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Full text of "Vasco Nuñez de Balboa"

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in  2010  with  funding  from 

University  of  Toronto 


http://www.archive.org/details/vasconuezdebalOOalto 


VASCO  NUlZ  DE  BALBOA 


POR 


flngel  de  flltolaguirre  y  Duvale 
in 


De  la  Real  /academia  de  la  Historia. 


m:adrid 

Imprenta  del  Patronato  de  Huérfanos  de  Intendencia  é  Intervención  Militares- 
Caracas,  número  7. 
1914 


E 

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fil0428 


Expediciones  de  Nicuesa  y  Ojeda. — Funda  éste  la  villa  de  San  Sebastián  y  regresa 
a  la  Española. — El  bachiller  Enciso  lleva  socorros  al  Darien;  con  él  va  Vasco 
Núñez  de  Balboa. — Fundación  de  la  villa  de  Nuestra  Señora  del  Darien. — 
Desgraciados  sucesos  de  la  expedición  de  Nicuesa. — Destitución  de  Enciso  3' es- 
tablecimiento del  régimen  municipal  en  Santa  María. — Envían  los  colonos  á 
buscar  a  Nicuesa. — Disposiciones  oficiales. — Destitución  de  Nicuesa  y  Ojeda. — 
Vasco  Núñez  es  nombrado  Capitán  y  Alcalde  mayor  del  Darien, 


Por  capitulación  otorgada  en  Burgos  el  9  de  Junio  de  1508  con 
Diego  de  Nicuesa  por  sí  y  en  nombre  de  Alonso  de  Ojeda,  se  les  con- 
cedió por  término  de  cuatro  años  la  gobernación  de  las  tierras  de 
Urabá  al  primero  y  las  de  Nicaragua  al  segundo,  imponiendo  a  am- 
bos, entre  otras  condiciones,  la  de  que  habían  de  construir  dos  for- 
talezas en  sus  respectivos  territorios  y  autorizándoles  para  llevar 
600  hombres  de  la  isla  Española  y  200  de  la  Península  \ 

Temerario  parece  el  propósito  de  dos  particulares  de  alistar  un 
numeroso  contingente  cuando  tan  refractarios  se  mostraban  los  espa- 
ñoles a  pasar  a  las  colonias  que  se  hizo  preciso  conceder  indultos  a  los 
penados  que  se  presentasen  a  ir  a  ellas,  visto  el  negativo  resultado  que 
de  otros  estímulos  se  había  obtenido  ^;  porque,  en  efecto,  a  los  gran- 
des entusiasmos  que  en  todas  las  clases  sociales  produjera  el  descu- 


1  Apéndice  1. 

2  Por  Real  Cédula  de  10  de  Abril  de  1495  (Colee.  Navarrete,  tomo  II,  fo- 
lio 165)  se  concedieron  beneficios  a  los  que  fueren  a  poblar  la  isla  Española;  pero 
no  dando  esta  disposición  el  resultado  apetecido,  tuvo  que  recurrirse  para  com- 
pletar el  número  de  personas  que  había  de  llevar  D.  Cristóbal  Colón  en  su  tercer 
viaje  al'  recurso  extremo  de  enviar  a  ella  los  penados,  dirigiéndose  a  las  Justicias 


VI 

brimiento  de  tierras  a  la  distancia  que  el  gran  Colón  predijo,  había 
sucedido  el  mayor  desencanto:  las  cartas  que  de  las  colonias  se  re- 
cibían y  los  relatos  de  los  repatriados  constituían  poderosos  calman- 
tes para  traer  a  la  realidad  a  las  más  exaltadas  imaginaciones;  por 
ninguna  parte  parecían  ni  había  indicios  de  que  existieran  próximos 
aquellos  prósperos  y  civilizados  dominios  del  gran  Kan,  tan  abun- 
dantes en  oro,  plata,  piedras  preciosas  y  especiería  con  que  Colón 
había  deslumhrado  a  los  primeros  expedicionarios,  haciéndoles  con- 
cebir la  esperanza  de  que  en  breve  plazo  regresarían  a  la  Península 
cargados  de  riquezas;  habíanse,  sí,  descubierto  numerosas  y  extensas 
islas  surcadas  por  caudalosos  ríos  y  pobladas  por  razas  salvajes  que 
casi  sin  resistencia  se  sometían  a  los  españoles,  la  bondad  de  las  tie- 


en  22  de  Junio  de  1497  carta  patente  en  la  que  se  les  mandaba  que  «cada  e 
cuando  alguna  o  algunas  personas  así  varones  como  mujeres  de  nuestros  Reinos 
hobieren  cometido  o  cometieren  cualquier  delito  o  delitos  por  que  merezcan  ser 
desterrados  para  alguna  isla  o  para  labrar  e  servir  en  los  metales,  que  los  deste- 
rréis que  vayan  a  estar  e  servir  en  la  dicha  isla  por  el  tiempo  que  habían  de 
estar  en  la  dicha  isla  o  labor  de  metales.  E  así  mismo  todas  las  otras  personas 
que  fuesen  culpantes  en  delitos  que  no  merezcan  pena  de  muerte  seyendo  tales 
los  delitos  que  justamente  se  les  pueda  dar  destierro  para  las  dichas  Indias, 
según  la  calidad  de  los  delitos,  los  condenéis  o  desterréis  para  la  dicha  isla  Es- 
pañola por  el  tiempo  que  a  vosotros  paresciere :  a  los  que  merezcan  ser  desterra- 
dos perpetuamente  fuera  del  Reino  que  lo  sean  a  la  Española  por  diez  años  y  a 
los  que  fueren  por  tiempo  limitado  la  mitad  del  tiempo  de  condena».  Los  com- 
prendidos en  esta  disposición  debían  ser  conducidos  a  Sevilla  para  que  allí  se  les 
tuviese  (la  buen  recaudo  hasta  entregarlos  al  Almirante  en  los  navios  cuando  estén 
prestos  a  salir  para  las  Indias». 

Por  otra  Carta  patente  de  la  misma  fecha  de  22  de  Junio  de  1497  (Colee.  Na- 
varrete,  tomo  II,  fol.  212)  se  concede  a  los  criminales  que  no  hubieran  cometido 
alguno  de  los  delitos  que  expresa,  el  perdón  de  «cualquier  crímenes  o  delitos  e  de 
cualesquier  manera  e  calidad  e  gravedad  que  sean  que  hobiesen  fecho  o  cometido 
fasta  el  día  de  la  publicación  de  esta  nuestra  Carta»,  a  condición  de  que  fuesen  a 
servir  a  su  costa  a  la  isla  Española  por  dos  años  los  que  mereciesen  pena  de  muerte 
y  los  demás  por  uno  y  se  acogiesen  a  este  beneficio  antes  del  1.°  de  Octubre  si- 
guiente. 

Esta  última  prescripción  rigió  sólo  para  completar  la  gente  que  debía  llevar  til 
Almirante  en  su  tercer  viaje,  pero  la  primera  estuvo  en  vigor  hasta  que  por  Carta 
patente  de  11  de  Abril  de  1505  dirigida  a  las  Justicias  se  les  dijo :  ((Vos  mando 
que  de  aquí  adelante  no  desterredes  a  ningunos  deliquentes  salvo  que  quando  al- 
gunas personas  cometieren  los  delitos  porque  fueron  mandados  desterrar  para  las 
dichas  islas  les  dedes  la  pena  que  merescieren  según  las  leyes  deslos  mis  reimj.b». 
(Acad.*  de  la  Hist.*,  Colee.  Muñoz,  tomo  75,  fol.  142). 


VII 

rras  y  la  benignidad  del  clima  prodncían  una  vegetación  exube- 
rante y  exótica,  extensos  y  abrigados  puertos  ofrecían  seguro  asilo 
a  los  navegantes;  existían,  pues,  en  ellas  todos  los  elementos  nece- 
sarios para  con  tiempo,  capital  y  trabajo  convertirlas,  como  después 
se  convirtieron,  en  un  emporio  de  riqueza;  pero  el  aventurero  espa- 
ñol, en  la  primera  época  de  los  descubrimientos,  no  abandonaba  su 
patria  y  familia  para  establecerse  definitivamente  en  aquellos  sitios, 
iba  en  busca  de  oro  con  la  esperanza  de  en  un  breve  plazo  regresar 
convertido  en  un  potentado,  y  se  encontraba  en  vez  de  la  fortuna  que 
soñara  con  un  país  que  carecía  de  los  animales  que  sirven  de  ali- 
mento o  de  poderoso  auxilio  en  el  trabajo,  y  tan  mísero  de  produc- 
tos naturales  e  industriales  que  se  hacía  preciso  llevar  de  España 
todo  lo  necesario  para  la  vida  del  hombre  civilizado,  y  cuando  los 
víveres  se  agotaban  o  corrompían  no  les  quedaba  más  recurso  que 
por  buenas  o  por  la  fuerza  obtener  de  los  indígenas  maíz,  pescado 
y  frutas,  con  lo  que  iban  sosteniéndose  hasta  la  llegada  de  algún 
barco  de  la  Península;  las  privaciones  y  penalidades  de  la  conquista 
y  ocupación  del  territorio  y  el  cambio  de  clima,  aguas  y  alimentos 
producían  enfermedades  que  diezmaban  a  los  colonos,  y  podía  darse 
por  muy  satisfecho  el  que  tan  pobre  como  fué  lograba  volver  sano 
a  España,  siendo  fiel  expresión  del  concepto  que  el  pueblo  tenía  for- 
mado de  las  colonias  aquella  frase  que  D.  Fernando  Colón  refiere 
que  oyó  en  Granada  a  un  repatriado  que  con  otros  esperaba  ver  a 
los  Reyes  para  exponerle  sus  cuitas:  «Mirad  los  hijos  del  Almirante, 
los  Mosquitillos  de  aquel  que  ha  hallado  tierras  de  vanidad  y  engaño 
para  sepulcro  y  miseria  de  los  hidalgos  castellanos». 

Si  el  aventurero,  lo  mismo  en  las  Indias  que  en  la  Península,  se 
mostraba  refractario  a  la  vida  tranquila  y  laboriosa  del  colono,  su 
espíritu  inquieto  le  incitaba  a  alistarse  en  las  empresas  de  descu- 
brimiento con  la  esperanza  de  hallar  aquellas  tierras  profetizadas 
por  Colón  en  que  tanto  abundaba  el  codiciado  metal;  en  este  estado 
social  y  en  el  prestigio  de  sus  nombres  confiaban  ambos  Gober- 
nadores para  llevar  adelante  sus  proyectos;  de  distinguida  fami- 
lia y  afable  trato  Diego  de  Nicuesa,  que  pasó  a  la  isla  Española  con 
el  Comendador  Ovando,  se  había  captado  por  sus  condiciones  per- 


VIH 

sonales  y  su  riqueza  generales  simpatías;  Alonso  de  Ojeda  acompañó 
al  Almirante  D.  Cristóbal  Colón  en  su  segundo  viaje,  adquirió  repu- 
tación de  astuto  y  valiente  en  la  pacificación  de  la  isla  Española,  y 
los  tres  reconocimientos  que  efectuó  en  las  costas  de  Tierra  firme 
acreditáronle  como  experto  navegante;  por  desgracia,  surgieron  en- 
tre ambos  caudillos  disidencias  que  los  enemistaron  tan  profunda- 
mente que  el  P.  Las  Casas,  que  a  la  sazón  se  encontraba  en  la  Espa- 
ñola, dice  (cque  se  matasen  un  día  creíamos  los  que  los  veíamos»,  y 
aunque  la  principal  causa  de  la  discordia,  que  era  la  fijación  de  lí- 
mites de  los  territorios  de  sus  Gobiernos  se  zanjó  por  mediación  de 
Juan  de  la  Cosa,  concertándose  que  el  río  grande  del  Darien  en  r] 
Golfo  de  Urabá  les  sirviera  de  frontera  \  no  por  esto  se  aplacaron 
sus  enconos  y  siguieron  procurando  cada  uno  entorpecer  la  acción 
del  otro  cuando  más  necesario  les  era  marchar  unidos  para  vencer  la 
resistencia  que  D.  Diego  Colón,  Virrey  y  Gobernador  de  la  isla  Es- 


1  Por  Real  Cédula  de  15  de  Junio  de  1510  (Arch.  de  Indias,  Indiferente  ge- 
neral, Registros  139-1-3,  fol.  34)  se  declaró  que  el  Golfo  de  Uraba  pertenecía  a 
Ojeda ;  cuando  esta  disposición  se  dictó  hacía  ya  más  de  tres  meses  que  habían  par- 
tido de  la  Española  las  expediciones  de  Ojeda  y  Nicuesa ;  dice  el  P.  Las  Casas,  que 
a  la  sazón  se  hallaba  en  la  isla,  que  el  primero  lo  efectuó  el  10  ó  12  de  Noviembre  de 
1509  con  300  hombres  y  el  segundo  con  700  ocho  días  después ;  pero  en  estas  cifras 
debe  haber  error,  en  primer  término  porque  no  hallándose  autorizados  por  la  Capi- 
tulación para  llevar  más  de  800,  el  Almirante  y  Oficiales  que  se  oponían  a  que  lle- 
vasen tanta  gente  no  hubieran  consentido  que  se  excedieran  en  el  número,  y 
además  porque  testigo  de  mayor  excepción  como  Rodrigo  de  Colmenares,  Teniente 
de  Nicuesa,  en  documento  oficial  exponía  que  cuando  él  llegó  a  Tierra  firme  casi 
todos  los  expedicionarios  habían  muerto,  «pues  de  800  que  pasaron  con  ambos 
Gobernadores  (Nicuesa  y  Ojeda)  no  había  300  vivos,  no  matáronlos  indios  150,  los 
demás  murieron  de  hambre  (apéndice  núm.  60).  En  el  mismo  documento  dice 
Colmenares  que  Nicuesa  llevó  580  hombres,  luego  la  expedición  de  Ojeda  se  com- 
ponía sólo  de  220. 

Conformes  están  Oviedo  y  el  P.  Las  Casas  en  que  la  Armada  de  Nicuesa  cons- 
taba de  cinco  buques 5  no  así  en  la  de  Ojeda,  que  Las  Casas  dice  llevaba  cuatro  \ 
Oviedo  que  tres,  añadiendo  que  uno  de  ellos  lo  había  sustraído  a  Nicuesa;  es  en 
este  punto  el  P.  Las  Casas  autoridad  de  mayor  excepción  porque  se  encontraba 
en  la  Espa,ñola  cuando  las  Armadas  se  organizaron  y  estuvo  al  tanto  de  los  inci- 
dentes que  en  sus  aprestos  surgieron,  y  de  haberse  realizado  la  substracción  de  que 
Oviedo  habla  habría  hecho  de  ella  mención,  no  sólo  por  la  gravedad  del  hecho, 
sino  también  por  el  escándalo  a  que  diera  lugar ;  a  mayor  abundamiento,  no  es  de 
creer  que  la  caballerosidad  de  que  Nicuesa  dio  pruebas  al  socorrer  a  Ojeda  en  Car- 
tagena llegase  hasta  el  punto  de  no  reclamarle  la  devolución  de  su  buque,  y  ni 


IX 

pañola  y  demás  territorios  descubiertos  por  su  padre  D.  Cristóbal, 
oponía  al  cumplimiento  de  las  Cédulas  reales  que  le  ordenaban  les 
auxiliase  y  dificultaba  cuanto  le  era  posible  el  alistamiento  de  los  bu- 
ques por  considerar  como  contrario  a  sus  privilegios  el  que  la  Corona 
hubiera  capitulado  con  Nicuesa  y  Ojeda  la  colonización  del  Darien, 
territorio  que  como  todo  lo  descubierto  y  por  descubrir  al  Oeste  de 
la  famosa  línea  de  demarcación  dispuesta  por  el  Papa  Alejandro  Vi 
pretendía  se  hallaba  sometido  a  su  jurisdicción  como  comprendido  ou 
el  Virreinato. 

Vencidas  todas  las  dificultades  partió  Ojeda  de  la  Española  el 
10  de  Noviembre  de  1509  con  dos  navios,  dos  bergantines  y  220  es- 
pañoles, dejando  en  la  isla  al  bachiller  Martín  Fernández  de  Enciso, 
al  que  nombró  Alcalde  mayor  de  su  Gobernación,  para  que  le  llevase 
víveres  y  refuerzos.  Nicuesa,  que  le  siguió  ocho  días  después  llevando 
580  españoles  en  cinco  naos  y  dos  bergantines,  dejó  con  igual  encar- 
go a  su  Teniente  Rodrigo  de  Colmenares  \ 

Poco  afortunado  fué  Ojeda  desde  los  comienzos  de  su  expedición: 
al  llegar  al  puerto  de  Cartagena  organiza  una  columna  de  desem- 
barco compuesta  de  100  hombres  con  objeto  de  saquear  la  tierra  y 
hacer  esclavos,  castigando  a  los  naturales  que  en  diversas  ocasiones 
habían  guerreado  con  los  españoles,  y  si  bien  al  principio  la  entrada 


Las  Casas  ni  el  mismo  Oviedo  dicen  nada  de  tal  reclamación  ni  de  que  de  la  Ar- 
mada de  Ojeda  se  separase  ningún  buque  para  unirse  a  la  de  Nicuesa. 

1  Según  lo  capitulado  podían  llevar  entre  Nicuesa  y  Ojeda  200  hombres  de 
la  Península  y  60O  de  la  isla  Española.  En  el  libro  de  cargo  y  descargo  del  Teso- 
rero Matienzo  correspondiente  a  los  años  de  1509  a  1514  se  hace  constar  que  Diego 
de  Nicuesa  recibió  de  Matienzo  bizcocho,  etc.,  añadiendo  lleva  de  España  20O  hom- 
bres y  ha  de  hacer  600  más  en  la  Española ;  pero  en  las  cuentas  del  año  1510  apa- 
rece que  en  las  carabelas  de  Nicuesa  sólo  embarcaron  en  España  150  hombres. 
(Acad.a  de  la  Hist.^,  Colee.  Muñoz,  tomo  75,  fol.  251). 

Consecuente  a  exposición  hecha  por  el  Almirante  y  Oficiales  de  la  isla  Española 
sobre  los  perjuicios  que  reportaría  el  sacar  600  hombres  de  los  en  ella  ave- 
cindados, se  les  contestó  en  Real  Cédula  de  28  de  Febrero  de  1510 :  ((Vi  lo  que 
decís  del  asiento  con  Nicuesa  y  Ojeda,  sin  embargo  de  todo  cúmplase  lo  capitulado 
porque  así  lo  firmé  e  no  les  pongáis  impedimento  antes  les  dad  todo  favor.  Lo-? 
600  que  habían  de  sacar  de  esa  isla  según  las  capitulaciones  con  su  hacienda,  sus 
indios  y  naborias,  pues  hay  inconveniente  redúzcanse  a  200.  Si  Nicuesa  y  Ojeda 
quisieren  para  completar  los  600  a  otros  que  no  tuvieren  vecindad  ni  indios,  dén- 
seles». (Arch.  de  Indias,  139-1-4,  fol.  111). 


tuvo  éxito,  rehechos  los  indios  cargan  sobre  los  nuestros,  matan 
a  70,  entre  ellos  al  célebre  piloto  y  cartógrafo  Juan  de  la  Cosa,  y  obli- 
gan a  reembarcarse  precipitadamente  a  Ojeda  y  los  que  habían  lo- 
grado salvar  sus  vidas;  cuando  se  disponían  a  abandonar  el  puerto 
de  que  tan  tristes  recuerdos  llevaban  apareció  la  Armada  de  Nicuesa, 
causando  en  Ojeda  el  temor  de  que  impulsado  de  la  animosidad  que 
contra  él  tenía  por  las  pasadas  disidencias  y  aprovechando  el  des- 
aliento que  en  los  suyos  había  producido  el  desastre,  tratara  de  des- 
truirlos; pero  lejos  de  ello,  Nicuesa  con  una  nobleza  y  una  genero- 
sidad digna  de  todo  encomio  se  ofreció  vengar  la  muerte  de  su  gente, 
y  desembarcando  400  hombres  mandados  por  ambos  Capitanes  sor- 
prenden y  derrotan  a  los  indios  causando  en  ellos  gran  mortandad, 
saquean  y  queman  sus  pueblos  y  con  un  importante  botín  de  guerra 
vuelven  a  los  barcos,  llevando  Nicuesa  a  tal  punto  su  desprendimiento 
que  ni  él  tomó  ni  consintió  que  los  suyos  tomasen  parte  alguna  de  la 
presa. 

ReconciHados  los  dos  Capitanes  se  separaron  para  ir  a  sus  respec- 
tivas Gobernaciones;  al  llegar  Ojeda  al  Golfo  de  Urabá  escogió  el 
sitio  que  le  pareció  más  oportuno  para  poblar,  fundando  en  Febrero 
de  1510  la  villa  que  llamó  de  San  Sebastián;  agotadas  bien  pronto 
las  provisiones  que  la  Armada  llevaba,  viéronse  los  españoles  en  la 
necesidad  de  hacer  entradas  en  el  interior  de  la  tierra  para  buscar 
en  los  poblados  de  indios  con  que  alimentarse;  eran  los  naturales 
aguerridos  y  sumamente  diestros  en  disparar  flechas  envenenadas 
que  producían  rápidamente  la  muerte  del  que  herían,  de  suerte  que 
acosados  por  el  hambre  y  por  los  indios  que  les  causaron  muchas 
bajas,  hubieran  perecido  todos  sin  la  oportuna  llegada  de  Bernardino 
de  Talavera  en  un  navio  que  en  la  Española  había  hurtado  a  unos 
comerciantes  genoveses  y  en  el  que  conducía  70  hombres  y  raciones; 
pronto  se  agotaron  éstas,  y  la  situación  volvió  a  ser  tan  angustiosa 
como  cuando  llegó  Talavera;  en  vano  esperaban  al  bachiller  Enciso 
con  los  víveres  que  debía  traer,  cundió  el  desaliento  entre  los  colonos 
y  Ojeda  decidió  en  el  mes  de  Mayo  ir  a  la  Española  con  Talavera  y 
la  gente  que  había  traído,  que  no  quiso  quedarse  en  San  Sebastián, 
a  fin  de  procurar  a  toda  costa  el  envío  de  socorros,  dejando  por  su 


XI 

Teniente  a  Francisco  Pizarro  con  orden  de  que  transcurridos  cin- 
cuenta días  sin  recibir  los  auxilios  abandonasen  todos  la  villa  de  San 
Sebastián  y  se  volvieran  a  la  isla. 

Si  desgraciado  había  sido  Ojeda  en  su  viaje  al  Darien,  más  aún 
lo  fué  en  el  regreso  a  la  Española;  prevalido  Talavera  de  que  toda  la 
gente  era  hechura  suya  lo  prendió  y  tomó  el  título  de  Capitán  de  la 
expedición;  vientos  contrarios  llevaron  al  navio  a  la  isla  de  Cuba, 
en  cuyas  costas  se  perdió,  teniendo  los  tripulantes  que  seguir  larga 
y  penosa  marcha  en  la  dirección  de  Oriente  que  era  la  que  más  les 
aproximaba  a  la  isla  Española,  con  la  esperanza  de  que  fuesen  vis- 
tos y  recogidos  por  algún  buque,  y  como  desconocían  el  terreno, 
penetraron  en  una  extensa  ciénaga  por  la  que  marcharon,  según 
Las  Casas,  durante  treinta  días  con  la  esperanza  siempre  de  hallarle 
pronto  fin:  dormían  sobre  las  raíces  de  los  árboles  y  se  alimentaban 
de  los  escasos  víveres  que  cada  uno  llevaba  en  un  saco;  muchos  mu- 
rieron ahogados,  no  pocos  sucumbieron  por  tantas  penalidades  y 
los  restantes  hambrientos  y  extenuados  lograron  llegar  al  tei  minar 
la  ciénaga  a  un  poblado  de  indios,  donde  se  establecieron  para  re- 
poner las  perdidas  fuerzas;  gracias  al  valor  de  Pedro  de  Ordax  que 
en  una  canoa  pasó  a  Jamaica,  tuvo  su  Gobernador  Juan  de  Esquivel 
noticia  de  la  situación  en  que  se  encontraban  y  les  envió  un  bergantín 
que  los  condujo  a  la  isla,  desde  la  que  Ojeda  pasó  a  la  Española 
para  procurarse  los  socorros  que  debía  llevar  a  la  gente  que  había 
dejado  en  Santa  María  la  Antigua. 

Entretanto  viendo  Francisco  Pizarro  que  el  hambre  y  los  indios 
iban  acabando  con  los  españoles,  pues  sólo  eran  ya  60  los  que  que- 
daban, y  que  ni  Ojeda  ni  Enciso  parecían,  acordó  abandonar  la  co- 
lonia, y  en  los  primeros  días  de  Septiembre  de  1510  se  embarcaron 
todos  en  dos  bergantines,  únicos  buques  que  tenían,  tomó  el  mando 
de  uno  un  tal  Valenzuela  y  Pizarro  se  reservó  el  del  otro;  a  la  salida 
del  Golfo  de  Urabá  naufragó  el  bergantín  mandado  por  Valenzuela, 
pereciendo  todos  los  que  le  tripulaban,  quedando  sólo  de  los  que 
con  Ojeda  fueron  los  30  ó  40  hombres  que  llevaba  Francisco  Pizarro, 
el  que  siguiendo  su  navegación  hacia  el  puerto  de  Cartagena  encon- 
tró un  navio  y  un  bergantín,  en  cuyos  buques  conducía  el  bachiller 


XII 

Enciso  los  tan  esperados  socorros,  consistentes  en  150  hombres,  ar- 
mas, víveres  y  caballos;  no  quería  la  gente  de  Ojeda  volver  a  la  villa 
de  San  Sebastián,  sino  ir  a  Veragua  y  ponerse  a  las  órdenes  de 
Nicuesa  que  suponían  habría  tenido  mejor  fortuna  que  ellos;  tal  reso- 
lución impHcaba  el  abandono  de  la  Gobernación  de  Ojeda  y  para 
Enciso  con  la  pérdida  de  su  cargo  la  esperanza  de  resarcirse  de  las 
cantidades  que  había  puesto  en  la  empresa,  una  vez  que  en  el  te- 
rritorio de  Nicuesa  sólo  sería  uno  de  tantos  colonos,  y  por  ello  se 
impuso  a  todos  y  siguió  navegando  hacia  San  Sebastián  \ 

La  mala  suerte  parecía  ensañarse  contra  todos  los  que  intentaban 
establecerse  en  Tierra  firme:  el  navio  de  Enciso  naufragó  a  la  entrada 
del  Golfo  de  Urabá,  y  aunque  se  salvó  la  gente  en  los  bergantines, 
se  ahogó  el  ganado  y  se  perdieron  casi  todas  las  armas  y  víveres  y 
los  documentos  que  acreditaban  a  Enciso  como  Alcalde  mayor  de 
Ojeda,  con  lo  que  al  arribar  a  la  villa,  que  encontraron  quemada  por 
los  indios,  se  hallaron  en  situación  verdaderamente  desesperada. 

Tenía  el  bachiller  Enciso  una  vasta  ilustración,  que  acreditó  con 
su  obra  «Summa  de  Geografía»,  y  con  la  labor  que  realizó  en  las 
juntas  que  en  1512  tuvieron  lugar  en  Burgos  para  mejorar  la  situa- 
ción de  los  indios,  se  había  enriquecido  en  Santo  Domingo  aprove- 
chando aquella  fiebre  de  pleitos  que  como  epidemia  contagiosa  se 
apoderó  de  los  españoles,  inficionándolos  hasta  el  punto  de  obligar  al 

1  Dice  el  P.  Las  Casas  que  Ojeda  salió  de  la  isla  Española  para  poblar  on 
Tierra  firme  el  10  ó  12  de  Noviembre  de  1509  (lib.  II,  cap.  LII),  que  a  principios 
de  1510  fundó  la  villa  de  San  Sebastián  (lib.  II,  cap.  LIX),  que  volvió  a  la  Es- 
pañola en  demanda  de  socorros  dejando  ordenado  a  Francisco  Pizarro  que  le  es- 
perara cincuenta  días,  el  cual,  pasado  el  plazo  y  no  recibiendo  el  socorro,  embarcó 
la  gente  y  abandonó  la  tierra  ((seis  meses  después  que  allí  habían  entrado»  (li- 
bro II,  cap.  LXII). 

Rodrigo  de  Colmenares  (apénd.  núm.  60)  manifiesta  que  Enciso  partió  de  la 
Española  en  socorro  de  Ojeda  nueve  meses  después  de  la  salida  de  éste  para  Tie- 
rra firme,  y  Pedro  Mártir  fija  la  marcha  de  Enciso  en  los  primeros  días  de  Sep- 
tiembre de  1510,  añadiendo  que  al  quinto  de  navegación  encontró  el  bergantín  en 
que  Francisco  Pizarro  regresaba  de  Tierra  firme  a  la  Española. 

De  estos  datos  se  deduce  que  la  villa  de  San  Sebastián  fué  fundada  en  Fe- 
brero de  1510,  que  Ojeda  partió  de  ella  para  la  Española  en  Mayo,  que  Pizarro 
abandonó  la  Tierra  firme  a  primeros  de  Septiembre,  en  cuyos  días  había  partido 
Enciso  de  la  Española  para  San  Sebastián,  por  lo  que  a  mediados  del  mes  se  encon- 
traron en  el  camino. 


XIII 

Gobierno  de  la  metrópoli  a  prohibir  que  pasasen  letrados  a  las  Indias 
para  evitar  que  con  sus  argucias  explotasen  la  vanidad,  la  avaricia 
y  los  rencores  de  los  colonos  envolviéndolos  en  las  redes  de  largos 
y  ruinosos  pleitos  y  procesos  ^;  pero  no  era  un  hombre  de  letras 
que  con  considerandos  y  resultandos  tratase  de  salvar  la  situación 
lo  que  necesitaban  los  españoles  del  Darien;  acosados  por  el  hambre, 
bloqueados  por  los  indios  que  con  sus  envenenadas  flechas  sembra- 
ban el  terror  y  la  muerte  en  las  filas,  sin  tener  donde  guarecerse  y 
sin  esperanza  de  inmediato  socorro  por  creer  que  Ojeda,  único  que 
podía  interesarse  por  ellos,  había  sucumbido,  lo  que  necesitaban  era 
tener  a  su  frente  un  hombre  de  grandes  energías,  de  prontas  resolu- 
ciones, valiente  en  el  combate,  sufrido  en  las  penalidades,  que  con 
su  ejemplo  diese  a  todos  ánimo  y  les  hiciese  recobrar  las  perdidas 
esperanzas;  ese  hombre  surgió  del  montón  de  los  desconocidos,  se 
llamaba  Vasco  Núñez  de  Balboa. 

Era  según  el  P.  Las  Casas,  que  lo  trató  en  la  Española,  «de  buen 
entendimiento  y  mañoso  y  animoso  y  de  muy  linda  despusición  y 
hermoso  de  gesto  y  presencia»;  nacido  hacia  el  año  de  1475,  de  hi- 
dalgos padres,  en  Jerez  de  los  Caballeros  ^,  se  alistó  en  la  expedi- 


1  El  Rey  a  los  Oficiales  de  Sevilla. — Valladolid  14  Noviembre  1509. 
((Porque  yo  he  sido  informado  que  a  cabsa  de  haber  pasado  a  las  Indias  algunos 

letrados  abogados  han  sucedido  en  ellas  muchos  pleitos  e  diferencias  yo  vos  mando 
que  de  aquí  adelante  no  dejéis  ni  consintáis  pasar  a  las  dichas  Indias  ningún  le-- 
trado  abogado  sin  nuestra  licencia  especial,  mandando  que  si  necesario  es  por  esta 
presente  lo  vedamos  ei'iohibimos»    (Acad.^  de  la  Hist.^',  Colee.   Muñoz,  tomo  90, 
folio  53  vuelto). 

2  Es  general  la  creencia  de  que  Vasco  Núñez  de  Balboa  nació  en  Jerez  de 
los  Caballeros,  pero  en  realidad  ningún  documento  fehaciente  que  lo  diga  ha  lle- 
gado hasta  nosotros,  únicamente  la  tradición  y  el  testimonio  de  algunos  escritores 
así  lo  aseguran ;  de  los  que  le  conocieron,  el  cronista  Oviedo  dice  que  era  de  Je- 
rez de  Badajoz,  pero  el  P.  Las  Casas  que  también  lo  trató  afirma  que  era  natural 
de  Badajoz;  Gomara,  tomándolo  acaso  de  Oviedo,  dice  lo  mismo  que  éste,  y  de  los 
historiadores  posteriores  el  P.  Mariana,  en  su  ((Historia»  escrita  en  latín,  afirma 
que  era  de  Badajoz,  lo  mismo  que  el  P.  Fr.  Felipe  de  la  Gándara,  cronista  ge- 
neral de  los  Reinos  de  León  y  Galicia,  que  en  su  nobiliario  ((Armas  y  triunfos  dá 
Galicia»,  impreso  en  Madrid  en  1677,  escribe :  ((La  gloria  del  descubrimiento  de 
las  dilatadas  provincias  del  Perú  se  debe  primeramente  a  Vasco  Núñez  de  Balboa, 
originario  de  Galicia  y  natural  de  la  ciudad  de  Badajoz,  del  nobilísimo  linaje  y 
apellido  de  los  Balboas,  cuya  genealogía  es  como  sigue :  Fué  Vasco  Núñez  de 
Balboa   (según  mis  noticias)    descendiente  de  Alonso  Rodríguez  de   Balboa,   her- 


XIV 

ción  de  Rodrigo  de  Bastidas  que  en  1500  salió  de  Cádiz  y  recorrió 
el  Golfo  de  Venezuela  y  de  Urabá  ampliando  en  más  de  cien 
leguas  los  reconocimientos  hechos  por  Colón  de  la  costa  del  conti- 
nente americano;  al  terminar  la  expedición  se  estableció  Vasco  Nú- 
ñez  en  la  villa  de  Salvatierra  de  Sabana,  situada  en  la  parte  occiden- 
tal de  la  isla  Española;  la  vida  reposada  y  tranquila  del  granjero  no 
cuadraba  con  sus  grandes  alientos  y  espíritu  aventurero  y  enérgico, 
pero  acosado  por  las  deudas  veíase  atado  al  terruño  por  no  permitir 
las  autoridades  de  la  isla  que  se  alistasen  en  las  empresas  de  des- 
cubrimientos los  que  no  dejaran  solventadas  sus  cuentas;  no  viendo 
remedio  a  su  situación,  al  saber  que  Enciso  iba  a  partir  llevando 
socorros  a  los  españoles  del  Darien,  abandona  la  villa  de  Salvatierra, 
penetra  sin  ser  visto  en  el  navio  de  Enciso  y  se  oculta  entre  unas 

mano  del  Adelantado  García  Rodríguez  de  Balboa,  y  de  su  mujeir  Teresa  Rodrí- 
guez de  Figueroa,  hija  de  Rui  Barba  de  Figueroa,  señor  de  esta  casa  de  Figue- 
roa,  y  fué  abuelo  de  Vasco  Núñez,  Gonzalo  Rodríguez  Valcarce  y  Balboa,  casado 
con  Emilia  Vázquez  de  Quiroga,  y  fué  sobrino  del  Obispo  de  Plasencia  D.  Vi- 
cente Arcas  de  Balboa,  hermano  de  dicho  su  abuelo,  que  está  enterrado  en  To- 
ledo en  la  capilla  de  D.  Pedro  Tenorio,  y  el  padre  de  Vasco  Núñez  de  Balboa, 
de  quien  hablamos,  se  llamó  Ñuño  Arias  de  Balboa,  sobrino  del  Obispo,  el  cual 
casó  en  Badajoz  y  hay  descendencia  suya  en  esta  ciudad». 

El  libro  de  pasajeros  para  América  existente  en  el  Archivo  de  Indias  de 
Sevilla  con  la  signatura  45-1-^/^,,  contiene  asiento  de  los  pasajes  concedidos  desde 
1.°  de  Diciembre  de  1509,  y  en  los  relativos  al  año  1511  aparece  uno  con  fecha 
18  de  Agosto  que  dice :  «En  este  día  dimos  licencia  a  Vasco  Nuñez  hijo  de  p.° 
(Pedro)  de  Albarrazin  e  beatriz  gutierrez  su  mujer  vezinos  de  Venalcazar  para 
que  pudiese  partir  a  las  indias  en  la  nao  de  ques  maestre  diego  rodríguez  del 
pino  por  quanto  dio  ynformacion  bastante  no  ser  persona  de  las  prohy vidas». 

El  ser  poco  corriente  en  España  el  nombre  de  Vasco,  por  más  que  encontremos 
algunos,  sobre  todo  en  Extremadura  y  Galicia,  como  Vasco  de  Herrera,  natural 
de  Trujillo,  y  D.  Vasco  de  Quiroga,  primer  Obispo  de  Mechoacan,  y  el  coincidir 
con  el  apellido  Núñez  pudiera  hacer  creer  que  el  Vasco  Núñez  a  que  el  asiento  se 
refiere  es  Vasco  Núñez  de  Balboa;  pero  desde  luego  puede  afirmarse  que  el  asiento 
no  se  refiere  a  éste,  porque  no  hay  la  menor  constancia  de  que  viniera  a  España 
desde  que  salió  para  la  Española  en  1500,  y  durante  todo  el  año  de  1511  a  que  el 
asiento  se  refiere  sabemos  que  estuvo  en  Tierra  firme. 

Respecto  al  año  en  que  nació,  tampoco  tenemos  dato  seguro ;  únicamente  por 
lo  que  dice  el  P.  Las  Casas  (lib.  11,  cap.  LXII)  de  que  cuando  fué  a  Tierra  firme 
con  Enciso  (1510)  tendría  treinta  y  cinco  años  o  pocos  más,  y  lo  que  después 
agrega  (lib.  III,  cap.  LXXIV)  refiriéndose  al  año  1517,  de  que  entonces  contaría 
cuarenta,  podemos  deducir  que  nació  hacia  el  1475 ;  Oviedo  manifiesta  que  Vasco 
Núñez  era  mancebo  cuando  se  trató  su  boda  en  1515  con  una  hija  de  Pedrarias. 


XV 

velas  según  Oviedo,  en  un  tonel  según  Las  Casas,  y  allí  permanece 
hasta  que,  ya  el  buque  en  alta  mar,  es  descubierta  su  presencia  a 
bordo;  indignado  Enciso  de  su  osadía  y  temiendo  el  castigo  que  pu- 
dieran imponerle  las  autoridades  de  la  Española  por  haberle  llevado 
en  el  buque  sin  autorización,  ordena  que  le  dejen  abandonado  en 
una  isla  desierta;  a  ruego  de  otros  tripulantes  le  perdona,  pero  ya 
entre  aquellos  dos  hombres  quedó  latente  una  enemistad  que,  fomen- 
tada por  las  circunstancias  en  que  uno  y  otro  se  encontraron,  había 
de  ser  funesta  para  Vasco  Núñez. 

No  sabiendo  Enciso  qué  resolución  tomar,  consultó,  dice  Las  Ca- 
sas, el  parecer  de  todos,  y  al  llegarle  el  turno  expuso  Vasco  Núñez 
que  recordaba  haber  visto  cuando  con  Bastidas  reconoció  el  Golfo, 
que  hacia  la  parte  de  Poniente  de  la  otra  banda  de  un  gran  río  exis- 
tían fértiles  llanuras  pobladas  por  indios  que  no  envenenaban  las 
flechas,  opinando  que  a  ellas  debían  dirigirse;  su  dictamen  fué  por 
todos  aceptado,  y  guiados  por  él  reconocieron  el  Golfo,  hallaron  el 
río  Darien  y  en  la  margen  opuesta  y  después  de  vencer  a  los  indios 
comarcanos  fundaron  la  villa  que  llamaron  de  Nuestra  Señora  de  la 
Antigua,  cumpliendo  el  voto  que  antes  de  empezar  el  combate  habían 
hecho  a  una  imagen  de  la  Virgen  que  se  venera  en  Sevilla  de  dar 
su  nombre  a  la  primera  población  que  fundasen  si  les  concedía  la 
victoria. 

Sólo  Las  Casas  habla  de  haber  salvado  Vasco  Núñez  a  los  espa- 
ñoles conduciéndolos  a  la  margen  opuesta  del  río  Darien;  pero  su 
relato  nos  merece  crédito  porque  es  muy  verosímil  que  recordase 
Vasco  Núñez  las  tierras  que  había  visitado  con  Rodrigo  Bastidas,  y 
además  porque  para  adquirir  la  influencia  que  tan  rápidamente  ad- 
quirió sobre  sus  compañeros,  siendo  un  hombre  obscuro  y  casi  des- 
conocido, necesario  fué  que  mediante  algún  hecho  extraordinario 
les  hiciera  sentir  su  superioridad. 

Apenas  se  esta])lecieron  los  colonos  les  prohibió  Enciso  comer- 
ciar con  los  indios;  tal  resolución  y  el  desprestigio  en  que  había  caído 
por  su  íalta  de  condiciones  para  el  mando,  indujo  a  la  mayoría  a  des- 
tituirle y  crear  un  Municipio  que  les  gobernase,  nombrando  por  Al- 
caldes a  Vasco  Núñez  de  Balboa  y  Benito  Palazuelos;  no  dejaban  los 


XVI 

sediciosos  de  alegar  razones  que  justificasen  su  proceder:  decían  que 
no  teniendo  Enciso  nombramiento  real  de  Alcalde  mayor  sino  sólo  de 
Ojeda,  por  la  muerte  de  éste,  en  la  que  todos  creían,  había  cesado  en 
el  cargo,  y  aducían  también  que  hallándose  fuera  de  los  límites  de 
la  Gobernación  de  Ojeda,  puesto  que  habían  atravesado  el  Darien, 
aunque  Ojeda  viniera  ninguna  jurisdicción  podía  tener  sobre  ellos. 

Manifiesta  el  P.  Las  Casas  que  según  se  dijo  el  principio  de  las 
discusiones  las  motivó  Vasco  Núñez,  y  aunque  es  verosímil  que 
por  la  enemistad  que  con  Enciso  tenía  tratase  de  derrocarlo,  no  puede 
aceptarse  que  los  colonos  siguieran  ciegamente  sus  inspiraciones, 
una  vez  que  apenas  constituido  el  Municipio  se  dividen  en  tres  ban- 
dos: los  amigos  de  Enciso,  que  querían  reponerlo  en  el  ejercicio  del 
cargo  de  Alcalde  mayor;  los  partidarios  del  régimen  municipal,  ín- 
terin que  por  el  Rey  se  nombrase  quien  había  de  gobernarlos,  y  un 
tercer  grupo  que,  fundado  en  que  se  hallaban  en  territorio  de  la  Go- 
bernación de  Nicuesa  y  esperando  que  éste  hubiera  tenido  mejor 
suerte  que  ellos  y  se  encontrase  próspero,  quería  que  se  enviase 
gente  en  su  busca  y  ponerse  todos  a  sus  órdenes;  esta  división  de  pa- 
receres demuestra  que  los  colonos  en  su  gran  mayoría  eran  opues- 
tos a  reconocer  como  Jefe  a  Enciso  y  que  no  fué  depuesto  exclusi- 
vamente por  intriga  de  Vasco  Núñez,  sino  por  haber  perdido  la  fuerza 
moral  al  no  ser  él  el  que  con  sus  resoluciones  sacase  a  los  colonos  de 
la  grave  situación  en  que  se  encontraron  al  arribar  a  la  villa  de  San 
Sebastián,  y  más  tarde  al  prohibir  que  comerciasen  con  los  indios, 
disposición  que  todos  creían  dictada  con  el  fin  de  guardar  para  sí 
todos  los  beneficios  y  resarcirse  de  este  modo  de  las  cantidades  que 
había  aportado  a  la  empresa. 

A  mediados  de  Noviembre   de   1510  ^   arribaron  al  puerto  de 


1  Las  Casas  (lib.  II,  cap.  LXIV)  fija  la  llegada  de  Colmenares  a  Santa  Ma- 
ría la  Antigua  a  mediados  de  Noviembre  de  1510,  lo  que  coincide  con  la  afirmación 
de  Pedro  Mártir  de  que  salió  de  la  Española  en  los  primeros  días  de  Octubre,  j 
con  lo  expuesto  por  el  mismo  Colmenares  de  que  su  partida  fué  diez  meses  después 
do  la  de  Ojeda;  explicándose  que  tardara  mes  y  medio  en  llegar  a  Santa  María, 
porque  como  él  mismo  dice  en  el  camino  se  detuvo  a  descubrir  «una  provincia  que 
se  dice  Sierra  Nevada,  la  más  alta  que  se  cree  haber  en  el  mundo,  de  do  siguiendo 
la  costa  Uegvié  con  hartos  trabajos  a  Uraba».   (Apénd.  núm.  60). 


XVII 

Santa  María  de  la  Antigua  dos  navios  en  los  que  Rodrigo  de  Col- 
menares, Teniente  de  Nicuesa,  que  había  quedado  en  la  Española, 
le  llevaba  60  hombres,  víveres  y  armas;  al  enterarse  Colmenares 
de  los  partidos  en  que  se  hallaban  divididos  los  españoles  procuró 
ganar  su  voluntad  repartiéndoles  víveres  y  efectos,  y  logró  decidirlos 
a  que  se  enviasen  comisionados  en  busca  de  Nicuesa  para  someterse 
a  su  jefatura  una  vez  que  se  hallaban  dentro  de  los  términos  de  su 
Gobierno;  otra  consideración  debieron  tener  en  cuenta  los  vecinos  de 
la  villa  de  Santa  María  la  Antigua  para  seguir  los  consejos  de  Colme- 
nares: era  Nicuesa  hombre  adinerado  y  de  prestigio  en  la  Española, 
y  conveníales  tener  por  Jefe  a  quien  pudiera  disponer  en  la  isla  de 
elementos  para  socorrerlos,  aparte  de  que  ignorando  la  suerte  que 
había  corrido  y  el  lugar  en  que  se  encontraba  podían  hallarle  prós- 
pero en  su  emprescí  y  ser  ellos  partícipes  de  esta  prosperidad. 

Lógico  es  que,  como  los  cronistas  afirman,  no  fuera  esta  resolu- 
ción del  agrado  de  Vasco  Núñez  y  de  los  demás  que  componían  el 
Municipio,  puesto  que  si  Nicuesa  iba  a  gobernarlos  perderían  sus 
puestos;  pero  es  de  notar  que  tampoco  eran  partidarios  de  ella  En- 
ciso  y  sus  amigos,  y  es  más,  por  la  forma  de  expresarse  P.  Mártir,  que 
sobre  estos  sucesos  fué  informado  por  Colmenares,  parece  que  aún 
fué  mayor  la  oposición  de  Enciso  y  los  suyos  que  la  de  Vasco  Núñez, 
no  obstante  lo  cual  fueron  designados  Colmenares,  Diego  de  Albitez 
y  el  bachiller  Corral  para  buscar  a  Nicuesa,  al  que  encontraron  en 
el  puerto  que  el  Almirante  D.  Cristóbal  Colón  había  llamado  de  Bas- 
timentos y  él  titulado  ((Nombre  de  Dios». 

Más  contraria  aún  que  a  Ojeda  había  sido  la  fortuna  a  Nicuesa; 
poco  después  de  salir  del  puerto  de  Cartagena  una  violenta  tempestad 
separó  su  buque  de  los  dos  que  llevaba  a  su  cargo  su  Capitán  general 
Lope  de  Glano  y  lo  estrelló  contra  las  rocas:  la  tripulación  se  salvó 
milagrosamente,  perdióse  todo  el  cargamento  y  sólo  les  quedó  la 
barca  que  llevaba  el  bergantín,  la  cual  tripulada  por  cuatro  marine- 
ros fué  siguiendo  por  la  costa  la  triste  peregrinación  que  por  tierra 
emprendieron  Nicuesa  y  su  gente  en  busca  de  la  provincia  de  Vera- 
gua; llegaron  con  grandes  penalidades  a  la  punta  de  una  gran  ense- 
nada, y  para  ahorrar  camino  fueron  pasando  en  la  barca  al  extremo 

II 


XVIII 

opuesto,  el  cual  hallaron  ser  una  isla  desprovista  de  recursos  para 
subsistir;  los  marineros  que  tripulaban  la  barca  viendo  lo  perdidos 
que  estaban  los  abandonaron  y  emprendieron  la  vuelta  con  la  espe- 
ranza de  encontrar  los  buques  mandados  por  Olano  y  tuvieron  la 
fortuna  de  hallarlos  en  el  río  de  Belén,  y  desde  allí  salió  un  bergan- 
tín con  alguna  provisión  de  palmitos  y  agua  dulce  que  era  lo  único 
que  tenían  para  sustentarse  en  busca  de  los  que  en  la  isla  se  encon- 
traban, hallando  en  tan  triste  estado  a  i\icuesa  y  los  pocos  que  ha- 
bían logrado  conservar  la  vida  que  fué  preciso  tasarles  la  ración  de 
palmitos  para  evitar  que  si  los  comían  con  exceso  sucumbiesen;  un 
tanto  repuestos  fueron  conducidos  en  el  bergantín  al  río  de  Belén, 
donde  Nicuesa  como  primera  providencia  prendió  y  condenó  a 
muerte  a  Lope  de  Olano,  acusándole  de  traidor,  que  por  quedarse 
con  la  Gobernación  le  había  dejado  abandonado  y  sido  causa  del 
desastre  que  experimentaban;  sólo  a  fuerza  de  reiteradas  súplicas 
lograron  los  compañeros  de  Olano  que  no  se  ejecutara  la  sentencia, 
pero  quedó  en  prisiones  para  en  la  primera  ocasión  que  se  presen- 
tase enviarle  a  la  isla  Española  con  el  proceso  que  se  le  formó  a  fin 
de  que  allí  le  fuera  impuesta  la  pena  a  que  se  hubiera  hecho  acreedor. 

El  paraje  en  que  se  hallaban  en  el  río  de  Belén  era  malsano  y 
carecía  de  elementos  de  subsistencia,  viéndose  los  colonos  en  la  ne- 
cesidad de  hacer  continuas  entradas  para  saltear  los  poblados  indios 
y  apoderarse  de  los  escasos  víveres  que  tenían,  llegando  a  tan  ex- 
trema necesidad,  según  cuenta  el  P.  Las  Casas,  que  una  partida 
de  30  españoles  acosados  por  el  hambre  se  comieron  el  cadáver  en 
descomposición  de  un  indio,  de  cuyas  resultas  todos  murieron. 

Firme  Nicuesa  en  su  propósito  de  establecerse  en  la  Gobernación, 
abandonó  el  río  de  Belén  y  fué  con  su  gente  en  busca  de  mejor  sitio 
donde  colonizar;  obligado  por  la  necesidad  de  buscar  víveres  desem- 
barcó en  Puerto  Bello,  pero  hallábanse  los  españoles  tan  extenuados 
que  apenas  podían  manejar  las  armas,  por  lo  que  fueron  rechazados 
por  los  indios,  que  les  mataron  20  hombres;  al  fin  llegaron  a  un 
gran  puerto  que  Nicuesa  tituló  Nombre  de  Dios,  y  en  el  que  con 
grandes  trabajos  construyó  un  fuerte  para  defenderse  de  los  natura- 
les que  exacerbados  con  las  entradas  que  los  españoles  hacían  en 


XIX 

sus  poblados  para  quitarles  los  mantenimientos  les  declararon  impla- 
cable guerra. 

Desde  allí  despachó  Nicuesa  un  bergantín  a  la  Española  en  busca 
de  socorros  y  enviando  relación  fechada  en  9  de  Noviembre  de  15i0 
de  las  increíbles  vicisitudes,  privaciones  y  peligros  que  habían  pa- 
sado en  los  doce  meses  transcurridos  desde  que  salieron  de  la  isla, 
habiendo  sufrido  tantas  bajas  que  según  el  P.  Las  Casas  sólo  que- 
daban unos  cien  hombres,  la  mayor  parte  enfermos,  cuando  llegaron 
los  comisionados  del  Darien  que  iban  en  busca  del  amparo  y  protec- 
ción de  Nicuesa. 

Hablando  el  P.  Las  Casas  de  la  fecha  en  que  los  españoles  se 
establecieron  en  Nombre  de  Dios  dice:  <'y  esto  era  a  fin  del  año  1510 
por  el  mes  de  Diciembre»  (lib.  II,  cap.  LXV);  pero  teniendo  en  cuenta 
que  la  carabela  que  Nicuesa  envió  a  la  Española  llevó  la  relación 
de  los  sucesos  que  les  habían  ocurrido  y  ésta  tenía  fecha  de  9  de 
Noviembre  de  aquel  año,  no  es  aventurado  creer  que  los  españoles 
arribaron  a  Nombre  de  Dios  por  lo  menos  en  el  mes  de  Octubre  an- 
terior, una  vez  que  antes  de  despachar  el  buque  tuvieron  que  atender 
a  su  seguridad  personal  construyendo  el  fuerte  y  a  procurarse  ví- 
veres para  su  subsistencia  y  para  abastecer  el  bergantín. 

Mientras  Nicuesa  esperaba  que  le  enviasen  socorros  de  la  isla 
Española,  Ojeda,  que  a  eUa  había  llegado,  procuraba  igualmente  que 
le  facilitasen  los  medios  para  llevar  auxilios  a  Santa  María  la  An- 
tigua. 

Es  extraño  que  los  primitivos  historiadores  de  Indias,  que  con 
mayor  suma  de  datos  han  narrado  el  descubrimiento  y  colonización 
de  Tierra  firme,  no  llegaran  a  conocer  cuándo  fué  destituido  Nicuesa 
ni  las  causas  que  motivaron  el  que  Ojeda  no  volviera  a  su  Goberna- 
ción. 

Dice  Gomara  que  Ojeda  llegó  a  Santo  Domingo  muy  malo  de  la 
herida  que  en  un  muslo  le  habían  inferido  los  indios  en  un  encuen- 
tro que  con  ellos  tuvo  en  el  Darien,  por  cuyo  dolor  o  por  no  tener 
aparejo  para  tornar  a  su  Gobernación  y  Ejército  se  quedó  allí,  o 
como  dicen,  se  metió  a  fraile  francisco  y  en  aquel  hábito  acabó  su 
vida;  Oviedo  expone  que  al  llegar  Ojeda  a  Santo  Domingo  y  saber 


XX 

que  el  bachiller  Enciso  había  partido  con  la  nao,  gente  y  socorro  que 
le  llevaba,  <(Ovo  mucho  pesar  de  no  le  aver  hallado.  Y  como  él  venía 
muy  cansado  y  enfermo  y  enojado  de  tantos  trabajos  e  reveses  como 
por  él  avían  pasado  acordó  de  acabar  e  renunciar  las  cosas  del 

mundo  y  recogerse  a  Dios e  assi  de  Capitán  e  hombre  guerrero 

se  convirtió  en  devoto  frayle  de  la  observancia».  (Lib.  XXVII,  capí- 
tulo IV  de  la  Historia  general  y  natural  de  las  Indias).  Pedro  Mártir  de 
Anghiera  en  sus  décadas  tituladas  «De  Orbe  Novo»  no  se  ocupa  de  la 
estancia  de  Ojeda  en  la  Española,  tan  sólo  dice  que  los  indios  que- 
maron la  villa  de  San  Sebastián  tan  luego  la  evacuaron  Francisco 
Pizarro  y  sus  compañeros  abandonados  por  Ojeda  (Déc.  2.%  capí- 
tulo I),  lo  que  envuelve  el  concepto  del  autor  de  que  Ojeda  no  pro- 
curó volver  a  Tierra  firme  a  socorrer  a  la  gente  que  allí  había  dejado 
y  hacerse  cargo  del  Gobierno. 

Narrando  el  P.  Las  Casas  las  vicisitudes  por  que  Ojeda  pasó  en 
su  viaje  de  San  Sebastián  de  Ürabá  a  la  Española,  dice  que  en  Ja- 
maica fué  muy  bien  recibido  por  Juan  de  Esquivel  y  quedaron  muy 
buenos  amigos;  que  Bernardino  de  Talavera  y  sus  compañeros  no 
quisieron  pasar  a  la  Española  por  miedo  a  ser  castigados  por  el  hurto 
de  la  nave,  pero  sabido  por  las  Justicias  del  Almirante  que  estaban 
allí  los  llevaron  presos  y  fué  Talavera  ajusticiado;  «por  lo  que  a 
Ojeda  hicieron  no  creo  hubo  castigo  porque  no  era  Ojeda  hombre 
que  les  acusaría.  Estuvo  Ojeda  en  esta  ciudad  después  de  esto  mu- 
chos días,  y  creo  que  fué  más  de  un  año,  y  yo  lo  vide;  algunos  que 
debían  ser  de  los  que  con  él  mal  estaban  y  quizá  de  los  que  con  él 
habían  en  este  viaje  venido  lo  aguardaron  para  lo  matar  una  noche 
pero  aina  les  hobiera  pesado  de  haberle  acometido,  porque  creo  que 
los  corrió  por  una  calle  adelante  a  cuchilladas  según  que  siempre 
hacer  solía  en  semejantes  refriegas.  Al  cabo  no  mucho  después  de  lo 
dicho  murió  en  esta  ciudad  de  su  enfermedad  paupérrimo,  sin  dejar 

un  cuarto  según  creo mandó  que  lo  enterrasen  a  la  entrada  de  la 

iglesia  y  Monasterio  de  San  Francisco,  y  así  no  acertaron  los  que 
dijeron  que  el  Almirante  queriendo  prenderlo  se  había  retraído  a 
San  Francisco  y  allí  había  muerto  de  la  herida  que  en  Urabá  rescí- 
bido  había,  porque  como  dije  yo  lo  vide  suelto  y  libre  y  sano  pasear 


XXI 

por  esta  ciudad  y  después  yo  salido  de  aquí  oí  ser  fallecido».  (His- 
toria de  las  Indias,  lib.  II,  cap.  LXI). 

Por  lo  expuesto  se  ve  que  los  cronistas  ignoraban  las  causas  que 
motivaron  el  que  Ojeda  no  volviera  a  su  Gobierno,  y  se  hace  necesa- 
rio exponerlas  porque  explican  importantes  sucesos  que  tuvieron  lu- 
gar en  Tierra  firme. 

En  9  de  Julio  de  1511  los  Oficiales  de  la  Casa  de  Contratación 
de  Sevilla  enviaron  al  Rey  tres  pliegos  de  cartas  que  el  Almirante  y 
Oficiales  de  la  Española  remitían  en  dos  navios  que  acababan  de 
arribar,  y  le  manifestaban  que  Pedro  de  Arbolancha  que  venía  comi- 
sionado por  las  Autoridades  de  la  isla  para  informarle  del  estado  de 
los  asuntos  en  las  Indias  no  podía  continuar  su  viaje  a  la  Corte  por 
hallarse  enfermo.     . 

No  han  llegado  hasta  nosotros  las  cartas  que  contenían  los  plie- 
gos, pero  sí  las  contestaciones  que  a  ellas  se  dieron  ^  y  por  las  que 


1  Todas  las  cartas  están  expedidas  en  Tordesillas  y  tienen  la  fecha  de  25  de 
Julio  de  1511. 

La  dirigida  a  Nicuesa  está  encabezada :  «Diego  de  Nicnesa  nuestro  Capitán  a 
la  parte  de  Veragua  que  es  en  Tierra  firme;  acusa  recibo  de  su  carta  de  9  de 
Noviembre  de  1510  y  le  manifiesta  que  ha  ordenado  al  Almirante  y  a  Pasamente 
que  les  presten  auxilio  ((fuisteis  muy  bien  en  castigar  los  que  castigasteis,  pero 
todavía  debéis  procurar  de  non  dar  ocasión  a  que  se  fagan  atrevimientos  porque 
si  vos  non  os  apaitarades  del  navio  en  que  iba  des,  no  os  acaescieran  los  trabajos 
que  os  acaescieron  nin  fuera  necesario  executar  la  xusticia  en  los  que  lo  efec- 
tuasteis nin  se  perdiera  el  tiempo  que  se  perdió,  nin  se  posiera  el  negocio  en  el 
rriesgo  que  se  a  puesto  de  acabarse  de  perder  del  todo».  (Arch.  de  Indias,  E.  139- 
1-4,  tomo  3°,  fol.  146). 

A  Ojeda  le  contesta:  «Vi  vuestra  letra  de  5  de  Mayo  de  511 ;  en  lo  que  decis 
que  los  que  traian  la  nao  hurtada  juntamente  con  los  de  Cuba  os  quisieron  matar 
yo  he  mandado  al  Almirante  e  Oficiales  que  les  fagan  castigar  conforme  a  justi- 
cia, debéis  mucho  excusar  semejantes  atrevimientos  que  quando  los  Capitanes 
que  llevan  gente  quieren  darse  buena  manera  non  les  acaesce  lo  que  a  vos  acaes- 
cio  agora.  Lo  que  decis  que  pasasteis  con  Esquivel  e  que  fizo  proceso  contra  vos 
non  por  eso  dexeis  de  continuar  vuestro  viage.  En  lo  que  decis  que  queréis  volver 
a  continuar  vuestro  viage  e  que  el  Almirante  nombre  persona  para  que  cumpla 
con  vos  lo  que  se  contiene  en  la  capitulación  yo  he  mandado  proveer  sobre  todo». 
(Arch.  de  Indias,  E.  139-1-4,  tomo  3.°,  fol.  147). 

Dirigiéndose  el  Rey  en  carta  general  al  Almirante  y  Oficiales  de  la  isla  Es- 
pañola les  decía :  ((Después  de  haber  respondido  vuestras  cartas  hasta  las  postre- 
ras que  fueron  de  19  de  Hebrero  llegaron  los  dos  navios  con  Bartolomé  Colon 


XXTI 

venimos  en  conocimiento  que  eran:  una  de  Nicuesa  fechada  el  9  de 
Noviembre  de  1510,  sin  duda  la  que  envió  con  la  carabela  desde 
Nombre  de  Dios,  en  la  que,  después  de  narrar  sus  desdichas  y  la 
insubordinación  de  Lope  de  Olano,  pedía  urgente  auxilio;  otra  de 
Ojeda,  fechada  en  la  Española  el  5  de  Mayo  de  1511,  en  que  igual- 
mente exponía  el  desastre  que  su  expedición  había  sufrido,  que  en 
Cuba  le  había  querido  matar  Bernardino  de  Talavera  y  su  gente,  el 
mal  trato  que  en  Jamaica  había  recibido  de  Juan  de  Esquivel,  que  le 
formó  proceso,  y  pidiendo  el  cumplimiento  de  su  capitulación  para 
volver  a  Urabá  a  encargarse  del  Gobierno;  tres  cartas  escribía  don 
Diego  Colón,  fechadas  en  25  de  Abril,  5  y  15  de  Mayo,  y  otra  en 
unión  de  los  Oficiales  Reales,  y  en  ellas  confirmaban  los  desastres 
sufridos  por  los  dos  Gobernadores. 

Habíanse  fundado  en  la  Corte  grandes  esperanzas  en  el  éxito  de 


De  las  nuevas  que  nos  escribis  de  Ojeda  y  Nicuesa  nos  ha  pesado  mucho  por  la 
gran  perdida  de  gente  que  ha  ávido  y  ficisteis  muy  bien  en  dar  nuestra  carabela 
a  Ojeda  para  que  vaya  a  socorrer  la  gente  que  dejo  en  el  asiento  que  abia  comen- 
zado a  hacer  en  Urabá;  aconsejalle  todo  lo  que  obiese  de  hacer  e  dalle  todo  el 
favor  que  obiese  menester  y  procurad  que  alguna  persona  acaudalada  le  ayude 
con  dinero  y  en  ultimo  termino  con  la  Hacienda  real  para  que  aquella  gente 
perdida  que  alia  quedo  non  perezca^) Le  manda  que  cumpla  con  Ojeda  y  Ni- 
cuesa todo  lo  capitulado,  excepto  lo  de  los  400  vecinos.  c(Poned  mucha  diligencia 
en  que  de  la  isla  Jamaica  se  les  lleve  el  mas  mantenimiento  que  ser  pueda,  vos 
mando  que  deis  a  Nicuesa  y  Ojeda  todo  el  favor  e  ayuda  que  obieren   menester 

para  el  sostenimiento  de  aquellos  dos  asientos  que  han   comenzado Creo  que 

aquello  se  sostendrá  e  paresceme  que  por  agora  la  mexor  negociación  que  en  aque- 
llo de  la  Tierra  firme  se  puede  hacer  es  sostener  lo  fecho  e  procurar  apaciguar 
la  tierra». 

Dice  que  Ojeda  escribe  que  para  defenderse  de  los  indios  necesita  armas,  y  que 
ya  había  ordenado  a  Sevilla  que  se  las  enviasen. 

((Déla  venida  de  Arbolancha  me  ha  placido  porque  es  persona  abile  e  que  sabrá 
dar  buena  cuenta  de  las  cosas  de  alia,  el  non  ha  venido  a  mi  hasta  agora  por  no 
estar  bien  disjjuesto  e  por  el  se  fara  lo  que  buenamente  se  podiere  facer  e  lo  man- 
dare despachar  lo  mas  brevemente  que  se  pueda  como  lo  suplicáis. 

)>Ojeda  me  ha  enviado  a  suplicar  prorroga  para  el  plazo  que  le  daba  su  capi- 
tulación para  hacer  las  fortalezas sino  existe  inconveniente  concedédsela  por  el 

tiempo  que  os  parezca».   (Arch.  de  Indias,  E.  139-1-4,  tomo  3.°) 

Además  de  la  carta  general  el  Rey  escribió  particularmente  al  Almirante 
D.  Diego  Colón  y  al  Tesorero  Pasamente;  al  primero  acusaba  recibo  de  sus  cartas 
de  28  de  Abril  y  5  y  15  de  Mayo  de  1511  y  le  recriminaba  diciéndole :  ((por  cierto 
se  cree  que  si  vos  despacharais  aquella  Armada  con  delygencia  e  el  rrecabdo  que  se 


XXIII 

ambas  expediciones,  y  las  noticias  transmitidas  desde  la  Española 
produjeron  tan  honda  impresión  en  el  ánimo  del  Rey,  que  sin  espe- 
rar a  que  llegara  Arbolancha  para  oir  sus  informes,  dictó  desde  Tor- 
desillas  el  25  del  mismo  mes  de  Julio  las  órdenes  conducentes  para 
remediar  en  lo  posible  el  desastre. 

Violenta  por  demás  fué  la  carta  que  dirigió  al  Almirante  Colón, 
acusándole  de  haber  dado  lugar  a  que  se  llegara  a  aquel  estado  de 
cosas  por  no  haber  provisto  la  Armada  de  todo  lo  necesario  y  de  ti- 
bieza en  facilitar  a  Ojeda  medios  para  que  volviese  a  su  Gobernación; 
le  ordena  cumpla  lo  con  él  y  con  Nicuesa  capitulado,  y  termina  con 
estas  duras  palabras:  ue  por  mi  servicio  que  non  deis  lugar  aqui  ade- 
lante a  que  nadie  pueda  decir  que  dexais  de  complir  mis  manda- 
mientos, porque  ya  vedes  quand  mal  suena  e  quan  rescio  seria  de 
corregir». 


rrequeria  e  yo  vos  imbie  a  mandar  que  no  rrecibieran  tanto  daño  como  han 
rrescibido» ;  le  ordena  que  con  toda  prontitud  acuda  al  sostenimiento  de  los 
que  han  quedado  vivos,  y  añade :  «lo  que  decis  en  vuestra  carta  de  quince  de 
Mayo  que  vos  e  los  Oficiales  fycisteis  llamar  a  Oxeda  e  le  preguntasteis  que  habia 
menester  para  que  el  fuese  a  su  voluntad  servido  porque  vos  a  ello  estabades  apa- 

rexados  non  me  satisface debisteis  aconsejarle  e  buscar  formas  y  medios  que 

en  estos  casos  se  suelen  buscar  para  que  se  remediara  aquella  gente  e  los  asientos 
que  alli  se  hablan  comenzado  a  hacer  no  se  perdieran»  ;  le  ordena  cumpla  lo  ca- 
pitulado con  Nicuesa  y  Ojeda  y  procure  ((favorecer  ahora  tanto  este  negocio  que 

le  satysfagais  lo  que  han  perdido  por  quitalle  los  indios e  por  servycio  mió  vos 

lo  fagáis  de  tal  manera  que  yo  conozca  por  obra  la  gana  que  vos  decis  que  ther- 
neis  de  me  servir  e  complir  mis  mandamyentos  en  tanto  e  por  mi  servycio  que  non 
deis  lugar  aqui  adelante  a  que  nadie  pueda  decir  que  dexais  de  complir  mis  man- 
damyentos porque  ya  vedes  quan  mal  suena  e  quan  rescio  seria  de  corregir». 
(Archv.  de  Indias,  E.  139-1-4,  tomo  3.°) 

Al  Tesorero  Pasamente  le  decía :  ((Maravillado  estoy  como  en  este  despacho 
que  vino  con  Arbolancha  no  recibí  carta  vuestra  e  creo  que  por  non  ser  el  llegado 
aqui  donde  yo  estoy  que  trae  las  cartas» ;  le  encarga  que  tenga  especial  cuidado 
en  que  se  cumplan  las  capitulaciones  de  Nicuesa  y  Ojeda  y  que  sean  socorridos,  y 
termina  diciéndole  que  ((non  ay  alia  persona  de  quien  yo  faga  la  confianza  que 
de  vos  nin  tenga  cargo  de  las  cosas  de  la  facienda».  (Arch.  de  Indias,  E.  139-1-4, 
tomo  3.°) 

Por  último  se  acusaba  recibo  a  los  Oficiales  de  Sevilla  de  los  despachos  de  la 
Española  que  le  habían  remitido,  en  la  siguiente  carta  : 

Oficiales  de  la  Casa  de  la  Contratación  de  Sevilla. — Tordesillas  25  de  Julio 
de  1511. 

Vi  vuestra  letra  de  9  de  Julio  e  rrescebi  con  ella  los  tres  pliegos  de  cartas  que 


XXIV 

En  la  caria  general  a  D.  Diego  Colón  y  Oficiales  Reales  les  or- 
dena que  aconsejen  y  favorezcan  a  Ojeda  para  que  vuelva  a  su  Go- 
bierno, y  que  socorran  a  Nicuesa  «pues  por  agora  la  mejor  negocia- 
ción que  en  aquello  de  la  Tierra  firme  se  puede  hacer  es  sostener  io 
hecho  e  procurar  apaciguar  la  tierra». 

Contestando  a  la  carta  de  Diego  de  Nicuesa  de  9  de  Noviembre 
de  1510  y  refiriéndose  a  la  insubordinación  de  Lope  de  Olano,  lo 
recrimina  diciéndole:  «si  vos  non  os  apartarades  del  navio  en  que 
ibades  non  os  acaescieran  los  trabajos  que  os  acaescieron  nin  fuera 
necesario  executar  la  xusticia  en  los  que  lo  efectuasteis  nin  se  per- 
diera el  tiempo  que  se  perdió  ni  se  pusiera  el  negocio  en  el  rriesgo 
que  se  ha  puesto  de  acabarse  de  perder  del  todo». 

No  menos  fuerte  es  la  contestación  a  la  carta  de  Ojeda  de  5  de 
Mayo,  en  la  que  haciéndose  eco  de  lo  escrito  por  Ojeda  de  que  Ber- 
nardino  de  Talavera  había  querido  matarle,  le  dice:  «quando  los 
Capitanes  que  llevan  xente  quieren  darse  buena  manera  non  les 
acaesce  lo  que  a  vos  acaescio  agora»  y  <(lo  que  decis  que  pasasteis 


el  Almirante  e  Oficiales  embiaron  para  mi que  trujeron  esos  dos  navios. 

Mucho  me  ha  pesado  del  desbarate  y  mala  fortuna  que  han  abido  los  de  Tierra 
fií'me ninguno  otro  remedio  paresce  que  ay  al  presente  sino  favorecer  a  Ni- 
cuesa e  a  Oxeda  para  que  no  se  acabe  de  caer  lo  quellos  tienen  fecho,  fasta  tanto 
que  sepamos  si  ay  oro  en  aquellos  desiertos  que  agora  tomaron  e  en  que  cantidad 
e  la  manera  que  podrian  therner  para  sacar   proveolio  de  aquellas  partes. 

Que  manda  a  Pasamonte  les  provea  de  las  cosas  que  necesitan  y  que  se  les 
cumpla  lo  capitulado;  a  los  de  Sevilla  les  dice  que  se  adquieran  las  armas  que 
piden  y  las  envíen  a  la  Española  para  que  allí  las  entreguen  por  mitad  a  Nicuesa 
y  Ojeda  tomando  seguridad  de  que  pagaran  su  importe ;  que  si  hubiera  posibi- 
lidad envíen  un  navio  con  víveres  y  si  no  que  lo  hagan  lo  antes  que  puedan ;  upa- 
resceme  que  debéis  publicar  por  todas  las  partes  que  vieredes  que  conviene  en  el 
Beyno  las  grandes  muestras  de  oro  que  ay  donde  an  comenzado  a  facer  sus  con- 
ciertos  dysciendo   amas   desto   las   otras   cosas  qtie   vieredes   que    convengan    para 

ynvitar  a  la  gente  que  vaj'a  a  Tierra  firme e  a  los  que  quisiesen  pasar  de  aqni 

en  adelante  a  las  indias  non  les  apremyeis  como  fasta  aqui  en  querer  saber  quie- 
nes son,  especialmente  siendo  trabajadores e  aun  de  los  que  no  fuesen  traba- 
jadores non  se  deben  tampoco  apretar  porque  como  vedes  habrá  alia  necesidad  ile 
xente  para  la  guerra. 

))De  la  venida  de  Arbolancha  e  abido  plascer  e  quysiera  questhobiera  en  dys- 
pusicion  de  venir  luego  para  me  ynformar  de  las  cosas  de  alia,  porque  se  que 
podra  dezir  bien  dellas  esi  non  fuere  partido  debéis  dalle  priesa  que  parta  en  ther- 
niendo  salud  para  ello».  (Arch.  de  Indias,  E.  139-1-4,  tomo  3.",  fol.  245). 


XXV 

con  Esquivel  e  que  fizo  proceso  contra  vos,  non  por  aquello  dexeis  de 
continuar  vuestro  viaje». 

Síntesis  de  las  anteriores  fué  la  dirigida  a  los  Oficiales  de  ¡a 
Casa  de  la  Contratación  de  Sevilla:  «ningún  otro  remedio  paresce 
que  hay  al  presente  sino  favorecer  a  Nicuesa  y  Oxeda  para  que  no 
se  acabe  de  caer  lo  que  ellos  tienen  fecho  fasta  tanto  que  sepamos 
si  ay  oro  en  aquellos  desiertos  que  agora  tomaron»;  les  ordena  que 
envíen  lo  antes  que  puedan  un  navio  con  víveres  y  que  publiquen 
por  todas  partes  «las  grandes  muestras  de  oro  que  hay  donde  han 
comenzado  a  facer  sus  asientos  dysciendo  ademas  de  esto  las  otras 
cosas  que  vieredes  que  convengan  para  ynvitar  a  la  xente  a  que  vaya 
a  la  Tierra  firme»  y  que  procuren  que  Arbolancha  venga  a  la  Corte 
en  cuanto  su  salud  se  lo  permita. 

Por  último  al  Tesorero  de  la  isla  Española  Miguel  de  Pasamonte 
le  dice:  «Maravillado  estoy  como  en  este  despacho  que  vino  con  Ar- 
bolancha no  recibí  carta  vuestra  e  creo  que  por  non  ser  el  llegado 
aquí  donde  Yo  estoy  que  trae  las  cartas»,  y  protesta  de  que  «non  ay 
de  la  persona  de  quien  Yo  tenga  la  confianza  que  de  vos». 

Estos  documentos  rectifican  la  suposición  del  P.  Las  Casas  de 
que  Ojeda  no  denunció  los  atropellos  de  que  había  sido  víctima  por 
parte  de  Bernardino  de  Talavera,  la  afirmación  del  buen  recibimiento 
que  Esquivel  hizo  a  Ojeda  en  la  isla  Jamaica  y  la  excelente  armonía 
en  que  quedaron,  y  demuestran  que  Ojeda  desde  que  llegó  a  la  Es- 
pañola procuró  arbitrar  medios  para  ir  a  su  Gobernación  y  socorrer 
a  Francisco  Pizarro  y  a  Enciso. 

Digna  de  estudio  es  la  declaración  hecha  en  la  carta  a  los  Ofi- 
ciales de  Sevilla  de  que  debe  de  favorecerse  a  Nicuesa  y  Ojeda  uhasta 
saber  si  hay  oro  en  aquellos  desieriosn,  y  la  orden  que  al  mismo 
tiempo  se  les  da  para  que  publiquen  las  grandes  muestras  de  oro 
que  hay  donde  han  comenzado  a  hacer  los  asientos,  a  fin  de  que 
fuera  gente  en  el  navio  que  mandaban  armar,  es  decir,  que  ante  la 
ineficacia  de  la  concesión  de  mercedes  e  indultos  para  reclutar  gente 
no  se  vacila  en  recurrir  al  engaño  para  despertar  la  codicia  de  los 
españoles  y  arrancándoles  del  seno  de  sus  familias  conducirles  a 
aquellas  lejanas  e  inhospitalarias  tierras,  donde  en  vez  de  las  ofre- 


XXVI 

cidas  riquezas  los  más  habían  de  encontrar  la  muerte  y  todos  peli- 
gros y  privaciones  sin  cuento. 

Pero  lo  que  más  valor  dan  a  estos  documentos  es  que  de  ellos  se 
deduce  claramente  que  sin  la  intervención  del  Tesorero  Pasamonte 
ni  del  comisionado  Arbolancha,  puesto  que  cuando  fueron  escritas 
ni  éste  había  llegado  a  la  Corte  ni  de  aquél  se  había  recibido  corres- 
pondencia y  sólo  por  los  relatos  que  los  mismos  Nicuesa  y  Ojeda 
hicieron  de  los  desastres  que  habían  sufrido,  el  Rey  los  consideró 
fracasados,  y  si  los  sostuvo  en  sus  puestos  fué  porque,  como  dice 
a  los  Oficiales  de  Sevilla,  «ningún  otro  remedio  encontraba  sino  fa- 
vorecerlos para  que  no  se  acabase  de  perder  lo  que  habían  hecho 
hasta  saber  si  había  oro  en  aquellos  lugares». 

Pocos  días  después  ya  no  se  pensaba  en  la  Corte  del  mismo  modo, 
pues  en  9  de  Septiembre  ^,  y  haciendo  referencia  a  que  el  Rey 
había  hablado  con  Arbolancha,  escribió  a  los  Oficiales  de  Sevilla  que 
en  vista  de  que  lo  de  la  Tierra  firme  estaba  muy  perdido  y  el  viaje 
era  largo  y  poco  navegado  no  enviaran  navios  con  mantenimientos 
por  cuenta  de  la  Hacienda  Real,  pero  si  por  la  suya  querían  ir  algu- 
nos mercaderes  que  se  les  autorizase. 

En  25  de  Julio  todo  eran  apremios,  ante  la  esperanza  de  que  hu- 
biera oro  en  Tierra  firme,  para  que  se  enviasen  socorros  a  los  que 
allí  estaban  a  fin  de  que  no  perecieran  de  hambre;  el  9  de  Septiem- 
bre, y  sin  duda  por  los  informes  de  Arbolancha  de  que  no  existían 
las  supuestas  riquezas,  parece  largo  y  peligroso  el  viaje  y  se  deja 
en  el  mayor  abandono  a  los  que  allí  estaban;  así  se  procedía  en  la 
Corte  con  los  que  luchaban  y  sufrían  penalidades  sin  cuento  por  en- 
grandecer los  dominios  de  España. 

En  6  de  Octubre  siguiente,  y  sin  que  tengamos  noticia  de  que 
hubiera  llegado  ningún  buque  que  trajera  correspondencia  de  la  isla 


1  1511,  Septiembre  9,  Burgos. —  El  Rey  decía  a  los  Oficiales  de  Sevilla  : 
«Lo  de  tierra  firme  quedo  muy  perdido  y  el  viaje  es  largo,  poco  navegado  por  eso 
no  curéis  de  embiar  navios  con  mantenimientos  de  nuestra  cuenta  mas  vayan  si 
quieren  algunos  de  mercaderes» ;  y  hablando  de  la  venta  de  la  sal  en  la  isla  Es- 
pañola refiere  «lo  que  dice  Arbolancha»;  luego  éste  se  encontraba  ya  en  la  Corte. 
(Acad.a  de  la  Hist.*,  Colee.  Muñoz,  tomo  90,  fol.  88). 


XXYII 

Española,  se  expide  una  Real  Cédula  ^  a  los  Jueces  de  apelación 
de  la  misma  para  que  formasen  proceso  a  Ojeda  y  Bernardino  de 
Talavera  por  los  graves  delitos  que  según  informes  recibidos  habían 
cometido,  y  si  resultasen  culpables  se  les  prendiese  y  condenase  en 
derecho. 

Cambio  tan  radical  hace  creer  que  el  Rey  no  se  había  equivocado 

1  La  Real  Cédula  expedida  en  Burgos  en  6  de  Octubre  de  1511  dice  así : 
D.  Hernando  etc.  a  vos  los  Xueces  de  apelación  de  las  Indias  Islas  e  Tierra 
firme  del  Mar  Océano  que  rresydis  en  la  isla  Española  salud  e  gracia :  Sepades 
que  Yo  he  seydo  ynformado  que  Alhonso  Doxeda  nuestro  Gobernador  de  la  pro- 
vincia de  Huraba  ques  en  la  Tierra  firme  del  Mar  Océano,  fizo  muchos  delitos  e 
escesos,  especialmente  questando  en  la  dicha  Provincia,  fizo  matar  dos  ombres,  al 
uno  degolló  e  al  otro  ahorco,  e  fizo  executar  otros  dos  ombres,  e  cortar  la  lengua : 
e  a  otro  herrar  en  la  frente  e  cortar  dos  dedos  a  otro :  lo  qual  fizo  e  mando  f azer 
sin  ser  oidos  en  xustycia,  non  guardándoles  la  orden  de  derecho ;  e  que  diz  que 
fizo  nuevos  xueces  e  oficiales  de  Xusticia  para  les  sentenciar  e  executar ;  e  dixo 
que  aunque  fuéramos  seruidos  seria  Gobernador  en  la  dicha  Provincia  de  Huraba 
e  que  vendria  a  la  dicha  Isla  Española  e  cortaría  la  cabeza  al  Almirante  D.  Diego 
Colon  nuestro  Visorrey  e  Gobernador  de  la  dicha  isla,  e  le  llamo  traydor  e  otras 
palabras  de  ynxuria  e  dixo  que  llevarla  a  doña  Maria  su  muger  del  dicho  Almi- 
rante a  la  dicha  Provincia  de  Huraba,  e  que  vendria  a  la  via  de  la  dicha  isla  Espa- 
ñola e  de  la  dicha  Isla  de  Sant  Xoan  e  que  thomaria  puerto  e  pan,  e  que  procu- 
raría de  thomar  alguna  nao  de  las  que  fuesen  o  vyniesen  de  Castilla  a  las  dichas 
Indias;  e  con  esta  yntencion,  el  dicho  Alhonso  Doxeda  e  Bernardino  de  Talavera, 
vecino  que  fue  de  la  dicha  Isla  Española,  abiendose  alzado  con  una  nao,  e  urtan- 
dola  de  otros  muchos  vecinos  de  la  dicha  Isla  e  yéndose  a  Huraba  en  la  dicha  nao, 
salieron  de  la  dicha  provincia  de  Huraba  con  propósitos  depravados,  de  seguir 
sil  viaxe  a  la  dicha  Isla  Española  como  dicho  es,  e  con  tiempos  e  vientos  contra- 
rios, diz  que  aportaron  a  la  Isla  de  Cuba,  donde  diz  que  dicho  Alhonso  Doxeda 
fizo  e  cometió  otros  muchos  delitos  e  desconciertos;  e  que  dicho  Bernardino  de 
Talavera,  dempues  quen  la  dicha  Isla  entraron  se  aparto  de  la  compañía  del  dicho 
Alhonso  Doxeda  e  con  la  mayor  parte  de  la  xente  que  los  susodichos  llevaban  en 
la  dicha  nao,  se  fizo  pasar  por  capitán  e  la  dicha  xente  lo  xuro  e  poso  de  su  mano 
alguaciles  non  lo  podiendo  facer ;  e  diz  que  ansi  sentraron  el  dicho  Bernardino  de 
Talavera,  los  quales  syguieron  la  Tierra  adentro  por  la  dicha  Isla  de  Cuba,  donde 
fycieron  muchos  delitos  e  escesos,  maltratando  los  caciques  e  yndios  della,  thoman- 
doles  sus  faciendas  e  mantenymientos  contra  su  voluntad  sin  se  lo  pagar  e  for- 
zándoles las  muxeres  e  sacándolas  de  su  poder  por  fuerza  para  las  traer  consigo 
por  mancebas  e  ynjuriandolos  gravemente  e  a  otros  dando  muerte;  por  manera 
que  por  lo  que  los  dichos  Alhonso  Doxeda  e  Bernardino  de  Talavera  e  las  otras 
personas  de  su  compañía  ansi  de  los  que  .se  alzaron  en  la  Isla  Española  e  urtaron 
la  dicha  nao,  como  de  los  que  antes  estaban  con  el  dicho  Oxeda  e  ficieron  a  los 
yndios  questaban  de  paz  e  con  yntencion  de  Nos  servir  e  ser  nuestros  vasallos 
dieron   cabsa,   que  se  rrebelasen   contra   nuestro  servycio,   lo  qual  todo  diz  que  a 


XXVIII 

ai  suponer  que  Arbolancha  traería  cartas  del  Tesorero  Miguel  de 
Pasamonte  y  que  en  ellas  la  persona  de  toda  la  confianza  del  Mo- 
narca pintara  con  tan  negros  colores  la  situación  de  los  estableci- 
mientos de  Tierra  firme  y  dirigieran  tan  graves  acusaciones  contra 
Ojeda  que  le  determinaran  a  ordenar  que  fuese  procesado  y  a  dero- 
gar la  orden  de  que  se  equipase  un  buque  para  llevar  víveres  y  re- 
fuerzos; la  circunstancia  de  que  la  Cédula  dispone  al  mismo  tiempo 
el  procesamiento  de  Ojeda  y  de  Bernardino  de  Talavera  por  delitos 
cometidos  no  sólo  en  Tierra  firme  sino  también  en  Cuba  y  Jamaica, 
induce  a  suponer  que  los  informes  dados  al  Rey  tuvieran  por  funda- 
mento el  proceso  que  en  esta  última  isla  instruyó  Esquivel  a  Ojeda 
y  de  que  éste  hace  mención  en  la  referida  carta  de  5  de  Mayo. 

La  orden  de  encausar  a  Ojeda  da  verosimilitud  a  la  versión  que 
el  P.  Las  Casas  contradice,  de  que  queriendo  el  Almirante  prenderle 
se  había  acogido  al  Convento  de  San  Francisco,  donde  murió. 

Nuevos  despachos  que  llegan  a  la  Corte  el  23  de  Noviembre  en- 
viados por  las  autoridades  de  la  isla  Española,  y  entre  los  que  venía 
una  carta  de  3  de  Abril  anterior  del  Veedor  Quincedo,  que  había  ido 


seydo  a  cabsa  de  poner  en  la  dicha  Tierra  e  Isla  mucho  escándalo  e  alboroto ;  e 
porque  semexante  cosa  non  quedase  sin  provisión  ni  castigo,  fue  acordado  que 
debia  mandar  dar  esta  mi  Carta  para  vosotros  en  la  dicha  rrazon  e  Yo  thobelo 
por  bien ;  e  confiado  de  vosotros  que  sois  tales  personas  que  bien  e  fielmente  fareis 
lo  que  por  mi  os  fuese  encomendado  e  cometido  es  mi  merced  de  vos  encomendar 
e  cometer  lo  susodicho  e  por  la  presente  vos  lo  encomiendo  e  cometo,  porque  vos 
mando  que  luego  veades  lo  susodicho  e  fagáis  ynformacion  por  quantas  partes  e 
maneras  mexor  e  mas  complidamente  saberla  podieredes,  que  escesos  e  cosas 
fueron  los  que  los  dichos  Bernardino  de  Talavera  e  Alhonso  Doxeda  fycieron  e 
cometieron,  ansi  en  la  Isla  Española  e  Tierra  firme  como  en  Xamaica  e  Cuba  e  en 
todas  las  otras  partes  por  donde  se  fueron  e  andobieron  e  que  navio  es  el  quel 
dicho  Bernardino  de  Talavera  urto  xuntamente  con  los  otros  e  quienes  e  quales 
personas  fueron  con  el  a  lo  urtar ;  e  por  cuyo  mandado,  e  quien  dio  para  ello 
ayuda ;  e  todo  lo  demás  que  vosotros  vieredes  ser  nescesario  para  mexor  saber  la 
verdad  de  todo  lo  susodicho  e  la  ynformacion  de  todo  ello  abida ;  e  los  que  por 
ella  fallaredes  delincuentes,  por  ende,  prendelles  los  cuerpos  e  presos,  prosceder 
contra  ellos  e  contra  sus  bienes  e  a  las  mayores  e  mas  graves  penas  ceviles  e  cri- 
minales que  fallarades  por  fuero  e  por  derecho  por  vuestra  sentencia  o  sentencias, 
ansi  ynterlocutorias  como  defynitivas,  la  qual  o  las  quales  mandamiento  o  manda- 
mientos quen  la  dicha  rrazon  dieredes  e  pronunciarades  llevedes  e  fagades  llevar 

a  pura  e  debida  execucion Dada  en  la  cibdad  de  Burgos  a  seis  de  Octubre  de 

mil  e  quinientos  once  años. — Yo  el  Rey.   (Arch.  de  Indias,  E.  139-1-4,  tomo  3.°) 


XXIX 

con  Nicuesa  a  Tierra  firme,  a  la  que  acompañaba  extenso  relato  de 
lo  que  a  la  expedición  había  ocurrido  desde  su  comienzo,  decidieron 
al  Rey  a  destituir  a  Nicuesa  y  Ojeda,  mandándoles  venir  a  España;  a 
ordenar  la  evacuación  de  Nombre  de  Dios,  disponiendo  que  sus  ve- 
cinos se  trasladasen  a  Santa  María  la  Antigua,  y  a  nombrar  Gober- 
nador del  Darien  a  Vasco  Núñez  de  Balboa. 

No  se  conservan  las  cartas  del  Almirante  y  Oficiales  Reales  ni  la 
de  Quincedo  con  la  relación  que  remitía,  pero  por  lo  que  se  les  con- 
testó y  resoluciones  que  se  adoptaron  fácil  es  deducir  su  contenido: 
en  23  de  Diciembre  se  destituye  a  Ojeda  y  se  le  ordena  venir  a  Es- 
paña; se  nombra  Gobernador  interino  de  la  provincia  del  Darien  a 
Vasco  Núñez  ^;  se  ordena  al  Almirante  y  Oficiales  de  la  Española 
que  envíen  allí  provisiones  sin  decirle  nada  del  nombramiento  de 
Vasco  Núñez;  se  dan  las  gracias  a  Juan  de  Quincedo  por  sus  infor- 
mes, y  a  los  Oficiales  de  Sevilla,  en  carta  que  aunque  la  minuta  no 
tiene  fecha  se  escribió  probablemente  el  mismo  día  y  con  seguridad 
el  mismo  mes,  les  manifestó  el  Rey  que  de  acuerdo  con  su  parecer 
y  en  vista  de  que  ínterin  otra  cosa  se  dispusiera  habían  acordado 
los  de  la  villa  del  Darien  tener  por  Gobernador  a  Vasco  Núñez  de 
Balboa,  «yo  lo  entiendo  proveer  asi  para  quel  dicho  Balboa  este  en 
aquel  cargo  fasta  que  yo  otra  cosa  lo  inbie  a  mandar  e  provea  de 
otra  persona  lo  cual  haré»  ^. 

1  Apéndice  número  2. 

2  1511,  Noviembre  27,  Burgos. — El  Rey  a  Oficiales  de  Sevilla. — Rescebi  vues- 
tras cartas  del  17  del  presente  mes  que  trajo  el  correo  Collantes  e  ansi  mismo  las 
que  vinieron  de  Indias  que  llegaron  aqui  el  23  a  las  once  de  la  mañana.  (Arch.  de 
Indias,  139-1-4). 

1511,  Diciembre  23,  Burgos. — El  Rey  a  Alonso  de  Ojeda  nuestro  Capitán  de 
Uraba  que  es  en  Tierra  firme. — Le  dice  que  ha  sido  informado  qu.e  no  puede  cum- 
plir lo  que  con  el  capitulo  y  que  lo  deje  todo  y  venga  a  la  Corte.  (Arch.  de  In- 
dias, 139-1-4). 

1511,  Diciembre  23,  Burgos. — El  Rey  a  Almirante  y  Oficiales. — Vi  la  relación 
que  me  enviasteis  sobre  lo  de  Tierra  firme  he  acordado  ((de  lo  mandar  proveer 
como  convenga  y  que  entre  tanto  envien  alli  todos  los  mantenimientos  y  otras 
cosas  que  menester  ovieren».   (Arch.  de  Indias,  E.  139-1-4). 

1511,  Diciembre  23,  Burgos. — El  Rey. — Juan  de  Quincedo  vi  vuestra  carta 
de  3  de  Abril  de  511  y  tengoos  en  servicio  el  cuidado  que  aveys  tenido  de  me  en- 
viar la  relación  de  todo  lo  que  alia  ha  pasado  después  que  de  la  Española  partis- 
tes  y  ansi  vos  mando  lo  hagáis  e  continuéis  enviandome  larga  y  verdadera  xela- 


XXX 

Para  refundir  en  uno  los  establecimientos  de  Tierra  firme  se  or- 
dena en  17  de  Enero  a  los  vecinos  de  Nombre  de  Dios  se  trasladen 
a  Santa  María  la  Antigua;  a  Nicuesa  el  día  31  que  lo  deje  todo  y  re- 
grese a  España,  y  a  Vasco  Núñez  que  recibiera  y  atendiese  a  los  que 
de  Nombre  de  Dios  fueran  a  aquella  villa  S  comunicándose  al  Almi- 
rante el  día  23  la  destitución  de  Ojeda  y  Nicuesa  y  diciéndole  que  fué 
buen  medio  el  que  tomó  de  que  estuviese  allí  (en  el  Darien)  por  ahora 
Vasco  Núñez  de  Balboa  ^;  lo  que  prueba  que  antes  del  10  de  Septiem- 


cion  de  todo  lo  que  pasa  porque  yo  tengo  mucha  voluntad  de  saber  todas  las  cosas 
de  esas  partes (Arch.  de  Indias,  139-1-4). 

1511,  Diciembre. — El  Rey  a  Oficiales  de  Sevilla. — Vi  vuestras  cartas  de  17  de 
Noviembre  que  trujo  el  correo  Collantes  y  rescibi  las  que  con  el  me  embiasteis  que 
vinieron  de  las  Indias  en  los  tres  navios,  con  el  mismo  Collantes  que  partió  de 
aqui  el  27  del  pasado  vos  escribí. 

Vi  lo  que  ansi  mesmo  los  dichos  Oficiales  de  la  Española  os  escribieron  sobre 
lo  de  Tierra  firme  e  de  las  cosas  como  alia  suceden  e  se  facen  e  como  entre  tanto 
que  de  acá  se  proveen  an  acordado  los  de  la  Villa  del  Darien  therner  por  Gober- 
nador e  Alcalde  mayor  a  un  Basco  Nuñez  de  Balboa  persona  con  quien  diz  que 
todos  están  contentos  e  ansi  mismo  vi  vuestro  parecer  que  sobrello  vosotros  lies- 
cis  e  an  pensado  bien  e  Yo  lo  enthiendo  mandar  proveer  asi  para  quel  dicho  Bal- 
boa este  en  aquel  cargo  fasta  que  yo  otra  cosa  le  inbie  a  mandar  e  provea  de  otra 
persona  lo  qual  se  fara  pero  entretanto  debéis  vosotros  de  procurar  que  los  mer- 
caderes ymbien  alia  los  mantenimientos  que  podieren  ser  e  si  algún  navio  de  mer- 
caderes se  dispydiese  para  la  dicha  provincia  del  Darien  debéis  ymbiar  a  la  Villa 
de  Santa  Maria  de  la  Antigua  algunas  armas  de  las  que  vieredes  que  son  mexores 
para  alia  e  en  la  cantidad  que  os  pareciere.  (Arch.  de  Indias,  E.  139-1-4,  tomo  3."^) 

No  puede  ofrecer  duda  que  esta  carta  fué  escrita  en  Diciembre,  una  vez  que 
en  ella  se  hace  referencia  a  la  que  les  llevó  Collantes  ((en  27  del  pasado»,  o  sea  la  de 
27  de  Noviembre,  primera  inserta  en  esta  nota. 

1  Apéndices  3,  5  y  6. 

2  1512,  Enero  23,  Burgos. — El  Rey  contesta  carta  del  Almirante  D.  Diego 
Colón  de  10  de  Septiembre  anterior  y  le  dice :  ((En  lo  de  Oxeda  y  Nicuesa  non  ay 
que  decir  si  non  que  sygund  lo  que  fasta  aqui  emos  podido  saber  ellos  se  han  dado 
muy  mal  rrecabdo  en  lo  que  llevaron  a  cargo  e  que  non  conviene  quellos  entien- 
dan mas  en  lo  de  la  Tierra  firme  e  que  es  necesario  proveer  aquello  de  otra  ma- 
nera que  fasta  aqui. 

))E  mandado  que  los  del  Consejo  declaren  si  la  Gobernación  de  la  Tierra  firme 
pertenesce  a  vos,  entretanto  que  aquello  se  declare  por  seruycio  mió  que  deis 
todo  el  fauor  e  ayuda  e  buen  aderezo  que  podieredes  a  los  questan  e  estobieren 
en  la  dicha  Tierra  firme  como  por  la  carta  general  vos  lo  escribo,  quen  ello  me 
seruireis  mucho,  que  fue  }>uen  medio  el  que  tomasteis  questobiese  alli  por  agora 
aquel  Vasco  Nuñez  de  Balboa  hasta  que  se  prouea  de  quien  tenga  cargo  de  aque- 
llo». (Arch.  de  Indias,  139-1-4,  tomo  3.»,  fol.  217). 


XXXI 

bre  de  1511,  que  es  la  fecha  de  la  carta  a  que  el  Rey  contestaba,  ya 
aquella  autoridad  en  vista  de  la  anarquía  que  reinaba  en  Santa  María 
la  Antigua  había  nombrado  a  Vasco  Núñez  Gobernador  de  la  Co- 
lonia ínterin  en  la  Corte  se  resolvía  quién  había  de  serlo  en  propiedad. 

La  orden  que  en  28  de  Enero  se  dio  a  Nicuesa  o  la  persona  que 
tuviese  preso  a  Lope  de  Olano  ^  para  que  enviara  éste  a  España  en 
unión  del  proceso  que  se  le  había  formado,  hace  pensar  que  fué 
dictada  como  consecuencia  de  los  informes  favorables  a  Olano  y  con- 
trarios a  Nicuesa  que  contenía  la  relación  de  Quincedo,  pues  no  es 
de  olvidar  que  fué  éste  el  que  al  llegar  a  Santa  María  soliviantó,  se- 
gún Oviedo,  a  los  colonos  contra  Nicuesa,  relatándoles  los  atropellos 
que  había  cometido  y  los  proyectos  que  contra  ellos  llevaba,  y  que  fué 
portador  de  una  carta  de  Lope  de  Olano  para  el  Alcalde  Zamudio  en 
que  se  quejaba  de  las  violencias  y  de  la  injusta  prisión  a  que  Nicuesa 
le  tenía  sometido. 

De  estos  documentos  resulta  que  lo  mismo  Ojeda  que  Nicuesa 
fueron  destituidos  por  haber  fracasado  en  su  empresa  y  por  las  que- 
jas que  de  su  conducta  formularon  los  mismos  que  con  ellos  ha- 
bían ido. 

Dato  muy  interesante  que  ha  de  aclarar  muchos  puntos  obscuros 
de  la  historia  de  Tierra  firme  es  que  en  el  navio  Buenaventura  que 
fué  uno  de  los  que  trajeron  esta  correspondencia  llegó  a  España  el 
Alcalde  de  Santa  María  la  Antigua  Martín  de  Zamudio  ^  enviado  por 


1     Apéndice  número  4. 

3     En  el  libro  de  Cuenta  y  Razón  del  Tesorero  Sancho  de  Matienzo  (Archivo 
de  Indias,  39-2-Vg,  libro  II,  fols.  41  y  42),  aparecen  los  siguientes  asientos: 

Goanyes  de  la  Tierra  firme. — En  la  sobredicha  nao  (Buenaventura)  de  Ambrosyo 
Sanches  enbiaron  el  Almirante  e  Oficiales  de  su  Alte9a  que  rresyden  en  la  Española 
para  su  Alteza  con  Martyn  de  Qamudio  myll  e  doszientos  e  sesenta  e  syete  pesos  e 
seys  tomines  e  diez  granos  de  goanyns  en  piezas  diversas  según  están  asentadas  por 
menudo  en  el  libro  del  entrego  del  oro  para  amonedar  a  fojas  veynte  e  nueve  los 
quales  dichos  goanines  de  la  manera  que  el  dicho  Qamudio  los  traxo  syn  tocar  en 
ellos  se  enbiaron  a  su  Alteza  con  el  dicho  Qamudio  en  tres  de  dizienbre  del 
dicho  año. 

asy  que  monta  el  cargo  fecho  al  dicho  thesorero  desde  primero  dia  del  mes 

de  abrill  deste  presente  año  de  honze  hasta  en  fin  deste  dicho  año y  mas  los 

MCCLXXVII  pesos  VI  t  y  Xg  degoaines  que  trnxo  de  la  Tierra  firme  Martin  de 
^amudio. 


XXXIX 

Vasco  Núñez  a  la  Española  primero  y  después  a  la  Península  para 
que  gestionara  el  que  se  le  nombrase  Gobernador  del  Darien,  y  tam- 
bién es  probable  viniera  en  alguno  de  estos  barcos  el  bachiller  En- 
ciso  ^  del  que  sabemos  había  ya  en  20  de  Marzo  entregado  al  Rey 
un  memorial  de  las  necesidades  de  la  Colonia. 

La  fecha  de  31  de  Enero  de  1512  -  en  que  se  ordena  a  Nicuesa 
regrese  a  España  plantea  un  problema  que  no  hemos  alcanzado  a 
resolver;  los  términos  de  la  orden  son  tan  claros  que  no  dejan  lugar 
a  duda  de  que  en  la  Corte  se  le  consideraba  residiendo  en  Nombre 
de  Dios:  (( luego  que  con  esta  nuestra  carta  fuesedes  requerido,  se  le 
dice,  todas  cosas  dexadas  vos  partáis  e  vengáis  do  quier  yo  estu- 
viere   enbio  a  mandar  por  toda  la  gente  que  con  vos  esta  se  pase 

a  la  villa  de  Santa  Maria  la  Antigua  del  Darien dexad  proveydo 

como  luego  se  cumpla  lo  que  yo  enbio  a  mandar»;  esto  no  obstante, 
es  de  todo  punto  inverosímil  que  en  los  centros  oficiales  no  se  tu- 
viera noticia  de  que  en  Mayo  de  1511  había  sido  expulsado  Nicuesa 
de  Tierra  firme  y  que  se  ignoraba  su  paradero. 

Bastante  tiempo  antes  del  10  de  Septiembre  de  1511,  fecha  de  la 
última  carta  del  Almirante,  que  vino  en  la  expedición  que  llegó  a  la 
Península  a  principios  de  Noviembre,  arriba  a  la  isla  Española,  pro- 
cedente de  Tierra  firme,  de  donde  había  salido  después  de  la  expul- 
sión de  Nicuesa,  una  carabela  que  conducía  al  Alcalde  Zamudio,  al 
Corregidor  Valdivia  y  al  bachiller  Enciso,  conducía  también  una 
carta  escrita  por  el  Veedor  Juan  de  Quincedo  con  posterioridad  a 
la  expulsión  de  Nicuesa,  a  la  que  acompañaba  extenso  relato  de  lo 
sucedido  a  la  expedición  que  éste  mandaba  y  de  que  formó  parte 
Quincedo  desde  que  salió  de  la  isla  Española;  ¿cómo  explicar  que 
ni  por  Valdivia,  ni  por  Zamudio,  ni  por  Enciso,  enemigo  de  Vasco 
Núñez  que  acababa  de  formarle  proceso  y  de  expulsarle  del  Darien, 
ni  por  los  tripulantes  de  la  carabela,  ni  por  la  relación  de  Quincedo, 

1  1512,  Marzo  20. — El  Rey  a  Oficiales  de  Sevilla. — Sino  se  halla  quien  quiera 
ir  por  flete  a  Tierra  firme,  ved  que  vaya  presto  un  navio  ayudado  por  vos :  para 
las  cosas  que  han  de  enviarse  va  un  memorial  del  bachiller  Enciso  en  que  dice  se 
ganara  la  mitad  de  lo  que  costare  puesto  alli.  (Acad.*  de  la  Hist.*,  Colee.  Muñoz, 
tomo  90,  fol.  100  vuelto). 

2  Apéndice  número  5. 


XXXI  ri 

ni  por  cartas  de  los  vecinos  de  Santa  María  que  llevara  la  carabela 
no  se  tuviera  en  la  Española  noticia  de  hecho  que  tan  hondamente 
había  conmovido  la  tranquilidad  de  la  Colonia? 

Aun  en  el  supuesto  de  que  el  Almirante  y  Oficiales  Reales  gana- 
dos por  Valdivia  y  Zamudio  hubieran  guardado  silencio  e  intencio- 
nadamente nada  dijeran  al  Rey  en  los  despachos  que  se  recibieron 
en  España  a  principios  de  Noviembre,  ¿cómo  suponer  que  no  llegara 
a  conocimiento  de  los  Oficiales  de  Sevilla  ni  de  las  personas  encarga- 
das por  el  Rey  de  los  asuntos  de  Indias  por  los  relatos  de  los  tripu- 
lantes de  los  navios,  por  la  carta  y  relación  de  Quincedo  y  aun  por 
el  mismo  Zamudio,  que  se  hallaba  en  Sevilla  el  21  de  Noviembre  y 
el  3  de  Diciembre  salió  para  Burgos  donde  se  hallaba  la  Corte?  '. 

La  única  explicación  que  encontramos  es  que  considerándose 
poco  menos  que  perdidos  los  establecimientos  de  Tierra  firme  por 
los  informes  que  había  dado  Arbolancha,  al  conocerse  en  la  isla  Es- 
pañola primero  y  después  en  la  Corte  la  relación  de  Quincedo  y  los 
informes  de  Valdivia  y  Zamudio  de  las  riquezas  del  Darien,  de  las 
que  como  muestra  traía  éste  1.200  pesos  de  oro,  y  que  los  vecinos  de 
Santa  María  se  hallaban  todos  contentos  con  el  Gobernador  Vasco 
Núñez  nombrado  por  ellos  ínterin  se  designaba  el  que  en  propiedad 
había  de  ejercer  el  cargo,  se  considerase  que  para  el  desenvolvimiento 
de  la  Colonia  no  convenía  promover  nuevas  alteraciones  y  que  era 
más  político  no  darse  el  Rey  por  enterado  de  los  sucesos  allí  ocurri- 
dos, procediendo  con  Nicuesa  como  si  estuviera  en  Nombre  de  Dios 
y  dejando  para  más  adelante  el  depurar  responsabilidades. 

Hemos  expuesto  las  resoluciones  dictadas  por  el  Gobierno  de  la 
metrópoli  desde  el  arribo  de  Nicuesa  y  Ojeda  al  Darien  hasta  el  nom- 
bramiento de  Vasco  Núñez  como  Gobernador  de  aquellos  territorios, 
con  objeto  de  que  al  narrar  los  hechos  que  allí  ocurrieron  podamos 
deducir  si  dichas  resoluciones  obedecieron  en  realidad  a  convenien- 
cias de  gobierno  o  tuvieron  por  causa,  como  algunos  cronistas  pre- 
tenden, falsos  o  apasionados  informes  dados  a  los  Podei'cs  públicos 


1     Véase  la  nota  2.*^  de  la  página  XXXI. 


XXXIV 

por  funcionarios  venales  o  por  hombres  a  quienes  cegaba  la  ambi- 
ción, la  envidia  o  las  enemistades  que  dividían  a  los  españoles  de 
Tierra  firme. 

El  reducido  número  de  personas  que  desde  tan  lejanos  territorios 
estaban  en  relación  con  los  llamados  a  resolver  los  asuntos  de  las 
Indias  y  la  dificultad  de  comunicaciones,  hacía  difícil  si  no  imposible 
toda  comprobación  de  sus  asertos;  con  tiempo  favorable  se  empleaba 
ocho  días  en  la  navegación  de  Tierra  firme  a  la  Española  y  cua- 
renta desde  ésta  a  la  Península,  pero  como  los  buques  no  hacían  un 
servicio  regular  entre  la  isla  y  el  continente,  sino  que  sólo  iban  a 
éste  para  llevar  víveres  o  comerciar,  y  tanto  a  la  ida  como  al  re- 
greso las  calmas  y  temporales  demoraban  a  veces  la  navegación 
largo  tiempo,  recibíanse  en  la  Española  las  noticias  con  gran  re- 
traso y  allí  quedaba  detenida  la  correspondencia  hasta  que  salía  al- 
gún buque  para  la  Península,  de  lo  que  resultaba  que  cuando  oA 
Gobierno  recibía  los  pliegos  hacía  ya  muchos  meses  que  habían 
ocurrido  los  hechos  que  referían;  tratar  de  comprobarlos  o  pedir 
ampliación  de  noticias  representaba  el  retraso  de  otro  tanto  tiempo 
en  las  resoluciones,  y  de  aquí  la  necesidad  de  dictarlas  fiados  en  la 
buena  fe,  la  imparcialidad  y  el  conocimiento  de  causa  de  los  infor- 
mantes, que  por  desgracia  no  siempre  respondían  a  la  confianza  en 
ellos  depositada,  y  atentos  más  a  sus  propios  intereses  que  al  interés 
público,  variaban  en  sus  juicios  según  les  aconsejaba  su  conveniencia, 
dando  lugar  a  esa  desorientación  que  se  observa  en  las  resoluciones 
del  Gobierno  hasta  que  se  crearon  en  las  colonias  organismos  que, 
como  las  Audiencias,  ofrecían  mayores  garantías  de  imparcialidad, 
probidad  y  acierto  en  sus  dictámenes;  pudiendo  servirnos  de  ejem- 
plo de  las  indecisiones  que  en  el  Gobierno  producía  la  falta  de  no- 
ticias ciertas  de  lo  que  en  las  Indias  ocurría,  el  hecho  expuesto  de  que 
el  25  de  Julio  de  1511  y  en  vista  de  las  cartas  del  Almirante  y  Oficia- 
les de  la  Española  que  acababan  de  recibirse,  impera  en  las  esferas 
oficiales  el  propósito  de  sostener  a  toda  costa  los  establecimientos  de 
Tierra  firme  y  se  ordena  a  los  Oficiales  de  Sevilla  que  si  existe  algún 
buque  en  disponibilidad  lo  envíen  en  seguida  con  víveres,  gente  y 
pertrechos  de  guerra  y  si  no  existe  ninguno  que  lo  armen  cuanto  an- 


XXXV 

les  sea  posible,  ^  y  pocos  días  después  en  cuanto  llega  a  la  Corle  Ar- 
bolancha  que  había  venido  de  la  Española  al  mismo  tiempo  que  las 
cartas,  sea  por  los  informes  que  diese,  sea  porque  trajera  pliegos 
del  Tesorero  Pasamonte  pintando  como  desesperada  la  situación  de 
los  establecimientos,  el  Gobierno  cambia  de  parecer  y  se  da  contra- 
orden a  los  Oficiales  de  Sevilla  para  que  no  envíen  los  víveres  y  re- 
fuerzos 2. 

Si  las  resoluciones  oficiales  deben  ser  objeto  de  detenido  estudio 
para  averiguar  las  causas  que  las  motivaron,  no  menos  deben  mere- 
cerlo los  relatos  de  los  cronistas  de  la  época,  a  los  que  general- 
mente se  les  da  excesivo  crédito  sin  tener  en  cuenta  si  presen- 
ciaron o  no  los  hechos,  si  existen  motivos  para  considerarlos  impar- 
ciales en  sus  juicios,  si  se  sirvieron  de  documentos  que  den  fe  cuando 
no  fueron  testigos  de  los  sucesos,  o  si  sólo  transcriben  lo  que  les  con- 
taron o  copian  lo  escrito  por  otros  autores,  en  cuyo  caso  no  debe 
dárseles  más  crédito  que  el  que  merezcan  las  fuentes  de  que  se  sir- 
vieron. 

En  el  transcurso  de  la  historia  tendremos  que  recurrir  con  fre- 
cuencia a  hacer  esta  clase  de  investigaciones  para  poder  formar  jui- 
cio lo  más  imparcial  posible  de  los  hechos  y  de  las  personas  que  en 
ellos  fueron  actores. 


1  Véanse  las  notas  de  las  páginas  XXXI  a  XXXIV. 

2  Véase  la  nota  de  la  página  XXVI. 


II 


Causas  que  motivaron  la  expulsión  de  Diego  de  Nicuesa  de  Santa  María  la  Anti- 
gua.— Participación  que  en  ella  tuvieron  el  bachiller  Enciso  y  Vasco  Núñez  de 
Balboa. 


Expuesto  queda  el  acuerdo  de  los  vecinos  de  Santa  María  la  An- 
tigua de  que  Colmenares,  Albitez  y  el  bachiller  Corral  fueran  en 
busca  de  Nicuesa  para  que  se  hiciese  cargo  del  Gobierno  de  la  co- 
lonia. 

Al  llegar  los  comisionados  a  Nombre  de  Dios  encontraron  a  sus 
vecinos  en  situación,  si  cabe,  más  angustiosa  que  la  que  ellos  atra- 
vesaban: el  hambre,  los  trabajos  y  la  lucha  con  los  indios,  unido 
a  lo  insano  del  lugar,  habían  reducido  á  60  el  número  de  los  españo- 
les, los  que  se  hallaban  en  tan  mísero  estado  que  hubieran  perecido 
sin  la  oportuna  llegada  de  Colmenares  y  Albitez,  a  los  que  Nicuesa 
recibió  como  a  personas  a  quien  debía  su  salvación,  emprendiendo 
con  ellos  al  poco  tiempo  el  viaje  a  Santa  María,  donde  esperaba 
tener  la  buena  acogida  que  los  comisionados  le  ofrecían;  pero  lejos 
de  esto  los  vecinos  se  negaron  a  reconocerle  como  Gobernador  y  le 
prenden  y  conducen  a  un  bergantín  que  debía  traerlo  a  España,  y 
del  que  no  se  volvió  a  tener  noticia,  suponiendo  algunos  autores 
que  el  barco  naufragó  en  el  camino  y  perecieron  todos  sus  tripulan- 
tes, y  otros  que  agotados  los  víveres  se  vio  Nicuesa  en  la  necesidad 
de  desembarcar  con  su  gente  en  la  isla  de  Cuba  y  allí  sucumbieron 
todos  a  manos  de  los  indios;  ¿qué  causas  motivaron  que  los  que 
habían  enviado  a  buscarle  cambiaran  tan  radicalmente  de  opinión, 
y  qué  parte  tomó  Vasco  Núñez  en  que  Nicuesa  no  fuera  recibido 


XXXVIII 

por  Gobernador  y  se  le  prendiera  y  enviase  a  España?  He  aquí 
una  pregunta  a  la  que  es  difícil  contestar;  faltan  documentos  que 
arrojen  luz  sobre  el  particular,  y  los  cronistas  contemporáneos  di- 
sienten en  sus  narraciones;  como  uno  de  los  cargos  más  graves  que 
contra  Vasco  Núñez  se  formuló  fué  el  de  considerarle  causante  de 
la  expulsión  y  muerte  de  Nicuesa,  conviene  estudiar  detenidamente 
lo  que  dicen  los  historiadores,  a  fm  de  deducir  hasta  qué  punto  es 
fundada  la  acusación. 

Vasco  Núñez  carecía  de  protectores:  salió  de  las  filas  de  los  co- 
lonos y  alcanzó  entre  ellos  el  primer  puesto  merced  a  sus  excepcio- 
nales condiciones;  mas  su  encumbramiento  le  captó  la  enemiga  de 
Enciso,  como  su  oposición  a  que  se  fuera  a  buscar  a  Nicuesa  y  la 
parte  que  tomó  en  hacerle  abandonar  el  Darien  le  atrajo  la  de  Colme- 
nares, y  así  no  es  de  extrañar  que  tanto  el  uno  como  el  otro  al  llegar 
a  España  informasen  en  contra  suya  en  los  centros  oficiales. 

Cuando  Enciso  vino  a  España  en  1512  no  pensaba  en  regresar 
a  Tierra  firme,  y  lo  demuestra  que  en  13  de  Septiembre  del  mismo 
año  fué  nombrado  Corregidor  de  Santo  Domingo  \  y  bien  sabido  es 
que  estos  cargos  no  se  otorgaban  sino  mediante  influencias  que  in- 
terponían los  interesados  o  al  menos  con  su  consentimiento;  más 
tarde,  al  recibirse  las  noticias  que  envió  Vasco  Núñez  de  la  proximi- 
dad del  mar  a  las  tierras  del  cacique  Comogre  y  de  las  incalculables 
riquezas  de  aquellos  países,  es  cuando  se  despierta  la  ambición  de 
Enciso  y  cambiando  de  propósitos  obtiene  el  cargo  de  Alguacil  ma- 
yor de  Tierra  firme  y  dirige  violentísima  campaña  contra  Vasco 
Núñez  con  el  fin  de  que  fuese  arrojado  del  Darien  y  le  dejase  libre 
el  campo  para  satisfacer  sus  aspiraciones;  y  otro  tanto  puede  decirse 
de  Colmenares,  que  si  bien  al  llegar  a  España  en  1513  dio  rienda 


1  En  13  de  Septiembre  de  1512  se  hizo  merced  al  bachiller  Enciso  de  un 
cargo  de  Regidor  en  Santo  Domingo,  con  tanto  que  espere  para  servirlo  a  que  el 
Rey  provea  los  otros  Regidores. 

En  12  de  Noviembre  siguiente  se  le  hizo  merced  de  20.000  maravedises,  sin 
duda  en  recompensa  de  la  parte  que  tomó  en  redactar  las  «Ordenanzas  para  el  tra- 
tamiento de  los  Indios». 

En  8  de  Mayo  de  1513  se  le  autorizó  para  llevar  cinco  esclavos  a  la  isla  Es- 
pañola. (Acad.^  de  la  Hist.=^,  Colee.  Muñoz,  tomo  90,  fols.  108  vuelto,  115  y  119). 


XXXIX 

suelta  a  antiguos  enconos  que  hábilmente  había  disimulado  mientras 
estuvo  en  Santa  María  la  Antigua,  fingiéndose  amigo  de  Vasco  Nú- 
ñez  y  aceptando  el  ser  su  segundo  y  que  le  colmase  de  atenciones, 
su  malquerencia  no  tenía  entonces  el  grado  de  intensidad  que  alcanzó 
más  tarde  cuando,  según  puede  apreciarse  por  la  Memoria  que  diri- 
gió al  Gobierno  después  de  la  muerte  del  Rey  Católico  \  aspiraba 
a  suplantar  a  Vasco  Núñez  en  las  empresas  de  descubrimiento  en  la 
mar  del  Sur,  pidiendo  que  con  él  se  capitulase  el  de  la  especiería; 
pues  bien,  al  llegar  Enciso  y  Colmenares  a  España,  y  antes  de  que 
fuera  descubierta  la  mar  del  Sur,  informan  a  Pedro  Mártir  de  los 
sucesos  de  Tierra  firme  que  ocasionaron  la  expulsión  de  Nicuesa,  y 
el  cronista  los  narra  de  muy  distinta  manera  que  Oviedo  y  Las  Ca- 
sas, que  escribieron  cuando  ya  la  envidia  y  la  ambición  habían  for- 
mulado contra  Vasco  Núñez  todo  género  de  acusaciones. 

Según  Pedro  Mártir  ^,  Nicuesa  después  de  ofrecerle  Colmenares  y 
los  demás  comisionados  el  Gobierno  de  Santa  María  la  Antigua  se 
consideró  ya  en  posesión  del  mando  y  comenzó  a  exponer  pública- 
mente las  medidas  que  pensaba  adoptar,  siendo  una  de  ellas  la 
de  incautarse  de  todo  el  oro  que  tenían  los  colonos,  porque  a  su 
juicio  ninguno  podía  poseer  el  preciado  metal  sin  su  autorización 
o  la  de  Ojeda;  estas  imprudentes  palabras,  conocidas  de  los  veci- 
nos de  Santa  María  por  el  relato  de  algunos  que  procedentes  de 
Nombre  de  Dios  fueron  a  la  villa  antes  que  Nicuesa,  indignaron  a 
todos  y  especialmente  a  los  partidarios  de  Enciso  y  Vasco  Núñez, 
los  cuales  excitados  por  éste  produjeron  a  la  llegada  de  Nicuesa  una 
sublevación  del  pueblo  que  le  obligó  a  abandonar  la  Tierra  firme  en 
el  mismo  bergantín  que  lo  había  traído;  el  buque,  que  sólo  llevaba 
17  hombres  de  tripulación,  zarpó  de  Santa  María  la  Antigua,  según 
Pedro  Mártir,  en  las  calendas  de  Marzo  de  1511  con  rumbo  a  la  isla 
Española,  donde  Nicuesa  se  proponía  quejarse  al  Almirante  y  Oficiales 
Reales  de  la  usurpación  de  Vasco  Núñez  y  de  la  violencia  que  le  ha- 
bía hecho  el  Juez  Enciso,  pero  sin  duda  el  bergantín  naufragó  en  el 
camino,  porque  no  se  volvió  a  tener  noticia  de  él. 

1  Apéndice  número  60. 

2  De  Orhe  Novo,  2.^  década,  capítvilo  III. 


XL 

Pedro  Mártir  cierra  esta  su  segunda  década  en  Diciembre  de  1514 
y  en  ella  dice  que  había  hablado  en  la  Corte  con  Enciso  y  con  Zamu- 
dio  que  se  hallaban  en  España  desde  Noviembre  de  1511,  y  con  Col- 
menares, que  procedente  del  Darien  llegó  a  la  Península  en  Mayo  de 
1513;  seguramente  que  el  cronista  no  aceptó  los  informes  de  Enciso, 
una  vez  que  en  su  relato  le  hace  responsable  en  unión  de  Vasco  Nú- 
ñez  de  la  expulsión  de  Nicuesa;  tampoco  debió  aceptar  los  de  Zamu- 
dio,  íntimo  amigo  de  Vasco  Núñez,  por  la  misma  razón;  lo  más  pro- 
bable es  que  se  fiara  de  lo  que  le  dijo  Colmenares,  al  que  trató  en  la 
Corte  y  del  que  tenía  un  elevado  concepto,  diciendo  de  él  que  era 
hombre  de  gran  experiencia,  que  había  viajado  por  toda  Europa  y 
tomado  parte  en  las  guerras  de  Italia,  siendo  de  notar  que  en  todo 
su  relato  procura  realzar  la  acción  de  Colmenares  en  el  Darien,  y 
omite  siempre  que  puede  el  nombre  de  Vasco  Núñez,  al  que  cuando 
cita  aplica  el  calificativo  de  aventurero. 

Oviedo  expone  en  su  ((Historia  general  de  las  Indias»,  que  Lope 
de  Olano,  ai  que  como  dicho  queda  tenía  Nicuesa  en  prisiones,  es- 
cribió desde  Nombre  de  Dios  a  su  pariente  Martín  de  Zamudio,  Al- 
calde en  unión  de  Vasco  Núñez  de  la  villa  de  Santa  María  la  Anti- 
gua, relatándole  los  malos  tratamientos  de  que  era  objeto  por  parte 
de  Nicuesa;  esta  carta  llevó  el  Veedor  Juan  de  Quincedo,  el  que  en 
una  carabela  arribó  a  Santa  María  la  Antigua  antes  que  Nicuesa, 
haciendo  correr  la  voz  de  que  éste  había  ofrecido  la  Alcaldía  mayor 
que  tenía  Vasco  Núñez  al  bachiller  Corral  y  el  Alguacilazgo  de  Bar- 
tolomé Hurtado  a  Diego  Albitez,  y  que  se  proponía  incautarse  del 
oro  que  poseían  los  vecinos  y  escoger  entre  éstos  los  más  fuertes 
para  enviarlos  a  poblar  Nombre  de  Dios;  tales  noticias  indignaron  u 
todos  contra  Nicuesa,  y  reunido  el  Cabildo  en  unión  de  otros  vecinos 
en  la  iglesia  de  San  Sebastián,  juraron  no  recibir  como  Gobernador 
a  Nicuesa;  dice  Oviedo  que  vio  y  leyó  el  acta  que  de  este  juramento 
levantó  el  Escribano  Hernando  de  Arguello. 

Llegado  Nicuesa  al  Darien,  refiere  Oviedo  que  se  alojó  en  casa 
de  Vasco  Núñez,  el  que  le  aconsejó  que  se  volviese  a  sus  barcos  ín- 
terin él  exploraba  la  voluntad  de  los  vecinos,  y  a  aquefios  que  viese 
que  eran  sus  partidarios  los  dejaría  andar  libres  por  la  ciudad  y  o 


XLI. 

SUS  enemigos  les  ordenaría  no  saliesen  de  sus  casas;  aceptó  Nicuesa, 
según  el  cronista,  esta  solución  y  se  reembarcó,  pero  Vasco  Núñez, 
lejos  de  cumplir  lo  ofrecido,  hizo  todo  lo  contrario,  encerró  en  sus 
casas  a  los  partidarios  de  Nicuesa  y  dejó  en  libertad  a  los  que  no  le 
querían  por  Gobernador,  enviándole  recado  que  no  se  fiase  de  nadie 
más  que  de  los  Regidores  de  la  villa  que  eran  Diego  Albitez,  el  ba- 
chiller Alberto,  Juan  de  Vegines  y  Esteban  Barrantes;  los  cuales  fue- 
ron al  buque  en  que  Nicuesa  se  encontraba  y  le  invitaron  a  que  des- 
embarcase, lo  que  no  tuvo  inconveniente  en  efectuar  fiado  en  lo  que 
le  había  enviado  a  decir  Vasco  Núñez,  y  apenas  pisó  tierra  fué  preso 
por  el  Alcalde  Zamudio  y  el  Regidor  Pedro  Macaz  que  con  gente 
armada  le  estaban  esperando,  y  le  condujeron  a  un  bergantín  que  a 
poco  zarpó  para  España  \  y  el  que  según  unos  naufragó  en  el  camino 
pereciendo  todos  sus  tripulantes,  en  tanto  que  otros  creyeron  que 
para  reponer  víveres  y  hacer  la  aguada  habían  desembarcado  Ni- 
cuesa y  los  suyos  en  la  isla  de  Cuba  donde  fueron  muertos  por  los 
indios. 

El  P.  Las  Gasas  para  escribir  su  «Historia  de  las  Indias»  tuvo 
presente,  además  de  los  informes  que  pudo  adquirir  y  de  los  do- 
cumentos que  hasta  su  poder  llegaron,  las  «Décadas»  de  Pedro  Már- 
tir, la  «Historia  general»  de  Oviedo  y  «La  Barbárica»  de  Tobilla, 
y  con  este  arsenal  hizo  el  relato  de  la  expulsión  de  Nicuesa  de  Tie- 
rra firme,  separándose  no  poco  de  lo  dicho  por  Oviedo  y  Pedro  Már- 
tir. ¿Quién  pudiera  pensar,  dice  Las  Gasas,  de  los  que  a  Nicuesa 
cognoscieron,  que  estando  en  tan  desventurado  estado,  donde  cada 
hora  morir  infelizisimamente,  no  como  quería,  sino  en  amarguras 
grandes  esperaba,  enviándolo  a  llamar  para  subjetársele  los  que  pu- 
dieran bien  dejarlo,  sacándolo  de  todos  aquellos  males,  que  acaba- 
das las  lágrimas  y  llantos  que  tuvo  con  Golmenares,  luego  pública- 
mente dijese  que  los  había  de  tomar  el  oro  que  habían  en  aquella 
tierra  sin  su  licencia  y  beneplácito  habido  y  sobre  todo  ello  castiga- 
llos?  ¿Qué  mayor  imprudencia  pudo  hallarse  y  qué  yerro  en  tal  tiempo 
a  éste  puede  ser  comparado?  Hizo  también,  añade,  otro  yerro  grande, 


1     Historia  general  y  natural  de  Indias,  libro  XXVIII,  capítulo  III. 


XLII 

y  éste  fué  dejar  ir  delante  una  carabela;  di  jóse  que  aquella  noche 
Lope  de  Olano,  que  traía  siempre  preso,  habló  con  alguno  de  los  que 
vinieron  del  Darien  indignándolos,  y  que  dijo  al  tiempo  de  embarcar 
públicamente:  ¿Piensa  que  le  han  de  recibir  los  de  Ojeda  como  nos- 
otros lo  recibimos  cuando  venía  perdido  de  Veragua?  En  la  carabela, 
sigue  diciendo  Las  Casas,  iba  el  bachiller  Corral  y  Diego  de  Albitez 
y  otros  que  avisaron  en  llegando  al  Darien  del  propósito  de  Nicuesa 
de  tomarles  el  oro  y  castigarlos  y  de  como  era  cruel  y  riguroso  y 
trataba  mal  los  que  consigo  traía  y  otras  cosas  cuantas  pudieron 
para  mudarles  los  ánimos:  próximo  ya  Nicuesa  a  Santa  María  la  An- 
tigua envía  en  una  barca  para  que  anunciase  su  llegada  al  Veedor 
Quincedo,  el  cual  por  enemistad  que  con  él  tenía  en  cuanto  pisó  tie- 
rra comenzó  públicamente  a  decir  a  los  colonos  que  ¿cómo  habían 
osado  incurrir  en  tan  gran  error  siendo  libres  quererse  someter  a  Ni- 
cuesa que  era  un  tirano,  el  cual  era  el  peor  hombre  del  mundo  y  más 
cruel  y  que  peor  trata  los  que  consigo  trae,  a  los  cuales  tomaba  todo 
lo  que  en  la  guerra  contra  los  indios  se  toma  diciendo  que  todos  los 
despojos  son  suyos,  como  traía  propósito  de  hacer  con  ellos,  como  ve- 
rían, y  por  ello  castigallos  porque  todo  lo  habían  tomado  en  aquella 
tierra  que  era  de  su  Gobernación?  Al  oir  tan  duras  nuevas  por  tantos 
testigos  relatadas  los  colonos  recriminábanse  por  haberlo  llamado. 
«Quien  más  en  no  rescibirlo  solicitaba  fué  Vasco  Núñez.  Dijose  que 
llamó  a  todos  los  principales  uno  a  uno  sin  que  el  uno  supiese  del 
otro  y  los  persuadió  a  no  recibillo:  llamó  al  Escribano  secretamente 
la  misma  noche  e  hizo  una  protestación  y  pidióle  testimonio  como  él 
no  era  en  lo  que  contra  Nicuesa  se  hacía  antes  estaba  presto  y  apa- 
rejado para  obedecelle  y  hacer  lo  que  mandase  como  Gobernador  del 
Rey.  Llegado  Nicuesa  a  Santa  María  la  Antigua  vio,  según  Las  Casas, 
a  Vasco  Núñez  que  con  gente  armada  le  gritaba  desde  la  rivera  que 
no  desembarcase  y  regresara  a  Nombre  de  Dios;  apartóse  aquella 
noche  Nicuesa  de  la  costa  y  desembarcó  al  siguiente  día;  pero  acu- 
diendo gente  a  prenderle  salió  huyendo  y  se  salvó  gracias  a  que  a 
tiempo  acudió  en  su  auxilio  Vasco  Núñez,  el  que  arrepentido  de  haber 
sido  opuesto  a  su  recibimiento  de  allí  en  adelante  hizo  por  él  y  re- 
prendió al  otro  Alcalde  Juan  de  Zamudio  que  era  el  que  más  se  mos- 


XLIII 

traba  contra  Niciiesa  y  con  él  era  todo  el  pueblo;  rogaba  Nicuesa  le 
dejaran  como  compañero,  y  Vasco  Núñez  abogaba  mucho  para  que 
lo  admitiesen;  uno  llamado  Francisco  Benítez  que  mucho  se  allegaba 
con  el  Alcalde  Zamudio  dijo  que  no  se  había  de  rescibir  tal  mal  hom- 
bre como  Nicuesa  y  antes  de  que  Zamudio  lo  pudiera  impedir  ordenó 
Vasco  Núñez  que  le  diesen  cien  azotes,  sentencia  que  se  ejecutó  en 
el  acto,  y  viendo  Vasco  Núñez  que  no  podía  ir  contra  el  torrente  y 
furia  de  todo  el  pueblo  envió  a  decir  a  Nicuesa  se  retirara  a  su  ber- 
gantín y  no  saliese  sin  que  él  fuera  a  buscarle;  pero  al  ver  que 
Esteban  Barrantes,  Diego  Albitez  y  Juan  de  Vegines  se  presentaron 
en  nombre  de  todo  el  pueblo  a  pedirle  perdón  y  rogarle  se  pu- 
siera al  frente  del  Gobierno,  se  olvidó  de  las  prevenciones  de  Vasco 
Núñez,  desembarcó  y  en  seguida  lo  prendió  Zamudio  que  acudió 
con  gente  armada  y  a  pesar  de  sus  ruegos  y  protestas  lo  condujo  al 
más  ruin  bergantín  que  allí  estaba,  obligándole  a  partir  para  España; 
«no  sé  si  de  industria,  añade  Las  Casas,  escogieron  el  peoí-,  pero  al 
menos  fué  un  bergantín  viejo  y  hasta  mal  aparejado  no  sólo  para 
llegar  a  España  como  ellos  le  mandaban,  ni  para  esta  isla  (la  Espa- 
ñola) ni  aun  para  poder  llegar  a  Nombre  de  Dios  que  de  allí  estaba 
50  leguas.  Embarcáronse  con  él  16  ó  17  personas,  criados  suyos  y 
otros  que  de  lástima  seguir  y  acompañarlo  quisieron.  Hízose  a  la 
vela  con  su  bergantín  primer  día  de  Marzo  de  1511,  el  cual  nunca 
jamás  pareció  un  hombre  de  los  que  con  él  fueron;  algunos  asegura- 
ron que  fué  a  aportar  a  la  isla  de  Cuba  y  que  allí  los  indios  lo  mata- 
ron y  que  andando  ciertos  españoles  por  la  isla  hallaron  escrito  en 
un  árbol  «aquí  feneció  el  desdichado  Nicuesa»,  pero  yo  creo  que  esto 
es  falso  porque  yo  que  anduve  por  ella  con  otros  en  sus  principios 
mucha  tierra  nunca  vi  ni  oí  que  hobiese  tal  nueva.  Lo  que  por  más 
cierto  se  puede  tener  es  que  como  él  llevase  tan  mal  recabdo  de  na- 
vio y  los  mares  de  por  estas  tierras  sean  tan  bravos  y  vehementes 
la  mesma  mar  le  tragaría  fácilmente  o  también  de  hambre  y  sed  mu- 
riese como  no  llevase  sobrado  ni  aun  el  necesario  bastimento»^. 
Existe  entre  los  tres  relatos,  basados  en  distintas  fuentes  de  in- 


1     Historia  de  las  Indias,  libro  II,  capítulos  LXVII  y  LXVIII. 


XLIV 

formación,  términos  que  son  comunes;  los  tres  exponen  el  angus- 
tioso estado  en  que  Nicuesa  y  los  suyos  se  encontraban  en  Nombre 
de  Dios,  los  tres  afirman  que  antes  de  ir  a  Santa  María  la  Antigua 
hizo  Nicuesa  público  su  prop'ósito  de  incautarse  del  oro  que  tenían  los 
colonos  y  los  tres  están  conformes  en  que  estos  proyectos  fueron  co- 
nocidos de  los  vecinos  de  la  villa  antes  de  que  a  ella  llegase  Nicuesa. 
Y  si  se  recuerda  que,  ignorando  dónde  y  en  qué  situación  se  en- 
contraba éste,  habían  cedido  a  las  gestiones  de  Colmenares  y  con- 
tra el  parecer  de  Enciso  y  Vasco  Núñez,  según  afirma  P.  Mártir, 
le  enviaron  a  buscar  para  ponerse  bajo  sus  órdenes  con  la  esperanza 
de  que  estando  próspero  les  sacaría  del  precario  estado  en  que  se 
hallaban  y  restablecería  la  vida  normal  de  la  colonia  tan  agitada 
por  intestinas  discordias,  no  es  de  extrañar  que  al  saber  por  los 
mismos  compañeros  de  Nicuesa  que  en  vez  de  poder  proteger  nece- 
sitaba ser  protegido  y  que  en  lugar  de  la  paz  y  tranquilidad  apete- 
cida sus  condiciones  de  carácter  y  propósitos  habían  de  originar  ma- 
yores disturbios,  se  aunasen  las  voluntades  de  la  gran  mayoría  de  los 
vecinos  de  la  villa,  sobre  todo  las  de  aquellos  que  más  habían  de  per- 
der admitiéndolo  y  decidieran  no  recibirlo  por  Gobernador  y  expul- 
sarlo de  la  colonia  para  evitar  las  disensiones  que  su  presencia  en 
ella  había  de  producir. 

Respecto  a  la  participación  de  fínciso  en  estos  hechos  sólo  Pedro 
Mártir,  informado  sin  duda  por  Colmenares  que  los  había  presen- 
ciado, hace  referencia  de  que  tanto  Enciso  como  Vasco  Núñez  se 
habían  opuesto  con  su  dictamen  a  que  se  fuera  en  busca  de  Nicuesa 
y  más  tarde  de  una  manera  activa  a  que  se  le  recibiese  en  la  colonia, 
sin  que  sea  obstáculo  a  suponer  que  Colmenares  fuese  el  informante 
el  que  nada  diga  sobre  la  parte  que  Enciso  tomó  en  los  sucesos  en 
la  Memoria  ({ue  dirigió  al  Gobierno  después  de  la  muerte  del  Rey  Ca- 
tólico \  porque  en  1513  cuando  habló  con  P.  Mártir  aún  no  se  habían 
desencadenado  las  pasiones  de  los  enemigos  de  Vasco  Núñez  hasta 
el  punto  de  desfigurar  por  completo  los  hechos  ocurridos  en  el  Da- 
rien  para  hacerle  el  único  responsable  de  ellos  con  el  fin  de  anu- 


1     Apéndice  número  60. 


XLV 

larlo  y  aprovecharse  de  sus  descubrimientos,  ni  en  Colmenares  ha- 
bía germinado  el  ambicioso  propósito  que  revela  en  su  Memoria  de 
suplantarlo  en  la  empresa  de  ir  a  descubrir  la  especiería,  ni  se  había 
formado  el  partido  de  Pedrarias  en  que  militaba  Enciso  y  en  el  que 
también  ocupaba  puesto  Colmenares  cuando  escribió  su  informe,  y 
de  consiguiente  no  tenía  entonces  el  interés  que  después  tuvo  en  no 
ponerse  mal  con  Enciso,  que  podía  perjudicarle  en  sus  aspiraciones, 
y  en  acumular  todo  género  de  cargos  contra  Vasco  Núñez,  presentán- 
dolo como  el  único  responsable  de  todo  lo  ocurrido  en  el  Darien. 

El  silencio  que  Oviedo  guarda  sobre  la  conducta  de  Enciso  en 
aquellos  sucesos  es  por  demás  sospechoso,  no  porque  a  ciencia  y  con- 
ciencia omitiera  los  hechos  o  los  disligurase,  sino  porque  no  habiendo 
estado  en  el  Darien  cuando  ocurrieron,  necesariamente  tuvo  que  va- 
lerse de  los  informes  que  le  dieran,  y  el  cuidado  que  parece  poner  en 
no  hablar  de  Enciso  más  que  cuando  tiene  precisión  absoluta  y  el 
encono  que  en  todo  su  relato  revela  contra  Vasco  Núñez,  hace  creer 
que  el  que  le  informó  fué  el  mismo  Enciso,  que  con  Oviedo  volvió 
a  Tierra  firme  en  1513  en  la  expedición  de  Pedrarias  Dávila  \  exis- 
tiendo entre  ellos  tal  amistad  y  confianza  que  cuando  Enciso  regresó 
por  segunda  vez  a  España  le  dejó  poder  para  que  en  su  nombre, 


1  Los  múltiples  cargos  que  en  Castilla  del  Oro  desempeñó  Gonzalo  Fernández  de 
Oviedo  han  dado  lugar  a  confusiones  que  el  sabio  Académico  D.  Rodrigo  Amador 
de  los  Ríos  no  logró  desvanecer  en  la  biografía  del  autor  de  la  ((Historia  General  y 
Natural  de  las  Indias»  que  acompaña  a  la  edición  de  esta  obra  hecha  por  la  Real 
Academia  de  la  Historia  en  los  años  de  1851  a  1855. 

Lope  de  Conchillos,  Secretario  y  del  Consejo  del  Rey  D.  Fernando,  tenía  por 
merced  los  oficios  de  Escribano  mayor  de  minas  y  del  crimen  y  juzgados  de  Tierra 
firme  y  también  los  de  fundidor  y  marcador  de  metales  y  el  del  hierro  de  los  in- 
dios y  esclavos,  todos  con  la  facultad  de  que  fueran  desempeñados  por  la  persona 
que  él  designase,  la  que  a  su  vez  podría  delegar  en  otra. 

Usando  de  esta  concesión  propuso  Conchillos  y  fué  aprobado  por  Real  Cédula 
dada  en  Valladolid  a  9  de  Agosto  de  1513  (Arch.  de  Indias,  103-1-5)  que  todos  los 
referidos  cargos  los  desempeñase  Oviedo  por  sí  o  por  quien  él  nomljrase,  y  en  su 
consecuencia  actuó  como  Escribano  en  todos  los  actos  que  requerían  que  se  les 
diese  fe  pública  o  tuvo  de  ellos  conocimiento  por  sus  delegados,  llegando  por  este 
motivo  a  su  poder,  como  así  lo  manifiesta  en  el  libro  XXI,  capítulo  IX  de  la 
((Historia  General»,  las  relaciones  y  actas  de  las  expediciones  que  se  efectuaron 
durante  el  tiempo  que  en  su  primera  estancia  residió  en  CastiUa  del  Oro. 

Por  muerte  de  Juan  de  Quincedo,  Veedor  de  las  fundiciones  del  oro  y  Procu- 


XLVI 

como  Alguacil  mayor  que  era  de  Tierra  firme,  proveyese  los  oñcios  de 
Alguacilazgo  que  vacasen  durante  su  ausencia,  y  corrobora  esta  opi- 
nión el  que  Oviedo  tan  bien  enterado  de  todas  las  intrigas  que  según 
dice  fraguó  Vasco  Núñez  para  arrojar  a  Nicuesa  del  Darien,  ignora 
hechos  tan  importantes  ocurridos  después  de  la  expulsión  de  Enciso, 
como  la  entrada  que  hizo  Vasco  Núñez  en  las  tierras  del  cacique 
Comogre,  de  cuyo  hijo  tuvo  las  primeras  noticias  de  la  proximidad 
de  la  mar  del  Sur,  y  la  conjura  que  contra  los  españoles  tramaron  los 
caciques  y  de  la  que  por  confidencias  tuvo  noticias  Vasco  Núñez  con 
tiempo  suficiente  para  desbaratarla,  de  lo  cual  hacen  extensos  relatos 
Pedro  Mártir  y  Las  Casas,  y  afirma  que  Colmenares  llegó  a  Santa 
María  la  Antigua  después  de  la  gente  de  Nicuesa  que  estaba  en  Nom- 
bre de  Dios  (lib.  XXIX,  cap.  II);  todo  lo  que  prueba  en  nuestro  con- 
cepto que  el  informante  de  Oviedo  fué  Enciso,  y  como  éste  no  conoció 
los  hechos  posteriores  a  la  fecha  en  que  fué  expulsado  de  Tierra  firme, 
el  cronista  careció  de  datos  completos  de  lo  ocurrido  desde  entonces 


rador  de  Tierra  firme,  fué  Oviedo  nombrado  para  el  primero  de  dichos  cargos  por 
Real  Cédula  de  2  de  Noviembre  de  1513  (Arch.  de  Indias,  109-1-5),  y  no  deja 
lugar  a  duda  que  también  desempeñó  el  segundo  la  carta  dirigida  al  Rey  por  los 
Oficiales  de  la  isla  Española  en  7  de  Agosto  de  1515  (Colee,  doc.  inéds.  de  Indias, 
tomo  36),  en  la  que  le  anunciaban  que  <(por  relación  de  Gonzalo  Fernández  do 
Oviedo  que  viene  por  procurador  de  dicha  Tierra  firme  podrá  S.  A.  ser  infor- 
mado». 

Llegó  Oviedo  a  Castilla  del  Oro  con  la  Armada  de  Pedrarias  el  26  de  Ju- 
nio de  1514;  pero  enemistado  bien  pronto  con  éste,  y  no  transigiendo  con  los 
excesos  que  cometía,  decidió  dar  de  ellos  cuenta  al  Rey  y  a  los  diez  meses  de  su 
arribo  al  Darien  regresó  a  España;  así  lo  declaró  en  el  juicio  de  residencia: 
«todo  lo  que  entonces  estuve  en  la  Tierra  firme  fueron  sólo  diez  meses».  (Residen- 
cia tomada  por  el  Lie.  Salmerón  a  Pedrarias  Dávila  y  sus  Oficiales  en  1521, 
Arch.  de  Indias,  48-4-Vn). 

Designado  Lope  de  Sosa  para  relevar  a  Pedrarias  no  tuvo  ya  Oviedo  obstáculo 
para  volver  a  Tierra  firme  a  ejercer  su  destino  de  Veedor  de  las  fundiciones,  y 
por  Real  Cédula  dada  en  Barcelona  en  19  de  Junio  de  1519  (Arch.  de  Indias 
109-1-6,  lib.  I,  fol.  235)  fué  nombrado  Regidor  de  Nuestra  Señora  de  la  Antigua 
del  Darien ;  también  obtuvo  el  cargo  de  Receptor  general  de  la  Cámara  e  fisco 
(Oviedo:  Historia  general,  lib.  XXIX,  cap.  XIV),  y  por  Real  Cédula  de  16  de 
Agosto  del  mismo  año  1519  el  especial  de  incautarse  en  nombre  de  la  Real  Ha- 
cienda de  los  bienes  de  Vasco  Núñez  de  Balboa  y  demás  encartados  en  su  proceso. 

Llegó  Oviedo  al  Darien  pocos  días  después  de  la  muerte  de  Lope  de  Sosa  (Re- 
sidencia de  Oviedo,  fol.  532),  ocurrida  el  18  de  Junio  de  1520,  y  volvió  a  encon- 


XLVII 

hasta  que  Vasco  Nimez  realizó  la  expedición  en  que  descubrió  la  mar 
del  Sur,  de  la  que  tuvo  detallado  relato  por  las  actas  que  levantó  el 
Escribano  Arguello. 

Más  de  extrañar  que  el  silencio  de  Oviedo  es  el  del  P.  Las  Casas, 
que  conoció  los  escritos  de  éste  y  apreció  en  mucho  los  de  P.  Mártir, 
del  que  dice  que  era  el  que  con  mayor  verdad  había  escrito  en  latín, 
porque  se  informaba  de  todos  los  que  de  las  Indias  venían  a  España; 
pero  Las  Casas  en  su  relato,  que  tanto  se  separa  de  los  de  Oviedo  y 
P.  Mártir,  parece  seguir  el  de  Tobilla  en  su  obra  «La  Barbárica», 
que  no  ha  llegado  hasta  nosotros,  pero  que  Las  Casas  cita  con  fre- 
cuencia y  aun  copia  algunos  párrafos  por  los  que  se  viene  en  cono- 
cimiento que  era  enemigo  declarado  de  Pedrarias  Dávila  y  acérrimo 
partidario  de  Vasco  Núñez  de  Balboa,  corroborándolo  lo  que  Pedra- 
rias escribía  a  su  mujer  en  carta  fecha  20  de  Agosto  de  1520,  en 
l;i  que  le  recomendaba  acudiera  a   D.   Carlos  de  Padilla  y  al  Se- 


trarse  en  poder  de  sii  enemigo  Pedrarias  que  por  la  dicha  miierte  continuó  en- 
cargado del  Gobierno,  pero  adaptándose  a  las  circunstancias,  no  sólo  supo  allí  sos- 
tenerse sino  que  cuando  Pedrarias  se  trasladó  a  Panamá  en  1522  le  nombró,  ro 
obstante  sus  demás  cargos.  Teniente  de  Gobernador  de  la  ciudad  j  provincia  del 
Darien,  en  cuyo  cometido  continuó  hasta  principios  del  año  1525  que  regresó  a 
España  para  dar  cuenta  de  los  excesos  que  el  Gobernador  cometía  y  pedir  justicia 
contra  él  por  haberle  hecho  acuchillar.   (Arch.  de  Indias,  109-1-5). 

Cuanto  Oviedo  expone  en  su  Historia  respecto  a  los  hechos  ocurridos  en  Cas- 
tilla del  Oro  en  los  diez  meses  siguientes  al  de  Junio  de  1514  en  qvie  allí  residió 
y  desde  el  de  Julio  de  1520  hasta  los  primeros  meses  del  año  1525  merece  especial 
ci'édito,  porque  los  múltiples  cargos  que  desempeñó  le  colocaron  en  excepcionales 
condiciones  para  enterarse  de  todo,  y  lo  mismo  puede  decirse  respecto  a  la  expe- 
dición de  Vasco  Núñez  en  que  descubrió  la  mar  del  Sur  y  el  juicio  que  forma  de 
la  sentencia  a  la  pena  de  muerte  de  Vasco  Núñez  y  sus  supuestos  cómplices,  una 
Tez  que  por  su  comisión  de  incautarse  de  los  bienes  que  dejaron,  tuvo  en  su  po- 
der las  actas  autorizadas  por  el  Escribano  Andrés  de  Valderrábano  y  los  me- 
moriales de  Vasco  Núñez  en  los  que  dice  ((halle  escripto  y  signado  todo  lo  que  digo 
y  diré  hasta  (jue  este  viage  se  acabe»  (lib.  XXIX,  caps.  IIT  y  V)  ay  el  proceso 
tuve  en  mi  poder  algunos  dias  y  leyle  todo  e  pusele  cuento  a  todas  las  hojas  por 
letras  e  rubriquelas  de  la  señal  de  mi  firma  porque  no  se  pudiese  hurtar  hoja  ni 
auto  este  proc3So  fue  después  llevado  por  el  escribano  a  Panamá  e  como  el  Go- 
bernador e  Alcalde  mayor  vieran  aquel  cuento  e  rubricas  mias  sospecharon  que  \o 
habia  notado  las  faltas  e  méritos  del  proceso  en  daño  dellos.  E  por  esto  sospeche 
que  habían  dado  orden  en  mi  muerte  e  trabajos»   (lib.  XXIX,  cap.  XV). 


XLVIII 

crelario  Cobos  porque  temía  que  Tobilla  hiciera  contra  él  por  el  ne- 
gocio de  Vasco  Núñez  ';  de  este  párrafo  se  desprende  que  Tobilla 
no  era  sencillamente  el  cronista  que  aspiraba  a  narrar  los  hechos  tal 
como  según  su  leal  saber  y  entender  se  realizaron,  sino  un  hombi-e 
de  acción  y  de  lucha  que  después  de  ejecutado  Vasco  Núñez  trataba 
de  rehabilitar  su  memoria  denunciando  a  Pedrarias  por  haber  hecho 
que  injustamente  fuese  decapitado;  y  como  uno  de  los  más  graves 
cargos  que  aparecen  en  el  escrito  de  acusación  que  formuló  Pedra- 
rias fué  el  considerar  a  Vasco  Núñez  como  el  causante  de  la  muerte 
de  Nicuesa,  es  posible  que,  fija  la  atención  de  Tobilla  en  vindicarle, 
se  ocupase  sólo  en  aducir  datos  para  justificar  su  conducta,  omitiendo 
la  parte  que  Enciso  y  otros  tomaron  en  aquellos  sucesos,  ya  porque 
el  tiempo  hubiera  borrado  el  recuerdo,  o  lo  que  es  más  probable, 
porque  teniendo  Enciso  predicamento  en  la  Corte  creyera  prudente 
no  crearse  en  él  un  enemigo. 

Cuando  no  existen  más  fuentes  de  conocimiento  que  el  contra- 
dictorio relato  de  los  cronistas,  la  buena  crítica  aconseja  considerar 
que  los  hechos  se  realizaron  tal  y  como  lógicamente  debieron  reali- 
zarse; si  se  reflexiona  sobre  la  situación  de  Enciso,  bien  se  ha  de 
comprender  que  no  podía  ser  muy  de  su  agrado  que  Nicuesa  se  hi- 
ciera cargo  del  Gobierno  quedando  él  en  la  colonia  como  simple 
particular;  había  puesto  sus  capitales  en  la  empresa,  era  el  Te- 
niente de  Ojeda  y  como  tal  había  gobernado  a  su  gente  hasta  que 
penetraron  en  territorio  de  Nicuesa  y  le  despojaron  del  cargo  ale- 
gando que  allí  no  tenía  jurisdicción;  de  consiguiente,  la  única  espe- 
ranza que  le  quedaba  para  recuperar  el  poder  y  resarcirse  de  los 
gastos  que  en  la  empresa  había  hecho  era  que  Nicuesa  fuera  expul- 
sado, porque  entonces  podría  alegar  que  no  existiendo  Gobernador 
en  aquella  tierra  por  nombramiento  Real,  a  él,  como  Teniente  de 
Ojeda,  correspondía  la  Gobernación,  una  vez  que  la  villa  de  Santa 
María  la  Antigua  había  sido  fundada  por  la  gente  de  Ojeda  con  arre- 
glo a  lo  que  éste  había  capitulado  con  el  Rey;  hablando  Pedro  Mártir 
de  la  expulsión  de  Enciso,  manifiesta  que  había  personas  que  decían 


1     Archivo  de  Indias,  2-1- Vjg,  núm.  19. 


XLIX 

por  lo  bajo  que  Dios  y  los  sanios  habían  combinado  así  los  sucesos 
pura  castigarle  por  la  de  Nicuesa  aconsejada  por  él  \ 

El  relato  de  Las  Casas  parécenos  parcial  en  favor  de  Vasco  Nú- 
ñez,  pues  no  es  verosímil  que  aspirando  a  quedarse  de  Jefe  de  la 
colonia  protegiera  de  buena  fe  a  Nicuesa  y  pusiese  todo  el  empeño 
que  Las  Casas  dice  en  que  fuera  admitido  por  Gobernador. 

Todavía  más  parcial  que  el  de  Las  Casas  resulta,  en  nuestro  con- 
cepto, el  de  Oviedo,  pero  no  en  favor  sino  en  contra  de  Vasco  Núñez; 
la  narración  de  lo  que  éste  en  su  casa  dijo  a  Nicuesa  teniendo  sólo 
por  testigo  a  un  individuo  llamado  Alonso  Ranyelo,  el  recado  que  con 
éste  le  envió  para  que  no  se  fiase  más  que  de  los  Regidores  de  la 
villa,  la  promesa  de  que  retendría  en  sus  casas  a  sus  enemigos  y 
dejaría  andar  libremente  por  las  calles  a  los  que  le  eran  afectos,  son 
hechos  tan  difíciles  de  comprobar  por  el  cronista  después  de  muerto 
Nicuesa,  que  el  relato  más  que  información  imparcial  y  seria  parece 
un  conjunto  de  maledicencias  recogidas  en  el  arroyo  con  el  decidido 
propósito  de  satisfacer  malsanas  pasiones. 

Pero  es  más;  si  en  la  narración  histórica  encontramos  que  una 
de  sus  partes  más  importantes  es  notoriamente  falsa  y  está  inspirada 
en  el  propósito  de  que  aparezca  culpable  determinada  persona,  ten- 
dremos derecho  a  dudar  de  la  veracidad  del  resto  del  relato,  y  esto 
sucede  con  las  condiciones  en  que  Oviedo  dice  que  se  obligó  a  Ni- 
cuesa a  partir  para  la  Española;  según  su  narración,  que  aceptó  el 
P.  Las  Casas,  aunque  sin  atribuir  la  responsabilidad  a  Vasco  Nú- 
ñez, «una  de  las  cosas  que  más  agrava  y  engrandece  la  culpa  de 
Vasco  Núñez  y  Zamudio  e  la  crueldad  de  éstos  y  de  todos  los  que  en 
el  Darien  con  ellos  se  conformaron  y  en  aquel  juramento  y  liga  fue- 
ron, es  que  Nicuesa  les  rogó  e  requirió  que  no  le  echasen  a  morir 
desesperado  con  aquellos  que  con  él  iban  e  que  obiesen  piedad  del 
e  dellos  e  les  dexasen  estar  como  un  poblador  e  vecino  privado  e  no 
Gobernador,  e  quel  se  desistía  de  la  gobernación  e  la  renunciaba  en 
Vasco  Núñez.  E  a  este  propósito  hizo  otras  reclamaciones  e  ruegos 
lagrimando  que  nunca  le  fueron  recibidas  ni  otorgadas  ni  quisieron 


1     De  Orbe  Novo,  década  2.»,  capítulo  III. 

IT 


L 

aver  piedad  del,  e  assi  se  fué  por  essa  mar  donde  nunca  más  paresció 
ni  se  supo  del  ni  de  hombre  de  los  que  con  él  fueron»  \ 

Natural  es  que  Nicuesa  pretendiera  quedarse  en  el  Darien;  tenia 
el  título  de  Gobernador  por  el  Rey  y  podía  esperar  que  al  conocerse 
en  la  Corte  lo  ocurrido  se  tomasen  las  medidas  conducentes  para 
reponerle  en  el  ejercicio  de  su  cargo,  lo  cual  no  sería  tan  fácil  si  se 
hallara  fuera  de  su  Gobernación;  lógico  también  que  los  Alcaldes  y 
Regidores  temieran  que  su  permanencia  en  Santa  María  fuese  mo- 
tivo de  discordias  y  que  a  él  recurrieran  los  descontentos,  y  de  aquí 
el  decidido  empeño  que  demostraron  en  que  abandonase  la  tierra; 
pero  de  esto  a  que  deliberadamente  se  le  colocara  en  condiciones  de 
una  muerte  cierta  como  dice  el  cronista  existe  gran  distancia;  basta 
una  consideración  para  que  se  comprenda  lo  falso  del  relato:  Nicuesa 
marchaba  a  la  fuerza,  pero  los  17  hombres  que  formaban  la  tripula- 
ción ¿cómo  se  prestaron  a  u^  en  el  buque  si  por  las  condiciones  que 
tenía  la  catástrofe  era  tan  cierta,  tan  evidente,  que  Nicuesa,  hombre 
de  grandes  energías,  pedía  por  Dios  con  lágrimas  en  los  ojos  que 
tuvieran  de  él  piedad? 

De  todo  lo  expuesto  se  deduce  que  los  enemigos  de  Vasco  Núñez 
trataron  de  sacar  partido  de  la  muerte  de  Nicuesa  haciendo  creer 
que  de  propósito  había  escogido  un  buque  que  no  se  hallaba  en  con- 
diciones de  navegar,  cuando  en  realidad  no  fué  motivada  más  que 
por  un  accidente  fortuito,  debido  como  tantos  otros  a  la  mala  construc- 
ción y  poco  tonelaje  del  buque,  a  ser  muy  duros  aquellos  mares  y 
desconocidas  las  costas  y  corrientes;  así  hemos  visto  que  el  mismo 
Nicuesa  perdió  el  bergantín  que  lo  conducía  a  Veragua,  que  nau- 
fragó el  de  Valenzuela  al  salir  de  San  Sebastián,  el  de  Enciso  a  la 
entrada  del  Golfo  de  Urabá,  como  también  se  perdió  después  de  la 
partida  de  Nicuesa  el  que  desde  Santa  María  la  Antigua  transpor- 
taba a  Valdivia  a  la  isla  Española. 

De  la  narración  de  Oviedo,  lo  que  dice  de  que  las  noticias  que 
hicieron  circular  respecto  a  los  propósitos  de  Nicuesa  los  que  antes 
que  él  llegaron  a  Santa  María  indignaron  a  todos  y  que  reunidos  en 


1     Historia  general  y  natural  de  las  Indias,  libro  XVIII,  capítulo  III. 


LI 

la  iglesia  el  Cabildo  y  otros  vecinos  se  juramentaron  para  no  reci- 
birle, es  lo  que  ofrece  mayor  garantía  de  veracidad,  porque  en  este 
caso  Oviedo  no  habla  por  cuenta  ajena,  sino  que  afirma  haber  leído 
el  acta  que  del  juramento  levantó  el  Escribano  Arguello,  la  cual,  a 
nuestro  entender,  comprueba  que  el  desencanto  de  los  colonos  al  co- 
nocer la  situación  de  Nicuesa  y  el  temor  de  que  realizase  los  propó- 
sitos que  le  atribuían  produjeron  la  revolución  que  le  expulsó  de  Tie- 
rra firme,  revolución  que  lo  mismo  hubiera  estallado  sin  las  instiga- 
ciones de  Enciso  y  Vasco  Núñez,  porque  obedeció  no  a  favorecer  las 
aspiraciones  de  éstos,  sino  al  espíritu  de  conservación  de  los  intereses 
de  todos;  por  eso  creemos  que  quien  más  sintéticamente  expuso  la 
verdad  fué  el  Licenciado  Espinosa  al  escribir  al  Rey  en  30  de  No- 
viembre de  1514  refiriéndose  a  la  residencia  que  tomaba  a  Vasco  Nú- 
ñez: «en  lo  de  Nicuesa  he  hecho  la  probanza  y  todo  el  pueblo  es  cul- 
pante, pues  le  llamaion,  aunque  tuvieron  alguna  causa  para  resis- 
tirle» \ 


1     Academia  de  la  Historia,  Colección    Muñoz,  tomo  75. 


III 


Vasco  Núñez  Gobernador  del  Darien. — Expedición  a  la  provincia  de  Coiba. — Ex- 
ploración del  Golfo  de  Urabá  y  de  los  ríos  que  en  él  desaguan.  — Conjuración  de 
los  caciques  indios  contra  los  cristianos. — Vasco  Núñez  y  Colmenares  sorpren- 
den y  derrotan  a  los  conjurados. — Expedición  a  las  provincias  de  Careta  y  Co- 
mogre.— Primeras  noticias  de  la  proximidad  de  la  mar  del  Sur.-  Conjuración 
de  algunos  españoles  contra  Vasco  Núñez. 


Con  la  expulsión  de  Nicuesa  en  Marzo  de  1511  ^  de  Santa  María 
la  Antigua  renacieron  las  aspiraciones  del  bachiller  Enciso  a  recupe- 
rar el  Gobierno  de  la  colonia,  alegando  su  derecho  a  ocuparlo  como 
Teniente  que  era  de  Ojeda,  el  que  decía  le  había  otorgado  poderes 
para  substituirle,  si  bien  no  podía  presentarlos  por  haberlos  perdido 
con  su  equipaje  al  naufragar  en  el  Golfo  de  Urabá  el  buque  que  lo 
conducía. 

No  entraba  en  las  miras  de  Vasco  Núñez,  del  Municipio  de  Santa 
María  y  de  la  mayor  parte  de  los  colonos  el  reconocer  como  Jefe  al  que 
tan  patentes  muestras  de  ineptitud  para  el  mando  había  demostrado 
en  San  Sebastián  y  tanto  rigor  desplegó  prohibiéndoles  el  comercio 
con  los  indios  sin  su  permiso,  y  aprovechando  este  estado  de  opinión 
y  que  no  les  faltaban  razones  legales  para  ello,  el  Municipio,  del  que 
era  alma  Vasco  Núñez,  decretó  la  prisión  de  Enciso,  el  embargo  de 
sus  bienes  y  que  se  le  sometiese  a  proceso  por  haber  ejercido  actos  de 
jurisdicción  sin  poder  legal  para  ello,  pues  aunque  alegaba  tenerlo  de 
Ojeda  no  podía  presentarlo  por  haberle  perdido,  ni  aunque  lo  hiciera 
sería  eficaz,  en  primer  término  porque  suponiendo  muerto  a  Ojeda, 

1     Pedro  Mártir. — De  Orbe  Novu,  2.*  década,  capítulo  III. 


LIV 

del  que  ninguna  noticia  tenían  a  pesar  del  tiempo  transcurrido  desde 
que  dejó  el  Darien  para  ir  a  la  Española  en  busca  de  socorros,  el 
poder  caducó  con  el  fallecimiento  del  poderdante,  y  si  así  no  fuera, 
tampoco  tendría  validez  en  Santa  María  la  Antigua,  que  se  hallaba 
edificada  fuera  de  los  límites  de  la  Gobernación  de  Ojeda. 

Bien  pronto  se  terminó  el  proceso  y  se  decretó  que  Enciso  fuera 
conducido  a  la  Española  con  los  autos  para  que  las  autoridades  de 
la  isla  resolvieran  lo  que  en  justicia  debía  hacerse. 

Respecto  a  la  fecha  en  que  Enciso  abandonó  Santa  María  la  An- 
tigua, está  tan  confuso  y  tan  lleno  de  errores  el  relato  de  P.  Mártir, 
al  que  sigue  el  P.'  Las  Casas,  que  precisa  hacer  una  digresión 
a  fin  de  fijarla,  porque  es  de  gran  interés  para  determinar  el  orden 
en  que  se  sucedieron  no  pocos  hechos  de  esta  historia. 

No  puede  ofrecer  duda  porque  lo  dice  P.  Mártir,  a  quien  En- 
ciso contó  las  peripecias  de  su  viaje  \  y  lo  corrobora  Colmenares,  tes- 
tigo presencial  de  la  expulsión  ",  que  Enciso  partió  de  Santa  María 
después  de  Nicuesa,  que  lo  efectuó  en  Marzo  de  1511. 

Afirma  P.  Mártir  que  juntos  fueron  el  Corregidor  Valdivia,  el 
Alcalde  Zamudio  y  el  bachiller  Enciso,  y  en  el  reíalo  que  éste  le  hizo 
de  su  viaje  le  manifestó  que  había  salido  del  Darien  dos  días  antes 
del  Domingo  de  San  Lázaro,  pasando  la  Pascua  en  el  cabo  Oriental 
de  la  isla  de  Cuba  ^ 

Con  independencia  de  esto  expone  el  cronista  que  Valdivia  volvió 
a  los  seis  meses  de  su  partida,  no  hallando  a  Vasco  Núñez  en  Santa 
María  porque  había  ido  a  una  expedición  contra  el  cacique  Careta, 
la  cual  se  realizó  en  los  meses  de  Septiembre  a  Noviembre,  una  vez 
que  afirma  que  las  sementeras  que  en  Septiembre  dejó  en  buen  es- 
tado después  de  su  vuelta  fueron  destruidas  por  una  gran  tormenta; 
luego  la  partida  de  Valdivia,  Zamudio  y  Enciso  debió  efectuarse 
en  el  mes  de  Abril,  y  así  resulla  comprobado  por  otros  datos. 

El  3  de  Abril  de  1511  escribió  el  Veedor  Zamudio  al  Rey  remi- 
tiéndole relación  de  todo  lo  ocurrido  a  la  expedición  de  Nicuesa 


1  De  Orbe  Novo,  década  2.^,  capítulo  III. 

2  Apéndice  número  60. 

3  De  Orbe  Novo,  2.*  década,  capítulo  VI. 


LV 

desde  que  salió  de  la  isla  de  Santo  Domingo^  ;  esta  carta  llegó  a  la 
Española  después  del  15  de  Mayo  de  1511,  fecha  del  último  pliego  en- 
viado a  la  corte  por  el  Almirante  D.  Diego  Colón  ^  en  los  barcos  que 
arribaron  a  la  Península  en  Julio  siguiente,  y  fué  traida  en  los  que 
vino  Zamudio  y  probablemente  Enciso,  que  llegaron  a  principios 
de  Noviembre  de  1511;  si  a  esto  se  agrega  que  el  Domingo  de  San 
Lázaro  es  catorce  días  antes  que  la  Pascua  Florida,  que  en  1511  fué 
el  20  de  Abril,  tendremos  los  datos  suficientes  para  poder  afirmar 
que  Valdivia,  Zamudio  y  Enciso  con  la  relación  de  Quincedo  salieron 
de  Santa  María  la  Antigua  el  4  de  Abril  de  1511,  dos  días  antes  del 
Domingo  de  San  Lázaro,  pasaron  el  día  de  Pascua,  o  sea  el  20,  en  el 
cabo  Oriental  de  Cuba,  pero  no  llegaron  a  la  Española  hasta  después 
del  16  de  Mayo,  una  vez  que  la  relación  de  Quincedo  no  fué  incluida 
en  los  pliegos  que  vinieron  a  España  en  Julio  y  cuya  última  dala  es 
del  día  15  de  dicho  mes;  pero  sí  llegaron  antes  del  10  de  Septiembre, 
porque  vino  con  los  que  en  dicho  día  enviaba  el  Almirante  y  la  con- 
dujo uno  de  los  barcos  que  trajeron  a  España  a  Zamudio,  que  el  21 
de  Noviembre  estaba  en  Sevilla  ^,  y  probablemente  a  Enciso,  del  que 
sabemos  que  ya  el  20  de  Marzo  de  1512  había  presentado  al  Rey  un 
memorial  de  las  cosas  que  convenía  enviar  a  Tierra  firme  ^ 

Respecto  al  viaje  de  Valdivia  también  armonizan  estos  dalos, 
pues  habiendo  regresado  a  Tierra  firme  entre  Septiembre  y  Noviem- 
bre, durante  la  ausencia  de  Vasco  Núñez,  confirma  su  salida  en  Abril 
anterior,  el  tiempo  aproximado  a  seis  meses  que  dice  P.  Mártir  es- 
tuvo ausente. 

La  misión  que  Valdivia  y  Zamudio  llevaron  a  la  Española  apa- 
rece perfectamente  clara;  quebrantado  el  prestigio  de  Ojeda  y  Ni- 


1  Véase  la  contestación  dada  por  el  Rey  (nota  2.^  de  la  pág.  XXIX). 

2  Véase  la  contestación  dada  por  el  Rey  (nota  de  la  pág.  XXII). 

3  Véase  la  nota  2.^  de  la  página  XXX  y  2.^  de  la  XXXI. 

4  En  carta  fecha  20  de  Marzo  de  1512  el  Rey  escribía  a  los  Oficiales  de  Sevilla 
((sino  se  halla  quien  quiera  ir  por  flete  a  Tierra  firme  ved  que  vaya  presto  un 
navio  ayudado  por  vos ;  para  las  cosas  que  han  de  enviarse  va  un  memorial  del 
bachiller  Enciso  en  que  dice  se  ganara  la  mitad  de  lo  que  costare  puesto  alia». 
(Acad.^  de  la  Hist.^,  Coleo.  Muñoz,  tomo  90). 


LVI 

cuesa  por  los  desastres  sufridos  en  sus  intentos  de  colonizar  en  el 
Darien  y  Veragua,  suponiéndose  muerto  al  primero  y  habiendo  sido 
expulsado  de  Tierra  firme  el  segundo  así  como  Enciso  por  las  cau- 
sas que  los  comisionados  se  encargaron  de  justificar,  a  cuyo  efecto 
llevaban  el  proceso  formado  a  éste  y  la  relación  del  Veedor  Quincedo 
contraria  a  Nicuesa,  bien  se  alcanza  que  su  labor  debió  consistir  en 
demostrar  las  riquezas  del  Darien,  para  lo  que  conducía  Zamudio 
1.200  pesos  de  oro  por  el  quinto  que  de  los  rescates  y  contribuciones 
impuestas  a  las  tribus  correspondía  al  Rey,  y  si  hemos  de  dar  cré- 
dito a  las  murmuraciones  de  que  se  hizo  eco  el  P.  Las  Casas,  una  no 
pequeña  suma,  para  con  ella  convencer  al  omnipotente  Tesorero  Pa- 
samente no  sólo  de  que  el  oro  existía  en  abundancia  en  Tierra  firme, 
sino  también  de  que  el  único  hombre  capaz  de  hacer  prosperar  la  colo- 
nia era  Vasco  Núñez  de  Balboa,  al  que,  ínterin  el  Rey  resolvía  quién 
había  de  gobernarlos,  habían  elegido  los  vecinos  de  Santa  María  la 
Antigua  su  Alcalde  mayor  y  con  el  que  estaban  todos  contentos. 

Hay  que  convenir  en  que  tal  y  como  se  encontraba  la  colonia  la 
única  solución  práctica  para  que  no  se  acabara  de  arruinar  fué  la 
que  tomó  el  Almirante  de  nombrar  Gobernador  interino  a  Vasco  Nú- 
ñez; esta  resolución,  de  que  daba  ya  cuenta  al  Rey  el  10  de  Septiem- 
bre de  1511,  constituía  el  primer  triunfo  de  los  comisionados,  y  para 
confirmarlo  vino  a  España  el  Alcalde  Zamudio  en  tanto  que  Valdivia 
volvía  a  Tierra  firme,  y  debió  llevar  ya  el  nombramiento  de  Vasco 
Núñez  de  Alcalde  mayor,  una  vez  que  fué  hecho  con  anterioridad 
al  10  de  Septiembre  y  Valdivia  arribó  a  Santa  María  durante  la  au- 
sencia de  Vasco  Núñez,  o  sea  hacia  el  mes  de  Octubre. 

Las  consecuencias  de  la  carta  y  relación  de  Quincedo,  de  los  in- 
formes del  Almirante  y  Oficiales  de  la  Española  al  Rey  y  a  los  Ofi- 
ciales de  Sevilla  y  de  las  gestiones  de  Zamudio,  expuestas  quedan  en 
el  capítulo  anterior;  Nicuesa  y  Ojeda  fueron  destituidos,  se  ordenó 
que  Nombre  de  Dios  fuera  abandonado  y  que  sus  vecinos  pasaran  a 
Santa  María,  y  Vasco  Núñez  fué  nombrado  por  el  Rey  su  Capitán  y 
Alcalde  mayor  de  Tierra  firme. 

Después  de  la  partida  de  Nicuesa  y  Enciso  envió  Vasco  Núñez 
en  busca  de  la  gente  que  había  quedado  en  Nombre  de  Dios;  «podrá 


LVII 

haber  un  año  y  medio  que  la  traje  a  esla  Villa»,  decía  al  Rey  en  caria 
de  20  de  Enero  de  1513  ^;  luego  aproximadamente  debió  ser  por  Julio 
de  1511  cuando  llegaron;  con  este  refuerzo  tuvo  Vasco  Núñez  a  sus 
órdenes  más  de  300  hombres,  según  refiere  en  la  misma  carta,  pero 
el  aumento  de  gente  implicaba  un  aumento  de  consumo  en  las  sub- 
sistencias, que  de  tal  suerte  escaseaban  que  los  colonos  se  veían  en 
la  disyuntiva  de  ir  a  buscarlas  en  las  tierras  vecinas  o  perecer  de 
hambre;  para  conjurar  el  peligro  y  para  extender  el  dominio  de  la 
colonia  embarcó  Vasco  Núñez  130  hombres  en  los  bergantines  y  fué, 
en  Octubre  de  1511,  a  dar  en  la  provincia  de  Coiba,  cuyo  cacique 
Careta,  alegando  que  la  guerra  con  otro  cacique  vecino  suyo  lla- 
mado Ponca  le  había  impedido  hacer  la  sementera  y  de  consiguiente 
que  carecía  de  bastimentos,  se  negó  a  entregárselos;  ante  la  impe- 
riosa necesidad  de  vivir,  Vasco  Núñez  con  su  gente  asaltó  y  saqueó 
el  poblado,  puso  preso  a  Careta  y  su  familia  y  los  llevó  a  Santa  Ma- 
ría, donde  hizo  las  paces  con  él,  tomando  por  concubina  a  una  de  sus 
hijas  y  ofreciéndole  ayudarle  contra  Ponca. 

La  pérdida  de  las  sementeras  a  consecuencia  de  la  tormenta  que 
las  destruyó  en  Noviembre  hizo  aplazar  la  expedición  contra  Ponca 
hasta  que  una  nueva  cosecha  permitiese  a  Careta  atender  al  soste- 
nimiento de  la  gente  que  en  las  operaciones  tomase  parte  y  obligó 
a  Vasco  Núñez  a  enviar  a  Valdivia  por  víveres  a  la  isla  Española. 

Partió  Valdivia  en  Enero  de  1512,  pereciendo  con  todos  los  que  le 
acompañaban  antes  de  llegar  a  la  isla:  la  muerte  de  Valdivia  trajo  a 
Vasco  Núñez  fatales  consecuencias,  porque  ignorando  durante  largo 
tiempo  tanto  él  como  Pasamente  su  desgraciado  fin,  es  más  que  pro- 
bable que  éste  creyera  que  aquél  no  cumplía  con  lo  que  estaba  obli- 
gado, y  Vasco  Núñez  a  su  vez  estuviera  en  el  convencimiento  de 
haber  probado  su  gratitud  y  de  aquí  naciera  la  enemiga  que,  como 
veremos  más  adelante,  le  demostró  bien  pronto  el  célebre  Tesorero. 

Asegurado  ya  en  el  Gobierno  Vasco  Núñez  y  reforzada  su  hueste 
con  la  gente  que  trajo  de  Nombre  de  Dios,  emprendió  una  expedi- 
ción de  la  que  sólo  tenemos  noticia  detallada  por  Pedro  Mártir,  al 


1     Apéndice  número  8. 


LVIII 

que  sin  duda  informó  Colmenares  que  en  ella  tomó  parte,  pues  aun- 
que el  P.  Las  Casas  también  se  ocupa  de  ella,  no  hizo  más  que  co- 
piar lo  escrito  por  el  autor  de  las  Décadas. 

Tuvo  la  expedición  por  objeto  buscar  en  el  fondo  del  Golfo  de 
Urabá  las  tierras  del  cacique  Dabaybe,  que  según  las  noticias  que 
daban  los  indios  eran  muy  ricas  de  oro  y  abundantes  en  manteni- 
mientos. 

En  dos  bergantines  y  varias  canoas  llevó  Vasco  Núñez  160  hom- 
bres, y  al  llegar  a  la  desembocadura  del  Río  Grande  ordenó  a  Colme- 
nares, que  iba  por  su  Teniente,  que  con  una  parte  de  la  gente  re- 
montase el  río  en  tanto  que  él  con  el  resto  reconocía  otro,  al  que  puso 
por  nombre  ((Río  de  las  redes»,  por  haber  encontrado  allí  algunos  de 
estos  aparejos. 

A  corta  distancia  de  la  desembocadura  hallaron  un  poblado  que 
los  indios  habían  abandonado  y  en  el  que  recogieron  como  botín  de 
guerra  piezas  de  oro  por  valor  de  7.000  pesos  y  algunos  víveres,  y 
no  adquiriendo  noticias  de  que  estuviesen  en  aquella  comarca  las 
tierras  de  Dabaybe  que  con  tanto  empeño  buscaban,  volvieron  al 
Golfo,  en  el  que  les  cogió  tan  violenta  tempestad  que  algunas  canoas 
zozobraron,  perdiéndose  el  oro  que  conducían  y  pereciendo  los  tripu- 
lantes; Vasco  Núñez  con  el  bergantín  y  el  resto  de  las  canoas  penetró 
en  el  Río  Grande  y  dio  alcance  a  Colmenares,  descubriendo  juntos  la 
isla  que  llamaron  Cañafistola,  según  Las  Casas,  de  la  Canela,  dice 
P.  Mártir;  más  adelante  hallaron  otro  río  que  desagua  en  el  Grande, 
al  que  por  su  obscuro  color  pusieron  el  nombre  de  Río  Negro,  remon- 
taron sus  aguas  hasta  el  poblado  del  cacique  Ahenemechei,  que  les 
opuso  resistencia  pero  fué  vencido  y  saqueado  el  poblado;  allí  dejó 
Vasco  Núñez  a  Colmenares  con  alguna  gente  y  siguió  en  busca  del 
cacique  Abibeyba,  al  que  encontró  en  la  desembocadura  de  otro  río 
que  desagua  en  el  Negro  a  más  de  veinte  leguas  de  la  isla  de  Cañafis- 
tola; por  lo  pantanoso  del  terreno  y  para  librarse  de  sus  enemigos 
y  de  los  tigres  tenían  los  indios  de  Abibeyba  construidas  sus  vivien- 
das en  las  copas  de  gigantescos  árboles,  a  los  que  subían  por  escale- 
ras de  caña  que  por  la  noche  retiraban;  creyéndose  seguros  en  sus 
guaridas  negáronse  los  indios  a  entregarse,  pero  al  ver  que  los  es- 


LTX 

ron  lo  inútil  de  la  resistencia  y  se  rindieron  a  discreción,  quedando 
pañoles  comenzaban  a  aserrar  los  árboles  por  su  base  comprendie- 
prisionero  Abibeyba,  el  que  fué  puesto  en  libertad  mediante  la  pro- 
mesa que  hizo  y  no  cumplió  de  llevar  a  los  españoles  buena  cantidad 
de  oro. 

Con  el  botín  que  se  tomó  en  el  poblado  volvió  Vasco  Núñez  a 
reunirse  con  Colmenares,  teniendo  el  sentimiento  de  saber  que  du 
rante  su  ausencia  los  indios  habían  matado  tres  españoles  que  fue- 
ron a  reconocer  la  tierra  y  atacado  a  Colmenares,  que  los  rechazó 
causándoles  buen  número  de  bajas;  como  ya  el  objeto  de  explorar 
el  territorio  se  había  cumplido,  regresó  Vasco  Núñez  con  Colmena- 
res a  Santa  María  la  Antigua,  dejando  en  Río  Negro  un  puesto  de 
30  hombres  a  las  órdenes  de  Bartolomé  Hurtado,  el  cual  al  poco 
tiempo  tuvo  que  sostener  reñida  lucha  con  los  naturales,  a  los  que 
hizo  crecido  número  de  prisioneros  que  envió  a  Santa  María  en  una 
canoa  con  20  españoles  entre  enfermos  y  escoUa,  quedándose  con 
sólo  10. 

Al  cruzar  el  Golfo  fué  la  canoa  atacada  por  numerosos  enemigos 
que  tripulaban  cuatro  piraguas,  pereciendo  en  la  lucha  todos  los  es- 
pañoles menos  dos  que  lograron  llegar  donde  estaba  Hurtado,  el  cual 
viéndose  con  tan  poca  gente  y  apreciando  lo  que  aquella  victoria 
había  de  envalentonar  a  los  indios  abandonó  la  estancia  de  Río  Ne- 
gro y  regresó  a  Santa  María  llevando  la  noticia,  que  supo  por  algu- 
nos de  los  indios  cautivos,  que  los  caciques  de  la  comarca  se  habían 
confederado  para  formar  un  numeroso  ejército,  atacar  de  improviso 
la  villa  y  matar  a  los  españoles;  poníanse  en  duda  la  veracidad  de 
estas  confidencias,  cuando  Vasco  Núnez  las  vio  confirmadas  por  el 
relato  que  le  hizo  una  india  con  la  que  sostenía  relaciones  y  a  la 
que  su  hermano  le  había  confiado  todo  el  plan  de  los  conjurados; 
comprendiendo  la  gravedad  de  las  circunstancias  organizó  sin  pér- 
dida de  tiempo  dos  columnas:  una  mandada  por  él  y  fuerte  de  70 
hombres,  llegó  al  lugar  donde  creyó  debía  encontrarse  el  cacique 
Lemaco,  jefe  de  la  rebelión,  pero  no  le  halló,  la  otra,  compuesta  de 
40  hombres  mandados  por  Colmenares,  remontó  el  río  y  en  el  poblado 
llamado  Tachi  sorprendió  al  jefe  indio  que  había  de  mandar  a  los 


LX 

conjurados  y  varios  de  los  principales  caudillos;  sobre  el  terreno  fué 
asaetado  el  primero  y  ahorcados  los  segundos,  regresando  Colmena- 
res al  Darien  con  un  gran  botín  de  víveres,  pues  en  el  poblado  habían 
los  indios  constituido  los  almacenes  para  aprovisionar  su  ejército. 

El  duro  castigo  impuesto  por  Colmenares  a  los  caudillos  indios 
atemorizó  de  tal  suerte  a  los  demás  que  desde  aquel  momento  quedó 
dominada  toda  la  comarca,  sin  que  los  más  osados  volvieran  a  in- 
tentar sustraerse  de  la  dominación  española. 

Refiriéndose  a  estas  excursiones  escribía  Vasco  Núñez  al  Rey  en 
20  de  Enero  de  1513  ' :  «la  tierra  es  muy  trabajosa  de  andar  a  cabsa 
de  los  muchos  rios  y  ciénagas  de  grandes  anegadizos  y  sierras  donde 

muere  mucha  gente  del  gran  trabajo  que  se  rescibe porque  cada 

dia  es  menester  ponerse  a  la  muerte  m.ill  vezes muchas  vezes 

pienso  como  ha  sido  posible  podernos  remediar  porque  habemos 
seido  tan  mal  socorrjdos  de  la  isla  Española  como  sino  fuéramos 

cristianos muchas  vezes  hemos  estado  tan  al  cabo  que  creíamos 

perdernos  de  hambre havemos  corrido  tanto  a  unas  partes  e  a 

otras  a  cabsa  de  la  mucha  necesidad  que  havemos  tenido  que  me 
espanto  como  se  ha  sufrido  tanto  trabajo.  Yo  he  procurado  de 
nunca  fasta  hoy  haver  dexado  andar  la  gente  fuera  de  aquí  sin  yo  ir 
adelante,  hora  fuese  de  noche  o  de  dia  andando  por  rios  i  ciénagas 
i  montes  i  sierras  i  las  ciénagas  desta  tierra  no  crea  Vuestra  Real 
Alteza  que  es  tan  liviano  que  nos  andamos  folgando,  porque  muchas 
vezes  nos  acaese  ir  una  legua  i  dos  y  tres  por  ciénagas  y  agua  des- 
nudos i  la  ropa  cogida  puesta  en  la  tablachina  encima  de  la  cabeza 
i  salidos  de  unas  ciénagas  entramos  en  otras  i  andar  de  esta  manera 

dos  i  tres  i  diez  dias aqui  havemos  tenido  en  mas  las  cosas  de 

comer  que  el  oro,  porque  teníamos  mas  oro  que  salud,  que  muchas 
vezes  fue  en  muchas  partes  que  holgava  mas  hallar  una  cesta  de 
maíz  que  otra  de  oro  porque  a  la  contina  nos  ha  faltado  mas  la  co- 
mida que  el  oro». 

Dice  P.  Mártir  que  después  de  hecha  la  sementera  los  españoles 
emprendieron  la  campaña  contra  Ponca  ^  que  residía  100  millas  al 


1  Apéndice  número  8. 

2  De  Orbe  Novo,  2.*  década,  capítulo  III. 


LXI 

Norte  del  Darien:  componían  la  expedición  80  hombres  que  fueron 
conducidos  en  los  bergantines  hasta  las  tierras  de  Careta,  donde 
desembarcaron,  y  unidos  a  éste  y  a  su  gente  marcharon  en  busca  de 
Ponca,  el  cual  no  les  esperó  y  huyó  a  las  montañas;  los  españoles 
saquearon  el  poblado  recogiendo  importante  botín. 

Vecino  a  las  tierras  de  Careta  y  en  extenso  valle  al  pie  de  elevadas 
montañas  se  hallaba  construido  el  poblado  de  Comogre,  uno  de  los 
caciques  más  poderosos  de  la  región,  el  que  en  vista  de  los  daños 
sufridos  por  Careta  y  Ponca  y  convencido  de  su  impotencia  para 
resistir  a  los  españoles,  pensó  con  acierto  que  le  era  más  ventajoso 
procurarse  su  amistad,  y  accediendo  a  las  gestiones  de  un  deudo  de 
Careta  les  invitó  a  que  fueran  a  su  tierra  para  conocerlos  y  confede- 
rarse con  ellos. 

En  extremo  afectuoso  fué  el  recibimiento  que  a  los  españoles 
hizo  Comogre:  dióles  alojamiento  y  víveres  en  abundancia  y  un  pre- 
sente de  piezas  de  oro  por  valor  de  más  de  4.000  pesos  y  70  esclavos. 

El  reparto  del  oro  ocasionó  disputas  entre  los  soldados,  y  perca- 
tándose del  motivo  un  hijo  de  Comogre  que  lo  presenciaba  se  dirigió 
a  los  contendientes  diciéndoies  que  si  tanto  ambicionaban  oro  él  les 
mostraría,  traspuestas  las  sierras,  una  provincia  en  que  abundaba 
tanto  como  en  España  decían  que  abundaba  el  hierro,  que  aquellas 
tierras  tenían  por  hmite  el  mar  que  era  navegado  por  barcos  que 
llevaban  remos  y  velas  como  los  de  los  españoles,  y  señalando  al  Sur 
añadía  que  más  allá  del  mar  existían  otras  provincias  en  que  también 
abundaba  mucho  el  oro;  esto,  dice  Las  Casas  \  demuestra  la  noticia 
que  aquellas  gentes  tenían  de  la  existencia  del  Perú,  agregando  el 
hijo  de  Comogre  que  para  sujetar  aquellos  pueblos  eran  necesarios 
mil  españoles  por  ser  muchos  y  muy  belicosos  los  naturales,  y  que  él 
se  prestaba  a  acom|)añar  con  su  gente  a  los  españoles. 

Grande  fué  la  alegría  de  éstos,  y  especialmente  de  Vasco  Núñez 
y  Colmenares,  con  tan  inesperadas  nuevas,  que  vieron  confirmadas 
con  el  testimonio  de  otros  indios,  y  no  menor  la  de  los  vecinos  de 
Santa  María  al  regresar  los  expedicionarios  y  saber  por  ellos  el  por- 


1     nistoria  de  las  Indias,  libro  III,  capítulo  XLI. 


LXII 


venir  de  riquezas  que  les  esperaba,  y  desde  luego  comenzaron  a 
pensar  en  la  manera  de  reunir  los  hombres  y  recursos  necesarios 
para  ir  al  descubrimiento  del  mar  y  de  las  tierras  de  que  había  ha- 
blado el  hijo  de  Comogre. 

Como  medio  mejor  y  más  práctico  acordaron  enviar  Procurado- 
res a  la  Corte  para  que  expusieran  al  Rey  la  situación  de  la  Colonia 
y  las  esperanzas  que  abrigaban  de  descubrir  la  otra  mar,  si  les  faci- 
litaban los  elementos  precisos. 

A  esta  resolución  se  llegó  con  acuerdo  de  todos,  pero  no  lo  hubo 
respecto  al  nombramiento  de  personas  ante  el  temor  de  que  una 
vez  en  España  no  volvieran  a  Tierra  firme,  como  creían  que  habían 
hecho  Zamudio  y  Valdivia,  de  los  que  no  se  tenía  noticia;  por  esto  no 
accedieron  los  colonos  a  los  deseos  de  Vasco  Núñez  que  pretendía 
ser  designado,  y  después  de  muchos  debates  acordaron  que  uno  de 
los  Procuradores  fuera  el  Veedor  Juan  de  Ouincedo,  que  por  dejar 
ahí  mujer  e  hijos  ofrecía  garantía  de  volver;  el  nombramiento  del 
otro  Procurador  ofreció  aún  mayores  dificultades,  y  no  llegándose 
a  un  acuerdo  hubo,  según  Las  Casas,  que  recurrir  a  la  suerte,  siendo 
el  favorecido  Rodrigo  de  Colmenares. 

Partieron  los  Procuradores  del  Darien  a  fines  de  Octubre  de  1512, 
pero  por  las  vicisitudes  que  sufrieron  en  el  viaje  a  la  isla  Española 
no  llegaron  a  la  Península  hasta  Mayo  de  1513  \ 

Afirma  P.  Mártir  ^  y  lo  copia  Las  Casas,  que  la  noticia  de  la  proxi- 
midad de  la  mar  a  las  tierras  de  Comogre  la  llevaba  Valdivia  en  su 
segundo  viaje,  y  que  por  haber  perecido  en  el  camino  con  todos  los 
que  le  acompañaban  nada  se  supo  hasta  que  llegaron  Quincedo  y 
Colmenares;  en  esto  se  equivocó  P.  Mártir,  y  con  sus  mismos  datos 
el  error  demuestra;  sabemos  que  Valdivia  regresó  de  su  primer  viaje 
en  el  mes  de  Octubre  de  1511,  el  cronista  nos  dice  que  en  Noviembre 
fueron  destruidas  las  cosechas  y  que  Vasco  Núñez  acordó  con  el 
cacique  Careta  aplazar  la  guerra  contra  el  cacique  Ponca,  que  fué 
anterior  a  la  excursión  a  las  tierras  de  Comogre,  hasta  que  una  nueva 
cosecha  asegurase  la  subsistencia  de  la  gente  que  en  ella  había  de 

1  Pedro  Mártir. — De   Orbe  Novo,  2.^  década,  capítulo  VII. 

2  De  Orbe  Novo,  2.^  década,  capítulo  IV. 


LXIII 

tomar  parte,  por  lo  que  transcurrieron  varios  meses  sin  comenzarse 
las  operaciones;  luego  en  el  mes  de  Enero  de  1512,  en  que  empren- 
dió Valdivia  su  segundo  viaje,  aun  no  se  había  realizado  la  expedí 
ción  a  las  tierras  de  Comogre,  y  por  tanto  no  se  tenía  noticia  de  la 
proximidad  a  ellas  del  mar. 

Pedro  Mártir  dice  que  Valdivia  emprendió  el  viaje  en  que  pereció, 
o  sea  el  segundo  que  hizo  a  la  Española,  en  el  mes  de  Enero  de  1511; 
pero  en  esto  también  se  equivocó,  pues  habiendo  regresado  del  pri- 
mero en  Octubre  de  1511  y  efectuado  el  segundo  poco  después,  el 
mes  de  Enero  a  que  P.  Mártir  se  refiere  es  el  del  año  1512  y  no  ol 
del  de  1511. 

Otro  error  en  que  parece  haber  incurrido  P.  Mártir  y  con  él  Las 
Casas,  es  el  de  conceptuar  que  primero  se  realizó  la  expedición  a  las 
tierras  de  Ponca  y  Comogre  que  la  exploración  de  los  ríos  que  des- 
embocan en  el  Golfo  de  Urabá,  pues  no  es  verosímil  que  si  por  la 
pérdida  de  las  cosechas  se  aplazó  la  guerra  contra  Ponca  varios 
meses  y  el  problema  de  las  subsistencias  se  hizo  tan  grave  que  obligó 
a  Vasco  Núñez  a  enviar  por  ellas  a  Valdivia  a  la  Española,  permane- 
ciera toda  la  gente  inactiva  en  Santa  María  la  Antigua  pudiendo  ir 
a  buscarlas  a  otras  zonas  en  donde  las  tormentas  no  hubieran  cau- 
sado los  destrozos  que  en  aquélla,  y  también  es  inverosímil  que  al 
regresar  Vasco  Núñez  con  la  noticia  de  la  proximidad  del  mar  del 
Sur  y  de  las  riquísimas  tierras  de  que  habló  el  hijo  de  Comogre,  que 
tantas  esperanzas  y  tantas  ambiciones  despertaron,  emprendiera  la 
expedición  al  fondo  del  Golfo  demorando  hasta  su  vuelta  el  tratar 
de  que  viniesen  Procuradores  a  España  para  pedir  los  elementos  ne- 
cesarios para  el  descubrimiento;  por  esto  creemos  que  no  pudiendo 
realizar  la  expedición  contra  Ponca  por  la  falla  de  subsistencias,  fué 
Vasco  Núñez  primoro  al  fondo  del  Golfo  y  a  los  ríos  en  busca  de 
tierras  donde  las  tormentas  no  hubieran  destrozado  las  cosechas,  a 
fin  de  entretener  la  ícente  y  explorar  la  tierra,  y  ([ue  después  teniendo 
ya  aseguradas  las  subsistencias  fué  cuando  realizó  las  expediciones  a 
las  tierras  de  Poncu  y  Comogre. 

Con  la  sumisión  de  Careta,  Ponca  y  Comogre  los  límites  de  la 
Colonia  se  habían  extendido  considerablemente. 


Lxiy 

El  valor  y  la  energía  de  Vasco  Núñez  habían  logrado  dominar 
a  los  indios  salvajes,  pero  no  consiguieron  apaciguar  a  los  díscolos 
colonos  de  Santa  María,  que  instigados  por  uno  de  ellos  llamado 
Alonso  Pérez  de  la  Rúa  tramaron  una  conjura  para  prender  a  Vasco 
Núñez  y  quitarle  el  cargo  de  Gobernador;  pero  éste,  enterado  a 
tiempo,  puso  en  prisiones  a  Pérez  de  la  Rúa;  la  intervención  de  los 
neutrales  hizo  que  al  parecer  se  reconciliasen  los  dos  bandos,  que  a 
punto  estaban  de  llegar  a  las  manos,  y  que  fuese  puesto  en  libertad 
Pérez  de  la  Rúa;  pero  esta  armonía  duró  poco,  y  tomando  por  pre- 
texto que  Vasco  Núñez  no  repartía  según  los  merecimientos  de  cada 
uno  el  oro  y  los  esclavos  que  se  tomaban  en  las  entradas,  volvieron 
a  conjurarse  contra  él;  también  en  esta  ocasión  tuvo  noticia  de  lo  que 
sus  enemigos  tramaban,  y  para  dominar  el  conflicLo  usó  de  una  es- 
tratagema que  bien  claro  demuestra  que  era  hombre  a  quien  en  los 
casos  extremos  no  faltaban  recursos:  «so  color  de  ir  de  caza  se  salió 
aquella  noche  del  pueblo,  dice  el  P.  Las  Casas  \  con  la  confianza  que 
le  acudirían  los  que  en  las  partes  solían  mejorar  y  sucedióle  así,  por- 
que tomados  10.000  castellanos  que  estaban  por  partir  repartiéronlos 
de  la  manera  que  a  ellos  paresció,  dando  a  algunos  de  la  gente 
menuda  más  de  lo  que  parecía  convenirles  y  a  los  de  mayor  calidad 
o  presunción  menos  de  lo  que  a  su  parecer  pertenecerles  estimaban; 
desto  quedaron  aquéllos  corridos  y  afrentados,  y  así  llaman  a  Vasco 
Núñez  y  júntanse  con  él  todos  armados  con  clamores  y  juramen- 
tos que  habían  de  matallos,  van  a  ellos  y  prenden  al  Alonso  Pé- 
rez y  a  un  bachiller  Corral  y  a  otros  principales  y  échanlos  en  la 
fortaleza  donde  los  tuvieron  bien  aprisionados».  En  esto  llegaron 
procedentes  de  la  Española  dos  navios  con  víveres  y  150  españoles 
mandados  por  Cristóbal  Serrano,  que  enviaban  como  socorro  el  Al- 
mirante y  Jueces  de  la  Española,  y  el  Tesorero  Pasamonte  remitía 
en  ellos  a  Vasco  Núñez  el  nombramiento  de  Capitán  general  de  Tie- 
rra firme  hecho  por  el  Rey,  con  lo  cual  quedó  sólidamente  restable- 
cida su  autoridad  sobre  los  colonos. 

De  estos  sucesos  no  hablan  ni  Oviedo  ni  P.  Mártir,  pero  a  ellos 
hace  referencia  la  carta  de  Vasco  Núñez  al  Rey  de  20  de  Enero  de 


1     Historia  de  las  Indias,  libro  III,  capítulo  XLVI. 


LXV 

1513*  en  que  le  decía:  «Vuestra  Alteza  sabrá  que  los  dias  pasados 
hubo  aquí  ciertas  diferencias  que  los  alcaldes  y  regidores  con  embidia 
e  falsedad  intentaban  de  me  prender  e  desque  no  pudieron  ficieron 
contra  mi  una  pesquisa  falsa  e  con  falsos  testigos  y  secretamente, 

de  lo  qual  me  quejo  a  V.  A i  porque  los  alcaldes  y  regidores 

imbiaron  una  pesquisa  contra  mi  la  cual  alia  creo  vera  V.  A.  fice 
jueces  a  dos  fidalgos  para  que  ficiesen  pesquisa  e  información  de 
mi  vida  i  de  mi  mui  leales  i  grandes  servicios  la  qual  envió  a  V.  A. 
para  que  vea  las  maldades  de  las  gentes»;  también  dice  que  remite 
una  información  de  lo  que  pasó  «sobre  que  inventaron  sus  maldades». 

Portador  de  esta  carta  e  informaciones  fué  un  Sebastián  de 
Ocampo,  Vasco  Núñez  le  llama  del  Campo,  que  ha  pasado  desaper- 
cibido a  los  historiadores,  y  que  según  veremos  más  tarde  debió 
desempeñar,  aunque  por  poco  tiempo,  importante  papel  en  las  rela- 
ciones de  Vasco  Núñez  con  la  Corte. 

Seguramente  que  éste  desconocía  la  Real  Cédula  de  14  de  No- 
viembre de  1509  prohibiendo  el  pase  a  las  Indias  de  letrados,  pues 
de  haberla  conocido  hubiera  en  ella  fundado  la  petición  que,  haciendo 
extensiva  a  la  clase  la  animosidad  que  sentía  contra  los  bachilleres 
Enciso  y  Corral,  dirigía  al  Rey  en  la  citada  carta  de  20  de  Enero 
de  1513  para  que  «ningún  bachiller  en  leyes  ni  otro  ninguno  sino 
fuera  de  medicina  pase  a  estas  parles  de  la  Tierra  firme  so  una  gran 
pena  que  Vuestra  Alteza  para  ello  mande  proveer,  porque  ningún  ba- 
chiller acá  pasa  que  no  sea  diablo  i  tienen  vida  de  diablos  e  no  sola- 
mente ellos  son  malos  mas  aun  facen  i  tienen  forma  por  donde  haya 
mili  pleitos  i  maldades». 

El  silencio  de  Oviedo  respecto  a  las  expediciones  al  Golfo  de 
Urabá  y  a  las  tierras  de  Careta,  Ponca  y  Comogre,  de  las  que  apenas 
hace  mención,  es  un  dalo  más  para  juzgar  que  se  sirvió  para  su  his- 
toria de  lo  que  le  contó  el  bachiller  Enciso,  una  vez  que  de  hechos 
de  escasa  importancia  ocurridos  en  el  Darien  antes  de  que  Enciso 
saliera  para  España  da  minuciosa  noticia  y  en  cambio  ningún  detalle 
refiere  de  aquéllos,  lo  cual  demuestra  que  sólo  en  términos  generales 


1     Apéndice  número  8. 


LXVl 

llegaron  a  su  conocimiento,  pues  no  es  de  creer  que  intencionada- 
mente y  faltando  a  su  deber  de  cronista  omitiera  el  relato  de  hechos 
que  causan  profundo  asombro  al  considerar  la  suma  de  energías,  el 
absoluto  desprecio  a  la  vida,  de  aquel  reducido  número  de  hombres 
que  cruzando  espesos  bosques  en  los  que  tenían  que  abrirse  paso 
con  sus  espadas,  durmiendo  en  el  fango  de  los  pantanos,  atravesando 
extensas  ciénagas,  conquistando  cada  día  el  alimento  y  amenazados 
constantemente  por  las  fieras  siguen  siempre  adelante  y  luchando 
con  numerosas  y  guerreras  tribus,  se  imponen  a  la  naturaleza,  a  las 
fieras  y  a  los  hombres  y  dejan  sólidamente  asentada  la  soberanía 
española  en  aquellas  regiones. 


IV 


Organizase  en  España  una  importante  expedición  para  ir  a  descubrir  la  mar  del 
Sur. — Se  confiere  su  mando  y  el  Gobierno  de  Tierra  firme  a  Pedrarias  Dávila. 
— Confabulación  de  Enciso,  Quincedo  y  Colmenares  contra  Vasco  Ntíñez. — El 
Gobernador  lleva  órdenes  para  procesai'le. — Pai'tida  de  la  Armada  para  Tierra 
firme. 


Las  denuncias  formuladas  por  el  bachiller  Enciso  contra  Vasco 
Núñez  no  parece  que  en  un  principio  tuvieron  acogida  favorable  en 
la  Corte;  pero  sea  debido  a  la  constante  labor  del  bachiller  o  a  que 
por  otros  conductos  tuvieran  confirmación,  es  lo  cierto  que  la  des- 
confianza sobre  la  veracidad  de  las  noticias  que  se  recibían  de  Tierra 
firme  se  apodera  de  los  centros  oficiales,  y  así  lo  revela  la  carta  que 
en  28  de  Abril  de  1513  escribía  el  Rey  al  Tesorero  Pasamonte  dicién- 
dole:  «En  lo  de  Tierra  firme  estoy  con  mucho  cuidado  sin  saber  como 
subcede  y  han  subcedido  y  están  las  cosas  de  alia,  por  seruicio  mió 
que  procureys  el  saberlo  por  todas  las  vias  e  maneras  que  se  pudiese 
saber  y  en  los  primeros  navios  que  vynieren  me  embiad  entera  y 
larga  y  verdadera  relación  dello  y  de  lo  que  convyniere  proveerse 
porque  hasta  lo  saber  yo  estare  con  cuidado  dello»  \ 

En  los  primeros  días  de  la  segunda  quincena  de  Mayo  de  1513 
arribaron  a  España  los  buques  que  conducían  a  los  Procuradores 
de  Tierra  firme  Quincedo  y  Colmenares  y  cartas  del  Almirante  y 
Oficiales  de  la  Española  comunicando  lo  que  Vasco  Núñez  les  había 
escrito  y  corroboraban  los  Procuradores,  de  la  proximidad  del  mar  a 
las  tierras  del  cacique  Comogre  y  de  la  necesidad  del  envío  de  los 


1     Archivo  de  Indias,  139-1-5. 


LXVIII 

1.000  hombres  que  el  hijo  del  cacique  había  expuesto  ser  necesarios 
para  imponer  la  soberanía  española  a  los  indios  que  habitaban  en  las 
costas  de  dicha  mar. 

Tan  profunda  satisfacción  causó  en  la  Corte  la  noticia  que  trans- 
mitieron en  19  de  Mayo  los  Oficiales  de  la  Casa  de  Contratación,  que 
sin  esperar  a  obtener  mayores  datos  de  los  Procuradores,  que  aun 
no  habían  llegado  a  la  Corte,  se  dictaron  en  31  del  mismo  las  órdenes 
a  Sevilla  para  que  (csin  pérdida  de  un  solo  día  que  sería  muy  grande 
pérdida  perderlo»  se  procediera  al  apresto  de  la  Armada  y  la  recluta 
de  los  1.000  hombres  pedidos  \ 

Y  no  es  de  extrañar  ni  la  satisfacción  ni  la  premura;  el  descu- 
brimiento que  se  iba  a  realizar  constituía  un  ideal  constantemente 
perseguido  desde  que  Cristóbal  Colón  propuso  a  los  Reyes  Católicos 
dirigir  una  expedición  que  navegando  directamente  al  Oeste  desde 
las  islas  más  occidentales  de  África  llegase  al  extremo  oriental  de 
Asia,  estableciendo  una  vía  comercial  entre  Europa  y  Asia  más  se- 
gura que  la  del  Mar  Rojo  y  más  corta  que  la  que  costeando  África  y 
doblando  el  Cabo  de  Buena  Esperanza  acababan  de  descubrir  los 
portugueses,  arrebatando  al  Cairo  y  Venecia  el  monopolio  que  ejer- 
cían del  comercio  con  el  Oriente. 

Admitida  como  lo  estaba  por  todas  las  personas  cultas  que  la 
forma  de  la  tierra  es  esférica,  no  podía  ofrecer  duda  de  que  traspues- 
tas las  tierras  que  habían  reconocido  las  expediciones  de  Colón, 
Bastidas,  Nicuesa  y  Ojeda,  tenía  que  existir  el  mar  que  bañaba  las 
costas  orientales  de  Asia  y  en  el  que  se  encontraban  las  innumera- 
bles islas,  entre  ellas  la  tan  famosa  por  sus  riquezas  de  Cipango,  de 
que  hablaban  los  viajeros  que  habían  visitado  el  Asia  y  especialmente 
Marco  Polo;  tampoco  ofrecía  duda  que  la  distancia  entre  las  tierras 
nuevamente  descubiertas  y  el  extremo  oriental  de  Asia  tenía  que  ser 
relativamente  corta,  pues  aun  admitiendo  que  la  línea  ecuatorial  tu- 
viera de  extensión  6.300  leguas,  a  razón  de  17'50  al  grado,  restando 
de  ellas  las  ya  reconocidas  desde  el  extremo  oriental  de  Asia  en  direc- 
ción a  Occidente  hasta  Tierra  firme,  la  distancia  desde  ésta,  en  di- 


1     Apéndice  número  9. 


LXIX 

rección  del  Oriente,  hasta  dicho  extremo  oriental  de  Asia,  no  podía  ser 
muy  extensa  aunque  no  fuera  posible  precisarla  con  exactitud  por  lo 
inciertas  de  las  noticias  referentes  al  espacio  ocupado  por  el  conti- 
nente asiático. 

Habíase  explorado  sin  encontrar  paso  a  la  otra  mar  muchas  le- 
guas de  costa  al  Norte  y  Sur  del  Golfo  de  Paria,  y  así  como  se  igno- 
raba lo  que  la  tierra  se  prolongaba  en  estas  direcciones,  se  ignoríiba 
también  el  espacio  que  ocupaba  en  dirección  Oeste  a  Este;  por  ello 
las  noticias  enviadas  por  Vasco  Núñez  de  que  próximo  a  las  tierras 
de  Comogre  se  hallaba  el  mar  produjeron  tan  viva  satisfacción  y 
motivaron  que  sin  pérdida  de  tiempo  se  ordenasen  los  aprestos  para 
ir  a  descubrirla. 

Lógico  parece  que  al  recibirse  en  la  Corte  la  fausta  nueva  se  pen- 
sara en  recompensar  al  que  luchando  durante  tanto  tiempo  con  todo 
género  de  adversidades  había  logrado  adquirir  aquella  noticia  que 
abría  tan  amplios  horizontes  para  la  grandeza  y  prosperidad  de  Cas- 
tilla; pero  lejos  de  ello,  la  Corte  acordó  el  inmediato  relevo  de  Vasco 
Núñez  en  el  Gobierno  de  Tierra  firme  y  que  se  le  formase  un  proceso 
para  que  fuera  castigado  por  las  faltas  que  se  le  imputaban;  tan  vio- 
lenta determinación  no  puede  ser  atribuida  únicamente  a  las  intrigas 
del  bachiller  Enciso,  pues  si  bien  desde  que  arribó  a  España  había 
trabajado  constantemente  en  contra  de  Vasco  Núñez,  no  es  de  creer 
que  lo  que  no  había  logrado  antes  de  recibirse  la  noticia  de  la  proxi- 
midad del  mar  a  la  colonia  de  Santa  María  la  Antigua  lo  fuera  a 
obtener  precisamente  cuando  Vasco  Núñez  acababa  de  prestar  tan 
importante  servicio;  tampoco  es  de  admitir  que  la  destitución  de 
Vasco  Núñez  fuera  debida  a  los  informes  que  contra  él  dieran  los 
Procuradores  Quincedo  y  Colmenares,  pues  en  la  carta  fecha  31  de 
Mayo  dirigida  por  el  Rey  a  los  Oficiales  de  Sevilla  ordenándoles  el 
apresto  de  la  Armada,  y  por  la  que  consta  que  aún  no  habían  llegado 
a  la  Corte  los  Procuradores,  decía  el  Rey  a  los  Oficiales  que  al  frente 
de  la  Armada  iría  una  persona  principal  «que  mandare  de  acá»,  lo 
que  implicaba  la  resolución  de  relevar  a  Vasco  Núñez', 


1     Apéndice  número  9. 


LXX 


El  Licenciado  Suazo,  Juez  de  residencia  en  la  isla  Española,  es- 
cribía a  Mr.  Xevres,  del  Consejo  Real,  en  22  de  Febrero  de  1518,  re- 
firiéndose al  año  1513:  «en  este  tiempo  aconteció  que  el  dicho  theso- 
rero  (Pasamonle)  se  enojó  con  Vasco  Nuñez  que  reside  en  Tierra 
firme  e  para  le  destruir  acordó  descrevir  al  Rey  Catholico  que  hera 
muy  bien  que  Su  Alteza  hiziese  una  Armada  para  Tierra  firme  e  que 
viniese  vn  Gobernador  de  aquellas  partes  proveido  e  sobrel  dicho 
Vasco  Nuñez  e  para  que  a  su  carta  se  le  diese  mas  crédito  enbio  a  ne- 
gociar esto  a  vn  bachiller  Inciso  que  habia  estado  en  Tierra  firme  e 
era  grande  enemigo  del  dicho  Vasco  Nuñez  porque  traya  pleito  con 

el y  como  el  rey  se  creia  por  aquefios  que  deseaban  hazer  plazer 

al  Ihesorero  mando  quel  Armada  se  hiziese  y  que  fuese  por  Capitán 
General  della  e  Gobernador  en  Tierra  firme  en  la  provincia  que  dizen 
t)astilla  del  Oro  Pedrarias  Davila»  ^ . 

En  efecto;  el  Tesorero  Pasamonte  escribió  al  Rey  en  el  indicado 
sentido,  pues  éste,  contestando  en  4  de  Julio  de  1513  a  sus  cartas, 
que  llegaron  en  los  mismos  barcos  que  conducían  a  los  Procurado- 
res, le  decía:  (^asi  por  lo  que  escribís  como  por  otras  vias  sabia  va- 
rios escesos  de  Vasco  Nuñez  de  Balboa  Alcalde  mayor  del  Darien 
harase  pesquisa  porque  sea  castigado^)  '^ 

Las  anteriores  palabras  concordadas  con  lo  que  el  Rey  escribía 
a  Pasamonte  en  28  de  Abril  anterior  esclarecen  perfectamente  el 
asunto;  ante  las  acusaciones  que  Enciso  formulaba  contra  Vasco 
Núñez,  el  Rey  pidió  en  dicha  carta  al  Tesorero  Pasamonte  que  le  en- 
viara informes  precisos  sobre  lo  ocurrido  en  el  Darien,  y  antes 
que  de  ella  pudiera  tener  contestación  recibió  la  en  que  el  Tesorero 

1  Apéndice  número  63. 

2  1513,  Julio  4,  Valladolid. — El  Rey  al  Tesorero  Pasamonte. 

((A  mui  buen  tiempo  han  llegado  los  23.000  pesos  ya  por  las  necesidades  ya 
para  el  breve  despacho  de  la  Armada  de  Tierra  firme  que  ira  luego  tan  bien  pro- 
vista que  se  resarcirá  la  tardanza  i  enmendaran  los  yerros  de  Nicuesa  y  Ojeda 

He  holgado  de  la  venida  de  los  procuradores  de  tierra  firme  a  donde  ira  por  Ca- 
pitán e  gobernador  Pedrarias  de  Avila  el  de  Segovia  hombre  qual  conviene  lleva 
particular  encargo  de  comunicar  con  vos. 

))Ansi  por  lo  que  escribis  como  por  otras  vias  sabia  varios  escesos  de  Vasco 
Nuñez  Alcalde  mayor  del  Darien  harase  pesquisa  porque  sea  castigado».  (Archivo 
de  Indias,  139-1-5,  lib.  4,  fol.  212). 


LXXI 

denunciaba  abusos  de  Vasco  Núñez,  con  lo  que  considerándose  sufi- 
cientemente impuesto  acordó  su  relevo  y  procesamiento;  fué,  por 
tanto,  Pasamonle  el  que  decidió  al  Rey  en  contra  de  Vasco  Núñez,  y 
no  parece  aventurado  sospechar  que  en  su  conducta  influyera  tanto 
lo  que  al  pasar  por  la  Española  le  dijeran  Quincedo  y  Colmenares, 
que  al  llegar  a  España  se  declararon  enemigos  de  Vasco  Núñez,  como 
el  que  ignorando  el  triste  fin  de  Valdivia  creyese  que  Vasco  Núñez  se 
había  desligado  de  demostrarle  en  forma  efectiva  que  no  era  ingrato 
a  la  protección  que  le  dispensaba. 

La  llegada  a  la  Corte  de  Quincedo  y  Colmenares,  con  un  indio  y 
una  india  para  dar  fe  de  sus  asertos,  exaltó  por  modo  extraordmario 
la  imaginación  de  los  españoles  al  ver  que  confirmaban  lo  escrito  por 
Pasamonle  acerca  de  las  riquezas  de  las  tierras  que  se  iban  a  descu- 
brir, en  las  que  según  los  Procuradores  abundaba  de  tal  modo  el  oro 
y  eran  tan  gruesas  las  pepitas  del  codiciado  metal  que  en  los  ríos  se 
empleaban  redes  de  pescar  para  cogerlo;  la  especie  fué  acogida  con 
tal  credulidad  aun  por  los  hombres  más  serios  y  reflexivos,  que  de 
todas  partes  de  Castilla  se  presentaban  voluntarios  empleando  toda 
suerte  de  medios  para  ser  admitidos  en  la  expedición  que  se  organi- 
zaba; al  pasado  descrédito  de  las  colonias,  a  la  resistencia  a  ir  a  los 
territorios  descubiertos  a  pesar  de  las  mercedes  e  indultos  que  se 
concedieron  para  estimular  la  emigración  a  ellos,  sucedió  en  cuanto 
se  habló  de  las  inmensas  riquezas  que  atesoraban  los  nuevos  un  estado 
de  febril  excitación  en  que  nobles  y  plebeyos,  soldados,  letrados  y  ecle- 
siásticos abandonaban  sus  familias  e  intereses  y  se  disputaban  tomar 
parte  en  la  empresa,  seguros  de  que  unos  cuantos  días  que  se  dedica- 
ran a  la  pesca  del  oro  serían  suficientes  para  que  pudiesen  volverá  la 
madre  patria  convertidos  en  Cresos;  yo  oí  decir,  refiere  el  P.  Las 
Casas,  a  un  clérigo  que  parecía  cuerdo  y  de  edad  no  muy  mozo,  de 
los  que  por  esta  nueva  de  Castilla  le  movieron  a  pescar  oro,  estando 
yo  en  la  isla  de  Cuba,  donde  vino  él  a  parar  huyendo  de  la  tal  pes- 
quería harto  hambriento  y  flaco  y  sin  un  quilate  de  oro:  «que  había 
dejado  en  Castilla  100.000  maravedís  de  renta  en  un  beneficio  que 
tenía,  por  venir  a  pescar  oro,  y  que  si  no  creyera  que  había  de  vol- 
verse a  Castilla  en  breves  días  con  un  arca  llena  de  granos  de  oro 


Lxxir 

tan  gruesos  como  naranjas  y  granadas  y  mayores,  no  saliera  de  su 
casa  dejando  lo  que  tenía  por  venir  a  buscar  menos  que  aquel  oro 
que  decía»,  y  esto  con  juramento  lo  afirmaba  delante  de  personas  gra- 
ves y  a  lo  mismo  me  hallé  presente. 

Hasta  los  hombres  de  Estado  se  sintieron  contagiados  por  estas 
noticias,  y  el  Rey  acordó  que  para  llamar  a  aquella  región  con  más 
propiedad,  en  vez  de  Tierra  firme  se  la  denominase  Castilla  del  Oro, 
«porque  aun  no  consta  que  sea  tierra  firme  \ 

Si  tal  competencia  se  entabló  para  lograr  puesto  en  la  expedición 
aunque  fuese  sin  sueldo  y  con  la  obligación  de  sustentarse  los  inte- 
resados por  su  cuenta,  bien  se  alcanza  el  pugilato  a  que  daría  lugar 
la  provisión  de  los  altos  cargos:  para  el  de  Capitán  general  fué  desig- 
nado Pedro  Arias  Dávila,  que  gozaba  en  la  Corte  de  gran  influencia 
por  su  abolengo  aristocrático,  su  distinguido  comportamiento  en  las 
guerras  de  Italia,  su  gallardía  en  los  torneos  y  por  hallarse  casado  con 
Doña  Isabel  de  Bobadilla,  sobrina  de  la  Marquesa  de  Moya,  que  tan 
relevantes  servicios  prestó  a  la  Reina  Católica,  con  la  que  le  unía  es- 
trecha amistad;  no  fué  el  nombramiento  del  agrado  de  los  Procurado- 
res, pero  sus  gestiones  se  estrellaron  contra  la  decisiva  influencia  del 
Obispo  de  Burgos  D.  Juan  de  Fonseca,  que  tenía  a  su  cargo  los  asun- 
tos de  Indias  y  que  entonces  como  después  fué  decidido  protector  de 
Pedro  Arias;  el  título  le  fué  expedido  en  27  de  Julio  -,  por  más  que  .^l 
nombramiento  debió  ser  anterior  al  18  de  Junio,  fecha  en  que  ya  en- 
contramos Cédulas  a  él  dirigidas  como  Gobernador  de  Tierra  firme  ^ 

Por  disposición  de  28  de  Julio  fueron  nombrados  Diego  Márquez, 
Contador,  y  Alonso  de  la  Puente,  Tesorero;  en  2  de  Agosto  Juan  de 
Tavira,  Factor,  y  en  18  de  Septiembre  Alcalde  mayor  el  Licenciado 
Espinosa;  al  bachiller  Enciso  se  le  colma  de  beneficios  haciéndole 

1  1513,  Julio  4,  Valladolid. — El  Rey  a  Almii-ante,  Jueces  y  Oficiales  de  la  isla 
Española. 

((Es  menester  mucho  tiento  en  las  cosas  de  Tierra  firme  para  promover  su  po- 
blación de  que  se  espera  mucho  fruto.  La  hemos  mandado  nombrar  Castilla  del 
Oro  y  aun  no  consta  si  es  tierra  firme».  (Acad.^  de  la  Hist.^,  Colee.  Muñoz, 
tomo  90). 

2  El  título  está  publicado  en  el  tomo  III  de  la  (¡Colección  de  Viajes»  de  don 
Martín  Fernández  de  Navarrete. 

3  Apéndice  número  11. 


LXXIII 


merced,  por  Cédula  de  13  de  Junio,  de  25.000  maravedís  para  ayuda 
de  costa  y  en  4  de  Julio  de  oíros  38.000,  nombrándole  en  igual  fecha 
'Alguacil  mayor  de  las  villas  y  lugares  de  Tierra  firme,  se  le  da  a 
tributo  por  vida  una  casa  en  Sevilla  y  concede  a  su  mujer  la  pen- 
sión anual  de  15.000  maravedis;  al  Procurador  Juan  de  Quincedo 
se  le  nombra  en  9  de  Agosto  Veedor  de  las  fundiciones,  y  lo  mismo 
que  a  Colmenares  se  le  otorga  la  merced  de  25.000  maravedis,  reco- 
mendando a  ambos  a  Pedrarias  y  ofreciéndoles  que  serían  nombrados 
Regidores  cuando  se  hiciera  la  renovación  de  cargos  en  el  Cabildo  de 
la  villa  de  Santa  María  *. 

Como  se  ve,  todos  los  altos  puestos  los  ocuparon  personas  que  no 
habían  estado  en  Tierra  firme  o  enemigos  de  Vasco  Núñez;  de  los  que 
allí  estaban  y  habían  sufrido  los  riesgos  e  increíbles  necesidades  á  que 
dio  lugar  le  ocupación  y  pacificación  del  territorio  nadie  se  acordó. 

Pero  no  bastaba  a  los  enemigos  de  Vasco  Núñez  el  ir  a  desempe- 
ñar todos  los  cargos  amparados  por  un  numeroso  Ejército,  tenían 
miedo  de  que  aquel  hombre  de  extraordinarias  energías  intentase  ya 
la  resistencia  armada,  ya  algún  acto  de  violencia  personal,  y  preca- 
viéndose ponen  en  juego  todos  los  medios  para  paralizar  su  acción; 
«por  Cédula  de  4  de  Julio  se  ordena  a  Pedrarias  diera  al  bachiller 
Enciso  10  hombres  de  los  que  iban  a  sueldo  para  que  ejecutasen  I ) 
que  el  dicho  bachiller  de  nuestra  parte  les  mandare»  ^,  con  lo  que  se 
creó  una  guardia  para  el  resguardo  de  su  persona;  temerosos,  a  pesar 
de  que  en  la  expedición  iban  más  de  1.000  hombres,  de  que  Vasco 
Núñez  amparado  por  sus  amigos  se  opusiera  a  entregar  el  mando  a 
Pedrarias,  hacen  que  el  Rey  envíe  a  Pedro  de  Arbolancha  al  Darien 
con  la  aparente  misión  de  llevar  víveres,  pero  con  la  secreta  de  in- 
formarse del  estado  de  la  Colonia  y  de  preparar  a  sus  vecinos  a  re- 
cibir sin  hostilidad  al  nuevo  Gobernador  ^  •  a  este  efecto  llevaba  Ar- 


1  Las  minutas  de  estas  Cédulas  están  en  el  Archivo  de  Indias  de  Sevilla,  109-1  5. 

2  Archivo  de  Indias;  109-1-6. 

B     1513,  Junio  11,  Valladolid. —  El  Rey  a  D.   Diego  Colon,   Oficiales  e  Jueces 
de  la  isla  Española. 

(( yo  enbio  a  Pedro  de  Arbolancha  al  Darien  a  visitar  a  los  cristianos  que  alia 

están  y  para  que  me  traiga  relación  cierta  de  todas  las  cosas  de  aquellas  partes ; 

le  dice  que  tanto  a  la  ida  como  al  regreso  le  favorezcan».  (Arch.  de  Indias,  109  15). 


LXXIV 

bolancha  para  ellos  una  Real  Cédula  fecha  11  de  Junio  de  1513  en 
que  se  les  dan  las  gracias  por  sus  trabajos  y  ofrece  enviarles  en  breve 
Gobernador  con  Armada  y  provisiones;  encargándoles  dieran  cré- 
dito a  Arbolancha  en  lo  que  de  parte  del  Rey  les  dijese»  *;  deseaban 
los  enemigos  de  Vasco  Núñez  conocer  el  resultado  de  la  misión  que 
llevaba  Arbolancha  a  ser  posible  antes  de  emprender  ellos  el  viaje, 
y  para  lograrlo  se  apremió  por  Real  Cédula  de  13  del  mismo  mes 
de  Junio  a  los  Oficiales  de  la  Casa  de  Contratación  de  Sevilla  para 
que  con  toda  urgencia  lo  despachasen,  porque  «conviene  que  vaya  e 
buelba  lo  mas  presto  posible  que  pueda»  ^. 

Por  si  todo  ello  no  fuese  bastante,  Enciso,  Quincedo  y  Colmenares 
unidos  por  el  interés  común  de  derrocar  a  Vasco  Núñez  para  ser 
ellos  los  que  obtuviesen  los  frutos  del  descubrimiento  que  iba  a  rea- 
lizarse, obtienen  una  Real  Cédula  fecha  de  18  de  Junio  para  que  Pe- 
drarias  cumplimentase  «ciertas  ejecutorias  que  el  bachiller  Enciso 
lleva  contra  el  Concejo  de  la  Villa  de  Santa  María  la  Antigua  del 
Darieh»  3;  otra  de  28  de  Julio  siguiente  para  que  en  cuanto  Pedrarias 
llegase  a  Santa  María  la  Antigua  y  se  hiciese  cargo  del  mando  ((hi- 
ciera pesquisa  e  ynquision»  respecto  a  la  conducta  seguida  por  Vasco 
Núñez  y  sus  amigos  contra  el  bachiller  Enciso  y  al  oro  que  según 
denuncia  de  éste  habían  defraudado,  y  la  verdad  habida,  dice  la  Cé- 
dula, «a  los  que  por  ella  fallarades  culpantes  en  todo  lo  susodicho  y 
ansi  mismo  al  dicho  Basco  Nuñez  de  balboa  prendelles  los  cuerpos  e 
presos  e  a  buen  recabdo  proceded  contra  ellos  e  contra  sus  vienes  a 


1  1513,  Junio  11,  Valladolid. — El  Rey  a  los  vecinos  del  Darien. 

Les  da  las  gracias  por  sus  trabajos,  ofreciéndoles  enviai-les  en  breve  Goberna- 
dor con  Armada  y  provisiones  y  encargándoles  den  crédito  a  lo  que  les  diga  Pedro 
de  Arbolancha.   (Arch.  de  Indias,  109-1-5). 

2  1513,  Junio  13,  Valladolid. — El  Rey  a  los  Oficiales  de  la  Casa  de  Contratación 
de  Sevilla. 

(íYo  he  dado  licencia  a  Pedro  de  Arbolancha  mi  criado  para  que  vaya  a  la 

Tierra  firme  al  pueblo  del  Darien  con  algunos  mantenimientos e  le  he  dado 

cargo  que  me  traiga  relación  cierta  de  todas  las  cosas  que  pudiese  saber  de  aque- 
llas partes  por  ende  yo  vos  mando  que  deys  orden  como  se  despache  breue  e  secre- 
tamente  )) ;  apremia  para  que  lo  despachen  pronto  porque  ((conuiene  que  vaya 

e  buelba  lo  mas  presto  que  pueda».  (Arch.  de  Indias,  109-1-5). 

3     Apéndice  número  11. 


LXXV 


las  mayores  penas  cebiles  e  criminales  que  fallaredes  por  juicio  e  por 
derecho.  E  al  dicho  basco  Nuñez  de  Valboa  enbiadle  preso  a  esta 
nuestra  corte  juntamente  con  la  pesquisa»  K  En  la  misma  fecha  se 
ordena  a  Pedrarias  que  en  llegando  a  Tierra  firme  abra  el  juicio  de 
residencia  de  Vasco  Núñez  y  los  otros  Alcaldes  y  Justicias  para  sa- 
ber cómo  han  usado  de  sus  cargos,  y  si  resultasen  culpables  los  en- 
víen presos  a  la  Corte  con  el  juicio  de  residencia  ^■,  por  último,  por 
otras  dos  Cédulas  de  9  de  Agosto  siguiente  se  ordenó  también  á  Pe- 
drarias hiciese  justicia  a  Juan  de  Ouincedo  que  se  quejaba  de  que 
Vasco  Núñez  no  le  habla  dado  parte  del  botín  obtenido  en  unas  en- 
tradas hechas  en  la  tierra ',  y  a  Rodrigo  de  Colmenares  que  igual- 
mente se  quejaba  de  los  muchos  agravios  y  sinrazones  que  Vasco 
Núñez  le  había  inferido  ^. 

Con  todos  estos  elementos,  dejando  en  la  Corte  poderosos  pro- 
tectores y  un  ambiente  de  lodo  punto  desfavorable  para  Vasco  Nú- 
ñez, y  yendo  de  Gobernador  un  hombre  de  carácter  arrebatado  y 
enérgico  que  influido  por  los  informes  recibidos  iba  ya  con  prejui- 
cios que  Enciso,  Quincedo  y  Colmenares  se  encargarían  de  fomentar, 
podían  éstos  ir  seguros  de  que  en  cuanto  llegasen  a  Santa  María  Ja 
Antigua  sería  Vasco  Núñez  encarcelado  y  enviado  a  España  y  ellos 
quedarían  dueños  de  la  situación. 

Para  contentar  a  los  antiguos  colonos  y  alentar  a  otros  a  que 
fueran  en  la  expedición  concediéronseles  en  18  de  Junio  franquicias 
y  privilegios,  siendo  verdaderamente  curioso  que  una  de  las  gracias 
que  se  les  otorgó,  coincidiendo  con  lo  pedido  por  Vasco  Núñez  en  Ja 
carta  al  Rey  de  20  de  Enero  anterior  y  por  los  Procuradores  después, 
fué  «que  por  termino  de  quatro  años  e  mas  cuanto  fuere  la  voluntad 
de  Su  A.  ningún  letrado  ni  otra  persona  que  allá  fuere  no  pueda 
abogar  ni  avogue  e  tyene  mandado  quen  ningún  juizio  no  sea  reci- 
bido escripto  ninguno  sino  que  todos  los  debates  e  diferencias  se  de- 
terminen por  albedrio  de  buen  varón  simplemente  e  de  llano por 

1  Apéndice  número  12. 

2  Apéndice  número  14. 
8  Apéndice  número  16. 
4  Apéndice  número  17. 


LXXVI 

que  no  hayan  logar  los  pleitos  e  diferencias  que  por  esta  causa  an 
subcedido  e  ha  ávido  e  agora  ay  en  la  isla  Española  de  que  los  veci- 
nos e  moradores  della  han  recibido  y  reciben  mucho  daño»  \ 

Esta  misma  prohibición  aparece  reiterada  en  la  instrucción  que 
en  2  de  Agosto  se  dio  a  Pedrarias  D avila  dictando  las  reglas  a  que 
había  de  sujetarse  tanto  en  la  navegación  como  en  el  gobierno  de 
Tierra  firme  2.  Hállanse  estas  instrucciones  inspiradas  en  el  vivo  de- 
seo de  establecer  la  soberanía  española  en  aquellas  regiones  por 
medios  pacíficos,  no  recurriendo  a  los  violentos  sino  en  caso  de  ex- 
trema necesidad,  y  si  hubieran  sido  observadas  en  lo  que  de  reali- 
zables tenían  se  habría  evitado  la  despoblación  de  la  tierra  a  que 
dieron  lugar  los  atropellos  y  violencias  cometidos  por  Pedrarias  y 
sus  Capitanes.  «Debéis  procurar,  dice  el  artículo  8.°  de  las  Instruc- 
ciones, por  todas  maneras  e  vias  que  vierdes  e  pensardes  que  para 


1  1513,  Junio  18,  ValladoHd. — Memorial  de  las  franquezas  e  livertades  que 
S.  A.  otorga  a  los  vezinos  e  moradores  e  pobladores  que  están  e  fueren  a  la  dicha 
tierra  firme  y  de  la  ayuda  que  manda  hazer  a  los  que  fuesen  en  esta  Armada  que 
agora  enbia  Su  Al.  con  su  gouernador  y  Capitán  general  para  poblar  la  dicha 
tierra  firme. 

A  los  que  fueran  se  les  ofrecían  casas  y  tierras  según  su  calidad,  las  cuales  que- 
darían de  su  propiedad  a  los  cuatro  años  de  residencia,  indios  en  encomienda  por 
vida;  se  les  autorizaba  a  rescatar  plata,  oro,  perlas,  etc.,  siempre  que  fuera  con 
licencia  del  Gobernador  y  Oficiales  Reales  y  pagando  el  quinto  de  todo  para  Su 
Alteza ;  se  les  concedía  el  usufructo  de  las  minas  por  diez  años  pagando  el  quinto 
y  sin  impuesto  alguno  durante  un  año  a  los  que  las  descubriesen ;  se  les  autori- 
zaba a  llevar  sin  pago  de  derechos  las  mercaderías,  provisiones  y  ganado  que  qui- 
sieran, y  que  por  término  de  cuatro  años  podrían  llevar  a  vender  a  la  Española  y 
traer  a  Castilla  sin  pagar  ningún  derecho  ni  impuesto  todo  lo  que  adquirieran. 

«Otro  si :  su  al.  da  por  livertad  a  la  dicha  tierra  firme  para  que  por  tiempo 
de  los  dichos  quatro  años  y  mas  cuanto  fuere  la  voluntad  de  su  al.  ningund  le- 
trado ni  otra  persona  que  alia  fuere  no  pueda  abogar  ni  avogue  e  tiene  mandado 
que  en  ningún  juyzio  no  sea  recibido  escripto  ninguno  sino  que  todos  los  devates 
e  diferencias  se  determinen  por  albedrio  de  buen  varón  simplemente  y  de  llano 
porque  no  hayan  logar  los  pleitos  e  diferencias  que  por  esta  causa  an  subce- 
dido e  ha  ávido  e  agora  ay  en  la  isla  española  de  que  los  vezinos  e  moradores  della 
han  recibido  e  reciben  mucho  daño». 

Estas  franquicias  debían  pregonarse  en  Sevilla,  Córdoba,  Ecija,  Provincia  de 
León,  Maestrazgo  de  Calatrava  y  Alcántara,  Obispado  de  Jaén,  Málaga,  Cádiz, 
Xerez  y  Valencia.   (Arch.  de  Indias,  109-1-5). 

2     Apéndice  número  15. 


LXXVII 

ello  han  de  aprovechar  e  por  todas  las  otras  vias  e  formas  que  se  pu- 
dieren tener  alguna  experiencia  que  se  podra  hacer,  atraer  con  bue- 
nas obras  a  que  los  indios  estén  con  los  cristianos  en  amor  e  amistad 

e  que  por  esta  via  se  haga  todo  lo  que  se  oviese  de  hacer  con  ellos 

no  consentiréis  que  por  vos  ni  por  otras  personas  no  se  les  quebrante 
ninguna  cosa  que  les  fuere  prometida  sino  que  antes  que  se  les  pro- 
meta se  mire  con  mucho  cuidado  si  se  les  puede  guardar  e  sino  se 
puede  bien  facer  que  no  se  les  prometa  pero  prometido  se  les  guarde 

enteramente e  no  habéis  de  consentir  que  se  les  haga  ningún  mal 

ni  daño  porque  de  miedo  no  se  alboroten  ni  se  levanten,  antes  habéis 
mucho  de  castigar  a  los  que  los  ficiesen  mal  e  daño  porque  por  esta 
via  vernan  antes  a  la  conversión  e  al  conoscimiento  de  Dios  e  de 
nuestra  santa  fe  católica  en  mas  se  gana  en  convertir  ciento  de  esta 
manera  que  cien  mil  por  otra. 

))Y  en  caso  que  por  esta  via,  dice  el  artículo  9.°,  no  quisieren  ve- 
nir a  nuestra  obediencia  e  se  les  hobiese  de  facer  guerra  habéis  de 
mirar  que  por  ninguna  cosa  se  les  haga  guerra  no  siendo  ellos  los 
agresores  o  no  habiendo  fecho  o  provado  a  hacer  mal  e  daño  a  nues- 
tra gente  e  aunque  los  hayan  acometido  antes  de  romper  con  ellos 
les  fagáis  de  nuestra  parte  los  requerimientos  necesarios  para  que 
vengan  a  nuestra  obediencia». 

Habíase  acordado  en  juntas  que  por  teólogos  y  juristas  se  cele- 
braron en  Sevilla  en  1613,  que  antes  de  emplearse  la  fuerza  con  los 
indios  se  les  leyera  el  requerimiento  que  redactaron  para  que  volun- 
tariamente depusieran  las  armas  y  se  sometiesen  a  la  dominación  es- 
pañola; a  estos  requerimientos  se  refieren  las  Instrucciones,  y  bien  se 
alcanza  que  si  la  idea  demuestra  la  buena  fe  de  los  que  tal  procedi- 
miento imaginaron,  demuestra  igualmente  la  completa  ignorancia  de 
lo  que  es  la  guerra;  prescribir  que  si  los  indios  atacaban  a  los  espa- 
ñoles se  estuvieran  éstos  arma  al  brazo  dejándose  herir  o  malar  en 
tanto  «que  una  e  dos  e  tres  e  mas  veces  cuantas  vierdes  que  sean  ne- 
cesarias» se  hiciesen  los  requerimientos,  es  sencillamente  absurdo, 
y  por  esto  no  dieron  el  resultado  que  los  autores  del  procedimiento 
se  proponían,  antes  al  contrario,  sirvieron  de  desprestigio  de  las 
autoridades  de  la  metrópoli  que  tales  disposiciones  dictaban. 


LXXVIII 

Más  en  lo  real  está  el  aviso  que  se  da  a  Pedrarias  de  que  debiendo 
ser  esclavos  los  indios  prisioneros  de  guerra  desconfíe  de  los  cris- 
tianos, que  «porque  los  indios  se  les  encomienden  tienen  mucha  gana 
que  sean  de  guerra  e  que  no  estén  de  paz  e  que  siempre  han  de  ha- 
blar en  este  proposito»;  se  le  recomienda  que  oiga  el  parecer  del 
Obispo  y  de  los  clérigos,  porque  (cestan  mas  sin  pasión  e  con  menos 
esperanzas  de  haber  dellos  intereses». 

Como  se  ve,  las  Instrucciones  se  hallaban  inspiradas  en  el  vivo 
deseo,  como  dice  el  artículo  10,  ude  que  los  indios  con  amor  e  volun- 
tad e  amistad  e  buen  tratamiento  sean  atraídos  a  nuestra  santa  fe  ca 
tolica  e  se  escuse  de  forzallos  e  maltratallos  para  ello  cuanto  fuera 
posible  porque  desta  manera  se  servirá  mucho  nuestro  Señor  e  Yo 
me  terne  de  vos  por  muy  servido  dello». 

El  mismo  espíritu  informa  las  disposiciones  relativas  al  régimen 
a  que  habían  de  ser  sometidos  los  indios  dados  en  encomienda,  pre- 
viniendo a  Pedrarias  en  el  artículo  10  que  se  guarden  las  ordenanzas 
que  para  ello  llevaba,  que  eran  las  acordadas  en  Burgos  en  1512, 
«a  fin  de  que  sean  mas  conservados  e  mejor  tratados  e  mas  doctri- 
nados a  nuestra  santa  fe  católica»,  y  somete  a  su  decisión  si  sería 
conveniente  que  los  indios  de  cada  cacique  turnasen  en  el  servicio 
de  los  cristianos  o  se  les  impusiera  como  tributo  una  señalada  can- 
tidad de  oro. 

La  experiencia  de  los  inconvenientes  que  por  la  distancia  y  difi- 
cultad de  comunicaciones  había  producido  en  las  colonias  los  mandos 
unipersonales  hizo  que  se  prescribiera  a  Pedrarias  que  todas  las 
cosas  arduas  concernientes  a  la  buena  gobernación  de  la  tierra  y  al 
bien  común  de  los  vecinos  las  resolviese  de  acuerdo  con  Fray  Juan 
de  Quevedo,  Obispo  del  Darien,  y  con  el  Tesorero,  Contador  y  Ofi- 
cial, informando  lodos  en  un  escrito  al  Rey  de  los  asuntos  referentes 
a  toda  la  comunidad;  de  esta  suerte  se  limitaba  un  tanto  el  poder 
del  Gobernador  y  se  precavían  los  abusos  que  pudiera  cometer. 

Los  aprestos  necesarios  para  conducir  hasta  3.000  hombres  que 
en  Sevilla  se  reunieron  para  ir  a  Tierra  firme  demoraron  el  que  la 
Armada  estuviera  lista  para  zarpar,  y  después  los  malos  tiempos 
retrasaron  aún  más  su  partida;  en  vista  de  nuevos  avisos  de  Tierra 


LXXIX 

firme  de  que  no  era  necesario  tanta  gente  se  ordenó,  escribe  Oviedo  ^ 
que  por  ir  en  la  Armada  estuvo  bien  enterado  de  lo  que  sobre  este 
punto  ocurrió,  que  fuera  la  mitad  de  la  gente  licenciada,  no  obstante 
lo  cual  era  tal  entusiasmo  para  ir  en  busca  de  las  tan  ponderadas  ri- 
quezas, que  no  pudo  excusarse  que  bajara  de  2.000  el  número  de  hom- 
bres de  que  constase  la  expedición,  los  cuales  embarcaron  en  22  naos 
y  carabelas  que  partieron  de  San  Lúcar  de  Barrameda  el  11  de  Abril 
de  1514  con  rumbo  a  las  islas  Canarias  para  desde  allí  seguir  direc- 
tamente a  Tierra  firme. 


1     Historia  general  y  natural  de  Indias,  libro  XXIX,  capítulo  VI. 


V 


Llegan  a  Tierra  firme  socorros  conducidos  por  Cristóbal  Serrano. — Sebastián  de 
Ocampo  viene  a  Castilla  como  Procni-ador  de  Vasco  Núiiez. — Recibe  éste  no- 
ticias de  que  sns  enemigos  han  logrado  que  se  le  releve  del  cargo  de  Goberna- 
dor.— Organiza  una  pequeña  columna  con  la  que  va  a  las  tierras  del  cacique 
Comogre. — Descubrimiento   del   Océano    Pacífico. 


En  tanto  que  en  la  Corle  los  enemigos  de  Vasco  Núñez  acumula- 
ban toda  clase  de  elementos  para  asegurar  su  perdición,  continuaba 
éste  la  laboriosa  tarea  de  domniar  las  revueltas  de  los  colonos  y  so- 
meter el  país;  la  llegada  de  dos  navios  con  bastimentos  y  150  hombres 
a  las  órdenes  de  Cristóbal  Serrano,  enviados  por  el  Almirante  y  Ofi- 
ciales de  Santo  Domingo,  colocó  a  Vasco  Núñez  en  condiciones  de 
emprender  en  mayor  escala  la  exploración  y  conquista  del  territorio; 
con  Cristóbal  Serrano,  dice  Las  Casas,  (cenvio  según  se  dijo  el  teso- 
rero Pasamonte  a  Vasco  Nuñez  una  provisión  de  Capitán  general  de 
toda  aquella  tierra,  porque  diz  que  tenia  poder  del  Rey  para  consti- 
tuir Capitanes  y  Gobernadores  en  la  Tierra  firme  según  que  el  de- 
terminase. A  mi  es  difícil  esto  creer,  que  tan  presto  y  tan  a  la  clara 

el  Rey  quisiese  al  Almirante  y  sus  privilegios  perjudicar porque 

en  verdad  no  pertenecia  a  ninguno  constituir  Capitán  ni  Gobernador 
sino  al  Almirante  por  sus  privilegios»  \ 

Tan  poco  enterado  de  los  hechos  como  apasionado  en  su  juicio 
resulta  en  esto  el  P.  Las  Casas;  hallábase  en  litigio  si  con  arreglo  a 
las  capitulaciones  y  privilegios  de  D.  Cristóbal  Colón  la  Tierra  firme 
se  hallaba  comprendida  en  el  Virreinato  de  las  Indias,  y  en  tanto  que 


1     Historia  de  las  Indias,  libro  III,  capítulo  XLVI. 


LXXXII 

el  pleito  no  se  fallara  no  puede  ofrecer  duda  que  la  Corona,  en  la  que 
radicaba  la  soberanía,  era  la  llamada  a  entender  en  todos  los  asuntos 
de  aquel  territorio,  y  no  un  particular  que  con  razón  o  sin  ella  preten- 
día el  gobernarlos;  pero  a  mayor  abundamiento,  ni  el  Tesorero 
Pasamonte  estaba  facultado  para  constituir  Capitanes  generales,  ni 
fué  el  Rey,  sino  el  Almirante,  el  que  primeramente  nombró  a  Vasco 
Núñez  Gobernador  de  Tierra  firme;  ante  la  imperiosa  necesidad  de 
que  los  colonos  de  Santa  María  la  Antigua  tuvieran  quien  legalmenle 
los  rigiese,  de  acuerdo  con  los  Oficiales  Reales  de  la  Española  nom- 
bró D.  Diego  Colón  a  Vasco  Núñez  Gobernador  interino,  dando 
cuenta  al  Rey  en  10  de  Septiembre  de  1511,  el  que  aprobó  su  resolu- 
ción diciéndole:  ((Fue  buen  medio  el  que  tomasteis  questoviese  alli 
por  agora  aquel  Vasco  Nuñez  de  Balboa  hasta  que  se  provea  de  quien 
tenga  cargo  de  aquello»  ^;  pero  recabando  sus  facultades  como  So- 
berano y  sin  perjuicio  de  lo  que  del  pleito  resultase,  nombró  por  «í 
Gobernador  a  Vasco  Núñez  en  23  de  Diciembre  de  1511  ^  haciendo 
caso  omiso  de  lo  dispuesto  por  el  Almirante;  no  hubo,  pues,  discor- 
dancia entre  las  partes  litigantes  respecto  a  la  persona  designada  y 
ambas  podían  aducir  que  habían  ejercido  sus  pretendidos  derechos, 
puesto  que  Vasco  Núñez  había  sido  nombrado  por  el  Rey  y  por  el 
Almirante. 

Por  el  orden  en  que  el  P.  Las  Casas  narra  los  sucesos,  los  dos 
navios  de  Cristóbal  Serrano  llegaron  a  Santa  María  después  de  Octu- 
bre de  1512  en  que  partieron  para  Castilla  los  Procuradores  Quincedo 
y  Colmenares  ^,  lo  cual  parece  encontrar  confirmación  en  la  carta  de 
Vasco  Núñez  al  Rey  de  20  de  Enero  de  1513,  en  la  que  habla  del 
arribo  de  los  buques  como  hecho  que  acababa  de  realizarse:  «agora 
ha  nos  Dios  proveído  de  dos  navios  cargados  de  bastimentos»  *;  desde 
luego  hay  que  descartar  que  Serrano  llevara  a  Vasco  Núñez  el  nom- 
bramiento de  Gobernador  hecho  por  el  Almirante  antes  de  10  de 
Septiembre  de  1511,  pues  habiéndolo  gestionado  Zamudio  y  Valdivia 


1  Véase  la  nota  2.*  de  la  página  XXX. 

2  Apéndice  número  2. 

3  Ristoria  de  las  Indias,  libro  III,  capítulo  XLVI. 

4  Apéndice  número  8. 


LXXXIII 

y  regresado  éste  a  Santa  María  la  Antigua  después  de  dicha  fecha, 
bien  se  alcanza  esperó  a  llevar  consigo  el  codiciado  despacho;  (^1 
nombramiento  de  que  fué  portador  Serrano  fué  el  hecho  por  el  Rey 
en  23  de  Diciembre  de  1511,  y  así  parece  confirmarlo  el  que  en  la  ci- 
tada carta  de  20  de  Enero  de  1513,  escrita  poco  después  de  la  llegada 
de  los  navios,  le  acusa  recibo  de  la  Real  Cédula  de  31  de  Enero  de  1512 
ordenándole  que  recibiera  a  la  gente  de  Nicuesa  ' ,  y  como  esta  dispo- 
sición sólo  es  posterior  en  treinta  y  siete  días  al  nombramiento,  jun- 
tos debieron  salir  de  España  y  juntos  llegar  al  Darien;  podrá  ale- 
garse que  en  la  carta  nada  dice  Vasco  Núñez  de  haber  recibido  los 
despachos  ni,  como  era  de  rigor,  expresa  su  gratitud  por  la  mer- 
ced que  se  le  había  otorgado,  pero  hay  que  tener  en  cuenta  que  en 
la  misma  carta  hace  referencia  a  otra  que  acababa  de  escribir:  «como 
Vuestra  Real  Magestad,  le  dice,  vera  en  otra  carta  que  a  vuestra 
mui  Real  Alteza  escrivo  haciendo  relación  de  todas  las  cosas  que  acá 
han  pasado ))2  ,  en  ésta,  que  no  ha  llegado  hasta  nosotros  y  de  la  que 
parece  ser  continuación  la  de  20  de  Enero,  es  donde,  como  prime- 
ramente escrita,  cabía  hacer  las  demostraciones  de  gratitud  por  su 
nombramiento. 

«Luego  dende  a  pocos  dias,  según  creo,  sigue  diciendo  Las  Casas, 
se  le  aguo  a  Vasco  Nuñez  aquel  gran  placer  que  con  su  Capitanía  ge- 
neral y  con  lo  demás  bobo  y  por  ventura  le  vino  en  aquellos  dos  mis- 
mos navios  por  vía  de  esta  isla  (la  Española)  fue  avisado  o  por  Qa- 
mudio  o  por  cartas  de  otras  personas  como  el  Rey  estaba  contra  el 
indignado  por  las  quejas  que  del  dio  Anciso  y  por  la  muerte  de  Ni- 
cuesa ^.  Con  estos  pensamientos  que  no  poco  le  acosaban  y  como 
hombre  que  era  de  mucho  animo,  determino  de  se  aventurar  a  co- 
meter la  empresa  de  ir  a  buscar  la  otra  mar  y  las  riquezas  que 
antes  y  después  della  se  le  habían  notificado  cosa  por  entonces 
tenida  (y  con  razón  pues  se  le  había  dicho  ser  necesarios  1.000  hom- 
bres) por  muy  ardua,  para  que  si  saliese  con  prosperidad  de  la  jor- 
nada se  le  contase  por  servicio  grande  hecho  al  Rey  e  por  el  le  pcr- 


1  Apéndice  número  5. 

2  Apéndice  número  8. 

3  Historia  de  las  Indias,  libro  III,  capítulo  XLVI. 


LXXXIV 

donase  lo  pasado  y  si  por  el  contrario  muriese  en  la  demanda  seria 
suelto  de  sus  temores  y  cuidados  temporales»  \ 

No  parece  probable  que  las  noticias  que  los  navios  le  trajeran, 
sino  otras  posteriores,  fuesen  las  que  le  determinaran  a  efectuar  la 
expedición  para  descubrir  el  mar  Austral,  porque  no  la  emprendió 
hasta  ocho  meses  después  ,  v  por  la  poca  gente  que  llevó  no  le  fué 
preciso  hacer  grandes  preparativos;  pero  desde  luego  la  carta  al  Rey 
de  20  de  Enero  patentiza  que  ya  abrigaba  temores  de  lo  que  contra  él 
se  fraguaba  en  Castilla  y  trataba  de  contrarrestar  los  manejos  de  sus 
enemigos;  no  por  su  forma  literaria,  sino  por  su  fondo,  demuestra 
la  carta  que  era  Vasco  Núñez  hombre  de  clara  intehgencia,  que  co- 
nocía bien  los  resortes  que  tenía  que  tocar  para  conseguir  el  fin  que 
deseaba;  hace  resaltar  en  ella  que  la  negligencia  de  Ojeda  y  Nicuesa 
fueron  causa  de  que  fracasaran  en  sus  intentos  colonizadores  «por  no 
saberse  valer  y  porque  los  gobernadores  después  que  a  estas  partes 
pasan  toman  tanta  presunción  y  fantasía  que  les  paresce  ser  señores 
de  la  tierra  y  desde  la  cama  han  de  mandar  la  tierra  y  governar  !o 

que  es  menester  y  ellos  ansi  lo  fisieron y  como  la  tierra  sea  muy 

trabajosa  de  andar  a  cabsa  de  los  muchos  rios  y  ciénagas  de  grandes 
anegadizos  y  sierras  donde  muere  mucha  gente,  hacensele  de  mal  \r 
a  recibir  malas  noches  y  pasar  trabajos  porque  cada  dia  es  menester 
ponerse  a  la  muerte  mili  vezes  y  por  esta  cabsa  quierense  descargar 
con  algunas  personas  que  no  se  las  da  mucho  que  se  haga  bien  que 
mal,  como  Diego  de  Nicuesa  ha  hecho  por  donde  fue  cabsa  de  se 
perder  ansi  el  uno  como  el  otro»,  y  en  prueba  de  estos  asertos  envió 
al  Rey  una  información  que  mandó  hacer  «de  todo  lo  que  pasó  por 
donde  Vuestra  Alteza  Real  vera  los  negocios  como  se  reglan». 

Haciendo  contraste  de  la  conducta  de  Nicuesa  y  Ojeda  con  !a 
suya  pinta  con  vivos  colores  las  penalidades  y  riesgos  que  ha  su- 
frido, vencidos  todos  merced  a  la  bondad  con  que  trató  a  los  indios, 
a  la  justicia  en  el  reparto  de  las  presas  y  aa  que  no  se  ha  andado  esta 
tierra  de  a  una  parte  ni  a  otra  que  no  haya  ido  adelante  por  guia  i 


1     Iliatoiia  de  las  Indias,  libro  III,  capítulo  XLVII. 


LXXXV 

aun  abriendo  los  caminos  por  mi  mano  para  los  que  van  conmigo  y 
sino  es  ansi  a  las  obras  me  remito  i  al  fruto  que  cada  uno  de  los  que 
han  pasado  acá  han  dado». 

Comprendiendo  que  en  la  Corte  más  que  por  justificarse  de  los 
hechos  pasados  había  de  obtener  favor  por  lo  que  de  él  se  esperase, 
dice  al  Rey  que  la  bondad  con  los  indios  le  ha  valido  el  saber  de  ellos 
«mui  grandes  secretos  i  cosas  donde  se  puede  haver  mui  grandes  ri- 
quezas en  mui  grande  cantidad  de  oro»;  con  este  motivo  hace  una 
descripción  geográfica  del  territorio,  señalando  donde  según  sus  no- 
ticias existían  yacimientos,  y  sobre  todo  habla  de  la  portentosa  abun- 
dancia del  preciado  metal  y  de  las  perlas  en  las  costas  e  islas  del 
mar  Austral,  pidiendo  al  Rey  el  cargo  para  ir  a  descubrirla  «y  si  es 
servido,  le  dice,  de  me  dar  e  enbiar  gente  yo  me  atrevo  a  tanto  me- 
diante la  bondad  de  Nuestro  Señor  de  descobrir  cosas  tan  altas  i  a 
donde  puede  haver  tanto  oro  y  tanta  riqueza  con  que  se  puede  con- 
quistar mucha  parte  del  mundo y  quando  esto  no  hiciere  no  tengo 

mejor  cosa  que  mi  cabeza  que  pongo  por  prenda». 

Para  dar  mayor  fuerza  a  su  relato  lo  envió  Vasco  Núñez  con  Se- 
bastián de  Ocampo  ^  e  hizo  que  a  éste  le  acompañara  un  indio  con  el 
fin  de  que  confirmase  la  existencia  de  la  fabulosa  riqueza  del  país. 

Trajo  Sebastián  de  Ocampo  amplios  poderes  para  representar  a 
Vasco  Núñez  como  su  Procurador,  y  a  fin  de  cumplir  su  cometido 
se  estableció  en  Sevilla  para  practicar  sus  gestiones  en  la  Casa  de 
Contratación,  pero  aquejado  de  grave  enfermedad  y  viendo  cercana 
la  hora  de  su  muerte  hizo  uso  de  las  facultades  que  los  poderes  le 


1  En  la  carta  de  20  de  Enero  de  1513  al  Rej-  (apénd.  ntím.  9)  le  llama  Vasco 
Núñez  Sebastián  del  Campo;  de  él  se  ocupa  el  P.  Las  Casas  en  el  libro  II,  capí- 
tulo XLI  de  su  Historia  de  las  Indias,  diciendo  que  era  hidalgo  gallego,  criado  de 
la  Reina  Doña  Isabel  y  que  había  pasado  a  las  Indias  con  D.  Cristóbal  Colón  en 
su  segundo  viaje.  En  1508  fué  comisionado  por  el  Comendador  Ovando  para  que 
con  dos  bergantines  reconociese  si  Cuba  era  isla  o  tierra  firme;  tardó  ocho  meses 
en  rodearla  reconociendo  todos  los  puertos,  volviendo  con  la  noticia  de  que  era 
isla  y  de  la  riqueza  de  la  tierra. 

Hace  referencia  Las  Casas  (lib.  III,  cap.  XXVIII)  que  en  1512  llevó  Ocampo 
al  Darien  un  navio  cargado  de  víveres  para  venderlos  a  los  que  allí  estaban,  y 
este  comercio  a  que  se  dedicaba  es  probable  que  diera  lugar  a  su  amistad  con  Vasco 
Núñez. 


LXXXVI 

otorgaban  y  los  substituyó  en  26  de  Julio  de  1514  en  su  primo  Alonso 
de  Noya  y  en  Cobos,  Oficial  del  Secretario  Conchillos  ^;  más  tarde 
hemos  de  ocuparnos  de  lo  sospechoso  que  resulta  el  que  quedase 
de  Procurador  de  Vasco  Núñez  un  Oficial  dependiente  de  Conchillos 
cuya  influencia  era  tan  decisiva  en  los  asuntos  de  Indias  y  que  tan 
amigo  y  protector  era  del  Tesorero  Pasamonte;  por  el  pronto  basta 
indicar  que  la  residencia  en  Sevilla  de  Ocampo  y  las  relaciones 
que  la  substitución  del  poder  en  Cobos  demuestra  que  tenía  en  la 
Casa  de  Contratación,  hacen  sospechar  de  que  fuera  él  el  que  en- 
terado de  lo  que  se  tramaba  contra  Vasco  Núñez  le  diera  en  cuanto 
llegó  a  España  los  avisos  que  le  determinaron  a  emprender  la  arries- 
gada por  no  decir  temeraria  expedición  a  la  mar  del  Sur  sin  esperar 
los  refuerzos  pedidos. 

No  estaba,  pues,  en  lo  cierto  el  P.  Las  Casas  al  decir  que  Arbo- 
lancha  fué  el  Procurador  de  Vasco  Núñez,  que  con  él  tenía  estrecha 
amistad  y  que  anduvo  por  aquellas  tierras;  según  Oviedo  (cera  curial 
e  conocido  en  la  Corte  y  hombre  de  negocios»;  en  1501  pasó  desti- 
nado a  la  isla  Española  como  Oficial  del  Contador  Cuéllar^;  tal  vez 
tuviera  allí  amistad  con  Vasco  Núñez,  pero  su  nombre  no  figura 
entre  los  que  fueron  a  Tierra  firme  con  Nicuesa,  Ojeda,  Enciso  o 
Colmenares,  ni  se  menciona  en  ninguno  de  los  relatos  de  los  sucesos 
del  Darien;  en  1511  vino  a  la  Corte  comisionado  por  los  Oficiales 
de  la  Española  para  informar  sobre  el  estado  de  los  asuntos  en 
las  Indias,  y  expuesto  queda  que  los  negros  colores  con  que  pintó 
Ja  situación  de  los  establecimientos  determinaron  al  Rey  a  ordenar 
que  no  fuese  el  navio  que  había  mandado  armar  con  toda  premura 
para  que  les  llevasen  armamento  y  provisiones. 

CumpHda  su  misión  se  estableció  Arbolancha  en  Bilbao  con  su 
familia,  hasta  que  el  Rey  le  envió  a  llamar  en  Junio  de  1513  a  fin  de 
que  fuese  a  Santa  María  la  Antigua  a  preparar  a  sus  vecinos  para  que 


1  Apéndice  número  20. 

2  1501,  Noviembre  19,  Ecija. — Carta  del  Rey  a  Pedro  de  Arbolancha  para  que 
vaya  a  Indias  por  Oficial  del  Contador  Cuéllar.  (Acad.*  de  la  Hist.*,  Colee.  Mu- 
ñoz, tomo  90). 


LXXXVII 

recibiesen  bien  a  Pedrnrias  ';  la  misión  que  llevaba  era,  por  lanío, 
contraria  a  los  intereses  de  Vasco  Núñez  y  sólo  le  vemos  intervenir 
favorablemente  en  los  asnnlos  de  éste  después  del  descubrimiento  Je 
la  mar  del  Sur. 

De  todas  suertes  lo  que  resulta  comprobado  es  que  Vasco  Núñez 
siguiendo  los  consejos  del  hijo  del  cacique  Comogre  pidió  el  envío 
de  gente  a  fin  de  organizar  una  columna  de  1.000  hombres  para  ir  a 
descubrir  el  mar  Austral,  y  que  sin  esperar  a  que  llegasen  los  re- 
fuerzos se  decidió  a  emprender  la  expedición  con  la  reducida  fuerza 
con  que  contaba. 

Desgraciadamente  no  han  llegado  hasta  nosotros  documentos  ori- 
ginales que  relaten  las  vicisitudes  por  que  pasaron  los  españoles 
hasta  dar  cima  a  su  temerario  propósito,  y  por  tanto  tenemos  que 
atenernos  a  los  relatos  de  los  cronistas  que  tuvieron  mejores  fuentes 
de  información;  Oviedo,  que  llegó  al  Darien  cuando  se  acababa  «le 
realizar  el  descubrimiento,  trató  a  la  mayoría  de  los  que  en  él  to- 
maron parte  y  por  razón  de  su  cargo  de  Escribano  mayor  y  de  la 
comisión  que  más  larde  se  le  confirió  de  incautarse  de  los  bienes  de 
Vasco  Núñez  y  Valderrábano  cuando  fueron  ejecutados,  disfrutó  de 
todos  sus  documentos  incluso  de  las  actas  que  de  los  sucesos  más 
culminantes  de  la  expedición  levantó  este  último  en  el  ejercicio  de  sus 
funciones  de  Escribano  Real,  formó  con  todos  estos  antecedentes  la 
narración  que  inserta  en  el  libro  XIX  de  su  Historia  general  de  las 
Indias;  más  extensa  es  la  que  hace  el  P.  Las  Casas,  pero  carece  de 
valor  propio  por  no  ser  más  que  una  copia  de  lo  expuesto  por  P.  Már- 


1  1512,  Abril  24,  Burgos. — El  Rey  a  D.  Diego  Colón  y  Jueces  de  Apelación  de 
la  Española. 

Les  dice  que  Pedro  de  Arbolancha  le  hizo  relación  de  ciertos  indios  y  naborías 
que  le  fueron  encomendados  por  el  Comendador  mayor  de  Alcántara  y  al  tiempo 
que  Diego  Colón  fué  de  Gobernador  le  dejó  los  dichos  indios,  y  que  al  tiempo  que 
él  partió  de  esa  isla  para  venir  a  estos  Reinos  a  nuestra  Corte  le  dieron  término 
de  un  año  para  retener  los  indios  y  porque  cumple  el  tiempo  pide  prórroga. 

1513,  Junio  11,  Valladolid. — El  Rey  al  Concejo  de  la  villa  de  Bilbao. 

«Yo  enbio  a  Pedro  de  Arbolancha  my  criado  vecino  de  esa  Villa  a  las  Indias 
del  Mar  Océano  a  ciertas  cosas  que  cumplen  a  nuestro  servicio  por  ende  les  ruego 
e  encargo  que  durante  su  ausencia  miren  por  sus  cosas  y  por  su  muger  e  hijos». 
(Arch.  de  Indias  109-1-5). 


Lxxxvm 

tir,  el  que  a  su  vez  se  fundó  en  lo  escrito  al  Rey  por  Vasco  Núñez,  y 
con  su  carta  y  los  informes  que  le  suministró  Arbolancha  que  estaba 
en  Santa  María  la  Antigua  cuando  los  españoles  regresaron  de  la 
expedición,  hizo  el  relato,  más  extenso  que  el  de  Oviedo,  con  el  que 
coincide  en  todo  lo  esencial,  ofreciéndonos,  por  tanto,  una  compro- 
bación que  asegura  su  veracidad  y  que  permite  sea  admitido  sin  re- 
celos, por  lo  que  a  él  tendremos  que  atenernos  a  falta  de  los  docu- 
mentos originales. 

El  1."  de  Septiembre  de  1513  embarcaron  en  Santa  María  la  An- 
tigua en  un  galeón  y  nueve  canoas  800  hombres  mandados  por  Vasco 
Núñez,  el  que  dio  por  pretexto  de  la  expedición  que  iba  a  descubrir 
minas  e  inquirir  los  secretos  de  la  tierra;  según  el  P.  Las  Casas  ^  el 
número  de  españoles  era  el  de  190,  siendo  los  demás  indios  de  servi- 
cio personal  o  empleados  en  conducir  la  impedimenta,  y  así  debió 
ser,  porque  el  total  de  los  colonos  de  Santa  María  la  Antigua  no 
alcanzaba  la  cifra  de  800. 

Llegaron  parte  de  los  expedicionarios  al  puerto  que  después  se 
denominó  de  Acia  el  4  de  Septiembre,  y  tanto  ellos  como  los  que 
iban  en  el  galeón  o  bergantín  (Oviedo  le  llama  galeón.  Casas  dice 
era  bergantín,  inclinándonos  a  creer  esto  último  por  no  constar  que 
en  Santa  María  hubiese  galeones  ni  navios)  fueron  bien  acogidos  y 
agasajados  por  el  cacique  Careta,  con  el  que  ya  tenía  hecha  paz  y 
amistad  Vasco  Núñez;  dejó  éste  en  el  puerto  parte  de  la  gente  al 
cuidado  de  los  barcos  y  con  el  resto  y  guiados  por  indios  que  Careta 
le  dio  partió  la  tierra  adentro  el  día  6  de  Septiembre  en  busca  del 
cacique  Ponca,  el  cual  al  tener  noticia  por  sus  espías  de  la  proximi-. 
dad  de  los  cristianos  huyó  a  los  montes  con  toda  su  gente,  pero  re- 
querido por  los  indios  de  Careta  que  Vasco  Núñez  envió  en  su  busca 
y  fiado  en  la  promesa  de  que  no  recibiría  daño  volvió  al  poblado  el 
día  íó  e  hizo  paces  y  amistad  con  los  cristianos,  facilitándoles  deta- 
lladas noticias  de  la  tierra  y  guías  que  los  condujeron  al  poblado  del 
cacique  Torecha,  según  Oviedo,  Guarequa,  según  Las  Casas  y  P.  Már- 
tir, con  el  que  Ponca  tenía  guerra;  para  llegar  a  él  tuvieron  que  reco- 


1     Historia  de  las  Indias,  libro  III,  capítulo  XLVII. 


LXXXIX 

rrer  diez  leguas  de  áspero  camino  cruzado  de  numerosos  ríos  que  fué 
preciso  vadear  o  pasar  en  balsas  con  gran  riesgo  de  perecer;  dice 
Oviedo  ^  que  sorprendieron  de  noche  el  poblado  y  tomaron  en  él  al- 
guna gente  y  oro,  sin  hacer  mención  de  que  Torecha  saliera  a  com- 
batir; Pedro  Mártir  y  con  él  Las  Casas  refieren,  por  el  contrario,  que 
el  cacique  Quarequa  salió  con  mucha  gente  de  guerra  al  encuentr(j 
de  Vasco  Núñez  y  le  acometieron  con  ((gran  grita  e  ímpetu  espanta- 
ble, pero  bien  pronto  fueron  vencidos  por  los  españoles,  que  les  cau- 
saron gran  número  de  muertos,  entre  ellos  el  mismo  cacique  y  algu- 
nos prisioneros  que  Vasco  Núñez  tomó  por  guías  para  continuar  )a 
ascensión  de  la  cordillera,  dejando  en  el  poblado  a  muchos  españoles 
que  de  hambre  y  cansancio  se  encontraban  enfermos». 

El  25  de  Septiembre  de  1513  a  las  diez  de  la  mañana  los  indios 
que  servían  de  guías  dieron  noticia  a  Vasco  Núñez  que  desde  próxima 
meseta  se  veía  el  mar;  avanza  solo,  ansioso  de  ser  el  primero  en  con- 
templarlo, y  al  llegar  a  la  planicie  divisa  en  lontananza  las  tranquilas 
ondas  del  mar  que  denominó  del  Sur  y  que  más  tarde  recibió  el  nom- 
bre de  Océano  Pacífico. 

Seguramente  que  en  aquellos  momentos  no  se  daría  Vasco  Núñez 
cuenta  de  la  trascendental  importancia  que  para  todos  los  órdenes  de 
la  vida  humana  tenía  el  descubrimiento  que  acababa  de  realizar,  pero 
bien  se  le  alcanzó  al  ver  confirmadas  las  noticias  que  le  dio  el  hijo 
de  Comogre,  que  las  riquísimas  comarcas  de  que  le  había  hablado 
eran  las  que  hacia  el  Sur  se  extendían,  y  que  navegando  aquel  mar 
debía  arribarse  a  la  isla  de  Cipango,  famosa  en  Europa  por  sus  ri- 
quezas, y  a  las  costas  orientales  del  continente  asiático,  en  el  que 
tanto  abundaba  el  oro,  la  plata  y  las  piedras  preciosas  y  en  el  que 
se  producía  la  codiciada  especiería;  exaltado  por  el  porvenir  de  glo- 
ria y  de  grandeza  que  para  Castilla  y  para  él  en  su  imaginación  se 
representaba,  llama  a  su  gente  y  todos  de  rodifias  entonan  el  Te 
Deum  por  la  buena  ventura  que  el  Señor  les  había  deparado.  Cum- 
plido este  deber  ordena  construir  una  gran  cruz  de  madera,  que  fijó 
en  tierra  en  señal  de  loma  de  posesión,  y  dispone  que  el  Escribano 


1     Historia  general  y  natural  de  Indias,  libro  XXIX,  capítulo  III. 


xc 

Real  Andrés  de  Valderrábano  extendiera  acta  del  descubrimiento  ha- 
ciendo en  ella  constar  para  eterna  memoria  los  nombres  de  todos  los 
españoles  que  en  él  se  hallaron;  gracias  al  cronista  Oviedo,  que  tuvo 
en  su  poder  el  acta  y  la  transcribió  en  su  Historia  general  y  natural 
de  las  Indias,  han  pasado  a  la  posteridad  los  nombres  de  los  67  héroes 
que  realizaron  tan  asombrosa  empresa  ^;  porque,  en  efecto,  causa 
asombro  el  considerar  la  resistencia  física  y  el  absoluto  desprecio  que 
a  la  vida  tenían  aquellos  hombres  que  desde  el  6  de  Septiembre  que  so 
internaron  en  las  montañas  hasta  el  día  25,  sin  más  alimento  que  wi 
puñado  de  maíz,  sin  más  armas  que  sus  espadas  y  unos  cuantos  ar- 
cabuces, avanzan  abriéndose  paso  con  sus  cuchillos  por  la  espesa 
maleza,  cruzan  impetuosos  torrentes,  escalan  elevadísimas  cimas,  atra- 
viesan casi  inaccesibles  desfiladeros;  millares  de  indios  tratan  de  ce- 
rrarles el  paso,  los  españoles  saben  muy  bien  que  si  caen  en  su  po- 
der les  esperan  los  más  crueles  tormentos,  no  dudan  ni  vacilan,  lu- 
chan, los  derrotan  y  someten,  y  siguen  siempre  adelante  en  busca  de 
nuevos  obstáculos  que  vencer  y  nuevos  enemigos  que  avasallar;  io 
desconocido,  lejos  de  atemorizarles,  les  atrae,  porque  se  sienten  con 
arrestos  bastantes  para  dominar  a  la  naturaleza  y  a  los  hombres,  y 
cuando  desde  la  planicie  en  que  fijaron  la  cruz  contemplan  la  ex- 
tensa comarca  poblada  por  millares  de  indígenas,  ni  los  cuentan,  ni 
se  cuentan,  ni  piensan  que  la  elevadísima  cordillera  que  acaban  do 
atravesar^les  cortaría  la  retirada  caso  de  un  desastre,  y  sólo  desean 
bajar  pronto  al  llano  para  enseñorearse  de  todo  el  territorio  y  some- 
terlo a  la  dominación  castellana. 

Enterado  Vasco  Núñez  por  los  guías  de  que  se  hallaba  próximo 
el  poblado  de  un  poderoso  cacique  llamado  Chiapes,  comienza  con 
su  gente  a  descender  la  sierra  en  la  dirección  que  los  guías  le  in- 
dicaban, no  tardando  en  encontrar  gran  número  de  indios  capita- 
neados por  Chiapes  que  trataron  de  resistirles,  pero  al  ruido  de  los 
disparos  y  a  la  vista  de  los  perros  que  les  acometían  se  desbandaron, 
no  sin  dejar  en  poder  de  los  nuestros  algunos  prisioneros,  a  los  que 
agasajó  Vasco  Núñez  haciéndoles  comprender  que  lo  que  deseaba 


1     Apéndice  número  18. 


XCI 

era  su  amistad  y  que  no  tenía  intención  de  hacerles  daño;  tranquilos 
con  las  dádivas  y  promesas  consintieron  en  ir  en  unión  de  algunos 
de  los  guías  en  busca  de  Chiapes,  el  que  se  presentó  a  Vasco  Núñez 
que  lo  recibió  con  grandes  agasajos  y  le  hizo  un  obsequio  de  objetos 
de  Castilla  en  correspondencia  al  de  400  pesos  de  oro  que  el  cacique 
le  había  llevado;  hechas  con  él  las  paces,  se  aposentó  Vasco  Núñez 
en  el  poblado  y  despidió  a  los  indios  de  Torecha  para  que  volvieran 
a  sus  tierras,  encargándoles  comunicasen  a  los  españoles  que  allí  ha- 
bían quedado  que  se  le  incorporaran;  en  tanto  que  esto  se  realizaba, 
formó  Vasco  Núñez  tres  grupos  de  12  hombres  cada  uno  mandados 
por  Francisco  Pizarro,  Juan  de  Ezcaray  y  Alonso  Martín  para  que 
reconociesen  la  tierra  a  fin  de  averiguar  el  camino  más  corto  para 
ir  al  mar,  al  que  Alonso  Martín  llegó  el  primero  y  embarcándose 
en  una  canoa  que  encontró  en  la  playa  penetró  en  el  Océano,  ha- 
ciendo testigos  a  sus  compañeros  de  que  era  el  primer  cristiano  que 
lo  surcaba. 

Incorporadas  a  Vasco  Núñez  las  partidas  exploradoras,  empren- 
dió con  26  hombres  el  descenso  a  la  costa  el  29  de  Septiembre,  y 
llegando  a  la  orilla  del  mar  penetró  en  él  llevando  en  las  manos  'n 
espada  desnuda  y  el  pendón  real,  y  en  nombre  de  los  Reyes  de  Cas- 
tilla tomó  «posesión  real  e  corporal  e  actualmente  de  estas  mares  e 
tierras  e  costas  e  puertos  e  islas  australes  con  todos  sus  anexos  e  rei- 
nos e  provincias  que  les  pertenesgen  e  pertenesger  pueden  en  qual- 
quier  manera  e  por  qualquier  ragon  e  titulo  que  sea»;  de  la  tierra 
lomó  la  posesión  real  haciendo  con  su  puñal  cruces  en  los  árboles  y 
ordenando  al  Escribano  Andrés  de  Valderrábano  levantase  acta  de 
todo  lo  que  había  presenciado  \ 

Dio  el  nombre  de  San  Miguel,  que  era  el  santo  del  día,  al  gran 
golfo  que  allí  hace  el  mar,  y  regresó  con  su  gente  al  poblado  de  Chia- 
pes, en  el  que  se  estableció  tomándolo  por  centro  para  explorar  )a 
tierra  y  donde  se  le  incorporó  la  gente  que  había  dejado  enferma 
en  el  de  Torecha. 

Por  un  hermano  del  cacique  Chiapes  tuvo  Vasco  Núñez  noticia 


1     Oviedo. — Historia  general  de  las  Indias,  libro  XXIX,  capítulo  III. 


XCII 

que  en  ciertas  islas  que  había  en  el  golfo  se  pescaban  perlas,  y  aun- 
que le  manifestaron  los  indios  que  era  sumamente  peligroso  navegar 
el  golfo  en  aquella  estación  por  lo  revuelto  que  el  mar  se  encontraba, 
organizó  una  pequeña  columna  de  60  hombres  que  en  ocho  canoas 
que  le  facilitó  el  hermano  de  Chiapes  fueron  a  las  tierras  de  un  caci- 
que llamado  Cuquera,  y  con  ánimo  de  sorprenderle  desembarcaron  el 
8  de  Octubre  por  la  noche,  mas  sentidos  de  los  indios  se  apercibieron 
a  resistirles,  pero  fueron  derrotados  haciéndoseles  algunos  prisio- 
neros; soltó  a  uno  de  ellos  Vasco  Núñez  coníiándole  la  misión  de 
que  tranquilizase  a  su  jefe  y  le  convenciera  de  que  el  mejor  partido 
que  podía  lomar  era  someterse,  como  así  lo  efectuó,  quedando  amigo 
de  los  cristianos  e  informando  a  Vasco  Núñez  dónde  y  cómo  se  pes- 
caban las  perlas. 

Adquiridas  las  noticias  que  deseaba  volvió  al  poblado  de  Chia- 
pes para  preparar  su  viaje  a  la  isla  de  las  Perlas,  que  emprendió  el 
17  de  Octubre  con  60  hombres  escogidos,  mas  apenas  se  separaron 
de  la  costa  estalló  una  violenta  tempestad  que  ponía  a  cada  momento 
a  las  canoas  en  gran  peligro  de  zozobrar,  y  aunque  las  ataron  unas 
a  otras  arreció  tanto  el  oleaje  que  se  vieron  en  la  precisión  de  tomar 
tierra  en  una  isleta,  donde  pasaron  la  noche  con  terribles  angustias 
porque  creciendo  el  mar  inundó  toda  la  tierra  y  a  cada  momento 
temían  que  los  arrastrase;  al  llegar  el  día  y  retirarse  las  aguas  vie- 
ron con  tristeza  que  las  canoas  que  habían  dejado  atadas  a  los  ár- 
boles se  hallaban  abiertas  por  los  envites  de  las  olas  y  que  de  ellas 
habían  desaparecido  los  pocos  víveres  que  llevaban;  no  desmayan 
ante  situación  tan  angustiosa,  y  con  hierbas  y  cortezas  de  árboles  re- 
median las  averías  de  las  canoas,  en  las  que  se  embarcaron  dirigién- 
dose a  tierra  firme,  a  la  que  con  grandes  riesgos  de  perderse  llegaron 
extenuados  por  el  cansancio  y  por  el  hambre;  allí  les  esperaba  el 
cacique  de  aquella  comarca  llamado  Tumaco  con  toda  su  gente  dis- 
puesto a  resistirles,  y  aunque  los  españoles  no  disponían  más  que 
de  sus  espadas  y  se  hallaban  tan  extenuados,  haciendo  un  supremo 
esfuerzo,  no  sólo  lograron  derrotarle  sino  que  valiéndose  de  los  in- 
dios del  hermano  de  Chiapes  le  convencieron  de  lo  mucho  que  le 
convenía  estar  en  paz  con  los  cristianos,  y  se  presentó  a  Vasco  Nú- 


XCIII 

ñez  con  un  donativo  en  oro  y  240  perlas  gruesas,  ante  cuya  vista 
se  consolaron  todos  de  los  peligros  y  penalidades  que  habían  pasado 
y  adquirieron  la  certidumbre  de  que  no  les  había  engañado  el  hijo  de 
Comogre  al  ponderarles  las  cuantiosas  riquezas  del  país;  a  estas  tie- 
rras de  Tumaco  puso  Vasco  Núñez  el  nombre  de  provincia  de  San 
Lucas,  y  también  dio  el  de  este  santo  al  golfo  que  forma  allí  el  mar. 
Tanto  el  hermano  de  Chiapes  como  Tumaco  manifestaron  a  Vasco 
Núñez  que  en  el  Golfo  de  San  Miguel  existía  una  isla  en  la  que  había 
gran  abundancia  de  piedras  muy  gruesas,  y  que  siguiendo  hacia  el 
Sur  la  costa  de  la  tierra  firme  se  hallaba  una  comarca  riquísima  en 
oro,  aludiendo  sin  duda  al  Perú,  y  aunque  Vasco  Núñez  deseaba 
emprender  estas  navegaciones,  los  caciques  le  expusieron  que  el  es- 
tado del  mar  en  aquella  época  hacía,  como  había  podido  experimen- 
tar, muy  peligrosa  la  navegación  en  barcos  tan  pequeños  y  frágiles 
como  eran  las  canoas  y  que  debía  aplazar  la  empresa  para  el  verano 
en  que  el  mar  estaba  más  tranquilo;  convencido  de  la  razón  con  que 
hablaban  acordó  seguir  el  consejo  y  regresar  al  Darien  por  distinto 
camino  que  el  que  había  traído;  partió  el  3  de  Noviembre  llevando 
su  gente  embarcada  en  canoas,  remontó  un  río  hasta  llegar  a  tierras 
del  cacique  Thevaca,  según  Oviedo,  Teaochan  según  Las  Casas,  con 
el  que  hizo  paces,  saliendo  el  día  5  para  el  poblado  del  cacique  Pacra 
en  cuyas  tierras  era  fama  existían  muy  ricas  minas,  puso  el  nombre 
a  esta  provincia  de  Todos  los  Santos;  no  encontró  a  Pacra,  y  aun- 
que se  le  presentó  más  tarde,  los  gravísimos  delitos  de  que  le  acusa- 
ban los  indios  y  su  obstinación  en  no  declarar,  las  minas  de  oro  que 
había  en  su  territorio  decidieron  a  Vasco  Núñez,  para  intimidar  a  los 
demás  caciques,  a  hacer  en  él  un  ejemplar  castigo,  sometiéndolo  a 
tormento  hasta  que  murió.  La  noticia  de  tan  duro  escarmiento  hizo 
que  espontáneamenle  se  le  presentasen  con  regalos  y  se  le  sometieran 
los  caciques  Mahe  y  Tamao  Othoque  y  un  hermano  de  Pacra;  conti- 
nuando Vasco  Núñez  su  viaje  hacia  la  costa  salió  el  1.°  de  Diciem- 
bre de  la  provincia  de  Todos  los  Santos,  el  5  llegó  al  poblado  del 
cacique  Bocheriboca,  que  encontró  abandonado,  y  siguió  al  de  Po- 
corosa,  que  igualmente  lo  estaba,  pero  el  día  13  vino  éste  de  paz 
llevándole  regalos  de  oro;  allí  se  le  presentaron  espontáneamente 


XCIV 

otros  (los  caciques  con  los  que  hizo  paces,  y  siguiendo  su  camino 
llegó  el  18  al  bohío  del  cacique  Tubanama,  al  que  puso  preso  y  sus 
subditos  rescataron  dando  el  oro  que  se  les  pidió,  después  de  lo  cual 
se  hicieron  las  paces,  quedando  muy  amigos  cristianos  e  indios;  en 
aquellas  tierras  comprobó  Vasco  Núñez  la  existencia  de  minas  de 
oro,  y  volvió  al  poblado  de  Pocorosa;  siguiendo  su  marcha  hacia  el 
Darien,  supo  en  el  poblado  de  Comogre  que  éste  había  muerto;  allí 
descansó  la  gente  desde  el  1.°  de  Enero  hasta  el  14,  y  fué  muy  aten- 
dida por  el  hijo  de  Comogre;  siguieron  al  poblado  de  Ponca,  que 
también  les  acogió  con  agrado  y  les  dio  noticia  de  que  al  Darien 
habían  llegado  una  nao  y  una  carabela  procedentes  de  la  Española; 
pasó  Vasco  Núñez  al  puerto  de  Careta,  donde  llegó  el  17  de  Enero, 
y  embarcándose  arribó  a  Santa  María  la  Antigua  el  19  de  Enero,  o 
sean  cuatro  meses  y  diez  y  nueve  días  después  de  su  partida. 

En  la  expedición  de  Vasco  Núñez  no  se  sabe  qué  admirar  más, 
si  el  valor  temerario  de  los  españoles,  o  su  resistencia  física  para 
sobrellevar  el  hambre,  la  sed  y  las  fatigas  de  las  penosas  jornadas 
por  montes  casi  inaccesibles,  o  si  el  talento  militar  y  político  del  cau- 
dillo y  su  inquebrantable  voluntad  para  superar  todas  las  contrarie- 
dades que  le  ofrecían  la  naturaleza  y  los  hombres;  cúlpasele,  sobre 
todo  por  el  P.  Las  Casas,  de  duro  en  los  castigos  y  de  sanguinario 
por  haber  empleado  los  perros  de  presa  en  los  combates  con  los  in- 
dios, y  esta  acusación,  que  en  general  se  hace  a  todos  los  conquis- 
tadores de  América,  es  en  mucha  parte  injustificada;  para  apreciar 
los  hechos  con  justicia,  es  necesario  compenetrarse  de  las  circunstan- 
cias en  que  se  realizaron;  toda  censura  es  poca  para  los  hombres 
que  sin  una  imprescindible  necesidad  atormentaban  los  indios  o  les 
daban  muerte,  pero  estos  hechos  no  deben  confundirse  con  los  ejem- 
plares castigos  que  los  conquistadores  se  vieron  en  la  necesidad  de 
imponer  en  defensa  de  sus  vidas  y  para  conseguir  la  finalidad  que 
se  habían  propuesto;  no  fueron  Vasco  Núñez,  Cortés,  los  Pizarro  y 
tantos  otros  a  América  para  fundar  conventos,  fueron  para  dominar 
el  país,  y  tuvieron  que  emplear  la  fuerza  para  realizar  la  conquista; 
inhumano  fué  el  empleo  de  los  perros  de  presa  como  auxiliares  en 
los  combates,  pero  al  fin  y  al  cabo  esto  ocurría  en  el-  siglo  xvi  y  era 


xcv 

el  perro  un  enemigo  con  el  que  el  indio,  aunque  en  condiciones  de 
inferioridad,  podía  luchar  frente  a  frente,  o  en  último  término  buscar 
la  salvación  en  la  huida;  en  cambio  en  este  siglo,  en  que  tanto  se  ha- 
bla de  aquellos  tiempos  bárbaros  y  de  los  progresos  realizados  para 
humanizar  las  costumbres,  se  emplean  en  las  guerras  los  torpedos  y 
las  minas  submarinas  que  abren  las  quillas  de  los  buques  y  destrozan 
y  sumergen  en  las  profundidades  del  mar  los  cuerpos  de  los  Iripulan- 
*tes  que  navegaban  bien  ajenos  de  la  suerte  que  les  esperaba,  y  en  el 
bombardeo  de  las  ciudades  los  proyectiles  cargados  de  explosivos, 
que  lo  mismo  destrozan  a  los  combatientes  que  a  los  ancianos,  las 
mujeres  y  los  niños;  la  humanidad  en  este  punto  no  nos  parece  que 
ha  hecho  grandes  progresos. 

Vasco  Núñez  en  su  expedición  demostró  que  no  sólo  era  un  gran 
Capitán,  sino  un  político  tan  hábil  como  lo  fué  después  Hernán  Cor- 
tés en  la  conquista  de  Méjico;  al  frente  de  190  españoles,  cuyo  nú- 
mero como  fuerza  disminuyó  considerablemente  por  las  enfermeda- 
des que  produjo  el  hambre  y  las  fatigosas  marchas,  penetra  por  te- 
rritorios de  tribus  de  numerosa  población  que  tratan  de  oponerse  a 
su  marcha  aprovechándose  de  las  ventajas  que  les  ofrece  la  fragosi- 
dad del  terreno:  saben  muy  bien  los  españoles  que  una  derrota  daría 
lugar  a  un  levantamiento  general  del  país  contra  ellos  y  que  acosa- 
dos tendrían  que  sucumbir  a  manos  de  los  indios,  sufriendo  las  más 
crueles  torturas,  y  por  eso  combaten  con  toda  la  energía  del  que 
juzga  que  sólo  con  la  victoria  puede  salvar  la  vida;  pero  aun  existía 
para  ellos  otro  peligro  mayor  que  el  que  les  ofrecía  el  combate,  el 
del  abandono  por  los  indios  de  sus  viviendas  retirándose  a  las  fra- 
gosidades de  las  montañas,  porque  si  empleasen  estos  medios  extre- 
mos se  encontrarían  los  españoles  sin  portadores  de  su  pequeña  im- 
pedimenta, ni  guías  que  los  condujesen  a  través  de  aquellos  casi  inac- 
cesibles parajes  y  sin  medios  para  subsistir;  era,  por  tanto,  para  Vas- 
co Núñez  cuestión  de  vida  o  muerte  no  dejar  detrás  de  sí  enemigos, 
y  por  eso  emplea  todas  sus  energías  en  vencer  a  los  que  comba- 
ten y  someter  a  los  que  se  huían  a  los  montes,  empleando  duros 
castigos  con  los  que  de  éstos  puede  haber  y  se  muestran  rebeldes; 
pero  en  cambio,  una  vez  lograda  la  sumisión,  despliega  un  tacto  ex- 


XCVI 

quisilo  y  valiéndose  del  prestigio  que  le  dan  sus  victorias,  del  lerroi' 
que  producen  los  castigos  impuestos,  del  halago  de  sus  palabras  y 
del  atractivo  de  las  dádivas,  convierte  a  los  enemigos  en  aliados,  y 
con  razón  pudo  jactarse  de  que  si  los  españoles  al  entrar  en  el  terri- 
torio de  las  tribus  eran  recibidos  en  son  de  guerra,  al  salir  se 
habían  captado  la  admiración,  el  respeto  y  el  cariño  de  los  indí- 
genas. 

La  llegada  de  los  expedicionarios  a  Santa  María  la  Antigua  pro- 
dujo en  sus  habitantes  la  natural  alegría;  el  oro  y  las  perlas  que  en 
abundancia  habían  adquirido  borraron  por  el  momento  todas  las  dife- 
rencias, y  los  mismos  Regidores  y  Alcaldes,  que  según  la  carta  de 
Vasco  Núñez  de  20  de  Enero  de  1514  habían  abierto  contra  él  una 
información  y  querido  prenderle,  dirigen  una  exposición  al  Rey 
relatando  sus  méritos  y  servicios  y  pidiendo  que  quedase  de  Gober- 
nador de  Tierra  firme  ^  y  Pedro  de  Arbolancha,  que  había  llegado 
a  Santa  María  la  Antigua  durante  la  ausencia  de  Vasco  Núñez  para 
desempeñar  la  misión  secreta  de  informar  al  Gobierno  de  la  metró- 
poli del  estado  de  los  asuntos  en  aquella  colonia  y  preparar  que  sus 
vecinos  recibieran  sin  oposición  el  Gobernador  que  se  nombrase,  se 
convierte  en  partidario  de  Vasco  Núñez,  se  presta  a  traer  a  España 
la  exposición  del  Cabildo  de  Santa  María  y  al  parar  de  regreso  a  la 
metrópoli  en  la  isla  Española  hace  desaparecer  los  resentimientos 
que  contra  Vasco  Núñez  tenía  el  Tesorero  Pasamente,  el  que  escribe 
al  Rey  rectificando  lo  que  antes  le  había  informado  y  proponiéndole 
para  que  continuase  al  frente  del  Gobierno  ". 


1  Apéndice  número  22. 
2  El  Licenciado  Suazo  en  carta  a  M.  Xevres  (apénd.  núm.  63)  (de  decía 
que  como  llegó  a  noticia  de  Vasco  Nuñez  que  el  bachiller  Enciso  llevaba  el  cargo 
de  negociar  contra  el  siendo  su  enemigo  e  quel  thesorero  Pasamente  tenia  tanto 
poder  acordó  de  embiar  al  dicho  Pasamente  muchos  esclavos  y  muy  lucidas  piezas, 
mucho  oro  e  otras  joias  de  harto  valor  que  hoy  dia  tiene  en  su  casa  e  es  mui  no- 
torio en  esta  Cibdad  que  Vasco  Nuiiez  se  las  enbió  e  ay  muchos  testigos  de  vista 
desto.  Viendo  pues  el  dicho  thesorero  tal  presente  recibióle  y  luego  escrebio  todo 
lo  contrario  de  lo  que  habia  escrito,  haciendo  saber  al  Rey  Católico  que  Vasco  Nu- 
ñez era  muy  servidor  de  su  Alteza  e  la  mejor  persona  e  que  mas  havia  trabajado 
en  su  servicio  de  quantos  acá  avian  pasado  pero  como  el  camino  es  tan  largo  no 


XCVII 

El  efecto  de  la  recomendación  de  Pasamonle  fué  inmediato;  ape- 
nas se  recibió  en  la  Corte  su  misiva  y  con  ella  copia  de  dos  que  con 
fecha  doce  de  Marzo  de  1514  escribió  Vasco  Núñez  relatando  su  expe- 
dición y  descubrimientos,  el  Rey  dirigiéndose  a  éste  directamente 
le  decía  en  19  de  Agosto:  «porque  Arbolancha  avn  no  es  llegado  y 
espero  a  su  venida  para  mandar  proveer  en  todo  lo  de  alia  y  en  lo  que 
a  vos  os  toca,  esta  solamente  sera  para  deciros  lo  mucho  que  e  ol- 
gado  de  ver  buestras  cartas  y  en  saver  las  cosas  que  aveis  descu- 
bierto en  esas  partes  de  tierra  nueva  de  la  mar  del  Sur  y  del  golfo 

de  San  Miguel  a  bos  os  agradezco  y  tengo  mucho  en  servicio  lo 

que  en  ello  aveis  travajado  y  fecho  que  a  sido  como  de  muy  cierto  y 

berdadero  servidor tened  esperanza  que  a  bos  y  a  ellos  (los  que 

con  él  fueron)  a  de  ser  bien  gratificado  y  remunerado,  y  que  Yo  siem- 
pre abre  respeto  a  vuestros  servicios  y  suyos  para  que  recivais  las 
mercedes,  y  en  lo  que  a  vos  toca  Yo  lo  haré  de  manera  que  bos  seáis 
onrrado  y  buestros  servicios  se  gratifiquen  que  por  cierto  yo  tengo 
bien  conocido  que  en  todo  lo  que  abéis  entendido  lo  aveis  hecho  muy 

bien quando  buestras  letras  llegaron  ya  Pedrarias  era  partido 

con  el  Armada  que  mandamos  fazer  para  esa  Tierra  de  Castilla  del 
Oro  de  que  el  va  por  nuestro  Capitán  general  y  Gobernador  della, 
agora  le  escrivo  que  mire  mucho  por  buestras  cosas  y  os  favorezca 
y  trate  como  a  persona  a  quien  yo  tengo  tanta  voluntad  de  fazer  mer- 
ced y  tanvien  me  a  servido  y  sirve»  ^ 

En  igual  fecha  y  en  respuesta  a  la  petición  del  Cabildo  de  Santa 
María  la  Antigua  de  12  de  Marzo  anterior  para  que  Vasco  Núñez 
continuase  al  frente  del  Gobierno  le  escribía  el  Rey  ofreciendo  mer- 


pudo  llegar  tan  presto  esta  carta  que  ya  el  armada  estaba  hecha  y  Pedrarias  con 
ella  en  Sevilla  para  se  embarcar». 

Confirma  que  Pasamonte  escribió  en  el  indicado  sentido  al  Re}-,  el  que  éste  de- 
cía a  Vasco  Núñez  en  carta  fecha  19  de  Agosto  de  1514  (apénd.  ntím.  24)  :  «Miguel 
de  Pasamonte  nuestro  thesorero  general  de  las  Indias  me  envió  dos  treslados  de 
vnas  letras  buestras  que  le  ynviastes  que  dezis  que  son  como  las  que  me  escriuis 
fechas  de  12  de  Marzo  deste  presente  año  que  trae  Arbolancha  y  el  dicho  thesorero 
me  escriue  lo  demás  que  vos  a  el  le  escriuis  y  suplicándonos  por  lo  que  os  tocaren. 

1     Apéndice  número  24. 

TU 


XCVIII 

cedes  a  los  que  habían  ido  al  descubrimiento  de  la  mar  del  Sur  con 
Vasco  Núñez  de  Balboa,  y  respecto  a  éste  les  contestaba:  «en  lo  que 
dezis  de  lo  mucho  que  nos  ha  servido  Vasco  Nuñez  y  de  la  abylidad 
que  tiene  para  servir  en  esas  partes  mas  que  otra  ninguna  persona 
Yo  tengo  por  cierto  que  ha  servido  bien  y  que  tiene  la  voluntad  que 
dezis  e  asy  lo  fauorescere  e  fare  mercedes  y  en  lo  de  la  gouernacion 
desa  tierra  ya  quando  esta  recibieredes  avra  llegado  alia  Pedrarias 
dauila  que  enbyamos  por  nuestro  Capitán  general  y  Gobernador  de- 
sas  partes  tenedle  por  tal  y  obedecedle  como  a  nuestra  persona»  \ 

Estos  documentos  demuestran  que  antes  de  que  Arbolancha  llega- 
se a  la  Corte,  y  merced  a  lo  escrito  por  Pasamonte,  había  ya  reco- 
brado Vasco  Núñez  la  gracia  del  Rey,  el  que  le  da  a  entender  la  impo- 
sibilidad en  que  se  hallaba  de  dejarle  de  Gobernador  de  Tierra  firme 
una  vez  que  ya  había  partido  para  ella  Pedrarias  D avila;  pero  en  cam- 
bio entre  frases  de  agradecimiento  le  ofrece  que  pronto  le  remunera- 
rá sus  servicios  como  por  su  importancia  lo  merecen,  y  en  efecto, 
después  de  oir  a  Arbolancha  le  nombra  en  23  de  Septiembre  siguien- 
te Adelantado  de  la  Mar  del  Sur  y  Gobernador  de  las  provincias  de 
Panamá  y  Coiba-;no  es,  pues,  exacto,  como  dice  el  P.  Las  Gasas, 
que  fuera  Arbolancha  Procurador  de  Vasco  Núñez,  pues  ya  hemos 
visto  que  lo  era  Sebastián  de  Ocampo,  ni  que  merced  a  sus  gestiones 
volviera  Vasco  Núñez  a  la  gracia  del  Rey  y  se  le  otorgaran  mercedes; 
cuando  Arbolancha  llegó  a  la  Corte  ya  el  Rey  había  escrito  las  cartas 
de  19  de  Agosto,  y  por  tanto  lo  único  en  que  pudo  influir  fué  en  de- 
terminar la  clase  de  recompensa  que  debía  otorgársele;  tampoco  pa- 
rece cierto  que  acompañara  a  Vasco  Núñez  en  la  expedición,  como 
se  deduce  del  relato  del  P.  Las  Casas  ^,  porque  de  haber  ido,  siendo 
como  era  persona  principal,  su  nombre  figuraría  en  las  listas  que 
inserta  Oviedo,  y  además  porque  habiéndose  dado  la  orden  en  13  de 
Junio  de  1513  a  los  Oficiales  de  Sevilla  para  que  aprestasen  el  buque 
que  había  de  conducirlo  á  Tierra  firme,  haciendo  escala  en  la  Espa- 


1  Apéndice  número  22. 

2  Apéndice  número  29. 

3  Historia  de  las  Indias,  libro  III,  capítulo  LII. 


XCIX 

ñola  y  siendo  la  navegación  con  buen  tiempo  de  cuarenta  y  ocho 
días,  no  es  fácil  que  estuviera  en  Santa  María  la  Antigua  el  1.°  de 
Septiembre  en  que  partió  la  expedición,  siendo  lo  más  probable 
que  llegara  en  uno  de  los  dos  barcos  que  a  dicha  villa  arribaron 
durante  la  ausencia  de  Vasco  Núñez. 


VI 


El   Tesorero  de  la  isla   Española   Miguel   de   Pasamente. — Su    intervención    en    les 
asuntos  de  Vasco  Ntíñez  de  Balboa. 


De  propósito  nos  hemos  limitado  hasta  ahora  a  indicar  la  parte 
que  tomó  el  Tesorero  Miguel  de  Pasamonte  en  los  asuntos  de  Vasco 
Núfiez,  sin  tratar  de  inquirir  las  causas  que  le  impulsaron  a  ser  unas 
veces  su  protector  y  otra  su  enemigo,  a  fin  de  que  apreciando  su  per- 
sonalidad en  conjunto  puedan  ser  sus  actos  juzgados  con  la  severidad 
que  merecen. 

Dice  el  P.  Las  Casas  ^  que  queriendo  el  Rey  Católico  enaltecer 
el  cargo  de  Tesorero  de  la  isla  Española,  «acordó  enviar  para  el  una 
persona  cierto  veneranda,  de  grande  cordura,  prudencia,  experien- 
cia y  autoridad,  aragonés,  criado  suyo  viejo,  llamado  Miguel  de  Pa- 
samonte, .señaladamente  honesto  y  de  quien  se  tuvo  opinión  de  ha- 
ber sido  casto  toda  su  vida.  Este  llegó  a  la  Española  en  el  mes  de 
Noviembre  de  1508  ^,  dio.sele  tanta  honrra  que  lo  llamaban  en  las 
cartas  y  cédulas  reales  Tesorero  General  de  todas  estas  Indias,  ha- 
biendo tesoreros  en  tierra  firme  y  en  las  otras  islas,  esto  no  .se  si  pro- 
cedia  de  voluntad  del  Rey  o  de  solo  los  secretarios  que  el  Rey  en- 
tonces tenia.  Finalmente  por  ser  la  persona  tal  como  es  dicho  cobro 
aquel  oficio  en  estas  tierras  mas  nombre  y  mayor  e.^^limacion  que  el 


1  Casas. — Historia  de  las  Indias,  libro  II,  capítulo  XII. 

2  En  carta  fechada  en  Valladolid  en  3  de  Mayo  de  1509  el  Rey  decía  a  Mi- 
guel de  Pasamonte:  «Vi  vuestras  letras  de  31  de  Enero  de  este  año  y  holgué  ú(- 
saber  vue.stra  llegada».   (Acad.*  de  la  Hist.*,  Colee.  Muñoz,  tomo  90). 


cu 

oficio  de  Contador,  como  quiera  que  sea  al  contrario  en  Castilla. 
Tuvo  tanto  crédito  con  el  Rey  que  casi  toda  la  disposición  y  gober- 
nación de  estas  Indias  por  su  relación  y  parecer  se  ordenaba  y  dis- 
ponia». 

Fué  ciertamente  Pasamente  hombre  laborioso  y  de  clara  inteli- 
pero  distaba  mucho  de  reunir  todas  las  excelentes  cualidades  que  el 
pero  distaba  mucho  de  reunir  todas  las  excelentes  cualidades  que  el 
P.  Las  Casas  le  atribuye  en  el  precedente  párrafo:  sobrábale  la  am- 
bición de  riquezas  y  era  poco  escrupuloso  acerca  del  modo  de  adqui- 
rirlas; el  mismo  Las  Casas  manifiesta  que  trabajó  Vasco  Núñez  que 
se  enviase  a  la  isla  Española  a  Valdivia  uno  de  los  Regidores  ((muy 
amigo  suyo  porque  lo  hablan  sido  ambos  siendo  vecinos  de  la  villa 
de  Salvatierra  de  la  Qabana  donde  yo  a  ambos  conosci,  para  hacer 
saber  al  Almirante  D.  Diego  Colon  que  la  gobernaba  y  al  Tesorero 
Pasamonte  que  tenia  grande  autoridad,  el  estado  y  servicio  del  Rey 
en  que  quedaban  y  en  tierra  muy  rica  que  les  enviasen  gente,  armas 
y  comida  para  lo  cual  envió  buena  cantidad  de  oro  y  secretamente 
al  Tesorero  Pasamonte  una  buena  cantidad  de  ello,  según  se  dijo»  ^ 

El  desconocido  autor  de  un  memorial  dado  al  Cardenal  Jiménez 
de  Cisneros  denunciando  abusos  cometidos  en  Indias  ^  escribía:  «Lope 
de  Conchillos  proveyó  de  su  mano  por  thesorero  de  la  Española  a 
Pasamonte  que  era  escribiente  en  casa  de  Almazan  e  iba  algunas  ve- 
ces por  correo  con  cartas:  Pasamonte  con  favor  de  Conchillos  hace 
infinitos  insultos  e  agravios  asi  en  la  casa  de  la  fundición  del  oro 
donde  se  haze  juez,  como  fuera  de  ella  e  da  causa  de  que  los  hagan 

los  otros  juezes  e  Oficiales  del  Rey Pasamonte  supo  como  un 

Vasco  Nuñez  que  el  Almirante  habia  enviado  a  la  Tierra  firme  habia 
habido  buena  dicha  e  que  se  hallava  con  mucho  oro,  por  su  aviso 
Conchillos  hizo  relación  al  Rey  que  convenia  enviar  a  la  Tierra  firme 
un  caballero  principal  con  mil  o  dos  mil  hombres  e  que  se  tomara  re- 


1  Casas. — Historia  de  las  Ivdins,  libro  III,  capítulo  XXXIX. 

2  Memorial  (Jado  al  Cardenal  Cisneros  de  lo  que  conviene  proveer  para  la 
buena  gobernación  de  la  isla  Española ;  denuncia  los  abusos  e  injusticias  cometidos 
en  la  isla  Española.  (Acad.'^  de  la  Hist.'^,  Colee.  Muiíoz,  tomo  76). — Se  halla  publi- 
cado en  la  Colección  de  documentos  inéditos  del  Archivo  de  Indias,  tomo  I,  pá- 
gina 253. 


CIII 

sidencia  al  dicho  Vasco  Nuñez  e  como  Pedrarias  fue  con  la  mas  es- 
cogida gente  que  de  España  ha  salido  e  con  gasto  de  mas  de  50.000 
ducados  e  tomo  la  dicha  residencia  al  dicho  Vasco  Nuñez  este  se  re- 
medio con  diez  o  doce  esclavos  e  otras  cosas  nuevas  que  envió  a 
Pasamonte  el  cual  le  aconsejo  que  enviara  presentes  a  Conchillos  e 
con  esto  e  con  lo  quel  dicho  Pasamonte  escribió  fue  dada  por  buena 
su  residencia  e  proveído  de  adelantado  de  cierta  parte  de  aquella 
Tierra  firme  con  otros  favores  e  mercedes. 

También  expone  que  Diego  Velázquez,  Teniente  del  Almirante  en 
la  isla  de  Cuba,  ((ha  hecho  para  si  grandes  haciendas  e  enviado  poco 
ha  cada  seiscientos  castellanos  a  Conchillos  e  a  Pasamonte,  diciendo 
que  es  lo  que  han  sacado  de  sus  indios  siendo  de  lo  suyo  propio 
porque  lo  sostengan,  y  que  Juan  Ponce  de  León  envió  a  Conchillos 
una  cadena  de  seiscientos  o  setecientos  castellanos  e  otras  cosas  a  el 
e  a  sus  Oficiales  por  los  cuales  le  enviaron  Cédula  del  Rey  para  que 
fuese  Gobernador  de  la  isla  de  San  Juan,  el  mismo  Juan  Ponce  trajo 
después  a  la  Corte  seis  o  siete  mil  castellanos  que  repartió  entre  Con- 
chillos e  sus  criados  conque  le  hicieron  dar  cuatro  naos  de  Armada 
a  costa  del  Rey». 

En  otra  memoria  instructiva  para  tomar  residencia  a  los  Oficia- 
les Reales  de  la  isla  Española  se  acusa  a  Pasamonte  de  ((haber  reci- 
bido de  los  Capitanes  que  iban  en  el  Armada  de  Tierra  firme  y  de 
Vasco  Nuñez  y  de  Diego  Velázquez  y  otros  muchos,  esclavos,  perlas, 
guanines,  hamacas,  dineros,  papagayos  e  otras  muchas  cosas  de 
Tierra  firme.  Que  como  el  daba  e  quitaba  los  indios  no  habia  persona 
para  el  antes  las  manejaba  a  su  arbitrio»  \ 

Dada  la  gratitud  de  Oviedo  al  Secretario  Lope  de  Conchillos,  cu- 
yos oficios  desempeñaba  en  su  nombre  en  Tierra  firme,  no  es  de 
creer  que  sin  gran  fundamento  dirigiera  graves  acusaciones  contra 
persona  por  Conchillos  tan  favorecida  como  lo  era  el  Tesorero  Pasa- 
monte,  del  que  da  claramente  a  entender  que  en  unión  del  Almirante 
recibió  los  regalos  de  Vasco  Núñez  que  le  movieron  a  influir  para  que 


1     Memoria  instructiva  para  tomar  resi(3encia  a  los  Oficiales  de  la  Española 
Pasamonte  Ampies  etc.   (Acad.*  de  la  Hist.%  Colee.  Muñoz,  tomo  75). 


CIV 

fuese  nombrado  Gobernador;  deseando  Vasco  Núñez,  escribe  Oviedo, 
ganar  las  voluntades  de  personas  que  le  pudiesen  ayudar,  envió  a  esta 
ciudad  de  Santo  Domingo  cartas  e  algunas  hermosas  piezas  de  oro 
labradas  para  quien  le  pareció;  y  escribió  al  Almirante  D.  Diego 
Colon  e  al  Tesorero  Miguel  de  Pasamente  al  cual  el  Catholico  Rey 
daba  crédito  e  granjeo  sus  voluntades  de  tal  forma  quel  Almirante 
le  envió  una  cédula  con  titulo  de  Capitán  e  Theniente  suyo.  E  por  lo 
quel  Thesorero  Pasamonte  escribió  al  Rey  Catholico  en  su  favor  se 
le  envió  una  cédula  de  Capitán  e  Administrador  suyo  en  aquella  pro- 
vincia ^ 

En  documentos  oficiales  aparecen  aún  más  terminantes  las  acu- 
saciones contra  Pasamonte;  en  carta  dirigida  a  S.  A.  por  el  bachiller 
Corral  en  2  de  Mayo  de  1515  le  decía:  <( Vasco  Nuñez  ha  tenido  maña 
de  sostenerse,  tomaba  las  cartas  que  a  el  se  escribían,  enbiaba  las 
suyas  con  presentes'  al  Tesorero  Pasamonte  quien  cohechado  le  ha 
sostenido»  ^. 

Por  último,  el  Licenciado  Suazo,  Juez  de  residencia  en  la  isla  Es- 
pañola, remitió  en  21  de  Enero  de  1518  a  Mr.  de  Xevres  una  memoria 
sobre  el  estado  de  las  Indias;  en  ella  expone  que  la  influencia  del 
Tesorero  Pasamonte  tenía  por  causa  el  que  «por  conservar  el  Obispo 
de  Burgos  el  Licenciado  Zapata  y  el  Secretario  Conchillos  que  tenian 
mando  en  las  Indias  los  intereses  que  en  ellas  tenian  todos  confiaban 
sus  haciendas  del  Tesorero  Pasamonte  e  porque  acá  hacia  sus  nego- 
cios ninguna  cosa  enviaba  a  pedir  a  Su  Alteza,  como  habia  de  ser 
despachada  por  Conchillos  que  no  le  venia  pintada  como  queria»;  y 
refiriéndose  a  Vasco  Núñez  dice  que  Pasamonte  se  enojó  con  él  ((C 
para  le  destruir  acordó  de  escribir  al  Rey  Católico  que  era  muy  bien 
que  Su  Alteza  hiciese  una  Armada  para  Tierra  firme  e  que  viniese 
un  Gobernador  de  aquellas  partes  proveído  e  sobre  el  dicho  Vasco 
Nuñez,  e  para  que  a  su  carta  se  diese  mas  crédito  envió  a  negociar 
esto  a  un  bachiller  Enciso  que  habiá  estado  en  Tierra  firme  e  era 
grande  enemigo  del  dicho  Vasco  Nuñez  porque  traia  pleito  con  el,  el 


1  Oviedo. —  Historia   general   y   natural   de   las   Indias,    libro   XXVIII,    capí- 
tulo III. 

2  Apéndice  número  34. 


cv 

cual  se  determino  en  el  Consejo  Real  en  Madrid  habrá  un  año.  H 
como  el  Rey  se  creia  por  aquellos  que  deseaban  hacer  placer  al  Te- 
sorero, mando  que  la  Armada  se  hiciese  e  que  fuese  por  Capitán  ge- 
neral della  e  Gobernador  de  Tierra  firme  en  la  provincia  que  dicen 
Castilla  del  Oro  Pedradas  de  Avila.  E  esto  asi  proveido  no  pudo  ser 
esta  negociación  tan  secreta  que  no  la  supo  el  dicho  Vasco  Nuñez 
e  como  vino  a  su  noticia  quel  bachiller  Enciso  llevaba  el  cargo  de 
negociar  contra  el  siendo  su  enemigo,  e  quel  Tesorero  Pasamonte 
tenia  tanto  poder  por  razón  de  las  causas  que  arriba  digo,  acordó 
de  enviar  al  dicho  Pasamonte  muchos  esclavos  e  muy  lucidas  piezas, 
mucho  oro  e  otras  joyas  de  harto  valor  que  hoy  tiene  en  su  casa,  e 
es  muy  notorio  en  esta  ciudad  que  Vasco  Nuñez  se  las  envió  e  hay 
muchos  testigos  de  vista  desto.  Viendo  pues  el  dicho  Tesorero  tal 
presente,  recibióle  e  luego  escribió  todo  en  contrario  de  lo  que  antes 
habia  escrito,  haciendo  saber  al  Rey  Católico  que  Vasco  Nuñez  era 
muy  servidor  de  Su  Alteza  e  la  mejor  persona,  e  que  mas  abia  tra- 
bajado en  su  servicio  de  cuantas  acá  hablan  pasado  pero  como  el 
camino  es  tan  largo  no  pudo  llegar  tan  presto  esta  carta  que  ya  la 
Armada  no  estaba  hecha  e  Pedrarias  con  ella  en  Sevilla  para  se  em- 
barcar» V 

Eran  tan  frecuentes  las  acusaciones  de  haber  efectuado  cohechos 
que  se  dirigían  contra  los  que  desempeñaban  cargos  en  las  Indias, 
que  a  pesar  de  que  las  dirigidas  contra  Pasamonte  provienen  de  dis- 
tintas personas  y  tienen  al  parecer  fundamento,  todavía  podría  .dudarse 
de  si  fueron  producidas  por  las  enemistades  que  necesariamente  se 
crea  todo  el  que  como  Pasamonte  fué  arbitro  durante  mucho  tiempo 
de  la  resolución  de  los  asuntos  de  Indias;  pero  hay  en  su  proceder 
con  Vasco  Núñez  tales  nebulosidades  que  bastan,  sin  necesidad  de  las 
precedentes  acusaciones,  para  llegar  al  convencimiento  de  que  no  fu.'* 
la  persona  veneranda  y  de  autoridad  y  cordura  que  dice  el  P.  Las 
Casas,  sino  el  funcionario  venal  que  en  unión  de  los  que  en  la  Corte 
le  patrocinaban  ponían  a  contribución  los  cargos,  explotando  la  con- 
fianza que  en  ellos  depositaba  el  Rey,  sin  que  nada  les  importase  eí 


1     Apéndice  número  63. 


OVI 

interés  de  la  patria  ni  cometer  todo  género  de  tropelías  e  injusticias 
con  tal  de  satisfacer  su  desenfrenada  codicia. 

Expuesto  queda  que  en  los  informes  que  en  Septiembre  de  1511 
dio  Arbolancha  al  Rey  de  parte  de  los  Oficiales  Reales  de  la  Española 
y  probablemente  las  cartas  que  de  Pasamonte  trajo,  describían  como 
de  tal  suerte  desesperada  la  situación  de  los  establecimientos  de 
Tierra  firme  que  el  Monarca  mandó  a  los  Oficiales  de  Sevilla  que  no 
hicieran  los  aprestos  que  había  ordenado  días  antes  para  que  fuese 
un  barco  con  víveres  para  los  españoles  del  Darien;  pero  después  de 
la  partida  de  Arbolancha  para  la  Península  hace  Valdivia,  comisio- 
nado por  Vasco  Núñez,  su  primer  viaje  a  Santo  Domingo,  y  el  resul- 
tado de  sus  gestiones  y  las  de  Zamudio  que  le  acompañaba  se  aprecia 
en  las  cartas  que  con  relación  de  los  sucesos  de  Tierra  firme  escri- 
bían al  Rey  el  Almirante  y  Oficiales  de  la  Española  y  éstos  a  sus 
compañeros  de  Sevifia  ^  y  que  dieron  por  resultado  la  destitución  de 
Nicuesa  y  Ojeda,  el  abandono  de  Nombre  de  Dios  y  el  nombramiento 
de  Vasco  Núñez  de  Gobernador  del  Darien. 

Por  segunda  vez  envía  Vasco  Núñez  a  Valdivia  a  la  Española  en 
Enero  de  1512,  llevando,  según  oyó  el  P.  Las  Casas,  buena  cantidad 
de  oro  para  Pasamonte;  pero  Valdivia  y  toda  su  gente  perecen  en 
el  camino,  y  creyendo  Pasamonte  que  Vasco  Núñez  no  cumplía  como 
hombre  agradecido,  da  oídos  a  las  acusaciones  que  contra  él  formu- 
laron a  su  paso  por  la  Española  Quincedo  y  Colmenares,  se  suma 
a  ellos  contra  Vasco  Núñez  y  escribe  al  Rey  la  carta  a  que  éste  con- 
testaba en  4  de  Julio  de  1513  diciéndole  <-(por  lo  que  escribís  como 
por  otras  vias  sabia  varios  escesos  de  Vasco  Nuñez  harase  pesquisa 
porque  sea  castigado»  ^  sin  que  esta  resolución  y  la  de  destituirle 
del  mando  pueda  atribuirse  a  gestiones  de  los  Procuradores  Quin- 
cedo y  Colmenares,  porque  en  31  de  Mayo  \  antes  de  que  éstos  lle- 
gasen a  la  Corte,  ya  el  Rey  aprobando  lo  propuesto  en  19  del  mismo 
mes  por  los  Oficiales  Reales  de  Sevilla  en  vista  de  lo  que  le  habían 
escrito  los  de  la  Española,  o  sea  Pasamonte,  que  era  el  que  allí  todo 


1  Véase  la  nota  de  la  página  XXX. 

2  ídem  id.  de  la  id. 

3  Apéndice  número  9. 


CVII 

lo  manejaba,  ordenó  el  apresto  de  la  Armada  para  Tierra  firme  «con 
la  que  ira,  dice  la  carta,  una  persona  principal». 

Poco  después  de  la  partida  para  España  de  los  Procuradores  de 
Tierra  firme  Quincedo  y  Colmenares  llegó  a  Santo  Domingo  Pedro 
de  Arbolancha  que  iba  a  Santa  María  la  Antigua  a  influir  con  sus 
vecinos  para  que  recibieran  sin  hostilidad  a  Pedrarias  Dávila  nom- 
brado Capitán  general  y  Gobernador  de  aquellos  territorios,  y  a  su 
regreso  a  la  Española,  que  fué  bien  pronto,  llevó  la  noticia  del  des- 
cubrimiento de  la  mar  del  Sur  y  de  las  inmensas  riquezas  que  había 
en  sus  costas  e  islas,  siendo  de  ellas  muestra  el  oro  y  perlas  que  como 
presente  conducía  para  el  Rey  \ 

Al  ambicioso  Tesorero  no  se  le  podía  ocultar  cuan  beneficioso 
sería  para  sus  intereses  que  de  Gobernador  de  aquellos  tan  ricos  te- 
rritorios estuviera  una  persona  a  quien  él  pudiese  tener  dominada, 
haciéndola  ver  que  de  su  voluntad  dependía  el  que  continuase  en  el 
cargo  o  fuera  destituido,  y  tampoco  se  le  podía  ocultar  que  si  hasta 
entonces  había  manejado  a  su  antojo  los  asuntos  de  Tierra  firme 
cesaba  casi  por  completo  su  intervención  en  ellos  con  el  nombra- 


1  Era  Arbolancha,  según  Oviedo,  hombre  de  negocios,  y  bien  lo  demostró  en 
esta  ocasión  llevando  el  barco  que  le  conducía  cargado  de  víveres  para  negociarl  )s 
por  su  cuenta  en  Tierra  firme ;  cuando  arribó  a  Santa  María  la  Antigua  hallábase 
Vasco  Núñez  en  la  expedición  en  que  descubrió  la  mar  del  Surj  al  regresar  con 
la  noticia  del  descubrimiento  y  riquísimo  botín  de  oro  y  perlas,  comprendió  Arbo- 
lancha, como  hombre  de  negocios  que  era,  todo  el  que  podía  hacer  poniéndose  de 
acuerdo  con  Vasco  Núñez  y  haciendo  valer  lo  que  sus  informes  podían  favorecerle 
en  la  Corte,  y  en  efecto,  no  sólo  se  estableció  entre  ambos  estrecha  amistad  sino 
que  Arbolancha  sirvió  de  mediador  para  restablecer  la  armonía  entre  su  antiguo 
jefe  y  amigo  el  Tesorero  Pasamente  y  Vasco  Núñez,  y  a  tal  punto  llegó  la  con- 
fianza que  en  éste  depositó,  que  le  dejó  encomendada  la  gestión  de  sus  intereses  se- 
gún se  desprende  de  una  Real  Cédula  dictada  en  Burgos  en  1.°  de  Julio  de  1524, 
dirigida  a  los  Gobernadores  y  otras  Justicias  de  Castilla  del  Oro,  en  la  que  se  les 
dice  que  Pedro  de  Arbolancha  había  hecho  relación  de  que  cuando  por  mandado 
del  Rey  fué  el  año  catorce  a  Tierra  firme  a  visitar  a  los  cristianos  llevó  un  barco 
cargado  de  ^averes  y  por  venir  brevemente  con  la  relación  de  lo  que  le  era  man- 
dado dejó  su  hacienda  encomendada  al  Adelantado  Vasco  Núñez  de  Balboa  que 
a  la  sazón  era  Gobernador  de  Tierra  firme,  el  cual  al  tiempo  que  del  se  hizo  jus- 
ticia diz  que  tenía  cobrados  muchos  pesos  de  oro  de  la  dicha  hacienda  y  lo  gastó 
en  cierta  armada  que  hizo  para  la  mar  del  Sur;  se  ordena  se  investigue  lo  que 
sobre  ello  haya  de  cierto  y  se  le  devuelva  lo  que  sea  suyo.  (Archivo  de  Indias, 
109-1-5;. 


CVIII 

miento  de  Gobernador  de  hombre  de  carácter  tan  independiente,  de 
tan  elevada  alcurnia  y  tan  bien  quisto  del  Rey  como  Pedrarias  Dá- 
vila,  el  que  a  mayor  abundamiento  contaba  con  las  grandes  influen- 
cias que  su  mujer  Doña  Isabel  de  Bobadilla  tenía  en  la  Corte  y  con 
la  decidida  protección  del  Obispo  Fonseca,  encargado  del  despacho- 
de  los  asuntos  de  Indias. 

Reconciliado  Pasamonte  con  Vasco  Núñez  por  mediación  de  Ar- 
bolancha  y  no  pudiendo  hacer  que  se  anulase  el  nombramiento  de 
Pedrarias,  se  ve  bien  claro  el  plan  que  se  traza:  escribe  al  Rey  pon- 
derando el  gran  servicio  prestado  por  Vasco  Núñez  con  el  descu- 
brimiento de  la  mar  del  Sur  y  que  se  ha  hecho  acreedor  de  una  ex- 
traordinaria recompensa  \  dejando  que  Arbolancha,  apoyado  por  el 
Secretario  Conchillos,  propongan  que  las  mercedes  consistieran  en 
el  nombramiento  de  Adelantado  de  la  Mar  del  Sur  y  en  el  Gobierno 
de  las  provincias  de  Panamá  y  Coiba  por  él  descubiertas,  fijando  los 
límites  de  éstas  desde  la  cumbre  de  las  montañas  al  mar,  es  decir, 
todos  los  territorios  en  que  se  suponían  las  inmensas  riquezas  de  qu) 
hablaba  el  hijo  del  cacique  Comogre,  quedando  la  Gobernación  de 
Pedrarias  reducida  a  los  territorios  ya  explorados;  de  esta  suerte  el 
Tesorero  y  sus  patrocinadores  serían  partícipes  de  aquellas  riquezas, 
ya  que  careciendo  Vasco  Núñez  de  protectores  en  la  Corte  no  tendría 
más  remedio  que  sucumbir  a  sus  exigencias. 

Cambios  tan  bruscos  en  los  informes  de  Pasamonte  al  Rey  y  <'l 
hecho  de  que  Sebastián  de  Ocampo,  Procurador  de  Vasco  Núñez, 
substituyera  los  poderes  que  éste  le  había  otorgado  en  favor  de  Cobos, 
Oficial  tan  distinguido  de  la  oficina  del  Secretario  Conchillos,  que 
éste  renunció  en  él  su  cargo  de  la  negociación  y  despacho  de  los 
asuntos  de  Indias  -,  no  pueden  por  menos  de  inducir  a  tener  por  cier- 
tas las  acusaciones  que  quedan  expuestas  de  que  Vasco  Núñez,  í:1 
igual  de  Juan  Ponce  de  León  y  Diego  Velázquez  y  tantos  otros  tu- 
vieron para  obtener  la  merecida  recompensa  de  sus  servicios  que 


1  Apéndice  número  24. 

2  En  5  de  Abril  de  1518  Lope  de  Conchillos  renunció  el  cargo  de  la  negocia- 
ción y  despacho  de  las  Indias  en  el  Secretario  Francisco  de  los  Cobos.  (Acad.^  Je 
la  Hist.*,  Colee.  Muñoz,  tomo  76,  fol.  34). 


CIX 


ganar  con  dádivas  la  protección  de  Pasamonte  y  de  Conchillos,  pro- 
tección que  no  faltó  a  Vasco  Núñez  en  lo  sucesivo  ',  pues  tanto  el  uno 
como  el  otro  hicieron  a  su  favor  cuanto  en  su  mano  estuvo,  aunque 
vieron  contrarrestados  sus  esfuerzos  por  superiores  influencias. 


1  En  8  de  Agosto  de  1515  Pasamonte  escribía  al  Rey  pidiéndole  qr.e  ordenase 
«que  de  la  gente  que  Vasco  Nuñez  tenia  en  el  Darien  antes  de  que  fuese  Pedrarias 
le  diera  150  hombres  para  ir  a  poblar  las  provincias  de  Panamá  y  Coiba  donde  '\s 
Adelantado  que  destruyeron  e  robaron  Ayora  e  los  otros  capitanes  porque  Pedra- 
rias les  da  logar  para  ello  e  de  la  Isla  Española  non  se  pueden  proveer  por  la 
falta  que  alli  ay  de  xente  por  haberse  ido  a  la  Fernandina  e  venido  a  Castilla ;  e 
las  provisiones  vayan  duplicadas  en  el  pliego  del  Obispo  porque  se  las  detienen 
los  Oñciales».   (Colee,  de  doc.  inéd.  de  Indias,  tomo  36). 


VII 


Llegada  de  Pedrarias  a  Santa  Maiía  la  Antigua. — El  hambre  y  las  enfermedades 
diezman  a  los  expedicionarios. — Política  de  Pedrarias  con  relación  a  Vasco  Nú- 
ñez. — Los  Capitanes  de  Pedrarias  destruyen  la  obra  de  paz  realizada  por  Vasco 
Núñez. 


Grande  debió  ser  el  disgusto  de  Vasco  Núñez  al  saber  que  por 
Gobernador  y  al  frente  de  lucido  Ejército  llegaba  Pedrarias  acompa- 
ñado de  Enciso  y  Colmenares,  y  no  menor  debieron  tenerlo  éstos  al 
enterarse  de  que  aquel  a  quien  consideraban  anulado  para  siempre 
había  con  el  gran  éxito  del  descubrimiento  de  la  mar  del  Sur  hecho 
méritos  bastantes  para  recobrar  el  favor  real  y  la  influencia  en  la 
Corte. 

El  30  de  Junio  de  1514  desembarcaron  los  expedicionarios  que 
habían  partido  de  San  Lúcar  el  11  de  Abril  anterior,  y  desde  luego 
pudo  observarse  las  diferencias  que  separaban  a  los  dos  bandos;  Pe- 
drarias quiso  rodearse  de  todo  el  aparato  posible  de  ostentación,  e 
hizo  su  entrada  en  Santa  María  de  la  Antigua  llevando  de  la  mano 
a  su  mujer  Doña  Isabel  de  Bobadilla,  rodeados  ambos  del  Obispo 
D.  Juan  de  Quevedo,  Oficiales  Reales  y  Capitanes  lujosamente  ata- 
viados y  seguidos  de  la  tropa  formada  y  con  armas,  dispuesta  a  ha- 
cer uso  de  ellas  si  como  temían  Vasco  Núñez  oponía  resistencia;  éste, 
por  el  contrario,  se  presentó  a  recibirlos  seguido  de  los  515  hombres 
que  componían  la  colonia,  sin  armas  y  con  sus  habituales  vestiduras, 
como  queriendo  hacer  alarde  de  humildad  ante  los  que  tan  llenos  de 
orgullo  venían  y  en  demostración  de  que  allí  lo  que  imperaba  era 
el  trabajo  y  no  la  vana  ostentación. 


ex  II 

Si  político  y  hábil  estuvo  Pedradas,  no  menos  se  mostró  Vasco 
Núñez,  saludándose  como  amigos  afectuosos,  y  los  vecinos  ofrecie- 
ron cariñoso  alojamiento  a  los  recién  llegados  en  las  cien  casas  que 
tenían  construidas  y  que  formaban,  según  dice  Oviedo,  «muy  gentil 
población»  \ 

Hízose  cargo  del  mando  Pedrarias  y  al  siguiente  día  celebró  una 
larga  conferencia  con  Vasco  Núñez  a  la  que  asistió  Oviedo  como 
Escribano  general,  el  que  refiere  que  durante  ella  colmó  Pedrarias  de 
halagos  a  Vasco  Núñez,  exponiéndole  ((que  el  Rey  le  avia  mandado 
que  lo  tractasse  muy  bien  por  lo  que  le  avia  servido  en  aquella  tie- 
rra, e  en  todo  lo  que  oviesse  lugar  le  favoresgiesse  e  gratificasse»;  el 
íin  que  con  tales  frases,  tan  contrarias  a  su  pensamiento  e  instruc- 
ciones, se  proponía  Pedrarias,  no  era  otro  que  inspirar  confianza  o 
Vasco  Núñez  para  obtener  de  él  los  datos  que  necesitaba  sobre  el 
estado  de  la  colonia  y  su  parecer  acerca  de  lo  que  debía  hacerse,  y 
cuando  le  expuso  su  deseo,  Vasco  Núñez  con  una  gran  lealtad  le 
ofreció  escribir  una  memoria  que  le  llevaría  al  día  siguiente,  como 
así  lo  efectuó;  contenía  la  relación,  dice  Oviedo,  ((muchas  cosas  bien 
dichas  e  convenientes,  y  entre  otras  declaro  los  rios  e  quebradas  e 
paises  señalados  donde  se  habia  hallado  oro  e  lo  avian  visto  e  cogido 
los  cristianos  hasta  entonces»,  y  en  ella  exponía  los  descubrimientos 
que  había  realizado.  ((E  dijo  que  de  tres  años  antes  hasta  que  Pedra- 
rias llego  avia  hecho  de  pages  aquestos  cagiques,  Careta,  Ponca,  Ca- 
zeca.  Chape,  Cuquera,  Juanaga,  Bonanimana,  Tecra,  Comogre,  Po- 
corosa,  Pucheribuca,  Chuyrica,  Otoque,  Qhorita,  Pacra,  Teacoa,  The- 
noca,  Tamao,  Tamoca,  Tubanama  e  otros;  e  avia  descubierto  la  mar 
del  Sur  en  el  año  de  mili  e  quinientos  y  trece  e  la  isla  Rica  de  las  per- 
las e  avia  en  persona  atravesado  la  tierra  de  mar  a  mar,  e  en  todo 
dixo  la  verdad  \ 

No  era  Oviedo  muy  amigo  de  Vasco  Núñez,  influido  sin  duda  por 
los  relatos  de  Enciso,  y  sin  embargo,  no  puede  por  menos  de  recono- 
cer lo  próspera  que  la  colonia  se  hallaba  cuando  llegó  la  Armada;  en- 
tonces, escribe,  los  indios  «pasaban  de  dos  millones  o  eran  inconta- 


1     Historia  general  y  natural  áe  Indias,  libro  XXIX,  capítulo  VIII. 


CXIII 

bles  e  avia  de  pa^es  muchos  caciques  e  otros  neutrales  y  en  dispusi- 
cion  e  aparejo  grande  de  servir  e  ser  amigos  de  los  christianos  e 
venir  á  la  obidiencia,  e  la  tierra  toda  muy  rica,  e  avia  mucho  oro 
labrado  en  poder  de  los  indios  e  los  christianos  que  estaban  con 
Vasco  Nuñez  vivían  sin  nesgesidad  e  tenían  aparejo  para  ser  ricos 
presto,  por  la  disposición  que  avia  en  la  tierra  para  ello»  \ 

En  cuanto  Pedrarias  obtuvo  de  Vasco  Núñez  los  datos  que  nece- 
sitaba, comenzó  a  instruir  contra  él  la  pesquisa  secreta,  prescindiendo 
del  Licenciado  Espinosa,  al  que  por  su  cargo  de  Alcalde  mayor  y 
por  las  instrucciones  reales  correspondía  formarla,  hasta  que  ente- 
rado éste  de  lo  que  ocurría  logró,  no  sin  antes  sostener  con  él  vio- 
lentos altercados,  el  asumir  el  conocimiento  tanto  de  la  pesquisa 
como  del  juicio  de  residencia;  atribúlasele  a  Vasco  Núñez  como  cargo 
más  principal  el  haber  sido  el  causante  de  la  expulsión  y  muerte  de 
Nicuesa,  haciendo  caso  omiso  de  todos  los  demás  que  en  ella  tomaron 
parte,  muchos  de  los  cuales  se  encontraban  en  Tierra  firme;  pero 
como  allí  se  hallaba  ejerciendo  el  cargo  de  Alguacil  mayor  y  con 
gran  influencia  sobre  Pedrarias  el  bachiller  Enciso,  enemigo  de- 
clarado de  Vasco  Núñez  y  como  él  había  intervenido  en  los  sucesos 
que  originaron  la  expulsión  de  Nicuesa,  sus  amigos,  los  que  no  se 
hallaban  en  buena  armonía  con  Vasco  Núñez,  y  los  que  por  congra- 
ciarse con  el  Gobernador  pensaban  y  querían  lo  que  él  pensase  y 
quisiese,  pedían  que  fuera  enviado  preso  a  España  a  responder  de 
los  delitos  que  se  le  imputaban:  por  su  fortuna,  desde  que  llegó  la 
Armada  tuvo  un  decidido  protector  en  el  Obispo  Fr.  Juan  de  Que- 
vedo,  el  que  por  su  elevada  jerarquía  eclesiástica,  su  coparticipación 
en  el  Gobierno,  puesto  que  todas  las  resoluciones  debían  ser  dicta- 
das con  su  acuerdo  y  el  de  los  Oficiales  Reales,  y  sus  condiciones 
personales  de  hombre  enérgico  y  tenaz,  ejerció  un  gran  influjo  en  !a 
resolución  de  todos  los  asuntos  de  Tierra  firme,  y  mientras  en  ella 
permaneció  fué  el  constante  amparador  de  Vasco  Núñez,  salvándole 
de  este  primer  golpe  que  sus  enemigos  le  asestaban,  haciendo  pre- 
sente a  Pedrarias  que  al  saberse  en  la  Corte  la  noticia  del  descu- 


1     Hidoria  general  y  natural  de  Indias,  libro  XXIX,  capítulo  IX. 

viil 


OXIV 

brímiento  de  la  'mar  df>l  Sur  seguramente  Vasco  Núñez  había  vuelto 
a  obtener  el  favor  del  Rey,  y  por  tanto  se  exponía  si  lo  enviaba  preso 
a  caer  él  en  desgracia  y  a  que  Vasco  Núñez  que  contaba  con  la  pro- 
tección de  Pasamonte  regresara  á  Tierra  firme  colmado  de  honores  y 
mercedes. 

Estas  razones  convencieron  a  Pedrarias  de  que  la  mejor  solución 
para  conseguir  sus  propósitos  era  que  continuase  el  juicio  de  resi- 
dencia y  la  pesquisa  secreta,  no  permitir  a  Vasco  Núñez  el  que  vi- 
niese a  la  Corle  ni  que  tomara  parte  en  ninguna  expedición  y  ser- 
virse de  sus  informes  para  llevar  adelante  los  descubrimientos,  es- 
perando a  que  el  tiempo  y  los  éxitos  que  se  lograsen  harían  olvidar  o 
por  lo  menos  aminorarían  la  importancia  de  sus  empresas  y  entonces 
sería  ocasión  propicia  para  hacerle  perder  el  favor  real. 

((La  fingida  fama,  dice  Las  Casas,  o  de  Colmenares  o  de  otros, 
que  no  de  Basco  Nuñez,  de  que  en  Tierra  firme  el  oro  se  pescaba 
con  redes»,  despertó  de  tal  suerte  la  codicia  de  los  españoles  que  de 
habérseles  permitido  pasarían  de  10.000  los  que  fueran  en  la  expe- 
dición, y  aunque  el  Rey  limitó  el  número  a  1.500,  Oviedo  que  fué 
con  Pedrarias  asegura  que  lograron  ir  más  de  2.000;  no  pocos  lle- 
vaban sueldo:  a  Pedrarias  se  le  fijó  el  de  366.000  maravedís  por  año  ^ 
y  se  le  otorgó  la  facultad  de  nombrar  cinco  Capitanes  con  4.000. 
15  cabos  y  180  hombres  con  seis  y  dos  ducados  respectivamente  2,  al 
Contador  Diego  Márquez  y  al  Tesorero  Alonso  de  la  Puente  se  les 
asignaron  200.000  maravedís  anuales  y  150.000  al  Alcalde  mayor 
Gaspar  de  Espinosa,  y  a  este  tenor  los  demás  funcionarios  ^. 

Como  todos  estos  sueldos  más  el  sostenimiento  de  la  gente  que 
iba  por  su  cuenta  habían  de  obtenerse  del  país,  Pedrarias  se  vio  en 
la  necesidad  desde  el  momento  en  que  llegó  de  procurarse  recursos 
mediante  el  único  medio  de  que  disponía,  que  era  el  de  hacer  expe- 
diciones para  obtener  de  los  indígenas  hombres  con  que  labrar  los 
campos  y  trabajar  las  minas  y  oro  y  perlas  para  satisfacer  los  sueldos 
y  atender  a  los  gastos  generales  de  la  colonia. 


1  Apéndice  número  13. 

2  Academia  de  la  Historia,  Colección  Muñoz,  tomo  75,  folio  319. 

3  Las  cédulas  de  estos  nombramientos  están  en  el  Archivo  de  Indias,  109-1-5 


Presentábasele  también  otro  problema  de  muy  difícil  solución, 
que  era  el  de  alimentar  a  la  gente;  contando  con  la  prosperidad  del 
país  sólo  llevaban  víveres  para  un  mes,  pero  desgraciadamente  In 
langosta  había  asolado  los  campos  y  bien  pronto  el  hambre  comenzó 
a  dejarse  sentir  y  la  situación  llegó  a  ser  tan  desesperada  que  muchos 
perecieron  de  inanición  y  otros  a  consecuencia  de  enfermedades  con- 
traídas por  el  cambio  de  clima,  la  insuficiente  alimentación  y  lo  in- 
sano del  lugar.  El  P.  Las  Casas  que  se  hallaba  en  la  isla  de  Cuba, 
donde  oyó  a  algunos  que  fueron  de  Tierra  firme,  escribe:  «Crescio 
esta  calamidad  del  hambre  tanto,  que  morían  dando  quejidos  dadmo 
pan  muchos  caballeros  que  dejaban  en  Castilla  empeñados  sus  mayo- 
razgos y  otros  que  daban  un  sayón  de  seda  carmesí  e  otros  vestidos 
ricos  porque  les  diesen  una  libra  de  pan  de  maiz  o  bizcocho  de  Cas- 
tilla o  cacabe.  Una  persona  hijodalgo  de  los  principales  que  había 
traído  Pedrarías  iba  un  día  clamando  por  una  calle  que  perecía  de 
hambre  y  delante  todo  el  pueblo,  cayendo  en  el  suelo,  se  le  salió  el 
anima.  Nunca  parece  que  se  vido  cosa  igual,  que  personas  tan  vesti- 
das de  ropas  ricas  de  seda  y  aun  parte  de  brocado  que  valían  muchos 
dineros,  se  cayesen  a  cada  paso  muertas  de  pura  hambre.  Otros  se 
salían  al  campo  y  pascían  y  comían  las  hierbas  y  raices  que  mas 

tiernas  hallaban Morían  cada  día  tantos  que  en  un  hoyo  que  se 

hacia  muchos  juntos  enterraban muchos  se  quedaban  sin  sepul- 
tura un  día  o  dos  por  no  tener  fuerzas  para  los  enterrar  los  que  eran 
sanos  y  tenían  que  comer  algo.  En  estas  angustias  puestos  y  no  me- 
nos Pedradas  y  su  casa  dio  licencia  a  algunos  principales  caballeros 
que  se  volviesen  a  España  de  los  cuales  vinieron  a  parar  a  esta  isla 
de  Cuba  una  barcada  con  harta  necesidad  donde  les  matamos  bien  el 
hambre»  \ 

Con  objeto  de  dar  ocupación  a  la  gente,  y  disgregándola  en  par- 
tidas que  se  establecieran  en  distintos  puntos  facilitar  su  abasteci- 
miento, envió  el  Gobernador  a  Luis  Carrillo  con  60  hombres  para  que 
fundase  un  pueblo  en  las  orillas  del  río  llamado  por  Vasco  Núñez  de 
los  Añades,  distante  siete  leguas  de  Santa  María  la  Antigua;  no  pudo 


1     Historia  de  las  Indias,  libro  III,  capítulo  LXI. 


CXVI 

• 

Carrillo  soslenej-se  en  aquellos  parajes  y  regresó  presto,  trayendo  a 
falla  de  oro  buen  número  de  esclavos. 

Confiado  Vasco  Núñez  en  las  buenas  palabras  que  al  día  si- 
guiente de  desembarcar  le  había  dirigido  Pedrarias  en  nombre  del 
Rey  y  en  el  suyo  propio,  le  declaró  en  la  memoria  que  escribió  su 
proyecto  de  establecer  como  enlace  enive  los  dos  mares  poblaciones 
que  sirvieran  de  base  en  el  camino  que  de  uno  a  otro  había  de  se- 
guirse; la  idea  sobre  ser  buena  en  sí,  encajaba  perfectamente  en  los 
propósitos  de  Pedrarias,  el  que  ordenó  la  formación  de  una  columna 
fuerte  de  400  hombres  cuyo  mando  confió  a  su  Teniente  general 
Juan  de  Ayora,  yendo  al  frente  de  los  tres  grupos  en  que  se  dividió 
la  tropa  los  Capitanes  Zorita,  Meneses  y  Avila;  el  primero  debía  fun- 
dar en  Pocorosa,  el  segundo  en  Tubanama  y  Avila  en  la  costa  de  la 
mar  del  Sur. 

'Profundo  debió  ser  el  desencanto  de  Vasco  Núñez  al  ver  que  se 
entregaba  a  otro  el  mando  de  la  expedición  que  a  él  correspondía  di- 
rigir por  haber  descubierto  y  recorrido  todo  el  territorio  en  que  se 
pretendía  fundar  las  poblaciones  y  obtenido  la  amistad  de  los  indí- 
genas que  lo  habitaban,  y  bien  pudo  apreciar  la  mala  fe  con  que  ha- 
bía procedido  Pedrarias,  pero  seguramente  no  se  le  alcanzó  todo  el 
alcance  de  la  intención  de  éste  al  ordenar  la  expedición;  Oviedo  nos 
la  denuncia  al  escribir:  «mas  hablando  la  verdad,  el  fin  de  esto  (de 
la  expedición  de  Ayora)  era  que  aunque  el  Rey  supiese  que  Vasco 
Nuñez  avia  descubierto  la  otra  mar  e  enviase  algún  favor  para  el, 
estuviese  poblada  la  costa  por  Pedrarias  e  impedir  a  Vasco  Nuñez 
el  efetto  de  qualquier  merced  que  se  le  hiciese  e  oponerse  a  ella  Pe- 
drarias alegando  que  por  su  industria  avia  poblado  e  que  Vasco  Nu- 
ñez no  avia  hecho  sino  verlo,  maltratando  los  indios  para  lo  qual 
tenia  Pedrarias  fechas  algunas  informaciones  contra  el». 

Diéronse  a  Juan  de  Ayora  instrucciones  precisas,  recomendán- 
dole con  especial  interés  el  buen  trato  de  los  indios  y  que  se  les  le- 
yese el  requerimiento  ordenado  por  el  Rey  a  propuesta  de  la  Junta 
de  teólogos  y  juristas  reunida  en  Sevilla  en  1513;  pero  apenas  se  hizo 
cargo  del  mando  dio  al  olvido  cuanto  se  le  había  prevenido,  y  para 
obtener  oro  y  hacer  esclavos  cometieron  él  y  su  gente  las  mayores 


CXVII 

crueldades  que  imagiuarse  pueden;  en  este  camino,  escribe  Oviedo, 
«no  solamente  dexo  de  hacer  los  requerimientos  e  amonestaciones 
que  se  debian  de  hacer  a  los  indios  antes  de  les  mover  la  guerra; 
pero  salteábanlos  de  noche,  e  a  los  caciques  e  indios  principales 
atormentábanlos,  pidiéndoles  oro,  e  unos  assaban  e  otros  hacian 
comer  vivos  de  perros  e  otros  colgaban  e  en  otros  se  higieron  nuevas 
formas  de  tormento,  demás  de  les  tomar  las  mugeres  e  las  hijas  e 
hagerlos  esclavos  e  prissioneros  e  repartirlos  entre  si,  segund  e  de 
la  manera  que  a  Jhoan  de  Ayora  le  paresgio  e  a  cada  uno  de  los 
otros  Capitanes  por  donde  anduvieron»  \ 

Confirma  el  P.  Las  Casas  las  crueldades  cometidas  en  esta  expe- 
dición, y  Pedro  Mártir  a  pesar  de  su  amistad  con  el  cronista  Gonzalo 
de  Ayora,  deplora  que  la  conducta  de  su  hermano  Juan  turbara  la 
paz  que  reinaba  en  Tierra  firme  y  convirtiera  los  indios  amigos  en 
implacables  adversarios. 

El  Obispo  del  Darien  Fray  Juan  de  Ouevedo  en  las  instrucciones 
que  dio  a  su  Capellán  Cintado  para  que  informase  al  Rey  de  la  si- 
tuación de  la  colonia  ^,  nos  da  noticias  de  los  excesos  cometidos  por 
Ayora  y  sus  Capitanes  y  pormenores  de  la  expedición,  que  rectifican 
en  algo  lo  expuesto  por  Las  Casas;  por  el  relato  del  Obispo  sabemos 
que  un  Capitán  llamado  Zorita  y  no  Garci-Alvarez  fué  el  que  quedó 
en  la  villa  de  Santa  Cruz  fundada  por  Juan  de  Ayora  en  los  comien- 
zos de  su  viaje,  probablemente  en  el  mes  de  Mayo  de  1514  y  no 
en  el  mismo  mes  del  año  1515  como  dice  Las  Casas;  que  no  fué  a 
Francisco  Becerra  sino  a  Francisco  de  Avila  a  quien  Ayora  envió  con 


1  Historia  general  y  natural  de  las  Indias,  libro  XXIX,  capítulos  VIII  y  IX. 

2  Por  la  lectura  de  las  instrucciones  dadas  a  Cintado  se  deduce  claramente  que 
su  autor  era  Fray  Juan  de  Quevedo,  primer  Obispo  de  Tierra  firme  (apénd.  nií- 
mero  53)  ;  pero  a  mayor  abundamiento,  tenemos  los  datos  de  que  Oviedo  dice  que 
Cintado  era  Capellán  del  Obispo  (lib.  XXIX,  cap.  VI),  y  éste  en  carta  de  20  de 
Enero  de  1515  manifestó  al  Rey  «la  figura  de  la  tierra  que  mando  V.  A.  hacer  a 
Pedrarias  y  Vasco  Nuñez  hemos  hecho  este  y  yo  porque  el  gobernador  ha  estado  malo». 
(Arch.  de  Indias,  l-l-V,^)  ;  lo  que  concuerda  con  lo  que  dicen  las  instrucciones 
de  que  Cintado  llevaba  el  mapa  de  referencia,  por  lo  que  no  es  aventurado  suponer 
que  fué  a  principios  de  dicho  año  de  1515  cuando  Cintado  vino  a  la  Corte  para 
desempeñar  la  comisión  a  que  las  instrucciones  se  contraen  y  hacer  entrega  del 
mapa. 


CXVIII 

150  hombres  a  poblar  en  la  costa  de  la  mar  del  Sur,  y  que  en  la 
fortaleza  que  hizo  en  Tamao  según  Oviedo,  o  Tubanama  según  Las 
Casas,  dejó  con  60  hombres  a  Hernán  Pérez  de  Meneses  para  asegu- 
rar las  comunicaciones  con  la  mar  del  Sur,  regresando  él  a  Santa 
María  la  Antigua  con  el  pretexto  de  estar  enfermo,  y  aprovechando 
que  se  hallaba  una  carabela  a  punto  de  zarpar  para  la  Española  se 
embarcó  en  ella  con  el  fruto  de  sus  rapiñas  antes  de  que  en  Santa 
María  fuesen  conocidos  los  robos  y  crueldades  que  había  cometido  '. 

Los  que  con  el  Capitán  Francisco  de  Avila  fueron  a  poblar  en  la 
mar  del  Sur  se  desbandaron,  cometiendo  todo  género  de  excesos, 
regresando  a  Santa  María  sin  haber  hecho  población  y  dejando,  como 
dice  el  Obispo,  «toda  la  tierra  comida,  corrida,  robada  y  puestos  to- 
dos los  indios  en  huida». 

El  Capitán  Zorita  y  los  que  quedaron  en  Santa  Cruz  pagaron  por 
todos  los  atropellos  y  vejaciones  que  cometían  con  los  indios,  que  los 
sorprendieron  y  mataron  menos  a  cinco  que  lograron  escapar  y  fue- 
ron los  que  a  Santa  María  llevaron  la  noticia  de  la  catástrofe. 

Excepto  la  matanza  de  los  españoles  en  Santa  Cruz,  todos  estos 
hechos  ocurrieron  dentro  del  año  1514,  puesto  que  se  ocupa  de  ellos 
el  Obispo  en  las  instrucciones  que  dio  a  Cintado,  y  Pedrarias  los 
comunicó  al  Rey  en  26  de  Noviembre  ^ 

Durante  la  ausencia  de  Ayora  envió  Pedrarias  para  averiguar 
cómo  la  expedición  realizaba  su  cometido  a  Bartolomé  Hurtado  cojí 
20  hombres,  el  que  encontró  a  Ayora  y  volvió  a  Santa  María  la  An- 
tigua anunciando  que  a  los  pocos  días  regresaría  éste  por  encontrarse 
enfermo;  tanto  a  la  ida  como  a  la  vuelta  cometió  Hurtado  todo  gé- 


1  El  fracaso  de  la  expedición  de  Ayora  fué  debido  a  que  no  se  ocupó  más  que 
en  saquear  el  país,  pero  el  Tesorero  Lapuente  aprovecha  la  ocasión  para  escribir 
al  Rey  desacreditando  a  Vasco  Núñez  por  haberla  aconsejado ;  por  información  de 
Vasco  Núñez,  le  dice  en  1.°  de  Enero  de  1515,  envió  Pedrarias  a  Juan  de  Ayora  y 
tres  Capitanes  para  fundar  en  Pocorosa,  Tubanama  y  en  la  costa  de  la  mar  del 
Sur,  y  que  los  primeros  han  escrito  que  se  vienen  por  falta  de  recursos,  enferme- 
dades y  no  encontrar  las  minas  que  dijo  Vasco  Núñez. 

Todos  los  caciques  alrededor  del  Darien  están  ya  andados  y  no  les  queda  on, 
que  todo  lo  dieron  a  Vasco  Núñez  y  los  que  después  vinieron. 

2  .Apéndice  número  31  bis. 


CXTX 

iiero  de  atropellos,  reduciendo  a  la  esclavitud  a  los  indios  que  en- 
contró a  su  paso,  lo  mismo  a  los  que  le  opusieron  resistencia  que  n 
los  que  se  hallaban  de  paz,  sin  que  a  pesar  de  hacerse  público  su 
proceder  tuviera  el  merecido  castigo.  La  causa  de  esta  impunidad 
dice  Oviedo  que  fué  el  que  Hurtado  <(dió  seis  indios  al  Gobernador, 
otros  seis  al  Obispo,  y  al  Tesorero  Contador  Factor  y  Alcalde  mayor 
cuatro  a  cada  uno;  estas,  añade,  fueron  las  primeras  partes  quel 
Gobernador  e  Obispo  e  Officiales  e  Alcalde  mayor  llevaron,  sin  las 
ganar  ni  aver  causa  para  que  se  les  diesen.  Y  en  tal  hora  lo  comen- 
zaron que  se  quedaron  en  costumbre  de  las  llevar  de  alli  adelante 
(a  lo  menos  el  Gobernador  e  Oficiales)». 

Después  del  regreso  de  Ayora  y  para  saber  los  adelantos  que  sus 
Capitanes  hacían  en  el  descubrimiento  y  población  de  aquella  co- 
marca envió  Pedrarias  a  Tubanama  80  hombres  con  Antonio  Téllez 
de  Guzmán,  y  a  la  mar  del  Sur  a  Gaspar  de  Morales  con  60;  halló  el 
primero  que  a  causa  de  lo  insano  del  lugar  no  podía  sostenerse  la 
población  que  allí  se  había  hecho,  por  lo  que  fué  abandonada,  regre- 
sando a  Santa  María  el  Capitán  Meneses  con  los  enfermos. 

En  el  camino  a  la  mar  del  Sur  encontró  Gaspar  de  Morales  a 
Francisco  Becerra  que  había  ido  con  el  Capitán  Francisco  de  Avila, 
y  al  que  Las  Casas  supone  Jefe  de  la  expedición,  que  volvía  con  su 
gente  cargada  del  botín  obtenido,  habiendo  regresado  antes  Francisco 
de  Avila  con  los  enfermos;  siguió  Morales  y  Francisco  Pizarro  que 
con  él  iba  su  viaje  a  la  mar  del  Sur,  y  obteniendo  de  los  caciques  de 
la  costa  canoas  pasaron  a  la  mayor  de  las  islas  de  las  Perlas,  donde 
después  de  luchar  con  los  indígenas  los  sometieron,  obteniendo  ri- 
quísimo botín  de  perlas,  con  el  que  emprendieron  la  vuelta  a  Santa 
María  la  Antigua,  durante  la  que  tuvieron  que  combatir  constante- 
mente con  todas  las  tribus  que  coaligadas  por  las  crueldades  y  atro- 
pellos de  que  les  habían  hecho  víctimas  Avila,  Becerra  y  el  mismo 
Morales  les  fueron  acosando  todo  el  camino. 

Casi  al  mismo  tiempo  que  Ayora  para  Pocorosa,  salieron  para  el 
Cenú  en  busca  de  las  minas  de  Tarufi  el  bachiller  Enciso  y  Pedrarias, 
sobrino  del  Gobernador,  con  200  hombres;  supone  el  P.  Las  Casas 
que  primero  fué  Pedrarias,  que  fracasó  en  la  empresa,  regresando 


cxx 

al  Daricn,  yeiidu  después  Eiiciso;  pero  la  carta  de  éste  al  Rey  de  20 
de  Noviembre  de  1514  ^  no  sólo  demuestra  que  ambos  fueron  juntos, 
sino  que  en  la  fecha  en  que  fué  escrita  habían  ya  regresado  sin  con- 
seguir su  objeto  de  fundar  una  población,  y  después  de  haber  sufrido 
grandes  penalidades  y  tenido  que  combatir  con  los  indios;  esto  tam- 
bién lo  confirma  el  Obispo  '^  y  manifiesta  que  la  expedición  duró  sólo 
tres  meses. 

Durante  ella  tuvo  ocasión  el  bachiller  Enciso  de  apreciar  el  resul- 
tado del  famoso  requerimiento  que  por  su  iniciativa  se  había  acorda- 
do hacer  en  las  juntas  celebradas  en  Sevilla  en  1513";  él  mismo  lo 
cuenta  hablando  del  Cenú  en  su  obra  Summa  de  Geografía,  y  su  na- 
rración excusa  de  todo  comentario.  ((Yo  requerí,  dice,  de  parte  del 
Rey  de  Castilla  a  dos  caciques  de  estos  del  Cenu  que  fuesen  del  Rey 
de  Castilla  y  que  les  hacia  saber  como  habia  un  solo  Dios  que  era 
trino  y  uno  y  gobernaba  el  cielo  y  la  tierra  y  que  este  ha  venido  al 


1  Apéiiflice  número  31. 

2  Apéndice  número  53. 

3  El  bachiller  Enciso  en  un  Memorial  ((de  lo  ejecutado  por  él  en  defensa  do 
los  Reales  derechos  en  materia  de  indios»  declara  que  él  fué  el  que  tuvo  la  idea 
de  que  se  hicieran  los  requerimientos;  dice  que  ((en  el  año  12  se  juntaron  en  Bur- 
gos muchos  teólogos  de  la  Orden  de  Santo  Domingo  e  franciscos  e  muchos  letrados 
para  tratar  de  la  servidumbre  de  los  indios  y  se  dio  forma  sobre  ello  con  ciertos 
capitulos  que  por  mandado  de  S.  A.  hizimos  Fr.  Alonso  de  Espinar  e  yo.  E  des- 
pués en  el  año  13  estando  Pedrarias  e  yo  para  ir  a  la  provincia  del  Darien  con 
nna  Armada  los  frailes  dominicos  se  pusieron  otra  vez  en  estorbarlo  y  S.  A.  mandó 
que  se  juntasen  y  estudiasen  la  cuestión  respondiendo  a  ciertos  capitulos  que  yo 
les  di  sobre  ello  y  juntos  los  frailes  en  San  Pablo  yo  alegue  en  favor  de  S.  A.  cier- 
tos derechos  y  conforme  a  lo  ({ue  propuse  declararon  todos  que  el  Papa  habia  po- 
dido dar  aquella  tierra  al  Rey  Católico  e  que  el  Rey  podia  requerir  a  los  indios 
que  se  la  diesen  e  que  sino  se  la  quisiesen  dar  les  podia  hacer  la  guerra  e  tomársela 
por  fuerza  e  matarlos  e  prenderlos  e  que  a  los  que  fuesen  presos  los  podían  dar  por 
esclavos  e  determinaron  que  si  algunos  les  quisiesen  entregar  la  tierra  e  vivir  tu 
ella  que  eran  obligados  a  le  servir  como  sus  vasallos  e  que  el  Rey  podia  hacer  mer- 
ced de  este  servicio  a  los  que  alli  fuesen  a  ganar  aquella  tierra  e  a  la  poblar  lo 
cual  enviaron  a  S.  A.  firmado  de  sus  nombres  con  siete  firmas  sin  la  de  su  confe- 
sor, e  ordenaron  por  escrito  el  requerimiento  que  a  los  indios  se  habia  de  hacer  e 
se  lo  dieron  a  Pedrarias  el  cual  esta  asentado  en  los  libros  de  la  Contratación  de 
Indias  e  el  primer  requerimiento  lo  hice  yo  en  el  puerto  de  (en  blanco  el  nombre, 
l)cro  fué  en  Cutarapa)».  Véase  el  apéndice  número  31.  (Acad.*  de  la  Hist.*  Co- 
lección Muñoz,  tomo  75). 


CXXl 

inundo  y  habia  dejado  en  ^■u  lugar  a  Sanl  Pedro  y  que  Sanl  Pedro 
habia  dejado  por  su  sucesor  en  la  Tierra  al  Santo  Padre,  que  era  Se- 
ñor de  lodo  el  mundo  Universo  en  lugar  de  Dios  y  que  ese  Santo  Pa- 
dre como  señor  del  Universo  habia  hecho  merced  de  toda  aquella 
tierra  de  las  Indias  y  del  Cenu  al  Rey  de  Castilla  y  que  por  virtud  de 
aquella  merced  que  el  Papa  habia  hecho  al  Rey  les  requería  que  ellos 
le  dejasen  en  aquella  tierra,  pues  les  pertenecía,  y  que  si  quisiesen  vi- 
vir en  ella,  como  se  estaban,  que  le  diesen  la  obediencia  como  a  su 
señor  y  le  diesen  en  señal  de  obediencia  alguna  cosa  cada  año,  y  que 
eso  fuese  lo  que  ellos  quisiesen  señalar,  y  que  si  esto  hacian  que  c! 
Rey  les  haria  mercedes  y  les  daria  ayuda  contra  sus  enemigos,  y  que 
pornia  entre  ellos  frailes  o  clérigos  que  les  dijesen  las  cosas  de  la  le 
de  Cristo,  y  que  si  algunos  se  quisiesen  tornar  cristianos  que  les  haria 
mercedes  y  que  los  que  no  quisiesen  ser  cristianos  que  no  les  apre- 
iiiiarian  a  que  lo  fuesen  sino  que  se  estuviesen  como  se  estaban». 
((Respondiéronme  que  si  lo  que  decia  que  no  habia  sino  un  Dios  y  que 
este  gobernaba  el  cielo  y  la  tierra  y  que  era  señor  de  todo  que  les 
parecía  bien  y  que  asi  debia  ser  pero  en  lo  que  decia  que  el  papa  era 
señor  de  todo  el  Universo  en  lugar  de  Dios  y  que  el  habia  hecho  mer- 
ced de  aquella  tierra  al  Rey  de  Castilla,  dijeron  que  el  Papa  debia  es- 
tar borracho  cuando  lo  hizo,  pues  daba  lo  que  no  era  suyo  y  que  el 
Rey  que  pedia  y  tomaba  la  merced  debia  ser  algún  loco  pues  pedia  ¡o 
que  era  de  otros,  y  que  fuese  alia  a  tomarla  que  ellos  le  pornian  la  ca- 
beza en  un  palo,  como  tenian  otras  que  me  mostraron  de  enemigos 
suyos,  puestas  encima  de  sendos  palos,  cabe  el  lugar  y  dijeron  que 
ellos  eran  señores  de  su  tierra  y  que  no  hablan  menester  otro  Señor. 
Yo  les  torne  a  requerir  que  lo  hieciesen  sino  que  les  haria  la  guerra  y 
les  tomarla  el  lugar  y  que  matarla  a  cuantos  tomase  e  los  prenderla  y 
ios  venderla  por  esclavos.  E  respondiéronme  que  ellos  me  pornian 
primero  la  cabeza  en  un  palo  e  trabajaron  por  lo  hacer  pero  no  pudie- 
ron porque  les  tomamos  el  lugar  por  fuerza  aunque  nos  tiraron  enfi- 
nitas  flechas  e  todas  herboladas,  e  nos  hirieron  dos  hombres  y  en- 
trambos murieron  de  la  hierva  aunque  las  heridas  eran  pequeñas; 
y  después  prendí  yo  en  otro  lugar  a  un  cacique  dellos  que  es  el  que 
dije  arriba  que  me  habla  dicho  de  las  minas  del  Nocri,  e  hállelo  hom- 


cxxii 

bre  de  mucha  verdad  e  que  guardaba  la  palabra  y  le  parecía  mal  lo 
malo  y  bien  lo  bueno». 

La  expedición  constituyó  un  fracaso  para  Enciso,  pues  se  había 
efectuado  por  las  noticias  que  él  decía  tener  de  ricas  minas,  y  en  reali- 
dad él  fué  el  jefe  efectivo  y  el  responsable  moralmente  del  resultado, 
porque  al  sobrino  de  Pedrarias,  ni  por  su  edad  ni  por  ser  la  primera 
vez  que  pisaba  aquella  tierra  podía  exigírsele  lo  que  a  un  hombre  que 
como  Enciso  había  sido  el  Gobernador  interino  de  la  Colonia  con  pre- 
tensiones de  quedarse  de  efectivo;  Oviedo,  a  pesar  de  su  amistad  con 
él,  no  puede  por  menos  de  reconocer  que  se  dieron  tan  mal  recaudo 
«que  mataron  al  Capitán  Bustamante  e  a  otros  christianos  e  los  demás 
tornaron  perdidos  y  enfermos  e  Iruxeron  tan  poco  oro  que  les  cupo 
de  parte  a  menos  de  un  peso  de  oro  a  cada  hombre»;  pero  lo  que  no 
dice  Oviedo,  sin  duda  por  su  amistad  con  Enciso,  pero  lo  refiere  el 
Obispo  \  es  que  ((cautivaron  obra  de  doscientos  indios».  La  justicia 
requiere  que  no  toda  la  culpa  de  estas  violencias  se  atribuya  a  los 
Capitanes  que  mandaban  las  expediciones;  el  error  fundado  en  las 
falsas  noticias  que  circularon  respecto  a  las  riquezas  del  país,   de 
haber  enviado  tan  crecido  número  de  funcionarios  dotados  con  pin- 
gües sueldos  que  elevaron  el  presupuesto  de  la  Colonia  a  5.600.000 
maravedises  anuales  y  el  admitir  mucho  mayor  número  de  hombres 
que  los  pedidos  por  Vasco  Núñez,  de  los  que  muchos  no  iban  a  sueldo 
y  tenían  que  sostenerse  con  los  beneficios  que  obtuvieran  de  las  con- 
tribuciones impuestas  a  los  indios,  una  vez  que  ni  ellos  se  prestaban 
a  las  labores  agrícolas  ni  los  indios  al  laboreo  de  las  minas,  ocasionó 
el  que  los  Capitanes  se  vieran  competidos  de  una  parte  por  el  Gober- 
nador y  Oficiales  y  de  otra  por  sus  mismos  soldados  a  exigir  a  los 
indios  todo  el  oro  que  tenían,  y  como  éste  no  alcanzase  a  cubrir  las 
más  perentorias  necesidades  recurrieron  al  medio  de  someter  a  ia 
esclavitud  a  los  indios,  a  fin  de  venderlos  en  la  isla  Española  y  con  el 
producto  procurarse  los  medios  necesarios  para  vivir  ^, 


1  Apéndice  número  53. 

2  1514,  Noviembre  28. — A  S.  A.  Alonso  de  la  Puente. 

(Extracto). — Desde  el  pueblo  del  Darien  hasta  el  mar  del  Sur  y  hasta  el  Cenú 
en  todos  los  ríos  se  halla  oro  y  así  todos  los  indios  tienen  algo  dello  en  granos,  lo 


CXXIII 

Este  procedimiento,  tan  contrario  al  espíritu  y  letra  de  las  ins- 
trucciones que  a  Pedrarias  se  dieron  para  que  tratase  bien  a  los  in- 
dígenas y  procurara  civilizarlos  y  convertirlos  a  la  religión  cristiana, 
no  tendrá  nunca  justificación  bastante;  pero  podría  explicarse  si  sólo 
se  hubiera  empleado  como  extremo  recurso  para  poder  subsistir  los 
españoles,  pero  por  desgracia  no  fué  así;  los  que  tan  escrupulo- 
sos y  justicieros  se  mostraban  con  las  faltas  reales  o  supuestas  co- 
metidas por  Vasco  Núñez  comenzaron  por  hacer  ver  al  Gobierno  de 
la  metrópoli  que  no  eran  prácticas  las  instrucciones  y  que  debían  ser 
modificadas,  y  una  vez  que  obtuvieron  la  autorización  de  aplicarlas 
en  la  forma  que  estimasen  más  oportuna  acordaron,  en  9  de  Noviem- 
bre de  1515,  que  al  Gobernador  correspondiesen  dos  partes  de  los 
beneficios  de  las  entradas  a  que  no  concurriera  como  si  hubiera  ido 
a  ellas,  y  al  Contador,  Tesorero,  Factor  y  Alcalde  mayor  se  les  gra- 
tificase a  cada  uno  «con  una  parte  como  a  un  compañero  de  los  que 
iban  en  las  dichas  entradas  que  sean  de  las  partes  mayores  asi  de 
oro  e  perlas  e  esclavos  e  navorias  e  piedras  e  ropa  e  otras  qualesquier 
cosas  que  se  oviesen  en  las  tales  entradas»  ^ 

Pero  aun  con  esto  no  quedó  satisfecha  la  codicia  de  los  Oficiales; 
en  la  residencia  tomada  a  Pedrarias  por  el  Licenciado  Salmerón  de- 
clara un  testigo  que  los  Oficiales  enviaban  a  las  entradas  sus  mo- 
zos y  negros,  (dos  cuales  eran  personas  que  no  merecían  llevar  partes 
con  los  otros  que  iban  a  las  entradas  por  no  ser  personas  aviles  para 


funden  y  hacen  piezas.  Los  cristianos  cogen  poco  en  las  minas  que  están  allí  cerca 
por  la  carencia  de  mantenimientos. 

Los  indios  no  pueden  hacei'se  de  paz  para  el  servicio.  Aunque  les  pongan  pri- 
siones se  huyen  y  meten  en  espesuras  y  montañas. 

De  las  entradas  toca  a  cada  uno  cuatro  o  cinco  pesos  y  tres  o  cuatro  esclavos, 
con  que  se  sostendrán  vendiendo  unos  a  la  Española  y  otros  empleándolos  en  las 
sementeras;  para  meter  a  minas  no  tan  presto  los  habrá.  (Acad.^  de  la  Hist.*,  Co- 
lección Muñoz,  tomo  75). 

1  En  la  residencia  tomada  a  Pedrarias  Dávila  por  el  Licenciado  Salmerón 
consta  al  folio  600,  por  la  declaración  de  un  testigo,  que  los  Oficiales  pidieron  que 
en  virtud  de  las  facultades  que  por  Real  Cédula  dictada  en  Aranda  en  2  de  Agosto 
de  1515  para  modificar  de  acuerdo  con  el  Obispo  y  Oficiales  las  instrucciones  que 
se  le  dieron  al  ser  nombrado  Gobernador,  se  acordase  que  tuvieran  como  gratifi- 
cación una  parte  de  los  beneficios  de  las  entradas,  y  en  junta  acordaron  en  9  de 
Noviembre  de  1515  las  referidas  gratificaciones.   (Arch.  de  Indias). 


CXXIV 

la  guerra,  los  quales  llevaban  los  dichos  Capitanes  e  les  daban  sus 
partes  enteras  por  ynteresacion  de  los  dichos  thesorero  y  contador 
e  si  por  ellos  no  fueran  no  les  dieran  las  dichas  parles  enteras  ny 
avn  medias  partes  ny  los  consintieran  a  hir  a  las  dichas  entradas»), 
y  otro  testigo  que  trata  de  justificar  a  los  Oficiales  Reales  declara  '; 
«que  todos  los  que  podian  llevaban  e  enviaban  a  las  dichas  entradas 
hombres  a  partido  como  con  ellos  se  concertaban  a  mitad  o  a  quarto 
porque  les  ayudaban  de  lo  que  avian  menester  para  los  dichos  via- 
ges,  y  que  el  thesorero  y  contador  lo  hacian  como  los  otros  vecinos 
de  la  tierra». 

De  esta  suerte,  las  autoridades  se  hallaban  personalmente  inte- 
resadas en  que  en  las  entradas  se  obtuviera  el  mayor  botín  posible 
para  que  sus  participaciones  fueran  acrecentadas,  y  los  Capitanes  se 
veían  obligados  a  extremar  sus  exacciones,  so  pena  a  su  llegada  a 
Santa  María  de  ser  envueltos  en  interminables  procesos  y  de  que  no 
se  les  volviera  a  confiar  ningún  mando. 

Las  expediciones  de  Ayora  y  Enciso  no  llevaron  socorros  a  los 
que  habían  quedado  en  Santa  María  la  Antigua,  cuya  situación  en 
Febrero  de  1515  era  lan  angustiosa  que  el  Obispo  Fray  Juan  de  Que- 
vedo  en  las  citadas  instrucciones  al  Maestrescuela  Cintado  le  pre- 
venía dijera  al  Rey  «el  pueblo  esta  todo  perdido,  todos  tristes  e  las 
haciendas  del  campo  destruidas  porque  la  grant  necesidad  de  la 
gente,  que  se  caen  muertas  de  hambre  por  las  calles  lo  destruye  todo»; 
el  que  podía  abandonaba  lo  colonia,  no  siendo  de  los  últimos  los  que 
por  sus  cargos  y  significación  estaban  más  obligados  a  permanecer 
en  ella:  el  bachiller  Enciso,  Rodrigo  de  Colmenares,  Gonzalo  Fernán- 
dez de  Oviedo  y  Pedrarias,  sobrino  del  Gobernador,  volvieron  a 
España  en  el  transcurso  del  año,  y  aun  el  mismo  Gobernador  hubiera 
dejado  su  cargo  a  no  impedírselo  los  vecinos  de  Santa  María  funda- 
dos en  que  no  podía  salir  del  país  sin  habérsele  formado  antes  tú 
juicio  de  residencia. 

Los  que  regresaban  a  la  Península  esparcían  por  todas  partes 
el  descrédito  de  aquella  tierra,  a  la  que  habían  ido  con  tantas  ilusio- 


1     En  la  misma  residenciaj  folios  602  y  608. 


cxxv 

lies,  persuadidos  de  que  de  tal  suerte  abundaba  el  oro  en  los  ríos 
que  con  unas  cuantas  redadas  tendrían  suficiente  para  volver  ricos 
a  sus  hogares;  así  se  deshizo  aquella  brillante  expedición  que  parecía 
había  de  realizar  extraordinarias  empresas. 

De  creer  es. que  el  resultado  hubiera  sido  muy  distinto  siendo  el 
Gobernador  Vasco  Núñez  de  Balboa,  así  tiene  que  deducirse  habida 
cuenta  de  lo  que  realizó  antes  de  que  llegase  PedrariasD avila;  «decid 
a  Su  Alteza,  prevenía  el  Obispo  a  Cintado,  como  hallamos  este  pue- 
blo bien  aderezado,  mas  de  doscientos  bohíos  hechos,  la  gente  alegre 
y  contenta,  cada  fiesta  jugaban  cañas  y  todos  estaban  puestos  en 
regocijo,  tenían  muy  bien  senbrada  toda  la  tierra  de  maíz  i  de  yuca, 
puercos  hartos  para  comer,  al  presente  i  ordenado  de  descubrir  la 
tierra,  porque  tenia  mucha  dispusicion  para  ello,  los  caciques  de  al- 
rrcdedor,  ansí  con  o  Careta  y  Ponca  enbiaron  sus  mensajeros  a  re- 
conocer al  gobernador  que  havia  venido  i  ofrecieronsele  para  servillo 
e  truxeronle  presentes  de  los  que  ellos  suelen  hacer,  podía  ir  un  cris- 
tiano i  de  cinco  hasta  diez  y  de  diez  hasta  uno  por  todos  estos  caci- 
(jues  desde  esta  costa  hasta  la  otra  al  poniente,  tan  seguros  como  si 
fueran  quince,  i  cada  cacique  les  daba  de  comer  i  los  guiaba  de  ma- 
nera que  andavan  enlrellos  como  entre  sus  amigos»  ^;  si  Vasco  Núñez 
con  tan  reducidos  e'ementos  había  obtenido  tan  brillante  éxito,  no  es 
aventurado  suponer  que  con  los  grandes  elementos  con  que  contó 
Pedradas  lograra  en  poco  tiempo  emplearlos  con  fruto;  su  dictamen 
de  que  se  enviase  la  expedición  para  poblar  en  Pocorosa,  Tubanama 
y  en  la  costa  de  la  mar  del  Sur  fué  muy  acertado,  pues  sobre  distri- 
buir la  gente  para  hacer  más  fácil  su  manutención,  establecía  pobla- 
ciones en  las  comarcas  donde  se  hallaban  los  indios  amigos  a  fin  de 
consolidar  su  alianza  y  desde  ellas  ir  extendiendo  el  radio  de  acción 
de  la  influencia  española,  explorando  la  tierra  para  descubrir  minas 
y  sobre  todo  servirían  de  puntos  de  etapa  para  la  comunicación  en- 
tre el  Atlántico  y  el  Pacífico;  pero  el  éxito  del  proyecto  dependía  de 
conservar  la  amistad  con  los  indígenas,  y  Ayora,  en  vez  de  fomen- 
tarla, la  destruyó,  ronvirliéndolo*  con  sus  excesos  en  irreconciliables 
adversarios. 


1     Apéndice  número  53. 


CXXVI 

El  desfavorable  juicio  que  de  Vasco  Núñez  tenia  formado  Pedra- 
rias  cuando  partió  de  España  no  lo  modificó  al  ver  la  portentosa 
labor  que  había  realizado  en  Tierra  firme,  sino  que,  por  el  contrario, 
se  convirtió  en  animadversión  personal  cuando  pudo  apreciar,  por  la 
carta  que  el  Rey  le  escribió  en  19  de  Agosto  de  1514,  que  Vasco  Nú- 
ñez con  haber  descubierto  la  mar  del  Sur  se  había  captado  el  favor 
del  Rey;  «desde  aquel  punto  y  hora,  dice  el  Obispo,  jamas  le  ha  po- 
dido mirar  pacificamente  i  aunque  sepa  que  por  su  mano  se  ha  de 
cobrar  la  vida  de  los  que  estamos  acá  no  hará  cosa  por  manos  del 
dicho  Vasco  Nuñez»;  y  agrega,  ujuro  por  la  santa  Consagración  que 
rescebi  que  a  lo  que  yo  creo  ninguno  de  los  que  acá  están  tiene  mas 
entera  voluntad  al  servicio  de  Su  Alteza  ni  con  mayor  arte  ni  maña 
baria  todo  el  bien  que  acá  es  posible  hacerse  en  tanto  que  creo  que 
con  quan  escandalizada  esta  la  tierra  si  el  bolviese  a  entender  entre 
los  caciques  indios  el  los  volviera  a  sosegar  y  pacificar»  \ 

A  pesar  de  que  los  enemigos  de  Vasco  Núñez,  siguiendo  un  pro- 
cedimiento de  descrédito  muy  generalizado  en  las  colonias,  le  acu- 
saban de  haber  ganado  con  dádivas  la  voluntad  del  Obispo,  no  es 
posible  dudar  de  la  sinceridad  de  los  juicios  de  éste,  garantizados 
por  tan  solemne  juramento;  tal  vez  pudiera  tachársele  de  apasionado 
por  la  causa  que  defendía  si  sus  asertos  no  encontraran  confirmación 
en  la  conducta  seguida  por  Pedrarias  reteniendo  a  Vasco  Núñez  en 
Santa  María  la  Antigua  con  el  pretexto  de  la  residencia  y  prefiriendo 
que  la  gente  muriese  de  hambre  en  las  calles  o  abandonase  la  colo- 
nia antes  que  confiarle  misión  alguna  a  pesar  de  saber  que  era  la 
única  persona  capaz  de  someter  de  nuevo  a  los  indios,  salvándose  de 
este  modo  la  situación  dificilísima  por  que  la  colonia  atravesaba. 

Apenas  habían  transcurrido  cinco  meses  desde  el  arribo  de  Pe- 
drarias y  ya  estaba  por  completo  destruida  la  obra  de  paz  y  concor- 
dia realizada  por  Vasco  Núñez;  cuando  llegó  Pedrarias,  españoles  y 
naturales  se  trataban  como  amigos  y  abados;  después  de  las  cruel- 
dades cometidas  por  Ayora  y  Enciso  y  sus  Capitanes,  los  indígenas 
no  vieron  en  los  españoles  más  que  hombres  dispuestos  a  hacerles 


l     Apéndice  número  53. 


CXXVII 

daño,  y  se  aprestaban  a  la  lucha  o  buscaban  su  salvación  en  las  mon- 
tañas; los  caciques  Ponca,  Pocorosa  y  Comogre  que  tan  eficaz  auxi- 
lio prestaron  a  Vasco  Núñez  en  el  descubrimiento  del  mar  Austral,  se 
convirtieron  en  encarnizados  enemigos,  y  Pocorosa  vengó  los  atrope- 
llos de  que  él  y  los  suyos  habían  sido  víctimas  asesinando  en  Noviem- 
bre de  1515  a  los  vecinos  de  la  nueva  villa  de  Santa  Cruz. 


VIH 


Estado  de  la  Gobernación  de  Tierra  firme  en  1515. — Pedrarias  no  permite  ir  a  su 
Gobierno  a  Vasco  Núñez;  envía  éste  por  gente  a  la  Española  y  Cuba  para  lle- 
varla a  Panamá ;  coincide  la  llegada  de  la  gente  con  carta  real  a  Pedrarias 
para  que  reduzca  a  prisión  a  Vasco  Núñez. — Prisión  de  Vasco  Núñez. — Condi- 
ciones en  que  recobra  la  libertad ;  falsas  promesas  de  Pedrarias. — Va  Vasco  Nú- 
ñez a  repoblar  Acia  y  construir  una  Armada  para  descubrir  en  la  mar  del  Sur. 


Aunque  lenlamenle,  el  juicio  de  residencia  avanzaba  en  un  sen- 
tido favorable  a  Vasco  Núñez;  pretendió  éste  en  sus  comienzos  venir 
a  España  a  dar  cuenta  de  lo  ocurrido  en  Tierra  firme  y  del  estado  de 
la  colonia,  pero  a  la  carta  de  23  de  Noviembre  de  1514  en  que  lo  soli- 
citaba contestó  el  Rey  en  2  de  Agosto  siguiente:  «dezis  quisierades 
benir  acá  para  darme  cuenta  de  las  cosas  de  alia  y  fue  mejor  no  benir 
y  asi  sera  bien  quesleis  alia  y  entendáis  en  hazer  lo  que  de  nuestra 
parte  os  dixere  y  mandare  nuestro  lugarteniente  general  que  por  mas 
servido  me  tengo  de  vos  estando  alia  en  esto  que  viniendo  acá))  '; 
esta  respuesta  obedecía  a  que  en  el  mismo  buque  que  trajo  la  carta 
de  Vasco  Núñez  vinieron  otras  dos  de  Pedrarias,  cuyo  contenido  .se 
desprende  de  la  respuesta  que  a  ellas  dio  el  Rey  el  mismo  día  en  que 
lo  hacía  a  Vasco  Núñez:  ((dezis,  escribía  a  Pedrarias,  que  vuestro  Al- 
calde mayor  me  ha  de  escrivir  algunas  cosas  tocantes  a  la  resi- 
dencia de  Vasco  Nuñez  y  hasta  agora  no  lo  ha  hecho,  bien  sera  que 
escriva  todo  lo  que  convenga  consultar  acá  para  que  .se  provea  y 
pues  Vasco  Núñez  es  menester  alia  fue  muy  bien  el  inbiarle  a  la  pro- 
vincia de  el  dabaybe  y  para  su  residencia  no  es  menester  que  el  venga 

1     Apéndice  número  37. 


ex  XX 

acá  syno  solamente  que  se  enbieii  los  procesos  para  que  yo  los  mande 
ver  e  se  provea  sobre  ello  como  convenga  y  entre  tanto  pues  como 
dezis  es  tan  provechoso  bien  es  que  se  este  alia  y  aprovechaos  de 
todo  lo  que  vieredes  ques  menester  y  favorecedle  lo  que  buenamente 
pudieredes  para  que  con  mejor  voluntad  haga  lo  que  le  encomenda- 
redes»  \ 

Antes  de  que  esta  contestación  se  recibiera  en  Tierra  firme  había 
insistido  Vasco  Núñez  con  Pedrarias  en  que  le  dejase  venir  a  la  Pe- 
nínsula; así  se  lo  escribía  el  Obispo  al  Rey  en  20  de  Abril  de  1515: 
(da  residencia  de  Vasco  Nuñez  jamas  se  acabara  aunque  el  ha  rogado 
le  envíen  con  el  proceso  preso  o  suelto  a  V.  A.»  ^. 

La  doblez  con  que  procedía  Pedrarias  hállase  probada  con  la 
contestación  del  Rey  a  sus  carias;  temía,  sin  duda,  que  al  regresar 
Vasco  Núñez  a  España  se  captase  el  favor  real  y  le  desposeyese  del 
cargo,  y  para  conjurar  el  peligro  escribe. que  le  era  allí  necesario, 
en  tanto  que  no  )e  permite  salir  de  Santa  María  la  Antigua  con  el 
pretexto  de  que  por  el  juicio  de  residencia  no  podía  ausentarse  de  la 
villa;  dando  al  propio  tiempo  a  entender  que  temía  se  rebelase  si  le 
confiaba  el  mando  de  una  expedición:  contra  esta  sospecha  el  Obispo 
decía  a  Cintado,  para  que  lo  transmitiera  al  Rey:  «finge  el  Gobernado]' 
que  no  se  fiara  de  Vasco  Nuñez,  siendo  manifiesto  que  aunque  qui- 
siese ser  el  mayor  traidor  que  en  el  mundo  nascio  no  hai  en  que  lo 
pueda  ser  porque  no  es  la  tierra  de  dispusicion  para  que  hombre  que 
mal  haga  se  pueda  íavorescer  ni  absconder  en  ella»  ^. 

Quería  Pedrarias  que  el  Alcalde  mayor  ordenase  la  prisión  de 
Vasco  Núñez  como  resultado  del  proceso,  pero  el  Licenciado  Espi- 
nosa se  mantuvo  firme  en  no  decretarla  por  no  considerarlo  de  justi- 
cia, pues  según  decía,  «de  las  cosas  criminales  de  que  le  acusaban 

1  Apéndice  número  36. 

2  1515,  Abril  20.— A  S.  A.  el  Obispo  (Fr.  Juan  de  Quevedo). 
(f]xtracto). — Cree  que  la  residencia  de  Vasco  Núñez  jamás  se  acabará  aunque 

Núñez  ha  rogado  le  envíen  con  el  proceso  o  svielto  a  V.  A.  ;  aunque  Gobernador 
y  Oficiales  no  tengan  culpa  él  cree  que  la  tienen. — El  Obispo  piensa  en  compo- 
nerlo por  concierto.  Pero  queda  la  duda  si  el  Gobernador  le  dará  gente  con  que 
vaya  a  Adelantamiento  y  Gobernación  porque  según  la  que  se  ha  muerto  e  ido  no 
quedan  trescientos  de  la  que  fué  en  el  Armada.  (Arch.  de  Indias,  l-l-'/os)- 
B     Apindice  número  53. 


CXXXl 

el  esta  libre  o  a  lo  menos  no  con  mas  culpa  que  los  otros  del  pueblo»; 
así  se  lo  manifestó  al  Obispo  y  éste  encargó  a  Cinlado  que  lo  dijera 
en  la  Corte,  y  así  lo  escribió  el  mismo  Alcalde  mayor  al  Rey  en 
30  de  Noviembre  de  1514;  el  extracto  de  esta  caria,  hecho  por  la 
Secretaría  de  Indias  y  que  en  copia  se  halla  inserto  on  el  tomo  75, 
folio  336,  de  la  Colección  Muñoz  de  la  Real  Academia  de  la  Historia, 
dice:  «A  S.  A.  el  Lie.  Espinosa. — A  su  cargo  esta  la  justicia  y  con- 
sulta algunas  cosas,  manda  S.  A.  castigar  los  culpantes  en  descompo- 
ner a  Enciso  y  lo  son  casi  lodos  los  que  fueron  con  el. — En  lo  de  Ni- 
cuesa  ha  hecho  la  probanza  y  todo  el  pueblo  es  culpante  pues  le  lla- 
maron aunque  tuvieron  alguna  causa  para  resistirle. — Se  creo  un 
fiscal  para  la  residencia  (de  Vasco  Núñez).  Respuesta  no  haya  abo- 
gado ni  para  fiscal  ni  para  parte». 

Habiéndose  perdido  el  proceso  es  de  gran  interés  el  extracto  de 
esta  carta,  que  nos  da  noticia  del  dictamen  del  Juez  instructor  sobre 
las  dos  acusaciones  principales  que  contra  Vasco  Núñez  se  formula- 
ban, la  expulsión  de  Nicuesa  y  la  de  Enciso,  y  comprueba  que  sobre 
esto  procedió  Espinosa  con  justicia,  una  vez  que  su  dictamen  coin- 
cide con  lo  que  expuesto  queda  al  hablar  de  aquellos  hechos,  y  que 
de  haber  culpa  no  era  únicamente  de  Vasco  Núñez  sino  de  todos  los 
que  en  ellos  tomaron  parte,  constituyendo  notoria  injusticia  que  a  él 
solo  se  le  procesase  por  ellos,  en  tanto  que  a  los  demás  se  les  hon- 
raba y  favorecía. 

La  imparcialidad  con  que  procedió  Espinosa  le  valió  la  acusación 
de  que  estaba  vendido  a  Vasco  Núñez;  contra  ella  se  rebela  el  Obispo 
en  sus  instrucciones  sobre  lo  que  Cintado  debía  decir  en  la  Corte; 
«esto,  escribe,  es  una  gran!  burla,  antes  fuera  de  la  prisión,  la  qual 
no  se  hizo,  dice  el  Alcalde,  porque  no  era  de  justicia  en  todo  lo  emú  le 
ha  fecho  muchos  agravios  en  hacelle  pagar  cosas  que  parescen  muy 
injustas,  ansi  como  naboi'ias  que  habia  quitado  a  unos  [>ara  dar  a 
otros  como  hombre  que  tenia  cargo  de  la  gobernación,  mandarse- 
las  bolver  a  quien  se  las  tomo  con  los  intereses  que  es  por  cada  dia 
que  estuvo  la  naboría  dada  a  otro  medio  peso  de  oro  y  havia  algunas 
que  havia  mas  de  un  año  que  eran  dadas  i  otras  menos  i  en  tal  ma- 
nera que  cuando  aqui   venimos  valia   la  hacienda   de  Vasco   Nuñez 


CXXXIÍ 

nueve  mili  o  diez  mili  castellanos  i  agora  no  tiene  un  pan  que  comer, 
el  gobernador  tomóle  la  casa  e  diole  por  ella  poco  mas  de  lo  que 
rentaban  las  tiendas  que  liai  en  ellas,  las  tierras  hanselas  tomado 
para  su  alteza,  los  dineros  hanselos  hecho  pagar  a  los  que  se  los  pe- 
dían, queda  como  el  mas  pobre  hombre  de  la  tierra»  \ 

La  situación  de  la  colonia  en  el  año  de  1515  -,  en  que  el  Obispo 
daba  sus  instrucciones  a  üintado  de  lo  que  debía  decir  en  la  Corte, 
puede  sintetizarse  en  pocas  palabras:  los  indios  en  completa  rebel- 
día, las  tierras  sin  labrar,  los  españoles  defraudados  en  sus  espe- 
ranzas de  un  rápido  enriquecimiento,  sucumbían  por  hambre  o 
abandonaban  el  país;  de  más  de  2.0Ü0  hombres  que  en  Santa  María 
la  Antigua  se  reunieron  cuando  llegó  Pedradas  entre  los  que  con  él 
fueron  y  los  que  tenía  Vasco  Núñez,  quedaban  sólo  600  en  23  de  No- 
viembre de  1515,  según  escribía  al  Rey  el  Tesorero  Lapuenle,  y  és- 
tos se  resistían  a  hacer  poblaciones  (cy  no  tenían  otro  fin  syno  ir  en 
las  entradas  y  traer  oro  y  esclavos  para  yrse  a  Castilla»  •',  por  lo 
que  se  les  había  prohibido  salir  de  Tierra  firme,  y  el  Tesorero  pedía 
para  que  fuera  gente  «que  S.  A.  mande  que  todos  los  condenados 
a  muerte  vayan  a  poblar  en  la  tierra  y  los  que  cometieron  delitos  que 
no  merezcan  muerte  vayan  a  resydir  en  ella  por  un  tiempo  limitado 
según  sus  cabsas  y  los  culpados  en  muertes  de  algunos,  seyendo 
perdonados  de  las  partes  como  su  alteza  lo  suele  mandar  yendo  a 
seruir  en  aquellas  partes  por  algún  tiempo  ganen  privilegio  de  per- 
don  de  la  justicia»'^;  el  Tesoro  público  en  constante  déficit  porque 
los  derechos  reales  sobre  el  producto  de  las  minas  y  de  las  contribu- 


1  Apéndice  número  53. 

2  Las  instrucciones  del  Obispo  al  Maestrescuela  Toribio  Cintado  no  tienon 
fecha,  pero  seguramente  son  posteriores  al  día  20  de  Enero  de  1515,  en  que  i.l 
Obispo  escribía  al  Rey  (Arch.  de  Indias,  l-Wje)  anunciándole  que  Vasco  Núñez  y 
él  habían  hecho  el  mapa  de  la  tierra,  de  que  según  las  instrucciones  era  portador 
Toribio  Cintado,  y  también  puede  a-firmarse  que  son  anteriores  al  30  de  Abril  del 
mismo  año,  porque  en  ellas  se  dice  que  los  émulos  de  Vasco  Núñez  se  oponían  a 
que  fuera  al  Dabaibe  y  éste  en  la  citada  fecha  (apénd.  núm.  33)  escribía  al  Rey 
que  le  habían  ordenado  verificar  la  expedición  y  que  se  preparaba  a  emprender  'a 
marcha. 

3  Apéndice  número  48. 

4  Academia  de  la  Historia,  Colección  Muñoz,  tomo  75. 


CXXXTII 

ciones  impuestas  a  los  indios  en  las  expediciones  no  alcanzaba  ni 
con  mucho  a  satisfacer  los  sueldos,  el  Obispo  pedía  al  Rey  que  Pe- 
drarias  fuese  destituido  por  inepto.  El  Tesorero  Pasamonte,  el  que 
regresasen  a  Castilla  Pedrarias,  Obispo  y  Oficiales  y  que  allí  quedase 
Vasco  Núñez  como  estaba  antes  ^;  Pedrarias,  dominado  por  su  carác- 
ter rencoroso  e  instigado  por  los  enemigos  de  Vasco  Núñez  que  explo- 
taban sus  recelos  de  que  pudiera  llegar  a  suplantarle,  no  se  atrevía 
a  tomar  con  él  ninguna  resolución  definitiva  por  la  protección  que  el 
Obispo  le  dispensaba  y  la  resistencia  de  Espinosa  a  reducirlo  a  pri- 
sión, y  sobre  todo  por  el  temor  de  desagradar  al  Rey  que  tanto  se  lo 
había  recomendado  en  la  carta  de  19  de  Agosto  de  1514  -;  el  Licenciado 
Espinosa  que  tan  enérgico  se  mostraba  para  defenderlo  de  los  deli- 
tos que  se  le  imputaban,  lo  dejaba  en  la  miseria  con  sus  arbitrarias 
resoluciones  sobre  responsabilidades  civiles,  y  él  en  tanto  se  veía 
obligado  a  presenciar  cómo  aquellos  hombres  que  como  una  plaga 
habían  caído  sobre  Tierra  firme  destruían  la  obra  que  tanto  tiempo, 
tantos  peligros  y  tantos  trabajos  le  había  costado  realizar,  y  se  apo- 
deraban de  sus  bienes  y  hablaban  de  justicia  y  le  inculpaban  delitos 
y  hacían  alarde  de  rectitud  y  probidad,  cuando  tenían  muchos  más 
motivos  que  él  para  ser  los  acusados  en  vez  de  los  acusadores,  sin 
poder  alegar  en  su  abono  ni  su  valor,  ni  su  pericia,  ni  sus  éxitos. 

Dos  carabelas  que  arribaron  a  Santa  María  la  Antigua  el  20  de 
Marzo  de  1515  ^  fueron  portadoras  de  las  provisiones  reales  nom- 
brando a  Vasco  Núñez  Gobernador  de  las  provincias  de  Panamá  y 
Coiba  y  Adelantado  de  la  mar  del  Sur  como  recompensa  de  los  des- 
cubrimientos que  había  realizado;  si  sólo  la  recomendación  que  el 
Rey  hizo  de  Vasco  Núñez  había  causado  en  Pedrarias  tal  efecto  que 
desde  entonces,  como  dice  el  Obispo,  jamás  le  pudo  mirar  pacífica- 
mente, bien  se  alcanza  la  impresión  que  tanto  a  él  como  a  los  Ofi- 
ciales Reales  causaría  la  noticia  del  encumbramiento  de  aquel  a  quien 
suponían  anulado,  máxime  cuando  las  mercedes  que  se  le  otorgaban 
cerraban  por  completo  el  camino  a  sus  ambiciones;  porque,  en  efecto, 


1  Apéndice  número  57. 

2  Apéndice  número  23. 

3  Apéndice  número  33. 


CXXXIV 


según  las  Cédulas  Reales  la  Gobernación  de  Vasco  Núñez  com- 
prendía <(la  tierra  nueva  aguas  vertientes  de  la  mar  del  Sur  que  es 
desde  lo  alto  de  las  montañas  y  sierras  que  responden  a  la  parte  del 
Norte  de  la  costa  de  Veragua  y  de  las  aguas  vertientes  de  las  dichas 
montañas  y  sierras  hazia  la  mar  del  Sur»  \  es  decir,  los  territorios 
no  explorados  en  que  se  suponía  la  existencia  de  ricas  minas  de  oro, 
en  tanto  que  a  Pedrarias  quedaban  las  comarcas  de  las  que  poco  o 
ningún  fruto  se  podía  obtener  por  su  pobreza  y  haberse  ya  en  repe- 
tidas expediciones  expoliado  a  los  indios  de  cuanto  tenían  de  algún 
valor,  y  correspondía  además  a  Vasco  Núñez  como  Gobernador  de 
los  territorios  de  la  costa  y  Adelantado  del  mar  Austral  tanto  el  des- 
cubrimiento de  las  tierras  que  se  extienden  al  Sur  del  Golfo  de  San 
Miguel,  sumamente  ricas  según  las  noticias  dadas  por  los  indios, 
como  el  de  las  islas  de  las  Perlas  y  del  camino  de  la  especiería,  o  sea 
el  de  las  islas  y  costas  del  extremo  oriental  de  Asia. 

Los  términos  en  que  se  concedió  a  Vasco  Núñez  el  Gobierno 
hacen  presumir  la  lucha  entablada  en  la  Corte  entre  sus  amigos  y 
los  de  Pedrarias,  pretendiendo  los  unos  que  Vasco  Núñez  fuera  por 
completo  independiente  de  Pedrarias,  que  era  lo  que  a  Pasamente  y 
Conchillos  convenía  para  sus  miras  particulares,  y  el  Obispo  de  Pa- 
tencia y  los  amigos  de  Pedrarias  tratando  de  limitar  las  atribuciones 
de  Vasco  Núñez  y  de  someterlo  al  Gobernador  de  Tierra  íirme  a  fin  de 
que  fuera  éste  quien  dirigiera  los  descubrimientos  en  la  mar  del  Sur. 

La  fórmula  que  encontraron  los  que  al  Rey  aconsejaban  en  los 
asuntos  de  Indias  para  resolver  el  conflicto  que  se  les  presentaba  de 
recompensar  a  Vasco  Núñez  sin  menoscabo  de  la  autoridad  de  Pe- 
drarias, que  iba  camino  de  Tierra  firme,  no  pudo  ser  más  desacer- 
tada; bien  conocía  D.  Juan  Fonseca  cuan  duro  y  altivo  era  Pedrarias 
y  pública  y  notoria  era  la  animosidad  que,  inspirada  por  Enciso  y 
Colmenares,  tenía  a  Vasco  Núñez,  contra  el  que  llevaba  instrucciones 
y  ejecutorias  para  procesarle  en  cuanto  se  hiciera  cargo  del  Gobierno; 
tampoco  ignoraban  los  que  intervenían  en  los  negocios  coloniales  las 
energías  de  Vasco  Núñez  y  su  carácter  independiente,  y  sin  embargo. 


1     Apéndice  número  25. 


cxxxv 

no  ennontraron  otra  fórmula  que  nombrarle  Adelantado  de  la  mar 
del  Sur  y  Gobernador  de  las  provincias  de  Panamá  y  Coiba  bajo  la 
dependencia  de  Pcdrarias,  al  que  en  lodo  debía  obedecer  \  y  al 
mismo  tiempo  ordenan  a  éste  le  dé  toda  libertad  en  las  cosas  de  la 

Gobernación (cno  embargante  que  yo  haya  mandado,  dice  el  Rey 

a  Pcdrarias,  poner  en  su  provisión  que  a  de  estar  debajo  de  vuestra 
gobernación»  ^;  de  esta  suerte  pensaron  dejar  a  ambos  contentos, 
sin  tener  en  cuenta  que  a  ninguno  de  los  dos  podía  satisfacer  el  que 
se  mermasen  las  atribuciones  que  creían  corresponderles,  y  que  no 
pudiendo  la  metrópoli  por  la  distancia  y  falta  de  medios  de  comuni- 
cación ejercer  su  poder  moderador,  aquellos  dos  hombres  igual- 
mente enérgicos  y  altivos  habían  de  chocar  y  convertirse  en  irrecon- 
ciliables enemigos,  queriendo  Pedrarias,  fundado  en  los  títulos  que 
le  daba  el  ser  la  autoridad  superior  de  Tierra  firme,  anular  por  com- 
pleto a  Vasco  Núñez,  y  éste,  enorgullecido  con  sus  éxitos,  desligarse 
en  lo  posible  para  ejercer  con  independencia  el  cargo  de  Gobernador 
y  seguir  en  gran  escala  los  descubrimientos  en  la  mar  del  Sur. 

No  quería  Pedrarias  entregar  a  Vasco  Núñez  las  provisiones  rea- 
les concediéndole  las  mercedes,  pero  ante  el  requerimiento  del  Obispo 
no  tuvo  más  remedio  que  ceder  ^,  aunque  resuelto  a  no  consentir  que 
las  disfrutara,  para  lo  que  dispuso  que  se  llevase  a  efecto  la  hacía 
tiempo  proyectada "'  expedición  al  Dabaybe  y  que  al  frente  de  ella 


1  Apéndice  número  29. 

2  Apéndice  número  26. 

3  1515,  Marzo  20,  Santa  María  la  Antigua. — A  S.  A.  el  Obispo  (Fr.  Juan  de 
Quevedo) . 

(Extracto). —  A  buen  tiempo  llegaron  las  dos  carabelas  con  bastimentos,  que 
ya  ni  harina  ni  vino  había. 

Las  provisiones  a  favor  de  Vasco  Núñez  no  se  las  quería  dar  el  Gobernador ; 
diólas  por  requerimiento  del  Obispo  y  fueron  bien  proveídas.  (Arch.  de  Indias, 
1-1-V,J. 

4  1515,  Enero  2. — A  S.  A.  el  Obispo  Fr.  Juan  de  Quevedo. 

(Extracto). — Describe  la  pobreza  de  la  tierra  y  los  muchos  que  han  muerto  <(la 
única  esperanza  está  en  la  provincia  del  Dabaybe» ;  quería  el  Gobernador  enviar 
a  Vasco  Núñez  porque  no  hay  quien  mejor  lo  haga,  y  sus  competidores  reclamaron 
tanto  que  el  Gobernador  no  le  envió  por  no  enojar  a  nadie.  (Acad.^  de  la  Histo- 
ria, Colee.  Muñoz,  tomo  75). 


CXXXVI 

fuera  Vasco  Núñez,  alejándole  de  este  modo  de  Santa  María,  acaso 
con  la  esperanza  de  que  los  indios  o  las  enfermedades  le  libraran  del 
hombre  a  quien  tanto  odiaba. 

En  esta  ocasión,  como  en  todas  desde  que  Pedradas  llegó  a  Tie- 
rra firme,  demostró  Vasco  Núñez  un  exquisito  tacto  para  no  dar  mo- 
tivo a  que  se  le  pudiera  acusar  de  desobediencia;  pudo  muy  bien  ale- 
gar que  en  virtud  de  los  mandatos  del  Rey,  que  Pedrarias  estaba 
obligado  a  obedecer,  era  Gobernador  de  las  provincias  de  Panamá  y 
Coiba  y  que  a  ellas  y  no  al  Dabaybe  le  correspondía  ir,  y  sin  embargo 
a  pesar  de  conocer  que  el  propósito  de  Pedrarias  era  alejarle  de  Sania 
María  y  que  no  fuera  a  su  Gobernación,  se  aprestó  a  cumplir  sus 
órdenes  y  por  el  mes  de  Julio  o  Agosto  de  1515  ^  emprendió  la  mar- 
cha llevando  190  hombres  en  cinco  barcos. 

De  las  vicisitudes  de  la  expedición  dio  cuenta  al  Rey  en  carta 
fecha  26  de  Octubre,  diciéndole  que  siguió  la  costa  del  Golfo  del  Da- 
rien  y  desembarcando  tomó  algunos  pueblos,  pero  no  halló  con  que 
alimentar  la  gente  y  tuvo  que  continuar  hasta  el  Río  Grande,  de  donde 
envió  la  mayor  parte  de  su  tropa  a  una  provincia  llamada  Ibeiba  y 
él  con  50  hombres  en  cuatro  canoas  comenzó  a  remontar  el  río  para 
tomar  un  poblado  que  se  hallaba  a  dos  jornadas;  en  el  camino  salié- 
ronle al  encuentro  ocho  piraguas  tripuladas  por  numerosos  indios; 
la  habilidad  con  que  navegan  sus  piraguas  y  la  prontitud,  rapidez  y 
acierto  con  que  lanzaban  las  varas  que  les  servían  de  armas  ofensivas, 
causaron  tal  desconcierto  en  los  españoles  que  antes  de  que  pudiesen 
defenderse  estaban  heridos  la  mayoría  y  tuvieron  que  buscar  la  salva- 
ción tomando  tierra;  murió  en  la  refriega  el  Capitán  Luis  Carrillo  y  dos 
soldados,  y  fueron  heridos  Vasco  Núñez  en  la  cabeza  y  30  hombres 
más;  marchando  con  grandes  trabajos  lograron  reunirse  los  supervi- 
vientes con  el  resto  de  la  gente,  y  vista  la  carencia  de  alimentos  que 
había  en  la  tierra  acordaron  volver  al  Darien,  reconociendo  que  para 


1  En  8  de  Agosto  de  1515  escribían  Pedrarias,  el  Obispo  y  Oficiales  al  Rey : 
«Vasco  Nuñez  es  ido  a  la  provincia  del  Dabaybe  con  dos  navios  sotiles  dos  carabelas 
y  un  bergantin»  (Acad.^  de  la  Hist.^,  Colee.  Muñoz,  tomo  75)  ;  y  en  20  de  Octubre 
siguiente  daban  los  mismos  cuenta  al  Rey  (apénd.  núm.  42)  del  resultado  de  la 
expedición,  diciendo  que  había  empleado  en  ella  Vasco  Núñez  treinta  días. 


CXXXVII 

la  empresa  que  intentaban  era  precisa  más  gente  provista  de  lo  nece- 
sario para  subsistir  sin  contar  con  los  recursos  del  país  \ 

Con  el  regreso  de  Vasco  Núñez  a  Santa  María  la  Antigua  a  los 
treinta  días  de  su  partida  se  planteaba  de  nuevo  la  cuestión  de  su  ida 
a  las  provincias  de  que  estaba  nombrado  Gobernador,  pero  ya  sobre 
esto  habían  sus  enemigos  formado  un  plan  que  fácilmente  se  des- 
cubre en  los  documentos  que  hasta  nosotros  han  llegado:  en  la  misma 
carta  de  20  de  Octubre  de  1515  en  que  el  Gobernador  y  Oficiales  da- 
ban cuenta  al  Rey  del  fracaso  de  la  expedición  de  Vasco  Núñez  al 
Dabaybe  le  exponían  que  Diego  de  Albitez  se  había  ofrecido  a  des- 
cubrir en  la  mar  del  Sur  ^,  y  en  23  de  Noviembre  el  Tesorero  Alonso 
de  la  Puente  hacía  saber  al  Rey  la  ida  del  Gobernador  a  Panamá,  Co- 
mogre  y  Pocorosa  y  que  Pedrarias  y  los  Oficiales  ((hablan  escripto  a 
Su  Alteza  y  agora  escriben  que  Diego  de  Albitez  tiene  deseo  de  ser- 
vir a  su  Alteza  y  descubrir  en  la  mar  del  Sur»  y  diciendo  (do  que  han 
conocido  del  y  de  su  buena  habilidad»;  añade  el  Tesorero  que  el  pro- 
yecto de  Albitez  era  llevar  por  tierra  los  aparejos  y  bastimentos  de 
los  navios  desde  Careta  al  Golfo  de  San  Miguel  en  la  mar  del  Sur, 
hacer  un  pueblo  en  aquella  costa  y  construir  allí  los  navios  en  los 
que  embarcaría  la  mitad  de  la  gente  e  iría  con  ella  a  explorar  la  costa 
de  levante  hacia  el  Sur  200  ó  300  leguas,  dejando  la  otra  mitad  de  ia 
gente  construyendo  dos  carabelas  con  los  elementos  que  envió  a  su- 
plicar con  el  bachiller  Enciso  para  con  ellas  continuar  las  explora- 
ciones en  vista  de  los  datos  que  adquiriera  en  el  primer  viaje,  espe- 
rando descubrir  el  paso  del  mar  del  Sur  al  Atlántico;  recomienda 
Lapuente  a  Albitez  diciendo  (ces  muy  seruidor  de  Vuestra  Alteza  y 
onbre  para  hazer  lo  que  ofrece  y  platico  en  las  cosas  de  la  mar  y  de 
la  guerra»;  también  escribe  el  Tesorero,  añade  el  extracto  que  la 
Secretaría  hizo  de  esta  carta,  sobre  la  población  de  los  dos  lugares 
«y  enbian  el  memorial  de  lo  que  dio  Diego  de  Albitez  que  les  parece 
cosa  muy  conveniente  y  provechosa  y  que  si  Su  Alteza  se  quisiere 
servir  del  dicho  Diego  de  Albitez  en  lo  que  se  ha  proreferido  del  des- 
cubrir que  ya  cuando  vaya  el  despacho  dello  estaran  principiados  los 

1  Apén(3ice  número  44. 

2  Apéndice  número  42. 


CXXXVIII 

pueblos  y  se  porna  persona  que  los  continué  no  quitándose  al  dicho 
Diego  Alvitez  el  cargo  dellos  pues  ha  fecho  el  principio  y  ofreci- 
miento» \ 

De  este  documento  resulta  que  después  de  recibirse  en  Santa  Ma- 
ría la  Antigua  y  ser  entregadas  a  Vasco  Núñez  las  provisiones  reales 
por  las  que  se  le  nombraba  Gobernador  de  las  provincias  de  Panamá 
y  Coiba,  Pedrarias  confabulado  con  el  Tesorero  Lapuenle  y  con  el 
bachiller  Enciso  pretenden  que  se  conceda  a  Diego  de  Albitez  el  ir  a 
descubrir  desde  el  Golfo  de  San  Miguel  hacia  el  Sur  la  costa  e  islas 
adyacentes,  lo  cual  entraba  dentro  de  la  merced  concedida  a  Vasco 
Núñez  como  Adelantado  de  la  mar  del  Sur,  y  que  Pedrarias  se  prepa- 
raba a  hacer  una  expedición  a  Panamá,  Gomogre  y  Pocorosa  para 
fundar  un  pueblo  en  la  costa  del  Atlántico  y  otro  en  la  del  Pacífico 
dentro  de  la  jurisdicción  del  Gobierno  de  Vasco  Núñez,  a  fin  de  en- 
tregarlos a  Diego  de  Albitez,  si  como  esperaban  se  accedía  a  su  pe- 
tición. 

Con  independencia  de  estas  gestiones  practicaba  otras  en  la  Corle 
Rodrigo  de  Colmenares,  que  en  el  mes  de  Mayo  de  1515,  y  por  tanto 
después  de  recibirse  en  Tierra  firme  los  nombramientos  de  Vasco 
Núñez,  regresó  a  España  como  Procurador  de  los  colonos,  recomen- 
dando en  2  de  dicho  mes  Pedrarias  y  los  Oficiales  al  Rey  ^  que  le 
diese  crédito,  lo  que  demuestra  la  amistad  que  entre  ellos  existía  y 
su  unidad  de  aspiraciones;  en  el  memorial  que  Colmenares  presentó 
trata  de  desacreditar  a  Vasco  Núñez,  diciendo  que  por  las  mentiras 
y  desvarios  que  escribió  se  proveyó  la  Armada  de  Pedrarias  al  revés 
de  como  se  había  acordado  y  «gasto  el  Rey  mas  de  25.000  pesos  de 
oro  que  no  aprovecharon  nada  y  murieron  de  hambre  mas  de  600  de 
los  que  pasaron  con  Pedcarias  porque  fueron  mui  mal  proveídos  ) 
aunque  se  le  tomó  la  residencia  que  mandó  Vuestra  Alteza  no  pudo 
hacerse  justicia  mereciendo  el  mil  muertes,  pues  ganó  con  oro  y  otras 
cosas  a  Gobernador  y  Alcalde  mayor»;  el  fin  que  con  estas  falseda- 
des se  proponía  Colmenares  aparece  claro  en  la  conclusión  al  solicitar 
que  se  le  conceda  el  ir  a  descubrir  la  especiería,  lo  cual  se  obliga  ^ 


1  Apéndice  número  48. 

2  Apéndice  número  35. 


CXXXIX 

hacer  <(en  miii  poco  tiempo  por  aquella  mar,  pues  esta  muy  cerca  i  los 
portugueses  la  traen  entrándose  en  tierras  de  Vuestra  Alteza.  Deveran 
hacerse  tres  carabelas  de  30,  35  i  40  toneladas  embiando  alia  maestros 
y  cosas  necesarias  que  el  luego  las  pagara  pondrá  gentes  e  hará  toda 
la  costa  con  tal  de  que  de  todo  el  provecho  no  de  a  Vuestra  Alteza 
sino  el  Vio-  Si  acomoda  el  dará  memorial  de  todo»  \ 

Pedrarias,  por  su  parte,  dirigió  una  representación  al  Rey  para 
que  se  limitaran  las  gracias  otorgadas  a  Vasco  Núñez  y  dio  instruc- 
ciones a  la  persona  que  las  llevaba  para  lo  que  particularmente  debía 
decir  a  Sus  Altezas;  seria  y  razonada  es  la  representación,  salvo  en 
acoger  la  especie,  que  sobrados  motivos  tenía  para  saber  que  era 
falsa,  de  que  el  descubridor  de  la  mar  del  Sur  no  había  sido  Vasco 
Núñez  sino  Nicuesa;  en  el  documento  hace  observar  lo  indefinidos 
que  resultan  los  límites  de  las  provincias  concedidas  en  gobernación 
a  Vasco  Núñez,  y  más  todavía  el  adelantamiento  de  la  mar  del  Sur, 
«pues  si  se  entiende  toda  su  costa  han  recibido  gran  engaño  Vuestras 

Altezas en  la  costa  de  la  mar  del  Sur  y  en  las  yslas  que  en  ella  ay 

se  encierran  grandysimos  tesoros  e  riquezas  de  oro  e  perlas  y  aljófar 

e  piedras  e  frutas y  no  se  deve  enagenar  en  poder  de  ninguno  tan 

grandes  tesoros  e  riquezas y  tomen  V.  alts.*  en  excmplo  la  merced 

que  se  hizo  al  Almirante  viejo  y  quanto  cuesta  el  desatalla»,  y  termina 
pidiendo  que  la  gobernación  se  limite  a  lo  que  Vasco  Núñez  descubrió, 
«pues  no  seria  razón  darle  lo  descubierto  por  Capitanes  mios  con 
gran  trabajo»,  y  este  concepto  explica  el  empeño  que  Pedrarias  puso 
desde  que  llegó  a  Tierra  firme  de  enviar  expediciones  a  los  territorios 
explorados  por  Vasco  Núñez,  a  fin  de  poder  argumentar  que  caían 
bajo  su  gobierno  por  haberlos  descubierto  y  poblado  su  gente  ^ 

Aunque  en  la  representación  se  ve  claro  el  pensamiento  de  Pe- 
drarias de  reducir  al  mínimum  posible  las  mercedes  que  el  Rey  otorgó 
a  Vasco  Núñez,  guarda  la  forma  serena  y  reposada  que  corresponde 
al  que  estaba  investido  de  tan  alta  autoridad;  pero  en  las  instrucciones 
que  dio  de  lo  que  había  de  decir  al  Rey  la  persona  que  las  entregara, 
da  rienda  suelta  a  sus  enconos  y  lanza  contra  Vasco  Núñez  todo  gé- 

1  Apéndice  número  60. 

2  Apéndice  número  52. 


CXL 

ñero  de  improperios,  nada  razona,  nada  justifica,  lanza  insultos  a 
granel  para  desahogar  su  ira,  sin  comprender  que  lejos  de  perjudicar 
a  Vasco  Núñez  no  hace  más  que  descubrir  el  odio  mortal  que  le  tenía, 
hijo  del  despecho  de  no  poder  aniquilarle;  «de  Vasco  Nuñez  se  dirá 
que  la  condición  que  tiene  y  asy  es  publico  y  notorio  que  no  sabe 
decir  verdad  ni  sentir  ni  tomar  afrenta  azerle  cualquiera  cosa  que 
faga  mal  fecha  de  qualquiera  calidad  que  sea,  no  tener  voluntad  ni 
amor  a  ningún  bueno,  preciarse  de  conversar  e  darse  mucho  a  per- 
sonas cerviles.  Ser  muy  demasyadamente  codicioso,  tener  grande  en- 
vidia de  cualquiera  bien  que  otro  aya,  ser  muy  cruel  e  ingrato,  nunca 
perdonar,  no  sujetarse  a  ningún  consejo,  no  tener  razón  ni  poder  vsar 
della  para  resistir  ningún  apetito  vicioso.  Ser  muy  interesal,  no  tener 
obediencia  e  ninguna  reverencia  a  la  Iglesia  ni  a  sus  ministros.  Ser 
muy  mala  conciencia,  estar  siempre  fundado  en  engañar  a  quien  con 
el  conversare,  quando  se  le  pide  consejo  dalle  siempre  al  revés.  Ser 
muy  entendido  e  procurar  a  justo  e  ynjusto  ser  superior  a  do  quiera 
que  estouiere  procurándolo  con  ligas  e  munipudios  y  por  todas  las 
otras  vias  que  puede  fallar  aparejo  aunque  sea  contra  toda  lealtad 

e  seruicio  que  a  Dios  e  a  Su  Alt.^  se  deva fasta  ver  lo  que  sus 

Alts.^  enbian  a  mandar  sobre  esto  e  lo  que  es  su  seruicio  yo  no  en- 
tiendo de  dar  lugar  quel  dicho  Vasco  Nuñez  salga  desta  cibdad  donde 
le  tengo  detenido  por  razón  de  los  dichos  delitos». 

Ni  la  representación  ni  las  instrucciones  tienen  fecha,  pero  habida 
cuenta  de  que  lo  en  ellas  pedido  es  que  se  determinen  los  límites  de 
las  mercedes  otorgadas  a  Vasco  Núñez  y  que  las  Reales  provisiones 
en  que  se  le  concedían  fueron  recibidas  en  el  Darien  el  20  de  Marzo 
de  1515  \  no  puede  ser  el  escrito  muy  posterior  a  esta  fecha,  y  como 
en  él  se  hace  referencia  a  que  ya  había  vuelto  Vasco  Núñez  de  su 
expedición  al  Dabaibe,  lo  que  efectuó  en  fin  de  Julio  de  1515  ^  y  el 
30  de  Noviembre  ^  siguiente  emprendió  Pedrarias  su  expedición  a 
Comogre  y  Pocorosa  con  el  fin  de  vengar  la  muerte  de  los  cristianos 
en  Santa  Cruz  y  fundar  poblaciones,  es  de  creer  que  la  representa- 


1  Apéndice  número  33. 

2  Apéndice  número  44. 

3  Apéndice  número  51. 


CXLI 

ción  y  las  instrucciones  fueran  escritas  antes  del  viaje,  y  así  lo  abona 
el  que  al  hablar  de  lo  descubierto  por  sus  Capitanes  no  hace  refe- 
rencia a  que  él  fundó  el  pueblo  de  Acia,  como  seguramente  lo  habría 
hecho,  pues  era  argumento  capital  para  la  tesis  que  sostenía  si  la 
protesta  la  hubiera  escrito  después;  además,  documento  e  instruccio- 
nes de  tal  importancia  no  parece  natural  lo  entregara  cualquiera,  y 
precisamente  en  este  tiempo  regresó  a  España  el  bachiller  Enciso  ', 
que  bien  pudo  ser  la  persona  a  quien  las  instrucciones  iban  dirigidas. 

Lo  propuesto  en  la  representación  encaja  perfectamente  en  lo  que 
parece  un  plan  formado  para  anular  las  mercedes  concedidas  a  Vasco 
Núñez;  el  Gobernador  y  Oficiales,  al  propio  tiempo  que  para  desacre- 
ditarle envían  una  información  de  su  desgraciada  jornada  al  Dabay- 
be,  recomiendan  a  Diego  Albilez  que  se  ofrece  a  ir  a  descubrir  en  la 
mar  del  Sur,  siendo  portador  de  la  petición  el  mayor  enemigo  do 
Vasco  Núñez,  el  bachiller  Enciso;  al  tener  Colmenares  conocimiento 
de  los  propósitos  de  Albitez  contribuye  a  su  vez  al  descrédito  del 
Adelantado  presentando  un  memorial  en  el  que  después  de  censurar- 
le duramente  acaba  por  pedir  el  que  a  él  se  le  conceda  la  navega- 
ción a  la  especiería,  y  Pedrarias  en  su  protesta  el  que  la  Goberna- 
ción de  Panamá  y  Coiba  quedara  reducida  a  lo  que  descubrió  Vas- 
co Núñez  y  no  comprendiera  lo  descubierto  por  los  Capitanes,  que 
como  dice  Oviedo  envió  Pedrarias  en  cuanto  llegó  a  Tierra  firme 
con  el  objeto  de  poder  alegar  en  su  día  mejor  derecho  para  la  go- 
bernación de  la  tierra  que  recorrieran  -,  y  para  consolidar  aún  más 
este  derecho  emprende  la  expedición  a  Panamá,  Comogre  y  Poco- 
rosa  para  fundar  una  villa  en  la  costa  de  la  mar  del  Sur  antes  de 
que  en  la  Corte  se  resolviera  sobre  su  representación,  a  fin  de  tenei- 
base  para  si  se  fallaba  en  su  contra  alegar  que  la  población  por  él 
fundada  debía  corresponder  a  su  Gobierno,  y  para  que  Vasco  Núñez 
con  sus  energías  e  iniciativas  no  hiciera  fracasar  sus  planes  lo  retuvo 
en  Santa  María  la  Antigua. 

El  odio  y  la  ambición  unieron  a  Enciso,  Colmenares,  Pedrarias, 


1  En  30  de  Junio  de  1516  presentó  en  Madrid  una  exposición  contra  Vasco 
Núñez.   (Apénd.  núm.  58). 

2  Historia  general  y  natural  de  los  Indias,  libro  XXIX,  capítulo  VIII 


CXLIl 

el  Tesorero  Lapuente  y  el  Capitán  Albitez,  formando  una  coalición 
que  disponía  de  poderosa  influencia  en  la  Corte  y  que  tarde  o  tem- 
prano había  de  conseguir  la  ruina  de  Vasco  Núñez;  pero  aun  tenía 
otro  enemigo  más  temible  porque  sabía  disimular  mejor  sus  intencio- 
nes y  ocultar  su  codicia:  era  éste  el  Alcalde  mayor  Gaspar  de  Espi- 
nosa, que  si  en  un  principio  le  hizo  justicia  no  permitiendo  que  Pe- 
drarias  le  redujese  a  prisión,  se  convirtió  después  en  su  enemigo, 
cegado  como  todos  por  la  ambición  de  las  riquezas  que  esperaba 
hallar  en  los  descubrimientos  en  la  mar  del  Sur. 

Entretanto  no  permanecían  ociosos  Vasco  Núñez  y  sus  amigos, 
tratando  de  desacreditar  a  Pedrarias  y  pidiendo  se  facilitaran  medios 
al  Adelantado  para  ir  a  su  Gobierno;  el  Obispo  escribía  al  Rey  que 
dudaba  que  Pedrarias  diera  a  Vasco  Núñez  la  gente  que  necesitaba 
para  ir  a  Panamá  por  la  poca  que  quedaba  en  Santa  María  ^;  Vasco 
Núñez  solicitó  que  se  le  permitiera  llevar  del  Darien  150  hombres  -,  pe- 
tición que  fué  apoyada  por  el  Tesorero  Pasamente  ^  el  que  además 
proponía  en  vista  del  estado  de  los  asuntos  públicos  en  Tierra  firme 
que  regresaran  a  Castilla  Pedrarias,  el  Obispo  y  los  Oficiales  y  que 
quedase  allí  Vasco  Núñez  como  estaba  antes  de  ir  la  expedición  *. 

Tal  era  el  estado  de  las  cosas  en  Tierra  firme  cuando  Pedrarias 
Dávila  emprendió  el  30  de  Noviembre  de  1515  la  expedición  a  las  pro- 
vincias de  Careta,  Comogre  y  Pocorosa  con  el  propósito  de  castigar 
los  indios  que  habían  dado  muerte  a  los  cristianos  que  habitaban  el 
poblado  de  Santa  Cruz,  y  adelantar  lo  posible  los  descubrimientos  de 
la  costa  de  la  mar  del  Sur  fundando  dos  poblaciones,  una  en  dicha 
costa  y  otra  en  la  del  Atlántico,  para  lo  que  llevaba  250  hombres 
y  12  caballos  en  tres  carabelas  y  un  bergantín;  era  Pedrarias  hombre 
de  grandes  energías,  pero  su  quebrantada  salud  impedíale  realizar 
sus  propósitos  y  su  expedición  quedó  reducida  á  hacer  un  desem- 
barco en  la  punta  de  la  Aguada  en  Caribana  para  averiguar  el  para- 
dero del  Capitán  Becerra  del  que  nada  se  sabía  a  pesar  de  haber  trans- 


1  Véase  la  nota  de  la  página  CXXX. 

2  Apéndice  número  33. 

3  Véase  la  nota  de  la  página  CIX. 

4  Apéndice  número  57. 


CXLIII 

currido  ocho  meses  desde  que  penetró  por  aquella  parte  a  reconoc<ír 
la  tierra,  y  después  de  poner  el  nombre  de  Arias  al  río  que  por  di- 
cha punta  desemboca  en  el  Golfo  del  Darien,  siguió  hasta  el  puerto 
de  Acia,  donde  comenzó  a  fundar;  pero  el  mal  estado  de  su  salud  I** 
obligó  a  regresar  a  la  villa  de  Santa  María,  en  la  que  ya  se  encon- 
traba el  28  de  Enero  de  1516  ^;  le  sustituyó  en  el  mando  de  la  expedi- 
ción el  Alcalde  mayor  Licenciado  Espinosa;  de  lo  que  éste  ejecutó  y 
resultados  que  obtuvo  hemos  de  ocuparnos  en  tiempo  oportuno. 

Hablando  el  P.  Las  Casas  del  nombramiento  de  Luis  Carrillo  para 
ir  al  Río  de  los  Añades,  y  antes  de  referir  la  expedición  de  Juan  de 
Ayora,  dice:  «En  este  tiempo  como  se  le  iba  asentando  la  silla  de  obe- 
decer y  ser  mandado  a  Vasco  Núñez  estando  tan  acostumbrado  a  ser 
obedecido  y  a  mandar  ,  inventó  camino  para  ir  por  sí  a  donde  solo 
gobernase,  para  lo  cual  envió  secretamente  a  Andrés  Garabito  a  la 
isla  de  Cuba  para  que  le  trújese  gente  con  la  cual  por  el  Nombre  de 
Dios  pasase  a  poblar  en  la  mar  del  Sur.  En  este  propósito  no  sé  so- 
bre qué  estribaba  porque  no  creo  que  le  era  venido  el  título  de  Ade- 
lantado de  la  mar  del  Sur  sino  quizá  por  cartas  que  tenía  que  el  Rey 
le  había  hecho  merced  del  porque  ya  que  lo  tuviese  de  presente  no 
parece  que  había  de  pretender  ni  podía  gobernar  sin  estar  subjeto  a 
Pedrarias  y  por  ventura  de  este  principio  comenzó  a  tener  cosqui- 
llas de  sospecha  del  Pedrarias,  de  donde  al  cabo  le  provino  su  final 
daño»  ^ 

Más  adelante,  y  después  de  relatar  la  expedición  de  Vasco  Núñez 


1  1515,  Diciembre  15. — A  S.   A.  el  Licenciado  Espinosa. 

(Extracto). — En  30  de  Noviembre  se  hizo  a  la  vela  Pedrarias  con  2.50  hombres 
en  tres  carabelas  y  un  bergantín  ;  van  12  de  caballo.  Esto  es,  para  el  viaje  de  Ca- 
reta, Comogre  y  Pocorosa  e  la  otra  mar;  saltó  en  Caribana  que  es  de  la  otra 
parte  del  Darien  a  sab;  r  del  Capitán  Becerra  que  hará  ocho  meses  entró  por  allí 
a  descubrir  la  tierra  y  nada  se  ha  sabido  de  él  y  temen  algún  peligro ;  el  desem- 
barco fué  en  el  puerto  de  la  Aguada  y  pusieron  al  río  el  nombre  de  Arias. 

1516,  Enero  28. — A  S.  A.  Alonso  de  la  Puente,  Tesorero. 

(Extracto). — Pedrarias  partió  en  Noviembre  de  1515  con  cuatro  naves  y  260 hom- 
bres, que  desembarcó  r:i  Acra  donde  fundó  un  pueblo,  él  se  quedó  allí  por  e.star 
enfermo  y  los  demás  siguieron  con  el  Alcalde  mayor  y  escrita  esta  carta  llegó 
Pedrarias  desde  Acra.  (Acad.»  de  la  Hist.*,  Colee.  Muñoz,  tomo  75). 

2  Historia  de  las  IjKlias,  libro  III,  capítulo  LXI. 


ex  XX  XIV 

en  busca  del  Dabaide,  escribe  que  en  aquellos  días  «llegó  cierto  navio 
al  Darien  que  trujo  una  provisión  real  por  la  cual  el  Rey  daba  título 
a  Vasco  Núñez  de  Adelantado  de  Goyba  y  Panamá»;  expone  el  mal 
efecto  que  esta  merced  causó  en  Pedrarias,  y  añade  que  ayudó  a 
los  desabrimientos  de  éste  «que  volvió  Andrés  de  Garabito  de  la  isla 
de  Cuba  con  60  españoles  para  seguir  a  Vasco  Núñez  con  armas  y 
otras  cosas  necesarias  para  pasar  por  el  Nombre  de  Dios  a  poblar 
en  la  mar  del  Sur  esperando  que  el  Rey  le  daría  la  gobernación  de  lo 
que  poblase.  Garabito  surgiendo  seis  leguas  del  puerto  envió  secreta- 
mente a  avisar  a  Vasco  Núñez  su  venida.  No  se  le  encubrió  a  Pedra- 
rias la  venida  de  Garabito  y  el  propósito  de  Vasco  Núñez  de  como 
pretendía  sin  él  gobernar,  enviando  al  Rey  por  licencia  para  ello  y 
así  salírsele  de  la  mano,  íuele  oirlo  molestísimo  e  mucho  indignado 
le  mandó  prender  y  meter  en  una  jaula  de  madera;  puesto  que  a  ruego 
grande  del  Obispo  Fray  Juan  de  Cabedo  no  le  metieron  en  la  jaula 
y  al  cabo  Pedrarias  le  mandó  soltar  con  ciertas  condiciones  que  se 
pusieron  entre  ambos.  Posible  cosa  es  creer  que  nunca  las  cosquillas 
de  los  ánimos,  secretas,  cesaron»  \ 

De  estos  párrafos  deducirá  seguramente  el  lector  que  recuerde 
que  las  expediciones  de  Carrillo  y  Ayora  se  emprendieron  a  los  pocos 
días  de  llegar  Pedrarias  al  Darien  ^  que  Vasco  Núñez  antes  de  ser 
nombrado  Gobernador  de  Panamá  y  Coiba  trató  de  establecerse  en 
estas  provincias  separándose  de  la  obediencia  de  Pedrarias,  y  como 
esto  envuelve  una  grave  acusación,  preciso  es  rectificar  lo  expuesto 
por  el  P.  Las  Casas,  el  que  sobre  el  viaje  de  Garabito  a  la  Española 
y  sobre  las  mercedes  otorgadas  a  Vasco  Núñez  tuvo  noticias  muy 
incompletas. 

Los  nombramientos  de  Adelantado  de  la  mar  del  Sur  y  de  Go- 
bernador de  las  provincias  de  Panamá  y  Coiba  a  favor  de  Vasco  Nú- 
ñez se  hicieron  el  23  de  Septiembre  de  1514  ^  y  las  Reales  provisiones 
de  estos  cargos  llegaron  al  Darien  y  fueron  entregadas  a  Vasco  Nú- 

1  Historia  de  las  Indias,  libro  III,  capítulo  LXIV. 

2  La  Armada  mandada  por  Pedrarias  llegó  al  Darien  el  30  de  Junio  de  1514, 
y  consta  que  en  1."  de  Agosto  había  ya  Juan  de  Ayora  emprendido  su  expedición. 
(Apénd.  núm.  32). 

3  Apéndice  número  29. 


CXLV 

ñez  el  20  de  Marzo  de  1515  *;  de  consiguiente,  es  erróneo  lo  que  dice 
Las  Casas  que  después  de  recibir  Vasco  Núñez  el  título  de  Adelan- 
tado pretendía  poblar  en  la  costa  de  la  mar  del  Sur  para  que  el  Rey 
le  diese  la  gobernación  de  aquellas  provincias,  una  vez  que  al  mismo 
tiempo  se  le  nombró  Gobernador  y  Adelantado. 

Respecto  a  la  fecha  en  que  Garabito  fué  por  gente  a  las  islas  de 
Cuba  y  Española,  si  nos  atenemos  a  lo  expuesto  por  el  P.  Las  Casas 
debió  de  ser  antes  de  1.°  de  Agosto  de  1514,  fecha  en  que  ya  consta  que 
Juan  de  Ayora  había  salido  para  la  expedición  2,  y  como  el  regreso  lo 
efectuó  Garabito,  según  veremos,  en  los  primeros  meses  del  año 
1516,  resultaría  que  empleó  más  de  año  y  medio  en  cumplir  su  come- 
tido, lo  que  no  parece  probable,  como  tampoco  lo  es  que  sin  haberse 
aún  resuelto  en  España  las  mercedes  que  por  el  descubrimiento  de  la 
mar  del  Sur  se  habían  de  otorgar  a  Vasco  Núñez  se  arriesgara  éste 
a  enviar  por  gente  para  que  a  su  costa  fuera  a  poblar  en  un  territorio 
sobre  el  que  no  tenía  jurisdicción  alguna,  poniéndose  en  abierta  re- 
beldía con  el  Gobernador  de  la  colonia. 

La  rectificación  de  lo  expuesto  por  el  P.  Las  Casas  nos  la  da  he- 
cha el  Adelantado  Pascual  de  Andagoya,  que  por  hallarse  entonces 
en  Tierra  firme  es  testigo  de  mayor  excepción,  el  cual  escribe  que 
estando  Vasco  Núñez  en  el  Darien,  después  que  se  dio  su  residencia 
envió  sin  que  Pedrarias  supiese  a  lo  que  iba  a  un  Francisco  Garabito 
a  la  isla  de  Cuba  y  éste  trujo  un  navio  con  cierta  gente  y  vino  al 
l)uerto  del  Darien  que  está  legua  y  media  del  pueblo  y  sin  desembar- 
car la  gente  hizo  saber  el  Garabito  a  Vasco  Núñez  como  estaba  allí, 
lo  cual  vino  a  noticia  de  Pedrarias  y  como  aquel  navio  venía  por  él 
para  irse  a  la  mar  del  Sur  le  prendió  e  hizo  una  jaula  en  que  le  metió 
en  la  misma  casa  de  Pedrarias,  y  estando  allí  se  convino  con  él  y  le 
dio  una  hija  por  mujer  que  estaba  en  España  y  recibido  por  yerno 
le  envió  a  la  provincia  de  Acia  a  poblar  ^ 

Las  palabras  de  Andagoya  son  terminantes:  Vasco  Núñez  envió 
a  la  Española  a  Garabito  después  que  se  dio  su  residencia,  y  como 


1  Apéndice  número  33. 

2  Apéndice  número  32. 

3  Apéndice  número  80. 


CXLVI 

ésta  en  su  parle  principal  fué  enviada  a  la  Corle  por  el  Licenciado 
Espinosa  en  Agosto  de  1515  \  cuando  ya  desde  20  de  Marzo  anterior 
tenía  Vasco  Núñez  en  su  poder  el  nombramiento  de  Gobernador  de 
Panamá  y  Coiba  ^,  la  cuestión  queda  reducida  a  apreciar  si  la  depen- 
dencia de  Vasco  Núñez  a  Pedrarias  llegaba  hasta  el  punto  de  que  no 
pudiera  sin  su  permiso  llevar  a  su  Gobierno  gente  para  poblar. 

En  cuanto  Vasco  Núñez  recibió  su  nombramiento  comenzó  a  ges- 
tionar, como  queda  expuesto,  que  se  le  permitiese  llevar  gente  del 
Darien  para  poblar  en  la  costa  de  la  mar  del  Sur;  pero  compren- 
diendo que  los  motivos  que  Pedrarias  alegaba  para  no  conceder  ?1 
permiso  eran  sólo  pretextos,  escribió  al  Rey  en  30  de  Abril  de  1515 
pidiendo  se  le  autorizase  a  sacar  150  hombres  del  Darien  para  llevar- 
los a  su  Gobierno,  y  en  16  de  Octubre  siguiente  insistía  en  solicitar 
que  se  le  permitiera  reclutar  100  hombres  en  Santa  María  y  200  en  ia 
Española  ^',  la  primera  de  estas  solicitudes  la  apoyó  el  Tesorero  Pa- 
samonte,  escribiendo  al  Rey  en  8  de  Agosto  de  dicho  año  que  con- 
vendría dar  a  Vasco  Núñez  para  poblar  Panamá  y  Coiba  150  hombres 
de  los  que  tenía  antes  de  ir  Pedrarias,  porque  éste  no  le  daba  gente, 
y  añadía  que  de  la  Española  no  se  le  podía  enviar  * ;  luego  la  dificul- 
tad que  Pasamonte  encontraba  no  era  el  que  Vasco  Núñez  no  estu- 
viese facultado  para  reclutar  gente  en  las  islas  y  llevarla  a  su  Go- 
bierno sin  previa  autorización  de  Pedrarias,  sino  la  de  que  por  esca- 
sez no  se  le  podía  enviar  de  la  isla  Española,  y  este  mismo  criterio 
debían  tener  las  autoridades  de  Cuba  cuando  permitieron  que  Gara- 
bito sacase  de  allí  los  60  hombres. 

En  el  nombramiento  de  Gobernador  de  Vasco  Núñez  se  le  orde- 
naba estuviera  bajo  la  dependencia  de  Pedrarias;  pero  como  no  se 
deslindaban  las  atribuciones  y  Vasco  Núñez  no  ignoraba  que  a  Pe- 
drarias se  le  había  mandado  que  le  dejara  en  su  Gobierno  la  mayor 
libertad,  pudo  muy  bien  creer,  como  lo  creía  Pasamonte,  tan  expe- 
rimentado en  los  asuntos  del  gobierno  de  las  colonias,  que  estaba 


1  Apéndice  número  45. 

2  Apéndice  número  33. 

3  Apéndice  número  39. 

4  Véase  la  nota  de  la  página  CLX. 


CXLVII 

dentro  de  sus  facultades  el  llevar  la  gente  que  necesitase  al  territorio 
de  su  demarcación,  pues  en  aquella  época  se  hallaban  facultados  para 
ello  los  Gobernadores  \  siempre  y  cuando  que  en  ello  estuvieran  con- 
formes los  de  los  territorios  de  donde  salía  la  gente,  pues  no  están- 
dulo  precisaba  que  recayera  autorización  real,  y  por  eso  la  solicitó 
Vasco  Núñez  para  llevar  gente  de  la  Española  y  del  Darien,  en  donde 
se  oponían  las  Autoridades,  y  no  la  necesitó  Garabito  para  sacar  de 
la  isla  de  Cuba  los  60  hombres  que  en  ella  recinto. 

Desde  que  Vasco  iVúñez  fué  nombrado  Gobernador  de  Panamá  y 
Coiba  y  Adelantado  de  la  mar  del  Sur  se  aumentó  la  mala  voluntad 
que  ya  le  tenía  Pedrarias,  el  que  no  dejó  de  aprovechar  la  ocasión 
que  se  le  presentaba,  y  dando  al  arribo  de  Garabito  y  los  60  hombres 
toda  la  importancia  de  una  rebelión,  como  si  fuera  posible  que  pen- 
sase Vasco  Núñez  declararse  independiente  con  60  hombres,  lo  re- 
dujo a  prisión  y  sólo  lo  puso  en  libertad  cuando  de  él  obtuvo  la  pro- 
mesa de  que  no  pretendería  ir  a  ejercer  los  cargos  de  que  el  Rey  le 
había  hecho  merced,  y  cuando  más  tarde  el  Licenciado  Espinosa, 
Juez  instructor  del  proceso  que  se  le  instruyó  por  el  supuesto  delito 
de  rebelión,  consultó  a  Pedrarias  si  procedía  que  fuera  fallado  por  él 
en  definitiva  o  remitido  a  la  Corte,  Pedrarias  en  el  capítulo  de  cargos 
con  que  contestó,  aducía,  sin  duda  para  probar  la  reincidencia  en 
dicho  delito,  ((que  el  Adelantado  ascondiendose  de  mi,  sin  me  dar  parte 
alguna  dello,  estando  como  estaua  para  la  dicha  residencia,  sin  licencia 
e  facultad  de  sus  altezas  e  sin  la  mia  envió  por  gente  a  la  isla  Espa- 
ñola y  Cuba,  la  qual  vino  a  la  ciudad  del  Darien  en  vna  nao  que  trajo 
e  se  siguió  tanto  escándalo  e  alvoroto  en  la  ciudad  que  sino  le  fuera 
a  la  mano  como  le  fuy  se  alzara  e  se  procurara  de  se  yr  ascondida- 
menle  e  como  mejor  pudiera  e  lo  yntentó  e  procuro  e  yo  para  paci- 
guar  e  sosegar  el  pueblo  con  acuerdo  e  parecer  del  muy  Reverendo 
e  magnifico  Sr.  D.  fray  Juan  de  quevedo  Obispo  e  de  los  señores 
Oficiales  reales  de  sus  Altezas  sin  enbargo  de  todo  lo  susodicho  para 


1     1513,  Julio  4,  Valladolid. — El  Rey  al  Almirante. 

(Extracto). — En  adelante  no  daréis  solo  las  licencias  para  pasar  y  sacar  man- 
tenimientos y  otras  cosas  de  esa  isla  a  otras  partes  sino  juntamente  con  Jueces  y 
Oficiales.   (Acad.a  de  la  Hist.^,  Colee.  Mufxoz,  tomo  90,  fol.  127). 


CXLVIII 

mayor  pacificación  e  sosiego  del  dicho  Adelantado  le  prometi  una 
hija  mia  en  casamiento  con  tanto  que  sus  Altezas  fuesen  deho  servi- 
dos  e  teniendo  esta  confianza  le  di  la  dicha  gente  que  trajo  el  Ca- 
pitán Andrés  Garabito  que  seria  hasta  sesenta  onbres  poco  mas  o  me- 
nos e  mas  desto  trescientos  onbres  los  mejores  o  mas  que  ay  en  todos 
estos  Reynos  e  habrá  dos  años  poco  mas  o  menos  que  con  ella  enuie 
al  dicho  Adelantado  a  acauar  e  fenecer  el  pueblo  desta  villa  de  Acia»  \ 
El  desastre  de  la  expedición  que  de  España  salió  para  Tierra 
firme  a  las  órdenes  de  Pedrarias  produjo  penosa  impresión  en  la 
Corte;  los  que  regresaban  desengañados  por  no  haber  encontrado  las 
riquezas  que  creyeron  hallar,  describían  la  aridez  y  falla  de  recursos 
de  la  tierra  y  las  penahdades  que  habían  sufrido,  dándose  por  con- 
tentos con  haber  salvado  la  vida  y  achacando  todas  las  desgracias  a 
los  que  tan  falsas  noticias  dieron  de  la  bondad  y  riqueza  de  la  tierra, 
y  aunque  Vasco  Núñez  no  había  pedido  tanto  número  de  personas 
como  las  que  fueron,  ni  desde  que  llegaron  estuvo  encargado  de  ía 
dirección  de  los  negocios,  la  opinión  pública,  fomentada  por  las  insi- 
dias de  sus  enemigos,  le  atribuía  la  responsabilidad  de  lo  ocurrido 
e  influyó  de  tal  suerte  en  el  ánimo  de  los  gobernantes,  que  le  hicieron 
caer  de  la  gracia  real,  como  lo  demuestra  el  extracto  que  existe  en 
la  Colección  Muñoz  de  la  Real  Academia  de  la  Historia,  tomo  75, 
folio  336,  de  la  respuesta  dada  a  una  carta  dirigida  al  Rey  por  Vasco 
Núñez  de  Balboa  en  13  de  Diciembre  de  1514,  en  la  que  le  exponía 
«que  ayudaba  o  aconsejaba  al  Gobernador,  pero  que  había  gran  in- 
conveniente en  que  éste  deba  obrar  con  acuerdo  de  Officiales,  y  la  tie- 
rra pide  gobernación  absoluta  si  no  nada  se  hace  con  la  variedad  de  pa- 
receres, que  cuantos  indios  se  habían  tomado  de  entradas  se  habían 
vendido  en  la  Española  y  que  así  en  cuatro  años  se  despoblaría  la 
tierra,  no  pensando  los  que  con  el  Armada  fueron  más  que  en  enri- 
quecerse y  marchar,  y  (jue  nada  había  hecho  Pedrarias  de  lo  orde- 
nado por  el  Rey  para  que  le  fiase  bien  lo  mismo  que  a  los  que  pri- 
mero allí  estaban  habiendo  dado  los  mejores  solares  y  parte  de  tierras 
a  los  Oficiales  y  que  a  él  le  tomó  un  solar  en  que  tenía  hechas  unas 


1     Apéndice  número  66. 


CXLIX 

casas  de  valor  de  más  de  700  pesos»;  a  conliiiuacion  de  esle  extracto 
aparece  la  siguiente  nota:  «Respuesta.  Que  S.  A.  ha  visto  sus  cartas 
y  se  ha  maravillado  mucho  continuar  tanto  en  el  atrevimiento  que 
tuvo  de  escribir  a  S.  A.  cosas  tan  inciertas. ^ — Asi  por  esto  como  por 
las  cosas  y  delitos  que  cometió  al  tiempo  que  se  entremetió  en  usur- 
par la  gobernación  de  aquella  tierra  S.  A.  enbia  a  mandar  a  su  Lu- 
garteniente general  que  haga  lo  que  de  él  sabrá. — Se  escriva  a  Pe- 
drarias  que  esta  le  dé  después  que  le  tenga  a  recabdon. 

No  está  fechada  la  respuesta,  pero  si  se  tiene  en  cuenta  que  la 
carta  a  que  se  contesta  era  de  13  de  Diciembre  de  1514,  y  que  en  2  de 
Agosto  del  año  siguiente  escribía  el  Rey  a  Vasco  Núfiez  ^  respondiendo 
con  frases  laudatorias  a  las  que  le  había  dirigido  en  1.°  de  Agosto  y 
23  de  Noviembre  de  1514,  habrá  que  reconocer  que  la  carta  de  13  de 
Diciembre  de  1514  fué  recibida  en  España  después  del  2  de  Agosto 
de  1515,  y  por  tanto,  que  posterior  a  esta  fecha  fué  la  contestación; 
y  como  ya  entonces  debía  encontrarse  en  la  Corte  Colmenares  ^  y  en 
la  representación  que  más  tarde  hizo  al  Rey  ^  se  emplean  los  mismos 
conceptos  que  en  la  respuesta  se  exponen  achacando  el  fracaso  de  la 
expedición  de  Pedrarias  a  las  mil  mentiras  y  desvarios  que  Vasco 
Núñez  escribió,  por  lo  que  se  proveyó  la  Armada  al  revés  de  lo  que 
se  había  resuelto,  no  parece  aventurado  juzgar,  conocida  la  animosi- 
dad que  contra  él  tenía  y  sus  pretensiones  para  que  se  le  concediera 
el  ir  a  descubrir  la  especiería,  el  que  aprovechándose  del  estado  de 
opinión  que  habían  ci-eado  los  repatriados  fuera  el  inspirador  de  las 
instrucciones  reservadas  que  el  Rey  daba  a  Pedrarias  y  de  la  orden 


1  Apéndice  número  37. 

2  Dice  Oviedo  (lib.  XXIX,  cap.  IX)  que  ocho  o  diez  días  antes  de  partir  él 
del  Darien  llegaron  las  provisiojies  reales  nombrando  a  Vasco  Núñez,  y  como  las 
carabelas  que  las  condujeron  arribaron  el  20  de  Marzo  de  1515,  la  partida  de 
Oviedo  fué  en  los  últimos  días  de  este  mes;  con  él  fué  hasta  la  Española  Rodrigo 
de  Colmenares,  el  cual  vino  a  España  en  unas  naves  que  estaban  para  zarpar,  que- 
dándose allí  Oviedo  más  de  dos  meses  (lib.  XXIX,  cap.  XI),  el  que  ya  sabemos  es- 
taba en  Sevilla  en  1.°  de  Octubre  (Acad.^  de  la  Hist.^,  Colee.  Muñoz,  tomo  75,  fo- 
lio 313  vuelto);  luego  la  licitada  a  E.spaña  de  Colmenares  debió  ser  con  más  de  dos 
meses  de  anterioridad,  o  sea  por  lo  menos  en  el  mes  de  Julio,  y  por  tanto  antes 
que  se  diera  resjiuesta  a  la  carta  de  Vasco  Núñez  de  13  de  Diciembre  de  1514. 

3  Apéndice  número  60. 


CL 

de  que  las  comunicase  a  Vasco  Núñez  después  de  tenerle  a  recaudo, 
o  sea  reducido  a  prisión. 

El  25  de  Noviembre  de  1515,  cinco  días  antes  de  emprender  Pe- 
drarias  la  expedición  a  las  provincias  de  Careta,  Comogre  y  Pocorosa, 
escribía  al  Rey  ^  diciendo  que  había  favorecido  a  Vasco  Núñez  y  mi- 
rado sus  cosas  como  Su  Alteza  se  lo  envió  a  mandar  y  le  concertó  con 
los  que  le  acusaban  criminalmente  y  suspendió  sus  causas  y  que  ha- 
bía mandado  permaneciese  allí  hasta  que  él  volviese  de  la  jornada  a 
que  iba;  de  consiguiente  en  esta  fecha  aun  no  había  recibido  la  carta 
en  que  el  Rey  le  ordenaba  pusiera  a  (crecabdo»  a  Vasco  Núñez,  ni 
había  llegado  al  Darien  el  Capitán  Garabito  con  la  gente  que  había 
reclutado  en  Cuba;  es  más  que  probable  que  al  regresar  Pedradas 
en  28  de  Enero  de  1516  de  su  expedición  encontrara  la  Carta  real  y 
en  aquellos  días  llegara  Garabito,  y  que  ambas  causas  determinaran 
la  prisión  del  Adelantado. 

A  pesar  de  que  ni  Pedro  Mártir  ni  Oviedo  hablan  de  que  Vasco 
Núñez  fuera  reducido  a  prisión,  lo  expuesto  por  el  P.  Las  Casas  no 
puede  ofrecer  duda,  por  estar  confirmado  con  el  testimonio  de  An- 
dagoya,  hallándose  ambos  contestes  en  que  no  fué  puesto  en  libertad 
hasta  que  se  verificó  la  reconciliación  por  mediación  del  Obispo,  se- 
gún afirma  Las  Casas. 

¿Cuáles  fueron  las  condiciones  que  dice  el  P.  Las  Casas  que  se 
pusieron  antre  ambos  para  llegar  al  acuerdo?  Sabemos  por  el  escrito 
de  acusación  de  Pedrarias  «que  éste  prometió  a  Vasco  Núñez  una  hija 
suya  en  casamiento  con  tanto  que  sus  Altezas  fuesen  dello  servidos» 
y  enviarle  a  acabar  el  pueblo  de  Acia  «e  fecho  e  fenecido  el  dicho  pue- 
blo pasase  a  la  mar  del  Sur  en  el  parage  de  la  isla  de  las  Perlas  que 
agora  se  llama  de  Flores  e  pasase  a  la  dicha  ysla  el  cazique  de  la  qual 
estaua  de  pazes  e  hiciese  alli  ciertas  fustas  e  descubriese  con  la  dicha 
gente  i  con  ellas  pacificase  todo  lo  mas  que  pudiese»,  dándole  un 
plazo  para  efectuarlo. 

No  dice  el  escrito  cuáles  fueron  las  concesiones  hechas  por  Vasco 
Núñez,  pero  bien  puede  afirmarse  que  consistieron  en  el  compromiso 


1     Apéndice  número  49. 


CLI 

de  no  reclamar  el  cumplimiento  de  las  mercedes  que  el  Rey  le  otorgó, 
conservando  sólo  el  Ululo  honorífico  de  Adelantado,  pues  ya  en  lo 
sucesivo  no  se  vuelve  a  hablar  de  la  Gobernación  de  Panamá  y  Coiba 
y  va  a  Acia  como  Capitán  de  Pedradas,  y  si  se  le  confía  la  construc- 
ción de  la  Armada  para  ir  a  descubrir  en  la  mar  del  Sur,  es,  en  vir- 
tud de  una  capitulación,  sujeto  a  las  instrucciones  que  se  le  dan  y 
fijándole  un  plazo,  pasado  el  cual  caducaba  el  permiso;  es  decir,  que 
la  concesión  se  le  otorgaba  lo  mismo  que  podía  haberse  otorgado  a 
cualquiera  de  los  vecinos  de  Santa  María  la  Antigua. 

No  resultó  el  Obispo  muy  hábil  diplomático,  y  seguramente  para 
persuadir  a  Pedrarias  de  la  conveniencia  que  para  él  tenía  la  solu- 
ción no  necesitaría  hacer  grandes  esfuerzos;  más  fácil  es  que  tuviera 
que  emplearlos  con  Vasco  Núñez  para  lograr  que  aceptase,  una  vez 
que  se  le  obligaba  a  ceder  derechos  efectivos  a  cambio  de  promesas 
de  cuyo  cumplimiento  no  podía  abrigar  la  mayor  seguridad,  pues 
motivos  tenía  para  dudar  de  la  buena  fe  de  Pedrarias;  si  Vasco  Nú- 
ñez se  sometió  fué  porque  la  fuerza  de  las  circunstancias  a  ello  le 
obligaron,  y  con  la  esperanza,  sin  duda,  de  que  los  descubrimientos 
que  hiciera  en  la  mar  del  Sur  le  devolvieran  el  favor  real. 

Por  parte  de  Pedrarias  puede  asegurarse  que  la  reconciliación  no 
fué  sincera,  pues  sólo  un  padre  desnaturalizado  podía  sacrificar  a  su 
hija  casándola  con  un  hombre  que  a  su  juicio  tenía  todos  los  defec- 
tos y  malas  cualidades  que  relacionó  en  su  memoria  para  que  se  in- 
formase el  Rey  ^;  los  hechos  posteriores  demuestran  que  no  pensó  en 
tal  matrimonio,  del  que  no  se  vuelve  a  hablar,  y  que  con  la  reconci- 
liación sólo  se  propuso  Pedrarias  hacer  desistir  a  Vasco  Núñez  de 
sus  pretensiones  de  ir  a  su  Gobierno  y  utilizar  sus  energías  en  fun- 
dar las  poblaciones  y  construir  la  Armada,  a  fin  de  que  cuando  llega- 
sen las  provisiones  reales  que  se  gestionaban  en  la  Corte  para  que 
Diego  Albitez  fuera  a  descubrir  en  la  mar  del  Sur  estuviese  todo  dis- 
puesto para  que  se  realizase  la  expedición. 


'1     Apéndice  número  52. 


IX 


Vasco  Núñez  repnebla  la  villa  de  Acia  y  comienza  la  construcción  de  cuatro  ber- 
gantines para  descubrir  en  la  mar  del  Sur. — Las  noticias  de  las  crueldades  co- 
metidas con  los  indios  por  el  Licenciado  Espinosa  determinan  al  Rey  a  des- 
tituir a  Pedrarias. — Llegan  a  Santa  María  las  provisiones  concediendo  a  Die- 
go de  Albitez  el  descubrir  en  la  mar  del'  Sur  y  poblar  en  sus  costas. — Vasco 
Núñez  pide  prórroga  de  tiempo  para  terminar  lo  construcción  de  los  bergan- 
tines y  Pedrarias  se  resiste  a  concedérsela. 


Bien  ajeno  de  la  maquinación  que  contra  él  se  urdía,  marchó 
Vasco  Núñez  con  80  hombres  a  repoblar  la  villa  de  Acia  que  había 
sido  abandonada  después  de  los  trabajos  que  para  fundarla  realizó 
Pedrarias,  desplegando  tal  actividad  y  energía  que  al  pasar  por  ella 
el  Licenciado  Espinosa  en  Abril  de  1517  ^  de  regreso  de  su  desdi- 
chada expedición  dice  que  encontró  a  Vasco  Núñez  «poblando  tan 
en  forma  la  villa  de  Acia  como  lo  está  esta  del  Darien  e  alié  muy 
bien  de  comer  como  lo  hallamos  en  Sevilla  e  nao  ansimismo  para  po- 
dernos venir  a  esta  cibdad  como  nos  venimos  en  una  noche»;  para 
obtener  tan  brillante  éxito  empleó  Vasco  Núñez  el  mismo  procedi- 
miento que  en  Santa  María  la  Antigua  de  predicar  con  el  ejemplo; 
organizó  el  Municipio  nombrando  Alcaldes  y  Regidores,  y  no  ha- 
biendo indios  que  hiciesen  la  siembra  dispuso  que  todos  los  españoles 
fueran  a  labrar  por  sí  mismos  los  campos,  siendo  él  el  primero,  por- 
que, dice  Las  Casas,  era  hombre  de  muchas  fuerzas  y  sería  enton- 


1     Apéndice  número  59. 


CLIV 

ees  ^  de  cuarenta  años  y  siempre  en  todos  los  trabajos  llevaba   la 
delantera. 

Terminada  la  población  de  Acia  pasó  Vasco  Núñez  a  Santa  María 
la  Antigua  a  gestionar  lo  relativo  a  la  construcción  de  la  Armada 
para  ir  a  descubrir  en  la  mar  del  Sur. 

No  parece  que  Pedrarias  se  encontraba  decidido  a  cumplir  su 
compromiso,  antes  al  contrario,  pretendía  realizar  él  la  expedi- 
ción; así  se  desprende  del  requerimiento  que  el  3  de  Junio  de  1517  le 
hicieron  el  Obispo  Fr.  Juan  de  Quevedo  y  los  Oficiales  Reales  Puente, 
Márquez  y  Tavira,  y  que  notificó  a  Pedrarias  el  Escribano  Juan  de 
Jáuregui  pidiéndole  que  no  fuera  a  descubrir  en  el  mar  del  Sur  como 
tenía  resuelto,  «porque  su  persona  era  menester  do  están  ellos  para 
tratar  los  negocios  importantes,  fuera  de  que  esta  indispuesto  y  no 
ai  la  gente  ni  navios  que  se  requieren  para  su  acompañamiento.  En- 
tre tanto  podra  V.  S.  mandar  despachar  a  mi  el  factor  e  al  Adelantado 
Vasco  Nuñez  e  a  Diego  de  Albitez  a  las  jornadas  que  esta  acorda- 
do >  2;  sometióse  Pedrarias  a  esta  petición  porque  no  tenía  otro  re- 
medio, una  vez  que  las  instrucciones  reales  que  se  le  dieron  al  ir  a 
Tierra  firme  contenían  la  cláusula  de  que  los  asuntos  de  importancia 
los  resolviese  de  acuerdo  con  el  Obispo  y  Oficiales  y  todos  a  una  se 
oponían  a  su  salida  y  pidieron  se  cumpliese  los  acuerdos  anteriores; 
en  esto  como  en  todos  los  actos  de  Pedrarias  se  puede  apreciar  la 
mala  fe  con  que  procedía,  importándole  poco  el  faltar  a  sus  com- 
promisos con  tal  de  evitar  que  fuera  Vasco  Núñez  a  descubrir  en  la 
mar  del  Sur. 

Obligado  por  el  requerimiento  del  Obispo  y  Oficiales  dio  a  Vasco 
Núñez  200  hombres  y  los  recursos  necesarios  para  construir  algunos 
buques,  y  con  estos  elementos  volvió  el  Adelantado  a  Acia  para  co- 
menzar los  trabajos;  allí  supo  que  Diego  Albitez  había  pasado  a 
la  isla  Española  a  fin  de  recabar,  según  dice  Las  Casas,  de  los  Pa- 
dres Jerónimos  que  la  gobernaban  licencia  para  hacer  un  pueblo  en 
Nombre  de  Dios  y  de  allí  tratar  el  descubrimiento  de  la  mar  del 


1     Historia  de  las  I v dios,  libro  III,  capítulo  LXXIV. 

3     Academia  de  la  Historia,  Colección  Muñoz,  tomo  76,  folio  30. 


CLV 

Sur;  no  quisieron  los  Jerónimos  entrometerse  en  hacer  mudanzas 
y  remitieron  el  asunto  a  Pedrarias,  el  que  mostró  recibir  placer  de  la 
ida  y  vuelta  de  Albitez,  que  llevó  60  hombres  y  víveres  a  Santa  María 
la  Antigua;  no  sabía  Las  Casas  qué  juicio  formar  sobre  si  Pedrarias 
se  alegró  o  no  de  lo  hecho  por  Albitez,  porque  era,  dice,  hombre 
muy  recatado  y  entendido  y  también  como  a  él  le  viniese  gente  y  co- 
sas de  bastimentos  todo  lo  demás  bien  lo  sufría  \ 

El  viaje  de  Albitez  a  la  Española  no  tuvo  por  objeto  el  pedir  a  los 
PP.  Jerónimos  la  autorización  que  dice  el  P.  Las  Casas,  sino  sólo  ol 
de  reclutar  gente;  antes  de  que  lo  emprendiera,  viendo  Pedrarias  y 
los  Oficiales  Reales  que  se  demoraba  la  resolución  en  la  Corte  de  la 
petición  que  tenía  hecha  Albitez  para  (jue  se  le  permitiese  fundar 
una  población  en  la  costa  del  Atlántico,  otra  en  la  del  Pacífico  y 
efectuar  en  éste  expediciones  para  descubrir,  le  otorgaron  el  per- 
miso, prescindiendo  de  las  mercedes  concedidas  a  Vasco  Núñez  y 
sin  contar  con  el  Obispo,  copartícipe  con  ellos  en  el  Gobierno,  e  hi- 
cieron con  él  una  capitulación  que  enviaron  a  la  Corte  para  (pie 
fuese  aprobada,  y  como  para  cumplir  lo  estipulado  necesitaba  Al- 
bitez gente  y  no  la  había  en  Tierra  firme,  Pedrarias  le  dio  cartas 
para  los  PP.  Jerónimos  a  fin  de  que  le  permitieran  reclutarla  en  la 
isla  Española   ^. 

El  momento  en  que  llegó  Albitez  a  la  isla  no  pudo  ser  más  in- 
oportuno: Fr.  Francisco  de  San  Román,  que  había  ido  en  la  expedi- 
ción con  el  Licenciado  Espinosa,  escribió  las  crueldades  que  por  ésie 
se  haDían  cometido  con  los  indios  a  Fr.  Pedro  de  Córdoba  que  se 
hallaba  en  la  Española,  el  cual  entregó  la  carta  al  P.  Las  Casas, 
que  la  trajo  a  Castilla  «para  a  quien  conviniese  mostralla  ^;  sea  por 
este  documento  o  por  otras  fuentes  de  información,  las  noticias 
que  en  la  Corle  se  tuvieron  de  la  conducta  seguida  por  Espinosa  y  su 
gente  causaron  profunda  indignación,  y  la  Reina  en  20  de  Enero  do 
1517  escribió  a  los  PP.  Jerónimos  de  la  Española  enviándoles  relación 
de  los  indios  que  Espinosa  había  hecho  esclavos  para  que  pusieran 


1  Historia  de  las  Indias,  libro  III,  capítulo  LXXIV. 

2  Ai)éndice  número  65. 

3  Historia  de  las  Indias,  libro  III,  capítulo  LXXII. 


CLVI 

remedio,  «pues  lo  hecho  habrá  desasosegado  la  tierra»,  y  al  propio 
tiempo  les  decía  que  había  sido  informada  de  que  de  Tierra  firme 
habían  enviado  por  gente  a  la  isla  Española  y  a  la  de  San  Juan  y  les 
ordenaba  que  de  ninguna  manera  consintieran  que  se  sacase  de  las 
citadas  islas  ni  tampoco  de  Cub^  ni  de  Jamaica,  y  que  si  Pedra- 
das la  necesitaba  le  mandaría  enviar  la  que  hubiera  menester  \ 

Hallábase  en  la  Española  Albitez  reclutando  gente  cuando  se  re- 
cibió esta  orden,  que  determinó  el  que  los  Jerónimos  le  prohibiesen 
continuar  sus  gestiones,  no  permitiéndole  llevar  más  que  los  que  ya 
tenía  reclutados  ^. 

Es  probable  que  los  PP.  Jerómimos  contestaran  a  la  carta  de  la 
Reina  de  20  de  Enero  confirmando  las  noticias  que  contenía  la  rela- 
ción que  a  ella  se  acompañaba;  pero  si  no  fué  por  este  conducto,  la 
Corte  debió  tenerlas  por  otro,  puesto  que  en  22  de  Julio  siguiente 
escribía  la  Reina  a  Pedrarias  con  este  motivo  una  carta  sumamente 
enérgica  diciéndole:  «Savido  emos  lo  sucedido  en  la  entrada  que  higo 
vuestro  Alcalde  mayor  la  tierra  adentro  desas  partes  de  Tierra  firme 
y  ansi  mismo  los  esclavos  que  de  la  dicha  tierra  trajo  y  a  parecido 

cosa  muy  recia  traerse  los  dichos  yndios y  porque  ansi  sobre  esto 

como  sobre  la  gente  que  hemos  savido  que  enbiais  a  pedir  a  la  Espa- 
ñola nos  escrivimos  a  los  Reverendos  y  devotos  padres nuestros 

jueces  y  comisarios lo  que  sobre  lodo  han  de  facer  e  de  proveer 

como  dellos  mas  largamente  sabréis»  le  ordena  les  obedezca  abso- 
lutamente en  todo  lo  que  le  mandaren,  «porque  haziendo  lo  contra- 
rio converna  que  lo  mandemos  castigar  con  mucha  riguridad»  \ 

A  otro  hombre  más  delicado  y  menos  deseoso  de  conservar  ol 
cargo  los  términos  de  la  carta  le  hubieran  obligado  a  abandonarlo, 
porque  toda  la  censura  de  los  atropellos  cometidos  por  Espinosa  re- 
caían sobre  él,  que  siendo  la  autoridad  superior  de  Tierra  firme  no 
había  tomado  resolución  alguna  para  castigarlos,  y  la  forma  dura 
en  que  amenazándole  con  el  castigo  se  le  ordena  que  en  todo  obedezca 


1  Archivo  de  Indias,  139-1-5,  tomo  7.° 

2  Apéndice  número  61. 

3  Apéndice  número  64. 


CLVII 

a  los  Jerónimos,  era  más  que  suficiente  para  que  hubiese  tratado  de 
dejar  el  Gobierno  y  volver  a  España. 

Aunque  ignorara  Vasco  Núñez  toda  la  importancia  de  las  maqui- 
naciones de  sus  contrarios,  no  se  le  pudo  ocultar  la  amistad  que  Pe- 
drarias  y  los  Oficiales  Reales  tenían  con  Albitez  y  que  éste  sin  estar 
debidamente  autorizado  no  se  hubiera  atrevido  a  abandonar  su  pues- 
to, ir  a  la  Española  con  su  pretensión  y  regresar  tranquilamente  a 
Santa  María  la  Antigua,  con  la  gente  que  quiso  seguirle,  a  ponerse 
en  manos  del  Gobernador;  pero  no  teniendo  otro  remedio  y  disimu- 
lando, como  dice  Las  Casas,  dcnvio  a  Compañón,  sobrino  del  mismo 
Diego  de  Albitez,  a  que  viese  si  en  el  rio  de  las  Balsas  que  ya  diji- 
mos salia  a  la  mar  del  Sur  habia  dispusicion  para  hacer  navios»  ', 
orden  en  que  se  ven  sus  propósitos  de  activar  todo  lo  posible  la  obra 
de  ios  barcos  a  fin  de  poder  alegar,  si  su  competidor  lograba  sus 
aspiraciones,  que  por  los  trabajos  hechos  y  gastos  realizados  a  él 
le  correspondía  en  derecho  el  ir  con  ellos  a  descubrir. 

En  tanto  que  Compañón  cumplía  su  cometido  comenzó  Vasco  Nú- 
ñez en  persona,  para  dar  ejemplo  a  su  gente,  a  cortar  y  labrar  en 
Acia  la  madera  necesaria  para  cuatro  bergantines,  y  al  regresar  el 
emisario  con  la  noticia  de  que  el  río  de  las  Balsas  tenía  condiciones 
para  armar  los  buques  dispuso  que  con  la  gente  necesaria  volviera  a 
salir  y  construyera  en  el  punto  más  elevado  de  la  ruta  que  había  de 
seguirse  una  casa  para  almacenar  los  víveres  y  efectos  y  que  a  la  vez 
fuese  })unto  de  etapa  para  los  que  condujeran  los  materiales;  al  pro- 
pio tiempo,  envió  Capitanes  a  recorrer  toda  la  comarca  cautivando 
indios  que  ayudaran  al  penosísimo  trabajo  de  transportar  desde  Acia 
hasta  lo  alto  de  las  montañas,  que  Las  Casas  dice  que  ((habría  sus 
12  leguas  de  tierras  y  ríos  que  ya  se  bajaban  ya  se  subían  hasta  llegar 
a  la  sierra  muy  alta  donde  se  asentó  aquella  guarida»,  y  desde  ella  ba- 
jar al  río  de  las  Balsas  la  madera  que  ya  tenía  labrada  para  dos  ber- 
gantines y  la  clavazón,  anclas,  jarcia  y  herramientas  para  armar  cua- 
tro; lo  primero  que  se  transportó  fué  la  madera,  y  cuando  fué  deposi- 
tada en  el  río  de  las  Balsas  dividió  Vasco  Núñez  su  gente  en  tres  sec- 


1     Historia  de  ¡as  Indias,  libro  III,  capítulo  LXXIV. 


CLVIII 

ciones:  una  encargada  de  requisar  víveres  en  la  comarca  y  cautivar 
indios  para  que  ayudasen  en  los  trabajos;  otra,  para  conducir  desde 
Acia  las  herramientas,  jarcias,  velas,  anclas  y  clavos,  y  la  tercera, 
destinada  a  los  talleres  de  construcción. 

Durísima  fué  la  tarea  de  transportar  tan  pesados  materiales  por 
elevadísimas  montañas,  teniendo  que  atravesar  impetuosos  torrentes 
y  abrirse  camino  a  través  de  una  exuberante  vegetación;  Vasco  Nú- 
ñez  por  su  persona,  refiere  Oviedo,  traía  la  madera  a  cuestas  desde 
el  monte  hasta  el  astillero  donde  se  hacían  los  navios;  «esta  madera, 
escribe  Las  Casas,  se  cargó  sobre  los  indios  que  tenían  por  esclavos 
y  los  que  iban  a  saltear  cada  día  y  su  parte  llevaron  los  negros,  que 
no  eran  sino  obra  de  30,  y  también  cada  uno  de  los  españoles  llevaba 
la  que  podía,  los  trabajos  que  aquí  llevando  y  subiendo  esta  madera 
y  clavazón  y  herramientas  y  después  bajándola  hasta  el  río,  que  por 
todos  se  padecieron  no  pueden  ser  creídos  pero  no  se  halló  que  negro 
ni  español  muriese  de  ellos»;  los  indios,  en  cambio,  no  podían  resistir 
tan  penoso  esfuerzo,  y  Las  Casas  aíirma  que  vio  una  relación  fir- 
mada por  el  Obispo  Fr.  Juan  de  Quevedo  en  que  se  hacía  constar 
que  por  el  transporte  de  los  materiales  para  los  bergantines  habían 
sucumbido  500  indios,  y  añade  que  esta  cifra  no  era  la  verdadera, 
pues  el  Secretario  del  Obispo  le  dijo  que  el  número  de  muertos  lle- 
gaba a  2.000. 

El  plazo  señalado  a  Vasco  Núñez  para  realizar  la  expedición  fué 
hasta  fines  de  Febrero  de  1518;  no  conocemos  documento  en  que  esta 
fecha  se  precise,  pero  sí  sabemos,  que  en  virtud  de  petición  formulada 
en  su  nombre  en  13  de  Enero  de  1518  por  Arguello,  en  la  que  se  hace 
constar  que  ((estaba  pasado  casi  todo  el  tiempo  de  la  concesión,  !e 
fué  otorgada  a  Vasco  Núñez  una  prórroga  de  cuatro  meses  para  efec- 
tuar su  viaje»  \  y  como  en  el  escrito  que  en  12  de  Enero  de  1519 
dirigido  por  Pedrarias  al  Licenciado  Espinosa,  de  que  extensamente 
hemos  de  ocuparnos,  se  hace  constar  que  ((a  lo  mas  tarde  para  San 
Juan  de  este  año  que  pasó»,  o  sea  para  el  24  de  Junio  de  1518,  debía 
haber  enviado  Vasco  Núñez  relación  de  sus  descubrimientos  para  que 
Pedrarias,  el  Obispo  y  los  Oficiales  Reales  resolvieran  (do  que  más 


1     Apéndice  número  62. 


CLIX 

conviniese  al  servicio  de  Sus  yMtezas»  ',  deduciendo  de  la  fecha  24  de 
Junio  de  1518  los  cuatro  meses  de  la  prórroga  que  a  Vasco  Núñez  se 
le  dio  en  13  de  Enero,  resultará  que  la  concesión  le  fué  hecha  hasta 
fines  de  Febrero  de  1518,  lo  que  concuerda  con  lo  expuesto  por  Ar- 
guello el  dicho  día  13  de  Enero  de  que  «estaba  pasado  casi  todo  el 
tiempo  del  plazo»,  puesto  que  sólo  quedaba  hasta  el  24  de  Febrero». 

Viendo  Vasco  Núñez  que  se  aproximaba  el  término  de  la  prórroga 
de  los  cuatro  meses  que  le  había  sido  concedida  sin  que  hubiera  po- 
dido terminar  su  escuadrilla  y  hacer  el  viaje  de  descubrimiento  a  que 
se  hallaba  comprometido,  para  justificar  que  había  comenzado  la  ex- 
pedición embarcó  ciento  y  tantos  hombres  en  los  dos  bergantines  que 
estaban  aparejados,  y  en  el  mes  de  Junio  de  1518,  último  del  plazo,  se 
hizo  a  la  mar  llegando  hasta  un  puerto  situado  a  unas  25  leguas,  pa- 
sado el  Golfo  de  San  Miguel,  y  de  ahí  regresó  a  la  isla  de  las  Perlas 
haciendo  en  el  camino  un  desembarco  para  castigar  a  los  indios  del 
cacique  Chucama,  que  habían  muerto  al  Capitán  Gaspar  de  Morales. 

En  tanto  que  Vasco  Núñez  armaba  los  bergantines  y  realizaba  su 
exploración  en  la  mar  del  Sur,  refiere  Oviedo  ^  «que  se  pasó  aquel 
tiempo  limitado  e  licencia  quel  Gobernador  avia  dado  al  Adelantado 
para  yr  a  aquel  viage  que  pensó  hager  por  la  mar  del  Sur,  e  dieronle 
a  entender  a  Pedrarias  que  pues  el  Adelantado  no  venia  ni  enviaba 
a  dar  racon  de  si  e  de  su  tardanga  que  debia  estar  algado  e  se  querria 
yr  por  Ja  mar  del  Sur  con  aquellos  navios  que  avia  hecho  a  poblar 
en  otras  partes  donde  fuesse  señor  e  no  obedesgiesse  al  Rey  ni  al  Go- 
bernador. Lo  qual  Pedrarias  creyó,  e  los  émulos  del  Adelantado,  que 
eran  los  Officiales  y  el  bachiller  Corral,  viendo  la  dispusicion  quel 
tiempo  les  mostró  en  la  voluntad  del  Gobernador,  para  encender  mas 
su  sospecha  e  quitar  el  crédito  a  Vasco  Nuñez  siempre  le  decían  pala- 
bras de  mas  indignación.  E  estando  las  cosas  en  este  estado  de  opi- 
nión llegaron  carias  del  Adelantado  dando  sus  excusas  al  Gobernador 
de  la  tardanca  a  causa  de  la  dilación  e  tiempo  que  se  había  gastado 
en  la  labor  de  los  navios  hasta  los  echar  al  agua  e  suplicándole  que 
le  prorrogase  el  termino  para  efectuar  su  viage.  La  qual  petición  le 

1  Apéndice  número  66. 

2  Historia  general  Je  las  Indias,  libro  XXIX,  capítulo  XII. 


CLX 

fue  denegada  porque  los  Ofíiciales  e  aquel  bachiller  Corral  degian 
que  en  ninguna  manera  el  Gobernador  le  debia  dar  tal  prorrogación: 
e  asi  el  Gobernador  no  le  respondió  e  dilataba  sin  conceder  ni  negar 
sino  dando  respuestas  equivocas  a  los  solicitadores  e  entreteniendo 
negocios. 

))De  esto  todo  le  aviso  aquel  Hernando  de  Arguello  por  una  carta 
que  le  costo  la  cabera,  en  la  qual  le  escribió  que  no  le  querían  dar 
mas  termino  ni  prorrogación  e  que  le  aconsejaba  que  no  curase  de 
ello  ni  dexase  de  hacer  su  viage;  e  que  hiciese  lo  que  los  padres 
hieronimos  (que  gobernaban  desde  aquesta  cibdad  de  Santo  Domingo 
las  Indias,  como  superiores)  en  aquella  sagon  le  avian  escripto  a 
Vasco  Nuñez,  que  era  que  hiciese  el  viage,  pues  tanto  convenia  al 
servicio  de  Dios  e  del  Rey:  e  que  esto  le  acordaba  el  Hernando  de 
Arguello  que  hiciese,  e  no  se  curasse  de  lo  quel  Gobernador  e  OfO- 
ciales  higiesen  o  dixessen,  pues  avia  gastado  en  la  empressa  e  navios 
su  hagienda  e  la  de  sus  amigos,  con  tanto  tiempo  e  trabaxos». 

Son  por  muchos  conceptos  dignas  de  atención  las  palabras  ác 
Oviedo,  por  la  seguridad  con  que  afirma  los  términos  de  la  carta  de 
Arguello,  y  que  ella  fué  la  que  motivó  su  sentencia  de  muerte;  no 
cabe  duda  de  que  la  había  leído  y  que  debió  obrar  en  el  proceso  que  a 
Vasco  Núñez  y  sus  compañeros  se  instruyó,  proceso  que  tuvo  Oviedo 
varios  días  en  su  poder  y  estudió  detenidamente. 

Confirma  la  carta  lo  que  ya  hemos  expuesto:  de  que  los  enemigos 
de  Vasco  Núñez  no  perdieron  ocasión  de  hacerle  todo  el  daño  posi- 
jjle,  y  aprovechándose  de  que  no  daba  frecuentes  noticias  del  estado 
de  los  trabajos  de  la  Armada  sacaron  partido  de  su  silencio  para  in- 
citar a  Pedrarias  a  que  lo  destituyera  envenenando  su  ánimo  con  la 
sospecha  de  que  pretendía  rebelarse;  también  nos  da  la  carta  la  noti- 
cia importante  de  que  los  PP.  Jerónimos  a  los  que  Pedrarias,  como 
queda  indicado,  se  hallaba  obligado  a  obedecer,  habían  autorizado  a 
Vasco  Núñez  a  que  realizase  la  expedición  para  descubrir  en  la  mar 
del  Sur,  y  por  último  la  persistencia  de  los  Oficiales  Reales  y  del 
bachiller  en  oponerse  a  que  le  fuese  concedida  la  prórroga  y  las  dila- 
ciones de  Pedrarias  en  resolver  «dando,  como  dice  Oviedo,  respues- 
tas equívocas  a  los  solicitadores  y  entreteniendo  los  negocios»,  de- 


CLXI 

muestran  que  éste  se  proponía  ganar  tiempo,  sin  duda  en  espera  de 
que  llegasen  las  provisiones  reales  aprobando  la  capitulación  que  ha- 
bía hecho  con  Albitez,  con  lo  que  estando  éste  autorizado  para  nave- 
gar la  mar  del  Sur  podía  hacerse  cargo  del  mando  de  la  escuadrilla 
construida  por  Vasco  Núñez. 

En  tanto  que  estos  sucesos  se  desarrollaban  en  Tierra  firme  lle- 
garon a  la  Península  el  fraile  franciscano  Francisco  San  Román,  que 
había  ido  en  la  expedición  de  Espinosa,  y  el  Veedor  Fernández  de 
Oviedo;  el  primero,  refiere  Las  Casas,  «contó  en  Sevilla  en  el  Cole- 
gio de  Santo  Tomas  de  la  Orden  de  Santo  Domingo  que  habia  visto 
acuchillar  y  echar  a  perros  en  el  viage  de  Espinosa  sobre  40.000  al- 
mas»; horrorizados  los  dominicos  con  el  relato  de  su  compañero  se 
apresuraron  a  ponerlo  en  conocimiento  del  W  Las  Casas  que  se  ha- 
llaba en  Zaragoza  con  la  Corte,  a  fin  de  que  procurase  que  se  pu- 
siera coto  a  tales  crueldades;  enterado  el  Gran  Canciller  de  lo  ocu- 
rrido por  el  P.  Las  Casas,  encargó  a  éste  que  lo  comunicase  al  Obispo 
de  Patencia,  el  que  a  pesar  de  ser  el  protector  de  Pedrarias  no  pudo 
por  menos  al  leer  la  carta  de  los  dominicos  que  reconocer  la  razón 
que  tenían  y  contestó  a  Las  Casas:  «Decid  a  su  señoría  que  ya  he  yo 
dicho  ques  bien  que  echemos  aquel  hombre  de  alli»  \ 

Las  acusaciones  sobre  el  mal  gobierno  de  Pedrarias  desde  que 
llegó  a  Tierra  firme  formuladas  por  el  Obispo  Quevedo,  Vasco  Nú- 
ñez, el  Tesorero  Pasamonte,  el  Licenciado  Suazo,  Juez  de  residencia 
en  la  Española,  y  por  los  que  de  allí  regresaban,  habían  mermado 
grandemente  su  crédito,  y  sólo  se  sostenía  en  el  cargo  merced  a  las 
grandes  influencias  con  que  contaba,  pero  el  escándalo  que  produje- 
ron las  denuncias  y  la  activa  campaña  sostenida  contra  él  por  el  Pa- 
dre Las  Casas,  al  que  se  unió  Fernández  de  Oviedo,  que  en  su  His- 
toria general  de  las  Indias  (lib.  XXXIX,  cap.  XII)  .se  jacta  de  ha- 
ber sido  el  que  dio  lugar  a  que  .se  le  destituyera,  hicieron  comprender 
a  los  gobernantes  que  no  era  posible  que  continuase  por  más  tiempo 
en  Castilla  del  Oro;  se  acordó  que  lo  relevase  D.  Lope  de  Sosa,  Go- 
bernador de  Canarias,   al  que  le  fué  dirigida  Real  Cédula  en  2  de 


1     IJistoria  (le  las  Indias,  libro  TU,  capít\ilo  CTTT. 


CLXII 

Septiembre  de  1518  consultándole  si  aceptaría  el  cargo  %  y  por  su 
respuesta  afirmativa  se  expidió  el  Real  nombramiento  en  3  de  Marzo 
de  1519  2j  siendo  muy  de  notar,  para  que  pueda  apreciarse  hasta  qué 
punto  las  influencias  dominaban  en  los  Consejeros  del  Rey,  que,  de- 
bido sin  duda  a  las  empleadas  por  los  amigos  de  Pedradas  para  de- 
morar su  relevo  ganando  tiempo  por  si  podían  evitarlo,  transcurrie- 
ron quince  meses  desde  que  Lope  de  Sosa  aceptó  hasta  que  recibió 
el  Real  nombramiento  ^,  y  que  habiendo  sido  la  causa  principal  de 
la  destitución  de  Pedrarias  las  crueldades  cometidas  con  los  indios 
y  muy  especialmente  las  llevadas  a  cabo  por  el  Licenciado  Espinosa 
en  la  expedición  a  las  provincias  de  Paris  y  Nata,  a  los  siete  días  de 
nombrado  Lope  de  Sosa  Gobernador  y  Capitán  general  de  Tierra 
íirme  se  le  dirige  una  Real  Cédula  recomendando  a  Espinosai  y  más 
larde,  en  5  de  Marzo  de  1524  ^,  se  le  ennoblece  concediéndole  escudo 
de  armas  en  premio  de  sus  servicios. 

Poco  antes  de  acordarse  la  destitución  de  Pedrarias  había  logrado 
lo  que  hacía  tres  años  solicitaban  con  tanto  empeño  él  y  los  Oüciales 
Reales:  el  que  se  autorizase  a  Diego  de  Albitez  para  ediíicar  dos  pue- 
blos, uno  en  la  costa  del  Atlántico  y  otro  en  la  del  Pacííico,  y  que 
pudiera  hacer  expediciones  para  descubrir  en  este  último  mar. 


1  Archivo  de  Indias,  139-1-5,  tomo  7.",  folio  8G  vuelto. 

2  Academia  de  la  Historia,  D.  95,  folio  125  vuelto. 

3  1520. — Al  electo  Emperador  D.^  Inés  Cabrera  muger  de  Lope  de  Sosa.  Dice 
que  haviendo  servido  su  esposo  14  años  en  la  gobernación  de  la  Gran  Canaria  ha- 
ciendo renuncia  dése  cargo  fue  provisto  de  la  de  Tierra  firme. 

Desde  que  aceptó  hasta  que  le  llegaron  las  provisiones  pasaron  15  meses  luego 
tres  meses  aderezando  la  nao  e  proveyéndose  con  mucha  costa.  Partió  de  Ca- 
naria en  31  de  Marzo  de  1520.  En  40  dias  llegó  al  puerto  del  Darien  enfermo  e 
murió  antes  de  desenbarcar.  Llevava  consigo  su  hijo  Juan  Alonso  de  Sosa  de  íío 
años  e  su  sobrino  hijo  de  hermano  Juan  Alonso  de  Sosa  por  su  Teniente  General. 

Suplica  la  Gobernación  del  Padre  para  el  hijo  y  otras  mercedes. 

Respuesta. — Se  escriva  a  D.^  Inés  que  S.  M.  le  concede  40.000  maravedís  li- 
brados de  tres  en  tres  años,  a  sus  hijas  ayudará  a  casar,  en  lo  demás  se  tomaran 
informes.  Una  de  las  peticiones  era  merced  de  habito  de  Santiago  para  los  dos 
hijos  e  al  menor  Pedro  Cabrera  reciba  S  .M.  por  Gentilhombre  es  de  22  años  bien 
dispuesto  tan  discreto  como  el  padre.  (Acad.^  de  la  Hist.^^,  Colee.  Muñoz,  tomo  76, 
folio  91  vuelto). 

4  Archivo  de  Indias,  109-1-5,  libro  I,  folio  217. 

6     Colección  de  documentos  inéditos  de  Indias,  tomo  40. 


CLXlIl 

La  Real  Cédula  dirigida  a  Albitez  tiene  fecha  23  de  Marzo  de  l5lS 
y  en  ella  se  le  dice:  «Por  cuanto  el  nuestro  Gobernador  e  Oficiales 
que  residen  en  la  cibdad  del  Darien  ques  en  Castilla  del  Oro,  tomaron 
con  vo¿  ci  Capitán  Diego  Albitez  cierto  asiento  para  que  hicieredes 
dos  pueblos  uno  a  la  parte  del  Norte  al  Goli'o  de  San  Blas  y  Nombre 

de  Dios  y  el  otro  a  la  parle  del  Sur,  al  cacique  Chepo es  nuestra 

merced  que  agora  e  de  aqui  adelante,  cuanto  nuestra  merced  e  vo- 
luntad fuere  seáis  nuestro  Justicia  mayor  de  los  dichos  pueblos 

con  tanto  que  estéis  debajo  de  la  juredicion  e  subjecion  del  que  agora 
es  o  fuese  nuestro  Gobernador  o  lugarteniente  general  de  la  dicha 

Castilla  del  Oro e  otro  si,  vos  damos  poder  e  facultad  para  que 

si  vos  vierdes  ques  cumplidero  a  nuestro  servicio  e  a  la  población  de 
la  dicha  tierra  descubrir  por  la  mar  del  Sur  e  por  la  tierra  adentro 
aguas  vertientes  a  la  mar  del  Sur  vos  damos  licencia  e  facultad  para 
que  a  vuestra  propia  costa  lo  podáis  hacer»  \ 

Si  se  comparan  las  mercedes  otorgadas  a  Vasco  Núñez  con  la  con- 
cesión hecha  a  Albitez,  puede  apreciarse  que  ésta  deroga  a  aqué- 
llas; a  Vasco  Núñez  se  le  nombró  Gobernador  de  las  provincias  de 
Panamá  y  Coiba,  entendiendo  por  tales  el  territorio  comprendido 
«desde  lo  alto  de  las  montañas  y  sierras  que  responden  a  la  parte 
del  Norte  sobre  la  costa  de  Veragua  y  de  las  aguas  vertientes  de  .las 
dichas  montañas  y  sierras  hacia  la  mar  del  Sur»  ^,  sin  fijar  los  límites 
al  Norte  ni  al  Sur  de  la  faja  de  terreno  comprendida  entre  las  mon- 
tañas y  el  mar;  a  Vasco  Núñez,  como  Adelantado  de  la  mar  del  Sur, 
correspondía  las  expediciones  de  descubrimiento,  y  sin  embargo,  sin 
derogar  las  provisiones  reales  en  que  se  le  hacían  estas  mercedes  y 
sin  limitarlas  ni  mencionarlas  siquiera,  se  autoriza  a  Albitez  para 
fundar  poblaciones  en  la  costa  de  la  mar  del  Sur,  para  hacer  expe- 
diciones de  descubrimiento  en  este  mar  y  para  descubrir  por  la  tierra 
adentro  aguas  vertientes  a  la  mar  del  Sur,  es  decir,  en  los  territorios 
de  que  se  había  hecho  Gobernador  a  Vasco  Núñez;  es,  a  nuestro  jui- 
cio, indudable  que  para  expedir  la  Real  Cédula  en  favor  de  Albitez 


1  Apéndice  número  65. 

2  Apéndice  número  25. 


CLXIV 

se  luvieron  presentes  las  dirigidas  a  Vasco  Núñez,  que  se  trataban 
por  ella  de  anular  Lácitanienle. 

Este  i'ué  el  resultado  de  la  larga  campaña  sostenida  contra  Vasco 
Núñez  por  Pedradas  y  los  Oficiales  Reales,  de  acuerdo  con  Enciso  y 
Colmenares,  desde  que  se  recibieron  en  Santa  María  la  Antigua  las 
provisiones  reales  nombrándole  Gobernador  de  las  provincias  de  Pa- 
namá y  Coiba  y  Adelantado  de  la  mar  del  Sur;  pues  no  es  de  olvidar 
que  i'ué  Enciso  el  que  trajo  a  España  la  petición  de  Albitez,  que  Col- 
menares trabajó  cuanto  pudo  por  desacreditar  a  Vasco  Núñez  en  la 
Corte,  que  Pedrarias  y  los  Üíiciales  recomendaban  a  Albitez  al  Rey 
en  su  carta  de  20  de  Octubre  de  1515  ',  que  en  23  de  Noviembre  si- 
guiente bacía  el  Tesorero  Eapuente  al  Rey  grandes  elogios  de  las 
condiciones  personales  de  Albitez  y  de  la  bondad  de  su  proyecto  ",  y 
que  a  pesar  de  la  aparente  reconciliación  de  Vasco  Núñez  con  Pedra- 
rias éste  y  los  Oíiciales  Reales  capitulan  con  Albitez  la  íundación  de 
poblaciones  en  territorio  de  la  Gobernación  de  Vasco  Núñez  y  el  que 
verifique  en  ellos  descubrimientos,  y  Pedrarias  escribe  a  los  PP.  Je- 
rónimos de  la  Española  para  que  le  permitan  sacar  de  la  isla  gente 
con  que  Uevar  a  efecto  lo  capitulado  \ 

Podrá  alegarse  que  lo  concedido  a  Albitez  no  era  incompatible 
con  que  Vasco  Núñez  realizase  descubrimientos  en  la  mar  del  Sur, 
pero  habrá  que  convenir  en  que  se  autoriza  a  hacer  a  Albilez  lo  que 
legalmente  y  en  virtud  de  sus  nombramientos  de  Goberiuidor  y  Ade- 
lantado era  de  la  exclusiva  facultad  de  Vasco  Núñez,  como  era  fun- 
dar poblaciones  en  las  provincias  de  Panamá  y  Coiba  y  realizar  des- 
cubrimientos en  la  mar  del  Sur  y  en  sus  costas  y  aguas  vertientes  a 
dicha  mar,  desde  lo  alto  de  las  sierras  hasta  las  orillas  del  Pacílico, 
o  sea  los  territorios  concedidos  a  Vasco  Núñez;  y  si  se  tiene  en  cuenta 
que  a  pesar  de  haber  reunido  Pedrarias  los  elementos  que  tenía  Vasco 
Núñez  con  los  importantes  contingentes  que  él  llevó  de  la  Península 
no  había  logrado  fundar  una  población  estable,  y  sólo  lo  fué  la  de 
Acia  mediante  el  esfuerzo  realizado  por  Vasco  Núñez  y  el  tiemjjo  y 


1  Apéndice  número  42. 

2  Apéndice  número  48. 

3  Apéndices  númeroa  64  y  65. 


CLXV 

extraordinarios  trabajos  que  a  éste  había  restado  la  construcción  de 
los  cuatro  bergantines,  se  comprenderá  lo  absurdo  que  es  suponer 
que  al  gestionar  l^edrarias  y  los  Oficiales  las  concesiones  para  Albi- 
tez  fuera  con  el  propósito  de  que  se  fundaran  cuatro  poblaciones  y 
se  construyesen  dos  escuadras,  siendo  sólo  su  pensamiento  el  apro- 
vecharse de  las  excepcionales  condiciones  de  Vasco  Núñez  para  que 
adelantase  las  construcciones  hasta  que  llegasen  las  provisiones  rea- 
les en  favor  de  Albitez  y  entonces  (juitarle  el  mando  y  que  éste  rea- 
lizase las  expediciones  de  descubrimiento,  y  que  este  era  el  pensa- 
miento lo  demuestra  la  carta  que  escribió  al  Rey  el  Tesorero  Lapuenlo 
en  23  de  Noviembre  de  1515,  en  la  que  le  decía  que  si  se  quisiera 
servir  de  Diego  de  Albitez  en  lo  del  descubrir  «cuando  venga  el  des- 
pacho dello  estaran  principiados  los  pueblos  y  .se  poma  persona  que 
los  continué  no  quitándose  al  dicho  Diego  de  Albitez  el  cargo  dcllos 
pues  ha  fecho  el  principio  y  ofrerimiento». 

Estos  propósitos  tan  persistentemente  sostenidos  explican  la  in- 
decisa conducta  de  Pedrarias  con  Vasco  Núñez;  en  tanto  que  éste 
pretendió  el  cumplimiento  de  las  mercedes  que  el  Rey  le  otorgara, 
Enciso  y  Colmenares  en  la  Corte  y  los  Oficiales  Reales  y  Pedra- 
rias desde  Tierra  firme,  procuran  por  todos  los  medios  desacredi- 
tarle acusándole  de  lodo  género  de  faltas  y  de  ser  el  causante  del 
estado  precario  de  la  colonia,  y  el  Gobernador  le  retiene  en  Santa 
María  la  Antigua  con  el  pretexto  de  que  no  se  había  terminado  su 
juicio  de  residencia,  pero  aprovechándose  de  sus  conocimientos  (i 
iniciativas;  cuando  Vasco  Núñez  comprende  que  por  el  momento 
toda  resistencia  era  inútil  y  se  aviene  a  la  reconciliación  gestionada 
por  el  Obispo,  desistiendo  de  reclamar  el  cumplimiento  de  las  merce- 
des que  el  Rey  le  otorgara,  I^edrarias  le  ofrece  una  hija  en  matrimo- 
nio y  que  él  será  el  que  como  Capitán  suyo  haga  los  descubrimien- 
tos, pero  le  fija  un  plazo  para  la  repoblación  de  Acia  y  la  construcción 
de  los  bergantines,  dentro  del  que  era  de  todo  punto  imposible  el  que 
se  hubiera  hecho  la  Armada  y  realizado  los  descubrimientos;  apunto 
de  terminar  el  plazo  y  estando  todavía  atrasados  los  trabajos  de  los 
buques,  Pedrarias  se  opone  a  concederle  la  pi'órroga  del  plazo  conve- 
nido, y  sólo  bajo  la  presión  del  Obispo  y  la  de  los  Oficiales  Reales, 


CLXVI 

« 

que  tratan  de  ganar  tiempo  para  que  lleguen  las  provisiones  reales 
en  favor  de  Albitez,  le  concede  una  prórroga  de  cuatro  meses,  bien 
a  conciencia  de  que  dado  el  estado  de  la  construcción  de  los  buques  y 
a  pesar  de  la  extraordinaria  actividad  de  Vasco  Núñez  no  podrían  es- 
tar terminados,  dejando  tiempo  bastante,  dentro  de  los  cuatro  meses, 
para  que  se  realizara  alguna  expedición  de  importancia,  y  cuando 
transcurrida  la  prórroga  vieron  que  ya  la  escuadrilla  estaba  a  punto 
de  terminarse  y  cumplidos  sus  propósitos,  se  niegan  los  Oficiales 
Reales  a  otorgar  una  nueva  prórroga  a  Vasco  Núñez  para  que  pu- 
diera recoger  el  fruto  de  sus  trabajos  realizando  la  expedición  ofi-e- 
cida,  y  Pedrarias  entretiene,  como  dice  Oviedo,  el  resolverla  ganando 
tiempo  para  que  llegase  la  concesión  a  favor  de  Albitez,  que  sus  ami- 
gos gestionaban  en  la  Corle,  y  alegando  entonces  que  Vasco  Núñez 
no  había  cumplido  sus  compromisos  en  el  tiempo  marcado  quitarle 
el  mando  de  la  Armada  y  dárselo  a  Albitez,  en  virtud  de  la  autoriza- 
ción real,  para  que  hiciera  descubrimientos  en  la  mar  del  Sur. 


X 


Llega  a  oídos  de  Vasco  Núñez  que  Lope  de  Sosa  relevaba  a  Pedrarias  en  el  Go- 
bierno de  Tierra  firme  y  que  se  había  autorizado  a  Diego  de  Albitez  para  des- 
cubrir en  la  mar  del  Sur. — Sus  temores  de  que  le  quitaran  el  mando  de  los  barcos 
y  resolución  de  antes  de  entregarlo  hacerse  a  la  mar  para  realizar  los  descu- 
brimientos.— Descúbrese  su  intento,  es  reducido  a  prisión  y  fórmasele  causa. 


Al  regre.sar  Vasco  Núñez  de  su  exi)loración  en  la  mar  del  wSur 
tuvo  noticias  de  haber  ocurrido  novedades  en  la  colonia  que  tenían 
para  él  excepcional  importancia;  una  era  el  regreso  a  España  de  su 
decidido  prolector  el  Obispo  Fray  Juan  de  Ouevedo  \  que  venía  dis- 
puesto a  denunciar  al  Rey  los  excesos  de  Pedrarias  y  sus  Oficiales; 
otra,  que  había  sido  Pedrarias  destituido  del  Gobierno,  relevándole 
Lope  de  Sosa,  y  es  más  que  probable  que  también  llegara  a  su  cono- 
cimiento que  por  Real  Cédula  de  23  de  Marzo  de  1518  se  concedía  a 
Diego  Albitez,  en  forma  tal  que  anulaba  las  mercedes  que  a  él  le  ha- 
bía otorgado  el  Rey,  el  que  pudiese  hacer  descubrimientos  en  la  mar 


1  No  hemos  podido  averiguar  la  fecha  exacta  en  que  salió  de  Tierra  firme  el 
Obispo  Fr.  Juan  de  Quevedo;  hablando  de  los  sucesos  del  año  1518,  dice  el  P.  Las 
Casas  (Ilist.^  de  Jas  Indias,  lib.  III,  cap.  CVI)  :  (cEn  este  tiempo  acordó  el  Obispo 
D.  Fr.  Juan  Cabedo  primer  Obispo  del  Darien  irse  a  Castilla,  partióse  también  con 
el  Gonzalo  Hernández  de  Oviedo»  (esto  nu  es  cierto,  Oviedo  había  regresado  mucho 
antes;  véase  la  nota  de  la  pág.  XLVI). — Estuvo  el  Obispo  en  la  isla  de  Cuba 
algún  tiempo  y  negoció  con  Diego  Velázquez  el  que  gestionaría  con  el  Rey  el  Go- 
bierno de  Tierra  firme.  «Bien  se  creyó,  dice  Las  Casas,  que  Diego  Velázquez  untó 
al  Sr.  Obispo  las  manos».  De  la  Española  pasó  el  Obispo  a  Barcelona  a  principies 
del  año  1519,  falleciendo  al  poco  tiempo  en  un  pueblo  próximo  a  dicha  capital.  (Ca- 
sas.— Historia  de  las  Indias,  lib.  III,  cap.  CLII). 


CLXVIII 

del  Sur;  si  a  esto  se  agrega  que  en  Junio  había  terminado  la  prórroga 
que  tenía  concedida  para  ir  él  a  efectuarlos  y  que  según  le  escribía 
Arguello  los  Oficiales  Reales  se  oponían  a  que  se  le  concediera  otra 
nueva  prórroga  y  Pedrarias  dando  respuestas  equívocas  demoraba 
dictar  resolución,  no  es  de  extrañar  el  que  recelase  que  sus  enemigos 
trataban  de  arrebatarle  el  fruto  de  sus  trabajos  destituyéndole  del 
mando  de  la  Armada. 

Pocas  son  las  fuentes  de  conocimiento  que  nos  quedan  de  los  su- 
cesos que  se  siguieron;  sólo  un  documento  arroja  alguna  luz  y  no 
puede  ser  más  parcial,  el  escrito  en  que  Pedrarias  negó  a  Vasco  Nú- 
ñez  el  recurso  de  apelación  en  la  causa  que  le  instruyó;  de  los  histo- 
riadores contemporáneos  Las  Casas  se  ocupa  extensamente  de  ellos, 
pero  el  que  merece  mayor  crédito  es  Fernández  de  Oviedo,  el  cual 
manifiesta  que  tuvo  el  proceso  en  su  poder  varios  días  «e  leyle  todo 
e  pusele  cuento  a  todas  las  hojas  por  letras  e  rubriquelas  de  la  señal 
de  mi  firma  porque  no  se  pudiese  hurtar  hoja  ni  autos.  Este  proceso 
fue  después  llevado  por  el  escribano  a  Panamá  e  como  el  Gobernador 
e  Alcalde  mayor  vieron  aquel  cuento  e  rubricas  mias  sospecharon 
que  yo  habia  notado  las  faltas  e  méritos  del  proceso  en  daño  dellos. 
E  por  esto  sospeche  que  avian  dado  orden  en  mi  muerte  e  trabajos»  ^ 

A  falta  de  documentos  originales,  al  testimonio  de  Oviedo  tenemos 
que  atenernos  para  conocer  los  hechos  tal  y  como  en  la  causa  resul- 
taban. 

Para  averiguar  lo  que  hubiera  de  verdad  sobre  el  relevo  del  Go- 
bernador, dice  Oviedo  que  Vasco  Núñez  acordó  con  Andrés  de  Val- 
derrábano,  Luis  Botello  y  Fernán  Muñoz  comisionar  al  Capitán  An- 
drés de  Garabito  que  iba  a  Acia  por  materiales  para  terminar  la 
construcción  de  los  dos  bergantines  que  faltaban  para  completar  los 
cuatro  de  que  debía  componerse  la  escuadrilla. 

Las  instrucciones  que  según  Oviedo  llevó  Garabito  fueron  que  al 
volver  de  su  comisión  dijese  si  había  venido  nuevo  Gobernador. 
«Albricias!  albricias!  quel  Adelantado  Vasco  Nuñez  es  Gobernador 
de  Tierra  firme,  e  le  diessen  giertas  cartas,  en  que  paresgiese  que 


1     llisturia  general  de  las  Indias,  libro  XXIX,  capítulo  XV. 


CLXIX 

le  yba  el  aviso  dello.  Lo  qual  él  hagia  e  fingía,  porque  si  la  gente  su- 
piera que  avia  Gobernador  nuevo  en  la  tierra,  no  la  pudiera  tener  o 
se  le  tornarían  al  Darien,  e  también  porque  si  gobernador  nuevo 
oviera,  sospechaba  que  le  quitaria  el  cargo,  por  le  dar  a  algún  pa- 
riente o  amigo  suyo,  o  le  deternia  y  él  perderla  su  tiempo  e  trabaxo 
e  lo  que  avia  gastado:  e  que  si  este  mensagero  que  avia  de  yr  a  Acia 
no  hallasse  nueva  de  la  venida  del  nuevo  gobernador,  dixesse  que  no 
avia  otro  Gobernador,  ni  nueva  del,  sino  Pedradas  Davila,  e  que  es- 
taba muy  bueno  e  alegre  en  aver  sabido  del  adelantado  Vasco  Nuñez 
e  que  le  enviaba  la  prorrogación  que  le  avia  enviado  a  pedir». 

«Estas  cartas  y  espías  fueron  tomadas  por  un  Francisco  Benitez, 
escribano  que  era  alli  en  Acia  e  dio  aviso  en  continenti  a  Pedrarías: 
el  qual  escrivio  luego  muy  sobradamente  como  padre,  al  adelantado, 
e  lo  envío  a  llamar  desde  Acia,  a  donde  se  avía  ydo;  e  luego,  como 
hijo,  obediente,  vino  alli  a  ver  al  gobernador  e  saber  lo  quel  quería 
mandar,  pensando  que  estaba  en  su  gracia  como  era  ragon.  Pero  assi 
como  llego  le  higo  prender  e  assimesmo  fueron  presos  el  Capitán  An- 
drés Garabito  e  Luís  Botello  e  Fernán  Muñoz  e  Andrés  de  Valderra- 
bano  e  Hernando  de  Arguello,  porque  avia  escripto  la  carta  que  de 
susso  al  adelantado.  Estando  assi  pressos,  fue  aconsejado  el  Garabito 
que  descubriesse  lo  que  sabia  de  este  negocio  e  pidiesse  misericordia 
e  merced  de  la  vida;  e  assi  lo  higo,  e  dixo  al  gobernador  e  juro  lo 
que  es  dicho  e  por  esta  su  confession  o  declaragíon  le  fué  remitida  o 
perdonada  la  culpa  o  parle  que  le  cabía  en  el  concierto  que  es  dicho, 
pues  avia  descubierto  aquella  traygion,  que  se  les  imputaba  al  ade- 
lantado e  sus  consortes»  \ 

El  relato  que  hace  el  P.  Las  Casas  no  difiere  en  lo  substancial  del 
de  Oviedo  en  cuanto  a  la  intención  con  que  Vasco  Núñez  envió  a  Acia 
al  Capitán  Garabito;  pero  sí  en  lo  relativo  a  cómo  llegaron  los  hechos 
a  conocimiento  de  Pedrarías;  «temiendo  Vasco  Nuñez,  escribe  Las 
Casas,  que  si  Lope  de  Sosa  iba  de  Gobernador  le  quitase  los  navios 
y  diese  la  empresa  a  alguno  de  los  que  llevase  consigo,  hablando 
una  noche  con  un  Valderrabano  y  con  un  clérigo  llamado  Rodrigo 


1     Historia  general  de  las  Indias,  libro  XXIX,  capítulo  XII. 


CLXX 

Pérez  dijoles:  Según  lo  mucho  que  ha  que  vinieron  las  nuevas,  quel 
Rey  tenia  proveido  por  Gobernador  a  Lope  de  Sosa  desta  tierra  fir- 
me, no  parece  posible  que  o  no  sea  venido  o  no  haya  nueva  de  ser 
cercana  su  venida  y  si  es  venido  Pedrarias  mi  señor  ya  no  tiene  la 
gobernación  y  asi  nosotros  quedamos  defraudados  de  nuestros  de- 
seos y  tantos  trabajos  como  en  esto  hemos  puesto  quedan  perdidos 
parece  pues  que  para  haber  noticia  de  lo  que  nos  conviene  sera  bien 
que  vaya  el  Capitán  Francisco  Garabito  a  la  villa  de  Acia,  con  de- 
manda del  hierro  y  pez  que  nos  falta  y  sepa  si  es  venido  porque  si 
lo  fuese  se  torne  y  nosotros  acabaremos  los  navios  y  proseguiremos 
nuestra  demanda  y  como  quiera  que  nos  suceda  de  creer  es  que  el 
que  gobernase  nos  recibirá  de  buena  voluntad  porque  le  ayudemos 
y  sirvamos,  pero  si  Pedrarias  mi  señor  todavia  tuviese  la  goberna- 
ción dalle  han  parte  del  estado  en  que  quedamos  y  proveerá  de  lo 
que  pedimos  y  partirnos  hemos  a  nuestro  viage  del  qual  espero  en 
Dios  que  nos  ha  de  suceder  lo  que  tanto  deseamos.  Dijose  que  cuando 
esto  Vasco  Nuñez  hablaba  comenzó  a  llover  y  que  la  guarda,  per- 
sona que  velaba  su  cuarto  se  recogió  debajo  del  tejado  de  la  casa 
donde  Vasco  Nuñez  estaba  por  no  mojarse,  el  cual  oyó  como  decia 
que  convenia  irse  con  los  navios  su  viage  no  entendiendo  mas  de  la 
platica  ni  porque  causa  y  ampliando  en  su  pensamiento  que  aquello 
era  quererse  huir  de  Pedrarias  y  con  esta  opinión  o  error  calla  y  no 
da  parte  a  nadie  hasta  que  fue  tiempo  de  poder  dañar  diciendolo  a 
Pedrarias»  \ 

Lo  expuesto  por  Oviedo  representa  la  versión  oficial,  que  sin 
duda  dedujo  de  la  causa  formada  a  Vasco  Núñez  y  sus  compañeros: 
y  el  reíalo  de  Las  Casas,  lo  que  entre  los  españoles  residentes  en  el 
Darien  se  dijo  sobre  aquellos  sucesos,  por  ser  más  que  probable  que 
lo  tomase  como  hizo  con  gran  parte  de  lo  que  refiere  sobre  Tierra 
firme  de  la  obra  La  Barbárica,  escrita  por  Tobilla,  que  residía  en- 
tonces en  Santa  María  la  Antigua. 

Coinciden  ambos  relatos  en  que  Vasco  Núñez  abrigaba  el  temor 
de  que  se  le  quitase  el  mando  de  la  escuadrilla  con  que  habían  de  ha- 


1     Historia  de  las  Indias,  libro  III,  capítulo  LXXV. 


CLXXI 

cerse  los  descubrimientos  en  la  mar  del  Sur,  y  aunque  suponen  que 
este  temor  sólo  lo  tenía  para  en  el  caso  de  que  fuese  nuevo  Goberna- 
dor, si  los  historiadores  hubieran  estado  enterados  de  las  maquina- 
ciones de  Pedrarias  y  el  Tesorero  Lapuente  para  que  se  encomendase 
la  empresa  al  Capitán  Albilez,  habrían  podido  apreciar  que  el  mayor 
riesgo  para  Vasco  Núñez  consistía  precisamente  en  que  Pedrarias 
continuase  en  el  Gobierno. 

No  existen  datos  para  afirmar  que  Vasco  Núñez  estuviera  al  tanto 
de  los  propósitos  de  sus  enemigos,  pues  aimque  despertó  sus  recelos, 
según  dice  Las  Casas,  el  viaje  de  Albitez  a  la  Española  con  objeto  de 
que  los  PP.  Jerónimos  le  autorizasen  a  sacar  gente  para  ir  a  descubrir 
en  lo  mar  del  Sur,  estos  recelos  debieron  amortiguarse  con  el  fracaso 
de  la<=;  gestiones  de  su  competidor  y  con  la  confianza  de  que  el  Obispo 
le  avisara  en  caso  de  peligro;  pero  si  las  negociaciones  se  lleva- 
ron tan  en  secreto  que  ni  Fray  Juan  de  Ouevedo  se  enteró  de  ellas, 
pues  como  queda  expuesto  las  cartas  que  del  particular  trataban 
fueron  escritas  por  Pedrarias  y  sus  Oficiales  sin  contar  con  él, 
ni  llegaron  a  conocimiento  de  los  cronistas,  una  vez  dictada  la  Real 
Cédula  de  23  de  Marzo  de  1518  otorgando  a  Albitez  el  hacer  los 
descubrimientos,  ya  no  era  fácil  que  continuara  el  secreto  ni  existía 
ya  razón  para  guardarlo,  y  teniendo  Vasco  Núñez  sus  Procuradores 
en  Sevilla,  así  como  llegó  a  él  la  noticia  de  haberse  acordado  que 
Lope  de  Sosa  relevara  a  Pedrarias  en  el  Gobierno  de  Tierra  firme 
debió  llegar  también  la  de  la  concesión  hecha  a  Albitez,  despertando 
sus  anteriores  recelos  y  viendo  un  peligro  para  él  más  inminente  en  que 
Pedrarias  continuase  en  el  Gobierno  que  no  el  de  que  le  sustituyera 
Lope  de  Sosa,  cuyas  intenciones  desconocía,  en  tanto  que  estaba  bien 
convencido  de  la  malquerencia  que  le  tenían  Pedrarias  y  la  gente  que 
le  rodeaba. 

Y  esto  no  es  una  suposición  nuestra;  el  temor  de  Vasco  Núñez  de 
ser  relevado  lo  expone  el  mismo  Pedrarias  en  el  escrito  de  acusación 
que  contra  él  dirigió  al  Licenciado  Espinosa  en  12  de  Enero  de 
1519  \  diciendo  que  Vasco  Núñez  había  enviado  mensajeros  a  Acia 


1     Apéndice  numero  66. 


CLXXII 

((a  le  avisar  de  lo  que  pasaba  e  si  hauia  mandamiento  o  mandamien- 
tos de  sus  Altezas  o  de  otro  Gobernador  que  obiese  venido  e  suzedido 
en  el  dicho  oíicio  para  el  estoruar  el  yr  llevando  por  engaños  o  por 
fuerza  a  los  dichos  navios»;  es  decir,  que  no  sólo  temía  Vasco  Núñez 
el  que  hubiera  llegado  Lope  de  Sosa  y  dispuesto  su  relevo,  sino  tam- 
bién el  que  éste  hubiera  sido  decretado  por  «Sus  Altezas»;  por  lo  que 
parece  claro  que  con  mayores  o  menores  visos  de  certidumbre  había 
llegado  a  su  noticia  la  concesión  hecha  a  Albitez,  lo  que  llevaba  con- 
sigo, una  vez  que  había  transcurrido  el  plazo  que  a  Vasco  Núñez  se  le 
había  concedido  para  hacer  los  descubrimientos,  el  que  se  le  negase 
la  prórroga  que  tenía  solicitada  y  fuera  Albitez  el  que  se  encargara 
de  efectuarlos. 

Respecto  a  lo  que  Vasco  Núñez  pensara  hacer  en  vista  de  las  noti- 
cias que  le  comunicase  el  Capitán  Garabito,  pocos  datos  se  conservan, 
y  éstos  aparecen  bastante  confusos;  la  crítica,  sin  embargo,  debe  reco- 
nocer que  es  absurda  la  especie  que  sus  enemigos  propalaron  de  que 
conspiraba  para  declararse  independiente;  solamente  un  hombre  pri- 
vado de  razón  podía  albergar  tal  pensamiento,  y  aunque  lo  hubiera 
concebido  seguro  es  que  no  habría  encontrado  quien  le  secundara; 
el  atrevidísimo  paso  dado  mas  tarde  por  Hernán  Cortés  de  rebelarse 
contra  la  autoridad  de  Velázquez,  no  podría  en  ningún  caso  admitir 
parangón  con  el  de  Vasco  Núñez,  pues  aunque  Cortés  destruyó  sus 
naves,  siempre  le  quedó  la  esperanza  de  ser  socorrido  desde  las  próxi- 
mas islas  a  pesar  de  la  enemiga  de  Velázquez,  y  en  último  extremo 
con  los  materiales  que  de  sus  navios  conservó  podía  armar  algunos 
bergantines  para  comunicarse  con  las  Antillas  o  con  España,  como  los 
armó  para  navegar  la  laguna  de  Méjico;  Vasco  Núñez,  de  haber  eni- 
prei^dido  la  expedición  a  la  mar  del  Sur  con  ánimo  de  emanciparse  de 
la  dependencia  de  Pedrarias,  hubiera  quedado  completamente  aislado, 
y  sin  tener  refuerzos  ni  recursos  de  ninguna  clase  su  gente  hubiera 
sucumbido  por  la  lucha  con  los  indios  o  la  acción  del  tiempo:  iría,  por 
tanto,  a  un  desastre  seguro,  y  ni  es  verosímil  que  este  fuera  su  pen- 
samiento, ni  el  que  encontrase  quien  lo  secundara. 

El  propósito  de  Vasco  Núñez,  que  lo  mismo  podía  responder  al 
temor  que  hacía  ostensible  por  la  llegada  de  Lope  de  Sosa,  como  el 


CLXXIIl 

que,  (MI  nuestro  juicio,  disimulaba  {¡or  no  producir  escisiones  en  su 
gente  de  ser  relevado  por  Albitez,  se  halla  sintetizado  por  el  P.  Las 
Casas  en  las  palabras  que  pone  en  boca  de  Vasco  Núñez  sobre  lo 
que  pensaba  hacer  en  el  caso  de  que  ya  hubiera  llegado  Lope  de  Sosa: 
((acabaremos  los  navios  y  proseguiremos  nuestra  demanda  y  como 
({uiera  que  nos  suceda  de  creer  es  que  el  que  gobernase  nos  recibirá 
de  buena  voluntad  porque  le  ayudemos  y  sirvamos»;  es  decir,  que  su 
intención  era  solamente  hacerse  a  la  mar  antes  de  que  pudiera  ser 
relevado,  realizar  los  descubrimientos,  y  si  la  suerte  le  era  propicia 
y  encontraba  las  riquísimas  tierras  de  que  tanto  le  hablaban  los  in- 
dios, refiriéndose  al  Perú,  volver  con  la  seguridad  de  que  el  éxito  ha- 
ría que  se  le  perdonase  la  falta  que  había  cometido  de  emprender 
la  expedición  después  de  terminado  el  plazo  que  para  efectuarla  se 
le  había  dado  y  antes  que  se  le  otorgase  la  prórroga  que  tenía  soli- 
citada; y  es  tanto  más  de  creer  que  tales  fueran  sus  propósitos, 
cuanto  que  al  llevarlos  a  efecto  no  haría  más  que  repetir  lo  que  tan 
brillante  resultado  le  había  producido,  cuando  al  saber  las  acu- 
saciones que  contra  él  se  habían  formulado  en  la  Corte  y  que  estaba 
acordada  su  destitución  del  cargo  de  Capitán  y  Alcalde  mayor  del 
Darien,  emprendió  la  atrevidísima  expedición  en  que  descubrió  l-a 
mar  del  Sur,  lo  que  lo  valió  el  recuperar  el  favor  del  Rey  y  el  obtener 
como  premio  los  nombramientos  de  Gobernador  de  las  provincias  de 
Panamá  y  Coiba  y  de  Adelantado  de  la  mar  del  Sur. 

Desgraciadamente  para  Vasco  Núñez  todas  las  circunstancias  ha- 
bían coincidido  en  contra  suya  en  aquellos  momentos:  los  odios  de 
Pedradas  habíanse  aumentado  con  la  noticia  de  su  relevo,  que  nece- 
sariamente tenía  que  atribuir,  como  en  realidad  ei-a  en  gran  parte, 
a  las  continuas  denuncias  de  su  conducta  formuladas  por  Vasco  Nú- 
ñez y  sus  amigos;  el  regreso  a  España  del  Obispo  Fray  Juan  de  Que- 
vedo,  que  le  privaba  de  su  decidido  protector  y  dejaba  el  camino  ex- 
pedito a  Pedrarias  para  cometer  todo  género  de  violencias  contando 
como  contaba  con  la  aquiescencia  de  los  Oficiales  Reales;  la  Real 
Cédula  de  23  de  Marzo  do  1518  que  otorgaba  a  Albitez  los  descubri- 
mientos en  la  mar  del  Sur  avivó  las  ambiciones  del  Tesorero  Lapuen- 
te,  que  veía  llegado  el  momento  decisivo  do  relevar  a  Vasco  Núñez 


CLXXIV 

con  Albilez,  y  más  cauto  que  todos  ios  demás,  el  Licenciado  Espinosa 
soñaba  con  ser  el  descubridor  de  aquellas  riquísimas  regiones  en  las 
que  todos  cifraban  tan  grandes  esperanzas. 

Por  rara  coincidencia  se  encontraban  en  igual  situa*ción  los  dos 
rivales:  Vasco  Núñez,  temiendo  ser  relevado  del  mando,  veía  su  sal- 
vación en  hacerse  a  la  mar  con  su  gente,  esperando  que  el  éxito  que 
obtuviera  le  colocaría  en  condiciones  de  obtener  el  favor  real  y  con 
él  la  independencia  que  tanto  anhelaba;  Pedrarias,  al  tener  noticia 
de  estar  acordado  su  relevo,  tuvo  también  que  pensar  que  si  antes 
que  éste  llegara  lograba  que  la  expedición  dirigida  según  sus  órde- 
nes por  persona  por  él  nombrada  realizaba  un  descubrimiento  de 
gran  importancia,  aparte  del  lucro  que  le  produjera,  le  devolvería  el 
aprecio  y  confianza  de  la  Corona. 

La  mina  estaba  cargada,  faltaba  sólo  quien  aplicara  la  mecha,  y 
fué  el  Escribano  Francisco  Benítez  el  que  con  sus  denuncias  produjo 
la  explosión. 

En  cuanto  de  ellas  tuvo  noticias  Pedrarias,  escribió  a  Vasco  Nú- 
ñez para  que  se  trasladase  a  Acia  a  fin  de  ultimar  los  preparativos  de 
la  Armada  y  envió  al  Capitán  Francisco  Pizarro  para  que  saliese  a 
su  encuentru  y  lo  prendiera,  como  así  lo  efectuó,  conduciéndole  a 
Acia,  donde  comenzó  en  seguida  a  instruírsele  proceso. 

Al  propio  tiempo  que  Pedrarias  escribía  a  Vasco  Núñez  envió  a 
la  costa  de  la  mar  del  Sur  a  Bartolomé  Hurtado  para  que  sofocase 
lodo  conato  de  rebelión  que  pudieran  provocar  los  amigos  de  Vasco 
Núñez  y  se  hiciera  cargo  del  mando  de  la  gente  que  allí  estaba. 

Como  cómplices  en  los  delitos  que  se  imputaban  a  Vasco  Núñez 
fueron  presos  y  procesados  Luis  Botello,  Fernán  Muñoz,  Andrés 
de  Valderrábano,  Hernando  de  Arguello  y  el  Capitán  Andrés  Gara- 
bito, si  bien  este  último  fué  puesto  en  libertad  en  premio  de  haber 
confirmado  con  sus  declaraciones  las  denuncias  hechas  por  el  Escri- 
bano Francisco  BeníLez. 


XI 


Vasco  Núñez  y  sus  compañeros  son  condenados  a  la  pena  de  muerte  y  ejecutados 
en  Acia. — Consideraciones  sobre  los  cargos  formulados  por  Pedrarias  en  el  es- 
crito en  que  negó  la  apelación  de  la  sentencia  ante'  el  Rey. — Semblanza  de 
Vasco  Núñez. 


Inútiles  han  sido  cuantas  gestiones  hemos  practicado  en  averigua- 
ción del  paradero  de  los  procesos  instruidos  a  Vasco  Núñez  y  sus 
compañeros;  sólo  sabemos  que  por  Real  Cédula  de  1.°  de  Abril  de 
1525  se  ordenó  al  Alcalde  mayor  de  Castilla  del  Oro  remitiese  al  Con- 
sejo de  Indias  los  procesos  originales  formados  por  Gaspar  de  Espi- 
nosa contra  Andrés  de  Valderrábano  y  Hernando  de  Arguello  y  con- 
sortes, a  fin  de  resolver  demandas,  sobre  devolución  de  los  bienes 
que  dejaron,  presentadas  por  la  viuda  de  Arguello  Ana  Ruiz  y  los  her- 
manos de  Valderrábano  Francisco,  Diego,  Isabel,  Ana  y  Catalina, 
reiterándole  la  orden  por  Real  Cédula  de  28  de  Abril  de  1520  dirigida 
al  Licenciado  Salmerón,  Juez  de  residencia  en  Tierra  firme,  al  que 
se  le  prescribía  que  para  evitar  la  contingencia  de  pérdida  se  sacaran 
copias  de  los  dos  procesos  y  las  enviaran  en  los  primeros  navios  que 
vinieran  a  España,  remitiendo  en  uno  el  proceso  original  de  Valde- 
rrábano con  la  coi)ia  del  de  Arguello  y  en  otro  navio  el  original  de 
éste  con  la  copia  del  de  Valderrábano  \ 

El  proceso  de  Hernando  de  Arguello  consta  que  vino  a  España 


1     Archivo  de  ludias,  109-1-5. 


CLXXVI 

por  una  instancia  que  promovió  en  1547  su  viuda  Ana  Ruiz  pidiendo 
al  Fiscal  del  Consejo  de  Indias  se  le  entregaran  la  mitad  de  los  bienes 
que  dejó  Arguello,  exponiendo  en  su  escrito  que  el  proceso  instruido 
contra  su  marido  por  el  Licenciado  Espinosa  se  hallaba  en  poder  de 
Samano  ^;  éste  era  Secretario  del  Consejo  de  Indias  y  en  24  de  Enero 
de  1525  se  le  había  ordenado  se  hiciera  cargo  de  ciertas  cantidades 
qre  procedentes  de  los  bienes  de  los  procesados  tenía  en  su  poder 
Gonzalo  Fernández  de  Oviedo  ^. 

En  un  alegato  del  Conde  de  Puñonrostro  en  el  pleito  que  sostuvo 
contra  el  cronista  Herrera  por  los  juicios  que  en  su  Historia  de  las 
Indias  hacía  de  Pedradas  \  manifestaba  que  «en  esta  Audiencia  real 
esta  presentado  el  proceso  que  se  hizo  a  Vasco  Nuñez  y  sus  compa- 
ñeros». 

Si  Herrera  hubiera  sido  un  historiador  concienzudo  y  no  un  mero 
compilador,  no  habría  dejado  pasar  esta  ocasión  que  se  le  presentaba 
para  con  habilidad  obtener  del  mismo  Puñonrostro  las  noticias  ne- 
cesarias para  encontrar  tan  interesantes  documentos  que  habían  de 
esclarecer  sobremanera  la  historia  de  los  sucesos  que  los  motivaron; 
pero  Herrera  se  limitó  a  contestar  a  Puñonrostro  que  puesto  que 
sabía  donde  estaban  que  los  trajera  al  pleito,  y  ya  no  vuelve  a  ha- 
blarse más  de  ellos;  acaso  aparezcan  algún  día  en  los  Archivos  uni- 
dos a  los  expedientes  de  devolución  de  bienes  a  las  familias  de  los 
procesados,  pero  hasta  entonces  tenemos  que  atenernos  a  lo  que  so- 
bre ellos  escribió  Fernández  de  Oviedo,  que  es  el  único  de  los  histo- 
riadores que  habla  con  conocimiento  de  causa,  por  haberlos  tenido 
en  su  poder  y  estudiado  detenidamente,  comparando  lo  que  en  ellos 
aparecía  con  los  hechos  que  a  él  le  constaban  ser  ciertos. 

Cuenta  Oviedo  que  una  vez  preso  Vasco  Núñez  «mandó  el  Gober- 
nador a  su  Alcalde  mayor  el  licenciado  Espinosa  que  con  mucha 
diligencia  entendiese  luego  en  la  residencia  e  la  hiciese  pregonar 
contra  Vasco  Nuñez  e  mandó  que  se  le  acumulase  la  primera  que  se 


1  Archivo  de  Indias. — Asuntos  fiscales,  año  1547.  Est.  52,  C.  6,  L.  72?- 

2  Archivo  de  Indias,  109-1-5. 

3  Los  documentos  relativos  a  este  curioso  pleito  se  hallan   publicados  en   el 
tomo  37  de  la  Colección  de  documentos  int''(iitos  del  Archivo  de  Indias. 


CLXXVII 

le  avia  comencado  a  lomar,  cinco  años  o  mas  avia,  e  nunca  se  avia 
acabado;  e  todos  los  crimenes  y  excessos  que  del  Adelantado  se  pu- 
diesen saber,  con  la  muerte  del  Capitán  Diego  de  Nicuesa,  e  que  todo 
se  le  truxesse  a  congeqüencia;  e  que  assimesmo  en  el  tiempo  que 
Vasco  Nuñez  avia  gobernado  la  tierra  avia  tomado  una  marca  real 
de  marcar  oro  al  veedor  Silvestre  Pérez  e  lo  avia  hecho  morir  de 
hambre  e  otros  delictos. 

»En  esta  nescessidad  puesto  el  Adelantado  Vasco  Nuñez,  los  offi- 
ciales,  el  thesorero  Alonso  de  la  Puente  y  el  contador  Diego  Márquez 
e  con  ellos  el  bachiller  Diego  de  Corral  vinieron  muy  de  grado  con- 
certados, e  pusiéronle  una  larga  c  criminal  acusación,  la  qual  firmada 
de  todos  tres  pressentó  aquel  bachiller  su  antiguo  enemigo:  e  al  Al- 
calde mayor  no  le  falló  volunlad  para  proceder  en  este  progeso  e 
finalmente  los  sentenció  a  todos  a  ser  degollados  por  traydores  e  con- 
fiscados sus  bienes  para  la  cámara  e  fisco  de  Sus  Magestades. 

))Antes  que  esta  sentencia  se  diesse  tuvo  forma  el  Alcalde  mayor 
con  ciertos  diputados  de  la  compañia  que  avian  hecho  los  navios,  que 
higiessen  un  pedimento  al  Gobernador,  en  que  le  suplicassen  e  pi- 
diessen  que  mandasse  abreviar  la  residencia  de  Vasco  Nuñez  y  en- 
viasse  al  Alcalde  mayor,  el  licenciado  Espinosa  por  su  Teniente  ge- 
neral e  Capitán,  diciendo  que  a  el  querían  y  no  a  otro  e  aun  degian 
que  no  avia  otro  que  mejor  lo  higiesse,  porque  no  se  acabassen  de 
perder  tantos  hombres  esperando  aquel  viage  e  determinación:  e  a 
este  proposito  otras  palabras  en  favor  del  Alcalde  mayor,  segund 
(piel  niesnio  las  ordenó  e  las  higo  firmar  a  aquellos  diputados  de  la 
compañia. 

«Hecho  esto  se  dio  la  sentencia  de  la  qual  apeló  el  Adelantado 
Vasco  Nuñez  para  el  Emperador  Nuestro  Señor  e  su  Real  Consejo 
de  Indias  y  el  Alcalde  mayor  envió  a  un  Chripstobal  Muñoz  que  era 
el  Escribano  ante  quien  passaba  la  causa  a  notificar  al  Gobernador 
la  apelación  para  que  se  hiciesse  lo  que  mandasse  e  dixesse  si  se  le 
otorgarla  la  apelagion  por  ra(;on  del  titulo  de  Adelantado  o  si  se  ¡e 
denegarla,  y  el  Gobernador  respondió  por  escripto  que  no  lo  remi- 
tiesse  ni  so  le  otorgasse  sino  que  hiciese  justicia.  Aquel  auto  que  el 
Alcalde  niaijoi'  mandó  notificar  a  Pedrarias  e  su  respuesta  todo  lo 


CLXXVIlI 

ordenó  el  licenciado  Espinosa  e  lo  escrevio  Anínüo  Quadrado  su 
criado  e  lo  firmó  Pedrarias»  ^ 

Lo  referido  por  Oviedo  respecto  al  proceder  del  Licenciado  Es- 
pinosa se  halla  en  abierta  contradicción  con  lo  afirmado  por  el  P.  Las 
Casas  de  que  había  intervenido  con  Pedrarias  para  que  perdonase  ia 
vida  a  Vasco  Núñez  en  atención  a  los  servicios  que  hizo  al  Rey,  pro- 
testando que  no  lo  sentenciaría  si  no  se  lo  mandaba  expresamente  \ 

En  efecto;  el  12  de  Enero  de  1519  y  en  presencia  del  Escribano 
Antonio  Cuadrado,  el  Alcalde  mayor  Gaspar  de  Espinosa  manifestó 
a  Pedrarias  Dávila  que  los  procesos  instruidos  a  Vasco  Núñez  y  co- 
reos se  hallaban  conclusos  para  poderse  sentenciar  definitivamente  ((y 
que  viese  su  señoria  si  mandava  que  se  remitiesen  a  sus  Altezas  o  a 
los  de  su  muy  Alto  Consejo  a  lo  menos  el  proceso  tocante  en  particu- 
lar al  dicho  Adelantado  Vasco  Nuñez  atenta  su  calidad  e  titulo  e  dig- 
nidad de  su  persona  o  si  mandava  quel  dicho  Señor  Alcalde  mayor 
lo  vea  e  determine  en  todo  lo  que  hallare  por  justicia  sin  hacer  la 
dicha  remisión  o  que  es  lo  que  manda  cerca  de  lo  susodicho»  ^ 

La  forma  en  que  está  hecha  la  consulta  no  demuestran  el  menor 
interés  en  favor  de  Vasco  Núñez  y  nada  hay  en  ellos  de  la  protesta 
que  refiere  Las  Casas  de  que  no  le  sentenciaría  si  no  se  lo  mandaba 
expresamente. 

De  los  dos  relatos  el  de  Oviedo  es,  a  nuestro  juicio,  el  verídico;  ^ 
el  nombramiento  de  Espinosa  para  mandar  la  Armada  de  Vasco  Nú- 
ñez, hecho  por  Pedrarias  antes  de  que  fallase  el  proceso,  revela 
una  gran  armonía  entre  el  Gobernador  y  su  Alcalde,  que  hace  sos- 
pechar si  el  nombramiento  fué  el  precio  de  la  sentencia;  no  ten- 
dría explicación  que  habiendo  disconformidad  entre  las  dos  autori- 
dades desistiera  Pedrarias,  para  favorecer  al  que  se  oponía  a  sus  de- 
seos, de  que  mandase  la  expedición  de  descubrimiento  en  la  mar  del 
Sur  su  antiguo  candidato  Diego  de  Albitez,  ni  es  de  presumir  que 
a  tanto  llegara  su  atrevimiento  que  con  la  oposición  verdadera  del 
Juez  instructor  de  la  causa  negara  la  apelación. 


1  Historia  general  y  natural  de  Indias,  libro  XXIX,  capítulo  XII. 

2  Historia  de  las  Indias,  libro  III,  capítulo  LXXVI. 

3  Apéndice  número  66. 


CLXXIX 

Las  Casas,  al  tener  noticia  de  que  Espinosa  había  por  escrito  con- 
sultado con  Pedrarias  si  procedía  admitir  la  apelación  a  Vasco  Nú- 
ñez,  juzgó  que  lo  hizo  por  favorecerle;  Oviedo,  conocedor  de  la  in- 
triga y  de  las  personas  que  en  ella  intervinieron,  vio  claro  el  acuerdo 
entre  Espinosa  y  Pedrarias,  y  que  el  primero  con  suma  cautela  supo 
eludir  su  responsabilidad  haciéndola  recaer  entera  sobre  Pedrarias, 
que  ciego  por  el  odio  que  tenía  a  Vasco  Núñez  no  vaciló  en  asumirla, 
desobedeciendo,  con  tal  de  satisfacer  su  venganza,  la  orden  termi- 
nante que  se  le  dio  en  el  título  de  Gobernador,  al  facultarle  para 
«usar  los  oficios  de  Justicia  e  su  jurisdicion  civil  e  criminal  asi  por 
mar  como  por  tierra  quedando  de  iodo  ello  la  apelación  para  ante 
los  del  Consejo  desios  reinos  de  Castilla  siendo  de  seiscientos  pesos 
arriva»  \ 

Los  términos  de  la  respuesta  revelan  que  fué  redactada  por  per- 
sona perita  y  no  por  un  soldado  como  Pedrarias  ignorante  de  las 
frases  y  giros  usualmente  empleados  en  los  escritos  judiciales,  y  el 
haber  sido  dada  el  mismo  día  en  que  se  hizo  la  consulta,  a  pesar  de 
constituir  una  recapitulación  extensa  y  bien  meditada  de  todos  los 
cargos  que  podían  acumularse  a  Vasco  Núñez  desde  que  llegó  al  Da- 
rien,  confirman  lo  que  dice  Oviedo  de  que  demanda  y  contestación 
estaban  con  anterioridad  estudiadas  por  el  Licenciado  Espinosa,  y 
que  el  acto  que  reafizó,  de  acuerdo  con  Pedrarias,  fué  sólo  con  ob- 
jeto de  eludir  su  responsabilidad  en  el  crimen  que  iba  a  cometerse. 

Digno  de  detenido  estudio  es  el  escrito  contestación  de  Pedrarias, 
en  el  que  puede  a  primera  vista  apreciarse  que  no  encontrando  los 
enemigos  de  Vasco  Núñez  fundamento  bastante  para  condenarle  a 
muerte  por  el  supuesto  intento  de  rebelión,  acumulan  contra  él  todo 
género  de  cargos  para  dar  apariencia  de  justa  a  la  sentencia  ^. 

Expuesto  queda  la  parte  que  tomó  Vasco  Núñez  en  la  expulsión 
de  Nicuesa  y  Enciso^  pero  bueno  es  recordar  que  el  Licenciado  Es- 
pinosa, que  redactó  el  escrito  de  Pedrarias  en  que  se  declara  a  Vasco 
Núñez  principal  causante  de  la  muerte  de  Nicuesa,  fué  el  que  en 
10  de  Noviembre  de   1514  escribía   al  Rey,   como  Juez   instructor 

1  Apéndice  número  13. 

2  Apéndice  número  66. 


CLXXX 

de  la  residencia  que  lomaba  a  Vasco  Núñez,  diciéudole:  «Manda  su 
Alteza  castigar  a  los  culpantes  en  descomponer  a  Enciso  y  lo  son 
casi  todos  los  que  fueron  con  él.  En  lo  de  Nicuesa  he  hecho  la  pro- 
banza y  todo  el  pueblo  es  culpante,  pues  le  llamaron  aunque  tuvieron 
alguna  causa  para  resistirle»  \ 

Un  año  después,  el  15  de  Noviembre  de  1515,  manifestaba  el 
mismo  Licenciado  Espinosa  al  Rey  «que  hacia  cuatro  meses  que  ha- 
bía enviado  la  residencia,  que  por  mandado  de  Su  A.  tomó  a  Vasco 
Nuñez  y  officiales;  que  Pedrarias  en  atención  a  las  necesidades  y 
fatigas  que  hubo  luego  que  fueron  alli  acordó  disimular  y  suspender 
en  algunos  pleitos  criminales  e  concejiles  entre  el  Gobernador  o 
Vasco  Nuñez  e  otras  personas  e  que  si  se  diera  lugar  a  ello  fuera 
cosa  que  nunca  se  acabara  porque  lodos  los  vecinos  travavan 
pleitos»  2. 

Resulla,   pues,   que  la  residencia  había  sido  enviada  a  España 
para  que  fuese  fallada  en  el  mes  de  Julio  de  1515,  y  que  en  ella  no 
aparecía  Vasco  Núñez  con  especial  responsabilidad  por  la  expulsión 
de  Enciso  y  Nicuesa,  lo  que  viene  a  comprobar  lo  expuesto  por  el 
P.  Las  Casas  ^  de  que  al  llegar  Pedrarias  a  Tierra  firme  ((cl  licen- 
ciado Espinosa  tomó  residencia  a  Vasco  Nuñez  y  mandó  prenderle 
y  condenó  en  algunos  millares  de  castellanos  por  los  agravios  hechos 
al  bachiller  Enciso  y  a  otros  y  al  cabo  de  la  muerte  de  Nicuesa  y  de 
todos  los  mas  cargos  que  le  pusieron  le  dieron  por  libre  y  quito-); 
pero  aunque  así  no  fuera,  aunque  la  residencia  aun  no  hubiera  sido 
fallada  en  definitiva,   ni  Espinosa  ni  Pedrarias  podían  declarar  a 
Vasco  Núñez  delincuente  por  la  expulsión  de  Nicuesa  y  Enciso,  una 
vez  que  el  Rey  había  resuelto  reservarse  el  conocimiento  del  asunto 
al  disponer  en  2  de  Agosto  de  1512  ^  que  no  viniera  Vasco  Núñez  a 
España  a  responder  de  los  cargos  de  la  residencia,  sino  que  se  en- 
viasen los  procesos  (como  lo  hizo  el  Licenciado  Espinosa)  «para  que 
yo  los  mande  ver  y  se  provea  sobre  ello  como  convenga». 


1  Academia  de  la  Historia,  Colección  Muñoz,  tomo  75. 

2  Apéndice  número  2. 

O  Historia  de  las  Indias   libro  ITT,  capítulo  LX. 

4  Apéndice  número  36. 


CLXXXl 

Todavía  le  pareció  poco  a  Pedrarias  declarar  a  Vasco  Núñez 
responsable  de  la  expulsión  de  Nicuesa  y  de  Enciso  y  le  atribuye 
otras  que  inventa,  diciendo:  «parece  claro  aver  sido  el  principal 
en  yr  e  hazer  morir  al  dicho  Gobernador  Diego  de  Nicuesa  e  al  va- 
chiller  Martin  Fernandez  de  Enciso  e  a  los  otros  Gobernadores  que  a 

estos  reynos  e  tierra  an  venido parece  que  en  hauer  hauido  la 

dicha  dilación  e  no  auer  sido  punido  e  castigado  con  toda  breuedad 
e  sin  dilación  alguna  el  dicho  Adelantado  de  los  dichos  delitos  cri- 
mcnes  y  excesos  semejantes  (juel  dicho  Adelantado  intento  cometer 
y  cometió  contra  los  Gobernadores  Diego  de  Nicuesa  e  Alonso  de 
Ojeda  e  bachiller  Martin  Fernandez  de  Enciso  a  tenido  osadia  de  los 
yntentar  e  cometer  contra  el  seruicio  de  Sus  Altezas  e  contra  el  mió 
en  su  nombre  e  los  a  tomado  e  tenido  por  costumbre». 

Al  arribar  Vasco  Núñez  con  Enciso  a  Tierra  íirme  había  ya  par- 
tido üjeda  para  la  isla  Española,  en  la  que  murió  sin  haber  vuelto 
al  Darien;  de  consiguiente,  mal  pudo  intervenir  en  que  abandonase 
el  país  cuando  ni  siquiera  le  vio;  tampoco  es  cierto  que  expulsara 
a  otros  Gobernadores,  por  la  sencilla  razón  de  que  no  los  hubo,  una 
vez  que  después  de  la  marcha  de  Nicuesa  y  Enciso  fué  Vasco  Núñez 
nombrado  Gobernador  y  le  relevó  Pedrarias,  demostrando  estas  acu- 
saciones hasta  qué  punto  llegó  el  afán  de  atribuirle  gran  número  de 
delitos  a  fin  de  que  apareciera  justa  su  sentencia  de  muerte. 

Asombra  el  cinismo  con  que  Pedrarias  trató  de  hacer  responsable 
a  Vasco  Núñez  de  su  desdichada  gestión;  cuando  llegó  al  Darien  no 
sólo  tenía  Vasco  Núñez  sometidas  las  tribus  que  poblaban  el  territo- 
rio que  había  recorrido,  sino  que  los  españoles  podían  transitar  por 
él  libremente,  lo  mismo  fueran  en  partida  que  en  corto  número, 
y  en  todos  los  lugares  eran  recibidos  con  cariño  y  respeto,  y  los  in- 
dios a  su  vez  iban  a  Santa  María  la  Antigua  en  la  confianza  de  que 
ningún  daño  recibirían;  con  tan  amistosas  relaciones  Vasco  Núñez 
hubiera  poblado  allí  donde  le  hubiese  convenido,  y  los  españoles 
con  sólo  seguir  la  política  de  atracción  y  buen  trato  a  los  naturales 
tan  hábilmente  iniciada  por  Vasco  Núñez  desde  el  comienzo  de  sus 
expediciones,  habrían  tenido  u;i  poderoso  elemento  auxiliar  en  los 
indígenas;  si  éstos  se  rebelaron,  si  el  nombre  español  fué  de  ellos 


CLXXXII 

odiado,  si  asesinaron  a  los  cristianos  en  Santa  Cruz  y  si  el  país  se 
levantó  en  masa  contra  los  colonos  y  su  resistencia  fué  causa  de 
que  fracasaran  todas  las  expediciones,  no  fué  debido  a  que  Vasco 
Núñez,  sabiendo  las  dificultades  que  ofrecían,  las  aconsejara  mali- 
ciosamente para  que  su  mal  éxito  desacreditase  a  Pedrarias,  sino  a 
los  Capitanes  encargados  de  realizarlas,  que  como  Ayora  y  el  Licen- 
ciado Espinosa,  impulsados  por  su  ambición  y  para  satisfacer  la  de 
Pedrarias  y  los  Oficiales  Reales  y  los  excesivos  gastos  que  gravaban 
el  presupuesto  de  la  Colonia,  llevaron  la  destrucción  y  la  muerte  por 
todo  el  país,  y  no  satisfechos  con  arrebatar  a  los  indígenas  el  oro 
que  tenían,  imponiéndoles  crueles  castigos  si  suponían  que  lo  ocul- 
taban, convertían  en  esclavos  para  después  venderlos  hasta  los  indios 
que  los  caciques  amigos  les  daban  para  que  les  sirviesen  de  guías  o 
llevaran  la  impedimenta  \ 

Para  demostrar  Pedrarias  que  hizo  lodos  los  esfuerzos  posibles 
a  fin  de  atraer  a  buen  camino  a  Vasco  Núñez  y  que  éste  le  había  co- 
rrespondido con  ingratitudes,  dice  en  su  escrito  que  le  ofreció  ca- 
sarle con  una  hija  que  tenía  en  España,  siempre  que  el  Rey  diera 
su  consentimiento,  y  que  le  envió  a  Ada  y  le  facilitó  todos  los  medios 
necesarios  para  repoblarla  y  construir  los  bergantines  con  que  ha- 
bían de  ir  a  descubrir  a  la  mar  del  Sur,  lt)dü  lo  cual  es  cierto,  pero 
omite  el  decir  que  tales  concesiones  no  fueron  gratuitas,  sino  que  a 
cambio  de  ellas  renunció  Vasco  Núñez  a  exigir  el  cumplimiento  de 
las  mercedes  que  el  Rey  le  había  otorgado,  conservando  sólo  el  tí- 
tulo honorífico  de  Adelantado  de  la  mar  del  Sur;  es  decir,  que  Vasco 

1  Tuvo  Pedrarias  la  suerte  de  que  Lope  de  Sosa,  nombrado  para  sustituirle 
en  el  Gobierno,  falleciera  el  mismo  día  que  llegó  al  Darien,  y  que  el  Licenciado 
Alarconcillo  que  iba  a  tomarle  la  residencia  al  encontrarse  sin  protector  y  sin  re- 
cursos se  le  ofreciera  incondicionalmente ;  no  dejando  pasar  Pedrarias  ocasión  ta:i 
propicia  hizo  que  le  tomase  la  residencia  sin  entregar  el  mando,  por  lo  que 
nadie  se  atrevió  a  declarar  en  contra  suya,  y  aunque  la  residencia  fué  declarada 
nula  porque  Alarconcillo  no  tenía  poderes  para  tomarla,  Pedrarias  fué  confirmado 
en  el  mando  que  ejercía  interinamente  por  no  haberlo  entregado  a  Lope  do  Sosa, 
y  se  faculto  a  Alarconcillo  para  que  le  volviera  a  tomar  la  residencia,  de  la  que 
con  ii'ayor  motivo  salió  absuelto  por  ser  ya  Gobernador  efectivo  de  Castilla  Ofí! 
Oro.  Si  en  vez  de  un  Juez  como  Alarconcillo  la  residencia  la  hubiera  tomado  un 
hombre  probo  y  de  recta  conciencia,  habría  en  ella  aparecido  bien  clara  la  dife- 
rencia entre  la  gestión  de  Pedrarias  y  la  de  Vasco  Núñez. 


CLXXXIII 

Núñez  renunció  al  Gol)ierno  de  las  provincias  de  Panamá  y  Coiba  y 
a  los  derechos  que  como  Adelantado  tenía,  sin  recibir  en  compensa- 
ción más  que  promesas  hechas  por  Pedrarias  con  la  reserva  mental 
de  no  cumplirlas,  como  lo  demuestra  el  propósito  de  que  una  vez 
construidos  los  buques,  que  era  empresa  poco  menos  que  imposible 
de  realizar,  fuera  Diego  de  Albitez  el  que  con  ellos  hiciera  las  expe- 
diciones de  descubrimiento,  y  que  desde  que  se  hizo  la  transacción 
no  vuelve  a  hablarse  de  que  Vasco  Núñez  reclamara  el  ir  a  su  Go- 
bierno. 

Con  respecto  a  la  boda,  Pedrarias  no  dice  más  sino  que  hizo  el 
ofrecimiento  a  Vasco  Núñez  de  darle  en  matrimonio  una  hija;  pero 
Las  Gasas  y  Oviedo,  que  tan  discordes  están  en  otros  asuntos, -coin- 
ciden en  éste,  asegurando  el  primero  que  el  Obispo  «trató  de  casar  ^ 
Vasco  Nuñez  con  la  hija  mayor  de  dos  que  en  España  tenia  Pedra- 
rias,   llamada   D.^   Maria.    Ilízose   el   desposorio   con   autoridad   del 
Obispo  y  las  demás  ceremonias  que  se  requerían»  ^;  cuenta  Oviedo 
que  el  Obispo  propuso-  a  Pedrarias  que  casase  una  hija  con  Vasco 
Núñez,  y  tanto  él  como  su  mujer  Doña  Isabel  de  Bobadilla  se  avinie- 
ron a  ello  e  hicieron  los  capítulos  matrimoniales  y  Pedrarias  «en 
nombre  de  su  hija  se  desposó  e  dio  la  mano  por  ella  e  pasaron  las 
escripturas  e  firmezas  que  les  páreselo.  Y  escribió  luego  Pedrarias 
al  Rey  e  a  los  Señores  del  Consejo  de  Indias  que  este  casamiento 
habia  hecho  de  su  hija  porque  todos  sirviesen  mejor  y  mas  derecha- 
mente a  Dios  e  a  Sus  Magestades»  -;  como  se  ve,  ambos  cronistas 
están  conformes  en  que  hubo  algo  más  que  la  simple  promesa  que 
dice  Pedrarias,  interesado  cuando  escribía  la  acusación  en  aminorar 
su  compromiso;  pero  fuera  en  una  u  otra  forma,  y  mediando  o  no 
escrituras,  lo  que  se  puede  apreciar  es  que  así  como  Pedrarias  ao 
tuvo  ni  por  un  momento  la  intención  de  que  Vasco  Núñez  fuera  a 
descubrir  en  la  mar  del  Sur,   tampoco  tuvo  nunca  el  propósito  de 
que  se  casara  con  su  hija,  y  la  prueba  es  que  transcurrió  más  de  un 
año  de  aparente  armonía  entre  Vasco  Núñez  y  él  y  nadie  hace  men- 


1  Historia  de  ¡as  Indias,  lihio  TIT,  capítulo  LXXIV. 

2  Tlisturia  cjeneral  y  natural  de  Indias,  libro  XXIX,  capítulo  XII. 


Cí.XXXIV 

cion  de  que  se  ocupase  de  la  boda,  ni  de  que  pensara  en  llevar  a  su 
hija  a  Castilla  del  Oro. 

Pedrarias  y  el  Licenciado  Espinosa  buscan  en  el  escrito  de  acu- 
sación que  Vasco  Núñez  aparezca  como  autor  de  muchos  delitos  por- 
que aquel  que  servía  de  base  al  proceso,  si  es  que  lo  había  cometido, 
no  era  bastante  para  condenarlo  a  la  pena  de  muerte,  que  es  la  que 
a  toda  costa  quería  imponérsele,  lo  mismo  que  a  sus  amigos,  para 
quitar  todo  obstáculo  a  los  ambiciosos  proyectos  de  ser  ellos  o  sus 
secuaces  los  que  realizaran  los  descubrimientos  en  la  mar  del  Sur, 
de  los  que  por  las  noticias  que  tenían  de  los  indios  esperaban  obte- 
ner riquezas  sin  cuento;  todo  lo  que  se  podría  inculpar  a  Vasco  Nú- 
ñez es  que,  habiendo  terminado  el  plazo  que  se  le  había  dado  para 
emprender  la  navegación,  trató  de  inquirir  si  iba  a  ser  relevado  para 
en  caso  afirmativo  hacerse  a  la  mar  sin  esperar  a  que  se  le  concediese 
nueva  prórroga,  no  con  ánimo  de  declararse  independiente,  como 
dice  el  escrito  de  Pedrarias,  y  ninguna  razón  abona  que  así  fuera, 
sino  para  efectuar  los  descubrimientos,  esperando  que  como  le  ocu- 
rrió al  descubrir  la  mar  del  Sur,  el  éxito  obtenido  no  sólo  le  sirviera 
para  obtener  el  indulto,  sino  también  para  que  se  le  concedieran 
mercedes. 

Si  Vasco  Núñez  luvo  esle  })eiisaniiento,  no  llegó  a  realizar  ningún 
acto  de  resistencia;  pudo  al  ser  llamado  a  Achí  por  Pedrarias  decla- 
rarse en  abierta  rebelión,  apoyado  por  la  gente  que  le  era  afecta  y 
que  por  su  número  y  calidad  constituía  una  fuerza  respetable  capaz 
de  derrotar  a  Pedrarias  y  tomar  a  Santa  María  la  Antigua;  pudo 
también  hacerse  acompañar  a  Acia  por  amigos  de  toda  su  confianza 
que  le  defendieran  en  caso  necesario,  pero  tranquilo  por  no  haber 
realizado  ningún  acto  de  rebeldía  y  confiado  en  las  palabras  cariño- 
sas de  Pedrarias  se  entregó  incautamente  a  sus  enemigos,  que  no 
desperdiciaron  la  propicia  ocasión  que  se  les  presentaba  para  desha- 
cerse de  él. 

No  podemos  precisar  el  día  en  que  cumpliéndose  la  sentencia  del 
Licenciado  Espinosa  fueron  degoüados  por  traidores  en  la  plaza  de 
Acia  Vasco  Núñez  y  sus  compañeros  Fernando  de  ArgüeHo,  Luis 
Botello,  Hernán  Muñoz  y  Andrés  de  Valderrábano,  pero  teniendo  en 


CLXXXV 

cuenta  que  la  consulta  del  Licenciado  Espinosa  sobre  si  se  concedía 
o  no  a  Vasco  Núñez  apelación  de  la  sentencia  y  la  respuesta  de  Pe- 
drarias  tienen  la  fecha  12  de  Enero  de  1519,  que  éste,  según  el  testi- 
monio de  Oviedo,  presenció  las  ejecuciones  y  que  el  21  del  mismo 
mes  se  había  ya  trasladado  desde  Acia  a  la  costa  de  la  mar  del  Sur, 
habrá  que  reconocer  que  las  ejecuciones  tuvieron  que  efectuarse  en 
uno  de  los  días  comprendidos  entre  el  14  y  el  21  de  Enero  de  1519. 

No  llevaron  al  patíbulo  a  Vasco  Núñez  los  crímenes  de  que  lo 
acusaba  la  sentencia:  le  llevó  la  grandeza  de  su  descubrimiento,  que 
concitó  contra  él  la  envidia  y  el  odio  de  los  que  con  su  muerte  veían 
expedito  el  camino  para  saciar  su  ambición  realizando  los  descubri- 
mientos en  la  mar  del  Sur. 

En  un  principio  los  enemigos  de  Vasco  Núñez  estuvieron  de 
acuerdo  dirigiendo  sus  esfuerzos  a  desacreditarle  en  la  Corte  y  tra- 
bajar por  que  se  autorizase  a  Diego  de  Albitez  para  efectuar  expedi- 
ciones de  descubrimiento  en  la  mar  del  Sur  a  íin  de  que  una  vez  ob- 
tenido el  permiso  tomara  el  mando  de  la  escuadrilla  que  construía 
Vasco  Núñez,  al  que  podían  destituir  cuando  quisieran,  pues  con 
sólo  retrasar  la  entrega  de  materiales  no  estarían  los  barcos  termi- 
nados dentro  del  plazo  otorgado  y  quedaba  anulada  la  concesión; 
pero  cuando  el  plan  dio  su  fruto,  cuando  se  recibió  la  Real  Cédula 
en  favor  de  Albitez  y  se  encontró  el  motivo  para  relevar  del  mando 
a  Vasco  Núñez  y  procesarle,  el  Licenciado  Espinosa  con  toda  la  fuerza 
que  le  daba  el  ser  el  Juez  de  la  causa  logró  burlar  al  Tesorero  La- 
puente,  patrocinador  de  Albitez,  y  convencer  o  imponerse  a  Pedra- 
rias,  y  ganando  la  voluntad  de  los  representantes  de  las  tripulaciones 
hizo  que  le  pidieran  por  Jefe  y  que  el  Gobernador  accediera  a  su  pe- 
tición otorgándole  el  mando  de  la  escuadrilla. 

La  mejor  prueba  de  que  nunca  se  pensó  en  que  Albitez  constru- 
yera una  Escuadra,  sino  de  que  se  sirviera  de  la  que  construía  Vasco 
Núñez,  es  que  una  vez  nombrado  para  mandarla  el  Licenciado  Espi- 
nosa, no  se  vuelve  a  hablar  de  lo  capitulado  con  Albitez  ni  de  la  con- 
cesión que  le  había  sido  hecha  por  la  Real  Cédula  de  23  de  Marz(j 
(le  1518,  y  que  su  protector  el  Tesorero  Lapucnte  despechado  por  el 
iK)iiibrain¡cii(()  de  Espinosa,  y  tratando  de  vengarse  haciendo  que  le 


CLXXXVl 

quitaran  el  mando,  envió  a  España  a  solicitarlo  al  piloto  Andrés 
Ñuño  acompañado  de  Andrés  de  Cereceda,  los  que  viendo  que  no  en- 
contraban eco  a  sus  pretensiones  se  asociaron  con  el  Contador  Gil 
González  Dávila,  el  que  por  mediación  de  su  protector  el  Obispo  de 
Patencia  obtuvo  en  18  de  Junio  de  1519  una  Real  Cédula  para  que 
le  fueran  entregados  los  buques  de  Vasco  Núñez,  lo  que  originó  vivas 
discusiones  con  Pedrarias  que  terminaron  con  que  éste  se  asociara 
a  la  empresa  y  Gil  González  saliera  a  descubrir  a  fines  del  año  1522. 
El  bachiller  Corral,  uno  de  los  mayores  enemigos  de  Vasco  Nú- 
ñez, hacía  su  semblanza  en  carta  dirigida  al  Rey  diciendo:  cees  hom- 
bre recio  para  el  campo  y  bien  cuidoso  pero  quiere  todo  el  interese 
para  si  y  no  quiere  consejo  ni  sigue  razón  ni  quiere  reconocer  su- 
perior» \  Aunque  breve  e  incompleto,  el  juicio  es  exacto:  Vasco  Nú- 
ñez desde  que  llegó  Pedrarias  al  Darien  hasta  su  muerte  sufrió  una 
constante  y  sistemática  persecución;  con  injustas  condenas  a  pagos 
de  cantidades,  fué  arruinado  por  el  [licenciado  Espinosa,  instructor 
del  juicio  de  residencia;  por  obra  y  gracia  de  Pedrarias  y  sus  Oficia- 
les vio  incumplidas  las  mercedes  que  el  Rey  le  había  otorgado  en  re- 
compensa de  sus  extraordinarios  servicios;  pedíale  el   Gobernador 
su  dictamen  sobre  los  sitios  a  que  debían  dirigirse  las  expediciones, 
y  villas  que  era  conveniente  fundar,  y  con  arreglo  a  su  informe  se 
resolvía,  pero  no  se  le  confiaba  el  mando  de  ninguna  y  se  le  dejaba 
como  preso  en  Santa  María,  postergándolo  a  todos  los  demás  Capi- 
tanes, y  sólo  al  cabo  del  tiempo  se  le  dio  el  mando  de  la  del  Dabaibe 
porque  así  se  aplazaba  el  resolver  sus  peticiones  para  que  se  le  dejase 
ir  a  su  Gobierno,  y  acaso  por  lo  peligrosa  que  era  por  las  enferme- 
dades y  los  indios,  y  cuando  por  mediación  del  Obispo  llega  a  recon- 
ciliarse con  Pedrarias  mediante  la  renuncia  de  las  mercedes  que  el 
Rey  le  había  otorgado,  prometiéndosele  en  cambio  que  sería  él  el  que 
mandase  las  expediciones  para  descubrir  en  la  mar  del  Sur,  se  le  en- 
gaña villanamente  para  que  realice  lo  que  ninguno  más  que  él  era 
capaz  de  realizar,  la  construcción  de  la  escuadrilla,  pero  siempre  con 
el  propósito  de  cuando  estuviera  a  punto  de  terminarse  quitarle  el 

1      1515,    Mayo   2.     Carta   a    S.    A.    del   bachiller   Corral,    Alcalde   ordinario    .le 
Santa  María  la  Antigua.  (Acad.^  de  la  Hist.%  Colee.  Muñoz,  tomo  75). 


CI.XXXVI1 

mando  y  no  cumplir  lo  ofrecido  y  que  fuera  otro  a  realizar  los  des- 
cubrimientos; y  a  pesar  de  tantas  injusticias  y  de  tantas  persecucio- 
nes, Vasco  Núñez  tuvo  el  tacto  de  no  dar  durante  tres  años  el  menor 
pretexto  a  Pedrarias  para  que  pudiera  acusarle  de  insubordinado  o 
de  rebelde;  no  puede,  pues,  atribuirse  a  este  concepto  el  juicio  del 
bachiller  Corral  de  que  no  admitía  superior,  sino  al  de  que  Vasco  Nú- 
ñez se  consideraba  superior  a  los  demás,  y  si  así  fué,  aunque  de  in- 
modesto pecara,  no  le  faltaba  razón  para  ello;  ¿cómo  no  había  de  con- 
siderarse superior  comparando  los  resultados  que  con  tan  escasos 
elementos  había  él  conseguido,  con  la  gestión  desdichada  de  aquellas 
autoridades  inmorales  c  ineptas  que  asolaban  el  país  y  destruían  la 
gran  obra  por  él  realizada?  Quería  lodo  el  interese  para  sí,  dice 
el  bachiller  Corral,  y  este  juicio,  que  parece  estar  en  contradicción 
con  lo  que  Oviedo  refiere  de  que  «era  buen  partidor  en  los  despojos  y 
entradas  que  hacía»,  no  lo  está,  sin  embargo;  Vasco  Núñez  era  bueno 
para  sus  soldados:  «si  un  hombre  se  le  cansaba  y  adolecía  en  cual- 
quier jornada  que  él  se  hallase,  escribe  Oviedo,  no  lo  desamparaba, 
antes  si  era  necesario  iba  con  una  ballesta  a  le  buscar  un  pajaro  o 
ave  y  se  la  matava  y  se  la  traia  y  le  curaba  como  a  hijo  o  hermano 
suyo  y  lo  esforzaba  y  animaba»;  Vasco  Núñez  repartía  entre  los  su- 
yos con  justicia  el  bolín  adquirido  en  las  entradas;  lo  que  Vasco 
Núñez  no  admitía  era  la  expoliación  de  que  Pedrarias  y  los  Oficiales 
Reales  hacían  objeto  a  los  que  iban  a  exponer  sus  vidas,  arrebatándo- 
les, con  abuso  de  la  autoridad  que  ejercían,  la  mayor  parte  de  lo  que 
habían  adquirido,  no  diremos  legalmente,  pero  sí  con  arreglo  a  los 
usos  y  costumbres  de  la  guerra  y  pasando  grandes  penalidades  y  ries- 
gos; el  Adelantado  Pascual  de  Andagoya,  que  por  cierto  no  era  muy 
amigo  de  Vasco  Núñez  y  sí  de  Pedrarias,  bien  claro  dice:  «Los  Capi- 
tanes repartían  los  indios  que  tomaban  entre  los  soldados  y  el  oro  lle- 
vaban al  Darien;  junto  y  fundido  daban  a  cada  uno  su  parte  y  a  los 
Oficiales  y  Obispo  que  tenian  voto  en  la  Gobernación  y  al  Goberna- 
dor les  llevaban  sus  partes  de  los  indios  que  les  cabia,  y  como  pro- 
veían por  Capitanes  por  el  favor  de  los  que  gobernaban  deudos  o  ami- 
gos suyos  aunque  hubiesen  hecho  muchos  males,  nenguno  era  casti- 
gado   Vasco  Nuñez  siempre  habia  hecho  poco  caso  de  los  Oficia- 


CLXXXVIII 

les,  ni  de  los  indios  que  se  hablan  lomado  en  aquellas  Behetrias  les 
habia  enviado  nengunos  como  lo  hacian  otros  Capitanes  que  sallan 
por  la  tierra;  teníanle  enemistad»  \ 

Las  palabras  de  Andagoya  explican  que  no  haya  contradicción 
entre  lo  dicho  por  Oviedo  y  por  el  bachiller  Corral:  para  sus  soldados 
era  Vasco  Núñez  buen  partidor,  pero  se  negaba,  y  por  eso  dice  Co- 
rral que  quería  todo  el  interese  para  sí,  a  hacer  partícipes  de  los 
beneficios  a  los  que  no  habían  sufrido  los  riesgos  y  penalidades  de 
la  campaña,  pensando  sin  duda  que  lo  que  diera  sin  razón  se  lo  qui- 
taba a  los  que  con  su  esfuerzo  lo  habían  ganado. 

Recio  para  el  campo  y  bien  cuidoso  lo  juzga  el  bachiller  Corral,  y 
en  efecto,  la  frase  no  puede  estar  mejor  aplicada,  porque  pocos  hom- 
bres han  dado  muestras  de  mayor  fuerza  de  voluntad  y  mayor  resis- 
tencia física  que  Vasco  Núñez;  convencido  de  que  el  único  modo  de 
que  sus  planes  tuvieran  debida  ejecución  sin  que  su  gente  diera  mues- 
tras de  flojedad  o  de  cansancio  era  el  de  animarla  con  su  ejemplo,  iba 
siempre  el  primero  en  los  trances  difíciles  y  en  los  combates  y  nunca 
procuró  eximirse  de  las  privaciones  y  penalidades  que  ellos  sufrían, 
con  lo  que  logró  ser  al  propio  tiempo  querido  y  respetado  de  su  gente. 

Pero  si  el  bachiller  Corral  al  calificar  a  Vasco  Núñez  de  recio  para 
el  campo  quiso  dar  a  entender  que  si  se  hallaba  adornado  de  cuali- 
dades para  ser  un  buen  Capitán  no  las  tenía  de  gobernante,  cometió 
una  gran  injusticia,  porque  precisamente  lo  que  más  avalora  su  ges- 
tión en  Tierra  firme  es  la  hábil  política,  comparable  sólo  en  la  Histo- 
ria de  América  con  la  seguida  más  tarde  por  Hernán  Cortés  en  Mé- 
jico, que  puso  en  juego  para  enseñorearse  del  país,  empleando  com- 
binados los  halagos  y  la  fuerza  hasta  conseguir  hacerse  respetar  y 
querer  de  los  naturales,  a  los  que  logró  inspirar  tal  afecto  y  confianza 
en  los  cristianos  que  sin  temor  alguno  iban  a  visitarlos  y  comerciar 
con  ellos  en  Santa  María  la  Antigua  y  a  su  vez  los  recibían  como 
amigos  en  su  bohíos,  ofreciéndose  a  servirles  en  todo  lo  que  podían. 
Sea  que  por  lo  mucho  que  en  contra  de  Vasco  Núñez  habían  ha- 
blado sus  enemigos  lograran  desacreditarle  en  la  Corte,  sea  porque 
en   aquella  época   los  grandes  acontecimientos  se  sucedían  con  tal 

1     Apéndice  número  80. 


CLXXXTX 

frecuencia  que  el  recuerdo  de  los  pasados  lo  borraba  presto  la  im- 
presión que  causaban  los  nuevos,  o  sea,  y  esto  es  lo  más  probable, 
que  las  gestiones  de  los  amigos  de  Pedradas  ahogasen  en  los  centros 
oficiales  toda  idea  de  investigar  lo  que  había  ocurrido  en  Tierra 
firme  \  lo  cierto  es  que  el  único  dato  que  hasta  nosotros  ha  llegado 
del  efecto  que  en  la  Corte  produjo  la  noticia  de  que  había  sido  ejecu- 
tado en  un  patíbulo  el  hombre  que  tan  grandes  servicios  había  pres- 
tado a  España  sosteniendo  y  engrandeciendo  a  fuerza  de  tacto  y  de 
valor  la  colonia  de  Tierra  firme  y  realizando  con  sólo  190  españoles 
aquella  heroica  expedición  que  dio  por  resultado  el  descubrimiento 
del  Océano  Pacífico,  es  el  nombramiento  de  Gonzalo  Fernández  de 
Oviedo,  no  para  que  investigara  lo  ocurrido,  sino  para  que  sin  pér- 
dida de  tiempo  se  incautara  de  los  bienes  de  Vasco  Núñez  y  sus 


1  Los  temores  que  abrigaba  Pedrarias  del  efecto  que  en  la  Corte  hubiera  pro- 
ducido la  noticia  de  la  ejecución  de  Vasco  Núñez  y  sus  compañeros  se  revelan  en 
la  carta  que  en  1.*^  de  Agosto  de  1520  escribió  a  su  mujer  Doña  Isabel  de  BobadiJla 
que  había  venido  a  España  después  de  la  muerte  de  Vasco  Núñez,  sin  duda  para 
estar  al  tanto  de  lo  que  pudiera  ocurrir  y  para  negociar  los  asuntos  de  su  marido, 
el  que  en  la  carta  le  dice  que  le  habían  tomado  la  residencia  y  que  salió  bien  de 
ella ;  «que  confía  de  sus  servicios  en  D.  García  de  Padilla  y  en  Cobos»  y  encarga 
a  su  mujer  acuda  a  ellos  que  se  teme  (¡que  Tovilla  hace  contra  él  en  el  negocio  de 
Vasco  Núñez,  que  Dios  le  libre  de  hombre  que  masca  con  los  dos  carrillos».  (Ar- 
chivo de  Indias,  P.  2-1-^/^3,  núm.  19). 

Estos  temores  y  el  empeño  de  sincerarse  aparecen  todavía  más  claros  en  la 
carta  que  dirigió  al  Jiej  en  7  de  Octubrck  de  1520 ;  en  ella  le  dice  :  (da  residenaia 
mia  y  de  los  Oficiales  de  justicia  se  ha  hecho.  Acabado  de  hacerse  en  los  otros  pue- 
blos me  dice  el  licenciado  Juan  Rodríguez  de  Alarconcillo  juez  de  residencia  que 
lo  embyará  todo  a  V.  A.  y  por  haber  el  mismo  licenciado  adolescido  y  aver  estado 
muy  enfermo  no  se  ha  acabado  antes  de  agora,  por  ella  vera  V.  A.  como  acá  ave- 
nios seruido  y  los  trabajos  que  avemos  pasado.  Muy  humildemente  suplico  a  A".  M. 
pues  desde  que  vine  he  seruido  a  vuestra  Corona  real  y  en  esto  tengo  de  biuja*  y 
morir  mande  mirar  allá  por  D.^  Isabel  de  Bobadilla  mi  muger  e  mis  hijos  e  por 
mis  cosas  pues  todo  lo  he  desamparado  para  .servir  a  V.  A.  y  como  tengo  espuesto 
a  Vtra.  Magestad  muchas  vezes  son  otros  mis  seruicios  que  las  siniestras  relacio- 
nes que  de  mi  allá  se  lia  fecho. 

Suplico  a  V.  R.  M.  aunqiie  yo  no  sea  meresceclor  quando  algo  de  mi  se  dijere 
sea  oydo  antes  que  condenado  pues  los  que  tienen  cargo  de  justicia  cuando  la  ha- 
zen  vo  son  bien  quistos  de  todos  e  como  en  esta  tierra  estamos  tan  lejos  cada  uno 
rsrriue  In  que  quiere  por  no  se  poder  averiguar  la  verdad  tan  presto  como  se  ave- 
rigua en  esos  sus  reynos.   (Areh.  de  Indias,  1-1-'/..,,'). 


cxc 

compañeros,  que  en  virtud  de  la  sentencia  quedaban  a  beneficio  de 
la  Cámara  Real. 

Sólo  algunos  años  después  de  la  muerte  del  Adelantado  su  her- 
mano Gonzalo  Núñez  de  Balboa  recurrió  al  Rey  pidiendo  se  hiciera 
justicia  en  Pedrarias  D avila  por  la  injusta  muerte  que  había  dado  a 
Vasco  Núñez;  todavía  se  hallaba  Pedrarias  de  Gobernador  de  Tierra 
firme  cuando  se  tramitó  la  instancia,  y  la  resolución  del  Consejo  más 
parece  una  burla  que  el  acuerdo  de  un  tribunal:  el  fallo  fué  que  se  re- 
mitiese a  Pedrarias  la  solicitud  para  que  hiciera  la  justicia  pedida, 
con  lo  que  se  dio  por  resuelto  y  terminado  el  asunto  \ 

A  pesar  de  la  recomendación  del  Rey  y  del  Consejo  hecha  el  año 
1528  a  favor  de  los  hermanos  de  Vasco  Núñez  alegando  los  servicios 
por  éste  prestados  y  de  haberse  dispuesto  que  les  fueran  entregadas 
algunas  naborías  que  pertenecieron  al  Adelantado,  en  cuyas  resolucio- 
nes creen  algunos  ver  un  reconocimiento  de  la  inocencia  de  Vasco 
Núñez  por  parte  del  Rey  y  del  Consejo,  lo  cierto  es  que  nada  se  hizo 
oficialmente  para  rehabilitar  su  memoria,  y  sólo  merced  a  la  acción 
individual,  representada  en  lo  antiguo  por  los  cronistas  que  nos  han 
legado  las  noticias  que  pudieron  recoger,  y  en  la  época  presente  por 
los  investigadores  que  han  hallado  en  los  archivos  los  interesantes 
documentos  que  revelan  las  envidias,  las  intrigas,  las  ambiciones  y 
la  ruindad  de  espíritu  de  Pedrarias  y  sus  secuaces,  es  como  se  ha 
podido  llegar  a  conocer  la  verdad  de  lo  ocurrido  en  este  período  de 
la  historia  de  Tierra  firme  y  a  hacer  justicia,  execrando  cual  se  me- 
recen a  los  que  no  satisfechos  sus  odios  con  el  crimen  de  Acia  qui- 
sieron hasta  borrar  de  la  memoria  de  los  hombres  que  fué  Vasco 
Núñez  de  Balboa  el  que  tras  de  heroica  expedición  descubrió  la  mar 
del  Sur  y  tomó  de  ella  posesión  en  nombre  de  los  Reyes  de  Castilla  -. 


1  Apéndice  número  74. 

2  En  cuanto  fueron  ejecTitados  Vasco  Ntíñoz  y  sus  compañeros  se  trasladó 
Pedrarias  a  la  costa  de  la  mar  del  Sur,  en  donde,  queriendo  borrar  la  memoria  de 
la  posesión  tomada  por  Vasco  Núñez,  la  tomó  él  de  nuevo  el  27  de  Enero  de  1519. 
(Apénd.   número  67). 


APÉNDICES 


(Año  de  1508. — Junio  9,  Burgos). — Capitulación  con  Diego  de  Nicvxesa  en  su  nom- 
bre y  en  el  de  Alonso  de  Ojeda  para  poblar  en  Uraba  y  Veragua. —  f^.  de  1., 
E.  148,  C.  2). 

El  Rey. — El  Asiento  que  por  mi  Mandado  se  thomo  con  vos  Diego  de 
Mcuesa  por  vos  e  en  nombre  de  Alhonso  Doxeda  para  yr  a  la  Tierra  de 
Huraba  e  Veragua  es  esto : 

Primeramente  que  podays  yr  con  los  navios  que  quysieredes  Uevar  a 
vuestra  costa  e  myncion  al  Golfo  e  tierra  de  Huraba  e  Veragua  para 
facer  en  eUas  los  asientos  quen  esta  Capytulacion  serán  conthenidos,  e  a 
la  yda  podays  tocar  en  cualesquier  Yslas  e  Tierra  firme  del  mar  Océano, 
ansi  descobiertas  como  por  descobrir,  con  thanto  que  non  sean  de  las 
Yslas  e  Tierra  firme  del  mar  Océano  que  pertenescen  al  Serenísimo  Rey 
de  Portugal  Nuestro  Muy  Caro  e  Muy  Amado  fixo ;  entiéndese  aquellas 
questobieren  dentro  de  los  limites  quentre  Nos  e  el  están  señalados, 
nin  dellas  nin  de  algunas  dellas  podays  tomar  ni  aber  interese  nin  otra 
cosa  alguna,  salvo  solamente  las  cosas  que  para  vuestro  manteuymiento 
e  provysion  de  navios  e  gente,  obieredes  menester,  pagando  por  ellos  lo 
que  valiesen ;  e  podades  en  las  dichas  tierras  que  por  esta  Capytulacion 
non  vos  son  defendidas,  rresgatar  e  aber  en  otra  cualesquier  manera  oro 
e  plata  e  guanines  e  otros  metales  e  alxofar  e  perlas  e  mostruos  e  ser- 
pientes e  pescados  e  aves  e  especyerias  e  otras  cualesquier  cosas  de  cual- 
quier genero  e  calidad  e  nombre  que  sean,  por  termino  de  quatro  años 
primeros  syguientes,  con  thanto  que  non  podays  traer  esclavos,  segund 
quen  adelante  sera  conthenido. 

Ansi  mesmo  que  de  lo  que  rresgataredes  e  obieredes  en  qualesquier 
manera  dentro  del  dicho  tiempo,  que  Nos  fayais  de  dar  e  deys  el  pri- 
mero año  el  quinto  de  todo  lo  que  ansi  obieredes,  e  los  otros  tres  años 
syguientes,  el  quarto,  sin  sacar  de  lo  uno  nin  de  lo  otro,  almacén,  niu 
cuita  de  flete  nin  sueldo  de  gente  nin  otra  cosa  alguna  de  gasto  que 
fycieredes,  e  las  otras  partes  sean  libremente  para  vosotros,  e  lo  que 
a  Nos  pertenesciere  deys  puesto  a  vuestra  costa  en  la  Ysla  Española 
entregándolo  a  Miguel  de  Pasamonte,  Nuestro  Thesorero  general  de  las 
dichas  Yslas  Yndias  e  Tierra  Firme  del  Mar  Océano  o  en  la  Cibdad  de 
Sevilla  en  poder  de  los  Nuestros  Oficiales  de  la  Casa  de  la  Contratación 
<pe  allí  rresiden  o  a  la  parte  de  suso  dicho,  que  mas  quysieremos. 
;  .    Ansi  mesmo,  quen  la  dicha  tierra  seays  obligados  a  facer  quatro  for- 


—  4  — 

talezas  a  vuestra  costa  e  myncion,  para  quatro  asientos;  las  dos  en  la 
tierra  de  Muraba  fasta  el  Golfo,  e  las  otras  dos  deudel  Golfo  fasta  en 
ñn  de  la  tierra  que  llaman  Veragua  ques  donde  postrimeramente  fue  el 
Almirante  Colon,  en  los  logares  e  asientos  que  señalare  en  Huraba  el 
diclio  Alhonso  Doxeda,  xuntamente  con  Silvestre  Pérez,  que  para  ello 
Yo  nombro;  e  en  las  partes  de  Veragua  vos  el  dicho  Diego  de  Mcuesa 
xuntamente  con  Alhonso  Doxeda,  las  quales  an  de  ser  labradas  de  tal 
manera,  que  se  puedan  bien  defender  de  la  gente  de  la  tierra,  los  quales 
vosotros  decys  que  queréis  facer  desta  manera ;  las  dos  que  an  de  facer 
en  Huraba  el  dicho  Alhonso  Doxeda,  la  primera  dentro  de  año  e  me- 
dio, que  se  asiente  dendel  dia  que  desembarcaredes  en  tierra  e  la  otra 
dentro  de  otros  dos  años  e  medio ;  e  en  este  mesmo  tiempo,  vos  el  dicho 
Diego  de  Nicuesa  abeys  de  facer  las  otras  dos  en  la  parte  de  Veragua. 

Ansi  mesmo,  que  para  las  dichas  fortalezas  que  abeys  de  facer,  vos 
fayan  de  mandar  dar  e  den  dempues  de  fechas,  abiendo  ynformacion  de 
las  tales  fortalezas  e  de  la  labor  e  manera  dellas  e  de  la  xente  e  otras 
cosas  que  obiere  menester,  conthando  dendel  dia  que  comenzaredes  a 
labrar  las  dichas  fortalezas,  en  adelante,  con  thanto  que  si  non  las  aca- 
baredes,  non  Seamos  obligados  a  pagar  a  vos  cosa  alguna  de  la  dicha 
quenta  en  rrecabdo  dellas, 

Ansi  mesmo,  que  vos  fayan  de  dar  lycencia  e  por  la  presente  os  la 
Do}^  para  que  podays  pasar  quarenta  esclavos  para  la  labor  de  las  di- 
chas fortalezas,  para  cada  asiento  diez. 

Ansi  mesmo,  que  yo  vos  faga  de  mandar  dar  i)ara  cada  una  de  las  dichas 
fortalezas,  quatro  tiros  de  aniUa  de  ocho  a  diez;  e  de  la  menuda  de  sa- 
cabuches e  tiros  de  hierro  para  cada,  asiento,  veinte;  e  para  cada  for- 
taleza diez  quintales  de  pólvora. 

Ansi  mesmo,  que  de  las  minas  e  mineros  de  oro  e  plata  que  aUi  se 
fallaren,  e  otro  metal  por  vosotros,  e  de  los  (pie  con  vosotros  fueren, 
las  podays  gozar  por  tiempo  de  diez  años  en  esta  manera;  el  primero 
año  pagando  para  Nos  el  diezmo ;  el  segundo  año,  pagando  la  novena 
parte ;  e  el  tercero  año  pagando  la  octava  parte  e  el  quarto  año  pagando 
la  setena  parte  e  el  quinto  año  pagando  la  sesta  parte  de  todo  lo  que  de 
las  dichas  minas  e  mineros  se  sacare ;  e  los  otros  cinco  años  venideros  pa- 
gando el  quinto  sygund  e  por  la  forma  e  manera  que  agora  se  paga  en 
la  Ysla  Esi)añola;  e  abiendo  ansi  pagado  los  dichos  derechos  lo  que  vos 
quedase  vuestro  vos  Damos  lycencia  e  facultad  para  que  lo  podays  llevar 
a  vender  a  la  dicha  Ysla  Española,  libremente,  sin  pagar  nuevos  dere- 
chos, llevando  fee  de  como  los  abeys  pagado  en  la  dicha  Tierra  firme. 

Otro  si :  que  vosotros  o  quien  vuestro  poder  obiere,  podays  comprar 
en  la  Y^sla  Española  todas  las  cosas  que  obieredes  menester  para  vues- 
tro mantenymieuto,  sygund  e  como  los  compran  los  mesmos  becinos  de 
la  dicha  Y^sla,  pagando  los  derechos  como  ellos  los  pagan  e  non  mas.  ni 


allende ;  e  durante  el  tiempo  de  los  dichos  qiiatro  aiios  podays  fletar  en 
la  dicha  Ysla  Española  los  navios  que  vieredes  menester  para  las  dichas 
tierras;  e  que  los  Cristianos  que  alia  se  quysieren  yr  con  vosotros,  de 
mas  de  los  seyscientos  de  vuso  conthenidos,  lo  puedan  facer  agora  o  en 
qualquier  tiempo  durante  los  dichos  quatro  años,  que  por  la  presente 
Doy  licencia  para  ello,  con  thanto  que  los  dichos  navios  se  fleten  con 
sabeduria  del  Nuestro  Gobernador  de  la  dicha  Ysla  Española,  el  qual 
faya  de  poner  el  rrecabdo  que  fuere  menester  para  que  vayan  a  los  di- 
chos asientos,  e  n<m  a  otra  parte,  so  pena  de  perder  los  navios  e  lo  quen 
eUos  llevaren,  e  todos  los  otros  bienes  que  thienen  en  las  personas  de 
Nuestra  merced;  pero  si  en  qualesquiera  thiempo  Dieremos  lycencia 
para  que  lleven  a  las  dichas  tierras  de  lluraba  e  Veragua  destos  Nues- 
tros Reynos  o  de  otra  qualesquier  parte,  (pmlesquier  mantenymiento  e 
otras  mercaderias,  non  sean  vendiendo  en  la  dicha  isla  Española,  entién- 
dese non  abiendose  vendido  en  ella,  que  Nos  paguen  los  derechos  dellos 
como  se  pagan  agora  en  la  dicha  Ysla  Esjjañola  e  nuis,  si  adelante  se 
pague  mas. 

Ansi  mesmo,  que  Yo  vos  faya  de  dar  e  j)or  la  presente  vos  Doy  paxase 
franco  para  la  gente  de  Castilla  que  con  vosotros  se  (piysieren  yr,  fasta 
en  numero  de  doscientos  ombres;  e  ansi  mesmo  a  los  que  quyiseren  yr  con 
vosotros  dende  la  Y''sla  Española  fasta  en  numero  de  seyscientos  ombres, 
de  mas  de  los  doscientos  que  fuesen  de  Sevilla,  e  con  vos  faya  de  mandar 
dar  mantenymiento  i»ara  los  dichos  duscientos  ombres  (jue  de  acá  fueren, 
quarenta  dias;  e  [¡ara  los  otros  seyscientos  cpie  fueren  dende  la  Ysla  Es- 
I)añola,  para  quince  dias,  lo  <]ual  todo  l^mbyare  a  mandar  a  los  Oficiales 
de  la  Contratación  de  las  Yndias  que  rresiden  en  la  Cibdad  de  Seuilla  a 
<pie  luego  lo  provean;  de  mas  de  lo  qual  Yo  vos  e  de  mandar  dar  ])ara 
las  dichas  personas  las  armas  que  obieren  menester  a  razón  de  una.*.... 
e  un  coselete,  e  un  casquete,  e  un para  cada  uno. 

Ansi  mesmo,  quel  numero  de  los  dichos  seiscientos  omines  que  an 
de  yr  de  dicha  Ysla  Española,  quel  Nuestro  Gobernador  qucs  o  fuere 
de  aqui  adelante  de  la  dicha  Ysla,  non  les  pongan  embargo  nin  contra- 
dycion  alguna,  antes  les  den  todo  el  favor  e  ayuda  que  fuere  menester ; 
e  los  que  dellos  thobieren  yndios  de  rreparti miento  de  la  dicha  Ysla, 
non  les  puedan  ser  quitados  por  termino  de  los  dichos  quatro  años;  e 
que  gozen  de  las  otras  libertades  e  prevylegios  quen  la  dicha  Ysla  Espa- 
ñola gozan ;  e  por  esto  Mando  al  dicho  Gobernador  ques  o  fuere  que  ansi 
lo  cumpla. 

Ansi  mesmo,  que  dempues  de  allegados  en  las  dichas  Yslas  e  Tierra 
Firme,  e  sabido  lo  que  ay  en  ellas,  ymbieis  otra  rrelacion  dello  a  Nos, 
o  a  Nuestro  Gobernador  ques  o  fuere  de  la  dicha  Y^sla  Española,  para 
que  nos  los  Veamos  e  Mandemos  proveer  en  ello  lo  que  a  Nuestro  servy- 
cio  compla. 


—  6  — 

Ansi  mesmo,  que  Yo  faya  de  mandar  e  por  la  presente  Mando,  que 
a  vos  los  dichos  Diego  de  Nicuesa  e  Alhonso  Boxeda,  vos  dexen  vuestros 
yndios  sygund  e  de  la  manera  que  agora  los  therneys  en  la  dicha  Ysla 
Española  durante  el  dicho  tiempo  de  los  dichos  cuatro  años. 

Ansi  mesmo,  que  vos  faya  dar  lycencia  e  por  la  presente  vos  la 
Doy,  para  que  durante  el  dicho  tiempo  de  los  dichos  cuatro  años,  po- 
days  llevar  e  lleveys  destos  Reinos  de  Castilla  a  la  dicha  Tierra  Firme, 
quarenta  caballos,  diez  para  cada  asiento. 

Ansi  mesmo,  que  vosotros  e  los  que  con  vosotros  fueren  a  lo  suso- 
dicho, podays  a  la  yda  prender  e  cautivar  esclavos  de  los  logares  que 
están  señalados  por  esclavos ;  que  son  en  el  Puerto  de  Cartagena  que 
llaman  los  yndios  Curamari  e  Cadio;  e  las  islas  de  San  Bernabé  e  la 
Ysla  Fuerte;  e  cargar  vuestros  navios  e  llevarlos  a  vender  a  la  Ysla 
Española  pagando  alli  lo  que  de  Nuestra  parte  e  derechos  obieremos  de 
aber,  ques  el  quinto,  o  en  piezas  dellas  mismas  o  en  dinero  como  Nues- 
tros Oficiales  mas  lo  quisieren;  e  lo  que  vendieredes  por  mercadería, 
pagueys  los  derechos  como  de  las  otras  mercaderías,  e  si  a  la  yda  non 
vos  ubiere  el  tiempo  para  que  lo  podays  facer,  a  la  thornada  de  los  na- 
vios e  faciendo  lo  contrario  caygais  en  pena  de  perdymiento  dellos  e  do. 
todos  vuestros  bienes  e  si  vos  quisieredes  aprovehar  dellos  para  vuestras 
labores  en  la  dicha  Ysla  Española  abiendo  pagado  el  quinto  a  Nos  lo 
podays  facer. 

Ansi  mesmo,  que  vosotros  nin  nenguno  de  vos  nin  otras  personas,  non 
podays  rresgatar  nin  aber,  nin  coxer  nin  sacar  oro  o  plata  nin  otra  cosa 
alguna,  sin  traerlo  a  manifestar  a  las  personas  que  por  Nos,  fueren 
nombradas  para  ello  o  a  quien  su  poder  obiere,  estando  ellos  enfermos 
u  ocupados,  non  lo  podiendo  facer  en  persona. 

Ansi  mesmo,  que  si  vosotros  o  los  que  con  vosotros  se  xuntaren,  quy- 
sieredes  quedar  alia  para  edeficar  casas  o  estancias  o  pueblos  en  los  lu- 
gares o  asientos,  que  los  podays  facer  e  que  gozeys  de  las  casas  e  estan- 
cias e  poblaciones  e  heredades  que  alli  fycieredes  e  obieredes  firmemente, 
sin  pagarnos  alcabala  nin  otro  derecho  alguno  nin  ymposicion  por  el 
dicho  tiempo  de  los  quatro  años ;  e  que  del  oro  e  plata  e  piedras  e  xoyas 
e  cosas  de  algodón  e  telas  e  otras  qualesquier  cosas  de  qualesquier  nom- 
bres e  valor  e  calidad  que  sean  que  rresgaretaredes  e  obieres  en  qual- 
quier  manera  aunque  sea  con  yndustria  e  trabaxo  de  los  yndios  e  otras 
personas,  pagueys  el  primero  año  el  quinto  e  los  otros  tres  años  el 
quarto,  xunto,  en  la  Y^sla  Española  sygund  que  arriba  se  conthiene,  es- 
cebto  de  las  cosas  de  algodón  e  lino  e  lana  que  obieredes  menester  para 
vuestros  vestuarios  e  de  los  que  con  vosotros  esthovieren,  que  de  aquesto 
Yo  vos  fago  merced  que  non  fayais  de  pagar  cosa  nenguna. 

Ansi  mesmo,  que  abiendo  poblado  vos  e  los  que  con  vos  fueren  e  se 
xuntaren  en  las  dichas  tierras,  mandando  Yo  proveer  demás  pobladores 


_  7   - 

e  de  otro  Gobernador,  que  vos  e  los  que  alia  estliovieredes,  vos  podays 
venir  quando  quysieredes  libremente  a  estos  Reynos,  sin  que  vos  sea 
puesto  ympedimento  alguno,  e  podays  vender  las  heredades  e  casas  que 
alli  thobieredes. 

Ansi  mesmo,  que  antes  que  fagays  el  dicho  viaxe,  vos  vayáis  a  pre- 
sentar e  presenteys  con  los  navios  e  con  la  xente  dellos  a  la  Cibdad 
de  Cádiz  ante  Pedro  del  Águila  Mi  vysitador  que  alli  esta  por  Mi 
mandado,  para  que  vea  los  dichos  navios  e  xente  e  asiente  la  rrelacion 
de  todo  ello  en  sus  libros  e  lo  ymbie  a  Nuestros  Oficiales  de  la  Casa  de 
la  Contratación  que  rresiden  en  la  dicha  Cibdad  de  Sevilla  e  fayan  to- 
das las  otras  delygencias  como  por  Nos  les  es  mandado. 

Ansi  mesmo,  que  vos  faya  de  dar  lycencia  e  por  la  presente  vos  la 
Doy,  de  therner  los  navios  que  obieredes  menester,  para  la  contratación 
de  la  Ysla  Española  fasta  en  numero  de  dos  navios  para  cada  asiento, 
conque  podays  llevar  de  la  Española  o  de  Xamayca  todas  las  cosas  nes- 
cesarias  para  los  pobladores  que  alli  obiere,  con  tanto  que  los  tales  na- 
vios se  i)ongan  en  personas  fiables  o  conoscidas  e  que  vosotros  seays 
obligados  por  ellos  a  las  penas  que  por  Nuestro  mandado  fueren  puestas 
e  que  non  puedan  yr  a  otra  parte  sin  Nuestra  especial  lycencia. 

Ansi  mesmo,  que  se  vos  faya  de  dar  lycencia  para  que  a  la  yda  po- 
days llevar  quatruscientos  yndios  de  las  yslas  comarcanas  de  la  Espa- 
ñola, por  la  Orden  que  se  ha  escripto  al  Nuestro  Gobernador  della, 
para  que  vos  podays  aprovecliar  dellos  en  vuestras  naborías  e  facieudas 
sygund  e  por  la  forma  e  manera  que  al  dicho  Gobernador  le  ymbio  a 
mandar  e  para  eUo  vos  Mandare  dar  mi  Carta. 

Ansi  mesmo,  que  yo  vos  faya  de  dar  lycencia  para  que  podays  llevar 
de  la  dicha  Ysla  Española  quarenta  yndios  que  sean  maestros  de  sacar 
oro  para  que  puedan  enseñar  a  los  otros  de  aquellas  partes,  con  tanto 
que  non  sean  de  los  que  agora  vosotros  abeys  en  la  dicha  Ysla ;  e  por 
esta  Mando  al  Nuestro  Gobernador  de  la  dicha  Ysla  que  vos  los  faga 
dar  como  aqui  se  contiene. 

Ansi  mesmo,  que  non  podays  Uevar  en  vuestra  compañía  para  lo 
susodicho,  persona  nin  personas  algunas  que  sean  crystianos  de  fuera  de 
nuestros  Reynos. 

Ansi  mesmo,  que  para  seguridad  que  vos  el  dicho  Diego  de  Nicuesa 
e  el  dicho  Alhonso  Doxeda  e  las  personas  quen  los  dichos  navios  fuesen, 
f aréis  e  comj)lireys  e  pagareys  e  sera  complidoe  guardado  e  pagado  lo  en 
esta  Capitulación  couthenido,  que  a  vosotros  atañe  de  guardar  e  tomplir 
e  pagar  cada  cosa  e  parte  dello ;  e  antes  que  fagáis  el  dicho  viaxe,  deys 
para  ello  fianzas  llanas  e  abonadas  a  contentamiento  de  Don  Xoan  de 
Fonseca  Obispo  de  Falencia,  fasta  en  tanto  que  seays  obligados  a  facer 
el  dicho  viaxe,  e  estar  aparexado  para  facer  vela  para  seguir  el  dicho 
viaxe,  faciendo  tiempo,  dendel  dia  de  la  data  desta  Nuestra  Cai)ytula- 


—  8  — 

cion,  fasta  en  fin  de  Marzo  próximo  que  viene    del  año  venidero  de  mil 
e  quynientos  e  nueve  años. 

Ansi  mesmo,  que  vos  el  dicho  Diego  de  Nicuesa  e  el  dicho  Alhonso 
Doxeda  e  las  otras  personas  quen  los  dichos  navios  fueren  o  alia  estho- 
hieren,  fareys  e  guardareys  e  pagareys  todo  lo  contheuido  en  esta  Capy- 
tulacion,  e  cada  cosa  e  parte  dello ;  e  non  fareys  frabde  nin  engaño  al- 
guno, nin  dareys  favor  nin  ayuda  nin  consentymiento  para  ello :  e  si  Jo 
sopieredes,  lo  nothificareis  a  Nos  o  a  Nuestros  Oficiales  en  Nuestro 
nombre,  so  pena  que  vosotros  u  otra  persona  que  lo  contrario  fyciere, 
])or  el  mismo  fecho  es  que  si  non  lo  compliere,  faya  ]»erdido  qualquier 
merced  u  oficio  o  prehemynencia  que  de  Nos  thobiere  e  pierda  la  parte 
que  le  pertenesciera  de  todo  lo  que  se  resgatare  e  obiere ;  e  de  todo  el 
interese  e  provecho  quen  el  dicho  viaxe  obiere,  ansi  en  la  Mar  como 
dentro  en  la  Tierra;  esta  aplicado  e  dende  agora  lo  aplico  a  Nuestra 
Cámara  e  Fisco  e  pague  por  su  persona  e  bienes  todas  las  dichas  penas 
que  Nos  por  bien  thobieremos  de  mandar  executar  en  las  personas  e 
bienes  de  aquellos  que  lo  fycieren  o  consyntieren  o  encobrieren. 

Para  lo  cual  vos  facemos  a  vos  los  dichos  Diego  de  Nicuesa  e  Alhonso 
Doxeda  Nuestros  Capitanes  de  los  navios  e  xente  quen  ellos  fueren,  e 
en  los  dichos  asientos  e  otras  partes  de  la  dicha  Tierra-firme,  en  esta 
manera:  a  vos  el  dicho  Diego  de  Nicuesa  en  la  parte  de  Veragua,  e  al 
dicho  Alhonso  Doxeda  en  la  parte  de  lluraba,  con  tanto  quel  dicho 
Alhonso  Doxeda  faya  de  llevar  e  lleve  ]>or  su  Lugar-Thyniente  de  Ca- 
pitán e  Xoan  de  la  Cossa,  para  quen  las  i»aj'tes  dondel  non  estobiere 
sea  Nuestro  Capitán  en  su  nombre,  e  donde  estobiere,  sea  su  Thyniente 
estando  todavía  debaxo  de  su  obydiencia  :  e  pcn*  esta  fornuí  vos  Damos 
Nuestro  poder  complido  e  xuresdecion  cevil  e  creminal,  con  todas  sus 
yncidencias  e  dependencias,  conexidades  e  anexidades,  por  el  dicho 
tiempo  de  los  dichos  quatro  años,  quedando  la  ajjelacion  de  todo  para 
ante  Nuestro  Gobernador  ques  o  fuere  de  la  dicha  Ysla  Española  e 
Mando  a  todas  las  personas  quen  los  dichos  navios  fueren  e  a  cada  uno 
dellos,  que  como  a  tales  Nuestros  Capitanes  os  obedezcan  e  vos  dexeu  e 
consientan  usar  el  dicho  oficio  e  Xuresdecion. 

Ansi  mesmo,  que  thengais  por  Nos,  la  Gobernación  de  la  Ysla  de 
Xamaica  con  las  condiciones  susodichas  por  el  dicho  tiempo  de  los  di- 
chos quatro  años,  e  estando  debaxo  del  Nuestro  Gobernador  ques  o  fuere 
de  la  dicha  Ysla  ICspañola,  con  que  vosotros  seays  obligado  de  facer 
alli  otra  fortaleza  de  la  condición  e  forma  e  manera  que  arriba  se  con- 
thiene,  e  para  ello  seays  obligados  a  complir  lo  en  esta  dicha  Capytula- 
cion  contenido,  que  a  las  otras  fortalezas  toca. 

Lo  qual  todo  que  dicho  es,  e  Cíida  cosa  e  pai-te  dello,  dadas  las  dichas 
fianzas,  por  vos  los  dichos  Diego  de  Nicuesa  e  Alhonso  Doxeda  e  fechas 
las  otras  delygencias  e  guardando  e  compliendo  e  pagando  las  cosas 


9 


susodichas,  Prometeiuos  por  la  presente,  de  vos  mandar  guardar  e  com- 
plir  todo  lo  en  esta  Capytulacion  contlienido  e  cada  cosa  e  parte  deUo ; 
e  Mandamos  a  Frey  Nicolás  Dovando  Nuestro  Gobernador  de  las  Yslas 
e  Tierra  firme  del  Mar  Océano  que  vea  esta  Nuestra  Capytulacion  e  la 
guarde  e  compla  sygund  e  por  la  forma  e  manera  quen  ella  se  conthiene. 
Fecha  en  Burgos  a  nueve  de  Xunio  de  mil  e  quinientos  e  ocho  años. — 
Yo  el  Rey.— Por  mandado  de  Su  Alteza  Lope  Conchillo.— Firmada  del 
Obispo  de  Falencia. 


(Año  de  1511.— Diciembre  23,  Zaragoza).  — Eeal  cédula  nombrando  á  Vasco  Núñez 
Gobernador  interino  del  Darien.— f  J.  de  I.,  139-1-4,  lib.  3,  fol.  203  vto.) 

El  Rey. — Por  la  presente  entretanto  que  mandamos  prouher  de  gouer- 
nador  e  justicia  de  la  prouincia  del  darieu  ques  en  la  tierra  firme  de  las 
yudias  del  mar  océano  es  mi  merced  e  voluntad  acatando  la  suficiencia 
e  avilidad  e  fidelidad  de  vos  vasco  uuñez  de  valboa  entendiendo  que 
cumple  asi  a  nuestro  servicio  que  seays  nuestro  gouernador  e  capitán 
de  la  dicha  provincia  del  darieu  e  que  tengays  por  nos  y  en  nuestro 
nombre  la  gouernacion  e  capitancia  de  la  dicha  ysla  e  provincia  e  juz- 
gado della  e  por  esta  mi  cédula  mando  a  qualesquier  personas  de  cua- 
lesquier  estado  o  condición  preheminencia  o  dignidad  que  sea  que  están 
o  estuvieren  en  la  diclia  provincia  del  darieu  que  durante  el  dicho  tiempo 
vos  ayan  e  tengan  e  resciban  por  nuestro  capitán  e  governador  della  e 
vseu  con  vos  en  todos  los  casos  e  cosas  al  dicho  oficio  de  governador 
anexas  e  pertenecientes  e  que  como  a  nuestro  governador  en  todo  vos 
traten  e  cumplan  e  obedescan  vuestros  mandamientos  que  para  vssar  el 
dicho  cargo  en  la  forma  susodicha  e  para  la  ejecución  e  cumplimiento 
deUo  vos  doy  poder  cumplido  por  esta  mi  cédula  con  todas  sus  ynciden- 
cias  e  dependencias  anexidades  e  conexidades  e  los  vnos  ni  los  otros 
no  fagades  en  deal  fecha  en  Zaragoza  XXIII  dias  de  diciembre  de 
DXI  años  yo  el  rey  por  mandado  de  su  alteza/  lope  conchillos  señalada 
del  obispo. 


(Año  de  1512. — Enero  17,  Burgos).  — Carta  á  los  que  están  en  el  asiento  de  Nicuesa 
para  que  se  pasen  al  Darien. — (A.  de  1.,  139-1-4,  lib.  3,  fol.  220  vto.) 

El  Rey.     Concejo  justicia  e  rregimiento  e  otras  qualesquier  personas 
que  estovieredes  en  el  asiento  de  (claro)  que  diego  de  nicuessa  nuestro 


—  10  — 

capitán  de  la  provincia  de  beragna  hizo  por  virtud  de  asiento  e  capi- 
tulación que  por  nuestro  mandado  con  el  se  tomo  yo  he  sido  ynformado 
qut  el  dicho  asiento  donde  agora  estay s  es  muy  mal  sano  para  vuestra 
saJud  y  tierra  donde  no  podéis  ser  ansi  aprouechados  como  es  rrazou 
según  el  travajo  e  perdidas  que  aveis  pasado  en  vuestro  viaje  e  porque 
yo  queria  que  fuerdes  gratificados  e  ayudados  en  la  viUa  de  santa  marin 
de  la  antigua  que  es  en  la  provincia  del  darien  que  agora  nuevamente 
se  a  hablado  e  poblado  de  christianos  diz  ques  tierra  muy  sana  e  se  ha- 
llan en  eUa  muy  buenas  muestras  de  oro  e  porque  destar  vosotros  allí 
yo  espero  ser  servido  e  vosotros  ser  aprovechados  y  os  mando  que  si  el 
pueblo  donde  agora  estáis  es  mal  sano  e  creéis  que  en  el  darien  donde 
agora  esta  hecho  aquel  asiento  ay  buenas  muestras  de  oro  e  disposición 
para  que  en  el  seays  mas  aprovechados  que  no  en  ese  dicho  pueblo  que 
lo  mas  breve  que  pudierdes  os  vays  e  paseys  de  bivienda  y  estada  a  'a 
dicha  viUa  de  santa  maria  de  la  antigua  que  yo  enbio  a  mandar  a  los 
all'.  están  que  os  ayuden  e  favorezcan  e  aprovechen  en  todo  lo  que  bue- 
namente oviere  lugar  e  si  os  determiuaredes  de  pasar  hazedme  saber 
con  los  primeros  que  vinieren  como  lo  aveis  fecho  e  como  sois  tratados 
e  mirados  e  ayudados  por  el  capitán  e  justicia  e  rregimiento  de  la  dicha 
viUa  porque  si  no  lo  hazen  como  yo  se  lo  he  enbiado  a  mandar  lo  man- 
dare proveher  como  a  vosotros  convenga  en  lo  qual  plazer  e  servicio  me 
haréis  de  burgos  a  diez  y  siete  dias  del  mes  de  enero  de  miU  e  quinien- 
tos e  doze  años — yo  el  rey  por  mandado  de  su  alteza  lope  conchillos/ 
señalada  del  obispo  de  palencia. 


(Año  de  1512.  —  Enero  28,  Burgos).  —  Carta  á  Diego  de  Nicnesa  ó  la  persona  que 
tuviere  preso  á  Olano  que  le  envíe  á  la  Corte  con  el  proceso  que  contra  él  está 
hecho.— (M.  de  I.,  139-1-4,  lib,  3,  fol.  221). 

El  Rey. — diego  de  nicuessa  nuestro  capitán  en  la  parte  de  beragua 
que  es  en  tierra  firme  u  otra  qualquier  persona  en  cuyo  poder  estoviere 
preso  lope  de  olano  porque  yo  quiero  ser  ynformado  ques  la  cavsa  por- 
que el  dicho  lope  de  olano  esta  preso  para  lo  mandar  ver  e  determinar 
a  los  del  nuestro  consejo  como  hallaren  por  justicia/  por  ende  yo  vos 
mando  que  luego  que  esta  mi  cédula  vos  fuere  mostrada  sin  poner  en 
ello  impedimento  ni  dilación  alguna  enbieys  ante  mi  al  dicho  lope  de 
olano  juntamente  con  la  j)esquisa  o  proceso  que  contra  el  estoviere 
hecho  para  que  yo  lo  mande  ver  e  determinar  como  se  hallare  por  jus- 
ticia la  causa  y  si  el  dicho  lope  de  olano  se  hallare  culpante  se  le  de 
la  pena  que  de  justicia  se  haUare  que  meresce  lo  qual  vos  mando  que 


—  11  — 

ausi  hagáis  e  cumpláis  siendo  primero  tomada  la  razón  de  esta  mi  ce- 
dula  en  la  nuestra  casa  de  la  contratación  de  las  yndias  que  rreside  eu 
la  ciudad  de  seviUa  por  los  nuestros  oficiales  della  es  no  fagades  ende 
al  por  alguna  manera  fecha  en  burgos  a  veynte  e  ocho  dias  del  mes  de 
enero  de  quinientos  e  doze  años  yo  el  rey  por  mandado  de  su  alteza 
lo  pe  conchillos/  señalada  del  obispo  de  palencia. 


(Año  de  1512.  —  Enero  31,  Burgos).  —  El  Rey  á  Diego  de  Nicuesa  ordenándole  re- 
grese inmediatamente  á  España. — (A.  de  1.,  139-1-4,  t.  3.°) 

Diego  de  Nicuesa  nuestro  Capitán  de  la  prouincia  e  golfo  de  Vera- 
gua ques  en  la  Tierra  firme  del  mar  Océano  ya  sabeys  lo  que  con  vos  se 
asento  e  capitulo  sobre  los  asientos  e  fortalezas  que  en  esa  prouincia 
aviáis  de  hazer  y  porque  según  lo  pasado  y  el  poco  remedio  que  alia  te- 
neis  parece  que  no  podréis  cumplir  lo  que  sois  obligado  y  para  proueer 
sobre  ello  lo  que  convenga  para  otras  cosas  complideras  a  nuestro  ser- 
uicio  ay  necesidad  de  vuestra  venida  por  ende  yo  vos  mando  que  luego 
que  con  esta  nuestra  fueredes  requerido  todas  cosas  dexadas  vos  partáis 
c  vengáis  doquier  que  Yo  estuviese  i^orque  venido  se  dará  orden  que  eu 
todo  se  prouea  lo  que  mas  conuenga  y  entre  tanto  porque  sigun  he  sido 
ynformado  la  parte  donde  tenéis  fecho  asiento  es  muy  yndispuesta  y  en 
ella  adolecen  muchas  personas  y  es  de  poco  prouecho  enbio  a  mandar 
que  toda  la  gente  que  con  vos  esta  se  pase  a  la  viUa  de  Santa  Maria  la 
Antigua  del  Darien  porque  aquello  tiene  muy  mejor  disposición  y  mues- 
ti'as  de  oro,  dexad  proveydo  como  luego  se  cumpla  lo  que  yo  enbio  a  man- 
dar que  allí  les  harán  todo  buen  rescibimiento  y  serán  bien  tratados  y 
en  ello  no  abrá  falta  non  fagades  ende  al  porque  asi  cumple  a  nuestro 
seruicio.— fecha  en  burgos  a  31  dias  del  mes  de  Enero  de  quinientos 
doce  años  yo  el  Rey, — por  mandado  de  su  Alteza  Lope  de  ConchiUos  ru 
bricada  del  Obispo. 


6 

(Año  de  1512.— Enero  31,  Burgos).— Carta  á  los  de  la  provincia  del  Darien  orde- 
nándoles qite  hagan  buen  recibimiento  á  los  que  están  en  el  pueblo  de  Nicuesa 
cuando  allá  se  pasaren. -f4.  de  I.,  139-1-4,  lib.  3,  fol.  220). 

El  Rey. — Vasco  nnñez  de  balboa  nuestro  capitán  de  la  villa  santa 
maria  de  la  antigua  ques  en  la  provincia  del  darien  e  concejo  justicia 


—  12  — 

e  rregimiento  e  otras  qualesquier  personas  de  la  dicha  villa  ya  sabéis 
como  diego  de  nicuesa  nuestro  capitán  de  la  provincia  e  golfo  de  bera- 
gua  con  cierta  gente  tiene  fecho  un  asiento  y  pueblo  en  Ja  dicha  pro 
vincia  e  ¡lorque  yo  he  sido  ynformado  que  es  muy  mal  sano  e  biven  allí 
muy  enfermos  y  que  esa  villa  de  santa  maria  tiene  muy  mejor  asiento 
y  es  mas  sana  y  en  que  mas  se  pueda  aprovechar  por  lo  que  a  su  bien 
cunple  y  tan  bien  porque  con  su  venida  ay  a  esa  dicha  villa  estara  mas 
ennoblecida  y  a  mejor  recado  y  todos  podréis  ser  mas  aprovechados 
enbio  a  mandar  a  las  personas  que  están  en  el  dicho  pueblo  e  asiento 
que  hizo  el  dicho  diego  de  nicuessa  que  luego  se  vengan  a  sentar  e  po- 
blar en  esa  dicha  villa  e  provincia  por  ende  yo  vos  mando  que  a  todas 
las  personas  que  ay  fueren  del  dicho  asiento  de  nicuessa  les  hagáis  muy 
buen  acogimiento  y  que  sean  muy  bien  tratados  y  en  todo  lo  que  buena- 
mente ouiere  lugar  ayudarlos  y  favorecerlos  porque  yo  les  escribo  cer- 
tificándole que  ansi  se  cumplirá  y  en  que  no  aya  falta  seré  de  vosotros 
seruido  e  de  lo  contrario  recibiré  enojo  para  lo  mandar  proveer  como  a 
nuestro  servicio  cuupla  fecha  en  burgos  a  treinta  e  un  dias  del  mes  de 
enero  de  quinientos  y  doze  años  yo  el  Key  por  mandado  de  su  alteza 
lojie  conchillos  señalada  del  obispo  de  palencia. 


(Año  de  1512.— Julio  5,  Burgos). — Reclama  el  bachiller  Enciso  daño.s  y  perjuicios 
que  se  le  irrogaron  por  su  expulsión  del  Daiien. — (A.  de  í.,  2-2,  1  Vé)- 

Las  costil s  quel  bachiller  enciso  pide  e  dize  que  tiene  fechas  después 
que  le  prendieron  en  el  Darien  son  las  syguientes. 

Primeramente  me  costo  el  protesto  e  testimonios  que  truxe  ginco 
pesos  que  di  al  nauio  que  me  truxo  L  ps.°  que  gastaua  en  las  indias  cada 
vn  dia  con  dos  mogos  que  me  seruian  vn  peso  o  a  lo  menos  vn  ducado 
cada  vn  dia  pido  que  me  lo  paguen  desdel  dia  que  me  prendieron  fasta 
oy.  Que  ganarla  en  las  indias  estandome  en  mi  casa  vsando  de  mi  oficio 
cada  vn  dia  cuatro  o  ginco  pesos  pido  por  cada  dia  todo  lo  que  alia  ga- 
ganaua  e  disminuyéndolo  digo  que  sea  tres  ps."  por  cada  vn  dia. 

Digo  que  me  costara  de  flete  la  nao  en  que  yo  e  mis  criados  fuéremos 
fasta  la  española  doze  ducados  ques  a  cuatro  por  cada  persona. 

Pido  e  digo  que  me  costara  vna  carauella  por  que  me  llene  de  la  espa- 
ñola a  Uraba  a  lo  menos  cien  pesos  y  estos  conque  llene  alguna  carga 
para  pagar  a  los  marineros  que  de  otra  manera  mas  costara  de  cuatro- 
cientos. 

Digo  que  es  menester  pasar  desde  aqui  a  Seuilla  e  desde  alli  a  la  es- 
pañola e  de  la  española  a  Uraba  a  lo  menos  Seis  meses  pido  por  cada 
vn  dia  de  ellos  otro  tanto  como  por  los  dias  de  fasta  agora. 


—  13  — 

Que  di  al  relator  del  protesto  vu  peso  que  a  de  aiier  Castañeda  de 
los  actos  e  prostesto   e  t-arta  executoria. 

Eu  burgos  a  qíuco  de  JuUio  de  MDXII  años,  fuerou  tasadas  estas 
costas  por  los  Señores  del  Consejo  de  S.  A.  eu  Noventa  e  cinco  pesos 
de  oro  e  setecientos  e  yinqueuta  e  tres  mrs.  que  son  por  todos  quarenta 
e  tres  luil  mrs. — Castañeda. 


8 

(Año  de  1513.— Enero  20,  Santa  María  del  Darían).— Carta  de  Vasco  Núñez  al  Rey 
dándole  noticias  de  sus  descubrimientos  y  pidiendo  auxilios  para  continuarlos 
y  fundar  poblaciones.— (Navarrete,  Colee,  de  viajes,  t.  IIÍ). 

Cristianísimo  i  mui  poderoso   Señor.  =  Los  dias   pasados  escrivi  a 
Vuestra  Real  Magestad  en  una  cara  vela  que  a  esta  ViUa  vino  haciendo 
saber  a  vuesti-a  mui  real  Alteza  todas  las  cosas  acaecidas  en  estas  par- 
tes :  ansimismo  escrivi  en  un  vergantin  que  de  esta  Villa  partió  para  la 
isla  Española  ha  hacer  saber  al  Almirante  como  estavamos  en  m.ui  es- 
trecha nescesidad,  i  agora  ha  nos  Dios  proveído  de  dos  navios  cargados 
de  bastimentos  con  los  quales  nos  havemos  remediado,  i  ha  sido  cabsa 
de  ser  poblada  esta  tierra,  porque  estavamos  tan  al  cabo  que  si  mucho 
tardara  el  remedio  quando  viniera  no  fuera  menester  porque  no  haUara 
que  remediar  segund  la  liambre  nos  ha  trabtado,  porque  a  cabsa  de  la 
grant  nescesidad  que  havemos  tenido  nos  falta  de  trecientos  hombres 
que  aqui  nos  hallamos  los  quoales  yo  he  regido,  de  los  de  Huraba  de 
Alonso  de  Ojeda,  i  de  los  de  Veragua  de  Diego  de  Niquesa,  los  cuales 
yo  he  juntado  con  mucho  trabajo  a  los  unos  i  a  los  otros,  como  Vuestra 
Real  Majestad  vera  eu  otra  carta  (lue  a  vuestra  mui  Real  Alteza  escrivo, 
haciendo  relación  de  todas  las  cosas  (lue  acá  han  pasado.  Envíame  Vues- 
tra muy  Real  Alteza  a  uumdar  que  inbie  por  las  personas  que  están  en 
el  asiento  de  Diego  de  Niquesa  i  los  traiga  a  esta  Villa  i  les  faga  mucha 
honra  en  todo  lo  que  sea  posible.  A^uestra  mui  Real  Alteza  sabrá  que 
después  que  Diego  de  Niquesa  a  esta  Villa  vino  i  de  aqui  partió  para 
ir  a  la  isla  Española,  yo  tuve  tanto  cuidado  de  la  gente  que  dexava  en 
su  asiento  como  si  a  mi  cargo  estoviera  i  la  hoviera  traído  de  Castilla 
de  mano  de  vuestra  mui  Real  Alteza :  luego  como  supe  que  quedavan  en 
nescesidad  acorde  de  les  inbiar  manteniuuentos  una  i  dos  e  tres  vezes, 
fasta  tanto  que  podía  haver  un  año  e  medio  que  los  traxe  a  esta  Villa 
viendo  que  asi  cumplía  al  servicio  de  vuestra  muy  Real  Alteza,  porque 
si  yo  no  los  remediara  ya  estavan  perdidos  que  de  hambre  se  morían 
cinco  e  seis  cada  día  i  los  Yndios  les  iban  apocando :  aqui  están  en  esta 
Villa  comigo  todos  los  que  dexo  Diego  de  Niquesa.  Desde  el  primero  día 


—  14  - 

que  a  esta  Villa  llegaron  se  les  han  techo  tan  buena  compíiñia  como  Vues- 
tra muy  Real  Alteza  me  inbia  a  mandar,  porque  no  habido  ninguna  di- 
ferencia para  con  eUos  mas  que  si  todos  viniéramos  aqui  en  un  dia : 
luego  como  aqui  llegaron  se  les  dio  sus  solares  i  sus  tierras  de  labranzas 
en  mui  buena  parte  i  Juntamente  con  los  que  a  esta  ViUa  vinieron  co- 
migo  a  las  ganar,  porque  las  tierras  e  solares  no  estavan  aun  repartidas 
i  llegaron  al  tiempo  que  alcanzaron  parte  de  todo  lo  bueno  que  havia. 
Hago  saber  a  Vuestra  muy  Real  Alteza  que  anvos  a  dos  Governadores, 
ansi  Diego  de  Mquesa  como  Alonso  de  Ojeda,  dieron  mui  mala  cuenta 
de  si  por  su  culpa,  que  eUos  fueron  cabsa  de  su  perdición  por  no  saberse 
valer,  i  porque  después  que  a  estas  partes  pasan  toman  tanta  presun- 
ción i  fantasía  en  sus  pensamientos  que  les  paresce  ser  Señores  de  la 
tierra  i  desde  la  cama  han  de  mandíir  la  tierra  i  governar  lo  que  es  lue- 
nester,  i  eUos  ansi  lo  Asieron,  i  de  que  acá  se  hallaron  creyeron  que  no 
havia  mas  que  hacer  de  darse  a  buen  vicio,  i  la  calidad  de  la  tierra  os 
tal  que  si  el  que  toviere  cargo  de  governarla  se  duerme,  quando  quiere 
despertar  no  puede,  porque  es  tierra  (jue  quiere  que  el  que  la  regiere  Li 
pase  e  la  rodee  muchas  vezes,  i  como  la  tierra  sea  mui  trabajosa  de 
andar  a  cabsa  de  los  muchos  rios  i  ciénagas  de  grandes  anegadizos  i  sie- 
rras donde  muere  mucha  gente  del  grand  trabajo  que  se  i'escibe,  hac  en- 
sele  de  mal  ir  a  recibir  malas  noches  i  pasar  trabajos,  porque  cada  dia 
es  menester  ponerse  a  la  muerte  mili  vezes,  i  por  esta  cabsa  quierense 
descargar  con  algunas  personas  que  no  se  les  da  mucho  que  se  haga  bien 
que  mal,  como  Diego  de  Mquesa  ha  hecho,  por  donde  fue  cabsa  de  se 
perder  ansi  el  uno  como  el  otro,  i  porque  Vuestra  muy  Real  Alteza  sejia 
por  quien  se  regia  Diego  de  Niquesa  i  con  que  persona  se  descarga  va, 
le  imbio  una  información  de  todo  lo  que  paso,  por  donde  Vuestra  muy 
Real  Alteza  vera  los  negocios  como  se  regían,  i  como  podia  hacer  lo  que, 
convenia  al  dicho  servicio  de  Dios  i  de  Vuestra  muy  Real  Alteza  :  la 
mayor  parte  de  su  perdición  ha  sido  el  mal  tratamiento  de  la  gente,  por- 
que creen  que  desde  que  acá  una  vez  los  tienen,  que  los  tienen  por  escla- 
vos, porque  aun  de  las  cosas  que  se  tomavan  de  comer  en  las  entradas 
se  hacia  tan  mal  con  ellos,  ansi  en  la  governacion  de  Alonso  de  Ojeda, 
como  en  la  de  Diego  de  Niquesa,  i  nunca  de  quanto  oro  se  tomo  ni  de 
otras  cosas  se  les  dio  valor  de  fasta  un  real,  de  cuya  cabsa  todos  anda- 
van  tan  desabridos  que  aunque  viau  el  oro  par  de  si  no  lo  querían  tomar 
sabiendo  que  havian  de  haver  poca  parte  deUo.  Quiero  hacer  saber  a 
Vuestra  Real  Magestad  la  cabsa  por  donde  yo  he  alcanzado  i  sabido  los 
grandes  secretos  que  hai  en  esta  tierra.  Vuestra  mui  Real  Alteza  sabrá 
que  desque  a  esta  tierra  llegamos,  yo  he  procurado  tanto  el  servicio  de 
Vuestra  Real  Alteza  nue  nunca  de  noche  i  de  dia  pienso  sino  como  me 
podre  valer  i  dar  buen  recabdo  i  poner  a  mi  i  a  esta  poca  gente,  que 
Dios  aqui  nos  echo,  en  cobro,  e  buscar  mañas  con  que  nos  podiesemos 


—  16  — 

remediar  e  sustentar  las  vidas,  como  por  la  obra  Vuestra  mui  Real 
Alteza  vera,  fasta  tauto  que  Vuestra  muy  Real  Alteza  provea  de  gente, 
l'rincipalmente  he  procurado,  por  doquiera  que  he  andado,  que  los  Yn- 
dios  desta  tierra  sean  muy  bien  trabtados  no  consintiendo  hacerles  mal 
ninguno  tratándoles  mucha  verdad  dándoles  muchas  cosas  de  las  de 
CastiUa  por  atraerlos  a  nuestra  amistad.  Ha  sido  cabsa  tratándoles 
verdad  que  he  sabido  dellos  mui  grandes  secretos  i  cosas  donde  se  pue- 
de haver  mui  grandes  riquezas  en  mucha  cantidad  de  oro  de  donde 
^"uestra  mui  Real  Alteza  sera  mui  servido.  Mui  poderoso  Señor,  muchas 
vezes  pienso  como  ha  seido  posible  podernos  remediar,  porque  havemos 
seido  tan  mal  socorridos  de  la  isla  Española  como  sino  fuéramos  cris- 
tianos, mas  Nuestro  Señor  por  su  infinita  clemencia  nos  ha  querido 
proveer  de  bastimentos  de  la  tierra,  porque  muchas  vezes  havemos  es- 
tado tan  al  cabo  que  creíamos  perdernos  de  hambre,  i  al  tiempo  de  la 
mayor  nescesidad  Nuestro  Señor  nos  enseñava  camino  por  donde  nos 
remediásemos.  Sabrá  Vuestra  mui  Real  Alteza  que  después  que  aqui 
estamos  havemos  corrido  tanto  a  unas  partes  i  a  otras  a  cabsa  de  la 
mucha  nescesidad  que  havemos  tenido,  que  me  espanto  como  se  ha  su- 
frido tanto  trabajo  i  las  cosas  que  han  subcedido  mas  han  sido  por  mano 
de  Dios  que  por  mano  de  gentes.  Yo  he  procurado  de  nunca  fasta  oy 
haver  dexado  andar  la  gente  fuera  de  aqui  sin  yo  ir  adelante,  hora 
fuese  de  noche  o  de  dia,  andando  por  rios  i  ciénagas  i  montes  i  sierras, 
i  las  ciénagas  desta  tierra  no  crea  Vuestra  Real  Alteza  que  es  tan  li- 
viano que  nos  andamos  folgando,  porque  muchas  vezes  nos  acaese  ir 
una  legua  i  dos  i  tres  por  ciénagas  i  agua  desnudos  i  la  ropa  cogida 
puesta  en  la  tablachina  encima  de  la  cabeza,  i  salidos  de  unas  ciénagas 
entramos  en  otras  i  andar  de  esta  manera  dos  i  tres  i  diez  dias,  i  si  la 
persona  que  tiene  cargo  de  governar  esta  tierra  se  descuida  con  algunas 
personas  i  se  queda  en  casa,  ninguno  lo  puede  hacer  tan  bien  de  los  que 
en  su  lugar  enbian  ton  la  gente  que  no  haga  muchos  yerros,  por  donde 
da  cabsa  a  perderse  el  e  todos  los  que  van  con  el,  porque  no  se  les  da 
mucho  por  lo  que  cumple  a  todos,  i  lo  que  mas  procuran  de  hacer  es  de 
darse  al  vicio  i  escusarse  lo  mas  que  pueden  de  el  trabajo,  i  esto  pue- 
dolo  bien  decir  como  persona  que  ha  visto  bien  en  que  cae,  porque  cier- 
tas vezes,  aunque  no  han  seido  de  tres  arriba,  que  yo  no  he  ido  a  entrar 
con  la  gente,  a  cabsa  de  haver  tenido  algund  inpedimento  con  el  pueblo 
por  hacer  las  simenteras,  he  visto  que  las  personas  que  yo  inbiava  en 
mi  lugar  no  lo  han  fecho  como  era  razón,  i  se  ha  visto  la  gente  que  con 
ellos  ha  ido  en  mucho  aprieto  a  cabsa  de  darse  poco  por  lo  que  lievan  a 
cargo.  Yo  Señor  he  procurado  de  contino  de  hacer  que  todo  lo  que  sea 
havido  fasta  hoy  de  lo  hacer  mui  bien  repartir,  ansi  el  oro  como  guanin 
i  perlas,  sacado  lo  que  pertenesce  a  Vuestra  mui  Real  Alteza,  como  to- 
das las  otras  cosas  ansi  de  ropa  como  de  cosas  de  comer,  que  fasta  aqui 


—  16  — 

evemos  tenido  en  mas  las  cosas  de  comer  que  el  oro,  porque  teníamos 
mas  oro  que  salud,  que  muchas  vezes  fue  en  muchas  partes  que  holgava 
mas  de  hallar  una  cesta  de  maíz  que  otra  de  oro,  de  tanto  certifico  a 
Vuestra  mui  Real  Alteza,  porque  a  la  contina  nos  ha  faltado  mas  la 
comida  que  el  oro,  de  tanto  certifico  a  Vuestra  mui  Real  Alteza,  que  si 
yo  no  hoviera  procurado  de  andar  con  mi  persona  delante  de  todos  a 
buscar  los  mantenimientos  para  los  que  ivan  comigo  y  para  los  que  en 
esta  ViUa  quedavan,  que  fuera  maravilla  quedar  ni  estar  en  esta  Villa 
ninguno  ni  en  esta  tierra,  si  N.  Señor  milagrosamente  no  quisiera  obrar 
de  misericordia  con  nosotros :  la  maña  que  he  tenido  en  el  repartimiento 
del  oro  que  se  ha  tomado  a  sido,  que  se  ha  dado  a  los  que  lo  han  ido 
a  tomar  dando  a  cada  uno  segud  su  persona,  quedando  todos  sastisfe- 
chos  i  contentos :  de  las  cosas  de  comer  todos  alcanzan  parte  aunque 
no  vayan  a  entrar. 

Quiero  dar  cuenta  a  Vuestra  mui  Real  Alteza  de  las  cosas  i  grandes 
secretos  de  maravillosas  riquezas  que  en  esta  tierra  hai,  de  que  N.  Se- 
ñor a  Vuestra  mui  Real  Alteza  ha  hecho  Señor,  i  a  mi  me  ha  querido 
hacer  sabidor  i  me  las  ha  dexado  descobrir  primero  que  a  otro  ninguno 
i  mas,  por  lo  quoal  yo  le  doi  muchas  gracias  i  loores  todos  los  dias  del 
mundo  i  me  tengo  por  el  mas  bien -aventurado  hombre  que  nascio  en  el 
mundo,  i  pues  ansi  N.  Señor  ha  seido  servido  que  por  mi  mano,  primero 
que  de  otro,  se  hayan  fecho  tan  grandes  principios,  suplico  a  Vuestra 
mui  Real  Alteza  sea  servido  que  yo  llegue  al  cabo  de  tan  grand  jornada 
como  esta,  i  esto  me  atrevo  a  suplicar  a  Vuestra  mui  Real  Megestad 
porque  se  que  dello  ha  de  ser  mui  servido,  porque  yo  me  atrevo  a  tanto 
que  con  el  ayuda  de  Dios  con  mi  buena  industria  que  lo  sabi'e  guiar  de 
tal  manera  que  Vuestra  mui  Real  Alteza  seii  servido  dello,  i  para  poner 
esto  en  efetto  Vuestra  mui  Real  Magestad  deve  mandar  proveer  que 
para  el  i)resente  vengan  fasta  quinientos  hombres  o  mas  de  la  isla  Espa- 
ñola, para  que  con  ellos  i  con  los  que  acá  están  comigo,  aunque  no  non 
mas  de  ciento  para  guerra,  pueda  proveer  a  donde  sea  menester  i  entrar 
la  tierra  adentro  i  pasar  la  otra  mar  de  la  i)arte  de  medio  día,  i  aunque 
de  algunas  cosas  yo  haya  dado  parte  de  lo  que  he  sabido  a  los  que  van 
comigo,  ha  seido  libianamente  i  el  secreto  i  verdad  de  todo  es  esto  que 
a  Vuestra  mui  Reiil  Alteza  escrivo. 

Mui  poderoso  Señor  lo  que  yo  con  buena  industria  i  mucho  trabajo 
con  la  buena  bentura  he  descobierto  es  esto.  En  esta  prí)vincia  del  Da- 
ñen hai  descobiertas  muchas  i  mui  ricas  minas,  hai  oro  en  mucha  can- 
tidad :  están  descubiertos  veinte  rios,  i  treinta  que  tienen  oro  salen  de 
una  sierra  que  esta  fasta  dos  leguas  de  esta  Villa,  va  su  via  acia  la  parte 
de  medio  dia:  los  rios  que  llevan  el  oro  van  fasta  dos  leguas  de  esta 
ViUa  acia  el  medio  dia :  esta  sierra  buelve  por  esta  costa  abajo  acia  e! 
poniente :  desde  esta  Villa  para  el  poniente  por  esta  sierra  no  se  ha 


—  17  — 

visto  rio  de  oro  ninguno,  creo  que  los  liai :  yendo  este  rio  grande  de 
S.  Juan  arriba  fasta  treinta  leguas  sobre  la  mano  derecha  esta  una 
provincia  que  se  dice  de  Abanumaqué  que  tiene  mui  grand  dispusicion  de 
oro,  tengo  nueva  mui  cierta  que  hai  en  ella  rios  de  oro  muí  ricos:  selo 
de  un  fijo  del  Cacique  de  aquella  provincia  que  tengo  aqui,  i  de  otros 
Yndios  e  Yndias  que  aqui  están  de  aquella  tierra  que  yo  he  tomado : 
yendo  este  rio  grande  arriba  treinta  leguas  sobre  la  mano  esquierda  en- 
tra un  rio  mui  hermoso  i  grande,  yendo  dos  dias  por  el  arriba  estava 
un  Cacique  que  se  dice  Davaive,  es  muy  grand  Señor  i  de  mui  grand 
tierra  i  mui  poblada  de  gente,  tiene  oro  en  mucha  cantidad  en  su  casa. 
i  tanto  que  para  quien  no  sabe  las  cosas  de  esta  tierra  sera  bien  dudoso 
de  creer :  esto  se  de  nueva  cierta  de  casa  de  este  Cacique  de  Yaive  viene; 
todo  el  oro  que  sale  por  este  golfo  i  todo  lo  que  tienen  estos  Caciques 
de  estas  comarcas,  es  fama  que  tienen  muchas  piezas  de  oro  de  estraña 
manera  i  mui  grandes :  dicenme  muchos  Y^ndios  que  lo  han  visto  que 
tiene  este  Cacique  de  Yaive  ciertas  cestas  de  oro  que  cada  una  dellas 
tiene  un  hombre  que  llevar  a  cuestas :  este  Cacique  coge  este  oro  por- 
que esta  apartado  de  la  sierra,  de  la  manera  como  lo  ha  es,  que  dos 
jornadas  de  alli  hai  una  tierra  mui  hermosa  en  que  hai  una  gente  que 
es  mui  caribe  i  mala,  comen  hombres  quantos  pueden  haver :  esta  es 
gente  que  esta  sin  Señor  i  no  tienen  a  quien  obedescer,  es  gente  de  gue- 
rra, cada  uno  vive  sobre  si,  son  Señores  de  las  minas,  son  estas  minas 
segund  yo  tengo  la  nueva  las  mas  ricas  del  mundo :  estas  son  en  una 
tierra  que  hai  una  sierra  la  mas  alta  del  mundo  a  parescer  i  creo  que 
nunca  se  ha  visto  otra  de  tan  gran  altura,  nace  de  acia  la  parte  de 
brava  de  este  golfo  algo  la  tierra  dentro,  que  podia  ser  de  la  mar  veinte 
leguas,  va  su  via  de  esta  sierra  metiéndose  a  la  parte  de  medio  dia,  es 
tierra  llana  do  comienza,  desde  el  nacimiento  della  va  cresiendo  en  mu- 
cha cantidad,  es  tan  alta  que  se  cubre  con  las  nubes,  dos  años  ha  que 
estamos  de  que  nunca  se  ha  visto  lo  alto  deUa  sino  dos  vezes  porque 
a  la  contina  esta  cobierta  con  los  cielos,  des  que  llega  en  la  mas  altura 
torna  a  decaer,  fasta  alli  va  montosa  de  grand  arboleda,  i  desde  alli 
van  cayendo  unas  cordilleras  de  sierras  sin  monte  ninguno,  va  a  fenes- 
cer  en  la  mas  hermosa  tierra  del  mundo  i  mas  llana  junto  con  este 
Cacique  de  Daive :  las  minas  mui  ricas  están  en  esta  punta  de  esta  tie- 
rra bolviendo  acia  la  parte  del  nacimiento  del  sol,  el  sol  las  da  en  nas- 
ciendo:  hai  dos  jornadas  desde  este  Cacique  Davaibe  fasta  estas  ricas 
minas,  la  manera  como  se  coge  es  sin  niuguu  trabajo  de  dos  maneras, 
la  una  es  que  esperan  que  crescan  los  rios  de  las  quebradas,  i  desque 
pasan  las  crecientes  quedan  secos  y  queda  el  oro  descobierto  délo  que 
roba  délas  barrancas  i  trae  de  la  sierra  en  mui  gordos  granos :  señalan 
los  Yndios  que  son  del  tamaño  de  naranjas  i  como  el  puño,  i  piezas 
segund  señalan  a  manera  de  planchas  Uanas.  Otra  manera  de  coger  oro 


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liai,  que  esperan  que  se  seque  la  yeii)a  eu  las  sierras  i  las  i^onen  fuego, 
i  después  de  quemado  van  a  buscar  por  lo  alto  i  por  las  partes  mas  dis- 
puestas i  cogen  el  oro  en  mucha  cantidad  i  en  mui  hermosos  granos : 
estos  Yndios  que  cogen  este  oro  lo  traen  en  granos  como  lo  cogen  por 
fundir  i  lo  rescatan  con  este  Cacique  Davaibe,  dales  en  precio  por  res- 
cate Yndios  mancebos  i  mochachos  para  comer,  i  Yndia-s  para  que  sirvan 
a  sus  mugeres,  no  las  comen,  dales  puercos  en  esta  tierra  muchos,  dales 
mucho  pescado  i  ropa  de  algodón  i  sal,  dales  piezas  de  oro  labradas 
como  ellos  las  quieren,  con  solo  con  este  Cacique  Davaibe  tienen  este 
rescate  aquellos  Yndios  porque  por  otra  parte  no  hai  lugar :  este  Caci- 
que Davaibe  tiene  grand  fundición  de  oro  en  su  casa  :  tiene  cient  hom- 
bres a  la  contina  que  labran  oro,  esto  se  todo  por  nueva  cierta,  porque 
nunca  otra  cosa  procuro  por  do  quiera  que  ando,  he  procurado  saberlo 
de  muchos  Caciques  e  Yndios  e  ansi  de  sus  vecinos  de  este  Cacique  Da- 
vaibe como  de  los  de  otras  partes  hallo  ser  verdad  todo  porque  lo  he 
sabido  en  muchas  maneras  i  formas  dando  a  unos  tormento,  i  a  otros 
por  amor,  i  dando  a  otros  cosas  de  Castilla,  tengo  por  nueva  cierta  que 
yendo  este  rio  de  S.  Juan  arriba  cinquenta  leguas  que  hay  mui  ricas 
minas  de  la  una  parte  del  rio  e  de  la  otra :  la  manera  como  este  rio  se 
ha  de  navegar  es  eu  canoas  de  los  Yndios  porque  se  hacen  muchos  brazos 
pequeños  e  estrechos  i  cerrados  con  arboledas  i  no  pueden  entrar  por 
ellos  sino  es  en  canoas  de  fasta  tres  palmos  o  quatro  de  anchos :  después 
que  sea  descobierto  este  rio  se  podran  hacer  navios  de  anchos  de  ocho 
palmos  i  de  conplidos  que  puedan  remar  veinte  remos  a  manera  de  fus- 
tas, ijorque  el  rio  es  de  mui  gran  corriente  i  aun  con  las  canoas  de  los 
Yndios  no  se  puede  bien  navegar,  eu  tiempos  de  grandes  brisas  pueden 
navegar  a  la  vela  por  los  navios  que  llevan  fasta  doze  botas  i  ayudándo- 
les del  remo  algunas  vueltas  que  face  el  rio  algunas  vezes  es  menester 
ir  desviados  del  rio  tres  leguas,  i  cinco  i  ocho  a  las  vezes  yendo  por 
tierra,  no  se  puede  cabalgar  por  tierra  a  caballo  yendo  este  rio  arriba 
fasta  quanto  havemos  visto,  pero  puedense  llegar  a  enbarcar  al  rio 
algunas  vezes  por  algunos  esteros  que  entran  a  rio,  que  al  rio  princi- 
pal no  pueden  porque  es  anegado  a  la  redonda,  la  vez  que  mas  cerca 
se  pueden  enbarcar  por  los  esteros  es  media  legua :  la  gente  que  hai  por 
este  rio  grande  arriba  es  mala,  i  es  gente  de  guerra :  es  menester  mucha 
maña  para  con  ellos :  de  otras  muchas  cosas  tengo  nuevas  i  no  me  cer- 
tiñco  fasta  que  mas  enteramente  lo  sepa,  i  creo  se  sabrá  mediante  Dios. 
Lo  que  por  esta  costa  abajo  acia  el  poniente  hai  es  que  yendo  veinte 
leguas  de  aqui  hai  una  provincia  que  se  dice  Careta,  hay  en  ella  ciertos 
rios  que  tienen  oro,  selo  de  algunos  Yndios  i  Yndias  que  aqui  están  en 
esta  Villa,  no  se  han  ido  a  cabar  por  no  alborotar  la  tierra  que  esta  de 
paz  porque  somos  pocos  fasta  que  halla  mas  gente:  yendo  mas  la  costa 
abajo  fasta  quarenta  leguas  desta  Villa  entrando  la  tierra  adentro  fasta 


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doze  leguas  esta  un  Cacique  que  se  dice  Comogre,  i  otro  que  se  dice  Po- 
corosa,  están  tan  cerca  de  la  mar  el  uno  como  el  otro,  tienen  mucha  gue- 
rra unos  con  los  otros,  en  toda  la  tierra  tiene  cada  uno  dellos  un  pueblo 
i  dos  a  la  costa  de  este  mar,  de  donde  se  mantienen  de  pescado  la  tierra 
dentro:  en  casa  de  estos  dos  Caciques  me  certificaron  los  Yndios  que 
hai  rios  de  oro  mui  ricos,  esta  una  jornada  de  este  cacique  Pocorosa 
unas  sierras  las  mas  hermosas  que  se  han  visto  en  estas  partes,  son  sie- 
rras mui  claras  sin  ningund  monte,  salvo  alguna  arboleda  que  esta  por 
algunos  arroyos  que  descienden  de  las  sierras.  Están  alli  en  aquellas 
sierras  ciertos  Caciques  que  tienen  oro  en  mucha  cantidad  en  sus  casas : 
dicen  que  los  tienen  todos  aquellos  Caciques  en  las  barbacoas  como 
maíz,  porque  es  tanto  el  oro  que  tienen  que  no  lo  quieren  tener  en  ces- 
tas, dicen  que  todos  los  rios  de  aquellas  sierras  que  tienen  oro,  e  que 
hai  granos  mui  gordos  en  mucha  cantidad:  la  manera  como  se  coge  es 
que  lo  ven  estar  en  lagua  i  lo  apañan  i  echan  en  sus  cestas :  ansimismo 
lo  cogen  en  los  arroyos  desque  están  secos,  i  para  que  Vuestra  mai 
Real  xVlteza  de  las  cosas  de  aquellas  partes  (1)  le  inbio  un  Yndio  errado 
de  los  de  aquella  tierra  que  lo  ha  cogido  el  muchas  vezes :  esto  no  lo 
tenga  Vuestra  mui  Real  Alteza  a  cosa  de  burla  porque  de  verdad  yo  estoi 
bien  certificado  de  muchos  Yndios  principales  i  Caciques. 

Yo  Señor  he  estado  bien  cerca  de  aquellas  sierras  fasta  una  jornada, 
no  he  allegado  a  ellas  porque  no  he  podido  a  cabsa  de  la  gente  de  la 
gente  porque  Uega  hombre  fasta  donde  puede  i  no  fasta  donde  quiere, 
por  el  canto  de  aquellas  sierras  van  unas  tierras  mui  llanas,  van  la  via 
de  acia  la  parte  de  medio  dia,  dicen  los  Yndios  que  esta  la  otra  mar  de 
aUi  tres  jornadas :  dicenme  todos  los  Caciques  i  Yndios  de  aquella  pro- 
vincia de  Comogre  que  hai  tanto  oro  cogido  en  piezas  en  casa  de  los 
Caciques  de  la  otra  mar  que  nos  facen  estar  a  todos  fuera  de  sentido : 
dicen  que  hay  por  todos  los  rios  de  la  otra  costa  oro  en  mucha  cantidad 
i  en  granos  mui  gordos :  dicen  que  a  casa  de  este  Cacique  Comogre  vie- 
nen Yndios  de  la  otra  mar  en  canoas  por  un  rio  que  llegan  a  casa  del 
Cacique  Comogre  i  traen  oro  de  minas  por  fundir  en  mui  gordos  granos 
i  mucho :  el  rescate  que  les  dan  por  el  oro  es  ropa  de  algodón  i  Yndios 
e  Yndias  hermosas,  no  los  comen  como  la  gente  de  acia  el  rio  grande, 
dicen  que  es  mui  buena  gente  de  buena  conversación  la  de  la  otra  costa, 
dicenme  que  la  otra  mar  es  mui  buena  para  navegar  en  canoas  porque 
esta  mui  mansa  a  la  contina,  que  nunca  anda  braba  como  la  mar  de  esta 
vanda  segund  los  Yndios  dicen :  yo  creo  que  en  aquella  mar  hai  muchas 
islas,  dicen  que  hai  muchas  perlas  en  mucha  cantidad  mui  gordas  i  que 
tienen  cestas  dellas  los  Caciques,  i  que  tan  bien  las  tienen  todos  los 
Yndios  e  Yndias  generalmente,  este  rio  que  va  deste  Cacique  Comogre 


(1)     Falta  al  parecer:  usea  más  cumplidamente  informado». 


—  20  — 

a  la  otra  mar,  antes  que  llegue  alia  se  hace  tres  brazos  i  cada  uno  deUos 
entra  por  si  <*n  la  otra  mar:  dicen  que  por  el  brazo  que  entra  acia  f^l 
Poniente  vienen  las  perlas  a  rescatar  en  canoas  a  casa  del  Cacique  Co- 
mogre :  dicen  que  por  el  brazo  que  entra  acia  el  Levante  entran  las 
canoas  con  oro  por  todas  partes  que  es  cosa  increible  i  sin  ninguna 
conparacion,  i  pues  que  de  tan  gran  tierra  a  donde  tanto  bien  liai  Nues- 
tro Señor  le  ha  fecho  Señor  no  la  deve  de  echar  en  olvido,  que  si  Vues- 
tra mui  Real  Alteza  es  servido  de  me  dar  e  enbiar  gente,  yo  me  atrevo 
a  tanto  mediante  la  bondad  de  Nuestro  Señor  de  descobrir  cosas  tan 
altas  i  a  donde  puede  haver  tanto  oro  i  tanta  riqueza  conque  se  puede 
conquistar  mucha  parte  del  mundo,  i  si  de  esto  Vuestra  mui  Real  Ma- 
gestad  es  servido  para  en  las  cosas  que  acá  son  menester  de  hacer, 
dexeme  Vuestra  mui  Real  Alteza  el  cargo,  que  yo  tengo  tanta  confianza 
en  la  misericordia  de  Nuestro  Señor  que  le  sabré  dar  tan  buena  maña  i 
industria  conque  lo  traya  todo  a  buen  estado  e  Vuestra  mui  Real  Alteza 
sea  mui  servido,  i  quando  esto  no  hiciere  no  tengo  mejor  cosa  que  mi 
cabeza  que  pongo  por  prenda,  i  de  tanto  certifico  a  Vuestra  mui  Real 
Alteza  que  i^rocure  con  mas  diligencia  lo  que  cumple  a  servicio  de  Vues- 
tra mui  Real  Alteza,  que  no  los  Governadores  que  acá  se  perdieron 
Alonso  de  Ojeda  e  Diego  de  Niquesa,  porque  no  me  quedo  yo  en  la 
cama  entre  tanto  que  la  gente  va  a  entrar  i  a  correr  la  tierra,  porque 
hago  saber  a  Vuestra  mui  Real  Alteza  que  no  se  ha  andado  por  toda 
esta  tierra  a  una  parte  ni  a  otra  que  no  haya  ido  adelante  por  guia  i 
aun  abriendo  los  caminos  por  mi  mano  para  los  que  van  comigo,  i  sino 
es  ansi  a  las  obras  me  remito  i  al  fruto  que  cada  uno  de  los  que  han  pa- 
sado acá  han  dado. 

Mui  poderoso  Señor,  como  persona  que  ha  visto  las  cosas  de  estas 
partes  i  que  mas  noticia  tiene  de  la  tierra  que  fasta  (1)  nadie  ha  tenido, 
i  porque  deseo  que  las  cosas  de  acá  que  yo  tengo  principiadas  florescan  i 
vengan  al  estado  que  conviene  al  servicio  de  Vuestra  mui  Real  Alteza, 
le  quiero  hacer  saber  lo  que  el  para  el  presente  conviene  i  es  menester  de 
mandar  proveer,  i  esto  es  para  el  presente  fasta  que  la  tierra  se  sepa 
i  se  vea  lo  que  hai  en  ella,  lo  principal  es  menester  que  vengan  mili 
hombres  de  los  de  la  isla  Espñola  porque  los  que  agora  viniesen  de  Cas- 
tilla no  valdrian  mucho  fasta  que  se  ficiesen  a  la  tierra,  porque  al  pre- 
sente ellos  se  perderían  i  los  que  acá  estamos  con  eUos.  Habrá  Vuestra 
mui  Real  Alteza  de  mandar  proveer  que  esta  tierra  por  el  presente  se 
provea  de  bastimentos  por  mano  de  Vuestra  mui  Real  Alteza  i  esto  cum- 
ple para  que  la  tierra  se  descubra  i  se  sepa  los  secretos  della,  i  en  esto 
se  harán  dos  cosas  una  ganarse  han  muchos  dineros  en  las  mercaderías, 
i  la  otra  principal  es  que  estando  la  tierra  proveída  de  bastimentos  se 


(1)     Falta  uarjoran. 


—  21  — 

podran  liacer  i  descobrir  grandes  cosas  i  en  mucha  cantidad  de  riqnesas 
como  por  la  obra  se  parecerá  mediante  Dios,  i  juntamente  se  lia  de  pro- 
veer que  a  la  contina  haya  acá  mucho  adrezo  para  hacer  navios  peque- 
ños para  los  rios la  pez  i  clavazón  i  velas  i  jarcias  sobra- 
das, es  menester  que  vengan  algunos  maestros  que  sepan  hacer  vergau- 
tines :  ha  de  mandar  Vuestra  mui  Keal  Alteza  que  se  trayan  docientas 
vallestas  mandadas  hacer  fechizas  mui  fornidas  las  cureñas  i  las  goar- 

niciones i  de  muy  recio  tiro  y  que  no  sean  mas  de 

fasta  dos  libras  e  en  eUas  se  ganaran  dineros  porque  cada  uno  délos 
que  acá  están  huelgan  de  tener  una  vaUesta  i  dos,  porque  demás  ser 
armas  mui  buenas  para  contra  los  Yndios,  mantienen  mucho  de  aves  y 
caza  los  que  las  pueden  tener,  son  menester  dos  docenas  despingardas 
mui  buenas  de  metal  libianas  porque  las  de  hierro  luego  se  dañan  con 
las  muchas  agoas  i  se  comen  de  orin :  ha  de  mandar  Vuestra  mui  Real 
Alteza  proveer  que  se  hagan  dos  docenas  de  tiros  de  metal  porque  los 
de  fierro  se  perdieran :  basta  ser  de  peso  de  fasta  una  arroba  o  treinta 
libras  i  largos,  para  oue  un  hombre  pueda  Uevar  para  donde  se  fuere 
menester  uno  deUos  i  mui  buena  pólvora.  Para  el  presente  mui  poderoso 
Señor  es  menester  que  en  la  provincia  de  Davaibe  se  haga  una  fuerza 
en  veniendo  mas  gente  la  mas  fuerte  que  se  pueda  hacer  porque  es 
tierra  mui  poblada  de  mala  gente :  ha  se  de  hacer  otra  fuerza  en  las  mi- 
nas de  Tubanama  en  la  provincia  de  Comogre  porque  ansi-mismo  hai 
mucha  gente  i  es  tierra  mui  poblada,  i  estas  fuerzas  mui  poderoso  Se- 
ñor al  presente  no  se  pueden  hacer  de  cal  e  canto  ni  de  tapia,  mas  han 
hacerse  dos  palizadas  de  mui  fuerte  madera  i  en  medio  de  tierra  mui 
tapiada  i  mui  fuerte  e  del  tamaño  que  fuere  menester  segud  los  Apaños 
que  oviere  de  haver:  i  ala  redonda  una  mui  buena  cava  mui  fuerte,  i 
que  le  digan  a  Vuestra  mui  Real  Alteza  si  pueden  hacer  fortalezas  de 
cal  i  canto  ni  de  otra  cosa  en  esta  tierra  por  el  presente,  porquel  que  lo 
dixiere  no  havra  visto  la  calidad  de  la  tierra :  esto  que  yo  digo  mui  po- 
deroso Señor  se  porna  por  obra  en  veniendo  gente  placiendo  a  Nuestro 
Señor,  i  de  estos  dos  asientos  el  uno  de  Dabaibe,  i  el  otro  déla  provin- 
cia de  Comogre  se  corra  la  tierra,  e  se  sabrán  los  secretos  deUa  i  déla 
otra  mar  de  la  vanda  de  medio  dia,  i  todo  lo  demás  que  fuere  menester, 
ha  de  mandar  Vuestra  mui  Real  Alteza  que  vengan  los  maestros  para 
aderezar  las  vallestas  porque  cada  dia  se  desconciertan  a  cabsa  de  las 
muchas  aguas :  en  todo  lo  que  digo  se  ganaran  dineros  i  no  ha  de  costar 
a  Vuestra  mui  Real  Alteza  cosa  ninguna  mas  de  mandar  proveer  de 
gente  la  que  es  menester,  que  yo  me  atrevo  mediante  Nuestro  Señor 
hacer  todo  lo  que  en  estas  partes  conviene  a  servicio  de  Vuestra  mui 
Real  Alteza  Mui  poderoso  Señor,  porque  como  tengo  dicho  yo  estol 
aqui  para  servir  i  avisar  a  Vuestra  mui  Real  Alteza  de  todo  lo  que  me 
paresciere  que  cumple  a  su  servicio,  i  porque  agora  los  vecinos  de  esta 


—  22   - 

Villa  inbian  a  suplicar  a  Vuestra  mui  Real  Alteza  les  faga  ciertas  mer- 
cedes, lo  quoal  conviene  que  la  mayor  parte  les  conceda  Vuestra  Alteza 
porque  cumple  a  su  servicio,  en  lo  que  toca  de  ciertos  Yndios  que  hai 
en  ciertas  provincias  que  comen  los  hombres,  i  otros  que  están  en  Ja 
culata  deste  golfo  de  vraba  i  en  los  anegadizos  del  rio  grande  de  San 
Juan,  i  otros  anegadizos  que  hai  en  alagunas  deste  rio  i  mui  grandes 
i  muchas,  i  de  otros  anegadizos  que  hai  a  la  redonda  deste  golfo,  que 
están  fasta  entrar  en  la  tierra  llana  de  la  provincia  de  Davaive,  que  estos 
todos  tienen  labranzas  ningunas,  ni  se  mantienen  de  otra  cosa  sino  del 
pescado,  i  con  el  pescado  van  a  rescatar  maiz :  es  gente  sin  ningund 
provecho,  i  fasen  mas,  que  en  pasando  canoas  de  Cristianos  por  este  rio 
grande  de  San  Juan  salen  con  sus  canoas  i  los  corren,  i  nos  han  muerto 
algunos  Cristianos,  i  ansimismo  soto  para  adonde  todos  los  Yndios  déla 
tierra  se  acogen  alli  i  de  toda  la  redonda,  adonde  es  la  tierra  de  los 
Yndios  que  comen  los  hombres  es  mui  mala  e  desaprovechada  a  donde 
en  ningund  tiempo  podian  liaver  ningund  provecho :  asimismo  estos 
Yndios  del  Caribana  tienen  bien  merecido  mili  vezes  la  muerte  porque 
es  mui  mala  gente  i  han  muerto  en  otras  vezes  muchos  Cristianos  i 
algunos  de  los  nuestros  ala  pasada  quando  perdimos  alli  la  nao,  i  no 
digo  darlos  por  esclavos  segund  es  mala  casta,  mas  aun  mandarlos  que- 
mar a  todos  chicos  i  grandes  porque  no  quedase  memoria  de  tan  mala 
gente :  esto  digo  Señor  en  quanto  a  la  punta  de  Caribana  fasta  veinte 
leguas  la  tierra  dentro,  lo  uno  porque  la  gente  es  mui  mala,  i  lo  otro 
por  la  tierra  que  es  mui  estéril  i  sin  provecho,  i  destos  unos  i  otros  con- 
viene que  Vuestra  Alteza  de  licencia  que  los  puedan  llevar  ala  isla  Es- 
pañola i  a  las  otras  islas  pobladas  de  Cristianos  a  vender  i  aprovechar 
dellos,  i  que  puedan  traer  otros  esclavos  en  precio  dellos,  porque  para 
tenerlos  en  estas  partes  es  iuposible  poderse  servir  dellos  ni  tan  sola- 
mente un  dia  porque  hai  mui  larga  tierra  por  donde  se  puedan  esconder 
i  oir,  i  de  esta  manera  no  teniendo  los  vecinos  destas  partes  Y^'ndios  se- 
guros no  se  podra  hacer  lo  que  conviene  al  servicio  de  Vuestra  Alteza 
ni  se  podra  sacar  ningund  oro  de  las  minas.  Asimismo  inbian  a  supli- 
car a  Vuestra  Alteza  les  haga  merced  que  puedan  traer  Yndios  délas 
partes  de  Beragua,  desde  un  golfo  que  se  dice  San  Bras,  que  es  fasta 
cinquenta  leguas  desta  Villa  por  la  costa  abajo.  Vuestra  Alteza  sera 
mui  servido  en  hacerles  esta  merced  porque  es  tierra  mui  desaprove- 
chada i  mui  fragosa  de  mui  grandes  arboledas  i  muchas  sierras  i  vera 
de  la  mar  es  toda  tierra  agenada,  de  manera  que  los  Yndios  de  aquellas 
partes  de  Beragua  i  de  Carabana,  que  es  mas  abajo,  no  se  ha  de  ver 
ningund  provecho  dellos  sino  es  desta  manera  trayendo  a  pueblos  délos 
Cristianos,  e  que  los  puedan  llevar  a  las  islas  de  Cuba  i  Jamaica  i  a 
otras  islas  pobladas  de  Cristianos  a  trocar  por  otras  navorias  Yndios 
que  ansimismo  hai  en  las  otras  islas  pobladas  de  Cristianos  muchos 


~  23  — 

dellos  bravos  i  que  los  Cristianos  no  se  pueden  bien  servir  deUos,  i  de 
esta  manera  mandando  los  bravos  a  donde  estén  fuera  de  su  natural, 
los  de  estas  partes  servirán  bien  en  las  islas  i  los  de  las  islas  acá.  Esto 
aviso  a  Vuestra  Alteza  que  conviene  mucho  a  su  servicio  déla  merced 
que  les  face  que  tomen  los  Yndios  délas  islas  comarcanas  a  esta  tierra 
firme :  de  esto  hago  saber  a  Adiestra  Alteza  que  en  todas  estas  comarcas 
con  docientas  leguas  ala  redonda  de  esta  ViUa  no  hai  isla  poblada  sino 
es  en  Cartagena  una  i  por  agora  hai  harta  gente  i  eUos  defienden  bien 

su  ropa. 

Asimismo  en  lo  que  toca  en  lo  de  oro  que  esta  cogido  en  poder  de  los 
Yndios  que  se  oviere  por  rescate  i  en  la  guerra,  conviene  a  su  servicio 
que  les  haga  merced  que  de  aqui  adelante  den  el  quinto  de  todo  lo  que 
se  oviere  a  Vuestra  Alteza,  i  la  cabsa  porque  conviene  a  Vuestra  Alteza 
es  que  en  estar  agora  al  quarto  hacelos  demal  ir  a  descobrir  la  tierra  i 
andar  en  la  guerra  con  mucho  trabajo,  porque  de  verdad  se  pasa  tanto 
que  es  cosa  inconparable,  i  quieren  antes  sacar  oro  de  las  minas,  que  las 
hai  mui  buenas  cerca  de  aqui,  que  no  ir  a  morir,  i  puesto  caso  que  yo 
o  el  Governador  que  fuere  adelante  los  haga  ir  a  los  Cristianos  a  entrar 
y  descobrir  la  tierra,  nunca  irán  de  buena  voluntad,  i  nunca  cosa  hecha 
de  mala  gana  se  pudo  hacer  tan  bien  como  es  menester,  i  si  se  hace  de 
buena  gana  todo  se  hace  como  se  pide  i  lo  hadan  fecho  todo  lo  que  quie- 
ren hacer,  i  de  tanto  certifico  a  Vuestra  Alteza  que  estando  el  oro  al 
quinto  que  se  tome  en  mucha  mas  cantidad  que  estando  al  quarto  i  mas 
que  descobrira  la  tierra  como  Vuestra  Alteza  desea. 

Asimismo  en  lo  que  toca  en  lo  déla  ropa  délos  Yndios  i  menudencias 
de  casa  es  cosa  libiana  i  de  poco  valer,  i  todo  lo  demás  se  toma  en  parte 
que  no  se  pueden  aprovechar  dello,  porque  de  verdad  muchas  vezes  se 
quedan  alos  Yndios  en  sus  casas  por  no  haver  lugar  para  traerlo  i  con- 
viene i  es  sei*vicio  de  Vuestra  Alteza  hacerles  merced  de  todo  franca- 
mente, en  lo  que  toca  de  las  armas  i  tiros  i  adereszo  para  hacer  vergan- 
tines  i  maestros  para  los  hacer  esto  conviene  bien  sobre  todo  porque  sin 
esto  no  se  puede  hacer  cosa  buena,  i  aunque  agora  Vuestra  Alteza  lo 
mande  proveer  todo  sea  a  costa  de  los  vecinos  destas  partes  sinque  a 
Vuestra  Alteza  le  cueste  cosa  alguna  en  todo  lo  que  Vuestra  Alteza 
mandase  proveer  de  Castilla  délo  que  tengo  dicho  se  ganara  mucho  i 
sera  la  tierra  proveída  délo  que  es  menester:  todo  esto  tome  Vuestra 
Alteza  de  mi  como  de  mui  leal  servidor  i  de  crédito  a  todo  esto  porque 
ansi  conviene  al  servicio  de  Vuestra  Alteza  i  no  quiero  hacer  torres  de 
vieuto  como  armavan  los  Governadores  que  Vuestra  Alteza  acá  inbio 
que  entre  amos  a  dos  faltan  ochocientos  hombres,  i  los  que  yo  he  podido 
recoger  de  los  que  amos  dexaron  perdidos  i  escaparon  son  fasta  cin- 
quenta,  i  esto  pasa  en  verdad  i  mire  Vuestra  Alteza  lo  que  yo  fecho  i 
descobierto  e  sostenido  a  toda  esta  gente  sin  ningund  remedio  sino  el 


—  24  — 

de  Dios  i  con  mui  buena  industria,  i  a  quien  esto  ha  sabido  sostener  e  re- 
mediarse con  los  Yndios  i  hace  por  lo  que  Vuestra  Alteza  alia  vera  que 
le  sabrá  decir  lo  que  para  estas  partes  convenga,  i  si  en  algo  errare  de 
lo  que  cumple  al  servicio  de  Vuestra  Alteza,  suplico  a  Vuestra  Alteza 
que  resciba  mi  mui  sobrada  voluntad  i  deseo  del  servicio  de  Vuestra 
Alteza  i  aunque  agora  mui  poderoso  Señor  yo  no  alcance  todo  lo  que  eu 
esta  tierra,  es  menester  para  lo  de  adelante,  de  tanto  le  certifico  que 
para  lo  que  conviene  oue  sabré  dar  buen  recabdo  i  maña  como  todos  los 
que  fasta  agora  acá  han  venido,  e  para  que  Vuestra  Alteza  lo  vea  mire 
lo  que  los  Governadores  descobrieron  fasta  oy  han  sabido  i  alcanzado 
i  todos  han  buelto  perdidos  i  dexan  acá  bien  llenas  las  playas  de  sepul- 
turas, i  aun  si  fasiesen  en  tierra  los  Cristianos  que  se  les  mueren  no  ha- 
rían poco,  que  la  verdad  la  mas  parte  de  los  Cristianos  que  se  les  mo- 
rían los  comian  perros  i  ouervos,  no  quiero  alargar  mas  sino  que  por 
las  obras  vea  Vuestra  Alteza  lo  aue  cada  uno  puede  hacer  i  ha  hecho 
fasta  agora.  Mui  poderoso  Señor  para  que  mejor  sea  Vuestra  Alteza 
informado  de  todo  lo  que  acá  pasa,  inbio  a  Sebastian  de  Campo,  su- 
plico a  Vuestra  Alteza  le  de  entero  crédito  por  que  de  mi  va  informado 
de  toda  la  verdad  i  de  todo  lo  que  en  esto  se  puede  hacer  en  servicio  de 
Vuestra  Alteza  i  lo  que  es  menester  para  la  tierra  :  Vuestra  Alteza  sabrá 
que  los  dias  pasados  huvo  aqui  ciertas  diferencias  porque  los  Alcaldes 
i  Regidores  desta  Villa  con  inbidia  i  falsedad  intenta  van  de  me  prender, 
i  desque  no  pudieron  fisieron  contra  mi  una  pesquisa  falsa  i  con  falsos 
testigos  i  secretamente,  délo  quoal  yo  me  quexo  a  Vuestra  Alteza  por- 
que si  esto  no  se  castigase  nunca  a  ningund  Govemador  délos  que  acá 
pasasen  por  Vuestra  Alteza  nunca  los  faltarían  rebueltas,  porque  siendo 
yo  Alcalde  mayor  por  Vuestra  Alteza  intentaron  contra  mi  mili  malde- 
des,  i  ansi  mismo  han  fecho  a  quantos  a  estas  partes  han  venido,  i  si  la 
justicia  de  Vuestra  Alteza  no  es  temida  nunca  se  hará  lo  que  a  sa 
servicio  cumpla,  i  porque  los  Alcaldes  i  Regidores  inbiaron  una  pes- 
quisa contra  mi  la  qual  alia  creo  vera  Vuestra  Alteza  fice  Juezes  a  dos 
Fidalgos  para  que  ficiesen  pesquisa  e  información  de  mi  vida  i  de  mi 
mui  leales  i  grandes  servicios  que  en  estas  partes  de  las  Yndias  i  tierra 
firme  i  estas  provincias  en.  que  agora  estamos  yo  he  fecho  a  Vuestra  Al- 
teza lo  quoal  inbio  a  Vuestra  Alteza  para  que  vea  las  maldades  de  las 
gentes,  i  porque  creo  Vuestra  Alteza  havra  mucho  placer  de  todo  lo  que 
yo  en  estas  partes  lie  fecho  en  su  servicio.  Suplico  a  Vuestra  Alteza  lo 
vea  todo  i  conforme  a  mis  servicios  ansi  me  faga  las  mercedes :  ansi- 
mismo  inbio  una  información  de  lo  que  paso  sobre  que  inventaron  sus 
maldades. 

Mui  poderoso  Señor  una  merced  quiero  suplicar  a  Vuestra  Alteza  me 
haga  porque  cumple  mucho  a  su  servicio,  i  esque  Vuestra  Alteza  mande 
que  ningud  Bachiller  en  Leyes  ni  otro  ninguno  sino  fuere  de  medecina 


—  25  — 

pase  a  estas  partes  de  la  tierra  firme  so  una  grand  pena  que  Vuestra 
Alteza  para  ello  mande  proveer,  porque  ninguno  Bachiller  acá  pasa  que 
no  sea  diablo  i  tienen  vida  de  diablos,  e  no  solamente  ellos  son  malos 
mas  aun  fasen  i  tienen  forma  por  donde  haya  miU  pleitos  i  maldades : 
esto  cumple  mucho  al  servicio  de  Vuestra  Alteza  porque  la  tierra  os 
nueva.  Mui  pederoso  Señor  a  un  bergatin  que  de  aqui  inbiamos  en  que 
fue  Juan  de  Quizedo  i  Rodrigo  de  Colmenares  enbie  a  Vuestra  Alteza 
quinientos  pesos  de  oro  de  minas  en  granos  mui  hermosos,  i  porque  la 
navegación  es  algo  peligrosa  para  navios  pequeños,  torno  a  inbiar  agora 
a  ^"uestra  Alteza  con  Sebastian  del  Campo  trecientos  i  setenta  pesos  de 
oro  de  minas :  mas  se  inbiaran  sino  fuera  porque  no  se  i^udo  coger  en 
tanto  que  acá  estovieron  los  navios.  En  todo  lo  que  he  dicho  suplico  a 
Vuestra  Alteza  provea  lo  que  mas  a  su  servicio  cumpla.  Nuestro  Señor 
la  vida  i  mui  Real  estado  de  Vuestra  Alteza  prospere  con  acrescenta- 
miento  de  muchos  mas  Reinos  e  Señoríos  a  su  Santo  servicio  i  que  en 
estas  partes  se  descubran  i  venga  todo  a  manos  de  Vuestra  Alteza  como 
Vuestra  mui  Real  Alteza  desea,  porque  hai  mas  riquezas  que  en  todo  el 
mundo.  De  la  villa  de  Santa  Maria  del  Antigua  de  la  provincia  del  Da- 
rien  en  el  golfo  de  Urava  oy  Jueves  a  20  de  Enero  de  513  años. — De 
Vuestra  Alteza  hechura  i  crianza  de  sus  mui  Reales  manos  i  pies  besa. — 
Vasco  Nuñez  de  Valboa. 


(Año  de  1513. — Mayo  31,  Valladolid). — El  Rey  acusa  recibo  á  los  Oficiales  de  Se- 
villa de  las  cartas  en  que  le  comunican  tenerse  noticia  en  Tierra  firme  de  la 
proximidad  de  la  mar  del  Sur  y  ordena  que  sin  pérdida  de  momento  se  equipe 
una  armada  que  conduzca  allí  de  ochocientos  á  mil  hombres. — (A.  de  I.j  109-1-5) 


El  Rey.— Nuestros  oficiales  de  Sevilla  vi  vuestra  carta  de  XIX  de 
mayo  en  que  me  hazeys  saber  las  nuevas  de  tierra  firme  y  he  ávido  mu- 
cho plazer  dello  y  de  la  venida  destos  procuradores  y  pareceme  que  se- 
gún lo  que  nuestro  Señor  alia  descubre  que  seria  gran  culpa  mia  dexar 
de  mandar  proueher  en  eUo  con  diligencia  y  recabdo  que  conbiene  y  asy 
estoy  determinado  de  lo  hazer  con  ayuda  de  Dios  y  para  esto  me  ha 
parescido  bien  lo  que  me  escriuis  sobre  eUo  y  por  que  no  se  pierda  vn 
solo  dia  que  seria  muy  grande  perdida  perderlo  es  bien  que  desde  luego 
se  comiencen  a  proueher  todas  las  cosas  necesarias  para  el  armada  que 
se  deue  hazer  que  sea  que  alia  os  a  parecido  que  vayan  desde  ochogientos 
fasta  mili  hom'bres  y  llévala  vna  persona  principal  que  yo  mandare  que 
vaya  de  acá  para  ello  porque  mejor  y  mas  hordenadamente  se  haga  i.o 


—  26  — 

de  la  mar  y  lo  de  la  tierra  y  para  que  no  tengan  necesidad  liazese  quenta 
que  vayan  proueydos  para  quinze  o  diez  e  seys  meses  e  soy  de  parecer 
que  a  esta  gente  se  les  de  pasaje  y  de  comer  por  todo  el  viaje  y  vn  mes 
después  que  fueren  llegados  en  tierra  para  que  cada  vno  en  estos  dias 
pueda  procurar  de  hazer  su  asiento  y  ver  de  que  se  mantengan  y  coman 
que  esto  me  paresga  que  sera  muy  ligero  de  liazer  porque  la  gente  que 
alia  agora  esta  hazen  lo  mismo  y  los  que  de  acá  fueren  podran  hazer 
otro  tanto  y  el  mantenimiento  que  destos  XVI  meses  sobrare  ha  de  estar 
de  respeto  para  quando  alguna  gente  oviere  de  entrar  la  tierra  adentro 
en  busca  de  minas  o  otra  cosa  porque  tengan  de  que  se  mantener  mayor- 
mente de  vino  y  carne  y  ante  todas  cosas  deveys  hordenar  vn  pregón 
conforme  a  vn  memorial  que  va  con  esta  de  lo  que  se  ha  de  hazer  con 
los  que  fueren  a  la  dicha  armada  que  mandamos  hazer  para  la  dicha 
tierra  fií-me  y  hazello  a  pregonar  en  todas  las  partes  que  mejor  os  pa- 
reciere por  mas  mover  a  la  gente  que  vaya  en  ella  y  por  no  detener  a 
este  correo  no  se  os  enbian  con  la  presente  todas  las  prouisiones  negesa- 
rias  las  quales  se  os  enbiaran  muy  breuemente  con  otro  mensajero  que 
partirá  presto. 

Con  la  gente  de  mar  nos  parece  que  se  a  de  tener  otra  manera  porque 
esta  no  se  podra  aser  sin  sueldo  y  acá  se  haze  consideración  que  toman- 
dolos  por  mas  tiempo  por  tener  yierta  la  ganancia  se  contentaran  con 
menos  sueldo  y  por  esto  seria  bien  tomallos  por  dos  años  pues  para 
proueerlo  de  tierra  firme  sera  menester  todo  este  tienpo  y  podran  tan- 
bien  aprouechar  para  algunos  viajes  a  la  española  y  mirad  si  en  el 
partido  que  con  la  gente  de  mar  se  hiziere  sy  sera  bien  que  tomeys  a 
vuestro  cargo  de  dalles  mantenimientos  porque  como  los  viajes  son  lar- 
gos de  tienpo  sy  se  oviesen  de  mantener  ellos  no  yrian  tan  proueydos 
quanto  seria  menester  y  paresge  que  sera  mejor  que  el  partido  sera  me- 
jor que  les  deys  mantenimientos  por  tanto  tienpo  quanto  os  pareciere  y 
tanto  por  año  de  soldada  a  cada  vno  o  sy  desta  mana  no  quisieren  dalles 
de  soldada  tanto  y  vastimentos  contando  en  ella  y  la  cantidad  por  el 
tienpo  que  os  pareciere  para  que  en  ellos  podays  hazer  proueher.  Y  esto 
se  dize  porque  no  se  puede  escusar  de  llevar  el  mantenimiento  que  a  vo- 
sotros os  pareciere  que  avran  menester  llevar/  para  todo  esto  se  a  he- 
cho vn  memorial  de  lo  que  parege  que  sera  menester  para  el  dicho  viaje 
de  tierra  firme  el  qual  vos  mando  enbiar  con  la  presente  firmado  del 
muy  Reuerendo  en  Christo  padre  obispo  de  palengia  mi  Capellán  Mayor 
e  de  mi  Consejo  e  de  Lope  Conchillos  mi  secretario  para  ello  me  pareció 
que  deveys  gastar  deste  dinero  que  agora  a  venido  hasta  cinco  quentos 
porque  avnque  monte  mas  en  cosas  que  aqui  no  van.  asy  por  los  precios 
que  van  tasados  largos  con  vuestra  buena  diligengia  podran  vastar  los 
cinco  quentos  y  quando  no  dellos  de  los  que  vinieren  se  podra  pagar  la 
resta,  por  ende  mucho  vos  encargo  que  pongays  muy  buen  recabdo  e 


—  27  — 

diligencia  para  que  todo  se  haga  y  provea  con  la  mas  brevedad  qne  ser 
pueda  y  para  las  cosas  de  artillería  que  van  en  el  memorial  vos  mando 
enbiar  con  la  presente  Qedula  para  que  en  málaga  se  haga,  pero  es  me- 
nester que  vosotros  proueays  de  metal  que  fuere  menester  para  todo  ello, 
porque  en  la  casa  de  artillería  no  podran  dar  sino  poluora  y  salitre. 

Y  porque  acá  ay  al  presente  alguna  nescesidad  de  dinero  lo  que  me 
parece  que  se  deue  hazer  deste  oro  que  es  llegado  es  esto,  pagar  a  ochoa 
de  Landa  por  virtud  de  vna  Qedula  que  yo  le  mande  dar  para  la  des- 
pensa Qera  Canalleriza  y  andas  hazemilleria,  rabión  de  la  Iglesia  y  gas- 
tos extraordinarios  de  tercio  segundo  deste  año  de  DXIII.  ochocientos  y 
ochenta  mili  marauedises  que  en  ello  monta.  Y  porque  en  la  misma  Qe- 
dula  se  contiene  le  pagueys  vn  quento  de  DCXXX"  que  monta  el  primer 
tercio  de  los  oficiales  de  la  casa  de  la  dicha  Reina  este  dicho  año  este 
tergio  se  podrá  suspender  hasta  en  fin  de  Agosto  porque  en  mi  Casa 
sienpre  se  paga  este  tercio  regagado  en  el  primer  tercio  de  año.  Y  en 
el  primero  en  el  segundo  y  el  segundo  en  el  tercero  y  el  tercero  en  el 
primero  del  año  siguiente  y  para  esto  del  armada  de  tierra  firme  po- 
deys  tomar  deste  dinero  Qinco  quentos  como  dicho  es  y  a  este  respete 
podreys  enbiar  a  mi  Cámara  quatro  quentos  y  medio  trabajad  de  hazer 
luego  amonedar  y  enbiarlo  lo  antes  que  ser  pueda. 

Y  porque  yo  deseo  que  vengan  estos  procuradores  de  tierra  firme  acá 
lo  antes  que  ser  pueda  para  ynformarme  dellos.  luego  que  ay  llegaren 
los  dichos  procui-adores  y  francisco  de  tapia  les  dezid  de  mi  parte  que 
se  den  mucha  priesa  en  su  venida  a  esta  mi  Corte  casy  sobre  esto  de 
tierra  firme  como  de  todas  las  otras  cosas  que  supieredes  me  escriuid 
sienpre  vuestro  parecer  muy  larga  y  particularmente  y  porque  por  otra 
mi  gedula  vos  respondo  a  vuestras  cartas  de  I  e  XII  de  mayo  no  abra 
otra  cosa  de  dezir  en  esta  sino  que  en  lo  susodicho  pongays  muy  buen 
recabdo  y  diligengia  como  yo  de  vosotros  confio  que  en  ello  me  seruyreys 
de  VaUadolid  a  XXXI  de  mayo  de  DXIII. — Yo  el  Rey. — Por  mandado 
de  su  alteza  Lope  ConchiUos  señalada  del  Obispo  de  Falencia. 


10 

(Año  de  1513.— Junio  11,  Valladolid).  —  Carta  del  Rey  á  los  vecinos  del  Darien 
anunciándoles  el  envío  de  un  Gobernador  al  frente  de  una  expedición,  les  ofrece 
mercedes  y  les  manda  den  crédito  á  lo  que  les  diga  de  su  parte  Pedro  de  Arbo- 
lancha.— (^^.  de  I.,  109-1-5). 


El  Rey. — A  los  escuderos  e  omes  buenos  nuestros  vasallos  que  estays 
en  el  pueblo  de  Darien  e  en  otras  qualesquler  partes  de  las  provincias 
de  urava  e  veragua  e  cada  vno  de  vos.  Yo  he  sabido  los  trabajos  e  fatigas 


—  28  — 

que  por  la  nuestra  gente  que  a  esa  tierra  paso  en  conpañia  de  diego  de 
nicuesa  e  de  alfonso  de  ojeda  han  pasado  e  de  como  los  que  aveys  esca- 
pado os  aveys  dado  buen  recabdo  e  de  la  buena  muestra  e  señales  de 
oro  que  ay  en  esas  partes  de  que  ha  ávido  plazer  e  en  seruigio  os  tengo 
vuestra  continuagion  en  la  estada  alia  e  lo  que  aveys  trabajado  en  des- 
cubrir minas  e  asy  os  encargo  e  mando  lo  hagays  por  que  de  mas  de  ser 
vosotros  aprouechados  me  echareys  cargo  para  os  hazer  mercedes  e  muy 
breuemente  enbiare  vna  persona  principal  que  tenga  cargo  de  la  gouer- 
nacion  desa  tierra  como  me  lo  aveys  enbiado  a  suylicar  con  la  qual  yra 
tal  armada  e  proueymientos  para  vosotros  conque  se  pueda  hazer  las 
cosas  desas  partes  como  conuenga  a  seruicio  de  Dios  y  nuestro  e  bien 
de  los  pobladores  della/.  Lo  que  entretanto  aveys  de  hazer  es  estar  muy 
conformes  e  juntos  e  trabajar  de  conseruaros  hasta  que  llegue  la  dicha 
nuestra  armada  que  sera  presto  plaziendo  a  Nuestro  Señor  como  dicho 
es  e  porque  pedro  de  arbolanga  nuestro  criado  llevador  desta  os  hablara 
mas  largamente  sobre  lo  susodicho  dadle  entera  fee  e  creencia  de  ^'alla- 
dolid  a  honze  dias  del  mes  de  Junio  de  quinientos  e  trece. — Yo  el  Rey.  — 
Refrendada  e  señalada  de  los  sobre  dichos. 


11 

(Año  de  1513. —  Junio  18,  Valladolid).  —Real  cédula  á  Pedrarias  Dávüa  para  que 
vea  las  ejecutorias  que  lleva  el  bachiller  Enciso  contra  el  Concejo  de  la  Villa 
de  Santa  María  la  Antigua  del  Darien.— f^t.  de  I.,  109-1-5). 

El  Rey. — Pedrarias  davilla  nuestro  Capitán  e  gouernador  de  tierra 
ñrme  o  a  otro  qualquier  Capitán  o  gouernador  que  fuere  o  vuestros 
lugarthenientes  en  la  provincia  del  Darien  que  es  en  el  golfo  de  Uraba, 
sabed  quel  bachiller  Martin  Hernández  Encisso  lleva  ciertas  Cartas 
executorias  de  la  Serenissima  Reyna  Pringessa  mi  muy  cara  e  muy 
amada  hija  contra  el  Congejo  de  la  villa  de  Santa  Maria  delantigua 
del  Darien  que  es  en  el  dicho  golfo  e  por  que  la  execucion  dellas  va  diri- 
gida a  Don  Diego  Colon  nuestro  Almirante  vissorrey  e  gouernador  de 
la  Ysla  española  y  la  dicha  villa  del  Darien  es  fuera  de  su  jurisdicción 
Yo  vos  mando  que  veades  las  dichas  executorias  que  el  dicho  bachiller 
Engiso  lleva  contra  el  Conzejo  de  la  dicha  villa  del  Darien  e  las  execu- 
teys  segund  e  como  en  ellas  se  contiene  asy  como  sy  a  vosotros  fuessen 
dirigidas  que  para  ello  sy  necesario  es,  por  esta  mi  Cédula  vos  doy  po- 
der conplido  e  mando  que  se  tome  la  razón  de  esta  mi  Qedula  en  la 
nuestra  Casa  e  no  fagades  ende  al  fecha  en  Valladolid  a  XVIII"  dias 
del  mes  de  Junio  de  quinientos  e  treze  años. — Yo  el  Rey. — Lope  Conchi- 
llos.—Señalada  del  Obispo. 


—  29  — 


12 


(Año  de  1513.  —  Julio  18,  Valladolid).  —  Real  cédula  ordenando  á  Pedrarias  que  al 
llegar  al  Darien  forme  proceso  a  Vasco  Núñez  por  la  conducta  que  siguió  con 
el  bachiller  Enciso. — fA.  de  1.,  109-1-5). 

D.  Fernando  etc. — A  vos  pedrarias  davila  nuestro  Capitán  general 
e  gouernador.  Salud  y  gragia  sepades,  que  yo  he  seydo  ynformado  que 
yendo  el  bachiller  Engiso  desde  la  ysla  española  a  socorrer  a  Alonso  de 
Ojeda  que  por  nuestro  mandado  avia  y  do  a  la  tierra  firme  a  la  parte  de 
Urava  e  llevando  giertos  vastimentos  a  la  gente  que  en  la  dicha  tierra 
firme  estaba  yendo  el  dicho  viaje  topo  en  el  camino  vn  vergantin  que  el 
dicho  Ojeda  le  enbiaba  y  vn  poder  para  que  en  su  nombre  y  por  virtud 
de  la  capitulación  que  con  el  dicho  Ojeda  mandamos  tomar  vsase  y 
exergiese  el  dicho  ofi§io  de  Governaciou  en  la  dicha  provincia  de  Urava 
en  el  asiento  que  alli  avia  fecho  la  gente  que  el  dicho  Ojeda  llebava  e  diz 
que  en  la  entrada  del  dicho  golfo  de  Uraba  se  les  perdió  la  Nao  con  to- 
dos los  vastimentos  e  cosas  que  lleuauan.  E  que  se  saluo  la  gente  en  vna 
Varea  y  vnos  vergantines  que  llenaba  e  saco  alguna  cosa  de  vizcocho 
e  arina  e  diz  que  estando  en  tierra  con  la  gente  vna  noche  se  juntaron 
e  ficieron  monipodio  contra  el  vn  Velasco  Nuñez  de  balboa  que  a  la 
sazón  hera  Alcalde  en  Santa  Maria  del  Antigua  del  darien  e  Venito  pa- 
laguelos  e  bartolome  hurtado  e  vn  bachiller  Medico  e  barrantes  e  fasta 
veynte  otras  perssonas  con  ellos  e  diz  que  secretamente  le  furtaron  los 
vergantines  e  que  el  prendió  por  virtud  del  poder  que  llebaba  a  algunos 
de  los  que  avian  seydo  en  furtar  los  dichos  vergantines  e  con  temor  que 
no  los  ahorcase  se  los  voluieron  e  que  asi  bueltos  luego  se  partieron  al 
dicho  asiento  que  tcnian  hecho  que  se  dize  Santa  Maria  del  antygua 
del  Darien  e  que  al  tienpo  que  alli  llego  alio  quemada  la  fortaleza  que 
estaba  fecha  en  el  dicho  pueblo  del  Darien  e  que  luego  que  salto  en  tie- 
rra fue  al  dicho  pueblo  del  Darien  a  buscar  que  comiese  la  gente  con  fasta 
ciento  y  diez  onbres  e  que  alli  los  yndios  se  le  pusieron  en  resistengia 
e  que  con  la  buena  diligencia  que  para  ello  los  Christianos  pusieron  los 
vencieron  e  mataron  e  algunos  e  les  tomaron  quarenta  e  ginco  libras 
de  oro  fino  e  que  en  otro  alcange  que  se  les  dio  le  tomaron  mas  oro  e  que 
monta  entre  todo  segund  se  registro  por  ante  los  nuestros  Veedores  que 
estañan  alli  ciento  e  tres  libras  de  oro  e  diz  que  después  de  pasado  todo 
lo  susodicho  los  dichos  Vasco  Nuñez  de  Valboa  e  sus  consortes  con  te- 
mor que  el  dicho  bachiller  no  los  castigase  por  lo  que  avian  fecho  tor- 
naron a  juntarse  y  en  ausencia  del  dicho  bachiller  y  contra  su  voluntad 
se  elijieron  por  alcaldes  al  dicho  Vasco  Nuñez  de  Valboa  e  a  Venito 


—  30  — 

palenguelos  e  por  regidores  a  Juan  de  Valdiuya  e  a  Martin  de  Qamudio 
a  Diego  Arbitez  e  por  alguazil  a  bartolome  hurtado  e  por  thesorero  al 
bachiller  medico  los  quales  desde  que  se  vieron  asi  dadas  las  varas  die- 
ron un  mandamiento  para  el  dicho  alguazil  que  tomase  los  vergantines 
e  vareas  con  todo  lo  que  el  dicho  bachiller  alli  tenia  e  ansimismo  todo 
el  oro  que  ansy  avian  tomado  a  los  yndios,  e  asi  tomado  todo  el  oro  en- 
tregaron al  dicho  bachiller  como  thesorero  que  avian  fecho  e  que  como 
el  dicho  bachiller  Engiso  supo  la  dicha  elecion  que  avian  fecho  e  toma- 
dole  los  dichos  Vergantines  e  barca  e  oro  les  fizo  requirimiento  que  no 
vsasen  de  los  oficios  pues  no  tenian  poder  ni  licengia  para  ello  ni  toma- 
sen el  oro  e  que  si  lo  quisiesen  partyr  que  diesen  para  Nos  el  quinto 
e  de  todo  lo  otro  sacado  del  quinto  fiziesen  tres  partes  e  se  les  diese  al 
dicho  bachiller  las  dos  partes  la  vua  para  los  Navios  e  la  otra  para  los 
Vastimentos  e  armazón  e  que  de  la  otra  tergia  parte  les  diesen  el  derechí) 
de  Capitán  que  hera  vna  joya  e  quatro  suertes  segund  en  la  capitula- 
ción que  con  el  dicho  Ojeda  mandamos  asentar  e  ansi  mismo  les  requirió 
le  voluiesen  los  dichos  Vergantines  e  barca  e  todo  lo  que  mas  le  avian 
tomado  e  que  porque  fiso  este  requerimiento  le  prendieron  y  echaron 
vnos  grillos  e  pusieron  en  la  cargel  como  si  fuera  malechor  e  le  daban 
muy  mala  vida  porque  se  muriese  y  ellos  se  pudiesen  quedar  con  todo 
el  oro  que  asi  les  avian  tomado  e  que  sobre  Autos  que  les  fazia  deaian 
los  susodichos  muchas  cosas  en  grand  desacatamiento  de  nuestro  Señor 
y  en  mucho  deseruicio  nuestro  e  que  quando  vinieron  a  partyr  el  oro 
dixieron  que  no  avia  mas  de  setenta  y  cinco  libras  de  oro  e  que  todo  lo 
demás  ellos  lo  avian  furtado  e  sobre  ello  lo  avian  fecho  muchos  exgesos 
dinos  de  mucha  punigion  e  castigo  e  por  que  yo  quiero  ser  de  todo  lo 
susodicho  ynformado  e  quel  dicho  basco  Nuñez  de  balboa  e  los  otros  que 
con  el  fueron  sean  castigados  por  el  atrebimiento  que  en  todo  lo  susodi- 
cho tuuieron  e  ansi  mismo  por  el  oro  que  encubrieron  fue  acordado  que 
devia  mandar  dar  esta  mi  carta  sobre  la  dicha  razón  e  yo  tóbelo  por 
vien  e  confiando  de  vos  que  soys  tal  persona  que  bien  e  fielmente  areys 
lo  que  por  mi,  vos  fuere  mandado  y  encomendado  por  que  vos  mando 
que  luego  que  llegaredes  a  la  dicha  prouincia  de  Urava  e  villa  de  Santa 
Maria  del  antigua  del  Darlen  tomeys  en  vos  las  varas  de  justicia  Alcal- 
día e  alguazilazgo  que  tenia  el  dicho  basco  Nuñez  de  balboa  e  los  suso- 
dichos al  qual  mando  que  vos  las  de  y  entregue  luego  e  ansi  tomadas 
fagays  pesquisa  e  ynquisicion  por  todas  las  partes  e  maneras  que  mejor 
saberla  podieredes  sobre  todo  lo  susodicho  en  especial  en  saber  que  oro 
fue  el  que  tomaron  al  dicho  bachiller  Engiso  e  quanto  pertenecía  dello 
a  nos  e  que  tanto  los  susodichos  dieron  después  e  que  se  menoscabo  f 
furto  e  perdió  y  en  cuyo  poder  ha  estado  e  que  lo  han  fecho  e  de  todo  lo 
demás  que  fuere  negesario  para  mejor  saber  el  secreto  e  ynforniagion 
de  todo  lo  susodicho,  e  sauido  esto  abrigüeys  que  cabsa  e  rrazon  tuieron 


—  31  — 

para  tomar  los  dichos  Vergantines  e  barca  al  dicho  bachiller  e  para 
prenderle  e  secrestarle  sus  vienes  e  de  todo  lo  otro  que  conviniere  para 
mejor  saber  la  verdad  de  todo  lo  susodicho  e  ansi  ávida  a  los  que  por 
ella  fallaredes  culpantes  en  todo  lo  susodicho  y  ansi  mismo  al  dicho 
basco  nuñez  de  balboa,  prendeldes  los  cuerpos  e  presos  e  a  buen  recabdo 
proceded  contra  ellos  e  contra  sus  vienes  a  las  mayores  e  mas  graves 
penas  cebiles  e  criminales  que  faUaredes  por  juicio  e  por  derecho  e  al 
dicho  basco  Nuñez  de  Valboa  enbialde  preso  a  esta  nuestra  Corte  junta- 
mente con  la  pesquisa  que  contra  el  se  hallare  e  secrestaldes  sus  vienes 
ansi  a  el  como  a  todos  los  susodichos  que  allaredes  culpantes  e  poneldes 
en  poder  de  vna  persona  llana  e  avonada  por  ynveutario  ante  escriuano 
publico  al  qual  mando  que  los  tenga  en  el  dicho  secresto  e  no  acuda  con 
eUos  sin  mi  licencia  e  mandado  e  si  para  lo  asi  fazer  e  conplir  y  executar 
menester  ouierdes  fauor  e  ayuda  por  esta  mi  carta  mando  al  Concejo 
Justicia  e  Regidores  e  Oficiales  e  omes  buenos  e  otras  qualesquier  per- 
sonas que  están  o  estuuiesen  en  la  dicha  población  de  Santa  Maria  del 
Antigua  del  Darien  que  vos  la  den  e  fagan  dar  segund  se  lo  pidierdes 
e  demandarles  e  mando  a  las  partes  a  quien  lo  susodicho  tocare  e  ata- 
ñiere  e  a  otras  cualesquier  personas  de  quien  yerca  de  lo  susodicho  en- 
terdierdes  ser  ynformado  que  vengan  e  parescan  ante  vos  a  vuestros 
llamamientos  y  enplazamientos  e  sola  pena  o  penas  que  les  pusierdes  o 
mandardes  poner  las  quales  yo  por  la  presente  les  pongo  y  he  por  pues- 
tas y  vos  doy  poder  y  faculüid  para  las  executar  en  los  que  remisos  e 
yn  obedientes  fuesen  e  que  la  sentengia  e  sentengias  que  en  la  dicha 
razón  dierdes  e  pronuneiardes  Uebedes  e  fagades  Uebar  a  pura  e  devida 
exengion  con  efecto  quanto  con  justicia  e  con  derecho  devays,  e  hase  de 
tomar  la  razón  desta  mi  carta  en  los  libros  de  la  Casa  de  la  Contrata - 
gion  de  Seuilla  por  los  oficiales  deUa  e  no  fagades  ende  al  fecha  en  Va- 
Uadolid  a  XXVIII"  días  del  mes  de  JuUio  de  M.  D.  XIII  años.— Yo  el 
Rey. — Diose  otra  tal  duplicada  de  la  Reina. 


13 

(Año  de  1513,  —  Julio  27,  Valladolid).  —  Título  de  Capitán  General  y  Gobernador 
de  la  provincia  de  Castilla  del  Oro  en  el  Darien,  expedido  por  el  Rey  Católico 
á  Pedrarias  Dávila. — fA.  de  I.,  relac.  y  descrip.,  leg.  TI,  publicado  por  Nava- 
rrete,  Colee,  de  viajes,  t.  III,  pág.  337). 

D.  Fernando  etc. — Por  cuanto  a  nuestro  Señor  ha  placido  que  por 
mandado  de  la  sereiiisima  Reina,  mi  muy  cara  e  muy  amada  Hija,  e 
mió,  se  han  descubierto  algunas  islas  e  tierras  que  hasta  agora  eran 
iunotas,  e  entre  ellas  una  muy  grand  parte  de  tierra  que  fasta  aqui  se 


—  32  — 

ha  llamado  Tierra  firme,  e  agora  mandamos  que  se  llame  Castilla  del 
oro  y  en  ella  ha  hecho  nuestra  gente  un  asiento  en  el  golfo  de  Uraba, 
ques  en  la  provincia  del  Darien,  que  al  presente  se  llama  la  provincia 
de  Andalucía  la  Nueva,  e  el  pueblo  se  dice  Santa  María  del  Antigua  del 
Darien ;  e  para  que  nuestro  señor  sea  en  las  dichas  tierras  servido  e  su 
santo  nombre  conoscido,  e  los  vecinos  de  la  dicha  tierra  sean  converti- 
dos a  nuestra  santa  fe  católica  y  doctrinados  e  enseñados  en  ella  e  pues- 
tos en  camino  de  salvación  e  no  se  pierda  tanto  numero  de  animas  como 
hasta  aqui  ha  perecido;  y  para  que  esto  haya  el  efecto  que  deseamos, 
havemos  inviado  a  suplicar  a  nuestro  muy  santo  Padre  provea  de  prela- 
dos que  sean  personas  eclesiásticas  e  religiosas  doctas,  de  buen  ejemplo, 
que  vayan  a  enseñarles  e  predicarles,  e  para  la  seguridad  destas  perso- 
nas ha  sido  menester  proveer  de  algund  numero  de  gente  que  vayan  a 
poblar  en  las  dichas  tierras  para  que  con  la  dotrina  de  los  eclesiásticos 
e  con  la  conversión  de  los  otros  cristianos,  ellos  mas  prestos  se  convier- 
tan a  nuestra  santa  fe  e  convertidos  permanescan  en  ella  fasta  ser  mas 
capaces  de  la  dotrina  cristiana  lo  que  agora  paresce  que  lo  son,  e 
para  ello  mandamos  facer  agora  una  gruesa  armada  proveida  de  todas 
las  cosas  necesarias,  como  nos  lo  suplicaron  los  procuradores  que  a  nos 
enviaron  los  que  alia  tenemos  en  la  dicha  provincia,  e  asi  para  llevar  la 
dicha  armada  por  nuestro  capitán  general  della,  como  para  tener  la 
toda  justicia  paz  e  sosiego  e  buena  gobernación  a  los  que  en  la  dicha 
indios,  juntamente  con  las  dichas  personas  eclesiásticas,  e  tengan  en 
toda  justicia  paz  e  sosiego  e  buena  gobernación  a  los  que  en  la  dicha 
armada  fueren  e  a  los  que  poblaren  y  agora  están  e  fueren  a  residir  en 
la  tierra,  e  porque  agora  enviamos  a  poblar,  como  abajo  sera  declarado, 
es  menester  persona  de  tal  prudencia  e  conciencia  e  fidelidad  que  para 
todo  ello  tenga  el  zelo  diligencia  y  recabdo  que  para  tan  santa  obra  y 
tanto  servicio  de  nuestro  Señor  e  aumento  de  su  santa  fe  es  menester. 
E  confiando  de  vos  Pedrarias  Davila,  que  sois  tal  persona  como  dicho 
es,  e  que  muy  bien  e  fielmente  mirareis  las  cosas  del  servicio  de  Dios 
nuestro  Señor  e  nuestro  e  la  ejecución  de  nuestra  justicia  e  la  paz  e  so- 
siego e  gobernación  de  la  dicha  tierra,  e  visitareis  con  mucha  retitud  e 
buena  conciencia  la  población  deUa,  es  mi  merced  e  voluntad  por  la 
parte  que  a  mi  toca  e  atañe  que  vos  el  dicho  Pedrarias  Davila  tengáis 
por  nos  e  en  nuestro  nombre  la  gobernación  e  Capitanía  general  de  toda 
la  gente  e  navios  que  agora  van  en  la  dicha  armada ;  e  asimismo  de  la 
que  esta  o  estoviere  o  fuere  de  aqui  adelante  a  la  dicha  tierra  de  Castilla 
del  oro,  con  tanto  que  no  se  entienda  ni  comprenda  en  ella  la  provincia 
de  Veragua  cuya  gobernación  pertenece  al  Almirante  D.  Diego  Colon 
por  lo  haber  descubierto  el  Almirante  su  padre  por  su  persona,  ni  !a 
tierra  que  descul)rieron  Vicente  Yañez  Pinzón  e  Juan  Diaz  de  Solis,  }ii 
la  provincia  de  Paria,  con  la  tierra  que  Nos  le  mandaremos  juntar,  por- 


-sa- 
que son  dos  partes  de  tierra  a  causa  de  estar  muy  lejos  de  donde  vos 
habéis  de  residir,  no  las  podriades  gobernar  en  ninguna  manera,  como 
convernia  a  nuestro  servicio  e  a  la  buena  gobernación  de  ellas,  y  a  esta 
causa  se  habrán  de  proveer  para  estas  dos  partes  otros  gobernadores 
por  si,  e  que  podáis  usar  los  oficios  de  justicia  e  su  jurisdicion  civil  e 
criminal,  asi  por  mar  como  por  tierra ;  quedando  de  todo  ello  la  apela- 
ción para  los  del  Consejo  destos  reinos  de  Castilla,  siendo  los  600  pesos 
arriba,  e  que  vos  el  dicho  Pedrarias  Davila  podáis  usar  e  uséis  el  dicho 
oficio  de  nuestro  Capitán  general  e  Gobernador,  asi  por  mar  como  por 
tierra,  por  vos  e  por  vuestros  lugarestenientes,  los  cuales  podáis  quitar 
e  admover  cada  e  cuando  quisieredes  e  por  bien  tovieredes  que  a  nuestro 
servicio  e  a  la  ejecución  de  nuestra  justicia  e  paz  e  sosiego  de  la  dicha 
armada  e  tierra  convenga ;  e  para  lo  asi  hacer  e  cumplir  e  ejecutar  por 
esta  mi  carta  vos  doy  poder  cumplido ;  por  la  cual  o  por  su  traslado 
signado  de  escribano  publico,  mando  a  todas  o  cualesquier  personas 
que  en  los  dichos  navios  de  la  dicha  armada  fueren,  e  a  las  otras  que 
agora  están  o  estuvieren  en  el  dicho  asiento  de  Santa  Maria  del  Anti- 
gua del  Darien,  e  en  los  otros  asientos  que  de  aqui  adelante  se  fisieren 
en  la  dicha  tierra  que  de  suso  va  declarada  que  vos  hayan  e  reciban  e 
tengan  por  nuestro  Capitán  general  e  Gobernador  de  todo  ello  e  vos 
dejen  e  consientan  usar  el  dicho  oficio,  asi  por  mar  como  por  tierra  e 
ejecutar  la  dicha  nuestra  justicia  por  vos  e  por  los  dichos  vuestros  luga- 
restenientes, e  podáis  oir  e  librar  e  determinar  e  oigáis  libréis  e  deter- 
minéis todos  los  pleitos  e  causas  asi  civiles  como  criminales  que  en  las 
dichas  partes,  asi  por  mar  cuando  fueredes  o  desembarcaredes  en  alguna 
isla  y  en  la  dicha  tierra  firme  cuando  Uegaredes  estovieren  comenzadas 
e  movidas  o  se  comenzaren  e  movieren  en  adelante  e  podáis  llevar  e 
llevéis  vos  e  los  dichos  vuestros  lugarestenientes  los  derechos  e  otras 
costas  al  dicho  oficio  de  Capitán  e  Gobernador  anejas  e  pertenescientes 
segund  e  de  la  forma  e  manera  que  hasta  aqui  se  han  Uevado  e  llevaren 
I)or  el  Almirante  Visorey  e  Gobernador  de  la  dicha  isla  Española  e  por 
los  otros  Capitanes  que  han  seido  por  Nos  hasta  aqui  e  como  tal  Capitán 
e  Gobernador  podáis  hacer  e  hagáis  en  la  dicha  tierra  e  población  de 
suso  declarada  asientos  e  lugares  de  los  pueblos  que  aUa  se  hobieren  de 
hacer,  e  darles  solares  de  las  casas  a  los  vecinos  que  en  ellos  se  avecin- 
daren e  repartir  las  heredades  segund  la  calidad  de  las  personas  que  en 
los  tales  lugares  se  avecindaren;  e  para  que  a  los  primeros  pobladores 
e  descubridores  que  en  ellas  han  estado,  en  eaimienda  e  satisfacion  de 
los  muchos  trabajos  e  peligros  e  necesidades  que  han  pasado,  e  los  que 
de  aqui  adelante  se  señalaren  en  hacer  mas  servicios  señalados  alia, 
les  podáis  dar  en  los  dichos  repartimientos,  demás  de  lo  que  ordinaria- 
mente se  ficieren,  la  ventaja  que  os  paresciere  justa,  según  la  calidad  de 
los  trabajos  pasados  e  de  los  servicios  que  ficieren  en  lo  porvenir,  e  les 

3 


—  34  — 

podáis  facer  ordenanzas  generales  en  toda  vuestra  gobernación  e  par- 
ticulares en  cada  pueblo  particular  della  por  do  se  rijan  e  gobiernen  cu 
toua  parte  que  fuese  menester,  para  que  vivan  como  buenos  cristianos 
e  en  toda  paz  e  sosiego  e  mucha  policía  e  se  aparten  de  las  malas  cos- 
tumbres e  vicios  que  comunmente  tienen  las  otras  gentes  d<mde  esto  no 
se  face,  e  ponerles  las  penas  que  vos  paresciere  que  deben  ser  puestas 
para  que  las  guarden  e  ejecutarlas  en  ellas  si  las  quebrantaren;  e  asi- 
mismo para  los  ordenar  la  orden  que  lian  de  tener  en  el  sacar  el  oro  de 
las  minas  e  cogerlo  de  las  riberas  en  que  lo  hobiere  e  la  parte  de  gente 
que  cada  uno  de  ellos  ha  de  traer,  e  el  ayuda  que  los  vecinos  de  la  tie- 
rra les  han  de  hacer  en  sus  labranzas  e  todas  las  otras  cosas  que  general 
e  particularmente  sean  menester  para  la  policía  y  debida  gobernación 
que  j)ara  el  bien  común  de  todas  sean  necesarias,  e  que  vos  e  los  dichos 
vuestros  lugarestenientes  podáis  hacer  cualesquier  pesquisas  en  los  ca- 
sos de  derecho  premisas,  e  de  todas  las  otras  cosas  e  cada  una  dellas  al 
dicho  oficio  anejas  e  pertenecientes  e  que  vos  e  los  dichos  vuestros  lu- 
garestenientes entendáis  que  a  nuestro  servicio  e  a  la  ejecución  de  nues- 
tra justicia  cumplan  e  que  para  usar  e  ejercer  el  dicho  oficio  de  Capitán 
general  e  Gobernador  e  cumplir  e  ejecutar  la  nuestra  justicia  asi  por 
mar  como  por  tierra,  todos  se  conformen  con  vos  el  dicho  Pedrarias,  e 
cou  los  dichos  vuestros  lugarestenientes  e  vos  deu  e  fagan  dar  todo  el 
favor  e  ayuda  que  les  pidieredes  e  menester  hobieredes  conforme  a  la 
instrucción  que  por  nuestro  mandado  se  vos  da  para  entender  en  todo 
lo  susodicho,  e  que  en  ello  ni  en  cosa  alguna,  ni  parte  dello  embargo  ni 
contrario  alguno  vos  non  pongan  ni  consientan  poner,  que  Yo  por  la 
parte  que  a  mi  toca  e  atañe  por  la  presente  vos  recibo  e  he  por  recebido 
al  dicho  oficio  de  nuestro  Cax)itan  general  e  Gobernador,  asi  por  mar 
como  por  tierra  e  al  vuestro  ejercicio  del  e  vos  doy  poder  e  facultad  para 
lo  usar  e  ejercer  por  vos  e  por  los  dichos  vuestros  lugarestenientes  e 
cumplir  e  ejecutar  la  nuestra  justicia  asi  por  mar  como  en  la  dicha  tie- 
rra firme  con  todas  sus  incidencias  y  dependencias;  e  asimismo  vos 
mando  que  las  penas  pertenescientes  a  nuestra  cámara  e  fisco,  asi  las 
que  hallaredes  condenadas  en  la  dicha  tierra  firme,  como  las  que  vos 
o  los  dichos  vuestros  lugarestenientes,  condenaredes  e  pusieredes,  las 
ejecutéis  e  fagáis  ejecutar  e  dar  e  entregar  a  Alonso  de  la  Puente  nues- 
tro tesorero  general  de  la  dicha  tierra  firme,  o  a  quien  su  en  poder  hobie- 
re ;  e  por  esta  mi  carta  mando  a  cualesquier  persona  o  personas  que  tienen 
o  toviesen  las  varas  de  la  nuestra  justicia  e  de  los  oficios  de  Alcaldía 
e  aguaciladgo  de  la  dicha  tierra  firme,  que  luego  que  por  vos  el  dicho 
Pedrarias  fueren  requeridos  vos  la  den  e  entreguen  e  no  usen  mas  della 
sin  vuestra  licencia  e  especial  mandado,  so  las  penas  en  que  caen  e  in- 
curren las  personas  privadas  que  usan  oficios  para  que  no  tienen  poder 
ni  facultad,  que  Yo  por  la  presente  los  suspendo  e  he  por  suspendidos. 


-  35    — 

E  otro  si :  es  mi  merced  e  voluntad  que  si  vos  el  dicho  Pedrarias  enten- 
dieredes  ser  cumplidero  a  nuestro  servicio  e  a  la  ejecución  de  nuestra 
justicia,  que  cualesquier  caballeros  e  otras  personas  de  las  que  agora 
están  e  estuvieren  e  fueren  a  la  dicha  tierra  firme  que  salgan  della  e 
que  no  entren  ni  estén  en  ella  e  que  se  vengan  e  se  presenten  ante  Nos 
que  lo  podáis  mandar  de  nuestra  parte,  e  los  fagáis  della  salir;  a  los 
cuales  a  quien  vos  mandaredes  Yo  por  la  presente  mando  que  luego  sin 
sobre  eUo  nos  mas  requerir,  ni  consultar  ni  esperar  otro  mi  manda- 
miento, segunda  ni  tercera  jusion  e  sin  interponer  apelación  ni  supli- 
cación deUo,  lo  pongan  en  obra  segund  que  vos  dijeredes  e  mandaredes 
so  las  penas  que  vos  de  nuestra  parte  les  pusieredes,  las  cuales  Yo  por 
la  presente  les  pongo  e  he  por  puestas  e  vos  doy  poder  para  las  ejecutar 
en  los  que  remisos  e  inobedientes  fueren ;  e  es  mi  merced  e  mando  que 
hayáis  e  llevéis  de  salario  en  cada  un  año  con  el  dicho  oficio  de  Capitán 
general  e  Gobernador  366  miU  maravedises,  los  cuales  mando  al  dicho  mi 
tesorero  general  que  agora  es  o  fuere  que  de  cualesquier  maravedises  e 
oro  de  su  cargo  vos  de  e  pague  en  cada  un  año  los  dichos  366  miU  mara- 
vedises e  que  tomen  vuestra  carta  de  pago  e  un  traslado  signado  de  esta 
mi  carta,  con  la  cual  e  con  la  dicha  carta  de  pago  mando  que  le  sean 
recibidos  e  pasados  en  cuenta  los  dichos  366  miU  maravedises  en  cada  un 
año ;  e  mando  que  se  tome  la  razón  desta  mi  carta  en  la  Casa  de  la  con- 
tratación de  las  Yndias  que  reside  en  la  cibdad  de  Sevilla;  e  los  unos 
ni  los  otros  non  fagades  ni  fagan  ende  al  por  alguna  manera  so  pena  de 
la  mi  merced  e  de  50  miU  maravedises  para  la  mi  cámara  e  cado  uno  que 
lo  contrario  hiciere;  e  demás  mando  al  home  que  vos  esta  mi  carta 
mostrare  que  vos  emplace.  Dada  en  la  ViUa  de  Valladolid  a  veinte  y 
siete  de  Julio  de  mil  quinientos  trece  años. — Yo  el  Rey. 


14 

(Año  de  1513.  — Julio  28,  Valladolid).  — Real  cédula  á  Pedrarias  Dávila  para  que 
tome  residencia  á  Vasco  Núñez  por  el  tiempo  que  fué  Alcalde  Mayor  del  Da- 
rien.— í'^.  de  I.,  109-1-5). 

Don  Fernando  etc. — A  vos  Pedrarias  Dauila  nuestro  Capitán  general 
y  governador  de  tierra  firme  o  vuestro  lugarteniente  en  el  dicho  oficio 
Salud  y  gracia.  Sepades  que  entendiendo  la  Serenissima  Reyna  princesa 
mi  muy  cara  e  muy  amada  fija  e  yo  ser  cumplidero  a  nuestro  seruicio 
e  a  la  execugion  de  Nuestra  Justicia  nuestra  merced  y  voluntad  es  de 
saber  como  ha  husado  y  exergido  Velasco  Nuñez  de  Valboa  alcalde 
mayor  de  la  Villa  de  Santa  María  del  Antigua  del  Darien  ques  en  la 
tierra  firme  e  los  otros  alcaldes  e  justicia  de  la  dicha  tierra  firme  los 


—  36  — 

Officios  de  Justicia  que  Imn  tenido  e  qne  hagan  ellos  ante  vos  o  el  dicho 
vuestro  lugar  teniente  la  residencia  que  la  ley  de  Toledo  dispone  y  en 
tal  caso  mande  porque  vos  mando  que  luego  que  llegaredes  a  la  dicha 
tierra  tirme  tomeys  en  vos  las  varas  de  la  Justicia  e  alcaldía  de  la  di- 
cha villa  de  Santa  Maria  del  Antigua  del  Darien  e  asi  tomadas  recibid 
del  dicho  Velasco  Nuñez  de  balboa  e  de  los  otros  alcaldes  e  Justicias 
de  hi  dicha  villa  la  dicha  residencia  por  termino  de  sesenta  dias  segund 
que  la  dicha  ley  dispone,  la  qual  dicha  residenyia  mando  al  dicho  basco 
Nuñez  de  Valboa  e  a  los  dichos  Alcaldes  e  Justicias  de  la  dicha  viUa 
que  la  fagan  ante  vos  segund  dicho  es  e  otro  sy  vos  informad  de  vuestro 
oficio  como  y  de  que  manera  el  dicho  Velasco  Nuñez  de  balboa  e  los 
otros  Alcaldes  e  Justicias  han  vsado  y  exergido  los  dichos  oficios  y 
executado  la  nuestra  Justigia  e  conplido  nuestras  Cartas  y  manda- 
mientos e  ordenangas  e  Capitulación  e  faced  pregonar  sy  alguno  tiene 
quexa  deUos  de  algunos  agrauios  que  por  razón  de  los  dichos  oñgios 
ayan  fecho  que  lo  vengan  a  demandar  ante  vos  a  los  quales  oyd  y  faced 
Justicia  e  otro  si  vos  ynformad  de  las  penas  que  el  dicho  Velasco  Nu- 
ñez  de  Valboa  e  los  otros  han  condenado  a  cualesquier  personas  perte- 
necientes a  Nuestra  Cámara  e  fisco  e  cobraldas  dellos  y  daldas  y  en- 
tregaldas  al  nuestro  thesorero  e  recebtor  de  las  dichas  penas  o  a  quien 
su  poder  oviere  e  complidos  los  dichos  sessenta  dias  de  la  residencia 
envialda  ante  nos  con  la  ynformagion  que  uvieredes  tomado  como  y  de 
que  manera  el  dicho  Belasco  Nuñez  de  Valboa  e  los  otros  Alcaldes  e 
Justicias  han  vsado  y  exergido  los  dichos  oficios  e  si  en  algo  los  falla- 
redes  culpantes  hazed  Justigia  a  los  querellosos  e  de  los  vienes  que  touie- 
ren  asi  muebles  como  rayzes  hazed  pago  a  las  tales  personas  de  lo  que 
les  deuiren  e  fuere  sentenciado  e  prendeldes  los  cuerpos  e  presos  e  a 
buen  recabdo  a  sus  costas  los  enbiad  ante  nos  juntamente  con  la  dicha 
ynformagion  j)ara  que  se  proceda  contra  ellos  por  todo  rigor  de  Justigia 
e  sacays  fechas  las  dichas  partes  de  lo  que  por  virtud  de  las  dichas  con- 
denaciones ovieren  de  aver  los  marauedises  que  de  mas  de  aquello  les 
fincare  se  los  secrestad  por  ynventario  e  con  testimonio  publico  e  pos- 
neldos en  poder  de  vna  buena  persona  a  la  qual  mandareys  que  no  acu- 
dan con  ellos  sin  mi  licencia  e  mandado  que  para  lo  asi  fazer  e  conplir 
y  executar  por  la  parte  que  ami  toca  por  esta  mi  Carta  vos  doy  poder 
conplido  con  todas  sus  incidencias  e  dependencias  anexidades  e  conexi- 
dades e  mando  al  Concejo  e  otras  personas  de  la  dicha  villa  de  Santa 
Maria  del  Antigua  del  darien  que  en  lo  susodicho  no  vos  pongan  tq 
consientan  poner  envargo  ni  ynpedimento  alguno  antes  vos  den  para  ello 
todo  el  fauor  e  ayuda  que  le  pidieredes  e  base  de  tomar  la  razón  desta 
Carta  en  los  libros  de  la  Casa  de  la  Contratación  de  las  Yndias  por  los 
Oficiales  della  e  los  vnos  ni  los  otros  e  etc.  —  Dada  en  Valladolid  a 
XX VIH"  de  JuUio  de  miU  e  quinientos  e  treze  años. — Yo  el  Rey. 


—  37  — 


15 


(Año  de  1513.  —  Agosto  2,  Valladolid).—  Instrncción  dada  por  el  Rey  á  Pedrarias 
Dávila  para  su  viaje  á  la  provincia  de  Castilla  del  Oro  que  iba  á  poblar  y  paci- 
ficar con  la  gente  que  llevaba.  — ('J.  de  I.,  relac.  y  descrip.,  legajo  11,  publicada 
por  Navarrete  en  el  tomo  III  de  su  Colección  de  viajes). 

El  Rey. — Lo  que  vos  Pedrarias  Davila,  que  vais  por  nuestro  capitán 
general  e  Gobernador  asi  por  mar  como  por  tierra  a  la  tierra  firme  que 
se  solia  llamar,  e  agora  la  mandamos  llamar  Castilla  aurifia  e  a  las 
otras  partes  contenidas  en  el  poder  que  Uevais,  habéis  de  hacer  desde 
que  con  la  buena  ventura  os  hicieredes  a  la  vela  en  la  cibdad  de  Seuilla 
con  la  armada  que  con  vos  mandamos  ir  para  poblar  e  pacificar  la  dicha 
tierra  e  provincia  fasta  llegar  aUa  e  después  de  llegado  la  forma  e  orden 
que  acá  ha  parescido  que  vos  debo  mandar  que  tengáis  e  guardéis  e  fa- 
gáis guardar  e  cumplir,  es  lo  siguiente : 

1.°  Lo  primero  que  habéis  mucho  de  mirar  en  que  los  navios  que 
Uevaredes  no  vayan  sobrecargados  como  suelen  ir,  que  a  muchos  les  ha 
acaecido  peligro  en  el  viaje  por  ello,  especialmente  cuando  fue  el  Co- 
mendador Mayor  de  Alcántara,  por  nuestro  gobernador  de  la  isla  Espa- 
ñola :  por  escusar  el  daño  e  peligro  susodicho  debéis  proveer  que  no  lle- 
ven mas  carga  de  la  que  con  que  puedan  seguramente  navegar,  e  lleven 
la  manguera  descubierta  como  lo  tengo  mandado,  e  al  tiempo  que  car- 
garen en  Sevilla,  habéis  de  mirar  que  han  de  tomar  mas  carga  en  Ca- 
naria. 

2.°  Lo  segundo  es,  que  fecha  vela  en  Sevilla  con  la  buenaventura 
habéis  de  tocar  en  Canaria  e  tomar  alli  las  cosas  que  se  proveyeron 
que  estovieren  fechas  para  este  vuestro  viage. 

3."  Demás  desto  hilando  vuestra  derrota  derecha  para  la  jirovincia 
del  Darien,  si  sin  estorbo  ni  tardanza  de  viage  lo  pudieredes  facer,  ha- 
béis de  tomar  en  las  islas  de  los  Caníbales,  que  son  isla  Fuerte,  Buin, 
San  Bernaldo  Santa  Cruz,  Güira,  Cartagena,  Caramarico  de  Gó,  que 
están  dados  por  esclavos  por  razón  que  comen  carne  humana,  y  por  el 
mal  e  daño  que  han  fecho  a  nuestra  gente,  e  por  el  que  facen  a  los  otros 
indios  de  las  otras  islas  e  a  los  otros  vasallos,  e  a  la  gente  destos  reinos, 
habemos  enviado  a  poblar  en  aquellas  partes,  e  por  mas  justa  función 
nuestra  si  haUaredes  manera  de  poderlos  requerir,  les  requerid  que  ven- 
gan a  obidiencia  de  la  iglesia  e  sean  nuestros  vasallos  e  sino  lo  qui- 
sieren facer  o  no  lo  pudieredes  requerir,  habéis  de  tomar  todos  los  que 
pudieredes  y  enviarlos  en  un  navio  a  la  isla  Española  e  aUi  se  entre- 
guen a  Miguel  de  Pasamonte,  nuestro  tesorero  e  a  los  otros  nuestros 


—  38  " 

oficiales  para  que  se  vendan  j  el  navio  que  con  ellos  fuere  os  ha  de  lle- 
var lo  que  de  la  dicha  isla  Española  se  hobiere  de  llevar  a  la  dicha  Cas- 
tilla aurifia,  e  por  todas  las  otras  partes  que  pasaredes,  especialmente 
en  cualquier  parte  que  tocaredes  en  la  costa  de  la  dicha  tierra,  habéis 
de  excusar  que  en  ninguna  manera  se  faga  daño  a  los  indios  porque  no 
se  escandalicen  y  alboroten  de  los  cristianos,  antes  les  haced  muy  buena 
compañía  e  buen  tratamiento  porque  corra  la  nueva  la  tierra  adelante, 
e  con  ella  vos  reciban  e  vengau  a  comunicaros  e  en  conoscimiento  de  las 
cosas  de  nuestra  santa  fe  católica,  que  es  a  lo  que  principalmente  vos 
enviamos  e  deseamos  que  se  acierte. 

4:.°  En  el  repartimiento  de  las  cosas  que  se  tomaren,  asi  en  la  mar 
como  en  la  tierra,  asi  de  esclavos  como  de  otra  cualquier  cosa  que  se 
hoviere,  habéis  de  tener  esta  manera  en  el  repartir,  que  lo  que  se  tomare 
con  el  Armada  que  lleváis  en  que  Yo  mando  poner  los  cascos  de  los  na- 
vios e  mando  dar  el  mantenimiento  a  la  gente  que  en  ella  va  conforme 
a  la  ley  del  fuero  del  Ayro,  demás  del  quinto  me  han  de  dar  las  dos 
partes  de  lo  que  se  hoviere,  la  una  por  razón  de  los  cascos  de  los  navios  e 
la  otra  por  razón  de  los  mantenimientos :  e  si  en  vuestra  compañía  fueren 
navios  de  algunas  personas  en  que  eUos  pongan  los  navios  e  bastimentos 
y  aquellos  tomaren  alguna  pieza,  Yo  tengo  de  haber  mi  quinto  ordinario, 
pero  aunque  lo  tomen  aquellos,  porque  por  razón  de  favor  e  compañia 
de  Armada  se  toma,  han  de  repartir  lo  que  se  tomare  con  toda  la  gente 
del  Armada,  si  se  tomare  en  la  mar  con  las  ventajas  que  se  suele  repar- 
tir entre  marineros,  si  dentro  en  la  tierra,  ha  de  ser  repartido  todo 
igualmente,  ecepto  la  ventaja  del  Capitán  General;  en  las  cosas  que  en 
tierra  se  hobieren,  no  yendo  armada  de  mar  por  ellas,  se  ha  de  sacar  el 
quinto,  y  lo  otro  se  reparta  entre  la  gente  como  se  acostumbra  hacer. 

5.°  Llegados  alia  con  la  buenaventura  lo  primero  que  se  ha  de  facer 
es  poner  nombre  general  a  toda  la  tierra  general,  a  las  cibdades  e  villas 
e  lugares  y  dar  orden  en  las  cosas  concernientes  al  aumento  de  nuestra 
santa  fe  e  ala  conversión  de  los  indios,  e  a  la  buena  orden  del  servicio 
de  Dios  e  aumento  del  Culto  divino,  e  para  eUo  enviamos  al  R.  P.  Fray 
Juan  de  Quevedo,  Obispo  de  Santa  Maria  del  Darien,  e  con  el  los  clé- 
rigos que  agora  parescieron  necesarios;  los  cuales  e  ellos  han  de  ser 
proveídos  en  tanto  que  hay  asinos  del  salario  necesario ;  e  porque  la  per- 
sona del  Obispo  Yo  mando  proveer,  a  los  clérigos  se  deben  dar  a  cada 

uno pesos  de  oro  para  su  mantenimiento  en  tanto  que  haya  asinos 

e  se  hace  el  repartimiento  dellos  de  la  parte  que  cada  uno  haya  de  ha- 
ber :  en  tanto  que  esto  se  hace  se  han  de  cobrar  los  diezmos  para  mi,  e 
para  la  serenísima  Reina,  mi  muy  cara  e  muy  amada  Hija,  en  aquellas 
cosas  que  se  cogieren,  e  acodir  con  ellas  a  nuestro  tesorero  questoviere 
en  la  dicha  tierra. 

6.°    Una  de  las  principales  cosas  en  que  habéis  mucho  de  mirar  es 


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en  los  asientos  o  Ingares  que  alia  se  llovieren  de  asentar :  lo  primero  es 
ver  en  cnantos  lugares  es  menester  que  se  hagan  asientos  en  la  costa 
de  la  mar  para  se  guardar  la  navegación  e  para  mas  seguridad  de  la 
tierra;  que  los  que  han  de  ser  para  se  guiar  la  navegación,  sean  en 
puertos  que  los  navios  que  de  acá  de  España  fueren,  se  puedan  aprove- 
char dellos  en  refrescar  e  tomar  agua,  e  las  otras  cosas  que  fueren  me- 
nester para  su  viage ;  asi  en  el  lugar  que  agora  esta  fecho  como  en  los 
que  de  nuevo  se  hirieren,  se  ha  de  mirar  que  sean  en  sitios  sanos  e  no 
anegadizos  e  donde  se  puedan  aprovechar  de  la  mar  para  carga  e  des- 
carga, sin  que  haya  trahajo  e  costa  de  llevar  por  tierra  las  mercadurías 
que  de  acá  fueren ;  e  si  por  respeto  de  estar  mas  cercanos  a  las  minas 
se  hobieren  de  meter  la  tierra  adentro,  débese  mucho  mirar  que  por 
alguna  ribera  se  puedan  llevar  las  cosas  que  de  acá  fueren  desde  la  mar 
fasta  la  población,  porque  no  habiendo  alia  bestias  como  no  las  hay, 
seria  grandísimo  trabajo  para  los  hombres  llevarlo  acuestas,  y  ni  los  de 
aea  ni  los  indios  no  lo  podrían  sufrir ;  y  que  sean  de  buenas  aguas  e  de 
buenos  aires  e  cerca  de  montes  e  de  buena  tierra  de  labranza  e  destas 
cosas  las  que  mas  pudiere  tener. 

7.0    Vistas  las  cosas  que  para  los  asientos  de  los  lugares  son  necesa- 
rias, e  escogido  el  sitio  mas  provechoso  y  en  que  incurren  mas  de  las 
cosas  que  para  el  pueblo  son  menester,  habéis  de  repartir  los  solares 
del  lugar  para  facer  las  casas,  y  estos  han  de  ser  repartidos  segund  las 
calidades  de  las  personas,  e  sean  de  comienzo  dados  por  orden;  por 
manera  que  hechos  los  solares,  el  pueblo  parezca  ordenado,  asi  en  el 
lugar  que  se  dejare  para  plaza  como  el  lugar  en  que  hobiere  la  iglesia 
como  en  la  orden  oue  tovieren  las  calles,  porque  en  los  lugares  que  de 
nuevo  se  hacen  dando  la  orden  en  el  comienzo  sin  ningund  trabajo  ni 
costa  quedan  ordenados  e  los  otros  jamas  se  ordenan;  y  en  tanto  que 
no  hicieredes  merced  de  los  oficios  de  regimientos  perpetuos,  habéis 
de  mandar  que  en  cada  pueblo  los  elijan  entre  si  por  un  año,  e  vos 
lo  conformad  siendo  personas  hábiles  para  regir:  asimismo  se  han  de 
repartir  los  heredamientos  segund  la  calidad  e  manera  de  las  personas, 
e  según  lo  que  sirvieren  asi  les  creced  en  heredad  y  el  repartimiento  ha 
de  ser  de  manera  que  a  todos  quepa  parte  de  lo  bueno  e  de  lo  mediano, 
e  de  lo  menos  bueno,  segund  la  parte  que  a  cada  uno  se  le  hobiere  de  dar 
en  su  calidad ;  e  porque  los  primeros  que  alia  pasaron  con  Hojeda  e  Ni- 
cuesa  e  Enciso  han  pasado  mucho  trabajo  e  fambre  e  necesidad,  a  Ho- 
jeda e  a  eUos  se  les  ha  de  facer  mejoria  en  repartimento,  a  ©1  como  a 
Capitán,  e  a  ellos  como  a  vecinos  en  el  lugar  que  esta  fecho,  si  por  al- 
guna causa  demás  comodidad  se  hobiere  de  mudar,  o  sino  se  mudare  en 
el;  y  en  los  que  de  nuevo  se  hicieren  la  mas  principal  cosa  e  que  con 
mas  diligencia  se  ha  de  facer  es  la  iglesia ;  porque  en  ella  se  haga  todo 
el  servicio  de  Dios  que  se  debe  hacer;  e  demás  de  lo  quel  R.  P.  Fr.  Juan 


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de  Quevedo,  Obispo  de  Santa  Maria  del  Darien,  platicare,  habéis  de  te- 
ner desto  cuidado  que  se  ponga  en  obra  con  mucha  diligencia. 

8.°  Debéis  de  procurar  por  todas  las  maneras  e  vias  que  vierdes  e 
pensardes  que  para  eUo  han  de  aprovechar  e  por  todas  las  otras  vias  e 
formas  que  se  pudieren  tener  alguna  experiencia  que  se  podra  hacer, 
atraer  con  buenas  obras  a  que  los  indios  estén  con  los  cristianos  en  amor 
e  amistad,  e  que  por  esta  via  se  haga  todo  lo  que  se  hobiere  de  facer 
con  ellos,  y  para  que  ello  mejor  se  haga  la  principal  cosa  que  habéis  de 
procurar  es  no  consentir  que  por  vos  ni  por  otras  personas  no  se  les  que- 
brante ninguna  cosa  que  les  fuere  prometida,  sino  que  antes  que  se  les 
prometa  se  mire  con  mucho  cuidado  si  se  les  puede  guardar,  e  si  no  se 
puede  bien  facer  que  no  se  les  prometa ;  pero  prometido  se  les  guarde 
enteramente,  de  manera  que  les  pongáis  en  mucha  confianza  de  vuestra 
verdad,  e  no  habéis  de  consentir  que  se  les  haga  ningún  mal  ni  daño 
porque  de  miedo  no  se  alboroten  ni  se  levanten ;  antes  habéis  mucho  de 
castigar  a  los  que  los  ficieren  mal  o  daño  sin  vuestro  mandado,  porque 
por  esta  via  vernan  antes  a  la  conversión  e  al  conoscimiento  de  Dios  «-. 
de  nuestra  santa  fe  católica,  e  mas  segura  en  convertir  ciento  desta  ma- 
nera que  cien  mil  por  otra. 

9.°  Y  en  caso  que  por  esta  via  no  quisieren  venir  a  nuestra  obidien- 
cia,  e  se  les  hobiere  de  facer  guerra,  habéis  de  mirar  que  por  ninguna 
cosa  se  les  haga  guerra,  no  siendo  ellos  los  agresores,  e  no  habiendo 
fecho  o  probado  a  hacer  mal  e  daño  a  nuestra  gente,  e  aunque  los  hayan 
acometido  antes  de  romper  con  ellos  les  fagáis  de  nuestra  parte  los  re- 
querimientos nescesarios  para  que  vengan  a  nuestra  obidieucia  una  e  dos 
e  tres  e  mas  veces,  cuantas  vierdes  que  sean  nescesarias  conforme  a  lo 
qiie  lleváis  ordenado ;  e  pues  alia  habrá  e  con  vos  irán  algunos  cristianos 
que  sabrán  la  lengua,  con  ellos  les  daréis  primero  a  entender  el  bien 
que  les  vema  de  ponerse  debajo  de  nuestra  obidiencia,  e  mal  e  daño  e 
muertes  de  hombres  que  les  verna  de  la  guerra,  especialmente  que  los 
que  se  tomaren  en  ella  vivos  han  de  ser  esclavos,  e  que  desto  tengan 
entera  noticia,  e  que  no  puedan  pretender  inorancia,  porque  para  que 
lo  puedan  ser,  e  los  cristianos  los  pueden  tener  con  segura  conciencia ; 
esta  todo  el  fundamento  en  lo  susodicho :  habéis  de  estar  sobre  el  aviso 
con  cosa  que  todos  los  cristianos,  porque  los  indios  se  les  encomienden 
tienen  mucha  gana  que  sean  de  guerra  e  que  no  estén  de  paz  e  que  siem- 
pre han  de  hablar  en  este  proposito  e  aunque  no  se  pueda  escusar  de  no 
le  platicar  con  ellos,  es  bien  estar  avisado  desto  para  el  crédito  que  en 
ello  se  les  debe  dar,  y  paresce  a  mi  que  el  mas  sano  parescer  para  esto 
sera  el  del  R.  P.  Fr.  Juan  de  Quevedo,  Obispo  del  Darien,  e  de  los  clé- 
rigos que  están  mas  sin  pasión  e  con  menos  esperanza  de  haber  deUos 
intereses. 

10.    En  caso  que  se  hayan  de  dar  los  indios  encomendados  a  los  ve- 


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cinos  por  navorias,  habéis  de  facer  que  se  guarden  las  ordenanzas  que 
para  ello  lleváis,  porque  se  hau  fecho  con  mucha  información,  que  de 
aquella  manera  sean  mas  conservados  e  mejor  tratados  e  mas  adotrina- 
dos  a  nuestra  santa  fe  católica,  e  por  eso  no  se  ha  de  disminuir  dellas 
ninguna  cosa,  antes  si  alguna  cosa  vierdes  de  mas  de  lo  que  en  ellas  se 
consiente  que  se  debe  de  hacer  en  provecho  de  los  indios,  e  de  su  salud 
e  conversión,  sea  bien  que  se  fagan  i)ara  que  eUos  sean  mejor  tratados 
e  vivan  en  mas  contentamiento  en  compañia  de  los  cristianos ;  la  resolu- 
ción desto  es,  que  todo  lo  que  aqui  e  en  el  capitulo  antes  deste  se  dice 
es  para  que  con  amor  e  voluntad  e  amistad  e  buen  tratamiento  sean  atrai- 
dos  a  nuestra  santa  fe  católica,  e  se  escuse  forzallos  e  maltratallos  para 
eUo  cuando  fuere  posible,  porque  desta  manera  se  servirá  mucho  nuestro 
Señor,  e  Yo  me  terne  de  vos  por  muy  servido  en  ello, 

11.  Esto  es  mas  necesario  que  aUa  se  haga  asi  que  no  en  la  isla  Es- 
pañola, porque  los  indios  son  mal  aplicados  al  trabajo  e  han  acostum- 
brado siempre  a  folgar,  e  habemos  visto  que  en  la  Española  se  van  hu- 
yendo a  los  montes  por  no  trabajar,  e  es  de  creer  que  lo  harán  muy 
mejor  los  de  aUa,  pues  se  pueden  ir  la  tierra  adelante,  lo  que  no  pueden 
facer  en  la  isla  Española,  e  no  tienen  que  dejar  sino  las  casas,  y  por  eso 
paresce  muy  dubdoso  y  dificultoso  que  los  indios  se  puedan  encomendar 
a  los  cristianos  a  la  manera  que  los  tienen  en  la  Española,  e  a  esta  causa 
paresce  que  sera  mejor  por  via  de  paz  e  de  concierto,  aliviándolos  lo 
mas  que  ser  pueda  del  trabajo  en  esta  manera,  que  los  que  quisieren 
estar  en  la  paz  e  concierto  de  los  cristianos,  e  a  la  obidiencia  de  vasallos, 
e  darseien,  e  nos  sirviesen  con  cierto  numero  de  personas,  ya  que  no  fue- 
sen todos,  sino  una  parte  dellos  como  tercio  o  cuarto  o  quinto  de  los 
que  hobiere  en  el  pueblo,  o  de  los  que  toviere  el  cacique  principal  si  aUi 
están  debajo  de  caciques,  como  están  en  la  isla  Española,  y  que  estos 
anden  un  mes  o  dos,  e  que  se  remuden  e  vayan  a  holgar  e  vengan  otros 
tantos  por  otros  dos  meses,  o  por  el  tiempo  que  aUa  os  paresciere  que 
serán  mejor  las  remudas,  porque  fasta  acostumbrarlos  cuanto  mas  breve 
se  remudaren  paresce  mejor,  e  asi  remudándose  lo  sufrirían  mejor  e 
ternan  menos  peligro  de  morir,  e  si  agora  en  los  principios  hobiese  tanto 
que  hacer  en  coger  oro  en  los  rios  como  acá  dicen  que  lo  hay  que  no 
fuese  tan  necesario  meterlos  a  cavar  en  las  minas,  paresce  acá  que  seria 
bueno  comenzarlos  a  ocupar  en  lo  de  los  rios  por  la  orden  susodicha, 
e  después  de  la  segunda  vuelta  se  meterán  con  menos  dificultad  en  las 
minas,  porque  ya  estaran  habituados  a  servir  aunque  sea  con  mas 
trabajo. 

12.  Presupuesto  que  en  cualquier  de  las  maneras  que  arriba  se  dice 
que  por  via  de  encomendarlos,  o  por  via  de  concierto  se  pudiere  facer 
que  sirvan,  esta  bien  ansi,  e  se  sacare  dellos  el  servicio  e  porvecho  que 
se  debe  sacar,  mas  en  caso  que  lo  uno  ni  lo  otro  no  se  pudiere  hacer, 


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paresce  otra  tercera  cosa,  que  sera  que  cada  pueblo,  segund  la  gente 
que  en  el  hobiere,  o  cada  cacique,  segund  la  gente  que  toviere  c^da  uno, 
de  tantos  pesos  de  oro  cada  mes  o  cada  luna,  como  ellos  lo  cuentan ;  e 
que  dando  estos,  sean  seguros  que  no  se  les  liara  mal  ni  daño,  e  tengan 
en  sus  pueblos  señales  que  sean  para  conoscer  que  son  pueblos  que  están 
a  nuestra  obidiencia,  e  también  trayan  en  sus  personas  señales  como 
sean  conoscidos  como  son  nuestros  vasallos,  porque  no  les  fagan  mal 
nuestra  gente  pagando  su  tributo,  como  con  ellos  fuere  asentado,  y  este 
mirad  que  se  asiente  de  manera  que  sea  provechoso,  e  porque  aqui  no  se 
l>uede  señalar  bien  la  cantidad,  hacedlo  lo  mas  provechoso  que  os  pa- 
resciere  que  se  puede  bien  hacer. 

13.  ítem  porque  soy  informado  que  una  de  las  cosas  que  mas  les 
ha  alterado  en  la  isla  Española  y  que  mas  les  ha  enemistado  con  los 
cristianos,  ha  sido  tomarles  las  mujeres  e  hijas  contra  su  voluntad,  e 
usar  deltas  como  de  sus  mujeres,  habeislo  de  defender  que  no  se  haga, 
por  cuantas  vias  e  maneras  pudierdes,  mandándolo  pregonar  las  veces 
que  os  paresciere  que  sea  nescesario,  ejecutando  las  penas  en  las  perso- 
nas que  quebraren  vuestros  mandamientos,  con  mucha  diligencia;  e  asi 
lo  habéis  de  mandar  hacer  en  todas  las  otras  cosas  que  os  paresciere 
nescesarias  para  el  buen  tratamiento  de  los  indios. 

14.  Habéis  de  procurar  con  todo  cuidado  de  tener  ñn  en  lo  de  los 
pueblos  en  la  tierra  adentro,  que  los  fagáis  en  parte  e  asientos  que  os 
podáis  aprovechar  dellos  para  por  tierra  descubrir  la  otra  costa  de  la 
mar,  que  estos  indios  dicen  que  esta  tan  cierta  y  tan  cerca  desta  otra; 
e  porque  de  acá  no  se  os  puede  dar  regla  cierta  ni  aviso  particular  por 
la  manera  que  se  ha  de  tener  en  hacerlo,  sino  que  la  experiencia  de  las 
cosas  que  alia  subcedieren  os  han  de  dar  los  habitantes  e  aviso  de  cuando 
e  como  se  ha  de  facer;  solamente  se  os  puede  decir  esto  generalmente, 
que  procuréis  con  mucha  instancia  e  deligencia  e  con  toda  la  brevedad 
que  pudieredes  de  certificaros  dello,  e  certificado  que  es  asi  verdad,  to- 
das las  cosas  que  ordenardes  e  hicieredes,  las  fagáis  e  determinéis  con 
pensamiento  que  os  han  de  seguir  e  aprovechar  para  aquello,  porque 
habrá  muchas  dellas  que  agora  sin  ninguna  costa  ni  trabajo  las  podáis 
facer,  porque  no  costara  mas  sino  determinarlas  que  se  hagan  a  la 
parte  que  sean  provechosas,  como  se  lialn'n  do  hacer  en  otra  parte  que 
no  lo  fuesen,  de  donde  si  después  los  hobieredes  de  mudar  para  este 
i:)roposito  seria  muy  trabajoso  e  algunos  tan  dificultosos,  que  sera  impo- 
sible. 

15.  ítem,  habéis  de  defender  por  ordenanza,  la  cual  mando  hagáis 
pregonar  las  veces  que  os  paresciese  nescesarias  e  en  las  partes  que  fue- 
ren menester  que  ninguno  juegue  dados  ni  naipes  ni  otro  juego  prohi- 
bido, ni  tengan  naipes  ni  dados  para  vender  ni  Ueven,  so  grandes  penas, 
las  cuales  mandareis  ejecutar  en  los  que  los  ficieren  e  también  en  los 


—  43  — 

que  los  vendieren  por  manera  que  no  haya  juego  ninguno  en  la  dicha 
tierra;  e  si  inventaren  alguna  manera  de  juego  ninguno  en  la  dicha 
tierra,  aunque  no  sea  expresada  en  la  dicha  Ordenanza,  ni  en  el  pregón 
también  ge  lo  defended.  Finalmente,  la  intención  es  que  no  haya  ninguna 
manera  de  juego  e  que  jueguen  cantidad  para  que  por  ello  se  revuelvan 
e  se  sigan  daño  de  los  unos  a  los  otros  y  escándalos  e  enemistades  e  re- 
niegos e  blasfemias  como  se  suelen  seguir  e  desto  e  de  otra  manera  de 
trafago  de  mentiras,  el  R.  P.  Fr.  Juan  de  Quevedo  Obispo  del  Darien 
l)or  su  parte  e  vos  por  la  vuestra  habéis  mucho  de  procurar  de  apartar- 
los e  que  no  vivan  en  ello  a  la  manera  de  acá,  sino  que  sean  en  ello  tan 
limitados,  que  los  de  la  tierra  puedan  recibir  dellos  muy  buen  ejemplo 
e  procurad  siempre  de  ocupar  la  gente  de  manera  que  la  ociosidad  no  les 
haga  gastar  el  tiempo  en  vicios. 

16.  ítem,  habéis  de  procurar  e  defender  que  ninguno  de  los  cristia- 
nos juren  a  Dios  ni  renieguen  ni  blasfemen  e  sea  defendido  por  publico 
pregón,  e  allende  de  las  penas  que  por  leyes  destos  reinos  están  estable- 
cidas, es  de  mandar  le  pongan  alguna  pena  de  dinero,  una  al  que  jurase 
a  Dios  e  mayor  el  que  dijere  pese,  o  no  creo,  o  descreo  o  renegare,  e  asi 
al  que  jurase  sino  cuando  le  fuese  mandado  por  el  Juez,  e  estas  penas 
se  apliquen  e  gasten  e  se  conviertan  en  cosas  que  sean  provecho  de  todos 
los  que  alia  esto  vieren  e  de  que  todos  ellos  comunmente  sean  mas  conten- 
tos que  se  gasten,  porque  gastándose  a  su  contentamiento,  ellos  las  paga- 
ran de  mayor  voluntad,  e  los  que  lo  cobren  lo  darán  e  no  lo  encubrirán  e 
aunque  se  gasten  en  cosas  de  su  placer,  como  en  fiestas  e  en  colaciones 
e  otras  cosas  en  que  a  todos  quepa  parte,  sera  mejor,  e  ellos  se  obligaran 
e  habrán  placer  dello. 

17.  ítem,  habéis  de  pregonar  que  se  guarde  la  prematica  en  el  ves- 
tir como  la  Uevais  a  la  letra  e  no  exceda  deUa  nada,  porque  por  expe- 
riencia se  ha  visto  en  la  Española  que  cuando  no  esta  ordenado  lo  que 
cada  uno  habia  de  traer  todos  o  los  mas  de  ellos  ficieron  en  ella  tanto 
exceso  que  se  destruyeron  e  empobrecieron  e  quedan  muchos  dellos  per- 
didos, e  con  defendergelo  han  tornado  a  remediarse. 

18.  ítem,  habéis  de  hacer  publicar  e  pregonar  que  sepan  todos  los 
vecinos  e  moradores  que  alia  fueren  que  los  oficiales  de  Justicia  no  han 
de  hacer  ejecución  en  bienes  ni  en  personas  de  ninguno  por  ninguna  cosa 
que  debieren  sino  fueren  mantenimientos  o  herramientas  para  sacar, 
cavar,  coger  labrar  oro,  e  no  por  paño  ni  seda  ni  otra  ninguna  cosa, 
para  que  cada  uno  vea  de  quien  fia  e  no  fien  con  esperanza  que  la  Jus- 
ticia les  ha  de  hacer  pagar,  ni  hacer  ejecución  por  ello  a  nadie. 

19.  ítem,  habéis  de  defender  que  no  vayan  a  la  dicha  tierra  ningún 
letrado  que  vaya  abogar  ni  procurador  de  cabsas  e  se  alguno  fuere,  clé- 
rigo o  lego,  que  no  le  consintáis  aUa  abogar  ni  procurar  ni  aconsejar  en 
ningún  pleito,  por  cuanto  nos  lo  suplicaron  los  procuradores  que  de  aUa 


—  44  — 

vinieron,  e  habernos  hallado  por  relación  e  por  experiencia  que  en  la  isla 
Española  han  sido  cabsa  de  muchos  pleitos  e  debates  que  ha  habido 
entre  los  vecinos  della,  los  cuales  no  hobieran  sino  por  su  industria  e 
consejo;  pero  porque  no  padezcan  los  que  no  supieren,  vos  o  vuestros 
Oficiales  habéis  de  procurar  de  saber  verdad  de  las  cosas  que  ante  vos- 
otros se  pidieren  e  suplir  ñor  lo  que  asi  fueren,  e  juzgar  las  cosas  bre- 
vemente, sin  términos  superfinos  o  no  necesarios  e  en  las  cosas  dubdosas 
procurad  de  concertarlos  e  sentenciarlo  a  albedrio  de  buen  varón,  por 
manera  que  no  reciban  agravio,  e  habéis  de  procurar  cuanto  fuere  posi- 
ble que  no  haya  pleito  entre  ellos;  esto  en  lo  civil,  en  lo  criminal  habéis 
de  juzgar  según  las  leyes  destos  reinos,  castigando  por  todo  rigor  los  de 
l)ecado  abominable  e  ladrones  e  mortandades;  en  lo  de  los  ladrones 
porque  si  se  castigasen  muy  reciamente  los  principios  escarmentarse 
hian  otros  e  excusarse  hian  muchas  muertes,  que  por  castigar  a  los  prin- 
cipios blandamente,  se  han  de  ejecutar  de  necesidad;  ansi  podréis  en 
este  caso  de  los  ladrones  exceder  algo  de  las  leyes  destos  reinos,  mi- 
rando en  todo  el  descargo  de  nuestra  real  conciencia. 

20.  ítem,  habéis  de  procurar  de  llevar  labradores  para  que  alia 
prueben  a  sembrar  la  tierra  e  lleven  su  adreszo  de  las  cosas  necesarias 
para  ello  e  habéis  de  dar  orden  como  llevéis  trigo  e  cebada  nuevo  e  trigo 
tresmesino  e  otras  simientes,  aparte  de  lo  que  lleváis  que  vaya  para  sem- 
brar, que  sea  escogido  para  ello,  e  vayan  de  manera  que  en  la  mar  no 
se  dañen  e  se  sepa  claramente  alia  que,  sino  acudiere  o  nasciere,  que  no 
es  por  defecto  de  la  simiente,  e  a  los  labradores  que  lo  ficieren  les  agais 
alia  en  las  cosas  de  repartimiento  alguna  ventaja  que  sea  buena,  en  las 
cosas  que  se  dieren  a  los  vecinos,  por  manera  quellos  sean  contentos  e 
reciban  algund  provecho  por  su  trabajo  e  los  otros  hayan  gana  de  tra- 
bajar porque  con  ello  se  haga. 

21.  ítem,  habéis  de  proveer  en  la  manera  que  han  de  tener  los  que 
fueren  a  contratar  e  a  rescatar  con  los  indios,  que  no  vaya  ninguno  sin 
vuestra  licencia  por  cédula  vuestra  e  con  sabiduría  de  nuestros  Oficiales 
e  han  de  llevar  consigo  persona  que  lleve  poder  de  nuestros  Oficiales 
para  que  sea  veedor  e  vea  lo  que  se  rescata,  e  traya  cuenta  e  razón  dello, 
porque  por  aquella  pague  a  nuestro  tesorero  el  quinto ;  e  si  lo  que  se 
hobiere  fuese  cosa  de  estimación,  como  perlas  o  piedras  e  otra  cosa  se- 
mejante, que  siendo  de  un  genero  e  de  un  tamaño,  por  la  diferencia  de 
bondad  vale  uno  mucho  mas  que  otro,  en  estas  cosas  han  de  pagar  (1 
quinto  por  una  de  estimación  de  lo  que  estimaren  que  valen,  e  en  las 
otras  por  numero  o  peso  como  fuere. 

22.  Habéis  de  estar  muy  avisado  que  todos  los  que  alia  están  e  todos 
los  que  con  vos  fueren  e  fueren  después  de  vos,  han  de  tener  toda  liber- 
tad para  escribir  acá  todo  lo  que  quisieren  sin  que  por  vos  ni  por  vues- 
tros Oficiales,  ni  por  otra   persona  ninguna  les  sea  tomada  carta,  ni 


—  45  — 

mandado  que  no  escriba,  sino  que  cada  uno  escriba  lo  que  quisiere,  e 
si  alguna  persona  las  tomare,  mandamos  que  ejecutéis  en  ellos  las  penas 
que  de  derecho  se  deben  ejecutar,  e  si  por  vuestro  mandado  se  ficiere,  os 
certifico  mas,  que  demás  de  lo  que  de  derecho  se  debe  hacer  mandare- 
mos que  se  provea  como  cosa  en  que  nos  tenemos  por  deservido  e  ha- 
biendo mucho  enojo. 

23.  Asimismo,  con  los  vecinos  que  alia  se  avencindaren,  si  acá  qui- 
sieren venir  durante  los  primeros  cuatro  años  que  han  de  residir  para 
ganar  sus  haciendas,  dejando  sus  faciendas,  habeisles  de  dar  licencia 
e  después  asimismo  les  dad  licencia  para  que  vengan  e  gocen  de  sus 
haciendas  e  no  se  lo  impidáis  ni  estorbéis,  sino  fuese  acaso  que  los  ho- 
bierdes  menester  para  alguna  cosa  que  quisiera  desfacer,  por  quince 
veinte  o  treinta  dias  o  mas  fasta  dos  meses,  los  podéis  detener,  pero 
pasado  el  termino  de  la  nescesidad  que  dellos  teniades,les  deis  libremente 
su  licencia  para  que  se  vengan  como  quisieren. 

24.  En  todas  las  cosas  arduas  que  conciernan  a  la  buena  goberna- 
ción de  la  tierra  e  pueblos  della,  e  al  bien  común  de  los  vecinos,  las  de- 
béis platicar  e  comunicar  con  el  R.  P.  Fr.  Juan  de  Quevedo,  Obispo  del 
Darien,  e  con  nuestros  oficiales  tesorero  e  contador,  e  oficial,  porque  con 
acuerdo  de  todos  se  hagan,  e  asi  cuando  estubierdes  juntos  en  un  lugar 
demás  de  lo  que  escribieren  particularmente  de  lo  que  toca  a  sus  cargos 
cada  uno,  las  cosas  generales  que  tocan  a  toda  la  comunidad  las  debéis 
escribir  vos  e  los  oficiales  juntos,  porque  por  relación  de  todos  conforme 
las  sepamos,  e  se  provea  como  al  bien  de  todos  conviene. 

25.  Por  ende  Yo  vos  mando  que  conforme  a  la  dicha  instrucción  e 
declaración  de  suso  declarada  e  contenida  fagáis  e  cumpláis,  e  fagáis 
facer  e  cumplir  e  guardar  todas  las  cosas  en  ella  contenidas  a  los  que 
en  la  dicha  armada  fueren,  asi  por  mar  como  por  tierra,  después  que 
con  la  buena  ventura  hayáis  llegado  a  ella ;  e  si  otras  cosas  algunas 
conviniere  hacerse  para  el  bien  e  pacificación  e  población  del  dicho 
viage  e  de  la  dicha  tierra,  demás  de  las  contenidas  en  la  dicha  instruc- 
ción que  aqui  no  van  declaradas  ni  especificadas,  por  no  tener  entera 
relación  ni  noticia  acá  dellas,  habeislas  vos  de  facer  e  ordenar  con  el 
cuidado  e  fidelidad  e  buena  diligencia  que  Yo  de  vos  confio,  e  después 
de  asi  ordenadas  e  acordadas  enviármelas  eis  para  que  Y''o  las  mande 
ver  y  aprobar  las  que  viere  que  son  tales,  e  las  que  no  se  enmienden  e 
fagan  como  convengan.  Fecha  en  VaUadolid  2  de  Agosto  de  513. — Yo 
el  Rey. 


—  46  — 


16 


(Año  de  1513. —  Agosto  9,  Valladolid).  —  Real  cédula  á  Pedrai-ias  Dávila  para  que 
haga  justicia  á  Juan  de  Quincedo  de  los  agravios  que  dice  le  ha  inferido  Vasco 
Núñez  de  Balboa.— fJ.  de  /.,  109-1-5). 

El  Rey. — Pedrarias  Dauila  Nuestro  Capitán  general  e  governador 
de  la  tierra  que  se  solia  llamar  firme  e  agora  mandamos  llamar  Castilla 
del  Oro  o  vuestro  alcalde  mayor  de  la  dicha  tierra;  Juan  de  Quincedo 
vezino  de  la  villa  de  Santa  Maria  del  Antigua  del  Darien  ques  en  la 
dicha  tierra  de  Castilla  del  Oro  e  vezino  della  me  fizo  relagion  que  es- 
tando en  la  dicha  Villa  el  con  su  muger  e  casa  poblada  con  vezino  e 
poblador,  vn  Vasco  Nuñez  de  balboa  que  ha  sydo  alcalde  en  la  dicha 
Villa  le  ha  fecho  muchos  agravios  e  excesos  en  especial  quel  dicho  Bal- 
boa con  los  otros  de  la  dicha  Villa  yendo  a  entrar  la  tierra  adentro  e 
quedando  el  dicho  quincedo  en  el  pueblo  a  lo  guardar  con  otros  diz  que 
nunca  le  ha  querido  dar  ni  ha  dado  parte  de  ninguna  cabalguadas  que 
fazia  asi  de  oro  como  de  Yndios  e  ropa  e  otras  cosas  según  se  solia  dar 
e  diz  que  dio  a  otros  que  asy  quedauan  con  el  dicho  Juan  de  Quincedo 
en  la  entrada  de  dicho  pueblo,  e  que  asi  mismo  le  fue  dado  vn  solar 
en  la  dicha  Villa  e  que  estando  labrando  en  el  vna  Casa  el  dicho  balboa 
se  la  quito  e  diz  que  avnque  muchas  vezes  le  requirió  le  diese  parte  de 
las  dichas  cabalguadas  no  lo  quiso  fager,  suplico  le  mandase  desagraviar 
e  como  la  mi  merced  fuese,  por  ende  yo  vos  mando  que  veáis  lo  susodi- 
cho 6  llamadas  e  oydas  las  partes  a  quien  tocare  lo  veades  y  averiguedes 
bien  gierto  e  de  manera  que  el  dicho  Juan  de  Quincedo  no  reciba  agrauio 
de  que  tenga  razón  de  quexarse  e  mando  que  se  tome  razón  desta  mi 
Qedula  en  la  nuestra  Casa  de  la  Contratación  de  las  yndias  que  reside 
en  la  Cibdad  de  Seuilla  por  los  nuestros  Oficiales  della  fecha  en  Valla- 
dolid nueve  dias  del  mes  de  Agosto  de  1513  años. — Yo  el  Rey. — Con- 
chillos. 


17 

(Año  de  1513. — Agosto  9,  Valladolid).  —  Real  cédula  á  Pedrarias  Dávila  para  que 
haga  justicia  á  Rodrigo  Colmenares  de  los  agravios  que  dice  le  ha  inferido 
Vasco  Núñez  de  Balboa.  — f"^.  de  I.,  109-1-5). 

El  Rey. — Pedrarias  dávila  nuestro  Capitaoa  general  e  governador  de 
la  tierra  que  antes  se  Uamaua  firme  e  agora  mándela  Uamar  Castilla  del 


—  47  — 

oro  Rodrigo  Colmenares  me  fizo  relagion  que  estando  en  Santa  Maria 
del  Antigua  que  es  en  la  prouincia  del  darien  en  la  dicha  tierra  del  oro 
un  Vasco  Nuñez  de  balboa  Alcalde  que  ha  sido  en  la  dicha  Villa  de 
Santa  Maria  del  Antigua  del  darien  le  ha  fecho  muchos  agrauios  e  sin 
razones  e  después  suplicóme  vos  mandase  que  le  desagraviasedes  dellos 
e  como  la  mi  merced  fuese  por  ende  yo  vos  mando  que  veades  lo  susodi- 
cho e  Uamadas  e  oydas  las  partes  susodichas  fagades  e  administrades 
al  dicho  Rodrigo  de  Colmenares  entero  conplimiento  de  Justicia  por 
manera  quel  no  reciba  agrauio  e  ninguna  de  las  partes  tenga  razón  de 
quexarse  e  mando  que  se  cumpla  asy  tomando  primeramente  la  razón 
desta  mi  Carta  en  la  Casa  de  la  Contra gion  de  las  Yndias  que  reside 
en  la  Cibdad  de  Seuilla  fecha  en  Valladolid  a  nuebe  dias  del  mes  de 
Agosto  de  M.  D.  XIII  años. — Yo  el  Rey. — ConchiUos. 


18 

(Año  de  1513.— Septiembre  29,  Madrid). — Los  caballeros  é  hidalgos  y  hombres  de 
bien  qae  se  hallaron  en  el  descubrimiento  de  la  mar  del  Sor  con  el  magnífico 
y  muy  noble  señor  el  Capitán  Vasco  Núñez  de  Balboa,  Gobernador  por  Sus 
Altezas  en  la  Tierra  firme,  son  los  sigwientes.— (Historia  de  las  Indias,  por 
Gonzalo  Fernández  de  Oviedo,  lib,  XXIX,  cap.  111). 

Primeramente  el  Señor  Vasco  Nuñez  y  el  fue  el  que  primero  de  todos 
vido  aquella  mar  e  la  enseño  a  los  infrascriptos. 
Andrés  de  Vera,  clérigo. 
Francisco  Pigarro. 
Diego  Albitez. 
Fabián  Pérez, 
líornardino  de  Morales. 
Diego  de  Texerina. 
Chripstobal  de  Valdebuso. 
Bernardino  de  Cienfuegos. 
Sebastian  de  Grijalba. 
Francisco  de  Avila. 
Johan  de  Espinosa. 
Johan  de  Velasco. 
Benito  Duran. 
Andrés  de  Molina. 
Antonio  de  Barcaldo. 
Pedro  de  Escobar. 
Chripstobal  Daga. 
Francisco  Pesado. 


—  48  — 

Alonso  de  Guadalupe. 

Hernando  Muñoz. 

Hernando  Hidalgo. 

Johan  Rubio  de  Malpartida. 

Alvaro  de  Bolaños. 

Alonso  Ruiz. 

Francisco  de  Lugena. 

Martin  Ruiz. 

Pascual  Rubio  de  Malpartida. 

Francisco  González  de  Guadalcama. 

Frangisco  Martin. 

Pedro  Martin  de  Palos. 

Hernando  Diaz. 

Andrés  Gargia  de  Jaén. 

Luis  Gutiérrez. 

Alonso  Sebastian. 

Johan  Vegines. 

Rodrigo  Velazquez. 

Johan  Camacho. 

Diego  de  Montehermoso. 

Johan  Matheos. 

Maestre  Alonso  de  Sanctiago. 

Gregorio  Ponge. 

Francisco  de  la  Tova. 

Miguel  Crespo. 

Miguel  Sánchez. 

Martin  Garcia. 

Chripstobal  de  Robledo. 

Chripstobal  de  León,  platero. 

Johan  Martínez. 

Valdenebro. 

Johan  de  Bras  Loro. 

Johan  Ferrol. 

Johan  Gutiérrez  de  Toledo. 

Johan  de  Portillo. 

Johan  Garcia  de  Jaén. 

Matheo  Locano. 

Johan  de  MedeUin. 

Alonso  Martin,  esturiano. 

Johan  Garcia,  marinero. 

Johan  Gallego. 

Francisco  de  Lentin,  siciliano. 

Johan  del  Puerto. 


-  49    - 

Pedro  Fernandez  de  Aroclie. 

Nuflo  de  Olano,  de  color  negro. 

Pedro  de  Orduña. 

Francisco  de  Arias, 
Andrés  de  Valderrabano,  escribano  de  Sus  Altezas,  en  la  su  corte  y 
en  todos  sus  reynos  e  señorios,  estuve  presente  e  doy  fee  dello,  e  digo 
que  son  por  todos  sessenta  y  siete  hombres  estos  primeros  chripstianos 
que  vieron  la  mar  del  Sur  con  los  quales  yo  me  halle  e  cuento  por  uno 
dellos :  y  este  era  de  Sanct  Martin  de  Valdeiglesias. 


19 

(Año  de  1514. — Enero  14,  Madrid). — Real  cédula  á  Pedrarias  Dávila  que  haga  jus- 
ticia á,  Rodrigo  de  Colmenares  de  los  agravios  que  dice  le  ha  inferido  Vasco 
Núñez  de  Balboa.— í"^.  de  I.,  109-1-5). 

El  Rey. — Pedrarias  de  Auila  nuestro  Capitán  general  y  governador 
de  Castilla  del  Oro  o  vuestro  alcalde  mayor,  Rodrigo  de  Colmenares 
por  sy,  y  en  noubre  de  otros  vesynos  de  la  villa  del  Darien  que  es  en  Ja 
dicha  Castilla  del  oro  me  Uso  relación  que  después  quel  partió  de  la 
dicha  ViUa  Vasco  Nuñez  de  baluoa  alcalde  mayor  della  diz  que  por  que 
se  mostravan  Seruidores  nuestros  les  quito  ciertos  yndios  y  algunos  de 
los  susodichos  fizo  prender  y  los  ha  maltratado  de  que  diz  que  an  res- 
gibido  mucho  agravio  e  daño  e  me  suplico  e  pidió  por  merced  lo  man- 
dase proueer  e  remediar  como  la  mi  merced  fuese  por  ende  Yo  vos  mando 
que  veades  lo  susodicho  e  llamadas  e  oydas  las  partes  hagades  e  aminis- 
tredes  a  los  susodichos  entero  conplimiento  de  Justicia  de  manera  que 
ellos  no  resgiban  agrauio  de  que  tengan  razón  de  se  quexar  e  mando 
que  se  tome  la  razón  de  esta  mi  Carta  en  los  libros  de  la  Casa  de  la 
Contratación  de  las  Yndias  de  Seuilla  fecho  en  Madrid  a  XIIII"  de 
henero  de  D.  XIIII"  años. — Yo  el  Rey. — Señalada  del  Obispo. 


20 

(Año  de  1514. —Junio  26,  Sevilla). — Sebastián  de  Ocampo  siibstituye  en  Alonso  de 
No3'a  y  en  Cobos,  Oficiales  del  Secretario  Lope  de  Conchillos,  el  poder  que  te- 
nía de  Vasco  Núñez  de  Balboa  para  negociar  con  Su  Alteza.— f^rcTi.  de  Proto- 
colos de  Sevilla,  Escribanía  pública  de  I).  Manuel  de  Sigura,  año  1505,  lib.  2.") 

Sepan  quantos  esta  carta  vieren  como  yo  sevastian  de  Ocampo  es- 
tante que  soy  ensta  ^ibdad  de  seuilla  en  nonbre  y  en  boz  de  Vasco  uuñes 
de  Valboa  capitán  que  fue  de  su  alteza  en  tierra  firme  e  por  virtud  del 
poder  que  del  (ten)  digo  tengo  el  qual  me  (otorgo  ante  gierto  escriuano 

4 


—  BO  — 

publico  de  tierra  firme  el  qual  dicho  poder  agora  esta  en  poder  del  señor 
lope  conchiUos  secretario  de  su  alteza  el  qual  dicho  poder  es  para  giertas 
cosas  en  el  contenidas  que  yo  truxe  por  comysion  suya  (de  su  alteza)  pa 
negociar  con  su  alteza  (otorgo  e  conosco  que  sostituyo  e  lago  ciertos 
pr.co  Sustitutos  en  my  lugar  e  en  el  dicho  nonbre  e  do  my  poder  con- 
plido  seguud  que  lo  yo  he  tengo  e  de  derecho  mas  deve  valer  a  alonso  de 
noya  mercader  v°  desta  yibdad  de  seuyUa  en  la  collación  de  sant  marcos  c 
a  (Hay  un  espacio  en  blanco)  cobos  (otigiales  del  dicho  señor  secretario 
lope  conchillos  ambos  a  dos  juntamente  e  a" cada  vno  dellos  por  sy  ynso- 
ledum  espegialmente  para  que  por  my  e  en  nonbre  del  dicho  (sevastian  de 
(ocampo)  vasco  nuñes  de  balboa  pueda  paresger  e  paresca  ante  su  al- 
teza e  ante  qualesquier  personas  que  con  derecho  devan  e  pueda  JSego- 
9iar  e  solicitar  con  su  alteza  e  con  qualesquier  personas  que  convengan 
todas  las  cosas  e  casos  en  la  dicha  carta  de  poder  contenydos  e  non  mas 
nin  ijara  mas  e  pueda  gerca  dello  faser  e  íaga  todos  los  abtos  e  diligen- 
cias e  todas  las  otras  cosas  e  cada  vna  deltas  al  caso  convynientes  e 
pertenesyientes  e  que  yo  mysmo  enl  dicho  nonbre  faria  e  faser  podria 
presente  seyendo  aunque  sean  tales  e  de  tai  calidad  que  segund  dere- 
cho demanden  e  liequyera  aver  en  sy  (otro  my  mas  especial  poder  e 
mandado  e  i^resengia  personal  e  quand  conplido  e  bastante  jjoder  yo  he 
e  tengo  para  lo  que  dicho  es  e  para  cada  vna  dello  tal  e  tan  conplido 
e  bastante  lo  (otorgo  e  do  a  los  dichos  alonso  de  noya  e  (Hay  otro  espa- 
cio en  blanco)  cobos  e  a  cada  vno  deüos  por  sy  con  todas  sus  yngiden- 
9ias  e  dependencias  e  conexidades  e  (otorgo  e  prometo  de  lo  aver  por 
ürme  e  de  non  yr  contra  ello  uyn  contra  parte  dello  so  (obligación  que 
fago  de  (my)  la  persona  e  bienes  del  dicho  vasco  JS'uñes  en  cuyo  nonbre 
lo  yo  fago  fecha  la  carta  en  seuiila  estando  en  las  casas  de  la  (roto)  del 
dicho  al"  de,  noya  que  son  en  la  dicha  cibdad  de  seuiila  en  (roto)  coUion 
de  Sant  marcos  lunes  veynte  e  seys  dias  del  mes  de  (Jullio)  Junio  año 
del  Nascimy"  de  JS^uestro  Saluador  chuxpo  de  mili  e  quynientos  e  catorze 
años  e  por  que  no  pudo  firmar  por  estar  enfermo  e  ñaco  firmaron  por  el 
los  testigos  de  esta  carta — p°  fernandes  escriu"  d  eseuy* — xptoual  dias 
escriu"  de  seuy*. — (Ambos  con  sus  rúbricas). 


21 

(Año  de  1514.— Junio  2C>,  Sevilla).— Escritura  por  la  que  Sebastián  de  Ocampo  hace 
donación  á  Alonso  de  Noj'a  de  una  muía  y  cuarenta  ducados  de  oro  para  que 
negocie  en  la  corte  los  asuntos  de  Vasco  Núñez  de  Balboa. — (Arch.  de  Froto- 
culos  de  Sevilla,  Escribanía  pública  de  D.  Manuel  de  Sigura,  año  1514,  lib.  2.°) 

Sepan  quantos  esta  carta  vieren  como  yo  sevastian  de  (ocanpo  es- 
tante que  soy  eusta  gibdad  de  seuiUa  (otorgo  e  conosco  a  vos  alonso  de 


—  Bl  — 

noya  mi  primo  v°  que  soys  desta  gibdad  de  seuilla  en  la  collion  de  sant 
marcos  questades  absenté  bien  ansy  como  sy  fuesedes  presente  que  por 
quanto  yo  tenya  gierto  poder  de  vasco  Nuñez  de  valboa  capitán  que  fue 
de  su  alteza  en  tierra  firme  que  me  dio  e  otorgo  pa  soli§itar  en  su  nou- 
bre  con  su  alteza  giertas  cosas  el  qual  dicho  (el  qual  dicho)  poder  yo 
dexe  en  poder  de  lope  conchiUos  secret."  de  su  alteza/,  e  yo  en  nonbre 
del  dicho  Vasco  Nuñes  vos  sostituy  el  dicho  poder  a  vos  e  a  cobos 
oficial  del  dicho  señor  secretario  para  quen  my  lugar  y  en  nonbre  del 
dicho  Vasco  Nuñes  pudiesedes  negogiar  e  soligitar  con  (roto)  teza  e  con 
otras  qualesquier  presonas  que  fuere  nesgesario  todas  las  cosas  en  la 
dicha  carta  de  poder  conteuydas  segund  que  mas  largamente  se  contiene 
en  el  dicho  poder  e  sostitugion  que  vos  ñze  e  otorgue  que  paso  ante  miguel 
sygura  escriuano  publico  de  seuilla  (oy  dia  de  la  fecha  desta  carta  por 
ende  yo  (otorgo  e  prometo  e  me  (obligo  de  vos  dar  para  vuestras  costas 
e  espensas  que  en  la  dicha  Negociación  aveys  de  poner  segund  que  en 
vn  memorial  e  yustrugiou  que  yo  vos  daré  para  lo  susodicho  se  couterna 
vna  my  muía  pardilla  que  yo  tengo  ensyllada  e  enfrenada  e  mas  qua- 
renta  ducados  de  (oro  para  que  la  dicha  muía  e  los  dichos  quareuta 
ducados  de  oro  lo  ayais  todo  el  dicho  alonso  de  noya  para  vos  como  pro- 
I)ia  cosa  vuestra  i)or  Razón  del  diclio  vuestro  tributo  e  costas  los  quales 
dichos  quarenta  ducados  de  (oro  yo  quiero  e  he  por  bien  e  mando  a 
Yn°  de  oñate  platero  vecino  desta  gibdad  de  seuilla  que)  vos  los  de  e 
pague  luego  como  vos  el  dicho  alonso  de  noya  vinierdes  a  esta  (desta) 
C'ibdad  de  seuilla  e  que  vos  los  de  para  la  dicha  negociación  e  que  los  di- 
chos quarenta  ducados  de  (oro  sean  los  que  a  el  le  sobran  en  su  poder 
sacados  los  seysgientos  ducados  que  yo  tengo  dexados  e  mandados 
para  vna  my  capellanía  que  tengo  dotada  e  mandada  en  my  testamento 
que  fize  e  otorgue  ante  miguel  sygura  escriuano  publico  de  seuilla  e  que 
ansi  dando  vos  los  dichos  quarenta  ducados  de  (oro  como  dicho  es 
mando  que  le  sean  Rebebidos  en  cuenta  al  dicho  Yn°  dónate  délos  pesos 
de  (oro  que  en  su  poder  tiene  mios  e  mando  e  quyero  que  no  se  entienda 
perjudicar  ni  estorvar  en  cosa  alguna  la  data  de  los  dichos  quareuta 
ducados  de  (oro  quel  dicho  Yn°  dónate  vos  ha  de  dar  como  dicho  es//  de- 
zid  que  vos  el  dicho  alonso  de  noya  (yo)  me  deve  ques  yinquenta  duca- 
dos de  (oro  quen  my  testamento  tengo  declarados  porque  aquellos  los 
ha  de  cobrar  el  dicho  Yn°  dónate  de  vos  el  dicho  alonso  de  no  (ya)  noya 
al  tienpo  que  los  aveys  de  pagar  para  cunplir  lo  que  yo  tengo  declarado 
en  my  testamento  e  que  ansi  Rdos.  los  dichos  quarenta  ducados  de  (oro 
e  la  dicha  muía  seays  (obligado  vos  el  dicho  alonso  de  Noya  a  yr  a  fager 
luego  la  dicha  negociación  a  (de)  la  corte  de  su  alteza  e  de  poner  en  eUa 
toda  la  diligencia  que  convenga  e  sino  quysierdes  vos  el  dicho  alón  (roto) 
so  noya  abcetar  de  yr  a  facer  lo  susodicho  quyero  que  non  vo  (roto) 
sean  dadas  nin  pagados  los  dichos  quarenta  ducados  de  (oro  ny  la  dicha 


—  52  — 

milla  e  (otorgo  e  me  (obligo  de  tener  e  conplir  todo  lo  aqiii  contenydo  e 
cada  vna  cosa  dello  en  tiempo  alguno  nin  por  alguna  manera  e  si  contra 
ello  fuere  (o  vinyere  (e  lo  no  cunpliere  como  dicho  es  que  yo  que  vos 
de  e  pague  e  peche  ginquenta  mili  mrs.  por  pena  e  por  postura  e  por 
pura  promisión  e  (so  legua)  estipulación  e  convenengia  valedera  e  so- 
segada que  con  vos  el  dicho  alonso  de  noya  mi  primo  fago  e  pongo  con 
todas  las  costas  e  minsiones  e  dapños  e  menoscabos  que  (con)  vos  (o 
(otro  por  vos  fizierdes  e  Regibierdes  e  se  vos  Recrecieren  sobrestá  Razón 
e  la  dicha  pena  pagada  (o  non  pagada  que  todo  quanto  ensta  carta  dize 
e  cada  vna  cosa  dello  vala  e  sera  firme  estable  e  valedero  en  todo  e  por 
todo  segund  que  aquy  se  contiene  e  demás  desto  sy  lo  yo  ansy  non  pa- 
gare e  cunpliere  como  dicho  es  por  esta  carta  do  e  (otorgo  libre  e  lle- 
nero e  cuuplido  poder  (a  qualquyer  alcalde  (o  juez  (o  alguazil  (o  ballest" 
(o  portero  an  e)  a  qualesquyer  alcaldes  e  juezes  e  justigias  de  qualquyer 
fuero  e  jurisdigion  que  sean  ante  quyeu  esta  carta  fuere  mostrada  e 
della  e  de  loeulla  qd.°  fuere  pedido  e  demandado  conplimy"  e  exesecu- 
gion  para  que  por  todos  los  Rem°s  e  fuerzas  del  derecho  me  costringaii 
e  apremyen  a  lo  ansy  pagar  e  thener  e  guardar  e  conplir  como  dicho 
es  esecaümdo  my  persona  e  bienes  por  todo  lo  aquy  contenido  e  por  la 
dicha  pena  ecostas  si  en  ella  cayere  queriendo  vos  yr  (yo)  a  conplir  lo 
aquy  cotenydo  sobre  lo  qual  Renuncio  toda  apelagion  algada  e  visüi  e 
suplicación  e  agravio  e  nulidad  lo  qual  quyero  que  me  non  vala  ensta 
Razón  en  jui°  nin  fuera  del  en  tienpo  alguno  nin  por  alguna  manera  e 
para  lo  ansy  thener  e  guardar  e  conplir  como  dicho  es  (oblygo  a  my  per- 
sona e  bienes  avydos  e  por  aver  fecha  la  carta  en  seuilla  estando  en  las 
casas  de  la  morada  de  alonso  de  noya  lunes  veynte  (roto)  seys  dias  del 
mes  de  Junio  año  del  nascimiento  de  nuestro  Saluador  Chuxpo  de  mili 
e  quinyentos  e  catorce  años  e  por  que  no  (supo)  pudo  firmar  (de)  con  su 
flaqueza  e  enfermedad  firmaron  por  el  los  testigos  desta  carta  testigos 
que  fueron  presentes  p°  fernades  e  x°ual  dias  e  alonso  guerrero. — p°  fer- 
nandes  escriuano  de  seuilla. — xp^ual  dias  escriuano  de  seuilla. —  (am- 
bos con  sus  rúbricas). 


22 


(Año  de  1514.— Agosto  19,  Valladolid). — Real  cédula  á  las  Autoridades  y  vecinos  de 
Santa  María  la  Antigua  del  Darien  manifestándoles  que  serán  remunerados  por 
sus  servicios  y  que  se  concederán  mercedes  á  Vasco  Núñez. — (A.  de  I.,  109-1-5). 


El  Rey. — Alcaldes  Regidores  e  omes  buenos  de  la  villa  de  Santa  Ma- 
ría del  antigua  del  darien  Vy  vuestra  letra  de  doze  de  Margo  de  este 


—  53  — 

presente  año  y  la  letra  que  clezis  que  me  escreuistes  cou  Sebastian  d(i 
Canpo  lie  recibido  e  asy  mesmo  lo  que  me  enbiastes  a  suplicar  con  vues- 
tros procuradores  Rodrigo  de  Colmenares  e  Juan  de  Quiucedo  ya  de- 
fuuto  lo  qual  yo  mande  despachar  e  hize  a  esa  Villa  las  mercedes  que 
avreis  visto  e  asy  tengo  voluntad  degelas  hazed  y  que  los  que  aveys 
trauajado  cou  la  obligación  y  en  lo  del  descobrir  con  Vasco  Nuñez  de 
Valuó  seays  remunerados  e  gratificados  e  regibais  por  ello  mercedes, 
y  en  lo  que  dezis  de  lo  mucho  que  nos  ha  seruido  Vasco  Nuñez  y  de  la 
abylidad  que  tiene  para  seruir  en  esas  partes  mas  que  otra  ninguna 
persona,  Yo  tengo  por  gierto  quel  ha  seruido  bien  y  que  tiene  la  volun- 
tad que  dezis  e  asy  lo  fauorecere  e  fare  mercedes  y  en  lo  de  la  gouerna- 
cion  desa  tierra  ya  quando  esta  recibieredes  avra  llegado  alia  pedrarias 
dauila  que  enbyamos  por  nuestro  Capitán  general  y  gouernador  desas 
partes  tenedle  por  tal  y  obedecedle  como  a  nuestra  persona  porque  de 
aquello  sea  yo  seruido  y  en  las  cosas  que  os  ocurriese  e  que  ouiesedes 
menester  requerirle,  que  yo  le  enbyo  a  mandar  que  en  todo  os  fauorezca 
y  trate  como  vuestros  seruicios  merecen  en  lo  demás  que  escreuis  porcpuí 
venido  Arbolancha  aquien  esperamos  para  despachar  las  cosas  de  ay  res- 
pondere  y  mandare  proueer  lo  que  convenga.  De  Valladolid  a  XIX  dias  del 
mes  de  Agosto  de  quinientos  y  catorze  años. — Yo  el  Rey. — Refrendada 
del  Secretario  Conchillos. — Señalada  del  Obispo  de  Burgos. 


23 

(Año  de  1514.— Agosto  19,  Valladolid).— El  Rey  comunica  á  Pedrarias  Dávila  que 
iba  de  camino  para  Castilla  del  Oro  el  descubrimiento  de  la  mar  del  Sur  por 
Vasco  Núñez  de  Balboa  y  le  da  instrucciones  para  poblar  }'  seguir  los  descu- 
brimientos.—fyl,  de  1.,  109-1-5). 

El  Rey. — Pedrarias  de  Avila  nuestro  governador  e  Capitán  general 
de  Castilla  del  oro  vi  vuestra  letra  fecha  del  puerto  de  la  Gomera  a 
VII  de  mayo  pasado  con  que  folgue  en  saber  que  Vos  con  doña  Ysabel 
vuestra  muger  y  con  toda  el  Armada  aviades  llegado  alli  en  salvamento 
y  como  ya  os  haziades  a  la  vela/  espero  en  nuestro  Señor  que  quando 
esta  se  escribe  esteys  arribados  a  Castilla  del  Oro  con  mucha  salud  y 
avreys  ávido  tan  buen  viaje  como  todos  deseamos  de  ay  adelante  syeni- 
pre  estare  en  cuydado  hasta  saber  de  vuestra  buena  llegada/  especial 
después  que  vinieron  vnas  letras  de  Vasco  Nuñes  de  Valboa  que  por  nos 
tenia  cargo  de  la  Capitanía  y  governacion  de  esa  provingia  de  Nuestra 
Señora  del  Darien  nos  escriue  en  que  nos  haze  saber  lo  que  ha  descu- 
bierto en  tierra  nueva  a  la  parte  de  la  mar  del  Sur  de  que  damos  mu- 


—  54  - 

chas  gracias  a  nuestro  Señor  que  paresge  que  milagrosamente  nos  quiere 
hazer  merced  de  nos  dar  en  nuestro  tienpo  cosas  que  tan  encubiertas  y 
perdidas  estavan/  y  de  donde  espero  que  ha  de  ser  muy  seruido  e  nues- 
tra Santa  fee  Católica  ensalcada  e  avmentada,  avreys  llegado  al  mejor 
tienpo  del  mundo  porque  con  aver  comentado  Vasco  Nuñes  a  descubrir 
lo  que  hallo  e  la  ynformacion  que  alia  podreys  saver  desas  partes  po- 
dreys  muy  bien  proueer  todo  lo  que  convenga  y  avn  que  no  he  Visto 
toda  la  relación  que  Vasco  Nuñes  nos  enbia  con  las  muestras  que  traen 
de  lo  que  se  halló/  porque  la  dilagion  podria  traer  algún  ynconviniente 
y  con  brevedad  se  provea  en  todo  lo  que  enbió  entretanto  que  lo  demás 
llega.  Lo  que  me  paresge  que  alia  se  deue  hazer  es/  alia  avreis  sabido 
como  Vasco  nuñez  llego  hasta  descobrir  la  mar  del  Sur/  sera  bien  que 
por  la  mas  corta  parte  y  menos  fraguosa  y  que  mejor  sea  probeyda  y 
bastecida  se  hagan  desde  la  villa  de  nuestra  Señora  Santa  marya  del 
Darien  hasta  la  dicha  mar  del  Sur  tres  o  quatro  Asyentos  en  las  partes 
que  i)ares5iere  mas  probechosas  en  el  golfo  de  Vrava  para  atrauesar  y 
ollar  la  tierra  de  la  vna  parte  a  la  otra  y  donde  con  menos  diñcultad 
la  gente  pueda  andar  y  en  los  lugares  que  paresgiere  que  son  mas  sanos 
y  tengan  buenas  aguas  y  asientos  conforme  a  la  ynstrucgion  que  lle- 
vastes  y  el  asyento  que  se  ouiere  de  haser  en  el  golfo  de  Sant  miguel 
en  la  mar  del  Sur  deve  ser  en  el  puerto  que  mejor  se  hallare  y  mas  con- 
venible para  la  contratación  de  aquel  golfo  y  porque  según  lo  que  Vasco 
Nuñez  escriue  serian  muy  necesarios  que  ally  aya  algunos  navios  asy 
para  descobrir  las  cosas  del  golfo  y  de  la  comarca  del  como  para  la 
contratación  de  rescates  y  de  las  otras  cosas  nesgesarias  al  buen  prouey- 
miento  de  aquello  y  para  questos  navios  aprouechen  es  menester  que  se 
hagan  alia  Yo  vos  mando  que  si  con  vos  llevastes  maestros  que  los  sepan 
hacer  deys  orden  como  en  el  Asiento  que  se  hiziere  en  el  dicho  Golfo 
se  hagan  luego  tres  o  cuatro  caravelas  al  modo  del  Andaluzia  las  dos 
y  las  otras  dos  pequeñas  latynas  como  las  de  Portugal  de  hasta  onze 
o  doze  toneladas  y  puesto  que  tengo  por  gierto  que  con  vos  llevastes 
maestros  para  haser  los  dichos  navios  por  que  en  la  prouisyon  desto  va 
mucho  enbyo  a  mandar  a  los  nuestros  oñgiales  de  la  Casa  de  la  contra- 
tación de  las  yndias  que  resyden  en  Seuilla  que  luego  os  enbien  los  ofi- 
ciales y  materiales  que  fueren  menester  para  hazer  los  dichos  Navios 
por  que  en  esto  no  aya  dilación  ni  se  pierda  tienpo  por  que  ynporta 
mucho  hazerse  con  brevedad  los  dichos  Navios  asy  para  que  siman  en 
lo  susodicho  como  para  que  por  aquella  parte  en  breue  tienpo  se  descu- 
bra todo  lo  que  se  pudiere  descobrir  y  esto  del  descobrir  deveys  enco- 
mendar a  personas  discretas  y  que  sepan  dello,  tales  oue  se  les  deva  con- 
fiar y  que  entiendan  en  ello  con  toda  diligencia  y  linpieza  que  por  ver 
quanto  esto  conbiene  que  se  prouen.  Vna  de  las  causas  por  que  con  bre- 
vedad mando  despachar  las  dos  Caravelas  que  van  con  bastimentos  con 


—  55  — 

quien  enbyo  la  presente  es  después  de  querer  saber  de  vuestra  llegada 
y  de  lo  que  en  el  Viaje  os  ha  subgedido  y  de  proueros  de  bastimentos 
por  que  se  puedan  luego  hazer  los  dichos  Nabios  por  esto  por  ser  serui- 
9Í0  mió  que  entendays  luego  como  esta  recibieredes  en  ello  con  mucha 
prontitud. 

Ame  parecido  muy  bien  la  manera  que  Vasco  Nuñez  tubo  en  el  tratar 
los  Caziques  e  yndios  que  hallo  de  fazerlos  de  pazes  por  ser  como  fue 
con  tanta  tenplanza  y  dulzura  y  dexar  los  Caziques  Pacíficos  que  fue 
muy  mejor  esso  que  no  fazerlo  por  riguridad  ni  fuerza  y  seré  muy 
seruido  que  vos  proueais  y  tengáis  mucho  cuidado  para  que  con  toda 
pacificación  e  por  bien  e  paz  e  con  muy  buen  tratamiento  sean  atraidos 
los  yndios  a  nuestro  servicio  y  que  se  escuse  todo  rigor  y  fuerza  y  los 
daños  que  la  gente  acostumbra  hazer  porque  sera  dañar  mucho  a  su 
Converssion  y  que  sienpre  anden  alterados  y  con  boluntad  no  bengan 
ni  estén  a  nuestro  seruÍQÍo  y  sera  causa  que  tomen  mala  opinión  a  los 
Cristianos  y  nunca  ternan  boluntad  para  convertirse  y  porque  como 
sanéis  la  gente  es  mas  ynclinada  a  aprouecharse  como  quiera  que  pueda, 
que  no  a  la  conseruagion  de  las  cosas  del  seruigio  de  nuestro  Señor  y 
nuestro  como  es  este  y  por  poco  prouecho  podría  hacer  mucho  escán- 
dalo de  que  viniese  mucho  daño  e  ynconueniente  parí?  lo  de  alia  deveis 
de  tenr  especial  cuidado  en  castigar  con  todo  rigor  f/ualquiera  persona 
que  fuere  causa  de  algún  atreuimiento  quanto  a  lo  susodicho  y  les  deis 
tal  pena  que  a  ellos  se  castigo  y  a  otros  exemplo  y  ".os  yndios  conozcan 
que  se  les  da  por  aquella  causa  y  ellos  estén  sosegadf  s  y  no  tengan  temor 
para  los  de  adelante  que  todo  sera  bien  menester  según  la  calidad  de 
alguna  de  la  gente  que  con  vos  passo  que  fue  de  los  soldados  que  an 
estado  en  Italia  que  como  vos  sanéis  son  vsados  a  muy  malos  vicios  y 
malas  costumbres  y  con  esto  abra  algún  trauajo  pero  aueis  de  tomar 
para  remediarlo  pues  saueis  quanto  conuiene. 

Asy  mesmo  aveys  de  tener  mucho  respeto  a  la  conversyon  de  la 
gente  e  a  que  se  enpleen  en  esto  las  personas  eclesiastycas  para  que  con 
el  buen  cuydado  e  diligencia  destos  e  con  el  buen  tratamiento  que  hagan 
los  legos  sean  los  yndios  tratados  de  manera  que  no  se  escandalizen  los 
cristianos  e  sy  en  esto  o  en  el  seruicio  de  las  Yglesias  e  oficios  diuinos 
ouiere  algún  defecto  terneys  cuydado  de  me  avisar  para  que  de  acá  se 
prouea  y  remedie  todo  lo  que  paresciere  que  convenga  y  vos  debeys  syen- 
pre  tratar  muy  bien  y  honrrar  al  Obispo  y  a  las  otras  personas  ecle- 
syasticas  que  alia  ouiere  guardando  vuestras  preheminencias  de  gouer- 
nador  y  Capitán  general  de  manera  que  todos  conozcan  que  entre  voso- 
tros ay  mucha  conformidad  en  todas  cosas  porque  sera  de  mucho  fruto 
asy  para  la  gente  que  de  acá  va  como  para  los  que  alia  están. 

Porque  como  sabeys  a  las  tierras  que  nuevamente  se  descubren  syen- 
pre  avemos  mandado  ponerles  nonbres,  my  voluntad  es  que  lo  que  des- 


—  56   - 

cobryo  el  dicho  Vasco  Nuñez  en  Castilla  del  Oro  se  llame  desde  algunas 
bertientes  de  las  syerras  y  montañas  questan  en  la  costa  de  Veragua 
adelante  liazia  la  mar  del  Sur  tierra  nueva  a  la  parte  del  mar  Sur/  asy 
vos  mando  que  alia  se  nonbre  e  desde  las  dichas  partes  la  faced  señalar 
e  amojonar  e  fazed  saber  a  todos  como  nuestra  voluntad  es  que  asy  se 
nonbre  e  asy  la  nonbrad  e  llamad  de  aquy  adelante. 

Vasco  nuñez  me  escriuio  como  tornaba  a  descubrir  lo  que  mas  pudiese 
por  aquellas  partes  avisarmeys  de  lo  que  le  ha  subgedido  en  este  se- 
gundo viaje  y  de  lo  que  de  nuevo  se  supiere  que  vos  aveys  de  tener  mucho 
cuydado  de  procurar  y  saber  y  descobryr  todas  las  cosas  de  aquella 
tierra  y  de  la  mar  del  Sur  por  que  quanto  mas  en  breue  tienpo  se  su- 
piere sera  muy  mayor  bien  y  por  que  por  la  relación  y  ñgura  de  lo  des- 
cubierto que  acá  enbyo  Vasco  nuñez  no  se  puede  byen  entender  ni  con- 
prehender  lo  que  asy  se  haUo  y  decobrio  deveys  prouer  que  se  hagan  las 
figuras  de  manera  que  los  nonbres  deUas  conformen  con  la  relagion  y 
que  por  lo  vnos  y  por  los  otros  se  pueda  entender  y  que  todo  sea  vno 
y  tanbyen  trayga  sus  runbos  con  la  costa  que  antes  estaua  descobierta/ 
y  deveys  mandad  de  nuestra  parte  espresamente  y  solas  penas  que  os 
paresgiere  que  nynguno  sea  osado  de  mudar  ni  muden  los  nonbres  de  lo 
descobierto  hasta  agora  en  la  costa  Uraba  y  Veragua  syno  que  los  mis- 
mos nonbres  que  les  pusieron  los  descobridores  aquellos  mismos  tengan 
y  asy  se  Uamen  y  no  de  otra  manera  y  que  tanbyen  en  esta  otra  parte 
de  la  mar  del  Sur  se  les  pongan  los  mismos  nonbres  que  primero  les  pu- 
sj'eron  porque  a  causa  que  en  lo  que  agora  descobrieron  pornian  en  vna 
parte  los  nonbres  de  los  Caciques  y  en  otra  el  de  las  tierras  no  se  puede 
entender. 

Por  que  según  Vasco  Nuñez  escriue  aUa  ay  necesidad  de  bastimentos 
por  no  se  aver  podido  aprovechar  de  los  de  la  tierra  deveys  poner  muy 
gran  cuidado  en  que  aya  mucha  guarda  en  los  bastimentos  que  llevas- 
teis de  respecto  que  se  gasten  con  toda  borden  porque  con  aquellos  y 
con  los  que  de  acá  fueren  se  ha  de  suplir  la  nesgesidad  asta  que  pla- 
ziendo  a  Dios  aya  probecho  de  los  de  la  tierra. 

Basco  Nuñez  como  haUa  abréis  sauido  nos  a  seruido  muy  bien  asi  en 
lo  que  a  descubierto  como  en  todo  lo  demás  que  aUa  se  a  ofrecido  y  yo 
le  tengo  por  muy  buen  seruidor  y  mucha  voluntad  de  la  fauorecer  y 
hazer  merced  como  es  razón  y  sus  seruicios  lo  merezen  por  ende  yo  vos 
mando  y  encargo  que  vos  le  tratéis  muy  bien  y  le  fauorezcais  y  en 
todo  la  que  lo  tocare  y  asi  en  lo  que  hubieredes  de  proueer  sera  bien  le 
deis  parte  y  se  lo  comuniquéis  porque  por  la  mucha  experiencia  que 
deUo  aUa  tiene  y  con  la  voluntad  que  nos  sirue  no  puede  dexar  de  acer- 
tar en  todo  y  a  vos  os  aprouechara  y  a  mi  me  fareis  mucho  plazer  e 
seruicio. 

Tanbien  os  encomiendo  a  todos  los  que  con  el  se  han  hallado  en  los 


—  57  — 

caminos  que  han  hecho  en  nuestro  seruicio  qne  quien  tantos  trauajos  ha 
pasado  razón  es  que  sean  remunerados  j  gratyficados  en  todo  lo  que 
ouiere  lugar  y  de  todo  esto  os  torno  a  encargar  tengáis  muncho  cuydado 
de  manera  que  en  vuestra  obra  vean  la  voluntad  que  yo  tengo  de  los 
favoresger  y  facer  mercedes. 

Con  la  presente  bos  envió  traslado  de  ciertos  capítulos  de  vna  carta 
quel  dicho  basco  nuñez  me  escriuio  que  ban  señalados  de  Lope  de  Con- 
chillos mi  secretario,  ved  todo  aquello  e  ynformaos  mas  largamente  del 
dicho  vasco  nuñez  y  de  las  otras  personas  que  vieredes  que  conuenga. 
Y  probed  en  ello  lo  que  paresgiere  que  mas  cunpla  y  en  lo  que  ally 
dize  de  los  yndios  de  Caribana  y  de  la  culata  del  golfo  de  Uraba  ávida 
vuestra  ynformagion  proceded  contra  ellos  de  terminando  el  negocio 
con  aquerdo  de  letrados  conforme  a  la  ynstrugion  que  lleva stes  y  a  la 
determinaQion  que  acá  hizieron  los  letrados  de  manera  que  yo  quede  syn 
cargo  de  congiengia  pues  que  con  remitirlo  a  que  lo  hagáis  conforme  a 
aquello  yo  descargo. 

Por  una  letra  que  me  escriuen  los  oficiales  que  tenemos  en  la  ysla 
española  paresge  que  entre  otras  cosas  que  enbyan  para  la  provysion  de 
Castilla  del  oro  van  quinientas  bateas  para  sacar  oro  aveys  de  tener 
cuydado  en  mandar  que  con  ellas  se  saque  oro  para  nos  e  syno  siuieren 
en  esto  miréis  que  se  tome  asyento  con  los  que  labraren  con  las  dichas 
bateas  que  demás  del  quinto  que  nos  son  obligados  a  dar  den  la  parte 
que  os  paresgiere  por  las  dichas  bateas. 

De  todas  las  otras  cosas  que  tocan  a  nuestra  hazienda  y  seruigio  vos 
encargo  tengáis  el  cuydado  que  yo  de  vos  espero  pues  desde  acá  no  se 
os  puede  mandar  t<^n  particularmente  lo  que  alia  se  ha  de  hacer  y  siem- 
pre me  escreuid  muy  largo  de  todas  las  cosas  de  alia  porque  como  son 
nuevas  para  entenderse  es  menester  larga  razón  benido  Arbolancha  que 
espero  cada  dia/  os  escriuire  lo  que  mas  ouiere  que  dezir  de  Valladolid 
a  XIX  dias  de  agosto  de  quinientos  e  catorze  años.— Yo  el  Key.— Refren- 
dada del  secretario  ConchiUos  señalada  del  Obispo  de  Burgos. 


24 

(Año  de  1514.  -  Agosto  19,  Valladolid).  -  El  Rey  acusa  recibo  á  Vasco  Núñez  de  las 
cartas  en  que  le  comunicaba  el  descubrimiento  de  la  mar  del  Sur  y  le  ofrece 
mercedes.— f .4.  de  1.,  lib.  de  Tierra  firme,  año  1513,  fol,  168). 

Basco  nuñez  de  balboa  Miguel  de  pasamonte  nuestro  tessorero  gene- 
ral de  las  yndias  me  enuio  dos  treslados  de  vnas  letras  buestras  que  le 
ynuiastes  que  decis  que  son  como  las  que  me  escriuis  fechas  de  doce  de 


—  58  — 

margo  deste  prei>ente  año  que  trae  arbolaneha  y  el  diclio  tesorero  me 
escriue  lo  demás  que  vos  a  el  le  escriuis  y  suplicándonos  por  lo  que  os 
tocare,  y  porque  arbolaneha  avn  no  es  Uegado  y  espero  a  su  venida  para 
mandar  proueer  en  todo  lo  de  aUa  y  en  lo  que  a  vos  os  toca  esta  sola- 
mente sera  para  deciros  lo  mucho  que  e  olgado  de  ver  buestras  cartas  y 
en  sauer  las  cosas  que  aueis  descubierto  en  esas  partes  de  tierra  nueva 
de  la  mar  del  sur  y  del  Golfo  de  san  niiguel,  de  que  doi  muchas  gracias 
a  nuestra  señor  y  asi  espero  que  sera  todo  para  su  seruicio,  a  bos  os 
agradezco  y  tengo  mucho  en  seruicio  lo  que  en  ello  aveis  trauajado  y  fe- 
cho que  a  sido  como  de  muy  cierto  y  berdadero  seruidor  y  ümbien  tengo 
en  seruicio  a  todos  los  que  cou  bos  fueron  aquel  biaje  los  trauajos  e  ne- 
cesidades de  hanbres  y  dolencias  que  con  ellos  pasastes  y  pues  a  sido  en 
tanto  seruicio  de  dios  y  nuestro  y  bien  y  vtilidad  destos  Reynos  tened  es- 
peranza que  a  bos  y  a  ellos  a  de  ser  bien  gratificado  y  remunerado  y  que 
yo  siempre  abre  respeto  a  buestros  seruicios  y  suyos  para  que  reciñáis 
las  mergedes  y  en  lo  que  a  vos  toca  yo  lo  haré  delmanera  que  bos  seáis 
onrrado  y  buestro  seruicios  se  gratifiquen,  que  porcierto  yo  tengo  bien 
conocido  que  en  todo  lo  que  abéis  entendido  lo  aueis  hecho  muy  bien  y 
ame  parecido  bien  la  manera  conque  en  aquel  camino  tratastes  los  cazi- 
ques  e  indios  de  aquellas  prouincias,  porque  aquel  buen  tratamiento  y 
dulzura  y  dejarlos  de  paz  sera  causa  para  qve  alli  y  en  todas  i^artes  se 
haga  lo  que  a  nuestro  seruicio  cunple,  quando  buestras  letras  Uegaron 
ya  Pedrarias  era  partido  con  el  armada  que  mandamos  fazer  para  esa 
tierra  de  CastiUa  del  oro  de  que  el  ba  por  nuestro  capitán  general  y  go- 
bernador deUa,  agora  le  escriño  que  mire  mucho  jjor  buestras  cosas  y 
os  fauorezca  y  trate  como  a  persona  a  quien  yo  tengo  tanta  voluntad 
de  fazer  merced  y  tanuien  me  a  seruido  y  sime  y  tengo  por  cierto  que 
el  asi  lo  hará,  bos  por  mi  seruicio  entanto  que  bos  enuio  a  mandar  en  lo 
que  me  aueis  de  servir  nue  sera  presto,  placiendo  a  dios,  ayudadle  y 
aconsejadle  en  todo  lo  que  hubiere  de  hazer,  con  la  buena  voluntad  f; 
manera  que  hasta  aqui  lo  aveis  fecho  y  como  yo  de  vos  lo  espero  y  avn- 
quel  no  pregunte  todas  las  cosas  bos  tened  cuidado  de  le  anisar  y  acon- 
sejar lo  que  bieredes  que  conuiniere  que  el  haga,  y  en  lo  de  la  fortaleza 
y  de  las  otras  cosas  que  os  pareciere  que  aUa  se  deben  fazer  e  proueer  y 
en  lo  de  los  carriles  que  higistes  que  os  tengo  en  mucho  seruigio,  comu- 
nicadlo  con  Pedrarias  porque  yo  le  escriño  sobre  eUo  para  que  aUa  se 
haga  lo  que  pareciese  que  mas  cumple  y  porque  breuemente  mandare  des- 
pachar lo  demás  con  lo  que  a  bos  toca  para  entonces  quedare  lo  que  en 
esta  se  dejara  de  degir. — De  VaUadolid  a  19  de  Agosto  de  1514  años. — 
Yo  el  Rey. — Refrendada  del  Secretario  ConchiUos. — Señalada  del  Obispo 
de  Burgos. 


—  59 


26 

(Año  de  15U.— Septiembre  23,  Valladolid). — Real  cédula  á  los  vecinos  de  las  pro- 
vincias de  Panamá  y  Coiba  participándoles  haber  nombrado  Gobernador  de 
ellas  á  Vasco  Núñez  de  Balboa.— T-á.  de  1.,  109-1-5). 

D.*"  Jiiauíi  etc.  — A  vos  los  con(^ejos  Justicias  regidores  caballeros  escu- 
deros oficiales  e  ornes  buenos  de  las  ^ibdades  e  villas  e  logares  que  al  pre- 
sente ay  e  se  poblaren  de  aqui  adelante  en  las  prouingias  de  panamá  y  Coy- 
ba  que  son  en  la  tierra  nueva  aguas  vertientes  de  la  mar  del  Sur  que  es 
desde  lo  alto  de  las  montañas  y  sierras  que  responden  a  la  parte  del  norte 
sobre  la  costa  de  Veragua  y  de  las  aguas  vertientes  de  las  dichas  montañas 
y  sierras  hazia  la  mar  del  Sur  e  a  cada  uno  de  vos:  Salud  e  gragia  Sepades 
que  nos  entendiendo  ser  cunplidero  a  servicio  de  Dios  nuestro  e  a  la  exe- 
cuQion  déla  nuestra  justicia  e  a  la  paz  y  sosiego  y  buena  gonernagion  desas 
dichas  prouingias  nuestra  merced  e  voluntad  es  que  Vasco  Nuñez  de  Valboa 
nuestro  adelantado  de  la  dicha  costa  del  Sur  tenga  por  nos  la  gonernagion 
y  oficio  de  juzgado  desas  dichas  prouincias,  quel  descubrió  por  todo  el 
tiempo  que  nuestra  merced  e  voluntad  sea  con  los  oficios  de  justicia  eju- 
risdicion  civil  e  criminal  alcaldías  e  alguaciladgos  dellas,  Por  ende  vos 
mando  a  todos  e  a  cada  vno  de  vos  que  luego  que  veades  esta  nuestra 
carta  syn  dar  larga  ni  tardanza  alguna  e  syn  nos  mas  escrivir  ni  con- 
sultad ni  esperar  otra  nuestra  carta  ni  mandar  ni  segunda  ni  tercera 
Instrucyon  recibades  al  dicho  Vasco  nuñez  de  balboa  el  juramento  e  so- 
lenidad  que  en  este  caso  se  a  costunbra  suso  el  qual  por  el  fecho  lo  re- 
cibays  por  nuestro  juez  e  gobernador  desas  dichas  prouingias  quel  des- 
cubrió e  le  dexeys  e  consyntays  libremente  usar  y  exerced  el  dicho  oficio 
de  governagion  e  conplir  y  executar  la  nuestra  Justicia  en  esas  dichas 
prouingias  y  en  cada  una  dellas  por  sy  e  por  sus  oficiales  e  lugarthe- 
nientes  ques  nuestra  merced  que  en  los  dichos  oficios  de  alcaldías  e  al- 
guaciladgos e  otros  oficios  a  la  dicha  gouernagion  anexos,  pueda  poner 
los  quales  pueda  quitar  e  admover  cada  e  quando  viere  que  a  nuestro 
seruigio  y  execugion  de  la  nuestra  justicia  cunple  e  poned  e  subrrogar 
otros  en  su  lugar  e  oyr  e  librar  e  de  terminar  todos  los  pleitos  e  cavsas 
asy  ciuiles  como  criminales  que  en  las  dichas  prouingias  ouiere  de  que- 
dar quantos  por  nos  el  oficio  touieren  y  puedan  Ueuar  y  Ueven  el  e  sus  al- 
caldes los  derechos  y  salarios  al  dicho  oficio  pertenegientes  e  facer  cuales- 
quier  pesquisas  en  los  casos  de  derecho  premisos  e  todas  las  otras  cosas 
al  dicho  oficio  pertenegientes  e  que  entienda  el  o  quien  su  poder  ouiere 
que  a  nuestro  servicio  e  a  la  esecucion  de  la  nuestra  Justicia  cunple  e 


—  60  — 

para  vsar  y  exerger  el  dicho  oficio  e  ciinplir  y  eseciitar  la  nuestra  jus- 
tigia  todos  vos  conformeys  con  el  con  vuestras  personas  e  gentes  y  le- 
deys  e  fagays  dar  todo  el  fauor  e  ayuda  que  vos  pidiere  e  menested 
Guira  e  ni  en  ello  ni  en  cosa  de  lo  quel  aga  ni  otro  alguno  le  no  pongades  ni 
consintades  poned  que  nos  por  la  presente  le  enbiamos  e  avernos  por  reci- 
bido al  dicho  oficio  e  al  vso  e  seruigio  del  e  le  damos  poder  cunplido  para 
lo  usar  y  exerger  e  cunplir  y  executar  la  nuestra  justicia  en  sus  dichas 
prouingias  e  en  cada  una  deltas  caso  que  por  vosotros  o  por  alguno  do 
vos  non  seays  recibido  por  esta  nuestra  carta  mandamos  a  qualquier 
persona  o  personas  que  tienen  la  vara  de  la  nuestra  justicia  e  de  todas 
las  dichas  prouingias  e  de  cada  vna  dellas  que  luego  que  por  el  dicho 
Vasco  nuñez  fueren  requeridos  ge  las  entreguen  e  no  vsaran  mas  dellas 
syn  nuestra  licencia  e  especial  mandado  so  las  penas  en  que  cahen  e 
yncurren  las  personas  privadas  que  vsan  de  oficios  públicos  para  que  no 
tienen  poder  ni  facultad  e  nos  por  la  presente  los  suspendemos  e  otrosy 
nuestra  merced  e  voluntad  es  que  sy  el  dicho  Vasco  nuñez  de  balboa  en- 
tendiere ser  cunplidero  a  nuestro  servicio  e  a  la  execucion  de  la  nues- 
tra justicia  el  que  las  personas  de  los  que  agora  están  o  estouieren  en 
las  dichas  provincias  salgan  dellas  e  que  no  entren  ni  estén  en  ellas  o 
que  se  vengan  a  presentar  ante  nos  quel  lo  pueda  mandar  de  nuestra 
parte  e  los  hagan  dellas  salir  a  los  quales  e  a  quien  el  lo  mandare  nos 
por  la  presente  mandamos  que  luego  sin  sobre  eUo  nos  escriuir  ni  con- 
sultad ni  esperar  otra  nuestra  carta  ni  mandamiento  e  syn  ynterponer 
dello  apellagion  ni  suplicación  lo  pongan  en  obra  según  que  lo  el  dixere 
e  mandare  solas  penas  que  les  pusyeredes  de  nuestra  parte  las  quales 
nos  por  la  presente  les  ponemos  e  avemos  por  puestas  e  les  damos  poder 
e  facultad  para  las  executar  en  los  que  remisos  e  ynobededientes  fueren 
para  lo  qual  todo  lo  que  dicho  es  e  para  vsar  y  exercer  el  dicho  oficio  e 
cunplir  y  executar  la  nuestra  justicia  en  esas  dichas  provincias  y  en 
cada  vna  dellas  le  damos  poder  cunplido  por  esta  nuestra  Carta  con 
todas  sus  yncidencias  e  dependencias  anexidades  e  conexidades  e  otro 
sy  mandamos  al  dicho  Vasco  Nuñez  de  balvoa  que  las  penas  pertene- 
cientes a  nuestra  Cámara  e  fisco  quel  e  sus  alcaldes  condenaren  e  las 
pusieren  para  la  dicha  nuestra  Cámara  las  execute  e  cobre  el  dicho 
nuestro  governador  por  ynventario  e  ante  escribano  publico  e  tenga  de- 
llas cuenta  e  razón  para  faser  dellas  lo  que  por  nos  le  fuere  mandado 
lo  qual  todo  lo  que  dicho  es  mando  que  asy  se  haga  e  cunpla  como  de 
suso  se  contiene  en  tanto  quel  dicho  Vasco  Nuñez  de  Balvoa  este  debaxo 
y  so  la  govemagion  de  Pedro  Arias  de  Avila  nuestro  lugar  theniente 
de  General  de  la  dicha  Castilla  del  Oro  e  mando  que  se  tome  la  razón 
desta  mi  Carta  en  la  Casa  de  la  Contratación  de  las  yndias  que  reside 
en  Seuilla  por  los  nuestros  Oficiales  della.  Dada  en  la  villa  de  VaUado- 
lid  a  XXIII  dias  del  mes  de  Setiembre  año  del  nascimiento  de  nuestro 


—  61  — 

Saluador  Jesucliristvo  de  mili  e  quinientos  e  catorce  años. — Yo  el  Rey.— 
yo  Lope  de  Concliillos  Secretario  de  la  Reyna  nuestra  Señora  la  fise 
escribir  por  mandado  del  rey  su  padre — Fonseca  arzobispo  obispo. 


'26 

(Año  de  1514.  —  Septiembre  2'd,  Valladolid). — Real  cédula  á  Pedrarias  Dávila  par- 
ticipándole haber  nombrado  Adelantado  de  la  mar  del  Sur  y  Gobernador  de  las 
provincias  de  Panamá  y  Ceiba  á  Vasco  Núñez  de  Balboa. — fA.  de  I.,  109-1-5). 

El  Rey. — Pedrarias  dauila  nuestro  lugarteniente  general  de  Castilla 
del  Oro  acatando  lo  que  Vasco  Nuñez  dauila  (así)  nos  ha  seruido  y  desea 
seruir  y  para  que  con  mejor  voluntad  trabaje  de  aqui  adelante  lo  que 
tocare  a  nuestro  seruicio  le  avernos  fecho  merced  que  sea  nuestro  Ade- 
lantado de  la  Costa  del  Sur  quel  descubrió  e  de  la  gouernagion  de  las 
pro-uingias  de  panamá  e  Coyba  y  porque  mi  voluntad  es  que  en  esas  partse 
todos  los  que  en  ella  resydieren  os  obedezcan  y  reconozcan  como  a  nues- 
tra persona  mande  poner  en  la  prouision  de  la  dicha  governagion  que 
sean  y  estén  a  vuestra  obediencia  e  gouernagion/  por  ende  yo  vos  mando 
y  encargo  que  asy  en  lo  que  tocare  al  dicho  oficio  como  en  todas  la.3 
otras  cosas  quel  dicho  Vasco  Nuñez  a  vos  ocurriere  le  trateys  y  fauo- 
rezcays  y  mireys  como  a  persona  que  tanbien  nos  ha  seruido  de  manera 
quel  conozca  en  vos  la  voluntad  que  yo  tengo  de  le  fauorecer  y  fasedes 
como  ya  os  tengo  escripto  y  pues  el  tiene  tambuena  abilidad  y  dispusi- 
cion  para  seruir  y  trauajar  las  cosas  de  alia  como  aveys  visto  debeys 
dar  toda  libertad  en  las  cosas  de  su  geueragion  para  que  por  venid  a 
consultar  las  cosas  con  vos  no  pierdan  tiempo  no  enbargante  que  yo  aya 
mandado  poner  en  su  prouision  que  ha  de  ser  debaxo  de  vuestra  gouerna- 
9Íon  que  en  mucho  mas  tendré  lo  que  poner  mano  deste  alia  se  hisiere  que 
sy  se  hiziese  por  qualquier  otra  persona  y  todo  lo  qual  hiziere  lo  tomare 
en  la  misma  cuenta  de  lo  que  vos  hizieredes  por  vuestra  persona  y  asi 
por  lo  que  a  esto  toca  como  para  las  otras  personas  que  nos  siruieren 
aprouechara  mucho  ver  el  buen  tratamiento  que  fazeys  al  dicho  Vasco 
Nuñez  y  con  esto  tt-ndran  mas  aparejada  voluntad  para  nos  seruir  y 
jjara  que  mejor  se  haga  embio  a  mandar  a  Alonso  de  la  puente  nuestro 
thesorero  quel  tenga  cargo  de  solicitar  las  cosas  que  tocaren  al  dicho 
Vasco  Nuñez  para  donde  vos  estuieredes  de  Valladolid  a  XXIII  dias  del 
mes  de  Setienbre  de  DXIIII  años.— Yo  el  Rey.— Refrendado  de  su  al- 
teza.— Lope  Conchillos. — Señalada  del  dicho  Obispo. 


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27 


(Año  de  1514.—  Septiembre  23,  Valladolid).—  Real  cédula  á  Alonso  de  la  Puente, 
Tesorero  de  Castilla  del  Oro,  participándole  haber  nombrado  Adelantado  de  la 
mar  del  Sur  3'  Gobernador  de  las  provincias  de  Panamá  y  Coiba  á  Vasco  Núñez 
de  Balboa.— (^ -4.  de  /.,  lib.  de  Tierra  firme,  año  1513). 

Alonso  de  la  Puente  nuestro  thessorero  de  CastiUa  de  Oro  acatando 
a  lo  que  basco  nuñez  de  balboa  nos  a  seruido  y  desea  seruir  y  para  que 
con  mejor  boluntad  sirua  de  aqui  adelante  y  otros  se  muevan  a  nos 
seruir  y  vista  su  abilidad  y  buena  maña  que  ha  tenido  en  las  cosas  de- 
sas  partes  en  especial  en  el  descubrir  en  la  mar  del  Sur  le  auemos  fecho 
merced  que  sea  nuestro  adelantado  de  la  dicha  costa  del  sur  que  el  des- 
cubrió y  de  la  goueruacion  de  las  prouincias  de  Panamá  y  Coiva  como 
veréis  por  las  prouisiones  que  sobre  eUo  mande  despachar  que  con  la 
presente  bos  euuio  y  porque  mi  voluntad  es  que  en  esas  partes  aya  vna 
sola  persona  que  tenga  nuestras  vezes  y  lugar  y  vna  caneza  para  que 
todos  sigan  lo  que  aquel  ordene  y  mandare  como  si  yo  en  persona  lo 
mandase,  mande  poner  en  la  dicha  prouincia  de  la  gobernación  que  sea 
debajo  de  Pedrarias  Dauila  nuestro  lugarteniente  general  de  la  dicha 
Castilla  del  Oro,  por  ende  dad  y  entregad  al  dicho  basco  Nuñez  las  pro- 
uisiones de  los  dichos  Oficios  y  habladle  de  nuestra  parte  que  aquello 
siga  y  la  voluntad  que  yo  tengo  de  le  fazer  merced  y  animándole  para 
que  en  lo  venidero  ponga  la  diligencia  y  cuidado  que  hasta  aqui  a  puesto 
en  lo  oue  a  tocado  a  nuestro  seruicio  y  mejor  si  mejor  pudiese  y  que  de 
todo  lo  que  biere  que  conviene  que  sea  anisado  el  dicho  Pedrarias  selo 
diga  e  comunique  pues  el  por  tener  noticias  de  las  cosas  desas  partes 
podra  dar  muchos  auisos  de  las  cosas  que  Pedrarias  y  los  que  de  acá 
con  el  fuisteis  no  podréis  sauer  y  demás  desto  le  decid  todo  aquello  que 
veáis  que  conbiene  de  manera  que  el  conozca  mi  boluntad,  y  vos  asi  en 
lo  que  tocare  a  los  dichos  oficios  como  en  las  otras  cosas  que  os  requiere 
las  enea-minad  y  guiad  con  la  boluntad  que  de  bos  confio  y  solicitareis 
al  dicho  Pedrarias  nuestro  lugarteniente  general  de  todo  lo  que  tocare 
al  dicho  Basco  Nuñez  y  procurareis  con  toda  diligencia  y  buen  cuidado 
como  mi  lugartiniente  general  fauorezca  y  trate  bien  al  dicho  basco  nu- 
ñez y  quel  dicho  basco  nuñez  se  contente  y  agrade  y  sirva  y  siga  al  dicho 
nuestro  lugartiniente  general  como  lo  haria  con  nuestra  misma  persona 
y  fazer  meis  siempre  sauer  de  sus  cosas  del  diclio  Basco  Nuñez  especial- 
mente deste  articulo  porque  yo  seria  muy  deseruido  de  lo  contrario  y  aU;i 
se  podria  recrecer  mucho  daño  dello. — En  VaUadolid  a  23  dias  del  meí? 
de  Setienbre  de  1514  años. 


63  — 


28 


(Año  de  1514. -Septiembre  23,  Valladolid).-El  Rey  comunica  á  los  Oficiales  Kea- 
les  de  Castilla  del  Oro  que  ha  nombrado  á  Vasco  Núñez  de  Balboa  Adelantado 
de  la  mar  del  Sur  y  Gobernador  de  las  provincias  de  Panamá  y  Ceiba. - 
(A.  de  i.,  lib.  de  Tierra  firme,  año  1513). 

Nuestros  Oficiales  de  CastiUa  del  Oro  acatando  a  lo  que  Vasco  nuñez 
de  balboa  nos  ha  seruido  y  desea  seruir  y  para  que  otros  biendo  la  mer- 
ced que  le  azemos  se  mueban  a  trauajar  y  a  nos  seruir  como  el  lo  a  fecho 
le  abemos  fecho  merced  que  sea  nuestro  adelantado  de  la  costa  del  Sur 
quel  descubrió  y  de  la  gouernacion  de  las  prouincias  de  Panamá  y  Coi  va 
y  porque  mi  voluntad  es  que  en  esas  partes  aya  vna  sola  persona  y  vna 
caneza  y  no  mas  para  que  todos  sigan  lo  que  aquel  ordenare  y  mandare 
como  si  yo  en  persona  lo  mandasse,  mande  poner  en  la  prouision  de  la 
gobernación  queste  debajo  de  Pedrarias  dauila  nuestro  lugarteniente 
general  de  la  dicha  Castilla  del  Oro.  Por  ende  yo  bos  mando  que  asi 
en  lo  que  tocare  al  dicho  oficio  como  a  los  demás  que  a  vosotros  ocu- 
rriere el  dicho  basco  Nuñez  lo  encaminéis  y  fauorezcais  como  a  cossa 
que  toca  a  nuestro  seruicio  de  manera  quel  conozca  en  bosotros  la  l)o- 
luntad  que  yo  tengo  de  le  fazer  merced  porque  mejor  despacho  aya  en 
las  cosas  y  negocios  que  el  dicho  Basco  Nuñez  tubiere  con  nuestro  lu- 
garteniente general  y  en  donde  el  estubiere  envió  a  mandar  a  vos  el  mi 
thessorero  tengáis  cargo  especial  de  sus  cosas  como  de  la  Cart<i  especial 
que  dello  escriño  bereis.— De  VaUadolid  a  23  del  de  mes  Setienvre  de 
1514.— Yo  el  Rey.— Por  mandado  de  Su  Alteza.— Lope  de  ConcliiUos.- - 
Signado  del  Obispo  de  Burgos. 


29 

(Año  de  1514. -Septiembre  23,  Valladolid).-Real  cédula  nombrando  á  Vasco  Nú- 
ñez de  Balboa  Adelantado  de  la  mar  del  Sur  y  Gobernador  de  las  provincias  de 
Panamá  y  Coiba.  —(A.  de  1.,  lib.  de  Tierra  firme,  año  1518). 

Basco  Nuñez  de  balboa  acatando  lo  que  nos  aueis  seruido  y  deseáis 
seruir  y  porque  con  mejor  boluntad  trauajeis  de  aqui  adelante  en  eUo 
os  abemos  fecho  merced  que  seáis  nuestro  adelantado  de  la  mar  del  Sur 
que  bos  descubristeis  e  de  la  gobernación  de  las  prouincias  de  Panamá 
y  Coiva  como  bereis  por  las  prouisiones  que  para  ello  maude  despachar 
pero  porqués  mi  boluntad  que  en  esas  partes  aya  vna  soal  persona  y 


—  64  — 

vna  cxibeza  y  no  mas  para  que  todos  sigan  y  hagan  loque  aquel  ordenare 
y  mandare  como  si  yo  en  persona  lo  mandase  mande  poner  en  la  dicha 
prouision  de  la  gobernación  que  sea  debajo  de  Pedrarias  Dauila  lugar- 
teniente general  dessa  tierra  de  Castilla  del  Oro  por  ende  yo  vos  mando 
que  en  todas  las  cosas  que  obieredes  de  fazer  e  prouer  asi  en  la  dicha 
gobernación  como  en  las  otras  cosas  que  os  ocurriere  las  comuniquéis 
y  fagáis  por  el  dicho  Pedrarias  y  como  bos  tengo  escrito  y  de  todo  Jo 
que  supieredes  en  essas  partes  le  ynformad  de  todo  y  haced  con  el  lo 
que  hariades  con  mi  misma  persona  para  lo  que  en  esto  cumple  a  nues- 
tro seruicio  y  porque  yo  enbio  a  mandar  a  Alonso  de  la  puente  nuestro 
thessorero  de  Castilla  del  Oro  que  bos  hable  de  mi  parte  sobre  lo  suso- 
dicho le  daréis  entera  fee  y  creencia.-— De  VaUadolid  a  23  dias  del  mes 
de  Setienbre  de  1514  años. — Yo  el  Rey. — Por  mandado  de  S.  A, — Lope 
de  ConchiUos. 


30 

(Año  de  1514. — Septiembre  23,  Valladolid).— Título  de  Adelantado  de  la  Costa  del 
mav  del  Sur  expedido  á  favor  de  Vasco  Núñez  de  Balboa.  —  (Publicado  por 
.J.  T.  Medina  en  El  descubrimiento  del  Océano  Pacifico,  t.  II). 

D.  Fernando  etc. — Por  hacer  bien  e  merced  a  vos  Vasco  Nuñez  de 
Balboa  acatando  los  muchos  e  buenos  e  leales  servicios  que  a  mi  e  a  la 
dicha  Reina  e  Princesa,  mi  hija  habéis  fecho,  en  especial  en  descubrir 
la  Mar  del  Sur,  que  es  en  Castilla  del  Oro,  en  las  Yndias  y  Tierra  Firme 
del  Mar  Océano,  y  en  todo  lo  que  en  las  dichas  Yndias  ha  tocado  a  nues- 
tro servicio  en  el  tiempo  que  en  ella  habéis  residido,  e  asimismo,  en  ase- 
gurar e  pacificar  los  indios  de  aquellas  partes,  de  que  se  nos  ha  seguido 
mucho  servicio,  e  confiando  de  vuestra  suficiencia  e  habilidad,  es  mi 
merced  e  voluntad,  por  lo  que  a  mi  toca,  que  agora  e  de  aqui  adelante 
para  en  toda  vuestra  vida,  seades  mi  adelantado  en  la  Costa  de  la  di- 
cha Mar  del  Sur  que  vos  habéis  descubierto,  que  es  en  la  dicha  Castilla 
del  Oro,  e;  podáis  usar  e  uséis  del  dicho  oficio  en  todo  lo  a  el  anexo  e 
concerniente,  segund  e  como  lo  usan  los  (de-)  mas  adelantados  en  estos 
reinos  de  Castilla  y  en  las  dichas  Yndias,  e  que  cerca  del  uso  y  exerci- 
cio  del  dicho  oficio  y  de  llevar  los  derechos  del  guardéis  las  leyes  destos 
dichos  nuestros  Reinos,  e  podáis  gozar  de  todas  las  honras,  gracias, 
franquezas  e  libertades,  preheminencias,  prerrogativas  e  inmunidades  de 
que  por  razón  del  dicho  oficio  podéis  y  debéis  gozar  e  vos  deben  ser  guar- 
dadas e  haUais  e  llevéis  todos  los  derechos  e  otras  cosas  al  dicho  oficio  de 
adelantamiento  anexas  e  pertenecientes,  conforme  a  las  dichas  leyes, 
segund  que  lo  gozan  los  otros  nuestros  adelantados  de  las  dichas  Yndias; 


—  65  — 

e  por  esta  mi  carta  mando  a  los  Concejos,  Justicias,  regidores,  caballe- 
ros, escuderos  oficiales  e  homes  buenos  de  todas  las  cibdades  e  Villas  e 
lugares  del  dicho  adelantamiento  de  la  Costa  de  la  Mar  del  Sur,  que 
fecho  por  vos  el  dicho  Vasco  Nuñez  de  Balboa,  el  juramento  e  solemni- 
dad que  en  tal  caso  se  requiere  e  acostumbra  hacer,  vos  hayan  e  reciban 
y  tengají  por  mi  adelantado  de  la  dicha  Costa  de  la  Mar  del  Sur,  que 
vos  habéis  descubierto,  e  usen  con  vos  en  el  dicho  oficio  y  en  todos  los 
casos  y  cosas  a  el  anexos  y  concernientes,  e  vos  guarden  e  fagan  guardar 
todas  las  honras,  gracias,  mercedes,  franquezas  e  libertades  e  inmuni- 
dades de  que  por  razón  de  dicho  oficio  debéis  gozar  e  vos  deben  ser 
guardadas ;  e  vos  acudan  e  fagan  acudir  con  los  derechos  e  sueldos  que 
se  ha  acudido  y  acude  a  los  otros  nuestros  adelantados  destos  dichos 
Reinos  e  de  las  dichas  Yndias,  e  no  mas  ni  allende  e  conforme  a  las  di- 
chas leyes,  ca,  yo  por  la  presente,  vos  recibo  y  he  por  recibido  al  dicho 
oficio,  e  vos  doy  poder  e  facultad  para  lo  usar  y  exercer  en  la  foruui 
susodicha;  e  mando  al  llustrisimo  Principe,  mi  muy  caro  e  muy  amado 
nieto  e  hijo,  e  a  los  infantes  perlados,  duques,  marqueses,  coudes  ricos 
homes,  maestres  de  las  Ordenes,  priores,  comendadores  e  sub-comenda- 
dores,  alcaides  de  los  castillos  y  casas  fuertes  e  llanas,  y  a  los  del  nuestro 
Consejo,  presidentes  e  oidores  de  las  nuestras  Audiencias,  alcaldes,  al- 
guaciles de  nuestra  casa  e  corte  e  chancilleria,  e  a  todos  los  corregidores 
asistentes,  alcaldes,  alguaciles  merinos,  regidores,  caballeros,  escuderos 
oficiales  e  homes  buenos  de  todas  las  cibdades  e  villas  e  lugares  de  las 
dichas  Yndias,  questa  merced  que  yo  os  fago  de  dicho  oficio  de  adelan- 
tamiento de  la  Costa  de  la  dicha  Mar  del  Sur,  vos  la  guarden  y  cumplan 
y  fagan  guardar  e  cumplir  en  todo  y  por  todo,  segund  y  como  en  ella  se 
contiene  e  contra  el  tenor  y  forma  della,  vos  no  vayan  ni  pasen,  ni  cou- 
sientan  ir  ni  pasar  en  tiempo  alguno,  ni  por  ninguna  manera;  e  mando 
que  se  tome  la  razón  desta  mi  carta  en  los  libros  de  la  Casa  de  la  Con- 
tratación de  las  Yndias  que  reside  en  la  cibdad  de  SeviUa  por  los  nues- 
tros Oficiales  della : 

Dada  en  la  villa  de  Valladolid  a  veinte  y  tres  de  Setiembre  de  qui- 
nientos catorce  años. — Yo  el  Rey. — Refrendada  y  firmada  de  los  dichos. 


31 

(Año  de  1514. — Noviembre  2(5,  Santa  María  la  Antigua).— A  Su  Alteza  el  Bacliiller 
Enciso  (extracto  de  Secretaría)  da  cuenta  de  su  expedición  al  Cenú.  —  (Aca- 
demia de  la  Historia,  colee.  Muñoz,  t.  75). 

Fue  con  Pedrarias  (sobrino  del  Gobernador)  en  busca  del  Cenú  con 
200  hombres  auduvierou  un  dia  y  noche  por  el  puerto  y  el  siguiente  vie- 

6 


—  se- 
rón al  cabo  de  la  bahía  un  lugar  de  60  bohíos  llamado  Catarapa,  reci- 
biéronles de  guerra  los  indios  con  veinte  canoas  armadas  y  muchos  en  la 
costa :  hecho  el  requerimiento  tomaron  el  lugar  por  fuerza.  Yendo  a  bus- 
car otro  lugar  quedo  Pedrarias  malo  en  el  camino  i  en  unos  bohíos  to- 
maron algunos  indios  con  el  cacique  de  Catarapa  a  quien  Euciso  por  la 
lengua  pregunto  donde  estaba  el  Cenu  e  las  minas,  respondió  que  el 
Cenu  i)ueblo  muy  grande  estaba  junto  con  el  en  la  rivera  de  un  rio  muy 
grande  que  pasa  por  cerca  de  Catarapa  y  por  tres  bocas  desagua  en  i  a 
bahía,  por  el  que  en  canoas  Uevan  los  indios  sal  i  traían  oro  que  lo  fun- 
den aUi  y  hacían  piezas  grandes,  que  el  oro  cogían  en  redes  en  el  rio 
mas  arriba  del  Cenu  y  que  las  minas  están  en  un  lugar  llamado  Mocri. 
Por  el  mal  de  Pedrarias  volvieron  al  Darien.  El  Puerto  de  Catarapa  es 
el  mejor  del  mundo  i  la  rivera  del  Cenu  muy  abastada  de  comer. 


31 

(Año  de  1514.  —  Noviembre  26,  Santa  María  la  Antigua).  —  Extracto  de  carta  á 
Sa  Alteza  de  Pedrarias  Dávila  y  de  los  Oficiales  de  Castilla  del  Oro  -  fA.  de  1., 
M-Vae). 

Dizen  que  con  todas  las  naos  que  han  venido  han  escripto  a  V.  A.  le 
que  ha  passado. 

Dizen  que  por  algunas  relaciones  que  tenían  de  que  la  provingia  del 
^enu  hera  muy  rica  e  que  aUi  estavan  gerca  de  las  minas  del  Tarufi  o 
por  rrelagion  del  bachiller  engiso  que  tenia  por  oydas  mucha  noticia 
enbiaron  a  pedrarias  de  Avila  con  cuatrocientos  onbres  para  saber  el 
secreto  del  negocio  y  con  el  enbiaron  al  dicho  bachiller  y  para  eUo  se 
gasto  harto  en  navios  y  otras  cosas  y  que  trabajaron  aUa  lo  que  pudie- 
ron y  por  enfermedades  se  boluieron  syn  saber  la  certenidad  pero  quel 
bachiller  trahe  muy  buena  relagion  de  lo  nue  y  van  a  saber  y  le  dieron 
cargo  que  lo  escriuiese  a  V.  A.  y  que  Juan  de  Ayora  se  vino  de  la  otra 
mar  donde  le  avian  enbiado  por  teniente  de  Capitán  general  con  cua- 
trocientos onbres  syn  traher  relagion  de  nada  y  que  por  estar  muy  en- 
fenno  enbiaron  a  Antonio  teUez  de  guzman  a  los  visitar  y  saber  dellos 
como  lo  escriuieron  a  V.  A.  y  que  tienen  esperanza  en  Dios  que  traheran 
buenas  nuevas. 


-  67  -^ 


3Í2 

(Año  de  1515.  —  Febrero  28,  Medina  del  Campo).  —  El  Rey  á  Pedrarias  Dávila  que 
ha  hecho  muy  bien  en  tomar  parecer  á  Vasco  Núfiez  sobre  lo  que  se  debe  hacer 
en  aquella  tierra.— (^4.  de  1.,  109-1-5). 

El  Rey. — Pedrarias  dauila  nuestro  lugarteniente  general  en  Castilla 
del  oro  y  reuerendo  yn  Xpo.  padre  Obispo  de  Santa  Maria  del  antigua 
y  nuestros  oficiales  de  la  dicha  Castilla  del  Oro/Vi  vuestra  letra  del  pri- 
mero de  Agosto  y  como  avreys  visto  por  lo  que  os  mande  responder  en 
resgibiendola  os  escreui,  holgué  mucho  en  saber  vuestra  llegada  a  sal- 
uamento  porque  estaua  con  mucho  cuydado  dello  a  nuestro  Señor  sean 
dadas  muchas  gracias. 

Muy  bien  me  pareció  el  parecer  que  tomasteis  de  Vasco  Nuñez  de 
Balboa  de  las  cosas  desa  tierra  y  de  lo  que  para  ella  se  deveria  proveer 
por  que  el  os  la  sabría  dar  bien  segund  la  mucha  noticia  que  dellas  tiene 
y  quisiera  mucho  que  me  enbiarades  vn  treslado  del  dicho  parecer  seré 
seruido  que  me  lo  enbieys  syno  meló  ovieredes  enbiado  quando  esta  re- 
gibieredes. 

Mucho  os  agradesco  y  tengo  en  seruigio  lo  que  proveysteis  después 
que  a  esa  tierra  llegasteis  asy  de  la  entrada  la  tierra  adentro  de  Juan 
de  Ayora  teniente  de  vos  el  nuestro  lugar  teniente  general  como  de 
todo  lo  demás  que  proveystes  que  me  ha  paregido  muy  bien,  por  agora 
no  ay  que  dezir  en  esto  sy  no  que  deseo  mucho  saber  lo  que  ha  sugedido 
y  en  comendarlo  a  nuestro  Señor  al  qual  plega  encaminarlo  de  manera 
quel  sea  seruido  y  que  la  gente  dessa  tierra  sea  convertida  a  nuestra 
Santa  ffee  Católica/  vosotros  por  seruigio  mió  que  de  lo  vno  y  de  lo  otro 
tengays  el  cuydado  y  diligengia  que  yo  confio. 

Bien  me  parege  lo  que  dezis  que  avia  de  bolver  a  la  ysla  de  Santa 
Marta  pedro  de  Fonseca  con  dozientos  y  cincuenta  ombres  y  bastimentos 
y  artillería  para  que  haga  alli  vn  pueblo  deveys  avisarle  largamente  de 
la  orden  e  manera  que  os  parege  que  deve  tener  en  ello  para  que  no  se 
aventure  a  perder  gente  sy  no  quando  no  se  pueda  escusar  y  se  sepan 
los  secretos  de  la  tierra/  y  hazerme  ys  saber  lo  que  en  todo  proveyeredes 
y  se  oviere  fecho. 

En  lo  que  dezis  que  conviene  que  yo  mande  llevar  a  esa  tierra  moneda 
de  reales  y  quartos  como  en  la  española  porque  la  gente  rezibe  daño  en 
conprar  por  menudo  y  dar  pedagos  de  oro  yo  lo  mandare  proveer  lo  mas 
presto  que  pueda. 

Quanto  a  lo  (pie  dezis  que  ay  muy  buena  madera  para  navios  y  que 


—  68  — 

por  su  amargor  la  broma  huye  de  ella  y  que  lo  aveys  esperimeutado/ 
mucho  he  holgado  en  saberlo  por  el  grande  bien  que  deUo  se  podra  se- 
guir/ y  yo  he  mandado  a  los  Oficiales  de  SeuiUa  que  vos  enbien  todos 
los  aparejos  nescesarios  para  que  vosotros  hagays  alia  navios  como  me 
lo  escreuis,  por  mi  seruiQio  que  vosotros  pongays  mucha  diligencia  en 
que  se  hagan  todos  los  navios  que  se  puedan  syendo  verdadera  como  de- 
zis  la  dicha  espiren^ia/  porque  todo  el  bien  desa  negogiacion  esta  en  que 
aya  muchos  navios  y  enbiareys  a  los  dichos  officiales  de  SeuiUa  toda  la 
madera  que  pudieredes  por  lastre  en  los  nabios  que  acá  vinieren  para 
que  eUos  hagan  asy  mismo. 

El  memorial  que  enbiasteis  de  las  cosas  que  heran  menester  proueer 
para  esa  tierra  mande  enbiar  a  los  nuestros  offigiales  de  SeuiUa  para 
que  eUos  os  provean  deUas  como  lo  escreuistes  y  de  aqui  adelante  en- 
biadles  syenpre  por  duplicado  de  todo  lo  que  me  escriuieredes  syn  que 
aya  falta  en  eUo./ 

La  licengia  que  dezis  que  devemos  mandar  dar  a  los  vezinos  y  mora- 
dores desa  dicha  CastiUa  del  oro  para  que  puedan  sacar  deUa  los  yndios 
que  nos  tenemos  mandado  y  declarado  que  sean  esclauos  por  les  hazer 
merced  les  he  dado  licencia  para  que  los  puedan  sacar  y  Uevar  a  la 
Ysla  Española  o  a  San  Juan  como  vereys  por  las  provisiones  que  deUo 
avemos  mandado  despachar  e  van  con  esta  pero  en  esto  deveys  proveer 
que  aya  toda  la  tenplanza  que  sea  posible.  Dada  en  Medina  del  Campo 
a  Veynte  e  ocho  dias  del  mes  de  hebrero  de  miU  e  quinientos  e  quinze 
años. — Yo  el  Rey. — Refrendada  del  Secretario. — ConchiUos. 


33 

(Año  de  1515.— Abril  30,  Santa  María  la  Antigua).— A  Su  Alteza  Vasco  Núñez  (ex- 
tracto de  Secretaría)  se  queja  de  que  se  le  trata  mal  en  la  residencia  y  acusa 
recibo  de  las  provisiones  Reales  nombrándole  Gobernador  de  Panamá  y  Coiba 
y  Adelantado  de  la  mar  del  Sur.  (A.  de  la  H.,  colee.  Muñoz,  t.  75). 

Se  le  ha  mui  mal  tratado  en  la  residencia  y  sentenciado  en  ciertas 
cosas  de  dineros  con  mucho  agravio,  que  no  se  le  ha  consentido  letrado 
para  defenderse,  ni  el  jamas  lo  ha  tenido,  que  no  se  ha  acabado  la  resi- 
dencia e  dirán  que  por  su  culpa  no  lo  siendo. 

Al  tiempo  que  la  cara  vela  se  queria  partir  le  dijo  Pedrarias  que  pues 
no  se  podia  dar  gente  para  poblar  las  prouincias  de  Panamá  y  Coyba 
como  S.  A.  manda,  fuese  a  descubrir  minas  que  se  cree  haber  en  las 
partes  del  Dabaybe :  que  ira  i  piensa  descubrir  en  ello  mucha  riqueza. 

Con  las  dos  caravelas  que  Uegaron  en  20  de  Marzo  recibió  las  provi- 


—  69  — 

sioiies  de  los  oficios,  gracias  por  tan  grandes  mercedes,  suplica  se  le 
continué  el  favor. 

Quando  las  provisiones  llegaron  vino  un  Capitán  que  habia  ido  a  des- 
cubrir desde  Tubanama  y  en  solas  veinte  leguas  adelante  hallo  en  solos 
tres  caciques  20.000  pesos  de  oro  por  los  que  todos  codician  ir,  e  han  ido 
140  hombres  que  no  harán  provecho  a  la  i)acificacion. 

Presento  a  Pedrarias  las  provisiones  e  las  obedeció,  mas  quanto  al 
Cumplimiento  dijo  que  venida  la  gente  de  la  entrada  veria  lo  que  podria 
darle,  e  entretanto  fuese  a  descubrir  alguna  cosa :  cree  que  gobernador 
y  oficiales  no  quieren  despachalle  pues  habiendo  1.000  hombres  en  la 
ciudad  bien  podian  darle  100  que  pedia,  pues  esos  enbio  Pedrarias  a 
Panamá  y  Coiba  después  de  recibidas  las  provisiones,  e  tras  ellos  otros 
50  sin  otros  80 — 100  que  andavan  por  la  costa  en  aquellas  provincias. 
Suplica  se  mande  le  permitan  sacar  150  hombres  lo  que  con  el  quisiesen 
ir  de  su  voluntad  de  los  que  havia  antes  de  ir  la  armada  i  no  se  le  de- 
tenga con  pretesto  de  la  residencia  i  que  pueda  sacar  a  su  costa  200 
hombres  de  la  Española  pues  han  quedado  muchos  sin  indios  en  el  nuevo 
repartimiento  i  irán  gustosos. 

Convendrá  se  enbie  por  V.  A.  uno  de  confianza  de  la  Española  que 
averigüe  y  castigue  los  maltratos  i  muertes  de  indios. 


34 

(Año  de  1515. —  Mayo  2,  Santa  María  la  Antigua). —  A  Su  Alteza  el  Bachiller  Co- 
rral, Alcalde  ordinario  (extracto  de  Secretaría),  se  queja  de  la  conducta  de 
Vasco  Núñez.  — f.í4.  de  la  H.,  colee.  Muñoz,  t.  75). 

Colmenares  informara  de  los  agravios  que  Vasco  Nuñez  le  hizo.  El 
Alcalde  Mayor  a  nadie  ha  hecho  justicia  e  busca  mil  rodeos  para  librar 
a  Vasco  Nuñez  de  sus  gravísimos  delitos  de  quien  ha  recibido  dineros. 

Vasco  Nuñez  es  hombre  recio  para  el  campo  i  bien  cuidoso  pero 
quiere  todo  el  interese  para  si,  e  no  quiere  consejo  ni  sigue  razón  ni 
quiere  reconocer  superior. 

Ha  tenido  maña  de  sostenerse  e  tomalla  las  cartas  que  a  el  se  escri- 
vian,  enbiaba  las  suyas  con  presentes  al  Tesorero  Pasamonte  quien  co- 
hechado le  ha  sostenido. 

En  ninguna  manera  se  consienta  dividir  esta  governacion. 


—  70 


35 


(Año  de  1515.— Mayo  2,  Santa  María  la  Antigua).— A  Su  Alteza  de  Pedrarias  }'  Ofi- 
ciales (extracto  de  Secretaría)  dan  cuenta  de  las  expediciones  realizadas  por 
consejo  de  Vasco  Núñez  para  reconocer  y  poblar  la  tierra. — (A.  de  1  ,  l-l-'/se)- 

Dizen  como  escriiiieron  con  todas  las  naos  que  han  venido  hasta  la 
postrera  que  partió  el  XV  de  hebrero  a  donde  avian  escrito  todo  lo  suce- 
dido y  tienen  nueva  que  las  cartas  han  venido  a  V.  A. 

Dizen  como  enbiaron  los  oficiales  de  Seuilla  dos  caravelas  enploma- 
das  con  bastimento  de  vino  y  harina  y  azeite  y  vinagre  e  otras  cosas  y 
que  todo  fue  a  muy  buen  tiempo  y  aunque  avia  harina  de  la  que  lleva- 
ron en  el  armada  e  que  todo  se  entrego  al  factor. 

Dizen  como  con  parecer  de  Vasco  Nuñez  se  avian  fecho  tres  poblacio- 
nes una  en  Santa  Cruz,  otra  en  Tubanama  e  otra  en  la  costa  de  la  mar 
del  Sur  en  la  prouincia  de  tanata  e  tamao  y  enbiaron  gente  a  las  hazer 
y  que  Juan  de  Ayora  que  fue  por  Capitán  se  boluio  y  dexo  la  gente 
perdida  y  que  después  enbiaron  a  tello  de  guzman  para  que  visita sse  la 
gente  e  reformase  los  pueblos  e  que  dicho  tello  después  se  boluio,  el 
dicho  tello  enfermo  e  que  por  su  enfermedad  no  pudo  traer  los  enfermos 
que  auian  quedado  en  Santa  Cruz  e  que  dizen  (jue  los  Yndios  los  han 
matado  y  que  el  dicho  tello  e  CX  onbres  que  con  el  fueron  truxeron 
XX  mil  pesos  de  tres  caciques  de  la  prouincia  de  panamá. 

Dizen  que  anida  información  y  por  relación  de  Vasco  Nuñez  supieron 
que  en  el  turufi  e  mocli  que  es  a  la  parte  de  levante,  cerca  de  la  prouin- 
cia del  Cenu  y  en  las  prouincias  del  panamá  e  coyba,  de  la  cual  dicha 
prouincia  de  panamá  el  dicho  tello  de  guzman  truxo  los  dichos  XX  mil 
pesos  y  que  enbiaron  otros  capitanes  con  400  onbres  y  muy  buen  apa- 
rejo para  las  minas  y  que  esperan  que  traerán  buena  nueva  y  declararan 
el  viaje  por  do  auian  de  yr. 

Dizen  que  junto  con  estos  partió  otro  Capitán  que  se  dice  francisco 
becerra  con  XL  onbres  e  desembarco  en  el  puerto  trepadera  a  la  mano 
ysquierda  del  viaje  que  llevavan  los  otros  e  hallo  algunos  caciques  hasta 
el  golfo  de  San  Miguel,  gente  de  buena  disposición  y  esta  tierra  sale  a 
la  mar  del  Sur  y  ay  en  ella  una  punta  de  tierra  tan  salida  a  la  mar  que 
parece  estar  muy  junto  a  la  isla  de  las  perlas  a  la  que  el  dicho  Capitán 
no  passo  por  tener  mucha  gente  enferma  y  estando  vn  dia  en  casa  de 
un  cacique  que  se  llama  jumefon  que  es  en  la  dicha  costa  vn  yndio  le 
dixo  como  venian  ciertas  canoas  por  la  mar  y  que  heran  de  unos  ombres 
negros  grandes  de  cuerpo  y  de  barrigas,  e  barvas  largas  y  cabellos  tor- 
cidos y  que  los  auian  much®  miedo  porque  los  matavan  e  comian  e  pelea- 


—  vi- 
van con  varas  j  macanas  y  que  el  dicho  bezerra  los  reposo  e  aseguro 
hasta  que  llegaron,  y  que  las  dichas  canoas  heran  de  Cristianos,  y  qud 
este  dicho  Capitán  descubrió  treinta  leguas  la  tierra  y  en  elhi  quinze 
caciques,  los  nombres  de  los  cuales  iubian, 

Dizen  que  en  la  tierra  de  vno  de  estos  caciques  que  se  llama  Saua- 
chine  disen  que  ay  oro  e  que  señalan  los  indios  que  ay  granos  como  el 
pulgar  e  que  el  dicho  bezerra  no  llevo  aparejo  para  hacer  catas  e  que  por 
esto  no  las  fizo  e  truxo  de  aquel  viaje  VIII  mil  pesos  en  oro  y  perlas  e 
muchos  yndios  e  que  de  los  que  llevo  andouieron  muy  dolientes. 

Dizen  como  tornan  a  enbiar  a  becerra  por  ser  persona  de  buen  re- 
cabdo  con  CL  onbres  a  lo  del  Mocli  e  Tarufi  que  es  en  lo  que  mas  espe- 
rangíi  tienen. 

Y  dizen  que  dicho  bezerra  quisieran  fuese  a  descobrir  esto  de  los 
negros  y  por  que  fuese  primero  a  estroto  dejaron  de  le  enbiar. 

Dizen  como  enbiaron  al  Capitán  Gaspar  Pérez  a  lo  de  las  jierlas  por- 
que desean  enbiar  buena  relación  dello  a  V.  A.  y  que  ansi  esperan  en 
Dios. 

Dizen  como  no  quieren  esperar  los  indios  al  requerimiento  y  que  los 
que  se  han  tomado  por  esclavos  dizen  que  por  no  venir  fecho  el  reque- 
rimiento conforme  al  mandamiento  de  V.  A.  no  son  esclavos  y  que 
nunca  se  les  podra  hazer,  y  sino  son  salteados  no  se  podran  tomar,  si 
son  apercibidos  hazen  mucho  daño  e  esconden  el  oro  dizen  que  la  harina 
que  se  a  dado  al  armada  ha  sido  fiada  de  mancomún  y  creen  que  se  co- 
brara la  mayor  parte. 

Dizen  como  el  tesorero  enbia  su  cuenta  del  Cargo  y  descargo  y  que 
en  la  ynstrucion  de  V.  A.  dize  que  el  pague  siendo  en  poca  cantidad  lo 
que  alia  les  pareciere  y  que  el  contador  se  queja  que  gasta  mucho 
y  quexase  que  no  tiene  declaración  puesto  que  lo  que  hasta  aqui  ha 
gastado  es  cosa  del  seruicio  de  V.  A.  y  suplica  que  el  contador  mar- 
quez  enbie  relación  de  su  cargo. 

Dize  que  los  mercaderes  se  quexan  que  de  lo  que  han  fiado  no  se 
cobra  porque  primero  cobran  las  debdas  que  se  deben  a  V.  A.,  que  lo  (jue 
deve  V.  A.  mandar  proveer  y  moderar  porque  los  mercaderes  no  se  al- 
zen,  porque  la  mas  cierta  provisión  ha  sido  la  suya. 

Dizen  como  Colmenares  viene  por  solicitador  y  por  ser  servidor  de 
V.  A.,  viene  con  buena  voluntad.  Se  le  de  creencia  y  en  sus  cosas  se  h? 
haga  merced. 

Dizen  como  alli  se  ha  fecho  un  monasterio  de  San  Francisco  en  que 
hay  seis  religiosos  y  pasado  an  muchas  necesidades,  suplican  que  por- 
que son  personas  que  han  hecho  y  hazen  mucho  provecho  les  manden 
dar  limosna  en  dinero  o  en  otra  cosa. 

Dizen  como  en  su  acuerdo  ay  algunos  debates  que  conviene  aver 
letrado  y  que  en  algunas  cosas  dellas  ha  enpegado  a  entender/  porque 


—  72  — 

son  sobre  cosas  de  hazienda  de  Vuestra  Alteza  y  le  lian  fecho  Fiscal, 
Suplica  a  Vuestra  alteza  le  señale  alguu  salario. 

Dizen  como  a  los  Capitanes  que  van  por  mar  no  se  les  dan  mante- 
nimientos sino  vendidos/  y  dasseles  artillería  e  munición  quando  la  han 
menester. 

Dizen  que  de  los  doscientos  onbres  que  están  a  sueldo  no  se  despiden 
sino  los  ciento  por  que  dellos  ay  nescesidad  hasta  que  la  tierra  vaya 
mejorando. 

Suplica  enbien  a  mandar  a  los  Oficiales  de  Seuilla  que  les  enbien  Ca- 
lafates e  Carpinteros  que  dellos  tienen  necesidad. 

Dizen  que  a  XXX  de  Abril  boluio  el  navio  que  llevo  a  bezerra  e  dize 
el  maestre  que  desen vareo  en  el  aguada  e  que  avn  paso/  los  yndios  los 
flecharon  e  hy rieron  a  algunos  avnque  no  peligro  ninguno/  e  los  yndios 
se  avsentaron  y  que  hallaron  en  el  pueblo  crisoles  e  vigornias  de  piedra 
e  otros  aparejos  de  fundición/  e  que  algunos  Yndios  con  quien  se  pudo 
alcangar  a  hablar  les  dixeron  que  se  boluiesen  que  alli  no  auia  oro/  e  que 
los  Yndios  están  de  proposito  de  se  dexar  matar  e  no  descobrir  minas/ 
la  tierra  por  aquella  parte  dizen  que  es  llana  e  proueida  de  bastimen- 
tos e  que  pasada  vna  gran  tierra  llana  e  muy  proveyda  de  bastimentos 
e  sin  ciénagas/  esta  vna  cordillera  de  sierras  donde  dizen  que  es  Turifi 
e  alli  va  encaminado  el  dicho  bezerra  y  que  con  el  esperan  buenas  nuevas. 


36 

(Año  de  1515.— Agosto  2,  Aranda).— El  Rey  á  Pedrarias  Dávila,  contesta  á  sus 
cartas  que  puesto  que  Vasco  Núñez  es  allí  tan  necesario  que  no  venga  á  Es- 
paña y  se  envíen  los  procesos  de  su  residencia  para  mandarlos  ver. — fA,  de  1.^ 
109-1-5). 

El  Rey. — Pedrarias  Dauila  nuestro  logarteniente  general  de  castilla 
del  oro  vy  vuestra  carta  de  X  X  de  nouiembre  y  otra  sin  fecha  que  vyno  con 
ella  y  nuestro  Señor  sabe  quanto  me  ha  desplazido  de  las  muertes  y  en- 
fermedades que  dezis  que  alia  ha  ávido  en  la  gente  que  fue  en  vuestra 
conpañia/  mas  he  holgado  mucho  en  oyr  el  buen  esfuergo  que  teneys  y 
esperanza  que  ha  de  suceder  todo  mejor  que  hasta  agora  y  espero  en 
nuestro  Señor  que  todo  lo  remediara  por  su  misericordia  en  manera  que 
nuestro  desseo  pues  el  principal  es  su  seruigio  sea  cunplido  y  que  os 
dará  salud  a  vos  y  a  los  que  alia  estays/  y  con  vuestra  buena  diligen- 
cia cuydado  y  buen  esfuergo  se  hará  todo  lo  de  alia  muy  bien  y  deveys 
thener  mucho  cargo  de  procurar  vuestra  salud/  y  de  todos  y  para  ello 
buscar  todos  los  remedios  que  se  pudieren  hallar  y  tened  cuydado  que 
no  hagan  asyentos  en  los  Valles  syno  en  los  altos  donde  los  ayres  sean 


—  73  — 

mas  purificados  porque  el  sol  no  hiera  derecho  en  ellos  y  lo  mas  princi- 
pal me  parece  que  debeys  buscar  y  mirar  que  los  asycntos  donde  esto- 
vieredes  y  los  que  ovieredes  de  poblar  sean  sanos  y  tales  que  por  yndis- 
pusygion  dellos  no  pueda  venir  daño  a  la  salud  y  de  acá  estad  gierto  que 
todo  lo  que  para  esto  conviniere  yo  lo  mandare  proueher  y  que  tengo 
cuydado  de  mandaros  llevar  mantenimientos  y  de  las  otras  cossas  nece- 
sarias como  avreys  visto  por  lo  que  alia  se  os  ha  Uevado  y  asy  se  conti- 
nuara de  aqui  adelante  plasiendo  a  dios. 

De  lo  que  dezis  que  las  minas  salen  muy  buenas  y  que  ya  comienga 
la  gente  a  andar  en  ellas  e  holgado  mucho  porque  en  grand  manera  des- 
seo  el  remedio  de  todos  los  que  alia  están  y  la  población  dessa  tierra 
dezis  que  vuestro  alcalde  mayor  me  ha  de  escriuir  algunas  cosas  tocantes 
a  la  resydengia  de  Vasco  Nuñez  y  hasta  agora  no  lo  ha  fecho  bien  sera 
que  eccriua  todo  lo  que  convenyere  consultar  acá  para  que  se  prouea/ 
y  pues  Vasco  Nuñez  es  menester  alia  fue  muy  bien  el  inbiarle  a  la 
prouincia  de  el  dabaybe  y  para  su  resydengia  no  es  menester  que  el 
venga  acá  syno  solamente  que  se  enbien  los  procesos  para  que  yo  los 
mande  ver  e  se  prouea  sobre  ellos  como  convenga  y  entretanto  pues  como 
dezis  el  es  tan  prouechoso  bien  es  que  este  alia  y  aprouechaos  de  todo 
lo  que  vieredes  es  menester  y  fauorecedle  lo  que  buenamente  pudieredes 
para  que  con  mejor  voluntad  haga  lo  que  le  encomendaredes. 

Dezis  que  por  la  indispusycyon  de  la  gente  no  aveys  fecho  comentar 
las  fortalezas  que  Uevasteis  por  instrugion  que  se  hisyessen/  y  pareceme 
que  segund  la  dispusycion  desa  tierra  y  el  poco  esfuerzo  de  los  Indios 
no  ay  por  agora  necessidad  de  hazer  las  dichas  fortalezas  por  ende  sy 
quando  esta  llegare  no  se  ovieren  comentado  bien  sera  que  antes  que  se 
comiensen  me  escriuays  lo  que  en  eUo  os  parece  que  se  deve  de  hazer. 

Dezis  que  hay  en  la  cibdad  del  Darien  trescientas  casas  y  que  ya  oviera 
mil  syno  oviera  seydo  por  las  dolencias  y  dello  he  ávido  pía  ser  y  en  lo 
que  dezis  de  los  mantenimientos  deveys  thener  mucha  diligencia/  en  avi- 
sar a  Seuilla  y  a  la  Española  y  a  Cuba  y  a  Jamayca  de  lo  que  aUa  ovie- 
redes menester  para  que  se  os  enbien  porque  yo  les  he  enbiado  a  mandar 
a  todos  que  tengan  muncho  cuydado  de  os  proueher  con  toda  diligencia 
de  lo  que  alia  fuere  menester/  para  que  en  ninguna  manera  os  veays  ea 
necesidad  de  mantenimientos  entretíinto  que  se  hasen  en  esa  tierra. 

Dezis  que  no  se  puede  haser  el  repartimiento  de  las  entradas  pasadas 
como  por  la  instrugion  se  mandan  hazer  las  de  agora  porque  ay  mucha 
dificultad  en  eUo  y  que  lo  desagraviareys  lo  mejor  que  pudieredes  asy  lo 
hazed  y  lo  prouehed  como  mejor  os  pareciere  en  manera  que  nuestra  cou- 
ciengia  no  tenga  cargo  ninguno  en  ello  que  del  concierto  y  medio  que  en 
ello  dieredes  syendo  syn  cargo  nuestro  yo  holgare. 

Lo  que  dezis  que  se  puede  escusar  el  sueldo  de  los  doscientos  hombres 
me  parece  muy  bien  y  vos  tengo  en  seruicio  el  aviso'  bien  es  que  asy  lo 


—  74  — 

proueays  Inego  y  haced  que  no  se  pague  el  diclio  sueldo  de  aqui  adelante 
y  e  escriuidme  como  lo  oviesedes  fecha  y  proueydo  y  en  todas  las  otras  co- 
sas syenpre  procurad  de  escusar  el  gasto  que  no  fuere  necessario  y  de 
aqui  adelante  tened  mucho  cuydado  de  procurar  que  todo  el  gasto  que 
se  pudiere  escusar  se  escuse  pues  el  prouecho  de  alia  por  el  presente  es 
el  que  veedes  y  asy  lo  haced  de  aqui  adelante  por  todas  las  vias  que  bue- 
namente pudieredes  escusar  el  gasto  que  en  esto  me  seruyreys  mucho.  = 
Las  conchas  que  me  enbiastes  vy  y  vos  lo  tengo  en  seruicio  y  pues  Vasco 
Nuñez  sera  ya  buelto  de  su  viaje  escriuidme  en  el  primero  navio  que 
acá  venyere  muy  particularmente  lo  que  alia  avra  hallado  que  desseo 
saberlo. 

Dezis  que  por  la  indisposigion  de  la  gente  y  por  el  tiempo  no  me  en- 
biays  aves  ni  otras  cossas  no  tengays  cuydado  ninguno  de  lo  enbiar  y 
tenedle  grande  de  vuestra  salud  y  de  todos  y  de  la  población  y  bien  y 
remedio  dessa  tierra  que  esto  es  de  lo  que  yo  mas  holgare/  y  en  que  mas 
seruigio  puedo  rescibir  que  para  aquello  en  tienpo  se  vera. 

Alonso  de  la  puente  nuestro  thesorero  me  escriue  que  tiene  tres  ofi- 
ciales que  ponen  recabdo  y  entienden  en  nuestra  hazienda  y  pide  que  se 
le  pague  salario  para  ellos  por  ende  yo  vos  mando  y  encargo  que  os  in- 
formeys  bien  de  lo  que  en  esto  dize  y  sabido  la  verdad  consyderado  el 
partido  que  el  tiene  y  lo  que  vieredes  que  conviene  sy  os  pareciere  que 
tiene  razón  en  ello  proveedlo  como  vieredes  ques  justo  y  en  manera  que 
el  no  reciba  agrauio  y  mirando  lo  que  arriba  digo  de  escusar  el  gasto 
que  buenamente  se  pudiere  escusar  y  hacedme  saber  lo  que  en  ello  pro- 
veyeredes  para  que  sy  bien  esto  estouiere  lo  apruebe  y  de  otra  manera 
se  proueaj  como  conveniere  a  nuestro  seruigio  de  Aranda  a  II  dias  de 
Agosto  de  D.  XV.  años. — Yo  el  Rey  e  señalada  del  obispo. 


37 

(Año  de  1515. — Agosto  2,  Aranda). — Caita  del  Rey  á  Vasco  Núñez  de  Balboa  orde- 
nándole que  continúe  allí  á  pesar  de  sus  deseos  de  venir  á  España  por  ser  nece- 
sarios sus  servicios. — (A.  de  1.,  p.  2  1-1-18). 

El  Rey. — Basco  Nuñez  de  Balboa  nuestro  adelantado  de  la  costa  de 
la  mar  del  Sur  ques  en  Castilla  del  Oro  y  nuestro  Gobernador  de  las 
prouingias  de  Panamá  y  Coyua  bi  buestras  letras  de  primero  de  Agosto 
y  de  23  de  Nouienbre  de  1514.  Y  tengo  os  en  seruigio  lo  que  degis  que  ol- 
gastes  con  la  yda  de  nuestro  lugarteniente  general  y  de  la  gente  que  con 
el  fue  y  lo  que  de§is  sobre  la  población  dessa  tierra,  y  en  lo  tocante  a 
ella  que  todo  lo  degis  como  buen  seruidor  nuestro.  Y  de  todo  lo  que  aueis 
hecho  e  higieredes  en  seguir  e  seruir  y  encaminar  a  nuestro  lugar  te- 


—  75  — 

niente  general  para  las  cosas  que  cunplan  a  nuestro  seruicio  e  vien  desa 
tierra  me  tengo  e  terne  de  vos  por  vien  seruido  e  asi  os  encargo  que  lo 
hagáis  cuanto  mejor  pudieredes  que  no  ay  cosa  por  agora  en  que  mas 
me  siruais  y  agradar  que  en  hazer  esto  y  en  lo  que  de^is  de  los  mante- 
nimientos que  se  deuen  enuiar,  yo  e  mandado  prouer  como  abréis  visto, 
porque  tengo  por  gierto  que  me  abéis  de  seruir  en  esas  partes  os  e  hecho 
las  mergedes  que  abréis  visto  por  las  prouisiones  que  della  os  mande  des- 
pachar y  pues  beds  la  voluntad  y  obra  que  yo  tengo  de  vos  onrrar  y 
acrecentar  asi  vos  deveis  de  tener  mucho  cuidado  de  seruir  las  merce- 
des que  os  avemos  fecho  y  de  mereger  otras  siruiendo  quanto  mejor  pu- 
dieredes en  todo  pues  como  digo  mi  boluntad  esta  aparejada  para  haze- 
roslas.  =  Dezis  quisiera  des  benir  acá  para  darme  quenta  de  las  cosas  de 
alia,  y  fue  mejor  no  benir  y  asi  sera  bien  questeis  alia  y  entendáis  en 
hazer  lo  que  de  nuestra  parte  os  dixere  y  mandare  nuestro  lugar  tiniente 
general  que  por  mas  seruido  me  tengo  de  vos  estando  alia  en  esto  que 
viniendo  acá  y  los  auisos  que  hiñiendo  pensauades  decirme  comunicadlo 
alia  y  platicadlo  con  nuestro  lugartiuiente  general  para  que  los  que  alia 
pudieren  prouer  el  los  prouea  y  los  que  convinieren  se  me  escriuan  para 
que  yo  lo  sepa  y  envié  a  mandar  lo  que  a  nuestro  seruigio  fuere. 

Muchos  descontentamientos  dessa  tierra  dizen  los  que  de  alia  se  an 
buelto  y  algunos  de  los  que  alia  están  los  escriuen  pero  yo  todauia  tengo 
mucha  esperanza  en  nuestro  Señor  que  los  trauajos  pasados  lo  remediara 
y  que  se  an  de  descubrir  las  cosas  dessa  tierra  como  bos  lo  aveis  escrito, 
de  las  cosas  que  aveis  visto  y  hallado  me  escriuid  largo  y  particular- 
mente y  sea  ante  dos  o  tres  personas  de  los  mas  principales  que  con  bos 
fueron  porque  yo  mas  claramente  sea  ynformado  de  todo  puesto  que  a 
buestras  cartas  e  dado  y  daré  todo  crédito  de  Aranda  a  dos  de  Agosto 
de  1515  años. — Yo  el  Rey. — Etc. 


38 

(Año  de  1515. — Agosto  2,  Aranda). — Carta  del  Rey  al  Obispo  F.  Juan  de  Qiievedo 
contestando  á  la  suya  en  que  recomienda  á  Vasco  Núñez. — (A.  de  1.,  109-1-5). 

El  Rey. — ^Reuerendo  en  Christo  padre  Obispo  de  Santa  María  del 
Antigua  del  Darien  vy  vuestra  letra  de  XVII  de  Octubre  de  DXIIII°  y 
mucho  vos  agradezco  todo  lo  que  en  eUa  dezis  y  he  ávido  placer  con  ver 
el  buen  esfuerzo  y  esperanza  que  teneys  de  las  cossas  de  alia  y  mucho 
vos  tengo  en  seruigio  lo  que  trabajays  en  ayudar  a  nuestro  lugarteniente 
general  en  todas  las  cossas  de  essa  tierra  lo  qual  es  como  yo  lo  esperava 
de  vos  y  yo  espero  que  con  el  ayuda  de  nuestro  Señor  poniendo  vosotros 
la  diligencia  y  cuydado  que  yo  tengo  por  cierto  que  porneys  en  las  cos- 
sas de  alia  se  couplira  vuestra  esiJeranga. 


—  76  — 

Lo  que  dezis  de  las  dubdas  que  alia  se  ofrecían  en  las  instrucciones 
que  para  esa  tierra  mandamos  dar  y  lo  que  en  ello  se  devria  proueher 
yo  enbie  a  mandar  que  el  lugarteniente  general  prouea  las  cossas  en  que 
oviere  dudas  como  le  pareciere  que  conviene  al  bien  de  la  tierra  coji 
vuestro  paresger  y  de  nuestros  oficiales  como  vereys  por  la  carta  que  a 
vos  y  a  ellos  escriño,  yo  vos  ruego  y  encargo  que  entendays  en  ello  todas 
las  vezes  quel  dicho  nuestro  logarteniente  general  vos  requiriere/  por- 
que todo  lo  que  con  el  bizieredes,  pues  representa  nuestra  persona  Real 
lo  recibiere  en  tanto  seruigio  como  sy  comigo  se  hisyesse. 

Dezis  que  Vasco  Nuñez  de  balboa  nos  ha  seruido  bien  y  que  es  razón 
de  hacerle  mercedes  ya  como  alia  avreys  visto/  yo  le  he  hecho  mercedes 
porque  le  tengo  por  buen  seruidor  y  asy  ge  las  haré  adelante  siruiendo 
el  como  deve.  Vos  le  deveys  animar  y  consejar  que  continué  el  seruir 
y  que  haga  y  syga  lo  que  nuestro  logarteniente  general  de  nuestra  parte 
le  dixere  y  mandare  e  que  le  avise  e  informe  de  todo  lo  que  viere;  que 
cunple  a  nuestro  seruigio  y  al  bien  y  remedio  de  esta  tierra  que  ansi  nos 
seruira  mucho  de  Aranda  a  II  dias  de  Agosto  de  DXV  años. — Yo  (1 
Rey  señalada  del  Obispo. 


39 

(Año  de  1515. —  Octubre  16,  Santa  María  la  Antigua).  —  Vasco  Nvíñez  á  Su  Alteza 
(extracto  de  Secretax'ía);  se  queja  de  que  Pedrarias  no  le  quiere  dar  gente  para 
ir  á  su  gobernación;  pide  se  le  autorice  á  llevar  cien  hombres  de  los  que  estaban 
con  él  antes  de  ir  Pedrarias. — {A.  de  1.,  l-l-Vas)- 

Dize  como  después  que  llegaron  las  prouisyones  de  que  S.  A.  que 
haya  gloria  le  hizo  merced  el  gouernador  y  oficiales  le  han  mostrado 
mala  voluntad  e  ynbidia  dello,  por  lo  qual  en  nynguna  manera  le  despa- 
charan ni  darán  vn  onbre  para  aquellas  partes,  suplica  le  manden  des- 
pacho para  que  pueda  Uevar  cient  onbres.de  los  que  con  el  esta  van  que 
puedan  Uevar  consigo  las  naborías  que  tovieren  y  que  no  puedan  ser  de- 
tenydos  por  nynguna  devda  que  devan  porque  mejor  lo  podran  pagar  es- 
tando en  aquellas  partes  y  que  de  la  Española  pueda  sacar  doscientos 
onbres  a  su  costa. 

Torna  a  dezir  el  mal  tratamiento  de  los  yndios. 

Dize  como  antes  quel  armada  fuese  el  tenya  XX  Caciques  de  pazes 
y  con  buen  tratamiento  que  les  hazia  tenyan  mucho  amor  a  los  cristia- 
nos y  que  tenyan  mucha  obediencia  a  los  mandamientos  reales  y  que 
todo  lo  que  les  pedia  en  nombre  de  S.  A.  lo  daban  de  buena  gana,  y  que 
vna  vez  el  cacique  Comogre  le  dio  vna  hava  con  hasta  XV  libras  de  oro 
para  que  la  enbyase  de  su  parte  a  S.  A.  y  que  le  dixo  que  scrivyese  a 


-    77  — 

S.  A.  quel  se  lo  enbyava  y  como  hera  mucho  amigo  de  los  cristianos,  y 
dize  como  el  Capitán  Juan  de  Ayora  le  hizo  morir  mala  muerte  a  este 
Cacique,  torna  a  suplicar  por  las  licencias  que  arriva  dize  para  sacar  los 
cient  onbres  para  llevar  a  aquellas  partes  para  quel  pueda  ir  presto  a 
aquellas  prouincias  de  panamá  y  coyba,  para  seruir  a  S.  A.  como  desea 
por  ques  tierra  la  mas  hermosa  y  rica  que  en  aquellas  partes  se  ha  visto 
y  que  desto  no  se  ha  de  tener  duda. 


40 

(Año  de  1515. — Octubre  18,  Santa  María  la  Antigua). — El  Obispo  fraj'  Juan  de  Que- 
vedo  á  Su  Alteza  (extracto  de  Secretaría)  pide  que  vaya  una  persona  á  saberla 
verdad  de  lo  que  allí  ocurre.  — (A.  de  1.,  1-1  '/.¿g). 

Dice  como  muchas  vezes  ha  scrito  sobre  las  cosas  de  aquella  tierra 
y  suplica  se  mande  ver  byen  todo  lo  que  sobre  ello  tiene  scrito  y  pro- 
berlo  como  al  seruicio  de  V.  A.  cumple  y  que  torna  a  repetir  que  vaya 
una  persona  a  saber  toda  la  verdad  de  las  cosas  de  alia  porque  de  nada 
se  reciba  engaño. 

Dize  el  viage  de  Vasco  Nuñez  y  los  honbres  que  le  hirieron  los  yndios 
y  la  muerte  del  dicho  Luis  CarriUo. 


41 

(Año  de  1515,— Octubre  20,  Santa  María  la  Antigua),— Los  Oficiales  de  Tierra  firme 
á  Su  Alteza  (extracto  de  Secretaría)  dicen  que  ni  Pedrarias  ni  Vasco  Núñez  tie- 
nen condiciones  para  el  cargo  de  Gobernador.  —  (A.  de  1.,  1-1-726)- 

Dizen  que  con  el  sobrino  de  pedrarias  scriuieron  a  V.  A.  entre  otros 
despachos  vna  carta  como  el  Obispo  frey  Juan  de  Quevedo  no  avia  he- 
cho la  iglesia  ni  avia  hecho  las  diligencias  que  se  requerían  en  la  con- 
versión de  los  Yndics  ni  en  las  otras  cosas  que  como  prelado  es  obligado 
y  como  por  favorecer  a  Vasco  Nuñez  tratava  mal  algunos  del  pueblo. 

Dizen  que  con  un  navio  del  contador  Yn.°  López  scrivieron  a  V.  A. 
como  pedrarias  asy  por  su  enfermedad  como  por  otras  cosas  no  es  para 
el  cargo  que  tiene,  para  que  V.  A.  mande  proueer  sobre  esto  lo  que  sea 
seruido. 

Y  dizen  como  el  gouernador  y  el  Obispo  no  están  conformes  y  como 
el  Obispo  querría  qi.e  a  pedrarias  se  le  quitase  aquel  cargo  y  se  diere 
a  N'asco  Nuñez,  y  dizen  que  ninguno  dellos  es  para  el  dicho  cargo  por 
las  razones  que  V.  A.  avra  visto  por  muchas  cartas,  ni  el  diclio  Va.sco 


—  78  — 

Nuñez  por  el  mal  recabdo  que  puso  en  el  dicho  viage,  que  lo  liazen  saber 
a  V.  A.  porque  son  obligados  a  dezirle  lo  que  sienten. 


42 

(Año  de  1515.— Octubre  20,  Santa  María  la  Antigua). — A  Sn  Alteza  el  Gobernador 
y  Oficiales  de  Tierra  firme  (extracto  de  Secretaría)  dan  cuenta  de  la  expedición 
de  Vasco  Núñez  al  Dabaybe. — (A.  de  1.,  l-l-Vae)  ■ 

Dizen  que  por  la  mucha  noticia  que  ay  de  yndios  de  las  riquezas  del 
dabaybe  enbyaron  al  adelantado  Vasco  Nuñez  de  balboa  con  dozientos 
cubres  y  navios  e  artillería  para  que  descobriese  en  aquellas  partes  y 
buscase  las  minas  que  de  ally  esperan  y  que  subiendo  por  el  rio  grande 
una  noche  los  yndios  les  hurtaron  ciertas  canoas  y  adelante  en  otro  rio 
pequeño  pelearon  con  el  y  le  hirieron  a  el  y  hasta  treinta  onbres  entre 
los  cuales  hirieron  al  Capitán  Luis  Carrillo  de  que  morio  el  qual  avia 
muy  bien  mostrado  el  deseo  que  tenia  de  seruir  a  V.  A.  y  que  asi  por 
esto  como  por  falta  de  mantenimientos  se  boluio  dende  a  XXX  dias,  y 
dizen  que  llego  a  los  bobios  del  Cazique  dabaybe  y  que  no  lo  pudo  aver 
ny  tomo  mas  de  CL  pesos  de  oro  y  de  como  sucedió  la  jornada  anbya 
ynformagion  suplica  se  mande  ver. 

Dize  que  el  Capitán  gaspar  de  morales  entro  en  la  ysla  de  las  perlas 
y  asento  con  el  cagique  que  cada  año  de  en  seruicio  C  marcos  de  perlas 
y  que  dio  luego  XCV  marcos  de  perlas  e  oro  y  que  eutreUas  vbo  vna 
que  se  vendió  alli  en  1,2ÜÜ  p°s.  de  oro  y  que  ay  en  la  dicha  ysla  mucha 
madera  y  buena  para  navios  y  mantenimientos  e  piedra  y  que  asentado 
el  camino  y  paso  para  la  ysla  se  cobrara  el  seruigio  y  dará  borden  que 
este  ally  vna  persona  para  que  con  alguna  yndustria  que  se  de  como  en 
paria  o  segund  convyniere  se  saquen  muchas  perlas  para  que  Vuestra 
Alteza  sea  seruida. 

Dizen  como  Juan  de  Tauira  se  ha  ofrecido  de  descobrir  con  fustas 
en  el  Rio  grande  de  Sant  Juan  y  que  escriue  sobrello  para  que  se  mande 
prover. 

Dizen  que  Diego  Albiteza  se  ha  ofresgido  de  descobrir  a  su  costa  en 
la  mar  del  Sur  por  seruir  a  V.  al.  y  que  para  eUo  dio  vn  memorial  el 
qual  enbyan  Véase. 

Dizen  lo  quel  thesorero  scriuio  a  V.  a.  sera  bien  que  los  condenados 
destas  partes  se  enbyasen  alia  para  poblar  aqueUa  tierra. 

Dizen  que  esperan  los  Capitanes  que  fueron  a  la  parte  del  levante 
a  descobrir  las  minas  de  mocli  e  tarufi  y  coiba  para  en  fin  de  dizienbre 
pasado  y  que  harán  saber  las  buenas  nuevas  que  truxieren. 

Dizen  que  enbyaron  a  dos  Capitanes  con  ciertas  gentes  a  descobrir 


—  79  — 

desde  la  prouingia  de  Ciiranaca  y  porque  conforme  a  los  mandamientos 
de  V.  a.  liasta  agora  se  ha  demandado  a  los  yudios  que  den  gente  para 
seruir  y  regiben  grand  alteragiou,  liuu  encargado  a  los  dichos  Capitanes 
que  los  traten  bien/  y  que  conforme  al  requerimiento  de  V.  a.  los  re- 
quieran y  que  al  presente  no  les  pidan  mas  del  seruigio  quellos  hizieren 
por  que  destos  yndios  que  no  han  visto  cristianos  creen  que  desta  ma- 
nera se  alcanzara  la  paz. 

Véase  vna  rehigion  que  pedrarias  enbya  de  que  tales  son  las  minas 
de  aquella  tierra. 


43 

(Año  de  1515.  —  Octubre  20,  Santa  María  la  Antigua).—  A  Su  Alteza,  Pedrarias  y 
Oficiales  de  Tierra  firme  (extracto  de  Secretaría)  dicen  que  ya  escribieron 
el  ofrecimiento  hecho  por  Diego  Albitez  de  descubrir  en  la  mar  del  Sur. — 
(A.  de  1.,  1-1 -Vas)- 

Dizen  como  escriuieron  a  Su  Alt.^  que  aya  gloria  lo  que  acaesgio  a 
Vasco  Nuñez  yendo  a  descobrir  el  Dabaybe. 

Dizen  como  asy  mesmo  escriuieron  la  entrada  quel  Capitán  Gaspar 
de  Morales  hizo  en  la  ysla  de  las  perlas  y  el  asyento  que  tomo  con  el 
Cagique  que  diese  cada  año  a  Su  Alt.^  en  seruigio  cien  marcos  de  perlas 
y  como  luego  le  dieron  XCV  marcos  de  perlas  e  oro  y  entre  eUas  vyno 
vna  que  se  vendió  en  mil  doscientos  pesos.  La  qual  vyno  señalado  el 
tamaño  en  otra  carta. 

Dizen  lo  que  Juan  de  tavira  se  ofreció  de  descobrir  el  rio  grande 
ariba/  como  escriuieron  a  Su  Alteza. 

Dizen  como  escriuieron  a  Su  Alteza  el  ofregimieuto  que  Diego  Al- 
bitez hizo  de  descobrir  en  la  Mar  del  Sur. 

Dizen  lo  que  otra  han  escrito  seria  byen  que  se  eubyasen  aUa  los 
condenados  a  muerte  y  perdimiento  de  mienbros. 

Dizen  como  esperan  los  Capitanes  que  fueron  a  las  minas  de  Tarufi 
e  Coy  va. 

Dizen  como  han  escrito  lo  de  la  muerte  de  los  christiauos  por  los 
Caciques  Comogre  e  pocorosa  e  quel  governador  esta  determinado  a 
castigar  los  colpados/  y  dizen  que  la  i>rinyipal  cavsa  porque  los  dichos 
Caciques  e  yndios  están  de  guerra  es  por  que  se  les  ha  demandado  con- 
forme al  requerimiento  gente  para  seruir  y  que  de  aqui  adelante  no  les 
pidiran  mas  de  lo  que  ellos  quisieren  dar  asy  oro  como  esclavos  y  que 
asy  han  mandado  a  los  Capitanes  lo  hagan  y  los  traten  con  mucho 
amor  etc. 


—  80 


44 

(Año  de  1515.  —  Octubre  26,  Santa  María  la  Antigua). —  Carta  de  Vasco  Xúñez  al 
Rey  denunciando  los  abusos  que  se  cometían  y  las  causas  del  estado  precario 
de  la  Colonia.— f-á.  de  i.,  1-1- Vse)- 

Cristianisimo  y  muy  poderoso  principe  Rey  nuestro  Señor : 
En  el  mes  de  Abril  de  quinientos  y  quinze  escrivi  a  V.^  magestad 
una  carta  y  otras  dos  veces  antes  haciendo  saber  a  V.*  real  Alteza  las 
cosas  que  acá  an  sucedido  desde  que  aqui  llego  el  gobernador  pedravias 
de  Avila  con  el  armada  y  ansi  mismo  suplicando  a  Vra.  Magestad  man- 
dase que  viniese  aqui  una  persona  para  que  tomase  ynformacion  de 
todas  las  cosas  que  acá  an  sucedido  basta  agora  porque  esta  de  tal 
manera  la  tierra  que  cumple  mucho  al  servicio  de  V.^  R.  alteza  poner 
termino  antes  que  se  pierda  todo,  porque  están  ya  las  cosas  en  tal  estado 
que  el  que  las  oviere  de  tornar  a  poner  en  el  estado  en  que  solian  estal- 
le cunple  no  echarse  a  dormir  ni  desquidarse  porque  adonde  los  caciques 
e  indios  estavan  como  ovejas  sean  tornado  como  leones  bravos  y  anto- 
mado  tanto  atrevimiento  que  otros  tiempos  solian  salir  a  los  caminos 
con  i)resentes  a  los  cristianos  y  agora  salen  a  los  saltear  y  los  matan 
reciamente  y  esto  a  sido  a  cabsa  del  mal  tratamiento  que  los  Capitanes 
que  an  andado  fuera  en  las  entradas  les  an  hecho  y  las  muertes  que  an 
dado  a  muchos  caciques  e  indios  sin  aver  cabsa  ni  razón  para  ello  y 
ansimismo  los  robos  que  les  an  hecho  porque  no  abastado  tomarles  las 
haziendas  syno  los  hijos  y  mugeres  chicos  y  grandes  de  lo  qual  dios 
nuestro  Señor  a  sido  muy  deservido  y  Vuestra  Alteza,  y  demás  del  de- 
servicio V.  R.  Alteza  a  perdido  mucha  cantidad  de  sus  Rentas,  lo  qual 
de  antes  estava  enhilado  de  tal  manera  que  de  aqui  adelante  se  ovyera 
mucho  provecho  porque  en  la  tierra  ay  deque  a  dios  gracias  y  si  al  pri- 
mer Capitán  que  fue  a  entrar  que  fue  Juan  de  Ayora  le  castigaran  por 
los  daños  que  hizo  que  fueron  muchos  en  los  caciques  que  estaban  de 
pazes,  no  ovieran  tenido  atrevimiento  los  Capitanes  que  después  an  ydo 
a  entrar  a  cometer  y  azer  otros  muy  grandes  escesos  y  daños  que  des- 
pués an  hecho  por  la  tierra,  matando  muchos  caciques  e  yndios  por  les 
robar,  y  trayendoles  las  mugeres  e  hijos  y  hazerles  esclavos  syn  cabsa 
legitima  para  ello,  en  muchas  partes  que  los  caciques  están  de  pazes 
y  no  an  acometido  cosa  porque  daño  deviesen  rescibir,  antes  en  muchas 
partes  les  an  dado  oro  de  presentes  y  no  contentos  con  esto  estando  en  de 
pazes  los  yndios  les  van  a  saltear  las  mugeres  e  hijos  y  a  tomarles  el  oro 
que  les  queda,  porque  de  verdad  certifico  a  V.^  Magestad  que  a  acae- 
cido en  partes  venir  los  caciques  con  oro  de  presentes  y  traer  una  vez 


—  81   — 

o  dos  o  tres  oro  a  los  Capitanes  y  traerles  de  comer  y  mandar  por  otra 
parte  a  donde  tenían  las  mugares  y  naborías  y  su  oro  y  robárselo  todo 
y  sin  ninguna  conciencia  herrarlos  por  esclavos  y  a  acaecido  de  traer 
en  vezes  un  cacique  oclio  myll  pesos  de  oro  y  enbiar  el  Capitán  por  otra 
parte  y  tomarle  otros  tres  mili  pesos  de  oro  y  las  mugeres  y  hijos  y  na- 
borías y  hazerles  esclavos  y  todas  estas  cosas  y  otras  muy  graves  <?e 
pasan  sin  castigo,  por  donde  a  sydo  cabsa  que  no  ay  cacique  ni  yndio 
de  pazes  en  toda  la  tierra  syno  es  el  cacique  de  Careta  que  esta  a  media 
cara  porque  esta  cerca  de  aquí,  por  manera  Muy  poderoso  Señor  que 
oviera  sido  bien  menester  que  Vra.  Magestad  oviera  mandado  proveer 
de  una  persona  que  oviera  tomado  ynformacion  de  lo  que  acá  a  pasado 
para  que  sabiéndolo  V.  R.  Alteza  oviera  mandado  proveer  lo  que  cum- 
plía a  su  servicio  porque  de  verdad  muy  poderoso  Señor  que  si  ansi 
diura  como  va  agora  solamente  un  año  quedara  la  tierra  tan  asolada 
que  después  no  sea  posible  tornarse  a  remediar  aunque  Vuestra  Alteza 
mande  gastar  otros  quarenta  mili  pesos  de  oro  como  se  an  gastado  en 
esta  armada  en  costas  y  sueldos  y  gastos  hasta  agora  lo  qual  estava 
bien  escusado  de  gastar  según  el  poco  fruto  que  después  que  el  armada 
vino  se  a  avydo  y  quiero  hacer  saber  a  Vuestra  Magestad  que  para  pa- 
garse la  costa  que  Vuestra  Alteza  acá  tiene  cada  un  año  es  menester 
que  se  aya  quento  de  sesenta  mili  pesos  de  oro  poco  mas  o  menos  y  para 
traerse  cada  año  sesenta  mili  pesos  de  oro  de  esta  ciudad  era  menester 
darse  otro  mejor  recabdo  que  sea  dado  e  da,  y  podra  V.  R.  Alteza  estar 
seguro  que  le  enbíaran  destas  partes  muy  poco  oro  en  tanto  que  la  tie- 
rra se  governare  de  la  manera  que  agora,  porque  a  de  saber  Vuestra 
Magestad  que  ay  muchos  goveruadores  acá  y  cada  vno  procura  de  apro- 
bechar  a  sus  allegados  y  vayan  las  cosas  por  do  fueren^  en  lo  qual  deve 
V.  R.  Alteza  mandar  proveer  con  tiempo,  y  antes  de  agora  e  escrito  a 
Vuestra  Alteza  haziendole  saber  que  avria  gran  confusión  si  los  Oficia- 
les de  V.  R.  alteza  entendían  en  las  cosas  de  la  governacion,  porque 
para  las  cosas  de  acá  no  conviene  que  aya  muchos  pareceres,  especial- 
mente siendo  diferentes,  porque  deverdad  si  cada  cosa  de  las  que  pasan 
oviese  de  relatar  se  espantaría  Vuestra  Alteza  porque  los  vnos  dizeu 
mal  de  los  otros  y  los  otros  de  los  otros  y  ay  entre  eUos  muy  poca  cos- 
tancia  en  lo  que  conviene  y  de  cada  día  ay  mili  mudangas,  los  vnos 
quieren  mudar  las  cosas  por  vna  parte  y  los  otros  por  otra.  Cada  vno 
sigue  por  donde  cree  que  mas  interese  se  le  puede  venir  y  si  el  Obispo 
no  se  oviera  hallado  enmedio  crea  V,  R.  Alteza  que  oviera  ávido  muy 
mayores  daños  de  los  que  ay,  porque  a  la  contina  procura  entrellos  en 
lo  que  toca  al  servicio  de  Vuestra  Alteza  se  haga,  porque  de  verdad  de- 
mas  de  dezirles  lo  que  le  parece  y  de  les  consejar  en  el  pulpito  les  re- 
prehende myll  vezes  y  contodo  no  basta. 

Quiero  hazer  saber  a  Vuestra  Magestad  que  de  cíen  onbres  que  se 

6 


—  82  — 

pagan  de  sueldo  que  cada  vno  procura  de  tomar  los  que  mas  puede  para 
si,  ansí  el  governador  como  los  Oñciales,  si  pagan  ellos  alguna  gente 
no  se  sabe,  porque  hasta  agora  el  primero  alarde  tenemos  por  ver  que 
se  aya  hecho,  lo  que  se  sabe  que  se  paga  es  a  ciertos  tronpetas  y  oficia- 
les y  algunos  onbres  para  la  guarda  del  governador,  todo  lo  demás  ve- 
mos que  se  consume  entrellos  y  acá  bien  que  decir  dello  y  de  otras  mu- 
chas cosas  que  cunple  Vuestra  Alteza  mande  probeer  de  remedio  con 
tienpo  antes  que  mas  se  pierda  la  tierra. 

Muy  poderoso  Señor  lo  que  a  sucedido  después  que  yo  e  escrito  a 
\''uestra  Magestad  es  que  de  aqui  se  partió  un  Capitán  a  la  parte  de 
las  sierras  de  Vraba  y  entro  por  la  sierra  adentro  veynte  leguas  con  hasta 
ciento  e  veinte  onbres  y  matáronle  los  yndios  y  ahogaronsele  hasta  cin- 
quenta,  dellos  y  los  demás  vynieron  muy  desbaratados  y  perdidos  tra- 
jieron  hasta  dos  mili  pesos  de  oro. 

Fue  otro  Capitán  por  el  golfo  de  Sant  Myguel  y  a  la  isla  rica  de  las 
perlas  con  hasta  ochenta  onbres  y  mataron  los  yndios  los  veinte  y  cinco 
dellos  y  volvieron  huyendo  aqui  y  en  esta  entrada  sepa  Vuestra  Mages- 
tad que  se  hizo  una  crueldad  la  mayor  que  nunca  se  a  hecho  entre  alá- 
rabes ni  cristianos  ni  otra  ninguna  generación  y  fue  que  viniéndose  de 
camino  este  Capitán  con  los  cristianos  que  le  avian  quedado  trayan 
hasta  cient  yndios  e  yndias  la  mayor  parte  mugeres  y  mochachos  y 
trayeudoles  atados  en  cadenas  e  hicos  mando  el  Capitán  que  se  dize 
gaspar  de  morales,  es  criado  del  governador,  que  a  todos  les  cortasen 
las  cabezas  y  les  diesen  de  estocadas  y  ansi  se  hizo  que  ningún  yndio 
ni  yndia  de  las  que  trayan  escapo  ecebto  los  que  traya  el  Capitán  y 
algunas  yndias  que  eran  de  la  ysla  rica  de  las  perlas  y  pasado  esto  ve- 
niendose  de  camino  dieron  en  un  cacique  y  todos  quantos  yndios  allí 
podieron  tomar  los  mataron  muy  crudamente. 

Todo  esto  muy  poderoso  señor  se  pasa  sin  castigo  de  que  a  sido  cabsa 
esto  y  otras  muchas  cosas  que  parecen  a  esto  de  alzarse  los  yndios  y 
ponerse  en  lo  que  se  ponen  y  matan  a  quantos  cristianos  pueden  aver 
ansi  por  los  daños  y  crueldades  que  de  los  cristianos  reciben  como  por 
verles  andar  a  mal  recabdo  lo  que  a  este  Capitán  acaeció  en  la  isla  rica 
es  que  como  llego  con  la  gente  que  consigo  Uevava  dieron  en  la  pobla- 
ción de  los  yndios  y  tomaron  lo  que  pudieron  y  el  cacique  con  alguna 
de  su  gente  vyno  a  manera  de  guerra  y  se  bolvio  y  estuvo  ciertos  dias 
que  no  vino  a  los  cristianos  y  en  este  tiempo  le  quemaron  la  mitad  de 
las  casas  y  el  mayz  que  tenian  dentro  y  luego  vino  el  cacique  de  paz  y 
les  dio  quinze  o  deziseis  marchos  de  perlas  y  quatro  miU  pesos  de  oro 
y  les  Uevo  adonde  cogían  las  perlas  y  les  hizo  coger  algunas  perlas  y 
quedo  de  pazes,  y  contodo  este  desque  fue  llegado  aquel  Capitán,  die- 
ron i^or  esclavos  a  todos  los  yndios  e  yndias  que  trayan  de  la  ysla  rica 
sin  nynguna  conciencia. 


—  83    - 

Sepa  Vuestra  Magestad  qne  se  trajo  desta  ysla  rica  una  perla  entre 
las  otras  que  pesava  diez  tominas  muy  perfecta  sin  ninguna  raza  ni 
macula  y  de  muy  lindo  color  y  lustre  y  hechura  que  en  verdad  es  joya 
que  bien  pertenecya  para  Vuestra  Magestad  y  mas  por  ser  destas  par- 
tes, anduvo  en  el  almoneda  y  rematóse  en  mil  e  doscientos  pesos  de 
oro  y  sacóla  un  mercader  y  luego  la  torno  a  ver  el  governador;  los 
oficiales  de  Vuestra  Real  Alteza  me  parece  que  no  la  quisyeron  aver 
porque  dezian  que  no  tenian  dineros,  bien  la  pudieran  sacar  si  quisie- 
ran, sino  que  lo  que  acá  tenemos  creydo,  es  que  se  quieren  liazer  pago 
de  sus  salarios  del  oro  que  agora  se  a  de  la  tierra,  porque  sy  les  oviesen 
de  tomar  quenta  que  antes  Vuestra  Alteza  les  haga  alcanzar  a  ellos 
que  no  que  alcanzen  ellos  a  Vuestra  Alteza  y  esto  vera  Vuestra  Real 
Magestad  el  tiempo  andando  si  algún  oro  se  o  viere. 

La  hechura  de  la  perla  y  su  tamaño  es  esta  (aquí  hay  un  dibujo  de 
la  perla  en  su  tamaño)  horadada  por  lo  alto  en  el  pe^on  della. 

Es  ydo  un  Capitán  con  ciento  y  quarenta  onbres  de  aquella  parte 
del  golfo  de  Uraba  y  entro  por  el  caribana  para  yr  la  via  del  Qenu  no 
se  a  sabido  mas  del  que  a  hecho :  ydo  an  a  ver  la  costa  por  donde  entro 
con  vn  vergantin  dos  o  tres  vezes  y  estíin  alia  dos  o  tres  dias  y  buelvense 
luego,  hago  saber  a  Vuestra  Real  Magestad  que  esta  fue  una  entrada 
bien  fuera  de  razón  y  la  cabsa  es  porque  la  gente  iva  muy  flaca  y  eran 
los  mas  dellos  para  muy  poco  y  demás  desto  porque  lels  echaron  de  'a 
parte  del  golfo  y  no  les  dexaron  navio  que  les  esperase  en  la  costa  para 
quando  bolbiesen,  es  tierra  adonde  an  de  salir  que  si  algunos  dias  es- 
peran alli  que  no  tengan  en  que  i^asar  escaparan  muy  pocos  dellos  sy 
dios  no  les  remedia,  muy  mala  esperansa  se  tiene  dellos  que  volverán 
según  esta  la  tierra :  ha  sido  esta  entrada  como  quien  envia  ganado  a  la 
carnegeria,  nuestro  señor  lo  remedie  como  mas  sea  servido. 

Son  ydos  otros  dos  Capitanes  a  la  costa  de  Veragua  al  nombre  de 
dios  para  entrar  por  alli  a  las  prouincias  de  Coyba  e  panamá  a  la  mar 
del  Sur,  mucho  a  que  se  fueron,  no  se  sabe  dellos  nada,  dios  los  guie, 
sepa  Vuestra  reiil  Alteza  qnestos  dos  Capitanes  fueron  enbiados  con  la 
yntencion  que  dios  sabe,  r»orque  los  enbiaron  después  que  vinieron  las 
prouisiones  de  Vuestra  Real  Magestad  en  (pie  me  haze  merced  de  la 
governacion  de  aquellas  prouincias,  ellos  las  dexaran  tales  qual  Vues- 
tra Alteza. 

Placiendo  a  dios  sabrá  muy  poderoso  Señor  en  el  mes  de  Junio  de 
DXV  escrevi  a  Vuestra  magestad  haziendole  saber  como  yo  yva  a  la  pro- 
uincia  del  davayve  con  doscientos  onbres  y  con  voluntad  de  llegar  sy  dios 
fuese  seruido  hasta  adonde  tenemos  creido  que  esta  la  mayor  parte  de  la 
riqueza  (pie  ay  en  estas  partes.  Vuestra  R(-al  Alteza  sabrá  que  yo  sali 
(le  aqni  con  ciento  e  noventa  onbres  y  fui  a  la  prouincia  del  davayve,  y 
dimos  en  vn  pueblo  de  vn  I*rinc¡i»al  y  huyeron  que  fuymos  sentidos,  y 


—   84  — 

tomamos  ciertas  personas  y  de  alli  fuimos  por  tierra  a  la  población  del 
cacique  davayve  y  ansi  mismo  era  alzado  y  tomamos  de  alli  ciertas  per- 
sonas de  que  o  vimos  ynformacion  de  las  minas  que  ay  en  la  tierra 
adentro  y  de  como  davayve  avia  el  oro,  y  dizen  de  cierto  que  ay  grandes 
minas  hasta  diez  jornadas  de  alli  la  tierra  adentro  y  que  todos  los  ca- 
ciques lo  cogen,  no  jjude  hacer  venir  al  cacique  a  ablar  conmigo  aunque 
estuve  alli  diez  dias  y  le  envié  llamar  algunas  veces.  Muy  poderoso 
señor  la  cabsa  ¡jorque  me  bolui  es  porque  en  toda  la  tierra  de  davayve 
no  hallamos  de  comer  ni  a  vn  para  vn  mes  a  cabsa  que  a  ávido  mucha 
langosta  y  destruyda  toda  la  tierra,  y  si  yo  quisiera  entrar  la  tierra 
adentro  avia  de  dexar  con  los  navios  sesenta  o  setenta  onbres  para  los 
guardar  y  no  tenian  de  comer  ni  de  donde  lo  podiesen  aver  en  ninguna 
manera  que  íor9ado  los  avian  de  desamparar  para  yr  a  buscar  de  comer 
o  venirse  en  ellos  al  darien,  y  esto  era  lo  mas  cierto  porque  en  toda 
aquella  cosüi  no  ay  agora  de  comer  cosa  ninguna,  la  causa  es  porque 
ay  mucha  langosta  y  porque  los  yndios  están  muy  recelosos  de  los  cris- 
tianos y  labran  poco  no  están  de  asiento  con  el  miedo  que  tienen,  y 
hizo  mucho  daúo  vn  Capitán  que  llego  al  cuquiri  vn  cacique  que  es  dos 
jornadas  del  davayve,  y  por  esto  estavan  los  del  davayse  regelados  y 
alzados. 

Partimos  de  aUi  para  el  rio  grande  arriba  a  buscar  de  comer  para 
do  dejásemos  los  navios  y  de  aUi  entrar  la  tierra  adentro,  yendo  el  rio 
arriba  acordamos  que  la  mayor  parte  de  la  gente  fuese  a  una  prouincia 
que  se  dice  ybebeyva  e  yo  que  fuese  el  rio  arriba  a  tomar  vn  pueblo  de 
pescadores  que  estava  dos  jornadas  de  alli,  y  fuymos  nuestro  camino  el 
rio  arriba  e  yba  alli  Luis  Castillo  en  vna  canoa  e  yo  iva  en  otra  y  otras 
dos  canoas,  y  vamos  por  todos  hasta  cinquenta  onbres  y  de  nuestra  ven- 
tura saliéronos  al  camino  siete  o  ocho  canoas  de  yndios  de  gaerra,  y 
como  los  cristianos  se  sepan  mal  regir  en  estas  canoas  especialmente 
los  que  a  poco  que  vinieron  de  CastiUa  tuvieron  tal  manera  los  yndios 
que  nos  dieron  vna  refriega  de  sus  armas  varas  que  antes  que  nos  pu- 
diésemos remediar  nos  tenian  heridos  los  treinta  onbres  y  a  muchos  de- 
llos  con  quatro  y  cinco  heridas  a  my  me  hirieran  en  la  cabega  muy  mal  y 
estuve  en  harto  peligro  agora  estoy  sano  a  dios  gracias :  y  la  canoa  en 
que  yo  yva  nos  la  hizieron  perder  porque  nunca  podimos  tomar  tierra 
y  fuenos  forzado  de  la  dejar,  la  en  que  yva  Luis  Castillo  y  las  otras  dos 
podieron  tomar  tierra  y  alli  se  defendieron,  plugo  a  nuestro  señor  que 
a  Luis  Castillo  le  dieran  vna  varada  por  los  pechos  de  que  murió  desque 
aqui  llego  y  otros  dos  onbres,  y  acaecido  esto  voluimos  adonde  quedava 
la  otra  gente  con  harto  trabajo  y  hallárnosla  con  mucha  necesidad  de 
bastimentos  y  sin  ningún  remedio  de  poderlos  aver  y  vistos  los  pocos 
bastimentos  que  ijor  toda  la  tierra  avia  a  cabsa  de  la  langosta  acorda- 
mos todos  los  Capitanes  y  onbres  de  bien  que  conmigo  y  van  de  nos 


—  85  — 

boliier  porque  al  presente  que  fuimos  no  avia  remedio  ninguno,  y  si 
mas  adelante  procuráramos  de  pasar;  pudiera  ser  que  la  mas  de  la 
gente  no  boluiera  acá  de  hanbre. 

Muy  poderoso  señor  aunque  esto  aya  acaecido  no  por  eso  se  a  de  perder 
la  esperanza  que  de  coutino  se  a  tenido,  porque  agora  tenemos  mas 
ciertas  nuevas  de  la  riqueza  que  en  aquellas  partes  ay  que  nunca  se  a 
tenido  y  de  que  aya  mejor  aparejo  ansi  de  prouision  como  de  navios  se 
podra  tornar  a  aquella  tierra  plaziendo  a  dios,  y  porque  creo  que  escri- 
viran  a  vuestra  magestad  alguna  cosa  sobre  este  caso  de  acá,  suplico  a 
Vuestra  Real  Magestad  se  la  de  el  crédito  que  es  razón  de  dar  a  donde 
enbidia  y  mala  voluntad  mora. 

Muy  poderoso  señor  para  que  Vuestra  magestad  no  este  engañado 
yo  como  muy  leal  y  muy  verdadero  servidor  y  persona  que  es  obligada 
a  su  muy  real  seruicio  todos  los  dias  que  bibiere  y  los  que  de  mi  subce- 
dieren  por  las  mui  grandes  mercedes  que  de  Vuestra  magestad  e  rece- 
bido  y  espero  me  haga  otras  muy  mayores  con  salud  y  vida  de  Vuestra 
Real  Alteza  por  lo  qual  le  beso  sus  muy  reales  pies  y  manos,  le  quiero 
desengañar  y  liazer  saber  ansi  de  las  cosas  de  la  tierra  como  de  la  per- 
sona y  cosas  del  governador  pedrarias  davila  para  que  vuestra  magos- 
tad mande  probeer  lo  que  mas  sea  seruido. 

En  quanto  a  la  persona  del  governador  aunque  es  persona  onrrada 
Vuestra  Alteza  sabrá  que  el  es  muy  viejo  para  estas  partes  y  esta  mui 
doliente  de  gran  enfermedad  nue  nunca  a  estado  vn  dia  bueno  y  después 
que  aqui  vino,  es  onbre  muy  acelerado  en  demasya.  es  onbre  que  no  le 
pena  mucho  aunque  se  quede  la  mitad  de  la  gente  perdida  en  las  en- 
tradas, nunca  a  castigado  los  daños  y  muertes  de  onbres  que  se  an 
hecho  en  las  entradas  ansy  de  los  caciques  como  yndios,  a  dexado  de 
castigar  hurtos  de  oro  v  perlas  que  los  Capitanes  an  hurtado  en  las 
entradas  muy  claramente,  y  Capitán  a  ávido  que  dio  de  lo  que  traya 
hurtado  seiscientos  pesos  de  oro  y  no  se  hablo  mas  en  ello,  y  no  se  sabe 
la  cabsa  porque,  anle  dexado  yr  a  Castilla  a  este  Capitán  y  a  otros, 
publicamente  se  decian  sus  hurtos,  vimos  muchas  veces  que  sy  algunas 
personas  de  la  gente  de  los  que  con  los  Capitanes  se  yvan  a  las  entradas 
se  quexaban  dellos  los  asonbravan  de  manera  que  otros  no  se  quexaba 
ni  osava  quexarse  en  este  caso  de  hurtar  ay  bien  que  decir,  porque  de 
verdad  anda  todo  muy  fuera  de  razón  y  sin  concierto  ninguno;  es  per- 
sona que  le  aplaze  mucho  ver  discordia  entre  los  vnos  y  los  otros  y  sino 
la  ay  el  la  pone  diziendo  mal  de  los  vnos  a  los  otros,  esto  tiene  muy 
largamente  por  vicio,  es  onbre  que  metido  en  sus  granjerias  y  codicia 
no  se  le  aquerda  si  es  governador  ni  entiende  en  otra  cosa  porque  no  se 
le  da  nada  que  se  pierda  todo  el  mundo  o  que  se  gane  como  sino  fuese 
governador. 

En  las  cosas  de  la  govemacion  y  en  poblar  la  tierra  avria  mas  con- 


—  86  — 

sejo  menester  del  que  tiene  j  si  se  lo  dan  ere  que  es  para  lo  engañar,  a 
todos  da  mui  poco  crédito  si  no  es  alguna  persona  de  quien  el  entiende 
aver  algún  interese  ase  mostrado  muchas  vezes  muy  codicioso  e  rigoroso 
contra  los  Regidores  porque  le  decian  algunas  cosas  que  cumplían  al 
servicio  de  Vuestra  Alteza  y  al  bien  común  de  la  república  y  ansi  mismo 
contra  qualquiera  persona  que  algo  le  contradize.  En  las  cosas  de  la 
hazienda  de  Vuestra  Magestad,  por  cierto  el  tiene  muy  poco  quydado 
ni  se  le  aquerda  mucho  della,  es  onbre  en  quien  reina  toda  la  enbidia 
del  mundo  y  codicia,  pésale  en  grand  manera  si  vee  que  ay  amistad 
entre  algunas  personas  de  bien,  aplazele  ver  y  oir  consejas  y  parlas  de 
los  vnos  y  de  los  otros,  es  onbre  que  muy  ligeramente  da  crédito  a  las 
cosas  de  mal  antes  que  a  las  del  bien  ni  a  los  que  le  podrían  aprovechar : 
es  persona  sin  ningund  regimiento  y  sin  ninguna  maña  ni  ingenio 
jiara  las  cosas  de  la  governacion,  es  onbre  que  claramente  paresce  que 
tiene  pospuesto  atrás  y  en  olvido  todo  el  seruicio  de  Vuestra  Alteza  y 
las  cosas  de  propia  onrra  por  solamente  vn  peso  de  oro  que  se  le  siga 
de  ynterese  y  por  no  ser  mas  prolix».  dexo  de  hazer  saber  a  Vuestra  Real 
Alteza,  otras  infinitas  cosas  que  consisten  en  su  mala  condición  y  que 
no  avian  de  caber  en  persona  que  tan  grand  cargo  tiene  y  tanta  y  tan 
onrrada  gente  a  de  regir  y  administrar. 

Lo  que  a  Vuestra  Magestad  suplico  porque  yo  no  sea  tenido  en  pose- 
sión de  maldiziente  es  que  mande  tomar  información  desto  que  yo  digo 
de  todas  las  personas  que  destas  partes  van  y  vera  Vuestra  Alteza  cla- 
ramente ser  verdad  todo  lo  que  tengo  dicho. 

En  lo  que  toca  a  las  cosas  de  la  tierra  hago  saber  a  Vuestra  Mages- 
tad que  es  muy  rica  como  otras  veces  e  escrito  a  Vuestra  Real  Alteza 
y  muy  largo,  y  que  j)or  las  grandes  muestras  que  emos  visto  se  a  de 
tener  por  muy  cierto  principalmente  que  mucha  parte  se  a  visto  por  los 
ojos  muy  claramente,  y  porque  creo  quel  governador  y  Oficiales  de  Vues- 
tra Alteza  avran  escrito  otra  cosa  della,  le  hago  saber  a  Vuestra  Ma- 
gestad que  por  encubrir  su  mal  recabdo  lo  harán,  porque  a  de  estar 
Vuestra.  Real  Alteza  cierto  y  a  de  creer  syn  dubda  ninguna  que  le  han 
desservido  en  tanto  grado  y  en  tan  grand  manera,  que  aunque  ellos 
fueran  estraugeros  de  los  reinos  de  Castilla  no  lo  podieran  hazer  peor 
avuque  adrede  lo  quisieran  hazer,  por  manera  mui  poderoso  señor  que 
avnque  tuviesen  muchas  rentas  todos  ellos,  no  les  bastarla  para  pagar 
lo  que  an  destruydo  y  consentido  robar  y  destruyr,  porque  de  verdad 
an  destruydo  a  Vuestra  Alteza  la  mejor  gente  de  caciques  e  indios  y 
de  mejor  conversación  y  domésticos  que  nunca  en  la  isla  Española  y 
islas  y  tierra  de  las  indias  se  a  hallado  y  en  la  mas  hermosa  tierra  y 
mas  sana  que  se  aya  visto  en  estas  partes,  porque  certifico  en  verdad 
a  Vuestra  Magestad  que  es  la  tierra  nueva  de  la  mar  del  Sur  la  mas 
hermosa  y  talantosa  y  siina  que  nunca  se  a  visto  en  las  yndias  ansi  en 


—  87  — 

las  islas  como  en  la  tierra  firme  y  porque  lo  e  visto  todo  lo  podre  certi- 
ficar a  Vuestra  Alteza,  y  porque  creo  que  couozco  alguna  cosa  de  la 
calidad  de  la  tierra,  y  como  ya  e  suplicado  a  Vuestra  Magestad  suplico 
mande  aver  mui  larga  ynformacion  de  todo  en  la  Casa  de  la  Contrata- 
5Í0U  de  Sevilla  o  donde  Vuestra  Real  alteza  mas  sea  seruido,  de  las 
personas  que  de  aqui  van  para  se  quitar  de  dubda,  Xuestro  Señor  la 
vida  y  mui  Real  estadu  de  ^'uestra  Magestad  prospere  con  acrecenüi- 
miento  de  muchos  mas  Reinos  y  señoríos,  de  Santa  Maria  dell  Antigua, 
oy  martes  XYl  de  Otubre  de  DXV  años. — beso  los  Reales  pies  y  manos 
de  vuestra  magestad. — A'asco  Nuñez  de  Valboa. — Adelantado. 


45 

(Año  de  1515. — Noviembre  20,  Santa  María  la  Antigua).  -  A  Su  Alteza  el  Licenciado 
Espinosa  (extracto  de  Secretaría)  manifiesta  que  hacía  cuatro  meses  que  remi- 
tió el  proceso  de  la  residencia  de  Vasco  Núñez  menos  una  parte  que  envía 
ahora. — (A.  del.,  l-l-Vae)- 


Dize  que  la  resydencia  que  su  Altega  mando  que  se  tomase  a  Vasco 
Nuñez  de  Valboa  e  a  sus  oficiales  se  tomo  y  que  la  relación  de  lo  que 
en  ella  se  auia  fecho  con  mas  la  pesquisa  secreta  se  eubio  en  vna  nao 
que  partió  de  alia  quatro  meses  antes  desto/  escei)to  quatro  procesos 
que  por  no  se  poder  acabar  entonges  lo  enbia  agora  y  que  a  cabsa 
de  las  nescesidades  y  fatigas  que  huvo  luego  que  fueron  alli  acordó  el 
teniente  general  de  disymular  e  suspender  algunos  pleitos  criminales 
e  congegiles  entre  el  governador  e  Vasco  Isuñez  e  otras  personas  e  que 
si  se  diera  lugar  a  ello  fuera  cosa  que  nunca  se  acabara/  porque  todos 
los  vecinos  travavan  pleitos/  y  que  la  cabsa  del  daño  de  la  tierra  es  los 
pleitos/  como  otras  vezes  ha  escripto. 

Dize  que  el  teniente  general  va  a  pacificar  e  poblar  las  provincias 
de  Comogre  e  Pocorosa  e  la  otra  mar  del  Sur  e  a  castigar  los  que  fue- 
ron en  la  muerte  de  los  cristianos  e  destruymiento  del  pueblo  de  Santa 
Cruz /y  que  tanbien  va  el  con  el  dicho  governador,  porque  le  parege 
que  en  aquel  viaje  puede  bien  seruir.  Y  quel  proceso  contra  los  yndios 
va  fecho  como  se  hiziera  en  Castilla/  y  quel  dicho  governador  va  con 
voluntad  de  sy  los  hallare  con  algún  conocimiento  de  vsar  de  piedad. 

Dize  que  deve  syenpre  Su  alteza  hazer  mercedes  aquel  pueblo  y  a 
los  primeros  pobladores  del/  porque  han  seruido  muncho  y  están  po- 
bres/ y  cree  que  sera  aquella  tierra  la  mejor  del  mundo/. 

Dize  que  con  el  salario  que  se  le  da  con  el  dicho  ofiyio  de  Alcalde 


-  88  — 

mayor  no  se  puede  sostener/  suplica  a  Su  alt.*  que  si  alli  ha  de  seruir 
le  manden  crecer  el  dicho  salario  de  manera  que  pueda  seruir  como 
desea. 


46 

(Año  de  1515. — Noviembre  20,  Santa  María  la  Antigua). — A  Su  Alteza  los  Oficiales 
de  Tierra  firme  (extracto  de  Secretaría)  insisten  en  que  ni  el  Obispo  ni  Pedra- 
rias  ni  Vasco  Núñez  deben  estar  allí. — (A.  de  i.,  l-l-Vae)- 

Dizen  como  eseriuieron  a  Su  alteza  que  el  Obispo  frey  Juan  de  que- 
vedo  no  avya  bendezido  la  yglesia  ny  avya  tenido  la  horden  que  se  re- 
quería en  la  conbersyon  de  los  yndios. 

Y  como  por  faborecer  a  Vasco  Nuñez  tratava  mal  a  algunos  del  pue- 
blo, etc. 

Dizen  asy  mesmo  como  por  otra  carta  que  con  el  dicho  Obispo  escri- 
bieron hizieron  saber  a  Su  Alteza  como  pedraryas  no  hera  para  el  cargo 
que  tiene  y  que  en  lo  que  han  firmado  en  entranbas  cosas  del  vno  contra 
el  otro,  y  en  le  abisar  de  las  diferencias  que  han  tenido  e  tienen  pien- 
san que  han  seruido/  y  concluyen  que  ni  el  Obispo  ny  Pedrarias  ny 
Vasco  Nuñez  son  para  los  cargos  que  tienen  por  lo  que  han  escripto. 


47 

(Año  de  1515.  —  Noviembre  22,  Santa  María  la  Antigua).  —  A  Su  Alteza  el  Obispo 
Fray  Juan  de  Quevedo  (extracto  de  Secretaría)  da  cuenta  de  la  salida  de  Pedra- 
rias para  Comogre  y  Tubanama  y  que  él  ha  escrito  al  Tesorero  Pasamente  lo 
que  allí  pasa. — (A.  de  1.,  1-1-V26)- 

Dize  que  regibio  la  carta  que  Su  Alteza  le  mando  escriuir  y  que 
todos  juntamente  responden  a  las  cosas  que  se  les  escriuieron. 

Haze  saber  lo  de  la  yda  de  pedrarias  a  las  yslas  de  Comogre  e  tuba- 
nama/ y  que  va  con  mucha  flaqueza  y  buena  voluntad  del  fin  de  la 
jornada. 

Dize  que  como  todos  en  aquellas  partes  y  el  tienen  por  verdadero 
servidor  de  Su  Altega  al  Thesorero  Miguel  de  pasamonte  y  sabe  las  co- 
sas de  aquellas  tierras  muy  particularmente/  le  ha  escripto  muchas  ve- 
zes  y  fecho  saber  lo  que  aUa  pasa  por  quel  lo  haga  saber  acá  para  que 
se  prouea  lo  que  convenga/. 

Dize  el  i)oco  fruto  que  de  sus  ydas  alia  se  a  seguido/  como  otras 
muchas  veges  ha  escripto. 


89 


48 

» 

(Año  de  1515. — Noviembre  23,  Santa  María  la  Antigua). — A  Su  Alteza  Alonso  de  la 
Puente  (extracto  de  Secretaría)  recomienda  con  gran  interés  el  ofrecimiento  de 
Diego  de  Albitez  de  fundar  poblaciones  y  hacer  descubrimientos  en  la  mar  del 
Sur.— f4.  de  i.,  1-1- Vae)- 


Dize  que  recibió  la  cartel  de  Su  Alteza  de  II  de  Agosto. 

Que  la  merced  que  Su  Alteza  hizo  a  los  vesinos  de  aquella  gibdad 
para  que  no  paguen  diezmo  del  tienpo  pasado  fue  muy  bien  proveydo 
por  que  sentían  pena  en  lo  pagar/  y  que  fue  muy  conviniente  la  limosna 
para  la  obra  de  la  Yglesia  y  la  del  Ospital  avnque  ya  no  ay  tantos  po- 
bres enfermos  como  quando  se  escriuio. 

Dize  que  con  Rodrigo  de  Colmenares  enbio  por  memorial  algunas 
cosas,  que  parecen  convenientes  de  proueer  en  la  tierra  demás  de  las 
que  agora  fueron  proveydas/  suplica  las  mande  proueer/. 

Dize  que  besa  las  manos  a  Su  Alteza  por  la  merced  que  le  hizo  de 
proueer  lo  que  enbio  a  su})licar  de  los  tres  Oficiales  de  que  tiene  nece- 
sidad para  sus  cargos.  Y  que  lo  menos  que  en  aquella  tierra  se  puede 
dar  a  vno  para  que  entienda  en  qualquier  negoyio  son  XXX  mil  mara- 
vedís y  el  governador  les  mando  dar  LX  mil  todos  tres  que  sale  a  XX 
mil  cada  vno/  y  que  por  no  ynportunar  mas  sobrello  lo  ovo  por  bien/ 
Suplica  lo  manden  aprouar  por  su  carta. 

Suplica  a  Su  Alteza  que  los  LY  mil  que  tenia  de  quitación  que  Su 
Alteza  le  hizo  merced  que  se  le  librasen  de  tres  en  tres  años  en  badajoz 
para  el  sostenimiento  de  su  muger  e  hijos  que  se  le  asentasen  de  por 
vida  por  escusar  a  su  muger  de  sacar  libranzas  dellos. 

Dize  que  en  la  ynstrugion  que  se  le  dio  se  manda  que  lo  que  pagara 
de  extraordinario  sea  con  acuerdo  de  todos  y  en  poca  cantidad/  que  en 
lo  gastado  hasta  el  tiempo  quel  escriño  y  Su  Alteza  mando  responder  que 
fue  hasia  dos  mil  doscientos  ventitres  pesos  de  oro  que  se  auian  gastado 
hasta  XVIII"  de  otubre  de  DXIIIP/  y  en  los  doscientos  pesos  del  ospital 
fue  bien  proueydo/  y  que  Vuestra  Alteza  escriuio  que  pudiese  el  Gover- 
nador dispensar  en  los  gastos  e  otras  cosas  de  alli  adelante/  de  manera 
que  lo  gastado  en  aquel  tienpo  de  XVIII°  de  otubre  de  DXIIII°  de  que 
face  aprouacion  hasta  que  llego  la  nueva  comisyon  que  fue  a  XXVI  de 
Otubre  de  DXV  que  son  dos  mil  ochocientos  pesos  de  oro  no  ay  aproua- 
cion y  conviene  que  la  aya  para  su  descargo/  suplica  lo  mande  proueer 
por  carta/. 

Haze  saber  la  yda  del  governador  a  las  yslas  de  panamá  y  Comogre 


—  90  — 

y  pocorosa-/  y  el  deseo  que  el  governador  Ueva  de  que  aya  el  fui  que  todos 
desean  y  esperan/  y  los  Capitanes  que  van  con  el. 

Dizen  quel  governador  y  los  oficiales  han  escripto  a  su  alteza  y  agora 
escriuen  que  diego  Albites  tiene  deseo  de  seruir  a  su  alteza  y  decubrir 
en  la  Mar  del  Sur/  dizieudo  lo  que  lian  conogido  del  y  de  su  buena  abi- 
lidad  y  suplicándole  liiziese  mercedes  y  honrras  de  su  persona  por  que 
con  mas  voluntad  se  dispusyese  a  seruir/  y  que  ha  procurado  de  saber 
el  proposito  de  su  jornada/  y  es  que  tiene  pensado  dándole  Dios  vida 
para  seruir  a  su  alteza  que  los  aparejos  de  los  navios  e  bastimentos 
los  ha  de  Uevar  por  tierra  desde  Careta  que  es  en  aquella  costa  hasta 
la  mar  del  Sur  al  golfo  de  San  Miguel  o  en  otra  parte  que  mas  convi- 
niente  paresca/  o  haUando  trauiesa  desde  el  golfo  de  San  blas  que  es  en 
aquella  costa,  hasta  la  otra  parte  de  la  mar  del  Sur  donde  aya  dispusy- 
cion  para  pueblo  y  hazerlo  entretanto  que  los  oficiales  aparejan  los 
navios  y  proueer  que  haga  la  mitad  de  la  gente  sementeras  para  que  se 
sostengan  e  continúen  su  población  y  descubran  minas  porque  el  ha 
estado  en  aquella  tierra  y  dize  que  las  ay  y  que  es  tierra  rica. 

Y  que  dexado  proueydo  con  la  mitad  de  la  gente  a  los  navios  seguir 
la  costa  del  levante  docientas  o  trezientas  leguas  o  lo  que  pudieren/  y 
procurar  por  la  tierra  de  se  ynformar  de  la  otra  tierra  o  yslas  en  la  mar/ 
e  si  hallare  alguna  buena  nueva  e  viere  que  los  navios  son  tales  que 
Uevara  bastante  para  se  arriscar  a  atravesar  a  la  otra  costa  e  yslas  que 
lo  híira/  y  sy  supiere  que  sera  peligroso  su  pasaje,  con  las  nuevas  de  lo  que 
ouiere  hallado  en  la  costa  se  bolvera  a  la  población  que  asy  ouiere  de- 
xado fecha  y  con  aparejo  de  carpinteros  e  aserradores  e  herreros  e 
otros  proueymientos  que  piensa  que  Su  Alteza  le  ha  de  eul)iar  por  lo  que 
enbio  a  suplicar  con  el  bachiller  de  encizo  e  el  estima  que  hará  dos 
caravelas  de  a  XXX  toneladas  e  con  ellas  tornar  en  demanda  de  lo  que 
huviere  sabido  e  de  lo  que  mas  podiere  saber  e  en  efecto  dize  que  piensa 
de  seguir  por  la  dicha  mar  del  Sur  a  la  parte  del  levante  a  descubrir 
el  cabo  de  Sant  agostin  que  sale  a  la  mar  de  España/  y  que  descubrién- 
dose tal  cosa  que  de  la  mar  de  España  partiesen  los  navios  para  la  mar 
del  Sur  e  se  llevasen  mercaderías  e  bastimentos  seria  muy  grand  ri- 
queza/ y  que  esa  tierra  que  el  dicho  Diego  Alvitez  piensa  descubrir 
pare(;e  que  se  hallara  debaxo  de  la  linea  equinogial  y  en  partes  donde 
haze  operación  con  la  dicha  linea  el  circulo  del  Sol/  como  se  podra  veer 
por  el  mapamundi. 

Dize  que  el  dicho  Diego  x4.1vites  enbia  a  suplicar  por  memorial  lo 
que  le  parece  conviniente  para  el  viaje  y  lo  traxo  el  bachiller  de  Enrizo/ 
y  que  cree  que  es  muy  seruidor  de  Vuestra  alteza  y  onbre  para  hazer  lo 
que  ofrece  y  platico  en  las  cosas  de  la  mar  y  de  la  guerra. 

Dize  que  ha  mirado  munclio  en  todo  lo  que  ha  sucedido  del  tratamiento 
de  los  yndios  y  syguiendo  los  términos  de  lo  que  Su  Alteza  manda  por 


—  91  — 

sus  yustruciones  mas  han  tenido  manera  los  Capitanes  de  robar  y  alte- 
rar los  yndios  que  no  de  pacificar  y  poblar/  por  que  dizen  que  yendo 
como  van  en  las  entradas  conviene  para  ser  aprouechados  y  sostener  la 
gente/  y  tanbien  porque  ráensan  que  simen  en  traer  queutos  de  oro  y 
esclauos  ¡lara  sostener  los  gastos  que  Su  Alteza,  manda  gastar/  y  para 
aquello  salteanlos  y  tomanles  todo  el  oro  y  perlas  que  tienen/  y  todos 
los  esclauos  que  les  dan  de  los  yndios  que  prenden  de  otros  caciques  e 
les  toman  sus  mugeres  e  hijos  y  debdos  y  sus  principales  y  los  toman 
por  esclauos  porque  los  re«iuerimieutos  no  los  entienden  ni  los  cunplen/ 
y  antes  se  consienteseu  matar  que  no  dar  tergia  ni  quarta  ni  quinta  parte 
de  gente  para  seruir  fuera  de  sus  tierras  y  fácilmente  sufren  la  muerte 
por  aquella  defensa/  de  manera  que  los  cristianos  no  tienen  otro  fin 
syno  yr  en  las  entradas  y  traer  oro  y  esclavos  para  yrse  a  Castilla/  y 
que  teniendo  este  fin  hablalles  en  poblar  es  tocar  en  Espíritu  Santo/  de 
manera  que  no  se  consigue  lo  que  Su  Alteza  manda/  y  que  para  remedio 
de  aquello/  de  su  ñaca  juicio  y  por  lo  que  se  ha  ynformado  de  los  que 
han  tratado  la  española  y  aíiuella  tierra  conuernia  proueer  ciertos  capí- 
tulos que  en  su  carta  escriue  que  es  menester  veer  a  la  letra. 

Tanbien  escriue  sobre  la  población  de  los  dos  lugares  y  enbian  el 
memorial  de  lo  que  dio  Diego  Albites  que  les  parece  cosa  muy  convi- 
niente  y  prouechosa/  es  menester  que  se  vea. 

Y  que  si  Su  Alteza  se  quisiere  seruir  del  dicho  diego  Alvites  en  lo 
que  se  a  proferido  del  descubrir/  que  ya  quando  vaya  el  despacho  dello 
estaran  principiados  los  pueblos  y  se  porna  persona  que  los  continué 
no  quitándose  al  dicho  diego  alvites  el  cargo  dellos  pues  ha  fecho  el 
pr-ingipio  y  ofrecimiento. 

Dize  manda  por  sus  ynstruciones  que  lo  que  ganaren  las  naborías 
las  ayan  y  las  tengan  y  quando  alguno  muere  en  la  guerra  el  governador 
toma  sus  naborias  y  las  da  aquien  quiere  y  quedan  las  haziendas  destos 
tales  que  mueren  perdidas  que  no  las  quiere  conprar  nadie  ni  se  puede 
hazer  ninguna  obra  pia  por  ellos  porque  son  haziendas  que  tratan  los 
yndios  y  las  sostienen  y  quando  les  quedasen  las  naborias  como  la 
otra  hazienda  hallarse  ya  quien  sela  conprase/  y  que  desto  se  quexan 
todos/  especialmente  de  los  que  mueren  en  la  guerra  que  Su  Alteza  lo 
deve  mandar  proueer/  porque  las  naborias  las  ganan  en  las  entradas 
con  mucho  trabajo/  y  no  son  que  se  las  ayan  dado  de  repartimiento. 

Dize  que  ya  se  avra  sabido  por  las  cartas  que  han  escripto  el  gover- 
nador y  Oficiales  como  Gaspar  de  Morales  paso  a  la  Ysla  de  las  Perlas 
y  como  asento  con  el  cacique  e  yndios  que  diesen  en  cada  vn  año  de  ser- 
uicio  cient  marcos  de  perlas  y  que  agora  abian  comentado  a  encomen- 
dar a  algunas  personas  de  bien  algunos  caciques  de  los  mas  cercanos 
para  que  los  sosyeguen  e  los  pacifiquen  e  administren  en  las  cosas  de 
la  fe  e  escriue  sobre  ello  otras  cosas  etc. 


—  92  — 

Dize  que  los  prouechos  que  se  syguen  desto  son  que  se  puebla  la 
tierra  que  se  sacaran  perlas  para  su  alteza  y  para  los  cristianos  estando 
poblada  y  conpliran  los  yndios  el  asiento  que  hizieron/  que  los  que 
hizieren  armadas  e  navios  para  descubrir  en  la  mar  del  Sur  hallaran 
alli  mantenimientos  e  madera  e  otros  aparejos  para  sus  viajes  quando 
faltare  en  la  costa  del  dicho  mar  que  es  en  algunas  partes  estéril  para 
las  dichas  prouisiones/  y  que  aviendo  alli  pobladores  se  sabrá  lo  que  ay 
en  las  otras  grandes  yslas  que  están  a  vista  de  la  dicha  ysla  que  dize 
que  están  despobladas. 

Suplica  a  Su  Alteza  le  haga  merced  del  abito  de  la  Orden  de  San- 
tiago pues  sus  pasados  fueron  Cavalleros  della  y  sus  seruicios  lo  mere- 
cen/ y  para  mas  abtoridad  de  su  oficio. 


49 

(Año  de  1515.—  Noviembre  25,  Santa  María  la  Antigua).  —  A  Su  Alteza  Pedrarias 
Dávila  (extracto  de  Secretaría)  dice  que  ha  favorecido  á  Vasco  Núñez  como  Su 
Alteza  le  mandó. — (A   de  1.,  l-l-Vae)- 

Dize  que  en  lo  de  la  dispusygion  de  la  tierra  donde  los  asyentos  de 
los  pueblos  se  han  de  hazer  se  mirara  lo  que  se  le  ha  enbiado  a  mandar. 

Dize  que  aqueUa  gibdad  del  antigua  es  buena  que  los  que  se  han 
venydo  por  encobrir  su  poco  animo  la  han  difamado/  y  cada  dia  se 
ennoblece  mas  y  que  esta  en  muy  buen  sytio  para  descobrir  las  riquezas 
e  minas  que  dizeu  que  ay/  e  que  para  el  probeymiento  de  aquella  tierra  • 
ay  en  ella  muy  mas  ricas  minas  que  las  de  la  española  e  de  muy  sobido 
oro  y  grandes  pastos  riberas  montes  y  tierras  para  sembrar  y  que  ahun- 
que  no  esta  en  alto  tiene  buenos  ayres/  y  que  la  pringipal  cosa  porque 
adolescio  tanta  gente  fue  por  no  saber  aprobecharse  del  agua  que  se  ha 
hallado  ser  mejor  reposada/  y  tanbyen  por  la  pestilencia  general  en 
aquellas  partes/  y  dize  como  ya  se  avyan  desamparado  las  minas/  y  que 
supo  que  heran  grand  cosa  e  enbyo  ocho  onbres  a  su  costa  los  quales 
desde  Santa  Maria  de  Agosto  de  DXV  hasta  en  fin  de  Otubre  del  dicho 
año  le  cogieron  quinientos  castellanos  y  quel  esta  mal  con  todos  porque 
querian  que  desfavoresgiese  la  tierra  por  alcangar  mercedes  por  la  es- 
tada de  alia/  y  dize  que  conviene  que  se  le  diese  licencia  para  venir 
acá  a  ynformar  de  las  cosas  de  aquella  tierra  y  boluerse  luego/  e  yu- 
biarle  el  teniente  a  costa  de  su  salario. 

Que  ha  faboregido  a  Vasco  Nuñez  y  mirado  sus  cosas  como  su  alteza 
se  lo  enbyo  a  mandar  y  le  concertó  con  los  que  le  acusavan  criminalmente 
y  suspendió  sus  causas. 


—  93  — 

Que  mando  que  estouiese  ally  hasta  quel  buelua  de  la  jornada  a 
que  va. 

Que  el  alcalde  mayor  le  ha  dicho  que  eubya  su  resydengia  y  que  en 
verdad  que  alia  ay  muchos  que  saben  la  tierra  y  la  lengua  que  tienen 
otro  animo  para  seruir  a  sus  altezas  que  no  palabras,  que  su  alteza 
mande  mirar  lo  que  a  su  seruicio  conbyene. 

Que  besa  las  manos  a  Su  Alteza  por  el  proveymiento  de  los  mante- 
nimientos/ y  questan  buenos  de  todo. 

Dize  que  a  Alonso  de  la  puente  señalo  para  tres  of  figiales  que  han  de 
entender  en  la  hazienda  de  su  alteza  para  cada  vno  XX  mil  niara  vedis  en 
cada  vn  año  que  es  el  menor  salario  que  alia  se  puede  dar  y  que  ahunque 
el  esta  quexoso  desto  mirado  el  salario  que  se  le  da  y  merced  que  se  le 
haze  con  el  oficio  esta  byen. 

Que  besa  las  manos  a  su  alteza  por  la  merced  de  las  dos  yndias  e  dos 
yndios.  Y  por  la  licengia  de  su  muger  y  por  la  merced  de  la  pregonería 
al  Capitán  morales  y  que  doña  Ysabel  se  uiniera  luego  por  que  ay  acá 
arta  necesidad  de  su  venida  en  sus  pleitos  e  hazieudas./  Syno  por  que 
veniendo  ella  se  movieran  a  venir  muchas  personas.  Y  que  fasta  que  la 
tierra  este  mas  poblada,  se  queda  por  agora. 

Suplica,  a  Sus  Altezas  por  quel  pleito  que  trae  sobre  sus  molinos 
en  su  avsencia  no  regiba  daño  su  justigia  se  mande  \eer  por  dos  Salas. 


50 

(Afto  de  1515.  — Noviembre  27,  Santa  María  la  Antigua).  — A  Su  Alteza  Vasco  Nú- 
ñez  (extracto  de  Secretaría)  dice  que  obedece  al  Gobernador  y  le  informa  de 
todo  lo  que  cree  conveniente,  pero  que  toma  más  el  parecer  de  otros  que  el 
suyo. — (A.  de  1.,  1-1-V26)- 

Dize  que  resgibio  la  carta  que  Vuestra  Alteza  le  mando  escriuir  de 
II  de  Agosto  del  dicho  año. 

Que  continuamente  ha  fecho  y  haze  lo  que  su  Alteza  le  enbio  a  man- 
dar que  hiziese  lo  quel  governador  le  mandase/  con  toda  obidiengia 
como  a  la  misma  persona  de  Su  Alteza.  Y  le  ha  avisado  y  avisa  todo  lo 
que  le  ha  parecido  como  quiera  que  se  toma  mas  el  parecer  de  otros 
quel  suyo/  y  otras  cosas  sobre  lo  de  las  entradas/  como  otras  vezes  ha 
escripto.  Torna  a  hazer  saber  lo  que  otras  vezes  ha  escripto  de  lo  que 
se  a  herrado  en  el  viaje  y  de  que  no  ha  tomado  su  consejo. 

Espone  lo  que  paso  entre  el  Obispo  fray  Juan  de  quebedo  y  pedrarias/ 
y  dize  nue  el  dicho  Obispo  es  muy  buena  persona  y  en  quien  cabra  qual- 
quier  cosa  que  se  le  encomendase. 


—  94  - 

Espone  lo  ríe  la  jornada  de  Pedrarias  a  descubrir  las  yslas  de  panamá 
etcétera  y  dize  muchas  cosas  contra  ellos. 

Dize  que  cunple  a  seruicio  de  Su  Alteza  quel  pueblo  del  nonbre  de 
Dios  que  tenia  fecho  Diego  de  Nicuesa  se  torne  a  hazer  porque  es  muy 
buen  sytio  y  sera  rico  puerto/  y  que  ha  sabido  que  dizen  quel  almirante 
lo  gano  y  descubrió/  y  que  por  ello  se  le  ha  dado  la  governacion  del/  y 
que  si  ha  de  llevar  los  derechos  alli  como  en  la  Española  los  lleva  que 
serán  muchos  por  lo  que  se  espera  que  valdrá  /  que  es  menester  remedia- 
11o  y  para  esto  sera  menester  veer  el  capitulo  de  la  carta  que  escriue. 


61 

(Año  de  1515. — Diciembre  15,  Santa  María  la  Antigua). — A  Su  Alteza  el  Licenciado 
Espinosa  (extracto  de  Secretaría)  da  cuenta  de  su  expedición  á  Careta,  Coraogre 
y  Pocorosa. — ('A.  de,  i.,  l-l-Vae)- 

Dize  que  el  dia  de  San  Andrés  del  dicho  año  XXX  de  Noviembre  se 
hizo  a  la  vela  el  lugarteniente  general  con  250  onbres  repartidos  en  tres 
caravelas  e  vn  vergantin  e  12  de  cauaUo  para  el  viaje  de  caretea  e  co 
mogre  e  pocorosa  e  a  la  otra  parte  de  la  mar  del  Sur. 

Dize  quel  dia  que  se  liizieron  a  la  vela  asy  por  quel  viento  les  co- 
mento a  ser  contrario  i)ara  su  viaje  como  porque  antes  quel  lugarthe- 
nieute  general  partiese  se  auia  hablado  (pie  seria  bien  que  pues  se  ha- 
llaua  con  gente  bastante  y  el  rodeo  del  camino  hera  poco  que  soltase 
toda  la  gente  en  la  provincia  de  Caribana  que  esta  de  la  otra  vanda  del 
Dañen  a  saber  de  vn  Capitán  que  se  dize  bezerra  que  avra  odio  meses 
que  entro  por  aquella  tierra  con  150  onbres  a  descubrir  la  tierra  e  bus- 
car las  minas  ricas  del  Tarufi  que  diz  que  están  en  aquel  paraje  y  que 
esto  se  acordó  por  el  mucho  tienpo  que  auia  quel  dicho  Capitán  y  su 
gente  fueron  a  ello  syn  saber  deUos  y  tenian  pensamiento  que  segund 
la  gente  de  aquellas  partes  es  de  guerra,  no  les  hubiese  subcedido  al- 
gund  peligro/  y  fueron  a  desenbarcar  en  vn  puerto  que  se  dize  el  aguada 
que  esta  dentro  del  golfo  dende  el  tercero  dia  que  se  partieron/  e  que 
alli  refresco  la  gente  obra  de  una  ora/  e  bebió  del  agua  de  vn  rio  que 
hallaron  al  qual  por  ser  el  primero  (jue  en  aquella  costa  vio  el  teniente 
general  y  por  ser  el  agua  buena  se  le  puso  nonbre  el  rio  de  Arias./  v 
que  después  de  auer  reposado/  el  teniente  general  concertó  la  gente, 
e  puesta  en  orden  se  partieron  por  la  ribera  de  la  mar  todos  a  pie  y  el 
agua  encima  de  las  rodillas  y  avn  a  las  vezes  a  la  cinta  ]ior  que  por  el 
muncho  monte  e  muy  espeso  que  en  la  tierra  a.uia  e  por  la  mar  en  aque- 
lla sazón  presente  no  auia  disposycion  de  yr  de  otra  manera.  Y  haze 
relación  de  todo  lo  del  viaje/  es  menester  ver  esta  su  carta  a  la  letra. 


—  95  — 


52 


(Sin  fecha  ni  lugar).  —  Representación  de  Pedrarias  Dávila  pidiendo  se  limitaran 
las  mercedes  otorgadas  á  Vasco  Núñez,  é  instrucción  de  lo  que  contra  éste  había 
de  decirse  á  Su  Alteza. — {A.  de  1.,  I-I-'/iq). 

Muy  poderosos  Señores. 

Pedrarias  davila  governador  de  Tierra  Firme  besa  las  Reales  manos 
de  V.  al,  e  dize  que  caso  que  V.  al.  fuesen  seruidos  que  la  merced  de  la 
governacion  que  a  Vasco  Nuñez  se  hizo  de  Panamá,  e  Coyba  oviese 
efetto  ay  negesydad  que  la  manden  V.  alts.""  ynterpretar  e  declarar  por- 
que dizen  que  le  hazen  merced  de  la  governacion  de  las  provincias  de 
panamá  e  coyba  quel  dicho  Vasco  nuñez  descubrió.  E  dales  el  deslindo 
por  las  cordilleras  de  las  syerras  de  Veragua  que  responden  a  la  mar 
del  norte  aguas  vertientes  a  la  mar  del  Sur.  V.  al.  sabrán  que  panamá  es 
vnas  pesquerías  en  la  costa  de  la  mar  del  Sur  e  por  pescadores  dizen  los 
yndios  panamá  la  provingia  que  dizen  de  Coyba  no  la  ay  tal  prouingia 
en  esta  tierra  por  que  asymismo  los  yndios  del  nonbre  de  Dios  donde 
Diego  de  Nicuesa  pobló  y  los  de  puerto  belo  (]ue  esta  alli  junto  tienen 
por  vocablo  que  dezir  coyba  en  su  lengua  quiere  dezir  lexos  tierra  o 
lexos  caminos.  E  asy  quando  el  almirante  Viejo  Uego  alli  a  puerto  belo 
pregunto  a  los  yndios  que  donde  trayan  el  oro  que  tenian  o  lo  cogian 
dezianle  que  de  Coyba  que  quiere  dezir  como  he  dicho  de  alia  lexos  la 
tierra  adentro.  E  como  el  oro  que  los  yndios  tenian  era  en  cantidad  e 
dezian  que  en  mas  mayor  lo  sacaban  de  Coyba,  publico  este  nonbre  de 
dezir  Coyba  la  Rica/  pero  no  para  que  señalase  la  prouingia  ni  el  almi- 
rante ny  nadie  hasta  la  oviese  visto  ni  supiese  que  milque  es.  Mas 
de  como  de  la  costa  de  la  mar  del  Sur  e  de  la  tierra  adentro  se  trae/  y 
corre  muclio  oro  entre  los  yndios  de  rescate  de  los  que  lo  sacan  de  las 
minas.  E  como  le  dezian  al  Almirante  que  lo  trayan  de  Coyba  creyó  que 
hera  alguna  prouingia  sola  y  este  fue  su  íiu  y  por  eso  le  dezian  Coyba 
pero  los  yndios  por  lexos  dizen  Coyba. 

El  cacique  que  agora  es  de  Panamá  se  dize  Coti  este  e  todos  sus  an- 
tepasados son  grandes  fundidores  de  oro  e  maestros  de  labrarlo  e  ha- 
zense  alli  muy  gentiles  piezas  y  como  todos  quantos  caciques  ay  en  su 
contorno  y  de  lexos  de  su  prouin^ia  quando  (luieren  labrar  algunas 
piezas  de  oro  o  fazer  algunas  cosas  sotiles  van  alli  e  tienen  ya  por  cos- 
tunbre  de  gran  tienpo  de  dezir  quel  oro  que  tienen  lo  traen  de  panamá 
e  asy  preguntando  a  qualquier  cacique  quel  oro  (jue  tiene  donde  lo  trae 
responde  que  de  Panamá  y  toda  la  fama  es  de  ¡tanama  y  cogenlo  ellos 
mesmos  en  sus  tierras  por  que  en  panamá  no  se  coge  ningún  oro  ni  lo 


—  96  — 

ay.  E  por  que  lo  van  allí  a  fundir  e  labrar  dizen  que  de  Panamá  lo  traen 
y  como  Vasco  nuñez  nunca,  ha  visto  ni  ha  estado  en  estas  partes  o  pro- 
uingias  que  dize  mas  de  aver  oydo  a  los  Yndios  esta  fama  grande  de 
panamá  y  Coyba  syn  mas  saber  los  limites  ni  los  términos  de  las  pro- 
uingias  ni  la  Qertenidad  dello  ni  fasta  donde  se  estienden/  agy  a  bulto 
enbio  a  suplicar  a  V.  alts.^  por  la  gouernagion  dellas/  y  para  que  Vues- 
tras alts.^  conoscan  mas  claro  el  yerro  han  de  saber  que  la  prouingia 
que  los  que  de  antes  acá  estavan  digo  de  los  de  Veragua  qu©  vinieron 
con  diego  de  Nicuesa  tenian  por  Coyba  no  sabiendo  que  Coyba  queria 
dezir  lexos  es  la  prouinyia  que  se  dize  Chuana  que  es  syete  leguas  de 
puerto  belo  e  del  nonbre  de  Dios  la  tierra  adentro  y  entre  esta  prouin- 
5ia  de  Chuana  y  la  de  Panamá  esta  la  prouingia  de  Chumafame  e  la  de 
Pacora/  ay  otro  ynconveniente  que  alia  no  se  tiene  notigia  syno  de  Ve- 
ragua y  huraba  y  desde  este  golfo  de  Uraba  hasta  Veragua  ay  giento  e 
veynte  leguas  y  avn  que  toda  la  cordillera  de  las  syerras  desde  este 
dicho  golfo  hasta  Veragua  y  adelante  hasta  el  Cabo  de  gracias  a  Dios 
aguas  vertientes  a  la  mar  del  Norte  va  fecha  toda  vn  cuerpo/  acá  no 
tenemos  por  Veragua  mas  de  quanto  es  la  prouingia  quel  mismo  caci- 
que de  Veragua  posee  que  son  diez  o  doze  leguas  de  termino  y  asy  te- 
nemos y  entendemos  desta  manera  por  todas  las  otras  prouingias  de 
cada  Cagique  que  confinan  vnos  con  otros  tienen  en  sus  limites  e  mojo- 
nes señalados  cada  vno  de  lo  suyo/  y  asy  los  cristianos  como  digo  desta 
manera  entendemos  las  prouingias  y  asy  dezimos  la  prouingia  de  tal 
Cacique  e  de  tal  Cacique  y  desde  panamá  donde  V.  alts.*  proueyeron 
de  govemador  a  Vasco  Nuñez  hasta  Veragua  que  es  adelante  setenta 
leguas  entran  las  prouingias  de  Totonaga  y  de  petra  e  Tarachembi  e 
cocle  y  es  quien  gira  a  otras  muchas  que  caen  a  la  vna  mano  e  a  la  otra 
e  atrás  a  la  parte  del  Darien  ay  las  prouingias  de  Nonbre  de  Dios  y  del 
golfo  de  Sant  blas  e  de  Pocorosa  e  de  Comogre  e  de  Careta/  y  todas  es- 
tas las  vnas  y  las  otras  están  y  confinan  en  la  dicha  cordillera  de  la 
syerra  e  por  que  la  prouisyon  de  V.  alts.^  como  arriba  digo  le  deslinda 
desde  las  Cordilleras  de  la  syerra  de  Veragua  a  la  mar  del  Norte/  quiere 
Vasco  Nuñez  dezir  que  su  gouernagion  se  entienda  hasta  el  paraje  de 
la  prouingia  de  Veragua  aguas  vertientes  a  la  mar  del  Sur  demanera 
que  todas  las  prouingias  que  ay  adelante  hasta  Veragua  e  las  que  caen 
a  la  vna  parte  e  a  la  otra  las  vertientes  en  las  vertientes  de  la  dicha  mar 
del  Sur  las  ocuparla  para  que  V.  alts.*  no  pudiesen  facer  merced  du- 
rante su  gouernagion  aorre  de  todo  aquello/  y  quando  alguna  destas  otras 
prouingias  quisyesen  incomodar  a  otra  persona  deslindándole  con  la 
cordillera  de  la  dicha  syerra  que  todas  están  en  ella  cada  vno  querría 
gozar  de  lo  mismo. 

Otro  sy  dize  que  si  la  prouisyon  del  adelantamiento  de  Vasco  Nuñez 
se  ha  de  entender  como  lo  Reza  grande  es  el  engaño  que  V.  alts.^  resibeu 


—  97  — 

por  que  por  la  dicha  prouisyon  V.  alts/  le  hazeu  adelantado  de  toda  la 
costa  de  la  mar  del  Sur/  y  esta  tal  merced  tanto  la  querría  como  ser 
Señor  desta  tierra  sy  gente  ha  de  venir  a  ella/  bien  bastaua  ya  que 
V.  al.  fuesen  seruidos  de  le  fazer  mercedes  que  fuese  adelantado  en  la 
costa  de  la  mar  del  Sur  de  lo  qual  dizen  que  descubrió  e  vio  e  no  mas 
ni  allende  por  que  para  lo  quel  hizo  esto  es  mucha  merced  e  deven 
V.  Alts.*  mandar  en  caso  que  sean  seruidos  de  fazer  merced  a  Vasco 
Nuñez  de  que  sea  adelantado  e  gouernador  de  la  costa  de  la  mar  del 
Sur  que  lo  sea  solamente  de  lo  quel  descubrió  e  vio  e  que  vayan  desdel 
Darien  a  gelo  señalar  diez  personas  de  las  que  fueron  con  el  y  que  no 
lo  sea  de  mas  y  avn  desto  no  lo  deve  ser.  K  sera  dar  cavsa  a  que  todos 
trabajen  por  descubrir  mucho.  E  no  seria  razón  que  lo  que  han  descu- 
bierto los  Capitanes  que  yo  he  enbiado  con  mucho  trabajo  de  sus  perso- 
nas e  perdidas  de  onbres  e  bienes  que  V.  alts.''  lo  encomendasen  a  Vasco 
nuñez  ni  a  otra  persona  quanto  mas  que  segund  soy  ynformado  el  que 
descubrió  la  mar  del  Sur  e  gasto  sus  dineros  y  hazienda  en  ello  Diego 
de  Mcuesa  dizen  que  fue. 

Miren  V.  alts.^  que  reciben  grandisymo  engaño  por  que  en  la  costa 
de  la  mar  del  Sur/  y  en  las  yslas  que  en  ella  ay  asy  a  la  parte  de  le- 
vante como  del  poniente  se  encierran  grandisymos  tesoros  e  riquezas  de 
oro  e  perlas  y  aljófar  e  piedras  e  frvtas  de  que  se  mantienen  ay  tierra 
de  calidad  de  que  se  hazen  grandes  mercaderías  y  dineros  dellas/  muy 
poderosos  Señores  esto  no  es  costa  que  se  deve  enajenar  en  poder  de 
ninguno  tan  grandes  tesoros  e  riquezas  como  V.  alts.^  tienen  con  que 
pueden  sostener  con  mucha  abundancia  sus  Keynos  e  Señoríos  y  adque- 
rír  y  ensanchar  la  Cristiandad  y  destruyr  los  paganos  enemigos  de 
nuestra  Santa  fee  Catholica  y  tomen  V.  alts.*  en  exenplo  en  la  merced 
que  se  hizo  a  el  almirante  viejo  y  quanto  cuesta  en  deisatalla  por  la 
seruítud  que  a  V.  alts.*  devo  e  por  lo  que  mi  conyiengia  me  obliga  aviso 
dello  a  V.  alts.*  para  que  sobre  todo  eubíeu  mandar  lo  que  sea  su  ser- 
UÍ5Í0. 

Lo  que  se  ha  de  dezír  de  Vasco  nuñez  es  que  la  condición  que  tiene 
y  asy  es  publico  y  notorio  que  no  sabe  dezir  verdad  ni  sentir  ni  tomar 
por  afrenta  azerle  qualquiera  cosa  que  faga  mal  fecha  de  qualquiera 
calidad  que  sea/  no  tener  voluntad  ni  amor  a  ningún  bueno  preciarse 
de  conversar  e  darse  mucho  a  personas  cerviles/.  Ser  muy  demasyada- 
mente  codicioso  tener  grande  enbidia  de  qualquiera  bien  que  otro  aya, 
ser  muy  cruel  e  yngrato/.  nunca  perdonar/,  no  sujetarse  a  ningún  con- 
sejo/, no  tener  razón  ni  poder  vsar  della  para  resestir  ningún  apetito 
viyioso/.  Ser  muy  ynteresal  no  tener  obediencia  ni  ninguna  reverencia 
a  la  Yglesia  ni  a  sus  ministros/.  Ser  muy  mala  congiengia/  estar  sieu- 
pre  fundado  en  engañar  a  quien  con  el  conversare/,  quando  se  le  pide 
consejo  dale  syenpre  al  revés/.  Ser  muy  entenido  e  procurar  a  justo  o 

7 


—  98  — 

ynjusto  ser  superior  a  do  quiera  que  estouiere  procurándolo  con  ligas 
e  munipudios/  y  por  todas  las  otras  vias  que  puede  fallar  aparejo 
aunque  sea  contra  toda  lealtad  e  seruigio  que  a  Dios  e  a  S.  Alts.'^  se 
deva/.  todo  esto  y  otras  cosas  muchas  conprovareys  con  la  pesquisa  se- 
creta. E  con  la  resydengia  que  fue  a  la  corte  y  con  las  pesquisas  que  se 
hizieron  secretas.  Vna  que  llevo  Pedrarias  y  otra  que  llevo  Arriaga, 
sobre  la  entrada  del  Dabaybe,  las  quales  se  lian  de  procurar  de  saber 
adonde  están  e  sy  se  han  visto/  y  que  se  ha  fecho  sobre  ellas. 

Asy  mismo  suplicar  a  S.  Altes. ^  manden  saber  del  ijrc."  fiscal  sy  la 
Resydengia.  E  pesquisa  secreta  del  dicho  Vasco  Nuñez  quel  alcalde 
mayor  enbio  alia  e  los  pleitos  de  diego  de  Nicuesa.  E  del  bachiller  En- 
giso  sy  se  presentaron  en  consejo.  E  que  se  ha  fecho  sobre  ellas.  E  sy 
no  se  han  visto/  solicitar  aue  se  vean.  E  syno  ha  ydo  aUa  que  lo  deys  por 
manera  de  quexa  contra  el  alcalde  Mayor  que  las  enbie  que  por  que  fue- 
ron a  mas  mal  Recabdo  que  todos  los  otros  despachos  que  de  acá  han 
ydo.  E  que  sy  se  presume  fravde  que  bastara  que  el  dicho  alcalde  ha  seydo 
padre  del  dicho  Vasco  Xuñez  en  guiar  las  cosas  de  sus  culpas  como  mas 
ha  convenido  al  dicho  Vasco  Nuñez  para  deshazerlas  e  ahuianarlas  y  que 
no  bastara  mañas  para  que  en  la  Corte  no  se  supiesen  sus  culpas  para 
que  no  se  hiziese  justicia  en  perderse  o  esconderse  los  dichos  procesos 
de  la  Resydengia.  E  que  sy  esto  ha  seydo  que  ha  procedido  de  las  mu- 
chas dadivas  que  acá  es  fama  que  ha  reyibido  el  dicho  Alcalde.  E  por 
estas  culpas  e  otras  muchas  que  vos  podreys  representar  como  testigo 
de  vista  aveys  de  dezir  quel  dicho  Vasco  Nuñez  no  es  capaz  de  la  mer- 
ced que  le  fue  fecha  de  la  gouernagion  de  Coyba  e  panamá  y  de  ser 
adelantado  de  la  mar  del  Sur  e  caso  que  las  dichas  culpas  ni  objetos  no 
oviera  en  el  que  la  merced  es  tan  grande  que  pertenece  para  persona 
de  mas  maña  e  que  mas  y  mas  lealmente  aya  seruido  por  las  razones 
que  vos  como  persona  que  lo  aveys  visto  direys. 

Asy  mismo  para  confirmar  mas  lo  suso  dicho  direys  como  por  giertas 
cartas  que  su  alteza  me  enbio  en  que  dezia  que  se  ternia  por  seruido  en 
que  se  le  diese  al  dicho  Vasco  iíuñez  en  que  syrviese.  E  se  tomase  su 
consejo  e  pareger/  que  yo  tome  giertos  j)aresceres  suyos  para  hazer 
giertas  poblaciones  en  la  mar  del  Sur  e  que  las  hize  en  las  partes  a  do 
el  me  señalo  e  que  por  ser  en  partes  estériles  e  syn  fruto  ninguno  de 
mantenimientos  ni  do  podiese  aver  minas  que  es  lo  que  mas  face  al 
caso/,  se  tornaron  a  despoblar  por  no  se  poder  sufrir  la  gente  enellos 
por  enfermedades  e  hanbres  e  que  a  esta  cavsa  después  acá  nunca  he 
podido  traer  a  conclusyon  que  se  hiziesen  otros  en  aquellas  partes.  E 
que  ha  presentado  que  a(iuel  Consejo  dio  por  que  aquella  tierra  donde 
se  hizieron  las  poblaciones  q.uel  dio  por  consejo  confinavan  con  la  tie- 
rra de  donde  el  esperava  la  merced  de  la  gouernagion  y  porque  lo  que 
yo  fazia  no  permaneciese. 


— •  99  — 

Asy  mismo  direys  que  todas  las  vezes  que  yo  he  yntentado  de  enbiar 
gente  a  descubrir  e  pagificar  en  aquella  tierra  e  costa  de  la  mar  del 
Sur  segund  sus  Altezas  me  tienen  mandado/  se  ha  puesto  el  dicho  Vasco 
Nuñez  con  protestaciones  e  requerimientos  a  defendérmelo  e  atraer  asy 
toda  la  gente  que  mas  ha  podido  y  yndiuaudola  contra  mi  de  manera 
que  no  a-viendo  tomado  la  posesyon  de  la  merced  ni  aviendo  aparejo 
para  podella  a^evtar  ni  conveniendo  al  seruigio  de  sus  Alts.''  que  la  aya 
ni  goze  della/  parege  que  por  formas  e  cixvtelas  e  socolor  de  pedir  jus- 
ticia se  pone  en  enharagar/  lo  que  hordeno  e  mando  en  las  cosas  que 
conviene  al  seruicio  de  sus  Alts.''  estando  como  esta  acusado  de  jinchos 
crímenes  y  excesos  e  culpas  como  por  las  Resydengias  e  pesquisas  que 
ariba  digo  se  vera  y  que  avn  con  todas  estas  quiebras  se  ha  puesto  en 
este  que  hiziera  sy  se  le  oviera  dado  la  posesyon  e  cargo  de  las  merge- 
(les/  lo  qual  todo  se  ha  disymulado  con  el  por  que  su  alteza  no  estando 
ynfonnado  de  estas  cosas  me  lo  encomendó  mucho.  E  aveys  de  pedir 
que  para  en  remedio  de  lo  susodicho  que  manden  espresamente  que  se 
faga  Justicia  del/  conforme  a  sus  exgesos  y  delitos  o  manden  que  sea 
perdonado  e  los  querellosos  e  acreedores  se  aparten  de  pedir  justicia/ 
por  que  fasta  ver  lo  que  sus  alts.^  enbian  a  mandar  sobre  esto  e  lo  que 
es  su  seruigio  yo  no  entiendo  de  dar  lugar  e  al  dicho  Vasco  Nuñez  salga 
desta  gibdad  donde  le  tengo  detenido  por  razón  de  los  dichos  delitos 
por  que  creo  que  esto  es  lo  que  conviene  al  seruigio  de  sus  alts.^  e  a  la 
execugion  de  su  Justicia. 


53 

(Año  de  1515). — Instrucciones  dadas  por  Fr.  Juan  de  Quevedo,  Obispo  del  üarien, 
al  Maestrescuela  Toribio  Cintado,  de  lo  que  había  de  informar  al  Rey  sobre 
lo  que  ocurría  en  Castilla  del  Oro.  — {A.  de  i.,  1-1-7-26)- 

Diréis  como  llegamos  aqui  toda  el  armada  sanos  i  salvos  a  veinte  i 
siete  dias  del  mes  de  Junio  de  1514,  i  como  Vasco  Nuñez  con  el  Regi- 
miento nos  recibió  i  nos  aposento  con  muy  buena  gracia,  i  dio  de  co- 
mer al  Governador  i  a  mi  i  a  otros  muchos  largamente,  i  luego  dende  a 
dos  dias  se  ocuparon  en  la  residencia  i  hasta  hoi  no  se  ha  acabado. 

Diréis  como  paresce  claramente  que  Vasco  Nuñez  no  fue  en  que  vi- 
niese tan  grande  armada,  solamente  pidió  quatrocientos  hombres,  i  pi- 
diólos antes  que  le  viniese  el  socorro  de  la  Española,  porque  con  los 
quatrocientos  que  de  alli  vinieron  estava  suficientemente  proveída  esta 
tierra,  porque  eran  hombres  criados  en  la  Española,  i  esta  tierra  no 
les  hace  mal,  ni  fue  mentira  lo  que  escrivio  del  oro  que  liai  en  esta 


—  100  — 

tierra,  porque  en  todos  los  rios  que  el  rtixo  que  ha  i  oro  paresce  que  lo 
hai,  mas  nunca  la  gente  se  ha  dispuesto  a  cavar  ni  a  sacallo  porque  han 
estado  mui  enfermos  i  porque  no  tienen  Indios :  i  las  grandezas  del 
oro  que  escrivio  que  decia  que  havia  en  el  Avaive  i  en  Panamá  i  otras 
provincias,  aquello  mismo  se  afirma  agora,  i  creen  que  se  havria  hallado 
si  se  oviese  ido  a  descubrir. 

Diréis  que  sepan  alia  quien  dio  el  Consejo  para  que  viniesen  mili  i 
tantos  hombres  i  para  que  truxesen  tanto  numero  de  artillería  de  tiros 
i  pólvora  i  picas  i  espingardas,  que  este  fue  el  que  ha  hecho  el  daño, 
porque  nada  desto  era  menester,  i  aunque  fuese  menester  la  tierra  no 
sufre  pólvora  ni  espingarda  porque  todo  lo  corrompe,  i  ansi  esta  el 
artillería  i  pólvora  i  carretones  perdidos  por  las  playas  i  por  los  mu- 
ladares. 

Diréis  como  el  Governador  enfermo  dende  a  ocho  (lias  que  llegamos 
aqui  i  aun  no  ha  convalecido  del  todo :  i  por  consej  i  de  los  de  la  tiei  ra  i 
de  Vasco  Nuñez  tomados  de  todos  juramento  se  tnbiaron  a  la  provincia 
de  Tubanama  tres  Capitanes,  uno  quedo  en  u/i  puerto  quarenta  leguas 
de  aqui  que  se  llama  Poquerosa,  i  el  Capitán  se  llamava  Zorita.  En 
Tubanama  pusieron  un  Capitán  que  se  llam?,  Meneses :  i  veinte  i  seis 
leguas  de  alli  a  la  costa  del  otro  mar  del  sur  se  puso  por  Capitán  Fran- 
cisco de  Avila,  i  fue  Juan  de  Ayora  por  Teniente  de  Capitán  General 
sobre  todos  ellos. 

En  Poquerosa  se  hizo  un  asiento  con  un  buen  reparo  donde  queda- 
ron treinta  hombres  con  el  Caijitan,  En  Tubanama  se  hizo  otro  asiento 
con  un  reparo  mui  fuerte,  i  quedaron  con  el  Capitán  cien  hombres : 
estos  llebavan  en  la  instrucion  conforme  a  lo  que  Su  Alteza  mando  que 
se  hiziesen  pueblos  dende  esta  costa  hasta  la  otra.  Dieronse  tan  buena 
maña  los  Capitanes,  que  el  que  iva  por  Teniente  de  Capitán  General 
lo  primero  en  que  entendió  fue  en  tratar  mal  a  los  Caciques  i  Indios 
i  prendelles  porque  le  diesen  oro,  hasta  los  que  venian  a  serville  i  ofre- 
ceslle  oro  los  prendió  i  atormento  porque  le  diesen  mas :  i  teniendo 
preso  a  un  Cacique  de  Comogre,  que  es  el  mas  principal  de  todas  estas 
tierras,  el  qual  havia  venido  a  traelle  dos  miU  pesos  de  oro,  huyo  con 
otro  hermano  del  Cacique  de  Careta,  i  soltó  los  perros  en  pos  deUos  i 
mataron  al  hermano  de  Careta,  i  el  Cacique  de  Comogre  que  se  llamava 
Ponquillaco  por  huir  de  los  perros  entro  por  tierra  de  un  su  enemigo 
i  matáronle :  esto  todo  fue  en  una  provincia  que  se  Uama  Pocorosa,  i  al 
Cacique  desta  dicha  provincia  de  Pocorosa  tenia  tanbien  preso  a  la  sa- 
zón, i  es  tan  amigo  de  los  Crístianos  que  nunca  dexa  de  servilles  aunquf; 
después  le  han  robado  otras  vezes.  De  alli  fue  a  Tubanama  i  los  Indios 
le  salieron  a  limpiar  los  caminos  por  donde  fuese,  i  el  dicen  que  iva  en 
una  yegua  i  comenzó  de  alanzear  los  Indios  i  ansi  huyeron  todos.  En- 
fermo en  Tubanama,  i  bolviose  luego  a  la  hora  con  cinquenta  hombres 


—  101  — 

sanos  i  enfermos  sin  traer  razón  de  cosa  de  quauto  le  havian  encomen- 
dado. 

Por  los  grandes  i  mui  evidentes  indicios  fne  acusado  que  traía  mu- 
cho oro  hurtado,  i  huvo  mucha  negligencia  en  la  execucion  i  dexaronle 
ir  sano  i  salvo  sin  esperar  a  haver  información  de  los  Capitanes  que 
quedaran,  i  creyendo  todos  firmemente  que  llebava  mucho  oro  encu- 
bierto le  dexaron  ir. 

El  Capitán  que  quedo  en  Tubanama  dice  que  al  tiempo  quel  Te- 
niente de  Capitán  General  se  partió  del,  le  mando  que  se  estuviese  quedo 
en  aquel  lugar,  i  ansí  se  estuvo  seis  meses :  la  tierra  era  mui  dispuesta  i 
hallaron  mucho  maiz  i  yuca,  i  también  tenían  mantenimientos  de  harina 
i  aceite,  que  les  llebavan  del  puerto  de  Pocorosa  que  esta  diez  i  seis  le- 
guas de  alli. 

Y  por  saber  que  tales  quedavan  aquellos  Capitanes,  acordóse  de 
enbiar,  en  lugar  de  Juan  Dayora  que  se  havia  buelto,  a  Antonio  Tellez 
de  Guzman,  i  fue  con  ochenta  hombres,  í  hallo  a  los  que  estavan  en  Tu- 
banama con  muchos  enfermos  i  tomo  los  sanos  que  hallo,  i  con  el  Ca- 
pitán Meneses  enbio  los  enfermos  a  este  lugar,  i  pusieron  fuego  a  este 
bohio  donde  estavau,  que  era  mui  grande,  i  desampararon  el  asient<j 
i  reparo  que  tenían  hecho,  i  el  dicho  Antonio  Tellez  pasóse  delante  la. 
tierra  adentro :  no  se  ha  sabido  del  mas  hasta  agora. 

El  Capitán  Francisco  de  Avila  que  iva  a  hacer  pueblo  en  la  otra  mar 
del  sur  enfermo  el  i  mucha  parte  de  su  gente,  de  manera  que  se  estuvo 
alia  siete  meses  sin  descubrir  ni  hacer  pueblo  estando  tan  cerca  de  la 
isla  de  las  Perlas,  que  no  hai  mas  de  siete  o  ocho  leguas  dende  la  costa-, 
por  no  estar  bien  avenidos  el  i  otro  de  su  compañía  que  se  havia  apartado 
con  hasta  treinta  hombres  no  pasaron  a  las  Perlas  ni  hicieron  cosa  de 
las  que  llebavan  encomendadas,  de  manera  que  al  cabo  de  ocho  meses 
desampararon  la  costa,  i  el  que  se  aparto  con  los  treinta  hombres,  que 
se  llama  Francisco  Becerra,  tomo  de  ciertos  Caciques  hasta  numero  de 
siete  mili  pesos  de  oro  i  unos  dos  marcos  de  perlas,  i  ansi  se  vinieron  a 
este  pueblo  quedando  toda  la  tierra  ya  dicha  comida,  corrida,  robada, 
i  i)uestos  todos  en  huida,  porque  en  tanto  que  estos  estavan  aUa  fue 
otro  deste  pueblo  a  las  faldas  desta  tierra  a  traer  ciertas  canoas  desta 
costa,  i  fuera  de  lo  que  le  mandaron  entróse  la  tierra  adentro  a  robar, 
i  mato  a  un  Cacique  de  Chare  que  se  havia  venido  a  el  a  traeUe  de  co- 
mer, i  matólo  porque  no  le  dio  oro,  siendo  verdad  que  el  no  lo  tenia: 
a  otros  Caciques  asaron  e  a  otros  acuchillaron  i  no  por  otro  fin  sino 
por  robaUos.  Los  procesos  destos  i  las  acusaciones  han  parescido  aqui 
i  ningunt  castigo  se  ha  hecho,  i  desta  manera  los  asientos  que  se  havian 
tomado  que  se  pudieran  conservar  con  la  gente  que  anda  matando  pe- 
rros por  estas  calles  se  desampararon  haviendose  hecho  con  tanto  tra- 
bajo estando  en  comedio  donde  afirman  que  hai  minas  mui  ricas  en  la 


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provincia  de  Panamá  que  es  en  aquella  comarca,  i  comenzavan  ya  se- 
gunt  dicen  a  querer  paz  los  Indios  i  desde  alli  se  sojuzgavan :  dexaronlo 
todo  con  mucha  mengua  i  no  se  andado  nada  por  ello. 

Tanbien  con  mucho  acuerdo  se  hizo  un  pueblo  cinco  leguas  de  aqui 
i  estavan  ya  muchos  vecinos  en  el  hechas  rocas  i  senbrado  harta  parto 
de  la  tierra  i  puesto  Luis  Carrillo  por  Capitán  y  Corregidor :  todo  esto 
se  hizo  porque  hai  alli  mui  hermosos  ríos  i  señales  de  mucho  oro,  i  por- 
que no  lo  hallaron  a  montones  sin  cavar  i  sin  hacer  catas  que  fuesen 
suficientes  desampararon  el  lugar  sin  mas  proposito,  i  no  hai  quien  se 
maraville  dello. 

Diréis  también  a  Su  Alteza  como  aqui  hai  mui  grant  fama  que  en 
una  provincia  que  se  llama  el  (^enu  hai  mucho  oro  i  las  minas  que  dicen 
del  Turufi,  acordó  el  Governador  de  enbiar  alia  a  un  sobrino  suyo  que 
se  llama  Pedrarias  con  quatrocientos  cinquenta  hombres :  llevaron  mui 
buenos  navios  i  mucho  bastimento  de  Su  Alteza  i  estuviéronse  alia  tres 
meses  sin  osar  pasar  mas  de  seis  leguas  adentro  en  la  tierra,  i  tomaron 
un  Cacique  mui  principal,  el  qual  se  obligo  que  si  le  dexasen  libre  a  el 
i  a  sus  hijos  i  muger  que  los  llevaría  a  la  principal  Ciudad  que  esta  de 
alli  tres  jornadas  i  de  alli  les  ensañaría  las  minas,  i  nunca  el  Capitán 
quiso  segunt  dice  el  Bachiller  Enciso  i  los  otros  Capitanes  que  ivan  con 
el :  mataron  los  Indios  en  este  comedio  unos  quince  Crístianos :  murié- 
ronse por  aquella  playa  otros  treinta :  los  mensajeros  que  los  Caciques 
enbiavan  para  hacer  i)az  no  los  querían  oir  ni  recebir:  cativaron  obra 
de  docientos  Indios  i  truxeron  hasta  quinientos  pesos  de  oro,  i  truxe- 
ron  preso  al  Cacique  que  les  queria  enseñar  el  camino,  i  de  mal  tratado 
i  de  coraje  se  murió  aqui :  truxeron  mas  de  ciento  cinquenta  enfermos 
que  casi  todos  son  muertos,  i  no  enbargaute  estas  diligencias  ningunt 
castigo  se  ha  hecho. 

Diréis  a  Su  Alteza  como  hallamos  este  pueblo  bien  aderezado  mas 
de  docientos  bohios  hechos,  la  gente  alegre  i  contenta,  cada  fiesta  ju- 
gavan  ca^ñas  i  todos  estavan  puestos  en  regocijo :  tenian  mui  bien  sen- 
brada  toda  la  tierra  de  maiz  i  de  yuca,  puercos  hartos,  para  comer  al 
presente,  i  ordenado  de  descubrir  la  tierra  porque  tenia  mucha  dispusi- 
cion  para  ello,  los  Caciques  de  alderredor,  ausi  como  Careta  i  Chanca, 
enbiaron  sus  mensajeros  a  reconoscer  el  Governador  que  havia  venido 
i  ofrecieronsele  i)ara  servillo  i  truxeronle  presentes  de  los  que  ellos  sue- 
len hacer,  que  son  i)escado  i  puerco  montes  i  panas  vivas :  podia  ir  un 
Cristiano  i  de  cinco  hasta  diez  i  de  diez  hasta  uno  por  todos  estos  Ca- 
ciques desde  esta  costa  hasta  la  otra  al  poniente,  tan  seguros  como  si 
fueran  quince,  i  cada  Cacique  les  dava  de  comer  y  los  guiava,  de  ma- 
nera que  andavan  entrellos  como  entre  sus  amigos. 

Diréis  que  agora  el  pueblo  esta  todo  perdido,  todos  trístes  i  las  ha- 
ciendas del  campo  destruidas,  porque  de  la  grant  necesidad  de  la  gente. 


-    Í03  — 

que  se  caen  muertos  de  hambre  por  las  calles,  lo  destruye  todo :  la  re- 
sidencia de  Vasco  Nuñez  ha  movido  tantos  pleitos  entre  ellos,  que  vistos 
los  moradores  del  pueblo  que  aqui  estavan  i  el  numero  de  los  pleitos  que 
se  han  movido,  me  ha  dicho  el  Alcalde  mayor  que  si  se  repartiesen  por 
cabezas  cabria  a  cada  un  hombre  mas  de  quarenta  pleitos,  i  como  los 
derechos  de  acá  se  llevan  al  cinco  tanto,  todo  ese  oro  que  havia  en  c-1 
pueblo  se  les  ha  ido  en  pagar  Escrivanos  i  Justicias. 

Con  ocasión  de  la  mejoría  que  Su  Alteza  mando  hacer  a  los  que  vi- 
nieron con  Nicuesa  i  Ojeda  i  Enciso  ha  se  acabado  de  desolar  la  tierra 
porque  quitan  las  casas  de  los  unos  para  dar  a  los  otros,  i  en  esta  tierra 
han  tomado  por  costumbre  de  hedificar  sus  casas  los  que  no  tienen  pro- 
pios solares  en  solares  ágenos,  i  es  el  suelo  de  uno  i  la  casa  del  otro,  i 
en  este  mejoramiento  al  que  quiere  mejorar  danle  un  solar  vn."  como  en 
el  original  i  hacenle  que  pague  la  casa  que  es  del  otro,  i  hacese  que  lo 
que  ba  por  honra  se  toma  tributo. 

Diréis  como  están  todos  desaposentados  i  levantados  con  mucha 
gana  de  bolverse  a  la  Española  o  a  Castilla,  i  junto  con  esto  diréis  como 
entre  los  Indios  han  de  andar  ya  como  entre  los  Moros  de  Granada, 
que  por  el  mal  trato  que  les  han  fecho  donde  quiera  que  veen  los  Cris- 
tianos a  mal  recabdo  los  matan,  lo  que  antes  no  osaban  pensar. 

Diréis  a  Su  Alteza  como  los  amigos  i  enemigos  de  Vasco  Nuñez 
dicen,  que  si  el  oviera  entendido  en  descubrir  la  tierra  que  ya  supiéra- 
mos i  tovieramos  las  nuevas  que  esperavamos  del  Da])aive,  i  que  no 
embargante  la  residencia  que  Vasco  Nuñez  ha  fecho  i  hace  el  Alcalde 
mayor,  que  es  harto  buen  Letrado  i  razonable  Juez,  dice  que  de  las  co- 
sas criminales  de  que  le  acusavan  el  esta  libre  o  a  lo  menos  no  con  mas 
culpa  que  los  otros  del  pueblo,  i  que  por  las  otras  cosas  civiles  que  son 
debdas,  pasados  los  sesenta  dias  de  la  residencia  puede  dexar  un  Pro- 
curador, i  donde  quiera  que  le  mandaren  sin  que  nadie  le  pueda  calu- 
niar  con  justicia  puede  ir,  i  unos  de  enbidia  diciendo  que  es  mengua 
que  haviendo  venido  tantos  de  Castilla  no  haya  quien  haga  esto  si  el 
no  lo  han  estorvado,  no  mirando  la  cuenta  que  han  dado  los  Capitanes 
arriba  dichos,  i  como  aquellos  eran  los  mejores  i  los  que  quedan  no  son 
para  ir  por  un  cántaro  de  agua. 

Diréis  como  el  Governador  estava  de  proposito  de  lo  enbiar  al  dicho 
Vasco  Nuñez,  i  de  temor  de  las  cosas  que  estos  sus  contrarios  dixeron 
no  oso  enbiarlo,  mas  después  que  Su  Alteza  escrivio  al  Governador  en- 
comendándole a  Vasco  Nuñez  diciendole  que  lo  honrase,  i  que  en  las 
buenas  obras  que  le  hiciese  conosceria  Su  Alteza  la  gana  quel  Gover- 
nador tenia  de  serville,  i  que  tomase  su  consejo  i  su  parescer,  dende 
aquel  punto  i  hora  jamas  le  ha  podido  mirar  pacificamente,  i  aunque 
sepa  que  por  su  mano  se  ha  de  cobrar  la  vida  de  los  que  estamos  acá, 
no  hará  cosa  por  manos  del  dicho  Vasco  Nuñez. 


—  104  — 

Diréis  a  Su  Alteza  que  el  Governador  tiene  mui  grant  sospecha  que 
I)orque  el  Alcalde  mayor  no  ha  prendido  a  Vasco  Nuñez  que  ha  resce- 
bido  del  el  Alcalde  alguna  cantidad  de  oro,  i  esto  es  una  grant  burla 
antes  fuera  de  la  prisión,  la  qual  no  se  hizo  dice  el  Alcalde  porque  no 
era  justicia,  en  todo  lo  qual  le  ha  fecho  muchos  agravios  en  hacelle 
pagar  cosas  que  parescen  mui  injustas,  ansi  como  de  navorias  que  havia 
quitado  a  unos  para  dar  a  otros  como  hombre  que  tenia  cargo  de  la 
governacion,  mándaselas  bolver  a  quien  se  las  tomo  con  los  intereses, 
que  es  por  cada  dia  que  estuvo  la  naboría  dada  a  otro  medio  peso  de 
oro,  i  havia  algunas  que  havia  mas  de  un  año  que  eran  dadas  i  otras 
menos,  i  en  tal  manera  que  quando  aqui  venimos  valia  la  hacienda  de 
A'asco  Nuñez  nueve  mili  o  diez  mili  castellanos  i  agora  no  tiene  un  pan 
que  comer :  el  Governador  tomóle  la  casa  i  diole  por  ella  poco  mas  de 
lo  que  le  rentavan  las  tiendas  que  hai  en  ella :  las  tierras  hanselas  to- 
mado para  Su  Alteza  los  dineros  hauselos  hecho  pagar  a  los  que  se  los 
pedian :  queda  como  el  mas  pobre  hombre  de  la  tierra,  i  no  seria  nada 
todo  para  el  si  le  dexasen  entender  en  lo  que  el  sabe  mejor  que  todos 
que  podrían  servir  al  Rey,  i  finge  el  Governador  que  no  se  fiara  del, 
sieuda  magnifiesto  que  aunque  quisiese  ser  el  mayor  traidor  que  en  el 
mundo  nascio  no  hai  en  que  lo  pueda  ser,  porque  no  es  la  tierra  de  dis- 
pusicion  para  que  hombre  que  mal  haga  se  pueda  favorescer  ni  abscon- 
der  en  ella,  quanto  mas  que  se  yo,  i  ansi  lo  deci  a  Su  Alteza,  que  lo 
juro  por  la  Santa  Consagración  que  rescibi,  que  a  lo  que  yo  creo  nin- 
guno de  los  que  acá  están  tiene  mas  entera  voluntad  al  servicio  de  Su 
Alteza,  ni  con  mejor  arte  ni  maña  baria  todo  el  bien  que  acá  es  posible 
hacerse,  en  tanto  que  creo  que  con  quan  escandalizada  esta  la  tierra  si 
el  bolviese  a  entender  entre  los  Caciques  i  Indios  el  los  bolveria  a  so- 
segar i  pacificar,  mas  el  Governador  esta  tan  fuera  deste  proposito  que 
viendo  couoscidameute  como  esta  la  tierra  perdida  de  las  maneras  que 
he  dicho,  no  entiende  mas  en  el  remedio  della  que  sino  estuviese  acá : 
ocupase  en  labrar  bohios  i  en  comprar  casillas  i  en  hacer  renta  todo  de 
miseria,  i  en  alimpiar  las  calles,  i  en  adobar  los  caminos.  Los  navios 
que  vinieron  eu  el  armada  diréis  a  Su  Alteza  que  aunque  algunos  eran 
ya  viejos,  que  dende  alia  veniau  sentenciados  para  echallos  al  través, 
otros  hartos  veniau  razonables  i  buenos,  que  si  alguna  diligencia  se 
pusiera  en  el  despacho  pudieran  bolver  a  Santo  Domingo  i  aun  a  Castilla. 

Otros  navios  que  han  venido  aqui  de  la  Española  báseles  dado  tan 
mal  despacho  que  algunos  se  han  quedado  acá  porque  la  broma  deste 
puerto  es  en  mui  grant  cantidad,  i  demás  desto  son  tan  mal  tratados, 
que  aliende  del  mal  puerto  i  de  la  grant  carestía  de  los  mantenimientos 
van  tan  escandalizados  con  intención  de  nunca  mas  bolver  acá. 

Diréis  a  Su  Alteza  la  grant  parte  que  sabéis,  en  vuestra  conciencia, 
que  se  ha  perdido  de  la  hacienda  de  Su  Alteza  por  no  ponelle  cobro. 


—  105  — 

Diréis  en  quanto  menosprecio  esta  la  governarion  en  esta  tierra  por 
la  poca  constancia  que  veen  en  las  cosas  que  se  ordenan,  en  tanto  que 
por  quantos  pregones  se  dan  no  hai  nadie  que  tema  quebrantallos,  por- 
que saben  que  en  la  pena  no  hai  execucion. 

Y  diréis  que  por  esto  muchas  vezes  de  mi  al  Governador  solos,  i  otras 
vezes  delante  los  Oficiales  le  he  reñido  i  reprehendido  con  toda  cortesía 
i  acatamiento,  rogándole  sobre  todo  i  pidiéndole  por  merced  que  estime 
su  persona,  que  se  haga  temer  morque  haya  miedo  de  quebrantar  lo  que 
manda,  i  que  guarde  paz  con  los  que  conversa,  i  que  lo  que  una  vez 
dixere  que  este  firme  en  ello,  i  diréis  todo  lo  que  mas  en  este  articulo 
sabéis. 

Y  diréis  quant  poca  verdad  se  trata  en  los  que  havian  de  ser  execu- 
tores  del  castigo,  porque  los  Capitanes  que  han  ido  a  entrar  nunca 
guardaron  verdad  en  cosa  que  prometiesen  a  los  Indios,  i  ansi  están 
ellos  determinados  de  nunca  creer  a  los  Cristianos  ni  fiarse  dellos,  i  los 
del  pueblo  con  escarnio  de  las  mentiras  que  les  dizen  i  con  burlas  se 
satisfacen. 

Diréis  a  Su  Alteza  como  pideu  muchos  que  les  dexen  ir  a  entrar  con 
cierto  numero  de  gente,  i  saben  que  no  es  sino  para  ir  a  hurtar,  i  saben 
que  no  han  de  guardar  cosa  de  las  que  les  mandaren  cerca  del  buen 
trato  de  los  Indios,  i  no  enbargante  estos  se  las  conceden :  i  diréis  lo 
que  los  Capitanes  sacan  en  partido  con  la  gente  que  llevan. 

Diréis  como  yo  he  requerido  al  Governador  que  no  consienta  hacer  estos 
agravios,  i  para  haoeUo  huye  de  mi  i  que  se  concierta  con  los  que  se  lo 
ruegan,  sabiendo  que  le  he  dicho  como  claramente  se  destruye  la  tie- 
rra, i  si  yo  no  vo  a  buscar  a  el  i  a  los  Oficiales  nunca  se  comiden  para 
pedirme  consejo,  i  si  se  lo  do  acebtanlo  i  nunca  hacen  cosa  de  las  que 
son  necesarias  para  el  bien  de  la  tierra. 

Diréis  como  por  esto  nunca  se  dexo  de  seguir  i  aconpañar  al  Gover- 
nador con  tanto  acatamiento  como  si  fuese  Su  Alteza,  i  ninguno  del 
pueblo  conosce  de  mi  que  tengo  desgrado,  salvo  que  he  publicado  i  he 
querido  que  lo  sepa  el  pueblo  que  no  es  con  mi  consejo  cosa  de  las  que 
al  presente  se  hacen. 

Diréis  a  Su  Alteza  como  al  tiempo  que  ordenaron  que  se  pudiesen 
llevar  desta  tierra  los  Indios  dados  por  esclavos  a  Santo  Domingo  e 
a  las  otras  islas  por  algunas  razones  que  mostraron  e  interpretando 
una  carta  de  Su  Alteza,  yo  fui  de  parescer  en  aquel  acuerdo  que  era 
bien,  mas  después  ante  que  ningunt  esclavo  se  enbiase  conoci  que  era 
mui  grant  yerro  i  causa  para  despoblarse  la  tierra,  ansi  porque  los 
Indios  sabiendo  que  los  trasponen  en  otras  tierras  huirán  mas  de  lo 
que  huyen  i  nunca  los  podran  tener  seguros  ni  haora  de  quien  se  sirvan 
para  minas  ni  otras  haciendas,  i  los  moradores  de  la  tierra  i  estantes 
en  ella  nunca  se  harán  naturales  porque  no  esperan  sino  haver  veinte 


-  106  — 

Indios  })a7\T  pasarse  con  ellos,  i  porque  a  esta  causa  no  curan  de  des- 
cubrir minas,  i  también  los  Capitanes  que  van  toman  los  que  son  de 
paz  i  levantanles  una  mentira  para  decir  que  son  de  guerra  justa,  i  por 
todas  estas  cosas  i  por  otras  muchas  yo  hice  un  requerimiento  al  Go- 
vemador  i  a  todos  juntos  que  no  consintiesen  enbiallos  a  la  Española 
ni  a  otras  partes,  i  pasaron  por  el  i  no  dexaron  de  hacer  lo  que  agora 
hacen,  i  ansi  Ueva  la  tierra  fundamento  para  aunque  oviese  sierras  de 
oro  no  havria  quien  lo  cógese:  tan  escandalizados  están  i  tan  temero- 
sos los  Indios,  que  en  Uegando  una  caravela  a  este  puerto  se  van  todos 
sino  los  tienen  en  prisiones. 

Diréis  a  Su  Alteza  c^mo  a.  los  Clérigos  que  aqui  vinieron  a  penas 
les  han  pagado  cosa  de  sus  salarios  antes  les  han  convidado  los  Oficia- 
les que  se  vayan,  porque  no  solamente  no  hai  al  presente  dineros  para-  pa- 
galles  pero  ni  esperanza  que  lo  havra,  porque  dice  el  Tesorero  que  Su 
Alteza  ha  de  pagar  aqui  cinco  cuentos  i  seiscientos  miU  maravedises  de 
salarios  i  no  hai  minas,  pues  para  que  estos  se  paguen  es  menester  que 
traigan  hurtado  de  las  cabalgadas  o  de  buena  guerra  setenta  miU  pesos 
de  oro,  i  trayéndose  estos  havria  de  que  pagar  sin  haver  un  peso  de  oro 
para  Su  Alteza,  i  por  esto  el  mesmo  Tesorero  dice,  i  todos  los  otros 
que  algo  sienten,  que  en  ninguna  manera  conviene  para  el  servicio  de 
Su  Alteza  sufrir  tanto  gasto  tan  sin  provecho. 

Por  esto  diréis  a  Su  Alteza  como  por  ruego  del  Governador  i  mió, 
por  ser  quaresma,  quedaron  esos  pocos  Clérigos  que  al  presente  residen, 
porque  siete  son  muertos  de  los  que  vinieron,  i  cinco  se  fueron,  i  que- 
daron otros  cinco  o  seis  deude  el  mes  de  Marzo  hasta  en  diez  meses  si- 
guientes con  obligación  que  les  hecimos  el  Governador  i  yo  en  tanto 
que  Su  Alteza  lo  provee  de  conpliUes  sobre  sus  salarios  a  razón  de  me- 
dio ducado  cada  dia,  que  son  docientos  sesenta  ducados  los  que  nos 
caben  de  pagar,  i  esto  aprovecharia  si  lo  principal  que  Su  Alteza  les 
manda  dar  se  lo  diesen,  mas  de  miedo  que  sera  muí  poco  lo  que  los 
podran  dar  de  aqui  adelante :  otras  granjerias  no  hai  de  que  se  apro- 
vechen, ni  les  han  dado  naborías  ni  tierras  ni  solares,  i  por  esto  deci  a 
Su  Alteza  que  esta  es  carga  mui  demasiada  i  que  no  se  puede  sufrir  yi 
de  Castilla  o  de  la  Española  no  les  enbiasen  de  comer,  i  aun  esto  no  les 
bastaría  para  la  mitad  del  año. 

Por  ende  deci  a  Su  Alteza  que  yo  no  tengo  voluntad  mas  de  hacer 
aquello  en  que  Dios  i  Su  Magestad  sea  servido,  i  que  todo  el  tiempo 
que  aqui  me  dieren  de  comer  por  mas  áspera  que  sea  la  tierra  yo  estare 
en  ella  mandándomelo  Su  Alteza,  i  si  pudiese  o  supiese  o  la  tierra  diese 
lugar  para  alguna  granjeria  yo  buscarla  de  comer  sin  serle  inportuno, 
mas  mi  edad  ni  mi  oficio  ni  mi  abito  dan  lugar  aunque  pudiese  ser  para 
hacello,  besa  las  manos  a  Su  Alteza  porque  adonde  fuere  servido  me  de 
de  comer  pues  que  ya  estoi  puesto  en  necesidad  que  lo  tengo  de  pedir 


—  107  — 

desta  manera,  i  por  esto  haveis  de  hablar  en  lo  que  Su  Alteza  mas  fuere 
servido  porque  me  trasladen  en  Santo  Domingo  o  en  Castilla,  como  mas 
largamente  con  vos  lo  tengo  hablado. 

Otrosi,  diréis  a  Su  Alteza  que  esta  costa  de  Governador  i  Oficiales 
es  enbarazo  sin  ningunt  provecho,  i  que  a  ninguna  cosa  sirve  este  par- 
lamento sino  a  hacerse  vanos  i  a  tener  consejo  i  acuerdos  sin  ningunt 
proposito  ni  necesidad,  porque  hacienda  del  Rey  no  la  hai  que  toda 
esta  perdida,  i  las  rentas  de  la  tierra  encabezonadas  están  por  agora : 
el  Governador  esta  enfermo  que  quedo  medio  manco  de  la  mano  de  la 
grave  enfermedad  que  tuvo :  mande  Vuestra  Alteza  que  se  vayan  todos 
a  descansar  i  provea  aqui  de  un  Capitán  con  quatrocientos  o  quinientos 
hombres  i  un  Alcalde  i  dos  Clérigos,  que  en  todo  esto  no  gaste  Su  Al- 
teza blanca,  i  estos  descubrirán  poco  a  poco  la  tierra  i  mas  aina  se  ha- 
llaran las  minas  desta  manera,  i  halladas  si  Dios  fuere  servido  descu- 
brillas,  no  sera  menester  hacer  mas  armada  para  poblar  la  tierra  que 
ella  se  poblara  como  se  puebla  donde  quiera  que  hai  oro,  i  puede  Su  Al- 
teza mandar  que  los  Oficiales  i  Oidores  de  la  Española  enbien  aqui  cada 
año  un  Visitador  o  Pesquisidor  para  que  no  haga  carga  de  quexas  como 
los  años  pasados  que  estuvieron  sin  ser  visitados,  i  con  quince  o  veinte 
dias  que  traiga  de  residencia  basta,  porque  se  pueda  bolver  en  el  navio 
que  viniese. 

Diréis  a  Su  Alteza  que  si  se  acordare  por  ventura  que  aqui  quede  el 
Obispo  i  la  Clerecía,  que  demás  de  proveer  el  salario  para  mi  de  Casti- 
lla o  de  la  Española,  ha  de  mandar  proveer  a  los  Clérigos  de  la  misma 
manera  i  no  como  vienen  señalados  en  la  nomina,  porípie  en  ochenta 
i  cien  pesos  no  tienen  para  el  tercio  del  año,  de  manera  que  el  Clérigo 
que  acá  ha  de  esüir,  si  es  persona  como  conviene  que  sea  el  que  ha  de 
residir  en  Iglesia  Cathedral,  no  se  pueden  mantener  con  menos  de  do- 
cientos  pesos  cada  año,  porque  a  no  comer  nada  sino  mui  pobremente 
ha  menester  cada  dia  un  peso  de  oro,  porque  los  que  acá  han  de  estar 
no  querrán  contentarse  solamente  con  la  comida  que  otras  ganancias 
querrán  para  vestirse  i  para  llevar  algo  a  sus  tierras. 

También  diréis  que  si  los  Clérigos  han  de  quedar  acá  han  de  enbiar 
de  alia  otros  en  lugar  de  los  que  están,  porque  cinco  que  quedan  están 
por  fuerza  hasta  que  venga  la  respuesta  de  Su  Alteza,  que  tomaron  por 
plazo  para  esperalla  diez  meses. 

Daréis  a  Su  Alteza  la  figura  que  lleváis  de  toda  esta  tierra  en  que 
va  figurado  i  nombrado  todo  lo  que  hai  dende  Cartagena  hasta  Uraba, 
que  es  hasta  la  vanda  deste  golfo  al  levante,  i  todo  lo  que  hai  en  la  cu 
lata  del  golfo  hasta  el  r-io  grande  de  San  Juan :  hasta  alli  son  todos 
enemigos  i  dado  por  esclavos,  i  dende  este  puerto  va  señalada  toda  la 
costa  al  poniente  hasta  el  cabo  de  Gracias  a  Dios,  i  dende  esta  costa 
hasta  la  otra  del  mar  del  sur  van  señalados  todos  los  ríos  i  las  vertien- 


—  108  — 

tes  de  las  aguas  a  este  mar  i  al  otro,  i  todos  los  Caciques  que  estavan 
de  paz  qnando  venimos,  ansí  en  la  tierra  nueva  que  Su  Alteza  mando 
llamar  como  en  las  otras  comarcanas. 

Diréis  a  Su  Alteza  que  los  Caciques  que  estavan  de  paz  son  los  si- 
guientes: Careta,  Comogre,  Pocorosa,  Paruraca,  Tubanama,  Bucheri- 
buca,  Cüuirica,  Chorica,  Aroca,  Tlieaoca,  Pepera,  Tumaca,  Coqueca- 
chape,  Paque-Toreclia,  Ponca,  Chaoca  el  suegro  i  su  hermano  del  suegro 
Etoque-Ponanimana. 

Cada  Cacique  destos  haveis  de  decir  a  Su  Alteza  tiene  una  provincia 
por  si  i  muchos  hombres  principales  y  Caciques  que  están  subjetos  a 
ellos  que  les  sii*ven. 

Diréis  a  Su  Alteza  que  si  mandare  proveer  esta  tierra  como  aqui  va 
dicho,  que  los  cinco  cuentos  i  medio  que  aqui  tiene  de  costa  los  puede 
hacer  de  renta,  porque  dexado  aqui  un  Capitán  con  quinientos  hombres, 
con  ciento  siquenta  mili  maravedís  les  puede  salariar,  i  los  Clérigos 
aunque  sean  quatro  i  aun  seis  se  pueden  mantener  de  los  diezmos,  aun- 
que saque  Su  Alteza  lo  que  suele  sacar  en  las  Iglesias  antiguas  Des- 
paña. 

Y  si  Su  Alteza  quisiere  o  los  de  Su  Consejo  saber  si  acá  hai  al- 
guna persona  a  quien  se  pudiese  encomendar  la  dicha  Capitanía,  decid 
en  Dios  i  en  vuestra  conciencia  lo  que  dello  sentís  i  sabéis. — J.  Episco- 
pos.— S.  M. 


64 

(Año  de  1516. — Enero  20,  Santa  María  la  Antigua). — A  Su  Alteza  Pedrarias  Dávila 
(extracto  de  Secretaría)  da  cuenta  de  su  viaje  á  las  provincias  de  Careta,  Como- 
gre y  Pocorosa,  y  se  queja  de  la  conducta  del  Obispo  Fr.  Juan  de  Quevedo.— 
(A.  de  /.,  l-l-Vae)- 

Dize  que  a  XXX  de  novienbre  de  DXV  hizo  su  viaje  a  las  prouingias 
de  Careta  e  Comogre  e  pocorosa  e  a  la  tierra  nueva  con  CCL  onbres  y 
doze  de  cavallo  y  tres  caravelas  y  vn  vergantin. 

Dize  los  capitanes  que  llevo  consigo/  y  tanbien  alcalde  mayor. 

Dize  que  con  toda  la  gente  aporto  salto  en  la  prouingia  de  Caribana 
que  esta,  de  la  otra  vanda  del  darien/  por  saber  de  los  capitanes  fran- 
gisco  bezerra  y  estevan  barrantes  que  fueron  a  descobrir  la  tierra  y  avia 
ocho  meses  que  no  sabían  dellos/  y  desenbarco  en  vn  puerto  que  se  dize 
el  aguada  que  esta  dentro  del  golfo  del  darien/  y  allegaron  al  puerto 
de  acra/  y  alli  hallo  vn  Rio  de  muy  buen  agua  y  tomaron  las  naos 
agua/  y  púsole  nonbre  Arias  e  puesta  toda  la  gente  en  orden  se  partió 
por  la  ribera  del  mar  todos  a  pie  el  agua  a  la  rodilla  y  algunas  veaes 


—  109  — 

a  la  5inta/  y  entraron  por  la  tierra  adentro/  y  vieron  vna  población  de 
yndios  en  vn  gerro  y  allegaron  a  ella  con  mucho  trabajo  y  la  gente  muy 
congertada/  y  que  liera  tan  áspero  el  gerro  que  en  algunos  pasos  se 
ayudavan  los  vnos  a  los  otros  y  llegados  a  lo  alto  comenta  ron  a  tañer 
las  tronpetíis  y  los  yndios  se  comengaron  a  defender  y  tirar  frechas  y 
hirieron  dos  cristianos  y  mataron  quatro  yndios  y  tomaron  otros  ginco 
bibos  y  que  ya  avian  sacado  otra  noche  antes  sus  mugeres  e  hijos  ecebto 
el  cagique  y  vn  príngipal  que  dixeron  que  alli  querían  que  muriesen  sus 
mugeres/  las  quales  dichas  mugeres  se  tomaron. 

Dize  que  no  le  pareció  que  con  venia  seguir  el  alcange/  y  que  hizo 
algar  la  vandera  real  con  mucha  solenidad  por  Y.  a.  continuando  la 
posesión  que  V.  A.  tiene  de  aquel  Reyno/  y  puso  nombre  al  dicho  pueblo 
el  Águila  por  su  altura. 

Dize  que  demandaron  a  los  dichos  yndios  por  los  dichos  Capitanes/ 
y  les  dixeron  que  heran  muertos  que  los  avian  muerto  los  yndios  vi- 
niendo cargados  de  oro/  y  que  tanbien  mataron  toda  su  gente. 

Después  de  hecho  esto  puso  fuego  al  pueblo/  por  que  en  las  ollas  que 
hallaron  en  las  casas  tenian  pies  de  onbres  y  manos  de  leones  y  de  ti- 
gres/ y  que  se  enbarco  y  hizo  la  vela/  y  anduvieron  tres  dias  por  la  mar 
a  mucho  peligro/  y  al  quarto  dia  refrescaron  en  vn  puerto  en  la  pro- 
uingia  de  Careta  y  recojio  todos  los  navios  y  gente  el  qual  puerto  esta 
veynte  leguas  del  darien  y  (jue  hizo  llamar  a  vn  yndio  pringipal  del 
Cagique  de  la  dicha  Careta  ([ue  andava  algado  y  no  quería  obedecer  al 
cagique/  y  enbio  aver  sy  por  tierra  avria  camino  por  donde  yr  a  cavallo 
hasta  la  prouingia  de  Acra  donde  estava  poblado  el  dicho  cacique  y  que 
fueron  hasta  alia  a  cavallo  avn  que  en  algunos  pasos  se  apearon  y  llega- 
ron a  la  estangia  del  dicho  Cagique/  donde  después  de  llegado  a  casa 
de  vn  Lope  de  Olano  a  nuien  tiene  dado  en  encomienda  el  dicho  Cagi- 
que ])ara  conservalle  en  la  amistad  de  los  cristianos  y  enbio  a  llamar  al 
dicho  cagique/  y  vino  con  algunos  de  sus  pringipales/  y  asy  mismo  el 
dicho  yndio  pringipal  que  estava  algado/  y  los  concertó  y  hizo  amigos 
y  les  hizo  mucha  honrra  y  en  señal  de  quedar  por  verdaderos  seruidores 
y  vasallos  de  V.  a.  puso  al  Cacique/  la  vandera  real  en  sus  manos  y  el 
la  tomo  y  algo  en  nonbre  de  todos  por  verdaderos  vasallos  de  V.  A.  para 
seruir  en  todo  lo  que  se  les  mandare/  y  hecho  esto  les  dio  bien  de  comer 
y  mucho  vino  que  es  lo  que  mas  quieren  y  que  cree  que  serán  buenos/ 
avn  que  para  atraherlos  a  seruir  a  los  cristianos  cree  que  sera  cosa  difi- 
cultosa por  ser  gente  vigiosa  e  holgazana  e  muy  avarientos  e  codigiosos 
y  quieren  el  oro  mas  que  los  españoles. 

Dize  que  después  hizo  repreguntar  al  alcalde  mayor  a  los  dichos  yn- 
dios por  los  dichos  Capitanes  frangisco  bezerra  e  barrantes/  e  tomado 
cada  vno  a  parte  e  repreguntado/  en  efeto  dixeron  todos  que  los  diclu-s 
capitanes  e  gente  heran  bivos  y  estaban  de  asiento  en  la  provingia  del 


—  lio  ~ 

Qenii  de  pazes  con  el  Cacique  della  y  de  las  otras  comarcanas  y  ricos  de 
oro/  y  en  esto  sean  afirmado  syenpre. 

Que  después  desto  le  boluieron  las  calenturas  y  dolor  de  yjada  que 
no  le  dexo  yr  adelante  en  la  dicha  jornada  y  asi  quedo  en  el  puerto  de 
Acra  el  qual  es  de  los  buenos  puertos  que  ay  en  aquellas  partes  y  muy 
seguro  y  linpio  de  bruma  y  donde  se  puede  hazer  vna  gran  gibdad  y  ay 
dos  rios  de  buen  agua/  y  dizen  otros  muchos  bienes  y  aparejos  que  tiene 
este  puerto  etc./  y  que  dize  que  tiene  nuevas  de  minas  a  tres  leguas  del 
])uerto/  y  que  hasta  que  las  vea  no  lo  asegura, 

Dize  que  esta  este  asyento  de  Acra  XXII  leguas  de  la  otra  mar  del 
Sur  en  derecho  de  la  Ysla  de  las  perlas/  y  que  V.  A.  le  deve  mandar 
proveer  para  que  pase  a  la  otra  mar  del  Sur./  o  dalle  ligenc^ia  para  ve- 
nir a  besar  las  manos  a  V.  A.  y  para  boluer  los  ofigiales  y  aparejo  que 
es  menester  pues  el  camino  no  es  tan  largo  como  dizen/  y  que  se  pro- 
veerá mejor  y  mas  syn  costa  viniendo  el  por  los  aparejos. 

Que  la  gente  que  ha  quedado  avn  que  poca  es  buena  y  sufridora  de 
hanbres  y  trabajos. 

Mas  adelante  de  la  ysla  de  las  perlas  le  dizen  que  esta  vna  grande 
ysla  muy  rica/  y  que  preguntaron  a  los  yndios  que  que  gente  es/  y  le 
dixeron  que  son  como  diablos. 

Dize  que  enbio  por  su  teniente  con  los  capitanes  y  gente  al  Alcalde 
mayor  por  que  en  las  cosas  de  animo  lo  hizo  de  onbre  de  bien  y  en  las 
de  letras  como  seruidor  de  V.  A./  y  que  cree  no  hará  falta  su  persona 
en  aver  quedado  en  el  dicho  puerto/  donde  comengo  a  hazer  vna  forta- 
leza y  un  pueblo  de  que  han  ávido  mucho  plazer  los  marineros  y  gente 
que  alia  están/  la  qual  fortaleza  se  hace  y  sosterna  syn  gasto  de  V.  A. 
egebto  algunas  herramientas. 

Que  desde  dicho  puerto  de  Acra  al  Darien  ay  veynte  leguas  y  esta 
vn  pueblo  gerca  de  otro  y  do  se  pueda  socorrer  vuo  a  otro  y  que  bastara 
para  la  seguridad  del  camino  a  la  otra  mar  del  Sur  vna  fortaleza  en  el 
camino  y  otra  en  la  costa  de  la  otra  mar  o  de  vn  rio  grande  que  sale  a 
ella  que  crege  y  mengua  y  pueden  yr  navios/  y  que  lo  mas  seguro  le 
parege  esto  y  mas  breve/  por  que  los  yndios  que  ay  de  aUi  a  las  perlas 
están  de  paz. 

Que  en  el  dicho  puerto  de  acra  se  hizo  justicia  de  vn  yndio  giego 
que  predicava  a  los  yndios  que  matasen  a  los  cristianos  y  ellos  mismos 
le  acusaron. 

Dize  que  el  buen  cacique  de  Careta  que  murió  que  fue  syenpre  muy 
amigo  de  los  cristianos  dexo  dos  hijos  varones/  el  vno  de  siete  y  otro 
de  treze  años/  y  que  los  hizo  entregar  al  Vicario  de  San  francisco  para 
que  los  enseñen  en  las  cosas  de  la  fee/  y  que  en  seyendo  de  hedad  tiene 
determinado  de  poner  al  mayor  en  lugar  de  su  padre/  y  entretanto  pro- 
veyó al  que  agora  es. 


—  111  — 

Que  el  Vicario  de  San  francisco  y  el  Dean,  Juan  Pérez  fueron  con  el 
Alcalde  mayor. 

Dize  que  después  de  lo  suso  dicho  se  agravo  su  mal  y  se  vino  al  Da- 
rien  a  se  curar  y  que  ya  esta  fuera  de  peligro  y  dexo  cargo  de  acabar 
la  dicha  fortaleza  e  pueblo  a  Lope  de  Olano/  y  que  en  aquel  tienpo  que 
allí  estuvo  hizo  tan  buen  tratamiento  a  los  yndios  que  quinze  leguas  la 
tierra  adentro  le  venian  a  pedir  Justicia. 

Dize  que  llegado  a  la  gibdad  le  dixeron  que  después  quel  partyo  quel 
Obispo  hazia  traher  vara  de  Justicia  a  vn  su  alguazil/  y  quel  se  altero 
dello  porque  le  pareció  manera  de  vsurpar  la  Juridigion  real  y  que 
luego  hablo  al  Obispo/  y  le  respondió  que  no  en  bargante  que  lo  podia 
traher  como  lo  traben  otros  obispos  en  Castilla/  mas  que  la  principal 
cabsa  hera  por  Juez  de  la  ynquisigion  que  tenia  a  vno  preso  por  ereje/ 
pero  que  venido  el  alcalde  mayor  porque  hera  letrado  se  juntarian  y 
verían  sy  es  Justicia  trahella  o  no/  dando  a  entender  que  sy  de  otra 
manera  quisiese  proceder  contra  el  quel  progederia  contra  el  por  censu- 
ras/ y  quel  viendo  lo  suso  dicho/  y  por  que  venia  presto  la  quaresma 
y  por  estar  la  gente  fatigada  y  que  de  traher  la  dicha  vara  hasta  quel 
dicho  alcalde  mayor  venga  no  viene  perjuizio  a  la  jurisdigion  real/  tuvo 
por  bien  de  dar  alguna  suspensión/  y  que  venido  el  alcalde  mayor  sy 
el  no  se  comidiere  hará  lo  que  Y.  A.  tiene  mandado. 


55 

(Año  de  1516.  —  Enero  28,  Santa  María  la  Antigua).  —  A  Su  Alteza  Alonso  de  la 
Puente,  Tesorero  de  Castilla  del  Oro  (extracto  de  Secretaría),  da  cuenta  de  la 
expedición  de  Pedrarias  á  las  provincias  de  Careta,  Comogre  y  Pocorosa,  y  pide 
que  vaya  un  Oidor  de  la  isla  Española  para  enterarse  de  lo  que  ocurre  en  el 
Darien. — (A.  de  i,,  1-1  ^h^). 

Dice  que  ha  escripto  a  V.  A.  largo  todo  lo  de  aquellas  partes  y  como 
Pedrarias  de  Avila  yva  en  persona  a  castigar  los  caciques  que  avian 
seydo  en  la  muerte  de  los  cristianos  del  puerto  de  Santa  Cruz  e  a  paci- 
ficar la  tierra  desde  Careta  hasta  la  mar  del  Sur  y  que  lo  que  han  sa- 
bido del  es  esto. 

Quel  dicho  pedrarias  partió  del  darien  con  quatro  navios  y  con 
CCLX  onbres  por  el  mes  de  nouyenbre  del  año  DXV,  y  por  saber  del 
Capitán  francisco  bezerra  que  fue  a  descobrir  se  apeo  en  caribana  cerca 
del  pueblo  que  tenia  poblado  hojeda  por  donde  entro  el  dicho  bezerra  y 
procuro  de  tomar  lengua  del  y  tomo  quatro  yndios  los  quales  afirman 
que  esta  el  dicho  Capitán  con  toda  la  gente  que  Uevava  que  son  CXIj 
onbres,  escepto  dos  en  vn  cacique  que  se  Uama  Chinuto  que  es  muy 


—  112  - 

principal,  donde  ay  mucha  rriqueza  y  que  alli  dizen  que  ay  buenas  mi- 
nas y  que  los  mismos  yndios  les  hizieron  bohios  en  que  están  los  cris- 
tianos y  que  no  pelearon  con  ellos  y  que  creen  que  están  de  paz  y  que 
ha  nueve  meses  que  fueron  que  cunplido  vn  año  enbiaran  a  mucho  rre- 
cabdo  a  lo  buscar. 

Y  quel  dicho  pedrarias  siguiendo  su  viage  a  la  mar  del  Sur  desenbarco 
en  vn  puerto  que  dizen  de  acra  y  que  les  ha  escripto  que  asy  por  la 
bondad  del  dicho  puerto  como  porque  ay  dispusicion  para  pueblo  y  por 
que  se  certifica  que  el  camino  de  aUi  a  la  mar  del  Sur  es  andable  a  pie 
y  caballo  y  por  que  ay  nueva  de  minas  determino  de  hazer  vn  pueblo 
y  por  su  yndisposiciou  de  salud  y  por  que  se  hiziese  mejor  quedo  aUi 
entendiendo  en  ello  y  haziendo  vna  manera  de  fuerza,  y  enbio  la  gente 
a  las  otras  cossas  que  se  avian  de  hazer  en  el  dicho  viaje  donde  yva  con 
el  alcalde  mayor. 

Dize  quel  ha  pedido  al  factor  juan  de  tapia  todo  el  dinero  que  se  ha 
hecho  y  hiziese  de  la  hazienda  para  lo  enbiar  a  V.  A.,  que  terna  hasta 
XII  m,lU  pesos  de  oro  y  que  con  disimulaciones,  se  lo  tiene  en  su  poder  y 
quel  año  pasado  con  ymportunidad  del  governador  y  de  todos  le  dio 
III  mili  i)eso8  que  enbio  a  V.  A.  y  otros  mili  pesos  que  ha  dado  para 
bastimentos. 

Dize  que  con  aver  detenido  en  si  los  dineros  de  la  hazienda  de  V.  A. 
ha  tenido  navios  suyos  e  que  ha  traydo  muchos  puercos  e  agora  ha  en- 
biado  a  la  Española  e  a  jamaica  dos  naos  y  que  se  presume  que  con  los 
dineros  de  V.  A.  y  dize  que  no  tiene  dineros  para  enbiar  a  Y.  A.  como 
lo  euvia  por  testimonio  y  por  quel  governador  no  le  apriete  sobreUo, 
los  tiene  de  su  mano  con  prestalles  dineros. 

Dize  que  para  que  V.  A.  sea  yuformado  de  todo  enbia  una  relación 
de  la  fonna  que  se  ha  tenido  en  el  vender  y  cobrar  de  la  hazienda  y  lo 
que  dello  se  a  hecho  y  las  cabsas  que  han  movido  al  factor  a  detener  en 
su  poder  el  dinero  y  lo  que  con  el  ha  hecho,  diziendo  el  remedio  que  se 
puede  tener  en  lo  venidero,  y  otra  de  lo  principal  de  la  hazienda  e)  de  lo 
que  esta  vendido  e  cobrado,  suplica  a  Y.  A.  lo  mande  ver  todo. 

Dize  que  ha  visto  y  conocido  por  yspiriencia  que  para  el  seruicio  de 
Y.  A.  y  para  el  bien  general  de  la  tierra  convernia  que  oviese  sola  vna 
persona  que  governase  y  tuviese  cargo  dello,  y  los  demás  que  entendie- 
sen cada  uno  en  su  cargo,  porque  aquel  tomarla  consejo  de  las  personas 
que  le  pareciese,  de  quien  pensase  que  se  lo  daria  sin  pasión. 

Y  que  entretanto  que  Y.  A.  mandase  determinar  las  cossas  de  aUa, 
seria  bien  que  fuese  alguna  persona  de  conciencia  y  letras  y  seruidor 
de  V.  A.  para  que  entiéndese  en  todo  y  lo  rremediase  e  castigase  y  los 
rreglase  y  despertase  a  complir  los  mandamientos  de  Y.  A.  y  que  no 
siguiesen  sus  intereses  e  pasiones  como  agora  las  tienen  y  que  podria 
Y.  A.  mandar  yr  a  esto  a  uno  de  los  oydores  de  la  española. 


—  113  — 

Dize  qiiel  ha  servido  sii  cargo  en  todo  lo  que  lia  podido  v  que  pidió 
al  governador  que  mandase  ver  el  y  el  contador  sus  quentas  lo  que  se 
vido  hasta  fin  de  dizienbre  de  DXV  y  esta  igual,  lo  qual  enbia  por  fee. 

Dize  que  vn  diego  maldonado  depositario  de  los  bienes  de  los  difuntos 
tiene  deUos  mas  de  II  mili  pesos  y  que  los  Oficiales  de  SeviUa  los  han 
enbiado  a  pedir,  y  quel  ha  rrequerido  al  governador  que  le  haga  tomar 
la  quinta  y  con  favores  que  tiene  no  la  ha  dado  y  trahe  el  dinero  en 
trato,  que  conviene  que  V.  A.  enbie  a  mandar  que  se  le  tome  la  quenta 
para  que  se  enbien  los  bienes  a  los  Oficiales  de  Sevilla  que  los  den  a 
sus  dueños. 

Dize  que  ha  escripto  que  conviene  a  seruicio  de  V.  A.  que  se  enbien 
a  aquella  tierra  los  deliquentes  omicianos. 

Que  después  de  esta  escripta,  Uego  el  governador  del  puerto  de  acra 
y  que  viene  muy  satisfecho  del  puerto  y  de  la  manera  de  la  tierra  para 
hazer  aUi  pueblos  porque  ay  isletas  pequeñas  para  criar  puercos  sin 
peligro  de  los  leones  y  que  la  tierra  firme  del  pueblo  adelante  es  muy 
aparejada  para  ganados  y  para  sementeras  de  aquella  tierra  y  que  dexo 
edificada  vna  fuerga  asaz  defensible  y  dexo  algunos  vecinos  para  poblar 
y  enbiara  mas  a  cumplimiento  de  treinta  y  quel  dize  que  ay  dispusicion 
para  se  posar  alli  y  que  todos  irán  a  vello  y  podria  ser  quei  fuese  asy. 

Dize  que  por  otra  carta  escriven  el  y  el  contador  lo  que  ha  sucedido 
entre  el  governador  y  eUos  con  el  obispo  para  que  V.  A.  mande  jjroueer 
lo  que  fuese  servido  myrando  los  daños  que  se  pueden  seguir  de  la  es- 
tada alia  del  obispo  por  su  mala  condición. 


56 

(Año  de  1516. — Enero  28,  Santa  María  la  Antigua).— A  Su  Alteza  el  Tesorero  3'  Con- 
tador de  Castilla  del  Oro  (extracto  de  Secretaría)  hablan  mal  del  Obispo  Fiay 
Juan  de  Quevedo. — (Á.  de  1.,  l-l-Vae)- 

Tornan  a  dezir  lo  de  la  ida  del  governador  en  persona  a  castigar  los 
caciques  que  avian  seido  en  la  muerte  de  los  cristianos  en  Santa  Cruz 
conforme  a  lo  que  escribe  alonso  de  la  puente. 

Dize  que  el  governador  e  oficiales  escriuyeron  a  V.  A.  con  pedrarias 
de  Avila  su  sobrino,  haziendole  saber  como  el  Obispo  no  entendía  tn 
la  conversión  de  los  yndios  ni  en  las  otras  cossas  que  a  buen  prelado 
pertenecen,  antes  se  ocupava  en  favorecer  a  Vasco  Nuñez  de  Valboa 
contra  el  dicho  governador  y  formando  parcialidades  y  escándalos  y  bo- 
Uicios  de  que  V.  A.  hera  desservido  y  la  tierra  y  vecinos  deUa  se  destru- 
yan y  que  convenia  jjara  quitar  los  inconvenientes  de  la  estada  alia  del 

8 


—  114  — 

Obispo  que  quedase  alli  vn  prouysor  de  letras  y  conciencia  que  en- 
tendiese en  el  culto  divino,  y  porque  les  parece  que  cumple  al  seruicio 
de  V.  A.  avisalle  de  lo  que  pasa  cerca  desto  lo  escriven  a  V.  A. 

Dize  que  cuando  llego  el  armada  a  San  Lucas  sobre  sacar  a  vno  de 
la  yglesia,  llamo  el  Obispo  al  alcalde  mayor  que  era  un  judio  hereje. 

Tanbien  en  la  gomera  en  los  sermones  y  fuera  deUos  diz  que  dijo 
palabras  ynjuriosas  contra  el  tesorero. 

Dizen  que  llegados  al  darien  el  governador  adoleció  y  dio  su  poder 
al  Obispo  y  luego  comento  a  favorecer  a  Vasco  Nuñez  en  publico  y  en 
secreto  y  porque  en  la  residencia  que  se  tomava  a  Vasco  Nuñez  le  pe- 
dían muchas  cosas  desonrraba  a  los  que  se  las  pedian  y  hazia  otras 
muchas  cosas  y  que  viendo  esto  el  governador  le  rrevoco  el  poder  y  desto 
se  sintió  mucho  el  Obispo  y  vu  dia  estando  el  governador  en  su  casa  de 
vuas  palabras  en  otras  le  dijo  que  que  juderías  eran  aquellas  y  que  el 
governador  sin  le  rresponder  cosa  ninguna  se  fue  a  su  casa. 

Y  que  dende  algunos  dias  estando  juntos  en  la  casa  de  la  contrata- 
ción el  governador  e  obispo  e  oficiales  hablando  en  proveer  el  armada 
de  la  mar  del  Sur,  porque  no  se  proveyan  los  Capitanes  que  el  quei'ia, 
se  levanto  con  mucho  desaciitamiento  diziendo  que  tales  prouisiones  y 
burlerías  se  esperaban  del  diclio  governador  y  se  salió  a  la  pla§a  donde 
estíiva  todo  el  pueblo  diziendo  estas  palabras  y  otras  mas  feas. 

Dizen  que  cuando  el  governador  partió  para  esta  jornada  dio  su 
poder  a  eUos  y  al  factor  y  que  eUos  entendían  en  lo  que  ocurría  en  dar 
I)arte  al  Obispo  y  porque  vn  dia  por  olvido  no  se  le  dio  a  firmar  vna 
carta  dijo  al  thesorero  palabras  muy  descorteses  a  lo  qual  el  tuvo 
mucha  templanza  y  no  le  respondió  nada. 

Dizen  que  en  los  sermones  y  en  sus  hablas  muestra  gran  descon- 
fianza de  la  tierra  y  la  desfauorece  a  tanto  que  pone  en  mucha  confu- 
sión a  los  que  aUa.  están. 

Yten  que  muchas  vezes  dice  que  teniendo  el  governador  y  alcalde  ma- 
yor judíos  que  no  se  puede  hazer  cosa  buena  y  otras  palabras  muy  in- 
juriosas. 

y  que  con  todo  esto  el  governador  no  deja  de  daUe  parte  de  todo  lo 
que  se  ha  de  hazer  e  proveer,  e  por  esto  anda  mas  acompañado  que  el 
governador. 

Dize  que  quando  se  fue  el  governador  hizo  el  Obispo  a  vn  su  alguacil 
que  traxese  vara  a  la  manera  que  la  traben  la  justicia  de  V.  A.  y  pren- 
dió a  vn  cirujaaio  nuevamente  convertido  y  que  eUos  le  rrequirieron  que 
no  la  trajese  porque  era  en  perjuicio  de  la  juridicion  rreal.  y  el  rrespon- 
dio  que  la  podia  traher  -por  obispo  y  i)or  ynquisidor,  y  en  estos  tienpos 
vino  el  governador  y  se  lo  torno  a  requerir  y  el  Obispo  se  escusa,  no 
saben  en  que  parara. 

Dizen  que  en  la  prisión  de  los  erejes  que  oviere,  seyendo  el  Obispo, 


—  115  — 

como  es  muy  apasionado  y  que  de  hecho  podría  prender  a  algunos  e 
por  ser  la  tierra  nueva  e  algunos  de  los  mercaderes  que  la  proveen  con- 
versos, seria  gran  daño  de  la  tierra,  que  les  parece  que  convernya  que 
V.  A.  proveyese  que  la  ynformacion  por  donde  oviesen  de  prender  quel 
dicho  Obispo  la  muestre  al  governador  y  procediendo  en  los  autos  se  le 
de  quenta  dello. 

En  fin  dizen  que  myentras  el  obispo  estoviere  en  aquella  tierra  nunca 
faltaran  pasiones  y  discordias. 

Dizen  que  el  governador  syn  estar  ellos  presentes  dio  concierto  con 
el  Obispo  cerca  del  traer  de  la  vara  del  alguacil  y  después  de  tenello 
asentado  con  el  se  lo  mostró  y  ellos  respondieron  a  ello  lo  que  V.  A.  vera 
por  los  votos  que  enbian. 


67 

(Año  de  1516. — Febrero  20,  Santo  Domingo).— A  Su  Alteza  Pasamonte  (extracto  de 
Secretaría)  da  cuenta  de  la  situación  de  Castilla  del  Oro  y  propone  regresen  á 
España  Pedrarias  Dávila,  el  Obispo  y  los  Oficiales,  quedando  de  Gobernador 
Vasco  Núñez  como  estaba  antes  de  ir  la  armada.  — (^,  de  1.,  l-l-Vae)- 

Dize  como  en  la  nao  que  partió  a  XXX  de  enero  en  que  vino  el  obispo 
delaconcibÍQion  escribió  largo  y  se  enbiaron  para  V.  alt.*IIII°  mil  pesos 
y  que  se  remite  a  lo  que  tiene  escrito  para  lo  que  conviene  proueer  para  el 
bien  y  crecimiento  de  aquellas  Yndias/  y  ansi  mismo  para  lo  que  toca 
a  Castilla  del  oro/  que  esta  todo  perdido  por  falta  de  buena  governacion 
y  por  que  todos  los  que  alli  fueron  llevaron  muncha  codicia  y  ansi  di- 
zen que  la  tiene  el  governador  algunos  de  los  que  de  alia  han  venido/  y 
que  a  el  le  a  puesto  alguna  sospecha  ser  esto  verdad  porque  ha  sabido 
que  el  dicho  governador  coiipro  una  perla  en  MCC  pesos  de  oro  que  di- 
zen algunos  que  vale  mas  de  X  mili  pesos/  porque  siendo  tal  pieza  fuera 
razón  que  se  tomara  para  V.  alt.*  y  que  no  menos  culpa  tienen  los  ofi- 
ciales que  se  la  consintieron  tomar/  y  que  ya  puede  ser  que  el  dicho 
governador  la  aya  tomado  para  seruir  a  V.  alt.*  con  ella. 

Dize  que  avra  ocho  dias  que  llego  alli  vn  Capitán  Atienza  que  venia 
de  tierra  firme/  y  confirmase  en  dezir  el  mal  tratamiento  que  se  haze 
en  la  tierra  e  yndios  della/  y  que  convenia  jjara  el  seruicio  de  V.  alt.*  y 
¡)ara  el  bien  de  la  tierra  que  alli  no  oviese  governador  ni  obispo  ni  ofi- 
ciales porque  hazen  mucha  costa  sin  ningún  prouecho  lo  qual  se  podrían 
escusar  mandándolos  Vuestra  alteza  venir  a  Castilla  y  dexando  alli  a 
Vasco  Nuñez  de  Valboa  como  esta  va  antes  que  fuese  el  armada. 

Dize  como  escriue  a  los  ofigiales  de  Seuilla  que  tomen  vna  carta  de 


—  116  — 

navegación  que  lleva  vno  «^ue  se  la  presto  vn  criado  o  pariente  del  almi- 
rante la  qual  carta  hizo  vn  Duran  piloto  y  por  ella  paresge  que  el  al- 
mirante no  toco  en  paria  ni  en  la  margarita  avnque  el  dize  que  le  puso 
nonbre  de  margarita  Y,  alt.^  enbie  a  mandar  a  los  dichos  oficiales  que 
enbien  a  V.  alt.^  la  figura  y  la  vea  porque  haze  mucho  al  casso  para  el 
derecho  de  V.  alt.^  y  que  vn  piloto  que  se  dize  Antón  Garcia  le  auiso 
deUo. 

Dizen  como  enbian  en  estas  dos  naos  VIII  mil  CMXXX  pesos  III 
marcos,  III  onzas  III  ochavos  de  perlas. 

Enbia  la  relación  del  oro  que  se  fundió  y  cogió  en  la  ysla  española 
el  año  passado  de  DXV. 


58 

(Año  de  1516.  —  Junio  30,  Madrid). —  (Extracto  de  Secretaría)  El  Bachiller  Enciso 
pide  que  se  vean  los  recursos  que  entabló  contra  providencia  del  Alcalde  Mayor 
de  Santa  María  la  Antigua  en  el  juicio  de  residencia  de  Vasco  Núñez.— (^4.  de  i., 
2-2-Vx4). 

Muy  poderosos  Señores. — El  bachiller  Engiso  alguazil  mayor  de  Cas- 
tilla del  Oro  por  Vuestra  alteza  dize  que  el  tienpo  que  basco  nuñez  al- 
calde de  Santa  Maria  de  la  antigua  hazia  residencia  el  le  pidió  como 
alguazil  cuatrocientos  e  cincuenta  castellanos  quel  dicho  Basco  nuñez 
se  auia  tomado  en  oro  de  la  entrada  de  Ysla  de  pinos  e  otros  tantos  que 
se  tomo  de  otra  entrada  de  ponca  e  quel  alcalde  mayor  e  juez  de  resi- 
dencia lo  condeno  en  ellos  e  que  porque  no  lo  condeno  en  las  setenas 
e  cuatro  tanto  quel  apello  e  truxo  los  protestos  e  los  presento  ante  Cas- 
tañeda e  qual  no  quisiere  dezir  mas  en  ello  sino  que  concluye  con  lo  que 
esta  en  las  protestas.  Suplica  a  Vuestra  alteza  que  pues  el  no  quiere 
alegar  mas  los  mande  veer  como  están  sin  que  inbien  mas  a  enplazar  a 
la  parte  porque  se  gastarla  mas  en  inbiar  al  Darien  que  valen  los  pro- 
testos. Mande  Vuestra  alteza  que  se  notifique  ante  diego  fernandeK 
questa  aqui  que  fue  su  procurador  del  dicho  Vasco  Nuñez  en  la  resyden- 
cia  e  si  dixere  que  no  es  su  procurador  mande  que  le  tomen  juramento 
sobre  ello  para  lo  cual  inploro  el  Real  oficio  de  Vuestra  Alteza. — El  ba- 
chiller Enciso. — Rubrica. — En  el  reverso  del  documento  :  El  bachiller 
Enciso. — Madrid  a  30  de  Junio  de  151G. 


117  — 


59 

(Año  de  1515-17). — Relación  hecha  por  Gaspar  de  Espinosa,  Alcalde  Mayor  de  Cas- 
tilla del  Oro,  de  todo  lo  que  le  sncedió  en  la  entrada  que  de  orden  de  Pedrarias 
Dávila  hizo  en  las  provincias  de  Comogre,  Pocorosa,  Nata  y  Paris.—  (A.  de  I., 
p.  l-l-'/íeJ  publicada  en  la  colee,  de  doc.  inéd.,  t.  2.") 

Muy  altos  e  muy  poderosos  Principes  Reyua  e  Rey  Nuestros  Se- 
ñores. 

Porque  según  dice  Quintiliano,  todos  los  hombres  naturalmente  de- 
sean saber,  e  de  los  saberes  el  mas  preciado  es  el  que  se  alcanza  no 
solamente  por  entendimiento,  mas  por  vista  de  ojos,  e  porque  la  gran 
potencia  e  mananimidad  de  los  principes  se  manifiesta  mas  en  el  coji- 
quistar  y  descubrir  nuevos  reinos  e  señoríos  que  en  otra  cosa  alguna ; 
de  lo  qual  todo  en  la  era  del  muy  cristianísimo  católico  e  muy  pode- 
roso principe  el  Rey  D.  Fernando  de  gloriosa  memoria,  nuestro  señor, 
gozo  nuestra  España  mas  prósperamente  que  todos  los  otros  reinos  e 
señoríos  del  mundo,  e  agora  asi  mismo  goza  e  gozara  con  la  tan  clara 
e  verdadera  subcesion  de  tan  altos  principes,  e  en  todo,  asi  en  reynos 
como  en  excelentes  virtudes  verdaderos  subcesores ;  lo  cual  claramente 
parece  Dios  Nuestro  Señor  ser  servido  proceda  así,  pues  en  estos  sus 
reinos  de  España  aquellas  muy  grandes  virtudes  de  justicia  e  paz  con 
todas  las  demás  que  aquel  nuestro  tan  cristianísimo  principe  e  único 
en  el  mundo  tan  arraigadas  dexo :  e  enesto  de  descubrir  tantas  mara- 
villas e  riquezas  como  se  han  descubierto  e  se  descubrirán  adelante  a 
todos  los  nacidos  desde  la  creación  del  mundo  hasta  agora  tan  encubier- 
tas se  prosiguen ;  de  las  cuales  porque  VV.  MM.  sean  informados  se  iuvia 
la  siguiente  carta  relación,  por  la  cual  VV.  MM.  si  son  servidos  serán 
informados  largamente  de  todo  lo  que  hize  e  descubrí  en  el  viage  que 
por  mandado  de  Pedrarias  Davila  lugar  teniente  general,  e  por  su  en- 
fermedad yo  fui  a  hazer  a  las  Provincias  de  Comogre,  Pocorosa,  Nata  e 
Paris  e  las  otras  comarcanas,  por  la  tierra  nueva  de  la  mar  del  Sur, 
la  cual  va  asimismo  autorizada  e  firmada  del  veedor  e  de  todos  los  Ca- 
pitanes que  conmigo  fueron  la  cual  de  verbo  ad  verhiim  como  la  hize 
para  dar  cuenta  al  Teniente  general  e  Oficiales  de  V.  A.  es  la  siguiente : 

De  VV.  MM.  humilde  vasallo  e  servidor  que  sus  reales  pies  e  manos 
besa.  El  Licenciado  Espinosa. 

Muy  magníficos  y  muy  nobles  Señores. 

Porque  en  el  proceso  de  los  Caciques  e  indios  e  provincias  que  en  la 
prosecución  deste  viage  que  por  mandado  de  S.  S.  del  señor  Lugar  Te 
niente  general  yo  fui  a  hazer  a  las  provincias  de  Comogre  e  Pocorosa 


—  118  — 

a  la  otra  mar  del  Sur  a  pacificar  e  castigar  los  crimenes,  escesos  e  muer- 
tes de  Cristianos,  que  los  dichos  Caciques  e  indios  de  las  dichas  provin- 
cias de  la  mar  del  Sur  habian  hecho  e  perpetrado,  según  que  por  ](> 
procesado,  que  sobre  esta  dicha  razón  de  yuso  contenido  mas  larga- 
mente parescera  en  el  dicho  proceso,  ansi  por  el  poco  aparejo  de  papel 
e  tinta  como  por  el  poco  tiempo  e  lugar  de  escribir  en  forma ;  e  en  par- 
ticular todas  las  buenas  obras  e  malas  e  buen  tratamiento  e  diligencias 
que  se  hicieron  e  buscaron  para  atraer  a  todos  los  dichos  caciques  e 
indios  de  la  provincia  por  donde  yo  anduve ;  ansi  por  esto,  como  porque 
la  verdad  de  todo  se  sepa  e  quede  escripta  e  probada  e  abtorizada,  se- 
gund  e  de  manera  que  VV.  SS.  e  mercedes  e  los  que  mas  vieren  e  quisie- 
ren ver  el  dicho  proceso,  agora  o  en  cualquier  tiempo  queden  satisfe- 
chos; suplico  a  VV.  SS.  e  mercedes  hayan  esta  mi  carta  relación  por 
presentada  en  la  dicha  razón  e  mande  haber  información  de  los  Capita- 
nes hidalgos  e  compañeros  que  en  mi  compaüia  en  la  prosecución  de  este 
viage  fueron,  los  cuales  en  cada  capitulo  van  nombrados  los  que  estu- 
vieron presentes  e  se  hallaron  en  lo  en  el  contenido,  para  que  se  resciban 
aquellos  o  otros  que  dirán  e  declararan  los  dichos  nombrados  que  fuero]i 
presentes  a  lo  en  el  dicho  capitulo  contenido,  E  asi  fecha  e  tomada  la 
dicha  información  la  mande  poner  e  añadir  al  dicho  proceso;  e  con- 
tando el  caso  de  la  dicha  relación  digo  que  es  lo  siguiente. 

Después  de  haber  hecho  la  información  de  la  manera  en  este  proceso 
de  suso  contenido,  contra  el  Cacique  de  Comogre  e  sus  principales  e 
valedores,  después  de  fecha  la  acusación  e  de  los  otros  autos  de  suso  en 
este  proceso  contenidos;  llegando  que  llegue  a  vista  de  la  provincia  de 
Comogre,  hizo  noche  sobre  el  primero  Cacique  Hibraga  de  Comogre  en 
la  dicha  provincia  que  diz  que  se  decia  Brebanrebe,  e  aUi  hizimos  no- 
che e  dimos  sobre  sus  bohios  aquella  noche  e  tomamos  e  prendimos 
ciertos  indios,  el  numero  deUos  parecerá  por  el  repartimiento  que  deUos 
se  hizo.  E  de  aUi  nos  partimos  luego,  porque  no  habia  de  comer,  ade- 
lante sin  hazer  otro  daño  e  llegamos  al  asiento  que  Uamamos  de  Chiame 
que  adonde  pusimos  real  ciertos  dias,  e  entramos  de  dia  e  como  los 
indios  nos  vieron  ir  huyeron  todos :  e  ansi  a  pie  como  a  caballo  fueren 
algunos  compañeros  tras  eUos,  e  no  pudieron  tomar  ninguno,  hasta  que 
otro  dia  saliendo  a  buscar  que  comer  se  tomaron  hasta  tres  o  cuatro 
piezas,  de  las  cuales  envié  luego  uno  a  llamar  al  cacique  de  la  dicha  pro- 
vincia, e  otro  dia  envié  otro,  que  era  un  indio  herrado,  a  manera  de 
principal,  al  cual  le  di  mi  l)onete  e  un  paño  de  toni  e  de  comer  e  de 
beber,  E  a  estos  se  les  hizo  e  dio  a  entender  el  requerimiento  que  Sus 
Altezas  mandan  porque  mejor  lo  entendieren.  E  ansi  mismo  todos  los 
otros  mensajeros  que  envié  a  Uamar  al  Cacique  según  que  mas  larga- 
mente por  lo  procesado  parescera.  E  después  de  lo  sudicho,  vino  de 
pazes  un  principal  que  se  decia  Chiarna,  el  cual  dixo  que  era  Cacique 


—  119  — 

de  la  dicha  provincia  de  Oomogre,  diziendo  que  el  que  era  antes  era 
muerto.  Al  cual  se  le  hizo  el  buen  tratamiento  posible  que  yo  e  los  com- 
pañeros pudimos  e  aun  por  mas  le  agradar  e  atraer  a  nuestra  amistíid 
se  jugaron  a  las  cañas  e  comia  e  bebia  de  los  bastimentos  de  Castilla 
de  pan  e  vino  e  otras  cosas  juntamente  conmigo :  diosele  una  camisa 
e  una  caperuza  e  otras  cosillas  de  Castilla;  quedo  tan  de  pazes  que  se 
iba  e  venia  a  nuestro  real  sin  temor  ninguno.  E  por  quel  dicho  Cacique, 
diziendole  que  enviase  a  llamar  a  sus  principales,  no  dezia  que  no  que- 
rían venir,  que  tenian  miedo  e  se  andaban  abaris  por  alli.  que  los  fué- 
semos a  buscar,  especial  a  uno  que  se  dezia  Poquinia.  E  porque  nos 
faltaba  de  comer  e  por  hazer  a  lo  que  Íbamos,  nos  alzamos  de  alli  e  nos 
fuimos  adelante  obra  de  legua  e  media  a  donde  estaba  el  dicho  asiento 
de  Poquinia,  en  la  tierra  del  cual  entramos  de  dia  por  no  hazer  mal 
sino  se  huyere.  E  luego  que  llegamos  pusieron  fuego  a  los  bohios  e  í-e 
fueron  los  indios  abaris;  e  a  esta  causa  yo  envié  al  padre  Dean  con  una 
cuadrilla  e  a  Ojeda  con  otra  a  ranchearles  la  tierra  e  hazerles  guerra : 
traxeron  ciertos  indios  el  numero  de  los  cuales  parescera  por  el  repar- 
timiento que  dellos  se  hizo.  A  este  dicho  Cacique  de  Comogre  e  a  todos 
los  principales  e  indios  de  la  dicha  provincia  no  se  les  hizo  otro  mal 
ni  daño  alguno,  hasta  que  volvimos  de  Paris  i)orque  el  dicho  Chiarna 
iba  e  venia  siempi'e  de  pazes :  antes  le  di  ciertos  indios  de  los  dichos 
que  se  tomaron  e  creo  con  lo  que  nos  harto  el  dicho  Cacique  del  real 
quedamos  en  pago  e  aun  nos  quedo  a  deber  dineros.  E  desto  se  i)odrau 
W.  SS.  e  mercedes  informar  de  todos  los  compañeros  que  quisieren, 
porque  fasta  aqui  todos  estuvimos  juntos. 

De  aUi  nos  partimos  a  la  provincia  de  Pocorosa  e  envié  delante  a 
los  Capitanes  Diego  Albite  e  Pedro  de  Ganimez  con  fasta  ochenta  hom- 
bres poco  mas  o  menos  para  que  diesen  en  el  dicho  Cacique  e  sus  indios 
de  noche  e  prendiese  a  el  e  a  todos  los  mas  que  pudiese.  E  tomaron  los 
dichos  Capitanes  ciertos  indios  el  numero  de  los  cuales  parescera  por 
el  repartimiento  que  deUos  se  hizo,  he  hecha  la  dicha  toma,  enviaron 
luego  los  dichos  Capit-anes  un  mensajero  a  llamar  al  dicho  Cacique  e 
nunca  vino.  E  porque  Martin  Estete  tenia  una  naboría  que  consigo 
Uevaba,  hija  del  cacique  Pocorosa,  le  mando  que  fuese  con  los  dichos 
Capitanes,  e  si  viesen  que  era  menester  e  haria  al  cíiso  la  enviasen  a 
llamar  a  su  padre  para  hazer  pazes  con  el.  El  cual  nunca  vino  ni  quiso 
venir :  e  a  esta  cabsa  e  por  quel  dicho  Cacique  fue  el  principal  en  3a 
destruicion  del  pueblo  de  Santa  Cruz  e  muerte  de  los  Cristianos,  envié 
a  hacerle  guerra  a  dos  cuadrillas  de  gente  las  cuales  tomaron  los  indios 
que  parecerá  por  el  repartimiento  que  deUo  se  hizo.  E  después  desde 
la  provincia  de  Chinia  a  donde  luego  nos  fuimos  por  no  haber  comida 
ni  bastimentos  en  la  dicha  provincia  de  Pocorosa  hasta  el  puerto  do 
Santa  Cruz  a  ver  si  eran  venidos  los  bergantines  que  nos  hablan  de 


—  120  — 

traer  bastimentos  e  para  si  pudiese  haber  el  dicho  Cacique.  El  cual  e  su 
gente  estaban  tan  alzados  que  en  todo  aquel  viage  no  se  tomaron  mas 
de  tres  o  cuatro  presas  de  indios.  E  después  cuando  nos  partimos  de 
Chinia  a  la  provincia  de  Tamame  envié  a  correr  a  todos  los  Capitanes 
el  Rio  grande  los  unos  por  la  una  parte  j  los  otros  por  la  otra  porque 
tuve  información  que  estaba  alli  acogida  la  gente  del  dicho  Pocorosa. 
Los  indios  que  se  tomaron  en  este  viage  parescera  por  el  repartimiento 
que  de  ellos  se  hizo  de  los  cuales  se  quemaron  cinco  principales,  porque 
confesaron  haber  sido  en  la  muerte  de  los  Cristianos  e  destruimiento 
del  pueblo  de  Santa  Cruz.  Cerca  de  lo  contenido  en  este  capitulo  se 
podran  VV.  SS.  e  mercedes  informar  de  los  dichos  Capitanes  e  de  los 
otros  compañeros,  que  ellos  declararan  que  con  ellos  fueron. 

Desde  el  dicho  asiento  de  Pocorosa  nos  partimos  a  la  provincia  de 
Chinia  que  esta  tres  leguas  yendo  de  acá  a  la  mano  izquierda  hazia  la 
Mar  del  Sur;  envié  delante  al  Capitán  Pablo  Mexia  con  hasta  sesenta 
hombres  poco  mas  o  menos  para  que  diese  de  noche  en  la  gente  del 
dicho  Cacique  e  lo  procurase  de  prender  a  el  e  a  toda  la  mas  gente  que 
Iludiese;  porque  por  la  información  parecia  haber  sido  en  el  destrui- 
miento del  pueblo  de  Santa  Cruz  e  muerte  de  los  Cristianos  según  que 
mas  largamente  por  el  proceso  parescera.  Los  indios  quel  dicho  Capitán 
tomo  en  aquel  viage  por  el  repartimiento  que  de  ellos  se  hizo  parescera. 
En  todo  el  dicho  tiempo  el  dicho  Cacique  no  vino  ni  sus  mandados, 
pasados  los  términos  que  se  le  señaba,  se  enviaba  gente  a  ranchear  »? 
a  hazer  la  guerra  al  dicho  Cacique  e  todos  los  indios  que  de  los  que  se 
tomaban  confesaban  haber  sido  en  la  destruicion  del  pueblo  de  Santa 
Cruz  e  muerte  de  los  Cristianos  hacia  justicia  dellos  ahorcándolos  e 
quemándolos  e  con  el  tiro  de  pólvora  se  mataron  dos  para  ponerles  mas 
espanto  a  los  dichos  indios.  Creemos,  visto  por  los  indios  la  cruda  guerra 
que  les  haziamos  e  juntamente  con  las  pazes  que  con  ellos  tratábamos 
que  se  determinaran  de  venir  de  pazes,  e  vino  un  gran  principal  que 
dezia  que  era  que  se  dezia  Chiribuque,  después  de  haber  enviado  otros 
dos  o  tres  mensajeros  de  como  queria  venir.  El  cual  se  recibió  con  mu- 
cho amor  e  buena  voluntad  e  buen  tratamiento  de  manera  que  mientras 
alli  estuvimos  todo  lo  quel  dicho  Cazique  queria  asi  de  indios  de  los  que 
se  hablan  tomado,  como  cosas  de  Castilla  cuchillos  e  anzuelos  e  peines 
e  caperuzas  se  le  daba :  e  comia  e  bebia  conmigo  e  tenia  conversación 
con  todos  como  si  fuera  Cristiano.  E  venian  otros  muchos  indios  con 
pescado  e  a  traernos  de  comer  e  pidiéndoles  que  viniesen  los  otros  prin- 
cipales e  el  Cacique,  daban  por  respuesta  que  no  querían  venir,  e  a  esta 
cabsa  e  por  quel  dicho  Cacique  dixo  quel  llevarla  a  do  estaba  el  mas 
principal  hombre  de  la  tierra  que  se  dezia  Queracombe,  envié  al  Capitán 
Pedro  de  Gamez  a  tomarlo  para  asegurarlo  e  a  tomar  maiz  que  habia 
entonces  necesidad  dello :  tomóse  cierta  gente  la  cual  parescera  por  el 


—  121  — 

repartimiento  que  de  ella  se  hizo.  Fecha  la  dicha  cabalgada  el  dicho 
Qiieracombe  envió  a  decir  que  queria  venir  de  pazes  e  vino  luego  otro 
dia  e  asi  mismo  otro  gran  principal  que  se  dezia  Copecho.  A  los  cuales 
se  les  hizo  todo  el  tiempo  que  alia  estuvimos  muy  buen  tratamiento  e 
se  les  dieron  camisas  e  bonetes  e  iban  e  venian  al  real  todos  los  mas 
dias  que  alli  estmdmos,  e  se  les  dieron  todos  los  indios  e  indias  que  pi- 
dieron de  las  que  se  les  habian  tomado,  e  doze  o  quiuze  indios  que  les 
pedi  que  habia  deUos  necesidad  para  las  cargas  e  maiz  me  los  truxieron. 
E  al  tiempo  que  nos  partimos  de  aUi  para  ir  adelante  en  seguimiento 
e  prosecución  deste  viage  los  dichos  principales  salieron  con  nosotros 
e  porque  tenia  dos  cristianos  muy  enfermos  e  no  podian  caminar  el  uno 
se  dezia  Miguel  Sánchez  e  otro  que  se  dezia  Pedro  de  Arevalo  se  los 
dexe  a  los  dichos  principales  uno  a  Chiris  e  otro  a  Queracombe,  los 
cuales  al  parecer  los  recibieron  con  tíinto  plazer  como  si  les  diera  una 
gran  cosa,  e  se  of  rescieron  de  los  curar  e  tenar  muy  gordos  para  cuando 
tornase.  E  agora  a  la  vuelta,  que  volvimos  de  Paris  supimos  por  cierto 
e  aqui  lo  pueden  W.  SS.  e  mercedes  saber  de  los  indios  si  quisieren, 
que  no  fuimos  idos  cuando  luego  los  dichos  Caciques  e  indios  hizieron 
sus  areytos  e  tajada  a  tajada  e  poco  a  poco  les  fueron  cortando  las  ma- 
nos e  brazos  hasta  que  los  mataron.  Deste  capitulo  se  pueden  W.  SS.  o 
mercedes  informar  de  los  Capitanes  Pablo  Mexia  e  de  Pedro  de  Gamez 
e  del  padre  Dean  e  de  los  otros  compañeros  que  con  ellos  anduvieron 
continuamente. 

Estando  en  la  dicha  jjrovincia  de  Chiman,  porque  los  dichos  princi- 
pales Chiri  e  Queracombe  me  dixeron,  preguntándoles  por  el  Cacique 
Chiman,  que  el  dicho  cacique  con  muchos  principales  estaba  huido  en 
la  tierra  e  provincia  del  Cacique  Mas :  e  a  esta,  cabsa  e  por  quel  dicho 
Mas  acogia  e  favorecía  al  dicho  Chiman,  yo  con  los  Capitanes  Pablo 
Mexia  e  Pedro  de  Gamez  e  Bartolomé  Hurtado,  con  el  dicho  Chiri  que 
dixo  que  queria  ir  con  nosotros  a  la  dicha  provincia  de  Mas  que  esta 
como  de  acá  vamos  sobre  la  mano  izquierda  tres  leguas  de  la  mar  del 
Sur  e  aUi  Uegados  se  tomo  e  prendió  al  dicho  cacique  con  otros  ciertos 
indios  algunos  de  los  cuales  parescera  por  el  repartimiento  que  dellos 
se  hizo.  E  asi  tomado  el  dicho  cacique  e  la  dicha  gente  le  fize  todo  el 
buen  tratamiento  que  yo  pude  asentándole  a  comer  a  mi  mesa.  E  por- 
que habia  cierta  información  quel  dicho  Cacique  habia  ciertas  habas  de 
oro  después  de  haberle  hecho  el  requerimiento  que  SS.  AA.  mandan 
que  les  sea  hecho  e  de  haber  respondido  el  dicho  que  queria  ser  vasallo 
e  servidor  de  SS.  A  A.  e  dar  el  oro  que  habia  aunque  era  poco  e  hazer 
(claro  en  la  copia)  para  los  cristianos  e  enviados  ciertos  indios  que  ha- 
bia para  que  lo  truxesen  los  cuales  no  truxieron  mas  de  fasta  obra  de 
veinte  o  treinta  castellanos,  les  eche  una  (falta  una  palabra)  para 
amedrentarle,  para  que  nos  diese  el  dicho  servicio  de  oro,  en  la  cual 


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estuvo  uno  o  dos  días.  E  después  el  dicho  cacique  me  pidió  que  lo  sol- 
tase, quel  traería  el  oro  e  su  gente  para  que  me  viniese  a  ver,  e  yo  le 
solté  e  le  puse  en  su  libertad  e  le  di  libertad  para  que  se  fuese.  El  cual 
fue  e  vino  luego  otro  dia  con  hasta  veinte  indios  gandules,  e  el  dicho 
Cacique  e  indios  traerían  de  presente  hasta  otros  treinta  o  cuarenta 
casteUauos  de  oro  e  perlas.  E  asi  traídos  después  de  haber  porfiado 
que  traxiese  mas  e  visto  como  el  dicho  Cacique  no  lo  quiso  traer  aunqae 
temamos  guias  al  parecer  muy  ciertas  e  noticia  a  donde  el  dicho  Ca- 
cique tenia  su  bohio  e  sus  mugeres  e  hijos  e  oro  e  los  Capitanes  e  gente 
que  conmigo  estaban  me  importunaban  que  les  diese  licencia  para  irlos 
a  tomar,  nunca  lo  quise  hazer  porque  dicho  Cacique  dixo  que  queria  ser 

vasallo  de  SS.  AA.  e  servir  a  los  cristianos  e  hacerles (claro  en  la 

copia)  en  que  la  gente  que  le  hablamos  tomado  aquella  daba  para  ser- 
vir a  los  cristianos,  antes  lo  dexe  libre  a  el  e  a  todos  los  indios  que  con 
el  vinieron  e  muy  alegre  e  contento  al  parescer.  E  ciertos  indios  que 
me  dio  para  traer  cierto  maiz  que  Uegado  a  Chiman  se  los  tome  a  en- 
viar e  con  ellos  les  envié  a  decir  que  me  viniese  a  ver  e  ansi  mismo 
cuando  el  dicho  Cacique  partió  se  lo  dixe.  El  cual  lo  hizo  ansi  e  vino  a 
verme  a  la  dicha  provincia  de  Chiman  e  alli  estuvo  dos  dias  con  un 
hijo  suyo  holgando,  era  muchacho  el  cual  traxe  e  entregue  al  padre 
Vicario  para  que  lo  tuviese  en  servicio  San  Francisco,  que  le  enseñase 
nuestra  Santa  fe  Católica,  certificando  el  dicho  Cacique  que  se  lo  vol- 
vería dentro  de  veinte  e  cuatro  lunas  con  el  hijo  del  Cacique  de  las 
Perlas  questaba  ansi  mismo  en  San  Francisco,  ques  vezino  del  dicho 
Cazique.  Demás  cerca  de  lo  contenido  en  este  capitulo,  se  pueden 
VV.  SS.  e  mercedes  informar  de  los  dichos  Capitanes  que  conmigo  fue- 
ron e  de  Diego  de  Mijares,  veedor  e  de  Martin  Estete  e  del  padre  Dean 
e  de  todos  los  mas  compañeros  que  fueron  en  el  dicho  viage. 

Venidos  de  la  dicha  provincia  de  Mas  a  Chiman  a  donde  quedo  el 
Capitán  Diego  Albites  con  la  rezaga  e  despachado  el  padre  Dean  para 
hazer  saber  a  VV.  SS.  e  mercedes  como  nos  Íbamos  la  via  de  Chepavare 
e  Pacora  con  intención  de  cargar  e  reformar  todos  los  Caciques  que 
están  en  el  camino,  que  son  Tómame  e  Paruzaca  e  Tubanama:  por  ha 
l)er  sido  en  la  destruicion  del  i)ueblo  de  Santa  Cruz  e  muerte  de  los 
Crístianos ;  e  de  aUi  pasar  a  las  provincias  de  Nata  e  Paris  a  castigar 
aun  mismo  e  a  reformar  e  pacificar  e  quebrantar  la  soberbia  con  que  los 
Caciques  e  indios  de  aquellas  partes  quedaron  del  desbarato  e  muerte 
de  Cristianos  e  presa  que  hizieron  al  Capitán  Gonzalo  de  Badajoz  e  a 
los  Cristianos  que  con  el  fueron  según  que  por  las  cartas  que  sobre 
esta  razón  a  VV.  SS.  e  mercedes  escribí  mas  largamente  serian  infor- 
mados nos  partimos  creo  que  fue  a  nueve  o  diez  de  Marzo  del  año  que 
paso  de  mil  e  quinientos  quinze  años  en  seguimiento  del  dicho  viage. 
E  fuimos  la  una  [tarte  de  la  gente  por  la  una  parte  del  Kio  grande  que 


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esta  entre  Chiman  e  Pocorosa  e  la  otra  por  la  otra,  e  corrimos  el  diclio 
rio,  porque  nos  dixeron  que  estaba  alli  acogida  mucha  gente  de  Poco- 
rosa  e  Tómame.  E  por  esta  manera  llegamos  a  la  provincia  de  Tómame 
haciéndoles  guerra  a  los  indios  de  las  dichas  provincias.  Los  indios  que 
se  tomaron  en  esta  dicha  provincia  de  Tómame  por  el  repartimiento 
que  de  ellos  se  hizo  parescera.  Alli  se  hizo  justicia  de  los  que  parescie- 
ron  culpados  e  Pocorosa,  según  que  en  el  segundo  capitulo  de  suso  con- 
tenido se  contiene.  A  este  Cacique  de  Tómame  que  se  dice  Pocora  había 
enviado  antes  desde  Chiman  el  Capitán  Diego  Albites  con  hasta  ochenta 
hombres  con  una  instrucción  que  de  suso  en  este  proceso  se  contiene. 
El  cual  estando  alli  tomo  cierta  gente  del  dicho  Cacique  e  le  envió  a  lla- 
mar que  viniese  de  pazes  haziendoles  el  requerimiento  que  SS.  AA.  man- 
dan que  les  sea  hecho,  e  enviando  un  principal  quel  dicho  Capitán  tomo 
que  se  decia  Abrasi,  el  cual  fue  e  vino  muchas  vezes  del  dicho  Capitán 
al  dicho  Cacique  e  del  dicho  Cacique  al  dicho  Capitán,  enviaba  por 
respuesta  el  dicho  Cacique  que  no  queria  venir  e  otras  veces  que  no 
osaba  venir  por  miedo  del  Cacique  Pocorosa  que  lo  enviaba  amenazar : 
de  manera  que  nunca  con  el  se  pudo  acabar  que  viniese  ni  con  los  prin- 
cipales e  indios  del  dicho  Cacique.  Estuvimos  aUi  el  día  que  llegamos, 
e  otro  dia  siguiente  por  no  tener  que  comer  nos  fue  forzado  partirnos 
adelante.  De  lo  contenido  en  este  capitulo  se  pueden  W.  SS.  e  merce- 
des informar  del  dicho  Capitán  e  de  Francisco  Pizarro  e  de  los  otros 
compañeros  que  con  ellos  fueron  a  hazer  el  dicho  viage. 

De  la  dicha  provincia  de  Tómame  nos  partimos  a  la  provincia  de 
Paramana  que  hay  tres  leguas  de  la  una  a  la  otra,  e  por  queste  Cacique 
Paruran  fue  según  parece  por  la  información  e  según  los  indios  comun- 
mente dizen  el  primero  que  empuso  a  Pocorosa  que  matase  a  los  Cris- 
tianos de  Santa  Cruz  e  hiziese  los  otros  daños  que  se  hizieron  e  el  que 
ordeno  toda  la  junta  de  los  Caciques  que  para  ello  se  juntaron,  llevába- 
mos mucha  gana  de  hazerle  muy  cruda  guerra  e  asolarle  e  a  esta  cabsa 
me  adelante  yo  con  cierta  gente  para  dar  en  el  de  noche.  E  aunque  es- 
taban muy  sobre  aviso  los  indios  todavia  se  les  hizo  harto  daño  e  se 
mataron  algunos  deUos  e  otros  se  prendieron,  la  cantidad  de  los  cuales 
parescera  por  el  repartimiento  que  deUos  se  hizo.  No  pudimos  estar  en 
la  dicha  provincia  de  Paramana  mas  del  dia  que  Uegamos  e  otro  por  la 
mucha  falta  que  habia  de  comida,  el  dia  siguiente  nos  partimos  para  la 
provincia  de  Tubanama  a  donde  pensamos  hallar  comida  para  estar 
algunos  dias  para  desde  alli  reformar  estas  dichas  provincias :  hay  dos 
leguas  desde  el  asiento  de  Paramana  al  de  Tubanama.  E  alli  asi  mismo 
me  adelante  yo  con  cierta  gente  para  dar  en  el  de  noche,  por  haber  sido 
en  el  destruimiento  e  muerte  de  los  Cristianos  de  Santa  Cruz  e  por- 
que siempre  ha  sido  rebelde.  El  cual  e  su  gente  estaban  tan  sobre  aviso 
que  casi  no  se  pudo  tomar  gente  alguna  ni  se  hallo  cosa  de  comer  es 


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cepto  obra  de  dos  fanegas  de  maiz  que  hallaron  enterrado  unos  compa- 
ñeros: e  a  esta  cabsa  nos  hubimos  luego  de  partir  al  Cacique  Chepo,  a 
donde  envíe  delante  al  Capitán  Diego  Albites.  De  lo  en  este  capitulo 
contenido  se  pueden  W.  SS.  e  mercedes  informar  de  los  que  mandasen 
porque  toda  la  gente  estaba  alli  junta. 

Envié  al  Capitán  Diego  de  Albites  como  tengo  dicho  por  quel  el 
dicho  Cacique  tenia  mucha  amistad  e  conocimiento  al  dicho  Capitán 
e  creímos  que  saldría  a  el  de  pazes  :  el  cual  el  fue  e  la  gente  consigo  llevo 
e  entraron  de  dia  pacificamente  sin  hazer  daño  alguno  enviando  a  lla- 
mar al  Cacique,  vino  luego  a  el  e  alli  yo  le  hize  toda  la  honrra  que  pude 
e  le  requerí  con  el  requerimiento  que  mandan  SS.  AA.  que  se  les  haga 
e  el  respondió  muy  bien  diziendo  que  quería  ser  vasallo  de  SS.  AA.  a 
servir  a  los  Cristianos  e  yo  como  a  tal  lo  recibí.  E  no  le  pedi  otra  cosa 
sino  que  me  tuviese  hecha  una  hazienda  para  que  comiésemos  a  la 
vuelta  e  no  le  comiésemos  lo  suyo ;  sin  le  hazer  mal  ni  daño  alguno  en 
cosa  del  mundo,  mas  de  la  comida  que  hubimos  menester  alli  e  por  que 
no  habla  de  comer  e  por  no  enojar  al  dicho  Cacique,  no  consentio  que 
lo  fuese  a  buscar.  E  no  estuvimos  alli  mas  de  tres  dias  e  luego  nos 
partimos  para  las  provincias  de  Cheparave  e  Pacora.  Cerca  de  lo  en  este 
capitulo  contenido  VV.  SS.  e  mercedes  se  pueden  informar  de  todos  los 
compañeros  que  quisieren  porque  todos  estuvimos  juntos.  Hay  desde 
Tubanama  a  este  Cacique  obra  de  siete  leguas. 

Partidos  de  Chepo,  envié  al  dicho  Capitán  Diego  Albites  delante, 
a  la  provincia  de  Chepavare  e  Pacora  con  un  cabra  quel  dicho  Cacique 
Chepo  dio  al  dicho  Capitán  e  con  dos  indios,  porque  asi  mismo  el  dicho 
Capitán  habla  estado  ya  otra  vez  en  las  dichas  provincias,  e  le  tenían 
mucha  amistad  los  dichos  Caciques  e  indios.  El  cual  fue  e  entro  de  dia 
e  pacificamente  en  la  dicha  provincia  e  envió  a  llamar  al  Cacique  e  prin- 
cipales de  las  dichas  provincias  de  Pacora  e  Chepavare  e  a  requerirlos 
de  pazes :  los  cuales  ni  ellos  ni  cosa  de  comer  nunca  ^Hidimos  haber  ni 
ver  aunque  se  salieran  a  buscar.  Visto  que  no  venían  ni  querían  venir 
antes  estaban  tan  escondidos  ellos  e  la  comida  que  parecía  que  habla  un 
año  que  no  habla  andado  indio  por  toda  aquella  tierra,  a  esta  cabsa  e 
por  la  mucha  falta  de  comida  en  que  alli  nos  vimos  e  porque  yo  llevaba 
determinado  de  aguardar  la  respuesta  de  YV.  SS.  e  mercedes  de  lo  que 
mandaban  que  hiciese  visto  que  no  podia  aguardar  un  solo  dia  e  visto 
que  no  teníamos  de  comer  todos  para  de  tres  o  cuatro  dias  arriba  es- 
tuve muy  determinado  de  volverme,  salvo  que  miramos  que  por  todo  lo 
que  hablamos  venido  no  hablamos  de  hallar  ni  aun  mazorca  de  maiz  e 
forzado  habíamos  de  perecer  de  hambre  e  a  esta  cabsa  e  porque  yo  tenía 
nueva  cierta  de  Alonso  (ilegible  el  apellido)  que  era  nuestro  guia,  que 
había  venido  con  Gonzalo  de  Badajoz  que  a  lo  menos  en  Nata  haUaria- 
mos  infinita  comida,  e  tanto  que  bastase  para  aguardar  todo  el  tiempo 


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que  fuese  menester,  hasta  ver  la  respuesta  e  mandamiento  de  VV.  SS.  e 
mercedes;  e  visto  asi  mismo  como  irnos  al  Nombre  de  Dios  era  cosa  in- 
cierta, e  a  no  hallar  alli  de  comer  eramos  todos  perdidos;  acorde  de 
pasar  adelante  e  luego,  en  aquel  mismo  dia  que  llegamos  nos  partimos 
a  Panamá.  Hay  desde  el  asiento  de  Chepo  al  de  Chepavare  cinco  leguas 
e  del  de  Chepavare  a  Pacorosa  dos.  Cerca  de  lo  contenido  en  este  capitulo 
se  pueden  VV.  SS,  e  mercedes  informar  de  los  Capitanes  e  gente  que 
mandanse  porque  todos  estuvieron  j ñutos  a  ello. 

Para  ir  de  la  dicha  provincia  de  Pacora  fuimos  la  via  de  la  provincia 
de  Panamá  a  la  cual  envié  delante  al  Capitán  Bartolomé  Hurtado, 
mandándole  que  no  hiziese  daño  ninguno  en  la  dicha  provincia  salvo 
que  tornase  e  recogiese  toda  la  comida  que  pudiese  haber  porque  llevá- 
bamos gran  falta  della  pero  pasamos  adelante.  En  la  cual  no  se  hallo 
cosa  de  comer  ni  se  tomo  gente  sino  solo  una  india,  e  a  esta  cabsa  nos 
partimos  luego  otro  dia  siguiente  de  alli  a  la  provincia  de  Periquito. 
Hay  desde  esta  provincia  de  Pacora  al  asiento  de  Panamá  tres  leguas. 
Cerca  de  lo  en  este  capitulo  contenido  se  pueden  informar  de  quien  mau- 
dasen  porque  todos  estuvimos  juntos. 

Partidos  a  la  dicha  povincia  de  Perequito  el  postrero  dia  de  cuatro 
que  tardemos  en  el  camino  hube  información  del  dicho  Alonso  (el  ape- 
llido ilegible)  de  Don  Benito,  cerca  de  la  manera  quel  Capitán  Gon- 
zalo de  Badajoz  e  los  comi)n ñeros  que  con  el  fueron  hablan  tenido  en  el 
tratar  de  los  Caciques  e  indios  de  la  dicha  provincia  e  de  los  otras  si- 
guientes hasta  Paris  e  de  como  hablan  quedado  de  pazes  e  de  la  guerra 
que  los  dichos  Caciques  e  indios  de  las  dichas  provincias  habian  hecho 
al  dicho  Gonzalo  de  Badajoz  e  a  los  cristianos  que  con  el  venían,  al 
tiempo  que  volvían  desbaratados  de  Paris.  E  ansi  fecha,  acorde  de 
prender  a  los  dichos  Caciques  de  Perequito  e  Taboren  e  Chamen  e  fui 
e  me  adelante  a  dar  con  ellos  de  noche  con  cierto  numero  de  gente,  e  en 
una  misma  noche  di  en  el  Cacique  de  Perequito  e  luego  pase  adelante 
e  viniendo  el  alba  dimos  en  el  Cacique  de  Taboren  de  los  cuales  pren- 
dimos muchos  dellos  e  matáronse  algunos  porque  huían  e  no  se  podían 
de  otra  manera  alcanzar  la  rezaga.  Luego  otro  dia  fue  con  nosotros 
en  la  dicha  provincia  de  Taboren  e  envié  luego  el  mismo  dia  que  llegue 
indios  mensajeros  a  llamar  al  Cacique  Taboren  e  otro  al  Cacique  Ta- 
bore  a  los  cuales  le  fueron  fechos  los  requerimientos  que  SS.  AA.  man- 
dan según  mas  largamente  por  lo  procesado  de  suso  se  contiene.  E  un 
indio  de  los  cuales  volvió  otro  dia  e  dixo  quel  dicho  Cacique  Taboren  no 
quena  venir,  que  tenia  mucho  miedo  e  los  indios  principales,  e  a  esta 
cabsa  mande  ir  a  Francisco  Pizarro  con  ciertos  cristianos  que  lo  fuesen 
a  buscar  e  ranchear  una  noche.  E  trajeron  ciertos  indios  el  numero  de 
los  cuales  parescera  por  el  repartimiento  que  dellos  se  hizo.  Estuvimos 
en  el  dicho  Cacique  obra  de  tres  o  cuatro  dias.  Desde  Panamá  a  Pere- 


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quito  habrá  obra  de  ocho  leguas  e  de  Perequito  a  Tabore  tres.  Cerca  de 
lo  contenido  en  este  capitulo  se  pueden  informar  de  los  dichos  Capita- 
nes que  conmigo  fueron  delante  e  de  Francisco  Pizarro  e  de  los  mas  que 
quisieren. 

Tercero  dia  de  Pascua  Florida  del  año  pasado  nos  partimos  a  la 
provincia  de  Chame  que  es  tres  leguas,  ansi  por  la  costa  de  la  mar  del  Sur 
hacia  el  Poniente ;  e  ansi  mismo  nos  adelantamos  yo  e  el  Capitán  Diego 
Albites  e  Bartolomé  Hurtado  e  Pablo  Mexia  con  cierta  gente  a  prender 
al  dicho  Cacique  e  a  su  gente.  E  cuando  llegamos  estaban  tan  alzados 
que  no  se  tomaron  sino  cuatro  presas  e  estos  escondidos  en  los  bohios. 
Envié  luego  a  llamar  al  dicho  Cacique  e  a  requerirle  de  pazes  a  los 
mensajeros  se  les  hizo  el  requerimiento  que  SS.  AA.  mandan  que  so 
haga  e  nunca  vino  respuesta  ni  mensajero  de  los  indios  que  envié.  Sin 
embargo  deso  porque  por  la  información  que  alli  se  hizo,  cerca  de  la 
guerra  que  el  dicho  Cacique  hizo  a  Gonzalo  de  Badajoz  e  a  los  cristia- 
nos que  con  el  fueron,  páreselo  haber  dado  el  dicho  Cacique  maiz  para 
bastimento  del  camino  al  dicho  Gonzalo  de  Badajoz  e  a  los  christianos, 
en  remuneración  de  aquella  buena  obra  sin  embargo  de  la  guerra  que  les 
habia  hecho  di  por  naborías  los  indios  que  alli  se  hablan  tomado,  e  los 
solté  todos  e  los  envié  al  Cacique  con  una  carta  e  mandamiento  mió 
para  que  cuando  viniesen  por  alli  otros  cristianos  que  habian  de  venir, 
mostrándoseles  no  les  harían  mal  ninguno.  E  le  envié  dezir  que  tuviesen 
fecho  de  comer  para  cuando  volviese  e  todas  las  otras  palabras  de  amigo 
que  pude,  e  desde  alli  ansi  mismo  solté  un  hijo  de  Tabore  e  otros  prin- 
cipales suyos.  E  de  Perequito  e  hecho  el  requerimiento  que  mandan 
SS.  AA.  que  se  les  faga  e  después  de  haberlos  dado  a  entender  larga- 
mente quel  mal  e  daño  que  les  hablamos  fecho  habla  sido  (claro  en  la 
copia)  e  por  la  guerra  que  habla  fecho  al  Capitán  Gonzalo  de  Badajoz 
e  a  los  cristianos  oue  con  el  vinieron,  e  después  de  haber  ellos  dicho 
que  querían  ser  vasallos  e  servidores  de  SS.  AA.  e  que  ansi  mismo  sus 
Caciques  e  padres  lo  serian,  viendo  el  buen  tratamiento  e  la  honrra  que 
a  ellos  le  hacían  en  soltarlos  e  enviarlos  a  su  tierra,  e  después  de  haber- 
les dicho  que  para  que  yo  supiese  e  viese  que  traian  aquella  voluntad 
de  ser  vasallos  e  servidores  de  SS.  AA.  que  enviasen  dentro  de  quinze 
dias  a  Nata  a  verme  e  a  hablar  conmigo  algunos  indios  e  algún  servicio 
les  solté  e  envié  a  sus  tierras.  E  luego  yo  me  partí  de  la  dicha  provincia 
de  Chamen  sin  hazer  otro  daño  ni  mal  alguno  a  la  provincia  de  Cheru. 
Cerca  de  lo  contenido  en  este  capitulo  pueden  verlo  en  este  proceso  e 
demás  e  allende  de  haber  información  de  las  personas  que  mandasen 
porque  todos  estuvimos  alli  juntos. 

Partidos  a  la  provincia  de  Cheru  que  es  adelante  de  Chamen  ocho 
leguas  poco  mns  o  menos  por  la  dicha  costa  de  la  mar  del  Sur  nos  ade- 
lantamos asi  mismo  con  cierta  gente  yo  el  Diego  Albites  e  Hurtado  e 


—  127  — 

fuimos  a  dar  de  noche  en  el  dicho  Cacique.  El  cual  estaba  asi  mismo 
avisado  e  aunque  su  persona  estaba  escondido,  los  indios  estaban  en 
sus  bohios,  e  por  ir  al  bohio  del  dicho  Cacique  pasamos  por  entre  otros 
muchos  bullios  llenos  de  gente  e  por  no  alborotar  la  gente  los  dexamos 
todos  atrás  e  los  pasamos  adelante,  la  guia  que  llevábamos  perdió  el  ca- 
mino e  desatinóse  de  manera  que  ni  pudimos  ir  al  bohio  del  Cacique  por- 
que no  lo  sabíamos,  ni  volver  a  los  indios  a  tiempo,  porque  amanecía 
ya,  de  manera  que  era  dos  horas  el  Sol  salido  e  no  hablamos  visto  ni 
tomado  indios.  Volviendo  bien  desavisados  de  tomarlos  e  aun  cansados 
tomamos  ciertos  indios  e  el  Cacique  se  nos  escapo  por  mala  dicha  el 
numero  de  los  cuales  parecerá  en  el  repartimiento.  De  alli  nos  partimos 
luego  otro  dia  siguiente  a  la  provincia  de  Nata  e  estando  en  la  dicha 
provincia  de  Nata,  después  que  aUi  llegamos  obra  de  dos  meses  poco 
mas  o  menos  torne  a  enviar  al  Capitán  Bartolomé  con  hasta  sesenta  o 
setenta  compañeros  al  dicho  Cacique  Cheru  e  aunque  todos  fueron  este 
viage  muy  contra  su  voluntad  diziendo  que  era  por  demás  que  no  ha- 
bian  de  hazer  nada  quiso  Dios  que  se  tomo  el  dicho  Cacique  e  sus  mu- 
geres  e  hijos  e  otra  gente  e  hasta  miU  e  tantos  castellanos.  E  en  la  toma 
se  le  dio  una  cuchillada  buena  en  el  hombro  e  traidole  han  acá  donde 
estaba  el  real,  envió  por  mas  oro  e  truxeron  obra  de  cuatrocientos  o 
quinientos  castellanos  e  hizelo  estar  en  una  cadena  para  que  diese  el 
dicho  oro  e  para  guardarlo  aunque  después  porque  me  pareció  muy  buen 
hombre  e  indio  de  muy  buena  condición  e  manera  que  páresela  aficio- 
nado a  nuestras  cosas  le  hize  soltar  e  curar  de  la  dicha  herida  e  le  di 
todas  sus  mugeres  e  indios  que  le  habia  tomado  en  el  real,  que  no  creo 
que  quedaron  cuatro  piezas  en  el  real  que  no  se  las  diese.  E  envié  con  ellas 
un  cuadrillero,  con  hasta  catorze  o  quince  compañeros  para  que  los  vol- 
viesen a  su  tierra,  e  les  di  el  ai)arejo  de  la  misa  e  ciertos  papagaUos 
e  ciertos  indios  flacos  nuestros  para  que  nos  los  guardase  para  la  vuelta. 
E  los  dichos  indios  del  dicho  Cacique  iban  e  venían  los  mas  dias  a  traer- 
nos de  comer  iguanas  e  pescado  e  venados  e  las  esposas  del  dicho  Caci- 
que me  enviaban  siempre  chicha  de  su  mano  fecha,  me  enviaron  a  pedir 
sendas  hamacas  e  yo  se  las  envié  las  mejores  e  una  manta  e  hamaca 
que  a  mi  parecer  mejor  no  habia  en  el  real.  E  el  dicho  Cacique  Cheru 
comia  siempre  conmigo  en  la  mesa  e  le  hazia  todas  las  otras  buenas 
obras  e  buen  tratamiento  posible  que  yo  pude  salvo  que  lo  hazia  guardar 
e  acorde  llevarlo  conmigo  a  Paris  e  adelante  porque  no  tramasen  e  se 
juntasen  otra  vez  contra  mi  como  lo  hizieron  con  Gonzalo  de  Badajoz, 
que  este  dicho  Cacique  o  su  gente  fue  en  la  dicha  junta  según  que  por 
lo  procesado  parescera.  Después  adelante  estando  en  la  provincia  de 
Usagaña  ques  dos  jornadas  adelante  del  asiento  de  París  después  de 
haber  venido  el  Capitán  Gerónimo  de  Valenzuela  e  los  cristianos  que 
con  el  fueron  en  la  dicha  provincia  e  juntarse  conmigo  a  mi,  por  quel 


—  128  — 

dicho  Capitán  Gerónimo  de  Valenziiela  liabia  dexado  en  la  provincia  del 
dicho  Cacique  Cheru  ocho  cristianos,  como  por  quel  dicho  Cacique 
Cheru  estaba  flaco  e  tuve  por  cierto  que  andando  el  dicho  Cacique  Cheru 
con  nosotros  se  moriria  e  por  parecerme  como  dicho  tengo  buena  per- 
sona e  que  si  alguno  habia  de  ser  amigo  de  los  cristianos  me  pareció 
que  lo  había  de  ser  este,  sin  embargo  que  por  el  proceso  de  suso  conte- 
nido parescia  culpado  porque  en  haber  venido  de  paz  al  Capitán  Badajoz 
el  dicho  Capitán  Gonzalo  de  Badajoz  e  los  Cristianos  que  con  el  vinie- 
ron no  le  haber  fecho  mal  ninguno,  envió  gente  en  favor  del  Cacique 
Attacara  que  es  el  Cacique  de  Paris.  E  porque  mas  seguro  fuese  porque 
no  podia  ir  sino  por  la  mar,  envié  el  Capitán  Diego  Albites  con  ochenta 
hombres  para  que  fuesen  con  el  dicho  Cacique  al  asiento  viejo  e  acabase 
una  canoa  que  estaba  alli  comenzada.  E  el  dicho  Cacique  e  otros  cinco 
indios  del  Nombre  de  Dios  que  eran  de  los  que  truxo  el  Capitán  Valen- 
zuela,  los  cuales  llevaban  las  cartas  que  yo  aqui  envié  a  VV.  SS.  e  mer- 
cedes e  iban  encomendadas  al  dicho  Cacique  Cheru  para  que  desde  su 
tierra  los  encaminase  e  enviase  al  Nombre  de  Dios  con  las  dichas  cartas. 
E  ansi  ido  el  dicho  Diego  Albites  despacho  conforme  a  lo  suso  dicho 
al  dicho  Cacique  e  a  los  dichos  indios  e  los  invio  en  la  dicha  canoa,  o 
después  de  llegado  el  dicho  Cacique  en  su  tierra,  porque  yo  le  habia  en- 
cargado que  me  enviase  veinte  arrobas  de  sal  e  pescado  e  venado  e  que 
viniese  en  la  dicha  canoa  que  le  truxiese  uno  o  dos  cristianos  por  saber 
si  eran  vivos  o  muertos  e  a  mi  j>orque  habia  mucha  gana  de  lo  ver  i)or 
lo  que  VV.  SS.  e  mercedes  mandaban  por  su  cartas  lo  mirase  e  procu- 
rase e  por  la  mucha  noticia  que  tenia  de  sus  letras  e  ciencia.  El  cual 
dicho  Cacique  segund  supimos  de  los  dichos  Cristianos  quel  dicho  Ca- 
pitán Gerónimo  de  Valenzuela  dexo  en  su  tierra,  envió  todo  lo  susodi- 
cho que  yo  le  pedi  que  me  enviase  en  la  dicha  canoa  e  un  cristiano  que 
se  dezia  Alonso  Mateo.  E  llegados  al  asiento  viejo  de  Paris  e  después 
de  haber  saltado  en  tierra  porque  desde  alli  fuesen,  el  real  donde  es- 
tábamos habia  dos  dias  de  camino,  hobierome  de  volver  que  no  osaron 
pasar  por  miedo  de  los  indios  del  dicho  Cacique  Paris  que  dize  que 
habia  muchos.  E  a  esta  cabsa  como  no  volvían  los  indios  del  dicho 
Cheru  ni  tampoco  ningún  cristiano  de  los  que  quedaron  en  la  dicha 
provincia  de  Cheru,  tuve  noticia  quel  dicho  Cacique  se  habia  alzado  e 
muerto  los  dichos  Cristianos :  e  a  esta  cabsa  e  por  cobrar  dos  canoas 
que  habia  enviado  desde  Reata  e  la  provincia  del  dicho  Cacique  Cheru 
después  de  hecha  en  la  provincia  de  Guarari  las  dos  canoas  que  alli 
fezimos,  para  pasar  adelante,  invie  al  Capitán  Pablo  Mexia  con  hasta 
sesenta  compañeros  poco  mas  o  menos,  en  las  dichas  canoas  con  una 
instrucción  de  lo  que  habia  de  hazer  en  el  dicho  viaje  la  cual  con  io 
quel  dicho  Capitán  hizo  en  el  dicho  viaje  es  esta  que  se  sigue. 
(En  el  original  falta  la  instrucción  y  relación) . 


—  129  — 

Vuelto  el  dicho  Capitán  Pablo  Mexia  sabida  la  verdad  de  todo,  e 
como  los  cristianos  estaban  buenos  hubimos  todos  mucho  plazer  e  asi 
mismo  otras  canoas  mas  que  traxo.  Cerca  de  lo  contenido  en  este 
capitulo  pueden  VV.  SS.  e  mercedes  haber  información  del  dicho  Ca- 
pitán Diego  Albites  e  del  veedor  Diego  Mijares  e  de  Arcas  de  Azebedo 
e  de  los  otros  compañeros  que  con  el  dicho  Capitán  fueron,  e  en  cuanto 
a  lo  de  la  instrucción  del  dicho  Capitán  Pablo  Mexia  podra  sen  informar 
de  Francisco  de  Avila  e  de  los  otros  compañeros  que  con  el  dicho  Ca- 
pitán fueron,  los  cuales  el  dicho  Capitán  declarara. 

Como  llegamos  a  la  dicha  provincia  de  Cheru,  luego  otro  dia  nos 
partimos  a  la  provincia  de  Nata,  que  es  obra  de  cuatro  leguas  adelante, 
e  hizimos  dia  en  la  metad  del  camino ;  e  de  alli,  venida  la  noche,  nos 
adelantamos  yo  e  todos  los  Capitanes,  con  hasta  seis  de  caballo,  porque 
Navarro  de  Virues  con  tres  de  caballo  e  con  la  rezaga  se  quedo  en 
guarda  della.   E  dimos  aquella  noche  en  el  bohio  del  dicho  Cacique 
Nata  e  en   la  gente  e  otros  bohios  del  dicho  Cacique,  lo  cuales  no  esta- 
ban avisados,   según  páreselo,   porque  estaban   seguros  en  los   dichos 
bohios;  escápesenos  el  Cacique  por  una  puerta  de  que  no  tuvimos  no- 
ticia. Tomamosle  aquel  dia  hasta  cient  animas  poco  mas  o  menos,  e 
hasta  miU  e  quinientos  pesos  de  oro;  mataron  los  de  caballo  muchos 
indios,  porque  los  dichos  indios  dize  que  se  iban  juntando  e  rehaciéndose 
en  un  batallón.  Eran  tantos  los  bohios  que  habia  que  creo  que  no  hubo 
nadie  que  no  se  espantase  e  tuviese  temor  de  ver  tan  gran  población, 
nallamos  alli  infinito  maiz  e  tantos  venados,  que  los  que  los  vimos  los 
apreciamos  en  trescientos  venados,  e  infinito  pescado  asado,  e  muchas 
ánsares  e  ¡javas  e  jaulas  e  toda  comida  de  indios  en  mucha  gran  abun- 
dancia. Hize  luego  recoger  maiz  en  el  real  de  manera  que  túvose  alli  la 
hueste  todo  lo  que  hubimos  menester  para  cuatro  meses  que  alli  estu- 
vimos, e  aun  sobraron  mas  de  quinze  hanegas.  Luego  aquel  dia  hize 
mensajero  al  dicho  Cacique  de  los  indios  que  alli  se  tomaron,  a  los 
cuales  le  fue  hecho  el  requerimiento  que  SR.  AA.   les  mandan  fazer, 
según  que  desto  e  de  las  otras  muchas  diligencias  que  eu  el  dicho  Ca- 
cique e  indios  se  hicieron,  por  el  proceso  que  sobre  esta  razón  se  fizo, 
mas  largamente  parecerá.  El  cual,  en  el  termino  que  le  fue  asignado, 
ni  fuera  del  por  entonces,  no  vino.  Pues  recogidos  los  bastimentos  e 
maiz  de  la  manera  que  dicha  es,  e  enviado  a  llamar  e  requerir  el  dicho 
Cacique  por  dos  o  tres  mensajeros,  diziendole  que  si  viniese  que  no  se 
le  haria  mal  ninguno  en  su  persona,  ni  indios  ni  tierra,  queriendo  ser 
vasallo  de  SS.  AA,  e  amigo  de  los  cristianos ;  sin  embargo  que  habia 
sido  bellaco  en  haber  hecho  a  los  (cristianos  guerra  en  Paris  e  en  su 
tierra,  quedando  por  su  amigo  e  quel  dapno  que  se  le  habia  hecho  habla 
sido  en  sus  tierras,  e  por  castigo  del  que  habia  hecho  al  Capitán  Gonzalo 
de  Badajoz  e  a  los  cristianos  que  con  el  vinieron.  Di  licencia  a  los  Ca- 

9 


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pitanes  e  compañeros  para  que  fueran  a  ranchear  e  hazer  guerra  a  fuego 
e  a  sangre  al  dicho  Cacique  e  a  su  gente  según  que  mas  claramente 
por  lo  procesado  parescera.  La  cual  se  la  dio  tan  cruda  e  se  la  dio  tanta 
prisa  e  se  le  tomo  tanta  gente,  que  un  dia  como  yo  tenia  costumbre 
de  la  gente  que  se  traia  de  cada  cabalgada  o  de  las  mas  dellas  inviarlo 
a  llamar  e  requerir,  de  una  entrada  o  rancheadura  que  fui  yo  en  per- 
sona a  hazer,  en  la  cual  tomamos  sus  mujeres  e  hijos  e  otra  mucha  gente 
e  hasta  setecientos  o  ochocientos  pesos  de  oro,  e  el  dicho  Cacique  se 
nos  salvo  por  muy  gran  ventura;  yo  le  envié  luego  de  alli  antes  que 
viniese  al  real,  un  mensajero  para  que  viniese  de  pazes  e  que  no  hubiese 
miedo.  E  otro  dia,  estando  bien  descuidado  e  durmiendo  yo  en  el  real 
en  mi  bohio  e  posada,  vino  el  dicho  Cacique  Nata  con  otro  indio  sola- 
mente sin  ningún  cosa  mas  de  unas  alxabas  en  las  manos,  e  se  entro 
por  mi  bohio  sin  decir  cosa  alguna.  De  lo  cual  todos  nos  espantamos; 
parecíanos  que  venia  como  un  hombre  desesperado,  como  quien  dezia, 
veisme  aqui,  matadme  o  haced  lo  que  quisieredes.  Al  cual  yo  recibi 
muy  bien,  e  le  hize  mucha  honra,  e  le  hize  traer  aUi  todas  las  mujeres 
e  hijos,  e  se  los  entregue ;  e  después  de  haber  reposado  e  estado  el  dicho 
Cacique  de  la  manera  que  dicha  es  dos  dias,  le  dixe  o  requerí  que  en- 
viase a  llamar  a  sus  principales  e  indios,  para  que  viniesen  de  pazes 
a  verme  e  no  hubiesen  miedo ;  e  asi  mismo  que  me  diese  el  oro  que  habia 
tomado  a  los  cristianos,  o  lo  quel  dello  tenia.  El  cual  dixo  que  de  en- 
viar a  llamar  a  los  principales  quel  era  contento;  e  luego  los  envió  a 
llamar;  e  quel  oro  no  hablan  traído  ninguno  sus  indios,  quel  Cacique 
Attacara,  que  es  el  Cacique  de  Paris,  se  habia  quedado  con  todo  ello. 
E  nunca  de  aqui  lo  pude  sacar,  por  mas  buenas  razones  ni  amigables 
palabras  que  yo  les  dixe ;  por  lo  cual  yo  traxe  alli  dos  indios  quel  dicho 
Cacique  hubo,  de  los  que  tomaron  a  los  cristianos  en  el  desbarato  de 
Paris,  el  uno  que  se  dezia  Martinico,  que  era  ladino,  e  se  habia  llevado 
de  aqui  al  Daiien;  el  otro,  que  se  dezia  Antonico,  que  lo  hablan  ha- 
bido alia  los  cristianos  que  fueron  con  Badajoz,  E  en  su  presencia  le 
dixeron  al  dicho  Cacique  que  porque  no  daba  dos  habas  de  oro  que 
habia  traído  de  la  guerra  de  Paris,  e  quel  las  tenia.  Y  el  dicho  Ca- 
cique, todavía  negando  diziendo  que  con  todo  se  habia  quedado  Pa- 
ris; e  a  esta  cabsa,  e  visto  que  buenas  razones  e  buen  tratamiento 
no  me  valia  con  el  dicho  Cacique,  e  visto  como  sus  principales  e  indios 
no  querían  venir,  e  porque  me  pareció  que  para  nuestra  seguridad 
cumplía  tener  a  buen  recabdo  al  dicho  Cacique  Nata,  e  que  teniéndolo 
e  llevándolo  con  nosotros  adelante,  teniamos  seguras  las  espaldas,  acorde 
de  prenderlo  e  ponerlo  a  muy  buen  recabdo,  que  fue  tenerlo  siempre 
con  guardas,  de  dia  e  de  noche,  porque  no  hiziese  otro  cesto  como  el 
pasado.  E  teniéndolo  asi  vinieron  las  dos  hembras  que  anduvieron  con 
Gonzalo  de  Badajoz  a  ver  al  dicho  Cacique  con  ciertos  otros  indios  e 


—  J31  — 

a  traer  de  comer  pescado  e  otros  bastimentos  de  indios.  A  las  cuales  e 
'a  todos  los  demás  que  venian  de  pazes,  se  les  liizo  buen  tratamiento  e 
siempre  inviaba  con  las  dichas  hembras  e  con  otros  de  los  que  alli  venian, 
a  llamar  a  los  hermanos  e  principales  del  dicho  Cacique;  los  cuales  ni 
por  inviarlos  yo  a  llamar  ni  por  quel  dicho  Cacique  los  enviaba  a  lla- 
mar, nunca  quisieron  venir,  A  esta  cabsa  e  por  quel  dicho  Cacique  Nata 
dezia  que  los  cristianos  que  lo  fuesen  a  buscar,  pues  que  ellos  eran  be- 
llacos, iban  los  cristianos  algunas  noches  a  ranchearle.  En  este  tiempo 
iban  e  venian  muchos  indios  chorigaras,  con  cangrejos  e  pescado  a  res- 
catar maiz  al  real,  de  manera  que  andaban  por  las  calles  del  real  ven- 
diendo su  mereaderia,  e  aun  se  ponían  en  la  plaza  a  rescatarla  e  venderla. 

De  lo  cual,  visto  que  consintiéndolo  se  nos  podría  seguir  mucho 
dapno,  o  que  de  aquella  manera,  sin  sentirlo,  nos  podrían  llevar  la 
mayor  parte  del  maiz  que  teníamos,  acorde  de  estorbar  los  dichos  res- 
cates. E  desque  no  podían  venir  de  día,  venían  de  noche;  e  como  lo 
supe,  avise  a  los  indios  que  no  me  entrasen  mas  en  el  real  de  noche,  sino 
que  a  los  que  lo  tomase,  que  los  ahorcaría ;  a  los  cristianos  que  con 
ellos  contrataban,  diles  su  pago. 

Sin  embargo  de  ser  avisados  los  dichos  indios,  todavía  continuaron 
de  venir  al  real  de  noche ;  a  dos  que  tome  dellos,  luego  los  ahorque  e  a 
esta  cabsa,  no  vinieron  mas  de  noche.  Venido  el  tiempo  de  sembrar, 
porque  sembrasen  e  hubiesen  maiz  en  la  tierra  para  la  vuelta,  les  híze 
venir  a  muchos  indios  por  maíz  para  sembrar,  e  los  asegure  que  sem- 
brasen e  no  hubiesen  miedo,  que,  en  tanto  que  sembrasen,  no  se  les  ba- 
ria mal  ninguno.  E  ansí  andaban  labrando  e  sembrando  la  tierra  sin 
tener  miedo  de  los  cristianos,  antes  los  salíamos  a  ver  arar  e  sembrar 
los  cristianos,  que  era  cosa  de  ver.  Pues  durando  las  dichas  treguas, 
los  dichos  indios  de  Natíi  nos  mataron  catorze  indios  de  los  mansos  e 
mejores  que  teníamos  en  el  real,  en  un  día,  lo  cual  se  cree  ser  ansí 
porque  otros  indios  mansos  e  cristianos  que  los  fueron  a  buscar  hallaron 
uno  o  dos  dellos  muertos,  cabe  un  rio,  de  heridas  de  indios,  e  ciertos 
indios,  que  después  tomamos  de  la  dicha  tierra,  nos  lo  confesaron.  A 
esta  cabsa  les  tornamos  a  hazer  guerra  de  nuevo,  porque  pensasen  e 
supiesen  que  no  habían  de  pecar  en  cosa,  que  no  lo  habían  de  pagar. 
Luego  pusimoslos  en  tanto  estrecho  de  hambre,  que  algunos  dellos  se 
venían  al  real  a  comer,  e  de  los  que  teníamos  con  nosotros  se  iban  bien 
pocos.  De  manera  que  en  todo  el  tiempo  que  estuvimos  en  Nata,  que 
fueron  cuatro  meses  poco  mas  o  menos,  nunca  pudimos  de  paz  ni  de 
guerra  haberlos  (en  claro)  del  dicho  cacique  Nata  ni  otros  principales, 
ecebto  algunos  que  se  tomaron  de  guerra. 

Estando  en  la  dicha  provincia  de  Nata,  tuve  noticia  del  un  cacique 
que  se  dize  Corte,  al  cual  envíe  al  Capitán  Diego  Albítes  con  hasta  se- 
sentíi  hombres  poco  mas  o  menos,  al  cual  di  instrucción  de  lo  que  habia 


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de  hazer  en  el  dicho  viaje :  el  cual  e  1ü  quel  dicho  Diego  Albites  fizo  ou 
el  dicho  viaje  es  lo  que  sigue : 

(En  el  original  falta  la  instrucción  de  referencia). 

Después  de  venido  el  dicho  Capitán  Diego  de  Albites,  tuve  noticia 
de  otro  cacique  que  se  decia  Esquena,  al  cual  envié  al  Capitán  Pedro  de 
Gamez  con  hasta  setenta  hombres ;  llevo  la  instrucción  de  lo  que  habia 
de  hazer,  la  cual  e  lo  que  al  dicho  Caiñtan  subcedio  en  el  dicho  viaje  eá 
lo  siguiente : 

(En  el  original  falta  la  información). 

Después  de  venido  el  dicho  Pedro  de  Gamez,  e  de  haber  preso  al 
dicho  cacique  Chene  en  la  manera  que  dicho  es,  acorde  de  enviar  cier- 
tos indios,  que  pedi  al  cacique  Nata  me  diese;  para  enviar  por  mensa- 
jeros al  dicho  cacique  de  Paris,  e  a  requerirle  con  el  requerimiento  que 
mandan  SS.  AA.  que  se  les  haga  a  los  dichos  indios,  según  que  por  el 
proceso  de  suso  contenido,  mas  hirgamente  parece. 

E  los  cuales  fueron  a  la  provincia  del  dicho  cacique  de  Paris  a  de- 
zirle  lo  susodicho  e  que  volviesen  el  oro  e  esclavos  que  hablan  tomado 
al  Capitán  Gonzalo  de  Badajoz  e  a  los  cristianos  que  con  el  fueron;  e 
que  fuese  vasallo  e  servidor  de  SS.  AA.  e  bueno  e  amigo  de  los  cristia- 
nos e  que  sirviese  en  lo  que  por  el  tyba  de  los  cristianos  le  fuese  man- 
dado; e  que  sin  embargo  de  la  guerra  e  desbarato  e  dapuos  que  hablan 
fecho  a  los  cristianos,  yo  los  ternia  por  amigos  e  los  querría  mucho  e 
les  liarla  todo  el  buen  tratíimiento  a  mi  posible,  e  no  consintiria  que  les 
fuese  hecho  mal  ni  dapno  alguno  a  eUos  ni  a  sus  mugeres  ni  a  sus  hijos, 
e  las  otras  buenas  palabras  que  yo  les  pude  dezir.  Los  cuales  dichos 
indios  mensajeros  fueron  e  volvieron,  con  el  dicho  mensaje,  los  dos  de- 
llos,  e  uno  dixeron  que  habia  tomado  el  dicho  cacique  Paris  e  lo  habia 
muerto;  e  dixeron  que  ellos  habiau  hablado  con  ciertos  principales  del 
dicho  Paris,  e  les  hablan  dicho  todo  lo  susodicho ;  e  que  los  dichos  prin- 
cipales tomaron  al  uno  de  ellos,  de  los  tres  que  iban,  e  lo  llevaron  consigo, 
diziendo  que  iba  a  hablar  con  el  dicho  cacique  de  Paris  e  dezirle  lo  su- 
sodicho ;  e  que  volvieron  los  dichos  principales  e  les  dixeron  que  dezia 
el  dicho  cacique  Paris  que  a  ellos  que  no  los  enviaban  los  cristianos, 
sino  que  los  enviaba  su  Cacique,  con  engaño,  para  sacarles  el  dicho  oro, 
e  que  los  cristianos  que  no  osarían  ir  a  su  tierra,  e  que  si  fuesen,  que 
ellos  los  matarían,  e  que  se  volviesen.  Lo  cual  visto  por  mi,  después  de 
haber  platicado  largamente  con  los  Capitanes  e  compañeros  que  con- 
migo estaban,  acordamos  de  ir  a  las  provincias  del  cacique  (en  claro) 
l*aris  a  hazerles  guerra  e  a  atraerlos  a  paz  e  al  servicio  de  SS.  AA.,  pi 
fuese  posible,  tomar  e  cobrar  el  oro  e  esclavos  e  ropa  e  todo  lo  que  to- 
maron al  Capitán  Gonzalo  de  Badajoz  e  a  los  cristianos  que  con  el 
fueron,  E  para  hazer  este  viaje,  hize  confesar  con  el  padre  Vicario  de 
San  Francisco  que  con  nosotros  fue,  sin  que  ninguno  falto  de  todos, 


—  133  — 

que  no  se  confesase  antes  que  de  nlli  saliese;  e  después,  el  dia  que  nos 
partimos  de  Nata,  que  fue  a  veinte  e  nueve  de  julio  de  mili  e  quinientos 
e  diez  e  seis  años,  salida  la  gente  al  campo,  antes  que  nos  moviésemos 
para  ir  nuestro  camino,  hizimos  ciertos  votos  a  Nuestra  Señora  e  al  Se- 
ñor Santiago,  e  una  plegaria,  e  tiramos  nuestro  camino  en  el  nombre 
de  Dios,  Estuvimos  en  el  dicho  cacique  Nata  cuatro  meses,  aguardando 
tiempo  e  la  gente  de  socorro  que  desta  cibdad  se  nos  habia  de  enviar. 
En  todo  este  tiempo  algunos  dias  hazian  juntar  algunos  indios,  que 
eran  muchos,  en  la  iglesia  que  alli  teníamos  fecha,  e  el  padre  Vicario 
les  predicaba,  por  una  lengua  interprete,  nuestra  santa  fee  católica ; 
aprovechaba  mucho,  porque  los  mochachos  e  mugeres  muchos  dellos  pe- 
dían que  los  tornasen  cristianos,  que  lo  querían  ser,  que  los  gandules  e 
indios  mayores  es  cosa  escusada,  sí  Dios  no  espira  enellos. 

Pues  partidos  de  la  dicha  provincia  de  Nata,  tardamos  dos  días  en 
el  cacique  de  Escoria,  que  esta  obra  de  seis  leguas  adelante  del  dicho 
cacique  de  Nata,  metido  la  tierra  adentro  obra  de  seis  leguas  de  la 
costa  de  la  mar  del  Sur. 

Saltárnosle  de  noche  al  dicho  Cat-ique  e  tomárnosle  con  sus  mugeres 
e  hijos  e  con  otra  gente  mucha  ;  fue  muy  gran  ventaja,  porque  estaba 
muy  sobre  el  aviso,  como  hombre  que  nos  tenia  cuatro  meses  había  a 
seis  leguas  de  su  tierra.  Este  Cacique  fue,  según  que  parece  por  el  pro- 
ceso de  suso  contenido,  el  que  movió  la  junta  de  los  caciques  e  del  di- 
cho Cacique  de  París  contra  el  Capitán  Gonzalo  de  Badajoz  e  los  cris- 
tianos que  con  el  fueron.  Estuvimos  allí  solos  dos  dias,  e  llevando  con- 
migo a  todos  tres  caciques,  Cheru  e  Nata  e  Escoria,  presos,  por  delante, 
nos  partimos  a  la  provincia  de  Paris.  Desto  podran  VV.  SS.  e  merce- 
des informarse  de  todos  los  compañeros,  porque  todos  anduvimos  juntos. 

Partidos  de  la  dicha  provincia  de  Escoria  a  la  dicha  provincia  de  Pa- 
ris, que  ay  obra  de  seis  leguas  de  camino  de  la  una  a  la  otra,  envié 
un  Capitán  delante  con  ochenta  hombres,  para  que  diese  en  los  bohíos 
del  dicho  Cacique. 

Los  cuales  llegados  a  los  bohíos  del  dicho  Cacique  e  al  asiento  viejo, 
halláronlo  todo  tan  yermo,  como  sí  hubiera  diez  años  que  no  hobieran 
habido  en  aquella  tierra  gente,  así  de  gente  como  de  comida;  a  cabsa 
de  lo  cual,  nos  vimos  alli  en  harto  estrecho,  que  pensamos  perdernos 
de  hambre,  que  nunca  se  había  descubierto  ni  la  habían  visto  cristianos, 
e  lo  de  atrás  dexabamoslo  tan  esquilmado,  que  no  quedaba  que  comer. 
Qíso  Dios  que,  enviando  a  buscar  guias,  se  tomaron  unos  tres  o  cuatro 
indios,  que  nos  alumbraron  e  dixeron  a  donde  estíiba  el  dicho  cacique 
de  París,  e  ansí  mismo  como  habían  detenido  allí  los  indios  que  envia- 
mos de  Nata  al  dicho  Cacique  e  les  había  respondido  todo  lo  que  los 
dichos  indios  declararon,  según  que  de  suso  mas  largamente  se  contiene. 
E  dixeron  ansí  mismo  como  el  dicho  cacique  París  e  todos  sus  herma- 


—  134  — 

nos,  e  principales  se  hablan  juntado  para  acordar  si  nos  darian  el  oro 
e  harían  pazes  con  nosotros,  en  sabiendo  que  teniamos  al  dicho  Parise 
e  a  todos  principales  e  las  espabes,  mugeres  del  dicho  cacique  eran  e 
dezian  que  sería  bien  el  darnos  el  dicho  oro  e  hazer  pazes  con  nosotros, 
porque  de  otra  manera  los  matariamos  e  destruiríamos  a  todos,  porque 
veníamos  muchos  cabras,  que  llaman  ellos  Capitanes  e  todos  muy  es- 
forzados, que  no  eramos  como  los  cristianos  que  ellos  hablan  desbara- 
tado, e  que  traíamos  vlhis  grandes  que  llaman  ellos  a  las  yeguas ;  e  que 
un  hermano  de  París  habla  dicho  que  no  era  bien  dar  el  oro,  porque 
si  lo  daban  ansí  como  ansi  los  cristianos  los  hablan  de  matar  e  andar 
a  buscar,  como  lo  hizieron  la  otra  vez,  aunque  les  dieren  el  oro,  cuando 
el  dicho  Gonzalo  de  Badajoz  e  los  cristianos  que  con  el  fueron  estuvie- 
ron en  la  dicha  provincia;  e  que  por  lo  que  en  el  dixo,  e  por  que  ansi 
mismo  dixo  quel  sería  capitán  para  hazer  guerra  a  los  cristianos  e  que 
con  el  dicho  oro,  dando  parte  dello  a  otros  caciques,  los  ayudarían  e 
favorecerían  contra  los  crístianos.  E  que  desta  manera  los  matarían, 
e  las  espabes,  mugeres  del  dicho  Cacique  lloraban  todas  diziendo  al 
dicho  Cacique,  que  diese  el  oro  de  los  cristianos,  e  que  fuese  su  amigo. 
El  dicho  cacique  se  determino  en  no  lo  querer  hazer,  antes  en  salir  a 
los  cristianos  de  guerra  e  matallos  e  desbaratallos,  si  pudiese;  quel  di- 
cho Cacique  nos  estaba  aguardando  para  darnos  guaca bara.  Lo  cual  visto 
e  oído  dezir  a  los  dichos  indios,  de  la  manera  que  dicho  es,  acordamos 
de  pasar  toda  la  gente  junta  el  Rio  grande,  por  queste  rio  detuvo  al 
Capitán  Gonzalo  de  Badajoz,  que  no  pudo  socorrer  a  los  cristianos, 
cuando  los  desbarataron.  Pues  pasados  de  la  otra  banda,  envié  al  Ca- 
pitán Diego  Albites,  con  ochenta  hombres  e  con  las  guias,  adelante, 
e  en  amaneciendo,  movi  yo  con  toda  la  otra  gente  en  pos  della,  quera 
ya  el  alba.  Pasando  el  dicho  Capitán  e  la  gente  que  con  el  iba  un  ria- 
chuelo e  saliendo  del  arboleda  del,  vieron  ciertos  indios  echados  en 
una  sabana  que  estaba  adelante  e  pensando  que  eran  indios  que  venían 
a  dar  mandado  al  dicho  París,  los  que  venian  adelante  arremetieron 
a  ellos.  E  comienzan  a  salir  infinitos  indios  por  un  cabo  e  por  otro  con 
sus  armas,  porque,  según  después  pareció,  era  una  muy  sutil  celada 
que  tenían  echada,  e  las  gulas  que  traian  los  cristianos,  echadizas.  Sa- 
lidos los  cristianos  a  la  dicha  sabana  en  pos  de  los  dichos  indios,  co- 
mienzan a  salir  batallones  de  indios  de  unos  arcabucos  que  estaban  a 
la  mano  derecha  e  a  la  izquierda,  e  a  tirar  varas  e  apretar  reciamente 
a  los  crístianos.  Mas  el  dicho  Capitán,  e  los  que  con  el  iban  lo  hizieron 
tan  bien,  que  no  los  dexaron  entrar  en  juego,  antes,  después  de  haber 
muerto  veinte  o  treinta  de  ellos,  los  pusieron  a  todos  en  huida,  e  nuestros 
indios  mansos  siguieron  el  alcance  tan  reciamente,  que  no  paro  indio  con 
indio,  de  los  bravos.  Que  nos  fueron  muy  buenos  amigos  en  todo  el  viage, 
e  nos  han  sido  tan  buenos  compañeros,  ansi  en  las  cosas  de  la  guerra 


—  135  — 

como  en  darnos  de  comer,  qne  ]tor  cierto,  aunque  fueran  todos  cris- 
tianos: no  lo  hubieran  feclio  mejor,  que,  de  verdad,  trayamos  hasta 
cien  gandules  de  la  lengua  de  Oomogre,  que  estoy  por  dezir  que  los 
queriamos  e  nos  aprovecliaban  tanto,  como  algunos  cristianos,  que  cierto 
ver  con  el  esfuerzo  que  peleaban  con  los  otros  indios,  e  la  enemistad 
que  se  tienen  unos  con  otros  es  mayor  que  la  nuestra  con  ellos.  Pero 
desbaratados  los  dichos  indios,  de  la  manera  que  dicha  es,  pasando 
adelante  el  dicho  Capitán  e  los  cristianos,  vínoles  socorro  a  los  indios 
bravos,  e  vino  un  capitán  con  ellos  armado  de  muchas  patenas  e  ar- 
maduras de  oro  e  puñales,  puesto  sobre  una  aljubeta  de  algodón,  que 
traya  vestida.  E  recogiéronse  los  dichos  indios  todos  e  tornaron  a  pe- 
lear reciamente  con  los  cristianos;  por  no  recibir  dapno  de  los  dichos 
indios,  que  hablan  ya  herido  cuatro  cristianos  malamente  echáronles 
nuestros  indios  mansos,  que  peleasen  con  ellos,  e  los  cristianos  apa- 
ráronse a  reposar,  puestos  los  cristianos  en  paradas,  los  que  eran  ba- 
llesteros para  jugar  las  ballestas,  los  cuales  asaeteaban  o  mataban  mu- 
chos de  los  indios  bravos,  aunque  los  dichos  indios  tenían  tanto  esfuerzo, 
que,  no  mataban  uno,  cuando  ponian  diez  delante.  E  como  los  indios 
a  las  veces  se  iban  retrayendo,  llegaba  el  dicho  su  Capitán  a  pelear  e 
atirar  varas  e  a  esforzallos  e  a  dar  de  palos  a  los  indios  que  huian.  Lo 
cual,  como  lo  vieron  los  cristianos,  pensaron  de  podello  tomar,  e  que  era 
aquel  Paris;  e  a  esta  cabsa,  arremetieron  a  ellos  e  al  dicho  Cacique,  e 
no  lo  pudieron  alcanzar;  e  al  volver,  que  se  volvían,  volvieron  los  indios 
sobre  ellos,  e  hirieron  malamente  a  tres  cristianos.  E  a  esta  cabsa,  e 
por  detener  a  los  dichos  indios  que  no  huyesen,  por  aguardar  a  la  gente 
de  la  vanguardia,  acordó  el  dicho  Capitán  que  no  saliesen  mas  nuestros 
cristianos  a  pelear,  salvo  que  peleasen  con  ellos  nuestros  indios  mansos, 
como  de  antes,  e  entre  tanto  llegarían  los  de  caballo  e  matarían,  dellos 
los  que  quisiesen.  Pues  yo,  con  la  otra  gente  e  la  avanguardia,  nos  di- 
mos tan  buena  priesa  porque  nos  hizo  mensajeros  el  dicho  Capitán,  e. 
dexada  la  recarga  a  buen  recabdo  e  recogida  bien  cerca,  nos  adelanta- 
mos cinco  de  caballo  con  otros  cinco  compañeros,  e  no  pudimos  venir 
tan  secretamente,  que  las  atalayas  de  los  indios  no  viesen  venir  la  re- 
carga toda;  e  a  esta  cabsa,  el  dicho  Cacique,  que  habla  estado  con  su 
gente,  se  retraxo  a  un  cerro,  los  indios  disimuladamente  se  comenzaban 
a  retraer. 

Pues  como  llegamos  a  donde  estaba  nuestra  gente,  apeamonos  los  de 
caballo  para  ver  por  donde  entraríamos  e  donde  estaba  el  Cacique ;  des- 
pués de  haber  visto  bien  como  se  retraían  los  dichos  indios  e  se  nos 
querían  ir  salimos  por  detras  de  un  cerro  enproviso  los  de  caballo,  e 
nuestros  cristianos  ansí  mismo  en  ala,  por  la  otra  parte.  E  fue  tanto  el 
espanto  que  los  dichos  indios  tomaron,  que  muchos  dellos  se  espantaron 
e  se  quedaron  sin  poder  huir,  e  otros,  dexando  las  armas,  huían  derri- 


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liándose  unos  a  otros.  Yo  e  otro  de  caballo,  que  acorde  que  fuésemos 
juutos;  e  que  no  mirasen  por  otra  persona  sino  por  el  dicho  Cacique, 
por  que  aunque  estábamos  lexos,  lo  tomásemos  si  pudiésemos;  e  hendi- 
mos por  todos  los  dichos  indios  e  atropellando  muchos  dellos,  e  era  tan 
larga  la  carrera  e  el  dicho  Cacique  tenia  la  guarida,  tan  cerca,  que  era 
un  despeñadero  áspero  de  un  cerro,  que  no  lo  pudimos  alcanzar.  Los  otros 
dos  de  caballo  dieron  por  los  dichos  indios  de  manera,  que  por  un  cabo 
e  por  otro,  los  desbaratamos  e  matamos  mucho  numero  dellos,  entre  los 
cuales,  según  después  supimos  murieron  veinte  principales.  Fue  tanto  el 
miedo  que  los  dichos  indios  cogieron  de  las  dichas  yeguas,  que  huyendo 
dellas,  se  encaramaban  en  los  arboles,  de  manera  que  no  habia  quien  los 
hiziese  baxar,  e  algunos  dellos  sufrían  que  los  asaeteasen,  e  se  asaetearon 
muchos  dellos  en  los  arboles ;  otros  se  tomaron  a  vida.  E  nuestros  cris- 
tianos fueron  heridos  malamente,  las  cuales,  aunque  fueron  heridas 
peligrosas,  por  hazernos  Dios  señalada  merced,  les  dio  salud.  E  hobimos 
esta  batalla  con  los  dichos  indios  tan  reñida  e  porfiada ;  entraron  mas 
de  seis  horas,  dia  señalado,  de  la  Transfiguración  de  Nuestro  Señor  e 
Redentor  Jesucristo. 

Hizimos  noche  alli,  a  donde  desbaratamos  los  dichos  indios;  otro  dia, 
en  viendo  el  alba,  envié  al  Capitán  Pablo  Mexia,  con  hasta  sesenta  hom- 
bres, e  con  guias  en  busca  del  asiento,  e  comida  del  dicho  Cacique,  e  y«, 
con  toda  la  otra  gente  en  pos  del,  hallamos  sus  bohios  e  asiento  recién 
quemado,  obra  de  una  legua  adelante,  donde  fue  la  guacabara.  E  alli 
estuvimos  dos  dias;  e  porque  alli  no  habia  comida  envié  al  Capitán 
Diego  Albites  en  busca  deUa,  con  cierta  gente.  La  cual  se  hallo  en  mu- 
cha abundancia,  obra  de  una  legua  bien  adelante  en  una  provincia  que  los 
indios  dizen  Usagaña  e  después  de  haber  asentado  nuestro  real  en  un 
buen  lugar  e  cerca  de  la  comida,  entendimos  en  llegar  toda  la  comida 
posible  e  en  fortalezer  nuestro  real  e  hazer  nuestra  palizada  e  recoger 
toda  la  comida  posible  en  ella.  Estando  en  el  dicho  asiento,  la  primera  no- 
che que  salió  Capitán  a  hazer  guerra  a  los  dichos  indios,  que  fue  el  dicho 
Capitán  Diego  Albites,  quiso  Dios  quel  Capitán  Gerónimo  de  Valenzuela 
con  otros  ciento  e  treinta  hombres,  que  VV.  SS.  e  mercedes  enviaron  en 
nuestro  socorro  desta  cibdad,  hablan  llegado  a  la  dicha  provincia  de 
Paris  e  como  tiraron  ciertos  tiros  de  artiUeria,  e  le  respondió  el  dicho 
Capitán  Diego  Albites  con  otro  que  aquella  noche  llevaba,  púsonos  a 
los  que  quedábamos  en  el  real  en  gran  alteración ;  porque  yo  tenia  con- 
certado con  el  dicho  Capitán  Diego  Albites  una  seña  para  que  si  hu- 
biese necesidad  de  socorro,  que  tirase  cinco  tiros,  e  mientras  mas  la 
necesidad,  mas  tiros.  Tiraron  aquella  noche  el  un  Capitán  e  el  otro, 
repondiendose  unos  a  otros,  nueve  tiros,  los  cuales  pensamos  que  los 
tiraba  el  dicho  Diego  Albites,  todos  por  necesidad  pidiendo  socorro, 
porque  no  teníamos  noticia  de  la  venida  del  dicho  Capitán  Gerónimo 


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de  Valenzuela.  E  a  esüi  cabsa,  toda  aquella  noche  estuvimos  muy  bien 
apercibidos,  teniendo  por  muy  cierto  la  guacabara;  en  viniendo  el  dia, 
el  plazer  que  los  unos  e  los  otros  hubimos  en  juntarnos,  no  se  puede 
dezir.  El  Capitán  e  la  gente  vinieron  todos  muy  buenos;  faltaron  cuatro 
hombres,  los  dos  que  murieron  ahogados  e  los  dos  muertos  de  su  enferme- 
dad; quedáronse  en  Cheru  otros  ocho  cristianos  enfermos,  por  cabsa  de  los 
cuales  e  por  las  que  arriba  tengo  dichas,  solté  luego  al  Cacique  Cheru,  se- 
gún e  de  la  manera  que  en  los  capítulos  antes  deste  dicho  tengo. 

Pues  llegada  la  dicha  gente,  envié  al  dicho  Capitán  Gerónimo  de 
Valenzuela,  con  hasta  ochenta  hombres,  a  la  provincia  que  se  dize 
Guarari  que  esta  junto  a  la  costa  de  la  mar  del  Sur,  dos  jornadas  de 
nuestro  real;  porque  tuve  noticia  que  estaba  allí  el  dicho  Cacique  de 
París,  e  para  que  alli  se  buscasen  arboles  para  hazer  canoas.  E  ansi 
mesmo  envié  al  Capitán  Pedro  de  Gamez  a  la  provincia,  que  se  dize  de 
Quema,  porque  ansi  mismo  tuve  noticia  que  estaba  alli  el  dicho  Cacique 
recogido.  A  cada  uno  con  su  iustruccion  de  lo  que  habia  de  hazer  en 
las  dichas  provincias,  las  cuales  son  las  que  siguen. 

(En  el  original  faltan  las  instrucciones  que  se  citan). 

Lo  que  hizo  el  dicho  Capitán  Pedro  de  Gamez  fue  que,  después  de 
haber  tomado  ciertos  indios  en  la  dicha  provincia,  salieron  los  indios 
a  el,  e  después  de  haber  tirado  ciertas  varas,  habláronles  los  cristianos 
por  un  indio  que  Uevaban  de  la  dicha  provincia ;  e  por  falta  de  no  llevar 
lengua  que  los  entendiese  bien,  mas  de  que  los  indios  por  señas  dixeron 
que  querían  paz,  e  que  venian  a  vernos  al  real,  se  hubo  de  volver  el 
dicho  Capitán.  E  cuando  volvió,  yo  ya  era  partido  de  la  provincia  de 
Guararí,  porque  el  dicho  Capitán  Gerónimo  de  Valenzuela  me  envió  a 
dezir  que  habia  hallado  muy  buenos  arboles  para  hazer  canoas,  para 
hazerlas  e  para  dar  orden  como  se  hiziesen  muy  presto.  Yo  me  habia 
partido  para  alia,  e  dexe  en  el  dicho  real  a  los  Capitanes  Diego  Albites 
e  Bartolomé  Hurtado;  pues  venido  el  dicho  Capitán  Pedro  de  Gamez, 
hizieron  un  mensajero  de  lo  que  se  habia  fecho,  e  yo  envié  luego  las  len- 
guas e  todo  el  recabdo  que  era  menester,  e  a  dezir  al  Capitán  Diego  Al- 
bites que,  con  cien  hombres,  los  mejores  que  hubiese  en  el  real,  volviese 
a  la  dicha  provincia  de  Quema,  e  ansi  misme  le  envié  una  instrucción  de 
lo  que  habia  de  hazer  en  la  dicha  provincia,  la  cual  es  la  siguiente. 

(En  el  original  falta  la  instrucción  que  se  cita) . 

E  ansi  enviado  el  dicho  despacho,  me  enviaron  a  dezir,  con  otro 
mensajero  los  dichos  Capitanes,  que  la  gente  estaba  toda  descalza  e 
muy  fatigada  e  muerta  de  hambre,  e  que  a  esta  cabsa,  e  porque  les 
parecía  a  todos  cosa  escusa  da  e  sin  provecho,  que  me  rogaban  les  diese 
licencia  para  que  se  viniesen  todos;  e  que  creyese  que  en  ninguna  ma- 
nera se  podria  sacar  gente  para  hazer  el  dicho  viage.  Lo  cual  por  mi 
visto,   sin   embargo  de  todos  los  dichos  inconvenientes,   porque   quiso 


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Dios  que  me  pareciese  que  era  cosa  que  ciimplia  miiclio  que  se  hiziese 
aquel  viaje  antes  que  nos  pasásemos  adelante,  como  lo  teníamos  ya 
acordado  de  pasar,  escribí  una  carta  a  los  dichos  Capitanes  e  a  toda  la 
gente  umversalmente,  la  cual  es  la  que  se  sigue. 

(En  el  original  falta  la  copia  de  la  carta  que  se  cita) . 

La  cual,  vista  e  leida  por  los  dichos  Capitanes,  en  presencia  de  toda 
la  gente,  movióles  a  todos  a  tanta,  voluntad  de  ir,  que  casi  no  habia 
nadie  que  no  se  quisiese  quedar  e  volver  al  real  donde  ellos  estaban. 
E  idos  el  dicho  Capitán  Diego  Albites  e  la  gente  a  la  dicha  provincia 
de  Quema,  el  dicho  Cacique  della  vino  de  pazes,  e  dio  cuatro  indios  al 
dicho  Capitán,  los  cuales  mostraron  al  dicho  Capitán  e  a  los  cristianos 
un  hoyuelo  pequeño  en  un  arcabuco,  obra  de  una  legua  de  a  donde  te- 
mamos el  real  en  la  dicha  provincia  de  Usagaña,  en  la  cual  se  hallaron 
diez  habas  de  oro,  en  las  cuales  hubo  treinta  mili  pesos  de  oro,  e  al- 
gunas mantas  e  hamacas  e  otras  baratijas  de  indios.  Con  los  cuales  se 
vinieron  todos  a  la  dicha  provincia  de  Guarari  donde  yo  estaba.  E 
cuando  eUos  llegaron,  temamos  hechas  dos  canoas  muy  hermosas,  de 
porte  de  hasta  setenta  personas;  e  con  otras  tres  quel  Capitán  Pablo 
Mexia  traxo  de  la  provincia  de  Cheru,  aderezamoslas  todas  e  pusimosles 
sus  velas  e  todo  lo  demás  que  fue  menester,  e  aderezamonos  todos  para 
ir  a  descubrir  por  la  mar  e  ]}or  la  tierra  adelante.  Por  la  mar  envié  al 
Capitán  Bartolomé  Hurtado  por  Capitán,  con  hasta  ochenta  o  noventa 
hombres ;  e  yo  por  la  tierra,  con  toda  la  otra  gente. 

E  ansi  nos  partimos  en  demanda  de  una  provincia  que  se  dize  Huera, 
que  era,  según  los  indios  dezian,  cuatro  jornadas  adelante  de  la  dicha 
provincia  de  Guarari. 

Fue  malo  el  camino  que  llevamos,  a  lo  mas  las  dos  jornadas  postre- 
ras, e  tanta  el  agua  que  nos  llovió,  que  pensamos  perdernos  por  la  mar 
e  por  la  tierra.  Llegamos  al  dicho  Cacique  en  los  cuatro  dias.  como  los 
indios  lo  dixeron ;  el  cual  estaba  alzado,  Alli  habia  tan  poco  de  comer, 
que  no  pudimos  sufrir  en  ninguna  manera;  pues  para  pasar  adelance 
era  la  tierra  tan  áspera  e  las  tierras  e  montañas  tan  grandes,  que  nos 
dezian  los  indios,  que  alli  temamos,  que  de  alli  adelante  no  habia  ca- 
mino por  tierra,  porque  era  la  tierra  muy  áspera,  salvo  por  la  mar  en 
canoas.  E  a  esta  cabsa,  e  por  cumplir  lo  que  VV.  SS.  e  mercedes  envia- 
ron a  mandar,  que  era  que  descubriésemos  por  toda  aquella  costa  todo 
lo  posible,  ansi  en  la  tierra  firme  como  en  las  Islas ;  e  porque  después 
de  haber  juntado  los  capitanes  e  pilotos  e  haber  mirado  los  tiempos 
que  hazia,  e  cada  uno  jurado  e  votado  sobre  si  debia  pasar  adelante 
en  las  dichas  canoas,  después  de  haber  pasado  los  autos  e  diligencias  e 
acuerdos  siguientes  e  la  dicha  razón  e  asentados,  por  escripto. 

(En  el  original  faltan  la  copia  de  las  diligencias  y  acuerdos  de  re- 
ferencia) . 


—  139  ~ 

Fue  determinallo  que  fuese  el  Capitán  Bartolomé  Hurtado,  por 
ser  como  es  diestro  de  canoas,  con  otros  cien  hombres  poco  mas  o  me- 
nos, los  mas  diestros  que  habia  en  toda  la  hueste,  de  las  dichas  canoas, 
e  con  los  pilotos  Antón  Martin  e  Alonso  Quintero.  Los  cuales  llevaron 
aguja  para  hazer  la  figura  de  la  costa  e  isla,  que  en  prosecución  del 
dicho  viaje  se  descubrieron  muy  verdaderos. 

Ellos  se  partieron  a  (en  blanco)  dias  del  mes  de  (en  blanco)  de  mili 
e  quinientos  e  diez  e  seis  años,  en  las  dichas  canoas,  del  puerto,  que 
puse  nombre  Puerto  de  las  Agujas,  que  es  en  la  dicha  provincia  de  Vera. 
E  al  dicho  Capitán  le  di  una  instrucción  para  las  cosas  quel  habia  de 
hazer;  su  tenor  de  la  cual  es  la  siguiente. 

(En  el  original  falta  la  instrucción  que  se  cita). 

Yo,  con  todo  el  resto  de  la  otra  gente  e  con  los  otros  Capitanes,  nos 
partimos  dos  dias  antes  que  se  partiesen  los  de  las  canoas,  de  la  dicha 
provincia  de  Quema,  porque  no  teníamos  en  la  dicha  provincia  de  comer 
e  habia  gran  falta  de  maiz ;  e  volvimos  en  demanda  de  otro  cacique,  que 
se  dize  Chiracona,  que  esta  la  tierra  adentro,  obra  de  dos  jornadas  desde 
dicha  provincia,  sobre  la  mano  derecha,  e  que  toma  e  confinar  con  el 
dicho  cacique  Quema  e  con  la  provincia  de  Usagaña  a  donde  tuvimos 
real.  Era  tan  grande  la  necesidad  que  llevábamos  de  comida,  que  casi 
todos  no  Uevaban  sino  raizes  de  caña ;  envié  adelante  al  dicho  Capitán 
Diego  Albites,  con  hasta  setenta  hombres,  para  que  diese  en  el  dicho  ca- 
cique de  noche,  e  lo  procurase  de  prender,  por  cuanto  el  dicho  Cacique 
e  su  gente,  según  páresela  por  lo  procesado  de  suso  contenido,  fue  en  la 
aguacabara  o  desbarato  que  se  hizo  al  dicho  Capitán  Gonzalo  de  Bada- 
joz, e  en  la  que  se  dio  a  nosotros,  según  que  de  suso  se  ha  contado,  e 
era  subdito  e  valedor  del  dicho  Cacique  Paris;  e  teníamos  noticias  que 
dos  habas  de  oro,  que,  tomaron  a  los  cristianos,  e  un  tiro  de  artiUeria 
lo  tenia  el  dicho  Cacique.  Deste  Cacique  tenían  todos  los  de  aquellas 
partes  por  muy  bravo,  e  la  gente  del  por  muy  recia,  e  que  tenia  en  esta 
tierra  los  tuyraes,  que  Uaman  ellos  los  diablos.  Quiso  Dios  quel  dicho 
Capitán  tomo  al  Cacique  e  a  todos  sus  hijos  e  mugeres  e  a  otra  mucíia 
gente,  e  hasta  quinientos  pesos  de  oro ;  e  por  aquel  dicho  Cacique  diese 
las  habas  de  oro,  que  dezian  que  hablan;  que  era  de  los  cristianos,  cí 
dixiese  e  declarase  donde  estaba  el  cacique  Paris;  después  de  haberle 
fecho  muchos  dias  buen  tratamiento  e  haber  buscado  todas  las  maneras 
e  formas  que  pude  para  se  lo  sacar,  siempre  lo  negó;  le  puse  a  cuestión 
de  tormento  para  saber  la  verdad.  El  cual  dixo  que  lo  darla  todo,  e 
fizóme  enviar  al  Capitán  Pedro  de  Gamez,  con  hasta  setenta  hombres, 
con  unas  guias  quel  nos  dio. 

E  aqui  aconteció  una  gran  maravilla,  que  una  india  mia,  que  traía- 
mos con  nosotros  de  Escoria  nos  dixo  que  otras  indias  de  aquella  pro- 
vincia le  habian  dicho  que  no  fuesen  los  cristianos  a  donde  dezia  el  Ca- 


—  140  — 

ciqne,  porque  los  llevaban  al  bohío  de  los  fuyraes,  que  son  los  diablos, 
para  que  en  llegando  aUa,  se  abrise  la  tierra  e  los  matase  a  todos;  e  yo 
le  respondí  que  nosotros  no  teníamos  miedo  de  los  diablos,  que  antes 
ellos  lo  tenían  de  los  cristianos  e  que  huirían  dellos.  Pues  idos  los 
cristianos  aquella  misma  noche,  tembló  la  tierra  tanto  e  tan  recio,  que 
pensamos  todos  ser  hundidos  e  que  los  bohíos  andaban  como  una  caña 
cuando  le  da  el  viento,  que  se  había  de  hundir  con  nosotros ;  fue  muy 
grande  el  espanto  que  nos  puso  e  de  verdad  que  yo  tuve  harta  congoja 
hasta  que  vi  vuelto  al  dicho  Capitán  e  a  los  otros,  sanos  e  buenos.  E  aun- 
que no  traxeron  nada  de  lo  que  fueron  a  buscar,  porque  fue  todo  mentira, 
aUa  pensaron  todos  ser  perdidos,  porque  ansímismo  tembló  la  tierra  la 
mañana  que  dicha  es.  En  este  Cacique  hallamos  infinito  maíz,  aunque 
de  todo  lo  demás  pasamos  mucha  hambre,  obra  de  mes  e  medio  que  allí 
estuvimos.  Desde  aUi  envíe  a  Navarro  de  Virues  por  Capitán,  con  mas 
de  setenta  hombres,  a  una  provinzía  que  dezian  los  indios  que  estaba 
cerca  de  aUi,  que  se  dezia  Guanato,  en  la  costa  de  la  mar,  la  cual  es  la 
primera  a  donde  habían  de  aportar  los  de  las  canoas;  ansí  por  saber 
de  las  dichas  canoas  e  de  los  cristianos  que  en  ellas  iban,  como  por  des- 
cubrir aquella  traviesa  e  tierra  de  la  dicha  costa  de  la  mar  del  Sur,  El 
cual  Uevo  instrucción  de  lo  que  aUa  había  de  hazer,  su  tenor  de  la  cual 
es  este  que  se  sigue. 

(Falta  la  instrucción  de  referencia) . 

En  la  dicha  provincia  supo  como  los  cristianos  de  las  dichas  canoas 
habían  Uegado  aUí,  e  haUo  seña  e  rastro  cierto  deUos,  e  se  habían 
pasado  a  otros  caciques  e  islas  que  estaban  adelante  tomáronse  aUi  al- 
guos  indios  e  el  Cacique  se  les  fue,  porque  estaba  avisado.  E  venido  el 
dicho  Navarro  de  Virues,  torne  a  enviar  al  Capitán  Diego  Albítes  desde 
aUi  a  la  dicha  provincia  de  Quema,  porque  nos  dezian  los  indios  que  ansí 
era  la  verdad  quel  dicho  cacique  de  París  estaba  en  la  dicha  provincia 
huido,  por  ver  si  se  podrían  cobrar  los  veinte  mili  castellanos  de  oro  de 
los  cristianos,  que  faltaban  e  tenía  en  su  poder  el  dicho  Cacique.  E  yo, 
con  toda  la  otra  gente,  diez  a  doze  días  después  de  partido  el  dicho  Ca- 
pitán Diego  Albítes,  alzamos  real  e  nos  partimos  la  vía  del  asiento 
viejo  de  Paris,  que  fue  el  cuarto  día  de  Navidad  deste  presente  año  de 
quinientos  e  diez  y  siete,  porque  se  cumplía  ya  el  termino  en  que  W. 
SS.  e  mercedes  nos  mandaban  volver,  e  ansí  mismo  el  que  Uevaban  los 
cristianos,  que  fueron  en  las  canoas,  que  era  que  todos  nos  juntásemos, 
para  ocho  días  después  de  Navidad,  enel  dicho  asiento  viejo  de  Paris. 
Desde  .dicho  asiento  de  Chíracona  al  asiento  viejo  había  cuatro  jorna- 
das, e  del  dicho  asiento  de  Quema,  donde  fue  el  dicho  Diego  Albítes, 
había  dos  jornadas.  AI  cual  dixe  que  ansímismo  fuese  al  dicho  asiento, 
e  que  el  que  primero  Uegase  aguardase  a  los  otros.  Llegamos  al  dicho 
asiento  yo  e  el  Capitán  Diego  Albítes  e  toda  la  dicha  gente,  día  de  año 


—  141  — 

nuevo,  e  aguardamos  alli  a  los  cristianos,  que  andaban  en  las  canoas, 
dos  días  e  no  mas,  porque  no  babia  de  comer  en  aquella  tierra  ninguna 
cosa,  e  a  esta  cabsa,  fue  forzado  de  partirnos  sin  nos  aguardar  mas  al 
dicbo  Cacique  de  Chiracoma,  ansí  por  que  del  tormento  quedo  muy 
malo,  como  por  que  fue  en  ambas  las  dichas  guacabaras  contra  los  di- 
chos cristianos;  en  la  dicha  guacabara  que  con  nosotros  hubieron  le 
requerimos  con  paz,  e  nunca  la  quiso  recibir.  E  ansi  mismo,  desde  ¡a 
provincia  de  Usagaña,  a  mayor  abundamiento,  le  torne  a  el  e  a  todos 
los  otros  nuevamente  con  el  requerimiento  que  mandan  SS.  AA.  E  por 
haber  enviado  a  los  cristianos  que  los  matasen  los  tuyraes,  e  porque 
nunca  lo  pudimos  traer  con  nosotros  preso,  antes  se  echaba  en  el  suelo 
cuando  nos  venimos,  e  por  castigar  los  caciques  e  indios  de  aquellas 
partes,  que  tan  favorecidos  estaban,  lo  hize  (ilegible)  según  que  por  el 
proceso  e  por  la  sentencia,  que  sobre  esta  razón  por  mi  fue  dada,  mas 
largamente  parescera , 

Partimos  del  dicho  asiento  viejo  de  París  todos  juntos,  a  dos  dias 
andados  del  mes  de  Enero,  de  mili  e  quinientos  e  diez  e  siete  años,  de 
vuelta  a  la  dicha  provincia  de  Escoria,  ya  de  camino  para  esta  cibdad. 
Al  qual  llevábamos  con  nosotros,  preso  como  dicho  tengo,  estuvimos  en 
la  dicha  tierra  del  dicho  cacique  Escoria  nueve  o  diez  dias,  que  fue 
todo  el  tiempo  que  la  tierra  nos  sufrió.  E  nos  pudimos  sostener  en  ella 
por  aguardar  las  canoas  e  el  dicho  Cacique,  que  por  el  proceso  paresce 
que  habia  traído  dos  habas  de  oro,  las  que  tomaron  a  los  cristianos ; 
e  el  mismo  ansi  lo  habia  confesado  e  lo  dezia  que,  en  siendo  en  su  tie- 
rra, nos  la  habia  de  dar,  sobre  ciertos  indios  suyos  que  alli  hablamos 
tomado  e  una  espave  su  muger  e  un  indio  manso  con  eUa  para  que  las 
traxese.  Los  cuales  enviaron  solamente  obra  de  doscientos  pesos  de  oro ; 
e  á  esta  cabsa,  e  porque  los  indios  de  la  dicha  provincia,  aunque  fue- 
ron por  mi  requeridos  muchas  vezes,  nunca  quisieron  venir  de  pazes, 
antes  estando  aUi  nos  mataban  nuestros  indios  mansos  e  nos  hazian 
todo  el  mal  que  podian,  envié  a  ranchearle  la  tierra.  Prendieron  e  ye 
tomaron  otros  dos  hermanos  del  dicho  cacique  Escoria,  tan  grandes  e 
tan  valientes,  que  parecían  gigantes ;  e  el  uno  deUos  tan  barbado  como 
el  mas  barbado  cristiano  que  puede  ser,  los  cuales,  según  pareció,  ha- 
blan sido  capitanes  e  concertadores  de  toda  la  junta  que  se  hizo  contra 
los  cristianos  que  desbarataron.  E  a  esta  cabsa,  e  por  las  otras  expre- 
sadas en  el  proceso  e  sentencia  de  suso  contenida,  hize  justicia  ansi  del 
dicho  Cacique  como  de  los  dichos  sus  hermanos.  La  gentei  de  este  Ca- 
cique son  muy  valientes  hombres  e  muy  de  guerra,  e  como  en  Milán  se 
hazen  los  buenos  arneses,  en  esta  tierra  se  hazen  todas  las  buenas  armas 
los  indios  de  aquellas  provincias. 

Estand(j  en  esta  provincia  de  Escoria,  por  quel  Cacique  habia  venido 
a  nosotros  de  la  manera  que  de  suso  se  contiene,  puesto  caso  que  por  la 


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información,  el  e  su  gente  parece  la  mas  culpada,  porque  quedaron  de 
pazes,  e  nunca  recibieron  dapno  de  los  cristianos,  mas  del  oro  que  les 
tomaron ;  e  pues  la  quebranto,  no  se  le  habia  de  guardar  mas ;  sin  em- 
bargo desto,  por  no  se  liaber  tomado  de  guerra,  yo  acorde  de  lo  sol- 
tar desde  alli  e  de  envialo  a  su  tierra,  porque  lo  mucho  que  habia 
andado  con  nosotros,  e  las  muchas  buenas  palabras  e  amonestaciones 
quel  padre  Vicario  e  yo  cada  dia  le  deziamos,  pensamos  que  fuera 
bueno,  e  de  aUi  adelante  amigo  de  los  cristianos,  como  el  dezia  que 
lo  habia  de  ser.  E  prometió  de  serlo  e  de  ser  vasallo  de  SS.  AA.  el 
e  todos  sus  indios,  e  servir  a  los  cristianos  en  todo  lo  que  leis  fuere 
mandado  en  yendo  por  aquellas  partes.  E  como  a  tal,  yo  lo  recibi  por 
ante  escribano,  e  en  señal  de  lo  suso  dicho,  se  le  puso  una  bandera  en 
las  manos  e  se  tocaron  las  trompetas,  e  lo  abrazamos  todos  los  Capita- 
nes; e  envié  veinte  hombres  con  el,  que  lo  pusiesen  en  salvo  e  en  su  tie- 
rra e  le  dixe  que  nos  tuviese  de  comer  para  ocho  o  nueve  dias  que  esta- 
ríamos en  su  tierra,  e  no  mas,  por  no  le  hazer  daño. 

De  la  dicha  provincia  de  Escoria  ansi  mismo  envié  al  Capitán  Dieg<í 
Albites  e  descobrir  una  provincia  de  que  tuvimos  noticias,  que  se 
dezia  Tabraba,  que  esta  la  tierra  adentro,  hazia  la  sierra,  como  vamos 
al  poniente,  hazia  la  mano  derecha,  tres  jornadas  del  dicho  asiento  del 
dicho  cacique  Escoria,  con  ochenta  hombres  e  cuatro  de  caballo.  E  ansi 
mismo,  porque  por  alli  se  atravesaba  a  la  otra  costa  de  la  mar  del  Sur 
donde  andaban  los  cristianos  de  las  canoas,  para  que  supiesen  dellos, 
porque  teníamos  mucha  pena  de  como  no  venian,  seyendo  ya  pasado 
el  termino  de  como  hablan  de  venir;  e  de  esto  e  de  todo  lo  demás  que 
en  el  dicho  viaje  habia  de  hazer,  una  instrucción,  la  cual  en  esta  que  se 
sigue. 

(Falta  la  instrucción  de  referencia) . 

El  dicho  Capitán  fue  a  la  dicha  provincia  de  Tabraba,  e  tomo  al 
dicho  Cacique  por  mucha  ventura;  hobieronse  del  cuatro  mili  castella- 
nos, que  fueron  los  quel  quiso  dar,  e  no  mas.  Soltóle  el  dicho  Capitán 
a  el  e  a  todas  sus  mugeres  e  hijos  e  gente,  salvo  ciertos  indios  e  indias 
quel  dicho  Cacique  le  dio.  Quedo,  al  parescer,  el  e  sus  hijos  muy  con- 
tentos desde  aUi  adelante  en  todo  lo  que  se  vio. 

Tienen  los  caciques  sus  fortalezas  fechas  con  sus  dos  o  tres  cercas 
de  maderos  e  arboles  muy  gruesos  nacidos  e  su  cava  muy  grande  a  la 
redonda,  de  manera  questa  del  dicho  cacique  Tabrada  e  otra  de  otro 
cacique  a  donde  fue  el  dicho  Capitán,  que  se  dezia  Pocoa,  podian  muy 
bien  pasar  por  muy  buenas  fortalezas  en  Italia.  En  estas  provincias 
de  Escoria  e  Tabraba  e  Pocoa,  e  desde  alli  adelante,  hay  muchos  arbo- 
les de  mainey.  Este  es  el  primero  Cacique  que  en  estas  partes  se  ha 
haUado  el  juego  del  bateyn  que  se  usa  en  Haiti. 

E  partiéndose  el  dicho  Capitán  para  Tabraba  porque  alli  la  gente 


-    143  — 

uo  se  podría  sufrir  porque  no  habia  de  comer,  nos  partimos  nosotros 
para  Nata  pensando  quel  dicho  Cacique  nos  tuviera  de  comer,  como 
nos  lo  habia  dicho  e  de  aguardar  aUi  al  dicho  Capitán  Diego  de  Albites 
e  a  las  canoas.  Haüamoslo  todo  tan  alzado  e  quemada  la  palizada  que 
yo  habia  fecho  e  cogido  los  maizales  verdes  e  secos,  que  no  parecía  sino 
que  hablan  andado  en  aquella  tierra  los  enemigos. 

Entramos  en  medio  del  dia  como  en  tierra  que  al  ir  pensamos  haUar 
muy  de  pazes  envié  luego  a  Uamar  al  Cacique,  el  cual  aun  le  espere 
dos  dias,  el  su  mensajero  suyo  nunca  vino.  A  esta  cabsa  e  por  la  muy 
poca  comida  que  pudimos  haber  después  de  haber  enviado  a  ranchear 
una  vez  e  dos  en  las  cuales  nos  traxeron  indios  porque  estaban  tan  es- 
condidos e  huidos  que  no  se  podían  haber  nos  fue  forzado  de  partirnos 
de  aUi  porque  no  nos  podíamos  detener  e  nos  fuimos  a  la  provincia  del 
Cheru.  Al  cual  ansi  mismo  hallamos  alzado  e  todo  el  maíz  escondido, 
ecebto  un  poco  que  en  un  bohío  nos  tenían  puesto  con  cierto  pescado  e 
carne  que  habría  en  todo  una  merienda  para  toda  la  compañía.  E  los 
cristianos  que  aUi  habían  quedado  que  eran  tres  los  hallamos  en  un 
bohío  a  donde  estaban  de  antes.  Según  que  yo  supe  de  los  cristianos 
e  de  los  indios  como  vino  el  Cacique  Nata  en  su  tierra,  no  solamente 
se  huyo  e  se  alzo  mas  envío  a  avisar  al  dicho  Cacique  Cheru  con  unos 
cabras  suyos  los  cuales  vieron  venir  aUi  los  cristianos  que  aUi  estaban 
e  dixeron  al  dicho  Cacique  que  se  alzase  el  e  toda  la  tierra  sino  que 
que  supiese  que  si  nos  aguardaba  que  los  habíamos  de  matar  a  todus 
e  llevar  sus  mujeres  e  hijos  al  Daríen,  e  ansi  mismo  que  enviasen  a  avi- 
sar al  Cacique  Chamen  e  que  se  alzase  e  escondiese  toda  la  comida, 
porque  no  teniendo  que  comer  nos  moriríamos  todos  de  hambre.  Este 
Cacique  de  Cheru  estaba  muy  asosegado  antes  que  esto  le  envíase  a 
decir  Nata  e  según  dezian  los  cristianos  que  aUi  estaban,  de  sus  muge- 
res,  estaban  tan  deseosas  de  vernos  venir  a  lo  que  dezian  como  si  fue- 
ran cristianos.  Hizo  mucho  daño  el  soltar  al  dicho  Nata  porque  nos  le- 
vanto toda  la  tierra  que  teníamos  de  paz  e  envíe  a  llamar  con  un  cris- 
tiano que  allí  estaba  al  dicho  Cacique  de  Cheru  e  a  requerirle  que  vi- 
niese, según  por  el  proceso  de  suso  parescera.  El  cual  nunca  quiso  venir 
antes  sus  indios  quisieron  matar  al  dicho  cristiano,  dízíendole  que  se 
viniese,  sino  que  le  matarían,  que  eran  malos,  que  no  querían  ser  nues- 
tros amigos.  A  esta  causa  e  visto  como  el  dicho  Cacique  no  quería  venir, 
e  por  buscar  de  comer  que  lo  tenia  todo  escondido  envíe  a  ranchear  la 
tierra  una  e  dos  vezes,  e  desde  aUi  ansí  mismo  torne  a  enviar  a  la  tierra 
de  Nata  a  ranchearle.  Los  indios  que  en  la  una  tierra  e  en  la  otra  se 
tomaron  por  el  repartimiento  que  de  los  dichos  indios  se  hizo,  parescera, 
en  las  dichas  provincias  de  Nata  e  Cheru  e  todo  lo  desde  aUi  adelante 
(fasta  Comogre  es  tierra  tan  llana  como  la  palma  de  la  mano,  tierra 
muy  sana  e  toda  sabana  siii  montes  mas  de  las  arboledas  que  hay  en 


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las  riberas  de  los  rios,  e  las  de  Nata  hasta  Guarari  ansí  mismo ;  la  costa 
muy  gentil  e  con  toda  playa  muy  bastecida  de  pescado  e  caza  infinita 
de  cuervos  e  ánsares  e  pavos  que  de  verdad  se  hallaron  en  los  bohios 
de  Nata  en  sus  despensas  hasta  trescientos  venados  en  cecina  antes 
mas  que  menos,  e  la  mas  hermosa  carne  de  comer  que  nunca  se  vido. 
Tórtolas  habia  tantas  que  por  ruin  se  tenia  el  ballestero  que  salia  a 
tirarles  que  traxiese  de  cincuenta  abaxo;  con  redes  tomábanse  tantas 
que  todos  andábamos  ahitos  dellas.  Venados  habia  dia  en  el  real  que 
entraban  muertos  de  ballesteros  diez  e  doze  e  treze.  Es  toda  esta  tierra 
que  de  verano  e  invierno  se  puede  toda  andar  a  caballo  tanbien  o  mejor 
que  no  la  de  Castilla  hasta  todo  lo  descubierto  e  todo  lo  demás  que  se 
puede  ver  adelante. 

Pues  estando  en  la  dicha  provincia  de  Cheru  aguardando  los  cris- 
tianos que  andaban  en  las  canoas  e  el  Capitán  Diego  Albites  que  era  ido 
a  la  provincia  de  Tabraba  quiso  Dios  hazernos  esta  merced,  quel  dicho 
Diego  Albites  vino  muy  bueno  el  e  toda  la  gente  que  con  el  fue  e  hizo 
todo  lo  susodicho  de  la  manera  que  dicho  es  e  traxo  nuevas,  como  el 
dicho  Capitán  Bartolomé  Hurtíido  e  los  cristianos  que  con  el  andaban 
estaban  en  una  isla  en  un  Cacique  que  se  dezia  Caubaco.  E  de  ahi  a 
otros  cuatro  o  cinco  o  seis  dias  poco  mas  o  menos  vino  el  dicho  Capitán 
Bartolomé  Hurtado  con  todos  los  cristianos  que  con  el  fueron  muy  bue- 
nos sin  faltar  ninguno  ecebto  Martin  Custodio  que  iba  de  manera  que 
según  natura  no  podia  escapar.  Truxeron  diez  e  seis  canoas  las  mejores 
que  se  han  visto  en  Tierra  firme  e  hasta  seis  mili  castellanos  poco  mas 
o  menos  lo  que  se  les  sucedió  e  se  hizo  en  el  dicho  viage  es  lo  siguiente. 

Partido  el  dicho  Capitán  Bartolomé  Hurtado  e  los  compañeros  que 
con  el  iban  en  la  dicha  flota  de  las  canoas  de  la  manera  que  dicho  es. 
fueron  a  la  provincia  que  se  dize  de  Guanata,  la  cual  esta  con  todas 
las  otras  que  de  aqui  adelante  diré  según  parescera  por  la  figura  que  de 
toda  la  dicha  costa  esta  fecha.  E  alli  por  soltárseles  un  indio  que  lleva- 
ban por  guia,  perdieron  de  tomar  el  Cacique.  Estuvieron  alli  seis  o  siete 
dias  que  no  pudieron  salir,  por  mucha  agua  que  les  Uovio,  enviaron  a 
llamar  el  dicho  Cacique  e  no  quiso  venir.  Con  guias  que  alli  tomaron 
se  partieron  adelante,  hasta  este  Cacique  desde  la  dicha  provincia  de 
Guanata  puede  haber  tres  jornadas.  Es  la  tierra  mas  áspera  que  ¡se 
puede  haber  en  estas  partes,  de  alli  adelante,  va  allanando  reziamente 
hasta  que  va  tan  llana  como  la  palma. 

Pasado  de  alli  con  las  dichas  guias  fueron  en  demanda  de  una  Isla 
que  dezian  los  indios  que  se  dezia  Caubaco  que  hay  de  traviesa  lo  que 
parecerá  en  la  dicha  figura.  El  dicho  Capitán  Bartolomé  Hui-tado  envió 
dos  canoas  equipadas  para  que  bajasen  a  la  dicha  isla  e  recogiesen 
las  canoas  que  hallasen,  qne  fueron  doze,  las  que  por  entonces  se  toma- 
ron. El  dicho  Capitán  con  toda  la  otra  gente  salto  en  tierra  en  amane- 


—  145  — 

ciendo;  lo  cual  como  lo  sintieron  los  indios  de  la  dicha  isla  empezaron 
de  apellidar  la  tierra  e  se  juntaron  todos.  Después  de  haber  peleado 
con  el  dicho  Capitán  los  dichos  indios  un  poco,  el  dicho  Capitán  los 
hablo  por  las  lenguas  e  les  dixo  como  eran  cristianos  e  como  los  en- 
viaba el  Rey  Nuestro  Señor,  en  aquellas  tierras,  que  eran  suyas  a  re- 
querirles que  fuesen  sus  subditos  e  naturales  e  que  no  les  seria  fecho 
mal  ni  dapno  ninguno ;  e  todas  las  otras  buenas  palabras  que  al  dicho 
Capitán  se  le  ofrecian  e  le  parecía  que  convenia  i)ara  traerlos  a  la  paz. 
Los  cuales  vinieron  luego  de  pazes  e  dixeron  que  su  Cacique  no  estaba 
en  la  dicha  isla  que  era  ido  a  hazer  guerra  a  otros  Caciques  de  la  Tie- 
rra ñrme,  que  lo  aguardasen  tres  dias  e  quel  venia. 

E  luego  el  dicho  Capitán  mando  recoger  la  gente  e  que  no  hiziese  mal 
ni  dapno  alguno  a  los  dichos  indios  e  no  les  enojasen  en  cosa  ninguna 
fasta  que  viniese  el  dicho  cacique.  Pasados  los  dichos  tres  dias  el  dicho 
Cacique  vino  con  diez  e  ocho  canoas  todas  equipadas  de  indios  de  gue- 
rra, e  como  llego  al  puerto  e  supo  de  sus  mismos  indios  como  los  cris- 
tianos estaban  en  la  isla  e  del  buen  tratamiento  que  hablan  fecho  a  sus 
indios  desembarcóse  el  dicho  Cacique  con  todos  sus  principales  e  vinose 
luego  al  bohio  donde  estaba  el  dicho  Capitán  e  los  dichos  cristianos, 
con  mili  castellanos  de  armaduras  quel  dicho  Cacique  se  ponia  cuando 
iba  de  guerra,  los  cuales  dio  al  dicho  Capitán.  E  después  de  haberle 
fecho  al  dicho  Cacique  el  requerimiento  que  mandan  SS.  AA.  que  les 
sea  fecho  el  dicho  Cacique  respondió  que  quería  ser  vasallo  de  SS.  AA. 
e  amigo  de  los  cristianos  según  que  por  el  proceso  de  suso  contenido 
parescera.  E  otro  dia  siguiente  traxo  mili  castellanos  e  dixo  que  no 
tenia  mas,  quei  lo  demás  se  lo  hablan  llevado  otros  Caciques  ni  el  dicho 
Capitán  tampoco  les  pidió  mas  antes  desde  alli  adelante  no  consintió 
que  se  le  hiziese  enojo  a  el  ni  a  ninguno  principal  ni  indio  ni  india  de 
la  dicha  isla,  antes  habla  e  hobo  siempre  en  tanto  que  alli  estuvieron 
los  cristianos  tanta  familiaridad  e  buen  tratamiento  los  unos  a  los 
otros  como  si  fueran  unos  todos.  E  después  de  haber  estado  algunos 
dias  en  la  dicha  Isla  que  se  puso  nombre  del  Cacique  amigo,  por  lo 
haber  sido  mas  que  ninguno,  el  dicho  Capitán  Bartolomé  Hurtado  con 
los  cristianos  e  sus  canoas  e  otras  que  tomaron  aUi  mejores  e  con  in- 
dios del  dicho  Cacique  que  los  pidió  para  que  los  ayudasen  a  remar 
e  un  hermano  del  dicho  Cacique  Caubaco  que  se  dezia  Pequeari  con 
otras  nueve  canoas  equipadas  de  Indios  e  con  sus  armas  fueron  a 
otra  Isla  la  cual  se  puso  nombre  Isla  de  Varones  en  la  cual  saltaron 
los  cristianos.  En  la  dicha  isla  tenían  los  indios  una  gran  fortaleza 
fecha  de  sus  cercas  de  arboles  nacidos  con  una  gran  cava  al  derredor 
e  puesto  caso  quel  dicho  Capitán  requirió  a  los  dichos  indios  de  pazes 
por  las  lenguas  que  llevaba  nunca  los  dichos  indios  quisieron  venir  a 
ellas  antes  se  pusieron  reziamente  en  armas  e  en  defender  su  fortaleza. 

10 


—  146  ~ 

Lo  cual  visto  por  los  cristianos  comenzaron  a  combatirles  desde  ini 
amaneziendo  e  los  indios  a  defenderse  reciamente  con  piedras  e  lan- 
zas e  picas.  Duro  mucho  tiempo  el  dicho  combate  porque  subir  a  la 
dicha  fortaleza  era  como  subir  por  una  pared.  Alli  fueron  derribados 
e  heridos  malamente  muchos  cristianos ;  en  fin  tiro  un  tiro  el  artilleria 
y  dio  de  lleno  en  los  indios  e  tras  aquel  apretaron  reziamente  los  cris- 
tianos, aunque  recibieron  harto  daño  todavía  de  aquella  arremetida 
les  entraron  a  aquellos  indios  por  fuerza  a  la  dicha  fortaleza  e  tomaron 
e  prendieron  mucha  gente  dentro,  escaposeles  el  Cacique.  E  al  dicho 
hermano  del  Cacique  amigo  porquel  dicho  Cacique  puesto  que  lo  lla- 
maron nunca  quiso  venir  de  pazes  e  dieronles  las  canoas  que  aUi  se 
tomaron  e  mucha  ropa  e  la  mayor  parte  de  la  gente,  los  cuales  queda- 
ron muy  contentos  e  muy  espantados  de  ver  como  los  cristianos  hablan 
desbaratado  tan  presto  a  los  dichos  indios  e  tan  esforzadamente.  Esta 
Isla  es  la  mayor  parte  della  poblada  de  mameys.  De  la  dicha  isla  se 
partieron  los  cristianos  e  los  indios  e  el  dicho  Cacique  amigo  con  sus 
notas  en  demanda  de  otra  Isla  que  los  indios  llaman  Cabo,  para  !r 
a  esta  isla  atravesaron  los  cristianos  un  golfo  de  siete  hastíi  ocho  le- 
guas según  parescera  por  la  figura.  Pues  llegados  a  las  dicha  isla  de 
Cabo  saltaron  en  tierra  e  dieron  en  los  bohíos  del  dicho  Cacique  Cab) 
e  tomaron  entre  ellos  mugeres  e  hijos  del  dicho  Cacique  e  hasta  tres 
miU  castellanos.  E  a  aquella  sazón  el  dicho  Cacique  estaba  ausente  en 
otra  banda  de  la  dicha  Isla,  e  como  le  llego  el  mandado  de  lo  susodicho, 
vino  luego  con  ocho  canoas  equipadas  e  con  muchos  indios  de  guerra, 
e  traxo  sus  coseletes  fechos  de  algodón  que  les  llegaban  e  abaxaban  de 
las  espaldas  deUos  e  les  llegaban  a  las  rodillas  e  dende  abaxo,  e  las 
mangas  fasta  los  codos  e  tan  gruesos  como  un  colchón  de  cama,  son 
tan  fuertes  que  una  ballesta  no  los  pasa,  e  con  picos  e  con  lanzas  fechas 
a  la  manera  de  picas  tan  luengas  e  tan  gruesas  como  las  que  usan  los 
alemanes,  sembradas  obra  de  una  vara  de  medir,  hacia  la  punta  de 
dientes  de  tiburones  e  otros  pescados.  E  otros  indios  traían  raizes  de 
las  de  caña  encabalgadas  unas  sobre  otras  e  redondas  hechas  a  la  ma- 
nera de  las  nuestras,  con  sus  pifaros  e  atamfores  en  su  ordenanza  de  la 
manera  de  los  alemanes.  Sin  embargo  quel  Capitán  les  hablo  con  una 
espade,  muger  del  dicho  Cacique  que  alli  habla  prendido  que  no  ho- 
biesen  miedo  e  que  fuesen  vasallos  de  SS.  AA.  e  amigos  de  los  Cris- 
tianos como  lo  era  Caubaco,  que  era  el  Cacique  amigo  e  todas  las  otras 
buenas  palabras  que  pudo,  al  dicho  Cacique  e  a  los  dichos  indios.  Sin 
embargo  de  lo  que  se  les  dixo  respondieron  no  querían  sino  matarlos  a 
todos  e  diziendo  esto  se  desembarcaron  los  indios  e  se  vinieron  en  su 
ordenanza  a  los  cristianos  de  la  manera  que  dicha  es  e  hobieron  una 
l»ieu  rezia  guacabara  o  batalla  los  unos  con  los  otros  la  cual  fue  bien 
reñida.  Estando  asi  en  ella  tiro  un  tiro  el  artilleria  e  dio  en  ciertos 


—  147  — 

indios,  de  manera  que  les  echo  los  algodones  de  los  coseletes  por  las 
espaldas  e  apretáronles  tan  reziamente  los  cristianos  que  los  desbara- 
taron e  mataron  muchos  dellos  e  otros  prendieron.  Otro  dia  envió  el 
dicho  Capitán  a  Uamar  al  dicho  Cacique  e  diziendo  que  era  el  e  que  lo 
habian  herido  en  la  dicha  guacabara  vino  un  indio  en  una  hamaca  a  los 
cristianos  el  cual  se  conoció  luego  que  no  era  el,  e  aunque  lo  tornaron 
a  Uamar  nunca  quiso  venir  el  dicho  Cacique.  Esta  isla  de  Cabo  es  una 
gentil  isla,  e  la  postrera  que  descubrieron  los  dichos  cristianos  es  la  isla 
de  Coyba,  aunque  tomaron  algunos  indios  que  venian  en  una  canoa 
della,  la  vieron  de  ojo,  no  fueron  a  ella.  Desde  la  dicha  Isla  de  Cabo 
se  páresela  mucha  parte  de  la  costa  de  la  Tierra  firme,  toda  tierra  muy 
Uaná  e  al  parecer  según  dezian  los  indios  muy  poblada  e  muy  clara  e 
sin  arcabucos  e  muy  hermosa  tierra. 

Partiéronse  los  dichos  cristianos  de  la  dicha  Isla  hazia  la  costa  de  la 
Tierra  firme  e  por  ser  muy  jioblada  la  dicha  costa  e  muy  grandes  e  po- 
derosos los  dichos  Capitanes  aunque  saltaban  en  eUa  no  osaban  aguardar 
en  la  tierra  ni  hazer  guerra  a  los  dichos  Caciques.  Túvose  noticia  del 
Cacique  de  Veragua  e  de  la  otra  mar  del  Norte  e  de  como  por  el  paraje 
de  un  Cacique  que  se  dize  Torra,  questa  adelante  de  Tabraba,  en  la 
dicha  costa  de  la  mar  del  Sur  que  no  hay  mas  de  tres  dias  de  camino 
de  travesía  a  la  mar  del  Norte ;  hovose  ansi  mismo  noticia  de  gente  que 
habia  en  otra  tierra,  que  esta  de  la  otra  venida  de  la  mar  del  Sur  de 
infinitas  riquezas  e  que  habia  en  eUas  indios  de  dos  caras  e  otros  que 
teman  los  pies  redondos  e  las  esiúnillas  siilidas  mas  de  un  palmo  ade- 
lante e  que  esta  tan  cerca  esta  dicha  tierra  e  isla  que  los  dichos  indios 
moradores  deUa  pasan  a  la  tierra  firme  en  canoas.  Hay  en  estas  tierras 
descubiertas  mucha  miel  e  muchos  mameys  e  muchas  buenas  frutas 
e  gran  numero  de  oro. 

Desde  aqui  se  volvieron  los  cristianos  con  muy  gran  flota  de  canoas 
porque  el  termino  que  les  di  se  les  iba  ya  acabando  e  con  eUos  el  dicho 
Cacique  amigo  con  su  flota  muy  contento  espantado  del  gran  esfuerzo 
de  los  cristianos  e  como  habian  desbaratado  al  dicho  Cacique  Cabo  que 
era  el  Cacique  mas  temido  que  habia  en  aqueUas  partes.  E  partidos  «e 
vinieron  su  via  hasta  la  isla  del  dicho  Cacique  amigo  e  aUi  se  quedo  el 
Cacique  con  toda  su  gente  e  los  cristianos  se  fueron  su  via  hasta  la  pro- 
vincia de  Cheru  a  donde  nos  hallamos  todos  juntos  con  mucho  plazer. 
Para  información  en  todo  lo  susodicho  se  pueden  VV.  SS.  e  mercedes 
informar  del  dicho  Capitán  Bartolomé  Hurtado  e  de  Gabriel  de  Rojas 
que  fue  por  veedor  e  de  Francisco  de  Guadalcanal  que  fue  por  escribano 
e  de  todos  los  mas  que  mandaren.  Tomóse  la  posesión  de  las  dichas 
islas  e  Tierra  firme  que  se  descubrió  según  que  por  los  autos  e  escripros 
que  sobre  esta  razón  se  hizieron  parescera. 

Partimonos  luego  de  la  dicha  provincia  de  Cheru  el  cual  como  dicho 


—  148  — 

tengo  nunca  quiso  venir  a  nosotros  por  lo  quel  dicho  Cacique  Nata  le 
envió  a  dezir.  Fuimos  a  la  provincia  de  Chame  en  tres  jornadas,  en  la 
cual  entramos  de  dia,  porque  como  dicho  tengo  quedo  de  pazes  e  salió 
el  Capitán  Gerónimo  de  Valenzuela.  El  cual  hallamos  ahi  ansi  mismo 
muy  alzado  e  la  comida  muy  escondida  aunque  después  que  la  busca- 
mos e  hallamos  vino  el  dicho  Cacique  de  pazes  e  traxo  mili  e  ciento 
pesos  de  oro  de  presente.  Dexele  diez  e  seis  canoas  las  mejores  que  se 
han  visto  en  Tierra  firme  e  muy  contento  al  parecer  con  ellas,  aunque 
sobre  que  nos  diese  maiz  me  vi  antes  enojado  con  el. 

De  aUi  nos  partimos  a  la  provincia  de  Taboren  a  donde  no  hadamos 
indio  ninguno,  mas  de  mucha  abundancia  de  pescados  e  tanto  que  en 
dos  horas  sin  mentir  se  pescaron  dos  mili  arrobas  de  pescado  de  manera 
que  a  lo  que  nos  páreselo  habia  mas  que  agua.  De  alli  nos  partimos  a 
Periquete  donde  ansi  mismo  no  hallamos  gente  alguna  ni  que  comer 
e  a  esta  cabsa  nos  partimos  sin  parar  hasta  la  provincia  de  Pacora.  A 
la  cual  cuando  llegamos  iba  la  hueste  tan  alcanzada  de  comida  que  a 
faltarnos  alli  nos  perderíamos  de  hambre  mas  como  Dios  nuestro  Se- 
ñor nos  traía  de  su  mano,  aunque  con  trabajo  e  muy  escondido  hallamos 
de  comer  para  toda  la  hueste. 

De  alli  nos  partimos  a  las  provincias  de  Chepavare  e  Chepo  en  las 
cuales  entramos  de  dia  porque  las  habiamos  dexado  de  pazes.  El  cual 
se  huyo  e  nunca  quiso  venir  el  ni  gente  suya  aunque  lo  enviamos  a  lla- 
mar. Toda  esta  tierra  es  de  la  provincia  de  París ;  fasta  aqui  es  la 
mejor  tierra  ansi  de  ser  muy  llana  e  muy  clara  e  sin  arcabuco,  como  en 
ser  muy  sana  e  muy  talantosa  e  fresca  ansi  en  invierno  como  en  verano, 
e  esto  digolo  porque  en  el  un  tiempo  e  en  el  otro  estuvimos  en  ella  muy 
bastecida  de  toda  comida  de  indios  e  de  muchos  pescados  ansi  de  la 
mar  como  de  los  rios  e  mucha  caza  ansi  de  salvagua  como  de  volatería, 
muy  proveída  de  sal  a  lo  menos  las  provincias  de  Cheru  e  Nata  e  Paris 
a  donde  hallamos  salinas,  las  mas  hermosas  e  de  mas  gentil  artificio 
e  mas  adereszado  que  se  ha  visto  en  las  cuales  se  puede  hazer  sal  para 
otro  pueblo  como  SeviUa  tan  blanca  como  la  nieve  e  tan  salada  e  de 
tan  buen  grano  como  la  mejor  que  hay  en  CastiUa. 

Partimonos  de  Chepo  luego  otro  dia  de  como  llegamos  e  de  alli  en- 
vié delante  al  Capitán  Pablo  Mexia  a  tomar  un  Cacique  que  se  dize 
Chamna,  que  confina  con  el  Cacique  Tabanaina  el  cual  envió  a  amena- 
zar al  Adelantado  Vasco  Nuñez  de  Balboa,  cuando  fue  a  descubrir 
aquella  tierra  e  ansi  mismo  al  Capitán  Meneses  e  a  los  cristianos  que 
con  el  estaban.  Fuese  al  dicho  Cacique  e  tomáronles  todas  sus  mugeres 
e  casa  e  hasta  mili  e  quinientos  pesos  de  oro,  envió  luego  el  dicho  Capi- 
tán a  llamar  al  dicho  Cacique  el  cual  dixo  que  venia  otro  dia  que  le 
enviase  una  hamaca  en  que  viniese,  e  la  venida  que  hizo  fue  venir  con 
su  gente  a  dar  guacabara  a  los  cristianos  e  aunque  hirieron  algunos 


—  149    - 

todavía  llevaron  en  la  cabeza  los  indios  e  fueron  bien  desbaratados. 
Yo  páseme  a  Tabauama  con  la  recarga  e  de  alli  venido  el  dicho  Capitán 
e  después  de  haber  salido  ciertas  cuadrillas  a  ranchear  al  dicho  Ca- 
cique porque  era  de  guerra  nos  partimos  a  Paruraca. 

A  este  Cacique  de  Paruraca  envíe  a  Navarro  de  Simes  con  sesenta 
hombres  porque  este  fue  el  principal  en  la  muerte  de  los  cristianos  de 
Santa  Cruz,  no  se  tomo  porque  estaba  avisado,  ni  Pocorosa  al  cual  nos 
partimos  luego  porque  ansí  mismo  estaba  avisado  aunque  se  tomaron 
algunos  indios,  el  numero  de  los  cuales  e  todos  los  demás  que  se  han 
tomado  en  todo  este  viaje  en  los  Caciques  de  suso  contenidos,  parescera 
por  el  repartimiento  que  dellos  se  hizo  de  suso  en  este  proceso  contenido. 

De  allí  nos  fuimos  a  las  provincias  de  Pucheribuca  e  Comogre,  las 
cuales  habia  dexado  de  pazes  a  la  ida  como  lo  escribí  a  W.  SS.  e  mer- 
cedes. HaUe  en  el  dicho  Cacique  otro  Capitán  que  se  dize  Cristóbal 
Serrano  con  hasta  ochenta  hombres  poco  mas  o  menos  que  habían  en- 
viado VV.  SS.  e  mercedes  a  castigar  e  reformar  las  dichas  provincias 
por  la  muerte  que  nuevamente  habían  fecho  de  los  indios  que  yo  envié 
desde  la  dicha  provincia  de  Careta  que  fueron  los  que  nos  traxieron 
las  cargas,  los  cuales  según  páreselo  por  la  información  habían  muerto 
a  traición  e  quedado  conmigo  de  pazes  como  quedaron  e  porque  ser- 
vían a  los  Cristianos.  Hallamos  los  dichos  Caciques  de  guerra  e  alzados 
e  aunque  los  envíe  a  requerir  que  viniesen  nunca  lo  quisieron  hazer 
e  a  esta  cabsa  envíe  cierta  gente  a  hazerles  guerra.  Aquí  hallamos  infi- 
nito de  comer,  de  donde  hizimos  mochila  para  todo  el  viaje  hasta  Uegar 
a  esta  cibdad :  vinimos  por  Careta  en  la  cual  pensamos  de  aun  no  hallar 
agua  según  las  nuevas  que  nos  habían  dado  de  la  muerte  de  Lope  Do- 
lano;  quiso  Dios  Nuestro  Señor  para  qnel  cabo  de  nuestra  jornada 
fuese  de  su  mano  e  prospero  como  lo  demás  que  hallamos  al  Adelan- 
tado en  el  pueblo  de  Acia  quel  Señor  Lugar  Teniente  (claro  en  el  ori- 
ginal) comenzó,  poblado  tan  en  forma  como  lo  esta  este  del  Darien  e 
aUe  muy  bien  de  comer  como  lo  hallamos  en  Sevilla  e  nao  ansimísmo 
para  podernos  venir  a  esta  cibdad  como  nos  venimos  en  una  noche. 

Ansí  que  por  todo  lo  contenido  en  esta  (Virta  relación  verán  W.  SS. 
e  mercedes  claramente  que  nos  Uevo  e  traxo  Dios  de  su  mano  e  fue 
siempre  con  nosotros  e  ansí  mismo  es  servido  que  las  cosas  desta  tierra 
se  sostengan  e  su  santa  fee  católica  sea  en  ella  ensalzada.  E  debemos 
esperar  en  su  mucha  misericordia  que,  pues  el  se  ha  acordado  de  las 
cosas  desta  tierra  de  aquí  adelante  serán  e  harán  todas  de  buen  en 
mejor  e  como  el  sea  servido  e  SS.  AA.  ansí  mismo  e  esta  tierra  poblada 
muy  prósperamente. 

Plega  a  nuestro  Señor  las  muy  magnificas  personas  VV.  SS.  e  mer- 
cedes guarde  e  estados  prospere  como  por  ellos  es  deseado. — El  Licen- 
ciado Espinosa. — Gerónimo  Valenzuela. — Pablo  Mexia. — Pedro  de  Ga- 


—  150  — 

mez  Bartolomé  Hurtado,   Capitán. — Gabriel   de   Kojas. — Por  su    man- 
dado, Martin  Salcedo. 


60 

Aao  de  1516-17). —Memorial  contra  Vasco  Núñez  presentado  por  Rodrigo  de  Col- 
menares.— (A.  de  la  H,,  colee.  Muñoz,  t.  75). 

Muí  alto  i  mui  poderoso  Señor. 

Rodrigo  de  Colmenares  dice,  quel  es  venido  de  la  tierra  firme  por 
l*roourador  deUa  que  lo  enbio  el  Governador  Alcíilde  i  Regidores  i 
todo  el  pueblo  para  avisar  de  algunas  cosas  que  cumplen  al  servicio  de 
Vuestra  Alteza. 

Que  del  prencipio  pasaron  a  poblar  aquella  tierra  dos  Govemadores 
que  embio  el  Rei  que  haga  Santa  gloria,  Alonso  de  Ojeda,  i  Domingo  de 
Nicuesa,  partida  la  tierra  aquel  huvo  del  golfo  de  Uraba  a  Levante, 
este  del  golfo  de  Uraba  a  poniente.  Quando  partieron  de  la  Española  fue- 
ron mui  mal  proveídos  de  bastimentos  y  demás  cosas,  porque  el  Almi- 
rante i  Officiales  que  alli  estaban  por  el  Rey  no  les  dejaron  sacar  los 
400  hombres  sino  solo  200  pues  eran  600  los  concedidos.  Y  aun  los  200 
no  fueron  según  parece  de  los  que  tenian  (ilegible)  i  minas,  de  los 
vecinos  deUa  i  otras  islas  i  ademas  les  quitaron  los  Indios  que  devian 
tener  por  quatro  años  con  lo  qual  les  empobrecieron.  Tampoco  les  de- 
jaron sacar  otros  200  de  los  m,lneros,  entre  quienes  havia  gente  rica 
que  quisiera  ir  a  ayudar  a  la  provisión.  Asi  Uevavan  gente  pobre.  Tara- 
poco  les  consintieron  llevar  mantenimientos  de  Jamaica,  como  era 
asentado. 

También  lo  era  que  tuviesen  cada  uno  dos  navios  para  proveerse  i 
llevar  quanta  gente  quisiese  ir,  que  no  les  encaresciesen  los  manteni- 
mientos ni  pudiesen  deteneUos  a  eUos  ni  a  sus  lugartenientes  que  havian 
de  tener  en  la  Española  para  ir  i  venir  a  proveerles.  Todo  se  lo  que- 
brantaron, ni  les  dejaron  ir  a  socorrer  hasta  que  ya  quando  al  cabo  de 
10  meses  fueron  eran  todos  casi  muertos,  pues  de  800  que  pasaron  con 
ambos  Govemadores  no  habia  300  vivos.  No  mataron  los  Indios  150  los 
demás  murieron  de  hambre. 

Que  lo  sabe  porque  quedo  Lugarteniente  de  Nicuesa,  i  compro  una 
nao  de  sus  dineros  en  mas  de  500  castellanos,  i  le  detuvieron  10  meses 
tiempo  en  que  se  le  gastaron  los  mantenimientos  que  havia  comprado 
en  mas  de  2.000  pesos  de  oro.  Y  quando  le  despacharon  ya  hacia  un  mes 
quera  partido  el  Bachiller  Enciso  que  quedo  lugarteniente  de  Hojeda. 

Que  quando  partió  fue  a  descubrir  a  una  provincia  que  se  dice  Sie- 
rra nevada,  la  mas  alta  que  se  cree  haver  en  el  mundo ;  de  do  siguiendo 
la  costa  llego  con  hartos  trabajos  al  golfo  de  Uraba,  en  cuya  entrada 


—  151  — 

hallo  a  Enciso  i  los  suyos  que  havian  perdido  la  nao  con  los  bastimentos, 
escapando  ellos  desnudos  en  unos  vergantines  con  solas  la  ^2  de  las 
espadas. 

Que  les  socorrió  i  dejo  una  nao  de  dos  que  llevava  cargadas,  i  tomo 
un  vergantin  con  el  qual  i  con  la  otra  busco  a  Nicuesa  a  quien  hallo 
perdido  70  leguas  adelante  el  golfo  en  Veragua.  La  causa  de  su  perdi- 
ción fue,  que  esta  tierra  descubrió  el  Sr.  Almirante  e  informo  ser  la 
mas  rica  del  mundo,  siendo  asi  que  hai  mui  poco  oro,  i  su  costa  la  mas 
brava  que  hai  que  en  mas  de  100  leguas  no  permite  hacer  asiento,  ni 
sembrar  los  mantenimientos  necesarios,  i  por  eso  sus  Indios  los  mas 
son  pescadores.  Con  dicho  engaño  pensó  el  Rei  embiar  Governador  se 
perdió  el  gasto  que  hizo,  i  se  perdieron  los  cristianos  que  pasaron  con 
Nicuesa,  que  de  580  ya  no  hallo  este  Colmenares  vivos  200  los  otros 
murieron  de  hambre. 

lilegado  a  Veragua  tomo  a  Nicuesa  i  trajole  al  Darien  do  estavan 
los  Cristianos  quel  avia  dejado.  Trajole  con  50  de  los  que  alli  tenia  en 
un  vergantin  que  Colmenares  llevo  i  dos  mas  de  Nicuesa.  Havia  ido  al 
Darien  con  el  Bachiller  Enciso  un  Vasco  Nuñez,  el  qual  haviendo  hecho 
de  su  parte  a  todos  los  mas  tuvo  maña  como  le  nombra  Alcalde  los  se- 
diciosos se  alzo  i  prendió  i  secresto  bienes  al  Bachiller  que  era  su  Capi- 
tán con  poderes  de  Hojeda  i  del  Almirante  i  Officiales  de  la  Española. 
Venido  Nicuesa  al  Darien  como  Nuñez  le  vido  perdido  junto  los  alza- 
dos, i  aunque  ellos  havian  euibiado  por  el  con  un  Procurador  les  hizo 
jurar  de  no  recibirle,  le  prendieron  i  echaron  en  un  vergantin  que  no 
tenia  aparejos  ni  cosas  de  las  que  havia  menester,  le  hicieron  que  se 
fuese  por  la  mar  adelante  con  17  o  18  hombres;  i  hasta  aora  nada  se 
ha  sabido  de  vergantin  ni  personal.  Después  mando  preso  a  Enciso  a 
la  Española  en  una  nao  de  las  que  trajo  este  Colmenares. 

El  qual  se  quedo  alli  tres  años,  entrando  varias  vezes  a  inquirir  los 
secretos  de  la  tierra,  i  buscar  de  comer,  pues  era  mucha  el  hamfbre, 
como  que  en  tres  años  no  recibieron  socorro  sino  el  que  trajo  una  cara- 
vela  mui  pequeña.  Por  donde  se  murió  tanta  gente,  que  de  1.200  ya  solos 
eran  160.  En  tal  estado  temiendo  acabar  todos  ya  mas  de  un  año  desque 
vino  la  caravelica,  de  dos  vergantines  inútiles  que  solo  tenian  compusie- 
ron uno  calafateándolo  sin  pez,  haciendo  la  jarcia  aparejos,  i  un  ca- 
ble de  cortezas  de  arboles,  i  una  ancora  de  piedra.  Metieron  en  el  por 
todo  bastimento  8  fanegas  de  maiz,  i  25  arrobas  de  agua,  i  embiaron  a 
este  Colmenares  con  Juan  de  Qyzeydo  por  Procuradores  a  Castilla,  i 
con  ellos  11  Cristianos,  dos  Indios  i  una  India  para  ayudar  a  navegar. 

Como  iva  sin  vela,  sin  aparejos,  todos  sin  la  menor  pericia  del  ma- 
rear tardaron  4  meses  en  Uegar  a  la  Española,  do  murieron  todos  de 
resultas  del  mucho  trabajo,  poco  comer  i  malas  aguas  que  bevieron :  ai 
hai  otro  vivo  que  este  Colmenares. 


—  152  — 

Los  dos  Procuradores  vinieron  a  Castilla,  hicieron  relación,  i  ya  es- 
tava  el  Rei  apunto  de  despacharlos  quando  vinieron  cartas  de  aquel 
Vasco  Nuñez  que  havia  prendido  a  los  dos  Governadores  llenas  de  mil 
mentiras  i  desvarios  porque  se  le  hiciese  Governador:  i  fue  creido  mas 
que  los  Procuradores.  Por  donde  se  proveyó  la  armada  al  rebes  de  como 
se  havia  acordado,  i  «gasto  el  Rei  mas  de  25.000  pesos  de  oro  que  no 
aprovecharon  nada,  i  murieron  de  hambre  mas  de  600  de  los  que  pasa- 
ron con  Pedrarias,  porque  fueron  mui  mal  proveidos. 

Este  Colmenares  dijo  muchas  veces  al  Rei,  Obispo  de  Burgos,  i  Con- 
chillos que  entendían  en  las  cosas  de  aquella  tierra,  quan  mal  provdda 
iva  el  armada,  puso  por  memorial  todo  quanto  la  havia  de  suceder,  hizo 
que  ConchiUos  le  firmase  un  treslado ;  el  que  Uegado  a  tierra  firme  mos- 
tró al  Governador  i  Officiales :  quienes  conocido  su  saber  en  cosas  de  la 
tierra  le  mandaron  2.*  vez  Procurador  a  Castilla  con  las  Ca  creencia  del 
Governador,  Officiales,  Justicia,  Regidores  y  el  pueblo  todo,  i  trae  una 
instrucción  de  que  presenta  treslado  a  Vuestra  Alteza. 

I  demás  de  la  instrucción  que  trae,  por  lo  que  sabe  de  la  tierra 
firme,  quel  ha  estado  en  ella  6  años,  que  fue  de  los  primeros  que 
pasaron  a  poblalla,  i  ha  gastado  en  esta  empresa  mas  de  dos  miU  Cas- 
tellanos que  tenia,  i  porque  sus  antepasados  han  siempre  servido  a  la 
Corona  real,  i  el  ansimismo  ha  24  años  que  la  sirve  por  mar  i  tierra  ; 
por  la  mar  con  cargos  de  navios  en  el  Reino  de  Ñapóles  en  toda  la  gue- 
rra que  aUa  se  hizo ;  i  en  la  tierra  firme  después  que  se  ha  comentado  a 
poblar;  dirá  lo  que  cumple  al  servicio  de  Vuestra  Alteza  i  bien  de  la 
tierra. 

Muí  poderoso  Señor. 

1. — Pedrarias  fue  por  Go^'ernador  i  con  el  para  que  entendiesen  tam- 
bién en  el  govierno  un  Obispo  i  un  Alcalde  m^ayor  que  no  pudiese  qui- 
tarle ni  usar  con  otro  las  cosas  de  justicia:  mas  tres  Officiales,  Teso- 
rero, Contador,  Fator,  que  también  havian  de  entender  en  la  governa- 
ción.  Cada  uno  era  de  su  condición  por  do  avia  parcialidades  diferentes. 
El  Obispo  es  un  interesal  i  amigo  de  quien  le  da  presentes,  el  Alcalde 
mayor  de  su  condición  que  los  recibían  de  buena  voluntad.  El  Obispo  es 
tan  recio  que  lo  que  una  vez  decia  se  havia  de  hacer:  con  lo  qual  aun- 
que se  tomo  la  residencia  a  Vasco  Nuñez  que  mando  Vuestra  Alteza  no 
pudo  hacerse  justicia  mereciendo  el  mil  muertes,  pues  gano  con  oro  i 
otras  cosas  a  Governador  i  Alcalde  mayor.  Deve  mandar  Vuestra  Al- 
teza que  se  torne  a  tomar  esta  residencia,  i  que  Pedrarias  tenga  un 
poder  absoluto  e  independiente.  Asi  el  sera  responsable  de  todo,  i  no 
podra  escusarse  con  otro,  como  agora. 

Sino  es  de  tem^r  se  despueble  la  tierra,  que  quando  yo  de  aUa  parti, 
que  havra  un  año,  todos  se  querían  venir. 

2. — Asi  con  menos  salarios  estara  la  tierra  en  mejor  orden :  aora  los 


—  153  — 

salarios  son  cerca  de  G  cuentos,  i  basta  cuento  i  medio.  Por  haver  de 
pagar  tanto  y  ser  pagados  los  Officiales  consienten  las  entradas  con  mil 
robos  i  males  a  los  Indios :  por  do  no  hai  ninguno  de  paz,  ni  que  quiera 
servir  a  los  Cristianos:  medios  únicos  para  sojuzgar  la  tierra  i  esta- 
blecerse. 

3. — Por  no  haver  Indios,  no  se  saca  oro  de  minas,  pues  es  mucho  el 
trabajo,  i  grande  la  costa. 

4. — Los  4  Officiales  pueden  reducirse  a  dos :  El  Veedor  sea  también 
Contador,  i  el  Fator  Tesorero :  con  ellos  junto  el  Governador  se  enten- 
derán bien  en  la  hacienda.  Puede  darse  a  cada  Oficial  250.000  marave- 
dises aunque  la  tierra  esta  carísima  tendrán  bastante;  i  quíteseles  de 
comercio  por  si  ni  en  compañía  de  otros,  de  otra  suerte  para  eUos  sera 
todo  el  provecho  de  la  tierra,  i  esta  se  perderá. 

5. — El  Obispo  fray  Juan  de  Quevedo  tiene  de  salario  900.000  marave- 
dises, i  desea  venirse,  i  vendrase  contento  con  que  se  le  den  en  CastiUa 
200.000  maravedises.  AUa  bastan  2  o  3  Clérigos  i  un  Provisor;  porque 
hai  hecho  un  Monesterio  de  Franciscos  mui  devotos  por  los  primeros  que 
pasaron  a  tierra  firme  antes  que  fuese  el  armada.  Son  los  Frailes  mui 
devotos  i  mui  pobres.  El  Rei  que  aya  gloria  les  manda  va  dar  anualmente 
8  botas  d'harina,  G  de  vino,  ciertos  tocinos,  azeite,  vinagre,  habas,  gar- 
vanzos,  i  algunas  conservas.  Deve  Vuestra  Alteza  mandar  se  les  de  li- 
mosna. 

6. — El  Rei  difunto  por  las  mentiras  que  le  escribió  Vasco  Nuñez  ie 
hizo  Adelantado  de  la  mar  del  Sur,  i  Governador  de  las  Provincias  de 
Panamá  i  Cohiba.  Estos  goviernos  deven  agregarse  al  de  Pedrarias,  el 
qual  tiene  el  del  Darien  que  nada  vale  sin  los  otros,  ques  de  gente  menos 
guerrera  que  no  tienen  sino  varas  largas  sin  hierva,  i  los  del  golfo  de 
Uraba  ñechas  con  yerba  tan  ponzoñosa  que  al  que  hieren  a  la  hora  ts 
muerto.  Juntas  las  governaciones  en  una  podran  mantenerse  los  Cristia- 
nos, yendo  a  las  veces  a  tierra  de  los  que  no  son  ñecheros  al  pueblo  que 
hoi  esta  fecho,  i  desde  el  descubrir  de  la  tierra  do  están  las  riquísimas 
minas  de  oro  que  los  ludios  dicen :  de  do  se  han  tomado  muchas  piezas 
de  600  ducados,  i  aun  pieza  de  700.  Dicen  los  Indios  que  alli  cerca  hai 
un  Tiba,  que  es  un  principal  de  la  tierra  «que  se  dice  Dahaihe  que 
tiene  su  casa  de  fundición  con  muchos  Indios  empleados  en  fundir  las 
dichas  piezas :  Que  el  oro  lo  adquiere  de  otros  dos  Tibas  Tifoni  i  Mundy 
con  sus  tratos  que  tienen  unos  con  otros,  porque  en  unas  provincias  :;e 
labran  mantas  de  algodón,  en  otras  cuentas  de  gueso,  en  otras  tazas  mui 
pintadas,  en  otras  hacen  sal :  géneros  con  que  comercian. 

7. — Dabaibe  esta  cerca  de  unos  Caníbales  o  Caribes,  en  cuya  tierra 
hai  también  minas,  i  adquiere  oro  deUos  con  su  comercio,  especial  a 
cambio  de  otros  Indios  con  quien  tiene  guerra,  i  los  que  toma  los  da 
como  mantenimiento  a  los  Caribes  por  oro. 


—  154  — 

8. —  Este  Regimiento  de  Coliuenares  estuvo  a  8  leguas  de  dichos 
Caribes,  porque  entro  45  leguas  tierra  adentro  por  un  rio  mui  grande 
junto  al  Darien,  i  llego  a  una  provincia  de  un  principal  llamado  Ihi- 
heiha  el  qual  quisiera  fuesen  cristianos  a  hacer  guerra  a  los  Caribes  sus 
enemigos.  No  lo  hicieron  los  Cristianos  por  ser  solos  50  i  estar  mui  fla- 
cos i  trabajados  de  buscar  de  comer:  pero  supieron  del  mucho  oro  i 
ricas  minas  que  tenian  los  Caribes. 

9. — Toda  España  se  podra  remediar  con  el  oro,  perlas  i  grandes  ri- 
quezas de  aquella  tierra,  haciendo  Vuestra  Alteza  las  mercedes  que 
pide  el  pueblo  del  Darien,  que  si  no  se  les  hacen  presto  se  despoblara, 
i  sera  imposible  tornarse  a  poblar. 

10. — A  4  i  a  5  leguas  del  pueblo  hai  minas  de  oro  razonables,  pero 
sin  Indios  de  servicio,  i  en  tanta  carestía  de  mantenimientos  que  valen 
al  doble  que  en  la  Española  no  hai  quien  saque. 

ll.^Como  70  leguas  a  levante  del  pueblo  esta  la  provincia  de  Santa 
Marta  cerca  de  la  Sierra  nevada,  do  ha  estado  este  Colmenares  dos  ve- 
ces, una  quando  fue  con  Pedrarias,  i  otra  quando  fue  a  buscar  a  Ni- 
cuesa;  i  las  gentiles  sierras,  los  rios  hermosos  de  buenas  aguas  llenos 
de  margarita  dan  señas  de  mucho  oro.  Alli  aporto  Pedrarias,  i  al  cabo 
de  3  dias  entrando  por  la  tierra  se  hallaron  por  los  cam'inos  seis  mil  pe- 
sos de  oro  en  piezas  labradas  que  los  Indios  havian  dejado  por  alli.  El 
puerto  es  bonísimo  i  mui  útil  para  los  que  van  i  vienen :  convendría 
hacer  en  el  población,  desde  la  qual  se  podría  saber  el  secreto  de  toda 
la  tierra.  Los  «Indios  parecen  de  mas  razón  que  otros,  porque  andan 
vestidos,  tienen  muchas  cosas  de  algodón  labradas,  i  hechos  muchos 
plumages  i  mascaras,  i  cosas  para  haver  sus  placeres  bien  primas,  i 
tienen  hechas  las  casas  mui  mejores  que  nengunas  de  las  que  se  han 
visto  de  la  tierra  firme». 

12.— Este  asiento  costaría  algo  a  Vuestra  Alteza  en  los  tres  años 
primeros  pero  seria  mucho  el  fruto  :  de  alli  con  qualquier  viento  se  puede 
navegar  a  la  Española.  (Quieria  Governador,  Fortaleza,  i  GOO  hombres) . 

13. — Del  pueblo  que  hoi  tienen  7  leguas  hacia  el  poniente  atravesando 
la  tierra  N.  S.  han  hallado  otra  mar  en  la  qual  hai  tan  grandes  crecien- 
tes ques  cosa  maravillosa  de  ver :  dicen  los  Indios  que  dentro  de  aqueUa 
mar  hai  islas  mui  ricas  de  oro  i  perlas.  Ya  los  Cristianos  han  pasado 
a  una  como  10  leguas  deutro  el  mar.  Fueron  por  mandato  del  Governa- 
dor  un  Capitán  con  70  hombres  en  canoas.  Los  Indios  no  les  querían 
dejar  saltar  en  tierra,  hasta  que  se  les  forzó  con  las  armas  a  hacer  paz : 
el  Señor  della  les  dio  un  presente  de  100  marcos  de  oro  i  perlas,  i  quedo 
en  dar  en  tributo  anual  100  marcos  de  perlas,  que  las  hai  aUi  mui  gran- 
des i  buenas :  salvo  que  los  ludios  las  dañavan  por  horadarlas,  i  se  ha 
remediado.  El  Cacique  se  baptizo  i  torao  Cristiano,  se  le  puso  nombre 
Pedrarias:  con  lo  qual  se  bolvieron  dejándolos  amigos:  adquirieron  no- 


—  155  — 

ticias  de  otras  islas  semejantes :  la  tierra  de  la  costa  es  miii  buena  i  de 
muchos  mantenimientos.  El  Governador  embio  a  reconocer  la  costa,  un 
Capitán  acia  Levante,  i  trajo  nuevas  de  mucho  oro,  buena  tierra,  i  que 
havia  alli  cerca  gente  negra :  otro  acia  Poniente,  que  también  haUo 
tierra  buena  i  rica,  i  un  Indio  principal  que  le  dio  de  presente  11.600  pe- 
sos de  oro,  i  decia  este  Indio  que  no  era  de  los  mas  ricos.  Este  Capitán 
trajo  20,000  pesos  de  oro  todos  de  presentes.  Poco  antes  de  venir  este 
Colmlenares  embio  el  Governador  un  Capitán  con  130  hombres  a  los  Ca- 
ciques que  se  decian  mas  ricos  i  a  buscar  sus  minas ;  i  aunque  se  vino 
antes  que  ellos  bolviesen  sabe  de  otros  que  la  tierra  es  de  muchos  man- 
tenimientos, i  muchas  cazas  de  puercos,  venados,  ánsares,  codornices, 
palomas,  i  otras  aves  de  muchos  mantenimientos. 

14. — Dice  este  Colmenares  que  si  Vuestra  Alteza  es  servido  quel  i  un 
Piloto  que  tiene  se  obligaran  de  dar  descubierta  la  especería  en  mui 
poco  tiempo  por  aqueUa  mar,  pues  esta  mui  cerca,  i  los  Portugueses  la 
traen  entrándose  en  tierras  de  Vuestra  Alteza.  Deveran  hacerse  3  cara- 
velas  de  30  35  i  40  toneladas  embiado  aUa  Maestros  i  cosas  necesarias, 
que  el  luego  las  pagara,  pondrá  gentes,  i  hará  toda  la  costa,  con  tal  que 
de  todo  el  provecho  no  de  a  Vuestra  Alteza  sino  el  Vio-  ^i  acomoda, 
el  dará  Memorial  de  todo. 

15. — Que  se  provea  presto  en  todo,  especial  que  del  oro  se  pague 
menos  del  Vs  poi'  1^  gran  costa  i  falta  de  quien  les  sirva.  Que  el  Go- 
vernador ponga  de  su  mano  Alcalde  mayor  porque  alli  ni  hai  ni  havra 
justicia. 

16. — Porque  han  venido  algunos  de  aUa,  i  hablan  cosas  que  no  saben, 
suplica  se  nombre  persona  que  oiga  a  este  i  eUos;  i  quando  se  haUe  que 
este  no  diga  verdad,  se  le  castigue. 

17. — El  Secretario  ConchiUos  sabe  de  las  cosas  de  Indias,  i  de  todos 
los  que  han  venido;  en  su  poder  esta  lo  que  el  Rei  difunto  havia  pro- 
veído. Sunlica  a  Vuestra  Alteza  lo  remita  al  Cardenal,  i  sea  despachado 
luego. 


61 

Año  de  1517. — Julio  22,  Madrid). — Carta  del  Cardenal  Jiménez  de  Cisneros  cen 
surando  duramente  los  excesos  cometidos  con  los  indios  por  el  Alcalde  Ma3'or 
y  ordenando  á  Pedrarias   obedezca  á  los  PP.   Jerónimos  de  la  isla  Española 
en  todo  lo  que  le  mandaren. — (A.  de  1.,  109-1-5). 

Pedrarias  davila,  nuestro  lugarteniente  general  de  tierra  firme  sa- 
uido  emos  lo  sucedido  de  la  entrada  que  higo  vuestro  alcalde  mayor 
la  tierra  adentro  desas  partes  de  tierra  firme  y  asimismo  los  esclavos 


—  166  — 

que  de  la  dicha  tierra  trajo  y  a  jiarecido  cosa  muy  recia  traerse  los 
dichos  yndios  porque  no  habrá  podido  ser  sino  que  en  la  tomada  y  traida 
dellos  haya  suzedido  mucho  desasosiego  en  los  que  quedan  y  porque 
ausi  sobre  esto  como  sobre  la  gente  que  hemos  savido  que  enbiais  a 
pedir  a  la  Española  nos  escriuimos  a  los  Reverendos  y  deuotos  padres 
fr.  luis  de  figueroa  y  fr.  alonso  de  santo  domingo  y  fr.  bernardino  de 
manzanedo  nuestros  juezes  y  comisarios  para  las  cosas  tocantes  a  las 
yndias  e  yslas  e  tierra  firme  e  yndios  dellas  lo  que  sobre  todo  han  de 
facer  e  de  proueer  como  dellos  mas  largamente  sabréis.  Por  ende  nos 
vos  mandamos  que  todo  lo  que  los  dichos  Reverendos  padres  geronimos 
nuestros  juezes  e  comisarios  enviaren  a  mandar  asi  a  vos  como  a  todas 
las  otras  justicias  e  capitanes  e  consejos  y  otras  personas  qualesquier 
desa  dicha  tierra  de  cualesquier  calidad  e  manera  que  sean  lo  obedez- 
cáis e  fagáis  cumplir  segund  de  la  forma  y  manera  quellos  vos  lo  en- 
uiaren  a  mandar  sin  ynterponer  de  su  mandamiento  apelación  ni  supli- 
cación ni  otra  cosa  alguna,  ansi  como  si  nos  por  nuestras  cartas  vos  lo 
mandásemos  porque  haziendo  lo  contrario  converna  que  lo  mandemos 
castigar  con  mucha  reguridad  e  porque  sobretodo  los  dichos  padres 
geronimos  os  escriuiran  mas  largamente  a  ellos  nos  remitimos. — De 
Madrid  a  22  de  Julio  de  1517  años. — Cardinalis. 


62 

(Año  de  1518. — Enero  13,  Santa  María  la  Antigua). —  Se  concede  prórroga  de  cua- 
tro meses  á  Vasco  Núñez  para  terminar  los  bai'cos  y  hacer  la  expedición  de  des- 
cubrimiento en  la  mar  del  Sur. — {A.  de  1.,  l-l-Váe)- 

Paresge  por  los  registros  e  protocolos  de  Pedro  de  Javregui  the- 
nyente  de  escribano  general  que  fue  en  estos  Reynos  de  Castilla  del 
oro  vna  petigion  con  gierto  abto  debajo  della  su  theuor  de  la  qual  e.^ 
este  que  se  sygue : 

Muy  Magníficos  Señores  nobles  señores.— Hernando  de  Arguello  en 
nonbre  del  adelantado  Vasco  Nuñez  de  balboa.  Veso  las  manos  de 
Vs.  SS.  e  Mergedes/.  Bien  saben  el  tyenpo  que  por  sus  ynstruciones 
dieron  al  dicho  adelantado  para  lo  que  avia  de  hager  después  que  desta 
gibdad  partió  para  poblar  a  acia  y  para  hacer  este  viaje  que  al  pre- 
sente esta  de  camyno/  y  como  en  hacer  el  dicho  pueblo  y  los  navyos 
para  descobrir  por  la  mar  del  Sur  y  en  otras  cosas  que  por  vuestras 
Señorías  y  mercedes  le  fue  mandado,  se  a  detenido  que  no  a  podido  mas 
ser  y  se  le  a  passado  casy  todo  el  tienpo  e  plazo  que  en  las  dichas  yns- 
trugiones  se  contenyan/.    Suplico  a  Vuestras   Señorías  y  merg-edes   le 


—  157  — 

hagan  merced  al  dicho  adelantado  e  a  my  en  su  uonbre  de  le  dar  mas 
plazo  e  tienpo  aquel  que  a  Vuestras  Señorías  e  mergedes  les  paresgiere 
ser  couplidero  e  convenible  para  lo  que  le  es  mandado  hacer  de  que 
Uios  e  sus  altezas  serán  seruydos,  y  mejor  pueda  descobrir  secretos  y 
riquezas  por  la  mar  del  Sur  y  costa  deUa  en  lo  qual  el  dicho  Adelantado 
e  yo  en  su  nonbre  señalada  merced  rescil)yremos/. 

En  treze  de  heuero  de  quinientos  e  diez  e  ocho  años  estando  juntos 
los  Señores  Pedrarias  Davyla  Lugartheniente  general  e  don  fray  Joan 
de  Quebeilo  Obispo  desta  gibdad  e  Alonso  de  la  Puente  thesorero  c 
diego  Marques  Contador  presento  esta  petición  Fernando  de  Arguello  o 
por  Sus  Señorías  e  mercedes  vysta  dixeron  que  visto  como  el  dicho 
Adelantado  e  gente  que  con  el  eslava  se  avian  ocupado  mucho  termino 
del  que  le  dieron  para  ha(;er  el  viaje  e  hazer  los  navios  e  en  otras  cosas 
conplideras  a  seruigio  de  sus  altezas  e  como  conbenya  prorrogarles  el 
dicho  termino  para  hager  el  dicho  viaje  avieudo  platicado  sobre  ello 
muncho  acordavan  e  acordaron  de  prorogarles  e  alargarles  el  dicho 
termino  que  les  fue  dado  para  hazer  el  dicho  viaje  por  otros  quatro 
meses  coni»lidos  primeros  siguientes,  los  quales  uuiudavan  que  comen- 
gasen  a  correr  despue«  de  ])asado  e  conplido  el  dicho  termino  dentro  del 
qual  dicho  termino  les  mandaban  que  acabase  de  hazer  e  conplir  el 
dicho  vyaje  e  lo  que  les  fue  mandado  so  las  penas  en  los  dichos  man- 
damientos proveídas. — Pedrarias  Dabyla. — Episcopus. — Alonso  de  .a 
puente.^ — Diego  Marques  fue  fecho  e  sacado  fue  este  traslado  de  la  dicha 
Ijeticion  e  avto  que  de  suso  va  encorporado  en  la  cibdad  de  Santa  Ma- 
ría de  la  antigua  del  Darien  a  cinco  dias  del  mes  de  margo  de  mili  e 
quinientos  e  veynte  años/  testigos  que  fueron  presentes  a  lo  ver  sacar 
e  congertar  el  Capitán  pedro  de  gamez  e  Alonso  de  Verdejo  e  yo  Mar- 
tin Estete  theuiente  de  escribano  general  enestos  Reynos  de  Castilla 
del  oro  lo  fise  escriuir  e  concerté  e  fise  aqui  este  my  signo  e  tal  en  tes- 
timonio de  verdad. — Martin  Estete  escrivano. 


63 

(Año  de  1518.  —  Febrero  22,  Santo  Domingo).  —  Párrafos  de  carta  dirigida  por  el 
Licenciado  Snazo  á  Mr.  Xevres,  del  Consejo  público  y  secreto.  — (A.  de  la  H., 
colee.  Muñoz,  t.  7(5;. 


La  otra  fue  que  como  a  V.  S.  dixe  que  este  comendador  de  Lares  te- 
nia algunos  buenos  respetos,  tovo  este  que  por  todo  el  tiempo  de  su  go- 


—  158  — 

bernacion  que  duraría  casi  seis  años  no  consiutio  que  ningún  pribado 
de  sus  Altezas  ni  otra  persona  que  estoviese  en  los  reynos  de  Castilla 
toviesen  acá  yndios  e  puesto  que  benian  acá  muchas  cédulas  e  provisio- 
nes reales  para  que  alia  en  Castilla  fuesen  algunas  personas  proveídas 
de  Yndios,  de  todos  suplicaba  de  que  quedaron  resabiados  muchos  Pri- 
vados de  sus  Altezas  y  luego  que  bieron  muerto  a  este  Comendador  de 
Lares  yntentaron  los  dichos  pribados  con  este  Almirante  que  les  diese 
Yndios  y  el  Almirante  conociendo  que  esto  hera  muy  perjudicial  a  estas 
partes  llevo  en  este  articulo  las  pisadas  del  dicho  Comendador  en  no 
quererles  dar  Yndios  y  conociendo  los  pribados  que  por  esta  via  no  po- 
dían conseguir  su  proposito  para  tener  yndios  en  esüís  partes  acorda- 
ron con  el  Key  Catholico  de  Gloriosa  memoria  quc)  biniesen  a  estas 
partes  tres  juezes  de  apelación  sobre  el  Almirante  e  sus  Justicias  e  que 
luego  viniese  un  thesorero  aragonés  muy  grande  amigo  del  Secretario 
Conchillos  para  que  con  estos  se  negociasen  nuebos  repartimientos  de 
Yndios  y  ansi  fue  que  luego  vino  tras  estos  Rodrigo  de  Albulquerque 
repartidor  nuebo  de  Y'ndios  primo  del  Lizenciado  Zapata  con  cierta 
3^nstrucion  ordenada  por  el  Secretario  ConchiUos,  la  qual  nunca  el  Rey 
catholico  vio  mas  de  quanto  la  firmaba  por  la  qual  truxo  vn  capitulo 
que  dezia  que  atodos  los  que  havia  dado  el  Almirante  Yndios  se  los 
quitasen  y  con  esto  hizose  vna  junta  general  de  todos  los  Yndios  desta 
Y'sla  Española  y  repartiéronse  nuebamente  dando  al  Secretario  Con- 
chillos ochocientos  con  los  que  el  tenia,  e  al  Camarero  quatrocientos  v 
al  Lizenciado  Zapata  doscientos  y  al  Obispo  de  Burgos  trescientos  c 
ansi  a  los  otros  a  este  respeto  y  por  conserbar  después  estos  señores 
que  tenian  mando  en  las  Yndias  este  interese  que  acá  tenian  todos  con- 
fiaban sus  aciendas  acá  del  thesorero  Miguel  de  Pasamente  y  porque 
acá  hazian  sus  negocios  ninguna  cosa  embiaba  a  pedir  a  su  Alteza, 
como  havia  de  ser  despachada  por  Conchillos,  que  no  le  benia  pintada 

como  quería 

En  este  tiempo  que  todo  lo  susodicho  pasaba  aconteció  que  el  dicho 
thesorero  se  enojo  con  Vasco  Nuñez  que  reside  en  tierra  firme  e  para 
le  destruir  acordó  descrevir  al  Rey  Catholico  que  hera  muy  bien  que 
su  Alteza  hiziese  vna  armada  para  tierra  firme  e  que  viniese  vn  Gober- 
nador de  aquellas  partes  proveído  e  sobrel  dicho  Vasco  Nuñez  e  para 
que  a  su  carta  se  diese  mas  crédito  enbio  a  negociar  esto  a  vn  bachiller 
Ynciso  que  habla  estado  en  tierra  firme,  e  era  grande  enemigo  del  di- 
cho Vasco  Nuñez,  porque  traya  pleito  con  el,  el  qual  se  determino  en 
el  Consejo  real  en  Madrid  abria  un  año ;  y  como  el  Rey  se  creya  por 
aquellos  que  deseaban  hazer  plazer  al  thesorero,  mando  quel  armada 
se  hiziese  y  que  fuese  por  Capitán  general  deUa  e  Gobernador  en  Tierra 
firme  en  la  Provincia  que  dizen  Castilla  del  Oro  Pedrai-ias  de  Avila  y 
esto  ansi  proveído  no  pudo  ser  esta  negociación  tan  secreta  que  no  la 


—  159  — 

supo  el  dicho  Vasco  Nuñez  y  como  vino  a  su  noticia  quel  Bachiller  En- 
ciso  Uevaba  el  cargo  de  negociar  contra  el  siendo  su  enemigo  e  que] 
thesorero  Pasamonte  tenia  tanto  poder  por  razón  de  las  cabsas  que 
arriba  digo  acordó  de  embiar  al  dicho  Pasamonte  muchos  esclabos  y 
muy  lucidas  piezas,  mucho  oro  e  otras  joias  de  harto  valor  que  oy  dia 
tiene  en  su  casa  e  es  mui  notorio  en  esta  Cibdad  que  Vasco  Nuñez  se 
las  enbio  e  ay  muchos  testigos  de  vista  desto :  Viendo  pues  el  dicho 
thesorero  tal  presente,  recibióle  y  luego  escrebio  todo  el  contrario  de 
lo  que  antes  habia  escrito,  hazieudo  saber  al  Rey  Católico  que,  Vasco 
Nuñez  era  muy  servidor  de  su  Alteza  e  la  mejor  persona  e  que  mas 
havia  trabajado  en  su  servicio  de  quantos  acá  avian  pasado,  pero  como 
el  camino  es  tan  largo  no  pudo  llegar  tan  presto  esta  carta,  que  ya  el 
armada  no  estaba  Lecha  y  Pedrarias  con  ella  en  Sevilla  para  se  em- 
barcar. 

Hizo  toda  esta  gente  alarde  en  SeviUa  que  serian  en  numero  fasta 
(en  blanco  en  el  original)  hombres  todos  o  los  mas  de  los  que  hablan 
estado  en  Italia  con  el  Gran  Capitán,  personas  muy  lucidas,  muy  bien 
dispuestas  e  atabladas  que  ninguno  bajaba  de  sayo  de  seda  e  muchos 
de  brocado  que  según  lo  que  hoy  se  dice  en  Sevilla  nunca  se  vio  en  Es- 
paña tan  hermosa  e  bella  gente,  embarcada  ya  toda  el  armada  Pedra- 
rias con  ella  a  comi»lir  el  consejo  del  thesorero,  con  que  gasto  el  Rey 
según  me  dijeron  los  oficiales  de  la  Casa  de  la  Contratación  de  Sevilla 
que  los  pagaron,  al  pie  de  quarenta  mili  ducados.  Mando  hazer  el  Rey  la 
costa  a  toda  ell  armada  hasta  ser  llegados  en  tierra  firme  e  después  que 
cada  uno  viviese  por  si,  hecho  pues  este  viaje  e  llegada  toda  la  armada 
en  salbamento,  como  se  acabo  la  provisión  e  mantenimientos  quel  Rey 
Catholico  havia  mandado  dar  limitado  hasta  que  llegasen  fueles  for- 
zado comer  de  los  mantenimientos  de  la  tierra  que  heran  raizes  e  otra 
semiente  a  que  Uaman  m,ahiz ;  e  como  el  Darien  a  donde  aportaron  es 
tierra  muy  húmeda  e  llena  de  ciénagas  o  anegadizos  de  que  salen  muy 
gruesos  bapores  e  muy  enfermos  escomenzaron  a  morirse  e  morieron 
los  dos  tercios  de  toda  la  gente,  que  ni  les  valia  la  seda  ni  avn  el  bro- 
cado y  los  que  quedaron  muy  enfermos,  viéndose  perdidos  acordaron 
de  hazer  entradas  en  los  Yndios  para  robarlos  e  matarlos,  o  fue  desta 
manera  que  los  del  Consejo  alia  para  que  esta  guerra  se  justificase  die- 
ran a  Pedrarias  por  instrucción  que  antes  que  hiziera  ningún  mal  a 
los  Yndios  les  requiriesen  que  fuesen  Christianos  e  subditos  del  Rey 
Catholico,  con  otros  com.plementos,  con  protestación  que  no  lo  haziendo 
serian  dados  por  esclabos,  e  los  matarían  e  robarían  e  por  todo  el  tiempo 
antes  que  esta  armada  llegase,  muy  magnifico  señor,  habia  trabajado 
con  muy  buena  maña  Vasco  Nuñez  de  hazer  de  pazes  muchos  caciques 
e  señores  principales  de  los  Yndios,  en  que  tenia  pacíficos  al  pie  de 
treinta  caciques  con  todos  sus  Yndios,  y  esto  era  no  tomando  dellos 


—  160  — 

mas  de  lo  que  le  querían  dar,  ayudándolos  en  sus  guerras  que  tenian 
vnos  con  otros,  y  estaba  tan  quisto  este  Vasco  Nuñez  que  podia  ir  se- 
guro por  tierra  firme  cien  leguas,  y  en  todas  partes  le  daban  mucho 
oro  los  Yndios  de  su  voluntad,  y  le  davan  sus  hermanas  e  hijas  que  Ue- 
base  consigo  para  quel  las  casase  o  vsase  dellas  a  su  voluntad :  de  que 
yba  creciendo  la  paz  e  crezian  en  mucha  manera  las  rentas  de  sus  Alte- 
zas. Y  estando  ansi  las  cosas  de  tierra  firme  de  quando  en  quando  Vasco 
Nuñez  era  socorrido  desta  Ysla  con  gente  e  mantenimientos  y  el  yba 
ganando  las  tierras  poco  a  poco  con  mucho  tiento  e  cordura  y  haziase 
muy  gran  fruto.  Y  en  estos  medios  como  dicho  tengo,  llego  la  dicha 
armada,  y  de  los  que  quedaron  vivos  ordenóse  vna  entrada  la  tierra 
adentro  de  que  fue  Capitán  un  fulano  de  Ayora  y  como  los  Yndios  le 
hieran  e  supieran  por  donde  iba  con  su  gente,  pensando  que  hera  Vasco 
Nuñez  a  quien  ellos  llamaban  el  tiba  que  queria  dezir  el  Señor  de  los 
cristianos  salieron  ciertos  caciques  con  su  gente  con  muchos  venados 
asados  e  puestos  en  sus  barbacoas,  que  ouiere  dezir  como  artesas  de 
alia  o  instrumento  en  que  se  puede  Uebar  miucha  carne  asada  e  cozida, 
muchos  Pabos  cozidos  e  asados,  asaz  de  pescados,  dibersos  guisados, 
con  otros  infinitos  mangares  de  la  tierra  con  su  pan  mui  blanco,  a  que 
llaman  boUos  de  maíz,  e  vino  que  también  hazen  de  maiz  que  bastaba 
para  que  pudiesen  comer  e  beber  seiscientas  personas  e  mas  hasta  ser 
a  su  voluntad  satisfechos  y  como  el  dicho  Capitán  Ayora  llego  a  donde 
el  dicho  Cacique  estaba  esperando  con  todos  los  mantenimientos  que 
tenia,  sentáronse  a  comer  e  el  Cacique  pregunto  que  donde  estaba  el 
Tiba  de  los  Christianos  señalándole  al  Capitán  Ayora;  y  el  Cacique 
dijo  que  no  hera  aquel  que  bien  conoscia  a  Vasco  Nuñez,  ansi  que  aca- 
bada la  comida  lo  primero  que  hizo  el  Capitán  Ayora  fue  prender  al 
Cacique  e  a  un  hermano  suyo  con  otras  personas,  que  le  parecieron  que 
heran  principales  e  que  le  hablan  dado  de  comer,  e  pedióles  que  le  die- 
sen oro,  sino  que  le  quemarla  o  le  aperrearla  que  quiere  dezir  echaUe 
a  los  perros  que  le  despedazasen,  el  Cacique  con  temor  que  obo  embio 
a  vn  Yndio  por  vn  poco  de  oro  que  tenia  y  traido  dixo  el  Ayora  que 
aquello  era  poco  e  que  le  diese  mas,  sino  que  le  haria  lo  que  havia  di- 
cho que  era  quemaUe  o  aperreaUe,  el  Cacique  ansi  preso  embio  por  sus 
indios  para  que  le  diesen  todo  el  oro  que  tenian,  e  traxeron  mas  oro  e 
dixo  lo  mismo  el  dicho  Capitán  que  todabia  era  poca  cantidad  de  oro 
e  que  le  diese  mas,  finalmente  que  el  Cacique  dixo  que  no  tenia  mas  o 
que  si  mas  tobiera  mas  le  diera,  pero  pues  le  havia  dado  su  oro  quanto 
tenia  e  lo  de  sus  Yndios  que  le  rogaba  se  contentase:  el  Ayora  como 
esto  vido  mandóle  Uegar  fuego  al  derredor  e  ansi  le  quemo  y  a  otros 
aperreo  con  grandísima  crueldad.  Esta  nueba  se  dibulgo  luego  entre 
todos  los  Caciques  comarcanos  e  vista  la  crueldad  que  se  havia  fecho 
e  sobre  seguro  e  llevando  de  comer  e  mantenimientos  al  dicho  Capitán 


—  161  - 

Ayora,  no  obo  nadie  de  los  otros  Caciques  e  Yndios  que  pensase  tener 
seguridad  de  ningún  christiano  e  fueronse  huyendo  por  la  tierra  desan- 
parando  sus  casas  e  boyos  e  yendo  ansí  huyendo  amostrábanles  de  lexos 
el  dicho  requerimiento  que  Uebaban  para  que  fuesen  debaxo  de  la  obe- 
diencia del  Rey  CathoLLco  y  hazia  a  un  scribano,  ante  quien  se  leyan 
que  diese  fee  de  como  ya  estaban  requeridos,  e  luego  los  pronunciaba  el 
Capitán  por  esclabos  e  a  perdinieuto  de  todos  sus  bienes  pues  parecia 
que  no  querían  obedecer  al  dicho  requerimiento,  el  qual  hera  hecho  en 
lengua  Española,  de  que  el  Cazique  e  yndios  ninguna  cosa  sabian  ni 
eutendian  y  en  tanta  distancia  que  puesto  que  supieran  la  lengua  no  la 
podieran  oyr  e  si  algo  oyan  de  las  vozes  que  se  daban  era  creyendo  que 
les  pedian  oro  e  que  no  dándoselo  que  les  harian  el  fuego  que  hicieron 
al  otro  cacique  pasado  e  a  sus  hermanos;  y  de  esta  forma  Uegaban  de 
noche  a  los  buyos  e  aUi  los  rrobaban  e  aperreaban,  los  quemaban  e 
trayan  en  yerros  por  esclabos.  Ansi  han  alterado  la  tierra  en  tanta 
manera  que  no  osa  ningún  christiano  yr  sin  compañía  vna  legua  de  la 
ciudad  donde  están.  Y  continuando  sus  entradas  como  la  que  dicho 
tengo,  esta  toda  la  tierra  tan  lebautada,  tan  escarmentada  de  los 
grandes  ynsultos,  muertes,  crueles  robos  quemamieutos  de  pueblos,  que 
no  están  mas  los  castellanos  para  poderse  mantener  que  las  abes  de 
rapiña  que  no  pueden  dar  bocado  sin  sangre  y  toda  la  tierra  perdida 
e  asolada. 

Entretanto  que  las  entradas  andaban  como  esta  dicho,  el  Bachiller 
Enciso  de  que  arriba  hago  mención  no  cesaba  de  fatigar  con  pleitos 
y  rebueltas  a  Vasco  Nuñez  ante  el  alcalde  mayor  que  llevo  Pedrarias, 
como  ante  juez  que  habia  llevado  de  su  mano  para  aquel  pleito,  y  ansi 
fue  muy  afrentado  el  dicho  Vasco  Nuñez  por  espacio  de  tres  años  sin 
dejarle  entender  en  nada  de  lo  quel  havia  comenzado  hasta  que  en  al- 
guna manera  parezio  su  limpieza  e  viendo  el  mal  camino  que  Pedrarias 
llebaba  creo  por  remordimiento  de  conciencia  e  sabiendo  cuan  instruto 
e  esperimentado  estaba  en  aquellas  partes  el  dicho  Vasco  Nuñez  tomaba 
en  algunas  cosas  consejo  con  el;  e  viendo  su  habilidad  e  ardides  de 
guerra  e  buen  juizio  e  parezer  que  mostraba,  quiso  tomar  su  debdo  o 
tobo  por  bien  de  le  casar  o  desposar  con  vna  su  hija  avnque  me  dizen 
ques  con  ciertas  condiciones,  e  entre  otras  ay  esta  que  su  Alteza  con- 
sienta en  el  dicho  casamiento,  porque  con  este  consentimiento  les  pareze 
que  todo  lo  pasado  es  confirmado.  Ansi  con  estas  cosas  se  han  hecho 
tan  ricos  los  Oficiales  reales  que  su  Alteza  el  Rey  Catholico  aUi  embio, 
que  hizo  agora  el  fator  Tavira  que  aUi  a  tenido  cargo  de  hazienda  de 
su  Alteza  una  armada  para  el  rio  grande,  que  llaman,  que  me  dizen  que 
le  han  costado  los  navios  e  caravelas  con  todas  las  otras  cosas  nece- 
sarias cerca  de  ocho  mili  castellanos  y  esta  armada  es  para  el  Rio 
grande  donde  nunca  los  christianos  hablan  llegado,  e  creo  yo   si  vale 

11 


—  162  — 

el  argumento  que  ponen  los  doctos,  que  de  lo  pasado  se  ha  de  congetii- 
rar  o  presumir  a  lo  futuro,  quel  fator  va  con  esta  armada  a  continuar 
lo  que  los  otros  sus  compañeros  comenzaron  e  para  sacar  su  gasto  o 
doblaUe  si  pudiere  que  ha  de  tomar  todo  el  oro  que  los  caciques  le  die- 
ren de  su  voluntad  y  avn  lo  que  no  les  dieren. 

Y  sepa  V.  ylustre  S.  que  vno  de  los  grandes  daños,  que  acá  habido 
en  estas  partes,  ha  sido  querer  Su  Alteza  del  Rey  Catholico  dar  a  al- 
gunos facultad  para  que  socolor  de  descobrir  fuesen  con  armadas  a  su 
propia  costa,  a  entrar  por  la  tierra  ñrme,  e  las  otras  Yslas  :  por  que  como 
los  tales  armadores  se  gastaban  para  hazer  las  dichas  armadas,  Ueba- 
ban  terrible  codicia  para  sacar  sus  espensas,  e  gastos,  e  proposito  de 
doblallos  si  pudiesen;  y  con  estas  intinciones  querían  cargar  de  oro 
los  nabios,  e  de  esclabos,  e  de  todo  aquello  que  los  Yndios  thenian  de 
que  pudiesen  liazer  dineros,  e  para  venir  a  este  fin  no  podian  ser  los 
medios  sino  barbaros,  e  sin  piedad  e  sin  cometer  grandísimas  cruelda- 
des, abominables  e  crudas  muertes,  robos,  asar  a  los  ombres  como  a  San 
Lorenzo,  e  aperreaUos,  e  escandalizar  toda  la  tierra,  e  hemos  visto 
casi  a  todos  los  que  desta  manera  han  entrado,  a  su  costa  morir  muy 
crueles  muertes,  como  fue  Diego  de  Nicuesa,  e  el  Capitán  Bezerra,  <i 
otros  muchos  en  conclusión,  muy  magnifico  Señor,  que  las  cosas  de 
tierra  firme  están  agora  desta  manera,  esperando  la  venida  del  fator 
del  rio  grande  para  haver  cada  vno  de  aUi  su  parte.  Suplico  a  Vuestra 
Señoria,  que  de  esto  avise  a  Su  Magestad  porque  yran  muchos  a  se 
ofrecer  a  su  cesta  a  descubrir,  por  quel  tal  descubrir  antes  es  soterrar 
las  tierras  e  Probincias  debajo  de  la  tierra,  e  antes  escurezerlas,  que 
aclararlas  e  descubrirlas. 

Estas  y  otras  cosas  muy  feas  han  acontecido  en  los  tiempos  pasados, 
como  tengo  dicho,  por  las  cabsas  de  suso  declaradas  con  vn  pliego  que 
escrebi  al  reberendisimo  Cardenal :  lo  qual  es  todo  verdad,  y  ansi  lo  ha 
de  tener  V.  muy  Ilustre  S.*  por  que  yo  me  he  querido  informar  de  tes- 
tigos que  lo  dizen. 

Vea  V.  magnifica  Señoria  los  servicios  que  estos  Juezes  e  thesorero 
y  Oficiales  han  fecho,  y  el  tenia  de  sus  parcialidades,  que  es  servidor 
e  deservidor  por  que  es  verdad,  e  ansi  lo  oso  decir  a  Vuestra  Señoria 
que  si  esta  tierra  obiera  fecho  vna  traición  al  Rey  Catholico  por  la 
qual  secretamente  digera  a  estos  Juezes  e  Oficiales  que  toviesen  formas 
e  maneras  para  destruir  esta  tierra  por  que  esta  era  su  voluntad,  no 
obiera  tenido  maior  vigilancia  para  la  despoblar  e  destruir  como  lo  han 
fecho  porque  si  estos  indios  estaban  encomendados  por  mano  del  Almi- 
rante, ?  porque  escrebieron  a  el  Rey  Catholico  que  era  muy  bien  que  su 
Alteza  de  nuebo  lo  tornase  a  encomendar  ?  tornaralos  a  dar  aquien  los 
tenia,  e  que  los  tobiera  en  nombre  de  Su  Alteza,  e  no  los  quitaran  como 
los  quitaron  con  tanta  fatura  e  muertes  desta  miserable  gente,  questa 


—  163  — 

asolada  la  tierra  e  despoblada.  Si  el  Almirante  hacia  cosa  que  no  devia, 
Su  Alteza  del  Rey  Catholico  le  habia  de  castigar  como  castigo  al  Mar- 
ques de  Pliego  en  lo  de  Montilla ;  e  no  querer  destruir  la  tierra.  Pero  la 
berdad  es  que  con  el  inmenso  trabajo,  que  havian  dado  a  los  Yndios 
estos  juezes,  e  Oficiales  e  los  questaban  en  Castilla  tenían,  eranseles 
muertos  muchos,  e  para  se  rehazer  ym,bentaron  muchos  repartimientos, 
satisfaciendo  a  sus  propios  apetitos,  del  todo  olvidados  del  servicio  de 
Dios,  e  de  Su  Alteza,  e  como  si  jamas  se  obiera  de  saber,  e  las  cosas 
obieran  de  durar  para  siempre,  constandoles  claramente  que  la  tierra 
se  perdia  en  hazerse  el  dicho  repartimiento,  como  muchos  vecinos  se  lo 
digeron,  e  avn  lo  tomaron  por  testimonio  de  como  se  lo  decian  e  hazian 
saber,  lo  qual  todo  no  ha  aprobechado  ny  aprovecho  hasta  venir  las 
cosas  en  el  estado  que  tengo  dicho  arriba. 

Y  como  en  las  cosas  pasadas  muy  magnifico  Señor  no  se  halle  entero 
remedio  para  las  tornar  en  el  estado  en  que  estaban,  es  nezesario  que  en 
lo  porvenir,  e  foturo  se  busque  lo  probechoso  para  conserbacion  destas 
partes.  E  después  ya  esta  tan  sabida  e  notoria  la  enfermedad  que  ha 
pasado,  e  de  que  humor,  para  se  probeer  como  combiene,  hay  necesidad 
de  curallo  con  su  contrario.  Y  quanto  al  primer  punto  de  la  enferme- 
dad que  fue  de  muchos  Gobernadores  en  vn  tiempo,  me  parece  saibó 
mejor  juicio  que  se  ha  de  destinguir  en  esta  manera :  o  su  alteza  ha  de 
mandar  guardar  los  previllejos  quel  Almirante  tiene,  o  no.  Y  si  los  ha 
de  mandar  guardar,  no  puede  ser  en  el  mundo  otro  Gobernador  mejor 
quel,  porque  este  tiene  afición  a  la  tierra,  por  que  la  descubrió  su  Pa- 
dre, e  se  la  dejo  conforme  a  los  dichos  sus  privillejos :  e  considerando 
los  muchos  trabajos  que  su  padre  sufrió  en  descobrir  estas  partes,  c 
entre  otros  quiero  decir  a  V.  S.  vno,  que  fue  dando  al  través  con  los 
nabios  que  llebaba  en  vna  Ysla  que  se  decia  Xaniayca,  e  acabados  los 
mantenimientos  dieron  sobre  el  dicho  Almirante  viejo  diez,  o  onze  mili 
Yndios,  e  el  se  hizo  fuerte  en  los  nabios  quebrados,  e  se  defendió  por 
tres  dias  hasta  tanto  que  teniendo  cierta  esperanza  de  morir  de  hambre 
el  e  quantos  con  el  estaban,  supo  por  astrologia  como  dende  a  dos  dias 
abia  de  haber  vn  eclisi  de  la  luna  con  que  se  havia  de  escurezer  casi 
toda,  y  tubo  maña  avn  que  estaba  de  guerra,  como  dicho  tengo  que  se 
llegase  a  los  nabios,  a  donde  estaba,  vn  Cacique  que  le  queria  ablar  vn 
secreto  grande,  y  por  su  interprete  le  declaro  como  Dios  estaba  muy 
enojado  dellos  por  haver  perseguido  a  los  Xptianos,  e  tenerlos  en  tanta 
angustia  e  fatiga,  e  que  para  esto  dende  a  dos  dias  en  la  noche  les  hazia 
saber  que  la  luna  se  escureceria.  Los  Yndios  esperaron  los  dichos  dos 
dias  para  ver  el  milagro  que  a  ellos  les  parecia  del  eclibsi,  e  el  Almi- 
rante e  los  suyos  tanpoco  comieron  como  los  otros  tres  dias  pasados ; 
venido  núes  ya  el  eclibsi  luego  creieron  los  Yndios  lo  quel  Almirante 
decia  e  le  trugeron  mantenimientos,  e  todo  lo  que  vbo  menester,  para  si. 


—  164  — 

e  para  los  suyos,  e  asi  apaziguo  toda  la  Ysla  hasta  que  después  embio 
vno  suyo  con  vna  canoa  a  esta  Ysla  para  que  de  aqui  fuese  socorrido. 

Digo  esto  muy  magnifico  Señor  aproposito  de  los  muchos  trabajos 
quel  dicho  Almirante  viejo  paso  en  descobrir  estas  partes,  que  son  todos 
jjara  obligar  a  su  hijo  el  Almirante  que  oy  es  que  les  tenga  amor,  e 
l)rocure  la  población  dellas  como  combiene.  Demás  desto  si  Su  Alteza 
es  muy  aprobechado  en  estas  partes,  e  sus  rentas  reales  vienen  en  mu- 
cho crecimiento,  e  el  quinto  del  oro  sube  en  gran  cantidad,  también 
sera  grande  la  decima  parte,  que  al  Almirante  cabe  conforme  a  los  di- 
chos sus  Prebillejos.  Pues  quien  mejor  puede  mirar  el  servicio  de  Su 
Alteza,  e  el  crecimiento  de  sus  rentas  reales  quel  Almirante,  pues  en 
lo  que  se  avmentare,  o  disminuyere  recibe  probecho,  o  daño,  ques  cabsa 
a  mi  ber  para  que  de  nezesidad  estas  partes  sean  muy  aprobechadas, 
e  las  rentas  reales  muy  acrezentad;;s,  e  parezeme  también,  que  a  este 
Almirante  se  le  de  entero  poder  para  todo  lo  que  conzerniere  a  la  buena 
administración,  e  que  sea  este  vno,  como  tenemos  por  enxenplo  natural 
e  moral  que  se  requiere,  según  los  filósofos  que  no  alcanzaron  perfec- 
tamente a  Dios,  que  las  cosas  baian  regidas  por  vn  Gobernador  ique  sea 
soberano,  que  sea  rexidor  de  los  cielos,  e  de  la  tierra,  e  después  desto, 
que  aya  vn  Rey  en  su  Keyno,  que  tenga  vn  Gobernador  en  cada  provin- 
cia a  enxemplo  de  las  avejas  que  tienen  vn  Rey,  y  de  las  gruUas  que 
toda  la  vanda  sigue  a  vna,  e  en  las  ordenes  que  fueron  fechas  por  espíritu 
Santo  sus  generales  tienen  que  representar  en  todas  sus  Probincias  al 
Rey  en  sus  Reynos  e  Señoríos,  e  en  cada  Provincia  otro  que  se  Uama 
Probincial,  que  representa  los  Gobernadores,  que  el  Rey  ha  de  tener  en 
sus  Probincias  e  en  cada  monasterio  tienen  vn  por  que  representa  los 
ministros  de  la  Xusticia  quel  Gobernador  a  de  thener,  e  ansi  van  des- 
cendiendo mas  abajo  para  que  las  cosas  vayan  regidas  por  orden,  e  por 
concierto,  e  no  haia  muchos,  que  manden  por  que  siempre  ay  cismas 
ynbidias  e  otras  cosas  que  pare  en  discordia  vandos  e  parcialidades 
que  totalmente  destruyen  la  tierra,  conforme  a  lo  que  dize  Dios  en  su 
santo  ebangelio:  todo  Reyno  en  si  diviso  se  asolara,  mayormente  estas 
partes  tan  remotas,  que  quando  alia  llegan  los  yncovenientes,  o  males 
que  se  siguen  de  vna  cosa,  que  se  haze,  quando  viene  al  remedio  no  ay 
que  se  pueda  remediar. 

Ansi  que  concluiendo  digo.  Muy  Magnifico  Señor  que  guardándose 
los  dichos  PrebiUejos  al  Almirante,  el  debe  ser  el  Gobernador  asoluto 
sin  que  nadie  tenga  boto  con  el,  saibó  si  el  dicho  Almirante  le  quisiere 
tomar  para  se  aconsejar,  porque  ha  acontecido  acá  como  en  las  cosas 
de  administración  tenian  voto  los  Jueces,  e  Oficiales  venian  todos  estos 
concertados  para  hazer  por  vno  que  estaba  aUa  en  Castilla  de  darle  Yn- 
dios,  o  para  hazer  por  sus  criados,  o  personas,  que  por  ventura  no  heran 
hábiles  para  los  cargos  que  les  daban,  ni  personas,  que  comhenian  al 


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servicio  de  sus  Altezas,  e  puesto  quel  Almirante  contradixese  aquello 
con  bueu  zelo,  no  le  aprobechaba  nada,  ni  abia  cabeza  que  regiese,  ni 
gobernase  de  que  han  venido  muchos  males  que  serian  largos  de  contar 
e  ansi  buelbo  al  tema,  oue  arriba  dixe,  que  sea  vn  Gobernador  como 
cabeza  de  quien  prozeden  los  miembros,  que  conviniere :  Verdad  es  que 
ay  tantos  miembros  de  Xustiyias,  e  alcaldes,  que  aunque  obiese  menos 
no  seria  yncombeniente,  antes  mucho  probecho,  porque  ay  Pueblo  que 
son  mas  los  que  rigen  que  los  regidos.  Junto  con  esto.  Muy  Ilustre  Se- 
ñor me  parecería  tanbien,  saibó  mejor  juicio  en  todo,  que  Su  Alteza 
tobiese  vn  Juez  superior  en  esta  Ysla  de  las  apelaciones  que  represen- 
tase la  Persona  Real,  en  señal  del  Señorío  vnibersal  que  a  Su  Magestad 
pertenesze  en  estas  partes,  y  queste  Juez  fuese  de  buena  vida,  e  concien- 
cia, avnque  no  fuese  muy  gran  letrado,  y  queste  fuese  Juez  de  las  ape- 
laciones ansi  desta  Ysla,  como  de  todas  las  otras  yslas  o  tierra  firme, 
e  que  pediese  poner  vn  sostituto  en  su  lugar,  quando  estobiese  enpedido 
e  que  tobiese  poder  para  andar  e  visitar  todas  las  otras  Xusticias  de 
todas  las  yslas,  que  de  cada  dia  cometen  delitos  e  casos  feos,  para  queste 
lo  castigase;  y  en  todo  tobiese  recta  yntencion  por  questa  es  la  que 
aprobecha  en  todo,  maiormente  en  tierra  de  Yslas,  e  nuebas,  que  son 
continuamente  los  moradores  dellas  ynquietos,  e  sin  sosiego,  e  todos 
los  pleitos  que  traen,  o  la  mayor  parte  son  mohatres,  e  mentiras,  los 
quales  se  requiere  que  sean  en  brebe  despachados,  e  no  dar  lugar  a  dila- 
ciones, porque  la  mas  desta  gente  que  traen  estos  pleitos  son  personas 
de  la  mar  e  pobres  que  no  tienen  mucho,  e  si  se  dilatan  las  cabsas  des- 
tos  mucho  con  acuerdos  e  juntas  de  muchos  Juezes,  es  totalmente  des- 
truir las  partes.  Halle  al  tiempo  que  vine  mas  de  quatrocientos  pleitos 
retenidos,  que  habia  que  estaban  conclusos  ha  vn  año,  e  tres  años  e 
siete  años,  hasta  que  las  partes  se  gastaban  sin  quedarles  conque  mas 
pudiesen  litigar,  que  hera  grandísimo  cargo  de  conciencia,  e  en  espacio 
de  dos  nueses  los  despache  yo  todos  estos  prozesos  he  e  dado  después 
que  vine  mas  de  setecientas  sentencias,  hasta  entanto  que  tengo  tomado 
por  testimonio  dos  vezes  de  como  no  havia  pleito  concluso  que  se  pu- 
diese sentenciar. 

Esto  todo  es,  muy  Ilustre  Señor,  en  caso,  que  como  dixe  arriba,  al 
Almirante  se  le  hayan  de  guardar  sus  priviUejos :  seguirse  ha  quel  Rey 
como  Señor  ahorrara  muchos  dineros,  e  seguirse  ha  que  las  cosas  es- 
taran mas  pacificas,  e  con  mas  brebe  despacho. 

Y'  si  los  PrebiUejos  del  Almirante  no  se  guardan  seria  mi  pobre 
parecer  que  se  posiese  el  dicho  Juez  como  tengo  dicho,  con  muy  ancha 
jurisdicion,  e  para  que  no  se  pediese  apelar  para  Castilla  saibó  para  el 
mesmo,  como  yo  tengo  los  poderes  que  me  mando  dar  el  Rvmo.  Carde- 
nal en  nombre  de  Su  Alteza  al  tiempo  que  acá  vine,  porque  Isu  apelación 
que  va  para  los  Reynos  de  Castilla  como  solia,  es  hechar  los  pleitos  e 


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cabsas  en  vn  pozo  muy  profundo  sin  esperanza  de  remedio,  especial- 
mente si  el  que  demanda  es  algo  pobre,  porque  en  yr  de  aqui  a  Castilla, 
e  estar  alia  vn  mes  o  dos  litigando,  lia  menester  a  lo  poco  cuatrocientos 
Ducados.  Y  que  el  dicho  Juez  pueda  poner  los  otros  oficiales  de  justicia 
que  fueren  necesarios,  y  que  con  este  Juez  este  vn  caballero,  que  sea 
quieto  e  tema  a  Dios,  e  que  no  tenga  codicia  para  la  administración  de 
todas  las  otras  cosas,  que  se  obiere  de  hazer  que  no  sean  tocantes  a  la 
justicia.  E  desta  manera  me  parecería  questas  partes  serian  muy  bien 
regidas  e  gobernadas,  en  caso  que  el  dicho  Almirante  no  obiese  de  venir 
a  estas  partes :  y  quitar  todos  los  otros  oficiales  que  no  son  necesarios, 
ansi  como  a  thesorero,  fator,  contador,  que  son  oficios  superfulos,  por- 
que yo  haría  con  esta  Cibdad  e  con  los  otros  Pueblos  desta  Ysla,  que 
se  alzasen  con  las  rentas  de  Su  Alteza  para  las  retener  en  si  como  se 
haze  en  Castilla  cuando  se  encabezan  algunas  rentas  de  algunas  Cibda- 
des,  viUas  e  lugares :  y  desta  manera  las  rentas  estarían  muy  siguras 
e  en  el  crecimiento  deUas  se  pone  mucha  diligencia,  escusase  muchos 
gastos  de  los  salaríos  de  los  dichos  oficiales,  e  questos  no  sean  como 
han  seydo  mandones,  e  han  chupado  a  los  pobres  por  hazerse  ellos  muy 
ricos :  quitarse  han  los  vandos,  e  parcialidades,  que  asta  aqui  ha  ávido 
que  totalmente  han  destruido  la  tierra,  e  la  han  asolado  por  conplir 
cada  vno  destos  oficiales  sus  propios  ajjetitos,  e  el  thesorero  Pasamonte 
por  satisfacer  a  ConchiUos,  que  tenia  en  estas  partes  estándose  alia 
quatro  cuentos  de  renta. 

Ay  necesidad  ansi  mismo,  que  vengan  negros  esclabos,  como  escribo 
a  Su  Alteza,  y  porque  Vuestra  Señoría  vera  aquel  capitulo  de  la  carta 
de  Su  Alteza  no  lo  quiero  repetir  aqui  mas  de  hazerle  saber  que  es  cosa 
muy  necesaría  mandándolos  traer  que  dende  esta  Ysla  partan  los  nabios 
para  Sevilla  donde  se  conpre  el  rescate  que  fuere  necesario  ansi  como 
llanos  de  dibersos  colores,  con  otras  cosas  de  rescate  que  se  vse  en  Cabo 
verde,  donde  se  han  de  traer,  con  licencia  del  Rey  de  Portugal,  e  que 
por  el  dicho  rescate  vayan  aUi  los  navios  e  trayan  todos  los  negros  e 
negras,  que  pudieren  haber  bógales  de  hedad  de  quinze,  e  diez  e  ocho 
o  veinte  años,  e  hazerse  han  en  esta  Ysla  a  nuestras  costumbres,  e  po- 
nerse han  en  pueblos  donde  estaran  casados  con  sus  mugeres :  sobre - 
Uebarse  ha  el  trabajo  de  los  Yndios,  sacarse  ha  ynfinito  oro.  Es  tierra 
esta  la  mejor  que  ay  en  el  mundo,  para  los  negros,  para  las  mugeres, 
para  los  hombres  viejos  que  por  grande  marabiUa  se  vee  quando  vno 
deste  genero  muere. 

Ay  necesidad  ansi  mismo  que  los  regimientos  no  sean  perpetuos 
saibó  temporales,  que  se  eligan  cada  año,  y  quel  tal  eleto  sea  casado, 
porque  tenga  amor  a  la  tierra,  porque  todos  los  que  agora  ay,  o  de  tres 
partes  las  dos  son  solteros  sin  mugeres,  que  ningún  asiento  tienen,  y 
con  esto  y  con  los  dichos  regimientos  ser  perpetuos  están  tan  olbidados 


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que  de  sí  mesmos  no  se  acuerdan  :  la  tierra  recibe  muy  grande  agrabio, 
e  no  ay  quien  buelba  por  ella. 

E  es  ansi  mesmo  muy  necesario,  muy  Ilustre  Señor  que  de  todas  las 
partes  de  los  Reynos,  e  Señoríos  de  Su  Alteza  puedan  venir  librement(; 
nabios  a  esta  Ysla,  con  todas  las  mercaderías  que  quisieren  cargar  sin 
tocar  en  Sevilla,  porque  es  total  distruicion  de  estas  partes,  siendo  tan 
grandes,  estar  restringidas,  a  que  no  puedan  venir  navios  ningunos  sino 
de  vn  solo  Puerto  que  es  de  SeviUa ;  con  esto  valen  las  cosas  muy  caras, 
no  se  pueden  mantener  buenamente  los  que  acá  están,  y  lo  que  ganan 
todo  se  lo  Uevan  mercaderes,  de  que  Su  Alteza  es  muy  deservido,  por- 
que a  haver  navios  de  todas  partes  todas  las  cosas  valdrían  abuen  pre- 
cio por  la  abundancia  de  las  mercaderías,  e  mantenimientos ;  y  esto  debe 
mandar  V.  S.^  que  se  probea,  ques  cosa  muy  nezesaria,  y  puesto  que 
Sevilla  reclame  como  otras  vezes,  mas  son  estas  partes  que  veinte 
vezes  Sevilla,  e  por  conponer  vn  Altar  no  se  ha  de  descomponer  otro 
mas  principal,  especialmente  con  tanto  daño  destas  partes. 

Ay  necesidad  que  puedan  venir  a  poblar  esta  tierra  libremente  de 
todas  las  partes  del  mundo  e  que  se  de  lizencia  general  para  esto  sa- 
cando solamente  moros,  e  judios,  e  reconciliados,  hijos,  e  nietos  deUos, 
como  esta  proybido  en  la  ordenanza  porque  esta  es  siempre  vna  mala 
gente,  e  rebolbedora  cizañadora  de  pueblos  e  comunidades. 

Ay  necesidad  también  que  los  caribes  de  tierra  firme  que  comen 
carne  humana  se  puedan  traer  por  esclabos  a  esta  Ysla,  por  que  aque- 
llos biben  bárbaramente,  conque  se  señale  el  lugar  donde  los  puedan 
traer  que  ha  de  ser  cabe  nuestros  guatiahos  que  quiere  dezir  nuestros 
amigos,  o  questan  de  paz  en  servicio  de  Su  Alteza,  y  aquellos  caribes 
comenselos  e  hazenles  mucho  daño.  Aprobecharse  han  dos  cosas  desto, 
y  la  vna  que  esta  Ysla  sera  muy  aprobechada  de  gente  ques  bien  menes- 
ter, porque  los  Yndios  deUa  ya  van  de  calda;  la  otra,  que  nuestros 
guatiahos  serán  faborescidos,  e  defendidos,  cuya  defensa,  e  amparo  sera 
ocasión,  e  el  rescate  que  agora  ay  de  las  perlas,  para  que  otros  muchos 
Pueblos,  e  comunidades  se  junten  con  los  dichos  guatiahos  viendo  la 
onrra  que  se  les  haze  por  los  castellanos,  e  como  los  defienden  e  ampara 
de  sus  enemigos. 

Ay  necesidad  también.  Muy  Ilustre  Señor,  que  su  Alteza  haga  mer- 
ced, a  quien  tobiere  por  bien  de  muchas  Yslas  questan  despobladas  e 
perdidas,  a  lo  menos  con  muy  poca  gente  de  las  armadas  que  tengo  di- 
chas, con  condición  que  las  pueblen,  porque  si  esto  no  se  haze  según  la 
grandeza  de  la  tierra  que  acá  ay,  de  aqui  a  la  fin  del  mundo  no  se  po- 
blaran, ni  dellas  se  recibirá  ningún  probecho ;  y  puesto  que  no  aya  en 
las  dichas  Yslas  oro,  podranse  hazer  grandes  grangerias  de  azucares, 
algodón,  caña,  fistola,  ganados  y  otras  cosas  de  mucho  precio,  como 
haze  el  Rey  de  Portogal,  que  en  la  Ysla  de  la  madera  que  hallo  no  havia 


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gente  ni  oro,  e  haziendola  poblar,  le  renta  agora  mny  gran  balor  e  pre- 
cio de  las  grangerias  que  se  han  hecho.  Otro  tanto  que  en  las  Yslas  de 
las  Agores  que  descubrió  vn  flamenco  donde  estobieron  diez  y  siete 
años  sin  poder  acertar  en  el  sembrar  del  trigo  como  se  diese,  y  después 
lo  hallaron,  y  ay  agora  trigo  e  cebada  en  grandísima  abundancia,  con 
otras  grangerias  de  pastel  para  los  paños,  que  se  tiñe  de  azul,  e  ansi 
sera  en  las  dichas  Yslas,  que  arriba  digo  por  que  son  muy  mejores  que 
las  del  dicho  Rey  de  Portogal,  e  las  rentas  de  Su  Alteza  se  acrezentaran  : 
avra  mucho  trato  de  vnas  Yslas  a  otras,  multitud  de  nabios  de  que  Dios 
nuestro  Señor  sea  muy  servido  e  el  estado  real  muy  avmentado,  y  con 
esto  que  al  presente  se  probea  muy  Magnifico  Señor  dende  aqui  digo  e 
afirmo  questas  partes  se  asiguraran,  e  los  vecinos dellas  perderán  la  espe- 
ranza de  yr  a  Castilla,  poblarse  an  en  grandísima  manera,  quitarse  an 
vandos  e  parcialidades  que  la  tienen  destruida  e  asolada,  avra  vna  ca- 
beza e  no  muchas  ques  cosa  mostruosa  en  natura,  y  sera  tanto  el  bien 
que  se  syguira,  que  no  tiene  comparación :  y  sino  se  provehe,  crecerá 
tanto  el  mal,  que  yo  lo  doy  todo  por  destruido.  En  lo  de  tierra  firme  no 
hablo  al  presente  hasta  ser  mas  informado  del  remedio  quecombiene:  yo 
lo  escribiré  a  Vuestra  Señoría  para  que  se  remedie,  y  con  esto  que  digo 
como  persona  que  teme  a  Dios,  e  a  su  Rey  e  Señor  natural,  e  con  en- 
trañable amor  le  deseo  serbir,  poniendo  la  vida  para  que  sus  tierras 
se  pueblen,  e  se  remedien,  descargo  mi  conziencia  ;  e  lo  echo  todo  en  la 
falda  de  Vuestra  Señoría  pues  se  que  tiene  poder  del  Rey  nuestro  Se- 
ñor para  que  todo  lo  que  digo  se  pueda  remediar  como  conbiene,  y  ¡^i 
esto  ansi  no  fuere  mándeme  Su  Alteza  cortar  la  cabeza  que  yo  lo  mere- 
ceré muy  bien  como  hombre  que  no  trata  berdad  en  lo  que  dize  en  cosas 
que  tanto  va. 

Y  suplico  a  Vuestra  Señoría  en  todo  lo  que  arriba  digo  me  mande 
tener  secreto,  porque  son  cosas  que  tocan  a  muchos,  e  no  querría  que 
haciendo  yo  lo  que  debo,  e  soy  obligado  según  el  cargo  que  trage  de  Su 
Alteza  en  estas  partes  para  decir  la  verdad  en  todo,  e  que  daré  ynforma- 
cion  si  fuere  menester,  que  criasen  en  sus  pechos  conmigo  muchas  ene- 
mistades. 

Muy  ylustre  Señor,  los  gastos  de  acá  son  muy  grandes,  e  muy  ece- 
sívos  cuestame  el  alquiler  de  vna  casa,  nobenta  Castellanos:  bale  vna 
azumbre  de  vino  ochenta  maravedís  o  a  este  respeto  la  harina :  e  bale 
vna  gallina  medio  Castellano  enbio  a  suplicar  a  Su  Alteza  me  haga  mer- 
cedes :  la  vna  de  vnas  casas  que  aqui  tiene  en  esta  cíbdad  en  que  agora 
vive  Migel  de  Pasamonte  tesorero;  la  otra  que  si  la  lízencia  de  los  ne- 
gros no  se  otorgare,  que  por  el  entrañable  deseo  que  yo  tengo  de  servir 
a  Su  Alteza  me  haga  merced  me  mande  dar  licencia,  para  poder  traer 
a  esta  Ysla  cien  esclabos  negros  e  negras;  la  otra  que  me  mande  con- 
firmar los  poderes  que  yo  tengo  del  Rvmo.  Cardenal  en  nombre  de  Su 


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Alteza  para  que  yo  pueda  vsar  dellos  libremente :  la  otra  que  Su  Altezs» 
me  haga  merced  de  vna  de  sus  estancias  que  acá  tiene  con  las  grange- 
rias  que  en  ella  ay,  por  que  estas  estancias  son  cosas  muy  escusadas 
para  Su  Alteza  por  que  no  ay  sino  gallinas,  e  mayz,  e  algunos  ganados, 
e  yuca,  que  son  las  raizes  de  que  se  haze  el  pan  en  esta  tierra  donde 
ay  mas  costa  que  probeclio,  a  cuya  cabsa  los  Padres  Gerónimos  han 
vendido  muchas  destas  estancias,  e  teniendo  yo  vna  aqui  en  esta  Cibdad 
podría  tener  alguna  grangeria  para  la  costa  de  casa,  que  comprándose 
todo  es  mucho  gasto :  y  suplico  a  Vuestra  Señoría  la  estancia  sea,  la 
del  soto  que  llaman ;  y  queriéndolo  Vuestra  Señoría  guiar,  pensare  me 
haze  la  merced  para  le  serbir  en  todo  lo  que  mis  fuerzas  alcanzaren. 

Y  pida  Vuestra  Señoría  a  Su  Alteza  merced  de  los  bienes  que  acá 
en  estas  partes  se  confiscaren,  que  creo  que  sera  vna  gran  cosa  según  lo 
que  yo  tengo  visto,  e  las  informaciones  que  ay :  con  lo  qual  creo  Vuestra 
Señoría  sera  muy  aprobechado  e  servido  para  hazer  yo  mejor  esto,  ay 
necesidad  como  tengo  dicho  que  Vuestra  Señoría  me  mande  enbiar 
confirmagion  de  los  poderes  como  tengo  dicho,  que  vengan  libres,  por- 
que asi  combiene  al  servicio  de  Su  Alteza  e  bien  destas  partes;  e  yo 
espero  en  Dios  de  servir  tanto  a  Vuestra  Señoría  que  me  haga  mercedes. 

Cuyo  Muy  Magnifico  e  muy  Ylustre  estado,  prospere  e  conserbe 
Nuestro  Señor  con  maior  privanza  como  Vuestra  Señoría  desea  desta 
Cibdad  de  Santo  Domingo  a  veinte  y  dos  de  Henero  de  quinientos  e  diez 
e  ocho  años. — humill  Servidor  de  Vuestra  Señoría  Q.  S.  M.  B. — Licen- 
ciado Zuazo. — En  el  sobrescríto :  «Al  mui  ilustre  e  mui  Magnifico  Señor 

Mosier  de  Xevres  del  Consejo  publico  e  Secreto mi  Señor». — Está 

rota  la  cubierta;  falta  lo  que  va  señalado  con  puntos. 


64 

(Año  de  1518.-  -Marzo  20,  Valladolid).—  Real  cédula  á  los  PP.  Jerónimos,  Gober- 
nadores de  la  isla  Española,  para  que  permitan  á  Diego  Albitez  llevar  de  allí 
gente  para  los  pueblos  que  iba  á  fundar  en  el  Golfo  de  San  Blas  y  en  la  costa 
del  Sur. — (T.  Medina:  El  descubrimiento  del  Océano  Pacifico,  t.  JI). 

El  Rey. — Devotos  Padres  Priores  de  la  Orden  de  San  Jerónimo  que 
residís  en  la  Ysla  Española,  e  nuestros  jueces  de  apela€Íon  e  Oficiales 
e  otras  justicias  della.  Por  parte  del  Capitán  Diego  Albitez  vecino  del 
Daríen  mfe  fue  fecha  relación  que  el  nuestro  Gobernador  y  Oficiales 
que  residen  en  Castilla  del  Oro,  tomaron  cierto  asiento  con  el  para  que 
fuese  a  hacer  dos  pueblos  en  la  dicha  tierra,  uno  a  la  parte  del  norte 
al  Golfo  de  San  Blas  y  Nombre  de  Dios  y  otro  a  la  parte  del  Sur,  al 
Cacique  Chepo  y  porque  en  el  dicho  Darien  habla  poca  gente,  le  dieron 


—  170  — 

una  carta  para  vos  los  dichos  devotos  Padres  y  justicias  con  la  cual  el 
diz  que  vino  a  esa  Ysla  y  vos  la  presento  y  le  distes  mandamiento  para 
que  pudiese  hacer  la  dicha  gente  y  aparejo  para  proveer  las  otras  cosas 
necesarias;  y  teniéndolo  todo  a  punto,  diz  que  el  cardenal  de  España, 
ya  difunto,  gobernador  destos  reinos,  envió  a  mandar  que  no  dexase 
pasar  ninguna  gente  desas  Yslas  a  la  dicha  Castilla  del  Oro  y  por  esto 
le  mandastes  que  no  llevase  la  dicha  gente,  de  lo  cual  diz  que  el  ha  re- 
cebido  mucho  daño  y  costa  suplicándomelo  mandase  proveer  de  manera 
que  el  pudiera  libremente  llevar  la  dicha  gente  y  hacer  los  dichos  pueblos, 
pues  es  nuestro  servicio.  Por  ende  yo  vos  mando  que  dexeis  y  consintáis 
al  dicho  Diego  Albitez  hacer  la  dicha  gente  y  que  se  pueda  ir  libremente 
con  el  quien  quisiere,  con  tanto  que  paguen  primero  las  deudas  que  de- 
bieren en  esa  dicha  Ysla  o  siendo  sus  acreedores  contentos,  para  que 
con  la  dicha  gente  haga  los  dichos  pueblos  conforme  al  asiento  que  el 
hizo  con  dicho  nuestro  Gobernador  y  Oficiales  de  la  dicha  Castilla  del 
Oro  y  haga  y  cumpla  lo  que  por  ellos  esta  asentado  y  mandado,  que  í>'i 
necesario  es  yo  por  la  presente  le  doy  licencia  a  el  y  a  la  dicha  gente 
para  lo  suso  dicho :  lo  cual  haced  y  cumplid,  siendo  primeramente  to- 
mada razón  desta  mi  cédula  por  los  nuestros  Oficiales  de  la  Casa  de  la 
Contratación  que  residen  en  la  ciudad  de  Sevilla :  e  non  fagades  ende  al. 
— Fecha  en  Valladolid  a  veinte  dias  del  mes  de  Marzo  año  de  mili  e  qui- 
nientos e  diez  y  ocho. — Yo  el  Rey. — Refrendada  del  Secretario  Cobos  y 
señalada  del  Chanciller  y  Obispo. 


65 

(Año  de  1518.— Marzo  23,  Valladolid).— Real  cédula  autorizando  á  Diego  Albitoz 
para  fundar  dos  pueblos,  uno  en  el  Golfo  de  San  Blas  y  el  otro  á  la  parte  del 
Sur,  y  para  hacer  expediciones  de  desciibi  imiento  por  lf„  mar  del  Sur.—  (J.  T,  Me 
dina:  El  descubrimiento  del  Océano  Pacifico,  t.  II). 

'  Doña  Juana  y  Don  Carlos  etc.—Por  cuanto  el  nuestro  Gobernador 
e  Oficiales  que  residen  en  la  cibdad  del  Darien,  ques  en  Castilla  del 
Oro,  tomaron  con  vos  el  Capitán  Diego  Albitez  cierto  asiento  para  que 
hicieredes  dos  pueblos,  uno  a  la  parte  del  Norte,  al  Golfo  de  San  Blas 
y  Nombre  de  Dios  y  el  otro  a  la  parte  del  Sur,  al  cacique  Chepo,  e  asi- 
imesmo,  Nos  por  nuestra  cédula  os  habemos  dado  licencia  para  que  de 
las  Islas  Española  e  San  Juan  e  Cuba  pudiesedes  pasar  a  llevar  la  gente 
que  con  vos  se  quisiere  ir  a  hacer  los  dichos  pueblos,  como  mas  larga- 
mente en  la  dicha  cédula  e  asiento  se  contiene,  e  confiando  de  vos  que 
sois  tal  persona  que  guardareis  nuestro  servicio  e  que  bien  e  fielmente 
executareis  y  administrareis  la  nuestra  justicia,  e  acatando  a  los  mu- 


—  171  — 

chos  e  buenos  servicios  que  nos  habéis  fecho  y  esperamos  que  nos  haréis 
y  porque  entendemos  que  asi  cumple  a  nuestro  servicio  es  nuestra  mer- 
ced que  agora  e  de  aqui  adelante,  cuanto  nuestra  merced  e  voluntad 
fuere,  seáis  nuestro  justicia  mayor  de  los  dichos  pueblos,  de  la  parte  del 
Norte,  al  Golfo  de  San  Blas  y  Nombre  de  Dios,  y  de  la  parte  del  Sur, 
del  Cacique  Chepo,  que  asi  vos  habéis  de  poblar,  con  la  juredicion  civil 
e  criminal  a  ella  anexa  e  pertenecientes  con  tanto  que  estéis  debajo  de 
la  juredicion  e  subjecion  del  que  agora  es  o  fuere  nuestro  gobernador 
o  lugar- teniente  general  de  la  dicha  Castilla  del  Oro,  por  cuanto  nuestra 
voluntiid  no  es  de  perjudicar  al  dicho  nuestro  lugar-teniente  general  en  su 
juredicion ;  e  por  esta  nuestra  carta  o  por  su  tratado  segundo  de  escri- 
bano publico,  mandamos  a  los  concejos,  justicias  Capitanes  Oficiales  e 
homes  buenos  de  los  dichos  pueblos  que  asi  hicieredes  y  en  ellos  residie- 
ren que  reciban  de  vos  el  dicho  Capitán  Diego  de  Albitez  e  juramento  e 
solenidad  que  en  tal  caso  se  requiere  e  debéis  hacer,  el  cual  asi  fecho, 
vos  hayan,  reciban  e  vengan  por  nuestra  justicia  de  los  dichos  pue- 
blos e  usen  con  vos  e  con  vuestros  lugar-tenientes  en  los  oficios  de  jus- 
ticia cevil  y  criminal,  con  el  alguacilazgo  e  alcaldías  de  los  dichos  pue- 
blos e  en  los  casos  y  cosas  a  el  anexos  e  concernientes  e  como  a  tal  nues- 
tra justicia  vos  acaten  e  obedezcan  e  cumplan  vuestros  mandamientos 
e  de  vuestros  lugartenientes,  que  Nos  por  la  presente  vos  recibimos  al 
dicho  oficio  e  al  uso  e  servicio  del  e  vos  damos  poder  e  facultad  para  lo 
usar  e  exercer  e  vos  cometemos  la  juredicion  cevil  e  criminal  de  los  di- 
chos pueblos,  e  todo  lo  demás  a  ello  anexo  e  concerniente,  contanto  que, 
como  dicho  es,  todavía  estéis  debaxo  de  la  juredicion  e  mando  del  dicho 
nuestro  teniente  general :  e  otro  si  vos  damos  poder  e  facultad  para  que 
si  vos  vieredes  ques  cumplidero  a  nuestro  servicio  e  a  la  población  de  ía 
dicha  tierra  descubrir  por  la  Mar  del  Sur  e  por  la  tierra  adentro,  aguas 
vertientes  a  la  Mar  del  Sur,  vos  damos  licencia  e  facultad  para  que  a 
vuestra  propia  costa  lo  podáis  hacer,  con  tanto  que  no  hagáis  guerra 
a  los  indios  so  pena  de  perdimiento  de  todos  vuestros  bienes,  e  que 
vuestra  persona  quede  a  merced  nuestra,  e  haciéndolo  vos  bien  e  como 
de  vos  confiamos  e  haciendo  los  indios  de  las  tierras  e  islas  que  descu- 
brierdes  de  paz  prometemos  que  vos  mandaremos  favorecer  e  hacer  meir- 
cedes,  segund  vuestros  servicios  merecieren,  siendo  como  dicho  es  so  \:\ 
juredicion  del  dicho  nuestro  lugarteniente  general,  que  para  todo  lo 
susodicho  e  cada  cosa  e  parte  dello,  vos  damos  poder  cumplido  por  esta 
nuestra  carta,  con  todas  sus  incidencias  y  dependencias,  anexidades  y 
conexidades,  siendo  tomada  la  razón  de  esta  nuestra  carta  por  los  nues- 
tros Oficiales  de  la  Casa  de  la  Contratación  de  las  Yndias  que  residen 
en  Sevilla,  e  los  unos  ni  los  otros  non  fagades  ni  fagan  ende  al  por  al- 
guna manera  so  ])ena  de  la  nuestra  merced  e  de  diez  mili  maravedís 
para  la  nuestra  camíira  a  cada  uno  que  lo  contrario  hiciere. — Dada  en 


—  172  — 

Valladolid  a  veinte  e  tres  (lias  de  Marzo  año  del  nascimiento  de  nuestro 
Salvador  Xpo  de  mili  e  quinientos  e  diez  e  oclio  años. — Yo  el  Rey. — E  yo 
Francisco  de  los  Cobos  Secretario  de  la  Reina  e  del  Rey,  su  hijo,  nues- 
tros señores,  la  fiz  escrebir  por  su  mandado. 


66 

(Año  de  1519.  —  Enero  12,  Santa  María  la  Antigua).  —  Requerimiento  hecho  á  Pe- 
drarias  Dávila  por  el  Licenciado  Espinosa  para  que  resolviese  si  procedía  con- 
ceder á  Vasco  Núñez  recurso  de  apelación  de  la  sentencia  que  se  le  impusiera 
en  la  causa  que  se  le  instruía  y  contestación  de  Pedrarias. — fA.de  I.,  p.  2-1-Vif,). 

Pareze  por  vn  proceso  que  por  comisión  del  muy  magnifico  Señor 
Pedro  Arias  Dauila  Tiniente  general  en  estos  Reynos  de  Castilla  del 
Oro  por  sus  Altezas  passo  ante  el  muy  noble  Señor  licenciado  Gaspar 
de  Espinosa  Alcalde  mayor  en  la  dicha  Castilla  del  Oro  por  sus  Altezas, 
en  presencia  de  mi  Cristoval  Muñoz  Scriuano  de  su  Alteza.  Entre  par- 
tes de  la  una  la  Justicia  Real  de  su  oficio  e  de  la  otra  el  adelantado 
Basco  nuñez  de  Balboa  e  otras  personas  en  el  dicho  proceso  contenidas 
Reos  defendiente...  sobre  lo  en  el  contenido  dos  mandamientos  firmados 
de  su  Señoria  e  refrendados  de  Antonio  Cuadrado  escriuano  e  una  peti- 
ción que  los  deputados  de  la  compañía  y  exto,  que  al  dicho  Basco  nu- 
ñez se  le  dieron  a  su  señoria  su  tenor  del  qual  uno  en  pos  de  otro  es 
este  que  sigue. 

En  doze  dias  del  mes  de  Enero  de  mili  y  quinientos  y  diee  y  nuebe 
años  el  señor  licenciado  Gaspar  de  espinosa  alcalde  mayor  en  estos 
Reynos  de  Castilla  del  oro  por  sus  altezas  y  en  presencia  de  mi  el  scri- 
uano deyuso  escrito  dijo  al  mui  magnifico  Sr.  Pedro  Arias  Davila  Ti- 
niente general  en  estos  Reynos  de  Castilla  del  Oro  por  sus  Altezas  que 
presente  estaua,  quel  pleito  e  causa  criminal  de  la  pesquisa  e  ynquisi- 
cion  que  por  mandado  e  comisión  de  su  señoria  a  el  le  fue  mandada 
hazer  cerca  e  sobre  razón  quel  adelantado  Basco  nuñez  de  Balboa  se 
queria  yr  e  ausentar  con  los  navios  que  por  mandado  de  su  señoria  e 
como  su  tiniente  de  Capitán  general  que  el  dicho  adelantado  e  la  gente 
e  conpañia  que  por  su  señoria  le  fue  dada  hauia  hecho  en  la  mar  del 
Sur,  contra  los  mandamientos  de  sus  Altezas  e  de  su  señoria  en  su  nom- 
bre e  ausentarse  de  su  obidiencia  e  de  otra  qualquiera  persona  que  obiese 
sucedido  en  el  dicho  oficio  de  tiniente  general,  asi  el  proceso  que  se  a 
hecho  contra  el  dicho  adelantado  particular  e  apartadamente  como 
contra  las  otras  personas  que  fueron  en  querer  hazer  e  yntentar  lo  suso- 
dicho están  conclusos  según  que  todo  lo  suso  dicho  por  las  dichas  co- 
misiones pesquisas  e  procesos  mas  largamente  pareze  para  se  poder 


—  173  — 

sentenciar  definitibamente  que  biese  su  señoría  si  mandaua  que  se  remi- 
tiese a  sus  Altezas  o  a  los  del  su  muy  alto  consejo  a  lo  menos  el  proceso 
tocante  en  particular  al  dicho  adelantado  Basco  uuñez  atenta  la  calidad 
e  titulo  e  dignidad  de  su  persona  o  si  mandaua  quel  dicho  Señor  alcalde 
mayor  lo  bea  e  determine  en  todo  lo  que  hallare  por  justicia  sin  hazer 
la  dicha  remisión  o  que  es  lo  que  manda  cerca  de  lo  susodicho. 

Este  dicho  dia  el  dicho  Señor  Tiniente  general  en  presencia  e  por 
ante  mi  el  dicho  escriuano  respondió  a  todo  lo  susodicho  pedido  e  de- 
mandado por  el  dicho  señor  alcalde  mayor  e  proueyo  sobre  eUo  la  pro- 
uision  siguiente,  la  qual  dicha  prouision  yo  el  dicho  escriuano  ley  por 
mandado  del  dicho  Sr.  Tiniente  general  en  presencia  del  dicho  Señor 
alcalde  mayor  estando  ambos  a  ello  pressentes,  El  licenciado  Espinosa. 
Antonio  Cuadrado  escriuano. 

Pedrarias  Dauila  Tiniente  general  en  estos  Reynos  de  Castilla  del 
Oro  por  sus  Altezas  digo  que  por  quanto  al  tienpo  que  por  mandado  e 
comisión  de  sus  Altezas  yo  vine  por  su  Tiniente  general  e  governador 
a  estos  sus  Reynos  puede  aver  quatro  años  e  medio  poco  mas  o  míenos, 
por  sus  Altezas  me  fue  mandado  que  yo  tomase  Residencia  a  Basco  nu- 
ñez  de  Balboa  Capitán  e  Justicia  mayor  que  en  aquella  sazón  era  por 
sus  Altezas  e  a  otros  oficiales  que  hasta  entonces  abian  tenido  la  admi- 
nistración de  la  justicia  desde  que  la  ciudad  de  Santa  Maria  del  Anti- 
gua se  gano  e  pobló  hasta  entonces  e  asi  mismo  hiciese  justicia  al  ba- 
chiller Martin  Fernandez  de  Enciso  de  ciertas  fuerzas  daños  e  alza- 
mientos e  monipodio  quel  dicho  adelantado  Basco  nuñez  de  balboa  e 
otros  sus  allegados  hablan  hecho  contra  dicho  Martin  Fernandez  de 
enciso  e  contra  su  persona  e  bienes  e  asi  mismo  que  hiziese  o  mandase 
hazer  pesquisa  contra  el  dicho  adelantado  Basco  nuñez  e  contra  otras 
personas  de  cierto  oro  que  escondieron  e  tomaron  de  lo  que  se  tomo  e 
obo  al  tiempo  de  se  gano  y  conquisto  el  pueblo  e  Prouincia  del  Darien. 

E  otro  si  que  hiciese  pesquisa  cerca  de  las  personas  que  fueron  en . 
hechar  e  hazer  otros  agravios  que  se  le  hicieron  al  governador  Diego  de 
Nicuesa  que  a  pedimento  de  los  alcaldes  e  Regidores  de  la  dicha  ciudad 
de  Santa  Maria  de  la  antigua  vino  e  eUa  según  que  por  las  prouisiones 
e  cartas  Reales  que  de  todo  lo  susodicho  e  de  cada  vna  cosa  e  parte 
deUo  por  sus  altezas  me  fueron  mandadas  dar  e  se  me  dieron  el  tomar 
de  la  qual  dicha  Residencia  e  el  hazer  Justicia  en  todo  lo  contenido  en 
las  dichas  i)rouisiones  Reales  e  todo  lo  demás  tocante  a  la  administra- 
ción de  la  Justicia  e  execucion  della  yo  lo  cometí  e  encargue  al  licen- 
ciado Gaspar  de  Espinosa  Alcalde  mayor  por  sus  altezas  mandado  pro- 
ueer  para  vsar  y  exercer  el  dicho  oficio  que  con  el  solo  e  no  con  otra 
persona  alguna  vsase  en  las  cosas  de  justicia,  según  que  por  las  proui- 
siones de  sus  altezas  del  dicho  oficio  el  dicho  alcalde  mayor  tiene  mas 


—  174  -^ 

largamente  pareze,  e  fechas  las  dichas  residencias  e  pesquisas  sobre 
todo  lo  en  las  prouisiones  reales  contenido  según  que  sus  altezas  por 
ellas  lo  mandan,  puesto  caso  que  el  dicho  adelantado  por  ellas  parecia 
muy  culpado  e  hauer  cometido  e  perpetrado  muchos  delitos  por  los 
quales  merecía  ser  grauemente  punido  e  castigado  jjor  ser  como  yo  e 
los  señores  Oficiales  e  otros  Capitanes  e  gente  que  conmigo  binieron  nue- 
vamente venidos  a  tierra  tan  apartada  de  todas  las  otras  pobladas  tan 
estraña  e  nueva  en  todo  para  la  gente  de  nuestra  nación  e  porque  todos 
los  que  venimos  enfermamos  de  granes  enfermedades  e  se  nos  ofrecieron 
otros  muchos  granes  peligrosos  trauajos  yo  me  determine  en  retener  al 
dicho  adelantado  Basco  nuñez  para  que  como  persona  que  hauia  estado 
por  Capitán  en  estas  partes  e  se  decia  presumir  que  deuia  de  sauer  a 
estar  mas  informado  que  nadie  de  las  cosas  della  e  ternia  mas  expe- 
riencia para  me  aconsejar  e  anisar  en  lo  que  conuenia  al  seruicio 
de  sus  Altezas  se  proueyesse  e  al  remedio  de  la  gente  de  los  que  venimos 
a  ella  e  me  enseñaría  e  anisaría  de  los  lugares  mas  convenientes  para 
pueblos  e  de  la  manera  que  se  deuia  tener  para  que  la  gente  se  reme- 
diase e  sostubiese,  sin  envargo  de  lo  que  sus  Altezas  mandauan  en  las 
dichas  prouisiones  que  si  en  algo  lo  hallase  culpado  de  lo  en  ellas  con- 
tenido lo  enviase  preso  a  buen  recaudo  ante  los  del  su  muy  alto  consejo 
pagadas  e  satisfechas  las  partes  le  secrestasen  sus  bienes  e  de  como  por 
las  causas  susodichas  yo  retube  al  dicho  adelantado  e  lo  escribi  a  su  Al- 
teza del  Católico  y  cristianísimo  Rey  D.  Femando  de  Gloriosa  memoria 
nuestro  señor  e  su  alteza  me  escriuio  que  pues  a  mi  me  parecía  que  la 
persona  del  dicho  adelantado  era  necesaria  e  que  conuenia  ques  tubiesse 
para  lo  susodicho  que  su  Alteza  lo  tenia  por  vien  e  todo  lo  demás  que 
por  las  dichas  cartas  su  Alteza  me  escriuio  en  este  caso  parezer,  las 
quales  para  mi  descargo  mando  poner  en  el  proceso  de  la  dicha  resi- 
dencia y  pesquisas  que  al  dicho  adelantado  fueron  tomadas  en  cumpli- 
miento de  lo  en  las  dichas  prouisiones  reales  contenido  por  lo  qual 
pensando  que  por  seruir  a  sus  Altezas  e  por  las  buenas  obras  que  de  mi 
hauia' recluido  susodichas  e  por  otras  que  ofrezi  que  le  haría  on  todo 
lo  que  yo  pudiese  adelante,  yo  e  los  susodichos  oficiales  le  encargamos 
que  nos  dixese  su  parecer  donde  le  parecía  e  conuemia  e  seria  bueno 
éomenzar  a  hazer  pueblos,  el  qual  señalo  lugares  los  mas  des  aprove- 
chados y  menos  convenientes  para  ello  que  hauia  en  la  tierra,  como  fue 
en  pocorosa  el  pueblo  de  Santa  Cruz  e  en  la  prouincia  de  Tubanama  e  en 
la  prouincia  de  Tama  e  otros  los  quales  dichos  pueblos  se  higieron  e 
perecieron  e  se  perdió  mucha  gente  en  ellos  por  ser  como  no  eran  lugares 
convinientes  ni  dispuestos  para  poblar  según  ques  notorio. 

Otro  si  después  de  lo  susodicho  puede  hauer  hasta  quatro  años  poco 
mas  o  menos  me  ynformo  asimismo  de  la  gran  noticia  que  tenia  de  la 
provincia  de  Dobaybe  e  de  la  mas  rica  desta  tierra  e  que  en  eUa  e  en  las 


—  175  — 

otras  prouincias  comarcanas  hallarían  minas  muy  ricas,  que  conuenia 
al  servicio  de  sus  altezas  mandase  proueer  e  ynuar  en  canoas  por  el 
Rio  grande  que  se  dezia  de  San  Joan  a  la  dicha  prouincia  de  Dobaybe 
e  a  las  otras  e  que  mandase  hazer  las  canoas  e  aparejo  para  ello,  de  todo 
lo  qual  yo  le  di  el  cargo  para  que  lo  hiziese  e  fuese  por  Capitán  e  lo 
ordenase  como  persona  que  mas  noticia  e  experiencia  dello  en  aquella 
sazón  pense  que  tenia  sinenbargo  questaua  avn  en  aquella  sazón  en  las 
cosas  de  su  residencia  por  acauar  e  fenezer,  el  qual  fue  con  ducientos  e 
quarenta  o  ducientos  e  cinquenta  onbres  que  le  di  e  fize  fazer  e  proveer 
canoas  e  vareas  e  vergantines  para  todos  e  con  la  nueba  e  noticia  quel  dijo 
que  tenia  de  la  dicha  tierra  hizo  gastar  asi  a  mi  como  a  los  otros  vecinos  e 
moradores  estantes  en  estos  Reynos  muchos  dineros,  se  bolvio  desbara- 
tado e  muerta  cierta  gente  e  mucha  della  l)orida  de  los  yndios,  lo  qual  le 
sucedió  por  su  culpa  e  mal  Recado  como  es  notorio  e  asi  buelto  a  causa 
de  lo  susodicho  se  puso  la  tierra  en  muy  grandes  fatigas  e  trauajos  e 
necesidades  e  porquel  dicho  adelantado  todavía  porfiava  e  porfió  que  en 
la  dicha  prouincia  e  en  las  otras  comarcanas  estaña  toda  la  riqueza 
destas  partes  del  mundo  fue  causa  que  hiciesen  las  fustas  que  hizo  ♦íI 
factor  Juan  de  Tauira,  e  que  se  tornase  con  ellas  a  descubrir  el  dicho 
Rio  grande  e  las  dichas  prouincias  en  la  qual  dicha  armada  se  hicieron 
muchos  e  grandes  gastos  e  mnrio  e  se  perdió  mucha  gente  e  fue  causa 
de  poner  estos  Reynos  en  la  mayor  necesidad  e  trauajo  e  fatigas  e  nece- 
sidades e  deudas  que  nunca  se  han  visto  de  donde  claramente  parece 
que  en  todo  lo  que  se  le  ha  pedido  parecer  de  suso  contenido  el  dicho 
adelantado  lo  ha  dado  muy  al  contrario  de  lo  que  conuenia  al  seruicio 
de  sus  Altezas  e  al  bien  de  la  tierra  e  seguridad,  se  ha  hallado  tan  gran 
burla  e  tan  al  revés  de  como  el  dicho  adelantado  lo  decia  e  contaua, 
de  creer  es  que  claramente  parece  hauer  dado  los  dichos  pareceres  en- 
gañosa e  maliciosamente  e  no  como  leal  seruidor  de  sus  Altezas  e  sera 
cargo  de  todos  los  dichos  daños. 

Otro  si  el  dicho  adelantado  ascendiéndose  de  mi  sin  me  dar  parte 
alguna  dello  estando  como  estaña  para  la  dicha  residencia,  sin  licencia 
e  facultad  de  sus  Altezas  e  sin  la  mia  envió  por  gente  a  la  isla  española 
e  cuba  la  qual  vino  a  la  ciudad  del  Darien  en  vna  nao  que  trajo  e  se 
siguió  tanto  escándalo  e  alvoroto  en  la  ciudad  que  sino  le  fuera  a  la 
miaño  como  le  fuy  se  alzara  e  se  procurara  de  se  yr  ascondidametite  e 
como  mejor  pudiera  e  lo  yntento  e  procuro  e  yo  para  paciguar  e  sosegar 
el  pueblo  con  acuerdo  e  parecer  del  muy  Reverendo  e  magnifico  Sr.  Don 
fray  Juan  de  quebedo  Obispo  e  de  los  señores  Oficiales  de  sus  Altezas 
sin  enbargo  de  todo  lo  susodicho  para  mayor  pacificación  e  sosiego  del 
dicho  adelantado  le  prometí  una  hija  mia  en  casamiento  con  tanto  que 
sus  Altezas  fuesen  dello  seruidos,  pensando  que  por  esta  bia  lo  atraería 
a  que  fuese  fiel  e  leal  seruidor  de  sus  altezas  e  le  juntaría  conmigo  sin 


—  176  — 

eugaño  e  dolo  alguno  ni  vsar  de  las  dichas  maneras  e  conclusiones  e 
mañas  que  hasta  alli  conmigo  e  con  los  otros  governadores  pasados 
hauia  vsado  e  procurado  e  a  esta  causa  e  teniendo  esta  confianza  le  di 
la  dicha  gente  que  trvjo  el  Capitán  Andrés  Garabito  que  seria  hasta  se- 
senta onbres  poco  mas  o  menos  e  mas  desto  trecientos  onbres  los  mejo- 
res o  mas  que  ay  en  todos  estos  Reynos  e  habrá  dos  años  poco  mas  o 
menos  que  con  ella  enuie  al  dicho  adelantado  a  acauar  e  fenecer  el  pue- 
blo desta  villa  de  Acia  e  la  foi-taleza  que  yo  en  el  dexe  comenzada  e  fe- 
cho e  fenecido  el  dicho  pueblo  pasase  a  la  mar  del  Sur  en  el  paraje  de 
la  ysla  de  las  perlas  que  agora  se  llama  de  flores  e  pasase  a  la  dicha 
ysla  el  cacique  de  la  qual  estaua  de  pazes  e  hiciese  alli  ciertas  fustas 
e  descubriese  con  la  dicha  gente  e  con  ellas  pacificase  todo  lo  mas  que 
pudiese  aviendo  asientos  para  los  pueblos  me  lo  hiciese  sauer  porque 
comenzase  fazer  e  de  todo  lo  que  se  hiciese  en  la  dicha  ysla  me  hiciese 
mensajeros  hauisandome  e  ynviandome  la  relación  dello  a  lo  mas  tarde 
para  este  San  Juan  que  paso,  para  que  por  mi  e  por  el  dicho  señor 
Obispo  e  por  los  dichos  Oficiales  de  sus  Altezas  bista  proueyesemos 
lo  que  mas  conveniese  al  seruicio  de  Sus  Altezas :  el  qual  dicho  Adelan- 
tado aviendo  estado  nueve  o  diez  meses  en  la  dicha  ysla  faciendo  navios 
fuera  de  la  ciudad  e  comisión  que  le  fue  dada  e  pudiendo  enuiar  cada 
semana  o  a  lo  menos  cada  mes  dos  o  tres  hombres  a  facerme  saber  lo 
que  se  hacia,  que  muchas  vezes  de  donde  le  esparava  la  gente  que  con 
el  estava  a  tomar  yndios  pudieran  venir  a  esta  Villa  en  dos  dias  e  desde 
la  ysla  seguramente  en  cinco  o  seis  nunca  enuio  ninguno  hasta  que  fue 
pasado  el  termino  que  le  fue  dado  e  otras  muchas  prorrogaciones  le 
fueron  fechas  e  quando  agora  enuio  los  mensajeros  que  inuio  los  enuio 
secreta  e  ascondidamente  e  de  noche  e  la  primera  cosa  que  preguntaron 
fue  si  me  hauian  mandado  Sus  Altezas  quitar  la  gobernación  e  si  era 
ya  descompuesto  e  tirado  della  e  a  tomar  avisos  del  estado  e  manera  en 
que  estaua  la  tierra  e  antes  que  yo  ni  los  dichos  Oficiales  viésemos  los 
dichos  mensajeros  que  ansi  mando  el  dicho  Adelantado  fue  mandado 
e  proueido  que  fuesen  mensajeros  deste  pueblo  a  le  avisar  de  lo  que 
pasaba  e  si  hauia  mandamiento  o  mandamientos  de  sus  Altezas  o  de 
otro  gobernador  que  obiese  benido  e  suzedido  en  el  dicho  oficio  para  el 
estoruar  el  yr  el  llevando  por  engaños  o  por  fuerza  a  los  dichos  navios 
e  la  gente  que  por  mi  le  fue  dada  e  con  engaño  e  concierto  que  voluiesen 
los  dichos  mensajeros  diciendo  e  pidiendo  albricias  a  la  dicha  gente 
que  venia  a  otras  con  Andrés  de  balderrabano  e  Andrés  de  Garavito  e 
padre  Rodrigo  Pérez  diyiendo  quel  dicho  Adelantado  era  gobernador  de 
toda  la  tierra  para  que  asi  dicho  se  boluiesen  los  susodichos  con  la  dicha 
gente  adonde  el  dicho  Adelantiido  quedaba  e  que  el  que  no  quisiese 
boluerse  sin  venir  a  este  pueblo  lo  metiesen  en  cadenas  paia  les  fazer 
boluer  por  fuerza  e  quel  dicho  padre  Rodrigo  Pérez  trajo  un  manda- 


-    177  — 

miento  del  dicho  Adelantado  para  so  pena  de  muerte  e  perdimento  de 
vienes  se  boluiesen  luego  todos  los  que  les  fuese  notificado  donde  el 
dicho  Adelantado  estaua  para  se  yr  con  los  dichos  navios,  el  dicho  Ade- 
lantado e  gente  e  buscando  después  de  venidos  a  este  pueblo  el  dicho 
Andrés  de  Valderrauano  con  la  dicha  gente  otras  formas  e  maneras  e 
engaños  para  se  yr  e  ausentar  el  dicho  Adelantado  sin  benir  a  llamado 
e  obediencia  de  los  mandamientos  de  sus  Altezas  e  de  mi  e  del  dicho 
Teniente  General  faciendo  e  cometiendo  otros  crímenes  e  excesos  cerca 
de  lo  susodicho  emergentes  o  anejos  e  pertenecientes  sobre  lo  qual  yo 
mande  a  vos  el  licenciado  Gaspar  de  Espinosa  Alcalde  Mayor  en  estos 
Reynos  ficieredes  pesquisa  e  ynformacion  asi  contra  el  dicho  Adelantado 
Basco  Nuñez  de  balboa  e  contra  todas  las  personas  que  gerca  de  lo  su- 
sodicho hallasedes  culpados  que  hiciesedes  justicia  e  cerca  de  lo  qual 
que  dicho  adelantado  a  hecho  cerca  del  dicho  alzamiento  e  amotinacion 
e  traición  que  dicho  adelantado  e  el  dicho  Andrés  de  Valderrabano  e  las 
otras  personas  intentaron  e  intentauan  de  fazer  de  la  manera  que  dicho 
es  por  qualquier  via  e  manera  que  sea  pues  que  por  mi  mandado  vino 
a  poblar  este  pueblo  e  viUa  de  Acia  e  a  fazer  navios  e  descubrir  toda  la 
dicha  mar  del  Sur  e  que  sobre  todo  lo  susodicho  e  otros  crímenes  excesos 
fuerzas  e  agravios  quel  dicho  adelantado  diz  que  yntentava  de  hazer 
e  a  hecho  asi  contra  los  indios  e  caziques  de  las  provincias  por  do  an- 
dubo  el  dicho  adelantado  tomando  e  matando  e  herrando  por  esclavos 
ynfinito  numero  de  los  dichos  indios  contra  lo  que  le  fue  mandado  por 
las  instrucciones  que  cerca  de  lo  que  hauia  de  hazer  en  el  dicho  biage 
por  mi  le  fueron  dadas  consultadas  e  aprouadas  por  los  muy  Revereu- 
dos  Padres  priores  de  San  Gerónimo  que  en  lugar  de  sus  Altezas  Resi- 
den en  la  ysla  Española,  e  en  gran  menospi'ecio  deUas  sin  cumplir  cosa 
alguna  de  lo  que  por  ella  se  fue  mandado  antes  vsaudo  del  poder  ab- 
soluto como  persona  que  no  reconocia  superior  ni  tenia  pensamiento 
de  lo  reconocer  como  contra  los  Capitanes  e  gente  e  compañía  que  por 
mi  le  fue  dada  para  proueer  enefeto  de  lo  que  hauia  de  fazer  e  cumplir 
en  el  dicho  viage  según  que  por  las  prouisiones  e  comisiones  que  cerca 
de  lo  susodicho  por  mi  vos  han  sido  dadas  e  fechas  mas  largamente 
parezera  e  porque  combiene  al  seruicio  de  sus  Altezas,  que  los  perpetra- 
dores e  personas  que  tienen  osadia  de  pensar  e  cometer  e  poner  en  este 
acto  los  crímenes  e  excesos  semejantes  de  susodichos  e  declarados  sean 
punidos  e  castigados  con  todo  rigor  de  justicia  e  ansi  lo  mandan  sus 
Altezas  por  sus  instituciones  reales,  semejantes  delitos  e  traición  e 
amontinacion  los  mandan  castigar  con  el  dicho  rigor  porque  por  lo  quel 
dicho  adelantado  pareze  que  a  yntentado  aora  de  fazer  contra  el  serui- 
cio de  sus  Altezas  e  contra  mi  en  su  nombre  e  contra  el  que  hubiese 
suzedido  en  este  oficio  de  Teniente  General  se  verifica  e  parece  claro 
aver  sido  el  principal  en  yr  e  hazer  marir  al  dicho  gobernador  diego  de 


—  178  — 

Nicuesa  e  al  Vachiller  Martin  Fernandez  de  Enciso  e  a  los  otros  go- 
bernadores que  a  estos  reynos  e  tierra  an  venido  e  porque  conviene  a 
la  pacificación  e  sosiego  e  sustentación  destos  Reynos  e  de  los  vecinos 
e  moradores  estantes  en  ellos  e  para  la  mitigación  e  sosiego  del  estado 
del  escándalo  e  amotinacion  que  ha  havido  e  ay  e  lia  resultado  en  los 
susodichos  delitos  crímenes  y  excesos  de  traición  e  motin  que  el  dicho 
Adelantado  yntentaua  e  yntento  de  íazer  e  cometer  e  porque  conuiene 
al  seruicio  de  sus  Altezas  que  semejantes  delitos  crímenes  y  excesos  en 
estos  sus  reynos  cometidos  e  perpretados,  sean  punidos  e  castigados  con 
toda  breuedad   sin   dilación  alguna  claramente   parece   que  en   hauer 
hauido  la  dicha  dilación  e  no  auer  sido  punido  e  castigado  con  toda 
breuedad  e  sin  dilación  alguna  el  dicho  adelantado  de  los  dichos  deli- 
tos crímenes  y  excesos  semejantes  quel  dicho  Adelantado  intento  come- 
ter y  cometió  contra  los  goberna dores  Diego  de  Nicuesa  e  Alonso  de 
Ojeda  e  Bachiller  Martin  Fernaudez  de  Enciso  a  tenido  osadía  de  los 
yntentar  e  cometer  contra  el  seruicio  de  sus  Altezas  e  contra  el  mió 
en  su  nonbre  e  los  a  tomado  e  tenido  e  tiene  por  costumbre  poniéndo- 
los en  effetto  sin  temor  que  por  ellos  hauia  de  ser  punido  e  castigado, 
por  ende  yo  bos  mando  a  vos  el  dicho  licenciado  gaspar  de  Espinosa 
mi  Alcalde  mayor,  procediendo  como  procedéis  en  los  dichos  pleitos 
e  causas  e  ynquisicion  e  pesquisa  que  en  la  dicha  razón  ante  vos  por  mi 
mandado  e  comisión  especial  pende  e  en  otros  qualesquier  pleitos  cri- 
minales asi  contra  el  dicho  Adelantado  Basco  iíuñez  de  balboa  e  contra 
el  dicho  Andrés  de  balderabano  e  otras  qualesquier  personas,  e  fecho 
lo  que  de  justicia  en  semejantes  crimines  e  delitos  en  los  dichos  pleitos 
se  requiere  e  deuen  fazer  con  toda  breuedad  e  sin  dar  lugar  a  términos 
6  dilaciones  e  sin  fazer  remisión  e  remisiones  cerca  de  la  determinación 
desta  causa  e  causas  a  sus  Altezas  ni  a  otros  qualesquiera  jueces  e  de- 
terminéis e  declaréis  por  buestra  sentencia  e  sentencias  todo  aquello 
que  hallaredes  por  todo  rigor  de  Justicia  e  asi  declarado  e  sentenciado 
lo  que  ansi  sentenciaredes  e  declarades  lo  llenéis  e  hagáis  llenar  a  de- 
uido  efeto  e  execucion  real  en  las  personas  e  vienes  de  los  que  hallare- 
des culpables  asi  contra  el  dicho  Adelantado  basco  nuñez  de  balboa 
como  contra  el  dicho  Andrés  de  balderabano  como  contra  todas  las 
otras  personas  sin  enbargo  de  qualquiera  mandamiento  de  suspensión 
e  suspensiones  e  remisión  e  remisiones  que  cerca  de  lo  tocante  a  dicho 
adelantado  Basco  nuñez  e  a  otras  qualesquier  personas  de  las  susodi- 
chas por  mi  o  por  otra  persona  alguna  en  mi  nonbre  ayan  sido  fechas 
e  sin  dar  lugar  a  que  cerca  de  la  dicha  instrucción  aya  mas  remisiones 
e  dilaciones  porque  atenta  la  calidad  de  los  dichos  delitos  e  del  bien 
publico  vtilidad  e  sosiego  e  pacificación  e  confinación  destos  reynos 
conviene  asi  al  seruicio  de  sus  Altezas  y  sin  que  por  adbirtiencia  de  lo 
susodicho  esperéis  otro  mi  mandamiento  o  mandamientos  algunos  para 


—  179  — 

todo  lo  qual  asi  facer  e  cumplir  e  estatuir  de  la  manera  que  diclio  es 
bos  doi  e  cedo  e  traspaso  todo  mi  poder  cunplido  como  dado  bos  le  tengo 
según  que  yo  le  he  y  tengo  de  sus  Altezas. — Fecha  en  la  dicha  Villa  de 
Acia  doce  dias  del  mes  de  Enero  año  de  miE  y  quinientos  y  diez  y  nueve 
años. — Pedrarias  Dauila,  por  mandado  de  su  Señoría  Antonio  Qua- 
drado  escriuano. 


67 

(Año  de  1519. — Enero  27), — Testimonio  de  posesión  de  la  mar  del  Sur  que  en  nom- 
bre de  los  Reyes  tomó  el  Gobernador  Pedrarias  Dávila. — (A.  de  1.,  l-Vse)- 

Abto  de  posesión  que  tomo  el  muy  magnifico  señor  Pedrarias  Davila, 
teniente  general  por  SS.  AA.  en  la  provincia  de  Paque,  en  la  costa 
del  Sur. 

En  la  provincia  de  Paque,  que  es  en  la  costa  de  la  mar  del  Sur, 
veinte  e  siete  dias  del  mes  de  llenero,  año  del  nacimiento  de  Nuestro 
Salvador  Jesucristo  de  mili  e  quinientos  e  diez  e  nueve  años,  estando 
el  muy  magnifico  señor  Pedrarias  Davila,  teniente  general  en  estos 
reynos  de  Castilla  del  Oro  por  SS.  AA.  a  la  boca  de  un  estero  que  es 
termino  de  la  dicha  provincia,  y  los  capitanes  Andrés  Garavito  e  Fran- 
cisco Pizarro  y  Andrés  Segovia  y  Juan  Tello  e  Melchor  de  Herrera  y 
Bartolomé  Pimienta,  piloto,  e  Juan  de  Escobar  e  Sebastian  de  Rivade- 
neira  e  Juan  de  Mendaño  e  Bartolomé  de  Bastidas  e  Rodrigo  de  Prado 
e  Juan  Martin  e  Francisco  de  Arroyo,  canónigo  e  Pascual  de  Andagoya 
e  Alonso  Rubielo,  e  otras  muchas  personas  que  presente  estriban,  en 
presencia  de  nos,  Luis  Ponze  e  Cristóbal  de  Mozolay,  tenientes  de  es- 
cribanos generales  en  estos  dichos  reynos  por  el  muy  magnifico  señor 
López  ConchiUos,  secretario  de  SS.  AA. ;  el  dicho  señor  Teniente  general 
tomo  en  su  mano  derecha  una  bandera  de  tafetán  blanca,  en  la  cual 
estaba  figurada  la  imagen  de  Nuestra  Señora,  e  hincadas  las  rodillas 
en  el  suelo  e  ansi  mismo  todos  los  que  presentes  estaban,  con  grande 
solemnidad,  tañendo  las  trompetas  que  estaban  presentes,  el  dicho  señor 
Teniente  general  dixo  a  altas  voces : 

«Oh  madre  de  Dios !  amansa  a  la  mar  e  haznos  dignos  de  estar  y  an- 
dar debaxo  de  tu  amparo,  debaxo  del  cual  te  plega  descubramos  estas 
mares  e  tierras  de  la  mar  del  Sur,  e  convirtamos  las  gentes  dellas  a 
nuestra  santa  fee  católica». 

E  luego  en  continente,  el  dicho  señor  Teniente  general  dixo  en  pre- 
sencia de  los  susodichos  capitanes  y  gente  e  de  nos  los  dichos  escriba- 
nos: «Yo  Pedrarias  Davila,  teniente  general  en  estos  reinos  e  Tierra 
firme  de  Castilla  del  Oro,  gobernador  e  capitán  general  dellos  por  ia 


—  180  — 

reyna  doña  Juana  y  el  rey  don  Carlos  su  hijo,  nuestros  señores,  digo 
e  requiero  que  me  deis  por  testimonio,  signado  en  manera  que  faga  fee. 
vos  Luis  Ponze  e  Cristóbal  de  Mozolay,  escribanos  que  presentes  estáis, 
y  a  todos  los  otros  que  los  veis  e  ois  que  seáis  deUo  testigos,  como  yo 
en  nombre  de  la  muy  alta  e  muy  esclarecida  reyna  doña  Juana,  nuestra 
señora,  e  del  muy  alto  e  católico  rey  don  Carlos  su  hijo,  nuestro  señor, 
e  de  la  Corona  Real  de  Castilla,  por  virtud  de  los  poderes  que  de  SS.  AA. 
tengo,  continuando  la  posesión  que  hasta  aqui,  esta  tomada  por  las  per- 
sonas que  en  nombre  de  SS.  AA.  han  venido  a  descubrir  e  han  dciscu- 
bierto  en  esta  Tierra  lirme  e  reynos  de  Castilla  del  Oro  y  en  las  partes 
dellas :  e  si  necesario  es,  tomando  la  posesión  de  nuevo,  tomo  la  pose- 
sión e  casi  posesión  desta  dicha  Tierra  e  reynos  de  Castilla  del  Oro, 
en  los  lugares  deUa  e  de  los  puertos  o  abras  deUas  e  de  las  otras  insolas 
e  islas  e  de  todo  lo  otro  que  de  aqui  adelante  se  descubriere  e  mandare 
descubrir  en  estas  partes.  A  que  soy  venido  por  mandado  de  SS.  AA. 
especial  e  particularmente  tomo  e  aprehendo  la  posesión  vel  casi  de 
toda  la  costa  de  la  tierra  nueva  e  de  la  mar  del  Sur,  e  de  todos  los  puer- 
tos y  entradas  e  caletas  e  abras  que  hay  en  toda  ella,  y  de  todas  las  islas 
e  insolas  de  cualquier  manera  e  calidad  o  condición  que  sean,  que  están 
en  la  dicha  costa  e  mar  del  Sur,  e  de  todas  las  provincias  e  tierras  o 
tierras  que  están  aguas  vertientes  a  la  dicha  mar;  estando,  como  estoy, 
en  nombre  de  SS.  AA.  e  como  su  Teniente  general,  de  pies  puesto  en 
la  dicha  costa  de  la  dicha  mar  del  Sur,  desde  las  piedras  de  los  rios 
hasta  las  fojas  de  los  montes,  paciendo  las  yerbas  e  bebiendo  las  aguas, 
e  rasando  e  talando  e  cortando  los  montes  de  la  dicha  costa,  en  el  dicho 
asiento  e  provincia  de  Paque,  de  donde  veo  por  vista  de  ojos,  e  los  que 
estáis  presentes  veis  mucha  parte  de  la  dicha  mar  del  Sur  e  islas  que 
están  en  eUa  e  de  la  dicha  costa  e  tierra  della.  E  como  en  señal  de  po- 
sesión e  aprehensión  deUa,  que  hago  e  temo  e  aprehendo  de  toda  la 
dicha  costa  e  mar  del  Sur,  asi  cevil  como  natural,  por  estar  como  estoy 
corporalmente  en  ella  e  por  ver  como  veo  mucha  parte,  asi  de  la  dicha 
mar  e  islas  e  insolas  que  están  en  eUa,  como  de  la  costa  e  tierra  e  puer- 
tos e  caletas  e  abras  e  provincias  deUas ;  que  en  señal  de  la  dicha  toma 
e  aprehensión  de  posesión  que  hago,  asi  cevil  como  natural  corporal- 
mente, de  la  dicha  mar  del  Sur  e  tierra  nueva  e  costa  deUa  e  de  todo 
lo  demás  en  eUa  contenido  de  la  manera  que  dicha  es,  en  todo  y  en 
cada  una  cosa  e  parte  della,  alzo  esta  bandera  real  de  los  dichos  reyna 
doña  Juana  e  rey  don  Carlos  su  hijo,  nuestros  señores,  la  cual  es  de 
damasco  colorado  y  en  ella  pintada  y  esculpidas  las  armas  reales  de 
SS.  AA.  de  los  dichos  reyes,  nuestros  señores,  E  de  como  mando  a 
Hernando  de  Vega  e  a  los  otros  trompetas  que  toquen  las  dichas  trom- 
petas ;  e  como  todos  los  capitanes  hidalgos  y  compañeros  e  otras  cuales- 
quier  personas  que  presentes  están,  naturales  vasallos  de  los  dichos 


—  181  — 

reyna  doña  Juana  e  rey  don  Carlos  si.  liijo,  nuestros  señores,  digo  e 
dizen  e  han  dicho  a  altas  vozes :  Castilla  del  Oro  e  Tierra  firme  e  tierra 
nueva  e  mar  del  Sur  e  costa  della  e  Isla  e  Ínsulas  e  tierra  e  provincias 
todas  que  están  en  ellas,  por  la  muy  alta  e  muy  esclarecida  reyna  doña 
Juana,  nuestra  señora,  y  el  rey  don  Carlos  su  hijo,  nuestro  señor;  o 
uespues  dellos  por  sus  sucesores  e  Castilla.  Todo  lo  cual  dicha  tierra 
nueva  e  mar  del  Sur  e  costa  deUa,  e  toda  Tierra  firme  e  reynos  de 
Castilla  del  Oro,  e  todo  lo  a  ello  anexo  e  perteneciente,  e  todo  lo  des- 
cubierto e  lo  que  se  descubriere  de  aqui  adelante  en  ello,  es  e  ha  de  ser 
de  la  Corona  Real  de  Castilla.  E  de  como  asi  mismo  yo  el  dicho  Te- 
niente general,  en  nombre  de  los  dichos  reyes  nuestros  señores  e  de  sus 
subcesores  de  la  Corona  Real  de  Castilla,  corto  arboles  e  rozo  la  yerba 
que  esta  en  esta  dicha  tierra,  y  entro  en  el  agua  de  la  dicha  mar  del 
Sur,  corporalmente  e  poniéndome  pies  en  eUa,  e  huello  la  dicha  tierra 
nueva  e  aguas  de  la  dicha  mar  del  Sur ;  mandando  e  vedando  en  ella  tu 
nombre  de  SS.  AA.  Y  de  como  a  mayor  abundamiento,  en  señal  de  la 
continuación  de  la  dicha  posision  e  aprehensión  della,  que  esta  hecha 
e  yo  agora  hago  de  nuevo,  si  necesario  es,  entro  e  mando  entrar  e  en- 
tran conmigo  en  sus  navios,  de  los  que  por  mi  mandado  y  en  nombre 
de  SS.  AA.  están  hechos  e  se  hazen  en  la  dicha  mar  del  Sur,  e  navego 
en  el  dicho  navio  por  eUa,  e  alzo  asi  mismo  dentro  del  dicho  navio  la 
dicha  bandera  real  de  los  dichos  reyes,  nuestros  señores ;  e  mando  tocar 
e  se  tocan  las  dichas  trompetas,  e  se  dize  e  apregona  a  altas  vozes: 
Mar  del  Sur  por  la  muy  altíi  e  muy  esclarecida  reyna  doña  Juana  e 
por  el  muy  alto  católico  rey  Carlos  su  hijo,  nuestros  señores,  e  después 
dellos  por  sus  subcesores,  e  la  mar  del  Sur  es  e  pertenece  a  la  Corona 
Real  de  Castilla.  E  asi  mismo  me  dad  por  testimonio,  como  tenemos 
hechos  en  la  dicha  mar  del  Sur,  en  nombre  de  los  dichos  Reyes,  nuestros 
señores  e  como  sus  vasallos  naturales,  cuatro  navios,  que  son  dos  cara- 
belas e  una  fusta  e  un  barco,  los  cuales  en  señal  de  la  dicha  posición 
e  continuación  deUa,  han  navegado  e  navegan  y  están  para  navegar  por 
la  dicha  costa  e  mar  del  Sur,  e  han  pescado  e  pescan  e  andan  libre  e 
publica  e  desembarga damente  por  ella.  E  digo  que  si  hay  alguna  per- 
sona o  personas  que  quieran  defender  la  dicha  toma  de  la  dicha  posi- 
sion vel  casi,  que  yo  tengo  en  nombre  de  los  dichos  Reyes,  nuestros 
señores,  y  estorbarme  y  empedirme  el  uso  y  exercicio  deUa,  que  agora 
yo  hago  y  entiendo  de  hazer  de  aqai  adelante,  continuando  en  nombre 
de  los  dichos  Reyes,  nuestros  señores,  como  reyes  e  señores  naturales 
que  son  dellas,  juntando  como  junto  el  señorío  e  dominio  e  propiedad 
e  muy  justo  titulo,  que  los  dichos  I^eyes,  nuestros  señores  e  sus  subce- 
sores e  los  Reynos  de  Castilla  tienen  a  ella,  con  la  posision  e  aprehen- 
sión della  que  esta  hecha  e  tomada  e  aprehendida  hasta  aqui  e  agora  yo 
torno  e  aprehendo,  si  necesario  es,  de  nuevo  con  todos  los  ahicamientos 


—  Í82  — 

e  otros  cualesquier  autos  necesarios  para  adquirir  la  dicha  posesión 
cevil  e  natural  e  corporal  de  la  dicha  tierra  nueva  e  mar  del  Sur  e  Isla 
e  Ínsulas  e  provincias  e  puertos  e  costas  e  caletas  e  abras,  que  yo  veo 
y  están  descubiertas  e  por  descobrir.  E  de  como  en  señal  de  la  dicha  toma 
de  posision,  mando  tocar  e  se  tocan  otra  vez  a  mayor  ahondamiento  las 
dichas  trompetas,  e  digo  a  altas  tres  vozes :  Viva  la  muy  alta  e  muy 
poderosa  reyna  doña  Juana  e  el  muy  alto  e  poderoso  católico  rey  don 
Carlos  su  hijo,  nuestros  señores  e  reyes,  e  señores  naturales  de  todos 
estos  reynos  e  Tierra  firme  e  mar  del  Sur,  descubierta  e  por  descubrir, 
e  posehedores  dellos.  E  de  como  todos  los  abtos,  susodichos,  los  hago 
porque  la  dicha  posesión,  que  yo  asi  como  en  el  dicho  nombre,  esta  pu- 
blica e  no  se  pueda  poner  dezir  clabdestina,  e  que  si  hay  alguno  o  al- 
gunas personas  que  se  pongan  o  quieran  poner  en  la  perturbar  e  im- 
pedir e  contradezir,  yo  con  estos  capitanes  e  caballeros  hidalgos  e 
compañeros  e  gente,  que  conmigo  están,  vasallos  e  servidores  de  los 
dichos  Reyes,  nuestros  señores,  que  en  nombre  de  SS.  AA.  e  como  tales 
en  ellos  residimos,  se  la  defenderé  e  amparare  y  echare  della.  Todo  lo 
cual  de  la  manera  que  dicha  es  e  de  como  ha  pasado  asi  en  realidad 
de  la  verdad,  digo  que  pido  a  vos  los  dichos  escribanos  me  los  deis  asi 
por  fee  e  testimonio,  e  a  las  otras  personas,  que  lo  habéis  visto  e  oido 
e  habéis  estado  presentes,  seáis  dello  testigos». 

E  luego  los  dichos  capitanes  e  gente  e  compañeros,  que  presentes 
e-taban  dixeron  que  todos  ellos  -^  cada  uno  dellos  estaban  prestos  y 
aparejados,  como  vasallos  fieles  e  servidores  de  la  muy  alta  e  muy  es- 
clarecida reyna  doña  Juana  e  del  muy  alto  e  católico  rey  don  Carlos  su 
hijo,  nuestros  señores  e  reyes  naturales  de  los  reynos  de  España  e  des- 
tos  sus  reynos,  de  servir  e  morir  en  servicio  de  SS.  AA.,  como  de  sus 
reyes  e  señores  naturales,  como  siempre  lo  han  hecho  e  son  obligados 
e  lo  deben  hazer.  E  como  tales  han  venido,  estado  e  residido  e  poblado 
en  estos  sus  reynos,  e  ayudadolos  a  sostener  con  muchos  trabajos  e 
fatigas  e  costas  de  sus  personas  e  haziendas,  e  que  ansi  lo  entienden  de 
hazer  de  aqui  adelante,  e  si  necesario  fuere  morir  todos  en  su  servicio 
y  en  su  defensión  destos  sus  reynos  e  señoríos  e  posesión  dellos,  y  en 
conservación  de  todo  ello  e  obedeciendo  e  cumpliendo  los  mandamien- 
tos de  SS.  AA.  e  del  dicho  señor  Teniente  general  que  agora  es,  o  de 
otro  qualquier  que  fuere  o  estuviere  en  lugar  de  SS.  AA.  en  ellos  de 
aqui  adelante.  E  que  estaban  prestos  e  aparejados,  cada  e  cuando  que 
necesario  fuese,  de  ayudar  a  S.  S.  a  defender  e  resistir  la  dicha  posesión 
que  S.  S.  ha  tomado  e  aprehendido,  e  estaba  e  ha  sido  tomada  hasta  agora 
por  otras  cualesquier  personas,  en  nombre  de  SS.  AA. ;  e  de  morir  to- 
dos sobre  eillo.  E  que  ansi  lo  pedian  e  pidieron  a  nos  los  dichos  escri- 
banos se  lo  diésemos  por  testimonio,  e  a  los  que  presente  estaban  ro- 
garon que  dello  fuesen  testigos. 


—  183   — 

E  luego  el  dicho  señor  Teniente  general  dixo  que  pedia  e  pidió  a 
nos  los  dichos  escribanos  le  diésemos  por  testimonio  todo  lo  susodicho 
e  cada  una  cosa,  e  parte  dello,  según  e  como  lo  tiene  dicho  e  pedido; 
signado  e  autorizado  en  publica  forma,  de  manera  que  haga  fee  para 
en  guarda  e  consei'\'acion  del  derecho  de  SS.  AA.  e  de  sus  subcesores, 
e  Corona  Real  de  Castilla. — Testigos,  que  fueron  presentes  a  todo  lo 
que  dicho  es:  Gonzalo  Ruiz  e  Juan  Ferrol,  piloto  e  Andrea,  calafate, 
e  Juan  Martin  Cabrita  e  Cristóbal  Daza  e  Pedro  Diaz  de  Rueda  e  Arias 
de  Azebedo  e  Cristóbal  Moreno,  e  todos  los  susodichos. 

E  nos  los  dichos  Luis  Ponze  e  Cristóbal  de  Mozolay,  escribanos  su- 
sodichos, que  nos  hallamos  presentes,  en  uno  con  los  dichos  testigos, 
al  tomar  de  la  dicha  posesión  en  abtos  susodichos,  con  el  dicho  señor 
Pedrarias  Davila,  teniente  general  por  SS.  AA.,  e  vimos  e  damos  fee 
e  testimonio  que  paso  ansi  según  e  como  de  suso  se  contiene,  y  esta 
escrito  en  sus  cuatro  hojas  de  pliego  entero,  con  esta  en  que  nos  los 
dichos  escribanos,  hizimos  nuestros  signos,  a  tales  en  testimonio  de 
verdad.  —  Cristóbal  de  Mozolay.  —  Luis  Ponze,  escribano.  —  Hay  dos 
signos. 


68 

(Año  de  1519. — Marzo  30,  Barcelona).  — El  Rey  comunica  á  los  Oficiales  de  la  Casa 
de  Contratación  de  Sevilla  qne  Lope  de  Sosa  ha  aceptado  el  cargo  de  Goberna- 
dor de  Tierra  firme. — (A.  de  1.,  109-1-5). 

El  Rey. — Nuestros  Ofigiales  que  resydis  en  la  cibdad  de  SeuiUa  en 
la  Casa  de  la  Contratación  de  las  yndias  ya  sabéis  como  los  dias  passa- 
dos  mande  escriuir  a  Lope  de  Sosa  que  porque  yo  me  queria  seruir  del 
para  la  governagion  e  población  de  tierra  firme  me  hiciese  saber  su 
voluntad  o  sy  tenia  algund  impedimento  para  lo  no  poder  haser  el  qual 
como  buen  seruidor  mió  e  seloso  de  nuestro  seruigio  lo  a  agebtado 
e  me  a  escripto  quel  esta  aparejado  para  me  seruir  en  el  dicho  viaje  e 
asy  le  he  mandado  dar  el  despacho  que  vereys  e  demás  de  lo  que  por 
otras  prouisyones  se  le  a  mandado  dar  para  el  dicho  viage  conviene 
que  en  esto  se  le  prouea  de  las  cosas  siguientes. 

Primeramente  sabed  quel  dicho  Lope  de  Sosa  me  a  enviado  a  hazer 
relación  que  para  la  poblazion  de  la  dicha  tierra  firme  queria  Ueuar 
fas-ta  dosientos  honbres  asy  destos  Reynos  como  de  las  yslas  de  Cana- 
ria porque  estos  serian  todos  personas  escogidas  e  esperimentadas  a  las 
quales  yo  mandase  dar  pasaje  e  mantenimiento  franco  e  por  que  ha  pa- 
reyido  que  conviene  yo  lo  e  tenido  por  bien  por  ende  yo  vos  mando  que 


—  184    - 

sy  el  dicho  Lope  de  Sosa  quisyere  llevar  desde  las  diolias  yslas  de  Ca- 
uariíi  o  destos  Reynos  fastíi  dozientos  ombres  proueays  como  desde  las 
dichas  islas  de  Canaria  a  los  que  de  aUi  se  oiiieren  de  llevar  ge  les  de 
el  pasage  e  mantenimiento  que  fuere  menester  para  las  dichas  duzientas 
personas  o  las  que  fasta  en  esta  cantidad  llenare/  desde  que  de  alia 
partieren  hasta  que  en  buena  ora  lleguen  a  la  gibdad  de  Santa  maria 
dellantigua  del  Darien  e  veinte  dias  después  de  llegados  a  la  dicha  tie- 
rra e  a  los  que  destos  Reynos  quesyeran  yr  fasta  en  el  dicho  numero 
de  las  dichas  dozientas  personas  les  hagays  dad  el  dicho  pasage  e  man- 
tenimientos desde  que  desa  gibdad  partieren  e  para  los  que  ouieren  de 
yr  de  Canaria  ge  haga  a  menos  costa  parege  que  dende  ay  deveis  de 
enbiar  las  cosas  nesgesarias  conpradas  con  alguna  persona  de  recaudo 
que  vaya  como  por  despensero  de  la  dicha  gente  dándole  buena  instru- 
gion  de  lo  que  a  cada  persona  ouiere  de  dar  e  que  este  de  los  m-anteni- 
mientos  necesarios  a  las  dichas  personas  o  a  los  que  dellos  fueren  fastíi 
este  numero/  a  los  que  de  ay  ouieren  de  enbarcar  que  desde  ay  les  pro- 
uean/  e  a  los  que  ouieren  de  yr  de  Canaria  desdel  dia  que  se  hizieren 
a  la  vela  e  lo  que  sobrare  del  dicho  mantenimiento  lo  haga  entrar  e 
entregue  al  nuestro  thesorero  de  la  dicha  tierra  firme  por  ante  el  nuestro 
contador  della  haziendole  cargo  deUo  para  que  ally  se  vendan  e  se  saque 
el  prouecho  que  dello  ge  pueda  sacar. 

Para  el  pasage  del  dicho  Lope  de  Sosa  e  de  los  dichos  dozientos 
hombres  e  de  los  demás  que  con  el  fueren  vos  mando  que  le  flecteys 
vna  nao  de  fasta  ochenta  o  noventa  toneles  segura  que  sea  qual  con- 
venga para  el  dicho  viage,  e  el  dicho  Lope  de  Sosa  ni  la  dicha  geaite  no 
an  de  pagar  flecte  alguno  de  sus  personas  ni  de  las  cosas  que  llenaren 
en  la  dicha  nao  para  su  seruigio. 

E  asy  mismo  porque  para  escusar  el  mal  tratamiento  que  a  los  indios 
naturales  de  la  dicha  tierra  se  a  fecho  e  para  que  los  que  están  releua- 
dos  e  no  en  voluntad  de  nos  seruir  los  atraygan  con  buenas  obras  a 
nuestro  seruigio  e  no  por  las  fuergas  e  malos  tratamientos  que  fasta 
aqui  a  anido  a  paregido  que  el  dicho  Lope  de  Sosa  lleve  algunas  cosas 
de  poco  valor  e  pregio  para  dar  a  los  cagiques  e  cacicas  e  indios  princi- 
pales de  la  dicha  tierra  por  ende  yo  vos  mando  que  luego  conpreis  de 
las  cosas  que  vos  paregiere  que  son  convenibles  e  de  poco  valor  para  los 
dichos  Caciques  e  indios  fasta  en  quantia  de  50  miU  maravedís  deUas 
y  asy  conpradas  las  enbiad  al  dicho  Lope  de  Sosa  para  quel  las  de  e  dis- 
tribuya como  le  paregiere  que  conviene  e  tomad  su  carta  de  pago  o  de 
quien  su  poder  ouire  con  la  qual  e  con  esta  mando  que  sean  regibidos 
e  pasados  en  cuenta  a  vos  el  nuestro  thesorero  los  dichos  cinquenta  mili 
maravedís. 

Otrosy  porque  soy  informado  que  para  la  poblagion  e  contratagion 
de  la  dicha  tierra  e  para  la  prouisyon  de  los  cristianos  españoles  que  en 


—  185  — 

ella  resyden  conviene  qiiel  dicho  Lope  de  Sosa  tenga  dos  vergantines 
en  la  dicha  tierra  e  aparegido  que  para  que  se  haga  a  menos  costa  e  que 
sean  de  mas  perpetuidad  e  dura  se  deven  enbiar  en  piegas  con  los  ma- 
teriales necesarios  para  se  haser.  Por  ende  yo  vos  mando  que  luego  ha- 
gáis conprar  la  madera  e  clauazon  e  todos  los  otros  aparejos  e  materia- 
les que  son  negessarios  para  dos  vergantines  e  los  enbieis  al  dicho  Lope 
de  Sosa  para  que  los  llenen  a  la  dicha  tierra  firme  e  alia  los  puedan 
haser  armar  e  seruirse  dellos  en  lo  que  fuere  menester  para  lo  susodicho. 
—  Yo  el  Rey. — ^  Refrendada  de  Covos  e  señalada  de  los  del  Consejo  y 
fecha  en  bargelona  a  XXX  de  Marzo  de  M.  D.  XIX  años/. 


69 

(Año  de  1519. — Mayo  20,  Barcelona). — El  Rey  comunica  á  Pedrarias  Dávila  que  ha 
hecho  donación  á  Carlos  Puper,  Señor  de  Laxao,  de  las  tres  cuartas  partes  del 
quinto  que  á  él  le  corresponde  de  los  beneficios  obtenidos  en  la  expedición  que 
en  la  mar  del  Sur  había  hecho  Vasco  Núñez  de  Balboa. —  (A.  de  1.,  l(i9-l-5). 

El  Rey.— Pedro  Arias  de  auilao  otro  cualquier  nuestro  gouernadorques 
o  fuere  en  Castilla  del  Oro  e  los  nuestros  oficiales  que  en  ella  residís. 
Sabed  que  yo  ove  mandado  dar  e  di  para  vosotros  vna  mi  Qedula  fecha 
en  esta  guisa. — El  Rey. — Nuestros  Oficiales  que  residís  en  Castilla  del 
oro  en  la  cibdad  de  Santa  Maria  del  antigua  del  darien  yo  soi  informado 
quel  adelantado  Vasco  nufiez  de  balboa  partió  desa  giudad  en  el  mes  de 
Junio  del  año  pasado  e  fue  a  haser  gierta  entrada  a  la  mar  del  Sur  con 
ciertas  fustas  o  vergantines  e  por  la  tierra  adentro  con  ciertas  gentes 
que  para  ello  lleno  e  porque  del  quinto  que  nos  perteneciere  del  oro, 
perlas  guanines  esclauos  e  rropa  de  algodón  e  otras  cosas  quel  dicho 
Vasco  Nuñez  e  la  gente  que  con  el  fue  traxeren  yo  he  fecho  merced  e 
por  la  presente  la  hago  a  Carlos  de  puper  Señor  de  Laxao  mi  Camarero 
e  del  mi  Consejo  acatando  lo  mucho  que  mea  seruido  e  continuamente 
sime  de  los  tres  quartos  dello  e  que  del  otro  quarto  pague  los  salarios  e 
otros  gastos  nuestros/  por  ende  Yo  vos  mando  que  sy  el  dicho  adelan- 
tado Vasco  Nuñez  es  venido  e  sino  quando  veniere  la  dicha  entrada 
toméis  el  quinto  que  de  todo  lo  que  se  truxere  nos  pertenesgiere  e  to- 
mando para  nos  el  quarto  dello  para  la  paga  de  los  dichos  salarios  o 
cosas  nuestras  que  alia  se  an  de  haser,  los  otros  tres  quartos  del  dicho 
quinto  le  deis  e  entreguéis  luego  al  dicho  Carlos  de  puper  Señor  de 
Laxao  o  a  quien  su  poder  para  ello  ouiere  syn  que  en  eUo  aya  falta 
alguna/  lo  qual  quiero  e  mando  que  se  cunpla  y  haga  asy  no  enbargante 
qualquiera  Carta  prouision  o  instrugion  que  en  contrario  de  lo  sobre 
dicho  aya  por  quanto  como  dicho  es  yo  le  hago  merced  dello  e  tomad 


—  186  — 

su  carta  de  pago  o  de  quien  el  dicho  su  poder  ouiere  con  la  qual  e  con 
esta  mi  cédula  mando  que  sean  rebebidos  en  quenta  a  vos  Alonso  de 
Lapuente  nuestro  thesorero  sin  otro  recaudo  alguno  lo  que  asy  le  die- 
redes,  e  montare  en  los  dichos  tres  quartos  del  dicho  quinto  conforme 
a  lo  susodicho  e  vos  doy  por  libre  e  quito  dello  tomando  la  razón  desta 
mi  Cédula  los  nuestros  officiales  de  la  Casa  de  la  Contratación  de  las 
Yndias  que  residen  en  la  ciudad  de  Seuilla  e  non  fagades  ende  al  fecha 
en  QaragOQa  a  XXIIIF  de  Setiembre  de  quinientos  e  diez  e  ocho  años 
yo  el  rey  por  mandado  del  Rey  Francisco  de  los  Conos/  e  en  las  espal- 
das de  la  dicha  Cédula  estañan  dos  señales  de  firmas  e  escripto  lo  si- 
guiente. 

Asentada/  francisco  de  los  Conos. — Asentóse  esta  Cédula  de  su  al- 
tega  en  los  libros  de  la  Casa  de  la  Contratagion  de  Seuilla  en  XXII  de 
enero  de  mili  y  quinientos  e  diez  e  nueve  años  el  doctor  Matiengo, 
Jhoan  J^opez  de  rrecalde/  Jhoan  de  Maluenda  Polanco.  E  agora  por 
parte  del  dicho  Carlos  de  puper  Señor  de  Laxao  mes  fecha  relación  que 
teniendo  el  dicho  adelantado  Vasco  nuñez  fechos  ciertos  nauios  en  la 
mar  del  Sur,  para  yr  a  efectuar  el  dicho  viaje  que  le  enbiaste  segund 
se  contenia  en  la  instrugion  que  le  distes  dis  que  por  giertas  causas  lo 
mandastes  prender  e  prendistes  de  manera  que  el  no  lo  pudo  yr  a  haser 
e  que  con  los  dichos  navios  que  tenia  fechos  e  con  la  gente  e  armada 
que  para  ello  tenia  e  con  alguna  otra  mas  aveis  enbiado  otro  Capitán  o 
Capitanes  a  haser  el  viaje  que  el  dicho  Vasco  Nuñez  auia  de  yr  a  haser 
suplicóme  que  pues  le  auia  fecho  la  dicha  merced  de  las  dichas  tres 
quartas  partes  del  dicho  quinto  que  asy  truxese  e  nos  perteneciese  e 
no  lo  auia  ydo  a  efectuar  por  la  dicha  prisión  le  confirmase  la  dicha 
merced  de  lo  que  nos  pertenesgiese  e  traxesen  los  dichos  Capitanes 
gente  e  armada  que  en  su  logar  enbiastes  a  faser  el  dicho  viage  e  en- 
trada como  la  mi  merced  fuese  e  porque  mi  merced  e  voluntad  es  de  le 
haser  la  dicha  merced  touelo  por  bien  porende  yo  vos  mando  que  asi 
de  lo  quel  dicho  adelantado  Vasco  Nuñez  enbio  de  la  mar  del  Sur  es- 
tando hazieudo  los  dichos  nauios  para  la  dicha  armada,  como  de  lo  que 
truxeren  los  dichos  Capitanes  gente  e  armada  que  enbiasteis  a  haser 
el  viaje  quel  dicho  adelantado  Vasco  nuñez  avia  de  yr  a  haser  deis  e 
entreguéis  al  dicho  Carlos  de  puper  Señor  de  Laxao  luego  sin  que  en 
ello  aya  dilagion  o  aquien  su  poder  para  ello  ouiere  las  dichas  tres  quar- 
tas partes  del  quinto  del  oro  perlas  guanines  esclauos  e  ropa  de  algo- 
don  e  otras  cosas  que  a  nos  pertenegieren  de  la  dicha  entrada  e  viaje 
conforme  a  la  dicha  mi  cédula  que  de  suso  va  encorporada  sin  que  en 
ello  aya  falta  alguna  bien  asi  como  si  el  dicho  adelantado  Vasco  nu- 
ñez lo  fuera  a  haser  con  los  dichos  nauios  gente  e  armada  que  tenia 
fecha  e  tomad  su  carta  de  pago  o  de  quien  el  dicho  su  poder  ouiere  con 
la  qual  e  con  esta  mi  ^edula  seyendo  tomada  rason  della  por  los  núes- 


—  187  — 

troa  Oficiales  que  residen  en  la  gibdad  de  Seuilla  en  la  Casa  de  la  Con- 
trataQion  de  las  indias  mando  que  sea  rescebido  e  pasado  en  quenta 
a  vos  Alonso  de  la  Puente  nuestro  thesorero  en  la  dicha  Castilla  del  oro 
de  tierra  firme  sin  otro  recaudo  alguno  lo  que  asy  le  dieredes  e  monta- 
ren en  los  dichos  tres  quartos  del  dicho  quinto  conforme  a.  lo  suso  dicho 
e  vos  doi  por  libre  e  quito  dellos  para  agora  e  para  siempre  jamas  a 
vos  e  a  vuestros  herederos  e  sucesores  e  no  fagades  ende  al  fecha  en 
bargelona  a  XX  de  Mayo  de  mili  e  quinientos  e  diez  e  nueve  años. — Yo 
el  rey. — Refrendada  del  Secretario  Conos. — Señalada  del  Dean  de  be- 
sango  e  del  obispo  de  Burgos. — De  Don  Gargia  e  licenciado  Qapata. 


70 

(Año  de  1519. — Junio  18,  Barcelona).  —  Requerimiento  hecho  á  Pedrarias  en  nom- 
bre de  Gil  González  Dávila  para  que  en  cumplimiento  de  la  Real  cédula  de  di- 
cha fecha  le  entregasen  los  navios  construidos  por  Vasco  Núñez  de  Balboa. — 

En  la  cibdad  de  Santa  Maria  del  antigua  del  darien  quatro  dias 
del  mes  de  hebrero  de  myll  e  quinientos  e  veynte  años.  Ante  el  m-uy 
magnifico  Señor  Pedrarias  Davyla  tenyente  general  en  estos  Reynos  de 
Castilla  del  oro  por  sus  altezas/.  Y  en  presencia  de  mi  Martyn  estete 
tenyente  de  escriuano  general  en  estos  dichos  Reynos  e  de  los  testigos 
de  yuso  escriptos  paresgio  presente  vn  onbre  que  se  dixo  por  su  nonbre 
el  Oapitan  Juan  del  Sanz  e  asy  paresgido  presento  e  leher  fizo  por  mi 
el  dicho  Martin  estete  vna  gedula  fyrmada  del  Rey  D.  Carlos  Nuestro 
Señor  e  refrendada  de  francisco  de  los  Cobos  su  Secretario  e  señalada 
en  las  espaldas  de  algunas  fyrmas  de  los  de  su  consejo  segund  por  la 
dicha  Qedula  paresgia,  su  thenor  de  la  qual  es  este  que  se  sygue. — El  Rey. 
— Nuestro  lugar  thenyente  general  e  governador  de  Castilla  del  oro  yo 
he  sydo  ynformado  que  Vasco  nuñez  de  balboa  syn  licencia  especial 
nuestra  fue  a  la  parte  de  la  mar  del  Sur  a  haced  cierto  descubrimyento 
con  §iertos  navios  e  gente  e  que  en  el  tomo  e  ovo  algunas  cosas  e  que 
al  presente  el  dicho  Vasco  Nuñez  esta  preso  e  por  que  como  vereys  yo 
enbyo  a  Gil  Gongales  de  Avila  e  andres  (el  apellido  ilegible)  con  gierta 
armada  al  descobrimiento  de  la  dicha  mar  del  Sur  yo  vos  mando  que  en 
rescibiendo  esta  proveays  como  se  entreguen  al  dicho  Gil  gongales  todos 
los  nabyos  e  fustas  que  el  dicho  Vasco  Nuñez  llevaba  e  quedaron  de  su 
armada  para  que  con  eUos  de  mas  de  los  que  de  acá  Uevan  puedan  ha- 
zer  el  dicho  descobrimiento  o  viaje  por  ante  vn  Vehedor  que  vos  para 
eUo  nonbraredes,  el  qual  se  haga  cargo  de  todo  por  ynbentario  lo  qual 
proveed  luego  como  cosa  que  mucho  toca  a  nuestro  servycio  syendo 


—  188  — 

tomada  la  razón  desta  mi  Qedula  por  los  nuestros  ofigiales  que  resyden 
en  la  Cibdad  de  Seuilla  en  la  casa  de  la  contratagion  de  las  Yndias 
fecha  en  Barcelona  a  diez  e  ocho  dias  del  mes  de  Junio  año  de  mili  e 
quynientos  e  diez  e  nueve  años. — Yo  el  Rey.— Por  mandado  del  Rey 
Francisco  de  los  Cobos  y  en  las  espaldas  de  la  dicha  Qedula  esta  va 
escrito  lo  siguiente. — Asentóse  esta  Qedula  de  su  alteza  en  los  libros 
de  la  Casa  de  la  Contratación  de  Seuilla  en  veyute  e  ocho  dias  de  Junio 
de  mili  e  quynientos  e  diez  e  nueve  años. — El  Doctor  Matiengo. — Juan 
López  de  Recalde. 

E  asy  presentada  la  dicha  Qedula  el  dicho  Capitán  Juan  del  Salce 
pedio  al  dicho  Señor  tenyente  general  la  conpliese  como  en  ella  se 
contenya. 

E  luego  el  dicho  Señor  theniente  general  tomo  la  dicha  ^edula  de  Su 
alt.*  en  sus  manos  e  vesola  e  púsola  sobre  su  cabega  e  dixo  que  la  obe- 
desgia  e  obedescia  con  el  ma-yor  acatamyento  que  podia  e  devya  como  a 
Qedula  e  mandamyento  de  su  Rey  e  Señor  natural  a  quien  Dios  nuestro 
Señor  dexe  byvir  e  reynar  por  muchos  e  largos  tiempos  con  acresgenta- 
myento  de  muchos  Reynos  y  señoríos  e  que  en  quanto  al  conplimyento 
della  que  su  señoría  lo  vera  e  responderá  e  provera  cerca  dello  lo  que 
conbenga  al  serbycio  de  Su  Alteza,  testigos  el  Alcalde  Cliistoual  Se- 
rrano e  Alonso  de  fuentes  e  francisco  de  Valladolid. 

E  luego  el  dicho  Capitán  Juan  del  Salze,  dixo  que  lo  pedia  e  pidió 
por  testimonyo  testigos  los  susodichos. 

E  después  de  lo  susodicho  en  cinco  dias  del  mes  de  hebrero  de  mili 
e  quynientos  e  veynte  años  al  dicho  Señor  thenyente  general  dixo  que 
por  quanto  su  Señoría  tiene  respondido  que  vera,  lo  que  su  magestad 
manda  por  su  ^edula  e  que  quanto  al  conplimiento  della  proveerá  lo 
que  mas  convenga  al  servygio  de  su  alteza  que  los  nabyos  que  están 
hechos  en  la  mar  del  Sur  son  hechos  por  expreso  mandamiento  del  muy 
Católico  Rey  don  femando  de  gloriosa  memoría  nuestro  Señor  e  de  su 
alteza,  porque  tiene  mandado  a  su  Señoría  que  descubra  e  haga  des- 
cubrir e  pacificar  e  poblar  en  la  costa  de  la  mar  del  Sur  e  por  virtud 
del  dicho  mandamiento  enbyo  al  dicho  vasco  nuñez  de  balboa  con  gierta 
gente  a  hazer  los  dichos  nabyos  e  comentaron  a  hazerlos  e  sucedió  que 
por  cierto  delito  que  el  dicho  Vasco  nuñez  cometió  fue  degollado  por 
justicia  e  convyno  biniere  su  Señoría  en  persona  a  acabar  de  hazer  los 
dichos  nabyos  e  otros  que  después  se  hizieron  e  hazer  el  vyaje  e  descu- 
brimyento  que  se  a  hecho  e  haze  en  la  dicha  costa  e  que  los  dichos  na- 
byos an  costado  a  hazer  mas  de  ginquenta  mili  ducados.  E  se  a  hecho 
con  la  sangre  e  sudor  e  hazienda  y  vydas  del  dicho  señor  tenyente  ge- 
neral e  de  los  Capitanes  e  hidalgos  e  gente  que  se  an  hallado  en  el 
dicho  vyaje  passando  munchos  trabajos  e  hanbres  e  peligros  como  es 
notorio  en  servygio  de  su  alteza  syn  ganar  sueldo  ni  ayuda  de  costa  que 


-  189  — 

su  alteza  les  aya  hecho/  e  se  a  hecho  la  gibdad  de  panamá  con  eUos  e 
a  pagificado  la  tierra  e  los  tiene  en  conserva  para  proveer  e  sostener 
la  dicha  gibdad  e  para  descubrir  della  las  tierras  e  yslas  que  quedan 
por  descubrir  en  la  dicha  mar  del  Sur/  y  por  esto  paresge  que  lo  que 
su  alteza  manda  por  su  gedula  fue  por  no  ser  ynformado  de  la  verdad 
e  de  lo  que  conbyene  a  su  servygio  mayormente  que  no  se  conpadesge 
ni  es  de  creer  que  sy  su  alteza  fuera  byen  ynformado  mandara  proveer 
los  dichos  navyos  de  nuevo  Capitán  e  nueva  compañía  de  gente  en  pre- 
juygio  de  los  Capitanes  e  hidalgos  que  con  tantos  trabajos  como  dicho 
tiene  los  an  hecho  en  servygio  de  Su  Magestad  pues  su  real  cuydado  e 
vigilangia  es  de  tener  a  todos  en  justicia  e  dixo  que  porque  que  conviene 
a  servygio  de  Su  Magestad  que  en  el  vyaje  que  esta  comentado  con  los 
dichos  nabyos  e  en  lo  que  en  ello  esta  proveydo  no  aya  mudanga  pues 
los  nabyos  están  hechos  con  licencia  e  se  hezieron  con  tanta  costa  de 
los  que  en  ellos  andan  e  an  sydo  e  son  muy  leales  servydores  e  vasallos 
de  su  alt.*  e  gente  de  mucha  esperengia  e  vsados  a  los  trabajos  e  necesy- 
dades  della/  y  los  que  agora  vyenen  por  ser  nuevamente  venidos  a  la 
tierra  ser  de  calidad  que  a  todos  prueba  e  pone  en  mucho  peligro  de 
sus  vydas/.  Y  primero  que  tengan  entendidas  las  cosas  della/  se  passa 
el  tiempo  de  probeerlas  e  de  hazerse  lo  que  convyene  en  el  servygio  de 
Su  Magestad  que  su  señoría  con  el  mas  humylde  e  devydos  acatamyen- 
tos  que  devya  e  podia  suplicava  e  suplico  de  la  dicha  Cédula  e  de  lo 
en  ella  contenydo  para  ynformar  a  su  magestad  de  todo  lo  que  passa  en 
razón  de  lo  susodicho  mas  convenga,  para  que  sabyda  enteramente  la 
verdad  su  alt.^  mande  proveer  lo  que  mas  convenga  a  su  servycio  e  pe- 
diólo por  testimonio  a  mi  el  dicho  escrivano/.  E  que  no  de  lo  pedido 
por  el  dicho  Capitán  syn  que  esta  su  respuesta  vaya  debaxo  de  vn  signo 
con  la  dicha  Qedula  e  autorizado  sobre  ella,  testigos  los  Señores  theso- 
rero  Alonso  de  la  puente  e  Diego  Márquez  e  Alonso  Alvarez  su  criado. 

E  luego  el  dicho  Capitán  Juan  del  Salze  dixo  que  lo  oya  testigos  los 
suso  dichos, — Va  hemendado/  o  diz  don  Carlos  e  va  escripto  sobre  raydo 
(o  diz  diez  e  nueve  e  va  escripto  entre  renglones  (o  diz  dichos  e  o  diz 
suso  no  le  enpezen.  E  yo  el  dicho  Martin  estete  que  presente  fuy  a  lo 
que  dicho  es  en  vno  con  los  dichos  testigos  e  de  pedimyento  del  dicho 
Capitán  Juan  de  Salze  lo  fise  escrebir  e  fise  aqui,  este  mió  signo  e  tal 
en  testimonio  de  verdad.^Signo. — Martin  Estete. 

En  siete  dias  del  mes  de  hebrero  del  dicho  año  antel  dicho  Señor 
teniente  general  y  on  presencia  de  mi  el  dicho  escribano  paresgio  el 
dicho  Capitán  Juan  del  Salze  e  presento  vn  escripto  de  requerimiento 
su  thenor  del  qual  es  este  que  se  sigue. 

Este  presente  dad  por  testimonio  sygnado  en  manera  que  haga  fee 
a  mi  el  Capitán  Juan  del  Sanz  en  nonbre  de  Gil  gongalez  davila,  c^nva- 
Uero  de  la  orden  de  Santiago  Capitán  del  armada  que  Su  Magestad  el 


—  190  — 

Enperador  e  Rey  nuestro  Señor  enbia  al  descubrimiento  del  mar  del 
Sur  e  por  virtud  del  poder  que  del  dicho  Capitán  tengo  como  en  pre- 
sencia conparezco  ante  el  muy  magnifico  señor  Pedrarias  davila  lugar 
theniente  general  de  su  magestad  en  estos  Rey  nos  de  Castilla  del  oro, 
y  digo  que  bien  sabe  su  señoría  como  yo  le  notifique  vna  gedula  y  man- 
damiento de  su  magestad  por  la  qual  en  efebto  le  mandan  que  luego  de 
y  entregue  al  dicho  Capitán  Gil  gongalez  davila  todos  los  nabios  e  fus- 
tas que  Vasco  Nuñez  de  Valboa  syn  su  espresa  ligenzia  e  mandado 
avia  fecho  en  la  mar  del  Sur  para  aser  cierto  descubrimiento,  que  luego 
probeays  que  se  le  entreguen  para  que  con  ellos  demás  de  otros  pueda 
hazer  el  dicho  descubrimiento,  e  viaje  entregándoselos  por  ante  vn  be- 
hedor  que  su  Señoría  para  ello  uonbrase  para  que  haga  cargo  de  todo 
ello  al  dicho  Capitán  por  ymbentario  e  que  lo  proveyese  luego  como 
cosa  que  mucho  toca  a  su  servigio  como  mas  largamente  en  la  dicha 
cédula  e  mandamiento  de  su  magestad  se  contiene  que  ya  tengo  notifi- 
cada a  su  Señoría  del  dicho  Señor  theniente  General  a  la  qual  me  re- 
fiero a  la  qual  su  señoría  respondió  denegándome  los  dichos  navios  como 
m,as  largamente  en  la  respuesta  de  su  señoría  presento. 

E  agora  no  obstante  lo  por  el  dicho  Señor  theniente  general  dicho  e 
respondido  a  la  dicha  cédula  e  mandamiento  de  Su  Alt.*  yo  en  el 
dicho  nonbre  del  dicho  Capitán  general  gil  gon§alez  davila  pido  e  re- 
quiero a  su  Señoría  vna  e  dos  y  tres  bezes  y  mas  bezes  quantas  puedo 
e  devo  de  derecho  que  luego  a  la  ora  torne  a  ver  la  dicha  gedula  de  su 
magestad  y  la  obedescan  e  cunplau  segund  e  como  en  eUa  se  contiene 
y  en  cunpliendola  le  mande  dar  y  entregar  los  dichos  navios  e  fustas 
quel  dicho  Vasco  Nuñes  de  balboa  avia  fecho  e  quedaron  en  la  dicha 
mar  del  Sur  y  dando  su  mandamiento  para  el  licenciado  gaspar  dees- 
pinosa  su  Alcalde  mayor  e  theniente  de  Capitán  General  e  para  los 
Capitanes  e  gente  que  están  e  tienen  los  dichos  navios  e  fustas  en  l.i 
dicha  mar  del  Sur  e  costa  deUa  para  que  luego  a  la  ora  syn  detenimiento 
ni  dilagion  alguna  den  y  entreguen  los  dichos  navios  e  fustas  al  dicho 
Capitán  gil  gongalez  davila  o  a  la  persona  o  personas  que  su  gierto 
mandado  e  poder  llevaren  para  los  resgibir,  para  que  el  dicho  Capitán 
general  gil  gongalez  davila  haga  dellos  lo  que  Su  Magestad  le  enbio  a 
mandar  como  por  la  dicha  §edula  e  mandamiento  paresge  y  mandando 
asi  mismo  al  dicho  alcalde  mayor  e  capitanes  e  gentes  que  tienen  los 
dichos  navios  que  mas  no  se  entremetan  a  entrar  ni  descobrir  por  la 
dicha  costa>  de  la  mar  del  sur  e  tierra  deUa  so  grandes  penas  que  les 
pongan  como  personas  que  deven  y  han  de  hazer  e  complir  lo  que  por 
su  Rey  e  Señor  natural  les  es  mandado  sy  asi  vuestra  Señoria  lo  hi- 
ziere  hará  lo  que  deve  y  es  obligado  e  lo  que  su  magestad  le  enbia  a 
mandar,  donde  no  protesto  que  todo  el  oro  y  perlas  e  esclabos  e  ropas 
e  otras  cosas  quel  dicho  Alcalde  mayor  e  Capitanes  e  gentes  ovieren 


—  191  — 

en  la  dicha  costa  de  la  mar  del  Sur  e  tierra  deUa  e  en  las  yslas  de  la 
dicha  míir  de  oy  dia  en  adelante  sea  del  armada  de  su  magestad  quel 
dicho  Capitán  gil  gongalez  tiene  a  cargo  e  para  ella  comp  sy  por  el 
dicho  Capitán  gil  gongalez  e  gentes  del  armada  que  consigo  trahe  se 
ovieran  ávido  e  adquerido  pues  se  toman  de  la  costa  e  mar  que  su  ma- 
gestad manda  e  enbia  a  descobrir  a  su  costa  para  lo  qual  embia  mucha 
copia  de  gentes  e  bastimientos  e  otras  cosas  que  el  dicho  Capitán  trae 
con  la  qual  esta  enbarcando  en  el  puerto  de  Acia  do  queda  esperando 
la  probisyon  que  en  esto  Su  Señoría  ha  de  hazer,  con  mucho  gasto  de 
la  dicha  armada  e  demás  desto  de  cobrar  de  vuestra  Señoria  e  de  sus 
bienes  el  dicho  principal  e  todas  las  costas  e  daños  perdidas  e  menosca- 
bos que  a  la  armada  de  su  Alt.^  e  al  dicho  Capitán  e  gentes  dellas  vinie- 
ren e  se  le  recresciei  en  e  el  oro  e  plata  e  perlas  e  otras  cosas  que  por  asi 
no  lo  facer  e  complir  e  no  dalle  ni  mandalle  dar  e  entregar  los  dichos 
navios  se  recrescieren  e  dexaren  de  ganar  e  adquirir  e  rescatar  e  con- 
tratar con  los  yndios  moradores  de  las  dichas  tierras  e  demás  de  esto 
que  el  dicho  gil  goní^alez  davila  se  quexara  de  su  Señoria  a  su  magestad 
e  ante  quien  e  como  e  con  derecho  deva  pues  que  no  quiere  conplir  el 
mandamiento  de  su  Rey  e  Señor  natural  pues  con  tanta  eficacia  se  lo 
enbia  a  mandar  e  como  cosa  que  ymporta  mucho  a  su  seruigio  como  por 
la  dicha  Qedula  e  mandamiento  paresge  y  por  otros  ñnes  que  S.  Alt.* 
tiene  en  que  mucho  va  a  su  estado  e  fazienda  como  por  las  palabras  de 
la  dicha  Qedula  paresQe  e  se  deven  colegir  e  de  como  se  lo  digo  pido  (! 
requiero  en  el  dicho  nonbre  pido  a  vos  el  presente  escriuano  me  lo  deys 
por  testimonio  e  a  los  presentes  que  dello  sean  testigos. 

E  asy  presentada  el  dicho  Señor  theniente  general  dixo  que  ya  el 
tiene  obedesgida  la  dicha  Qedula  de  su  magestad  como  a  Cédula  e  man- 
damiento de  su  enperador  e  rey  e  señor  natural  e  que  a  mayor  ahonda- 
miento agora  lo  obedesce  con  el  mayor  acatamiento  que  deve  y  es  obli- 
gado. E  oue  el  responderá  lo  que  convenga  al  seruigio  de  Su  Magestad 
testigos  el  Alcalde  Christobal  Serrano  e  el  Capitán  francisco  fernan- 
dez  e  Ruy  Diaz  lapidario  de  sus  Altezas. 

En  ocho  dias  del  mes  de  febrero  de  miU  e  quinientos  e  veynte  años 
el  muy  magnifico  señor  pedrarias  davila  lugartheniente  general  en  estos 
reynos  de  Castilla  del  oro  por  su  magestad,  dixo  a  los  Señores  Alonso 
de  la  Puente  thesorero  e  diego  marquez  contador  e  Miguel  Juan  de 
Rivas  oficial  de  su  magestad  que  ya  sabian  como  con  su  acuerdo  dellos 
su  Señoria  avia  ydo  a  pagificar  la  tierra  e  a  poblar  e  descubrir  en  la 
mar  del  Sur  e  acavar  los  navios  que  esta  van  comentados  e  a  fager  otros/ 
e  como  en  la  buena  ventura  de  Su  magestad  del  enperador  e  Rey  nuestro 
Señor  dios  avia  seydo  servido  que  todo  lo  descobierto  se  pacificase  e  los 
mas  de  los  yndios  e  caQiques  comengaseu  a  seruir  e  como  se  avia  fecho 
la  graud  Qibdad  de  Panamá  en  tan  buen  sytio  e  comarca  como  esta  e 


—  192  — 

con  tan  ricas  minas  a  par  della  de  la  vna  parte  e  de  la  otra  tan  gran- 
des pesquerías  e  tan  ricas  de  perlas  e  fager  en  lugar  e  puerto  do  della 
se  puede  descobrir  toda  la  mar  del  Sur  con  poco  travajo  e  en  el  mas  corto 
paraje  de  toda  la  costa  de  la  mar  del  norte  e  que  después  que  se  hizo 
aquella  gibdad  no  pudieron  fager  los  yndios  otra  cosa  syno  venir  de  paz 
e  como  avia  dexado  el  al  alcalde  mayor  en  su  lugar  en  la  dicha  gibdad 
con  los  dichos  navios  en  conserva  della  para  la  sustentación  de  la  dicha 
gibdad  e  descubrir  de  alli  en  la  dicha  mar  del  Sur.  E  como  la  dicha 
(;ibdad  syn  los  dichos  navios  no  se  podia  sostener  ni  todo  lo  fecho  e  prin- 
gipiado  e  asi  convino  que  Su  Señoría  fuese  a  besar  las  muy  Reales  ma- 
nos de  Su  Magestad  e  a  hazer  la  relagion  de  las  cosas  destos  Reynos 
para  que  sabida  la  verdad  de  todo  Su  Magestad  mandase  probeer  lo 
que  mas  fuese  su  servicio.  E  que  los  dichos  navios  son  de  toda  la  gente 
que  alli  esta  e  que  los  han  fecho  con  su  propia  sangre  e  vidas  e  fazien- 
das  e  la  grand  suma  de  maravedises  que  les  cuentan  como  cosa  que 
es  de  todos  e  de  cada  vno  todos  edifican  e  labran  e  reparan  en  los  di- 
chos navios  quando  es  menester/  e  asi  los  sostienen  en  servido  de  Su 
Magestad  e  andan  en  lo  suso  dicho  no  como  ombres  de  guerra  mas  como 
artesanos  syrviendo  a  Dios  e  a  su  magestad  e  que  de  otra  manera  con 
grandissimas  costas  e  gastos  no  se  podria  sostener  e  que  se  perdería 
lo  fecho,  de  lo  qual  Dios  e  su  magestad  serian  deseruidos  e  estos  Rey- 
nos  muy  agraviados  e  no  seria  fecha  Justicia  que  es  la  cosa  que  Su  Ma- 
gestad mas  manda  que  se  haga  e  guarde  a  todos  e  que  allende  de  lo  su- 
sodicho que  entre  gente  nueva  e  syn  esperiengia  e  syn  estar  fechos  a  los 
trabajos  e  esterelidades  de  los  mantenimientos  de  la  dicha  tierra  seria 
muy  grand  ynconbenyente  en  no  poder  llevar  lo  comengado  adelante 
y  que  segund  Su  Señoría  esta  ynformado  puesto  caso  que  el  Señor  Capi- 
tán Gil  gongalez  es  buen  cavallero  e  avil  para  todo  que  la  mas  de  .'a 
gente  que  trae  no   es,   hasta  que   se   haga  a  la  tierra,   para   metella 
en  los  travajos  della,  comp  ya  por  esperiengia  en  otros  de  su  manera 
se  ha  visto,  e  los  mantenimientos  que  tienen  no  son  durables  para  las 
partes  donde  se  avian  de  gastar,  por  ende  que  paresge  a  sus  mergedes 
les  es  notorio  todo  lo  suso  dicho  como  a  personas  que  han  seydo  en  pro- 
veer todas  las  cosas  del  seruigio  de  Sus  Altezas  con  Su  Señoría,  que  de 
parte  de  Su  magestad  les  mandava  e  mando  e  de  la  suya  les  pedían  por 
merced  tornasen  a  ver  la  dicha  Qedula  de  Sus  altezas  e  la  respuesta 
que  sobre  ella  Su  señoría  thenía  dada  e  otra  replícacíon  de  ríquirimiento 
que  agora  el  dicho  Capitán  Juan  del  Sauz  en  nonbre  del  dicho  Señor  Gil 
gongalez  le  faze  en  respuesta  della. 

E  asi  mismo  como  estando  su  Señoría  e  sus  mercedes  en  lugar  de 
su  magestad  para  probeer  las  cosas  destos  reynos  que  tocaren  al  ser- 
uigio  de  Su  Magestad  el  dicho  Señor  Gil  Gonzales  se  ha  entrado  en  la 
dicha  tierra  con  la  dicha  armada  syn  mostrar  las  probisioues  (pie  de 


—  193  - 

Su  Magestad  trae  e  que  sobre  todo  le  den  su  parecer/,  para  que  visto 
el  dicho  señor  theniente  general  provea  lo  que  mas  convenga  al  seruigio 
de  su  magestad  e  pidió  a  mi  el  dicho  escriuano  pusiese  este  pedimento 
con  el  paresger  que  acerca  dello  dieren  los  dichos  Señores  Ofigiales  en 
el  proceso  de  avtos  que  sobre  este  caso  esta  fecho. — Pedrarias  Davilii 
testigos  que  fueran  presentes  a  la  prosecución  deste  dicho  pedimiento 
el  alcalde  Christobal  Serrano  e  Uenito  hurtado  e  Alonso  de  fuentes. 

E  asi  presentado  los  dichos  Señores  oficiales  dixieron  que  verán 
todo  lo  que  Su  Señoría  dize  e  manda  e  que  responderán  testigos  los 
suso  dichos. 

Este  dicho  dia  mes  e  año  suso  dichos.  Los  dichos  Señores  ofigiales 
dixieron  que  visto  la  dicha  Cédula  del  enperador  e  rey  nuestro  Señor 
e  los  pedimientos  fechos  por  el  Capitán  Juan  del  Sanz  e  lo  respondido 
por  su  Señoría  que  les  paresge  que  su  Señoría  deve  con  toda  ynstangia 
y  efecbto  conplir  el  mandamiento  de  Su  Alt.*  por  ser  cosa  que  tanto 
ynporta  a  su  servigio  e  que  de  qualquier  dilación  se  podrían  seguir 
muchos  ynconveuientes  asy  en  el  enfermar  e  morir  de  la  gente  deter- 
niendose  en  la  tierra  como  en  los  otros  daños  e  gastos  que  dello  pueden 
resultar  e  que  deve  su  Señoría  dar  tal  borden  como  la  Qibdad  de  pa- 
namá se  conserbe  e  sostenga  e  que  entre  el  Señor  Capitán  Gil  gongalez 
davila  e  la  gente  e  compaña  cuyos  son  los  navios  por  que  todos  han  ser- 
vido muy  bien  a  sus  alt.*  en  la  tierra  aya  tal  conformidad  que  se  cumpla 
el  seruigio  de  su  Alt."'  e  ellos  no  sean  agraviados  en  cosa  alguna  e  que 
la  forma  que  para  esto  les  paresce  que  se  deve  thener  es  dexar  para  la 
probision  de  la  giudad  alguno  de  los  navios  mas  conveniente  para  ello 
e  que  los  demás  se  diesen  al  dicho  Señor  Capitán  a  partes  como  agora 
andan  o  fletados  o  vendidos  e  por  la  manera  que  mfejor  paresca  para 
contentamiento  de  ambas  partes.  E  que  sea  de  manera  que  la  dicha 
9ibdad  de  panamá  se  conserve  e  sostenga.  Y  en  lo  que  Su  Señoría  dize 
de  la  entrada  del  dicho  Señor  Gil  gongalez  davila  en  esta  tierra  syn  mos- 
trar sus  provisyones  que  ya  a  Su  Señoría  le  consta  y  es  notorio  quel 
armada  que  tiene  es  de  Su  alt."*  e  que  los  pilotos  le  encaminaron  a  aquel 
puerto  por  ser  mas  seguro  e  mas  aproposito  de  su  jornada  e  que  creen 
que  por  estar  ocupado  en  el  hazer  descargar  e  poner  en  cobro  los  basti- 
mientos  no  ha  venido,  pero  que  enbio  su  mensajero  que  le  páreselo  que 
cumplía  puesto  que  devieran  traer  copia  de  sus  probisiones  pero  que  su 
señoría  le  debe  escribir  que  lo  enbie  o  traygan  todo  para  le  dar  todo 
el  fabor  e  ayuda  que  convenga  e  esto  dixieron  (]ue  davan  e  dieron  por 
su  respuesta/ testigos  francisco  de  Valladolid  e  luis  Alvarez  estantes  en 
la  dicha  (Qibdad. 

E  después  de  lo  suso  dicho  en  nueve  de  hebrero  del  dicho  año  el 
dicho  Señor  theniente  general  respondiendo  al  requerimiodito  fecho  por 
el  dicho  Capitán  Juan  del  Sanz  en  nombre  del  dicho  Señor  Gil  gongalez 

13 


—  194  — 

davila,  dixo  que  ya  su  Señoría  tiene  respondido  las  cabsas  e  razones 
¡jorque  no  conviene  al  servicio  de  Su  Magestad  que  se  haga  mudanza 
de  los  dichos  navios  asy  por  las  cabsas  que  dichas  tiene  como  por  las 
que  espresara  e  dirán  a  Su  Magestad  en  su  tienpo  e  lugar  e  que  hasta 
que  vea  las  probisiones  Reales  quel  dicho  Señor  Gil  Gonsalez  trae  de 
Su  Magestad  que  responde  lo  que  respondido  tiene  no  consintiendo  en 
sus  protestaciones  ni  en  alguna  dellas  e  que  mandaba  e  mando  en 
nonbre  de  Su  Magestad  al  dicho  Capitán  que  muestre  e  presente  ante 
su  Señoría  las  probisiones  Reales  de  Su  Magestad  que  trae  para  que 
vistas,  su  Señoría  provea  lo  que  mas  convenga  a  seruicio  de  Su  Mages- 
tad con  apercibimiento  que  no  las  mostrando  e  presentado  ante  el  todo 
el  tienpo  que  se  dilatare  e  dilación  e  detención  que  obiere  e  deseruicio 
de  su  Magestad  sea  a  cargo  e  culpa  del  diclio  Gil  González  e  no  de  la 
suya  e  asi  lo  pidió  por  testimonio  testigos  que  fueron  presentes  a  lo 
que  dicho  es  el  theniente  grabiel  de  rojas  e  pedro  de  Gamez  e  Diego 
Maldonado. 

E  luego  el  dicho  Capitán  Juan  del  Sauz  dixo  que  lo  pedia  e  pidió 
por  testimonio/  testigos  los  susodichos/. 

E  yo  el  dicho  Martin  Estete  theniente  de  Tesorero  general  que  pre- 
sente f  uy  a  lo  que  dicho  es  e  de  pedimiento  del  dicho  Capitán  Juan  del 
Sauz  lo  saque  como  va  subgesibe  vuo  en  pos  de  otro  e  por  ende  ñse  aqui 
este  mió  signo  e  tal  en  testimonio  de  verdad. — Martin  Estete. 


71 

(Año  de  1520.  —  Septiembi-e  17,  Valladolid).  —Se  ordena  que  por  haber  fallecido 
Lope  de  Sosa  continúe  de  Gobernador  de  Castilla  del  Oro  Pedrarias  Dávila. — 
CA.  de  1.,  109-1-5). 

El  Rey. — Pedrarias  de  Avila  nuestro  lugar  theniente  general  e  go- 
vernador  de  Castilla  del  oro  vi  vuestras  letras  que  con  doña  Ysabel  de 
bobadiUa  vuestra  muger  me  escriuisteis  y  después  con  la  nueva  del  fa- 
llecimiento de  Lope  de  Sosa  de  que  por  gierto  nos  desplugo  por  ser 
la  persona  que  era  y  tan  antiguo  criado  y  servidor  avos  os  tengo  en 
mucho  seruigio  el  cuydado  e  trabajo  que  tomasteys  en  su  enterramiento 
y  en  rrecoger  a  sus  hijos  e  criados  y  el  buen  tratamiento  que  les  hezis- 
tes  que  es  lo  que  de  vos  se  espera  va  e  asy  vos  ruego  que  sy  ay  se  quisie- 
ren quedar  los  ayays  muy  recomendados  e  en  lo  que  ouiere  logar  los 
gratifiqueys  y  faborezcays. 

Visto  lo  subcedido  e  la  mucha  espiriengia  que  vos  tenéis  de  las  cosas 
desas  partes  e  tanbien  los  bueuos  términos  que  las  cosas  deUas  van 
tomando  e  lo  que  mas  vos  gerca  desto  escriuis  la  Catholica  Reina  mi 


—  195  — 

Señora  e  yo  por  vna  nuestra  provisión  vos  embiamos  a  mandar  que 
vseys  de  las  probisiones  e  ynstrucgiones  que  estavan  dadas  y  llevo  el 
dicho  Lope  de  Sosa  como  vereys  entretanto  que  otra  cosa  se  provee 
porque  tenemos  por  cierto  como  dezis  gera  para  mucho  seruigio  de 
nuestro  Señor  e  nuestro  e  bien  e  población  desa  tierra  e  con  la  presente 
vos  mando  embiar  carta  mia  para  Johan  Alonso  de  Sosa  que  vos  den 
y  entreguen  las  dichas  provisyones  recebidlas  e  vsad  deUas  como  de  vos 
confio. 

Vi  vuestras  cartas  e  todo  lo  demás  que  al  presente  no  se  vos  responde 
que  ha  pocos  dias  que  Uego  doña  Ysabel  e  porque  estas  provisiones  no 
se  detengan  yo  lo  mandare  todo  proveer  como  mas  convenga  e  se  os 
responderá  largo  a  todo  lo  mas  presto  que  ser  pueda  de  VaUadolid  a 
XVII  de  Septienbre  de  DXX  años. — Rey. — Refrendada  de  Arguello. 
— Señalada  de  Qapata. 


72 

(Año  de  1521. — Abril  11,  Burgos). — Real  cédula  á  Pedrarias  Dávila  para  que  entre- 
gue á  Gonzalo  Núñez  de  Balboa  las  naborías  que  fueron  de  su  hermano  el  Ade- 
lantado Vasco  ^úñez.—  (A.  de  1.,  109-1-5). 

El  Rey. — Pedrarias  Dauila  nuestro  lugartiniente  general  e  goberna- 
dor de  Castilla  del  oro  Gonzalo  Nuñez  de  Balboa  hermano  del  adelan- 
tado Basco  nuñez  de  balboa  ya  difunto  me  a  hecho  relación  que  al  tienpo 
quel  dicho  su  hermano  murió  tenia  giertos  nauorias  de  cassa  los  quales 
bos  diz  que  repartistes  entre  algunas  personas  que  en  esas  partes  resi- 
den de  quel  dicho  Adelantado  y  el  como  su  heredero  recibieron  mucho 
agrauio  y  daño  y  nos  suplico  y  pidió  por  merced  se  las  mandase  boluer 
e  restituir  como  la  mi  merced  fuere  e  yo  acatando  lo  que  el  dicho  ade- 
lantado en  su  vida  nos  simio  en  el  descubrimiento  y  población  de  la 
dicha  tierra  y  lo  quel  dicho  Gonzalo  Nuñez  su  hermano  nos  ha  seruido 
y  porque  tenemos  voluntad  de  que  regina  merced  tubelo  por  bien.  Por 
ende  yo  vos  mando  que  luego  que  con  esta  fueredes  requerido  quitéis 
y  tornéis  todas  las  nauorias  que  el  dicho  Adelantado  tenia  al  tienpo 
de  su  fin  y  muerte  de  poder  de  qualquiera  persona  aquien  las  ayais  en- 
comendado e  las  tenga  en  qualquiera  manera  e  las  deis  tornéis  y  resti- 
tuyáis todas  al  dicho  Gonzalo  Nuñez  de  Balboa  su  hermano  para  que 
las  tenga  encomendadas  conforme  a  nuestras  ordenanzas  e  según  e  como 
las  tenia  el  dicho  Adelantado  sin  que  en  ello  aya  falta  alguna  e  no  fa- 
gades  ende  al  por  questa  es  nuestra  boluntad.  fecha  en  burgos  a  onze 
dias  del  mes  de  Abril  de  1521  años. — El  Cardenal  de  Tortosensis. — El 
Condestable. — Señalada  del  Obispo  de  burgos. — Refrendada  de  Samano. 


—  196  — 


73 

(Año  de  1521. — Septiembre  6,  Burgos).— Párrafo  de  carta  de  los  Gobernadores  del 
Reino  á  Pedrarias  Dávila  declarando  nula  la  residencia  que  le  había  tomado  el 
Licenciado  Alarconcillo  por  no  tener  poder  para  ello. — (A.  de  L,  109-1-5). 

En  lo  de  la  residengia  que  degis  que  bos  y  vuestros  oficiales  aveis 
fecho  ante  el  licenciado  Juan  Rodriguez  de  AlarcongiUo  que  Ueuaba 
Lope  de  Sosa  para  su  alcalde  mayor  porque  el  no  tubo  poder  ni  facultad 
nuestra  para  la  tomar  y  tanuien  por  que  por  buestra  parte  me  an  su- 
plicado que  vos  la  mandase  tomar  lo  e  ha  ni  do  por  bien  y  enuio  a  man- 
dar al  dicho  licenciado  que  bos  la  tome  como  bereis  por  las  prouisiones 
que  della  mande  dar  acauada  la  dicha  Residengia  mi  voluntad  es  que  os 
quedéis  en  el  dicho  cargo  y  vseis  del  conforme  a  buestras  prouisiíuies 
entretanto  que  otra  cosa  mando. 


74 

(Año  de  1523.  —  Julio  4,  Valladolid).  —  Real  cédula  al  Gobernador  de  Castilla  del 
Oro  para  que  hiciese  la  justicia  que  pedía  Gonzalo  Núñez  de  Balboa  por  la  in- 
justa muerte  de  su  hermano  el  Adelantado  Vasco  Núñez. —  (A.  de  1.,  109-1-5). 

El  Rey. — Nuestro  gouernador  de  CastiUa  del  oro  por  parte  de  gon- 
galo  nuñez  de  baluoa  hermano  del  Adelantado  basco  nuñez  me  es  fecha 
relación  que  Pedrarias  de  Avila  lugar  theniente  general  de  gouernador 
desta  tierra  hizo  degollar  al  dicho  Adelantado  Vasco  Nuñez  su  hermano 
de  inbidia  injustamente  sin  tener  culpa  alguna  porque  no  paregiesen 
sus  seruicios  que  nos  havia  hecho  en  esa  tierra  asi  en  la  poblar  como  en 
descubrir  la  mar  del  sur  a  su  costa  e  me  suplico  e  pidió  por  merced  le 
mandase  hazer  justigia  o  como  la  mi  merced  fuese  lo  qual  visto  en  el 
nuestro  Concejo  de  las  indias  fue  acordado  que  deuiamos  mandar  esta 
nuestra  Carta  para  vos  en  la  dicha  razón  por  ende  yo  vos  mando  que 
luego  veades  lo  suso  dicho  e  llamadas  e  oydas  las  partes  brevemente 
hagades  e  administredes  entero  cumplimiento  de  justigia  por  manera 
que  las  partes  la  ayan  e  alcangen  e  ninguno  regiba  agrauio  de  que  tenga 
razón  de  se  quexar  e  no  fagades  ende  al  siendo  tomada  la  razón  de  esta, 
fecha  en  Valladolid  e  quatro  dias  del  mes  de  Jullio  de  mili  e  quinientos 
e  veynte  e  tres  años. — Yo  el  Rey. — Refrendada  de  Covos. — Señalada  del 
Comendador  mayor  y  Caravajal  y  Vargas  y  betran. 


—  197  — 


75 

(Año  de  1523.  —  Julio  4,  Valladolid).  —  Real  cédula  al  Gobernadoi-  de  Castilla  del 
Oro  reiterándole  la  orden  para  que  entregue  á  Gonzalo  Núñez  de  Balboa  las 
naborías  que  fueron  de  su  hermano  el  Adelantado  Vasco  Núñez.  —  (A.  de  1., 
109-1-5). 

El  Rey. — Nuestro  gobernador  de  Castilla  del  oro  saved  que  nos  man- 
damos despachar  vna  nuestra  gedula  firmada  de  nuestros  gobernadores 
destos  Reynos  en  nuestro  nonbre  su  tenor  de  la  qual  es  esta  que  se 
sigue. 

El  Rey. — Pedro  Arias  Dauila  nuestro  lugarteniente  general  gober- 
nador de  Castilla  del  oro  gonzalo  nuñez  de  Balboa  hermano  del  Adelan- 
tado basco  nuñez  de  balboa  ya  difunto  me  ha  fecho  relación  que  al 
tienpo  que  el  dicho  su  hermano  murió  tenia  giertas  nauorias  de  casa 
las  quales  diz  que  vos  Repartistes  entre  algunas  personas  que  en  esas 
partes  residen  de  que  el  dicho  adelantado  y  el  como  su  heredero  regi- 
uieron  mucho  agravio  e  daño  e  nos  suplico  e  pidió  por  merged  se  las 
mandase  boluer  y  restituir  o  como  la  mi  merced  fuese  e  yo  acatando 
lo  que  el  dicho  Adelantado  en  su  vida  nos  siruio  en  el  descubrimiento 
y  población  desa  dicha  tierra  e  lo  quel  dicho  Gonzalo  Nuñez  su  her- 
mano nos  a  seruido  e  porque  tenemos  boluntad  que  resciva  merged  tó- 
belo por  bien  por  ende  yo  bos  mando  que  luego  que  con  esta  fueredes 
requerido  quitéis  y  tornéis  todas  las  nauorias  quel  dicho  Adelantado 
tenia  al  tienpo  de  su  fin  y  muerte  de  poder  de  qualquier  persona  a  quien 
las  ayais  encomendado  o  las  tenga  en  qualquier  manera  las  deis  toméis 
y  restituyáis  todas  al  dicho  Gonzalo  Nuñez  de  Balboa  su  hermano  para 
que  las  tenga  encomendadas  conforme  a  nuestras  Ordenanzas  e  según 
e  como  las  tenia  el  dicho  Adelantado  sin  que  en  ello  aya  falta  alguna 
e  no  fagades  en  de  al  porque  esta  es  nuestra  boluntad,  fecha  en  burgos 
a  onze  dias  del  mes  de  Abril  de  mili  y  quinientos  y  veinte  y  vn  años. — 
El  Cardenal  de  Tortosensis. — El  Condestable,  Por  mandado  de  Sus 
Magestades,  los  Gobernadores  en  su  nonbre. —  Juan  de  Samano. —  E 
porque  mi  boluntad  es  que  la  dicha  Qedula  se  guarde  e  cumpla  yo  vos 
mando  que  veades  la  dicha  Qedula,  que  de  suso  ba  yncorporada  y  la 
guardéis  y  cunplais  e  hagáis  guardar  e  cunplir  en  todo  e  por  todo  como 
en  ella  se  contiene  como  si  de  mi  fuese  firmada  e  no  fagades  ende  al 
fecha  en  Valladolid  a  4  dias  del  mes  de  Julio  de  1523  años. — Yo  el  Rey. 
Refrendada  de  Cobos. — Señalada  de  los  sobredichos. 


198  — 


76 

(Año  de  1525. — Septiembre  22,  Toledo). —  Real  cédala  al  Capitán  General  y  Dipu- 
tados de  la  Armada  que  se  aprestaba  para  ir  á  descubrir  Tarsis,  Ofir,  Cipango 
y  el  Catayo  oriental,  recomendándoles  á  los  hermanos  de  Vasco  Núñez  de  Bal- 
boa.—fJ..  de  1.,  2-l-Vi8)- 

El  Rey. — Nuestro  Capitán  general  y  deputados  del  armada  que  al  pre- 
sente mandamos  yr  al  descubrimiento  de  las  Yslas  de  Tarsis  y  Ofir  y 
Cipango  y  el  Catayo  oriental  Albar  nuñez  de  balboa  y  Juan  nuñez  de 
balboa  hermanos  del  Adelantado  Basco  Nuñez  de  balboa  y  de  Gonzalo 
Nuñez  de  balboa  nuestro  tesorero  de  la  terzera  nao  desa  armada  son 
personas  que  nos  han  seruido  y  con  deseo  de  continuar  esto  van  en  el 
armada  por  lo  qual  y  por  lo  que  los  dichos  adelantado  y  Gonzalo  nu- 
ñez nos  han  seruido  tengo  voluntad  de  les  mandar  fauorecer  y  hazer 
meced  por  ende  yo  vos  mando  y  encargo  que  en  todo  lo  que  les  tocare 
les  ayudeys  y  favorezcays  y  ayais  muy  recomendados  y  ofreciéndose 
cosa  de  nuestro  seruicio  conforme  a  la  calidad  de  sus  personas  gelo  en- 
comendéis e  proueais  dello  en  que  nos  puedan  seruir  y  se  aprouechados 
que  en  ello  me  haréis  plazer  y  seruizio  de  Toledo  a  veinte  y  dos  de  Se- 
tienbre  de  mil  y  quinientos  y  veinte  y  cinco  años. — Yo  el  Rey. — Refren- 
dada y  señalada  de  los  dichos  . — Testado  Hermano  no  valga. 


77 

(Año  de  1525. — Diciembre  17,  Toledo).  — Carta  del  Consejo  de  las  Indias  al  Capitán 
General  y  Diputados  de  la  Armada  que  se  aprestaba  para  ir  á  descubrir  Tarsis, 
Ofir,  Cipango  y  el  Catayo  oriental,  recomendándoles  á  los  hermanos  de  Vasco 

Núñez  de  Balboa. — (A.  de  1.,  2-1-^/iq). 

■I 

Señores  Capitán  general  e  deputados  de  la  armada  que  Su  Magestad 
manda  yr  al  descubrimiento  de  las  yslas  de  Tarsis  y  Ofir,  Qipango  y  el 
Catayo  Oriental  ya  sabéis  como  los  dias  pasados  Su  Magestad  os  mando 
escribir  en  recomendación  de  Juan  nuñez  de  balboa  y  de  Albar  nuñez  de 
balboa  que  van  en  essa  armada  que  por  ser  hermanos  del  Adelantado 
Basco  Nuñez  de  Balboa  Su  Magestad  tiene  voluntad  de  los  mandar 
fauorecer  y  hacer  merced  e  somos  ynformados  que  hasta  agora  no  los 
haueis  Retenido  ni  señalado  salario  holgaremos  mucho  que  en  todo  lo 
que  les  tocare  los  ayays  por  muy  recomendados  y  les  ayudéis  y  fauorez- 
cays,  y  hauiendo  lugar  los  Ueueis  en  el  numero  de  los  doze  gentiles 


—  199  — 


hombres  desa  armada  que  liauido  respeto  a  sus  personas  y  a  lo  que  el 
dicbo  Adelantado  y  Gonzalo  Nuñez  su  hermano  han  seruido  a  Su  Ma- 
gestad  receñiremos  mucho  plazer  dello  de  Toledo  a  diez  y  siete  del  mes 
de  Diziembre  de  mil  y  quinientos  y  veinte  y  cinco  años,  señalada  del 
Obispo  de  Osma  y  doctor  Beltran  y  Obispo  de  Ciudad  Rodrigo. 


78 

(Sin  fecha). —  Memora]  de  un  religioso  Dominico  sobre  «La  desborden  de  Pedra- 
rias». — (A.  de  I.,  l-l-Vse)- 

Las  causas  porque  tierra  firme  llamada  Castilla  del  Oro,  donde  es 
gouernador  Pedrarias  dauila  es  inconita  de  la  noticia  de  S.  M.  siendo 
lo  mas  rico  y  mejor  de  las  Yndias  son  las  siguientes. 

Primeramente  el  Rey  católico  ynformado  de  personas  que  obieron 
gana  de  faborecer  a  pedrarias  le  dio  el  cargo  de  aquella  gobernación  y 
como  su  magestad  le  conozia  no  fio  el  cargo  de  todo  punto  del  y  diole 
por  coadjutores  al  Obispo  fr.  Juan  de  Quebedo  e  a  Alonso  de  la  puente 
tesorero  e  a  diego  marquez  contador  e  a  Juan  de  Tauira  fator  y  el  re- 
cabdo  que  todos  se  dieron  para  la  pazificacion  e  conversión  de  los  yn- 
dios  fue  aqueste. 

Mando  su  alteza  para  la  justificación  de  su  Real  conciencia  que  ante 
todas  cosas  antes  que  se  hiciese  guerra  a  los  yndios  se  les  hiciese  vn  re- 
querimiento que  acá  ordenaron  ciertos  teólogos,  e  que  se  les  diesse  ter- 
m.ino  para  lo  entender  e  responder,  e  que  si  después  de  fecha  esta  dili- 
gencia no  biniesen  a  reconocer  la  yglesia  quanto  a  lo  espiritual,  al  Rey 
en  lo  temporal  que  les  fuese  hecha  la  guerra. 

La  forma  que  se  tubo  en  esto  fue  que  primero  eran  salteados  los  yn- 
dios que  requeridos,  después  que  los  tenian  atados  leyanles  el  dicho 
requerimiento  e  alábanlos  e  trayanlos  donde  el  gobernador  e  obispo  e 
oficiales  estaban  e  declarábanlos  por  esclabos  e  repartíanlos  entre  el 
Capitán  e  la  gente  que  abia  ydo  a  hazer  esta  fuerza,  e  primero  apar- 
tauan  dos  partes  asi  del  oro  como  de  los  dichos  yndios  para  el  goberna- 
dor e  para  el  Obispo  e  para  cada  Oficial  sendas  partes  estas  abian  de 
ser  muy  buenas  porque  sino  lo  eran  desdeñaban  al  tal  Capitán  e  no  le 
tornaban  a  enbiar  a  otros  biajes  e  entradas,  ademas  llevavanles  sus 
moros  e  negros  a  personas  inútiles  e  a  aquellos  se  abian  de  dar  las  me- 
jores piezas  porque  las  Ueuaban  al  dicho  gobernador  e  oficiales  sus 
amos  a  cuya  soldada  estaban  los  dichos  moros  o  cuyos  esclauos  eran 
los  dichos  negros  e  aunque  los  otros  soldados  e  conquistadores  llenasen 
peores  piezas  no  hera  ynconueniente  por  no  descontentar  los  mayores. 
Tenia  mas  otra  forma  que  por  dar  de  comer  el  gobernador  a  vno  de 


—  200  — 

sus  criados  e  amigos  le  hazia  repartidor  del  oro  y  de  cada  entrada  Ue- 
baua  vna  parte  sin  causa  ni  sauer  contar  pudiéndose  repartir  entre  la 
gente  por  personas  de  la  misma  conpañia  e  asi  lleno  muchas  partes  que 
montaron  mucha  suma  de  castellanos  de  oro. 

El  enperador  nuestro  señor  supo  destas  partes  mal  llenadas  y  tan 
mal  ganadas  y  porque  auia  hordenanzas  del  Rey  Católico  su  agüelo  que 
no  lleuase  ningún  Capitán  parte  ninguna,  sino  el  que  se  hallase  en  la 
ganar  acordó  que  se  devian  restituir  e  los  gobernadores  de  su  magestad 
proueyeron  en  que  los  dichos  Oficiales  tornasen  los  que  auian  tomado 
ezeto  pedrarias,  que  mandaron  los  gobernadores  que  no  las  boluiesen 
como  si  fueran  mejor  ganadas  que  las  otras  de  los  oficiales,  esto  pro- 
cedió de  la  diligencia  de  doña  ysauel  de  bobadilla  muger  de  pedradas 
e  de  la  voluntad  e  obra  conque  acá  algunos  an  faborecido  al  dicho  pe- 
dradas, lo  qual  se  deve  creer  que  no  es  sin  precio  y  como  los  oficiales 
bieron  esto  tanpoco  quisieron  boluer  sus  partes,  no  obstante  el  dicho 
mandamiento  e  porque  en  aquella  tierra  no  se  haze  mucho  de  lo  que 
acá  se  manda. 

Anda  aqui  un  francisco  de  lizauz  solicitador  e  procurador  del  dicho 
pedradas  e  por  la  esperienzia  se  ha  visto  e  ve  que  el  dicho  lizauz  lo  que 
quiere  negociar  para  yndias  con  todo  sale  e  lo  acaua  mejor  que  los  que 
algo  piden  por  sus  seruicios,  este  fue  secretario  del  Comendador  niayor 
de  Lares  gobernador  que  fue  en  la  española  e  después  fue  el  dicho  Li- 
zauz contador  de  la  ysla  de  San  Juan  e  le  remonieron  e  quitaron  el 
cargo  porque  tomando  qüenta  a  Juan  Ponce  de  cierta  hazienda  del  Rey 
este  le  apretaba  e  el  dicho  Juan  Ponce  le  dio  ochocientos  castellanos 
o  mas  porque  no  le  molestase  e  luego  se  aplaco  e  le  dio  vn  finequito  e 
sauido  esto  por  vn  Juan  Ciron  quera  Juez  en  la  ysla  de  San  Juan  pren- 
dió al  dicho  lizauz  e  le  suspendió  del  oficio  e  le  condeno  en  otras  penas 
criminales,  el  qual  apelo  para  la  Audiencia  de  la  española  e  alli  esta  el 
processo  e  no  definido  e  el  quedo  sin  el  oficio,  este  como  hombre  que 
save  aquella  tierra  acordó  de  tomar  esta  forma  de  biuir  e  fue  que  dio 
aniso  a  musiur  de  laxao  para  que  pidiese  a  Su  Magestad  vn  quinto  de 
sus  derechos  reales  por  cierta  parte  quel  dicho  laxao  le  prometió  e  fue 
con  esto  a  tierra  firme  e  después  que  obo  cobrado  parte  del  dicho 
quinto  concertóse  con  pedrarias  e  vino  encargado  de  las  cosas  que  le 
tocaban  e  trujo  con  ellas  otras  encomiendas  de  personas  particulares 
e  quando  torno  alia  llevo  comisión  de  los  gobernadores  para  que  pe- 
drarias hiciese  residencia  ante  el  licenciado  Alarconcillo,  el  qual  es  su 
criado  e  aquien  el  dicho  pedrarias  a  dado  cuanto  tiene,  e  lleno  de  camino 
el  dicho  lizaur  escríbanlas  e  regimientos  e  otras  cosas  que  vendió  a  par- 
ticulares e  a  los  Clérigos  sus  mesmas  dinidades  e  otras  cosas  de  manera 
-que  asi  en  lo  diuino  como  en  lo  humano  exercito  simonía  y  de  ver  las 
gentes  que  este  avia  llenado  todo  lo  que  le  pedian  trae  agora  otras  mu- 


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chas  negociaciones  desta  calidad  e  otras  e  ligitimaciones  de  bastardos  e 
otros  tráfagos  de  cuya  causa  se  puede  presumir  que  el  dicho  francisco 
de  lizauz  parte  las  ganancias  con  alguno  e  demás  desto  biene  por  procu- 
rador del  dicho  pedrarias  para  le  hacer  prorrogar  la  gobernación  hasta 
que  se  acaue  de  destruir  aqueUa  tierra  e  la  robe  del  todo  asi  que  tal 
como  este  mirese  si  conviene  dexarlo  andar  con  esto  ni  pasar  en  aquellas 
partes  ni  entrar  en  esta  corte,  pero  a  tiempo  le  tomara  cualquier  cas- 
tigo que  le  hallara  con  cinco  o  seis  mil  castellanos  que  ha  hauido  de  la 
forma  e  manera  que  dicha  en  quatro  dias. 

La  maña  que  tuvo  Pedrarias  e  el  licenciado  Espinosa  para  hazer 
residencia  fue  que  para  que  los  quexosos  no  les  pidiesen  ninguna  cosa, 
asi  como  el  Juez  de  residencia  hizo  pregonar  la  residencia  luego  el 
gobernador  e  el  dicho  licenciado,  hizieron  sauer  que  querían  reformar 
el  repartimiento  de  los  yndios  e  enmendarlo  de  forma  quel  que  quería 
yndios  o  los  pensaba  mejorar  o  trocar  aunque  tuviese  queja  no  hoso 
pedirles  en  la  residencia  y  de  yujustos  quedaron  por  justos,  lo  qual 
no  fuera  si  la  gente  supiera  quel  gobernador  avia  de  dexar  el  oficio  y 
no  dar  los  yndios,  pero  quedándose  con  el,  asaz  fuera  ynorante  quien 
algo  les  demandara. 

Prouarase  que  quando  Pedrarias  fue  a  aquella  tierra  muy  mas  de 
paz  e  segura  estaba  que  al  presente  e  Uena  de  yndios  e  no  muertos  o 
robados  como  agora  lo  están  a  causa  de  dos  herrores  muy  señalados  el 
primero  es  las  estremas  crueldades  que  sin  causa  se  an  hecho  contra 
yndios  a  quel  dicho  gobernador  a  dado  causa  en  las  cousintir  y  no  cas- 
tigar de  las  quales  adelante  se  dirán  algunas  porque  todas  no  seria 
posible  y  el  otro  error  muy  grande  es  que  beniendo  los  yndios  a  seruir 
en  algunas  prouincias  no  se  tubo  la  manera  que  en  esto  deuia  auer  para 
su  conbersiou  e  buen  tratamiento,  antes  a  vn  cazique  que  tenia  do- 
cientas  animas  los  repartían  entre  quinze  o  beinte  cristianos  e  quando 
yban  por  yndios  cabiales  a  dos  o  tres  o  pocos  mas  yndios  e  tomában- 
los e  de  ser  poca  la  cantidad  matábanlos  con  el  trabajo  e  no  podian 
exercitarlos  en  minas  ni  otro  seruicio  fuera  de  casa  e  asi  perdia  el  Rey 
e  a  perdido  los  quintos  e  los  yndios  la  vida  y  los  Cristianos  el  tienpo 
y  la  hazienda  e  algunos  los  exercitaron  en  hazer  casas  axenas  por  pres- 
ólo como  si  fuera  aquello  la  yutengion  de  su  Magestad  e  cargábanlos 
e  siruianse  deUos  como  de  azemilas  e  la  yndia  que  bien  les  i)arecia  nunca 
tornaua  a  su  tierra  e  desta  forma  e  otras  diabólicas  se  a  perdido  e  disi- 
pado la  tierra. 

Anse  hendido  muchos  yndios  e  yndias  libres  sin  ser  esclabos  e  de 
ver  quel  mesmo  gobernador  lo  haze  todos  los  otros  lo  vsan. 

Dixose  atrás  que  se  auian  hecho  muchas  crueldades  en  esto,  se  dize 
que  acaesgio  benir  vn  Capitán  de  la  tierra  adentro  e  traer  muchos  yn- 
dios cargados  presos  pero  mal  auidos  e  paso  por  tierra  de  vn  Cazique 


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de  paz  el  qnal  pidió  yndios  de  amistad  para  que  le  ayudasen  a  llenar 
las  cargas  hasta  el  Darien  e  el  Gazique  de  buena  bolnntad  le  dio  ciertos 
yudios  e  vn  principal  que  fuese  con  ellos  y  llegado  este  Capitán  en  el 
Darien  lo  primero  (]ue  hizo  fue  dar  por  quinto  al  Rey  los  yndios  e  prin- 
cipal de  pazes  que  le  auia  dado  el  Gazique  de  Careta  como  amigo  de  los 
cristianos  e  los  Oíiy.iales  del  Rey  luego  los  hendieron  en  almoneda  y 
avnque  se  le  dijo  a  pedrarias  no  curo  de  los  remediar  e  el  Capitán  se 
llamaba  hurtado. 

Notoria  crueldad  fue  y  no  pequeña  la  que  vso  el  Capitán  Gaspar  de 
Morales,  primo  del  dicho  pedrarias  e  fue  que  con  gierta  gente  paso  a  la 
Ysla  de  las  perlas  que  es  en  la  mar  del  Sur  e  de  alli  e  de  la  tierra  reco- 
gió sobre  tre§ientos  yndios  e  yndias  e  niños  de  teta  algunos  e  veniendo 
con  ellos  salieron  al  camino  vna  cantidad  de  yndios  por  cobrar  sus 
mugeres  e  hijos  e  parientes,  bed  como  les  auia  sido  fecho  el  Requeri- 
miento Real  o  dadoseles  a  entender  e  desquel  dicho  Gaspar  de  Morales 
bido  aquesto  hizo  degollar  e  matar  todos  los  yndios  e  yndias  e  niños 
que  asi  traya  jjresos.  En  lo  qual  se  vso  vna  gran  crueldad  semejante 
aquella  de  herodes. 

Otra,  muy  poco  ha  que  vn  Pedro  de  Cárdenas  vezino  de  Acia  mando 
a  dos  yndias  libres  de  las  de  Repartimiento  que  hicieron  gierta  cosa  que 
les  mando  e  porque  no  lo  higieron  a  su  boluntad  o  por  su  mal  seso  to- 
mólas e  púsolas  sobre  el  fuego  en  vnos  palos  a  manera  de  parrillas.  E 
púsoles  fuego  por  debaxo  y  asólas  e  tostólas  de  tal  manera  que  la  vna 
o  entrambas  murieron  sobre  lo  qual  fue  después  el  dicho  pedro  de  Cár- 
denas preso  y  en  pena  desto  le  desterraron  e  se  vino  a  españa  ques  lo 
que  mas  el  deseaua. 

Dexanse  de  dezir  otras  muchas  crueldades  que  se  an  vsado  contra 
yndios,  asi  como  hazerlos  comer  a  perros  sin  causa  e  matarlos  de  mu- 
chas maneras  por  quel  Capitán  que  aquesto  hazia,  en  dar  buenas  piezas 
de  yndios  al  Gobernador  e  Oñgiales  de  los  que  auia  tomado  e  salteado 
no  se  lo  afeauan  ni  castigauan  ni  dexaban  de  lo  enbiar  otras  bezes  para 
que  lo  hiciese  peor  pues  sabia  que  lo  auian  de  faborezer  los  que  gober- 
naban la  tierra  y  avn  darle  gracias. 

A  tomado  el  dicho  gobernador  e  oficiales  otra  manera  de  adquirir 
paresgiendoles  que  aquella  Tierra  para  ellos  solamente  se  hizo  e  a  seido 
que  al  Rey  no  le  enbian  ni  quieren  enbiar  vn  marauedi  e  para  esto  for- 
man nesgesidades  e  hordenan  gastos  estraordinarios  que  siendo  acor- 
dados por  el  gobernador  e  oficiales  paresceles  que  son  lícitos  y  toman 
para  esto  por  fundamento  vn  capitulo  que  el  Rey  Católico  engañado 
por  sus  cartas  les  enbio  en  que  dize  que  porque  le  escribieron  que  abia 
muchas  cosas  que  si  se  consultasen  con  su  alteza,  esperando  desde  tan 
lejos  la  respuesta  della.  se  perderían  los  negocios.— Y  creyendo  el  Rey 
que  le  decian  verdad,  dioles  facultad  para  que  en  casos  que  requiriesen 


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peligro  o  le  pudiese  aver  o  no  se  como  dize  esto,  que  juntos  el  goberna- 
dor e  Ofigiales  lo  pudiessen,  consultar  e  proueher  sin  atender  al  man- 
dato de  su  Alteza. — Con  este  capitulo  an  destrvldo  y  destruyen  la  tierra 
porqueste  capitulo  les  hizo  arbitrar  en  que  llebasen  las  partes  de  las 
entradas  de  que  atrás  se  liaze  menzion  dándole  falsos  entendimientos 
e  por  este  capitulo  avnque  al  gobernador  se  le  a  dado  comisión  por  el 
emperador  Nuestro  Señor  para  que  gobierne  solo  e  que  los  oficiales  no 
tengan  boto  ni  parescer  en  la  gobernación  no  lo  haze  por  tener  parte 
en  la  entrada  del  dinero  e  hazerlo  gastar  en  lo  que  a  el  e  a  ellos  les  pa- 
reciese e  puesto  que  muchas  vezes  están  enemigos  e  para  se  matar  luego 
este  capitulo  los  torna  e  conformar  por  destribuir  la  hazienda  del  Rey 
a  su  boluntad. 

No  enbia  dineros  ni  quiere,  no  porque  an  faltado  ni  faltan  sino  porque 
sienpre  los  aya  para  sus  salarios  e  yntereses,  e  para  lo  qual  dicho  go- 
bernador e  tesorero  quieren,  probarase  que  en  el  año  de  beinte  e  después 
acá  se  an  fundido  sobre  ciento  y  cinquenta  mili  pesos  de  oro  de  minas 
e  de  dibersos  quilates  e  ninguna  persona  ay  pobre  en  aquella  tierra 
sino  solo  el  Rey. 

Haze  mas  el  gobernador  para  enriquezer  mas  de  lo  questa,  da  li- 
Cengia  para  rescatíir  a  sus  criados  e  otras  personas,  porque  ninguno 
puede  rescatar  sin  su  ligencia  e  mandado  e  parte  secretamente  con 
munchos  dellos  y  demás  desto  para  que  vengan  a  su  poder  todas  las 
perlas  ricas  aviendo  dado  la  Ysla  de  las  Perlas  a  Su  Magestad  se  la 
quito  después  e  se  la  tom-o  para  si  y  esto  es  vn  paso  de  tanta  calidad 
e  presgio  que  no  tiene  pregio  ni  ay  palabras  con  que  lo  encarescer  esto 
allende  de  otra  ysla  de  perlas  que  se  llama  Otaque  y  a  su  muger  questa 
en  España  diole  vn  muy  buen  cazique  diole  otro  porque  fue  a  tierra 
firme  e  estubo  tres  dias  e  su  hijo  diego  arias  questa  en  españa  e  fue  a 
traer  lo  quel  padre  avia  recogido  e  asi  se  tienen  todos  estos  Caziques 
e  yndios  e  yslas  que  balen  mas  que  vn  muy  buen  Condado. 

En  tratar  e  revender  tiene  mucha  astucia  e  haze  para  ello  conpañias 
con  gentes  baxas  e  con  sus  mogos  e  criados  e  acaes§io  conprar  cierta 
xarcia  de  los  bergantines  del  Rey  que  auia  llenado  Lope  de  Sosa  e  hi- 
zola  pasar  aquestas  a  los  yndios  desde  la  vna  mar  a  la  otra  e  reven- 
dióla a  la  gente  para  ciertos  nauios  que  eran  de  personas  particulares 
e  destas  maneras  de  tráfagos  ay  mucho  que  dezir  e  de  sus  juegos  e  ta- 
blajerías, porque  asi  le  amanesge  agora  vna  e  dos  e  muchas  bezes  e 
noches  jugando  con  blancos  y  negros  como  quando  avia  beinte  y  cinco 
años,  es  sin  confianza  y  tan  mobible  que  avnque  diga  de  si  o  de  no,  pocos 
le  creen.  Su  codicia  es  grandísima  e  su  hedad  mucha  e  no  para  lo  que 
se  requiere  que  sea  el  que  tal  tierra  a  de  gobernar  pero  porque  aquesto 
no  le  dañe  dizen  lizaur  e  los  que  aqui  andan  negociando  sus  cosas  de 
pedrarias  (]ue   seria  yuconviniente  remoberle  del  cargo  porque  antee 


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que  lo  entienda  el  que  fnere  lo  destruirá,  este  es  grande  fraude  para  el 
seruicio  de  Dios  e  del  Rey  e  de  la  tierra  porque  ninguno  puede  yr  por 
gobernador  que  peor  lo  haga  sino  muy  mejor  y  terna  muy  poco  que 
hazer  en  ello  porque  lo  que  a  hecho  pedrarias  a  seido  no  convirtir  ni 
pazificar  sino  destruir  la  tierra  e  adquirir  para  si  dineros  e  perlas,  sin 
otro  respeto  ni  zelo  del  seruicio  del  Rey,  asi  que  ninguno  podria  yr 
que  no  lo  higiesse  mejor. 

Dize  el  dicho  Pedrarias  mucho  mal  del  Darien  porque  se  despueble 
dando  a  entender  ques  enfermo  e  otras  cosas  no  berdaderas  esto  haze 
el  a  causa  de  que  queriéndose  desde  alli  benir  a  España  aquella  giudad 
le  dijo  que  no  auia  de  consentirse  heñirse  hasta  que  diese  -quenta  al  Rey 
e  hiciese  alli  residencia 'e  no  le  dejo  partir  e  por  esto  trabaja  de  ynfa- 
mar  aquel  pueblo  por  destruirle  a  el  e  a  los  beginos  del  siendo  como  ts 
lo  mejor  de  tierra  firme  e  asi  a  el  mesmo  confesado  muchas  vezes  ques 
lo  mejor  de  tierra  firme  aquella  ciudad. 

Es  muy  parcial  a,  sus  amigos  e  a  quien  quiere  e  contra  Justigia  los 
ayuda  e  faboresge  e  por  el  contrario  es  enemigo  que  no  perdona  aquesto 
se  vido  muy  bien  en  vn  Capitán  francisco  de  Medina  que  vendió  al  di- 
cho Pedrarias  giertos  yndios  christianos  e  se  los  hizo  pagar  del  dinero 
del  Rey  no  auiendo  negesidad  de  tal  paga  este  auia  fecho  comer  giertos 
yndios  a  perros  sin  ninguna  causa  e  en  pago  desto  hiendo  que  sus  na- 
uios  benian  perdidos  e  auia  arribado  alli  hiñiendo  de  saltear  yndios 
fingieron  que  queria  tornar  el  dicho  Capitán  a  la  mar  porque  la  gente 
dixesse  que  se  queria  quedar  e  perder  el  sueldo  e  asi  se  hizo  ademas 
de  engañar  la  gente,  desta  forma  tubieron  por  bien  el  dicho  Goberna- 
dor e  oficiales  por  respeto  del  licengiado  Alcalde  mayor  pariente  del 
dicho  Capitán  Medina  que  se  le  diesen  trecientos  castellanos  o  mas  al 
dicho  Medina  diziendo  que  avia  hecho  muchos  seruigios  en  dejar  la 
dicha  gente  la  qual  con  eso  e  sin  eso  avia  de  quedar  alli  asi  que  de  esta 
bolsa  real  se  compila  este  fraude. 

Otra  crueldad  se  ofresge  a  la  memoria  y  es  que  al  tienpo  que  el  di- 
cho Pedrarias  yba  a  la  tierra  firme  paso  por  la  ysla  dominica  e  sin  causa 
ni  proceso  hizo  ahorcar  a  vn  criado  suyo  que  se  llamaba  San  Martin 
e  después  giento  e  ginquenta  leguas  adelante  e  desde  a  quatro  o  cinco 
meses  en  el  Darien  se  le  hizo  el  progeso  en  lo  que  auia  delinquido  fue 
que  auia  XII"  años  que  le  seruia  al  dicho  Pedro  Arias  e  auer  dicho  ti 
mogo  que  se  queria  quedar  en  aquella  ysla  porquestaba  borracho  o  se  lo 
antojo  degirlo  e  bastara  que  se  le  dieran  dos  o  tres  palos,  pero  de  aqui 
resultan  que  se  pueden  decir  deste  exemplo  otras  muchas  crueldades  asi 
como  descabezar  a  basco  nuñez  su  yerno  que  el  decia  e  otros  quatro 
con  el  sin  causa  haziendolos  traidores  al  Rey.  E  auiendo  poca  razón 
para  ello  como  paresgiera  por  el  progeso  original  e  no  por  los  treslados 
del  por  queay  pasos  que  bistos  los  atos  e  letra  dellos  e  reconosgidos  por 


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personas  que  lo  entienden  sabrían  bien  apuntar  esta  Justicia  o  crueldad 
armada  en  mucha  ofensa  de  Dios  e  de  la  conciencia  Real  para  vengar 
el  gobernador  su  coragon  e  hazerse  rico  el  licenciado  Espinosa  tornán- 
dose Capitán  y  dexando  su  oficio  e  no  para  dexar  el  salario  avnque  no 
le  siruiese  porque  cuatrocientos  ducados  mas  o  menos  cada  año  no  se 
les  daua  nada  en  que  el  Key  los  pagasse. 

Agora  funda  el  dicho  gobernador  en  la  costa  del  Sur  o  mar  austral 
vna  giudad  quel  Uama  Fonseca  davila  por  echar  cargo  al  Obispo  de  bur- 
gos y  a  los  i)ueblos  que  haze  a  todos  Uama  giudades  e  en  todos  los  que 
a  hecho  que  son  Acia  e  el  nombre  de  Dios  en  la  costa  del  Norte,  e  en 
la  del  Sur  Panamá  e  Nata  e  esta  Fonseca  dauila,  que  son  por  todos 
ginco  lugares.  No  ay  en  eUos  todos  un  casar  o  aldea  e  dizeuse  ciu- 
dades porque  acá  suene  que  a  hecho  muchas  giudades  e  poblaciones  e 
en  toda  la  tierra  abra  ochocientos  onbres  e  el  vn  pueblo  tan  apartado 
del  otro,  que  ningún  socorro  se  pueden  dar  de  vnos  a  otros.  E  el  mayor 
dellos  no  tiene  treinta  bezinos,  saibó  el  Darien  ques  de  ciento  o  mas 
e  no  lo  hizo  el  dichc  pedrarias  e  por  eso  e  por  lo  ques  dicho  le  quiere 
deshazer.  Ni  tanpoco  hizo  a  Acia. 

En  aquella  tierra  los  que  los  Caziques  tienen  por  esclauos  piutanlos 
en  la  cara  de  negro  e  Ilamanlo  paco  e  quando  los  cristianos  an  algunos 
destos  símense  deUos  como  de  esclauos.  Acaesgio  que  vn  Antón  Mayor 
Capitán  de  gierta  gente  del  armada  de  Gil  Gonzales  de  Auila  fue  avn 
Cazique  de  los  que  estauan  de  pazes  en  aquella  gobernagiou  de  Pedra- 
rias e  pidióle  que  le  diese  algunos  esclauos  e  el  Cazique  dijole  que  no 
tenia  ninguno,  mas  que  se  tomase  dos  yndias  que  a  la  sazón  auia  anido 
de  vn  Cazique  su  enemigo  e  el  dicho  anton  mayor  dijo  que  le  plazia  de 
las  tomar  mas  que  se  las  herrase  de  su  hierro  e  quel  le  daria  algo  en 
trueco  e  el  Cazique  herró  las  dichas  yndias  en  la  cara,  e  se  las  dio  e  el 
dicho  Anton  Mayor  diole  vna  loba  de  luto  negra  e;  rayda  que  no  balia 
tres  reales;  esto  se  hizo  saver  al  gobernador  e  no  curo  deUo  e  en  pago 
desta  sin  razón  e  otras  que  al  dicho  Cazique  se  le  an  hecho  se  a  alzado 
e  muerto  cristianos  e  le  dieron  primero  muchas  causas  para  se  lebautar. 
A  tenido  otra  forma  pedro  arias  para  que  ni  de  aquella  tierra  se  es- 
criua  ni  sepa  berdad  ni  desta  haya  aUa  carta  ni  prouision  que  no  benga 
a  sus  manos  y  es  que  en  los  nauios  (lue  de  esa  ban  no  entra  persona  nin- 
guna después  que  surgieren  sino  quien  el  quiere  que  tome  primero  las 
cartas  ni  se  hable  so  grandes  penas  porque  ni  aUa  se  sepa  cosa  desta s 
partes  hasta  quel  lo  aya  por  bien  ni  acá  benga  ninguno  ni  escriba  cosa 
que  le  dañe  de  forma  que  los  basallos  de  Su  Magestad  pueden  deyir  ques- 
tan  presos  e  para  que  ninguno  entre  en  los  nauios  ay  grandes  penas  e 
pregones.  E  para  que  de  aUa  no  bengan  no  puede  ninguno  salir  sin  li- 
gengia  e  procura  de  aver  las  cartas  agenas  a  las  manos  e  destas  danse- 
las  qualquiere  e  de  las  que  no  se  dan  ninguno  sabe  preguntar,  por  lo 


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que  no  bido.  Una  bez  quel  dicho  gobernador  peu«o  benir  a  España  ques 
quandíí  se  lo  estorbo  la  ciudad  del  Darien,  como  atrás  se  dijo  auia  el 
dicho  pedro  arias  con  sus  mañas  yndugido  a  la  gente  para  que  una  ¡«erla 
rica  que  tenia  la  dicha  gente  que  pesa  beinte  e  seis  quilates  redonda 
se  la  diesen  diciendo  que  para  darla  al  Rey  e  la  gente  se  la  dio  para  Su 
Magestad  e  demás  desto  le  dieron  luego  dos  mili  castellanos  para  que 
les  ganase  algunas  mercedes  e  libertades  e  como  el  Darien  no  le  dejo 
benir  sin  que  Su  Magestad  lo  supiese  e  proueyese  del  gobernador  tubose 
la  perla  e  los  dos  mili  castellanos  mucho  tiempo  e  fue  necesario  que  la 
gente  pleitease  con  el  sobre  que  les  tornase  su  perla  e  dineros  e  asi  los 
cobraron  del  el  qual  la  auia  hecho  apreciar  en  trecientos  castellanos, 
bien  se  cree  quel  se  queria  quedar  con  ella,  pues  se  vendió  e  remato 
después,  la  dicha  perla  en  seiscientos  e  cinquenta  castellanos. 

No  tiene  el  dicho  gobernador  por  ynconbiniente  dar  Cédulas  de  en- 
comienda de  yndios  o  de  otras  cosas  e  contradecirse  por  su  firmas  dando 
otras  en  contrario  desto  se  sigue  que  nagian  muchos  pleitos  e  contien- 
das cada  dia  entre  los  vecinos  e  basallos  de  Su  Magestad. 

Vna  de  las  causas  de  que  el  dicho  pedrarias  culpo  a  basco  nuñez 
quando  le  hizo  degollar  fue  que  auia  tomado  a  vn  bedor  de  Su  Magestad 
el  Cuño  Real  de  oro  con  que  marcan  el  oro,  pero  el  dicho  pedrarias  en- 
bio  desde  la  mar  del  Sur  hasta  el  Darien  por  vn  Cuño  de  los  que  tenia 
el  bedor  Gonzalo  fernandez  de  Obiedo  e  le  fue  llenado  e  lo  resgiuio  e 
tubo  en  su  poder  lo  que  le  paresci<)  e  después  lo  dio  en  cargo  a  sus 
criados  e  a  quien  el  quiso  para  tener  lugar  de  marcar  sin  testigos  el 
oro  que  quisiese. 

E  si  se  dixere  que  no  ban  nauios  a  aquella  tierra  ni  bieuen  en  que 
se  pueda  enbiar  oro  a  Su  Magestad  digo  que  en  el  nauio  en  que  vino 
diego  Arias  hijo  de  pedrarias  de  que  era  Maestre  Martin  Cantón  binie 
ron  treze  o  catorze  mili  castellanos  de  particulares  e  en  el  nabio  de 
pedro  Garcia  e  en  otro  de  Licauz  en  que  bino  el  licenciado  Espinosa 
e  otros  binieron  muchos  mas,  pero  no  se  deja  de  enbiar  oro  a  Su  Mages- 
tad sino  con  ma ligia  e  por  lo  ques  dicho. 

El  obedesger  prouisiones  Reales  no  se  haze  sino  según  al  gobernador 
le  paresce  e  avn  botar  sobre  el  cumplimiento  dellas :  como  se  hizo 
quando  se  enbio  el  titulo  de  Adelantado  de  la  mar  del  Sur  a  Basco 
Nuñez  que  le  enbiaron  la  gobernación  de  las  prouincias  de  Coiba  e  pa- 
namá e  porque  le  pesaua  dello  al  dicho  Gobernador  pedrarias  e  al  teso- 
rero Alonso  de  la  Puente  hizieron  que  se  botase  si  le  darían  las  pro- 
uisiones o  no  e  como  bieron  el  dicho  gobernador  e  tesorero  quel  Obispo 
frai  Juan  de  Quebedo  se  puso  en  faborecer  al  dicho  basco  nuñez  e  boto 
que  se  le  diesen  conformáronse  con  el  pero  no  de  su  grado  e  adelante 
se  satisfacieron  en  su  niuerte. 

Luego  que  fue  al  Darien  e  comenzó  a  tomar  residencia  a  Vasco  Nu- 


—  207  — 

ñez  que  auia  gobernado  e  ganado  aquella  tierra  lo  primero  que  hizo 
fue  couprarle  la  casa  e  el  otro  se  la  dio  muy  de  grado  porque  temia  la 
dicha  Residencia  e  ^ierto  renta  van  mucho  mas  cada  año  las  casas  que 
no  lo  que  le  dio  de  compra  el  por  eRas. 

Conpro  vna  perla  rica  en  mili  e  tantos  pessos  de  oro  e  solo  el  quinto 
balia  mucho  mas  e  no  pares^iera  mal  que  tal  pieza  e  otras  ricas  que  sean 
abido  fueran  para  Su  Magestad  e  que  se  tubiera  acatamiento  e  respeto 
a  seruir  a  su  Rey  con  joya  tan  señalada  pero  ya  queda  dicho  que  con  el 
Rey  no  se  a  tenido  el  íin  ni  comedimiento  que  debiera  aver  ávido. 

Cuando  mato  a  basco  nuñez  repartió  sus  naborías  e  dio  a  doña 
Ysabel  su  muger  e  a  sus  criados  e  aquien  el  quiso  las  mejores  e  por 
no  las  dar  con  la  hazienda  perdió  el  Rey  mas  de  dos  mili  castellanos 
e  el  fisco  págale  el  Rey  giertas  pagas  e  lanzas  de  escuderos  e  peones 
los  quales  el  nonbra  e  llenase  el  las  pagas  e  haze  vn  memorial  e  pone 
en  el  los  que  se  le  antoja  e  por  alli  líbraselo  el  contador  e  págalo  el 
tesorero  e  el  se  lo  lleba  sin  dar  parte  a  los  nonbrados  en  las  tales 
copias. 

A  dejado  sacar  e  dado  ligengia  para  sacar  muchas  naborías  libres 
e  los  que  las  sacan  las  benden  en  las  yslas  e  donde  quieren  e  quetlanse 
xendidüs  [)or  esclabos  avnque  sean  como  son  bautizados  las  tales  na- 
borías e  por  otra  jiarte  a  vedado  los  esclauos  que  se  dexen  de  sacar 
siendo  como  es  contra  el  mandamiento  Real. 

Al  tienipo  que  descabezaron  a  basco  nuñez  balieron  los  bienes  que 
entraron  en  poder  de  Martin  Estete  criado  del  dicho  pedrarias  al  qual 
el  higo  Recetor  abiendo  tesorero  que  lo  abia  de  rescibir,  sin  darle  nuebo 
salario  tres  mili  e  mas  pesos  de  oro  e  mando  quel  dicho  Estete  llenase 
el  diezmo  de  lo  que  cobrase  o  pagase  e  asi  el  dicho  estete  e  escribanos 
se  Uebaron  mas  de  dos  mili  castellanos. 

A  consentido  e  da  logar  que  se  vendan  muchos  yndios  de  reparti- 
miento e  asi  conpro  Diego  de  la  Tobilla  vn  Cazique  e  sus  gentes  a  vn 
clérigo  que  se  dize  el  Chanttre  Diego  Alvarez  Osorio  e  asi  conpro  «1 
bedor  Gonzalo  fernandez  de  Obiedo  para  su  hijo  qnarenta  yndios  en  Co- 
mogre  de  Juan  pori^ugues  negro  e  después  por  los  mesmos  yndios  aver 
dexado  conpro  otros  quarenta  yndios  en  el  Cazique  del  Suegro  por  otros 
qnarenta  pesos  e  Sepulbeda  bendio  otros  yndios  en  el  dicho  Suegro 
a  Maestre  alonso  de  Santiago  lo  qual  todo  es  causa  el  dicho  gobernador 
que  asi  se  haga  porque  como  dicho  es  el  bende  asi  mesmo  muchas  ua- 
borias  libres. 

A  Clérigos  da  los  yndios  e  a  negros  e  a  mugeres  e  a  mercaderes  que 
es  peor  en  especial  a  personas  ynvtiles  e  muy  mejor  si  son  conbersos 
parque  a  los  tales  faboresge  notoriamente  e  les  da  rescates  e  haze  mu- 
cho i)or  ellos  e  olbida  los  hidalgos  e  personas  que  meresgen  premio  de 
sus  seruigios  e  desta  manera  dio  yndios  a  gongalo  de  montoro  mercader 


—  208  — 

nieto  de  anton  de  montoro  que  quemaron  los  huesos  en  Cardoua  e  a 
otro  hermano  suyo  le  quemaron  en  Santo  Domingo  e  a  Juan  Tellez  e  a 
Gongalo  López  e  a  otros  muchos  que  son  notorios  confesisimos  e  gente 
que  estaría  mejor  en  el  fuego  que  en  aquella  tierra  porque  es  nueba  e 
donde  pueden  los  tales  hazer  mucho  daño  e  desseruigio  a  Dios. 

No  consiente  que  se  haga  regimiento  en  el  Darien  sin  el  dicho  pe- 
drarias  o  sin  su  tiniente  porque  aquella  Qiudad  no  anise  acá  de  su  mala 
gobernación  ni  pueda  pasar  cosa  sin  que  el  lo  sepa. 

Otro  misterio  o  fraude  se  ofrece  de  memoria  y  es  que  hiendo  Gil 
Gongalez  de  Auila  las  formas  con  que  pedrarias  le  estorbaba  su  biaje 
trato  de  le  conprar  vn  negro  bolteador  e  conzertaronse  en  quel  dicho 
gobernador  obiese  por  el  trecientos  castellanos  no  baliendo  giento  e 
questos  trecientos  i)essos  estubiesen  e  tubiese  de  parte  en  el  armada 
e  viaje  de  el  dicho  Gil  González  el  dicho  pedrarias  e  desto  hubo  giertas 
escrituras  que  deUas  suenan  con  el  dicho  Gil  González  e  de  eUas  con 
Andrés  Niño  piloto  de  la  dicha  armada. 

Quando  le  parece  al  dicho  pedrarias  que  algunas  escrituras  origina- 
les le  conbienen  o  el  quiere  tener  toma  los  registros  originales  a  los 
escriuanos  e  guárdaselas  el  o  haze  dellas  lo  que  le  pareze  e  por  ynpor- 
tunidad  quando  algún  escriuano  quiere  dar  quenta  de  si  e  le  pide  co- 
nocimiento de  las  tales  escrituras  porque  no  se  las  pidan  deshónralos 
e  a  los  quel  no  hosa  tratar  nial  o  no  quiere  dales  conocimiento  muy  con- 
tra su  voluntad. 

El  mesmo  gobernador  trae  por  grangeria  reuolver  los  vnos  ofigiales 
Reales  con  los  otros  e  cizañarlos  porque  no  estén  en  paz  el  se  junta  con 
los  vnos  e  desdeña  los  otros  e  quando  se  le  antoja  torna  a  tomar  la 
parte  de  los  otros  e  desfaboreze  a  los  que  antes  faboregia  e  asi  nunca 
falta  cizaña  e  se  dexan  por  estas  cosas  otras  muchas  que  conbiene  mirar 
e  prober  con  atengion  e  cuydado  e  asi  no  se  haze  el  seruigio  de  Dios  ni 
del  Rey  e  la  tierra  esta  perdida. 

Toda  la  mayor  parte  de  la  gente  que  auia  en  la  tierra  que  ay  desde 
el  Darien  hasta  el  nonbre  de  Dios  e  después  atrauesando  de  aUi  a  la 
costa  del  Sur  es  muerta  e  destruida  a  causa  e  culpa  del  gobernador  no 
lo  auer  paciñcado  por  otra  forma  e  averse  consentido  los  robos  e  fuer- 
zas e  crueldades  que  los  Capitanes  e  gente  an  hecho  e  auerse  quedado 
sin  castigo  antes  a  algunos  les  a  hecho  meryedes  e  dadoles  gracias  e 
oficios  de  que  se  a  seguido  quanto  mal  ay  en  la  tierra  e  mayores  el  que 
desde  acá  se  le  hará  si  se  sufre  e  no  se  probé  para  el  remedio  de  lo  qual 
conviene  mucho  que  con  grande  peso  e  consideración  se  repare  lo  por- 
benir  pues  las  causas  de  lo  passado  an  seido  las  causas  del  gobernar 
e  de  los  gobernadores  tan  diuersos  que  alia  a  ávido  e  querer  berlo  desde 
acá  es  ynposible  sin  estar  Dios  en  el  corazón  de  los  que  proben  especial 
sin  pasión  ni  yntereses  como  an  tenido  algunos  de  los  pasados. 


—  209  — 

DicLose  a  lo  que  pareze  que  basta  a  dar  noticia  a  Su  Magestad  y  a 
V.  S.  del  estado  en  questa  esta  tierra  firme  e  todo  lo  diclio  se  probara 
muy  sutigientemeute  e  por  el  auito  que  tengo  que  con  toda  fidelidad  de 
cristiaiij  esta  dicho  e  apuntado  con  el  zelo  que  a  Dios  y  a  nuestro  Rey 
se  deue  e  que  a  vista  de  ojos  es  la  mayor  parte  de  la  ynformacion  destas 
cosas,  c  muchas  escrituras  fidedignas  que  de  parte  deUo  se  podran 
mostrar  en  su  tienpo  lo  que  queda  de  degir  e  quel  espíritu  Santo  obre 
lo  demás  por  el  remedio  de  aquella  tierra  y  no  se  dubde  de  aquesta 
rela§ion  aya  llegado  a  buestra  notigia  sin  misterio  para  mejor  enca- 
minar al  seruigio  de  Dios  e  del  euperador  e  para  el  bien  de  sus  basaUos 
e  de  aquellos  Keynos. 


79 

(Sin  fechii).— Meuioiial  de  Gonzalo  Fernández  de  Oviedo  denunciando  abusos  de 
Pedrarias  Dávihi  y  sus  Oficiales  en  la  Gobernación  de  Castilla  del  Oro. — 
(A.  de  1.,  colee.  Muñoz,  t.  76J. 

Señor. — Al  tieuipo  que  vese  las  lleales  manos  de  Su  Magestad  le 
dige  como  yo  le  sirvia  de  Veedor  en  tierra  firme  de  que  es  Gobernador  re- 
dro íVrias  e  que  venia  desde  alia  a  dar  noticia  a  Su  Magestad  de  como 
aquella  tierra  esta  perdida  e  destruida,  e  robada  e  han  pasado  e  pasan 
en  ella  muchas  crueldades  de  que  Dios  e  Su  Magestad  se  desirven  e  la 
tierra  se  pierde  seiendo  como  en  la  verdad  es  lo  mej<jr  de  lo  descubierto, 
e  todo  esta  escondido,  e  ocultado  a  Su  Magestad  e  su  Consejo,  e  que  es 
la  causa  porque  no  se  le  embian  dineros  de  sus  rentas  pues  los  ai  e  ha 
hevido  por  ende  que  Su  Magesüid  me  olese  quando  servido  fuese,  o 
mandase  decirme  a  quien  mandava  que  lo  diese  razón  de  todo  esto  para 
que  informase  a  Su  Magestad  de  todo.  E  dijome  Su  Magestad  que  a 
V.  m.  hablase  e  le  digese  todo  aquello  que  savia  e  me  paresgiere  de  las 
cosas  de  aquella  tierra  de  donde  vengo  para  que  Vuestra  merced  le  iu- 
formase.  E  que  Su  Magestad  lo  mandarla  luego  remediar,  e  proveer 
como  conviniese;  e  cumpliendo  con  el  mandamiento  de  Su  Magestad 
e  con  lo  que  debo  a  su  lieal  servicio,  e  a  mi  conciencia,  digo  asi. 

Primeramente  ha  de  saver  V.  merced  que  la  mucha  edad  de  Pedrarias 
e  su  cobdicia  e  poca  constancia  no  son  de  calidad  que  asi  empoce  es- 
pacio se  puedan  decir  ni  el  daño  quel  servicio  de  Dios  e  del  Emperador 
e  aqueUa  tierra  han  recebido  por  su  culpa  e  mala  gobernación  porque 
ningún  zelo,  ni  obra  se  conosce  deste  hombre  para  semejante  cargo, 
todo  su  fin  es  adquirir  dineros  e  perlas  para  si  por  qualquier  via  que  ser 
pueda  sin  otro  respecto. 

Dineros  no  ai  pensamiento  de  embiar  ningunos  avnque  después  que 


—  210  — 

yo  partí  de  Barcelona  se  han  fundido  ante  mi  sobre  150  mil]  caste- 
llanos como  parescera  por  los  libros  de  la  fundición  e  del  contador 
esto  sin  otros  muchos  pesos  de  oro  que  en  todo  el  año  de  1522  e  después 
acá  se  han  fundido  en  Panamá  asi  que  mui  bien  pudiera  haver  embiado 
oro  a  Su  Magestad  pero  no  lo  han  gana  el  ni  los  oficiales  porque  no 
falten  para  sus  salarios. 

Vusca  Pedrarias  e  los  otros  Oficiales  que  tienen  mano  en  la  hazienda 
formas  para  gastos  estraordinarios,  y  para  poderlos  haser  fúndanse 
sobre  un  Capitulo  de  vna  carta  mensagera  quel  Rey  Católico  en  dias 
pasados  les  escrivio  por  el  qual  capitulo  paresce  quellos  havian  acá 
escripto  que  por  ser  el  camino  largo  e  atender  a  lo  que  S.  A  proveiese 
en  algunas  cosas  nescesarias  se  perdían  los  negocios;  e  el  Key  pensando 
que  aquello  era  asi  les  escrivio  en  el  dicho  capitulo  que  juntos  pudiesen 
acordar,  e  proveer  las  cosas  que  a  su  servicio  e  buena  governagion  con- 
viniese de  que  se  esperase  peligro  en  atender  la  consulta  de  Su  A.  y  ellos 
entendiendo  mal  el  dicho  capitulo  e  no  vsando  vien  del  arbitran  por  alli 
quanto  les  paresce  e  asi  desta  forma  tomaron  sin  dar  partes  aquel  in- 
terese de  las  entradas  asi  en  el  oro  como  en  los  esclabos  e  yndios  que 
en  ellas  se  tomavan ;  e  el  Gobernador  tomaba  dos  partes  e  avn  quel 
Gobernador  tiene  cédula  para  que  gobierne  solo  e  los  oficios  no  tenga 
voto  ni  parescer  en  la  gobernación  por  no  alzar  la  mano  del  dinero  e 
poder  destribuir  con  parescer  de  los  oficiales  lo  que  les  paresce  de  ia 
hacienda  real  los  admite  e  govierna  con  su  paresger  por  queste  capitulo 
los  conforma  luego  avn  que  riñan. 

Ai  si  que  Señor  desta  forma  se  quedan  aUa  los  dineros  para  sus 
salarios  como  es  dicho,  e  para  poder  gastar  en  lo  que  les  paresce,  e 
como  el  Gobernador  repartió  los  yndios  e  los  que  dio  a  los  oficiales  cada 
vez  que  querían  los  mudava  a  su  contentamiento,  asi  el  dicho  Goberna- 
dor por  poder  gozar  en  la  destribucion  de  la  hacienda,  e  tener  entrada 
en  eUa  no  obstante  la  Cédula  que  manda  que  los  oficiales  no  se  entre- 
meta'n  ni  tengan  voto  en  la  gobernación  el  dicho  Gobernador  los  admite. 

Ha  dado  e  da  los  Yndios  a  mugeres  e  a  muchachos,  e  a  mercaderes 
e  clérigos  e  personas  que  no  los  han  ganado  ni  conquistado  ni  los  de- 
vi  an  aver  en  especial  a  gentes  de  la  calidad  que  a  Vuestra  merced  dixe 
e  avn  rescates  de  oro,  asi  mismo  les  ha  dado  a  los  tales. 

Ha  repartido  de  manera  los  Yndios  que  havia  para  servicio  que  se 
han  perdido  sobre  vn  millón  de  ducados,  e  de  todo  ha  perdido  Su  Ma- 
gestad sus  derechos  e  quintos  porque  los  amos  que  les  davan  heran  mu- 
chos a  los  Yndios  de  poco  numero  para  aquellas  personas  questavau 
señaladas  e  no  les  cavian  sino  a  vna  pieza,  e  a  dos  e  poco  mas  e  desta 
manera  perdíanse  los  Yndios  e  los  Cliristianos  perdían  el  tienpo  e  la 
hacienda  e  el  Rey  los  quintos  porque  en  los  que  asi  veniau  a  su  poder 
no  havia  cantidad  para  quadrilla. 


—  211  — 

Ha  permitido  avnque  tácitamente  que  se  vendan  e  traspasen  por  di- 
neros muchos  Caciques  e  Yndios  de  encomienda  lo  qual  es  mui  perjudi- 
cial e  muy  peor  questo  venderse  a  muchos  Yndios  libres  e  navorias  que 
no  son  esclabos  e  venderlos  el  mismo  Gobernador  e  abominable  y  peor 
questo  dexar  sacar  naborías  de  la  tierra  para  las  Yslas,  e  otras  partes 
a  personas  que  los  han  vendido  por  esclabos  no  lo  seyendo,  e  siendo 
baptizados. 

Ya  vuestra  merced  sabe  como  el  Rey  Católico  mando  para  justifica- 
ción de  su  conciencia  real  e  de  los  conquistadores  que  fueron  con  Pedro 
Arias  que  primero  se  hiciese  a  los  Yndios  cierto  requerimiento  e  se  les 
diese  a  entender  e  tiempo  para  responder  a  el  e  aver  su  acuerdo  antes 
que  les  fuese  fecha  guerra  esto  ha  se  fecho  desta  manera  que  primero 
heran  salteados,  e  después  de  presos  e  atados  se  les  leya  e  con  esto 
heran  dados  por  esclavos,  e  repartidos  e  vendidos  e  nunca  asta  oy  .^e 
ha  fecho  ni  guardado  la  fuerza  del  dicho  requerimiento  e  para  ver  si 
esto  es  asi  Uamen  o  tomen  el  indio  que  mejor  entiende  nuestra  lengua 
e  verase  que  ninguna  cosa  entiende  del  requerimiento  ni  avn  lo  enten- 
dían los  que  lo  leyan. 

Dio  el  dicho  Gobernador  la  Ysla  de  terareque  que  por  otro  nombre 
se  llama  de  las  perlas  questa  en  la  lUjar  del  Sur  para  que  fuese  de  Su 
Magestad,  e  el  Cacique  de  aUi  hiciese  sacar  perlas  a  sus  Yndios  para 
Su  Magestad,  porque  alli  han  parescido,  e  se  han  aUado  las  maiores 
e  mas  ricas  perlas  que  se  han  visto  en  el  mundo  e  después  de  aver  en- 
tregado el  dicho  Cacique  e  Ysla  al  thesorero  para  que  en  nombre  de 
Su  Magestad  e  como  hacienda  real  lo  grangease,  e  procurase  torno  des- 
pués a  tomarse  la  dicha  Ysla  para  si  no  obstante  quel  tiene  e  tenia 
otra  Ysla  donde  asi  mismo  ay  perlas,  que  se  Uama  la  Ysla  de  Otoque, 
e  se  las  tiene  entrambas  con  muchos  Yndios  demjas  e  allende  de  otros 
dos  o  tres  Caciques  que  tiene  sotitulo  de  su  muger  Doña  Ysabel  de 
BobadiUa  e  de  su  hijo  Diego  Arias  porque  fue  aUa  a  traer  el  dinero 
quel  dicho  Pedro  Arias  havia  allegado,  e  sin  dubda  estos  Cagiques  e 
islas  valen  e  son  de  maior  ynterese  que  vno  de  los  buenos  estados  que 
tienen  Señores  en  Castilla,  quanto  mas;  que  en  su  mano  esta  hurtarse 
los  quintos  al  Rey  e  esconderse  las  perlas  mui  ricas,  e  que  nunca  se  aia 
razón  ni  se  sepa  verdad  de  la  pesquería  de  ellas  lo  qual  todo  redunda 
en  daño  de  la  hacienda  real  e  de  los  otros  pobladores  que  no  pueden 
pescar  perlas  por  averse  el  dicho  Gobernador  tomado  las  dichas  Yslas 
para  si 

Están  los  vasallos  de  Su  Magestad  encarcelados  que  ombre  que 
aquella  tierra  vaia  no  puede  salir  deUa  sin  licencia  diciendo  e  so  color 
que  es  razón  que  se  sepa  primero  de  los  libros  del  Rey  si  deve  algo  a 
Su  Magestad  o  porque  le  paresce  al  Gobernador  que  hay  poca  gente  e 
después  no  osan  pasar  ha  aqueUa  tieira  por  esto  muchos  que  aUa  irían : 


—  212  - 

e  tumause  las  cartas,  y  no  se  dau  a  quieu  vau ;  e  las  que  de  alia  vienen 
tomanse  porque  Su  Magestad  ni  su  Consejo  no  sepa  verdad  e  asi  no 
osan  escribir  ni  avisar  de  cosa  que  alia  pase.  E  a  los  que  dexan  venir 
libremente  son  agentes  de  vna  de  dos  maneras,  o  a  personas  que  avnque 
acá  vengan  no  hablaran  en  cosa  que  a  tSu  Magestad  comben i,j,  ni  se 
ocuparan  en  mas  de  su  liacienda  e  los  que  les  cumple;  o  a  ombres  que 
si  ablaren  sea  lo  que  i'edrarias  quiere  e  en  su  labor  e  que  acá  diga  que 
lia  fecho  maravillas  e  sepa  mijor  engañar  al  Key  con  sus  relaciones 
falsas  o  a  sus  criados  proprios  para  el  mismo  efecto. 

Apoder  de  esclamaciones  a  Dios  llego  a  las  orejas  de  tíu  Magestad 
e  de  los  gobei'nadores  que  en  España  quedaron,  estando  en  Mandes  tíu 
Magestad  ia  sin  razón  e  agravio  que  se  ha  fecho  en  se  Uebar  las  partes 
quel  Gobernador  e  oüciales  han  llebado  de  las  entradas,  e  proveieron 
lus  dichos  Gobernadores  que  los  unciales  bolbiesen  las  partes  que  ha- 
vian  llevado  de  las  entradas  e  que  no  las  bolbiese  el  Gobernador.  E  los 
Unciales  viendo  aquesto  tanpoco  quisieron  tornar  las  suias  asi  porque 
dixeron  tales  palabras  que  le  paresyio  al  Gobernador  que  era  bien  callar 
como  porque  de  lo  que  manda  Su  Magestad  en  aquella  tierra  no  se  hace 
todo.  , 

Al  tiempo  que  se  pregono  la  residencia  que  hizo  l'edro  Arias  luego 
en  ese  instante  hizo  publicar  que  quería  refoimar  los  repartimientos 
de  los  indios  e  como  muchos  esta  van  sin  ellos  e  otros  querían  trocar 
los  que  tenían  e  otros  mejorarlos  avnque  havia  muchos  quejosos  del 
dicho  Gobernador  no  le  osaron  pedir  idnguua  cosa  ni  demandar  justicia 
contra  el  porque  en  lo  de  los  indios  no  les  dañase  e  demás  deso  porque 
veyan  que  se  havia  de  quedar  con  cargo  de  la  Gobernación,  e  jjodria 
después  destruir  a  quien  quisiese  o  algo  le  obiese  pedido. 

i'uedese  mui  bien  ¡jrobar  que  quando  l'edro  Arias  fue  a  tierra  ürme 
estava  muy  mas  de  paces  que  agora  e  muy  poblada  la  tierra  de  mar 
a  mar  e  todo  lo  que  asi  desdel  Darien  a  Panamá  lo  qual  todo  al  presente 
esta  quasi  yermo  o  despoblado  a  cabsa  de  los  robos  e  crueldades  que  los 
Capitanes  hicieron  con  muy  señaladas  exorvitancias,  e  todo  se  quedo 
siu  castigo  asi  lo  de  Morales  primo,  e  criado  del  Gobernador  quando 
hizo  malar  trecientas  personas  atadas  en  cuerdas  no  perdonando  asta 
los  niños  de  teta,  e  como  los  de  Tello  de  Guzman,  e  otras  muchas  cosas 
semejantes  que  en  esto  se  pueden  decir. 

Vn  Capitán  que  se  llama  JJenito  Hurtado  pasando  por  el  Cacique 
de  Careta,  e  traiendo  ciertos  indios  mal  ganados  i)idio  al  dicho  Caci- 
que questava  de  paces  que  le  diese  algunos  indios  que  le  aiudasen  a 
Llevar  las  cargas,  e  el  dicho  Cacique  le  dio  ciertos  Yndios,  e  vn  pren- 
cipal  con  ellos,  o  en  llegando  que  fue  Uegado  al  Darien  dio  por  quinto  al 
Rey  los  Yndios  de  pazes  e  prencipal  de  Careta,  e  dio  al  Gobernador, 
e  Obispo,  e  Oficiales  a  ocho,  o  diez  piezas,  e  a  seis  de  servicio,  e  por  les 


—  213  — 

ííanar  las  boluntades.  E  otro  Capitán  poro  ha  que  hizo  lierrar  a  vn 
Cacique  dos  Yndias  de  repartimiento  e  libres  para  qne  fnesen  esclavas, 
e  por  tales  las  vendió  el  dicho  Capitán  e  avn  qne  lo  vno,  e  lo  otro  snpo 
el  Gobernadol*  todo  se  qnedo  sin  castigo,  e  no  solamente  aqnesto  pero 
l^agora  poco  tiem])o  lia  que  vn  Pedro  de  Cárdenas  aso  por  sn  placer  dos 
nmgeres  de  repartimiento,  e  la  pena  fne  qne  al  qne  lo  hizo  le  desterra- 
ron para  Castilla. 

De  hacer  comer  a  Perros  Yndios,  e  otras  mnchas  crneldades:  mncho 
se  podria-  decir  lo  qnal  se  dexa  por  evitar  proligidad. 

En  el  dar  las  licencias  para  rescatar  a  sns  criados,  e  a  otros  e  en  lo 
secreto  si  tiene  sn  parte  o  no,  o  si  parte  con  ellos;  ya  dixe  a  Vuestra 
merced  quan  publico  fue  en  aquella,  tierra  que  partió  con  vn  Joan  tello ; 
e  con  Pedro  de  Encina  Sola,  e  con  otros,  e  lo  qne  se  hizo  en  la  jarcia 
(pie  compro  de  los  vergantines  del  Pey  qne  llevo  Lope  de  Sosa,  la  qnal 
se  paso  a  cuestas  de  Yndios  a  la  mar  del  Sur  e  primero  la  tubo  reben 
dida  que  la  pagare  el  Pey/.  El  dicho  Pedro  Arias  a  procurado  deshacer 
el  Darien  porqne  queriéndose  desde  alli  venir  a  España  nunca  aquella 
Cibdad  le  dexo  diciendo  qne  primero  lo  havia  de  saber  Su  Magestad 
e  havia  de  proveer  Sn  A.  de  Gobernador,  e  de  quien  le  tomase,  residen- 
cia, e  por  eso  ha  procurado  de  destruir  aqnel  pneblo,  e  porque  el  no  ¡e 
hizo  seiendo  como  es  lo  mijor  qne  Su  Magestad  tiene  en  aquellas  partos 
p  por  questa  en  la  frontera  de  los  Caribes  donde  el  dicho  Gobernador 
no  ha  fecho  ni  seido  para  acor  cosa  qne  Inzga  o  se^i  como  havia  de  ser, 
e  porque  algunas  veces  el  dicho  Pedro  Arias  ha  savido  qne  de  acá  em- 
biavan,  o  se  queria  embiar  Gobernador  para  aquel  cargo  vienen  agora 
sns  fatores  fundados  de  dar  a  entender  a  su  Magestad  e  a  las  personas 
qne  en  su  Real  Consejo  están  qne  seria  mucho  incombiniente  remober 
del  cargo  al  dicho  Gobernador  diciendo  que  cnal  queria  qne  vaia  antes 
(pie  lo  entienda  lo  habrá  estragado :  lo  qual  es  mny  grand  burla,  e  frande 
porque  ningnno  podria  haber  estado  alia  ni  jiodria  ir  qne  no  lo  hiciese 
muy  mijor  do  lo  (piosta  fecho  o  se  hace. 

En  la  administración  de  la  xnsticia  es  mny  parcial  e  no  haze  en  eHa 
nías  de  sn  boluntad  como  se  vido  en  lo  de  vn  Francisco  de  Medina  qne 
vendió  en  aquella  tierra  ciertos  cristianos  e  havia  venido  de  saltear 
yndios  e  hacerlos  comer  a  ])erros  sin  cansa  ningnna,  e  la  ]Kiga  que  se 
le  dio,  por  los  dichos  Christianos  fue  del  dinero  del  Rey  e  en  fraudes 
de  su  hacienda;  e  haviendose  de  quedar  en  la  tierra  sin  que  le  dieran 
cosa  ningnna  los  dichos  xpanos,  e  gente  que  (í1  alli  dejo;  porque  los 
navios  no  ]iodian  navegar. 

No  se  maraville  vuestra  merced  qne  Pedradas  sufriese  las  crueldades 
(pie  los  Christianos  e  Capitanes  han  fecho  pues  aorco  a  Sant  Martin 
su  criado  sin  causa  en  la  Ysla  Dominica  e  desde  a  seis  meses  en  el  Da- 
rien le  hizo  el  i)roceso  e  pues  hizo  degollar  a  Vasco  Nuñez  e  los  otros 


—  214  — 

que  con  el  padesgieron  li  qual  cliria  el  proceso  original  e  no  otro  tras- 
lado ni  escriptura  estando  presente  quien  le  sepa  apuntar. 

La  cibdad  de  Fonseca  de  Avila  ia  dixe  a  vuestra  merced  la  qual 
causa  del  titulo,  e  nombre  della,  e  quan  mal  ordenadas  están,  aquellos 
pueblos  e  que  es  la  causa  porque  va  tendiéndolos;  e  que  interesa  se  le 
sigue  dello,  a  causa  de  los  rescates,  e  quan  poco  combiene  tal  forma, 
e  como  es  para  despoblar  e  no  poblar  ni  combertir  ni  sustentar  la  tierra. 
Dixe  al  principio  que  hera  inconstante  el  dicho  Gobernador,  e  asi  puede 
vuestra  merced  creer  que  cada  dia  del  mundo  da  muchas  cédulas  encentra 
vnas  de  otras  de  que  muchos  incombenientes  e  pleitos  nascen  entre  los 
vecinos  e  pobladores  de  aquellas  partes  asi  quando  encomienda  indios  de 
repartimiento,  o  naborías  como  en  otras  cosas  de  otras  calidades. 

Entre  las  culpas  que  hallo  a  Vasco  Nuñez  para  le  degollar  es  aver 
tomado  el  dicho  Vasco  Nuñez  vna  marca  de  las  conque  marcan  el  oro 
a  un  suegro  de  Verdugo  que  era  Veedor  en  la  dicha  tierra  firme  que 
creo  que  le  llaman  Silvestre,  pero  no  obstante  eso  embio  el  dicho  Go- 
bernador Pedro  Arias  df.sde  Panamá  al  Darien  por  vn  cuño  de  los  que 
tenia  el  Veedor  Gonzalo  Hernández  de  Oviedo,  e  lo  tubo  en  su  poder 
el  tiempo  que  le  parescio  e  lo  pudo  hacer,  e  marcar  pudo  el  oro  que 
le  paresciese  escondidamente. 

Porque  se  dixo  de  suso  algo  de  la  muerte  de  Vasco  Nuñez.  Digo  que 
ia  dige  a  vuestra  merced  otra  cavsa  por  do  se  presumió  que  lo  hizo 
matar,  e  desde  quel  Rey  Catholico  le  embio  las  provisiones  de  Adelan- 
tado de  la  mar  del  Sur,  e  de  la  gobernación  de  Coiba,  e  Panamá  se  le 
trato  la  muerte,  e  avn  se  puso  en  votos  entrel  Gobernador,  e  Oficiales 
si  se  le  darian  los  titulos,  e  provisiones  reales  del  dicho  adelantamiento 
non  obstante  que  el  Rey  de  gloriosa  memoria,  se  las  embiase,  e  si  le 
dieron  fue  por  quel  Obispo  Frei  Juan  de  Quebedo  le  fue  faborable,  e 
por  que  boto  el  primero  que  se  le  diesen,  no  oso  el  dicho  Gobernador 
dexar  de  darlas. 

Al  tiempo  que  fue  Pedro  Arias  a  aquella  tierra  luego  compro  la  ca  sa 
del  dicho  Vasco  Nuñez  e  le  dio  por  eUa  mui  pocos  dineros,  e  valia  mas 
de  renta  que  no  dio  el  por  ella  de  compra  la  qual  el  dicho  Vasco  Nuñez 
no  se  la  diera  sino  porque  le  tomaban  residencia,  e  por  aplacar  e  conten- 
tar al  dicho  Pedro  Arias. 

Al  tiempo  quel  dicho  Gobernador  repartía  los  yndios,  e  yndias 
naborías  quel  dicho  Vasco  Nuñez  tenia  después  que  le  degollaron  re- 
[)artiolas  entre  doña  Ysabel  de  Bobadilla,  e  sus  criados,  e  quien  quiso 
e  por  no  las  hender  con  la  acienda  como  se  suele  hacer  en  aquella  tie- 
rra e  en  las  yslas  demás  del  daño  notorio  de  las  dichas  naborías  perdió 
la  acienda  el  Rey  e  el  fisco  mas  de  dos  mili  castellanos  o  a  lo  menos 
todo  lo  que  mas  se  diera  e  baliera  la  acienda  del  dicho  Vasco  Nuñez 
délo  que  valió  vendida  sin  las  dichos  navorias. 


-  215  — 

Las  pagas  qne  se  le  hacen  de  gente  serian  escusadas  pues  ninguna 
tiene  ni  las  ay  para  ninguna  nesgesidad  por  razón  de  las  dichas  pagas 
e  asi  hacense  copias  vanas  e  por  aquellas  libra  el  contador  e  paga  el 
thesorero,  e  seria  mijor  ya  que  las  obiese  de  llebar  dárselo  de  salario 
que  por  esta  via ;  que  paresce  que  es  vntarse  la  cebada  su  dueño ;  e  des- 
totra  forma  seria  merced  e  sonaria  mijor  el  salario  seiendo  maiores. 

Al  tiempo  que  descabezaron  a  Vasco  Nuñez  e  sus  consortes  valieron 
los  vienes,  e  escripturas,  que  entraron  en  poder  de  Martin  Estete  3.000 
e  tantos  pesos  de  oro,  e  sin  causa  haviendo  thesorero  que  los  havia  de 
cobrar  por  el  Rey,  sin  otro  nuebo  salario  por  cuidar  a  su  criado  diole 
el  diezmo  de  lo  que  cobrase,  o  pagase,  e  tal  maña  se  dio  el  dicho  Estete 
e  Escribanos  quel  e  ellos  se  llebaron  de  los  dichos  3.000  castellanos  mas 
de  los  mili  dellos  pagando  solamente  con  papeles,  e  sin  cobrarlos  ni 
pagar  en  dineros. 

En  el  Darien  no  se  ha  consentido  que  alli  se  haga  regimiento  sin 
estar  presente  su  persona  del  dicho  Governador,  o  su  Theniente  avnque 
ha  sido  requerido  lo  qual  se  presume  ques  por  que  no  se  de  aviso  a  Su 
Magestad  de  su  maña  de  governacion  e  de  aquellas  cosas  que  en  aquellas 
partes  pasan  las  quales  por  este  incombiniente  ha  dias  que  Su  Magestad 
no  las  sabe  ni  agora  se  supieran  sino  fuera  yo  el  que  las  dixere  porque 
me  paresce  ques  inumanidad  callarlas  a  mi  Rey  pues  tengo  jurado  su 
servicio. 

Es  vien  que  sepa  vuestra  merced  e  de  noticia  desto  a  Su  Magestad 
después  que  Gil  González  tentó  por  muchas  vias  su  despacho  de  do  es- 
tava  Pedro  Arias  para  seguir  su  viage  porque  con  formas  le  páreselo 
que  se  le  estorbava,  o  que  queriendo  el  dicho  Pedro  Arias  luego 
se  podria  poner  en  obra  acordó  de  le  comprar  vn  negrillo  bolteador 
quel  dicho  Gobernador  tenia  en  trecientos  castellanos  no  valiendo 
ciento,  e  questa  quantia  toviese  en  la  dicha  armada  el  dicho  Pedro 
Arias  para  que  al  respeto  porrata  gozase  en  lo  que  adelante  procediese 
(le  la  dicha  armada,  e  como  esto  fue  fecho  luego  se  puso  en  efecto  su 
camino,  e  se  fue,  e  le  dio  licencia  para  llebar  gente  de  la  que  alia  es- 
tava  en  mas  cantidad  de  la  licencia  quel  dicho  González  tenia  para 
sacar  gente  de  alli. 

Dura  mui  poco  la  amistad  que  tiene  con  ninguno  de  los  Oíiciales  an- 
tes trae  por  grangeria  rebolberlos  porque  nunca  estén  conformes  e  el 
mismo  ]-eporta  e  dice  a  los  vnos  lo  que  dicen  los  otros  en  secreto  de 
que  se  han  seguido  cizañas,  e  discordias  entreUos  de  que  ningund  servi- 
cio a  Dios;  ni  a  Su  Magestad,  ni  bien  a  los  pobladores  se  a  seguido 
antes  mucha  líarcialidad,  e  que  los  vnos  tengan  mui  conoscidos  a  algu- 
nos por  sus  allegados,  el  los  otros  a  otros,  e  asi  anda  la  cosa  muy  a  hi 
descobierta  que  ya  se  couosge  e  vee  quales  acuestan  a  la  parte  del  Go- 
bernador, e  quales  a  la  del  thesorero  quales  a  la  del  contador. 


—  21  fi  — 

Algunas  escriptiiras  e  registros  originales  qne  el  quena  tener  en  sii 
poder  es  necesario  que  se  le  den  porque  el  que  se  las  impide  rn  se  alia 
bien  dello,  e  si  da  conocimiento  dellas  es  de  mui  mala  gana  o  no  le  da 
bien  dello,  e  sida  conoscimiento  dellas  es  de  mui  mala  gana  o  no  le  da. 

Asi  que  para  lo  de  tierra  firme  combiene  que  Su  Magostad  determine 
vna  de  dos  cosas,  y  son  perderlo,  o  ganarlo;  para  perderlo  ninguna 
cosa  se  podría  buscar,  ni  pensar  ni  proveer  mijor  que  dexarlo  estar  de 
la  forma  e  manera  que  ello  se  esta  ;  e  para  ganarlo  e  atajar  tantos  da- 
ños, e  dar  orden  como  Dios  e  Su  Magestad  sean  servidos  e  la  tierra 
remediada  base  de  proveer  quel  que  gobernare  aquella  tierra  sea  ombre 
de  buena  sangre  e  que  tenga  celo  e  fin  principal  del  servicio  de  Dios 
e  del  Rey,  e  que  sea  amigo  de  Justicia,  e  ombre  para  trabajar  por  su 
persona  e  non  de  sobrada  cobdi^ia  ni  cargado  de  hijos,  e  de  edad  com- 
benible  para  el  seso  e  para  los  trabajos ;  e  que  este  tenga  doquiera  ques- 
tobiese  vna,  o  dos  personas  de  buena  conciencia,  e  letras,  e  que  por 
su  persona  visite  arabas  costas,  e  los  pueblos  dellas.  e  si  necesario 
fuere,  que  si  es,  e  mucho,  torne  a  tomar  las  residencias  a  los  juezes 
pasados  que  no  serán  de  poco  interese  para  la  hacienda  de  Su  Magestad 
o  que  demás  deso  t^nga  siempre  en  el  Darien  vn  teniente  que  sea  per- 
sona de  letras  e  buena  conciencia  que  administre  justicia  en  la  costa, 
e  pueblos  del  Norte;  e  otro  en  la  costa  e  pueblos  del  Sur,  e  diciendo 
verdad  los  que  agora  ay  que  son  el  Lizenciado  Selaia,  e  el  Lizenciado  de 
Alarconcillo  son  personas  muy  suficientes  para  ello  si  les  dejase  Pedra- 
rias  lil>remente  vsar  de  sus  oficios  en  las  cosas  de  Justicia;  e  en  lo  que 
toca  a  los  indios  de  rei)artiniiento  e  de  las  naborías;  e  mandar  dar  poT* 
ninguno,  aquel  capitulo  por  donde  acullá  consultan  e  gastan  muchas 
cosas  estraordinarias,  e  mandar  tomar  quenta  al  thesorero  Alonso  de 
la  Puente,  e  que  ge  la  tome  qnien  se])a  vien  que  cosa  es  quenta,  porque 
en  aquel  tiento  de  quenta  que  le  tomo  Gil  González  de  Avila  no  se  li- 
quidaron muchas  cosas  ni  se  ablo  en  otras  algunas  de  calidad,  c  ])rescio : 
e  proveer  como  las  Yslas  de  las  Perías  que  son  la  de  Otaque  e  Tera- 
reque,  no  sean  de  Pedraiins,  sino  que  todos  los  Christianos  puedan 
pescar  en  ellas,  e  qne  se  haga  vna  torre  en  la  de  Teraroque  que  es  ia 
principal,  e  se  funde  alli  vn  pueblo  de  Christianos,  a  quien  se  enco- 
mienden los  yndios  della  porque  aparejada  para  se  poblar,  e  para  gana- 
dos e  los  Chrístianos  que  alli  estovieren  están  mas  seguros,  e  fuertes 
que  en  parte  de  toda  la  tierra,  e  desde  alli  se  puede  niijor  conquistar, 
e  descobrir  la  costa  de  levante  e  ay  ai)arejo  para  los  navios,  e  puert), 
e  mui  buenas  pesquerías,  e  ase  de  mandar,  que  libremente  puedan  v\ 
e  tornar  de  aquella  tierra  los  que  alia  fueren,  e  tratar  libremente  como 
en  los  otros  Reinos  despaña  e  que  predan  libremente  armar,  e  rescatar 
por  las  costas  los  vecinos  dellas  ;  e  no  otros  ni  los  de  la  vna  C'osta  rescatar 
en  la  otra  salvo  cada  vno  en  la  costa  que  estobiere  la  población  do  vive, 


~  917   - 

e  (lar  por  esclabos  los  caribe?;  qne  son  dosde  la  sierra  nevada  ni  Darien 
sin  qnintos  ni  derechos  algunos  asi  como  están  dados  algnnos  por  el 
Católico  Eey  Don  Fernando,  e  qne  demás  desto  se  provean,  e  mande 
Sn  Magestad  qne  se  despaclien  los  capítulos  qne  particularmente  he 
dado  para  lo  qne  toca  a  la  ci]>dad  de  Santa  Maria  del  Antij^na  del  Da- 
rien, porqués  la  mas  importante,  e  mijor  cosa  que  ai  en  Castilla  del 
Oro  si  el  que  ffrybernare  aquella'  tierra  quisiese  atender  al  servicio  de 
Dios,  e  de  Su  IMagestad. 

Con  lo  questa  diclio  he  satisfecho  lo  que  debo  al  servicio  de  Dios, 
e  de  Su  ^Nfagestad  e  soy  obligado  por  mi  conciencia ;  en  lo  demás  vuestra 
merced  mire  la  suia  pues  Su  Magestad  me  remite,  a  V.  m.  para  que  le 
informase,  e  se  proveiese  lo  que  su  real  serbicio  fuese,  e  como  aquella 
tierra  no  se  acabe  de  perder,  e  quando  vuestra  merced  demás  de  lo  ques 
dicho  me  pidiere  mas  larga,  e  particular  relación  de  qualquier  capitulo 
de  los  qne  atrás  quedan  escriptos,  vuestra  merced  lo  mande  qne  io  lo 
satisfaré  complida mente,  e  crea  vuestra  merced  que  aquestas  son  las 
verdades,  e  lo  que  pasa  e  todo  lo  que  en  contra  se  dixere  es  vicioso,  e 
falso. — Compulsado,  Simanr-as  8  de  Agosto  1781. — Muñoz. 


80 

(Sin  fecVia).  — Pán-afos  ño  la  (Relación  de  los  .suceso'í  de  Pedrariap  D.ávila  en  las 
provincias  de  Tierra  firnif  ó  Castilla  del  Oro  y  de  lo  ocurrido  en  el  descn- 
brimit^nto  de  la  mar  del  Sur»,  escrita  por  el  Adelantado  Pascual  de  Anda.s^ova . — 
(A.  (Je  I.,  relac.  ydescri|i.,  leg,  II;  publicada  por  Navariete  en  su  CuJerció».  de 
Viajes,  t.  3.0) 

El  año  14  Se  embarco  en  Sevilla  Pedrarias  de  Avila  que  ol  Rey 

Católico,  de  gloriosa  memoria,  proveyó  por  Gobernador  de  Tierra  firme 
llamada  Castilla  del  Oro.  con  10  naos  e  1.500  hombres,  la  mas  lucida 
gente  que  de  Es])aña  ha  salido.  La  primer  tierra  de  Yndias  que  llego 
fue  la  isla  de  la  Dominica.  De  aqui  siguiendo  su  via  para  Tierra  firme 
llego  a  la  provincia  de  Santa  Marta-  donde  desembaícc^  toda  su  gente; 
quiso  saber  el  secreto  de  la  tierra  y  entrando  cierta  Capitanía  de  gente 
dieron  en  cierto  pueblo,  desamparando  los  indios  sus  casas,  se  les  tomo 

algún  despojo  y  se  hallo  cierta  cantidad  de  oro  en  una  sepultura D(> 

aqui  partió  la  via  de  Tierra  firme  sin  hacer  otra  escala,  salvo  en  Isla  fuerte 

que  es  adelante  de  Cartagena de  aqui  partida  su  via  llego  a  una 

provincia  que  se  dice  el  Darien  que  es  al  remate  de  aquel  golfo ;  y 
en  ella  se  hallo  cierta  cantidad  de  Españoles  que  tenian  por  Capitán 
e  Alcalde  mayor  a  Vasco  Nuñez  de  Balboa  y  tenia  sentado  su  pueblo 
a  la   rivera  de  un   rio  legua  y  media   de  la  mar.   Un   año  antes  que 


—  218  — 

llegase  esta  gente  a  aquella  provincia  partieron  de  Santo  Domingo  los 
Capitanes  Diego  de  Nicuesa  y  Alonso  de  Hojeda  cada  uno  con  su  ar- 
mada: el  Hojeda  fue  a  la  costa  de  Paria  y  Santa  Marta  y  toda  aquella 
costa,  en  eUa  murió  la  mas  parte  de  la  gente  que  llevaba  en  guerra  con 
los  indios  y  enfermedades :  la  gente  que  quedo,  tomando  por  Capitán  o 
caudillo  a  Francisco  Pizarro  que   después  fue  Gobernador  del   Perú, 
corrieron  la  costa  hasta  llegar  al  Darien  donde  asentaron  e  enviaron  a 
dar  razón  de  lo  que  pasaba  a  Santo  Domingo ;  los  jueces  que  alli  estaban 
proveyeron  por  Alcalde  Mayor  al  dicho  Vasco  Nuñez,  el  cual  fue  con 
poca  gente.  El  Diego  de  Nicuesa  fue  con  su  armada  la  costa  de  Vera- 
gua en  la  cual  también  anduvo  perdido,  y  dejando  la  líente  que  le  habla 
quedado  donde  es  agora  el  Nombre  de  Dios  en  el  cerro  que  dicen  de  Ni- 
cuesa,  tomo  un  bergantin  con  algunos  de  los  suyos,  no  sabiendo  donde 
ir  ni  poblar  por  ser  toda  aquella  costa  fraguosa,  montañosa,  mal  sana 
y  donde  habia  indios  muy  pocos ;  fue  corriendo  la  costa  en  busca  de  la 
gente  que  habia  quedado  de  Hojeda  y  a  descubrir  si  hallase  tierra  donde 
poblar  porque  el  Nicuesa  llevaba  en  jurisdicion  y  Capitanía  la  costa 
de  Veragua  hasta  el  Darien  y  el  Hojeda  llevaba  la  otra  costa  de  Santa 
Marta  y  Cartagena.  Llegado  al  Darien,  hallo  alli  a  Vasco  Nuñez  con 
aquella  gente,  al  cual  rescibieron  como  hombre  extrangero,  y  presen- 
tadas sus  provisiones  no  le  quisieron  admitir  a  la  gobernación  dellos 
antes  no  le  queriendo  tener  consigo  le  hicieron  embarcar  en  un  barco 
solo  con  marineros,  y  aun  decían  que  calafateado  con  ferro  grosso ; 
esto  al  mismo  calafate  que  lo  aderezo  se  lo  oí  yo ;  y  ansi  el  dicho  Ni- 
cuesa  se  perdió  que  nunca  supo  donde  habia  aportado.  Visto  la  gente 
que  habia  dejado  en  el  Nombre  de  Dios  que  no  venia  su  Capitán  cons- 
treñidos de  necesidad,  se  fueron  tras  el  y  llegado  al  Darien  se  metie- 
ron so  la  jurisdicion  de  los  otros.  Estas  costas  la  una  y  la  otra  descu- 
brió el  Almirante  Colon.  Llego  Pedrarias  al  Darien  en  fin  de  Julio  del 
dicho  año  14,  donde  fue  recibido  de  la  gente  que  alli  estaba,  desembar- 
cada toda  su  gente ;  el  pueblo  era  pequeño  y  teuian  pocos  mantenimien- 
tos de  la  tierra.  Desembarcados  los  mantenimientos  que  iban  en  el  ar- 
mada que  repartieron  por  todos  y  las  harinas  y  lo  demás  iba  ya  co- 
rrompido de  la  mar,  que  ayudaban  a  la  mala  disposición  de  la  tierra 
que  es  montañosa  y  anegadiza,  poblada  de  muy  pocos  indios.  Comienza 
a  caer  la  gente  mala  en  tanta  manera  que  unos  no  podian  curar  a  otros 
y  ansi  en  un  mes  murieron  700  hombres  de  hambre  y  de  enfermedad  de 
modorra.  Pesóles  tanto  a  los  que  alia  estaban  de  nuestra  ida  que  nin- 
guna caridad  hacían  a  nadie. 

Como  en  las  cosas  nunca  vistas,  hasta  que  la  experiencia  lo  mues- 
tre, pocas  veces  se  acierta  como  conviene  proveerse,  fueron  juntamente 
con  Pedrarias  que  tenían  voto  en  la  gobernación  (sin  los  cuales  Pe- 
drarias no  podía  proveer  nada)  el  Obispo  y  Oficiales ;  los  cuales,  visto 


—  219  — 

como  la  gente  se  moría,  comenzaron  a  enviar  Capitanes  a  unas  partes 
y  a  otras  del  Darien  y  estos  no  iban  a  poblar  sino  a  ranchear  y  traer 
los  indios  que  pudiesen  al  Darien ;  lo  cual  pocas  veces  acertaron,  antes 
se  perdió  mucha  gente  muertos  por  los  indios  y  por  no  se  saber  gobernar 
ni  regir  y  ansi  volvían  al  Darien  desbaratados,  y  otros  con  alguna 
presa.  Y  como  tantos  votos  fuesen  en  una  cosa  y  cada  uno  se  rigiese 
por  su  voluntad  y  interese,  no  tenian  buena  orden  en  el  proveer,  ni  cas- 
tigaban a  nenguno  que  hubiera  hecho  mal. 

Vasco  Nuñez  hacia  poco  que  habia  venido  donde  habla  visto  la  mar 
del  Sur  y  llegado  cerca  della.  Las  Capitanías  y  gente  que  hacia  aquella 
Izarte  salieron  por  ser  la  tierra  mas  sana  y  mas  poblada,  hicieronse  de  los 
españoles  que  iban  hacia  aquella  parte  a  la  tierra  y  traían  grandes  ca- 
balgadas de  gente  presos  en  cadenas,  y  con  todo  el  oro  que  pudian  ha- 
ber, y  esta  orden  se  tuvo  cerca  de  tres  años. 

Los  Capitanes  repartían  los  indios  que  tomaban  entre  los  soldados 
y  el  oro  llevaban  al  Darien :  junto  y  fundido  daban  a  cada  uno  su  parte 
y  a  los  Oficiales  y  Obispo  que  tenian  voto  en  la  gobernación  y  al  gober- 
nador les  llevaban  sus  partes  de  los  indios  queles  cabía  y  como  proveían 
por  Capitanes  por  el  Tavor  de  los  que  gobernaban,  deudos  o  amigos  su- 
yos, aunque  hubiesen  hecho  muchos  males,  nenguno  era  castigado,  y 
desta  manera  cupo  este  daño  a  la  tierra  hasta  mas  de  cien  leguas  del 
Darien.  Todas  estas  gentes  que  se  traían,  que  fue  mucha  cantidad, 
llegados  al  Darien  los  echaban  a  las  minas  de  oro  que  habia  en  la  tierra 
buenas  y  como  venían  del  tan  luengo  camino  trabajados  y  quebrantados 
de  las  grandes  cargas  que  traían  y  la  tierra  era  diferente  de  la  suya  y 
no  sana  muríanse  todos :  en  todas  estas  jornadas  nunca  procuraron 
de  hacer  ajustes  de  paz  ni  de  poblar  solamente  era  traer  indios  y  oro 
al  Darien  y  acabase  allí. 

Estando  Vasco  Nuñez  en  el  Darien  después  que  se  dio  su  residencia, 
envío  sin  que  Pedrarias  supiese  a  lo  que  iba  a  un  Francisco  Garabito 
a  la  isla  de  Cuba  y  este  trujo  un  navio  con  cierta  gente  y  vino  al 
puerto  de  Darien,  que  esta  legua  e  media  del  pueblo  y  sin  desembarcar 
la  gente  hizo  saber  el  Garabito  al  Vasco  Nuñez  como  estaba  aUi,  lo  cual 
vino  a  noticia  de  Pedrarias  y  como  aquel  navio  venia  por  el  para  irse 
a  la  mar  del  Sur,  le  prendió  e  hizo  una  jaula  en  que  le  metió  en  la 
misma  casa  de  Pedrarias,  y  estando  allí  se  convino  con  el  y  le  dio  una 
hija  por  muger,  que  estaba  en  España  y  rescibido  por  yerno  le  envío  a 
la  provincia  de  Acia  a  poblar  un  pueblo  que  es  el  que  agora  esta  que  se 
dice  Acia  y  de  aUi  le  dio  gente  que  fuese  al  rio  de  la  Balsa  y  hiciese  dos 
navios  para  bajar  por  el  a  la  mar  del  Sur  y  descobrir  lo  que  en  ella 
habia  y  ansí  bajo  el  Vasco  Xuñez  en  aquel  rio  cerca  de  una  provincia 
qu<í  estaba  bien  poblada  y  en  ella  no  había  nengun  señor  mas  de  que  el 
señor  de  una  parentela  era  el  señor  de  aquella  gente :  y  todos  ansi  vi- 


—  22G  — 

vian  en  amistad  sin  reconocerse  señor  uno  de  otro.  Esta  provincia  en- 
tra, en  la  de  Coiva  y  la  cuente  es  acia  misma  es  montuosa  y  llana  y 
fértil  para  llevar  todo  pan. 

En  este  rio  hecimos  dos  navios  y  esta  provincia  destos  indios  que 
era  harta  gente  aca])amos  llevándolos  a  Acia  a  traer  los  materiales  para 
los  navios  y  en  acarrear  la  comida  mesma  que  ellos  tenian  para  los 
carpinteros  y  gente  que  las  liacian  ;  estos  navios  bajamos  con  mucho 
trabajo  hasta  la  mar  porque  hallamos  muchos  raudales  que  hacíamos 
cavas  para  los  pasar  y  bajados  al  golfo  de  San  Miguel  se  anegaban 
porque  como  los  carpinteros  no  conocían  la  madera,  fue  tal  que  ella 
misma  se  comió  e  se  hicieron  todas  las  tablas  de  palo  un  panal  y  ansí 
c(m  harto  trabajo  hobimos  de  pasar  en  ellos  a  la  isla  de  las  Perlas 
donde  se  echaron  al  través  e  hecimos  otros  mayores  e  mejores  e  de  buena 
madera. 

A  Vasco  Nuñez  se  le  dio  año  y  medio  de  termino  para  en  aquella 
jornada  y  que  en  fin  del  enviase  a  dar  razón  de  lo  que  hal)ia  hecho  al 
gobernador.  Ya  en  este  tiempo  sabido  Su  Magestad  las  diferencias  que 
había  en  la  gobernación  por  tener  los  Oficiales  voto,  en  ella  ha1)ia  pro- 
veído que  Pedrarias  solo  gobernase,  y  como  paso  el  tevmino  de  nño  y 
medio  y  el  Vasco  Nuñez  siempre  había  hecho  poco  caso  de  los  Oficiales, 
ni  de  los  indios  que  se  habían  tomado  en  aquellas  Behetrías  les  ha])ía 
enviado  nenguno  como  lo  hacían  otros  Capitanes  que  salían  por  la 
tierra,  teníanle  enemistad  y  dizen  al  gobernador  que  se  había  alzado  v 
le  becíeron  que  se  viniese  a  Acia  para  desde  allí  saber  del  e  enviar  por 
el,  y  los  Oficiales  se  vinieran  con  el  gobernador.  En  este  tiempo  el  Vaso 
Nuñez,  hechos  los  navios  se  vino  al  Golfo  de  San  ]Míguel  y  en  una  pro- 
vincia que  se  dice  Pequeo  que  estaba  bien  poblada,  desembarco  la  gente 
y  asento  el  real  donde  estuvo  dos  meses  tomando  y  prendiendo  indios 
para  enviar  a  Acia  por  mas  jarcia  y  porque  faltaba  para  los  navios. 
Y  como  teníamos  por  nueva  que  en  Castilla  estaba  proveído  para  venir 
])or  gobernador  de  aquella  tierra  Lope  de  Sosa,  el  Vasco  Nuñez  hizo 
juntar  ciertos  amigos,  personas  honrradas  y  en  secreto  les  dijo  como 
el  enviaba  a  Acia  a  un  Valderrabano  con  cierta  gente  y  con  los  indios 
que  alli  tenia  y  que  mandaba  que  enviase  un  hombre  de  que  llegase 
cerca  de  Acia  y  que  de  noche  entrase  y  que  sóplese  su  casa  dal  Vasco 
Nuñez  si  había  novedad  de  gobernador  y  que  si  la  hubiese  se  volviese 
con  toda  la  gente  que  llevaba,  porque  el  nuevo  Gobernador  no  le  des- 
hiciese la  armada  y  que  iríamos  a  poblar  a  Chepabar  que  es  seis  le- 
guas mas  hacía  Acia  de  Panamá.  Este  hombre  fue  preso  por  la  justi- 
cia que  alli  estaba  por  verle  venir  de  noche  como  escucha  y  porque  el 
gobernador  lo  tenia  asi  mandado  que  si  viniesen  algunos  que  se  los 
enviasen  al  Darien ;  el  cual  como  esto  supo  vino  luego  con  los  Oficiales 
a  Acia.  Y  llegado  el  Valderrabano  envío  sus  despachos  al  gobernador. 


—  221  — 

Los  Oficiales  comienzan  a  acusar  al  Vasco  Nuñez  indiendo  que  envia- 
sen por  el  y  trajesen  preso  y  en  esto  el  gobernador  le  escribió  una  carta 
que  luego  seveniese  donde  el  estaba  a  descargarse  de  lo  que  le  acusaban 
y  el  vino  luego  y  llegado  a  Acia  le  dieron  una  casii  por  cárcel  con  guar- 
dias. Pedrarias  teniéndole  por  yerno,  no  quiso  entender  en  su  caso, 
remitiólo  al  Licenciado  Espinosa  que  era  Alcalde  Mayor  este  hizo  el 
¡)roceso  y  le  sentencio  a  cortar  la  cabeza  y  al  Valderrabano  y  a  Botello 
que  era  el  que  vino  delante  y  Arguello  que  era  un  amigo  que  tenia  en  el 
Darien  \'asco  Nuñez,  a  este  por  ciertas  cartas  que  liabia  escrito  al 
Vasco  Nuñez  y  rescibido  otras  suyas.  Heclia  esta  justicia,  Pedrarias 
se  partió  con  toda  la  gente  que  alli  estaba  para  la  isla  de  las  Perlas 
donde  estaban  ya  los  navios  con  la  gente  que  habia  quedado  en  la  mar 
del  Sur  y  de  alli  en  los  navios  y  la  otra  gente  que  quedaba  yendo  hi 
vuelta  de  Panamá  por  tierra  con  el  Licenciado  Espinosa  llego  el  gober- 
nador a  l'anama  donde  pobló  la  cibdad  que  ahora  es. 


ÍNDICE   GENBRAL 


Páginas. 


I.  —  Expediciones  de  Nicuesa  y  Ojeda. — Funda  éste  la  villa  de  San 
Sebastián  y  regresa  a  la  Española. — El  bachiller  Enciso  lleva 
socorros  al  Darien ;  con  él  va  Vasco  Ntíñez  de  Balboa. — Fun- 
dación de  la  villa  de  Nuestra  Señora  del  Darien. — Desgracia- 
dos sucesos  de  la  expedición  de  Nicuesa. — Destitución  de  En- 
ciso y  establecimiento  del  régimen  municipal  en  Santa  María. 
Envían  los  colonos  a  buscar  a  Nicuesa. — Disposiciones  oficia- 
les.— Destitución  de  Nicuesa  y  Ojeda. — Vasco  Ntíñez  es  nom- 
brado Capitán  y  Alcalde  mayor  del  Darien V 

II. — Causas  que  motivaron  la  expulsión  de  Diego  de  Nicuesa  de 
Santa  María  la  Antigua.^ — Participación  que  en  ella  tuvieron 

el  bachiller  Enciso  y  Vasco  Ntíñez  de   Balboa XXXVII 

III. — Vasco  Ntíñez  Gobernador  del  Darien. — Expedición  a  la  provin- 
cia de  Coiba. — Exploración  del  Golfo  y  de  los  ríos  que  en  él 
desaguan. — Conjuración  de  los  caciques  indios  contra  los  cris- 
tianos.— Vasco  Ntíñez  y  Colmenares  sorprenden  y  derrotan  a 
los  conjurados. — Expedición  a  las  provincias  de  Careta  y  Co- 
mogre. — Primeras  noticias  de  la  proximidad  de  la  mar  del 
Sur. — Conjuración  de  algunos  españoles  contra  Vasco  Ntíñez.  Lili 

IV. -Organizase  en  España  una  importante  expedición  para  ir  a  de.s- 
cubrir  la  mar  del  Sur. — Se  confiere  su  mando  y  el  Gobierno 
de  Tierra  firme  a  Pedrarias  Dávila. — Confabulación  de  En- 
ciso, Quincedo  y  Colmenares  contra  Vasco  Ntíñez. — El  Gober- 
nador lleva  órdenes  para  procesarle. — Partida  de  la  Armada 
para  Tierra  firme   LXVII 

V. — Llegan  a  Tierra  firme  socorros  conducidos  por  Cristóbal  Serra- 
no.— Envía  Vasco  Ntíñez  por  su  Procurador  a  Castilla  a  Se- 
bastián de  Ocampo. — Recibe  noticias  de  que  sus  enemigos  han 
logrado  que  se  le  releve  del  cargo  de  Gobernador. — Organiza 
una  pequeña  columna  con  la  que  va  a  las  tierras  del  cacique 
Cemogre. — Descubrimiento  del  Océano  Pacífico LXXXI 


—  224  — 


Páginas. 


VI. — El  Tesorero  de  la  isla  Española  Miguel  de  Pasamonte. — Su  in- 
tervención en  los  asuntos  de  Vasco  Núñez  de  Balljoa Cl 

Xll. — Llegada  de  Pedrarias  a  Santa  María  la  Antigua. — El  hambre  y 
las  enfei'medades  diezman  a  los  expedicionarios. — Política  de 
Pedrarias  con  relación  a  Vasco  Núñez. — Los  Capitanes  de  Pe- 
drarias destruyen  la  obra  de  paz  realizada  por  Vasco  Núñez.  CXI 
\'11I. — Lamentable  estado  de  la  Gobernación  de  Tierra  firme  en  1515. 
— Pedrarias  no  permite  a  Vasco  Núñez  ir  a  su  Gobierno  j  en- 
vía éste  por  gente  a  la  Española  y  Cuba  para  llevarla  a  Pa- 
namá ;  coincide  la  llegada  de  la  gente  con  carta  real  a  Pedra- 
rias para  que  reduzca  a  prisión  a  Vasco  Núñez. — Prisión  de 
Vasco  Núñez. — Condiciones  en  que  recobra  la  libertad ;  falsas 
promesas  de  Pedrarias. — Va  Vasco  Núñez  a  repoblar  Acia  y 
después  a  construir  una  Armada  para  la  mar  del  Sur CXXIX 

IX. — Vasco  Núñez  repuebla  la  villa  de  Acia  y  comienza  la  construc- 
ción de  cuatro  bergantines  para  descubrir  en  la  mar  del  Sur. 
Las  noticias  de  las  crueldades  cometidas  con  los  indios  por  el 
Licenciado  Espinosa  determinan  al  lley  a  destituir  a  Pedra- 
rias.— Llegan  a  Santa  María  las  provisiones  concediendo  a 
Diego  de  Albitez  el  descubrir  en  la  mar  del  Sur  y  poblar  en 
sus  costas. — Vasco  Núñez  pide  prórroga  de  tiempo  para  termi- 
\iar  la  construcción  de  los  bergantines  y  Pedrarias  se  resiste 
a    concedérsela    CLIII 

X. — Llega  a  oídos  de  Vasco  Núñoz  que  Lope  de  Sosa  relevaba  a  Pe- 
drarias en  el  Gobierno  de  Tierra  firme  y  que  se  había  autori- 
zado a  Diego  de  Albitez  para  descubrir  en  la  mar  del  Sur. —  Sus 
temores  de  que  le  quitaran  el  mando  de  los  barcos  y  resolución 
de  antes  de  entregarlo  hacerse  a  la  mar  para  realizar  los  des- 
cubrimientos.— Descúbrese  su  intento,  es  reducido  a  prisión  y 
fórmasele   causa    CLXVII 

XI. — Vasco  Núñez  y  sus  compañeros  son  condenados  a  la  pena  de 
muerte  y  ejecutados  en  Acia. — Consideraciones  sobre  los  car- 
gos formulados  por  Pedrarias  en  el  escrito  en  que  negó  la  ape- 
lación de  la  sentencia  ante  el  Rey. — Semblanza  de  Vasco  Núñez      CLXXV 


DOCUMENTOS 


Páginas. 

1. — (Año  de  1508. — Junio  9,  Burgos). — Capitulación  con  Diego  de  Ni- 
cuesa  en  su  nombre  y  en  el  de  Alonso  de  Ojeda  para  poblar  en  Uraba 
y   Veragua 3 

2. — (Año  de  1511. — Diciembre  23,  Zaragoza). — Real  cédula  nombrando  a 

Vasco   Ntíñez   Gobernador   interino   del   Darieu 9 

3. — (Año  de  1512. — Enero  17,  Buj-gos). — Carta  a  los  que  están  en  el  asiento 

de  Nicuesa  para  que  se  pasen  al  Darien 9 

4. — (Año  de  1512. — Enezo  28,  Burgos). — Carta  a  Diego  de  Nicuesa  o  la  per- 
sona que  tuviere  preso  a  Olano  que  le  envíe  a  la  Corte  con  el  pro- 
ceso que  contra  él  está  hecho 10 

5. — (Año  de  1512. — Enero  31,  Burgos). — El  Rey  a  Diego  de  Nicuesa  orde- 
nándole regrese  inmediatamente  a  España 11 

6. — (Año  de  1512. — Enero  31,  Burgos). — Carta  a  los  de  la  provincia  del 
Darien  ordenándoles  que  hagan  buen  recibimiento  a  los  que  están 
en  el  pueblo  de  Nicuesa  cuando  allá  se  pasaren 11 

7. — (Año  1512. — Julio  5,   Burgos). — Reclama  el  bachiller  Enciso  daños  y 

peí  juicios  que  se  le  irrogaron  por  su  expulsión  del  Darien 12 

8. — Año  de  1513. — Enero  20,  Santa  María  del  Darien). — Carta  de  Vasco 
Núñez  al  Rey  dándole  noticias  de  sus  descubrimientos  y  pidiendo 
auxilios  para  continuarlos  y  fundar  poblaciones 13 

9. — (Año  de  1513. — Mayo  31,  Valladolid). — El  Rey  acusa  recibo  a  los  Ofi- 
ciales de  Sevilla  de  las  cartas  en  que  le  comunican  tenerse  noticia 
en  Tierra  firme  de  la  proximidad  de  la  mar  del  Sur  y  ordena  que 
sin  pérdida  de  momento  se  equipe  una  armada  que  conduzca  allí 

de  ochocientos  a  mil  hombres 25 

10. — (Año  de  1513. — Junio  11,  Valladolid). — Carta  del  Rey  a  los  vecinos  del 
Darien  anunciándoles  el  envío  de  un  Gobernador  al  frente  de  ima 
expedición,  les  ofrece  mercedes  y  les  manda  den  crédito  a  lo  que 

les  diga  de  su  parte  Pedro  de  Arbolancha 27 

ll.^(Año  de  1513. — Junio  18,  Valladolid. — Real  cédula  a  Pedrarias  Dá- 
vila  para  que  vea  las  ejecutorias  que  lleva  el  bachiller  Enciso  contra 
el  Concejo  de  la  Villa  de  Santa  María  la  Antigua  del  Darien 28 

i5 


2¿6  — 

Páginas. 


]^2. (Año  de  1513). — Julio  18,  Valladolid). — Real  cédula  ordenando  a  Pe- 

drarias  que  al  llegar  al  Darien  forme  proceso  a  Vasco  Núñez  por 

la  conducta  que  siguió  con  el  bachiller  Enciso 29 

13.— (Año  de  1513.— Julio  27,  Valladolid).— Título  de  Capitán  general  y 
Gobernador  de  la  provincia  de  Castilla  del  Oro  en  el  Darien,  ex- 
pedido por  el  Rey  Católico  a  Pedrarias  Dávila 31 

14. (Año  de  1513. — Julio  28,  Valladolid). — Real  cédula  a  Pedrarias  Dávila 

para  que  tome  residencia  a  Vasco  Núñez  por  el  tiempo  que  fué 
Alcalde  mayor   del  Darien 35 

l5._(Año  de  1513. — Agosto  2,  Valladolid). — Instrucción  dada  por  el  Rey  a 
Pedrarias  Dávila  para  su  viaje  a  la  provincia  de  Castilla  del  Oro 
que  iba  a  poblar  y  pacificar  con  la  gente  que  llevaba 37 

16. — (Año  de  1513. — Agosto  9,  Valladolid). — Real  cédula  a  Pedrarias  Dá- 
vila para  que  haga  justicia  a  Juan  de  Quincedo  de  los  agravios  que 
dice  le  ha  inferido  Vasco  Núñez  de  Balboa 4G 

17. — (Año  de  1513. — Agosto  9,  Valladolid). — Real  cédula  a  Pedrarias  Dá- 
vila para  que  haga  justicia  a  Rodrigo  Colmenares  de  los  agravios 
que  dice  le  ha  inferido  Vasco  Núñez  de  Balboa 4*3 

18. — (Año  de  1513. — Septiembre  29,  Madrid). — Los  caballeros  e  hidalgos  y 
hombres  de  bien  que  se  hallaron  en  el  descubrimiento  de  la  mar 
del  Sur  con  el  magnífico  y  muy  noble  señor  el  Capitán  Vasco  Núñez 
de  Balboa,  Gobernador  por  Sus  Altezas  en  la  Tierra  firme 47 

19. — (Año  de  1514. — Enero  14,  Madrid). — Real  cédula  a  Pedrarias  Dávila 
que  haga  justicia  a  Rodrigo  de  Colmenares  de  los  agravios  que  dice 
le  ha  inferido  Vasco  Núñez  de  Balboa 49 

20. — (Año  de  1514. — Junio  26,  Sevilla). — Sebastián  de  Ocampo  substituye 
en  Alonso  de  Noya  y  en  Cobos,  Oficiales  del  Secretario  Lope  de 
Conchillos,  el  poder  que  tenía  de  Vasco  Núñez  de  Balboa  para  nego- 
ciar con  Su  Alteza 49 

21. — (Año  de  1514. — Junio  26,  Sevilla). — Escritura  por  la  que  Sebastián  de 
Ocampo  hace  donación  a  Alonso  de  Noya  de  una  muía  y  cuarenta 
ducados  de  oro  para  que  negocie  en  la  Corte  los  asuntos  de  Vasco 
Núñez  de  Balboa 50 

22. — (Año  de  1514. — Agosto  19,  Valladolid). — Real  cédula  a  las  Autoridades 
y  vecinos  de  Santa  María  la  Antigua  del  Darien  manifestándoles 
que  serán  remunerados  por  sus  servicios  y  que  se  concederán  mer- 
cedes a  Vasco   Núñez 52 

23. — (Año  de  1514. — Agosto  19,  Valladolid). — El  Rey  comunica  a  Pedra- 
rias Dávila  que  iba  de  camino  para  Castilla  del  Oro  el  descubri- 
miento de  la  mar  del  Sur  por  Vasco  Núñez  de  Balboa  y  le  da  ins- 
trucciones para  poblar  y  seguir  los  descubrimientos 53 

24. — (Año  de  1514. — Agosto  19,  Valladolid). — El  Rey  acusa  recibo  a  Vasco 
Núñez  de  las  cartas  en  que  le  comunicaba  el  descubrimiento  de  la 
mar  del  Sur  y  le  ofrece  mercedes 67 

25.— (Año  1514. — Septiembre  23,  Valladolid). — Real  cédula  a  los  vecinos  de 


—  227  — 

Páginas. 

las  proviücias  de  Panamá  y  Coiba  participándoles  haber  nombrado 
Gobernador  de  ellas  a  Vasco  Núuez  de  Balboa ü9 

26. — (Año  de  1514. — Septiembre  23,  Yalladolid). — Real  cédula  a  Pedrarias 
Dávila  participándole  haber  nombrado  Adelantado  de  la  mar  del 
Sur  y  Gobernador  de  las  provincias  de  Panamá  y  Coiba  a  Va.sco 
Núñez  de  Balboa 61 

27. — (Año  de  1514. — Septiembre  23,  Yalladolid). — Real  cédula  a  Alonso  de 
la  Puente,  Tesorero  de  Castilla  del  Oro,  participándole  haber  nom- 
brado Adelantado  de  la  mar  del  Sur  y  Gobernador  de  las  provincias 
de  Panamá  y  Coiba  a  Vasco  Núñez  de  Balboa 02 

28^— (Año  de  1514.— Septiembre  23,  A^alladolid). — El  Rey  comunica  a  los 
Oficiales  Reales  de  Castilla  del  Oro  que  ha  nombrado  a  Vasco  Núñez 
de  Balboa  Adelantado  de  la  mar  de  Sur  y  Gobernador  de  las  pro- 
vincias de   Panamá  y  Coiba 63 

2'J.— (Año  de  1514. — Septiembre  23,  Valladolid). — Real  cédula  nombrando 
a  Va.sco  Núñez  de  Balboa  Adelantado  de  la  mar  del  Sur  y  Gober- 
nador de  las  provincias  de  Panamá  y  Coiba 63 

33._(Año  de  1514.— Septiembre  23,  Valladolid).— Título  de  Adelantado  de 
la  Costa  del  mar  del  Sur  expedido  a  favor  de  Vasco  Núñez  de 
Balboa 64 

31. — (Año  de  1514. — Noviembre  26,  Santa  María  la  Antigua). — A  Su  Al- 
teza el  Bachiller  Enciso  (extracto  de  Secretaría)  da  cuenta  de  una 
expedición   al  Cenú 65 

31  bis. — (Año  de  1514. — Noviembre  26,  Santa  María  la  Antigua). — Extracto 
de  carta  a  Su  Alteza  de  Pedrarias  Dávila  y  de  los  Oficiales  de 
Castilla  del  Oro 66 

32.— (Año  de  1515.— Febrero  28,  Medina  del  Campo).— El  Rey  a  Pedra- 
rias Dávila  que  ha  hecho  muy  bien  en  tomar  parecer  a  Vasco 
Núñez  sobre  lo  que  se  debe  hacer  en  aquella  tierra 67 

33. — (Año  de  1515. — Abril  30,  Santa  María  la  Antigua). — A  Su  Alteza 
Vasco  Niíñez  (extracto  de  Secretaría)  se  queja  de  que  se  le  trata 
mal  en  la  residencia  y  acusa  recibo  de  las  provisiones  Reales  nom- 
brándole Gobernador  de  Panamá  y  Coiba  y  Adelantado  de  la  mar 
del   Sur 68 

34. — (Año  de  1515. — Mayo  2,  Santa  María  la  Antigua). — A  vSu  Alteza  el 
Bachiller  Corral,  Alcalde  ordinario  (extracto  de  Secretaría),  se 
queja  de  la  conducta  de  Vasco  Núñez 69 

35. — (Año  de  1515. — Mayo  2,  Santa  María  la  Antigua). — A  Su  Alteza  de 
Pedrarias  y  Oficiales  (extracto  de  Secretaría)  dan  cuenta  de  las 
expediciones  realizadas  por  consejo  de  Vasco  Núñez  para  reconocer 
y  poblar  la  tierra 70 

36. — (Año  de  1515. — Agosto  2,  Aranda). — El  Rey  a  Pedrarias  Dávila,  con- 
testa a  sus  cartas  que  puesto  que  Vasco  Núñez  es  allí  tan  necesario 
que  no  venga  a  España  y  se  envíen  los  procesos  de  su  residencia 
para  mandarlos  ver 72 


—  228  — 

Páginas, 

37. (Año  de  1515. —  Agosto  2,  Aráñela). — Carta  del  Rey  a  Vasco  Núñee 

de  Balboa  ordenándole  que  continúe  allí  a  pesar  de  sus  deseos  de 
venir  a  España  por  ser  necesarios  sus  servicios 74 

38. — (Año  de  1615. — Agosto  2,  Aranda). — Carta  del  Rey  al  Obispo  F.  Juan 
de  Quevedo  contestando  a  la  suya  en  que  recomienda  a  Vasco 
Ntíñez 75 

39. — (Año  de  1515. — Octubre  16,  Santa  María  la  Antigiia). — Vasco  Núñee 
a  Su  Alteza  (extracto  de  Secretaría) ;  se  queja  de  que  Pedrarias 
no  le  quiere  dar  gente  para  ir  a  su  gobernación ;  pide  se  le  autorice 
a  llevar  cien  hombres  de  los  que  estaban  con  él  antes  de  ir  Pe- 
drarias          7f3 

40. — (Año  de  1515. — Octubre  18,  Santa  María  la  Antigua). — El  Obispo 
Fr.  Juan  de  Quevedo  a  Su  Alteza  (extracto  de  Secretaría)  pide 
que  vaya  una  persona  a  saber  la  verdad  de  lo  que  allí  ocurre 77 

41. — (Año  de  1515. — Octubre  20,  Santa  María  la  Antigua). — Los  Oficiales 
de  Tierra  firme  a  Su  Alteza  (extracto  de  Secretaría)  dicen  que  ni 
Pedrarias  ni  Vasco  Niíñez  tienen  condiciones  para  el  cargo  de  Go- 
bernador          77 

42.— (Año  de  1515.— Octubre  20,  Santa  María  la  Antigua).— A  Su  Alteza 
el  Gobernador  y  Oficiales  de  Tierra  firme  (extracto  de  Secretaría) 
dan  cuenta  de  la  expedición  de  Vasco  Núñez  al  Dabaybe 78 

43. — (Año  de  1515. — Octubre  20,  Santa  María  la  Antigua). — A  Su  Alteza, 
Pedrarias  y  Oficiales  de  Tierra  firme  (extracto  de  Secretaría)  di- 
cen que  ya  escribieron  el  ofrecimiento  hecho  por  Diego  Albitez  de 
descubrir  en  la  mar  del  Sur 79 

44. — (Año  de  1515. — Octubre  26,  Santa  María  la  Antigua). — Caita  de  Vasco 
Núñez  al  Rey  denunciando  los  abusos  que  se  cometían  y  las  causas 
del  estado  precario  de  la  Colonia 80 

45. — (Año  de  1515. — Noviembre  20,  Santa  María  la  Antigua). — A  Su  Alteza 
el  Licenciado  Espinosa  (extracto  de  Secretaría)  manifiesta  que 
hacía  cuatro  meses  que  remitió  el  proceso  de  la  residencia  de  Vasco 
Ntíñez  menos  una  parte  que  envía  ahora 87 

46. — (Año  de  1515. — Noviembre  20.  Santa  María  la  Antigua). — A  Su  Alteza 
los  Oficiales  de  Tierra  firme  (extracto  de  Secretaría)  insisten  en  que 
ni  el  Obispo  ni  Pedrarias  ni  Vasco  Núñez  deben  estar  allí 88 

47. — (Año  de  1515. — Noviembre  22,  Santa  María  la  Antigua). — A  Su  Alteza 
el  01)ispo  Fr.  Juan  de  Quevedo  (extracto  de  Secretaría)  da  cuenta 
de  la  salida  de  Pedrarias  para  Comogre  y  Tubanama  y  que  él  ha 
escrito  al  Tesorero  Pasamente  lo  que  allí  pasa 88 

48. —(Año  de  1515. — Noviembre  23,  Santa  María  la  Antigua). — A  Su  Al- 
teza Alonso  de  la  Puente  (extracto  de  Secretaría)  recomienda  con 
gran  interés  el  ofrecimiento  de  Diego  de  Albitez  de  fundar  pobla- 
ciones y  hacer  descubrimientos  en  la  mar  del  Sur , 89 

49.— (Año  de  1515.— Noviembre  25,  Santa  María  la  Antigua).— A  Su  Al- 
teza Pedrarias  Dávila  (extracto  de  Secretaría)  dice  que  ha  favore- 


•       —  229  — 

Páginas. 

ciclo  a  Vasco  Núñez  como  Su  Alteza  le  mandó 92 

50. — (Año  de  1515. — Noviembre  27,  Santa  María  la  Antigua). — A  Su  Al- 
teza Vasco  Núñez  (extracto  de  Secretaría)  dice  que  obedece  al  Go- 
bernador y  le  informa  de  todo  lo  que  cree  conveniente,  pero  que 
toma  más  el  parecer  de  otros  que  el  suyo 7...         93 

51. — (Año  de  1515. — Diciembre  15,  Santa  María  la  Antigua). — A  Su  Alteza 
el  Licenciado  Espinosa  (extracto  de  Secretaría)  da  cuenta  de  su  ex- 
pedición a  Careta,   Comogre  y  Pocorosa 91 

52. — (Sin  fecha  ni  lugar). — Representación  de  Pedrarias  Dávila  pidiendo 
se  limitaran  las  mercedes  otorgadas  a  Vasco  Núñez,  e  instrucción 
de  lo  que  contra  é.ste  había  de  decirse  a  Su  Alteza 95 

53. — (Año  de  1515). — Instrucciones  dadas  por  Fr.  Juan  de  Quevedo,  Obis- 
po del  Darien,  .al  Maestrescuela  Toribio  Cintado,  de  lo  que  había 
de  informar  al  Rey  sobi'e  lo  que  ocurría  en  Castilla  del  Oro 99 

54. — (Año  de  1516. — Enero  20,  Santa  María  la  Antigua). — A  Su  Alteza 
Pedrarias  Dávila  (extracto  de  Secretaría)  da  cuenta  de  su  viaje  a 
las  provincias  de  Careta,  Comogi-e  y  Pocorosa,  y  se  queja  de  la  con- 
ducta del  Obispo  Fr.   Juan  de  Quevedo IOS 

55. — (Año  de  1516. — Enero  28,  Santa  María  la  Antigua.) — A  su  Alteza 
Alonso  de  la  Puente,  Tesorero  de  Castilla  del  Oro  (extracto  de  Se- 
cretaría), da  cuenta  de  la  expedición  de  Pedrarias  a  las  provincias 
de  Careta,  Comogre  y  Pocorosa,  y  pide  que  vaya  un  Oidor  de  la 
isla  Española  para  enterarse  de  lo  que  ocurre  en  el  Darien 111 

56. — (Año  de  1516. — Enero  28,  Santa  María  la  Antigua). — A  Su  Alteza  el 
Tesorero  y  Contador  de  Castilla  del  Oro  (extracto  de  Secretaría) 
hablan  mal  del  Obispo  Fray  Juan  de  Quevedo 113 

57. — (Año  de  1516. — Febrero  20,  Santo  Domingo). — A  Su  Alteza  Pasa- 
monte  (extracto  de  Secretaría)  da  cuenta  de  la  situación  de 
Castilla  del  Oro  y  propone  regresen  a  España  Pedrarias  Dávila, 
el  Obispo  y  los  Oficiales,  quedando  de  Gobernador  Vasco  Núñez 
como  estaba  antes  de  ir  la  Armada 115 

58.— (Año  de  1516.— Junio  30,  Madrid).— (Extracto  de  Secretaría).  El 
Bachiller  Enciso  pide  que  se  vean  los  recui'sos  que  entabló  contra 
providencia  del  Alcalde  Mayor  de  Santa  María  la  Antigua  en  el 
juicio    de    residencia   de    Vasco   Núñez 116 

59. — (Año  de  1515-17). — Relación  hecha  por  Gaspar  de  Espinosa,  Alcalde 
Mayor  de  Castilla  del  Oro,  de  todo  lo  que  le  sucedió  en  la  entra- 
da que  de  orden  de  Pedrarias  Dávila  hizo  en  las  provincias  de 
Comogre,   Pocorosa,   Nata   y   Paris 117 

60. — (Año    de    1516-17). — Memorial   contra    Vasco    Núñez    presentado    por 

Rodrigo    de    Colmenares 150 

61. — (Año  de  1517. — Julio  22,  Madrid). — Carta  del  Cardenal  Jiménez  de 
Cisneros  censurando  duramente  los  excesos  cometidos  con  los  in- 
dios por  el  Alcalde  Mayor  y  ordenando  a  Pedrarias  obedezca  a  los 
PP.  Jerónimos  de  la  isla  Española  en  todo  lo  que  lo  mandaren 155 


230  — 

Páginas. 


62. — (Año  de  1518. — Enero  13,  Santa  María  la  Antigua). — Se  concede 
prórroga  de  cuatro  meses  a  Vasco  Ntíñez  para  terminar  los  bar- 
cos y  hacer  la  expedición  de  descubrimiento  en  la  mar  del  Sur 156 

63. — (Año  de  1518. — Febrero  22,  Santo  Domingo). — Párrafos  de  carta  di- 
rigida por  el  Licenciado  Suazo  a  Mr.  Xevres,  del  Consejo  público 
y  secreto 157 

64.— (Año  de  1518.— Marzo  20,  Valladolid).— Real  cédula  a  los  PP.  Jeró- 
nimos, Gobernadores  de  la  isla  Española,  para  que  permitan  a  Die- 
go Albitez  llevar  de  allí  gente  para  los  pueblos  que  iba  a  fundar 
en  el  Golfo  de  San  Blas  y  en  la  costa  del  Sur 169 

65. — (Año  de  1518. — Marzo  23,  Valladolid). — Real  cédula  autorizando  a 
Diego  Albitez  para  fundar  dos  pueblos,  uno  en  el  Golfo  de  San 
Blas  y  el  otro  a  la  parte  del  Sur,  y  para  hacer  expediciones  de 
descubrimiento  por  la  mar  del   Sur 170 

66. — (Año  de  1519. — Enero  12,  Santa  María  la  Antigua). — Requerimien- 
to hecho  a  Pedrarias  Dávila  por  el  Licenciado  Espinosa  para  que 
resolviese  si  procedía  conceder  a  Vasco  Núñez  recurso  de  apela- 
ción de  la  sentencia  que  .se  le  impusiera  en  la  causa  que  se  le  ins- 
truía y  contestación   de  Pedrarias 172 

67. — (Año  de  1519. — Enero  27). — Testimonio  de  posesión  de  la  mar  del 
Sur  que  en  nombi-e  de  los  Reyes  tomó  el  Gobernador  Pedrarias 
Dávila 179 

68. — (Año  de  1519. — Marzo  30,  Barcelona). — El  Rey  comunica  a  los  un- 
ciales de  la  Casa  de  Contratación  de  Sevilla  que  Lope  de  Sosa  ha 
aceptado  el  cargo  de  Gobernador  de  Tierra  firme 180 

69.— (Año  de  1519.— Mayo  20,  Barcelona) .—El  Rey  comunica  a  Pedra- 
rias Dávila  que  ha  hecho  donación  a  Carlos  Puper,  Señor  de  La- 
xao,  de  las  tres  cuartas  partes  del  quinto  que  a  él  le  correspon- 
de de  los  beneficios  obtenidos  en  la  expedición  que  en  la  mar  del 
Sur  había   hecho  Vasco   Ntíñez   de   Balboa 185 

70. — (Año  de  1519. — Junio  18,  Barcelona). — Requerimiento  hecho  a  Pe- 
drarias en  nombre  de  Gil  González  Dávila  para  que  en  cumpli- 
miento de  la  Real  cédula  de  dicha  fecha  le  entregasen  los  navios 
construidos  por  Vasco  Ntíñez  de   Balboa 187 

''I- — (Año  de  1520. — Septiembre  17,  Valladolid). — Se  ordena  que  por  ha- 
ber fallecido  Lope  de  Sosa  contintíe  de  Gobernador  de  Castilla  del 
Oro   Pedrarias   Dávila 194 

72. -(Año  de  1521. — Abril  11,  Burgos).— Real  cédula  a  Pedrarias  Dávila 
para  que  entregue  a  Gonzalo  Ntíñez  de  Balboa  las  naborias  que 
fueron  de  su  hermano  el  Adelantado  Vasco  Ntíñez 195 

73. — (Año  de  1521. — Septiembre  6,  Burgos). — Párrafo  de  carta  de  los  Go- 
bernadores del  Reino  a  Pedrarias  Dávila  declarando  nula  la  re- 
sidencia que  le  había  tomado  el  Licenciado  Alarconcillo  por  no 
tener  poder  para  ello 196 

74.— (Año  de  1523.— Julio  4,  Valladolid).— Real  cédula  al  Gobernador  de 


—  231  — 

Paginas. 

Castilla  del  Oro  para  que  hiciese  la  justicia  que  pedía  Gonzalo 
Núñez  de  Balboa  por  la  injusta  muerte  de  su  hermano  el  Ade- 
lantado  Vasco   Núñez 196 

7o. — (Año  de  1523. — Julio  4,  Valladolid). — Real  cédula  al  Gobernador  de 
Castilla  del  Oro  reiterándole  la  orden  para  que  entregue  a  Gon- 
zalo Núñez  de  Balboa  las  uaborias  que  fueron  de  su  hermano  el 
Adelantado    Vasco    Núñez 197 

70. — (Año  de  1525. — Septiembre  22,  Toledo). — Real  cédula  al  Capitán  Ge- 
neral y  Diputados  de  la  Armada  que  se  aprestaba  para  ir  a  des- 
cubrir Tarsis,  a  Ofir,  Cipango  y  el  Catayo  oriental,  recomendándoles 
a  los  hermanos  de  Vasco  Núñez  de  Balboa 198 

77. — (Año  de  1525. — Diciembre  17,  Toledo). — Carta  del  Consejo  de  las 
Indias  al  Capitán  General  y  Diputados  de  la  Armada  que  se  apres- 
taba para  ir  a  descubrir  Tarsis,  Ofir,  Cipango  y  el  Catayo  orien- 
tal, recomendándoles  a  los  hermanos  de  Vasco  Núñez  de  Balboa 198 

78. — (Sin   fecha). — Memorial  de   un   religioso   Dominico   sobre   «La   deshoi-- 

den  de  Pedrarias» 199 

79. — (Sin  fecha). — Memorial  de  Gonzalo  Fernández  de  Oviedo  denun- 
ciando abusos  de  Pedrarias  Dávila  y  sus  Oficiales  en  la  Goberna- 
ción  de   Castilla   del  Oro 209 

80. — (Sin  fecha). — Párrafos  de  la  «Relación  de  los  sucesos  de  Pedrarias 
Dávila  en  las  provincias  de  Tierra  firme  o  Castilla  del  Oro  y  de 
lo  ocurrido  en  el  descubrimiento  de  la  mar  del  Sur»,  escrita  por  el 
Adelantado  Pascual  de   Andagoya 217 


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E  Altolaguirre  y  Duvala,   Ar\  el 

125  de 

B2Ái  Vasco  ííuríez   de  Balboa.