atañe por la presente vos recibo e he por recebido
al dicho oficio de nuestro Cax)itan general e Gobernador, asi por mar
como por tierra e al vuestro ejercicio del e vos doy poder e facultad para
lo usar e ejercer por vos e por los dichos vuestros lugarestenientes e
cumplir e ejecutar la nuestra justicia asi por mar como en la dicha tie-
rra firme con todas sus incidencias y dependencias; e asimismo vos
mando que las penas pertenescientes a nuestra cámara e fisco, asi las
que hallaredes condenadas en la dicha tierra firme, como las que vos
o los dichos vuestros lugarestenientes, condenaredes e pusieredes, las
ejecutéis e fagáis ejecutar e dar e entregar a Alonso de la Puente nues-
tro tesorero general de la dicha tierra firme, o a quien su en poder hobie-
re ; e por esta mi carta mando a cualesquier persona o personas que tienen
o toviesen las varas de la nuestra justicia e de los oficios de Alcaldía
e aguaciladgo de la dicha tierra firme, que luego que por vos el dicho
Pedrarias fueren requeridos vos la den e entreguen e no usen mas della
sin vuestra licencia e especial mandado, so las penas en que caen e in-
curren las personas privadas que usan oficios para que no tienen poder
ni facultad, que Yo por la presente los suspendo e he por suspendidos.
- 35 —
E otro si : es mi merced e voluntad que si vos el dicho Pedrarias enten-
dieredes ser cumplidero a nuestro servicio e a la ejecución de nuestra
justicia, que cualesquier caballeros e otras personas de las que agora
están e estuvieren e fueren a la dicha tierra firme que salgan della e
que no entren ni estén en ella e que se vengan e se presenten ante Nos
que lo podáis mandar de nuestra parte, e los fagáis della salir; a los
cuales a quien vos mandaredes Yo por la presente mando que luego sin
sobre eUo nos mas requerir, ni consultar ni esperar otro mi manda-
miento, segunda ni tercera jusion e sin interponer apelación ni supli-
cación deUo, lo pongan en obra segund que vos dijeredes e mandaredes
so las penas que vos de nuestra parte les pusieredes, las cuales Yo por
la presente les pongo e he por puestas e vos doy poder para las ejecutar
en los que remisos e inobedientes fueren ; e es mi merced e mando que
hayáis e llevéis de salario en cada un año con el dicho oficio de Capitán
general e Gobernador 366 miU maravedises, los cuales mando al dicho mi
tesorero general que agora es o fuere que de cualesquier maravedises e
oro de su cargo vos de e pague en cada un año los dichos 366 miU mara-
vedises e que tomen vuestra carta de pago e un traslado signado de esta
mi carta, con la cual e con la dicha carta de pago mando que le sean
recibidos e pasados en cuenta los dichos 366 miU maravedises en cada un
año ; e mando que se tome la razón desta mi carta en la Casa de la con-
tratación de las Yndias que reside en la cibdad de Sevilla; e los unos
ni los otros non fagades ni fagan ende al por alguna manera so pena de
la mi merced e de 50 miU maravedises para la mi cámara e cado uno que
lo contrario hiciere; e demás mando al home que vos esta mi carta
mostrare que vos emplace. Dada en la ViUa de Valladolid a veinte y
siete de Julio de mil quinientos trece años. — Yo el Rey.
14
(Año de 1513. — Julio 28, Valladolid). — Real cédula á Pedrarias Dávila para que
tome residencia á Vasco Núñez por el tiempo que fué Alcalde Mayor del Da-
rien.— í'^. de I., 109-1-5).
Don Fernando etc. — A vos Pedrarias Dauila nuestro Capitán general
y governador de tierra firme o vuestro lugarteniente en el dicho oficio
Salud y gracia. Sepades que entendiendo la Serenissima Reyna princesa
mi muy cara e muy amada fija e yo ser cumplidero a nuestro seruicio
e a la execugion de Nuestra Justicia nuestra merced y voluntad es de
saber como ha husado y exergido Velasco Nuñez de Valboa alcalde
mayor de la Villa de Santa María del Antigua del Darien ques en la
tierra firme e los otros alcaldes e justicia de la dicha tierra firme los
— 36 —
Officios de Justicia que Imn tenido e qne hagan ellos ante vos o el dicho
vuestro lugar teniente la residencia que la ley de Toledo dispone y en
tal caso mande porque vos mando que luego que llegaredes a la dicha
tierra tirme tomeys en vos las varas de la Justicia e alcaldía de la di-
cha villa de Santa Maria del Antigua del Darien e asi tomadas recibid
del dicho Velasco Nuñez de balboa e de los otros alcaldes e Justicias
de hi dicha villa la dicha residencia por termino de sesenta dias segund
que la dicha ley dispone, la qual dicha residenyia mando al dicho basco
Nuñez de Valboa e a los dichos Alcaldes e Justicias de la dicha viUa
que la fagan ante vos segund dicho es e otro sy vos informad de vuestro
oficio como y de que manera el dicho Velasco Nuñez de balboa e los
otros Alcaldes e Justicias han vsado y exergido los dichos oficios y
executado la nuestra Justigia e conplido nuestras Cartas y manda-
mientos e ordenangas e Capitulación e faced pregonar sy alguno tiene
quexa deUos de algunos agrauios que por razón de los dichos oñgios
ayan fecho que lo vengan a demandar ante vos a los quales oyd y faced
Justicia e otro si vos ynformad de las penas que el dicho Velasco Nu-
ñez de Valboa e los otros han condenado a cualesquier personas perte-
necientes a Nuestra Cámara e fisco e cobraldas dellos y daldas y en-
tregaldas al nuestro thesorero e recebtor de las dichas penas o a quien
su poder oviere e complidos los dichos sessenta dias de la residencia
envialda ante nos con la ynformagion que uvieredes tomado como y de
que manera el dicho Belasco Nuñez de Valboa e los otros Alcaldes e
Justicias han vsado y exergido los dichos oficios e si en algo los falla-
redes culpantes hazed Justigia a los querellosos e de los vienes que touie-
ren asi muebles como rayzes hazed pago a las tales personas de lo que
les deuiren e fuere sentenciado e prendeldes los cuerpos e presos e a
buen recabdo a sus costas los enbiad ante nos juntamente con la dicha
ynformagion j)ara que se proceda contra ellos por todo rigor de Justigia
e sacays fechas las dichas partes de lo que por virtud de las dichas con-
denaciones ovieren de aver los marauedises que de mas de aquello les
fincare se los secrestad por ynventario e con testimonio publico e pos-
neldos en poder de vna buena persona a la qual mandareys que no acu-
dan con ellos sin mi licencia e mandado que para lo asi fazer e conplir
y executar por la parte que ami toca por esta mi Carta vos doy poder
conplido con todas sus incidencias e dependencias anexidades e conexi-
dades e mando al Concejo e otras personas de la dicha villa de Santa
Maria del Antigua del darien que en lo susodicho no vos pongan tq
consientan poner envargo ni ynpedimento alguno antes vos den para ello
todo el fauor e ayuda que le pidieredes e base de tomar la razón desta
Carta en los libros de la Casa de la Contratación de las Yndias por los
Oficiales della e los vnos ni los otros e etc. — Dada en Valladolid a
XX VIH" de JuUio de miU e quinientos e treze años. — Yo el Rey.
— 37 —
15
(Año de 1513. — Agosto 2, Valladolid).— Instrncción dada por el Rey á Pedrarias
Dávila para su viaje á la provincia de Castilla del Oro que iba á poblar y paci-
ficar con la gente que llevaba. — ('J. de I., relac. y descrip., legajo 11, publicada
por Navarrete en el tomo III de su Colección de viajes).
El Rey. — Lo que vos Pedrarias Davila, que vais por nuestro capitán
general e Gobernador asi por mar como por tierra a la tierra firme que
se solia llamar, e agora la mandamos llamar Castilla aurifia e a las
otras partes contenidas en el poder que Uevais, habéis de hacer desde
que con la buena ventura os hicieredes a la vela en la cibdad de Seuilla
con la armada que con vos mandamos ir para poblar e pacificar la dicha
tierra e provincia fasta llegar aUa e después de llegado la forma e orden
que acá ha parescido que vos debo mandar que tengáis e guardéis e fa-
gáis guardar e cumplir, es lo siguiente :
1.° Lo primero que habéis mucho de mirar en que los navios que
Uevaredes no vayan sobrecargados como suelen ir, que a muchos les ha
acaecido peligro en el viaje por ello, especialmente cuando fue el Co-
mendador Mayor de Alcántara, por nuestro gobernador de la isla Espa-
ñola : por escusar el daño e peligro susodicho debéis proveer que no lle-
ven mas carga de la que con que puedan seguramente navegar, e lleven
la manguera descubierta como lo tengo mandado, e al tiempo que car-
garen en Sevilla, habéis de mirar que han de tomar mas carga en Ca-
naria.
2.° Lo segundo es, que fecha vela en Sevilla con la buenaventura
habéis de tocar en Canaria e tomar alli las cosas que se proveyeron
que estovieren fechas para este vuestro viage.
3." Demás desto hilando vuestra derrota derecha para la jirovincia
del Darien, si sin estorbo ni tardanza de viage lo pudieredes facer, ha-
béis de tomar en las islas de los Caníbales, que son isla Fuerte, Buin,
San Bernaldo Santa Cruz, Güira, Cartagena, Caramarico de Gó, que
están dados por esclavos por razón que comen carne humana, y por el
mal e daño que han fecho a nuestra gente, e por el que facen a los otros
indios de las otras islas e a los otros vasallos, e a la gente destos reinos,
habemos enviado a poblar en aquellas partes, e por mas justa función
nuestra si haUaredes manera de poderlos requerir, les requerid que ven-
gan a obidiencia de la iglesia e sean nuestros vasallos e sino lo qui-
sieren facer o no lo pudieredes requerir, habéis de tomar todos los que
pudieredes y enviarlos en un navio a la isla Española e aUi se entre-
guen a Miguel de Pasamonte, nuestro tesorero e a los otros nuestros
— 38 "
oficiales para que se vendan j el navio que con ellos fuere os ha de lle-
var lo que de la dicha isla Española se hobiere de llevar a la dicha Cas-
tilla aurifia, e por todas las otras partes que pasaredes, especialmente
en cualquier parte que tocaredes en la costa de la dicha tierra, habéis
de excusar que en ninguna manera se faga daño a los indios porque no
se escandalicen y alboroten de los cristianos, antes les haced muy buena
compañía e buen tratamiento porque corra la nueva la tierra adelante,
e con ella vos reciban e vengau a comunicaros e en conoscimiento de las
cosas de nuestra santa fe católica, que es a lo que principalmente vos
enviamos e deseamos que se acierte.
4:.° En el repartimiento de las cosas que se tomaren, asi en la mar
como en la tierra, asi de esclavos como de otra cualquier cosa que se
hoviere, habéis de tener esta manera en el repartir, que lo que se tomare
con el Armada que lleváis en que Yo mando poner los cascos de los na-
vios e mando dar el mantenimiento a la gente que en ella va conforme
a la ley del fuero del Ayro, demás del quinto me han de dar las dos
partes de lo que se hoviere, la una por razón de los cascos de los navios e
la otra por razón de los mantenimientos : e si en vuestra compañía fueren
navios de algunas personas en que eUos pongan los navios e bastimentos
y aquellos tomaren alguna pieza, Yo tengo de haber mi quinto ordinario,
pero aunque lo tomen aquellos, porque por razón de favor e compañia
de Armada se toma, han de repartir lo que se tomare con toda la gente
del Armada, si se tomare en la mar con las ventajas que se suele repar-
tir entre marineros, si dentro en la tierra, ha de ser repartido todo
igualmente, ecepto la ventaja del Capitán General; en las cosas que en
tierra se hobieren, no yendo armada de mar por ellas, se ha de sacar el
quinto, y lo otro se reparta entre la gente como se acostumbra hacer.
5.° Llegados alia con la buenaventura lo primero que se ha de facer
es poner nombre general a toda la tierra general, a las cibdades e villas
e lugares y dar orden en las cosas concernientes al aumento de nuestra
santa fe e ala conversión de los indios, e a la buena orden del servicio
de Dios e aumento del Culto divino, e para eUo enviamos al R. P. Fray
Juan de Quevedo, Obispo de Santa Maria del Darien, e con el los clé-
rigos que agora parescieron necesarios; los cuales e ellos han de ser
proveídos en tanto que hay asinos del salario necesario ; e porque la per-
sona del Obispo Yo mando proveer, a los clérigos se deben dar a cada
uno pesos de oro para su mantenimiento en tanto que haya asinos
e se hace el repartimiento dellos de la parte que cada uno haya de ha-
ber : en tanto que esto se hace se han de cobrar los diezmos para mi, e
para la serenísima Reina, mi muy cara e muy amada Hija, en aquellas
cosas que se cogieren, e acodir con ellas a nuestro tesorero questoviere
en la dicha tierra.
6.° Una de las principales cosas en que habéis mucho de mirar es
— 39 —
en los asientos o Ingares que alia se llovieren de asentar : lo primero es
ver en cnantos lugares es menester que se hagan asientos en la costa
de la mar para se guardar la navegación e para mas seguridad de la
tierra; que los que han de ser para se guiar la navegación, sean en
puertos que los navios que de acá de España fueren, se puedan aprove-
char dellos en refrescar e tomar agua, e las otras cosas que fueren me-
nester para su viage ; asi en el lugar que agora esta fecho como en los
que de nuevo se hirieren, se ha de mirar que sean en sitios sanos e no
anegadizos e donde se puedan aprovechar de la mar para carga e des-
carga, sin que haya trahajo e costa de llevar por tierra las mercadurías
que de acá fueren ; e si por respeto de estar mas cercanos a las minas
se hobieren de meter la tierra adentro, débese mucho mirar que por
alguna ribera se puedan llevar las cosas que de acá fueren desde la mar
fasta la población, porque no habiendo alia bestias como no las hay,
seria grandísimo trabajo para los hombres llevarlo acuestas, y ni los de
aea ni los indios no lo podrían sufrir ; y que sean de buenas aguas e de
buenos aires e cerca de montes e de buena tierra de labranza e destas
cosas las que mas pudiere tener.
7.0 Vistas las cosas que para los asientos de los lugares son necesa-
rias, e escogido el sitio mas provechoso y en que incurren mas de las
cosas que para el pueblo son menester, habéis de repartir los solares
del lugar para facer las casas, y estos han de ser repartidos segund las
calidades de las personas, e sean de comienzo dados por orden; por
manera que hechos los solares, el pueblo parezca ordenado, asi en el
lugar que se dejare para plaza como el lugar en que hobiere la iglesia
como en la orden oue tovieren las calles, porque en los lugares que de
nuevo se hacen dando la orden en el comienzo sin ningund trabajo ni
costa quedan ordenados e los otros jamas se ordenan; y en tanto que
no hicieredes merced de los oficios de regimientos perpetuos, habéis
de mandar que en cada pueblo los elijan entre si por un año, e vos
lo conformad siendo personas hábiles para regir: asimismo se han de
repartir los heredamientos segund la calidad e manera de las personas,
e según lo que sirvieren asi les creced en heredad y el repartimiento ha
de ser de manera que a todos quepa parte de lo bueno e de lo mediano,
e de lo menos bueno, segund la parte que a cada uno se le hobiere de dar
en su calidad ; e porque los primeros que alia pasaron con Hojeda e Ni-
cuesa e Enciso han pasado mucho trabajo e fambre e necesidad, a Ho-
jeda e a eUos se les ha de facer mejoria en repartimento, a ©1 como a
Capitán, e a ellos como a vecinos en el lugar que esta fecho, si por al-
guna causa demás comodidad se hobiere de mudar, o sino se mudare en
el; y en los que de nuevo se hicieren la mas principal cosa e que con
mas diligencia se ha de facer es la iglesia ; porque en ella se haga todo
el servicio de Dios que se debe hacer; e demás de lo quel R. P. Fr. Juan
— 40 —
de Quevedo, Obispo de Santa Maria del Darien, platicare, habéis de te-
ner desto cuidado que se ponga en obra con mucha diligencia.
8.° Debéis de procurar por todas las maneras e vias que vierdes e
pensardes que para eUo han de aprovechar e por todas las otras vias e
formas que se pudieren tener alguna experiencia que se podra hacer,
atraer con buenas obras a que los indios estén con los cristianos en amor
e amistad, e que por esta via se haga todo lo que se hobiere de facer
con ellos, y para que ello mejor se haga la principal cosa que habéis de
procurar es no consentir que por vos ni por otras personas no se les que-
brante ninguna cosa que les fuere prometida, sino que antes que se les
prometa se mire con mucho cuidado si se les puede guardar, e si no se
puede bien facer que no se les prometa ; pero prometido se les guarde
enteramente, de manera que les pongáis en mucha confianza de vuestra
verdad, e no habéis de consentir que se les haga ningún mal ni daño
porque de miedo no se alboroten ni se levanten ; antes habéis mucho de
castigar a los que los ficieren mal o daño sin vuestro mandado, porque
por esta via vernan antes a la conversión e al conoscimiento de Dios «-.
de nuestra santa fe católica, e mas segura en convertir ciento desta ma-
nera que cien mil por otra.
9.° Y en caso que por esta via no quisieren venir a nuestra obidien-
cia, e se les hobiere de facer guerra, habéis de mirar que por ninguna
cosa se les haga guerra, no siendo ellos los agresores, e no habiendo
fecho o probado a hacer mal e daño a nuestra gente, e aunque los hayan
acometido antes de romper con ellos les fagáis de nuestra parte los re-
querimientos nescesarios para que vengan a nuestra obidieucia una e dos
e tres e mas veces, cuantas vierdes que sean nescesarias conforme a lo
qiie lleváis ordenado ; e pues alia habrá e con vos irán algunos cristianos
que sabrán la lengua, con ellos les daréis primero a entender el bien
que les vema de ponerse debajo de nuestra obidiencia, e mal e daño e
muertes de hombres que les verna de la guerra, especialmente que los
que se tomaren en ella vivos han de ser esclavos, e que desto tengan
entera noticia, e que no puedan pretender inorancia, porque para que
lo puedan ser, e los cristianos los pueden tener con segura conciencia ;
esta todo el fundamento en lo susodicho : habéis de estar sobre el aviso
con cosa que todos los cristianos, porque los indios se les encomienden
tienen mucha gana que sean de guerra e que no estén de paz e que siem-
pre han de hablar en este proposito e aunque no se pueda escusar de no
le platicar con ellos, es bien estar avisado desto para el crédito que en
ello se les debe dar, y paresce a mi que el mas sano parescer para esto
sera el del R. P. Fr. Juan de Quevedo, Obispo del Darien, e de los clé-
rigos que están mas sin pasión e con menos esperanza de haber deUos
intereses.
10. En caso que se hayan de dar los indios encomendados a los ve-
— 41 —
cinos por navorias, habéis de facer que se guarden las ordenanzas que
para ello lleváis, porque se hau fecho con mucha información, que de
aquella manera sean mas conservados e mejor tratados e mas adotrina-
dos a nuestra santa fe católica, e por eso no se ha de disminuir dellas
ninguna cosa, antes si alguna cosa vierdes de mas de lo que en ellas se
consiente que se debe de hacer en provecho de los indios, e de su salud
e conversión, sea bien que se fagan i)ara que eUos sean mejor tratados
e vivan en mas contentamiento en compañia de los cristianos ; la resolu-
ción desto es, que todo lo que aqui e en el capitulo antes deste se dice
es para que con amor e voluntad e amistad e buen tratamiento sean atrai-
dos a nuestra santa fe católica, e se escuse forzallos e maltratallos para
eUo cuando fuere posible, porque desta manera se servirá mucho nuestro
Señor, e Yo me terne de vos por muy servido en ello,
11. Esto es mas necesario que aUa se haga asi que no en la isla Es-
pañola, porque los indios son mal aplicados al trabajo e han acostum-
brado siempre a folgar, e habemos visto que en la Española se van hu-
yendo a los montes por no trabajar, e es de creer que lo harán muy
mejor los de aUa, pues se pueden ir la tierra adelante, lo que no pueden
facer en la isla Española, e no tienen que dejar sino las casas, y por eso
paresce muy dubdoso y dificultoso que los indios se puedan encomendar
a los cristianos a la manera que los tienen en la Española, e a esta causa
paresce que sera mejor por via de paz e de concierto, aliviándolos lo
mas que ser pueda del trabajo en esta manera, que los que quisieren
estar en la paz e concierto de los cristianos, e a la obidiencia de vasallos,
e darseien, e nos sirviesen con cierto numero de personas, ya que no fue-
sen todos, sino una parte dellos como tercio o cuarto o quinto de los
que hobiere en el pueblo, o de los que toviere el cacique principal si aUi
están debajo de caciques, como están en la isla Española, y que estos
anden un mes o dos, e que se remuden e vayan a holgar e vengan otros
tantos por otros dos meses, o por el tiempo que aUa os paresciere que
serán mejor las remudas, porque fasta acostumbrarlos cuanto mas breve
se remudaren paresce mejor, e asi remudándose lo sufrirían mejor e
ternan menos peligro de morir, e si agora en los principios hobiese tanto
que hacer en coger oro en los rios como acá dicen que lo hay que no
fuese tan necesario meterlos a cavar en las minas, paresce acá que seria
bueno comenzarlos a ocupar en lo de los rios por la orden susodicha,
e después de la segunda vuelta se meterán con menos dificultad en las
minas, porque ya estaran habituados a servir aunque sea con mas
trabajo.
12. Presupuesto que en cualquier de las maneras que arriba se dice
que por via de encomendarlos, o por via de concierto se pudiere facer
que sirvan, esta bien ansi, e se sacare dellos el servicio e porvecho que
se debe sacar, mas en caso que lo uno ni lo otro no se pudiere hacer,
— 42 —
paresce otra tercera cosa, que sera que cada pueblo, segund la gente
que en el hobiere, o cada cacique, segund la gente que toviere c^da uno,
de tantos pesos de oro cada mes o cada luna, como ellos lo cuentan ; e
que dando estos, sean seguros que no se les liara mal ni daño, e tengan
en sus pueblos señales que sean para conoscer que son pueblos que están
a nuestra obidiencia, e también trayan en sus personas señales como
sean conoscidos como son nuestros vasallos, porque no les fagan mal
nuestra gente pagando su tributo, como con ellos fuere asentado, y este
mirad que se asiente de manera que sea provechoso, e porque aqui no se
l>uede señalar bien la cantidad, hacedlo lo mas provechoso que os pa-
resciere que se puede bien hacer.
13. ítem porque soy informado que una de las cosas que mas les
ha alterado en la isla Española y que mas les ha enemistado con los
cristianos, ha sido tomarles las mujeres e hijas contra su voluntad, e
usar deltas como de sus mujeres, habeislo de defender que no se haga,
por cuantas vias e maneras pudierdes, mandándolo pregonar las veces
que os paresciere que sea nescesario, ejecutando las penas en las perso-
nas que quebraren vuestros mandamientos, con mucha diligencia; e asi
lo habéis de mandar hacer en todas las otras cosas que os paresciere
nescesarias para el buen tratamiento de los indios.
14. Habéis de procurar con todo cuidado de tener ñn en lo de los
pueblos en la tierra adentro, que los fagáis en parte e asientos que os
podáis aprovechar dellos para por tierra descubrir la otra costa de la
mar, que estos indios dicen que esta tan cierta y tan cerca desta otra;
e porque de acá no se os puede dar regla cierta ni aviso particular por
la manera que se ha de tener en hacerlo, sino que la experiencia de las
cosas que alia subcedieren os han de dar los habitantes e aviso de cuando
e como se ha de facer; solamente se os puede decir esto generalmente,
que procuréis con mucha instancia e deligencia e con toda la brevedad
que pudieredes de certificaros dello, e certificado que es asi verdad, to-
das las cosas que ordenardes e hicieredes, las fagáis e determinéis con
pensamiento que os han de seguir e aprovechar para aquello, porque
habrá muchas dellas que agora sin ninguna costa ni trabajo las podáis
facer, porque no costara mas sino determinarlas que se hagan a la
parte que sean provechosas, como se lialn'n do hacer en otra parte que
no lo fuesen, de donde si después los hobieredes de mudar para este
i:)roposito seria muy trabajoso e algunos tan dificultosos, que sera impo-
sible.
15. ítem, habéis de defender por ordenanza, la cual mando hagáis
pregonar las veces que os paresciese nescesarias e en las partes que fue-
ren menester que ninguno juegue dados ni naipes ni otro juego prohi-
bido, ni tengan naipes ni dados para vender ni Ueven, so grandes penas,
las cuales mandareis ejecutar en los que los ficieren e también en los
— 43 —
que los vendieren por manera que no haya juego ninguno en la dicha
tierra; e si inventaren alguna manera de juego ninguno en la dicha
tierra, aunque no sea expresada en la dicha Ordenanza, ni en el pregón
también ge lo defended. Finalmente, la intención es que no haya ninguna
manera de juego e que jueguen cantidad para que por ello se revuelvan
e se sigan daño de los unos a los otros y escándalos e enemistades e re-
niegos e blasfemias como se suelen seguir e desto e de otra manera de
trafago de mentiras, el R. P. Fr. Juan de Quevedo Obispo del Darien
l)or su parte e vos por la vuestra habéis mucho de procurar de apartar-
los e que no vivan en ello a la manera de acá, sino que sean en ello tan
limitados, que los de la tierra puedan recibir dellos muy buen ejemplo
e procurad siempre de ocupar la gente de manera que la ociosidad no les
haga gastar el tiempo en vicios.
16. ítem, habéis de procurar e defender que ninguno de los cristia-
nos juren a Dios ni renieguen ni blasfemen e sea defendido por publico
pregón, e allende de las penas que por leyes destos reinos están estable-
cidas, es de mandar le pongan alguna pena de dinero, una al que jurase
a Dios e mayor el que dijere pese, o no creo, o descreo o renegare, e asi
al que jurase sino cuando le fuese mandado por el Juez, e estas penas
se apliquen e gasten e se conviertan en cosas que sean provecho de todos
los que alia esto vieren e de que todos ellos comunmente sean mas conten-
tos que se gasten, porque gastándose a su contentamiento, ellos las paga-
ran de mayor voluntad, e los que lo cobren lo darán e no lo encubrirán e
aunque se gasten en cosas de su placer, como en fiestas e en colaciones
e otras cosas en que a todos quepa parte, sera mejor, e ellos se obligaran
e habrán placer dello.
17. ítem, habéis de pregonar que se guarde la prematica en el ves-
tir como la Uevais a la letra e no exceda deUa nada, porque por expe-
riencia se ha visto en la Española que cuando no esta ordenado lo que
cada uno habia de traer todos o los mas de ellos ficieron en ella tanto
exceso que se destruyeron e empobrecieron e quedan muchos dellos per-
didos, e con defendergelo han tornado a remediarse.
18. ítem, habéis de hacer publicar e pregonar que sepan todos los
vecinos e moradores que alia fueren que los oficiales de Justicia no han
de hacer ejecución en bienes ni en personas de ninguno por ninguna cosa
que debieren sino fueren mantenimientos o herramientas para sacar,
cavar, coger labrar oro, e no por paño ni seda ni otra ninguna cosa,
para que cada uno vea de quien fia e no fien con esperanza que la Jus-
ticia les ha de hacer pagar, ni hacer ejecución por ello a nadie.
19. ítem, habéis de defender que no vayan a la dicha tierra ningún
letrado que vaya abogar ni procurador de cabsas e se alguno fuere, clé-
rigo o lego, que no le consintáis aUa abogar ni procurar ni aconsejar en
ningún pleito, por cuanto nos lo suplicaron los procuradores que de aUa
— 44 —
vinieron, e habernos hallado por relación e por experiencia que en la isla
Española han sido cabsa de muchos pleitos e debates que ha habido
entre los vecinos della, los cuales no hobieran sino por su industria e
consejo; pero porque no padezcan los que no supieren, vos o vuestros
Oficiales habéis de procurar de saber verdad de las cosas que ante vos-
otros se pidieren e suplir ñor lo que asi fueren, e juzgar las cosas bre-
vemente, sin términos superfinos o no necesarios e en las cosas dubdosas
procurad de concertarlos e sentenciarlo a albedrio de buen varón, por
manera que no reciban agravio, e habéis de procurar cuanto fuere posi-
ble que no haya pleito entre ellos; esto en lo civil, en lo criminal habéis
de juzgar según las leyes destos reinos, castigando por todo rigor los de
l)ecado abominable e ladrones e mortandades; en lo de los ladrones
porque si se castigasen muy reciamente los principios escarmentarse
hian otros e excusarse hian muchas muertes, que por castigar a los prin-
cipios blandamente, se han de ejecutar de necesidad; ansi podréis en
este caso de los ladrones exceder algo de las leyes destos reinos, mi-
rando en todo el descargo de nuestra real conciencia.
20. ítem, habéis de procurar de llevar labradores para que alia
prueben a sembrar la tierra e lleven su adreszo de las cosas necesarias
para ello e habéis de dar orden como llevéis trigo e cebada nuevo e trigo
tresmesino e otras simientes, aparte de lo que lleváis que vaya para sem-
brar, que sea escogido para ello, e vayan de manera que en la mar no
se dañen e se sepa claramente alia que, sino acudiere o nasciere, que no
es por defecto de la simiente, e a los labradores que lo ficieren les agais
alia en las cosas de repartimiento alguna ventaja que sea buena, en las
cosas que se dieren a los vecinos, por manera quellos sean contentos e
reciban algund provecho por su trabajo e los otros hayan gana de tra-
bajar porque con ello se haga.
21. ítem, habéis de proveer en la manera que han de tener los que
fueren a contratar e a rescatar con los indios, que no vaya ninguno sin
vuestra licencia por cédula vuestra e con sabiduría de nuestros Oficiales
e han de llevar consigo persona que lleve poder de nuestros Oficiales
para que sea veedor e vea lo que se rescata, e traya cuenta e razón dello,
porque por aquella pague a nuestro tesorero el quinto ; e si lo que se
hobiere fuese cosa de estimación, como perlas o piedras e otra cosa se-
mejante, que siendo de un genero e de un tamaño, por la diferencia de
bondad vale uno mucho mas que otro, en estas cosas han de pagar (1
quinto por una de estimación de lo que estimaren que valen, e en las
otras por numero o peso como fuere.
22. Habéis de estar muy avisado que todos los que alia están e todos
los que con vos fueren e fueren después de vos, han de tener toda liber-
tad para escribir acá todo lo que quisieren sin que por vos ni por vues-
tros Oficiales, ni por otra persona ninguna les sea tomada carta, ni
— 45 —
mandado que no escriba, sino que cada uno escriba lo que quisiere, e
si alguna persona las tomare, mandamos que ejecutéis en ellos las penas
que de derecho se deben ejecutar, e si por vuestro mandado se ficiere, os
certifico mas, que demás de lo que de derecho se debe hacer mandare-
mos que se provea como cosa en que nos tenemos por deservido e ha-
biendo mucho enojo.
23. Asimismo, con los vecinos que alia se avencindaren, si acá qui-
sieren venir durante los primeros cuatro años que han de residir para
ganar sus haciendas, dejando sus faciendas, habeisles de dar licencia
e después asimismo les dad licencia para que vengan e gocen de sus
haciendas e no se lo impidáis ni estorbéis, sino fuese acaso que los ho-
bierdes menester para alguna cosa que quisiera desfacer, por quince
veinte o treinta dias o mas fasta dos meses, los podéis detener, pero
pasado el termino de la nescesidad que dellos teniades,les deis libremente
su licencia para que se vengan como quisieren.
24. En todas las cosas arduas que conciernan a la buena goberna-
ción de la tierra e pueblos della, e al bien común de los vecinos, las de-
béis platicar e comunicar con el R. P. Fr. Juan de Quevedo, Obispo del
Darien, e con nuestros oficiales tesorero e contador, e oficial, porque con
acuerdo de todos se hagan, e asi cuando estubierdes juntos en un lugar
demás de lo que escribieren particularmente de lo que toca a sus cargos
cada uno, las cosas generales que tocan a toda la comunidad las debéis
escribir vos e los oficiales juntos, porque por relación de todos conforme
las sepamos, e se provea como al bien de todos conviene.
25. Por ende Yo vos mando que conforme a la dicha instrucción e
declaración de suso declarada e contenida fagáis e cumpláis, e fagáis
facer e cumplir e guardar todas las cosas en ella contenidas a los que
en la dicha armada fueren, asi por mar como por tierra, después que
con la buena ventura hayáis llegado a ella ; e si otras cosas algunas
conviniere hacerse para el bien e pacificación e población del dicho
viage e de la dicha tierra, demás de las contenidas en la dicha instruc-
ción que aqui no van declaradas ni especificadas, por no tener entera
relación ni noticia acá dellas, habeislas vos de facer e ordenar con el
cuidado e fidelidad e buena diligencia que Yo de vos confio, e después
de asi ordenadas e acordadas enviármelas eis para que Y''o las mande
ver y aprobar las que viere que son tales, e las que no se enmienden e
fagan como convengan. Fecha en VaUadolid 2 de Agosto de 513. — Yo
el Rey.
— 46 —
16
(Año de 1513. — Agosto 9, Valladolid). — Real cédula á Pedrai-ias Dávila para que
haga justicia á Juan de Quincedo de los agravios que dice le ha inferido Vasco
Núñez de Balboa.— fJ. de /., 109-1-5).
El Rey. — Pedrarias Dauila Nuestro Capitán general e governador
de la tierra que se solia llamar firme e agora mandamos llamar Castilla
del Oro o vuestro alcalde mayor de la dicha tierra; Juan de Quincedo
vezino de la villa de Santa Maria del Antigua del Darien ques en la
dicha tierra de Castilla del Oro e vezino della me fizo relagion que es-
tando en la dicha Villa el con su muger e casa poblada con vezino e
poblador, vn Vasco Nuñez de balboa que ha sydo alcalde en la dicha
Villa le ha fecho muchos agravios e excesos en especial quel dicho Bal-
boa con los otros de la dicha Villa yendo a entrar la tierra adentro e
quedando el dicho quincedo en el pueblo a lo guardar con otros diz que
nunca le ha querido dar ni ha dado parte de ninguna cabalguadas que
fazia asi de oro como de Yndios e ropa e otras cosas según se solia dar
e diz que dio a otros que asy quedauan con el dicho Juan de Quincedo
en la entrada de dicho pueblo, e que asi mismo le fue dado vn solar
en la dicha Villa e que estando labrando en el vna Casa el dicho balboa
se la quito e diz que avnque muchas vezes le requirió le diese parte de
las dichas cabalguadas no lo quiso fager, suplico le mandase desagraviar
e como la mi merced fuese, por ende yo vos mando que veáis lo susodi-
cho 6 llamadas e oydas las partes a quien tocare lo veades y averiguedes
bien gierto e de manera que el dicho Juan de Quincedo no reciba agrauio
de que tenga razón de quexarse e mando que se tome razón desta mi
Qedula en la nuestra Casa de la Contratación de las yndias que reside
en la Cibdad de Seuilla por los nuestros Oficiales della fecha en Valla-
dolid nueve dias del mes de Agosto de 1513 años. — Yo el Rey. — Con-
chillos.
17
(Año de 1513. — Agosto 9, Valladolid). — Real cédula á Pedrarias Dávila para que
haga justicia á Rodrigo Colmenares de los agravios que dice le ha inferido
Vasco Núñez de Balboa. — f"^. de I., 109-1-5).
El Rey. — Pedrarias dávila nuestro Capitaoa general e governador de
la tierra que antes se Uamaua firme e agora mándela Uamar Castilla del
— 47 —
oro Rodrigo Colmenares me fizo relagion que estando en Santa Maria
del Antigua que es en la prouincia del darien en la dicha tierra del oro
un Vasco Nuñez de balboa Alcalde que ha sido en la dicha Villa de
Santa Maria del Antigua del darien le ha fecho muchos agrauios e sin
razones e después suplicóme vos mandase que le desagraviasedes dellos
e como la mi merced fuese por ende yo vos mando que veades lo susodi-
cho e Uamadas e oydas las partes susodichas fagades e administrades
al dicho Rodrigo de Colmenares entero conplimiento de Justicia por
manera quel no reciba agrauio e ninguna de las partes tenga razón de
quexarse e mando que se cumpla asy tomando primeramente la razón
desta mi Carta en la Casa de la Contra gion de las Yndias que reside
en la Cibdad de Seuilla fecha en Valladolid a nuebe dias del mes de
Agosto de M. D. XIII años. — Yo el Rey. — ConchiUos.
18
(Año de 1513.— Septiembre 29, Madrid). — Los caballeros é hidalgos y hombres de
bien qae se hallaron en el descubrimiento de la mar del Sor con el magnífico
y muy noble señor el Capitán Vasco Núñez de Balboa, Gobernador por Sus
Altezas en la Tierra firme, son los sigwientes.— (Historia de las Indias, por
Gonzalo Fernández de Oviedo, lib, XXIX, cap. 111).
Primeramente el Señor Vasco Nuñez y el fue el que primero de todos
vido aquella mar e la enseño a los infrascriptos.
Andrés de Vera, clérigo.
Francisco Pigarro.
Diego Albitez.
Fabián Pérez,
líornardino de Morales.
Diego de Texerina.
Chripstobal de Valdebuso.
Bernardino de Cienfuegos.
Sebastian de Grijalba.
Francisco de Avila.
Johan de Espinosa.
Johan de Velasco.
Benito Duran.
Andrés de Molina.
Antonio de Barcaldo.
Pedro de Escobar.
Chripstobal Daga.
Francisco Pesado.
— 48 —
Alonso de Guadalupe.
Hernando Muñoz.
Hernando Hidalgo.
Johan Rubio de Malpartida.
Alvaro de Bolaños.
Alonso Ruiz.
Francisco de Lugena.
Martin Ruiz.
Pascual Rubio de Malpartida.
Francisco González de Guadalcama.
Frangisco Martin.
Pedro Martin de Palos.
Hernando Diaz.
Andrés Gargia de Jaén.
Luis Gutiérrez.
Alonso Sebastian.
Johan Vegines.
Rodrigo Velazquez.
Johan Camacho.
Diego de Montehermoso.
Johan Matheos.
Maestre Alonso de Sanctiago.
Gregorio Ponge.
Francisco de la Tova.
Miguel Crespo.
Miguel Sánchez.
Martin Garcia.
Chripstobal de Robledo.
Chripstobal de León, platero.
Johan Martínez.
Valdenebro.
Johan de Bras Loro.
Johan Ferrol.
Johan Gutiérrez de Toledo.
Johan de Portillo.
Johan Garcia de Jaén.
Matheo Locano.
Johan de MedeUin.
Alonso Martin, esturiano.
Johan Garcia, marinero.
Johan Gallego.
Francisco de Lentin, siciliano.
Johan del Puerto.
- 49 -
Pedro Fernandez de Aroclie.
Nuflo de Olano, de color negro.
Pedro de Orduña.
Francisco de Arias,
Andrés de Valderrabano, escribano de Sus Altezas, en la su corte y
en todos sus reynos e señorios, estuve presente e doy fee dello, e digo
que son por todos sessenta y siete hombres estos primeros chripstianos
que vieron la mar del Sur con los quales yo me halle e cuento por uno
dellos : y este era de Sanct Martin de Valdeiglesias.
19
(Año de 1514. — Enero 14, Madrid). — Real cédula á Pedrarias Dávila que haga jus-
ticia á, Rodrigo de Colmenares de los agravios que dice le ha inferido Vasco
Núñez de Balboa.— í"^. de I., 109-1-5).
El Rey. — Pedrarias de Auila nuestro Capitán general y governador
de Castilla del Oro o vuestro alcalde mayor, Rodrigo de Colmenares
por sy, y en noubre de otros vesynos de la villa del Darien que es en Ja
dicha Castilla del oro me Uso relación que después quel partió de la
dicha ViUa Vasco Nuñez de baluoa alcalde mayor della diz que por que
se mostravan Seruidores nuestros les quito ciertos yndios y algunos de
los susodichos fizo prender y los ha maltratado de que diz que an res-
gibido mucho agravio e daño e me suplico e pidió por merced lo man-
dase proueer e remediar como la mi merced fuese por ende Yo vos mando
que veades lo susodicho e llamadas e oydas las partes hagades e aminis-
tredes a los susodichos entero conplimiento de Justicia de manera que
ellos no resgiban agrauio de que tengan razón de se quexar e mando
que se tome la razón de esta mi Carta en los libros de la Casa de la
Contratación de las Yndias de Seuilla fecho en Madrid a XIIII" de
henero de D. XIIII" años. — Yo el Rey. — Señalada del Obispo.
20
(Año de 1514. —Junio 26, Sevilla). — Sebastián de Ocampo siibstituye en Alonso de
No3'a y en Cobos, Oficiales del Secretario Lope de Conchillos, el poder que te-
nía de Vasco Núñez de Balboa para negociar con Su Alteza.— f^rcTi. de Proto-
colos de Sevilla, Escribanía pública de I). Manuel de Sigura, año 1505, lib. 2.")
Sepan quantos esta carta vieren como yo sevastian de Ocampo es-
tante que soy ensta ^ibdad de seuilla en nonbre y en boz de Vasco uuñes
de Valboa capitán que fue de su alteza en tierra firme e por virtud del
poder que del (ten) digo tengo el qual me (otorgo ante gierto escriuano
4
— BO —
publico de tierra firme el qual dicho poder agora esta en poder del señor
lope conchiUos secretario de su alteza el qual dicho poder es para giertas
cosas en el contenidas que yo truxe por comysion suya (de su alteza) pa
negociar con su alteza (otorgo e conosco que sostituyo e lago ciertos
pr.co Sustitutos en my lugar e en el dicho nonbre e do my poder con-
plido seguud que lo yo he tengo e de derecho mas deve valer a alonso de
noya mercader v° desta yibdad de seuyUa en la collación de sant marcos c
a (Hay un espacio en blanco) cobos (otigiales del dicho señor secretario
lope conchillos ambos a dos juntamente e a" cada vno dellos por sy ynso-
ledum espegialmente para que por my e en nonbre del dicho (sevastian de
(ocampo) vasco nuñes de balboa pueda paresger e paresca ante su al-
teza e ante qualesquier personas que con derecho devan e pueda JSego-
9iar e solicitar con su alteza e con qualesquier personas que convengan
todas las cosas e casos en la dicha carta de poder contenydos e non mas
nin ijara mas e pueda gerca dello faser e íaga todos los abtos e diligen-
cias e todas las otras cosas e cada vna deltas al caso convynientes e
pertenesyientes e que yo mysmo enl dicho nonbre faria e faser podria
presente seyendo aunque sean tales e de tai calidad que segund dere-
cho demanden e liequyera aver en sy (otro my mas especial poder e
mandado e i^resengia personal e quand conplido e bastante jjoder yo he
e tengo para lo que dicho es e para cada vna dello tal e tan conplido
e bastante lo (otorgo e do a los dichos alonso de noya e (Hay otro espa-
cio en blanco) cobos e a cada vno deüos por sy con todas sus yngiden-
9ias e dependencias e conexidades e (otorgo e prometo de lo aver por
ürme e de non yr contra ello uyn contra parte dello so (obligación que
fago de (my) la persona e bienes del dicho vasco JS'uñes en cuyo nonbre
lo yo fago fecha la carta en seuiila estando en las casas de la (roto) del
dicho al" de, noya que son en la dicha cibdad de seuiila en (roto) coUion
de Sant marcos lunes veynte e seys dias del mes de (Jullio) Junio año
del Nascimy" de JS^uestro Saluador chuxpo de mili e quynientos e catorze
años e por que no pudo firmar por estar enfermo e ñaco firmaron por el
los testigos de esta carta — p° fernandes escriu" d eseuy* — xptoual dias
escriu" de seuy*. — (Ambos con sus rúbricas).
21
(Año de 1514.— Junio 2C>, Sevilla).— Escritura por la que Sebastián de Ocampo hace
donación á Alonso de Noj'a de una muía y cuarenta ducados de oro para que
negocie en la corte los asuntos de Vasco Núñez de Balboa. — (Arch. de Froto-
culos de Sevilla, Escribanía pública de D. Manuel de Sigura, año 1514, lib. 2.°)
Sepan quantos esta carta vieren como yo sevastian de (ocanpo es-
tante que soy eusta gibdad de seuiUa (otorgo e conosco a vos alonso de
— Bl —
noya mi primo v° que soys desta gibdad de seuilla en la collion de sant
marcos questades absenté bien ansy como sy fuesedes presente que por
quanto yo tenya gierto poder de vasco Nuñez de valboa capitán que fue
de su alteza en tierra firme que me dio e otorgo pa soli§itar en su nou-
bre con su alteza giertas cosas el qual dicho (el qual dicho) poder yo
dexe en poder de lope conchiUos secret." de su alteza/, e yo en nonbre
del dicho Vasco Nuñes vos sostituy el dicho poder a vos e a cobos
oficial del dicho señor secretario para quen my lugar y en nonbre del
dicho Vasco Nuñes pudiesedes negogiar e soligitar con (roto) teza e con
otras qualesquier presonas que fuere nesgesario todas las cosas en la
dicha carta de poder conteuydas segund que mas largamente se contiene
en el dicho poder e sostitugion que vos ñze e otorgue que paso ante miguel
sygura escriuano publico de seuilla (oy dia de la fecha desta carta por
ende yo (otorgo e prometo e me (obligo de vos dar para vuestras costas
e espensas que en la dicha Negociación aveys de poner segund que en
vn memorial e yustrugiou que yo vos daré para lo susodicho se couterna
vna my muía pardilla que yo tengo ensyllada e enfrenada e mas qua-
renta ducados de (oro para que la dicha muía e los dichos quareuta
ducados de oro lo ayais todo el dicho alonso de noya para vos como pro-
I)ia cosa vuestra i)or Razón del diclio vuestro tributo e costas los quales
dichos quarenta ducados de (oro yo quiero e he por bien e mando a
Yn° de oñate platero vecino desta gibdad de seuilla que) vos los de e
pague luego como vos el dicho alonso de noya vinierdes a esta (desta)
C'ibdad de seuilla e que vos los de para la dicha negociación e que los di-
chos quarenta ducados de (oro sean los que a el le sobran en su poder
sacados los seysgientos ducados que yo tengo dexados e mandados
para vna my capellanía que tengo dotada e mandada en my testamento
que fize e otorgue ante miguel sygura escriuano publico de seuilla e que
ansi dando vos los dichos quarenta ducados de (oro como dicho es
mando que le sean Rebebidos en cuenta al dicho Yn° dónate délos pesos
de (oro que en su poder tiene mios e mando e quyero que no se entienda
perjudicar ni estorvar en cosa alguna la data de los dichos quareuta
ducados de (oro quel dicho Yn° dónate vos ha de dar como dicho es// de-
zid que vos el dicho alonso de noya (yo) me deve ques yinquenta duca-
dos de (oro quen my testamento tengo declarados porque aquellos los
ha de cobrar el dicho Yn° dónate de vos el dicho alonso de no (ya) noya
al tienpo que los aveys de pagar para cunplir lo que yo tengo declarado
en my testamento e que ansi Rdos. los dichos quarenta ducados de (oro
e la dicha muía seays (obligado vos el dicho alonso de Noya a yr a fager
luego la dicha negociación a (de) la corte de su alteza e de poner en eUa
toda la diligencia que convenga e sino quysierdes vos el dicho alón (roto)
so noya abcetar de yr a facer lo susodicho quyero que non vo (roto)
sean dadas nin pagados los dichos quarenta ducados de (oro ny la dicha
— 52 —
milla e (otorgo e me (obligo de tener e conplir todo lo aqiii contenydo e
cada vna cosa dello en tiempo alguno nin por alguna manera e si contra
ello fuere (o vinyere (e lo no cunpliere como dicho es que yo que vos
de e pague e peche ginquenta mili mrs. por pena e por postura e por
pura promisión e (so legua) estipulación e convenengia valedera e so-
segada que con vos el dicho alonso de noya mi primo fago e pongo con
todas las costas e minsiones e dapños e menoscabos que (con) vos (o
(otro por vos fizierdes e Regibierdes e se vos Recrecieren sobrestá Razón
e la dicha pena pagada (o non pagada que todo quanto ensta carta dize
e cada vna cosa dello vala e sera firme estable e valedero en todo e por
todo segund que aquy se contiene e demás desto sy lo yo ansy non pa-
gare e cunpliere como dicho es por esta carta do e (otorgo libre e lle-
nero e cuuplido poder (a qualquyer alcalde (o juez (o alguazil (o ballest"
(o portero an e) a qualesquyer alcaldes e juezes e justigias de qualquyer
fuero e jurisdigion que sean ante quyeu esta carta fuere mostrada e
della e de loeulla qd.° fuere pedido e demandado conplimy" e exesecu-
gion para que por todos los Rem°s e fuerzas del derecho me costringaii
e apremyen a lo ansy pagar e thener e guardar e conplir como dicho
es esecaümdo my persona e bienes por todo lo aquy contenido e por la
dicha pena ecostas si en ella cayere queriendo vos yr (yo) a conplir lo
aquy cotenydo sobre lo qual Renuncio toda apelagion algada e visüi e
suplicación e agravio e nulidad lo qual quyero que me non vala ensta
Razón en jui° nin fuera del en tienpo alguno nin por alguna manera e
para lo ansy thener e guardar e conplir como dicho es (oblygo a my per-
sona e bienes avydos e por aver fecha la carta en seuilla estando en las
casas de la morada de alonso de noya lunes veynte (roto) seys dias del
mes de Junio año del nascimiento de nuestro Saluador Chuxpo de mili
e quinyentos e catorce años e por que no (supo) pudo firmar (de) con su
flaqueza e enfermedad firmaron por el los testigos desta carta testigos
que fueron presentes p° fernades e x°ual dias e alonso guerrero. — p° fer-
nandes escriuano de seuilla. — xp^ual dias escriuano de seuilla. — (am-
bos con sus rúbricas).
22
(Año de 1514.— Agosto 19, Valladolid). — Real cédula á las Autoridades y vecinos de
Santa María la Antigua del Darien manifestándoles que serán remunerados por
sus servicios y que se concederán mercedes á Vasco Núñez. — (A. de I., 109-1-5).
El Rey. — Alcaldes Regidores e omes buenos de la villa de Santa Ma-
ría del antigua del darien Vy vuestra letra de doze de Margo de este
— 53 —
presente año y la letra que clezis que me escreuistes cou Sebastian d(i
Canpo lie recibido e asy mesmo lo que me enbiastes a suplicar con vues-
tros procuradores Rodrigo de Colmenares e Juan de Quiucedo ya de-
fuuto lo qual yo mande despachar e hize a esa Villa las mercedes que
avreis visto e asy tengo voluntad degelas hazed y que los que aveys
trauajado cou la obligación y en lo del descobrir con Vasco Nuñez de
Valuó seays remunerados e gratificados e regibais por ello mercedes,
y en lo que dezis de lo mucho que nos ha seruido Vasco Nuñez y de la
abylidad que tiene para seruir en esas partes mas que otra ninguna
persona, Yo tengo por gierto quel ha seruido bien y que tiene la volun-
tad que dezis e asy lo fauorecere e fare mercedes y en lo de la gouerna-
cion desa tierra ya quando esta recibieredes avra llegado alia pedrarias
dauila que enbyamos por nuestro Capitán general y gouernador desas
partes tenedle por tal y obedecedle como a nuestra persona porque de
aquello sea yo seruido y en las cosas que os ocurriese e que ouiesedes
menester requerirle, que yo le enbyo a mandar que en todo os fauorezca
y trate como vuestros seruicios merecen en lo demás que escreuis porcpuí
venido Arbolancha aquien esperamos para despachar las cosas de ay res-
pondere y mandare proueer lo que convenga. De Valladolid a XIX dias del
mes de Agosto de quinientos y catorze años. — Yo el Rey. — Refrendada
del Secretario Conchillos. — Señalada del Obispo de Burgos.
23
(Año de 1514.— Agosto 19, Valladolid).— El Rey comunica á Pedrarias Dávila que
iba de camino para Castilla del Oro el descubrimiento de la mar del Sur por
Vasco Núñez de Balboa y le da instrucciones para poblar }' seguir los descu-
brimientos.—fyl, de 1., 109-1-5).
El Rey. — Pedrarias de Avila nuestro governador e Capitán general
de Castilla del oro vi vuestra letra fecha del puerto de la Gomera a
VII de mayo pasado con que folgue en saber que Vos con doña Ysabel
vuestra muger y con toda el Armada aviades llegado alli en salvamento
y como ya os haziades a la vela/ espero en nuestro Señor que quando
esta se escribe esteys arribados a Castilla del Oro con mucha salud y
avreys ávido tan buen viaje como todos deseamos de ay adelante syeni-
pre estare en cuydado hasta saber de vuestra buena llegada/ especial
después que vinieron vnas letras de Vasco Nuñes de Valboa que por nos
tenia cargo de la Capitanía y governacion de esa provingia de Nuestra
Señora del Darien nos escriue en que nos haze saber lo que ha descu-
bierto en tierra nueva a la parte de la mar del Sur de que damos mu-
— 54 -
chas gracias a nuestro Señor que paresge que milagrosamente nos quiere
hazer merced de nos dar en nuestro tienpo cosas que tan encubiertas y
perdidas estavan/ y de donde espero que ha de ser muy seruido e nues-
tra Santa fee Católica ensalcada e avmentada, avreys llegado al mejor
tienpo del mundo porque con aver comentado Vasco Nuñes a descubrir
lo que hallo e la ynformacion que alia podreys saver desas partes po-
dreys muy bien proueer todo lo que convenga y avn que no he Visto
toda la relación que Vasco Nuñes nos enbia con las muestras que traen
de lo que se halló/ porque la dilagion podria traer algún ynconviniente
y con brevedad se provea en todo lo que enbió entretanto que lo demás
llega. Lo que me paresge que alia se deue hazer es/ alia avreis sabido
como Vasco nuñez llego hasta descobrir la mar del Sur/ sera bien que
por la mas corta parte y menos fraguosa y que mejor sea probeyda y
bastecida se hagan desde la villa de nuestra Señora Santa marya del
Darien hasta la dicha mar del Sur tres o quatro Asyentos en las partes
que i)ares5iere mas probechosas en el golfo de Vrava para atrauesar y
ollar la tierra de la vna parte a la otra y donde con menos diñcultad
la gente pueda andar y en los lugares que paresgiere que son mas sanos
y tengan buenas aguas y asientos conforme a la ynstrucgion que lle-
vastes y el asyento que se ouiere de haser en el golfo de Sant miguel
en la mar del Sur deve ser en el puerto que mejor se hallare y mas con-
venible para la contratación de aquel golfo y porque según lo que Vasco
Nuñez escriue serian muy necesarios que ally aya algunos navios asy
para descobrir las cosas del golfo y de la comarca del como para la
contratación de rescates y de las otras cosas nesgesarias al buen prouey-
miento de aquello y para questos navios aprouechen es menester que se
hagan alia Yo vos mando que si con vos llevastes maestros que los sepan
hacer deys orden como en el Asiento que se hiziere en el dicho Golfo
se hagan luego tres o cuatro caravelas al modo del Andaluzia las dos
y las otras dos pequeñas latynas como las de Portugal de hasta onze
o doze toneladas y puesto que tengo por gierto que con vos llevastes
maestros para haser los dichos navios por que en la prouisyon desto va
mucho enbyo a mandar a los nuestros oñgiales de la Casa de la contra-
tación de las yndias que resyden en Seuilla que luego os enbien los ofi-
ciales y materiales que fueren menester para hazer los dichos Navios
por que en esto no aya dilación ni se pierda tienpo por que ynporta
mucho hazerse con brevedad los dichos Navios asy para que siman en
lo susodicho como para que por aquella parte en breue tienpo se descu-
bra todo lo que se pudiere descobrir y esto del descobrir deveys enco-
mendar a personas discretas y que sepan dello, tales oue se les deva con-
fiar y que entiendan en ello con toda diligencia y linpieza que por ver
quanto esto conbiene que se prouen. Vna de las causas por que con bre-
vedad mando despachar las dos Caravelas que van con bastimentos con
— 55 —
quien enbyo la presente es después de querer saber de vuestra llegada
y de lo que en el Viaje os ha subgedido y de proueros de bastimentos
por que se puedan luego hazer los dichos Nabios por esto por ser serui-
9Í0 mió que entendays luego como esta recibieredes en ello con mucha
prontitud.
Ame parecido muy bien la manera que Vasco Nuñez tubo en el tratar
los Caziques e yndios que hallo de fazerlos de pazes por ser como fue
con tanta tenplanza y dulzura y dexar los Caziques Pacíficos que fue
muy mejor esso que no fazerlo por riguridad ni fuerza y seré muy
seruido que vos proueais y tengáis mucho cuidado para que con toda
pacificación e por bien e paz e con muy buen tratamiento sean atraidos
los yndios a nuestro servicio y que se escuse todo rigor y fuerza y los
daños que la gente acostumbra hazer porque sera dañar mucho a su
Converssion y que sienpre anden alterados y con boluntad no bengan
ni estén a nuestro seruÍQÍo y sera causa que tomen mala opinión a los
Cristianos y nunca ternan boluntad para convertirse y porque como
sanéis la gente es mas ynclinada a aprouecharse como quiera que pueda,
que no a la conseruagion de las cosas del seruigio de nuestro Señor y
nuestro como es este y por poco prouecho podría hacer mucho escán-
dalo de que viniese mucho daño e ynconueniente parí? lo de alia deveis
de tenr especial cuidado en castigar con todo rigor f/ualquiera persona
que fuere causa de algún atreuimiento quanto a lo susodicho y les deis
tal pena que a ellos se castigo y a otros exemplo y ".os yndios conozcan
que se les da por aquella causa y ellos estén sosegadf s y no tengan temor
para los de adelante que todo sera bien menester según la calidad de
alguna de la gente que con vos passo que fue de los soldados que an
estado en Italia que como vos sanéis son vsados a muy malos vicios y
malas costumbres y con esto abra algún trauajo pero aueis de tomar
para remediarlo pues saueis quanto conuiene.
Asy mesmo aveys de tener mucho respeto a la conversyon de la
gente e a que se enpleen en esto las personas eclesiastycas para que con
el buen cuydado e diligencia destos e con el buen tratamiento que hagan
los legos sean los yndios tratados de manera que no se escandalizen los
cristianos e sy en esto o en el seruicio de las Yglesias e oficios diuinos
ouiere algún defecto terneys cuydado de me avisar para que de acá se
prouea y remedie todo lo que paresciere que convenga y vos debeys syen-
pre tratar muy bien y honrrar al Obispo y a las otras personas ecle-
syasticas que alia ouiere guardando vuestras preheminencias de gouer-
nador y Capitán general de manera que todos conozcan que entre voso-
tros ay mucha conformidad en todas cosas porque sera de mucho fruto
asy para la gente que de acá va como para los que alia están.
Porque como sabeys a las tierras que nuevamente se descubren syen-
pre avemos mandado ponerles nonbres, my voluntad es que lo que des-
— 56 -
cobryo el dicho Vasco Nuñez en Castilla del Oro se llame desde algunas
bertientes de las syerras y montañas questan en la costa de Veragua
adelante liazia la mar del Sur tierra nueva a la parte del mar Sur/ asy
vos mando que alia se nonbre e desde las dichas partes la faced señalar
e amojonar e fazed saber a todos como nuestra voluntad es que asy se
nonbre e asy la nonbrad e llamad de aquy adelante.
Vasco nuñez me escriuio como tornaba a descubrir lo que mas pudiese
por aquellas partes avisarmeys de lo que le ha subgedido en este se-
gundo viaje y de lo que de nuevo se supiere que vos aveys de tener mucho
cuydado de procurar y saber y descobryr todas las cosas de aquella
tierra y de la mar del Sur por que quanto mas en breue tienpo se su-
piere sera muy mayor bien y por que por la relación y ñgura de lo des-
cubierto que acá enbyo Vasco nuñez no se puede byen entender ni con-
prehender lo que asy se haUo y decobrio deveys prouer que se hagan las
figuras de manera que los nonbres deUas conformen con la relagion y
que por lo vnos y por los otros se pueda entender y que todo sea vno
y tanbyen trayga sus runbos con la costa que antes estaua descobierta/
y deveys mandad de nuestra parte espresamente y solas penas que os
paresgiere que nynguno sea osado de mudar ni muden los nonbres de lo
descobierto hasta agora en la costa Uraba y Veragua syno que los mis-
mos nonbres que les pusieron los descobridores aquellos mismos tengan
y asy se Uamen y no de otra manera y que tanbyen en esta otra parte
de la mar del Sur se les pongan los mismos nonbres que primero les pu-
sj'eron porque a causa que en lo que agora descobrieron pornian en vna
parte los nonbres de los Caciques y en otra el de las tierras no se puede
entender.
Por que según Vasco Nuñez escriue aUa ay necesidad de bastimentos
por no se aver podido aprovechar de los de la tierra deveys poner muy
gran cuidado en que aya mucha guarda en los bastimentos que llevas-
teis de respecto que se gasten con toda borden porque con aquellos y
con los que de acá fueren se ha de suplir la nesgesidad asta que pla-
ziendo a Dios aya probecho de los de la tierra.
Basco Nuñez como haUa abréis sauido nos a seruido muy bien asi en
lo que a descubierto como en todo lo demás que aUa se a ofrecido y yo
le tengo por muy buen seruidor y mucha voluntad de la fauorecer y
hazer merced como es razón y sus seruicios lo merezen por ende yo vos
mando y encargo que vos le tratéis muy bien y le fauorezcais y en
todo la que lo tocare y asi en lo que hubieredes de proueer sera bien le
deis parte y se lo comuniquéis porque por la mucha experiencia que
deUo aUa tiene y con la voluntad que nos sirue no puede dexar de acer-
tar en todo y a vos os aprouechara y a mi me fareis mucho plazer e
seruicio.
Tanbien os encomiendo a todos los que con el se han hallado en los
— 57 —
caminos que han hecho en nuestro seruicio qne quien tantos trauajos ha
pasado razón es que sean remunerados j gratyficados en todo lo que
ouiere lugar y de todo esto os torno a encargar tengáis muncho cuydado
de manera que en vuestra obra vean la voluntad que yo tengo de los
favoresger y facer mercedes.
Con la presente bos envió traslado de ciertos capítulos de vna carta
quel dicho basco nuñez me escriuio que ban señalados de Lope de Con-
chillos mi secretario, ved todo aquello e ynformaos mas largamente del
dicho vasco nuñez y de las otras personas que vieredes que conuenga.
Y probed en ello lo que paresgiere que mas cunpla y en lo que ally
dize de los yndios de Caribana y de la culata del golfo de Uraba ávida
vuestra ynformagion proceded contra ellos de terminando el negocio
con aquerdo de letrados conforme a la ynstrugion que lleva stes y a la
determinaQion que acá hizieron los letrados de manera que yo quede syn
cargo de congiengia pues que con remitirlo a que lo hagáis conforme a
aquello yo descargo.
Por una letra que me escriuen los oficiales que tenemos en la ysla
española paresge que entre otras cosas que enbyan para la provysion de
Castilla del oro van quinientas bateas para sacar oro aveys de tener
cuydado en mandar que con ellas se saque oro para nos e syno siuieren
en esto miréis que se tome asyento con los que labraren con las dichas
bateas que demás del quinto que nos son obligados a dar den la parte
que os paresgiere por las dichas bateas.
De todas las otras cosas que tocan a nuestra hazienda y seruigio vos
encargo tengáis el cuydado que yo de vos espero pues desde acá no se
os puede mandar t<^n particularmente lo que alia se ha de hacer y siem-
pre me escreuid muy largo de todas las cosas de alia porque como son
nuevas para entenderse es menester larga razón benido Arbolancha que
espero cada dia/ os escriuire lo que mas ouiere que dezir de Valladolid
a XIX dias de agosto de quinientos e catorze años.— Yo el Key.— Refren-
dada del secretario ConchiUos señalada del Obispo de Burgos.
24
(Año de 1514. - Agosto 19, Valladolid). - El Rey acusa recibo á Vasco Núñez de las
cartas en que le comunicaba el descubrimiento de la mar del Sur y le ofrece
mercedes.— f .4. de 1., lib. de Tierra firme, año 1513, fol, 168).
Basco nuñez de balboa Miguel de pasamonte nuestro tessorero gene-
ral de las yndias me enuio dos treslados de vnas letras buestras que le
ynuiastes que decis que son como las que me escriuis fechas de doce de
— 58 —
margo deste prei>ente año que trae arbolaneha y el diclio tesorero me
escriue lo demás que vos a el le escriuis y suplicándonos por lo que os
tocare, y porque arbolaneha avn no es Uegado y espero a su venida para
mandar proueer en todo lo de aUa y en lo que a vos os toca esta sola-
mente sera para deciros lo mucho que e olgado de ver buestras cartas y
en sauer las cosas que aueis descubierto en esas partes de tierra nueva
de la mar del sur y del Golfo de san niiguel, de que doi muchas gracias
a nuestra señor y asi espero que sera todo para su seruicio, a bos os
agradezco y tengo mucho en seruicio lo que en ello aveis trauajado y fe-
cho que a sido como de muy cierto y berdadero seruidor y ümbien tengo
en seruicio a todos los que cou bos fueron aquel biaje los trauajos e ne-
cesidades de hanbres y dolencias que con ellos pasastes y pues a sido en
tanto seruicio de dios y nuestro y bien y vtilidad destos Reynos tened es-
peranza que a bos y a ellos a de ser bien gratificado y remunerado y que
yo siempre abre respeto a buestros seruicios y suyos para que reciñáis
las mergedes y en lo que a vos toca yo lo haré delmanera que bos seáis
onrrado y buestro seruicios se gratifiquen, que porcierto yo tengo bien
conocido que en todo lo que abéis entendido lo aueis hecho muy bien y
ame parecido bien la manera conque en aquel camino tratastes los cazi-
ques e indios de aquellas prouincias, porque aquel buen tratamiento y
dulzura y dejarlos de paz sera causa para qve alli y en todas i^artes se
haga lo que a nuestro seruicio cunple, quando buestras letras Uegaron
ya Pedrarias era partido con el armada que mandamos fazer para esa
tierra de CastiUa del oro de que el ba por nuestro capitán general y go-
bernador deUa, agora le escriño que mire mucho jjor buestras cosas y
os fauorezca y trate como a persona a quien yo tengo tanta voluntad
de fazer merced y tanuien me a seruido y sime y tengo por cierto que
el asi lo hará, bos por mi seruicio entanto que bos enuio a mandar en lo
que me aueis de servir nue sera presto, placiendo a dios, ayudadle y
aconsejadle en todo lo que hubiere de hazer, con la buena voluntad f;
manera que hasta aqui lo aveis fecho y como yo de vos lo espero y avn-
quel no pregunte todas las cosas bos tened cuidado de le anisar y acon-
sejar lo que bieredes que conuiniere que el haga, y en lo de la fortaleza
y de las otras cosas que os pareciere que aUa se deben fazer e proueer y
en lo de los carriles que higistes que os tengo en mucho seruigio, comu-
nicadlo con Pedrarias porque yo le escriño sobre eUo para que aUa se
haga lo que pareciese que mas cumple y porque breuemente mandare des-
pachar lo demás con lo que a bos toca para entonces quedare lo que en
esta se dejara de degir. — De VaUadolid a 19 de Agosto de 1514 años. —
Yo el Rey. — Refrendada del Secretario ConchiUos. — Señalada del Obispo
de Burgos.
— 59
26
(Año de 15U.— Septiembre 23, Valladolid). — Real cédula á los vecinos de las pro-
vincias de Panamá y Coiba participándoles haber nombrado Gobernador de
ellas á Vasco Núñez de Balboa.— T-á. de 1., 109-1-5).
D.*" Jiiauíi etc. — A vos los con(^ejos Justicias regidores caballeros escu-
deros oficiales e ornes buenos de las ^ibdades e villas e logares que al pre-
sente ay e se poblaren de aqui adelante en las prouingias de panamá y Coy-
ba que son en la tierra nueva aguas vertientes de la mar del Sur que es
desde lo alto de las montañas y sierras que responden a la parte del norte
sobre la costa de Veragua y de las aguas vertientes de las dichas montañas
y sierras hazia la mar del Sur e a cada uno de vos: Salud e gragia Sepades
que nos entendiendo ser cunplidero a servicio de Dios nuestro e a la exe-
cuQion déla nuestra justicia e a la paz y sosiego y buena gonernagion desas
dichas prouingias nuestra merced e voluntad es que Vasco Nuñez de Valboa
nuestro adelantado de la dicha costa del Sur tenga por nos la gonernagion
y oficio de juzgado desas dichas prouincias, quel descubrió por todo el
tiempo que nuestra merced e voluntad sea con los oficios de justicia eju-
risdicion civil e criminal alcaldías e alguaciladgos dellas, Por ende vos
mando a todos e a cada vno de vos que luego que veades esta nuestra
carta syn dar larga ni tardanza alguna e syn nos mas escrivir ni con-
sultad ni esperar otra nuestra carta ni mandar ni segunda ni tercera
Instrucyon recibades al dicho Vasco nuñez de balboa el juramento e so-
lenidad que en este caso se a costunbra suso el qual por el fecho lo re-
cibays por nuestro juez e gobernador desas dichas prouingias quel des-
cubrió e le dexeys e consyntays libremente usar y exerced el dicho oficio
de governagion e conplir y executar la nuestra Justicia en esas dichas
prouingias y en cada una dellas por sy e por sus oficiales e lugarthe-
nientes ques nuestra merced que en los dichos oficios de alcaldías e al-
guaciladgos e otros oficios a la dicha gouernagion anexos, pueda poner
los quales pueda quitar e admover cada e quando viere que a nuestro
seruigio y execugion de la nuestra justicia cunple e poned e subrrogar
otros en su lugar e oyr e librar e de terminar todos los pleitos e cavsas
asy ciuiles como criminales que en las dichas prouingias ouiere de que-
dar quantos por nos el oficio touieren y puedan Ueuar y Ueven el e sus al-
caldes los derechos y salarios al dicho oficio pertenegientes e facer cuales-
quier pesquisas en los casos de derecho premisos e todas las otras cosas
al dicho oficio pertenegientes e que entienda el o quien su poder ouiere
que a nuestro servicio e a la esecucion de la nuestra Justicia cunple e
— 60 —
para vsar y exerger el dicho oficio e ciinplir y eseciitar la nuestra jus-
tigia todos vos conformeys con el con vuestras personas e gentes y le-
deys e fagays dar todo el fauor e ayuda que vos pidiere e menested
Guira e ni en ello ni en cosa de lo quel aga ni otro alguno le no pongades ni
consintades poned que nos por la presente le enbiamos e avernos por reci-
bido al dicho oficio e al vso e seruigio del e le damos poder cunplido para
lo usar y exerger e cunplir y executar la nuestra justicia en sus dichas
prouingias e en cada una deltas caso que por vosotros o por alguno do
vos non seays recibido por esta nuestra carta mandamos a qualquier
persona o personas que tienen la vara de la nuestra justicia e de todas
las dichas prouingias e de cada vna dellas que luego que por el dicho
Vasco nuñez fueren requeridos ge las entreguen e no vsaran mas dellas
syn nuestra licencia e especial mandado so las penas en que cahen e
yncurren las personas privadas que vsan de oficios públicos para que no
tienen poder ni facultad e nos por la presente los suspendemos e otrosy
nuestra merced e voluntad es que sy el dicho Vasco nuñez de balboa en-
tendiere ser cunplidero a nuestro servicio e a la execucion de la nues-
tra justicia el que las personas de los que agora están o estouieren en
las dichas provincias salgan dellas e que no entren ni estén en ellas o
que se vengan a presentar ante nos quel lo pueda mandar de nuestra
parte e los hagan dellas salir a los quales e a quien el lo mandare nos
por la presente mandamos que luego sin sobre eUo nos escriuir ni con-
sultad ni esperar otra nuestra carta ni mandamiento e syn ynterponer
dello apellagion ni suplicación lo pongan en obra según que lo el dixere
e mandare solas penas que les pusyeredes de nuestra parte las quales
nos por la presente les ponemos e avemos por puestas e les damos poder
e facultad para las executar en los que remisos e ynobededientes fueren
para lo qual todo lo que dicho es e para vsar y exercer el dicho oficio e
cunplir y executar la nuestra justicia en esas dichas provincias y en
cada vna dellas le damos poder cunplido por esta nuestra Carta con
todas sus yncidencias e dependencias anexidades e conexidades e otro
sy mandamos al dicho Vasco Nuñez de balvoa que las penas pertene-
cientes a nuestra Cámara e fisco quel e sus alcaldes condenaren e las
pusieren para la dicha nuestra Cámara las execute e cobre el dicho
nuestro governador por ynventario e ante escribano publico e tenga de-
llas cuenta e razón para faser dellas lo que por nos le fuere mandado
lo qual todo lo que dicho es mando que asy se haga e cunpla como de
suso se contiene en tanto quel dicho Vasco Nuñez de Balvoa este debaxo
y so la govemagion de Pedro Arias de Avila nuestro lugar theniente
de General de la dicha Castilla del Oro e mando que se tome la razón
desta mi Carta en la Casa de la Contratación de las yndias que reside
en Seuilla por los nuestros Oficiales della. Dada en la villa de VaUado-
lid a XXIII dias del mes de Setiembre año del nascimiento de nuestro
— 61 —
Saluador Jesucliristvo de mili e quinientos e catorce años. — Yo el Rey.—
yo Lope de Concliillos Secretario de la Reyna nuestra Señora la fise
escribir por mandado del rey su padre — Fonseca arzobispo obispo.
'26
(Año de 1514. — Septiembre 2'd, Valladolid). — Real cédula á Pedrarias Dávila par-
ticipándole haber nombrado Adelantado de la mar del Sur y Gobernador de las
provincias de Panamá y Ceiba á Vasco Núñez de Balboa. — fA. de I., 109-1-5).
El Rey. — Pedrarias dauila nuestro lugarteniente general de Castilla
del Oro acatando lo que Vasco Nuñez dauila (así) nos ha seruido y desea
seruir y para que con mejor voluntad trabaje de aqui adelante lo que
tocare a nuestro seruicio le avernos fecho merced que sea nuestro Ade-
lantado de la Costa del Sur quel descubrió e de la gouernagion de las
pro-uingias de panamá e Coyba y porque mi voluntad es que en esas partse
todos los que en ella resydieren os obedezcan y reconozcan como a nues-
tra persona mande poner en la prouision de la dicha governagion que
sean y estén a vuestra obediencia e gouernagion/ por ende yo vos mando
y encargo que asy en lo que tocare al dicho oficio como en todas la.3
otras cosas quel dicho Vasco Nuñez a vos ocurriere le trateys y fauo-
rezcays y mireys como a persona que tanbien nos ha seruido de manera
quel conozca en vos la voluntad que yo tengo de le fauorecer y fasedes
como ya os tengo escripto y pues el tiene tambuena abilidad y dispusi-
cion para seruir y trauajar las cosas de alia como aveys visto debeys
dar toda libertad en las cosas de su geueragion para que por venid a
consultar las cosas con vos no pierdan tiempo no enbargante que yo aya
mandado poner en su prouision que ha de ser debaxo de vuestra gouerna-
9Íon que en mucho mas tendré lo que poner mano deste alia se hisiere que
sy se hiziese por qualquier otra persona y todo lo qual hiziere lo tomare
en la misma cuenta de lo que vos hizieredes por vuestra persona y asi
por lo que a esto toca como para las otras personas que nos siruieren
aprouechara mucho ver el buen tratamiento que fazeys al dicho Vasco
Nuñez y con esto tt-ndran mas aparejada voluntad para nos seruir y
jjara que mejor se haga embio a mandar a Alonso de la puente nuestro
thesorero quel tenga cargo de solicitar las cosas que tocaren al dicho
Vasco Nuñez para donde vos estuieredes de Valladolid a XXIII dias del
mes de Setienbre de DXIIII años.— Yo el Rey.— Refrendado de su al-
teza.— Lope Conchillos. — Señalada del dicho Obispo.
— 62 -
27
(Año de 1514.— Septiembre 23, Valladolid).— Real cédula á Alonso de la Puente,
Tesorero de Castilla del Oro, participándole haber nombrado Adelantado de la
mar del Sur 3' Gobernador de las provincias de Panamá y Coiba á Vasco Núñez
de Balboa.— (^ -4. de /., lib. de Tierra firme, año 1513).
Alonso de la Puente nuestro thessorero de CastiUa de Oro acatando
a lo que basco nuñez de balboa nos a seruido y desea seruir y para que
con mejor boluntad sirua de aqui adelante y otros se muevan a nos
seruir y vista su abilidad y buena maña que ha tenido en las cosas de-
sas partes en especial en el descubrir en la mar del Sur le auemos fecho
merced que sea nuestro adelantado de la dicha costa del sur que el des-
cubrió y de la goueruacion de las prouincias de Panamá y Coiva como
veréis por las prouisiones que sobre eUo mande despachar que con la
presente bos euuio y porque mi voluntad es que en esas partes aya vna
sola persona que tenga nuestras vezes y lugar y vna caneza para que
todos sigan lo que aquel ordene y mandare como si yo en persona lo
mandase, mande poner en la dicha prouincia de la gobernación que sea
debajo de Pedrarias Dauila nuestro lugarteniente general de la dicha
Castilla del Oro, por ende dad y entregad al dicho basco Nuñez las pro-
uisiones de los dichos Oficios y habladle de nuestra parte que aquello
siga y la voluntad que yo tengo de le fazer merced y animándole para
que en lo venidero ponga la diligencia y cuidado que hasta aqui a puesto
en lo oue a tocado a nuestro seruicio y mejor si mejor pudiese y que de
todo lo que biere que conviene que sea anisado el dicho Pedrarias selo
diga e comunique pues el por tener noticias de las cosas desas partes
podra dar muchos auisos de las cosas que Pedrarias y los que de acá
con el fuisteis no podréis sauer y demás desto le decid todo aquello que
veáis que conbiene de manera que el conozca mi boluntad, y vos asi en
lo que tocare a los dichos oficios como en las otras cosas que os requiere
las enea-minad y guiad con la boluntad que de bos confio y solicitareis
al dicho Pedrarias nuestro lugarteniente general de todo lo que tocare
al dicho Basco Nuñez y procurareis con toda diligencia y buen cuidado
como mi lugartiniente general fauorezca y trate bien al dicho basco nu-
ñez y quel dicho basco nuñez se contente y agrade y sirva y siga al dicho
nuestro lugartiniente general como lo haria con nuestra misma persona
y fazer meis siempre sauer de sus cosas del diclio Basco Nuñez especial-
mente deste articulo porque yo seria muy deseruido de lo contrario y aU;i
se podria recrecer mucho daño dello. — En VaUadolid a 23 dias del meí?
de Setienbre de 1514 años.
63 —
28
(Año de 1514. -Septiembre 23, Valladolid).-El Rey comunica á los Oficiales Kea-
les de Castilla del Oro que ha nombrado á Vasco Núñez de Balboa Adelantado
de la mar del Sur y Gobernador de las provincias de Panamá y Ceiba. -
(A. de i., lib. de Tierra firme, año 1513).
Nuestros Oficiales de CastiUa del Oro acatando a lo que Vasco nuñez
de balboa nos ha seruido y desea seruir y para que otros biendo la mer-
ced que le azemos se mueban a trauajar y a nos seruir como el lo a fecho
le abemos fecho merced que sea nuestro adelantado de la costa del Sur
quel descubrió y de la gouernacion de las prouincias de Panamá y Coi va
y porque mi voluntad es que en esas partes aya vna sola persona y vna
caneza y no mas para que todos sigan lo que aquel ordenare y mandare
como si yo en persona lo mandasse, mande poner en la prouision de la
gobernación queste debajo de Pedrarias dauila nuestro lugarteniente
general de la dicha Castilla del Oro. Por ende yo bos mando que asi
en lo que tocare al dicho oficio como a los demás que a vosotros ocu-
rriere el dicho basco Nuñez lo encaminéis y fauorezcais como a cossa
que toca a nuestro seruicio de manera quel conozca en bosotros la l)o-
luntad que yo tengo de le fazer merced porque mejor despacho aya en
las cosas y negocios que el dicho Basco Nuñez tubiere con nuestro lu-
garteniente general y en donde el estubiere envió a mandar a vos el mi
thessorero tengáis cargo especial de sus cosas como de la Cart<i especial
que dello escriño bereis.— De VaUadolid a 23 del de mes Setienvre de
1514.— Yo el Rey.— Por mandado de Su Alteza.— Lope de ConcliiUos.- -
Signado del Obispo de Burgos.
29
(Año de 1514. -Septiembre 23, Valladolid).-Real cédula nombrando á Vasco Nú-
ñez de Balboa Adelantado de la mar del Sur y Gobernador de las provincias de
Panamá y Coiba. —(A. de 1., lib. de Tierra firme, año 1518).
Basco Nuñez de balboa acatando lo que nos aueis seruido y deseáis
seruir y porque con mejor boluntad trauajeis de aqui adelante en eUo
os abemos fecho merced que seáis nuestro adelantado de la mar del Sur
que bos descubristeis e de la gobernación de las prouincias de Panamá
y Coiva como bereis por las prouisiones que para ello maude despachar
pero porqués mi boluntad que en esas partes aya vna soal persona y
— 64 —
vna cxibeza y no mas para que todos sigan y hagan loque aquel ordenare
y mandare como si yo en persona lo mandase mande poner en la dicha
prouision de la gobernación que sea debajo de Pedrarias Dauila lugar-
teniente general dessa tierra de Castilla del Oro por ende yo vos mando
que en todas las cosas que obieredes de fazer e prouer asi en la dicha
gobernación como en las otras cosas que os ocurriere las comuniquéis
y fagáis por el dicho Pedrarias y como bos tengo escrito y de todo Jo
que supieredes en essas partes le ynformad de todo y haced con el lo
que hariades con mi misma persona para lo que en esto cumple a nues-
tro seruicio y porque yo enbio a mandar a Alonso de la puente nuestro
thessorero de Castilla del Oro que bos hable de mi parte sobre lo suso-
dicho le daréis entera fee y creencia.-— De VaUadolid a 23 dias del mes
de Setienbre de 1514 años. — Yo el Rey. — Por mandado de S. A, — Lope
de ConchiUos.
30
(Año de 1514. — Septiembre 23, Valladolid).— Título de Adelantado de la Costa del
mav del Sur expedido á favor de Vasco Núñez de Balboa. — (Publicado por
.J. T. Medina en El descubrimiento del Océano Pacifico, t. II).
D. Fernando etc. — Por hacer bien e merced a vos Vasco Nuñez de
Balboa acatando los muchos e buenos e leales servicios que a mi e a la
dicha Reina e Princesa, mi hija habéis fecho, en especial en descubrir
la Mar del Sur, que es en Castilla del Oro, en las Yndias y Tierra Firme
del Mar Océano, y en todo lo que en las dichas Yndias ha tocado a nues-
tro servicio en el tiempo que en ella habéis residido, e asimismo, en ase-
gurar e pacificar los indios de aquellas partes, de que se nos ha seguido
mucho servicio, e confiando de vuestra suficiencia e habilidad, es mi
merced e voluntad, por lo que a mi toca, que agora e de aqui adelante
para en toda vuestra vida, seades mi adelantado en la Costa de la di-
cha Mar del Sur que vos habéis descubierto, que es en la dicha Castilla
del Oro, e; podáis usar e uséis del dicho oficio en todo lo a el anexo e
concerniente, segund e como lo usan los (de-) mas adelantados en estos
reinos de Castilla y en las dichas Yndias, e que cerca del uso y exerci-
cio del dicho oficio y de llevar los derechos del guardéis las leyes destos
dichos nuestros Reinos, e podáis gozar de todas las honras, gracias,
franquezas e libertades, preheminencias, prerrogativas e inmunidades de
que por razón del dicho oficio podéis y debéis gozar e vos deben ser guar-
dadas e haUais e llevéis todos los derechos e otras cosas al dicho oficio de
adelantamiento anexas e pertenecientes, conforme a las dichas leyes,
segund que lo gozan los otros nuestros adelantados de las dichas Yndias;
— 65 —
e por esta mi carta mando a los Concejos, Justicias, regidores, caballe-
ros, escuderos oficiales e homes buenos de todas las cibdades e Villas e
lugares del dicho adelantamiento de la Costa de la Mar del Sur, que
fecho por vos el dicho Vasco Nuñez de Balboa, el juramento e solemni-
dad que en tal caso se requiere e acostumbra hacer, vos hayan e reciban
y tengají por mi adelantado de la dicha Costa de la Mar del Sur, que
vos habéis descubierto, e usen con vos en el dicho oficio y en todos los
casos y cosas a el anexos y concernientes, e vos guarden e fagan guardar
todas las honras, gracias, mercedes, franquezas e libertades e inmuni-
dades de que por razón de dicho oficio debéis gozar e vos deben ser
guardadas ; e vos acudan e fagan acudir con los derechos e sueldos que
se ha acudido y acude a los otros nuestros adelantados destos dichos
Reinos e de las dichas Yndias, e no mas ni allende e conforme a las di-
chas leyes, ca, yo por la presente, vos recibo y he por recibido al dicho
oficio, e vos doy poder e facultad para lo usar y exercer en la foruui
susodicha; e mando al llustrisimo Principe, mi muy caro e muy amado
nieto e hijo, e a los infantes perlados, duques, marqueses, coudes ricos
homes, maestres de las Ordenes, priores, comendadores e sub-comenda-
dores, alcaides de los castillos y casas fuertes e llanas, y a los del nuestro
Consejo, presidentes e oidores de las nuestras Audiencias, alcaldes, al-
guaciles de nuestra casa e corte e chancilleria, e a todos los corregidores
asistentes, alcaldes, alguaciles merinos, regidores, caballeros, escuderos
oficiales e homes buenos de todas las cibdades e villas e lugares de las
dichas Yndias, questa merced que yo os fago de dicho oficio de adelan-
tamiento de la Costa de la dicha Mar del Sur, vos la guarden y cumplan
y fagan guardar e cumplir en todo y por todo, segund y como en ella se
contiene e contra el tenor y forma della, vos no vayan ni pasen, ni cou-
sientan ir ni pasar en tiempo alguno, ni por ninguna manera; e mando
que se tome la razón desta mi carta en los libros de la Casa de la Con-
tratación de las Yndias que reside en la cibdad de SeviUa por los nues-
tros Oficiales della :
Dada en la villa de Valladolid a veinte y tres de Setiembre de qui-
nientos catorce años. — Yo el Rey. — Refrendada y firmada de los dichos.
31
(Año de 1514. — Noviembre 2(5, Santa María la Antigua).— A Su Alteza el Bacliiller
Enciso (extracto de Secretaría) da cuenta de su expedición al Cenú. — (Aca-
demia de la Historia, colee. Muñoz, t. 75).
Fue con Pedrarias (sobrino del Gobernador) en busca del Cenú con
200 hombres auduvierou un dia y noche por el puerto y el siguiente vie-
6
— se-
rón al cabo de la bahía un lugar de 60 bohíos llamado Catarapa, reci-
biéronles de guerra los indios con veinte canoas armadas y muchos en la
costa : hecho el requerimiento tomaron el lugar por fuerza. Yendo a bus-
car otro lugar quedo Pedrarias malo en el camino i en unos bohíos to-
maron algunos indios con el cacique de Catarapa a quien Euciso por la
lengua pregunto donde estaba el Cenu e las minas, respondió que el
Cenu i)ueblo muy grande estaba junto con el en la rivera de un rio muy
grande que pasa por cerca de Catarapa y por tres bocas desagua en i a
bahía, por el que en canoas Uevan los indios sal i traían oro que lo fun-
den aUi y hacían piezas grandes, que el oro cogían en redes en el rio
mas arriba del Cenu y que las minas están en un lugar llamado Mocri.
Por el mal de Pedrarias volvieron al Darien. El Puerto de Catarapa es
el mejor del mundo i la rivera del Cenu muy abastada de comer.
31
(Año de 1514. — Noviembre 26, Santa María la Antigua). — Extracto de carta á
Sa Alteza de Pedrarias Dávila y de los Oficiales de Castilla del Oro - fA. de 1.,
M-Vae).
Dizen que con todas las naos que han venido han escripto a V. A. le
que ha passado.
Dizen que por algunas relaciones que tenían de que la provingia del
^enu hera muy rica e que aUi estavan gerca de las minas del Tarufi o
por rrelagion del bachiller engiso que tenia por oydas mucha noticia
enbiaron a pedrarias de Avila con cuatrocientos onbres para saber el
secreto del negocio y con el enbiaron al dicho bachiller y para eUo se
gasto harto en navios y otras cosas y que trabajaron aUa lo que pudie-
ron y por enfermedades se boluieron syn saber la certenidad pero quel
bachiller trahe muy buena relagion de lo nue y van a saber y le dieron
cargo que lo escriuiese a V. A. y que Juan de Ayora se vino de la otra
mar donde le avian enbiado por teniente de Capitán general con cua-
trocientos onbres syn traher relagion de nada y que por estar muy en-
fenno enbiaron a Antonio teUez de guzman a los visitar y saber dellos
como lo escriuieron a V. A. y que tienen esperanza en Dios que traheran
buenas nuevas.
- 67 -^
3Í2
(Año de 1515. — Febrero 28, Medina del Campo). — El Rey á Pedrarias Dávila que
ha hecho muy bien en tomar parecer á Vasco Núfiez sobre lo que se debe hacer
en aquella tierra.— (^4. de 1., 109-1-5).
El Rey. — Pedrarias dauila nuestro lugarteniente general en Castilla
del oro y reuerendo yn Xpo. padre Obispo de Santa Maria del antigua
y nuestros oficiales de la dicha Castilla del Oro/Vi vuestra letra del pri-
mero de Agosto y como avreys visto por lo que os mande responder en
resgibiendola os escreui, holgué mucho en saber vuestra llegada a sal-
uamento porque estaua con mucho cuydado dello a nuestro Señor sean
dadas muchas gracias.
Muy bien me pareció el parecer que tomasteis de Vasco Nuñez de
Balboa de las cosas desa tierra y de lo que para ella se deveria proveer
por que el os la sabría dar bien segund la mucha noticia que dellas tiene
y quisiera mucho que me enbiarades vn treslado del dicho parecer seré
seruido que me lo enbieys syno meló ovieredes enbiado quando esta re-
gibieredes.
Mucho os agradesco y tengo en seruigio lo que proveysteis después
que a esa tierra llegasteis asy de la entrada la tierra adentro de Juan
de Ayora teniente de vos el nuestro lugar teniente general como de
todo lo demás que proveystes que me ha paregido muy bien, por agora
no ay que dezir en esto sy no que deseo mucho saber lo que ha sugedido
y en comendarlo a nuestro Señor al qual plega encaminarlo de manera
quel sea seruido y que la gente dessa tierra sea convertida a nuestra
Santa ffee Católica/ vosotros por seruigio mió que de lo vno y de lo otro
tengays el cuydado y diligengia que yo confio.
Bien me parege lo que dezis que avia de bolver a la ysla de Santa
Marta pedro de Fonseca con dozientos y cincuenta ombres y bastimentos
y artillería para que haga alli vn pueblo deveys avisarle largamente de
la orden e manera que os parege que deve tener en ello para que no se
aventure a perder gente sy no quando no se pueda escusar y se sepan
los secretos de la tierra/ y hazerme ys saber lo que en todo proveyeredes
y se oviere fecho.
En lo que dezis que conviene que yo mande llevar a esa tierra moneda
de reales y quartos como en la española porque la gente rezibe daño en
conprar por menudo y dar pedagos de oro yo lo mandare proveer lo mas
presto que pueda.
Quanto a lo (pie dezis que ay muy buena madera para navios y que
— 68 —
por su amargor la broma huye de ella y que lo aveys esperimeutado/
mucho he holgado en saberlo por el grande bien que deUo se podra se-
guir/ y yo he mandado a los Oficiales de SeuiUa que vos enbien todos
los aparejos nescesarios para que vosotros hagays alia navios como me
lo escreuis, por mi seruiQio que vosotros pongays mucha diligencia en
que se hagan todos los navios que se puedan syendo verdadera como de-
zis la dicha espiren^ia/ porque todo el bien desa negogiacion esta en que
aya muchos navios y enbiareys a los dichos officiales de SeuiUa toda la
madera que pudieredes por lastre en los nabios que acá vinieren para
que eUos hagan asy mismo.
El memorial que enbiasteis de las cosas que heran menester proueer
para esa tierra mande enbiar a los nuestros offigiales de SeuiUa para
que eUos os provean deUas como lo escreuistes y de aqui adelante en-
biadles syenpre por duplicado de todo lo que me escriuieredes syn que
aya falta en eUo./
La licengia que dezis que devemos mandar dar a los vezinos y mora-
dores desa dicha CastiUa del oro para que puedan sacar deUa los yndios
que nos tenemos mandado y declarado que sean esclauos por les hazer
merced les he dado licencia para que los puedan sacar y Uevar a la
Ysla Española o a San Juan como vereys por las provisiones que deUo
avemos mandado despachar e van con esta pero en esto deveys proveer
que aya toda la tenplanza que sea posible. Dada en Medina del Campo
a Veynte e ocho dias del mes de hebrero de miU e quinientos e quinze
años. — Yo el Rey. — Refrendada del Secretario. — ConchiUos.
33
(Año de 1515.— Abril 30, Santa María la Antigua).— A Su Alteza Vasco Núñez (ex-
tracto de Secretaría) se queja de que se le trata mal en la residencia y acusa
recibo de las provisiones Reales nombrándole Gobernador de Panamá y Coiba
y Adelantado de la mar del Sur. (A. de la H., colee. Muñoz, t. 75).
Se le ha mui mal tratado en la residencia y sentenciado en ciertas
cosas de dineros con mucho agravio, que no se le ha consentido letrado
para defenderse, ni el jamas lo ha tenido, que no se ha acabado la resi-
dencia e dirán que por su culpa no lo siendo.
Al tiempo que la cara vela se queria partir le dijo Pedrarias que pues
no se podia dar gente para poblar las prouincias de Panamá y Coyba
como S. A. manda, fuese a descubrir minas que se cree haber en las
partes del Dabaybe : que ira i piensa descubrir en ello mucha riqueza.
Con las dos caravelas que Uegaron en 20 de Marzo recibió las provi-
— 69 —
sioiies de los oficios, gracias por tan grandes mercedes, suplica se le
continué el favor.
Quando las provisiones llegaron vino un Capitán que habia ido a des-
cubrir desde Tubanama y en solas veinte leguas adelante hallo en solos
tres caciques 20.000 pesos de oro por los que todos codician ir, e han ido
140 hombres que no harán provecho a la i)acificacion.
Presento a Pedrarias las provisiones e las obedeció, mas quanto al
Cumplimiento dijo que venida la gente de la entrada veria lo que podria
darle, e entretanto fuese a descubrir alguna cosa : cree que gobernador
y oficiales no quieren despachalle pues habiendo 1.000 hombres en la
ciudad bien podian darle 100 que pedia, pues esos enbio Pedrarias a
Panamá y Coiba después de recibidas las provisiones, e tras ellos otros
50 sin otros 80 — 100 que andavan por la costa en aquellas provincias.
Suplica se mande le permitan sacar 150 hombres lo que con el quisiesen
ir de su voluntad de los que havia antes de ir la armada i no se le de-
tenga con pretesto de la residencia i que pueda sacar a su costa 200
hombres de la Española pues han quedado muchos sin indios en el nuevo
repartimiento i irán gustosos.
Convendrá se enbie por V. A. uno de confianza de la Española que
averigüe y castigue los maltratos i muertes de indios.
34
(Año de 1515. — Mayo 2, Santa María la Antigua). — A Su Alteza el Bachiller Co-
rral, Alcalde ordinario (extracto de Secretaría), se queja de la conducta de
Vasco Núñez. — f.í4. de la H., colee. Muñoz, t. 75).
Colmenares informara de los agravios que Vasco Nuñez le hizo. El
Alcalde Mayor a nadie ha hecho justicia e busca mil rodeos para librar
a Vasco Nuñez de sus gravísimos delitos de quien ha recibido dineros.
Vasco Nuñez es hombre recio para el campo i bien cuidoso pero
quiere todo el interese para si, e no quiere consejo ni sigue razón ni
quiere reconocer superior.
Ha tenido maña de sostenerse e tomalla las cartas que a el se escri-
vian, enbiaba las suyas con presentes al Tesorero Pasamonte quien co-
hechado le ha sostenido.
En ninguna manera se consienta dividir esta governacion.
— 70
35
(Año de 1515.— Mayo 2, Santa María la Antigua).— A Su Alteza de Pedrarias }' Ofi-
ciales (extracto de Secretaría) dan cuenta de las expediciones realizadas por
consejo de Vasco Núñez para reconocer y poblar la tierra. — (A. de 1 , l-l-'/se)-
Dizen como escriiiieron con todas las naos que han venido hasta la
postrera que partió el XV de hebrero a donde avian escrito todo lo suce-
dido y tienen nueva que las cartas han venido a V. A.
Dizen como enbiaron los oficiales de Seuilla dos caravelas enploma-
das con bastimento de vino y harina y azeite y vinagre e otras cosas y
que todo fue a muy buen tiempo y aunque avia harina de la que lleva-
ron en el armada e que todo se entrego al factor.
Dizen como con parecer de Vasco Nuñez se avian fecho tres poblacio-
nes una en Santa Cruz, otra en Tubanama e otra en la costa de la mar
del Sur en la prouincia de tanata e tamao y enbiaron gente a las hazer
y que Juan de Ayora que fue por Capitán se boluio y dexo la gente
perdida y que después enbiaron a tello de guzman para que visita sse la
gente e reformase los pueblos e que dicho tello después se boluio, el
dicho tello enfermo e que por su enfermedad no pudo traer los enfermos
que auian quedado en Santa Cruz e que dizen (jue los Yndios los han
matado y que el dicho tello e CX onbres que con el fueron truxeron
XX mil pesos de tres caciques de la prouincia de panamá.
Dizen que anida información y por relación de Vasco Nuñez supieron
que en el turufi e mocli que es a la parte de levante, cerca de la prouin-
cia del Cenu y en las prouincias del panamá e coyba, de la cual dicha
prouincia de panamá el dicho tello de guzman truxo los dichos XX mil
pesos y que enbiaron otros capitanes con 400 onbres y muy buen apa-
rejo para las minas y que esperan que traerán buena nueva y declararan
el viaje por do auian de yr.
Dizen que junto con estos partió otro Capitán que se dice francisco
becerra con XL onbres e desembarco en el puerto trepadera a la mano
ysquierda del viaje que llevavan los otros e hallo algunos caciques hasta
el golfo de San Miguel, gente de buena disposición y esta tierra sale a
la mar del Sur y ay en ella una punta de tierra tan salida a la mar que
parece estar muy junto a la isla de las perlas a la que el dicho Capitán
no passo por tener mucha gente enferma y estando vn dia en casa de
un cacique que se llama jumefon que es en la dicha costa vn yndio le
dixo como venian ciertas canoas por la mar y que heran de unos ombres
negros grandes de cuerpo y de barrigas, e barvas largas y cabellos tor-
cidos y que los auian much® miedo porque los matavan e comian e pelea-
— vi-
van con varas j macanas y que el dicho bezerra los reposo e aseguro
hasta que llegaron, y que las dichas canoas heran de Cristianos, y qud
este dicho Capitán descubrió treinta leguas la tierra y en elhi quinze
caciques, los nombres de los cuales iubian,
Dizen que en la tierra de vno de estos caciques que se llama Saua-
chine disen que ay oro e que señalan los indios que ay granos como el
pulgar e que el dicho bezerra no llevo aparejo para hacer catas e que por
esto no las fizo e truxo de aquel viaje VIII mil pesos en oro y perlas e
muchos yndios e que de los que llevo andouieron muy dolientes.
Dizen como tornan a enbiar a becerra por ser persona de buen re-
cabdo con CL onbres a lo del Mocli e Tarufi que es en lo que mas espe-
rangíi tienen.
Y dizen que dicho bezerra quisieran fuese a descobrir esto de los
negros y por que fuese primero a estroto dejaron de le enbiar.
Dizen como enbiaron al Capitán Gaspar Pérez a lo de las jierlas por-
que desean enbiar buena relación dello a V. A. y que ansi esperan en
Dios.
Dizen como no quieren esperar los indios al requerimiento y que los
que se han tomado por esclavos dizen que por no venir fecho el reque-
rimiento conforme al mandamiento de V. A. no son esclavos y que
nunca se les podra hazer, y sino son salteados no se podran tomar, si
son apercibidos hazen mucho daño e esconden el oro dizen que la harina
que se a dado al armada ha sido fiada de mancomún y creen que se co-
brara la mayor parte.
Dizen como el tesorero enbia su cuenta del Cargo y descargo y que
en la ynstrucion de V. A. dize que el pague siendo en poca cantidad lo
que alia les pareciere y que el contador se queja que gasta mucho
y quexase que no tiene declaración puesto que lo que hasta aqui ha
gastado es cosa del seruicio de V. A. y suplica que el contador mar-
quez enbie relación de su cargo.
Dize que los mercaderes se quexan que de lo que han fiado no se
cobra porque primero cobran las debdas que se deben a V. A., que lo (jue
deve V. A. mandar proveer y moderar porque los mercaderes no se al-
zen, porque la mas cierta provisión ha sido la suya.
Dizen como Colmenares viene por solicitador y por ser servidor de
V. A., viene con buena voluntad. Se le de creencia y en sus cosas se h?
haga merced.
Dizen como alli se ha fecho un monasterio de San Francisco en que
hay seis religiosos y pasado an muchas necesidades, suplican que por-
que son personas que han hecho y hazen mucho provecho les manden
dar limosna en dinero o en otra cosa.
Dizen como en su acuerdo ay algunos debates que conviene aver
letrado y que en algunas cosas dellas ha enpegado a entender/ porque
— 72 —
son sobre cosas de hazienda de Vuestra Alteza y le lian fecho Fiscal,
Suplica a Vuestra alteza le señale alguu salario.
Dizen como a los Capitanes que van por mar no se les dan mante-
nimientos sino vendidos/ y dasseles artillería e munición quando la han
menester.
Dizen que de los doscientos onbres que están a sueldo no se despiden
sino los ciento por que dellos ay nescesidad hasta que la tierra vaya
mejorando.
Suplica enbien a mandar a los Oficiales de Seuilla que les enbien Ca-
lafates e Carpinteros que dellos tienen necesidad.
Dizen que a XXX de Abril boluio el navio que llevo a bezerra e dize
el maestre que desen vareo en el aguada e que avn paso/ los yndios los
flecharon e hy rieron a algunos avnque no peligro ninguno/ e los yndios
se avsentaron y que hallaron en el pueblo crisoles e vigornias de piedra
e otros aparejos de fundición/ e que algunos Yndios con quien se pudo
alcangar a hablar les dixeron que se boluiesen que alli no auia oro/ e que
los Yndios están de proposito de se dexar matar e no descobrir minas/
la tierra por aquella parte dizen que es llana e proueida de bastimen-
tos e que pasada vna gran tierra llana e muy proveyda de bastimentos
e sin ciénagas/ esta vna cordillera de sierras donde dizen que es Turifi
e alli va encaminado el dicho bezerra y que con el esperan buenas nuevas.
36
(Año de 1515.— Agosto 2, Aranda).— El Rey á Pedrarias Dávila, contesta á sus
cartas que puesto que Vasco Núñez es allí tan necesario que no venga á Es-
paña y se envíen los procesos de su residencia para mandarlos ver. — fA, de 1.^
109-1-5).
El Rey. — Pedrarias Dauila nuestro logarteniente general de castilla
del oro vy vuestra carta de X X de nouiembre y otra sin fecha que vyno con
ella y nuestro Señor sabe quanto me ha desplazido de las muertes y en-
fermedades que dezis que alia ha ávido en la gente que fue en vuestra
conpañia/ mas he holgado mucho en oyr el buen esfuergo que teneys y
esperanza que ha de suceder todo mejor que hasta agora y espero en
nuestro Señor que todo lo remediara por su misericordia en manera que
nuestro desseo pues el principal es su seruigio sea cunplido y que os
dará salud a vos y a los que alia estays/ y con vuestra buena diligen-
cia cuydado y buen esfuergo se hará todo lo de alia muy bien y deveys
thener mucho cargo de procurar vuestra salud/ y de todos y para ello
buscar todos los remedios que se pudieren hallar y tened cuydado que
no hagan asyentos en los Valles syno en los altos donde los ayres sean
— 73 —
mas purificados porque el sol no hiera derecho en ellos y lo mas princi-
pal me parece que debeys buscar y mirar que los asycntos donde esto-
vieredes y los que ovieredes de poblar sean sanos y tales que por yndis-
pusygion dellos no pueda venir daño a la salud y de acá estad gierto que
todo lo que para esto conviniere yo lo mandare proueher y que tengo
cuydado de mandaros llevar mantenimientos y de las otras cossas nece-
sarias como avreys visto por lo que alia se os ha Uevado y asy se conti-
nuara de aqui adelante plasiendo a dios.
De lo que dezis que las minas salen muy buenas y que ya comienga
la gente a andar en ellas e holgado mucho porque en grand manera des-
seo el remedio de todos los que alia están y la población dessa tierra
dezis que vuestro alcalde mayor me ha de escriuir algunas cosas tocantes
a la resydengia de Vasco Nuñez y hasta agora no lo ha fecho bien sera
que eccriua todo lo que convenyere consultar acá para que se prouea/
y pues Vasco Nuñez es menester alia fue muy bien el inbiarle a la
prouincia de el dabaybe y para su resydengia no es menester que el
venga acá syno solamente que se enbien los procesos para que yo los
mande ver e se prouea sobre ellos como convenga y entretanto pues como
dezis el es tan prouechoso bien es que este alia y aprouechaos de todo
lo que vieredes es menester y fauorecedle lo que buenamente pudieredes
para que con mejor voluntad haga lo que le encomendaredes.
Dezis que por la indispusycyon de la gente no aveys fecho comentar
las fortalezas que Uevasteis por instrugion que se hisyessen/ y pareceme
que segund la dispusycion desa tierra y el poco esfuerzo de los Indios
no ay por agora necessidad de hazer las dichas fortalezas por ende sy
quando esta llegare no se ovieren comentado bien sera que antes que se
comiensen me escriuays lo que en eUo os parece que se deve de hazer.
Dezis que hay en la cibdad del Darien trescientas casas y que ya oviera
mil syno oviera seydo por las dolencias y dello he ávido pía ser y en lo
que dezis de los mantenimientos deveys thener mucha diligencia/ en avi-
sar a Seuilla y a la Española y a Cuba y a Jamayca de lo que aUa ovie-
redes menester para que se os enbien porque yo les he enbiado a mandar
a todos que tengan muncho cuydado de os proueher con toda diligencia
de lo que alia fuere menester/ para que en ninguna manera os veays ea
necesidad de mantenimientos entretíinto que se hasen en esa tierra.
Dezis que no se puede haser el repartimiento de las entradas pasadas
como por la instrugion se mandan hazer las de agora porque ay mucha
dificultad en eUo y que lo desagraviareys lo mejor que pudieredes asy lo
hazed y lo prouehed como mejor os pareciere en manera que nuestra cou-
ciengia no tenga cargo ninguno en ello que del concierto y medio que en
ello dieredes syendo syn cargo nuestro yo holgare.
Lo que dezis que se puede escusar el sueldo de los doscientos hombres
me parece muy bien y vos tengo en seruicio el aviso' bien es que asy lo
— 74 —
proueays Inego y haced que no se pague el diclio sueldo de aqui adelante
y e escriuidme como lo oviesedes fecha y proueydo y en todas las otras co-
sas syenpre procurad de escusar el gasto que no fuere necessario y de
aqui adelante tened mucho cuydado de procurar que todo el gasto que
se pudiere escusar se escuse pues el prouecho de alia por el presente es
el que veedes y asy lo haced de aqui adelante por todas las vias que bue-
namente pudieredes escusar el gasto que en esto me seruyreys mucho. =
Las conchas que me enbiastes vy y vos lo tengo en seruicio y pues Vasco
Nuñez sera ya buelto de su viaje escriuidme en el primero navio que
acá venyere muy particularmente lo que alia avra hallado que desseo
saberlo.
Dezis que por la indisposigion de la gente y por el tiempo no me en-
biays aves ni otras cossas no tengays cuydado ninguno de lo enbiar y
tenedle grande de vuestra salud y de todos y de la población y bien y
remedio dessa tierra que esto es de lo que yo mas holgare/ y en que mas
seruigio puedo rescibir que para aquello en tienpo se vera.
Alonso de la puente nuestro thesorero me escriue que tiene tres ofi-
ciales que ponen recabdo y entienden en nuestra hazienda y pide que se
le pague salario para ellos por ende yo vos mando y encargo que os in-
formeys bien de lo que en esto dize y sabido la verdad consyderado el
partido que el tiene y lo que vieredes que conviene sy os pareciere que
tiene razón en ello proveedlo como vieredes ques justo y en manera que
el no reciba agrauio y mirando lo que arriba digo de escusar el gasto
que buenamente se pudiere escusar y hacedme saber lo que en ello pro-
veyeredes para que sy bien esto estouiere lo apruebe y de otra manera
se proueaj como conveniere a nuestro seruigio de Aranda a II dias de
Agosto de D. XV. años. — Yo el Rey e señalada del obispo.
37
(Año de 1515. — Agosto 2, Aranda). — Caita del Rey á Vasco Núñez de Balboa orde-
nándole que continúe allí á pesar de sus deseos de venir á España por ser nece-
sarios sus servicios. — (A. de 1., p. 2 1-1-18).
El Rey. — Basco Nuñez de Balboa nuestro adelantado de la costa de
la mar del Sur ques en Castilla del Oro y nuestro Gobernador de las
prouingias de Panamá y Coyua bi buestras letras de primero de Agosto
y de 23 de Nouienbre de 1514. Y tengo os en seruigio lo que degis que ol-
gastes con la yda de nuestro lugarteniente general y de la gente que con
el fue y lo que de§is sobre la población dessa tierra, y en lo tocante a
ella que todo lo degis como buen seruidor nuestro. Y de todo lo que aueis
hecho e higieredes en seguir e seruir y encaminar a nuestro lugar te-
— 75 —
niente general para las cosas que cunplan a nuestro seruicio e vien desa
tierra me tengo e terne de vos por vien seruido e asi os encargo que lo
hagáis cuanto mejor pudieredes que no ay cosa por agora en que mas
me siruais y agradar que en hazer esto y en lo que de^is de los mante-
nimientos que se deuen enuiar, yo e mandado prouer como abréis visto,
porque tengo por gierto que me abéis de seruir en esas partes os e hecho
las mergedes que abréis visto por las prouisiones que della os mande des-
pachar y pues beds la voluntad y obra que yo tengo de vos onrrar y
acrecentar asi vos deveis de tener mucho cuidado de seruir las merce-
des que os avemos fecho y de mereger otras siruiendo quanto mejor pu-
dieredes en todo pues como digo mi boluntad esta aparejada para haze-
roslas. = Dezis quisiera des benir acá para darme quenta de las cosas de
alia, y fue mejor no benir y asi sera bien questeis alia y entendáis en
hazer lo que de nuestra parte os dixere y mandare nuestro lugar tiniente
general que por mas seruido me tengo de vos estando alia en esto que
viniendo acá y los auisos que hiñiendo pensauades decirme comunicadlo
alia y platicadlo con nuestro lugartiuiente general para que los que alia
pudieren prouer el los prouea y los que convinieren se me escriuan para
que yo lo sepa y envié a mandar lo que a nuestro seruigio fuere.
Muchos descontentamientos dessa tierra dizen los que de alia se an
buelto y algunos de los que alia están los escriuen pero yo todauia tengo
mucha esperanza en nuestro Señor que los trauajos pasados lo remediara
y que se an de descubrir las cosas dessa tierra como bos lo aveis escrito,
de las cosas que aveis visto y hallado me escriuid largo y particular-
mente y sea ante dos o tres personas de los mas principales que con bos
fueron porque yo mas claramente sea ynformado de todo puesto que a
buestras cartas e dado y daré todo crédito de Aranda a dos de Agosto
de 1515 años. — Yo el Rey. — Etc.
38
(Año de 1515. — Agosto 2, Aranda). — Carta del Rey al Obispo F. Juan de Qiievedo
contestando á la suya en que recomienda á Vasco Núñez. — (A. de 1., 109-1-5).
El Rey. — ^Reuerendo en Christo padre Obispo de Santa María del
Antigua del Darien vy vuestra letra de XVII de Octubre de DXIIII° y
mucho vos agradezco todo lo que en eUa dezis y he ávido placer con ver
el buen esfuerzo y esperanza que teneys de las cossas de alia y mucho
vos tengo en seruigio lo que trabajays en ayudar a nuestro lugarteniente
general en todas las cossas de essa tierra lo qual es como yo lo esperava
de vos y yo espero que con el ayuda de nuestro Señor poniendo vosotros
la diligencia y cuydado que yo tengo por cierto que porneys en las cos-
sas de alia se couplira vuestra esiJeranga.
— 76 —
Lo que dezis de las dubdas que alia se ofrecían en las instrucciones
que para esa tierra mandamos dar y lo que en ello se devria proueher
yo enbie a mandar que el lugarteniente general prouea las cossas en que
oviere dudas como le pareciere que conviene al bien de la tierra coji
vuestro paresger y de nuestros oficiales como vereys por la carta que a
vos y a ellos escriño, yo vos ruego y encargo que entendays en ello todas
las vezes quel dicho nuestro logarteniente general vos requiriere/ por-
que todo lo que con el bizieredes, pues representa nuestra persona Real
lo recibiere en tanto seruigio como sy comigo se hisyesse.
Dezis que Vasco Nuñez de balboa nos ha seruido bien y que es razón
de hacerle mercedes ya como alia avreys visto/ yo le he hecho mercedes
porque le tengo por buen seruidor y asy ge las haré adelante siruiendo
el como deve. Vos le deveys animar y consejar que continué el seruir
y que haga y syga lo que nuestro logarteniente general de nuestra parte
le dixere y mandare e que le avise e informe de todo lo que viere; que
cunple a nuestro seruigio y al bien y remedio de esta tierra que ansi nos
seruira mucho de Aranda a II dias de Agosto de DXV años. — Yo (1
Rey señalada del Obispo.
39
(Año de 1515. — Octubre 16, Santa María la Antigua). — Vasco Nvíñez á Su Alteza
(extracto de Secretax'ía); se queja de que Pedrarias no le quiere dar gente para
ir á su gobernación; pide se le autorice á llevar cien hombres de los que estaban
con él antes de ir Pedrarias. — {A. de 1., l-l-Vas)-
Dize como después que llegaron las prouisyones de que S. A. que
haya gloria le hizo merced el gouernador y oficiales le han mostrado
mala voluntad e ynbidia dello, por lo qual en nynguna manera le despa-
charan ni darán vn onbre para aquellas partes, suplica le manden des-
pacho para que pueda Uevar cient onbres.de los que con el esta van que
puedan Uevar consigo las naborías que tovieren y que no puedan ser de-
tenydos por nynguna devda que devan porque mejor lo podran pagar es-
tando en aquellas partes y que de la Española pueda sacar doscientos
onbres a su costa.
Torna a dezir el mal tratamiento de los yndios.
Dize como antes quel armada fuese el tenya XX Caciques de pazes
y con buen tratamiento que les hazia tenyan mucho amor a los cristia-
nos y que tenyan mucha obediencia a los mandamientos reales y que
todo lo que les pedia en nombre de S. A. lo daban de buena gana, y que
vna vez el cacique Comogre le dio vna hava con hasta XV libras de oro
para que la enbyase de su parte a S. A. y que le dixo que scrivyese a
- 77 —
S. A. quel se lo enbyava y como hera mucho amigo de los cristianos, y
dize como el Capitán Juan de Ayora le hizo morir mala muerte a este
Cacique, torna a suplicar por las licencias que arriva dize para sacar los
cient onbres para llevar a aquellas partes para quel pueda ir presto a
aquellas prouincias de panamá y coyba, para seruir a S. A. como desea
por ques tierra la mas hermosa y rica que en aquellas partes se ha visto
y que desto no se ha de tener duda.
40
(Año de 1515. — Octubre 18, Santa María la Antigua). — El Obispo fraj' Juan de Que-
vedo á Su Alteza (extracto de Secretaría) pide que vaya una persona á saberla
verdad de lo que allí ocurre. — (A. de 1., 1-1 '/.¿g).
Dice como muchas vezes ha scrito sobre las cosas de aquella tierra
y suplica se mande ver byen todo lo que sobre ello tiene scrito y pro-
berlo como al seruicio de V. A. cumple y que torna a repetir que vaya
una persona a saber toda la verdad de las cosas de alia porque de nada
se reciba engaño.
Dize el viage de Vasco Nuñez y los honbres que le hirieron los yndios
y la muerte del dicho Luis CarriUo.
41
(Año de 1515,— Octubre 20, Santa María la Antigua),— Los Oficiales de Tierra firme
á Su Alteza (extracto de Secretaría) dicen que ni Pedrarias ni Vasco Núñez tie-
nen condiciones para el cargo de Gobernador. — (A. de 1., 1-1-726)-
Dizen que con el sobrino de pedrarias scriuieron a V. A. entre otros
despachos vna carta como el Obispo frey Juan de Quevedo no avia he-
cho la iglesia ni avia hecho las diligencias que se requerían en la con-
versión de los Yndics ni en las otras cosas que como prelado es obligado
y como por favorecer a Vasco Nuñez tratava mal algunos del pueblo.
Dizen que con un navio del contador Yn.° López scrivieron a V. A.
como pedrarias asy por su enfermedad como por otras cosas no es para
el cargo que tiene, para que V. A. mande proueer sobre esto lo que sea
seruido.
Y dizen como el gouernador y el Obispo no están conformes y como
el Obispo querría qi.e a pedrarias se le quitase aquel cargo y se diere
a N'asco Nuñez, y dizen que ninguno dellos es para el dicho cargo por
las razones que V. A. avra visto por muchas cartas, ni el diclio Va.sco
— 78 —
Nuñez por el mal recabdo que puso en el dicho viage, que lo liazen saber
a V. A. porque son obligados a dezirle lo que sienten.
42
(Año de 1515.— Octubre 20, Santa María la Antigua). — A Sn Alteza el Gobernador
y Oficiales de Tierra firme (extracto de Secretaría) dan cuenta de la expedición
de Vasco Núñez al Dabaybe. — (A. de 1., l-l-Vae) ■
Dizen que por la mucha noticia que ay de yndios de las riquezas del
dabaybe enbyaron al adelantado Vasco Nuñez de balboa con dozientos
cubres y navios e artillería para que descobriese en aquellas partes y
buscase las minas que de ally esperan y que subiendo por el rio grande
una noche los yndios les hurtaron ciertas canoas y adelante en otro rio
pequeño pelearon con el y le hirieron a el y hasta treinta onbres entre
los cuales hirieron al Capitán Luis Carrillo de que morio el qual avia
muy bien mostrado el deseo que tenia de seruir a V. A. y que asi por
esto como por falta de mantenimientos se boluio dende a XXX dias, y
dizen que llego a los bobios del Cazique dabaybe y que no lo pudo aver
ny tomo mas de CL pesos de oro y de como sucedió la jornada anbya
ynformagion suplica se mande ver.
Dize que el Capitán gaspar de morales entro en la ysla de las perlas
y asento con el cagique que cada año de en seruicio C marcos de perlas
y que dio luego XCV marcos de perlas e oro y que eutreUas vbo vna
que se vendió alli en 1,2ÜÜ p°s. de oro y que ay en la dicha ysla mucha
madera y buena para navios y mantenimientos e piedra y que asentado
el camino y paso para la ysla se cobrara el seruigio y dará borden que
este ally vna persona para que con alguna yndustria que se de como en
paria o segund convyniere se saquen muchas perlas para que Vuestra
Alteza sea seruida.
Dizen como Juan de Tauira se ha ofrecido de descobrir con fustas
en el Rio grande de Sant Juan y que escriue sobrello para que se mande
prover.
Dizen que Diego Albiteza se ha ofresgido de descobrir a su costa en
la mar del Sur por seruir a V. al. y que para eUo dio vn memorial el
qual enbyan Véase.
Dizen lo quel thesorero scriuio a V. a. sera bien que los condenados
destas partes se enbyasen alia para poblar aqueUa tierra.
Dizen que esperan los Capitanes que fueron a la parte del levante
a descobrir las minas de mocli e tarufi y coiba para en fin de dizienbre
pasado y que harán saber las buenas nuevas que truxieren.
Dizen que enbyaron a dos Capitanes con ciertas gentes a descobrir
— 79 —
desde la prouingia de Ciiranaca y porque conforme a los mandamientos
de V. a. liasta agora se ha demandado a los yudios que den gente para
seruir y regiben grand alteragiou, liuu encargado a los dichos Capitanes
que los traten bien/ y que conforme al requerimiento de V. a. los re-
quieran y que al presente no les pidan mas del seruigio quellos hizieren
por que destos yndios que no han visto cristianos creen que desta ma-
nera se alcanzara la paz.
Véase vna rehigion que pedrarias enbya de que tales son las minas
de aquella tierra.
43
(Año de 1515. — Octubre 20, Santa María la Antigua).— A Su Alteza, Pedrarias y
Oficiales de Tierra firme (extracto de Secretaría) dicen que ya escribieron
el ofrecimiento hecho por Diego Albitez de descubrir en la mar del Sur. —
(A. de 1., 1-1 -Vas)-
Dizen como escriuieron a Su Alt.^ que aya gloria lo que acaesgio a
Vasco Nuñez yendo a descobrir el Dabaybe.
Dizen como asy mesmo escriuieron la entrada quel Capitán Gaspar
de Morales hizo en la ysla de las perlas y el asyento que tomo con el
Cagique que diese cada año a Su Alt.^ en seruigio cien marcos de perlas
y como luego le dieron XCV marcos de perlas e oro y entre eUas vyno
vna que se vendió en mil doscientos pesos. La qual vyno señalado el
tamaño en otra carta.
Dizen lo que Juan de tavira se ofreció de descobrir el rio grande
ariba/ como escriuieron a Su Alteza.
Dizen como escriuieron a Su Alteza el ofregimieuto que Diego Al-
bitez hizo de descobrir en la Mar del Sur.
Dizen lo que otra han escrito seria byen que se eubyasen aUa los
condenados a muerte y perdimiento de mienbros.
Dizen como esperan los Capitanes que fueron a las minas de Tarufi
e Coy va.
Dizen como han escrito lo de la muerte de los christiauos por los
Caciques Comogre e pocorosa e quel governador esta determinado a
castigar los colpados/ y dizen que la i>rinyipal cavsa porque los dichos
Caciques e yndios están de guerra es por que se les ha demandado con-
forme al requerimiento gente para seruir y que de aqui adelante no les
pidiran mas de lo que ellos quisieren dar asy oro como esclavos y que
asy han mandado a los Capitanes lo hagan y los traten con mucho
amor etc.
— 80
44
(Año de 1515. — Octubre 26, Santa María la Antigua). — Carta de Vasco Xúñez al
Rey denunciando los abusos que se cometían y las causas del estado precario
de la Colonia.— f-á. de i., 1-1- Vse)-
Cristianisimo y muy poderoso principe Rey nuestro Señor :
En el mes de Abril de quinientos y quinze escrivi a V.^ magestad
una carta y otras dos veces antes haciendo saber a V.* real Alteza las
cosas que acá an sucedido desde que aqui llego el gobernador pedravias
de Avila con el armada y ansi mismo suplicando a Vra. Magestad man-
dase que viniese aqui una persona para que tomase ynformacion de
todas las cosas que acá an sucedido basta agora porque esta de tal
manera la tierra que cumple mucho al servicio de V.^ R. alteza poner
termino antes que se pierda todo, porque están ya las cosas en tal estado
que el que las oviere de tornar a poner en el estado en que solian estal-
le cunple no echarse a dormir ni desquidarse porque adonde los caciques
e indios estavan como ovejas sean tornado como leones bravos y anto-
mado tanto atrevimiento que otros tiempos solian salir a los caminos
con i)resentes a los cristianos y agora salen a los saltear y los matan
reciamente y esto a sido a cabsa del mal tratamiento que los Capitanes
que an andado fuera en las entradas les an hecho y las muertes que an
dado a muchos caciques e indios sin aver cabsa ni razón para ello y
ansimismo los robos que les an hecho porque no abastado tomarles las
haziendas syno los hijos y mugeres chicos y grandes de lo qual dios
nuestro Señor a sido muy deservido y Vuestra Alteza, y demás del de-
servicio V. R. Alteza a perdido mucha cantidad de sus Rentas, lo qual
de antes estava enhilado de tal manera que de aqui adelante se ovyera
mucho provecho porque en la tierra ay deque a dios gracias y si al pri-
mer Capitán que fue a entrar que fue Juan de Ayora le castigaran por
los daños que hizo que fueron muchos en los caciques que estaban de
pazes, no ovieran tenido atrevimiento los Capitanes que después an ydo
a entrar a cometer y azer otros muy grandes escesos y daños que des-
pués an hecho por la tierra, matando muchos caciques e yndios por les
robar, y trayendoles las mugeres e hijos y hazerles esclavos syn cabsa
legitima para ello, en muchas partes que los caciques están de pazes
y no an acometido cosa porque daño deviesen rescibir, antes en muchas
partes les an dado oro de presentes y no contentos con esto estando en de
pazes los yndios les van a saltear las mugeres e hijos y a tomarles el oro
que les queda, porque de verdad certifico a V.^ Magestad que a acae-
cido en partes venir los caciques con oro de presentes y traer una vez
— 81 —
o dos o tres oro a los Capitanes y traerles de comer y mandar por otra
parte a donde tenían las mugares y naborías y su oro y robárselo todo
y sin ninguna conciencia herrarlos por esclavos y a acaecido de traer
en vezes un cacique oclio myll pesos de oro y enbiar el Capitán por otra
parte y tomarle otros tres mili pesos de oro y las mugeres y hijos y na-
borías y hazerles esclavos y todas estas cosas y otras muy graves <?e
pasan sin castigo, por donde a sydo cabsa que no ay cacique ni yndio
de pazes en toda la tierra syno es el cacique de Careta que esta a media
cara porque esta cerca de aquí, por manera Muy poderoso Señor que
oviera sido bien menester que Vra. Magestad oviera mandado proveer
de una persona que oviera tomado ynformacion de lo que acá a pasado
para que sabiéndolo V. R. Alteza oviera mandado proveer lo que cum-
plía a su servicio porque de verdad muy poderoso Señor que si ansi
diura como va agora solamente un año quedara la tierra tan asolada
que después no sea posible tornarse a remediar aunque Vuestra Alteza
mande gastar otros quarenta mili pesos de oro como se an gastado en
esta armada en costas y sueldos y gastos hasta agora lo qual estava
bien escusado de gastar según el poco fruto que después que el armada
vino se a avydo y quiero hacer saber a Vuestra Magestad que para pa-
garse la costa que Vuestra Alteza acá tiene cada un año es menester
que se aya quento de sesenta mili pesos de oro poco mas o menos y para
traerse cada año sesenta mili pesos de oro de esta ciudad era menester
darse otro mejor recabdo que sea dado e da, y podra V. R. Alteza estar
seguro que le enbíaran destas partes muy poco oro en tanto que la tie-
rra se governare de la manera que agora, porque a de saber Vuestra
Magestad que ay muchos goveruadores acá y cada vno procura de apro-
bechar a sus allegados y vayan las cosas por do fueren^ en lo qual deve
V. R. Alteza mandar proveer con tiempo, y antes de agora e escrito a
Vuestra Alteza haziendole saber que avria gran confusión si los Oficia-
les de V. R. alteza entendían en las cosas de la governacion, porque
para las cosas de acá no conviene que aya muchos pareceres, especial-
mente siendo diferentes, porque deverdad si cada cosa de las que pasan
oviese de relatar se espantaría Vuestra Alteza porque los vnos dizeu
mal de los otros y los otros de los otros y ay entre eUos muy poca cos-
tancia en lo que conviene y de cada día ay mili mudangas, los vnos
quieren mudar las cosas por vna parte y los otros por otra. Cada vno
sigue por donde cree que mas interese se le puede venir y si el Obispo
no se oviera hallado enmedio crea V, R. Alteza que oviera ávido muy
mayores daños de los que ay, porque a la contina procura entrellos en
lo que toca al servicio de Vuestra Alteza se haga, porque de verdad de-
mas de dezirles lo que le parece y de les consejar en el pulpito les re-
prehende myll vezes y contodo no basta.
Quiero hazer saber a Vuestra Magestad que de cíen onbres que se
6
— 82 —
pagan de sueldo que cada vno procura de tomar los que mas puede para
si, ansí el governador como los Oñciales, si pagan ellos alguna gente
no se sabe, porque hasta agora el primero alarde tenemos por ver que
se aya hecho, lo que se sabe que se paga es a ciertos tronpetas y oficia-
les y algunos onbres para la guarda del governador, todo lo demás ve-
mos que se consume entrellos y acá bien que decir dello y de otras mu-
chas cosas que cunple Vuestra Alteza mande probeer de remedio con
tienpo antes que mas se pierda la tierra.
Muy poderoso Señor lo que a sucedido después que yo e escrito a
\''uestra Magestad es que de aqui se partió un Capitán a la parte de
las sierras de Vraba y entro por la sierra adentro veynte leguas con hasta
ciento e veinte onbres y matáronle los yndios y ahogaronsele hasta cin-
quenta, dellos y los demás vynieron muy desbaratados y perdidos tra-
jieron hasta dos mili pesos de oro.
Fue otro Capitán por el golfo de Sant Myguel y a la isla rica de las
perlas con hasta ochenta onbres y mataron los yndios los veinte y cinco
dellos y volvieron huyendo aqui y en esta entrada sepa Vuestra Mages-
tad que se hizo una crueldad la mayor que nunca se a hecho entre alá-
rabes ni cristianos ni otra ninguna generación y fue que viniéndose de
camino este Capitán con los cristianos que le avian quedado trayan
hasta cient yndios e yndias la mayor parte mugeres y mochachos y
trayeudoles atados en cadenas e hicos mando el Capitán que se dize
gaspar de morales, es criado del governador, que a todos les cortasen
las cabezas y les diesen de estocadas y ansi se hizo que ningún yndio
ni yndia de las que trayan escapo ecebto los que traya el Capitán y
algunas yndias que eran de la ysla rica de las perlas y pasado esto ve-
niendose de camino dieron en un cacique y todos quantos yndios allí
podieron tomar los mataron muy crudamente.
Todo esto muy poderoso señor se pasa sin castigo de que a sido cabsa
esto y otras muchas cosas que parecen a esto de alzarse los yndios y
ponerse en lo que se ponen y matan a quantos cristianos pueden aver
ansi por los daños y crueldades que de los cristianos reciben como por
verles andar a mal recabdo lo que a este Capitán acaeció en la isla rica
es que como llego con la gente que consigo Uevava dieron en la pobla-
ción de los yndios y tomaron lo que pudieron y el cacique con alguna
de su gente vyno a manera de guerra y se bolvio y estuvo ciertos dias
que no vino a los cristianos y en este tiempo le quemaron la mitad de
las casas y el mayz que tenian dentro y luego vino el cacique de paz y
les dio quinze o deziseis marchos de perlas y quatro miU pesos de oro
y les Uevo adonde cogían las perlas y les hizo coger algunas perlas y
quedo de pazes, y contodo este desque fue llegado aquel Capitán, die-
ron i^or esclavos a todos los yndios e yndias que trayan de la ysla rica
sin nynguna conciencia.
— 83 -
Sepa Vuestra Magestad qne se trajo desta ysla rica una perla entre
las otras que pesava diez tominas muy perfecta sin ninguna raza ni
macula y de muy lindo color y lustre y hechura que en verdad es joya
que bien pertenecya para Vuestra Magestad y mas por ser destas par-
tes, anduvo en el almoneda y rematóse en mil e doscientos pesos de
oro y sacóla un mercader y luego la torno a ver el governador; los
oficiales de Vuestra Real Alteza me parece que no la quisyeron aver
porque dezian que no tenian dineros, bien la pudieran sacar si quisie-
ran, sino que lo que acá tenemos creydo, es que se quieren liazer pago
de sus salarios del oro que agora se a de la tierra, porque sy les oviesen
de tomar quenta que antes Vuestra Alteza les haga alcanzar a ellos
que no que alcanzen ellos a Vuestra Alteza y esto vera Vuestra Real
Magestad el tiempo andando si algún oro se o viere.
La hechura de la perla y su tamaño es esta (aquí hay un dibujo de
la perla en su tamaño) horadada por lo alto en el pe^on della.
Es ydo un Capitán con ciento y quarenta onbres de aquella parte
del golfo de Uraba y entro por el caribana para yr la via del Qenu no
se a sabido mas del que a hecho : ydo an a ver la costa por donde entro
con vn vergantin dos o tres vezes y estíin alia dos o tres dias y buelvense
luego, hago saber a Vuestra Real Magestad que esta fue una entrada
bien fuera de razón y la cabsa es porque la gente iva muy flaca y eran
los mas dellos para muy poco y demás desto porque lels echaron de 'a
parte del golfo y no les dexaron navio que les esperase en la costa para
quando bolbiesen, es tierra adonde an de salir que si algunos dias es-
peran alli que no tengan en que i^asar escaparan muy pocos dellos sy
dios no les remedia, muy mala esperansa se tiene dellos que volverán
según esta la tierra : ha sido esta entrada como quien envia ganado a la
carnegeria, nuestro señor lo remedie como mas sea servido.
Son ydos otros dos Capitanes a la costa de Veragua al nombre de
dios para entrar por alli a las prouincias de Coyba e panamá a la mar
del Sur, mucho a que se fueron, no se sabe dellos nada, dios los guie,
sepa Vuestra reiil Alteza qnestos dos Capitanes fueron enbiados con la
yntencion que dios sabe, r»orque los enbiaron después que vinieron las
prouisiones de Vuestra Real Magestad en (pie me haze merced de la
governacion de aquellas prouincias, ellos las dexaran tales qual Vues-
tra Alteza.
Placiendo a dios sabrá muy poderoso Señor en el mes de Junio de
DXV escrevi a Vuestra magestad haziendole saber como yo yva a la pro-
uincia del davayve con doscientos onbres y con voluntad de llegar sy dios
fuese seruido hasta adonde tenemos creido que esta la mayor parte de la
riqueza (pie ay en estas partes. Vuestra R(-al Alteza sabrá que yo sali
(le aqni con ciento e noventa onbres y fui a la prouincia del davayve, y
dimos en vn pueblo de vn I*rinc¡i»al y huyeron que fuymos sentidos, y
— 84 —
tomamos ciertas personas y de alli fuimos por tierra a la población del
cacique davayve y ansi mismo era alzado y tomamos de alli ciertas per-
sonas de que o vimos ynformacion de las minas que ay en la tierra
adentro y de como davayve avia el oro, y dizen de cierto que ay grandes
minas hasta diez jornadas de alli la tierra adentro y que todos los ca-
ciques lo cogen, no jjude hacer venir al cacique a ablar conmigo aunque
estuve alli diez dias y le envié llamar algunas veces. Muy poderoso
señor la cabsa ¡jorque me bolui es porque en toda la tierra de davayve
no hallamos de comer ni a vn para vn mes a cabsa que a ávido mucha
langosta y destruyda toda la tierra, y si yo quisiera entrar la tierra
adentro avia de dexar con los navios sesenta o setenta onbres para los
guardar y no tenian de comer ni de donde lo podiesen aver en ninguna
manera que íor9ado los avian de desamparar para yr a buscar de comer
o venirse en ellos al darien, y esto era lo mas cierto porque en toda
aquella cosüi no ay agora de comer cosa ninguna, la causa es porque
ay mucha langosta y porque los yndios están muy recelosos de los cris-
tianos y labran poco no están de asiento con el miedo que tienen, y
hizo mucho daúo vn Capitán que llego al cuquiri vn cacique que es dos
jornadas del davayve, y por esto estavan los del davayse regelados y
alzados.
Partimos de aUi para el rio grande arriba a buscar de comer para
do dejásemos los navios y de aUi entrar la tierra adentro, yendo el rio
arriba acordamos que la mayor parte de la gente fuese a una prouincia
que se dice ybebeyva e yo que fuese el rio arriba a tomar vn pueblo de
pescadores que estava dos jornadas de alli, y fuymos nuestro camino el
rio arriba e yba alli Luis Castillo en vna canoa e yo iva en otra y otras
dos canoas, y vamos por todos hasta cinquenta onbres y de nuestra ven-
tura saliéronos al camino siete o ocho canoas de yndios de gaerra, y
como los cristianos se sepan mal regir en estas canoas especialmente
los que a poco que vinieron de CastiUa tuvieron tal manera los yndios
que nos dieron vna refriega de sus armas varas que antes que nos pu-
diésemos remediar nos tenian heridos los treinta onbres y a muchos de-
llos con quatro y cinco heridas a my me hirieran en la cabega muy mal y
estuve en harto peligro agora estoy sano a dios gracias : y la canoa en
que yo yva nos la hizieron perder porque nunca podimos tomar tierra
y fuenos forzado de la dejar, la en que yva Luis Castillo y las otras dos
podieron tomar tierra y alli se defendieron, plugo a nuestro señor que
a Luis Castillo le dieran vna varada por los pechos de que murió desque
aqui llego y otros dos onbres, y acaecido esto voluimos adonde quedava
la otra gente con harto trabajo y hallárnosla con mucha necesidad de
bastimentos y sin ningún remedio de poderlos aver y vistos los pocos
bastimentos que ijor toda la tierra avia a cabsa de la langosta acorda-
mos todos los Capitanes y onbres de bien que conmigo y van de nos
— 85 —
boliier porque al presente que fuimos no avia remedio ninguno, y si
mas adelante procuráramos de pasar; pudiera ser que la mas de la
gente no boluiera acá de hanbre.
Muy poderoso señor aunque esto aya acaecido no por eso se a de perder
la esperanza que de coutino se a tenido, porque agora tenemos mas
ciertas nuevas de la riqueza que en aquellas partes ay que nunca se a
tenido y de que aya mejor aparejo ansi de prouision como de navios se
podra tornar a aquella tierra plaziendo a dios, y porque creo que escri-
viran a vuestra magestad alguna cosa sobre este caso de acá, suplico a
Vuestra Real Magestad se la de el crédito que es razón de dar a donde
enbidia y mala voluntad mora.
Muy poderoso señor para que Vuestra magestad no este engañado
yo como muy leal y muy verdadero servidor y persona que es obligada
a su muy real seruicio todos los dias que bibiere y los que de mi subce-
dieren por las mui grandes mercedes que de Vuestra magestad e rece-
bido y espero me haga otras muy mayores con salud y vida de Vuestra
Real Alteza por lo qual le beso sus muy reales pies y manos, le quiero
desengañar y liazer saber ansi de las cosas de la tierra como de la per-
sona y cosas del governador pedrarias davila para que vuestra magos-
tad mande probeer lo que mas sea seruido.
En quanto a la persona del governador aunque es persona onrrada
Vuestra Alteza sabrá que el es muy viejo para estas partes y esta mui
doliente de gran enfermedad nue nunca a estado vn dia bueno y después
que aqui vino, es onbre muy acelerado en demasya. es onbre que no le
pena mucho aunque se quede la mitad de la gente perdida en las en-
tradas, nunca a castigado los daños y muertes de onbres que se an
hecho en las entradas ansy de los caciques como yndios, a dexado de
castigar hurtos de oro v perlas que los Capitanes an hurtado en las
entradas muy claramente, y Capitán a ávido que dio de lo que traya
hurtado seiscientos pesos de oro y no se hablo mas en ello, y no se sabe
la cabsa porque, anle dexado yr a Castilla a este Capitán y a otros,
publicamente se decian sus hurtos, vimos muchas veces que sy algunas
personas de la gente de los que con los Capitanes se yvan a las entradas
se quexaban dellos los asonbravan de manera que otros no se quexaba
ni osava quexarse en este caso de hurtar ay bien que decir, porque de
verdad anda todo muy fuera de razón y sin concierto ninguno; es per-
sona que le aplaze mucho ver discordia entre los vnos y los otros y sino
la ay el la pone diziendo mal de los vnos a los otros, esto tiene muy
largamente por vicio, es onbre que metido en sus granjerias y codicia
no se le aquerda si es governador ni entiende en otra cosa porque no se
le da nada que se pierda todo el mundo o que se gane como sino fuese
governador.
En las cosas de la govemacion y en poblar la tierra avria mas con-
— 86 —
sejo menester del que tiene j si se lo dan ere que es para lo engañar, a
todos da mui poco crédito si no es alguna persona de quien el entiende
aver algún interese ase mostrado muchas vezes muy codicioso e rigoroso
contra los Regidores porque le decian algunas cosas que cumplían al
servicio de Vuestra Alteza y al bien común de la república y ansi mismo
contra qualquiera persona que algo le contradize. En las cosas de la
hazienda de Vuestra Magestad, por cierto el tiene muy poco quydado
ni se le aquerda mucho della, es onbre en quien reina toda la enbidia
del mundo y codicia, pésale en grand manera si vee que ay amistad
entre algunas personas de bien, aplazele ver y oir consejas y parlas de
los vnos y de los otros, es onbre que muy ligeramente da crédito a las
cosas de mal antes que a las del bien ni a los que le podrían aprovechar :
es persona sin ningund regimiento y sin ninguna maña ni ingenio
jiara las cosas de la governacion, es onbre que claramente paresce que
tiene pospuesto atrás y en olvido todo el seruicio de Vuestra Alteza y
las cosas de propia onrra por solamente vn peso de oro que se le siga
de ynterese y por no ser mas prolix». dexo de hazer saber a Vuestra Real
Alteza, otras infinitas cosas que consisten en su mala condición y que
no avian de caber en persona que tan grand cargo tiene y tanta y tan
onrrada gente a de regir y administrar.
Lo que a Vuestra Magestad suplico porque yo no sea tenido en pose-
sión de maldiziente es que mande tomar información desto que yo digo
de todas las personas que destas partes van y vera Vuestra Alteza cla-
ramente ser verdad todo lo que tengo dicho.
En lo que toca a las cosas de la tierra hago saber a Vuestra Mages-
tad que es muy rica como otras veces e escrito a Vuestra Real Alteza
y muy largo, y que j)or las grandes muestras que emos visto se a de
tener por muy cierto principalmente que mucha parte se a visto por los
ojos muy claramente, y porque creo quel governador y Oficiales de Vues-
tra Alteza avran escrito otra cosa della, le hago saber a Vuestra Ma-
gestad que por encubrir su mal recabdo lo harán, porque a de estar
Vuestra. Real Alteza cierto y a de creer syn dubda ninguna que le han
desservido en tanto grado y en tan grand manera, que aunque ellos
fueran estraugeros de los reinos de Castilla no lo podieran hazer peor
avuque adrede lo quisieran hazer, por manera mui poderoso señor que
avnque tuviesen muchas rentas todos ellos, no les bastarla para pagar
lo que an destruydo y consentido robar y destruyr, porque de verdad
an destruydo a Vuestra Alteza la mejor gente de caciques e indios y
de mejor conversación y domésticos que nunca en la isla Española y
islas y tierra de las indias se a hallado y en la mas hermosa tierra y
mas sana que se aya visto en estas partes, porque certifico en verdad
a Vuestra Magestad que es la tierra nueva de la mar del Sur la mas
hermosa y talantosa y siina que nunca se a visto en las yndias ansi en
— 87 —
las islas como en la tierra firme y porque lo e visto todo lo podre certi-
ficar a Vuestra Alteza, y porque creo que couozco alguna cosa de la
calidad de la tierra, y como ya e suplicado a Vuestra Magestad suplico
mande aver mui larga ynformacion de todo en la Casa de la Contrata-
5Í0U de Sevilla o donde Vuestra Real alteza mas sea seruido, de las
personas que de aqui van para se quitar de dubda, Xuestro Señor la
vida y mui Real estadu de ^'uestra Magestad prospere con acrecenüi-
miento de muchos mas Reinos y señoríos, de Santa Maria dell Antigua,
oy martes XYl de Otubre de DXV años. — beso los Reales pies y manos
de vuestra magestad. — A'asco Nuñez de Valboa. — Adelantado.
45
(Año de 1515. — Noviembre 20, Santa María la Antigua). - A Su Alteza el Licenciado
Espinosa (extracto de Secretaría) manifiesta que hacía cuatro meses que remi-
tió el proceso de la residencia de Vasco Núñez menos una parte que envía
ahora. — (A. del., l-l-Vae)-
Dize que la resydencia que su Altega mando que se tomase a Vasco
Nuñez de Valboa e a sus oficiales se tomo y que la relación de lo que
en ella se auia fecho con mas la pesquisa secreta se eubio en vna nao
que partió de alia quatro meses antes desto/ escei)to quatro procesos
que por no se poder acabar entonges lo enbia agora y que a cabsa
de las nescesidades y fatigas que huvo luego que fueron alli acordó el
teniente general de disymular e suspender algunos pleitos criminales
e congegiles entre el governador e Vasco Isuñez e otras personas e que
si se diera lugar a ello fuera cosa que nunca se acabara/ porque todos
los vecinos travavan pleitos/ y que la cabsa del daño de la tierra es los
pleitos/ como otras vezes ha escripto.
Dize que el teniente general va a pacificar e poblar las provincias
de Comogre e Pocorosa e la otra mar del Sur e a castigar los que fue-
ron en la muerte de los cristianos e destruymiento del pueblo de Santa
Cruz /y que tanbien va el con el dicho governador, porque le parege
que en aquel viaje puede bien seruir. Y quel proceso contra los yndios
va fecho como se hiziera en Castilla/ y quel dicho governador va con
voluntad de sy los hallare con algún conocimiento de vsar de piedad.
Dize que deve syenpre Su alteza hazer mercedes aquel pueblo y a
los primeros pobladores del/ porque han seruido muncho y están po-
bres/ y cree que sera aquella tierra la mejor del mundo/.
Dize que con el salario que se le da con el dicho ofiyio de Alcalde
- 88 —
mayor no se puede sostener/ suplica a Su alt.* que si alli ha de seruir
le manden crecer el dicho salario de manera que pueda seruir como
desea.
46
(Año de 1515. — Noviembre 20, Santa María la Antigua). — A Su Alteza los Oficiales
de Tierra firme (extracto de Secretaría) insisten en que ni el Obispo ni Pedra-
rias ni Vasco Núñez deben estar allí. — (A. de i., l-l-Vae)-
Dizen como eseriuieron a Su alteza que el Obispo frey Juan de que-
vedo no avya bendezido la yglesia ny avya tenido la horden que se re-
quería en la conbersyon de los yndios.
Y como por faborecer a Vasco Nuñez tratava mal a algunos del pue-
blo, etc.
Dizen asy mesmo como por otra carta que con el dicho Obispo escri-
bieron hizieron saber a Su Alteza como pedraryas no hera para el cargo
que tiene y que en lo que han firmado en entranbas cosas del vno contra
el otro, y en le abisar de las diferencias que han tenido e tienen pien-
san que han seruido/ y concluyen que ni el Obispo ny Pedrarias ny
Vasco Nuñez son para los cargos que tienen por lo que han escripto.
47
(Año de 1515. — Noviembre 22, Santa María la Antigua). — A Su Alteza el Obispo
Fray Juan de Quevedo (extracto de Secretaría) da cuenta de la salida de Pedra-
rias para Comogre y Tubanama y que él ha escrito al Tesorero Pasamente lo
que allí pasa. — (A. de 1., 1-1-V26)-
Dize que regibio la carta que Su Alteza le mando escriuir y que
todos juntamente responden a las cosas que se les escriuieron.
Haze saber lo de la yda de pedrarias a las yslas de Comogre e tuba-
nama/ y que va con mucha flaqueza y buena voluntad del fin de la
jornada.
Dize que como todos en aquellas partes y el tienen por verdadero
servidor de Su Altega al Thesorero Miguel de pasamonte y sabe las co-
sas de aquellas tierras muy particularmente/ le ha escripto muchas ve-
zes y fecho saber lo que aUa pasa por quel lo haga saber acá para que
se prouea lo que convenga/.
Dize el i)oco fruto que de sus ydas alia se a seguido/ como otras
muchas veges ha escripto.
89
48
»
(Año de 1515. — Noviembre 23, Santa María la Antigua). — A Su Alteza Alonso de la
Puente (extracto de Secretaría) recomienda con gran interés el ofrecimiento de
Diego de Albitez de fundar poblaciones y hacer descubrimientos en la mar del
Sur.— f4. de i., 1-1- Vae)-
Dize que recibió la cartel de Su Alteza de II de Agosto.
Que la merced que Su Alteza hizo a los vesinos de aquella gibdad
para que no paguen diezmo del tienpo pasado fue muy bien proveydo
por que sentían pena en lo pagar/ y que fue muy conviniente la limosna
para la obra de la Yglesia y la del Ospital avnque ya no ay tantos po-
bres enfermos como quando se escriuio.
Dize que con Rodrigo de Colmenares enbio por memorial algunas
cosas, que parecen convenientes de proueer en la tierra demás de las
que agora fueron proveydas/ suplica las mande proueer/.
Dize que besa las manos a Su Alteza por la merced que le hizo de
proueer lo que enbio a su})licar de los tres Oficiales de que tiene nece-
sidad para sus cargos. Y que lo menos que en aquella tierra se puede
dar a vno para que entienda en qualquier negoyio son XXX mil mara-
vedís y el governador les mando dar LX mil todos tres que sale a XX
mil cada vno/ y que por no ynportunar mas sobrello lo ovo por bien/
Suplica lo manden aprouar por su carta.
Suplica a Su Alteza que los LY mil que tenia de quitación que Su
Alteza le hizo merced que se le librasen de tres en tres años en badajoz
para el sostenimiento de su muger e hijos que se le asentasen de por
vida por escusar a su muger de sacar libranzas dellos.
Dize que en la ynstrugion que se le dio se manda que lo que pagara
de extraordinario sea con acuerdo de todos y en poca cantidad/ que en
lo gastado hasta el tiempo quel escriño y Su Alteza mando responder que
fue hasia dos mil doscientos ventitres pesos de oro que se auian gastado
hasta XVIII" de otubre de DXIIIP/ y en los doscientos pesos del ospital
fue bien proueydo/ y que Vuestra Alteza escriuio que pudiese el Gover-
nador dispensar en los gastos e otras cosas de alli adelante/ de manera
que lo gastado en aquel tienpo de XVIII° de otubre de DXIIII° de que
face aprouacion hasta que llego la nueva comisyon que fue a XXVI de
Otubre de DXV que son dos mil ochocientos pesos de oro no ay aproua-
cion y conviene que la aya para su descargo/ suplica lo mande proueer
por carta/.
Haze saber la yda del governador a las yslas de panamá y Comogre
— 90 —
y pocorosa-/ y el deseo que el governador Ueva de que aya el fui que todos
desean y esperan/ y los Capitanes que van con el.
Dizen quel governador y los oficiales han escripto a su alteza y agora
escriuen que diego Albites tiene deseo de seruir a su alteza y decubrir
en la Mar del Sur/ dizieudo lo que lian conogido del y de su buena abi-
lidad y suplicándole liiziese mercedes y honrras de su persona por que
con mas voluntad se dispusyese a seruir/ y que ha procurado de saber
el proposito de su jornada/ y es que tiene pensado dándole Dios vida
para seruir a su alteza que los aparejos de los navios e bastimentos
los ha de Uevar por tierra desde Careta que es en aquella costa hasta
la mar del Sur al golfo de San Miguel o en otra parte que mas convi-
niente paresca/ o haUando trauiesa desde el golfo de San blas que es en
aquella costa, hasta la otra parte de la mar del Sur donde aya dispusy-
cion para pueblo y hazerlo entretanto que los oficiales aparejan los
navios y proueer que haga la mitad de la gente sementeras para que se
sostengan e continúen su población y descubran minas porque el ha
estado en aquella tierra y dize que las ay y que es tierra rica.
Y que dexado proueydo con la mitad de la gente a los navios seguir
la costa del levante docientas o trezientas leguas o lo que pudieren/ y
procurar por la tierra de se ynformar de la otra tierra o yslas en la mar/
e si hallare alguna buena nueva e viere que los navios son tales que
Uevara bastante para se arriscar a atravesar a la otra costa e yslas que
lo híira/ y sy supiere que sera peligroso su pasaje, con las nuevas de lo que
ouiere hallado en la costa se bolvera a la población que asy ouiere de-
xado fecha y con aparejo de carpinteros e aserradores e herreros e
otros proueymientos que piensa que Su Alteza le ha de eul)iar por lo que
enbio a suplicar con el bachiller de encizo e el estima que hará dos
caravelas de a XXX toneladas e con ellas tornar en demanda de lo que
huviere sabido e de lo que mas podiere saber e en efecto dize que piensa
de seguir por la dicha mar del Sur a la parte del levante a descubrir
el cabo de Sant agostin que sale a la mar de España/ y que descubrién-
dose tal cosa que de la mar de España partiesen los navios para la mar
del Sur e se llevasen mercaderías e bastimentos seria muy grand ri-
queza/ y que esa tierra que el dicho Diego Alvitez piensa descubrir
pare(;e que se hallara debaxo de la linea equinogial y en partes donde
haze operación con la dicha linea el circulo del Sol/ como se podra veer
por el mapamundi.
Dize que el dicho Diego x4.1vites enbia a suplicar por memorial lo
que le parece conviniente para el viaje y lo traxo el bachiller de Enrizo/
y que cree que es muy seruidor de Vuestra alteza y onbre para hazer lo
que ofrece y platico en las cosas de la mar y de la guerra.
Dize que ha mirado munclio en todo lo que ha sucedido del tratamiento
de los yndios y syguiendo los términos de lo que Su Alteza manda por
— 91 —
sus yustruciones mas han tenido manera los Capitanes de robar y alte-
rar los yndios que no de pacificar y poblar/ por que dizen que yendo
como van en las entradas conviene para ser aprouechados y sostener la
gente/ y tanbien porque ráensan que simen en traer queutos de oro y
esclauos ¡lara sostener los gastos que Su Alteza, manda gastar/ y para
aquello salteanlos y tomanles todo el oro y perlas que tienen/ y todos
los esclauos que les dan de los yndios que prenden de otros caciques e
les toman sus mugeres e hijos y debdos y sus principales y los toman
por esclauos porque los re«iuerimieutos no los entienden ni los cunplen/
y antes se consienteseu matar que no dar tergia ni quarta ni quinta parte
de gente para seruir fuera de sus tierras y fácilmente sufren la muerte
por aquella defensa/ de manera que los cristianos no tienen otro fin
syno yr en las entradas y traer oro y esclavos para yrse a Castilla/ y
que teniendo este fin hablalles en poblar es tocar en Espíritu Santo/ de
manera que no se consigue lo que Su Alteza manda/ y que para remedio
de aquello/ de su ñaca juicio y por lo que se ha ynformado de los que
han tratado la española y aíiuella tierra conuernia proueer ciertos capí-
tulos que en su carta escriue que es menester veer a la letra.
Tanbien escriue sobre la población de los dos lugares y enbian el
memorial de lo que dio Diego Albites que les parece cosa muy convi-
niente y prouechosa/ es menester que se vea.
Y que si Su Alteza se quisiere seruir del dicho diego Alvites en lo
que se a proferido del descubrir/ que ya quando vaya el despacho dello
estaran principiados los pueblos y se porna persona que los continué
no quitándose al dicho diego alvites el cargo dellos pues ha fecho el
pr-ingipio y ofrecimiento.
Dize manda por sus ynstruciones que lo que ganaren las naborías
las ayan y las tengan y quando alguno muere en la guerra el governador
toma sus naborias y las da aquien quiere y quedan las haziendas destos
tales que mueren perdidas que no las quiere conprar nadie ni se puede
hazer ninguna obra pia por ellos porque son haziendas que tratan los
yndios y las sostienen y quando les quedasen las naborias como la
otra hazienda hallarse ya quien sela conprase/ y que desto se quexan
todos/ especialmente de los que mueren en la guerra que Su Alteza lo
deve mandar proueer/ porque las naborias las ganan en las entradas
con mucho trabajo/ y no son que se las ayan dado de repartimiento.
Dize que ya se avra sabido por las cartas que han escripto el gover-
nador y Oficiales como Gaspar de Morales paso a la Ysla de las Perlas
y como asento con el cacique e yndios que diesen en cada vn año de ser-
uicio cient marcos de perlas y que agora abian comentado a encomen-
dar a algunas personas de bien algunos caciques de los mas cercanos
para que los sosyeguen e los pacifiquen e administren en las cosas de
la fe e escriue sobre ello otras cosas etc.
— 92 —
Dize que los prouechos que se syguen desto son que se puebla la
tierra que se sacaran perlas para su alteza y para los cristianos estando
poblada y conpliran los yndios el asiento que hizieron/ que los que
hizieren armadas e navios para descubrir en la mar del Sur hallaran
alli mantenimientos e madera e otros aparejos para sus viajes quando
faltare en la costa del dicho mar que es en algunas partes estéril para
las dichas prouisiones/ y que aviendo alli pobladores se sabrá lo que ay
en las otras grandes yslas que están a vista de la dicha ysla que dize
que están despobladas.
Suplica a Su Alteza le haga merced del abito de la Orden de San-
tiago pues sus pasados fueron Cavalleros della y sus seruicios lo mere-
cen/ y para mas abtoridad de su oficio.
49
(Año de 1515.— Noviembre 25, Santa María la Antigua). — A Su Alteza Pedrarias
Dávila (extracto de Secretaría) dice que ha favorecido á Vasco Núñez como Su
Alteza le mandó. — (A de 1., l-l-Vae)-
Dize que en lo de la dispusygion de la tierra donde los asyentos de
los pueblos se han de hazer se mirara lo que se le ha enbiado a mandar.
Dize que aqueUa gibdad del antigua es buena que los que se han
venydo por encobrir su poco animo la han difamado/ y cada dia se
ennoblece mas y que esta en muy buen sytio para descobrir las riquezas
e minas que dizeu que ay/ e que para el probeymiento de aquella tierra •
ay en ella muy mas ricas minas que las de la española e de muy sobido
oro y grandes pastos riberas montes y tierras para sembrar y que ahun-
que no esta en alto tiene buenos ayres/ y que la pringipal cosa porque
adolescio tanta gente fue por no saber aprobecharse del agua que se ha
hallado ser mejor reposada/ y tanbyen por la pestilencia general en
aquellas partes/ y dize como ya se avyan desamparado las minas/ y que
supo que heran grand cosa e enbyo ocho onbres a su costa los quales
desde Santa Maria de Agosto de DXV hasta en fin de Otubre del dicho
año le cogieron quinientos castellanos y quel esta mal con todos porque
querian que desfavoresgiese la tierra por alcangar mercedes por la es-
tada de alia/ y dize que conviene que se le diese licencia para venir
acá a ynformar de las cosas de aquella tierra y boluerse luego/ e yu-
biarle el teniente a costa de su salario.
Que ha faboregido a Vasco Nuñez y mirado sus cosas como su alteza
se lo enbyo a mandar y le concertó con los que le acusavan criminalmente
y suspendió sus causas.
— 93 —
Que mando que estouiese ally hasta quel buelua de la jornada a
que va.
Que el alcalde mayor le ha dicho que eubya su resydengia y que en
verdad que alia ay muchos que saben la tierra y la lengua que tienen
otro animo para seruir a sus altezas que no palabras, que su alteza
mande mirar lo que a su seruicio conbyene.
Que besa las manos a Su Alteza por el proveymiento de los mante-
nimientos/ y questan buenos de todo.
Dize que a Alonso de la puente señalo para tres of figiales que han de
entender en la hazienda de su alteza para cada vno XX mil niara vedis en
cada vn año que es el menor salario que alia se puede dar y que ahunque
el esta quexoso desto mirado el salario que se le da y merced que se le
haze con el oficio esta byen.
Que besa las manos a su alteza por la merced de las dos yndias e dos
yndios. Y por la licengia de su muger y por la merced de la pregonería
al Capitán morales y que doña Ysabel se uiniera luego por que ay acá
arta necesidad de su venida en sus pleitos e hazieudas./ Syno por que
veniendo ella se movieran a venir muchas personas. Y que fasta que la
tierra este mas poblada, se queda por agora.
Suplica, a Sus Altezas por quel pleito que trae sobre sus molinos
en su avsencia no regiba daño su justigia se mande \eer por dos Salas.
50
(Afto de 1515. — Noviembre 27, Santa María la Antigua). — A Su Alteza Vasco Nú-
ñez (extracto de Secretaría) dice que obedece al Gobernador y le informa de
todo lo que cree conveniente, pero que toma más el parecer de otros que el
suyo. — (A. de 1., 1-1-V26)-
Dize que resgibio la carta que Vuestra Alteza le mando escriuir de
II de Agosto del dicho año.
Que continuamente ha fecho y haze lo que su Alteza le enbio a man-
dar que hiziese lo quel governador le mandase/ con toda obidiengia
como a la misma persona de Su Alteza. Y le ha avisado y avisa todo lo
que le ha parecido como quiera que se toma mas el parecer de otros
quel suyo/ y otras cosas sobre lo de las entradas/ como otras vezes ha
escripto. Torna a hazer saber lo que otras vezes ha escripto de lo que
se a herrado en el viaje y de que no ha tomado su consejo.
Espone lo que paso entre el Obispo fray Juan de quebedo y pedrarias/
y dize nue el dicho Obispo es muy buena persona y en quien cabra qual-
quier cosa que se le encomendase.
— 94 -
Espone lo ríe la jornada de Pedrarias a descubrir las yslas de panamá
etcétera y dize muchas cosas contra ellos.
Dize que cunple a seruicio de Su Alteza quel pueblo del nonbre de
Dios que tenia fecho Diego de Nicuesa se torne a hazer porque es muy
buen sytio y sera rico puerto/ y que ha sabido que dizen quel almirante
lo gano y descubrió/ y que por ello se le ha dado la governacion del/ y
que si ha de llevar los derechos alli como en la Española los lleva que
serán muchos por lo que se espera que valdrá / que es menester remedia-
11o y para esto sera menester veer el capitulo de la carta que escriue.
61
(Año de 1515. — Diciembre 15, Santa María la Antigua). — A Su Alteza el Licenciado
Espinosa (extracto de Secretaría) da cuenta de su expedición á Careta, Coraogre
y Pocorosa. — ('A. de, i., l-l-Vae)-
Dize que el dia de San Andrés del dicho año XXX de Noviembre se
hizo a la vela el lugarteniente general con 250 onbres repartidos en tres
caravelas e vn vergantin e 12 de cauaUo para el viaje de caretea e co
mogre e pocorosa e a la otra parte de la mar del Sur.
Dize quel dia que se liizieron a la vela asy por quel viento les co-
mento a ser contrario i)ara su viaje como porque antes quel lugarthe-
nieute general partiese se auia hablado (pie seria bien que pues se ha-
llaua con gente bastante y el rodeo del camino hera poco que soltase
toda la gente en la provincia de Caribana que esta de la otra vanda del
Dañen a saber de vn Capitán que se dize bezerra que avra odio meses
que entro por aquella tierra con 150 onbres a descubrir la tierra e bus-
car las minas ricas del Tarufi que diz que están en aquel paraje y que
esto se acordó por el mucho tienpo que auia quel dicho Capitán y su
gente fueron a ello syn saber deUos y tenian pensamiento que segund
la gente de aquellas partes es de guerra, no les hubiese subcedido al-
gund peligro/ y fueron a desenbarcar en vn puerto que se dize el aguada
que esta dentro del golfo dende el tercero dia que se partieron/ e que
alli refresco la gente obra de una ora/ e bebió del agua de vn rio que
hallaron al qual por ser el primero (jue en aquella costa vio el teniente
general y por ser el agua buena se le puso nonbre el rio de Arias./ v
que después de auer reposado/ el teniente general concertó la gente,
e puesta en orden se partieron por la ribera de la mar todos a pie y el
agua encima de las rodillas y avn a las vezes a la cinta ]ior que por el
muncho monte e muy espeso que en la tierra a.uia e por la mar en aque-
lla sazón presente no auia disposycion de yr de otra manera. Y haze
relación de todo lo del viaje/ es menester ver esta su carta a la letra.
— 95 —
52
(Sin fecha ni lugar). — Representación de Pedrarias Dávila pidiendo se limitaran
las mercedes otorgadas á Vasco Núñez, é instrucción de lo que contra éste había
de decirse á Su Alteza. — {A. de 1., I-I-'/iq).
Muy poderosos Señores.
Pedrarias davila governador de Tierra Firme besa las Reales manos
de V. al, e dize que caso que V. al. fuesen seruidos que la merced de la
governacion que a Vasco Nuñez se hizo de Panamá, e Coyba oviese
efetto ay negesydad que la manden V. alts."" ynterpretar e declarar por-
que dizen que le hazen merced de la governacion de las provincias de
panamá e coyba quel dicho Vasco nuñez descubrió. E dales el deslindo
por las cordilleras de las syerras de Veragua que responden a la mar
del norte aguas vertientes a la mar del Sur. V. al. sabrán que panamá es
vnas pesquerías en la costa de la mar del Sur e por pescadores dizen los
yndios panamá la provingia que dizen de Coyba no la ay tal prouingia
en esta tierra por que asymismo los yndios del nonbre de Dios donde
Diego de Nicuesa pobló y los de puerto belo (]ue esta alli junto tienen
por vocablo que dezir coyba en su lengua quiere dezir lexos tierra o
lexos caminos. E asy quando el almirante Viejo Uego alli a puerto belo
pregunto a los yndios que donde trayan el oro que tenian o lo cogian
dezianle que de Coyba que quiere dezir como he dicho de alia lexos la
tierra adentro. E como el oro que los yndios tenian era en cantidad e
dezian que en mas mayor lo sacaban de Coyba, publico este nonbre de
dezir Coyba la Rica/ pero no para que señalase la prouingia ni el almi-
rante ny nadie hasta la oviese visto ni supiese que milque es. Mas
de como de la costa de la mar del Sur e de la tierra adentro se trae/ y
corre muclio oro entre los yndios de rescate de los que lo sacan de las
minas. E como le dezian al Almirante que lo trayan de Coyba creyó que
hera alguna prouingia sola y este fue su íiu y por eso le dezian Coyba
pero los yndios por lexos dizen Coyba.
El cacique que agora es de Panamá se dize Coti este e todos sus an-
tepasados son grandes fundidores de oro e maestros de labrarlo e ha-
zense alli muy gentiles piezas y como todos quantos caciques ay en su
contorno y de lexos de su prouin^ia quando (luieren labrar algunas
piezas de oro o fazer algunas cosas sotiles van alli e tienen ya por cos-
tunbre de gran tienpo de dezir quel oro que tienen lo traen de panamá
e asy preguntando a qualquier cacique quel oro (jue tiene donde lo trae
responde que de Panamá y toda la fama es de ¡tanama y cogenlo ellos
mesmos en sus tierras por que en panamá no se coge ningún oro ni lo
— 96 —
ay. E por que lo van allí a fundir e labrar dizen que de Panamá lo traen
y como Vasco nuñez nunca, ha visto ni ha estado en estas partes o pro-
uingias que dize mas de aver oydo a los Yndios esta fama grande de
panamá y Coyba syn mas saber los limites ni los términos de las pro-
uingias ni la Qertenidad dello ni fasta donde se estienden/ agy a bulto
enbio a suplicar a V. alts.^ por la gouernagion dellas/ y para que Vues-
tras alts.^ conoscan mas claro el yerro han de saber que la prouingia
que los que de antes acá estavan digo de los de Veragua qu© vinieron
con diego de Nicuesa tenian por Coyba no sabiendo que Coyba queria
dezir lexos es la prouinyia que se dize Chuana que es syete leguas de
puerto belo e del nonbre de Dios la tierra adentro y entre esta prouin-
5ia de Chuana y la de Panamá esta la prouingia de Chumafame e la de
Pacora/ ay otro ynconveniente que alia no se tiene notigia syno de Ve-
ragua y huraba y desde este golfo de Uraba hasta Veragua ay giento e
veynte leguas y avn que toda la cordillera de las syerras desde este
dicho golfo hasta Veragua y adelante hasta el Cabo de gracias a Dios
aguas vertientes a la mar del Norte va fecha toda vn cuerpo/ acá no
tenemos por Veragua mas de quanto es la prouingia quel mismo caci-
que de Veragua posee que son diez o doze leguas de termino y asy te-
nemos y entendemos desta manera por todas las otras prouingias de
cada Cagique que confinan vnos con otros tienen en sus limites e mojo-
nes señalados cada vno de lo suyo/ y asy los cristianos como digo desta
manera entendemos las prouingias y asy dezimos la prouingia de tal
Cacique e de tal Cacique y desde panamá donde V. alts.* proueyeron
de govemador a Vasco Nuñez hasta Veragua que es adelante setenta
leguas entran las prouingias de Totonaga y de petra e Tarachembi e
cocle y es quien gira a otras muchas que caen a la vna mano e a la otra
e atrás a la parte del Darien ay las prouingias de Nonbre de Dios y del
golfo de Sant blas e de Pocorosa e de Comogre e de Careta/ y todas es-
tas las vnas y las otras están y confinan en la dicha cordillera de la
syerra e por que la prouisyon de V. alts.^ como arriba digo le deslinda
desde las Cordilleras de la syerra de Veragua a la mar del Norte/ quiere
Vasco Nuñez dezir que su gouernagion se entienda hasta el paraje de
la prouingia de Veragua aguas vertientes a la mar del Sur demanera
que todas las prouingias que ay adelante hasta Veragua e las que caen
a la vna parte e a la otra las vertientes en las vertientes de la dicha mar
del Sur las ocuparla para que V. alts.* no pudiesen facer merced du-
rante su gouernagion aorre de todo aquello/ y quando alguna destas otras
prouingias quisyesen incomodar a otra persona deslindándole con la
cordillera de la dicha syerra que todas están en ella cada vno querría
gozar de lo mismo.
Otro sy dize que si la prouisyon del adelantamiento de Vasco Nuñez
se ha de entender como lo Reza grande es el engaño que V. alts.^ resibeu
— 97 —
por que por la dicha prouisyon V. alts/ le hazeu adelantado de toda la
costa de la mar del Sur/ y esta tal merced tanto la querría como ser
Señor desta tierra sy gente ha de venir a ella/ bien bastaua ya que
V. al. fuesen seruidos de le fazer mercedes que fuese adelantado en la
costa de la mar del Sur de lo qual dizen que descubrió e vio e no mas
ni allende por que para lo quel hizo esto es mucha merced e deven
V. Alts.* mandar en caso que sean seruidos de fazer merced a Vasco
Nuñez de que sea adelantado e gouernador de la costa de la mar del
Sur que lo sea solamente de lo quel descubrió e vio e que vayan desdel
Darien a gelo señalar diez personas de las que fueron con el y que no
lo sea de mas y avn desto no lo deve ser. K sera dar cavsa a que todos
trabajen por descubrir mucho. E no seria razón que lo que han descu-
bierto los Capitanes que yo he enbiado con mucho trabajo de sus perso-
nas e perdidas de onbres e bienes que V. alts.'' lo encomendasen a Vasco
nuñez ni a otra persona quanto mas que segund soy ynformado el que
descubrió la mar del Sur e gasto sus dineros y hazienda en ello Diego
de Mcuesa dizen que fue.
Miren V. alts.^ que reciben grandisymo engaño por que en la costa
de la mar del Sur/ y en las yslas que en ella ay asy a la parte de le-
vante como del poniente se encierran grandisymos tesoros e riquezas de
oro e perlas y aljófar e piedras e frvtas de que se mantienen ay tierra
de calidad de que se hazen grandes mercaderías y dineros dellas/ muy
poderosos Señores esto no es costa que se deve enajenar en poder de
ninguno tan grandes tesoros e riquezas como V. alts.^ tienen con que
pueden sostener con mucha abundancia sus Keynos e Señoríos y adque-
rír y ensanchar la Cristiandad y destruyr los paganos enemigos de
nuestra Santa fee Catholica y tomen V. alts.* en exenplo en la merced
que se hizo a el almirante viejo y quanto cuesta en deisatalla por la
seruítud que a V. alts.* devo e por lo que mi conyiengia me obliga aviso
dello a V. alts.* para que sobre todo eubíeu mandar lo que sea su ser-
UÍ5Í0.
Lo que se ha de dezír de Vasco nuñez es que la condición que tiene
y asy es publico y notorio que no sabe dezir verdad ni sentir ni tomar
por afrenta azerle qualquiera cosa que faga mal fecha de qualquiera
calidad que sea/ no tener voluntad ni amor a ningún bueno preciarse
de conversar e darse mucho a personas cerviles/. Ser muy demasyada-
mente codicioso tener grande enbidia de qualquiera bien que otro aya,
ser muy cruel e yngrato/. nunca perdonar/, no sujetarse a ningún con-
sejo/, no tener razón ni poder vsar della para resestir ningún apetito
viyioso/. Ser muy ynteresal no tener obediencia ni ninguna reverencia
a la Yglesia ni a sus ministros/. Ser muy mala congiengia/ estar sieu-
pre fundado en engañar a quien con el conversare/, quando se le pide
consejo dale syenpre al revés/. Ser muy entenido e procurar a justo o
7
— 98 —
ynjusto ser superior a do quiera que estouiere procurándolo con ligas
e munipudios/ y por todas las otras vias que puede fallar aparejo
aunque sea contra toda lealtad e seruigio que a Dios e a S. Alts.'^ se
deva/. todo esto y otras cosas muchas conprovareys con la pesquisa se-
creta. E con la resydengia que fue a la corte y con las pesquisas que se
hizieron secretas. Vna que llevo Pedrarias y otra que llevo Arriaga,
sobre la entrada del Dabaybe, las quales se lian de procurar de saber
adonde están e sy se han visto/ y que se ha fecho sobre ellas.
Asy mismo suplicar a S. Altes. ^ manden saber del ijrc." fiscal sy la
Resydengia. E pesquisa secreta del dicho Vasco Nuñez quel alcalde
mayor enbio alia e los pleitos de diego de Nicuesa. E del bachiller En-
giso sy se presentaron en consejo. E que se ha fecho sobre ellas. E sy
no se han visto/ solicitar aue se vean. E syno ha ydo aUa que lo deys por
manera de quexa contra el alcalde Mayor que las enbie que por que fue-
ron a mas mal Recabdo que todos los otros despachos que de acá han
ydo. E que sy se presume fravde que bastara que el dicho alcalde ha seydo
padre del dicho Vasco Xuñez en guiar las cosas de sus culpas como mas
ha convenido al dicho Vasco Nuñez para deshazerlas e ahuianarlas y que
no bastara mañas para que en la Corte no se supiesen sus culpas para
que no se hiziese justicia en perderse o esconderse los dichos procesos
de la Resydengia. E que sy esto ha seydo que ha procedido de las mu-
chas dadivas que acá es fama que ha reyibido el dicho Alcalde. E por
estas culpas e otras muchas que vos podreys representar como testigo
de vista aveys de dezir quel dicho Vasco Nuñez no es capaz de la mer-
ced que le fue fecha de la gouernagion de Coyba e panamá y de ser
adelantado de la mar del Sur e caso que las dichas culpas ni objetos no
oviera en el que la merced es tan grande que pertenece para persona
de mas maña e que mas y mas lealmente aya seruido por las razones
que vos como persona que lo aveys visto direys.
Asy mismo para confirmar mas lo suso dicho direys como por giertas
cartas que su alteza me enbio en que dezia que se ternia por seruido en
que se le diese al dicho Vasco iíuñez en que syrviese. E se tomase su
consejo e pareger/ que yo tome giertos j)aresceres suyos para hazer
giertas poblaciones en la mar del Sur e que las hize en las partes a do
el me señalo e que por ser en partes estériles e syn fruto ninguno de
mantenimientos ni do podiese aver minas que es lo que mas face al
caso/, se tornaron a despoblar por no se poder sufrir la gente enellos
por enfermedades e hanbres e que a esta cavsa después acá nunca he
podido traer a conclusyon que se hiziesen otros en aquellas partes. E
que ha presentado que a(iuel Consejo dio por que aquella tierra donde
se hizieron las poblaciones q.uel dio por consejo confinavan con la tie-
rra de donde el esperava la merced de la gouernagion y porque lo que
yo fazia no permaneciese.
— • 99 —
Asy mismo direys que todas las vezes que yo he yntentado de enbiar
gente a descubrir e pagificar en aquella tierra e costa de la mar del
Sur segund sus Altezas me tienen mandado/ se ha puesto el dicho Vasco
Nuñez con protestaciones e requerimientos a defendérmelo e atraer asy
toda la gente que mas ha podido y yndiuaudola contra mi de manera
que no a-viendo tomado la posesyon de la merced ni aviendo aparejo
para podella a^evtar ni conveniendo al seruigio de sus Alts.'' que la aya
ni goze della/ parege que por formas e cixvtelas e socolor de pedir jus-
ticia se pone en enharagar/ lo que hordeno e mando en las cosas que
conviene al seruicio de sus Alts.'' estando como esta acusado de jinchos
crímenes y excesos e culpas como por las Resydengias e pesquisas que
ariba digo se vera y que avn con todas estas quiebras se ha puesto en
este que hiziera sy se le oviera dado la posesyon e cargo de las merge-
(les/ lo qual todo se ha disymulado con el por que su alteza no estando
ynfonnado de estas cosas me lo encomendó mucho. E aveys de pedir
que para en remedio de lo susodicho que manden espresamente que se
faga Justicia del/ conforme a sus exgesos y delitos o manden que sea
perdonado e los querellosos e acreedores se aparten de pedir justicia/
por que fasta ver lo que sus alts.^ enbian a mandar sobre esto e lo que
es su seruigio yo no entiendo de dar lugar e al dicho Vasco Nuñez salga
desta gibdad donde le tengo detenido por razón de los dichos delitos
por que creo que esto es lo que conviene al seruigio de sus alts.^ e a la
execugion de su Justicia.
53
(Año de 1515). — Instrucciones dadas por Fr. Juan de Quevedo, Obispo del üarien,
al Maestrescuela Toribio Cintado, de lo que había de informar al Rey sobre
lo que ocurría en Castilla del Oro. — {A. de i., 1-1-7-26)-
Diréis como llegamos aqui toda el armada sanos i salvos a veinte i
siete dias del mes de Junio de 1514, i como Vasco Nuñez con el Regi-
miento nos recibió i nos aposento con muy buena gracia, i dio de co-
mer al Governador i a mi i a otros muchos largamente, i luego dende a
dos dias se ocuparon en la residencia i hasta hoi no se ha acabado.
Diréis como paresce claramente que Vasco Nuñez no fue en que vi-
niese tan grande armada, solamente pidió quatrocientos hombres, i pi-
diólos antes que le viniese el socorro de la Española, porque con los
quatrocientos que de alli vinieron estava suficientemente proveída esta
tierra, porque eran hombres criados en la Española, i esta tierra no
les hace mal, ni fue mentira lo que escrivio del oro que liai en esta
— 100 —
tierra, porque en todos los rios que el rtixo que ha i oro paresce que lo
hai, mas nunca la gente se ha dispuesto a cavar ni a sacallo porque han
estado mui enfermos i porque no tienen Indios : i las grandezas del
oro que escrivio que decia que havia en el Avaive i en Panamá i otras
provincias, aquello mismo se afirma agora, i creen que se havria hallado
si se oviese ido a descubrir.
Diréis que sepan alia quien dio el Consejo para que viniesen mili i
tantos hombres i para que truxesen tanto numero de artillería de tiros
i pólvora i picas i espingardas, que este fue el que ha hecho el daño,
porque nada desto era menester, i aunque fuese menester la tierra no
sufre pólvora ni espingarda porque todo lo corrompe, i ansi esta el
artillería i pólvora i carretones perdidos por las playas i por los mu-
ladares.
Diréis como el Governador enfermo dende a ocho (lias que llegamos
aqui i aun no ha convalecido del todo : i por consej i de los de la tiei ra i
de Vasco Nuñez tomados de todos juramento se tnbiaron a la provincia
de Tubanama tres Capitanes, uno quedo en u/i puerto quarenta leguas
de aqui que se llama Poquerosa, i el Capitán se llamava Zorita. En
Tubanama pusieron un Capitán que se llam?, Meneses : i veinte i seis
leguas de alli a la costa del otro mar del sur se puso por Capitán Fran-
cisco de Avila, i fue Juan de Ayora por Teniente de Capitán General
sobre todos ellos.
En Poquerosa se hizo un asiento con un buen reparo donde queda-
ron treinta hombres con el Caijitan, En Tubanama se hizo otro asiento
con un reparo mui fuerte, i quedaron con el Capitán cien hombres :
estos llebavan en la instrucion conforme a lo que Su Alteza mando que
se hiziesen pueblos dende esta costa hasta la otra. Dieronse tan buena
maña los Capitanes, que el que iva por Teniente de Capitán General
lo primero en que entendió fue en tratar mal a los Caciques i Indios
i prendelles porque le diesen oro, hasta los que venian a serville i ofre-
ceslle oro los prendió i atormento porque le diesen mas : i teniendo
preso a un Cacique de Comogre, que es el mas principal de todas estas
tierras, el qual havia venido a traelle dos miU pesos de oro, huyo con
otro hermano del Cacique de Careta, i soltó los perros en pos deUos i
mataron al hermano de Careta, i el Cacique de Comogre que se llamava
Ponquillaco por huir de los perros entro por tierra de un su enemigo
i matáronle : esto todo fue en una provincia que se Uama Pocorosa, i al
Cacique desta dicha provincia de Pocorosa tenia tanbien preso a la sa-
zón, i es tan amigo de los Crístianos que nunca dexa de servilles aunquf;
después le han robado otras vezes. De alli fue a Tubanama i los Indios
le salieron a limpiar los caminos por donde fuese, i el dicen que iva en
una yegua i comenzó de alanzear los Indios i ansi huyeron todos. En-
fermo en Tubanama, i bolviose luego a la hora con cinquenta hombres
— 101 —
sanos i enfermos sin traer razón de cosa de quauto le havian encomen-
dado.
Por los grandes i mui evidentes indicios fne acusado que traía mu-
cho oro hurtado, i huvo mucha negligencia en la execucion i dexaronle
ir sano i salvo sin esperar a haver información de los Capitanes que
quedaran, i creyendo todos firmemente que llebava mucho oro encu-
bierto le dexaron ir.
El Capitán que quedo en Tubanama dice que al tiempo quel Te-
niente de Capitán General se partió del, le mando que se estuviese quedo
en aquel lugar, i ansí se estuvo seis meses : la tierra era mui dispuesta i
hallaron mucho maiz i yuca, i también tenían mantenimientos de harina
i aceite, que les llebavan del puerto de Pocorosa que esta diez i seis le-
guas de alli.
Y por saber que tales quedavan aquellos Capitanes, acordóse de
enbiar, en lugar de Juan Dayora que se havia buelto, a Antonio Tellez
de Guzman, i fue con ochenta hombres, í hallo a los que estavan en Tu-
banama con muchos enfermos i tomo los sanos que hallo, i con el Ca-
pitán Meneses enbio los enfermos a este lugar, i pusieron fuego a este
bohio donde estavau, que era mui grande, i desampararon el asient<j
i reparo que tenían hecho, i el dicho Antonio Tellez pasóse delante la.
tierra adentro : no se ha sabido del mas hasta agora.
El Capitán Francisco de Avila que iva a hacer pueblo en la otra mar
del sur enfermo el i mucha parte de su gente, de manera que se estuvo
alia siete meses sin descubrir ni hacer pueblo estando tan cerca de la
isla de las Perlas, que no hai mas de siete o ocho leguas dende la costa-,
por no estar bien avenidos el i otro de su compañía que se havia apartado
con hasta treinta hombres no pasaron a las Perlas ni hicieron cosa de
las que llebavan encomendadas, de manera que al cabo de ocho meses
desampararon la costa, i el que se aparto con los treinta hombres, que
se llama Francisco Becerra, tomo de ciertos Caciques hasta numero de
siete mili pesos de oro i unos dos marcos de perlas, i ansi se vinieron a
este pueblo quedando toda la tierra ya dicha comida, corrida, robada,
i i)uestos todos en huida, porque en tanto que estos estavan aUa fue
otro deste pueblo a las faldas desta tierra a traer ciertas canoas desta
costa, i fuera de lo que le mandaron entróse la tierra adentro a robar,
i mato a un Cacique de Chare que se havia venido a el a traeUe de co-
mer, i matólo porque no le dio oro, siendo verdad que el no lo tenia:
a otros Caciques asaron e a otros acuchillaron i no por otro fin sino
por robaUos. Los procesos destos i las acusaciones han parescido aqui
i ningunt castigo se ha hecho, i desta manera los asientos que se havian
tomado que se pudieran conservar con la gente que anda matando pe-
rros por estas calles se desampararon haviendose hecho con tanto tra-
bajo estando en comedio donde afirman que hai minas mui ricas en la
— 102 —
provincia de Panamá que es en aquella comarca, i comenzavan ya se-
gunt dicen a querer paz los Indios i desde alli se sojuzgavan : dexaronlo
todo con mucha mengua i no se andado nada por ello.
Tanbien con mucho acuerdo se hizo un pueblo cinco leguas de aqui
i estavan ya muchos vecinos en el hechas rocas i senbrado harta parto
de la tierra i puesto Luis Carrillo por Capitán y Corregidor : todo esto
se hizo porque hai alli mui hermosos ríos i señales de mucho oro, i por-
que no lo hallaron a montones sin cavar i sin hacer catas que fuesen
suficientes desampararon el lugar sin mas proposito, i no hai quien se
maraville dello.
Diréis también a Su Alteza como aqui hai mui grant fama que en
una provincia que se llama el (^enu hai mucho oro i las minas que dicen
del Turufi, acordó el Governador de enbiar alia a un sobrino suyo que
se llama Pedrarias con quatrocientos cinquenta hombres : llevaron mui
buenos navios i mucho bastimento de Su Alteza i estuviéronse alia tres
meses sin osar pasar mas de seis leguas adentro en la tierra, i tomaron
un Cacique mui principal, el qual se obligo que si le dexasen libre a el
i a sus hijos i muger que los llevaría a la principal Ciudad que esta de
alli tres jornadas i de alli les ensañaría las minas, i nunca el Capitán
quiso segunt dice el Bachiller Enciso i los otros Capitanes que ivan con
el : mataron los Indios en este comedio unos quince Crístianos : murié-
ronse por aquella playa otros treinta : los mensajeros que los Caciques
enbiavan para hacer i)az no los querían oir ni recebir: cativaron obra
de docientos Indios i truxeron hasta quinientos pesos de oro, i truxe-
ron preso al Cacique que les queria enseñar el camino, i de mal tratado
i de coraje se murió aqui : truxeron mas de ciento cinquenta enfermos
que casi todos son muertos, i no enbargaute estas diligencias ningunt
castigo se ha hecho.
Diréis a Su Alteza como hallamos este pueblo bien aderezado mas
de docientos bohios hechos, la gente alegre i contenta, cada fiesta ju-
gavan ca^ñas i todos estavan puestos en regocijo : tenian mui bien sen-
brada toda la tierra de maiz i de yuca, puercos hartos, para comer al
presente, i ordenado de descubrir la tierra porque tenia mucha dispusi-
cion para ello, los Caciques de alderredor, ausi como Careta i Chanca,
enbiaron sus mensajeros a reconoscer el Governador que havia venido
i ofrecieronsele i)ara servillo i truxeronle presentes de los que ellos sue-
len hacer, que son i)escado i puerco montes i panas vivas : podia ir un
Cristiano i de cinco hasta diez i de diez hasta uno por todos estos Ca-
ciques desde esta costa hasta la otra al poniente, tan seguros como si
fueran quince, i cada Cacique les dava de comer y los guiava, de ma-
nera que andavan entrellos como entre sus amigos.
Diréis que agora el pueblo esta todo perdido, todos trístes i las ha-
ciendas del campo destruidas, porque de la grant necesidad de la gente.
- Í03 —
que se caen muertos de hambre por las calles, lo destruye todo : la re-
sidencia de Vasco Nuñez ha movido tantos pleitos entre ellos, que vistos
los moradores del pueblo que aqui estavan i el numero de los pleitos que
se han movido, me ha dicho el Alcalde mayor que si se repartiesen por
cabezas cabria a cada un hombre mas de quarenta pleitos, i como los
derechos de acá se llevan al cinco tanto, todo ese oro que havia en c-1
pueblo se les ha ido en pagar Escrivanos i Justicias.
Con ocasión de la mejoría que Su Alteza mando hacer a los que vi-
nieron con Nicuesa i Ojeda i Enciso ha se acabado de desolar la tierra
porque quitan las casas de los unos para dar a los otros, i en esta tierra
han tomado por costumbre de hedificar sus casas los que no tienen pro-
pios solares en solares ágenos, i es el suelo de uno i la casa del otro, i
en este mejoramiento al que quiere mejorar danle un solar vn." como en
el original i hacenle que pague la casa que es del otro, i hacese que lo
que ba por honra se toma tributo.
Diréis como están todos desaposentados i levantados con mucha
gana de bolverse a la Española o a Castilla, i junto con esto diréis como
entre los Indios han de andar ya como entre los Moros de Granada,
que por el mal trato que les han fecho donde quiera que veen los Cris-
tianos a mal recabdo los matan, lo que antes no osaban pensar.
Diréis a Su Alteza como los amigos i enemigos de Vasco Nuñez
dicen, que si el oviera entendido en descubrir la tierra que ya supiéra-
mos i tovieramos las nuevas que esperavamos del Da])aive, i que no
embargante la residencia que Vasco Nuñez ha fecho i hace el Alcalde
mayor, que es harto buen Letrado i razonable Juez, dice que de las co-
sas criminales de que le acusavan el esta libre o a lo menos no con mas
culpa que los otros del pueblo, i que por las otras cosas civiles que son
debdas, pasados los sesenta dias de la residencia puede dexar un Pro-
curador, i donde quiera que le mandaren sin que nadie le pueda calu-
niar con justicia puede ir, i unos de enbidia diciendo que es mengua
que haviendo venido tantos de Castilla no haya quien haga esto si el
no lo han estorvado, no mirando la cuenta que han dado los Capitanes
arriba dichos, i como aquellos eran los mejores i los que quedan no son
para ir por un cántaro de agua.
Diréis como el Governador estava de proposito de lo enbiar al dicho
Vasco Nuñez, i de temor de las cosas que estos sus contrarios dixeron
no oso enbiarlo, mas después que Su Alteza escrivio al Governador en-
comendándole a Vasco Nuñez diciendole que lo honrase, i que en las
buenas obras que le hiciese conosceria Su Alteza la gana quel Gover-
nador tenia de serville, i que tomase su consejo i su parescer, dende
aquel punto i hora jamas le ha podido mirar pacificamente, i aunque
sepa que por su mano se ha de cobrar la vida de los que estamos acá,
no hará cosa por manos del dicho Vasco Nuñez.
— 104 —
Diréis a Su Alteza que el Governador tiene mui grant sospecha que
I)orque el Alcalde mayor no ha prendido a Vasco Nuñez que ha resce-
bido del el Alcalde alguna cantidad de oro, i esto es una grant burla
antes fuera de la prisión, la qual no se hizo dice el Alcalde porque no
era justicia, en todo lo qual le ha fecho muchos agravios en hacelle
pagar cosas que parescen mui injustas, ansi como de navorias que havia
quitado a unos para dar a otros como hombre que tenia cargo de la
governacion, mándaselas bolver a quien se las tomo con los intereses,
que es por cada dia que estuvo la naboría dada a otro medio peso de
oro, i havia algunas que havia mas de un año que eran dadas i otras
menos, i en tal manera que quando aqui venimos valia la hacienda de
A'asco Nuñez nueve mili o diez mili castellanos i agora no tiene un pan
que comer : el Governador tomóle la casa i diole por ella poco mas de
lo que le rentavan las tiendas que hai en ella : las tierras hanselas to-
mado para Su Alteza los dineros hauselos hecho pagar a los que se los
pedian : queda como el mas pobre hombre de la tierra, i no seria nada
todo para el si le dexasen entender en lo que el sabe mejor que todos
que podrían servir al Rey, i finge el Governador que no se fiara del,
sieuda magnifiesto que aunque quisiese ser el mayor traidor que en el
mundo nascio no hai en que lo pueda ser, porque no es la tierra de dis-
pusicion para que hombre que mal haga se pueda favorescer ni abscon-
der en ella, quanto mas que se yo, i ansi lo deci a Su Alteza, que lo
juro por la Santa Consagración que rescibi, que a lo que yo creo nin-
guno de los que acá están tiene mas entera voluntad al servicio de Su
Alteza, ni con mejor arte ni maña baria todo el bien que acá es posible
hacerse, en tanto que creo que con quan escandalizada esta la tierra si
el bolviese a entender entre los Caciques i Indios el los bolveria a so-
segar i pacificar, mas el Governador esta tan fuera deste proposito que
viendo couoscidameute como esta la tierra perdida de las maneras que
he dicho, no entiende mas en el remedio della que sino estuviese acá :
ocupase en labrar bohios i en comprar casillas i en hacer renta todo de
miseria, i en alimpiar las calles, i en adobar los caminos. Los navios
que vinieron eu el armada diréis a Su Alteza que aunque algunos eran
ya viejos, que dende alia veniau sentenciados para echallos al través,
otros hartos veniau razonables i buenos, que si alguna diligencia se
pusiera en el despacho pudieran bolver a Santo Domingo i aun a Castilla.
Otros navios que han venido aqui de la Española báseles dado tan
mal despacho que algunos se han quedado acá porque la broma deste
puerto es en mui grant cantidad, i demás desto son tan mal tratados,
que aliende del mal puerto i de la grant carestía de los mantenimientos
van tan escandalizados con intención de nunca mas bolver acá.
Diréis a Su Alteza la grant parte que sabéis, en vuestra conciencia,
que se ha perdido de la hacienda de Su Alteza por no ponelle cobro.
— 105 —
Diréis en quanto menosprecio esta la governarion en esta tierra por
la poca constancia que veen en las cosas que se ordenan, en tanto que
por quantos pregones se dan no hai nadie que tema quebrantallos, por-
que saben que en la pena no hai execucion.
Y diréis que por esto muchas vezes de mi al Governador solos, i otras
vezes delante los Oficiales le he reñido i reprehendido con toda cortesía
i acatamiento, rogándole sobre todo i pidiéndole por merced que estime
su persona, que se haga temer morque haya miedo de quebrantar lo que
manda, i que guarde paz con los que conversa, i que lo que una vez
dixere que este firme en ello, i diréis todo lo que mas en este articulo
sabéis.
Y diréis quant poca verdad se trata en los que havian de ser execu-
tores del castigo, porque los Capitanes que han ido a entrar nunca
guardaron verdad en cosa que prometiesen a los Indios, i ansi están
ellos determinados de nunca creer a los Cristianos ni fiarse dellos, i los
del pueblo con escarnio de las mentiras que les dizen i con burlas se
satisfacen.
Diréis a Su Alteza como pideu muchos que les dexen ir a entrar con
cierto numero de gente, i saben que no es sino para ir a hurtar, i saben
que no han de guardar cosa de las que les mandaren cerca del buen
trato de los Indios, i no enbargante estos se las conceden : i diréis lo
que los Capitanes sacan en partido con la gente que llevan.
Diréis como yo he requerido al Governador que no consienta hacer estos
agravios, i para haoeUo huye de mi i que se concierta con los que se lo
ruegan, sabiendo que le he dicho como claramente se destruye la tie-
rra, i si yo no vo a buscar a el i a los Oficiales nunca se comiden para
pedirme consejo, i si se lo do acebtanlo i nunca hacen cosa de las que
son necesarias para el bien de la tierra.
Diréis como por esto nunca se dexo de seguir i aconpañar al Gover-
nador con tanto acatamiento como si fuese Su Alteza, i ninguno del
pueblo conosce de mi que tengo desgrado, salvo que he publicado i he
querido que lo sepa el pueblo que no es con mi consejo cosa de las que
al presente se hacen.
Diréis a Su Alteza como al tiempo que ordenaron que se pudiesen
llevar desta tierra los Indios dados por esclavos a Santo Domingo e
a las otras islas por algunas razones que mostraron e interpretando
una carta de Su Alteza, yo fui de parescer en aquel acuerdo que era
bien, mas después ante que ningunt esclavo se enbiase conoci que era
mui grant yerro i causa para despoblarse la tierra, ansi porque los
Indios sabiendo que los trasponen en otras tierras huirán mas de lo
que huyen i nunca los podran tener seguros ni haora de quien se sirvan
para minas ni otras haciendas, i los moradores de la tierra i estantes
en ella nunca se harán naturales porque no esperan sino haver veinte
- 106 —
Indios })a7\T pasarse con ellos, i porque a esta causa no curan de des-
cubrir minas, i también los Capitanes que van toman los que son de
paz i levantanles una mentira para decir que son de guerra justa, i por
todas estas cosas i por otras muchas yo hice un requerimiento al Go-
vemador i a todos juntos que no consintiesen enbiallos a la Española
ni a otras partes, i pasaron por el i no dexaron de hacer lo que agora
hacen, i ansi Ueva la tierra fundamento para aunque oviese sierras de
oro no havria quien lo cógese: tan escandalizados están i tan temero-
sos los Indios, que en Uegando una caravela a este puerto se van todos
sino los tienen en prisiones.
Diréis a Su Alteza c^mo a. los Clérigos que aqui vinieron a penas
les han pagado cosa de sus salarios antes les han convidado los Oficia-
les que se vayan, porque no solamente no hai al presente dineros para- pa-
galles pero ni esperanza que lo havra, porque dice el Tesorero que Su
Alteza ha de pagar aqui cinco cuentos i seiscientos miU maravedises de
salarios i no hai minas, pues para que estos se paguen es menester que
traigan hurtado de las cabalgadas o de buena guerra setenta miU pesos
de oro, i trayéndose estos havria de que pagar sin haver un peso de oro
para Su Alteza, i por esto el mesmo Tesorero dice, i todos los otros
que algo sienten, que en ninguna manera conviene para el servicio de
Su Alteza sufrir tanto gasto tan sin provecho.
Por esto diréis a Su Alteza como por ruego del Governador i mió,
por ser quaresma, quedaron esos pocos Clérigos que al presente residen,
porque siete son muertos de los que vinieron, i cinco se fueron, i que-
daron otros cinco o seis deude el mes de Marzo hasta en diez meses si-
guientes con obligación que les hecimos el Governador i yo en tanto
que Su Alteza lo provee de conpliUes sobre sus salarios a razón de me-
dio ducado cada dia, que son docientos sesenta ducados los que nos
caben de pagar, i esto aprovecharia si lo principal que Su Alteza les
manda dar se lo diesen, mas de miedo que sera muí poco lo que los
podran dar de aqui adelante : otras granjerias no hai de que se apro-
vechen, ni les han dado naborías ni tierras ni solares, i por esto deci a
Su Alteza que esta es carga mui demasiada i que no se puede sufrir yi
de Castilla o de la Española no les enbiasen de comer, i aun esto no les
bastaría para la mitad del año.
Por ende deci a Su Alteza que yo no tengo voluntad mas de hacer
aquello en que Dios i Su Magestad sea servido, i que todo el tiempo
que aqui me dieren de comer por mas áspera que sea la tierra yo estare
en ella mandándomelo Su Alteza, i si pudiese o supiese o la tierra diese
lugar para alguna granjeria yo buscarla de comer sin serle inportuno,
mas mi edad ni mi oficio ni mi abito dan lugar aunque pudiese ser para
hacello, besa las manos a Su Alteza porque adonde fuere servido me de
de comer pues que ya estoi puesto en necesidad que lo tengo de pedir
— 107 —
desta manera, i por esto haveis de hablar en lo que Su Alteza mas fuere
servido porque me trasladen en Santo Domingo o en Castilla, como mas
largamente con vos lo tengo hablado.
Otrosi, diréis a Su Alteza que esta costa de Governador i Oficiales
es enbarazo sin ningunt provecho, i que a ninguna cosa sirve este par-
lamento sino a hacerse vanos i a tener consejo i acuerdos sin ningunt
proposito ni necesidad, porque hacienda del Rey no la hai que toda
esta perdida, i las rentas de la tierra encabezonadas están por agora :
el Governador esta enfermo que quedo medio manco de la mano de la
grave enfermedad que tuvo : mande Vuestra Alteza que se vayan todos
a descansar i provea aqui de un Capitán con quatrocientos o quinientos
hombres i un Alcalde i dos Clérigos, que en todo esto no gaste Su Al-
teza blanca, i estos descubrirán poco a poco la tierra i mas aina se ha-
llaran las minas desta manera, i halladas si Dios fuere servido descu-
brillas, no sera menester hacer mas armada para poblar la tierra que
ella se poblara como se puebla donde quiera que hai oro, i puede Su Al-
teza mandar que los Oficiales i Oidores de la Española enbien aqui cada
año un Visitador o Pesquisidor para que no haga carga de quexas como
los años pasados que estuvieron sin ser visitados, i con quince o veinte
dias que traiga de residencia basta, porque se pueda bolver en el navio
que viniese.
Diréis a Su Alteza que si se acordare por ventura que aqui quede el
Obispo i la Clerecía, que demás de proveer el salario para mi de Casti-
lla o de la Española, ha de mandar proveer a los Clérigos de la misma
manera i no como vienen señalados en la nomina, porípie en ochenta
i cien pesos no tienen para el tercio del año, de manera que el Clérigo
que acá ha de esüir, si es persona como conviene que sea el que ha de
residir en Iglesia Cathedral, no se pueden mantener con menos de do-
cientos pesos cada año, porque a no comer nada sino mui pobremente
ha menester cada dia un peso de oro, porque los que acá han de estar
no querrán contentarse solamente con la comida que otras ganancias
querrán para vestirse i para llevar algo a sus tierras.
También diréis que si los Clérigos han de quedar acá han de enbiar
de alia otros en lugar de los que están, porque cinco que quedan están
por fuerza hasta que venga la respuesta de Su Alteza, que tomaron por
plazo para esperalla diez meses.
Daréis a Su Alteza la figura que lleváis de toda esta tierra en que
va figurado i nombrado todo lo que hai dende Cartagena hasta Uraba,
que es hasta la vanda deste golfo al levante, i todo lo que hai en la cu
lata del golfo hasta el r-io grande de San Juan : hasta alli son todos
enemigos i dado por esclavos, i dende este puerto va señalada toda la
costa al poniente hasta el cabo de Gracias a Dios, i dende esta costa
hasta la otra del mar del sur van señalados todos los ríos i las vertien-
— 108 —
tes de las aguas a este mar i al otro, i todos los Caciques que estavan
de paz qnando venimos, ansí en la tierra nueva que Su Alteza mando
llamar como en las otras comarcanas.
Diréis a Su Alteza que los Caciques que estavan de paz son los si-
guientes: Careta, Comogre, Pocorosa, Paruraca, Tubanama, Bucheri-
buca, Cüuirica, Chorica, Aroca, Tlieaoca, Pepera, Tumaca, Coqueca-
chape, Paque-Toreclia, Ponca, Chaoca el suegro i su hermano del suegro
Etoque-Ponanimana.
Cada Cacique destos haveis de decir a Su Alteza tiene una provincia
por si i muchos hombres principales y Caciques que están subjetos a
ellos que les sii*ven.
Diréis a Su Alteza que si mandare proveer esta tierra como aqui va
dicho, que los cinco cuentos i medio que aqui tiene de costa los puede
hacer de renta, porque dexado aqui un Capitán con quinientos hombres,
con ciento siquenta mili maravedís les puede salariar, i los Clérigos
aunque sean quatro i aun seis se pueden mantener de los diezmos, aun-
que saque Su Alteza lo que suele sacar en las Iglesias antiguas Des-
paña.
Y si Su Alteza quisiere o los de Su Consejo saber si acá hai al-
guna persona a quien se pudiese encomendar la dicha Capitanía, decid
en Dios i en vuestra conciencia lo que dello sentís i sabéis. — J. Episco-
pos.— S. M.
64
(Año de 1516. — Enero 20, Santa María la Antigua). — A Su Alteza Pedrarias Dávila
(extracto de Secretaría) da cuenta de su viaje á las provincias de Careta, Como-
gre y Pocorosa, y se queja de la conducta del Obispo Fr. Juan de Quevedo.—
(A. de /., l-l-Vae)-
Dize que a XXX de novienbre de DXV hizo su viaje a las prouingias
de Careta e Comogre e pocorosa e a la tierra nueva con CCL onbres y
doze de cavallo y tres caravelas y vn vergantin.
Dize los capitanes que llevo consigo/ y tanbien alcalde mayor.
Dize que con toda la gente aporto salto en la prouingia de Caribana
que esta, de la otra vanda del darien/ por saber de los capitanes fran-
gisco bezerra y estevan barrantes que fueron a descobrir la tierra y avia
ocho meses que no sabían dellos/ y desenbarco en vn puerto que se dize
el aguada que esta dentro del golfo del darien/ y allegaron al puerto
de acra/ y alli hallo vn Rio de muy buen agua y tomaron las naos
agua/ y púsole nonbre Arias e puesta toda la gente en orden se partió
por la ribera del mar todos a pie el agua a la rodilla y algunas veaes
— 109 —
a la 5inta/ y entraron por la tierra adentro/ y vieron vna población de
yndios en vn gerro y allegaron a ella con mucho trabajo y la gente muy
congertada/ y que liera tan áspero el gerro que en algunos pasos se
ayudavan los vnos a los otros y llegados a lo alto comenta ron a tañer
las tronpetíis y los yndios se comengaron a defender y tirar frechas y
hirieron dos cristianos y mataron quatro yndios y tomaron otros ginco
bibos y que ya avian sacado otra noche antes sus mugeres e hijos ecebto
el cagique y vn príngipal que dixeron que alli querían que muriesen sus
mugeres/ las quales dichas mugeres se tomaron.
Dize que no le pareció que con venia seguir el alcange/ y que hizo
algar la vandera real con mucha solenidad por Y. a. continuando la
posesión que V. A. tiene de aquel Reyno/ y puso nombre al dicho pueblo
el Águila por su altura.
Dize que demandaron a los dichos yndios por los dichos Capitanes/
y les dixeron que heran muertos que los avian muerto los yndios vi-
niendo cargados de oro/ y que tanbien mataron toda su gente.
Después de hecho esto puso fuego al pueblo/ por que en las ollas que
hallaron en las casas tenian pies de onbres y manos de leones y de ti-
gres/ y que se enbarco y hizo la vela/ y anduvieron tres dias por la mar
a mucho peligro/ y al quarto dia refrescaron en vn puerto en la pro-
uingia de Careta y recojio todos los navios y gente el qual puerto esta
veynte leguas del darien y (jue hizo llamar a vn yndio pringipal del
Cagique de la dicha Careta ([ue andava algado y no quería obedecer al
cagique/ y enbio aver sy por tierra avria camino por donde yr a cavallo
hasta la prouingia de Acra donde estava poblado el dicho cacique y que
fueron hasta alia a cavallo avn que en algunos pasos se apearon y llega-
ron a la estangia del dicho Cagique/ donde después de llegado a casa
de vn Lope de Olano a nuien tiene dado en encomienda el dicho Cagi-
que ])ara conservalle en la amistad de los cristianos y enbio a llamar al
dicho cagique/ y vino con algunos de sus pringipales/ y asy mismo el
dicho yndio pringipal que estava algado/ y los concertó y hizo amigos
y les hizo mucha honrra y en señal de quedar por verdaderos seruidores
y vasallos de V. a. puso al Cacique/ la vandera real en sus manos y el
la tomo y algo en nonbre de todos por verdaderos vasallos de V. A. para
seruir en todo lo que se les mandare/ y hecho esto les dio bien de comer
y mucho vino que es lo que mas quieren y que cree que serán buenos/
avn que para atraherlos a seruir a los cristianos cree que sera cosa difi-
cultosa por ser gente vigiosa e holgazana e muy avarientos e codigiosos
y quieren el oro mas que los españoles.
Dize que después hizo repreguntar al alcalde mayor a los dichos yn-
dios por los dichos Capitanes frangisco bezerra e barrantes/ e tomado
cada vno a parte e repreguntado/ en efeto dixeron todos que los diclu-s
capitanes e gente heran bivos y estaban de asiento en la provingia del
— lio ~
Qenii de pazes con el Cacique della y de las otras comarcanas y ricos de
oro/ y en esto sean afirmado syenpre.
Que después desto le boluieron las calenturas y dolor de yjada que
no le dexo yr adelante en la dicha jornada y asi quedo en el puerto de
Acra el qual es de los buenos puertos que ay en aquellas partes y muy
seguro y linpio de bruma y donde se puede hazer vna gran gibdad y ay
dos rios de buen agua/ y dizen otros muchos bienes y aparejos que tiene
este puerto etc./ y que dize que tiene nuevas de minas a tres leguas del
])uerto/ y que hasta que las vea no lo asegura,
Dize que esta este asyento de Acra XXII leguas de la otra mar del
Sur en derecho de la Ysla de las perlas/ y que V. A. le deve mandar
proveer para que pase a la otra mar del Sur./ o dalle ligenc^ia para ve-
nir a besar las manos a V. A. y para boluer los ofigiales y aparejo que
es menester pues el camino no es tan largo como dizen/ y que se pro-
veerá mejor y mas syn costa viniendo el por los aparejos.
Que la gente que ha quedado avn que poca es buena y sufridora de
hanbres y trabajos.
Mas adelante de la ysla de las perlas le dizen que esta vna grande
ysla muy rica/ y que preguntaron a los yndios que que gente es/ y le
dixeron que son como diablos.
Dize que enbio por su teniente con los capitanes y gente al Alcalde
mayor por que en las cosas de animo lo hizo de onbre de bien y en las
de letras como seruidor de V. A./ y que cree no hará falta su persona
en aver quedado en el dicho puerto/ donde comengo a hazer vna forta-
leza y un pueblo de que han ávido mucho plazer los marineros y gente
que alia están/ la qual fortaleza se hace y sosterna syn gasto de V. A.
egebto algunas herramientas.
Que desde dicho puerto de Acra al Darien ay veynte leguas y esta
vn pueblo gerca de otro y do se pueda socorrer vuo a otro y que bastara
para la seguridad del camino a la otra mar del Sur vna fortaleza en el
camino y otra en la costa de la otra mar o de vn rio grande que sale a
ella que crege y mengua y pueden yr navios/ y que lo mas seguro le
parege esto y mas breve/ por que los yndios que ay de aUi a las perlas
están de paz.
Que en el dicho puerto de acra se hizo justicia de vn yndio giego
que predicava a los yndios que matasen a los cristianos y ellos mismos
le acusaron.
Dize que el buen cacique de Careta que murió que fue syenpre muy
amigo de los cristianos dexo dos hijos varones/ el vno de siete y otro
de treze años/ y que los hizo entregar al Vicario de San francisco para
que los enseñen en las cosas de la fee/ y que en seyendo de hedad tiene
determinado de poner al mayor en lugar de su padre/ y entretanto pro-
veyó al que agora es.
— 111 —
Que el Vicario de San francisco y el Dean, Juan Pérez fueron con el
Alcalde mayor.
Dize que después de lo suso dicho se agravo su mal y se vino al Da-
rien a se curar y que ya esta fuera de peligro y dexo cargo de acabar
la dicha fortaleza e pueblo a Lope de Olano/ y que en aquel tienpo que
allí estuvo hizo tan buen tratamiento a los yndios que quinze leguas la
tierra adentro le venian a pedir Justicia.
Dize que llegado a la gibdad le dixeron que después quel partyo quel
Obispo hazia traher vara de Justicia a vn su alguazil/ y quel se altero
dello porque le pareció manera de vsurpar la Juridigion real y que
luego hablo al Obispo/ y le respondió que no en bargante que lo podia
traher como lo traben otros obispos en Castilla/ mas que la principal
cabsa hera por Juez de la ynquisigion que tenia a vno preso por ereje/
pero que venido el alcalde mayor porque hera letrado se juntarian y
verían sy es Justicia trahella o no/ dando a entender que sy de otra
manera quisiese proceder contra el quel progederia contra el por censu-
ras/ y quel viendo lo suso dicho/ y por que venia presto la quaresma
y por estar la gente fatigada y que de traher la dicha vara hasta quel
dicho alcalde mayor venga no viene perjuizio a la jurisdigion real/ tuvo
por bien de dar alguna suspensión/ y que venido el alcalde mayor sy
el no se comidiere hará lo que Y. A. tiene mandado.
55
(Año de 1516. — Enero 28, Santa María la Antigua). — A Su Alteza Alonso de la
Puente, Tesorero de Castilla del Oro (extracto de Secretaría), da cuenta de la
expedición de Pedrarias á las provincias de Careta, Comogre y Pocorosa, y pide
que vaya un Oidor de la isla Española para enterarse de lo que ocurre en el
Darien. — (A. de i,, 1-1 ^h^).
Dice que ha escripto a V. A. largo todo lo de aquellas partes y como
Pedrarias de Avila yva en persona a castigar los caciques que avian
seydo en la muerte de los cristianos del puerto de Santa Cruz e a paci-
ficar la tierra desde Careta hasta la mar del Sur y que lo que han sa-
bido del es esto.
Quel dicho pedrarias partió del darien con quatro navios y con
CCLX onbres por el mes de nouyenbre del año DXV, y por saber del
Capitán francisco bezerra que fue a descobrir se apeo en caribana cerca
del pueblo que tenia poblado hojeda por donde entro el dicho bezerra y
procuro de tomar lengua del y tomo quatro yndios los quales afirman
que esta el dicho Capitán con toda la gente que Uevava que son CXIj
onbres, escepto dos en vn cacique que se Uama Chinuto que es muy
— 112 -
principal, donde ay mucha rriqueza y que alli dizen que ay buenas mi-
nas y que los mismos yndios les hizieron bohios en que están los cris-
tianos y que no pelearon con ellos y que creen que están de paz y que
ha nueve meses que fueron que cunplido vn año enbiaran a mucho rre-
cabdo a lo buscar.
Y quel dicho pedrarias siguiendo su viage a la mar del Sur desenbarco
en vn puerto que dizen de acra y que les ha escripto que asy por la
bondad del dicho puerto como porque ay dispusicion para pueblo y por
que se certifica que el camino de aUi a la mar del Sur es andable a pie
y caballo y por que ay nueva de minas determino de hazer vn pueblo
y por su yndisposiciou de salud y por que se hiziese mejor quedo aUi
entendiendo en ello y haziendo vna manera de fuerza, y enbio la gente
a las otras cossas que se avian de hazer en el dicho viaje donde yva con
el alcalde mayor.
Dize quel ha pedido al factor juan de tapia todo el dinero que se ha
hecho y hiziese de la hazienda para lo enbiar a V. A., que terna hasta
XII m,lU pesos de oro y que con disimulaciones, se lo tiene en su poder y
quel año pasado con ymportunidad del governador y de todos le dio
III mili i)eso8 que enbio a V. A. y otros mili pesos que ha dado para
bastimentos.
Dize que con aver detenido en si los dineros de la hazienda de V. A.
ha tenido navios suyos e que ha traydo muchos puercos e agora ha en-
biado a la Española e a jamaica dos naos y que se presume que con los
dineros de V. A. y dize que no tiene dineros para enbiar a Y. A. como
lo euvia por testimonio y por quel governador no le apriete sobreUo,
los tiene de su mano con prestalles dineros.
Dize que para que V. A. sea yuformado de todo enbia una relación
de la fonna que se ha tenido en el vender y cobrar de la hazienda y lo
que dello se a hecho y las cabsas que han movido al factor a detener en
su poder el dinero y lo que con el ha hecho, diziendo el remedio que se
puede tener en lo venidero, y otra de lo principal de la hazienda e) de lo
que esta vendido e cobrado, suplica a Y. A. lo mande ver todo.
Dize que ha visto y conocido por yspiriencia que para el seruicio de
Y. A. y para el bien general de la tierra convernia que oviese sola vna
persona que governase y tuviese cargo dello, y los demás que entendie-
sen cada uno en su cargo, porque aquel tomarla consejo de las personas
que le pareciese, de quien pensase que se lo daria sin pasión.
Y que entretanto que Y. A. mandase determinar las cossas de aUa,
seria bien que fuese alguna persona de conciencia y letras y seruidor
de V. A. para que entiéndese en todo y lo rremediase e castigase y los
rreglase y despertase a complir los mandamientos de Y. A. y que no
siguiesen sus intereses e pasiones como agora las tienen y que podria
Y. A. mandar yr a esto a uno de los oydores de la española.
— 113 —
Dize qiiel ha servido sii cargo en todo lo que lia podido v que pidió
al governador que mandase ver el y el contador sus quentas lo que se
vido hasta fin de dizienbre de DXV y esta igual, lo qual enbia por fee.
Dize que vn diego maldonado depositario de los bienes de los difuntos
tiene deUos mas de II mili pesos y que los Oficiales de SeviUa los han
enbiado a pedir, y quel ha rrequerido al governador que le haga tomar
la quinta y con favores que tiene no la ha dado y trahe el dinero en
trato, que conviene que V. A. enbie a mandar que se le tome la quenta
para que se enbien los bienes a los Oficiales de Sevilla que los den a
sus dueños.
Dize que ha escripto que conviene a seruicio de V. A. que se enbien
a aquella tierra los deliquentes omicianos.
Que después de esta escripta, Uego el governador del puerto de acra
y que viene muy satisfecho del puerto y de la manera de la tierra para
hazer aUi pueblos porque ay isletas pequeñas para criar puercos sin
peligro de los leones y que la tierra firme del pueblo adelante es muy
aparejada para ganados y para sementeras de aquella tierra y que dexo
edificada vna fuerga asaz defensible y dexo algunos vecinos para poblar
y enbiara mas a cumplimiento de treinta y quel dize que ay dispusicion
para se posar alli y que todos irán a vello y podria ser quei fuese asy.
Dize que por otra carta escriven el y el contador lo que ha sucedido
entre el governador y eUos con el obispo para que V. A. mande jjroueer
lo que fuese servido myrando los daños que se pueden seguir de la es-
tada alia del obispo por su mala condición.
56
(Año de 1516. — Enero 28, Santa María la Antigua).— A Su Alteza el Tesorero 3' Con-
tador de Castilla del Oro (extracto de Secretaría) hablan mal del Obispo Fiay
Juan de Quevedo. — (Á. de 1., l-l-Vae)-
Tornan a dezir lo de la ida del governador en persona a castigar los
caciques que avian seido en la muerte de los cristianos en Santa Cruz
conforme a lo que escribe alonso de la puente.
Dize que el governador e oficiales escriuyeron a V. A. con pedrarias
de Avila su sobrino, haziendole saber como el Obispo no entendía tn
la conversión de los yndios ni en las otras cossas que a buen prelado
pertenecen, antes se ocupava en favorecer a Vasco Nuñez de Valboa
contra el dicho governador y formando parcialidades y escándalos y bo-
Uicios de que V. A. hera desservido y la tierra y vecinos deUa se destru-
yan y que convenia jjara quitar los inconvenientes de la estada alia del
8
— 114 —
Obispo que quedase alli vn prouysor de letras y conciencia que en-
tendiese en el culto divino, y porque les parece que cumple al seruicio
de V. A. avisalle de lo que pasa cerca desto lo escriven a V. A.
Dize que cuando llego el armada a San Lucas sobre sacar a vno de
la yglesia, llamo el Obispo al alcalde mayor que era un judio hereje.
Tanbien en la gomera en los sermones y fuera deUos diz que dijo
palabras ynjuriosas contra el tesorero.
Dizen que llegados al darien el governador adoleció y dio su poder
al Obispo y luego comento a favorecer a Vasco Nuñez en publico y en
secreto y porque en la residencia que se tomava a Vasco Nuñez le pe-
dían muchas cosas desonrraba a los que se las pedian y hazia otras
muchas cosas y que viendo esto el governador le rrevoco el poder y desto
se sintió mucho el Obispo y vu dia estando el governador en su casa de
vuas palabras en otras le dijo que que juderías eran aquellas y que el
governador sin le rresponder cosa ninguna se fue a su casa.
Y que dende algunos dias estando juntos en la casa de la contrata-
ción el governador e obispo e oficiales hablando en proveer el armada
de la mar del Sur, porque no se proveyan los Capitanes que el quei'ia,
se levanto con mucho desaciitamiento diziendo que tales prouisiones y
burlerías se esperaban del diclio governador y se salió a la pla§a donde
estíiva todo el pueblo diziendo estas palabras y otras mas feas.
Dizen que cuando el governador partió para esta jornada dio su
poder a eUos y al factor y que eUos entendían en lo que ocurría en dar
I)arte al Obispo y porque vn dia por olvido no se le dio a firmar vna
carta dijo al thesorero palabras muy descorteses a lo qual el tuvo
mucha templanza y no le respondió nada.
Dizen que en los sermones y en sus hablas muestra gran descon-
fianza de la tierra y la desfauorece a tanto que pone en mucha confu-
sión a los que aUa. están.
Yten que muchas vezes dice que teniendo el governador y alcalde ma-
yor judíos que no se puede hazer cosa buena y otras palabras muy in-
juriosas.
y que con todo esto el governador no deja de daUe parte de todo lo
que se ha de hazer e proveer, e por esto anda mas acompañado que el
governador.
Dize que quando se fue el governador hizo el Obispo a vn su alguacil
que traxese vara a la manera que la traben la justicia de V. A. y pren-
dió a vn cirujaaio nuevamente convertido y que eUos le rrequirieron que
no la trajese porque era en perjuicio de la juridicion rreal. y el rrespon-
dio que la podia traher -por obispo y i)or ynquisidor, y en estos tienpos
vino el governador y se lo torno a requerir y el Obispo se escusa, no
saben en que parara.
Dizen que en la prisión de los erejes que oviere, seyendo el Obispo,
— 115 —
como es muy apasionado y que de hecho podría prender a algunos e
por ser la tierra nueva e algunos de los mercaderes que la proveen con-
versos, seria gran daño de la tierra, que les parece que convernya que
V. A. proveyese que la ynformacion por donde oviesen de prender quel
dicho Obispo la muestre al governador y procediendo en los autos se le
de quenta dello.
En fin dizen que myentras el obispo estoviere en aquella tierra nunca
faltaran pasiones y discordias.
Dizen que el governador syn estar ellos presentes dio concierto con
el Obispo cerca del traer de la vara del alguacil y después de tenello
asentado con el se lo mostró y ellos respondieron a ello lo que V. A. vera
por los votos que enbian.
67
(Año de 1516. — Febrero 20, Santo Domingo).— A Su Alteza Pasamonte (extracto de
Secretaría) da cuenta de la situación de Castilla del Oro y propone regresen á
España Pedrarias Dávila, el Obispo y los Oficiales, quedando de Gobernador
Vasco Núñez como estaba antes de ir la armada. — (^, de 1., l-l-Vae)-
Dize como en la nao que partió a XXX de enero en que vino el obispo
delaconcibÍQion escribió largo y se enbiaron para V. alt.*IIII° mil pesos
y que se remite a lo que tiene escrito para lo que conviene proueer para el
bien y crecimiento de aquellas Yndias/ y ansi mismo para lo que toca
a Castilla del oro/ que esta todo perdido por falta de buena governacion
y por que todos los que alli fueron llevaron muncha codicia y ansi di-
zen que la tiene el governador algunos de los que de alia han venido/ y
que a el le a puesto alguna sospecha ser esto verdad porque ha sabido
que el dicho governador coiipro una perla en MCC pesos de oro que di-
zen algunos que vale mas de X mili pesos/ porque siendo tal pieza fuera
razón que se tomara para V. alt.* y que no menos culpa tienen los ofi-
ciales que se la consintieron tomar/ y que ya puede ser que el dicho
governador la aya tomado para seruir a V. alt.* con ella.
Dize que avra ocho dias que llego alli vn Capitán Atienza que venia
de tierra firme/ y confirmase en dezir el mal tratamiento que se haze
en la tierra e yndios della/ y que convenia jjara el seruicio de V. alt.* y
¡)ara el bien de la tierra que alli no oviese governador ni obispo ni ofi-
ciales porque hazen mucha costa sin ningún prouecho lo qual se podrían
escusar mandándolos Vuestra alteza venir a Castilla y dexando alli a
Vasco Nuñez de Valboa como esta va antes que fuese el armada.
Dize como escriue a los ofigiales de Seuilla que tomen vna carta de
— 116 —
navegación que lleva vno «^ue se la presto vn criado o pariente del almi-
rante la qual carta hizo vn Duran piloto y por ella paresge que el al-
mirante no toco en paria ni en la margarita avnque el dize que le puso
nonbre de margarita Y, alt.^ enbie a mandar a los dichos oficiales que
enbien a V. alt.^ la figura y la vea porque haze mucho al casso para el
derecho de V. alt.^ y que vn piloto que se dize Antón Garcia le auiso
deUo.
Dizen como enbian en estas dos naos VIII mil CMXXX pesos III
marcos, III onzas III ochavos de perlas.
Enbia la relación del oro que se fundió y cogió en la ysla española
el año passado de DXV.
58
(Año de 1516. — Junio 30, Madrid). — (Extracto de Secretaría) El Bachiller Enciso
pide que se vean los recursos que entabló contra providencia del Alcalde Mayor
de Santa María la Antigua en el juicio de residencia de Vasco Núñez.— (^4. de i.,
2-2-Vx4).
Muy poderosos Señores. — El bachiller Engiso alguazil mayor de Cas-
tilla del Oro por Vuestra alteza dize que el tienpo que basco nuñez al-
calde de Santa Maria de la antigua hazia residencia el le pidió como
alguazil cuatrocientos e cincuenta castellanos quel dicho Basco nuñez
se auia tomado en oro de la entrada de Ysla de pinos e otros tantos que
se tomo de otra entrada de ponca e quel alcalde mayor e juez de resi-
dencia lo condeno en ellos e que porque no lo condeno en las setenas
e cuatro tanto quel apello e truxo los protestos e los presento ante Cas-
tañeda e qual no quisiere dezir mas en ello sino que concluye con lo que
esta en las protestas. Suplica a Vuestra alteza que pues el no quiere
alegar mas los mande veer como están sin que inbien mas a enplazar a
la parte porque se gastarla mas en inbiar al Darien que valen los pro-
testos. Mande Vuestra alteza que se notifique ante diego fernandeK
questa aqui que fue su procurador del dicho Vasco Nuñez en la resyden-
cia e si dixere que no es su procurador mande que le tomen juramento
sobre ello para lo cual inploro el Real oficio de Vuestra Alteza. — El ba-
chiller Enciso. — Rubrica. — En el reverso del documento : El bachiller
Enciso. — Madrid a 30 de Junio de 151G.
117 —
59
(Año de 1515-17). — Relación hecha por Gaspar de Espinosa, Alcalde Mayor de Cas-
tilla del Oro, de todo lo que le sncedió en la entrada que de orden de Pedrarias
Dávila hizo en las provincias de Comogre, Pocorosa, Nata y Paris.— (A. de I.,
p. l-l-'/íeJ publicada en la colee, de doc. inéd., t. 2.")
Muy altos e muy poderosos Principes Reyua e Rey Nuestros Se-
ñores.
Porque según dice Quintiliano, todos los hombres naturalmente de-
sean saber, e de los saberes el mas preciado es el que se alcanza no
solamente por entendimiento, mas por vista de ojos, e porque la gran
potencia e mananimidad de los principes se manifiesta mas en el coji-
quistar y descubrir nuevos reinos e señoríos que en otra cosa alguna ;
de lo qual todo en la era del muy cristianísimo católico e muy pode-
roso principe el Rey D. Fernando de gloriosa memoria, nuestro señor,
gozo nuestra España mas prósperamente que todos los otros reinos e
señoríos del mundo, e agora asi mismo goza e gozara con la tan clara
e verdadera subcesion de tan altos principes, e en todo, asi en reynos
como en excelentes virtudes verdaderos subcesores ; lo cual claramente
parece Dios Nuestro Señor ser servido proceda así, pues en estos sus
reinos de España aquellas muy grandes virtudes de justicia e paz con
todas las demás que aquel nuestro tan cristianísimo principe e único
en el mundo tan arraigadas dexo : e enesto de descubrir tantas mara-
villas e riquezas como se han descubierto e se descubrirán adelante a
todos los nacidos desde la creación del mundo hasta agora tan encubier-
tas se prosiguen ; de las cuales porque VV. MM. sean informados se iuvia
la siguiente carta relación, por la cual VV. MM. si son servidos serán
informados largamente de todo lo que hize e descubrí en el viage que
por mandado de Pedrarias Davila lugar teniente general, e por su en-
fermedad yo fui a hazer a las Provincias de Comogre, Pocorosa, Nata e
Paris e las otras comarcanas, por la tierra nueva de la mar del Sur,
la cual va asimismo autorizada e firmada del veedor e de todos los Ca-
pitanes que conmigo fueron la cual de verbo ad verhiim como la hize
para dar cuenta al Teniente general e Oficiales de V. A. es la siguiente :
De VV. MM. humilde vasallo e servidor que sus reales pies e manos
besa. El Licenciado Espinosa.
Muy magníficos y muy nobles Señores.
Porque en el proceso de los Caciques e indios e provincias que en la
prosecución deste viage que por mandado de S. S. del señor Lugar Te
niente general yo fui a hazer a las provincias de Comogre e Pocorosa
— 118 —
a la otra mar del Sur a pacificar e castigar los crimenes, escesos e muer-
tes de Cristianos, que los dichos Caciques e indios de las dichas provin-
cias de la mar del Sur habian hecho e perpetrado, según que por ](>
procesado, que sobre esta dicha razón de yuso contenido mas larga-
mente parescera en el dicho proceso, ansi por el poco aparejo de papel
e tinta como por el poco tiempo e lugar de escribir en forma ; e en par-
ticular todas las buenas obras e malas e buen tratamiento e diligencias
que se hicieron e buscaron para atraer a todos los dichos caciques e
indios de la provincia por donde yo anduve ; ansi por esto, como porque
la verdad de todo se sepa e quede escripta e probada e abtorizada, se-
gund e de manera que VV. SS. e mercedes e los que mas vieren e quisie-
ren ver el dicho proceso, agora o en cualquier tiempo queden satisfe-
chos; suplico a VV. SS. e mercedes hayan esta mi carta relación por
presentada en la dicha razón e mande haber información de los Capita-
nes hidalgos e compañeros que en mi compaüia en la prosecución de este
viage fueron, los cuales en cada capitulo van nombrados los que estu-
vieron presentes e se hallaron en lo en el contenido, para que se resciban
aquellos o otros que dirán e declararan los dichos nombrados que fuero]i
presentes a lo en el dicho capitulo contenido, E asi fecha e tomada la
dicha información la mande poner e añadir al dicho proceso; e con-
tando el caso de la dicha relación digo que es lo siguiente.
Después de haber hecho la información de la manera en este proceso
de suso contenido, contra el Cacique de Comogre e sus principales e
valedores, después de fecha la acusación e de los otros autos de suso en
este proceso contenidos; llegando que llegue a vista de la provincia de
Comogre, hizo noche sobre el primero Cacique Hibraga de Comogre en
la dicha provincia que diz que se decia Brebanrebe, e aUi hizimos no-
che e dimos sobre sus bohios aquella noche e tomamos e prendimos
ciertos indios, el numero deUos parecerá por el repartimiento que deUos
se hizo. E de aUi nos partimos luego, porque no habia de comer, ade-
lante sin hazer otro daño e llegamos al asiento que Uamamos de Chiame
que adonde pusimos real ciertos dias, e entramos de dia e como los
indios nos vieron ir huyeron todos : e ansi a pie como a caballo fueren
algunos compañeros tras eUos, e no pudieron tomar ninguno, hasta que
otro dia saliendo a buscar que comer se tomaron hasta tres o cuatro
piezas, de las cuales envié luego uno a llamar al cacique de la dicha pro-
vincia, e otro dia envié otro, que era un indio herrado, a manera de
principal, al cual le di mi l)onete e un paño de toni e de comer e de
beber, E a estos se les hizo e dio a entender el requerimiento que Sus
Altezas mandan porque mejor lo entendieren. E ansi mismo todos los
otros mensajeros que envié a Uamar al Cacique según que mas larga-
mente por lo procesado parescera. E después de lo sudicho, vino de
pazes un principal que se decia Chiarna, el cual dixo que era Cacique
— 119 —
de la dicha provincia de Oomogre, diziendo que el que era antes era
muerto. Al cual se le hizo el buen tratamiento posible que yo e los com-
pañeros pudimos e aun por mas le agradar e atraer a nuestra amistíid
se jugaron a las cañas e comia e bebia de los bastimentos de Castilla
de pan e vino e otras cosas juntamente conmigo : diosele una camisa
e una caperuza e otras cosillas de Castilla; quedo tan de pazes que se
iba e venia a nuestro real sin temor ninguno. E por quel dicho Cacique,
diziendole que enviase a llamar a sus principales, no dezia que no que-
rían venir, que tenian miedo e se andaban abaris por alli. que los fué-
semos a buscar, especial a uno que se dezia Poquinia. E porque nos
faltaba de comer e por hazer a lo que Íbamos, nos alzamos de alli e nos
fuimos adelante obra de legua e media a donde estaba el dicho asiento
de Poquinia, en la tierra del cual entramos de dia por no hazer mal
sino se huyere. E luego que llegamos pusieron fuego a los bohios e í-e
fueron los indios abaris; e a esta causa yo envié al padre Dean con una
cuadrilla e a Ojeda con otra a ranchearles la tierra e hazerles guerra :
traxeron ciertos indios el numero de los cuales parescera por el repar-
timiento que dellos se hizo. A este dicho Cacique de Comogre e a todos
los principales e indios de la dicha provincia no se les hizo otro mal
ni daño alguno, hasta que volvimos de Paris i)orque el dicho Chiarna
iba e venia siempi'e de pazes : antes le di ciertos indios de los dichos
que se tomaron e creo con lo que nos harto el dicho Cacique del real
quedamos en pago e aun nos quedo a deber dineros. E desto se i)odrau
W. SS. e mercedes informar de todos los compañeros que quisieren,
porque fasta aqui todos estuvimos juntos.
De aUi nos partimos a la provincia de Pocorosa e envié delante a
los Capitanes Diego Albite e Pedro de Ganimez con fasta ochenta hom-
bres poco mas o menos para que diesen en el dicho Cacique e sus indios
de noche e prendiese a el e a todos los mas que pudiese. E tomaron los
dichos Capitanes ciertos indios el numero de los cuales parescera por
el repartimiento que deUos se hizo, he hecha la dicha toma, enviaron
luego los dichos Capit-anes un mensajero a llamar al dicho Cacique e
nunca vino. E porque Martin Estete tenia una naboría que consigo
Uevaba, hija del cacique Pocorosa, le mando que fuese con los dichos
Capitanes, e si viesen que era menester e haria al cíiso la enviasen a
llamar a su padre para hazer pazes con el. El cual nunca vino ni quiso
venir : e a esta cabsa e por quel dicho Cacique fue el principal en 3a
destruicion del pueblo de Santa Cruz e muerte de los Cristianos, envié
a hacerle guerra a dos cuadrillas de gente las cuales tomaron los indios
que parecerá por el repartimiento que deUo se hizo. E después desde
la provincia de Chinia a donde luego nos fuimos por no haber comida
ni bastimentos en la dicha provincia de Pocorosa hasta el puerto do
Santa Cruz a ver si eran venidos los bergantines que nos hablan de
— 120 —
traer bastimentos e para si pudiese haber el dicho Cacique. El cual e su
gente estaban tan alzados que en todo aquel viage no se tomaron mas
de tres o cuatro presas de indios. E después cuando nos partimos de
Chinia a la provincia de Tamame envié a correr a todos los Capitanes
el Rio grande los unos por la una parte j los otros por la otra porque
tuve información que estaba alli acogida la gente del dicho Pocorosa.
Los indios que se tomaron en este viage parescera por el repartimiento
que de ellos se hizo de los cuales se quemaron cinco principales, porque
confesaron haber sido en la muerte de los Cristianos e destruimiento
del pueblo de Santa Cruz. Cerca de lo contenido en este capitulo se
podran VV. SS. e mercedes informar de los dichos Capitanes e de los
otros compañeros, que ellos declararan que con ellos fueron.
Desde el dicho asiento de Pocorosa nos partimos a la provincia de
Chinia que esta tres leguas yendo de acá a la mano izquierda hazia la
Mar del Sur; envié delante al Capitán Pablo Mexia con hasta sesenta
hombres poco mas o menos para que diese de noche en la gente del
dicho Cacique e lo procurase de prender a el e a toda la mas gente que
Iludiese; porque por la información parecia haber sido en el destrui-
miento del pueblo de Santa Cruz e muerte de los Cristianos según que
mas largamente por el proceso parescera. Los indios quel dicho Capitán
tomo en aquel viage por el repartimiento que de ellos se hizo parescera.
En todo el dicho tiempo el dicho Cacique no vino ni sus mandados,
pasados los términos que se le señaba, se enviaba gente a ranchear »?
a hazer la guerra al dicho Cacique e todos los indios que de los que se
tomaban confesaban haber sido en la destruicion del pueblo de Santa
Cruz e muerte de los Cristianos hacia justicia dellos ahorcándolos e
quemándolos e con el tiro de pólvora se mataron dos para ponerles mas
espanto a los dichos indios. Creemos, visto por los indios la cruda guerra
que les haziamos e juntamente con las pazes que con ellos tratábamos
que se determinaran de venir de pazes, e vino un gran principal que
dezia que era que se dezia Chiribuque, después de haber enviado otros
dos o tres mensajeros de como queria venir. El cual se recibió con mu-
cho amor e buena voluntad e buen tratamiento de manera que mientras
alli estuvimos todo lo quel dicho Cazique queria asi de indios de los que
se hablan tomado, como cosas de Castilla cuchillos e anzuelos e peines
e caperuzas se le daba : e comia e bebia conmigo e tenia conversación
con todos como si fuera Cristiano. E venian otros muchos indios con
pescado e a traernos de comer e pidiéndoles que viniesen los otros prin-
cipales e el Cacique, daban por respuesta que no querían venir, e a esta
cabsa e por quel dicho Cacique dixo quel llevarla a do estaba el mas
principal hombre de la tierra que se dezia Queracombe, envié al Capitán
Pedro de Gamez a tomarlo para asegurarlo e a tomar maiz que habia
entonces necesidad dello : tomóse cierta gente la cual parescera por el
— 121 —
repartimiento que de ella se hizo. Fecha la dicha cabalgada el dicho
Qiieracombe envió a decir que queria venir de pazes e vino luego otro
dia e asi mismo otro gran principal que se dezia Copecho. A los cuales
se les hizo todo el tiempo que alia estuvimos muy buen tratamiento e
se les dieron camisas e bonetes e iban e venian al real todos los mas
dias que alli estmdmos, e se les dieron todos los indios e indias que pi-
dieron de las que se les habian tomado, e doze o quiuze indios que les
pedi que habia deUos necesidad para las cargas e maiz me los truxieron.
E al tiempo que nos partimos de aUi para ir adelante en seguimiento
e prosecución deste viage los dichos principales salieron con nosotros
e porque tenia dos cristianos muy enfermos e no podian caminar el uno
se dezia Miguel Sánchez e otro que se dezia Pedro de Arevalo se los
dexe a los dichos principales uno a Chiris e otro a Queracombe, los
cuales al parecer los recibieron con tíinto plazer como si les diera una
gran cosa, e se of rescieron de los curar e tenar muy gordos para cuando
tornase. E agora a la vuelta, que volvimos de Paris supimos por cierto
e aqui lo pueden W. SS. e mercedes saber de los indios si quisieren,
que no fuimos idos cuando luego los dichos Caciques e indios hizieron
sus areytos e tajada a tajada e poco a poco les fueron cortando las ma-
nos e brazos hasta que los mataron. Deste capitulo se pueden W. SS. o
mercedes informar de los Capitanes Pablo Mexia e de Pedro de Gamez
e del padre Dean e de los otros compañeros que con ellos anduvieron
continuamente.
Estando en la dicha jjrovincia de Chiman, porque los dichos princi-
pales Chiri e Queracombe me dixeron, preguntándoles por el Cacique
Chiman, que el dicho cacique con muchos principales estaba huido en
la tierra e provincia del Cacique Mas : e a esta, cabsa e por quel dicho
Mas acogia e favorecía al dicho Chiman, yo con los Capitanes Pablo
Mexia e Pedro de Gamez e Bartolomé Hurtado, con el dicho Chiri que
dixo que queria ir con nosotros a la dicha provincia de Mas que esta
como de acá vamos sobre la mano izquierda tres leguas de la mar del
Sur e aUi Uegados se tomo e prendió al dicho cacique con otros ciertos
indios algunos de los cuales parescera por el repartimiento que dellos
se hizo. E asi tomado el dicho cacique e la dicha gente le fize todo el
buen tratamiento que yo pude asentándole a comer a mi mesa. E por-
que habia cierta información quel dicho Cacique habia ciertas habas de
oro después de haberle hecho el requerimiento que SS. AA. mandan
que les sea hecho e de haber respondido el dicho que queria ser vasallo
e servidor de SS. A A. e dar el oro que habia aunque era poco e hazer
(claro en la copia) para los cristianos e enviados ciertos indios que ha-
bia para que lo truxesen los cuales no truxieron mas de fasta obra de
veinte o treinta castellanos, les eche una (falta una palabra) para
amedrentarle, para que nos diese el dicho servicio de oro, en la cual
— 122 —
estuvo uno o dos días. E después el dicho cacique me pidió que lo sol-
tase, quel traería el oro e su gente para que me viniese a ver, e yo le
solté e le puse en su libertad e le di libertad para que se fuese. El cual
fue e vino luego otro dia con hasta veinte indios gandules, e el dicho
Cacique e indios traerían de presente hasta otros treinta o cuarenta
casteUauos de oro e perlas. E asi traídos después de haber porfiado
que traxiese mas e visto como el dicho Cacique no lo quiso traer aunqae
temamos guias al parecer muy ciertas e noticia a donde el dicho Ca-
cique tenia su bohio e sus mugeres e hijos e oro e los Capitanes e gente
que conmigo estaban me importunaban que les diese licencia para irlos
a tomar, nunca lo quise hazer porque dicho Cacique dixo que queria ser
vasallo de SS. AA. e servir a los cristianos e hacerles (claro en la
copia) en que la gente que le hablamos tomado aquella daba para ser-
vir a los cristianos, antes lo dexe libre a el e a todos los indios que con
el vinieron e muy alegre e contento al parescer. E ciertos indios que
me dio para traer cierto maiz que Uegado a Chiman se los tome a en-
viar e con ellos les envié a decir que me viniese a ver e ansi mismo
cuando el dicho Cacique partió se lo dixe. El cual lo hizo ansi e vino a
verme a la dicha provincia de Chiman e alli estuvo dos dias con un
hijo suyo holgando, era muchacho el cual traxe e entregue al padre
Vicario para que lo tuviese en servicio San Francisco, que le enseñase
nuestra Santa fe Católica, certificando el dicho Cacique que se lo vol-
vería dentro de veinte e cuatro lunas con el hijo del Cacique de las
Perlas questaba ansi mismo en San Francisco, ques vezino del dicho
Cazique. Demás cerca de lo contenido en este capitulo, se pueden
VV. SS. e mercedes informar de los dichos Capitanes que conmigo fue-
ron e de Diego de Mijares, veedor e de Martin Estete e del padre Dean
e de todos los mas compañeros que fueron en el dicho viage.
Venidos de la dicha provincia de Mas a Chiman a donde quedo el
Capitán Diego Albites con la rezaga e despachado el padre Dean para
hazer saber a VV. SS. e mercedes como nos Íbamos la via de Chepavare
e Pacora con intención de cargar e reformar todos los Caciques que
están en el camino, que son Tómame e Paruzaca e Tubanama: por ha
l)er sido en la destruicion del i)ueblo de Santa Cruz e muerte de los
Crístianos ; e de aUi pasar a las provincias de Nata e Paris a castigar
aun mismo e a reformar e pacificar e quebrantar la soberbia con que los
Caciques e indios de aquellas partes quedaron del desbarato e muerte
de Cristianos e presa que hizieron al Capitán Gonzalo de Badajoz e a
los Cristianos que con el fueron según que por las cartas que sobre
esta razón a VV. SS. e mercedes escribí mas largamente serian infor-
mados nos partimos creo que fue a nueve o diez de Marzo del año que
paso de mil e quinientos quinze años en seguimiento del dicho viage.
E fuimos la una [tarte de la gente por la una parte del Kio grande que
— 123 —
esta entre Chiman e Pocorosa e la otra por la otra, e corrimos el diclio
rio, porque nos dixeron que estaba alli acogida mucha gente de Poco-
rosa e Tómame. E por esta manera llegamos a la provincia de Tómame
haciéndoles guerra a los indios de las dichas provincias. Los indios que
se tomaron en esta dicha provincia de Tómame por el repartimiento
que de ellos se hizo parescera. Alli se hizo justicia de los que parescie-
ron culpados e Pocorosa, según que en el segundo capitulo de suso con-
tenido se contiene. A este Cacique de Tómame que se dice Pocora había
enviado antes desde Chiman el Capitán Diego Albites con hasta ochenta
hombres con una instrucción que de suso en este proceso se contiene.
El cual estando alli tomo cierta gente del dicho Cacique e le envió a lla-
mar que viniese de pazes haziendoles el requerimiento que SS. AA. man-
dan que les sea hecho, e enviando un principal quel dicho Capitán tomo
que se decia Abrasi, el cual fue e vino muchas vezes del dicho Capitán
al dicho Cacique e del dicho Cacique al dicho Capitán, enviaba por
respuesta el dicho Cacique que no queria venir e otras veces que no
osaba venir por miedo del Cacique Pocorosa que lo enviaba amenazar :
de manera que nunca con el se pudo acabar que viniese ni con los prin-
cipales e indios del dicho Cacique. Estuvimos aUi el día que llegamos,
e otro dia siguiente por no tener que comer nos fue forzado partirnos
adelante. De lo contenido en este capitulo se pueden W. SS. e merce-
des informar del dicho Capitán e de Francisco Pizarro e de los otros
compañeros que con ellos fueron a hazer el dicho viage.
De la dicha provincia de Tómame nos partimos a la provincia de
Paramana que hay tres leguas de la una a la otra, e por queste Cacique
Paruran fue según parece por la información e según los indios comun-
mente dizen el primero que empuso a Pocorosa que matase a los Cris-
tianos de Santa Cruz e hiziese los otros daños que se hizieron e el que
ordeno toda la junta de los Caciques que para ello se juntaron, llevába-
mos mucha gana de hazerle muy cruda guerra e asolarle e a esta cabsa
me adelante yo con cierta gente para dar en el de noche. E aunque es-
taban muy sobre aviso los indios todavia se les hizo harto daño e se
mataron algunos deUos e otros se prendieron, la cantidad de los cuales
parescera por el repartimiento que deUos se hizo. No pudimos estar en
la dicha provincia de Paramana mas del dia que Uegamos e otro por la
mucha falta que habia de comida, el dia siguiente nos partimos para la
provincia de Tubanama a donde pensamos hallar comida para estar
algunos dias para desde alli reformar estas dichas provincias : hay dos
leguas desde el asiento de Paramana al de Tubanama. E alli asi mismo
me adelante yo con cierta gente para dar en el de noche, por haber sido
en el destruimiento e muerte de los Cristianos de Santa Cruz e por-
que siempre ha sido rebelde. El cual e su gente estaban tan sobre aviso
que casi no se pudo tomar gente alguna ni se hallo cosa de comer es
— 124 —
cepto obra de dos fanegas de maiz que hallaron enterrado unos compa-
ñeros: e a esta cabsa nos hubimos luego de partir al Cacique Chepo, a
donde envíe delante al Capitán Diego Albites. De lo en este capitulo
contenido se pueden W. SS. e mercedes informar de los que mandasen
porque toda la gente estaba alli junta.
Envié al Capitán Diego de Albites como tengo dicho por quel el
dicho Cacique tenia mucha amistad e conocimiento al dicho Capitán
e creímos que saldría a el de pazes : el cual el fue e la gente consigo llevo
e entraron de dia pacificamente sin hazer daño alguno enviando a lla-
mar al Cacique, vino luego a el e alli yo le hize toda la honrra que pude
e le requerí con el requerimiento que mandan SS. AA. que se les haga
e el respondió muy bien diziendo que quería ser vasallo de SS. AA. a
servir a los Cristianos e yo como a tal lo recibí. E no le pedi otra cosa
sino que me tuviese hecha una hazienda para que comiésemos a la
vuelta e no le comiésemos lo suyo ; sin le hazer mal ni daño alguno en
cosa del mundo, mas de la comida que hubimos menester alli e por que
no habla de comer e por no enojar al dicho Cacique, no consentio que
lo fuese a buscar. E no estuvimos alli mas de tres dias e luego nos
partimos para las provincias de Cheparave e Pacora. Cerca de lo en este
capitulo contenido VV. SS. e mercedes se pueden informar de todos los
compañeros que quisieren porque todos estuvimos juntos. Hay desde
Tubanama a este Cacique obra de siete leguas.
Partidos de Chepo, envié al dicho Capitán Diego Albites delante,
a la provincia de Chepavare e Pacora con un cabra quel dicho Cacique
Chepo dio al dicho Capitán e con dos indios, porque asi mismo el dicho
Capitán habla estado ya otra vez en las dichas provincias, e le tenían
mucha amistad los dichos Caciques e indios. El cual fue e entro de dia
e pacificamente en la dicha provincia e envió a llamar al Cacique e prin-
cipales de las dichas provincias de Pacora e Chepavare e a requerirlos
de pazes : los cuales ni ellos ni cosa de comer nunca ^Hidimos haber ni
ver aunque se salieran a buscar. Visto que no venían ni querían venir
antes estaban tan escondidos ellos e la comida que parecía que habla un
año que no habla andado indio por toda aquella tierra, a esta cabsa e
por la mucha falta de comida en que alli nos vimos e porque yo llevaba
determinado de aguardar la respuesta de YV. SS. e mercedes de lo que
mandaban que hiciese visto que no podia aguardar un solo dia e visto
que no teníamos de comer todos para de tres o cuatro dias arriba es-
tuve muy determinado de volverme, salvo que miramos que por todo lo
que hablamos venido no hablamos de hallar ni aun mazorca de maiz e
forzado habíamos de perecer de hambre e a esta cabsa e porque yo tenía
nueva cierta de Alonso (ilegible el apellido) que era nuestro guia, que
había venido con Gonzalo de Badajoz que a lo menos en Nata haUaria-
mos infinita comida, e tanto que bastase para aguardar todo el tiempo
— 125 —
que fuese menester, hasta ver la respuesta e mandamiento de VV. SS. e
mercedes; e visto asi mismo como irnos al Nombre de Dios era cosa in-
cierta, e a no hallar alli de comer eramos todos perdidos; acorde de
pasar adelante e luego, en aquel mismo dia que llegamos nos partimos
a Panamá. Hay desde el asiento de Chepo al de Chepavare cinco leguas
e del de Chepavare a Pacorosa dos. Cerca de lo contenido en este capitulo
se pueden VV. SS, e mercedes informar de los Capitanes e gente que
mandanse porque todos estuvieron j ñutos a ello.
Para ir de la dicha provincia de Pacora fuimos la via de la provincia
de Panamá a la cual envié delante al Capitán Bartolomé Hurtado,
mandándole que no hiziese daño ninguno en la dicha provincia salvo
que tornase e recogiese toda la comida que pudiese haber porque llevá-
bamos gran falta della pero pasamos adelante. En la cual no se hallo
cosa de comer ni se tomo gente sino solo una india, e a esta cabsa nos
partimos luego otro dia siguiente de alli a la provincia de Periquito.
Hay desde esta provincia de Pacora al asiento de Panamá tres leguas.
Cerca de lo en este capitulo contenido se pueden informar de quien mau-
dasen porque todos estuvimos juntos.
Partidos a la dicha povincia de Perequito el postrero dia de cuatro
que tardemos en el camino hube información del dicho Alonso (el ape-
llido ilegible) de Don Benito, cerca de la manera quel Capitán Gon-
zalo de Badajoz e los comi)n ñeros que con el fueron hablan tenido en el
tratar de los Caciques e indios de la dicha provincia e de los otras si-
guientes hasta Paris e de como hablan quedado de pazes e de la guerra
que los dichos Caciques e indios de las dichas provincias habian hecho
al dicho Gonzalo de Badajoz e a los cristianos que con el venían, al
tiempo que volvían desbaratados de Paris. E ansi fecha, acorde de
prender a los dichos Caciques de Perequito e Taboren e Chamen e fui
e me adelante a dar con ellos de noche con cierto numero de gente, e en
una misma noche di en el Cacique de Perequito e luego pase adelante
e viniendo el alba dimos en el Cacique de Taboren de los cuales pren-
dimos muchos dellos e matáronse algunos porque huían e no se podían
de otra manera alcanzar la rezaga. Luego otro dia fue con nosotros
en la dicha provincia de Taboren e envié luego el mismo dia que llegue
indios mensajeros a llamar al Cacique Taboren e otro al Cacique Ta-
bore a los cuales le fueron fechos los requerimientos que SS. AA. man-
dan según mas largamente por lo procesado de suso se contiene. E un
indio de los cuales volvió otro dia e dixo quel dicho Cacique Taboren no
quena venir, que tenia mucho miedo e los indios principales, e a esta
cabsa mande ir a Francisco Pizarro con ciertos cristianos que lo fuesen
a buscar e ranchear una noche. E trajeron ciertos indios el numero de
los cuales parescera por el repartimiento que dellos se hizo. Estuvimos
en el dicho Cacique obra de tres o cuatro dias. Desde Panamá a Pere-
— 126 —
quito habrá obra de ocho leguas e de Perequito a Tabore tres. Cerca de
lo contenido en este capitulo se pueden informar de los dichos Capita-
nes que conmigo fueron delante e de Francisco Pizarro e de los mas que
quisieren.
Tercero dia de Pascua Florida del año pasado nos partimos a la
provincia de Chame que es tres leguas, ansi por la costa de la mar del Sur
hacia el Poniente ; e ansi mismo nos adelantamos yo e el Capitán Diego
Albites e Bartolomé Hurtado e Pablo Mexia con cierta gente a prender
al dicho Cacique e a su gente. E cuando llegamos estaban tan alzados
que no se tomaron sino cuatro presas e estos escondidos en los bohios.
Envié luego a llamar al dicho Cacique e a requerirle de pazes a los
mensajeros se les hizo el requerimiento que SS. AA. mandan que so
haga e nunca vino respuesta ni mensajero de los indios que envié. Sin
embargo deso porque por la información que alli se hizo, cerca de la
guerra que el dicho Cacique hizo a Gonzalo de Badajoz e a los cristia-
nos que con el fueron, páreselo haber dado el dicho Cacique maiz para
bastimento del camino al dicho Gonzalo de Badajoz e a los christianos,
en remuneración de aquella buena obra sin embargo de la guerra que les
habia hecho di por naborías los indios que alli se hablan tomado, e los
solté todos e los envié al Cacique con una carta e mandamiento mió
para que cuando viniesen por alli otros cristianos que habian de venir,
mostrándoseles no les harían mal ninguno. E le envié dezir que tuviesen
fecho de comer para cuando volviese e todas las otras palabras de amigo
que pude, e desde alli ansi mismo solté un hijo de Tabore e otros prin-
cipales suyos. E de Perequito e hecho el requerimiento que mandan
SS. AA. que se les faga e después de haberlos dado a entender larga-
mente quel mal e daño que les hablamos fecho habla sido (claro en la
copia) e por la guerra que habla fecho al Capitán Gonzalo de Badajoz
e a los cristianos oue con el vinieron, e después de haber ellos dicho
que querían ser vasallos e servidores de SS. AA. e que ansi mismo sus
Caciques e padres lo serian, viendo el buen tratamiento e la honrra que
a ellos le hacían en soltarlos e enviarlos a su tierra, e después de haber-
les dicho que para que yo supiese e viese que traian aquella voluntad
de ser vasallos e servidores de SS. AA. que enviasen dentro de quinze
dias a Nata a verme e a hablar conmigo algunos indios e algún servicio
les solté e envié a sus tierras. E luego yo me partí de la dicha provincia
de Chamen sin hazer otro daño ni mal alguno a la provincia de Cheru.
Cerca de lo contenido en este capitulo pueden verlo en este proceso e
demás e allende de haber información de las personas que mandasen
porque todos estuvimos alli juntos.
Partidos a la provincia de Cheru que es adelante de Chamen ocho
leguas poco mns o menos por la dicha costa de la mar del Sur nos ade-
lantamos asi mismo con cierta gente yo el Diego Albites e Hurtado e
— 127 —
fuimos a dar de noche en el dicho Cacique. El cual estaba asi mismo
avisado e aunque su persona estaba escondido, los indios estaban en
sus bohios, e por ir al bohio del dicho Cacique pasamos por entre otros
muchos bullios llenos de gente e por no alborotar la gente los dexamos
todos atrás e los pasamos adelante, la guia que llevábamos perdió el ca-
mino e desatinóse de manera que ni pudimos ir al bohio del Cacique por-
que no lo sabíamos, ni volver a los indios a tiempo, porque amanecía
ya, de manera que era dos horas el Sol salido e no hablamos visto ni
tomado indios. Volviendo bien desavisados de tomarlos e aun cansados
tomamos ciertos indios e el Cacique se nos escapo por mala dicha el
numero de los cuales parecerá en el repartimiento. De alli nos partimos
luego otro dia siguiente a la provincia de Nata e estando en la dicha
provincia de Nata, después que aUi llegamos obra de dos meses poco
mas o menos torne a enviar al Capitán Bartolomé con hasta sesenta o
setenta compañeros al dicho Cacique Cheru e aunque todos fueron este
viage muy contra su voluntad diziendo que era por demás que no ha-
bian de hazer nada quiso Dios que se tomo el dicho Cacique e sus mu-
geres e hijos e otra gente e hasta miU e tantos castellanos. E en la toma
se le dio una cuchillada buena en el hombro e traidole han acá donde
estaba el real, envió por mas oro e truxeron obra de cuatrocientos o
quinientos castellanos e hizelo estar en una cadena para que diese el
dicho oro e para guardarlo aunque después porque me pareció muy buen
hombre e indio de muy buena condición e manera que páresela aficio-
nado a nuestras cosas le hize soltar e curar de la dicha herida e le di
todas sus mugeres e indios que le habia tomado en el real, que no creo
que quedaron cuatro piezas en el real que no se las diese. E envié con ellas
un cuadrillero, con hasta catorze o quince compañeros para que los vol-
viesen a su tierra, e les di el ai)arejo de la misa e ciertos papagaUos
e ciertos indios flacos nuestros para que nos los guardase para la vuelta.
E los dichos indios del dicho Cacique iban e venían los mas dias a traer-
nos de comer iguanas e pescado e venados e las esposas del dicho Caci-
que me enviaban siempre chicha de su mano fecha, me enviaron a pedir
sendas hamacas e yo se las envié las mejores e una manta e hamaca
que a mi parecer mejor no habia en el real. E el dicho Cacique Cheru
comia siempre conmigo en la mesa e le hazia todas las otras buenas
obras e buen tratamiento posible que yo pude salvo que lo hazia guardar
e acorde llevarlo conmigo a Paris e adelante porque no tramasen e se
juntasen otra vez contra mi como lo hizieron con Gonzalo de Badajoz,
que este dicho Cacique o su gente fue en la dicha junta según que por
lo procesado parescera. Después adelante estando en la provincia de
Usagaña ques dos jornadas adelante del asiento de París después de
haber venido el Capitán Gerónimo de Valenzuela e los cristianos que
con el fueron en la dicha provincia e juntarse conmigo a mi, por quel
— 128 —
dicho Capitán Gerónimo de Valenziiela liabia dexado en la provincia del
dicho Cacique Cheru ocho cristianos, como por quel dicho Cacique
Cheru estaba flaco e tuve por cierto que andando el dicho Cacique Cheru
con nosotros se moriria e por parecerme como dicho tengo buena per-
sona e que si alguno habia de ser amigo de los cristianos me pareció
que lo había de ser este, sin embargo que por el proceso de suso conte-
nido parescia culpado porque en haber venido de paz al Capitán Badajoz
el dicho Capitán Gonzalo de Badajoz e los Cristianos que con el vinie-
ron no le haber fecho mal ninguno, envió gente en favor del Cacique
Attacara que es el Cacique de Paris. E porque mas seguro fuese porque
no podia ir sino por la mar, envié el Capitán Diego Albites con ochenta
hombres para que fuesen con el dicho Cacique al asiento viejo e acabase
una canoa que estaba alli comenzada. E el dicho Cacique e otros cinco
indios del Nombre de Dios que eran de los que truxo el Capitán Valen-
zuela, los cuales llevaban las cartas que yo aqui envié a VV. SS. e mer-
cedes e iban encomendadas al dicho Cacique Cheru para que desde su
tierra los encaminase e enviase al Nombre de Dios con las dichas cartas.
E ansi ido el dicho Diego Albites despacho conforme a lo suso dicho
al dicho Cacique e a los dichos indios e los invio en la dicha canoa, o
después de llegado el dicho Cacique en su tierra, porque yo le habia en-
cargado que me enviase veinte arrobas de sal e pescado e venado e que
viniese en la dicha canoa que le truxiese uno o dos cristianos por saber
si eran vivos o muertos e a mi j>orque habia mucha gana de lo ver i)or
lo que VV. SS. e mercedes mandaban por su cartas lo mirase e procu-
rase e por la mucha noticia que tenia de sus letras e ciencia. El cual
dicho Cacique segund supimos de los dichos Cristianos quel dicho Ca-
pitán Gerónimo de Valenzuela dexo en su tierra, envió todo lo susodi-
cho que yo le pedi que me enviase en la dicha canoa e un cristiano que
se dezia Alonso Mateo. E llegados al asiento viejo de Paris e después
de haber saltado en tierra porque desde alli fuesen, el real donde es-
tábamos habia dos dias de camino, hobierome de volver que no osaron
pasar por miedo de los indios del dicho Cacique Paris que dize que
habia muchos. E a esta cabsa como no volvían los indios del dicho
Cheru ni tampoco ningún cristiano de los que quedaron en la dicha
provincia de Cheru, tuve noticia quel dicho Cacique se habia alzado e
muerto los dichos Cristianos : e a esta cabsa e por cobrar dos canoas
que habia enviado desde Reata e la provincia del dicho Cacique Cheru
después de hecha en la provincia de Guarari las dos canoas que alli
fezimos, para pasar adelante, invie al Capitán Pablo Mexia con hasta
sesenta compañeros poco mas o menos, en las dichas canoas con una
instrucción de lo que habia de hazer en el dicho viaje la cual con io
quel dicho Capitán hizo en el dicho viaje es esta que se sigue.
(En el original falta la instrucción y relación) .
— 129 —
Vuelto el dicho Capitán Pablo Mexia sabida la verdad de todo, e
como los cristianos estaban buenos hubimos todos mucho plazer e asi
mismo otras canoas mas que traxo. Cerca de lo contenido en este
capitulo pueden VV. SS. e mercedes haber información del dicho Ca-
pitán Diego Albites e del veedor Diego Mijares e de Arcas de Azebedo
e de los otros compañeros que con el dicho Capitán fueron, e en cuanto
a lo de la instrucción del dicho Capitán Pablo Mexia podra sen informar
de Francisco de Avila e de los otros compañeros que con el dicho Ca-
pitán fueron, los cuales el dicho Capitán declarara.
Como llegamos a la dicha provincia de Cheru, luego otro dia nos
partimos a la provincia de Nata, que es obra de cuatro leguas adelante,
e hizimos dia en la metad del camino ; e de alli, venida la noche, nos
adelantamos yo e todos los Capitanes, con hasta seis de caballo, porque
Navarro de Virues con tres de caballo e con la rezaga se quedo en
guarda della. E dimos aquella noche en el bohio del dicho Cacique
Nata e en la gente e otros bohios del dicho Cacique, lo cuales no esta-
ban avisados, según páreselo, porque estaban seguros en los dichos
bohios; escápesenos el Cacique por una puerta de que no tuvimos no-
ticia. Tomamosle aquel dia hasta cient animas poco mas o menos, e
hasta miU e quinientos pesos de oro; mataron los de caballo muchos
indios, porque los dichos indios dize que se iban juntando e rehaciéndose
en un batallón. Eran tantos los bohios que habia que creo que no hubo
nadie que no se espantase e tuviese temor de ver tan gran población,
nallamos alli infinito maiz e tantos venados, que los que los vimos los
apreciamos en trescientos venados, e infinito pescado asado, e muchas
ánsares e ¡javas e jaulas e toda comida de indios en mucha gran abun-
dancia. Hize luego recoger maiz en el real de manera que túvose alli la
hueste todo lo que hubimos menester para cuatro meses que alli estu-
vimos, e aun sobraron mas de quinze hanegas. Luego aquel dia hize
mensajero al dicho Cacique de los indios que alli se tomaron, a los
cuales le fue hecho el requerimiento que SR. AA. les mandan fazer,
según que desto e de las otras muchas diligencias que eu el dicho Ca-
cique e indios se hicieron, por el proceso que sobre esta razón se fizo,
mas largamente parecerá. El cual, en el termino que le fue asignado,
ni fuera del por entonces, no vino. Pues recogidos los bastimentos e
maiz de la manera que dicha es, e enviado a llamar e requerir el dicho
Cacique por dos o tres mensajeros, diziendole que si viniese que no se
le haria mal ninguno en su persona, ni indios ni tierra, queriendo ser
vasallo de SS. AA, e amigo de los cristianos ; sin embargo que habia
sido bellaco en haber hecho a los (cristianos guerra en Paris e en su
tierra, quedando por su amigo e quel dapno que se le habia hecho habla
sido en sus tierras, e por castigo del que habia hecho al Capitán Gonzalo
de Badajoz e a los cristianos que con el vinieron. Di licencia a los Ca-
9
— 130 —
pitanes e compañeros para que fueran a ranchear e hazer guerra a fuego
e a sangre al dicho Cacique e a su gente según que mas claramente
por lo procesado parescera. La cual se la dio tan cruda e se la dio tanta
prisa e se le tomo tanta gente, que un dia como yo tenia costumbre
de la gente que se traia de cada cabalgada o de las mas dellas inviarlo
a llamar e requerir, de una entrada o rancheadura que fui yo en per-
sona a hazer, en la cual tomamos sus mujeres e hijos e otra mucha gente
e hasta setecientos o ochocientos pesos de oro, e el dicho Cacique se
nos salvo por muy gran ventura; yo le envié luego de alli antes que
viniese al real, un mensajero para que viniese de pazes e que no hubiese
miedo. E otro dia, estando bien descuidado e durmiendo yo en el real
en mi bohio e posada, vino el dicho Cacique Nata con otro indio sola-
mente sin ningún cosa mas de unas alxabas en las manos, e se entro
por mi bohio sin decir cosa alguna. De lo cual todos nos espantamos;
parecíanos que venia como un hombre desesperado, como quien dezia,
veisme aqui, matadme o haced lo que quisieredes. Al cual yo recibi
muy bien, e le hize mucha honra, e le hize traer aUi todas las mujeres
e hijos, e se los entregue ; e después de haber reposado e estado el dicho
Cacique de la manera que dicha es dos dias, le dixe o requerí que en-
viase a llamar a sus principales e indios, para que viniesen de pazes
a verme e no hubiesen miedo ; e asi mismo que me diese el oro que habia
tomado a los cristianos, o lo quel dello tenia. El cual dixo que de en-
viar a llamar a los principales quel era contento; e luego los envió a
llamar; e quel oro no hablan traído ninguno sus indios, quel Cacique
Attacara, que es el Cacique de Paris, se habia quedado con todo ello.
E nunca de aqui lo pude sacar, por mas buenas razones ni amigables
palabras que yo les dixe ; por lo cual yo traxe alli dos indios quel dicho
Cacique hubo, de los que tomaron a los cristianos en el desbarato de
Paris, el uno que se dezia Martinico, que era ladino, e se habia llevado
de aqui al Daiien; el otro, que se dezia Antonico, que lo hablan ha-
bido alia los cristianos que fueron con Badajoz, E en su presencia le
dixeron al dicho Cacique que porque no daba dos habas de oro que
habia traído de la guerra de Paris, e quel las tenia. Y el dicho Ca-
cique, todavía negando diziendo que con todo se habia quedado Pa-
ris; e a esta cabsa, e visto que buenas razones e buen tratamiento
no me valia con el dicho Cacique, e visto como sus principales e indios
no querían venir, e porque me pareció que para nuestra seguridad
cumplía tener a buen recabdo al dicho Cacique Nata, e que teniéndolo
e llevándolo con nosotros adelante, teniamos seguras las espaldas, acorde
de prenderlo e ponerlo a muy buen recabdo, que fue tenerlo siempre
con guardas, de dia e de noche, porque no hiziese otro cesto como el
pasado. E teniéndolo asi vinieron las dos hembras que anduvieron con
Gonzalo de Badajoz a ver al dicho Cacique con ciertos otros indios e
— J31 —
a traer de comer pescado e otros bastimentos de indios. A las cuales e
'a todos los demás que venian de pazes, se les liizo buen tratamiento e
siempre inviaba con las dichas hembras e con otros de los que alli venian,
a llamar a los hermanos e principales del dicho Cacique; los cuales ni
por inviarlos yo a llamar ni por quel dicho Cacique los enviaba a lla-
mar, nunca quisieron venir, A esta cabsa e por quel dicho Cacique Nata
dezia que los cristianos que lo fuesen a buscar, pues que ellos eran be-
llacos, iban los cristianos algunas noches a ranchearle. En este tiempo
iban e venian muchos indios chorigaras, con cangrejos e pescado a res-
catar maiz al real, de manera que andaban por las calles del real ven-
diendo su mereaderia, e aun se ponían en la plaza a rescatarla e venderla.
De lo cual, visto que consintiéndolo se nos podría seguir mucho
dapno, o que de aquella manera, sin sentirlo, nos podrían llevar la
mayor parte del maiz que teníamos, acorde de estorbar los dichos res-
cates. E desque no podían venir de día, venían de noche; e como lo
supe, avise a los indios que no me entrasen mas en el real de noche, sino
que a los que lo tomase, que los ahorcaría ; a los cristianos que con
ellos contrataban, diles su pago.
Sin embargo de ser avisados los dichos indios, todavía continuaron
de venir al real de noche ; a dos que tome dellos, luego los ahorque e a
esta cabsa, no vinieron mas de noche. Venido el tiempo de sembrar,
porque sembrasen e hubiesen maiz en la tierra para la vuelta, les híze
venir a muchos indios por maíz para sembrar, e los asegure que sem-
brasen e no hubiesen miedo, que, en tanto que sembrasen, no se les ba-
ria mal ninguno. E ansí andaban labrando e sembrando la tierra sin
tener miedo de los cristianos, antes los salíamos a ver arar e sembrar
los cristianos, que era cosa de ver. Pues durando las dichas treguas,
los dichos indios de Natíi nos mataron catorze indios de los mansos e
mejores que teníamos en el real, en un día, lo cual se cree ser ansí
porque otros indios mansos e cristianos que los fueron a buscar hallaron
uno o dos dellos muertos, cabe un rio, de heridas de indios, e ciertos
indios, que después tomamos de la dicha tierra, nos lo confesaron. A
esta cabsa les tornamos a hazer guerra de nuevo, porque pensasen e
supiesen que no habían de pecar en cosa, que no lo habían de pagar.
Luego pusimoslos en tanto estrecho de hambre, que algunos dellos se
venían al real a comer, e de los que teníamos con nosotros se iban bien
pocos. De manera que en todo el tiempo que estuvimos en Nata, que
fueron cuatro meses poco mas o menos, nunca pudimos de paz ni de
guerra haberlos (en claro) del dicho cacique Nata ni otros principales,
ecebto algunos que se tomaron de guerra.
Estando en la dicha provincia de Nata, tuve noticia del un cacique
que se dize Corte, al cual envíe al Capitán Diego Albítes con hasta se-
sentíi hombres poco mas o menos, al cual di instrucción de lo que habia
— 132 -
de hazer en el dicho viaje : el cual e 1ü quel dicho Diego Albites fizo ou
el dicho viaje es lo que sigue :
(En el original falta la instrucción de referencia).
Después de venido el dicho Capitán Diego de Albites, tuve noticia
de otro cacique que se decia Esquena, al cual envié al Capitán Pedro de
Gamez con hasta setenta hombres ; llevo la instrucción de lo que habia
de hazer, la cual e lo que al dicho Caiñtan subcedio en el dicho viaje eá
lo siguiente :
(En el original falta la información).
Después de venido el dicho Pedro de Gamez, e de haber preso al
dicho cacique Chene en la manera que dicho es, acorde de enviar cier-
tos indios, que pedi al cacique Nata me diese; para enviar por mensa-
jeros al dicho cacique de Paris, e a requerirle con el requerimiento que
mandan SS. AA. que se les haga a los dichos indios, según que por el
proceso de suso contenido, mas hirgamente parece.
E los cuales fueron a la provincia del dicho cacique de Paris a de-
zirle lo susodicho e que volviesen el oro e esclavos que hablan tomado
al Capitán Gonzalo de Badajoz e a los cristianos que con el fueron; e
que fuese vasallo e servidor de SS. AA. e bueno e amigo de los cristia-
nos e que sirviese en lo que por el tyba de los cristianos le fuese man-
dado; e que sin embargo de la guerra e desbarato e dapuos que hablan
fecho a los cristianos, yo los ternia por amigos e los querría mucho e
les liarla todo el buen tratíimiento a mi posible, e no consintiria que les
fuese hecho mal ni dapno alguno a eUos ni a sus mugeres ni a sus hijos,
e las otras buenas palabras que yo les pude dezir. Los cuales dichos
indios mensajeros fueron e volvieron, con el dicho mensaje, los dos de-
llos, e uno dixeron que habia tomado el dicho cacique Paris e lo habia
muerto; e dixeron que ellos habiau hablado con ciertos principales del
dicho Paris, e les hablan dicho todo lo susodicho ; e que los dichos prin-
cipales tomaron al uno de ellos, de los tres que iban, e lo llevaron consigo,
diziendo que iba a hablar con el dicho cacique de Paris e dezirle lo su-
sodicho ; e que volvieron los dichos principales e les dixeron que dezia
el dicho cacique Paris que a ellos que no los enviaban los cristianos,
sino que los enviaba su Cacique, con engaño, para sacarles el dicho oro,
e que los cristianos que no osarían ir a su tierra, e que si fuesen, que
ellos los matarían, e que se volviesen. Lo cual visto por mi, después de
haber platicado largamente con los Capitanes e compañeros que con-
migo estaban, acordamos de ir a las provincias del cacique (en claro)
l*aris a hazerles guerra e a atraerlos a paz e al servicio de SS. AA., pi
fuese posible, tomar e cobrar el oro e esclavos e ropa e todo lo que to-
maron al Capitán Gonzalo de Badajoz e a los cristianos que con el
fueron, E para hazer este viaje, hize confesar con el padre Vicario de
San Francisco que con nosotros fue, sin que ninguno falto de todos,
— 133 —
que no se confesase antes que de nlli saliese; e después, el dia que nos
partimos de Nata, que fue a veinte e nueve de julio de mili e quinientos
e diez e seis años, salida la gente al campo, antes que nos moviésemos
para ir nuestro camino, hizimos ciertos votos a Nuestra Señora e al Se-
ñor Santiago, e una plegaria, e tiramos nuestro camino en el nombre
de Dios, Estuvimos en el dicho cacique Nata cuatro meses, aguardando
tiempo e la gente de socorro que desta cibdad se nos habia de enviar.
En todo este tiempo algunos dias hazian juntar algunos indios, que
eran muchos, en la iglesia que alli teníamos fecha, e el padre Vicario
les predicaba, por una lengua interprete, nuestra santa fee católica ;
aprovechaba mucho, porque los mochachos e mugeres muchos dellos pe-
dían que los tornasen cristianos, que lo querían ser, que los gandules e
indios mayores es cosa escusada, sí Dios no espira enellos.
Pues partidos de la dicha provincia de Nata, tardamos dos días en
el cacique de Escoria, que esta obra de seis leguas adelante del dicho
cacique de Nata, metido la tierra adentro obra de seis leguas de la
costa de la mar del Sur.
Saltárnosle de noche al dicho Cat-ique e tomárnosle con sus mugeres
e hijos e con otra gente mucha ; fue muy gran ventaja, porque estaba
muy sobre el aviso, como hombre que nos tenia cuatro meses había a
seis leguas de su tierra. Este Cacique fue, según que parece por el pro-
ceso de suso contenido, el que movió la junta de los caciques e del di-
cho Cacique de París contra el Capitán Gonzalo de Badajoz e los cris-
tianos que con el fueron. Estuvimos allí solos dos dias, e llevando con-
migo a todos tres caciques, Cheru e Nata e Escoria, presos, por delante,
nos partimos a la provincia de Paris. Desto podran VV. SS. e merce-
des informarse de todos los compañeros, porque todos anduvimos juntos.
Partidos de la dicha provincia de Escoria a la dicha provincia de Pa-
ris, que ay obra de seis leguas de camino de la una a la otra, envié
un Capitán delante con ochenta hombres, para que diese en los bohíos
del dicho Cacique.
Los cuales llegados a los bohíos del dicho Cacique e al asiento viejo,
halláronlo todo tan yermo, como sí hubiera diez años que no hobieran
habido en aquella tierra gente, así de gente como de comida; a cabsa
de lo cual, nos vimos alli en harto estrecho, que pensamos perdernos
de hambre, que nunca se había descubierto ni la habían visto cristianos,
e lo de atrás dexabamoslo tan esquilmado, que no quedaba que comer.
Qíso Dios que, enviando a buscar guias, se tomaron unos tres o cuatro
indios, que nos alumbraron e dixeron a donde estíiba el dicho cacique
de París, e ansí mismo como habían detenido allí los indios que envia-
mos de Nata al dicho Cacique e les había respondido todo lo que los
dichos indios declararon, según que de suso mas largamente se contiene.
E dixeron ansí mismo como el dicho cacique París e todos sus herma-
— 134 —
nos, e principales se hablan juntado para acordar si nos darian el oro
e harían pazes con nosotros, en sabiendo que teniamos al dicho Parise
e a todos principales e las espabes, mugeres del dicho cacique eran e
dezian que sería bien el darnos el dicho oro e hazer pazes con nosotros,
porque de otra manera los matariamos e destruiríamos a todos, porque
veníamos muchos cabras, que llaman ellos Capitanes e todos muy es-
forzados, que no eramos como los cristianos que ellos hablan desbara-
tado, e que traíamos vlhis grandes que llaman ellos a las yeguas ; e que
un hermano de París habla dicho que no era bien dar el oro, porque
si lo daban ansí como ansi los cristianos los hablan de matar e andar
a buscar, como lo hizieron la otra vez, aunque les dieren el oro, cuando
el dicho Gonzalo de Badajoz e los cristianos que con el fueron estuvie-
ron en la dicha provincia; e que por lo que en el dixo, e por que ansi
mismo dixo quel sería capitán para hazer guerra a los cristianos e que
con el dicho oro, dando parte dello a otros caciques, los ayudarían e
favorecerían contra los crístianos. E que desta manera los matarían,
e las espabes, mugeres del dicho Cacique lloraban todas diziendo al
dicho Cacique, que diese el oro de los cristianos, e que fuese su amigo.
El dicho cacique se determino en no lo querer hazer, antes en salir a
los cristianos de guerra e matallos e desbaratallos, si pudiese; quel di-
cho Cacique nos estaba aguardando para darnos guaca bara. Lo cual visto
e oído dezir a los dichos indios, de la manera que dicho es, acordamos
de pasar toda la gente junta el Rio grande, por queste rio detuvo al
Capitán Gonzalo de Badajoz, que no pudo socorrer a los cristianos,
cuando los desbarataron. Pues pasados de la otra banda, envié al Ca-
pitán Diego Albites, con ochenta hombres e con las guias, adelante,
e en amaneciendo, movi yo con toda la otra gente en pos della, quera
ya el alba. Pasando el dicho Capitán e la gente que con el iba un ria-
chuelo e saliendo del arboleda del, vieron ciertos indios echados en
una sabana que estaba adelante e pensando que eran indios que venían
a dar mandado al dicho París, los que venian adelante arremetieron
a ellos. E comienzan a salir infinitos indios por un cabo e por otro con
sus armas, porque, según después pareció, era una muy sutil celada
que tenían echada, e las gulas que traian los cristianos, echadizas. Sa-
lidos los cristianos a la dicha sabana en pos de los dichos indios, co-
mienzan a salir batallones de indios de unos arcabucos que estaban a
la mano derecha e a la izquierda, e a tirar varas e apretar reciamente
a los crístianos. Mas el dicho Capitán, e los que con el iban lo hizieron
tan bien, que no los dexaron entrar en juego, antes, después de haber
muerto veinte o treinta de ellos, los pusieron a todos en huida, e nuestros
indios mansos siguieron el alcance tan reciamente, que no paro indio con
indio, de los bravos. Que nos fueron muy buenos amigos en todo el viage,
e nos han sido tan buenos compañeros, ansi en las cosas de la guerra
— 135 —
como en darnos de comer, qne ]tor cierto, aunque fueran todos cris-
tianos: no lo hubieran feclio mejor, que, de verdad, trayamos hasta
cien gandules de la lengua de Oomogre, que estoy por dezir que los
queriamos e nos aprovecliaban tanto, como algunos cristianos, que cierto
ver con el esfuerzo que peleaban con los otros indios, e la enemistad
que se tienen unos con otros es mayor que la nuestra con ellos. Pero
desbaratados los dichos indios, de la manera que dicha es, pasando
adelante el dicho Capitán e los cristianos, vínoles socorro a los indios
bravos, e vino un capitán con ellos armado de muchas patenas e ar-
maduras de oro e puñales, puesto sobre una aljubeta de algodón, que
traya vestida. E recogiéronse los dichos indios todos e tornaron a pe-
lear reciamente con los cristianos; por no recibir dapno de los dichos
indios, que hablan ya herido cuatro cristianos malamente echáronles
nuestros indios mansos, que peleasen con ellos, e los cristianos apa-
ráronse a reposar, puestos los cristianos en paradas, los que eran ba-
llesteros para jugar las ballestas, los cuales asaeteaban o mataban mu-
chos de los indios bravos, aunque los dichos indios tenían tanto esfuerzo,
que, no mataban uno, cuando ponian diez delante. E como los indios
a las veces se iban retrayendo, llegaba el dicho su Capitán a pelear e
atirar varas e a esforzallos e a dar de palos a los indios que huian. Lo
cual, como lo vieron los cristianos, pensaron de podello tomar, e que era
aquel Paris; e a esta cabsa, arremetieron a ellos e al dicho Cacique, e
no lo pudieron alcanzar; e al volver, que se volvían, volvieron los indios
sobre ellos, e hirieron malamente a tres cristianos. E a esta cabsa, e
por detener a los dichos indios que no huyesen, por aguardar a la gente
de la vanguardia, acordó el dicho Capitán que no saliesen mas nuestros
cristianos a pelear, salvo que peleasen con ellos nuestros indios mansos,
como de antes, e entre tanto llegarían los de caballo e matarían, dellos
los que quisiesen. Pues yo, con la otra gente e la avanguardia, nos di-
mos tan buena priesa porque nos hizo mensajeros el dicho Capitán, e.
dexada la recarga a buen recabdo e recogida bien cerca, nos adelanta-
mos cinco de caballo con otros cinco compañeros, e no pudimos venir
tan secretamente, que las atalayas de los indios no viesen venir la re-
carga toda; e a esta cabsa, el dicho Cacique, que habla estado con su
gente, se retraxo a un cerro, los indios disimuladamente se comenzaban
a retraer.
Pues como llegamos a donde estaba nuestra gente, apeamonos los de
caballo para ver por donde entraríamos e donde estaba el Cacique ; des-
pués de haber visto bien como se retraían los dichos indios e se nos
querían ir salimos por detras de un cerro enproviso los de caballo, e
nuestros cristianos ansí mismo en ala, por la otra parte. E fue tanto el
espanto que los dichos indios tomaron, que muchos dellos se espantaron
e se quedaron sin poder huir, e otros, dexando las armas, huían derri-
— 136 -
liándose unos a otros. Yo e otro de caballo, que acorde que fuésemos
juutos; e que no mirasen por otra persona sino por el dicho Cacique,
por que aunque estábamos lexos, lo tomásemos si pudiésemos; e hendi-
mos por todos los dichos indios e atropellando muchos dellos, e era tan
larga la carrera e el dicho Cacique tenia la guarida, tan cerca, que era
un despeñadero áspero de un cerro, que no lo pudimos alcanzar. Los otros
dos de caballo dieron por los dichos indios de manera, que por un cabo
e por otro, los desbaratamos e matamos mucho numero dellos, entre los
cuales, según después supimos murieron veinte principales. Fue tanto el
miedo que los dichos indios cogieron de las dichas yeguas, que huyendo
dellas, se encaramaban en los arboles, de manera que no habia quien los
hiziese baxar, e algunos dellos sufrían que los asaeteasen, e se asaetearon
muchos dellos en los arboles ; otros se tomaron a vida. E nuestros cris-
tianos fueron heridos malamente, las cuales, aunque fueron heridas
peligrosas, por hazernos Dios señalada merced, les dio salud. E hobimos
esta batalla con los dichos indios tan reñida e porfiada ; entraron mas
de seis horas, dia señalado, de la Transfiguración de Nuestro Señor e
Redentor Jesucristo.
Hizimos noche alli, a donde desbaratamos los dichos indios; otro dia,
en viendo el alba, envié al Capitán Pablo Mexia, con hasta sesenta hom-
bres, e con guias en busca del asiento, e comida del dicho Cacique, e y«,
con toda la otra gente en pos del, hallamos sus bohios e asiento recién
quemado, obra de una legua adelante, donde fue la guacabara. E alli
estuvimos dos dias; e porque alli no habia comida envié al Capitán
Diego Albites en busca deUa, con cierta gente. La cual se hallo en mu-
cha abundancia, obra de una legua bien adelante en una provincia que los
indios dizen Usagaña e después de haber asentado nuestro real en un
buen lugar e cerca de la comida, entendimos en llegar toda la comida
posible e en fortalezer nuestro real e hazer nuestra palizada e recoger
toda la comida posible en ella. Estando en el dicho asiento, la primera no-
che que salió Capitán a hazer guerra a los dichos indios, que fue el dicho
Capitán Diego Albites, quiso Dios quel Capitán Gerónimo de Valenzuela
con otros ciento e treinta hombres, que VV. SS. e mercedes enviaron en
nuestro socorro desta cibdad, hablan llegado a la dicha provincia de
Paris e como tiraron ciertos tiros de artiUeria, e le respondió el dicho
Capitán Diego Albites con otro que aquella noche llevaba, púsonos a
los que quedábamos en el real en gran alteración ; porque yo tenia con-
certado con el dicho Capitán Diego Albites una seña para que si hu-
biese necesidad de socorro, que tirase cinco tiros, e mientras mas la
necesidad, mas tiros. Tiraron aquella noche el un Capitán e el otro,
repondiendose unos a otros, nueve tiros, los cuales pensamos que los
tiraba el dicho Diego Albites, todos por necesidad pidiendo socorro,
porque no teníamos noticia de la venida del dicho Capitán Gerónimo
— 137 —
de Valenzuela. E a esüi cabsa, toda aquella noche estuvimos muy bien
apercibidos, teniendo por muy cierto la guacabara; en viniendo el dia,
el plazer que los unos e los otros hubimos en juntarnos, no se puede
dezir. El Capitán e la gente vinieron todos muy buenos; faltaron cuatro
hombres, los dos que murieron ahogados e los dos muertos de su enferme-
dad; quedáronse en Cheru otros ocho cristianos enfermos, por cabsa de los
cuales e por las que arriba tengo dichas, solté luego al Cacique Cheru, se-
gún e de la manera que en los capítulos antes deste dicho tengo.
Pues llegada la dicha gente, envié al dicho Capitán Gerónimo de
Valenzuela, con hasta ochenta hombres, a la provincia que se dize
Guarari que esta junto a la costa de la mar del Sur, dos jornadas de
nuestro real; porque tuve noticia que estaba allí el dicho Cacique de
París, e para que alli se buscasen arboles para hazer canoas. E ansi
mesmo envié al Capitán Pedro de Gamez a la provincia, que se dize de
Quema, porque ansi mismo tuve noticia que estaba alli el dicho Cacique
recogido. A cada uno con su iustruccion de lo que habia de hazer en
las dichas provincias, las cuales son las que siguen.
(En el original faltan las instrucciones que se citan).
Lo que hizo el dicho Capitán Pedro de Gamez fue que, después de
haber tomado ciertos indios en la dicha provincia, salieron los indios
a el, e después de haber tirado ciertas varas, habláronles los cristianos
por un indio que Uevaban de la dicha provincia ; e por falta de no llevar
lengua que los entendiese bien, mas de que los indios por señas dixeron
que querían paz, e que venian a vernos al real, se hubo de volver el
dicho Capitán. E cuando volvió, yo ya era partido de la provincia de
Guararí, porque el dicho Capitán Gerónimo de Valenzuela me envió a
dezir que habia hallado muy buenos arboles para hazer canoas, para
hazerlas e para dar orden como se hiziesen muy presto. Yo me habia
partido para alia, e dexe en el dicho real a los Capitanes Diego Albites
e Bartolomé Hurtado; pues venido el dicho Capitán Pedro de Gamez,
hizieron un mensajero de lo que se habia fecho, e yo envié luego las len-
guas e todo el recabdo que era menester, e a dezir al Capitán Diego Al-
bites que, con cien hombres, los mejores que hubiese en el real, volviese
a la dicha provincia de Quema, e ansi misme le envié una instrucción de
lo que habia de hazer en la dicha provincia, la cual es la siguiente.
(En el original falta la instrucción que se cita) .
E ansi enviado el dicho despacho, me enviaron a dezir, con otro
mensajero los dichos Capitanes, que la gente estaba toda descalza e
muy fatigada e muerta de hambre, e que a esta cabsa, e porque les
parecía a todos cosa escusa da e sin provecho, que me rogaban les diese
licencia para que se viniesen todos; e que creyese que en ninguna ma-
nera se podria sacar gente para hazer el dicho viage. Lo cual por mi
visto, sin embargo de todos los dichos inconvenientes, porque quiso
— 138 —
Dios que me pareciese que era cosa que ciimplia miiclio que se hiziese
aquel viaje antes que nos pasásemos adelante, como lo teníamos ya
acordado de pasar, escribí una carta a los dichos Capitanes e a toda la
gente umversalmente, la cual es la que se sigue.
(En el original falta la copia de la carta que se cita) .
La cual, vista e leida por los dichos Capitanes, en presencia de toda
la gente, movióles a todos a tanta, voluntad de ir, que casi no habia
nadie que no se quisiese quedar e volver al real donde ellos estaban.
E idos el dicho Capitán Diego Albites e la gente a la dicha provincia
de Quema, el dicho Cacique della vino de pazes, e dio cuatro indios al
dicho Capitán, los cuales mostraron al dicho Capitán e a los cristianos
un hoyuelo pequeño en un arcabuco, obra de una legua de a donde te-
mamos el real en la dicha provincia de Usagaña, en la cual se hallaron
diez habas de oro, en las cuales hubo treinta mili pesos de oro, e al-
gunas mantas e hamacas e otras baratijas de indios. Con los cuales se
vinieron todos a la dicha provincia de Guarari donde yo estaba. E
cuando eUos llegaron, temamos hechas dos canoas muy hermosas, de
porte de hasta setenta personas; e con otras tres quel Capitán Pablo
Mexia traxo de la provincia de Cheru, aderezamoslas todas e pusimosles
sus velas e todo lo demás que fue menester, e aderezamonos todos para
ir a descubrir por la mar e ]}or la tierra adelante. Por la mar envié al
Capitán Bartolomé Hurtado por Capitán, con hasta ochenta o noventa
hombres ; e yo por la tierra, con toda la otra gente.
E ansi nos partimos en demanda de una provincia que se dize Huera,
que era, según los indios dezian, cuatro jornadas adelante de la dicha
provincia de Guarari.
Fue malo el camino que llevamos, a lo mas las dos jornadas postre-
ras, e tanta el agua que nos llovió, que pensamos perdernos por la mar
e por la tierra. Llegamos al dicho Cacique en los cuatro dias. como los
indios lo dixeron ; el cual estaba alzado, Alli habia tan poco de comer,
que no pudimos sufrir en ninguna manera; pues para pasar adelance
era la tierra tan áspera e las tierras e montañas tan grandes, que nos
dezian los indios, que alli temamos, que de alli adelante no habia ca-
mino por tierra, porque era la tierra muy áspera, salvo por la mar en
canoas. E a esta cabsa, e por cumplir lo que VV. SS. e mercedes envia-
ron a mandar, que era que descubriésemos por toda aquella costa todo
lo posible, ansi en la tierra firme como en las Islas ; e porque después
de haber juntado los capitanes e pilotos e haber mirado los tiempos
que hazia, e cada uno jurado e votado sobre si debia pasar adelante
en las dichas canoas, después de haber pasado los autos e diligencias e
acuerdos siguientes e la dicha razón e asentados, por escripto.
(En el original faltan la copia de las diligencias y acuerdos de re-
ferencia) .
— 139 ~
Fue determinallo que fuese el Capitán Bartolomé Hurtado, por
ser como es diestro de canoas, con otros cien hombres poco mas o me-
nos, los mas diestros que habia en toda la hueste, de las dichas canoas,
e con los pilotos Antón Martin e Alonso Quintero. Los cuales llevaron
aguja para hazer la figura de la costa e isla, que en prosecución del
dicho viaje se descubrieron muy verdaderos.
Ellos se partieron a (en blanco) dias del mes de (en blanco) de mili
e quinientos e diez e seis años, en las dichas canoas, del puerto, que
puse nombre Puerto de las Agujas, que es en la dicha provincia de Vera.
E al dicho Capitán le di una instrucción para las cosas quel habia de
hazer; su tenor de la cual es la siguiente.
(En el original falta la instrucción que se cita).
Yo, con todo el resto de la otra gente e con los otros Capitanes, nos
partimos dos dias antes que se partiesen los de las canoas, de la dicha
provincia de Quema, porque no teníamos en la dicha provincia de comer
e habia gran falta de maiz ; e volvimos en demanda de otro cacique, que
se dize Chiracona, que esta la tierra adentro, obra de dos jornadas desde
dicha provincia, sobre la mano derecha, e que toma e confinar con el
dicho cacique Quema e con la provincia de Usagaña a donde tuvimos
real. Era tan grande la necesidad que llevábamos de comida, que casi
todos no Uevaban sino raizes de caña ; envié adelante al dicho Capitán
Diego Albites, con hasta setenta hombres, para que diese en el dicho ca-
cique de noche, e lo procurase de prender, por cuanto el dicho Cacique
e su gente, según páresela por lo procesado de suso contenido, fue en la
aguacabara o desbarato que se hizo al dicho Capitán Gonzalo de Bada-
joz, e en la que se dio a nosotros, según que de suso se ha contado, e
era subdito e valedor del dicho Cacique Paris; e teníamos noticias que
dos habas de oro, que, tomaron a los cristianos, e un tiro de artiUeria
lo tenia el dicho Cacique. Deste Cacique tenían todos los de aquellas
partes por muy bravo, e la gente del por muy recia, e que tenia en esta
tierra los tuyraes, que Uaman ellos los diablos. Quiso Dios quel dicho
Capitán tomo al Cacique e a todos sus hijos e mugeres e a otra mucíia
gente, e hasta quinientos pesos de oro ; e por aquel dicho Cacique diese
las habas de oro, que dezian que hablan; que era de los cristianos, cí
dixiese e declarase donde estaba el cacique Paris; después de haberle
fecho muchos dias buen tratamiento e haber buscado todas las maneras
e formas que pude para se lo sacar, siempre lo negó; le puse a cuestión
de tormento para saber la verdad. El cual dixo que lo darla todo, e
fizóme enviar al Capitán Pedro de Gamez, con hasta setenta hombres,
con unas guias quel nos dio.
E aqui aconteció una gran maravilla, que una india mia, que traía-
mos con nosotros de Escoria nos dixo que otras indias de aquella pro-
vincia le habian dicho que no fuesen los cristianos a donde dezia el Ca-
— 140 —
ciqne, porque los llevaban al bohío de los fuyraes, que son los diablos,
para que en llegando aUa, se abrise la tierra e los matase a todos; e yo
le respondí que nosotros no teníamos miedo de los diablos, que antes
ellos lo tenían de los cristianos e que huirían dellos. Pues idos los
cristianos aquella misma noche, tembló la tierra tanto e tan recio, que
pensamos todos ser hundidos e que los bohíos andaban como una caña
cuando le da el viento, que se había de hundir con nosotros ; fue muy
grande el espanto que nos puso e de verdad que yo tuve harta congoja
hasta que vi vuelto al dicho Capitán e a los otros, sanos e buenos. E aun-
que no traxeron nada de lo que fueron a buscar, porque fue todo mentira,
aUa pensaron todos ser perdidos, porque ansímismo tembló la tierra la
mañana que dicha es. En este Cacique hallamos infinito maíz, aunque
de todo lo demás pasamos mucha hambre, obra de mes e medio que allí
estuvimos. Desde aUi envíe a Navarro de Virues por Capitán, con mas
de setenta hombres, a una provinzía que dezian los indios que estaba
cerca de aUi, que se dezia Guanato, en la costa de la mar, la cual es la
primera a donde habían de aportar los de las canoas; ansí por saber
de las dichas canoas e de los cristianos que en ellas iban, como por des-
cubrir aquella traviesa e tierra de la dicha costa de la mar del Sur, El
cual Uevo instrucción de lo que aUa había de hazer, su tenor de la cual
es este que se sigue.
(Falta la instrucción de referencia) .
En la dicha provincia supo como los cristianos de las dichas canoas
habían Uegado aUí, e haUo seña e rastro cierto deUos, e se habían
pasado a otros caciques e islas que estaban adelante tomáronse aUi al-
guos indios e el Cacique se les fue, porque estaba avisado. E venido el
dicho Navarro de Virues, torne a enviar al Capitán Diego Albítes desde
aUi a la dicha provincia de Quema, porque nos dezian los indios que ansí
era la verdad quel dicho cacique de París estaba en la dicha provincia
huido, por ver si se podrían cobrar los veinte mili castellanos de oro de
los cristianos, que faltaban e tenía en su poder el dicho Cacique. E yo,
con toda la otra gente, diez a doze días después de partido el dicho Ca-
pitán Diego Albítes, alzamos real e nos partimos la vía del asiento
viejo de Paris, que fue el cuarto día de Navidad deste presente año de
quinientos e diez y siete, porque se cumplía ya el termino en que W.
SS. e mercedes nos mandaban volver, e ansí mismo el que Uevaban los
cristianos, que fueron en las canoas, que era que todos nos juntásemos,
para ocho días después de Navidad, enel dicho asiento viejo de Paris.
Desde .dicho asiento de Chíracona al asiento viejo había cuatro jorna-
das, e del dicho asiento de Quema, donde fue el dicho Diego Albítes,
había dos jornadas. AI cual dixe que ansímismo fuese al dicho asiento,
e que el que primero Uegase aguardase a los otros. Llegamos al dicho
asiento yo e el Capitán Diego Albítes e toda la dicha gente, día de año
— 141 —
nuevo, e aguardamos alli a los cristianos, que andaban en las canoas,
dos días e no mas, porque no babia de comer en aquella tierra ninguna
cosa, e a esta cabsa, fue forzado de partirnos sin nos aguardar mas al
dicbo Cacique de Chiracoma, ansí por que del tormento quedo muy
malo, como por que fue en ambas las dichas guacabaras contra los di-
chos cristianos; en la dicha guacabara que con nosotros hubieron le
requerimos con paz, e nunca la quiso recibir. E ansi mismo, desde ¡a
provincia de Usagaña, a mayor abundamiento, le torne a el e a todos
los otros nuevamente con el requerimiento que mandan SS. AA. E por
haber enviado a los cristianos que los matasen los tuyraes, e porque
nunca lo pudimos traer con nosotros preso, antes se echaba en el suelo
cuando nos venimos, e por castigar los caciques e indios de aquellas
partes, que tan favorecidos estaban, lo hize (ilegible) según que por el
proceso e por la sentencia, que sobre esta razón por mi fue dada, mas
largamente parescera ,
Partimos del dicho asiento viejo de París todos juntos, a dos dias
andados del mes de Enero, de mili e quinientos e diez e siete años, de
vuelta a la dicha provincia de Escoria, ya de camino para esta cibdad.
Al qual llevábamos con nosotros, preso como dicho tengo, estuvimos en
la dicha tierra del dicho cacique Escoria nueve o diez dias, que fue
todo el tiempo que la tierra nos sufrió. E nos pudimos sostener en ella
por aguardar las canoas e el dicho Cacique, que por el proceso paresce
que habia traído dos habas de oro, las que tomaron a los cristianos ;
e el mismo ansi lo habia confesado e lo dezia que, en siendo en su tie-
rra, nos la habia de dar, sobre ciertos indios suyos que alli hablamos
tomado e una espave su muger e un indio manso con eUa para que las
traxese. Los cuales enviaron solamente obra de doscientos pesos de oro ;
e á esta cabsa, e porque los indios de la dicha provincia, aunque fue-
ron por mi requeridos muchas vezes, nunca quisieron venir de pazes,
antes estando aUi nos mataban nuestros indios mansos e nos hazian
todo el mal que podian, envié a ranchearle la tierra. Prendieron e ye
tomaron otros dos hermanos del dicho cacique Escoria, tan grandes e
tan valientes, que parecían gigantes ; e el uno deUos tan barbado como
el mas barbado cristiano que puede ser, los cuales, según pareció, ha-
blan sido capitanes e concertadores de toda la junta que se hizo contra
los cristianos que desbarataron. E a esta cabsa, e por las otras expre-
sadas en el proceso e sentencia de suso contenida, hize justicia ansi del
dicho Cacique como de los dichos sus hermanos. La gentei de este Ca-
cique son muy valientes hombres e muy de guerra, e como en Milán se
hazen los buenos arneses, en esta tierra se hazen todas las buenas armas
los indios de aquellas provincias.
Estand(j en esta provincia de Escoria, por quel Cacique habia venido
a nosotros de la manera que de suso se contiene, puesto caso que por la
— 142 —
información, el e su gente parece la mas culpada, porque quedaron de
pazes, e nunca recibieron dapno de los cristianos, mas del oro que les
tomaron ; e pues la quebranto, no se le habia de guardar mas ; sin em-
bargo desto, por no se liaber tomado de guerra, yo acorde de lo sol-
tar desde alli e de envialo a su tierra, porque lo mucho que habia
andado con nosotros, e las muchas buenas palabras e amonestaciones
quel padre Vicario e yo cada dia le deziamos, pensamos que fuera
bueno, e de aUi adelante amigo de los cristianos, como el dezia que
lo habia de ser. E prometió de serlo e de ser vasallo de SS. AA. el
e todos sus indios, e servir a los cristianos en todo lo que leis fuere
mandado en yendo por aquellas partes. E como a tal, yo lo recibi por
ante escribano, e en señal de lo suso dicho, se le puso una bandera en
las manos e se tocaron las trompetas, e lo abrazamos todos los Capita-
nes; e envié veinte hombres con el, que lo pusiesen en salvo e en su tie-
rra e le dixe que nos tuviese de comer para ocho o nueve dias que esta-
ríamos en su tierra, e no mas, por no le hazer daño.
De la dicha provincia de Escoria ansi mismo envié al Capitán Dieg<í
Albites e descobrir una provincia de que tuvimos noticias, que se
dezia Tabraba, que esta la tierra adentro, hazia la sierra, como vamos
al poniente, hazia la mano derecha, tres jornadas del dicho asiento del
dicho cacique Escoria, con ochenta hombres e cuatro de caballo. E ansi
mismo, porque por alli se atravesaba a la otra costa de la mar del Sur
donde andaban los cristianos de las canoas, para que supiesen dellos,
porque teníamos mucha pena de como no venian, seyendo ya pasado
el termino de como hablan de venir; e de esto e de todo lo demás que
en el dicho viaje habia de hazer, una instrucción, la cual en esta que se
sigue.
(Falta la instrucción de referencia) .
El dicho Capitán fue a la dicha provincia de Tabraba, e tomo al
dicho Cacique por mucha ventura; hobieronse del cuatro mili castella-
nos, que fueron los quel quiso dar, e no mas. Soltóle el dicho Capitán
a el e a todas sus mugeres e hijos e gente, salvo ciertos indios e indias
quel dicho Cacique le dio. Quedo, al parescer, el e sus hijos muy con-
tentos desde aUi adelante en todo lo que se vio.
Tienen los caciques sus fortalezas fechas con sus dos o tres cercas
de maderos e arboles muy gruesos nacidos e su cava muy grande a la
redonda, de manera questa del dicho cacique Tabrada e otra de otro
cacique a donde fue el dicho Capitán, que se dezia Pocoa, podian muy
bien pasar por muy buenas fortalezas en Italia. En estas provincias
de Escoria e Tabraba e Pocoa, e desde alli adelante, hay muchos arbo-
les de mainey. Este es el primero Cacique que en estas partes se ha
haUado el juego del bateyn que se usa en Haiti.
E partiéndose el dicho Capitán para Tabraba porque alli la gente
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uo se podría sufrir porque no habia de comer, nos partimos nosotros
para Nata pensando quel dicho Cacique nos tuviera de comer, como
nos lo habia dicho e de aguardar aUi al dicho Capitán Diego de Albites
e a las canoas. Haüamoslo todo tan alzado e quemada la palizada que
yo habia fecho e cogido los maizales verdes e secos, que no parecía sino
que hablan andado en aquella tierra los enemigos.
Entramos en medio del dia como en tierra que al ir pensamos haUar
muy de pazes envié luego a Uamar al Cacique, el cual aun le espere
dos dias, el su mensajero suyo nunca vino. A esta cabsa e por la muy
poca comida que pudimos haber después de haber enviado a ranchear
una vez e dos en las cuales nos traxeron indios porque estaban tan es-
condidos e huidos que no se podían haber nos fue forzado de partirnos
de aUi porque no nos podíamos detener e nos fuimos a la provincia del
Cheru. Al cual ansi mismo hallamos alzado e todo el maíz escondido,
ecebto un poco que en un bohío nos tenían puesto con cierto pescado e
carne que habría en todo una merienda para toda la compañía. E los
cristianos que aUi habían quedado que eran tres los hallamos en un
bohío a donde estaban de antes. Según que yo supe de los cristianos
e de los indios como vino el Cacique Nata en su tierra, no solamente
se huyo e se alzo mas envío a avisar al dicho Cacique Cheru con unos
cabras suyos los cuales vieron venir aUi los cristianos que aUi estaban
e dixeron al dicho Cacique que se alzase el e toda la tierra sino que
que supiese que si nos aguardaba que los habíamos de matar a todus
e llevar sus mujeres e hijos al Daríen, e ansi mismo que enviasen a avi-
sar al Cacique Chamen e que se alzase e escondiese toda la comida,
porque no teniendo que comer nos moriríamos todos de hambre. Este
Cacique de Cheru estaba muy asosegado antes que esto le envíase a
decir Nata e según dezian los cristianos que aUi estaban, de sus muge-
res, estaban tan deseosas de vernos venir a lo que dezian como si fue-
ran cristianos. Hizo mucho daño el soltar al dicho Nata porque nos le-
vanto toda la tierra que teníamos de paz e envíe a llamar con un cris-
tiano que allí estaba al dicho Cacique de Cheru e a requerirle que vi-
niese, según por el proceso de suso parescera. El cual nunca quiso venir
antes sus indios quisieron matar al dicho cristiano, dízíendole que se
viniese, sino que le matarían, que eran malos, que no querían ser nues-
tros amigos. A esta causa e visto como el dicho Cacique no quería venir,
e por buscar de comer que lo tenia todo escondido envíe a ranchear la
tierra una e dos vezes, e desde aUi ansí mismo torne a enviar a la tierra
de Nata a ranchearle. Los indios que en la una tierra e en la otra se
tomaron por el repartimiento que de los dichos indios se hizo, parescera,
en las dichas provincias de Nata e Cheru e todo lo desde aUi adelante
(fasta Comogre es tierra tan llana como la palma de la mano, tierra
muy sana e toda sabana siii montes mas de las arboledas que hay en
— 144 —
las riberas de los rios, e las de Nata hasta Guarari ansí mismo ; la costa
muy gentil e con toda playa muy bastecida de pescado e caza infinita
de cuervos e ánsares e pavos que de verdad se hallaron en los bohios
de Nata en sus despensas hasta trescientos venados en cecina antes
mas que menos, e la mas hermosa carne de comer que nunca se vido.
Tórtolas habia tantas que por ruin se tenia el ballestero que salia a
tirarles que traxiese de cincuenta abaxo; con redes tomábanse tantas
que todos andábamos ahitos dellas. Venados habia dia en el real que
entraban muertos de ballesteros diez e doze e treze. Es toda esta tierra
que de verano e invierno se puede toda andar a caballo tanbien o mejor
que no la de Castilla hasta todo lo descubierto e todo lo demás que se
puede ver adelante.
Pues estando en la dicha provincia de Cheru aguardando los cris-
tianos que andaban en las canoas e el Capitán Diego Albites que era ido
a la provincia de Tabraba quiso Dios hazernos esta merced, quel dicho
Diego Albites vino muy bueno el e toda la gente que con el fue e hizo
todo lo susodicho de la manera que dicho es e traxo nuevas, como el
dicho Capitán Bartolomé Hurtíido e los cristianos que con el andaban
estaban en una isla en un Cacique que se dezia Caubaco. E de ahi a
otros cuatro o cinco o seis dias poco mas o menos vino el dicho Capitán
Bartolomé Hurtado con todos los cristianos que con el fueron muy bue-
nos sin faltar ninguno ecebto Martin Custodio que iba de manera que
según natura no podia escapar. Truxeron diez e seis canoas las mejores
que se han visto en Tierra firme e hasta seis mili castellanos poco mas
o menos lo que se les sucedió e se hizo en el dicho viage es lo siguiente.
Partido el dicho Capitán Bartolomé Hurtado e los compañeros que
con el iban en la dicha flota de las canoas de la manera que dicho es.
fueron a la provincia que se dize de Guanata, la cual esta con todas
las otras que de aqui adelante diré según parescera por la figura que de
toda la dicha costa esta fecha. E alli por soltárseles un indio que lleva-
ban por guia, perdieron de tomar el Cacique. Estuvieron alli seis o siete
dias que no pudieron salir, por mucha agua que les Uovio, enviaron a
llamar el dicho Cacique e no quiso venir. Con guias que alli tomaron
se partieron adelante, hasta este Cacique desde la dicha provincia de
Guanata puede haber tres jornadas. Es la tierra mas áspera que ¡se
puede haber en estas partes, de alli adelante, va allanando reziamente
hasta que va tan llana como la palma.
Pasado de alli con las dichas guias fueron en demanda de una Isla
que dezian los indios que se dezia Caubaco que hay de traviesa lo que
parecerá en la dicha figura. El dicho Capitán Bartolomé Hui-tado envió
dos canoas equipadas para que bajasen a la dicha isla e recogiesen
las canoas que hallasen, qne fueron doze, las que por entonces se toma-
ron. El dicho Capitán con toda la otra gente salto en tierra en amane-
— 145 —
ciendo; lo cual como lo sintieron los indios de la dicha isla empezaron
de apellidar la tierra e se juntaron todos. Después de haber peleado
con el dicho Capitán los dichos indios un poco, el dicho Capitán los
hablo por las lenguas e les dixo como eran cristianos e como los en-
viaba el Rey Nuestro Señor, en aquellas tierras, que eran suyas a re-
querirles que fuesen sus subditos e naturales e que no les seria fecho
mal ni dapno ninguno ; e todas las otras buenas palabras que al dicho
Capitán se le ofrecian e le parecía que convenia i)ara traerlos a la paz.
Los cuales vinieron luego de pazes e dixeron que su Cacique no estaba
en la dicha isla que era ido a hazer guerra a otros Caciques de la Tie-
rra ñrme, que lo aguardasen tres dias e quel venia.
E luego el dicho Capitán mando recoger la gente e que no hiziese mal
ni dapno alguno a los dichos indios e no les enojasen en cosa ninguna
fasta que viniese el dicho cacique. Pasados los dichos tres dias el dicho
Cacique vino con diez e ocho canoas todas equipadas de indios de gue-
rra, e como llego al puerto e supo de sus mismos indios como los cris-
tianos estaban en la isla e del buen tratamiento que hablan fecho a sus
indios desembarcóse el dicho Cacique con todos sus principales e vinose
luego al bohio donde estaba el dicho Capitán e los dichos cristianos,
con mili castellanos de armaduras quel dicho Cacique se ponia cuando
iba de guerra, los cuales dio al dicho Capitán. E después de haberle
fecho al dicho Cacique el requerimiento que mandan SS. AA. que les
sea fecho el dicho Cacique respondió que quería ser vasallo de SS. AA.
e amigo de los cristianos según que por el proceso de suso contenido
parescera. E otro dia siguiente traxo mili castellanos e dixo que no
tenia mas, quei lo demás se lo hablan llevado otros Caciques ni el dicho
Capitán tampoco les pidió mas antes desde alli adelante no consintió
que se le hiziese enojo a el ni a ninguno principal ni indio ni india de
la dicha isla, antes habla e hobo siempre en tanto que alli estuvieron
los cristianos tanta familiaridad e buen tratamiento los unos a los
otros como si fueran unos todos. E después de haber estado algunos
dias en la dicha Isla que se puso nombre del Cacique amigo, por lo
haber sido mas que ninguno, el dicho Capitán Bartolomé Hurtado con
los cristianos e sus canoas e otras que tomaron aUi mejores e con in-
dios del dicho Cacique que los pidió para que los ayudasen a remar
e un hermano del dicho Cacique Caubaco que se dezia Pequeari con
otras nueve canoas equipadas de Indios e con sus armas fueron a
otra Isla la cual se puso nombre Isla de Varones en la cual saltaron
los cristianos. En la dicha isla tenían los indios una gran fortaleza
fecha de sus cercas de arboles nacidos con una gran cava al derredor
e puesto caso quel dicho Capitán requirió a los dichos indios de pazes
por las lenguas que llevaba nunca los dichos indios quisieron venir a
ellas antes se pusieron reziamente en armas e en defender su fortaleza.
10
— 146 ~
Lo cual visto por los cristianos comenzaron a combatirles desde ini
amaneziendo e los indios a defenderse reciamente con piedras e lan-
zas e picas. Duro mucho tiempo el dicho combate porque subir a la
dicha fortaleza era como subir por una pared. Alli fueron derribados
e heridos malamente muchos cristianos ; en fin tiro un tiro el artilleria
y dio de lleno en los indios e tras aquel apretaron reziamente los cris-
tianos, aunque recibieron harto daño todavía de aquella arremetida
les entraron a aquellos indios por fuerza a la dicha fortaleza e tomaron
e prendieron mucha gente dentro, escaposeles el Cacique. E al dicho
hermano del Cacique amigo porquel dicho Cacique puesto que lo lla-
maron nunca quiso venir de pazes e dieronles las canoas que aUi se
tomaron e mucha ropa e la mayor parte de la gente, los cuales queda-
ron muy contentos e muy espantados de ver como los cristianos hablan
desbaratado tan presto a los dichos indios e tan esforzadamente. Esta
Isla es la mayor parte della poblada de mameys. De la dicha isla se
partieron los cristianos e los indios e el dicho Cacique amigo con sus
notas en demanda de otra Isla que los indios llaman Cabo, para !r
a esta isla atravesaron los cristianos un golfo de siete hastíi ocho le-
guas según parescera por la figura. Pues llegados a las dicha isla de
Cabo saltaron en tierra e dieron en los bohíos del dicho Cacique Cab)
e tomaron entre ellos mugeres e hijos del dicho Cacique e hasta tres
miU castellanos. E a aquella sazón el dicho Cacique estaba ausente en
otra banda de la dicha Isla, e como le llego el mandado de lo susodicho,
vino luego con ocho canoas equipadas e con muchos indios de guerra,
e traxo sus coseletes fechos de algodón que les llegaban e abaxaban de
las espaldas deUos e les llegaban a las rodillas e dende abaxo, e las
mangas fasta los codos e tan gruesos como un colchón de cama, son
tan fuertes que una ballesta no los pasa, e con picos e con lanzas fechas
a la manera de picas tan luengas e tan gruesas como las que usan los
alemanes, sembradas obra de una vara de medir, hacia la punta de
dientes de tiburones e otros pescados. E otros indios traían raizes de
las de caña encabalgadas unas sobre otras e redondas hechas a la ma-
nera de las nuestras, con sus pifaros e atamfores en su ordenanza de la
manera de los alemanes. Sin embargo quel Capitán les hablo con una
espade, muger del dicho Cacique que alli habla prendido que no ho-
biesen miedo e que fuesen vasallos de SS. AA. e amigos de los Cris-
tianos como lo era Caubaco, que era el Cacique amigo e todas las otras
buenas palabras que pudo, al dicho Cacique e a los dichos indios. Sin
embargo de lo que se les dixo respondieron no querían sino matarlos a
todos e diziendo esto se desembarcaron los indios e se vinieron en su
ordenanza a los cristianos de la manera que dicha es e hobieron una
l»ieu rezia guacabara o batalla los unos con los otros la cual fue bien
reñida. Estando asi en ella tiro un tiro el artilleria e dio en ciertos
— 147 —
indios, de manera que les echo los algodones de los coseletes por las
espaldas e apretáronles tan reziamente los cristianos que los desbara-
taron e mataron muchos dellos e otros prendieron. Otro dia envió el
dicho Capitán a Uamar al dicho Cacique e diziendo que era el e que lo
habian herido en la dicha guacabara vino un indio en una hamaca a los
cristianos el cual se conoció luego que no era el, e aunque lo tornaron
a Uamar nunca quiso venir el dicho Cacique. Esta isla de Cabo es una
gentil isla, e la postrera que descubrieron los dichos cristianos es la isla
de Coyba, aunque tomaron algunos indios que venian en una canoa
della, la vieron de ojo, no fueron a ella. Desde la dicha Isla de Cabo
se páresela mucha parte de la costa de la Tierra firme, toda tierra muy
Uaná e al parecer según dezian los indios muy poblada e muy clara e
sin arcabucos e muy hermosa tierra.
Partiéronse los dichos cristianos de la dicha Isla hazia la costa de la
Tierra firme e por ser muy jioblada la dicha costa e muy grandes e po-
derosos los dichos Capitanes aunque saltaban en eUa no osaban aguardar
en la tierra ni hazer guerra a los dichos Caciques. Túvose noticia del
Cacique de Veragua e de la otra mar del Norte e de como por el paraje
de un Cacique que se dize Torra, questa adelante de Tabraba, en la
dicha costa de la mar del Sur que no hay mas de tres dias de camino
de travesía a la mar del Norte ; hovose ansi mismo noticia de gente que
habia en otra tierra, que esta de la otra venida de la mar del Sur de
infinitas riquezas e que habia en eUas indios de dos caras e otros que
teman los pies redondos e las esiúnillas siilidas mas de un palmo ade-
lante e que esta tan cerca esta dicha tierra e isla que los dichos indios
moradores deUa pasan a la tierra firme en canoas. Hay en estas tierras
descubiertas mucha miel e muchos mameys e muchas buenas frutas
e gran numero de oro.
Desde aqui se volvieron los cristianos con muy gran flota de canoas
porque el termino que les di se les iba ya acabando e con eUos el dicho
Cacique amigo con su flota muy contento espantado del gran esfuerzo
de los cristianos e como habian desbaratado al dicho Cacique Cabo que
era el Cacique mas temido que habia en aqueUas partes. E partidos «e
vinieron su via hasta la isla del dicho Cacique amigo e aUi se quedo el
Cacique con toda su gente e los cristianos se fueron su via hasta la pro-
vincia de Cheru a donde nos hallamos todos juntos con mucho plazer.
Para información en todo lo susodicho se pueden VV. SS. e mercedes
informar del dicho Capitán Bartolomé Hurtado e de Gabriel de Rojas
que fue por veedor e de Francisco de Guadalcanal que fue por escribano
e de todos los mas que mandaren. Tomóse la posesión de las dichas
islas e Tierra firme que se descubrió según que por los autos e escripros
que sobre esta razón se hizieron parescera.
Partimonos luego de la dicha provincia de Cheru el cual como dicho
— 148 —
tengo nunca quiso venir a nosotros por lo quel dicho Cacique Nata le
envió a dezir. Fuimos a la provincia de Chame en tres jornadas, en la
cual entramos de dia, porque como dicho tengo quedo de pazes e salió
el Capitán Gerónimo de Valenzuela. El cual hallamos ahi ansi mismo
muy alzado e la comida muy escondida aunque después que la busca-
mos e hallamos vino el dicho Cacique de pazes e traxo mili e ciento
pesos de oro de presente. Dexele diez e seis canoas las mejores que se
han visto en Tierra firme e muy contento al parecer con ellas, aunque
sobre que nos diese maiz me vi antes enojado con el.
De aUi nos partimos a la provincia de Taboren a donde no hadamos
indio ninguno, mas de mucha abundancia de pescados e tanto que en
dos horas sin mentir se pescaron dos mili arrobas de pescado de manera
que a lo que nos páreselo habia mas que agua. De alli nos partimos a
Periquete donde ansi mismo no hallamos gente alguna ni que comer
e a esta cabsa nos partimos sin parar hasta la provincia de Pacora. A
la cual cuando llegamos iba la hueste tan alcanzada de comida que a
faltarnos alli nos perderíamos de hambre mas como Dios nuestro Se-
ñor nos traía de su mano, aunque con trabajo e muy escondido hallamos
de comer para toda la hueste.
De alli nos partimos a las provincias de Chepavare e Chepo en las
cuales entramos de dia porque las habiamos dexado de pazes. El cual
se huyo e nunca quiso venir el ni gente suya aunque lo enviamos a lla-
mar. Toda esta tierra es de la provincia de París ; fasta aqui es la
mejor tierra ansi de ser muy llana e muy clara e sin arcabuco, como en
ser muy sana e muy talantosa e fresca ansi en invierno como en verano,
e esto digolo porque en el un tiempo e en el otro estuvimos en ella muy
bastecida de toda comida de indios e de muchos pescados ansi de la
mar como de los rios e mucha caza ansi de salvagua como de volatería,
muy proveída de sal a lo menos las provincias de Cheru e Nata e Paris
a donde hallamos salinas, las mas hermosas e de mas gentil artificio
e mas adereszado que se ha visto en las cuales se puede hazer sal para
otro pueblo como SeviUa tan blanca como la nieve e tan salada e de
tan buen grano como la mejor que hay en CastiUa.
Partimonos de Chepo luego otro dia de como llegamos e de alli en-
vié delante al Capitán Pablo Mexia a tomar un Cacique que se dize
Chamna, que confina con el Cacique Tabanaina el cual envió a amena-
zar al Adelantado Vasco Nuñez de Balboa, cuando fue a descubrir
aquella tierra e ansi mismo al Capitán Meneses e a los cristianos que
con el estaban. Fuese al dicho Cacique e tomáronles todas sus mugeres
e casa e hasta mili e quinientos pesos de oro, envió luego el dicho Capi-
tán a llamar al dicho Cacique el cual dixo que venia otro dia que le
enviase una hamaca en que viniese, e la venida que hizo fue venir con
su gente a dar guacabara a los cristianos e aunque hirieron algunos
— 149 -
todavía llevaron en la cabeza los indios e fueron bien desbaratados.
Yo páseme a Tabauama con la recarga e de alli venido el dicho Capitán
e después de haber salido ciertas cuadrillas a ranchear al dicho Ca-
cique porque era de guerra nos partimos a Paruraca.
A este Cacique de Paruraca envíe a Navarro de Simes con sesenta
hombres porque este fue el principal en la muerte de los cristianos de
Santa Cruz, no se tomo porque estaba avisado, ni Pocorosa al cual nos
partimos luego porque ansí mismo estaba avisado aunque se tomaron
algunos indios, el numero de los cuales e todos los demás que se han
tomado en todo este viaje en los Caciques de suso contenidos, parescera
por el repartimiento que dellos se hizo de suso en este proceso contenido.
De allí nos fuimos a las provincias de Pucheribuca e Comogre, las
cuales habia dexado de pazes a la ida como lo escribí a W. SS. e mer-
cedes. HaUe en el dicho Cacique otro Capitán que se dize Cristóbal
Serrano con hasta ochenta hombres poco mas o menos que habían en-
viado VV. SS. e mercedes a castigar e reformar las dichas provincias
por la muerte que nuevamente habían fecho de los indios que yo envié
desde la dicha provincia de Careta que fueron los que nos traxieron
las cargas, los cuales según páreselo por la información habían muerto
a traición e quedado conmigo de pazes como quedaron e porque ser-
vían a los Cristianos. Hallamos los dichos Caciques de guerra e alzados
e aunque los envíe a requerir que viniesen nunca lo quisieron hazer
e a esta cabsa envíe cierta gente a hazerles guerra. Aquí hallamos infi-
nito de comer, de donde hizimos mochila para todo el viaje hasta Uegar
a esta cibdad : vinimos por Careta en la cual pensamos de aun no hallar
agua según las nuevas que nos habían dado de la muerte de Lope Do-
lano; quiso Dios Nuestro Señor para qnel cabo de nuestra jornada
fuese de su mano e prospero como lo demás que hallamos al Adelan-
tado en el pueblo de Acia quel Señor Lugar Teniente (claro en el ori-
ginal) comenzó, poblado tan en forma como lo esta este del Darien e
aUe muy bien de comer como lo hallamos en Sevilla e nao ansimísmo
para podernos venir a esta cibdad como nos venimos en una noche.
Ansí que por todo lo contenido en esta (Virta relación verán W. SS.
e mercedes claramente que nos Uevo e traxo Dios de su mano e fue
siempre con nosotros e ansí mismo es servido que las cosas desta tierra
se sostengan e su santa fee católica sea en ella ensalzada. E debemos
esperar en su mucha misericordia que, pues el se ha acordado de las
cosas desta tierra de aquí adelante serán e harán todas de buen en
mejor e como el sea servido e SS. AA. ansí mismo e esta tierra poblada
muy prósperamente.
Plega a nuestro Señor las muy magnificas personas VV. SS. e mer-
cedes guarde e estados prospere como por ellos es deseado. — El Licen-
ciado Espinosa. — Gerónimo Valenzuela. — Pablo Mexia. — Pedro de Ga-
— 150 —
mez Bartolomé Hurtado, Capitán. — Gabriel de Kojas. — Por su man-
dado, Martin Salcedo.
60
Aao de 1516-17). —Memorial contra Vasco Núñez presentado por Rodrigo de Col-
menares.— (A. de la H,, colee. Muñoz, t. 75).
Muí alto i mui poderoso Señor.
Rodrigo de Colmenares dice, quel es venido de la tierra firme por
l*roourador deUa que lo enbio el Governador Alcíilde i Regidores i
todo el pueblo para avisar de algunas cosas que cumplen al servicio de
Vuestra Alteza.
Que del prencipio pasaron a poblar aquella tierra dos Govemadores
que embio el Rei que haga Santa gloria, Alonso de Ojeda, i Domingo de
Nicuesa, partida la tierra aquel huvo del golfo de Uraba a Levante,
este del golfo de Uraba a poniente. Quando partieron de la Española fue-
ron mui mal proveídos de bastimentos y demás cosas, porque el Almi-
rante i Officiales que alli estaban por el Rey no les dejaron sacar los
400 hombres sino solo 200 pues eran 600 los concedidos. Y aun los 200
no fueron según parece de los que tenian (ilegible) i minas, de los
vecinos deUa i otras islas i ademas les quitaron los Indios que devian
tener por quatro años con lo qual les empobrecieron. Tampoco les de-
jaron sacar otros 200 de los m,lneros, entre quienes havia gente rica
que quisiera ir a ayudar a la provisión. Asi Uevavan gente pobre. Tara-
poco les consintieron llevar mantenimientos de Jamaica, como era
asentado.
También lo era que tuviesen cada uno dos navios para proveerse i
llevar quanta gente quisiese ir, que no les encaresciesen los manteni-
mientos ni pudiesen deteneUos a eUos ni a sus lugartenientes que havian
de tener en la Española para ir i venir a proveerles. Todo se lo que-
brantaron, ni les dejaron ir a socorrer hasta que ya quando al cabo de
10 meses fueron eran todos casi muertos, pues de 800 que pasaron con
ambos Govemadores no habia 300 vivos. No mataron los Indios 150 los
demás murieron de hambre.
Que lo sabe porque quedo Lugarteniente de Nicuesa, i compro una
nao de sus dineros en mas de 500 castellanos, i le detuvieron 10 meses
tiempo en que se le gastaron los mantenimientos que havia comprado
en mas de 2.000 pesos de oro. Y quando le despacharon ya hacia un mes
quera partido el Bachiller Enciso que quedo lugarteniente de Hojeda.
Que quando partió fue a descubrir a una provincia que se dice Sie-
rra nevada, la mas alta que se cree haver en el mundo ; de do siguiendo
la costa llego con hartos trabajos al golfo de Uraba, en cuya entrada
— 151 —
hallo a Enciso i los suyos que havian perdido la nao con los bastimentos,
escapando ellos desnudos en unos vergantines con solas la ^2 de las
espadas.
Que les socorrió i dejo una nao de dos que llevava cargadas, i tomo
un vergantin con el qual i con la otra busco a Nicuesa a quien hallo
perdido 70 leguas adelante el golfo en Veragua. La causa de su perdi-
ción fue, que esta tierra descubrió el Sr. Almirante e informo ser la
mas rica del mundo, siendo asi que hai mui poco oro, i su costa la mas
brava que hai que en mas de 100 leguas no permite hacer asiento, ni
sembrar los mantenimientos necesarios, i por eso sus Indios los mas
son pescadores. Con dicho engaño pensó el Rei embiar Governador se
perdió el gasto que hizo, i se perdieron los cristianos que pasaron con
Nicuesa, que de 580 ya no hallo este Colmenares vivos 200 los otros
murieron de hambre.
lilegado a Veragua tomo a Nicuesa i trajole al Darien do estavan
los Cristianos quel avia dejado. Trajole con 50 de los que alli tenia en
un vergantin que Colmenares llevo i dos mas de Nicuesa. Havia ido al
Darien con el Bachiller Enciso un Vasco Nuñez, el qual haviendo hecho
de su parte a todos los mas tuvo maña como le nombra Alcalde los se-
diciosos se alzo i prendió i secresto bienes al Bachiller que era su Capi-
tán con poderes de Hojeda i del Almirante i Officiales de la Española.
Venido Nicuesa al Darien como Nuñez le vido perdido junto los alza-
dos, i aunque ellos havian euibiado por el con un Procurador les hizo
jurar de no recibirle, le prendieron i echaron en un vergantin que no
tenia aparejos ni cosas de las que havia menester, le hicieron que se
fuese por la mar adelante con 17 o 18 hombres; i hasta aora nada se
ha sabido de vergantin ni personal. Después mando preso a Enciso a
la Española en una nao de las que trajo este Colmenares.
El qual se quedo alli tres años, entrando varias vezes a inquirir los
secretos de la tierra, i buscar de comer, pues era mucha el hamfbre,
como que en tres años no recibieron socorro sino el que trajo una cara-
vela mui pequeña. Por donde se murió tanta gente, que de 1.200 ya solos
eran 160. En tal estado temiendo acabar todos ya mas de un año desque
vino la caravelica, de dos vergantines inútiles que solo tenian compusie-
ron uno calafateándolo sin pez, haciendo la jarcia aparejos, i un ca-
ble de cortezas de arboles, i una ancora de piedra. Metieron en el por
todo bastimento 8 fanegas de maiz, i 25 arrobas de agua, i embiaron a
este Colmenares con Juan de Qyzeydo por Procuradores a Castilla, i
con ellos 11 Cristianos, dos Indios i una India para ayudar a navegar.
Como iva sin vela, sin aparejos, todos sin la menor pericia del ma-
rear tardaron 4 meses en Uegar a la Española, do murieron todos de
resultas del mucho trabajo, poco comer i malas aguas que bevieron : ai
hai otro vivo que este Colmenares.
— 152 —
Los dos Procuradores vinieron a Castilla, hicieron relación, i ya es-
tava el Rei apunto de despacharlos quando vinieron cartas de aquel
Vasco Nuñez que havia prendido a los dos Governadores llenas de mil
mentiras i desvarios porque se le hiciese Governador: i fue creido mas
que los Procuradores. Por donde se proveyó la armada al rebes de como
se havia acordado, i «gasto el Rei mas de 25.000 pesos de oro que no
aprovecharon nada, i murieron de hambre mas de 600 de los que pasa-
ron con Pedrarias, porque fueron mui mal proveidos.
Este Colmenares dijo muchas veces al Rei, Obispo de Burgos, i Con-
chillos que entendían en las cosas de aquella tierra, quan mal provdda
iva el armada, puso por memorial todo quanto la havia de suceder, hizo
que ConchiUos le firmase un treslado ; el que Uegado a tierra firme mos-
tró al Governador i Officiales : quienes conocido su saber en cosas de la
tierra le mandaron 2.* vez Procurador a Castilla con las Ca creencia del
Governador, Officiales, Justicia, Regidores y el pueblo todo, i trae una
instrucción de que presenta treslado a Vuestra Alteza.
I demás de la instrucción que trae, por lo que sabe de la tierra
firme, quel ha estado en ella 6 años, que fue de los primeros que
pasaron a poblalla, i ha gastado en esta empresa mas de dos miU Cas-
tellanos que tenia, i porque sus antepasados han siempre servido a la
Corona real, i el ansimismo ha 24 años que la sirve por mar i tierra ;
por la mar con cargos de navios en el Reino de Ñapóles en toda la gue-
rra que aUa se hizo ; i en la tierra firme después que se ha comentado a
poblar; dirá lo que cumple al servicio de Vuestra Alteza i bien de la
tierra.
Muí poderoso Señor.
1. — Pedrarias fue por Go^'ernador i con el para que entendiesen tam-
bién en el govierno un Obispo i un Alcalde m^ayor que no pudiese qui-
tarle ni usar con otro las cosas de justicia: mas tres Officiales, Teso-
rero, Contador, Fator, que también havian de entender en la governa-
ción. Cada uno era de su condición por do avia parcialidades diferentes.
El Obispo es un interesal i amigo de quien le da presentes, el Alcalde
mayor de su condición que los recibían de buena voluntad. El Obispo es
tan recio que lo que una vez decia se havia de hacer: con lo qual aun-
que se tomo la residencia a Vasco Nuñez que mando Vuestra Alteza no
pudo hacerse justicia mereciendo el mil muertes, pues gano con oro i
otras cosas a Governador i Alcalde mayor. Deve mandar Vuestra Al-
teza que se torne a tomar esta residencia, i que Pedrarias tenga un
poder absoluto e independiente. Asi el sera responsable de todo, i no
podra escusarse con otro, como agora.
Sino es de tem^r se despueble la tierra, que quando yo de aUa parti,
que havra un año, todos se querían venir.
2. — Asi con menos salarios estara la tierra en mejor orden : aora los
— 153 —
salarios son cerca de G cuentos, i basta cuento i medio. Por haver de
pagar tanto y ser pagados los Officiales consienten las entradas con mil
robos i males a los Indios : por do no hai ninguno de paz, ni que quiera
servir a los Cristianos: medios únicos para sojuzgar la tierra i esta-
blecerse.
3. — Por no haver Indios, no se saca oro de minas, pues es mucho el
trabajo, i grande la costa.
4. — Los 4 Officiales pueden reducirse a dos : El Veedor sea también
Contador, i el Fator Tesorero : con ellos junto el Governador se enten-
derán bien en la hacienda. Puede darse a cada Oficial 250.000 marave-
dises aunque la tierra esta carísima tendrán bastante; i quíteseles de
comercio por si ni en compañía de otros, de otra suerte para eUos sera
todo el provecho de la tierra, i esta se perderá.
5. — El Obispo fray Juan de Quevedo tiene de salario 900.000 marave-
dises, i desea venirse, i vendrase contento con que se le den en CastiUa
200.000 maravedises. AUa bastan 2 o 3 Clérigos i un Provisor; porque
hai hecho un Monesterio de Franciscos mui devotos por los primeros que
pasaron a tierra firme antes que fuese el armada. Son los Frailes mui
devotos i mui pobres. El Rei que aya gloria les manda va dar anualmente
8 botas d'harina, G de vino, ciertos tocinos, azeite, vinagre, habas, gar-
vanzos, i algunas conservas. Deve Vuestra Alteza mandar se les de li-
mosna.
6. — El Rei difunto por las mentiras que le escribió Vasco Nuñez ie
hizo Adelantado de la mar del Sur, i Governador de las Provincias de
Panamá i Cohiba. Estos goviernos deven agregarse al de Pedrarias, el
qual tiene el del Darien que nada vale sin los otros, ques de gente menos
guerrera que no tienen sino varas largas sin hierva, i los del golfo de
Uraba ñechas con yerba tan ponzoñosa que al que hieren a la hora ts
muerto. Juntas las governaciones en una podran mantenerse los Cristia-
nos, yendo a las veces a tierra de los que no son ñecheros al pueblo que
hoi esta fecho, i desde el descubrir de la tierra do están las riquísimas
minas de oro que los ludios dicen : de do se han tomado muchas piezas
de 600 ducados, i aun pieza de 700. Dicen los Indios que alli cerca hai
un Tiba, que es un principal de la tierra «que se dice Dahaihe que
tiene su casa de fundición con muchos Indios empleados en fundir las
dichas piezas : Que el oro lo adquiere de otros dos Tibas Tifoni i Mundy
con sus tratos que tienen unos con otros, porque en unas provincias :;e
labran mantas de algodón, en otras cuentas de gueso, en otras tazas mui
pintadas, en otras hacen sal : géneros con que comercian.
7. — Dabaibe esta cerca de unos Caníbales o Caribes, en cuya tierra
hai también minas, i adquiere oro deUos con su comercio, especial a
cambio de otros Indios con quien tiene guerra, i los que toma los da
como mantenimiento a los Caribes por oro.
— 154 —
8. — Este Regimiento de Coliuenares estuvo a 8 leguas de dichos
Caribes, porque entro 45 leguas tierra adentro por un rio mui grande
junto al Darien, i llego a una provincia de un principal llamado Ihi-
heiha el qual quisiera fuesen cristianos a hacer guerra a los Caribes sus
enemigos. No lo hicieron los Cristianos por ser solos 50 i estar mui fla-
cos i trabajados de buscar de comer: pero supieron del mucho oro i
ricas minas que tenian los Caribes.
9. — Toda España se podra remediar con el oro, perlas i grandes ri-
quezas de aquella tierra, haciendo Vuestra Alteza las mercedes que
pide el pueblo del Darien, que si no se les hacen presto se despoblara,
i sera imposible tornarse a poblar.
10. — A 4 i a 5 leguas del pueblo hai minas de oro razonables, pero
sin Indios de servicio, i en tanta carestía de mantenimientos que valen
al doble que en la Española no hai quien saque.
ll.^Como 70 leguas a levante del pueblo esta la provincia de Santa
Marta cerca de la Sierra nevada, do ha estado este Colmenares dos ve-
ces, una quando fue con Pedrarias, i otra quando fue a buscar a Ni-
cuesa; i las gentiles sierras, los rios hermosos de buenas aguas llenos
de margarita dan señas de mucho oro. Alli aporto Pedrarias, i al cabo
de 3 dias entrando por la tierra se hallaron por los cam'inos seis mil pe-
sos de oro en piezas labradas que los Indios havian dejado por alli. El
puerto es bonísimo i mui útil para los que van i vienen : convendría
hacer en el población, desde la qual se podría saber el secreto de toda
la tierra. Los «Indios parecen de mas razón que otros, porque andan
vestidos, tienen muchas cosas de algodón labradas, i hechos muchos
plumages i mascaras, i cosas para haver sus placeres bien primas, i
tienen hechas las casas mui mejores que nengunas de las que se han
visto de la tierra firme».
12.— Este asiento costaría algo a Vuestra Alteza en los tres años
primeros pero seria mucho el fruto : de alli con qualquier viento se puede
navegar a la Española. (Quieria Governador, Fortaleza, i GOO hombres) .
13. — Del pueblo que hoi tienen 7 leguas hacia el poniente atravesando
la tierra N. S. han hallado otra mar en la qual hai tan grandes crecien-
tes ques cosa maravillosa de ver : dicen los Indios que dentro de aqueUa
mar hai islas mui ricas de oro i perlas. Ya los Cristianos han pasado
a una como 10 leguas deutro el mar. Fueron por mandato del Governa-
dor un Capitán con 70 hombres en canoas. Los Indios no les querían
dejar saltar en tierra, hasta que se les forzó con las armas a hacer paz :
el Señor della les dio un presente de 100 marcos de oro i perlas, i quedo
en dar en tributo anual 100 marcos de perlas, que las hai aUi mui gran-
des i buenas : salvo que los ludios las dañavan por horadarlas, i se ha
remediado. El Cacique se baptizo i torao Cristiano, se le puso nombre
Pedrarias: con lo qual se bolvieron dejándolos amigos: adquirieron no-
— 155 —
ticias de otras islas semejantes : la tierra de la costa es miii buena i de
muchos mantenimientos. El Governador embio a reconocer la costa, un
Capitán acia Levante, i trajo nuevas de mucho oro, buena tierra, i que
havia alli cerca gente negra : otro acia Poniente, que también haUo
tierra buena i rica, i un Indio principal que le dio de presente 11.600 pe-
sos de oro, i decia este Indio que no era de los mas ricos. Este Capitán
trajo 20,000 pesos de oro todos de presentes. Poco antes de venir este
Colmlenares embio el Governador un Capitán con 130 hombres a los Ca-
ciques que se decian mas ricos i a buscar sus minas ; i aunque se vino
antes que ellos bolviesen sabe de otros que la tierra es de muchos man-
tenimientos, i muchas cazas de puercos, venados, ánsares, codornices,
palomas, i otras aves de muchos mantenimientos.
14. — Dice este Colmenares que si Vuestra Alteza es servido quel i un
Piloto que tiene se obligaran de dar descubierta la especería en mui
poco tiempo por aqueUa mar, pues esta mui cerca, i los Portugueses la
traen entrándose en tierras de Vuestra Alteza. Deveran hacerse 3 cara-
velas de 30 35 i 40 toneladas embiado aUa Maestros i cosas necesarias,
que el luego las pagara, pondrá gentes, i hará toda la costa, con tal que
de todo el provecho no de a Vuestra Alteza sino el Vio- ^i acomoda,
el dará Memorial de todo.
15. — Que se provea presto en todo, especial que del oro se pague
menos del Vs poi' 1^ gran costa i falta de quien les sirva. Que el Go-
vernador ponga de su mano Alcalde mayor porque alli ni hai ni havra
justicia.
16. — Porque han venido algunos de aUa, i hablan cosas que no saben,
suplica se nombre persona que oiga a este i eUos; i quando se haUe que
este no diga verdad, se le castigue.
17. — El Secretario ConchiUos sabe de las cosas de Indias, i de todos
los que han venido; en su poder esta lo que el Rei difunto havia pro-
veído. Sunlica a Vuestra Alteza lo remita al Cardenal, i sea despachado
luego.
61
Año de 1517. — Julio 22, Madrid). — Carta del Cardenal Jiménez de Cisneros cen
surando duramente los excesos cometidos con los indios por el Alcalde Ma3'or
y ordenando á Pedrarias obedezca á los PP. Jerónimos de la isla Española
en todo lo que le mandaren. — (A. de 1., 109-1-5).
Pedrarias davila, nuestro lugarteniente general de tierra firme sa-
uido emos lo sucedido de la entrada que higo vuestro alcalde mayor
la tierra adentro desas partes de tierra firme y asimismo los esclavos
— 166 —
que de la dicha tierra trajo y a jiarecido cosa muy recia traerse los
dichos yndios porque no habrá podido ser sino que en la tomada y traida
dellos haya suzedido mucho desasosiego en los que quedan y porque
ausi sobre esto como sobre la gente que hemos savido que enbiais a
pedir a la Española nos escriuimos a los Reverendos y deuotos padres
fr. luis de figueroa y fr. alonso de santo domingo y fr. bernardino de
manzanedo nuestros juezes y comisarios para las cosas tocantes a las
yndias e yslas e tierra firme e yndios dellas lo que sobre todo han de
facer e de proueer como dellos mas largamente sabréis. Por ende nos
vos mandamos que todo lo que los dichos Reverendos padres geronimos
nuestros juezes e comisarios enviaren a mandar asi a vos como a todas
las otras justicias e capitanes e consejos y otras personas qualesquier
desa dicha tierra de cualesquier calidad e manera que sean lo obedez-
cáis e fagáis cumplir segund de la forma y manera quellos vos lo en-
uiaren a mandar sin ynterponer de su mandamiento apelación ni supli-
cación ni otra cosa alguna, ansi como si nos por nuestras cartas vos lo
mandásemos porque haziendo lo contrario converna que lo mandemos
castigar con mucha reguridad e porque sobretodo los dichos padres
geronimos os escriuiran mas largamente a ellos nos remitimos. — De
Madrid a 22 de Julio de 1517 años. — Cardinalis.
62
(Año de 1518. — Enero 13, Santa María la Antigua). — Se concede prórroga de cua-
tro meses á Vasco Núñez para terminar los bai'cos y hacer la expedición de des-
cubrimiento en la mar del Sur. — {A. de 1., l-l-Váe)-
Paresge por los registros e protocolos de Pedro de Javregui the-
nyente de escribano general que fue en estos Reynos de Castilla del
oro vna petigion con gierto abto debajo della su theuor de la qual e.^
este que se sygue :
Muy Magníficos Señores nobles señores.— Hernando de Arguello en
nonbre del adelantado Vasco Nuñez de balboa. Veso las manos de
Vs. SS. e Mergedes/. Bien saben el tyenpo que por sus ynstruciones
dieron al dicho adelantado para lo que avia de hager después que desta
gibdad partió para poblar a acia y para hacer este viaje que al pre-
sente esta de camyno/ y como en hacer el dicho pueblo y los navyos
para descobrir por la mar del Sur y en otras cosas que por vuestras
Señorías y mercedes le fue mandado, se a detenido que no a podido mas
ser y se le a passado casy todo el tienpo e plazo que en las dichas yns-
trugiones se contenyan/. Suplico a Vuestras Señorías y merg-edes le
— 157 —
hagan merced al dicho adelantado e a my en su uonbre de le dar mas
plazo e tienpo aquel que a Vuestras Señorías e mergedes les paresgiere
ser couplidero e convenible para lo que le es mandado hacer de que
Uios e sus altezas serán seruydos, y mejor pueda descobrir secretos y
riquezas por la mar del Sur y costa deUa en lo qual el dicho Adelantado
e yo en su nonbre señalada merced rescil)yremos/.
En treze de heuero de quinientos e diez e ocho años estando juntos
los Señores Pedrarias Davyla Lugartheniente general e don fray Joan
de Quebeilo Obispo desta gibdad e Alonso de la Puente thesorero c
diego Marques Contador presento esta petición Fernando de Arguello o
por Sus Señorías e mercedes vysta dixeron que visto como el dicho
Adelantado e gente que con el eslava se avian ocupado mucho termino
del que le dieron para ha(;er el viaje e hazer los navios e en otras cosas
conplideras a seruigio de sus altezas e como conbenya prorrogarles el
dicho termino para hager el dicho viaje avieudo platicado sobre ello
muncho acordavan e acordaron de prorogarles e alargarles el dicho
termino que les fue dado para hazer el dicho viaje por otros quatro
meses coni»lidos primeros siguientes, los quales uuiudavan que comen-
gasen a correr despue« de ])asado e conplido el dicho termino dentro del
qual dicho termino les mandaban que acabase de hazer e conplir el
dicho vyaje e lo que les fue mandado so las penas en los dichos man-
damientos proveídas. — Pedrarias Dabyla. — Episcopus. — Alonso de .a
puente.^ — Diego Marques fue fecho e sacado fue este traslado de la dicha
Ijeticion e avto que de suso va encorporado en la cibdad de Santa Ma-
ría de la antigua del Darien a cinco dias del mes de margo de mili e
quinientos e veynte años/ testigos que fueron presentes a lo ver sacar
e congertar el Capitán pedro de gamez e Alonso de Verdejo e yo Mar-
tin Estete theuiente de escribano general enestos Reynos de Castilla
del oro lo fise escriuir e concerté e fise aqui este my signo e tal en tes-
timonio de verdad. — Martin Estete escrivano.
63
(Año de 1518. — Febrero 22, Santo Domingo). — Párrafos de carta dirigida por el
Licenciado Snazo á Mr. Xevres, del Consejo público y secreto. — (A. de la H.,
colee. Muñoz, t. 7(5;.
La otra fue que como a V. S. dixe que este comendador de Lares te-
nia algunos buenos respetos, tovo este que por todo el tiempo de su go-
— 158 —
bernacion que duraría casi seis años no consiutio que ningún pribado
de sus Altezas ni otra persona que estoviese en los reynos de Castilla
toviesen acá yndios e puesto que benian acá muchas cédulas e provisio-
nes reales para que alia en Castilla fuesen algunas personas proveídas
de Yndios, de todos suplicaba de que quedaron resabiados muchos Pri-
vados de sus Altezas y luego que bieron muerto a este Comendador de
Lares yntentaron los dichos pribados con este Almirante que les diese
Yndios y el Almirante conociendo que esto hera muy perjudicial a estas
partes llevo en este articulo las pisadas del dicho Comendador en no
quererles dar Yndios y conociendo los pribados que por esta via no po-
dían conseguir su proposito para tener yndios en esüís partes acorda-
ron con el Key Catholico de Gloriosa memoria quc) biniesen a estas
partes tres juezes de apelación sobre el Almirante e sus Justicias e que
luego viniese un thesorero aragonés muy grande amigo del Secretario
Conchillos para que con estos se negociasen nuebos repartimientos de
Yndios y ansi fue que luego vino tras estos Rodrigo de Albulquerque
repartidor nuebo de Y'ndios primo del Lizenciado Zapata con cierta
3^nstrucion ordenada por el Secretario ConchiUos, la qual nunca el Rey
catholico vio mas de quanto la firmaba por la qual truxo vn capitulo
que dezia que atodos los que havia dado el Almirante Yndios se los
quitasen y con esto hizose vna junta general de todos los Yndios desta
Y'sla Española y repartiéronse nuebamente dando al Secretario Con-
chillos ochocientos con los que el tenia, e al Camarero quatrocientos v
al Lizenciado Zapata doscientos y al Obispo de Burgos trescientos c
ansi a los otros a este respeto y por conserbar después estos señores
que tenian mando en las Yndias este interese que acá tenian todos con-
fiaban sus aciendas acá del thesorero Miguel de Pasamente y porque
acá hazian sus negocios ninguna cosa embiaba a pedir a su Alteza,
como havia de ser despachada por Conchillos, que no le benia pintada
como quería
En este tiempo que todo lo susodicho pasaba aconteció que el dicho
thesorero se enojo con Vasco Nuñez que reside en tierra firme e para
le destruir acordó descrevir al Rey Catholico que hera muy bien que
su Alteza hiziese vna armada para tierra firme e que viniese vn Gober-
nador de aquellas partes proveído e sobrel dicho Vasco Nuñez e para
que a su carta se diese mas crédito enbio a negociar esto a vn bachiller
Ynciso que habla estado en tierra firme, e era grande enemigo del di-
cho Vasco Nuñez, porque traya pleito con el, el qual se determino en
el Consejo real en Madrid abria un año ; y como el Rey se creya por
aquellos que deseaban hazer plazer al thesorero, mando quel armada
se hiziese y que fuese por Capitán general deUa e Gobernador en Tierra
firme en la Provincia que dizen Castilla del Oro Pedrai-ias de Avila y
esto ansi proveído no pudo ser esta negociación tan secreta que no la
— 159 —
supo el dicho Vasco Nuñez y como vino a su noticia quel Bachiller En-
ciso Uevaba el cargo de negociar contra el siendo su enemigo e que]
thesorero Pasamonte tenia tanto poder por razón de las cabsas que
arriba digo acordó de embiar al dicho Pasamonte muchos esclabos y
muy lucidas piezas, mucho oro e otras joias de harto valor que oy dia
tiene en su casa e es mui notorio en esta Cibdad que Vasco Nuñez se
las enbio e ay muchos testigos de vista desto : Viendo pues el dicho
thesorero tal presente, recibióle y luego escrebio todo el contrario de
lo que antes habia escrito, hazieudo saber al Rey Católico que, Vasco
Nuñez era muy servidor de su Alteza e la mejor persona e que mas
havia trabajado en su servicio de quantos acá avian pasado, pero como
el camino es tan largo no pudo llegar tan presto esta carta, que ya el
armada no estaba Lecha y Pedrarias con ella en Sevilla para se em-
barcar.
Hizo toda esta gente alarde en SeviUa que serian en numero fasta
(en blanco en el original) hombres todos o los mas de los que hablan
estado en Italia con el Gran Capitán, personas muy lucidas, muy bien
dispuestas e atabladas que ninguno bajaba de sayo de seda e muchos
de brocado que según lo que hoy se dice en Sevilla nunca se vio en Es-
paña tan hermosa e bella gente, embarcada ya toda el armada Pedra-
rias con ella a comi»lir el consejo del thesorero, con que gasto el Rey
según me dijeron los oficiales de la Casa de la Contratación de Sevilla
que los pagaron, al pie de quarenta mili ducados. Mando hazer el Rey la
costa a toda ell armada hasta ser llegados en tierra firme e después que
cada uno viviese por si, hecho pues este viaje e llegada toda la armada
en salbamento, como se acabo la provisión e mantenimientos quel Rey
Catholico havia mandado dar limitado hasta que llegasen fueles for-
zado comer de los mantenimientos de la tierra que heran raizes e otra
semiente a que Uaman m,ahiz ; e como el Darien a donde aportaron es
tierra muy húmeda e llena de ciénagas o anegadizos de que salen muy
gruesos bapores e muy enfermos escomenzaron a morirse e morieron
los dos tercios de toda la gente, que ni les valia la seda ni avn el bro-
cado y los que quedaron muy enfermos, viéndose perdidos acordaron
de hazer entradas en los Yndios para robarlos e matarlos, o fue desta
manera que los del Consejo alia para que esta guerra se justificase die-
ran a Pedrarias por instrucción que antes que hiziera ningún mal a
los Yndios les requiriesen que fuesen Christianos e subditos del Rey
Catholico, con otros com.plementos, con protestación que no lo haziendo
serian dados por esclabos, e los matarían e robarían e por todo el tiempo
antes que esta armada llegase, muy magnifico señor, habia trabajado
con muy buena maña Vasco Nuñez de hazer de pazes muchos caciques
e señores principales de los Yndios, en que tenia pacíficos al pie de
treinta caciques con todos sus Yndios, y esto era no tomando dellos
— 160 —
mas de lo que le querían dar, ayudándolos en sus guerras que tenian
vnos con otros, y estaba tan quisto este Vasco Nuñez que podia ir se-
guro por tierra firme cien leguas, y en todas partes le daban mucho
oro los Yndios de su voluntad, y le davan sus hermanas e hijas que Ue-
base consigo para quel las casase o vsase dellas a su voluntad : de que
yba creciendo la paz e crezian en mucha manera las rentas de sus Alte-
zas. Y estando ansi las cosas de tierra firme de quando en quando Vasco
Nuñez era socorrido desta Ysla con gente e mantenimientos y el yba
ganando las tierras poco a poco con mucho tiento e cordura y haziase
muy gran fruto. Y en estos medios como dicho tengo, llego la dicha
armada, y de los que quedaron vivos ordenóse vna entrada la tierra
adentro de que fue Capitán un fulano de Ayora y como los Yndios le
hieran e supieran por donde iba con su gente, pensando que hera Vasco
Nuñez a quien ellos llamaban el tiba que queria dezir el Señor de los
cristianos salieron ciertos caciques con su gente con muchos venados
asados e puestos en sus barbacoas, que ouiere dezir como artesas de
alia o instrumento en que se puede Uebar miucha carne asada e cozida,
muchos Pabos cozidos e asados, asaz de pescados, dibersos guisados,
con otros infinitos mangares de la tierra con su pan mui blanco, a que
llaman boUos de maíz, e vino que también hazen de maiz que bastaba
para que pudiesen comer e beber seiscientas personas e mas hasta ser
a su voluntad satisfechos y como el dicho Capitán Ayora llego a donde
el dicho Cacique estaba esperando con todos los mantenimientos que
tenia, sentáronse a comer e el Cacique pregunto que donde estaba el
Tiba de los Christianos señalándole al Capitán Ayora; y el Cacique
dijo que no hera aquel que bien conoscia a Vasco Nuñez, ansi que aca-
bada la comida lo primero que hizo el Capitán Ayora fue prender al
Cacique e a un hermano suyo con otras personas, que le parecieron que
heran principales e que le hablan dado de comer, e pedióles que le die-
sen oro, sino que le quemarla o le aperrearla que quiere dezir echaUe
a los perros que le despedazasen, el Cacique con temor que obo embio
a vn Yndio por vn poco de oro que tenia y traido dixo el Ayora que
aquello era poco e que le diese mas, sino que le haria lo que havia di-
cho que era quemaUe o aperreaUe, el Cacique ansi preso embio por sus
indios para que le diesen todo el oro que tenian, e traxeron mas oro e
dixo lo mismo el dicho Capitán que todabia era poca cantidad de oro
e que le diese mas, finalmente que el Cacique dixo que no tenia mas o
que si mas tobiera mas le diera, pero pues le havia dado su oro quanto
tenia e lo de sus Yndios que le rogaba se contentase: el Ayora como
esto vido mandóle Uegar fuego al derredor e ansi le quemo y a otros
aperreo con grandísima crueldad. Esta nueba se dibulgo luego entre
todos los Caciques comarcanos e vista la crueldad que se havia fecho
e sobre seguro e llevando de comer e mantenimientos al dicho Capitán
— 161 -
Ayora, no obo nadie de los otros Caciques e Yndios que pensase tener
seguridad de ningún christiano e fueronse huyendo por la tierra desan-
parando sus casas e boyos e yendo ansí huyendo amostrábanles de lexos
el dicho requerimiento que Uebaban para que fuesen debaxo de la obe-
diencia del Rey CathoLLco y hazia a un scribano, ante quien se leyan
que diese fee de como ya estaban requeridos, e luego los pronunciaba el
Capitán por esclabos e a perdinieuto de todos sus bienes pues parecia
que no querían obedecer al dicho requerimiento, el qual hera hecho en
lengua Española, de que el Cazique e yndios ninguna cosa sabian ni
eutendian y en tanta distancia que puesto que supieran la lengua no la
podieran oyr e si algo oyan de las vozes que se daban era creyendo que
les pedian oro e que no dándoselo que les harian el fuego que hicieron
al otro cacique pasado e a sus hermanos; y de esta forma Uegaban de
noche a los buyos e aUi los rrobaban e aperreaban, los quemaban e
trayan en yerros por esclabos. Ansi han alterado la tierra en tanta
manera que no osa ningún christiano yr sin compañía vna legua de la
ciudad donde están. Y continuando sus entradas como la que dicho
tengo, esta toda la tierra tan lebautada, tan escarmentada de los
grandes ynsultos, muertes, crueles robos quemamieutos de pueblos, que
no están mas los castellanos para poderse mantener que las abes de
rapiña que no pueden dar bocado sin sangre y toda la tierra perdida
e asolada.
Entretanto que las entradas andaban como esta dicho, el Bachiller
Enciso de que arriba hago mención no cesaba de fatigar con pleitos
y rebueltas a Vasco Nuñez ante el alcalde mayor que llevo Pedrarias,
como ante juez que habia llevado de su mano para aquel pleito, y ansi
fue muy afrentado el dicho Vasco Nuñez por espacio de tres años sin
dejarle entender en nada de lo quel havia comenzado hasta que en al-
guna manera parezio su limpieza e viendo el mal camino que Pedrarias
llebaba creo por remordimiento de conciencia e sabiendo cuan instruto
e esperimentado estaba en aquellas partes el dicho Vasco Nuñez tomaba
en algunas cosas consejo con el; e viendo su habilidad e ardides de
guerra e buen juizio e parezer que mostraba, quiso tomar su debdo o
tobo por bien de le casar o desposar con vna su hija avnque me dizen
ques con ciertas condiciones, e entre otras ay esta que su Alteza con-
sienta en el dicho casamiento, porque con este consentimiento les pareze
que todo lo pasado es confirmado. Ansi con estas cosas se han hecho
tan ricos los Oficiales reales que su Alteza el Rey Catholico aUi embio,
que hizo agora el fator Tavira que aUi a tenido cargo de hazienda de
su Alteza una armada para el rio grande, que llaman, que me dizen que
le han costado los navios e caravelas con todas las otras cosas nece-
sarias cerca de ocho mili castellanos y esta armada es para el Rio
grande donde nunca los christianos hablan llegado, e creo yo si vale
11
— 162 —
el argumento que ponen los doctos, que de lo pasado se ha de congetii-
rar o presumir a lo futuro, quel fator va con esta armada a continuar
lo que los otros sus compañeros comenzaron e para sacar su gasto o
doblaUe si pudiere que ha de tomar todo el oro que los caciques le die-
ren de su voluntad y avn lo que no les dieren.
Y sepa V. ylustre S. que vno de los grandes daños, que acá habido
en estas partes, ha sido querer Su Alteza del Rey Catholico dar a al-
gunos facultad para que socolor de descobrir fuesen con armadas a su
propia costa, a entrar por la tierra ñrme, e las otras Yslas : por que como
los tales armadores se gastaban para hazer las dichas armadas, Ueba-
ban terrible codicia para sacar sus espensas, e gastos, e proposito de
doblallos si pudiesen; y con estas intinciones querían cargar de oro
los nabios, e de esclabos, e de todo aquello que los Yndios thenian de
que pudiesen liazer dineros, e para venir a este fin no podian ser los
medios sino barbaros, e sin piedad e sin cometer grandísimas cruelda-
des, abominables e crudas muertes, robos, asar a los ombres como a San
Lorenzo, e aperreaUos, e escandalizar toda la tierra, e hemos visto
casi a todos los que desta manera han entrado, a su costa morir muy
crueles muertes, como fue Diego de Nicuesa, e el Capitán Bezerra, <i
otros muchos en conclusión, muy magnifico Señor, que las cosas de
tierra firme están agora desta manera, esperando la venida del fator
del rio grande para haver cada vno de aUi su parte. Suplico a Vuestra
Señoria, que de esto avise a Su Magestad porque yran muchos a se
ofrecer a su cesta a descubrir, por quel tal descubrir antes es soterrar
las tierras e Probincias debajo de la tierra, e antes escurezerlas, que
aclararlas e descubrirlas.
Estas y otras cosas muy feas han acontecido en los tiempos pasados,
como tengo dicho, por las cabsas de suso declaradas con vn pliego que
escrebi al reberendisimo Cardenal : lo qual es todo verdad, y ansi lo ha
de tener V. muy Ilustre S.* por que yo me he querido informar de tes-
tigos que lo dizen.
Vea V. magnifica Señoria los servicios que estos Juezes e thesorero
y Oficiales han fecho, y el tenia de sus parcialidades, que es servidor
e deservidor por que es verdad, e ansi lo oso decir a Vuestra Señoria
que si esta tierra obiera fecho vna traición al Rey Catholico por la
qual secretamente digera a estos Juezes e Oficiales que toviesen formas
e maneras para destruir esta tierra por que esta era su voluntad, no
obiera tenido maior vigilancia para la despoblar e destruir como lo han
fecho porque si estos indios estaban encomendados por mano del Almi-
rante, ? porque escrebieron a el Rey Catholico que era muy bien que su
Alteza de nuebo lo tornase a encomendar ? tornaralos a dar aquien los
tenia, e que los tobiera en nombre de Su Alteza, e no los quitaran como
los quitaron con tanta fatura e muertes desta miserable gente, questa
— 163 —
asolada la tierra e despoblada. Si el Almirante hacia cosa que no devia,
Su Alteza del Rey Catholico le habia de castigar como castigo al Mar-
ques de Pliego en lo de Montilla ; e no querer destruir la tierra. Pero la
berdad es que con el inmenso trabajo, que havian dado a los Yndios
estos juezes, e Oficiales e los questaban en Castilla tenían, eranseles
muertos muchos, e para se rehazer ym,bentaron muchos repartimientos,
satisfaciendo a sus propios apetitos, del todo olvidados del servicio de
Dios, e de Su Alteza, e como si jamas se obiera de saber, e las cosas
obieran de durar para siempre, constandoles claramente que la tierra
se perdia en hazerse el dicho repartimiento, como muchos vecinos se lo
digeron, e avn lo tomaron por testimonio de como se lo decian e hazian
saber, lo qual todo no ha aprobechado ny aprovecho hasta venir las
cosas en el estado que tengo dicho arriba.
Y como en las cosas pasadas muy magnifico Señor no se halle entero
remedio para las tornar en el estado en que estaban, es nezesario que en
lo porvenir, e foturo se busque lo probechoso para conserbacion destas
partes. E después ya esta tan sabida e notoria la enfermedad que ha
pasado, e de que humor, para se probeer como combiene, hay necesidad
de curallo con su contrario. Y quanto al primer punto de la enferme-
dad que fue de muchos Gobernadores en vn tiempo, me parece saibó
mejor juicio que se ha de destinguir en esta manera : o su alteza ha de
mandar guardar los previllejos quel Almirante tiene, o no. Y si los ha
de mandar guardar, no puede ser en el mundo otro Gobernador mejor
quel, porque este tiene afición a la tierra, por que la descubrió su Pa-
dre, e se la dejo conforme a los dichos sus privillejos : e considerando
los muchos trabajos que su padre sufrió en descobrir estas partes, c
entre otros quiero decir a V. S. vno, que fue dando al través con los
nabios que llebaba en vna Ysla que se decia Xaniayca, e acabados los
mantenimientos dieron sobre el dicho Almirante viejo diez, o onze mili
Yndios, e el se hizo fuerte en los nabios quebrados, e se defendió por
tres dias hasta tanto que teniendo cierta esperanza de morir de hambre
el e quantos con el estaban, supo por astrologia como dende a dos dias
abia de haber vn eclisi de la luna con que se havia de escurezer casi
toda, y tubo maña avn que estaba de guerra, como dicho tengo que se
llegase a los nabios, a donde estaba, vn Cacique que le queria ablar vn
secreto grande, y por su interprete le declaro como Dios estaba muy
enojado dellos por haver perseguido a los Xptianos, e tenerlos en tanta
angustia e fatiga, e que para esto dende a dos dias en la noche les hazia
saber que la luna se escureceria. Los Yndios esperaron los dichos dos
dias para ver el milagro que a ellos les parecia del eclibsi, e el Almi-
rante e los suyos tanpoco comieron como los otros tres dias pasados ;
venido núes ya el eclibsi luego creieron los Yndios lo quel Almirante
decia e le trugeron mantenimientos, e todo lo que vbo menester, para si.
— 164 —
e para los suyos, e asi apaziguo toda la Ysla hasta que después embio
vno suyo con vna canoa a esta Ysla para que de aqui fuese socorrido.
Digo esto muy magnifico Señor aproposito de los muchos trabajos
quel dicho Almirante viejo paso en descobrir estas partes, que son todos
jjara obligar a su hijo el Almirante que oy es que les tenga amor, e
l)rocure la población dellas como combiene. Demás desto si Su Alteza
es muy aprobechado en estas partes, e sus rentas reales vienen en mu-
cho crecimiento, e el quinto del oro sube en gran cantidad, también
sera grande la decima parte, que al Almirante cabe conforme a los di-
chos sus Prebillejos. Pues quien mejor puede mirar el servicio de Su
Alteza, e el crecimiento de sus rentas reales quel Almirante, pues en
lo que se avmentare, o disminuyere recibe probecho, o daño, ques cabsa
a mi ber para que de nezesidad estas partes sean muy aprobechadas,
e las rentas reales muy acrezentad;;s, e parezeme también, que a este
Almirante se le de entero poder para todo lo que conzerniere a la buena
administración, e que sea este vno, como tenemos por enxenplo natural
e moral que se requiere, según los filósofos que no alcanzaron perfec-
tamente a Dios, que las cosas baian regidas por vn Gobernador ique sea
soberano, que sea rexidor de los cielos, e de la tierra, e después desto,
que aya vn Rey en su Keyno, que tenga vn Gobernador en cada provin-
cia a enxemplo de las avejas que tienen vn Rey, y de las gruUas que
toda la vanda sigue a vna, e en las ordenes que fueron fechas por espíritu
Santo sus generales tienen que representar en todas sus Probincias al
Rey en sus Reynos e Señoríos, e en cada Provincia otro que se Uama
Probincial, que representa los Gobernadores, que el Rey ha de tener en
sus Probincias e en cada monasterio tienen vn por que representa los
ministros de la Xusticia quel Gobernador a de thener, e ansi van des-
cendiendo mas abajo para que las cosas vayan regidas por orden, e por
concierto, e no haia muchos, que manden por que siempre ay cismas
ynbidias e otras cosas que pare en discordia vandos e parcialidades
que totalmente destruyen la tierra, conforme a lo que dize Dios en su
santo ebangelio: todo Reyno en si diviso se asolara, mayormente estas
partes tan remotas, que quando alia llegan los yncovenientes, o males
que se siguen de vna cosa, que se haze, quando viene al remedio no ay
que se pueda remediar.
Ansi que concluiendo digo. Muy Magnifico Señor que guardándose
los dichos PrebiUejos al Almirante, el debe ser el Gobernador asoluto
sin que nadie tenga boto con el, saibó si el dicho Almirante le quisiere
tomar para se aconsejar, porque ha acontecido acá como en las cosas
de administración tenian voto los Jueces, e Oficiales venian todos estos
concertados para hazer por vno que estaba aUa en Castilla de darle Yn-
dios, o para hazer por sus criados, o personas, que por ventura no heran
hábiles para los cargos que les daban, ni personas, que comhenian al
_ 16B —
servicio de sus Altezas, e puesto quel Almirante contradixese aquello
con bueu zelo, no le aprobechaba nada, ni abia cabeza que regiese, ni
gobernase de que han venido muchos males que serian largos de contar
e ansi buelbo al tema, oue arriba dixe, que sea vn Gobernador como
cabeza de quien prozeden los miembros, que conviniere : Verdad es que
ay tantos miembros de Xustiyias, e alcaldes, que aunque obiese menos
no seria yncombeniente, antes mucho probecho, porque ay Pueblo que
son mas los que rigen que los regidos. Junto con esto. Muy Ilustre Se-
ñor me parecería tanbien, saibó mejor juicio en todo, que Su Alteza
tobiese vn Juez superior en esta Ysla de las apelaciones que represen-
tase la Persona Real, en señal del Señorío vnibersal que a Su Magestad
pertenesze en estas partes, y queste Juez fuese de buena vida, e concien-
cia, avnque no fuese muy gran letrado, y queste fuese Juez de las ape-
laciones ansi desta Ysla, como de todas las otras yslas o tierra firme,
e que pediese poner vn sostituto en su lugar, quando estobiese enpedido
e que tobiese poder para andar e visitar todas las otras Xusticias de
todas las yslas, que de cada dia cometen delitos e casos feos, para queste
lo castigase; y en todo tobiese recta yntencion por questa es la que
aprobecha en todo, maiormente en tierra de Yslas, e nuebas, que son
continuamente los moradores dellas ynquietos, e sin sosiego, e todos
los pleitos que traen, o la mayor parte son mohatres, e mentiras, los
quales se requiere que sean en brebe despachados, e no dar lugar a dila-
ciones, porque la mas desta gente que traen estos pleitos son personas
de la mar e pobres que no tienen mucho, e si se dilatan las cabsas des-
tos mucho con acuerdos e juntas de muchos Juezes, es totalmente des-
truir las partes. Halle al tiempo que vine mas de quatrocientos pleitos
retenidos, que habia que estaban conclusos ha vn año, e tres años e
siete años, hasta que las partes se gastaban sin quedarles conque mas
pudiesen litigar, que hera grandísimo cargo de conciencia, e en espacio
de dos nueses los despache yo todos estos prozesos he e dado después
que vine mas de setecientas sentencias, hasta entanto que tengo tomado
por testimonio dos vezes de como no havia pleito concluso que se pu-
diese sentenciar.
Esto todo es, muy Ilustre Señor, en caso, que como dixe arriba, al
Almirante se le hayan de guardar sus priviUejos : seguirse ha quel Rey
como Señor ahorrara muchos dineros, e seguirse ha que las cosas es-
taran mas pacificas, e con mas brebe despacho.
Y' si los PrebiUejos del Almirante no se guardan seria mi pobre
parecer que se posiese el dicho Juez como tengo dicho, con muy ancha
jurisdicion, e para que no se pediese apelar para Castilla saibó para el
mesmo, como yo tengo los poderes que me mando dar el Rvmo. Carde-
nal en nombre de Su Alteza al tiempo que acá vine, porque Isu apelación
que va para los Reynos de Castilla como solia, es hechar los pleitos e
- 166 —
cabsas en vn pozo muy profundo sin esperanza de remedio, especial-
mente si el que demanda es algo pobre, porque en yr de aqui a Castilla,
e estar alia vn mes o dos litigando, lia menester a lo poco cuatrocientos
Ducados. Y que el dicho Juez pueda poner los otros oficiales de justicia
que fueren necesarios, y que con este Juez este vn caballero, que sea
quieto e tema a Dios, e que no tenga codicia para la administración de
todas las otras cosas, que se obiere de hazer que no sean tocantes a la
justicia. E desta manera me parecería questas partes serian muy bien
regidas e gobernadas, en caso que el dicho Almirante no obiese de venir
a estas partes : y quitar todos los otros oficiales que no son necesarios,
ansi como a thesorero, fator, contador, que son oficios superfulos, por-
que yo haría con esta Cibdad e con los otros Pueblos desta Ysla, que
se alzasen con las rentas de Su Alteza para las retener en si como se
haze en Castilla cuando se encabezan algunas rentas de algunas Cibda-
des, viUas e lugares : y desta manera las rentas estarían muy siguras
e en el crecimiento deUas se pone mucha diligencia, escusase muchos
gastos de los salaríos de los dichos oficiales, e questos no sean como
han seydo mandones, e han chupado a los pobres por hazerse ellos muy
ricos : quitarse han los vandos, e parcialidades, que asta aqui ha ávido
que totalmente han destruido la tierra, e la han asolado por conplir
cada vno destos oficiales sus propios ajjetitos, e el thesorero Pasamonte
por satisfacer a ConchiUos, que tenia en estas partes estándose alia
quatro cuentos de renta.
Ay necesidad ansi mismo, que vengan negros esclabos, como escribo
a Su Alteza, y porque Vuestra Señoría vera aquel capitulo de la carta
de Su Alteza no lo quiero repetir aqui mas de hazerle saber que es cosa
muy necesaría mandándolos traer que dende esta Ysla partan los nabios
para Sevilla donde se conpre el rescate que fuere necesario ansi como
llanos de dibersos colores, con otras cosas de rescate que se vse en Cabo
verde, donde se han de traer, con licencia del Rey de Portugal, e que
por el dicho rescate vayan aUi los navios e trayan todos los negros e
negras, que pudieren haber bógales de hedad de quinze, e diez e ocho
o veinte años, e hazerse han en esta Ysla a nuestras costumbres, e po-
nerse han en pueblos donde estaran casados con sus mugeres : sobre -
Uebarse ha el trabajo de los Yndios, sacarse ha ynfinito oro. Es tierra
esta la mejor que ay en el mundo, para los negros, para las mugeres,
para los hombres viejos que por grande marabiUa se vee quando vno
deste genero muere.
Ay necesidad ansi mismo que los regimientos no sean perpetuos
saibó temporales, que se eligan cada año, y quel tal eleto sea casado,
porque tenga amor a la tierra, porque todos los que agora ay, o de tres
partes las dos son solteros sin mugeres, que ningún asiento tienen, y
con esto y con los dichos regimientos ser perpetuos están tan olbidados
— 167 —
que de sí mesmos no se acuerdan : la tierra recibe muy grande agrabio,
e no ay quien buelba por ella.
E es ansi mesmo muy necesario, muy Ilustre Señor que de todas las
partes de los Reynos, e Señoríos de Su Alteza puedan venir librement(;
nabios a esta Ysla, con todas las mercaderías que quisieren cargar sin
tocar en Sevilla, porque es total distruicion de estas partes, siendo tan
grandes, estar restringidas, a que no puedan venir navios ningunos sino
de vn solo Puerto que es de SeviUa ; con esto valen las cosas muy caras,
no se pueden mantener buenamente los que acá están, y lo que ganan
todo se lo Uevan mercaderes, de que Su Alteza es muy deservido, por-
que a haver navios de todas partes todas las cosas valdrían abuen pre-
cio por la abundancia de las mercaderías, e mantenimientos ; y esto debe
mandar V. S.^ que se probea, ques cosa muy nezesaria, y puesto que
Sevilla reclame como otras vezes, mas son estas partes que veinte
vezes Sevilla, e por conponer vn Altar no se ha de descomponer otro
mas principal, especialmente con tanto daño destas partes.
Ay necesidad que puedan venir a poblar esta tierra libremente de
todas las partes del mundo e que se de lizencia general para esto sa-
cando solamente moros, e judios, e reconciliados, hijos, e nietos deUos,
como esta proybido en la ordenanza porque esta es siempre vna mala
gente, e rebolbedora cizañadora de pueblos e comunidades.
Ay necesidad también que los caribes de tierra firme que comen
carne humana se puedan traer por esclabos a esta Ysla, por que aque-
llos biben bárbaramente, conque se señale el lugar donde los puedan
traer que ha de ser cabe nuestros guatiahos que quiere dezir nuestros
amigos, o questan de paz en servicio de Su Alteza, y aquellos caribes
comenselos e hazenles mucho daño. Aprobecharse han dos cosas desto,
y la vna que esta Ysla sera muy aprobechada de gente ques bien menes-
ter, porque los Yndios deUa ya van de calda; la otra, que nuestros
guatiahos serán faborescidos, e defendidos, cuya defensa, e amparo sera
ocasión, e el rescate que agora ay de las perlas, para que otros muchos
Pueblos, e comunidades se junten con los dichos guatiahos viendo la
onrra que se les haze por los castellanos, e como los defienden e ampara
de sus enemigos.
Ay necesidad también. Muy Ilustre Señor, que su Alteza haga mer-
ced, a quien tobiere por bien de muchas Yslas questan despobladas e
perdidas, a lo menos con muy poca gente de las armadas que tengo di-
chas, con condición que las pueblen, porque si esto no se haze según la
grandeza de la tierra que acá ay, de aqui a la fin del mundo no se po-
blaran, ni dellas se recibirá ningún probecho ; y puesto que no aya en
las dichas Yslas oro, podranse hazer grandes grangerias de azucares,
algodón, caña, fistola, ganados y otras cosas de mucho precio, como
haze el Rey de Portogal, que en la Ysla de la madera que hallo no havia
— 168 —
gente ni oro, e haziendola poblar, le renta agora mny gran balor e pre-
cio de las grangerias que se han hecho. Otro tanto que en las Yslas de
las Agores que descubrió vn flamenco donde estobieron diez y siete
años sin poder acertar en el sembrar del trigo como se diese, y después
lo hallaron, y ay agora trigo e cebada en grandísima abundancia, con
otras grangerias de pastel para los paños, que se tiñe de azul, e ansi
sera en las dichas Yslas, que arriba digo por que son muy mejores que
las del dicho Rey de Portogal, e las rentas de Su Alteza se acrezentaran :
avra mucho trato de vnas Yslas a otras, multitud de nabios de que Dios
nuestro Señor sea muy servido e el estado real muy avmentado, y con
esto que al presente se probea muy Magnifico Señor dende aqui digo e
afirmo questas partes se asiguraran, e los vecinos dellas perderán la espe-
ranza de yr a Castilla, poblarse an en grandísima manera, quitarse an
vandos e parcialidades que la tienen destruida e asolada, avra vna ca-
beza e no muchas ques cosa mostruosa en natura, y sera tanto el bien
que se syguira, que no tiene comparación : y sino se provehe, crecerá
tanto el mal, que yo lo doy todo por destruido. En lo de tierra firme no
hablo al presente hasta ser mas informado del remedio quecombiene: yo
lo escribiré a Vuestra Señoría para que se remedie, y con esto que digo
como persona que teme a Dios, e a su Rey e Señor natural, e con en-
trañable amor le deseo serbir, poniendo la vida para que sus tierras
se pueblen, e se remedien, descargo mi conziencia ; e lo echo todo en la
falda de Vuestra Señoría pues se que tiene poder del Rey nuestro Se-
ñor para que todo lo que digo se pueda remediar como conbiene, y ¡^i
esto ansi no fuere mándeme Su Alteza cortar la cabeza que yo lo mere-
ceré muy bien como hombre que no trata berdad en lo que dize en cosas
que tanto va.
Y suplico a Vuestra Señoría en todo lo que arriba digo me mande
tener secreto, porque son cosas que tocan a muchos, e no querría que
haciendo yo lo que debo, e soy obligado según el cargo que trage de Su
Alteza en estas partes para decir la verdad en todo, e que daré ynforma-
cion si fuere menester, que criasen en sus pechos conmigo muchas ene-
mistades.
Muy ylustre Señor, los gastos de acá son muy grandes, e muy ece-
sívos cuestame el alquiler de vna casa, nobenta Castellanos: bale vna
azumbre de vino ochenta maravedís o a este respeto la harina : e bale
vna gallina medio Castellano enbio a suplicar a Su Alteza me haga mer-
cedes : la vna de vnas casas que aqui tiene en esta cíbdad en que agora
vive Migel de Pasamonte tesorero; la otra que si la lízencia de los ne-
gros no se otorgare, que por el entrañable deseo que yo tengo de servir
a Su Alteza me haga merced me mande dar licencia, para poder traer
a esta Ysla cien esclabos negros e negras; la otra que me mande con-
firmar los poderes que yo tengo del Rvmo. Cardenal en nombre de Su
— 169 —
Alteza para que yo pueda vsar dellos libremente : la otra que Su Altezs»
me haga merced de vna de sus estancias que acá tiene con las grange-
rias que en ella ay, por que estas estancias son cosas muy escusadas
para Su Alteza por que no ay sino gallinas, e mayz, e algunos ganados,
e yuca, que son las raizes de que se haze el pan en esta tierra donde
ay mas costa que probeclio, a cuya cabsa los Padres Gerónimos han
vendido muchas destas estancias, e teniendo yo vna aqui en esta Cibdad
podría tener alguna grangeria para la costa de casa, que comprándose
todo es mucho gasto : y suplico a Vuestra Señoría la estancia sea, la
del soto que llaman ; y queriéndolo Vuestra Señoría guiar, pensare me
haze la merced para le serbir en todo lo que mis fuerzas alcanzaren.
Y pida Vuestra Señoría a Su Alteza merced de los bienes que acá
en estas partes se confiscaren, que creo que sera vna gran cosa según lo
que yo tengo visto, e las informaciones que ay : con lo qual creo Vuestra
Señoría sera muy aprobechado e servido para hazer yo mejor esto, ay
necesidad como tengo dicho que Vuestra Señoría me mande enbiar
confirmagion de los poderes como tengo dicho, que vengan libres, por-
que asi combiene al servicio de Su Alteza e bien destas partes; e yo
espero en Dios de servir tanto a Vuestra Señoría que me haga mercedes.
Cuyo Muy Magnifico e muy Ylustre estado, prospere e conserbe
Nuestro Señor con maior privanza como Vuestra Señoría desea desta
Cibdad de Santo Domingo a veinte y dos de Henero de quinientos e diez
e ocho años. — humill Servidor de Vuestra Señoría Q. S. M. B. — Licen-
ciado Zuazo. — En el sobrescríto : «Al mui ilustre e mui Magnifico Señor
Mosier de Xevres del Consejo publico e Secreto mi Señor». — Está
rota la cubierta; falta lo que va señalado con puntos.
64
(Año de 1518.- -Marzo 20, Valladolid).— Real cédula á los PP. Jerónimos, Gober-
nadores de la isla Española, para que permitan á Diego Albitez llevar de allí
gente para los pueblos que iba á fundar en el Golfo de San Blas y en la costa
del Sur. — (T. Medina: El descubrimiento del Océano Pacifico, t. JI).
El Rey. — Devotos Padres Priores de la Orden de San Jerónimo que
residís en la Ysla Española, e nuestros jueces de apela€Íon e Oficiales
e otras justicias della. Por parte del Capitán Diego Albitez vecino del
Daríen mfe fue fecha relación que el nuestro Gobernador y Oficiales
que residen en Castilla del Oro, tomaron cierto asiento con el para que
fuese a hacer dos pueblos en la dicha tierra, uno a la parte del norte
al Golfo de San Blas y Nombre de Dios y otro a la parte del Sur, al
Cacique Chepo y porque en el dicho Darien habla poca gente, le dieron
— 170 —
una carta para vos los dichos devotos Padres y justicias con la cual el
diz que vino a esa Ysla y vos la presento y le distes mandamiento para
que pudiese hacer la dicha gente y aparejo para proveer las otras cosas
necesarias; y teniéndolo todo a punto, diz que el cardenal de España,
ya difunto, gobernador destos reinos, envió a mandar que no dexase
pasar ninguna gente desas Yslas a la dicha Castilla del Oro y por esto
le mandastes que no llevase la dicha gente, de lo cual diz que el ha re-
cebido mucho daño y costa suplicándomelo mandase proveer de manera
que el pudiera libremente llevar la dicha gente y hacer los dichos pueblos,
pues es nuestro servicio. Por ende yo vos mando que dexeis y consintáis
al dicho Diego Albitez hacer la dicha gente y que se pueda ir libremente
con el quien quisiere, con tanto que paguen primero las deudas que de-
bieren en esa dicha Ysla o siendo sus acreedores contentos, para que
con la dicha gente haga los dichos pueblos conforme al asiento que el
hizo con dicho nuestro Gobernador y Oficiales de la dicha Castilla del
Oro y haga y cumpla lo que por ellos esta asentado y mandado, que í>'i
necesario es yo por la presente le doy licencia a el y a la dicha gente
para lo suso dicho : lo cual haced y cumplid, siendo primeramente to-
mada razón desta mi cédula por los nuestros Oficiales de la Casa de la
Contratación que residen en la ciudad de Sevilla : e non fagades ende al.
— Fecha en Valladolid a veinte dias del mes de Marzo año de mili e qui-
nientos e diez y ocho. — Yo el Rey. — Refrendada del Secretario Cobos y
señalada del Chanciller y Obispo.
65
(Año de 1518.— Marzo 23, Valladolid).— Real cédula autorizando á Diego Albitoz
para fundar dos pueblos, uno en el Golfo de San Blas y el otro á la parte del
Sur, y para hacer expediciones de desciibi imiento por lf„ mar del Sur.— (J. T, Me
dina: El descubrimiento del Océano Pacifico, t. II).
' Doña Juana y Don Carlos etc.—Por cuanto el nuestro Gobernador
e Oficiales que residen en la cibdad del Darien, ques en Castilla del
Oro, tomaron con vos el Capitán Diego Albitez cierto asiento para que
hicieredes dos pueblos, uno a la parte del Norte, al Golfo de San Blas
y Nombre de Dios y el otro a la parte del Sur, al cacique Chepo, e asi-
imesmo, Nos por nuestra cédula os habemos dado licencia para que de
las Islas Española e San Juan e Cuba pudiesedes pasar a llevar la gente
que con vos se quisiere ir a hacer los dichos pueblos, como mas larga-
mente en la dicha cédula e asiento se contiene, e confiando de vos que
sois tal persona que guardareis nuestro servicio e que bien e fielmente
executareis y administrareis la nuestra justicia, e acatando a los mu-
— 171 —
chos e buenos servicios que nos habéis fecho y esperamos que nos haréis
y porque entendemos que asi cumple a nuestro servicio es nuestra mer-
ced que agora e de aqui adelante, cuanto nuestra merced e voluntad
fuere, seáis nuestro justicia mayor de los dichos pueblos, de la parte del
Norte, al Golfo de San Blas y Nombre de Dios, y de la parte del Sur,
del Cacique Chepo, que asi vos habéis de poblar, con la juredicion civil
e criminal a ella anexa e pertenecientes con tanto que estéis debajo de
la juredicion e subjecion del que agora es o fuere nuestro gobernador
o lugar- teniente general de la dicha Castilla del Oro, por cuanto nuestra
voluntiid no es de perjudicar al dicho nuestro lugar-teniente general en su
juredicion ; e por esta nuestra carta o por su tratado segundo de escri-
bano publico, mandamos a los concejos, justicias Capitanes Oficiales e
homes buenos de los dichos pueblos que asi hicieredes y en ellos residie-
ren que reciban de vos el dicho Capitán Diego de Albitez e juramento e
solenidad que en tal caso se requiere e debéis hacer, el cual asi fecho,
vos hayan, reciban e vengan por nuestra justicia de los dichos pue-
blos e usen con vos e con vuestros lugar-tenientes en los oficios de jus-
ticia cevil y criminal, con el alguacilazgo e alcaldías de los dichos pue-
blos e en los casos y cosas a el anexos e concernientes e como a tal nues-
tra justicia vos acaten e obedezcan e cumplan vuestros mandamientos
e de vuestros lugartenientes, que Nos por la presente vos recibimos al
dicho oficio e al uso e servicio del e vos damos poder e facultad para lo
usar e exercer e vos cometemos la juredicion cevil e criminal de los di-
chos pueblos, e todo lo demás a ello anexo e concerniente, contanto que,
como dicho es, todavía estéis debaxo de la juredicion e mando del dicho
nuestro teniente general : e otro si vos damos poder e facultad para que
si vos vieredes ques cumplidero a nuestro servicio e a la población de ía
dicha tierra descubrir por la Mar del Sur e por la tierra adentro, aguas
vertientes a la Mar del Sur, vos damos licencia e facultad para que a
vuestra propia costa lo podáis hacer, con tanto que no hagáis guerra
a los indios so pena de perdimiento de todos vuestros bienes, e que
vuestra persona quede a merced nuestra, e haciéndolo vos bien e como
de vos confiamos e haciendo los indios de las tierras e islas que descu-
brierdes de paz prometemos que vos mandaremos favorecer e hacer meir-
cedes, segund vuestros servicios merecieren, siendo como dicho es so \:\
juredicion del dicho nuestro lugarteniente general, que para todo lo
susodicho e cada cosa e parte dello, vos damos poder cumplido por esta
nuestra carta, con todas sus incidencias y dependencias, anexidades y
conexidades, siendo tomada la razón de esta nuestra carta por los nues-
tros Oficiales de la Casa de la Contratación de las Yndias que residen
en Sevilla, e los unos ni los otros non fagades ni fagan ende al por al-
guna manera so ])ena de la nuestra merced e de diez mili maravedís
para la nuestra camíira a cada uno que lo contrario hiciere. — Dada en
— 172 —
Valladolid a veinte e tres (lias de Marzo año del nascimiento de nuestro
Salvador Xpo de mili e quinientos e diez e oclio años. — Yo el Rey. — E yo
Francisco de los Cobos Secretario de la Reina e del Rey, su hijo, nues-
tros señores, la fiz escrebir por su mandado.
66
(Año de 1519. — Enero 12, Santa María la Antigua). — Requerimiento hecho á Pe-
drarias Dávila por el Licenciado Espinosa para que resolviese si procedía con-
ceder á Vasco Núñez recurso de apelación de la sentencia que se le impusiera
en la causa que se le instruía y contestación de Pedrarias. — fA.de I., p. 2-1-Vif,).
Pareze por vn proceso que por comisión del muy magnifico Señor
Pedro Arias Dauila Tiniente general en estos Reynos de Castilla del
Oro por sus Altezas passo ante el muy noble Señor licenciado Gaspar
de Espinosa Alcalde mayor en la dicha Castilla del Oro por sus Altezas,
en presencia de mi Cristoval Muñoz Scriuano de su Alteza. Entre par-
tes de la una la Justicia Real de su oficio e de la otra el adelantado
Basco nuñez de Balboa e otras personas en el dicho proceso contenidas
Reos defendiente... sobre lo en el contenido dos mandamientos firmados
de su Señoria e refrendados de Antonio Cuadrado escriuano e una peti-
ción que los deputados de la compañía y exto, que al dicho Basco nu-
ñez se le dieron a su señoria su tenor del qual uno en pos de otro es
este que sigue.
En doze dias del mes de Enero de mili y quinientos y diee y nuebe
años el señor licenciado Gaspar de espinosa alcalde mayor en estos
Reynos de Castilla del oro por sus altezas y en presencia de mi el scri-
uano deyuso escrito dijo al mui magnifico Sr. Pedro Arias Davila Ti-
niente general en estos Reynos de Castilla del Oro por sus Altezas que
presente estaua, quel pleito e causa criminal de la pesquisa e ynquisi-
cion que por mandado e comisión de su señoria a el le fue mandada
hazer cerca e sobre razón quel adelantado Basco nuñez de Balboa se
queria yr e ausentar con los navios que por mandado de su señoria e
como su tiniente de Capitán general que el dicho adelantado e la gente
e conpañia que por su señoria le fue dada hauia hecho en la mar del
Sur, contra los mandamientos de sus Altezas e de su señoria en su nom-
bre e ausentarse de su obidiencia e de otra qualquiera persona que obiese
sucedido en el dicho oficio de tiniente general, asi el proceso que se a
hecho contra el dicho adelantado particular e apartadamente como
contra las otras personas que fueron en querer hazer e yntentar lo suso-
dicho están conclusos según que todo lo suso dicho por las dichas co-
misiones pesquisas e procesos mas largamente pareze para se poder
— 173 —
sentenciar definitibamente que biese su señoría si mandaua que se remi-
tiese a sus Altezas o a los del su muy alto consejo a lo menos el proceso
tocante en particular al dicho adelantado Basco uuñez atenta la calidad
e titulo e dignidad de su persona o si mandaua quel dicho Señor alcalde
mayor lo bea e determine en todo lo que hallare por justicia sin hazer
la dicha remisión o que es lo que manda cerca de lo susodicho.
Este dicho dia el dicho Señor Tiniente general en presencia e por
ante mi el dicho escriuano respondió a todo lo susodicho pedido e de-
mandado por el dicho señor alcalde mayor e proueyo sobre eUo la pro-
uision siguiente, la qual dicha prouision yo el dicho escriuano ley por
mandado del dicho Sr. Tiniente general en presencia del dicho Señor
alcalde mayor estando ambos a ello pressentes, El licenciado Espinosa.
Antonio Cuadrado escriuano.
Pedrarias Dauila Tiniente general en estos Reynos de Castilla del
Oro por sus Altezas digo que por quanto al tienpo que por mandado e
comisión de sus Altezas yo vine por su Tiniente general e governador
a estos sus Reynos puede aver quatro años e medio poco mas o míenos,
por sus Altezas me fue mandado que yo tomase Residencia a Basco nu-
ñez de Balboa Capitán e Justicia mayor que en aquella sazón era por
sus Altezas e a otros oficiales que hasta entonces abian tenido la admi-
nistración de la justicia desde que la ciudad de Santa Maria del Anti-
gua se gano e pobló hasta entonces e asi mismo hiciese justicia al ba-
chiller Martin Fernandez de Enciso de ciertas fuerzas daños e alza-
mientos e monipodio quel dicho adelantado Basco nuñez de balboa e
otros sus allegados hablan hecho contra dicho Martin Fernandez de
enciso e contra su persona e bienes e asi mismo que hiziese o mandase
hazer pesquisa contra el dicho adelantado Basco nuñez e contra otras
personas de cierto oro que escondieron e tomaron de lo que se tomo e
obo al tiempo de se gano y conquisto el pueblo e Prouincia del Darien.
E otro si que hiciese pesquisa cerca de las personas que fueron en .
hechar e hazer otros agravios que se le hicieron al governador Diego de
Nicuesa que a pedimento de los alcaldes e Regidores de la dicha ciudad
de Santa Maria de la antigua vino e eUa según que por las prouisiones
e cartas Reales que de todo lo susodicho e de cada vna cosa e parte
deUo por sus altezas me fueron mandadas dar e se me dieron el tomar
de la qual dicha Residencia e el hazer Justicia en todo lo contenido en
las dichas i)rouisiones Reales e todo lo demás tocante a la administra-
ción de la Justicia e execucion della yo lo cometí e encargue al licen-
ciado Gaspar de Espinosa Alcalde mayor por sus altezas mandado pro-
ueer para vsar y exercer el dicho oficio que con el solo e no con otra
persona alguna vsase en las cosas de justicia, según que por las proui-
siones de sus altezas del dicho oficio el dicho alcalde mayor tiene mas
— 174 -^
largamente pareze, e fechas las dichas residencias e pesquisas sobre
todo lo en las prouisiones reales contenido según que sus altezas por
ellas lo mandan, puesto caso que el dicho adelantado por ellas parecia
muy culpado e hauer cometido e perpetrado muchos delitos por los
quales merecía ser grauemente punido e castigado jjor ser como yo e
los señores Oficiales e otros Capitanes e gente que conmigo binieron nue-
vamente venidos a tierra tan apartada de todas las otras pobladas tan
estraña e nueva en todo para la gente de nuestra nación e porque todos
los que venimos enfermamos de granes enfermedades e se nos ofrecieron
otros muchos granes peligrosos trauajos yo me determine en retener al
dicho adelantado Basco nuñez para que como persona que hauia estado
por Capitán en estas partes e se decia presumir que deuia de sauer a
estar mas informado que nadie de las cosas della e ternia mas expe-
riencia para me aconsejar e anisar en lo que conuenia al seruicio
de sus Altezas se proueyesse e al remedio de la gente de los que venimos
a ella e me enseñaría e anisaría de los lugares mas convenientes para
pueblos e de la manera que se deuia tener para que la gente se reme-
diase e sostubiese, sin envargo de lo que sus Altezas mandauan en las
dichas prouisiones que si en algo lo hallase culpado de lo en ellas con-
tenido lo enviase preso a buen recaudo ante los del su muy alto consejo
pagadas e satisfechas las partes le secrestasen sus bienes e de como por
las causas susodichas yo retube al dicho adelantado e lo escribi a su Al-
teza del Católico y cristianísimo Rey D. Femando de Gloriosa memoria
nuestro señor e su alteza me escriuio que pues a mi me parecía que la
persona del dicho adelantado era necesaria e que conuenia ques tubiesse
para lo susodicho que su Alteza lo tenia por vien e todo lo demás que
por las dichas cartas su Alteza me escriuio en este caso parezer, las
quales para mi descargo mando poner en el proceso de la dicha resi-
dencia y pesquisas que al dicho adelantado fueron tomadas en cumpli-
miento de lo en las dichas prouisiones reales contenido por lo qual
pensando que por seruir a sus Altezas e por las buenas obras que de mi
hauia' recluido susodichas e por otras que ofrezi que le haría on todo
lo que yo pudiese adelante, yo e los susodichos oficiales le encargamos
que nos dixese su parecer donde le parecía e conuemia e seria bueno
éomenzar a hazer pueblos, el qual señalo lugares los mas des aprove-
chados y menos convenientes para ello que hauia en la tierra, como fue
en pocorosa el pueblo de Santa Cruz e en la prouincia de Tubanama e en
la prouincia de Tama e otros los quales dichos pueblos se higieron e
perecieron e se perdió mucha gente en ellos por ser como no eran lugares
convinientes ni dispuestos para poblar según ques notorio.
Otro si después de lo susodicho puede hauer hasta quatro años poco
mas o menos me ynformo asimismo de la gran noticia que tenia de la
provincia de Dobaybe e de la mas rica desta tierra e que en eUa e en las
— 175 —
otras prouincias comarcanas hallarían minas muy ricas, que conuenia
al servicio de sus altezas mandase proueer e ynuar en canoas por el
Rio grande que se dezia de San Joan a la dicha prouincia de Dobaybe
e a las otras e que mandase hazer las canoas e aparejo para ello, de todo
lo qual yo le di el cargo para que lo hiziese e fuese por Capitán e lo
ordenase como persona que mas noticia e experiencia dello en aquella
sazón pense que tenia sinenbargo questaua avn en aquella sazón en las
cosas de su residencia por acauar e fenezer, el qual fue con ducientos e
quarenta o ducientos e cinquenta onbres que le di e fize fazer e proveer
canoas e vareas e vergantines para todos e con la nueba e noticia quel dijo
que tenia de la dicha tierra hizo gastar asi a mi como a los otros vecinos e
moradores estantes en estos Reynos muchos dineros, se bolvio desbara-
tado e muerta cierta gente e mucha della l)orida de los yndios, lo qual le
sucedió por su culpa e mal Recado como es notorio e asi buelto a causa
de lo susodicho se puso la tierra en muy grandes fatigas e trauajos e
necesidades e porquel dicho adelantado todavía porfiava e porfió que en
la dicha prouincia e en las otras comarcanas estaña toda la riqueza
destas partes del mundo fue causa que hiciesen las fustas que hizo ♦íI
factor Juan de Tauira, e que se tornase con ellas a descubrir el dicho
Rio grande e las dichas prouincias en la qual dicha armada se hicieron
muchos e grandes gastos e mnrio e se perdió mucha gente e fue causa
de poner estos Reynos en la mayor necesidad e trauajo e fatigas e nece-
sidades e deudas que nunca se han visto de donde claramente parece
que en todo lo que se le ha pedido parecer de suso contenido el dicho
adelantado lo ha dado muy al contrario de lo que conuenia al seruicio
de sus Altezas e al bien de la tierra e seguridad, se ha hallado tan gran
burla e tan al revés de como el dicho adelantado lo decia e contaua,
de creer es que claramente parece hauer dado los dichos pareceres en-
gañosa e maliciosamente e no como leal seruidor de sus Altezas e sera
cargo de todos los dichos daños.
Otro si el dicho adelantado ascendiéndose de mi sin me dar parte
alguna dello estando como estaña para la dicha residencia, sin licencia
e facultad de sus Altezas e sin la mia envió por gente a la isla española
e cuba la qual vino a la ciudad del Darien en vna nao que trajo e se
siguió tanto escándalo e alvoroto en la ciudad que sino le fuera a la
miaño como le fuy se alzara e se procurara de se yr ascondidametite e
como mejor pudiera e lo yntento e procuro e yo para paciguar e sosegar
el pueblo con acuerdo e parecer del muy Reverendo e magnifico Sr. Don
fray Juan de quebedo Obispo e de los señores Oficiales de sus Altezas
sin enbargo de todo lo susodicho para mayor pacificación e sosiego del
dicho adelantado le prometí una hija mia en casamiento con tanto que
sus Altezas fuesen dello seruidos, pensando que por esta bia lo atraería
a que fuese fiel e leal seruidor de sus altezas e le juntaría conmigo sin
— 176 —
eugaño e dolo alguno ni vsar de las dichas maneras e conclusiones e
mañas que hasta alli conmigo e con los otros governadores pasados
hauia vsado e procurado e a esta causa e teniendo esta confianza le di
la dicha gente que trvjo el Capitán Andrés Garabito que seria hasta se-
senta onbres poco mas o menos e mas desto trecientos onbres los mejo-
res o mas que ay en todos estos Reynos e habrá dos años poco mas o
menos que con ella enuie al dicho adelantado a acauar e fenecer el pue-
blo desta villa de Acia e la foi-taleza que yo en el dexe comenzada e fe-
cho e fenecido el dicho pueblo pasase a la mar del Sur en el paraje de
la ysla de las perlas que agora se llama de flores e pasase a la dicha
ysla el cacique de la qual estaua de pazes e hiciese alli ciertas fustas
e descubriese con la dicha gente e con ellas pacificase todo lo mas que
pudiese aviendo asientos para los pueblos me lo hiciese sauer porque
comenzase fazer e de todo lo que se hiciese en la dicha ysla me hiciese
mensajeros hauisandome e ynviandome la relación dello a lo mas tarde
para este San Juan que paso, para que por mi e por el dicho señor
Obispo e por los dichos Oficiales de sus Altezas bista proueyesemos
lo que mas conveniese al seruicio de Sus Altezas : el qual dicho Adelan-
tado aviendo estado nueve o diez meses en la dicha ysla faciendo navios
fuera de la ciudad e comisión que le fue dada e pudiendo enuiar cada
semana o a lo menos cada mes dos o tres hombres a facerme saber lo
que se hacia, que muchas vezes de donde le esparava la gente que con
el estava a tomar yndios pudieran venir a esta Villa en dos dias e desde
la ysla seguramente en cinco o seis nunca enuio ninguno hasta que fue
pasado el termino que le fue dado e otras muchas prorrogaciones le
fueron fechas e quando agora enuio los mensajeros que inuio los enuio
secreta e ascondidamente e de noche e la primera cosa que preguntaron
fue si me hauian mandado Sus Altezas quitar la gobernación e si era
ya descompuesto e tirado della e a tomar avisos del estado e manera en
que estaua la tierra e antes que yo ni los dichos Oficiales viésemos los
dichos mensajeros que ansi mando el dicho Adelantado fue mandado
e proueido que fuesen mensajeros deste pueblo a le avisar de lo que
pasaba e si hauia mandamiento o mandamientos de sus Altezas o de
otro gobernador que obiese benido e suzedido en el dicho oficio para el
estoruar el yr el llevando por engaños o por fuerza a los dichos navios
e la gente que por mi le fue dada e con engaño e concierto que voluiesen
los dichos mensajeros diciendo e pidiendo albricias a la dicha gente
que venia a otras con Andrés de balderrabano e Andrés de Garavito e
padre Rodrigo Pérez diyiendo quel dicho Adelantado era gobernador de
toda la tierra para que asi dicho se boluiesen los susodichos con la dicha
gente adonde el dicho Adelantiido quedaba e que el que no quisiese
boluerse sin venir a este pueblo lo metiesen en cadenas paia les fazer
boluer por fuerza e quel dicho padre Rodrigo Pérez trajo un manda-
- 177 —
miento del dicho Adelantado para so pena de muerte e perdimento de
vienes se boluiesen luego todos los que les fuese notificado donde el
dicho Adelantado estaua para se yr con los dichos navios, el dicho Ade-
lantado e gente e buscando después de venidos a este pueblo el dicho
Andrés de Valderrauano con la dicha gente otras formas e maneras e
engaños para se yr e ausentar el dicho Adelantado sin benir a llamado
e obediencia de los mandamientos de sus Altezas e de mi e del dicho
Teniente General faciendo e cometiendo otros crímenes e excesos cerca
de lo susodicho emergentes o anejos e pertenecientes sobre lo qual yo
mande a vos el licenciado Gaspar de Espinosa Alcalde Mayor en estos
Reynos ficieredes pesquisa e ynformacion asi contra el dicho Adelantado
Basco Nuñez de balboa e contra todas las personas que gerca de lo su-
sodicho hallasedes culpados que hiciesedes justicia e cerca de lo qual
que dicho adelantado a hecho cerca del dicho alzamiento e amotinacion
e traición que dicho adelantado e el dicho Andrés de Valderrabano e las
otras personas intentaron e intentauan de fazer de la manera que dicho
es por qualquier via e manera que sea pues que por mi mandado vino
a poblar este pueblo e viUa de Acia e a fazer navios e descubrir toda la
dicha mar del Sur e que sobre todo lo susodicho e otros crímenes excesos
fuerzas e agravios quel dicho adelantado diz que yntentava de hazer
e a hecho asi contra los indios e caziques de las provincias por do an-
dubo el dicho adelantado tomando e matando e herrando por esclavos
ynfinito numero de los dichos indios contra lo que le fue mandado por
las instrucciones que cerca de lo que hauia de hazer en el dicho biage
por mi le fueron dadas consultadas e aprouadas por los muy Revereu-
dos Padres priores de San Gerónimo que en lugar de sus Altezas Resi-
den en la ysla Española, e en gran menospi'ecio deUas sin cumplir cosa
alguna de lo que por ella se fue mandado antes vsaudo del poder ab-
soluto como persona que no reconocia superior ni tenia pensamiento
de lo reconocer como contra los Capitanes e gente e compañía que por
mi le fue dada para proueer enefeto de lo que hauia de fazer e cumplir
en el dicho viage según que por las prouisiones e comisiones que cerca
de lo susodicho por mi vos han sido dadas e fechas mas largamente
parezera e porque combiene al seruicio de sus Altezas, que los perpetra-
dores e personas que tienen osadia de pensar e cometer e poner en este
acto los crímenes e excesos semejantes de susodichos e declarados sean
punidos e castigados con todo rigor de justicia e ansi lo mandan sus
Altezas por sus instituciones reales, semejantes delitos e traición e
amontinacion los mandan castigar con el dicho rigor porque por lo quel
dicho adelantado pareze que a yntentado aora de fazer contra el serui-
cio de sus Altezas e contra mi en su nombre e contra el que hubiese
suzedido en este oficio de Teniente General se verifica e parece claro
aver sido el principal en yr e hazer marir al dicho gobernador diego de
— 178 —
Nicuesa e al Vachiller Martin Fernandez de Enciso e a los otros go-
bernadores que a estos reynos e tierra an venido e porque conviene a
la pacificación e sosiego e sustentación destos Reynos e de los vecinos
e moradores estantes en ellos e para la mitigación e sosiego del estado
del escándalo e amotinacion que ha havido e ay e lia resultado en los
susodichos delitos crímenes y excesos de traición e motin que el dicho
Adelantado yntentaua e yntento de íazer e cometer e porque conuiene
al seruicio de sus Altezas que semejantes delitos crímenes y excesos en
estos sus reynos cometidos e perpretados, sean punidos e castigados con
toda breuedad sin dilación alguna claramente parece que en hauer
hauido la dicha dilación e no auer sido punido e castigado con toda
breuedad e sin dilación alguna el dicho adelantado de los dichos deli-
tos crímenes y excesos semejantes quel dicho Adelantado intento come-
ter y cometió contra los goberna dores Diego de Nicuesa e Alonso de
Ojeda e Bachiller Martin Fernaudez de Enciso a tenido osadía de los
yntentar e cometer contra el seruicio de sus Altezas e contra el mió
en su nonbre e los a tomado e tenido e tiene por costumbre poniéndo-
los en effetto sin temor que por ellos hauia de ser punido e castigado,
por ende yo bos mando a vos el dicho licenciado gaspar de Espinosa
mi Alcalde mayor, procediendo como procedéis en los dichos pleitos
e causas e ynquisicion e pesquisa que en la dicha razón ante vos por mi
mandado e comisión especial pende e en otros qualesquier pleitos cri-
minales asi contra el dicho Adelantado Basco iíuñez de balboa e contra
el dicho Andrés de balderabano e otras qualesquier personas, e fecho
lo que de justicia en semejantes crimines e delitos en los dichos pleitos
se requiere e deuen fazer con toda breuedad e sin dar lugar a términos
6 dilaciones e sin fazer remisión e remisiones cerca de la determinación
desta causa e causas a sus Altezas ni a otros qualesquiera jueces e de-
terminéis e declaréis por buestra sentencia e sentencias todo aquello
que hallaredes por todo rigor de Justicia e asi declarado e sentenciado
lo que ansi sentenciaredes e declarades lo llenéis e hagáis llenar a de-
uido efeto e execucion real en las personas e vienes de los que hallare-
des culpables asi contra el dicho Adelantado basco nuñez de balboa
como contra el dicho Andrés de balderabano como contra todas las
otras personas sin enbargo de qualquiera mandamiento de suspensión
e suspensiones e remisión e remisiones que cerca de lo tocante a dicho
adelantado Basco nuñez e a otras qualesquier personas de las susodi-
chas por mi o por otra persona alguna en mi nonbre ayan sido fechas
e sin dar lugar a que cerca de la dicha instrucción aya mas remisiones
e dilaciones porque atenta la calidad de los dichos delitos e del bien
publico vtilidad e sosiego e pacificación e confinación destos reynos
conviene asi al seruicio de sus Altezas y sin que por adbirtiencia de lo
susodicho esperéis otro mi mandamiento o mandamientos algunos para
— 179 —
todo lo qual asi facer e cumplir e estatuir de la manera que diclio es
bos doi e cedo e traspaso todo mi poder cunplido como dado bos le tengo
según que yo le he y tengo de sus Altezas. — Fecha en la dicha Villa de
Acia doce dias del mes de Enero año de miE y quinientos y diez y nueve
años. — Pedrarias Dauila, por mandado de su Señoría Antonio Qua-
drado escriuano.
67
(Año de 1519. — Enero 27), — Testimonio de posesión de la mar del Sur que en nom-
bre de los Reyes tomó el Gobernador Pedrarias Dávila. — (A. de 1., l-Vse)-
Abto de posesión que tomo el muy magnifico señor Pedrarias Davila,
teniente general por SS. AA. en la provincia de Paque, en la costa
del Sur.
En la provincia de Paque, que es en la costa de la mar del Sur,
veinte e siete dias del mes de llenero, año del nacimiento de Nuestro
Salvador Jesucristo de mili e quinientos e diez e nueve años, estando
el muy magnifico señor Pedrarias Davila, teniente general en estos
reynos de Castilla del Oro por SS. AA. a la boca de un estero que es
termino de la dicha provincia, y los capitanes Andrés Garavito e Fran-
cisco Pizarro y Andrés Segovia y Juan Tello e Melchor de Herrera y
Bartolomé Pimienta, piloto, e Juan de Escobar e Sebastian de Rivade-
neira e Juan de Mendaño e Bartolomé de Bastidas e Rodrigo de Prado
e Juan Martin e Francisco de Arroyo, canónigo e Pascual de Andagoya
e Alonso Rubielo, e otras muchas personas que presente estriban, en
presencia de nos, Luis Ponze e Cristóbal de Mozolay, tenientes de es-
cribanos generales en estos dichos reynos por el muy magnifico señor
López ConchiUos, secretario de SS. AA. ; el dicho señor Teniente general
tomo en su mano derecha una bandera de tafetán blanca, en la cual
estaba figurada la imagen de Nuestra Señora, e hincadas las rodillas
en el suelo e ansi mismo todos los que presentes estaban, con grande
solemnidad, tañendo las trompetas que estaban presentes, el dicho señor
Teniente general dixo a altas voces :
«Oh madre de Dios ! amansa a la mar e haznos dignos de estar y an-
dar debaxo de tu amparo, debaxo del cual te plega descubramos estas
mares e tierras de la mar del Sur, e convirtamos las gentes dellas a
nuestra santa fee católica».
E luego en continente, el dicho señor Teniente general dixo en pre-
sencia de los susodichos capitanes y gente e de nos los dichos escriba-
nos: «Yo Pedrarias Davila, teniente general en estos reinos e Tierra
firme de Castilla del Oro, gobernador e capitán general dellos por ia
— 180 —
reyna doña Juana y el rey don Carlos su hijo, nuestros señores, digo
e requiero que me deis por testimonio, signado en manera que faga fee.
vos Luis Ponze e Cristóbal de Mozolay, escribanos que presentes estáis,
y a todos los otros que los veis e ois que seáis deUo testigos, como yo
en nombre de la muy alta e muy esclarecida reyna doña Juana, nuestra
señora, e del muy alto e católico rey don Carlos su hijo, nuestro señor,
e de la Corona Real de Castilla, por virtud de los poderes que de SS. AA.
tengo, continuando la posesión que hasta aqui, esta tomada por las per-
sonas que en nombre de SS. AA. han venido a descubrir e han dciscu-
bierto en esta Tierra lirme e reynos de Castilla del Oro y en las partes
dellas : e si necesario es, tomando la posesión de nuevo, tomo la pose-
sión e casi posesión desta dicha Tierra e reynos de Castilla del Oro,
en los lugares deUa e de los puertos o abras deUas e de las otras insolas
e islas e de todo lo otro que de aqui adelante se descubriere e mandare
descubrir en estas partes. A que soy venido por mandado de SS. AA.
especial e particularmente tomo e aprehendo la posesión vel casi de
toda la costa de la tierra nueva e de la mar del Sur, e de todos los puer-
tos y entradas e caletas e abras que hay en toda ella, y de todas las islas
e insolas de cualquier manera e calidad o condición que sean, que están
en la dicha costa e mar del Sur, e de todas las provincias e tierras o
tierras que están aguas vertientes a la dicha mar; estando, como estoy,
en nombre de SS. AA. e como su Teniente general, de pies puesto en
la dicha costa de la dicha mar del Sur, desde las piedras de los rios
hasta las fojas de los montes, paciendo las yerbas e bebiendo las aguas,
e rasando e talando e cortando los montes de la dicha costa, en el dicho
asiento e provincia de Paque, de donde veo por vista de ojos, e los que
estáis presentes veis mucha parte de la dicha mar del Sur e islas que
están en eUa e de la dicha costa e tierra della. E como en señal de po-
sesión e aprehensión deUa, que hago e temo e aprehendo de toda la
dicha costa e mar del Sur, asi cevil como natural, por estar como estoy
corporalmente en ella e por ver como veo mucha parte, asi de la dicha
mar e islas e insolas que están en eUa, como de la costa e tierra e puer-
tos e caletas e abras e provincias deUas ; que en señal de la dicha toma
e aprehensión de posesión que hago, asi cevil como natural corporal-
mente, de la dicha mar del Sur e tierra nueva e costa deUa e de todo
lo demás en eUa contenido de la manera que dicha es, en todo y en
cada una cosa e parte della, alzo esta bandera real de los dichos reyna
doña Juana e rey don Carlos su hijo, nuestros señores, la cual es de
damasco colorado y en ella pintada y esculpidas las armas reales de
SS. AA. de los dichos reyes, nuestros señores, E de como mando a
Hernando de Vega e a los otros trompetas que toquen las dichas trom-
petas ; e como todos los capitanes hidalgos y compañeros e otras cuales-
quier personas que presentes están, naturales vasallos de los dichos
— 181 —
reyna doña Juana e rey don Carlos si. liijo, nuestros señores, digo e
dizen e han dicho a altas vozes : Castilla del Oro e Tierra firme e tierra
nueva e mar del Sur e costa della e Isla e Ínsulas e tierra e provincias
todas que están en ellas, por la muy alta e muy esclarecida reyna doña
Juana, nuestra señora, y el rey don Carlos su hijo, nuestro señor; o
uespues dellos por sus sucesores e Castilla. Todo lo cual dicha tierra
nueva e mar del Sur e costa deUa, e toda Tierra firme e reynos de
Castilla del Oro, e todo lo a ello anexo e perteneciente, e todo lo des-
cubierto e lo que se descubriere de aqui adelante en ello, es e ha de ser
de la Corona Real de Castilla. E de como asi mismo yo el dicho Te-
niente general, en nombre de los dichos reyes nuestros señores e de sus
subcesores de la Corona Real de Castilla, corto arboles e rozo la yerba
que esta en esta dicha tierra, y entro en el agua de la dicha mar del
Sur, corporalmente e poniéndome pies en eUa, e huello la dicha tierra
nueva e aguas de la dicha mar del Sur ; mandando e vedando en ella tu
nombre de SS. AA. Y de como a mayor abundamiento, en señal de la
continuación de la dicha posision e aprehensión della, que esta hecha
e yo agora hago de nuevo, si necesario es, entro e mando entrar e en-
tran conmigo en sus navios, de los que por mi mandado y en nombre
de SS. AA. están hechos e se hazen en la dicha mar del Sur, e navego
en el dicho navio por eUa, e alzo asi mismo dentro del dicho navio la
dicha bandera real de los dichos reyes, nuestros señores ; e mando tocar
e se tocan las dichas trompetas, e se dize e apregona a altas vozes:
Mar del Sur por la muy altíi e muy esclarecida reyna doña Juana e
por el muy alto católico rey Carlos su hijo, nuestros señores, e después
dellos por sus subcesores, e la mar del Sur es e pertenece a la Corona
Real de Castilla. E asi mismo me dad por testimonio, como tenemos
hechos en la dicha mar del Sur, en nombre de los dichos Reyes, nuestros
señores e como sus vasallos naturales, cuatro navios, que son dos cara-
belas e una fusta e un barco, los cuales en señal de la dicha posición
e continuación deUa, han navegado e navegan y están para navegar por
la dicha costa e mar del Sur, e han pescado e pescan e andan libre e
publica e desembarga damente por ella. E digo que si hay alguna per-
sona o personas que quieran defender la dicha toma de la dicha posi-
sion vel casi, que yo tengo en nombre de los dichos Reyes, nuestros
señores, y estorbarme y empedirme el uso y exercicio deUa, que agora
yo hago y entiendo de hazer de aqai adelante, continuando en nombre
de los dichos Reyes, nuestros señores, como reyes e señores naturales
que son dellas, juntando como junto el señorío e dominio e propiedad
e muy justo titulo, que los dichos I^eyes, nuestros señores e sus subce-
sores e los Reynos de Castilla tienen a ella, con la posision e aprehen-
sión della que esta hecha e tomada e aprehendida hasta aqui e agora yo
torno e aprehendo, si necesario es, de nuevo con todos los ahicamientos
— Í82 —
e otros cualesquier autos necesarios para adquirir la dicha posesión
cevil e natural e corporal de la dicha tierra nueva e mar del Sur e Isla
e Ínsulas e provincias e puertos e costas e caletas e abras, que yo veo
y están descubiertas e por descobrir. E de como en señal de la dicha toma
de posision, mando tocar e se tocan otra vez a mayor ahondamiento las
dichas trompetas, e digo a altas tres vozes : Viva la muy alta e muy
poderosa reyna doña Juana e el muy alto e poderoso católico rey don
Carlos su hijo, nuestros señores e reyes, e señores naturales de todos
estos reynos e Tierra firme e mar del Sur, descubierta e por descubrir,
e posehedores dellos. E de como todos los abtos, susodichos, los hago
porque la dicha posesión, que yo asi como en el dicho nombre, esta pu-
blica e no se pueda poner dezir clabdestina, e que si hay alguno o al-
gunas personas que se pongan o quieran poner en la perturbar e im-
pedir e contradezir, yo con estos capitanes e caballeros hidalgos e
compañeros e gente, que conmigo están, vasallos e servidores de los
dichos Reyes, nuestros señores, que en nombre de SS. AA. e como tales
en ellos residimos, se la defenderé e amparare y echare della. Todo lo
cual de la manera que dicha es e de como ha pasado asi en realidad
de la verdad, digo que pido a vos los dichos escribanos me los deis asi
por fee e testimonio, e a las otras personas, que lo habéis visto e oido
e habéis estado presentes, seáis dello testigos».
E luego los dichos capitanes e gente e compañeros, que presentes
e-taban dixeron que todos ellos -^ cada uno dellos estaban prestos y
aparejados, como vasallos fieles e servidores de la muy alta e muy es-
clarecida reyna doña Juana e del muy alto e católico rey don Carlos su
hijo, nuestros señores e reyes naturales de los reynos de España e des-
tos sus reynos, de servir e morir en servicio de SS. AA., como de sus
reyes e señores naturales, como siempre lo han hecho e son obligados
e lo deben hazer. E como tales han venido, estado e residido e poblado
en estos sus reynos, e ayudadolos a sostener con muchos trabajos e
fatigas e costas de sus personas e haziendas, e que ansi lo entienden de
hazer de aqui adelante, e si necesario fuere morir todos en su servicio
y en su defensión destos sus reynos e señoríos e posesión dellos, y en
conservación de todo ello e obedeciendo e cumpliendo los mandamien-
tos de SS. AA. e del dicho señor Teniente general que agora es, o de
otro qualquier que fuere o estuviere en lugar de SS. AA. en ellos de
aqui adelante. E que estaban prestos e aparejados, cada e cuando que
necesario fuese, de ayudar a S. S. a defender e resistir la dicha posesión
que S. S. ha tomado e aprehendido, e estaba e ha sido tomada hasta agora
por otras cualesquier personas, en nombre de SS. AA. ; e de morir to-
dos sobre eillo. E que ansi lo pedian e pidieron a nos los dichos escri-
banos se lo diésemos por testimonio, e a los que presente estaban ro-
garon que dello fuesen testigos.
— 183 —
E luego el dicho señor Teniente general dixo que pedia e pidió a
nos los dichos escribanos le diésemos por testimonio todo lo susodicho
e cada una cosa, e parte dello, según e como lo tiene dicho e pedido;
signado e autorizado en publica forma, de manera que haga fee para
en guarda e consei'\'acion del derecho de SS. AA. e de sus subcesores,
e Corona Real de Castilla. — Testigos, que fueron presentes a todo lo
que dicho es: Gonzalo Ruiz e Juan Ferrol, piloto e Andrea, calafate,
e Juan Martin Cabrita e Cristóbal Daza e Pedro Diaz de Rueda e Arias
de Azebedo e Cristóbal Moreno, e todos los susodichos.
E nos los dichos Luis Ponze e Cristóbal de Mozolay, escribanos su-
sodichos, que nos hallamos presentes, en uno con los dichos testigos,
al tomar de la dicha posesión en abtos susodichos, con el dicho señor
Pedrarias Davila, teniente general por SS. AA., e vimos e damos fee
e testimonio que paso ansi según e como de suso se contiene, y esta
escrito en sus cuatro hojas de pliego entero, con esta en que nos los
dichos escribanos, hizimos nuestros signos, a tales en testimonio de
verdad. — Cristóbal de Mozolay. — Luis Ponze, escribano. — Hay dos
signos.
68
(Año de 1519. — Marzo 30, Barcelona). — El Rey comunica á los Oficiales de la Casa
de Contratación de Sevilla qne Lope de Sosa ha aceptado el cargo de Goberna-
dor de Tierra firme. — (A. de 1., 109-1-5).
El Rey. — Nuestros Ofigiales que resydis en la cibdad de SeuiUa en
la Casa de la Contratación de las yndias ya sabéis como los dias passa-
dos mande escriuir a Lope de Sosa que porque yo me queria seruir del
para la governagion e población de tierra firme me hiciese saber su
voluntad o sy tenia algund impedimento para lo no poder haser el qual
como buen seruidor mió e seloso de nuestro seruigio lo a agebtado
e me a escripto quel esta aparejado para me seruir en el dicho viaje e
asy le he mandado dar el despacho que vereys e demás de lo que por
otras prouisyones se le a mandado dar para el dicho viage conviene
que en esto se le prouea de las cosas siguientes.
Primeramente sabed quel dicho Lope de Sosa me a enviado a hazer
relación que para la poblazion de la dicha tierra firme queria Ueuar
fas-ta dosientos honbres asy destos Reynos como de las yslas de Cana-
ria porque estos serian todos personas escogidas e esperimentadas a las
quales yo mandase dar pasaje e mantenimiento franco e por que ha pa-
reyido que conviene yo lo e tenido por bien por ende yo vos mando que
— 184 -
sy el dicho Lope de Sosa quisyere llevar desde las diolias yslas de Ca-
uariíi o destos Reynos fastíi dozientos ombres proueays como desde las
dichas islas de Canaria a los que de aUi se oiiieren de llevar ge les de
el pasage e mantenimiento que fuere menester para las dichas duzientas
personas o las que fasta en esta cantidad llenare/ desde que de alia
partieren hasta que en buena ora lleguen a la gibdad de Santa maria
dellantigua del Darien e veinte dias después de llegados a la dicha tie-
rra e a los que destos Reynos quesyeran yr fasta en el dicho numero
de las dichas dozientas personas les hagays dad el dicho pasage e man-
tenimientos desde que desa gibdad partieren e para los que ouieren de
yr de Canaria ge haga a menos costa parege que dende ay deveis de
enbiar las cosas nesgesarias conpradas con alguna persona de recaudo
que vaya como por despensero de la dicha gente dándole buena instru-
gion de lo que a cada persona ouiere de dar e que este de los m-anteni-
mientos necesarios a las dichas personas o a los que dellos fueren fastíi
este numero/ a los que de ay ouieren de enbarcar que desde ay les pro-
uean/ e a los que ouieren de yr de Canaria desdel dia que se hizieren
a la vela e lo que sobrare del dicho mantenimiento lo haga entrar e
entregue al nuestro thesorero de la dicha tierra firme por ante el nuestro
contador della haziendole cargo deUo para que ally se vendan e se saque
el prouecho que dello ge pueda sacar.
Para el pasage del dicho Lope de Sosa e de los dichos dozientos
hombres e de los demás que con el fueren vos mando que le flecteys
vna nao de fasta ochenta o noventa toneles segura que sea qual con-
venga para el dicho viage, e el dicho Lope de Sosa ni la dicha geaite no
an de pagar flecte alguno de sus personas ni de las cosas que llenaren
en la dicha nao para su seruigio.
E asy mismo porque para escusar el mal tratamiento que a los indios
naturales de la dicha tierra se a fecho e para que los que están releua-
dos e no en voluntad de nos seruir los atraygan con buenas obras a
nuestro seruigio e no por las fuergas e malos tratamientos que fasta
aqui a anido a paregido que el dicho Lope de Sosa lleve algunas cosas
de poco valor e pregio para dar a los cagiques e cacicas e indios princi-
pales de la dicha tierra por ende yo vos mando que luego conpreis de
las cosas que vos paregiere que son convenibles e de poco valor para los
dichos Caciques e indios fasta en quantia de 50 miU maravedís deUas
y asy conpradas las enbiad al dicho Lope de Sosa para quel las de e dis-
tribuya como le paregiere que conviene e tomad su carta de pago o de
quien su poder ouire con la qual e con esta mando que sean regibidos
e pasados en cuenta a vos el nuestro thesorero los dichos cinquenta mili
maravedís.
Otrosy porque soy informado que para la poblagion e contratagion
de la dicha tierra e para la prouisyon de los cristianos españoles que en
— 185 —
ella resyden conviene qiiel dicho Lope de Sosa tenga dos vergantines
en la dicha tierra e aparegido que para que se haga a menos costa e que
sean de mas perpetuidad e dura se deven enbiar en piegas con los ma-
teriales necesarios para se haser. Por ende yo vos mando que luego ha-
gáis conprar la madera e clauazon e todos los otros aparejos e materia-
les que son negessarios para dos vergantines e los enbieis al dicho Lope
de Sosa para que los llenen a la dicha tierra firme e alia los puedan
haser armar e seruirse dellos en lo que fuere menester para lo susodicho.
— Yo el Rey. — ^ Refrendada de Covos e señalada de los del Consejo y
fecha en bargelona a XXX de Marzo de M. D. XIX años/.
69
(Año de 1519. — Mayo 20, Barcelona). — El Rey comunica á Pedrarias Dávila que ha
hecho donación á Carlos Puper, Señor de Laxao, de las tres cuartas partes del
quinto que á él le corresponde de los beneficios obtenidos en la expedición que
en la mar del Sur había hecho Vasco Núñez de Balboa. — (A. de 1., l(i9-l-5).
El Rey.— Pedro Arias de auilao otro cualquier nuestro gouernadorques
o fuere en Castilla del Oro e los nuestros oficiales que en ella residís.
Sabed que yo ove mandado dar e di para vosotros vna mi Qedula fecha
en esta guisa. — El Rey. — Nuestros Oficiales que residís en Castilla del
oro en la cibdad de Santa Maria del antigua del darien yo soi informado
quel adelantado Vasco nufiez de balboa partió desa giudad en el mes de
Junio del año pasado e fue a haser gierta entrada a la mar del Sur con
ciertas fustas o vergantines e por la tierra adentro con ciertas gentes
que para ello lleno e porque del quinto que nos perteneciere del oro,
perlas guanines esclauos e rropa de algodón e otras cosas quel dicho
Vasco Nuñez e la gente que con el fue traxeren yo he fecho merced e
por la presente la hago a Carlos de puper Señor de Laxao mi Camarero
e del mi Consejo acatando lo mucho que mea seruido e continuamente
sime de los tres quartos dello e que del otro quarto pague los salarios e
otros gastos nuestros/ por ende Yo vos mando que sy el dicho adelan-
tado Vasco Nuñez es venido e sino quando veniere la dicha entrada
toméis el quinto que de todo lo que se truxere nos pertenesgiere e to-
mando para nos el quarto dello para la paga de los dichos salarios o
cosas nuestras que alia se an de haser, los otros tres quartos del dicho
quinto le deis e entreguéis luego al dicho Carlos de puper Señor de
Laxao o a quien su poder para ello ouiere syn que en eUo aya falta
alguna/ lo qual quiero e mando que se cunpla y haga asy no enbargante
qualquiera Carta prouision o instrugion que en contrario de lo sobre
dicho aya por quanto como dicho es yo le hago merced dello e tomad
— 186 —
su carta de pago o de quien el dicho su poder ouiere con la qual e con
esta mi cédula mando que sean rebebidos en quenta a vos Alonso de
Lapuente nuestro thesorero sin otro recaudo alguno lo que asy le die-
redes, e montare en los dichos tres quartos del dicho quinto conforme
a lo susodicho e vos doy por libre e quito dello tomando la razón desta
mi Cédula los nuestros officiales de la Casa de la Contratación de las
Yndias que residen en la ciudad de Seuilla e non fagades ende al fecha
en QaragOQa a XXIIIF de Setiembre de quinientos e diez e ocho años
yo el rey por mandado del Rey Francisco de los Conos/ e en las espal-
das de la dicha Cédula estañan dos señales de firmas e escripto lo si-
guiente.
Asentada/ francisco de los Conos. — Asentóse esta Cédula de su al-
tega en los libros de la Casa de la Contratagion de Seuilla en XXII de
enero de mili y quinientos e diez e nueve años el doctor Matiengo,
Jhoan J^opez de rrecalde/ Jhoan de Maluenda Polanco. E agora por
parte del dicho Carlos de puper Señor de Laxao mes fecha relación que
teniendo el dicho adelantado Vasco nuñez fechos ciertos nauios en la
mar del Sur, para yr a efectuar el dicho viaje que le enbiaste segund
se contenia en la instrugion que le distes dis que por giertas causas lo
mandastes prender e prendistes de manera que el no lo pudo yr a haser
e que con los dichos navios que tenia fechos e con la gente e armada
que para ello tenia e con alguna otra mas aveis enbiado otro Capitán o
Capitanes a haser el viaje que el dicho Vasco Nuñez auia de yr a haser
suplicóme que pues le auia fecho la dicha merced de las dichas tres
quartas partes del dicho quinto que asy truxese e nos perteneciese e
no lo auia ydo a efectuar por la dicha prisión le confirmase la dicha
merced de lo que nos pertenesgiese e traxesen los dichos Capitanes
gente e armada que en su logar enbiastes a faser el dicho viage e en-
trada como la mi merced fuese e porque mi merced e voluntad es de le
haser la dicha merced touelo por bien porende yo vos mando que asi
de lo quel dicho adelantado Vasco Nuñez enbio de la mar del Sur es-
tando hazieudo los dichos nauios para la dicha armada, como de lo que
truxeren los dichos Capitanes gente e armada que enbiasteis a haser
el viaje quel dicho adelantado Vasco nuñez avia de yr a haser deis e
entreguéis al dicho Carlos de puper Señor de Laxao luego sin que en
ello aya dilagion o aquien su poder para ello ouiere las dichas tres quar-
tas partes del quinto del oro perlas guanines esclauos e ropa de algo-
don e otras cosas que a nos pertenegieren de la dicha entrada e viaje
conforme a la dicha mi cédula que de suso va encorporada sin que en
ello aya falta alguna bien asi como si el dicho adelantado Vasco nu-
ñez lo fuera a haser con los dichos nauios gente e armada que tenia
fecha e tomad su carta de pago o de quien el dicho su poder ouiere con
la qual e con esta mi ^edula seyendo tomada rason della por los núes-
— 187 —
troa Oficiales que residen en la gibdad de Seuilla en la Casa de la Con-
trataQion de las indias mando que sea rescebido e pasado en quenta
a vos Alonso de la Puente nuestro thesorero en la dicha Castilla del oro
de tierra firme sin otro recaudo alguno lo que asy le dieredes e monta-
ren en los dichos tres quartos del dicho quinto conforme a. lo suso dicho
e vos doi por libre e quito dellos para agora e para siempre jamas a
vos e a vuestros herederos e sucesores e no fagades ende al fecha en
bargelona a XX de Mayo de mili e quinientos e diez e nueve años. — Yo
el rey. — Refrendada del Secretario Conos. — Señalada del Dean de be-
sango e del obispo de Burgos. — De Don Gargia e licenciado Qapata.
70
(Año de 1519. — Junio 18, Barcelona). — Requerimiento hecho á Pedrarias en nom-
bre de Gil González Dávila para que en cumplimiento de la Real cédula de di-
cha fecha le entregasen los navios construidos por Vasco Núñez de Balboa. —
En la cibdad de Santa Maria del antigua del darien quatro dias
del mes de hebrero de myll e quinientos e veynte años. Ante el m-uy
magnifico Señor Pedrarias Davyla tenyente general en estos Reynos de
Castilla del oro por sus altezas/. Y en presencia de mi Martyn estete
tenyente de escriuano general en estos dichos Reynos e de los testigos
de yuso escriptos paresgio presente vn onbre que se dixo por su nonbre
el Oapitan Juan del Sanz e asy paresgido presento e leher fizo por mi
el dicho Martin estete vna gedula fyrmada del Rey D. Carlos Nuestro
Señor e refrendada de francisco de los Cobos su Secretario e señalada
en las espaldas de algunas fyrmas de los de su consejo segund por la
dicha Qedula paresgia, su thenor de la qual es este que se sygue. — El Rey.
— Nuestro lugar thenyente general e governador de Castilla del oro yo
he sydo ynformado que Vasco nuñez de balboa syn licencia especial
nuestra fue a la parte de la mar del Sur a haced cierto descubrimyento
con §iertos navios e gente e que en el tomo e ovo algunas cosas e que
al presente el dicho Vasco Nuñez esta preso e por que como vereys yo
enbyo a Gil Gongales de Avila e andres (el apellido ilegible) con gierta
armada al descobrimiento de la dicha mar del Sur yo vos mando que en
rescibiendo esta proveays como se entreguen al dicho Gil gongales todos
los nabyos e fustas que el dicho Vasco Nuñez llevaba e quedaron de su
armada para que con eUos de mas de los que de acá Uevan puedan ha-
zer el dicho descobrimiento o viaje por ante vn Vehedor que vos para
eUo nonbraredes, el qual se haga cargo de todo por ynbentario lo qual
proveed luego como cosa que mucho toca a nuestro servycio syendo
— 188 —
tomada la razón desta mi Qedula por los nuestros ofigiales que resyden
en la Cibdad de Seuilla en la casa de la contratagion de las Yndias
fecha en Barcelona a diez e ocho dias del mes de Junio año de mili e
quynientos e diez e nueve años. — Yo el Rey.— Por mandado del Rey
Francisco de los Cobos y en las espaldas de la dicha Qedula esta va
escrito lo siguiente. — Asentóse esta Qedula de su alteza en los libros
de la Casa de la Contratación de Seuilla en veyute e ocho dias de Junio
de mili e quynientos e diez e nueve años. — El Doctor Matiengo. — Juan
López de Recalde.
E asy presentada la dicha Qedula el dicho Capitán Juan del Salce
pedio al dicho Señor tenyente general la conpliese como en ella se
contenya.
E luego el dicho Señor theniente general tomo la dicha ^edula de Su
alt.* en sus manos e vesola e púsola sobre su cabega e dixo que la obe-
desgia e obedescia con el ma-yor acatamyento que podia e devya como a
Qedula e mandamyento de su Rey e Señor natural a quien Dios nuestro
Señor dexe byvir e reynar por muchos e largos tiempos con acresgenta-
myento de muchos Reynos y señoríos e que en quanto al conplimyento
della que su señoría lo vera e responderá e provera cerca dello lo que
conbenga al serbycio de Su Alteza, testigos el Alcalde Cliistoual Se-
rrano e Alonso de fuentes e francisco de Valladolid.
E luego el dicho Capitán Juan del Salze, dixo que lo pedia e pidió
por testimonyo testigos los susodichos.
E después de lo susodicho en cinco dias del mes de hebrero de mili
e quynientos e veynte años al dicho Señor thenyente general dixo que
por quanto su Señoría tiene respondido que vera, lo que su magestad
manda por su ^edula e que quanto al conplimiento della proveerá lo
que mas convenga al servygio de su alteza que los nabyos que están
hechos en la mar del Sur son hechos por expreso mandamiento del muy
Católico Rey don femando de gloriosa memoría nuestro Señor e de su
alteza, porque tiene mandado a su Señoría que descubra e haga des-
cubrir e pacificar e poblar en la costa de la mar del Sur e por virtud
del dicho mandamiento enbyo al dicho vasco nuñez de balboa con gierta
gente a hazer los dichos nabyos e comentaron a hazerlos e sucedió que
por cierto delito que el dicho Vasco nuñez cometió fue degollado por
justicia e convyno biniere su Señoría en persona a acabar de hazer los
dichos nabyos e otros que después se hizieron e hazer el vyaje e descu-
brimyento que se a hecho e haze en la dicha costa e que los dichos na-
byos an costado a hazer mas de ginquenta mili ducados. E se a hecho
con la sangre e sudor e hazienda y vydas del dicho señor tenyente ge-
neral e de los Capitanes e hidalgos e gente que se an hallado en el
dicho vyaje passando munchos trabajos e hanbres e peligros como es
notorio en servygio de su alteza syn ganar sueldo ni ayuda de costa que
- 189 —
su alteza les aya hecho/ e se a hecho la gibdad de panamá con eUos e
a pagificado la tierra e los tiene en conserva para proveer e sostener
la dicha gibdad e para descubrir della las tierras e yslas que quedan
por descubrir en la dicha mar del Sur/ y por esto paresge que lo que
su alteza manda por su gedula fue por no ser ynformado de la verdad
e de lo que conbyene a su servygio mayormente que no se conpadesge
ni es de creer que sy su alteza fuera byen ynformado mandara proveer
los dichos navyos de nuevo Capitán e nueva compañía de gente en pre-
juygio de los Capitanes e hidalgos que con tantos trabajos como dicho
tiene los an hecho en servygio de Su Magestad pues su real cuydado e
vigilangia es de tener a todos en justicia e dixo que porque que conviene
a servygio de Su Magestad que en el vyaje que esta comentado con los
dichos nabyos e en lo que en ello esta proveydo no aya mudanga pues
los nabyos están hechos con licencia e se hezieron con tanta costa de
los que en ellos andan e an sydo e son muy leales servydores e vasallos
de su alt.* e gente de mucha esperengia e vsados a los trabajos e necesy-
dades della/ y los que agora vyenen por ser nuevamente venidos a la
tierra ser de calidad que a todos prueba e pone en mucho peligro de
sus vydas/. Y primero que tengan entendidas las cosas della/ se passa
el tiempo de probeerlas e de hazerse lo que convyene en el servygio de
Su Magestad que su señoría con el mas humylde e devydos acatamyen-
tos que devya e podia suplicava e suplico de la dicha Cédula e de lo
en ella contenydo para ynformar a su magestad de todo lo que passa en
razón de lo susodicho mas convenga, para que sabyda enteramente la
verdad su alt.^ mande proveer lo que mas convenga a su servycio e pe-
diólo por testimonio a mi el dicho escrivano/. E que no de lo pedido
por el dicho Capitán syn que esta su respuesta vaya debaxo de vn signo
con la dicha Qedula e autorizado sobre ella, testigos los Señores theso-
rero Alonso de la puente e Diego Márquez e Alonso Alvarez su criado.
E luego el dicho Capitán Juan del Salze dixo que lo oya testigos los
suso dichos, — Va hemendado/ o diz don Carlos e va escripto sobre raydo
(o diz diez e nueve e va escripto entre renglones (o diz dichos e o diz
suso no le enpezen. E yo el dicho Martin estete que presente fuy a lo
que dicho es en vno con los dichos testigos e de pedimyento del dicho
Capitán Juan de Salze lo fise escrebir e fise aqui, este mió signo e tal
en testimonio de verdad.^Signo. — Martin Estete.
En siete dias del mes de hebrero del dicho año antel dicho Señor
teniente general y on presencia de mi el dicho escribano paresgio el
dicho Capitán Juan del Salze e presento vn escripto de requerimiento
su thenor del qual es este que se sigue.
Este presente dad por testimonio sygnado en manera que haga fee
a mi el Capitán Juan del Sanz en nonbre de Gil gongalez davila, c^nva-
Uero de la orden de Santiago Capitán del armada que Su Magestad el
— 190 —
Enperador e Rey nuestro Señor enbia al descubrimiento del mar del
Sur e por virtud del poder que del dicho Capitán tengo como en pre-
sencia conparezco ante el muy magnifico señor Pedrarias davila lugar
theniente general de su magestad en estos Rey nos de Castilla del oro,
y digo que bien sabe su señoría como yo le notifique vna gedula y man-
damiento de su magestad por la qual en efebto le mandan que luego de
y entregue al dicho Capitán Gil gongalez davila todos los nabios e fus-
tas que Vasco Nuñez de Valboa syn su espresa ligenzia e mandado
avia fecho en la mar del Sur para aser cierto descubrimiento, que luego
probeays que se le entreguen para que con ellos demás de otros pueda
hazer el dicho descubrimiento, e viaje entregándoselos por ante vn be-
hedor que su Señoría para ello uonbrase para que haga cargo de todo
ello al dicho Capitán por ymbentario e que lo proveyese luego como
cosa que mucho toca a su servigio como mas largamente en la dicha
cédula e mandamiento de su magestad se contiene que ya tengo notifi-
cada a su Señoría del dicho Señor theniente General a la qual me re-
fiero a la qual su señoría respondió denegándome los dichos navios como
m,as largamente en la respuesta de su señoría presento.
E agora no obstante lo por el dicho Señor theniente general dicho e
respondido a la dicha cédula e mandamiento de Su Alt.* yo en el
dicho nonbre del dicho Capitán general gil gon§alez davila pido e re-
quiero a su Señoría vna e dos y tres bezes y mas bezes quantas puedo
e devo de derecho que luego a la ora torne a ver la dicha gedula de su
magestad y la obedescan e cunplau segund e como en eUa se contiene
y en cunpliendola le mande dar y entregar los dichos navios e fustas
quel dicho Vasco Nuñes de balboa avia fecho e quedaron en la dicha
mar del Sur y dando su mandamiento para el licenciado gaspar dees-
pinosa su Alcalde mayor e theniente de Capitán General e para los
Capitanes e gente que están e tienen los dichos navios e fustas en l.i
dicha mar del Sur e costa deUa para que luego a la ora syn detenimiento
ni dilagion alguna den y entreguen los dichos navios e fustas al dicho
Capitán gil gongalez davila o a la persona o personas que su gierto
mandado e poder llevaren para los resgibir, para que el dicho Capitán
general gil gongalez davila haga dellos lo que Su Magestad le enbio a
mandar como por la dicha §edula e mandamiento paresge y mandando
asi mismo al dicho alcalde mayor e capitanes e gentes que tienen los
dichos navios que mas no se entremetan a entrar ni descobrir por la
dicha costa> de la mar del sur e tierra deUa so grandes penas que les
pongan como personas que deven y han de hazer e complir lo que por
su Rey e Señor natural les es mandado sy asi vuestra Señoria lo hi-
ziere hará lo que deve y es obligado e lo que su magestad le enbia a
mandar, donde no protesto que todo el oro y perlas e esclabos e ropas
e otras cosas quel dicho Alcalde mayor e Capitanes e gentes ovieren
— 191 —
en la dicha costa de la mar del Sur e tierra deUa e en las yslas de la
dicha míir de oy dia en adelante sea del armada de su magestad quel
dicho Capitán gil gongalez tiene a cargo e para ella comp sy por el
dicho Capitán gil gongalez e gentes del armada que consigo trahe se
ovieran ávido e adquerido pues se toman de la costa e mar que su ma-
gestad manda e enbia a descobrir a su costa para lo qual embia mucha
copia de gentes e bastimientos e otras cosas que el dicho Capitán trae
con la qual esta enbarcando en el puerto de Acia do queda esperando
la probisyon que en esto Su Señoría ha de hazer, con mucho gasto de
la dicha armada e demás desto de cobrar de vuestra Señoria e de sus
bienes el dicho principal e todas las costas e daños perdidas e menosca-
bos que a la armada de su Alt.^ e al dicho Capitán e gentes dellas vinie-
ren e se le recresciei en e el oro e plata e perlas e otras cosas que por asi
no lo facer e complir e no dalle ni mandalle dar e entregar los dichos
navios se recrescieren e dexaren de ganar e adquirir e rescatar e con-
tratar con los yndios moradores de las dichas tierras e demás de esto
que el dicho gil goní^alez davila se quexara de su Señoria a su magestad
e ante quien e como e con derecho deva pues que no quiere conplir el
mandamiento de su Rey e Señor natural pues con tanta eficacia se lo
enbia a mandar e como cosa que ymporta mucho a su seruigio como por
la dicha Qedula e mandamiento paresge y por otros ñnes que S. Alt.*
tiene en que mucho va a su estado e fazienda como por las palabras de
la dicha Qedula paresQe e se deven colegir e de como se lo digo pido (!
requiero en el dicho nonbre pido a vos el presente escriuano me lo deys
por testimonio e a los presentes que dello sean testigos.
E asy presentada el dicho Señor theniente general dixo que ya el
tiene obedesgida la dicha Qedula de su magestad como a Cédula e man-
damiento de su enperador e rey e señor natural e que a mayor ahonda-
miento agora lo obedesce con el mayor acatamiento que deve y es obli-
gado. E oue el responderá lo que convenga al seruigio de Su Magestad
testigos el Alcalde Christobal Serrano e el Capitán francisco fernan-
dez e Ruy Diaz lapidario de sus Altezas.
En ocho dias del mes de febrero de miU e quinientos e veynte años
el muy magnifico señor pedrarias davila lugartheniente general en estos
reynos de Castilla del oro por su magestad, dixo a los Señores Alonso
de la Puente thesorero e diego marquez contador e Miguel Juan de
Rivas oficial de su magestad que ya sabian como con su acuerdo dellos
su Señoria avia ydo a pagificar la tierra e a poblar e descubrir en la
mar del Sur e acavar los navios que esta van comentados e a fager otros/
e como en la buena ventura de Su magestad del enperador e Rey nuestro
Señor dios avia seydo servido que todo lo descobierto se pacificase e los
mas de los yndios e caQiques comengaseu a seruir e como se avia fecho
la graud Qibdad de Panamá en tan buen sytio e comarca como esta e
— 192 —
con tan ricas minas a par della de la vna parte e de la otra tan gran-
des pesquerías e tan ricas de perlas e fager en lugar e puerto do della
se puede descobrir toda la mar del Sur con poco travajo e en el mas corto
paraje de toda la costa de la mar del norte e que después que se hizo
aquella gibdad no pudieron fager los yndios otra cosa syno venir de paz
e como avia dexado el al alcalde mayor en su lugar en la dicha gibdad
con los dichos navios en conserva della para la sustentación de la dicha
gibdad e descubrir de alli en la dicha mar del Sur. E como la dicha
(;ibdad syn los dichos navios no se podia sostener ni todo lo fecho e prin-
gipiado e asi convino que Su Señoría fuese a besar las muy Reales ma-
nos de Su Magestad e a hazer la relagion de las cosas destos Reynos
para que sabida la verdad de todo Su Magestad mandase probeer lo
que mas fuese su servicio. E que los dichos navios son de toda la gente
que alli esta e que los han fecho con su propia sangre e vidas e fazien-
das e la grand suma de maravedises que les cuentan como cosa que
es de todos e de cada vno todos edifican e labran e reparan en los di-
chos navios quando es menester/ e asi los sostienen en servido de Su
Magestad e andan en lo suso dicho no como ombres de guerra mas como
artesanos syrviendo a Dios e a su magestad e que de otra manera con
grandissimas costas e gastos no se podria sostener e que se perdería
lo fecho, de lo qual Dios e su magestad serian deseruidos e estos Rey-
nos muy agraviados e no seria fecha Justicia que es la cosa que Su Ma-
gestad mas manda que se haga e guarde a todos e que allende de lo su-
sodicho que entre gente nueva e syn esperiengia e syn estar fechos a los
trabajos e esterelidades de los mantenimientos de la dicha tierra seria
muy grand ynconbenyente en no poder llevar lo comengado adelante
y que segund Su Señoría esta ynformado puesto caso que el Señor Capi-
tán Gil gongalez es buen cavallero e avil para todo que la mas de .'a
gente que trae no es, hasta que se haga a la tierra, para metella
en los travajos della, comp ya por esperiengia en otros de su manera
se ha visto, e los mantenimientos que tienen no son durables para las
partes donde se avian de gastar, por ende que paresge a sus mergedes
les es notorio todo lo suso dicho como a personas que han seydo en pro-
veer todas las cosas del seruigio de Sus Altezas con Su Señoría, que de
parte de Su magestad les mandava e mando e de la suya les pedían por
merced tornasen a ver la dicha Qedula de Sus altezas e la respuesta
que sobre ella Su señoría thenía dada e otra replícacíon de ríquirimiento
que agora el dicho Capitán Juan del Sauz en nonbre del dicho Señor Gil
gongalez le faze en respuesta della.
E asi mismo como estando su Señoría e sus mercedes en lugar de
su magestad para probeer las cosas destos reynos que tocaren al ser-
uigio de Su Magestad el dicho Señor Gil Gonzales se ha entrado en la
dicha tierra con la dicha armada syn mostrar las probisioues (pie de
— 193 -
Su Magestad trae e que sobre todo le den su parecer/, para que visto
el dicho señor theniente general provea lo que mas convenga al seruigio
de su magestad e pidió a mi el dicho escriuano pusiese este pedimento
con el paresger que acerca dello dieren los dichos Señores Ofigiales en
el proceso de avtos que sobre este caso esta fecho. — Pedrarias Davilii
testigos que fueran presentes a la prosecución deste dicho pedimiento
el alcalde Christobal Serrano e Uenito hurtado e Alonso de fuentes.
E asi presentado los dichos Señores oficiales dixieron que verán
todo lo que Su Señoría dize e manda e que responderán testigos los
suso dichos.
Este dicho dia mes e año suso dichos. Los dichos Señores ofigiales
dixieron que visto la dicha Cédula del enperador e rey nuestro Señor
e los pedimientos fechos por el Capitán Juan del Sanz e lo respondido
por su Señoría que les paresge que su Señoría deve con toda ynstangia
y efecbto conplir el mandamiento de Su Alt.* por ser cosa que tanto
ynporta a su servigio e que de qualquier dilación se podrían seguir
muchos ynconveuientes asy en el enfermar e morir de la gente deter-
niendose en la tierra como en los otros daños e gastos que dello pueden
resultar e que deve su Señoría dar tal borden como la Qibdad de pa-
namá se conserbe e sostenga e que entre el Señor Capitán Gil gongalez
davila e la gente e compaña cuyos son los navios por que todos han ser-
vido muy bien a sus alt.* en la tierra aya tal conformidad que se cumpla
el seruigio de su Alt."' e ellos no sean agraviados en cosa alguna e que
la forma que para esto les paresce que se deve thener es dexar para la
probision de la giudad alguno de los navios mas conveniente para ello
e que los demás se diesen al dicho Señor Capitán a partes como agora
andan o fletados o vendidos e por la manera que mfejor paresca para
contentamiento de ambas partes. E que sea de manera que la dicha
9ibdad de panamá se conserve e sostenga. Y en lo que Su Señoría dize
de la entrada del dicho Señor Gil gongalez davila en esta tierra syn mos-
trar sus provisyones que ya a Su Señoría le consta y es notorio quel
armada que tiene es de Su alt."* e que los pilotos le encaminaron a aquel
puerto por ser mas seguro e mas aproposito de su jornada e que creen
que por estar ocupado en el hazer descargar e poner en cobro los basti-
mientos no ha venido, pero que enbio su mensajero que le páreselo que
cumplía puesto que devieran traer copia de sus probisiones pero que su
señoría le debe escribir que lo enbie o traygan todo para le dar todo
el fabor e ayuda que convenga e esto dixieron (]ue davan e dieron por
su respuesta/ testigos francisco de Valladolid e luis Alvarez estantes en
la dicha (Qibdad.
E después de lo suso dicho en nueve de hebrero del dicho año el
dicho Señor theniente general respondiendo al requerimiodito fecho por
el dicho Capitán Juan del Sanz en nombre del dicho Señor Gil gongalez
13
— 194 —
davila, dixo que ya su Señoría tiene respondido las cabsas e razones
¡jorque no conviene al servicio de Su Magestad que se haga mudanza
de los dichos navios asy por las cabsas que dichas tiene como por las
que espresara e dirán a Su Magestad en su tienpo e lugar e que hasta
que vea las probisiones Reales quel dicho Señor Gil Gonsalez trae de
Su Magestad que responde lo que respondido tiene no consintiendo en
sus protestaciones ni en alguna dellas e que mandaba e mando en
nonbre de Su Magestad al dicho Capitán que muestre e presente ante
su Señoría las probisiones Reales de Su Magestad que trae para que
vistas, su Señoría provea lo que mas convenga a seruicio de Su Mages-
tad con apercibimiento que no las mostrando e presentado ante el todo
el tienpo que se dilatare e dilación e detención que obiere e deseruicio
de su Magestad sea a cargo e culpa del diclio Gil González e no de la
suya e asi lo pidió por testimonio testigos que fueron presentes a lo
que dicho es el theniente grabiel de rojas e pedro de Gamez e Diego
Maldonado.
E luego el dicho Capitán Juan del Sauz dixo que lo pedia e pidió
por testimonio/ testigos los susodichos/.
E yo el dicho Martin Estete theniente de Tesorero general que pre-
sente f uy a lo que dicho es e de pedimiento del dicho Capitán Juan del
Sauz lo saque como va subgesibe vuo en pos de otro e por ende ñse aqui
este mió signo e tal en testimonio de verdad. — Martin Estete.
71
(Año de 1520. — Septiembi-e 17, Valladolid). —Se ordena que por haber fallecido
Lope de Sosa continúe de Gobernador de Castilla del Oro Pedrarias Dávila. —
CA. de 1., 109-1-5).
El Rey. — Pedrarias de Avila nuestro lugar theniente general e go-
vernador de Castilla del oro vi vuestras letras que con doña Ysabel de
bobadiUa vuestra muger me escriuisteis y después con la nueva del fa-
llecimiento de Lope de Sosa de que por gierto nos desplugo por ser
la persona que era y tan antiguo criado y servidor avos os tengo en
mucho seruigio el cuydado e trabajo que tomasteys en su enterramiento
y en rrecoger a sus hijos e criados y el buen tratamiento que les hezis-
tes que es lo que de vos se espera va e asy vos ruego que sy ay se quisie-
ren quedar los ayays muy recomendados e en lo que ouiere logar los
gratifiqueys y faborezcays.
Visto lo subcedido e la mucha espiriengia que vos tenéis de las cosas
desas partes e tanbien los bueuos términos que las cosas deUas van
tomando e lo que mas vos gerca desto escriuis la Catholica Reina mi
— 195 —
Señora e yo por vna nuestra provisión vos embiamos a mandar que
vseys de las probisiones e ynstrucgiones que estavan dadas y llevo el
dicho Lope de Sosa como vereys entretanto que otra cosa se provee
porque tenemos por cierto como dezis gera para mucho seruigio de
nuestro Señor e nuestro e bien e población desa tierra e con la presente
vos mando embiar carta mia para Johan Alonso de Sosa que vos den
y entreguen las dichas provisyones recebidlas e vsad deUas como de vos
confio.
Vi vuestras cartas e todo lo demás que al presente no se vos responde
que ha pocos dias que Uego doña Ysabel e porque estas provisiones no
se detengan yo lo mandare todo proveer como mas convenga e se os
responderá largo a todo lo mas presto que ser pueda de VaUadolid a
XVII de Septienbre de DXX años. — Rey. — Refrendada de Arguello.
— Señalada de Qapata.
72
(Año de 1521. — Abril 11, Burgos). — Real cédula á Pedrarias Dávila para que entre-
gue á Gonzalo Núñez de Balboa las naborías que fueron de su hermano el Ade-
lantado Vasco ^úñez.— (A. de 1., 109-1-5).
El Rey. — Pedrarias Dauila nuestro lugartiniente general e goberna-
dor de Castilla del oro Gonzalo Nuñez de Balboa hermano del adelan-
tado Basco nuñez de balboa ya difunto me a hecho relación que al tienpo
quel dicho su hermano murió tenia giertos nauorias de cassa los quales
bos diz que repartistes entre algunas personas que en esas partes resi-
den de quel dicho Adelantado y el como su heredero recibieron mucho
agrauio y daño y nos suplico y pidió por merced se las mandase boluer
e restituir como la mi merced fuere e yo acatando lo que el dicho ade-
lantado en su vida nos simio en el descubrimiento y población de la
dicha tierra y lo quel dicho Gonzalo Nuñez su hermano nos ha seruido
y porque tenemos voluntad de que regina merced tubelo por bien. Por
ende yo vos mando que luego que con esta fueredes requerido quitéis
y tornéis todas las nauorias que el dicho Adelantado tenia al tienpo
de su fin y muerte de poder de qualquiera persona aquien las ayais en-
comendado e las tenga en qualquiera manera e las deis tornéis y resti-
tuyáis todas al dicho Gonzalo Nuñez de Balboa su hermano para que
las tenga encomendadas conforme a nuestras ordenanzas e según e como
las tenia el dicho Adelantado sin que en ello aya falta alguna e no fa-
gades ende al por questa es nuestra boluntad. fecha en burgos a onze
dias del mes de Abril de 1521 años. — El Cardenal de Tortosensis. — El
Condestable. — Señalada del Obispo de burgos. — Refrendada de Samano.
— 196 —
73
(Año de 1521. — Septiembre 6, Burgos).— Párrafo de carta de los Gobernadores del
Reino á Pedrarias Dávila declarando nula la residencia que le había tomado el
Licenciado Alarconcillo por no tener poder para ello. — (A. de L, 109-1-5).
En lo de la residengia que degis que bos y vuestros oficiales aveis
fecho ante el licenciado Juan Rodriguez de AlarcongiUo que Ueuaba
Lope de Sosa para su alcalde mayor porque el no tubo poder ni facultad
nuestra para la tomar y tanuien por que por buestra parte me an su-
plicado que vos la mandase tomar lo e ha ni do por bien y enuio a man-
dar al dicho licenciado que bos la tome como bereis por las prouisiones
que della mande dar acauada la dicha Residengia mi voluntad es que os
quedéis en el dicho cargo y vseis del conforme a buestras prouisiíuies
entretanto que otra cosa mando.
74
(Año de 1523. — Julio 4, Valladolid). — Real cédula al Gobernador de Castilla del
Oro para que hiciese la justicia que pedía Gonzalo Núñez de Balboa por la in-
justa muerte de su hermano el Adelantado Vasco Núñez. — (A. de 1., 109-1-5).
El Rey. — Nuestro gouernador de CastiUa del oro por parte de gon-
galo nuñez de baluoa hermano del Adelantado basco nuñez me es fecha
relación que Pedrarias de Avila lugar theniente general de gouernador
desta tierra hizo degollar al dicho Adelantado Vasco Nuñez su hermano
de inbidia injustamente sin tener culpa alguna porque no paregiesen
sus seruicios que nos havia hecho en esa tierra asi en la poblar como en
descubrir la mar del sur a su costa e me suplico e pidió por merced le
mandase hazer justigia o como la mi merced fuese lo qual visto en el
nuestro Concejo de las indias fue acordado que deuiamos mandar esta
nuestra Carta para vos en la dicha razón por ende yo vos mando que
luego veades lo suso dicho e llamadas e oydas las partes brevemente
hagades e administredes entero cumplimiento de justigia por manera
que las partes la ayan e alcangen e ninguno regiba agrauio de que tenga
razón de se quexar e no fagades ende al siendo tomada la razón de esta,
fecha en Valladolid e quatro dias del mes de Jullio de mili e quinientos
e veynte e tres años. — Yo el Rey. — Refrendada de Covos. — Señalada del
Comendador mayor y Caravajal y Vargas y betran.
— 197 —
75
(Año de 1523. — Julio 4, Valladolid). — Real cédula al Gobernadoi- de Castilla del
Oro reiterándole la orden para que entregue á Gonzalo Núñez de Balboa las
naborías que fueron de su hermano el Adelantado Vasco Núñez. — (A. de 1.,
109-1-5).
El Rey. — Nuestro gobernador de Castilla del oro saved que nos man-
damos despachar vna nuestra gedula firmada de nuestros gobernadores
destos Reynos en nuestro nonbre su tenor de la qual es esta que se
sigue.
El Rey. — Pedro Arias Dauila nuestro lugarteniente general gober-
nador de Castilla del oro gonzalo nuñez de Balboa hermano del Adelan-
tado basco nuñez de balboa ya difunto me ha fecho relación que al
tienpo que el dicho su hermano murió tenia giertas nauorias de casa
las quales diz que vos Repartistes entre algunas personas que en esas
partes residen de que el dicho adelantado y el como su heredero regi-
uieron mucho agravio e daño e nos suplico e pidió por merged se las
mandase boluer y restituir o como la mi merced fuese e yo acatando
lo que el dicho Adelantado en su vida nos siruio en el descubrimiento
y población desa dicha tierra e lo quel dicho Gonzalo Nuñez su her-
mano nos a seruido e porque tenemos boluntad que resciva merged tó-
belo por bien por ende yo bos mando que luego que con esta fueredes
requerido quitéis y tornéis todas las nauorias quel dicho Adelantado
tenia al tienpo de su fin y muerte de poder de qualquier persona a quien
las ayais encomendado o las tenga en qualquier manera las deis toméis
y restituyáis todas al dicho Gonzalo Nuñez de Balboa su hermano para
que las tenga encomendadas conforme a nuestras Ordenanzas e según
e como las tenia el dicho Adelantado sin que en ello aya falta alguna
e no fagades en de al porque esta es nuestra boluntad, fecha en burgos
a onze dias del mes de Abril de mili y quinientos y veinte y vn años. —
El Cardenal de Tortosensis. — El Condestable, Por mandado de Sus
Magestades, los Gobernadores en su nonbre. — Juan de Samano. — E
porque mi boluntad es que la dicha Qedula se guarde e cumpla yo vos
mando que veades la dicha Qedula, que de suso ba yncorporada y la
guardéis y cunplais e hagáis guardar e cunplir en todo e por todo como
en ella se contiene como si de mi fuese firmada e no fagades ende al
fecha en Valladolid a 4 dias del mes de Julio de 1523 años. — Yo el Rey.
Refrendada de Cobos. — Señalada de los sobredichos.
198 —
76
(Año de 1525. — Septiembre 22, Toledo). — Real cédala al Capitán General y Dipu-
tados de la Armada que se aprestaba para ir á descubrir Tarsis, Ofir, Cipango
y el Catayo oriental, recomendándoles á los hermanos de Vasco Núñez de Bal-
boa.—fJ.. de 1., 2-l-Vi8)-
El Rey. — Nuestro Capitán general y deputados del armada que al pre-
sente mandamos yr al descubrimiento de las Yslas de Tarsis y Ofir y
Cipango y el Catayo oriental Albar nuñez de balboa y Juan nuñez de
balboa hermanos del Adelantado Basco Nuñez de balboa y de Gonzalo
Nuñez de balboa nuestro tesorero de la terzera nao desa armada son
personas que nos han seruido y con deseo de continuar esto van en el
armada por lo qual y por lo que los dichos adelantado y Gonzalo nu-
ñez nos han seruido tengo voluntad de les mandar fauorecer y hazer
meced por ende yo vos mando y encargo que en todo lo que les tocare
les ayudeys y favorezcays y ayais muy recomendados y ofreciéndose
cosa de nuestro seruicio conforme a la calidad de sus personas gelo en-
comendéis e proueais dello en que nos puedan seruir y se aprouechados
que en ello me haréis plazer y seruizio de Toledo a veinte y dos de Se-
tienbre de mil y quinientos y veinte y cinco años. — Yo el Rey. — Refren-
dada y señalada de los dichos . — Testado Hermano no valga.
77
(Año de 1525. — Diciembre 17, Toledo). — Carta del Consejo de las Indias al Capitán
General y Diputados de la Armada que se aprestaba para ir á descubrir Tarsis,
Ofir, Cipango y el Catayo oriental, recomendándoles á los hermanos de Vasco
Núñez de Balboa. — (A. de 1., 2-1-^/iq).
■I
Señores Capitán general e deputados de la armada que Su Magestad
manda yr al descubrimiento de las yslas de Tarsis y Ofir, Qipango y el
Catayo Oriental ya sabéis como los dias pasados Su Magestad os mando
escribir en recomendación de Juan nuñez de balboa y de Albar nuñez de
balboa que van en essa armada que por ser hermanos del Adelantado
Basco Nuñez de Balboa Su Magestad tiene voluntad de los mandar
fauorecer y hacer merced e somos ynformados que hasta agora no los
haueis Retenido ni señalado salario holgaremos mucho que en todo lo
que les tocare los ayays por muy recomendados y les ayudéis y fauorez-
cays, y hauiendo lugar los Ueueis en el numero de los doze gentiles
— 199 —
hombres desa armada que liauido respeto a sus personas y a lo que el
dicbo Adelantado y Gonzalo Nuñez su hermano han seruido a Su Ma-
gestad receñiremos mucho plazer dello de Toledo a diez y siete del mes
de Diziembre de mil y quinientos y veinte y cinco años, señalada del
Obispo de Osma y doctor Beltran y Obispo de Ciudad Rodrigo.
78
(Sin fecha). — Memora] de un religioso Dominico sobre «La desborden de Pedra-
rias». — (A. de I., l-l-Vse)-
Las causas porque tierra firme llamada Castilla del Oro, donde es
gouernador Pedrarias dauila es inconita de la noticia de S. M. siendo
lo mas rico y mejor de las Yndias son las siguientes.
Primeramente el Rey católico ynformado de personas que obieron
gana de faborecer a pedrarias le dio el cargo de aquella gobernación y
como su magestad le conozia no fio el cargo de todo punto del y diole
por coadjutores al Obispo fr. Juan de Quebedo e a Alonso de la puente
tesorero e a diego marquez contador e a Juan de Tauira fator y el re-
cabdo que todos se dieron para la pazificacion e conversión de los yn-
dios fue aqueste.
Mando su alteza para la justificación de su Real conciencia que ante
todas cosas antes que se hiciese guerra a los yndios se les hiciese vn re-
querimiento que acá ordenaron ciertos teólogos, e que se les diesse ter-
m.ino para lo entender e responder, e que si después de fecha esta dili-
gencia no biniesen a reconocer la yglesia quanto a lo espiritual, al Rey
en lo temporal que les fuese hecha la guerra.
La forma que se tubo en esto fue que primero eran salteados los yn-
dios que requeridos, después que los tenian atados leyanles el dicho
requerimiento e alábanlos e trayanlos donde el gobernador e obispo e
oficiales estaban e declarábanlos por esclabos e repartíanlos entre el
Capitán e la gente que abia ydo a hazer esta fuerza, e primero apar-
tauan dos partes asi del oro como de los dichos yndios para el goberna-
dor e para el Obispo e para cada Oficial sendas partes estas abian de
ser muy buenas porque sino lo eran desdeñaban al tal Capitán e no le
tornaban a enbiar a otros biajes e entradas, ademas llevavanles sus
moros e negros a personas inútiles e a aquellos se abian de dar las me-
jores piezas porque las Ueuaban al dicho gobernador e oficiales sus
amos a cuya soldada estaban los dichos moros o cuyos esclauos eran
los dichos negros e aunque los otros soldados e conquistadores llenasen
peores piezas no hera ynconueniente por no descontentar los mayores.
Tenia mas otra forma que por dar de comer el gobernador a vno de
— 200 —
sus criados e amigos le hazia repartidor del oro y de cada entrada Ue-
baua vna parte sin causa ni sauer contar pudiéndose repartir entre la
gente por personas de la misma conpañia e asi lleno muchas partes que
montaron mucha suma de castellanos de oro.
El enperador nuestro señor supo destas partes mal llenadas y tan
mal ganadas y porque auia hordenanzas del Rey Católico su agüelo que
no lleuase ningún Capitán parte ninguna, sino el que se hallase en la
ganar acordó que se devian restituir e los gobernadores de su magestad
proueyeron en que los dichos Oficiales tornasen los que auian tomado
ezeto pedrarias, que mandaron los gobernadores que no las boluiesen
como si fueran mejor ganadas que las otras de los oficiales, esto pro-
cedió de la diligencia de doña ysauel de bobadilla muger de pedradas
e de la voluntad e obra conque acá algunos an faborecido al dicho pe-
dradas, lo qual se deve creer que no es sin precio y como los oficiales
bieron esto tanpoco quisieron boluer sus partes, no obstante el dicho
mandamiento e porque en aquella tierra no se haze mucho de lo que
acá se manda.
Anda aqui un francisco de lizauz solicitador e procurador del dicho
pedradas e por la esperienzia se ha visto e ve que el dicho lizauz lo que
quiere negociar para yndias con todo sale e lo acaua mejor que los que
algo piden por sus seruicios, este fue secretario del Comendador niayor
de Lares gobernador que fue en la española e después fue el dicho Li-
zauz contador de la ysla de San Juan e le remonieron e quitaron el
cargo porque tomando qüenta a Juan Ponce de cierta hazienda del Rey
este le apretaba e el dicho Juan Ponce le dio ochocientos castellanos
o mas porque no le molestase e luego se aplaco e le dio vn finequito e
sauido esto por vn Juan Ciron quera Juez en la ysla de San Juan pren-
dió al dicho lizauz e le suspendió del oficio e le condeno en otras penas
criminales, el qual apelo para la Audiencia de la española e alli esta el
processo e no definido e el quedo sin el oficio, este como hombre que
save aquella tierra acordó de tomar esta forma de biuir e fue que dio
aniso a musiur de laxao para que pidiese a Su Magestad vn quinto de
sus derechos reales por cierta parte quel dicho laxao le prometió e fue
con esto a tierra firme e después que obo cobrado parte del dicho
quinto concertóse con pedrarias e vino encargado de las cosas que le
tocaban e trujo con ellas otras encomiendas de personas particulares
e quando torno alia llevo comisión de los gobernadores para que pe-
drarias hiciese residencia ante el licenciado Alarconcillo, el qual es su
criado e aquien el dicho pedrarias a dado cuanto tiene, e lleno de camino
el dicho lizaur escríbanlas e regimientos e otras cosas que vendió a par-
ticulares e a los Clérigos sus mesmas dinidades e otras cosas de manera
-que asi en lo diuino como en lo humano exercito simonía y de ver las
gentes que este avia llenado todo lo que le pedian trae agora otras mu-
— 201 —
chas negociaciones desta calidad e otras e ligitimaciones de bastardos e
otros tráfagos de cuya causa se puede presumir que el dicho francisco
de lizauz parte las ganancias con alguno e demás desto biene por procu-
rador del dicho pedrarias para le hacer prorrogar la gobernación hasta
que se acaue de destruir aqueUa tierra e la robe del todo asi que tal
como este mirese si conviene dexarlo andar con esto ni pasar en aquellas
partes ni entrar en esta corte, pero a tiempo le tomara cualquier cas-
tigo que le hallara con cinco o seis mil castellanos que ha hauido de la
forma e manera que dicha en quatro dias.
La maña que tuvo Pedrarias e el licenciado Espinosa para hazer
residencia fue que para que los quexosos no les pidiesen ninguna cosa,
asi como el Juez de residencia hizo pregonar la residencia luego el
gobernador e el dicho licenciado, hizieron sauer que querían reformar
el repartimiento de los yndios e enmendarlo de forma quel que quería
yndios o los pensaba mejorar o trocar aunque tuviese queja no hoso
pedirles en la residencia y de yujustos quedaron por justos, lo qual
no fuera si la gente supiera quel gobernador avia de dexar el oficio y
no dar los yndios, pero quedándose con el, asaz fuera ynorante quien
algo les demandara.
Prouarase que quando Pedrarias fue a aquella tierra muy mas de
paz e segura estaba que al presente e Uena de yndios e no muertos o
robados como agora lo están a causa de dos herrores muy señalados el
primero es las estremas crueldades que sin causa se an hecho contra
yndios a quel dicho gobernador a dado causa en las cousintir y no cas-
tigar de las quales adelante se dirán algunas porque todas no seria
posible y el otro error muy grande es que beniendo los yndios a seruir
en algunas prouincias no se tubo la manera que en esto deuia auer para
su conbersiou e buen tratamiento, antes a vn cazique que tenia do-
cientas animas los repartían entre quinze o beinte cristianos e quando
yban por yndios cabiales a dos o tres o pocos mas yndios e tomában-
los e de ser poca la cantidad matábanlos con el trabajo e no podian
exercitarlos en minas ni otro seruicio fuera de casa e asi perdia el Rey
e a perdido los quintos e los yndios la vida y los Cristianos el tienpo
y la hazienda e algunos los exercitaron en hazer casas axenas por pres-
ólo como si fuera aquello la yutengion de su Magestad e cargábanlos
e siruianse deUos como de azemilas e la yndia que bien les i)arecia nunca
tornaua a su tierra e desta forma e otras diabólicas se a perdido e disi-
pado la tierra.
Anse hendido muchos yndios e yndias libres sin ser esclabos e de
ver quel mesmo gobernador lo haze todos los otros lo vsan.
Dixose atrás que se auian hecho muchas crueldades en esto, se dize
que acaesgio benir vn Capitán de la tierra adentro e traer muchos yn-
dios cargados presos pero mal auidos e paso por tierra de vn Cazique
— 202 —
de paz el qnal pidió yndios de amistad para que le ayudasen a llenar
las cargas hasta el Darien e el Gazique de buena bolnntad le dio ciertos
yudios e vn principal que fuese con ellos y llegado este Capitán en el
Darien lo primero (]ue hizo fue dar por quinto al Rey los yndios e prin-
cipal de pazes que le auia dado el Gazique de Careta como amigo de los
cristianos e los Oíiy.iales del Rey luego los hendieron en almoneda y
avnque se le dijo a pedrarias no curo de los remediar e el Capitán se
llamaba hurtado.
Notoria crueldad fue y no pequeña la que vso el Capitán Gaspar de
Morales, primo del dicho pedrarias e fue que con gierta gente paso a la
Ysla de las perlas que es en la mar del Sur e de alli e de la tierra reco-
gió sobre tre§ientos yndios e yndias e niños de teta algunos e veniendo
con ellos salieron al camino vna cantidad de yndios por cobrar sus
mugeres e hijos e parientes, bed como les auia sido fecho el Requeri-
miento Real o dadoseles a entender e desquel dicho Gaspar de Morales
bido aquesto hizo degollar e matar todos los yndios e yndias e niños
que asi traya jjresos. En lo qual se vso vna gran crueldad semejante
aquella de herodes.
Otra, muy poco ha que vn Pedro de Cárdenas vezino de Acia mando
a dos yndias libres de las de Repartimiento que hicieron gierta cosa que
les mando e porque no lo higieron a su boluntad o por su mal seso to-
mólas e púsolas sobre el fuego en vnos palos a manera de parrillas. E
púsoles fuego por debaxo y asólas e tostólas de tal manera que la vna
o entrambas murieron sobre lo qual fue después el dicho pedro de Cár-
denas preso y en pena desto le desterraron e se vino a españa ques lo
que mas el deseaua.
Dexanse de dezir otras muchas crueldades que se an vsado contra
yndios, asi como hazerlos comer a perros sin causa e matarlos de mu-
chas maneras por quel Capitán que aquesto hazia, en dar buenas piezas
de yndios al Gobernador e Oñgiales de los que auia tomado e salteado
no se lo afeauan ni castigauan ni dexaban de lo enbiar otras bezes para
que lo hiciese peor pues sabia que lo auian de faborezer los que gober-
naban la tierra y avn darle gracias.
A tomado el dicho gobernador e oficiales otra manera de adquirir
paresgiendoles que aquella Tierra para ellos solamente se hizo e a seido
que al Rey no le enbian ni quieren enbiar vn marauedi e para esto for-
man nesgesidades e hordenan gastos estraordinarios que siendo acor-
dados por el gobernador e oficiales paresceles que son lícitos y toman
para esto por fundamento vn capitulo que el Rey Católico engañado
por sus cartas les enbio en que dize que porque le escribieron que abia
muchas cosas que si se consultasen con su alteza, esperando desde tan
lejos la respuesta della. se perderían los negocios.— Y creyendo el Rey
que le decian verdad, dioles facultad para que en casos que requiriesen
— 203 —
peligro o le pudiese aver o no se como dize esto, que juntos el goberna-
dor e Ofigiales lo pudiessen, consultar e proueher sin atender al man-
dato de su Alteza. — Con este capitulo an destrvldo y destruyen la tierra
porqueste capitulo les hizo arbitrar en que llebasen las partes de las
entradas de que atrás se liaze menzion dándole falsos entendimientos
e por este capitulo avnque al gobernador se le a dado comisión por el
emperador Nuestro Señor para que gobierne solo e que los oficiales no
tengan boto ni parescer en la gobernación no lo haze por tener parte
en la entrada del dinero e hazerlo gastar en lo que a el e a ellos les pa-
reciese e puesto que muchas vezes están enemigos e para se matar luego
este capitulo los torna e conformar por destribuir la hazienda del Rey
a su boluntad.
No enbia dineros ni quiere, no porque an faltado ni faltan sino porque
sienpre los aya para sus salarios e yntereses, e para lo qual dicho go-
bernador e tesorero quieren, probarase que en el año de beinte e después
acá se an fundido sobre ciento y cinquenta mili pesos de oro de minas
e de dibersos quilates e ninguna persona ay pobre en aquella tierra
sino solo el Rey.
Haze mas el gobernador para enriquezer mas de lo questa, da li-
Cengia para rescatíir a sus criados e otras personas, porque ninguno
puede rescatar sin su ligencia e mandado e parte secretamente con
munchos dellos y demás desto para que vengan a su poder todas las
perlas ricas aviendo dado la Ysla de las Perlas a Su Magestad se la
quito después e se la tom-o para si y esto es vn paso de tanta calidad
e presgio que no tiene pregio ni ay palabras con que lo encarescer esto
allende de otra ysla de perlas que se llama Otaque y a su muger questa
en España diole vn muy buen cazique diole otro porque fue a tierra
firme e estubo tres dias e su hijo diego arias questa en españa e fue a
traer lo quel padre avia recogido e asi se tienen todos estos Caziques
e yndios e yslas que balen mas que vn muy buen Condado.
En tratar e revender tiene mucha astucia e haze para ello conpañias
con gentes baxas e con sus mogos e criados e acaes§io conprar cierta
xarcia de los bergantines del Rey que auia llenado Lope de Sosa e hi-
zola pasar aquestas a los yndios desde la vna mar a la otra e reven-
dióla a la gente para ciertos nauios que eran de personas particulares
e destas maneras de tráfagos ay mucho que dezir e de sus juegos e ta-
blajerías, porque asi le amanesge agora vna e dos e muchas bezes e
noches jugando con blancos y negros como quando avia beinte y cinco
años, es sin confianza y tan mobible que avnque diga de si o de no, pocos
le creen. Su codicia es grandísima e su hedad mucha e no para lo que
se requiere que sea el que tal tierra a de gobernar pero porque aquesto
no le dañe dizen lizaur e los que aqui andan negociando sus cosas de
pedrarias (]ue seria yuconviniente remoberle del cargo porque antee
— 204 —
que lo entienda el que fnere lo destruirá, este es grande fraude para el
seruicio de Dios e del Rey e de la tierra porque ninguno puede yr por
gobernador que peor lo haga sino muy mejor y terna muy poco que
hazer en ello porque lo que a hecho pedrarias a seido no convirtir ni
pazificar sino destruir la tierra e adquirir para si dineros e perlas, sin
otro respeto ni zelo del seruicio del Rey, asi que ninguno podria yr
que no lo higiesse mejor.
Dize el dicho Pedrarias mucho mal del Darien porque se despueble
dando a entender ques enfermo e otras cosas no berdaderas esto haze
el a causa de que queriéndose desde alli benir a España aquella giudad
le dijo que no auia de consentirse heñirse hasta que diese -quenta al Rey
e hiciese alli residencia 'e no le dejo partir e por esto trabaja de ynfa-
mar aquel pueblo por destruirle a el e a los beginos del siendo como ts
lo mejor de tierra firme e asi a el mesmo confesado muchas vezes ques
lo mejor de tierra firme aquella ciudad.
Es muy parcial a, sus amigos e a quien quiere e contra Justigia los
ayuda e faboresge e por el contrario es enemigo que no perdona aquesto
se vido muy bien en vn Capitán francisco de Medina que vendió al di-
cho Pedrarias giertos yndios christianos e se los hizo pagar del dinero
del Rey no auiendo negesidad de tal paga este auia fecho comer giertos
yndios a perros sin ninguna causa e en pago desto hiendo que sus na-
uios benian perdidos e auia arribado alli hiñiendo de saltear yndios
fingieron que queria tornar el dicho Capitán a la mar porque la gente
dixesse que se queria quedar e perder el sueldo e asi se hizo ademas
de engañar la gente, desta forma tubieron por bien el dicho Goberna-
dor e oficiales por respeto del licengiado Alcalde mayor pariente del
dicho Capitán Medina que se le diesen trecientos castellanos o mas al
dicho Medina diziendo que avia hecho muchos seruigios en dejar la
dicha gente la qual con eso e sin eso avia de quedar alli asi que de esta
bolsa real se compila este fraude.
Otra crueldad se ofresge a la memoria y es que al tienpo que el di-
cho Pedrarias yba a la tierra firme paso por la ysla dominica e sin causa
ni proceso hizo ahorcar a vn criado suyo que se llamaba San Martin
e después giento e ginquenta leguas adelante e desde a quatro o cinco
meses en el Darien se le hizo el progeso en lo que auia delinquido fue
que auia XII" años que le seruia al dicho Pedro Arias e auer dicho ti
mogo que se queria quedar en aquella ysla porquestaba borracho o se lo
antojo degirlo e bastara que se le dieran dos o tres palos, pero de aqui
resultan que se pueden decir deste exemplo otras muchas crueldades asi
como descabezar a basco nuñez su yerno que el decia e otros quatro
con el sin causa haziendolos traidores al Rey. E auiendo poca razón
para ello como paresgiera por el progeso original e no por los treslados
del por queay pasos que bistos los atos e letra dellos e reconosgidos por
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personas que lo entienden sabrían bien apuntar esta Justicia o crueldad
armada en mucha ofensa de Dios e de la conciencia Real para vengar
el gobernador su coragon e hazerse rico el licenciado Espinosa tornán-
dose Capitán y dexando su oficio e no para dexar el salario avnque no
le siruiese porque cuatrocientos ducados mas o menos cada año no se
les daua nada en que el Key los pagasse.
Agora funda el dicho gobernador en la costa del Sur o mar austral
vna giudad quel Uama Fonseca davila por echar cargo al Obispo de bur-
gos y a los i)ueblos que haze a todos Uama giudades e en todos los que
a hecho que son Acia e el nombre de Dios en la costa del Norte, e en
la del Sur Panamá e Nata e esta Fonseca dauila, que son por todos
ginco lugares. No ay en eUos todos un casar o aldea e dizeuse ciu-
dades porque acá suene que a hecho muchas giudades e poblaciones e
en toda la tierra abra ochocientos onbres e el vn pueblo tan apartado
del otro, que ningún socorro se pueden dar de vnos a otros. E el mayor
dellos no tiene treinta bezinos, saibó el Darien ques de ciento o mas
e no lo hizo el dichc pedrarias e por eso e por lo ques dicho le quiere
deshazer. Ni tanpoco hizo a Acia.
En aquella tierra los que los Caziques tienen por esclauos piutanlos
en la cara de negro e Ilamanlo paco e quando los cristianos an algunos
destos símense deUos como de esclauos. Acaesgio que vn Antón Mayor
Capitán de gierta gente del armada de Gil Gonzales de Auila fue avn
Cazique de los que estauan de pazes en aquella gobernagiou de Pedra-
rias e pidióle que le diese algunos esclauos e el Cazique dijole que no
tenia ninguno, mas que se tomase dos yndias que a la sazón auia anido
de vn Cazique su enemigo e el dicho anton mayor dijo que le plazia de
las tomar mas que se las herrase de su hierro e quel le daria algo en
trueco e el Cazique herró las dichas yndias en la cara, e se las dio e el
dicho Anton Mayor diole vna loba de luto negra e; rayda que no balia
tres reales; esto se hizo saver al gobernador e no curo deUo e en pago
desta sin razón e otras que al dicho Cazique se le an hecho se a alzado
e muerto cristianos e le dieron primero muchas causas para se lebautar.
A tenido otra forma pedro arias para que ni de aquella tierra se es-
criua ni sepa berdad ni desta haya aUa carta ni prouision que no benga
a sus manos y es que en los nauios (lue de esa ban no entra persona nin-
guna después que surgieren sino quien el quiere que tome primero las
cartas ni se hable so grandes penas porque ni aUa se sepa cosa desta s
partes hasta quel lo aya por bien ni acá benga ninguno ni escriba cosa
que le dañe de forma que los basallos de Su Magestad pueden deyir ques-
tan presos e para que ninguno entre en los nauios ay grandes penas e
pregones. E para que de aUa no bengan no puede ninguno salir sin li-
gengia e procura de aver las cartas agenas a las manos e destas danse-
las qualquiere e de las que no se dan ninguno sabe preguntar, por lo
— 206 —
que no bido. Una bez quel dicho gobernador peu«o benir a España ques
quandíí se lo estorbo la ciudad del Darien, como atrás se dijo auia el
dicho pedro arias con sus mañas yndugido a la gente para que una ¡«erla
rica que tenia la dicha gente que pesa beinte e seis quilates redonda
se la diesen diciendo que para darla al Rey e la gente se la dio para Su
Magestad e demás desto le dieron luego dos mili castellanos para que
les ganase algunas mercedes e libertades e como el Darien no le dejo
benir sin que Su Magestad lo supiese e proueyese del gobernador tubose
la perla e los dos mili castellanos mucho tiempo e fue necesario que la
gente pleitease con el sobre que les tornase su perla e dineros e asi los
cobraron del el qual la auia hecho apreciar en trecientos castellanos,
bien se cree quel se queria quedar con ella, pues se vendió e remato
después, la dicha perla en seiscientos e cinquenta castellanos.
No tiene el dicho gobernador por ynconbiniente dar Cédulas de en-
comienda de yndios o de otras cosas e contradecirse por su firmas dando
otras en contrario desto se sigue que nagian muchos pleitos e contien-
das cada dia entre los vecinos e basallos de Su Magestad.
Vna de las causas de que el dicho pedrarias culpo a basco nuñez
quando le hizo degollar fue que auia tomado a vn bedor de Su Magestad
el Cuño Real de oro con que marcan el oro, pero el dicho pedrarias en-
bio desde la mar del Sur hasta el Darien por vn Cuño de los que tenia
el bedor Gonzalo fernandez de Obiedo e le fue llenado e lo resgiuio e
tubo en su poder lo que le paresci<) e después lo dio en cargo a sus
criados e a quien el quiso para tener lugar de marcar sin testigos el
oro que quisiese.
E si se dixere que no ban nauios a aquella tierra ni bieuen en que
se pueda enbiar oro a Su Magestad digo que en el nauio en que vino
diego Arias hijo de pedrarias de que era Maestre Martin Cantón binie
ron treze o catorze mili castellanos de particulares e en el nabio de
pedro Garcia e en otro de Licauz en que bino el licenciado Espinosa
e otros binieron muchos mas, pero no se deja de enbiar oro a Su Mages-
tad sino con ma ligia e por lo ques dicho.
El obedesger prouisiones Reales no se haze sino según al gobernador
le paresce e avn botar sobre el cumplimiento dellas : como se hizo
quando se enbio el titulo de Adelantado de la mar del Sur a Basco
Nuñez que le enbiaron la gobernación de las prouincias de Coiba e pa-
namá e porque le pesaua dello al dicho Gobernador pedrarias e al teso-
rero Alonso de la Puente hizieron que se botase si le darían las pro-
uisiones o no e como bieron el dicho gobernador e tesorero quel Obispo
frai Juan de Quebedo se puso en faborecer al dicho basco nuñez e boto
que se le diesen conformáronse con el pero no de su grado e adelante
se satisfacieron en su niuerte.
Luego que fue al Darien e comenzó a tomar residencia a Vasco Nu-
— 207 —
ñez que auia gobernado e ganado aquella tierra lo primero que hizo
fue couprarle la casa e el otro se la dio muy de grado porque temia la
dicha Residencia e ^ierto renta van mucho mas cada año las casas que
no lo que le dio de compra el por eRas.
Conpro vna perla rica en mili e tantos pessos de oro e solo el quinto
balia mucho mas e no pares^iera mal que tal pieza e otras ricas que sean
abido fueran para Su Magestad e que se tubiera acatamiento e respeto
a seruir a su Rey con joya tan señalada pero ya queda dicho que con el
Rey no se a tenido el íin ni comedimiento que debiera aver ávido.
Cuando mato a basco nuñez repartió sus naborías e dio a doña
Ysabel su muger e a sus criados e aquien el quiso las mejores e por
no las dar con la hazienda perdió el Rey mas de dos mili castellanos
e el fisco págale el Rey giertas pagas e lanzas de escuderos e peones
los quales el nonbra e llenase el las pagas e haze vn memorial e pone
en el los que se le antoja e por alli líbraselo el contador e págalo el
tesorero e el se lo lleba sin dar parte a los nonbrados en las tales
copias.
A dejado sacar e dado ligengia para sacar muchas naborías libres
e los que las sacan las benden en las yslas e donde quieren e quetlanse
xendidüs [)or esclabos avnque sean como son bautizados las tales na-
borías e por otra jiarte a vedado los esclauos que se dexen de sacar
siendo como es contra el mandamiento Real.
Al tienipo que descabezaron a basco nuñez balieron los bienes que
entraron en poder de Martin Estete criado del dicho pedrarias al qual
el higo Recetor abiendo tesorero que lo abia de rescibir, sin darle nuebo
salario tres mili e mas pesos de oro e mando quel dicho Estete llenase
el diezmo de lo que cobrase o pagase e asi el dicho estete e escribanos
se Uebaron mas de dos mili castellanos.
A consentido e da logar que se vendan muchos yndios de reparti-
miento e asi conpro Diego de la Tobilla vn Cazique e sus gentes a vn
clérigo que se dize el Chanttre Diego Alvarez Osorio e asi conpro «1
bedor Gonzalo fernandez de Obiedo para su hijo qnarenta yndios en Co-
mogre de Juan pori^ugues negro e después por los mesmos yndios aver
dexado conpro otros quarenta yndios en el Cazique del Suegro por otros
qnarenta pesos e Sepulbeda bendio otros yndios en el dicho Suegro
a Maestre alonso de Santiago lo qual todo es causa el dicho gobernador
que asi se haga porque como dicho es el bende asi mesmo muchas ua-
borias libres.
A Clérigos da los yndios e a negros e a mugeres e a mercaderes que
es peor en especial a personas ynvtiles e muy mejor si son conbersos
parque a los tales faboresge notoriamente e les da rescates e haze mu-
cho i)or ellos e olbida los hidalgos e personas que meresgen premio de
sus seruigios e desta manera dio yndios a gongalo de montoro mercader
— 208 —
nieto de anton de montoro que quemaron los huesos en Cardoua e a
otro hermano suyo le quemaron en Santo Domingo e a Juan Tellez e a
Gongalo López e a otros muchos que son notorios confesisimos e gente
que estaría mejor en el fuego que en aquella tierra porque es nueba e
donde pueden los tales hazer mucho daño e desseruigio a Dios.
No consiente que se haga regimiento en el Darien sin el dicho pe-
drarias o sin su tiniente porque aquella Qiudad no anise acá de su mala
gobernación ni pueda pasar cosa sin que el lo sepa.
Otro misterio o fraude se ofrece de memoria y es que hiendo Gil
Gongalez de Auila las formas con que pedrarias le estorbaba su biaje
trato de le conprar vn negro bolteador e conzertaronse en quel dicho
gobernador obiese por el trecientos castellanos no baliendo giento e
questos trecientos i)essos estubiesen e tubiese de parte en el armada
e viaje de el dicho Gil González el dicho pedrarias e desto hubo giertas
escrituras que deUas suenan con el dicho Gil González e de eUas con
Andrés Niño piloto de la dicha armada.
Quando le parece al dicho pedrarias que algunas escrituras origina-
les le conbienen o el quiere tener toma los registros originales a los
escriuanos e guárdaselas el o haze dellas lo que le pareze e por ynpor-
tunidad quando algún escriuano quiere dar quenta de si e le pide co-
nocimiento de las tales escrituras porque no se las pidan deshónralos
e a los quel no hosa tratar nial o no quiere dales conocimiento muy con-
tra su voluntad.
El mesmo gobernador trae por grangeria reuolver los vnos ofigiales
Reales con los otros e cizañarlos porque no estén en paz el se junta con
los vnos e desdeña los otros e quando se le antoja torna a tomar la
parte de los otros e desfaboreze a los que antes faboregia e asi nunca
falta cizaña e se dexan por estas cosas otras muchas que conbiene mirar
e prober con atengion e cuydado e asi no se haze el seruigio de Dios ni
del Rey e la tierra esta perdida.
Toda la mayor parte de la gente que auia en la tierra que ay desde
el Darien hasta el nonbre de Dios e después atrauesando de aUi a la
costa del Sur es muerta e destruida a causa e culpa del gobernador no
lo auer paciñcado por otra forma e averse consentido los robos e fuer-
zas e crueldades que los Capitanes e gente an hecho e auerse quedado
sin castigo antes a algunos les a hecho meryedes e dadoles gracias e
oficios de que se a seguido quanto mal ay en la tierra e mayores el que
desde acá se le hará si se sufre e no se probé para el remedio de lo qual
conviene mucho que con grande peso e consideración se repare lo por-
benir pues las causas de lo passado an seido las causas del gobernar
e de los gobernadores tan diuersos que alia a ávido e querer berlo desde
acá es ynposible sin estar Dios en el corazón de los que proben especial
sin pasión ni yntereses como an tenido algunos de los pasados.
— 209 —
DicLose a lo que pareze que basta a dar noticia a Su Magestad y a
V. S. del estado en questa esta tierra firme e todo lo diclio se probara
muy sutigientemeute e por el auito que tengo que con toda fidelidad de
cristiaiij esta dicho e apuntado con el zelo que a Dios y a nuestro Rey
se deue e que a vista de ojos es la mayor parte de la ynformacion destas
cosas, c muchas escrituras fidedignas que de parte deUo se podran
mostrar en su tienpo lo que queda de degir e quel espíritu Santo obre
lo demás por el remedio de aquella tierra y no se dubde de aquesta
rela§ion aya llegado a buestra notigia sin misterio para mejor enca-
minar al seruigio de Dios e del euperador e para el bien de sus basaUos
e de aquellos Keynos.
79
(Sin fechii).— Meuioiial de Gonzalo Fernández de Oviedo denunciando abusos de
Pedrarias Dávihi y sus Oficiales en la Gobernación de Castilla del Oro. —
(A. de 1., colee. Muñoz, t. 76J.
Señor. — Al tieuipo que vese las lleales manos de Su Magestad le
dige como yo le sirvia de Veedor en tierra firme de que es Gobernador re-
dro íVrias e que venia desde alia a dar noticia a Su Magestad de como
aquella tierra esta perdida e destruida, e robada e han pasado e pasan
en ella muchas crueldades de que Dios e Su Magestad se desirven e la
tierra se pierde seiendo como en la verdad es lo mej<jr de lo descubierto,
e todo esta escondido, e ocultado a Su Magestad e su Consejo, e que es
la causa porque no se le embian dineros de sus rentas pues los ai e ha
hevido por ende que Su Magesüid me olese quando servido fuese, o
mandase decirme a quien mandava que lo diese razón de todo esto para
que informase a Su Magestad de todo. E dijome Su Magestad que a
V. m. hablase e le digese todo aquello que savia e me paresgiere de las
cosas de aquella tierra de donde vengo para que Vuestra merced le iu-
formase. E que Su Magestad lo mandarla luego remediar, e proveer
como conviniese; e cumpliendo con el mandamiento de Su Magestad
e con lo que debo a su lieal servicio, e a mi conciencia, digo asi.
Primeramente ha de saver V. merced que la mucha edad de Pedrarias
e su cobdicia e poca constancia no son de calidad que asi empoce es-
pacio se puedan decir ni el daño quel servicio de Dios e del Emperador
e aqueUa tierra han recebido por su culpa e mala gobernación porque
ningún zelo, ni obra se conosce deste hombre para semejante cargo,
todo su fin es adquirir dineros e perlas para si por qualquier via que ser
pueda sin otro respecto.
Dineros no ai pensamiento de embiar ningunos avnque después que
— 210 —
yo partí de Barcelona se han fundido ante mi sobre 150 mil] caste-
llanos como parescera por los libros de la fundición e del contador
esto sin otros muchos pesos de oro que en todo el año de 1522 e después
acá se han fundido en Panamá asi que mui bien pudiera haver embiado
oro a Su Magestad pero no lo han gana el ni los oficiales porque no
falten para sus salarios.
Vusca Pedrarias e los otros Oficiales que tienen mano en la hazienda
formas para gastos estraordinarios, y para poderlos haser fúndanse
sobre un Capitulo de vna carta mensagera quel Rey Católico en dias
pasados les escrivio por el qual capitulo paresce quellos havian acá
escripto que por ser el camino largo e atender a lo que S. A proveiese
en algunas cosas nescesarias se perdían los negocios; e el Key pensando
que aquello era asi les escrivio en el dicho capitulo que juntos pudiesen
acordar, e proveer las cosas que a su servicio e buena governagion con-
viniese de que se esperase peligro en atender la consulta de Su A. y ellos
entendiendo mal el dicho capitulo e no vsando vien del arbitran por alli
quanto les paresce e asi desta forma tomaron sin dar partes aquel in-
terese de las entradas asi en el oro como en los esclabos e yndios que
en ellas se tomavan ; e el Gobernador tomaba dos partes e avn quel
Gobernador tiene cédula para que gobierne solo e los oficios no tenga
voto ni parescer en la gobernación por no alzar la mano del dinero e
poder destribuir con parescer de los oficiales lo que les paresce de ia
hacienda real los admite e govierna con su paresger por queste capitulo
los conforma luego avn que riñan.
Ai si que Señor desta forma se quedan aUa los dineros para sus
salarios como es dicho, e para poder gastar en lo que les paresce, e
como el Gobernador repartió los yndios e los que dio a los oficiales cada
vez que querían los mudava a su contentamiento, asi el dicho Goberna-
dor por poder gozar en la destribucion de la hacienda, e tener entrada
en eUa no obstante la Cédula que manda que los oficiales no se entre-
meta'n ni tengan voto en la gobernación el dicho Gobernador los admite.
Ha dado e da los Yndios a mugeres e a muchachos, e a mercaderes
e clérigos e personas que no los han ganado ni conquistado ni los de-
vi an aver en especial a gentes de la calidad que a Vuestra merced dixe
e avn rescates de oro, asi mismo les ha dado a los tales.
Ha repartido de manera los Yndios que havia para servicio que se
han perdido sobre vn millón de ducados, e de todo ha perdido Su Ma-
gestad sus derechos e quintos porque los amos que les davan heran mu-
chos a los Yndios de poco numero para aquellas personas questavau
señaladas e no les cavian sino a vna pieza, e a dos e poco mas e desta
manera perdíanse los Yndios e los Cliristianos perdían el tienpo e la
hacienda e el Rey los quintos porque en los que asi veniau a su poder
no havia cantidad para quadrilla.
— 211 —
Ha permitido avnque tácitamente que se vendan e traspasen por di-
neros muchos Caciques e Yndios de encomienda lo qual es mui perjudi-
cial e muy peor questo venderse a muchos Yndios libres e navorias que
no son esclabos e venderlos el mismo Gobernador e abominable y peor
questo dexar sacar naborías de la tierra para las Yslas, e otras partes
a personas que los han vendido por esclabos no lo seyendo, e siendo
baptizados.
Ya vuestra merced sabe como el Rey Católico mando para justifica-
ción de su conciencia real e de los conquistadores que fueron con Pedro
Arias que primero se hiciese a los Yndios cierto requerimiento e se les
diese a entender e tiempo para responder a el e aver su acuerdo antes
que les fuese fecha guerra esto ha se fecho desta manera que primero
heran salteados, e después de presos e atados se les leya e con esto
heran dados por esclavos, e repartidos e vendidos e nunca asta oy .^e
ha fecho ni guardado la fuerza del dicho requerimiento e para ver si
esto es asi Uamen o tomen el indio que mejor entiende nuestra lengua
e verase que ninguna cosa entiende del requerimiento ni avn lo enten-
dían los que lo leyan.
Dio el dicho Gobernador la Ysla de terareque que por otro nombre
se llama de las perlas questa en la lUjar del Sur para que fuese de Su
Magestad, e el Cacique de aUi hiciese sacar perlas a sus Yndios para
Su Magestad, porque alli han parescido, e se han aUado las maiores
e mas ricas perlas que se han visto en el mundo e después de aver en-
tregado el dicho Cacique e Ysla al thesorero para que en nombre de
Su Magestad e como hacienda real lo grangease, e procurase torno des-
pués a tomarse la dicha Ysla para si no obstante quel tiene e tenia
otra Ysla donde asi mismo ay perlas, que se Uama la Ysla de Otoque,
e se las tiene entrambas con muchos Yndios demjas e allende de otros
dos o tres Caciques que tiene sotitulo de su muger Doña Ysabel de
BobadiUa e de su hijo Diego Arias porque fue aUa a traer el dinero
quel dicho Pedro Arias havia allegado, e sin dubda estos Cagiques e
islas valen e son de maior ynterese que vno de los buenos estados que
tienen Señores en Castilla, quanto mas; que en su mano esta hurtarse
los quintos al Rey e esconderse las perlas mui ricas, e que nunca se aia
razón ni se sepa verdad de la pesquería de ellas lo qual todo redunda
en daño de la hacienda real e de los otros pobladores que no pueden
pescar perlas por averse el dicho Gobernador tomado las dichas Yslas
para si
Están los vasallos de Su Magestad encarcelados que ombre que
aquella tierra vaia no puede salir deUa sin licencia diciendo e so color
que es razón que se sepa primero de los libros del Rey si deve algo a
Su Magestad o porque le paresce al Gobernador que hay poca gente e
después no osan pasar ha aqueUa tieira por esto muchos que aUa irían :
— 212 -
e tumause las cartas, y no se dau a quieu vau ; e las que de alia vienen
tomanse porque Su Magestad ni su Consejo no sepa verdad e asi no
osan escribir ni avisar de cosa que alia pase. E a los que dexan venir
libremente son agentes de vna de dos maneras, o a personas que avnque
acá vengan no hablaran en cosa que a tSu Magestad comben i,j, ni se
ocuparan en mas de su liacienda e los que les cumple; o a ombres que
si ablaren sea lo que i'edrarias quiere e en su labor e que acá diga que
lia fecho maravillas e sepa mijor engañar al Key con sus relaciones
falsas o a sus criados proprios para el mismo efecto.
Apoder de esclamaciones a Dios llego a las orejas de tíu Magestad
e de los gobei'nadores que en España quedaron, estando en Mandes tíu
Magestad ia sin razón e agravio que se ha fecho en se Uebar las partes
quel Gobernador e oüciales han llebado de las entradas, e proveieron
lus dichos Gobernadores que los unciales bolbiesen las partes que ha-
vian llevado de las entradas e que no las bolbiese el Gobernador. E los
Unciales viendo aquesto tanpoco quisieron tornar las suias asi porque
dixeron tales palabras que le paresyio al Gobernador que era bien callar
como porque de lo que manda Su Magestad en aquella tierra no se hace
todo. ,
Al tiempo que se pregono la residencia que hizo l'edro Arias luego
en ese instante hizo publicar que quería refoimar los repartimientos
de los indios e como muchos esta van sin ellos e otros querían trocar
los que tenían e otros mejorarlos avnque havia muchos quejosos del
dicho Gobernador no le osaron pedir idnguua cosa ni demandar justicia
contra el porque en lo de los indios no les dañase e demás deso porque
veyan que se havia de quedar con cargo de la Gobernación, e jjodria
después destruir a quien quisiese o algo le obiese pedido.
i'uedese mui bien ¡jrobar que quando l'edro Arias fue a tierra ürme
estava muy mas de paces que agora e muy poblada la tierra de mar
a mar e todo lo que asi desdel Darien a Panamá lo qual todo al presente
esta quasi yermo o despoblado a cabsa de los robos e crueldades que los
Capitanes hicieron con muy señaladas exorvitancias, e todo se quedo
siu castigo asi lo de Morales primo, e criado del Gobernador quando
hizo malar trecientas personas atadas en cuerdas no perdonando asta
los niños de teta, e como los de Tello de Guzman, e otras muchas cosas
semejantes que en esto se pueden decir.
Vn Capitán que se llama JJenito Hurtado pasando por el Cacique
de Careta, e traiendo ciertos indios mal ganados i)idio al dicho Caci-
que questava de paces que le diese algunos indios que le aiudasen a
Llevar las cargas, e el dicho Cacique le dio ciertos Yndios, e vn pren-
cipal con ellos, o en llegando que fue Uegado al Darien dio por quinto al
Rey los Yndios de pazes e prencipal de Careta, e dio al Gobernador,
e Obispo, e Oficiales a ocho, o diez piezas, e a seis de servicio, e por les
— 213 —
ííanar las boluntades. E otro Capitán poro ha que hizo lierrar a vn
Cacique dos Yndias de repartimiento e libres para qne fnesen esclavas,
e por tales las vendió el dicho Capitán e avn qne lo vno, e lo otro snpo
el Gobernadol* todo se qnedo sin castigo, e no solamente aqnesto pero
l^agora poco tiem])o lia que vn Pedro de Cárdenas aso por sn placer dos
nmgeres de repartimiento, e la pena fne qne al qne lo hizo le desterra-
ron para Castilla.
De hacer comer a Perros Yndios, e otras mnchas crneldades: mncho
se podria- decir lo qnal se dexa por evitar proligidad.
En el dar las licencias para rescatar a sns criados, e a otros e en lo
secreto si tiene sn parte o no, o si parte con ellos; ya dixe a Vuestra
merced quan publico fue en aquella, tierra que partió con vn Joan tello ;
e con Pedro de Encina Sola, e con otros, e lo qne se hizo en la jarcia
(pie compro de los vergantines del Pey qne llevo Lope de Sosa, la qnal
se paso a cuestas de Yndios a la mar del Sur e primero la tubo reben
dida que la pagare el Pey/. El dicho Pedro Arias a procurado deshacer
el Darien porqne queriéndose desde alli venir a España nunca aquella
Cibdad le dexo diciendo qne primero lo havia de saber Su Magestad
e havia de proveer Sn A. de Gobernador, e de quien le tomase, residen-
cia, e por eso ha procurado de destruir aqnel pneblo, e porque el no ¡e
hizo seiendo como es lo mijor qne Su Magestad tiene en aquellas partos
p por questa en la frontera de los Caribes donde el dicho Gobernador
no ha fecho ni seido para acor cosa qne Inzga o se^i como havia de ser,
e porque algunas veces el dicho Pedro Arias ha savido qne de acá em-
biavan, o se queria embiar Gobernador para aquel cargo vienen agora
sns fatores fundados de dar a entender a su Magestad e a las personas
qne en su Real Consejo están qne seria mucho incombiniente remober
del cargo al dicho Gobernador diciendo que cnal queria qne vaia antes
(pie lo entienda lo habrá estragado : lo qual es mny grand burla, e frande
porque ningnno podria haber estado alia ni jiodria ir qne no lo hiciese
muy mijor do lo (piosta fecho o se hace.
En la administración de la xnsticia es mny parcial e no haze en eHa
nías de sn boluntad como se vido en lo de vn Francisco de Medina qne
vendió en aquella tierra ciertos cristianos e havia venido de saltear
yndios e hacerlos comer a ])erros sin cansa ningnna, e la ]Kiga que se
le dio, por los dichos Christianos fue del dinero del Rey e en fraudes
de su hacienda; e haviendose de quedar en la tierra sin que le dieran
cosa ningnna los dichos xpanos, e gente que (í1 alli dejo; porque los
navios no ]iodian navegar.
No se maraville vuestra merced qne Pedradas sufriese las crueldades
(pie los Christianos e Capitanes han fecho pues aorco a Sant Martin
su criado sin causa en la Ysla Dominica e desde a seis meses en el Da-
rien le hizo el i)roceso e pues hizo degollar a Vasco Nuñez e los otros
— 214 —
que con el padesgieron li qual cliria el proceso original e no otro tras-
lado ni escriptura estando presente quien le sepa apuntar.
La cibdad de Fonseca de Avila ia dixe a vuestra merced la qual
causa del titulo, e nombre della, e quan mal ordenadas están, aquellos
pueblos e que es la causa porque va tendiéndolos; e que interesa se le
sigue dello, a causa de los rescates, e quan poco combiene tal forma,
e como es para despoblar e no poblar ni combertir ni sustentar la tierra.
Dixe al principio que hera inconstante el dicho Gobernador, e asi puede
vuestra merced creer que cada dia del mundo da muchas cédulas encentra
vnas de otras de que muchos incombenientes e pleitos nascen entre los
vecinos e pobladores de aquellas partes asi quando encomienda indios de
repartimiento, o naborías como en otras cosas de otras calidades.
Entre las culpas que hallo a Vasco Nuñez para le degollar es aver
tomado el dicho Vasco Nuñez vna marca de las conque marcan el oro
a un suegro de Verdugo que era Veedor en la dicha tierra firme que
creo que le llaman Silvestre, pero no obstante eso embio el dicho Go-
bernador Pedro Arias df.sde Panamá al Darien por vn cuño de los que
tenia el Veedor Gonzalo Hernández de Oviedo, e lo tubo en su poder
el tiempo que le parescio e lo pudo hacer, e marcar pudo el oro que
le paresciese escondidamente.
Porque se dixo de suso algo de la muerte de Vasco Nuñez. Digo que
ia dige a vuestra merced otra cavsa por do se presumió que lo hizo
matar, e desde quel Rey Catholico le embio las provisiones de Adelan-
tado de la mar del Sur, e de la gobernación de Coiba, e Panamá se le
trato la muerte, e avn se puso en votos entrel Gobernador, e Oficiales
si se le darian los titulos, e provisiones reales del dicho adelantamiento
non obstante que el Rey de gloriosa memoria, se las embiase, e si le
dieron fue por quel Obispo Frei Juan de Quebedo le fue faborable, e
por que boto el primero que se le diesen, no oso el dicho Gobernador
dexar de darlas.
Al tiempo que fue Pedro Arias a aquella tierra luego compro la ca sa
del dicho Vasco Nuñez e le dio por eUa mui pocos dineros, e valia mas
de renta que no dio el por ella de compra la qual el dicho Vasco Nuñez
no se la diera sino porque le tomaban residencia, e por aplacar e conten-
tar al dicho Pedro Arias.
Al tiempo quel dicho Gobernador repartía los yndios, e yndias
naborías quel dicho Vasco Nuñez tenia después que le degollaron re-
[)artiolas entre doña Ysabel de Bobadilla, e sus criados, e quien quiso
e por no las hender con la acienda como se suele hacer en aquella tie-
rra e en las yslas demás del daño notorio de las dichas naborías perdió
la acienda el Rey e el fisco mas de dos mili castellanos o a lo menos
todo lo que mas se diera e baliera la acienda del dicho Vasco Nuñez
délo que valió vendida sin las dichos navorias.
- 215 —
Las pagas qne se le hacen de gente serian escusadas pues ninguna
tiene ni las ay para ninguna nesgesidad por razón de las dichas pagas
e asi hacense copias vanas e por aquellas libra el contador e paga el
thesorero, e seria mijor ya que las obiese de llebar dárselo de salario
que por esta via ; que paresce que es vntarse la cebada su dueño ; e des-
totra forma seria merced e sonaria mijor el salario seiendo maiores.
Al tiempo que descabezaron a Vasco Nuñez e sus consortes valieron
los vienes, e escripturas, que entraron en poder de Martin Estete 3.000
e tantos pesos de oro, e sin causa haviendo thesorero que los havia de
cobrar por el Rey, sin otro nuebo salario por cuidar a su criado diole
el diezmo de lo que cobrase, o pagase, e tal maña se dio el dicho Estete
e Escribanos quel e ellos se llebaron de los dichos 3.000 castellanos mas
de los mili dellos pagando solamente con papeles, e sin cobrarlos ni
pagar en dineros.
En el Darien no se ha consentido que alli se haga regimiento sin
estar presente su persona del dicho Governador, o su Theniente avnque
ha sido requerido lo qual se presume ques por que no se de aviso a Su
Magestad de su maña de governacion e de aquellas cosas que en aquellas
partes pasan las quales por este incombiniente ha dias que Su Magestad
no las sabe ni agora se supieran sino fuera yo el que las dixere porque
me paresce ques inumanidad callarlas a mi Rey pues tengo jurado su
servicio.
Es vien que sepa vuestra merced e de noticia desto a Su Magestad
después que Gil González tentó por muchas vias su despacho de do es-
tava Pedro Arias para seguir su viage porque con formas le páreselo
que se le estorbava, o que queriendo el dicho Pedro Arias luego
se podria poner en obra acordó de le comprar vn negrillo bolteador
quel dicho Gobernador tenia en trecientos castellanos no valiendo
ciento, e questa quantia toviese en la dicha armada el dicho Pedro
Arias para que al respeto porrata gozase en lo que adelante procediese
(le la dicha armada, e como esto fue fecho luego se puso en efecto su
camino, e se fue, e le dio licencia para llebar gente de la que alia es-
tava en mas cantidad de la licencia quel dicho González tenia para
sacar gente de alli.
Dura mui poco la amistad que tiene con ninguno de los Oíiciales an-
tes trae por grangeria rebolberlos porque nunca estén conformes e el
mismo ]-eporta e dice a los vnos lo que dicen los otros en secreto de
que se han seguido cizañas, e discordias entreUos de que ningund servi-
cio a Dios; ni a Su Magestad, ni bien a los pobladores se a seguido
antes mucha líarcialidad, e que los vnos tengan mui conoscidos a algu-
nos por sus allegados, el los otros a otros, e asi anda la cosa muy a hi
descobierta que ya se couosge e vee quales acuestan a la parte del Go-
bernador, e quales a la del thesorero quales a la del contador.
— 21 fi —
Algunas escriptiiras e registros originales qne el quena tener en sii
poder es necesario que se le den porque el que se las impide rn se alia
bien dello, e si da conocimiento dellas es de mui mala gana o no le da
bien dello, e sida conoscimiento dellas es de mui mala gana o no le da.
Asi que para lo de tierra firme combiene que Su Magostad determine
vna de dos cosas, y son perderlo, o ganarlo; para perderlo ninguna
cosa se podría buscar, ni pensar ni proveer mijor que dexarlo estar de
la forma e manera que ello se esta ; e para ganarlo e atajar tantos da-
ños, e dar orden como Dios e Su Magestad sean servidos e la tierra
remediada base de proveer quel que gobernare aquella tierra sea ombre
de buena sangre e que tenga celo e fin principal del servicio de Dios
e del Rey, e que sea amigo de Justicia, e ombre para trabajar por su
persona e non de sobrada cobdi^ia ni cargado de hijos, e de edad com-
benible para el seso e para los trabajos ; e que este tenga doquiera ques-
tobiese vna, o dos personas de buena conciencia, e letras, e que por
su persona visite arabas costas, e los pueblos dellas. e si necesario
fuere, que si es, e mucho, torne a tomar las residencias a los juezes
pasados que no serán de poco interese para la hacienda de Su Magestad
o que demás deso t^nga siempre en el Darien vn teniente que sea per-
sona de letras e buena conciencia que administre justicia en la costa,
e pueblos del Norte; e otro en la costa e pueblos del Sur, e diciendo
verdad los que agora ay que son el Lizenciado Selaia, e el Lizenciado de
Alarconcillo son personas muy suficientes para ello si les dejase Pedra-
rias lil>remente vsar de sus oficios en las cosas de Justicia; e en lo que
toca a los indios de rei)artiniiento e de las naborías; e mandar dar poT*
ninguno, aquel capitulo por donde acullá consultan e gastan muchas
cosas estraordinarias, e mandar tomar quenta al thesorero Alonso de
la Puente, e que ge la tome qnien se])a vien que cosa es quenta, porque
en aquel tiento de quenta que le tomo Gil González de Avila no se li-
quidaron muchas cosas ni se ablo en otras algunas de calidad, c ])rescio :
e proveer como las Yslas de las Perías que son la de Otaque e Tera-
reque, no sean de Pedraiins, sino que todos los Christianos puedan
pescar en ellas, e qne se haga vna torre en la de Teraroque que es ia
principal, e se funde alli vn pueblo de Christianos, a quien se enco-
mienden los yndios della porque aparejada para se poblar, e para gana-
dos e los Chrístianos que alli estovieren están mas seguros, e fuertes
que en parte de toda la tierra, e desde alli se puede niijor conquistar,
e descobrir la costa de levante e ay ai)arejo para los navios, e puert),
e mui buenas pesquerías, e ase de mandar, que libremente puedan v\
e tornar de aquella tierra los que alia fueren, e tratar libremente como
en los otros Reinos despaña e que predan libremente armar, e rescatar
por las costas los vecinos dellas ; e no otros ni los de la vna C'osta rescatar
en la otra salvo cada vno en la costa que estobiere la población do vive,
~ 917 -
e (lar por esclabos los caribe?; qne son dosde la sierra nevada ni Darien
sin qnintos ni derechos algunos asi como están dados algnnos por el
Católico Eey Don Fernando, e qne demás desto se provean, e mande
Sn Magestad qne se despaclien los capítulos qne particularmente he
dado para lo qne toca a la ci]>dad de Santa Maria del Antij^na del Da-
rien, porqués la mas importante, e mijor cosa que ai en Castilla del
Oro si el que ffrybernare aquella' tierra quisiese atender al servicio de
Dios, e de Su IMagestad.
Con lo questa diclio he satisfecho lo que debo al servicio de Dios,
e de Su ^Nfagestad e soy obligado por mi conciencia ; en lo demás vuestra
merced mire la suia pues Su Magestad me remite, a V. m. para que le
informase, e se proveiese lo que su real serbicio fuese, e como aquella
tierra no se acabe de perder, e quando vuestra merced demás de lo ques
dicho me pidiere mas larga, e particular relación de qualquier capitulo
de los qne atrás quedan escriptos, vuestra merced lo mande qne io lo
satisfaré complida mente, e crea vuestra merced que aquestas son las
verdades, e lo que pasa e todo lo que en contra se dixere es vicioso, e
falso. — Compulsado, Simanr-as 8 de Agosto 1781. — Muñoz.
80
(Sin fecVia). — Pán-afos ño la (Relación de los .suceso'í de Pedrariap D.ávila en las
provincias de Tierra firnif ó Castilla del Oro y de lo ocurrido en el descn-
brimit^nto de la mar del Sur», escrita por el Adelantado Pascual de Anda.s^ova . —
(A. (Je I., relac. ydescri|i., leg, II; publicada por Navariete en su CuJerció». de
Viajes, t. 3.0)
El año 14 Se embarco en Sevilla Pedrarias de Avila que ol Rey
Católico, de gloriosa memoria, proveyó por Gobernador de Tierra firme
llamada Castilla del Oro. con 10 naos e 1.500 hombres, la mas lucida
gente que de Es])aña ha salido. La primer tierra de Yndias que llego
fue la isla de la Dominica. De aqui siguiendo su via para Tierra firme
llego a la provincia de Santa Marta- donde desembaícc^ toda su gente;
quiso saber el secreto de la tierra y entrando cierta Capitanía de gente
dieron en cierto pueblo, desamparando los indios sus casas, se les tomo
algún despojo y se hallo cierta cantidad de oro en una sepultura D(>
aqui partió la via de Tierra firme sin hacer otra escala, salvo en Isla fuerte
que es adelante de Cartagena de aqui partida su via llego a una
provincia que se dice el Darien que es al remate de aquel golfo ; y
en ella se hallo cierta cantidad de Españoles que tenian por Capitán
e Alcalde mayor a Vasco Nuñez de Balboa y tenia sentado su pueblo
a la rivera de un rio legua y media de la mar. Un año antes que
— 218 —
llegase esta gente a aquella provincia partieron de Santo Domingo los
Capitanes Diego de Nicuesa y Alonso de Hojeda cada uno con su ar-
mada: el Hojeda fue a la costa de Paria y Santa Marta y toda aquella
costa, en eUa murió la mas parte de la gente que llevaba en guerra con
los indios y enfermedades : la gente que quedo, tomando por Capitán o
caudillo a Francisco Pizarro que después fue Gobernador del Perú,
corrieron la costa hasta llegar al Darien donde asentaron e enviaron a
dar razón de lo que pasaba a Santo Domingo ; los jueces que alli estaban
proveyeron por Alcalde Mayor al dicho Vasco Nuñez, el cual fue con
poca gente. El Diego de Nicuesa fue con su armada la costa de Vera-
gua en la cual también anduvo perdido, y dejando la líente que le habla
quedado donde es agora el Nombre de Dios en el cerro que dicen de Ni-
cuesa, tomo un bergantin con algunos de los suyos, no sabiendo donde
ir ni poblar por ser toda aquella costa fraguosa, montañosa, mal sana
y donde habia indios muy pocos ; fue corriendo la costa en busca de la
gente que habia quedado de Hojeda y a descubrir si hallase tierra donde
poblar porque el Nicuesa llevaba en jurisdicion y Capitanía la costa
de Veragua hasta el Darien y el Hojeda llevaba la otra costa de Santa
Marta y Cartagena. Llegado al Darien, hallo alli a Vasco Nuñez con
aquella gente, al cual rescibieron como hombre extrangero, y presen-
tadas sus provisiones no le quisieron admitir a la gobernación dellos
antes no le queriendo tener consigo le hicieron embarcar en un barco
solo con marineros, y aun decían que calafateado con ferro grosso ;
esto al mismo calafate que lo aderezo se lo oí yo ; y ansi el dicho Ni-
cuesa se perdió que nunca supo donde habia aportado. Visto la gente
que habia dejado en el Nombre de Dios que no venia su Capitán cons-
treñidos de necesidad, se fueron tras el y llegado al Darien se metie-
ron so la jurisdicion de los otros. Estas costas la una y la otra descu-
brió el Almirante Colon. Llego Pedrarias al Darien en fin de Julio del
dicho año 14, donde fue recibido de la gente que alli estaba, desembar-
cada toda su gente ; el pueblo era pequeño y teuian pocos mantenimien-
tos de la tierra. Desembarcados los mantenimientos que iban en el ar-
mada que repartieron por todos y las harinas y lo demás iba ya co-
rrompido de la mar, que ayudaban a la mala disposición de la tierra
que es montañosa y anegadiza, poblada de muy pocos indios. Comienza
a caer la gente mala en tanta manera que unos no podian curar a otros
y ansi en un mes murieron 700 hombres de hambre y de enfermedad de
modorra. Pesóles tanto a los que alia estaban de nuestra ida que nin-
guna caridad hacían a nadie.
Como en las cosas nunca vistas, hasta que la experiencia lo mues-
tre, pocas veces se acierta como conviene proveerse, fueron juntamente
con Pedrarias que tenían voto en la gobernación (sin los cuales Pe-
drarias no podía proveer nada) el Obispo y Oficiales ; los cuales, visto
— 219 —
como la gente se moría, comenzaron a enviar Capitanes a unas partes
y a otras del Darien y estos no iban a poblar sino a ranchear y traer
los indios que pudiesen al Darien ; lo cual pocas veces acertaron, antes
se perdió mucha gente muertos por los indios y por no se saber gobernar
ni regir y ansi volvían al Darien desbaratados, y otros con alguna
presa. Y como tantos votos fuesen en una cosa y cada uno se rigiese
por su voluntad y interese, no tenian buena orden en el proveer, ni cas-
tigaban a nenguno que hubiera hecho mal.
Vasco Nuñez hacia poco que habia venido donde habla visto la mar
del Sur y llegado cerca della. Las Capitanías y gente que hacia aquella
Izarte salieron por ser la tierra mas sana y mas poblada, hicieronse de los
españoles que iban hacia aquella parte a la tierra y traían grandes ca-
balgadas de gente presos en cadenas, y con todo el oro que pudian ha-
ber, y esta orden se tuvo cerca de tres años.
Los Capitanes repartían los indios que tomaban entre los soldados
y el oro llevaban al Darien : junto y fundido daban a cada uno su parte
y a los Oficiales y Obispo que tenian voto en la gobernación y al gober-
nador les llevaban sus partes de los indios queles cabía y como proveían
por Capitanes por el Tavor de los que gobernaban, deudos o amigos su-
yos, aunque hubiesen hecho muchos males, nenguno era castigado, y
desta manera cupo este daño a la tierra hasta mas de cien leguas del
Darien. Todas estas gentes que se traían, que fue mucha cantidad,
llegados al Darien los echaban a las minas de oro que habia en la tierra
buenas y como venían del tan luengo camino trabajados y quebrantados
de las grandes cargas que traían y la tierra era diferente de la suya y
no sana muríanse todos : en todas estas jornadas nunca procuraron
de hacer ajustes de paz ni de poblar solamente era traer indios y oro
al Darien y acabase allí.
Estando Vasco Nuñez en el Darien después que se dio su residencia,
envío sin que Pedrarias supiese a lo que iba a un Francisco Garabito
a la isla de Cuba y este trujo un navio con cierta gente y vino al
puerto de Darien, que esta legua e media del pueblo y sin desembarcar
la gente hizo saber el Garabito al Vasco Nuñez como estaba aUi, lo cual
vino a noticia de Pedrarias y como aquel navio venia por el para irse
a la mar del Sur, le prendió e hizo una jaula en que le metió en la
misma casa de Pedrarias, y estando allí se convino con el y le dio una
hija por muger, que estaba en España y rescibido por yerno le envío a
la provincia de Acia a poblar un pueblo que es el que agora esta que se
dice Acia y de aUi le dio gente que fuese al rio de la Balsa y hiciese dos
navios para bajar por el a la mar del Sur y descobrir lo que en ella
habia y ansí bajo el Vasco Xuñez en aquel rio cerca de una provincia
qu<í estaba bien poblada y en ella no había nengun señor mas de que el
señor de una parentela era el señor de aquella gente : y todos ansi vi-
— 22G —
vian en amistad sin reconocerse señor uno de otro. Esta provincia en-
tra, en la de Coiva y la cuente es acia misma es montuosa y llana y
fértil para llevar todo pan.
En este rio hecimos dos navios y esta provincia destos indios que
era harta gente aca])amos llevándolos a Acia a traer los materiales para
los navios y en acarrear la comida mesma que ellos tenian para los
carpinteros y gente que las liacian ; estos navios bajamos con mucho
trabajo hasta la mar porque hallamos muchos raudales que hacíamos
cavas para los pasar y bajados al golfo de San Miguel se anegaban
porque como los carpinteros no conocían la madera, fue tal que ella
misma se comió e se hicieron todas las tablas de palo un panal y ansí
c(m harto trabajo hobimos de pasar en ellos a la isla de las Perlas
donde se echaron al través e hecimos otros mayores e mejores e de buena
madera.
A Vasco Nuñez se le dio año y medio de termino para en aquella
jornada y que en fin del enviase a dar razón de lo que hal)ia hecho al
gobernador. Ya en este tiempo sabido Su Magestad las diferencias que
había en la gobernación por tener los Oficiales voto, en ella ha1)ia pro-
veído que Pedrarias solo gobernase, y como paso el tevmino de nño y
medio y el Vasco Nuñez siempre había hecho poco caso de los Oficiales,
ni de los indios que se habían tomado en aquellas Behetrías les ha])ía
enviado nenguno como lo hacían otros Capitanes que salían por la
tierra, teníanle enemistad y dizen al gobernador que se había alzado v
le becíeron que se viniese a Acia para desde allí saber del e enviar por
el, y los Oficiales se vinieran con el gobernador. En este tiempo el Vaso
Nuñez, hechos los navios se vino al Golfo de San ]Míguel y en una pro-
vincia que se dice Pequeo que estaba bien poblada, desembarco la gente
y asento el real donde estuvo dos meses tomando y prendiendo indios
para enviar a Acia por mas jarcia y porque faltaba para los navios.
Y como teníamos por nueva que en Castilla estaba proveído para venir
])or gobernador de aquella tierra Lope de Sosa, el Vasco Nuñez hizo
juntar ciertos amigos, personas honrradas y en secreto les dijo como
el enviaba a Acia a un Valderrabano con cierta gente y con los indios
que alli tenia y que mandaba que enviase un hombre de que llegase
cerca de Acia y que de noche entrase y que sóplese su casa dal Vasco
Nuñez si había novedad de gobernador y que si la hubiese se volviese
con toda la gente que llevaba, porque el nuevo Gobernador no le des-
hiciese la armada y que iríamos a poblar a Chepabar que es seis le-
guas mas hacía Acia de Panamá. Este hombre fue preso por la justi-
cia que alli estaba por verle venir de noche como escucha y porque el
gobernador lo tenia asi mandado que si viniesen algunos que se los
enviasen al Darien ; el cual como esto supo vino luego con los Oficiales
a Acia. Y llegado el Valderrabano envío sus despachos al gobernador.
— 221 —
Los Oficiales comienzan a acusar al Vasco Nuñez indiendo que envia-
sen por el y trajesen preso y en esto el gobernador le escribió una carta
que luego seveniese donde el estaba a descargarse de lo que le acusaban
y el vino luego y llegado a Acia le dieron una casii por cárcel con guar-
dias. Pedrarias teniéndole por yerno, no quiso entender en su caso,
remitiólo al Licenciado Espinosa que era Alcalde Mayor este hizo el
¡)roceso y le sentencio a cortar la cabeza y al Valderrabano y a Botello
que era el que vino delante y Arguello que era un amigo que tenia en el
Darien \'asco Nuñez, a este por ciertas cartas que liabia escrito al
Vasco Nuñez y rescibido otras suyas. Heclia esta justicia, Pedrarias
se partió con toda la gente que alli estaba para la isla de las Perlas
donde estaban ya los navios con la gente que habia quedado en la mar
del Sur y de alli en los navios y la otra gente que quedaba yendo hi
vuelta de Panamá por tierra con el Licenciado Espinosa llego el gober-
nador a l'anama donde pobló la cibdad que ahora es.
ÍNDICE GENBRAL
Páginas.
I. — Expediciones de Nicuesa y Ojeda. — Funda éste la villa de San
Sebastián y regresa a la Española. — El bachiller Enciso lleva
socorros al Darien ; con él va Vasco Ntíñez de Balboa. — Fun-
dación de la villa de Nuestra Señora del Darien. — Desgracia-
dos sucesos de la expedición de Nicuesa. — Destitución de En-
ciso y establecimiento del régimen municipal en Santa María.
Envían los colonos a buscar a Nicuesa. — Disposiciones oficia-
les.— Destitución de Nicuesa y Ojeda. — Vasco Ntíñez es nom-
brado Capitán y Alcalde mayor del Darien V
II. — Causas que motivaron la expulsión de Diego de Nicuesa de
Santa María la Antigua.^ — Participación que en ella tuvieron
el bachiller Enciso y Vasco Ntíñez de Balboa XXXVII
III. — Vasco Ntíñez Gobernador del Darien. — Expedición a la provin-
cia de Coiba. — Exploración del Golfo y de los ríos que en él
desaguan. — Conjuración de los caciques indios contra los cris-
tianos.— Vasco Ntíñez y Colmenares sorprenden y derrotan a
los conjurados. — Expedición a las provincias de Careta y Co-
mogre. — Primeras noticias de la proximidad de la mar del
Sur. — Conjuración de algunos españoles contra Vasco Ntíñez. Lili
IV. -Organizase en España una importante expedición para ir a de.s-
cubrir la mar del Sur. — Se confiere su mando y el Gobierno
de Tierra firme a Pedrarias Dávila. — Confabulación de En-
ciso, Quincedo y Colmenares contra Vasco Ntíñez. — El Gober-
nador lleva órdenes para procesarle. — Partida de la Armada
para Tierra firme LXVII
V. — Llegan a Tierra firme socorros conducidos por Cristóbal Serra-
no.— Envía Vasco Ntíñez por su Procurador a Castilla a Se-
bastián de Ocampo. — Recibe noticias de que sus enemigos han
logrado que se le releve del cargo de Gobernador. — Organiza
una pequeña columna con la que va a las tierras del cacique
Cemogre. — Descubrimiento del Océano Pacífico LXXXI
— 224 —
Páginas.
VI. — El Tesorero de la isla Española Miguel de Pasamonte. — Su in-
tervención en los asuntos de Vasco Núñez de Balljoa Cl
Xll. — Llegada de Pedrarias a Santa María la Antigua. — El hambre y
las enfei'medades diezman a los expedicionarios. — Política de
Pedrarias con relación a Vasco Núñez. — Los Capitanes de Pe-
drarias destruyen la obra de paz realizada por Vasco Núñez. CXI
\'11I. — Lamentable estado de la Gobernación de Tierra firme en 1515.
— Pedrarias no permite a Vasco Núñez ir a su Gobierno j en-
vía éste por gente a la Española y Cuba para llevarla a Pa-
namá ; coincide la llegada de la gente con carta real a Pedra-
rias para que reduzca a prisión a Vasco Núñez. — Prisión de
Vasco Núñez. — Condiciones en que recobra la libertad ; falsas
promesas de Pedrarias. — Va Vasco Núñez a repoblar Acia y
después a construir una Armada para la mar del Sur CXXIX
IX. — Vasco Núñez repuebla la villa de Acia y comienza la construc-
ción de cuatro bergantines para descubrir en la mar del Sur.
Las noticias de las crueldades cometidas con los indios por el
Licenciado Espinosa determinan al lley a destituir a Pedra-
rias.— Llegan a Santa María las provisiones concediendo a
Diego de Albitez el descubrir en la mar del Sur y poblar en
sus costas. — Vasco Núñez pide prórroga de tiempo para termi-
\iar la construcción de los bergantines y Pedrarias se resiste
a concedérsela CLIII
X. — Llega a oídos de Vasco Núñoz que Lope de Sosa relevaba a Pe-
drarias en el Gobierno de Tierra firme y que se había autori-
zado a Diego de Albitez para descubrir en la mar del Sur. — Sus
temores de que le quitaran el mando de los barcos y resolución
de antes de entregarlo hacerse a la mar para realizar los des-
cubrimientos.— Descúbrese su intento, es reducido a prisión y
fórmasele causa CLXVII
XI. — Vasco Núñez y sus compañeros son condenados a la pena de
muerte y ejecutados en Acia. — Consideraciones sobre los car-
gos formulados por Pedrarias en el escrito en que negó la ape-
lación de la sentencia ante el Rey. — Semblanza de Vasco Núñez CLXXV
DOCUMENTOS
Páginas.
1. — (Año de 1508. — Junio 9, Burgos). — Capitulación con Diego de Ni-
cuesa en su nombre y en el de Alonso de Ojeda para poblar en Uraba
y Veragua 3
2. — (Año de 1511. — Diciembre 23, Zaragoza). — Real cédula nombrando a
Vasco Ntíñez Gobernador interino del Darieu 9
3. — (Año de 1512. — Enero 17, Buj-gos). — Carta a los que están en el asiento
de Nicuesa para que se pasen al Darien 9
4. — (Año de 1512. — Enezo 28, Burgos). — Carta a Diego de Nicuesa o la per-
sona que tuviere preso a Olano que le envíe a la Corte con el pro-
ceso que contra él está hecho 10
5. — (Año de 1512. — Enero 31, Burgos). — El Rey a Diego de Nicuesa orde-
nándole regrese inmediatamente a España 11
6. — (Año de 1512. — Enero 31, Burgos). — Carta a los de la provincia del
Darien ordenándoles que hagan buen recibimiento a los que están
en el pueblo de Nicuesa cuando allá se pasaren 11
7. — (Año 1512. — Julio 5, Burgos). — Reclama el bachiller Enciso daños y
peí juicios que se le irrogaron por su expulsión del Darien 12
8. — Año de 1513. — Enero 20, Santa María del Darien). — Carta de Vasco
Núñez al Rey dándole noticias de sus descubrimientos y pidiendo
auxilios para continuarlos y fundar poblaciones 13
9. — (Año de 1513. — Mayo 31, Valladolid). — El Rey acusa recibo a los Ofi-
ciales de Sevilla de las cartas en que le comunican tenerse noticia
en Tierra firme de la proximidad de la mar del Sur y ordena que
sin pérdida de momento se equipe una armada que conduzca allí
de ochocientos a mil hombres 25
10. — (Año de 1513. — Junio 11, Valladolid). — Carta del Rey a los vecinos del
Darien anunciándoles el envío de un Gobernador al frente de ima
expedición, les ofrece mercedes y les manda den crédito a lo que
les diga de su parte Pedro de Arbolancha 27
ll.^(Año de 1513. — Junio 18, Valladolid. — Real cédula a Pedrarias Dá-
vila para que vea las ejecutorias que lleva el bachiller Enciso contra
el Concejo de la Villa de Santa María la Antigua del Darien 28
i5
2¿6 —
Páginas.
]^2. (Año de 1513). — Julio 18, Valladolid). — Real cédula ordenando a Pe-
drarias que al llegar al Darien forme proceso a Vasco Núñez por
la conducta que siguió con el bachiller Enciso 29
13.— (Año de 1513.— Julio 27, Valladolid).— Título de Capitán general y
Gobernador de la provincia de Castilla del Oro en el Darien, ex-
pedido por el Rey Católico a Pedrarias Dávila 31
14. (Año de 1513. — Julio 28, Valladolid). — Real cédula a Pedrarias Dávila
para que tome residencia a Vasco Núñez por el tiempo que fué
Alcalde mayor del Darien 35
l5._(Año de 1513. — Agosto 2, Valladolid). — Instrucción dada por el Rey a
Pedrarias Dávila para su viaje a la provincia de Castilla del Oro
que iba a poblar y pacificar con la gente que llevaba 37
16. — (Año de 1513. — Agosto 9, Valladolid). — Real cédula a Pedrarias Dá-
vila para que haga justicia a Juan de Quincedo de los agravios que
dice le ha inferido Vasco Núñez de Balboa 4G
17. — (Año de 1513. — Agosto 9, Valladolid). — Real cédula a Pedrarias Dá-
vila para que haga justicia a Rodrigo Colmenares de los agravios
que dice le ha inferido Vasco Núñez de Balboa 4*3
18. — (Año de 1513. — Septiembre 29, Madrid). — Los caballeros e hidalgos y
hombres de bien que se hallaron en el descubrimiento de la mar
del Sur con el magnífico y muy noble señor el Capitán Vasco Núñez
de Balboa, Gobernador por Sus Altezas en la Tierra firme 47
19. — (Año de 1514. — Enero 14, Madrid). — Real cédula a Pedrarias Dávila
que haga justicia a Rodrigo de Colmenares de los agravios que dice
le ha inferido Vasco Núñez de Balboa 49
20. — (Año de 1514. — Junio 26, Sevilla). — Sebastián de Ocampo substituye
en Alonso de Noya y en Cobos, Oficiales del Secretario Lope de
Conchillos, el poder que tenía de Vasco Núñez de Balboa para nego-
ciar con Su Alteza 49
21. — (Año de 1514. — Junio 26, Sevilla). — Escritura por la que Sebastián de
Ocampo hace donación a Alonso de Noya de una muía y cuarenta
ducados de oro para que negocie en la Corte los asuntos de Vasco
Núñez de Balboa 50
22. — (Año de 1514. — Agosto 19, Valladolid). — Real cédula a las Autoridades
y vecinos de Santa María la Antigua del Darien manifestándoles
que serán remunerados por sus servicios y que se concederán mer-
cedes a Vasco Núñez 52
23. — (Año de 1514. — Agosto 19, Valladolid). — El Rey comunica a Pedra-
rias Dávila que iba de camino para Castilla del Oro el descubri-
miento de la mar del Sur por Vasco Núñez de Balboa y le da ins-
trucciones para poblar y seguir los descubrimientos 53
24. — (Año de 1514. — Agosto 19, Valladolid). — El Rey acusa recibo a Vasco
Núñez de las cartas en que le comunicaba el descubrimiento de la
mar del Sur y le ofrece mercedes 67
25.— (Año 1514. — Septiembre 23, Valladolid). — Real cédula a los vecinos de
— 227 —
Páginas.
las proviücias de Panamá y Coiba participándoles haber nombrado
Gobernador de ellas a Vasco Núuez de Balboa ü9
26. — (Año de 1514. — Septiembre 23, Yalladolid). — Real cédula a Pedrarias
Dávila participándole haber nombrado Adelantado de la mar del
Sur y Gobernador de las provincias de Panamá y Coiba a Va.sco
Núñez de Balboa 61
27. — (Año de 1514. — Septiembre 23, Yalladolid). — Real cédula a Alonso de
la Puente, Tesorero de Castilla del Oro, participándole haber nom-
brado Adelantado de la mar del Sur y Gobernador de las provincias
de Panamá y Coiba a Vasco Núñez de Balboa 02
28^— (Año de 1514.— Septiembre 23, A^alladolid). — El Rey comunica a los
Oficiales Reales de Castilla del Oro que ha nombrado a Vasco Núñez
de Balboa Adelantado de la mar de Sur y Gobernador de las pro-
vincias de Panamá y Coiba 63
2'J.— (Año de 1514. — Septiembre 23, Valladolid). — Real cédula nombrando
a Va.sco Núñez de Balboa Adelantado de la mar del Sur y Gober-
nador de las provincias de Panamá y Coiba 63
33._(Año de 1514.— Septiembre 23, Valladolid).— Título de Adelantado de
la Costa del mar del Sur expedido a favor de Vasco Núñez de
Balboa 64
31. — (Año de 1514. — Noviembre 26, Santa María la Antigua). — A Su Al-
teza el Bachiller Enciso (extracto de Secretaría) da cuenta de una
expedición al Cenú 65
31 bis. — (Año de 1514. — Noviembre 26, Santa María la Antigua). — Extracto
de carta a Su Alteza de Pedrarias Dávila y de los Oficiales de
Castilla del Oro 66
32.— (Año de 1515.— Febrero 28, Medina del Campo).— El Rey a Pedra-
rias Dávila que ha hecho muy bien en tomar parecer a Vasco
Núñez sobre lo que se debe hacer en aquella tierra 67
33. — (Año de 1515. — Abril 30, Santa María la Antigua). — A Su Alteza
Vasco Niíñez (extracto de Secretaría) se queja de que se le trata
mal en la residencia y acusa recibo de las provisiones Reales nom-
brándole Gobernador de Panamá y Coiba y Adelantado de la mar
del Sur 68
34. — (Año de 1515. — Mayo 2, Santa María la Antigua). — A vSu Alteza el
Bachiller Corral, Alcalde ordinario (extracto de Secretaría), se
queja de la conducta de Vasco Núñez 69
35. — (Año de 1515. — Mayo 2, Santa María la Antigua). — A Su Alteza de
Pedrarias y Oficiales (extracto de Secretaría) dan cuenta de las
expediciones realizadas por consejo de Vasco Núñez para reconocer
y poblar la tierra 70
36. — (Año de 1515. — Agosto 2, Aranda). — El Rey a Pedrarias Dávila, con-
testa a sus cartas que puesto que Vasco Núñez es allí tan necesario
que no venga a España y se envíen los procesos de su residencia
para mandarlos ver 72
— 228 —
Páginas,
37. (Año de 1515. — Agosto 2, Aráñela). — Carta del Rey a Vasco Núñee
de Balboa ordenándole que continúe allí a pesar de sus deseos de
venir a España por ser necesarios sus servicios 74
38. — (Año de 1615. — Agosto 2, Aranda). — Carta del Rey al Obispo F. Juan
de Quevedo contestando a la suya en que recomienda a Vasco
Ntíñez 75
39. — (Año de 1515. — Octubre 16, Santa María la Antigiia). — Vasco Núñee
a Su Alteza (extracto de Secretaría) ; se queja de que Pedrarias
no le quiere dar gente para ir a su gobernación ; pide se le autorice
a llevar cien hombres de los que estaban con él antes de ir Pe-
drarias 7f3
40. — (Año de 1515. — Octubre 18, Santa María la Antigua). — El Obispo
Fr. Juan de Quevedo a Su Alteza (extracto de Secretaría) pide
que vaya una persona a saber la verdad de lo que allí ocurre 77
41. — (Año de 1515. — Octubre 20, Santa María la Antigua). — Los Oficiales
de Tierra firme a Su Alteza (extracto de Secretaría) dicen que ni
Pedrarias ni Vasco Niíñez tienen condiciones para el cargo de Go-
bernador 77
42.— (Año de 1515.— Octubre 20, Santa María la Antigua).— A Su Alteza
el Gobernador y Oficiales de Tierra firme (extracto de Secretaría)
dan cuenta de la expedición de Vasco Núñez al Dabaybe 78
43. — (Año de 1515. — Octubre 20, Santa María la Antigua). — A Su Alteza,
Pedrarias y Oficiales de Tierra firme (extracto de Secretaría) di-
cen que ya escribieron el ofrecimiento hecho por Diego Albitez de
descubrir en la mar del Sur 79
44. — (Año de 1515. — Octubre 26, Santa María la Antigua). — Caita de Vasco
Núñez al Rey denunciando los abusos que se cometían y las causas
del estado precario de la Colonia 80
45. — (Año de 1515. — Noviembre 20, Santa María la Antigua). — A Su Alteza
el Licenciado Espinosa (extracto de Secretaría) manifiesta que
hacía cuatro meses que remitió el proceso de la residencia de Vasco
Ntíñez menos una parte que envía ahora 87
46. — (Año de 1515. — Noviembre 20. Santa María la Antigua). — A Su Alteza
los Oficiales de Tierra firme (extracto de Secretaría) insisten en que
ni el Obispo ni Pedrarias ni Vasco Núñez deben estar allí 88
47. — (Año de 1515. — Noviembre 22, Santa María la Antigua). — A Su Alteza
el 01)ispo Fr. Juan de Quevedo (extracto de Secretaría) da cuenta
de la salida de Pedrarias para Comogre y Tubanama y que él ha
escrito al Tesorero Pasamente lo que allí pasa 88
48. —(Año de 1515. — Noviembre 23, Santa María la Antigua). — A Su Al-
teza Alonso de la Puente (extracto de Secretaría) recomienda con
gran interés el ofrecimiento de Diego de Albitez de fundar pobla-
ciones y hacer descubrimientos en la mar del Sur , 89
49.— (Año de 1515.— Noviembre 25, Santa María la Antigua).— A Su Al-
teza Pedrarias Dávila (extracto de Secretaría) dice que ha favore-
• — 229 —
Páginas.
ciclo a Vasco Núñez como Su Alteza le mandó 92
50. — (Año de 1515. — Noviembre 27, Santa María la Antigua). — A Su Al-
teza Vasco Núñez (extracto de Secretaría) dice que obedece al Go-
bernador y le informa de todo lo que cree conveniente, pero que
toma más el parecer de otros que el suyo 7... 93
51. — (Año de 1515. — Diciembre 15, Santa María la Antigua). — A Su Alteza
el Licenciado Espinosa (extracto de Secretaría) da cuenta de su ex-
pedición a Careta, Comogre y Pocorosa 91
52. — (Sin fecha ni lugar). — Representación de Pedrarias Dávila pidiendo
se limitaran las mercedes otorgadas a Vasco Núñez, e instrucción
de lo que contra é.ste había de decirse a Su Alteza 95
53. — (Año de 1515). — Instrucciones dadas por Fr. Juan de Quevedo, Obis-
po del Darien, .al Maestrescuela Toribio Cintado, de lo que había
de informar al Rey sobi'e lo que ocurría en Castilla del Oro 99
54. — (Año de 1516. — Enero 20, Santa María la Antigua). — A Su Alteza
Pedrarias Dávila (extracto de Secretaría) da cuenta de su viaje a
las provincias de Careta, Comogi-e y Pocorosa, y se queja de la con-
ducta del Obispo Fr. Juan de Quevedo IOS
55. — (Año de 1516. — Enero 28, Santa María la Antigua.) — A su Alteza
Alonso de la Puente, Tesorero de Castilla del Oro (extracto de Se-
cretaría), da cuenta de la expedición de Pedrarias a las provincias
de Careta, Comogre y Pocorosa, y pide que vaya un Oidor de la
isla Española para enterarse de lo que ocurre en el Darien 111
56. — (Año de 1516. — Enero 28, Santa María la Antigua). — A Su Alteza el
Tesorero y Contador de Castilla del Oro (extracto de Secretaría)
hablan mal del Obispo Fray Juan de Quevedo 113
57. — (Año de 1516. — Febrero 20, Santo Domingo). — A Su Alteza Pasa-
monte (extracto de Secretaría) da cuenta de la situación de
Castilla del Oro y propone regresen a España Pedrarias Dávila,
el Obispo y los Oficiales, quedando de Gobernador Vasco Núñez
como estaba antes de ir la Armada 115
58.— (Año de 1516.— Junio 30, Madrid).— (Extracto de Secretaría). El
Bachiller Enciso pide que se vean los recui'sos que entabló contra
providencia del Alcalde Mayor de Santa María la Antigua en el
juicio de residencia de Vasco Núñez 116
59. — (Año de 1515-17). — Relación hecha por Gaspar de Espinosa, Alcalde
Mayor de Castilla del Oro, de todo lo que le sucedió en la entra-
da que de orden de Pedrarias Dávila hizo en las provincias de
Comogre, Pocorosa, Nata y Paris 117
60. — (Año de 1516-17). — Memorial contra Vasco Núñez presentado por
Rodrigo de Colmenares 150
61. — (Año de 1517. — Julio 22, Madrid). — Carta del Cardenal Jiménez de
Cisneros censurando duramente los excesos cometidos con los in-
dios por el Alcalde Mayor y ordenando a Pedrarias obedezca a los
PP. Jerónimos de la isla Española en todo lo que lo mandaren 155
230 —
Páginas.
62. — (Año de 1518. — Enero 13, Santa María la Antigua). — Se concede
prórroga de cuatro meses a Vasco Ntíñez para terminar los bar-
cos y hacer la expedición de descubrimiento en la mar del Sur 156
63. — (Año de 1518. — Febrero 22, Santo Domingo). — Párrafos de carta di-
rigida por el Licenciado Suazo a Mr. Xevres, del Consejo público
y secreto 157
64.— (Año de 1518.— Marzo 20, Valladolid).— Real cédula a los PP. Jeró-
nimos, Gobernadores de la isla Española, para que permitan a Die-
go Albitez llevar de allí gente para los pueblos que iba a fundar
en el Golfo de San Blas y en la costa del Sur 169
65. — (Año de 1518. — Marzo 23, Valladolid). — Real cédula autorizando a
Diego Albitez para fundar dos pueblos, uno en el Golfo de San
Blas y el otro a la parte del Sur, y para hacer expediciones de
descubrimiento por la mar del Sur 170
66. — (Año de 1519. — Enero 12, Santa María la Antigua). — Requerimien-
to hecho a Pedrarias Dávila por el Licenciado Espinosa para que
resolviese si procedía conceder a Vasco Núñez recurso de apela-
ción de la sentencia que .se le impusiera en la causa que se le ins-
truía y contestación de Pedrarias 172
67. — (Año de 1519. — Enero 27). — Testimonio de posesión de la mar del
Sur que en nombi-e de los Reyes tomó el Gobernador Pedrarias
Dávila 179
68. — (Año de 1519. — Marzo 30, Barcelona). — El Rey comunica a los un-
ciales de la Casa de Contratación de Sevilla que Lope de Sosa ha
aceptado el cargo de Gobernador de Tierra firme 180
69.— (Año de 1519.— Mayo 20, Barcelona) .—El Rey comunica a Pedra-
rias Dávila que ha hecho donación a Carlos Puper, Señor de La-
xao, de las tres cuartas partes del quinto que a él le correspon-
de de los beneficios obtenidos en la expedición que en la mar del
Sur había hecho Vasco Ntíñez de Balboa 185
70. — (Año de 1519. — Junio 18, Barcelona). — Requerimiento hecho a Pe-
drarias en nombre de Gil González Dávila para que en cumpli-
miento de la Real cédula de dicha fecha le entregasen los navios
construidos por Vasco Ntíñez de Balboa 187
''I- — (Año de 1520. — Septiembre 17, Valladolid). — Se ordena que por ha-
ber fallecido Lope de Sosa contintíe de Gobernador de Castilla del
Oro Pedrarias Dávila 194
72. -(Año de 1521. — Abril 11, Burgos).— Real cédula a Pedrarias Dávila
para que entregue a Gonzalo Ntíñez de Balboa las naborias que
fueron de su hermano el Adelantado Vasco Ntíñez 195
73. — (Año de 1521. — Septiembre 6, Burgos). — Párrafo de carta de los Go-
bernadores del Reino a Pedrarias Dávila declarando nula la re-
sidencia que le había tomado el Licenciado Alarconcillo por no
tener poder para ello 196
74.— (Año de 1523.— Julio 4, Valladolid).— Real cédula al Gobernador de
— 231 —
Paginas.
Castilla del Oro para que hiciese la justicia que pedía Gonzalo
Núñez de Balboa por la injusta muerte de su hermano el Ade-
lantado Vasco Núñez 196
7o. — (Año de 1523. — Julio 4, Valladolid). — Real cédula al Gobernador de
Castilla del Oro reiterándole la orden para que entregue a Gon-
zalo Núñez de Balboa las uaborias que fueron de su hermano el
Adelantado Vasco Núñez 197
70. — (Año de 1525. — Septiembre 22, Toledo). — Real cédula al Capitán Ge-
neral y Diputados de la Armada que se aprestaba para ir a des-
cubrir Tarsis, a Ofir, Cipango y el Catayo oriental, recomendándoles
a los hermanos de Vasco Núñez de Balboa 198
77. — (Año de 1525. — Diciembre 17, Toledo). — Carta del Consejo de las
Indias al Capitán General y Diputados de la Armada que se apres-
taba para ir a descubrir Tarsis, Ofir, Cipango y el Catayo orien-
tal, recomendándoles a los hermanos de Vasco Núñez de Balboa 198
78. — (Sin fecha). — Memorial de un religioso Dominico sobre «La deshoi--
den de Pedrarias» 199
79. — (Sin fecha). — Memorial de Gonzalo Fernández de Oviedo denun-
ciando abusos de Pedrarias Dávila y sus Oficiales en la Goberna-
ción de Castilla del Oro 209
80. — (Sin fecha). — Párrafos de la «Relación de los sucesos de Pedrarias
Dávila en las provincias de Tierra firme o Castilla del Oro y de
lo ocurrido en el descubrimiento de la mar del Sur», escrita por el
Adelantado Pascual de Andagoya 217
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E Altolaguirre y Duvala, Ar\ el
125 de
B2Ái Vasco ííuríez de Balboa.