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Full text of "Vocabulario cubano : suplemento a la 14a. edición del Diccionario de la R. A. de la Lengua : comprende 6.828 voces o acepciones, 321 frases, 52 refranes"

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THE  LIBRARY  OF  THE 

UNIVERSITY  OF 

NORTH  CAROLINA 

AT  CHAPEL  HILL 


ENDOWED  BY  THE 
DIALECTIC  AND  PHILANTHROPIC 
j  SOCIETIES 

BUILDING  USE  ONLt 


PCI485I4 
.C8 
S8 
1921 


a  00002  004 


This  BOOK  may  be  kept  out  TWO  V/EEKS 
ONLY,  and  is  subject  to  a  fine  oí  FIVE 
CENTS  a  day  thereafter.  It  is  DUE  on  the 
DAY   indicated  below: 


DICCIONARIO  DE  VOCES  CUBANAS 


J5-¿  jC  Bl  1 


Suplemento  a  ía  14/  edición 
-  •■-■■■  del  Diccionario  ■  ■  ■■  ■ 
de  la  R.  A.  de  la  Lengua 


COMPRENDE: 

6.828  voces  o  acepciones   *   321  frases 


52  refranes 


PQi 


íSTANTINO    SU 

(ESPAfJOLITO) 


LIBRERÍA  CERVANTES 

DE 

RICARDO   VELOSO 

HABAÍU 


DS 

Perlado,    Páez    y    Cía. 

MADHID 


ES   PROPIEDAD 
:  DEL  AUTOR 


Tienta  Clarase,  Villarroel,    17.— Barcelona 


(yL  ía  wioLuox,  aiot-ux  oe  uit  cctAi  olvidado  ccvn- 
poMavio,  dou,  o^tau-tALao  cyáitcroe*-  C-atvo,  Aat>io 
políatota  w  pt/oluttdo  pettiadotj . 


oí,    <xu,kox> 


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S     DEL     AUTOR 

—  PUBLICADAS 


¡Emig?snter>I 

(Dos  ensayos  de  novela  sobre  emigración). 

Oros  son  triunfa. 

(Novela  de  asunto  hispanoamericano). 

La  des-unión  Mspanoaísaricana,  y  otras  cosas. 

(Artículos  periodísticos), 

Doña  Caprichos. 

(Novela  de  amoríos). 

Ideas. 

(Artículos  periodísticos). 

VOCABULARIO  CUBANO. 

(Suplemento  a  la  14.*  edición  del  Diccionario   de  la  Rea 
Academia). 


EN  PREPARACIÓN 


Diálogos. 
Menudencias. 


P^ÓÜOGO 


•  EL  bien  hablar  e»  a  la  manera 
de  la  buena  crianza». 

SüFIEO  J.  OtíSSTO 

Hará  cosa  de  cuatro  años,  viajábamos  nosotros  en  uno  de 
los  trenes  de  "The  Cuban  C,6"  que  recorren  longitudinalmente 
el  centro  de  la  Isla,  desde  Santa  Clare  a  Santiago  de  Cuba, 
cuando  un  yanki,  viajero  próximo,  vino  a  interrumpirme,  muy 
a  mi  placer,  en  la  lectura  de  cierta  novela  flamante  por  enton- 
ces, que  los  continuos  bombos  estrepitosos  me  forzaran  a  leer. 
Pidióme  mil  excusas  por  l?,  interrupción,  que  juro  fué  pla- 
centera, y  solicitó  de  mí  is  explicara  el  significado  de  la  frase 
pegarse  al  mamey.  Díjele  gustoso  que  siffaifiesba  "vivir  del 
presupuesto  nacional",  y  que  en  algunos  cebaos,  soiía  eer  una 
bot'eíli. 

— I Ohí  ¿Ser  un  botella?* — inquirió  mi  interlocutor. 

—Soteíla — expliquéle— .  equivale  a  sinecura;  esto  es:  ga- 
nar un  sueldo  al  Estado  sin  trabajar. 

— Mí  entiende...  ser  un  chivo. 

— Un  chivo  en  miniatura,  míster. 

— Yes,  yes... 

Deseoso  el  míster,  al  parecer,  de  no  ignorar  esas  voces 
criollas  que  frecuentemente  le  dejaban  in  altes,  había  pregun- 
tado en  varias  librerías  por  algún  Diccionario  do  cubanismos, 
y  como  no  lo  encontrara,  firmemente  creía  que  nada  se  hubie- 
ra escrito  sobre  la  materia,  y  no  ;s  explicaba  él,  razonable- 
mente, tal  abandono  de  los  intelectuales  estudiosos  en  asunto 
de  un  atractivo  e  interés  enormes,  particularmente  para  los 
extranjeros. 

Presto  desvanecí  el  error  y  las  dudas  del  yanki,  asegurán- 
dole que,  si  bien  era  cuestión  abandonada,  el  estudio  del  len- 
guaje criollo  había  entretenido  muchos  años  atrás  (no  se  había 
publicado  entonces  la  obra  de  don  Alfredo  Zayas),  a  hombres 
de  talento,  como  Bachiller  y  Morales,  Macías,  Ramos  Duarte, 
Juan  J.  de  Armas  y  otros,  sobresaliendo  en  el  grupo  don  Este- 
ban Pichardo,  con  la  publicación  de  su  justamente  alabado 
Diccionario  provincial  casi  razonado  de  voces  y  frases  cubanas, 


VIII 

obra  que  había  alcanzado  las  ediciones  de  1836-49-62  y  75, 
de  ninguna  de  las  cuales  sería  fácil  cosa  conseguir  un  ejemplar 
en  el  día. 

Creía  yo  haber  satisfecho  con  esa  ligera  relación  la  curio- 
sidad de  mi  compañero  de  viaje;  pero  no  fué  así,  porque  su 
desagrado  rayó  en  enojo  al  saber  que  desde  el  año  de  1875 
nadie  hubiese  reanudado  la  tarea. 

En  ñn,  aquellas  quejas  y  ansiedades  del  yanki  no  las  eché 
yo  en  saco  roto,  como  suele  decirse,  y  fué  desde  entonces 
obsesionante  idea,  con  la  que  a  vueltas  en  el  magín  me  quedé 
dormido  muchos  noches  y  desperté  no  pocos  días... — ¡Si  yo 
me  atreviera! — decía  en  mi  fuero  interno  con  frecuencia.  Y 
con  este  vacilante  propósito  fui  un  día  a  cierta  Biblioteca  a 
ojear  y  hojear  por  segunda  vez  el  Diccionario  de  Pichardo,  con 
lo  que  no  aumentó  mi  escasa  animación  de  afrontar  tan  arduo 
y  laborioso  asunto,  no  obstante  haber  reconocido  en  el  libro 
de  Pichardo  un  excelente  auxiliar  en  lo  que  atañe  a  Flora  y 
Fauna  cubanas,  por  estar  en  él  catalogados  muchos  nombres 
de  plantas  y  animales,  tomados  de  los  estudios  de  tan  sabios 
naturalistas  como  Poey,  Sauvalle,  Coloma,  Gundlach  y  otros. 

Decididamente,  no  era  labor  accesible  a  mis  menguados 
conocimientos,  sin  embargo  de  mis  connaturales  inclinaciones 
a  penetrarlo  todo  y  saber  un  poco  de  cada  cosa,  aunque  no 
vaya  de  acuerdo  con  aquel  refrán  que  reza:  "aprendiz  de 
todo,  maestro  de  nada." 

Algún  tiempo  después,  revolviendo  libros  empolvados  en 
cierta  librería  de  viejo,  hallé  al  azar  la  obra  de  Pichardo, 
roídas  de  ratones  las  tapas  y  taladradas  de  comején  las  hojas; 
pero  a  pesar  de  aquel  deplorable  estado  del  libro,  debió  de 
dibujarse  muy  por  lo  claro  el  regocijo  en  mi  semblante,  porque 
el  usurero  vendedor,  tras  de  mirarme  gatunamente  por  sobre 
los  anteojos,  se  dejó  pedirme  ¡¡diez  duros!!  por  aquolla  ruina 
de  libro,  los  que,  al  fin  y  al  cabo  de  un  inútil  si  bien  razonable 
regateo,  hube  de  pagarle,  con  la  añadidura  de  escuchar  un 
elogio  a  lo  mercader  de  don  Esteban  Pichardo. 

Cierto  día,  como  si  despertara  de  un  sueño,  vine  a  darme 
cuenta  de  que  estaba  confeccionando  muy  seriamente  este 
VOCABULARIO  CUBANO.  Sobre  mi  mesa  de  trabajo  conté 
hasta  diez  o  doce  diccionarios,  y  en  el  centro,  un  montón  de 
anotaciones.  No  quedaba  ya  otro  remedio;  y  como  en  mi  tem- 
peramento hay  algo  del  carácter  aragonés,  me  dije,  paro- 
diando al  baturro  de  "a  Zaragoza  o  al  charco": — O  yo  acabo 
con  el  Vocabulario,  o  el  Vocabulario  conmigo :  una  de  dos. 


IX 

Y  aquí  le  tienes,  lector,  vencido  en  larga  y  fatigosa  lucha. 
Si  merece  tus  elogios  o  censuras  ya  me  lo  dirás.  No  quisiera 
que  mi  victoria  baya  dependido  de  la  debilidad  suya,  y  bien 
deseo  que,  andando  los  años,  se  estime  en  tanto  este  hijo  mío, 
que  para  libertarlo  de  la  esclavitud  de  algún  usurero  en  libros 
de  viejo,  haya  que  pagarle  ¡¡diez  duros  I! 


Todos  mis  ratos  de  solaz  a  partir  de  ese  momento,  y  cuenta, 
lector,  que  no  son  muchos,  los  consagré  con  verdadero  entu- 
siasmo a  esta  labor,  de  cuyas  asperezas  sólo  tendrán  noticia  los 
que  hayan  compuesto  o  intentado  componer  un  catálogo  cual- 
quiera de  voces.  Tratárase  de  confeccionar  un  Diccionario  cas- 
tellano, y  fuera  más  fácil  cosa,  pues  bastaría  copiar  el  de  la 
R.  A.,  intercalándole  algunos  millares  de  vocablos  usuales  en 
España,  que  no  figuran  en  él  pero  sí  en  otros.  Mas,  hacer  un 
"Diccionario  provincial"  de  un  país  de  América  española,  ya 
es  más  peliaguda  cosa  si  ha  de  ser  obra  seria:  precísase  dis- 
cernir qué  voces  son  genuinas  del  país  en  cuestión;  cuáles  son 
introducidas  de  otra  República  americana;  las  de  pura  cepa 
castellana,  aunque  no  las  acredite  Diccionario  alguno,  y  las 
que  se  derivan  de  esas  o  que  adquieren  acepción  distinta  por 
tierras  colombinas.  Y  por  si  estas  harto  difíciles  averiguacio- 
nes no  bastaran  a  desalentar  al  más  animoso,  agregúese  el 
trabajo  de  recoger  al  oído  los  modismos  que  en  cualquiera 
República  hispanoamericana  abundan  más  que  peces  en  el 
mar;  defínanse  hasta  los  que  parecen  decir  mucho,  aunque 
apenas  sea  posib'c  la  definición,  y,  por  contera,  búsquese  a  la 
mayor  parte  de  ellos  el  sinónimo  castellano  que  le  corresponda. 

Toda  esa  labor  es  de  todo  punto  imprescindible  al  estudiar 
un  léxico  particular  de  América  hispana,  si  ha  de  presentarse 
como  un  complemento  del  castellano,  y  no  como  algo  inde- 
pendiente, cual  han  hecho  hasta  hoy  cuantos  han  catalogado 
voces  americanas. 

Reconociendo  nosotros  esta  falta  de  método  o  de  discerni- 
miento, que  arrastró  a  muchos  tratadistas  a  incluir  como  vo- 
cablos americanos  muchos  usuales  en  la  Península  antes  de 
que  realizara  Colón  el  viaje  histórico  más  famoso  de  que  hay 
memoria,  moviónos  en  nuestra  labor  el  deseo  de  dar  a  cada 
voz  su  fe  de  nacimiento,  que  será,  con  cuantos  errores*  sean 
advertidos,  muchos  seguramente,  un  paso  adelante  en  el  sis- 
tema de  catalogar  voces  en  América,  y  uno  de  los  mayores  mé- 


ritos  de  este  libro,  pues  que  algunos  ha  de  tener  por  malo 
que  sea. 

En  lo  que  atañe  a  Flora  y  Fauna  cubanas,  nos  hemos  ser- 
vido en  gran  medida  del  Diccionario  de  Pichardo,  y  no  menos, 
del  "Nuevo  Apéndice  0-Z"\  tomo  XXVXH  del  Diccionario  enci- 
clopédico hispanoamericano,  de  Montaner  y  Simón,  en  cuyos 
dos  libros,  junto  con  algunas  ncíao  obtenidas  por  distintos 
medios,  hemos  reunido  quizá  la  más  completa  colección  que 
pudiera  tenerse  de  las  voces  con  que  la  Botánica  y  la  Zoología 
tributan  al  lenguaje  hablado  en  Cuba. 

La  14.*  edición  del  Diccionario  de  la  R.  A.  de  la  Lengua 
fué  nuestra  estrella  polar,  en  la  ruta  emprendida  con  el  fin  de 
encontrar  el  mayor  número  de  afinidades  entre  el  léxico  cu- 
bano y  la  lengua  de  Castilla, 

Y  la  "Lexicografía  antillana",  —  Habana,  1914,  —  del  talen- 
toso y  erudito  publicista  don  Alfredo  Zayas  y  Alfonso,  nos  ha 
servido  para  acreditar  de  voces  caribes  las  empleadas  por  los 
aborígenes  cubanos. 

Estos  cuatro  citados  libros  son,  pues,  los  más  sólidos  ci- 
mientos en  que  descansa  nuestro  VOCABULARIO  CUBANO. 


Nuestra  opinión  más  imparcia!  y  sincera  del  Diccionario 
de  Pichardo,  es  que,  con  todos  sus  defectos,  no  podría  ser  obra 
más  acabada  en  aquella  época,  y  que  aumenta  este  mérito  el 
haberlo  compuesto  con  materiales  casi  dispersos,  que  de  di- 
fícil, elevan  a  tarea  abrumadora  la  por  él  emprendida,  si  se 
compara  a  la  nuestra,  que  ya  encontró  sólidas  bases. 

Sin  embargo,  dejaríamos  de  ser  enteramente  justos,  si  no 
apuntáramos  algunos  defectillos  que  nosotros  hemos  procurado 
no  tener,  aunque  hayamos  incurrido  en  otros. 

Algunas  de  las  definiciones  de  don  Esteban  Pichardo  ado- 
lecen de  la  debida  claridad  de  dicción,  falta  compensada,  justo 
es  reconocerlo,  con  otras  explicaciones  donde  menudean  datos 
que  dan  amenidad. 

Otros  pequeños  lunares  filológicos  o  gramaticales,  son  los 
de  llamar  verbo  recíproco  al  reflexivo,  como  aprudenciarse 
(resignarse),  maguarse  (chasquearse);  los  de  seguir  en  ciertas 
derivaciones  de  voces  un  sistema  ya  entonces  reconocido  como 
arbitrario  o  caprichoso,  cual  de  pez,  pezes  y  pezcado;  el  de 
aceptar  en  el  lenguaje  escrito  la  prosodia  cubana  o  americana 


de  la  c  y  la  z,  como  seiba  por  ceibaí  punsó  en  vez  de  punzó 
(rojo),  y  otros  por  este  orden. 

Salvo  en  muy  raras  excepciones,  Pichardo  ha  omitido  las 
familias  botánicas  o  zoológicas  a  que  pertenecen  las  plantas  y 
animales  que  reseña,  lo  cual  es  descuido  de  consideración,  aun 
cuando  no  deje  de  incluir  casi  nunca  el  nombre  técnico  de  cada 
especie,  cosa  esta  última  que  coloca  al  Diccionario  de  Pichardo 
por  sobre  otros  americanos,  donde  se  hace  caso  omi3o  de  fa- 
milias y  especies,  con  lo  que  se  vuelven  tan  deficientes  las 
explicaciones,  que  hasta  los  más  expertos  naturalistas  igno- 
rarán de  qué  planta  o  animal  se  trsta,  en  muchos  casos. 

Pero  el  defecto  capital  que  se  advierte  en  el  Diccionario 
de  Pichardo,  común  en  los  otros  libros  americanos  de  esta  ín- 
dole, con  excepción  única,  en  parte,  del  de  don  Rufino  J. 
Cuervo,  es  el  de  no  especificar  el  origen,  la  derivación  o  el 
uso  de  cada  vocablo  catalogado.  Salvo  en  mucho3  casos  de 
voces  caribes,  de  las  demás  no  hace  Pichardo  ninguna  distin- 
ción, en  cuanto  a  erigen  y  uso,  ya  sean  castellanas  puras,  de- 
rivadas de  éstas,  nacidas  en  otro  país  americano  o  cubanas. 

Respecto  a  este  particular,  comete  un  ligero  yerro  el  señor. 
Zayas  (i),  cuando  para  replicar  a  Ciro  Bayo  sobre  el  origen  de 
la  voz  baqueano,  dice:  "Nos  parece  equivocado  -Bayo,  y  su  ob- 
servación carece  de  fuerza,  pue3  entre  las  veces  cubanas  no 
podía  incluir  Pichardo  una  voz  dominicana ".  No  sólo  hay  vo- 
cablos dominicanos,  sino  haitianos,  portorriqueños,  etc.,  des- 
conocidos en  Cuba,  como  cajv.il,  bariaco,  caimoní,  auyama,  etc., 
en  el  Diccionario  provincial  casi  razonado  de  voces  y  frases 
cubanas  (?),  de  Picbardo,  sino  que  entre  las  conocidas  y 
usuales  en  Cuba,  las  hay  castellanísimas  o  de  uso  en  alguna 
provincia  española,  como  accesoria,  administrador,  camiseta 
(prenda  interior  de  vestir),  caracol  y  el  andalucísimo  amolar 
(fastidiar);  anglicismos  cual  rail  y  galicismos  como  creyón, 
comunes  en  casi  todas  partes  donde  sa  había  castellano; 
americanismos  como  ajiaco,  cacique  y  potrero  ("dehesa"  el 
último),  sin  que  se  acrediten  así  con  la  menor  distinción  en 
el  léxico  cubano,  por  él  necesariamente  estudiado  antes  de 
componer  su  libro. 

Resalta  en  seguida  en  ese  sistema  una  imperdonable  falta 
de  método,  pero  mucho  más  patente  se  muestra  en  cuanto 
tropezamos  con  voces  como  éstas:  argentino,  na,  natural  de  la 
Argentina;  boliviano,  na,  de  Bolivia...  que  así  encajan  en  un 
Diccionario  de  "voces  cubanas"  como  en  uno  de  aragonesas. 

(í)    'Lexicografía  antillana»  -  Habana,  1914  -  pág.  433. 


Conformes  con  que  se  recojan  esas  voces  en  un  Diccionario 
cubano,  si  no  figuraban  en  el  de  la  R.  A.  u  otro  muy  acredi- 
tado y  conocido  que  se  haya  tomado  por  base,  pero  están  cla- 
mando por  alguna  indicación  convencional  que  las  diferencie, 
puesto  que  bayú,  accesoria,  ajiaco  y  boliviano  serán  voces 
usuales  en  Cuba,  pero  sólo  es  cubana  la  primera,  castellana 
la  segunda,  americana  la  tercera,  y  en  cuanto  a  la  cuarta,  o 
sea  boliviano,  será  castellana  o  americana,  y  en  todo  caso 
bolivianismo.  Más  claro:  en  un  diccionario  castellano  o  de 
americanismos,  boliviano  puede  figurar  sin  distinción  alguna, 
y  así  mismo  en  un  catálogo  de  bolivianismos,  pero  en  ningún 
caso  sin  su  partida  de  nacimiento  en  un  diccionario  de  los  lla- 
mados "provinciales"  cual  el  de  Pichardo. 

Pero  no  está  en  nuestro  ánimo  rebasar  la  línea  de  lo 
justo,  y  rogamos  no  se  vea  en  estos  intentos  de  crítica  demole- 
dora al  libro  de  Pichardo,  cuyo  mérito  no  podrán  mermar  un 
ápice   estas  disquisiciones. 

Además,  nos  mueve  a  obrar  así  el  presentimiento  de  que 
cualquiera  persona  de  mediana  ilustración  encontraría,  si  se 
lo  propusiera,  en  nuestro  VOCABULARIO  CUBANO,  defectos 
que  serán  mayores  o  menores  que  los  de  Pichardo,  pero  que 
serán  defectos,  y  deseamos  ser  acreedores  a  esa  benevo- 
lencia que  me  parece  han  de  merecer  cuantos  confeccionan 
un  diccionario,  tarea  que  no  deseamos  se  le  imponga  por  cas- 
tigo a  ningún  enemigo  nuestro. 


Tócanos  hablar  sobre  la  otra  piedra  fundamental  de  este 
VOCABULARIO  CUBANO,  o  sea  el  Diccionario  de  la  R.  A. 
de  la  Lengua. 

Creemos  con  el  Padre  Juan  Mir — seguros,  sin  embargo, 
de  no  haber  sido  arrastrados  por  los  pasionismos  lamentables 
de  este  sabio  filólogo,  que  pone  a  Cervantes  como  un  cretino 
— "que  no  posee  la  lengua  castellana  Diccionario  alguno  que 
la  represente  con  fidelidad"  (1);  pues  no  somos  de  los  que 
opinamos  que  "todo  el  ser  del  castizo  romance  consiste  en  la 
autoridad  de  la  Real  Academia"  (2). 

Mas  en  el  caso  de  componer  un  diccionario  especial  o  par- 

(1)  *Prontuario  de  hispanismo  y  barbarismn*  -  Madrid,  1908  -  Introducción 
página  LXXIV. 

(2)  ídem;  página  LXXV. 


XIII 

ticular,  cual  éste,  preciso  será,  aunque  hasta  ahora  no  se  haya 
hecho,  presentarlo  como  rama,  sección  o  suplemento  del  ge- 
neral; y  en  este  punto  creemos  que  ni  el  mismo  P.  Juan  Mir 
apelaría  a  otro  que  al  Diccionario  oficial,  reconociendo  en  él 
el  más  indicado,  y  a  la  R.  A.  como  la  autoridad  suprema, 
dentro  de  lo  razonable  y  justo. 

Toro  y  Gisbert,  en  unos  comentarios  (1)  a  la  14.a  edición 
del  Diccionario  académico,  dice:  "Adolece  por  cierto  de  nu- 
merosas faltas  e  infinitas  omisiones,  pero  con  todo,  él  es  el 
único  léxico  al  que  podemos  acudir  con  alguna  seguridad  en 
los  casos  dudosos.  Y  si  lo  comparamos  con  las  obras  de  aná- 
logo carácter  publicadas  en  otras  naciones  de  Europa,  hemos 
de  confesar  que  se  lleva  la  palma  el  infeliz  libro  que  tanto 
hemos  criticado  algunas  veces." 

Insertamos  con  gusto  este  juicio  de  Toro  y  Gisbert,  porque 
ha  venido  a  consolidar  nuestro  concepto  sobre  el  Diccionario 
oficial,  pese  a  las  atinadas  críticas  de  los  Cejador,  Valbuena, 
Casares  y  otros,  y  de  las  desatinadas  censuras  de  filólogos  im- 
provisados. Por  eso  hemos  creído  nosotros  proceder  acertada- 
mente al  presentar  este  VOCABULARIO  CUBANO  como  su- 
plemento a  la  14.a  edición  del  Diccionario  de  la  R.  A.  de  la 
Lengua. 

Tampoco  ha  de  entenderse  que  tratemos  de  usar  un  cri- 
terio cerrado,  para  seguir  como  ciego  a  lazarillo  al  Diccio- 
nario oficial,  no  reconociendo  más  voces  castellanas  que  las 
abarcadas  por  él :  sabemos  perfectamente  que  de  recoger 
todas  las  voces  castellanas,  la  R.  A.  necesitaría  presentar  su 
catálogo  en  dos  tomos  y  no  en  uno,  cual  hoy  hace. 

El  Diccionario  académico  es  obra  de  mortales,  ya  sea  la 
mejor  en  su  género,  y  por  lo  mismo  no  podría  ser  intangible, 
y  pretenderlo  es  contra  toda  razón.  Compónganlo  dos  mil  aca- 
démicos y  proclámenlo  perfecto,  y  ni  así  se  librará  de  que, 
cualquiera  que  sepa  bastante  menos  que  uno  de  los  miembros 
de  la  Academia,  pueda  encontrar  deficiencias  si  eso  se  pro- 
pone. 

De  esto  nos  convence  el  que  nosotros  mismos,  con  la 
microscópica  autoridad  filológica  que  poseemos,  hayamos  po- 
dido encontrar  en  el  Diccionario  de  la  R.  A.  algunas  deficien- 
cias, que,  si  por  respeto  callaríamos  de  buen  grado,  no  hemos 
de  hacerlo,  puesto  que  la  docta  Corporación  dice  estimar  toda 
clase  de  advertencias,  aun  cuando  sean  de  floja  autoridad  y 
escaso  peso,  como  las  nuestras. 

(1)     'Los  nuevos  derroteros  del  idioma'  -  PariS,  1918  -  pag  267. 


XIV 

Además  de  muchas  voces  calificadas  en  este  Vocabulario 
de  comunes,  que  reclaman  con  todos  los  derechos  el  ingreso 
en  el  catálogo  oficial,  hay  muchas  sin  uso  en  Cuba,  que  piden 
la  catalogación,  entre  las  cuales  están,  que  no  hayamos  visto 
recomendadas  por  nadie  hasta  la  fecha:  bacteria  (microorga- 
nismo), carajo  (interjección  sin  significado  propio),  departa- 
mental (de  departamento),  barra- fija  (aparato  gimnástico), 
bombín  (sombrero),  pelele  (calzoncillos  y  camiseta  en  una 
pieza),  tiovivo  (ei  carroussel  de  los  franceses),  marañuela 
(dulce  casero),  etc.,  etc.  Si  se  desea  un  galicismo  quizás  tan 
admisible  como  otros  que  figuran  en  el  catálogo  oficial,  vaya 
por  muestra  creyón  (carboncillo  de  dibujo)  como  dice  casi 
todo  el  mundo  hoy. 

Las  frases  "meter  (a  uno)  en  jareta"  y  "meterse  en  ca- 
misa de  once  varas",  por  ejemplo,  entrañan  ideas  absurdas, 
y  quizás  por  eso  no  las  ha  recogido  la  R.  A.,  pero  tienen  muy 
gracioso  sentido  irónico  y  sabor  rancio  de  puro  castizas. 

De  refranes,  sólo  una  mínima  parte  acepta.  Gonformea  con 
que  se  omitan  los  desterrados  por  el  uso,  y  que  reunirios  sea 
más  bien  labor  de  ferviente  demopedista  (folk-lorista) ;  pero 
ya  que  se  incluyen  refranes  en  el  Diccionario  oficial,  por 
cientos  se  podrían  contar  los  que  reclaman  e38  derecho,  con 
tanta  o  mayor  justicia  que  muchos  de  los  que  han  obtenido 
esa  gracia. 

Gomo  prueba  de  que  también  se  podrían  presentar  algunos 
ejemplos  de  incompletas  definiciones,  se  nos  ocurre  ésta: 
"CARRIL — m. — En  las  vías  férreas,  barra  de  hierro  quo"... 
I  Si  precisamente  la  vía  férrea  es  la3  barras  de  hierro!...  De- 
biera definirse:  CARRIL  —  m,  —  Cada  una  de  las  barras  de 
hierro  que  forman  paralelas  la  vía  férrea. 

El  defecto  más  notorio,  en  el  caso  de  tomar  por  base  el 
Diccionario  académico  para  componer  uno  particular  ameri- 
cano, es  que  al  aceptar  americanismos  no  se  indica  la  verda- 
dera procedencia  en  muchos  casos;  pues  solamente  en  la  le- 
tra A,  existen  nueve  cubanismos  en  el  Diccionario  oficial  sin 
partida  de  nacimiento. 

Indicado  queda  en  estos  breves  reparos  que  nuestro  Dic- 
cionario oficial,  siendo  el  mejor,  no  es  un  Alcorán  ni  una 
Biblia,  donde  la3  imperfecciones  entrañan  misterios  ultra- 
humanos,  y  son  inmutables  por  lo  mismo,  al  decir  de  los 
sabios  varones  que  los  interpretan:  aquél  es  libro  humano,  y 
ha  de  tener  defectos,  pero  es  el  mejor  archivo  del  idioma  en 
nuestros  días. 

Tiene    la   docta   Corporación   cerradas   las   puertas   a    los 


XV  • 

neologismos,  y  obra  perfectamente  en  lo  que  se  refiera  a  los 
transpirenaicos,  aunque  algunos  se  cuelan  por  el  ojo  de  la 
llave,  empujados  por-  el  uso;  pero  en  esas  puertas  debiera  de 
abrirse  una  cancela,  por  lo  menos,  para  dar  paso  franco  a  las 
voces  de  mayor  uso  en  América  española,  formadas  sin  inge- 
rencias galicanas  ni  anglicanas,  sino  heredades-  de  las  lenguas 
autóctonas  o  salidas  del  ingenio  popular,  que  son  muchas,  y 
no  pocas,  entre  ellas,  sin  equivalentes  castellanos. 

No  estemos  enteramente  conformes  con  Giro  Bayo  (i) 
cuando  dice:  "Sabido  es  que  en  América  española  sq  habla  un 
castellano  que  necesita  traducirse  al  español".  Hoy  por  hoy, 
no  puede  afirmarse  eso  con  tal  rotundidad.  A  propio  intento, 
se  puede  hablar  y  escribir  en  América  de-  modo  que  no  io 
entienda  un  castellano;  pero  ese  castellano  comprenderá  per- 
fectamente el  lenguaje  usual  en  cualquier  país  de  América; 
mas  Giro  Bayo  podría  aseverar  eso  mismo,  andando  el  tiem- 
po a  paso  ds  lustros,  pues  ya  lo  dijo  Bello:  "con  el  tiempo  se 
hablará  en  América  una  jerga  desconocida,"  aunque  tampoco 
anduvo  muy  acertado  en  el  juicio  el  insigne  filólogo  y  jurista 
venezolano,  porque  con  el  tiempo,  no  se  hablará  una  jerga 
desconocida  en  América,  sino  una  en  cada  país  hispanoame- 
ricano. Hoy  mismo  un  cubano  puede  no  dejarse  entender  de 
un  argentino,  o  viceversa.  Pero,  ¿a  qué  seguir  este  orden  de 
consideraciones?  En  España,  un  asturiano  puede  llegar  a  la. 
Corte  hablando  para  que  no  le  comprendan,  y  un  madrileño 
podrá  repetir  el  caso  en  Granada. 

Pero  lo  innegable  es  que  en  América,  aunque  con  la  len- 
titud que  impone  a  la  evolución  del  lenguaje  el  intercambio 
de  la  vida  moderna,  sucederá  con  la  lengua  de  Lope  y  los  Ar- 
gensoias  lo  que  con  la  de  Cicerón  y  Horacio  en  Europa. 

Entre  las  razones  a  sustentar  este  criterio,  generahnente 
admisible  sin  reparos,  están  éstas  atinadísimas,  del  eminente 
filólogo  bogotano  Cuervo  (2) :  "Las  naciones  hispano-ameri- 
canas,  así  por  razón  de  sus  climas  y  zonas,  como  de  su  cons- 
titución política,  tienen  muchos  objetos  que  les  son  peculiares, 
y  cuyo  nombre  pertenece  por  fuerza  al  caudal  común  de  la 
lengua." 

Y  esas  voces  que  indica  Cuervo  merecen  y  deben  ser  reco- 
gidas y  vulgarizadas,  en  lo  posible,  por  la  R.  A.,  con  prefe- 

(1)  'Vocabulario  criollo-español,  sud- americano  ¡  -  Madrid,  1911  -  Prólogo,  pri- 
mer párrafo. 

(2)  'Apuntaciones  criticas  sobre  el  lenguaje  bogotano»  -  París,  1914- Prtílcf  o, 
página  XVIII. 


XVI 

rencia,  ni  que  decir  tiene,  a  los  términos  extranjeros  que  cir- 
culan abundantes,  como  si  fueran  moneda  de  legítima  acuña- 
ción. Al  obrar  así,  se  rejuvenecería  el  idioma  con  pura  san- 
gre, y  sobre  todo,  se  contribuiría  a  retardar  la  época  en  que 
un  castellano  habrá  de  necesitar  intérprete  en  las  tierras 
americanas  donde  España  difundió  su  lengua,  o  un  america- 
no por  tierras  de  Castilla. 

No  nos  parece  que  viene  muy  fuera  de  ocasión  recordar 
aquí  aquel  precioso  símil  del  gran  Hartzenbusch  (1),  cuando 
ingeniosamente  dijo  a  ese  respecto:  "De  loco  graduaríamos 
a  un  heredero  que,  sin  registrar  la  casa  donde  había  cómo- 
damente vivido  su  padre,  fuese  afanoso  de  tienda  en  tienda 
comprando  muebles,  colgaduras,  alfombras  y  vasos,  y  al  poner 
en  su  lugar  cada  pieza,  tropezase  con  otra  tan  buena  por  lo 
menos  como  la  que  traía. 

Pese  a  este  agudísimo  símil,  estarán  muy  lejos  de  pasar 
por  locos  quienes  enriquecieron  (?)  la  lengua  de  Tirso,  Cal- 
derón y  Granada  con  el  híbrido  voquible  de  interviú,  para 
expresar  entrevista,  consulta,  visita,  interrogatorio,  diálogo, 
coloquio,  charla,  plática  y  otros,  según  el  caso;  o  aquel  otro 
no  menos  repulsivo  de  mitin  para  lapida  sepulcral  de  asam- 
blea, sesión,  reunión,  congreso,  conciliábulo,  y  hasta  junta, 
que  seguramente  morirá  también.  No  fueron  locos  los  que 
,  tales  voces  trajeron  al  idioma,  pero  tampoco  se  las  pueden 
dar  de  cuerdos. 

Cuerdamente  proceden  los  que  no  teniendo  en  su  lengua 
voz  con  qué  designar  un  objeto  o  una  idea  la  toman  del  sáns- 
crito o  del  esperanto,  que  tanto  monta,  con  tal  que  sea  abso- 
lutamente precisa  y  se  adapte  fácilmente  a  la  prosodia  del 
lenguaje.  Pero  con  más  cordura  obrará  el  heredero  que  tras 
de  registrar  la  casa  donde  había  cómodamente  vivido  su  pa- 
dre, y  de  advertir  algunas  faltas  en  el  moblaje,  o  cabida  para 
más  adornos,  repara  las  deficiencias  con  las  cosas  habidas  en 
las  otras  heredades  testadas  por  su  progenitor. 

De  más  está  decir  que  esas  otras  heredades  de  los  espa- 
ñoles son  las  Repúblicas  hispanoamericanas,  de  cuyos  parti- 
culares léxicos  se  podrían  extraer  bellísimas  galas  mucho 
más  adaptables  al  castellano — ya  que  no  pocas  son  originarias 
del  romance — ,  que  cuantas  adentran  los  aires  de  novedad 
europeizante  en  la  tierra  del  lenguaje  casi  cosmopolita. 

Todo  es  preferible  a  que  se  deforme  nuestro  riquísimo 
y  jugoso  lenguaje  con  voces  híbridas,  que,  sobre  ser  innece- 

(1)    •Diccionario  de  Galicismos*  de  don  Rafael  M.  Baralt.  -  Prólogo,  pág.  VI. 


XVII 

sarias,  son  las  que  preferimos  usar  por  afán  de  petulancia, 
que  inconscientemente  nos  lleva  a  dañar  lo  que  de  más  ca- 
racterístico y  sagrado  tiene  una  raza  o  un  pueblo.  Por  eso 
debiera  grabarse  en  el  corazón  de  los  españoles  aquel  sabio 
consejo  (1)  del  insigne  Mariano  de  Cavia:  "Combatir  a  cuan- 
tos deforman,  maltratan  y  desdeñan  el  habla  española,  es  tan 
necesario  para  la  defensa  nacional  como  fabricar  en  Trubia 
cañones  y  municiones." 

No  hay  tampoco  que  pedirle  a  la  R.  A.  que  abra  las  puer- 
tas de  par  en  par  a  los  vientos  que  soplan  de  América,  por- 
que aquí  se  forman  vocablos  de  tan  estrafalario  gusto  y  tan 
incomprensible  origen,  que,  no  la  gente  gustosa  de  hablar  bien, 
sino  que  hasta  el  vulgo  debiera  desecharlos  como  inmundicias 
pestilentes;  pero  cuando  menos,  en  esas  puertas  del  respe- 
table recinto  donde  se  "limpia,  fija  y  da  esplendor"  al  idioma, 
hay  que  abrir,  cual  ya  hemos  insinuado,  un  postigo  que  mire 
al  Nuevo  Mundo,  en  vez  de  la  rendija  por  donde  hoy  va  pa- 
sando eon  gran  esfuerzo  el  léxico  americano. 

Cuando  la  Corporación  académica  se  disponga  a  refrescar 
el  Diccionario  con  las  cinco  o  seis  mil  voces  que  nos  parece 
se  pueden  escoger,  como  perfectamente  adaptables  al  caste- 
llano, de  los  americanismos  en  uso,  convendría  procediera  con 
más  tino  del  empleado  hasta  ahora.  En  lo  que  atañe  a  cuba- 
nismos, tal  vez  por  servirse  de  corresponsales  perezosos  o 
poco  duchos  en  la  materia,  no  ha  seleccionado  con  grande 
acierto  los  que  incluyó  como  más  admisibles  en  el  catálogo 
oficial. 

En  la  14a  edición  figuran  solamente  138  cubanismos,  de 
los  cuales,  muy  cerca  de  la  mitad  son  de  escaso  interés  o  de 
uso  poco  extendido.  Cuando  menos,  a  la  mayoría  de  los  cuba- 
nos y  de  los  extranjeros  conocedores  del  país,  les  sorprenderá 
por  uno  u  otro  motivo  ver  que  la  R.  A.  recoge  las  siguientes 
voces  cubanas:  aguaitacaimán  (ave),  balay  (plato  de  madera 
para  aventar  el  arroz),  bongo  (lancha  para  atravesar  ríos), 
castrón  (puerco  grande  castrado),  cotunto  (el  ave  sijú),  cusubé 
(dulce  de  yuca),  chapurrado  (bebida  refrescante),  chote  (el 
chayóte,  que  sólo  algún  rústico  dirá  de  esa  manera),  jeniquén 
(el  henequén,  como  dicen  el  noventa  por  ciento  de  los  habi- 
tantes del  país),  libra  (tabaco  de  superior  calidad),  muleque 
(negro  bozal  de  siete  a  diez  años),  punto,  (hoja  pequeña  de  ta- 
baco de  aroma  exquisito),  quebrado  (hoja  de  tabaco  aguje- 
reada, pero  de  superior  calidad),  sombrero  jíbaro  (el  tosco 

(1)    cLa  defensa  del  lenguaje»  -  'El  Imparciah,  1916. 


usado  por  campesinos),  taita  (tratamiento  para  con  los  ancianos 
negros),  torería  (íravecurs,  do  muchachos)  y  otras. 

En  cambio  pasarían  de  quinientas  las  voces  cubanas  per- 
fectamente csatelianizables,  apoyadas  per  el  uóo  extendido 
a  fuera  de  ía  Isla,  en  algunos  casos. 

Por  que  se  vea  con  más  precisión  la  claridad  de  este  aser- 
to, remitimos  al  lector  a  la  siguiente  lista  de 


Cubanismos  aceptados  pos?  la  Ps.  R. 


R 

Ácana  (2  acep.) 

Agracejo. 

Aguailaeaimán. 

Agu;;jí. 

Aguinaldo. 

Alecrín. 

Alijo. 

Amor  al  uso. 

Arabo. 

Árbol  de  la  cera. 

Arribazóa. 

Ateje. 

Aura. 

Auroro. 

& 

Bajareque. 

Bajonado. 

Balandro. 

Balay. 

Barbero. 

Batey. 

Bayamés,  sa  (2  acep. 

Bayú. 

Bayúa. 

Bongo. 

Boniatillo. 

Boruga. 

Bramadero. 


Cabalaría. 
Cafiroleta, 
Calimba. 
Calimbar. 
Gamao. 

Caney  (2  aoop.) 
Cantúft. 
Capadura. 
Castrón- 
Catauro. 
Coco. 

Contracandela, 
Conuco. 
Cordel. 
Cdtunto. 

Cubano,  na  (2  acep.) 
Cuje. 
Cusubé. 


CH 


Champola. 

Chapear. 

Chapurrado. 

Chimo  jo. 

Chino,  na. 

Chote. 

Chotear. 


D 


Desbotonar. 


Empilonar. 
Entroncar  (2  acep.) 
Entronque. 


Guagua 

Guagus  (áe) 
Guajirfi. 
Guajiro,  ra. 
Guatiní 
Guizazo. 


Molejón. 

Molote. 

Morrocoy. 

Morrocoyo. 
Muleaue. 


Negrada. 
Niño,  ña. 


Ñañigo,  ga. 


Ochavón,  na 


n 


n 


Habanera  (2  acep.) 
Habanero,  ra  (2  acep. 
Habano. 
Habano,  n.-. 
Hierba  de  limón. 


Jeniquén. 


Libra, 
Limón  (adj.) 

Mas^co,  oa. 

Macana. 

Maguey. 

Majá. 

Majagua, 

Majagual 

Mancuerna. 

Manigua. 

Mariposa. 

Matancero,  ra  (2  acep.) 


Pajón. 

Pajonal. 

Palma  real. 

Panudo. 

Pasadero. 

Pardo,  da. 

Perico. 

Periquito. 

Punta. 


Q 


Quebrado. 
Qu  imbombo. 
Quina  de  la  tierra. 


Refacción. 
Retranca. 
Retranquero. 
Rosa  francesa. 


S 


Sabicü. 
Sambumbia. 


XX 


Sambumbiería. 

Trinitario, 

ria  (2.  acep. 

Santiaguero, 

ra  (2  acep.) 

Serventía. 

V 

Socucho. 

Sombrero  jíbaro. 

Vega. 
Veguero. 

T 

Y 

Taita. 
Tejamaní. 
Tocororo. 
Tolla. 

Yagua. 
Yerba  de  1 
Yuraguano. 

imón. 

Torería. 

z 

Torre. 

Trepadera. 
Trillo. 

Zacateca. 
Zapata. 

Ahora  bien,  cuando  tantas  voces  castizas  están  sin  recoger 
por  la  R.  A.,  muchas  de  las  cuales,  por  tener  frecuente  uso 
en  Cuba,  figuran  en  este  VOCABULARIO,  no  van  a  tener  más 
suerte  los  muchos  americanismos,  cuyo  uso  no  descieñan  las 
personas  ilustradas. 


El  tercer  punto  de  apoyo  en  que  descansa  este  VOCABU- 
LARIO CUBANO,  si  bien  mucho  más  débil  que  los  anteriores, 
es  la  "Lexicografía  antillana'",  del  eminente  legista  y  nota- 
ble historiógrafo  don  Alfredo  Zayas. 

Es  libro  de  indiscutible  mérito.  Perdido  el  idioma  de  los 
aborígenos  antillanos,  que  careció  de  forma  gráfica,  sólo  que- 
dan unos  cuantos  vocablos  dispersos,  escritos  a  la  manera 
castellana  en  los  escasos  libros  de  misioneros,  exploradores, 
naturalistas,  etc.,  que  de  España  vinieron  a  civilizar  y  es- 
tudiar la  poco  antes  descubierta  América.  Esas  pocas  voces 
y  las  desde  entonces  conservadas  en  denominaciones  topo- 
gráficas, son  las  que  el  señor  Zayas  ha  recopilado  y  estudiado, 
presentándolas  en  un  catálogo  extenso,  en  cuanto  cabe,  con 
originales  apuntaciones  filológicas  y  disertaciones  amenas. 

De  poco  nos  ha  servido  este  meritísimo  libro:  nada  más 
que  para,  con  la  autoridad  de  su  autor,  poder  indicar  cuáles 


XXI 

voces  tienen  origen  caribe,  salvo  muy  contados  casos  que  se 
han  escapado  al  estudio  del  señor  Zayas,  y  son  aquellos  en 
que  omitimos  su  nombre,  cual  se  verá  en  el  texto. 

Como  estudio  filológico  de  un  idioma  perdido,  no  podía 
ser  el  del  señor  Zayas  obra  perfecta,  por  lo  mismo  que  resul- 
ta poco  menos  que  imposible  discernir  en  la  evolución  del 
lenguaje  indio,  después  de  llegados  los  españoles,  las  voces 
indias  auténticas,  y  las  que  hayan  resultado  de  la  consiguiente 
mezcla  con  el  castellano. 

Por  eso  muchos  filólogos  americanos,  al  estudiar  los  idio- 
mas o  dialectos  indígenas,  particularmente  aquellos  de  que 
se  conservan  sólo  voces  sueltas,  incurren  frecuentemente  en 
el  error  de  acreditar  de  vocablos  indios  sencillas  corruptelas 
olvidadas  del  romance,  traídas  por  el  pueblo  colonizador  o 
formadas  aquí  en  mezcla  con  las  lenguas  autóctonas,  ya  por 
los  indios,  bien  por  los  españoles. 

Un  estudio  detenido  y  serio  sobre  la  materia  probaría  lo 
dicho  con  múltiples  ejemplos,  y  vamos  a  presentar  con  ese 
objeto  algunos  casos. 

Manió  y  neo,  que  Zayas  clasifica  de  voces  caribes,  son  sen- 
cillas corrupciones  de  voces  castellanas:  manió,  forma  po- 
pular de  manido,  derivado  de  manir  (verbo  de  origen  latino); 
y  nea,  de  anea  o  enea,  que  acaso  hasta  designe  la  misma  especia 
de  hierba. 

Un  caso  de  otro  orden,  se  ofrece  con  ia  voz  tayuyo,  también 
palabra  caribe  según  Zayas,  que  a  nuestro  parecer  se  formó 
así:  del  castellano  hallullo,  el  andalucismo  jallullo  y  de  aquí 
el  cubanismo  tallullo,  corrompida  la  11  en  y  para  formar 
tayuyo. 

Estas  disquisiciones  no  quitan  méritos  a  ninguna  obra  de 
la  naturaleza  de  la  escrita  por  Zayas;  antes  al  contrario,  son  pal- 
pable demostración  de  que  la  materia  es  más  embrollada  de  lo 
que  pudiera  parecer. 

Hay  un  ligero  punto  en  que  discrepamos  del  señor  Zayas, 
si  acaso  no  ha  cambiado  después  de  criterio,  cual  imagina- 
mos, y  es  en  que  estime  obra  imperfecta  la  del  señor  Pichardo, 
por  no  haber  incluido  las  voces  geográficas  cubanas.  Sacamos 
esto  a  colación,  porque  el  mismo  juicio  pudiera  formarse  de 
este  VOCABULARIO,  donde  tampoco  figuran  esas  voces.  Y  es 
que  las  voces  geográficas  sólo  tienen  cabida  en  un  Diccionario 
geográfico  o  enciclopédico,  o  destinado  especialmente,  como 
el  del  señor  Zayas,  a  reunir  los  vocablos  de  una  lengua  des- 
aparecida en  su  mayor  parte.  El  Diccionario  de  don  Esteban 
Pichardo  y  este  VOCABULARIO    recogen  las  voces  d^l  len- 


XXII 


guaje  corriente,   a  la  manera  del  de  la  R.  A.  y  otros  mu- 
chísimos. 

De  admitir  nombres  de  ríos,  montes,  etc.,  ¿por  qué  no  los 
de  personas?  Convendrá  el  señor  Zayas  en  que  no  caben  ni 
los  unos  ni  ios  otros,  porque  ambos  son  nombres  propios,  es- 
peciales, particulares. 


Entre  otros  libros  consultados  en  nuestras  investigaciones, 
merece  particular  mención,  como  catálogo  general,  el  "Pe- 
queño Latousse  ilustrado",  de  Toro  y  Gisberi,  el  cual  es,  sin 
disputa,  el  Diccionario  que  mayor  número  ele  americanismos 
reseña,  y  da  pie  en  algunos  casos  para  estimables  orientacio- 
nes. Al  de  Salva  le  debemos,  como  al  monumental  de  Monta- 
ner  y  Simón,  excepción  hecha  del  Apéndice  indicado,  alguno 
que  otro  dato  de  escasísimo  interés  para  nuestro  objeto.  Y 
en  los  demás  libros  de  este  orden  consultados...  nada  nuevo. 

Entre  las  obras  de  carácter  particular  de  que  nos  hemos 
servido  en  lo  posible  están  las  "apuntaciones  críticas  sobre 
'el  lenguaje  bogotano",  de  Cuervo.;  el  mejor  libro  que  se  haya 
escrito  sobre  lexicografía  americana.  ¡Lástima  grande  que  no 
haya  de  cada  país  en  América  un  libro  siquiera  parecido!  Al 
buscar  en  esta  hermosa  obra,  pletórica  de  ciencia  filológica 
y  erudición,  afinidades  con  el  léxico  cubano,  pocos  datos  ob- 
tuvimos, pero,  en  cambio,  so  nos  han  revelado  no  pocos  secre- 
tos de  nuestro  idioma. 

Otro  libro  muy  aceptable  es  "El  castellano  en  Venezue- 
la", de  Julio  Gaicano,  al  que  debemos  alguna  que  otra  noticia. 
Otro  más,  que  merece  recuerdo  y  aplausos,  es  el  "Vocabulario 
criollo-español,  sud-arnerieana" ,  por  Ciro  Bayo,  que,  si  bien 
peca  de  conciso  en  algunos  artículos  y  está  pidiendo  mayor 
extensión,  pues  no  pasarán  de  tres  mil  las  voces  reseñadas, 
y  en  "Sud-américa"  hay  mayor  número,  prestará  buen  ser- 
vicio en  la  confección  de  cualquier  Diccionario  provincial  de 
América,  y  es  una  de  esta  clase  de  obras  mejor  acabada^. 

Las  demás,  sinceramente  confesamos  que  ningún  servicio 
nos  han  prestado,  dada  la  diversidad  de  léxicos  en  la  Amé- 
rica española;  y  algunas  que  piadosamente  no  citaremos,  sobre 
argentinismos  y  quicheísmos,  en  pago  al  tiempo  que  nos  han 
robado,  las  condenaríamos  a  la  pena  que  señaló  el  cura  a  ios 
libros, de  Don  Quijotp. 


Z-CÍÍI 


Con  los  materiales  tomados  de  todas  las  fuentea  citadas, 
sería  imposible  de  tocio  punto  confeccionar  este  VOCABULA- 
RIO CUBANO;  así,  pues,  hubimos  do  recurrir  a  un  manantial 
fecundísimo,  inagotable,  c! ol  que  ña  suministran  todos  los 
diccionarios  de  todas  lias  lenguas:  me  refiero  al  lenguaje  del 
pueblo,  del  vulgo,  que  es  el  filólogo  por  excelencia.  Podemos 
asegurar  que  de  ¡arios  del  pueblo  hamos  tomado  al  oído, 
más  de  la  cuarta  parte  de  las  voces  contenidas  en  .este  VO- 
CABULARIO, y  que  aparecerán  en  su  casi  totalidad  definidas 
por  primera  vez,  con  las  acepciones  que  aquí  tienen. 

No  serán  pocos  los  vocablos  que  se  nos  hayan  trascone- 
jado, sin  contar  los  que  no  hemos  querido  recoger  por  tratarse 
de  modismos  muy'  locales,  de  limitada  extensión,  pues  ca- 
sualmente se  traía  de  un  pueblo,  si  cubano,  en  el  que  parece 
haber  individuos  que  inventan  palabra  para  bu  uso  parti- 
cular-, o  familiar,  cuando  más. 

Nuestro  esfuerzo  encaminóse  a  recoger  el  mayor  número 
de  las  voces  o  acepciones  generalizadas,  aunque  hayamos  es- 
tado muy  lejos  de  babor  agotado  la  materia 

No  obstante  el  inmenso  caudal  de  modismos  mezclados 
en  el  habla  corriente,  Cuba  es  uno  de  los  países  hispano- 
americanos donde  está  menos  corrompido  el  castellano,  cual 
se  puede  observar  en  la  prensa  diaria,  dejando  a  un  lado 
aquello  que  invade  el  campo  de  la  Retórica,  y  que  no  se  re- 
laciona con  nuestro  objeto  del  momento. 

Para  estudiar  y  clasificar  con  acierto  este  lenguaje  del 
pueblo  de  América  española,  sería  indispensable,  de  todo  pun- 
to, el  auxilio  de  un  diccionario  cuya  confección  echará  de 
menos  el  que  emprenda  la  recopilación  de  un  léxico  particular 
o  general  americano:  aludo  al  que  catalogue  los  andalucismos. 

Multitud  de  voces  americanas  son  corruptelas  o  deriva- 
ciones de  andalucismos,  algunos  de  los  cuales  ya  habrá  arrin- 
conado el  desuso  en  esa  región  española. 

Andaluces  fueron  los  primeros  exploradores  y  coloniza- 
dores de  América,  y  andaluces  que  trajeron  en  el  idioma 
muchas  voces  populares  o  vulgares,  porque  del  pueblo  o  vulgo 
salieron  aquellas  gentes.  Por  lo  tanto,  el  origen  de  muchas 
voces  tenidas  por  americanas  genuinas  lo  tendrán  segura- 
mente en  Andalucía. 


XXIV 

Aludiendo  a  esto,  dice  Cuervo  (1)  muy  atinadamente:  "SI 
día  que  tengamos  un  diccionario  de  andalucismos,  hallaremos 
maravillas  los  americanos".  Y  el  eximio  filólogo  Cejador  ase- 
gura haber  coleccionado,  en  una  excursión  de  cuatro  meses 
por  Andalucía,  más  de  seis  mil  voces  castizas  no  recogidas 
por  la  R.  A.  hasta  la  13,"  edición  inclusive  del  Diccionario. 

Por  lo  expuesto,  ya  se  supondrá  que  no  es  fácil  cosa  acre- 
ditar a  cada  vocablo  de  uso  én  América  su  partida  bautismal. 
Y  en  cuanto  a  Cuba  particularmente  se  refiera,  no  estarían 
de  más  los  diccionarios  del  gallego  y  del  bable. 

No  obstante  esa  escasez  de  fuentes  para  la  buena  clasifi- 
cación, por  el  origen  de  las  voces»  ésta  es  de  tal  modo  necesa- 
ria, a  juicio  nuestro,  que  con  todos  los  errores  consiguientes 
la  preferimos  a  la  ausencia  total,  y  de  aquí  que  hayamos 
acometido  la  tarea,  cual  más  arriba  se  dice,  y  es  ocasión  de 
que  expliquemos  el  método  seguido. 

Hacemos  solamente  tres  distinciones  de  voces,  a  saber: 
cubanismos,  las  de  origen  cubano,  aun  cuando  se  haya  exten- 
dido el  uso  fuera  de  la  Isla;  americanismo?,  las  de  uso  en 
Cuba  nacidas  en  otra  nación  americana,  cualquiera  que  sea, 
o  de  uso  general  en  América,  y  comunes,  las  de  origen  caste- 
llano con  uso  en  España  y  América. 

De  los  cubanismos,  van  señalados  con  un  asterisco  ante- 
' puesto  los  aceptados  por  la  R.  A.;  y  en  cuanto  a  los  ameri- 
canismos y  voces  comunes,  se  incluyen  sólo  en  este  VOCA- 
BULARIO los  no  aceptados  por  esa  respetable  Corporación. 

Véase  la  siguiente 


(1)    Obra  citada,  articulo  ! 


XXV 


LilSTA     DE      VOCES 
CONTEHlDñS     E$    ESTE    VOCABULiA^IO 


A 
B 
C 

GH 
B 
É 
F 
G 
H 
I 
J 
K 
L 

LL 
H 
N 
Ñ 
O 
P 

Q 

H 

S 
T 
U 
V 

w 

Y 
Z 


Catebismoa 


466 

421 

943 

48, 

108 

230 

180 

524 

88 

32 

234 

2 

150 

9 

536 

66 

24 

44 

601 

39 

265 

235 

293 

21 

132 

432 

49 


6005 


AráSíkasismos 


54 
25 
74 
17 
14 
44 
35 
38 
9 
4 
18 


57 

7 
4 

36 

2 
14 
19 
20 


513 


Comunes 


23 
i4 
29 
9 
35 
26 
13 
14 
5 

16 
3 
1 
5 

24 

3 

1 

9 

27 

1 

21 

16 

4-2 


310 


TOTAL 


543 
460 
1046 
20b 
157 
300 
228 
576 
102 

52 

255 

3 

160 

9 

617 

76 

29 

53 
664 

42 
300 
270 
3'25 

23 

142 

1 

433 

56 


(i)  6828 


(1)    De  estas  6.828  voces  o  acepciones,  sólo  figuran  unas  3.600  en  el  Dicciona" 
rio  de  Pichardo. 


XXVI 

La  tabla  que  antecede  habrá  dado  una  idea  al  lector  de 
nuestro  trabajo;  sólo  deseamos  añadir  que  en  esa  clasificación 
hemos  procurado  poner  nuestro  mayor  interés  en  el  acierto, 
y  ello  io  probarán  las  dudas  esparcidas  en  algunos  lugares 
del  testo;  de  los  errores  en  que  hayamos  podido  incurrir, 
más  paternidad  correspe  nú  era  a  la  escasez  de  fuentes  que  a 
cuanto  de  nuestra  voluntad  y  estudio  ha  dependido.  Y  a  obrar 
con  gran  cautela,  para  no  dar  por  cubanismo  una  vos  caste- 
llana o  por  castellana  un  americanismo,  no3  ha  movido  en 
gran  medida  el  recuerdo  de  las  acerbas  censuras  que  ha  sus- 
citado el  señor-  Tobías  Garzón,  con  su  célebre  por  lo  dispa- 
ratado " Diccionario  argentino'",  deudo  se  acreditan  de  argen- 
tinismos, no  sólo  voces  aceptadas  por  la  R.  A.,  sino  algunas 
que  se  encuentran  en  "El  libro  del  buen  amor". 

En  cuanto  a  las  voces  llamadas  comunes,  cabe  advertir 
que  no  todas  son  dignas  de  recoger  por  la  R.  A.  Hay  entre 
ellas  algunas  que  son  corrupciones  groseras  del  buen  hablar 
o  vocablos  galachos  generalizados  innecesaria  y  censurable- 
mente en  España  y  América  española,  si  bien  es  verdad  que 
la  inmensa  mayoría  son  tan  acreedoras  a  figurar  en  el  Diccio- 
nario académico,  como  las  ya  catalogadas  en  el. 


* 

* 


Del  abuso  en  inventar  vocablos  o  modismos,  cometido  por 
el  pueblo,  darán  idea  los  siguientes  ejemplos: 

Al  duro  de  plata  se  dice  bolo,  boleto,  disco,  tolete,  rufo, 
maraca,  machete,  rueda,  tulipán,  guayo,  gaayacán,  estrella 
(el  de  moderna  acuñación  cubana),  machacante  (dicho  también 
en  la  jerga  gitana),  ojo  de  buey  (que  dice  también  el  popula- 
cho español),  y  aún  presumimos  que  algún  nombre  más  se 
verá  en  el  cuerpo  del  VOCABULARIO,  no  recordado  de  mo- 
mento por  nosotros. 

De  ramera  hay  estos  equivalentes:  sapo,  cuero,  venado, 
chema,  bacalao,  pescado,  picuda,  casco,  serrucho  (alusión  al 
pez  de  ese  nombre),  pellejo  y  cebolla  (ambos  nombres  usados 
en  España  también). 

A  la  peseta  se  dice  bomba,  chapa,  tapa,  guana,,  caña,  per- 
jura y  beata  (que  se  oye  al  pueblo  español  también). 

Ei  vulgo  es  en  todas  partes  infatigable  inventor  de  voca- 
blos, y  si  con  respecto  al  de  América  tenemos  además  en 
cuenta  el  caudal  de  voces  usuales,  tomadas  a  los  indios,  no 


XXVII 

parecerá  exagerado  que  se  dija  con  Toro  y  Gisbert  (i)  "que 
un  diccionario  de  americanismos  completo  ha  de  constar  de 
más  de  cincuenta  mil  voces  o  acepciones  distintas". 

Gont- rayéndonos  al  léxico  cubano,  se  podrá  ver  ea  la  tabla 
de  voces  inserta  en  la  página  XXV  que  la  afirmación  es  muy 
atinada,  puesto  que  Cuba  contribuiría  a  esa  cifra  con  6.005 
acepciones  propias. 

Al  decir  "voces  propias'1,  hemos  de  advertir  que  para 
componer  este  VOCABULARIO,  nc  hemos  procedido  melin- 
drosamente, cual  tratan  de  imponer  algunos,  con  un  crite- 
rio más  de  moralistas  quisquillosos  que  de  filólogos.  Entien- 
den ellos  que  un  diccionario  no  dale  recoger  las  voces  desde- 
ñadas por  los  puritanos  del  buen  hablar,  ni  mucho  menos- 
las  groseras  u  obscenas.  Y  entendemos  nosotros,  con  el  apoyo 
de  íos  que  probablemente  conocen  mejor  estas  cuestiones, 
que  en  un  diccionario,  particularmente  si  es  provincial,  deben 
entrar  cuantas  voces  autoriza  el  generalizado  use,  sean 
aristocráticas  o  plebeyas,  delicadas  o  repugnantes,  que  para 
algo  es  diccionario.  Quien  lo  confecciona,  no  cumple  con  el 
deber  que  tal  empeño  le  impone,  si  por  escrúpulos  a  intercalar 
voces  groseras  de  uso  general,  defrauda  luego  las  esperanzas 
de  quien  pretende  conocer  ios  significados.  Al  hacer  un  dic- 
cionario, el  autor  se  impone  el  deber  filológico  y  social  de 
advertir  qué  voces  son  cié  buen  uso,  cuáles  sen  impropias  y 
sus  razones,  y  cuáles  merecen  condenación  por  obscenas  u 
otras  causas;  pero  todo  otro  proceder  será  arbitrario,  hijo 
de  una  opinión  caprichosa,  o  como  muy  bien  dice  Gejador, 
una  de  nuestras  menos  discutibles  autoridades  lingüísticas  y 
filológicas,  se  obraría  con  un  "criterio  aristocrático  a  la  an- 
tigua". Y  en  oíro  lugar  (2),  dice  este  eximio  crítico:  "...cuales- 
quiera palabras  que  siendo  del  terruño  suenen  en  labios  de 
españoles  o  americanos...  Todas  pertenecía  al  tesoro  del  idio- 
ma castellano,  y  el  idioma  es  el  alma  de  la  raza". 

Así,  pues,  nosotros  hemos  catalogado  toda  voz  generaliza- 
da, agradable  o  repugnante,  cuya  existencia  haya  llegado  a 
conocimiento  nuestro,  y  cumpliendo  íos  deberes  que  nos  pa- 
recen ineludibles  en  este  caso,  la  voz  que  suena  obscena  o 
groseramente  la  hemos  calificado  de  vulgar  o  muy  vulgar,  si 
no  es  que  nos  ha  merecido,  al  tiempo,  alguna  otra  censura, 
como  se  podrá  ver  en  algunos  casos  del  texto. 


(1)  mLos  nuevos  derroteros  -leí  idioma',  página  288. 

(2)  «Pasavolantes*  --  Madrid,  1912 -página  252. 


XXVIII 


A  todos  cuantos  se  dignaren  ojear  o  consultar  este  VOCA- 
BULARIO, debemos  advertirles,  que  no  hemos  tenido  en  cuen- 
ta, al  catalogar  cada  voz.  los  generalizados  defectos  de  la 
prosodia  cubana,  salvo  en  muy  raras  excepciones. 

Esos  defectos  prosódicos  de  mayor  importancia,  y  que  de 
tenerlos  en  cuenta  fuera  tan  extenso  este  libro  como  el  de  la 
R.  A.,  son  el  empleo  de  la  s  en  los  sonidos  ce,  ci,  y  za,  zo,  zu, 
común  a  gran  parte  de  América;  la  confusión  de  la  í  y  la  r, 
bastante  generalizada  en  el  pueblo,  pues  que  suele  oirse  alma 
por  arma  y  arma  en  vez  de  alma;  la  corrupción  de  la  h  en  ;', 
muy  frecuente  entre  campesinos,  y  !&  de  la  y  en  11  o  viceversa, 
o  de  esas  dos  letras  en  ñ,  cual  en  el  caso  de  la  voz  india  yapa, 
que  degeneró  en  llapa  y  luego  en  ñapa. 

Otras  formas  prosódicas  naturales  y  frecuentes  en  donde- 
quiera que  se  habla  castellano,  son  afines  a  la  de  omitir  la  d 
en  las  terminaciones  ado,  edo,  ido,  udo,  particularmente  en  la 
primera  forma,  que  no  ha  de  confundirse  con  la  terminación 
ao  de  algunas  voces  caribes,  como  camao  (paloma  salvaje)  y 
Marianao  (población). 

Son  también  frecuentes  incorrecciones  propias  de  gente 
rústica,  las  cuales  se  oyen  también  en  España,  como  haiga 
por  haya,  alcontrar  por  encontrar,  diferiencia  por  diferencia, 
hadré  por  haré,  sobre  todo  en  muchos  tiempos  de  verbos  irre- 
gulares, pues  hasta  en  la  prensa  no  falta  quien  escriba  asóla 
en  vez  de  asuela. 

De  otra  índole,  son  defectillos  ciertos  diminutivos  de  vo- 
ces que  por  el  concepto  no  los  admiten  en  lenguaje  correcto, 
como  por  ejemplo  nadita,  ahorita,  enseguidita,  etc.,  o  los  di- 
minutivos mal  formados,  cual  naditica  o  naitica  y  ahoritica. 
Estas  formas  son  usuales  también  en  otros  países  americanos, 
como  igualmente,  aunque  menos  extendida,  la  de  los  aumen- 
tativos en  ísimo,  (sima  con  otro  sí  antepuesto,  que  usurpa  el 
acento,  por  lo  que  se  oye :  buenisísimo,  por  bonísimo,  y  her- 
mosisísima  en  vez  de  hermosísima,  en  cuyos  defectos  no  es 
raro  que  incurra  hasta  gente  de  porte  elegante. 

Algunos  de  esos  diminutivos  van  reseñados  en  el  cuerpo  del 
VOCABULARIO,  por  ser  tan  usuales  como  la  voz  originaria. 

Otras  faltas  son  menos  notables,  y,  como  las  expuestas, 
caerían  de  lleno  en  él  estudio  de  la  gramática  y  no  de  un  dic- 
cionario, que  es  la  cuestión  presente. 


XXIX 


Al  final  del  cuerpo  de  este  VOCABULARIO  ponemos  tres 
Apéndices:  uno  de  frases,  otro  de  refranes,  y  de  nombres  pro- 
pios en  estilo  familiar,  el  tercero. 

Podríamos  haber  intercalado  frases  y  refranes  en  el  texto 
general,  como  lo  efectúa  la  R.  A.,  pero  aunque  para  un  diccio- 
nario general  nos  parece  método  excelente,  no  así  para  un 
diccionario  particular  o  provincial,  en  el  que  la  mayoría  de 
las  voces  carecerán  de  frases  particulares  y  de  refranes,  por 
lo  que  ésas  y  éstos  andarían  como  perdidos,  con  lo  que  no  ga- 
narían la  amenidad  que  tienen  en  grupo. 

Además,  en  Apéndices,  podrán  ser  aprovechados  más  fá- 
cilmente por  los  coleccionistas,  y  continuar  la  recopilación; 
pues  tanto  en  esto  como  en  el  VOCABULARIO  estamos  muy 
distantes  de  creer  que  hayamos  agotado  la  materia  y  realizado 
labor  definitiva  y  acabada. 

Entre  las  frases,  algunas  habrá  que  no  sean  genuinamen- 
te  cubanas,  y  sí  americanas  o  castellanas,  cual  indicamos  en 
algunas,  pero  en  todo  caso  están  incluidas,  por  ser  muy  usua- 
les en  Cuba  y  no  estar  recogidas  por  la  R.  A. 

En  cuanto  a  los  refranes,  hemos  procurado  circunscribir- 
nos a  los  de  pura  cepa  criolla,  porque  son  infinidad  los  caste- 
llanos, con  uso  o  conocidos  en  Cuba,  y  que  no  están  admitidos 
por  la  R.  A.  Van  incluidos  algunos,  muy  pocos,  castellanos, 
por  el  frecuente  uso  que  aquí  tienen,  y  si  otros  tenidos  en  el 
Apéndice  por  cubanos  resultaren  castellanos,  téngase  enten- 
dido que  no  ha  sido  nuestro  propósito  cambiarles  la  paterni- 
dad, y  recuérdese  que  no  nos  presentamos  como  infalibles. 

Respecto  a  los  nombres  propios  en  estilo  familiar,  hemos 
recogido  los  más  vulgares  solamente,  sin  especificar  origen, 
puesto  que,  si  bien  se  mira,  el  origen  en  este  caso  estriba  en 
el  capricho,  y  éste  es  común  a  América  y  España  y  los  otros 
pueblos  de  la  Tierra. 


Como  es  nuestro  propósito  subsanar  los  errores  y  reparar 
las  omisiones  en  que  hayamos  podido  incurrir  al  efectuar 
esta  fatigosa  tarea,  agradeceremos  muy  de  veras  cuantas  in- 
dicaciones se  nos  hagan,  vengan  de  donde  vinieren  y  en  la 


forma  que  lo  estime  más  adecuada  cada  cual,  ya  pública, 
bien  privadamente,  en  forma  de  consejo  o  en  tono  da  censura; 
todo  ello  se  dirigirá  a  un  üo  único:  el  de  perfeccionar  este 
libro,  que  es  mi  mayor  deseo. 

Todo  mi  saber  no  ha  podido  presentar  mejor  ni  mis  aca- 
bado este  trabajo.  Para  mí  no  tiene  deficiencias,  porque  no 
las  encuentro,  pero  aseguro  tía  antemano  que  ha  do  contener 
muchas,  y  cuantas  se  me  indiquen,  por  fuerza  tendré  que 
agradecerlas;  pues  ningún  padre  ve  todos  lot^  defectos  de  un 
hijo,  y  no  hay  padre  que*  no  quiera  la  perfección  misma  para 
éí.  Esto  mo  sucede  a  mí  con  este  hijo  mío,  sólo  que  yo  estoy 
convencido  de  que  en  una  obra  de  esta  aaturaleaa,  sería  poco 
menos  que  un  milagro,  cosa  impropia  de  estos  tiempos,  que 
no  apareciese  aquí  y  allá  la  imperfección,  para  que  no  se 
olvide  por  un  momento  qya  1&  engendró  un  hombre  como 
todos  los  demás. 

En  tus  manos  queda,  pues,  lector  indulgente,  este  humilde 
trabajo  mío,  por  cuyo  extenso  prólogo  te  pido  mil  perdones. 

EL  AUTOR. 


TABLA     DE     ABREVIATURAS 


acep acepción. 

adj ,     .  adjetivo. 

adv. adverbio  y  adverbial. 

Amer Americanismo. 

aniie anticuada. 

Bot Botánica. 

cast. castellano. 

Cúb Cubanismo. 

Dic Diccionario. 

epic epiceno, 

esp especie. 

Et Etimología. 

F Familia. 

f femenino. 

fam familiar. 

fig figurado. 

ínter j interjección. 

loe.   . locución. 

m masculino. 

mod.  adv.  .......  modo  adverbial. 

pl plural. 

p.  p participio  pasivo. 

R.  A.    .     .     .     .     .     .     .     .  Real  Academia  de  la 

Lengua. 

subs substantivo. 

v.  a verbo  activo. 

v.  n id.     neutro. 

v.  rec id.     recíproco. 

v.  ref id.     reflexivo. 

vulg vulgar. 

Zool Zoología. 

*  (asterisco).  Va  antepuesto  a  los  cubanismos  que 
acepta  la  R.  A. 


xxx.y.w.wx.w.w.w.'www.w.® 


A 


ABAC 


ABARÍt 


Aba.  Cub.  m. — Arbusto  que  se 
desarrolla  silvestre  en  las 
costas  y  terrenos  bajos  de 
la  isla  de  Pinos,  elevándose 
hasta  cuatro  metros;  a  sus 
hojas  se  atribuyen  cuali- 
dades medicinales  contra  la 
parálisis.  También  se  lla- 
ma abas,  y  algunos  escriben 
haba.  (Bot.  F.  Euforbiáceas.) 
(Et.  Voz  caribe,  según  Za- 
yas). 

Ababuy.  Amer.  m.  —  Arbusto 
silvestre,. especie  de  ciruelo, 
con  abundantes  abrojos  o 
espinas,  escaso  en  Cuba. 
(Bot.  esp.  Ximenia  america- 
na, Lin.)  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Abacora.  Cub.  f. — vulg. — Es 
corrupción  de  "albacora",  y 
tiene  el  significado  que  le 
da  la  R.  A.  a  esta  voz. 

Abacorar.  Amer.  v.  a. — Poco 
uso  en  Cuba. — Acometer  em- 
presas con  marcado  atrevi- 
miento; acaparar  en  los  ne- 
gocios con  reprensible  am- 
bición. 

Abacorar.  Cub.  v.  n.  vulg. — 
En  el  baile,  acercarse  a  la 
pareja  en  forma  deshonesta 
y  con  movimientos  obscenos. 


Abadejo.  Amer.  epic.  m. — Pez 
abundante  en  los  mares  an- 
tillanos, que  no  tiene  nada 
de  común  con  el  bacalao.  Es 
de  color  bruno  con  franjas 
más  claras,  excepto  en  la 
cabeza,  las  aletas  nadadoras 
del  color  general,  la  pecto- 
ral bordeada  de  negro,  así 
como  la  punta  de  la  ven- 
tral, y  la  dorsal  tirando  a 
verde;  labios  de  color  verde 
amarillento,  y  el  iris  negro 
con  un  anillo  dorado.  Es  un 
bocado  sustancioso.  Hay 
otras  especies  más  raras. 
(Zool.F.  Serránidos;  esp.  Tri- 
sotropis  inter stitialis,  Poey). 

Abalaustrar»  Común,  v.  a. — 
Poner  balaustres  o  figurar- 
los. 

Abaílado.  Cub  m. — desusada. 
— En  los  bosques,  el  lugar 
donde  se  notan  ramajes 
quebrados  y  matorrales 
abatidos,  por  efecto  de  ha- 
berse acostado  animales,  o 
haberlo  tomado  los  leña- 
dores para  descanso  de  sus 
tareas.   (Et.  De   "aballar"). 

Abandonadamente.  Común. 
adv. — Con  abandono. 

Abarrotada.  Cub.  f.-Una  for- 


,1 


ABflJ 


ABOG 


ma  particular  del  juego  co- 
nocido por  "malilla".  Tiene 
los  usos  castellanos. 
Abarrotar.  Cub.  v.  a. — En  el 
juego  abarrotada,  la  acción 
de  ganar  a  los  otros  juga- 
dores con  naipes  inferiores 
a  todos  o  a  algunos  de  los 
de  ellos.  Tiene  las  acepcio- 
nes castellanas. 
Abarrote.    Cub.    m. — La    ac- 
ción y  efecto  de  abarrotar 
en   el   juego    íiamado   aba- 
rrotada. 
Abas.  Cub.  m. —  El  arbusto 

aba.  Véase. 
Abastero.  Amer.  m. — En  al- 
gunas localidades,   el   indi- 
viduo que  abastece  de  gana- 
do,  frutas,   hortalizas,   etc., 
a  una  población.  En  Chile 
tiene  generalizado  uso  esta 
voz.    (Et.   De    "abastecer"). 
Abatido,  da.  Cub.  adj. — Aplí- 
case por  la  gente  de  mar  a 
los   atados   de   tablas   para 
cajones,  pipotes,  etc.  Tiene 
las  acepciones  castellanas. 
Abeja  criolla.  Cub.  epic.  f. — 

Véase  abeja  de  la  tierra. 
Abeja  de  la  tierra.  Cub.  epio. 
f. — Tipo  de  abeja  parecido 
al  común,  que  sólo  mide 
unos  diez  a  doce  milíme- 
tros, de  aguijón  casi  inofen- 
sivo, que  se  cría  silvestre 
en  las  rocas  y  bosques;  su 
miel  es  menos  aromática 
que  la  común,  más  oscura 
y  recargada  de  alcohol.  Pro- 
duce dos  clases  do  cera :  la- 
cre de  colmena  y  cera  vir- 
gen o  prieta;  aquélla  es  ne- 
gruzca  y    dura,    ésta    más 


blanda.     Con     la     primera 
construye     unas     celdillas 
para  criar  los  hijos,  en  las 
que  deposita  una  sustancia 
acidosa  que  los  campesinos 
llaman  cagadilla.  Otros  di- 
cen abeja  criolla.  (Zool.  esp. 
Melipone  cúbense). 
Abeja  de  Castilla.  Amer.  epic. 
f. — La  importada  de  la  Pe- 
nínsula     primitivamente. 
También  se  llama  abeja  de 
España. 
Abeja  de  España.  Atraer,  epic. 
f. — Véase  abeja  de  Castilla. 
Cub.  m. — Árbol  distin- 
to al  descrito  con  este  nom- 
bre  por    la    R.    A.,    que    es 
una  especie  indígena,  cul- 
tivada como  ornamental  por 
su  hermoso  follaje  y  bellas 
flores.  Hay  varias  especies; 
una  de  ellas  es  el  abey  ma- 
cho. Véase.  (Bot.  F.  Bigno- 
nidceas;  esp.  Jacaranda  sa- 
groaana,  D.  C.)  (Et.  Voz  ca- 
ribe, según  Zayas). 
Abey    hembra.    Cub.    ín. — El 

árbol  moruro  abey.  Véase. 
Abey  macho.  Cub.  m.— Una 
especie  del  abey  cubano, 
también  indígena  y  cultiva- 
da como  ornamental,  que 
alcanza  un  altura  de  20  me- 
tros y  suministra  buena 
madera  blanca,  empleada 
en  carpintería  gruesa.  (Bot. 
F.  Bignoniáceas ;  esp.  Jaca- 
randa cosrulea,  Gris.) 
Abigarramiento.  Común,  m.- 
Acción  y  efecto  de  abiga- 
rrar. 

Abogado  de  sabana.  Cub.  m 
_fam  _E1  que  lo  es  úni- 


ABRÍ 


—  3  — 


camente  si  lo  acredita  con 
el  título  académico.  Tam- 
bién se  llama  así  al  indivi- 
duo que,  siendo  lego,  alar- 
dea de  profundos  conoci- 
mientos en  cuestiones  judi- 
ciales. 

Abombado,  da.  Cub.  adj.  y  p. 
p. — Aplícase  a  las  frutas  re- 
blandecidas e  insípidas,  o 
sea  fofas.  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Abombarse.  Cub.  v.  ref.— La 
fruta  que  sin  pudrirse  pier- 
de su  peculiar  sustancia  y 
se  pone  fofa.  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Abonuco.  Cub.  m. — La  rodi- 
lla o  rodete  de  trapos,  hier- 
ba, etc.,  que  se  pone  en  la 
cabeza  para  transportar  bul- 
tos. También  se  dice  abu- 
nuco  y  babonuco.  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Abosadtíra.  Cub.  f. — Acción  y 
efecto  de  abosar.  También 
se  dice,  aunque  menos,  abo- 
camiento. 

Abosamüento.  Cub.  m.  —  Lo 
mismo  que  abosadura. 

Abosar.  Cub.  v.  a. — En  las 
riñas  de  gallos,  el  acto  de 
reanimar  al  gallo  cansado 
de  luchar,  para  lo  que  se 
apela  hasta  el  chupar  la 
sangre  de  las  heridas. 

Abrandecosta,  Cub.  m. — Ár- 
bol silvestre  que  se  desarro- 
lla en  la  región  occidental, 
de  madera  obscura,  dura  y 
fina.  (Bot.  F.  Malpigiáceas; 
esp.  Bunchosia  nítida,  D.  C.) 

Abrirse.  Cub.  v.  ref. — flg.  y 
vulg. — Marcharse  de  un  lu- 


gar con  disimulo  y  precipi- 
tación. Es  sinónimo  de  co- 
rrerse y  rajarse,  en  el  mis- 
mo vulgar  lenguaje.  Tiene 
la  acepción  castellana. 

Abrojo.  Cub.  m. — La  especie 
común  descrita  por  la  R. 
A.;  y  se  conocen  en  Cuba 
otras  especies  diversas  de 
plantas  con  ese  nombre  ge- 
nérico y  un  aditamento  par- 
ticular de  cada  una,  como 
se  verá. 

Abrojo  amarillo.  Cub.  m. -Ar- 
busto silvestre  rastrero  de 
hojas  compuestas,  flores 
amarillas,  de  donde  toma 
nombre,  y  fruto  en  cáp- 
sula, cuya  vestidura  al  se- 
carse, quiébrase  en  segmen- 
tos que  se  arrollan  y  endu- 
recen a  manera  de  agudas 
espinas.  (Bot.  F.  Cigofileas; 
esp.  Tribulus  cistoides , 
Lin.) 

Abrojo  dfe  Florida.  Cub.  m.- 
Ar'bol  indígena  de  corta  ele- 
vación, con  espinas  negruz- 
cas axilares,  hojas  peque- 
ñas, flores  rojas,  solitarias 
y  fruto  esférico.  (Bot.  F. 
Cácteas;  esp.  Pereskia  por- 
tulacce  folia,  Haw.) 

Abrojo  de  piedra.  Cub.  m. — 
Arbusto  silvestre  de  madera 
dura  aunque  porosa,  de  co- 
lor amarillo  sucio. 

Abrojo  terrestre»  Cub.  m. — 
Arbusto  espinoso,  perenne, 
algo  mayor  y  semejante  al 
abrojo  amarillo,  de  flores 
moraduzcas,  y  cuyas  hojas 
sirven  de  pasto  al  garlado. 


ACAC 


—    4 


ACAN 


Boí.  F.  Cigofileas;  esp.  Tri- 
bulus  maximus,  Lin.) 

Abaje.  Cub.  epic.  m. — Dimi- 
nuto insecto,  especie  de  pio- 
jillo de  ocho  patas,  color 
anaranjado  subido,  que  mi- 
de un  milímetro  o  menos, 
se  desarrolla  en  los  vegeta- 
les, cuya  picada  es  aguda 
y  muy  mortificante.  Algu- 
nos creen,  erróneamente, 
debido  a  su  tamaño  imper- 
ceptible, que  este  insecto  se 
introduce  debajo  de  la  epi- 
dermis. Otros  dicen  babuje 
(Zool.  Clase  Arácnidos;  or- 
den Acáridos).  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Abonuco.  Cub.  m. — Véase 
abonuco.  (Et.  Voz  caribe, 
según  Zayas). 

Aburrido,  da.  Común,  adj. — 
Lo  mismo  que  fastidioso, 
cansado,  que  aburre:  "Una 
sesión  muy  aburrida.'" 

Abutilón.  Cub.  m.  —  Planta 
apreciada  en  jardinería. 
Hay  varias  especies  que  re- 
ciben nombres  particulares, 
como  escoba  cimarrona, 
malva  de  caballo  y  malva 
de  cochino.  (Bot.  F.  Malvá- 
ceas;  esp.  Abutilón  pedun- 
culare,  Kth). 

Acacia.  Cub.  f. — No  es  la  aca- 
cia común  de  la  R.  A.  Véa- 
se piñón  amoroso. 

Acacia  mimosa.  Cub.  f. — Va- 
riedad o  especie  de  la  ver- 
dadera acacia.  Árbol  muy 
elevado,  de  hojas  que  pre- 
sentan la  particularidad  de 
encogerse  a  la  acción  del 
tatto,    de    donde    toma    el 


nombre,  de  madera  dura  y 
correosa,  cenicienta  con  ve- 
tas blanquecinas,  utilizada 
en  carpintería  rural.  (Bot. 
F.  Leguminosas;  esp.  Mi- 
mosa púdica  o  sensitiva). 

Acajú.  Cub.  m. — En  algunos 
lugares  de  la  región  orien- 
tal, se  dice  a  la  caoba.  (Et. 
Voz  india). 

Acaloradamente.,  Comú  n.  adv. 
— Con  acaloramiento:  "Dis- 
cutían acaloradamente." 

Acaíorado,  da.  Común,  adj. — 
Lo  mismo  que  vehemente, 
fogoso:  "Discusión  acalo- 
rada. " 

*  Ácana.  Cub.  m. — Árbol  indí- 
gena y  silvestre  de  tronco 
recto,  que  alcanza  unos  diez 
metros,  de  hojas  ovales,  rí- 
gidas, coriáceas,  que  produ- 
ce una  fruta  sustanciosa 
más  pequeña  que  el  zapote, 
y  cuya  madera  es  una  de 
las  más  estimadas  de  Cuba 
para  construcciones  rústi- 
cas y  navales,  por  su  inco- 
rruptibilidad  y  dureza,  a 
cuyas  cualidades  une  las  de 
sonoridad,  notable  peso  y 
color  rojizo  hermoso.  Hay 
otra  especie.  Es  de  adver- 
tir que  la  R.  A.  no  reputa 
de  cubana  esta  voz,  pero  lo 
es,  indiscutiblemente,  pues- 
to que  se  trata  de  una  plan- 
ta indígena  con  nombre  ca- 
ribe. (Bot.  F.  Sapotáceas 
esp.  Labourdonnaisia  alber- 
cens,  Benth).  (Et.  Voz  ca- 
ribe, según  Zayas). 

*Ácana.  Cub.  m. — Madera  del 


ACEB 


—  5  — 


ACEI 


árbol  anteriormente  descri- 
to. 
Ácana   de   costa.   Cub.   m. — ■ 

Otra  especie  semejante, 
también  de  buena  madera, 
que  se  desarrolla  en  el  lito- 
ral. (Bot.  F.  S.;  esp.  Mimu- 
sops  dissecta,  R.  Br.) 

Acántoiis.  Cub.  epic.  m.  — 
Reptil,  apenas  conocido,  que 
tiene  el  lomo  cubierto  de 
una  especie  de  tubérculos 
puntiagudos. 

Acaráira.  Cub.  epic  f. — Co- 
rrupción campesina  de  la 
voz  caraira.  Véase. 

Acaro  de  moho.  Cub.  m. — Va- 
riedad del  acaro,  que  ataca 
las  hojas  y  frutos  de  las 
plantas.  (Zool.  Clase  Arác- 
nidos; orden  Acáridos;  esp. 
¿Eriophyes  bleivarus?) 

Acartonado,  da.  Común,  adj. 
— Denota  consistencia  de 
cartón:  "El  exceso  de  al- 
midón deja  la  ropa  muy 
acartonada" . 

Accesoria.  Cub.  f. — flg.  y  fam. 
— Por  extensión,  dícese  a 
toda  vivienda  de  aspecto 
mísero,  si  radica  en  pobla- 
ción. (El  Sr.  Pichardo  in- 
cluye esta  voz  como  cuba- 
nismo, con  su  significado 
propio  en  castellano,  que 
data,  cuando  menos,  del  Si- 
glo de  Oro). 

Acción.  Cub.  f. — antic. — Se- 
gún Pichardo,  la  cantidad 
de  terreno  equivalente  a 
125  pesos  de  propiedad  en 
las  haciendas  comuneras. 

Acebo  criollo.  Cub.  m.  — 
Véase  acebo  de  la  tierra. 


Acebo  de  la  tierra.  Cub.  m. 
— Nombre  que  se  le  da  en 
Cuba  al  acebo  común  o  una 
especie  muy  semejante,  ma- 
derable y  de  hojas  medi- 
cinales. También  se  dice 
acebo  criollo. 

Acedía.  Amer.  epic.  f. — El  pez 
conocido  por  este  nombre 
y  más  por  "platija"  en  cas- 
tellano; pero  esta  especie 
americana  tiene  los  ojos  en 
el  lado  izquierdo,  que  es  de 
color  pardo  con  viso  amari- 
llo y  manchas  negras,  con 
las  aletas  unidas  y  de  este 
color.  No  es  mal  bocado. 
(Zool.  F.  Pleuronectidos; 
Symphurus  plagusia,Bloch.) 

Acediana.  Cub.  f. —  vulg. — 
Así  dicen  algunos  al  ama- 
ranto o  moco  de  pavo,  por 
corrupción  de  arcediana, 
que  es  el  cubanismo  co- 
rrecto. 

Aceite  de  corólo.  Amer.  m.- 
El  extraído  del  fruto  de 
esta  palma. 

Aceite  de  palmiche.  Amer. 
m. — El  obtenido  del  fruto 
de  algunas  palmas,  particu- 
larmente la  palma  real;  es 
suave,  condimenticio  y  no 
se  pone  rancio. 

Aceite  de  palo.  Cub.  m.  — 
Véase  bálsamo  de  copaiba. 

Aceitero.  Cub.  m.  —  Árbol 
silvestre  de  madera  fuerte, 
pesada  y  amarilla,  aprecia- 
ble  en  ebanistería  por  su 
fino  grano. 

Aceitillo.  Cub.  m.— Árbol  sil- 
vestre, de  madera  resisten- 
te y  pesada,  ele  color  ama- 


A  COS 


—  6 


ACHÍ 


rilloso,  no  tan  bonito  como 
el  del  anterior,  y  con  vetas 
oscuras.  De  este  árbol  y  el 
que  precede  no  hemos  po- 
dido encontrar  las  clasifi- 
caciones botánicas. 

Aceituno,  na.  Amer.  adj.  — 
Empléase  en  lugar  de  "acei- 
tunado, da"  (que  es  la  forma 
correcta),  particularmente 
al  aplicarse  al  ganado  de  ese 
color  de  aceituna. 

Aceituno  silvestre.  Cub.  m. 
— El  árbol  antillano  más 
conocido  por  "aceitunillo", 
y  que  describe  la  R.  A. 

Acelerado,  da.  Común  adj. — 
Lo  mismo  que  rápido : 
"Marcha  acelerada". 

Acoma.  Amer.  m. — Árbol  o 
arbusto  abundante  en  las 
Antillas,  aunque  escaso  en 
Cuba,  de  hojas  alternas  y 
aserradas,  flores  axilares  en 
racimos  y  raíces  astrin- 
gentes. Hay  varias  especies, 
que  acaso  sean  afines  al 
arrayán  descrito  por  la 
Real  Academia,  (Bot.  F. 
Bixáceas).  (Et.  Voz  cari- 
be). 

Acona.  Amer.  m. — Planta  es- 
casa en  Cuba  y  abundante 
en  las  otras  Antillas,  de 
fruto  aromático  y  estimu- 
lante. ¿Será  el  "arrayán 
brabántico"  de  la  R.  A.? 
(Bot.  F.  Mirtáceas;  esp.  Myr- 
ttts  greggíi).  (Et.  Voz  cari- 
be). 

Acosta.  Cub.  m. — El  tejido 
más  llamado  coleta  azul. 
Véase. 

Acostumbrado,    da.    Común. 


adj. — Como  decir  habitual: 
"El  café  tal  es  mi  sitio 
acostumbrado  para  tertu- 
lia". 

Acotefar.  Cub.  v.  a. — vulg. — 
Equivale  a  ordenar.  "Estoy 
acotejando  los  libros  en  el 
estante".  (Et.  De  a-cotejar, 
incurriendo  a  la  vez  en  bar- 
barismo). 

Acotejarse.  Cub.  v.  reí.  — 
vulg. — Lo  mismo  que  aco- 
modarse. " Acotéjense,  ami- 
gos, a  la  mesa",  dice  el  que 
convida.  Véase  acotejar. 

Acotejo.  Cub.  m.  —  vulg.  — 
Acción  y  efecto  de  acotejar, 
se.  Véase. 

Acurrado,  da.  Amer.  adj.  y 
p.  p. —  Aplícase  a  la  perso- 
na que  afecta  la  pronuncia- 
ción o  los  ademanes  de  los 
andaluces.  Véase  acurrar- 
se. 

Acurrarse.  Amer.  v.  ref.  — 
Imitar  en  el  lenguaje  o 
costumbres  lo  típico  de  An- 
dalucía. (Et.  Derivación  de 
curro.  Véase). 

Achicarse.  Cub.  v.  ref. — Fin- 
girse en  peores  circunstan- 
cias que  otra  persona,  cuan- 
do se  tiene  por  móvil  el  de- 
seo de  sorprender.  Parti- 
cularmente, en  el  juego  lla- 
mado brisca,  no  matar  con 
as,  simulando  -no  tenerle, 
para  esperar  ocasión  más 
ventajosa.  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Achicoria  blanca.  Cub.  f. — 
Planta  silvestre  que  se  em- 
plea en  la  composición  de 
bebidas  refrigerantes  y  ape- 


7  — 


AGALL 


riíivas.   (Bot.  F.   Compues- 
tas;  esp.   Cichorium    endi- 
'  via). 
Achicoria  cimarrona.  Cub.  í. 

— Especie  parecida  a  la  an- 
terior, de  idénticas  propie- 
dades, y  semejante  a  la 
achicoria  común.  También 
se  conoce  por  achicoria  del 
país,  y  silvestre. 

Achicoria  del  país.  Cub.  f. 
— Véase  achicoria  cimarro- 
na. 

Achicoria  silvestre.  Cub.  f. 
— La  achicoria  cimarrona. 
Véase. 

Adedica.  Cub.  f. — Planta  sil- 
vestre de  hojas  simples  y 
flor  encarnada.  (Bot.  F.  Ru- 
biáceas; esp.  Rondeletia  ti- 
nifolia). 

Adinerarse.  Común,  v.  ref. — 
Equivale  a  enriquecerse : 
"Fuiano  se  adineró  en  el 
negocio  tal". 

Adormidera.  Cub.  f. — No  es 
la  planta  europea  de  este 
nombre.    Véase    dormidera. 

Adosar.  Común,  v.  a. — Apo- 
yar o  arrimar  una  cosa  de 
espaldas  a  otra.  (Et.  Gali- 
cismo tomado  de  adosser). 

Adré.  Amer.  adv. — vulg. — Es 
corrupción  de  "adrede",  sin 
que  varíe  el  significado. 

Afilorar,  se.  Cub.  v.  a.  y  ref. 
—  en  desuso.  —  Lo  mismo 
que  ataviar,  adornar,  aci- 
calarse. 

Afincar.  Cub.  v.  a. — Prestar 
dinero  mediante  garantía  de 
fincas  rústicas  y  urbanas. 
(Et.  De  a-finca-r). 

Áfirolar9  se.  Cub.  v.  a.  y  ref. — 


Metátesis    de    afilorar,    se, 
más  usado  que  éste. 

Aflautado,  da.  Amer.  adj.  y 
p.  p. — Aplícase  a  la  voz  chi- 
llona o  atiplada.  Véase 
aflautar. 

Afiauiar.  Amer.  v.  n. — Tanto 
en  la  conversación  como  al 
cantar,  hacerlo  con  voz  agu- 
da como  de  chillido.  (Et. 
De   a-flauta-r). 

Afluxionado,  da.  Cub.  adj.  y 
p.  p. — Aplícase  a  la  persona 
atacada  de  fluxión  o  cons- 
tipado.  Véase  afluxionarse. 

Afluxionarse.  Cub.  v.  ref. — 
Acatarrarse,  constiparse. 
(Et.   De  a-fluxión-arse). 

Africana.  Cub.  f. — Planta  de 
jardinería  parecida  al  cac- 
to, aunque  más  chica,  de 
hojas  carnosas  y  flores 
grandes  de  cinco  pétalos,  fi- 
gurando estrella,  de  color  ' 
amarillo  con  pequeñas  man- 
chas pardas  o  negras.  Otros 
la  llaman  estrella,  por  la  fi- 
gura de  la  flor.  (Bot.  F. 
Asclepiadeas ;  esp.  Stape- 
lia  variegata,  Lin.) 

Afrijolar.  Cub.  v.  a. — fam. — 
Matar  a  tiros.  (Et.  De  a-fri- 
jol-ar,  dándole  al  fríjol  sig- 
nificado de  bala). 

Afueteadura.  Cub.  i. — Acción 
y  efecto  de  afuetear. 

Afuetear.  Cub.  v.  a. — en  des- 
uso.— Castigar  con  fuete,  o 
sea  látigo  o  vergajo.  Ha 
caído  en  desuso  desde  que 
se  abolió  la  esclavitud  de 
los  negros.  (Et.  De  a-fuete- 
ar. Véase  fuete). 

Agalla.  Cub.  f. — El  árbol  in- 


ÁGIL 


AGRI 


dígena  más  conocido  por 
jagua-jagüita.  Véase.  Tie- 
ne los  usos  castellanos. 

Agalla.  Amer.  f.— Fig.  y  fam. 
— Equivale  a  codicia:  "Es 
hombre-'de  muchas  agallas". 

Agalla  de  costa.  Cub.  f.  — 
Arbusto  silvestre  espinoso, 
no  afín  a  la  agalla,  que  se 
desarrolla  en  el  litoral,  a  lo 
que  debe  su  nombre,  de  ho-i 
jas  obovado-redondeadas,  de 
base  cuneiforme,  flores 
blancas,  madera  dura,  pe- 
sada, de  color  morado  vivo, 
empleada  en  muebles.  Tam- 
bién se  llama  jamaguey  de 
costa,  pitajoní  espinoso  y 
pitajoní  bravo.  (Bot.  F.  Ru- 
biáceas; esp.  Randia  acu- 
leata,  Lin.) 

Agalludo,,  da.  Amer.  adj. — 
fam.  —  Lo  mismo  que  "co- 
dicioso, sa"  :  "Pedro  es  muy 
agalludo".  (Et.  De  agalla, 
2.a  acep.) 

Agama.  Cub.  epic.  f.  —  Una 
especie  rara  de  cangrejo. 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Agapanto.  Cub.  m. — Especie 
de  lirio  de  flor  grande  con 
seis  pétalos  y  estambres  ro- 
sados, pero  de  olor  menos 
fuerte  y  agradable  que  el 
común. 

Agarradera.  Amer.  f. — Es  si- 
nónimo de  asa.  La  R.  A. 
acepta  agarradero. 

Aguar.  Cub.  v.  n. — vulg. — 
Entre  gente  rústica,  entién- 
dese por  abreviar,  apresu- 
rar, andar  aprisa:  "Agua, 
que  ya  es  tarde;  si  aguas, 
llegarás  pronto".  (Et.  Pro- 


bable corrupción  de  "agili- 
tar"). 

'Agracejo.  Cub.  m.  —  Árbol 
indígena  y  silvestre,  que  se 
desarrolla  en  terrenos  ba- 
jos y  costeños  hasta  una  al- 
tura de  siete  a  ocho  metros, 
de  madera  muy  dura  y  de 
color  rojizo,  empleada  en 
construcciones,  y  cuyo  fru- 
to agrada  al  ganado  porci- 
no. Hay  otras  especies  efe 
familias  botánicas  distii- 
tas  con  aditamentos  par- 
ticulares. (Bot.  F.  Ruté- 
ceas;  esp.  Brunelia  iner- 
mis,  Molt.) 

Agracejo  carbonero.  Cub.  m. 
— Ejemplar  algo  más  ba;'o 
y  delgado,  pero  semejante, 
utilizado  para  carbón  ve- 
getal. (Bot.  F.  Rubiáceas: 
esp.  Exostemma  neriifo- 
lium,  A.  Rich.) 

Agracejo  de  monte.  Cub.  m 
— Especie  parecida  a  la  an- 
terior, en  apariencia,  que 
se  desarrolla  en  terrenos  más 
elevados.  (Bot.  F.  Bixá- 
ceas;  esp.  Guidonia  risau- 
riana) . 

Agracejo  de  sabana.  Cub 
m. — Otra  especie,  conocida, 
también  por  cofa.  (Bot.  F 
Mirsináceas;  esp.  Paralhe- 
sis   cubana,   Molt.) 

Agrimensor.  Cub.  m.  —  Gu- 
sano de  forma  cilindrica 
de  dos  a  tres  centímetros 
de  largo,  verdoso;  al  arras- 
trarse lo  hace  con  tal  re- 
gularidad, formando  puen- 
te, que  por  ello  recibe  est 
nombre,  y  con  más  propie- 


AGUA 


—  9  — 


AGUA 


dad  el  de  medidor  en  Amé- 
rica del  Sur.  En  Cuba  tam- 
bién se  llama  bicho.  Es  el 
terror  de  los  campesinos, 
si  se  presenta  como  plaga, 
pues  diezma  los  cultivos. 

Agrimonia:,  Cub.  f.  —  Planta 
en  nada  semejante  a  la  que 
describe  la  R.  A.,  herbácea, 
rastrera,  abundante  en  los 
lugares  húmedos  y  arcillo- 
sos, de  hojas  amarillentas, 
dentadas  y  flores  blancas 
azulosas  apiñadas.  Se  uti- 
liza como  remedio  febrífu- 
go casero.  Hay  otras  espe- 
cies. (Bot.  F.  Labiadas;  esp. 
Teucrium-  cúbense,  Jacq.) 

Agrio  de  Guinea.  Cub.  m. — 
En  algunos  lugares,  la  ale- 
luya. Véase. 

Agrioso,  sa.  Cub.  adj. — Equi- 
vale a  "agridulce".  (Et. 
De  agrio-so,  se). 

Agripenno.  Cub.  epic.  m.  — 
Véase  agrípeno. 

Agripen©.  Cub.  epic.  m. — Ave 
de  paso,  sedentaria  en  los 
países  del  Norte,  que  cons- 
tituye una  amenaza  para 
las  cosechas  de  arroz  y  de 
otros  granos,  por  lo  que  se 
llama  también  hortelano  del 
arroz.  Aeaso  sea  la  misma 
o  muy  semejante  al  horte- 
lano de  España.  (Zool.  esp. 
Paserinus   americanus). 

Agua.  Cub.  f. — fam. — Véan- 
se las  frases  124  y  240-a,  y 
el  refrán  29,  en  los  Apén- 
dices. Tiene  los  más  de  los 
usos  castellanos. 

¡Agua!  Cub.  interj. — fam. — 
Se  grita  como  burla  provo- 


cativa con  quien  conduce 
por  la  calle  algún  artefacto 
antiestético,  cual  la  arma- 
dura de  un  catre  de  tijera, 
verbigracia. 

Agua  bomba.  Cub.  f. — Díce- 
se  al  agua  templada,  espe- 
cialmente si  es  por  efecto 
de  los  rayos  solares. 

Aguacate^  Cub.  m. — fam. — 
Véanse  los  refranes  24  y 
26.  Tiene  las  acepciones 
americanas    castellanizadas. 

Aguacate  cimarrón.  Cub.  m. 
— Árbol  silvestre  muy  dis- 
tinto al  cultivado  aguacate, 
que  se  desarrolla  en  terre- 
nos secos  y  elevados,  apre- 
ciado en  carpintería  por  su 
madera  dura,  persistente, 
de  regular  peso  y  grano  fino. 
También  se  llama  aguacate 
silvestre.  (Bot.  F.  Laurá- 
ceas; esp.  Persea  sibiestris, 
Rich.) 

Aguacate  silvestre.  Cub.  m. 
— Véase  aguacate  cimarrón. 

Aguacerito.  Cub.  epic.  m. — 
Diminutivo  de  aguacero. 
Véase. 

Aguacero,  Cub.  epic.  m. — 
Insecto  poco  volador,  de  ta- 
maño de  un  centímetro  o 
menos,  con  dos  luces  tra- 
seras fosfóricas,  rojas  o 
amarillas,  fijas  o  intermi- 
tentes. Se  parece  a  la  lu- 
ciérnaga, y  se  conoce  tam- 
bién por  aguacerito  y  ani- 
niita.  (Zool.  F.  Lampyrido?; 
esp.  Photinus  limbipennis, 
la  principal).  Tiene  la  acep. 
castellana. 

Aguachento,   ta.   Amer.   adj. 


AGUA 


10   - 


AGUA 


- —  Equivale  al  castellano 
"aguanoso,  sa",  refiriéndo- 
se a  frutas,  y  si  del  aguaca- 
te en  particular,  por  su  ex- 
ceso de  madurez  con  pulpa 
reblandecida,  y  que  al  di- 
gerirla produce  ventosidad. 
(Et.  ¿Del  gallego  aguaceri- 
to?). 

Aguachinangado,  da.  Cub. 
— Fam. — Aplícase  a  la  per- 
sona que  en  la  pronuncia- 
ción, ademanes,  modas,  etc., 
remeda  el  estilo  mejicano. 
(Et.  De  z-guachÍ7iang-ado. 
da). 

'Aguaitacaisnán,  Cub.  epic. 
m. — Ave  zancuda  de  carac- 
teres afines  a  la  garza  y  al 
alcaraván,  pero  con  rasgos 
particulares,  de  unos  cua- 
tro decímetros  de  largo  to- 
tal, de  plumaje  verdoso  por 
el  lomo,  blanquecino  en  el 
pecho,  remeras  negras,  mo- 
ño verde  metálico  y  ojos 
amarillos.  Emite  muy  raro 
chillido  cuando  huye,  y  se 
alimenta  de  pececillos  y 
roptiles  anfibios.  También 
se  conoce  por  cagón,  espan- 
tacairnán  y  matuango.  Tie- 
ne la  costumbre  de  acechar 
a  los  caimanes  para  anun- 
ciar el  peligro  a  sus  com- 
pañeros, de  lo  que  recibe 
el  nombre.  (Zool.  F.  Árdet- 
elas; esp.  Butorides  vires- 
cens,  Lin.)  (Et  De  "aguai- 
ta"— (acecha — y  caimán). 

Aguaitar.  Cub.  v.  a. — La  R. 
A.  acepta  este  verbo  como 
sinónimo  de  acechar,  sig- 
nificado  que   apenas   se   le 


da  en  Cuba,  donde  más  bien 
se  hace  sinónimo  de  atis- 
bar;  pero  la  verdadera 
acepción  cubana  es  mirar  u 
observar  sin  ser  visto  y 
por  mera  curiosidad,  mas 
nunca  porque,  como  en  ace- 
char, impele  a  ello  algún 
móvil  o  plan  de  maldad,  ya 
que  se  aguaita  si  se  mira 
por  un  agujero  al  través  de 
una  puerta,  por  ejemplo, 
sin  saber  quién  pueda  estar 
en  el  recinto.  Otros  dicen 
impropiamente  agüeitar. 

Aguaje.  Cub.  m. — antic. — De- 
cíase al  segundo  barro  muy 
aguado  que  se  ponía  sobre 
el  azúcar  para  purgarle. 
Tiene  algunas  de  las  acep. 
cast. 

*  Aguají.  Cub.  epic.  m. — Pez 
acantopterigio  de  cuer- 
po oblongo  algo  comprimi- 
do, que  mide  hasta  un  me- 
tro, correspondiendo  la  ter- 
cera parte  a  la  cabeza,  de 
boca  muy  hendida  con  la 
mandíbula  inferior  salien- 
te, de  color  moreno  rojizo, 
algo  verdoso  en  el  lomo,  y 
su  peso  alcanza  25  kilogra- 
mos. (Zool.  F.  Serránidos; 
esp.  Mycteroperca  bonasí, 
Poey).  (Et.  Voz  caribe,  se- 
gún Zaya.-). 

Aguají.  Cub.  m. — Salsa  hecha 
a  base  de  ají,  con  cebolla, 
zumo  de  limón,  ajo  y  agua, 
que  resulta  muy  picante. 
Algunos  la  llaman  mojo 
crudo.  (Et.  De  "agua"  y 
"ají"). 

Agualoja.  Cub.  f. — Se  dice  así 


AGUÍ 


11 


AGUÍ 


a  la  bebida  refrescante  des- 
crita por  la  R.  A.  en  "alo- 
ja". 

Aguediía  blanca.  Cub.  i. — 
Una  especie  del  árbol  ame- 
ricano aguediía,  más  cono- 
cida en  Cuba  por  rompe- 
hueso.  Véase. 

Agüeítamiento.  Cub.  m.  — 
poco  uso — vulg. — El  acto  de 
agüeitar.  Véase. 

Agüeitar.  Cub.  v.  a. — vuig. — 
Corrupción  muy  -  generali- 
zada de  aguaitar.  Véase. 

Agüeiten,  na.  Cub.  adj. — 
— vulg. — poco  uso. — Aplíca- 
se a  la  persona  aficionada  a 
agüeitar.  Véase. 

Agüinado,  da.  Cub.  adj. — 
Aplícase  al  ganado,  parti- 
cularmente el  vacuno,  de 
pelo  rojizo  pálido,  casi  ru- 
bio. (Et.  De  "a-gwm-ado, 
da";  véase  güin.) 

*  Aguinaldo.  Cub.  m. — Reci- 
ben este  nombre  un  creci- 
do número  de  enredaderas 
o  bejucos  silvestres  muy 
floridos,  de  flor  en  figura  de 
campana,  por  cuya  varie- 
dad crómica  se  distinguen 
las  especies  con  aditamen- 
tos particulares,  entre  las 
que  son  raras  el  aguinaldo 
amarillo,  el  azul  claro,  el 
de  pinares,  el  matizado  y  el 
velludo.  Estas  plantas  son 
muy  visitadas  por  las  abe- 
jas, por  suministrarles  bue- 
na materia  para  miel.  To- 
man ese  nombre  porque  flo- 
recen en  Navidad,  días  de 
aguinaldo.  (Bot.  F>  Convol- 
vuláceas.) 


Aguinaldo  azul.  Cub.  m. -Es- 
pecie de  hojas  acorazone 
das,  semihendidas  en  tres 
lóbulos,  así  como  la  corola 
en  cinco;  flores  del- color 
indicado.  (Bot.  F.  C;  esp. 
Convolvulus  nü).  ¿Será  la 
"maravilla"  que  describe  la 
R.  A.  en  4."  acepción? 

Aguinaldo  blanco.  Cub.  va.— 
La  especie  más  abundante, 
útil  a  las  abejas  y  hermosa, 
tanto,  que,  por  su  gran  flo- 
recimiento, causa  la  sensa- 
ción de  ver  campos  nevados 
en  estas  tierras  tropicales; 
hay  las  variedades  siguien- 
tes: blanco  grande,  peque- 
ño, purpúreo  y  violado,  se- 
gún sus  flores,  de  todas  las 
cuales  obtienen  las  abejas 
rica  y  abundante  miel. 
También  se  llama  aguinal- 
do de  Navidad  y  de  Pas- 
cuas, bejuco  de  campani- 
llas, campanilla  blanca,  ji- 
miní  y  jirimú.  (Bot.  F.  C; 
esp.  Ipomea  sida?  folia, 
Ehoisy). 

Aguinaldo  de  almendra.  Cub. 
m. — Bonita  enredadera  de 
jardín,  de  hojas  profunda- 
mente palmatífioas  y  flores 
blancas  con  base  purpúrea. 
(Bot.  F.  C;  esp.  Ipomea  di- 
secta, Willd). 

Aguinaldo  de  Navidad.  Cub. 
m. — Véase  aguinaldo  blan- 
co. 

Aguinaldo  de  Pascuas.  Cub. 
m. — El  aguinaldo  blanco. 
Véase. 

Aguinaldo  rojo.  Cub.  m. — 
Especie   de   tallos   y   pezo- 


AGUJ 


12  — 


AGUJ 


nes  velludos,  hojas  cordi- 
formes y  flores  grandes  en- 
carnadas. (Bot.  F.  C;  esp. 
Convolvulus  grandiflorum) . 

Aguinaldo  rosado.  Cub.  m. — 
Especie  de  hojas  en  forma 
de  saetas  grandes  con  las 
puntas  inferiores  muy  agu- 
zadas, y  flores  grandes  del 
color  indicado.  (Bot.  F.  C; 
esp.  Convolvulus  sagittifo- 
lius). 

Aguinaldo  violáceo.  Cub.  m. 
Especie  muy  florida,  de  co- 
lor violeta  claro,  de  hojas 
cordiformes  angostas  y  pe- 
dúnculos en  figura  de  Y. 
También  se  llama  manto  de 
la  Virgen.  (Bot.  F.  C;  esp. 
Convolvulus  violaceus). 

Aguja  blanca.  Cub.  f.— Es- 
pecie del  pez  conocido  en 
castellano  por  "aguja",  de 
tamaño  grande,  de  color  ne- 
gro azuloso  en  el  lomo  y 
blanquecino  el  vientre,  con 
escamas  muy  duras  y  hue- 
sosas, que  alcanza  un  peso 
máximo  de  75  kilogramos, 
siendo  el  promedio  de  25. 
Hay  una  variedad  llamada 
cabezona,  por  su  enorme 
cabeza.  (Zool.  F.  Istiopho- 
rida?;  esp.  Tetrapturus  al- 
bidus,   Poey). 

Aguja  cabezona.  Cub.  f. — 
Véase  aguja  blanca. 

Aguja  de  casta.  Cub.  f. — Es- 
pecie parecida  a  la  prece- 
dente, con  el  vientre  tan 
obscuro  como  el  lomo,  de  la 
que  hay  una  variedad  lla- 
mada vareteada  por  tener 
algunas    franjas    verticales 


de  color  azul  pálido;  suele 
pesar  de  130  a  150  kilogra- 
mos. (Zool.  F.  Ist.;  esp. 
Tetrap.  amplus,  Poey). 

Aguja  de  puerco.  Cub.  f. — 
El  espinazo  o  vértebras  del 
cerdo.  No  es  lo  que  la  R.  A. 
explica  en  "agujas",  aunque 
sea  tomado  incorrectamen- 
te de  aquí. 

Aguja  de  tranquera.  Amer. 
f. — Cada  uno  de  los  made- 
ros clavados  en  la  tierra  y 
dispuestos  con  agujeros  que 
atraviesan  horizontalmen- 
te  varios  palos,  formando 
así  la  tranquera  que  suele 
colocarse  a  la  entrada  de 
algunas  fincas.  La  R.  A. 
acepta  con  este  significado 
la  palabra  simple  de  "agu- 
ja", 20.a  acep. 

Aguja  prieta.  Cub.  f. — Véase 
aguja  voladora. 

Aguja  voladora.  Cub.  f. — La 
especie  mayor  del  pez  agu- 
ja, de  metro  a  metro  y  me- 
dio de  largo,  y  de  color  más 
oscuro,  con  la  aleta  dorsal 
muy  alta.  Otros  dicen  agu- 
ja prieta.  (Zool.  F.  Ist.; 
esp.  Istiophorus  nigricans). 

Agujón.  Cub.  epic.  m.  —  Pez 
abundante  en  los  mares  an- 
tillanos, cuyo  tamaño  me- 
dio es  de  un  metro,  de  man- 
díbulas en  extremo  puntia- 
gudas, con  la  aleta  dorsal 
muy  alta.  Hay  muchas  es- 
pecies, de  las  que  dos  re- 
ciben aditamentos  particu- 
lares. Es  bocado  de  mesas 
humildes.  (Zool.  F.  Esoci- 
do?.) 


—  13  — 


AIRE 


Agujón  de  casta.  Cub.  m. — 
Especie  de  cuerpo  redon- 
deado, de  6  decímetros  de 
longitud  caedia,  de  color 
verdoso  en  el  lomo  y  blan- 
co en  el  vientre,  con  la 
mandíbula  inferior  más 
pronunciada,  y  dientes  agu- 
dos y  fuertes.  (Zool.  F.  E.; 
esp.  Belone  crassa). 

Agujón-sable.  Cub.  m. — Es- 
pecie que  recibe  este  nom- 
bre por  tener  la  mandíbula 
inferior  muy  avanzada  y 
agudísima,  alcanzando  una 
longitud  total  de  un  metro, 
de  color  azul  oscuro  por  el 
lomo  y  blanco  plateado  por 
el  vientre ,  con  manchas 
azules  hacia  la  cola.  (Zool. 
F.  E.;  esp.  Belone  macu- 
lata,  Poey). 

Aguzado,  da.  Común,  adj. — 
De  punta  aguda,  puntiagu- 
do. "Planta  de  hojas  agu- 
zadas". 

Ahocicar.  Cub.  v.  n. — fig.  y 
fam. — Rendirse  en  una  dis- 
puta, ante  los  argumentos 
incontestables  del  contra- 
rio. (Et.  a-hocic-ar,  de 
"hocico". 

Ahogagato.  Cub.  m. — fam. — 
Dulce  en  forma  de  paneci- 
llos, hecho  con  harina  de 
yuca,  huevo,  azúcar  y  agua, 
poco  apreciado  por  lo  seco 
y  empalagoso.  También  se 
llama  cusubé:  (Et.  De  "aho- 
gar" y   "gato"). 

Ahogo.  Común,  m. — La  en- 
fermedad llamada  asma  y 
también  "ahoguío",  de  don- 
de  deriva  por   corrupción. 


Empléase  también  para  sig- 
nificar la  sofocación  por 
enfermedad  de  los  anima- 
les, particularmente  los  cer- 
dos. 

Ahorita.  Amer.  adv. — fam. — 
Empléase  para  indicar  la 
corta  cantidad  de  tiempo 
entre  el  deseo  y  la  acción 
o  el  suceso  y  el  relato.  Nos 
parece  reprensible  este  di- 
minutivo de  "ahora",  que 
ni  da  ni  quita  fuerza  a  la 
expresión,  y  por  abomina- 
ble tenemos  el  ahoritica, 
diminutivo  de  ahorita,  que 
algunos  suelen  decir. 

Ahoritica.  Amer,  adv. — vulg. 
— Véase  ahorita. 

Ahuevado.  Cub.  m. — vulg. — 
El  acto  de  ahuevar.  Véase. 

Ahuevamiento.  Cub.  m.-muy 
vulg. — Acción  y  efecto  de 
ahuevar. 

Ahuevar.  Cub.  v.  n. — muy 
vulg. — Indecente  manera  de 
llamar  a  las  obscenas  con- 
torsiones de  cintura,  en  el 
baile  conocido  por  rumba  o 
en  el  danzón.  (Et.  a-huev- 
ar, de   "huevo". 

Aimiquá.  Cub.  m. — vulg. — Es 
corrupción  de  jaimiquí. 
Véase. 

Aire.  Cub.  epic.  m. — Uno  de 
los  pocos  mamíferos  que 
encontraron  en  Cuba  los 
exploradores  españoles, 
ejemplar  curioso  y  raro 
que  suele  verse  en  las  mon- 
tañas de  la  región  orien- 
tal; mide  unos  tres  decíme- 
tros de  largo  sin  incluir  la 
cola,  de  color  cervuno,  con 


AITÉ 


-     14    — 


AJÍ 


la  parte  anterior  del  euerpo 
muy  peluda  y  la  posterior 
pelona,  hocico  alargado  y 
flexible,  pies  con  cinco  de- 
dos provistos  de  uñas  fuer- 
tes y  aguzadas,  hace  vida 
nocturna  por  lo  regular, 
emite  un  chillido  parecido 
al  de  la  lechuza,  y,  a  la  ma- 
nera del  avestruz,  cree  li- 
brarse de  peligros  y  perse- 
cuciones con  sólo  ocultar  la 
cabeza.  La  hembra,  según 
nos  comunica  un  amigo  que 
vio  un  ejemplar,  tiene  las 
mamas  a  los  lados  de  la 
cola.  También  se  llama  al- 
miquí,  y  tacuache.  (Zool. 
Orden  Insectívoros;  esp.  So- 
lenodon  cubanas,  Peters.) 
Tiene  las  acep.  cast.,  algu- 
nas de  las  cuales  incluyó 
Pichardo  en  su  libro,  como 
cubanismos. 

AÉrón  (AI),  Cub,  moa.  adv. — 
Dícese  en  vez  de  "al  galo- 
pe", respecto  a  las  caballe- 
rías. "Caminar  o  marchar 
al  airón'". 

Alté,  Cub.  m. — -Árbol  silves- 
tre de. una  altura  media  de 
6  metros,  y  unos  60  centí- 
metros de  grosor  el  tronco, 
de  corteza  delgada  y  par- 
dusca, madera  amarillenta 
con  vetas  negras,  dura,  pe- 
sada, fina  y  lustrosa  des- 
pués de  pulida,  usada  en 
ebanistería  y  preferida  para 
construir  varas  de  medir 
tejidos.  (Bot.  F.  Rubiáceas; 
esp.  Exostemma  caribeum.) 
(Et.  Voz  caribe). 

Aité.   Cub.   m. — Otra   especie 


de  árbol,  más  conocida  por 
yaití.  Véase. 
,  Ajae.  Cub.  epic.  na. — Nombre 
poco  generalizado  de  un 
cangrejo  que  vive  en  los 
manglares  del  litoral,  no 
comestible.  (Et.  Voz  cari- 
be, Zayas).  Es  de  advertir 
que  en  el  caló  gitano  se 
dice  aja  al  cangrejo. 

Ají.  Cub.  m. — Árbol  silvestre, 
poco  conocido,  do  madera 
amarillenta,  pesada,  dura  y 
fina.  El  uso  más  importante 
de  esta  voz, en  Cuba  es  para 
designar  el  fruto  america- 
no descrito  por  la  R.  A.  En- 
tre las  especies  cubanas  del 
ají  hay  varias  con  adita- 
mentos particulares,  siendo 
las  menos  conocidas  o  de 
menor  importancia  el  ají 
caballero,  dulce,  así  como 
los  cabeza  de  vaca  y  ca- 
chucha, además  el  corazón 
de  paloma,  de  Guinea,  es- 
curre, jobo  y  lengua  de  pá- 
jaro. Véase  la  frase  76  del 
Apéndice.  (Et.  Del  axí  ca- 
ribe, según  Zayas). 

Ají  agujera»  Cub.  rn. — Espe- 
cie de  fruto  muy  picante, 
parecido  en  figura  y  gusto 
a  la  guindilla,  aunque  me- 
nos retorcido.  (Bot.  F.  So- 
lanáceas; esp.  Capsicum 
baccatum,  Lin.) 

A|í  dátil.  Cub.  m. —  La  espe- 
cie cuyo  fruto  se  prefiere 
para  los  guisados,  por  el 
agradable  olor  y  no  ser 
muy  picante. 

AJi  de  Chile.  Cub.  m. — El  de 
fruto  tan  picante  como  el 


AJIC 


15 


AL&C 


de  ají  agujeta,  pero  más  re- 
dondeado que  éste.  (Bol.  F. 
S.;  esp.  Cap.  anaum). 

Ají  de  china.  Cub.  m. — Otra 
especie  de  hojas  lanceola- 
do-oblongas,  flores  grandes 
y  fruto  parecido  a  la  an- 
terior, llamado  también  to- 
matillo de  la  Habana.  (Bot. 
F.  S.;  esp.  Solanum  hava- 
nense,  Jacq.) 

Ají  guaguao.  Cub.  m.  —  Es- 
pecie que  sirve  de  pasto  al 
ganado  vacuno,  de  fruto 
globoso  y  pequeño,  suma- 
mente picante,  amarillo  o 
rojo,  que  comen  algunos 
pájaros.  (Bot.  F.  S.;  esp. 
Cap.   microcarpum). 

Ajiaco.  Cub.  m. — fig.  y  fam. 
— Además  de  la  acep.  ame- 
ricana que  aprueba  la  R.  A., 
significa  en  Cuba  tumulto, 
algarada,  escándalo  o  con- 
fusión, como  denotando  la 
diversidad  de  materias  que 
forman  parte  del  potaje  lla- 
mada ajiaco.  Véase  la  fra- 
se 119  del  Apéndiee. 

Ajtaquito.  Amer.  m. — fam. — 
Diminutivo  de   "ajiaco". 

Apeen.  Cub.  m. — Planta  sil- 
vestre idéntica  o  muy  pa- 
recida a  la  "berenjena  de 
huevo"  de  la  R.  A.,  del  mis- 
mo tamaño,  de  fruto  en 
forma  de  huevo  de  gallina, 
no  tan  aovado,  hoja  verde, 
grande,  y  flor  morada.  Tam- 
bién se  llama  jamaica.  Hay 
otra  especie.  (Bot.  F.  Sola- 
náceas; esp.  Solanum  sca- 
brum.  Véase). 

Ajicera!.    Cub.    m. — Terreno 


donde  crecen  abundantes  los 
ajicones. 

AjUoiio.  Cub.  m. — vulg. — 
Entre  gente  rústica,  equi- 
vale a  hilera,  fila.  (Et.  Co- 
rrupción, de  "ahilar",  aji- 
lar, ajilorio,  probablemente 
traída  a  la  Isla  por  loa  an- 
daluces o  ios  canarios). 

Ajilorio.  Cub.  m.  —  vulg.— 
Debilidad     estomacal.     En 
cast.   se  dice    "ahilo".   (Et. 
Véase  la  voz  anterior). 

AJitera.  Cub.  f.  —  vulg.  —  Lo 
mismo  que  hartura.  (Et. 
Corrupción  de  "ahitera"). 

Ajumado,  da» ,  Amer ;  adj. — 
Sinónimo  de  borracho, 
ebrio.  (Et.  Corrupción  dsi 
andalucismo  castellanizado 
"ahumado,  da"). 

Ajumarse.  Amer.  v.  ref.-Em- 
briagarse.  También  se  dice 
jumarse.  (Et.  Corrupción 
de  "humo",  "ahumarse", 
ajumarse). 

Alacrán  de  Guinea.  Cub. 
epic.  m. — Un  arácnido  in- 
dígena de  figura  algo  seme- 
jante al  alacrán  común,  que 
suele  encontrarse  bajo  las 
piedras  en  las  sierras  de  la 
comarca  occidental,  que 
emite  un  penetrante  y  des-, 
agradable  olor  a  vinagre,  y 
da  fuertes  picadas,  aunque 
no  son  venenosas.  (Zook  F. 
Teliphonido?;  esp.  Mastigo- 
proctus    giganteus,    Lucas). 

Aiacrancilüo  blanco.  Cub.  m. 
— De  la  planta  americana 
descrita  en  "alacrancillo" 
por  la  R.  A.  se  conocen  en 
Cuba  algunos  tipos,  dos  de 


ALAM 


—    16 


los  cuales  reciben  adita- 
mentos particulares.  El  blan- 
co es  de  caracteres  genera- 
les, y  se  distingue  por  el 
color  blanco  de  sus  flores. 
Hay  varias  especies.  (Bot. 
F.  Borr  agine  as;  esp.  Helio - 
tropium  bursiferum,  Wr.) 
Alacrancillo  de  playa.  Cub. 
— Especie  de  hojas  linea- 
les de  cualidades  medica- 
mentosas, cual  la  mayor 
parte  de  estas  plantas,  y 
algo  aromática.  Esta  espe- 
cie y  la  anterior  se  conocen 
también  por  rabo  de  ala- 
crán, que  es  la  figura  de  sus 
flores.  (Bot.  F.  B.;  esp.  H. 
curassaricum,  Lin.) 
Alambiquería.  Amer.  f. — Fá- 
brica donde  se  elaboran 
aguardientes  y  alcoholes 
por  medio  de  alambiques. 
Alambiquero.  Amer.  m. — El 
dueño,  encargado  u  opera- 
rio de  un  alambique  o  de 
una  alambiquería. 
AlambrOlo.  Cub.  m. — Planta 
herbácea  parecida  al  helé- 
cho común,  correosa  y  fuer- 
te, aunque  delgada.  (Bot.  F. 
Dioscóreas;  esp.  Rajania 
cordata,  Lin.) 
Álamo.  Cub.  m. — Hermoso  ár- 
bol exótico,  distinto  del  re- 
señado por  la  R.  A.,  culti- 
vado en  parques  y  alame- 
das, que  alcanza  hasta  diez 
metros,  de  tronco  grueso  y 
maciza  copa,  que  proyecta 
muy  espaciosa  y  fresca 
sombra;  de  hojas  grandes, 
brillantes,  y  fruto  seme- 
jante a  un  higo  diminuto. 


A  las  buenas  cualidades  de 
árbol  de  sombra,  une  otras 
que  le  hacen  poco  estima- 
ble, pues  sus  raíces,  casi 
superficiales,  perjudican  el 
pavimento,  y  las  frutillas, 
muy  abundantes,  que  se 
desprenden  de  él,  ofrecen  al 
paseante  el  peligro  de  res- 
balar. Se  reproduce  de  es- 
tacas o  margullos.  De  todos 
sus  órganos  emite  por  inci- 
sión abundante  látex.  No 
debe  confundirse  con  el 
álamo  jagüey  o  laurel  de 
la  India.  (Bot.  F.  Mareas; 
esp.  Ficus  religiosa,  Lin.) 

Álamo  amarino.  Cub.  m.— 
Árbol  también  exótico,  im- 
portado antes  que  la  espe- 
cie anterior,  de  hojas  lus- 
trosas, propio  de  paseos  por 
su  abundante  copa.  (Bot.  F. 
M.;  esp.  Ficus  indica). 

Álamo  de  Ea  Carolina.  Cub. 
m. — Véase  álamo  del  Norte. 

Álamo  del  Norte.  Cub.  m. — 
Árbol  cultivado,  originario 
de  América  del  Norte,  muy 
ramoso  y  copudo,  de  hojas 
lustrosas  y  abundantes. 
También  se  conoce  por  ála- 
mo de  la  Carolina  y  álamo 
de  Virginia.  (Bot.  F.  urti- 
cáceas; esp.  Populus  hete- 
rophylla) . 

Álamo  de  Virginia.  Cub.  m. 
— Véase  álamo  deí  Norte. 

Álamo  Jagüey.  Cub.  m. — Ár- 
bol más  conocido  por  lau- 
rel de  la  India.  Véase. 

Alante.  Común  adv.  de  lu- 
gar— fam. — Denota  idea  de 
proximidad,    y    equivale   a 


17  — 


ALCA 


cerca.  Voz  seguramente  im- 
portada de  Asturias,  donde 
se  usa  mucho.  (Et.  Síncopa 
de  a-de-lante). 

Alantico.  Cub.  adv.  de  lugar 
—  vulg.  —  Diminutivo  de 
alante.  Uno  de  los  múltiples 
reprensibles  casos  de  dimi- 
nutivos americanos. 

Albahaca  anisada.  Cub.  f. — 
Especie  de  la  albahaca  co- 
mún que  se  distingue  por 

"  el  olor  que  3u  nombre  in- 
dica, y  que  otros  llaman 
albahaca  de  anís.  (Bot.  F. 
Labiadas ;  esp.  Ocymun, 
anisatum). 

Albahaca  aromática»  Cub.  f. 
— Es  la  especie  de  más 
fuerte  y  agradable  olor  y 
gusto,  que  se  emplea  en  la 
preparación  de  bebidas 
compuestas  o  mezcladas. 
(Bot.  F.  L.;  esp.  Orthosi- 
phon  glabratus). 

Albahaca  cimarrona»  Cub.  f. 
— Especie  de  hojas  puntia- 
gudas y  ásperas,  poco  olo- 
rosa, llamada  también  alba- 
haquilla.  (Bot.  F.  L.;  esp. 
Ocymiim  americanurn). 

Albahaca  de  ams.  Cub.  f. — 
Véase  albahaca  anisada. 

Albahaca  de  clavo.  Cub.  f. — 
Tipo  que  se  distingue  por 
el  olor  a  esta  especia.  (Bot. 
F.  L.;  esp.  Oc.  bassilicum). 

Albahaca  de  sabaeta.  Cub.  f. 
— Véase  rompezaragüey. 

Albahaca  mondonguera.  Cub. 
f .  —  Es  el  tipo  común  de 
muchos  países  y  climas,  de 
tallos  ramosos  y  velludos, 
hojas    oblongas,    flor    blan- 


quecina, etc.  Hay,  además, 
otras  especies  no  menos 
conocidas  y  de  escasa  im- 
portancia, como  la  alba- 
haca  de  cuchara,  de  Santa 
Rita,  francesa,  morada,  vio- 
lada, etc. 

Aibabaquilla.  Cub.  f. — Véase 
albahaca  cimarrona. 

Aibah&q  cilio-  Cub.  m.  —  El 
arbusto  más  conocido  por 
filigrana  de  sabana.  Véase. 

Albalaca»  Cub.  f. —  antic. — 
Zapato  con  suela  de  yagua 
usado  por  ios  aborígenes 
cubanos.  (Et.  Voz  caribe). 

Alborotoso,  sa»  Cub.  adj. 
fam. — Usase  por  "alboro- 
tador, ra".  "Juanito  es  muy 
alborotoso." 

Alcandés»  Cub.  epic.  m. — Pez 
que  se  adhiere  al  casco  de 
los  buques,  según  Toro  y 
Gómez. 

Alcanfor.  Cub.  m. — Véase  sa- 
gú de  la  India. 

Alcaparra  criolla.  Cub.  f. — 
Planta  indígena  muy  dis- 
tinta del  arbusto  alcaparra 
de  la  R.  A.,  de  hojas  aco- 
razonadas, verdinegras  y 
lustrosas,  flores  pequeñas 
y  blanquecinas  y  tallos  fle- 
xibles y  verdosos,  adapta- 
bles a  formar  enredadera. 
Tiene  cualidades  medicina- 
les y  aperitivas.  (Bot.  F. 
Caparídeas;  esp.  Capparis 
arborescens). 

Alcatraz  bianro.  Cub.  epic. 
m. — Una  especie  de  pelí- 
cano (en  Cuba  no  se  oye 
nunca  este  nombre,  sino  al- 
catraz), de  tamaño  algo  ma- 


ALEC 


—   18 


ALEL 


yor  que  las  especies  co- 
munes, de  plumaje  entera- 
mente blanco,  y  el  pico  ana- 
ranjado con  una  especie  de 
cresta  en  la  parte  supe- 
rior. Es  ave  de  paso  muy 
rara.  (Zool.  esp.  Pelecanus 
erythrorhmchus   Gmeí.) 

Alce.  Cub.  m. — Indica  el  caso 
de  levantar  o  no  de  la  tie- 
rra la  caña  de  azúcar  cor- 
tada, para  transportarla  al 
ingenio  por  cuenta  del  due- 
ño de  éste  o  del  cultivador 
de  aquélla.  Es  condición 
que  figura  en  los  contratos 
de  este  género.  (Et.  De  "al- 
zar"). 

Aücón.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre que  se  desarrolla  en 
terrenos  arenosos,  abundan- 
te en  la  isla  de  Pinos,  ele- 
vándose hasta  seis  metros, 
de  poco  grosor,  y  que  flo- 
rece en  primavera. 

Alecrín.  Cub.  epic.  m. — Pez 
carnicero,  muy  voraz,  el 
mayor  y  más  temible  de  los 
tiburones,  cuyo  tamaño  sue- 
le exceder  de  cuatro  metros 
hasta  nueve,  cual  lo  han 
observado  marineros  en  alta 
mar,  de  color  pardo  azulado 
por  el  lomo  y  blanco  por 
debajo,  con  manchas  en  los 
costados  que  desaparecen 
con  el  desarrollo,  de  cabeza 
obtusa  y  boca  provista  de 
seis  filas  de  dientes  dobles. 
Su  carne  tiene  repugnante 
olor  da  orina,  y  del  hígado, 
que  suele  pesa?  seis  arro- 
bas, se  extrae  aceite.  Esta 
voz    es    de    origen    cubano, 


aunque  la  R.  A.  diga  sola- 
mente: "pez  del  mar  de  las 
Antillas"...  (Zool.  F.  Car- 
char idinidce;  esp.  Galeocer- 
do  arcticus,  Fabre). 

Alegruüla.  Cub.  adj.  —  Color 
ceniciento  como  el  ala  de 
grulla,  de  donde  proviene 
3a  voz. 

Aíels.  Cub.  m. — Las  especies 
cubanas  que  reciben  el 
nombre  de  alelí  no  se  pa- 
recen nada  al  alelí  o  alhelí 
de  la  R.  A.  Una  es  arbus- 
to silvestre  que  crece  en  las 
faldas  de  las  montañas  cu- 
banas y  de  la  isla  de  Pinos, 
hasta  una  altura  de  6  me- 
tros y  que  florece  en  pri- 
mavera. 

Alelí  blanco.  Cub.  m. — Árbol 
que  se  desarrolla  silvestre 
hasta  4  metros  de  altura 
en  terrenos  malos,  de  flo- 
res blancas  y  olorosas,  que 
emite  resina  -venenosa. 
También  se  conoce  por  lirio 
blanco,  lirio  de  costa,  tu- 
lipa y  atabaiba,  que  es  su 
nombre  indio,  ya  en  desuso 
o  apenas  conocido.  (Bot,  F. 
Apocináceas ;  esp.  Plumería 
alba,  L.) 

Alelí  punzó.  Cub.  m. — Arbus- 
to silvestre  de  una  altura 
media  de  3  metros,  ramoso 
todo  el  tronco,  de  hojas 
ovaio-elípeicas,  verdinegras 
y  brillantes,  y  flor  roja.  Se 
llama  también  peregrina. 
(Bot.  F.  Euforbiáceas:  esp. 
Jatropha  integerrima,  Jacq.) 

Alehaya.  Cub.  f. — Una  planta 
distinta  a  la  descrita  por  la 


ALFI 


—  19  — 


ALGA 


R.  A.,  que  se  eleva  hasta 
metro  y  medio,  de  hojas 
verdes  en  la  haz  y  ama- 
rillentas en  el  envés,  con 
venas  de  color  rojizo,  así 
como  la  corteza  y  el  cáliz  d*e 
su  flor  acampanada,  que 
palidece  hasta  un  tono  casi 
blanco  en  la  corola.  Es  con- 
dimenticia  y  medicinal. 
También  se  nombra  agrio 
de  Guinea  y  serení.  (Bot  F. 
Malváceas;  esp.  Hibiscus 
sabdariffa).  Tiene  las  acep. 
cast. 

Aleta.  Cub.  f. — flg.  y  fam. — 
La  mano.  Tiene  los  usos 
cast. 

\leta20.  Cub.  m. — fig.  y  fam. 
—  Puñetazo,  bofetada.  "Le 
dio  dos  aletazos  por  testa- 
rudo ".  Tiene  la  acep.  cast. 

Ufafor.  Cub.  m. — desusada. — 
Dícese  a  la  figura  de  rom- 
bo o  romboide. 

y  farde.  Cub.  f. — El  madero 
de  sierra  conocido  por  "al- 
í'ajía"  y  "alfarjía"  en  cas- 
tellano. Carece  de  los  usos 
que  autoriza  la  R.  A. 

Ufardón.  Cub.  m. — Vigueta 
mayor  que  la  alfarda,  o  sea, 
que  la  alfarjía,  llamada 
también  tirante. 
alfiler.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre que  se  desarrolla  en 
terrenos  pobres  hasta  la  al- 
tura de  seis  metros,  de  ma- 
dera pardo-amarillenta,  du- 
ra, pesada,  resistirte,  de  fi- 
no grano,  utilizada  en  car- 
pintería gruesa.  Otros  lo 
nombran  jamaguey  de  lo- 
ma.  (Bot.   F.  Leguminosas; 


esp.  Belaira  spinosa.  Rich.) 
Tiene   los   usos  castellanos. 

ASíUer.  Cub.  m. — La  carne  del 
lomo  de  las  reses,  que  otros 
llaman  alfilera,  y  en  caste- 
llano agujas. 

Alfiler  de  criandera.  Cub. 
m. — El  alfiler  de  vuelta  que 
esconde  la  punta  después 
deprendido,  nombrado  "im- 
perdible" en  castellano,  y 
también  perezoso  en  Cuba. 

Alfilera.  Cub.  f. — Véase  alfi- 
ler (2.a  acep.) 

Algarroba?.  Cub.  v.  a.  —  El 
acto  de  preparar  el  cordel 
para  pescar  con  algarrobas. 
Véase. 

Algarrobas.  Cub.  f.  pl. -Cier- 
tas raíces  de  mangle  que 
sirven  para  algarrobar. 
Véase. 

Algarrobo  criollo.  Cvb.  m. — 
Árbol  afín  al  algarrobo  co- 
mún, que  se  desarrolla  sil- 
vestre, especialmente  en  la 
región  oriental,  hasta  con- 
sidex^able  altura,  de  buen 
follaje,  flores  amarillentas, 
madera  dura  y  resistente, 
de  color  amarillo  con  vetas, 
y  fruto  leñoso.  Exuda  una 
especie  de  resina  empleada 
en  barnices  y  contra  las 
afecciones  pulmonares.  (Bot. 
F.  Leguminosas;  esp.  Hi- 
mencea   curbaril,   Lin.) 

Algarrobo  del  Brasil.  Cub. 
m. — Otra  especie  cultivada 
como  ornamental,  poco 
abundante,  (Bot.  F.  L.;  esp. 
Prosopis  juliflcra). 

Algarrobo  del  país.  Cub.  m. 
— Especie  más  afín  que  *el 


ALGO 


—  20 


ALU 


criollo  al  algarrobo  común, 
algo  más  bajo,  de  hojas  di- 
gitadas, flores  blancas  con 
viso  rosado,  que  también 
produce  la  algarroba  y  su- 
ministra buena  madera. 
Suele  verse  a  los  lados  de 
carreteras  y  caminos,  donde 
se  reproduce  al  extremo  de 
que  formarían  boscaje  si 
no  se  cortaran  frecuente- 
mente los  retoños.  (Bot.  F. 
L.;  esp.  Pithecolobium  sa- 
man, Benth.) 

Algarrobo  de  olor.  Cub.  m. 
— El  árbol  más  conocido  por 
faurestina.   Véase. 

Algodón.  Cub.  m.  —  Planta 
silvestre,  distinta  de  la  co- 
mún cultivada;  es  arbusto 
que  crece  unos  dos  metros, 
de  hojas  aovadas  en  ramas 
muy  abiertas,  flores  gran- 
des, y  que  suministra  una 
borra  parecida  al  algodón, 
de  lo  que  recibe  el  nombre. 
Hay  varias  especies.  Tiene 
las  acep.  cast. 

Algodón  de  riñon.  Cub.  m. — 
Especie  que  toma  este  nom- 
bre por  presentar  las  semi- 
llas unidas  en  forma  de  ri- 
ñon, con  borra  blanca  y 
limpia.  (Bot.  esp.  Gossipium 
hirsutúm). 

Algodón  de  seda.  Cub.  m. — 
Especie  de  borra  fina  y  sua- 
ve como  el  capullo  de  seda, 
de  oolores  varios:  rojizo, 
verdoso,  etc.  (Bot.  esp.  Gos- 
sypium  arboreum). 

Algodón  pepitoso.  Cub.  m. — 
Tipo  de  borra  blanca  y  no 
*an  limpia  como  la  del  de 


riñon,  con  las  semillas  suel- 
tas y  esparcidas  entre  ella. 
(Bot.   Asclepias   gigantea). 

Alguien.  Amer.  pronombre. — 
Es  censurable  el  abuso  que 
cometen  algunos  empleando 
este  pronombre  para  subs- 
tituir el  adjetivo  "alguno, 
na",  en  casos  como  éste: 
"alguien  de  ustedes",  por 
"alguno  de  ustedes". 

Alhucema  de  costa.  Cub.  f. 
— Véase  incienso  de  playa. 
No  se  parece  en  nada  a  la 
alhucema  común. 

Aliado.  Cub.  m. — fam. — En 
la  Habana,  el  coche  de  pla- 
za de  pobre  aspecto.  Pro- 
viene de  cierta  "alianza"  de 
los  aurigas  de  coches  vie- 
jos para  fijar  en  diez  cen- 
tavos la  carrera,  a  que  les 
obligó  la  tarifa  de  veinte 
establecida  para  los  auto- 
móviles de  alquiler.  Eso  su- 
cedió durante  la  guerra  eu- 
ropea, y  entonces  daba  oca- 
sión al  consiguiente  equí- 
voco. Tiene  el  uso  caste- 
llano. 

Aliblanca.  Cub.  epic.  f. — Una 
especie  de  paloma  salvaje, 
que  recibe  ese  nombre. por 
una  faja  blanca  longitudi- 
nal que  tiene  en  las  alas, 
y  es  un  bocado  apreciable. 
Vive  también  al  Sur  de  los 
Estados  Unidos  y  en  otras 
Antillas.  (Zool.  F.  Colúmbi- 
das; esp.  Melopelia  leucop- 
tera,  Lin.) 

*Alijo.  Cub.  m. — Equivale  al 
anglicismo  "ténder",  apli- 
cado al  pequeño  vagón  de 


ALMA 


21 


ALME 


hierro  que  va  posterior- 
mente unido  a  las  locomo- 
toras, y  donde  se  transpor- 
ta el  agua  y  el  carbón.  Esta 
voz  es  de  origen  cubano, 
aunque  la  R.  A.  no  lo  haya 
hecho  constar  así.  (Et.  De 
"alijar"). 

Aliorra.  Cub.  epic.  f. — Insec- 
to apenas  perceptible,  que 
cuando  forma  plaga  destru- 
ye las  espigas  tiernas  de 
algunos  frutos,  y  que  fué  en 
un  tiempo  motivo  de  espan- 
to para  los  campesinos.  (Et. 
Corrupción  de  "alhorre", 
erupción). 

Almacigado,  da.  Cub.  adj. — 
Aplícase  al  ganado  de  color 
cobrizo  subido,  formado  por 
la  superposición  del  pelo, 
que  es  blanco  en  la  parte 
inferior  y  rojo  en  la  supe- 
rior. (Et.  De  almacigo,  cor- 
teza de  este  árbol). 

Almacigo.  Cub.  m.  —  Árbol 
distinto  del  almacigo  o  len- 
tisco que  trae  el  Dic.  de  la 
R.  A.,  aunque  tal  vez  sea  el 
que  describe  en  "turbinto"; 
se  trata  de  una  especie  sil- 
vestre que  crece  unos  doce 
metros  y  abunda  en  los  bos- 
ques de  Cuba,  donde  se  dis- 
tingue a  simple  vista  por 
el  color  cobrizo  de  su  cor- 
teza, que  suele  mudar  cual 
los  animales  la  piel;  de  ho- 
jas compuestas  de  foliólos 
enteros  de  penetrante  olor, 
flores  en  racimos'  axilares 
de  marzo  a  mayo,  y  cuyo 
fruto  come  el  cerdo.  Pro- 
duce por   incisión  una  re- 


sina dorada  llamada  cachi- 
bú,  que  por  extensión  se 
dice  también  al  árbol,  cono- 
cido además  con  los  nom- 
bres de  almacigo  amarillo 
y  almacigo  colorado.  (Bot. 
F.  Burseráceas;  esp.  Bur- 
sera   gummifera,   Lin.) 

Almacigo  amarillo.  Cub.  m. — 
"Véase    almacigo. 

Almacigo  blanco.  Cub.  m. — 
Especie  de  corteza  grisácea, 
lisa  y  reluciente,  madera 
blancuzca,  floja  y  quebra- 
diza, flores  blancas,  inodo- 
ras, en  espigas,  y  fruto  ver- 
doso con  manchas  rojas. 
(Bot.  F.  B.;  esp.  B.  balsa- 
mi  f  era). 

Almacigo  colorado.  Cub.  m. 
— El  almacigo.  Véase. 

Almacigo  de  costa.  Cub.  m. 
— Especie  muy  parecida  al 
almacigo,  con  la  diferencia 
de  que  tiene  abrojos,  por  lo 
que  se  llama  también  al- 
macigo  espinoso. 

Almacigo  de  paredón.  Cub. 
m. — Otra  especie  menos  co- 
nocida. (Bot.  F.  B.;  esp.  B. 
angustata,   Gris.) 

Almacigo  espinoso.  Cub.  m. 
— El  almacigo  de  costa. 
Véase. 

Almendrillo.  Cub.  m. — Árbol 
indígena  y  silvestre  afín  al 
almendro  cubano,  del  que 
se  diferencia  en  ser  de  me- 
nor tamaño.  Hay  dos  espe- 
cies con  el  mismo  nombre. 
(Bot.  F.  Ramnáceas;  esp. 
Rhamnidium  revolutum  y 
R.  retusum,  Griseb.) 

Almendrillo   de    costa.   Cub. 


ALMB 


—  22 


ALMO 


m. — Especie  parecida  a  las 
anteriores,  de  madera  roji- 
za, dura,  empleada  en  car- 
pintería rústica.  También 
se  llama  pinipiniche  de  sa- 
bana y  piñipiñi  de  sabana. 
(  B  o  t .  F.  Rámneos;  esp. 
Rhamnidium,   Wr. ) . 

Almendro.  Cuh.  m.  —  Árbol 
muy  diferente  al  de  la  R. 
A.,  de  majestuoso  aspecto, 
que  se  eleva  hasta  15  me- 
tros, con  7  íu  8  de  tronco 
liso  por  medio  de  diámetro, 
de  hojas  alternas,  elípticas, 
"lustrosas  por  la  haz  y  ve- 
lludas en  el  envés,  flores  de 
cinco  pétalos  blancos,  aro- 
máticas, solitarias  en  las 
axilas  de  las  hojas  altas. 
Su  corteza  es  verdigris  al 
exterior  y  rojiza  en  el  lí- 
ber, y  la  madera  fuerte"  y 
blanca,  con  el  corazón  ro- 
jizo; se  utiliza  en  carpin- 
tería. También  se  llama  al- 
mendro criollo  para  dife- 
renciarlo del  europeo.  (Bot. 
F.  Teáceas;  esp.  Laplacea 
curiyana,  A.   Rich.) 

Almendro  criollo.  Cub.  m. — 
Véase    almendro. 

Almendro  de  la  India.  Cub. 
m. — Árbol  exótico  impor- 
tado de  la  India,  muy  ele- 
vado y  propio  para  paseos 
y  jardines  por  la  bella  y 
caprichosa  figura,  pues  sus 
ramas  parten  horizontales  a 
la  redonda  en  diversos  pun- 
tos del  tronco,  y  forman 
como  una  serie  de  bande- 
jas superpuestas  de  mayor 
a  menor,  de  hojas  grandes, 


puntiagudas,  verdinegras, 
que  al  marchitarse  tórnanse 
rojas,  flores  chicas  y  ver- 
dosas en  racimos,  y  fruto 
de  pulpa  rojiza  agradable 
con  una  semilla  de  sabor 
idéntico  a  la  almendra  ver- 

'  dadera.  (Bot.  F.  Combretá- 
ceas;  esp.  Terminaiia  ca- 
tappa,  Lin.) 

AEmendro  silvestre.  Cub.  m. 
— Árbol  indígena  y  silvestre 
parecido  al  almendro.  (Bot. 
F.  Sapotáceas;  esp.  Bumelia 
cubensis,   Griseb.) 

Almez  de  flores  pequeñas. 
Cub.  m. — Una  especie  del 
almez  común  que  se  distin- 
gue cual  su  nombre  indica, 
y  como  ése,  muy  elevado 
también,  de  cuya  corteza 
fibrosa  y  correosa  se  hacen 
sogas.  (Bot.  esp.  Trema  mi- 
crantha). 

Almigé.  Cub.  m. — Árbol  que 
se  desarrolla  silvestre  en  la 
isla  de  Pinos  hasta  seis  me- 
tros de  altura,  sin  uso  co- 
nocido. Otros  dicen  migé. 
(Et.   Voz  caribe,  Zayas). 

Almiquí.  Cub.  epic.  m. — Nom- 
bre cada  vez  más  generali- 
zado impuesto  por  Poey  al 
mamífero  >aire.  Véase.  (Et. 
Voz  caribe). 

Almironcillo.  Cub.  m. — Plan- 
ta herbácea  indígena  y  sil- 
vestre, que  constituye  un 
pasto  bueno  para  el  gana- 
do. (Bot.  F.  Compuestas; 
esp.  Críéalia  discolor,  Gris.) 
(Et.  Diminutivo  de  "almi- 
rón",  planta). 

Cub.   m. — "Planta 


ALTE 


—    23 


AMAD 


de  las  Malváceas  (Setaria 
glauca,  Beauv.)".  Esto  es 
todo  lo  quo  dice  Pichardo 
en.eu  Diccionario,  y  la  úni- 
ca noticia  que  -tenemos  de 
tal  planta  cubana,  por  lo 
que  nos  inclinamos  a  creer 
que  sea  la  misma  de  la  R. 
A.  y  de  cuantos  libros  he- 
mos consultado,  que  colo- 
can de  acuerdo  en  las  Gra- 
míneas y  es  común  a  mu- 
chos  países   y   climas. 

Almorrana.  Cub.  í.  —  Planta 
indígena  y  silvestre  de  las 
cotiledóneas,  de  hojas  al- 
ternas y  flor  campanuda, 
amarilla.  Otros  la  llaman 
tomate  de  mar.  Tiene  la 
acep.  cast.  (Bot.  F.  Convol- 
vuláceas; esp.  Ipomcea  te- 
rodes,  Chais)'. 

ASsiroerneriia.  Cub.  f. — des- 
usada. —  Primitivo  nombre 
de  la  planta  más  conocida 
hoy  por  astronomía,  por 
corrupción.  (EL.  Del  ape- 
llido Alstroemer  (Garlos), 
quien  la  introdujo  y  acli- 
mató en  la  Isla). 

ASstroemia.  Cub.  f. — en  des- 
uso.— Véase  astronomía.  (Et 
de  alstroemeria  sincopada). 

Aitea.  Cub.  f. — Planta  silves- 
tre y  cultivada,  distinta  a 
la  de  la  R.  A.,  o  sea  al  mal- 
vavisco; es  de  hojas  pe- 
queñas y  dentadas,  siidorí- 
flcas,  y  por  sus  flores  po- 
licromas se  distinguen  mu- 
chas variedades  con  nom- 
bres particulares,  como  le- 
che de  Venus,  de  flores 
blanquísimas,  Mar  Pacífico 


y  Mar  Pacífico  moñudo,  de 
flores  rosadas  y  amarillen- 
tas, y  además,  amapola, 
malva  de  China,  Hércules, 
camelia  y  sangre  de  Adonis. 
Bot.  F.  Malváceas;  esp.  Ei- 
biscus  phcenicens). 

Alternante.  Cub.  m. — Véase 
yerba  de  la  sangre  (1.a  acep.) 

Alto  (De  lo)  Cub.  adj.— En- 
tre pescadores,  los  peces 
que  viven  a  grandes  pro- 
fundidades. Algunos  peces 
reciben  este  aditamento. 
Debiera  decirse  de  lo  pro- 
fundo o,  en  otro  caso,  de  lo 
bajo,  pero  la  voz  quizá  sea 
tomada  de  la  expresión 
"alta  mar",  donde  real- 
mente hay  esas  grandes  pro- 
fundidades. 

Alzado.  Cub.  m. — Dícese,  por 
antonomasia,  al  individuo 
que  toma  armas  contra  los 
poderes  constituidos,  y  que 
busca  el  campo  abierto  para 
teatro  de  sus  hazañas. 

Alzado,  da.  Amer.  adj. -Aplí- 
case a  los  animales  domés- 
ticos que  se  fugan  de  las 
heredades. 

Alearse.  Cub.  v.  ref. — Insu- 
rreccionarse contra  el  Go- 
bierno constituido.  Es  de 
advertir  que  la  R.  A.  acepta 
"alzamiento"  como  caste- 
llano en  tal  sentido. 

Alearse.  Amer.  v.  ref. — Huir 
los  animales  domésticos  de 
las  haciendas.  Tiene  ade- 
más el  uso  autorizado  por 
la  R.  A. 

Amadrinadero.  Cub.  m.  — 
A7éase  bramadero,  que  es  el 


AMARR 


—  24  — 


AMOR 


cubanismo  aceptado  por  la 
R.  A. 

Amalignadura.  Cub.  f. — Ac- 
ción y  efecto  de  amalig- 
narse. 

Amalignarse.  Cub.  v.  ref. — 
poco  uso. — Ser  víctima  de  la 
elevada  calentura,  casi  mor- 
tal, que  se  conoce,  por  an- 
tonomasia, eon  el  nombre 
de  maligna. 

Amapola.  Cub.  f.  —  En  algu- 
nos lugares  se  llama  así  a 
la  altea.  Véase.  Tiene,  a  la 
vez,  el  verdadero  uso  cast. 

Amarchantarse.  Árner.  v.  ref. 
— Hacerse  cliente  fijo  de 
un  establecimiento.  (Et.  Del 
andalucismo  "marchante", 
de  uso  autorizado  por  la 
R.   A.) 

Amarrado,  da.  Cub.  adj. — 
vulg. -Aplícase  a  la  persona 
tacaña,  miserable.  (EL  Co- 
rrupción de  "agarrado,  da"). 

Amarrar.  Amer.  v.  a,  —  En 
casi  toda  América  española 
se  comete  un  reprensible 
abuso  con  este  verbo  que 
casi  ha  desterrado  los  de 
"liar,  ceñir,  vendar",  entre 
otros  menos  útiles,  y  sobre 
todo  el  de  "atar",  que,  par- 
ticularmente en  Cuba,  po- 
demos decir  que  está  aboli- 
do. Lo  mismo  se  dice  ama- 
rrar un  buque  o  un  toro,  que 
amarrar  una  mosca  o  la 
corbata,  aunque  para  aque- 
llos se  precise  un  pesado 
calabrote,  y  para  éstas  una 
fibra  de  seda  o  un  poco  de 
curiosidad.  Tiene  los  sig- 
nificados castellanos. 


Amarrar.  Cub.  v.  a. — fig.  y 
fam. — En  contratos  o  con- 
venios, aprovecharse  una 
de  las  partes  de  todas  las 
circunstancias  posibles  y 
favorables  para  imponer 
depresivas  o  desventajosas 
condiciones  a  la  otra.  "A 
Fulano  lo  amarraron  mucho 
en  la  escritura  social". 

Amarrarse.  Cub.  v.  ref. — fig. 
y  fam.  —  Suele  oirse  por 
"casarse".  "¿  Cuándo  te  ama- 
rrasí-Me  amarro  en  abril". 

Amelcocharse.  Cub.  v.  ref. — 
fig.  y  fam.-— Entre  personas, 
fingir  agrado,  afectar  com- 
placencia. Tiene  el  uso  ame- 
ricano castellanizado. 

Amelcocharse.  Cub.  v.  rec. — 
fig.  y  fam. — Enamorarse. 

Americanizarse.  Amer.  v.  ref. 
— Aquirir  hábitos  y  cos- 
tumbres peculiares  de  los 
norteamericanos. 

Americano,  na.  Árner.  m.  f. 
— Dícese  al  natural  de  los 
Estados  Unidos  o  sea  "nor- 
teamericano, na",  que  ape- 
nas se  usa  en  Cuba. 

Americ®aoc,  na.  Amer.  adj. — 
Aplícase  a  cosas  de  los  Es- 
tados Unidos. 

AjBniqrai.  Cub.  m. — Véase  jai- 
miquí.  (Et.  Voz  corrompida). 

*Amor  al  raso.  Cub.  m. — Ar- 
bolito  de  jardinería  con 
gajos  cubiertos  de  suave 
pelusa,  de  hojas  cordifor- 
mes, alargadas,  de  largos 
pedúnculos  y  flor  de  vida 
efímera,  que  amanece  blan- 
ca y  anochece  de  color  ro- 
jizo, sufriendo  la  corola  esa 


AMPA 


25 


ANCHO 


metamorfosis  durante  el 
día.  También  se  llama  mal- 
va rosa.  Está  aclimatada  en 
Europa.  (Bot.  F.  Malvá- 
ceas;  esp.  Hibiscus  muta- 
bilis)  . 

Amor  y  celos.  Cub.  m. -Véase 
piñón  amoroso. 

Amores  secos.  Cub.  m.  pl. — 
Varias  plantas  silvestres  de 
escasa  altura,  con  tallo  her- 
báceo, hojas  de  variadas  fi- 
guras y  tamaños,  algunas  de 
las  cuales  constituyen  buen 
pasto  y  mejoran  el  terreno, 
y  que  producen  unas  fruti- 
llas diminutas,  verdes, 
aplastadas  y  peludas  que  se 
adhieren  a  la  ropa.  En  la 
región  oriental  suelen  lla- 
marlas tostón,  pero  esta 
planta  es  muy  diferente. 
(Bot.  la  más  conocida,  F. 
Verbenáceas;  esp.  Priva 
echinata,  Juss.) 

Amorrongado,  da.  Cub.  adj. 
—  muy  vulg  . —  Equivale  a 
ruin,  cobarde,  apocado. 
Véase  amorrongarse. 

Amorrongarse.  Cub.  v.  ref. — 
muy  vulg. — Como  acoqui- 
narse, acobardarse.  Sinóni- 
mo de  apendejarse  en  len- 
guaje menos  indecoroso. 
(Et.     De     a-morronga-rse). 

Amoscarse.  Cub.  v.  ref.  — 
Tiene  parecido  significado  a 
la  acepción  castellana,  en 
cuanto  a  la  causa;  pero  en 
Cuba  equivale  a  sonrojarse, 
aturdirse. 

Ampanga.  Cub.  f. — fam.  — 
Véase  la  frase  197  del  Apén- 
dice. 


Amparo.  Cub.  m.-fam.-Véase 
la  frase  242  del  Apéndice. 

Anacagüita.  Cub.  f. — Corrup- 
ción entre  campesinos  de 
la  voz  anacahuita. 

Anacahuita.  Amer. .  f. — Plan- 
ta originaria  de  Tampico 
(Méjico),  que  tiene  una  me- 
diana elevación,  cuyo  fruto 
huele  a  manteca  rancia;  de 
virtudes  pectorales.  (Bot  F. 
Burragineas;  eap.  Cor  di  a 
boisierii,  D.  C.)  (Et.  Voz 
india). 

Anacahuita.  Amer.  f.-Véase 
camaruca. 

Anafre.  Cub.  m. — Corrupción 
bastante  extendida  de  anafe. 

Anaiboa.  Cub.  f.-en  desuso. 
— Véase  naiboa.  (Et.  Voz  ca- 
ribe, según  Zayas). 

Anaína.  Cub.  adv. — vulg. — Se 
oye  entre  los  campesinos 
como  significando  solapada- 
mente. Probablemente  sea 
voz  importada  por  los  ca- 
narios. 

Anamú.  Cub.  m. — Planta  es- 
pontánea, herbácea,  que 
suele  verse  en  las  cunetas 
y  al  borde  de  las  paredes, 
de  menos  de  un  metro  de 
alto,  con  hojas  lanceoladas 
y  dentadas,  flores  blancas  en 
espigas,  de  fuerte  olor  a 
ajos,  que  se  transmite  a  la 
leche  en  las  vacas  que  la 
pastan.  Se  considera  un  po- 
deroso abortivo  (Bot.  F.  Fi- 
tolacáceas;  esp.  Petiveria 
alliacea,  Lin.)  (Et.  Voz  ca- 
ribe, según  Zayas). 

Anchoa  pellada.  Cub.  epic.  f. 
— Pez  parecido  a  una  Jar- 


ANDO 


26 


ANJA 


dina  pequeña,  con  la  boca 
grande  y  la  aleta  anal  más 
adelantada  que  la  dorsal; 
se  le  caen  con  mucha  faci- 
lidad las  escamas,  de  lo  que 
recibe  el  nombre.  Es  pez 
muy  raro.  (Zool.  F.  Clupei- 
doe;  esp.  Pellona  bleekeria- 
na,  Poey). 

Andamiaje  Común,  ni. — Go- 
mo "andamiada",  conjunto 
de  andamios. 

Andaraz.  Cub.  epic.  m. — Ma- 
mífero roedor,  de  tamaño 
de  unos  25  centímetros,  sin 
inclusión  de  la  cola,  pare- 
cido a  la  juña  carabalí, 
aunque  de  color  más  os- 
curo y  con  la  cola  cubier- 
ta de  pelos  largos,  negros 
generalmente,  que  suele 
verse  en  las  montañas 
orientales,  donde  vive  en 
ios  árboles,  ya  en  las  ra- 
mas, bien  en  los  troncos 
huecos,  y  se  caza  fácilmen- 
te, proporcionando  un  bo- 
cado aceptable.  Otros  le  lla- 
man mono,  porque  trepa  fá- 
cilmente a  los  árboles. 
(Zool.  F.  Octodontidce ;  esp. 
Capromys  melanuriis,  Poey). 
(Ét.  De  andar-az). 

Andarivel.  Cub.  adj. — Comé- 
tese en  algunos  lugares  el 
barbarismo  de  calificar  así 
al  caballo  de  color  oscuro 
con  las  patas  blancas. 

Andón,  na*  Amer.  adj. — Aplí- 
case a  la  cabalgadura  que 
resiste  mucho  tiempo  ca- 
minando con  paso  largo, 
regular   y   cómodo   para   el 


jinete.     (Et.    De     "and-ar, 
and-ador,  and-ón"). 

lo.  Cub.  m. — Además  del 
"andullo"  que  reseña  la 
R.  A.,  se  conoce  en  la  Isla 
una  pasta  de  tabaco,  ne- 
gruzca y  de  repugnante 
olor,  que  muchos  negros 
mastican  con  incomprensi- 
ble deleite. 
|Ánge!a  María!  Amer.  interj. 
—  fam.  —  Usase  para  deno- 
tar pleno  asentimiento  con 
las  manifestaciones  del  in- 
terlocutor. También  se  dice 
en  Canarias,  al  parecer,  y 
bien  puede  ocurrir  que  allí 
haya  tenido  origen. 
Angola.  Cub.  f. — fam. — Véa- 
se la  frase  196  del  Apén- 
dice. 
Animado,  úa»  Común,  adj.- — 
Lo  mismo  que  alegre,  di- 
vertido, con  animación: 
"Baile  muy  animado". 
Animita»  Cub.  epic.  f.  —  En 
algunos  lugares  recibe  este 
nombre  el  insecto  aguacero. 
(Et.  Diminutivo  de  "áni- 
ma"). 
Anís.  Cub.  m. —  "Planta  de 
las  Magnoliáceas  (Illicium 
parvifíorum,  Mich.)  (Sau- 
valle)".  Eso  dice  Pichardo 
en  su  Dic,  y  nada  más  po- 
demos añadir.  No  será  la 
especie  común,  puesto  que, 
se  colocan  en  distintas  fa- 
milias botánicas.  ¿Será  el 
"badián"  cast.? 
¡Anjá!  Cub.  interj. — vulg. — 
Expresión  de  asentimiento. 
(Et.  Corrupción  del  cast. 
"¡aja!"). 


ANÓN 


—  27 


ANTI 


Anón  de  cembal.  Cub.  m. — 
Además  del  anón  americano 
descrito  por  la  R.  A.,  que 
es  uno  de  los  árboles  fruta- 
les más  estimables  de  Amé- 
rica, hay  en  Cuba  otras  es- 
pecies frutales  o  silvestres, 
como  se  verá.  El  de  cembal 
es  silvestre,  de  aspecto  her- 
moso, que  suele  alcanzar 
hasta  20  metros  de  altura, 
de  madera  dura  y  olorosa; 
el  fruto  engorda  al  gana- 
do porcino,  y  las  hojas  al 
vacuno  y  caballar.  También 
se  llama  laurel  de  cembal  y 
anoncülo  de  Cuba.  (Bot.  F. 
Anonáceas;  esp.  Annona  bu- 
llata) . 

Anón  de  fruto  erizado.  Cub. 
m. — Especie  del  anón  frutal 
que  alcanza  mayor  altura, 
y  que  tiene  el  fruto  cubier- 
to de  débiles  púas,  de  lo 
que  recibe  el  nombre.  Se 
conoce  más  por  su  nombre 
americano  castellanizado  de 
"guanábano". 
Anón  de  fruto  lampiño.  Cub. 
m.  —  Otra  especie  que  se 
distingue  cual  lo  indica  su 
nombre,  y  se  conoce  más 
por  mamón.  Véase. 
Anón  de  los  pantanos.  Cub. 
m.— Arbolilio  que  se  des- 
arrolla espontáneo  en  los 
terrenos  cenagosos,  cuyas 
raíces,  algo  esponjosas,  se 
utilizan  en  sustitución  del 
corcho  para  tapones.  Tam- 

^bién  se  llama  bagá  y  palo 
bobo.  (Bot.  F.  A.;  esp.  An- 
nona palustris). 


En  la  región  oriental,  se 
dice  al  fruto  del  mamón. 
Véase. 

Anoncülo  de  Cuba.  Cub.  m. — 
El  anón  de  cembal.  Véase. 

Anortado,  da.  Cub.  adj.  y  p. 
p. — Aplícase  al  cielo  o  a  la 
atmósfera  cuando  anorta. 
Véase  anortar. 

Anortar.  Cub.  v.  impersonal. - 
Viento  frío,  acompañado 
algunas  veces  de  llovizna, 
que  viene  del  Septentrión, 
y  que  oscurece  el  cielo.  (Et. 
De  "a-Nort-ar"). 

Anqueador,  ra.  Amer.  adj. — 
Aplícase  a  la  cabalgadura 
que  anquea.  Véase  anquear. 

Anquear.  Amer.  v.  n.  defec- 
tivo.-Movimiento  lateral  de 
las  ancas  en  las  caballerías, 
muy  molesto  para  el  jinete. 

Antejo.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre de  rápido  crecimien- 
to, que  alcanza  una  altura 
mediana,  de  corteza  morada 
y  madera  de  color  amari- 
llento, sin  nudos,  ligera,  po- 
rosa y  flexible. 

Anteojo  de  poeta.  Cub.  m.— 
Enredadera  de  jardín  que 
produce  una  ílorecilla  sin 
aroma,  pero  rara  y  bonita, 
amarillosa,  con  un  pequeño 
disco  morado  en  el  centro, 
a  semejanza  de  ojo,  por  lo 
que  también  se  llama  ojo 
de  poeta.  (Bot.  F.  Acantá- 
ceas; esp.  Tumbergia  abata). 

Anticonstitucional.  Común. 
adj. — Contra  lo  que  precep- 
túa la  Constitución  de  un 
pueblo. 

Anticonstitucionalmente. 


ANO 


28  — 


APAR 


Común,  adv. — Contrario  a 
lo  que  determina  la  Cons- 
titución. 

Antoíar.  Cub.  m.  —  antic.  — 
La  tira  de  encaje  o  lienzo 
bordado  que  se  cose  por  las 
dos  orillas,  y  se  conoce  hoy 
por  su  nombre  castellano 
de  "entredós". 

Antonino.  Cub.  epic.  m. — Pee 
que  mide  unos  3  decíme- 
tros de  largo,  de  cuerpo  fu- 
siforme, plateado,  con  una 
mancha  negra  en  la  ex- 
tremidad superior  del  opér- 
culo,  con  diez  aletas.  Mal 
bocado.  (Zool.  F.  Carangi- 
dce;  esp.  Decapterus  maca- 
rellus,  Cuv.) 

Añafé  (De).  Cub.  adj. — Dí- 
cese  en  algunos  lugares  al 
papel  de  estraza,  por  co- 
rrupción de   "añafea". 

Añil.  Cub.  epic.  m. — Bonito 
pez,  más  conocido  por  azu- 
lejo (2.a  acep).  Véase.  Tie- 
ne los  usos  castellanos. 

Añil  cimarrón.  Cub.  m. — En 
algunos  lugares,  la  planta 
añil,  conocida  también  por 
"jiquilete",  que  es  como  la 
describe  la  R.  A. 

Añil  del  pinar.  Cub.  m. — 
Suele  decirse  al  arbusto 
conocido  por  su  nombre 
castellano   "zumaque". 

Añil  francés.  Cub.  m. — Otra 
especie  rara.  (Bot.  esp. 
Serbania   aegiptiaca,   Pers.) 

Año  ir/inerto.  Cub.  m.  —  En 
ciertos  contratos  de  arrien- 
do, cada  año  que,  por  co- 
mún acuerdo  de  los  contra- 
tantes, se  deja  de  abonar  la 


renta  estipulada. 

Apachurrado,  da.  Amer.  adj. 
— Aplícase  a  las  personas, 
y  rara  vez  a  las  cosas,  en- 
cogidas, chaparras.  Véase 
apachurrar. 

Apachurrar.  Amer.  v.  a. — 
Significar  aplastar  y,  algu- 
nas veces,  hundir.  (Et.  Co- 
rrupción de  "despachu- 
rrar"). 

Apagón,  na.  Amer.  adj.  — 
Aplícase  al  cigarro  puro 
que  por  defecto  de  elabo- 
ración o  deterioro  se  apa- 
ga frecuentemente.  Otros 
dicen  cabezudo,  da. 

Aparato.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Véanse  las  frases  65  y 
234-a  del  Apéndice. 

Aparecido.  Cub.  epic.  m.  — 
— Lindo  pajarillo  estima- 
ble para  jaula  por  su  bello 
plumaje,  mas  no  por  su 
canto,  inarmónico  y  monó- 
tono; tiene  tamaño  de  go- 
londrina; el  macho  es  de 
color  azul  marino,  con  las 
alas  y  la  cola  negras,  que 
en  invierno  se  torna  ver- 
de, como  el  permanente  de 
la  hembra,  patas  de  color 
carmín,  con  el  pico  fino  y 
algo  encorvado.  Come  gu- 
sanillos y  plátano  maduro, 
y  construye  su  nido  con 
derroche  de  arte.  También 
se  llama  aparecido  de  San 
Diego  y  azulito  de  plátano. 
(Zool.  F.  Dacnididce;  esp. 
Arbelorhina  cyanea,  Lin.) 

Aparecido  de  San  Diego. 
Cub.  epic.  m. — Véase  apa- 
recido. 


APIL 


29 


APRU 


Aparejería.  Cub.  f.  —  Taller 
donde  se  construyen  apa- 
rejos. Véase. 

Aparejo.  Cub.  m. — Por  anto- 
nomasia, una  especie  de 
albardón  rústico,  hecho  de 
madera  el  esqueleto,  relle- 
no con  paja  o  junquillo,  y 
forrado  de  lona,  que  se  uti- 
za  para  transportar  carga 
en  caballerías.  Tiene  las 
acep.  cast.,  en  cuyo  lengua- 
je se  conoce  el  aparejo  con 
los  nombres  de  "enjalma"  y 
"lomillo". 

Apasito.  Cub.  adv.  —  Equi- 
vale a  "despacio".  (Et.  Co- 
rrupción de  "al  pasito",  de 
"al  paso"). 

Apasote  Manco.  Cub.  m. — 
Véase  cenizo  blanco.  Es  la 
planta  descrita  por  la  R.  A. 
en  "bien  granada". 

Apemdeüado,  da.  Cub  adj. — 
Equivale  a  "acobardado". 
Sinónimo  de  amorrongado, 
da,  en  más  indecente  len- 
guaje.   Véase    apendejarse. 

Apendejamiento.  Cub.  m. — 
Acción  y  efecto  de  apen- 
dejarse. Véase. 

Apendejarse.  Cub.  v.  ref. — 
fam.  —  Acoquinarse,  aco- 
bardarse. Sinónimo,  aun- 
que menos  indecente,  de 
amorrongarse.  La  R.  A. 
acepta  en  sentido  figurado 
la  voz  "pendejo"  (cobarde), 
sin  acreditar  su  origen,  que 
lo  tiene  en  Méjico. 

Apilonar.  Amer.  v.  a.  —  Lo 
mismo  que  apilar.  Es  si- 
nónimo del  cubanismo  en- 
tongar. 


Aplatanado,  da.  Cub.  adj. — ■ 
Aplícase  al  extranjero 
adaptado  a  las  costumbres 
del  país.  "Un  gallego  apla- 
tanado". 

Aplatanarse.  Cub.  v.  ref. — 
Familiarizarse  con  las  per- 
sonas, cosas  y  costumbres 
cubanas.  (Et.  De  "pláta- 
no"). 

Apobanga  (De).  Cub.  mod. 
adv. — vulg. — Dícese  de  algo 
superior,  excelente. 

Apolismar,   se.   Cub.  v.   a.  y 
ref. — poco     uso. — Lastimar 
o   magullarse,   sin  derrame^ 
de  sangre.  (Et.  De  "aporis- 
ma"). 

Aporreado.  Cub.  m. — Manjar 
hecho  con  carne,  tasajo  o 
bacalao  cocido,  desfibrado 
después,  y  sazonado  luego 
con  otros  ingredientes.  Es 
un  plato  frecuente.  Toma 
por  aditamento  la  materia 
desfibrada.  "Aporreado  de 
tasajo  ".(Et.  De  "aporrear"). 

Aporrear.  Cub.  v.  a. — Prepa- 
rar el  aporreado.  Véase. 
Tiene  el  uso  cast. 

Apotrerar.  Amer.  v.  a. — In- 
troducir ganado  en  la  de- 
hesa o  potrero,  acepción 
ésta  americana,  recogida 
por  la  R.  A. 

Aprudenciado,  da.  Amer. 
adj.  y  p.  p. — vulg. — Aplí- 
case, si  no  con  frecuencia, 
sí  con  reprensible  abuso 
del  idioma,  a  la  persona 
prudente.  Véase  apruden- 
ciarse. 

Aprudenciarse.  Amer.  v.  ref. 
—  vuig.  -      n  ^vestirse    de 


ABAB 


—  30 


ARAN 


prudencia,  contenerse,  re- 
primirse. Son  obvias  las 
razones  a  demostrar  que  se 
trata  de  un  condenable 
abuso  de  la  lengua,  cual 
en  otros  muchos  casos  que 
se  forman  en  América  ver- 
bos innecesarios  de  subs- 
tantivos correctos.  En  el 
mismo  caso  está  pruden- 
ciarse, sinónimo  más  re- 
prensible aún. 

Apachinchado,  da.  Cub.  adj. 
y  p.  p. — poco  uso. — Reple- 
to, harto  de  comida,  fruta, 
dulces,  etc.  Véase  apachin- 
char,  se. 

Apachinchar,  se.  Cub.  v.  a. 
y  ref. — Saciarse,  hartarse 
de  comida,  golosinas,  etc. 
(Et.  de  apuc,  forma  imita- 
tiva, e  hinchar). 

Apuntado  d©  cordón.  Cub. 
m. — Dícese  al  aguardiente 
de  floja  graduación. 

Arabia.  Cub.  f. — Tejido  de 
cuadros  azules  y  blancos, 
muy  menudos,  formados  por 
hilos  de  color  azul  oscuro 
a  la  trama  y  blancos  a  la 
urdimbre.  Más  comúnmen- 
te se  antepone  la  palabra 
listado,  con  lo  que  se  in- 
curre en  barbarismo,  pues- 
to que  no  se  trata  de  lis- 
tas, sino  de  cuadros. 

*  Arabo.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre que  se  eleva  en  té- 
rsanos húmedos  y  costeños 
hasta  una  altura  máxima 
ue  12  metros,  de  buen 
tronco,  regularmente  grue- 
so, que  florece  en  primave- 
ra, ..de  made^,  jura,  resis- 


tente, pesada,  fibrosa  en  es- 
piral, de  color  rojizo,  em- 
pleada principalmente  en 
horcones.  Esta  voz  la  re- 
coge la  R.  A.  sin  acreditar- 
la de  cubanismo,  cual  ha 
hecho  con  otras  que  lo  son 
indiscutiblemente.  Tam- 
bién se  llama  arabo  colo- 
rado. Hay  otras  especies 
con  aditamentos  particula- 
res. (Bot.  F.  Eritroxíleas ; 
esp.  Erytroxylum  ovoba- 
tum,  Macf).  (Voz  caribe, 
según  Zayas). 

Arabo  amarillo.  Cub.  m.— 
Parece  ser  una  variedad 
del  arabo,  que  se  distingue 
por  el  color  más  pálido  de 
la  madera. 

Arabo  colorado.  Cub.  m. — 
Véase    arabo. 

Arabo  de  piedra.  Cub.  m. — 
El  árbol  más  conocido  por 
cubanicú.   Véase. 

Araíeio.  Cub.  va. — Árbol  sil- 
vestre de  madera  amari- 
llenta, con  el  corazón  par- 
dusco, que  por  su  resisten- 
cia y  dureza  se  aplica  a 
obras  de  carpintería  grue- 
sa. 

Araña.  Cub.  f. — Además  de  la 
planta  conocida  con  este 
nombre  y  el  de  "arañuela" 
en  castellano,  hay  otras 
también  de  jardinería,  una 
de  las  cuales  es  indígena, 
de  hojas  verdes  elípticas, 
con  pelusa  por  el  envés  que 
causa  escozor,  y  flores  azu- 
les o  blancas  de  escaso 
aroma.  Tiene  las  acepcio- 
nes   castellanas.     (Bot.     F. 


AKBO 


—   31 


Gramíneas;  esp.  Panicum 
pilosum) . 

Araña-gato.  Cub.  f. — Planta 
silvestre  d.e  virtudes  medi- 
cinales que  algunos  lla- 
man por  confusión  ala- 
crancülo,  y  que  se  conoce 
mucho  por  martinia.  (Bot. 
F.  Pedalieas;  esp.  Marty- 
nia  diandra.) 

Araña  peluca.  Cub.  epic.  f. 
— Nombre  que  toma  la  ara- 
ñacomúnmente  llamada  "ta- 
rántula", y  que  los  indios 
denominaban  guabá,  nom- 
bre que,  al  parecer,  con- 
serva todavía  en  Santo 
Domingo  y  Puerto  Rico. 

Arará.  Cub.  m.  —  Árbol  sil- 
vestre que  se  desarrolla  en 
terreno  colorado  y  en  el  li- 
toral, hasta  una  altura  de 
siete  a  ocho  metros,  de  ma- 
dera poco  apreciable.  Hay 
otras  especies  con  este  mis- 
mo nombre.  (Bot.  esp.  Ter- 
?ninalia  buceras.)  (Et.  Voz 
probablemente  tomada  de 
la  región  africana  así  lla- 
mada)- 

Arará.  Cub.  adj.  —  Aplícase 
como  aditamento  a  varios 
animales,  como  la  juña,  el 
bonasí,  etc. 

Arbicuaier.  Cub.  m.  —  Árbol 
silvestre,  elevado  y  abun- 
dante, que  produce  resina 
oor  incisión,  y  suministra 
nr  iex-ft  fuerte,  apreciable 
en   -'arpintería. 

Árbol!  bonico.  Cub.  m. — Ár- 
bol silvestre  de  mediana 
elevación,  recto,  de  agra- 
dable   aspecto,    y    madera 


estimada  por  su  dureza  y 
solidez. 

Arfeo!  de  la  bibijagua.  Cub. 
m. — El  arbusto  descrito  en 
bijaura.    Véase. 

*ÁrfeoI  de  la  cera.  Cub.  m. — 
Árbol  silvestre  que  toma 
ese  nombre  de  la  resina 
que  exuda,  muy  semejante 
a  la  cera;  su  madera  es 
dura,  fina,  de  bonito  color 
amarillo,  apreciable  en 
ebanistería.  También  se 
llama  arraigan.  (Bot.  F. 
Miricáceas;  esp.  Mynca  ce- 
rífera) . 

Árbol  de  la  frutlca.  Cub. 
m. — El  más  conocido  por 
jagua-jagüita.  Véase. 

Árbol  de  la  gallina.  Cub.  m. 
— Arbusto  que  recibe  este 
nombre  porque  su  fruto 
envenena  a  las  gallinas  que 
lo  ingieren;  su  madera  es 
dura  y  buena,  de  color 
amarillento  veteado,  que 
también  contiene  substan- 
cia tóxica.  Otros  le  llaman 
palo-gallina.  (Bot.  F.  Sola- 
náceas; esp.  Licium.  acnis- 
toides,   Gris.) 

Árbol  deü  amor.  'Cub.  m. — 
Véase  piñón  amoroso.  ¿Se- 
ré, el  árbol  "ciclamor"  de 
la  R.  A.,  que  también  elia 
nombra  árbol  del  amor? 

Árbol!  de  la  vida»  Cub.  m. — 
Árbol  silvestre  abundante 
que  alcanza  mediana  ele- 
vación, de  madera  fuerte, 
compacta  y  fina,  empleada 
en  carpintería  y  ebaniste- 
ría. Los  indios  lo  llamaban 
guiquí,  voz  hoy  en  desuso 


ARET 


-  32  - 


ARNI 


Tiene  el  uso  autorizado  por 
la  R.  A.  (Bot.  esp.  Thuya 
ortusa). 

Árbol  del  cuerno.  Cub.  m. — 
Árbol  silvestre  de  mayor 
abundancia  en  la  región 
occidental  de  la  Isla;  su 
madera  es  dura  e  inflexi- 
ble y  se  utiliza  en  ligazo- 
nes. (Bot.  F.  Leguminosas; 
esp.  Acacia  cornígera,  Rich). 

Árbol  del  sebo.  Cub.  m. — 
Cierto  árbol  de  cuyas  se- 
millas se  extrae  una  mate- 
ria sebosa  propia  para  bu- 
jías. (Bot.  esp.  Stiüingia 
sebifera,   Richard.) 

Arce  de  Virginia.  Cub.  m.- — 
Árbol  silvestre  de  hojas  so- 
litarias y  flores  en  racimos, 
de  madera  dura,  estimada 
en  ebanistería.  Probable- 
mente el  arce  descrito  por 
la  R.  A.,  o  muy  semejante. 

Arcediana.  Cub.  f.  —  Es  la 
planta  conocida  en  caste- 
llano y  también  en  Cuba, 
por  "amaranto41  y  "moco 
de  pavo",  que  además  se 
llama  en  la  Isla  bledo  de 
clavo,  mirabel  y,  por  co- 
rrupción,   acediana. 

Arete.  Amer.  m. — Toda  for- 
ma de  pendiente  usado  por 
las  mujeres  en  las  ore- 
jas. En  Cuba  no  se  oye 
nunca  "pendiente"  y  entre 
los  nombres  particulares, 
hay  los  de  dormilona,  ro- 
seta, etc. 

Aretiílo.  Cub.  m. — Árbol  r'  - 
vestre,  abundante  <  la 
provincia  de  la  Habana,  de 
madera   pesada,    dura,    re- 


sistente y  suave  al  tacto, 
que  se  utiliza  en  carpinte- 
ría. También  se  llama  car- 
bonero de  costa  y  maco. 
(Bot.  F.  Euforbiáceas;  esp. 
Savia  sessiflora). 

Argelino.  Cub.  m. — Árbol 
silvestre  que  suele  des- 
arrollarse en  el  litoral  has- 
ta cinco  metros  de  altura, 
de  madera  dura,  fina  y  algo 
flexible.  Tiene  el  significa- 
do castellano. 

Ariguaaense.  Cub.  subs.  y 
adj. — Dícese  al  natural  de 
San  Antonio  de  los  Baños, 
por  estar  esta  población  in- 
mediata al  río  Ariguanabo. 

Ariguanense.  Cub.  adj. -Aplí- 
case a  cosas  de  San  Antonio 
de  los  Baños. 

Arique.  Cub.  m. — Tira  de 
yagua  que  se  utiliza  para 
atar,  substituyendo  al  cor- 
del, especialmente  en  la 
industria    tabacalera. 

Aríeqmn  de  fruías.  Cub.  m. 
— Postre  compuesto  de  va- 
rias frutas  en  conserva, 
mezcladas :  pera,  meloco- 
tón, fresa,  etc.,  en  el  que 
resaltan  varios  colores.  El 
nombre  está  tomado  por 
analogía  del  sorbete  cono- 
cido en  castellano  por  "ar- 
lequín". 

Armatostre.  Común,  m.  — 
Corrupción  de  "armatoste". 

Armilán.  Cub.  m.  —  Véase 
grama  "pintada. 

*Arni5So.  Cub.  epic.  m. — Pez 
acantopterigio  que  alcanza 
unos  3  decímetros  de  lar- 
go,  de   color  morado,   más 


AROM 


—    33 


pálido  en  las  aletas  y  cola, 
que  es  ahorquillada.  Se  pa- 
rece al  barbero,  pero  no 
tiene  el  cuerpo  aplastado. 
Su  peso  medio  es  de  tres 
kilogramos.  La  R.  A.  no 
señala,  quizá  por  olvido,  el 
origen  cubano  de  esta  voz. 
(Zool.  F.  Lutianidoe;  esp. 
Apsilus  dentatus). 

Aroma.  Cub.  f. — La  hierba 
marabú.  Véase.  Tiene  los 
usos  cast. 

Aroma  amarilla.  Cub.  f. — 
Nombre  incorrecto  del  aro- 
mo amarillo.  Véase. 

Aroma  blanca.  Cub.  f.-Véase 
aromo  blanco. 

Aroma  de  laguna.  Cub.  f. — 
Arbusto  indígena  de  poca 
estimación,  que  se  desarro- 
lla en  terrenos  cenagosos. 
(Bot.  F.  Rubiáceas;  esp.  Ce- 
phalanthus  occidentalis, 
Lin.) 

Aroma  uña  de  gato.  Cub.  f.- 
Arbusto  de  unos  cuatro  a 
cinco  metros  de  altura,  de 
corteza  oscura,  con  pun- 
tos blancos,  que  tiene  vir- 
tudes febrífugas,  de  hojas 
pareadas,  casi  cordiformes, 
flores  pequeñas  blanque- 
cinas, en  racimos  parea- 
dos, fruto  en  vainas  lar- 
gas y  retorcidas  con  unas 
semillas  muy  negras.  Otros 
la  llaman  soplillo.  (Bot.  F. 
Leguminosas;  esp.  Mimosa 
unguis-cati). 

Aromal.  Cub.  va.  —  Terreno 
donde  abunda  el  aromo. 
Véase. 

Aromo   amarillo.   Cub.   m.  — 


Árbol  o  arbusto  pequeño  de 
hojas  compuestas  con  fo- 
liólos yugados,  pequeños, 
oblongos,  obtusos,  flores  en 
capítulos,  y  fruto  en  le- 
gumbre encorvada,  lampi- 
ña, oblongo-lineal,  cilin- 
drica al  extremo.  Esta 
planta  es  una  plaga  inex- 
tirpable en  el  terreno  que 
invade.  También  se  llama 
aroma  amarilla  y  cují.  (Bot. 
F.  Leguminosas ;  esp.  Aca- 
cia farnesiana,  Willd.) 

Aromo  blanco.  Cub.  m.— 
Otro  arbolito  sin  espinas, 
de  hojas  bipennadas  con  fo- 
liólos oblongos  lineales,  flo- 
res blancas  en  cabezuelas 
esféricas,  y  legumbre  lineal 
comprimida,  con  las  semi- 
llas transversales  a  las  val- 
vas. También  se  llama  cro- 
ma blanca.  (Bot.  F.  Legu- 
minosas; esp.  Lene  cena  glau- 
ca, Benth.) 

Aromo  oloroso.  Cub.  m. — El 
árbol  conocido  en  castella- 
no por  "aromo",  productor 
de  la  celebrada  flor  aroma. 

Arraigan.  Cub.  m.  —  Véase 
árbol  de  la  cera,  que  es  el 
cubanismo  aceptado  por  la 
R.  A. 

¡Arranca!  Cub.  interj.-fam.- 
Empléase  con  énfasis  des- 
pectivo como  negativa :  "Yo 
entiendo  de  eso  más  que 
tú.— ¡Arranca!'1'1 

Arrancarse.  Cub.  v.  ref. — 
farn.  —  Este  verbo,  con  los 
pronombres  personales  en 
acusativo  me,  te,  le,  ante- 
puestos o  pospuestos,  denpta 


ARRAN 


—    34 


el  caso  de  quedarse  acciden- 
talmente sin  dinero,  y  así 
se  dice:,  "Siempre  se  le 
arranca  en  el  juego,  y  no 
escarmienta";  "no  malgasto, 
porque  temo  que  pueda 
arrancárseme".  (Et.  Del  cas- 
tellano "arrancado",  arrui- 
nado, de  uso  en  Cuba).  Tie- 
ne los  usos  de  v.  a.  caste- 
llano. 

Arrancarse.  Cub.  v.  ref. — 
fam. — Guando  a  este  verbo 
acompaña  antes  o  después 
el  pronombre  personal  de 
tercera  persona  en  acusa- 
tivo la,  significa  matar  y 
algunas  veces  suicidarse : 
"Pedro  juró  que  se  la 
arrancaría  a  Román";  dos 
veces  ha  pretendido  Juan 
arrancársela'". 

Arranchar.  Cub.  v.  n.-antic- 
Buscar  y  perseguir  a  los 
negros  esclavos,  huidos. 

Arranquera.  Cub.  f. — fam. — 
Carencia  absoluta  de  nu- 
merario, o  pobreza  extre- 
mada; pero  se  usa  más  co- 
múnmente en  los  casos  cir- 
cunstanciales: "La  arran- 
quera es  propia  del  hara- 
gán". V.  arranquitis.  (Et. 
Del.  cast.  "arrancado".) 

Arranquín.  Cub.  m. — Caballo 
viejo  y  flaco,  jamelgo,  re- 
gularmente de  alquiler.  (Et. 
Corrupción  de  arrenquín. 
Véase). 

Arranquitis.  Cub.  f. — fam. — 
Tiene  la  misma  acepción 
que  arranquera,  pero  es 
más  graciosa  voz  por  la 
forma  técnica  de  la  Pato- 


logía que  se  le  da,  parti- 
cularmente cuando  se  oye 
arranquitis  aguda,  pobreza 
extremada,  y  arranquitis 
crónica,  si  muy  duradera, 
siempre  con  los  verbos  te- 
ner o  padecer,  cual  si  efec- 
tivamente fueran  dolencias 
físicas:  "Padezco  de  arran- 
quitis crónica";  "José  tie- 
ne arranquitis  aguda".  Et. 
Del  cubanismo  arranque- 
ra). 

Arrayán.  Cub.  m. — Véase  ras- 
cabarriga. 

Arrefoiatar.  Cub.  v.  a. — Véa- 
se arribiatar,  de  donde  pro- 
cede por  corrupción. 

Arrebiatarse.  Cub.  v.  ref. — 
fig.  y  fam. — Véase  arribia- 
tarse,  forma  de  más  uso,  y 
de  donde  deriva  por  co- 
rrupción. 

Arrecostarse.  Amer.  v.  ref.- 
vulgar.-Corrupción  de  "re- 
costarse". 

Arrempufón.  Común,  m.  — 
vulg. — Lo  mismo  que  em- 
pujón, empellón.  (Et.  Del 
cast.  antic.  "arrempujar", 
de  algún  uso  entre  gente 
rústica,  en  Cuba). 

Arrenquín.  Cub.  m. — La  bes- 
tia de  carga,  primera  de 
una  recua  o  arria,  a  la  cual 
guía.  (Et.  De  "¡arre!"). 

Arretrancos.  Cub.  m.  pl. — 
vulg.  —  Oyese  por  "arreos 
para  bestia  de  montar  o  de 
carga".  Otros  dicen  arri- 
trancas, pero  una  y  otra 
voces  son  usadas  sólo  por 
gente  campesina.  (Et.  De 
"retranca",  ataharre). 


ARR1B 


35 


AREIM 


Arriar.  Amer.  v.  a. — El  la- 
mentable abuso  que  se  ha- 
ce en  América  de  este  ver- 
bo llega  en  Cuba  a  la  exa- 
geración, pues  que  hasta 
en  letras  de  molde  amena- 
za dejar  sin  uso  los  de 
"soltar",  "aflojar",  "des- 
prender",  "tirar",  etc. 

Arriba.  Cub.  adv.  —  fam. — 
Véanse  las  frases  63  y  95  en 
el  Apéndice. 

*Arribazón.  Cub.  f. — "Gran 
afluencia  de  peces  a  las 
costas  y  puertos  en  deter- 
minadas épocas";  descrip- 
ción de  la  R.  A.,  quien,  tal 
vez  por  error,  pone  esta 
voz  como  masculina.  En  el 
Dic.  oficial  se  acepta  "ri- 
bazos"  como  castellano; 
como  una  y  otras  voces  de- 
rivan de  "arribar",  resulta 
más  correcto  el  cubanismo. 

Arribazón.  Cub.  f.  —  fig.  y 
fam.  —  Aplícase  en  igual 
sentido  que  la  acepción  an- 
terior, a  personas  y  cosas, 
con  bastante  más  propiedad 
que  el  galicano  avalancha. 

Arribiatar.  Cub.  v.  a.  Dis- 
poner las  bestias  en  forma 
de  arria  o  recua.  Otros  di- 
cen arrebiatar  con  menos 
corrección.  (Et.  De  "rabia- 
tar", atar  por  el  rabo). 

Arribiatarse.  Cub.  v.  ref. — 
fig.  y  fam. — Apegarse  a  lo 
tradicional,  seguir  una  idea 
o  doctrina  rutinariamente. 
Algunos  campesinos  dicen 
arrebiatar  se:  "Pero  como 
no  me  gusta  arrebiatarme 
a    los    usos    de    mis    agüe- 


los"... dijo  Liborio,  en  la 
página  247  de  "Aventuras 
de  un  Mayoral",  de  don 
Juan  B.  Jiménez.  (Et.  Véa- 
se  arribiatar). 

Arrieriío.  Cub.  epic.  m. — En 
la  región  occidental,  el  ave 
primavera. 

Arriero.  Cub.  epic.  m. — Ave 
pseudotrepadora,  cuya  lon- 
gitud total  es  de  medio  me- 
tro, la  mitad  entre  pico  y 
cola,  que  es  ancha  al  ex- 
tremo, de  plumaje  pardo 
olivado  en  el  lomo  y  rojizo 
bermejo  lo  demás,  con  las 
puntas  de  las  timoneras  ex- 
teriores blancas  precedidas 
de  una  mancha  negra,  patas 
aplomadas,  así  como  el  pico, 
y  los  ojos  avellanados  con 
el  iris  rojo.  Es  ave  autóc- 
tona de  Cuba,  aunque  afín 
a  otras  de  las  Antillas. 
Emite  un  grito  semejante 
a  la  interjección  gutural  de 
los  que  arrean  ganado,  de 
donde  recibe  el  nombre  po- 
pular. Es  caza  fácil  y  bue- 
na, y  se  alimenta  de  peque- 
ños reptiles.  También  se 
llama  guacaica  y  tacó.  (Zool. 
F.  Cucúlidas;  esp.  Saurothe- 
ra  merlini,  Orbigny). 

Arriero.  Cub.  m. — Según  Ji- 
ménez, citado  por  Pichardo, 
es  un  "árbol  silvestre,  de- 
madera  dura,  poco  elás- 
tica". 

Arriero  chico.  Cub.  epic.  m. — 
Véase   primavera. 

Arrimo.  Cub.  m.  —  "Pared 
sobre  que  no  carga  peso", 
dice   la  R.   A.   En  Cuba  se 


ARTE 


36 


ASAL 


entiende  por  arrimo  la  pa- 
red a  que  arriman  por  los 
costados  dos  casas,  o  sea  la 
medianera  en  que  se  apo- 
yan las  dos  construcciones. 

Arrimo.  Cub.  m.  —  Derechos 
que  se  abonan  por  apoyar 
una  construcción  en  la  casa 
contigua,  y  que  regular- 
mente son  la  mitad  del 
costo  de  la  pared  llamada 
arrimo. 

Arritrancos.  Cub.  m.  pl. — 
Véase  arretrancos. 

Arroz  canilla.  Cub.  m. — Es- 
pecie caracterizada  por  el 
grano  delgado  y  largo. 

Arroz  del  Norte.  Cub.  m. — 
El  que  se  importa  de  los 
Estados  Unidos,  muy  apre- 
ciado por  su  buen  tamaño 
y  blancura  inmaculada. 

Arroz  de  Manila.  Cub.  m. — 
El  de  aspecto  y  calidad  ín- 
fimos. 

Arroz  de  Valencia.  Cub.  m. — 
Importado  de  esta  rica  re- 
gión española,  de  agradable 
aspecto,  redondo  y  prefe- 
rido para  el  arroz  con  le- 
che. 

Artemisa  de  cosía» — Cub. 
í. — Véase  artemisa  de  pla- 
ya. 

Artemisa  de  playa.  Cub.  f. — 
Una  especie  de  la  artemisa 
americana  que  describe  la 
R.  A.,  abundante  en  Cuba. 
Desarróllase  rápidamente 
en  el  litoral,  de  tallos  largos 
y  rastreros,  de  hojas  ver- 
des, simples,  enteras  y  tri- 
nervias,  flores  casi  inodo- 
ra,?, en  racimos.  También  se 


llama  "artemisa  de  costa" 
y  carquesa,  quizá  por  pa- 
recerse a  la  carquexia  de 
España,  aunque  muy  poco. 
(Bot.  F.  Compuestas;  esp. 
Iva  cheirat^hifolia,  H.  B. 
et  K.) 

Artemisal.  Amer.  m. — Lugar 
donde  abunda  la  planta  ar- 
temisa. 

Artemlsero,  ra.  Cub.  subs.  y 
adj.  • — La  persona  natural 
de  Artemisa. 

Artemisero,  ?a.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  cosas  de  esa  lo- 
calidad. 

Artemisilla.  Cub.  í. — Planta 
Silvestre,  especie  de  la  ar- 
temisa americana,  que  al- 
canza menos  de  un  metro 
de  altura,  muy  abundante, 
de  florecilías  blancuzcas, 
utilizada  en  remedios  ca- 
seros externos,  después  de 
cocida.  En  la  región  orien- 
tal se  llama  confitülo  y  en 
otros  lugares  escoba  amar- 
ga, por  su  peculiar  amar- 
gura. (Bot.  F.  Compuestas; 
esp.  Argyrocheta  bipinna- 
tifida) . 

As  de  oros.  Común,  m. — Así 
suele  oirse  en  los  vulgos  de 
España  y  América  por 
"ano". 

Asabaiado,  da.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  la  caballería  fla- 
ca, con  el  pescuezo  estirado 
y  delgado  y  cabeza  erguida 
y  aguzada.  (Et.  De  "sá- 
balo"). 

Asalto.  Cub  m.  —  antic.  — 
Irrupción,  en  una  casa,  de 
amigos   de   confianza,   pro- 


ASOR 


—    37    — 


ATAJ 


vistos  de  música  al  objeto 
de  improvisar  un  baile, 
cosa  no  esperada  por  los 
moradores.  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Asalto.  Cub.  m. — Baile  que 
se  celebra  sin  previo  anun- 
cio en  alguna  sociedad, 
pero  dispuesto  con  la  nece- 
saria antelación  entre  quie- 
nes se  proponen  celebrarlo. 

Asiento.  Cub.  m. — El  punto 
céntrico  de  una  finca  rús- 
tica donde  suelen  estar  las 
casas  o  bohíos  para  vivir  y 
guardar  las  herramientas 
los  encargados  de  ella.  Tie- 
ne ios  usos  castellanos. 

Aslguatado,  da.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  la  persona  o  pez 
atacados  de  ciguatera,  por 
corrupción  generalizada 
hasta  entre  los  no  criollos, 
de  la  c  en  s,  de  "aciguatar- 
se". 

Asiguatarse.  Cub.  v.  ref. — 
Corrupción  de  "aciguatar- 
se".  Véase  la  voz  anterior. 

Asocado,  da.  Cub.  adj.  — 
Apretado,  comprimido.  Ge- 
neral corrupción  hasta  en- 
tre los  extranjeros  de  "azo- 
cado". Véase  asocar. 

Asocar.  Cub.  v.  a. — No  sólo 
este  verbo  es  víctima  de  la 
corrupción  criolla  de  la  z  en 
s,  sino  que  se  emplea  im- 
propiamente fuera  de  sus 
funciones  en  marinería  y 
cordelería,  aunque  en  pa- 
recidos casos. 

Asorar,  se.  Cub.  v.  a.  y  ref. — 
Corrupción  generalizada  de 
"azorar,    se",    que    se    oye 


también  en  boca  de  muchos 
extranjeros. 

Astronomía.  Cub.  f. — Arbus- 
to de  jardinería,  de  bellas 
flores  moradas  o  rosáceas 
en  ramilletes,  oriundo  de 
América  del  Sur,  que  se- 
gún el  color  de  las  flores 
toma  los  nombres  de  astro- 
nomía rosada  o  Júpiter,  y 
astronomía  morada.  (Et. 
Corrupción  de  alstroemia, 
alstroemeria,  de  Alstroemer 
(Carlos),  quien  introdujo  y 
aclimató  la  planta  en  Cu- 
ba.)   (Bot.  F.  Amarüídeas). 

Astronomía  amarilla.  Cub. 
f. — Árbol  silvestre  que  se 
eleva  de  ocho  a  diez  me- 
tros, de  hojas  verdes,  de 
brillo  por  la  haz,  flores 
amarillas,  de  tenue  pero 
agradable  olor,  en  panojas, 
fruto  aovado  con  tres  se- 
millas acidosas,  también 
amarillas,  corteza  grisá- 
cea y  madera  rojiza.  (Bot. 
F.  Malpigiáceas;  esp.  Mal- 
pighia  spicata). 

Astronomía  morada,  Cub.  f.- 
Véase  astronomía. 

Astronomía  rosada.  Cub.  f.- 
Véase  astronomía. 

Atagallar.  Cub.  v.  n. — "De- 
sear con  ansia  una  cosa". 
(Pequeño  Larousse). 

Ataja.  Cub.  m. — antic. — El 
acto  de  perseguir,  de  ate- 
moriza!' y  aprehender  en 
la  fuga  al  delincuente,  por 
los  vecinos  del  lugar  de  la 
fechoría.  Felizmente  ya  no 
se  presencian  hoy  esos  es- 
pectáculos   de    arrojar    si- 


ATBJ 


38  — 


ATEJ 


lias  y  otros  objetos  que 
obstruyeran  o  hiriesen  en 
la  huida  al  malhechor.  (Et. 
De   "atajar"). 

¡Ataja!  Cub.  inter j. — en  des- 
uso.— Grito  de  alarma  para 
la  captura  del  malhechor 
que  huye.  Voz  tomada  de 
la  segunda  persona  del  pre- 
sente de  imperativo  del 
verbo  "atajar". 

Ataijaprimo.  Cub.  m. — Una 
variedad  del  baile  libre  co- 
nocido por  zapateo   criollo. 

Atajarria.  Cub.  f. — Parte  del 
arreo  que  sujeta  contra  las 
ancas  de  la  cabalgadura,  la 
silla  o  el  aparejo.  (Et.  De 
"ataharre",  su  sinómino 
castellano). 

Atajo.  Cub.  m. — Conjunto  de 
veinte  a  veinticinco  yeguas, 
potros  y  potrancas  con  un 
solo  garañón.  Tiene  los  usos 
castellanos. 

*  Ateje.  Cub.  m. -Reciben  este 
nombre  varias  especies  de 
árboles  indígenas  y  silves- 
tres de  variada  altura,  mu- 
chas de  las  cuales  tienen, 
como  se  verá  más  adelan- 
te, aditamentos  particula- 
res. Las  hojas  se  parecen  a 
las  del  cafeto,  el  fruto  es 
gomoso  y  alimenta  al  ga- 
nado, y  las  raíces  son  me- 
dicinales. Suministran 
buena  madera  a  la  carpin- 
tería rural  y  fina  casi  to- 
das las  especies.  (Bot.  F. 
Borragíneas;  género  Cordia) 
(Et.  Voz  caribe,  según  Za- 
yas). 

Aleje  amarillo.  Cub.  m. — Es- 


pecie que  se  eleva  unos 
cinco  metros,  de  flor  ama- 
rilla, que  le  da  el  nombre. 
(Bot.  F.  B.;  esp.  C.  rotun- 
di  folia) . 

Ateje  Manco.  Cub.  m. — Tipo 
de  los  menos  elevados,  de 
flor  blanca,  que  abunda  en 
los  montes  y  florece  en  pri- 
mavera. También  se  llama 
baria  blanca  y  uva  gomo- 
sa. (Bot.  F.  B.;  esp.  C.  alba). 

Ateje  común.  Cub.  m. — Es- 
pecie que  se  desarrolla  en 
cualquier  terreno  hasta  una 
altura  aproximada  de  tres 
metros,  por  treinta  centí- 
metros de  diámetro  el  tron- 
co, de  madera  excelente, 
que  florece  en  febrero. 
(Bot.  F.  B.;  esp.  C.  collo- 
coca,   S.) 

Ateje  de  costa.  Cub.  m. — Se 
parece  al  blanco,  por  lo  que 
algunos  los  confunden,  pero 
ése,  como  su  nombre  indi- 
ca, se  desarrolla  en  el  li- 
toral. (Bot.  F.  B.;  esp.  C. 
bractea). 

Átele  de  Cuba.  Cub.  m.-Una 
de  las  especies  de  mayor 
altura,  sin  grandes  caracte- 
res propios.  (Bot.  F.  B.;  esp. 
C.   adnata). 

Ateje  de  hoja  de  olmo.  Cub. 
m. — Como  el  blanco,  abun- 
da en  los  montes,  pero  se 
diferencia  de  él  por  la  in- 
dicación del  nombre  y  su 
mayor  elevación.  (Bot.  F. 
B.  esp.  C.  ulmifolia,  Juss). 

Ateje  globoso.  Cub.  m. — Es- 
pecie poco  conocida.  (Bot. 
F.  B.;  esp.  C.  bullata). 


39 


ATRA 


Ateje  hembra.  Cub.  m. — Es 
de  todo  terreno,  crece  unos 
tres  metros  y  abunda  en  lá 
región  occidental  de  la  Is- 
la. (Bot.  F.  B.;  esp.  C.  va- 
lenmelara). 

Ateje  hermoso.  Cub.  m. — Es 
el  tipo  de  mayor  altura, 
que  llega  a  los  diez  metros, 
por  medio  metro  de  diáme- 
tro de  tronco.  Desarróllase 
en  las  sierras,  cualquiera 
que  sea  el  terreno,  y  pre- 
senta las  ramas  tortuosas. 
Hay  dos  especies,  conocién- 
dose la  segunda  más  por 
vomitel  colorado  o  encar- 
nado. (Bot.  F.  B.;  esp.  C. 
speciosa  y  C.  sebestena). 

Ateje  macho.  Cub.  m.  —  Es 
de  los  de  madera  más  dura 
y  que.  alcanza  mayor  ele- 
vación. (Bot.  F.  B.;  esp.  C. 
valenz'ielana) . 

Atejillo.  Cub.  m.  —  Una  es- 
pecie enana  del  ateje,  de 
hojas  elípticas,  flor  blanca, 
cuya  madera,  de  color  su- 
cio con  vetas  muy  marca- 
das, es  ágera  y  desprecia- 
ble por  su  inconsistencia, 
aunque  dura.  También  se 
llama  vomitel  blanco  (1.a 
acep.)  (Bot.  F.  B.;  esp.  C. 
nítida) . 

Aterrilladuia.  Cub.  f.  —  Ac- 
ción y  efecto  de  aterri- 
llarse. Vé&se. 

Aterrillarse  Cub.  v.  ref.-En- 
fermedad  i  modo  de  ta- 
bardillo, que  se  produce  en 
las  personas  y  animales  por 
exceso  de  la  acción  solar 
sobre  el  cuerpo. 


Atesarse.  Cub.  v.  ref. — des- 
usado.— Significa  correr  en 
forma  que  bien  pudiera  pa- 
recer buida.  Es  sinónimo 
de  correrse  y  rajarse  en 
lenguaje  vulgar. 

Atojar.  Cub.  v.  a. — vulg. — 
Entre  campesinos,  dícese 
por  "azuzar",  en  relación 
con  los  perros  y  otros  ani- 
males, para  que  persigan 
personas  o  ganado. 

Atol.  Cub.  m. — Cualquier  cal- 
do espeso  hecho  con  subs- 
tancias farináceas,  y  así  se 
le  pospone  el  nombre  de 
la  planta  que  produce  la 
harina  empleada:  "atol  de 
arroz,  atol  de  sagú"  etc. 
(Et.  Apócope  de  "atole", 
derivada  del  atolli  de  los 
indios  mejicanos). 

Atortojarse.  Cub.  v.  ref.  — 
vulg.  —  En  algunos  lugares 
se  oye  por  "atortolarse", 
"enamorarse",  y  es  corrup- 
ción del  primer  verbo. 

Atracada.  Cub.  f. — Riña.  Ac- 
ción y  efecto  de  atracarse 
(1.a  acep.)  Otros  dicen  atra- 
cón: "Diego  y  José  se  die- 
ron la  gran  atracada  o  el 
gran  atracón'". 

Atracarse.  Cub.  v.  recíp. — 
fam. — Golpearse,  reñir  dos 
o  varias  personas:  "Ramón 
tiene  deseos  de  atracarse 
con  Pedro",  o  "Pedro  y  Ra- 
món se  atracaron'" . 

Atracarse.  Cub.  v.  ref. — fam. 
— Forjarse  ilusiones  al  ob- 
jeto de  atraer,  engañar, 
convencer  o  burlar  a  una 
persona:    "No   te  atraques, 


AURA 


40 


AUVE 


porque  conozco  tu  verda- 
dera intención".  Tiene  el 
uso  castellano  de  forma  re- 
flexiva. 

Atracón.  Cub.  m. —  Aumen- 
tativo de  atracada.  Véase. 
Tiene  el  uso  castellano. 

Atravesaño.  Cub.  m.  —  Voz 
que  tiene  en  total  desuso 
la  castellana  "traviesa", 
con  relación  a  la  vía  fé- 
rrea. Otros  dicen  travesano. 

Atrincar.  Cub.  v.  a. — vulg. — 
Suele  oirse  entre  gente 
rústica  por    "trincar". 

*Aura.  Cub.  epic.  f. — Ave  de 
rapiña  diurna,  especie  de 
buitre  americano,  origina- 
ria, al  parecer,  de  la  Gua- 
yana,  conocida  también  en 
otras  Antillas  y  gran  parte 
del  Continente,  pero  con 
diversos  nombres :  zopilote 
en  Méjico,  chicora  y  galem- 
bo en  Colombia,  samuro  en 
Venezuela,  chulo  en  Perú, 
carranca  en  Paraguay,  ga- 
llinaza y  gallinazo  en  Ar- 
gentina, y  urubú,  jote  y  su- 
cho en  otros  lugares.  No 
hemos  podido  obtener  no- 
ticia de  que  se  la  llame  aura 
fuera  de  Cuba,  por  cuya 
razón  incluímos  la  voz  como 
cubanismo,  aun  cuando  la 
R.  A.  al  aceptarla  no  lo  in- 
dique, si  bien  resulta  inex- 
plicable que  acredite  de  cu- 
banismo aurero,  su  deri- 
vado. A  los  detalles  de  la 
R.  A.  pueden  añadirse  que 
remonta  el  vuelo  casi  siem- 
pre en  espiral  y  con  ligero 
aleteo     hasta     una     altura 


vertiginosa;  que,  a  esas  al- 
turas, su  prodigiosa  vista 
le  permite  ver  cualquier 
animal  muerto,  por  peque- 
ño que  sea;  que  es  un  buen 
factor  de  salubridad  pú- 
blica por  su  insaciable  vo- 
racidad de  materias  orgá- 
nicas en  descomposición,  y 
que  tiene  en  Cuba  un  ene- 
migo implacable  y  algunas 
veces  mortal  en  el  pequeño 
pájaro  llamado  pitirre,  que 
suele  volar  sobre  su  cabeza 
dándole  terribles  picotazos. 
También  se  llama  aura  ti- 
nosa. Véanse  las  frases  78 
y  234  y  el  refrán  21  en 
los  respectivos  Apéndices. 
(Zool.  F.  Vultúridas;  esp. 
Cathartes  aura,  Lin) 

Aura  tsñosa..  Cub.  epic.  f. — 
Dícese,  no  con  gran  fre- 
cuencia, al  aura,  por  tener 
la  cabeza  desplumada  y  a 
la  manera  del  enfermo  de 
tina. 

*  Aurero.  Cub.  m.  —  Reunión 
de  muchas  auras,  lo  que 
suele  suceder  muy  .cerca  de 
algún  animal  muerto  que 
empieza  a  corromperse. 

Autopiar*©.  Común,  m.  —  El 
piano  automático,  más  co- 
nocido por  piatola. 

Automóvil.  Cub.  m. — fam. — 
En  muchas  localidades,  sin 
que  sea  probarle  averiguar 
su  origen,  se  dice  así  a  un 
"vaso  de  leche  con  mante- 
cado. Tiene  la  acepción 
castellana.  Víase  la  frase 
90  del  Apéndice. 

Auvernla.  Cub.  f. — La  planta 


AVELL 


—    41 


AVIS 


más  conocida  por  Luisa. 
Véase. 

Avagiñar.  Cub.  v.  n. — vulg. — 
Se  oye  en  el  vulgo  ínfimo 
por  "pagar".  (Et.  Voz  afro- 
cubana). 

Avalancha.  Común,  f .  —  Ga- 
licismo generalizado,  que 
podríamos  substituir  fácil- 
mente y  a  fin  de  retardar 
el  destierro  que  les  impo- 
ne, con  "lurte",  casi  olvi- 
dado; "alud",  que  apenas 
se  usa;  afluencia",  y  algu- 
nos vocablos  más.  sin  olvi- 
darnos del  cubanismo  arri- 
bazón,  tan  correcto  como  el 
que  más.  (Et.  De  avalan- 
che). 

Ave-toro.  Cub.  epic.  f. — Ave 
parecida  al  alcaraván,  más 
conocida  por  guanabá  rojo. 
Véase. 

ana    de    América.    Cub. 
-Véase  avellano. 

Avellano.  Cub.  m. — Árbol  in- 
dígena y  silvestre  de  poca 
altura,  tronco  grueso  y  nu- 
doso, de  madera  blanca  y 
despreciable  por  blanducha, 
de  hojas  alternas,  grandes, 
acorazonadas  y  verdosas, 
flores  del  mismo  color,  ino- 
doras; el  tronco  emite  un 
látex  gomoso,  especie  de 
caucho,  y  el  fruto  es  una 
baya  tricoca  con  tres  gra- 
nos en  todo  semejantes  a  la 
verdadera  avellana,  de  don- 
de recibe  la  planta  el  nom- 
bre, que  también  se  llama 
avellana  de  América.  Hay 
otras  especies.  (Bot.  F.  Eu- 


f. 


forbiáceas;  esp.  Omphalea 
triandra,  Lin.) 

Avellano  de  costa.  Cub.  m.- — 
Una  especie  más  raquítica, 
que  se  desarrolla  en  el  li- 
toral. (Bot.  F.  Euf.;  esp.  O. 
trichotoma,   Muell). 

Aventurero,  ra.  Cub.  adj.— 
Entre  los  campesinos,  se 
califica  así,  con  gracia  y 
propiedad,  a  la  planta  de 
cultivo  que  brota  fuera  de 
su  estación  propia.  Tiene 
los  usos  castellanos. 

Aviieño,  ña.  Cub.  subs.  y  adj. 
— Dícese  a  las  personas  na- 
turales de  Ciego  de  Avila. 
Es  más  correcto  ciegoavi- 
leño,  ña. 

Aviieño,  ña.  Cub.  adj.. — Aplí- 
case a  cosas  de  esa  pobla- 
ción. 

Avispa  casera.  Cub.  f. — V. 
avispa  urbana. 

Avispa  costanera.  Cub.  f. — 
Especie  de  avispa  de  las 
costas,  blancuzca  y  de  te- 
rribles picadas. 

Avispa  urbana.  Cub.  f. — En- 
tre las  avispas  indígenas 
hay  ésta,  que  es  la  más  co- 
mún y  curiosa,  que  fabri- 
ca sus  panales  con  tierra  en 
dondequiera  que  haya  un 
ángulo  arrinconado  en  el 
interior  de  las  viviendas.  Es 
inofensiva. 

Avispiia.  Cub.  f. — InsectilJo 
del  tamaño  de  una  hormiga 
o  poco  más,  que  se  ali- 
menta generalmente  con 
larvas  de  otros  insectos. 
(Zool.  Orden  Himenópte- 
ros). 


AYUA 


—   42   — 


AZAP 


Ayúa  amarilla.  Cub.  f. — Es- 
pecie de  la  ayúa  americana 
abundante,  de  majestuoso 
aspecto  por  su  altura,  que 
oscila  entre  diez  y  dieciséis 
metros,  con  tronco  de  seis 
a  ocho  y  casi  uno  de  diá- 
metro, de  hojas  alternas, 
compuestas,  con  hojuelas 
lanceoladas,  finamente  ase- 
rradas y  espinosas,  flores 
pequeñas  en  panículas  axi- 
lares y  terminales,  fruto  en 
baya  verde  que  se  torna  roja 
al  madurar,  corteza  bruna 
recubierta  de  púas,  y  ma- 
dera blanda  y  quebradiza, 
pero  de  muy  bonito  color 
amarillo  con  vetas  y  ondu- 
laciones más  oscuras,  por 
lo  que  se  empla  en  cons- 
trucciones y  muebles.  Las 
hojas  son  medicinales.  Tam- 
bién se  llama  ayúa  macho. 
(Bot.  F.  Rutáceas;  esp.  Fa- 
gara  martinicensis,  Lamk.) 

Ayúa  Manca.  Cub.  f.  —  Tipo 
algo  más  reducido  en  volu- 
men que  la  especie  anterior, 
pero  semejante,  de  madera 
más  blanda  y  pálida,  menos 
resistente,  por  lo  que  se 
utiliza  poco  en  carpintería. 
También  se  llama  ayúa 
hembra.  (Bot.  F.  R.;  esp. 
Xanthoxylum  juglandifo- 
lium,   Willd.) 

Ayáa  eayutania.  Cub.  f.-Es- 
pecie  escasa,  de  madera  y 
corteza  con  virtudes  medi- 
cinales. (Bot.  F.  R.;  esp. 
X.  pteroto). 

Ayúa  cornácea.  Cub.  f. — Es- 
pecie escasa  también  y  sin 


notables  particularidades. 
(Bot.  F.  R.;  esp.  X.  coriá- 
ceum). 

Ayúa  dumosa.  Cub.  f. — Es- 
pecie que  se  desarrolla  en 
la  región  occidental,  no  uti- 
lizable.  (Bot  F.  R.;  esp.  X. 
dumosum,). 

Ayáa  hembra.  Cub.  f.-Véase 
ayúa   blanca. 

Ayúa  macho.  Cub.  f.  —  La 
ayúa  amarilla.  Véase. 

Ayúa  prieta.  Cub.  f.  —  Otra 
especie  sin  importancia, 
también  conocida  por  ayúa 
sin  espinas.  (Bot.  F.  R.; 
esp.  Fagara  bombacifolia, 
Kr.) 

Ayúa  sin  espinas.  Cub.  f. — 
La  ayúa  prieta.  Véase. 

Ayuda.  Cub.  f. — Así  dicen  en 
muchos  lugares  por  "ayúa". 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Azafrán  cimarrón.  Cub.  m. — 
Planta  indígena  pequeña, 
bulbosa,  de  hojas  lineales, 
acuminadas;  flor  amarilla 
interiormente  y  roja  al  ex- 
terior, de  la  que  se  obtiene 
materia  colorante  utiliza- 
da como  azafrán.  Otros  di- 
cen azafrán  criollo  y  del 
país.  (Bot.  F.  Hipoxídeas ; 
esp.  Curculigo  scorzonerce- 
folia,  Baker). 

Azafrán  cimarrón.  Cub.  m. — 
Otra  planta  más  conocida 
por  yuquilla  (1.a  acep.) 

Azafrán  criollo.  Cub.  m. — 
Véase  azafrán  cimarrón 
(1.a  acep.) 

Azafrán  del  país.  Cub.  m. — 
El  azafrán  cimarrón  (1.a 
acep.)  Véase. 


AZUC 


—  43  — 


AZUL 


Izafrán  falso.  Cub.  m. — La 
planta  conocida  en  caste- 
llano por  "azafrán  bastardo" 
como  también  la  nombran 
muchos  en  Cuba. 

kzofaifa  de  costa.  Cub.  f. — 
La  azofaifa  de  playa.  Véase. 

Izofaifa  de  playa.  Cub.  f. — 
Toman  este  nombre  y  el 
de  azofaifa  de  costa  dos  es- 
pecies del  azofaifo  o  azu- 
faifo    común. ' 

Izofaifo  de  ía  espina  de 
Cristo.  Cub.  m.  —  Arbusto 
silvestre,  especie  del  azu- 
faifo  común,  oriundo  de  Pa- 
lestina, que  toma  ese  nom- 
bre porque  la  tradición  es 
que  la  corona  de  Cristo  se 
ha  hecho  de  esta  planta. 

Azúcar  centrífuga.  Cub.  am- 
biguo.— Más  fino  y  pálido 
que  el  mascabado,  aunque 
más  oscuro  que  el  more- 
no, por  contener  más  me- 
laza que  éste. 

Azúcar  turbinada.  Cub.  am- 
biguo.— De  color  más  claro 
que  el  anterior  y  menos 
dulce;  viene  a  ser  el  llama- 
do   moreno,    en    castellano. 

Azucarería.  Cub.  f. —  Local 
donde  se  almacena  o  se 
vende  azúcar. 

Azucarero.  Cub.  m. — Árbol 
que  recibe  este  nombre  por 
cierta  resina  gomosa  y  azu- 
carada que  produce,  y  que 
se  conoce  más  por  palo  co- 
chino. Véase.  Tiene  las 
acepciones  castellanas. 

Azucarito.  Cub.  m.  —  Planta 
silvestre  de  muy  escasa 
importancia.    (Bot.    F.    Sa- 


pindáceas;  esp.  Paullinia 
pinnata,  Lin.) 

Azucena.  Cub.  f. — Planta  de 
jardinería  muy  estimada, 
originaria  de  Méjico,  que 
no  es  ninguna  de  las  así 
conocidas  según  la  R.  A.,  y 
que  se  reproduce  fácilmen- 
te y  mucho  por  medio  de 
sus  cebollas,  de  flores  blan- 
cas muy  bellas  y  fragantes. 
Hay  una  variedad  de  flo- 
res dobles  llamada  cardo. 
(Bot.  F.  Liliáceas;  esp.  Po- 
lyanthes  tuberosa,  Lin.) 

Azucena  de  Méjico.  Cub.  f.- 
Véase  tararaco. 

Azulejo.  Cub.  epic.  m. — Bo- 
nito pájaro  de  jaula  por  su 
bello  plumaje,  no  así  por 
su  canto  monótono,  de  paso 
en  la  Isla;  tiene  tamaño 
de  canario,  de  bonito  color 
azul  el  macho  en  verano, 
que  se  transforma  luego, 
hasta  confundirse  con  la 
hembra,  en  moreno  oscuro 
variado  de  gris  verdoso, 
con  plumas  azules  en  las 
alas  y  el  pecho.  Se  alimen- 
ta de  semillas  y  alpiste. 
También  se  llama  azulito 
de  alpiste.  Es  de  advertir 
que  este  pájaro  no  es  el 
descrito  por  la  R.  A.  que  en 
Cuba  se  nombra  azulejo 
real.  (Zool.  F.  Fringílidos ; 
esp.  Cyanospiza  cyanea, 
Lin.) 

Azulejo.  Cub.  epic  m. — Raro 
y  bonito  pez,  tamaño  de 
una  sardina  mediana,  de 
color  azul  con  cinco  fran- 
jas más   oscuras   transver- 


AZUL 


—  44  — 


AZUL 


sales  y  .cola  bifurcada. 
También  se  llama  añil.  Se- 
gún Pichardo  ''hay  otro 
idéntico;  pero  todo  amari- 
llo (?),  manchada  de  azul 
la  extremidad  capital",  cosa 
ésta  que  no  se  explica  lógi- 
camente. (Bot.  F.  Serráni- 
dos; esp.  Hypoplectrus  ín- 
digo,  Poey). 

Azulejo.  Cub.  m. — Árbol  que 
se  desarrolla  silvestre  en  la 
región  occidental  de  la  Isla 
hasta  seis  metros  de  altu- 
ra, abundante  y  de  buena 
madera. 

Azule];©.  Cub.  m. — Planta  de 
jardinería,  de  tallos  abun- 
dantes, algo  rastreros,  hojas 
alternas  con  foliólos  obtu- 
sos y  flores  azules  en  pina. 
Se  parece  al  romero  y  al 
aciano,  pero  es  de  distinta 
familia  botánica.  En  algu- 
nas localidades  dicen  be- 
lesa  y  embeleso  impropia- 
mente. Hay  muchas  espe- 
cies sin  notables  diferen- 
cias, y  algunas  poco  inte- 
resantes :  azulejo  de  bejuco, 
de  loma,  de  monte,  de  piñal, 
de  rosario,  de  sabana  y 
otras.  (Bot.  F.  Euforbiá- 
ceas; esp.  Cicca  virens, 
Wr.) 

Azulejo  real.  Cub.  epic.  m. — 
Pájaro  mayor  que  el  azu- 
lejo (1.a  acep.),  de  color 
azul  oscuro,  con  las  alas 
y  la  cola  negras  el  macho, 


y  la  hembra  pardo  claro, 
moreno  por  el  vientre,  así 
como  la  cola  y  las  alas  con 
el  borde  azul.  Es  ave  de 
paso  en  la  Isla  y  muy  rara. 
Téngase  presente  que  éste 
es  el  pájaro  "azulejo"  de  la 
R.  A.  (Zool.  F.  Fringílidos; 
Guiraca  coerulea,  Lin). 

Azulito.  Cub.  epic.  m. — En  la 
región  oriental  se  llama 
azulito  a  los  pájaros  apare- 
cido y  azulejo,  diciéndoles 
azulito  de  plátano  al  pri- 
mero para  distinguirlo  del 
azulito  de  alpiste,  que  es 
como  llaman  al  segundo. 

Azulito  de  alpiste.  Cub.  epic. 
m. — Véase    azulito. 


Azuíito     de     plátano.     Cub. 

epic.  m.  —  Véase  azulito. 
*AzuIoma.  Cub.  epic.  f. — Pa- 
loma indígena  y  silvestre 
de  unos  3  decímetros  de 
longitud  total,  con  la  ca- 
beza y  el  cuello  azules  y 
el  cuerpo  de  color  de  ta- 
baco. También  se  conoce 
por  sus  nombres  indios  de 
cama  y  camao,  y  es  pare- 
cida a  la  llamada  boyero. 
Es  de  corto  vuelo,  vive  en 
parejas  y  su  carne  es  subs- 
tanciosa. Se  trata  de  una 
voz  cubana,  cual  lo  es  la 
especie  zoológica,  aunque 
la  R.  A.  al  aceptarla  no  lo 
diga.  (Zool.  F.  Colúmbidas; 
esp.  Columba  caribma). 


BABO 


—    45   — 


BABU 


B 


Bablays.  Cub.  epic.  f.-antic- 
Véase    biaya.    (Et.    Síncopa 

I     de  bambiaya). 

Babiney.  Cub.  m. — Lagunato 
de  aguas  turbias,  formado 
por  la  lluvia,  y  que,  por  lo 
mismo,  tiene  existencia 
accidental.  No  debe  con- 
fundirse, cual  hacen  algu- 
nos, con  el  itabo.  (Voz  ca- 
ribe, según  Zayas). 

BafooiHjco.  Cub.  m.  —  Véase 
babunuco. 

Babosa,  Cub.  epic.  f.  —  Mo- 
lusco que  se  diferencia  del 
homónimo  descrito  por  la 
R.  A.  en  que  el  cubano  es 
testáceo,  cuya  concha,  de 
escasa  convexidad,  es  re- 
donda, de  dos  centímetros 
de  diámetro  y  color  grisá- 
ceo. En  pleno  desarrollo  es 
cornúpeta.  y,  a  semejanza 
de  la  común,  destila  repug- 
nante baba  cuando  se  arras- 
tra. Se  encuentra  entre  in- 
mundicias y  basureros. 
(Zool.  esp.  Helia  aurico- 
mas). 

Babosa.  Cub.  f.  —  Enferme- 
dad casi  siempre  mortal 
que  ataca  al  ganado  vacu- 


no, y  consiste  en  unos  ani- 
malitos  parásitos  semejan- 
tes a  la  babosa  (1.a  acep.), 
que  se  crían  adheridos  a  los 
tejidos  interiores  de  la  res. 
Se  caracteriza  esta  enfer- 
medad por  la  tristeza,  ina- 
petencia y  flaqueza  que  se 
apoderan  del  ganado.  Entre 
los  campesinos  suele  decir- 
se  bicho. 

Babosa.  Cub.  f. — El  parásito 
que  produce  la  enfermedad 
del  ganado  anteriormente 
descrita. 

Babcyana.  Cub.  epic.  f. — En 
la  región  oriental  recibe 
este  nombre  un  pequeño 
lagarto,  de  cola  muy  larga, 
fina  y  azulosa,  de  cabeza 
rojiza,  que  vive  entre  las 
piedras.  (Zool.  esp.  Ameiva 
aubero). 

Babujal.  Cub.  m.  —  Espíritu 
maligno  que  vaga  por  el 
campo,  según  dicen  los 
más  atrasados  campesinos 
orientales,  y  que  se  intro- 
duce en  el  cuerpo  de  las 
personas.  (Et.  De  babuje, 
abuje). 

Babujal.  Cub.  m.-fig.  y  fam.- 


BACA 


46 


BACHA 


Suele  emplearse  para  de- 
signar una  persona  de 
quien  se  dice  que  tiene 
pacto  con  el  Diablo. 

Babuje.  Cub.  epic.  m. — Nom- 
bre menos  vulgarizado  del 
insectillo  abuje.  (Et.  De 
abuje,  voz  caribe). 

Babunuco.  Cub.  m. — Rodete 
o  rodilla  de  vegetales  o  tra- 
pos, que  se  pone  en  la  ca- 
beza para  transportar  en 
ella  bultos  más  cómoda- 
mente. También  se  dice 
abonuco,  abunuco,  y  babu- 
nuco. (Et.  Voz  caribe). 

Bacabuey.  Cub.  m. — El  ár- 
bol descrito  en  vacabuey. 
Aun  cuando  son  pocas  las 
personas  que  escriben  esta 
voz  con  v,  resulta  inadmi- 
sible la  b,  dado  que  se  tra- 
ta de  un  nombre  compuesto 
de  vaca  y  buey. 

Bacagüé.  Cub.  m.  —  Nombre 
de  un  árbol  silvestre.  Al- 
gunos suponen  esta  voz 
caribe,  como  Zayas,  y  otros, 
como  Pichardo,  creen  que 
se  trata  de  la  palabra  que 
dio  origen  al  bacabuey  o 
vacabuey;  nosotros  nos  in- 
clinamos a  creer  que  sea 
una  sencilla  corrupción 
campesina  de  vacabuey  con 
la  consiguiente  falta  orto- 
gráfica, y  a  esto  nos  indu- 
ce a  la  vez  el  que  no  se 
haya  descrito  científica- 
mente ese  árbol  distinto  del 
vacabuey. 

Bacalao.  Cub.  epic.  m. — 
"Pez  raro  y  no  como  el 
que  lleva  vulgarmente  este 


nombre.  (Elacata  cañada)". 
Esto  dice  Pichardo.  Tiene 
las    acepciones    castellanas. 

Bacán.  Cub.  m. — En  la  parte 
oriental  de  la  Isla,  lleva 
este  nombre  una  especie  de 
empanadilla,  hecha  con 
harina  de  maíz  y  carne  de 
cerdo,  envuelta  en  las  hojas 
que  cubren  la  mazorca  de 
aquél  o  de  plátano.  En 
otros  lugares  se  conoce  con 
su  nombre  vulgarizado  de 
"tamal",  y  en  otros  toma 
el  de  tayuyo  o  tallullo.  (Et. 
Voz    caribe,    según   Zayas). 

Baconá.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre de  madera  amari- 
llenta, ,  apreciable  en  car- 
pintería por  su  resistencia, 
dureza  y  fino  grano.  (Voz 
caribe,   Zayas). 

Baconao.  Cub.  m. — Arbusto 
alto  de  inútil  madera,  que 
se  encuentra  en  las  mon- 
tañas de  algunas  comarcas 
de  la  región  oriental.  ¿No 
será  la  misma  especie  an- 
terior? 

Bacuey.  Cub.  m. — Así  se  co- 
noce en  la  parte  oriental 
la  misma  especie  botánica 
denominada  macuey  en  la 
occidental.  Es  una  planta 
silvestre  y  abundante,  a 
cuyas  hojas  en  infusión  al- 
cohólica, se  atribuye  poder 
estimulante  para  la  fecun- 
didad en  las  mujeres  que 
ingieran  el  líquido.  (Voz 
caribe,  según  Zayas). 

Bachata.  Cub.  f. — Lo  mismo 
que  "juerga",  "holgorio", 
"parranda",   y  en  algunos 


BAJA 


—  47 


casos  "broma":  "El  do- 
mingo es  día  de  bachata 
para  mí". 

Bachatear.  Cub.  v.  n.— poco 
uso. — Divertirse,  bromear : 
"Vamos  a  bachatear  con 
unas  amigas". 

Bachatero,  ra.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  la  persona  ami- 
ga de  bromear  y  divertirse: 
"Juan  es  muy   bachatero". 

Badaza.  Cub.  f. — desusada. — 
Cada  una  de  las  correas  o 
cordones  que  se  usaban  en 
el  volante  (vehículo  deste- 
rrado por  el  progreso'  a 
los  lados  del  viajero  para 
que  éste  se  sujetara. 

Badiera.  Cub.  f. — Planta,  ar- 
busto silvestre  de  hojas  al- 
ternas y  enterísimas,  y  flo- 
res en  panojas  axilares. 
(Bot.  F.  Poligaleas;  esp. 
Badiera  doniingensis,  D.  C.) 

Bagá.  Cub.  m.— desusada. — 
El  árbol  anón  de  los  pan- 
tanos. Véase.  (Voz  caribe, 
según  Zayas). 

Bagazal.  Cub.  m. — Lugar 
pantanoso  donde  abunda  el 
árbol   bagá. 

Bahama.  Cub.  f.  —  Nombre 
menos  vulgarizado  de  la 
yerba  llamada  Bermuda. 
Véase. 

Bahareque.  Cub.  m. — antic. 
— Véase   bajareque. 

Bainoa.  Cu~b.  m.-fam. -Véase 
la  frase  164-6  del  Apén- 
dice. 

Baja.  Cub.  f.-fam. -Véase  la 
frase  21  del  Apéndice. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

BajaquIHo.     Cub.     m.  —  Una 


planta  silvestre  apenas  co- 
nocida. (Eot.  F.  Compues- 
tas; esp.  Baccharis  ivce fo- 
lia, Lin).  (Et.  Corrupción  de 
albahaquillo,  albahaca. 

Bajar.  Cub.  v.  a. — flg.  y  fam. 
— En  la  jerga  comercial, 
significa  "pagar".  Tiene  los 
usos   castellanos. 

'Bajareque.  Cub.  m. — Habi- 
tación o  casucha  de  mise- 
rable aspecto  y  reducidas 
dimensiones.  (Et.  Corrup- 
ción de  bahareque,  un  tipo 
de  bohío  pobre  de  los  abo- 
rígenes). 

*Bajonado.  Cub.  epic.  m. — 
Pez  muy  parecido  a  la  do- 
rada, de  unos  3  decímetros 
de  largo,  de  color  plateado, 
bruno  hacia  el  lomo,  con 
la  aleta  dorsal  a  todo  lo 
largo,  cabeza  de  color  dora- 
do tirando  a  verde,  y  la 
cola  formando  horquilla.  Es 
un  bocado  bueno.  Algunos 
autores,  entre  ellos,  Poey, 
Pichardo  y  Zayas,  escriben 
bajonao,  y  otros,  así  como 
la  R.  A.,  aceptan  la  forma 
bajonado;  pero  lo  probable 
es  que  se  trate  de  una  co- 
rrupción por  supresión  de 
la  d,  puesto  que  la  primera 
forma  apenas  se  oye  fuera 
de  los  marineros.  (Zool.  F. 
Sparido?;  esp.  Calamus  ba- 
'jonado,  Bloch.) 

Bajonao.  Cub.  epic.  m. — ■ 
Probable  corrupción  de  ba- 
jonado. Véase. 

Balance.  Cub.  va. — En  algu- 
nos lugares  dícese  a  la  me- 


BALS 


48 


BALLE 


cedora.  Tiene  las  acepcio- 
nes castellanas. 

Balancearse.  Cub.  v.  ref. — 
Mecerse  en  el  balance.  V. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Balanceo.  Cub.  m. — Acción  y 
efecto  de  balancearse.  V. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Balancín.  Cub.  m. — Diminu- 
tivo de  balance.  Mecedora 
de  niña.  Tiene  las  acepcio- 
nes castellanas. 

*  Balandro.  Cub.   m. — "Barco 

pescador  aparejado  de  ba- 
landra, que  se  usa  en  la 
isla  de  Cuba".  (R.  A.) 

*  Balay.   Cub.   va. — "Plato   de 

madera,  especie  de  batea, 
con  que  se  avienta  el  arroz 
antes  de  cocerlo".  (R.  A.) 
Presta  ese  mismo  servicio 
para  otros  granos.  (Et.  Voz 
caribe,  según  Zayas). 

Baldomero.  Cub.  m.  —  Árbol 
silvestre  de  madera  dura, 
compacta  y  fina,  de  color 
pardo  claro,  empleada  en 
carpintería. 

Bauza.  Cub.  i. — fam. — Véase 
la  frase  17  del  Apéndice. 

BalsamOlo.  Cub.  m. — El  %r- 
busto  incienso  de  playa. 
Véase. 

Bálsamo.  Amer.  m.  —  Suele 
cometerse  en  América  la 
incorrección  de  llamar  bál- 
samos, con  aditamentos  par- 
ticulares, a  los  árboles  que 
producen  materias  balsámi- 
cas. Véanse  algunos  ejem- 
plos a  continuación. 

Bálsamo  de  eojsslba.  Amer. 
m. — Árbol  abundante  en  las 
Antillas,  del  que  se  extrae 


el  llamado  aceite  de  palo, 
aplicado  en  medicina.  La  R. 
A.  acepta  con  aquél  nombre 
esa  especie  de  resina,  pero 
no  el  árbol.  (Bot.  F.  Legu- 
minosas; esp.  Copaifera 
officinalis). 

Bálsamo  de  Guatemala.  Cub. 
m. — Árbol  exótico  propaga- 
do con  ese  nombre  en  Cu- 
ba, así  como  la  resina  que 
produce  por  incisión. 

Bálsamo  de  Tolú.  Amer.  m.- 
Arbol  de  grandes  propor- 
ciones, originario  de  Co- 
lombia, que- produce  en  el 
tronco  por  incisión  una  re- 
sina suave  de  fuerte  olor 
parecido  al  de  la  vainilla, 
muy  apreciada  en  medici- 
na por  sus  virtudes  pecto- 
rales. La  R.  A.  acepta  este 
nombre  para  esa  resina  so- 
lamente; no  menciona  el 
árbol  que  la  produce.  (Bot. 
F.  Leguminosas;  esp.  My- 
rospermum  toluif  erum, 
Rich.) 

Bálsamo  peruviano-,  Cub. 
m. — Árbol  exótico  que  tam- 
bién produce  resina  medi- 
cinal y  aromática,  pero  me- 
nos apreciable  que  la  del 
anterior. 

Baluma.  Cub.  f. — vulg. — Co- 
rrupción entre  campesinos 
de  la  voz  "balumba". 

Ballestrlnca.  Cub.  í.  —  Lazo 
doble  a  manera  de  nudo 
que  se  da  con  un  cordel  a 
un  objeto  cualquiera.  (Et. 
Corrupción  de  la  voz  marí- 
tima baile strinque,  no  re- 
cogida por  la  R.  A.) 


BAND 


—  49  — 


BAÑA 


Baílú.  Cub.  m.  —  Así  dicen 
muchos  en  lugar  de  bayú, 
que  es  el  cubanismo  caste- 
llanizado; y  no  es  abuso 
condenable,  puesto  que  pa- 
rece más  adaptable  al  cas- 
tellano con  11. 

Bamhiaya.  Cub.  epic.  f.  — 
desusada. — Primitivo  nom- 
bre del  ave  zancuda  cono- 
cida en  muchos  países  por 
"flamenco".  También  lleva 
los  nombres  de  babiaya  y 
Maya.  (Et.  Voz  caribe,  se- 
gún Zayas). 

Banca-fallusta.  Cub.  f.-Jue- 
go  de  naipes  que  consiste 
en  repartir  la  baraja  en 
tantos  montones  como  ju- 
gadores, escogiendo  éstos 
uno  cada  cual.  Pierde  el  que 
tenga  cartas  de  menor  va- 
lor que  los  demás.  Es  poco 
usado. 

Bancazo.,  Cub.  m.  —  En  los 
ingenios  de  azúcar,  la  ar- 
madura de  hierro  donde 
descansan  los  tres  cilindros 
que  forman  un  trapiche 
para  exprimir  la  caña  de 
azúcar.  (Et.  De  "banco"). 

Bancazo.  Cub.  m. — Por  ex- 
tensión, cometiendo  un  bar- 
barismo.  se  dice  a  la  cu- 
beta o  recipiente  que  re- 
coge el  jugo  de  la  caña  de- 
bajo de  los  cilindros  o  ma- 
zas. 

Bandera  española.  Cub.  epic. 
f. — Otro  nombre  que  suele 
darse  al  pez  biajaiba  de  lo 
alto.  Véase. 

Banderilla.  Cub.  f. — Reciben 
este    nombre    dos    plantas, 


una  exótica,  herbácea,  cul- 
tivada como  ornamental  en 
los  jardines,  de  flores  rojas 
grandes;  y  otra  indígena  y 
silvestre  de  flores  peque- 
ñas, rojas  también.  (Bot.  F. 
Labiadas;  esp.  Salvia  splen- 
dens,  Ker.  y  S.  coccínea, 
Juss.) 

Banderilla  azul.  Cub.  f.  — 
Planta  espontánea,  de  hojas 
redondeadas  y  flores  azu- 
les, pequeñas,  que  brota  en 
los  terrenos  yermos,  y  sue- 
le verse  también  en  los  pa- 
redones viejos  y  en  los 
bordes  de  las  aceras.  (Bot. 
F.  L.;  esp.  Salvia  micran- 
tha,  Vahl.) 

Bangaño.  Cub.  m.  —  Vasija 
redondeada  o  semiesférica, 
que  consiste  en  el  pericar- 
pio curado  de  algún  fruto, 
como  el  güiro,  por  ejemplo. 

Bangaño,  ña.  Cub.  adj. — - 
Aplícase,  por  extensión,  a 
todo  recipiente  o  fruto 
grande,  que  tenga  la  forma 
indicada  en  el  artículo  an- 
terior. 

Baní.  Cub.  m.  —  poco  uso. — 
Nombre  dado  por  los  negros 
a  Dios.  (Et. :   africanismo). 

Banquillo.  Cub.  m. — En  el 
bancazo  (1.a  acep.),  cada 
pieza  donde  descansan  los 
ejes  de  las  mazas  o  cilin- 
dros. Tiene  los  usos  caste- 
llanos. 

Banadera,  Común,  f.  —  Baño 
o  bañera  de  latón  destinada 
al  aseo  total  del  cuerpo. 

Bañarse.  Cub.  v.  ref. — fam. 
— Tener  acierto  o   fortuna 


BAEA 


50 


BARB 


para  empresas  y  negocios: 
"Fulano  se  baña  en  el  ne- 
gocio de  maderas".  Tiene 
las  acep.  cast. 

Baño,  Cub.  m. — fam. — Acción 
y  efecto  de  bañarse.  Véase. 
Tiene  las  acep.  cast. 

Baracoa.  Cub.  adj. — Aplícase 
como  aditamento  a  una  es- 
pecie de  bejuco. 

Baraconense.  Cub.  subs.  com. 
y  adj. — Dícese  a  las  per- 
sonas nacidas  en  Baracoa. 

Baraconense.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  las  cosas  de  Ba- 
racoa. 

Baracutey.  Cub.  subs.  com. 
y  adj. — fam. — Empléase  en 
tono  burlesco  por  baraco- 
nense. Véase. 

Baracutey.  Cub.  adj. — Aplí- 
case al  ave  sin  pareja  o  que 
se  cría  y  vive  sola.  (Según 
Zayas,  indica  la  idea  de  so- 
ledad desde  los  aborígenes 
cubanos). 

Baracutey.  Cub.  común. — fig. 
y  fam. — Dícese  a  persona 
célibe  o  viuda  que  vive  so- 
litaria. 

Baraja  de  pega.  Cub.  f. — La 
preparada  en  forma  de  que 
se  peguen  dos  o  más  naipes 
cuando  así  le  convenga  al 
que  la  maneja. 

¡Barajo!  Amer.  interj. — vulg. 
— Tiene  igual  empleo  que 
"¡caramba!"  y  "¡porra!". 
(Et.  Simulación  del  casticí- 
simo  earajo,  no  aceptado 
por  la  R.  A.,  aunque  lo 
emplean  cuantos  hablan 
castellano). 


Baratez.  Cub.  f. — Así  dicen 
muchos  por   "baratura". 

Barba  de  indio.  Cub.  f. — Re- 
ciben este  nombre  varias 
plantas  herbáceas,  espon- 
táneas, que  se  desarrollan 
en  terrenos  pobres,  de  una 
cañita  por  tallo,  sin  ramas, 
hojas  largas,  impercepti- 
blemente dentadas,  inflos- 
rescencia  en  un  penacho 
lanudo  y  blanco  a  manera 
de  barba.  (Bot.  F.  Gramí- 
neas; esp.  Andropogon 
schcenanthus,  Lin.,  la  prin- 
cipal). 

Barba  española.  Cub.  f. — La 
planta  guajaquilla.  Véase. 

Barbacoa.  Cub.  f. — Habita- 
ción tosca  de  casas  pobres 
o  viejas,  que  no  recibe  luz 
solar,  y  que  se  forma  ge- 
neralmente de  un  pequeño 
piso  interior  inmediato  al 
techo  y  casi  siempre  sin 
puerta,  pero  que  no  puede 
llamarse  desván,  como  de- 
finen algunos  autores.  Se 
destina  a  guardar  granos  y 
frutos,  como  dice  Pichar- 
do,  pero  también  se  utiliza 
para  dormitorio,  entre  otras 
cosas.  La  R.  A.  admite  7 
acep.  americanas,  ninguna 
de  las  cuales  tiene  actual- 
mente uso  en  Cuba. 

Barbaján,,  na.  Cub.  adj.  — 
fam. — Aplícase  a  la  perso- 
na de  maneras  toscas,  rús- 
ticas: "Son  muchos  los 
barbajanes  que  usan  cor- 
bata". 

*Barbero.  Cub.  epic.  m. — Pez 
abundante,  de  unos  3  de- 


BARB 


—   51    — 


BARÍ 


címetros  de  largo,  color  de 
chocolate,  con  escamas  li- 
geras de  contornos  casi  im- 
perceptibles, piel  gruesa, 
boca  pequeña,  que  toma  ese 
nombre  de  dos  espinas  que 
tiene  a  los  lados  del  tronco 
de  la  cora,  afiladas,  movi- 
bles y  que  oculta  en  unas 
hendiduras  de  la  piel,  pero 
que  levanta  a  voluntad 
suya,  y  son  temidas  por  los 
pescadores.  Es  comestible, 
si  bien  no  muy  estimado. 
Hay  varias  especies.  Tiene 
las  acep.  cast.  La  R.  A.  di- 
ce: "Pez  del  mar  de  las 
Antillas"...  pero  es  voz  cu- 
bana, aunque  no  conste  así. 
(Zool.  F.  Teuthidce;  Teuthis 
epatas,  Lin.,  la  principal). 

Barbero*  Cub.  m. — La  planta 
y  su  flor  más  conocidas  por 
"jazmín  de  la  tierra"  (2.a 
acep.).  Véase. 

Barbiquejo.  Cub.  epic.  m. — 
Especie  de  paloma  salvaje 
de  regular  tamaño,  plumaje 
pardo  ceniciento  con  refle- 
jos metálicos  por  arriba, 
alas  rojas,  pecho  y  vientre 
grises,  garganta  blanca,  y 
una  lista  también  blanca, 
que  parte  de  la  mandíbula 
inferior,  y  pasa  por  debajo 
del  ojo,  cuya  circunstancia 
le  da  nombre  por  corrup- 
ción de  la  voz  "barboque- 
jo". Anda  por  el  suelo,  y  es 
caza  muy  estimable  por  su 
carne  substanciosa.  (Zool. 
F.  Colúmbidas;  esp.  Geo- 
trygon  martinica,  Lin.) 

Barboquejo.  Cub.m. — Dícese 


a  la  cinta  o  cordón  para 
ajusfar  las  botas,  el  corsé, 
etc.,  que  en  castellano  se 
llama  "agujeta",  y  en  Cuba 
también,  aunque  menos, 
entise.  Tiene  el  uso  cast. 

Barboquejo.  Cub.  m. — Dícese 
al  bozal  que  se  le  pone  a 
una  caballería,  cuando  un 
doblez  de  la  soga  sujeta  la 
quijada  inferior,  atada  al 
modo  que  recibe  este  nom- 
bre en  marinería. 

Barbudo.  Cub.  epic.  m. — Pez 
de  regular  tamaño,  cuerpo 
casi  cilindrico,  de  color  ver- 
doso por  el  lomo  y  dorado 
en  los  costados,  que  recibe 
ese  nomkré  de  unos  fila- 
mentos que  tiene,  a  la  ma- 
nera del  salmonete,  debajo 
de  la  mandíbula  inferior. 
Es  buen  bocado.  (Zool.  F. 
Polynemidce;  esp.  Polymi- 
xia  lowei,  Gunth.) 

Barbudo.  Cub.  epic.  m.  — 
Otro  pez  muy  distinto  del 
anterior,  que  toma  ese  nom- 
bre de  siete  filamentos  tác- 
tiles que  tiene  en  las  aletas 
pectorales.  Es  comestible, 
(Zool.  F.  Polynemidce;  esp. 
Polydactylu s  v irginicu s . 
Lin.) 

Baria.  Cub.  f. — Árbol  indíge- 
na y  silvestre  que  se  eleva 
hasta  diez  metros,  por  uno 
de  diámetro  en  el  tronco, 
de  hojas  grandes,  enteras, 
lanceoladas  y  ásperas,  flo- 
res blancas  muy  visitadas 
por  las  abejas,  y  madera  do 
las  más  apreciables  en  Cu- 
ba, de  color  castaño  obscu- 


BARRA 


52  - 


BARRE 


ro,  dura,  resistente  y  fle- 
xible. También  se  conoce 
por  baria  prieta  y  capá 
prieto.  Las  barias  son  una 
subdivisión  del  grupo  de 
árboles  conocido  por  atejes. 
(Bot.  F.  Borragíneas;  esp. 
Cordia  gerascantoides,  H.  B. 
et.  K.)  (Et.  Voz  caribe,  se- 
gún Zayas). 

Baria.  Cub.  f. — Otra  especie 
parecida,  pero  menos  apre- 
ciable,  aunque  de  madera 
buena,  dura  y  compacta,  de 
color  almagre  claro,  em- 
pleada en  carpintería.  Tam- 
bién se  llama  caparrota  y 
palo  rosa  del  país,  criollo  y 
de  la  tierra.  (Bot.  F.  B.; 
esp.  C.  gerascanthus,  Lin.) 

Baria  blanca.  Cub.  f. — Véase 
ateje  blanco. 

Baria  carbonera.  Cub.  f.  — 
Especie  de  madera  muy  in- 
ferior a  la  de  las  anterio- 
res, empleada  en  carbón 
vegetal. 

Baria  prieta.  Cub.  f. —  La 
baria  (1.a   acep.).  Véase. 

Baribá.  Cub.  adj. — Aditamen- 
to de  una  especie  de  jutía. 
Véase. 

¡Barijo!  Cub.  interj. — vulg. — 
Empléala  gente  campesina 
por  "¡ajo!"  y  "j porra!" 
(Et.  Corrupción  de  barajo. 
Véase). 

Barra.  Amer.  f. — Prisión  o 
castigo  a  manera  de  cepo. 
Véase  la  frase  46  del  Apén- 
dice. Tiene  las  acep.  cast. 

Barra  de  pan.  Cub.  f. — Véase 
flauta  de  pan. 

Barracón.    Cub.   m. — Casa   o 


barraca  grande,  de  tablas 
generalmente,  y  casi  siem- 
pre sin  divisiones  interio- 
res, que  se  destina  en  las 
fincas  de  caña  para  dormi- 
torio de  los  braceros,  y  que 
suele  ser  regularmente  un 
repugnante  espectáculo, 
cuando  no  foco  de  infec- 
ción 

Barrancorrio.  Cub.  epic.  m. — 
El  pájaro  cartacuba.  Véase 
(Et.  De  "barranco"  y  "río"). 

Barras  de  catre.  Cub.  f.  pl. 
— Armazón  de  madera  del 
catre  para  dormir.  Muchos 
suelen  usar  esta  voz  en  sin- 
gular, con  reprensible  abu- 
so, cuando  se  trata  de  los 
dos  caballetes  que  forman 
la  tijera. 

Barredera.  Cub.  f. — Cada  uno 
de  los  dos  palos  horizonta- 
les, en  que  descansan  los 
cujes,  cuando  se  pone  a  cu- 
rar o  secar  el  tabaco  en 
rama. 

Barrejobo.  Cub.  m. — fam. — 
desusada. — El  acto  de  aca- 
bar con  rapidez  y  valor  con 
cuantos  obstáculos  o  ene- 
migos se  oponen  a  los  de- 
seos de  una  persona. 

Barrenillo.  Cub.  m.  —  Ter- 
quedad, impertinente  insis- 
tencia: "Mi  mujer  no  deja 
el  barrenillo  de  que  com- 
premos un  automóvil". 
Tiene  los  usos  cast. 

Barrer  (Ai).  Cub.  mod.  adv. 
— En  términos  comerciales, 
úsase  cuando  se  vende  o 
compra  un  conjunto  de 
cosas  diversas  sin  especi- 


BAST 


—  53  — 


BATE 


ficarlas :  "Le  vendo  a  usted 
las  existencias  al  barrer". 

Barrigón.  Amer.  m. — fam. — 
Díoese  a  los  hijos  de  corta 
edad,  como  indicando  que 
todas  las  actividades  de 
ellos  están  en  la  barriga: 
"  Tengo  tres  barrigones " ; 
"voy  a  comprar  dulces  para 
los   barrigones" . 

Barrí!.  Cub.  m. — fam. — Véase 
la  frase  98  del  Apéndice. 

Barrilete.  Cub.  m. — El  tam- 
bor o  cilindro  del  revólver, 
donde  se  colocan  las  balas. 
Tiene  las  acepciones  caste- 
llanas. 

Barriiia  criolia.  Cub.  f.-Véa- 
se  yerba  de  vidrio. 

Base.  Cub.  f. — En  el  juego  de 
base-ball,  cada  uno  de  los 
cuatro  ángulos  defendidos 
en  el  cuadro  por  cuatro  de 
los  nueve  jugadores.  Tiene 
las  acep.  cast.  (Et.  Del  in- 
glés  base). 

Basieor.  Cub.  m. — En  los  se- 
caderos de  café  llamados 
tendales,  el  círculo  interno, 
de  superficie  más  elevada 
que  el  anillo  formado  con 
el  brocal  exterior.  (Et.  Ga- 
licismo formado  de  basse- 
cour). 

Bastidor.  Cub.  m. — La  arma- 
zón de  madera,  con  tela 
metálica,  que  se  pone  en 
las  camas  para  substituir  el 
jergón.  Tiene  las  acepcio- 
nes castellanas. 

Bastón  de  San  Francisco. 
Cub.  m.  —  Planta  herbácea 
anual,  de  hojas  pecioladas, 
dentadas,   y  panículas   con 


más  de  cien  florecillas  rojas 
cada  una,  en  un  tallo  de 
de  figura  tetragónica,  que 
alcanza  una  altura  aproxi- 
mada de  un  metro.  Tam- 
bién se  llama  cola  de  león. 
(Bot.  F.  Labiadas;  esp.  Leo- 
notis  nepetoefolia,  R.  Br.) 

Basura.  Cub.  f. — En  la  in- 
dustria tabacalera,  por  an- 
tonomasia, los  desperdicios 
del  tabaco  en  rama  utili- 
zables,  y  no  despreciables, 
cual  su  nombre  parece  in- 
dicar. Tiene  los  usos  cast. 

Basurita.  Cub.  f. — fig.  y  fam. 
— Comúnmente  substituye  a 
la  palabra  "propina",  en  el 
sentido  de  pequeña  dádiva; 
y  otras  veces  equivale  a 
"un  poco  más",  cuando  se 
pide  algo  de  lo  que  se  de- 
sea. "Siempre  doy  al  bar- 
bero una  basurita".  "Eso  es 
poco;  déme  una  basurita 
más". 

Batalla.  Cub.  f.  —  El  espacio 
de  eje,  en  las  carretas, 
comprendido  entre  la  ca- 
ma y  el  sotrozo.  Tiene  las 
acep.  castellanas. 

Batazo.  Cub.  m. — Golpe  dado 
con  el  bate  (1.a  acep.)  Véa- 
se. 

Bate.  Cub.  m. — Mazo  emplea- 
do en  el  juego  de  base-ball 
para  rechazar  la  pelota. 
Véase  la  frase  93  del  Apén- 
dice. (Et.  Anglicismo  deri- 
vado de  bat). 

Bate.  Cub.  m.  —  fam.  —  Se 
dice  así  al  individuo  tra- 
pacero, buscavidas:  "Fula- 
no es  un  bate  de  cuenta". 


BATÍ 


—  54  — 


BAYA 


Parece  más  indicado  el  uso 
de  esta  voz  con  v,  pero  es 
más  recomendable  la  b,  con 
el  fin  de  no  relajar  el  "va- 
te" castellano. 

Bateador.  Cub.  m. — El  indi- 
viduo que  maneja  el  bate 
(1.a  acep.) 

Batear.  Cub.  v.  a. — La  acción 
de  manejar  el  bate  en  el 
juego  de  base-ball. 

"Batey.  Cub.  m.  —  Plazoleta 
en  que  está  enclavado  un 
ingenio,  circundada  de  edi- 
ficios. La  R.  A.,  al  aceptar 
esta  voz,  se  olvida,  como 
en  otros  casos,  de  acredi- 
tarla de  cubanismo.  (Et. 
Voz  caribe,  según  Zayas; 
probablemente  derivada  de 
bato,  pelota  con  la  que  ju- 
gaban los  indios  precolom- 
binos). 

Batey.  Cub.  m. — Por  exten- 
sión dícese  al  espacio  que 
ocupa  cualquiera  fábrica,  y 
al  lugar  en  que  se  hallan 
situadas  las  casas  de  los 
encargados  y  trabajadores 
de  una  finca  rústica. 

Batlción.  Cub.  f. — Acción  y 
efecto  de  batir. 

Batida.  Cub.  f. — En  las  riñas 
de  gallos,  cada  acometida 
brusca  de  uno  de  ellos.  Tie- 
ne las  acep.  cast. 

Batilongo.  Cub.  m. — La  bata 
de  mujer,  larga  y  sin  ceñir 
a  la  cintura.  (Et.  De  "bata" 
y  "longo",  largo). 

Batista.  Cub.  epic.  f. — Ave 
de  rapiña  diurna,  de  plu- 
maje negruzco  cuando  adul- 
ta, patas  y  pico  anaranja- 


dos, que  vive  en  los  man- 
glares y  riberas  de  los  ríos, 
donde  busca  crustáceos  pa- 
ra su  alimento,  por  lo  que 
no  es  perjudicial  como  la 
mayor  parte  de  las  aves 
de  este  género.  Lleva  nom- 
bre onomatopéyico,  y  es 
oriunda  de  América  del 
Sur.  En  la  isla  de  Pinos  se 
conoce  por  copete.  (Zool. 
F.  Falconidce;  esp.  ürubi- 
tinga  anthracina,  Licht.) 

Batista.  Cub.  f. — Tejido  de 
algodón  estampado,  con  el 
revés  blanco,  empleado  pa- 
ra prendas  de  vestir  inte- 
riores de  hombre,  general- 
mente. 

Baulería*  Común,  i. — Taller 
donde  se  hacen  baúles,  o 
establecimiento  donde  se 
venden. 

Bauilúa»  Cub.  i. — Árbol  no 
muy  abundante,  de  regula- 
res proporciones  y  buena 
madera,  conocido  también 
por  boniato  aguaeatülo. 
(Bot.  F.  Lauráceas;  esp. 
Nectandra  leucantha) . 

Baya.  Cub.  f. — Molusco  ma- 
rino de  buen  tamaño,  con 
dos  valvas  a  manera  de  al- 
meja, de  figura  casi  trian- 
gular, que  abunda  en  las 
rocas  y  manglares  de  las 
costas.  Tiene  las  acep.  cast. 

Baya.  Cub.  f. — Una  variedad 
de  la  planta  conocida  por 
güiro.  (Et.  Voz  caribe,  se- 
gún Zayas). 

Bayabe»  Cub.  m. — En  algu- 
nos puntos  de  la  región 
oriental,  dícese  a  un  cordel 


BAYO 


55   — 


sobre  lo  grueso.  (Et.  Voz 
caribe,  según  Zayas). 

Bayajá.  Cub.  adj.  —  Véase 
pañuelo  bayajá,  (Et.  Voz 
caribe,  según  Zayas;  una 
población  haitiana). 

*Bayamés,  sa.  Cub.  subs,  y 
adj. —  "Natural  de  Baya- 
mo".  (R.  A.) 

*Bayamés,  sa.  Cub.  adj.  — 
"Perteneciente  a  esta  ciu- 
dad de  Cuba".  (R.  A.) 

Bayate.  Cub.  m. — Árbol  que 
es  bastante  común  en  la 
parte  occidental  de  Cuba, 
dice  Zayas.  (Et.  Voz  caribe, 
según  el  mencionado  autor). 

Bayoneta.  Amer.  f.  —  Véase 
bayoneta  española. 

Bayoneta  española.  Cub.  f. 
— Raro  arbusto  cuyo  tron- 
co se  eleva  unos  cuatros 
metros,  erizado  de  hojas 
puntiagudas  y  erectas,  a 
la  manera  de  la  antigua 
bayoneta  de  fusil,  que  se 
utilizan  en  la  industria  cor- 
delera, y  merced  a  las  cua- 
les se  propaga  y  forma  es- 
pesos macizos,  de  flor  blan- 
ca y  maloliente,  que  lla- 
man cucaracha  en  algunos 
lugares,  Se  llama  también 
bayoneta,  espino,  piñón  de 

■  .puñal  y  maguey  silvestre. 
(Bot.  F.  Liliáceas;  esp.  Yuc- 
ca  gloriosa,  Lin.) 

Bayoya.  Cub.  epic.  f. — Espe- 
cie de  lagarto  de  unos  3 
decímetros  de  largo,  de  co- 
lor carmelita  con  franjas 
morenas  transversales  y 
dos  fajas  blancas  latera- 
les,  desde    la   cabeza   a   la 


mediación  del  cuerpo;  tie- 
ne una  cresta  longitudinal 
en  el  lomo,  hocico  romo  y 
y  rabo  enroscado  en  espi- 
ral. (Zool.  F.  Iguanidce;  esp. 
Leiocephalus  vittatus,  Ha- 
llow). 

*Bayú.  Cub.  m. — "Gasa,  sitio 
o  reunión  indecente  u  obs- 
cena". (R.  A.).  El  verdadero 
significado  es  "casa  de  le- 
nocinio". 

*Bayúa.  Cub.  f. — Árbol  indí- 
gena, que  es  una  de  las  más 
estimables  especies  del  gru- 
po americano  de  ayúas,  de 
notable  elevación,  hojas 
compuestas  con  folíolos 
ovales,  oblongos,  brillantes, 
flores  en  cimas  terminales 
y  asilares,  madera  muy 
apreciable  en  carpintería 
fina,  de  bonito  color  ama- 
rillo. Algunos  dicen  bayuda. 
(Bot.  F.  Rutáceas;  esp.  Pa- 
gara coriácea,  Kr.). 

Bayuda.  Cub.  f. — Corrupción 
campesina  de  bayúa.  Véase. 

Bayuján.  Cub.  m. — En  algu- 
nos lugares  de  la  costa  del 
Sur,  dicen  así  al  arbusto 
rompezaragüey.  Véase. 

Bayuyo*  Cub.  m. — Arbusto 
indígena  y  silvestre  que  se 
desarrolla  en  las  montañas 
de  la  región  oriental,  de 
hojas  alternas,  grandes,  elíp- 
ticas y  más  pálidas  por  el 
envés.  Es  planta  inútil. 
También  se  conoce  por  pla- 
tanillo  de  Cuba.  (1.a  acep.) 
(Bot.  F.  Piperáceas ;  esp. 
Pipen  o&nfusum,  C.  D.  C). 

Beata.  Común,  f. — fam. — Di- 


BEJU 


56  - 


BEJU 


cese  a  la  peseta.  Tiene  los 
usos  aceptados  por  la  Real 
Academia. 

Bebeco,  ca»  Cub.  adj. — Re- 
lativo al  cabello  blanco  o 
blanquecino. 

Bebezón.  Cub.  i. — fam. — Ac- 
ción y  efecto  de  beber  lico- 
res exageradamente;  bo- 
rrachera: "Le  gusta  mucho 
la  bebezón  a  Fulano". 

Becacina.  Amer.  epic.  f. — El 
ave  llamada  becacina  crio- 
lla. (Et.  Del  francés  becas- 
sine). 

Becacina  criolla.  Cub.  epic. 
f. — El  ave  de  ribera  cono- 
cida por  becacina  en  otros 
países  americanos,  y  en  Es- 
paña por  "chocha",  aunque 
parece  ser  especie  distin- 
ta: su  plumaje  es  matiza- 
do de  carmelita  y  negro  por 
el  lomo,  y  blanco,  salpica- 
do de  negro,  por  el  pecho, 
con  el  pico  largo  y  delgado. 
Merodea  en  los  terrenos 
pantanosos,  que  sondea  con 
el  pico  en  busca  de  molus- 
cos y  gusanos  para  alimen- 
to. Su  carne  es  muy  esti- 
mada. (Zool.  esp.;  Gallina- 
go  delicata). 

BejucaBero,  ra.  Cub.  subs.  y 
adj. — Dícese  al  nacido  en 
Bejucal. 

Bejucalero,  ra.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  cosas  de  esta  po- 
blación. 

Bejuco  alcanfor.  Cub.  m. — 
Tipo  de  bejuco  silvestre, 
escaso  y  poco  apreciable. 
(Bot.    F.    Piperáceas;    esp. 


Peperomia  subrotundifolia, 
C.  D.  G.) 
Bejuco    amargo.   Cub.    m. — 

Especie  indígena  y  silves- 
tre, también  muy  escaso. 
(Bot.  F.  Aristoloquiáceas ; 
esp.  Aristolochia  trilobata, 
Lin.) 

Bejuco  angarilla,  Cub.  m. — 
Especie  que  se  desarrolla 
silvestre  en  terrenos  bajos, 
produce  flor  en  primavera 
y  fruto  en  otoño.  Sus  tallos 
son  predilectos  para  cons- 
truir nasas  de  pescar. 

Bejuco  baracoa.  Cub.  va. — 
Tipo  silvestre  trepador,  de 
tallos  muy  largos,  estima- 
bles para  setos,  y  hojas  que 
sirven  de  pasto  al  ganado. 
(Bot,  F.  Sapindáceas;  esp. 
Serjania  cubensis). 

Bejuco  boniato.  Cub.  m. — 
Tipo  que  recibe  este  nom- 
bre porque  produce  un  bo- 
niato pequeño  que  comen 
los  cerdos.  Tiene  hojas  cor- 
diformes y  flores  blancas, 
olorosas,  sobre  largo  pe- 
dúnculo. (Bot.  F.  Convol- 
vuláceas; esp.  Convolvulus 
batatas). 

Bejuco  borococo.  Cub.  m. — 
Especie  de  tallos  tan  en- 
trenzados, que  llegan  a 
confundirse,  cuyas  flores 
blancas  se  abren  a  la  caída 
de  la  tarde,  produciendo 
detonaciones. 

Bejuco  campanilla.  Cub.  m. — 
Véase  aguinaldo  blanco. 

seo  caracol.  Cub.  m. — 
Ejemplar  que  se  distingue 
porque   su   flor,   en  figura, 


BHJU 


—  57 


BEJü 


y  colorido,  parece  lo  que 
su  nombre  indica;  es  oloro- 
so, sin  que  se  pueda  decir 
si  es  agradable  o  repug- 
nante. 

Bejuco  carey.  Cub.  m. — Es 
una  especie  afín  al  bejuco 
guaraná,  conocidos  ambos 
por  bejuco  guará:  recibe 
aquel  nombre  porque  sus 
hojas,  muy  ásperas,  se  uti- 
lizan en  pulir  el  carey. 
(Bot.  F.  Dileniáceas;  esp. 
Tetracera  pirpigigua). 

Bejuco  colorado.  Cub.  m. — 
Tipo  de  tallos  muy  largos 
y.  delgados,  que  se  utilizan 
como  cordel  y  en  cercados; 
es  propio  de  terrenos  bajos, 
las  hojas  alimentan  al  ga- 
nado vacuno  y  las  semillas 
al  porcino.  (Bot.  F.  Sapin- 
dáceas;  esp.  Serjania  lu- 
cida). 

Bejuco  crioüo  morado.  Cub. 
m. — Ejemplar  parecido  al 
anterior,  pero  menos  esti- 
mado. (Bot.  F.  S.;  esp.  Serj. 
os  sana). 

Bejuco  cuadrante.  Cub.  m. — 
Tipo  muy  escaso  y  sin  no- 
tables particularidades,  que 
sólo  se  encuentra  en  la  pro- 
vincia de  la  Habana. 

Bejuco  chamico.  Cub.  m. — 
Más  conocido  por  chamico- 
bejuco.  Véase. 

Bejuco  de  bastones.  Cub. 
m. — Véase  mantequilla. 

Bejuco  de  canastas.  Cub. 
m, — Véase  guaniqui. 

Bejuco  de  canasto.  Cub.  m. 
— Más  conocido  por  gua- 
niqui. Véase. 


Bejuco  de  Conchitas.  Cub. 
m. — Planta  rastrera  muy 
bonita,  de  raras  flores  en 
figura  de  clítoris,  de  varia- 
dos colores,  según  las  dis- 
tintas especies,  que  se  co- 
nocen por  Conchita  punzó 
(encarnada),  azul  o  blanca. 
En  la  región  oriental  se 
conoce  más  por  deleite. 
(Bot.  F.  Leguminosas;  esp. 
varias  del  género  Clito- 
reum). 

Bejuco  de  corrales*  Cub.  m. 
— Comprende  tres  especies 
de  foliólos  ovales,  cunei- 
formes en  la  base,  torpe- 
mente dentados,  y  lustrosos 
en  la  haz,  flores  en  raci- 
mos, fruto  velludo,  y  tallos 
largos  y  flexibles,  que  se 
aplican  para  componer  las 
cercas  de  corrales,  de  lo 
que  toman  el  nombre.  (Bot. 
F.  Sapindáceas;  esp.  prin- 
cipal :  Serjania  lupulina. 
Schum.) 

Bejuco  de  cruz.  Cub.  m. — > 
Tipo  silvestre  de  hojas  ao- 
vadas, algo  dentadas,  y  fru- 
to también  aovado.  (Bot.  F. 
Celastríneas;  esp.  líippo- 
cratea  ovata,  Lam.) 

Bejuco  de  Cuba.  Cub.  m. — 
Especie  de  tallos  delgados 
y  resistentes,  empleados  co- 
mo cordel;  las  flores  son 
de  las  preferidas  por  las 
abejas  (Botánica.  F.  Rám- 
neos; esp.  Gouania  tomen- 
tosa, Jacq.) 

Bejuco  de  fideo.  Cub.  m.— 
Especie  de   tallos   retorci- 
dos y  finísimos,  a  semejan- 


BEJU 


—  58  — 


B.EJU 


za  de  su  nombre.  (Bot.  F. 
Convolvuláceas ;  esp.  Cus- 
cuta americana.  Lin.) 

Bejuco  de  guairo.  Cub.  m. — 
Especie  cuyas  hojas  se 
aplican  en  medicina,  parti- 
cularmente como  antipú- 
tridas. 

Bejuco  de  indio»  Cub.  m. — 
Especie  procurada  para  te- 
rrazas y  cenadores,  por  sus 
notables  desarrollo  y  fron- 
dosidad, a  lo  que  contribu- 
yen el  tamaño  grande  de 
sus  hojas,  así  como  sus 
bonitas  flores  amarillas,  co- 
locadas de  tres  en  tres  so- 
bre un  pedúnculo.  (Bot.  esp. 
Ipomosa  tuberosa). 

Bejuco  de  Jabilta.  Cub.  m. — 
Véase  jabilla. 

Bejuco  de  jaiba.  Cub.  m. — 
Especie  de  tallos  muy  del- 
gados. 

Bejuco  de  ía  Virgen,  Cub. 
m. — Especie  silvestre,  muy 
ramosa  y  trepadora.  (Bot. 
F.  Leguminosas;  esp.  Cas- 
sia  chrysocarpa). 

Bejuco  de  lombrices.  Cub. 
m. — Especie  de  tallo  cilin- 
drico, como  de  media  pul- 
gada de  grueso,  con  nudos 
a  la  manera  de  caña,  de 
los  que  brotan  dos  hojas 
delgadas,  diferentes  de  las 
corrientes,  que  son  elípti- 
cas y  carnosas.  Vive  adhe- 
rida a  los  árboles.  (Bot.  esp. 
Pothos   scandens). 

Bejuco  de  mangle.  Cub.  m. — 
Ejemplar  de  flor  amarilla 
que  se  desarrolla  en  el  li- 
toral entre  el  mangle  o  en 


lugares  cenagosos.  (Bot.  F. 
Asclepiadeas;  esp.  Echites 
torulosa). 

Bejuco  de  parra.  Cub.  m. — 
Véase  parra  cimarrona. 

Bejuco  de  perdiz.  Cub.  m. — 
Tipo  de  tallos  muy  largos 
y  flexibles,  que  se  utilizan 
como  cordeles,  que  son  tre- 
padores, y  que  produce  un 
fruto  conteniendo  unas  la- 
minitas  ligerísimas  y  muy 
blancas,  que  al  más  ligero 
soplo  vuelan  semejando  ma- 
riposas. También  se  llama 
bejuco  peludo  y  perdicero, 
papelera  y  mariposa.  (Bot. 
F.  Bignoniáceas;  esp.  Pi- 
thecoctenium  hexagonium). 

Bejuco  de  perdiz  rosado. 
Cub.  m. — Véase  uña  de  ga- 
to. 

Bejuco  de  purgación.  Cub. 
m. — Véase  yerba  de  purga- 
ción. 

Bejuco  de  San  Pedro.  Cub. 
m.  —  Enredadera  silvestre, 
común,  trepadora,  propia 
de  los  terrenos  áridos.  (Bot. 
F.  Malpigiáceas;  esp.  Styg- 
maphyllum  periplosifolium, 
A.  Juss.) 

Bejuco  de  San  Pedro,  de 
flor  amarilla.  Cub.  m.  — 
Hay  seis  especies  de  este 
tipo  de  bejuco  de  flores 
amarillas,  "con  seis  estam- 
bres fuertes  y  cuatro  abor- 
tados". (Bot.  F.  Malpigiá- 
ceas; esp.  Stygmaphyllum 
faustinum,  Wrigth.,  laprin- 
cipal). 

Bejuco  de  tortuga.  Cub.  m. 
— Ejemplar    de    hojas    va- 


BtíJU 


—  59 


BBJU 


riables  de  dos  en  dos,  de 
flores  blancas  o  amarillas 
pentapétalas,  y  tallos  grue- 
sos que  únicamente  en  ti- 
ras pueden  servir  de  cor- 
del. (Bot.  F.  Leguminosas; 
esp.  Banchinia  excixa,  y 
otra). 

Bejuco  de  vergajo.  Cub.  m. 
— Tipo  de  tallos  gruesos 
como  de  uno  o  dos  centí- 
metros, que  se  encuentra  en 
los  bosques,  y  se  emplea 
para  amarrar  cercas.  Tam- 
bién se  llama  gaairo  y  ver- 
gajo de  toro.  (Bot.  F.  Ru- 
biáceas; esp.  Heteropteris 
laurifolia). 

Bejuco  de  verraco,  Cub.  m. 
— Ejemplar  del  que  hay 
dos  especies  parecidas  a  la 
anterior,  de  hojas  elípti- 
cas y  flores  amarillentas,  y 
cuyas  raíces  proporcionan 
un  calmante  y  antiséptico 
excelentes  para  el  dolor 
neurálgico.  Otros  le  llaman 
caínca.  (Bot.  F.  Rubiáceas; 
esp.  Chiococca  racemosa, 
Lin.  y  otra). 

Bejuco  de  Y.  Cub.  m. — Es- 
pecie que  contiene  abun- 
dante látex  lechoso,  que 
sirve  de  pasto  a  los  cerdos, 
de  hojas  cordiformes,  pun- 
tiagudas, y  con  tres  grandes 
flores  blancas  en  cada  pe- 
dúnculo, mustias  durante 
el  día,  y  hermosas  y  aro- 
máticas por  la  noche.  (Bot. 
F.  Convolvuláceas ;esp.  Con- 
volvulus    latiflorus). 

Bejuco  de  zarzuela.  Cub.  m. 
— Tipo  escaso  que  pasta  el 


ganado  porcino.  Acaso  sea 
la  zarzuela  peluda. 

Bejuco  guará.  Cub.  m.  — 
Nombre  común  a  los  beju- 
cos carey  y  guaraná.  Véan- 
se. 

Bejuco  de  guaraná.  Cub.  m. 
— Ejemplar  indígena  y  sil- 
vestre, que  sirve  de  pasto 
al  ganado,  y  cuyos  tallos 
gruesos  y  flexibles  alcanzan 
larga  duración  empleados  en 
cercas.  Es  una  de  las  es- 
pecies del  bejuco  guará,  que 
algunos  llaman  guaraná, 
simplemente.  (Bot.  F.  Di- 
leniáceas;  esp.  Davilla  ru- 
gosa). 

Bejuco  lechoso*  Cub.  m. — 
Especie  venenosa,  tanto  la 
resina  amarillenta  del  ta- 
llo, como  sus  hojas,  cuyos 
tallos  son  muy  resistentes 
como  cordel.  También  se 
conoce  por  curamagüey  de 
costa.  (Bot.  F,  Asclepiadeas ; 
esp.  Fischeria  habanensis). 

Bejuco  ¡efaatero.  Cub.  m. — 
Especie  propia  de  terrenos 
áridos,  con  tallos  más  grue- 
sos y  ramosos  que  lo  gene- 
ral de  los  bejucos,  de  hojas, 
redondeadas  con  un  peque- 
ño apéndice,  de  flores  abun- 
dantes en  miel  y  tallos  es- 
ponjosos y  amargos,  medi- 
cinales. Otros  le  llaman  ja- 
boncillo. (Bot.  F.  Rámneas; 
esp.  Gouania  domingensis, 
Lin.) 

Bejuco  lombricer©  de  cana. 
Cub.  m.  —  Especie  rara  y 
medicinal.  (Bot.  Esp.  Philo- 
dendron  lacerum). 


B2JU 


60 


BEMB 


Bejuco  longaniza.  Cub.  m. — 
Especie  trepadora  y  de  pas- 
to, escasa.  (Bot.  F.  Sapin- 
dáceas;  esp.  Serjania  oblon- 
gata). 

Bejuco  marrullero.  Cub.  m. 
— Tipo  de  tallos  delgados  y 
largos,  hojas  acorazonadas, 
flores  amarillas  purpúreas, 
fruto  en  baya  larga  y  del- 
gada, con  más  de  20  se- 
millas de  color  achocola- 
tado. Es  buen  pasto.  Se  co- 
noce también  por  caraco- 
lillo de  cerca.  (Bot.  F.  Le- 
guminosas; esp.  Nigua  ca- 
pensis). 

Bejuco  pelado.  Cub.  m. — 
Ejemplar  escaso,  silvestre, 
trepador  y  que  sirve  de 
pasto  al  ganado  vacuno. 
(Bot.  F.  Sapindáceas;  esp. 
Serjania  glabra). 

Bejuco  peludo.  Cub.  va. — 
Véase  bejuco  de  perdiz. 

Bejuco  perdicero.  Cub.  m. — 
Véase   bejuco  de  perdiz. 

Bejuco  prieto.  Cub.  m. — Ti- 
po muy  parecido  en  aspec- 
to y  propiedades  al  bejuco 
lechoso,  que  también  se  lla- 
ma caramagüey  prieto.  (Bot. 
F.  Apocináceas ;  esp.  Fois- 
teronia  alexandri,  y  otra). 

Bejuco  sabanero.  Cub.  m. — 
Ejemplar  trepador  y  de 
pasto,  de  escasa  importan- 
cia. (Bot.  F.  Sapindáceas; 
esp.  Serjania  pratensis). 
§ueo  serna.  Cub.  m. — Ti- 
po ramoso  con  espinas,  que 
se  desarrolla  en  las  ciéna- 
gas y  se  conoce  también 
por  péndola. 


Bejuco  ubi.  Cub.  m. — Espe- 
cie que  se  desarrolla  sil- 
vestre en  terrenos  yermos, 
trepadora,  empleada  en  re- 
medios caseros.  (Bot.  F. 
Ampelídeas ;  esp.  Vitis 
rhombif olia,  Baker). 

Bejuco  ubi  macho.  Cub.  m. 
— Tipo  parecido  al  anterior, 
algo  más  grande  y  con  flo- 
res umbeladas.  (Bot.  F.  A.; 
esp.  Vitis  sieyoides). 

Bejuquera.  Cub.  f. —  Lugar 
donde  crecen  amontonados 
algunos  bejucos,  sin  tener 
las  proporciones  de  bejucal. 

Belesa.  Cub.  f. — Nombre  que 
se  le  da  impropiamente  en 
algunos  lugares  a  la  plan- 
ta conocida  por  azulejo  (4.a 
acep.) 

Belia  de  noche.  Cub.  f. — La 
planta  de  jardinería  cono- 
cida en  castellano  y  tam- 
bién en  Cuba  por  "don- 
diego". 

Belladona  de  la  tierra.  Cub. 
f. — La  planta  belladona, 
también  conocida  en  Cuba 
por  palo  de  gallina  (1.a acep.) 

Bemba.  Cub.  f. —  El  labio 
grueso  y  saliente.  Antes  se 
decía  bembo.  (Et.  Voz  afri- 
cana). 

Bembo.  Cub.  m.  —  antic.  — 
Véase  bemba. 

Bembón,  na.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  la  persona  de  labios 
gruesos  o  bembas.  Otros 
dicen  bembudo,  da. 

Bemhú.  Cub.  m. — vulg. — Al- 
gunos dicen  así  a  la  yerba 
brava.  Véase.  (Et.  Corrup- 
ción de  benubú). 


BERA 


—   61 


BETO 


Bembudo,  da.  Cub.  adj. — Lo 
mismo    que     bembón,    na. 

Véase. 

Beneficiar.  Cub.  v.  a. — vulg. 
— Matar  una  res  para  el 
consumo  de  su  carne: 
" — Pues  eso  mismo — dijo 
Liborio — he  observado  yo, 
cada  vez  que  en  la  hacien- 
da beneficio  una  res".  (Pá- 
gina 219  de  "Aventuras  de 
un  Mayoral",  por  don  Juan 
B.  Jiménez).  Otras  veces  se 
oye,  aunque  mucho  menos, 
por  "castrar".  En  uno  y 
otro  sentido,  se  comete  un 
enorme  abuso  del  idioma, 
ya  que  se  da  contrario  sig- 
nificado al  verbo  del  que 
tiene  en  castellano,  dado 
que  no  se  favorece  así  al 
ganado.  Tiene  las  acepcio- 
nes castellanas. 

Beneficio.  Cub.  m. — Acción  y 
efecto  de  beneficiar.  Véase. 
Ampliando  la  crítica  ante- 
rior, señalaremos  finalmen- 
te, que  se  dice  beneficio  a 
lo  que  es  un  sacrificio  in- 
discutible. Tiene  las  acep. 
cast. 

Beneficio.  Cub.  m. — vulg. — 
Dícese  cuando  la  meretriz 
no  cobra  sus  servicios  por 
espontánea  voluntad.  Si  no 
le  pagan  es  mico.  Entre  el 
populacho  español  tiene 
parecido  significado  la  pri- 
mera voz. 

Benubú.  Cub.  m. — Véase  yer- 
ba brava.  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Bera.  Cub.  f.  —  Así  escriben 
algunos  en  lugar  de  vera, 


que  es  como  la  R.  A.  acep- 
tó un  árbol  homónimo  al 
arbusto  cubano.  No  hay 
ningún  vocablo  castellano 
que  comience  con  las  síla- 
bas be  ra,  y  en  cambio  hay 
dos  voces  vera  (un  substan- 
tivo y  un  adverbio),  y  ade- 
más dieciséis  palabras  que 
empiezan  con  vera.  Por  esas 
razones  hemos  descrito  el 
arbusto  con  v. 

Bermejal.  Cub.  m. — Una  ex- 
tensión grande  de  terreno 
de  color  bermejo. 

Bermuda.  Cub.  f.  —  Hierba 
exótica  permanente  muy 
pequeña,  abundante  y  es- 
pontánea, que  es  una  cañiía 
muy  fina  verde,  muy  esti- 
mada para  jardines  por  la 
suave  superficie  que  pre- 
senta. Es  la  descrita  con  el 
nombre  de  "hierba  fina" 
por  la  R.  A.,  o  una  especie 
muy  parecida.  Se  conoce 
además  por  bahama,  yerba 
de  Bahamas,  de  Bermudas 
y  de  prados.  Es  un  excelen- 
te pasto.  (Bot.  F.  Gramí- 
neas; esp.  Panicum  diffu- 
sum,  Sw.) 

Berregueyo.  Cub.  epic.  m. — 
El  pez  escolar  chino  (2.a 
acep.)  Véase. 

Berro  de  cosía.  Cub.  m. — 
Planta  indígena,  herbácea, 
del  litoral,  parecida  al  be- 
rro común,  también  abun- 
dante en  la  Isla;  no  es  co- 
mestible. (Bot.  F.  Crucife- 
ras; esp.  Cakile  marítima, 
Scop.) 

Betónica.    Cub.    f.  —  Planta 


BIAJ 


—  62  — 


BIAJ 


herbácea  más  alta  que  la 
común  de  igual  nombre  y 
algo  parecida,  pero  de  hojas 
ásperas  con  bordes  lisos,  y 
flores  verdes  purpúreas  en 
ramilletes.  Es  aromática  y 
medicinal,  como  la  común. 
(Bot.  F.  Labiadas;  esp.  Bet- 
tonica  officinalis). 

Betumear.  Cub.  v.  a.  —  Co- 
rrupción de  betunear.  Véa- 
se. 

Betún.  Cub.  m. — Agua  satu- 
rada con  substancia  de  pa- 
los y  venas  de  las  hojas  de 
tabaco,  que  se  usa  para 
humedecer  el  tabaco  en  ra- 
ma. Tiene  los  usos  caste- 
llanos. 

Betunear.  Cub.  v.  a. — Opera- 
ción de  humedecer  el  ta- 
baco en  rama  con  el  betún. 
Véase.  Mejor  se  diría  "be- 
tunar", aunque  de  sabor 
arcaico,  y  mucho  mejor  to- 
davía, "embetunar",  cual 
se  dice  con  respecto  al  cal- 
zado. 

Biafaca.  Cub.  epic.  f. — Pez 
muy  abundante  de  agua 
dulce,  que  alcanza  unos 
tres  decímetros  escasos  de 
longitud,  de  color  gris,  bru- 
no hacia  el  lomo,  y  figura 
regular.  Es  buen  bocado. 
Aunque  seguimos  en  esta 
voz  el  uso  autorizado  por 
las  personas  cultas,  salvo 
muy  escasas  excepciones, 
cual  Poey,  entendemos  que 
debiera  escribirse  viajaca, 
con  v.  (Zool.  F.  Chromida?; 
esp.  Acara  tetr  acantilar  a) . 
(Voz   caribe,    según   Zayas. 


Según  Fr.  Bartolomé  de  las 
Casas,  los  indios  pronun- 
ciaban diahaca). 

Biajaca  de  mar.  Cub.  epic. 
f.  —  Pez  muy  parecido  al 
anterior,  abundante  en  agua 
salada,  de  color  aceitunado 
obscuro,  con  algunas  man- 
chas amarillas.  (Zool.  F. 
Lobotidce;  esp.  Lobote  su- 
rinamensis,  Poey). 

Blajaiba.  Cub.  epic.  f. — Pez 
abundante,  de  cuerpo  an- 
cho y  aplastado,  blanco  por 
el  vientre,  que  pasa  al  rosa 
en  los  costados  y  concluye 
morado  hacia  el  lomo,  con 
varias  listas  amarillentas 
en  la  parte  anterior  del 
cuerpo,  aletas  rojas,  así 
como  la  cola,  y  ojos  negros 
con  iris  también  rojo.  Es 
un  bocado  exquisito.  Pro- 
siguiendo la  crítica  que  se 
puede  ver  en  la  voz  biajaca, 
añadiremos  que  sólo  dos 
palabras  que  empiecen  con 
las  letras  bia  están  acep- 
tadas en  castellano:  "biar- 
ca"  y  "biaza";  y,  en  cam- 
bio, hay  veintidós  con  via, 
de  las  cuales  cuatro  (sin 
tener  en  cuenta  las  varias 
acepciones),  empiezan  con 
las  dos  sílabas  viaja.  Es, 
pues,  una  poderosísima 
razón  para  recomendar  la 
preferencia  de  la  y.  (Zool. 
F.  Lutianidce;  esp.  Neomoe- 
nis  synagris,  Lin.)  (Voz  oa- 
ribo.  Zayas). 

Biajaiba  de  lo  alio.  Cub. 
epic.  f.  —  Pez  de  parecido 
tamaño  y  figura  que  el  an- 


BIBI 


63  — 


BIBI 


terior,  con  franjas  longitu- 
dinales y  paralelas,  amari- 
llas y  rojas,  semejando  el 
pabellón  español,  por  lo  que 
también  se  llama  bandera 
española.  No  es  muy  abun- 
dante. (Zool.  F.  Serránidos; 
esp.  Pleiropoma  hispani- 
cus,  Guv.) 

Biajaru.  Cub.  epic.  m. — Pri- 
mitivo nombre  de  la  palo- 
ma conocida  por  tojosa. 
Véase.  Aplicamos  a  esta 
voz  lo  dicho  en  biajaca  y 
biajaiba.  (Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Biaya.  Cub.  epic.  f. — desusa- 
da.— El  ave  zancuda  cono- 
cida por  "flamenco".  (Et. 
Según  Zayas,  voz  caribe; 
nosotros  nos  inclinamos  a 
creer  que  sea  corrupción, 
por  aféresis,  de  la  voz  bam- 
biaya,  su  otro  nombre). 

Biberón.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Véase  la  frase  138  del  Apén- 
dice.  Tiene   los  usos   cast. 

Bibijagua.  Cub.  epic.  f. — 
Hormiga  de  gran  tamaño, 
color  carmelita  obscuro, 
nocturna,  muy  dañina  a 
toda  clase  de  cultivos,  pues 
destruye  sus  hojas  con  pas- 
mosa rapidez.  Vive  en  so- 
ciedades muy  nutridas,  go- 
bernadas por  una  reina  que 
se  oculta  en  lo  más  profun- 
do de  la  bibijagüera.  Todos 
los  esfuerzos  hasta  el  día  por 
extinguir  esta  amenaza  del 
agricultor,  han  sido  estéri- 
les :  se  propagan  de  manera 
asombrosa.  Son  muy  acti- 
vas   en    sus    trabajos.    Las 


madres  son  de  cuerpo  más 
desarrollado  y  aladas,  lo 
que  les  permite  hacer  ex- 
cursiones más  largas.  Entre 
los  medios  adoptados  para 
la  destrucción  de  la  bibi- 
jagua, aparte  los  científicos, 
es  curioso  el  que  se  pre- 
tendió con  la  introducción 
de  la  hormiga  loca,  por  su- 
ponerla enemigo  encarni- 
zado de  aquélla,  y  cuyos  re- 
sultados supo  decir  en  ver- 
sos el  poeta  J.  M.a  de  Cár- 
denas, citado  por  Zayas: 

Por  que  matase  la  bibijagua 

La  hormiga  loca  nos  han  traído, 

Y  así  ahora  tienen  nuestras  labranzas 

En  vez  de  uno,  dos  enemigos. 

(Zool.  F.  Formícidos;  esp. 
Atta  insularis,  Guerin). 
(Voz  caribe,   según  Zayas). 

Bibijagua.  Cub.  f.  —  fig.  y 
fam. — Dícese  a  la  persona 
activa  y  diligente,  que  tie- 
ne iniciativa  p-rupia. 

Bibijagüera.  Cub.  f. — Habi- 
tación subterránea  de  las 
bibijaguas,  compuesta  de 
múltiples  galerías  muy  lar- 
gas y  angostas,  que  se  re- 
conocen exteriormente  por 
un  montecillo  de  tierra,  en 
cuya  cumbre  está  la  en- 
trada principal,  pues  sue- 
len tener  otras  ocultas.  Las 
bibijagüeras  son  propias  de 
terrenos  colorados,  donde 
algunas  veces  forman  ciu- 
dades. Algunas  personas 
dan  terminación  masculina 
a  esta  voz,  y  no  les  falta 
razón. 


BIEN 


64  — 


BIJA 


laguer®.  Cub.  m. — Véase 
bibijagüera. 

Bf  hona.  Cub.  f.  —  Árbol  sil- 
vestre de  cuatro  a  seis  me- 
tros de  altura,  que  se  en- 
cuentra en  terrenos  pedre- 
gosos, ya  húmedos  o  secos, 
de  hojas  alternas,  elípticas, 
lustrosas,  y  flores  peque- 
ñas en  racimos;  madera 
blanca  no  utilizable  en  car- 
pintería. Otros  dicen  palo 
cachimba  y  ramón  de  vaca. 
No  obstante  estar  generali- 
zada la  forma  bibona,  nos 
parece  más  correcto  escri- 
bir vibona.  (Zool.  F.  Ara- 
liáceas;  esp.  Dendroponax 
cuneifolium,  Wr.)  (Voz  ca- 
ribe, según  Zayas). 

Bicho.  Cub.  epic.  m. — Por  an- 
tonomasia, entre  los  cam- 
pesinos, se  dice  al  agrimen- 
sor, y  a  la  enfermedad  del 
ganado  llamada  babosa. 
Véanse  ambas  voces. 

Bicho  de  candela.  Cub.  m. — 
El  que  se  cría  en  las  hojas 
del  laurel  de  la  India.  Véa- 
se. 

Bidel.  Amer.  m. — Especie  de 
aljofaina  semejante  al  cuer- 
po de  una  guitarra,  que 
descansa  sobre  tres  o  cua- 
tro patas,  la  cual  usan  las 
mujeres  para  lavarse  la 
pelvis  sentándose  a  horca- 
jadas. La  R.  A.  acepta 
"bidé".  (Et.  Del  francés  bi- 
det). 

Bien,  Cub.  adv. — fam. — Véa- 
se la  frase  229  del  Apén- 
dice. 

Bienhechuría.    Cub.    f. — Las 


mejoras  o  reformas  intro- 
ducidas en  una  finca  arren- 
dada sobre  las  que  no  tie- 
ne legales  derechos  de  pro- 
piedad el  arrendante.  (Et. 
De  "bien  y  "hacer"). 

Bienmesabe.  Cub.  m. — Dul- 
ce que  se  hace  con  almen- 
dras, huevos,  azúcar,  etc. 
Por  lo  tanto,  no  se  parece 
al  merengue  que  describe 
la  R.  A. 

Bienteveo.  Cub.  epic.  m. — 
Así  llaman  algunos  al  ave 
totí.  Véase.  Nombre  toma- 
do del  sonido  de  su  canto. 

Bijabo.  Cub.  m. — desusado. — 
El  lugar  abundante  de  bi- 
jas. Es  de  advertir  que  este 
nombre  de  árbol  aceptado 
por  la  R.  A.  como  america- 
nismo nos  parece  de  ori- 
gen cubano,  y  acaso  una  de 
tantas  voces  que  han  pasa- 
do de  América  al  caste- 
llano con  olvido  de  su  na- 
cimiento. 

Bifagua.  Cub.  f.  —  Árbol  sil- 
vestre de  todo  terreno,  que 
alcanza  hasta  nueve  metros 
de  altura,  de  tronco  delga- 
do, hojas  medicinales  y  ma- 
dera sin  aplicación.  (Voz 
caribe,  Zayas). 

Bijagual.  Cub,  m. — Sitio  don- 
de abunda  el  árbol  bijagua. 

Bijáguara.  Cub.  f.  —  Árbol 
silvestre  muy  elevado,  de 
hojas  grandes  de  color  cas- 
taño por  el  envés,  de  cuyo 
cocimiento  dicen  que  faci- 
lita o  estimula  la  mens- 
truación; flores  de  color 
carmelita,    corteza    amarga 


BIJI 


—  65  — 


BIRI 


y  astringente,  y  madera  ro- 
jiza estimada  en  construc- 
ciones por  su  notable  re- 
sistencia. También  se  llama 
fuego  y  palo  mabí.  (Bot.  F. 
Rámneas;  esp.  Colubrina 
ferruginea).  (Voz  caribe, 
Zayas). 

Bijaguarah  Cub.  m. — Lugar 
donde  abunda  el  árbol  bijá- 
guara. 

Bijaura.  Cub.  f. — Arbusto  de 
copa  frondosa,  apreciado 
en  jardinería,  de  hojas 
grandes  dentadas,  flores 
también  grandes,  acampa- 
nadas, blancas,  y  algunas 
veces  amarillentas,  perfu- 
madas y  venenosas,  que  se 
marchitan  con  la  salida  del 
sol.  Es  el  "floripondio"  des- 
crito por  la  R.  A.,  llamado 
así  también,  y  además 
campana,  flor  de  campana, 
árbol  de  la  bibijagua,  cam- 
panilla blanca  y  floripondio 
blanco.  (Bot.  F.  Solanáceas ; 
esp.  Datura  suaveolens). 
(Voz  caribe,  Zayas; . 

Bijirita.  Cub.  epic.  m. — Paja- 
rito emigrante,  del  que  se 
conocen  muchas  especies  de 
diversos  tamaños  y  colo- 
res, algunas  muy  bonitas, 
que  pasan  en  la  Isla  el  oto- 
ño y  el  invierno,  retornan- 
do luego  a  Norteamérica, 
de  donde  son  originarias. 
La  especie  más  común  es 
del  tamaño  de  un  canario, 
de  color  aceitunado,  algo 
amarillenta  en  la  parte  in- 
ferior; frecuenta  los  sem- 
brados en  busca  de  insec- 


tos, su  alimento  principal, 
pues  también  come  fruta. 
Es  de  ligerísimos  movi- 
mientos y  muere  en  cauti- 
vidad. Algunas  de  esas  es- 
pecies reciben  nombres  par- 
ticulares, sin  que  se  las 
distinga  con  el  genérico  de 
bijirita,  y  otras  entre  éstas 
reciben  además  otros  nom- 
bres; en  la  región  oriental, 
cabrerito  giro,  chochito  y 
viudito;  en  la  provincia  de 
Santa  Clara,  chinchilita,  y 
en  Trinidad,  mariposa  ga- 
lana. (Zool.  F.  Silvicolidce; 
esp.  principal :  Dendroica 
palmarum,  Gmel.)  (Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Bijirita.  Cub.  común. — fig.  y 
fam.  —  Así  dicen  algunos, 
en  buen  sentido,  al  cubano 
hijo  de  padre  español. 

Bijirita.  Cub.  m. — Una  come- 
ta de  papel  de  las  más  pe- 
queñas, que  lleva  cola  de 
trapo. 

Bijirita.  Cub.  adj.  —  Suelen 
aplicarlo  algunos  en  lugar 
de  "diminuto":  "El  niño 
se  crió  siempre  muy  biji- 
rita". 

Bilongo.  Cub.  m. — Equivale 
a  brujería,  o  lo  que  suele 
decirse  en  castellano  gra- 
ciosamente "mal  de  ojo": 
"No  comas  esa  fruta,  que 
tiene  bilongo". 

Billetero,  ra.  Cub.  m.  y  f. — 
La  persona  dedicada  a  la 
venta  ambulante  de  bille- 
tes de  la  Lotería  Nacional. 

Birijí.  Cub.  m. — Árbol  silves- 
tre de  unos  cinco  metros  de 


BLAN 


—   66 


BLBD 


altura,  propio  de  terrenos 
bajos;  florece  al  finalizar  el 
invierno,  y  su  fruto  lo 
comen  el  ganado  porcino  y 
algunos  pájaros.  Es  buena 
madera  y  hay  varias  espe- 
cies. (Bot.  F.  Mirtáceas;  esp. 
principal:  Eugenia  poiret- 
til,  D.  G.)  (Voz  caribe,  se- 
gún Zayas). 

Birijí  de  hojas  menudas. 
Cub.  m. — El  tomillo  de  cos- 
ta. Véase. 

Bisté.  Amer.  m.  —  Tajada  o 
lonja  de  carne  de  res,  asa- 
da o  frita.  Es  anglicismo 
que  nos  parece  bastante 
más  castellanizaba  que  el 
híbrido  "biftec"  aceptado 
por  la  R.  A. 

Biyaya.  Cub  f. — fig.  y  fam. — 
desusada.  —  "Sinónimo  de 
bibijagua,  en  su  sentido 
metafórico";  dice  Pichardo. 
Parece  una  corrupción  pro- 
pia de  niños. 

Bizcorneado,  da.  Cub.  adj. 
— fam. — Api/case  a  la  per- 
sona que,  po?  defecto  físi- 
co, o  de  pr«  pósito,  sea  o 
finja  ser  bizca  o  bisoja,  sin 
que  estén  desterradas  por 
eso  estas  voces. 

Bizcornear.  Cub.  v.  n. — La 
acción  de  concentrar  la  vi- 
sual de  ambas  pupilas  en 
la  nariz,  remedando  estar 
bizco. 

Blanco.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Véanse  la  frase  80,  y  los 
refranes  32  y  33  en  los 
respectivos  Apéndices. 

Blandura.  Cub.  f. — La  hu- 
medad atmosférica  que  po- 


ne correoso  el  tabaco  en  ra- 
ma recién  cosechado,  y  es 
oportuna  en  cierta  época 
del  año  para  atarlo  sin  que 
se  quiebre  ni  dañe.  Se  dice : 
"Hay,  o  no  hay,  blandura". 

Blanquülo.  Amer.  epic.  m. — 
Pececillo  semejante  a  una 
sardina  pequeña,  que  es 
una  especie  de  manjúa 
(véase),  aunque  de  mayor 
tamaño,  conocido  también 
por  pez  rey.  (Zool.  F.  Clu- 
peida?;  esp.  Engraulis 
brownii,  Bl.)  (Et.  Diminu- 
tivo  de    "blanco"). 

Bledo.  Cub.  m. — Planta  her- 
bácea diferente  a  la  descri- 
ta por  la  R.  A.  con  el  mis- 
mo nombre.  Es  muy  abun- 
dante y  espinosa,  crece 
unos  6  decímetros,  y  pro- 
duce unas  florecillas  en  ra- 
cimos pequeños.  Hay  va- 
rias especies  de  dos  fami- 
lias botánicas  diferentes, 
con  aditamentos  particula- 
res. 

Bledo  carbonero.  Cub.  m. — 
Reciben  este  nombre  varias 
especies  semejantes,  de  las 
que  la  más  importante  está 
definida  en  el  Dic.  de-  la  R. 
A.  con  el  nombre  de  "hierba 
carmín",  que  también  re- 
cibe en  Cuba,  y  todas  son. 
de  ese  color.  (Bot.  F.  Fito- 
lacáceas;  esp.  Phytolacca 
decandra) . 

Bledo  de  clavo.  Cub.  m. — 
Más  conocida  por  arcedia- 
no. Véase. 

So   espinoso.   Cub.   m. — 
Tipo  con  espinas  rojas  en 


BOBI 


67 


BOBO 


"el  tallo  y  los  pecíolos.  (Bot. 
F.  Amarantáceas ;  esp.  Ama- 
ranthus  spinosus). 

Bledo  francés.  Cub.  m. — 
Ejemplar  escaso  y  sin  no- 
tables caracteres.  (Bot.  F. 
A.;  esp.  A.  paniculatus). 

Bledo  morisco.  Cub.  m. — 
Muy  parecido  por  el  color 
a  las  especies  del  carbone- 
ro. (Bot.  F.  A.;  esp.  A.  san- 
guineus). 

Bloc.  Común,  m. — Véase  blo- 
que. 

Bloque.  Común,  m. — Así  di- 
cen algunos,  con  más  co- 
rrección que  si  emplearan 
el  equivalente  bloc,  común 
en  varios  países,  al  taco 
exfoliador  de  los  calenda- 
rios, y  con  mucha  más  fre- 
cuencia al  cuaderno  de  pa- 
pel sin  tapas  empleado  pa- 
ra anotaciones  provisiona- 
les. Tiene  también  el  uso 
indicado  por  la  R.  A.  y  asi- 
mismo se  deriva  del  alemán 
block. 

Bloque.  Cub.  m. — En  el  jue- 
go de  billar,  cierta  combi- 
nación o  jugada  con  las  bo- 
las puestas  delante  de  una 
tronera. 

Bobera.  Cub.  subs.  común. 
— Equivale  a  "bobo,  ba", 
empleado  como  substanti- 
vo: "Pedro  es  un  bobera"; 
"Juana  es  una  bobera".  En 
Colombia  significa  bobería. 

Bobiné.  Cub.  m.  —  Una  es- 
pecie de  género  de  punto. 
(EL  Del  francés  bobine). 

Bobito.  Cub.  epic.  m. — Paja- 
rillo  muy  parecido  al  pa- 


pamoscas,  que  como  éste 
se  alimenta  de  ellas  y  otros 
insectos,  del  que  se  conocen 
dos  especies  con  aditamen- 
tos particulares,  de  vuelo 
corto  y  que  permiten  acer- 
carse bastarte  a  las  perso- 
nas, por  lo  que  recibieron 
ese  nombre.  Hay  otras  es- 
pecies afines,  de  vuelo  ele- 
vado y  sosten iv  /,  que  se 
nombran  pitii  res. 

Bobito  chico.  Cub.  epic.  m. 
— El  tipo  más  pequeño  del 
bobito,  cual  lo  indica  su 
nombre,  de  plumaje  more- 
no olivado,  que  construye 
su  nido  con  hierbas  y  plu- 
mas en  alguna  rama  hori- 
zontal. (Zool.  F.  Tyrannidce ; 
esp.  Blacicus  cavibceus). 

Bobito  grande.  Cub.  epic.  m. 
— Tipo  mayor  que  el  pre- 
cedente, cíe  plumaje  par- 
dusco obscuro  en  el  lomo, 
grisáceo  en  el  pecho  y  ama- 
rillento en  las  patas,  con 
un  mofiito  erecto.  Forma 
su  nido  con  lana  vegetal, 
pelos,  plumas,  etc.,  en  los 
huecos  de  los  árboles.  (Zool. 
F.  T.;  esp.  Myarchus  sagro?). 

Bobo.  Cub.  va. — Juego  de  nai- 
pes, propio  de  mujeres,  que 
consiste  en  suprimir  un 
as  a  la  baraja;  luego  se  re- 
parten las  cartas  y  se  van 
formando  parejas  hasta  que 
uno  de  los  jugadores  se 
queda  con  el  as  de  oros  sólo 
en  la  mano,  por  lo  que  es 
calificado  de  bobo,  cual  dis- 
pone el  juego.  Tiene  las 
acepciones  castellanas. 


BOCA 


68 


Boca  de  dragón.  Gub.  f. — 
Planta  estimada  en  jardi- 
nería, de  hojas  lanceoladas, 
largas  como  de  tres  decí- 
metros, cuya  flor  le  da  nom- 
bre por  semejanza.  Véase 
monigote. 

Boca  de  león.  Cub.  f. — Plan- 
ta también  de  jardinería 
que  toma  ese  nombre  por 
la  figui\.  de  su  flor.  (Bot. 
esp.  Rytiaophyllum  creno- 
latum). 

Boca  de  lobo.  Cub.  f. — Véase 
colonia  (1.a  acep.) 

Bocabajo.  Cub.  m. — Castigo 
de  azotes  que  se  daba  al 
negro  esclavo  puesto  en  esa 
posición,  y  que  hoy  se  dice 
al  que  suelen  aplicar  los 
agentes  de  la  Autoridad  con 
vergajo  o  sable  a  un  indi- 
viduo aprehendido,  sea  cual 
fuere  la  posición  de  la  víc- 
tima. 

Bocadillo.  Cub.  m.  —  Dulce 
compuesto  de  boniato,  azú- 
car, etc.;  es  pastoso  y  sua- 
ve. 

Bocadito.  Cub.  m. -Cigarrillo 
con  envoltura  de  hoja  de 
tabaco   en   lugar  de  papel. 

Bocadito  de  la  reina.  Co- 
mún, m. — Dulce  compuesto 
con  clara  de  huevo  batida 
con  leche  y  harina,  rociado 
luego  con  la  yema  de  huevo 
y  puesto  en  almíbar.  Tam- 
bién se  dice  sin  emplear  el 
diminutivo. 

Bocadulce.  Cub.  epic.  m. — 
Pez  afín  a  los  tiburones, 
que  alcanza  un  metro  de 
lpngitud,  vive  a  gran  pro- 


fundidad y  tiene  los  dientes 
aplanados,  por  cuyas  cir- 
cunstancias se  le  considera 
el  menos  temible  de  esta 
clase  de  peces,  y  a  lo  cual 
debe  su  nombre.  No  es  co- 
mestible. (Zool.  F.  Galeor- 
nidoe;  esp.  Mustelus  canis, 
Mit.) 

Bocatero,  ra.  Cub.  adj. -Aplí- 
case a  la  persona  que  habla 
provocativamente,  con  jac- 
tanciay  fanfarronería.  Equi- 
vale al  "bocón,  na"  del 
castellano  figurado. 

Bocina.  Cub.  f. — La  pieza  de 
metal  que  cubre  exterior- 
mente  el  extremo  del  eje  en 
el  vehículo  llamado  volan- 
te. Tiene  los  usos  castella- 
nos. 

Bocón.  Cub.  epic.  m.  —  Pe- 
queño pez  en  figura  de  sar- 
dina, aunque  de  mayor  ta- 
maño, con  el  hocico  alar- 
gado y  retrasada  la  mandí- 
bula inferior.  (Zool.  F.  En- 
graülidce;  esp.  Engraulis 
edentulus,  Cuv.)  Tiene  las 
acep.  cast. 

Bodega.  Cub.  f. — Lo  mismo 
que  "abacería",  tienda  de 
comestibles.  Tan  generali- 
zado está  el  uso  de  esta  voz, 
que  se  encuentra  en  las 
producciones  de  los  autores 
más  atildados,  y  no  sólo  ha 
perdido  sus  propios  signi- 
ficados castellanos,  sino  que 
no  tiene  sinónimo  en  Cuba. 

Bodegueril.  Cub.  adj. — Díce- 
se  en  lenguaje  elegante  a 
lo  característico  de  la  bo- 
dega y  el  bodeguero. 


BOJE 


—  69  — 


BOLO 


Bodeguero.  Cub.  va. — El  due- 
ño o  empleado  de  una  bo- 
dega. Véase  el  refrán  nú- 
mero 11  del  Apéndice. 

Bodeguero.  Cub.  m. — fig.  y 
fam. — Dícese  con  cierto  in- 
justificado desdén  de  algo 
torpe,  rústico,  chambón: 
"Jacinto  tiene  tipo  de  bo- 
deguero". 

Bogfo.  Cub.  m. — vulg. — Al- 
gunos escriben  así  en  lugar 
de  bojío  para  señalar  la 
corrupción  campesina  de 
"bohío".  Es  error  evidente, 
puesto  que  la  h  degenera 
en  j  y  no  en  g,  cual  puede 
observarse  en  ajumado  de 
"ahumado",  y  en  jutía  de 
"hutía",  menos  en  los  casos 
que  precede  a  un  diptongo. 

Bohío  de  vara  en  tierra. 
Cub.  m. — El  bohío  sin  pa- 
redes; esto  es,  la  techum- 
bre en  forma  de  ángulo, 
con  las  dos  aguas  o  aleros 
descansando  en  el  suelo. 
También  se  llama  rancho, 
su  nombre  americano  cas- 
tellanizado, y  en  Colombia 
se  dice  rancho  de  vara  en 
tierra,  a  la  manera  cubana. 

Boje.  Cub.  m. — Árbol  indí- 
gena y  silvestre  que  se  ele- 
va unos  diez  metros  en  los 
terrenos  pedregosos  del  li- 
toral, de  tronco  delgado,  y 
madera  dura  e  inflexible 
que  suele  destinarse  a  la 
construcción  de  remos. 
(Bot.  esp.  Maytenus  buxi- 
folius,  Gris.)  (Et.  Suponen 
algunos  que  los  indios  de- 
cían box,  de  donde  deriva; 


pero  lo  probable  es  que  se 
trate  de  una  corrupción  de 
"boj"). 

Boje  de  Persia.  Cub.  va. — ■ 
Suele  llamarse  así  en  la  re- 
gión oriental  al  arbusto 
murraya.  Véase. 

Bojío.  Cub.  va. — Es  corrup- 
ción campesina,  no  muy 
frecuente,  de  "bohío". 

Bo!a  (La).  Cub.  f. — fam. — 
Véase  la  frase  182-a  del 
Apéndice. 

Bolada.  Cub.  f. — fam.— Men- 
tira que  corre  de  boca  en 
boca.  (Et.  Del  castellano 
"bola",  en  sentido  figura- 
do). 

Bolanchera.  Cub.  f. — antic. — 
Especie   de   contradanza. 

Bolas.  Cub.  f.  pl.  —  fam. — 
Véanse  las  frases  35  y  152 
del  Apéndice. 

Boletín.  Cub.  va. — Por  anto- 
nomasia, el  billete  de  fe- 
rrocarril, único  nombre  que 
tiene  en  Cuba.  Recibe  las 
acep.  cast. 

Boleto.  Cub.  va. — vulg. — Di- 
minutivo impropio  de  la 
voz  bolo,  sin  que  altere  el 
significado,  porque  la  mo- 
neda de  un  duro  ni  puede 
ser  mayor  ni  menor. 

Boliche.  Cub.  m. — Carne  de 
res  de  la  parte  del  muslo. 

Boiihoyo.  Cub.  va. — Llámase 
al  juego  de  muchachos  más 
conocido  por  hoyitos.  Véa- 
se. 

Bolo.  Cub.  va. — vulg. — Díce- 
se a  la  moneda  de  plata  de 
un  duro,  sin  que  se  expli- 
que    fácilmente     por     qué 


BOMB 


—    70    ~ 


BOMB 


analogía  se  le  dice  así.  Tie- 
ne los  usos  castellanos. 

Bolo,  la.  Cub.  adj. — Aplícase 
a  las  aves  con  poca  o  nin- 
guna cola. 

Boloíídrón.  Cub.  m.-La  plan- 
ta quimbombó.  "Véase. 

Bolleo.  Cub.  m.  —  vulg.  — 
Equivale  a  "escándalo", 
"alboroto",  "pelotera":  "Se 
formó  el  gran  bolleo".  Otros 
dicen  folleo. 

Boüito  de  cusubé.  Cub.  m. 
— El  dulce  de  cusubé,  cuan- 
do se  presenta  en  forma  de 
panecillo. 

B08I0.  Cub.  m.  —  antic.  —  El 
primer  barro  que  se  em- 
pleaba para  purgar  el  azú- 
car. 

Bollo.  Cub.  m.  —  fam.  —  El 
clítoris  de  la  mujer.  Está 
desterrado  el  uso  de  esta 
voz  como  castellana,  debi- 
do al  significado  muy  ge- 
neralizado que  hoy  tiene 
en  Cuba. 

Bollo  mina.  Cub.  m.  —  des- 
usada. —  Panecillo  hecho 
con  harina  de  maíz  relleno 
con  algún  dulce,  y  envuel- 
to luego  en  hojas  de  plá- 
tano. 

Bollo  prieto.  Cub.  m.  —  en 
desuso. -En  la  región  orien- 
tal, el  dulce  conocido  en  la 
occidental  por  palanqueta 
(véase),  cuando  se  le  añade 
alguna  especia. 

Bomba.  Cub.  f. — antic. — Es- 
pecie de  cucharón  grande 
que  se  destinaba  en  los  in- 
genios a  enfriar  y  granular 


la  pasta  de  azúcar.  Tiene 
las  acep.  cast. 

Bomba.  Cub.  f.  —  antic.  — 
Una  especie  de  fanal  en  fi- 
gura de  campana,  "de  cris- 
tal, que  se  usaba  a  modo 
de  lámpara  pendiente  del 
techo,  para  la  protección  a 
una  bujía. 

Bomba,  Común,  f. — fam.— 
Dícese  a  la  chistera  o  som- 
brero de  copa. 

Bomba.  Cub.  f. — fam. — Dicen 
así  algunos  a  la  moneda 
de  una  peseta.  Es  sinóni- 
mo de  guana,  tapa,  chapa 
y  otros. 

Bombasí.  Cub.  m. — Tela  de 
seda  fina  y  tupida,  regu- 
larmente de  color  negro. 

Bombeadora.  Cub.  i. — antic. 
— Especie  de  garrucha  para 
facilitar  la  tarea  de  trase- 
gar el  guarapo,  que  ha  des- 
echado el  progreso. 

Bombear.  Cub.  v.  a. — antic. 
— Operación  de  trasegar  el 
guarapo  de  un  tacho  a  otro 
por  medio  de  un  cucharón 
mayor  que  el  llamado  bom- 
ba, denominado  bombón. 

Bombear.  Cub.  v.  a. — "Eje- 
cutar la  operación  quirúr- 
gica de  extraer  el  agua  del 
vientre  del  hidrópico,  tala- 
drándole". Eso  dice  Pi- 
chardo. 

Bombear.  Cub.  v.  a. — Ex- 
traer agua  de  un  pozo  por 
medio   de  una  bomba. 

Bombear.  Común,  v.  a. — fig. 
y  fam. — Elogiar  con  exce- 
so a  una  persona,  darle 
bombo:   "Hoy  se  bombea  a 


BOMI 


71    — 


BONA 


cualquiera  a  bajo  precio". 

Bombera.  Cub.  f.  —  Dícese 
que  la  tiene  o  sufre  la  per- 
sona falta  de  agudeza,  de 
gracia  en  el  decir. 

Bomberos.  Cub.  m.  pl. — fam. 
— En  algunas  localidades, 
dícese  al  potaje  de  judías  o 
fríjoles  negros.  Cuando  se 
mezcla  con  arroz  en  blan- 
co se  dice  moros  y  cris- 
tianos. 

Bombín.  Común,  m. — El  som- 
brero conocido  por  "hongo", 
pero  mucho  más  en  Es- 
paña y  gran  parte  de  Amé- 
rica por  bombín,  aunque 
no  tenga  esta  voz  la  for- 
tuna de  figurar  en  el  Dic. 
oficial  ni  en  la  mayor  par- 
te de  los  diccionarios. 

Bombo,  ba.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  ciertos  alimentos  ve- 
getales que  han  perdido  su 
peculiar  substancia,  con 
particularidad  a  las  fru- 
tas reblandecidas.  Véase 
agua  bomba. 

Bombó.  Cub.  m.  —  Aféresis 
poco  usada  de  quimbombó, 
que  es  el  cubanismo  acep- 
tado por  la  R.  A. 

Bombón,  Cub.  m. — Especie 
de  cangilón  de  metal  ma- 
yor que  el  llamado  bomba, 
destinado  en  los  ingenios  a 
trasegar  el  guarapo  entre 
dos  tachos. 

Bominí.  Cub.  m.—  Árbol  sil- 
vestre apenas  conocido,  de 
madera  dura  y  fuerte,  que 
da  resina  por  incisión.  Pi- 
chardo  dice  bominisí.  (Yoz 
caribe). 


Bominisí.  Cub.  m. — Véase  la 
voz  anterior. 

Bonasí.  Cub.  epic.  m. — Gé- 
nero de  peces  acantopteri- 
gios  de  bastante  tamaño, 
con  la  boca  hendida  hasta 
más  allá  de  los  ojos,  la 
mandíbula  inferior  adelan- 
tada, y  una  fila  movible  de 
dientes  al  interior  de  la 
boca.  Son  peces  venenosos, 
por  lo  que  se  persigue  su 
venta,  principalmente  de 
las  especies  mayores.  Véan- 
se a  continuación  algunos 
tipos  con  aditamentos  par- 
ticulares. (Zool.  F.  Serra- 
nidce).  (Et.  Voz  caribe,  se- 
gún  Zayas). 

Bonasí  arará.  Cub.  epic.  m. 
— Ejemplar  muy  parecido 
al  llamado  aguají,  de  color 
moreno  rojizo  con  franjas 
más  claras.  (Zool.  F.  S.; 
esp.  Mycteroperca  bonasí, 
Poey). 

Bonasí  cardenal.  Cub.  epic. 
m. — Tipo  que  alcanza  un 
peso  de  15  a  25  libras,  de 
color  rojo  con  manchas  ne- 
gras. Es  una  de  las  espe- 
cies más  peligrosas  para 
enfermarse  de  ciguatera. 
(Zool.  F.  S.;  esp.  M.  apua). 

Bonasí  de  piedra.  Cub.  epic. 
m. — La  especie  mayor  de 
estos  peces  y  la  más  vene- 
nosa, que  alcanza  un  peso 
de  15  kilogramos;  es  de  co- 
lor bruno  con  reflejo  vio- 
lado. (Zool.  F.  S.;  esp.  M. 
venenosa,  Lin.) 

Bonasí  gato.  Cub.  epic.  m. — 
Especie  de  color  pardo  mo- 


BONI 


72  


BONI 


rado  con  fajas  claras  en  el 
lomo,  y  manchas  obscuras 
por  todo  el  cuerpo.  (Zool. 
F.  S.;  esp.  M.  tigris,  Guv.) 

*Bongo.  Cub.  m.  —  "Lancha 
grande  sujeta  a  una  maro- 
ma, que  se  utiliza  para 
atravesar  los  ríos",  dice 
la  R.  A. 

Bongó»  Cub.  m. — Tambor  que 
usan  los  negros  en  sus  fies- 
tas, y  en  el  que  producen 
una  música  tan  desagrada- 
ble, por  lo  sumamente  mo- 
nótona, que  no  se  explica 
sea  entre  ellos  predilecta. 
La  llaman  son.  (Et  Voz 
africana). 

Boniato!.  Amer.  m.-Un  sem- 
brado de  boniatos. 

*  Boniatos©.  Cub.  m. — Dulce 
compuesto  de  boniato  y 
azúcar.  Se  diferencia  de  la 
cafiroleta  en  que  no  lleva 
coco.  Algunos  campesinos 
dicen  incorrectamente  bu- 
niatillo.  (Et.  de  "boniato"). 

Boniatillo.  Cub.  m. — Dos  es- 
pecies de  árboles  silvestres 
de  regular  elevación  y  bue- 
na madera  aunque  poco 
utilizable,  que  también  son 
conocidas  por  boniato  ama- 
rillo y  blanco,  según  que  la 
madera  sea  de  uno  u  otro 
color.  (Bot.  F.  Lauráceas; 
esp.  Nectandra  boniato,  A. 
Rich.  y  Phoebe  triplinervis, 
Griseb.) 

Boniato.  Cub.  m.  —  Traemos 
a  este  diccionario  esta  voz 
castellana  para  significar 
algunas  particularidades  de 
la    planta   y    su    fruto    en 


Cuba,  donde  constituye  uno 
de  los  frutos  de  huerta  más 
estimables,  y  tan  comunes 
como  la  patata  en  España. 
Hay  multitud  de  especies 
en  la  Isla  que  reciben  adi- 
tamentos particulares,  en- 
tre las  que  mencionaremos 
el  boniato  amarillo,  o  de 
yema  de  huevo,  de  tallo 
verdoso,  hojas  redondea- 
das y  fruto  con  pulpa  del 
color  que  sus  nombres  in- 
dican; boniato  Antonio 
Díaz,  o  blanco,  de  tallos  y 
fruto  blancos,  con  la  casca- 
ra rosada  éste,  que  alcanza 
un  peso  hasta  de  20  libras; 
boniato  rojo,  o  cachazudo, 
de  muy  lento  desarrollo, 
con  el  bejuco  blanco,  hojas 
redondeadas  verdinegras,  y 
la  pulpa  del  tubérculo 
blanca  con  el  pericarpio 
rojizo;  boniato  camareto, 
que  tiene  los  tallos  mora- 
dos, así  como  el  fruto  ex- 
teriormente;  boniato  mo- 
rado, o  brujo,  de  sarmien- 
to morado  como  la  especie 
anterior,  hojas  ovales,  ver- 
des con  venas  también  mo- 
radas; boniato  tumbasacos, 
y  matojito,  de  tubérculo 
blanco  por  dentro  y  fuera; 
boniato  barbacoa,  o  camote, 
especie  importada  del  Cabo 
de  Buena  Esperanza,  poco 
estimable;  el  boniato  cuba- 
no, y  el  aterciopelado,  que 
son  de  los  más  estimables. 
En  Cuba,  solamente  algunos 
campesinos  dicen  "bunia- 
to" (R.  A.)  y  muniato.  Ade- 


BONO 


—  73  — 


BOTA 


más  de  estos  bejucos  de 
huerta  se  conocen  algunos 
árboles  llamados  boniato 
con  algún  aditamento,  como 
se  puede  ver  a  continua- 
ción. Véase  el  refrán  31  del 
Apéndice. 

Boniato  aguacatiilo.  Cub.  m. 
— Véase  baullúa. 

Boniato  amarillo.  Cub.  m. — 
Véase  boniatülo  (2.a  acep.) 

Boniato  blanco.  Cub.  m. — 
Véase  boniatülo  (2.a  acep.) 

Boniato  cigua.  Cub.  m.  —  El 
árbol  más  comúnmente  co- 
nocido por  su  nombre  anti- 
llano castellanizado  de  "ci- 
gua". 

Boniato  del  pinar.  Cub.  m. 
— Árbol  silvestre  de  terre- 
no arenoso,  poco  abundante 
y  de  madera  sin  aplicación. 
(Bot.  F.  Lauráceas ;  esp. 
Phcebe  montana,  Griseb.) 

Boniato  de  playa.  Cub.  m. — 
Árbol  silvestre,  del  que  se 
conocen  cuatro  especies,  to- 
das de  mala  madera,  que 
producen  unas  frutas  a  la 
manera  del  tubérculo  de  su 
nombre,  no  comestibles. 
(Bot.  F.  Convolvuláceas ;  esp. 
principal:  Ipomoea  impe- 
rati) . 

Boniato  laurel.  Cub.  m. — Ár- 
bol silvestre  de  buena  ma- 
dera, color  verdoso  amari- 
llento. (Bot.  F.  Lauráceas; 
esp.  Sthrychnodaphnce  flo- 
ribunda, Griseb.) 

Bono.  Amer.  m.  —  Empléase 
por  "cupón",  "acción",  o 
significando  documento  fi- 
duciario de  cualquier  clase. 


Boquinegro.  Cub.  epic.  m. — 
Pez  escaso  y  sin  mayor  im- 
portancia, que  los  pescado- 
res, según  Pichardo,  suelen 
confundirlo  con  el  llamado 
pompón.  (Zool.  F.  Scieni- 
dce;  gen.  Hcemulon). 

Borde  de  playa.  Cub.  m. — 
A'éase  yerba  de  la  sangre 
(1.a  acep.) 

Borlote.  Cub.  m.  —  Ultima 
partida  en  el  juego  de  mon- 
te, en  la  que  por  despedida 
se  apuntan  pequeñas  can- 
tidades. 

Borococo.  Cub.  m. — Equiva- 
le a  "confusión",  "mezco- 
lanza", "enredo":  "María 
ha  hecho  un  borococo  en  el 
baúl";  "Fulano  tiene  un 
estilo  de  escribir  tan  malo 
que  es  un  borococo". 

Borrachín,  na.  Común,  adj. — 
fam. — "Borracho,  cha". 

"Boruga.  Cub.  f. — Requesón 
que  consiste  en  batir  la  le- 
che apenas  coagulada  con 
azúcar,  sin  separar  el  sue- 
ro, y  que  luego  se  toma 
como  refresco. 

Boruga.  Cub.  común. — fig.  y 
fam.  —  Dícese  en  algunas 
localidades,  a  la  persona 
despreocupada  y  cachazuda, 
pero  alegre  y  festiva  en  su 
trato  siempre. 

Botada.  Cub.  f.— fam.— El 
acto  y  el  efecto  del  verbo 
botar,  cuando  se  usa  en 
substitución  de  "despedir", 
respecto  de  un  empleado. 
Generalmente  va  precedida 
del  adjetivo  "grande"  apo- 
copado,    cual    en   infinidad 


BOTA 


—  74  — 


de  voces  familiares,  y  así 
se  dice:  "A  Fulano  le  die- 
ron la  gran  botada".  Tam- 
bién se  dice  botadura  y 
botón. 

Botadito,  ía.  Cub.  m.  y  f. — 
Diminutivo  de  botado,  da 
(1.a  acep.) 

Botado,  da.  Amer.  m.  y  f. — 
Dícese  a  la  criatura  aban- 
donada por  sus  padres,  par- 
ticularmente antes  de  en- 
trar en  la  Inclusa.  (Et.  De 
botar). 

Botado,  da.  Amer.  m.  y  f. — 
Aplícase,  con  los  verbos 
"ser"  o  "estar",  general- 
mente, a  los  géneros  co- 
merciales que  se  venden  o 
adquieren  a  bajo  precio: 
"El  arroz  está  botado". 

Botador,  ra.  Amer.  m.  y  f. 
— Dícese  a  la  persona  pró- 
diga en  extremo,  derrocha- 
dora. 

Botadura.  Cub,  f. — Lo  mismo 
que  botada.  Véase.  Conser- 
va el  significado  castellano. 

Botaguano.  Cub.  m. — La  úl- 
tima vara  del  alero  en  un 
techo  o  cobertizo  de  gitano, 
como  el  de  los  bohíos. 

Botana.  Amer.  f.-La  vaina  o 
envoltura,  de  cuero  gene- 
ralmente, que  se  pone  en 
los  espolones  a  los  gallos 
ingleses  o  de  pelea,  para 
que  no  se  lastimen. 

Botar.  Amer.  v.  a. — vulg. — El 
extremado  abuso  que  se 
hace  en  gran  parte  de  Amé- 
rica de  ese  verbo,  nos  fuer- 
za a  traerlo  a  este  Dic.  Es 
reprensible    que    hasta    en 


letras  de  molde  empobrez- 
ca el  lenguaje  corriente,  al 
extremo  de  tener  fuera  de 
uso  algunos  verbos  muy 
necesarios  que  se  han  su- 
plantado por  el  de  botar. 
"Derramar"  y  "verter", 
por  ejemplo,  tan  castizos  y 
útiles,  están  totalmente  abo- 
lidos, pues  aun  en  los  ca- 
sos en  que  se  vierta  o  de- 
rrame un  líquido  involun- 
tariamente ha  de  decirse 
que  se  botó  o  ha  botado. 
"Lanzar",  cuando  no  se 
emplea  en  lenguaje  figura- 
do, apenas  se  usa.  "Des- 
pedir ",  en  las  acep.  pri- 
mera y  segunda  de  la  R.  A., 
tampoco  se  emplea,  y  así 
se  dice  que  "botaron  a  la 
criada",  cuando  la  han  des- 
pedido. Suele  usurpar  tam- 
bién las  funciones  del  ver- 
bo "salir",  pues  no  es  raro 
lo  de  "se  botó  a  la  calle", 
cuando  se  ha  salido  de  pa- 
seo. Y  dicho  lo  que  ante- 
cede, será  prolijo  añadir  lo 
que  corresponda  con  res- 
pecto a  los  verbos  "tirar", 
"arrojar"  y  hasta  "per- 
der", etc.,  etc. 

Botarate.  Amer.  común.  — 
Dícese  a  la  persona  derro- 
chadora, que  malgasta  el 
dinero:  "Jacinto  es  un  6o- 
tarate" ;  "Anita  es  una  6o- 
t arate". 

Botella.  Cub.  f. — Dícese  a  la 
sinecura,  sueldo  que  se  co- 
bra del  Gobierno  sin  tra- 
bajar: "Juan  tiene  dos  6o- 
tellas".  Es  modismo  nacido 


BOTÓ 


—  75  — 


30T0 


durante  el  gobierno  del 
Gral.  Menocal.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Botellero.  Cub.  m.  —  Dícese 
al  político  que  prodiga  las 
botellas.  Véase.  Tiene  los 
usos  castellanos. 

Botellero,  ra.  Cub.  m.  y  f. — 
Dícese  a  la  persona  que 
disfruta  de  una  o  más  6o- 
íellas.  Véase. 

Boticaria.  Cub.  adj. — Sobre- 
nombre de  una  clase  de 
hormiga.  Véase. 

Botija.  Cub.  f. — Árbol  silves- 
tre de  medianas  dimensio- 
.  nes,  de  madera  blancuzca 
veteada,  despreciable.  (Bot. 
F.  Bixáceas;  esp.  Cochlo- 
permum  hibiscaides,  Kth.) 
Tiene  las  acep.  cast. 

Botija.  Cub.  i. — Dícese  por 
antonomasia  a  la  vasija  de 
hojalata  empleada  por  los 
campesinos  para  conducir 
la  leche  a  las  poblaciones. 

Botija  verde.  Cub.  f. — fam. 
Término  de  comparación,  el 
más  ofensivo,  cuando  se 
alude  a  los  insultos  que  ha 
merecido  o  puede  merecer 
una  persona.  Es  de  adver- 
tir que  botija  verde  sólo 
encierra  insulto  en  cuanto  a 
la  intención,  pues  que  nada 
significa  por  sí  mismo:  "Le 
dije  hasta  botija  verde,  y 
no  se  dio  por  ofendido". 
Según  Cuervo,  también  se 
usa  en  Colombia,  pero  su 
origen  parece  cubano. 

Botón.  Cub.  m.  —  fam.  —  Lo 
mismo   que   botada.  Véase. 


Tiene  las  acepciones  caste- 
llanas. 

Botón.  Cub.  m.  —  Reproche 
despreciativo,  particular- 
mente si  no  es  en  privado, 
con  lo  que  aumenta  el  ve- 
jamen. 

Botón  de  oro.  Cub.  m. — 
Planta  silvestre  distinta  de 
la  descrita  por  la  R.  A.  con 
ese  mismo  nombre,  de  ho- 
jas cordiformes,  tomento- 
sas, flores  amarillas  y  se- 
millas que  gustan  a  las  aves 
de  corral,  por  lo  que  es 
planta  estimable  en  las 
granjas  avícolas.  (Bot.  F. 
Malváceas;  esp.  Abutilum 
indicilm  hirtum,  G.  Dou.) 
Hay  además  otras  dos  plan- 
tas con  este  nombre,  una 
indígena,  ranunculácea,  y 
otra    silvestre,    compuesta. 

Botón  de  plata.  Cub.  m. — 
Planta  silvestre  de  hojas 
casi  triangulares,  y  flores 
dioicas  de  color  blanco  pla- 
teado. (Bot.  F.  Compues- 
tas; esp.  Melanthera  deltoi- 
dea,  Michx.) 

Botonar,,  Cub.  v.  impersonal. 
— Apuntar  en  las  plantas 
nuevos  brotes  de  ramas  u 
hojas,  particularmente  en 
el  tabaco.  Véase  desboto- 
nar. 

Botone!!!©.  Cub.  m. — Planta 
silvestre  de  hojas  ligera- 
mente ovaladas,  dentadas 
con  desigualdad,  y  flores  en 
cabezuelas  solitarias  de  co- 
lor anaranjado.  (Bot.  F. 
Compuestas;  esp.  Verbeci- 
na  alata,  Lin.) 


BRAS 


—    76   — 


BREV 


Boyero.  Cub.  epic.  m. — Ave, 
especie  de  paloma  silvestre 
parecida  a  la  llamada  bar- 
biquejo, pero  distinguida 
por  tener  la  frente  y  la 
garganta  de  color  bermejo, 
más  o  menos  encendido,  y 
ser  de  menor  tamaño.  Su 
canto  inarmónico  imita  la 
voz  del  boyero  al  guiar  los 
animales,  y  de  ahí  su  nom- 
bre vulgar.  Algunos  con- 
funden esta  paloma  con  la 
camao,  del  mismo  género. 
(Zool.  F.  Colúmbidas;  esp. 
Geotrygon    montana,    Lin.) 

*  Bramadero.  Cub.  m. — "Pos- 
te al  cual  se  amarran  en  el 
corral  los  animales  para 
herrarlos,  domesticarlos  o 
matarlos".  (R.  A.)  En  algu- 
nos lugares  se  dice  amadri- 
nadero. 

Brasiíete.  Amer.  m. — Véase 
brasilete  colorado. 

Brasilete  colorado.  Cub.  m. 
— Árbol  silvestre  parecido 
al  brasil  o  palo  brasil,  que 
también  se  desarrolla  en 
Cuba;  tiene  una  elevación 
de  unos  cuatro  metros,  es- 
pinoso en  el  tallo  y  los  pe- 
cíolos, de  hojas  compues- 
tas, elípticas,  excelente  ma- 
dera morada  con  viso  roji- 
zo, que  segrega  un  tinte  del 
primer  color,  útil  como  el 
del  palo  brasil.  Es  la  espe- 
cie nombrada  también  sim- 
plemente brasilete  y  ade- 
más guacalote  prieto.  (Bot. 
F.  Leguminosas;  esp.  Cce- 
salpinia  rugeliana,  Urb.) 

Brasilete    falso.    Cub.    m. — 


Árbol  silvestre  de  terrenos 
arenosos,  más  elevado  que 
el  anterior,  de  madera  roja 
confundible  con  el  palo 
brasil,  que  segrega  un  tin- 
te muy  caustico.  (Bot.  F. 
Simarubdceas ;  esp.  Picram- 
mia  antidesmia,  Sw.) 

Brava.  Cub.  f. — fam. — Equi- 
vale a  "bravata":  "Fulano 
es  muy  aficionado  a  echar 
bravas".  (Et.  Corrupción  de 
"bravata"). 

Brava.  Cub.  f. — fam. — Sabla- 
zo con  cierta  imposición: 
"Juan  le  dio  o  le  tiró  a  Pe- 
dro una  brava". 

Brava  (A  !a).  Cub.  mod. 
adv. — fam. — Lo  mismo  que 
decir  "por  fuerza" :  "Le 
quitaron  las  naranjas  a  la 
brava". 

Bravero.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Significa  lo  mismo  que 
"bravatero",  "perdonavi- 
das": "Zutano  es  un  bra- 
vero, pero  cobarde".  (Et. 
Corrupción  de  "bravate- 
ro"). 

Bravísimo,  ma.  Amer.  adj. — 
Iracundo,  enfurecido.  Es 
aumentativo  de  bravo,  va 
(1.a  acep.) 

Bravo,  va.  Amer  adj. — Equi- 
vale a  "enojado",  "enfa- 
dado", "violento".  "Diego 
está  bravo".  Tiene  algunos 
de  los  usos  castellanos. 

Bravo,  va.  Cub.  adj.  —  Lo 
mismo  que  "trapacero", 
ambicioso  de  pocos  escrú- 
pulos: "Roque  es  muy 
bravo  en  sus  negocios". 

Breva.  Cub.   f.  —  Tabaco   en 


BROD 


—  77 


BEUJ 


rama  elaborado  a  manera 
de  pastillas  muy  prensadas 
generalmente,  que  se  em- 
plea para  masticar.  Tam- 
bién se  dice  al  cigarro  puro 
o  tabaco  descrito  por  la 
R.  A.,  y  en  cuantos  diccio- 
narios hemos  consultado, 
sin  obtener  resultado  sobre 
su  origen,  que  nos  parece 
cubano. 

Brío.  Cub.  m. — fam. — Véase 
la  frase  92  del  Apéndice. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Brisa.  Cub.  f.  —  fam.  —  Así 
dice  la  gente  del  pueblo, 
no  sin  cierto  gracejo,  en 
vez  de  apetito:  "Tengo 
brisa;  voy  a  meterme  la 
frita".  Tiene  los  usos  auto- 
rizados por  la  R.  A. 

Británica.  Cub.  f .  —  Nombre 
que  se  aplica  a  una  clase  de 
cigarro  puro,  de  los  de  ma- 
yor tamaño  y  de  caja,  no 
de  mazo. 

Brocha.  Cub.  f. — El  juego 
llamado  en  castellano  "chi- 
to", "tángano"  y  "tejo". 
Tiene  los  usos  castellanos. 
Véase  la  frase  129  del 
Apéndice. 

Brochar.  Cub.  v.  a. — La  ac- 
ción de  tirar  con  el  disco  o 
tejo  al  chito  donde  se  pone 
el  dinero  en  el  juego  lla- 
mado "chito",  "tángano"  y 
"tejo"  en  castellano,  y  bro- 
cha en  Cuba. 

Broderí.  Cub.  m. — Brocado, 
pasamano  o  encaje  fino  y 
ancho  usado  para  adornar 
los  vestidos.  Algunos  son 
muy  finos,  de  seda,  con  pre- 


ciosos bordados.  (Et.  Gali- 
cismo, de  broderie). 

Bronquear.  Cub.  v.  a. — vulg. 
— Reprender  con  dureza  o 
reñir.  (Et.  Reprensible  de- 
rivado de  "bronca"). 

Bróiuia.  Amer.  f. — Pez  co- 
mún en  los  mares  ameri- 
canos, del  que  hay  varias 
especies,  abundante  la  prin- 
cipal en  aguas  del  Japón. 
(Zool.  F.  Brotulida?;  esp. 
principal:  Brotula  barbada, 
Bl.) 

Bruja.  Cub.  í.— Reciben  este 
nombre  común  tres  plantas 
afines,  más  conocidas  por 
brujita  amarilla,  blanca  y 
rosada.  Véanse.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Braja.  Cub.  f. — La  mariposa 
más  grande  de  las  de  color 
obscuro,  que  es  de  cuerpo 
grueso  y  poco  alada.  En  la 
región  oriental  se  llama 
tatagua.  (Zool.  esp.  Erebus 
odor  o) . 

Bruja.  Cub.  f. — En  las  pro- 
vincias orientales,  la  per- 
sona que  se  disfraza  de 
noche  con  un  lienzo  blanco, 
en  días  de  grandes  fiestas, 
y  se  entrega  a  mil  malda- 
des, que  le  son  permitidas. 
Va  desapareciendo  tal  cos- 
tumbre. Otros  dicen  ensa- 
banado, porque  el  lienzo 
suele  ser  una  sábana. 

Bruja.  Cub.  subs.  m.  y  adj. — 
fam.— Gomo  adjetivo,  con 
los  verbos  "estar"  o  "que- 
dar", denota  carencia  mo- 
mentánea de  dinero :  "Ayer 
me    divertí    hasta    quedar 


tSUJ 


78  — 


BUCA 


bruja'".  Y  como  substantivo, 
se  emplea  con  el  individuo 
que  nunca  tiene  dinero  ni 
Lusca  el  medio  de  ganarlo, 
como  no  sea  con  petitorios 
o  sablazos:  "Jorge  es  un 
bruja  sempiterno". 

Bruja  sopera.  Cub.  ra. — Véa- 
se la  voz  anterior.  El  adi- 
tamento sopera,  cuyo  ori- 
gen no  es  fácil  adivinar,  ex- 
trema el  significado  de  ella. 

Brujería.  Cub.  f.  —  Religión 
fetichista  introducida  y 
mantenida  por  los  negros, 
de  prácticas  groseras  siem- 
pre y  sanguinarias  algunas 
veces.  Entre  esas  prácticas 
está  la  de  curar  enferme- 
dades siguiendo  las  super- 
cherías en  que  influyen 
sus  repugnantes  ídolos, 
quienes  ordenan  en  algu- 
nos casos  se  ingiera  sangre 
de  inocentes  criaturas,  las 
cuales  es  preciso  sacrificar, 
y  esto  ha  dado  y  da  ocasión 
en  Cuba  a  algunos  críme- 
nes horrendos  perpetrados 
en  niños  de  corta  edad. 

Brujena.  Cub.  f.  —  Dícese 
como  equivalente  al  lla- 
mado "mal  de  ojo",  con 
respecto  a  persona,  o  de 
cosa  que  se  supone  intoxi- 
cada para  producir  malos 
efectos  en  quien  la  ingiera : 
"Este  niño  tiene  brujería"; 
"le  echaron  brujería  en  el 
café".  Tiene  el  uso  caste- 
llano. 

Brujita  amarilla.  Cub.  f. — 
Una  de  las  especies  de  la 
planta    llamada    bruja   (1.a 


acep.),  como  las  otras  dos, 
de  jardinería,  bulbosa,  de 
hojas  lineales,  largas  y  flo- 
res en  escapo  cuando  abun- 
dan las  lluvias,  amarillas 
las  de  ésta,  a  lo  que  debe 
su  nombre.  (Bot.  F.  Amari- 
lídeas;  esp.  Sternbergia  lú- 
tea, Ker.  Garvl.) 

Brujita  Maraca.  Cub.  f. — Es- 
pecie semejante  a  la  ante- 
rior, de  flores  blancas,  que 
le  dan  nombre,  también  lla- 
mada bruja  (1.a  acep.)  (Bot. 
F.  A.;  esp.  Zephyranthes 
tubispatha) . 

Brujita  rosada.  Cub.  f. — Es- 
pecie de  flores  como  indica 
su  nombre,  sin  otras  varie- 
dades que  difieran  de  las 
señaladas  en  las  dos  espe- 
cies anteriores,  y  como 
ellas,  también  llamada  bru- 
ja. (Bot.  F.  A.;  esp.  Z.  ro- 
sea, Lindl.) 

Brujo.  Cub.  m. — Curandero 
que  practica  la  religión  lla- 
mada Brujería.  Véase  en  1.a 
acep. 

Brujo.  Cub.  adj.  —  Sirve  de 
aditamento  a  "tasajo",  "bo- 
niato", etc. 

Brusca.  Amer.  f. — Véase  yer- 
ba hedionda. 

Brusca.  Cub.  í. — desusada. — 
"Cualquiera  materia  vege- 
tal de  fácil  y  pronta  com- 
bustión".   (Pichardo). 

Bruto.  Cub.  adj. — fam. — Véa- 
se el  refrán  13  del  Apén- 
dice. Tiene  los  usos  caste- 
llanos. 

Bucare  espinoso.  Cub.  m. — 
Véase  piñón  espinoso. 


BDEN 


—   79   —   . 


BUNG 


.Buche.  Cub.  m. — fam. — Indi- 
viduo de  la  plebe,  golfo. 
Tiene  las  más  de  las  acep. 
cast. 

Buchería.  Cub.  f. — fam. — Al- 
guna acción  deleznable  de 
algún  buche. 

Buchinche.  Amer.  m. — Café 
o  taberna  de  barrio,  de  po- 
bre aspecto. 

Buchón.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Dícese  con  cariño  al  hom- 
bre bonachón. 

Budín.  Común,  m.  —  Dulce 
hecho  con  harina,  huevo, 
leche,  frutas,  azúcar,  etc., 
al  baño  de  María.  Es  pas- 
toso, de  color  amarillo,  y  al 
cortarlo  se  presenta  gela- 
tinoso y  brillante.  Otros  di- 
cen pudín,  con  más  correc- 
ción si  nos  atenemos  al 
origen.  (Et.  Del  inglés  pud- 
ding) . 

Budión  morado.  Cub.  epic. 
m. — Especie  del  pez  cono- 
cido en  castellano  por  "bu- 
dión", de  color  morado. 

Budióii  verde.  Cub.  epic.  m. 
— La  especie  común  del  pez 
budión,  también  llamada, 
como  en  España,  "donce- 
lla". 

Buenastardes.  Cub  f.  pl. — 
Planta  de  hojas  regular- 
mente redondeadas,  ásperas 
por  el  envés,  de  flor  amari- 
lla con  un  moñito  colora- 
duzco  en  el  centro  de  la  co- 
rola, y  cuya  flor  tiene  la 
propiedad  de  animarse  con 
la  salida  del  sol  y  marchi- 
tarse al  anochecer,  de  lo 
que  toma  ese  nombre.  Tam- 


bién se  llama  doce  del  día. 

Buey  de  saca.  Cub.  m.-Buey 
amaestrado  que  se  destina 
a  sacar  los  toros  del  po- 
trero o  dehesa. 

Bufa.  Cub.  f. — fam. — Borra- 
chera. 

Bufandilla.  Cub.  Común.  — 
fam. — Dícese  a  la  persona 
borracha. 

Búfano.  Cub.  m. — Árbol  in- 
dígena sin  aplicación  que 
abunda  en  las  ciénagas  de 
Zapata.  (Bot.  F.  Oleáceas; 
esp.  Fraxinus  viridis, 
Michx). 

Bugío.  Cub.  m.-— Véase  &o- 
gío. 

Bujío.  Cub.  m.-Algunos  cam- 
pesinos, muy  pocos,  dicen 
así  por  bohío.  (Et.  Bujío,  de 
bojío,  de  "bohío"). 

Bul.  Cub.  m. — Refresco  hecho 
de  cerveza,  agua,  azúcar  y 
unas  gotas  de  limón,  que 
tiene  un  consumo  extraor- 
dinario. (Et.  anglicismo,  de 
bull). 

Bulla.  Cub.  f. — fam. — Véase 
la  frase  159  d;l  Apéndice. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Bullarengue.  Cub.  m. — Díce- 
se a  cualquier  cosa  que  en- 
trañe fingimiento  o  false- 
dad. 

Bullarengue.  Cub.  m. — vulg. 
— Dícese  al  clítoris. 

Bullón.  Cub.  epic.  m. — Así 
dicen  algunos  al  pez  budión 
castellano,  por  corrupción. 

Bunga.  Cub.  f. — Orquesta  de 
muy  reducidos  instrumen- 
tos, y  por  lo  mismo,  un  me- 
dio de  meter  ruido. 


BURB 


80 


BUSO 


Bunga.  Cu  b.  f. — flg.  y  fam. — 
Como  "mentira",  "engaño", 
"trampa"  :  "No  me  conven- 
ces con  esa  bunga";  eso  es 
una  bunga". 

Buniatal.  Cub.  m.  —  vulg. — 
Corrupción  de  "buniatal". 

Bunlatillo.  Cub,  m. — vuig. — 
Algunos  campesinos  suelen 
decir  así,  por  corrupción,  al 
boniatillo  (1.a  acep.),  que  es 
el  cubanismo  aceptado  por 
la  R.  A. 

Buñuelo  de  catibía.  Cub. 
m. — En  la  región  occiden- 
tal, dulce  hecho  de  yuca 
rallada,  frita  en  masa  y 
puesta  en  almíbar,  que  en 
la  parte  oriental  dicen  bu- 
ñuelo pobre. 

Buñuelo  de  viento.  Común. 
m. — El  "buñuelo"  de  la  R. 
A.,  que  tiene  ese  nombre 
generalizado  en  España  y 
gran  parte  de  América.  En 
Cuba  se  conoce  además  por 
buñuelo  rico. 

Buñuelo  pobre.  Cub.  m. — En 
la  región  oriental,  el  bu- 
ñuelo de  catibía.  Véase. 

Buñuelo  rico.  Cub.  m. — Véa- 
se buñuelo  de  viento. 

Buquenque.  Cub.  común. — 
Dícese  a  la  persona  alca- 
hueta, encubridora  o  que 
proporciona  mujeres  de 
mal  vivir:  "Es  una  vieja 
buquenque";  "ese  cochero 
es  un  buquenque".  (Et.  De 
"buscar"). 

Burén.  Cub.  m.  —  Hornillo, 
especie  de  cazoleta  desti- 
nada a  cocinar  las  tortas  de 
cazabe.    Algunas    veces    se 


reduce  a  una  simple  plan- 
cha de  hierro.  (Et.  Voz  ca- 
ribe, según  Zayas). 

Buró.  Común. — m. — Escrito- 
rio o  mesa  de  escribir.  (Et. 
Galicismo,   de    burean). 

Buró.  Común,  m.  —  Oficina, 
despacho  o  escritorio  de  un 
profesional.   (Galicismo). 

Burujón.  Cub.  m.-Bulto  des- 
ordenado, generalmente  de 
ropas  u  otros  objetos  domés- 
ticos, envueltos  en  un  paño. 

Burujón  (En).  Cub.  mod. 
adv. — Tanto  refiriéndose  a 
personas  como  a  cosas,  de- 
nota desorden,  hacinamien- 
to: "Los  niños  entran  en 
burujón  a  la  escuela". 

Burundanga.  Cub.  f. — Equi- 
vale a  enredo,  confusión. 
(Et.  Corrupción  de  "mo- 
randanga"). 

Burundanga  (De).  Cub. 
mod.  adv. — Equivale  a  "de 
poco  valor  o  escaso  méri- 
to": "Es  un  reloj  de  bu- 
rundanga". 

Burro.  Cub.  m. — Instrumen- 
to a  manera  de  andamio, 
que  consiste  en  un  palo 
como  de  media  vara  de  lar- 
go, amarrado  por  los  extre- 
mos con  una  soga  en  án- 
gulo, en  cuyo  vértice  va  un 
gancho,  y  el  cual  aparato  se 
emplea  para  apoyar  un  pie 
en  el  palo  al  techar  las  ca- 
sas de  guano.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Buscas.  Amer.  f.  pl. — Utili- 
dades que  obtiene  un  em- 
pleado en  cosas  relaciona- 
das con  su  destino,  además 


BUTÚ 


—    81 


BT7TU 


de  lo  que  obtenga  de  sala- 
rio: "Las  buscas  me  pro- 
ducen otro  sueldo". 

Butaque.  Cub.  m. —  Corrup- 
ción, entre  campesinos,  de 
"butaca". 

Butúa.  Cub.  f.  —  vulg.  —  Lo 
mismo  que  "comida".  Si  se 


emplea  con  los  verbos  "me- 
ter" o  "pegar",  aumenta 
en  vulgaridad.  Otros  dicen 
butuba.  "La  butúa  está  en 
la  mesa";  "voy  a  meterme 
la  butúa". 
Butuba.  Cub.  f. — Véase  bu- 
túa. 


CABA 


CABA 


Cabalonga.  Cub.  f. —  Árbol 
silvestre  que  se  desarrolla 
en  todo  terreno  hasta  una 
altura  de  cinco  metros,  y 
cuyo  tronco  es  de  medio,  de 
diámetro;  sus  hojas  son 
lanceoladas  y  en  desorden, 
flor  amarillenta,  pardusca 
hacia  el  centro.  Todos  sus 
órganos  contienen  un  látex 
venenoso.  En  algunos  dic- 
cionarios, como  el  "La- 
rousse",  se  confunde  esto 
árbol  con  el  arbusto  "haba 
de  San  Ignacio".  (Bot.  F. 
Asclepiadeas;  esp.  Trcvetia 
neri folia,  Juss.) 

Caballada.  Amer.  f. — fam. — 
Acción  o  frase  torpe,  des- 
atinada :  "Juan  dice  una  ca- 
ballada cuando  menos  se 
espera".  Véase  ei  refrán  :J<- 
del  Apéndice. 

•Caballería.  Cub.  i.  —  Esta 
medida  agraria  equivale  en 
Cuba  a  1.343  áreas.  La 
equivalencia  en  medidas 
cubanas  es  de  18  cordeles 
de  ancho  por  18  de  fondo,  o 
sean  324  cordeles  cuadra- 
dos; y  como  cada  cordel  tie- 
ne 24  varas  cubanas  linea- 


les, lo  que  supone  576  va- 
ras cubanas  en  cada  cordel 
cuadrado,  tiene  la  caballe- 
ría 186.624  varas  cubanas. 
Tiene  las  acepciones  caste- 
llanas más  modernas.  Otros 
dicen  caballería  de  tierra 
para  evitar  confusiones. 

Caballería.  Cub.  f.  —  flg.  y 
vulg. — Entre  gente  de  baja 
esfera  social,  es  frecuente 
esta  voz  en  vocativo  al  sa- 
ludarse o  despedirse,  cuan- 
do se  trata  de  uno  a  va- 
rios: "| Hola,  caballería!"; 
"ladiós,  caballería!".  O 
también  esta  forma  de  peor 
gusto:  "¿Qué  hubo,  caba- 
llería?". 

Caballería  de  tierra.  Cub.  f. 
Véase  caballería  (1.a  acep.) 

Caballerlcero.  Cub.  m.  —  El 
individuo  que  en  las  cua- 
dras cuida  de  las  caballe- 
rías. En  castellano,  *  caba- 
llerizo*. 

Caballero.  Cub.  adj. — Em- 
pléase como  aditamento  de 
algunas  especies  botánicas: 
ají,  espuela,  etc.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Caballerete.  Cub.  epic.  m. — 


CAEA 


83    — 


CABA 


Pez  acantopterigio  de  me- 
dianas, aunque  variables, 
proporciones,  cuyo  peso 
medio  es  de  un  kilogramo, 
habiendo  ejemplares  de 
cinco;  es  de  color  olivado 
en  el  lomo  y  rojo  cobrizo 
en  la  parte  inferior,  con  el 
hocico  alargado  y  la  boca 
pequeña.  Es  un  bocado  sa- 
broso y  sin  peligro  de  ci- 
guatera, cual  ocurre  con  la 
cubera,  con  cuyo  pez  ha 
confundido  Pichardo  la  es- 
pecie descrita.  (Zool.  F.  Lu- 
tionidce;  esp.  Neomcenis  gri- 
seus,  L.) 

Caballete.  Cub.  m. — La  lo- 
ma de  tierra  que  deja  el 
arado  al  trazar  el  surco. 
Tiene  las  acep.  cast. 

Caballitero,  ra.  Cub.  m.  y  f. 
— Dícese  al  comediante  o 
volatín,  y  por  extensión  al 
dueño  o  empresario  de  cir- 
co ecuestre,  aunque  más  se 
diga  "cómico".  (Et.  De  "ca- 
ballo"). 

Caballitero,  ra.  Cub.  m.  y  f. 
— La  persona  que  posee 
unos  caballitos  (2.a  acep.) 
Véase. 

Caballito  de  la  mar.  Cub. 
epic.  m. — Pez  de  rara  figu- 
ra, sin  aletas,  de  unos  20 
centímetros  de  largo,  de 
cabeza  erguida,  con  el  ho- 
cico muy  largo  a  la  manera 
de  un  caballo.  Es  el  des- 
crito por  la  R.  A.  con  los 

¡  nombres  de  "caballo  de 
agua"  y  "caballo  marino", 

,  pero  el  de  las  aguas  cu- 
banas presenta  la  particu- 


laridad de  su  color  moreno 
conmanchitas  azules.  (Zool. 
Hippocampus  punctulatus). 

Caballito    del    diablo.    Cub. 
epic.  m.  —  Este  insecto  no 
es    el    descrito    con    igual 
nombre  por  la  R.  A.,   que 
en  Cuba  recibe  el  de  caba- 
llito de  San  Vicente  (véase). 
El  cubano  es  de  color  negro 
con   visos    azulinos,    abdo- 
men pedunculado,  patas  lar- 
gas con  espinillas  en  las  ti- 
bias;  las  antenas,  del  ma- 
cho son  rectas  y  largas,  las 
de  la  hembra,   más  cortas 
y  encorvadas.  La  picada  de 
este  insecto  es  muy  aguda, 
y    venenosa    para    ciertos 
animales.    Es    un    enemigo 
encarnizado  y  mortal  de  la 
tarántula   o   araña   peluda: 
el  macho  acecha  a  la  ara- 
ña a  la  entrada  de  la  cueva, 
y  lucha  con  ella  hasta  cla- 
varle  una    antena,    con   la 
que  deposita  un  veneno  que 
la  entontece  y  mata;  enton- 
ces  la   hembra   arrastra   a 
la   araña    hasta   un    lugar 
adecuado,   donde   la  entie- 
rra,  no  sin  depositar  antes 
un  huevecillo  en  su  cuer- 
po: la  larva  depositada  en 
el  cuerpo  de  la  araña  tiene 
así  suficiente  alimento  hasta 
su  completa  metamorfosis, 
y  abandona  la   "incubado- 
ra"   de    perfecto     insecto. 
(Zool.    F.    Pompilida?;   esp. 
principal:  Pepsia  marqina- 
ta,  Beauv.) 

Caballito     de     San     Pedro. 
Cub.  epic.  m. — Insecto  ape- 


—  84  — 


OABB 


ñas  conocido,  delgado  y 
alargado,  de  color  pajizo, 
muy  saltador. 

Caballito  de  San  Vicente. 
Cub.  epic.  m.  —  Es  el  in- 
secto conocido  y  descrito 
por  la  R.  A.  con  el  nombre 
de  "caballito  del  diablo", 
que  en  Cuba  le  aplican  muy 
pocos  en  la  región  orien- 
tal; pues  el  caballito  del 
diablo  de  Cuba  es  diferen- 
te. También  le  dicen  al- 
gunos en  aquella  regióD 
mulita  del  diablo.  Véase  el 
refrán  8  del  Apéndice. 

Caballitos.  Cub.  m.  pl.— Dí- 
cese  al  circo  ecuestre. 

Caballitos.  Cub.  m.  pl.  — 
Nombre  del  aparato  gira- 
torio con  caballos  de  ma- 
dera, que  constituye  un  es- 
pectáculo público  propio 
de  niños.  No  habrá  un  solo 
español  que  ignore  cómo  se 
llama  en  castellano,  y  esto 
no  obstante,  parece  que  los 
señores  Académicos  no  es- 
tán conformes  en  catalo- 
gar tío  vivo. 

Caballo.  Cub.  m. — Enferme- 
dad venérea,  mas  no  la  co- 
nocida con  ese  nombre  y 
los  de  "bubón"  o  "bubas" 
en  castellano,  pues  por  ca- 
ballo en  Cuba  se  entiende 
una  postillita  que  se  forma 
en  las  partes  más  blandas 
de  los  órganos  genitales. 
Es  más  benigno  que  el 
chancro.  Tiene  las  acep. 
cast. 

Caballo.  Cub.  m. — fig.  y  fam. 
— Dícese  a  la  persona  estú- 


pida, sea  varón  o  hembra. 
Véase  el  refrán  25-a  del 
Apéndice. 

CabaíSo  de  carga.  Cub.  m. — 
Medida  de  peso  o  volumen, 
equivalente  a  dos  quintales, 
o  sean  92  kilogramos,  que 
sirve  de  base  para  las  ta- 
rifas en  algunas  empresas 
de  transportes. 

Cabecear.  Cub.  v.  a. — Atar 
las  hojas  de  tabaco  por  la 
base,  lo  cual  tiene  sabor  a 
barbarismo.  Se  usa  con  las 
acepciones  castellanas. 

Cabeceo.  Cub.  m. — Acción  y 
efecto  de  cabecear.  Véase. 
Tiene  la  acepción  castella- 
na. 

Cabeciduro,  ra.  kmer.  adj. 
— ñg.  y  fam. — Terco,  tes- 
tarudo: "Anita  es  tan  ca- 
becidura, que  hay  que  ce- 
der a  cualquier  antojo  su- 
yo". Atendiendo  a  la  for- 
mación de  esta  voz,  más 
parece  denotar  rudeza,  en- 
tendimiento tardo.  (Et.  De 
"cabeza"  y  "duro":  duro 
de  cabeza). 

Cabeciduro,  ra.  Cub.  adj. — 
Aplícase  al  cigarro  puro 
que  arde  mal,  ya  por  su 
deficiente  construcción  u 
otras  causas.  También  se 
dice  cabezudo. 

Cabellos  de  ángel.  Cub.  m. 
pl. — El  árbol  más  conocido 
por  faurestina.  Véase. 

Cabellos  de  ángel.  Cub.  m. 
pl. — Planta  indígena,  tre- 
padora, de  tallos  muy  del- 
gados y  abundantes,  hojas 
opuestas,  cordiformes,  algo 


CABfi 


85  — 


CABO 


dentadas,  divididas  en  tres 
segmentos  ovales,  y  flores 
en  racimos.  Hay  otra  es- 
pecie menos  conocida.  (Bot. 
F.  Ranunculáceas ;  esp.  Cle- 
matis  dioica,  Lin.) 

Cabeza  de  tornillo.  Cub. 
epic.  m. — Dicen  algunos  al 
pájaro  cuco  (véase),  por  los 
rápidos  movimientos  late- 
rales de  su  cabeza. 

Cabeza  de  toro»  Cub.  m. — 
Árbol  silvestre  que  se  des- 
arrolla en  algunos  lugares 
de  la  costa  del  Norte,  de  re- 
gular elevación,  madera 
pardusca,  más  obscura 
hacia  el  centro  del  tronco, 
y  cuya  extremada  dureza 
casi  la  inutiliza  para  la 
carpintería. 

Cabezón.  Cub.  epic.  m. — Pe- 
cecillo  que  se  cría  entre  los 
arrecifes  y  en  pocetas,  de 
unos  diez  a  doce  centíme- 
tros, con  la  cabeza  ancha 
y  los  ojos  pequeños.  (Zoo!. 
F.  Aterinidce;  esp.  Atheri- 
na  microps,  Poey). 

Cabezote.  Cub.  epic.  m. — 
Pececillo  parecido  al  ante- 
rior, si  bien  de  algo  más 
tamaño,  con  el  cuerpo  com- 
primido y  alargado,  cabe- 
za deprimida  y  muy  ancha, 
dos  aletas  dorsales  y  ojos 
grandes.  (Zool.  F.  Aterini- 
doe;  esp.  Atherina  laticeps, 
Poey). 

Cabezote.  Cub.  m. — La  pie- 
dra de  irregular  figura  y 
buen  tamaño  que  se  emplea 
en  manipostería  ordinaria. 

Cabezudo,  da.  Cub.  adj. — Lo 


mismo  que  cabeciduro,  ra 
(2.a  acep.)  Véase.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Cabildo  de  negros.  Cub.  m. 
— Reunión  que  celebran  los 
negros  de  ambos  sexos,  en 
los  días  para  ellos  más  me- 
morables, en  la  que  can- 
tan y  bailan  al  uso  afro- 
cubano,  y  toman  acuerdos 
en  cuestiones  relacionadas 
con  la  comunidad  o  la  raza. 

Cabildo  de  negros.  Cub.  m. 
— fig.  y  fam. — Así  dicen  los 
blancos  a  toda  reunión  de 
hombres  mediocres  o  inep- 
tos, y  en  la  que  por  fuerza 
ha  de  imperar  la  confusión 
y  el  error,  cuando  no  el  es- 
cándalo. 

Cablma.  Amer.  f. — Árbol  sil- 
vestre no  muy  conocido  en 
Cuba,  más  abundante  con 
ese  nombre  en  Haití  y  Amé- 
rica Central,  que  se  eleva 
unos  diez  metros,  de  hojas 
aovadas  grandes,  con  la 
vena  central  blanca;  tiene 
agradable  aroma,  y  madera 
resistente  de  color  amari- 
llo. (Bot.  esp.  Rheedia  aris- 
tata,  Gris.)  (Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Cabo  de  hacha.  Cub.  m. — 
Árbol  silvestre  cuya  eleva- 
ción oscila  entre  cinco  y 
siete  metros,  de  tronco  del- 
gado y  recto,  hojas  de  lar- 
gos pecíolos,  compuestas, 
de  folíolos  elípticos  en  gru- 
pos de  siete  a  diez,  y  flo- 
res en  panojas;  la  semilla 
es  venenosa;  su  madera, 
blancuzca,    de    fibra   recta, 


CAES 


—  86  — 


CABU 


correosa,  ligera,  pero  muy 
fuerte,  por  lo  que  se  esti- 
ma mucho  para  cabos  o 
mangos  de  herramientas, 
de  lo  que  toma  nombre.  En 
algunas  comarcas  conser- 
va sus  nombres  indios  de 
guabán,  jubabdn  y  juba- 
bao.  (Bot.  F.  Meliáceas; 
esp.  Trinchilia  spondioides, 
Swartz.) 

Cabo  de  tabaco.  Cub.  m. — 
Equivale  a  colilla  de  ciga- 
rro puro.  La  R.  A.  acepta 
"cabo"  en  ese  sentido.  Tie- 
ne los  usos  castellanos. 
Véanse  las  frases  70  y  194 
del  Apéndice. 

Cabra.  Amer.  f. — Trampa  en 
el  juego  de  dados.  Conser- 
va las  acep.  cast. 

Cabra  mora.  Cub.  epic.  f. — 
Pez  como  de  medio  metro 
de  longitud,  de  color  mo- 
reno olivado  con  manchas 
anaranjadas  en  el  cuerpo, 
y  blancas,  más  pequeñas, 
en  las  aletas,  boca  grande 
y  cola  redondeada.  Es  buen 
bocado.  (Zool.  F.  Pércidos; 
esp.  Epinephelus  adscen- 
cionis). 

Cabrerito  giro.  Cub.  epic.  m. 
— En  la  región  oriental 
dicen  así  algunos  al  paja- 
rilio  bijirita.  Véase. 

Cabrero,  ra.  Cub.  m.  y  f. — 
Avecica  muy  estimable 
para  jaula,  tanto  por  su 
canto  melodioso,  aunque 
tenue,  como  por  su  pre- 
cioso plumaje:  recargado 
de  amarillo  en  la  mayor 
extensión,    lomo    en    parte 


verdoso,  y  cabeza  negruz- 
ca con  alguna  plumas  ro- 
jas y  blancas.  En  la  hem- 
bra sobresale  el  color  ver- 
doso. Se  alimenta  de  fruta. 
(Zool.  F.  Tanagrida?;  esp. 
Spendalis  pretrei,  Lees.) 
Tiene  la  acepción  castella- 
na. 

Cabrilla.  Cub.  epic  f.— Pez 
distinto  del  descrito  por  la 
R.  A.  con  ese  nombre,  de 
algo  mayor  tamaño,  color 
olivado  pálido  con  tres 
franjas  obscuras,  anchas, 
oblicuas,  salpicadas  deman- 
chitas  rojas  con  un  punto 
negro  en  el  centro  de  cada 
una;  la  cola,  que  no  es  me- 
llada como  la  de  la  cabri- 
lla de  España,  y  las  aletas 
ventrales,  son  rojizas,  y 
amarillas  las  pectorales,  los 
ojos  negros,  con  tres  cer- 
quillos: encarnado,  aceitu- 
nado y  amarillo,  del. inte- 
rior al  exterior.  Alcanza  un 
peso  medio  de  dos  kilogra- 
mos, y  es  de  carne  blanca, 
suave  y  exquisita.  (Zool.  F. 
Pércidos;  esp.  principal : 
Epinephelus  maculosus, 
Cuv.) 

Cábula.  Amer.  f. — Dícese  por 
corrupción,  muy  generali- 
zada en  Cuba,  en  lugar  de 
"cabala",  superstición. 

Cabulla.  Amer.  f. — La  R.  A. 
acepta  esta  voz  americana 
en  la  14.a  edición  del  Dic; 
pero  luego,  en  "Correccio- 
nes y  erratas"  la  substi- 
tuye por  "cabuya",  que  es 
como  la  legaron  los  indios. 


CACI 


—    87    — 


CACHA 


Pero  lo  cierto  es  que  son 
muchos  los  que  pronuncian 
la  11  y  no  la  y,  lo  cual 
quitara  pureza  al  lenguaje 
caribe,  pero  es  más  adap- 
table a  nuestra  fonética,  y 
lo  decimos  sin  censura  para 
los  que  sustentan  contraria 
opinión. 

Cacagual.  Amer.  m. — Finca 
donde  se  cultiva  el  cacao. 
No  falta  quien  diga  ca- 
cahoal.  (Et.  Corrupción  de 
"cacahual"). 

Cacabea!.  Cub.  m.  —  Véase 
cacagual. 

Cacalote.  Amer.  m. — Dulce 
hecho  con  granos  de  maíz 
abiertos  por  la  acción  del 
fuego  al  ser  tostados  ("ro- 
setas de  maíz",  en  caste- 
llano), y  puestos  después 
en  almíbar.  Otros  dicen  go- 
yori.  (Et.  Voz  mejicana: 
una  población  y  un  ave). 

Cacaiofce.  Cub.  m. — "Planta 
leguminosa",  según  el  Dic. 
"Larousse-" ;  y  es  cuanto 
podemos  decir,  pues  no  co- 
nocemos tal  planta  ni  la 
hemos  oído  nombrar  nun- 
ca. 

Cacalote.  Cub.  m,  —  fam.  — 
poco  uso. — En  algunos  lu- 
gares, equivale  a  "dispara- 
te", "necedad". 

Cacicuto.  Cub.  va. — Así  lla- 
man algunos  ai  árbol 
"achiote"  o  "bija",  sus 
nombres  castellanizados, 
más  frecuentes  en  Cuba. 

Cacito.  Cub.  m. — Una  espe- 
cie   de   perol   pequeño,    de 


usos  domésticos.  (Et.  Dimi- 
nutivo de  "cazo"). 

Cacito.  Cub.  m. — fam. — Dí- 
cese  a  la  barbilla  de  las 
personas. 

Cacle.  Cub.  m. — poco  uso. — 
En  muy  pocas  localidades, 
la  chancleta. 

Caeula»  Cub.  f. — En  algunos 
lugares  de  la  región  orien- 
tal, la  nata  de  la  leche. 

Cacharrazo.  Amer.  m. — fam. 
— Trago  de  licor  fuerte.  Si 
se  emplea  con  los  verbos 
"poner"  o  "meter",  des- 
ciende a  término  muy  vul- 
gar: "Voy  a  tomar  un  ca- 
charrazo"; "nos  metimos  o 
nos  pusimos  un  cacharra- 
zo". En  Cuba  se  dice  más 
cocotazo,  cañazo,  y,  en  len- 
guaje  más   vulgar-,   piedra. 

Cacha»,-  Común  f.  pl. — fam. 
—Las  nalgas,  particular- 
mente si  ion  prominentes. 
(Et.  Voz  gallega). 

Cachazudo.  Cub.  m. — -Gusa- 
no de  color  pardusco  por 
encima,  imperfectamente 
listado  de  amarillo,  vien- 
tre de  color  verdoso,  cabeza 
negra  con  dos  fuertes  ga- 
rras en  la  boca,  y  que  al- 
canza una  longitud  de  5 
centímetros.  Ocúltase  de  la 
luz  solar  bajo  tierra,  y  en 
las  horas  de  la  noche  ataca 
las  plantas  de  tabaco,  en  lo 
que  constituye  una  plaga 
de  cuidado,  que  puede  ser 
inesperada  y  rápida  ruina 
del  cosechero,  pues  gene- 
ralmente ataca  la  planta  en 
la  base  del  tallo  y  la  mata 


OAOKI 


—  88  — 


cachu 


en  seguida.  Es  un  gusano 
tenazmente  perseguido,  pero 
los  medios  ensayados  hasta 
la  fecha  no  son  muy  efica- 
ces. (Zool.  F.  Noctuidce; 
esp.  Feltia  annexa,  Treit.) 
Tiene  la  acep.  cast. 

Cachibou.  Cub.  m. — Lo  mis- 
mo  que  cachibú.  Véase. 

Cachifos!.  Cub.  m. — La  resina 
del  árbol  llamado  almacigo 
(véase),  y  que  algunos,  por 
extensión,  dicen  a  dicho 
árbol.  Otros  pronuncian 
cacliibou. 

Cachica.  Cub.  m. — poco  uso. 
— Entre  los  negros,  se  dice 
al  Diablo. 

Cachimba.  Cub.  adj. — Sirve 
de  aditamento  a  otras  pala- 
bras, como  palo  y  piedra. 
Véanse.  Tiene  la  acepción 
castellanizada  como  "pipa 
de  tabaco". 

Cachimbo.  Cub.  m. — antic. — 
Una  vasija  grande  de  metal 
que  se  usaba  en  los  inge- 
nios. 

Cachimbo.  Cub.  m. — Inge- 
nio de  azúcar  pequeño,  de 
escasa  importancia  indus- 
trial. 

Cachimbo,  ba.  Cub.  adj. — 
fig.  y  fam. — Aplícase  a  co- 
sas despreciables  o  de  poco 
valor  relativo.  No  tiene  las 
acep.  americanas  castella- 
nizadas. 

Cachiporra.  Cub.  epic.  f. — 
Llaman  así  en  la  región 
oriental,  a  una  especie  del 
ave  zancuda  conocida  por 
zarapico  ("zarapito",  según 
la  R.  A.),  en  el  resto  de  la 


Isia.  Es  el  zarapico  o  zara- 
pito zancudo,  por  sus  lar- 
gas zancas:  el  macho  tiene 
el  lomo  negro  retinto,  así 
como  el  pico,  blancas  las 
partes  inferiores,  y  las  pa- 
tas rosadas;  la  hembra  se 
diferencia  en  que  el  color 
negro  tiene  viso  cenicien- 
to. Vive  en  terrenos  cena- 
gosos y  come  gusanos  y 
mariscos.  (Zool.  F.  Scolo- 
pacidoe;  esp.  Himantopus 
nigricollis,  Vieiil.) 

Cachorro,  rra.  Amer.  adj. — 
fig.  y  fam. — Aplícase,  des- 
preciativamente, a  la  per- 
sona  rencorosa  y  mal  in- 
tencionada: "Perencejo  es 
muy  cachorro".  Tiene  los 
usos  castellanos. 

Cachucha.  Cub.  f.  —  "En  el 
juego  del  monte,  cuando 
han  salido  tres  cartas  igua- 
les, apostar  que  ganarán  o 
saldrán  dos  iguales  a  la 
sencilla  que  se  elige  antes 
que  la  triple.  Algunos  di- 
cen cuarteta'''.  Esto  dice 
Pichardo.  Tiene  las  acep. 
cast. 

Cachucho.  Cub.  epic.  m. — 
Pez  acantopterigio  de  me- 
diano tamaño  que  alcanza 
un  peso  de  10  kilogramos, 
con  el  cuerpo  alargado  de 
color  rojo  encendido,  más 
pálido  hacia  el  vientre,  cola 
ahorquillada,  ojos  negros  y 
grandes.  Se  pesca  a  grandes 
profundidades,  y  su  carne 
es  agradable.  El  nombre  de 
salmonete  que  le  dan  al- 
gunos es  impropio,  toda  vez 


cafe 


89  — 


que  se  puede  confundir 
con  el  pez  que  lleva  ese 
nombre.  (Zool.  F.  Lutiani- 
dce;  esp.  Etelis  oculatus, 
Guv.) 

Cachumbambé.  Cub.  m. — en 
desuso. — Especie  de  co- 
lumpio o  balancín  (así  se 
dice  en  España,  aunque  no 
lo  consigne  la  R.  A.),  que 
forman  los  muchachos  con 
un  tablón  que  apoyan  en  el 
centro  sobre  alguna  cosa 
elevada,  y  en  cuyos  extre- 
mos se  sientan  a  horcaja- 
das para  columpiarse. 

Cachurra.  Cub.  f.  —  fam.  — 
Establecimiento  de  reduci- 
do ámbito  y  pobre  aspecto. 
Cuando  se  refiere  a  café 
dícese  buchinche.  (Et.  Di- 
minutivo despectivo  de 
"casa"). 

Caerse.  Cub.  v.  ref. — Suele 
oírse  en  vez  de  "descarri- 
larse", aunque  sea  simple- 
mente "salirse  de  la  vía 
férrea" :  "Se  cayó  una  lo- 
comotora". Se  imagina 
cualquiera  al  oir  esto,  que 
se  ha  caído  a  un  barranco. 
Tiene  los  usos  cast. 

Café  canalla,  Cub.  m. — Al 
lavar  los  granos  de  café, 
dícese  canalla  al  que  flota, 
con  lo  que  descubre  su  in- 
ferior calidad,  sin  que  pre- 
sente forma  defectuosa 
cual  el  comúnmente  llama- 
do "triache". 

Café  carretero.  Cub.  m. — El 
café  líquido  muy  recargado 
o  fuerte,  que  frecuente- 
mente se  hace  sin  colarlo. 


Toma  este  nombre  porque 
es  el  preferido  de  los  ca- 
minantes, particularmente 
los  carreteros  que  cumplen 
tareas  nocturnas. 

Café  cimarrón.  Cub.  m. — El 
arbusto  más  conocido  por 
nabaco  (2.*  acep.)  Véase. 

Café  de  guanina.  Amer.  m. 
— El  que  se  hace  con  las 
semillas  de  esa  planta. 

Café  de  mirto.  Cub.  m. — El 
cafeto  de  preferido  cultivo 
en  Cuba,  por  ser  la  varie- 
dad de  más  vida  producti- 
va y  de  grano  excelente. 

Café  fresco,  Cub.  m. — Por 
extensión  del  significado 
que  "fresco"  tiene  en  cas- 
tellano, se  comete  en  Cuba 
un  gracioso  contrasentido 
al  llamar  café  fresco  al  re- 
cientemente preparado,  y 
que  por  fuerza  ha  de  estar 
casi  hirviendo. 

Café  garrapata.  Cub.  m.  — 
Llámase  en  los  cafetales  al 
grano  común  o  corriente, 
después  de  separar  el  ca- 
racolillo y  el  triache. 

Café  lavado.  Cub.  m.  —  El 
grano  que  se  va  al  fondo 
del  agua  al  lavarlo,  con  lo 
que  se  acredita  de  buena 
calidad,  en  oposición  al  ca- 
lificado de  canalla. 

Cafetalista.  Amer.  común. — 
La  persona  dueña  o  encar- 
gada de  un  cafetal. 

Cafetería.  Cub.  f. — desusa- 
da. —  Véase  tostadero  de 
café. 

Cafetero.  Cub.  m. — Entre  los 
empleados   de   un   café,    el 


CAGU 


—  90  — 


CAGU 


que  prepara  este  líquido. 
Tiene  las  acep.  cast. 

CafetiSIo,  Cub.  m. — Véase 
nabaco  (2.a  acep.) 

*  Cafiroleta.  Cub.  f. — "Dulce 
compuesto  con  boniato,  co- 
co rallado  y  azúcar".  (R.  A.) 

Cagadilla.  Cub.  f.  —  Cierta 
substancia  pastosa  y  acida, 
que  depositan  en  algunas 
celdillas  de  sus  panales  las 
abejas  de  la  tierra.  Véase. 
Es  nombre  dado  por  los 
campesinos,  que  suponen  es 
el  excremento  de  tales  abe- 
jas. 

Cagadilla  de  gallina.  Cub.  f. 
— Así  dicen  en  algunos  lu- 
gares de  la  región  oriental 
al  curujey  (véase),  por  la 
semejanza  de  sus  flores 
amarillas  con  manchas  car- 
melitas, y  el  nombre. 

Cagón.  Cub.  epic.  m.  —  Pez 
que  alcanza  un  peso  de  dos 
kilogramos,  de  color  rojo 
que  se  torna  rosado  hacia 
el  vientre,  con  fajas  obli- 
cuas en  el  lomo  y  longitu- 
dinales en  los  costados  de 
color  amarillo,  y  las  aletas 
varían  desde  el  rojo  al  ro- 
sado y  del  amarillo  al  pa- 
jizo. Ño  es  mal  bocado.  Al- 
gunos le  dicen  cotorro. 
(Zool.  F.  Lutianida?;  esp. 
fíhomboplites   aurorubens). 

Cagón.  Cub.  epic.  m. — En  al- 
gunos lugares  dicen  así  al 
ave  aguaitacaimán,  que  es 
el  cubanismo  aceptado  por 
la  R.  A.,  por  la  frecuencia 
con  que  evacúa  el  vientre. 

Cagtsairán.  Cub.  m.— En  al- 


gunas localidades,  dan  este 
nombre  a  una  especie  del 
árbol  más  conocido  en 
América  y  Cuba, por  "quie-  ;1 
brahacha"  (R.  A.),  que  al- 
canza una  altura  de  diez 
metros,  y  es  de  madera  pe- 
sada, muy  dura,  pero  vi- 
driosa. Algunos  le  llaman 
cagüirán.  (Bot.  F.  Legumi- 
nosas; esp.  Hymensea  flo- 
ribunda). (Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Cagualssa.  Cub.  í.  —  Véase 
caguajosa. 

Caguajosa.  Cub.  f.  —  En  la 
región  oriental,  la  planta 
pasionaria.  Véase.  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Caguala.  Cub.  í. — Así  llaman 
algunos  a  la  planta  barba 
de  indio.  Véase. 

Caguama.  Cub.  epic.  -f. — La 
más  grande  tortuga  mari- 
na, cuyo  peso  llega  a  ex- 
ceder de  200  kilogramos, 
pero  de  carne  poco  apre- 
ciada, y  sí  algo  sus  hueves 
y  mucho  la  concha,  que 
tiene  15  placas  córneas  y  es 
de  color  acarminado.  Es  de 
cabeza  grande,  con  el  ho- 
cico romo,  y  las  patas  tra- 
seras más  cortas  y  aplana- 
das. (Zool.  F.  Chelonida?; 
esp.  Talassochelus  caretta, 
Lin.)  (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Caguane.  Cub.  m.  —  Molusco 
marino  de  una  o  dos  valvas, 
confundible  con  el  caguará. 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Caguanetazo.  Cub.  m.  —  El 
acto  y  la  acción  de  quemar 


CAGÜ 


-  91  — 


CAGU 


el  cagúemete,  cuando  el  fin 
es  causar  susto  a  una  per- 
sona. 

aguársete,  Cub.  m.—  Pelusa 
o  borra  de  algodón  o  de 
otra  materia  vegetal  de 
combustión  rápida,  que  los 
muchachos  queman  por  di- 
versión én  la  palma  de  la 
mano.  (Et.  Voz  caribe,  se- 
gún Zayas). 

iguaní.  Cub.  m. — El  árbol 
más  conocido  por  jocuma 
amarilla.  Véase.  (Et.  Voz 
caribe,  según  Zayas). 
[iguaráo  Cub.  m.  —  Molusco 
marino  univalvo,  aunque 
también  hay  ejemplares  de 
dos  valvas,  de  concha  se- 
micircular, que  se  ve  con 
grande  abundancia  en  las 
playas  cubanas.  Algunos 
pronuncan  grave  esta  voz. 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 
iguarero.  Cub.  epic.  m. — 
Ave  rapaz,  pero  no  carni- 
cera, y  pacífica,  muy  esca- 
sa, que  anda  en  parejas  y 
toma  ese  nombre  porque  se 
alimenta  de  caguanes  y  ca- 
¡guaraes  (véanse).  Tiene  e! 
pico  muy  largo,  blanco  y 
en  la  parte  posterior  azu- 
lado; el  plumaje  del  macho 
es  ceniciento,  algo  azulóse 
por  el  lomo,  y  el  de  la  hem- 
bra más  obscuro  por  en- 
cima, y  blancos  con  franjas 
de  color  castaño  el  pecho  y 
el  vientre.  También  se  lla- 
ma gavilán  caguarero  y  ga- 
vilán zonzo,  y  es  una  espe- 
cie afín  al  gavilán  común. 
(Zool.    F.    Falcónidas;    esp. 


Regev.hinus  wilsoni,  Gas- 
sin.) 

Caguarita.  Cub.  f. — Dícese  a 
la  concha  de  menor  tamaño 
que  se  encuentra  en  las 
playas.  (Et.  Diminutivo  de 
caguará) . 

Caguasal.  Cub.  m.  —  Lugar 
donde  abunda  el  caguaso. 
Véase. 

Caguaso.  Cub.  m.  —  Hierba 
parecida  a  la  llamada  es- 
partillo,  con  hojas  muy  ás- 
peras y  de  bordes  cortan- 
tes, que  florece  en  terrenos 
pantanosos,  y  sólo  come  el 
ganado  como  último  recur- 
so. (Bot.  F.  Ciperáceas;  esp. 
carex  scabrella,  Vahl.) 

Caguaso.  Cub.  va. — Otra  es- 
pecie de  hierba  semejante 
a  la  anterior  por  la  pro- 
piedad de  las  hojas,  pero 
que  se  desarrolla  en  terre- 
nos secos  y  áridos.  (Bot.  F. 
Gramíneas;  esp.  Paspalum 
virgatum,  Lin.)  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Caguaso.  Cub.  m. — En  Vuei- 
tabajo,  un  árbol  silves- 
tre y  abundante,  con  un 
tronco  de  6  a  8  metros  por 
medio  de  grueso,  de  corte- 
za delgada,  pardusca,  ma- 
dera dura,  compacta,  fina, 
de  color  rosado,  que  se  em- 
plea en  construcciones, 
pero  que  ha  de  pintarse 
siempre  para  preservarla 
del  comején.  También  se 
llama  caguato. 

Caguaso.  Cub.  m.  —  Según 
Zayas,  "un  lagarto  de  color 
verde  que  no  debe  confun- 


CAIC 


—  92  — 


UAIM 


dirse  con  el  caguayo""  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Cagtsaie.  Cub.  m.  —  Hierba 
silvestre  abundante  y  no 
muy  apreciable,  aunque  se 
desarrolla  en  buen  terreno 
siempre.  (Et.  Voz  caribe, 
según  Zayas). 

Caguato.  Cub.  m. — Véase  ca- 
guaso  (3.a  acep.) 

Caguayo.  Cub.  epic.  m. — Dan 
este  nombre  en  la  región 
oriental  a  cualquier  lagar- 
tija, pero  particularmente 
a  un  lagarto  obscuro  por 
arriba  y  amarillo  por  el 
vientre,  que  habita  en  las 
costas,  de  muy  ligeros  mo- 
vimientos, emite  un  tenue 
silbido,  y  cuando  se  enfu- 
rece enrosca  su  larga  cola 
en  espiral  sobre  el  lomo. 
En  la  parte  occidental  de  la 
Isla  se  conoce  por  iguana,  o 
iguana  de  los  fosos  para 
distinguirla  de  la  verda- 
dera iguana.  (Zool.  F.  Igua- 
nidce;  esp.  Leiocephalus  ca- 
rinatus,  Gray).  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Cagülrán.  Cub.  m. — El  árbol 
más  conocido  por  caguai- 
rán.  Véase.  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Caibariense.  Cub.  subs.  co- 
mún y  adj. — La  persona 
nacida  en  la  villa  de  Gai- 
barién.  Festivamente  se 
dice  cangrejero,  va. 

Calfeanense.  Cub.  adj. -Aplí- 
case a  cosas  de  esa  villa. 

Caico.  Cub.  m. — Arrecife  a 
flor  de  agua,  muy  peligroso 
para     las     embarcaciones, 


pues  suelen  ser  grandes  y 
no  visibles  en  su  mayor  ex- 
tensión. (Et.  Voz  caribe, 
Zayas).  ¿Será  tomada  esta 
voz  del  nombre  indio  "Los 
Caicos",  que  designa  unos 
islotes  existentes  en  la  par- 
te oriental  de  las  islas  Ba- 
hamas? 

Caimanera.  Cub.  f. — Lugar, 
en  las  márgenes  de  los  ríos, 
que  suelen  frecuentar  los 
caimanes. 

Calme.  Cub.  m. — Planta  sil- 
vestre que  produce  un  pe- 
queño tubérculo  del  mismo 
nombre,  de  pulpa  amarilla 
y  dulce,  que  come  alguna 
gente  campesina.  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Caimita!.  Amer.  m. — Lugar 
donde  abundan  los  árboles 
caimito  y  caimitillo.  Véan- 
se. 

Calmltlllo.  Amer.  m. — Árbol 
silvestre  de  mediana  altu- 
ra, que  se  desarrolla  en  to- 
do terreno,  de  hojas  ovales 
verde  -  obscuras  brillantes 
por  la  haz,  y  amarillas  ti- 
rando a  castaño  mate  por 
el  envés,  flores  blancuzcas, 
fruto  semejante  a  la  acei- 
tuna, de  color  morado  su- 
bido cuando  maduro,  des- 
agradable, y  madera  roji- 
za, pesada  y  dura,  emplea- 
da en  carpintería.  (Bot.  F. 
Sapotáceas;  esp.  Chryso- 
phyllum  monopyrenum. 
Jacq.)  (Et.  Diminutivo  de 
caimito). 

Caimito,  Amer.  m. -Árbol  sil- 
vestre,   abundante    en    las 


CAIR 


—   93   — 


OAJE 


Antillas,  más  elevado  y 
frondoso  que  el  anterior, 
de  siete  a  ocho  metros  de 
altura,  de  hojas  parecidas 
a  las  del  caimitülo,  lo  mis- 
mo que  las  flores,  y  made- 
ra blanca,  blanda,  correosa, 
poco  utilizable,  de  corteza 
rojiza;  su  fruto  es  redondo, 
en  figura  y  f  amafio  de  na- 
ranja, y  contiene  varias  pe- 
pitas negruzcas,  del  cual 
hay  dos  clases,  como  se  ve- 
rán con  sus  nombres  par- 
ticulares a  continuación. 
(Bot.  F.  Sapotáceas;  esp. 
Chrysophyllum  caimito, 
Lin.)  (Et.  Voz  caribe,  se- 
gún Zayas). 

Caimito  blanco.  Cub.  m. — El 
fruto  del  caimito,  con  la 
piel  verde  lustrosa  y  pulpa 
blanda,  exquisita  y  blanca, 
de  lo  que  toma  nombre. 

Caimito  morado.  Cub.  m. — 
El  fruto  del  caimito,  de  pe- 
ricarpio violáceo  y  masa 
rosada  o  blancuzca,  con  ve- 
tas moradas  pálidas,  menos 
agradable  que  el  anterior. 

Caínca.  Cub.  f.  —  La  planta 
bejuco  de  verraco.  Véase. 

Cairel.  Cub.  m. — Planta  ras- 
trera de  gruesos  y  largos 
tallos  utilizados  como  so- 
ga, de  hojas  con  tres  fo- 
líolos sedosos  en  el  envés, 
aovado  el  del  centro  y  obli- 
cuos los  laterales,  flores 
grandes  y  amarillas,  íasci- 
culadas,  en  figura  de  cai- 
reles, y  fruto  en  legumbre. 
Esta  planta  hervida  sumi- 
nistra un  tinte  negro,  que 


los  indios  empleaban  para 
revestirse  la  piel,  aunque 
apreciaban  más  la  bija  o 
achiote.  También  se  conoce 
por  jairel,  ojo  de  buey  y 
picapica.  (Bot.  F.  Legumi- 
nosas; esp.  Mucuna  urens). 

Cairo.  Cub.  m. — Mecha  tosca 
de  algodón,  que  confeccio- 
nan y  consumen  en  algu- 
nas casas  de  labriegos,  para 
alumbrarse.  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Caisimón.  Cub.  m.  —  Planta 
silvestre,  cuyo  tallo  se  ele- 
va hasta  más  de  un  metro 
de  altura,  longitudinal- 
mente acanalado,  de  hojas 
grandes,  acorazonadas,  pun- 
tiagudas, de  agradable  olor, 
empleadas  en  medicamen- 
tos domésticos.  Hay  tres 
especies,  no  distinguidas  en 
el  lenguaje  popular.  (Bot. 
F.  Piperáceas;  esp.  princi- 
pal :  Piper  umbellatum, 
Lin.)  (Et.  Voz  caribe,  según 
Zayas) . 

Caisinilla.  Cub.  f. — "Vegetal 
en  el  partido  de  Los  Pala- 
cios, que  se  estima  medi- 
cinal". (Pichardo). 

Cafa  (A  la).  Cub.  mod.  adv. 
— Equivale  a  decir  que  una 
cosa  es  buena  o  ajustada 
al  pensamiento  que  lo  con- 
cibió: "Hice  una  mesa,  y 
me  quedó  a  la  caja"  "¿Cómo 
está  el  baile? — A  la  caja". 

Caja.  Cub.  m. — Algunos  dicen 
así  al  palo  cajú.  Véase. 

Cajetilla.  Cub.  f.— flg.  y  fam. 
— Dícese  por  "dentadura": 
"Rosa  tuviera  la  boca  bo- 


CAJO 


—  94 


CALA 


nita  de  tener  completa  la 
cajetilla". 

Cajs,  Cub.  epic.  m. — Pez  de 
unos  3  decímetros  de  largo, 
de  color  amarillento,  ex- 
cepto en  el  lomo,  que  es 
moraduzco,  cola  ahorqui- 
llada y  ojos  negros.  No  es 
mal  bocado,  pero  sí  pro- 
penso a  causar  ciguatera. 
Cuando  joven  se  llama  ca- 
jisote.  (Zool.  F.  Lutiani- 
dos:  esp.  Neomcenis  caxis, 
Bloch). 

Cajigal.  Cub.  m.— En  la  re- 
gión occidental,  se  dice  a 
la  planta  de  jardín  Reina 
Luisa  (véase),  o  "damas- 
quina" en  cast. 

Cajilla.  Cub.  f. — Se  dice  por 
corrupción  de  "cajetilla", 
que  también  se  usa,  al  pa- 
quete de  cigarrillos,  que 
antes  contenía  16  y  actual- 
mente 14,  en  casi  todas  las 
marcas. 

Cajisete.  Cub.  epic.  m. — Véa- 
se  cajisote.  (Et.  Diminutivo 
de  cají.). 

Cajisote.  Cub.  epic.  m.  — 
Dícese  al  pez  cají  cuando 
joven,  que  además  de  su 
menor  tamaño,  se  caracte- 
riza por  el  color  algo  oli- 
vado, con  ocho  fajas  verti- 
cales, estrechas  y  más  cla- 
ras. Algunos  dicen  cajisete. 

CaJÓE.  Cub.  m. — Ea  los  cor- 
tes de  lefia,  se  da  este  nom- 
bre al  volumen  de  ella 
equivalente  a  una  vara  de 
alto,  una  de  ancho  y  dos  de 
largo,  o  viceversa,  y  es  la 
tercera  parte  de  lo  que  se 


llama  una  cuerda  de  leña, 
Véase.  Tiene  los  usos  caste- 
llanos. 

Cajuela.  Cub.  f. — Árbol  sil- 
vestre de  apreciable  ma- 
dera de  color  de  azafrán, 
dura,  compacta,  de  fino 
grano,  empleada  en  ebanis- 
tería. (Bot.  F.  Euforbiá- 
ceas; esp.  Antidesma  cu- 
bana, Maf.). 

Calabacear.  Común,  v.  a. — 
Dar  calabazas:  "Juana  ca- 
labaceó a  José". 

Calabaza.  Cub.  f. — Esta  cu- 
curbitácea,  según  sus  for- 
mas, toma  diversos  nom- 
bres populares  en  Cuba:  la 
común  es  lo  que  se  indica 
en  su  apelativo;  la  de  bo- 
nete, es  rara  y  de  color 
anaranjado,  con  un  tubér- 
culo adicional  verde  o  blan- 
cuzco encima;  la  de  caba- 
llo, o  de  puerco,  de  estruc- 
tura irregular,  destinada  al 
alimento  de  los  animales 
indicados;  la  de  Castilla, 
que  es  la  común  de  Espa- 
ña, cilindrica  y  alargada, 
de  las  más  apreciables;  la 
de  culebra,  muy  alargada  y 
delgada,  y  la  de  yema  de 
huevo,  es  la  más  chica,  casi 
esférica,  y  preferida  para 
potajes.  Tiene  los  usos  cas- 
tellanos. 

Calabazo.  Cub.  m. — El  fruto 
de  la  planta  llamada  güiro, 
que  también  toma  este 
nombre  y  el  de  güiro-ca- 
labazo. Tiene  la  figura  de 
un  cuerno  de  toro  muy 
grueso  y  más  grande,  con 


CALA 


95 


CALO 


la  punta  roma  y  la  base 
cerrada  y  esférica;  cuando 
maduro  y  curado,  toma  co- 
ma color  castaño  y  adquie- 
re una  dureza  que  resiste 
el  metal. 

Calabazo.  Cub.  m. — Instru- 
mento musical  formado  con 
el  calabazo  (1,*  acep.)  des- 
pués de  ahuecado,  al  que 
se  le  hacen  unas  ranuras 
paralelas  y  juntas  en  la  su- 
perficie, que  se  rastrillan 
luego  con  una  varilla  de 
hierro,  a  modo  de  rallo,  y 
se  produce  un  sonido  seco, 
que  es  apreciado  en  el  país 
como  acompañamiento  de 
orquesta.  También  se  dice 
güiro,    y     algo     guajey. 

Calabozo,  dio.  m. — Especie 
de  machete  cuya  hoja,  de 
medio  metro  aproximada- 
mente de  largo,  va  ensan- 
chándose a  partir  del  cabo 
o  mango,  de  manera  que 
forma  una  barriga,  y  no 
tiene  punta.  Se  utiliza  para 
limpiar  los  sembrados  de 
hierbajos  y  para  cortar 
caña  de  azúcar.  También 
se  llama  machete  calabozo. 
Tiene  las  acep.  cast.,  en- 
tendiéndose que  no  se  co- 
noce en  Cuba,  el  "calabozo" 
o  podón  de  la  R.  A. 

Calaguaüa  de  la  tierra.  Cub. 
f. — Recibe  este  nombre  una 
especie  de  la  calaguala  co- 
mún en  América,  descrita 
por  la  R.  A.;  pero  que  se 
diferencia  en  que  no  se 
desarrolla  en  los  troncos 
podridos  de  los  árboles  y  sí 


en  el  suelo,  por  lo  que  vie- 
ne a  ser  una  especie  de  he- 
lecho  parásito.  (Bot.  Orden, 
Heléchos;  esp.  Aspidium 
capense,  Willd.). 

Calalú,  Cub.  m. — Planta,  es- 
pecie de  legumbre  silves- 
tre. (Bot.  Amar  anta  ce  as.) 

Calalú.  Cub.  m. -Potaje  hecho 
con  varios  vegetales,  entre 
ellos  calabaza  y  calalú,  (1.a 
acep.)  que  le  da  nombre,  y 
es  manjar  que  estiman  al- 
gunos negros.  (Et.  Voz  in- 
dia). 

Calamar  a.  Cub.  f. — ün  árbol 
de  madera  dura  y  compac- 
ta, no  muy  abundante,  que 
se  utiliza  en  carpintería. 
(Et.   Voz   caribe,    Zayas). 

Calambreña.  Cub.  f. — Árbol 
silvestre  de  mediana  eleva- 
ción, que  se  desarrolla  en 
terrenos  áridos,  de  madera 
blancuzca,  que  sólo  se  em- 
plea para  leña.  También  se 
llama  uverül.o  y  uvero  blan- 
co. (Bot.  F.  Poligonáceas; 
esp.  Coceo  loba  paluda, 
Wr.) 

Calambuco,  ca.  Cub.  adj. — 
fam. — Aplícase  a  la  perso- 
na beata,  muy  apegada  a 
las  cosas  de  la  Iglesia,  pero 
cuando  se  hace  hipócrita- 
mente, sin  devoción.  Es  de 
advertir  que  también  se 
desarrolla  en  Cuba  el  árbol 
"calambuco"  que  produce 
el  bálsamo  de  María,  pero 
se  conoce  en  el  país  por 
ocuje. 

Calderetería.  Amer.  f. — Dí- 
cese  en  gran  parte  de  Amé- 


CALI 


96 


CALM 


rica  con  palmaria  inco- 
rrección, por  "calderería". 
Estaría  bien  aplicada  la  voz 
al  taller  donde  se  hiciesen 
calderetas  solamente. 

Calderetero,  ra.  Amer.  m.  y 
f. — Lo  mismo  que  "calde- 
rero, ra".  Véase  calderete- 
ría. 

Calembée  Cub.  m. — desusada, 
Dicen  algunos  al  taparrabo. 

Calentura.  Cub.  f. — La  fer- 
mentación del  tabaco  en 
rama,  que  se  efectúa  dis- 
poniéndolo en  pilas.  Tiene 
las  acep.  cast. 

Calentura.  Cub.  f.  —  Planta 
silvestre,  cuyo  tallo  se  em- 
plea en  cordelería,  y  segre- 
ga un  jugo  cáustico  por  in- 
cisión; de  hojas  lanceola- 
das con  pecíolo  y  nervio 
rojizo,  y  flor  anaranjada. 
(Bot.  F.  Asclepiadcas;  esp. 
Asclepias  curassavica.  Lin.) 

Calentura  blanca.  Cub.  f.— 
Especie  afín  a  la  planta  an- 
teriormente descrita,  que 
se  caracteriza  por  sus  flores 
blancas.  (Bot.  F.  A.;  esp. 
Asclepias  nivea). 

Caliente.  Amer.  adj. — Se  le 
dan  a  este  adjetivo  algunas 
aplicaciones  incorrectas  en 
gran  parte  de  América.  Re- 
firiéndose a  una  mujer, 
equivale  a  calificarla  de  in- 
citante, lujuriosa,  que  es 
algo  parecido  a  lo  que  la 
R.  A.  admite  con  relación  a 
los  irracionales.  Si  se  apli- 
ca especialmente  al  hom- 
bre, con  el  verbo  "ser", 
quiere      significar      arrojo, 


atrevimiento,  sagacidad,  etc. 
Véase  la  frase  29  del  Apén- 
dice. Tiene  los  usos  caste- 
llanos. 

Calilla.  Amer.  f. — La  ayuda 
consistente  en  alguna  ma- 
teria estimulante,  que  se 
coloca  en  el  ano  para  pro- 
vocar la  evacuación  del 
vientre.  (Et.  Probablemen- 
te de  "cala",  que  la  R.  A. 
acepta  en  el  primer  artí- 
culo, 3."  acep.  con  parecido 
significado). 

Calilla  de  perro.  Cub.  f. — 
"El  excremento  de  perro". 
(Pichardo). 

*  Calimba.  Cub.  f. — El  hierro 
a  manera  ele  cuño  que  se 
utiliza  en  caliente  para  se- 
ñalar a  los  animales  en  la 
piel. 

Calimba.  Cub.  f. — Acción  y 
efecto  de  calimbar.  Véase. 

'Calimbar.  Cub.  v.  a. — Mar- 
car los  animales  con  la  ca- 
limba. Véase. 

Calimbar.  Cub.  v.  a. — fig.  y 
fam. — Equivale  a  "pegar", 
"castigar",  "multar":  "Le 
calimbaron  20  duros  de 
multa".  "Te  voy  a  calimbar 
un  puntapié". 

Calinda.  Cub.  f. — Baile  libre 
de  negros  al  uso  afro-cu- 
bano, al  que  también  suele 
concurrir  algún  blanco  de 
la  plebe.  Otros  dicen  ca- 
linga. 

Calinga.  Cub.  f. — Véase  ca- 
linda. 

Calmudo,  da.  Amer  adj. — Lo 
mismo  que  "indolente", 
"calmoso,  sa".  No  obstante 


—  97  — 


CA: 


ser  una  palabra  bien  deri- 
vada de  la  castellanísima 
"calma",  no  figura  todavía 
en  el  Dic.  oficial,  aunque 
hace  más  de  un  siglo  que 
se  pronuncia  en  América,  y 
que  no  faltará  quien  la  em- 
plee festivamente  en  Espa- 
ña, ya  que  la  derivación  no 
precisa  ingeniosidad. 

Caííe  derecha.  Cub.  f. — "En 
el  juego  del  monte  la  apues- 
ta contraria  a  la  cruceta, 
esto  es,  que  ganará  o  ven- 
drá la  carta  del  mismo 
lado  que  ganó  en  el  albur 
o  en  el  gallo.  (Pichardo). 

Cama  camera.  Cub.  f.  —  La 
matrimonial. 

Cama  medio  camera»  Cub.  f. 
— La  destinada  a  una  per- 
sona, pero  de  algo  más 
ancho  del  corriente. 

Camabua.  Cub.  f. — "Árbol  de 
Cuba,  según  el  señor  Ra- 
món de  la  Paz".  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas,  de  quien  es 
la  cita).  ¿Será  la  camagua? 

Carnada.  Común,  f.  —  Tiene 
parecida  acepción  a  la  ter- 
cera académica  de  "capa"; 
pero  carnada,  con  una  pro- 
piedad indiscutible,  es  cada 
una  de  las  superficies" 
formadas  por  unidades  de 
una  misma  cosa,  como  fru- 
tas,   huevos,    etc.,    super- 

-  puestas  con  simetría.  Dí- 
cese:  "Esa  pila  tiene  seis 
carnadas  de  traviesas";  "la 
caja  tiene  diez  carnadas  de 
peras".  Es  acep.  de  uso  ge- 
neral, aunque   la  R.  A.  no 


la  recoja,  y  nos  parece  de 
exportación  asturiana. 

Cama.  Cub.  epic.  m.  —  Co- 
rrupción de  camao.  Véase. 

Camagua.  Cub.  í. — Pequeño  y 
delgado  árbol,  propio  de  te- 
rrenos húmedos,  de  hojas 
grandes,  elíptico  -  obtusas, 
flores  de  corola  amarillenta 
en  racimo,  y  madera  de  co- 
lor castaño  muy  claro  con 
vetas,  bastante  só'ida,  pero 
no  muy  apreciable.  Tam- 
bién se  dice  casmagua,  cau- 
mao  y  guacamarí  común. 
(Bot.  F.  Mirsináceas ;  esp. 
Wallenia  laurifolia,  Sw.) 
(Et.  Voz  caribe,  según  Za- 
yas). 

Camagüeyana.  Cub.  f.  —  En 
la  provincia  de  Camagüey, 
dícese  a  la  guayabera.  Véa- 
se. 

Camagüeyano,  na.  Cub.  subs. 
y  adj.  El  nacido  en  la  pro- 
vincia de  Camagüey  o  su 
capital,  antes  Puerto  Prín- 
cipe. 

Carnagüeyano,  na.  Cub.  adj. 
— Aplícase  a  cosas  perte- 
necientes a  la  ciudad  o  la 
provincia  de   Camagüey. 

Camagüira.-»  Cub.  f.  —  Árbol 
silvestre  cuya  madera,  ama- 
rillenta veteada,  es  dura, 
resistente  y  de  grano  fino, 
empleada  en  carpintería. 
(Et.   Voz   caribe,   Zayas). 

Camalara.  Cub.  f. — Así  dicen 
por  metátesis  al  árbol  ca- 
lamar a.  Véase. 

Camalote.  Cub.  m.-Así  dicen 
algunos  a  la  planta  came- 
lote (véase),   que  no   es  la 


CAMB 


—  98 


CAMB 


americana  de  este  nombre 
descrita  por  la  R.  A. 

*Camao.  Cub.  epic.  m. — Pa- 
loma salvaje  más  conocida 
por  azulona,  su  otro  nombre 
cubano  castellanizado.  Al- 
gunos dicen  incorrectamen- 
te  camas. 

Camareto.  Cub.  adj.  —  Sirve 
de  aditamento  a  una  espe- 
cie de  boniato.  Véase. 

Camarón.  Cub.  m.  —  Especie 
de  helécho  de  aguas  salo- 
bres, conocido  en  la  región 
oriental.  Tiene  la  acep. 
cast.  Véase  el  refrán  36  del 
Apéndice. 

Camarón.  Cub.  m.  —  Dícese 
en  Vueltabajo,  según  Pi- 
chardo,  a  un  árbol  silves- 
tre. 

Camaruca.  Cub.  f.  —  Árbol 
raro  y  escaso,  originario  de 
América  Central,  elevado  y 
muy  frondoso,  debido  al 
enorme  tamaño  de  sus  ho- 
jas, acorazonadas,  como  de 
medio  metro  de  diámetro, 
lampiñas  por  la  haz  y  pe- 
ludas por  el  envés,  que  pro- 
yecta muy  espaciosa  y  fres- 
ca sombra.  También  se 
llama  anacahuita  (2.a  acep.) 
(Bot.  F.  Esterculiáceas;  esp. 
Sterculia  carthaginensis, 
Caw.) . 

Camas.  Cub.  epic.  m. — En 
muy  pocos  lugares  se  dice 
por  camao.  Véase. 

Cambiavía.  Amer.  m. — Suele 
decirse  a  las  agujas  de  la 
vía  farrea,  que  en  Cuba 
tiene  su  nombre  más  gene- 


ralizado de  chucho  (2.a 
acep.) 

Cambiavía.  Amer.  común. — 
Dícese  al  guardaagujas, 
pero  casi  siempre  se  em- 
plea el  cubanismo  chuche- 
ro, ra. 

Cambustera.  Cub.  f. — Lo 
mismo  que  cambutera,  por 
corrupción. 

Cambute.  Cub.  m. — Nombre 
que  le  dan  algunos  a  la 
planta  cambutera  (véase); 
y  que  debe  evitarse  para 
no  confundirla  con  el  "cam- 
bute" de  varios  países 
americanos  y  que  acepta  la 
R.  A. 

Cambutera.  Cub.  f.  —  Capri- 
chosa enredadera  de  tallos 
delgados  y  muy  entreteji- 
dos, que  se  cultiva  por  lo 
frondosa  en  jardines,  para 
emparrados  y  cenadores. 
Hay  dos  especies:  una  de 
hojas  pequeñas,  finas  y  se- 
mejando encaje,  y  dos  flo- 
res cónicas,  alargadas,  de 
color  carmesí  o  blanco  en 
un  pedúnculo;  y  la  otra  es 
de  hojas  más  grandes,  cor- 
diformes y  ordinarias,  y 
flores  de  color  escarlata 
anaranjado  en  pina.  Unos 
suponen  que  es  planta  ori- 
ginaria de  Méjico,  y  otros, 
como  Pichardo,  la  tienen 
por  indígena.  También  se 
llama  cambustera,  gambu- 
tera  y,  con  impropiedad, 
cambute.  (Bot.  F.  Convol- 
vuláceas; esp.  respectivas : 
Ipomcea  quamoclit,  e  /.  coc- 
cínea, Lin.) 


CAMI 


—  99 


CAMP 


Cambutera  cimarrona.  Cub. 
f.  —  Enredadera  o  bejuco 
silvestre  e  indígena  seme- 
jante a  la  anterior.  (Bot.  F. 
Rubiáceas;  esp.  Manettia 
lygistoides-,  Gris). 

Camelia.  Cub.  f. — Así  dicen 
impropiamente  en  la  región 
oriental  a  una  variedad  de 
la  altea.  Véase. 

Camelote.  Cub.  m. — Especie 
de  junquillo  acuático,  de 
hojas  lanceoladas,  flores 
rosadas  en  racimos  erec- 
tos, que  proporciona  mal 
pasto,  y  de  cuyos  tallos  se 
sacan  una  fibras  color  de 
perla,  que  se  utilizan  en 
la  confección  de  canastillos, 
marcos  de  cuadros,  etc. 
Otros  dicen  camalote.  (Bot. 
F.  Poligonáceas;  esp.  Poly- 
gonum  glabrum,  Willd.) 

Camero,  ra.  Cub.  adj. — vulg. 
— Equivale  a  "grande",  re- 
firiéndose a  cualquier  cosa 
susceptible  de  tamaño.  No 
es  menester  indicar  por 
qué  constituye  un  abuso 
hablar  de  esa  manera,  aun- 
que sea  el  vulgo  quien  tal 
diga,  imitado  luego  por  la 
gente  que  se  cree  superior. 

Camino  seronero.  Cub.  m. — 
Además  de  los  distintos  ca- 
minos que  cualquier  me- 
diano diccionario  explica, 
en  Cuba  se  ha  bautizado 
así  al  que  pudiéramos  com- 
parar con  el  llamado  "de 
herradura",  y  es  aquél  por 
donde  puede  caminar  una 
caballería  cargada  con  un 
serón. 


Camiseta.  Cub.  f. — Así  dicen 
algunos  al  condón  o  preser- 
vativo higiénico,  ninguna 
de  cuyas  voces,  a  cual  más 
.  usadas  en  España  y  Amé- 
rica, acepta  la  R.  A.,  quizá 
por  escrúpulos  mal  aveni- 
dos con  la  tarea  de  cata- 
logar voces. 

Camisón  de  corpino.  Cub. 
m. — Prenda  interior  de  la 
mujer,  con  medias  mangas 
y  ajustadas  a  la  cintura,  de 
poco  uso  actualmente,  para 
poner  sobre  el  camisón 
(único  nombre  que  recibe 
en  Cuba  la  camisa  de  mu- 
jer). Algunos  dicen  impro- 
piamente sayuela. 

Camón.  Cub.  m. — La  pina  o 
trozo  de  madera  curvo  que 
forma  parte  del  aro  de  una 
rueda. 

Camonadura.  Cub.  f. — El 
conjunto  de  camones  que 
componen  el  aro  de  una 
rueda. 

Camote.  Cub.  m. — El  hecho 
de  no  pagar  lo  perdido  en 
una  apuesta,  particular- 
mente en  las  riñas  de  ga- 
llos: "Ganaba  diez  duros, 
pero  al  pagar  me  dieron 
camote,  y  sólo  cobré  tres". 

Campana.  Cub.  i. — El  arbus- 
to bijaura.  Véase.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Campana  (A  la).  Cub.  mod. 
adv.  —  fam. — Graciosa  ex- 
presión que  equivale  a 
decir:  "muy  bien,  perfec- 
tamente"; y  en  el  mismo 
estilo  familiar,  en  castella- 
no,  a   las   locuciones:    "al 


CAMP 


—  100 


CANA 


pelo",  "a  pedir  de  boca": 
"¿Cómo  te  va  de  salud? 
— A  la  campana".  "Tengo 
la  casa  amueblada  a  la 
campana".  En  algunos  ca- 
sos, es  sinónimo  de  a  la 
caja. 

Campanazo.  Amer.  m. — Di- 
ce se  en  vez  de  "campana- 
da". 

Campanilla.  Cub.  f. — La  en- 
redadera aguinaldo.  Véase. 

Campanilla  blanca.  Cuh.  f.— 
Uno  de  los  nombres  menos 
frecuentes  del  arbusto  bi- 
jaura.  Véase.  No  debe  con- 
fundirse con  la  otra  cam- 
panilla, también  de  flor 
blanca,  que  es  la  ¡enredadera 
más  conocida  por  aguinaldo 
blanco. 

Campechana.  Cub.  f. — Bebi- 
da compuesta  de  varios  li- 
cores. También  se  llama 
chapurrado  (2.a  acep.),  pero 
no  debe  confundirse  con  el 
otro  chapurrado,  cubanismo 
aceptado  por  la  R.  A. 

Campo.  Cub.  m. — A  guisa  de 
curiosidad,  hemos  de  apun- 
tar el  raro  y  gracioso  uso 
que  se  le  da  en  Cuba  a  esta 
voz.  En  la  Habana  se  llama 
campo  al  resto  de  la  Isla; 
en  las  ciudades  se  indican 
de  esta  manera  los  lugares 
comarcanos,  incluyendo 
pueblos;  en  éstos  se  dice 
campo  a  los  alrededores  ha- 
bitados, y  por  último  ni  los 
moradores  de  simples  bo- 
híos se  consideran  del 
campo,  puesto  que,  por  ca- 
prichoso contraste,  son  los 


que  mejor  uso  hacen  de  la 
palabra  "campo",  ya  que 
con  ella  indican  la  campi- 
ña, los  terrenos  de  cultivo, 
el  despoblado.  Tiene  los 
usos  castellanos. 

Cana.  Cub.  f.  —  Una  palma 
común  en  toda  la  Isla,  y 
de  las  más  estimables,  de 
tronco  recto  que  oscila 
entre  seis  y  ocho  metros, 
con  las  pencas  en  forma  de 
abanico,  cuyas  lacinias  se- 
páranse  hacia  la  mitad  y 
ensanchan  notablemente  la 
penca;  el  palmiche  es  un 
buen  alimento  para  el  ga- 
nado porcino,  especialmen- 
te. También  se  dice  palma 
cana.  Tiene  los  usos  caste- 
llanos. (Bot.  F.  Palmas;  esp. 
Sabal  umbraculifera) .  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Cana.  Cub.  f.  —  Dícese  a  la 
penca  de  la  palma  de  su 
nombre,  que  cuando  seca 
toma  color  pajizo,  y  es  de 
las  preferidas  para  techar 
las  viviendas  campesinas 
(bohíos  generalmente),  por 
su  larga  duración,  que,  se- 
gún algunas  opiniones,  pasa 
del  "medio  siglo.  También 
se  dice  guano  de  cana. 

Cañare©.  Cub.  m.  —  Véase 
cangilón.  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Canario.  Cub.  m. — Planta  más 
conocida  por  maromera. 
Véase.  Tiene  las  acep.  cast. 

Canario  de  manglar.  Cub. 
epic.  m. — Uno  de  los  paja- 
rillos  más  conocidos  con  el 
nombre  común  de  bijirita. 


—  101  — 


CAND 


Este  es  de  color  amarillo  y 
vive  en  los  manglares,  de 
lo  que  toma  el  nombre. 
(Zool.  F.  Silvic  olido? ;  esp. 
Dendroica  petechia  guncl- 
lachi). 

Canarreo.  Cub.  m.  —  Véase 
cangilón.  (EL  Voz  caribe, 
según  Zayas). 

Cáncamo.  Cub.  m. — La  ar- 
golla con  espiga  de  rosca 
o  tornillo  (en  castellano, 
"armella"),  que  se  usa  para 
cerrar  con  candado,  enla- 
zando una  pareja  de  ellas. 
¿Tomará  este  nombre  por 
su  parecido,  aunque  ligero, 
al  cáncamo  conocido  en  ma- 
rinería? 

Cáncamo.  Cub.  m. — fam. — 
Aplicado  a  personas,  en 
tono  despreciativo,  indica 
un  hombre  inepto,  y  si  se 
trata  de  mujer,  fealdad 
ocasionada  por  una  vejez 
prematura. 

Cancharrazo.  Cub.  m. -Dicen 
así  algunos  incorrectamen- 
te por  "cacharrazo". 

Canchila.  Cub.  f. — desuso. — 
La  quebradura  o  hernia. 

Candela.  Cub.  f. — El  excesi- 
vo abuso  que  se  hace  de 
esta  palabra  nos  sugiere 
alguna  advertencia  en  son 
de  crítica,  que  no  resultará 
del  todo  impertinente.  Lo 
único  que  no  significa  en 
Cuba  es  lumbre  o  luz,  que 
es  su  más  propio  empleo  en 
castellano.  Aquí  lo  mismo 
se  dice  candela  a  la  parte 
en  combustión  de  un  ciga- 
rrillo, que  al  fogón  encen- 


dido, que  a  una  hoguera, 
como  a  un  incendio,  aunque 
se  trate  de  una  espantable 
,  conflagración.  Y  esto  se  ve 
en  letras  de  molde  a  diario. 
¿Será  en  algunos  casos  co- 
rrupción y  abuso  de  "can- 
delada"? Véanse  las  frases 
20,  30  y  74,  y  el  refrán  25 
de  los  respectivos  Apén- 
dices. 

Candelilla.  Cub.  f. — Nombre 
de  dos  especies  de  plantas 
silvestres,  comunes,  muy 
parecidas,  cuyas  hojas  tie- 
nen una  especie  de  pelusa 
muy  punzante  y  que  pro- 
duce ronchas,  de  lo  que 
toma  nombre;  sus  flores 
son  monoicas  y  suelen  ver- 
se en  los  cercados  de  las 
fincas.  (Bot.  F.  Euforbiá- 
ceas; esp.  Tragia  volubüis, 
Lin.  y  T.  gracilis,  Gris.) 

Candelilla.  Cub.  f. — Se  da  ese 
nombre  a  la  oruga  de  un 
insecto  o  mariposa  peque- 
ña, gris  y  nocturna;  la  cual 
oruga  ataca  a  las  hojas  de 
la  planta  de  tabaco,  en  for- 
ma que  la  parte  dañada  pa- 
rece como  si  se  hubiese 
quemado,  de  lo  que  toma 
nombre.  La  mariposa  depo- 
sita una  larva  en  la  hoja, 
que  se  desliza  por  la  su- 
perficie de  ésta,  hasta  en- 
contrar un  punto  de  poca 
resistencia  por  donde  in- 
troducirse bajo  la  epider- 
mis, lo  cual,  una  vez  logra- 
do, es  el  comienzo  de  la 
cueva,  larga  a  veces,  que 
inutiliza    la   hoja.    Allí    la 


CAND 


—   102 


CAÑE 


oruga  alcanza  su  total  des- 
arrollo, unos  doce  milíme- 
tros, momento  en  que  aban- 
dona el  escondite  y  se  des- 
liza al  suelo  a  formar  su 
capullo,  para  pocos  días 
después  sufrir  la  postre- 
ra metamorfosis  en  la  ma- 
riposa indicada.  Ataca  tam- 
bién otras  plantas  de  la 
misma  familia.  También  se 
llama  minador  del  tabaco. 
(Zool.  esp.  Phtorimce  oper- 
culella,  Zell.) 

Candelilla.  Cub.  f. — Una  cos- 
tura de  bastilla  o  jaretón. 

Candel£ta.  Cub.  epic.  f.  — 
Uno  de  los  pajaritos  cono- 
cidos con  el  nombre  común 
de  bijirita,  que  toma  este 
nombre  particular  por  su 
color  rojo  encendido  cuando 
vuela,  pues  ese  es  el  color 
que  luce  únicamente  cuan- 
do extiende  las  alas;  el  ma- 
cho es  de  color  azul  obs- 
curo por  encimayblanco  por 
el  vientre,  y  la  hembra  de 
plumaje  grisáceo  en  el  lo- 
mo. Como  la  mayor  parte 
de  esas  especies,  no  es  se- 
dentaria de  Cuba,  pero  sí 
la  que  mayor  temporada 
invernal  pasa  en  la  Isla. 
(Zool.  F.  Silvio  olido? ;  esp. 
Setophaga  ruticilla,  Lin.) 

Candelón.  Cub.  m. — Una  es- 
pecie del  árbol  guama. 
Véase  guama  hediondo. 

Candil.  Cub.  epic.  m. — Pez  de 
unos  tres  decímetros  de  lar- 
go, de  colorrojo,  carmín  muy 
encendido  hacia  el  lomo, 
aleta  dorsal  amarilla,  cola 


agudamente  ahorquillada, 
escamas  muy  ásperas,  ojos 
negros  y  grandes,  con  un 
anillo  rojo  y  otro  amarillo. 
Se  llama  candil,  por  su  re- 
fulgencia en  la  obscuridad. 
(Zool.  F.  Holocentridce;  esp. 
Myriopritis    jacobus,    Cuv.) 

Candil  de  lo  alto.  Cub.  epic. 
m. — Especie  del  pez  ante- 
rior que  vive  a  mayor  pro- 
fundidad, y  cuya  colora- 
ción varía,  tornasolándose. 
(Zool.  F.  H.;  esp.  M.  ful- 
gen?). 

Caneca.  Cub.  f. — desusada. — 
Medida  unitaria  para  lí- 
quidos que  equivale  a 
24'42  litros  o  decímetros 
cúbicos.  En  otras  partes  de 
América,  una  caneca  equi- 
vale a  19  litros.  Tiene  ade- 
más la  acep.  cast. 

Caneca.  Cub.  f. — "Botella  de 
barro  llena  de  agua  calien- 
te, que  sirve  de  calenta- 
dor". Esto  dice  el  "Pequeño 
Larousse  Ilustrado"' ;  pero 
es  una  definición  capricho- 
sa, toda  vez  que  se  dice  "ca- 
neca", en  Cuba  y  en  Alcalá 
de  Henares,  con  agua  o  sin 
ella,  a  una  botella  de  barro; 
tan  caneca  es  llena  como 
vacía. 

Caneicitos.  Cub.  m.  pl. — des- 
usada.— En  la  región  orien- 
tal, una  epecie  de  romería 
al  aire  libre,  al  estilo  de  las 
celebradas  en  El  Caney,  de 
donde  toma  el  nombre. 

Canela  blanca.  Cub.  f. — Dí- 
cese  al  árbol  cúrbana  y  su 
producto.  Véase. 


CAÑE 


103 


CANG 


Caneliiia.  Cub.  f. — Lo  mismo 
que  canelillo.  Véase. 

Canelilio.  Cub.  m. — El  árbol 
más  frecuentemente  llama- 
do copalillo.  Véase.  Hay 
otra  especie  indígena,  como 
ésta,  de  escaso  interés. 

Canelillo.  Amer.  m.  —  Árbol 
exótico,  probablemente  ori- 
ginario de  América  del  Sur, 
donde  se  conoce  con  igual 
nombre,  de  madera  dura  y 
pesada,  semejante  en  el  co- 
lor (amarillento  rosado)  al 
canelillo  indígena,  y  em- 
pleada en  carpintería.  En 
Cuba,  muchos  les  dan  ter- 
minación femenina  a  estas 
plantas.  (Bot.  F.  Lauráceas; 
esp.  Ocotea  cuneata). 

Canequita.  Cub.  f. — desusa- 
da.— Medida  para  líquidos, 
especialmente  para  mieles 
de  caña,  como  la  caneca, 
equivalente  a  4,88  litros. 

Canevá.  Cub.  m. — Dícese  al 
tejido  conocido  en  caste- 
llano por  "cañamazo",  uti- 
lizado para  bordar  y  mar- 
car la  ropa.  (Et.  Galicismo 
formado  de  canecas). 

'Caney.  Cub.  m. — Especie  de 
bohío :  pequeña  casa  de  fi- 
gura cilindrica,  con  techum- 
bre cónica  de  guano,  cuyo 
vértice  remata  en  un  pe- 
queño moño.  Apenas  se  ven 
ya  estos  bohíos  en  Cuba. 
(Et.  Voz  taina,  según  la 
R.  A.,  y  caribe,  según  Za- 
yas). 

*Caney.  Cub.  m. — fig. — Re- 
codo de  un  río,  de  figura 
semejante  al  caney. 


Cangilón.  Cub.  m. — Dícese  a 
un  barranco,  un  camino 
encallejonado  y  de  quebra- 
do terreno.  Esta  voz  va 
substituyendo  a  cañare  o  y 
canarreo,  sus  sinónimos. 
Apenas  tiene  los  usos  cas- 
tellanos. 

Cangre.  Cub.  m. — Toma  este 
nombre  el  trozo  de  tallo  de 
yuca,  de  unos  15  centíme- 
tros, destinado  a  la  siem- 
bra. 

Cangrejera.  Amer.  í.  —  Sitio 
en  las  costas  o  terrenos  ce- 
nagosos, donde  abundan  los 
cangrejos  y  sus  cuevas. 

Cangrejera.  Cub.  f. — Vivero 
o  criadero  artificial  de  can- 
grejos. A  pesar  de  que  esta 
voz  suena  tan  castellana- 
mente,  aun  no  tiene  estas 
acep.  en  el  Dic,  oficial. 

Cangrejero,  ra.  Cub.  subs.  y 
adj. — íám.  — Festivamente,, 
por  la  abundancia  y  exce'- 
lencia  de  los  cangrejos,  se 
dice  así  en  la  provincia  de 
Matanzas,  a  los  naturales 
de  Cárdenas,  y  en  la  de 
Santa  Clara,  a  los  de  Cai- 
barién.  O  sean:  cardenen- 
ses  y  caibarienses.  Tiene  la 
acep.  cast. 

Cangrejo.  Cub.  m. — "Cuando 
en  el  juego  de  billar  se  ha 
de  ejecutar  seguidamente, 
so  pena  de  perder  lo  hecho". 
Esto  dice  Pichardo  literal- 
mente. 

Cangrejo  criollo.  Cub.  m. — 
Una  especie  de  cangrejo  se- 
mejante al  de  mar  en  la 
fisura,  pero  de  color  agri- 


CANI 


-   104  — 


CANT 


sacio  sucio,  casi  siempre 
con  algún  miembro  atrofia- 
do, que  vive  en  tierra  en 
sitios  cenagosos  de  agua 
salobre,  y  es  de  rápido  mo- 
vimiento. No  es  comestible» 
o  por  mejor  decir,  es  pe- 
ligrosísimo para  contagiar 
la  ciguatera,  su  enfermedad 
crónica  y  peculiar. 

Cangrejo  moro.  Cub.  m.  — 
Lámase  al  cámbaro  o  can- 
grejo de  mar,  pero  tanto 
éste  como  el  anteriormente 
descrito,  son  llamados  ge- 
neralmente con  el  simple 
nombre  de  cangrejos.  El 
que  se  pesca  en  aguas  cu- 
banas, particularmente  el 
de  Caibarién  y  Cárdenas, 
es  un  bocado  exquisito. 

Cangrina»  Cub.  f. — Enferme- 
dad propia  del  ganado,  par- 
ticularmente del  vacuno, 
muy  parecida  al  carbunco 
o  carbunclo,  pero  de  más 
peligrosos  caracteres,  casi 
siempre  mortal.  En  el  pe- 
ríodo de  gravedad,  el  ani- 
mal se  postra  e  hincha 
enormemente,  y  algunas 
veces  derama  sangre  fétida 
por  boca  y  nariz.  Es,  al 
igual  que  el  carbunclo,  su- 
mamente contagosa. 

Canica.  Cub.  f.  —  Así  dicen 
muchos  campesinos  a  la  ca- 
nela que  obtienen  silvestre. 

Canículo,  !a.  Cub.  adj. — an- 
tic. — Aplícase  a  la  persona 
tonta  o  mentecata. 

Canisté.  Cub.  m.  —  vulg. — 
Corrupción  campesina  de 
canistel.  Véase. 


Canistel.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre no  muy  común,  de 
muy  variable  altura,  de 
hojas  lanceoladas,  puntia- 
gudas, que  produce  una 
fruta  de  pericarpio  y  pulpa 
amarillentos,  con  una  se- 
milla grande  y  negruzca, 
desagradable  por  su  rara 
dulzura,  y  que  lleva  el 
nombre  del  árbol.  Otros  le 
llaman  macuá,  y  algunos, 
por  corrupción,  canisté.  (Bot. 
F.  Sapotáceas;  esp.  Lúcuma 
nervosa,  A.  D.  C.) 

Canoa.  Amer.  f. — poco  uso. — ■ 
Se  dice  a  una  canal  ma- 
nuable de  madera,  cinc, 
etc.,  destinada  al  trasiego 
de  líquidos.  Tiene  la  acep- 
ción castellana. 

Canoa.  Cub.  f. — poco  uso. — 
Suele  oirse  en  lugar  de 
"artesa",  cuando  ésta  es  de 
reducidas  proporciones. 

Cantar.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Equivale  a  "chisme"  "en- 
gaño", o  lo  que  en  caste- 
llano figurado  decimos  "bo- 
la":  "No  me  vengas  con 
ese  cantar'".  Es  sinónimo  en 
Cuba  de  trova  y  tonada. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Cantar.  Cub.  v.  n.-fig.  y  fam. 
— Empléase  ^ara  denotar 
que  una  cosa  despide  mal 
olor:  "Ese  pescado  cania"; 
"a  Fulano  le  cantan  los 
pies".  Tiene  las  acep.  cast. 

Cantina.  Cub.  f. — En  cafés  y 
fondas,  la  estantería  donde 
está  colocada  la  botellería, 
incluyendo  el  espacio  com- 
prendido   entre    aquélla   y 


CANT 


105  - 


CANA 


el  mostrador.  Tiene  algu- 
nas de  las  acepciones  cas- 
tellanas. 

Cantina.  Cub.  i,  —  Aparato 
que  se  compone  de  varias 
cazoletas  de  hierro  esmal- 
tado superpuestas,  sirvien- 
do el  fondo  de  cada  una  de 
tapa  a  la  de  abajo,  y  enla- 
zadas las  asas  de  todas  con 
una  tira  de  latón,  cuyos 
extremos  enganchan  las  de 
la  inferior,  y  sirviendo  a 
modo  de  asa  común  al  pa- 
sar por  encima  de  ia  supe- 
rior. Estos  aparatos  se  des- 
tinan para  repartir  comi- 
das a  domicilio.  En  Colom- 
bia, según  Cuervo,  también 
recibe  ese  nombre  un  por- 
tacomidas (forma  castella- 
na muy  aceptable),  cuya 
forma  ignoramos.  Véanse  la 
frase  27  y  el  refrán  2  en 
los    respectivos    Apéndices. 

Cantinero.  -Cub.  m. — El  in- 
dividuo que  conduce  y  en- 
trega a  domicilio  las  can- 
tinas (2.a  acep.).  Tiene  la 
acepción  castellana;  pues  el 
dependiente  de  café  encar- 
gado de  la  cantina  (1.a 
acep.),  es  "el  que  cuida  de 
los  licores  y  bebidas",  cual 
define  la  R.  A.,  si  añadimos 
que  los  expende. 

Cantío.  Cub.  m. — Corrupción 
de  canticio,  forma  america- 
na de  "canto",  con  rela- 
ción a  las  aves.  Véase  la 
frase  236  del  Apéndice. 

Canto.  Cub.  m.  —  Acción  y 
efecto  de  cantar  (2.a  acep.). 
Véase     la    frase    219     del 


Apéndice.  Tiene  las  acep. 
cast. 

*Cantúa.  Cub.  f. — "Dulce  se- 
co, compuesto  de  boniato, 
coco,  ajonjolí  y  azúcar  mo- 
reno". (R.  A.)  Véase  ché- 
vere. 

Cantada.  Cub.  f. — Así  dicen 
algunos  al  dulce  cantúa 
(cubanismo  aceptado  por  la 
R.  A.),  quizá  con  razón  o 
tal  vez  por  excesivo  refi- 
namiento, que  ambas  cosas 
pueden  ser. 

Canuco,  ca.  Cub.  adj. — vulg. 
— Suele  oírse  entre  cam- 
pesinos  por    "canoso,    sa". 

Caña.  Cub.  f.  —  Intercalamos 
esta  voz,  que  por  antono- 
masia significa  en  Cuba  la 
caña  de  azúcar,  para  con- 
signar algunas  particulari- 
dades. La  caña  entre  cul- 
tivo e  industria,  constitu- 
ye por  sí  sola  la  riqueza 
cubana  vital  por  excelen- 
cia. Se  conocen  algunas  va- 
riedades de  esta  rica  plan- 
ta con  aditamentos  parti- 
culares, y  son:  la  criolla  o 
de  la  tierra,  casi  extingui- 
da, que  es  la  primeramente 
introducida  en  Cuba,  ra- 
quítica, pero  de  jugo  ex- 
quisito, por  lo  que  más  se 
ha  cultivado  como  fruta;  la 
cristalina,  es  la  última  va- 
riedad importada,  de  rápi- 
do y  buen  desarrollo  en 
todo  terreno;  la  morada  j 
la  de  cinta,  que  son  los  dos 
tipos  de  más  pronta  fecun- 
didad, pero  no  de  más  jugo, 
importadas  de  Java,  donde 


CANA 


106  — 


cana 


es  indígena :  y  la  común, 
que  va  indicada  en  su  ape- 
lativo. Se  entiende  por  ca- 
ña de  primavera  la  sem- 
brada en  esa  estación,  y 
por  caña  de  frío,  la  sem- 
brada en  invierno.  Guando 
se  dice  caña  de  planta,  in- 
dícase que  la  cepa  recibirá 
o  ha  recibido  el  primer 
corte  de  los  tallos,  y  caña 
vieja  es  la  que  fué  segada 
o  tumbada,  como  se  dice  en 
el  lenguaje  popular,  más 
de  dos  veces;  pues  la  se- 
gunda siega  se  denomina, 
aunque  poco,  soca  de  plan- 
ta. 

Caña.  Cub.  f. — fig.  y  fam. — 
Entre  la  gente  del  pueblo, 
suele  decirse  así  al  brazo, 
como  denotando  fortaleza. 
Otros  dan  a  esta  voz  un  sig- 
nificado obsceno  en  igual 
sentido:  "Yo  tengo  la  caña 
muy  dura",  esto  es:  yo 
tengo  el  brazo  muy  fuerte. 
Véanse  las  frases  75,  114, 
117  y  175  del  Apéndice. 

Caña.  Cub.  f. — fam.  —  Dicen 
algunos  a  la  moneda  de  una 
peseta.  Es  sinónimo  de 
tapa,  chapa,  guana  y  otros. 

Caña  brava.  Cub.  f. — Dícese 
al  bambú,  que  se  emplea 
en  Cuba  para  astas  de  ban- 
dera, muebles  ordinarios, 
etc.  En  algunos  lugares  de 
la  región  oriental,  le  dicen 
pito. 

Caña  de  Castilla.  Cub.  f. — 
Se  parece  al  bambú  o  caña 
brava,  por  su  aspecto,  y 
también  por  tener  el  tallo 


hueco,  pero  es  más  delga- 
da, menos  alta  y  de  color 
más  pálido,  con  un  pena- 
cho de  flores  pajizas  al  ex- 
tremo de  un  escapo  maci- 
zo. Casi  no  tiene  otro  des- 
tino que  para  varas  de  pes- 
car. (Bot.  F.  Gramíneas ; 
esp.  Ginerium  sacchoroi- 
des,  Kth.). 

Caña  de  güín.  Cub.  f. — Es- 
pecie semejante  a  la  ante- 
rior, con  la  cual  la  confun- 
den algunos,  pero  mucho 
más  ligera,  y  cuya  consis- 
tencia depende  sólo  de  su 
delgada  cascara,  ya  que  el 
tubo  está  relleno  de  una 
materia  blanquecina,  es- 
ponjosa, fofa.  Esa  finísima 
cascara  se  emplea  para 
muebles  de  adorno,  como 
marcos  de  cuadros,  jaulas, 
etc.,  y  con  ella,  los  mucha- 
chos hacen  cometas.  Crece 
silvestre,  como  las  dos  an- 
teriores, en  las  márgenes 
de  los  ríos.  Al  escapo  suele 
llamarse  simplemente  güín. 
También  se  desarrolla  en 
Cuba  la  llamada  "caña  de 
la  India"  o  "cañacoro". 
(Bot.  F.  Gramíneas;  esp. 
Arundo  donax,  Lin.) 

Caña  santa.  Cub.  f.-La  plan- 
ta yerba  de  limón,  que  es 
el  cubanismo  aceptado  por 
la  R.  A.  Véase. 

Cañabota.  Cub.  epic.  f. — Pez 
como  de  un  metro  de  lar- 
go, del  grupo  de  los  tibu- 
rones, que  vive  a  grande 
profundidad,  de  cuerpo 
alargado,  cabeza  deprimida 


CANA 


107   — 


CANA 


con  ojos  laterales,  de  seis 
aberturas  branquiales  y 
boca  grande;  la  cola  es  la 
tercera  parte  del  largo  to- 
tal. (Zool.  F.  Eexeptranchi- 
dce;  esp.  Hexanchus  gri- 
seus,  Gm.). 

Cañada.  Cub.  f.  —  Pequeño 
arroyo,  por  el  que  solamen- 
te corren  las  aguas  en  tiem- 
po de  lluvias. 

Cañadón.  Cub.  m. — La  caña- 
da cuyo  cauce  es  más  pro- 
fundo. 

Cañaduzal.  Cub.  m.  —  poco 
uso. — Dícese  al  plantío  de 
caña  de  azúcar,  pero  es 
mucho  más  frecuente  "ca- 
ñaveral" y  más  aún  co- 
lonia. 

Cañafístola.  Cub.  f. — En  Cu- 
ba se  entiende  por  cañafís- 
tola  un  arbusto  y  no  un 
árbol,  originario  de  Pana- 
má, de  unos  cinco  metros 
de  altura,  de  madera  resis- 
tente, pesada  y  casi  negra, 
y  cuyo  fruto,  una  legumbre 
cilindrica,  tiene  una  pulpa 
rojiza  que  es  medicinal  y 
refrigerante.  Este  fruto  por 
su  aspecto  y  cualidades,  es 
el  mismo  o  muy  parecido 
al  del  árbol  "cañafístula" 
descrito  por  la  R.  A.,  y  en 
la  región  oriental  lo  deno- 
minan cañandonga^  1.a  acep.) 
(Bot.  F.  Leguminosas;  esp. 
Cassia  grandis,  Lin.) 

Cañafístola  cimarrona.  Cub. 
f. — El  árbol  "cañafístula" 
de  la  R.  A.,  que  en  Cuba 
suele  alcanzar  mayor  altu- 
ra de  diez  metros. 


Cañamazo.  Cub.  m. — Planta 
herbácea  abundante  en  los 
potreros,  que  alcanza  me- 
dio metro  de  altura,  ramosa 
desde  la  base,  que  cons- 
tituye un  buen  pasto  y  re- 
siste mucho  la  sequía. 
También  se  llama  "cambu- 
te", su  nombre  castellano, 
aunque  menos.  (Bot.  F. 
Gramíneas;  esp.  Stenoto- 
phrum  secundatum,  Ktz.) 

Cañamazo  amargo.  Cub.  m. 
— Especie  de  hierba  pare- 
cida en  apariencia  a  la  an- 
terior, pero  áspera,  que 
sólo  come  el  ganado  como 
último  recurso.  (Bot.  F. 
Gramíneas;  esp.  Pospalum 
conjugatum,  Berg.) 

Cañamazo  dulce.  Cub.  m.— 
Especie  de  hierba  de  ver- 
dor perenne,  parecida  a  la 
descrita  en  cañamazo,  pero 
más  estimable  por  ser  su- 
perior pasto,  que  compite 
con  las  llamadas  yerba  de 
Guinea  y  de  Para.  En  algu  ■ 
nos  lugares  le  dicen  cáña- 
mo. (Bot.  F.  Gram,ív/:a<; 
esp.  Axonopus  compresus, 
Beauv.) 

Cáñamo.  Cub.  m. — La  hierba 
cañamazo  dulce.  Véase. 

Cañandonga.  Cub.  f. — En  la 
región  oriental,  la  fruta  de 
la  cañafístola.  Véase. 

Cañandonga.  Cub.  f.-Aguar- 
diente  de  caña  de  mala  ca- 
lidad. 

Cañandonga.  Cub.  f  . —  Una 
especie  de  regaliz. 

Cañazo.  Cub.  m. — Golpe  que 
se  ocasiona  a  sí  mismo  en 


CANO 


—  103  — 


CANU 


las  patas  un  gallo  de  pelea. 
Cañazo.  Cub.  m. — fam. — Una 
copa  de  aguardiente  de  caña 
u  otro  licor  fuerte,  y  el 
acto  de  ingerirla:  "Voy  a 
tomar  un  cañazo'".  Si  se 
emplean  los  verbos  "meter" 
o  "poner",  el  término  des- 
ciende a  lo  más  vulgar. 
Véanse  las  frases  53  y  136 
del  Apéndice. 

Cañengue.  Cub.  subs.  común 
y  adj. — fam. — Dícese  des- 
pectivamente a  la  persona 
ílaca  y  desmadejada:  "Juan 
es  un  cañengue'".  "Juana 
es  muy  cañengue". 

Cañero.  Cub.  va. — El  vende- 
dor callejero  de  caña  de 
azúcar  para  consumir  como 
fruta  o  en  dulces  caseros. 

Cañero,  ra.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  la  persona  o  cosa  en 
relación  con  la  caña  de 
azúcar  y  sus  manipulacio- 
nes. 

Cañita  santa.  Cub.  f. — Véase 
yerba  de  limón,  cubanismo 
de  la  R.  A. 

Cañón.  Cub.  adj. — vulg. — 
Aplícase  como  en  sumo 
grado  ponderativo  a  una 
cosa  que  satisface  todos  los 
deseos  del  gusto.  Claro  está 
que  lo  mismo  se  podía  decir 
"muy  bien",  "superior", 
"admirablemente",  sin  ne- 
cesidad de  estropear  el 
lenguaje:  "Eso  está  cañón". 

Cañóna  (A  la).  Cub.  mod. 
adv. — vulgar. — Equivale  a 
"muy  bien":  "El  edin-cio 
quedó  a  la  cañona".  (Et  De 


cañón,  en  la  acepción  cu- 
bana). 
Cañonazo.  Cub.  m. — La  plan- 
ta pluma  de  Santa  Teresa. 

Véase. 

Cañonazo  (El).  Cub.  m. — 
Por  antonomasia,  dícese 
en  la  Habana  al  que  dispa- 
ran por  el  meridiano  a  las 
nueve  de  la  noche,  y  que 
sirve  de  base  a  la  hora  ofi- 
cial. Véase  la  locución  ad- 
verbial 238  en  el  Apéndice 
de  frases. 

Cañuela.  Cub.  f. — Además  de 
las  varias  hierbas  conoci- 
das con  este  nombre  co- 
mún en  varios  países,  una 
de  las  cuales  se  describe  a 
continuación  como  cañuela 
de  sabana,  hay  otra  de  dis- 
tinta familia,  parásita,  con 
los  nudos  del  escapo  muy 
juntos  y  apenas  pronuncia- 
dos, que  se  utiliza  en  me- 
dicamentos domésticos.  (Bot. 
F.  Gramíneas;  esp.  Sor- 
ghum  halepense,  Pers.) 

Cañuela  de  sabana.  Cub.  f. 
—Es  la  "cañuela"  de  la 
R.  A.,  común  a  varios  paí- 
ses, muy  abundante  en  Cu- 
ba, donde  no  constituye 
mal  pasto,  pero  el  ganado 
no  la  estima,  porque  suele 
cortarse  con  los  filos  de  las 
hojas.  También  se  llama 
yerba  mala  y  de  don  Car- 
los. 

Cañuela  santa.  Cub.  f. — La 
hierba  conocida  por  yer- 
ba de  limón,  que  es  el  cu- 
banismo aceptado  por  la 
R.  A.  Véase. 


CAO 


109  — 


CAOB 


Canutar.  Cub.  v.  a. — Sepa- 
rar los  cañutos  de  la  caña 
de  azúcar  a  ras  de  los  nu- 
dos, para  chuparles  el  ju- 
go, cuya  operación  se  hace 
fácilmente  con  un  cuchi- 
llo. Debiera  decirse  des- 
cañutar,  pero  ¡cualquiera 
le  impone  al  vulgo  reglas 
etimológicas,  siendo  como 
es  el  verdadero  y  único  fi- 
lólogo universal! 

Cañutillo.  Cub.  m. — Así  di- 
cen algunos  a  la  planta  pi- 
tillo. Véase. 

Cañutillo  de  paredón.  Cub. 
m. — Especie  muy  parecida 
a  la  anterior. 

Cao.  Cub.  epic.  m. — Ave  pa- 
recida al  cuervo  de  Euro- 
pa por  su  configuración  y 
plumaje  negro,  pero  de 
menor  tamaño,  común  en 
la  Isla,  que  admite  la  do- 
mesticación, y  entonces  re- 
sulta un  ratero  de  cuida- 
do, pues  roba  cuanto  a  su 
lado  produzca  brillo.  Se 
alimenta  de  granos,  frutas 
y  pequeños  reptiles,  y 
cuando  forma  bando,  pro- 
duce gran  alboroto  con  sus 
chillidos.  También  se  llama 
cao  montero,  para  distin- 
guirlo del  pinatero.  (Zool. 
esp.  Corvus  nasicus,  Temm.) 

Cao  montero.  Cub.  epic.  m. 
— Véase  cao. 

Cao  pinatero.  Cub.  epic  m. — 
Llámase,  en  la  región  occi- 
dental, a  un  cao  más  pe- 
queño que  el  anterior,  que 
frecuenta  los  pinares  de 
aquella  comarca.  (Zool.  esp. 


Corvus  minutus,  Gundlach.) 
(Et.  la  voz  cao  es  la  ono- 
matopeya  del  ave  conser- 
vada desde  los  aborígenes 
cubanos). 
Caoba.  Cub.  f.  —  Incluímos 
esta  voz  castellanizada  del 
árbol  americano,  para  re- 
señar algunas  particulari- 
dades. De  este  árbol,  cuya 
madera  tiene  fama  univer- 
sal, que  en  algunos  luga- 
res de  la  región  oriental 
llaman  acajú,  se  distinguen 
en  la  Isla  dos  variedades 
diferenciadas  por  el  tama- 
ño mayor  o  menor,  que  se 
denominan  caoba  macho  y 
hembra  respectivamente. 
Según  la  variada  colora- 
ción de  la  madera,  se  dis- 
tinguen la  caoba  de  cara- 
colillo de  vetas  acaracola- 
das, que  acepta  la  R.  A.  con 
el  simple  nombre  de  "cara- 
colillo"; la  de  clavo,  salpi- 
cada de  puntos  negros;  la 
de  ramazón,  de  menos  ve- 
tas y  más  separadas,  y  la 
lisa,  que  apenas  tiene  ve- 
tas. Estas  particularidades, 
dicen  los  entendidos  que 
dependen  del  terreno  en 
que  se  desarrolla  el  árbol. 
La  caoba  de  Cuba  tiene  fa- 
ma de  ser  la  mejor  del 
mundo. 

CaobHia.  Cub.  f. — La  varie- 
dad caoba  hembra,  que  se- 
gún opiniones  aceptables, 
es  de  madera  menos  sóli- 
da y  de  color  más  pálido. 

Caobilia.  Cub.  f. — Varios  ár- 
boles de  familia  distinta  de 


CAPA 


110 


CAPÍ 


la  caoba,  reciben  este  nom- 
bre común  con  algún  adi- 
tamento. 

Caobiiia  de  costa.  Cub.  f. — 
Árbol  parecido  al  conocido 
por  caobiiia  de  sabana  (1.a 
acep.),  que  se  desarrolla  en 
el  litoral.  (Bot.  F.  Rubiá- 
ceas; esp.  Stenostemma  ro- 
tumdatum,   Gris.) 

Caobiiia  de  sabana.  Cub.  f. 
— Hay  varias  especies  de 
árboles  que  llevan  este 
mismo  nombre,  todos  de  la 
misma  familia,  de  flor  blan- 
ca unos  y  otros  roja.  La 
especie  principal  y  más 
abundante  tiene  la  madera 
dura,  compacta,  pesada,  de 
color  amarillo  rojizo.  En  la 
región  occidental  se  cono- 
ce más  por  hatillo  y  encos- 
pe.  (Bot.  F.  Rubiáceas;  esp. 
Rondeletia  stellata,  Sali- 
val.) 

Caobiiia  de  sabana.  Cub.  f. 
— En  la  región  occidental 
toma  este  nombre  el  árbol 
vigueta  blanca.  Véase. 

Caobista.  Cub.  m. — El  eba- 
nista acreditado  en  traba- 
jos de  caoba. 

Capá.  Amer.  m. — poco  uso. — 
Primitivo  nombre  de  los 
árboles  más  conocidos  por 
baria  y  ateje.  Es  voz  ape- 
nas usada  en  Cuba,  y  sí 
mucho  en  Puerto  Rico.  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Capacete.  Cub.  m. — vulg. — 
Corrupción  de    "tapacete". 

Capadura.  Cub.  f. — Acción  y 
efecto  de  capar,  o  sea  la 
poda  que  se  efectúa  en  la 


planta  de  tabaco.  Véase  ca- 
par (1.a  acep.) 

*  Capadura.  Cub.  f. — Las  ho- 
jas que  se  recogen  en  se- 
gunda cosecha  de  una  mis- 
ma mata  de  tabaco,  y  que 
son  inferiores  en  calidad  y 
tamaño  a  las  primeras.  La 
R.  A.,  que  no  explica  bien 
esta  voz,  se  olvida  de  con- 
signar que  es  cubana.  Con- 
viene observar  que  esta 
acepción  es  un  contrasen- 
tido de  la  anterior;  pues, 
si  capadura  es  cortar  las 
primeras  hojas  de  una 
planta  de  tabaco,  ¿cómo 
puede  llamarse  capadura  a 
las  hojas  que  se  quedan? 
Tiene  las  acepciones  cas- 
tellanas. 

Capar.  Cub.  v.  a. — Podar  las 
matas  de  tabaco  para  que 
produzcan  la  segunda  co- 
secha o  el  segundo  corte. 
Tiene  las  acepciones  caste- 
llanas. 

Capar.  Cub.  v.  a. — Privile- 
gio del  banquero  en  el  jue- 
go de  monte  para  descon- 
tarle la  cuarta  parte  de  lo 
ganado,  al  que  tenga  la  for- 
tuna de  ganar. 

Caparrota.  Cub.  f.  —  Véase 
baria  (2.a  acep.) 

Caplcudo,  da.  Cub.  adj. — 
fam. — Aplícase  a  cosas  de 
cabezas  o  extremos  iguales 
o  que  se  pueden  apreciar 
así  por  alguna  circunstan- 
cia. Por  ejemplo  se  dice  en 
el  dominó  a  la  ficha  que 
se  puede  colocar  indistin- 
tamente en  las  dos  cabezas 


CAPU 


—   111    — 


CARA 


de  una  partida,  y  que  ge- 
neralmente cierra  o  ter- 
mina el  juego. 

Capieúo,  a.  Cub.  adj. — Co- 
rrupción de  capicudo,  da. 
Véase. 

Capirro,  rra.  Cub.  adj. — fam. 
— Con  relación  a  personas 
y  animales,  significa  cru- 
zado de  castas  o  razas. 

Capitán.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Tratamiento  frecuente  de 
chinos  a  blancos,  y  que  és- 
tos devuelven  en  son  de 
burla.  Tiene  los  usos  cas- 
tellanos. 

Caporal.  Cub.  m. — en  desuso. 
— Juego  de  muchachos  que 
consiste  en  una  bola  de  ce- 
ra puesta  al  extremo  de  un 
cordel,  con  la  que  se  gol- 
pean. 

Caporalazo.  Cub.  m. — Golpe 
que  se  dan  los  muchachos 
con  el  caporal  en  la  cabeza. 

Capote.  Cub.  m. — Especie  de 
cucurucho,  también  llama- 
do así,  de  lona,  hule,  yagua 
u  otra  cosa,  que  se  utiliza 
en  los  tendederos  de  café 
para  resguardar  éste  cuan- 
do se  coloca  en  pilones. 
Otros  dicen  casilla  (4.a 
acep.).  Tiene  los  usos  cas- 
tellanos. 

Capotear.  Cub.  v.  a. — fam. — 
— antic. — "Asesinar,  robar 
o  despojar  completamente 
a  alguna  persona",  según 
Pichardo. 

Capulí.  Amer.  m. — La  planta 
capulina.  Véase.  La  R.  A. 
acepta  esta  voz  para  desig- 
nar un  árbol  también  ame- 


ricano, de  distinta  familia 
que  la  capulina  de  Cuba, 
pero  que  parece  la  misma 
planta,  según  lo  explica. 

Capulina.  Cub.  f. — Árbol  sil- 
vestre que  alcanza  hasta  12 
metros,  de  ramas  velludas 
con  hojas  oblongas  y  ater- 
ciopeladas por  la  haz  y  to- 
mentosas por  el  envés,  flo- 
res blancas,  fruta  globosa, 
pequeña,  rojiza  y  agrada- 
ble, que  toma  el  nombre 
del  árbol;  suministra  ma- 
dera dura,  fina,  amarillenta 
con  vetas  parduscas.  Tam- 
bién se  llama  capulí,  guá- 
sima -  cereza  y  memiso. 
(Bot.  F.  Tiliáceas;  esp. 
Muntingia    colabora,    Lin.j 

Carabalí.  Cub.  adj. — Aplícase 
al  negro  de  África,  y  es- 
pecialmente si  ha  nacido 
en  esa  región  africana.  Ya 
quedan  pocos  negros  afri- 
canos en  Cuba. 

Carabina.  Cub.  f.-En  el  jue  - 
go  de  monte,  pequeña  can- 
tidad de  dinero  que  se 
apuesta,  fuera  de  lo  usual. 
Tiene  las  acep.  cast. 

Carabinear.  Cub.  v.  n. — 
Apuntar  en  el  juego  del 
monte  pequeñas  cantidades 
(carabinas)  a  la  carta  me- 
nos favorecida  por  los  ju- 
gadores. 

Caraca.  Cub.  f. — En  algunos 
lugares  de  la  región  orien- 
tal, una  torta  de  harina  de 
maíz.  (Et.  Voz  caribe,  se- 
gún Zayas). 

Caracatey.  Cub.  epic.  m. — El 


CARA 


112 


CARA 


ave  más  conocida  por  cre- 
queté.  Véase. 

Caracolero,  ra.  Cub.  m.  y  f. 
— Ave  de  rapiña  diurna 
que  se  alimenta  de  molus- 
cos, y  especialmente  de  ca- 
racoles, los  que  ingiere  sin 
romper  la  cascara;  el  ma- 
cho es  de  color  moreno  obs- 
curo, pico  negro  y  patas 
anaranjadas;  la  hembra, 
moreno  encendido,  con  la 
garganta  blanquecina.  Sue- 
le verse  en  las  proximida- 
des del  río  Cauto  y  en  la 
ciénaga  de  Zapata.  También 
se  llama  gavilán  caracole- 
ro. (Zool.  F.  Falconidce; 
esp.  Rostrhamus  sociabilis, 
Vieill.) 

Caracolillo.  Cub.  m.  —  Árbol 
silvestre  que  se  eleva  unos 
diez  metros,  por  uno  de 
grueso  en  el  tronco,  y  que 
toma  ese  nombre  porque 
las  vetas  de  su  madera,  que 
es  buena,  se  presentan  en- 
sortijadas; es  de  color  ama- 
rillento. 

Caracolillo  de  cerca.  Cub. 
m. — Véase  bejuco  marru- 
llero. 

Caracolillo  Oso*  Cub.  m. — 
Variedad  del  árbol  caraco- 
lillo, que  tiene  las  vetas 
naturales. 

Caradura.  Amer.  subs.  m.  y 
adj. — fam. — Dícese  al  indi- 
viduo desfachatado,  cínico: 
'•Ramón  es  un  caradura  o 
muy  caradura".  Está  me- 
jor formado  el  cubanismo 
cariduro.  (Et.  De  "dura"  y 
"cara",  invertidos). 


Carahata.  Cub.  f.  —  El  ani- 
mal parásito  conocido  hoy, 
por  corrupción,  por  carota. 
Véase. 

Caraira,  Cub.  epic.  f. — Ave 
de  rapiña  del  tamaño  del 
aura  y  plumaje  matizado 
de  negro  y  blanco,  que 
también  se  alimenta  de 
carnes  en  putrefacción,  a 
cuyo  lugar  acude  antes  que 
las  auras,  las  que  le  dis- 
putan la  presa,  no  obstante 
respetarla  y  temerla,  por  lo 
que  también  se  llama  rey 
de  las  auras.  Esta  especie 
de  gavilán  abunda  más  en 
el  Continente,  pero  toma 
otros  nombres,  entre  ellos, 
caracará,  carancho,  chuc- 
tará,  taira,  tareche  y  tuy, 
muchos  de  los  cuales  son, 
al  igual  que  el  nombre  cu- 
bano, reproducciones  ono- 
matopéyicas  del  grito  que 
produce.  En  Cuba  se  le 
llama  también  ccaraira. 
(Zool.  F.  Falconidce;  esp. 
Polyborus  brasiliensis, 
Jacq.) 

Caraira.  Cub.  f.  —  En  algu- 
nos lugares  dicen  así  a  la 
matraca  de  madera,  por  la 
semejanza  de  sonido  con 
los  gritos  del  ave  que  lleva 
ese  nombre. 

Carajo.  Cub.  m.-muy  vulg.- 
Esta  especie  de  interjec- 
ción castellana  (que,  dicho 
sea  de  paso,  ignoramos 
por  qué  no  figura  en  el 
Dic.  de  la  R.  A.,  puesto  que 
en  él  hay  otras  por  el  es- 
tilo),   sin   significado   pro- 


CARA 


113 


CARB 


pió,  en  Cuba  lo  tiene  y  en 
muy  mal  sentido,  porque 
aceptándolo  muchos  por 
sinónimo  de  "pene",  el  in- 
tercalarla en  una  conver- 
sación, constituye  una  de 
las  ofensas  mayores  para  el 
que  escucha. 

Caramaná.  Cub.  m.  —  Igual 
que  caramarama.  Véase. 

Caramarama»  Cub.  f. — Plan- 
ta herbácea  silvestre,  pe- 
queña y  permanente,  que 
sólo  por  necesidad  come  el 
ganado,  sin  que  lo  engorde. 
Algunos  dicen  caramaná. 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Carámbano.  Cub.  rn. — Véase 
carángano.    (Corrupción). 

Carambola.  Cub.  m. — En  la 
región  oriental  dicen  así  a 
una  flor  de  color  anaran- 
jado subido  que  brota  en 
racimos. 

Carángano.  Amer.  epic.  m. — 
Especie  de  piojo  grande. 
Otros  dicen  impropiamen- 
te, o  más  impropiamente, 
carámbano.  (Et.  Corrupción 
de  "cáncano",  piojo). 

Carañuela.  Cub.  f. — Trampa 
en  el  juego,  especialmente 
de  monte,  que  hace  al- 
gún postor  con  el  dinero. 

Carañiseüsta,  Cub.  común. — 
Dícese  a  la  persona  que 
hace  la  trampa  llamada  ca- 
rañuela en  el  juego. 

Carapacho.  Cub.  m. — fam. — - 
Véase  eí  refrán  25  del 
Apéndice.  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Carapacho.  Cub.  m. — Planta 
silvestre  de  hojas   lobadas 


y  flores  con  pétalos  rosa- 
dos. También  se  llama  es- 
coba. No  es  la  planta  que 
la  Pi.  A.  acepta  con  ese 
nombre.  (Bot.  F.  Malvá- 
ceas;  esp.  drena  sinuata, 
Lin.). 

Carata,  Cub.  i. — "Animal  pa- 
rásito de  concha  calcárea 
que  se  encuentra  entre  los 
palos  y  piedras,  como  en 
la  concha  del  carey,  donde 
se  fija  y  la  daña".  Así  dice 
Pichardo  que  lo  asegura  el 
doctor  Gundlach.  Otros  di- 
cen carahata. 

Carátula.  Amer.  f. — Portada 
o  cubierta  de  algún  libro 
en  rústica,  cuando  tiene  al- 
gún dibujo  alusivo  al  texto. 

Caravana.  Cub.  f. — La  tram- 
pa para  cazar  pájaros  más 
conocida  por  casilla  (1.a 
acep.).  Tiene  los  usos  cas- 
tellanos. 

Carbonero»  Cub.  m. — Varios 
árboles  de  diferentes  fa- 
milias botánicas  toman  este 
nombre  común,  algunos  con 
aditamento  distintivo,  apar- 
te do  los  que  en  cada  co- 
marca toman  ese  nombre 
por  ser  el  destinado  a  la 
industria  carbonera.  El  más 
conocido  de  los  que  no  lle- 
van sobrenombre  es  de  ma- 
dera dura,  correosa,  de  co- 
lor pardo  claro,  empleada 
en  carpintería  gruesa.  (Bot. 
F.  Caparídea" ;  esp.  Cappa- 
ris  jamaicensis,  Jacq.) 

Carbonero  de  costa.  Cub. 
m. — Especie  más  conocida 
por  aretillo. 


8 


CAÜD 


114  — 


CAED 


Carbonero  de  sabana.  Cufa. 
m. — Árbol  de  buena  ma- 
dera, destinada  principal- 
mente para  carbón,  y  que 
se  distingue  por  la  abun- 
dancia de  sus  flores  amari- 
llas en  primavera.  (Bot.  F. 
Leguminosas;  esp.  Cassia 
biflora,  Lin.) 

Carbonero,  ra.  Cub.  adj. — 
Se  aplica  como  sobrenom- 
bre a  varias  especies  botá- 
nicas, como  agracejo,  baria, 
ronco,  etc.  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Carcamán,  na.  Cub.  adj. — 
desusada.  —  Aplícase  a  la 
persona  extranjera  mal 
portada  y  rústica  en  su 
trato. 

Cerdenense.  Cub.  subs.  co^- 
mún  y  adj. — La  persona 
nacida  en  Cárdenas.  Fes- 
tivamente se  dice  cangre- 
jero, ra. 

Cardenen&e.  Cub.  adj. -Aplí- 
case a  cosas  de  esa  pobla- 
ción. 

Cardo.  Cub.  m. — Véase  azu-* 
cena. 

Cardo  santo,  Cub.  m. — Lleva 
este  nombre  en  Cuba  una 
planta  herbácea  medicinal 
y  común,  muy  distinta  de 
la  conocida  en  España  y 
otros  países  con  ese  mismo 
nombre.  La  cubana,  acaso 
soa  una  especie  de  la 
"adormidera"  castellana; 
porque  adormidera  en  Cu- 
ba es  también  planta  dife- 
rente. Lo  cierto  es  que  el 
cardo  santo  de  Cuba  tam- 
bién se  caracteriza  por  sus 


excelentes  cualidades  cura- 
tivas :  los  erizos  contienen 
unas  semillas  que  propor- 
cionan aceite  cáustico  y 
purgante;  la  substancia 
amarillenta  y  corrosiva  de 
que  abunda  toda  la  planta, 
tiene  por  principio  activo 
la  morfina,  que  es  lo  que 
nos  lleva  a  suponer  sea  la 
adormidera.,  ya  que  además 
pertenece  a  la  misma  fa- 
milia botánica;  sus  hojas 
son  febrífugas.  (Bot.  F. 
Papaveráceas;  esp.  Ávge- 
mone  mexicana,  Lin). 

Cardón,  Arner.  m.  —  Planta 
silvestre,  pequeña,  con  es- 
pinas, que  se  desarrolla  en 
el  litoral.  En  Cuba  se  llama 
también  Cardona  y  tuna  ca- 
bezona. (Bot.  F.  Cácteas; 
esp.  Melocactus  habanen- 
sis,  Miq.) 

Cardón,  Cub.  m. — En  la  ju- 
risdicción de  la  Habana, 
llaman  cardón  y  escardan  a 
una  planta  pequeña  y  es- 
pinosa que  suele  verse  en 
setos  y  cercados,  de  la  cual 
se  asegura  que  contiene  un 
látex  cáustico  que  puede 
ocasionar  ceguera.  En  otros 
lugares  se  llama  tuna  de 
cruz.  (Bot.  F.  Euforbiá- 
ceas; esp.  Euphorbia  lác- 
tea, Haw.) 

Cardona»  Cub.  f. — Véase  car- 
dón (1.a  acep.). 

Cordoncillo.  Cub.  m. — Nom- 
bre popular  de  tres  espe- 
cies de  hierbas  silvestres 
conocidas  en  castellano  por 
"cardo". 


CARG 


—   115 


CARI 


Careicilio.  Cub.  m. — Arbus- 
tillo  casi  parásito  en  las 
praderas,  de  hojas  ásperas 
y  florecillas  blancas  en  pa- 
nojas, que  perjudica  al 
desarrollo  de  otras  plantas 
de  pasto.  (Bot.  esp.  Carette- 
lla  americana). 

Careicilio  amarillo.  Cub.  m. 
— Planta  indígena  de  es- 
caso interés  y  poco  cono- 
cida. (Bot.  F.  Compuestas; 
esp.  Wedelia  reticulata, 
D.  G. 

Careicilio  de  monte.  Cub. 
m. — planta  silvestre,  pare- 
cida a  la  anterior,  de  muy 
bellas  flores  rojas.  También 
se  llama  cordobancülo  y. 
rondeletia.  (Bot.  F.  Rubiá- 
ceas; esp.  Rondeletia  odo- 
rata,  Jacq.). 

Carey.  Cub.  m. — La  enreda- 
dera más  conocida  por  be- 
juco carey.  Véase.  Tiene  las 
acep.  de  la  R.  A, 

Carey.  Cub.  m. — El  arbusto 
más  nombrado  carey  de 
costa.  Véase. 

Carey  de  costa.  Cub.  m. — 
Arbusto  del  grupo  de  los 
atejes,  que  algunos  deno- 
minan así,  de  madera  dura, 
pesada,  vidriosa,  de  capri- 
choso color  semejante  al 
carapacho  del  carey,  de  lo 
que  toma  el  nombre,  y  que 
se  emplea  mucho  en  bas- 
tones. Otros  le  dicen  sim- 
plemente carey  (2.e  acep.). 
(Bot.  F.  B  orr  agine  as ;  esp. 
Cordia  angiocarpd,  A.  Rich.) 

Carga.  Cub.  f.  —  Medida  de 
peso  en  conducciones,  que 


varía  según  el  medio  do 
conducir  empleado;  pues 
en  caballo  equivale  a  ocho 
arrobas,  o  sean  92  kilo- 
gramos; en  carretón,  a  10 
quintales,  y  en  cambeta  a 
30.  Tiene  los  usos  caste- 
llanos. 

Cargador.  Cub.  m. — La  co- 
rrea que  sujeta  en  las  ca- 
ballerías de  tiro  la  barra 
del  vehículo,  conocida  en 
castellano  por  "sufra".  Tie- 
ne las  acep.  cast. 

Cargar.  Cub.  v.  a. — flg. — Cu- 
brir el  macho  a  la  hembra 
entre  animales,  particular- 
mente si  se  trata  del  ga- 
rañón a  la  yegua.  Tiene  los 
usos  castellanos. 

Cargatasajo.  Cub.  m. — Jue- 
go parecido  a  la  brisca,  en 
el  cual  es  obligación  asis- 
tir al  palo  de  las  cartas, 
para  lo  que  se  toman  car- 
tas del  montón,  cuando  no 
se  puede  asistir,  y  pierde 
el  que  se  queda  con  mayor 
número  de  cartas.  Es  una 
especie  de  dominó  con  nai- 
pes. 

Cargazón  (De).  Cub.  mod. 
adv. — fam. — Con  relación  a 
cosas,  equivale  al  castella- 
no "de  pacotilla";  esto  es, 
de  baja  calidad,  poco  es- 
timable: "Ese  abanico  es 
de  cargazón". 

Cariaco.  Cub.  m.  —  antic.  — 
Baile  indecente  que  se  eje- 
cutaba en  chancletas  mar- 
cando un  compás  de  poco 
gusto. 

Cariduro,  ra.  Cub.  adj.-Aplí- 


UARN 


116 


CABO 


case  a  la  persona  descara- 
da, cínica.  Es  sinónimo  de 
caradura. 

¡Carijo!  Cub.  interj. —  vulg. 
— Es  sinónimo  del  caste- 
llano "icarajo!",  corrom- 
pido por  los  campesinos. 

Caringa.  Cub.  f.  —  antic.  — 
Cierta  canción  bailable  de 
la  plebe. 

Caritate.  Cub.  m.  —  fam. — 
Véase  la  frase  47  del  Apén- 
dice. 

Carite.  Cub.  epic.  m. — "Pez 
de  la  familia  de  los  Scom- 
bridios,  género  Cibium,  pa- 
recido a  la  sierra,  más  lar- 
go y  delgado".  Esto  dice 
Pichardo. 

Carmelita.  Amer.  adj. — Co- 
lor del  hábito  usado  por  los 
religiosos  de  ese  nombre. 
Se  dice  "claro  "  y  "obscu- 
ro", según  que  el  color  sea 
más  o  menos  fuerte  que  el 
del  hábito  dicho. 

Carmoní.  Cub.  m. — Árbol  in- 
dígena y  silvestre,  escaso  y 
sin  aplicación.  También  se 
llama  cúrbana  macho  y 
súrbana  macho.  (Bot.  F. 
Mirsináceas;  esp.  Cono- 
morpha    bumelioides,   Gr.). 

Carne.  Cub.  f. — vulg. — Díce- 
ee  a  la  mujer,  regular- 
mente con  algún  adjetivo 
encomiástico,  y  con  pensa- 
miento salpicado  de  lasci- 
via. Algunos  hacen  esta  voz 
sinónima  de  "concubina". 
En  fin,  es  una  de  esas  pa- 
labras repugnantes  que  to- 
man  significados    a   gusto 


del  que  las  usa.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Carne  de  doncella.  Cub.  f. — 
Árbol  silvestre  cuya  eleva- 
ción oscila  entre  ocho  y 
diez  metros,  de  hojas  es- 
patuladas,  coriáceas,  ver- 
de-obscuras por  la  haz  y 
castaño  por  el  envés,  con 
el  borde  ondulado,  flores 
rosadas  en  racimos  erectos 
y  madera  dura,  pesada,  de 
color  de  carne,  utilizada  en 
carpintería  gruesa.  (Bot.  F. 
Malpigiáceas ;  esp.  Byrsoni- 
ma  lucida,  D.  G.) 

Carne  del  Norte.  Cub.  f. — 
La  carne  seca  y  salada  de 
res,  importada  de  los  Es- 
tados Unidos. 

Carnero.  Común,  m. — fig.  y 
fam.  —  Dícese  al  individuo 
que  sigue  una  tendencia  o 
doctrina  sin  estudiarla  ni 
comprenderla  bien,  y  sólo 
porque  ve  que  la  siguen 
otros.  Una  de  tantas  voces 
que  claman  por  ser  inclui- 
das en  el  Dic.  oficial.  Véa- 
se el  refrán  1  del  Apén- 
dice. 

Caro.  Amer.  m. -Manjar  com- 
puesto de  huevas  de  can- 
grejo y  casabe.  Tiene  el 
uso  castellano. 

Carolina.  Cub.  f.  —  El  árbol 
jocuma  blanca.  Véase. 

Carolina  blanca.  Cub.  f.  — 
Árbol  cultivado  de  pequeña 
elevación,  que  recibe  ese 
nombre  por  el  color  de  sus 
flores.  (Bot.  F.  Bombá- 
ceas;  esp.  Pachia  alba, 
Walp.) 


CARP 


—  117 


CARP 


Carolina  rosada.  Cub.  f. — 
Árbol  cultivado  de  hermoso 
aspecto,  con  hojas  palmea- 
das que  pierde  al  brotar  las 
flores,  grandes  y  rojas. 
(Bot.  F.  B.;  esp.  Pach.  in- 
sigáis, Lavign). 

Carpeta.  Cub.  f. — Dícese  con 
suma  frecuencia  y  tanta 
incorrección  en  lugar  de 
"escritorio"  o  "despacho". 
Carece  de  las  acepciones 
castellanas,  o  castellaniza- 
das, por  mejor  decir. 

Carpetero.  Cub.  m. — El  au- 
xiliar de  escritorio,  parti- 
cularmente si  éste  es  co- 
mercial. 

Carpintero  churroso.  Cub. 
epic.  m. — Una  variedad  del 
pájaro  carpintero  (común 
en  Europa  y  América  y 
descrito  por  la  R.  A.),  que 
recibe  ese  aditamento  por 
ser  de  colores  sucios  y  des- 
pedir mal  olor;  se  alimenta 
especialmente  de  lombrices 
de  la  tierra,  y  en  figura  y 
hábitos  difiere  poco  del  ti- 
po común  del  carpintero. 

Carpintero  escapulario.  Cub. 
epic.  m. — Especie  de  tama- 
ño corriente,  con  plumaje 
de  color  gris  amarillento 
por  debajo,  repuntando  a 
moreno  por  el  lomo,  con 
rayas  negras  transversales, 
garganta  de  color  cervuno, 
con  una  media  luna  en  el 
pecho,  de  donde  proviene 
el  sobrenombre,  y  el  macho 
con  bigotes  negros  a  los  la- 
dos del  cuello.  (Zool.  esp. 
Colaptes  chrysocaulosus). 


Carpintero  Jabado.  Cub.  epic. 
m.  —  Ejemplar  cuyo  pico 
negro  es  mayor  que  el  de 
la  especie  común,  sin  que 
difiera  en  tamaño  el  resto 
del  cuerpo,  matizado  todo 
él  de  negro  y  amarillo,  con 
vetas  blancas  en  las  alas, 
cabeza  de  color  moreno 
fuerte;  es  trepador  como 
las  otras  especies,  pero  en 
espiral  y  a  saltos,  según  Pi- 
chardo,  y  se  alimenta  de 
frutas.  (Zool.  esp.  Colaptes 
f emanamos,  Vig.) 

Carpintero  real.  Cub.  epic. 
m. — Especie  de  mucho  ma- 
yor tamaño  que  la  común, 
pues  que  alcanza  cuarenta 
y  cinco  centímetros  desde 
la  cola  al  pico,  de  color  ne- 
gro con  dos  franjas  blancas 
a  los  lados  del  cuello  que 
se  juntan  sobre  el  lomo, 
pico  blanco  y  con  un  moño 
en  la  cabeza  de  color  es- 
carlata, en  el  macho,  y  ne- 
gro en  la  hembra.  Son  muy 
escasos  los  ejemplares  de 
esta  especie,  que,  según 
Pichardo,  habitan  en  los 
"cedros  muertos".  (Zool. 
esp.  Campephilus  bairdii, 
Cass.) 

Carpintero  ruán.  Cub.  epic. 
m. — Más  conocido  por  car- 
pintero verde.  Véase. 

Carpintero  tajá.  Cub.  epic. 
m. — Otro  nombre  del  car- 
pintero verde.  Véase. 

Carpintero  verde.  Cub.  epic. 
m. — Si  no  el  mismo,  pare- 
ce tipo  semejante  al  "pá- 
jaro arañero"  de  la  R.  A.; 


CARRA 


—   118  — 


CAERE 


pues  al  igual  que  éste,  tie- 
ne el  pico  recto,  encorvado 
hacia  la  punta,  y  se  ali- 
menta de  insectos.  Es  de 
color  verdoso,  más  pálido 
por  la  pechuga,  con  el 
"moño,  cabeza,  garganta  y 
un  triángulo  sobre  la  de- 
lantera del  cuello  de  car- 
mín brillante",  según  Pi- 
chardo;  en  la  hembra  los 
colores  son  más  pálidos,  y 
tiene  la  garganta  y  el  trián- 
gulo negros.  Emite  los  so- 
nidos tajá...  tajá...,  y  otras 
veces  ruán...  ruán...,  por 
lo  que  también  se  le  conoce 
por  carpintero  tajá  y  car- 
pintero  ruán.  (Zool.  esp. 
Chloronerpes  percussus, 
Tem.) 

Carquesa.,  Cub.  f.  —  Planta 
herbácea  silvestre  de  tallo 
rastrero  o  ascendente,  con 
hojas  gruesas  y  digitadas, 
aplicables  en  remedios  ca- 
seros, que  se  desarrolla  en 
las  costas,  particularmente 
en  las  playas,  por  lo  que 
también  se  llama  artemisa 
de  costa  o  de  playa;  pues 
realmente  es  una  especie 
de  la  artemisa  americana. 
(Bot.  F.  Compuestas;  esp. 
Ambrosia  crithmifolia).  (Et. 
Corrupción  de  "carquexa"). 

Carranchoso,  sa.  Cub.  adj. 
— fam. — Aplícase  a  perso- 
nas toscas,  de  rústicos  mo- 
dales. 

Carraos.  Cub.  m.  pl.— En  al- 
gunos lugares,  zapatos  gro- 
seros que  suelen  usar  al- 
gunos campesinos. 


Carraspique  blanco.  Cub.  m. 
— Véase  carraspita. 

Carraspita.  Cub.  f.-La  plan- 
ta de  jardinería  conocida 
en  castellano  por  "carras- 
pique". En  Cuba,  se  dice 
carraspique  blanco  cuando 
produce  llores  de  este  co- 
lor, y  carraspita,  indistin- 
tamente a  esa  especie  y  a 
la  de  flores  moradas.  Tam- 
bién se  dice  cestillo  de  pla- 
ta. 

Carreta,  Amer.  f. — Pesado  y 
rústico  vehículo  de  carga, 
con  la  cama  del  ancho  co- 
rriente de  carro,  pero  de 
largo  extraordinario,  sobre 
dos  altas  y  toscas  ruedas, 
con  el  cajón  de  estacas  se- 
paradas, y  que  suele  ser  ti- 
rado hasta  por  cuatro  pa- 
rejas o  yuntas  de  bueyes. 
Véanse  las  frases  132,  221 
y  256  del  Apéndice. 

Carretada.  Cub.  f. — La  carga 
que  puede  conducir  una 
carreta,  equivalente  a  1,380 
kilogramos,  o  120  arrobas, 
pero  si  se  trata  de  caña  de 
azúcar  sólo  equivale  a  100 
arrobas. 

Carretear.  Cub.  v.  n. — Suele 
usarse  algunas  veces  con 
relación  a  persona,  por  una 
especie  de  onomatopeya,  al 
modo  de  hablar  el  papaga- 
yo o  el  loro,  cuando  lo 
hacen  confusamente.  Tiene 
acep.  cast.  (Et.  Voz  imita- 
tiva). 

Carretel.  Cub.  m. — Dícese  al 
carrete  de  hilo  de  coser,  de 
manera  tan  general,  que  ha 


CARRI 


—    119 


perdido  en  toda  la  Isla  su 
verdadera  y  propia  deno- 
minación de  "carrete".  Úni- 
co uso. 

Carretillero,  Común,  ni. — El 
individuo  que  maneja  una 
carretilla,  que  no  podrá  de- 
cirse de  otra  forma  en  cas- 
tellano, aunque  ésta  no  esté 
autorizada  por  la  R.  A. 

Carretonero.  Cub.  m.  —  E! 
conductor  de  carretones  y 
no  de  carretas,  cual  dicen 
algunos  diccionarios  qu© 
califican  la  voz  de  ameri- 
cana. Como  en  Cuba  no  se 
dice  "carro",  sino  "carre- 
tón", tampoco  se  dice  "ca- 
rrero", y  sí  carretonero.  Y 
"carretero"  es  lo  que  in- 
dica en  castellano :  conduc- 
tor de  carretas. 

Carricilío.  Cub.  m.-La  plan- 
ta gramínea  conocida  en 
castellano,  según  la  R.  A., 
por  "carrizo".  También  se 
llama  en  Cuba  tibisi  gran- 
de. 

Carricilío  de  monte.  Cub.  m. 
— "Planta  inútil  como  hier- 
ba de  pasto",  dice  Pichar- 

dO. 

Carrilera.  Cub.  í. — Aparta- 
dero o  tramo  corto  de  vía 
férrea  que  se  desvía  de  la 
principal,  especialmente  en 
las  estaciones,  para  facili- 
tar el  movimiento,  cruce  y 
ordenación  ele  los  trenes. 
Algunos  dicen  carrilera  a 
todo  camino  de  hierro,  ya 
corto  ya  largo.  (Et.  de  "ca- 
rril"). 

Carrito.     Cub.     m.  —  Dícese, 


particularmente  en  la  Ha- 
bana, al  tranvía  eléctrico, 
quizá  porque  se  llamó  así 
al  antiguo  de  sangre,  y  se 
haya  conservado  el  nombre. 
También  se  dice  con  tanta 
frecuencia  carro. 

Carro.  Cub.  m. -Dícese  a  todo 
cuerpo  o  compartimiento 
de  ferrocarril,  ya  sea  va- 
gón o  coche:  "Yo  viajo 
siempre  en  carro  de  pri- 
mera"; "el  comerciante  tal, 
tiene  tres  carros  de  hari- 
na en  la  estación".  "Coche", 
en  el  primer  sentido  ape- 
nas se  oye,  y  "vagón"  ca- 
rece de  uso;  aunque  a  éste 
no  siempre  se  dice  carro, 
pues  se  hacen  las  diferen- 
cias de  "plataforma",  plan- 
cha, casilla  y  alguna  otra. 
No  tiene  los  usos  castella- 
nos. 

Carro.  Cub.  m.  —  Dícese  al 
tranvía  eléctrico.  Véase  ca- 
rrito. 

Carruajería.  Común,  f. — Casa 
o  lugar  donde  se  constru- 
yen o  venden  carruajes.  Es 
palabra  castelianísima,  pe- 
ro le  falta  ser  contrastada 
por  la  R.  A. 

Carta  de  libertad.  Cub.  f. — 
antic. — El  compromiso  es- 
crito, por  el  cual  se  le  con- 
cedía libertad  a  un  esclavo. 

Cartaeulía.  Cub.  epic.  f. — 
Nombre  más  vulgar  del  ave 
conocida  en  Vueltabajo 
como  pedorrera,  y  en  Cama- 
güey,  barrancorrio,  el  pri- 
mero de  esos  nombres  por 
onomatopeya,   y   el   según- 


CASA 


—  120  — 


CASA 


do,  porque  suele  verse  mu- 
cho en  los  barrancos  de  los 
ríos.  Alcanza  un  tamaño  de 
15  a  20  centímetros,  de 
plumaje  verdoso  por  enci- 
ma y  blanco  en  el  pecho, 
amarillenta  la  cabeza,  con 
la  garganta  y  demás  partes 
rojizas;  es  dócil  y  de  vuelo 
corto,  insectívoro,  al  ex- 
tremo de  ser  un  peligro 
para  las  colmenas;  cons- 
truye su  nido  en  el  inte- 
rior de  una  cueva  que 
practica  en  la  tierra,  y 
emite  un  canto  desagra- 
dable y  monótono.  Tam- 
bién suele  decirse  cartacu- 
bita.  Esta  ave  puede  ser  el 
"martín  pescador"  de  la 
R.  A.  o  una  especie  afín. 
(Zool.  F.  Alcedinido? ;  esp. 
Todus    multicolor,    Gould.) 

Cartacubita.  Cub.  epic.  f. — 
Véase  cartacuba. 

Cartagena.  Cub.  adj. — Aplí- 
case como  sobrenombre  a 
ciertos  vegetales,  como  cai- 
mito, cilantro,  etc. 

Casa  de  calderas.  Cub.  f. — 
En  los  ingenios  de  azúcar, 
el  lugar  donde  se  cocina  el 
guarapo,  que  también  se 
llama  en  algunas  partes 
casa  de  pailas. 

Casa  de  cambios.  Cub.  f. — 
Establecimiento  donde  se 
cambia  o  invierte  moneda 
de  diferentes  cuños.  Con  la 
reciente  unificación  de  la 
moneda,  de  circulación  le- 
gal, casi  han  desaparecido 
por  completo  estos  estable- 
cimientos. 


Casa  de  citas.  Común.  í. — 
Casa  a  la  que  acuden  pa- 
rejas que  procuran  ocul- 
tar sus  amoríos. 

Casa  de  maternidad.  Cub.  f. 
— Dícese  a  la  inclusa  u 
hospicio.  En  castellano,  con 
indiscutible  propiedad,  una 
casa  de  maternidad  es  un 
hospital  para  parturientas; 
y  por  asociación  de  ideas, 
el  establecimiento  donde  se 
recogen  y  educan  criatu- 
ras abandonadas  por  sus 
padres,  debiera  de  llamar- 
se casa  de  "filialidad",  ya 
que  no  se  hace  con  sus 
nombres  adecuados,  pero 
nunca  casa  de  maternidad, 
aunque  bien  pudiera  decir- 
se "casa  maternal".  Pero 
el  uso  ha  impuesto  aquel 
nombre,  y  hay  que  respe- 
tarlo. 

Casa  de  pailas.  Amer.  f. — 
Véase  casa  de  calderas. 

Casa  de  pasajeros.  Cub.  f. 
— antic. — Aquella  que  exis- 
tía en  algunas  haciendas, 
donde  pernoctaban  los  ca- 
minantes, y  que  era  dona- 
da por  el  Estado  español 
como  merced  especial,  con 
el  compromiso,  por  parte 
del  adquirente,  de  ofrecer 
gratis,  lecho,  lumbre  y  agua. 

Casa  de  purga.  Cub.  f. — 
antic. — Local  anexo  al  in- 
genio de  azúcar,  donde  se 
purgaba  ésta,  por  medio  de 
barros  especiales,  procedi- 
miento que  ha  reemplaza- 
do la  Química. 

Casa  de  salud.  Cub.  f. — Di- 


CASA 


—  121 


CASA 


cese  a  las  clínicas  o  sana- 
torios que  sostienen  las  so- 
ciedades regionales  espa- 
ñolas. También  se  nombra 
quinta  de  salud,  con  bas- 
tante más  propiedad,  ya 
que  generalmente  no  se 
trata  de  una  casa,  sino  de 
varias,  rodeadas  de  jardi- 
nes. 

Casa  de  tabaco.  Cub.  f. — La 
de  techo  de  guano,  y  en 
muchos  casos  las  paredes 
también,  que  se  construye 
en  las  fincas  de  tabaco  (ve- 
gas), destinadas  a  curar  o 
secar  el  tabaco  en  rama,  el 
cual  se  coloca  en  mancuer- 
nas, sobre  unos  palos  (cu- 
jes)  dispuestos  horizontal- 
mente 

Casa  de  vivienda*.  Cub.  f. — 
En  los  ingenios  o  hacien- 
das, la  casa  donde  viven 
los  dueños  o  administrado- 
res. 

Casabe.  Cub.  epic.  m. — Pez 
que  recibe  este  nombre  por 
la  semejanza  de  su  carne 
seca  y  poco  apreciada  con 
el  casabe,  o  sea  el  pan 
hecho  con  harina  de  yu- 
ca. Alcanza  una  longitud 
de  3  decímetros,  de  cuerpo 
aplastado  y  encorvado  a 
manera  de  arco,  de  color 
verdoso  aceitunado  en  el 
lomo  y  plateado  con  viso 
amarillo  en  el  vientre,  ale- 
tas plateadas  unas  y  ama- 
rillentas otras,  y  cola  ahor- 
quillada, también  amari- 
llenta, mandíbula  inferior 
saliente,  y  ojos  negros.  Su 


peso  es  de  medio  kilogra- 
mo. Tiene  el  uso  america- 
no castellanizado.  (Zool.  F. 
Carangida?;  esp.  Chloros- 
combrus  chrysurus). 

Casabe  de  Brujas.  Cub.  m. — 
El  hongo  más  conocido  por 
quitasolillo  (1/  acep.). 

Casabe  de  levisa.  Cub.  m. — 
El  casabe  o  pan  de  harina 
de  yuca,  si  se  obtiene  ra- 
llando ésta  con  la  piel,  ás- 
pera como  papel  de  lija, 
del  pez  llamado  levisa  o  li- 
visa.  Es  el  casabe  preferido. 

Casabería.  Amer.  f.  —  Esta- 
blecimiento donde  se  hace 
y  vende  el  casabe. 

Casabero,  ra.  Amer.  m.  y  f. 
— La  persona  que  hace, 
vende  o  que  es  adicta  al 
casabe. 

Casabillo.  Cub.  m. — Especie 
de  grano  o  pequeña  verru- 
ga blanca,  de  materia  hu- 
moral endurecida,  que  sue- 
le salir  en  el  rostro  a  las 
personas,  y  es  de  fácil  ex- 
tirpación. 

Casado,  da.  Cub.  adj.  y  p.  p. 
— En  la  jerga  comercial, 
dícese  así  a  la  casa  o  co- 
merciante que  se  surte 
siempre  de  un  estableci- 
miento único,  almacén,  de- 
pósito o  fábrica. 

Casaisaco.  Cub.  m. — Vegetal 
parásito  de  hojas  anchas 
con  venas  moraduzcas,  que 
se  desarrolla  en  las  palmas, 
y  cuyos  tallos  y  hojas  uti- 
lizan algunos  pájaros  para 
construir    sus    nidos    exte- 


'  GASC 


122 


OASI 


nórmente.  (Et,  Voz  caribe, 
Zayas). 

Casamiento.  Cub.  m. — "Di- 
cen en  Puerto-Príncipe  al 
conjunto  de  diferentes  dul- 
ces secos,  de  cada  cosa  una 
(?),  y  reunidos  en  un  plati- 
llo". Es  copia  literal  de  Pi- 
ehardo.  Ni  hemos  oído  eso 
nunca,  ni  acabamos  de  en- 
tender esa  explicación.  Tie- 
ne los  usos  castellanos. 

Casar.  Cub.  v.  n. — fam. — 
Concertar  apuestas  en  me- 
tálico: "Juan  y  Antonio 
casaron  veinte  duros  a 
quien  más  corriera".  Tie- 
ne las  acep.  cast. 

Casarse.  Cub.  v.  ref. — En  la 
jerga  comercial,  hacerse 
cliente  fijo  de  un  estable- 
cimiento. Tiene  las  acep. 
cast. 

Cascabelillo.  Cub.  m. — Ve- 
getal silvestre  cuya  legum- 
bre, cuando  seca,  suena  al 
agitarla  como  cascabeles, 
de  lo  que  toma  ese  nombre. 
(Bot.  F.  Leguminosas;  esp. 
Crotalaria    lati  folia,    Lin.). 

Cascajo.  Cub.  m, — fig.  y  fam. 
—Aunque  parecido,  no  tie- 
ne en  Cuba  el  significado 
que  le  señala  la  R.  A.  de 
"moneda  de  vellón".  En 
Cuba  se  dice  cascajo  al  di- 
nero, sea  de  la  especie  que 
fuere,  y  siempre  para  in- 
dicar la  abundancia  o  es- 
casez que  de  él  tenga  una 
persona:  "Pedro  tiene  mu- 
cho cascajo'";  "Juana  es  un 
buen  palmito,  pero  le  falta 
cascajo". 


Cascambruca.  Cub.  f. — fam. 
— Riña  o  escándalo  en  tu- 
multo. 

Cascaraña»  Cub.  f. — vulg. — 
Dicen  así  algunos  por  "ca- 
caraña". 

Casco.  Cub.  m.—  fam. — Dí- 
cese  a  ia  meretriz  de  ínfi- 
ma categoría.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Cascos  de...  Amer.  m.  pl. — 
Dulce  hecho  con  el  pericar- 
pio de  algunas  frutas,  en 
almíbar:  "Cascos  de  naran- 
ja";   "cascos  de  guayaba". 

Casero.  Cub.  m. — poco  uso. — 
Comerciante  ambulante  que 
lleva  a  domicilio  los  gé- 
neros de  consumo  domésti- 
co. Tiene  las  acep.  cast. 

Casilla.  Cub.  f.-Cierta  tram- 
pa para  aprisionar  pájaros, 
que  se  hace  con  palillos  en 
figura  de  pirámide,  con  ta- 
pa en  la  base,  y  que  se  co- 
loca horizontalmente  en  el 
suelo.  Otros  la  llaman  ca- 
ravana. Tiene  las  acep. 
cast. 

Casilla.  Cub.  f. — El  vagón  del 
ferrocarril  alto  y  cerrado. 

Casilla.  Cub.  f. — En  algunas 
localidades,  la  carnicería,  o 
establecimiento  donde  se 
expenden  carnes. 

Casilla.  Cub.  f. — Algunos  di- 
cen así  al  capote.  Véase. 

Casilla  de  equipajes.  Cub. 
f. — El  furgón  inmediato  a 
la  locomotora  que  en  los 
trenes  de  viajeros  se  des- 
tina a  la  conducción  de  los 
equipajes  y  mercancías  me- 
nudas. También  se  dice  ca- 


CAST 


—  123  — 


CATA 


silla  de  expreso.  En  muchos 
casos  se  emplea  la  voz  ca- 
rro en  lugar  de  casilla. 

Casiüa  de  expreso.  Cub.  f.- 
Véase  casilla  de  equipajes. 

Casillero.  Cub.  m.  —  En  los 
trenes  de  ferrocarril,  el 
individuo  que  custodia  y 
tiene  a  su  cargo  la  casilla 
de  equipajes.  Tiene  las 
acep.  east. 

Casillero.  Cub.  m. — En  mu- 
chas localidades,  el  carni- 
cero; dueño  de  una  carni- 
cería o  casilla. 

Casimba.  Cub.  f. — Dice  Za- 
yas  que  es  un  "hueco  o  ca- 
vidad en  las  peñas  o  terre- 
no impermeable,  donde  se 
forma  natural  depósito  de 
agua;  o  también  de  tierra 
fértil".  (Et.  Voz  caribe,  se- 
gún Zayas). 

Casimba.  Amer.  f. -Recipien- 
te subterráneo  de  reducida 
capacidad,  formado  algu- 
nas veces  con  un  barril, 
donde  se  recoge  y  conserva 
el  agua  de  lluvia. 

Casmagua.  Cub.  f. — El  ár- 
bol caumao.  Véase. 

Castaña.  Cub.  f. — "La  pieza 
que  sirve  de  chumacera 
arriba  a  la  maza  mayor". 
Esto  dice  Pichardo,  refi- 
riéndose al  trapiche  de 
ingenio.  Tiene  las  acep. 
cast. 

Castaña.  Amer.  f .  —  Dícese 
así,  por  la  semejanza  con 
el  fruto  del  castaño  común, 
a  los  de  los  castaños  ame- 
ricanos. 

Castaña  purgante.  Amer.  f. 


■ — El  fruto  del  castaño  pur- 
gante. 

Castaño  criollo.  Cub.  m. — 
El  árbol  o  arbusto  guará  de 
ley.  Véase. 

Castaño  de  Malabar.  Cub. 
m. — Nombre  que  se  le  da 
en  Cuba  al  conocido  en 
América  y  en  la  Isla  tam- 
bién por  "árbol  del  pan", 
que  describe  la  R.  A.  Fué 
importado  en  Cuba  hace 
más  de  un  siglo,  de  la  isla 
de  Jamaica. 

Castaño  purgante.  Amer.  m. 
— Arbusto  (Pichardo,  que 
lo  titula  sencillamente  cas- 
taño, lo  describe  como  be- 
juco) silvestre,  de  hojas 
enteras,  oblongas  y  flores 
en  panículas,  cuyo  fruto,  ia 
castaña  purgante,  es  un  vo- 
mitivo o  purgante  tan  fuer- 
te, que  si  se  suministra  con 
exceso  es  muy  peligroso. 
(Bot.  F.  Celastríneas;  esp. 
Eippocratea  malpighice folia, 
Rudg.) 

Castilla.  Cub.  adj.  —  Usase 
como  aditamento  de  espe- 
cies zoológicas  y  botánicas, 
como  abeja,  caña,  etc. 

Castrear.  Cub.  v.  a. — vulg. — 
Dicen  así  muchos  campesi- 
nos por  "castrar". 

"Castrón.  Cub.  m. — "El  cer- 
do grande  castrado".  (R.  A.) 
Tiene  la  otra  acepción  cas- 
tellana. 

Catacuba.  Cub.  epic.  f. — Pa- 
rece corrupción  de  carta- 
cuba,  pero  según  Zayas, 
esta  forma  se  conserva  del 
caribe. 


CATA 


—  124 


CATI 


Cafalineta.  Cub.  epic.  f. — Pez 
que  mide  unos  tres  decí- 
metros de  longitud,  de  co- 
lor gris  perla  con  siete  lis- 
tas longitudinales  amari- 
llas, escamas  ásperas  y  cola 
ahorquillada.  (Zool.  F.  Hce- 
mulidoe;  esp.  Anisotremus 
virginicus,  Lin). 

Catalufa.  Cub.  epic.  f.  —  El 
p«z  cataluja.  Véase. 

Cataluja.  Cub.  epic.  f.  —  Pez 
de  mediano  tamaño,  de 
cuerpo  oblongo  y  compri- 
mido, de  color  rojo  con  bri- 
llo plateado,  escamas  áspe- 
ras, ojos  grandes,  que  vive 
a  mucha  profundidad.  Otros 
dicen  catalufa.  (Zool.  F. 
Ilolocentridce;  esp.  Priacan- 
thus  catalufa,  Poey). 

Cataluja  de  lo  alto.  Cub. 
epic.  f.  —  Varias  especies 
muy  distintas  del  pez  an- 
teriormente descrito  reci- 
ben este  nombre,  porque 
viven  a  grandes  profundi- 
dades, y  son  muy  raras. 

Catana.  Cub.  f. — fam. — Véase 
la  frase  250  del  Apéndice. 

Catata.  Cub.  f. — En  la  re- 
gión oriental,  una  especie 
de  semilla  del  mate,  ama- 
rilla y  aplastada,  que  des- 
tinan los  muchachos  a  sus 
juegos.  (Et.  Voz  caribe,  se- 
gún Zayas). 

Catate.  Cub.  adj. — desusada. 
— Aplícase  a  la  persona  que 
alardea  de  ilustrada  y  es 
ignorante  y  torpe. 

Cataure.  Cub.  m. — Véase  ca- 
tauro, que  es  el  cubanismo 
aceptado  por  la  R.  A. 


"Catauro.  Cub.  m. — Especie 
de  caja  o  cesta  rústica  y 
manuable,  hecha  de  yagua, 
y  destinada  para  guardar  o 
conducir  frutas,  huevos, 
etc.,  y  hasta  para  sacar 
agua  de  los  pozos.  (Et.  Voz 
taina,  según  la  R.  A.,  y  ca- 
ribe, según  Zayas). 

Catedrático.  Cub.  m. — fig.  y 
fam. — Dícese,  festiva  e  iró- 
nicamente, al  negro  que 
habla  con  afectación  ora- 
toria, empleando  palabras 
tan  rebuscadas  como  ino- 
portunas. Tiene  los  usos 
castellanos. 

Catey.  Cub.  epic.  m.  —  Ave 
trepadora  y  parlera,  espe- 
cie de  papagayo,  el  más 
chico  de  Cuba,  de  bello  co- 
lor verde  salpicado  de  rojo 
en  algunas  plumas  de  las 
alas  y  a  los  lados  del  cue-  . 
lio,  con  el  pico  rosado  blan- 
quecino; vuela  en  banda- 
das, se  domestica  fácilmen- 
te, y  hasta  puede  enseñarse 
a  modular  algunas  voces. 
Abunda  también  en  el  Con- 
tinente, donde  se  la  conoce 
con  otros  nombres.  En  la 
región  occidental  de  la  Isla 
más  se  le  conoce  por  pe- 
riquito y  perico,  pero  tén- 
gase presente  que  en  la  co- 
marca oriental  se  dice  pe- 
rico a  la  cotorra.  (Zool.  F. 
Psittacidce;  esp.  Conurus 
euops,  Wagl.)  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Catibía.  Cub.  f. — La  yuca  ra- 
llada y  seca  que  se  emplea 
en  la  confección  de  varios 


CATI 


—   125 


CAYA 


dulces.  Véase  la  frase  33 
del  Apéndice.  (Et.  Voz  ca- 
ribe, según  Zayas). 

Catibo.  Cub.  epic.  m.  —  Así 
escriben  algunas  personas 
tan  ilustres  como  Poey, 
Picbardo  y  Zayas  la  voz 
que,  con  sujeción  a  las  le- 
yes morfológicas  de  nuestro 
idioma,  debe  ser  cativo 
(véase);  pues  basta  la  ra- 
zón de  que  sean  innume- 
rables las  palabras  que  ter- 
minan en  ivo,  y  absoluta- 
mente ninguna  en  ibo,  si  no 
es  tiempo  de  verbo,  como 
"escribo",  de  "escribir";  o 
voz  derivada  de  él,  como 
"recibo"  (substantivo),  de 
"recibir",  etc.  Y  el  que  sea 
voz  de  origen  caribe,  como 
se  refiere  al  sonido  y  no  a 
su  forma  gráfica,  que  los 
indios  no  conocieron,  no 
impide  que  se  escriba  ca- 
tivo, ni  dejará  por  eso  de 
ser  tan  caribe  como  escrita 
con  b. 

Cativo.  Cub.  epic.  m. — Reptil 
acuático,  especie  de  cule- 
bra, como  de  un  metro  de 
largo,  olivada  por  encima, 
con  manchas  negras  en  los 
costados,  y  pardo  amari- 
llento por  debajo;  vive  en- 
tre las  piedras  de  lagunas 
y  ríos,  es  inofensiva,  y  se 
alimenta  de  larvas  y  plan- 
tas acuáticas.  Algunos  es- 
criben catibo  (véase).  (Zool. 
F.  Colubridoe;  esp.  Tetra- 
norhinus  variabilis,  Dum.) 
(Et.  Voz  caribe).  Véase  cu~ 
lebrita  de  crin. 


Cativo.  Cub.  m. — fig.  y  fam. 
— Dícese  a  la  persona  rús- 
tica, ignorante  y  pacata. 

Catre.  Amer.  m. — Por  anto- 
nomasia, el  catre  de  tijera 
para  dormir,  de  mucho  uso 
en  Cuba,  aunque  se  va  des- 
echando. 

Caumao.  Cub.  m. — El  árbol 
más  conocido  por  canagua. 
Véase.  (Et.  Voz  india). 

Cayajabo.  Cub.  m.  —  La  se- 
milla del  árbol  conocido 
por  mate  de  costa,  seme- 
jante en  configuración  y 
color  a  una  castaña,  pero 
más  aplastada  y  circular 
ésta  y  de  dureza  extraor- 
dinaria. Algunas  personas 
lucen  una  de  estas  semillas 
como  colgante  de  reloj, 
otras  las  estiman  como 
amuletos,  y  los  muchachos 
las  aprecian  mucho  para 
sus  juegos  en  los  que  les 
sirven  cual  monedas.  (Et. 
Voz   caribe,   según   Zayas). 

Cayama.  Cub.  f. — Ave  acuá- 
tica zancuda,  con  la  cabeza 
y  parte  del  cuello  implu- 
mes,  de  plumaje  blancuzco, 
con  alas  y  cola  negras  de 
tono  verde,  pico  encoi^vado 
de  color  pardusco;  se  ali- 
menta de  pececillos  y  crus- 
táceos, fabrica  su  nido  en 
la  copa  de  árboles  eleva- 
dos, y  no  es  comestible. 
(Zool.  F.  Tantalidce;  esp. 
Tantalus  loculator.  Lin.) 
(Et.  Voz  caribe,  según  Za- 
yas). 

Cayana.  Cub.  epic.  f. — "Nom- 
bre vulgar  en  Cuba  del  pez 


CAYO 


—  126 


CAZU 


Cirratum  Gra".  Esto  dice 
Záyas. 

Cayarí.  Cub.  epic.  m. — Can- 
grejo de  agua  dulce,  pe- 
queño, rojo,  que  habita  en 
cuevas  que  construye  en 
lugares  pantanosos.  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Cayaya.  Cub.  f.  —  Pequeño 
arbusto  silvestre  de  tallos 
acanalados  y  peludos,  hojas 
ovaladas  con  un  ápice  pun- 
tiagudo, también  peludas 
por  el  envés,  flores  blan- 
cas en  racimos,  y  fruto  asi- 
mismo blanco,  con  una  pe- 
queña bolsa  adicional,  don- 
de está  la  semilla,  muy  pa- 
recida a  la  que  forma  de- 
bajo de  la  piel  el  insecto 
llamado  nigua,  por  lo  que 
también  toma  este  nombre 
en  algunas  comarcas.  Hay 
otras  especies  menos  comu- 
nes y  de  escasa  importan- 
cia. (Bot.  F.  Borragíneas; 
esp.  Tournefortia  hirsutis- 
sima,  -Lin).  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Cayera,  ra.  Cub.  subs.  y  adj. 
— antic. — La  persona  naci- 
da en  la  villa  de  Cayo,  que 
hoy  es  la  ciudad  de  San 
Juan  de  los  Remedios,  o 
simplemente  Remedios,  de 
donde  hoy  se  dice  reme- 
diarlo, na. 

Cayere,  ra*  Cub.  adj. — antic. 
— Aplicábase  a  cosas  de  U* 
villa  de  Cayo.  Véase  la  voz 
anterior. 

Cayo  de  monte.  Cub.  m. — 
Boscaje,  lugar  de  reducida 
extensión,  aislado,  poblado 


de  árboles  y  malezas,  en 
medio  de  una  llanura. 

Cayuca»  Cub.  f. — fam. — Dí- 
cese  festivamente  a  la  ca- 
beza, para  indicar  la  tor- 
peza de  entendimiento  de 
un  individuo.  (Et.  Del  ca- 
ribe, cayuco). 

Cayuco,  ca.  Cub.  adj. — fam. 
Suele  oírse  esta  voz  ame- 
ricana para  calificar  la  ru- 
deza de  una  persona:  "Fu- 
lano es  un  cayuco".  Tiene, 
aunque  poco,  el  uso  ameri- 
cano castellanizado. 

Caysumbo,  Cub.  m. — Nombre 
menos  frecuente  del  junco 
llamado  jayún.  Véase.  (Et. 
Voz  'caribe,    según   Zayas). 

Caxador.  Cub.  m. — Vitola  d6 
tabaco  o  cigarro  puro  de 
tamaño  grande  y  buena  cla- 
se. Tiene  las  acep.  cast. 

Cazóa.  Cub.  epic.  m. — Dícese 
así  a  todo  tiburón  de  cría, 
cuyo  tamaño  no  ha  de  ex- 
ceder de  un  metro  a  metro 
y  medio.  Algunos  dicen  ca- 
zón de  ley. 

Cazón  de  ley.  Cub.  epic.  m. — 
Véase  cazón. 

Ca^ón  de  playa.  Cub.  epic. 
m. — Pez  del  grupo  de  ti- 
burones, acaso  el  más  chi- 
co, que  no  llega  a  crecer  un 
metro,  de  hocico  alargado, 
con  dientes  oblicuos.  Es  co- 
mestible. ¿Será  el  "cazón" 
que  describe  la  R.  A.?  (Zool. 
F.  Charchanidce;  esp.  Sco- 
liodon  porosus,  Poey). 

Cazuela.  Cub.  í. — El  juego  de 
muchachos  más  conocido 
por  chinata.  Véase.   Véase 


CEBO 


127  — 


CEDR 


también  la  frase  31  del 
Apéndice.  Tiene  las  acep. 
cast. 

Cazuelero.  Cub.  adj.  —  fam. 
— Dícese  al  hombre  caso- 
lero o  cominero  en  caste- 
llano, especialmente,  cuan- 
do sus  inclinaciones  de  in- 
truso están  en  la  cocina. 
(EL  De  "cazuela",  y  no  de 
"casa",  como  el  "casolero" 
castellano). 

Cazuelero,  ra.  Cub.  sub3.  y 
adj. — fam. — Dícese,  en  son 
de  burla,  a  los  naturales 
de  Guanabacoa,  por  la  fa- 
ma de  la  industria  alfarera 
de  esta  población.  En  len- 
guaje serio,  se  dice  guana- 
baccense. 

Cazueíüta.  Cub.  f.  —  Véase 
chinata. 

Cebolla.  Común,  f. — Lo  mis- 
mo que  "meretriz".  Tiene 
los  usos  castellanos  de  la 
R.  A. 

Cebolleta.  Cub.  f.  —  Planta 
herbácea  anual,  silvestre  y 
común,  muy  parecida,  si  no 
es  la  misma,  a  la  conocida 
en  castellano  por  "juncia". 
Tiene  el  tallo  triangular,  y 
produce  unos  tubérculos  se- 
mejantes a  diminutas  ce- 
bollas que  agradan  a  al- 
gunas personas,  y  tienen 
gusto  a  pulpa  de  coco,  aun- 
que picante,  por  lo  que 
también  toma  el  nombre  de 
coquito  la  planta,  además 
de  macagüita  y  cebollín. 
Constituye  una  plaga  inex- 
tinguible en  algunos  jardi- 
nes.   (Bot.    F.    Ciperáceas; 


esp.  Cyperus  rotundus,  Lin.) 

Cebollín,  Cub.  m. — Véase  ce- 
bolleta. 

Cedazo.  Cub.  m.  —  Espacio 
entre  dos  cambios  de  com- 
pás, de  una  pieza  bailable, 
particularmente  del  dan- 
zón: "Te  cederé  mi  compa- 
ñera para  bailar  un  ceda- 
zo". (Et.  De  "ceder"). 

Cedral.  Cub.  m. — Lugar  don- 
de abunda  el  cedro,  que  ya 
va  siendo  escaso,  con  cuya 
merma  pierde  Cuba  una  ri- 
queza de  consideración. 

Cedro.  A.mer.  xa.  —  Este  ár- 
bol no  es  el  mismo  de  que 
habla  la  Biblia  y  dan  fama 
antiguos  y  célebres  escri- 
tores, que  sin  duda  es  el 
que  describe  la  R.  A.  como 
de  la  familia  botánica  de 
las  Coniferas.  Este,  ameri- 
cano, quizá  más  abundan- 
te en  la  Isla  que  en  el  Con- 
tinente, a  pesar  del  enorme 
consumo  que  se  hace  en  el 
país  de  su  madera,  alcan- 
za una  elevación  que  no 
excede  a  la  mitad  de  aquél : 
unos  16  a  20  metros;  su 
tronco  "suele  llegar  a  dos 
de  diámetro",  según  Pi- 
chardo,  pero  bueno  es  ad- 
vertir que  tal  ejemplar,  si 
hay  alguno,  será  un  rarí- 
simo fenómeno;  lo  frecuen- 
te es  que  no  alcance  la  mi- 
tad. Tiene  hojas  grandes 
terminadas  en  punta,  con 
el  nervio  central  amarillo, 
y  hojuelas  oblongas,  flores 
amarillas  en  panícula  gran- 
de,   terminal,    colgante,    y 


CEDE 


—  128 


CEIB 


fruto  ovoide,  blanquecino, 
que  contiene  una  especie 
de  goma  empleada  como 
pectoral  eficaz;  la  corteza 
en  decocciones  un  buen  re- 
medio para  golpes  y  contu- 
siones. Pero  el  mérito  y  va- 
lor principales  de  este  ár- 
bol están  en  su  madera,  in- 
corruptible, aromática,  de 
color  de  caoba  algo  más 
pálido,  compacta,  ligera  y 
muy  laborable,  con  la  que 
se  hacen  verdaderas  fili- 
granas en  ebanistería.  Uno 
de  los  consumos  principa- 
les es  para  cajones  do  ci- 
garros puros.  Aunque  to- 
davía abunda  en  la  Isla  este 
árbol,  es  una  lástima  que, 
dado  su  consumo  extraor- 
dinario, no  haya  quien  se 
preocupe  de  su  repobla- 
ción, ya  que  se  planta  de 
estaca,  sin  quitarle  la  cor- 
teza, por  lo  que  no  puede 
ser  menos  costosa.  También 
se  dice  cedro  macho,  para 
diferenciarlo  del  cedro  hem- 
bra., que  es  una  variedad  de 
menores  proporciones  y 
madera  más  clara.  (Bot.  F. 
Melidceas;  esp.  Cedrela  odo- 
rata,  Lin.) 

Cedro  de  Himalaya.  Cub.  m. 
— Especie  cultivada,  exó- 
tica, del  cedro,  escasa  y 
poco  estimable.  (Bot.  F.  Af.; 
esp.  Cedrela  toona,  Lin.) 

Cedro  de  Líbano.  Cub.  m. — 
Tipo  que,  según  Pichardo, 
se  produce  en  el  monte  de 
ese  nombre,  en  la  provin- 
cia de  Santiago  de  Cuba,  y 


que  no  existe  en  el  resto  de 
la  Isla.  (Bot,  F.  M.;  esp.  Ce- 
drela libanis). 

Cedro  de  Mélico.  Cub.  m.— - 
Un  árbol  silvestre  algo  se- 
mejante al  cedro,  que  se  ca- 
racteriza por  tener  las  ho- 
jas apiñadas.  Del  nombre 
cedro  se  ha  abusado  para 
denominar  otros  árboles, 
sin  afinidades  a  los  que  lle- 
van este  nombre  con  pro- 
piedad, y  entre  ellos,  están, 
además  de  este  cedro  de 
Méjico,  los  llamados  blanco, 
de  Carolina  o  de  Virginia, 
de  España  y  rosado. 

Cedro  hembra.  Cub.  m. — ■ 
Véase  cedro. 

Cedro  macho.  Cub.  m.— El 
cedro.  Véase. 

Ceiba  de  costa.  Cub.  f. — Va- 
riedad del  árbol  americano 
llamado  "ceiba",  sin  otras 
particularidades  que  des- 
arrollarse en  el  litoral. 

Ceibadal.  Amer.  m. — Punto 
en  el  mar  donde  abunda  el 
alga  llamada  "ceiba". 

Ceibón.  Cub.  m. — Árbol,  es- 
pecie de  ceiba,  el  más  ele- 
vado de  Cuba,  que  alcanza 
25  metros,  de  corteza  eri- 
zada de  púas,  hojas  lan- 
ceoladas, verdes  por  la  haz 
y  grisáceas  por  el  envés, 
fruto  de  unos  15  centíme- 
tros de  largo,  peludo  y  con 
semillas  ovoides,  flores,  de 
cinco  pétalos  rematados  en 
concha,  blancas  por  fuera 
y  rosadas  por  dentro.  (Bot. 
F.  Bombdceas;  esp.  Bombax 
einarginatum). 


CED3 


—  129 


CENA 


Ceibón  Botija.  Cub.  m. — Ár- 
bol muy  escaso,  apenas  co- 
nocido, semejante  al  ante- 
rior. También  se  llama  cei- 
bón lanero,  y  sencillamente 
lanero.  (Bot.  F.  Malváceas; 
esp.   Ochroma  lagopus). 

Ceibón  de  agua.  Cub.  na. — 
Árbol  más  conocido  por 
ceibón  de  arroyo.  Véase. 

Ceibón  de  arroyo.  Cub.  va. — 
Árbol  silvestre  y  abundante 
en  las  previ. 'icias  de  Santa 
Clara  y  Camagüey,  que  se 
distingue  y  aprecia  por  ser 
la  madera  más  ligera  de  la 
Isla,  pues  su  peso  especí- 
fico es  de  0,120  kilogramos; 
es  muy  fibrosa  y  elástica, 
de  color  blanco  con  viso  ro- 
sado. También  se  llama  cei- 
bón de  agua.  (Bot.  F.  Bom- 
báceas;  esp.  Pacira  acuá- 
tica). 

Ceibón  lacero.  Cub.  m. -Véa- 
se ceibón  botija. 

Ceja  de  monte.  Cub.  f. — Ca- 
mino estrecho  en  ios  bos- 
ques: vereda.  En  otros 
puntos  de  América  se  dice 
simplemente  ceja. 

Celebrar,  se.  Cub.  v.  a.  y  re- 
cíp.  —  fam.  —  En  la  región 
oriental,  equivale  a  "ena- 
morar, se"  :  '"José  celebra  a 
Inés";  "Pedro  y  Mercedes 
se  celebran".  Tiene  las 
acep.  cast. 

Celestina.  Cub.  f. — Se  cono- 
cen con  este  nombre  varias 
especies  botánicas,  algunas 
con  aditamentos  particula- 
res, y  otras  más  llamadas 


rompezaragüey.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Celestina  azul.  Cub.  f. — Es- 
pecie silvestre,  de  flores 
cual  indica  su  nombre,  de 
la  que  hay  una  variedad 
con  flores  blancas  llamada 
celestina  blanca.  (Bot.  F. 
Compuestas;  esp.  Ageratum 
carymbosum,  Zuce.) 

CeSe3íina  blanca.  Cub.  f. — 
Véase  celestina  azul. 

Ceíestina  de  agua.  Cub.  f. — 
Planta  acuática,  de  hojas 
verticuladas,  sumergidas, 
que  constituye  la  única  es- 
pecie cubana  de  su  fami- 
lia. (Bot.  F.  Ceratofúeas; 
esp.  Ceratophyllum  demer- 
sum,  Lin,) 

Ceüsdonáa  criolla-  Cub.  f. — 
Dan  algunos  este  nombre, 
impropiamente,  a  la  yerba 
de  la  sangre,  pero  con  más 
propiedad  se  dice  a  la  yerba 
celidonia,  que  se  parece 
algo  a  ía  celidonia  exótica 
y  común. 

Celosa.  Cub.  f. — Arbusto  sil- 
vestre, espinoso,  de  media- 
na elevación,  de  hojas  car- 
táceas,  enteras  o  aserradas, 
flores  azulado-violadas  en 
espigíií;  madera  dura,  pe- 
sada, fina,  amarillenta  con 
vetas  suaves.  También  se 
llama  celosa  cimarrona  y 
violetina.  (Bot.  F.  Verbe- 
náceas; esp.  Duranta  plu- 
mierii,  Lin.) 

Celosa  cimarrona.  Cub.  f. — 
Véase  celosa. 

Cenata.  Cub.  f. — fam. — poco 
uso. — Cena  rumbosa  y  di- 


9 


CENT 


130  — 


CBECH 


vertida  entre  varios  ami- 
gos. 

Cenfoguense.  Cub.  subs. 
com.  y  adj. — Dícese  en  len- 
guaje más  refinado  por 
cienfueguero,  ra. 

Cenfoguense.  Cub.  adj.  — 
Corno  cienfueguero,  ra.  (2.a 
acep.) 

Cenizo.  Cub.  m.- — Árbol  sil- 
vestre y  maderable,  tam- 
bién conocido  por  humo  de 
sabana  y  ojo  de  cangrejo. 
(Bot.  F.  Leguminosas;  esp. 
Pithecolobium  obovale, 
Wright.). 

Cenizo  blanco.  Cub.  m.  — 
Planta  silvestre  que  es  la 
"biengranada"  de  la  R.  A. 
o  una  especie  de  ella,  co- 
nocida también  por  apa- 
sote  blanco.  (Bot.  F.  Que- 
nopodiáceas;  esp.  Chenopo- 
dium  albura,  Lin.) 

Central.  Cub.  m. — Dícese  al 
tren  que  recorre  longitu- 
dinalmente la  Isla,  desde  la 
Habana  a  Santiago  de  Cuba. 
Algunos  le  dan  acepción  de 
adjetivo,  anteponiendo  la 
palabra  "tren".  Conserva  el 
significado  castellano  de 
adjetivo. 

Central.  Cub.  m. — En  los  úl- 
timos años  se  ha  genera- 
lizado esta  voz  para  desig- 
nar el  ingenio  de  azúcar  de 
mucha  importancia.  Tam- 
bién se  dice  central  azuca- 
rero. 

Central  azucarero.  Cub.  m. — 
Véase  central  (2.a  acep.). 

Ceatrffuga.  Cub.  f. — En  los 
ingenios    de    azúcar,    cada 


una  de  las  calderetas  rota- 
torias a  gran  velocidad, 
donde  la  pasta  de  azúcar  se 
seca,  solidifica  y  granula, 
constituyendo  este  trabajo 
el  último  en  la  elaboración 
del  azúcar.  Tiene  las  fun- 
ciones de  adjetivo  que  le 
señala  la  R.  A. 

Centro.  Cub.  m.  —  desusada. 
— La  saya  o  vestido  que  se 
pone  debajo  de  una  tela 
transparente  para  que  se 
trasluzca  el  color  de  la  pri- 
mera. Tiene  los  usos  cas- 
tellanos. 

Cepa  cabaüero.  Cub.  f.  — 
"El  señor  Sauvalle  trae  va- 
rios vegetales  de  este  nom- 
bre vulgar  en  las  Lorantá- 
ceas" ,  dice  Pichardo. 

Cera.  Cub.  f.— Enredadera,  o 
bejuco,  exótica,  cultivada, 
cuyas  hojas  y  flores,  de  co- 
lor de  rosa,  tienen  aspecto 
de  cera,  principalmente  por 
su  notable  grosor.  Tiene 
las  acep.  cast. 

Cera.  Cub.  f. — Véase  cerillo. 

Cera  amanila.  Cub.  f.  —  El 
árbol  cerillo.  (2.a  acep.). 
Véase. 

Cera  prieta.  Cub.  f. — Véase 
cera  virgen. 

Cera  virgen.  Cub.  f.-La  cera 
que  produce  la  abeja  crio- 
lla: blanda  y  negruzca,  cuyo 
uso  entre  los  campesinos 
para  alumbrarse  va  des- 
apareciendo. También  se 
dice  cera  prieta. 

Cercha.  Cub.  f. — Cada  pieaa 
arqueada  de  madera  o  me- 
tal  que   sostienen   ©1  toldo 


CEEB 


-  131  — 


CBRI 


o  capota  de  los  carruajes, 
y  por  extensión,  las  que 
sostienen  algunas  clases  de 
mosquitero  en  las  camas. 

Cerecero.  Cub.  m. — Así  sue- 
le decirse  entre  gente  cam- 
pesina al  cerezo  o  cerezo 
criollo,  y  no  deja  de  ser  re- 
comendable esta  denomi- 
nación, para  que  se  entien- 
da que  no  se  trata  del  ce- 
rezo de  Europa. 

Cereza.  Común,  f. — La  baya 
que  contiene  la  semilla  o 
grano  del  cafeto.  Tiene  las 
acep.  cast.  Véase  descere- 
zadora. 

Cereza.  Amer.  f. — Véase  ce- 
reza criolla. 

Cereza  criolla.  Cub.  f. — En 
Cuba,  el  fruto  del  cerezo 
de  América. 

Cerezo.  Amer.  m.— El  cere- 
zo criollo.  Véase. 

Cerezo  criollo.  Cub.  m.  ■ — 
Arbusto  de  unos  cuatro 
metros  de  altura,  de  hojas 
oblongas,  lanceoladas,  ver- 
des, más  obscuras  por  la 
haz,  y  brillantes,  flores 
purpúreas,  y  cuyo  fruto 
consiste  en  una  drupa  es- 
carlata de  pulpa  acidosa, 
pero  no  enteramente  des- 
agradable, que  se  emplea 
para  conservas;  el  tronco, 
de  madera  blanca  y  ligera, 
produce  buena  goma,  y  la 
corteza  se  utiliza  para  cur- 
tir pieles.  También  se  lla- 
ma cerezo,  cerezo  de  Ja- 
maica, palo  de  gallina  (2.a 
acep.).  y  entre  algunos 
campesinos  se   le  dice  ce- 


recero, que  debiera  ser 
su  nombre  verdadero.  (Bot. 
F.  Malpigiáceas ;  esp.  Mal- 
phigia  glabra,  Lin). 

Cerezo  de  Cayena.  Cub.  m. 
— Arbusto  silvestre,  peque- 
ño, de  precioso  aspecto,  con 
hojas  como  las  del  anterior, 
brillantes,  y  fruto  parecido, 
astringente,  pero  más  agra- 
dable que  aquél.  (Bot.  F. 
Mirtáceas;  esp.  Eugenia  uni- 
flora, Lin.) 

Cerezo  de  Jamaica.  Cub.  m. 
—El   cerezo   criollo.   Véase. 

Cerezo  de  pinar.  Cvb.  m. — 
Especie  del  cerezo  criollo, 
de  escaso  interés.  (Bot.  F. 
Mirtáceas;  esp.  Eugenia  me- 
galopetala,  Gr.) 

Cerezo  silvestre.  Cub.  m. — 
El  arbusto  ciguaraya.  Véa- 
se. 

Cerillo.  Cub.  m. -Forma  mas- 
culina que  se  le  da  a  la 
"cerilla"  que  en  castellano 
designa  a  la  vela  de  cera, 
larga,  delgada  y  enroscada. 

Cerillo.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre cuya  elevación  me- 
dia es  de  9  metros,  de  her- 
mosa y  excelente  madera, 
de  color  azafranado,  em- 
pleada en  bastones  por  sus 
vetas  caprichosas.  Los  pes- 
cadores suelen  usar  astillas 
de  este  árbol  a  manera  de 
antorchas,  por  su  buena 
combustión,  y  por  esta  cua- 
lidad recibe  el  nombre  in- 
dicado, y  los  de  cera  (2.a 
acep.),  cera  amarilla,  y 
además  macagua  de  costa. 
(Bot.     F.     Rubiáceas;     esp. 


CIBÍ 


—  13a 


CICO 


Exostemma  caribosum,  D.) 
Cerillo  de  costa.  Cub.  m. — 

Árbol  indígena  y  silvestre 
que  se  desarrolla  en  el  lito- 
ral; es  parecido  al  anterior 
por  su  cualidad  de  combus- 
tible. (Bot.  F.  Legumino- 
sas; esp.  Earpalicc  cuben- 
sis,  Gr.). 

Cerillo  de  loma.  Cub.  ni. — 
Especie  del  árbol  cerillo 
(2.a  acep.)  (Bot.  F.  Berbe- 
rídeas;  esp.  .Berberís  fra- 
ocimi folia,  EL) 

Cerrado,  da.  Común,  adj. — 
í'am. — Aplícase  a  la  perso- 
na de  ruda  inteligencia. 
Tiene  los  otros  usos  caste- 
llanos. 

Cestillo  de  plata.  Cub.  m. — 
La  planta  carraspita.  Véa- 
se. 

Cevoruno,  na.  Cub.  adj. — 
Así  dice  alguna  gente  cam- 
pesina, por  corrupción  de 
"cervuno,  na",  al  color  del 
ciervo. 

Ciba.  Cub.  f. —  antic.  —  Una 
piedra  blanca  y  diminuta 
que  los  indios  empleaban 
para  cuentas  y  collares  de 
adorno.  (Et.  Voz  caribe,  se- 
gún Zayas). 

Cibí.  Cub.  epic.  m. — Pez  que 
alcanza  un  tamaño  aproxi- 
mado de  4  decímetros  y  un 
peso  de  cinco  libras.  Hay 
cinco  especies,  de  las  que 
solamente  dos  reciben  so- 
brenombre particular,  con 
las  que  suelen  confundirse 
las  otras  tres.  Algunos  es- 
criben sibí  con   impropie- 


dad. (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Cibí  amarillo.  Cub.  epic.  m. — 
Tipo  de  cuerpo  ovalado  y 
comprimido,  de  coior  pá- 
lido algo  azulino  en  el  lo- 
mo, con  viso  dorado  en  todo 
el  cuerpo;  tiene  las  aletas 
pectorales  falcadas  y  la 
caudal  ahorquillada.  (Zool. 
F.  Carangidce;  esp.  Caranx 
cibí,  Poey). 

Cibí  cocinero.  Cub.  epic.  m. 
— Especie  de  cuerpo  más 
alargado,  y  más  obscura 
coloración:  aplomado  hacia 
el  lomo,  y  azul  fuerte  por 
el  vientre,  con  la  cabeza 
algo  amarilla.  Como  el  an- 
terior y  las  otras  especies, 
ofrece  el  peligro  de  causar 
ciguatera.  (Zool.  F.  Caran- 
gidce; esp.  Caranx  iridinus, 
Poey). 

Ciboney.  Cub.  m. — Véase  si- 
boney.  (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Cibnney.  Cub.  m. — Véase  si- 
boney.  (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Cicote.  Amer.  m. — La  basura 
negruzca  y  hedionda  que 
se  deposita,  por  efecto  del 
sudor,  entre  los  dedos  de 
los  pies  de  la  gente  des- 
aseada. (Et.  Voz  originaria 
de  Méjico). 

Cicotera.  Amer.  f.-Abundan- 
cia  de  cicote.  Véase. 

Cicotudo,  da.  Amer.  adj. — 
Aplícase  a  la  persona  o  al 
pie  con  cicote.  Véase. 

Cicotudo,  da.  Cub.  m.  y  f. — 
fig.   y    f ám.  —  Dícese   a   la 


CIGA 


—  133  — 


CIGU 


persona  desaseada  y  des- 
preciable. 

Ciego,  ga.  Cub.  adj. — Aplí- 
case al  valle  o  toda  exten- 
sión de  terreno  rodeada  de 
bosque,  e  incomunicada  por 
lo  tanto.  De  esta  circuns- 
tancia han  tomado  nombre 
algunas  poblaciones,  como 
Ciego  Montero,  Ciego  de 
Avila  y  otras. 

CiegoavíSeño,  ña*  Cub.  subs. 
y  adj.  —  Más  propio  que 
avileño,  ña  (1.a  acep.).  Véa- 
se. 

Ciegoavileño,  ña.  Cub.  adj. 
Véase  avileño,  ña  (2.a  acep.) 

Cielazo.  Cub.  m. — Espolona- 
zo o  puñalada  que  infiere 
un  gallo  con  el  espolón  a 
su  rival  en  la  garganta.  (Et. 
De  "cielo",  paladar). 

Cíen  (Núniero).  Cub.  m. — 
fam.  —  El  excusado  o  re- 
trete. 

Cienfueguero,  ra.  Cub.  subs. 
y  adj. — La  persona  natural 
de  Gienfuegos.  Otros  dicen 
cenfoguense. 

Cáenfueguero,  ra.  Cub.  adj. 
— Aplícase  a  cosas  de  esa 
villa. 

Cigarrera.  Común,  f. —  En  la 
Isla,  es  la  mujer  que  hace 
cigarros,  o  sea  cigarrillos  o 
pitillos,  pero  no  los  ciga- 
rros como  acepta  esta  voz 
la  R.  A.  para  cigarro  puro, 
que  en  Cuba  todo  el  mun- 
do llama  "tabaco",  también 
aceptado  por  la  R.  A.  Los 
tabacos  (cigarros  puros)  los 
hacen  en  la  Isla  únicamen- 
te hombres,  y  se  llaman  por 


ello  "tabaqueros",  cual  lo 
autoriza  el  Dic.  oficial. 
También  se  dice  a  éstos 
torcedores. 

Cigarrera.  Cub.  f.-Lo  mismo 
que  "pitillera".  Al  estuche 
de  guardar  cigarros  puros 
(tabacos)  se  dice  tabaquera. 
TsTo  tiene  esta  voz  más  acep- 
ciones en  Cuba  que  las  in- 
dicadas. 

Cigarrería.  Cub.  f.  —  Local 
donde  se  fabrican  cigarros, 
o  sean  cigarrillos.  Se  dice 
más  fábrica  de  cigarros. 

Cigarrería.  Amer.  f. — El  es- 
tablecimiento donde  se  ex- 
pende tabaco  elaborado,  que 
en  Cuba  más  se  dice  "pues- 
to, o  vidriera,  de  cigarros". 
Sería  impropio  decir  "es- 
tanco", como  en  España, 
toda  vez  que  el  tabaco  tie- 
ne aquí  libre  venta  y  ela- 
boración. 

Cigarro.  Común,  m. — En  Cu- 
ba es  la  única  denomina- 
ción del  cigarro  de  papel, 
cigarrillo  o  pitillo.  Al  ci- 
garro puro  se  dice  única- 
mente "tabaco",  que  tam- 
bién autoriza  la  R.  A. 

Cigua.  Cub.  f. — Molusco  ma- 
rino univalvo,  de  concha 
globosa  y  cónica,  cubierta 
de  parásitos  y  de  color  ne- 
gro con  manchas  blancas; 
la  base  por  donde  se  adhie- 
re a  los  arrecifes.^  tiene 
unos  diez  centíme¿ros  de 
diámetro.  Algunas  personas 
gustan  de  este  molusco  gui- 
sado, pero  no  es  bocado 
apreciable.   Suele   escribir- 


GIGU 


—  134  — 


cuú 


se  incorrectamente  sigua. 
(Zool.  F.  Trochidce;  esp.  Li- 
vona  pica).  (Et.  Voz  cari- 
be, Zayas). 

Cigua  amarilla.  Cub.  f. — Es- 
pecie del  árbol  antillano 
"cigua",  descrito  por  la 
R.  A.,  de  madera  amarilla 
y  buena. 

Cigua  blanca.  Cub.  f.— Otra 
especie,  de  madera  blanca 
y  sin  aplicación. 

Cigua  de  mierda.  Cub.  f. — 
Especie  que  toma  ese  nom- 
bre por  su  mal  olor. 

Ciguanea.  Cub.  f. — Dícese  a 
todo  lugar  cenagoso  en  el 
litoral.  Algunos  autores,  en- 
tre ellos  Pichardo,  escri- 
ben esta  palabra  con  s,  lo 
cual,  según  Zayas,  cuya 
opinión  compartimos,  es 
uso  vicioso.  (Et.  Voz  cari- 
be, según  Zayas;  probable- 
mente derivada  de  la  ca- 
ribe "cigua"). 

Ciguapa.  Cub.  epic.  f. — Ave 
de  rapiña  nocturna,  pare- 
cida al  mochuelo  y  al  buho, 
de  color  moreno  más  o  me- 
nos fuerte,  con  manchas 
amarillas  por  encima,  y  el 
pecho  con  partes  blancuz- 
cas, y  dos  penachos  negros 
en  la  cabeza.  (Zool.  F.  Stri- 
gidce;  esp.  Asió  stigius, 
Wagl.)  (Et.  Voz  caribe,  se- 
gún Zayas). 

Ciguapa.  Cub.  f. — En  la  re- 
gión oriental  llaman  así  al- 
gunas personas  al  zapote  de 
culebra,  y  otras  al  icaco  de 
aura.  Véanse. 

Ciguaraya.  Cub.  f.— Arbusto 


silvestre  de  cinco  a  seis 
metros  de  altura,  de  hojas 
compuestas  con  siete  o  nue- 
ve folíolos  opuestos  y  va- 
riables, de  excelentes  pro- 
piedades medicinales  para 
el  aparato  genito-urinario, 
que  produce  flores  en  raci- 
mos, y  fruto  en  cápsulas  de 
color  rojo  pálido.  Su  ma- 
dera es  inútil.  Algunos  es- 
criben siguaraya,  siguiendo 
la  defectuosa  prosodia  cu- 
bana. En  algunos  lugares  se 
conoce  también  por  cerezo 
silvestre.  (Bot.  F.  Meliá- 
ceas;  esp.  Trichilia  glabra, 
Lin.)  (Et.  Voz  caribe,  se- 
gún Zayas). 

Ciguaraya  macho.  Cub.  f. — 
Una  especie  del  arbusto 
anterior,  de  no  tan  buenas 
propiedades  medicinales. 
(Bot.  F.  M.;  esp.  Trichilia 
pallida,  Sw.). 

Cigüeña.  Cub.  f. — Vagoneta 
de  ferrocarril,  por  lo  co- 
mún plana  y  desmantelada, 
movida  automáticamente 
por  medio  de  palancas  y 
ruedas  dentadas  o  tirada  por 
fuerza  animal,  y  que  usan 
los  peones  o  reparadores  de 
la  vía  para  conducir  mate- 
riales, herramientas  y  para 
trasladarse  ellos  mismos  de 
un  punto  a  otro.  Tiene  al- 
gunos usos  cast. 

Cijú.  Cub.  epic.  m. — Algunas 
personas  escriben  así  en 
lugar  de  "sijú"  (pájaro  de 
las  Antillas),  que  es  la  voz 
aceptada  por  la  R.  A.,  y  por 
lo    tanto,    aunque    parezca 


CINT 


—  135  — 


CIRU 


más  correcta  la  forma  cijú, 
estimamos  más  respetable 
el  uso  autorizado  por  esa 
docta  Corporación  y  el  ge- 
neralizado uso. 

Culantrillo.  Común,  m. — Mu- 
chas personas  en  España  y 
América  dicen  así  por  "cu- 
lantrillo". Véanse  las  espe- 
cies cubanas  de  esta  planta. 

Cimarrón,  na.  Amer.  adj. — 
fam.  —  Metafóricamente, 
aplícase  a  la  persona  que, 
sin  causa  conocida  deja 
de  reunirse  con  sus  amigos 
habituales,  o  de  concurrir 
a  un  lugar  acostumbrado. 
Tiene  los  usos  americanos 
castellanizados.  Véase  el 
refrán  9  del  Apéndice. 

Cinamomo  criollo.  Cub.  m. — • 
Es  el  cinamomo  común  o 
una  variedad  de  escasas 
particularidades. 

Cincollagas»  Cub.  f.  pl. — 
Planta  silvestre  como  de  un 
metro  de  altura,  de  flor 
acampanada  de  color  de 
carmín  con  cinco  ondas,  en 
ramilletes,  de  hojas  cordi- 
formes, angulares  y  ase- 
rradas. 

Caliqueño,  ña.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  los  animales  que, 
debiendo  tener  cuatro  de- 
dos, nacen  con  cinco. 

Cinta.  Cub.  f. — Listón  de  ma- 
dera de  unos  ocho  centí- 
metros de  ancho  por  dos  o 
tres  de  grueso,  que  se  uti- 
liza en  carpintería  para  cu- 
brir las  junturas  de  las  ta- 
blas, en  los  cielos  rasos  de 
madera,  y  otras  obras.  Vie- 


ne a  ser  una  clase  de  lo 
que  en  castellano  se  dice 
"ripia".  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Cirio.  Cub.  m.— Árbol  silves- 
tre de  hermoso  aspecto,  de 
madera  muy  apreciada  por 
su  dureza,  buen  peso  y  fino 
grano,  de  color  amarillo  con 
vetas  suaves.  También  se 
llama  guabico  de  sabana, 
güimba,  pico  de  gallo,  pino 
de  monte  y  palo  de  bomba. 
(Bot.  F.  Anonáceas;  esp. 
Xilopia  obtusifolia).  Tiene 
el  uso  castellano. 

Ciruela.  Cub.  f.  —  Nombre 
que  recibe  el  fruto  de  los 
distintos  ciruelos  que  se 
desarrollan  en  Cuba,  y  que 
toma  el  sobrenombre  del 
ciruelo  respectivo,  como  ci- 
ruela amarilla,  campechana, 
gobernadora   y    loca. 

Ciraelüüo.  Cub.  m. — Véase  jia 
manzamUa. 

Ciruelo.  Amer.  m. — Algunas 
personas  llaman  ciruelo,  si- 
guiendo el  uso  americano, 
al  árbol  común  en  Améri- 
ca, más  conocido  por  su 
nombre  castellanizado  de 
"jobo".  Esto  da  lugar  a 
confusiones,  puesto  que  en 
Cuba  la  voz  ciruelo  (con 
aditamentos)  designa  espe- 
cies botánicas  muy  distin- 
tas del  jobo  y  de  los  cirue- 
los europeos. 

Ciruelo  amarillo.  Cub.  m. — 
Árbol  silvestre  muy  co- 
mún, que  se  planta  de  es- 
taca y  utiliza  en  setos  vi- 
vos,  de  hojas  compuestas, 


CISC 


136  — 


CLAV 


con  hojuelas  pequeñas  y 
ovaladas;  su  fruto,  algo 
mayor  que  una  aceituna,  es 
de  color  amarillo,  y  tiene 
sabrosa  pulpa.  (Bot.  F.  Ana- 
cardiáceas;  esp.  Spondias 
purpurea,  Lin.) 

Ciruelo  campechano.  Cub. 
m. — Especie  parecida  a  la 
anterior,  pero  de  mayores 
proporciones  en  todos  los 
órganos,  de  tallo  violáceo, 
flores  rojas,  y  fruto  ana- 
ranjado, más  grande  y  de 
mejor  gusto.  También  se 
dice  ciruelo  loco,  y  algunos, 
por  la  confusión  apuntada 
en  la  voz  ciruelo,  le  dicen 
jobo  impropiamente.  (Bot. 
F.  A.;  esp.  Spondias  latea, 
Lin.). 

Ciruelo  cimarrón.  Cub.  m. — 
Véase  jía  manzanilla. 

Ciruelo  gobernador.  Cub.  m. 
— Árbol  cultivado,  origina- 
rio, al  parecer,  de  la  isla 
de  Madagascar,  perfecta- 
mente aclimatado  en  la 
Isla.  De  sus  ciruelas,  que 
las  produce  abundantemen- 
te, se  hace  un  dulce  gela- 
tinoso exquisito.  (Bot.  F. 
Bixáceas;  tribu  Flacur- 
cieas;  esp.  Flacourtia  ra- 
moatchi). 

Ciruelo  loco.  Cub.  m. — Véase 
ciruelo  campechano. 

Ciscadura»  Cub.  m. — fam. — 
Acción  y  efecto  de  ciscar, 
se.  Algunos  dicen  cisca- 
miento. 

Ciscamiento.  Cub.  m. — fam. 
Lo  mismo  que  ciscadura. 
Véase. 


Ciscar,  se.  Cub.  v.  a.  y  ref. 
—  fam.  —  Lo  mismo  que 
"avergonzar,  se1':  "Miguel 
cisca  a  cualquiera  con  sus 
despropósitos";  "Diego  se 
ciscó  y  no  supo  defender- 
se". No  tiene  los  usos  cas- 
tellanos. 

CiudadeKa.  Cub.  f. — fig. — Dí- 
cese  a  la  casa  de  vecindad, 
que  también  tiene  este 
nombre.  Conserva  la  acep. 
cast. 

Clandestina.  Cub.  f. — vulg. — 
Ramera  que  procura  ocul- 
.  tar  ai  público  su  vicio. 

Clarificadora.  Cub.  f. — Reci- 
piente, por  lo  común  de 
hierro  y  en  forma  cúbica, 
donde  se  clarifica  el  gua- 
rapo. 

Clarín.  Cub.  m. — En  la  re- 
gión oriental,  el  chamico 
azulado.  Véase. 

Cíanos©.  Cub.  adj.  —  fig.  y 
vuig. — En  boca  de  campe- 
sinos, califica  a  las  perso- 
nas que  dicen  las  cosas  con 
claridad,  en  el  sentido  de 
desparpajo:  "Me  gusta  Jo- 
sé por  lo  clarioso". 

Clavar.  Cub.  v.  a.  —  fig.  y 
fam. — Metafóricamente,  se 
le  dan  a  este  verbo  muy  va- 
rios significados,  además 
de  los  que  autoriza  la  R.  A., 
y  otros  que,  no  constando 
en  su  catálogo  oficial,  tie- 
nen uso  en  España.  Una 
acep.  que  no  carece  de  gra- 
cia es  la  que  indica  fallos 
judiciales  o  municipales,  en 
el  sentido  de  imponer:  "A 
Zutano  le  clavaron  diez  du- 


CLAV 


—  137 


CLAV 


ros  de  multa  o  clies  días 
de  arresto".  Pero  desciende 
a  lo  obsceno  y  reprobable 
también,  como  cuando  se 
alude  a  contraer  enferme- 
dades secretas. 

Clave.  Cub.  f. — Instrumento 
musical  que  consiste  en  dos 
palos  redondos,  como  de  un 
jeme  de  largo,  de  madera 
dura  y  sonora,  que  se  usan 
golpeándolos  uno  contra 
otro,  para  guardar  el  com- 
pás y  acompañar  a  la  gui- 
tarra en  los  cantos  popula- 
res particularmente,  aun- 
que también  suele  oirse  en 
orquestas.  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Clavel  de  barba.  Cub.  m. — 
Hermosa  planta  de  jardín 
y  su  flor  matizada,  parecida 
al  clavel  común  por  la  fi- 
gura, pero  de  corola  mayor 
y  formando  ramilletes;  tie- 
ne los  tallos  nudosos  y  las 
boj  as  más  anchas  que  el 
común. 

Clavel  de  China.  Cub.  m. — 
Variedad  también  de  jar- 
dín, de  flor  parecida  al  tipo 
común,  algo  más  chica  y 
con  la  corola  más  abierta. 

Clave!  de  España.  Cub.  m. — 
Es  el  clavel  común,  singu- 
larmente el  rojo,  pero  es 
mucho  menos  fragante  que 
el  cultivado  en  la  Península. 

Clave!  de  indias.  Amer.  m. 
Bícese  a  la  flor  de  la  co- 
petuda. Véase. 

Clave!  de!  Japón.  Cub.  m. — 
Tipo  de  flor  semejante  al  de 
España,  pero  de  mayor  ta- 


maño, y  hojas  más  cortas  y 
romas. 

Clave!  de  muertos.  Cub.  rn. 
— Dícese  a  la  planta  co- 
petuda (véase)  y  su  flor. 

Clavelito  de  manglar.  Cub. 
m. — Planta  florida,  vene- 
nosa, que  se  desarrolla  sil- 
vestre en  las  ciénagas.  (Bot. 
F.  Asclepiadeas;  esp.  Echi- 
tes  paludosa). 

Clavelito  de  sabana.  Cub. 
rn. — Hay  dos  especies  de 
plantas,  ambas  venenosas, 
con  este  mismo  nombre, 
que  se  desarrollan  silves- 
tres en  el  litoral,  de  hojas 
lanceoladas,  puntiagudas; 
la  primera  es  trepadora  y 
tiene  flor  rosada,  y  la  otra 
es  de  flor  amarilla.  (Bot.  F. 
Asclepiadeas;  esp.  Echites 
biflora  y  E.  andreswsii). 

Clavellina.  Cub.  í. — En  algu- 
nos lugares  se  dice  así  a  la 
planta  más  conocida  por 
yerba  de  clavo.  Véase.  Nin- 
guna de  las  clavellinas  cu- 
banas son  las  descritas  por 
la  R.  A. 

Clavellina.  Cub.  f.  —  Planta 
silvestre  que  se  desarrolla 
en  las  márgenes  de  los  ríos, 
cuyas  ramas  se  inclinan 
siempre  hacia  el  agua,  muy 
cargadas  de  flores  rosadas 
que  reciben  el  nombre  de 
la  planta,  las  que  se  des- 
prenden fácilmente  a  la 
más  ligera  sacudida  del  ta- 
llo. También  se  llama  rosa 
de  río  y  lirio.  (Bot.  F.  Li- 
trarieas;  esp.  Ginora  ame- 
ricana) . 


COBA 


138  — 


COBO 


Clavellina  de  laguna.  Cub. 
f.  —  Dos  plantas  indígenas 
de  variada  flor  que  se  des- 
arrollan en  sitios  húmedos, 
y  se  conocen  también  por 
verraco  (1.a  acep).  (Bot.  F. 
Euforbiáceas;  esp.  princi- 
pal :  Crotón  homolepidus, 
Muell.) 

Clavellina  de  paredón.  Cub. 
f. — Arbustillo  de  florecillas 
muy  menudas,  conocido 
además  por  cuaresmüla  de 
paredón.  (Bot.  F.  Litra- 
rieas;  esp.   Ginora  glabra). 

Clavellina  de  río.  Cub.  f. — ■ 
Especie  que  se  desarrolla 
en  las  márgenes  de  los  ríos. 
(Bot.  F.  Rubiáceas;  esp. 
Exostemma      longiflorum). 

Clavellina  espinosa.  Cub.  f. 
— Arbusto  parecido  a  la 
clavellina  de  paredón,  y  que 
se  conoce  además  por  cua- 
resmüla espinosa. 

Club.  Cub.  m. — Véase  tolete. 
(Anglicismo.) 

Coaba.  Cub.  f. — Así  dicen  al- 
gunos, conservando  la  ver- 
dadera voz  india  a  la  cuaba. 
Véase. 

Coba.  Común,  f. — fam. — En 
Cuba  no  se  entiende  la  pa- 
labra "coba"  por  "embuste 
gracioso",  cual  describe  la 
R.  A.,  aunque,  dado  el  la- 
conismo de  tal  definición, 
tiene  alguna  analogía  con 
la  acepción  que  le  da  gran 
parte  del  pueblo  español  y 
americano.  Se  usa  para  de- 
notar adulación,  al  hablar 
con  una  persona,  a  quien  se 
trata  por  todos  los  medios 


de  agradar,  con  el  fin  de 
captarse  su  simpatía  o 
ablandar  la  dureza  de  su 
actitud.  Se  usa  casi  siem- 
pre con  el  verbo  "dar": 
"Después  de  una  larga  co- 
ba, conseguí  de  Fulano  que 
no  se  opusiera  a  mi  em- 
peño"; "tuve  que  darle 
coba  a  Ramón  para  que  no 
se  incomodara". 

Cobero,  ra.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  la  persona  aficiona- 
da a  dar  coba  (véase),  por 
"adulador,  ra". 

Cobija.^ Cub.  f.—  En  la  Isla  se 
dice  solamente  al  techo  de 
guano  o  de  yagua,  con  que 
se  cubren  todos  los  bohíos 
y  algunas  casas  campesi- 
nas, entre  ellas  las  casas  de 
tabaco.  En  los  demás  casos 
se  dice  "techo",  "techum- 
bre" o  "tejado". 

Cobijar.  Cub.  v.  a.-La  acción 
de  construir  una  cobija. 
Véase.  Tiene  los  usos  cas- 
tellanos. 

Cobio,  bia.  Cub.  m.  y  f. — 
vulg. — Lo  mismo  que  "con- 
cubinato, concubina",  en- 
tre la  plebe. 

Cobio,  bia.  Cub.  m.  y  f.— fíg. 
y  vulg. — Dícese  a  la  perso- 
na íntima  amiga  y  confi- 
dente. 

Cobo.  Cub.  m.-Testáceo  uni- 
valvo de  concha  cónica  en 
espiral,  que  es  el  mayor  de 
los  caracoles  antillanos,  cu- 
ya base  alcanza  un  diáme- 
tro de  25  centímetros,  cu- 
bierto interiormente  de  una 
substancia  córnea,  de  un  es- 


coco 


—  139  — 


coco 


malte  anacarado  amarillen- 
to, con  la  abertura  de  color 
acarminado.  Los  indios  fa- 
bricaban con  esta  concha 
utensilios  y  objetos  de 
adorno;  y  actualmente  se 
hace  una  clase  de  fotuto 
(véase),  rompiéndole  el  re- 
mate de  la  espiral.  (Zool. 
F.  Strombida?;  esp.  Strom- 
bus  gigas).  (Et.  Yoz  caribe, 
Zayas). 

Cobre.  Cub.  m. — fam. — Véa- 
se la  frase  91  del  Apéndice. 

Cobrero,  ra»  Cub.  subs.  y 
adj. — La  persona  nacida  en 
la  villa  de  El  Cobre. 

Cobrero,  ra.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  cosas  de  esa  villa. 

Cobres.  Cub.  m.  pl. — En  los 
ingenios  de  azúcar,  dícese  a 
los  aparatos  de  metal  en 
conjunto:  "Limpiar  los  co- 
bres". 

Cocacola.  Cub.  f.  —  Un  re- 
fresco de  color  de  café, 
agradanle  y  popular. 

Cocada.  Cub.  f. — Dulce  que 
se  hace  con  la  pulpa  de 
coco,  seca,  rallada  y  puesta 
en  almíbar. 

Coco.  Cub.  epic.  m.  —  Ave 
zancuda,  especie  de  ibis, 
de  cuerpo  de  tamaño  de  ga- 
llina y  pescuezo  muy  largo, 
de  plumaje  general  blanco, 
y  algunas  plumas  de  alas  y 
cola,  cabeza  y  pies  de  color 
negruzco,  pico  largo,  en- 
corvado y  verde.  Vive  en 
las  ciénagas  del  litoral,  ali- 
méntase de  crustáceos,  rep- 
tiles, etc.,  y  es  abundante  y 
estimable  caza.  También  se 


llama  coco  blanco,  para  di- 
ferenciarla de  otras  aves  que 
llevan  ese  nombre  común. 
(Zool.  F.  Tantalidce;  esp. 
Guara  alba,  Lin.).  Tiene  los 
usos  castellanos,  menos  el 
figurado. 

Coco.  Cub.  m. — fig.  y  fam. — ■ 
Dícese  a  la  cabeza  de  per- 
sona para  indicar  rudeza,  o 
denotar  metafóricamente 
que  está  vacía.  Véanse  la 
frase  149  y  el  refrán  29  en 
los    respectivos    Apéndices. 

Coco.  Cub.  m.  —  fam.  —  La 
moneda  de  plata  equiva- 
lente a  cinco  pesetas.  Son 
sinónimos  en  el  mismo  len- 
guaje familiar  o  vulgar, 
rueda,  disco  maraca,  bolo, 
guayo,  tulipán  y  otros  tan- 
tos más,  que  figuran  en  este 
catálogo. 

*Cocó.  Cub.  m.-" Tierra  blan- 
quecina que  emplean  los  al- 
hamíes para  las  obras  de 
manipostería  y  suelos  de 
hormigón".  Así  define  la 
R.  A. 

Coco.  Cub.  m. — En  la  región 
occidental,  la  tela  más  co- 
nocida por  nansú,  y  llama- 
da así  en  el  resto  de  la  Isla. 

Coco  blanco.  Cub.  epic.  m. — 
Véase  coco  (1.a  acep.) 

Coco  de  agua.  Cub.  m. — Co- 
múnmente se  dice  así  al 
coco  (fruto  de  la  palma  de 
este  nombre,  ambos  descri- 
tos por  la  R.  A.)  También 
se  dice  sencillamente  "co- 
co", sin  que  en  los  más  de 
los  casos  dé  lugar  a  confu- 
siones entre  el  fruto  y  el 


coco 


140 


cocu 


árbol,  porque  éste  tiene  ge- 
neralizado su  otro  nombre 
de  "cocotero",  que  también 
acepta  la  R.  A. 

Coco  macaco.  Cub.  m. — La 
palma  también  llamada  pa- 
jicá.  Véase. 

Coco  macaco.  Cub.  m.  —  El 
bastón  hecho  con  el  tronco 
de  la  palma  pa]icá;  el  pre- 
ferido de  los  perdonavidas 
y  otros  tales. 

Coco  prieto.  Cub.  epic.  m. — 
Especie  del  ave  coco  (1.a 
acep.),  que  se  distingue  por 
su  plumaje  prieto.  (Zool.  F. 
Tantalida?;  esp.  Plegadis 
autumnalis,  Hasselg.) 

Coco  rojo.  Cub.  epic.  m. — 
Otra  especie  del  ave  coco 
(1.a  acep.),  de  paso  en  Cuba, 
sedentaria  en  América  Cen- 
tral, que  se  distingue  por 
su  plumaje  acarminado 
muy  hermoso.  (Zool.  F.  T.; 
esp.  Guara  rubra,  Lin.) 

Cocona.  Cub.  í. — antic. — Re- 
compensa o  premio  de  es- 
caso valor. 

Cócora.  Cub.  f.-fam. — Equi- 
vale a  incomodidad  del  áni- 
mo, malestar,  disgusto  li- 
gero: "Fulano  tiene  una 
cócora  tal,  que  ,ni  hablar 
con  él  se  puede'1.  También 
suele  oirse  en  el  sentido  de 
persona  impertinente,  que 
acepta  la  R.  A. 

Cocorícamo.  Cub.  m.  —  Lo 
mismo  que  brujería.  Véase. 

Cocorícamo.  Cub.  m.  —  Al- 
gunos emplean  esta  voz 
afrocubana,  para  ponderar 
una   cosa:    "Tiene    cocorí- 


camo la  solución  de  ese 
asunto". 

Cocorioco.  Cub.  m. — vu-lg. — 
Denota  extravagancia,  feal- 
dad, particularmente  apli- 
cado a  mujer:  "Juana  es 
un  cocorioco" . 

Cocosí.  Cub.  epic.  m. — antic. 
—  Primitivo  nombre  del 
mancaperro.  Véase. 

Cocotazo.  Cub.  m. — fam.- — • 
Golpe  dado  con  los  nudillos 
en  la  cabeza.  No  es  lo  mis- 
mo que  "cogotazo".  (Et. 
De  coco  (2.a  acep.),  cabeza). 

Cocotazo.  Cub.  m.  —  fig.  y 
fam. — Trago  de  licor  fuer- 
te. Véase  la  frase  137  del 
Apéndice. 

Cocotudo,  da.  Cub.  adj.  — 
fam. -Equivale  a  testarudo, 
terco:  "José  es  muy  coco- 
tudo".  (Et.  De  coco  (2.a 
acep.),   cabeza). 

Cocoyé.  Cub.  m.  —  antic.  — 
Cierto  baile  indecente  de 
origen  haitiano.  (Et.  Voz 
caribe). 

Cocuyera.  Cub.  f.  —  Jaula 
construida  con  alambres  o 
junquillo,  destinada  para 
guardar  los  insectos  fosfo- 
rescentes llamados  "coco- 
yos"  o  "cucuyos".  Pichar- 
do  hace  esta  curiosa  obser- 
vación: "A  falta  de  luz,  un 
sacudimiento  ligero  en  la 
cocuyera,  es  el  socorro  más 
pronto  en  la  obscuridad". 
(Et.  De  "cocuyo",  cocui  ca- 
ribe). 

Cocuyo.  Cub.  epic.  m. — Pez 
de  unos  3  decímetros  de 
largo,  con  el  cuerpo  oblon- 


COCU 


—  141  — 


COCHI 


go  y  comprimido,  la  man- 
díbula inferior  muy  salien- 
te, de  color  moraduzco, 
apuntando  a  azul  en  las  in- 
tersecciones de  las  esca- 
mas. (Zool.  f.  Balistidce; 
esp.  Xanthiclithys  ringens, 
Lin.) 

Cocuyo.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre de  unos  diez  metros 
de  elevación,  de  tronco  del- 
gado, hojas  elípticas,  flores 
axilares  en  penachos  al  ex- 
tremo de  las  ramas,  fruto 
parecido  a  la  aceituna  y 
que  come  el  cerdo,  y  made- 
ra dura  de  color  amarillen- 
to, empleada  en  carpinte- 
ría gruesa.  Hay  otra  espe- 
cie con  el  mismo  nombre, 
y  dos  más  con  aditamentos 
particulares.  (Bot.  F.  Sapo- 
táceas;  esp.  Sideroxylum 
confertum,  Wright.).  He- 
mos ue  advertir  que  la 
principal  acep.  de  la  voz 
"cocuyo"  o  "cucuyo"  es  la 
castellanizada  por  la  R.  A. 
para  designar  la  especie  de 
luciérnaga  americana,  muy 
abundante  en  Cuba. 

Cocuyo  ciego.  Cub.  epic.  m. 
— Insecto  parecido  al  co- 
cuyo, algo  menor  y  de  color 
negro.  Observa  Pichardo 
que  al  comprimirlo  emite 
desagradable  olor,  y  que  "su 
cocimiento  es  eficaz  para 
los  dolores  de  oídos".  El 
vulgo  ha  dado  en  llamar 
cocuyo  ciego  a  este  coleóp- 
tero, porque  tiene  la  creen- 
cia de  que  las  lucecillas  del 
cocuyo  son  los  ojos,  cuando 


precisamente  las  tiene  en 
la  parte  trasera.  (Zool.  esp. 
Zophobas  morio). 

Cocuyo  de  fruto  chico.  Cub. 
m. — Especie  del  árbol  co- 
cuyo (2.a  acep.),  de  madera 
mala  e  inútil,  y  tiene  el 
fruto  cual  su  nombre  in- 
dica. (Bot.  F.  Sapotáceas ; 
esp.  Lúcuma  dictyoneura, 
Bent.  et  Hook.) 

Cocuyo  de  sabana.  Cub.  m. 
— Especie  también  silves- 
tre del  árbol  cocuyo  (2.* 
acep.),  que  se  desarrolla  en 
terrenos  secos,  de  madera 
roja  clara,  más  recia  que  la 
de  aquél,  y  cuyo  fruto  en 
decocción  proporciona  un 
estimable  tinte  violado. 
(Bot.  F.  S.;  esp.  Bumelia 
retusa,  Sw.) 

Coche.  Cub.  m. — fam. — Véa- 
se la  frase  89  del  Apéndice. 
Tiene  ios  usos  castellanos. 

Cochihirviendo.  Cub.  adv.  — 
fam. — poco  uso.— Esta  voz, 
de  muy  escaso  viso,  lo  tie- 
ne para  reemplazar  por 
corrupción  la  locución  fa- 
miliar castellana  "cochite 
hervite",  en  su  significado 
de  hacer  una  cosa  atrope- 
lladamente. 

Cochinata.  Cub.  f. — Dícese 
en  algunos  lugares,  por  co- 
china joven,  o  cerda  que 
aun  no  ha  sido  madre. 

Cochinilla  (De).  Cub.  mod. 
adv. — Empléase  esta  locu- 
ción entre  los  curiales,  para 
referirse  a  asuntos  que  pro- 
meten dejar  poca  o  ningu- 
na ganancia. 


CODO 


142  — 


cogí 


Cochinilla  de  la  mar.  Cub. 
epic.  f. — "Insecto  del  orden 
de  los  ápteros  masticado- 
res,  bien  conocido  y  comu- 
nísimo en  las  orillas  del 
mar,  principalmente  en  las 
murallas  de  la  Habana  (que 
ya  no  existen),  donde  andan 
por  las  piedras  corriendo 
ligerísimas  y  duplicadas  a 
favor  de  sus  muchos  pies". 
Descripción  literal  de  Pi- 
chardo. 

Cochino.  Cub.  epic.  m. — Pez 
abundante,  de  unos  25  a  30 
centímetros,  de  cuerpo 
aplastado  y  casi  tan  ancho 
como  largo,  de  color  acei- 
tunado obscuro,  más  páli- 
do hacia  el  pecho,  por  don- 
de toma  un  viso  amarillo, 
con  dos  o  tres  pequeñas  lis- 
tas azules  sobre  el  hocico  y 
una  debajo,  boca  chica  con 
dientes  cortantes  y  cola  en 
forma  de  media  luna.  Es 
comestible,  mas  no  muy 
apreciado.  (Zool.  F.  Balis- 
tidce;  esp.  Balistes  vetula, 
Lin.)   Tiene  las  acep.  casi. 

Cochino.  Cub.  adj. — Aplícase 
como  aditamento.  Véase 
palo  cochino. 

Cochura.  Cub.  f. — En  algu- 
nos pueblos  de  la  región 
oriental,  es  un  dulce  hecho 
con  guayabas  en  almíbar, 
que  en  otros  lugares  suelen 
llamar  malarrabia.  Tiene 
las  acep.  cast. 

Codorniz.  Cub.  epic.  f.  —  La 
codorniz  de  Cuba,  cuyo  ori- 
gen ha  dado  lugar  a  varias 
opiniones  (unos  la  reputan 


de  indígena,  otros  como 
oriunda  de  Europa,  y  al- 
gunos por  importada  de  los 
Estados  Unidos),  es  de  con- 
figuración parecida  a  las 
otras  especies  ele  su  género, 
y  en  hábitos  también,  pero 
con  algunas  particularida- 
des propias,  especialmente 
en  el  plumaje,  que  en  el 
macho  es  de  color  de  ta- 
baco claro  con  manchas 
blancas,  y  un  moñito  en  la 
cabeza,  y  la  hembra  es  del 
mismo  color  más  pálido  y 
sin  penacho.  (Zool.  F.  Te- 
traónidas; esp.  Colinus  cu- 
banensis,  Gould.) 

Cofa.  Cub.  f .— Veas. ..  agracejo 
de  sabana. 

Coger.  Amer.  v.  a.  —  muy 
vulg.  —  Entre  cierta  gente 
es  sinónimo  de  "cohabi- 
tar". El  empleo  propio  de 
este  verbo  no  tiene  en  la 
Isla  prevenciones  ni  obs- 
táculos, como  en  América 
del  Sur,  donde  únicamente 
tiene  la  indicada  acepción, 
pues  en  Cuba  se  usa  con 
las  acep.  cast.  Véase  el  gru- 
po Coger  en  el  Apéndice  de 
frases.. 

Cogida.  Cub.  f. — muy  vulg. — 
La  adquisición  de  una  en- 
fermedad venérea. 

Cogioca.  Cub.  f. — fam. — Sig- 
nifica el  afán  de  lucro  en 
algunos  políticos  que  sólo 
persiguen  el  medro  perso- 
nal. "Zutano  dice  que  se 
sacrifica  por  la  Patria,  pero 
le  gusta  mucho  la  cogioca" . 
(Et.  De  "coger"). 


coi 


—  143 


COJI 


Cogollero.  Cub.  m. — Oruga  y 
su  gusano  que  aíaca  y  des- 
troza los  sembrados  de  ta- 
baco, por  lo  que  constituye 
una  temible  amenaza  de  los 
cultivadores.  Tiene  un  lar- 
go de  3  a  4  centímetros,  de 
color  que  varía  entre  ver- 
doso y  pardo  rojizo,  con 
líneas  longitudinales  blan- 
cas o  amarillas,  y  la  cabe- 
za dura  con  dos  fuertes  ga- 
rras. Su  metamorfosis  en 
mariposa  tarda  un  mes,  al 
cabo  del  cual  presenta  las 
alas  anteriores  parduscas  y 
las  posteriores  blancas  con 
borde  obscuro.  (Zool.  F. 
Noctuidce;  esp.  Chloridea 
virescens,  Fab.) 

Cogollo.  Cub.  m. — Entién- 
dese, por  antonomasia,  el  de 
caña  de  azúcar,  que  come 
con  gusto  el  ganado,  y  es  la 
parte  más  tierna  y  supe- 
rior del  tronco.  Tiene  los 
usos  castellanos. 

Cogotudo,  da.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  la  persona  a 
quien  la  posición  social  o  el 
dinero  llenan  de  soberbia: 
"Fulano  se  ha  vuelto  muy 
cogotudo  desde  que  se  sacó 
la  lotería". 

Coi.  Cub.  m.  —  desusada. — 
Rectángulo  formado  con 
cuatro  palos,  que  sostienen 
por  los  bordes  una  red  o 
un  tejido  cualquiera  a  ma- 
nera de  banasta,  en  el  que 
se  depositan  objetos  do- 
mésticos en  las  casas  rús- 
ticas, especialmente  comes- 
tibles, para  defenderlos  de 


las  hormigas,  gatos,  rato- 
nes y  otros  animales,  ya 
que  el  coi  se  coloca  siem- 
pre colgado  del  techo.  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Coi.  Cub.  m. — -Cuna  rústica 
de  niño  pendiente  del  te- 
cho, a  la  manera  del  coi 
(1.a  acep.),  de  donde  toma 
nombre. 

Coiatal.  Cub.  m.— Lugar  po- 
blado de  cojates.  Véase. 
También  se  dice  cojotal,  e 
impropiamente  cuajatal. 

Cójate.  Cub.  m. — Planta  sil- 
vestre que  se  desarrolla 
unos  dos  metros  en  el  in- 
terior de  los  bosques,  de 
hojas  grandes,  largas,  agu- 
zadas por  los  extremos,  y 
flores  rojas.  Su  pasto  es 
dañino  para  las  vacas  de 
leche,  sin  que  sea  bueno 
para  los  otros  animales. 
(Bot.  F.  Cingiberáceas;  esp. 
Amoviurn  thyrsoideum  erec- 
tum).  (Et.  voz  caribe,  Za- 
yas). 

Cójate.  Cub.  m.  —  También 
toma  este  nombre  una 
planta  cultivada,  parecida 
a  la  anterior  y  más  nom- 
brada colonia  (1.a  acep.) 
Véase. 

Cojatiüo.  Cub.  m.  —  Planta 
silvestre  parecida  al  jengi- 
bre, que  se  desarrolla  a 
orillas  de  ríos  y  arroyos. 
(Bot.  F,  Cingiberáceas ;  esp. 
Renealmia  amcena,  A.  Rich.) 

Coijinúa.  Cub.  epic.  f. — Véase 
cojinuda.  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Cojinuda.  Cub.  epic.  f. — Pez 


COLA 


144 


COLM 


abundante,  de  íigura  re- 
gular, tamaño  de  unos  3 
decímetros,  de  color  pla- 
teado, con  la  cola  ahorqui- 
llada, y  los  ojos  negros  con 
cerco  plateado.  Alguna  gen- 
te tiene  prevención  contra 
este  pez  por  suponerlo  con- 
tagioso de  ciguatera,  cosa 
no  probable  en  peces  pe- 
queños, pero  lo  cierto  es 
que  se  trata  de  un  bocado 
agradable.  Muchas  perso- 
nas, algunas  ilustradas,  pro- 
nuncian cojinúa,  porque 
dicen  que  ésa  es  la  forma 
caribe,  pero  la  gente  -que  se 

i  precia  de  hablar  bien  dice 
cojinuda,  que  sin  disputa 
es  forma  más  adaptable  al 
castellano.  (Zool.  F.  Caran- 
gidce;  esp.  Caranx  crysos, 
Mitch.) 

Cojoha.  Amer.  f .  —  Nombre 
antillano  del  árbol  más  co- 
nocido por  "quiebrahacha", 
su  nombre  castellanizado. 
En  Cuba  le  dan .  algunos 
terminación  masculina :  co- 
jobo.  (Et.  De  cohobo,,  voz 
caribe). 

Cojobo.,  Cub.  m. — Así  dicen 
algunos  por  cojoha  (véase), 
con  lo  que  se  cubaniza  la 
voz,  pero  se  corrompe  su 
origen  indio. 

Cofotal.  Cub.  m. — Algunos 
dicen  así  por  cojatal.  Véase. 

Cola  de  león.  Cub.  f. — Plan- 
ta más  conocida  por  bas- 
tón de  San  Francisco.  Véa- 
se. 

Cola  de  ratón.  Cub.  f. — Es- 
pecie de  cordoncillo,  regu- 


larmente de  seda,  usado 
para  adornar  los  vestidos 
de  mujer. 

Colchoneta.  Cub.  f. — El  tíni- 
co significado  de  esta  voz 
en  Cuba,  es  para  designar 
una  especie  de  colchón  del- 
gadísimo para  cama.  La 
"colchoneta"  indicada  por 
la  R.  A.  se  llama  en  la  Isla 
únicamente  cojín. 

Colector.  Cub.  m.  —  El  en- 
cargado o  dueño  de  una  o 
varias    colecturías.    Véase. 

Colectaría.  Cub.  f. — Esta- 
blecimiento, con  título  con- 
cedido por  el  Estado,  d^nde 
se  expenden  los  billetes  de 
la  Lotería  Nacional  de- 
Cuba. 

Coleta.  Cuh.  f. — La  tela  co- 
leta azul.  Véase.  Tiene  el 
uso  más  corriente  caste- 
llano. 

Coleta  azul.  Cub.  f. — Tejido 
de  algodón  o  de  lino,  or- 
dinario, de  color  azul  de 
prusia  con  líneas  blancas 
del  ancho  de  dos  hilos  a  la 
urdimbre,  qué  también  se 
llama  coleta,  acosta  y  lis- 
tado acosta. 

Cc-ígadizo,  Cub.  m. — Especie 
de  cobertizo,  con  tejado  a 
una  sola  corriente.  Pero  su 
uso  principal,  sobre  todo 
en  los  pequeños  pueblos,  lo 
tiene  para  indicar  les  so- 
portales de  las  casas  de 
madera.  También  se  dice 
impropiamente  portal. 

Colmena.  Cub.  f. — Véase  la 
frase  205  del  Apéndice. 
Tiene  los  usos  castellanos. 


COLÓ 


145  — 


GOME 


Galonease*  Cub.  subs.  co- 
mún, y  adj. —  La  persona 
nacida  en  la  villa  de  Colón. 

Coloaense.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  cosas  de  osa  locali- 
dad. 

Colonia.  Cub.  f.  —  Preciosa 
planta  culüvada  en  jardi- 
nería para  formar  espesos 
macizo?,  que  alcanza  dos 
metros  de  elevación,  de  ho- 
jas lanceoladas  grandes,  que 
florece  varias  veces  en  el 
año,  y  sus  flores  tienen 
bello  aspecto  y  agradable 
olor,  semejante  al  agua  de 
Colonia,  de  donde  toma 
nombre.  También  se  llama 
lobo,  boca  de  lobo,  lengua 
de  lobo,  cójate  (2."  aoep.)  y 
pepú.  Bot.  F.  Cingiberá- 
ceas; esp.  Alpinia  nutans, 
Rose.)  Tiene  los  usos  caste- 
llanos. 

Colonia»  Cub.  f. — Dícese  a  la 
finca  sembrada  de  caña  de 
azúcar.  Quizá  provenga  este 
nombre  de  las  colonias  que 
se  formaban  de  negros  es- 
clavos para  cultivar  ese 
producto. 

Coloniaje.  Amer.  m. — -Dícese 
con  marcado  desdén  e  la 
época  de  dominación  espa- 
ñola. 

Colosao.  Cub.  m. — El  que  cul- 
tiva una  colonia  (véase). 
Carece  de  los  usos  caste- 
llanos como  substantivo. 

Colono.  Cub.  m. — fam. — JSn 
la  jerga  comercial,  es  el 
detallista  que  goza  de  la 
protección  mercantil  de  un 
almacén. 


Colono,  na.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  la  cabalgadura  de 
pelo  amarillento  con  la  crin 
blanca. 

Colorado.  Cub.  m. — desusa- 
da.— La  fiebre  conocida  por 
"escarlatina".  Tiene  los 
usos  casi  de  adjetivo. 

Columpio.  Cub.  m.  —  Suelo 
oirse  en  algunas  localida- 
des por  "mecedora" .  No  por 
eso  ha  perdido  su  verda- 
dero uso  casi. 

Cocaay.  Cub.  f. — vulg. — Oye- 
se como  tratamiento  entre 
la  gente  de  color,  por  co- 
rrupción de  "comadre", 
para  referirse  a  mujer. 

Combina.  Común,  f. — vulg.— 
Entre  el  populacho  de  Es- 
paña y  América  suele  oirse 
esta  voz.  que  es  apócope  de 
"combinación". 

Comebolas.  Cub.  común.  — 
fam. — Dícese  a  la  persona 
tonta  y  que  se  deja  enga- 
ñar fácilmente,  hasta  cre- 
yendo aquéllo  que  parezca 
más  inverosímil.  En  caste- 
llano existe  el  mote  de  ira-* 
gabolas,  para  denotar  an- 
chas tragaderas,  en  sentido 
metafórico,  aunque  no  lo 
consigne  la  R.  A.,  y  acaso 
se  derive  por  analogía  de 
ésa,  ia  voz  cubana. 

Cosneeará»  Cub.  m. — "Árbol 
elevado  en  Bayamo,  Cuba 
(Santiago)  y  Guantánamo: 
una  especie  con  frutas  ama- 
rillas y  ia  otra  negras,  algo 
mayores  que  granos  de  ca- 
fé, que  comen  los  mucha- 
chos". Esto  dice  Piehardo, 


10 


COSIP 


148  — 


COKC 


quien  a  su  vez  lo  toma  del 
Dr.  Gundlach. 

Comedero»  Cub.  m.  —  Cada 
lugar  en  los  potreros  o  de- 
hesas donde  come  tempo- 
ralmente el  ganado.  Véase 
el  refrán  34-a  del  Apéndi- 
ce. Tiene  los  usas  cast. 

Comedero.  Cub.  m.  —  fig.  y 
fam. — Lugar  que  frecuen- 
ta un  hombre  determinado 
para  celebrar  la  apoteosis 
de  una  aventura  amorosa. 
Algunas  veces  se  dice  a  la 
casa  de  citas. 

Comején.  Cub.  m. — Véase  el 
refrán  15-a  del  Apéndice. 
Tiene  el  uso  cast. 

Comer.  Cub.  v.  a. — fig.  y  fam. 
Con  este  verbo,  sacándole 
del  círculo  de  sus  funcio- 
nes propias,  se  construyen 
algunos  giros  graciosos  que 
pueden  verse  en  el  grupo 
de  su  nombre  en  el  Apén- 
dice de  frases. 

Cometón»  Común,  m. — El  ju- 
guete de  muchachos  llama- 
do "cometa'1,  cuando  es  de 
tamaño  grande. 

Compa.  Cub.  común.  —  vulg. 
Apócope  de  "compañero" 
que  suele  oírse  entre  gen- 
te de  baja  estofa,  sin  per- 
der su  significado  propio, 
aunque  más  parece  indicar 
amigo  íntimo.  Véase  ñero. 

Gompay.   Cub.   m.  —  vulg. —  ■ 
Corrupción  frecuente  entre 
los  negro3,  de  la  voz  "com- 
padre". Véase  comay. 

Componte.,  Cub.  m. — Castigo 
con  palo,  vergajo,  etc.,  es- 
pecialmente     cuando      son 


agentes  de  la  autoridad 
quienes  así  castigan,  de 
donde  se  ha  formado  el 
verbo  compontear:  "La 
Guardia  Rural  ha  dado 
componte  a  Fulano".  (Et. 
Probablemente  de  "compo- 
ner",   en    sentido    irónico). 

Coinponteadura.  Cub.  f. — 
Acción  y  efecto  de  com- 
pontear. Véase. 

Compontear.  Cub.  v.  a. — Dar 
componte.  Véase.  "En  el 
cuartel  dieron  componte  a 
alguno,  porque  sentí  gri- 
tos"; o  así:  "En  el  cuartel 
compontearon,  efe". 

Comprometido,  da.  Común. 
adj. — Lo  mismo  que  "deli- 
cado", "embarazoso" :  "Car- 
go muy  comprometido'"; 
"situación   comprometida'" . 

Conasí.  Cub.  m. — Dicen  así 
algunos  incorrectamente  al 
árbol  ponasí.  Véase. 

Co&coní.  Ctíb.  m.  —  Especie 
de  grillo  pequeño  que  se 
encuentra  regularmente  en 
las  costas.  (Et.  Voz  india). 

Concuño,  ña.  Cub.  m.  y  f. — 
Los  maridos  de  dos  herma- 
nas o  las  esposas  de  dos 
hermanos  son  concuños  en- 
tre sí.  Es  apócope  muy 
aceptable  de  "concuñado, 
da"  que  describe  la  R.  A. 
no  con  mucha  claridad,  por 
cierto. 

Concurrido,  da.  Común,  adj. 
— Denota  que  hay  concu- 
currencia:  "Tertulia  con- 
currida''1; "baile  concurri- 
do", o  "paseo  poco  concu- 
rrhlo".  Parece  mentira  que 


CONCH 


—  147  — 


CONB5 


la  R.  A.  no  haya  recogido 
esta  casticísima  voz. 

Concha.  Cub.  f. — El  cigarro 
puro  o  tabaco  de  figura  co- 
rriente, pero  aproximada- 
mente de  la  mitad  del  ta- 
maño ordinario.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Concha  (De).  Cub.  adj.— 
Aplícase  como  aditamento 
al  color  moro  (blanco)  de 
las  cabañerías,  cuando  está 
salpicado  de  manchas  prie- 
tas  semejantes   a   conchas. 

Conchita  azui.  Cub.  f. — Es- 
pecie del  bejuco  de  Con- 
chitas (véase),  de  flores 
azules. 

Conchita  blanca.  Cub.  f. — 
Especie  del  bejuco  de  Con- 
chitas (véase),  de  flores 
blancas. 

Conchita  punzó.  Cub.  f. — 
Tipo  del  bejuco  de  Conchi- 
tas (véase),  de  flores  en- 
carnadas, más  conocido  por 
papito  de  la  reina.  Véase. 

Conchucharse.  Cub.  v.  recíp. 
— fam. — Confabularse,  po- 
nerse de  común  acuerdo, 
siempre  con  algún  fin  re- 
prensible: "Varios  miem- 
bros de  la  Directiva  se  con- 
chucharon para  votar  en 
contra  del  proyecto".  (Et. 
Probable  corrrupción  de 
"conchabarse",  sinónimo  en 
castellano). 

Conchuchearse.  Cub.  v.  re- 
cíp.— vulg. — Algunos  dicen 
así,  con  marcada  incorrec- 
ción, por  conchucharse. 
Véase. 

Conchucheo.    Cub.    m. — Ac- 


ción y  efecto  de  conchu- 
charse. Véase. 

Condenado.  Cub.  epic.  m. — • 
Pez  de  regular  tamaño  y 
coloración  corriente,  con 
fajas  oblicuas  amarillas  por 
debajo.  (Zool.  F.  Ho?mu- 
lida?;  esp.  H-oemulon  flavo- 
lineatum).  Tiene  los  usos 
castellanos  de  adjetivo. 

Condón.  Común  m. — La  ves- 
tidura del  órgano  genital 
empleada  en  los  coitos  sos- 
pechosos. Algunos  dicen  ca- 
miseta, y  en  castellano  tam- 
bién se  conoce  por  preser- 
vativo higiénico.  Segura- 
mente que  por  repugnan- 
cia, palmariamente  divor- 
ciada de  la  tarea  de  hacer 
diccionarios,  la  R.  A.  no  ha 
recogido  esta  voz,  que  no 
cabe  tacharla  de  anglicis- 
mo porque  se  derive  del 
apellido   de  su  inventor. 

Condnctor.  Cub.  m. — En  los 
trenes,  tranvías,  automóvi- 
les de  línea,  etc.,  no  es  el 
individuo  que  conduce  o 
guía  el  vehículo,  siuo  el 
verdadero  revisor,  que  va 
encargado  del  orden,  ex- 
pende 0  requisa  los  billetes 
o  viajeros,  y  es,  en  suma, 
quien  ordena  al  conductor 
auténtico.  Tiene  las  acep. 
cast. 

Conectador*  Común,  m. — Re- 
cibe este  nombre  cualquier 
aparato  que  sirve  para  co- 
nectar: "Un  conectador 
eléctrico". 

Conejo.  Cub.  epic.  m.  —  Pez 
de   rara   figura,    que   crece 


GONG 


148 


CONT 


hasta  un  metro,  de  cuerpo 
alargado  y  comprimido,  eon 
la  aleta  dorsal  tres  veces 
más  alta  que  el  cuerpo  y  a 
todo  lo  largo  del  lomo,  con 
el  hocico  muy  alargado  y 
la  boca  muy  hendida,  de 
color  plateado  con  visos 
azules.  No  es  comestible. 
(Zool.  F.  AlepisauHdoe ;  esp. 
Alepisaurus  altivelis,  Poey) 
Tiene  el  uso  principal  cas- 
tellano. 

Confianzado,  da.  Común,  adj. 
— Aplícase  a  la  persona  que 
se  toma  demasiada  confian- 
za con  otra  que  no  se  la  ha 
ofrecido.  Una  de  tantas  vo- 
ces castizas  que  no  figuran 
en  el  Dic.  de  la  R.  A.  (Et. 
De  "confianza"). 

Confitólo.  Cub.  m. — Nombre 
que  le  dan  algunos  a  la 
planta  artemisiila.  Véase. 
(EL  De   "confite1"). 

Confortable.  Común,  adj.- — 
Lo  mismo  que  "cómodo". 
(Et.  De  "confortar"). 

Congo.,  Cub.  m. — desusada.— 
Los  huesos  de  la  parte  in- 
ferior en  las  patas  de  los 
cerdos.  Otros  dicen  así  a 
toda  la  pata.  Empléase  tam- 
bién para  designar  al  na- 
tivo de  esa  región  africana. 
Véase  la  frase  193  del 
Apéndice. 

Gongo.  Cub.  m. — Cierto  baile 
en  pareja,  propio  de  gen- 
tualla. 

Congo.  Cub.  m. — Baile  por  el 
estilo  del  anterior. 

Conguito.  Cub.  epic.  m. — En 
la  región  oriental,  dicen  así 


algunos,  por  el  plumaje  ne- 
gro, al  pájaro  mayo  o  ma- 
yito.  Véase. 

Conguito.  Cub.  m. — En  la 
misma  comarca,  una  es- 
pecie de  camarón  prietuzco 
y  sin  pinzas.  (Et.  Diminu- 
tivo de  congo). 

Contado  reMoso  (Al).  Cub. 
loe.  adv. — vulg. — Equivale 
a  decir  sencillamente:  "al 
contado";  y  si  familiarmen- 
te se  añade  rabioso,  es  por 
dar  más  fuerza  a  la  expre- 
sión, pero  no  la  tiene  el 
efecto:  "Yo  pago  siempre 
al  contado  rabioso'". 

Contenta.  Cub.  f.  —  desusa- 
da,— Documento  a  modo  de 
pacto,  por  el  cual  un  acree- 
dor se  compromete  a  perci- 
bir en  pago  total  de  una 
deuda,  parte  de  ella.  Tiene 
los  usos  de  adjetivo  caste- 
llano. 

Contesta.  Amer.  f. — vulg. — 
Dícese  por  apócope  de 
"contestación",  sin  que 
pierda  su  verdadero  signi- 
ficado: "Escribí  una  carta 
a  Jaime,  y  no  obtuve  con- 
testa"'. 

Contra.  Cub.  í. — Pequeña  dá- 
diva, en  el  comercio,  de 
vendedor  a  comprador,  co- 
mo una  manifestación  de 
gracias  per  el  consumo 
hecho:  "¿De  qué  quiere 
usted  la  contra? — De  agu- 
jas *.  Parece  algo  contrario 
a  lo  que  la  voa  representa 
en  castellano.  En  España  se 
dice  "adehala";  en  la  re- 
gión oriental  de  Cuba  y  en 


CONT 


—  149  — 


OONV 


Colombia,  ñapa;  en  Salva- 
dor, ajuste;  en  Costa  Rica, 
alipego,  y  llapa  o  yapa,  en 
América  del  Sur.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Contra  (De).  Cub.  mod.  adv. 
— Equivale  al  adverbio 
"además",  y  es  tomado  de 
la  voz  anterior:  "Fulano  se 
arruinó  en  el  negocio,  y  de 
contra  perdió  la  salud". 
"Me  convidaron  a  comer,  y 
de  contra,  •&  pasear  en  au- 
tomóvil". 

*  Contracandela.  Cub.  t. — El 
fuego  que  se  aplica  a  un 
sembrado  (particularmente 
de  caña)  a  favor  del  viento, 
cuando  se  declara  un  in- 
cendio; y  se  hace  con  el  fin 
de  que  se  encuentren  los 
dos  fuegos,  para  impedir 
que  se  propague  a  los  te- 
rrenos vecinos.  (Et.  De 
"contra"  y  "candela"). 

Contracorriente,  Común,  f. 
— Corriente  contraria. 

Contrajudía»  Cub.  í. — "En  el 
juego  del  monte,  la  carta 
contraria  a  la  judía",  dice 
Pichardo. 

Contramaestre,  Cub.  epic. 
m. — En  Cabo  Cruz  llaman 
así  al  ave  más  conocida  por 
rabijunco.  Véase.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Ga«iramaestrico.  Cub.  epic. 
m. — Llámase  así  a  la  ga- 
viota pequeña,  por  su  se- 
mejanza con  el  contramaes- 
tre. Véase. 

Contrapunteo.  Común,  m. — 
Controversia  acompañada 


de  palabras  o  frases  provo- 
cativas. Es  palabra  caste- 
llana, no  catalogada  por  la 
R.  A.,  que  acepta  en  tal 
sentido  el  verbo  "contra- 
puntear". 

Contrayerba.  Árner.  f.-Hier- 
ba  silvestre  como  de  un  pie 
de  altura,  que  se  desarrolla 
en  terrenos  yermos,  muy 
ramosa,  de  hojas  dentadas, 
flores  muy  chicas,  amari- 
llas, que  es  un  buen  reme- 
dio casero  para  dolores  de 
vientre.  No  es  la  "contra- 
hierba", americana  tam- 
bién, aceptada  por  la  R.  A., 
de  la  familia  de  las  mó- 
reas.  (Bot.  F.  Compuestas; 
esp.  Fluveria,  repanda 
Lag.) 

*  Cómico.  Cub.  m.— -"Parcela 
de  tierra  que  concedían  en 
Cuba  los  dueños  a  sus  es- 
clavos para  que  éstos  la 
cultivasen  por  su  cuenta". 
La  R.  A.  da  por  anticuada 
esa  voz,  según  se  despren- 
de de  esa  definición  suya, 
puesto  que  hace  ya  muchos 
años  que  cesó  la  esclavi- 
tud; pero  es  lo  cierto  que 
tal  palabra  se  sigue  usando, 
para  indicar  una  finca  pe- 
queña con  un  bohío  que 
habita  el  único  agricultor 
que  explota  el  terreno. 
También  se  dice  eunuco. 
(Et.   Voz   caribe,    Zayas). 

Convulsión.  Común,  f .  —  fig. 
Equivale  a  "motín",  y  más 
propiamente  revolución  de 
carácter  político.  Tiene  la 
otra    acep.    cast.,    sin    que 


COPA 


150  — 


COPE 


ésta  deje  de  serlo  tanto 
como  la  otra. 

Convulsivo.  Amer.  m. — Dí- 
cese  que  lo  es  el  revolucio- 
nario. En  Cuba  se  dice: 
"Un  convulsivo  de  agosto"; 
"los  convulsivos  de  febre- 
ro"; aludiendo  a  las  revo- 
luciones de  1906  y  1917 
respectivamente.  Tiene  los 
usoa  cast. 

Cono.  Cub.  m. — vulg. — Esta 
voz  que  en  castellano  ca- 
rece •  de  significado,  y  se 
concreta  a  ser  una  inter- 
jección mal  sonante  (y  da- 
mos estas  explicaciones  por- 
que la  R.  A.  no  ha  catalo- 
gado la  palabra),  en  Cuba 
se  toma  en  mal  sentido,  si 
se  intercala  en  alguna  con- 
versación, pues  general- 
mente, lleva  este  nombre 
el  órgano  genital  de  la 
mujer. 

Copa-'.  Amer-.  m. — Árbol  sil- 
vestre que  se  desarrolla  en 
las  márgenes  de  los  ríos  u 
otros  lugares  húmedos,  de 
hojas  compuestas  con  ho- 
juelas enteras,  coriáceas, 
elípticas  y  lustrosas  por  la 
haz,  flores  de  cuatro  pé- 
talos blancos.,  y  que  produ- 
ce la  resina  balsámica  tan 
afamada  de  su  nombre, 
utilizada  en  terapéutica  y 
en  la  confección  de  barni- 
ces. Tal  parece  que  se  tra- 
ta del  "copayero"  o  la  "co- 
paiba"  de  la  R.  A.,  pues 
sólo  se  diferencian  en  la 
familia  de  que  forman  par- 
te, si  no  hay  error  en  esto. 


(Bot.  F.  Burservceas;  esp. 
Protium  heptaphyllum, 
March.)  (Et.  Del  azteca 
copatli). 

CopaliSlo.  Cub.  m. — Árbol  in- 
dígena y  silvestre  de  me- 
dianas proporciones,  de 
madera  dura,  compacta,  fi- 
na, de  color  amarillo  ro- 
jizo con  vetas  más  obscu- 
ras. (Bot.  F.  Verbenáceas; 
esp.   Vitex  rigens,  Gr.) 

Copaliüío.  Cub.  m.- — Otro  ár- 
bol también  indígena  y  sil- 
vestre llamado  canelillo 
(1.a  acep.),  cuyo  nombre 
debiera  prevalecer,  para 
evitar  confusiones,  de  no 
ocurrir  que  haya  otros  tres 
árboles  llamados  canelülos, 
por  lo  que  no  se  evita  la 
confusión  ni  en  una  ni  en 
otra  forma.  Esta  especie  de 
copalülo  es  de  buena  ma- 
dera de  color  amarillo  ro- 
sáceo.  (Bot.  F.  Sapindáceas ; 
esp.  Thoninia  nervosa). 

Copalülo.  Cnb.  m. — Véase 
chicharroncillo  de  costa. 

CopelcSlSo.  Cub.  m.  —  Árbol 
semiparásito,  puesto  que,  a 
pesar  de  su  buena  corpu- 
lencia, necesita  el  apoyo  de 
otro  árbol,  de  hojas  ovales 
muy  obtusas  y  flores  blan- 
cas. (Bot.  F.  Clus  iáceas; 
esp.  Clusia  alba,  Lin.)' 

Copeicillo  de  manglar.  Cub. 
m. — Especie  del  árbol  an- 
terior que  se  desarrolla  en 
terrenos  cenagosos.  (Bot.  F. 
C;  esp.  Clusia  venosa,  Lin.) 

Copete.  Cub.  epic.  m.— Véa- 
se batista  (1.a  acep.). 


C0P3 


—  151  — 


CORA 


Copetuda.  Cub.  f. — La  plan- 
ta y  su  flor  amarillenta, 
descritas  por  la  R.  A.  con 
los  nombres  de  "maravi- 
lla", "clavelón"  y  "flor  de 
muerto",  nombres  los  dos 
últimos  que  también  recibe 
en  Cuba,  y  además  los  de 
clavel  de  muerto,  clavel  y 
flor  de  Indias  y  escarolada. 
Hay  una  variedad  de  flores 
rojas  llamada  chambergo. 
Véase. 

Copey.  Cub.  m.  —  Árbol  sil- 
vestre de  todo  terreno,  cu- 
ya elevación  oscila  entre 
12  y  14  metros,  de  mala 
madera,  que  produce  por 
ligera  incisión  una  especie 
de  goma  amarillenta  y  ve- 
nenosa, de  la  que  también 
participan  los  demás  ór- 
ganos de  la  planta;  tiene  las 
hojas  ovales,  algo  coriá- 
ceas, ñores  en  pinas  rojas 
o  amarillosas,  grandes,  y 
fruto  de  tamaño  de  naran- 
ja, venenoso,  que  comen  los 
murciélagos.  Otros  dicen 
cupey  por  corrupción.  Nos 
parece  que  este  árbol  es  el 
que  describe  la  R.  A.  con  el 
nombre  de  "gutagamba",  o 
al  menos,  muy  semejante. 
de  la  misma  familia.  (Bot. 
F.  Guiíferas;  esp.  Clusia 
rosea,  Lin.)  (Et.  Voz  cari- 
be, que  significaba  "brea" 
o  "chapapote"). 

Copey  bera.  Cub.  m.  —  Al- 
gunos autores,  entre  ellos 
Pichardo,  escriben  así  en 
lugar  de  copey  vera.  Sobre 
esta  incorrección,  véase  lo 


apuntado    en    la   voz    bera. 

Copey  vera.  Cub.  m.  —  Hay 
cuatro  árboles  silvestres 
semejantes  entre  sí,  que 
reciben  este  nombre  co- 
mún. Tienen  madera  dura, 
compacta,  elástica,  de  co- 
lor amarillento  rojizo,  más 
o  menos  claro.  (Bot.  F. 
Ternstremiáceas ;  esp.  prin- 
cipal :  Ternstrcemia  obova- 
lis,  A.    Rich.) 

Coqid.  Cub.  m. — Según  Za- 
yas,  "insecto  de  lugares 
pantanosos,  de  monótono  e 
incesante  chirrido".  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Coquülo.  Cub.  m. — antic. — 
Tela  blanca  y  gruesa  de  al- 
godón, que  fué  suplantada 
por  el  dril. 

Coquito.  Cub.  m.-Así  llaman 
algunos  a  la  planta  cebo- 
lleta. Véase. 

Coral.  Cub.  m. — El  árbol  co- 
ralillo. Véase. 

Coralillo.  Cub.  m.  —  Árbol 
cultivado  de  hermoso  fo- 
llaje, de  hojas  compuestas 
con  hojuelas  ovales,  lisas, 
flores  pequeñas  en  espigas, 
fruto  en  legumbre  con  se- 
millas rojas,  duras  y  lus- 
trosas, que  se  utilizan  para 
collares  y  otros  adornos,  a 
manera  de  coral.  También 
se  dice  coral,  coralín  y  co- 
ralito. (Bot.  F.  Legumino- 
sas; esp.  Adenanthera  pa- 
vonina,  Lin.)  (Et.  De  "co- 
ral".) 

Coralillo  blanco.  Cub.  m. — 
Bejuco  o  enredadera  culti- 
vada en  jardinería,   escasa 


CORO 


152   - 


COED 


y  muy  estimada  para  rami- 
lletes por  sus  flores  blan- 
cas en  espiga;  es  muy  fron- 
dosa y  florece  en  invierno. 
(Bot.  F.  Poligonáceas;  esp. 
Brunichia  cirhosa,  Gaertm.) 

Coralillo  rosado.  Cub.  m. — 
Enredadera  perenne,  abun- 
dante, cultivada  para  cer- 
cas y  emparrados,  con  flo- 
res rosadas  todo  el  año. 
(Bot.  F.  Poligonáceas;  esp. 
Antigonum  leptopus,  Eook). 

Coraüín.  Cub.  m. — El  árbol 
coralillo.  Véase. 

Coralito.  Cub.  m. — El  árbol 
coralillo.  Véase. 

Corasí.  Cub.  m.  —  Mosquito 
que  habita  en  los  bosques, 
de  cabeza  rojiza,  y  cuya 
picada  es  muy  dolor-osa, 
(Et.  Voz  caribe,  según  Za- 
yas). 

Corazón  de  cabrito.  Cub.  m. 
— Una  planta  ornament?.!. 
(Bot.  F.  Aroideas;  esp.  Ca- 
ladium  bicolor,  Vent.) 

Corcovio.  Amer.  m.-Gorrup- 
ción  de  "corcovo". 

Corcho.  Cub.  rn. — Especio  de 
colmena  hecha  del  tronco 
de"  un  árbol  ahuecado,  re- 
gularmente de  palma,  y  en 
algunos  casos  ceñido  con 
flejes  o  aros  de  hierro.  Tie- 
ne los  usos  casi. 

Corcho.  Cub.  m. -Vegetal  ex- 
clusivo de  Cuba,  del  que 
suele  verse  algún  boscaje 
en  la  región  occidental,  en- 
tre Candelaria  y  Pinar  del 
Río,  y  que  es  "represen- 
tante de  una  Flora  ya  ex- 
tinta". (Bot.  F.  Cicadáceas ; 


esp.  Mierocycas  colocoma, 
A.  D.    G.) 

*CordeL  Cub.  m.  —  Medida 
agraria  equivalente  a  414'38 
centiáreas  (no  414,  como 
asegura  la  R.  A.).  En  me- 
didas cubanas  equivale  a 
la  324*  parte  de  una  caba- 
llería, o  sean:  576  varas 
cubanas  cuadradas.  Y  en 
medida  lineal  tiene  24  va- 
ros" cubanas  (antiguamente 
eran  25),  o  sean  20'352  me- 
tros. Tiene  los  otros  usos 
castellanos. 

Cordillera  (Por).  Amer. 
mod.  adv. — antic. — Decíase 
con  respecto  al  reo  o  do- 
cumento oficial  que  se  con- 
ducía de  jurisdicción  en  ju- 
risdicción, siendo  respon- 
sable el  Juez  Pedáneo  ea 
cada  una  de  su  puntual 
conducción. 

Cordobán.  Cub.  m. — Árbol 
silvestre  que  se  desarrolla 
en  todo  terreno  hasta  cin- 
co metros  de  altura,  de 
tronco  delgado,  que  sum- 
nistra  buena  madera;  ai 
semilla  la  come  el  ganado 
porcino  y  también  algums 
aves  de  corral.  (Bot.  F.  M?- 
lastomáceas;  esp.  Miconw 
cennotkrina) . 

Cerdofeáa.  Cub.  m. — Otro  ár- 
bol silvestre  muy  distinta 
del  anterior,  puesto  qufe 
casi  es  acaule,  con  hojts 
en  rosetón,  oblongas,  li- 
neales, puntiagudas,  pur- 
púreas en  la  parte  infe- 
rior, y  flores  con  pétalos 
blancos.  (Bot.  F.  Commeli- 


C0.1N 


153 


CORO 


náceas;  esp.  Tradescantia 
discolor). 

CordobancíHo.  Cub.  m. — Es- 
pecie del  cordobán  (i." 
acep.),  que  se  diferencia 
en  ser  de  proporciones  más 
reducidas.  (Bot.  F.  Melas* 
fornáceas;  esp.  Packyanthus 
poiretii,  Gris.) 

Cordcbaacillo  de  arroyo. 
Cub.  m. — Especie  parecida 
a  la  anterior,  de  mala  ma- 
dera, que  se  desarrolla  en 
terrenos  húmedos.  (Bot.  F. 
M.;  esp.  Miconia  latvigata, 
D.  C). 

CordobancíHo  peindo.  Cub. 
m.- — Otra  especie  sin  im- 
portancia del  cordobancülo. 
(Bot.  F.  M.;  esp.  Miconia 
ibagv,ensis). 

CordobancíHo  rosado.  Cub. 
m. — Tipo  parecido  a  los 
dos  anteriores,  de  flores  ro- 
sadas. (Bot.  F.  M.;  esp. 
Conostegia  xalapensis,!^)^.) 

Cordón  cerrado.  Cub.  m. — El 
aguardiente  de  alta  gra- 
duación. Véanse  apuntado 
de  cordón  y  medio  cordón. 

Cordón  sanitario.  Común,  m. 
—Vigilancia  que  se  ejerce 
en  un  lugar  atacado  por 
alguna  epidemia,  para  im- 
pedir su  propagación. 

Cor!.  Cub.  epic.  m. — antic. — 
Primitivo  nombre  del  co- 
nejillo de  India6;  hoy  más 
conocido  por  "curiel".  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Cornuda.  Común,  epic.  f. — 
Nombre  más  común  en 
Cuba  del  temible  tiburón 
aceptado  por  la  R.  A.  con 


los  de  "cornudilla"  y  "pee 
martillo". 

Cornuda  de  corona.  Cub. 
epic.  f. — Dos  especies  her- 
manas del  tiburón  antes  in- 
dicado, que  tienen  la  cabeza 
menos  ancha,  con  la  forma 
de  martillo  casi  perdida  y 
que  alcanzan  mucho  menos 
tamaño. 

Gorofal.  Cub.  m. — Lugar  po- 
blado por  las  palmas  llama- 
das "corojos"  (aceptada 
esta  voz  por  la  R.  A.  como 
americanismo). 

Coralito.  Cub.  m.  —  fam.  — 
poco  uso. — Dícese  metafó- 
ricamente a  la  persona  o 
animal  rechonchos.  (Et. 
Diminutivo    de-    "corojo"). 

Corólo  de  Guinea.  Cub.  m. — 
Es  una  variedad  exótica  de 
la  palma  conocida  por  co- 
rojo espinoso,  o  simple- 
mente "corojo",  cual  la 
acepta  la  R.  A.  Crece  más 
ésta  y  su  fruto  abunda  más 
en  aceite  que  sus  congéne- 
res. (Bot.  F.  Palmas;  esp. 
Elais  guineensis,  Lin.) 

Corojo  de  Jamaica.  Cub.  m. 
—Especie  cuyo  tronco  pa- 
rece un  cono  invertido  des- 
de el  vientre  hasta  la  base, 
y  está  rodeado  de  anillos 
con  aguijones,  tiene  seg- 
mentos de  hojas  lineales, 
flores  en  espádice  con  la  es- 
pata  velluda,  y  el  pedún- 
culo con  aguijones  negros, 
y  fruto  en  drupa  depri- 
mida y  globosa.  (Bot.  F. 
P.  esp ;  Acrocomia  lasiospa- 
ta,  M.). 


COEO 


—  154 


COKO 


Corólo  espinoso.  Cub.  m. — 
Es  el  corojo  que  describe  la 
R.  A.,  también  conocido  con 
su  nombre  simple  en  Cuba; 
pero  esa  docta  Corporación 
lo  describe  tan  lacónica- 
mente, íjue  precisa  de  más 
detalles  por  tratarse  de  una 
muy  estimable  especie  bo- 
tánica en  Cuba.  Es  una  pal- 
ma silvestre,  que  se  eleva 
no  más  de  5  metros,  con  el 
tronco  muy  grueso  en  el 
centro,  adelgazando  hacia 
los  extremos,  a  la  manera 
de  dos  conos  unidos  por  la 
base,  cubierto,  así  como  las 
pencas,  de  aguijones  largos 
y  finos;  el  fruto,  que  lleva 
también  el  nombre  de  "co- 
rojo", es  casi  esférico,  algo 
mayor  que  una  nuez,  y  en- 
tre su  cascara  amarillenta 
y  la  semilla  (que  es  una  al- 
mendra muy  agradable,  re- 
vestida con  dura  corteza), 
hay  una  materia  blancuzca 
y  grasosa,  medicinal,  lla- 
mada aceite  o  manteca  de 
corojo;  este  fruto  se  pro- 
duce en  racimos,  y  los  ta- 
llos que  los  sostienen  cons- 
tituyen un  pasto  excelente, 
además  de  poseer  propie- 
dades medicinales  contra  el 
asma.  Con  las  pencas  se 
desarrollan  unos  filamentos 
muy  largos  y  resistentes, 
llamados  pita  de  corojo,  de 
los  que  se  hacen  buenas  so- 
gas, y,  sueltos,  se  utilizan 
para  pescar. 

Corona.  Cub.  f. — Dícese  así  a 
las  hojas  más  elevadas  en 


la  planta  de  tabaco.  Tiene 
los  usos  castellanos. 

Corona.  Cub.  f. — Nombre  de 
una  vitola  de  cigarro  puro, 
de  tamaño  corriente. 

Corona.  Cub.  adj. — Empléase 
como  sobrenombre  de  algu- 
nas especies  botánicas  o 
zoológicas,  cual  cornuda  de 
corona. 

Corona  de  la  tierra.  Cub.  f. 
— Arbusto  de  hermoso  as- 
pecto, de  ramas  y  brazos 
trígonos,  que  contienen  lá- 
tex medicinal  muy  eficaz 
para  los  callos  y  los  oídos. 
Hay  dos  especies.  (Bot.  F. 
Euforbiáceas;  esp.  princi- 
pal :  Euphorbia  trigonia, 
Haworth). 

Coronado.  Cub.  epic.  m. — 
Pez  que  suele  pasar  de  un 
metro  de  largo  y  cien  li- 
bras de  peso,  y  es  el  más 
peligroso  de  contagio  de 
ciguatera,  su  enfermedad 
endémica;  es  de  cuerpo 
alargado,  cabeza  cónica  con 
la  boca  muy  hendida,  es- 
camas finas,  de  color  verde 
pálido  muy  bonito,  con  una 
fajita  amarilla  que  parte 
de  los  ojos  y  recorre  todo 
el  cuerpo.  Hay  otra  especie 
menos  común,  más  peque- 
ña, no  tan  peligrosa  y  del 
mismo  nombre.  (Zool.  F. 
Carangidos;  esp.  Serióla  la- 
laudi.  Cuv.)  Tiene  el  uso 
castellano. 

Coronado.  Cub.  m.  —  fig.  y 
fam.  —  El  marido  a  quien 
su  esposa  es  infiel.  Equiva- 
le al  castellano  "cornudo", 


COERE 


que    en   Cuba   se   dice   ta- 
rrudo. 

Coronar.  Cub.  v.  a.  —  flg.  y 
fam. — La  acción  de  la  mu- 
jer infiel  con  respecto  al 
marido.  A  pesar  de  no  po- 
der asegurarlo,  hubiéramos 
supuesto  que  esta  acepción  i 
tiene  origen,  o  por  lo  me- 
nos uso,  en  España;  de  to- 
das suertes,  es  palabra  no 
exenta  de  gracia  y  limpie- 
za de  dicción,  que  bien  po- 
día desterrar  más  de  cua- 
tro indecentes  expresiones 
usuales  en  la  Península  y 
en  América.  Tiene  las  acep- 
ciones castellanas. 

Corone!.  Cub.  m.  —  Llaman 
así  los  muchachos  a  una 
cometa  de  papel,  de  figura 
rectangular.  Tiene  las  acep. 
caat. 

Coronel.  Cub.  m. — fig.  y  fam. 
— Dícese  festivamente  al 
marido  engañado.  (Et.  De 
coronado  (2.a  acep.)  Véase. 

Corral.  Cub.  m. — desusada. — 
Finca  grande,  con  aguada 
abundante,  destinada  a  la 
cría  de  ganado,  cuya  exten- 
sión era  de  421  caballerías, 
equivalentes  a  unas  4  leguas 
corraleras  o  36.625  corde- 
les; o  sean  5.651 '42  hectá- 
reas. También  se  decía  co- 
rral de  asiento. 

Corral  de  asiento.  Cub.  m. — 
desusada. — Véase    corral. 

Corral  de  Concejo.  Cub.  m. 
— El  que  se  destinaba  en 
cada  Concejo  para  deposi- 
tar los  animales  extravia- 
dos, que  eran  subastados  si 


en  el  término  estipulado  no 
se  presentaba  su  dueño  a 
recogerlos. 

Corral  falso.  Cub.  m. — El 
corral  pequeño  que  se  tenía 
distante  del  corral  de  asien- 
to, para  guardar  provisio- 
nalmente el  ganado,  a  fin 
de  evitar  largas  caminatas. 

Corraliílo.  Cub.  m.  —  Lugar 
destinado  a  la  cría  de  cer- 
dos, regularmente  dentro 
de  una  finca  donde  se  cría 
ganado  vacuno. 

Correccional.  Cub.  m. — Véa- 
se Juzgado   Correccional. 

Correcorre.  Cub.  m. — fam. — 
Huida  desordenada  de  gen- 
te, por  motivo  de  algúii  es- 
cándalo, alboroto  o  trage- 
dia: "Sonó  un  disparo,  y 
se  formó  tal  correcorre,  que 
no  quedó  nadie  para  con- 
tar lo  sucedido". 

Corregir.  Cub.  v.  n. — Eva- 
cuar el  vientre.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Correlativo,  va.  Cub.  adj. — 
vulg.-Suele  oirse  entre  gen- 
te inculta  en  lugar  de  "fre- 
cuente", "corriente",  "co- 
mún", en  lo  que  no  existe 
ninguna  correlación:  "Es 
muy  correlativo  que  los 
trenes  vengan  con  retraso 
en  tiempo  de  zafra".  Huel- 
ga toda  crítica. 

Correr,  Cub.  v.  n. — Partici- 
par con  júbilo  de  fiestas 
populares:  "Este  año  voy  a 
correr  los  carnavales  a  la 
Habana".  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Correrse.  Cub.  v.  ref. — fam. 


OOET 


-  156  — 


GOTO 


— Marcharse  solapadamente 
de  un  lugar:  "Jorge  se  co- 
rrió antes  de  que  le  com- 
prometieran a  cantar".  Es 
sinónimo,  en  el  mismo  fa- 
miliar estilo,  de  rajarse  y 
abrirse,  que  suenan  más  a 
vulgaridad. 

Correrse.  Cub.  v.  reí. — vulg. 
— Tener  derrames  espermá- 
ticos  nocturnos;  padecer 
espermatorrea. 

Corrida.  Cub.  f. — Véase  arri- 
buzón  (1.a  acep.),  que  es  el 
cubanismo  acep.  por  la 
R.  A,  Tiene  las  acep.  cast. 

Corrida.  Cub.  f. — Acto  de  co- 
rrerse (2.a  acep.).  Véase. 

Corromper.  Cub.  v.  a. — vulg. 
— Mover  el  vientre  de  al- 
guna persona  o  animal  por 
medio  de  purgante,  lava- 
tiva, etc. 

Cor-ruto.  Cub.  m. — En  la  re- 
gión oriental  se  dice  a  la 
matraca.  En  otras  partes 
d ícese  caraira. 

Cortadera.  Arner.  U — Hierba, 
común  en  terrenos  panta- 
nosos, de  cuyo  tallo  parten 
unas  hojas  de  borde  cor- 
tante, de  que  recibe  nom- 
bre, que  sólo  come  el  gana- 
do como  último  recurso. 
(Bot.  F.  Ciperáceas;  esp. 
Cyper<üs  olfersianus,  K.) 

Corte  Correccional.  Cub.  f. 
— Audiencia  o  juicio  para 
delitos  menores  que  se  ce- 
lebra en  un  Juzgado  Co- 
rreccional. 

Corto.  Cub.  adj.  —  fam.  — 
Véase  la  frase  4  del  Apén- 
dice. Tiene  las  acep.  cast. 


Corúa.  Cub.  epic.  f.-Ave  pal- 
mípeda  marina  de  color 
obscuro  y  carne  poco  esti- 
mada, que  describe  la  R.  A. 
con  lo»  nombres  de  "mer- 
go" y  "cuervo  marino". 
(EL  Voz  caribe,  Z&yas). 

Corúa.  Cub.  f.— vulg.  —  Df- 
cese  a  la  meretriz  de  baja 
estofa. 

Coscorrón*.  Cub.  m.  —  Espe- 
cie de  galleta  redonda,  dul- 
ce y  esponjosa.  No  tiene  el 
uso  castellano,  substituido 
en  Cuba  por  cocotazo  (1.a 
acep.). 

Cosaca.  Cub.  f. — Especie  de 
líber  o  película  que  cubre 
los  granos  de  maíz  en  las 
mazorcas.  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Gótica.  Cub.  epic.  f. — Dimi- 
nutivo de  "cotorra".  Tam- 
bién se  emplea  la  forma 
castellana. 

Cotica.  Cub.  f.— flg.  y  fam. — 
Dícese  por  "cotorrita",  a 
una  niña  muy  habladora. 

Cotia.  Arner.  m.  —  La  tela 
gruesa,  rayada  o  adamas- 
cada, que  se  emplea  para 
cortinas,  hamacas,  etc.  La 
R.  A.  acepta  "ootP.  (Et. 
Del   francés   coutil). 

Cotoaí.  Cub.  m. — Un  lienzo 
de  algodón  ordinario  y 
blancuzco.  (Et.  Corrupción 
de  cotonía. 

Cotorra.  Cub.  epic.  f. — fam. 
—Véanse  las  frases  6,  23  y 
81,  y  el  refrán  12  en  los 
respectivos  Apéndices.  Tie- 
ne los  usos  castellanos. 

Cotorrita.  Cub.  epic.  f. — Di- 


CRAV 


—  157 


CKES 


cese  al  insecto  semiesfé- 
rioo,  de  color  rojo  y  cabeza 
negra,  que  se  alimenta  de 
pulgones  y  parásitos  de  las 
plantas,  por  lo  que  resul- 
ta un  buen  defensor  del 
campesino,  y  se  conoce  en 
castellano  por  "mariquita". 

Cotorro.  Cub.  epic.  m. — Así 
llaman  algunos  al  pez  ca- 
gón. Véase. 

Cotaodo.  Cub.  epic.  nx. — Co- 
rrupción de  cotunto,  que  es 
el  cubanismo  aceptado  por 
la  R.  A.  Véase. 

*CotaEto.  Cub.  epic.  m.— "En 
Bayamo,  sijú".  Esto  dice 
la  R.  A.,  pero  es  de  adver- 
tir que  esa  voz  está  bas- 
tante generalizada  en  la  Is- 
la. Véase  cuco.  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Crápsila.  Cub.  m.  y  adj. — Dí- 
cese  a  un  individuo  del 
bampa.  Algunas  veces  se 
emplea  como  adjetivo: 
"Ramón  es  un  crápula",  o 
así:  "Ramón  es  muy  crá- 
pula". Véase  la  acep.  si- 
guiente. 

Crápula.  Cub.  f.  —  Esta  voz 
toma  forma  femenina  cuan- 
do es  nombre  colectivo; 
esto  es,  cuando  determina 
un  conjunto  de  individuos 
crápulas:  "''En  tal  barrio  bay 
mucha  crápula7'.  Carece  del 
uso  castellano. 

Crapuloso,  sa.  Cub.  adj. — 
Denota  cualidad  de  crápula. 
Véase.  "Hombre  crapulo- 
so";  "gente  crapulosa". 

Cravot  va.  Cub.  m.  y  f. — Co- 


rruptela, entre  negros,  de 
"esclavo,  va". 

Crema.  Cub.  f. — Cigarro  puro 
de  tamaño  y  forma  de  bre- 
va, pero  con  cuatro  aristas, 
que  adquiere  al  ser  pren- 
sado en  la  caja,  que  las 
contiene.  Tiene  las  acep. 
cast. 

Crequeté.  Cub.  epic.  m. — 
Ave  de  unos  25  centíme- 
tros, de  color  cenizo,  con 
manchas  verdes  en  eí  cuer- 
po y  blancas  en  las  alaa,  de 
pico  anche,  corto  y  hendi- 
do; es  diurna  y  nocturna. 
Es  sedentaria  de  Cuba  y 
emigra  en  ei  otoño  a  regio- 
nes más  cálidas.  El  nombre 
es  la  onomatopeya  de  su 
grito  molesto,  que  otros 
traducen  por  caracatey  y 
querequeté.  (Zoo!.  F.  Ca- 
priraulgida? ;  esp.  Chorde- 
tes  minar,  Cabanis). 

Crequeté.  Cub.  epic.  m. — 
Tipo  parecido  al  anterior, 
de  mayor  tamaño,  plumaje 
gris  y  rojizo.  Es  ave  de  paso 
procedente  de  América  del 
Norte,  que  sólo  se  ye  en 
Cuba  algunos  días  de  mayo 
y  octubre.  No  emite  el  gri- 
to de  la  especie  anterior. 
(Zool.  F.  €.;  esp.  Ch.  tnr~ 
ginianus,  Gmel). 

Crespo,  Cub.  m. — Bucle,  ri- 
zo ensortijado  y  pendien- 
te de  ios  niños,  que  en  Cuba 
so  conoce  más  con  el  nom- 
bre castellanizado  del  fran- 
cés "tirabuzón".  Tiene  los 
usos  cast.  de  adjetivo. 

Cresta  de  gallo.  Cub.  f. — El 


ORÍS 


158 


CUAB 


árbol     más     conocido     por 
pito.  Véase. 

Creyón,  Común  m. — El  car- 
boncillo de  dibujar,  y  no 
lápiz,  como  dicen  algunos 
diccionarios.  Es  un  galicis- 
mo muy  generalizado  y  de 
los  más  aceptables.  (Et. 
Del  francés  crayon,  lápiz). 

Cría  muerta.  Cub.  f. — Llá- 
mase cría  muerta  a  la  re- 
cién nacida,  en  los  casos  de 
venta  de  sus  padres,  con 
lo  que  trata  de  indicarse 
que  sin  figurar  en  el  com- 
promiso de  venta  con  res- 
pecto al  precio,  será  entre- 
gada al  comprador  gratui- 
tamente. No  cabe  mayor 
absurdo,  pero  ¡cualquiera 
pone  coto  a  la  manera  de 
hablar  del  pueblo!  Véanse 
las  frases  45  y  179  del 
Apéndice. 

Crinolina.  Cub.  f.— Tejido  de 
algodón,  grueso,  ralo,  re- 
gularmente blanco  o  negro, 
que  se  usa  como  entretela 
en  vestidos,  gorras,  etc.  (Et. 
Del  francés  crinoline). 

Criollo,  Ha.  Amer.  adj. -Ade- 
más de  aplicarse  a  las  per- 
sonas, cual  lo  acepta  la 
ft.  A.,  designa  en  general,  y 
particularmente  en  Flora  y 
Fauna,  cuanto  se  considera 
indígena  en  cada  país  ame- 
ricano, aunque  a  veces  no 
sea  tal. 

Cristal.  Cub.  m. — En  algunos 
lugares  orientales  se  em- 
plea en  lugar  de  "jalea", 
que  es  la  voz  usual  en  casi 


toda  la  Isla.  Tiene  las  acep. 
cast. 

Croase.  Cub.  m.  —  Tela  de 
algodón  asargada  blanca, 
que  se  usa  en  sastrería  para 
bolsillos,  etc.  (Et.  Del  fran- 
cés croisé). 

Crucen©,  ña.  Cub.  subs.  y 
adj  .-—La  persona  nacida  en 
Cruces. 

Cruceño,  ña.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  cosas  de  esa  lo- 
calidad. 

Cruceta.  Cub.  f.-Gierta  com- 
binación en  el  juego  de 
monte. 

Crucetcar.  Cub.  v.  n. — fam. 
— Pasar  una  persona  re- 
petidas veces  frente  a  una 
casa,  o  en  otro  lugar,  con 
algún  fin  determinado  o 
que  así  se  supone:  "¿Qué 
querrá  ese  señor  que  tanto 
crucetea  por  la  acera?" 

Cruceteo.  Cub.  m. — Acción  y 
efecto  de  crucetcar.  Véase. 

Crudo,  da.  Cub.  adj. — -Color 
del  lino  sin  blanquear,  algo 
más  obscuro.  Tiene  los 
usos  castellanos, 

Cruz.  Cub.  í. — fam. — Véase  la 
frase  86  del  Apéndice.  Tie- 
ne las  acep.  cast. 

Cuaba.  Cub.  f. — fam. — Nom- 
bre común  a  varios  árbo- 
les silvestres  de  cuatro  a 
seis  metros  de  elevación,  de 
cualidades  resinosas,  y  cu- 
yas varias  especies  toman 
aditamentos  particulares. 
(Et.   Voz   caribe,    Zayas). 

Cuaba.  Cub.  f. — Por  exten- 
sión, cualquiera  astilla  de 
madera,    de   fácil   combus- 


CUAB 


3  50 


CUAB 


tión  y  clara  llama,  que  sir- 
va para  alumbar  de  ca- 
mino por  la  noche. 

Cuaba  amarilla.  Cub.  f. — 
Véase   cuaba  de   costa. 

Cuaba  blanca.  Cub.  f. — Árbol 
silvestre  que  se  desarrolla 
en  terrenos  secos,  pedre- 
gosos y  quebrados  de  las 
costas,  hasta  seis  metros  de 
altura,  de  hojas  compues- 
tas de  tres  folíolos  lustro- 
sos por  la  haz,  flores  con 
cuatro  pétalos  oblongos,  y 
madera  muy  resinosa,  que 
los  campesinos  utilizan  a 
manera  de  antorcha,  por  su 
luz  clara  y  sostenida.  Tam- 
bién se  llama  palo  de  roble 
y  cuaba  de  sabana.  Es  ma- 
derable. (Bot.  F.  Rutáceas; 
esp.  Amyris  balsamifera, 
Lin.) 

Cuaba  de  costa.  Cub.  f. — 
Tipo  semejante  al  anterior, 
pero  de  folíolos  más  pe- 
queños y  fruto  parecido  a 
la  pimienta.  También  se 
utiliza  como  hacha,  espe- 
cialmente por  los  marine- 
ros, puesto  que  se  desarro- 
lla en  el  litoral,  pero  no 
tiene  luz  tan  clara,  y  des- 
pide más  humo  que  la 
blanca.  Otros  la  llaman  in- 
cienso, palo  de  incienso, 
palo  de  resina  y  cuaba 
amarilla.  (Bot.  F.  R.;  esp. 
Amyris  marítima,  Jacq.) 

Cuaba  de  Ingenio.  Cub.  í. — 
Especie  muy  diferente  de 
las  anteriores,  de  madera 
dura,  pesada,  compacta, 
amarilla  y  menos  combus- 


tible. También  se  dice  cua- 
billa.  (Bot.  F.  Euforbiáceas; 
esp.  Crotón  lucidus,  Lin.) 

Cuaba  de  monte.  Cub.  f. — • 
Tipo  parecido  a  las  cuabas 
blanca  y  amarilla,  pero  sin 
particularidades  dignas  de 
mención.  (Bot.  F.  R.;  esp. 
Amyris  plumieri,  D.  C.) 

Cuaba  de  sabana.  Cub.  f. — 
Véase  cuaba  blanca. 

Cuabal.-  Cub.  m. — Espacio  de 
terreno  arcilloso,  en  el  que 
suele  encontrarse  vetas  de 
minerales,  que  presenta 
muy  variada  coloración,  re- 
gularmente quebrado  y  de 
muy  escasa  fecundidad  ve- 
getal, aunque  sí  se  trata  de 
árboles  suelen  tener  buena 
madera.  (Et.  Voz  caribe). 

Cuabal.  Cub.  m. — Sitio  donde 
abundan  los  árboles  lla- 
mados "cuabas". 

Cuabalejo.  Cub.  m. — Dimi- 
nutivo despectivo  de  cua- 
bal (1.a  acep.) 

Cuabalero,  ra.  Cub.  adj.— 
Aplícase  al  terreno  o  tie- 
rra arcillosa,  cual  se  indi- 
ca en  la  voz  cuabal  (í.a 
acep.).  Véase. 

Cuabaiíto.  Cub,  m.  —  Dimi- 
nutivo de  cuabal  (1.a  acep.) 
Véase. 

Cuabaloso,  sa.  Cub.  adj.— 
Cualidad  de  cuabal.  Véase 
cuabalero. 

Cuabear.  Cub.  v.  a. — Alum- 
brarle con  rajas  de  cuaba 
en  pesquerías  nocturnas, 
con  la  otra  intención,  ade- 
más, de  aturdir  a  los  peces, 
para  apresarlos  mejor. 


CUAJ 


160  — 


CUAN 


Cuabüla.  Cub.  f. — Además  de 
recibir  este  nombre  la  cita- 
ba de  ingenio,  se  designa 
así  otra  especie  de  menores 
proporciones  y  escasa  im- 
portancia. (Bot.  F.  Rutá- 
ceas;  esp.  Arm/ris  sylvatica, 
Jacq.) 

CuabiUa  de  costa.  Cub.  t.~ 
Véase  cerillo  de  costa. 

Cuadra.  Cub.  f. — La  Üia  de 
casas  comprendida  entre 
dos  bocacalles.  La  Ft.  A. 
acepta  esta  voz  como  ame- 
ricana para  significar  man- 
zana de  casas,  y  esta  acep- 
ción tiene  bastante  propie- 
dad, porque  alude  a  la  for- 
ma regularmente  cuadrada 
de  las  manzanas;  pero  lo 
que  no  se  comprende  es  la 
analogía  del  cubanismo, 
que  tiene  perdido  su  valor 
substancial  de  cuadro  o 
cuadrado.  También  se  usa 
en  Colombia  mal,  por  tra- 
mo de  calle;  esto  .es:  com- 
prendiendo las  dos  aceras 
entre  dos  calles  transver- 
sales. 

Cuadrado.  Cub.  adj.  —  Aplí- 
case al  hombre  rudo  y  de 
torpes  modales.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Cuadro  de  café..  Cub.  rn. — 
Un  cafetal,  cuya  extensión 
viene  a  ser  1»  cuarta  parte 
de  una  caballería,  y  que 
comprenda  diez  mil  matas 
de  cafó  o  cafetos. 

Ooajancíllo.  Cub.  na. — Véase 
cuajaniciüo. 

Cuajaní.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre  de    apariencia   her- 


mosa, común  en  los  bos- 
ques, que  se  eleva  unos  15 
metros,  de  hojas  oblongas, 
redondeadas  en  la  base, 
lampiña-,  fruto  en  drupa, 
con  una  semilla  ovoide, 
purpúrea,  y  madera  dura, 
usada  en  carpintería  grue- 
sa. Las  hojas  exprimidas 
emiten  olor  de  almendras 
amargas.  Produce  por  inci- 
sión una  goma  parecida  a 
la  arábiga.  (Bot.  F.  Rosá- 
ceas;  esp.  Prunus  occiden- 
tales, Sw.)  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Cuaianicülo.  Cub.  m.  —  Ár- 
bol silvestre  de  madera  du- 
ra, resistente,  de  color  ama- 
rillo, que  produce  un  fruto 
parecido  a  la  guinda,  algo 
más  pequeño.  Otro3  dicen, 
quizá  con  más  propiedad, 
cuajancillo.  (Bot.  F.  Rosa- 
ceas;  esp.  Prunus  $phoero~ 
carpa,  Sw.) 

Cuajará»  Cub.  m. — "Árbol  sil- 
vestre, madera  de  construc- 
ción, que  abunda  en  Sagua 
la  Grande".  (Pichardo).  (Et. 
Voz    caribe,    según   Zayas). 

Cual atal.  Cub.  m.  —  Corrup- 
ción, entre  campesinos,  de 
cojatal.  Véase. 

Cuajo.  Cub.  m. — La  conden- 
sación del  zumo  de  la  caña 
en  los  ingenios.  Tiene  el 
uso  cast. 

CuantL  Cub.  adv. — rulg. — 
Incorrección,  entre  gente 
ignara,  del  adverbio  "cuan- 
to", particularmente  cuan- 
do se  emplea  en  la  forma 
adverbial      "cuanto     más", 


CUAR 


161  — 


CUBA 


que  suelen  decir  algunos: 
"cvtmti  más". 

Cuaresmilla.  Cub.  f. — Árbol 
de  aspecto  elegante,  de  ho- 
jas membranosas  y  muchas 
flores  rosadas,  que  toma  ese 
nombre  porque  florece  en 
la  Cuaresma.  (Bot.  F.  Li- 
trarieas;  esp.  Ginora  di- 
plusodon,  Koehne.) 

Cuaresmüla  de  paredón. 
Cub.  f.  —  La  clavellina  de 
•paredón. 

Cuaresírú'ía  espinosa.  Cub. 
f.— Véase  clavellina  espi- 
nosa. 

Cuarta»  Cub.  f. — Látigo  de 
mango  muy  corto  y  tralla 
larga  de  cuerdas,  o  tiras 
de  cuero  entretejidas  en 
forma  de  cadeneta.  Es  dis- 
tinta de  la  cuarta  mejica- 
na. Tiene  las  acep.  cast. 

Cuartería.  Común,  f. — Con- 
junto de  habitaciones  de 
una  casa:  "Está  bien  dis- 
tribuida la  cuartería  de 
esta  casa".  (Et.  De  "cuar- 
to", alcoba). 

Cuartería.  Cub.  f. — D ícese  a 
la  casa  de  vecindad. 

Cuarteta.  Cub.  f.  —  En  mu- 
chas comarcas  se  dice  así 
a  la  dieciseisava  parte  de 
una  caballería  de  tierra. 
Conserva  su  significado 
poético. 

Cuarteta.  Cub.  f. — Véase  ca- 
chucha. 

Cuartillo.  Cub.  m.  —  Moneda 
imaginaria  equivalente  a 
dos  centavos  y  medio,  o 
sean  doce  y  medio  cénti- 
mos de  peseta.  En  expre- 


sión cubana,  vale  la  mitad 
de  un  medio.  En  algún  lu- 
gar de  América  del  Sur 
existe  acuñada  una  mone- 
da de  cobre  de  ese  valor. 
Tiene  las  acep.  cast. 

Cuartón.  Cub.  m. — antic. — 
"Fracción  del  territorio  de 
un  partido  a  cargo  de  un 
Pedáneo,  denominado  "cabo 
de  ronda"  o  "de  cuartón", 
que  está  bajo  las  inmedia- 
tas órdenes  de  un  capitán 
o  teniente  del  partido  pe- 
dáneo". Según  Piehardo. 

Cuartón.  Cub.  m. — Corral  al 
aire  libre  cerrado  con  es- 
tacas o  tablas. 

Cubalibre.  Cub.  epic.  m. — 
En  algunos  lugares,  un  pa- 
jarito de  muy  lindo  plu- 
maje, que  semeja  la  bande- 
ra cubana:  azul  verdoso  y 
blanco  a  listas  con  la  gar- 
ganta roja,  y  en  cuyo  can- 
to parece  pronunciar  el 
nombre  que  lleva  por  ono- 
matopeya. 

Cubanear.  Cub.  v.  n. — fam. — 
Manifestar  carácter  alegre, 
frivolo,  dicharachero,  con 
sus  ribetes  de  informali- 
dad. Es  voz  que  no  sale  de 
otros  labios  que  los  crio- 
llos, y  que  dice  muy  poco 
en  favor  de  su  Patria,  de 
cuyo  nombro  deriva  la  voz. 

Cubaneo.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Acción  y  efecto  de  cuba- 
near. Véase. 

Cubanicú.  Cub.  m.  —  Planta 
silvestre,  cuyas  hojas  se- 
cas y  pulverizadas  tienen 
virtudes  terapéuticas   para 


11 


CUBE 


—  162 


CUCA 


llagas  y  úlceras.  (Et.  Voz 
caribe,  Z&yas). 

Cubanismo.  Cub.  m. — Voca- 
blo o  frase  propios  de 
Cuba. 

Cubanismo,,  Cub.  m. — Afición 
o  simpatía  por  la  cosas  de 
Cuba. 

Cubanizar,  se.  Cub.  v.  a.  y 
ref. — Tomar  caracteres  o 
apariencias  cubanas,  las 
personas  o  las  cosas.  Cuan- 
do se  refiere  a  las  perso- 
nas se  dice  aplatanarse,  fa- 
miliarmente. 

*  Cubano,  na.  Cub.  subs.  y 
adj. — Los  naturales  de  Cu- 
ba. Véanse  los  refranes  4 
y  5  del  Apéndice. 

*Cubano,  na.  Cub.  adj.  — 
Aplícase  a  cosas  de  Cuba. 

Cubano,  na.  Cub.  subs.  y  adj. 
— antie. — Las  personas  na- 
cidas en  Santiago  de  Cuba. 
Hoy  se  dice  generalmente 
y  con  muy  buen  acierto, 
santiaguero,  va. 

Cubano,  na.  Cub.  adj.-antic. 
— Aplicábase  a  cosas  de  esa 
ciudad. 

Cubera.  Cub.  epic.  f.  —  Pez 
que  alcanza  hasta  un  me- 
tro de  largo  y  50  kilogra- 
mos de  peso,  de  cabeza 
comprimida,  con  el  hocico 
corto,  boca  hendida  hasta 
debajo  de  los  ojos,  y 
caninos  muy  desarrollados, 
de  color  pardo  morado,  al- 
go blancuzco  en  el  vientre, 
con  visos  dorados  en  las 
escamas,  y  cola  en  figura 
de  media  luna.  Se  parece 
algo    al    caballerote,    pero 


éste  es  más  chico.  Es  de 
carne  suave  y  muy  subs- 
tanciosa, sin  peligro  a  la 
ciguatera,  a  pesar  de  su  ta- 
maño grande.  (Zool.  F.  Lu- 
tianidce;  esp.  Neomcenis 
ciánopterus,  Cuv.)  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Cubereta»  Cub.  epic.  f. — Dí- 
cese  a  la  cubera  joven,  muy 
semejante  al  caballerote. 
con  el  que  algunos  la  con- 
funden. 

Cubiche.  Cub.  subs.  común, 
y  adj.— fam. — Dícese  festi- 
vamente por  cubano,  na  (1.a 
y  2.a  acep.)  y  por  criollo, 
lia. 

Cucaracha.  Cub.  f. — En  Ba- 
racoa, una  especie  de  he- 
lecho  silvestre.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Cucaracha.  Cub.  f.  —  En  al- 
gunas comarcas  dicen  así  a 
la  flor  de  la  bayoneta,  por 
su  figura  y  mal  olor. 

Cucaracha  verde,  Cub.  f. — 
Véase  cucarachita  verde. 

Cucaraehear.  Cub.  v.  n. — 
vulg. — poco  uso. — Hacerse 
el  interesante  con  una  mu- 
jer a  quien  se  pretende 
enamorar.  Sinónimo  en  más 
aceptable  lenguaje:  mari- 
posear. 

Cucarachero,  ra.  Cub.  adj. — 
fam. — Aplícase  a  la  persona 
muy  enamoradiza.  Véase 
cucaraehear.  También  se 
dice,  con  más  frecuencia  tal 
vez,  encarachan,  na. 

Cucarachita  verde.  Cub.  f. — 
Insecto,  especie  de  cucara- 
cha, algo  más  pequeña,  de 


CUCA 


163  — 


creo 


color  verde,  que  suele  en- 
contrarse entre  maderas 
podridas,  "y  tiene  la  asom- 
brosa particularidad — dice 
Pichardo — que  partiéndose 
o  quemándose  la  cabeza, 
estando  preñada,  sale  in- 
mediatamente un  sinnúme- 
ro de  cucarachiias".  (Zool. 
F.  Blattidos;  esp.  Blatta  vi- 
re scens,  Burm.) 

Cucarachón.  Amer.  epic.  m. 
— Tipo  de  la  cucaracha 
americana,  de  tamaño  ma- 
yor, que  oscila  entre  5  y  6 
centímetros,  de  repugnan- 
te aspecto.  Tiene  élitros 
coriáceos  y  alas,  sin  órga- 
nos adhesivos  entre  las 
uñas,  y  con  un  dibujo  en 
el  protórax  en  figura  de  ca- 
lavera, por  lo  que  suele  po- 
nérsele por  sobrenombre 
del  divino  rostro.  (Zool.  F. 
Blattido?;  esp.  varias  del 
género  Blaberus). 

Cucarachón.  Amer.  epic.  m. 
— Tipo  de  cucaracha  ame- 
ricana de  parecido  tamaño 
al  anterior,  pero  de  más  re- 
pulsivo aspecto  aún.  Tiene 
ei  cuerpo  muy  aplastado, 
con  alas  rudimentarias  o 
atrofiadas  y  el  protórax  se- 
micircular; con  órganos 
adhesivos  entre  las  uñas,  y 
vive  debajo  de  las  piedras. 
(Zool.  F.  B.;  esp.  varias  del 
género  Euryc  o  tis  ) . 

Cucarachón  dei  coco.  Cub. 
epic.  m. -Reciben  este  nom- 
bre dos  especies  de  escara- 
bajos, temibles  enemigos 
del  coco  o  cocotero.  Tienen 


figura  oblonga,  cuerpo  ro- 
llizo, de  color  negruzco  bri- 
llante, con  vellos  en  la  par- 
te inferior.  El  macho  de 
una,  tiene  tres  cuernos  en 
el  protórax;  el  de  la  otra 
especie,  sólo  tiene  uno  con 
dos  eminencias  laterales. 
Las  hembras  carecen  de 
cuernos,  y  es  de  mayor  ta- 
maño y  algo  rojiza  la  del 
primero.  Atacan  los  coco- 
teros de  tronco  enfermo  y 
también  los  de  tierno  des- 
arrollo, en  cuyo  tronco  pe- 
netran por  la  raíz,  delatán- 
doles estas  incursiones  el 
montoncillo  de  tierra  que 
forman  al  escarbar  la  cue- 
va. (Zool.  F.  Scarabeidce ; 
esp.  respectivas:  Strategus 
anachoreta  y  S.  titanus). 

Cucarachón  del  divino  ros- 
tro. Cub.  m. — Véase  cuca- 
rachón (1.a  acep.) 

Cucarachón,  na.  Cub.  adj. — • 
Igual  que  cucarachero,  ra. 
Véase. 

Cuco.  Cub.  epic.  m. — Peque- 
ña ave  no  afín  a  la  de  este 
nombre  de  Europa.  Es  noc- 
turna y  rapaz,  de  color  par- 
do obscuro,  con  la  cabeza 
blanca  y  manchas  de  este 
color  en  las  alas  y  lomo,  las 
patas  amarillas  con  los  tar- 
sos implumes,  y  los  ojos 
casi  negros.  Vive  en  los 
huecos  de  los  árboles,  y 
antes  de  abandonar  el  nido 
emite  un  canto  de  donde 
toma  nombre.  Tiene  los 
nombres  de  cotunto  (acep- 
tado por  la  R.  A.),  cucubá. 


CUCHU 


—  164  — 


CÜER 


sijú  cuco  y  sijú  colunia, 
sijú,  de  menor  tamaño,  qua 
también  existe  en  Cuba, 
estos  dos  últimos  para  di- 
ferenciarla del  verdadero 
(Zool.  F.  Strigidce;  esp. 
Gymnasio  lawrenci,  Sel.) 

Cucubá.  Cub.  epic.  m. — Así 
dicen  algunos  al  ave  cuco. 
Véase.  (EL  "Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Cucuy  ero.  Cub.  f. — Igual  que 
cocuyera.  Véase. 

Cuchareta.  Cub.  epic.  f. — 
Especie  de  pato  salvaje  que 
tiene  la  extremidad  del  pi- 
co ancha  y  aplastada,  de  lo 
que  toma  nombre,  por  la 
semejanza  con  una  cucha- 
ra, de  plumaje  pardo  por 
el  lomo,  matizado  de  blan- 
co, gris  y  verde;  blanco  por 
el  pecho,  algo  violáceo  por 
el  vientre,  y  cuello  y  ca- 
beza verdes  con  brillo,  más 
obscuro  en  el  macho.  Es 
ave  de  paso  que  viene  de 
América  del  Norte  en  sep- 
tiembre y  se  va  en  abril. 
(Zool.  F.  Anátidas;  esp.  Anas 
clypeata.) 

Cucharilla.  Cub.  f. — En  Ba- 
racoa, le  dicen  así  al  árbol 
frijolillo  (2/  acep.)   Véase. 

Cuchilla.  Cub.  f. — Dícese  ge- 
neralmente al  cortaplumas. 
Apenas  tiene  uso  oon  las 
acep.  cast. 

Cuchilla.  Amer.  f. — Montaña 
o  sierra  escarpada  y  que 
termina  en  filo  o  cresta. 

Cuchuflí.  Cub.  m.  —  fam.  — 
antic. — Lo  mismo  que  "ca- 
labozo "    "cárcel". 


Cuerazo.  Amer.  m.  —  Golpe 
dado  con  el  látigo  llamado 
cuero   (i."   acep.)    Véase. 

Cuerda  de  lefia.  Cub.  i. — 
Véase  cajón  de  leña. 

Cuerear.  Amer.  v.  a.  —  Cas- 
tigar con  látigo  llamado 
cuero  (1.*  y  2.a  acep.)  Tam- 
bién se  dice  dar  cuero:  "Un 
padre  que  da  mucho  cuero 
a  sus  hijos".  "Ayer  cue- 
rearon a  Juan". 

Cuerear.  Cub.  v.  n. — muy 
vulg. — Visitar  casas  de  le- 
nocinio. Véase  cuero  (3.a 
acep.) 

Cueriduro,  ra.  Cub.  adj. — 
fam. — Lo  mismo  que  "des- 
carado", "desfachatado". 
(Et.  De  "cuero"  [piel]  y 
"duro"). 

Cuero.  Amer.  m.  —  Látigo 
tosco  usado  por  arrieros  y 
campesinos,  parecido  a  la 
cuarta,  con  un  remate  de 
cordel  con  nudos  (que  en 
Cuba  se  llama  pajuela)  al 
extremo  de  la  tralla.  Véase 
la  frase  231  del  Apéndice. 
Tiene  las  acep.  cast. 

Cuero.  Cub.  m. — Por  exten- 
sión de  la  voz  anterior,  dí- 
cese en  Cuba  a  todo  instru- 
mento de  castigo  a  manera 
de  disciplina. 

Cuero,  Cub.  m. — fam. — Dí- 
cese despectivamente  a  una 
meretriz. 

Cuero.  Cub.  m. — Reciben  este 
nombre  varias  especies  de 
árboles,  de  hojas  coriáceas, 
rígidas,  que  toman  adita- 
mentos particulares,   como 


CTJER 


165 


CTJJE 


se  verá  a  continuación. 
Todas  son  maderables. 

Cuero  de  hojas  grandes. 
Cub.  m. — Especie  indicada 
en  su  nombre.  También  se 
llama  guayabito  y  guaya- 
bito  de  costa.  (Bot.  F.  Ru- 
biáceas; esp.  Guettarda  ca- 
iypttrata,  A.  Rich.) 

Caero  de  hojas  medianas. 
Cub.  m. — Tipo  que  se  ca- 
racteriza cual  su  nombre 
indica.  (Bot.  F.  R.;  esp.  G. 
macrocarpa,  Gris.) 

Cuero  de  hojas  menudas. 
Cub.  m. — Tipo  cuya  va- 
riante única  está  indicada 
en  su  nombre.  (Bot.  F.  R.; 
esp.  G.  hololeucawrig.) 

Cuero  de  sabana.  Cub.  m. — 
Especie  que  se  desarrolla 
en  terrenos  áridos,  sin  no- 
tables caracteres  propios. 
(Boí.  F.  R.;  esp.  G.  elíptica, 
Sw.) 

Cuero  duro.  Cub.  m. — Espe- 
cie la  más  apreciada,  de 
cinco  a  seis  metros  de  altu- 
ra, de  madera  dura,  com- 
pacta, de  color  ceniciento. 
(Bot.  F.  R.;  esp.  G.  rígida,  A. 
Rich.) 

Cuero  verde.  Cub.  m. — Dí- 
cese  al  de  la  res,  recién 
desprendido  de  la  carne. 

Cuerno,  a.  Cub.  adj. — vulg. 
— Lo  mismo  que  cneridu- 
ro, ra:  "descarado,  da". 
Gomo  esta  voz  apenas  se 
deja  oir  fuera  del  vulgo, 
casi  nunca  se  oye  su  forma 
propia  terminada  en  idu- 
ro,  idura. 


Cuíco,  ca.  Cub.  adj.  —  vulg. 
— desusado. — Aplícase  bur- 
lescamente a  los  mejicanos 
inmigrantes  de  humilde 
presencia. 

Cuisa.  Cub.  f. — Pequeña  pa- 
leta hecha  de  yagua,  des- 
tinada para  tostar  el  casa- 
he.  (Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Cujabo.  Cub.  m. — Lugar  don- 
de abundan  los  cujes.  (Et. 
De  cu  je,  caribe). 

Cujate.  Cub.  m. — Así  dicen 
algunos  por  cójate.  Véase. 

Cujay.  Cub.  m. — desusada. — 
Especie  de  trapiche  peque- 
ño, antiguo,  a  semejanza  de 
balancín,  con  una  maza  al 
extremo  para  machacar  la 
caña  de  azúcar.  (Et.  Voz 
caribe). 

Cujazo.  Cub.  m. — Golpe  dado 
con  un  cuje  (2.a  acep.) 

Cuje.  Cub.  m. — Arbusto  que 
se  desarrolla  en  terrenos 
pedregosos  y  estériles,  de 
tallos  delgados,  lisos,  rec- 
tos y  altos,  empleados  para 
encujar.  Abunda  en  la  cos- 
ta. (Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

*Cuje.  Cub.  m. — Por  exten- 
sión de  la  voz  anterior,  dí- 
cese  a  cualquier  tallo  vege- 
tal delgado,  recto  y  alto.  De 
estas  varas,  hay  un  enor- 
me consumo  en  Cuba  para 
secar  las  hojas  de  tabaco, 
después  de  la  recolección, 
cosa  que  se  efectúa  colo- 
cando los  cujes  horizontal- 
mente,  y  sobre  ellos  en 
mancuernas  las  hojas  de 
tabaco.  Algunos  dicen  cuje 


CUJÍ 


—  166 


CULA 


de  tabaco  muy  correcta- 
mente cuando  tiene  este 
empleo,  para  evitar  confu- 
siones. La  R.  A.  al  aceptar 
este  cubanismo,  sólo  se  re- 
fiere a  este  empleo  del  cu  je, 
y,  ciertamente,  incurrien- 
do en  error;  pues  los  palos 
que  se  clavan  en  la  tierra 
para  sostener  el  cuje  no 
reciben  este  mismo  nom- 
bre; y  además,  el  empleo 
principal  del  cuje  no  está 
en  sostener  las  mancuer- 
nas en  las  tierras  donde  se 
cultivó  el  tabaco,  que  se 
trata  de  unos  días,  y  sí 
dentro  de  las  casas  de  ta- 
baco, donde  se  tiene  sema- 
nas en  esa  misma  forma. 
Véase  la  frase  248  del 
Apéndice. 

Cujeado,  da.  Cub.  adj. — fig. 
y  fam. — Equivale  a  decep- 
cionado, experimentado  por 
las  contrariedades  de  la 
vida,  pero  no  vencido : 
"Fulano  es  hombre  cujeado 
en  cuestiones  de  amor". 
Se  puede  asegurar  que  ape- 
nas ha  tenido  empleo  esta 
voz  en  lenguaje  natural, 
como  no  sea  en  funciones 
de  p.  p.  de  cujear  (1.a  acep). 

Cujear.  Cub.  v.  a. — Poco  uso. 
— Pegar  con  un  cuje  (2.a 
acep.)  También  se  dice  dar 
cuje. 

Cujear.  Cub.  v.  a. — fig.  y  fam. 
—  poco  uso.  —  Reprender, 
amonestar. 

Cují.  Cub.  m.  —  antic.  —  El 
aromo  amarillo.  Véase.  (Et. 
Voz  caribe,  según  Zayas). 


Cujito.  Cub.  m. — fig.  y  fam. 
- — poco  uso. — Dícese  a  la 
persona  alta  y  flaca.  Tiene 
uso  como  diminutivo  de 
cuje  (2.a  acep.) 

Culantrillo.  Cub.  m.  —  Ade- 
más de  recibir  este  nombre 
el  helécho  medicinal  más 
conocido  con  el  nombre 
castellano  de  "doradilla", 
hay  otros  que  son  el  ver- 
dadero "culantrillo"  o  "ci- 
lantrillo"  de  Europa  y 
América,  cuyas  distintas 
especies,  semejantes  todas, 
reciben  en  Cuba  las  deno- 
minaciones que  pueden 
verse  a  continuación. 

Culantrillo  de  hojas  anchas. 
Cub.  m. — Especie  indicada 
en  su  sobrenombre.  (Bot. 
esp.  Adianthum  macrophy- 
llum,  Sw.) 

Culantrillo  de  monte.  Cub. 
m. — Especie  que  se  des- 
arrolla en  terrenos  secos. 
(Bot.  esp.  Ad.  trapeziforme, 
Lin.) 

Culantrillo  sedoso.  Cub.  m. 
—Especie  velluda.  (Bot. 
esp.  Ad.  sericeum,  Eaton.) 

Culantrillo  triangular.  Cub. 
va. — (Bot.  esp.  Ad.  deltoi- 
deum,  Sw.) 

Culantrillo  velludo.  Cub.  m. 
— Indicado  en  su  nombre. 
(Bot.  esp.  Ad.  villosum, 
Lin.) 

Culantrillo  verde.  Cub.  m. — 
(Bot.  esp.  Asplenium  rhi- 
zophyllum). 

Culantro  cimarrón.  Cub.  m.- 
Tipo  del  cilantro  o  culan- 


CU  LE 


167  — 


CULI 


tro  común  que  se  desarro- 
lla silvestre  en  los  lugares 
húmedos,  extendiéndose  en 
apariencia  de  colcha  verde; 
con  hojas  oblongas,  denta- 
das, ásperas,  apreciadas 
como  especia  para  caldos  y 
guisos  por  sus  cualidades 
de  apetente  y  medicinal, 
aromática,  con  florecillas 
blanquecinas  en  espigas. 
También  se  llama  yerba  de 
sapo,  culantro  sabanero  y 
de  Cartagena.  Otros  dicen 
"cilantro"  en  lugar  de  "cu- 
lantro", que  es  forma  tam- 
bién aceptada  por  la  R.  A. 
(Bot.  F.  Umbelíferas;  esp. 
Eryngium    fa?tidum,    Lin). 

Culantro  de  Cartagena.  Cub. 
m.  —  Véase  culantro  ci- 
marrón. 

CuEantro  de  España.  Cub. 
m. — La  especie  propia  de 
la  Península,  que  se  cultiva 
en  Cuba,  y  es  la  única  des- 
crita por  la  R.  A. 

Culantro  sabanero.  Cub.  m. 
— Véase  culantro  cimarrón. 

Culata.  Cub.  f.— Pared  late- 
ral de  un  edificio.  Tamaño 
barbarismo  no  merece  co- 
mentarios. Tiene  los  usos 
castellanos. 

Culebra.  Cub.  f.  —  antic.  — 
Cierto  baile  indecoroso  de 
la  gentualla.  Tiene  las 
principales  acep.  cast.  Véa- 
se la  frase  111  del  Apén- 
dice. 

Culebrita  ciega.  Cub.  epic. — 
f. — Especie  muy  pequeña 
de  culebra,   pues  que  sólo 


mide  unos  25  centímetros, 
de  color  grisáceo  pálido 
con  puntos  negros,  y  una 
faja  amarilla  en  la  parte 
inferior,  la  cabeza  también 
amarillenta  y  aparente- 
mente sin  órganos  visuales, 
de  donde  toma  nombre. 
(Zool.  esp.  Amphisbama 
punctada) . 

Culebrita  de  crin.  Cub.  epic. 
f. — Especie  que  alcanza  un 
tamaño  de  25  centímetros, 
del  grueso  de  una  cerda  de 
caballo,  que  se  cría  en 
charcos,  de  color  castaño. 
Es  creencia  popular,  que  si 
se  abandona  en  agua  dul- 
ce una  cerda  de  caballo,  sin 
separarle  la  raíz  o  cepa,  a 
los  dos  o  tres  días  se  con- 
vierte en  una  culebrita  de 
crin,  que  el  vulgo  llama 
impropiamente  cativo,  nom- 
bre que  también  aplica  a 
otra  culebrilla  que  según 
él,  se  forma  en  iguales 
circunstancias  con  un  ner- 
vio de  yagua.  (Zool.  esp. 
Gordio   acuático) . 

Culebrita  de  cuatro  patas. 
Cub.  epic.  f. — Reptil,  espe- 
cie de  lagartija,  con  cuatro 
patas  y  cuerpo  parecido  a 
una  culebrita,  de  unos  25 
centímetros  de  largo  y  co- 
lor de  tabaco. 

Culeco,  ca.  Amer.  adj. — vulg. 
— Corrupción  de  "clueco, 
ca",  entre  gente  rústica. 

Culipandear.  Cub.  v.  n.-fam. 
— Emplear  falsas  promesas 
o  evasivas  con  una  perso- 


CUMB 


168  — 


CUPI 


na:  "Ningún  hombre  debe 
culipandear,  sino  decir  las 
cosas  como  son".  (Et.  De 
"culo"  y  "pandear"). 

Culipandeo.  Cub.  m. — fam. — 
Acción  y  efecto  de  culipan- 
dear: "Juan  nunca  prome- 
te nada;  siempre  anda  con 
culipandeos'. 

Culipandeo.  Cub.  m. — fig.  y 
vuíg. — Confusión,  desorden, 
escándalo.  "Se  formó  un 
culipandeo  en  el  parque,  y 
se  acabó  el  paseo". 

Culo.  Cub.  m. — muy  vulg. — 
En  soez  lenguaje,  dícese  a 
las  partes  pudendas  de  la 
mujer.  Tiene  las  acep.  de 
la  R.  A. 

Culona.  Cub.  f. — "En  el  jue- 
go del  monte,  es  lo  contra- 
rio del  guanajay,  que  lla- 
man otros  contraguana- 
jay",   dice    Pichardo. 

Cultivo  menor.  Cub.  m. — El 
de  frutos  de  huerta.  Díceso 
para  diferenciarlo  del  de 
caña,  tabaco  y  oíros  de  más 
importancia  agrícola  y  co- 
mercial. 

Cumbancha.  Cub.  f. — vulg. — 
Lo  mismo  que  "juerga", 
diversión  poco  ordenada. 
Realmente  es  de  esas  vo- 
ces que  toman  acepciones 
a  capricho  del  que  las  em- 
plea. De  esta  voz  se  ha  for- 
mado el  consiguiente  verbo 
cumbanchear  o  curaban- 
char. 

Cumbanchar.  Cub.  v.  n. — 
vulg. — Véase  cumbancha. 

Cumbanchear.  Cub.  v.  n. — 
vulg. — Véase  cumbancha. 


Cumbancheo.  Cub.  m. — vulg. 
— Acción  y  efecto  de  cum- 
banchar  o  cumbanchear. 
Véase. 

Cémbiia.  Cub.  común. — vulg. 
— Equivale  entre  la  plebe  a 
camarada,  compañero  y 
amigo  de  confianza,  ya  sea 
mujer  u  hombre. 

Cumbrera.  Cub.  f. — La  viga 
más  elevada  sobre  la  que 
descansan  ¡as  dos  vertien- 
tes de  un  tejado.  Véase  so- 
brecumbrera.  (Et.  Del  cast. 
antic.  "cumbrera",  hoy 
cumbre"). 

Cuna.  Cub.  i. — antic. — Re- 
unión de  gentuza  en  alguna 
casucha,  para  bailar  y  di- 
vertirse. Tiene  las  acep. 
cast. 

Cundango.  Cub.  m. — vulg. — 
Lo  mismo  que  sodomita  o 
maricón. 

Cundeamor.  Cub.  m.-La  en- 
redadera americana  que 
describe  la  R.  A.  en  "bal- 
samina". 

Cunee©.  Cub.  m. — vulg. — Co- 
rrupción, entre  campesi- 
nos, de  conuco,  que  es  el 
cubanismo  aceptado  por  la 
R.  A. 

Cuüo.  Cub.  m. — fam. — Véase 
la  frase  133  del  Apéndice. 

Cupé.  Cub.  m. — Véase  quina 
del  país. 

Cupido.  Cub.  m. — En  Villa- 
clara,  "un  arbusto  silves- 
tre, común  en  las  márge- 
nes de  los  arroyos  princi- 
palmente, de  aspecto  pre- 
cioso por  la  finura  de  sus 


CU  KA 


169 


CURB 


hojas  y  sus  ílorecitas  mo- 
radas de  cinco  pétalos  es- 
trellados y  apiñados  como 
la  alstruemia,  a  quien  de 
lejos  se  asemejan.  Las  hay 
también  amarillas".  Esto 
dice  Pichardo. 

Cuqueador,  ra.  Cub.  adj. — 
fam. — Aplícase  a  la  perso- 
na aficionada  a  cuquear. 
Véase. 

Cuqueadura.  Cub.  f.  fam. — 
Véase  cuqueo. 

Cuquear.  Cub.  v.  a. — fam. — 
Empléase  por  "azuzar", 
"provocar":  "No  cuquees 
al  perro,  que  te  puede  mor- 
der". "José  gusta  de  cu- 
quear a  los  muchachos  para 
verles  reñir  y  pegarse".  (Et. 
Del    cast.    antic.    "cucar"). 

Cuqueo.  Cub.  m.  —  fam. — 
Acción  y  efecto  de  cu- 
quear. También  se  dice  cu- 
queadura. 

Curafoara.  Cub.  f. — Según  el 
Dr.  Gundlach,  citado  por 
Pichardo,  dícese  a  un  ár- 
bol en  Baracoa. 

Cniralaya.  Cub.  f. — En  la  re- 
gión oriental  se  dice  así  a 
un  árbol  que  se  desarrolla 
en  terrenos  húmedos.  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Curamagüey.  Cub.  m. — Be- 
juco, o  enredadera  trepa- 
dora, de  tallos  y  pedúncu- 
los peludos,  y  como  de  cua- 
tro centímetros  de  largo  los 
primeros,  de  flores  grandes 
con  la  corola  retorcida,  y 
en  cimas.  Es  considerada  la 
planta    más    venenosa    de 


Cuba,  tanto  que,  pulveri- 
zado el  tallo  y  mezclados 
los  polvos  con  carne,  se  usa 
para  matar  los  perros  jí- 
baros. Las  hojas,  sin  em- 
bargo, las  pasta  el  ganado 
vacuno.  El  curamagüey 
blanco  y  el  común  son  dos 
especies  muy  aproximadas 
a  ésta.  (Bot.  F.  Asclepia- 
deas;  esp.  Marsdenia  clau- 
sa,  R.  Br.)  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Curamagüey  blanco.  Cub. 
m. — Véase  curamagüey. 

Curamagüey  común.  Cub.  m. 
— Véase  curamagüey. 

Curamagüey  de  costa.  Cub. 
m. —  Véase   bejuco   leñoso. 

Curamagüey  prieto.  Cub.  m. 
— Véase  bejuco  prieto. 

Cúrbana.  Cub.  f. — Árbol  sil- 
vestre, cuya  elevación  es 
muy  varia,  entre  4  y  14 
metros,  de  hojas  espatula- 
das,  angostas  por  la  base 
y  redondas  luego,  con  bri- 
llo por  la  haz,  flores  abun- 
dantes, de  color  violeta 
con  anteras  amarillas,  en 
corimbos  terminales,  fruto 
en  baya  ovalada,  negra,  con 
semillas  también  negras 
brillantes,  que  comen  los 
cerdos,  y  de  su  madera  se 
construyen  arados,  con  es- 
pecialidad. De  este  árbol  se 
obtiene  una  canela  pare- 
cida a  la  de  Ceilán,  pero 
menos  estimable,  por  lo 
que  también  se  dice  canela- 
blanca  al  árbol  y  al  pro- 
ducto,  en   algunos   lugares. 


CURRO 


170   — 


CUTR 


(Bot.  F.  Lauráceas;  esp. 
Canella  alba,  Murr.)  (Et. 
Voz   caribe,   según   Zayas). 

Cúrbana  macho.  Cub.  f. — El 
árbol  carmoní.  Véase. 

Cúrcuma.  Cub.  f.— La  plañía 
más  conocida  por  lleven. 
Véase.  (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Cureña.  Cub.  f. — fam. — Véa- 
se la  frase  39  del  Apén- 
dice 

Curie!,  la.  Cub.  m.  y  f. — El 
conejillo  de  Indias,  llamado 
cobaya,  curia,  cuy  y  curí 
en  otros  países  america- 
nos, siendo  el  último  nom- 
bre el  que  le  daban  tam- 
bién los  indios  de  Cuba. 
Mamífero  parecido  al  co- 
nejo, pero  de  menor  ta- 
maño, dócil,  doméstico,  de 
piel  suave,  cuya  coloración 
varía  mucho,  desde  el  ne- 
gro hasta  el  blanco,  pa- 
sando por  el  cervuno  y 
mezclándose  los  tres  en 
ocasiones;  carece  de  rabo, 
tiene  la  patas  muy  cortas, 
con  cuatro  dedos  las  delan- 
teras y  tres  las  traseras. 
(Zool.  F.  Subungulata;  esp. 
Cavia  cobaya,  Schreb.).  (Et. 
Del  caribe  corí). 

Curiela.  Cub.  i. — flg.  y  fam. 
— Dícese  a  la  mujer  muy 
paridora,  recordando  la  no- 
table fecundidad  de  la  hem- 
bra del  curiel. 

Curro,  rra.  Cub.  m.  y  f. — 
Dícese  a  la  persona  nacida 
en  Andalucía.  No  tiene  la 
acep.  cast. 


Curujey.  Cub.  va.  —  Reciben 
este  nombre  varias  plantas 
parásitas  que  se  desarrollan 
en  los  troncos  de  los  árbo- 
les, principalmente  en  las 
ceibas.  Algunas  tienen  ho- 
jas largas  y  cortantes,  en 
figura  de  cortas  espadas;  de 
flores  muy  variadas,  y  al- 
gunas bellas,  que  toman 
nombre  particular,  como 
flor  de  incienso,  flor  de  San 
Juan,  rosadas,  flor  de  San 
Pedro,  moradas,  y  cagadilla 
de  gallina,  amarillas  con 
manchas  prietas.  (Bot.  F. 
Bromeliáceas  unas,  y  otras 
F.  Orquídeas).  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

*Cusubé.  Cub.  va. —  "Dulce 
seco,  hecho  de  almidón  de 
yuca,  con  agua,  azúcar  y  a 
veces  huevos,  de  que  for- 
man bollitos".  (Et.  Voz  tai- 
na, según  la  R.  A.,  y  pro- 
bablemente caribe,  según 
Zayas). 

Cusubey.  Cub.  va. — Corrup- 
ción rústica  de  cusubé,  que 
es  el  cubanismo  aceptado 
por  la  R.  A. 

Cutara.  Cub.  f.  —  De  algún 
uso  en  la  región  oriental, 
por  "chinela"  o  "chancle- 
ta". (Et.  Voz  caribe,  según 
Zayas). 

Cutarazo.  Cub.  va.  —  Golpe 
dado  con  una  cutara.  Véa- 
se. 

Cutre.  Cub.  va. — Lienzo  blan- 
co y  ordinario  de  algodón, 
de  consumo  extraordinario 
entre  gente  pobre  para  ca- 


CUYU 


171 


CUYU 


misas  de  mujer,  sábanas, 
etc.  No  tiene  el  uso  caste- 
llano. 

Cuya.  Cub.  m. — Véase  jocu- 
ma  blanca.  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas) . 

Cuyují.  Cub.  m. — Especie  de 


pedernal  blanquecino  y 
muy  duro,  que,  como  el 
verdadero,  también  produ- 
ce chispas  por  choque  o 
roce.  Algunos  dicen  piedra 
de  candela.  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 


CHAMA 


172 


CHAME 


GH 


Chabisnazo.  Cub.  m.  —  des- 
usada.—  "Mancha  de  otro 
color,  negro  regularmente, 
y  hecha  de  golpe  a  lo  lar- 
go". (Pichardo). 

Chacona.  Cub.  m. — Tela  de 
algodón  transparente,  algo 
engomada,  regularmente 
blanca.  (Et.  Del  francés  ja- 
conas). 

Chagareta.  Cub.  f.  —  Palma 
conocida  más  por  palma 
cana   de   monte.   Véase. 

Chagra.  Cub.  f. — El  cilindro 
de  acero  que  se  usa  en  al- 
gunos oficios  para  afilar  las 
herramientas.  (Et.  Corrup- 
ción de  "chaira",  su  nom- 
bre castellano). 

Chagré.  Amer.  m.  —  desusa- 
da.— Dícese  a  la  piel  cono- 
cida por  "tafilete".  (Et.  Del 
francés   chagrín) . 

Chagrén.  Amer.  m. — Corrup- 
ción de  la  voz  anterior 
(véase),  desusada  como  ella. 

Chamarín.  Cub.  epic.  m. — El 
pajarillo  conocido  en  cas- 
tellano por  "chamariz", 
del  que  es  corrupción, 
también  llamado  en  Cuba 
chirriador. 


Chambelona.  Cub.  f. — Nom- 
bre afro-cubano  de  una  to- 
nadilla que  cantaban  los  li- 
berales en  sus  fiestas  y 
manifestaciones  de  propa- 
ganda política  en  1916, 
para  las  elecciones  presi- 
denciales, y  que  luego  dio 
nombre  a  la  revolución 
provocada  y  sostenida  por 
aquéllos  en  febrero  hasta 
mayo  de  1917. 

Chamfeeloroero,  ra.  Cub.  adj. 
— Aplícase  a  la  persona 
que  gusta  de  cantar  u  o  ir 
la  chambelona,  y,  por  ex- 
tensión, aplicóse  a  ios  re- 
volucionarios, encubridores 
y  liberales  en  general, 
cuando  la  sedición  que  es- 
talló   en    febrero   de    1917. 

Chamberga.  Cub.  f.-La  plan- 
ta copetuda  (véase),  cuan- 
do presenta  flores  rojas. 
Otros  dicen  chambergo. 

Chambergo.  Cub.  m. — Véase 
chamberga. 

Chambergo,  ga.  Cub.  m.  y 
f. — Pájaro  del  tamaño  del 
gorrión  o  poco  más,  de  co- 
lor negruzco  con  manchas 
amarillas,  más  abundantes 


CHAMI 


173 


CHAMI 


hacia  el  vientre,  con  una 
fajita  de  este  color  en  el 
cuello,  más  pronunciada 
por  detrás,  y  con  algunas 
plumas  blancas  por  el 
cuerpo,  particularmente  en 
la  antecola,  con  el  pico 
recto,  agudo  y  cónico,  ufias 
largas,  que  emite  no  muy 
desagradable  canto,  y  cons- 
tituye una  amenaza  para  el 
cultivador  de  arroz,  en  cu- 
yos sembrados  causa  ver- 
daderos estragos.  Aunque 
algunos  opinan  lo  contra- 
rio, es  ave  de  paso,  que 
llega  a  Cuba  en  septiembre, 
marcha  en  octubre  y  re- 
torna en  mayo.  En  la  pri- 
mavera, forman  bandadas 
aparte  los  machos  y  las 
hembras,  pero  se  mezclan 
luego.  (Zool.  F.  Icteridce; 
esp.  Dolichonyx  oryzivo- 
rus,  Lia.) 

Chamberguitc  Cub.  epic.  m. 
—  Pajarillo  semejante  en 
configuración  y  plumaje  al 
anterior,  también  de  paso 
en  la  Isla,  de  menor  ta- 
maño, y  que  le  caracteriza 
su  corto  vuelo,  casi  siem- 
pre a  ras  de  tierra,  sobre  la 
que  se  posa  generalmente. 
(Zool.  P.  Fringilidce;  e^p. 
Coturniculus  savannarum 
passerinus,  Wils.) 

Chamico.  Ámer.  m. — De  esta 
planta  americana,  o  sea 
bautizada  así  en  América, 
pues  es  la  conocida  en  cas- 
tellano por  "estramonio", 
hay  en  Cuba  algunas  es- 
pecies que  todas  toman  adi- 


tamentos particulares,  como 
se  verá  a  continuación. 

Chamico  azulado.  Cub.  m. — 
Planta  espontánea,  vene- 
nosa, que  se  desarrolla 
hasta  poco  menos  de  un 
metro  en  terrenos  yermos. 
de  tallo  recto,  cilindrico  y 
rojo,  hojas  grandes  y  den- 
tadas, flor  perenne  de  cá- 
liz alargado,  de  color  vio- 
leta, que  por  la  figura  re- 
cibe en  la  región  oriental 
el  nombre  de  clarín,  de 
fruto  verdoso  y  cubierto  de 
púas,  del  tamaño  de  un 
huevo  y  mal  oliente.  Esta 
planta  es  un  eficaz  pecto- 
ral aspirando  el  humo  de 
sus  hojas,  y  buen  remedio 
contra  las  hemorroides, 
empleado  en  cataplasmas. 
También  se  llama  chamico 
morado.  (Bot.  F.  Solaná- 
ceas; esp.  Datura  stramo- 
niurn,  Lin.) 

Chamico  bejuco.  Cub.  va. — 
Reciben  este  nombre  dos 
plantas  trepadoras  y  le- 
ñosas, de  hojas  pecioladas 
y  flores  terminales,  grandes 
y  solitarias,  de  corola  blan- 
ca con  tinte  purpúreo  una 
de  ellas,  y  blanca  con  visos 
verdosos  la  otra.  También 
se  llama  bejuco  chamico, 
indiscutiblemente  con  mu- 
cha más  propiedad.  (Bot.  F. 
S.;  esp.  Solanera  longiflora 
y  S.  grandiflora,  respecti- 
vamente). 

Chamico  blanco.  Cub.  m. — 
Planta  anual,  abundante, 
de     jardinería,     de     hojas 


CHANO 


174  — 


CHANG 


ovaladas  y  flor  blanca;  es 
planta  venenosa,  pero  buen 
alivio  para  los  asmáticos  si 
aspiran  su  humo.  (Bot.  F. 
S.;  esp.  Datura  metel,  Lin.) 

Chamico  doble.  Cub.  m. — La 
planta  llamada  también 
"túnica  de  Cristo",  que  es 
su  nombre  castellano,  y 
que  algunos  denominan 
ñangue. 

Chamico  morado.  Cub.  m. — 
Véase  chamico  azulado. 

Chamico  silvestre.  Cub.  m. 
— Planta  espontánea  escasa 
y  de  poca  importancia. 
(Bot.  F.  S.;  esp.  Datura  ce- 
ratocaula,  Jacq.). 

*  Champola.  Cub.  í. — Refres- 
co hecho  con  pulpa  de  gua- 
nábana, azúcar  y  agua,  y  en 
algunos  casos  leche,  que 
también  se  llama  guanaba- 
nada,  aunque  con  menos 
frecuencia.  También  se  co- 
noce en  algunos  lugares  de 
América  del  Sur. 

Chancleta.  Común.  íig.  y 
fam. — Suele  oirse  al  vulgo, 
tanto  de  España  como  de 
buena  parte  de  América, 
para  designar  despectiva- 
mente a  una  persona  in- 
hábil en  el  oficio  o  cargo 
que  desempeñe:  "Jorge  es 
una  chancleta  como  car- 
pintero"; "Josefa  es  una 
chancleta  como  mecanó- 
grafa". Tiene  la  otra  acep. 
de  la  Real  Academia.  Véa- 
se la  frase  104  del  Apén- 
dice. 

Chancletear.  Cub.  v.  n.-fam. 
— El  acto  de  que  un  indivi- 

f 


dúo  o  conjunto  de  perso- 
nas huyan  de  un  lugar  por 
temor  de  algo:  "Daba  gus- 
to ver  cómo  chancleteaba 
la  gente  cuando  empezó  a 
llover."  Tiene  la  acep. 
castellana. 

Chancleteo.  Cub.  m.  —  fam. 
— Acción  y  efecto  de. chan- 
cletear. Véase.  Tiene  la 
acep.  cast. 

Chancletero,  ra.  Cub.  adj. — 
fam.  —  Aplícase,  con  me- 
nosprecio, a  gente  de  baja 
estofa. 

Chanfle.  Amer.  m.— Lo  mis- 
mo que  "chaflán",  segura- 
mente por  corrupción. 

Changa.  Cub.  f. — d esusada.— 
Equivale  a  "broma"  o 
"burla"  cuando  sólo  tiene 
el  fin  de  tomar  el  pelo  a 
una  persona.  (Et.  Corrup- 
ción de   "chanza"). 

Chango,  ga.  Cub.  m.  y  f. — 
desusada. — Apócope,  de  ma- 
chango, ga.  Véase. 

Changuear,  se,  Amer.  v.  n.  y 
recíp.  —  fam,  —  Lo  mismo 
que  "chancear,  se",  por 
bromear,  burlarse.  (Et.  Co- 
rrupción   de    "chancear"). 

Changueador,  ra.  Amer.  adj. 
— fam. — De  changuear,  afi- 
cionado a  chancear  o  bro- 
mear. 

Changueadora.  Amer.  f.  — 
fam.  —  Acción  y  efecto  de 
changuear,  se.  En  Cuba  se 
dice  más  frecuentemente 
changueo. 

Changueo.  Cub.  m. — farn. — 
Acción  y  efecto  de  chun- 
guear, se.  Es  sinónimo  de 


CHAPA 


175    — 


CHARA 


changa,  y  algunos  dicen 
changue  achira. 

Changüí.  Cub.  m.  —  antic.  — 
Cierto  baile  entre  la  gen- 
tuza, conocido  en  la  actua- 
lidad por  guateque.  Tiene 
el  significado  de  la  R.  A., 
solamente  aplicable  a  los 
juegos  de  pasatiempo. 

Changuito,  ta.  Amer.  m.  y  f. 
—desusada. — Diminutivo  de 
chango,  ga. 

Chantage.  Común,  m.  —  Ne- 
gocio sucio  efectuado  con 
la  amenaza  de  divulgar  un 
secreto  ajeno,  que  regular- 
mente encubre  otro  nego- 
cio ilícito.  (Et.  Galicismo, 
o  por  mejor  decir,  palabra 
francesa).  No  tiene  en  cast. 
sinónimo  exacto. 

Chantagista.  Común.  —  La 
persona  que  se  dedica  al 
chantage.  Entre  una  doce- 
na de  voces  castellanas, 
"difamador"  y  "libelista" 
nos  parecen  las  mejores 
para  barrera  de  este  hí- 
brido galicismo,  aunque  no 
expresan  exactamente  la 
idea.  (Et.  Del  francés  chan- 
tage). 

Chapa.  Cub.  f.  —  vulg.  —  Di- 
cen algunos  a  la  moneda  de 
una  peseta.  Tiene  algunos 
de  los  usos  castellanos. 

Chaparro.  Cub.  va. — El  árbol 
vacabuey.  Véase.  Es  de  ad- 
vertir que  no  tiene  afinidad 
con  el  arbusto  "chaparro" 
de  la  R.  A.  No  tiene  las 
acep.  académicas. 

Chaparro,  rra.  Común  adj.— 
Aplícase  á  personas  o  cosas 


de  menos  tamaño  del  co- 
rriente; y  cuando  se  refie- 
re a  las  primeras,  denota  al 
mismo  tiempo  obesidad.  En 
cast.  autorizado  por  la  R.  A. 
se  dice  "achaparrado,  da". 

"Chapear.  Cub.  v.  a. — "Lim- 
piar la  tierra  de  malezas  y 
hierba  con  el  machete".  (R. 
A).  Tiene  la  primera  acep. 
cast.  además. 

Chapear.  Cub.  v.  a. — fíg.  y 
fam. — Degollar  con  mache- 
te: "Ese  guajiro  le  chapea 
la  cabeza  a  cualquiera". 

Chapeo.  Cub.  m.  —  Acción  y 
efecto  de  chapear  (1.a  acep). 
¿Por  qué  la  R.  A.  no  acep- 
ta esta  voz  tan  usual  como 
el  verbo  de  que  se  deriva, 
aceptado  por  ella? 

*  Chapurrado.  Cub.  m.- "Be- 
bida compuesta  de  ciruelas 
cocidas  con  agua,  azúcar, 
y  clavos".  (R.  A.)  (Et.  De 
"chapurrar"). 

Chapurrado.  Cub.  m. — Véase 
campechana.  No  debe  con- 
fundirse con  la  voz  ante- 
rior, que  acepta  la  R.  A. 

Chaquetear.  Cub.  v.  n. — fig. 
y  fam.  —  Escapar,  correr., 
"A  Zutano  no  le  quedó  más 
remedio    que    chaquetear." 

Chaqueteo.  Cub.  m. — fam.— 
Acción  y  efecto  de  chaque- 
tear. Véase. 

Charada.  Cub.  f.  —  Especie 
de  rifa,  o  más  bien  lotería, 
que  celebran  los  chinos 
secretamente,  pues  las  le- 
yes prohiben  toda  esta  cla- 
se de  juegos.  Tiene  el  uso 
castellano. 


CHATO 


176  - 


CHECK 


Charango.  Cub.  m.  —  Díce- 
se  a  la  carta  de  poco  valor 
en  el  juego  llamado  de 
"malilla".  No  tiene  el  uso 
castellanizado. 

Charango,  ga.  Cub.  adj. — 
Aplícase  despectivamente  a 
una  cosa  pequeña,  insigni- 
ficante,   despreciable. 

Charanguero,  ra.  Cub.  adj. 
— En  el  juego  de  malilla, 
aplícase  a  la  persona  que 
no  deja  de  jugar  aunque  se 
vea  muy  perseguida  por 
charangos.  Véase. 

Charola.  Amer.  í.  —  Suele 
oirse  para  designar  una 
bandeja  barnizada  con  laca 
o  maque  negro.  (Et.  De 
"charol'1). 

Charrabascoso.  Cub.  adj. — 
Empléase  únicamente  como 
calificativo  de  la  voz  mon- 
te. Véase.  (Et.  De  "rama", 
ramajeóse,  chavramascoso. 
charrabascoso,  o  de  "cha- 
rrasca",  charrascoso,  cha- 
rrabascoso). 

Chata.  Amer.  f. — fam. — Tra- 
tamiento cariñoso  dedicado 
a  la  mujer,  aunque  tenga 
la  nariz  aguileña.  Tiene  el 
uso  cast. 

Chatlca.  Amer.  f. — Diminu- 
tivo de  chata.  Véase. 

Cfcatino.  Cub.  m. — Dícese  al 
plátano  llamado  verde, 
cuando  se  presenta  en  ro- 
dajas muy  delgadas  y  muy 
fritas.  (Et.  De  "chato"). 

Chafo.  Cub.  adj. — Véanse  las 
frases  54  y  147  del  Apén- 
dice. Tiene  el  uso  caste- 
llano. 


Chayo.  Cub.  m.-Arbusto  sil- 
vestre cuyos  tallos  rectos 
elévanse  un  metro,  de  ho- 
jas hendidas  en  secciones 
dentadas,  puntiagudas,  ver- 
des, más  obscuras  por  la 
haz,  sobre  largos  pecíolos, 
flores  de  cinco  pétalos 
blancuzcos,  con  el  fruto, 
así  como  el  tronco,  cubier- 
to de  púas,  y  que  segrega 
un  jugo  lechoso  y  venenoso. 
(Bot.  F.  Euforbiáceas;  esp. 
Jatropha  urens).  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Chayóte.  Cub.  m.  —  Además 
de  designar  el  fruto  de  la 
planta  americana  "chayo- 
tera" que  describe  la  R.  A., 
llámase  en  Cuba  al  árbol 
más  conocido  por  piñón 
vómico.  Véase. 

Chayóte.  Cub.  m. — ftg.  y  fam. 
Dícese  a  la  persona  torpe, 
inhábil.  Otros  le  dan  uso 
de  adjetivo:  "El  alcalde  tal 

,  es  un  chayóte  o  muy  cha- 
yóte7". 

Chayóte  blanco.  Cub.  m.— 
El  fruto  de  la  chayotera 
con  el  pericarpio  liso  y 
blanco. 

Chayóte  verde.  Cub.  m. — El 
fruto  de  la  chayotera,  que 
se  diferencia  del  anterior 
en  tener  el  pericarpio  del 
color  indicado. 

Check.  Común,  m.  —  Quere- 
mos señalar  que  en  Cuba 
raya  en  abuso  el  uso  de 
esta  palabra  inglesa,  harto 
censurable,  puesto  que  te- 
nemos el  anglicismo  caste- 
llanizado   "cheque". 


CIHERN 


—  177 


CHE  VE 


Cheche.  Cub.  m.— Dícese  al 
individuo  bravatero,  perdo- 
navidas. 

Chepudo-,  da.  Común,  adj. — 
l'arn. — Aplícase  a  la  perso- 
na que  tiene  chepa  o  cor- 
cova. 

Cherna.  Cub.  L—fíg.  y  vulg. 
— Dícese  a  la  meretriz. 
Tiene  la  acep.  casi,  con  que 
se  distingue  el  pez  "mero", 
que  en  Cuba  no  se  conoce 
por  este  nombre. 

Chema  americana-  Cub.  epic. 
f, — El  pez  "cherna"  o 
"mero",  que  viene  de  Cam- 
peche o  Florida  en  viveros 
a  los  puertos  cubanos;  es 
la  especie  de  mayor  tama- 
ño, y  su  peso  oscila  entre 
25  y  35  libras.  También  se 
llama  cherna  de  vivero  o 
grande  en  muchos  lugares; 
de  arribazón,  en  Matanzas; 
de  arribada,  en  Nuevitas  y 
Camagüey,  y  yucateca,  en 
los  puertos  de  Pinar  del 
Río.  (Zool.  F.  Serránidos; 
esp.  Epinephelus  morio, 
Val.). 

Cherna  criolla.  Cub.  epic.  f. 
— Especie  de  cherna  que  se 
pesca  en  las  costas  cuba- 
nas, cuyo  peso  oscila  entre 
10  y  12  libras,  que  tiene  en 
la  cabeza  fajas  a  lo  largo, 
obscuras,  y  a  lo  ancho  en 
el  cuerpo;  es  bocado  más 
estimado  que  la  especie 
anterior.  (Zool.  F.  S; 
esp.  Epinephelus  striatus, 
Bloch.) 

Cherna  de  arribada.  Cub. 
©üie.  f. — Dícese  a  la  cher- 


na americana  (véase),  en 
los  puertos  de  la  provin- 
cia ele  Camagüey. 

Cherna   de   arribazón.   Cub. 
epic.    f.  —  En    los    puertos     4 
matanceros,  la  cherna  ame- 
ricana. Véase. 

Cherna  de  lo  alto.  Cub.  epic. 
f. — Véase  cherno. 

Cherna  de  vivero.  Cub.  epic. 
f. — En  muchos  lugares,  la 
cherna    americana.    Véase. 

Cherna  grande.  Cub.  epic.  f. 
—  La  chema-  americana 
(véase),  en  muchos  luga- 
res. 

Cherna  yucateca.  Cub.  epic. 
f. — En  algunos  puertds  pi- 
nareños,  la  cherna  ameri- 
cana. Véase. 

Cherno.  Cub.  epic.  m. — Pez 
no  muy  abundante,  que  al- 
canza más  de  un  metro  de 
largu,  con  un  peso  de  25 
kilogramos,  que  vive  a 
grande  profundidad,  por  lo 
que  algunos  le  dicen  cher- 
na de  lo  alto;  tiene  de  ocho 
a  nueve  franjas  obscuras, 
verticales,  en  los  costados 
del  cuerpo,  sobre  un  fondo 
moreno  olivado,  con  los  ojos 
muy  salientes,  bigote  obs- 
curo sobre  ios  maxilares, 
muchos  apéndices  pilosos 
y  una  mancha  grande  en  la 
base  de  la  aleta  caudal,  que 
es  redondeada.  Tiene  buena 
carne.  (Zool.  F.  Serranidee; 
esp.  Epinephelus  mystaci- 
nus,  Poey). 

Chévere.  Cub.  m. — El  indi- 
viduo bravucón,  perdonavi- 
das.   Otros    dicen    chévere 


12 


CHICHA 


178   — 


CHICHA 


cantúa.  (Et.  De  chéchere, 
cheche). 

Chévere  cantúa.  Cub.  m. — 
fam. — Véase  chévere. 

Chibirlco.  Cub.  m. — Metáte- 
sis de  chiribico  (2.a  acep.). 
Véase. 

Chico.  Amer.  m. — En  los  jue- 
gos de  entretenimiento,  do- 
minó, billar,  etc.,  significa 
una  tanda.  Regularmente  la 
partida  o  sesión  se  com- 
pone de  tres  chicos.  Tiene 
los  usos  castellanos. 

Chico.  Cub.  adj. — Dícese  al 
vencido  con  respecto  al 
vencedor:  "Daniel  se  que- 
da chico  a  mi  lado  en  el 
billar". 

Chícolongo.  Cub.  m.- — Juego 
de  niños  que  consiste  en 
tirar  chapas  o  mates  a  un 
pequeño  hoyo  que  hacen  en 
el  suelo.  Algunos  dicen  in- 
correctamente chocolongo. 
En  castellano  se  dice  "bo- 
che". (Et.  De  "chito",  jue- 
go, y  "longo",  largo). 

Chicharro.  Cub.  m.  —  Árbol 
silvestre,  común,  de  made- 
ra pesada  y  dura,  de  color 
castaño  obscuro  con  vetas. 
Tiene  la  acep.  cast.  usual. 

Chicharrón.  Cub.  m. — Árbol 
silvestre  que  se  eleva  unos 
diez  metros,  de  hojas  al- 
ternas apiñadas  en  la  ex- 
tremidad de  las  ramas, 
oblongas  y  ásperas,  flore- 
cillas  en  espij?"  •;,  fruto 
comprimido  y  alado,  y  ma- 
dera ligp"  a  y  sólida,  de  co- 
lor n;....u,  por  lo  que  tam- 
bi^  ■    se    llama    chicharrón 


prieto.  Hay  varios  ejempla- 
res con  aditamentos  parti- 
culares. (Bot.  F.  Combre- 
táceas;  esp.  Terminalia  chi- 
charronia,  Wr.).  Tiene  los 
usos  cast, 

Chicharrón.  Cub.  m. — fam. — 
Dícese,  y  no  será  probable 
averiguar  por  qué,  a  la 
moneda  de  plata  de  un 
duro. 

Chicharrón,  na.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  la  persona  que 
adula  a  otra,  contándole 
chismes  con  respecto  a  una 
tercera. 

Chicharrón  amarillo.  Cub. 
m.  —  Tipo  del  árbol  chi- 
charrón, de  parecidos  ca- 
racteres, pero  de  madera 
amarilla  obscura  y  más 
elástica.  También  se  llama 
chicharrón  de  monte.  (Bot. 
F.  Combretáceas;  esp.  Ter- 
minalia arbuscula,  Sw.) 

Chicharrón  de  azúcar.  Cub. 
m. — Trozos  de  azúcar  en- 
durecida, o  por  mejor,  pe- 
gotes, emplastos,  que  sue- 
len verse  en  los  ingenios 
entre  los  aparatos  de  mani- 
pulación. 

Chicharrón  de  costa.  Cub. 
til.  —  Véase  chicharroncillo 
de   costa. 

Chicharrón  de  farallón.  Cub. 
m. — Árbol  indígena,  escaso 
y  de  poco  interés.  (Bot.  F. 
Menispermríceas ;  esp.  Ano- 
mospermum  axiloflorum, 
Gris.) 

Chicharrón  de  monte.  Cub. 
m. — El  chicharrón  amari- 
llo. Véase. 


CHICHI 


—  179  — 


CHICHI 


Chicharrón  espinoso.  Cub. 
m. — Otro  árbol  parecido  a 
los  anteriores,  sin  otra  par- 
ticularidad que  la  indicada 
en  su  nombre.  (Bot.  F.  Eu- 
forbiáceas; esp.  Drypetes 
glomerata,  Gris.) 

Chicharrón  prieto.  Cub.  m. 
— El  árbol  llamado  simple- 
mente   chicharrón.    Véase. 

Chicharronciílo.  Cub.  m. — 
Árbol  de  menores  propor- 
ciones que  los  anteriores. 
(Bot.  F.  Menispermáceas; 
esp.  Pachijgone  cubensis, 
Gris.) 

Chicharronciílo  de  costa. 
Cub.  m.  —  Árbol  silvestre 
semejante  al  anterior,  que 
se  desarrolla  en  el  litoral, 
y  se  conoce  también  por 
chicharrón  de  costa  y  cora- 
lillo (3.a  acep.).  (Bot.  F. 
Sapindáceas ;  esp.  Thoninia 
trifoliata,   Poir.) 

Chicharronciílo  de  paredón. 
Cub.  m.  —  Árbol  también 
silvestre,  escaso  y  de  poco 
interés.  (Bot.  F.  Mirsiná- 
ceas;  esp.  Theophrasta 
americana) . 

Chichi.  Cub.  m. — Especie  de 
insecto  coleóptero,  según 
Pichardo,  en  "figura  de  co- 
cuy it  o  ciego,  con  pintas 
blancas  en  las  dos  barbas", 
que  emite  el  chillido  que  le 
da  nombre. 

Chichicate.  Cub.  m. — Arbus- 
to silvestre  común  en  las 
selvas,  afín  a  la  planta 
americana  de  este  nombre, 
pero  con  caracteres  pro- 
pios, que   alcanza  una  al- 


tura de  dos  y  medio  me- 
tros, de  tallos  erguidos, 
hasta  de  cinco  centímetros 
de  grosor,  espinosos  y  de 
madera  muy  fibrosa,  por 
lo  que  se  emplea  en  corde- 
lería; de  hojas  alternas, 
ovales,  grandes,  dentadas, 
y  con  la  haz  verdosa  y  cu- 
bierta de  pelusa,  y  de  tono 
más  pálido  el  envés,  con  es- 
pinillas en  las  venas,  flores 
en  pifias  y  fruto  en  baya 
blancuzca.  Algunos  le  dicen 
por  corrupción,  chichicas- 
tre.  (Bot.  F.  Urticáceas;  esp. 
Urtica  baccifera).  (Et.  Voz 
probablemente  mejicana, 
según  Zayas). 

Chichicastre.  Cub.  m. — Véa- 
se chichicate. 

Chichigua.  Cub.  f .  —  Una  de 
las  cometas  de  papel  de 
menor  tamaño.  (Et.  Voz  ca- 
ribe, supone  el  señor  Pi- 
chardo, pero  de  serio,  no 
se  usaría  como  hoy,  puesto 
que  no  se  sabe  conociesen 
esos  juguetes  los  niños  in- 
dios). 

Chichlnguaco.  Cub.  epic.  m.- 
Pájaro  dentirrostro,  que 
mide  unos  3  decímetros  del 
pico  a  la  cola,  de  plumaje 
negro,  con  viso  violado  o, 
más  comúnmente,  verdoso, 
con  la  cola  en  figura  de 
hacha,  por  lo  que  también 
se  dice  hachuela  en  la  re- 
gión oriental,  y  cuando 
vuela,  toma  figura  de  V; 
tiene  el  iris  de  color  ama- 
rillo pálido.  Es  muy  pare- 
cido al  totí,  con  quien  con- 


CHIMO 


180  — 


CHINCH 


vive,  por  lo  que  fácilmen- 
te se  confunden,  lo  que  es 
causa  de  que  vaya  perdien- 
do aquella  denominación 
de  origen  onomatopéyico : 
chi-chin-guaaa...  co,  para 
recibir  impropiamente  la  de 
totí.  Es  perjudicial  a  los 
sembrados  de  millo,  arroz, 
etc.  Otros  dicen  chinchi- 
guaco,  chinguaco  y  ojón. 
(Zool.  F.  Icteridce;  esp. 
Quiscalus  yundlachii,  Cass.) 
(Et.  Voz  onomatopéyica). 

Chilindrón.  Cub.  m. — Especie 
de  estofado  muy  substan- 
cioso, hecho  con  carne  de 
cerdo,  y  particularmente 
de  carnero,  partida  en  tro- 
zos. Es  desconocida  la  acep. 
cast. 

Chilindrón.  Cub.  m.  —  flg.  y 
fam.— Negocio  sucio,  espe- 
cialmente si  tiene  relación 
con  las  cuestiones  del  Es- 
tado. "Es  un  político  muy 
aficionado  o  a  quien  gusta 
el  chilindrón'" . 

ChilHna.  Cub.  epic.  f.— Una 
de  las  varias  especies  del 
pajarito  llamado  bijirita. 
Véase.    (Et.   De    "chillar"). 

Chiassbacal.  Cub.  epic.  m. — 
"Pajarito  exótico  ya  domi- 
ciliado en  raro  paraje. 
(Chrysomitis  mexicana)". 
(Pichardo). 

Chimbólo.  Cub.  epic.  m. — En 
la  región  oriental,  el  pez 
mapoi^ro,  Véase. 

Chimo.  Cub.  m. — Algunos  di- 
een  así  impropiamente  por 
chimojo,  incurriendo  en 
apócope. 


*  Chimojo.  Cub.  m. — "Medi- 
camento antiespasmódico, 
hecho  de  tabaco,  cascara  de 
plátano,  salvia  y  otros  in- 
gredientes". (R.  A.,  quien 
reputa  de  taina  la  voz). 

China.  Cub.  f. — fam. — Véase 
la  frase  217  del  Apén- 
dice. 

China  pelona.  Cub.  f. — Pie- 
dra dura  parecida  a  la  co- 
nocida por  tibe.   Véase. 

Chinata.  Cub.  í. — Uno  de  los 

juegos  preferidos  de  las  ni- 
ñas, que  consiste  en  cinco 
chinitas,  mates  o  cosa  así, 
que  se  colocan  cuatro  en  el 
suelo  y  se  van  cogiendo  una 
a  una  mientras  se  tira  al 
aire  la  quinta,  con  el  cui- 
dado de  tener  una  de  aqué- 
llas en  la  mano  cuando  se 
ha  de  recibir  ésta.  Luego  se 
repite  la  operación  reco- 
giendo las  del  suelo  de  dos 
en  dos,  y  después  todas  de 
una  vez.  Según  la  forma 
que  se  le  dé  a  la  mano  para 
recibir  las  piedrezuelas  o 
mates,  toma  los  nombres  de 
cepo,  cepito,  puente,  cazue- 
la, cazuelita  y  araña.  Otros 
dicen  chinatas. 

Chinatas.  Cub.  f.  pl. — Véase 
chinata. 

Chinchal.  Ámer.  m. — Cafetín 
o  taberna  del  más  pobre  as- 
pecto; suele  decirse  por 
extensión  a  toda  clase  de 
tienda  en  iguales  condicio- 
nes. (Et.  De  "chinche"). 

Chinchal.  Cub.  m.— Tabaque- 
ría, o  sea  taller  de  pocos 


CHINO 


181 


CH1QU 


operarios,  donde  se  elabo- 
ran cigarros  puros. 

Chínehalito.  Cub.  m. — Dimi- 
nutivo de  chinchal,  sin 
verdadera  función  de  di- 
minutivo en  la  2/  acep., 
puesto  que  no  existe  chin- 
chal grande  ni  pequeño. 
Precisamente  la  palabra 
"chinchal "  determina  la 
cualidad   de  reducido. 

Chinche  de  monte.  Cub.  f.— 
Insecto  algo  parecido  a  la 
chinche  casera,  de  peor 
olor  y  con  las  alas  carapa- 
chosas,  que  en  otros  luga- 
res de  América  llaman 
chinche  ele  campo. 

Chinchlguaeo.  Cub.  epic.  m. 
— Metátesis  de  cMchlngua- 
co.  Véase. 

Chinchihta.  Cub.  epie.  f.— 
En  algunos  lugares  del  cen- 
tro de  la  Isla,  dicen  así  al 
pájaro  bijirita.  Véase. 

Chinchín.  Cub.  m. — fam. — La 
llovizna  menuda  y  sutil  que 
se  conoce  en  castellano  por 
" calabobos"  y  por  garúa  en 
América  del  Sur.  (Et.  Voz 
imitativa). 

Chinchona.  Cub.  f. — El  árbol 
vigueta.  Véase. 

Chingo,  ga.  Cub.  adj. — fam. 
—  desusada.  —  Equivale  a 
"chico,  ca",  peqi'efio. 

Chinguaco.  Cub.  epic.  m — 
Aféresis  de  chichinguaco. 
Véase. 

thinguirito.  Cub.  m.  —  des- 
usada.— Trago  de  licor,  que 
boy  se  dice  "cocotazo",  en- 
tre otras  formas  varias. 
(Et.  Voz  de  origen  azteca). 


Chinguito,  ta.  Cub.  adj. — 
desusada.  —  Diminutivo  de 
chingo,  ga. 

Chlnita.  Común,  f.  —  flg.  y 
fam. — Dicho  gracioso,  satí- 
rico, irónico.  Generalmente 
se  usa  con  el  verbo  "tirar"  : 
"Andrés  gusta  mucho  de 
tirar  chinitas".  Es  acepción 
más  vulgar  en  España  que 
en  América,  aunque  la  R. 
A.  no  lo  haya  reconocido 
así. 

Chiniío,  ta.  Cub.  m.  y  f. — 
Diminutivo  de  chino,  na,  en 
las  acep.  cubanas,  además 
de  tenerlo  como  uso  caste- 
llano. 

*  cuino,  na.  Cub.  subs.  y  adj. 
—El  individuo  descendien- 
te de  mulato  y  negra  o  vi- 
ceversa. Tiene  los  otros 
usos  de  la  R.  A. 

Chino,  na.  Amer.  m.  y  f. — 
fam. — Tratamiento  de  ca-' 
riño  entre  amantes. 

Chlpofo.  Cub.  epic.  m. -Nom- 
bre que  le  dan  algunos  al 
reptil  "camaleón",  más  co- 
nocido por  éste  castellano. 

Chipólo  cenizo.  Cub.  epic. 
m. — Camaleón  en  cuya  co- 
loración abunda  el  gris. 

Chipojo  verde.  Cub.  epic.  m. 
—  Camaleón  en  el  cual 
abunda  más  el  color  indi- 
cado. 

Chiqueado,  éa.  Cub.  adj. — 
fam.— Aplícase  a  la  perso- 
na, particularmente  si  se 
trata  de  niños,  que  está 
muy  mimada  o  consentida 
en  sus  caprichos:  "Don 
José  tiene  a  su*  niños  muy 


CHIBI 


-  182 


CHISP 


chiqueados".  Véase  chi- 
quear, se. 

Chiqueador,  ra.  Cub.  adj. — 
fam. — Aplícase  a  la  perso- 
na muy  adicta  a  chiquear. 
Véase. 

Chiquear,  se.  Cub.  v.  a.  y 
recíp.  —  fam.  —  Acariciar  o 
mimar  con  exageración  y 
empalagosamente,  de  pala- 
bra o  por  escrito:  "Roque 
chiquea  mucho  en  sus  car- 
tas al  padre,  pues  a  cada 
dos  renglones  le  dice  pa- 
paíto";  "Daniel  y  Jacinto* 
se  chiquean".  (Et.  De 
"chico"). 

Chiqueó.  Cub.  m. — Acción  y 
efecto  de  chiquear,  se.  Véa- 
se. 

Chiqufón,  na.  Cub.  adj. — 
Denota  afición  a  ser  chi- 
queado. Véase  chiquear,  se. 

ChiraoL  Cub.  epic.  m.  —  El 
pájaro  totí,  en  algunos  lu- 
gares. 

Chiribico.  Cub.  epic.  m. — En 
algunos  puertos  cubanos, 
dícese  así  a  un  pez  como  de 
un  jeme  de  largo,  de  forma 
orbicular,  de  color  morado 
obscuro,  con  escamas  pe- 
queñas, así  como  la  boca  y 
los  ojos,  que  son  negros  con 
cerco  amarillo  azulado  en 
los  extremos.  La  coloración 
varía  algo  con  la  edad.  Tam- 
bién se  llama  chiribita. 
Hay  varias  especies.  (Zool. 
F.  Chcetodontidce;  esp.  Po- 
macanthus  paru,  Bl.). 

Chiribico.  Cub.  m. — Una  es- 
pecie de  pastelito  hecho  de 
harina,  con  azúcar,  mante- 


ca, etc.  Otros  dicen  chibi- 
rico. 

Chiribita.  Cub.  epic.  f. — Véa- 
se chiribico  (1.a  acep.). 

Chirigotero,  ra.  Común,  subs. 
y  adj. — Se  aplica  a  la  per- 
sona muy  aficionada  a  mez- 
clar chirigotas  o  cuchufle- 
tas en  su  conversación: 
"Diego  es  un  chirigotero 
poco  oportuno. 

Chirimbolos.  Cub.  m.  pl. — 
Juego  que  consiste  en  una 
serie  de  bolas  numeradas, 
tantas  como  concurrentes, 
que  se  mezclan,  y  el  juga- 
dor que  saque  la  mayor, 
ganará  el  dinero  que  todos 
apostaron  por  igual. 

Chirriador.  Cub.  epic.  m. — El 
pajarillo  conocido  en  cas- 
tellano por  "chamariz",  que 
además  recibe  en  Cuba  los 
nombres  de  chamarín,  por 
corrupción,  y  mayito  de 
ciénaga,  por  la  semejanza 
con  el  mayito. 

Chispogeado,  da.  Cub.  adj. 
—  fam.  —  Lo  mismo  que 
"desprestigiado":  "Es  un 
político  chispogeado".  Véa- 
se chispogearse. 

Chispogeadura.  Cub.  f.-fam. 
— Lo  mismo  que  chispogeo. 
Véase. 

Chispogecr.  Cub.  v.  a. — fam. 
— Ridiculizar  a  una  perso- 
na con  palabras  satíricas : 
"Diego  chispogeó  a  Roque 
las  arrogancias  de  éste". 

Chispogearse.  Cub.  v.  ref. — 
fam. — Guando  este  verbo 
toma  forma  reflexiva,  ad- 
quiere  más    fuerza    en    el 


CHIVA 


183 


CHIVO 


significado,  y  viene  a  de- 
notar desprestigiarse :  "En- 
rique se  chispogeó  como 
periodista". 

Chispogeo.  Cub.  m. — fam. — 
Acción  y  efecto  de  chispo- 
gear, se.  En  algunos  casos 
se  dice  chispogeadura: 
"Guando  José  dijo  que  na- 
die le  aventajaba  a  él  en 
Matemáticas,  se  le  formó  el 
gran  chispogeo".  "Menuda 
chispogeadura  le  dieron  a 
Javier". 

Chispoleta.  Cub.  f. — Mucha- 
cha de  poco  juicio,  alegre, 
vivaracha  y   algo   coqueta. 

Chiva.  Amer.  f. — Véase  chivo 
(1.a  acep.),  de  más  uso  en 
Cuba. 

Chivada.  Cub.  f.  —  fam.  — 
Equivale  a  "chasco",  "de- 
cepción" :  "Nos  dieron  bue- 
na chivada  en  la  carrera  de 
caballos". 

Chivado,  da.  Cub.  adj. — fam. 
— Denota  pobreza,  escasez 
de  recursos:  "Una  familia 
chivada".  Véase  chivarse 
(1.*  acep.). 

Chivado,  da.  Cub.  adj. — fam. 
—  Significa  mal  estado  de 
salud:  "Manuel  quedó  chi- 
vado de  una  pierna  en  el 
vuelco  del  automóvil.  Véa- 
se chivarse  (2.a  acep). 

Chivado,  da.  Cub.  adj. — fam. 
—Lo  mismo  que  "dificul- 
toso", "embarazoso":  "Un 
negocio  muy  chivado". 

Chivadura.  Cub.  f. — fam. — 
Acción  y  efecto  de  chivar: 
"Estoy  cansado  de  tanta 
chivadura" . 


Chivar.  Cub.  v.  a.  —  fam. — 
Como  "provocar",  "moles- 
tar", "fastidiar":  "Yo  chi- 
vé mucho  a  don  Juan  por 
fanfarrón".  El  principal 
uso  es  en  infinitivo. 

Chiveras.  Cub.  v.  ref. — fam. 
— Al  tomar  este  verbo  la 
forma  reflexiva  recibe  va- 
rios significados,  algunos  a 
capricho  del  que  lo  emplea. 
Una  de  las  principales 
acep.  es  la  de  "arruinar- 
se"; "Rafael  se  chivó  en  el 
juego". 

Chivarse.  Cub.  v.  ref. — fam. 
— Ser  víctima  de  un  acci- 
dente: "Los  volatineros  se 
chivan  cuando  menos  lo  es- 
peran". 

Chivarse.  Cub.  v.  ref. — fam. 
— Lo  mismo  que  "irritar- 
se", "encolerizarse":  "Mi 
mujer  se  chiva  por  un  quí- 
tame allá  esas  pajas".  En 
Colombia  sr>gún  Cuervo,  em- 
pléase enchivarse  con  esta 
misma  acepción. 

Chivero,  ra.  Cub.  adj. — fam. 
Aplícase  a  la  persona,  re- 
gularmente un  político, 
muy  aficionado  a  los  nego- 
cios llamados  chivo.  (2.a 
acep.).  Véase. 

Chivichana.  Cub.  f. — Lotería 
o  rifa  secreta,  prohibida  y 
perseguida  por  las  autori- 
dades. 

Chivo.  Cub.  m.  —  Barba  en 
forma  de  perilla  grande,  a 
la  manera  que  la  tiene  el 
chivo  o  cabrito.  También  se 
dice,  cual  en  otras  partes 
de  América,  chiva,  pero  con 


CHOCA 


184 


CHOPA 


menos  frecuencia  en  Cuba. 
Según  Cuervo,  en  Colom- 
bia se  dice  chivera. 

Chivo.  Cub.  fia. — Negocio  su- 
cio, ilícito,  particularmen- 
te si  lo  efectúa  algún  po- 
lítico: "El  Senado?  H. 
entra  en  toda  clase  de 
chivos'". 

Chivo.  Cub.  m. — Algunos  di- 
cen así  al  árbol  más  cono- 
cido por  humo  (2.a  acep.) 
Véase. 

Chivo,  va.  Cub.  m.  y  f.— Con 
las  acep.  cast.  de  "cabrito" 
y  "cabra",  se  forman  en 
Cuba  las  frases  3,  38,  263. 
85.  143  y  11  y  el  refrán 
15-6  de  los  respectivos 
Apéndices. 

Chivo?  va.  Cub.  adj.— Equi- 
vale a  "incomodado",  "irri- 
tado", y  es  el  p.  p.  de  chi- 
varse (3."  acep.)  sincopado: 
"Anits  &q  puso  chiva,  por- 
que no  la  dejaron  ir  al 
teatro". 

Chivo  (De).  Cub.  mod.  adv. 
— Lo  mismo  que  decir  de 
contrabando,  de  tapadillo, 
clandestinamente:  "Nunca 
falta  quien  entre  en  el  tea- 
tro de  chivo™. 

Chivón,  na.  Cub.  adj. — fam. 
— Aplícase  a  la  persona 
muy  mortificante:  "Un  ni- 
ño muy  chivón."  Véase 
chivar. 

Chocante.  Común,  adj.  —  Lo 
mismo  que  "raro",  "extra- 
ño", en  el  sentido  de  que 
despierta  sospechas  o  que 
llama  mucho  la  atención: 
"Es  muy  chocante  lo  suce- 


dido ayer";  "un  suceso 
el  Locante" . 

Chocolate  de  maíz.  Cub.  m. 
— Véase  chocolate  de  rega- 
lo. 

Chocolate  ce  regalo.  Cub. 
xa. — El  hecho  con  cacao  y 
maíz  tostado,  que  también 
se  llama  chocolate  de  maíz. 

Chocolatero.  Cub.  adj. — En 
la  región  oriental,  aplícase 
a  un  viento  del  Norte  bas- 
tante fuerte.  Tiene  el  uso 
castellano. 

Chocolongo.  Cub.  m.  —  Dí- 
cese  incorrectamente  por 
chicolongo.  Véase. 

Chocho,  Cub.  m. — Especie  de 
fríjol  chato,  circular  y 
blanco,  originario  de  las  is- 
las Canarias.  Tiene,  aunque 
poco,  el  uso  de  adjetivo 
casi  ellano. 

Chocho.  Cub.  epic.  m.  —  En 
algunos  lugares,  el  pájaro 
bijirita. 

Chófer.  Común,  m. — El  con- 
ductor de  automóvil;  po- 
dría llamarse  en  buen  cas- 
tellano autoniovilero  o  au- 
tomovilista. En  Cuba  se 
dice  popularmente  fotin- 
guero  al  que  conduce  un 
automóvil  de  plaza.  (Et.  Del 
francés  chauffeur,  fogo- 
nero). 

Choncholí.  Cub.  epic.  m. — En 
muy  poco  lugares,  el  pá- 
jaro totí. 

Chopa  amarilla.  Cub.  epic.  f. 
— Además  del  pez  llamado 
comúnmente  "chopa",  se 
conocen  en  Cuba  con  adita- 
mentos    particulares,     dos 


CHOTE 


185 


CHOTB 


especies  mayores.  La  ama- 
rilla, es  de  forma  ovalada, 
que  se  desarrolla  hasta  me- 
dio metro,  de  dientes  cor- 
tantea  y  carne  buena,  y 
cuya  coloración  la  forman 
escamas  blancas  y  amari- 
llas alternes.  (Zool.  F.  Pi- 
melepterida? :  esp.  Xipho- 
sus  sectatrix,  Lin.j 

Chopa  blanca,  Cub.  epic.  f. 
— Especie  de  pez  semejante 
al  anterior,  menos  en  la  co- 
loración, que  es  blanca  con 
viso  aplomado  y  una  franja 
longitudinal  en  los  cache- 
tes. (Zool.  F.  P.;  esp.  Xi- 
phosus  incisor,  Cuv.) 

Chorizo.  Cub.  m. — fam. — Así 
dicen  despectivamente  los 
blancos  a  los  negros.  Tiene 
la  principal  acep.  east. 

Chorote.  Cub.  m. — Dfcese  a 
cualquier  bebida  muy  es- 
pesa, casi  pastosa,  especial- 
mente si  se  trata  de  cho- 
colate. 

Chota.  Cub.  común, — fam. — 
Lo  mismo  que  choteador, 
va.  Véase. 

*Chote.  Cub.  m. — Lo  mismo 
que  "chayóte".  Es  cosa  rara 
que  la  R.  A.  acepte  este  cu- 
banismo de  muy  poco  uso, 
y  que  al  fin  es  voz  corrom- 
pida, y  en  cambio  se  olvide 
de  muchos  cubanismos  co- 
rrectos  y   de   uso   general. 

Choteado,  da.  Cub.  adj. — 
Aplicado  a  cosa,  significa 
muy  vista,  demasiado  vul- 
gar. 'Una  película  muy 
choteada" ;  moda  choteado" 

Choteado,    da.    Cub.    adj. — 


Cuando  se  refiere  a  persona, 
denota  descrédito,  despres- 
tigio: "Un  Representante 
choteado".  Es  sinónimo  de 
chispogeado,  da. 

Choteador,  ra.  Cub.  adj. — 
Lo  persona  aficioacda  a 
chotear.  Otros  dicen  chota, 
para  los  dos  géneros. 

Chateaé^ra.  Gub.  í. — Véase 
choteo,  de  uso  más  gene- 
ralizado. 

*Chotcar.  Cub.  v.  a. — "Poner 
en  ridículo,  mofarse  de  una 
persona".  (R.  A.)  También 
se  emplea  relativo  a  cosas: 
"Andrés  le  choteó  los  di- 
bujos a  Luis".  Otros  em- 
plean la  forma  reflexiva. 
(Et.  De   "choto"). 

Chotearse.  Cub.  v.  ref. — 
Igual  que  "desacreditarse", 
"desprestigiarse".  Es  sinó- 
nimo de  chispogearse. 

Choteíto.  Cub.  m. -Broma  li- 
gera de  palabra.  Diminuti- 
vo de  choteo.  Véase. 

Choteo.  Cub.  m. — Burla,  bro- 
ma de  palabra.  Algunos  di- 
cen "choteadura,:,  cuando 
más  bien  se  trata  de  una 
tomadura  de  pelo.  "Déjate 
de  choteos,  y  vamos  a  tra- 
tar el  asunto  seriamente". 
"Al  actor  Tal  le  formaron 
la  gran  choteadura,  por- 
que se  equivocó  en  un  ver- 
so". La  R.  A.  no  acepta 
ninguno  de  los  derivados 
de  chotear,  ni  siquiera  cho- 
teo, de  más  uso  que  el  ver- 
bo castellanizado,  y  la  voz 
que  le  dio  origen. 

Choteo.    Cub.    m.  —  Pitorreo 


CHUCHO 


—  186 


CHULH 


con  escándalo:    "Las  bur- 
las al  orador  acabaron  con 
un  choteo  colosal". 
Chotiüo.   Cub.   m.— El   árbol 
más  conocido  por  pimienta 
de  playa.  Véase. 
Chuchazo.   Cub.   m.  —  Golpe 
dado    con    el    chucho    (1." 
acep.).  Véase. 
Chuchear.   Cub.  v.   a. — Azu- 
zar   con    un     chucho    (1.a 
acep.). 
Chuchero.  Cub.  m. — El  em- 
pleado  de    ferrocarril    que 
cuida  del  chucho  (2.*  acep.), 
que  oíros  dicen  cambiavía, 
y    en    castellano    "guarda- 
agujas". 
Chucho»  Cub.  m. — Toma  este 
nombre  cualquier  forma  de 
látigo,  y  algunos  lo  hacen 
extensivo    a   denominar   el 
"vergajo    y    las    disciplinas. 
(Et.  De  "achuchar"). 
Chucho.    Cub.    m. — Aparato 
que,  por  medio  de  una  sen- 
cilla combinación  mecáni- 
ca,   cambia    las   agujas    en 
los     caminos     do     hierro. 
También  se  dice  con  me- 
nos   frecuencia    cambiavía. 
(Et.  Del  inglés  switch,  des- 
viador). 
Chucho.   Cub.   m.  —  Por   ex- 
tensión, ramal  corto  de  fe- 
rrocarril,     que     comunica 
una  hacienda,  ingenio,  etc., 
con  la  línea  principal. 
Chucho.  Cub.  m. — Dícese  al 
conmutador     de     corriente 
eléctrica.    (Et.    Del    inglés 
switch,  desviadero). 
Chucho.   Cub.   epic.   m. — Pez 


de  rarísima  figura,  dei  que 
sólo  puede  dar  una  idea  el 
llamado    "raya"    en  caste- 
llano. El  cuerpo  presenta  la 
forma    imperfecta    de    un 
disco,  que  puede  medir  un 
metro  entre  los  nacimien- 
tos de  la  cabeza  y  la  cola, 
por   dos   de   ancho,    alcan- 
zando la  cola,  que  más  pa- 
rece rabo,   hasta  tres  me- 
tros de  largo,  y  que  le  da 
nombre  al  pez,  por  su  se- 
mejanza    de     chucho     (1.* 
acep.) ;  la  cabeza  tiene  pa- 
recido  a   la   de   tortuga,   a 
cuyo   extremo   están   colo- 
cados  los  ojos  blancuzcos, 
con  una  raya  por  pupila; 
la  parte  inferior  del  cuerpo 
es    blanca,    y    la    superior, 
casi  negra,  con  viso  azul  o 
morado,     y     salpicada     de 
puntos  blancos;  la  epider- 
mis es  cartilaginosa;  y  se 
alimenta  de  conchas,   mo- 
luscos, etc.,  que  tritura  fá- 
cilmente, merced  a  que  su 
boca  está  casi  desprovista 
de  partes  blandas.  También 
se  llama  "obispo",  si  bien 
con  menos  frecuencia,  que 
es  como  lo  describe  la  R.  A., 
ciertamente    con    una    tan 
raquítica    explicación,    que 
por    eso    lo    hemos    hecho 
nosotros    extensamente    en 
esta  acep.  cubana. 
Chulear.  Amer.  v.  a. — Ejer- 
cer el  infamante  oficio  de 
rufián  o  chulo,  con  respec- 
to a  las  mujeres  públicas. 
En   Cuba   carece   de    otros 
significados. 


CHUPA 


—  187 


CHUKHO 


Chulería.  Amer.  f.- Vicia,  pro- 
fesión o  concurrencia  de 
chulos,  en  el  sentido  de  ru- 
fianes que  viven  de  explo- 
tar a  meretrices.  No  tiene 
en  Cuba  más  acepciones. 

Chupadeos.  Cub.  m.  pl. — 
¿antic.?-La  prenda  de  ves- 
tir muy  ceñida  al  cuerpo, 
y  la  persona  que  la  usa.  En 
este  sentido,  hemos  visto 
empleada  la  palabra  en  un 
viejo  libro  cubano  que  sen- 
timos no  recordar.  (Pudie- 
ra tener  origen  del  caste- 
llano "chupa",  pero  no  se 
explica  fácilmente  su  otro 
componente  déos,  o  sea  de- 
dos corrompido). 


Chupeta.  Cub.  f.  fam. — Véa- 
se la  frase  139  del  Apén- 
dice. (Et.  De   "chupar"). 

Chupotero,  ra.  Cub.  m.  y  f. 
— fam. — El  que  vive  de  un 
destino  del  Estado,  inde- 
bida o  inmerecidamente. 
(Et.  De  "chupar"). 

Churria.  Cub.  f. — Corrupción 
bastante  generalizada  de 
"churre". 

Churrloso,  sa.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  personas  o  cosas 
churrientas  o  que  tienen 
churre  o  churria.  Otros  di- 
cen churroso,  sa. 

Churros©,  sa.  Cub.  adj. — Lo 
mismo  que  churrioso,  sa. 
Véase. 


DAGU 


—    II 


DAJA 


D 


Dagamal.  Cub.  m.  —  Sitio 
donde  abunda  el  árbol  da- 
game.  Véase. 

Dagame.  Cub.  m — Árbol  sil- 
vestre y  común,,  de  tronco 
liso  y  alto  sin  ramaje,  re- 
matado con  una  pequeña 
copa  de  hojas  chicas,  de 
llores  también  pequeñas, 
tuberosas  y  blancas,  fruto 
agradable  al  ganado,  y  ma- 
dera muy  dura  y  pesada, 
de  color  gris  amarillento, 
empleada  para  ejes  de  ca- 
rretas y  otra  carpintería 
gruesa.  (Bot.  F.  Rubiáceas; 
esp.  Calycophylum  candidi- 
simum,  D.  G.)  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas) 

Daguilla.  Cub.  í. — Árbol  sil- 
vestre cuya  elevación  os- 
cila entre  ocho  y  diez  me- 
tros por  medio  de  diámetro 
en  el  tronco,  muy  aprecia- 
do por  su  líber,  que  es 
como  un  caprichoso  teji- 
do de  encaje,  elástico  a  la 
trama,  que  usan  algunas 
campesinas  como  delantal  o 
pañuelo;  la  corteza  es  fi- 
brosa y  muy  resistente,  por 
lo  que  se  utiliza  como  cor- 


del en  forma  de  tiras,  y  la 
madera  es  mala  y  sin  apli- 
cación. (Bot,  F.  Timcleá- 
ceas;  esp.  Lagetta  lintea- 
ria,  Lam.) 

Dagui2!a  de  loma.  Cub.  f. — 
Especie  del  árbol  anterior, 
muy  semejante  a  él.  (Bot. 
F.  T.;  esp.  Lag.  valenzue- 
lana,  Rich.) 

Dagislya.  Cub.  f. —  Así  pro- 
nuncian algunos  la  voz 
anterior,  cosa  que  nos  pa- 
rece  incorrección. 

Dahao*  Cub.  epic.  m. — antic. 
— Primitivo  nombre  del 
pez  dajao.  Véase.  (Et.  Voz 
caribe,  según  Zayas). 

Dajao.  Cub.  epic.  m. — Pez  de 
agua  dulce,  de  unos  25  cen- 
tímetros de  largo,  de  cuer- 
po alargado  y  comprimido, 
cabeza  ancha,  con  el  labio 
superior  ensanchado  y  ele- 
vado al  extremo  de  la  man- 
díbula, escamas  grande?, 
cola  ahorquillada,  de  color 
algo  moreno  por  encima  y 
blanco  por  debajo.  Es  un 
estimable  bocado.  Se  parece 
algo  en  configuración  a  la 
lisa.     (Zool.     F.    Mujüidce; 


DANZ 


—  189  — 


DEBU 


esp.  D  a  j  au  s  montícola, 
Grif-f.)  (Et.  Del  caribe  da- 
hao) . 

Dajilü,  Cub.  m. — antic. — Pri- 
mitivo nombre  del  árbol  co- 
nocido por  daguilla.  Véase. 

Dale.  Cub.  m. — Juego  de  mu- 
chachos con  bolitas,  mates 
u  otros  objetos,  que  se  lan- 
zan para  producir  el  cho- 
que de  unos  contra  otros  y 
obtener  como  ganancia  la 
bolita  o  mate  que  recibe  el 
choque  perteneciente  al  ju- 
gador contrario. 

Daüa  morada,  Cnb.  f. — La 
planta  gigantón.  Véase.  Se 
conoce  la  dalia  verdadera. 

Dama.  Cub.  f. — Cigarro  puro 
o  tabaco  del  largo  corrien- 
te, pero  delgado,  poco  más 
de  un  cigarrillo  de  grueso. 
Tiene  los  usos  cast. 

Damafagua.  Cub.  f. — desusa- 
da.— Véase  majagua. 

Damasana.  Cub.  f. — En  algu- 
nos lugares  de  la  Isla,  se 
dice  al  garrafón.  (Et.  Co- 
rrupción de  "damajuana"). 

Damnificado,  da.  Común,  adj. 
— Igual  que  "perjudicado", 
la  persona  que  se  damnifi- 
ca: "Soy  el  único  damni- 
ficado en  el  asunto". 

Danza  cubana.  Cub.  i. — Bai- 
le de  figuras,  especie  de  ri- 
godón, suplantada  hoy  por 
el  danzón,  que  pudiera  lla- 
marse baile  nacional.  Véa- 
se. 

Danzón.  Cub.  m. — La  pieza 
musical  predilecta  en  todos 
los  bailes,  así  del  pueblo 
como  de   los  salones   aris- 


tocráticos, por  lo  que  me- 
rece llamarse  baile  nacio- 
nal. Su  música  no  es  deli- 
cada, pero  sí  voluptuosa  y 
de  cadencias  un  tanto  inci- 
tantes. Entra  en  su  com- 
posición, las  muchas  veces 
que  la  música  no  pertenece 
al  autor,  lo  mismo  un  se- 
lecto trozo  de  ópera  que 
cualquiera  tonadilla  calle- 
jera, predominando  un  cier- 
to gusto  de  la  música  afri- 
cana llamada  rumba.  Es  la 
pieza  con  que  terminan 
siempre  los  conciertos  de 
banda  en  los  parques,  y  no 
es  r?,ro  que  en  un  baile  se 
toquen  danzones  solamente. 

Dátil.  Cub.  m.— Suele  oirse 
para  denominar  la  planta 
comúnmente  conocida  por 
"datilera".  Tiene  la  acep. 
correcta  para  el  fruto  de 
dicha  palma.  Oíros  dicen 
palma  dátil. 

Dátil.  Cub.  adj.  —  Empléase 
como  aditamento  a  una  es- 
pecie de  ají.  Véase. 

Dátil.  Común,  m.  —  vulg.  — 
Dícese  por  "dedo"  de  la 
mano:  "Metió  los  dátiles 
en  el  plato". 

Debido,  da.  Común,  adj. — 
Lo  mismo  que  "razonable", 
"justo",  "apropiad  o"  : 
"Guardar  la  debida  com- 
postura en  la  escuela". 

Debut.  Común,  m. — Repren- 
sible galicismo  que  debe 
desechar  quien  guste  de 
hablar  bien,  ya  que  tiene 
muchas  voces  en  nuestro 
riquísimo      idioma,      como 


DBQO 


—   190 


DBNU 


"estreno",  "comienzo", 
"principio",  "presenta- 
ción", "inauguración",  etc., 
según  los  casos,  que  lo 
substituyen  con  elegancia. 
(EL  Del  francés  debut). 

Debutar.  Común,  v.  n.-Véase 
sobre  este  galicismo  lo 
apuntado  en  la  voz  ante- 
rior. (Et.  Del  francés  dé- 
buter). 

Decidido,  da*  Común,  adj. — 
— Igual  que  "firme",  "per- 
sistente", "resuelto" :  "Ten- 
go decidido  empeño  en 
aprender  el  ruso". 

Declarado,  da.  Común,  adj. 
— Lo  mismo  que  "ostensi- 
ble", "manifiesto":  "Es  un 
enemigo  declarado  de!  pro- 
greso". 

Defecadora.  Cub.  f. — En  los 
ingenios,  por  antonomasia, 
la  caldera  o  aparato  donde 
se  purifica  el  guarapo.  Es- 
ta voz,  como  denominación 
genérica  de  máquinas  des- 
tinadas al  fin  explicado,  no 
puede  ser  más  castiza,  y 
sin  embargo  no  figura  como 
tal.  Otros  la  denominan 
descachazadora. 

Degollado.  Cub.  epic.  m. — • 
Ave  de  paso  que  toma  este 
nombre  de  una  mancha 
roja  que  tiene  en  el  cuello 
el  macho,  que  cuando  adul- 
to, tiene  de  plumaje  negro 
la  mayor  extensión  del  lo- 
mo, alas  y  cola,  el  cuello  y 
la  cabeza;  el  resto  del  plu- 
maje es,  así  como  el  pico, 
blanco,  y  las  patas  azuladas 
con  visos  grisáceos;   en  el 


joven,  los  colores  son  más 
pálidos,  incluyendo  la  man- 
cha del  cuello,  que  se  pre- 
senta rosada;  la  hembra  es 
de  color  pardo  olivado,  con 
el  pecho  blanco.  Llega  a  la 
Isla  en  octubre,  de  paso 
para  los  Estados  Unidos. 
(Zoo!.  F.  Fringüidce;  esp. 
Z  amelo  di  a  ludoviciana, 
Lin.) 

Deleite.  Cub.  adj. — Empléa- 
se como  aditamento  a  una 
especie  de  bejuco.  Véase. 
Tiene  el  uso  castellano. 

Demajagua.  Cub.  f.— desusa- 
"da.  —  Véase  majagua.  (Et. 
Voz  caribe,  según  Zayas. 

Demajaguabo.  Cub.  m. — an- 
tic. — Véase  majagual.  (Et. 
Voz  caribe,  según  Zayas). 

Demajagua!.  Cub.  m.  —  des- 
usada.— Véase  majagual. 

Dentudo.  Cub.  epic.  m. — Pez 
de  unos  tres  metros  de  lar- 
go, que  es  uno  de  los  sola- 
cios más  temibles  por  la 
distribución  de  sus  dien- 
tes, colocados  en  dos  filas 
separadas,  largos  y  afila- 
dos, sobre  todo  los  ante- 
riores; tiene  el  hocico  agu- 
do, los  ojos  grandes,  suave 
la  epidermis,  de  color  azul 
obscuro  por  encima  y  pálido 
por  debajo,  y  su  carne  no  es 
apreciable.  También  se  lla- 
ma dentuzo.  (Zool.  F.  Isu- 
ridoe;  esp.  Isurus  oxyrhin- 
chus,  Raf.) 

Dentuzo.  Cub.  epic.  m. — De- 
nominación incorrecta  del 
pez  dentudo.  Véase. 

Denunciante.  Com,ún. — Dice- 


DESC 


191    - 


DUSO 


se  a  la  persona  que  de- 
nuncia. 

Derogable.  Común,  adj. — 
Denota  que  puede  derogar- 
se: "Un  decreto  deroga- 
ble". 

Desamarrar.  Cub.  v.  a. — Es 
reprensible  el  abuso  que  se 
comete  con  este  verbo  en 
el  lenguaje  corriente,  que 
tiene  abolido  el  de  "des- 
atar". Véase  lo  dicho  en 
amarrar. 

Desanimación.  Común,  f.  — 
Lo  contrario  que  "anima- 
ción": "Hubo  gran  des- 
animación en  las  fiestas  de 
este  año".  Parece  increíble 
que  voces  como  ésta  no  fi- 
guren en  el  Dic.  de  la  R  A. 

Desanimado,  éa.  Común. 
adj. — Dícese  de  algo  no 
concurrido,  poco  animado: 
"El  baile  está  desanimado" . 

Desfeordadamente.  Común. 
adv. — Denota  "con  desbor- 
damiento". 

*  Desbotona!.  Cub.  v.  a. — 
"Quitar  los  botones  y  la 
guía  a  la  planta  de  tabaco, 
para  impedir  su  crecimien- 
to y  para  que  ganen  en  ta- 
maño las  hojas".  (R.  A.). 
Algunos  emplean  este  ver- 
bo con  marcada  incorrec- 
ción, en  vez  de  "desabo- 
tonar". 

Descabezar»  Cub.  v.  n. — 
"Muy  usado  en  el  interior 
de  ia  Isla  en  significación 
de  ir,  no  derechamente,  sino 
buscando  mejor  paso  por 
las  cabezadas  de  un  río,  o 
por  las  extremidades  bajas 


de  una  loma,  etc."  (Pichar- 
do). 

Descachazadora.  Cub.  f. — 
Véase   defecadora. 

Descacbazar.  Cub.  v.  a. — Se- 
parar del  guarapo  las  im- 
purezas que  forman  la  es- 
puma   llamada    "cachaza". 

Descalabrarse.  Cub.  v.  ref. 
— fig.  y  fam. — desusada. — 
Se  descalabra  una  persona 
cuando  llega  a  su  casa  o  a 
otra  de  confianza  y  no  en- 
cuentra en  ella  a  los  mora- 
dores. En  el  sentido  de  "he- 
rir, se",  castellano,  más  _se 
dice  romperse  o  partirse  la 
cabeza. 

Descaleníarse.  Cub.  v.  ref. 
— Aplicado  solamente  con 
relación  a  caballerías;  vie- 
ne a  significar  lo  mismo 
que  "despearse",  en  caste- 
llano, pero  cuando  degene- 
ra en  enfermedad,  al  ex- 
tremo de  que  pierdan  los 
cascos  o  queden  inú  Liles 
para  camino. 

Descerezatíora.  Común,  f. — 
Aparato  o  máquina  para 
descerezar  el  café.  La  R.  A. 
dice  en  la  voz  "descere- 
zar": "Quitar  a  la  semilla 
del  café  la  carne  de  la  ba- 
ya o  cereza  en  que  está 
contenida";  pero  en  la  voz 
"cereza"  no  aparece  esta 
acep.  que  aquí  le  da. 

Descorubreo.  Cub.  m. — Así 
dicen  muchos  en  lugar  de 
"descombro",  o  sea  acción 
y  efecto  de  descombrar. 

Desconocedor,  ra.  Común. 
adj. — El  que  desconoce. 


DÉSE 


192 


DÉSE 


Desconsideración.  Común. 
f. — Acción  y  efecto  de  des- 
considerar: "Fulano  tiene 
muchas  desconsideraciones 
con  su  familia". 

Desechable.  Común,  adj. — 
Aplícase  a  algo  que  puede 
desecharse. 

Desechito.  Cub.  m. — -Dícese 
en  conjunto  a  las  hojas  de 
tabaco  inmediatamente  in- 
feriores en  calidad  a  las 
nombradas  desecho.  A  más 
de  barbarigmo,  como  se  ve- 
rá en  la  voz  siguiente,  se 
traía  de  un  diminutivo  que 
no  puede  admitirse  sin 
menoscabo  del  bien  hablar. 

Desecho.  Cub.  m.— Dícese  al 
tabaco  en  rama  de  hojas 
grandes,  suaves,  .de  supe- 
rior aroma  y  caiidad.  Tam- 
bién se  dice  desecho  lim- 
pio, lo  cual  es  un  doble 
barbarigmo,  porque  no  se 
aviene  la  limpieza  a  califi- 
car lo  que  se  desecha,  que 
es  siempre  lo  insignifican- 
te, malo,  de3prí?ciable,  dan- 
do por  resultado  de  esto, 
qUe  desecho  es  el  otro  bar- 
barigmo, toda  vez  que,  para 
hablar  en  castellano  de  mo- 
do que  nos  entiendan,  de- 
biera significar  lo  inferior 
del  tabaco  y  no  algo  de  lo 
superior. 

De&acbo.  Amer.  m.  —  Trozo 
iiQ  camino  formado  por  el 
mismo  tránsito,  que  se  des- 
vía de  una  carretera  para 
salvar  un  tramo  peligroso 
©  en  reparación.  Así  es  co- 
mo dice  el  pueblo  y  alguna 


gente  culta,  sin  que  les  fal- 
te razón,  puesto  que  es 
punto  donde  se  desecha  el 
verdadero  camino;  pero 
admisibles  son  las  razones 
para  decir  deshecho,  de 
"deshacer",  si  además  es- 
tán apoyadas  por  la  voz 
castellana  "deshecha",  de 
parecido  significado. 

Desecho  limpio.  Cub.  m. — 
Véase   desecho    (1.a    acep.). 

Desembarrancar.  Común,  v. 
a. — Sacar  o  poner  a  flote 
una  embarcación  que  ha 
embarrancado. 

Desembuilador,  ra.  Cub.  adj. 
— fam. — :Lo  contrario  de 
embullador,  ra.  Véase. 

Desembullamiento.  Cub.  m. 
—fam. — Igual  que  desem- 
bullo, pero  de  menos  uso. 
Véase. 

Desembullar,  se.  Cub.  v.  a. 
y  ref.  —  fam. —Lo  contra- 
rio que  embullar,  se.  Véase. 

Desembullo.  Cub.  m.— fam. 
Que  no  hay  embullo:  "Veo 
mucho  desembullo  para  el 
baile  del  domingo". 

Desencabuyar,  se.  Cub.  v.  a. 
y  reí'. — fig.  y  fam. — Véase 
encabuyar,  se. 

Desenroscar,  se.  Común. 
v.  a.  y  reí. — Sacar  o  qui- 
tar una  cosa  que  está  en- 
roscada: "Desenroscaré  la 
tuerca";  "la  culebra  se 
desenroscó  del  árbol".  No 
se  puede  expresar  esto  en 
mejor  castellano,  aunque 
sea  sin  autorización  de 
la  R.  A. 

Desentongar.    Cub.    v.    a. — 


DSSH 


193 


Deshacer     una    tonga.    Lo 
contrario  de  entongar.  Véa- 
se. 
Desfavorablemente.  Común. 
adv. — Lo  que  no   es   favo- 
rable:    "El    tribunal    falló 
desfavorablemente   para   el 
demandante". 
Desgarradura.     Arner.     f.  — 
Acción  y  efecto  de  desga- 
rrar.   Véase.    También    se 
dice  desgarro. 
Desgarrar.  Arner.   v.  n. — Lo 
mismo    que    "expectorar". 
Tiene  los  usos  castellanos. 
Desgarro.  Arner.  m. — Esputo. 
También  se  dice  desgarra- 
dura. Véase. 
Desguasar,  se.  Cub.  v.  a.  y 
ref. — Es  el  verbo  "desgua- 
zar", corrompida  la  z  en  s 
hasta  por  los  no  criollos,  al 
extremo    de    que    nadie    o 
contadísimas    personas    lo 
pronuncien  bien.  Se  usa  en 
su  aeep.  marítima,  pero  se 
extiende  a  todo  acto  en  que 
se  destroza  o  desbarata  una 
cosa  con  algo  de  violencia: 
"La  niña  desguasó  la  mu- 
ñeca";   "algo    se    desguasó 
en  la  cocina". 
Desguase.    Cub.    m. — Acción 
y  efecto  de  desguasar.  Véa- 
se. Debiera  decirse  desgua- 
ce,   aun    cuando    no    esto 
aceptado  por  la  R.  A.;  pero 
todavía   es  más   incorrecto 
decir    desguaso,   cual    em- 
plean muchos. 
Desguaso.   Cub.   m.  —  Véase 

desguate. 
Deshecho.  Arner.  m. — Véase 
desecho  (2.a  acep.). 


Deshijar.  Cub.  v.  a. — Quitar 
a  las  plantas  de  cultivo,  es- 
pecialmente a  la  de  tabaco, 
a  cada  cambio  de  luna,  los 
retoños,  chupones  o  hijue- 
los que  le  absorben  savia, 
con  daño  del  buen  desarro- 
llo. En  otros  países  se  dice 
deshijuelar  (que  tampoco 
ha  recibido  el  bautismo 
académico),  y  nos  parece 
más  correcto,  pues  deshijar 
sería  más  aplicable  a  la 
operación  de  arrancar  los 
hijos  que  broten  al  pie  de 
la  planta.  Pero  mejor  se  di- 
ría "podar". 

Deshipotecar.  Común,  v.  a. 
— Quitar  o  levantar  una  hi- 
poteca: "He  deshipotecado 
mi  casa". 

Desilusión.  Común  f. — Una 
ilusión  perdida:  "Tal  su- 
ceso me  ha  causado  una 
gran  desilusión".  Sorpren- 
de ver  que  ao  figuren  voces 
como  ésta  en  el  Dic.  oficial. 

Deslindahle.  Común,  adj. — 
Que  puede  deslindarse. 

Desnsaniguar.  Cub.  v.  a. — 
Arrancar,  cortar  o  quemar 
la  manigua  (véase)  de  un 
terreno. 

Desnsaniguarse.  Cub.  v.  ref. 
— fig.  y  fam. — Trocar  las 
costumbres  y  hábitos  cam- 
pesinos por  los  ciudada- 
nos: "Hace  tres  años  que 
Jacinto  vive  en  el  pueblo, 
y  todavía  no  se  desmani- 
guón.  Lo  contrario  es  en- 
maniguarse. 

Desmochar.  Cub.  v.  a. — fig. 
y  fam. — Degollar  con  ma- 


13 


DBSP 


—  194  — 


DBSP 


chete:  "Jorge  y  Nicolás 
fuéronse  de  palabras,  y  el 
primero  desmochó  al  se- 
gundo  de  un  machetazo*. 

Desmoreceré^»  Cub.  v.  reí. — 
poco  uso. — Ligero  síáeope 
o  pérdida  momentánea  da 
la  respiración,  por  en  as- 
ceso  do  risa  o  do  Danto.  Es 
lástima  que  no  se  divul- 
gue este  verbo,  ya  que  no 
tenemos  uno  en  castellano 
que  determine  con  tañía 
propiedad   la  idea, 

Desmorecido,  cfes  Cub.  p.  p. 
y  adj. — poco  uso.™ Aplícase 
a  la  persona  que  se  des- 
moroce.  Véase  desmorecer- 
se. 

DesíííorceIdf¿ra.  Cub.  í.  — 
Véase   desmote  cimiento. 

DesEJíoreciEniento.  Cub.  m. — 
Acción  y  efecto  de  desmo- 
recerse. Algunos  dicen  des- 
morecidura. 

Desorejado,  da¡  Cub.  f.dj. — 
En  Cuba  tiene  esta,  voz. más 
suave  significado;  quiere 
decir  pródigo,  derrochador : 
"Juan  se  volvió  un  desore- 
jado desde  que  se  sacó  la 
lotería". 

Despabilarse.  Amer.  v.  ref, 
— vulg.— Marcharse  solapa- 
damente de  un  lugar.  En 
Cuba  se  usan  más  los  ver- 
bos fletarse,  rajarse,  abrir- 
se y  otros.  Tiene  ios  em- 
pleos castellanos. 

Despachurramiento.  Común. 
m. — Acción  y  efecto  de  des- 
pachurrar. 

iíladors,    ra.    Cub.    m. 
-La  persona  que  tiene 


por  oficio  quitar  los  pali- 
llos y  nervios  a  las  hojas 
de  tabaco.  Incluímos  como 
cubana  esta  voz  aun  cuan- 
do pudiera  no  serlo,  por- 
que no  la  hemos  visto  re- 
cogida por  ningún  diccio- 
nario. 

Desparramo*  Cub.  m. — Des- 
parcimiento desordenado  de 
personas  o  cesas;  cuando 
se  refiere  a  las  primeras, 
gana  en  donosura.  Es  lo 
mismo  áesparmrn- %m iertfo, 
no  usado  en  Cuba,  que  tam-* 
poco  acepta  la  R.  A.,  y  3e>- 
ría  lo  menos  que  fie  le  pu- 
diera pedir,  ya  que  inclu- 
ye en  el  Dio.  las  palabras 
"desparramado,  da",  "des- 
parramador, ra",  y  "despa- 
rramar", por  lo  que  no  se 
adivina  la  razón  para  no 
admitir  desparramaniiento. 

Despatarrar;  se.  A,mer.  v.  a. 
y  ref. — Así  dicen  algunos 
por  "despachurrar,  mn,  de 
uso  cast.  (EL  De  "despata- 
rrar"). 

Despeíozadura.  Cub.  1- des- 
usada. —  Véase  despeluza* 
miento. 

Despeiu^sniiento.  Cub.  m. — 
desusada.— Acción  y  efecto 
de  despeluzar:.  en  acep.  cu- 
bana. Entre  gente  que  ha- 
bla bien  conserva  el  uso 
castellano. 

DeEpcSa.'Ear.  Cub.  v.  a. — des- 
usado.—  Despojar  a  una 
persona  de  todo  su  dinero 
y  bienes,  particularmente  si 
es  en  el  juego.  Se  usa  mu- 
cho más,  y  es  más  propio  y 


DHSP 


195 


DESU 


significativo  el  verbo  caste- 
llano "desplumar",  en  su 
sentido  figurado.  Entre 
gente  que  habla  bien,  este 
verbo  cubano  no  tiene  más 
uso  que  el  castellano. 

Pe&p&llejadura*  Amer.~l. — 
Lo  mismo  que  "desolladu- 
ra". No  faltará  quien  así 
diga  por  tierras  de  Casti- 
lla, con  indiscutible  propie- 
dad, 

Despellejar.  Común,  v.  a. — 
fig.  y  fam.  —  Murmurar, 
hablar  mal  de  una  persona: 
"Esa  mujer  despelleja  a 
cualquiera  que  esté  ause~i- 
te".  Tiene  el  otro  uso  east. 
natural. 

Despepitar,  Cub.  v.  a.~ Eóte 
verbo,  en  el  sent;do  de  qui- 
tar las  pepitas  a  frutos 
agrícolas,  es  castellano, 
aunque  no  lo  tenga  per  tal 
la  R.  A.  En  Cuba,  por  an- 
tonomasia, empléase  por 
desmotar,  en  el  sentido  de 
quitar  las  pepitas  y  motas 
a  los  capullos  de  la^  plan- 
tas algodoneras,  ace  tam- 
poco ügura  ea  la  14.*  edi- 
ción del  Dio,  académico. 

Despercatarse»  Cub.  v.  ref. 
— muy  vulg  .—-.Baste  decir 
que  es  lo  contrario  de  "per- 
catarse", par-a  que  nos  exi- 
mamos de  comentar  el  dis- 
parate. 

Despernancarse.  Amer.  v. 
ref. — Abrirse  excesrv  ara  ente 
de  piernas.  En  correcto 
castellano  se  dice  "espa- 
rrancarse", y  en  muchos 
lugares    de    las   provincias 


cantábricas  de  España,  des-* 
parranearse  y  escarran- 
charse. 

¡Despídase!  Cub.  iuterj. — 
fam, — Usase  graciosamente 
para  asentir  con  entusias- 
mo o  para  ponderar  con 
calor  uca  cosa.  "¿Cómo 
quedó  el  baile? — i  Despída- 
se i  Como  nunca'".  En  el 
mismo  caso  está  ¡despídete! 

¿Despídete!  Cub.  interj. — 
fam.— Véase  ¡despídase! 

Destarradla.  Cub.  f. — "Véa- 
se destarr  amiento. 

Desíarramientó.  Cub.  m. — 
fam. — Acción  y  efecto  de 
destarrar,  se. 

Destarrar,  se.  Cub.  v.  a.  ref. 
— fam.' — Herirse  o  matarse 
en  accidente:  "Ese  ciclista 
cualquier  día  se  destarra". 
(Et.  De  tarro,  cuerno,  udes- 
farr-arse"). 

Destroncar.  Amer.  v.  a. — ■ 
Empléase  por  "desatran- 
car7', con  bastante  propie- 
dad. 

Destutanarse.  Amer.  v.  ref. 
— fig.  y  fam.  —  Demostrar 
vivo  efán  en  el  estudio  o  en 
trabajos  corporales  o  men- 
tales, con  propensión  a  en- 
fermarse. (Et.  De  "tuétano" 
c  o  f  rompido:  "  dea-tü  ian- 
arse). 

DesurtidCj  da=  Común,  adj. — • 
Aplícase  a  lo  que  no  está 
surtido;  esto  es,  que  no 
presenta  las  consiguientes 
variedades :  "Estableci- 
miento de  surtido  " . 

Desusado,  da-,  Común,  adj. — 
Aplícase  a  lo  que  tiene  poco 


DIAB 


196  — 


DIAC 


uso  o  que  lo  ha  perdido 
por  completo :  "Vocablo 
desusado". 

Desventajosamente.  Común. 
adv. — Significa  con  escasa 
o  ninguna  ventaja:  "Fula- 
no lucha  desventajosamen- 
te". 

Devanarse.  Cub.  v.  ref. — 
desusado. — Empléase  con 
relación  a  los  niños,  cuando 
hacen  contorsiones  en  el 
suelo,  por  efecto  de  risa, 
llanto,  u  otra  pasión. 

Dexagerar.  Común,  v.  a. — 
vulg.  —  Prótesis  frecuente 
en  el  vulgo  de  España  y 
América  de  "exagerar". 

Día  de  díablitos.  Cub.  m. — 
antic. -Aquél  en  que  los  ne- 
gros celebraban  su  fiesta  de 
diablitos,  y,  por  extensión, 
el  día  de  Reyes,  que  era 
como  la  fiesta  oficial  y  tra- 
dicional de  ellos. 

Diabüto.  Cub.  m. — El  negro 
que  disfrazado  con  colori- 
nes y  muy  chocarreramen- 
te,  va  haciendo  mil  inde- 
centes contorsiones,  acom- 
pasadas por  infernal  grite- 
ría, que  producen  otros 
muchos  individuos  de  su 
raza,  quienes  lo  rodean  y 
siguen  a  modo  de  proce- 
sión, la  que  toma  el  nombre 
de  comparsa  de  ñañigos. 
Este  grotesco  espectáculo, 
de  origen  africano,  esté 
muy  restringido,  y  desde 
hace  muchos  años,  sólo  se 
ha  visto  alguna  ve*  en  la 
Habana  en  díae  de  propa- 


ganda política.  Tiene  los 
usos  cast. 

Diablo.  Cub.  epic.  m. — Raro 
pez  de  muy  irregular  figu- 
ra, por  su  cabeza  ancha, 
deprimida  y  de  forma 
triangular,  rematada  con 
un  pico  elevado,  de  ojos  la- 
terales grandes,  boca  pe- 
queña subterminal,  y  con 
un  tentáculo  retráctil,  for- 
mado por  la  dorsal  espi- 
nosa atrofiada,  que  oculta 
en  una  cavidad  situada  en- 
tre la  boca  y  la  dicha  pro- 
tuberancia de  la  cabeza;  la 
mitad  posterior  del  cuerpo 
es  mucho  más  delgada  y  de 
forma  cónica;  el  lomo,  de 
color  moreno  obscuro,  está 
cubierto  de  tubérculos 
óseos  y  espinosos,  y  de 
manchas  negras,  que  des- 
aparecen después  de  muer- 
to; la  parte  inferior  es  ás- 
pera y  de  color  rojo  cobri- 
zo. Su  tamaño  es  de  un  pie. 
Hay  un  pez  conocido  en 
castellano  con  los  nombreB 
de  "escorpina",  "escorpe- 
na", "peje  diablo"  y  "dia- 
blo de  mar"  que,  a  juzgar 
por  la  descripción  de  la 
R.  A.,  pudiera  ser  el  mis- 
mo :  lo  ignoramos.  (Zool.  F. 
Maitheidce;  esp.  Ogcoce- 
phalus  ves-pertüio,  Lin.) 
Tiene  las  acep.  cast. 

Diablada.  Cub.  í. — Corrup- 
ción de  "diablura",  trave- 
sura. 

Dlacanán.  Cub.  m.  —  Según 
Zayas,  "una  de  las  varie- 
dades de  la  yuca,  reputada 


DIEZ 


197  - 


DISC 


de  muy  productiva".  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Diana.  Cub.  epic.  f. — Pez  de 
unos  25  centímetros,  de  fi- 
gura corriente,  color  mo- 
reno amarillento,  con  una 
faja  vertical  blanca  a  cada 
lado  del  vientre,  ojos  gran- 
des y  cola  bifurcada.  (Zool. 
F.  Serránidos;  esp.  Serra- 
nus  phcebe,  Poey).  Tiene 
las  acep.  ca3t. 

DiMdibí.  Cub.  m. — Así  escri- 
ben algunos,  entre  ellos, 
personas  de  amplia  ilustra- 
ción, como  Pichardo,  y  de 
tan  honda  cultura  como  Za- 
yas, la  voz  dividivi,  que 
rechaza  el  uso  de  la  b.  Véa- 
se con  i'. 

Díctamo.  Cub.  m. — La  planta 
que  hoy,  por  corrupción,  se 
conoce  más  por  ítamo.  Es 
de  advertir  que  no  se  trata 
del  díctamo  que  describe  la 
R.  A.  y  que  es  aceptable  la 
corrupción  para  evitar  con- 
fusiones. 

Díctamo  real.  Cub.  m.  —  Lo 
mismo  que  díctamo.  Véase 
ítamo. 

Dichosón,  na.  Cub.  adj. — 
faro. — Equivale  a  "dichoso, 
sa";  pero  expresado  con 
cariño  y  aludiendo  a  cosa 
momentánea  y  transitoria, 
y  no  con  el  carácter  de  es- 
tabilidad que  siempre  tie- 
ne el  adjetivo  castellano. 

Diente  de  perro.  Cub.  m. — 
Roca  a  flor  de  tierra  que 
presenta  la  superficie  eri- 
zada de  picos. 

Diez   dei    día.    Cub.    f.    ni. — 


Véase  verdolaga  de  sabana. 
Diferiencia.  Común,  f. — vulg. 

— Corrupción,  entre  gente 
rústica  de  España  y  Amé- 
rica, de  "diferencia". 

Dímpués.  Amer.  adv. — vulg. 
— Corrupción  de  "después". 

Dir.  Común,  v.  n. — Corrup- 
ción entre  gente  rústica, 
únicamente  en  infinitivo, 
del  verbo  "ir". 

Dirigible.  Común,  adj. — De- 
nota que  puede  dirigirse. 

Dirigible.  Común,  ra. — Díce- 
se  al  moderno  globo  aeros- 
tático, de  segura  dirección: 
"Los  dirigibles  han  desem- 
peñado buen  papel  en  la 
guerra  europea". 

Dirigirse.  Común,  v.  ref. — 
Encaminarse:  "Me  dirijo  a 
la  oficina". 

Disciplina.  Cub.  f. — Véase 
disciplinilla.  Tiene  las  acep. 
castellanas. 

Disciplinaria.  Cub.  f. — Véase 
disciplinilla. 

Disciplinilla.  Cub.  i. — Plan- 
ta parásita  que  se  desarro- 
lla en  los  árboles,  con  el  as- 
pecto de  disciplina  de  azo- 
tar, de  donde  proviene  su 
nombre,  por  sus  tallos  de 
más  de  dos  metros  de  lar- 
go, articulados  y  sin  hojas, 
y  con  flores  moradas,  ver- 
des, rosadas,  etc.,  en  pinas 
al  extremo;  fruto  en  bayas 
con  muchas  semillas  bri- 
llantes. También  se  nombra 
disciplina  y  disciplinaria. 
(Bot.  F.  Cácteas;  esp. 
Rhipsalis  cassytha,  G.)  Tie- 
ne el  uso  cast. 


DOBL 


198 


DON 


Díseipiinüla.  Cub.  f. — Plan- 
ta indígena  parecida  a  la 
precedente,  pero  que  se 
desarrolla  en  terrenos  pe- 
dregosos, y  con  los  tallos 
lechosos  y  florecillas  ama- 
rillas. Como  a  la  otra,  se 
llama  también  disciplina  y 
disciplinaria.  (Bot.  F.  JEtí- 
foroiáceas;  esp.  Euphorbia 
cassühoides). 

Disco,  Cub.  m. — fam. — Dí- 
cese  ü  la  moneda  de  un 
duro  de  plata,  aunque  tan 
discos  sean  las  demás  mo- 
nedas. Véase  la  frase  12 
del  Apéndice,  Tiene  ios 
usos  castellanos. 

Divertidamente.  Común,  adv. 
— Con  regocijo  o  diversión: 
"Hemos  pasado  muy  diver- 
tidamente el  día  en  el 
campo". 

Dividivi.  Amer.  m. — El  árbol 
más  conocido  en  Cuba  por 
guatapaná.  Véase.  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Doblada.  Cub.  i. — fam.— Ac- 
ción y  efecto  de  doblar,  se. 
Otros  dicen  doblón,  como 
aumentativo. 

Dcblada3.  Cub.  f.  pl.— El  re- 
pique de  campanas  a  la 
puesta  del  sol,  cor-ocido  por 
"toque  de  ánimas " 

Doblar,  se.  Cub.  v.  a.  raf. — 
flg.  y  fam. — Lo  mismo  que 
"avergonzar,  se",  "correr- 
se": "José  se  dobla  por  el 
más  mínimo  requerimien- 
to": "Pedro  dobló  a  Igna- 
cio con  unos  cuantos  des- 
propósitos". 

Doble.    Común,    m.  —  En    el 


juego,  el  naipe  que  forma 
pareja  y  es  igual  a  otro  en 
valor.  Tiene  los  demás  usos 
castellanos. 

Debfór?.  Cub.  m. — fam. — Véa- 
se doblada.  Tiene  las  acep. 
castellanas. 

Doblón  de  a  dos.  Cub.  m. — 
Moneda  de  oro,  cuyo  valor 
intrínseco  son  dos  duros  de 
plata,  y  que  más  general- 
mente se  llama  "escudo", 
su  nombre  castellano.  Al- 
gunos dicen  dobloncito,  y 
es  más  propio  que  doblón 
do  a  dos. 

Doblón  de  un  peso.  Cub.  m. 
— La  moneda  de  oro  que 
vale  cinco  pesetas.'  Tam- 
bién se  llama  escudito,  y 
con  sus  nombres  castella- 
nos "escudillo'''  v  "dobli- 
11a". 
"DobloncSto.  Cub.  m. — Doblón 
de  a  dos.  Véase. 

Doce  de!  día.  Cub.  í.  pl. — 
Véase  buenastardes. 

Dominico.  Cub.  epic.  m.-Pa- 
jarillo  de  plumaje  prietuz- 
co salpicado  de  pintas  blan- 
cas, pico  encorvado,  y  que 
emite  unos  chillidos  des- 
agradables. Tiene  las  acep. 
castellanas. 

Dominico.  Cub.  m. — En  algu- 
nos lugares  de  la  región 
oriental,  recibe  este  nom- 
bre una  especie  de  cama- 
rón prietuzco  con  pinzas. 

Don  Carlos.  Cub.  m. — Véase 
piñón  vómico. 

Don  Carlos.  Cub.  adj. — Em- 
pléase como  aditamento  de 
yerba,    para     nombrar     la 


DORil 


199 


DÜLZ 


más  conocido  por  cañuela 
(2.a  acep.) 

Dcnque,  Cub.  m. — Bomba  ab- 
sorbente ce  grande  tamaño. 
(Et.  Del  inglés  donksy). 

Dorad?*  da.  Cub.  Qdj. — Aplí- 
case a  ¡as  caballerías  de  co- 
lor de  almagre  acaobado. 
Tiene  el  uso  oast. 

Dorado,  «3a.  Cub.  in.  y  f, — 
Especie  de  mosca  prietuz- 
ca con  el  extremo  de  color 
dorado,  donde  tiene  una 
ponzoña  con  la  que  produce 
fuertes  y  venenosas  pica- 
das. Habita  en  los  terrenos 
cenagosos. 

Dormidera.  Cub.  f. — La  plan- 
ta americana  descrita  por 
la  R.  A.  con  el  nombre  de 
"sensitiva",  que  también 
se  llama  así  en  Cuba.  Otros 
dicen  adormidera,  dormi- 
lona y  moriviví. 

Dorial-lona.  Cub.  f. — Véase 
dormidera. 

Dormilonas*  Ámer.  i.  pl. — 
Pendientes  de  oreja,  redon- 
dos y  con  brillantes,  y  una 
esmeralda  en  el  centro.  Muy 
rara  vez  se  emplea  el  sin- 
gular. 

Dormir,  se.  Cub.  v.  a. — fig. 
y  fam. — Engañar  ccn  arti- 
ficios a  una  persona  hasta 
convencerla  de  que  una 
cosa  es  buena,  siendo  real- 


mente mala  o  encontrada 
con  su  deseo.  Es  una  acep- 
ción no  exenta  de  gracia 
del  verbo  "dormir".  "An- 
tonio durmió  a  Pedro  y  le 
hko  firmar  la  escritura"; 
"Aniceto  me  duerme  con 
sus  gracias". 

Droga.  Cub.  f. — En  la  jerga 
comercial,  Be  dice  al  género 
de  venta  muy  dificultosa 
o  que  lo  rechaza  el  públi- 
co. También  se  dice  maru- 
ga. Tiene  el  uso  cast. 

Drogéa.  Cub.  m. — -Aumenta- 
tivo de  droga.  Véase. 

DuchL  Cub.  m.  —  antic.  — 
Asiento  tosco  de  madera, 
do  una  sois  pieza,  que  se 
construía  algunas  veces  con 
forma  de  animal  cuadrú- 
pedo, (Et.  Corrupción  del 
caribe  áujo,  duho). 

Dulcfe.  Cub.  adj. — fam.  Véan- 
se la  frase  5 i  y  el  refrán 
7  en  los  respectivos  Apén- 
dices. Tien'9  los  uso3  cast. 

Dulce.  Cub.  adj. — Aplícase  al 
individuo  que  blasona  de 
que  se  enamoren  fácilmen- 
te de  él  las  mujeres.  Tam- 
bién se  dice  dulzón. 

Dulzón.  Cub.  adj.  —  Véase 
?ulc.e.  Caroce  de  forma  fe- 
menina en  esta  acep.  cu- 
bana; pero  tiene  las  caste- 
llanas. 


EBAN 


ÍOO 


Ébano  amarillo.  Cub.  m. — El 
árbol  más  conocido  por  jo- 
cuma  amarilla.  Véase. 

Ébano  amarillo.  Cub.  m. — 
Otro  árbol  más  conocido  por 
palo  blanco  (2.a  acep.)  Véa- 
se. Debiera  desecharse  el 
nombre  de  "ébano"  para 
este  árbol  y  el  anterior,  a 
fin  de  evitar  confusiones, 
puesto  que  no  forman  parte 
del  grupo  de  las  ebenáceas. 

Ébano  carbonero.  Cub.  m. — 
Es  el  árbol  comúnmente  co- 
nocido por  "ébano",  inclu- 
so en  Cuba,  de  corazón  muy 
negro  y  albura  blanca,  que 
describe  la  R.  A. 

Ébano  mulato.  Cub.  m. — Va- 
riedad del  ébano,  de  madera 
negra  con  vetas  más  cla- 
ras, pesada,  dura  y  que  ad- 
mite muy  suave  pulimenta- 
ción. Empléase  en  ebanis- 
tería. 

Ébano  real.  Cub.  m. — Espe- 
cie de  ébano  de  menores 
proporciones  que  el  común, 
cuya  madera  es  enteramen- 
te de  un  negro  intenso  e 
incorruptible,  con  la  que 
se  fabrican  preciosos  mue- 


bles, y  es  preferida  para 
bastones,  aunque  tiene  la 
dificultad  de  ser  algo  vi- 
driosa, si  bien  muy  dura. 
(Bot.  F.  Ebenáceas;  esp. 
Diospyros  tetrasperma, 
Sw.). 

Ébano  verde.  Cub.  m. — Va- 
riedad del  ébano  común, 
originario  de  América  del 
Sur,  que  se  caracteriza  por 
su  apreciada  madera  de  co- 
lor aceitunado  obscuro  con 
vetas  más  pálidas. 

Elevado,  da.  Común,  adj. — 
Lo  mismo  que  "alto": 
"Montaña  muy  elevada". 

Elevador.  Común,  m.  —  El 
aparato  destinado  a  elevar 
personas  o  cosas,  más  cono- 
cido por  "ascensor". 

Elevad©r9  ra.  Común,  adj. — 
Aplícase  a  algo  que  eleva. 

Embadurnamlento.  Común. 
— Acción  y  efecto  de  em- 
badurnar. 

Embalador.  Cub.  m. — Vitola 
fina,  algo  mayor  que  la  co- 
rriente, de  cigarro  puro. 
Tiene  las  acep.  cast. 

Embalsamar,  se.  Cub.  v.  a. 
y  ref. — vulg.  —  Equivale  a 


EMBB 


201  - 


EMBO 


"embriagar,  se",  en  su  sen- 
tido natural:  "Jacobo  es 
muy  aficionado  a  embalsa- 
marse". 

Embarcar.  Cub.  v.  a. — flg.  y 
vulg. — Con  respecto  de  una 
persona,  injuriarla  con  de- 
nuestos para  alguno  de  sus 
progenitores.  Tiene  los 
usos  castellanos. 

Embarcar,  se.  Amer.  v.  n.  a. 
y  ref.  —  Tomar  el  tren  o 
mandar  una  mercancía  en 
él.  Es  un  barbarismo  de 
los  gordos,  puesto  que  sólo 
es  aplicable  a  embarcación. 
Pero  de  no  decirse  entre- 
nar, se,  que  ni  se  usa  en  tal 
sentido  ni  sería  muy  pro- 
pio, bien  puede  tenerse  por 
de  admisible  uso,  ya  que 
en  castellano  son  impres- 
cindibles tres  palabras  para 
expresar  esa  idea  que  re- 
clama una  sola  voz. 

Embarcircado.  Cub.  m. — La- 
bor de  mujer  en  tejidos, 
especie  de  randa. 

Embarcinar.  Cub.  v.  a. — Sa- 
car hilos  de  un  tejido  para 
hacer  el  embarcinado.  Véa- 
se. 

Embarrilar.  Cub.  v.  a. — flg.  y 
vulg. — Se  oye  en  boca  de  la 
plebe,  dándole  significado 
de  "matar",  y  lo  ponen  en 
ejecución  los  bravateros 
cuando  por  casualidad  son 
homicidas:  "Ese  embarrila 
a  cualquiera";  "no  te  me- 
tas con  ése.  porque  te  em- 
barrilará". 

Embeleso.  Cub.  m. — - La  plan- 
ta de  jardinería  que  se  lla- 


ma en  castellano  "belesa", 
nombre  también  conocido 
en  Cuba,  y  además  jazmín 
azul  y  azulejo,  impropia- 
mente este  último,  porque 
da  lugar  a  confusión  con  el 
verdadero  azulejo. 

Embeíuuar.  Cub.  v.  a. — Hu- 
medecer el  tabaco  en  rama 
con  el  líquido  que  se  ob- 
tiene por  infusión  de  pa- 
lillos y  venas  de  la  misma 
plañía,  llamado  betún.  El 
vulgo  corrompe  la  voz  y 
suele  decir  muy  frecuente- 
mente betumear.  Tiene  la 
acep.  cast. 

Embicadura.  Cub.  f. — Véase 
embique. 

Embicar.  Cub.  v.  a.  y  n. — El 
caso  de  que  una  cosa  caiga 
ajustada  en  una  cavidad  u 
hoyo,  y  también  que  se  me- 
ta o  tire  exprofesamente. 
Algunos  dicen  embocar,  de 
donde  acaso  derive  por  co- 
rrupción. 

Embique.  Cub.  m. — Acción  y 
efecto  de  embicar.  Otros 
dicen  embicadura. 

Embocadura.  Cub.  i.— Igual 
que  embicadura.  Véase  em- 
bicar. 

Embocar.  Cub.  v.  a.  y  n. — 
Véase  embicar.  Tiene  las 
acepciones  castellanas. 

Embonabie.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  lo  que  está  ajusta- 
do, a  la  medida  con  rela- 
ción a  otra  cosa.  Véase 
embonar. 

Embonadura.  Cub.  f. — ¿Acción 
y  efecto  de  embonar. 


SMEU 


102 


EMPA 


Embonaré  Cub.  v.  a. — Aco- 
modar, encajar,  ajustar  una 
oosa  a  ctr^. 

Emboque.  Cub.  m.-Igu*1-]  que 
embique.  Véase  eralñcar. 
T'ene  ia  í.cqt>.  easi. 

Embuchado.  C-vb.  m, -Enfer- 
medad de  Iíjs  aves  que  pro- 
viene de  comer  alimentos 
malos  o  con  exceso.  Tiene 
las  acep.  cast. 

Embuchaco  de  la  sierra. 
Cub.  m. — Se  .dice  al  sabro- 
so embutido  de  carne  ado- 
bada, que  se  recibe  de  Ex- 
tremadura. 

Embullador,  ra.  Cub.  adj. — 
fam.— Aplícase  a  la  persona 
que  anima  a  otra  a  tomar 
alegre  participación  de  al- 
go, (Et.  Do  "bulia":  em- 
b%illo.-dor,  ra). 

Embulladura*  Cub.  i. — -fam. 
Lo  mismo  que  embullo,  pe- 
ro de  menos  uso. 

Embullamiento.  Cub.  m. — 
fam.  —  Igual  que  embullo, 
pero  menos  usado. 

Embullar,  ¡se.  Cub.  v.  a.  y 
ref. — fam.  —  Decidirse  con 
regocijo  a  una  cosa,  a  ins- 
tancias de  otra  persona  o 
por  espontáneo  entusias- 
mo. Admite  antepuesta  la 
preposición  des\  Embullé 
a  Daniel  para  ir  al  teatro"; 
"Pedro  se  embulló,  y  nos 
acompañará".  (Et.  De  "bu- 
lla":   em-bull-ar,   se). 

Embuí!©.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Acción  y  efecto  de  embu- 
llar, se.  Otras  veces  se  oye 
embulladura  y  embulla- 
miento.   "Hay   mucho   em- 


bullo para  la  velada";  "ya 
pasó  el  embullamiento" . 

Emburujar.  Araer.  v.  a,— fig. 
y  fam. — Atropellar,  confun- 
dir, desconcertar  a  una 
persona:  "Habíame  claro  y 
no  trates  de  emburújate- 
me". 

Empacho,  Cub.  m.  —  fam. — 
Véase  la  frase  224  del 
Apéndice. 

Encajadura.  Amer.  f. — poco 
uso.-— Acción  y  efecto  de 
empajar.   Véase. 

Eíapalsa*,  -s*.  Arríe?,  v.  a.  y 
ref. — poco  uso. — Llenarse  el 
estómago  de  cosas  insubs- 
tanciales o  dañinas. 

Empaquetar,  &&.  Amer.  v.  a. 
y  ref. — ñg.  y  fam. — Lo  mis- 
mo que  "ataviar,  se";  "aci- 
calar, so".  Es  de  notar  que 
la  P...  A.  acepta  el  america- 
nismo "empaque"  en  tal 
sentido.  En  el  Continente  es 
costumbre  decir  "paquete" 
por  "elegante".  Tiene  las 
acep.  cast. 

Empastar.  Cub.  v.  a. — Des- 
tinar un  terreno  para  pas- 
to: "Esta  finca  la  voy  a 
empastar  el  año  próximo". 
Tiene  los  usos  cast. 

Empatadura.  Amer.  f. — Ac- 
ción y  efecto  de  empatar. 
Se  dice  más  empate  en  1." 
y  2."  acepciones  *de  empa- 
tar. Véase. 

Empatar.  Amer.  v.  a. — .Unir 
o  juntar  las  extremidades 
de  dos  cosas  iguales,  como 
cordeles,  tejidos  o  trozos  de 
madera,    de   modo   que   no 


BitPJS 


203  — 


se  note  la  unión  o  la  jun- 
tura. 

Empatar.  Amer.  v.  a.  —  Por 
extensión,  unir  por  medio 
de  iazos  o  nudos  trozos  de 
hilo,  cordel,  ote.  Tiene  ios 
usos  cast. 

Empatar.  Cub.  v,  n. — fig.  y 
iam. — Se  emplea  este  ver- 
bo muy  graciosamente,  con 
el  pronombre  la  por  com- 
plemento directo,  antepues- 
to o  pospuesto;  para  sig- 
nificar ^ue  un  individuo  se 
embriaga  dos  o  más  veces 
sin  intervalos  de  verdadera 
lucidez;  "Damián  se  em- 
borracha los  domingos  y  la 
empata  les  lunes";  *ése  las 
empata  siempre". 

Empelar.  Amer.  v.  a. — flg.  y 
fam. — Decir  seguidamente 
disparates,  mentiras,  inju- 
rias, etc. 

Empate*  Amer.  m. — Acción  y 
efecto  de  empatar  (1.a  y  2.a 
acep.)  - 

Empedrado,  ría.  Cub.  adj. — 
Se  sobrepone  al  adjetivo 
inoro,  ra  (véase),  para  sig- 
nificar que  las  manchas 
prietas  son  redondeadas, 
por  lo  que  también  se  dice 
moro  o  mora  de  concha. 
Tiene  el  uso  de  substantivo 
castellano. 

Empelotado,  da.  Cub.  adj. 
—  fam.  —  Muy  enamorado, 
atortelado.  Véase  empelo* 
tarse  (2.a  acep.). 

Empeloiadura.  Cub.  f. — Véa- 
se empelotamiento. 

Empelotamiento.  Cub.  m. — 
Acción  y   efecto  de  empe- 


lotar, .se  (1."  y  2."  acep.) 
También  se  dice  empelota- 
dura 

Empelotar,  ae.  Arr.-er.  y.  a. 
y  ref, — Desnudar,  se;  po- 
nerse en  cueros.  "Yo  no  me 
empeloto  para  dormir".  En 
Cuba  se  dice  más  encuerar, 
se.  (Et.  De  en  pelota,  gra- 
cioso modo  adv.  cast.) 

Empelotara©.  Cub.  v.  ref. — - 
fsm. — Enamorarse  apasio- 
nadamente o  antojarse  de 
algo:  Moisés  se  empelotó 
con  Juana";  "el  niño  se 
empelotará  con  el  juguete 
si  lo  ve". 

Empellita.  Cub.  f. — Chicha- 
rrón de  la  manteca  de  cer- 
do. (Et.  De   "pella"). 

Emperador,  Cub.  epic.  ni. — 
Dícese  al  pez  espacia,  sin 
que  haya  perdido  este  nom- 
bre común  y  más  propio. 
Tiene  las  acep.  cast. 

Emperador.  Cub.  m.  —  Una 
vitola  de  cigarro  puro  ele- 
gante y  de  buena  calidad. 

Empercudirse.  Cub.  v.  ref. 
— Equivale  al  verbo  caste- 
llano "empulgarse",  o  sea 
mancharse  la  ropa  blanca 
con  pintas  obscuras  por 
haberse  guardado  húmeda. 
(Et.  Del  "percutir",  caste- 
llano). 

Empilonadle.  Cub.  adj. — 
Aplícase  al  tabaco  cuando 
se  puede  empilonar.  Véase. 

Empilonado*  Cub.  m. — Ac- 
ción y  efecto  de  empilo- 
nar. Otros  dicen  empilona- 
m  rento:  "Un  empilonado  de 
tabaco". 


ENCA 


204 


ENCA 


EmpilonamientOo  Cub.  m. — 
Véase  empilonado. 

*  Empilonar.  Cu  b.  v.  a. — 
Hacer  montones  de  tabaco 
seco  poniendo  las  hojas  ex- 
tendidas unas  sobre  otras". 
(R.  A.)  A  otras  materias  en 
este  sentido,  se  dice  siem- 
pre "apilar",  o  entongar,  su 
equivalente  cubano. 

Emplumar,  se»  Cub.  v.  a.  y 
ref.-vulg. — Recibe  muy  ca- 
prichosas y  variadas  acep- 
ciones. En  la  jerga  comer- 
cial, se  dice  por  "vender", 
cuando  se  trata  de  un  gé- 
nero o  una  propiedad  que 
vale  menos  de  lo  cobra- 
do :  "Le  emplumé  a  Fulano 
la  finca  en  más  de  lo  que 
vale".  Se  usa  como  "des- 
pedir", refiriéndose  a  un 
subalterno:  "Emplumé  a 
Juan  por  inútil  para  su 
puesto".  Er.  la  forma  re- 
flexiva, equivale  a  "beber", 
"marcharse"  y  otros:  "Me 
emplumé  antes  de  terminar 
la  función";  "se  emplumó 
él  solo  la  tarea";  "me  em- 
plumaría un  vaso  de  agua". 
En  fin,  es  de  esas  voces  po- 
pulares de  uso  particular 
para  cada  persona  que  la 
emplea.  En  la  acep.  auto- 
rizada por  la  R.  A.  casi 
nunca  se  oye  en  Cuba. 

Empotrerar.  Amer.  v.  a.  — 
Meter  el  ganado  en  un  po- 
trero o  dehesa  para  engor- 
darlo o  criarlo. 

Encabillar.  Común,  v.  a. — 
Poner  cabillas  a  una  ven- 
tana, puerta,  etc. 


Encabronadura.  Cub.  f. — 
vulg.  —  Véase  encajona- 
miento. 

Encabronaren  enío.  Cub.  m. — 
vulg. — Acción  y  efecto  de 
encabronar,  se.  Véase.  Otros 
dicen   encabronadura. 

Encabronar,  se.  Cub.  v.  a.  y 
ref. — vulg. — Lo  mismo  que 
"encolerizarse",  "enfure- 
cerse": "Los  negocios  en- 
cabronan a  Juan  con  fre- 
cuencia"; "el  león  se  en- 
cabronó". (Et.  Delcast.  "ca- 
brón"). 

Encabullar.  Amer.  v.  a. — Así 
dicen  algunos  por  encabu- 
yar. Véase. 

Encabuyar.  Amer.  v.  a. — 
Atar,  liar,  forrar  alguna 
cosa  con  cabuya  '  o  cordel. 
Otros  dicen  encabullar. 
Véase  lo  anotado  en  la  voz 
cabulla. 

Encabuyar»  se.  Cub.  v.  a.  y 
ref. — fig.  y  fam. — Confun- 
dir o  enredarse  en  algún 
asunto  de  solución  embara- 
zosa. Otros  lo  emplean  in- 
vertido :  cuando  proponen 
a  una  persona  que  les  ilus- 
tre sobre  alguna  dificul- 
tad, y  en  este  caso  más  co- 
rrectamente se  diría  des- 
encabuyar, se. 

Encachorrado,  da.  Cub.  adj. 
—vulg. — Aplícase  a  la  per- 
sona malhumorada  y  ren- 
corosa con  respecto  de 
otra,  o  que  lo  está  transi- 
toriamente. Más  suele  de- 
cirse cachorro,  rra. 

Encachorrarse.  Cub.  v.  ref. 
— vulg. — Equivale   a    "em- 


-  205 


ENCB 


perrarse",  pero  con  ren- 
cor y  mala  intención:  "Los 
hijos  mal  criados  se  enca- 
chorran cuando  los  padres 
les  zurran".  (Et.  De  "ca- 
chorro"). 

Encalabernadura.  Cub.  f. — 
fam. — Véase  encalaberna- 
miento. 

Encalabernaniiento.  Cub.  m. 
fam. — Acción  y  efecto  de 
encalabernarse.  También  se 
dice  encalabernadura. 

Encalabernarse.  Cub.  v.  ref. 
—  fam.  —  Obstinarse  con 
exagerada  terquedad:  "Si 
mi  mujer  se  encalaberna  en 
algo,  hay  que  ceder  a  sus 
antojos".  (Et.  Del  cast.  "en- 
calabrinarse", por  corrup- 
ción, ein  uso  en  Cuba). 

Encandilar.  Cub.  v.  a. — En- 
tre pescadores,  alumbrarse 
con  un  candil  para  pescar, 
pero  ha  de  entenderse  que 
los  candiles  usados  por 
ellos  son  astillas  de  cuaba, 
o  de  otro  árbol  cuya  ma- 
dera sea  combustible  y  pro- 
duzca buena  llama.  Tiene 
las  acep.  cast. 

Encapotado,  da.  Cub.  adj. — 
Aspecto  que  presentan  las 
aves  cuando  están  tristes  y 
alicaídas,  por  efecto  de  la 
enfermedad  encapotarse. 
Véase.  "Tengo  un  gallo  en- 
capotado1'. Tiene  los  usos 
castellanos. 

Encapotadura.  Cub.  f. — Ac- 
ción y  efecto  de  encapotar- 
se.  Véase.  También  se  dice 
encapotamiento. 

Encapotamiento.   Cub.   m. — 


Lo  mismo  que  encapotadu- 
ra. Véase. 

Encapotarse.  Cub.  v.  ref. — 
Enfermarse  las  aves  de 
manera  que  presenten  sín- 
tomas de  inapetencia,  in- 
movilidad, tristeza,  y  sobre 
todo  las  alas  caídas  en  for- 
ma de  capota,  de  lo  que 
proviene  el  nombre.  Tiene 
las  acep.  cast. 

Encarnizadamente.  Común. 
adv.  Con  encarnizamiento : 
"Lucharon  encarnizada- 
mente". 

Encartonar,  se.  Común,  v.  a. 
y  ref. — Estancar  o  parali- 
zar los  progresos  de  la  tu- 
berculosis en  una  persona : 
"La  tisis  se  encartona,  no 
se  cura". 

Encasquiüadura.  Cub.  f. — 
Acción  y  efecto  de  encas- 
quillarse (i.*  y  2.a  acep.). 
También  se  dice  encasqui- 
llamiento,    aunque    menos. 

Encasquillarse.  Cub.  v.  ref.- 
Quedarae  una  bala  en  el  ca- 
ñón al  disparar  un  arma  de 
fuego :  *Se  encasquilló  el 
revólver".  (Et.  De  "casqui- 
11o").  Otros  dicen  así  cuan- 
do falta  la  cápsula. 

Encasquillarse.  Cub.  v.  ref. 
— flg.  y  fam. — Acobardarse, 
acoquinarse:  "Ramón  se 
encasquillé  al  oir  los  insul- 
tos". 

Encender.  Cub.  v.  a. — ñg  y 
fam. — Lo  mismo  que  "cas- 
tigar" o  "pegar":  "Le  en- 
ciende las  costillas".  Tie- 
ne I03  usos  cast. 

Encender.  Cub.  v.  a. — ftg.  y 


ENCO 


206 


BNCU 


fam. — Obtener  en  el  juego 
gran  ventaja  sobre  el  con- 
trincante: "Encendí  a  José 
al  ajedrez". 

Encendida.  Cu£.  f.  —  fig,  y 
í'am. — Acción  y  efecto  de 
encender  en  las  dos  acep. 
cubanas:  "Rieardo  le  dio  a 
su  hijo  la  gran  encendida" ; 
"ayer  le  di  buena  en-cendÁ- 
da  al  billar  a  Enrique". 

Enclgraaterse.  Cub.  v.  reí".- — 
Así  dicen  algunas  personas 
en  lugar  de  "aciguatarse". 

Encina  criolla.  Cub.  f.-— Es- 
pecie de.  la  encina  común, 
también  cultivada  en  Cuba. 
Otros  dicen  encino  criollo. 

Encino  criojüio.  Cub.  m. — 
Véase  encina  criolla. 

Encintar.  Cub.  v.  a. — Poner 
en  los  cielos  rasos  o  techos 
las  cintas.  Véase.  Tiene  al- 
gunos usos  cast. 

Encomendería'.  Cub.  m.  —  El 
individuo  que  tiene  a  su 
cargo  ei  suministro  do  car- 
ne a  una  ciudad.  (Et,  De 
"  encomendar  "). 

Enconarle.  Ame'r.  v.  ref.-— 
poco  uso.— -Equivale  al  ver- 
bo "sisar",  en  el  mentido  da 
pequeño  hurto.  Tiene  las 
acep.  cast; 

Encordio.  Cub.  m.—~ Así  dicen 
algunos  incorrectamente  por 
"incordio",  bubón. 

Encorio.  Cub.  m. — muy  vulg. 
— Dícesc  al  pie  entre  la 
chusma.  (Et.  Voz  africana). 

Etecorjoco.  Cub.  m.  —  muy 
vulg, — El  zapato  entre  gen- 
tualla. (Et.  Del  aíricauis- 
mo  encorio;  véase). 


Eacospe.  Cub.  m. — El  árbol 
caobilla  de   sabana.   Véase. 

Encuerado,  da.  Cub.  adj. — 
Gomo  decir  en  castellano; 
"en  cueros".  En  otros  pun- 
tos de  América  equivale, 
ganando  en  donosura,  a 
"pobre".  Véase  encuerar, 
se. 

Encuerars  se.»  Cub.  v.  a.  y 
ref. — Lo  mismo  que  "des- 
nudar, se"*:  "Encueraron  al 
niño";  "me  encueraría  los 
días  calurosos".  (Et.  Del 
mod.  adv.  cast.  "en  cue- 
ros"). 

Encueriado,  úr>,>  Cub.  adj. — 
Corrupción  de  encuerado, 
da.  Véase. 

Encuevar,  se»  Común,  v.  a,  y 
ref.-I.ntroducir  alguna  cosa 
o  uno  mismo  en  una  cueva; 
Los  menos,  en  Cuba  como 
en  España,  dicen  come  lo 
autoriza  la  R.  A.:  "enco- 
var". Ei  vulgo,  p&dre  de 
todos  los  idiomas,  entiende 
poco  de  morfología,  y  por 
eso  dice  encuevar. 

Encuevarse;  Cub.  v.  ref. — 
Por  extensión,  úsaos  con  el 
individuo  muy  atajíate  de 
las  costumbres  caseras,  y 
que  se  pasa  io  más  del 
tiempo  en  su  casa:  "Un 
hombre  que  se  encueva 
mucho". 

Encujado.  Cub.  m.-~ Acción  y 
efecto  de  encujar.  Véase. 

Enejar*  Cub.  v.  a.  —  Cual- 
quier operación  realizada 
con  cu  jes  (véase),  particu- 
larmente la  de  colocar  en 
ellos  tabaco. 


".NOEU 


207  — 


"NFU 


Enchilado.  Cub.  m. -Guiso  de 
mariscos,  especialmente  del 
cangrejo  moro  o  cámbaro, 
en  cuya  salsa  entra  el  ají 
chile  como  componente,  de 
donde  proviene  su  nombre. 

Büciilian  Cub.  v.  a, — Prepa- 
rar el  enchilado.  Véase. 

Etjchsrcrtas*»  Cub.  v.  a,  —  Ma- 
niobrar con  el  chucho  (2.E 
y  4.a  acep.),  Véanse. 

Bjéchocbar.  Cub.  v.  a.-— Dejar 
en  un  chucho  (3.*  aeep.)  un 
tren  o  varios  comparti- 
mientos. 

Enchuchar,  Cub.  v.  a.- — fig.  y 
fam.  —  Encaminar  a  una 
persona  en  determinada  di- 
rección. 

Bachiicharse.  Cub.  re?. — ñg. 
y  fam.— En  forma  reflexiva 
toma  acepciones  a  capricho 
este  verbo.  Equivale  a  mar- 
charse de  un  lugar  :  "Antes 
de  que  terminara  la  vela- 
da me  enchuché'".  Otras  ve- 
ces significa  contraer  ma- 
trimonio; "Por  fin,  Fulano 
se  enchucha  con  Fulana". 
Y  no  falta  quien  degrade  el 
verbo  hasta  hacerlo  sinóni- 
mo de  "fornicar*. 

■Enchutado,  da*  Amer.  adj, — 
Aplícase  al  individuo  que 
gasta  de  vivir  entre  rufia- 
nes o  chulos,  o  que  parti- 
cipa de  eus  aficiones. 

EriéhulsxíúoVilo ,  Amer.  m.< — 
Acción  y  efecto  de  enchuté 
lar,  se.  Véace. 

Enchufar,  se.  Amer.  v.  a,  y 
ref.  —  Seguir  el  degradante 
oficio  de  chulo,  o  explota- 
dor de  meretrices. 


Enea».  Cub.  i. — Dícese  a  toda 
corteza  correosa  de  vegetal. 

Enebro  criollo.  Cub.  m. — 
Véase  sabina  criolla. 

Efifrentarse.  Amer.  v.  reoíp. 
— Encontrarse  dos  indivi- 
duos frente  a  frente,  con 
desagrado  por  parte  de  al- 
guno o  de  ambos:  "No  qui- 
siera enfrentarme  con  Fu- 
lano". 

Effifimado,  da.  Cub.  &:Ij. — 
desusado.  —  Lo  mismo  que 
"  infatuado  ",  "  envanecido  ". 
Véase  enfuñarse. 

EBfsííadtjríf,  Cub.  f. — Acción 
y  efecto  de  enfuñarse.  Véa- 
se. Otros  dicen  enfuña-* 
miento. 

Emfunsmúento,  Cub.  m.  —  Lo 
mismo  que  enfunadura. 
Véase. 

JBufaiaars*.  Cub.  v.  re?,—-c as- 
usado.  -Enorgullecerse,  en- 
vanecerse. (Et.  Corrupción 
de  "ufanarse'"';. 

Bnfuaeh&úvtt&m  Cub.  £, -Igual 
que  enfunchamiento.  Véa- 
se. 

Ejsfaachaskilé'ssto.  Cub.  m. — 
Acción  y  efecto  de  enfun- 
char, €3.  Véase.  También  se 
dice  enfuñe  hadara. 

ERf-aaohar,  se.  Cub.  v.  a.  y 
ref.  —  Enojar,  enfadarse. 
(Sí.  Del  cubanismo  fun- 
che). 

Enftiíladuira*  Cub.  í. — Acción 
y  efecto  de  enfuñarse.  Véa- 
se. También  se  dice  enfu- 
ñamiento. 

Énff«ñamte*ato.  Cub.  m. -Véa- 
se enfunadura. 

Enfuñarse.  Cub.  v.  rel-vulg. 


BNGU 


208 


ENJI 


Enfadarse,  y  manifestarlo 
gruñendo.  (Et.  Corrupción, 
por  síncopa,  de  "enfurru- 
ñarse"). 

Engolillarse.  Cub.  v.  ref. — 
fam.  —  Entramparse  una 
persona  de  vida  desordena- 
da, y  especialmente  si  tiene 
al  juego  por  causa.  Suele 
tener  los  otros  usos  caste- 
llanos. 

Engollepado,  da.  Cub.  adj. 
—  poco  uso.  —  Equivale  a 
"atragantado".  Véase  en- 
golletarse. 

Engcüepadara.  Cub.  f. — Ac- 
ción y  efecto  de  engollepar- 
se.  Véase. 

Engoliepar&e.  Cub.  v.  ref. — 
poco  uso. — Comer  con  glo- 
tonería dulces  u  otras  co- 
sas difíciles  de  ingerir,  has- 
ta atragantarse.  (Et.  De  en- 
golletarse, gollete). 

Engrincharse.  Cub.  v.  ref. — 
fam.  —  poco  uso.  —  Poner 
grave  aspecto,  mostrando 
descontento  y  hasta  enojo. 
(Et.  Probable  corrupción  de 
"engrifarse"). 

Enguadamiento.  Común,  m. 
— Acción  y  efecto  de  engua-< 
dar.  Véase.  Más  se  dioe 
enguade. 

Enguadar.  Común,  v.  a.  — 
fam.  —  Engañar  con  zala- 
mería. Es  más  usual  en  al- 
gunas provincias  españolas 
que  en  América.  Significa 
lo  mismo  que  "engatusar" 
y  acaso  sea  coirupoión  de 
ésta. 

Enguade.  Común,  m. — Véase 
engvudami&nto. 


Enhorquetarse.  Cub.  v.  ref. 
— Lo  mismo  que  "espa- 
rrancarse" en  castellano  y 
espernancarse  en  América. 
(Et,  De  "horca",  "horque- 
ta", en-horquet-arse). 

Enjabonado,  da.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  la  caballería  de 
pelo  blanco  en  la  raíz  y 
obscuro  en  el  extremo,  que 
resulta  blanquecino  en  la 
combinación.  Otras  veces  se 
antepone  rosillo,  lia,  sin  que 
varíe  el  significado.  (Et.  De 
"jabón"). 

Enjambre.  Cub.  epic.  m. — 
Dos  especies  de  peces  acan- 
topterigios,  parecidos  a  la 
cabrilla,  pero  de  menor  ta- 
maño: uno  de  color  rojo 
obscuro  con  manchas  de 
bermellón,  y  el  otro  oliva- 
do claro  con  las  manchas  de 
anaranjado  vivo,  y  tres 
manchas  redondas  negras  a 
los  lados  del  lomo.  Es  buen 
bocado.  (Zool.  F.  Percidce; 
esp.  Petromoíopon  cruen- 
tatus  y  P.  gattatus,  respec- 
tivamente). 

Enjaminado,  da.  Cub.  adj. — 
Significa  ataviado,  adorna- 
do, pero  en  sentido  nega- 
tivo, para  denotar  ridicu- 
lez o  extravagancia,  por  lo 
que  siempre  se  antepone  el 
adverbio  "mal"  u  otro  de 
parecida  expresión:  Un  ni- 
ño mal  enjaminado". 

Enjlcadura.  Cu 6.  f.— Acción  y 
efecto  de  enjicar.  Véase. 

Enjicar.  Cub.  v.  a. — Poner  en 
las  cabezas  de  las  hamaca» 


BNRA 


209    ~ 


BNSO 


los  jicos  (véase),  para  sus- 
penderlas. 

Enjillarse.  Cub.  v.  ref. — des- 
usado.— No  cuajar  el  grano 
de  maíz  u  otros. 

Enjorquetarse.  Cub.  v.  ref. — 
Corrupción  muy  extendida 
de  enjorquetarse.  Véase. 

Enmanijgpádó,  da.  Cub.  adj. 
— Aplícase  al  terreno  po- 
blado de  malezas:  "Una 
parte  muy  enmaniguada  de 
una  finca".  (EL  De  mani- 
gua). 

Enmaniguado,  da.  Cub.  adj. 
— fig.  y  fam. — Aplícase  a  la 
persona  que  ha  perdido  el 
hábito  de  la  ciudad  y  ad- 
quirido el  campestre  : 
"Juan  se  ha  enmaniguado 
completamente". 

Enmaniguarse*  Cub.  v.  ref.— 
Poblarse  un  terreno  de 
manigua,  o  sea  malezas. 

Enmaniguarse.  Cub.  v.  ref,. — 
fig.  y  fam. — Hacer  vida  de 
campo  la  persona  habitua- 
da al  ambiente  social. 

Enmatular.  Cub.  v.  a. — Ope- 
ración de  formar  matules 
con  las  hojas  de  tabaco,  y 
por  extensión,  con  cual- 
quier otra  cosa. 

Enojotarse.  Cub.  v.  ref. — Lo 
mismo  que  onojotarsc.  Véa- 
se. 

Enrajonado.  Cub.  m. — Acción 
y  efecto  de  enrajonar.  Véa- 
se. 

Enrajonar.  Cub.  v.  a. — Relle- 
nar una  obra  de  albañilería 
con  piedras  menudas  lla- 
madas rajones,  lo  que  sue- 


le suceder  en  pisos,  azo- 
teas, etc. 

Enrejar.  Cub.  v.  a. — Poner  al 
ganado  vacuno  la  soga  lla- 
mada rejo.  Tiene  los  usos 
castellanas. 

Enrolamiento*  Amer.  m.  — 
Véase  enrole.  (Et.  Del  fran- 
cés enrólement,  alistamien- 
to, reclutamiento). 

Enrolar,  se.  Amer.  V.  a.  y 
ref.  —  Equivale  a  "alistar, 
se",  tratándose  del  reclu- 
tamiento de  ¡ropas.  (Et.  Del 
francés  enroler). 

Enrole.  Amer.  m. — Acción  y 
efecto  de  enrolar,  se.  Tam- 
bién se  dice  enrolamiento. 
Galicismo  reprensible,  por 
innecesario) . 

Ensabanado.  Cub.  m. — Véase 
bruja  (3.a  acep.) 

Ensalada*  Cub.  f.  —  Refresco 
preparado  en  los  cafés  con 
agua,  zumo  de  limón,  hier- 
babuena, unas  gotas  de 
cierta  substancia  roja,  azú- 
car o  sirope  y  algunas  ta- 
jadas de  pina. 

Enseriamiento.  Amer.  m. — 
Acción  y  efecto  de  ense- 
riarse. Véase. 

Enseriarse.  Amer.  v.  ref. — 
Ponerse  momentáneamente 
serio  con  otra  persona, 
'mostrándose  reservado  con 
ella.  Este  caso  es  uno  de 
los  que  mejor  señala  el 
censurable  abuso  america- 
no de  formar  verbos  de 
substantivos,  cuando  no  lo 
pide  la  elasticidad  de  nues- 
tro rico  idioma. 

Ensoparse.  Común,  v.  ref.— 


U 


ENTE 


—   210 


ENTO 


Lo  mismo  que  "mojarse", 
"calarse",  por  efecto  de  la 
lluvia:  "Llevaba  un  para- 
guas roto  y  me  ensopé  de 
pies  a  cabeza".  Tiene  las 
otras  acep.  casi. 


Entabicad* 


m.- 


-Ac- 
ic&r. 


ción  y  efecto  de  enl 
Véase. 

Entabicar.  Amer.  v.  a.-Gcns- 
truir  tabiques.  Nos  parece 
más  propio  que  el  caste- 
llano "tabicar". 

Entalegado.  Común,  m. — Pi- 
so formado  con  tarugos  de 
madera.  También  se  le  da 
empleo  de  adjetive.  "El  en- 
tarugado de  Iv  calle  Tal"; 
"calles  entarugadas". 

Entarugado,  da.  Cub.  adj. — 
— flg.  y  fam. — Equivale  a 
confundido,  florado,  aver- 
gonzado. 

Entarugar.  Común,  v.  a. — 
Construir  un  pavimento  con 
tarugo»;  oponer  éstos  a  una 
cosa  cualquiera.  No  e3  ver- 
bo académico,  pero  sí  muy 
aceptable  y  usual. 

Entarugarse.  Cub.  v.  re,r. — 
fig.  y  fam.  —  Acobardarse, 
sonroj  arse,  e.o  n  f  u  n  d  i  r  s  e  : 
"Jorge  se  entaruga  fácil- 
mente". 

Enteleridos  da.  Cub.  adj.- — 
desusado. — Se  aplica  a  la 
persona  enjuta:  "Niño  muy 
entelerido".  Como  es  voz 
de  nao  entre  campesinos,  lo 
probable  es  oir  que  se  diga 
entelerío,  a. 

Entelerio,  a.  Cub.  adj.  —  Lo 
mismo  que  entelerido,  da. 
Véase. 


Enterciado.  Cub.  m. — La  ac- 
ción de  enterciar.  También 
se  dice,  aunque  menos,  en- 
tere iadui -a.  "Pedro  trabaja 
en  el  enterciado7" . 

EntercSadwr.  Cub.  m. — El  in- 
dividuo que  se  dedica  a 
enterciar. 

Eñterc!ar«  Cub.  v.  a. — Dis- 
poner el  tabaco  en  rama, 
en  tercios.  Víase.  "En  la 
escogida  Tal  enterciaba  Ra- 
món". 

Entisadura.  Cub.  f. — Acción 
y  efecto  de  entisar.  Véase. 

Entísar.  Cub.  v.  a. — Forrar 
en  forma  de  red  un  reci- 
piente, con  cordel  u  otra 
materia  semejante.  (Et.  Del 
francés  tisser,  tejer). 

Entibe.  Cub.  m. — La  cinta  o 
cordón  más  conocido  por 
barboquejo  (1.*  acep.).  Véa- 
se. (Et.  Del  francés  tisser). 

Entizar.  Amer.  v.  a. — Empol- 
var con  tiza  él  taco  de  bi- 
llar. 

Eaiongador°  Cub.  m.- — El  in- 
dividuo que  efectúa  la  ope- 
ración de  entongar.  Véase. 

Esítofígadu-  a.  Cub.  f.  —  Ac- 
ción y  efecto  de  entongar. 
Véase.  También  se  oye  en~ 
tongue. 

Entongar*  Cub.  v.  a. — Colo- 
car mercancías  u  otras  co- 
sas en  tongas  o  pilas.  Lo 
mismo  que  "apilar". 

Entongue.  Cub.  m.  —  Véase 
entongadura. 

Entontamiento.  Amer.  m. — 
Acción  y  efecto  de  enton- 
tar, se.  Véase. 

Entontar,  se.  Amer.  v.  a.  y 


ENTR 


211 


BNZU 


ref. — Dícese  incorrectamen- 
te por  "entontecer,  se". 

Entrada.  Cub.  f. — fam. — ^Ac- 
ción y  efecto  de  entrar,  se. 
Véase.  "Le  di  una  entrada 
de  palos  al  perro".  Tiene 
los  usos  castellanos. 

Entrar,  se,  Cub.  v.  a.  y  re- 
cíp. — fam. — Lo  mismo  que 
"castigar",  "pegar,  se": 
"Te  voy  a  entrar  a  golpes; 
"dos  chiquillos  se  entraron 
a  pedradas".  Tiene  las  acep. 
cast. 

Entre-día.  Cub.  m. — Dícese 
con  referencia  a  cualquier 
momento  del  día  solar. 

Entreíueríe.  Cub.  adj. — Se 
aplica  al  tabaco  interme- 
dio entre  fuerte  y  suave. 
Mejor  dicho  estaría  "semi- 
fuerte". 

Entrenador,  ra.  Común,  m. 
y  f. — Dícese  a  la  persona 
que  ejercita  o  entrena  a 
otra  en  algún  deporte. 
Véase  entrenar. 

Entrenamiento.  Común,  m. — 
Acción  y  efecto  de  entrenar, 
se.  Véase. 

Entrenar,  se.  Común,  v.  a  y 
ref.  —  Ensayar,  ejercitar, 
amaestrar,  se  en  un  de- 
porte. (Et.  Del  francés  en- 
traíner). 

*Entroncar.  Cub.  v.  a. — Unir 
o  empalmar  un  camino  de 
hierro  o  carretera  con  otro 
u  otra  de  más  tránsito. 

*Entroncar,  se.  Cub.  v.  n.  y 
recíp. — Juntarse  o  engan- 
charse dos  o  varios  com- 
partimientos de  tren.  Tiene 
las    otras    acepciones    que 


también  admite  la  Real 
Academia. 

*Entronqi<¿^.  Cub.  m.  —  Ac- 
ción y  efecto  de  entroncar, 
se. 

Envasar.  Amer.  v.  a. — En  el 
comercio,  colocar  mercan- 
cías en  el  recipiente  que 
sirva  para  transportarlas, 
cualquiera  que  sea  él.  Sue- 
le tener,  no  con  frecuencia, 
las  acep.  cast. 

Envase.  Amer.  m. — Dícese  a 
cualquier  recipiente  en  el 
que  se  Transporta  una  mer- 
cancía: saco,  pipote,  cajón, 
botella,  etc. 

Envenenar.  Cub.  v.  a. — íig.  y 
fam. — Enamorar,  seducir,  o 
más  bien  desempeñar  un 
falso  papel  de  Don  Juan 
Tenorio. 

Enyerbaíura.  Cub.  f. — vulg. 
— Acción  y  efecto  de  en- 
yerbar, se  (2.a  acep.). 

Enyerbar,  se-  Amer.  v.  a.  y 
ref.-Sembrar  o  cubrirse  un 
terreno  de  yerba.  En  Cuba 
también  se  dice  empastar. 

Enyerbar,  se.  Cub.  v.  a.  y 
ref. — fam. — Presentarse  un 
negocie  con  dificultades  in- 
vencibles o  fracasar  en  él: 
"Ese  negocio  se  enyerba- 
rá"; "cuestión  enyerbada". 

Enyagadero.  Amer.  m.  —  El 
lugar  destinado  a  enyugar 
los  bueyes. 

EífZíinchador.  Común,  m. — El 
obrero  dedicado  a  enzun- 
char. 

Enzunchar.  Común,  v.  a. — 
Poner  zunchos  a  una  cosa: 


BSCA 


212  — 


ESCO 


"Ya  enzunché  las  ruedas 
del  coche". 

Esbozar.  Común,  y.  a.  — -  Lo 
mismo  que  "bosquejar", 
hacer  esbozos  o  bocetos. 

Escabiosa.  Cub.  f.  —  Planta 
silvestre  que  se  desarrolla 
en  terreno  yermo,  común 
en  ios  alrededores  de  la  Ha- 
bana, de  hojas  dentadas,  y 
florecillas  blancas  en  pare- 
jas al  pie  de  las  hojas.  Se 
utiliza  en  remedios  case- 
ros. Algunos  dicen  impro- 
piamente esclaviosa.  No  se 
ha  de  confundir  esa  planta 
con  la  del  mismo  nombre 
que  describe  la  R.  A.  (Bot. 
F.  Escrofulariáceas;  esp. 
Capraria  biflora). 

Escabiosa  ambarina.  Cub.  f. 
— Nombre  de  la  planta  co- 
nocida en  castellano  y  más 
también  en  Cuba,  por  "viu- 
da". Otros  la  denominan 
escoba  morisca. 

Escaparate»  Amer.  m.  —  Dí- 
cese  al  armario  destinado 
en  habitaciones  a  guardar 
ropa.  En  Cuba  está  deste- 
rrada por  completo  la  voz 
"armario",  y  escaparate  no 
se  usa  nunca  en  el  verda- 
dero sentido  castellano, 
pues  se  dice  "vidriera". 
Véase  la  frase  186  del 
Apéndice. 

Escaramujo.  Cub.  m. — fig.  y 
fam. — Viene  a  ser  algo  así 
como  mal  de  ojo,  o  lo  que 
en  Cuba  se  llama  brujería, 
con  relación  a  cosas  sola- 
mente: "Fruta  con  escara- 
mujo". 


Escarden.,  Cub.  m. — Algunos 
dicen  así  al  cardón.  Véase. 

Escarolada.  Cub.  f. — En  al- 
gunos lugares  de  la  región 
oriental,  la  planta  cope- 
tuda. Véase. 

Escarranchamiento.  Común. 
m. — Acción  y  efecto  de  es- 
carrancharse. Véase. 

Escarrancharse.  Común,  v. 
ref.  —  Separar  o  abrir  con 
exceso  las  piernas.  De  poco 
uso  en  Cuba.  Algunos  dic- 
cionarios reputan  de  ame- 
ricanismo esta  voz,  e  incu- 
rren en  error,  a  nuestro 
juicio.  El  autor  de  este  li- 
bro no  sabía  que  existiera 
América  en  la  Tierra  cuan- 
do en  sus  juegos  infantiles 
decía  siempre,  por  no  ser 
menos  que  los  demás  niños, 
escarrancharse  y  no  de  otra 
forma.  Nosotros  tenemos 
este  verbo  por  una  sencilla 
corrupción  del  castizo  "es- 
parrancarse", cuando  no 
del  modo  adverbial  "a  es- 
carramanchones", cosa  me- 
nos probable. 

Esclaviosa.  Cub.  í. — Corrup- 
ción de  escabiosa.  Véase. 

Escoba.  Cub.  f.  —  La  planta 
más  conocida  por  carapi- 
cho.  Véase.  Tiene  la  prin- 
cipal acep.  cast.  Véase  el 
refrán  17  en  el  Apéndice. 

Escoba  amarga.  Cub.  f. — La 
planta  artemisüla.  Véase. 

Escoba  cimarrona.  Cub.  f. — 
Planta  indígena  y  silvestre 
que  algunas  personas  cul- 
tivan en  jardines.  También 
se  llama  abutilón.  (Bot.  F. 


asco 


213 


ESCO 


Malváceas;     esp.     Abutilón 
•triquetrum). 
Escoba  de   bruja.  Cub.   f. — 

Planta  tomentosa,  de  hojas 
cordiformes  y  flores  ama- 
rillas pequeñas.  (Bot.  F. 
Malváceas;  esp.  Bastardía 
viscosa). 

Escoba  morisca.  Cub.  í. — 
Véase   escabiosa  ambarina. 

Escobilla.  Cub.  f. — El  apén- 
dice capilar  que  le  sale  en 
el  pecho  al  pavo  adulto. 
Tiene  los  usos  cast. 

Escobilla.  Cub.  f.  —  Reciben 
este  nombre  dos  plantas  de 
diferente  familia  botánica, 
pero  de  alguna  semejanza 
por  tener  la  inflorescencia 
en  forma  de  plumero  o  es- 
cobilla, de  lo  que  toman 
nombre.  (Bot.  F.  Escrofu- 
lariáceas;  esp.  Scoparia  dul- 
cís. Gramíneas;  esp.  Era- 
grostis  poacoides). 

Escobillar.  Cub.  v.  n. — Cier- 
to modo  de  cruzar  las  pier- 
nas en  el  baile  llamado  za- 
pateo cubano.  (Et.  Voz  imi- 
tativa). 

Escobilleo.  Cub.  m. — Acción 
y  efecto  de  escobillar.  Véa- 
se. 

Escobón  hembra.  Cub.  m. — 
Árbol  silvestre  común,  de 
madera  amarilla  obscura, 
apreciable    en    carpintería. 

Escobón  macho.  Cub.  m. — 
Árbol  semejante  al  anterior, 
pero  de  madera  más  pesa- 
da, dura  y  fina. 

Escofieta.  Cub.  f. — En  algu- 
nos lugares,  el  gorro  que  se 
suele  poner  a  los  niños. 


Escogedor,  ra.  Cub.  m.  y  f. 
— Por  antonomasia,  el  ope- 
rario, varón  o  hembra,  que 
se  dedica  a  escoger  tabaco. 

Escogida.  Cub.  f. — Por  anto- 
nomasia, la  tarea  de  sepa- 
rar las  distintas  calidades 
de  tabaco  en  rama. 

Escogida.  Cub.  f. — El  local  o 
la  reunión  de  operarios 
donde  éstos  se  dedican  a  es- 
coger y  separar  las  varias 
clases  de  tabaco   en  rama. 

Escolar.  Cub.  epic.  m. — Pez 
de  cuerpo  alargado  y  algo 
comprimido,  de  color  obs- 
curo con  viso  morado,  y 
cubierto  de  escamas  espi- 
nosas y  blancas,  con  el  ab- 
domen aquillado  en  forma 
de  serrucho;  cabeza  grande 
y  ancha,  aplastada  encima 
y  aguzada  hacia  el  hocico; 
boca  muy  grande  con  el  in- 
terior muy  negro  y  equipa- 
da con  fuertes  dientes.  Vive 
a  300  o  más  brazas  de  pro- 
fundidad, y  es  un  bocado 
excelente.  Ofrece  la  notable 
particularidad  de  que  sus 
huesos,  que  son  blandos, 
destilan  una  grasa  muy 
suave  y  substanciosa,  que 
se  desliza  a  todo  lo  largo 
del  aparato  digestivo,  y  sale 
del  cuerpo  espontáneamen- 
te, lo  cual,  según  Poey,  "es 
un  leve  inconveniente  para 
privarse  de  un  buen  regalo 
que  nos  trae  otras  conve- 
niencias". Este  pez,  en  Ita- 
lia, que  es  donde  más  abun- 
da (ruvetto),  tiene  excep- 
cional fama.  (Zool.  F.  Gem- 


ESCO 


214  — 


ESCR 


pylidos;  esp.  Ruvettus  pre- 
tiosus,  C).  Tiene  las  acep. 
cast. 

Escolar  chIVio.  Cub.  epic.  m. 
— Hay  dos  peces  con  este 
mismo  nombre,  muy  dife- 
rentes entre  sí  y  del  an- 
terior. La  principal  es  rara, 
de  color  moreno  violado, 
que  se  pesca  a  grandes  pro- 
fundidades, y  tiene  la  boca 
grande  con  los  dientes  se- 
parados. Se  parece  algo  a 
la  picuda.  (Zool.  F.  Cheilo- 
dipteridcs;  esp.  Scombrops 
oculatus,  Poey). 

Escolar  chino.  Cub.  epic.  m. 
— El  otro  pez  de  este  nom- 
bre es  de  color  "obscuro  de 
pizarra",  y  de  figura  algo 
parecida  al  cachucho.  Véa- 
se. Algunos  pescadores  le 
dicen  berregueyo. 

Escolarear.  Cub.  v.  n. — Entre 
pescadores,  dedicarse  a  pes- 
car escolares.  Véanse. 

Escolare©.  Cub.  m.  —  Acción 
y  efecto  de  escolavear.  Véa- 
se. 

Escondidas.  Amer.  f.  pl. — 
Así  dicen  los  muchachos  al 
juego  conocido  en  España 
por  "escondite".  En  algu- 
nos lugares  de  Cuba  se  dice 
gárboli  y  gárgaros. 

Escopeta.  Cub.  f.  —  fam.  — 
Véanse  la  frase  166  y  el  re- 
frán 27  en  los  Apéndices 
respectivos.  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Escoradura.  Cub.  f. — Acción 
y  efecto  de  escorar.  Véase. 

Escorar.  Cub.  v.  a.  —  poco 
uso. -Empléase  algunas  ve- 


ces este  verbo  por  "apun- 
talar", aplicado  a  cualquier 
cosa,  y  hasta  pudiera  oirse 
en  vez  de  "calzar"  o  "acu- 
ñar", lo  cual  es  censura- 
ble, puesto  que  tiende  a 
desnaturalizar  este  yerbo 
marítimo,  derivado  de  "es- 
cora", cuando  hay  multitud 
de  verbos  en  castellano,  se- 
gún los  casos,  que  pueden 
cubrir  admirablemente  el 
puesto  usurpado  por  es- 
corar. 

Escorarse.  Cub.  v.  ref. — poco 
uso.  —  Dásele  a  este  verbo 
significado  de  arrimarse  a 
otra  persona,  apoyarse  en 
ella.  Véase  lo  apuntado  en 
la  voz  anterior,  y  se  com- 
prenderá que  este  caso  es 
aún  más  censurable. 

Escribano.  Cub.  epic.  m. — 
Pez  abundante,  como  de 
unos  4  decímetros  de  largo, 
de  cuerpo  alargado  y  com- 
primido, con  los  costados 
semiplanos,  de  coloración 
muy  variada,  según  las  dis- 
tintas especies,  pero  predo- 
minando el  color  aplomado 
en  el  lomo,  y  el  plateado  en 
el  vientre;  tiene  la  mandí- 
bula superior  recogida  y 
muy  aguzada  la  inferior,  la 
cual  forma  una  especie  de 
afilado  pico  muy  duro,  de 
color  negruzco,  que  algunos 
han  comparado  a  una  plu- 
ma de  escribir,  por  lo  que 
tomó  ese  nombre  de  es- 
cribano; tiene  la  aleta  dor- 
sal casi  rudimentaria  y  muy 
cerca  de  la  cola,  y  ésta  en 


BSCÜ 


215 


BSMB 


forma  de  horquilla;  esca- 
rias grandes  y  caedizas; 
rada  a  ñor  de  agua,  saltaa- 
co  frecuentemente  fuera,  y 
ib  es  bocado  estimable. 
(Zo-ol.  F.  Eer.%irar:yphidce; 
géiero :  Eypcrhamphus ;  es- 
pecies varias). 

Escúb.:^©.  Cub.  epic.  m.-In- 
secto  coleóptero  carnicero 
que  vive  en  constante  y  rí- 
pid;j  movimiento  scbre  la 
superficie  del  agua,  aun 
cuando  también  suele  zam- 
bullirse. No  ha  de  confun- 
dirse con  el  croribano  do 
agua,  que  es  una  especie  de 
araña,  aunque  con  algunos 
caracteres  afines.  (Zool.  F. 
Gyrinianos;  esp.  Dinentes 
longimanus  y  D.  metalli- 
ene). 

Escribano.  Cub.  epic.  m. — 
Ave  zancuda  de  color  mo- 
reno obscuro  con  pequeñas 
manchas  blancas,  con  el 
pico  largo  y  verdoso,  acar- 
minado en  la  base,  ojos  y 
patas  do  color  rojo.  Se  pa- 
rece a  la  gallinuela,  y  ai- 
gimas  personas  las  confun- 
den. (Zool.  F.  Rallidce;  esp. 
Linnopardalus  maculatus 
ramsdeni).  Esta  voz  tiene 
las  usuales  acep.  cast. 

Escíidlto,.  Cub.  m.  —  La  mo- 
neda de  oro  equivalente  a 
cinco  pesetas.  (Eí.  Diminu- 
tivo de  "escudo"). 

Escudo  de  la  Habana.  Cub. 
m. — "Planta  de  las  Labia- 
das. (Scutellaria  habanen- 
sis.  Jacq.) "  Esto  lo  dice  Pi- 
chardo. 


Escuelero,  r®.  Amer.  m.  y  f. 
— El  maestro  o  la  maestra 
de  escuela.  En  Cuba  se  oye 
sólo  en  beca  de  gente  rús- 
tica: " — Que  valse  el  escue- 
lero"... ('"Aventuras  de  un 
Mayoral1',  por  ,T.  B.  Jimé- 
nez, página  13). 

E»©*H*re.  Cub.  adj.  —  Adita- 
mento de  ají.  Véase. 

Bsca&a&as&Sa.  Cub.  f.  —  Así 
escribe  mucha  gente  en  vez 
de  excusabaraja.  Véase. 

Esesacüa  ds  rosas*  Ctib.  f. — 
La  planta  de  jardín  llama- 
da "geranio*,  que  también 
es  su  nombre  más  conocido 
en  Cuba. 

Esgsrrar*  Arnst.  v.  n. — vulg. 
— Corrupción  de  desgarrar. 
Véase. 

Esgarro.  Amer.  m. — Escupi- 
tajo. Corrupción  de  desga- 
rro. Véase. 

Esmeralda»  Cub.  epic.  f. — 
Pez  de  semejante  Sgura  a 
la  anguila,  cuyo  largo  os- 
cila entre  cuatro  y  ocho 
decímetros  entre  las  dis- 
tintas especies,  con  un  an- 
cho aproximado  de  tres  a 
cuatro  centímetros,  y  el 
cuerpo  algo  aplanado,  sin 
escamas,  con  la  cola  larga 
y  rematada  en  punta,  y  la 
aleta  dorsal  a  lo  largo  del 
lomo;  las  otras  aletas  son 
de  color  rojo  y  el  cuerpo 
moraduzco  claro.  Es  pez  de 
agua  salada  y  dulce.  En  la 
base  de  la  lengua  tiene  una 
protuberancia  que  despide 
variados  reflejos,  de  lo  que 
toma  aquel  nombre.  (Zool. 


ESP  A 


216 


ESPA 


F.  Gobiidce;  género:  Go- 
bius).  Tiene  la  prineipal 
acep.  casL 

Esmeralda  cabezona.  Cub. 
epic.  f. — Variedad  del  pez 
esmeralda,  que  se  distingue 
por  ¡a  cualidad  que  le  da 
nombre  particular. 

Esmeralda  de  mar»  Cub. 
epic.  f. — Especie  que  vive 
sólo  en  agua  salada,  sin 
mancha  de  reflejos  en  la 
boca,  y,  al  contrario  de  las 
otras  especies,  con  las 
aletas  ventrales  desnudas. 
(Zool.  F.  G.:  esp.  Erotelis 
valenciensis,  Poey). 

Esmeralda  de  río.  Cub.  epic. 
f. — Especie  que  alcanza  el 
mayor  largo  de  todas,  de 
agua  dulce,  y  sin  otras  par- 
ticularidades. (Zool.  F.  G.; 
esp.  Gobioides  barreto, 
Poey). 

Esmeralda  negra.  Cub.  epic. 
f. — Variedad  del  pez  esme- 
ralda, indicada  en  el  nom- 
bre. 

Esmorecerse.  Amer.  v.  rof.- 
Lo  mismo  que  " aletargar- 
se",  "desmayarse".  En  Cu- 
ba se  dice  más  desmore- 
cerse. (¿Será  voz  importa- 
da de  Asturias?). 

Esmoreeámlento.  Amer.  m. — 
Acción  y  efecto  de  esmore- 
cerse. Véase. 

Eso.  Cub.  pronombre. — fam. 
—  Véase  la  frase  36  del 
Apéndice. 

Espantacaímán.  Cub.  epic. 
m. — El  ave  más  conocida 
por  aguaitacaimán,  que  es 


el  cubanismo  aceptado  por 
la  R.  A. 

Espartillo.  Cub.  m. — Hierba 
abundante  en  caminos  y  po- 
treros, de  hojas  delgadas  a 
modo  de  cordeliilos;  es  me- 
nos que  mediano  pasto 
cuando  con  ias  aguas  re- 
verdece. (Bot.  F.  Gramí- 
neas; esp.  Spirobolus  indi- 
cus,  R.  Br.) 

Espartillo.  C'b.  rn. — lierba 
parecida  a  la  anterior,  de 
menor  tamaño,  y  que  se 
desarrolla  en  lugares  hú- 
medos. (Bot.  F.  Ciperáceas; 
esp.  Motíscus  filiformis,  H. 
B.  eí  K.). 

Esportillo  de  agiaa»  Cub.  m. 
— Especie  sin  notables  par- 
ticularidades, que  se  des- 
arrolla en  arroyos,  panta- 
nos, etc.  (Bot.  F.  Ciperá- 
ceas; esp.  Ellocharis  éa- 
pitaia.  R.  Br.) 

Esportillo  raaefeo.  Cub.  ni. — 
Especie  de  espartillo  (1.a 
acep.).  que  crece  en  terre- 
nos yermos  y  es  peor  pas- 
to que  aquella  especie.  (Bot. 
F.  G.;  esp.  Paspalum  alter- 
ni  flor  uní,  A.  Rieh.) 

Espartólo  sabanero.  Cub. 
m. — Especie  que  brota  en 
terrenos  pobres  y  come  co- 
mo último  recurso  el  gana- 
tío;  sus  flores  parecen  pe- 
nachos de  algodón.  Algunos 
dicen  alambrillo  a  esta 
yerba,  pero  es  cosa  que 
debe  evitarse  para  no  con- 
fundirla con  el  verdadero 
alambrilla.  (Bot.  F.  Gramí- 


ESPI 


217 


KSPI 


neas;  esp.  Trachypogon 
gouni,  Tourn.) 

Espejera.  Cub.  f. — Llaga  que 
forman  a  las  caballerías  los 
arreos  o  la  espuela. 

Esperanza.  Cub.  f. — fam. — 
Véase  la  frase  241  del 
Apéndice. 

Espernancarse.  Común,  v. 
ref. — Abrirse  de  piernas 
como  para  sentarse  a  hor- 
cajadas. La  R.  A.  acepta 
"esparrancarse".  En  Amé- 
rica más  se  dice  así,  esper- 
nancarse. 

Esperen.  Cub.  m. — Acción  y 
efecto  del  verbo  "esperar", 
cuando  la  espera  resulta 
exagerada.  Para  darle  más 
fuerza  todavía  a  la  espera, 
muchos  anteponen  ei  adje- 
tivo "grande"  apocopado: 
"Llevé  el  gran  esperón". 

Espetaperross  (A).  Amer. 
mod.  adv. — Equivale  a  de- 
cir en  castellano:  "a  todo 
correr",  "como  alma  en  pe- 
na", etc.:  "Se  marchó  a  es- 
petaperros". 

Espigelia.  Cub.  f.  —  Planta 
anua  silvestre  como  de  4 
decímetros  de  altura,  con 
tallo  recto,  hojas  lanceola- 
das, opuestas,  flores  de  co- 
lor pajizo  con  pétalos  mo- 
raduzcos,  en  espigas,  en  el 
centro  de  cuatro  hojas  al 
final  de  las  ramas;  emite 
mal  olor  y  es  venenosa, 
pero  sin  abuso  es  un  buen 
vermicida.  (Bot.  esp.  Spi- 
gelia  anthelmia). 

Espinaca  silvestre.  Cub.  f. — 


Una  especie  del  bledo  cu- 
bano. 

Espinal.  Amer.  m. — El  sitio 
donde  abundan  los  espinos. 
Es  corrupción  o  mala  de- 
rivación de  espino.  Véase. 

Espinilla.  Común,  f. — Peque- 
ño grano  o  barro  que  suele 
salir  en  el  cutis,  y  que  se 
extrae  con  sólo  exprimirlo. 

Espinilla.  Cub.  m. — Árbol  o 
arbusto  espinoso  de  terre- 
nos áridos,  poco  ramoso,  de 
hojas  pequeñas  y  redondas, 
flores  amarillas  de  cinco 
pétalos,  en  racimos,  made- 
ra dura  y  fuerte.  También 
se  conoce  por  junco  marino 
y  espino  blanco.  Tiene  vir- 
tudes estomacales,  y  la  tra- 
dición popular  supone  que 
los  judíos  hicieron  la  co- 
rona de  Jesús  de  esta  plan- 
ta. (Bot.  F.  Leguminosas; 
esp.  Perkinsonia  oculeata, 
Lin.). 

Espino*  Cub.  m. — Arbusto  in- 
dígena y  silvestre  cuyo 
tronco  se  eleva  a  dos  me- 
tros, muy  ramoso  y  espi- 
noso, de  madera  muy  dura, 
con  bonitas  vetas  retorci- 
das de  color  amarillo.  (Bot. 
F.  Rubiáceas;  esp.  Machao- 
nia  cymosa,  Gris.) 

Espino.  Cub.  m,  —  La  planta 
más  conocida  por  bayoneta 
o  bayoneta  española.  Véase. 

Espino  blanco.  Cub.  m. — 
Véase  espinillo. 

Espino  de  hojas  chicas. 
Cub.  m. — Especie  del  espi- 
no (1.a  acep.),  que  se  dis- 
tingue por  su  nombre  adi- 


ESPU 


—  218 


ESTA 


cional.  (Bot.  F.  Rubiáceas; 
esp.  Machaonia  microphy- 
lla,  Gris.) 

Espirituado,  da.  Cub.  adj. — 
vulg. — Equivale  entre  gen- 
te rústica  y  supersticiosa, 
a  "endemoniado"  o  poseído 
por  algún  perverso  espíri- 
tu. Mas  correcto  sería  decir 
"espiritado",  como  partici- 
pio pasivo  de   "espiritar". 

Espirituado,  raa.  Cub.  subs.  y 
adj. — La  persona  nacida  en 

.     Sancti  Spíritus. 

EspErittuano,  na.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  cosas  de  esa  ciu- 
dad. 

Espolón.  Cub.  m.  —  fam. — 
Dícsse  a  un  muchacho  tra- 
vieso. Tiene  la  principal 
acep.  casi. 

Espolonazo.  Común,  ni.  — 
—  Golpe  que  da  un  ave, 
particularmente  el  gallo, 
con  el  espolón.  La  R.  A. 
acepta  "espolada",  "espo- 
lazo" y  "espolonada",  las 
tres  para  indicar  el  golpe  o 
arremetida  de  espuela,  de 
a  caballo.  Las  dos  últimas 
formas  nos  parecen  acepta- 
bles con  respecto  al  espo- 
lón y  más  cuando  ninguna 
forma  se  acepta  para  este 
caso. 

Espacia.  Amer.  f .  —  Dícese 
impropiamente  a  la  espuela 
del  gallo:  "espolón".  Tie- 
ne las  acep.  cast. 

Espuela  de  caballero.  Cub. 
f. — Además  de  la  planta  eu- 
ropea de  jardín,  conocida 
también  en  Cuba  con  ese 
nombre,    hay   algunos    ar- 


bustos que  reciben  esa  de- 
nominación común  o  gené- 
rica. Elévase  uno  aproxi- 
madamente 3  metros,  con 
hojas  lanceoladas,  en  figura 
de  estrella  o  roseta  de  las 
espuelas,  con  una  florecilla 
rosada;  la  madera  de  color 
amarillento  y  dura,  se  uti- 
liza part.  bastones.  También 
se  llama  rosetülo.  (Bot.  F. 
Teofrastáceas;  esp.  Jacqui- 
nia  ruscifolia). 

Espuela  de  caballero  de 
costa.  Cub.  i.  —  Arbusto 
parecido  al  anterior,  de 
hojas  con  punías  rígidas, 
que  se  desarrolla  en  el  li- 
toral. (Bot.  F.  T.;  esp.  /. 
linearis). 

Espuela,  de  caballero  de  Sos 
piñales.  Cub.  f .  —  Especie 
con  preciosas  hojas  erec- 
tas y  puntiagudas,  de  ma- 
dera amarilla  veteada  de 
rojo,  compacta  y  fuerte,  de 
la  que  se  hacen  preciosos 
bastones.  Hay  otro  árbol 
que  algunos  le  dan  este 
mismo  nombre,  pero  que  se 
conoce  más  por  sabina  ci- 
marrona. (Bot.  F.  T.;  esp. 
/.  oculeaia). 

Espueiazo.  Amer.  m. — Díce- 
se tanto  al  golpe  de  espue- 
la como  al  de  espolón.  Véa- 
se lo  apuntado  en  espolo- 
nazo. 

Esquinero.  Común,  m. — Dí- 
cese, aunque  menos,  al 
mueble  llamado  "rincone- 
ra". 

Establo.  Cub.  m. — No  cabe 
abusar  más  del  idioma  que 


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219 


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decir  a  una  cochera,  o  es- 
tablecimiento donde  se  al- 
quilan coches,  establo.  Ape- 
nas tiene  uso  en  su  propio 
empleo. 

Estalage.  Cub.  rn.  —  "Esta- 
blecimiento nuevo  y  redu- 
cido de  industria,  agricul- 
tura, granjeria,  etc."  Esto 
dice  Pichardo.  Nunca  he- 
mos oído  tal,  por  lo  que  su- 
ponemos sea  voz  anticuada. 

Estante.  Cub.  m. — La  estaca 
que  se  clava  verticalmente 
en  las  cercas.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Estantería.  Cub.  f. — Un  con- 
junto de  estantes.  Véase. 
Tiene  uso  en  la  má3  co- 
rriente acep.  cast. 

Estera.  Cub.  f. — En  los  in- 
genios, por  antonomasia,  la 
que  gira  a  modo  de  cuerda 
sin  fln,  para  conducir  la 
caña  a  los  trapiches.  Tiene 
las  acep.  cast. 

Estero-  Cub.  m. — Dícese  im- 
propiamente a  la  ría. 

Estrella.  Cub.  i. — La  mone- 
da de  plata  de  un  duro,  de 
cuño  cubano,  con  una  es- 
trella en  el  anverso :  la  es- 
trella solitaria.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Estrepitarse.  Cub.  v.  ref. — 
vulg. — Producirse  estrépito 
y  algazara  en  alguna  re- 
unión. A  todo  el  que  guste 
de  hablar  bien,  debe  hala- 
garle que  no  se  extienda  el 
uso  de  esta  voz  a  mayores 
límites  de  los  reducidos  que 
tiene. 

Estropajo.   Cub.   m. — Bejuco 


silvestre  y  común,  muy 
frondoso  y  propagador,  cu- 
ya sombra  se  estima  dañina 
para  otras  plantas;  de  flo- 
res amarillas  monoicas:  las 
masculinas  en  racimo  ter- 
minal y  solitarias  las  fe- 
meninas; su  fruto,  algo 
mayor  que  un  pepino,  con- 
tiene unos  filamentos  en- 
sortijados, parecidos  al  es- 
tropajo, de  donde  toma 
nombre  la  planta.  En  algu- 
nos lugares  le  dicen  jabon- 
cillo. (Bot.  F.  Cucurbitá- 
ceas; esp.  Luffa  acuiangula, 
Ser.) 

Estuche  (De),  Cub.  mod. 
adv.  —  Dícese  con  respecto 
de  la  persona  voluble  y 
acomodaticia,  que  es  en 
opinar  y  servir  del  primero 
que  llegue,  sin  perjuicio  de 
ser  luego  de  otro  contrario : 
"  Suelen  abundar  dondequie- 
ra los  individuos  de  estu- 
che". 

Etamina.  Cub.  f. — Tejido  de 
lana,  algodón  o  seda  trans- 
parente y  de  un  solo  color, 
para  vestidos  de  mujer.  (Et. 
Del  francés  étamine). 

Eticarse,  Común,  v.  ref. — 
Enfermarse  de  tuberculo- 
sis. La  R.  A.  acepta  los  ad- 
jetivos "ético,  ca"  y  "hé- 
tico, ca",  como  sinónimos, 
pero  ni  este  verbo  ni  tam- 
poco el  de  "heticarse",  que 
es  de  uso  común  en  Espa- 
ña y  América. 

Excusabaraja.  Cub.  f. — Es- 
pecie de  cesta  o  banasta  sin 
tapa,    que    se   hace   de   un 


JfiXTR 


—  220 


aro,  al  que  se  le  da  barriga 
con  cordeles  o  bejucos  en- 
tretejidos, y  que  se  cuelga 
del  techo  para  preservar  las 
cosas  de  la  humedad  o  para 
poner  quesos  a  que  desfilen 
la  grasa.  Es  incorrección  de- 
cir y  escribir  escusabaraja. 
Extraña  rosa.  Cu b.  f.  —  La 
preciosa   planta   de   jardín 


llamada  en  castellano,  y 
también  en  Cuba,  simple- 
mente "extraña".  Una  de 
sus  variedades  toma  el 
nombre  de  Reina  Margarita. 
¡Ey!  Cub.  interj. — vulg. — Voz 
de  uso  entre  la  plebe  para 
saludarse,  en  substitución 
de  la  palabra  "¡hola!". 
También  se  dice  ¡yeey! 


FAIN 


—    221 


FAJA 


Facistol,  la.  Cub.  adj. — fam. 
—  poco  uso.  —  Equivale  a 
"vanidoso",  "ensoberbeci- 
do". Algunos  dicen  facisto- 
lero-, ra.  En  Venezuela  dí- 
cese  facistor,  ra. 

Facistolería.  Cub.  f. — fam. — 
poco  uso.-Arrogancia  o  va- 
nidad de  un  individuo  fa- 
cistol o  facistolero. 

Facistolero,  ra.  Cub.  adj. — 
fam. — poco  uso. — Véase  fa- 
cistol, la. 

Factor.  Común,  m.  —  Cada 
parte  que  forma  parte  de 
un  todo  o  un  resultado: 
"Son  factores  de  la  emigra- 
ción, la  carencia  de  trabajo 
o  el  exceso  de  población". 

Faena.  Cub.  f. — antic. — Tra- 
bajo que  efectuaba  el  jor- 
nalero (y  muy  antiguamen- 
te el  esclavo),  aparte  de  las 
horas  de  costumbre,  y  por 
el  que  cobraba  un  sobresa- 
lario. Hoy  se  dice  fajina  en 
algunos  lugares.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Fainada.  Cub.  f. — fam. — Ac- 
ción o  dicho  torpe,  inopor- 
tuno, propio  de  una  perso- 
na    calificada     de     faina: 


"Juan  comete  muchas  fai- 
nadas". Otros  dicen  faine- 
ría. 

Fainería.  Cub.  f.-fam. -Véase 
fainada. 

Faino,  na.  Cub.  adj. — fam. — 
Equivale  a  "mentecato", 
"incivil",  "rústico".  Algu- 
nas veces  se  usa  como  subs- 
tantivo. 

Fafada»  Cub.  f.  —  Acción  y 
efecto  de  fajar,  fajarse. 
También  se  dice  fajadura, 
fajazón  y  fajera. 

Faiador,  ra.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  los  animales  que 
embisten,  que  acometen. 
Véase  fajar.  "Un  toro  muy 
fajador". 

Faiador,  ra.  Cub.  adj. — Apli- 
cado a  personas,  significa 
azuzador,  amigo  de  fajarse 
o  de  ver  fajarse  a  otros. 
Véase  fajarse  (1.a  acep.) 

Fajadura.  Cub.  f. — Véase  fa- 
jada. 

Fajar.  Común,  v.  a. — Lo  mis- 
mo que  "acometer",  "em- 
bestir", con  respecto  a  los 
animales:  "Un  perro  que 
faja".  En  la  Península  tie- 


FALO 


—  222 


FANO 


ne  muy  poco  uso.  Tiene  los 
otros  usos  cast. 

Fajarse.  Ámer.  v.  recíp.-fam. 
— Equivale  a  "pelear",  "re- 
ñir", irse  a,  las  manos, 
cuando  se  trata  de  perso- 
nas: "Juan  y  Antonio  se 
fajaron'". 

Fajarse»  Cub.  v.  ref. — fam. — • 
La  acción  de  comenzar  o 
continuar  una  tarea:  "Se 
fajó  a  escribir". 

Fajazón.  Cub.  m. — fam. — Lo 
mismo  que  fajada:  "Se  for- 
mó la  gran  fajazón  entre 
los  muchachos". 

Fajera.  Cub.  f. — fam. — Igual 
que  fajada.  Véase. 

Fajina.  Cub.  f. — La  faena  ex- 
traordinaria del  jornalero, 
que  suele  efectuar  los  días 
festivos,  y  que  cobra  apar- 
te de  su  salario.  Antes  se 
decía  faena,  de  donde  de- 
riva. 

Fajón,  na.  Cub.  adj. — fam.— 
Aplícase  a  la  persona  o  ani- 
mal inclinada  a  fajar  o  fa- 
jarse: "Un  niño  muy  fa- 
jan'". 

Faldeíiín.  Amer.  m. — -El  traje 
que  se  pone  a  los  niños  pa- 
ra reoibir  el  bautismo.  En 
algunos  lugares  se  dice  va- 
quero. 

Faldinegro,  gra.  Cub.  adj. — 
Aplícase  al  ganado  de  color 
bermejo  con  la  parte  ab- 
dominal negra.  (Et.  De 
"falda"  y  "negra"). 

Falondres  (De).  Cub.  mod. 
adv. — poco  uso.  —  Equivale 
a  "de  repente",  "de  pron- 
to", "de  golpe",  y  se  apli- 


ca más  cuando  se  trata  de 
una  caída. 

Faltón,  na.  Común,  adj. — 
Aplícase  a  una  persona 
irreverente,  que  no  guarda 
el  debido  respeto:  "Juan 
es  un  faltón'". 

Fambá.  Cub.  m. —  muy  vulg. 
— Entre  gente  de  la  chus- 
ma, el  trasero  de  las  perso- 
nas. (Et.  Voz  africana). 

Familia.  Cub.  i. — fam. — Tra- 
tamiento afectuoso,  siem- 
pre en  vocativo,  con  que 
una  persona  saluda  o  se 
despide  de  un  grupo:  "Ho- 
la, familia";  "adiós,  fami- 
lia.'' Tiene  las  acep.  cast. 

Fana.  Cub.  f. — fam. — Véase  la 
frase  34  del  Apéndice. 

Fandango.  Amer.  m. — ñg. — 
Equivale  a  "desorden",  "al- 
boroto", "pendencia":  "Se 
formó  un  fandango  en  el 
café  Tal". 

Fanguito.  Cub.  ep;c.  m.  — 
Pececillo  que  pertenece  al 
grupo  de  los  guajacones,  de 
color  pardo  con  viso  verde 
por  encima  y  amarilloso 
por  el  vientre,  con  puntos 
de  reflejos  plateados  o  do- 
rados en  todo  el  cuerpo,  y 
el  iris  de  color  azul  pá- 
lido. Es  comestible.  (Zool. 
F.  Pecüida?;  esp.  Limia  vit- 
tata,  Guich.)  (Et.  De  "fan- 
go"). 

Faña-faña.  Cub.  común.  — 
poco  uso. — Dícese  festiva- 
mente a  una  persona  gaga. 
(Et.  Voz  imitativa). 

Fañoso,  sa.  Amer.  adj. — Lo 


FAU 


223 


FERN 


mismo  que  "gago,  ga".  (Et. 
De  faña). 

Faro!.  Cub.  m. — fam. — Véase 
la  frase  94  del  Apéndice. 
Tiene  las  acep.  cast. 

Farolito.  Cub.  m.  —  Planta 
muy  parecida  al  alque- 
quenje  que  describe  la  R. 
A.,  si  no  es  la  misma,  de 
mayor  desarrollo  en  Guba, 
pues  que  alcanza  más  de 
metro  y  medió,  de  hojas 
oblongas,  dentadas  y  muy 
aguzadas  en  los  extremos, 
flores  amarillas,  y  fruto  se- 
mejante a  un  tomate  dimi- 
nuto, por  lo  que  también 
se  llama  tomatillo,  ence- 
rrado en  una  vejiga  men- 
branosa  y  hueca,  que  da 
nombre  a  la  planta,  con 
la  que  juegan  los  mucha- 
chos haciéndola  reventar 
con  estruendo.  (Bot.  F.  So- 
lanáceas; esp.  Phy salís  cu- 
rasaviva). 

Farolito.  Cub.  m. — Es  la  en- 
redadera o  bejuco  descrito 
por  la  R.  A.  con  el  nombre 
de  "farolillo",  y  cuyos  fru- 
tos están,  como  en  la  plan- 
ta anterior,  envueltos  en 
un  globito  de  aire,  que  I03 
muchachos  hacen  estallar 
en  la  frente. 

FarruQuiño,  ña.  Común,  subs. 
y  adj. — Es  diminutivo  de 
"farruco",  y  en  Cuba  se 
usa  en  el  sentido  que  le  da 
la  R.  A.  a  esta  voz,  aplicada 
a  los  asturianos  y  gallegos 
que  viven  niños  fuera  de 
su  tierra  natal. 

Fau.  Cub.  adj. — fam. — Véase 


la  frase  79-c  del  Apéndice. 

(Et.    Del    inglés   foul). 

Faurestina.  Cub.  f.  —  Árbol 
de  hermosa  apariencia  por 
su  abundante  copa,  esti- 
mado para  sombrear  los  ca- 
minos, porque,  además,  re- 
siste fuertemente  los  ciclo- 
nes y  tormentas,  de  hojas 
compuestas,  flores  en  ra- 
cimos de  largos  pedúncu- 
los, y  fruto  en  legumbre 
recta  y  comprimida.  Tam- 
bién se  llama  forestina,  por 
corrupción,  algarrobo  de 
olor  y  cabellos  de  ángel 
(1.a  acep.)  (Bot.  F.  Legumi- 
nosas; esp.  Albizzialebbeck, 
Benth.) 

Favorecido,  <áa.  Común,  adj. 
— Aplícase  a  la  persona  ob- 
jeto de  suerte  favorable: 
"Favorecido  con  el  nremio 


mayo: 


Otras  veces   tiene 


funciones  de  substantivo : 
"Un  favorecido  Dor  la  suer- 
te". 

Federico,  ea.  Cub.  adj. — 
vuig. — Entre  el  populacho, 
es  sinómino  de  "feo,  a": 
"Mujer  muy  federica.  (Et. 
Del  nombre  personal  "Fe- 
derico"). 

Féferes.  Amer.  m.  pl. — Oye- 
se esta  voz  para  designar 
en  conjunto  cosas  super- 
fluas,  menudencias,  trastos, 
etc.  En  Guba,  más  se  dice 
tareco. 

Feliciano,  na.  Cub.  adj. — 
vulg. — Empléase  en  vez  de 
"dichoso",  "feliz",  entre  el 
populacho. 

Fernandino,    na.   Cub.    subs. 


FIGD 


—  224 


FILI 


adj. — antic. — Decíase  a  la 
persona  o  cosa  natural  o 
perteneciente  a  la  población 
de  Cienfuegos.  Hoy  se  dice 
cienfueguero,  ra,  o  cenfo- 
guense. 

Ferretero.  Común,  m, — Díce- 
se  al  dueño  o  dependiente 
de  una  ferretería;  esto  es, 
el  que  comercia  con  ar- 
tículos de  hierro  y  otros 
metales. 

Ferrocarril  urbano.  Cub.  m. 
— antic. — Decíase  al  tran- 
vía de  sangre. 

Fiador.  Cub.  m. — desusado. — 
Correa  que  sujeta  la  caja 
del  quitrín  o  volante  a  las 
barras,  para  impedir  o 
atenuar  el  vaivén,  de  las 
que  se  emplean  tres  o  cua- 
tro en  cada  vehículo.  Tiene 
los  usos  castellanos. 

Ficticio»  Cub.  m.  —  vulg. — 
Sutileza  engañosa,  embus- 
te de  poca  monta:  "Déja- 
te de  ficticios". 

Ficha.  Cub.  f. — Pieza  de  ma- 
dera o  de  hierro  cilindrica, 
de  unos  siete  decímetros  de 
largo  por  dos  de  diámetro, 
que  usan  los  agrimensores 
para  hacer  señales  en  el  te- 
rreno que  miden,  y  al  efec- 
to la  clavan  en  la  tierra. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Ficha.  Amer.  común. — DíceSB 
al  individuo  de  baja  con- 
dición moral :  "Pedro  es  un 
ficha,  o  una  ficha,  de  cui- 
dado". 

Figura.  Amer.  f.  —  Empléase 
con  marcada  incorrección 
en  vez  de  "modo"  o  "ma- 


nera" :  "De  tal  figura  le  in- 
sultó, que  nos  avergonzó  a 
todos". 

Fijón,  na.  Cub.  adj.  —  poco 
uso. — Aplícase  a  la  perso- 
na muy  dada  a  fijar  la 
atención  o  la  vista  en  cosas 
y  personas,  con  las  que  nada 
tiene  que  ver,  ni  le  impor- 
tan. 

Filaüa.  Cub.  f. — Tela  de  lana, 
rala,  de  un  solo  color,  que 
suele  emplearse  principal- 
mente para  colgaduras  y 
banderas. 

Filete.  Cub.  m. — Entre  taba- 
queros, dícese  a  la  tira,  re- 
gularmente de  papel,  que  se 
usa  para  cubrir  las  juntu- 
ras de  las  tablas  en  las  ca- 
jas de  los  cigarros  puros. 
Tiene  las  acep.  cast. 

Fuetear.  Cub.  v.  a.  —  Poner 
los  filetes  a  los  cajones  de 
los  cigarros  puros  o  taba- 
cos. 

Fileteo.  Cub.  m.  —  Acción  y 
efecto  de  filetear.  Véase. 

Filigrana.  Cub.  f.  —  Arbusto 
silvestre,  pequeño,  de  ra- 
mas abundantes,  hojas  ao- 
vadas con  bordes  ondeados, 
ásperas  y  de  virtudes  pec- 
torales, fíorecillas  de  varia- 
dos colores,  según  las  dis- 
tintas especies,  y  fruto  pe- 
queño, apiñado,  que  suelen 
comer  algunas  personas. 
Varias  de  las  especies  re- 
ciben aditamentos  particu- 
lares, como  se  verá  a  con- 
tinuación. Tiene  el  uso  cas- 
tellano. 

Filigrana  cimarrona.  Cub.  í. 


225 


FÍSI 


- — Véase  yerba  de  la  san- 
gre (3.a  acep.) 

Filigrana  de  costa.  Cub.  f. — 
Especie  de  poco  interés  que 
se  desarrolla  en  el  litoral. 
(Bot.  F.  Euforbiáceas;  esp. 
Exccecaria  cubensis). 

Filigrana  de  fruto  blanco. 
Cub.  f. — La  especie  más  co- 
nocida por  filigrana  del  pi- 
nar. Véase. 

Filigrana  de  fruto  morado. 
Cub.  i. — Véase  filigrana  de 
mazorca. 

Filigrana  del  pinar.  Cub.  f. 
— Especie  que  se  distingue 
por  el  color  blanco  de  su 
fruto,  de  lo  que  también 
toma  el  nombre  de  filigrana 
de  fruto  blanco.  (Bot.  F. 
Verbenáceas;  esp.  Callicar- 
pa  acuminata). 

Filigrana  de  mazorca.  Cub. 
f. — El  tipo  de  hojas  mayo- 
res, lanceoladas  y  aserra- 
das, común,  de  fruto  muy 
abundante,  morado  de  ten- 
dencia al  rojo,  por  lo  que 
se  llama  también  filigrana 
de  fruto  morado,,  y  en  mu- 
chos lugares  de  la  parte 
central  de  la  Isla  le  dicen 
mierda  de  gallina.  (Bot.  F. 
Verbenáceas;  esp.  Callicar- 
pa   americana) . 

Filigrana  de  mazorqulüla-,- 
Cub.  f. — Especie  muy  pa- 
recida a  la  anterior,  que 
tiene  los  frutos  en  mazor- 
ca más  pequeña.  (Bot.  F. 
Verb-.  esp.  C.  reticulata). 

Filigrana  de  pina.  Cub.  f. — 
Tipo  de  hojas  elípticas,  flo- 
res en  cabezuela,  como  las 


otras,  ovoides  o  globosas, 
de  corola  lila  con  el  cuello 
amarillo,  y  fruto  de  color 
rosado,  dispuesto  a  manera 
de  pina,  que  es  el  más  co- 
mestible. (Bot.  F.  Verb.; 
esp.  Lantana  trifolia). 

Filigrana  de  sabana.  Cub.  f. 
— Especie  común  en  terre- 
nos áridos,  sin  particular 
interés,  que  también  se  co- 
noce por  albahaquillo.  (Bot. 
F.  Compuestas;  esp.  Eupa- 
toriura  odoratum). 

Filipina»  Cub.  f. — Prenda-  de 
vestir  el  hombre,  regular- 
mente de  dril,  que  tiene  fi- 
gura de  chaqueta,  pero  sin 
solapas,  y  con  cuello  que 
se  abotona  a  la  manera  de 
camisa. 

Filomeno.  Cub.  m.  —  muy 
vulg.  —  Corrupción,  entre 
alguna  gente  campesina, -de 
"fenómeno'1. 

Fino,  na.  Amer.  adj. — Aplí- 
case como  aditamento  al 
gallo  y  a  la  gallina  de  pe- 
lea. Tiene  las  acep.  cast. 

Fine.  Cub.  común.-Dícese  con 
relación  a  personas  y  algu- 
nas veces  a  cosas,  como  tér- 
mino de  comparación  para 
señalar  sus  reducidas  pro- 
perciones-de  volumen. 

Firmón.  Cub.  adj.  —  fam. — 
Aplícase  al  abogado  de  obs- 
curo nombre  que  se  busca 
la  vida  estampando  firmas 
sin  escrúpulos.  Otras  veces 
se  le  da  uso  de  substantivo. 

Fásico,  cao  Cub.  adj. — fam. 
poco    uso. — Aplícase    a    la 


15 


FLEC 


—  226 


persona  de  maneras  afecta- 
das y  lenguaje  enfático. 

Fislnga.  Cub.  f. — vulg. — des- 
usada.— Dícese  a  cualquier 
cosa  despreciable  por  su  ta- 
maño insignificante  y  va- 
lor escaso. 

Fiato.  Amer.  m. — Melancolía 
o  tristeza  que  agria  el  ca- 
rácter de  una  persona.  Tie- 
ne las  acep.  cast. 

Flatoso,  sa.  Amer.  adj. — Se 
aplica  a  la  persona  propen- 
sa a  padecer  de  flato.  Véase. 

I- lauta  de  pan.  Cub.  í. — Pan 
esponjoso,  presentado  en  fi- 
gura algo  cilindrica,  como 
de  medio  metro  de  largo, 
angosto,  y  con  una  hendi- 
dura longitudinal.  En  nada 
se  parece  a  una  flauta,  sin 
embargo.  También  se  llama 
barra  de  pan,  y  es  nombre 
más  adecuado,  y  más  toda- 
vía el  de  "telera"  que  le 
dan  muchos  con  sujección  a 
la  autoridad  de  la  R.  A. 

Flay.  Cub.  m. — fam. — Un  in- 
tento vano,  un  empeño  que 
fracasa  o  que  se  descubre 
como  encubridor  de  segun- 
da intención.  "Eso  es  un 
flay";  "no  me  vengas  con 
ese   flay".    (Et.    Del    inglés 

fty). 

Fleco»  Amer.  m. — El  cabello 
recortado  que  dejan  sobre 
la  frente  algunas  mujeres, 
y  que  toma  ese  nombre  por 
analogía  con  el  verdadero 
fleco. 

Fleco  de  aroma.  Cub.  m. — 
El  fleco  de  nudos,  que  to- 
ma ese  nombre  por  la  se- 


mejanza con  la  flor  de  la 
aroma  olorosa. 
Fleco  de  peine.  Cub.  m. — El 
fleco  de  hilos  sueltos,  por 
la  semejanza  con  los  dien- 
tes o  las  púas  de  los  peines. 

Fleta.  Cub.  f.— fam. — Zurra 
que  se  le  da  en  castigo  a 
un  niño. 

Fletar.  Cub.  v.  a. — fam. — po- 
co uso. -Castigar  con  azotes 
a  un  niño. 

Fletar.  Amer.  y.  a. — Por  ex- 
tensión del  uso  marítimo  de 
este  verbo,  úsase  cuando  se 
alquila  cualquier  vehículo 
para  conducir  personas  o 
carga. 

Fletarse.  Cub  v.  ref. — vulg. 
— Marcharse  solapadamente 
de  una  reunión,  y  como  hu- 
yendo de  algo.  Es  sinóni- 
mo de  rajarse,  correrse, 
abrirse,  y  otros. 

Flete.  Cub.  m. — vulg. — Con- 
quisla  callejera  y  noctur- 
na de  meretriz.  Entre  el 
populacho  madrileño,  de 
donde  tal  vez  sea  tomada 
la  idea,  significa  el  acto  del 
coito.  Tiene  las  acep.  cast. 

Fletear.  Cub.  v.  n. — vulg. — 
Excursión  callejera  de  al- 
gunas prostitutas  que  bus- 
can compañero. 

Fletera.  Cub.  f. — fam. — Me- 
retriz de  ínfima  categoría, 
que  procura  sus  conquistas 
callejeando  de  noche. 

Flor.  Cub.  adj. — Como  si  di- 
jéramos "admirable",  "muy 
bien":  "Una  caricatura 
flor".  Otros  dicen  flor  fina. 


FLOR 


227 


FLOR 


Tiene  las  acepciones  caste- 
llanas. 

Flor  de  agua.  Cub.  f. — Véase 
nelumbio. 

Flor  de  aire.  Amer.  f. — Nom- 
bre común  en  América  de 
una  flor  poco  apreciable. 
(Bot.  F.  Bromeliáceas;  esp. 
Fillandsia  polystachya). 

Flor  de  azufre.  Cub.  f — La 
flor  llamada  malviva.  Véase. 

Flor  de  barbero.  Cub.  f. — La 
planta  y  su  flor  más  cono- 
cidas por  jazmín  de  la  tie- 
rra (2.a  acep.)  Véase. 

Flor  de  campana.  Cub.  f. — 
Se  dice  por  su  figura  a  la 
flor  de  la  bijaura,  o  sea  el 
"floripondio"  de  la  R.  A. 

Flor  de  confites.  Cub.  f. — 
Véase  manaca. 

Flor  de  incienso.  Cub.  f. — 
La  que  produce  una  de  las 
especies  del  curujey.  Véase. 

Flor  de  Indias.  Amer.  f. — La 
de  la  planta  conocida  en 
Cuba  por  copetuda.  Véase. 

Flor  de  la  bibijagua.  Cub.  f. 
— Dicen  así  algunos  a  la 
flor  de  la  bijaura  (véase), 
habiendo  tomado  ese  nom- 
bre, porque  se  suponía  que 
ahuyentaba  la  hormiga  lla- 
mada bibijagua. 

Flor  de  la  calentura.  Cub.  f. 
— La  de  la  planta  calentura. 
Véase. 

Flor  de  la  cruz.  Cub.  f. — En- 
redadera silvestre  de  flores 
en  forma  de  aspa.  (Bot.  F. 
Poligaleas;  esp.  Securidaca 
virgata). 

Flor  del  cáliz.  Cub.  f. — Véa- 
se pitajaya. 


Flor  del  Sol.  Cub.  f.-En  al- 
gunos lugares,  el  girasol. 

Flor  de  Pascua.  Amer.  f. — • 
Arbusto  elevado  que  florece 
en  Pascuas  de  Navidad,  o 
mejor  dicho :  en  esa  época 
se  cubre  su  follaje  de  brác- 
teas  de  color  rojo  encendi- 
do, que  le  dan  un  aspecto 
de  "manto  de  fuego".  Hay 
una  variedad  blanca.  (Bot. 
F.  Euforbiáceas;  esp.  Eu- 
phorbia  pulcherrima). 

Flor  de  pasión.  Amer.  f.-AI- 
gunas  personas  aceptan  es- 
te nombre  para  la  flor  de  la 
pasionaria,  o  sea  la  grana- 
dilla. 

Flor  de  pato.  Cub.  f. — Enre- 
dadera silvestre  de  hojas 
cordiformes,  que  toma  ese 
nombre  por  la  figura  de  sus 
flores,  que  semejan  patos 
sin  extremidades  inferiores, 
de  matizada  coloración  in- 
teriormente y  fétidas.  (Bot. 
F.  Aristoloquiáceas;  esp. 
Aristolochia  grandiflora) . 

Flor  de  pedo.  Cub.  f. — Véase 
yedra  (2.a  acep.) 

Flor  de  San  José.  Cub.  f. — 
La  que  produce  la  planta 
llamada  vara  de  San  José. 
Véase. 

Flor  de  San  Juan»  'fub.  f. — 
La  de  color  rosado  produ- 
cida por  una  de  las  espe- 
cies del  curujey.  Véase. 

Flor  de  San  Juan.  Cub.  f. — 
Un  árbol  silvestre  de  made- 
ra compacta,  dura,  fina,  de 
color  amarillento  sucio. 
(Bot.  F.  Malváceas;  esp. 
Hibiscus  cannabinus,  Lin.) 


FOCO 


228 


FOLLÉ 


Flor  de  San  Pedro.  Cub.  f.— 
La  de  color  morado  produ- 
cida por  una  de  las  espe- 
cies del  curujey.  Véase. 

FSor  de  Y  blanca.  Cub.  f. — 
Una  planta  silvestre  sin  in- 
terés. (Bot.  F.  Convolvulá- 
ceas; esp.  Ipomoea  bonanox, 
Lin.) 

Flor  Una.  Cub.  adj. — fam. — 
Véase  flor. 

Floripondio  blanco.  Cub.  m. 
— La  planta  descrita  por  la 
R.  A.  con  el  sencillo  nom- 
bre de  "floripondio",  que 
también  recibe  en  Cuba,  y 
puede  verse  además  en  este 
Vocabulario  con  el  de  bi- 
jaura. 

Florista.  Común,  i. —  Mujer 
que  se  dedica  a  vender  flo- 
res: "Las  floristas  vende- 
rán más  flores  cuanto  más 
encantadoras  sean".  Tiene 
el  otro  uso  autorizado  por 
la  R.  A. 

Florón.  Cub.  m. — Dícese  al 
clavo  romano,  y  también  al 
que  tenga  cabeza  muy 
grande,  fija,  ancha,  con 
adornos  en  relieve,  sea  ésta 
de  la  materia  que  fuere. 
Tiene  las  acep.  cast. 

Flus,.  Cub.  m. — Dícese  al  tra- 
je de  caballero  o  niño 
cuando  se  compone  de  pan- 
talón, chaleco  y  chaqueta. 

íFo!  Amer.  interj. — Empléase 
para  significar  asco,  cuan- 
do se  percibo  mal  olor,  y 
equivale  al  castellano 
"¡puf!". 

Foco  eléctrico.  Común,  rn. — 
Bomba  o  lámpara  eléctrica 


de  gran  tamaño,  que  alum- 
bra por  medio  de  carbon- 
cillos regularmente,  que 
emite  un  intenso  torrente 
de  luz,  y  se  destina  para 
alumbrado  público,  parti- 
cularmente. 

Fogaje.  Cub.  m.  —  Calor  in- 
terno del  organismo,  por 
alteración  de  la  sangre,  que 
puede  producir  erupción. 

Fogueado,  da.  Cub.  adj. — fig. 
y  fam. -Aplícase  a  una  per- 
sona ducha,  experimenta- 
da: "Un  hombre  fogueado 
en  lides  amorosas'". 

Foguearse.  Cub.  v.  ref. — fig. 
y  fam.-Lo  mismo  que  "ex- 
perimentarse", hacerse 
práctico  en  algo:  "Trabajo 
le  costó  foguearse  como  ci- 
cerone". 

Fogueo.  Cub.  m. — fig.  y  fam. 
— Acción  y  efecto  de  fo- 
guearse. Véase. 

Foguerear.  Cub.  v.  a. — des- 
usada.—Prender  fuego  a  la 
leña  gruesa  que  no  haya 
podido  carbonizarse,  al 
quemar  las  malezas  de  un 
terreno  que  se  piensa  dedi- 
car al  cultivo.  Esto  sacamos 
en  consecuencia  de  lo  que 
dice  Pichardo  de  esta  voz, 
que  nunca  hemos  oído. 

Folíolo.  Común,  m. — Lo  mis- 
mo que  "hojuela"  en  Botá- 
nica. (Et.  Del  latín  folio- 
lum). 

Folleo.  Cub.  m. — vulg. — Sig- 
nifica trifulca,  pelotera,  es- 
cándalo: "Se  formó  el  gran 
folleon. 


229  — 


FORRO 


Folleo.  Cub.  m.- — vulg. — Véa- 
se follón, 

Follón.  Cub.  m. — vulg. — Bo- 
rrachera alcohólica,  en  gra- 
do sumo,  cuando  presenta 
caracteres  repugnantes. 
Otros  dicen  folleo  (2.a  acep.) 
Tiene  algunas  de  las  acep. 
castellanas. 

Follonista.  Cub.  común. — Dí- 
cese  al  borracho  vulgar. 

Fomentar.  Cub.  v.  a. — Este 
verbo  no  suele  tener  en 
Cuba  ninguno  de  los  signi- 
ficados castellanos :  empléa- 
se en  lugar  de  "fundar",  y 
algunas  veces  de  "organi- 
zar y  explotar  un  negocio"; 
pero  la  primera  acepción  es 
la  más  generalizada,  y  así 
se  dice:  ''Fulano  fomentó 
un  ingenio  de  azúcar".  Pa- 
réeenos  bastante  admisi- 
ble esta  acep.  al  castellano, 
y  hasta  le  da  garantía  el 
que  haya  en  España  un 
Ministerio  de  Fomento. 

Fomento.  Cub.  va. — Acción  de 
fomentar.  Véase. 

Fondeado,  da.  Amer.  adj. — 
Aplícase  a  la  persona  rica, 
especialmente  si  guarda 
mucho  dinero  en  efectivo. 
Otras  veces  empléase  con 
relación  a  una  persona  que, 
careciendo  casi  siempre  de 
dinero  o  cosa  que  lo  valga, 
lo  tiene  una  vez  por  casua- 
lidad. 

Fondearse*  Amer.  v.  ref . — Lo 
mismo  que  "enriquecerse". 

Fondero,  ra.  Amer.  m.  y  f. — 
La  persona  que  tiene  en 
propiedad  o  a  su  cargo  una 


fonda.  En  Cuba  nadie  dice 
"fondista",  cual  autoriza  la 
R.  A. 

Fondo.  Amer.  m. — Una  espe- 
cie de  paila  o  caldera  de 
pequeño  tamaño. 

Fonfón.  Cub  m. — antic. -Cas- 
tigo de  azotes  que  se  daba 
a  los  negros  esclavos. 

Fonil.  Cub.  m.  —  Según  Pi- 
chardo,  en  Puerto  Príncipe, 
es  o  era  sinónimo  de  "ano". 

Foquita.  Cub.  f. — poco  uso. — 
En  algunos  pueblos  dicen 
así  a  los  niños  negros  cuan- 
do están  desnudos,  por  la 
semejanza  que,  según  el 
capricho  de  algunos,  tienen 
con  unas  focas  amaestra- 
das, que  se  exhibían  con 
otros  animales  en  cierto 
circo  ambulante. 

Forestina.  Cub.  f.  —  Es  co- 
rrupción de  faurestino,. 
Véase. 

Fcrnalla.  Cub.  f. — No  se  en- 
tiende en  el  sentido  anti- 
cuado de  "horno"  que  se- 
ñala la  R.  A.,  sino  que  de- 
signa la  parte  inferior  e  in- 
dependiente del  horno  por 
donde  se  extrae  la  ceniza. 

Forrado,  da.  Cub.  adj. — fam. 
— Lo  mismo  que  "rico,  ca"  : 
"Un  hombre  forrado";  "so- 
ciedad forrada".  Tiene  los 
usos  cast. 

Forrarse.  Cub.  v.  ref. — fam. 
Enriquecerse:  "Juan  se  fo- 
rró". Tiene  los  usos  cas- 
tellanos de  "forrar". 

Forro.  Cub.  m. — Trampa,  en- 
gaño, falsedad:  "Salir  con- 
cejal gracias  a  los  forros  o 


FOTI 


230  — 


FOTU 


falsos  votos";  "Pedro  mete 
muchos  forros  cuando  jue- 
ga al  dominó".  Tiene  las 
acep.  cast. 

Forro  (De).  Cub.  mod.  adv. 
— Equivale  a  "clandestina- 
mente", y,  en  algunos  ca- 
sos, al  gracioso  "de  gorra": 
"Entré  de  forro  a  la  Ex- 
posición"; "fui  al  banquete 
de  forro".  Este  uso  denota, 
a  la  vez,  que  se  suplanta  a 
otra  persona.  Es  sinónimo 
del  no  menos  usual  de 
chivo. 

Forro  de  catre.  Cub.  m. — La 
vestidura  de  lona  u  otro  te- 
jido, de  que  se  forma  la  ca- 
ma de  un  catre  de  tijera. 

Fósforo  higiénico.  Cub.  m. — 
Cerilla  que  sólo  enciende 
por  efecto  del  roce  con  la 
laminilla  de  la  misma  ma- 
teria que  tiene  la  caja;  no 
ofrece  peligro  ni  produce 
incendios.  En  Cuba  no  se 
dice  "cerilla"  nunca,  sino 
"fósforo". 

Fósforos.  Cub.  m.  pl. — fam. 
■ — Véanse  las  frases  161  y 
245  del  Apéndice. 

Fotingo.  Cub.  ni. — Automóvil 
pequeño  de  plaza  o  alqui- 
ler. Es  voz  nacida  no  ha 
mucho  entre  el  populacho, 
y  ya  hoy  no  se  desdeña  casi 
en  el  habla  corriente. 

Fotingo.  Cub.  m.-Por  exten- 
sión de  la  voz  anterior,  dí- 
cese  a  la  mezcla  en  un  vaso 
de  leche  y  mantecado.  Em- 
pezó llamándose  automóvil, 
y  nada  más  natural  que  al 
llamar   fotingo    a   ese   ve- 


hículo, se  diga  también  a  la 
dicha  mezcla.  El  origen  es 
lo  que  tenemos  por  cosa 
inaveriguable. 

Fotingo.  Cub.  m.  —  vulg.  — 
Entre  gente  mal  hablada,  es 
sinónimo  de  "nalgas",  par- 
ticularmente las  abultadas 
de  mujer. 

Fotinguero.  Cub.  m.  —  Con- 
ductor de  automóviles  o  de 
fotingos.  (1.a  acep.).  Cual- 
quier voz  es  preferible  al 
repugnante  galicismo  cho- 
fer. 

Fotnro.  Cub.  epic.  m. — El  pez 
más  conocido  por  joturo. 
"Véase.  En  opinión  de  al- 
gunos, foturo  es  corrupción 
de  joturo;  pero  a  nosotros 
nos  parece  más  posible  que 
la  primera  forma  haya  dado 
origen  a  hoturo,  y  que  de 
aquí  hayase  corrompido  en 
joturo.  (Et.  Voz  probable- 
mente de  origen  caribe). 

Fotaitazo.  Cub.  m.— El  soni- 
do o,  por  mejor  decir,  ruido 
que  se  produce  con  una  sola 
emisión  de  aire  en  el  fo- 
tuto. Véase. 

Fotuto.  Cub.  m. — Especie  de 
trompa  que  se  hace  de  un 
caracol  marino  grande,  al 
que  se  rompe  la  punta  de 
la  espiral,  y  en  el  que,  al 
soplar  por  ella,  se  produce 
un  ruido  estrepitoso  y  des- 
agradable. Suele  usarse 
para  meter  ruido  en  algu- 
nas fiestas  públicas,  y  en 
ciertos  lugares  del  interior 
se  anuncia  con  él  peligro 
de  incendio,  desbordamien- 


FRAI 


231 


FRAI 


to  de  un  río.  etc.  También 
se  dice,  no  con  frecuencia, 
guamo,  y  por  corrupción 
fututo.  (Et.  Del  caribe  bo- 
tato). 

Fotuto.  Cub.  m. — Por  exten- 
sión, dícese  a  todo  instru- 
mento de  metal  u  otra  ma- 
teria, en  el  que  se  produzca 
ruido  a  la  manera  del  ver- 
dadero fotuto  (1.a  acep.), 
como  ciertas  bocinas  de  au- 
tomóvil, etc. 

Fragata.  Común,  epic.  f. — 
Así  se  dice  también  por  al- 
gunos en  Cuba  al  ave  más 
conocida  por  "rabihorca- 
do". 

Fragata.  Cub.  f. — Vagón  alto 
y  cerrado  de  ferrocarril, 
destinado  a  carga  menuda. 
Tiene  las  otras  acep.  cast. 

Fraile.  Cub.  epic.  m. — En  al- 
gunas comarcas  orientales, 
la  especie  de  mosca  más 
nombrada  rodador.  Véase. 

Frailecillo.  Cub.  epic.  m. — 
Además  de  aplicarse  este 
nombre  al  ave  fría,  cual 
admite  la  R.  A.,  se  conoce 
otra  especie  parecida  en 
Cuba,  probablemente  uno 
de  los  chorlitos,  que  suele 
medir  unos  25  centímetros 
de  pico  a  cola,  de  plumaje 
aplomado  claro  por  encima, 
así  como  una  especie  de 
moña  que  tiene  en  su  ca- 
beza, grande;  el  vientre,  la 
garganta  y  la  frente  son  de 
color  blancuzco,  y  tiene  al- 
gunas plumas  negras  por 
el  cuerpo.  Es  ave  zancuda, 
pero  ele  patas  no  muy  lar- 


gas y  amarillas,  pico  corto 
y  fuerte,  y  ojos  morenos  con 
los  párpados  rojos.  Habita 
en  los  huecos  del  suelo,  re- 
gularmente en  el  litoral, 
corre  con  suma  ligereza,  y 
se  alimenta  de  insectos  y 
moluscos.  Es  sedentaria  en 
el  Continente.  También  se 
llama  frailecito,  títere  y 
zarapico.  Hay  otras  espe- 
cies menos  importantes  con 
ese  nombre  genérico.  (Zool. 
F.  Charadridce;  esp.  Oehto- 
dromus  wilsonius,  Ord.) 

Frailecillo.  Cub.  m. — Arbus- 
to que  alcanza  dos  metros 
de  altura,  de  ramaje  tor- 
tuoso- con  hojas  alternas, 
oblongas  y  ovales,  que  se 
emplean  como  vomitivo  y 
purgante  caseros;  tiene  flo- 
reciílas  blancas  y  fruto  del 
tamaño  de  una  cereza  ama- 
rilla, con  una  semilla  que 
tiene  dos  ojitos  negros,  de 
donde  dicen  que  tomó  nom- 
bre la  planta,  que  también 
se  llama  San  Juan  del  Co- 
bre, frailecito  y  "tuatúa", 
su  nombre  castellanizado. 
(Bot.  F.  Euforbiáceas;  esp. 
J  at  r  o  p  h  a  gossypiifolia, 
Lin.) 

Frailecillo  cimarrón.  Cub. 
m. — Especie  parecida  del 
arbusto  anterior,  pero  de 
menores  proporciones.  (Bot. 
F.  E.;  esp.  Crotón  lobatus, 
Lin.) 

Frailecillo  gritón.  Cub.  epic. 
m. — Especie  del  ave  frai- 
lecillo (1.a  acep.)  que  le  ca- 
racteriza el  hecho  de  que 


FRAS 


232 


FRÍJ 


cuando  ve  algún  peligro 
para  su  nido  o  muy  cerca 
al  cazador,  emite  un  tan 
raro  chillido,  que  puede 
confundir  a  éste,  si  no  es 
diestro  en  ese  deporte,  pues 
que  guiado  por  la  proce- 
dencia del  grito  caminará 
en  sentido  contrario  del  si- 
tio donde  lo  emite  el  ave. 
Es  de  color  gris  moreno  en- 
cima y  blanco  debajo,  con 
un  collar  y  una  faja  en  el 
pecho  negros.  También  se 
dice  frailecillo  sabanero  y 
títere  sabanero,  porque 
suele  vivir  más  alejado  del 
litoral  que  la  otra  especie. 
(Zool.  F.  Ch.;  esp.  Oxye- 
chus  vociferus). 

Frailecillo  sabanero,.  Cub. 
epic.  m. — Véase  frailecillo 
gritón. 

Fraileciio.  Cub.  m. — Así  di- 
cen muchos  a  las  distintas 
especies  zoológicas  y  botá- 
nicas descritas  como  frai- 
lecillo. 

Framboyán.  Amer.  rn. — Ár- 
bol exótico,  acaso  origina- 
rio de  la  India,  de  unos 
cinco  metros  do  altura,  de 
hojas  elípticas,  pequeñas,  y 
hermosas  flores  rojas  en 
ramilletes,  que  brotan  en  el 
verano,  al  caer  las  hojas. 
Es  árbol  propio  de  jardi- 
nes y  paseos  por  su  elegan- 
cia. (Bot.  esp.  Flamboyant 
colvillea).  (Et.  Del-  francés 
flamboyant). 

Frangollo.  Cub.  m.  —  Dulce 
hecho  de  plátano  llamado 
verde  pulverizado  y  azúcar. 


Frasco.  Cub.  m. — desusada. 
— Medida  de  capacidad  para 
líquidos,  equivalente  a  tres 
botellas  o  sean  2'442  litros. 
Tiene  el  uso  cast.  principal. 

Fregar.  Cub.  v.  a. — ñg.  y  fam. 
— Suele  oirse  por  "azotar" 
o  "pegar".  Tiene  las  acep. 
castellanas. 

Freno.  Cub.  m. — fam. — Véa- 
se el  refrán  40-6  del  Apén- 
dice. Tiene  las  acep  cast. 

Fresco,  ca.  Común,  adj. — 
fig.  y  fam, — Atrevido,  des- 
vergonzado: "Un  niño  muy 
fresco".  Véase  café  fresco 
y  la  frase  57  del  Apéndice. 
Tiene  los  otros  usos  cas- 
tellanos. 

Frescura.  Común,  f. — fig.  y 
fam.  —  Desvergüenza,  atre- 
vimiento de  una  persona 
calificada  de  fresca.  Tiene 
los  otros  usos   castellanos. 

Fresno  de  América»  Cub.  m. 
— Véase  fustete. 

Friega.  Cub.  f. — fig.  y  fam. — 
Equivale  a  "zurra",  "azo- 
taina", y  es  acción  y  efec- 
to de  fregar,  verbo  menos 
usado  en  ese  sentido  que  la 
voz  reseñada:  "Le  di  una 
friega  a  uno  de  los  mucha- 
chos". 

Fríjol  blanco.  Amer.  m. — La 
voz  "fríjol"  casi  ha  deste- 
rrado en  Cuba  las  de  "ha- 
ba" y  "judía".  El  presente, 
que  también  se  llama  "frí- 
jol común",  es  la  judía 
blanca. 

Frísol  caballero.  Cub.  m. — 
Enredadera  común  y  su 
fruto :  un  grano  mayor  que 


FRÍJ 


233  — 


FRIJ 


el  colorado,  de  figura  elíp- 
tica, algo  aplanado,  y  color 
jaspeado  de  blanco  y  rojo. 
También  se  llama  fríjol  de 
la  tierra.  (Bot.  F.  Legumi- 
nosas; esp.  Dolichos  la- 
blah). 

Fríjol  cimarrón.  Cub.  m. — 
Planta  silvestre  y  su  fruto, 
cuyo  grano,  especie  de  ju- 
día, come  alguna  gente  po- 
bre. (Bot.  F.  L.;  esp.  Vigna 
glabra). 

Fríjol  colorado.  Cub.  m. — La 
judía  de  tamaño  corriente 
y  color  moraduzco.  Tam- 
bién se  llama  fríjol  mulato. 

Fríjol  común.  Amer.  m. — El 
fríjol  blanco.  Véase. 

Fríjol  de  carita.  Amer.  m. — 
El  llamado  en  España  "ju- 
día de  careta";  blancuzco 
con  un  lunar  negro  en  la 
cisura  de  la  piel. 

Fríjol  de  gallina.  Cub.  m. — 
Árbol  común  de  hojas  com- 
puestas con  folíolos  ovales, 
flores  grandes  y  amarillas, 
en  racimos,  legumbre  erec- 
ta, membranosa  y  oblonga, 
así  como  el  grano.  (Bot.  F. 
L.;  esp.  Cassia  glauca, 
Lam.) 

Fríjol  de  la  tierra.  Cub.  m. 
— El  fríjol  caballero.  Véase. 

Fríjol  de  olor.  Cub.  m. — En- 
redadera de  adorno  con 
flores  perfumadas.  (Bot.  F. 
L.;  esp.  Clitoria  speciosa). 

Fríjol  de  Veracruz.  Cub.  m.- 
— El  más  conocido  por  fri- 
jol negro. 

Fríjol  grande.  Cub.  m.  — 
Planta   de   legumbres   muy 


largas  y  estrechas,  que 
cuando  tiernas  (habichue- 
las) se  emplean  en  guisos  j 
ensaladas.  (Bot.  F.  L.;  esp. 
Dolichos  jsesquipedalis, 
Lin.) 

Fríjol  negro.  Amer.  m. — La 
judía  negra,  que  es  una  de 
las  de  menor  tamaño.  En 
Cuba  constituye  uno  de  los 
potajes  más  populares,  que 
se  come  mezclándolo  con 
arroz  cocido,  y  a  cuya  mez- 
cla se  dice  familiarmente 
moros  y  cristianos.  Tam- 
bién se  llama  fríjol  prieto  y 
de  Veracruz. 

Fríjol  prieto.  Amer.  m. — El 
fríjol  negro.  Véase. 

Fríjoles.  Cub.  m.  pi. — Véanse 
las  frases  122  y  244  del 
Apéndice. 

Frijolillo.  Cub.  m. — Una  en- 
redadera silvestre.  (Bot.  F. 
Leguminosas ;  esp.  Ryncho- 
sia  mínima). 

Frijolillo.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre de  grueso  tronco,  de 
hojas  sobre  largo  pecíolo, 
compuestas  con  foliólos 
ovales,  puntiagudos,  con 
visos  azulados,  cuyo  fru- 
to comen  el  cerdo  y  otros 
animales,  y  madera  fuerte 
que  se  usa  en  carpintería 
gruesa.  También  se  llama 
guama,  jurabaina  (en  la  re- 
gión central)  y  cucharilla 
en  algunos  lugares  orienta- 
les). Hay  dos  especies  que 
se  describen  a  continua- 
ción. (Bot.  F.  Legumino- 
sas). 

Frijolillo  amarillo.  Cub.  m. — 


FRUO 


—  234  — 


FÜBT 


Especie  del  árbol  frijolillo 
(1.a  acep..),  de  madera  muy 
dura  de  color  azafranado. 
También  se  llama  jayaba- 
caná  amarillo  y  guama  de 
costa.  (Bot.  F.  L.;  esp.  Lo- 
chocarpus,  latifolius). 

Frijoliílo  bada.  Cub.  m. — 
— Especie  del  árbol  baria, 
de  buena  madera,  fina,  pe- 
sada, de  color  parduzco. 

Frijolillo  p>raeto.  Cub.  m. — 
Tipo  del  árbol  frijolillo  (1.a 
acep.),  de  madera  indicada 
en  su  nombre.  También  se 
llama  guama  bobo  y  guama 
de  soga.  (Bot.  F.  L.;  esp. 
Lochocarpus  sericeus,  Kth.) 

Frijolito.  Cub.  m.  —  Especie 
de  fríjol  pequeño,  aplana- 
do, en  figura  de  media  luna, 
que  ofrece  muchas  varie- 
dades. (Bot.  F.  Legumino- 
sas; esp.  Phaseolus  luna- 
tus,  Lin.) 

Frío.  Cub.  m. — fam. — Véase 
la  frase  28  del  Apéndice. 

Friofrío.  Cub.  m. — Árbol  co- 
mún cuyo  tronco  tiene  el 
corazón  moraduzco,  de  flo- 
res amarillas,  y  de  cuya 
madera  se  hace  leña.  (Bot. 
F.  Leguminosas). 

Frita.  Cub.  f.— fam. — Dícese 
a  la  comida.  Véase  la  frase 
121  del  Apéndice. 

FroniiL  Cub.  m. — Dícese  por 
"frontalera",  de  cabezada 
de  caballo.  Otros  dicen 
frontín.  Suele  usarse  en  las 
acep.  cast. 

Frontín.  Cub.  m. — Igual  que 
frontil.  Véase. 

Frucanga.  Cub.  f. — poco  uso. 


— La  sambumbia,  cuando 
se  le  echa  ají. 

Fruta  bomba.  Cub.  f. — Mo- 
derno nombre  que  se  le  da 
a  lá  fruta  "papaya",  a  cau- 
sa del  significado  que  se  le 
ha  dado  por  el  pueblo  a 
esta  voz,  sinónima  de  "va- 
gina". 

¡Fúa!  Cub.  interj.  —  fam. — 
Empléase  para  expresar  por 
onomalopeya  el  ruido  qué 
produce  un  golpe,  caída,  etc. 

Fuácata.  Cub.  f.  — -  fam.  — 
Equivale  a  "pobreza",  "mi- 
seria". También  se  dice 
fuacatina.  Véase  la  frase  60 
del  Apéndice.  (Et.  De  fuá). 

Fuaeatazo.  Cub.  m.  fam.-— 
Así  dicen  algunos  por  "ba- 
tacazo". 

Fuacatina.  Cub.  f.  —  fam.  — 
Véase  fuácata. 

Fuego.  Cub.  m. — En  algunos 
lugares  orientales,  el  árbol 
bijáguara.  Véase.  Tiene  los 
principales  usos  castella- 
nos. 

Fuente.  Cub.  f.  —  El  tejido 
membranoso  en  que  viene 
el  feto  al  nacer,  entre  hu- 
mores acuosos.  Tiene  los 
principales  usos  castella- 
nos. 

Fuetazo.  Amer.  m.  —  Golpe 
dado  con  un  fuete.  Véase. 

Fuete.  Amer.  m.  —  Nombre 
que  le  dan  algunos  al  lá- 
tigo, y  que  otros  extienden 
a  todo  instrumento  seme- 
jante de  castigo.  (Et.  Gali- 
cismo derivado  de  fouet). 

Fueteadura.  Amer.  f.-Acción 
y  efecto  de  fuetear.  Véase. 


FULM 


235 


FÜNG 


Fuetear.  Amer.  v.  a. — Casti- 
gar con  fuete.  Véase. 

Fuetecito.  Amer.  m.  —  Un 
fuete  pequeño. 

Fufú.  Amer.  m. — Manjar  he- 
cho con  plátano,  calabaza 
u  otros  frutos,  amasados 
después  de  cocidos,  y  rocia- 
dos con  manteca.  También 
se  dice  mogo. 

Fufú.  Cub.  m. — fam. — Equi- 
vale a  "talento":  "Un  chi- 
co de  mucho  fufú.'''' 

Fugada.  Cub.  f. — En  algunos 
lugares,  una  pequeña  ráfa- 
ga de  aire. 

Fugada.  Cub.  f. — fig.  y  fam. 
■ — poco  uso. — Lo  mismo  que 
"ímpetu",  pequeño  arreba- 
to: "Damián  es  hombre  de 
muy  frecuentes  fugadas". 

Fuíquiti.  Cub.  m.  —  vulg. — 
Término  despreciativo  en 
comparaciones:  "Un  libro 
de  fuíquiti". 

Fular.  Común,  m. — desusada. 
Tela  fina  de  seda  y  algodón. 
(Et.  Galicismo  derivado  de 
foulard). 

Fulminante.  Amer.  m.  —  La 
cápsula  o  pistón  que  por 
efecto  del  golpe  de  gatillo 
produce  la  descarga  en  las 
armas  de  fuego. 

Fulminante.  Cub.  m. — Planta 
herbácea  silvestre  de  hojas 
lanceoladas,  flores  de  coro- 
la purpúrea  axilares,  y  que 
produce  una  vaina  que  des- 
pués de  seca,  al  contacto 
con  la  humedad,  revienta 
bruscamente  y  lanza  las  se- 
millas, de  cuyo  efecto  toma 
el  nombre.  (Bot.  F.  Acantá- 


ceas; esp.  Piuellia  germini- 
flora). 

Fuma.  Cub.  f. — La  ración  de 
cigarros  puros  a  que  tiene 
derecho,  además  del  jornal, 
el  obrero  elaborador  de 
ellos,  y  es  la  ración  que 
fuma  diariamente.  Véase  la 
frase  214  del  Apéndice. 

Fuma.  Cub.  f. —  Por  exten- 
sión, la  cantidad  de  tabaco 
que  consume  una  persona 
diariamente,  en  la  especie 
que  fuere. 

Fuma.  Cub.  f. — Cierta  vitola 
de  cigarro  puro  o  tabaco 
de  tamaño  corriente  y  pre- 
sentada en  mazo. 

Fumarse.  Cub.  v.  ref. — vulg. 
— Este  verbo,  con  los  pro- 
nombres personales  lo,  la, 
acompañando  al  sufijo  se, 
denota  superioridad,  astu- 
cia de  una  persona  con  re- 
lación a  otra:  "Diego  en  un 
negocio  con  Javier  se  lo  fu- 
mó"; "A  Pedro  no  hay 
quien  se  lo  fume  como  pin- 
tor", esto  es:  no  hay  quien 
le  supere  en  ese  arte. 

Fumín,  Cub.  m.  —  Dícese  en 
vez  de  "esfumino";  esto  es: 
al  rollito  de  papel  estopo- 
so,  puntiagudo,  que  se  em- 
plea en  dibujo  para  esfu- 
mar. 

Funche.  Cub.  m. — Manjar  he- 
cho con  harina  de  maíz, 
manteca,  sal  y  agua,  que 
suele  mezclarse  con  can- 
grejo. Otros  dicen  serensé. 
Véase  la  frase  número  222 
del  Apéndice. 

Fungir.  Amer.  v.  n.  —  Equi- 


FUSI 


236 


FUTü 


vale  al  castellano  "oficiar", 
pero  significando  que  se  su- 
ple provisionalmente  a  otra 
persona  en  un  cometido,  sin 
reunir  todas  las  cualidades 
precisas  que  el  puesto  re- 
clama. Es  verbo  bastante 
generalizado  en  toda  Amé- 
rica, y  bien  puede  admi- 
tirse en  el  buen  hablar,  ya 
que  no  vino  de  ajenos  idio- 
mas. 

Furnia-  Cub.  i.— Sima  verti- 
cal profunda  y  angosta,  más 
propiamente  cuando  es  en- 
tre peñas.  En  el  caló  gita- 
no significa  cueva. 

Furrumallia.  Cub.  f. — Dícese  a 
la  gente  de  baja  estofa,  y 
por  extensión,  a  toda  cosa 
despreciable:  "En  tal  ba- 
rriada hay  mucha  furru- 
malla";  "ese  sombrero  es 
de  furrumalla" . 

Fusilar.  Cub.  v.  impersonal. 
• — Corrupción  de  "fucilar", 
esto  es,  descargar  eléctrica- 
mente la  atmósfera  por  me- 
dio de  relámpagos,  sin  rui- 
do, y  con  el  sólo  efecto  de 
la  luz,  que  causa  fantás- 
tica visión  de  noche.  Esa 
corrupción  de  la  c  en  5  no 
la  cometen  solamente  los 
criollos  en  este  caso,  sino 
también   los   españoles,    tal 


vez  por  el  escaso  uso  que 
tiene  en  la  Península  el 
verbo  y  lo  generalizado  que 
está  en  la  Isla.  Tiene  el 
uso  cast. 

Fusilazo.  Cub.  m. — Corrup- 
ción de  "fucilazo".  El  efec- 
to de  fusilar.  Véase. 

Fustete.  Cub.  m. — Árbol  pa- 
recido en  sus  aplicaciones 
al  arbusto  "fustete"  de  la 
R.  A.  Es  silvestre  y  común 
en  la  región  oriental,  de 
hojas  subenteras,  oblongas, 
flores  dioicas  en  espigas : 
las  masculinas  en  espigas 
cilindricas,  las  femeninas 
en  cabezuelas  globosas;  ma- 
dera elástica  de  color  ama- 
rillo anaranjado  y  jaspea- 
da, que  se  usa  para  basto- 
nes con  especialidad,  aun- 
que es  muy  estimable  para 
obras  varias,  entre  ellas 
submarinas.  Tiene  además 
los  nombres  de  fresno  dei 
América,  mora  espinoso,,  de 
loma  y  del  país.  (Bot.  F. 
Mareas;  esp.  Chlorophora 
tinctoria). 

Fututo.  Cub.  m.— Corrupción 
de  fotuto.  Véase  (1."  acep.) 

Fututu.  Cub.  adj. -Equivale  a 
"malo",  "despreciable". 
Esta  voz  parece  de  origen 
catalán. 


GALA 


—  237 


GALA 


Gaceta.  Común,  f .  —  fig.  y 
fam. — Dícese  a  la  persona 
que  siempre  está  enterada 
cié  la  última  noticia,  y  la 
cuenta  en  todas  partes  sin 
reservas. 

Gago,  ga.  Cub.  adj. — Regu- 
larmente se  dice  al  tarta- 
mudo, pues  al  gago  verda- 
dero se  le  dice  fañoso. 

Gaguear.  Cub.  v.  n.  —  Em- 
pléase en  lugar  de  "tarta- 
mudear", o  cuando  se  imi- 
ta al  tartamudo. 

Gagueo.  Cub.  m. — Acción  de 
gaguear  o  tartamudear. 
Otros  dicen  gaguera. 

Gaguera.  Cub.  f. — Lo  mismo 
que  gagueo.  Véase. 

Galafate.  Cub.  epic.  m. — Pez 
que  mide  unos  3  decíme- 
tros, de  color  negro  azulado 
cuando  vivo,  y  enteramente 
negro  después  de  muerto. 
Toma  ese  nombre  porque, 
al  decir  de  los  pescadores, 
muerde  el  anzuelo  y  se  ro- 
ba la  carnada.  (Zool.  F.  Bá- 
listidce;  esp.  Melichthys  pi- 
ceus,  Poey). 

GaEambote.  Cub.   epic.  m. — 


Se  llama  así  al  pez  "lisa" 
en  su  edad  primera. 

Galán.  Cub.  m. — Reciben  este 
nombre  varios  árboles  y 
arbustos,  muy  apreciables 
en  jardinería  algunos  por 
el  perfume  de  sus  flores, 
que  toman  aditamentos  par- 
ticulares. Tiene  las  otras 
acep.  cast.  (Bol,  F.  Solaná- 
ceas). 

Galán  de  costa-,  Cub.  m. — 
Árbol  de  grupo  distinto  a 
los  otros  galanes  aquí  des- 
critos. Tiene  madera  dura, 
pesada,  de  color  amarillo 
obscuro  con  vetas,  y  es 
apreciable  en  ebanistería 
por  el  suave  pulimento  que 
admite. 

Galán  de  día.  Cub.  m. — Pe- 
queño árbol  de  hojas  oblon- 
gas, puntiagudas,  con  el 
nervio  central  amarilloso  y 
abultado,  brillantes  por  la 
haz,  florecillas  blancas  pe- 
dunculadas  en  grupos,  no 
menores  de  seis,  más  olo- 
rosas de  día  que  de  noche, 
de  donde  proviene  su  nom- 
bre, y  fruto  en  baya  viola- 
da que  tiñe  de  azul.  Tam- 


GALA 


238 


GALLA 


bien  se  llama  jazmín  de  día. 
(Bot.   F.    S.;   esp.    Cestrum 
diurnum) . 
Galán    de    día    de    sabana. 

Cub.  m. — Arbolito  de  hojas 
elípticas,  brillantes,  y  flores 
verdes  amarillentas.  (Bot. 
F.  S.;  esp.  C.  laurifolium). 

Galán  de  noche.  Cub.  m. — 
Árbol  pequeño,  copado,  de 
hojas  alternas,  ovales,  pun- 
tiagudas, olorosas,  flores 
verdosas  algo  blanquecinas 
y  bayas  de  color  de  perla. 
Las  flores  se  abren  al  ano- 
checer, y  exhalan  un  perfu- 
me penetrante  y  venenoso, 
si  llegase  a  saturar  la  at- 
mósfera de  un  dormitorio. 
Otros  le  dicen  jazmín  de 
noche.  (Bot.  F.  S.;  esp.  C. 
nocturnum). 

Galán  de  noche.  Cub.  m. — 
Arbusto  de  hojas  elípticas 
u  ovales,  con  la  base  cunei- 
forme, flores  de  corola  blan- 
ca y  amarilla,  y  bayas  de 
color  anaranjado.  Las  flo- 
res, como  en  la  especie  an- 
terior, también  se  abren  de 
noche,  y  emiten  un  perfume 
muy  fuerte.  Algunos  le  di- 
cen, creemos  que  impropia- 
mente, nabaco  a  esta  plañ- 
ía. (Bot.  F.  Escrofulariá- 
ceas;  esp.  Brunfelsia  níti- 
da,, Benth.) 

Galán  de  noche  morado. 
Cub.  m. — Especie  parecida 
a  la  anterior,  de  flores  mo- 
radas, que  también  se  co- 
noce por  lila  de  las  Anti- 
llas. (Bot.  F.  E.;  esp.  B.  ces- 
toides,  Rich.) 


Galanazo.  Cub.  subs.  y  adj. 
—  desusada.  —  El  individuo 
muy  galán. 

Galanga.  Cub.  f. — Una  espe- 
cie de  la  planta  conocida 
por  malanga,  oriunda  de 
África.  Tiene  las  hojas 
grandes  en  forma  de  escu- 
do, y  produce  un  tubérculo 
de  color  amarillo,  interior- 
mente, de  uso  común  en  las 
comidas  populares.  (Bot.  F. 
Aroideas;  esp.  Arum  colo- 
casia). 

Galano,  na.  Amer.  adj. -Aplí- 
case a  la  res  en  cuyo  pelo 
entran  variados  colores, 
especialmente  el  blanco  y 
el  bermejo. 

Galantina.  Amer.  f. — Exqui- 
sito manjar  hecho  con  car- 
ne de  pavo,  pollo  u  otra 
ave  preparada  en  forma  de 
embutido,  y  que  se  come 
frío  a  manera  de  entran- 
te. (Et.  Del  francés  galan- 
tine). 

Galón,  Cub.  m.  —  Medida  de 
capacidad  para  líquidos, 
equivalente  a  cuatro  bote- 
llas y  media,  o  sean  3'663 
litros,  según  Pichardo. 

Galucha.  Amer.  f. — Equivale 
al  castellano  "galope".  Es 
acción  y  efecto  de  galuchar. 

Galuchar.  Cub.  v.  n.-Lo  mis- 
mo que  "galopar". 

Gallado,  da.  Cub.  adj. — For- 
ma corrompida,  al  parecer, 
de  gayado  da,  que,  sin  em- 
bargo, parece  más  admisi- 
ble al  castellano. 

Gallareta  azul.  Cub.  epic.  f. 
— Especie  del  ave  conocí- 


GALLA 


239  — 


GALLE 


da  en  castellano  por  "galli- 
na de  agua",  "gallareta"  o 
"foja",  clasificada  como  tipo 
intermedio    entre   las   pal- 
mípedas y  las  vadeadoras. 
Esta  especie  se  caracteriza 
por    su    plumaje    azul    con 
reflejos  purpúreos  o  verdo- 
sos,   remeras    y    timoneras 
negras,    y   algunas   plumas 
blancas  debajo  de  la  cola, 
el  pico  acarminado  con  la 
punta  verde,  y  la  callosidad 
frontal  de  color  azul  claro; 
vive   regularmente    en   las 
inmediaciones  de  arroyos  y 
lagunas,    y   efectúa    incur- 
siones  por    los   sembrados, 
causando   bastante   daño   a 
las   cosechas.    Habita   tam- 
bién en  el  Continente  y  en 
otras  Antillas,  y  puede  ser 
domesticada  para  que  viva 
entre    las    aves    de    corral. 
(Zool.  F.  Rallidoe;  esp.  Fúli- 
ca martinico.,  Lin.) 
Gallareta    de    pico    blanco. 
Cub.    epic.    f.— Especie    de 
gallareta,      cuyo      plumaje 
principal  es  negro  de  piza- 
rra con  viso  olivado  en  el 
lomo,  y  negro  retinto  hacia 
la    cabeza;    tiene    también 
plumas   blancas  debajo   de 
la  cola,   así  como  de  este 
color  el  pico  y  la  callosi- 
dad frontal,  con  una  man- 
cha avellanada  en  el  ápice 
de  uno  y  otra,   patas   oli- 
vadas y  acarminado  el  iris. 
Es  ave  de  paso  que  inmi- 
gra de  América  del  Norte, 
y  muy  parecida  a  una  de 
las     especies     de    Europa. 


(Zool.    R.;   esp.    F.    ameri-. 
cana,  Gmel.) 
Gallareta  de  pico  colorado, 

Cub.  epic.  f.  —  Tipo  de  la 
gallareta  que  parece  la  mis- 
ma especie  descrita  por  la 
R.  A.  en  el  segundo  artícu- 
lo de  "foja",  y  que  vive 
en  ambos  Continentes.  Tie- 
ne el  plumaje  negro  ceni- 
ciento, tirando  a  pardo  oli- 
vado en  el  lomo,  la  placa 
frontal  y  el  pico  rojos,  con 
la  punta  amarilla  éste,  pa- 
tas verdosas  con  un  anillo 
rojo  en  las  tibias,  y  el  iris 
también  rojo.  Es  de  pare- 
cidos hábitos  a  la  gallareta 
azul,  y  causa  menos  estra- 
gos en  los  cultivos  que  ésta. 
(Zool.  F.  R.;  esp.  Gallinuela 
galeata,  Licht.) 

Gallaruza.  Cub.  f. — poco  uso. 
— Dícese  a  la  mujer  de  ma- 
neras varoniles,  y  campe- 
chana en  su  trato. 

Gallego.  Cub.  epic.  m. — Ave 
acuática,  parecida,  en  ma- 
yor tamaño,  a  la  gaviota  de 
Cuba.  Su  plumaje  en  el  ve- 
rano es  aplomado  tirando 
a  negro,  con  la  rabadilla,  el 
vientre  y  la  cola  blancos,  y 
las  patas,  el  pico  y  los  pár- 
pados rojizos;  en  el  invier- 
no tiene  la  cabeza  blanca 
con  plumas  negras.  El  pico 
es  anguloso  por  la  parte  in- 
ferior, cerca  de  la  punta. 
Es  ave  sedentaria,  que  vive 
en  los  cayos  y  costas,  y  ani- 
da en  los  huecos  de  la  tie- 
rra. El  gallego  persigue  al 
alcatraz  y  le  arrebata  de  la 


GAXLE 


—    240 


GALLÍ 


boca  los  peces,  pero  a  su 
vez  es  perseguido  por  el  ra- 
bihorcado, que  se  los  obli- 
ga a  vomitar.  (Zool.  F.  La- 
ridos;  esp.  Chroicocephalus 
atricilla,  Lin.) 

Gallego.  Cub.  epic.  m.  —  El 
pez  más  conocido  por  ju- 
relete.  Véase. 

Gallego,  ga.  Amer.  subs.  y 
adj.  —  Así  dicen  las  gentes 
ordinarias,  vistan  mal  o 
bien,  a  los  españoles  en 
general,  despectivamente. 
En  España  se  ha  hecho  si- 
nónimo de  "tacaño",  entre 
el  populacho  soez.  Se  pone 
como  aditamento  a  cosas, 
plantas  y  animales. 

Gallego  re-aL  Cub.  epic.  m. — 
Ave  palmípeda  de  paso, 
muy  rara  y  de  mucho  más 
tamaño  que  el  gallego  (1.a 
aeep.);  tiene  el  plumaje 
gris  azulado  por  encima, 
con  las  partes  inferiores, 
cuello  y  cabeza  blancos 
cuando  adulto,  y  cuando  jo- 
ven es  pardusco  con  man- 
chas blancas  y  estrías  por 
iodo  el  cuerpo.  (Zool.  F. 
Larido?;  esp.  Larus  smith- 
somanus,  Goues). 

Gaülería.  Cub.  f. — El  conjun- 
to de  varios  gallos  de  pe- 
lea, o  la  casa,  patio,  etc., 
donde  se  tienen  y  cuidan. 
Algunos  dicen,  con  más 
propiedad  "gallera'1,  en  el 
segundo  caso,  y  es  como  lo 
autoriza  la  R.  A. 

Gallería.  Cub.  f. — fam. — Al- 
tanería con  astucia  de  un 
individuo  que  se  dispone  a 


engañar  a  otro.  (Et.  De  ga- 
llo. Véase). 

Gallero.  Amcr.  m.~~ Dícese  al 
individuo  que  cuida  o  pe- 
lea gallos. 

Gallero,  ra.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  la  persona  muy  afi- 
cionada a  las  riñas  de  ga- 
llos, y  que  juega  mucho  di- 
nero en  ellas. 

Galleta.  Común,  f. — Equivale 
a  "bofetada".  En  algunos 
diccionarios  hemos  visto 
esta  voz  como  americanis- 
mo, y  como  cubanismo  en 
otros.  Nos  parece  muy  dis- 
cutible su  nacimiento,  por 
cuanto  tiene  frecuente  uso 
en  España,  particularmen- 
te entre  los  muchachos,  y 
por  eso  la  hemos  clasifica- 
do de  común.  Véanse  las 
frases  155,  158  y  208  del 
Apéndice.  Tiene  los  usos 
castellanos  de  la  R.  A. 

Galletazo.  Cub.  m. — Lo  mis- 
mo que  "bofetón" :  galleta 
dada  con  mucha  fuerza. 

Gallina,  Cub.  f.  — ¡  Esta  ave, 
como  hembra  det  gallo,  re- 
cibe en  Cuba  los  mismos 
aditamentos  de  éste.  Véase 
gallo.  Tiene  además  las 
acep.  cast.  del  lenguaje  fi- 
gurado. 

GalSina.  Cub.  f. — fam. — Suele 
substituir  £.  la  palabra 
"mujer",  cuando  se  trata 
de  enaltecer  las  gracias  fí- 
sicas de  ella,  y  así  se  dice: 
"¡Vaya  una  gallina! n;  "la 
gran  gallina". 

Gallinuela.  Cub.  epic.  f. — To- 
man este  nombre  común  las 


GALLI 


241  — 


GALLO 


especies  de  aves  conocidas 
en  castellano  por  "galline- 
ta", "polla  de  agua",  "rey 
de  codornices"  y  "fúlica". 
Hay  varios  tipos  de  pluma- 
je obscuro,  que  alcanzan 
un  jeme  de  longitud,  con  el 
pico  tan  largo  como  la  ca- 
beza, y  son  mejores  corre- 
doras que  nadadoras.  Algu- 
nos confunden  el  ave  es- 
cribano (véase)  con  la  ga- 
llinuela (Zool.  F.  Rallidce; 
género:  Rallus). 

Gallinuela  chica.  Cub.  epic- 
f. — La  especie  más  peque- 
ña, llamad!?  también  galli- 
nuelita,  que  acaso  sea  la  co- 
nocida por  "chocha"  en 
castellano. 

Gallinuela  de  agua  dulce. 
Cub.  epic.  f.  —  Especie  de 
plumaje  leonado  con  estrías 
negras,  que  vive  a  orillas 
de  lagunas  y  ríos,  y  fre- 
cuenta los  sembrados  de 
caña  de  azúcar,  sin  causar 
daños.  (Zool.  F.  R.;  esp.  R. 
elegans,  And.) 

Gallinuela  de  manglar.  Cub. 
f. — Tipo  parecido  al  ante- 
rior, que  vive  en  las  proxi- 
midades de  los  pantanos 
salobres  y  en  los  manglares. 
(Zool.  F.  R.;  esp.  R.  longi- 
rostris,  Bodd.) 

Gaüinuelita.  Cub.  epic.  f. — 
La  gallinuela  chica.  Véase. 

Gallito.  Cub.  epic.  m.  —  El 
ave  más  conocida  por  ga- 
llito de  río. 

Gallito.  Cub.  rn. — flg.  y  fam. 
— Dícese  al  hombre  peque- 
ño,  altanero  y   presumido, 


por  analogía  con  la  pecu- 
liar postura  del  gallito  ame- 
ricano. Véase. 

Gailito  americano.  Cub.  m. — 
Gallo  de  reducidas  propor- 
ciones y  altaneras  postu- 
ras, oriundo  de  América 
Septentrional.  También  se 
dice  quiquiriquito. 

Gallito  colorado.  Cub.  m. — 
Véase  ítamo. 

Gallito  de  río.  Cub.  epic.  m. 
— Ave  vadeadora  o  zancuda 
de  25  a  30  centímetros  de 
largo,  de  color  rojizo  ferru- 
ginoso, más  obscuro  en  al- 
gunas partes,  las  remeras 
verdosas,  amarillas  en  la 
punta,  el  pico  y  una  callo- 
sidad que  tiene  en  la  base 
de  éste,  de  color  anaranja- 
do, las  patas  aplomadas  y 
el  iris  pardo.  Tiene  una 
pequeña  cresta,  y  en  las 
articulaciones  radio-carpia- 
nas, una  púa  a  manera  de 
espolón,  de  color  amarillo; 
los  dedos  son  muy  largos,  y 
caminan  sobre  las  hojas  flo- 
tantes de  las  plantas  acuá- 
ticas sin  hundirlas,  en  las 
que  coloca  su  nido,  cuyos 
pichones  defiende  con  va- 
lor. También  se  llama  ga- 
llito y  jácana,  que  es  el 
nombre  americano  de  esta 
ave.  (Zool.  F.  Rallidce;  esp. 
Parra  jacana). 

Gallo.  Cub.  m. — -fig.  y  fam. — 
Dícese  que  lo  es  el  indivi- 
duo sagaz,  vivo,  astuto;  y 
otras  veces,  en  acep.  ame- 
ricana, significa  valiente, 
atrevido,    resuelto.    Véanse 


16 


GALLU 


242   — 


GAMB 


los  refranes  19  y  20  del 
Apéndice. 

Gallo  castizo.  Cub.  m.  —  El 
gallo  obtenido  por  cruce 
de  gallo  inglés  y  gallina  es- 
pañola, lo  cual  tiene  sabor 
de  barbarismo,  porque  cas- 
tizo es  lo  que  no  revela  ex- 
trañas ingerencias. 

Gallo  de  la  tierra.  Cub.  m. — 
El  gallo  español.  Véase. 

Gallo  español.  Cub.  m. — La 
especie  de  gallo  grande,  co- 
mún, que  no  es  belicoso. 
También  se  conoce  por  ga- 
llo de  la  tierra. 

Gallo  fino.  Cub.  m.— El  que 
también  se  conoce  por  gallo 
inglés,  aunque  se  oye  este 
nombre  con  menos  frecuen- 
cia en  Cuba  que  en  Es- 
paña. 

Gallo  inglés.  Común,  m. — 
El  gallo  de  pelea,  origina- 
rio de  Inglaterra,  fino,  es- 
belto, fiero  y  valiente,  al- 
gunos de  cuyos  ejemplares 
alcanzan  precios  elevados. 
También  se  nombra  en  Cu- 
ba, con  más  frecuencia,  ga- 
llo fino. 

Gallo  panameño.  Cub.  m. — 
Tipo  grande  muy  zancudo, 
importado  de  Panamá  y 
apreciable  para  cría. 

Galludo.  Cub.  epic.  m. — Pez, 
especie  de  tiburón,  que 
apenas  mide  un  metro,  de 
cuerpo  delgado,  color  par- 
do ceniciento,  hocico  pun- 
tiagudo, con  la  boca  en  la 
parte  inferior  formando 
media  luna,  de  dientes  con 
punta  lateral  afilada;  en  las 


aletas  laterales  tiene  unas 
espinas  semejantes  a  es- 
polones de  gallo,  por  lo  que 
recibe  ese  nombre.  De  su 
hígado  se  obtiene  una  grasa 
apreciable  para  alumbrar. 
(Zool.  F.  Squalidce;  esp. 
Squalus  acanthias,  Lin.) 

Gambado,  da.  Amer.  adj. — 
Aplícase  a  la  persona  o  ani- 
mal de  piernas  torcidas. 
Equivale  al  castellano  "pa- 
tizambo", de  algún  uso  en 
Cuba.  Véase  gambarse. 

Gambadura.  Cub.  f.-El  efec- 
to de  gambarse.  Véase. 

Gambarse.  Cub.  v.  ref. — Tor- 
cerse las  piernas  a  conse- 
cuencia de  algún  ejercicio 
(por  ejemplo,  montar  a  ca- 
ballo), o  simular  ese  de- 
fecto. (Et.  Del  cast.  antic. 
gamba,  pierna). 

Gambusina.  Cub.  interj. — 
desusada. — Empléase  como 
burla  cuando  una  persona 
llev^i  un  chasco  o  es  vícti- 
ma de  algún  engaño. 

Gambusino.  Cub.  epic.  m. — 
Según  Zayas,  un  "pececillo 
sin  valor  como  comestible". 
(Et.  Voz  caribe,  según  Za- 
yas). 

Gambute.  Cub.  m.  —  "Yerba 
permanente  en  las  Antillas, 
que  sirve  de  pasto  al  ga- 
nado caballar.  Lanier  la 
estudió  en  la  isla  de  Pi- 
nos". Esto  dice  Zayas, 
quien  reputa  de  caribe  la 
voz.  ¿Será  el  "cambute"  de 
la  R.  A.? 

Gambutera.  Cub.  f. — Algunos 


GANG 


—  243  — 


GÁBB 


dicen  así  a  la  enredadera 
cambutera.  Véase. 

Ganarán.  Cub.  m.  —  "En  el 
juego  del  monte,  la  suerte 
que  se  propone  para  ele- 
gir". Esto  dice  Pichardo. 

Ganchete.  Amer.  m. — fam. — 
Véase  la  frase  68  del  Apén- 
dice. 

Gandido,  da.  Cub.  adj. — Em- 
pléase por  "goloso",  afi- 
cionado a  golosinas,  y  se 
emplea  generalmente  con 
los  niños:  "Es  tan  gandido, 
que  no  dejó  ni  un  dulce  a 
su  hermana".  Adviértase 
que  la  corrupción  de  esta 
voz  gandío,  a,  casi  es  su 
forma  única  actual  en  el 
habla  corriente. 

Gandinga.  Cub.  f. — El  híga- 
do, particularmente  de  cer- 
do, cuando  se  prepara  en 
trozos  en  estofado.  En  al- 
gunas localidades  dicen  pi- 
pián. Véanse  las  frases  180 
y  181  del  Apéndice. 

Gandío,  a.  Cub.  adj. — fam. — 
Corrupción  muy  generali- 
zada de  gandido,  da.  Véase. 

Gandío,  a.  Cub.  adj. — fam. — 
Algunos  lo  hacen  sinónimo 
de  "haragán",  "picaro". 

Gandul.  Cub.  m. — El  arbus- 
to más  conocido  por  guan- 
dú.  Véase.  Tiene  el  uso 
castellano,  aunque  poco  ex- 
tendido. 

Ganga.  Cub.  epic.  f.  —  Ave 
distinta  a  la  conocida  en 
España  con  ese  nombre, 
aunque  de  parecidos  hábi- 
tos. Es  zancuda,  de  paso  en 
agosto  y  en  primavera.  Su 


plumaje  tiene  mezcla  de 
blanco,  negro  y  leonado 
claro  por  encima,  y  blan- 
cuzco por  debajo.  Su  carne 
es  bocado  estimable.  Tam- 
bién se  llama  zarapito  real. 
(Zool.  F.  Scolopacida?;  esp. 
Bartramia  longicauda, 
Lath.) 

Gapalear.  Cub.  v.  n.  —  des- 
usado.— Hacer  bruscos  mo- 
vimientos mecánicos  con 
brazos  y  piernas,  al  salvar 
un  obstáculo  o  esquivar  un 
golpe.  (Et,  Metátesis  de  ga- 
lapear,  movimientos  del  ga- 
lápago). 

Gapalear.  Cub.  v.  n. — fig.  y 
fam. — Recurrir  a  toda  cla- 
se de  esfuerzos  mentales 
para  salir  de  algún  emba- 
razo o  confusión. 

Gapaleo.  Cub.  m. — desusado. 
- — Acción  y  efecto  de  gapa- 
lear. Véase. 

Garabina.  Cub.  f. — En  algu- 
nos lugares,  la  crisálida  de 
la  mariposa,  en  vísperas  de 
sufrir  esta  metamorfosis. 

Garage.  Común,  m.  —  Local 
donde  se  guardan  automó- 
viles. (Et,  Voz  francesa). 

Garañón.  Amer.  subs.  y  adj. 
—  fig.  y  fam.  —  Dícese  al 
hombre  mujeriego,  parti- 
cularmente de  edad  avan- 
zada. Tiene  la  acep.  cast. 

Garapiña.  Amer.  i.- — Refresco 
que  se  hace  con  la  cascara 
o  mondos  de  pina,  agua  y 
azúcar,  y  que  se  deja  unos 
días  en  preparación  para 
que  se  ponga  más  acidoso. 

Gárboli.  Cub.  m. — El  juego  de 


GARC 


244  — 


CARZ 


muchachos  conocido  en 
castellano  por  "escondite", 
que  también  se  llama  en 
Cuba  gárgaros  y  escondi- 
das, nombres  americanos 
ambos. 

Garcilote.  Cub.  epic.  m. — Con 
este  nombre  genérico  se  co- 
nocen dos  aves  zancudas  o 
de  ribera,  del  tipo  de  las 
garzas,  pero  de  mayor  ta- 
maño.  (Zool.  F.  Ardeidce). 
(Et.  Aumentativo  de  gar- 
za). 

Garcilote  blanco.  Cub.  epic. 
m. — Especie  del  color  indi- 
cado, con  patas  y  pico  ama- 
rillo verdoso,  cuando  joven. 
Adulto,  algunos  ejemplares 
siguen  siendo  blancos  y 
otros  adquieren  algunas  es- 
trías negras,  y  en  la  nuca, 
es  de  color  gris  azulado.  Es 
ave  muy  rara.  (Zool.  F.  A.; 
esp.  Andubonia  occidenta- 
lis,  And.) 

Garcilote  ceniciento.  Cub. 
epic.  m. — Tipo  de  plumaje 
gris  claro,  con  la  cabeza  ne- 
gro-azulosa  y  frente  blan- 
ca, así  como  la  garganta, 
con  dos  plumas  blancas  y 
largas  en  el  cogote,  pico 
amarillo,  más  obscuro  en 
la  parte  superior,  y  patas 
verdosas.  Acaso  sea  una  va- 
riedad de  la  garza  real  de 
España.  (Zool.  F.  A.;  esp. 
Árdea  k'egpdias,  Lin.) 

Garcita.  Cub.  epic.  f.  —  La 
menor  de  las  garzas,  que 
vive  también  en  otras  An- 
tillas y  en  América  del 
Norte,  de  variado  plumaje, 


que  merodea  por  lagunas  y 
ciénagas,  donde  se  procura 
pececillos  y  pequeños  rep- 
tiles para  su  alimento.  Es 
poco  apreciada  de  los  ca- 
zadores por  su  escasa  car- 
ne. (Zool.  F.  Ardeidce;  esp. 
Ardetta  exilis,  Gmel.) 

Garete.  Común,  m.  —  fam.— 
Véase  la  frase  103  del 
Apéndice. 

Gárgaros.  Amer.  m.  pl. — 
Véase  gárboli. 

Garrafón.  Cub.  m.-ñg.  y  fam. 
-Sinecura  importante,  con- 
cedida por  el  Estado.  Es 
modismo  reciente,  pero  muy 
generalizado,  que  expresa 
más  que  botella.  Véase. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Garrapata.  Cub.  adj. — Véase 
café  garrapata.  Tiene  los 
usos  castellanos  de  subs- 
tantivo. 

Garrotero,  ra.  Cub.  adj. — Lo 
mismo  que  "tacaño",  "usu- 
rero": "Un  comerciante 
muy  garrotero" . 

Garza  azul.  Cub.  epic.  f. — Lo 
mismo  que  garza  común. 
Véase. 

Garza  blanca.  Cub.  epic.  f. — 
Ave  zancuda  o  de  ribera, 
del  tipo  de  ¡as  garzas,  de 
plumaje  muy  blanco,  algu- 
nas de  cuyas  plumas  se  es- 
timan para  sombreros  de 
señora,  de  patas  negras  con 
los  dedos  anaranjados  y  las 
uñas  negras,  pico  también 
negro  con  la  base  anaran- 
jada. Por  su  tamaño  y  ca- 
racteres parece  la  garceta 
que  describe  la  R.  A.  (Zool. 


GATA 


245 


GAVI 


F.  Ardeida?;  esp.  Garcetta 
candidissima,  Gmel.) 

Garza  común.  Cub.  epic.  f. — 
Semejante  a  la  anterior, 
con  la  diferencia  de  que 
aquélla  vive  en  los  cayos 
frecuentemente,  y  ésta  no 
sale  de  las  ciénagas  y  la- 
gunatos, sino  a  los  terre- 
nos cultivados.  Cuando  jo- 
ven, es  de  plumaje  blanco, 
con  las  plumas  del  vértice, 
hijuelas  y  remeras  prima- 
rias algo  teñidas  de  azul 
grisáceo.  Cuando  adulta, 
tiene  el  plumaje  azul  ce- 
niciento, con  cabeza  y  cue- 
llo tirando  a  castaño,  patas 
olivadas,  pico  azul  en  la 
base  y  negro  en  la  punta. 
Su  carne  no  es  apreciada. 
También  se  llama  garza 
azul,  y  tal  vez  sea  la  gar- 
zota española.  (Zool.  F.  A.; 
esp.  Florida  ccerulea,  Lin.) 

Garzón.  Cub.  epic.  m.  —  Ave 
zancuda,  especie  de  garza, 
pero  mayor,  de  plumaje 
blanco,  pico  amarillo  y  pa- 
tas negras.  En  la  primavera 
le  nacen  en  el  lomo  algu- 
nas plumas  rizadas  largas, 
que  anuncian  la  pubescen- 
cia, y  se  utilizan  en  som- 
breros de  señora.  (Zool.  F. 
A.;  esp.  Her odias  egretta, 
Gris.) 

Gata.  Cub.  epic.  f. — Pez,  es- 
pecie de  tiburón  de  los  me- 
nos temibles,  que  crece 
unos  dos  metros  y  medio, 
de  piel  áspera,  rojiza,  con 
manchitas  negras,  que  van 
desapareciendo  en  el  des- 


arrollo, boca  en  la  parte  in- 
ferior con  pequeños  dien- 
tes, y  cabeza  obtusa  y  de- 
primida, con  una  especie 
de  bigote  en  la  mandíbula 
superior,  de  que  le  pro- 
viene por  analogía  el  nom- 
bre vulgar.  Dicen  que  tiene 
las  partes  genitales  a  seme- 
janza de  las  de  la  mujer. 
Hay  una  variedad  que  ca- 
rece de  manchas  negras. 
(Zool.  F.  Ginglymostomido? ; 
esp.  Ginglymostoma  cirra- 
tum,  Gmel.) 

Gateado  amarillo.  Cub.  m. — 
"La  Arboricultura  Cubana 
tra-?  gateado  amarillo,  ár- 
bol silvestre  de  madera  du- 
ra, pesada,  grano  fino,  albu- 
ra blanco-amarilloso  sucio, 
veteado  de  pardo  claro", 
dice  Pichardo. 

Gateado  negro.  Cub.  na. — 
"  ( Brosymum  guianensis  ) , 
de  albura  blanco-rojizo 
muy  claro  y  corazón  pardo 
verdoso".   (Pichardo). 

Gaviar»  Cub.  v.  n.  defectivo. 
— Brotar  la  espiga  del  maíz. 

Gavilán.  Cub.  m. — La  herida 
que  causa  el  desarrollo  vi- 
cioso de  una  uña,  particu- 
larmente del  pie:  lo  que  en 
castellano  se  llama  "uñe- 
ro". Tiene  las  acep.  cast. 

Gavilán.  Cub.  epic.  m. — Reci- 
ben en  Cuba  este  nombre 
genérico  varias  especies  de 
halcones.  El  más  común  de 
los  que  no  tienen  adita- 
mento ni  nombre  especial, 
se  parece  al  milano;  es  de 
color  negruzco  en  el  lomo, 


GAVI 


246 


GAVI 


alas  y  cola,  ésta  muy  ahor- 
quillada, y  las  demás  par- 
tes blancas,  y  el  pico  y  las 
garras  muy  fuertes  y  cur- 
vos. Alcanza  el  tamaño  de 
gallina.  (Zool..  F.  Falcóni- 
das; esp.  Elanioides  forfi- 
catus,  Lin.) 

Gavilán.  Cub.  epic.  m. — Tipo 
de  ave  también  de  rapiña, 
de  paso  en  invierno,  que  se 
retira  hacia  el  Norte  en  la 
primavera.  Es  uno  de  los 
gavilanes  más  dañinos:  se 
establece  en  las  proximida- 
des de  las  moradas  cam- 
pesinas y  arrasa  con  las 
crías  de  las  aves  de  corral. 
Los  rasgos  más  caracterís- 
ticos son  los  anillos  pluma- 
dos que  rodean  los  ojos,  y 
la  rabadilla  de  color  blan- 
co; pues  su  plumaje  total 
es  obscuro.  (Zool.  F.  F.; 
esp.  Circus  hudsonius.) 

Gavilán  bobo.  Cub.  epic.  m. 
— Parecido  al  gavilán  de 
monte,  y  se  llama  bobo  por- 
que es  inofensivo  a  las  aves 
de  corral:  sólo  caza  pajari- 
llos  e  insectos.  (Zool.  F.  F.; 
esp.  Buteo  latissimus,  Wil- 
son.) 

Gavilán  caguarero.  Cub. 
epic.  m. — Más  conocido  por 
caguarero,  simplemente. 
Véase. 

Gavilán  caracolero.  Cub. 
epic.  m. — Descrito  en  cara- 
colero, que  escomo  más  se 
le  conoce.  Véase. 

Gavilán  colilargo.  Cub.  epic. 
m. —  Especie  indígena  de 
Cuba,  de  plumaje  obscuro, 


parecida  al  azor,  que  habita 
en  las  montañas,  pero  hace 
excursiones  por  los  lugares 
del  campo  habitados,  y 
causa  estragos  entre  las 
aves  de  corral.  Hay  otras 
dos  especies  menores  y  casi 
inofensivas,  con  este  mis- 
mo nombre.  (Zool.  F.  F.; 
esp.  Accipiter  gundlachi, 
Law.) 

Gavilán  colirrojo.  Cub.  epic. 
m. — El  más  conocido  por 
gavilán  de  monte.  Véase. 

Gavilán  de  monte.  Cub.  epic. 
m. — El  tipo  tal  vez  más 
abundante  en  Cuba,  que 
también  habita  en  otras 
Antillas  y  en  América  Sep- 
tentrional. Tiene  tamaño 
algo  mayor  que  una  ga- 
llina, de-  color  pardo  mo- 
reno por  encima,  blanco 
con  estrías  negras  en  la 
frente  y  la  garganta,  partes 
inferiores  blancas,  pecho  y 
cuello  pardo-ferruginoso,  y 
cola  rojiza  con  franjas  mo- 
renas transversales.  Se  ali- 
menta de  reptiles,  ratones, 
aves  de  corral,  pájaros,  etc. 
Describe  grandes  circunfe- 
rencias antes  de  tomar  una 
presa,  como  para  explorar 
el  terreno.  Hay  otra  espe- 
cie de  menor  tamaño.  Tam- 
bién se  llama  guaraguao  y 
gavilán  colirrojo.  (Zool.  F. 
F.  esp.  Buteo  borealis). 

Gavilán  zonzo.  Cub.  epic.  m. 
— Véase   caguarero. 

Gavilla.  Cub.  f. — Véase  ma- 
nojo. 

Gaviota.  Cub.  epic.  f.-Se  lia- 


GAVI 


—  247 


GAYA 


ma  gaviota  en  Cuba  al  ave 
"golondrina  de  mar"  de  la 
R.  A.,  de  la  que  hay  nume- 
rosas especies,   algunas   de 
las   cuales    reciben    adita- 
meitos    particulares.    Tie- 
nen el  pico  largo  y  aguza- 
do, la   cola   más   o    menos 
ahorquillada,    y   son   exce- 
lente! pescadoras,  particu- 
larmente   de    sardinas,    las 
que  tragan  de  cabeza.  Unas 
especes  son  sedentarias  y 
otras   de    paso.    Entre    las 
primeras,    con    el    nombre 
conún  de  gaviota,  hay  cua- 
tro de  plumaje  gris  pálido 
poi  encima,  las  partes  infe- 
riores blancas,  y  el  vértice 
negó  verdoso,  que  sólo  se 
diferencian  en  el  pico :  ne- 
gro, corto   y   grueso,    una; 
largo,  negro,  con  la  punta 
anarilla,  otra;  rojo  de  co- 
nl,  las  otras  dos.  Y  una  de 
paso,   la  especie  de  menor 
í.maño,    de    manto    pálido 
cmiciento,   partes    inferio- 
ra blancas,  y  cabeza  y  re- 
neras   externas   negras. 
(k>ol.    F.   Láridas;  género : 
Sernas). 
Gavota  boba.  Cub.   epic.   f. 
—Especie    de    color    pardo 
pe  encima,  cabeza  y  cuello 
alomados,   frente  y  vien- 
tn    blancos,    cola    apenas 
abrquillada,    pico    fuerte, 
paas  cortas  y  muy  trase- 
ra?   vuela   muy    alto   y    a 
larcas  distancias,  y  se  re- 
fuga  en  las  embarcaciones, 
dorle  se  deja  coger  fácil- 
mate  con  la  mano,  por  lo 


que  recibe  el  sobrenombre; 
pero  algunos  suponen,  tal 
vez  bien  fundados,  que  si 
se  deja  atrapar,  es  única- 
mente por  efecto  del  can- 
sancio habido  en  sus  largos 
vuelos.  También  se  llama 
"pájaro  bobo",  que,  al  pa- 
recer, es  su  nombre  caste- 
llano. (Zool.  F.  L.;  esp. 
Anous  stolidus,  Lin.) 

Gaviota  monja.  Cub.  epic.  f. 
— Dos  especies  muy  pare- 
cidas, de  plumaje  total  e 
intensamente  negro,  con 
viso  verdoso  por  encima,  y 
blanco  en  las  partes  infe- 
riores. (Zool.  F.  L.;  esp. 
Haliplana  fuliginosa,  Lin.  y 
H.  ancesthetica,  Scop.) 

Gaviota  negra.  Cub.  epic.  f. 
— Especie  indicada  en  su 
nombre.  (Zool.  F.  L.;  esp. 
Hydrochelydon  surinamen- 
sis,  Gmel.) 

Gaviota  pico  de  tijera.  Cub. 
f. — Tipo  de  plumaje  negro, 
con  un  raro  pico  muy  com- 
primido, de  mandíbula  in- 
ferior más  alargada.  (Zool. 
F.  L.;  esp.  Rhynchops  ni- 
gra,  Lin.) 

Gaviotica.  Cub.  epic.  f.  — 
Véase  contramaestrico. 

Gayado,  da.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  la  caballería  de  pelo 
dorado  o  castaño  con  man- 
chas blancas.  Algunos  di- 
cen gallado,  da,  forma  que 
nos  parece  más  castellani- 
zable. 

Gayareta.  Cub.  epic.  f. — Al- 
gunos dicen  así  a  la  galla- 
reta. Zayas  estima  esta  voz 


GENE 


—  248  — 


GIGA 


como  caribe,  pero  más  pa- 
rece corrupción  de  la  11. 
Sea  como  fuere,  debe  pro- 
nunciarse gallareta,  que  es 
la  forma  castellana  de  la 
R.  A.  Véase  la  frase  165  del 
Apéndice. 

Gaznatón.  Común,  m. — Golpe 
dado  con  la  mano.  La  R.  A. 
acepta  "gaznatada"  y  "gaz- 
natazo". 

Genciana.  Cub.  f.  —  Blanta 
herbácea,  erecta,  como  de 
medio  metro  de  alto,  abun- 
dante en  los  lugares  húme- 
dos, de  hoja  elíptica  y  flor 
en  cimas.  Es  diferente  de 
la  europea,  aunque  de  la 
misma  familia.  Hay  varias 
especies.  (Bot.  F.  Gencia- 
neas). 

Genciana  de  Cuba.  Cub.  f. — 
Tipo  sin  notables  particu- 
laridades. (Bot.  F.  G.;  esp. 
Schultesia  heterophylla, 
Mig.) 

Genciana  de  !a  tierra.  Cub, 
i. — Especie  que  se  encuen- 
tra en  lugares  secos.  (Bot. 
F.  G.;  esp.  Voyra  aphylla, 
Pers.) 

Genciana  de  la  tierra  de 
costa.  Cub.  í. — Tipo  que  se 
desarrolla  en  terrenos  se- 
cos del  litoral.  (Bot.  F.  G.; 
©sp.  Enicostema  littorali, 
Blume.) 

Genciana  del  país.  Cub.  f. — 
Especie  de  flores  azules, 
matizadas  de  blanco.  (Bot. 
F.  G.;  esp.  Eustorna  süe- 
nifolium,  Gal). 

General.  Cub.  m. — fam. — Si- 
nónimo    de     jefe.     Véase. 


Tiene  los  usos  castellanos. 

Genízara.  Cub.  epic.  f.— Pez 
de  unos  25  centímetros  de 
largo  de  color  rojizo.  (Zool. 
F.  Labridce;  esp.  Clejticus 
genizarra,  Val.) 

Gente  de  color.  Cub.  i — Dí- 
cese  a  los  negros  y  mula- 
tos en  conjunto.  Es  de  ob- 
servar que  nunca  entran 
en  esta  común  deiomina- 
ción  los  chinos,  aunque 
también  son  de  color,  pues- 
to que  se  trata  de  expresar 
que  no  se  relaciona  con  in- 
dividuos de  la  raza  banca. 

Geranio  de  manzana.  Cub. 
m.  —  Epecie  del  ge'anio, 
muy  apreciada  en  jaidine- 
ría  por  su  grato  obr  de 
manzana,  en  lo  que  ¡e  pa- 
rece al  tipo  conocilo  en 
España  por  "geranio  de 
malva",  pero  sus  flores  son 
rojas  y  no  blancas,  (iot. 
esp.  Pelargonium  capta- 
tum,  Art.) 

Geranio  manchado.  Cub, va. 
• — Distinguido  por  la  tan- 
ja circular  que  imita  los 
bordes  de  la  corola.  (3ot. 
esp.  P.  zonale). 

Gerstroemia.  Cub.  f. — Nm- 
bre  impropio  de  la  pinta 
astronomía.  Véase. 

Gibareño,  ña.  Cub.  sufe.  y 
adj. — La  persona  nacia  en 
Gibara. 

Gibareño,  ña.  Cub.  dj. — 
Aplícase  a  cosas  de  es:  po- 
blación. 

Gigantón.  Cub.  m. — La  dan- 
ta y  su  flor  cultivad  en 
jardinería,  de  tallo  tieco, 


G0FI 


—  249  — 


GOLQ 


hojas  compuestas  y  flores 
graneles  y  dobles  de  color 
violeta.  Prodúcese  de  es- 
taca, pues  sus  semillas  no 
alcanzan  pleno  desarrollo. 
También  se  llama  dalia 
morada.  (Bot.  F.  Compues- 
tas; esp.  Dahlia  variabilis). 

Ginúa.  Cub.  f. —  vulg.  —  Así 
dicen  los  individuos  de  la 
plebe  a  una  copa  de  gi- 
nebra, de  cuya  palabra  de- 
riva, por  regla  morfológica 
imposible  de  establecer : 
"Vamos  a  tomar  una  gi- 
núa". 

Girasol  enano.  Cub.  m. — 
Planta  y  su  flor  semejantes 
al  girasol  común,  pero  de 
menores  proporciones.  (Bot. 
F.  Compuestas;  esp.  H.  de- 
bilis, Nutt.) 

■Giro,  ra.  Amer.  adj. — Aplí- 
case al  gallo  o  a  la  gallina 
de  pelea,  que  tienen  el 
plumaje  de  las  alas  y  de  la 
golilla  (véase)  amarillo,  y 
negruzca  la  pechuga. 

Girolí.  Cub.  adj. — Aplícase  al 
gallo  giro  con  el  color  ama- 
rillo algo  verdoso. 

Gloriar.  Cub.  v.  a. — poco  uso. 
— Echar  gotas  de  aguar- 
diente u  otro  licor  en  el 
cale,  te,  etc. 

Gofio.  Común,  m.  —  Harina 
hecha  con  trigo  o  maíz  tos- 
tados, que  constituye  un 
alimento  fuerte  y  muy 
apreciable  en  las  islas  Ca- 
narias, donde  se  bautizó 
así,  y  que  es  de  gran  con- 
sumo  en  la  numerosa  co- 


lonia de  esa  provincia  es- 
pañola, en  Cuba. 

Golilla.  Cub.  f. — Las  plumas 
del  cuello  de  algunas  aves, 
cuando,  como  las  del  gallo, 
tienen  la  cualidad  de  eri- 
zarse en  forma  de  la  ver- 
dadera golilla. 

Golilla.  Cub.  f. — fam. — Deu- 
da, especialmente  si  es  con- 
traída por  pérdida  en  el 
juego.  Véase  engolillarse. 

Golondrina.  Cub.  epic.  f. — 
vulg. — El  vulgo  de  algunos 
lugares  da  este  nombre  al 
vencejo.  Tiene  el  verdadero 
uso,  y  hasta  algunas  espe- 
cies de  este  pájaro,  como  se 
verá  a  continuación,  toman 
algún  aditamento  para  dis- 
tintivo. 

Golondrina.  Cub.  f.  —  Véase 
yerba  de  la  niña  (1.a  y  2.* 
acep.) 

Golondrina  de  cueva.  Cub. 
epic.  f. — Especie  propia  de 
las  Antillas  mayores,  de 
plumaje  azul  acerado,  con 
visos  verdes  o  violados  en 
el  lomo,  en  la  parte  infe- 
rior de  la  cabeza  y  en  las 
plumas  escapulares;  la  fren- 
te, garganta,  costados  del 
pecho  y  rabadilla,  así  como 
las  partes  inferiores,  en  ge- 
neral, de  color  pardo  ave- 
llanado, con  la  parte  media 
del  cuerpo  blanca.  Vive  y 
anida  en  lugares  obscuros 
como  las  cuevas,  de  donde 
proviene  el  nombre.  Llega 
en  marzo  y  marcha  en  oc- 
tubre. (Zool.  esp.  Petroche- 
lidon  fulva,  Vieill.) 


GOMA 


250 


GRAJ 


Golondrina  grande.  Cuo.epic. 
f. — Especie  de  la  que  el 
macho  adulto  tiene  el  plu- 
maje de  color  negro  y  azu- 
lóse-, con  visos  de  púrpura 
y  violeta  por  encima,  y 
blanco  debajo  de  las  alas. 
La  hembra  y  el  pichón  son 
parduscos,  blanquecinos  por 
el  vientre.  Anida  en  prima- 
vera en  los  rincones  de  edi- 
ficios y  huecos  de  peñas  o 
de  árboles.  Llega  en  febre- 
ro y  marcha  en  agosto.  Es 
la  especie  mayor,  cual  lo 
indica  su  nombre,  ignorán- 
dose de  dónde  viene  ni 
adonde  va,  y,  al  parecer, 
sólo  fué  estudiada  en  Cuba. 
(Zool.  esp.  Progne  crypto- 
lenca,  Baird.) 

Golpazo.  Común,  m.  —  Au- 
mentativo de  "golpe":  el 
que  se  da  con  mucha  fuer- 
za: "Me  di  un  golpazo  con- 
tra la  puerta". 

Golpe  de  cuerda.  Cub.  m. — 
El  que  recibe  un  gallo  de 
pelea,  cerca  de  la  nuca,  y 
que  le  aturde  y  entontece. 

Golpe  de  tijera.  Cub.  m. — La 
puñalada  o  espolonazo  que 
recibe  el  gallo  entre  las 
alas. 

Golleio.  Cub.  m. — muy  vulg. 
— Meretriz  de  ínfima  cate- 
goría. 

Goma.  Cub.  f.  —  Véanse  las 
frases  43  y  109  del  Apén- 
dice. 

Goma  elástica.  Cub.  f.-Nom- 
bre  impropio  que  se  da  al 
árbol  exótico  productor  de 
la  goma  elástica,  en  Méjico 


y  otros  países,  donde  se  ex- 
plota en  la  industria.  Es 
poco  abundante  en  Cuba, 
donde  se  cultiva  sólo  como 
ornamental;  de  hojas  gran- 
des, coriáceas,  de  color  ver- 
de obscuro  y  brillante  por 
la  haz,  y  rojizas  mate  por  el 
envés.  Las  hojas,  al  brotar, 
se  presentan  enrolladas  co- 
mo pequeños  tubos.  En  Cu- 
ba no  fructifica  esta  planta. 
(Bot.  F.  Mareas;  esp.  Ficus 
elástica,  Boxb.) 

Gotero.  Amer.  m. — El  apa- 
rato conocido  en  castellano 
por  "cuentagotas",  cual- 
quiera que  sea  su  clase.  Es 
voz  aceptable  en  nuestro 
idioma. 

Goyorí.  Cub.  m. — Véase  ca- 
calote (1.a  acep.) 

Graciola.  Cub.  f.  —  Planta 
herbácea  de  la  misma  fa- 
milia que  la  descrita  con 
este  nombre  por  la  R.  A., 
pero  diferente.  Es  de  tallos 
tendidos,  de  hojas  espabi- 
ladas u  ovales,  subsesiles,  y 
flores  azuladas  de  color  azul 
pálido.  Desarróllase  en  te- 
rrenos húmedos.  (Bot.  F. 
Escrofulariáceas ;  esp.  Rer- 
pestis  monnieria,  Kth.) 

Grajiento,  ta.  Cub.  adj. -Aplí- 
case a  la  persona  malolien- 
te. (Et.  De  grajo,  Véase). 

Grajo.  Cub.  m. — Olor  repug- 
nante que  despiden  algu- 
nas personas,  particular- 
mente los  negros.  Suele 
substituir  a  la  voz  "soba- 
quina", cuando  el  mal  olor 
emana  de  los  sobacos. 


GRAN 


251 


GRAS 


Grajo.  Cub.  m. — Planta  indí- 
gena de  fétido  olor,  que  le 
da  nombre;  de  hojas  ovala- 
das, brillantes  en  la  haz. 
flores  blancas  axilares,  y 
gran  número  de  frutos  es- 
féricos con  asperezas  en  la 
epidermis.  (Bot.  F.  Mirtá- 
ceas; esp.  Eugenia  tuber- 
culata). 

Grama.  Cub.  f. — Reciben  este 
nombre  genérico,  que  tal 
vez  sea  el  verdadero  cas- 
tellano, varias  especies  de 
hierbas :  la  más  conocida 
por  "hierba  fina"  y  otras 
que  toman  aditamento  par- 
ticular. (Bot.  F.  Gramí- 
neas). 

Grama  de  caballo.  Cub.  f. — 
Especie  escasa,  que  consti- 
tuye un  buen  forraje.  Tam- 
bién se  llama  pata  de  ga- 
llina. (Bot.  F.  G.;  esp.  Ma- 
nisuris  impresa,  Kunt.) 

Grama  de  Castilla.  Cub.  f. — 
Tipo  muy  abundante,  de 
pasto  excelente.  (Bot.  F.  G.; 
esp.  Panicum  repans,  Lin.) 

Grama  de  playa.  Cub.  f. — 
Especie  de  buen  pasto  que 
se  desarrolla  en  el  litoral. 
Bot.  F.  G.;  esp.  Stenota- 
phrum  dimidiatum,  Bron.) 

Grama  pintada.  Cub.  f. — Es- 
pecie de  regular  pasto,  co- 
nocida también  por  armi- 
lán.  (Bot.  F.  G.;  esp.  Echi- 
nochloa  colona). 

Granadillo  blanco.  Cub.  m. 
— Árbol  indígena  silvestre 
de  poca  estimación,  tam- 
bién llamado  limoncillo  y 
tomeguín   (2.a    acep.)    (Bot. 


F.    Rutáceas;    esp.    Fagara 
pterota,  Lin.) 
Granadillo  de  costa.  Cub.  m. 

— Árbol  indígena  y  silves- 
tre algo  parecido  al  grana- 
dillo americano  (también 
conocido  en  Cuba,  y  des- 
crito por  la  R.  A.);  pero  de 
distinta  clasificación  téc- 
nica. También  se  llama  gra- 
nadillo macho.  (Bot.  F.  Ver- 
benáceas; esp.  Vitex  ilici- 
folia,  Rich.) 

Granadillo  macho.  Cub.  m. — 
Véase   granadillo   de   costa. 

Granado  agrio.  Cub.  m. — Es- 
pecie del  granado,  de  fru- 
to agrio,  empleado  con  éxi- 
to en  la  evacuación  de  lom- 
brices y  solitarias.  (Bot,  F. 
Mirtáceas;  esp.  Púnica  gra- 
natum,  Lin.) 

Granado  de  costa.  Cub.  m. 
— "Arbusto  de  costas,  ma- 
dera fuerte  y  elástica",  di- 
ce Pichardo. 

Granado  de  sabana.  Cub.  m. 
—Arbusto  de  "madera  muy 
dura,  correosa,  color  de  ca- 
fé claro  con  vetas",  según 
Pichardo. 

Granado  enano.  Cub.  m. — 
Variedad  pequeña  y  ele- 
gante del  granado,  aprecia- 
da para  jardinería. 

Grandulón,  na.  Amer.  adj. — 
Corrupción  de  "grandullón, 
na"  :  demasiado  grande,  coa 
respecto  de  una  persona. 

Grasilla.  Cub.  f. — Una  planta 
silvestre.  (Bot.  F.  Utricula- 
riáceas;  esp.  Pinguicula  ft- 
tifolia.  Wr.)  (Et.  De  "gra- 
sa"). 


GROS 


252 


GRUP 


Gratén.  Común,  m.  —  Cierta 
forma  de  preparar  en  la  co- 
cina pescado,  pollo,  etc.  (Et. 
Del  francés  gratín). 

Greca.  Cub.  f. — Una  cafete- 
ra de  dos  cuerpos  cilindri- 
cos en  la  que  se  hierve  el 
café,  y  se  cuela  luego  con 
sólo  invertir  la  posición  del 
aparato. 

Gregorito.  Cub.  m. — desusa- 
da.— Lo  mismo  que  "bur- 
la",  "engaño",   "chasco". 

Gregré.  Cub.  m. -Véase  grin- 
guele. 

Grengué.  Cub.  m. — La  plan- 
ta más  nombrada  gringuele. 

Grenguele.  Cub.  m. — Véase 
gringuele. 

Griega.  Cub.  f.— desusada. — 
Especie  de  cofia  de  redeci- 
lla usada  por  las  mujeres. 

Gringuele.  Cub.  m.  —  Planta 
herbácea  anual  de  tallo  fi- 
broso, de  color  violado,  con 
hojas  grandes,  ovales,  ase- 
rradas, puntiagudas,  con  dos 
barbillas  algo  rizadas  en  la 
base.  Es  indígena.  Recibe 
por  corrupción  los  nombres 
de  gregré,  grengué  y  gren- 
guele, que  le  dan  los  ne- 
gros africanos,  los  cuales 
suelen  emplearla  en  guisos. 
(Bot.  F.  Tiliáceas;  esp.  Cor- 
chorus  olitorius,  Lin.)  (Et. 
Voz  afrocubana). 

Grosella.  Cub.  f. — Un  arbus- 
to y  su  fruto,  distintos  de 
la  verdadera  grosella,  no 
cultivada  en  Cuba.  Hay  dos 
especies  con  este  nombre 
común,  cultivadas  ambas,  y 
cuyo  fruto,  esférico  y  muy 


ácido,  se  destina  para  con- 
servas. Reprodúcese  de  es- 
tacas. (Bot.  F.  Euforbiá- 
ceas; esp.  Phyllanthus  dis- 
tichus   y   Ph.   emblica.) 

Grosella  cimarrona.  Cub.  f. 
— Especie,  también  arbus- 
to, silvestre,  parecida  a  las 
anteriores.  (Bot.  F.  E.;  esp. 
Ph,  grandifolius). 

Grosella  de  la  Florida.  Cub. 
f. — Lo  mismo  que  grose- 
llero de  la  Florida.  Véase. 

Grosellero  de  la  Florida. 
Cub.  m. — Enredadera  espi- 
nosa, de  hojas  espatuladas, 
flores  blancas  abundantes  y 
olorosas,  y  fruto  esférico  de 
color  anaranjado,  menos 
ácido  que  los  anteriores,  y 
usado  en  refrescos  y  con- 
servas. También  se  llama 
grosella  de  la  Florida  y 
guinda.  (Bot.  F.  Cácteas; 
esp.  Peres kia  oculeata). 

Grosello.  Cub.  m. — Así  dicen 
y  escriben  algunos  por  gro- 
sella. 

Grulla.  Cub.  f. — vulg. — Dí- 
cese  a  la  moneda  de  una 
peseta.  Son  sinónimos  en  el 
mismo  lenguaje  guana,  cha- 
pa, tapa,  etc.  Tiene  la  acep. 
cast.  para  denominar  el  ave 
que  también  existe  en  Cuba. 

Grullo.  Cub.  m.-vulg. — Nom- 
bre que  suele  dar  el  vulgo 
a  la  moneda  de  un  duro  de 
plata.  Son  sinónimos  gua- 
yo, bolo,  disco,  rueda,  ma- 
raca y  otros  más.  También 
significa  el  macho  de  la 
grulla,  como  en  castellano. 

Grupela.  Cub.  f. — Dícese  por 


GUAB 


253 


GUAB 


"baticola".  Es  corrupción 
de  la  voz  militar  "grupe- 
ra", que  algunos  corrom- 
pen más  aún,  y  dicen  gu- 
rupela.  En  otros  lugares  de 
América  se  dice  gurupera. 

Guaba.  Cub.  f. — antic. — Pri- 
mitivo nombre  de  la  ta- 
rántula o  araña  peluda,  de 
uso  -en  otras  Antillas.  (Et. 
Voz  caribe,  según  Zayas). 

Guabairo.  Cub.  epic.  m. — Dos 
especies  de  aves  nocturnas 
parecidas  al  chotacabras; 
una  es  probablemente  se- 
dentaria en  Cuba,  y  la  otra 
de  paso  en  las  Antillas,  ori- 
ginaria de  América  Septen- 
trional. La  primera  es  de 
menor  tamaño  que  la  se- 
gunda, la  cual  mide  unos  3 
decímetros  de  pico  a  cola. 
Son  de  color  rojizo  variado 
de  negro.  Durante  el  día 
ocúltanse  en  lo  más  in- 
trincado de  las  selvas,  y  por 
la  noche  cazan  insectos  al 
vuelo,  sin  producir  ruido, 
con  los  que  se  alimentan. 
Su  rasgo  característico  es 
la  boca  hendida,  y  el  pico 
corto,  con  algunas  barbas  a 
los  lados.  Pone  los  huevos 
en  el  suelo,  sin  nido.  Tam- 
bién se  llama  guaraiba.  No 
son  el  crequeté,  cual  supo- 
nen algunos,  aunque  sí  pa- 
recidas y  de  la  misma  fa- 
milia. (Zool.  F.  Caprimul- 
gidce:  esp.  respectivas :  An- 
trostomus  cubenñs  y  A.  ca- 
rolinensis,  Gmel.)  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Guabán.   Cub.   m. — desusada. 


— Primitivo  nombre  del  ár- 
bol más  conocido  hoy  por 
cabo  de  hacha.  (Et.  Voz  ca- 
ribe, según  Zayas). 

Guabano.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre, escaso,  apreciable 
en  carpintería,  por  su  ma- 
dera dura,  compacta,  fina, 
de  color  amarillento,  lige- 
ramente veteada.  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Guabico.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre de  poca  elevación, 
con  ramas  tortuosas,  de  ho- 
jas ovales,  obtusas,  alter- 
nas, lustrosas  y  pálidas,  flo- 
res solitarias  de  seis  péta- 
los y  buena  madera.  Hay 
dos  variedades  con  adita- 
mentos particulares.  (Bot. 
F.  Anonáceas;  esp.  Xilopia 
obtusifolia).  (Et.  Voz  cari- 
be, Zayas). 

Guabico  de  costa.  Cub.  m. 
— Variedad  del  guabico  que 
se  desarrolla  en  el  litoral, 
de  madera  dura,  consisten- 
te, y  de  fino  grano. 

Guabico  de  sabana.  Cub.  va. 
— La  especie  más  conocida 
por  cirio.  Véase. 

Guabina.  Cub.  epic.  f. — Va- 
rios peces  acantopterigios, 
de  agua  dulce,  muy  abun- 
dantes, que  alcanzan  me- 
diano desarrollo,  de  cuer- 
po algo  cilindrico,  cabeza 
obtusa,  con  dos  aletas  dor- 
sales, la  caudal  redondea- 
da, y  piel  mucilaginosa  de 
color  obscuro.  Su  carne  es 
exquisita  y  saludable.  (Zool. 
F.  Gobiidre).  (Et.  Voz  cari- 
be, Zayas). 


GUAB 


254  — 


GUAC 


Guabina.  Cub.  común. — fig.  y 
fam. — Dícese  a  la  persona 
que  procura  congraciarse 
con  todo  el  mundo,  aplau- 
diendo todas  las  opiniones 
por  encontradas  que  sean, 
sin  sentir  verdadero  entu- 
siasmo por  ninguna.  Lo  que 
decimos  en  castellano  "co- 
mer a  dos  carrillos"  o  "na- 
dar entre  dos  aguas".  De 
esta  voz,  siguiendo  la  cos- 
tumbre americana  de  for- 
mar verbos  de  substantivos, 
aunque  no  sea  censurable 
en  este  caso,  se  han  deri- 
vado guabinear,  guabineo  y 
guabineador,  ra.  Véase  la 
frase  15  del  Apéndice. 

Guabina  cabezona.  Cub.  epic. 
f. — Especie  de  guabina  (1.a 
acep.),  indicada  en  su  nom- 
bre. 

Guabina  ciega.  Cub.  epic.  f. 
— Véase  pez  ciego. 

Guabina  de  ley.  Cub.  epic. 
f. — Es  la  especie  del  pez 
guabina  más  importante  y 
de  mayor  tamaño,  que  al- 
canza un  peso  de  3  kilo- 
gramos, de  color  aceituna- 
do, y  con  la  cabeza  depri- 
mida. (Zool.  F.  G.;  esp. 
Phlypnus  dormitor,  Lac.) 

Guabina  boyera.  Cub.  epic. 
f. — (Zool.  F.  G.;  esp.  Awaous 
taiasica,  Licht.) 

Guabina  mapo.  Cub.  epic.  f. 
— (Zool.  F.  G.;  esp.  Dormi- 
tator  maculatus,  Bloch.) 

Guabina  sapo.  Cub.  epic.  f. — 
Pez  parecido  al  conocido 
por  sapo.  Véase. 

Guabineador,  ra.  Cub.  subs. 


y  adj.  —  fam.  —  Lo  mismo 
que  guabina  (2.a  acep.) 
Véase. 

Guabinear.  Cub.  v.  n. — fig.  y 
fam.  —  Véase  guabina  (2.a 
acep). 

Guabineo.  Cub.  m. — Acción  y 
efecto  de  guabinear.  Véase. 

Guabiniquinaje.  Cub.  epic. 
m. — antic. — Primitivo  nom- 
bre de  un  cuadrúpedo  mon- 
tes, que  se  desconoce  cuál 
pueda  ser  ni  cuál  su  ver- 
dadero nombre  dado  por 
los  indios.  Zayas  dice  a  este 
respecto:  "En  tanto  que 
Oviedo  y  López  de  Gomara 
escribieron  guabiniquinaje, 
el  Padre  Las  Casas  dijo 
guaminiquinaje,  y  en  algu- 
na ocasión  guaminiquinax, 
así  como  Oviedo  en  ciertas 
veces  guabiniquimar".  Al- 
gunos suponen  que  sea  el 
almiquí.  El  caso  es  que  te- 
nía el  aspecto  de  liebre  y 
zorra,  y,  al  parecer,  era  es- 
pecie abundante  en  la  Isla, 
constituyendo  un  preciado 
alimento. 

Guabiniquimar.  Cub.  epic.  m. 
— antic. — Véase  la  voz  an- 
terior. 

Guabiniquinax.  Cub.  epic.  m. 
—  antic.  —  Véase  guabini- 
quinaje. 

Guabino.  Cub.  m. — En  la  re- 
gión oriental,  dicen  así  los 
muchachos  al  último  mate 
(semilla  del  bejuco  mate), 
que  les  queda  sin  perder, 
en  sus  juegos. 

Guaca.  Cub.  f.  —  Concavidad 
subterránea  que  se  destina 


GUAC 


255 


GUAC 


a  precipitar  la  madurez  de 
las  frutas.  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas;  seguramene  corrup- 
ción de  huaca). 

Guaca.  Amer.  f.  —  Dícese  al 
dinero  o  prendas  que  lo 
valgan,  cuando  se  tiene  en- 
terrado; y  en  algunos  luga- 
res, por  extensión,  dícese  a 
la  hucha  o  alcancía. 

Guaca.  Cub.  f.  —  fam. — poco 
uso. — Algunos  le  dan  signi- 
ficación de  reprimenda, 
amonestación,  riña.  Otros 
pronuncian  guasca. 

Guacabina.  Cub.  f.  —  Provi- 
siones de  boca  que  se  llevan 
para  un  viaje.  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Guacabina.  Cub.  f. — "La  res 
extraña  que  se  introduce  en 
una  piara  de  ganado",  dice 
Pichardo. 

Guacacoa.  Cub.  f.-Arbol  sil- 
vestre de  unos  cinco  metros 
de  elevación  ,  cuyo  líber  es 
de  materia  fibrosa,  forman- 
do tejido,  del  que  se  hacen 
riendas,  y  cintas  de  agri- 
mensor. Por  esta  circuns- 
tancia, confunden  algunos 
este  árbol  con  la  daguilla, 
que,  aunque  de  la  misma 
familia  botánica,  es  de  gé- 
nero distinto.  Hay  dos  es- 
pecies. (Bot.  F.  Timeleá- 
ceas;  esp.  Lasianclenia  cu- 

r,  bensis,  Ben.)  (Et.  Voz  ca- 
ribe, según  Zayas). 

Guacaica.  Amer.  epic.  f. — El 
ave  más  conocida  en  Cuba 
por  arriero.  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Guacal.    Cub.    m.  —  Armazón 


hecha  de  barrotes  o  tablas, 
a  manera  de  jaula  tosca, 
que  se  utiliza  para  trans- 
portar ciertas  mercancías. 
No  tiene  ninguno  de  los  sig- 
nificados americanos.  (Et. 
Del  azteca  huacal). 

Guacaiote.  Cub.  m.  —  Enre- 
dadera trepadora  de  tallos 
gruesos  y  espinosos,  así 
como  su  fruto,  que  es  una 
especie  de  haba  grande,  de 
piel  fuerte  y  pulpa  veneno- 
sa, que  usan  los  muchachos 
como  dinero  en  las  transac- 
ciones de  sus  juegos.  Hay 
dos  especies  con  aditamen- 
tos particulares.  Antigua- 
mente se  decía  guanana. 
(Et.  Voz  india,  probable- 
mente mejicana). 

Guacaiote  amariilo.  Cub.  m. 
— Especie  común  en  los  ar- 
senales del  litoral,  de  folio- 
Ios  ovalados,  obtusos,  des- 
iguales en  la  base,  flores 
amarillas  en  racimos  y  se- 
millas también  amarillas. 
(Bot.  F.  Leguminosas;  esp. 
Ccesalpinia  bondux,   Roxb.) 

Guacaiote  prieto.  Cub.  m. — 
Tipo  que  también  crece  en 
las  costas,  de  hojuelas  sub- 
acorazonadas  en  la  base, 
flores  amarillas  y  semillas 
algo  aplanadas,  de  color 
gris  obscuro.  (Bot.  F.  L.; 
esp.  C.  bonducella,  Flem.) 

Guacaiote  prieto.  Cub.  m. — 
Hemos  visto  que  algunos 
dicen  así  al  brasilete  co- 
lorado, lo  que  más  nos  pa- 
rece error  que  otra  cosa. 

Guacamarí.  Cub.  m.  —  Véase 


OUAC 


—  256  — 


<*UAC 


camagua.    (Et.   Voz    india).   | 

Guacamarí  común»  Cub.  m. — 
Véase  camagua. 

Guacamaya.  Cub.  epic.  f. — 
Pez  de  tipo  parecido  al  lla- 
mado vieja,  de  colores  rojo 
y  amarillo  muy  vivos. 
¿Será  el  titulado  bandera 
española? 

Guacamaya.  Cub.  f.  —  Planta 
de  jardinería  de  hojas  ro- 
jas matizadas  de  amarillo. 
También  le  dicen  platanillo 
de  Cuba  de  monte.  (Bot.  F. 
Cannáceas;  esp.  Canna  in- 
dica, Lin.) 

Guacamaya.  Cub.  f. — Planta 
silvestre  de  hojas  aovadas, 
con  virtudes  terapéuticas, 
tricolores,  así  como  la  in- 
florescencia. También  se 
llama  papagayo  y  tricolor. 
Reciben  además  el  nombre 
común  de  guacamaya  va- 
rias especies  leguminosas, 
todas  con  aditamentos  par- 
ticulares. (Bot.  F.  Amaran- 
táceas;  esp.  Amaranthus 
gangeticus,  Lin.)  (Et.  Voz 
caribe,  según  Zayas). 

Guacamaya  amarilla.  Cub.  f. 
— -Arbusto  silvestre,  espi- 
noso, de  unos  cuatro  me- 
tros de  altura,  de  foliólos 
elípticos,  flores  de  pétalos 
amarillos,  que  forman  raci- 
mos terminales,  en  figura 
de  pirámides,  sobre  largos 
pedúnculos.  Es  planta  me- 
dicinal. (Bot.  F.  Legumino- 
sas; esp.  Coesalpinia  pul- 
cherrima,  Sw.) 

Guacamaya  colorada.  Cub.  f. 
— Variedad    de    la    especie 


anterior,  con  los  pétalos 
amarillos  y  rojos. 

Guacamaya  de  costa.  Cub.  í. 
- — -Así  dicen  algunos  al  palo 
campeche,  que  no  es  el  le- 
gítimo. 

Guacamaya  doble.  Cub.  f. — 
El  arbusto  guacamayón. 
Véase. 

Guacamaya  francesa.  Cub. 
f. -Arbusto  silvestre  de  ho- 
jas compuestas,  con  hojue- 
las grandes,  oblongas,  sub- 
truncadas  en  la  base  y  re- 
dondas en  el  ápice,  de  pe- 
cíolo triangular,  y  flores 
amarillas  en  largos  raci- 
mos terminales.  Es  pare- 
cida a  la  guacamaya  ama- 
rilla, pero  de  mayores  pro- 
porciones. También  se  co- 
noce por  guajaba,  yerba  de 
las  herpes  y  yerba  de  los 
empeines.  (Bot.  F.  L.;  esp. 
Cassia  alata,  Lin.) 

Guacamayabo.  Cub.  m. — Lu- 
gar donde  abundan  las  gua- 
camayas. 

Guacamayo,  ya.  Cub.  va.  y  f. 
— antic. — Decíase  cuando  la 
guerra  separatista,  a  los  es- 
pañoles, por  los  colores  de 
la  bandera.  Tiene  el  uso 
americano  castellanizado, 
como  masculino,  que  acep- 
ta la  R.  A.  para  designar 
un  ave,  especie  de  papa- 
gayo. 

Guacamayo,  ya.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  todo  lo  que  ten- 
ga reunidos  los  colores  del 
pabellón  español. 

Guacamayón.  Cub.  m. — Ar- 
busto de  mayores  propor- 


GUAD 


—  257 


GUAG 


ciones  en  iodos  sus  órga- 
nos que  la  guacamaya,  es- 
pecialmente en  el  número 
de  pétalos  de  sus  flores. 
También  se  llama  guaca- 
maya doble.  ¿Será  la  gua- 
camaya francesa? 

Guacamol.  Amer.  m. — Ensa- 
lada de  aguacate  con  ce- 
bolla; vinagre  y  aceite. 
También  se  dice  guacamo- 
le. (Et.  Voz   india). 

Guacamole»  Amer.  m. — Véa- 
se guacamol. 

Guacanco.  Cub.  m. — "Vege- 
tal rubiáceo  (Phialanthus 
rigidus,  Gris.).  (Sauv.)". 
Esto  dice  Pichardo. 

Guacarnaco,  ca,  Cub.  adj. — 
íam. — Denota  torpeza,  ma- 
jadería, aplicado  a  perso- 
nas. 

Guáchara.  Cub.  f.  —  íam. — 
Equivale  a  "mentira",  "em- 
buste". (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Guáchere.  Cub.  m.  —  fam. — 
Voz  algo  usada  para  signi- 
ficar un  golpe  que  se  da 
con  los  dedos  o  los  nudillos. 
(Et.  Voz  caribe,  según  Za- 
yas). 

Guachinanga.  Cub.  f. — Tran- 
ca de  cerrar  una  puerta, 
que  se  empotra  en  la  pared 
por  las  extremidades. 

Guachinango,  ga.  Amer.  subs. 
y  adj.-Dícese  burlescamen- 
te a  la  persona  nacida  en 
Méjico. 

Guachinango,  ga.  Cub.  adj. 
— fam. — Aplícase  a  la  per- 
sona astuta  con  zalamería. 

Guadaíupe.    Cub.    f. — fam. — 


Véase  la  frase  246  del 
Apéndice. 

Guadañero.  Común,  m.  —  El 
marinero  que  conduce  un 
guadaño.  Véase. 

Guadaño.  Común,  m.  —  Bote 
pequeño  con  toldo  a  popa, 
que  se  usa  para  transpor- 
tar personas  en  los  puertos. 
Calificamos  de  común  esta 
voz,  aun  cuando  pudiera  ser 
dudoso  su  origen,  pues  en 
España  se  usa  solamente  en 
los  puertos  andaluces. 

Guafe.  Cub.  m. — poco  uso. — 
Pequeño  muelle  de  madera 
sobre  el  mar  o  en  la  mar- 
gen de  un  río.  (Et.  Voz  ca- 
ribe, según  Zayas). 

*  Guagua.  Cub.  f. — Dícese  a 
una  cosa  baladí,  de  valor 
insignificante.  (Et.  Voz  ca- 
ribe). 

Guagua.  Cub.  epic.  f. — Reci- 
ben este  nombre  varios  in- 
sectos hemípteros  pareci- 
dos a  la  cochinilla,  de  color 
gris  o  blancuzco,  que  ata- 
can a  los  árboles  frutales, 
como  el  anón,  el  cocotero, 
el  limonero,  y  muy  parti- 
cularmente el  naranjo,  cu- 
yas cosechas  destruyen,  y 
algunas  veces  destrozan  la 
plantación.  Los  machos  son 
alados  y  las  hembras  ápte- 
ras, las  cuales  se  adhieren 
a  las  hojas,  quedando  pro- 
tegidas por  una  especie  de 
escudo,  que  casi  imposibi- 
lita el  exterminio,  si  no  se 
procura  con  una  solución 
de  jabón  de  ballena  y  pe- 
tróleo.   Pero    este    insecto 


17 


GUAG 


258 


GUÁI 


tiene  mortal  enemigo  en  los 
conocidos  por  cotorrita  y 
avispita.  (Zool.  F.  Cocci- 
dce;  géneros:  Diaspis,  As- 
pidiotus  y  otros). 

Guagua,  Cub.  f. — Especie  de 
ómnibus  destinado  a  dar 
viajes  con  itinerario  fijo. 
En  la  Habana  existen  aún, 
con  detrimento  del  ornato 
público,  para  recorrer  al- 
gunas calles  de  la  ciudad. 

"Guagua  (De).  Cub.  mod. 
adv. — Equivale  a  la  forma 
castellana  "de  balde":  "Es 
cómodo  ir  de  guagua  a 
cualquier  parte".  Su  uso 
está  muy  generalizado  ya 
fuera  de  Cuba. 

Guagua.  Cub.  m. — Una  plan- 
ta silvestre.  (Et.  Voz  cari- 
be, Zayas). 

Guaguanche.  Cub.  epic.  m. — 
Pez  común  en  los  mares  de 
Cuba,  de  uno  a  dos  pies  de 
largo,  de  cuerpo  semejante 
al  de  la  anguila,  algo  menos 
redondo,  con  el  lomo  de  co- 
lor pardusco  y  el  vientre 
plateado,  y  una  faja  late- 
ral verdosa.  Es  un  bocado 
exquisito.  Algunos  pronun- 
cian guaguancho.  (Zool.  F. 
Sphyrcenidae;  esp.  Sphyrce- 
71a  guaguanche,  Cuv.)  (Et. 
Voz  caribe,  según  Zayas). 

Guaguanche  (De).  Cub. 
mod.  adv. — vulg. — Lo  mis- 
mo que  decir,  de  guagua  o 
de  balde,  en  castellano: 
"Fui  de  guaguanche  a  la 
merienda".  Otros  dicen  de 
guaguancho. 

Guaguancho.  Cub.  epic.  m. — 


Algunos  dicen  así  en  vez  de 
guaguanche. 

Guaguancho  (De).  Cub. 
mod.  adv.-Véase  guaguan- 
che (de). 

Guaguao.  Cub.  adj. — Aplíca- 
se a  una  variedad  de  ají. 
Véase.  (Et.  Voz  caribe). 

Guagüero.  Cub.  m.— El  con- 
ductor del  carruaje  llamado 
guagua  (3.m  acep.). 

Guagüero,  ra.  Cub.  adj. — 
fam. — Se  aplica  a  las  per- 
sonas que  demuestran  exa- 
gerado empeño  en  adqui- 
rir las  cosas  regaladas  o 
a  muy  bajo  precio.  (Et.  Del 
mod.  adv.  de  guagua). 

Guaguií.  Cub.  m. — desusada. 
— La  planta  más  conocida 
por  malanga  blanca.  Véase. 
(Et.  Voz  caribe). 

Guaiboso,  sa.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  la  persona  muy 
dada  a  gritar  o  quejarse, 
sin  causa  para  ello:  "Un 
chiquillo  muy  guaiboso"" . 

Guaijacón.  Cub.  epic.  m. — 
vulg. — Así  dicen  algunos 
incorrectamente  por  guaja- 
cón.  Véase. 

Gualmareño,  ña.  Cub.  subs. 
y  adj. — Dícese  a  la  persona 
de  Guáimaro. 

Guaímareño,  ña.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  las  cosas  de  esa 
población. 

Guáimaro.  Cub.  m.  —  Árbol 
silvestre,  elevado,  de  ma- 
dera dura,  pesada,  de  gra- 
no fino,  color  pardusco,  cu- 
yas hojas  comen  los  caba- 
llos, y  que  produce  unas 
semillas  del  tamaño  de  gar- 


GUAI 


259 


GUAJ 


banzo.  (Et.  Voz  caribe,  se-   I 
gún  Zayas). 
Guaínica.  Cu b.  epic.  f. — Véa- 
se mayito.  (Et.  Voz  india). 
Guainúa.  Cub.  epic.   f. — Pri- 
mitivo  nombre   conservado 
en  algunos  lugares  del  pá- 
jaro solibio.  Véase.  (Et.  Voz 
caribe). 
Gualrajabo.  Cub.  m.  —  antic. 

Véase  guairajal. 
Guairajal.  Cub.  m. — El  lugar 
donde   abunda   el  guairaje. 
Véase.      Antiguamente     se 
decía  guairajabo,  forma  in- 
dia. 
Guairaje.    Cub.    m. — Reciben 
este  nombre  común  varios 
árboles    y    arbustos,    todos 
con  algún  aditamento  par- 
ticular.    (Et.     Voz     caribe, 
según  Zayas). 
Guairaje   blanco.   Cub.   m. — 
Pequeño  arbusto  de   hojas 
cartáceas,   elípticas,   oblon- 
gas,   redondas    en   la  base, 
con     puntos     translúcidos, 
flores  de  corola  blanca,  en 
corimbos   fasciculados,    sé- 
siles, y  madera  dura  y  pe- 
sada.   (Bot.    F.    Mirtáceas; 
esp.    Eugenia    disticha,    D. 
C) 
Guairaje    de    hojas    ovales. 
Cub.    m.  —  Árbol    pequeño 
de  hojas  cartáceas,  chicas, 
elípticas,  cuneiformes, 
translúcidas,  flores  en  ra- 
cimos pubescentes,  y  bue- 
na madera.  (Bot.  F.  M.;  esp. 
E.  buxifolia,  Will.) 
Guairaje  de  sierra.  Cub.  m. 
— Árbol     indígena     escaso, 
parecido   a    los    anteriores. 


Bot.    F.    Celastríneas;    esp. 
Maytanus  cuneifolius,  Gris). 

Guairaje  macho.  Cub.  m. — 
Pequeño  árbol  de  hojas  co- 
riáceas, elípticas,  obtusas 
en  la  base,  con  una  corta 
punta  en  el  apéndice,  sin 
puntos  translúcidos,  flores 
en  racimos,  baya  globosa, 
cuyo  fruto  engorda  a  los 
cerdos,  y  madera  dura  y 
fuerte.  (Bot.  F.  Mirtáceas; 
esp.  Eugenia  axillaris). 

Guairajecillo.  Cub.  m. — Véa- 
se guairajillo. 

Guairajillo.  Cub.  m. — Arbo- 
lito  de  menores  proporcio- 
ciones  que  el  guairaje. 
Algunos  dicen  guairajeci- 
llo, y  aunque  son  los  menos, 
se  adaptan  mejor  a  las  le- 
yes castellanas  de  formar 
los  diminutivos.  (Bot.  F. 
Mirtáceas;  esp.  Eugenia  li- 
neata,  D.  G.) 

Guaüro.  Cub.  m. -Algunos  lla- 
man con  este  nombre  pri- 
mitivo al  bejuco  de  ver- 
gajo. Véase.  (Et.  Voz  ca- 
ribe). 

Guairo  santo.  Cub.  m.-Plan- 
ta  silvestre.   (BoL   F.    Ver- 
benáceas;    esp.     Acgiphüa 
elata,  Sw.) 
Guairo  santo  de  costa.  Cub. 

m. — Véase  palo  guitarra. 
Cuajaba.  Cub.  f.  —  antic. — 
Véase  guacam.aya  francesa. 
(Et.  Voz  caribe,  según  Za- 
yas). 
Guajaca.  Cub.  f.  —  Vegetal 
parásito  que  se  desarrolla 
en  las  ramas  de  los  árboles 
y   en   las   rocas,    de   largos 


GUAJ 


260 


GUAM 


filamentos  colgantes,  que, 
después  de  hervidos,  se 
usan  para  rellenos  de  co- 
jines, etc.;  produce  flores 
de  corola  azul.  (Bot.  F. 
Bromeliáceas;  esp.  Tilland- 
sia  fasciculata,  Sw.)  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Guajacón.  Cub.  epic.  m. — Pe- 
cecillo  de  agua  dulce  muy 
abundante,  de  color  pardo 
claro  por  el  lomo  y  azulado 
en  el  vientre,  con  reflejos 
metálicos  por  todo  el  cuer- 
po. La  hembra  crece  más 
que  el  macho.  Suelen  cui- 
darse en  piscinas  de  adorno. 
Se  alimenta  de  insectos  y 
larvas  de  mosquitos,  por  lo 
que  resulta  beneficioso  a  la 
higiene.  Las  migas  de  pan, 
según  Zayas,  lo  matan.  Al- 
gunos dicen  guaijacón  y 
guayacón.  (Zool.  F.  Pceci- 
liidce;  esp.  Gambusia  pune- 
tata,  Poey).  (Et.  Voz  cari- 
be, Zayas). 

Guajaibón.  Cub.  m. — Según 
Zayas,  un  bejuco  que  se 
usa  en  Cuba  como  cuer- 
das. (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Guajalón.  Cub.  m, — Así  he- 
mos oído  nombrar  un  be- 
juco, que  acaso  sea  el  an- 
terior. 

Gua  jamón,  na.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a, la  caballería  de 
color  bayo  fuerte,  con  la 
crin  y  la  cola  blancas. 

GuajaquilSa.  Cub.  f. — Planta 
parásita  muy  parecida  a  la 
guajaca,  de  filamentos  muy 
delgados.    También    se    co- 


noce por  barba  española. 
(Bot.  F.  B.;  esp.  Tillandsia 
usneoides,  Lin.) 

Guajara.  Cub.  m. — Según  Za- 
yas, un  árbol  silvestre  de 
Cuba.  (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Guajey.  Cub.  m.  —  desusada. 
— Lo  mismo  que  calabazo 
(2.a  acep.)  (Et.  Voz  caribe. 
Zayas). 

Guapea.  Cub.  epic.  f. — Pece- 
cillo,  especie  del  guajacón, 
de  color  pardo  verdoso, 
con  reflejos  plateados  y 
puntos  negros.  (Zool.  F. 
Pcecüiidce;  esp.  Limia  cu- 
bensis,  Poey).  (Et.  Voz  ca- 
ribe. Zayas). 

*  Guajira.  Cub.  f. — "Canto  po- 

pular entre  los  campesi- 
nos de  la  isla  de  Cuba". 
(R.  A.) 

*  Guajiro,  ra.  Cub.  m.  y  f. — 

"Campesino  blanco  de  la 
isla  de  Cuba".  (R.  A.). 

Guajiro,  ra.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  personas  y  cosas  que 
siendo  de  población  pare- 
cen campesinas  por  su  as- 
pecto rústico :  "Un  hombre 
muy  guajiro". 

G^joti.  Cub.  común. -antic- 
li.  'amiento  entre  los  abo- 
rigen s  cubanos  que  equi- 
valía a.  "usted"  castellano. 
(Et.  Voz  ,   >-ibe). 

GuaJdrapearo  Cub.  v.  n. — an- 
tic. — Véase  «,  atrapear.  (Et 
de  "gualdrapa   ). 

Gualdrapeo.  Cu-  m. — antic. 
— Véase  guaira    ?o. 

Guama.  Cub.  m.-  Árbol  sil- 
vestre de  buen;   madera,  y 


GUAM 


—   261   — 


GU    N 


de  cuya  corteza  se  fabri- 
can sogas  y  cuerdas,  tam- 
bién conocido  por  frijoli- 
llo (2.a  acep.)  Véase.  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Guama  bobo.  Cub.  m. — Véa- 
se frijolillo  prieto. 

Guama  candelón.  Cub.  m. — 
Árbol  silvestre  de  hojas 
compuestas  con  hojuelas 
opuestas,  flores  blancuzcas 
con  visos  purpúreos  en  ra- 
cimos laterales,  legumbre 
comprimida  con  una  espe- 
cie de  alas  longitudinales 
en  los  bordes.  También  se 
llama  guama  hediondo. 
(Bot.  F.  Leguminosas ;  esp. 
Piscidia   erythrina,  Lin.) 

Guama  de  costa.  Cub.  m. — 
El  árbol  más  conocido  por 
frijolillo  amarillo.  Véase. 

Guama  de  San  Bartolomé. 
Cub.  m.  —  Especie  silvestre 
del  guama  sin  notables  par- 
ticularidades. (Bot.  F.  L.; 
esp.  Lonchocarpus  blainii, 
Wr.) 

Guama  de  soga.  Cub.  m. — 
Véase  frijolillo  prieto. 

Guama  hediondo.  Cub.  m. — 
Lo  mismo  que  guama  can- 
delón. Véase. 

Guamaca.  Cub.  f. — Árbol  que 
se  eleva  silvestre  unos  diez 
metros,  de  madera  dura, 
amarillenta,  empleada  en 
carpintería.  Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Guamajal.  Cub.  m.  —  Sitio 
donde  abundan  los  árboles 
guamas. 

Guamao.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre que  se  desarrolla  en 


el  litoral,  <  e  buena  ma- 
dera, muy  esistente  a  la 
humee  i.  ambién  suele 
llamarse  guamaro.  (Bot.  F. 
Leguminosas;  esp.  Loncho- 
carpus oligospermum).  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Guamaro.  Cub.  m.  —  Algunos 
dicen  así  al  árbol  guamao. 
Véase. 

Guamica.  Cub.  epic.  f. — an- 
tic.  - —  Primitivo  nombre  de 
la  paloma  conocida  por  ra- 
biche.   (Et.  Voz  caribe). 

Guaínin!quinaje.  Cub.  epic. 
m. — antic. — Véase  guabini- 
quinaje. 

Guammiqulnax.  Cub.  epic. 
m. — antic. — Véase  guabini- 
quinaje. 

Guamo.  Cub.  m. — antic. — El 
fotuto  (1.a  acep.),  entre  los 
aborígenes.  (Et.  Voz  cari- 
be, según  Zayas). 

Guámpara.  Cub.  f.  —  Véase 
mocha. 

Guana.  Cub.  f. — Árbol-  silves- 
tre de  hojas  cordiformes, 
grandes  y  brillantes,  flores 
tubulosas,  amarillas,  termi- 
nales. El  líber  de  este  ár- 
bol es  un  tejido  fibroso,  ca- 
lado, de  color  amarillo,  que 
se  utiliza  en  sombreros  y 
para  liar  mazos  de  cigarros 
puros.  Hay  otra  especie. 
(Bot.  F.  Magnoliáceas;  esp. 
Lirio denclron  lagetta,  Gris.) 
(Et.  Voz  caribe). 

Guanabá.  Cub.  epic.  m. — Ave 
zancuda  común  de  unos  6 
decímetros  de  largo,  de  co- 
lor ceniciento  aplomado, 
más  obscuro  hacia  el  lomo, 


GUAU 


262 


GUAN 


cabeza  negra  por  detrás, 
con  manchas  negras  en  las 
mejillas,  con  muchas  plu- 
mas blancas  o  leonadas  a 
manera  de  cresta,  de  donde 
también  toma  el  nombre  de 
guanabá  real.  Se  alimen- 
ta de  cangrejos  y  peces, 
vuela  muy  pesadamente  y 
se  deja  cazar  con  facilidad. 
Tiene  las  patas  amarillas, 
el  pico  aplanado  y  negruz- 
co, y  los  ojos  rojos.  (Zool. 
F.  Ardeidce;  esp.  Nycthero- 
dius  violáceas,  Lin.)  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Guanabá  de  Florida.  Cu b. 
epic.  m. — Especie  de  plu- 
maje negro  verdoso,  con 
brillo  en  el  lomo  y  la  ca- 
beza, con  plumas  blancas, 
largas  y  angostas  en  el  co- 
gote, y  el  resto  del  plumaje 
pálido  con  visos  de  color 
lila.  Esta  especie,  como  la 
anterior,  es  sedentaria. 
(Zool.  F.  A.;  esp.  Nycthi- 
corax  n&vius). 

Guanabá  real.  Cub.  epic.  m. 
— Véase  guanabá. 

Guanabá  rojo.  Cub.  epic.  m. 
— Ave  de  paso  muy  pare- 
cida al  alcaraván,  de  color 
rojo,  que  le  da  nombre,  que 
llega  a  Cuba  en  septiembre 
y  se  retira  en  abril.  Tam- 
bién se  llama  ave-toro. 
(Zool.  F.  A.;  esp.  Botaurus 
lentiginosus). 

Guanabacoense.  Cub.  subs. 
com.  y  adj.-La  persona  na- 
cida en  Guanabacoa.  Festi- 
vamente se  le  llama  ca- 
zuelero, ra. 


Guanabacoense.  Cub.  adj. 
— Aplícase  a  cosas  de  esa 
población. 

Guanabanada.  Amer.  f.  — 
Véase  champola,  que  es  el 
cubanismo  aceptado  por  la 
R.  A. 

Guanabanilla.  Cub.  í. — Árbol 
silvestre  de  mediana  ele- 
vación, de  hojas  pecioladas 
con  venas  curvas,  y  flores 
amarillas,  en  cimas  termi- 
nales. Hay  otras  especies 
con  aditamento,  muy  pare- 
cidas, que  se  citan  a  conti- 
nuación. (Bot.  F.  Ocná- 
ceas;  esp.  Gomphia  revo- 
luta).  (Et.  De  guanábana). 

Guanabanilla  de  monte.  Cub. 
f.— (Bot.  F.  O.;  esp.  G.  acu- 
minata,  D.  G.) 

Guanabanilla  de  pinar.  Cub. 
f.— (Bot.  F.  O.;  esp.  G. 
elliptica,  Rich). 

Guanabanilla  de  sabana. 
Cub.  f.— (Bot.  F.  O.;  esp. 
G.  ilicifolia,  D.  C.) 

Guanábano  cimarrón.  Cub. 
m. — Además  del  árbol  ame- 
ricano llamado  "guanába- 
no", y  descrito  por  la  R.  A., 
hay  en  Cuba  esta  especie 
silvestre,  de  hojas  oblon- 
gas, más  grandes,  y  la  gua- 
nábana con  las  aréolas  de 
la  epidermis  substituidas 
por  espinillas  carnosas,  de 
pulpa  no  comestible.  (Bot. 
F.  Anonáceas;  esp.  Anona 
montana,  Macfad.) 

Guanabima.  Cub.  f. — El  fru- 
to de  la  palma  conocida  por 
"corojo".  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 


GUAN 


263 


GUAN 


Guanabo.  Cub.  m. —  Véase 
guanal.  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Cuanaja.  Cub.  f.  —  fam.  — 
Véase  la  frase  112  del 
Apéndice. 

Guanajada.  Cub.  f. — fam. — 
3quivale  a  "sandez",  "ma- 
jadería", "despropósito", 
acción  propia  de  un  indi- 
viduo calificado  de  guanajo 
(véase) :  "Vicente  comete 
muchas  guanajadas,  en 
cuanto  abre  la  boca  o  se 
nueve";  "Don  Juan,  escri- 
biendo, no  dice  más  que 
guanajadas". 

Guaraajay.  Cub.  m.  —  Cierta 
combinación  en  el  juego  de 
monte.  (Et.  Voz  india). 

Guana  jayense.  Cub.  subs. 
com.  y  adj.— La  persona  de 
Guanajay. 

Guanajayense.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  cosas  de  esa 
villa. 

Guanajo,  ja.  Arner.  subs.  y 
adj. -fam. — Di  cese  a  la  per- 
sona tonta  o  mentecata. 
Tiene  la  acep.  americana  de 
la  R.  A. 

Guanajote,  ta.  Cub.  subs.  y 
adj. — fam. — Es  aumentati- 
vo de  guanajo,  ja,  en  la 
acep.  fam.  de  este  Voca- 
bulario, y  se  aplica,  por  lo 
tanto,  a  la  persona  extre- 
madamente necia. 

Guanal.  Cub.  m. — Sitio  don- 
de abunda  la  palma  lla- 
mada guano.  También  se 
dice  guanaba. 

Guanana.  Amer.  f. — antic. — 
Primitivo  nombre  antillano 


del  guacalote.  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Guanana.  Cub.  epic.  f. — Re- 
ciben este  nombre  común 
con  aditamentos,  dos  espe- 
cies de  gansos  salvajes,  de 
paso  en  Cuba,  donde  inmi- 
gran de  América  Septen- 
trional. Son  aves  palmípe- 
das que  suelen  verse  en  la- 
gunas y  ríos.  (Zool.  F. 
Anatido3). 

Guanana  blanca.  Cub.  epic. 
f.— Tipo  de  plumaje  blan- 
co, cuando  adulto,  con  las 
remeras  primarias  negras, 
y  la  hijuela  cenicienta. 
(Zool.  F.  A.;  esp.  Chen  hy- 
perboreus,  Gmel.) 

Guanana  prieta.  Cub.  epic. 
f.— Especie  de  plumaje  ce- 
niciento, con  una  franja 
blanca  en  la  base  de  la 
mandíbula  superior,  y  el 
pecho  blanco  manchado  de 
negro.  Hay  otra  especie  con 
este  mismo  nombre,  muy 
rara.  (Zool.  F.  A.;  esp.  An- 
ser  gambelii,  Hart.) 

Guanani.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre de  madera  dura, 
compacta,  fina  y  amarilla. 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Guanaraiba.  Cub.  f. — antic. — 
Primitivo  nombre  del  man- 
gle prieto.  Véase.  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Guanaro,  ra.  Cub.  m.  y  f. — 
Primitivo  nombre  de  la  pa- 
loma salvaje  más  conocida 
por  paloma  sanjuanera  o 
de  San  Juan.  Véase.  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Guandú.    Cub.    m.  —  Arbusto 


GUAN 


264 


GÜAN 


parecido  al  "codeso"  de  la 
R.  A.,  o  acaso  una  especie 
de  él,  que  se  eleva  unos  dos 
metros,  de  ramas  velludas, 
hojas  compuestas  de  folio- 
Ios  lanceolados,  verdes  todo 
el  año,  flores  amarillas,  de 
tenue  aroma,  semejando 
mariposas,  y  por  fruto  una 
legumbre  conteniendo  una 
especie  de  judías,  emplea- 
das en  algunos  guisos.  Otros 
le  llaman  gandul,  por  co- 
rrupción y  asimilación. 
(Bot.  F.  Leguminosas ;  esp. 
Cajanus  bicolor).  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Guángara.  Cub.  f. — Bullicio, 
gritería,  escándalo.  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Guaní.  Cub.  epic.  m. — antic. 
— Primitivo  nombre  del  pa- 
jarillo  "colibrí",  zunzún  en 
Cuba  con  más  frecuencia. 
Véase.  (Et.  Voz  caribe,  se- 
gún   Zayas) . 

Guanichiche.  Cub.  m.  —  La 
palma  yuraguano.  Véase. 

Guanín.  Arner.  adj. — desusa- 
da.— Aplícase  al  oro  de  baja 
aleación.  La  R.  A.  acepta 
guañín.  (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Guaninas.  Amer.  m.  —  Lugar 
donde  abunda  la  plañía 
"guanina",  que  describe  la 
R.  A. 

Guaníquí.  Cub.  m.  —  Bejuco 
silvestre  que  se  desarrolla 
en  las  sierras,  cuyos  tallos 
alcanzan  un  grosor  de  4 
centímetros,  con  hojas  elíp- 
ticas, puntiagudas,  lampi- 
ñas,  flores  blancuzcas,   sin 


corola,  en  racimos  flojos,  y 
baya  de  color  negro  pur- 
púreo. Los  tallos  de  esta 
enredadera,  por  su  flexibi- 
lidad y  resistencia,  se  desfi- 
nan a  la  construcción  de 
canastas  y  cestas,  por  lo 
que  también  se  nombra  be- 
juco de  canastas  o  de  ba- 
nastos, y  otros  le  dicen  gta- 
niquiquí.  (Bof.  F.  Fitolacá- 
ceas;  esp.  Villamilla  octan- 
dra,  Hock.)  (Et.  Voz  cari- 
be, Zayas). 

Guaniquinabo.  Cub.  m. — an- 
tic.— Primitivo  nombre  de 
guaniquinal. 

Guaniquina!.  Cub.  m. — Lu- 
gar donde  abunda  el  gua- 
niquí.  Véase. 

Gíiamqjsiique.  Cub.  m. — Pian- 
ín.  silvestre  de  hojas  lan- 
ceoladas, acuminadas,  y 
í!or  de  color  blanco  platea- 
do. Algunos  confunden  esta 
planta  con  la  guaniquiquí. 
(Bot.  F.  Amarantáceas ;  esp. 
Celosía  argéntea).  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Guaniquiquí.  Cub.  m.  —  Al- 
gunos dicen  así  al  bejuco 
más  llamado  guaniquí.  Véa- 
se. (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Guano.  Cub.  m. — Esta  voz  en 
Cuba  va  perdiendo  su  pri- 
mitivo significado,  por  la 
generalización  de  la  voz 
"palma",  y  actualmente  en 
la  Isla,  apenas  tiene  otro 
uso  que  para  designar  la 
penca  de  la  palma.  Las  pal- 
mas que  aun  llevan  el 
nombre    guano    con    algún 


GUAN 


265  — 


GUAO 


aditamento,  son  las  descri- 
tas más  abajo. 

Guano.  Cub.  m. — fam. — Al- 
gunos- dicen  así  al  dinero, 
en  abstracto. 

Guano  blanco.  Cub.  m. — Pal- 
ma de  tronco  alto  y  delga- 
do, de  todo  terreno,  cuyas 
pencas  se  emplean  para  te- 
char bohíos,  y  el  tronco 
para  cercas;  el  fruto  lo 
come  el  cerdo.  También  se 
llama  miraguano  y  yura- 
guano blanco.  (Bot.  F.  Pal- 
mas; esp.  Thrinax  argén- 
tea, Mart.) 

Guano  cana.  Cub.  m.  —  La 
palma  cana  y  su  penca. 
Véase. 

Guano  cana  de  monte.  Cub. 
m. — Véase  palma  cana  de 
monte. 

Guano  de  costa.  Cub.  m. — 
Palma  parecida  al  guano 
blanco,  y  cuyo  fruto  comen 
los  cerdos,  y  las  hojas  los 
caballos.  También  se  llama 
guano  de  lana  y  yuraguano 
o  miraguano  de  lana.  (Bot. 
F.  P.j  esp.  Thrinax  parvi- 
flora) . 

Guano  de  lana.  Cub.  m. — 
Véase  guano  de  costa. 

Guano  espinoso.  Cub.  m. — 
Palma  de  madera  casi  in- 
corruptible, que  produce 
pencas  espinosas  empleadas 
para  techar  bohíos.  Tam- 
bién se  llama  yuraguano  o 
miraguano  espinoso.  (Bot. 
F.  P. ;  esp.  Copernicia 
wrightii,  Gris.) 

Guano  prieto.  Cub.  m. — Pal- 
ma de  tronco  corto,  pencas 


verdes,  lampiñas  o  pubes- 
centes en  el  envés,  con  di- 
visiones unidas  en  la  ter- 
cera parte,  desde  la  base,  y 
lígula  anchamente  redon- 
deada. Bot.  F.  P.;  esp.  Thri- 
nax rodiata,  Lob.) 

Guantanameño,  ña.  Cub. 
subs.  y  adj. — La  persona  de 
Guantánamo. 

Guantanameño,  ña.  Cub.  adj. 
— Aplícase  a  cosas  de  esa 
ciudad. 

Guao.  Cub.  m. — Arbusto  quo 
alcanza  unos  tres  y  medio 
metros  de  altura,  común  en 
el  litoral  y  terrenos,  ári- 
dos, de  hojas  compuestas, 
con  foliólos  ovales,  oblon- 
gos, dentados,  brillantes  en 
el  anverso  y  tomentosos  por 
el  reverso,  florecillas  rojas 
en  panícula,  madera  rojiza 
empleada  para  carbón,  y 
pocas  veces  en  carpintería. 
La  semilla  alimenta  al  ga- 
nado porcino.  Este  arbusto 
tiene  los  órganos  impreg- 
nados de  una  especie  de  re- 
sina cáustica  que  mancha 
de  negro  la  epidermis, 
mancha  que  degenera  lue- 
go en  llaga.  Según  tradicio- 
nes populares,  la  sombra  de 
este  arbusto  es  dañina  al 
hombre,  y  al  parecer  está 
comprobado  en  las  personas 
de  piel  muy  blanca.  Véase 
la  frase  182  del  Apéndice. 
(Bot.  F.  Anacardiáceas ;  esp. 
Comocladia  dentata,  Jacq.) 
(Et.  Voz  caribe,  según  Za- 
yas). 

Guao    de    costa.    Cub.    m. — 


GUAR 


266 


GUAR 


Árbol  más  elevado  que  el 
arbusto  anteriormente  des- 
crito, de  hojas  semejantes, 
con  los  dientes  más  pro- 
nunciados, de  buena  made- 
ra amarilla  veteada,  fuerte 
y  pesada.  Es  menos  dañi- 
no que  la  especie  anterior, 
y  se  desarrolla  en  terrenos 
arenosos.  (Bot.  F.  A.;  esp. 
Metoprium  browner,  Vr.) 

Guapería.  Cub.  f. — fam. — Si- 
nónimo de  osería  y  brava, 
y  del  castellano  "bravata". 

Guapo,  pa»  Cub.  subs.  y  adj. 
— fam. — En  Cuba  no  signi- 
fica "valiente",  como  en 
otros  puntos  de  América,  y 
sí  "perdonavidas",  que  es  el 
cobarde  con  ropajes  de  va- 
lentía, lo  cual  no  es  lo  mis- 
mo. En  femenino  sólo  tiene 
uso  de  adjetivo,  y  ya  se 
puede  suponer  con  qué  cla- 
se de  mujeres.  Es  sinónimo 
de  los  cubanismos  oso, 
guaposo,  bravero  y  otros. 
Carece  de  los  usos  caste- 
llanos. 

Guapo,  pa.  Cub.  adj. — fam. — 
Equivale  a  "encolerizado", 
"enfurecido":  "Se  puso 
muy  guapo  Javier  cuando 
lo  requerí". 

Guaposo.  Cub.  adj. — fam. — • 
Aplícase  al  individuo  va- 
lentón, aunque  más  se  dice 
guapo  (l.1  acep.).  Tal  vez 
haya  dado  origen  al  cuba- 
nismo oso,  de  más  uso  e 
igual  significado. 

Guara.  Cub.  f.  —  Reciben  en 
común  este  nombre  con 
algún     aditamento,     varios 


árboles  y  arbustos.  Aun- 
que algunos  los  denominan 
castaño  criollo,  por  la  se- 
mejanza con  el  castaño  eu- 
ropeo, al  que  está  mejor 
aplicado  ese  nombre  es  a 
la  guara  de  ley.  (Bot.-  F. 
Sapiruláceas ) .  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Guara  colorada»  Cub.  f. — 
Árbol  más  conocido  por 
guaraná,  y  llamado  también 
guara  macho. 

Guara  común.  Cub.  í. — Ár- 
bol o  arbusto  parecido  a  la 
guara  de  ley.  (Bot.  F.  S.; 
esp.  Cupania  americana, 
Lin.) 

Guara  de  costa-  Cub.  f. — 
Véase  guara  de  ley. 

Guara  de  ley.  Cub.  f. — Ár- 
bol o  arbusto  de  diez  me- 
tros de  altura,  de  hojas 
compuestas  con  ocho  ho- 
juelas elípticas,  cariáceas  por 
encima,  suaves  por  debajo, 
abruptamente  yugadas,  de 
madera  dura,  pesada,  de 
color  rojizo  pálido,  y  fruto 
parecido  a  la  castaña,  pero 
de  gusto  más  dulce.  Tam- 
bién se  llama  guara  de  cos- 
ta y  castaño  criollo.  (Bot. 
F.  S.;  esp.  Cupania  glabra, 
Sw.) 

Guara  macho.  Cub.  f. — Ar- 
busto más  conocido  por 
guaraná.  Véase. 

Guarabo.  Cub.  m. — desusada. 
— -Véase  guaral. 

Guaraca.  Cub.  f. — antic. — 
Según  Zayas,  "una  de  las 
variedades  del  aje  o  bata- 
ta". (Et.  Voz  caribe,  Zayas). 


GUAR 


267  — 


GÜAR 


Guaracahulla.  Cub.  f. — Mo- 
derna forma,  más  adapta- 
ble al  castellano,  de  la  voz 
guaracabuya.  Véase. 

Guaracabuya.  Cub.  f. — Árbol 
silvestre  común,  de  madera 
de  color  anaranjado  con 
preciosas  vetas,  fina  y  dura, 
que  se  utiliza  en  carpinte- 
ría y  ebanistería.  Muchos 
pronuncian  gvaracabulla. 
(Bot.  F.  Leguminosas;  esp. 
Poinciana  pulcherrima). 

Guaracha.  Cub.  f. — Dícese  a 
una  canción  popular  que 
se  canta  a  coro. 

Guaracha.  Cub.  f.-Lo  mismo 
que  ''broma",  "diversión", 
"parranda":  "Mañana  es 
día  de  guaracha":  "esta 
noche  formaremos  una 
guaracha" . 

Guarachero.  Cub.  adj. -Aplí- 
case al  gallo  que  en  la  pe- 
lea mueve  con  maestría  la 
cabeza  para  esquivar  los 
golpes  del  rival. 

Guarachero,  ra.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  la  persona  ale- 
gre, divertida,  amiga  de 
juergas. 

Guaraguao.  Cub.  epic.  m.— 
El  gavilán  de  monte.  Véase. 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas).  En 
otras  Antillas  tiene  dife- 
rentes acepciones. 

Guaraiba.  Cub.  epic.  f. — El 
ave  más  conocida  por  gua- 
bairo.  Véase.  No  es  el  ere- 
queté,  cual  suponen  o  afir- 
man, entre  otros,  Pichardo 
y  Zayas.  (Et.  Voz  caribe, 
según  el  último). 

Guara!.  Cub.  m. — Lugar  don- 


de abunda  el  árbol  o  ar- 
busto guara.  Son  pocos  los 
que  emplean  la  primitiva 
forma  guarabo. 

Guaraná.  Cub.  f. — Árbol  sil- 
vestre que  alcanza  unos  6 
metros  de  altura,  de  hojas 
compuestas  con  foliólos 
oblongos,  dentados;  su  pro- 
piedad más  notable  es  que 
las  semillas  gustan  a  los 
cerdos,  pero  se  envenenan 
con  ellas.  Esta  intoxica- 
ción se  llama  sahuma/ya. 
Es  de  notar  que  algunos 
pronuncian  y  escriben  esta 
palabra  con  acento  grave. 
También  se  llama  guara 
macho  y  guara  colorada. 
(Bot.  F.  Sapindáceas ;  esp. 
Cupania  macrophylla, 
Rich.)  (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Guaraná.  Cub.  m. — Así  dicen 
algunos  al  bejuco  guaraná, 
parecido  al  bejuco  carey, 
y  no  igual,  como  suponen 
algunos.  (Et.  Voz  caribe). 

Guaraná  macho.  Cub.  f.- — 
Árbol  parecido  al  llamado 
simplemente  guaraná,  cu- 
yas semillas  producen  un 
tinte  morado  obscuro. 

Guarandol.  Amer.  m. — Lien- 
zo blanco  de  algodón  o  lino, 
empleado  con  especialidad 
para  sábanas.  Modernamen- 
te se  ha  estilado  en  colores 
para  vestidos  de  mujer. 
(Et.  Anglicismo  derivado  de 
warandol,  que  es  como  ge- 
neralmente y  con  incorrec- 
ción se  escribe). 

Guarango.   Cub.   m.  —  En   la 


GUAR 


—  268 


GUAR 


región  oriental,  el  bohío  sin 
tabiques  interiores,  esto  es, 
de  un  solo  compartimiento, 
y  habitado  por  una  familia, 
a  veces  numerosa.  (Et.  Voz 
caribe). 
Guairana.    Cub.    m. — "Planta, 
dice  Zayas,  cuyas  hojas  son 
sumamente  ásperas".  Pen- 
samos  nosotros   que   acaso 
sea  la  enredadera  llamada 
guaraná  o  bejuco  guaraná. 
(Et.  Voz  caribe,  según  Za- 
yas). 
Guarapero,  ra.  Cub.  subs.  y 
adj. — La  persona  que  ven- 
de guarapo.  Como  adj.,  de- 
nota gusto  por  el  guarapo. 
Guarapeta^     Cub.     común. — 
fam. — Dícese   a  la  persona 
muy    adicta    a    los    licores 
fuertes:    "Domingo    es    un 
guarapeta".    (Et.    De    gua- 
rapo). 
Guarapeta.  Cub.  f.— También 
significa    borrachera    alco- 
hólica:   "Daniel   tiene   una 
guarapeta  que   no   se   sos- 
tiene de  pie". 
Guarapillo.  Cub.  m. — En  al- 
gunos lugares,  dicen  así  los 
muchachos    a   un   botón    o 
disco    de    madera,    hueso, 
etc.,  que  suelen  emplear  en 
las    transacciones    de    sus 
juegos. 
Guarapo.   Cub.    m.  —  fam. — 
Véase     la     frase     21.8     del 
Apéndice.    Tiene    las   acep. 
castellanizadas. 
Guararey.  Cub.  m.  —  Exceso 
de   amor;   mal  de  amores: 
"Tener   guararey  por   una 
mujer". 


Guardacandela.  Cub.  m. — En 
las  fincas  de  caña  de  azú- 
car, el  individuo  encargado 
de  evitar  los  incendios  de 
los  cañaverales. 

Guardacandela.  Cub.  m. — El 
trozo  de  palo  encendido  que 
se  deja  en  el  fogón  para 
evitar  el  encender  éste  de 
nuevo. 

Guardalmacén.  Cub.  m. — En 
los  pequeños  pueblos  del 
interior  de  la  Isla,  dícese 
al  jefe  de  estación  del  fe- 
rrocarril. Tiene  muy  poco 
uso  en  la  acep.  cast. 

Guardarraya.  Cub.  f. — Calle 
o  camino  que  se  deja  entre 
dos  terrenos  sembrados,  es- 
pecialmente de  caña,  para 
el  tránsito  de  personas  y 
aun  de  vehículos. 

Guardarraya.  Cub.  f.  —  Por 
extensión,  toda  vereda  o  ca- 
mino angosto. 

Guardia.  Cub.  f.  —  fam.  — 
Véanse  las  frases  66  y  211 
del  Apéndice.  Tiene  los 
principales  usos  cast. 

Guardia  Rural.  Cub.  f.-Cuer- 
po  de  gente  armada  que 
cuida  del  orden  fuera  de 
poblado,  y  persigue  a  los 
malhechores. 

Guardia  rural.  Cub.  m.-Cada 
individuo  uniformado,  do 
número,  en  el  cuerpo  mi- 
litar antes  dicho. 

Guardiero.  Cub.  m. — vulg. — 
Así  dicen  los  campesinos  al 
guardián  de  fincas  rústi- 
cas. 

Guareao.  Cub.  epic.  m. — 
Nombre  onomatopéyico,  to- 


GUAR 


269  — 


GUAS 


mado  del  grifo  de  un  ave, 
la  mayor  de  las  especies  de 
vadeadoras.  Mide  unos  tres 
palmos  de  largo,  de  pluma- 
je moreno  con  visos  oliva- 
dos, y  estrías  blancas  en 
las  plumas,  pico  largo,  algo 
curvo,  de  color  negro,  así 
como  las  patas,  y  ojos-  ana- 
ranjado-i. Al  parecer,  esta 
ave  se  encuentra  también 
en  el  Continente.  Habita  a 
orillas  de  las  lagunas  y  cié- 
nagas, y  se  alimenta  de 
moluscos,  gusanos  e  insec- 
tos, por  lo  que  resultan 
beneficiosas  sus  incursio- 
nes a  los  cultivos.  Tiene 
buena  carne.  Algunos  le 
dicen  guariao.  (Zool.  F.  Ra- 
llida?;  esp.  Aramus  gigan- 
teas, Bon.) 

Guariado,  da.  Cub.  adj. — 
vulg. -Aplícase  a  toda  cosa 
de  colores  chillones  mez- 
clados: "Un  vestido  muy 
guariado". 

Guariao.  Cub.  epic.  m. — Véa- 
se guareao.  (Et.  Voz  ono- 
matopéyica  conservada  del 
caribe). 

Guaricandilla.  Cub.  común. 
— Dícese  a  una  persona  de 
la  plebe. 

Guaricandilla.  Cub.  común. 
— La  persona  informal  y 
revoltosa. 

Guariminiea.  Cub.  común. — 
En  la  región  oriental,  em- 
pléase por  "ridículo,  la",  y 
cursi:  "Fulano  es  un  gua- 
riminiea". 

Guariqueña.  Cub.  f. — Labor 
de   mujer    en   tejidos,    que 


consiste  en  sacar  hilos  de 
una  dirección,  y  formar  di- 
bujos bordados  con  los 
otros.  Et.  De  Guarico,  puer- 
to haitiano). 

Guasa.  Cub.  epic.  f.  —  Pez 
acantopt erigió  de  gran  vo- 
lumen, que  alcanza  un  peso 
de  250  kilogramos,  con  el 
cráneo  corto,  ancho,  depri- 
mido entre  los- ojos,  la  boca 
hendida  hasta  más  allá  de 
ellos,  el  hocico  corto  y  la 
mandíbula  superior  salien- 
te, de  color  aceitunado, 
más  obscuro  en  el  lomo, 
con  manchitas  obscuras 
cuando  adulto.  Su  carne  es 
apreciabie.  Véase  la  frase 
177  del  Apéndice.  (Zool.  F. 
Serranido?;  esp.  Promicrops 
guttatus,  Lin.)  (Et.  Voz  ca- 
ribe, según  Zayas).  Tiene 
las  acep.  cast. 

Guasabaco.  Cub.  epic.  m. — 
Pez  de  unos  tres  decíme- 
tros de  largo,  de  cabeza  de- 
primida, con  los  cachetes 
abultados,  sin  dientes  vo- 
merianos,  con  las  aletas 
verticales  bordeadas  de  ro- 
jo. (Zool.  F.  Gobiida?;  esp. 
Eleotris  guavina).  (Et.  Voz 
caribe). 

Guasábalo.  Cub.  epic.  m. — 
Una  especie  de  rana  pe- 
queña de  color  verde,  que 
emite  un  chillido  muy  agu- 
do y  fuerte.  Algunos  la  lla- 
man guasábalo  de  sabana. 
(Et.  Voz  caribe,  según  Za- 
yas). 

Guasábalo  de  sabana.  Cub. 
epic.  m. — Véase  guasábalo. 


GIJAS 


—  270 


GUAS 


Guasanga.  Amer.  f.  —  Albo- 
roto, riña,  pelotera.  Algu- 
nos dicen  guasángara.  Hay 
quien  hace  esta  voz  sinó- 
nima de  guángara,  pero  ésta 
sólo  indica  lo  mismo  en 
cuanto  al  ruido  que  se  pro- 
duzca, pero  no  en  son  de 
riña.  (Et.  Voz  de  origen  ca- 
ribe, según  algunos,  pero  a 
nosotros  nos  parece  un 
modismo  formado  del  cas- 
tellano  "guasa"). 

Guasángara.  Cub.  f.— vulg. 
— Véase  guasanga. 

Guasanguero,  ra.  Amer.  adj. 
— Aplícase  a  la  persona 
propicia  a  formar  guasan- 
ga, alboroto,  escándalo. 

Guasasa.  Cub.  epic.  f. — Mos- 
ca diminuta  muy  abundan- 
te en  los  lugares  húmedos 
y  en  los  bosques,  hasta  for- 
mar verdaderos  enjambres, 
que  molestan  mucho  a  las 
personas.  También  se  dice 
guasaza.  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Guasaza.  Cub.  f. —  Algunas 
personas  pronuncian  y  es- 
criben así  la  voz  guasasa, 
pero  suponiendo  que  ten- 
gan razón,  el  uso  casi  gene- 
ral es  el  de  la  s  y  no  la  z. 

Guasca.  Amer.  f. — Lo  mis- 
mo que  guaca  (3.*  acep.) 
Véase. 

Guaseta.  Cub.  epic.  f. — Pez 
acantopterigio  que  crece 
hasta  un  pie  y  engorda  una 
libra,  de  color  olivado,  más 
claro  hacia  el  abdomen,  con 
manchas  obscuras,  y  pintas 


f.— 


-Ar- 


anaranjadas  que  se  obscu- 
recen con  el  alcohol.  La 
epidermis  es  resbalosa  y  la 
carne  de  buen  gusto.  (Zool. 
F.  Serranidoe;  esp.  Alphes- 
tes  afer,  Bloch.) 

Guásima.  Amer.  f.  —  Toman 
este  nombre  americano  va- 
rios árboles  que  reciben 
aditamentos  particulares. 
Son  muy  parecidos  al  olmo. 
Algunos  escritores  cambian 
la  s  en  c,  pero  nadie  dice 
guácima  en  Cuba.  En  pocos 
lugares  dicen  guásuma,  que 
parece  corrupción.  (Ét. 
Voz  india.) 

Guásima  amarilla.  Cub. 
Véase  guásima-baria. 

Guásima-baria.  Cub.  f- 
bol  de  mediana  elevación, 
de  tronco  más  recto  y  me- 
nos ramoso  que  la  guásima 
común,  de  hojas  grandes, 
oblongas,  acuminadas,  al- 
ternas aproximadas,  tomen- 
tosas en  el  envés,  puntia- 
gudas, de  flores  axilares  con 
el  cáliz  velludo,  fruto 
oblongo,  también  velludo, 
de  color  pardo,  en  posición 
vertical  al  extremo  de  lar- 
go pedúnculo.  También  se 
llama  guásima  amarilla. 
(Bot.  F.  Tiliáceas;  esp.  hu- 
chea platypetala,  Rich.) 

Guásima  boba.  Cub.  f. — Tipo 
que  alcanza  8  metros,  pa- 
recido al  anterior,  cuyo 
fruto  comen  los  cerdos,  y 
que  se  desarrolla  en  cual- 
quier terreno.  (Bot.  F.  Es- 
terculiáceas ;  esp.  Guazuma 
polytotrya). 


guas 


—  271 


GUAT 


Guásima    cereza.    Cub.    f. — 

Véase  capulina. 

Guásima  común.  Cub.  f. — 
Árbol  también  silvestre 
que  alcanza  diez  metros  de 
altura  y  uno  escaso  de 
grueso  su  tronco,  de  hojas 
dísticas,  oblongo- lanceola- 
das, semiacorazonadas  en 
la  base,  aserradas,  de  flores 
blancuzcas  en  corimbos  axi- 
lares, y  fruto  parecido  a  la 
nuez,  de  figura  ovoide-glo- 
bosa,  tuberculada.  Su  ma- 
dera, de  poco  peso,  em- 
pléase para  taburetes,  hor- 
mas de  zapatos  y  otros.  Con 
mucha  más  frecuencia  se 
dice  simplemente  guásima; 
y  por  la  disposición  hori- 
zontal de  sus  ramas,  tiene 
historia  lúgubre  este  árbol, 
pues  ha  sido  el  preferido 
en  todo  tiempo  para  suici- 
darse, y  para  ahorcar  indi- 
viduos durante  las  revolu- 
ciones y  guerras.  (Bot.  F. 
Esterculiáceas;  esp.  Guazu- 
ma  tomentosa).  Hay  otra 
especie. 

Guásima  de  caballo.  Cub.  f. 
— Árbol  que  alcanza  una 
pequeña  elevación,  no  ma- 
yor de  5  metros,  de  tronco 
delgado. 

Guásima  de  costa.  Cub.  f. — 
Véase  guasimilla. 

Guasimal.  Amer.  va. — Lugar 
poblado  de  guásimas. 

Guasimilla.  Cub.  f.  —  Se  da 
este  nombre,  además  de  los 
que  con  él  reciben  algún 
aditamento,  a  varios  ár- 
boles parecidos  entre  sí  y 


a  la  guásima,  pero  en  me- 
nor tamaño  que  ésta.  Son 
de  familias  distintas,  y  ca- 
recen de  mayor  interés.  La 
especie  principal,  también 
llamada  guásima  de  costa, 
y  en  algunos  lugares  ma- 
jagua macho,  majagüiWx 
blanca  y  saguá,  es  un  ár- 
bol que  se  desarrolla  en  el 
litoral,  de  hojas  grandes, 
ovales  o  acorazonadas,  pun- 
tiagudas, aserradas,  de  flo- 
res lanudas  en  corimbos,  y 
fruto  en  bayas  con  nume- 
rosas semillas.  (Bot.  F.  Ti- 
liáceas; esp.  Prockia  cru- 
cis.  Lin.) 

Guasimilla  cimarrona.  Cub. 
f. — Árbol  silvestre  de  me- 
diana elevación,  de  hojas 
oblongo  -  lanceoladas,  acu- 
minadas, oblicuas  en  la 
base,  flores  en  cimas  axila- 
res, y  fruto  en  baya.  (Bot. 
F.  Urticáceas;  esp.  Trema 
micrantha,    Blume.) 

Guasimilla  del  pinar.  Cub. 
f. — Árbol  silvestre  parecido 
a  las  guasimillas  anterio- 
res. (Bot.  F.  Samidáceas; 
esp.  Casearia  stipularis, 
Vent.) 

Guásuma.  Cub.  f. — antic. — 
Así  se  decía  en  vez  de  guá- 
sima, y  todavía  dice  al- 
guno que  otro  campesino. 
Véase  la  frase  26  del  apén- 
dice. (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Guata.  Común,  f .  —  Algodón 
en  rama  prensado  que  se 
pone  para  rellenos  de  hom- 
breras, etc.  (Et.  Galicismo). 


GUAT 


272 


GUAT 


Guata.  Cub.  f. — Equivale  a 
"engaño",  "mentira".  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Guataca.  Cub.  f. — Dícese  a  la 
azada  de  hoja  ancha  o  de 
poca  altura.  Almocafre.  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Guataca.  Cub.  f. — fam. — Dí- 
cese a  la  oreja  de  pabellón 
grande,  tosco  y  saliente. 

Guataca.  Cub.  común.— fam. 
— La  persona  aficionada  a 
lisonjear  o  adular:  "José 
es  un  guataca";  "Josefa  es 
una  guataca".  También  se 
dice  como  adjetivo,  guata- 
queador,  ra  (2.a  acep.)  y 
guatacón,  na. 

Guatacada.  Cub.  f. — fam. — 
poco  uso.  —  Véase  guata- 
quería. 

Guatacón,  na.  Cub.  adj. — 
fam.  —  Véase  guataca  (3.a 
acep.) 

Guatacudo,  da.  Cub.  adj. — 
fam. — Aplícase  a  la  persona 
o  animal  de  oreja  o  gua- 
taca muy  desproporcionada. 

Guata¡>aná.  Cub.  m.  —  Árbol 
silvestre  de  ocho  a  nueve 
metros,  de  hojas  bipenna- 
das,  foliólos  oblongo-linea- 
les,  obtusos,  de  flores  blan- 
cas en  racimos,  madera 
muy  dura  de  color  de  caoba 
obscuro,  empleada  en  car- 
pintería gruesa;  su  corteza, 
abundante  en  tanino,  se 
emplea  para  curtir,  y  de 
sus  legumbres  se  obtiene 
por  infusión  tinta  negra. 
También  se  llama  dividivi. 
Otros  dicen  guaracabulla; 
¿no   será   error?   Hay  otro 


guatapaná  que  parece  lla- 
man algunos  cacalote.  (Bot. 
F.  Leguminosas ;  esp.  Co?- 
salpinia  conaria,  Wílld.) 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Guataqueados-,  ra.  Cub.  m. 
y  f. — La  persona  que  tra- 
baja con  la  guataca  (1.a 
acep.). 

Guataquead©»-,  ra.  Cxib.  adj. 
— fam. — Aplícase  a  la  per- 
sona aficionada  a  adular. 
Véase  guataca  (3.a  acep.). 

Guataquear.  Cub.  v.  a. — Tra- 
bajar con  la  azada  o  gua- 
taca (1.a  acep.). 

Guataquear.  Cub.  v.  a. — farn. 
—Lo  mismo  que  "adular", 
oficio  o  afición  de  una  per- 
sona guataca  (3.a  acep.). 

Guataqueo.  Cub.  m. — La  ac- 
ción de  guataquear  o  tra- 
bajar con  la  guataca  (1.a 
acep.). 

Guataqueo.  Cub.  m. — fam. — 
Acción  y  efecto  de  guata- 
quear (2.a  acep.),  o  sea  adu- 
lar. 

Guataquería.  Cub.  f. — fam. — 
La  acción  innoble  propia  de 
una  persona  calificada  como 
guataca  (3.a  acep.),  o  sea 
adulación,  lisonja.  También 
se  dice  guataqueo  y  algo 
menos  guatacada. 

Guatepeor.  Cub.  m. — fam. — 
Véase  el  refrán  14  del  Apén- 
dice. 

Guateque.  Cub.  m. — Reunión 
de  gente  del  pueblo,  parti- 
cularmente negros  y  mula- 
tos, en  la  que  se  canta  y 
baila.  (Et.  Voz  caribe,  se- 
gún Zayas). 


GUAT 


—  273 


GUAV 


Guateque.  Cub.  m.  —  flg.  y 
fam. — Dícese  por  extensión 
a  cualquier  jolgorio  impro- 
visado :  "Esta  tarde  va- 
mos a  formar  un  guateque 
varios  amigos". 

Guatiao.  Amer.  adj. — antic. — 
Aplicábase  por  los  conquis- 
tadores a  los  indios  some- 
tidos a  las  leyes  españolas. 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Guaiíbere.  Cub.  epic.  m. — 
Aunque  las  más  de  las  ve- 
ces hemos  visto  escrita  así 
esta  voz  caribe,  entendemos 
que  debe  preferirse  el  uso 
de  la  v,  por  aproximarse  así 
más  a  las  leyes  ortográfi- 
cas de  nuestro  idioma.  Véa- 
se guatívere. 

*Guatiní.  Cub.  epic.  m. — 
Nombre  del  pájaro  más  co- 
nocido por  tocororo,  cuba- 
nismo aceptado  también  por 
la  R.  A. 

Guatívere.  Cub.  epic.  m. — 
Reciben  este  nombre  varios 
peces  de  pequeño  tamaño, 
con  la  barriga  abultada,  la 
mandíbula  inferior  más  sa- 
liente, ojos  negros  y  esca- 
mas poco  pronunciadas. 
Tienen  vivos  colores  con 
puntos  azulados.  Los  más 
comunes  son:  uno  de  color 
amarillo  con  escasos  jpun- 
tos  azules,  y  otro,  de  color 
rojo  de  escarlata.  Tienen 
buena  y  saludable  carne. 
(Zool.  F.  Serranidoe;  esp. 
Bodianus  fulvus,  Lin.  y  B. 
fulvus  ruber,  Bloch.)  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Guatívere.    Cub.    epic.    m. — 


El  pájaro  más  conocido  por 
pitirre. 

Guatívere.  Cub.  común. — 
fam. — desusado. — Igual  que 
guatívero,  ra.  Véase. 

Guatívero,  ra.  Cub.  subs.  y 
adj. -fam. — Dícese  a  la  gen- 
te campesina  rústica,  de 
escaso  trato  social,  y  aplí- 
case al  habitante,  de  la  ciu- 
dad que  demuestra  apoca- 
miento o  cobardía  en  el 
trato  de  gentes.  También  se 
dice,  aunque  menos,  gua- 
tívere (3.a  acep.),  de  donde 
es  corrupción. 

Guatrapear.  Cub.  v.  n. — de- 
fectivo.— Cierta  manera  de 
caminar  las  cabalgaduras, 
que  es  una  especie  de  trote 
muy  suave  y  corto,  muy  có- 
modo, debido  al  compás  re- 
gular de  las  patas.  Antes 
se  decía  gualdrapear.  (Et. 
De  '"gualdrapa"). 

Guatrapeo.  Cub.  m. — Acción 
y  efecto  de  guatrapear.  Lo 
mismo  que  el  desusado 
gualdropeo. 

Guauro.  Cub.  m. — Especie  de 
enredadera  de  virtudes  me- 
dicinales contra  el  pasmo, 
el  tétanos  y  otras  dolen- 
cias. (Bot.  F.  Asclepiadeas). 
(Et.   Voz   caribe,    Zayas). 

Guavina.  Cub.  epic.  f. — Al- 
gunos escriben  así  el  nom- 
bre del  pez  guabina  (véase). 
Sería  muy  difícil  determi- 
nar, con  arreglo  a  los  cá- 
nones del  idioma,  cuál  de 
las  dos  formas  es  la  más 
admisible.  Poey  y  Parra 
emplearon  la   v;  los   anti- 


18 


GUAY 


274  — 


GUAY 


guos  cronistas  e  historia- 
dores, y  además,  Pichardo, 
Zayas  y  otros,  la  b.  El  vul- 
go también  emplea  la  6; 
por  lo  tanto,  nosotros  pre- 
ferimos la  forma  guabina, 
y  así  hemos  catalogado  la 
palabra. 

Guayaba.  Amer.  f. — vulg. — 
La  gente  del  pueblo  comete 
el  barbarísimo  de  llamar  así 
al  árbol  frutal  conocido  por 
"guayabo";  pero  la  gente 
ilustrada  sólo  dice  "guaya- 
ba" a  la  fruta,  que  es  lo 
correcto. 

Guayaba.  Amer.  f.  —  fam. — 
Equivale  a  "embuste", 
"mentira":  "No  me  ven- 
gas con  guayabas";  "eso  es 
una  guayaba". 

Guayaba  cotorrera.  Cub.  f. 
— El  fruto  del  guayabo  co- 
torrera. 

Guayaba  del  Perú.  Cub.  f. — 
La  que  produce  el  guayabo 
del  Perú.  Véase. 

Guayabera.  Cub.  f.  —  Espe- 
cie de  camisa  de  hombre, 
con  bolsillos  en  la  pechera 
y  en  los  costados,  muy 
adornada  con  pliegues  y 
lorzas  de  la  misma  tela,  que 
se  usa  sin  chaqueta,  y  con 
la  falda  por  encima  del 
pantalón,  al  exterior.  Es 
prenda  de  vestir  muy  ge- 
neralizada y  típica  del 
campesino  cubano.  En  una 
crónica  de  un  viajero  por 
Córdoba,  hemos  visto  esta 
palabra  significando  tam- 
bién una  prenda  de  vestir; 
desconocemos    si    será    la 


misma.  (Et.  De  "guayaba"). 

Guayabero,  ra.  Cub.  subs. 
y  adj. — Dícese  a  la  persona 
muy  aficionada  a  la  guaya- 
ba, fruta  o  dulce. 

Guayabero,  ra.  Cub.  adj. — 
fam. — Aplícase  a  la  persona 
o  población  en  cuya  comar- 
ca se  produce  abundante- 
mente la  fruta  o  el  dulce 
de  guayaba. 

Guayabero,  ra.  Amer.  adj. — 
fam. — Aplícase  a  la  persona 
embustera,  cuando  las  men- 
tiras carecen  de  mayor  im- 
portancia. 

Guayabillo.  Cub.  m.  —  Árbol 
indígena  y  silvestre  pare- 
cido al  guayabo,  de  bonita 
madera  color  amarillo  jas- 
peado, dura,  y  que  admite 
hermoso  pulimento.  Tam- 
bién se  llama  pimiento  ci- 
marrón de  arroyo.  (Bot.  F. 
Mirtáceas;  esp.  Anamomis 
guayabillo,  Griseb.) 

Guayabillo  de  costa.  Cub. 
m. — El  árbol  cuero  de  hojas 
grandes.  Véase. 

Guayabita.  Cub.  f. — La  fru- 
ta del  guay  abito  (1.a  acep.). 
Véase.  También  se  dice 
guayabita  del  pinar. 

Guayabita.  Cub.  í.  —  Licor 
compuesto  con  aguardiente 
y  zumo  de  la  guayabita  (1.a 
acep.)," muy  popular  en  Pi- 
nar del  Río. 

Guayabita  de!  pinar.  Cub. 
i. — Lo  mismo  que  guaya- 
bita  (1.a  acep.). 

Guayabito.  Cub.  m. — Arbus- 
tillo  como  de  un  metro  de 
altura,    que    se    desarrolla 


GUAY 


275 


GUAT 


principal  y  casi  exclusiva- 
mente en  la  región  occiden- 
tal de  la  Isla,  de  corteza 
rosada,  hojas  pequeñas, 
ovaladas,  acuminadas,  flo- 
res blancas,  fruto  en  figu- 
ra de  guayaba,  así  como  el 
sabor,  pero  tíe  tamaño  de 
una  cereza,  con  el  pericar- 
pio amarillo,  del  cual  se 
compone  el  licor  llamado 
guayabita  (2.a  acep.},  que 
es  el  nombre  del  fruto. 
Otros  llaman  a  esta  planta 
guayabita  del  pinar,  y  gua- 
yabita del  pinar  a  su  fruto. 
(Bot.  F.  Mirtáceas;  esp. 
Psidium    guayabita,    Rich.) 

Guayabito.  Cub.  epic.  m. — 
Dícese  al  ratoncito,  que 
apenas  si  se  nombra  así  en 
Cuba.  (Zool.  esp.  Mus  mus- 
culus,  Lin.) 

Guayabito.  Cub.  m. — fig.  y 
fam. — Dícese  al  individuo 
que  vive  de  una  mujer  pú- 
blica.  Rufián  o  chulo. 

Guayabito  del  pinar.  Cub.  m. 
-Véase  guayabito  (1.a  acep.) 

Guayabo.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Véase  la  frase  254  del 
Apéndice.  Tiene  en  Cuba  su 
verdadera  acep.,  y  hay  va- 
rias especies  de  ese  árbol 
frutal  que  reciben  adita- 
mentos particulares. 

Guayabo  agrio.  Cub.  m. — 
Árbol  silvestre  y  cultiva- 
do, especie  del  guayabo  co- 
mún, cuya  fruta  es  muy 
apreciada  para  conser- 
vas. Su  madera  es  la  más 
apreciable  de  los  guayabos, 
por  su  dureza,  fino  grano  y 


bonito  color  amarillo  jas- 
peado. (Bot.  F.  Mirtáceas; 
esp.  Psidium  guayava,  Rd.) 

Guayabo  blanco.  Cub.  m. — 
Una  variedad  del  guayabo 
cotorrero,  que  la  caracte- 
riza su  fruto  de  color  blan- 
cuzco, interiormente. 

Guayabo  cotorrero,  Cub.  m. 
—  Arbusto  silvestre  muy 
abundante,  de  unos  cuatro 
metros,  con  hojas  pareci- 
das, y  algo  más  chicas,  al 
guayabo  del  Peni,  que  flo- 
rece dos  veces  en  el  año, 
de  fruto  esférico  con  una 
coronilla  de  color  amari- 
llo, así  como  la  epidermis, 
y  pulpa  rosada,  muy  esti- 
mable para  dulces,  pastas, 
etc.;  suelen  comerlo  los 
animales,  especialmente  las 
cotorras,  de  donde  toman 
nombre,  fruto  y  planta. 
(Bot.  F.  M.;  esp.  Psidium 
pomiferum). 

Guayabo  del  Perú.  Cub.  m. 
—Arbusto  menos  común 
que  las  otras  especies,  de 
hojas  elípticas,  puntiagu- 
das, coriáceas,  flores  blan- 
cas axilares,  fruto,  el  de 
mayor  tamaño,  en  figura  de 
pera  mediana,  con  pulpa 
blanca,  más  escasa  en  semi- 
llas que  las  otras  y  más 
sabrosa,  por  lo  que  se  des- 
tina como  postres.  (Bot.  F. 
M.;  esp.  Psidium  pirife- 
rum.)  Es  de  advertir  que 
la  guayaba  es,  como  el  plá- 
tano y  la  pina,  una  de  das 
frutas  más  abundantes  y 
populares  de  Cuba. 


GUAY 


276  — 


GUAT 


Guayacán.  Cub.  m. — vulg. — 
La  moneda  de  plata  de  cin- 
co pesetas.  Es  sinónimo,  en 
el  mismo  popular  lenguaje, 
de  tulipán,  maraca,  guayo, 
disco,  bolo  y  otros  varios. 
Tiene  el  uso  americano 
castellanizado  para  desig- 
nar el  árbol  que  describe 
la  R.  A. 

Guayacán  blanco.  Cub.  m. — 
Variedad  del  árbol  "gua- 
yacán" algo  menos  elevada, 
de  madera  menos  resisten- 
te y  no  tan  pesada. 

Guayacán  negro.  Cub.  m. — 
Es  el  árbol  descrito  por  la 
R.  A.  en  "guayaco",  cono- 
cido además,  incluso  en 
Cuba,  por  "guayacán"  y 
"palo  santo". 

Guayecanabo.  Cub.  m.-antic. 

—  Véase  guayacanal.  (Et. 
Voz   caribe,    según   Zayas). 

Guayacanal.  Amer.  m.  —  Lu- 
gar donde  abundan  los  ár- 
boles llamados  guayacanes. 
La  primitiva  forma  es  gua- 
yacanabo. 

GusyaesncIElo.  Cub.  m. — Ar- 
busto parecido  en  aspecto, 
cualidades  y  usos  al  guaya- 
cán, de  menores  proporcio- 
nes, con  foliólos  oblicua- 
mente lanceolados,  elípticos 
u  obovales,  puntiagudos  u 
obtusos,  y  fruto  mucrona- 
do. (Bot.  F.  Cigofileas;  esp. 
Guaiacum  sanctum,  Lin.) 

Guayacancillo  bobo.  Cub.  m. 

—  Arbusto  silvestre  pare- 
cido al  anterior,  aunque 
de  diferente  familia.  Tam- 
bién se  llama  guayamacillo. 


(Bot.  F.  Leguminosas;  esp. 
Ateleia  cubensis,  Gris.) 

Guayacancillo  de  costa.  Cub. 
m. — El  arbusto  más  cono- 
cido por  rana  macho.  Véa- 
se. 

Guayacanclilo  de  loma.  Cub. 
m  .  —  Véase  rascabarriga 
amarillo. 

Guayacón.  Cub.  epic.  m. — 
El  pececillo  guajacón.  Véa- 
se. 

Guayadura.  Cub.  f.  —  poco 
uso.  —  Acción  y  efecto  de 
guayar.  Véase. 

Guayamancillo.  Cub.  m.  — 
Véase    guayacancillo    bobo. 

Guayar.  Cub.  v.  a. — Desme- 
nuzar con  el  guayo  alguna 
cosa.  En  castellano,  "ra- 
llar". 

Guayara.  Cub.  f .  —  Véase 
guayaro.  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Guayaro.  Cub.  va. — La  plan- 
ta más  conocida  por  yu- 
quilla  de  paredón.  Otros 
dicen  con  menos  propiedad 
guayara  y  guayaré.  (Et. 
A^oz  caribe,  Zayas). 

Guayará.  Cub.  m. — Véase 
guayaro.    (Et.   Voz   caribe). 

Guayo.  Cub.  m. — El  utensilio 
de  cocina  conocido  en  cas- 
tellano por  "rallo",  cual- 
quiera que  sea  su  forma. 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Guayo.  Cub.  m. — En  algu- 
nos lugares  orientales,  un 
árbol  de  buena  madera,  que 
produce  un  fruto  colorado 
o  amarillo  en  tamaño  de 
aceituna. 

Guayo.    Cub.    m.  —  El    árbol 


GUIO 


277  — 


GÜÍN 


más  conocido  por  roble- 
guayo.  Véase. 

Guayo.  Cub.  m. —  vulg. — 
Dice  así  el  vulgo  a  la  mo- 
neda de  un  duro,  de  plata, 
y  él  sabrá  por  qué.  Son  si- 
nónimos disco,  rueda,  ma- 
raca, estrella,  machete  y 
otros  varios. 

Güeldis  (De).  Cub.  mod. 
adv. — fam. — Lo  mismo  que 
"de  balde",  o  el  cubanismo 
de  guagua:  "Le  gustan  de 
güeldis  las  cosas  a  cual- 
quiera". 

Guerra.  Cub.  f. — El  juego  de 
billar  conocido  en  castella- 
no por  "guerra  de  bolas", 
que  muy  pocos  dicen  así  en 
Cuba.  Tiene  las  acep.  cast. 

Guerra.  Cub.  f. —  Juego  de 
monte  en  el  que  la  banca 
se  transmite  por  turno  en- 
tre los  jugadores. 

Guerra  americana.  Cub.  f. — 
El  juego  de  billar  que  se 
conoce  en  castellano,  se- 
gún la  R.  A.,  por  "guerra" 
simplemente. 

Guiabar.  Cub.  m. — Véase 
guiabara.  (Et.  Voz  caribe, 
según  Zayas). 

Guiabara.  Cub.  f. — Árbol  del 
litoral,  más  conocido  por 
"uvero",  su  nombre  ame- 
ricano castellanizado.  Otros 
dicen,  tal  vez  con  menos 
propiedad,  guibar.  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Güica.  Cub.  f.-Lo  mismo  que 
"temor",  "miedo":  "Tie- 
ne una  güica  que  no  se 
aguanta  en  pie".  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 


¡Güigüí!  Cub.  inter j. — vulg. 
— Grito  de  los  muchachos 
y  los  chuscos  para  mofar- 
se de  una  persona. 

Güije.  Cub.  m. — vulg. — Co- 
rrupción, por  metátesis,  de 
jigüe.  Véase. 

Guijo.  Cub.  m. — El  eje  de  las 
mazas  o  cilindros  en  les 
trapiches  de  ingenio. 

Guillado,  da.  Común,  adj. — 
Lo  mismo  que  "chiflado" 
en  lenguaje  familiar:  "An- 
tonio y  Juana  están  gui- 
llados el  uno  del  otro"; 
"Anita  me  tiene  guillado". 

Guilladura.  Común.  f.-Equi- 
vale  a  "chifladura".  Ac- 
ción y  efecto  de  "guillarse" 
(R.  A.),  y  del  cubanismo 
guillar,  de  menos  uso. 

GuiUar.  Cub.  v.  n. — fam. — 
Lo  mismo  que  "mentir";  su 
mayor  uso  es  en  infinitivo. 
Tiene  la  acep.  en  la  forma 
reflexiva  que  señala  la  R. 
A.,  como  sinónimo  de  "chi- 
flarse". 

Guillo.  Cub.  m.  —  fam.  —  Lo 
mismo  que  "mentira",  "en- 
gaño sin  importancia" :  "Te 
descubrí  un  guillo.'''' 

Güímba.  Cub.  f. — El  árbol 
más  conocido  por  cirio. 
Véase. 

Güín.  Amer.  m. — El  escapo, 
con  su  penacho,  que  produ- 
cen las  diversas  especies  de 
cañas.  En  Cuba,  particular- 
mente, se  dice  al  de  la  caña 
de  güín.  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Güín.  Cub.  m. — fam. — Tér- 
mino de  comparación,  en  el 


güín 


278 


GUIK 


sentido  de  delgadez :  "Estoy 
más  flaco  que  un  güin" ; 
"se  quedó  como  un  güin'". 

Guincho.  Cub.  epic.  m. — Ave 
de  rapiña,  especie  de  ga- 
vilán, que  vive  en  costas  y 
cayos,  donde  atrapa  peces 
para  su  alimento,  de  plu- 
maje pardo  obscuro  por 
encima  y  blanco  en  la  nu- 
ca, partes  inferiores,  pecho 
y  cabeza  con  estrías  obs- 
curas en  los  dos  últimos, 
cara  de  color  azulado,  así 
como  la  base  del  pico,  que 
es  negruzco  hacia  la  punta, 
iris  amarillo,  patas  ceni- 
cientas y  garras  negras.  Es 
la  especie  cubana  mayor  en 
su  género,  que  algunos  su- 
ponen de  paso  porque  tam- 
bién abunda  en  el  conti- 
nente. (Zool.  F.  Falconidoe; 
esp.  Paudion  carolinensis, 
Gme-1.) 

Guinda.  Cub.  f. —  Dícese  al 
declive  o  corriente  en  las 
techumbres  de  casas  rús- 
ticas: "Una  casa  con  mu- 
cha o  poca  guinda";  "te- 
jado con  demasiada  guin- 
da". 

Guinda.  Cub.  f. — Véase  gro- 
sellero de  la  Florida.  Tiene 
la  acep.  cast.  como  fruto 
del  guindo. 

Guinea.  Cub.  f.  —  antic.  — 
Cierto  lienzo  burdo  de  al- 
godón. Tiene  el  uso  de  la 
R.  A. 

Guineo.  Cub.  m. — En  la  re- 
gión oriental  se  ha  genera- 
lizado esta  voz  como  si- 
nónimo de  "plátano"  (fru- 


ta^, sea  cual  fuere  su  es- 
pecie, y  no  sólo  la  clase  que 
así  acepta  la  R.  A.  Tiene 
los  usos  cast. 

Guineo,  a.  Cub.  subs.  y  adj. 
— fam. — poco  uso. —  En  al- 
gunas localidades,  aplícase 
a  personas  tontas,  mente- 
catas. 

Guineo,  a.  Cub.  adj. — Aplí- 
case como  aditamento  a  es- 
pecies botánicas  y  zooló- 
gicas, cual  agrio,  lombriz, 
ñame,  periquito,  plátano, 
yerba,  etc. 

Güinero,  ra.  Cub.  subs.  y  adj. 
— La  persona  nacida  en 
Güines. 

Güinero,  ra.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  cosas  de  esa  pobla- 
ción. 

Güiquí.  Cub.  m.  —  antic.  — 
Véase  árbol  de  la  vida. 

Güira.  Amer.  f. — fam. — Dí- 
cese a  la  cabeza  cuando  se 
quiere  significar  rudeza, 
torpeza.  Otros  dicen  güiro. 
Como  uso  principal  tiene 
el  castellanizado  para  de- 
signar el  árbol  y  su  fruto 
americanos,  comúnmente 
conocidos  con  ese  nombre. 

Güira  cimarrona,  Cub.  f. — 
Variedad  medicinal  del  ár- 
bol "güira",  de  menores 
proporciones  en  todos  los 
órganos.  De  la  pulpa,  del 
fruto  mezclada  con  miel  de 
abeja  se  obtiene  la  miel  de 
güira,  empleada  con  éxito 
en  la  curación  externa  del 
ganado.  La  decocción  del 
palo  úsase  para  purgar  a 
las  parturientas.  Y,  por  úl- 


GUIE 


—  279 


GUIE 


timo,  existe  un  jarabe  que 
lleva  el  nombre  de  la  planta 
güira  cimarrona,  que  es  un 
acreditado  medicamento 
pectoral.  También  se  llama 
magüira  y  masgüira. 

Güira  cimarrona.  Cub.  f. — 
El  jarabe  obtenido  del  ár- 
bol de  ese  nombre.  Véase. 

Güira  criolla.  Cub.  f. — Algu- 
nos dicen  así  al  árbol  ame- 
ricano llamado  simplemen- 
te "güira". 

Güira  macho.  Cub.  f. — Plan- 
ta trepadora  silvestre  de 
hojas  opuestas,  simples,  en- 
teras, coriáceas  y  flores  de 
color  carmesí.  (Bot.  F.  Big- 
noniáceas;  esp.  Schlegelia 
parasítico,   Gris.) 

Güira^o.  Amer.  m. — fam. — 
Golpe  ocasionado  con  el 
fruto  de  la  güira  o  con  la 
cabeza:  "Se  dio  un  güirazo 
contra  el  dintel  de  la  puer- 
ta". 

Güireño,  ña.  Cub.  subs.  y 
adj. — La  persona  de  Güira 
de  Melena. 

Güireño,  ña.  Cub.  adj. -Aplí- 
case a  cosas  de  esa  pobla- 
ción. 

Gülrito.  Cub.  va. — Lo  mismo 
que  güirito  espinoso.  Véa- 
se. 

Güirito  de  pasión.  Cub.  m. — 
El  fruto  de  la  pasionaria, 
que  suelen  comer  los  mu- 
chachos. 

Güirito  espinoso.  Cub.  m. — 
Pequeño  arbusto  de  jar- 
dín, parecido  a  la  beren- 
jena, con  el  tallo  y  las  ve- 
nas de  las  hojas  espinosos, 


flores  azules,  fruto  en  figu- 
ra de  pera  pequeña,  termi- 
nado en  una  punta  pareci- 
da a  un  pezón,  de  color 
amarillo,  con  virtudes  con- 
tra el  asma.  También  se 
dice  simplemente  güirito. 
(Bot.  F.  Solanáceas;  esp. 
Solanum  mammosum,  Lin.) 

Güiro.  Cub.  m. — Bejuco  ras- 
trero con  los  tallos  a  modo 
de  la  calabacera,  con  el 
fruto  de  su  nombre  y  lla- 
mado también  güiro  macho, 
de  figura  ovoide,  grande, 
con  la  cascara  tan  dura, 
que.  después  de  seco  y  va- 
ciado, se  destina  como  va- 
sija para  transportar  agua 
entre  los  campesinos;  pro- 
duce flor  blanca  y  emite 
mal  olor.  El  fruto,  después 
de  habilitado  para  el  ser- 
vicio doméstico,  también  se 
llama  bangaño  y  algo  to- 
tuma. Véanse  las  frases 
20-a  y  142-a  del  Apéndice. 
(Bot.  F.  Cucurbitáceas). 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Güiro.  Cub.  m.  —  El  instru- 
mento musical  hecho  con 
el  güiro  amargo,  o  sea  el 
fruto  del  güiro  cimarrón. 
También  se  llama  calaba- 
zo. Véase. 

Güiro.  Cub.  m. — fam. — Algu- 
nos dicen  así  a  la  cabeza  de 
persona,  en  lugar  de  güi- 
ra (1.a  acep.)  Véase. 

Güiro  amargo.  Cub.  m. — Así 
dicen  algunos  al  fruto 
güiro  del  güiro  cimarrón. 
Véase. 

Güiro    cimarrón.    Cub.    m. — 


GUIS 


280  — 


GUIZ 


Enredadera  cultivada,  ras- 
trera, parecida  al  güiro  (1.a 
acep.),  de  flor  amarilla  y 
fruto  semejante  a  un  cuer- 
no de  res,  mucho  más  grue- 
so y  algo  más  largo,  de 
punta  roma,  color  pajizo, 
con  el  que  se  hace  el  ins- 
trumento musical  llamado 
güiro  (2.a  acep.)  y  calabazo. 
Véase  esta  voz.  Al  fruto  le 
dicen  algunos  güiro  amar- 
go y  en  desuso  gujey  y 
guajey. 

Güiro  macho.  Cub.  m. — De- 
nominación que  dan  algu- 
nos al  fruto  del  güiro  (1.a 
acep.). 

Guisasal.  Cub.  m. — Corrup- 
ción generalizada  de  gui- 
zazal.  Véase. 

Guisasillo.  Cub.  m.  —  Pala- 
bra corrompida,  hasta  por 
los  extranjeros  que  pro- 
nuncian bien  la  z  y  la  c. 
Es  la  planta  descrita  por  la 
R.  A.  en  "guizacillo". 

Guisaso.  Cub.  m.  —  Corrup- 
ción generalísima  de  la 
voz  guizazo,  que  es  el  cu- 
banismo aceptado  por  la 
R.  A. 

Guiso.  Cub.  m. — En  la  re- 
gión vueltabajera,  se  dice, 
por  antonomasia,  a  una  es- 
pecie de  potaje  hecho  con 
granos  tiernos  de  maíz. 
Conserva  el  verdadero  uso 
castellano. 

Güisqui.  Amer.  m.  —  Cierto 
licor  fuerte  de  proceden- 
cia norteamericana.  (  E  t . 
Anglicismo,  formado  de 
whiskey.j 


Güite.  Cub.  m.  —  Dícese  a 
cierta  mancha  amarilla  que 
suele  salir  en  el  rostro. 
También  se  dice  güito.  (Et. 
Del  inglés  white,  lo  cual  es 
un  doble  contrasentido :  de 
gramática,  porque  se  con- 
vierte un  adjetivo  en  subs- 
tantivo, y  de  lógica,  puesto 
que  white  en  inglés  no  es 
amarillo,  sino  blanco). 

Güito.  Cub.  m. — Véase  güite. 

Guizazal.  Cub.  m.  —  Lugar 
donde  abunda  el  guizazo. 
Véase.  Si  guizazo  está  acep- 
tada por  la  R.  A.,  nada  más 
justo  que  también  lo  estu- 
viera su  derivada  guizazal. 

*Guizazo.  Cub.  m.  —  Planta 
que  la  R.  A.  hace  sinónima 
do  la  "pata  de  gallo"  en 
castellano.  Lo  cierto  es  que 
en  Cuba  reciben  este  nom- 
bre varias  yerbas  de  dis- 
tintas familias,  de  las  que 
algunas  toman  aditamen- 
tos. Las  cualidades  son  en 
todas  parecidas :  abundan 
en  terrenos  yermos,  produ- 
cen unos  frutos  espinosos, 
más  o  menos  esféricos,  que 
se  adhieren  a  la  ropa  y  los 
zapatos  al  caminar  por  en- 
tre esas  plantas,  que  come 
el  ganado  antes  de  que  flo- 
rezcan. Algunas  son  medi- 
cinales. (Et.  Voz  caribe). 

Guizazo.  Cub.  m.  —  El  fruto 
de  las  plantas  llamadas 
guizazos.  Véanse. 

Guizazo  bobo.  Cub.  m. — 
(Bot.  F.  Tiliáceas;  esp. 
Triumfetta  grosu  lárice  folia, 
A.  Rich.) 


GURRU 


281 


GUST 


Guizazo  bravo.  Cub.  m. — 
(Bot.  F.  Gramíneas;  esp. 
Cenchrus  destichophyllus, 
Griseb.) 

Guizazo  de  cabaHo.  Cub.  m. 
— Tipo,  acaso  el  más  abun- 
dante, cuyo  fruto  alcanza 
hasta  una  pulgada.  (Bot.  F. 
Compuestas;  esp.  Xanthium 
strumarium,  Lin.) 

Guizazo  de  cochino.  Cub.  m. 
—  Uno  de  los  tipos  más 
elevados  del  guizazo.  (Bot. 
F.  Tiliáceas;  esp.  Trium- 
fetta  rhomboidea.) 

Gujey.  Cub.  m. — antic. — Pri- 
mitivo nombre  del  güiro  que 
produce  el  güiro  cimarrón. 
Véase.    (Et.   Voz   caribe). 

Gumarraeho.  Cub.  m.  —  des- 
usada. —  El  señor  Pichardo 
reputa  esta  voz  como  si- 
nónima de  "mamarracho"; 
nunca  la  hemos  oído,  y  en 
todo  caso  será  una  vulga- 
rísima corrupción. 

Gurupela.  Cub.  i.  —  Corrup- 
ción de  grupela.  Véase. 

Gurrumina.  Cub.  f. — Dícese  a 
una  cosa  de   insignificante 


valor  o  escaso  tamaño.  (Es- 
ta voz  parece  oriunda  de 
Asturias). 

Gurrupear.  Cub.  v.  n. — Des- 
empeñar el  papel  de  gurru- 
pié.  Véase.  (Galicismo). 

Gurruplé.  Cub.  m. — El  auxi- 
liar del  banquero  en  el 
juego  de  monte  y  otros. 
(En  Cuba,  casi  nadie  dice 
gurupié  como  en  otros  lu- 
gares de  América  y  en  Es- 
paña). (Et.  Del  francés 
croupier. 

Gusano  blanco.  Cub.  m. — 
El  que  se  forma  en  los 
troncos  podridos  de  los  ár- 
boles, etc.,  que  alcanza  has- 
ta un  decímetro,  y  es  muy 
blanco. 

Gusano  de  la  tierra.  Cub. 
m. — En  algunos  lugares,  la 
lombriz  que  se  desarrolla 
en  los  sitios  húmedos. 

Gusano  meón.  Cub.  m. — El 
mancaperro,  en  algunas  co- 
marcas. Véase. 

Gusto  cubano.  Cub.  m. — La 
erupción  de  la  piel  conoci- 
da por  "salpullido". 


HABA 


—  282  — 


HALA 


Haba.  Cub.  ni. — Así  escriben 
algunos  en  lugar  de  aba. 
Véase. 

*  Habanera.   Cub.   f. — "Danza 

propia   de   la    Habana   que 
se  ha  generalizado".  (R.  A.) 
'Habanera.   Cub.    f. — "Músi- 
ca de  esta  danza".  (R.  A.) 

*  Habanero,  ra.  Cub.  subs.  y 

adj.  —  La  persona  natural 
de  la  Habana. 

*  Habanero,    ra.    Cub.    adj. — 

Aplícase  a  cosas  pertene- 
cientes a  la  Habana.  En  al- 
gunos casos  se  dice  haba- 
no, na. 

*  Habano.  Cub.  m. — "Cigarro 

puro  elaborado  en  la  isla 
de  Cuba,  con  hoja  de  la 
planta  de  aquel  país".  (R. 
A.).  Es  de  advertir  que  el 
uso  de  esta  voz  está  mu- 
chísimo más  generalizado 
fuera  de  Cuba. 

*  Habano,  na.  Cub.  adj.- "Per- 

teneciente a  la  Habana  y 
por  extensión  a  la  isla  de 
Cuba.  Dícese  más  especial- 
mente del  tabaco"  (R.  A.). 
Habato,  ta.  Cub.  adj.  —  an- 
tic. — Aplícase  a  la  persona 
torpe   y   grosera.    Por    co- 


rrupción de  la  h  en  ;,  más 
se  dice  hoy  jabato,  ta. 

Hablilla.  Cub.  i. — antic. — Hoy 
jabilla,  la  voz  generalizada 
por  corrupción  de  la  h.  Es 
el  árbol  más  conocido  por 
salvadera.  Véase. 

Habiya.  Cub.  i. — antic. — Pri- 
mitivo nombre  de  la  sal- 
vadera. Véase. 

Hacendado.  Cub.  m.-En  Cu- 
ba significa  solamente,  por 
antonomasia,  el  dueño  de 
un  ingenio  azucarero.  Es 
de  notar  que  "hacienda", 
aunque  con  escaso  uso, 
tiene  la  legítima  acepción 
castellana. 

Hachudo.  Cub.  epic.  m. — 
Pequeño  pez,  especie  de 
sardina.  (Zool.  F.  Clupei- 
da?;  esp.  Engraulis  rpro~ 
ductus,  Poey). 

Hachuela.  Cub.  epic.  f. — En 
algunos  lugares,  el  pájaro 
totí  (véase),  por  la  figura 
de  su  cola.  Conserva  el  sig- 
nificado cast. 

Halarse.  Cub.  v.  reí. — antic. 
— Por  haberse  corrompido 
la  h  en  j,  hoy  nadie  dice 
sino  jalarse.  Véase. 


HAEI 


283  — 


HENI 


Amer.  m. — fam. — La 
acción  de  halar  o  tirar  de 
algo  con  violencia:  "Rom- 
per una  cuerda  de  dos  ha- 
lones". El  pueblo  ha  co- 
rrompido la  h,  y  dice  jalón 
y  jalar. 

Hamaquear,  se.  Amer.  v.  a. 
y  ref.-Producir  movimien- 
to de  vaivén  a  una  cosa, 
como  el  que  se  puede  im- 
primir lateralmente  a  una 
hamaca,  de  donde  proviene 
la  voz.  En  lenguaje  figu- 
rado, se  dice  jamaquear, 
que  tiene  origen  en  la  co- 
rrupción popular  de  la  h 
en  j. 

Hamaqueo.  Amer.  m.  —  La 
acción  y  el  efecto  de  ha- 
maquear, se.  Véase. 

Hamo»  Cub.  m. — desusada. — 
Especie  de  red  de  manga, 
rematada  en  punta,  y  con 
un  aro  en  ia  boca.  Se  dice 
también  jamo,  por  corrup- 
ción de  la  h. 

Harina»  Cub.  f. — fam. — Sig- 
nifica "dinero"  en  abstrac- 
to: "Fulano  es  hombre  de 
harina"...  que  para  un  cas- 
tellano probablemente  sig- 
nificaría: hecho  de  engru- 
do. ¿Provendrá  el  uso  de 
esta  voz  de  aquel  refrán 
castellano  que  dice:  "don- 
de no  hay  harina,  todo  es 
mohína?"  Tiene  las  acep. 
cast. 

Harina  bruta.  Cub.  f. — fam. 
Equivale  a  dinero  acuñado, 
harina  en  metálico:  "Juan 
tiene    mucha    harina    bru- 


ta'1''; "pago  con  harina  bru- 
ta, y  no  con  giros". 

Hatero.  Cub.  m. — El  indivi- 
duo que  posee  o  cuida  un 
hato.  Generalmente  se  dice 
montero,  cuide  o  posea  mu- 
chos o  pocos  animales. 

Hatillo.  Cub.  m.-El  árbol  más 
conocido  por  caobilla  de 
sabana.  Véase. 

Hato.  Cub.  m. — antic. -Gran- 
de extensión  circular  o  po- 
ligonal de  terreno,  desti- 
nada a  la  cría  de  ganado. 
Tiene  las  dos  acep.  cast. 
principales  en  lenguaje 
natural  y  figurado. 

Hayabacaná.  Cub.  m. — an- 
tic.— El  árbol  que,  por  co- 
rrupción de  la  h,  se  co- 
noce hoy  por  jayabacaná. 
Véase. 

Helécho.  Cub.  m.  —  Además 
de  recibir  este  nombro  to- 
das las  plantas  de  jardín  de 
las  Filicíneas,  hay  otras  es- 
pecies arbóreas  de  las  Cia- 
teáceas,  algunas  de  Jas  cua- 
les reeiben  aditamentos 
particulares,  como  son  el 
espinoso,  gigante,  acuático, 
hembra,  real,  lustroso,  etc. 

Heniquén.  Cub.  m. — Así  di- 
cen algunos  en  lugar  del 
americanismo  castellaniza- 
do "henequén",  la  voz  más 
usada  en  Cuba  por  los  que 
bien  hablan,  y  en  vez  de 
jeniquén,  corrupción  no 
muy  extendida  fuera  de  al- 
gunos campesinos,  y  que 
sin  embargo  recoge  la  R.  A. 
entre    los    cubanismos    por 


HIERK 


284   — 


HIGO 


ella  incluidos  en  el  caste- 
llano. 

Hércules.  Cub.  m. —  Véase 
altea. 

Hicacal.  Amer.  m. — antic. — 
Véase  icacal. 

Hicaco.  Amer.  m. — antic. — 
El  arbusto  "icaco"  que 
describe  la  R.  A.  como  ori- 
ginario de  las  Antillas.  Al- 
gunos campesinos  dicen  ji- 
caco. 

Hicadura.  Cub.  f.  —  El  con- 
junto de  hicos  (cuerdas) 
que  sostienen  la  hamaca. 
También  se  dice  jicadura, 
por  corrupción. 

Hicaquillo.  Cub.  m.  —  antic. 
Véase  icaquillo. 

Hico.  Amer.  m.  —  Cada  uno 
de  los  cordeles  que  sostie- 
nen una  hamaca  en  el  aire. 
Algunos  dicen  jico,  por  co- 
rrupción. (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Hicotea.  Cub.  epic.  f. — antic. 
— Véase  jicotea. 

"Hierba  de  limón.  Cub.  f. — 
Véase  con  y  griega,  que  así 
están  catalogadas  todas  las 
hierbas. 

Hierro.  Cub.  m.  —  Cada  vez 
que  se  surca  la  tierra  con 
el  arado  en  la  misma  di- 
dección,  es  un  hierro;  así, 
pues,  un  terrera»  tiene  tan- 
tos hierros  como  veces  se 
haya  arado.  Tiene  las  prin- 
cipales acep.  cast. 

Hierro.  Cub.  m. — Por  anto- 
nomasia, el  que  se  destina 
incandescente  para  señalar 
el  ganado  en  la  piel.  Véase 
el  refrán  34-b  del  Apéndice. 


Hierro.  Cub.  m. — Reciben  es- 
te nombre  común,  con  adi- 
tamentos particulares,  al- 
gunos arbustos  que  sólo  se 
destinan  para  leña.  Son  de 
distintas  familias  botáni- 
cas. 

Hierro.  Cub.  m. — fam.  —  Dí- 
cese  a  la  moneda  de  un  cen- 
tavo; "Tengo  diez  hierros". 
El  modismo  más  popular 
es  kilo. 

Hierro  de  costa.  Cub.  m. — 
Arbusto  que  se  desarrolla 
en  el  litoral.  (Bot.  F.  Bo- 
rragíneas;  esp.  Cordia 
erythrococea,  Gris.) 

Hierro  del  pinar.  Cub.  m. — 
Tipo  que  se  desarrolla  en 
terrenos  áridos.  (Bot,  F. 
Melastomáceas;  esp.  Pa- 
chyanthus  cubensis,  A. 
Rich.) 

Hierro  de  sabana.  Cub.  m. — 
Indicado  en  su  nombre. 
(Bot.  F.  Borragíneas;  esp. 
Bourreria  virgata,  G.  Dou.l- 

Hierro  peludo.  Cub.  m. — 
(Bot,  F.  Bor.;  esp.  B.  to- 
mentosa, G.  Dou.) 

Higadillo.  Amer.  m. — Cierta 
enfermedad  de  las  aves, 
particularmente  de  las  do- 
mésticas, causada  por  aglo- 
meración de  sangre  en  el 
hígado,  y  la  cual,  según 
Pichardo,  se  cura  cortando 
la  extremidad  de  uno  o  dos 
dedos. 

Higón.  Cub.  m. — Algunos  di- 
cen así  al  árbol  americano, 
descrito  por  la  R.  A.  con  el 
nombre  de  "higuerón",  que 
también  se  dice  en  Cuba. 


HOJA 


—  285 


HORA 


Higuana.  Cub.  epic.  f.  —  Al- 
gunos escriben  con  h  esta 
voz,  en  lugar  de  "iguana", 
que  es  como  acepta  la  R.  A. 
el  nombre  de  este  lagarto 
americano  que  también  vi- 
ve en  Cuba. 

Hincada.  Cub.  f. — Igual  que 
"hincadura",  acción  y  efec- 
to de  hincar  o  hincarse,  en 
el  sentido  de  lastimarse  con 
una  aguja,  clavo  u  otro  ob- 
jeto punzante,  único  uso 
que  tiene  en  Cuba. 

Hineonazo.  Cub.  m. — fam.—- 
Aumentativo  de  hincad,**- 

Hinojo.  Cub.  m. — Planta  sil- 
vestre que  recibe  este  nom- 
bre por  la  semejanza  con 
el  verdadero  hinojo,  que 
describe  la  R.  A.,  cultivado 
también  en  Cuba,  y  lla- 
mado así  o  hinojo  común 
para  evitar  confusiones.  El 
tipo  cubano  carece  de  im- 
portancia. (Bot.  F.  Com- 
puestas; e  s  p  .  Baccharis 
scoparioides,  Griseb.) 

Hinojo  común.  Cub.  m. -Véa- 
se hinojo. 

Hinojo  de  sabana.  Cub.  m. — 
Especie  parecida  al  hinojo. 
(Bot.  F.  Compuestas;  esp. 
Eupatorium  foeniculaceum, 
Willd.) 

Hoja  bruja.  Cub.  f. — Véase 
víbora. 

Hoja  menuda.  Cub.  f. — Ár- 
bol que  se  desarrolla  en  el 
litoral,  de  madera  muy  fi- 
brosa, flexible  y  resistente, 
de  color  violáceo  obscuro, 
empleada     en     carpintería 


rural.  (Bot.  F.  Mirtáceas; 
gen.,  Eugenia). 

Hojalatería.  Común,  f.— Arte 
de  hacer  objetos  de  hoja- 
lata: "Muy  entendido  en 
hojalatería  ".  Tiene  las 
acep.  de  la  R.  A. 

Hojaldre.  Cub.  m. — En  algu- 
nos lugares  dicen  así  al  pan 
hecho  con  harina  de  trigo, 
mezclada  con  manteca,  hue- 
vo y  azúcar,  que  presenta 
una  miga  esponjosa  y  blan- 
ca. Tiene  el  legítimo  uso 
castellano,  en  la  mayor 
parte  de  la  Isla. 

Hojuela.  Cub.  f. —  Dícese  en 
algunos  lugares  al  hojaldre 
verdadero.  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Holán.  Común,  m. — Tejido  de 
algodón  o  lino,  del  que  hay 
diversidad  de  clases,  en 
blanco  y  estampado.  En 
Cuba  generalmente  se  es- 
cribe sin  h  :  olán.  (Et.  De 
"holanda",  o  quizá  del 
francés  hollande). 

Holancína.  Cub.  f. — Tela  de 
algodón  y  rara  vez  de  lino, 
ligera,  casi  transparente  y 
regularmente  estampada, 
que  se  usa  para  vestidos 
de  mujer.  Generalmente  se 
escribe   "olancina". 

Hoüguinero,  ra.  Cub.  subs.  y 
adj.-La  persona  natural  de 
Holguín. 

Holguinero,  ra.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  las  cosas  per- 
tenecientes a  esa  población. 

Hora.  Cub.  f. — fam. — Véase 
la  frase  48-a  del  Apéndice. 
Tiene  las  acep.  cast. 


HORM 


286 


HOUT 


Horcón.  Amer.  va. — Dícese  a 
todo  madero  que  en  posi- 
ción vertical,  en  las  casas 
rústicas  de  tabla,  sirve  a 
modo  de  columna  para  sos- 
tener vigas  o  aleros  de  te- 
jado. 

Hosxonadura.  Cub.  f. — Un 
conjunto  de  horcones.  Véa- 
se. 

Hormona.  Común,  f. — El  es- 
tablecimiento donde  se  ha- 
cen o  venden  hormas  de 
zapatos. 

Hormiga  boticaria.  Cub. 
epic.  f. — Especie  de  tama- 
ño pequeño,  blanca  hacia  la 
parte  inferior  del  cuerpo, 
y  de  color  de  tabaco  lo  res- 
tante; despide  un  olor  des- 
agradable de  cloroformo. 
En  algunos  lugares  orien- 
tales de  la  Isla  la  llaman 
santanica.  Es  de  advertir 
que  hay  en  Cuba  varias  es- 
pecies de  hormigas  conoci- 
das únicamente  con  este 
nombre  genérico,  y  otras 
que  tienen  nombres  parti- 
culares, como  la  bibijagua, 
además  de  las  que  aquí  se 
describen  con  aditamentos. 

Hormiga  brava.  Cub.  epic.  f. 
— Tipo  muy  dañino  a  las 
plantas,  y  que  ataca  tam- 
bién a  las  personas,  con 
muy  agudas  picadas. 

Hormiga  cabezona.  Cub. 
epic.  f.  —  Dícese  a  ciertas 
especies  de  hormigas  no 
acabadas  de  formar.    - 

Hormiga  de  a!a.  Cub.  épic.  f. 
—Especie  algo  mayor  que 
la  conocida  por  soplillo  y 


semejante.  Además  toman 
este  nombre  las  hormigas 
aladas  de  la  especie  que 
fueren. 

Hormiga  de  ponzoña.  Cub. 
epic.  f. — Especie  que  des- 
pués de  decapitada  vive  de 
dos  a  tres  días,  y  causa 
agudas  picadas,  no  dañinas. 

Hormiga  leona.  -Ci^b.  epic.  f. 
— Parece  ser,  a  juzgar  por 
la  semejanza  de  costum- 
bres, la  "hormiga  león"  de 
la  R.  A. 

Hormiga  loca.  Cub.  epic.  f. 
— Especie  que  fué  traída  de 
Francia,  con  el  propósito 
de  que  exterminara  a  la 
hormiga  conocida  por  bibi- 
jagua, y  ha  resultado  un 
enemigo  más  de  las  plan- 
tas, y  también  de  las  per- 
sonas. Véase  bibijagua. 

Horqueta  (En).  Cub.  mod. 
adv. — Sistema  de  cortar  las 
hojas  de  tabaco,  que  con- 
siste en  separarlas  del 
tronco  de  dos  en  dos  con  el 
trozo  de  tallo  que  las  una. 
También  se  dice  mancuer- 
na, que  es  el  cubanismo 
aceptado  por  la  R.  A. 

Horqueta  de  camino.  Cub.  i. 
— El  punto  donde  un  cami- 
no se  divide  en  dos,  a  dere- 
cha e  izquierda. 

Horro,  rra.  Cub.  adj. — Aplí- 
case al  tabaco  o  cigarro 
puro  mal  ardedor,  a  causa 
de  su  mala  calidad  o  defi- 
ciente elaboración.  También 
se  dice  jorro,  rra,  su  co- 
rrupción. 

Hortelano    del    arroz.    Cub. 


HUAC 


287 


HÜEV 


epic.  m. — Algunos  dicen  así 
al  ave  ogrípeno.  Véase. 

Hortensia.  Cub.  f. — Además 
de  aplicarse  este  nombre  a 
la  planta  de  jardín,  oriun- 
da del  Japón,  que  explica 
el  Dic.  de  la  R.  A.,  dan  al- 
gunos esta  denominación  a 
la  planta  más  conocida  por 
müflores.  Véase. 

Hospitalariamente.  Común. 
a  d  v  .  —  Con  hospitalidad : 
"Tratar  hospitalariamente 
a.  los  extranjeros,  es  de 
gente  noble  y  caballeresca". 

Hoyador.  Cub.  m.  —  Instru- 
mento perforante  de  hie- 
rro o  madera,  que  se  utili- 
za para  sembrar  por  medio 
de  hoyos  abiertos  en  la  tie- 
rra. 

Hoyar.  Cub.  v.  a. — Abrir  en 
la  tierra  hoyos  con  el  ho- 
yador, para  preparar  cier- 
tos plantíos,  como  de  cafe- 
tos, por  ejemplo. 

Hoyltos.  Cub.  m.  pl. — Juego 
de  niños  que  practican  en 
tres  hoyos  que  abren  en  el 
suelo,  con  unas  bolitas  de 
cristal  u  otra  materia.  En 
algunos  lugares  se  dice  bo- 
lihoyo. 

Huacal.  Amer.  m. — En  Cuba 
más  se  pronuncia  guacal, 
(véase),  aunque  parezca 
más  correcto  el  uso  de  la 
h,  y  en  el  lenguaje  escrito 
así  es  más  generalmente 
usada. 

Huaco.  Cub.  m. -Muchas  per- 
sonas escriben  así  en  vez  de 
guaco  (véase),  que  es  como 
se  dice  generalmente. 


Huano.  Cub.  m. — Así  escriben 
por  exceso  de  refinamiento 
algunas  personas  en  vez  de 
guano. 

Huesero,  ra.  Cub.  adj. — fam. 
—  desusada. — En  son  de 
burla,  se  dice  en  las  gran- 
des poblaciones  a  la  gente 
de   los   suburbios. 

Huesillo.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre de  madera  amarilla 
pardusca,  dura,  compacta, 
de  grano  fino.  También  se 
conoce  por  hueso  de  costa. 
(Bot.  F.  Leguminosas;  esp. 
Miroxylon  hceferiodes,  Kr.) 

Hueso.  Cub.  m.  —  Árbol  sil- 
vestre que  alcanza  unos 
diez  metros,  de  hojas  ama- 
rillentas, fruto  también 
amarillo,  pequeño,  y  do 
buena  madera  blanca.  (Bot. 
F.  Euforbiáceas;  esp.  Dry- 
petes  incurva,  Mili.) 

Hueso  de  costa.  Cub.  m. — 
Dícese  al  árbol  huesillo. 
Véase. 

Hueso  de  costa.  Cub.  m. — 
También  toma  este  nombre 
otro  árbol  de  madera  bue- 
na, dura,  compacta  y  fina, 
que  se  desarrolla  en  el  li- 
toral. (Bot.  F.  Bixáceas; 
tribu  Flacurcieas ;  esp.  Xy- 
losma  rdtidium,  A.  Gray.) 

Hueso  espinoso.  Cub.  m. — 
Otra  especie  parecida,  pero 
con  espinas.  (Bot.  F.  B;  ti\ 
Fl.;  esp.  X.  infestum,  Gris.) 

Huevo  (De  a).  Cub.  mod. 
adv.  —  Dícese  para  signifi- 
car la  escasa  importancia 
de   alfjo:    "Un   traje   de   a 


HÜÍD 


288 


HUYU 


huevo".  Véanse  las  frases 
150  y  213  del  Apéndice. 

Huevo  de  galio.  Cub.  m. — 
Arbusto  silvestre  de  tierras 
rocosas,  madera  dura,  tan 
sumamente  vidriosa,  que 
basta  sacudirlo  para  que 
se  quiebre;  de  hojas  ver- 
des azuladas  por  encima  y 
pálidas  por  debajo,  puntia- 
gudas, elípticas,  con  bordes 
ondeados,  flores  pequeñas 
pentapétalas,  blancas.  Toda 
la  planta  contiene  un  látex 
lechoso  y  cáustico,  eficaz 
contra  las  hemorragias. 
También  se  llama  pegojo 
lechoso  y  palo  lechoso.  (Bot. 
F.  Apocináceas;  esp.  Ta- 
berncemontana    laurifolia). 

Huevo  de  tortuga.  Cub.  m. 
— Según  el  Dr.  Gundlach, 
citado  por  Pichardo,  "en 
la  costa  de  Manzanillo  y 
Cabo  Cruz  nombran  así  a 
tres  variedades  de  un  ár- 
bol de  madera  muy  buena 
y  dura". 

Huevo  mal  parido.  Cub.  m. 
— Dicen  así  en  algunos  lu- 
gares al  huevo  abortado, 
de  cascara  reblandecida. 
En  otros  dicen  huevo  mo- 
vido. 

Huevo  movido.  Cub.  m.  — 
Véase   huevo    mal   parido. 

Huido,  da.  Común,  subs.  y 
adj. — Equivale  a  "fugiti- 
vo", "fuga":  "La  huida  de 
los  prisioneros  fracasó"; 
"los     presos     huidos     han 


vuelto  a  ingresar  en  la  cár- 
cel". 

Humatán.  Cub.  m. — antic. — 
Véase  jumatán. 

Humo.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre de  madera  resisten- 
te, dura,  compacta  y  bue- 
na. También  se  llama  hu- 
mo espinoso.  (Bot.  F.  Le- 
guminosas; esp.  Pitheco- 
lobium  tortum,  Mart.)  Tie- 
ne las  acep.  cast. 

Humo.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre parecido  al  anterior, 
aunque  de  familia  distin- 
ta, que  también  se  conoce 
por  chivo  (3.a  acep.),  y  to- 
meguín  (3.a  acep.).  (Bot.  F. 
Rutáceas;  esp.  Xanthoxy- 
lum  stenopterum,  Wrigh.). 

Humo  de  sabana.  Cub.  m.-^— 
El  árbol  más  conocido  por 
cenizo.  Véase. 

Humo  espinoso.  Cub.  m. — El 
árbol  humo  (1.a  acep.)  Véa- 
se. 

Hurtacuerpo.  Cub.  m. — des- 
usada.— Movimiento  brusco 
de  menosprecio  que  se  hace 
cuando  se  encuentra  una 
persona  enemiga.  Esto  es  lo 
que  se  desprende  de  lo  que 
Pichardo  explica  en  su 
obra.  Nosotros  nunca  lo  he- 
mos oído.  Al  parecer,  otros 
dicen  jurtacuerpo  y  justa- 
cuerpo. 

Huyuyo.  Cub.  epic.  m. — an- 
tic.-Véase  juyuyo,  corrup- 
ción generalizada. 

Huyuyo,  ya.  Cub.  adj. — an- 
tic—Véase  juyuyo,  ya. 


ICAC 


JGUA 


Ibica.  Cub.  f. — La  pieza  de 
hierro  dulce  que  se  pone  en 
la  parte  superior  de  la 
manga,  en  los  ejes  de  ma- 
dera de  algunos  vehículos. 
(Et.  Corrupción  de  "cibi- 
ca"). 

Icacal.  Amer.  m. — Lugar  po- 
blado de  icacos.  Algunos 
escriben  hicacal  incorrec- 
tamente. 

Icaco  de  aura.  Cub.  m. — Una 
especie  del  arbusto  ameri- 
cano "icaco"  que  describe 
la  R.  A.,  de  madera  dura, 
compacta,  pesada,  de  color 
blanco  agrisado,  que  se  des- 
tina para  cercas;  produce 
un  fruto  aplastado,  negro 
y  algo  velludo,  y  desarró- 
llase en  lugares  húmedos. 
También  se  llama  icaco 
peludo  e  icaco  prieto,  y  me- 
nos generalmente,  ciguapa, 
palo  mulato  y  teta  de  ye- 
gua. Algunos  escriben  in- 
correctamente hicaco.  (Bot. 
F.  Rosáceas;  esp.  Hirtella 
mollicoma). 
Icaco  peludo.  Cub.  m. — Lo 
mismo  que  icaco  de  aura. 
Véase. 


Icaco  prieto.  Cub.  m.  —  El 
icaco  de  aura.  Véase. 

Icaquillo.  Cub.  m.-Una  plan- 
ta cultivada.  Carece  de  in- 
terés. Algunos  escriben  in- 
correctamente esta  voz  con 
h.  (Bot.  F.  Rosáceas;  esp. 
Sicania  icania,  Aubl.) 

Icaqulllo.  Cub.  m. — Arbusto 
silvestre  de  madera  dura, 
compacta,  muy  pesada,  de 
color  castaño  obscuro. 

£ caquiSlo  de  Las  Pozas.  Cub. 
m. — Pequeño  árbol  silves- 
tre, de  hojas  oblongas,  en- 
teras, y  flores  en  panículas. 
(Bot.  F.  Clusidceas;  esp. 
Quina    tenatiflora,   Wrigh.) 

Idos.  Común,  f. — Dícese  en 
vez  de  " recuerdo "  en  casos 
como  éste:  "No  tengo  idea 
de  haber  visto  ese  drama". 

Identificación.  Común,  f. — 
Acción  y  efecto  de  iden- 
tificar: "No  fué  posible  la 
identificación  del  cadáver".' 

Iguana.  Cub.  epic.  f. — Ade- 
más del  reptil  conocido  co- 
múnmente por  "iguana", 
hay  en  Cuba  otro  lagarto 
semejante,  llamado  así, 
también  iguana,  de  los  fo- 


19 


INOI 


290  — 


INCO 


sos  y  con  más  frecuencia 
caguayo.  Véase. 

Iguana  de  los  foscas.  Cub. 
epic.  f. — Véase  iguana. 

Iguaniia.  Cub.  f. — Véase  ma- 
buja. 

Ilimitadamente.  Común,  adv. 
— Sin  limitación:  "Te quie- 
ro  ilimitadamente". 

Ilusión.  Cub.  f. — vulg. — En- 
tre alguna  gente  rústica  es 
corrupción  de  "alusión". 
Tiene  los  usos  castellanos 
correctos. 

Ilusionar,  se.  Común,  v.  a. 
y  ref.  —  Producir  ilusión, 
entusiasmarse:  "Ilusioné  a 
los  niños  con  regalarles  ju- 
guetes"; "me  ilusioné  de- 
masiado en  mi  empresa,  y 
de  ahí  provino  el  fracaso"; 
"Don  Juan  se  ilusionó  con 
hundirme  de  dos  plumazos 
en  la  polémica". 

Imperial.  Cub.  va. — Una  vi- 
tola de  cigarro  puro  o  ta- 
baco de  buen  tamaño  y  es- 
cogida calidad.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Impremeditadamente,,  Co- 
mún, adv.  —  Con  impre- 
meditación, sin  premedi- 
tar: "Los  impulsivos  sue- 
len hacer  las  cosas  impre- 
meditadamente'". 

Impremeditado,  da.  Común. 
adj. — Aplícase  a  lo  que  no 
se  ha  premeditado:  "Un 
crimen  impremeditado" . 

Improvisadamente.  Común. 
adv.  —  Con  improvisación : 
"Nada  debe  hacerse  impro- 
visadamente'". 

Incienso.    Cub.    m.  —  Planta 


herbácea,  cultivada  con  es- 
timación en  los  jardines, 
como  medicinal,  y  por  su 
olor  al  verdadero  incienso, 
de  lo  que  toma  nombre. 
Tiene  las  hojas  compuestas 
de  foliólos  multilobados,  fi- 
nos, algo  azulinos  con  visos 
plateados,  tomentosos,  y 
flores  en  cabezuelas.  Se 
hacen  con  esta  planta  va- 
rios remedios  domésticos 
en  maceración  con  alcohol. 
(Bot.  F.  Compuestas;  esj). 
Artemisia  abrotanum,  Lin.) 
Tiene  el  uso  principal  cast. 

Incienso.  Cub.  m. — En  al- 
gunos lugares,  la  cuaba  de 
costa.  Véase. 

Incienso  ajenjo,  Cub.  m. — 
Es  el  ajenjo  común  que  se 
cultiva  en  algunos  jardines. 

Incienso  de  playa.  Cub.  m. — 
Arbusto  del  litoral,  con  los 
órganos  tomentosos  y  sedo- 
sos, en  cuyos  tallos  están 
colocadas  con  simetría  las 
hojas,  que  son  espatuladas, 
obtusas,  irregulares,  rema- 
tadas en  el  ápice  con  tres 
Conchitas,  flores  en  espi- 
gas cortas  que  forman  co- 
rimbo,  blancas  y  velludas 
en  el  tubo  de  la  corola. 
También  se  llama  alhuce- 
ma de  costa  y  balsamillo,  y 
menos  generalmente,  in- 
cienso marino.  (Bot.  F.  Bo- 
rragíneas;  esp.  Tournefor- 
tia  guaphalodes,  R.  Br.) 

Incienso  marino.  Cub.  m. — 
Lo  mismo  que  incienso  de 
playa.  Véase. 

Inconstitucionalmente.    Co- 


INPI 


291 


INMO 


mún.  adv. — Contra  lo  que 
prescribe  la  Constitución 
de  un  país:  "Eso  se  ha  de- 
cretado inconstitucional- 
mente". 

Incontestablemente»  Común. 
adv.- — De  manera  incontes- 
table: "Una  cosa  incontes- 
tablemente acatada4'. 

indigestarse.  Común,  v.  ref. 
— Padecer  indigestión:  "El 
niño  se  indigestó  con  dul- 
ces". Es  cosa  inexplicable 
que  la  R.  A.  no  haya  reco- 
gido este  verbo. 

Indigestarse.  Común,  y.  ref. 
— fig.  y  fam. — Metafórica- 
mente se  indigesta  el  que 
no  comprende  o  no  digiere 
ciertas  lecturas:  "Juan  se 
indigestó  con  lecturas  anar- 
quistas, y  da  gusto  oírle 
disparatar". 

Indio.  Cub.  adj. — Aplícase  al 
gallo  de  pelea  de  plumaje 
colorado  obscuro  y  el  pe- 
cho negro.  También  sirve 
de  aditamento  a  ciertas  es- 
pecies botánicas.  Véase  la 
frase  87  del  Apéndice. 

Indomia.  Cub.  f.  —  vulg.  — 
poco  uso.  —  Entre  gente 
campesina  significa  nove- 
dad, modernismo:  "A  mí 
que  no  me  vengan  con  in- 
domias", porque  no  hay 
más  verdades  que  las  lega- 
,  das  por  nuestcos  padres", 
dice   un   campesino. 

Infiernito.  Cub.  m.  —  Cono  o 
pirámide  de  pólvora  hu- 
medecida, que  los  mucha- 
chos queman  como  si  fue- 
ra una  luz   de  bengala,   y 


produce   luz   blanca.   Algu- 
nos dicen  mosquito. 

Infierno.  Cub.  m.  —  Cierto 
juego  de  naipes,  entre  va- 
rios   jugadores,     que    más 

-  bien  es  de  pasatiempo. 

Infundio.  Común,  m.  —  Lo 
mismo  que  "patraña", 
"embeleco",  "embuste": 
"La  personalidad  de  Fula- 
no está  rodeada  de  infun- 
dios'". 

Ingenio.  Amer.  m. — En  Cuba 
nadie  dice  "ingenio  de  azú- 
car", cual  acepta  la  R.  A., 
sino  simplemente  ingenio, 
a  la  fábrica  de  azúcar.  Tie- 
ne el  principal  uso  caste- 
llano. 

Inglés.  Común,  m.  —  fig.  y 
fam. — Dícese  festivamente 
al  acreedor:  "Le  apuraron 
los  ingleses  demasiado,  y  se 
marchó  del  pueblo  sin  pa- 
gar a  ninguno". 

Inglés,  sa.  Común,  adj. — 
Aplícase  como  sobrenombre 
a  gallo,  gallina,  pato,  etc. 
Véanse  las  frases  232  y  233 
del  Apéndice. 

¡ngüento.  Amer.  m. — vulg. — 
Corrupción,  entre  gente 
rústica,  de  "ungüento". 

Injundia.  Amer.  f. — vulg. — 
Corrupción  vulgar  de  "en- 
jundia". 

Injuriado.  Cub.  subs.  y  adj. 
— Tabaco  en  ra-ma  de  la 
clase  inferior.  Tiene  los 
usos  cast. 

Inmortal.  Cub.  f. — La  planta 
conocida  en  España  y  otros 
puntos     de     América     por 


IPBC 


—  292  — 


"dondiego"  y  "dondiego  de 
noche",  incluso  en  Cuba. 
Interior.  Cub.  m. — Dícese  en 
la  Habana  al  resto  de  la 
Isla,  sin  exclusión  de  las 
poblaciones  del  litoral,  y 
únicamente  en  éstas  dan 
buen  uso  a  ese  vocablo  en 
igual  sentido.  Tiene  los 
usos  castellanos. 

Interviú.  Común,  f.— Parece 
mentira  que  haya  tomado 
tan  hondas  raíces  este  an- 
glicismo innecesario  en 
nuestro  idioma,  cuando  po- 
dríamos substituirlo,  se- 
gún los  casos,  con  una  bue- 
na mozada  de  voces  casti- 
zas, entre  las  que  sobre- 
salen "entrevista",  "visi- 
ta", "consulta",  "conver- 
sación", "diálogo",  y,  en 
lenguaje  familiar,  "charla", 
"plática",  etc.  Y  es  de  ad- 
vertir que  muchos,  por 
dárselas  de  que  conocen  el 
inglés,  o  para  que  se  vea 
que  lo  saben,  escriben  in- 
terview, como  si  hubieran 
nacido  en  la  misma  Ingla- 
terra. 

interviuvar.  Común,  v.  a. — 
Lo  mismo  que  "entrevis- 
tarse", "consultar".  Véase 
interviú.    (Et.    Anglicismo). 

Ipecacuana  cimarrona.  Cub. 
f. — Planta  silvestre  medi- 
cinal. (Bot.  F.  Rubiáceas; 
esp.  Cephaelis  muscosa, 
D.  G.) 

Ipecacuana  de  Mélico,  Cub. 
f. — Planta  exótica,  también 
medicinal.    (Bot.    F.    Violá- 


ceas; esp.   Jonidium  stric- 
tum,  Benth.) 

Ssabeüita.  Cub.  epic.  f. — Pez 
de  muy  rara  figura:  un 
óvalo  terminado  en  punta 
a  un  extremo,  por  su  cabe- 
za a  modo  de  hocico,  y  al 
opuesto,  la  cola  con  dos 
hendiduras  laterales.  El 
cuerpo  es  aplastado,  y  lu- 
ce hermosos  colores,  varia- 
dos desde  el  azul  al  ama- 
rillo en  listas;  tiene  la  boca 
muy  pequeña  y  protráctil, 
con  dientes  velutinos,  ojos 
negros  con  un  cerco  ama- 
rillento, muy  cerca  del  ho- 
cico. (Bot.  F.  Chcetodonti- 
dce;  esp.  Angelichthys  cilia- 
ris,  Lin.) 

IsSeño,  ña.  Cub.  subs.  y  adj. 
La  persona  natural  de  las 
islas  Canarias.  No  tiene 
otro  uso  en  la  Isla. 

Isleño,  ña.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  cosas  de  las  islas 
Canarias. 

Itabo.  Cub.  m. — Especie  de 
laguna  con  agua  transpa- 
rente, por  lo  regular  con 
manantiales  en  el  fondo. 
Cuando  no  reúne  estas  cir- 
cunstancias o  presenta  muy 
turbia  el  agua,  se  llama 
babiney."  Véase.  (Et.  Voz 
caribe,   Zayas). 

Itamo.  Cub.  m. — Pianta  sil- 
vestre de  tallo  y  ramas  de 
color  verde  obscuro,  que 
emiten  al  quebrarlos  un 
líquido  eficaz  para  las  eva- 
cuaciones intestinales  y  es- 
tomacales; las  hojas  son 
alternas,    opuestas,    termi- 


ÍTAM 


293  - 


ÍTAM 


nadas  en  punta,  gruesas  y 
aquilladas,  que,  si  se  mas- 
tican, son  buen  remedio 
para  las  afecciones  de  la 
garganta,  y  cocidas,  para 
las  del  pecho;  las  flores,  de 
color  rojo  y  amarillo,  for- 
man grupos,  y  por  su  con- 
figuración semiglobosa,  se- 
mejan el  cuerpo  de  un 
pájaro,  por  lo  que  también 


se  llama  a  esta  planta  pa- 
lomilla colorada,  y  gallito 
colorado;  otros  dicen  ítamo 
real.  Hay  otras  especies, 
(Bot.  F.  Euforbiáceas;  esp. 
Euv)h  orbia  tithimaloides) . 
(Et.  Corrupción  de  "dícta- 
mo"; no  es  el  díctamo  de 
España). 
Rareio  real.  Cub.  m. — Véase 
ítamo. 


JABA 


294 


JABÍ 


Jaba.  Cub.  f.  —  Especie  de 
cesta  cuya  mayor  dimen- 
sión es  la  altura,  hecha  de 
junco,  soga  y  más  frecuen- 
temente de  yagua;  no  tiene 
asas  y  la  tapa  cierra  en- 
cajando en  la  boca  de  la 
cesta.  Un  cordel  o  junco  o 
tira  de  yagua  con  tas  ex- 
tremidades sujetas  al  cuer- 
po de  la  cesta,  pasa  por 
sobre  la  tapa  a  manera  de 
asa.  La  jaba  se  destina 
para  conducir  las  vituallas 
compradas  en  la  plaza  o 
mercado  a  las  casas.  Véan- 
se las  frases  107,  172,  173, 
191  y  199  del  Apéndice. 
(Et.  "Voz   caribe,   Zayas). 

Jabado,  da.  Amer.  adj. — Dí- 
cese  a  lo  que  está  matizado 
de  varios  colores  con  cier- 
ta simetría,  cualidad  que 
diferencia  esta  voz  de  gua- 
riado,  da.  Su  principal 
aplicación  es  a  las  aves. 
(Et.  De  habado,  da). 

Jabanés,  sa.  Cub.  subs.  y 
adj.-antic. — Así  decían  al- 
gunos antiguamente  en  vez 
de  habanero,  ra. 

Jabato,  ta.  Cub.  adj. — Aplí- 


case a  la  persona  torpe, 
ruda,  grosera.  (Et.  De  ha- 
bato, ta). 

Jabiüa.  Cub.  í. — Enredadera 
de  hojas  subacorazonadas, 
redondeadas,  y  flores  dioi- 
cas: las  masculinas,  de  co- 
lor anaranjado,  grandes,  en 
racimos,  y  las  femeninas 
solitarias;  fruto  globoso, 
tamaño  de  güira,  con  se- 
millas'grandes  que  produ- 
cen aceite  lubrificante  y 
medicinal,  por  presión, 
siendo  la  fevillina  su  prin- 
cipio activo.  Como  medica- 
mento es  utilizado  para  cu- 
rar el  pasmo  a  los  anima- 
les. Otros  dicen  jabiya,  y 
una  y  otra  forma  son  co- 
rrupciones generalizadas. 
También  se  llama  bejuco 
de  jabilla,  secua  y  pepita 
amarga.  (Bot.  F.  Cucurbi- 
táceas; esp.  Fevülea  cor- 
difolia,  Lin.)  (Et.  De  ha- 
billa)  . 

Jabilio  blanco.  Cub.  m. — 
Además  del  árbol  "jabi- 
lio" que  describe  la  R.  A. 
como  americano  intertro- 
pical, hay  en  Cuba  tres  es- 


JABO 


295 


JAUA 


pecies  que  toman  adita- 
mentos particulares.  La 
presente  es  de  madera 
blanca.  Adviértase  que  el 
jabillo  es  más  conocido  en 
Cuba  por  salvadera. 

Cabillo  encarnado.  Cub.  m. 
— Especie  de  madera  ana- 
ranjada, más  prieta  y  ve- 
teada hacia  el  centro,  du- 
ra, compacta  y  fina. 

Jabillo  prieto.  Cub.  m.~ Es- 
pecie la  más  estimable  por 
su  buena  madera,  de  color 
pardusco,  estimada  para 
construir  embarcaciones 
pequeñas. 

Jabita.  Cub.  f.— Diminutivo 
de  jaba.  Véase. 

¿abito.  Cub.  m. — "Árbol  que 
ofrece  dos  variedades: 
blanco  y  prieto.  Se  asegura 
que  su  aserrín  daña  el  ór- 
gano nasal".  Esto  dice  Za- 
yas,  de  lo  que  inferimos 
que  se  tratará  de  los  ju- 
billos blanco  y  prieto  des- 
critos, puesto  que  dañan 
los  órganos  nasal  y  visual 
con  el  aserrín.  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Jabiya.  Cub.  f.  —  Véase  ja- 
billa. 

Jabiyo.  Cub.  m.— Lo  mismo 
que  jabillo.  Véase. 

Jabón.  Cub.  epic.  m.  —  Pez 
de  mediano  tamaño,  do 
cuerpo  oblongo  y  compri- 
mido, color  moreno  subido 
con  espacios  pálidos  en  los 
costados,  que  toma  ese 
nombre  de  cierto  humor 
espumoso  como  el  jabón  y 
de  repugnante  aspecto,  que 


le  cubre  la  piel.  Tiene  la 
mandíbula  inferior  muy 
saliente.  También  le  dicen 
jaboncillo.  Véase  la  frase 
48  del  Apéndice.  Tiene  las 
principales  acep.  cast. 
(Zoo!.  F.  Serranidce ;  esp. 
Rypticus,  Bloch.) 

JaboncIIEo.  Cub.  epic.  m. — El 
pez  descrito  en  jabón.  Véa- 
se. 

Jaboncillo.  Cub.  m.  —  Ade- 
más del  árbol  americano 
descrito  con  este  nombre 
por  la  R.  A.,  hay  en  Cuba 
una  planta  más  conocida 
por  bejuco  leñatero,  y  otra 
generalmente  llamada  es- 
tropajo. Véanse.  Tiene  las 
principales  acep.  cast. 

Jaboncillo.  Cub.  m. — Dícese 
a  cierta  capa  de  terreno 
inmediatamente  después  de 
la  vegetal,  de  color  aplo- 
mado, pastosa,  compacta  e 
impermeable,  circunstan- 
cia ésta  que,  en  tiempo  de 
lluvia,  sostiene  la  tierra 
saturada  de  agua,  con  lo 
que  perjudica  los  cultivos, 
pudriéndose   las  raíces. 

Jabuco.  Cub.  m. — Especie  de 
jaba  o  cesta  en  tal  forma, 
con  la  boca  más  estrecha 
que  el  fondo,  de  mayor  ta- 
maño que  aquélla  y  desti- 
nado a  parecidos  usos.  Ob- 
sérvese que  la  derivación 
de  esta  voz  parece  indicar, 
con  sujeción  a  las  normas 
gramaticales,  menor  tama- 
ño, y  es  todo  lo  contrario. 
(Et.   Voz    caribe,    Zayas). 

Jácana.  Amer.  epic.  f. — poco 


JAGU 


296 


JAGU 


uso. — El  ave  más  conocida 
en  Cuba  por  gallito  de  río. 
Véase. 
«Jaco.  Cub.  epic.  m. — Dícese 
en  algunos  lugares  a  la 
tortuga  joven.  Tiene  el  uso 
castellano  aplicado  al  ca- 
ballo. (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 
«legua    amarilla.    Cub.     f.  — 

Véase  jagua  azul. 
Jagua  azul.  Cub.  f. — Arbus- 
to afín  a  la  jagua  ameri- 
cana que  describe  la  R.  A., 
de  hojas  obovales,  lampi- 
ñas, madera  dura,  de  color 
rosado,  que  se  desarrolla 
y  es  común  en  las  costas, 
por  lo  que  también  se  lla- 
ma jagua  de  costa  y  pera 
de  mar,  además  de  jagua 
amarilla  y  blanca.  (Bot.  F. 
Rubiáceas;  esp.  Genipa 
clusia? folia,  Gris.) 
«Jagua  blanca.  Cub.  f. — Véa- 
se jagua  azul. 
Jagua  de  costa.  Cub.  f. — La 

jagua  azul.  Véase. 
Jagua-lagüita.  Cub.  f.  —  Ár- 
bol o  arbusto  indígena  y 
silvestre,  de  hojas  espino- 
sas, buena  madera,  y  cuyo 
fruto  con  alumbre  se  des- 
tina para  teñir  el  yarey. 
También  se  llama  agalla, 
roble  agalla,  árbol  de  la 
frutica  y  roble  amarillo 
(2.*  acep.)  (Bot.  F.  Borra- 
gíneas;  esp,  Bourreria  ca- 
Uophylla,  Gris.) 
«Jagua!.  Amer.  m.  —  Lugar 
donde  abunda  el  árbol  "ja- 
gua". 
Jaguay.  Cub.  m. — Arbusto  de 


tallo  recto  y  madera  ama- 
rilla buena,  empleada  en 
ebanistería.  (Et.  Voz  cari- 
be, Zayas). 

Jagüecillo.  Cub.  m.  —  Árbol 
silvestre  de  hojas  coriá- 
ceas, oblongas,  obtusas  en 
la  base  y  redondeado  el 
ápice,  fruto  globoso,  made- 
ra dura,  de  color  castaño 
claro,  con  vetas.  Suele  de- 
cirse también  jagüeicito. 
(Bot.  F.  Mareas;  esp.  Ficus 
pertusa,  Lin.) 

Jagüeicito.  Cub.  m. — Véase 
jagüeicillo. 

Jagüey.  Cub.  epic.  m. — Una 
especie  de  mosquito  zan- 
cudo, de  color  negruzco, 
que  abunda  en  los  bosques 
del  litoral  y  que  produce 
agudas  picadas.  (Et.  Voz 
caribe,   Zayas). 

Jagüey.  Cub.  m.— Curiosísi- 
mo árbol  de  muy  raras 
particularidades,  muy  co- 
mún en  la  Isla.  Unas  veces 
se  desarrolla  aislado,  pero 
generalmente  busca  el  apo- 
yo de  otro  árbol,  al  que  ya 
con  las  raíces,  bien  con  los 
tallos  que  tiene  pendientes, 
ya  con  el  tronco,  acaba  por 
ahogarlo  y  usurparle  el 
puesto.  Otras  veces  brota, 
porque  allí  haya  sido  de- 
positada una  semilla,  en 
alguna  sinuosidad  de  la 
corteza  o  tronco  de  un  ár- 
bol, al  que,  como  en  el  caso 
anterior,  acaba  por  matar. 
Hay  muchas  especies  con 
ese  nombre  común,  aparte 
las  que  toman  aditamentos 


JAGfi 


297 


JAIB 


particulares,  una  de  las 
cuales  es  más  conocida  por 
higón  y  también  "higue- 
rón",  que  es  su  nombre 
castellanizado  por  la  R.  A. 
Son  árboles  grandes  con 
raíces  adventicias,  de  ma- 
dera blanda,  y  aprecia- 
da sólo  para  construir  ba- 
teas y  platos.  Estos  árbo- 
les contienen  un  látex  le- 
choso de  virtudes  pectora- 
les, que  se  utiliza  también 
a  modo  de  liga,  para  ca- 
zar pájaros.  (Bot.  F.  Ma- 
reas; género:  Ficus.)  (Et. 
Voz  caribe). 

Jagüey.  Cub.  m.  —  Simbóli- 
camente, dícese  a  una  per- 
sona desleal,  como  el  árbol 
de  este  nombre,  que  bus- 
cando apoyo  al  principio, 
acaba  por  quitarle  la  vida 
a  quien  se  lo  presta. 

Jagüey  común.  Cub.  m. — 
Especie  del  jagüey  (1." 
acep.j,  de  hojas  grandes, 
membranosas,  óvalo-oblon- 
gas, con  la  base  redondea- 
da, cordiforme  y  el  ápice 
agudo.  (Bot.  F.  M.;  esp. 
F.  membranácea,  Wrig.) 

Jagüey  hembra.  Cub.  m. — 
Árbol  de  hojas  elípticas, 
obtusas  en  ambos  extre- 
mos, fruto  globoso,  mucho 
más  largo  que  el  pedicelo. 
De  sus  raíces  hacen  ios 
agrimensores  cordeles  para 
medir,  que  estiman  porque 
carecen  de  elasticidad. 
(Bot.  F.  M.;  esp.  F.  suffo- 
caus,  Bau.) 

Jagüey    macho*    Cub.    m. — 


Tipo  parecido  a  los  an!e- 
riores,  pero  de  hojas  ova- 
les, acostilladas,  y  fruto 
globoso  aterciopelado.  El 
fruto  de  todos  los  jagüeyes 
es  de  figura  semejante  al 
higo.  (Bot.  F.  AL;  esp.  F. 
radula,  Willd.) 

JagüiHa.  Cub.  f. — Árbol  in- 
dígena y  silvestre  que  se 
eleva  unos  6  metros,  de 
hojas  obovales,  pubescentes 
en  el  envés,  flores  con  la 
corola  tomentosa,  extericr 
e  interiormente,  y  buena 
madera,  utilizada  en  car- 
pintería. (Bot.  F.  Rubiá- 
ceas; esp.  Genipa  caruto, 
Kth.)  (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Jaiba.  Amer.  epic.  f. — Aplí- 
case este  nombre  a  varias 
especies  de  crustáceos  de 
agua  dulce,  semejantes  al 
cangrejo  de  mar,  con  el 
carapacho  menos  convexo, 
tres  patas  a  cada  lado  y 
dos  tenazas  o  bocas.  Su  co- 
loración general  es  more- 
na en  la  parte  superior,  y 
blancuzca  en  la  inferior. 
"Se  buscan  en  luna  cre- 
ciente porque  están  gordas; 
en  menguante  desovan  y  se 
ponen  flacas",  según  Pi- 
chardo.  Cuéntase  que  la 
jaiba,  cuando  encuentra 
una  almeja  con  las  valvas 
abiertas,  le  arroja  arena 
para  impedirle  cerrarlas,  y 
darle  caza  más  fácilmente. 
Algunos  escriben  jaiva; 
pero  aun  cuandu  sea  ar- 
bitraria toda  opinión  sobre 


JAIV 


298  — 


JAMA 


este  vocablo,  parece  más 
correcto  el  uso  de  la  b,  ya 
que  lo  apoya  el  uso  de  los 
más.  (Zool.  F.  Poriunido?; 
esp.  principal :  Callinectes 
diacanthus,  Latr.)  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Jaiba.  Cub.  común.  —  fig.  y 
fam. — Dícese  a  la  persona 
que  emplea  medios  poco 
lícitos  para  engañar  a 
otra,  con  respecto  a  un  ne- 
gocio o  asunto.  Este  signi- 
ficado proviene,  por  ana- 
logía, de  la  artimaña  que 
usa  el  crustáceo  jaiba  para 
comerse  las  almejas,  según 
se  explica  en  la  voz  ante- 
rior. 

Jailbén.  Cub.  epic.  m. — Au- 
mentativo de  jaiba  (1.a 
acep.) ;  se  aplica  a  la  es- 
pecie mayor,  algo  escasa. 

Jañmiquí.  Cub.  m. — Árbol 
silvestre  que  alcanza  unos 
10  metros  de  elevación,  de 
madera  resistente  de  co- 
lor morado  obscuro,  em- 
pleada en  carpintería  ru- 
ral; las  abejas  estiman  el 
polen  de  sus  flores,  y  el 
fruto  alimenta  al  ganado 
vacuno  y  porcino.  Algunos 
corrompen  la  voz  en  aimi- 
qui.  (Bot.  F.  Sapotáceas; 
esp.  Mimusops  jaimiquí, 
Wrig.)  (Et.  Voz  caribe,  se- 
gún Zayas). 

Jairel.  Cub.  m. — La  enreda- 
dera más  conocida  por  cai- 
rel. Véase. 

Jaiva.  Amer.  epic.  f. — Véase 
jaiba,  que  parece  forma 
más  correcta. 


Jalado,  da.  Amer.  adj. — fam. 
— Aplícase  a  la  persona 
embriagada  de  alcohol. 
Véase  jalarse. 

Jalapa.  Cub.  f. — Véase  mara- 
villa. 

Jalar.  Amer.  v.  a. — vulg, — 
Equivale  a  "tirar",  atraer 
materialmente  hacia  uno, 
una  cosa  tirando  de  ella. 
(Et.  Corrupción  tal  vez  an- 
daluza o  canaria  del  cast. 
"halar"). 

Jalarse.  Cub.  v.  ref. — Signi- 
fica "emborracharse".  En 
algunos  puntos  de  América 
y  en  Andalucía  se  oye  ha- 
larse,  con   más   corrección. 

Jalón.  Amer.  m. — vulg. — Ac- 
ción y  efecto  de  jalar. 
Equivale  a  "tirón".  (Et. 
Corrupción  de   "halón"). 

Jamaca.  Cub.  f. — vulg. — Así 
dicen  algunos  campesinos 
por  corrupción  de  "hama- 
ca". 

damaguey.  Cub.  m.  —  Árbol 
silvestre  espinoso,  que  se 
desarrolla  unos  cuatro  me- 
tros en  terrenos  estériles, 
de  reducido  follaje,  made- 
ra dura,  compacta,  de  co- 
lor pardo  obscuro,  emplea- 
da en  carpintería  rural. 
También  se  llama  yama- 
guey.  (Bot.  F.  Legumino- 
sas; esp.  Belairia  mucro- 
nata, Gris.)  (Et.  Voz  cari- 
be). 

Jamaguey  de  loma.  Cub.  m.- 
Tipo  de  árbol  parecido  al 
anterior,  también  de  buena 
madera,  y  que  algunos  de- 
nominan alfiler.  (Bot.  F.  L.; 


JAUA 


299  — 


JAKA 


esp.  B.   espinosa,  A.  Rich.) 
Jamaguey    de    tres    hojas. 

Cub.  m.  —  Árbol  semejante 
a  los  anteriores.  (Bot.  F. 
L.;  esp.  Pictetia  ternata, 
D.  C.) 

Jamaica.  Cub.  f. — Véase  aji- 
cón. 

Jamao.  Cub.  epic.  m. — Va- 
riedad muy  rara  de  la  tor- 
tuga acuática,  conocida  en 
Cuba  por  jicotea,  de  uñas 
muy  largas.  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Jamaquear.  Cub.  V.  a.— flg.  y 
í'am.  —  Entretener  a  una 
persona  con  promesas  que 
no  han  de  cumplirse,  cuan- 
do solicita  algún  favor.  Se- 
gún Zayas,  se  deriva  de  la 
voz  "hamaca".  Pero  es  de 
suponer  que  no  suceda  sin 
pasar  por  la  forma  hama- 
quear, corrompida  luego  la 
h  en  j;  o  también  de  "ha- 
maca", jamaca,,  jamaquear. 

Jamaqueo.  Cub.  xa. — Acción 
y  efecto  de  jamaquear. 
Véase. 

Jamast.  Cub.  m. — Véase  ja- 
nasl.  (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Jamo.  Cub.  m.  —  Corrupción 
muy  generalizada  de  ha- 
mo. Véase. 

Jamón.  Cub.  m.  — -  fam.  — 
Véanse  las  frases  i 40  y  257 
del  Apéndice. 

Jan.  Cub.  m. — Estaca  o  palo 
puntiagudo  que  se  utiliza 
para  sembrar  por  medio  de 
hoyos. 

Janasí.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre,  indígena  según  al- 


gunas opiniones,  que  se  ele- 
va unos  4  metros,  de  ma- 
dera compacta,  aunque 
blanda,  elástica  y  de  color 
del  cedro.  (Et.  Voz  caribe). 
Otros  dicen  jamasí. 

Janazo,  Cub.  m. — Golpe  dado 
con  un  jan.  Véase. 

Jandinga.  Cub.  f. — vulg. — 
Entre  alguna  gente  rústi- 
ca, corrupción  de  gandin- 
ga. 

Janear,  se.  Cub.  v.  a.  ref. — 
poco  uso.— Detener  o  dete- 
nerse en  un  punto  deter- 
minado y  repentinamente, 
algo  que  estaba  en  movi- 
miento. 

Japa.  Cub.  f. — Véase  palma 
cana  de  monte. 

Jaquimón.  Cub.  m.— La  já- 
quima, con  un  tornillo  gi- 
ratorio y  una  argolla,  a  la 
que  se  ata  el  cabestro,  con 
lo  que  se  evita  que  éste  se 
retuerza. 

Jara  cdolia.  Cub.  f. — Árbol 
silvestre  que  se  desarrolla 
hasta  10  metros  de  altura, 
con  el  tronco  recto,  made- 
ra dura,  compacta,  pesada, 
de  color  acerado  con  vetas, 
y  abundante  en  la  juris- 
dicción de  Cienfuegos. 
¿Será  la  jara  común?  (Et. 
Voz  caribe,  según  Zayas, 
pero  la  R.  V  la  acredita 
de  árabe). 

Jaragua.  Cub.  f. -Árbol  o  ar- 
busto silvestre  de  unos  5 
metros  de  alto,  de  madera 
dura,  compacta,  de  color 
blanco  pardusco,  empleada 
para  estacas.  Hay  dos  es- 


JARÜ 


300 


JAYA 


pecies.  (Bot.  F.  Rubiáceas; 
esp.  principal :  Phialan- 
thus  stillans,  Gris.)  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Jaramaguey  de  costa»  Cub. 
m. — Véase  agalla  de  costa. 

Jarana.  Cub.  f. — fam. — Equi- 
vale a  "broma",  "chanza", 
burla  ligera:  "Te  lo  dije 
en  jarana";  "Diego  toma 
en  serio  las  jaranas".  No 
tiene  los  usos  de  la  R.  A. 

Jaranear.  Cub.  v.  a. — fam. — 
Emplear  jaranas  o  chanzas 
en  el  trato  con  personas. 

Jaraneo.  Cub.  m.  —  fam. — 
poco  uso. — Acción  y  efec- 
to de  jaranear. 

Jaranero,  ra.  Cub.  adj. -Aplí- 
case a  la  persona  aficio- 
nada a  jaranear  o  chan- 
cearse: "Pedro  es  muy  ja- 
ranero". 

Jarcia.  Cub.  f. — Por  antono- 
masia de  la  acep.  maríti- 
ma, dícese  en  Cuba  a  toda 
cuerda  gruesa  o  calabro- 
te, fabricados  con  la  fibra 
de  la  planta  henequén. 

Jardín.  Cub.  m.  —  La  plañía 
más  conocida  por  madama. 
Tiene    las    acep.    cast. 

Jarico.  Cub.  m.  —  Dícese  al 
macho  de  la  tortuga  lla- 
mada jicotea.  Véase.  (Zool. 
esp.  Chrysentys  palustris, 
Gmel.)  (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Jaruqueño,  ña.  Cub.  subs.  y 
adj.  —  La  persona  natural 
de  Jaruco. 

Jaruqueño,  ña.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  cosas  de  Jaru- 
co. 


Cub.  i.  —  Especie  de 
palma  que  se  desarrolla  en 
terrenos  arenosos,  hasta 
una  altura  de  5  metros,  cu- 
yas pencas  se  utilizan  para 
techar  bohíos,  la  madera 
para  horcones  y  cercas,  y 
el  fruto  para  alimento  de 
cerdos.  (Bot.  F.  Palmas; 
esp.  Copernicia  hospita, 
Mart.)  (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Jata  de  Csuamabacoa.  Cub. 
f. — Tipo  de  palma  parecida 
a  la  anterior,  que  es  pro- 
pia de  las  proximidades  de 
Guanabacoa.  (Bot.  F.  P.; 
esp.  C.  macroglossa,  H. 
Wendl.) 

Jatal.  Cub.  m. — Lugar  donde 
abunda  la  palma  jata. 

Jatía.  Amer.  f.  —  Árbol  sil- 
vestre y  abundante  en  los 
bosques  de  las  Antillas,  que 
alcanza  unos  10  metros  de 
elevación,  y  dos  de  cir- 
cunferencia en  el  tronco, 
de  madera  correosa,  em- 
pleada en  obras  finas.  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Jatlal.  Cub.  m. — Sitio  donde 
abunda  el  árbol  jatía. 

Jaula.  Cub.  í.  —  En  algunos 
lugares,  dícese  al  vagón  de 
ferrocarril,  sin  techo  y  con 
barrotes  a  los  costados, 
destinado  a  transportar  ca- 
ña de  azúcar. 

Jayafoacaná.  Cub.  m. — Árbol 
silvestre,  espinoso,  de  me- 
diana elevación,  cuyas  ho- 
jas y  corteza  contienen  una 
savia  caustica,  empleada 
con   buenos   resultados    en 


JAYA 


301 


JAZM 


la  curación  de  erupciones 
cutáneas.  El  fruto  lo  come 
la  cotorra  únicamente.  Al- 
gunos dicen  hayabacaná, 
que  es  su  forma  primitiva, 
y  otros,  por  corrupción, 
yayabacaná.  Hay  otra  es- 
pecie. (Bot.  F.  Euforbiá- 
ceas; esp.  Pera  oppositi- 
folia,  Gris.)  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

tíayabaeaná  amarillo.  Cub. 
m. — Véase  frijolillo  ama- 
rillo. 

•iayabacoa.  Cub.  i.  —  Según 
Zayas,  un  "árbol  de  poca 
elevación  y  de  madera 
útil".  (Et.  Voz  caribe,  se- 
gún el  autor  citado). 

«layajabico.  Cub.  m. — Arbus- 
to silvestre  del  litoral  que 
alcanza  unos  4  metros,  de 
hojas  alternas,  elípticas, 
enteras,  muy  puntiagudas, 
flores  blancas,  pequeñas, 
en  cimas  axilares,  fruto  en 
baya  globosa,  madera  com- 
pacta, dura,  pesada,  em- 
pleada en  bastones,  y  cor- 
teza amarga  y  resinosa,  de 
virtudes  medicinales,  par- 
ticularmente en  enferme- 
dades venéreas.  También 
se  dice  yayajabico.  (Bot.  F. 
Rámneas;  esp.  Columbrina 
acuminata,  Gris.)  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Jayajabico.  Cub.  m. -Árbol  o 
arbusto  lampiño,  resinoso, 
de  hojas  coriáceas,  con  es- 
típulas apiculadas,  flores 
blancas  en  cimas  tricóto- 
mas axilares,  corteza  y  fru- 
to  diuréticos   y   astringen- 


tes. Hay  otra  especie  no 
medicinal.  También  se  lla- 
ma, como  a  la  especie  an- 
terior, yayajabico.  (Bot.  F. 
Rubiáceas;  esp.  Erithalis 
fructicosa,  Lin.) 

Jayao.  Cub.  epic.  m.  —  Pez 
que  alcanza  hasta  medio 
metro  de  largo,  y  cuyo  peso 
oscila  entre  3  y  4  kilogra- 
mos, de  cuerpo  oblongo,  con 
el  lomo  elevado  y  compri- 
mido, hocico  largo  y  pun- 
tiagudo, aletas  verticales 
cubiertas  de  pequeñas  es- 
camas, de  color  gris  algo 
rosáceo  hacia  el  lomo,  la- 
bios amarillos  y  el  interior 
de  la  boca  anaranjado.  Es 
buen  bocado.  También  se 
llama  pargo  blanco.  (Zool. 
F.  Ecemulida? ;  esp.  Hoe- 
mulon  álbum,  Cv.)  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

dayún.  Cub.  m. — Especie  de 
junco  de  ciénagas  y  ríos, 
que,  por  su  grosor  y  re- 
sistencia, en  unión  de  otras 
plantas  y  basura,  suele 
obstruir  el  paso  de  las 
aguas.  (Et.  Corrupción  ge- 
neralizada de  c  a  y  u  mb  o 
[véase]). 

Jazmín.  Cub.  m. — Además  de 
los  jazmines  verdaderos, 
reciben  en  Cuba  este  nom- 
bre otras  plantas,  de  la 
misma  familia,  de  diferen- 
tes nombres  en  otros  paí- 
ses. Además,  se  dice  jaz- 
mín a  otras  clases  de  plan- 
tas por  tener  la  circuns- 
tancia de  producir  flores 
blancas  y  perfumadas. 


JAZM 


302  — 


Jazmín  café.  Cub.  m. — Plan- 
ta voluble,  de  flores  sim- 
ples y  cáliz  apenas  dentado, 
que  se  reproduce  rápida- 
mente por  medio  de  sus 
raíces,  y  forma  setos  o  ma- 
cizos muy  espesos.  (Bot.  F. 
Jazmíneas;  esp.  Jasminum 
grandiflorum,  Lin.) 

Jazmín  criollo,  Cub.  m. — 
Dícese    al    jazmín    común. 

Jazmín  de  Arabia»  Cub.  m. — 
Lo  mismo  que  jazmín  fran- 
cés. Véase. 

Jazmín  fie  día.  Cub.  m. -Véa- 
se galán  de  día. 

Jazmín  de  España.  Cub.  m. 
— Diferente  al  que  descri- 
be la  R.  A.  Es  un  arbusto 
de  ramas  peludas,  con  ho- 
jas opuestas,  cordiformes, 
tomentosas  en  el  envés,  y 
flores  en  umbelas  termina- 
les, amontonadas,  de  coro- 
la blanca,  con  el  tubo  más 
largo  que  el  cáliz.  (Bot.  F. 
/. ;  esp.  J.  pubescens, 
Willd.) 

Jazmín  de  Italia.  Cub.  m. — 
Recibe  este  nombre  la 
planta  comúnmente  llama- 
da   "dulcamara". 

Jazmín  de  ia  montaña.  Cub. 
m.  —  Arbusto  ornamental, 
empleado  en  jardinería 
para  formar  setos,  de  ho- 
jas opuestas,  grandes,  elíp- 
ticas, verdes  con  brillo,  flo- 
res de  tubo  estrecho  y  co- 
rola blanca.  (Bot.  F.  Apo- 
cináceas;  esp.  Tabemos- 
montana  coronaria.,  R.  Br.) 
Jazmín  de  !a  tierra.  Cub- 
m. -Planta  trepadora  de  pe- 


queñas hojas  opuestas,  im- 
paripennadas,  flores  gran- 
des solitarias  de  penetran- 
te perfume.  También  se 
llama  jazmín  de  olor.  (Bot. 
F.  «/.;  esp.  J.  grandiflorum, 
Lin.) 

Jazmín  de  !a  tierra.  Cub.  m. 
— Otra  planta  y  su  flor  re- 
ciben este  nombre:  es  sil- 
vestre, de  ramas  trepado- 
ras, con  hojas  elípticas, 
verticiladas,  lustrosas,  y 
flores  grandes  amarillas. 
También  se  llama  barbero 
y  flor  de  barbero.  (Bot.  F. 
Apocináceas;  esp.  Allaman- 
da  cathartica,  Lin.) 

Jazmín  del  Cabo.  Amer.  m. 
— Dícese  a  un  arbusto  de 
jardín  y  a  sus  flores  bellas 
y  fragantes.  Es  la  celebra- 
da  gardenia   de   España. 

Jazmín  de  noche.  Cub.  m. — 
Véase  galán  de  noche. 

Jazmín  de  olor.  Cub.  m. — El 
jazmín  de  la  tierra  (1.a 
acep.) 

Jazmín  de  Punta  Gorda. 
Cub.  m. — Árbol  silvestre  de 
madera  dura,  compacta,  fi- 
na, de  color  amarillento 
pardusco  veteada. 

Jazmín  de  sierpe.  Cub.  m. — 
Árbol  silvestre  de  madera 
dura,  compacta,  de  grano 
fino,  de  color  blancuzco 
azafranado. 

Jazmín  diamela.  Cub.  m.-La 
planta  y  su  flor  conocidas 
en  Europa  por  "di  ame  la"  y 
"gemela",  que  también  re- 
cibe en  Cuba  el  primero  de 
esos  nombres,  y  además  los 


JEJE 


303  — 


JE  NI 


de  jazmín  malabar  y  jaz- 
mín "pompón. 
Jazmín    francés.    Cub.    m.- — 

Planta  parecida  al  jazmín 
común,  pero  de  flor  más 
recogida  y  gruesa.  Tam- 
bién se  llama  jazmín  de 
Arabia.  (Bot.  esp,  Mogori 
sambac). 

Jazmín  malabar.  Cub.  m. — 
Véase  jazmín  diamela. 

Jazmín  pompón.  Cub.  m. — 
El  jazmín  diamela.  Véase. 

Jazmincillo,  Cub.  m.-El  jaz- 
minillo,  que  es  como  más 
comúnmente  se  dice.  Véa- 
se. 

Jazminülo.  Cub.  m. — El  ar- 
busto más  conocido  por 
malacara.  Véase.  Otros  di- 
cen jazmincillo. 

Jedlondo,  da.  Cub.  adj. -Co- 
rrupción, entre  gente  rús- 
tica, de  "hediondo,  da". 

Jefe.  Cub.  m. — fam. — Trata- 
miento, con  mezcla  de  res- 
peto y  confianza,  que  da  el 
pueblo  en  lenguaje  fami- 
liar al  individuo  en  quien 
reconoce  superioridad  so- 
cial. Es  sinónimo  de  gene- 
ral y  maestro. 

Jején,  Amer.  epic.  m. — Mos- 
quito apenas  perceptible  a 
simple  vista,  de  picada  mo- 
lesta, que  forma  nubéculas 
en  las  costas,  cayos  y  lu- 
gares húmedos  cuando  el 
tiempo  está  en  calma.  Mide 
unos  dos  milímetros,  de 
color  pardusco  con  las  pa- 
tas blanquecinas.  Algunos 
dicen  impropiamente  jen- 
jén.  Véase  la  frase  150  del 


Apéndice.  (Zool.  F.  Siinv- 
lido?;  esp.  Oecacia  furens, 
Poey).  (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Jelengue.  Ci:b.  m. — vulg. — 
poco  uso. -Alboroto,  escán- 
dalo, riña. 

Jeníguana.  Cub.  epic.  f.-Pez 
de  pequeño  tamaño,  de 
cuerpo  alargado,  color  gri- 
sáceo con  diez  fajas  longi- 
tudinales doradas,  y  otra 
negra  ancha  en  el  lomo  que 
se  bifurca  en  la  cola.  Es 
comestible.  No  ha  de  con- 
fundirse con  el  pez  jení- 
guano. (Zool.  F.  E'smuli- 
dee;  esp.  Hcemulon  rnelanu- 
rum,  Lin.)  (Et.  Voz  caribe). 

Jeníguano.  Cub.  epic.  m. — 
Pez  de  menor  tamaño  que. 
el  anterior,  de  color  bruno 
verdoso,  algo  blancuzco  por 
el  vientre,  con  fajitas  ho- 
rizontales amarillo-dora- 
das. Los  pescadores  lo  re- 
pudian porque  se  come  la 
carnada.  No  debe  con- 
fundirse con  el  otro  pez  je- 
níguana. (Zool.  F,  Hcemu- 
lidce;  esp.  B.  jeníguano, 
Poey).  (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Jeníguano,  na.  Cub.  adj.-*- 
vulg. — Aplícase  a  la  per- 
sona o  animal  de  raquíti- 
cas   proporciones. 

Jenipa.  Cub.  f. — Tinte  que 
producen  los  árboles  copey 
y  jagua,  usado  por  los  abo- 
rígenes para  teñirse  el 
cuerpo.  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

*  Jeniquén.  Cub.  m. — vulg. — 


JBRB 


304  — 


JÍA 


La  planta  textil  conocida 
por  "pita"  o  "henequén". 
La  R.  A.  acepta  el  cubanis- 
mo jeniquén,  que  sólo  dice 
alguna  gente  rústica,  y  que 
es  sencilla  corrupción  de 
heniquén,  a  su  vez  corrup- 
ción de  "henequén",  que 
es  como  dice  en  Cuba  casi 
todo  el  mundo,  y  nadie  se 
atrevería  a  escribir  en  co- 
rrecto lenguaje  jeniquén, 
de  no  saber  que  lo  per- 
mite la  R.  A.  Son  infinidad 
ias  voces  cubanas  que  me- 
recen antes  que  ésta  la 
sanción  académica.  En  Cu- 
ba el  jeniquén,  heniquén,  o 
"henequén"  es  una  esti- 
mable fuente  de  riqueza 
agrícola  e   industrial. 

Jenjém.  Cub.  epic.  m.  —  Así 
dicen  algunos  incorrecta- 
mente en  lugar  de  jején. 
Véase. 

Jequerití.  Cub.  m. — La  plan- 
ta peonía.  Véase. 

JequL  Cub.  m.-El  árbol  más 
conocido   por  jiquí.   Véase. 

Jequáa.  Cub.  f.  —  Según  Za- 
yas,  un  "arbusto  silvestre 
de  flores  amarillas  que  co- 
me el  cerdo".  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Jequllete.  Cub.  m. —  Véase 
jiquilete.  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

«Jeremiquear.  Cub.  v.  n. — 
fam. — poco  uso.  —  Sollozar 
o  gemir  sin  verdadero  mo- 
tivo para  ello.  En  otros  lu- 
gares americanos  dicen  je- 
rimiquear, con  menos  pro- 
piedad:   "Un  niño  mimado 


jeremiquea  con  frecuen- 
cia". (Et.  De  "jeremiada"; 
aceptable  derivación). 

Jeremiqueo.  Cub.  m. -Acción 
y  efecto  de  jeremiquear. 
Véase. 

Jerez.  Común,  m. — Vino  ex- 
quisito de  alto  precio  y 
crédito  mundial,  cosechado 
en  Jerez  y  su  comarca: 
"Una  copa  de  jerez'";  "el 
jerez  es  muy  estomacal". 
Es  voz  que  clama  por  que 
se  incluya  en  el  Dic.  oficial. 

Jía.  Cub.  f.  —  Varias  plantas 
de  diversas  familias  reci- 
ben este  nombre  común 
con  algún  aditamento  par- 
ticular, pero  hay  una  lla- 
mada simplemente  jía,  y  es 
un  arbusto  espinoso  de  ho- 
jas opuestas,  coriáceas,  y 
flores  amarillas,  purpures- 
centes,  amontonadas  en  las 
axilas.  A  pesar  de  las  cien- 
tíficas refutaciones  vulga- 
rizadas de  Poey  y  otros, 
una  gran  parte  de  los  cam- 
pesinos cubanos  continúan 
sosteniendo  la  opinión  de 
que  este  arbusto  nace  del 
cuerpo  de  una  avispa.  (Bot. 
F.  Rubiáceas;  esp.  Scola- 
santhus  parviflorus,  Wrig.) 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

JÉa  amarilla.  Cub.  f.  —  Véase 
jía  brava. 

Jía  blanca.  Cub.  f. — Arbusto 
silvestre  de  madera  dura, 
compacta,  suave,  utilizada 
en  carpintería  urbana.  (Bot. 
F.  Samidáceas;  esp.  Casea- 
ria  alba,  A.  Rich.) 

Jía   brava.   Cub.   f. — Árbol  o 


JÍA 


—  305 


JIBA 


arbusto  de  hojas  elípticas, 
aserradas,  lampiñas,  con 
puntos  translúcidos,  flores 
pequeñas  en  fascículos  la- 
terales, madera  dura,  com- 
pacta, de  bonito  color  ama- 
rillo de  canario,  empleada 
en  ebanistería  y  tornería. 
También  se  llama  fía  ama- 
rilla. (Bot.  F.  Santidáceds ; 
e  s  p  .  Gasearía  ramiflora, 
Vahl.) 

Jía  de  flcr  grande»  Cub.  f. — 
Especie  de  escaso  interés. 
(Bot.  F.  S.;  esp.  Sarnyda 
grandiflora,  Gris.) 

Jía  espinosa.  Cub.  f. — Véase 
jía  macho. 

J5a  macho,,  Cub.  f. — Arbusto 
silvestre  de  hojas  espátu- 
la das,  lampiñps,  flores 
dioicas :  las  masculinas 
blanquecinas,  en  racimos 
axilares  o  laterales;  las 
femeninas,  fasciculadas  o 
solitarias.  También  se  lla- 
ma jía  espinosa.  (Bot,  F. 
Euforbiáceas;  esp.  Adelia 
pedunculosa,  A.  Ríen.) 

Jía  manzanilla.  Cub.  í. — Ar- 
busto de  hojas  elípticas, 
flores  en  racimos  o  carim- 
bos, con  corola  de  cuatro 
pétalos,  y  drupa  oval  u 
oblonga.  También  se  llama 
ciruelillo,  ciruelo  cimarrón 
y  yand.  (Bot.  F.  Olacáceas; 
esp.  Ximenia  americano,, 
Lin.) 

Jía  peluda.  Cub.  f.-Indicada 
en  su  sobrenombre.  (Bot. 
F.  Samidáceas:  esp.  Gasea- 
ría hirta,  Sw.) 

Jía  prieta.  Cub.   f, — (Bot.  F. 


-S'.;  esp.  C.  espinescens, 
Gris) 

Jía  sin  hojas,  Cub.  f. —Ar- 
busto espinoso  de  hojas 
muy  pequeñas  y  pedicelos 
axilares.  (Bot.  F.  Rubiá- 
ceas; esp.  Phyllacantha 
grisebachiamis,  Hook). 

Jibá.  Cub.  m. — Reciben  este 
nombre  común  sin  distin- 
tivo alguno,  excepto  el  ji- 
bá de  costa,  varios  arbus- 
tos silvestres  de  tallos  le- 
ñosos, hojas  enteras,  cadu- 
cas, alternas,  lampiñas',  de 
flores  blancas  pequeñas, 
fruto  en  drupa  roja,  que 
comen  el  ganado  y  algu- 
nas aves.  Desarróllase  en 
terrenos  húmedos  y  pedre- 
gosos. A  uno  de  estos  ar- 
bustos llaman  en  algunos 
lugares  jibara.  (Bot.  F. 
Eritroxíleas;  género:  Ery- 
throxylum)  (Et.  Voz  cari- 
be, Zayas). 

Jibá  de  costa.  Cub.  m. — Es- 
pecie del  arbusto  jibá  de 
buena  madera,  de  color 
amarillo  pardusco,  cuyo 
fruto  proporciona  tinte  ro- 
sado. (Bot.  F.  E.;  esp.  E. 
brevipes,  D.  C.) 

«libara-,  Cub.  f. — Véase  jibá. 

Jlhar&cón.  Cub.  m.  —  Según 
Pichardo,  el  lugar  por  don- 
de desagua  un  río  en  el 
mar,  cuando  lleva  exceso 
de  agua  y  corre  paralelo 
a  la  costa. 

Jlibarero,  ra.  Cub.  adj. -Aplí- 
case a  cierta  casta  de  pe- 
rros adiestrados  en  perse- 
guir   y    aprehender    a    los 


20 


JICO 


306 


J1GÜ 


animales  que  se  vuelven 
montaraces.  (Et.  De  "jíba- 
ro". 

Jibe.  Cub.  m. — Díoese  a  toda 
especie  de  tamiz  o  cerni- 
dor. (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Jicaco.  Cub.  m.  —  Así  dicen 
algunos  campesinos  inco- 
rrectamente por  "icaco". 
(Et.  Corrupción  de  hicaco). 

Jfcadura.  Cub.  f.  —  Corrup- 
ción muy  generalizada  de 
hicadura.  Véase. 

Jicama.  Amer.  f. — El  bejuco 
más  conocido  por  jiquima. 
Véase. 

Jícare.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre de  notables  propor- 
ciones, y  madera  dura, 
compacta,  fina,  de  color 
amarillo  pálido. 

Jico.  Cub.  m.  —  Corrupción 
generalizada  de  hico.  Véa- 
se. 

Jicotea.  Cub.  epic.  f. — Espe- 
cie de  tortuga  de  agua  dul- 
ce, abundante  en  ríos  y  la- 
gunatos, que  alcanza  un  pie 
de  longitud.  "Su  vitalidad 
os  tanta  —  explica  Pichar- 
do — ,  que  aun  después  de 
cortada  la  cabeza  muerde, 
y  sus  entrañas  palpitan 
largo  tiempo".  Se  alimenta 
de  insectos  y  frutas.  Su 
carne,  así  como  los  hue- 
vos, son  bocados  aceptables. 
Suele  llamarse  jarico  al 
macho  de  esta  especie  de 
quelonio,  y  otros  aplican 
ese  nombre  a  una  especie 
distinta  casi  extinguida. 
Algunas   personas   escriben 


hicotea,  no  sabemos  si  por 
conservar  el  primitivo 
nombre  o  por  creer  que 
"jicotea"  es  corrupción, 
cosa  que  parece  discutible 
en  este  caso,  entre  cuan- 
tos atestiguan  la  frecuen- 
te degeneración  de  la  h  en 
;'.  El  caso  es  que  nadie  dice 
hoy  sino  jicotea.  Véase  el 
refrán  40  del  Apéndice. 
(  Z  o  o  1 .  F.  Emididce;  esp. 
CJirysemys  palustris, Gmel.) 
(Et.  Voz  caribe,  según  Za- 
yas). 

Jiede.  Cub.  tiempo  de  verbo. 
— fam. — Véase  la  frase  249 
del  Apéndice. 

Jlgua.  Cub.  f. — Árbol  silves- 
tre de  sólida  y  pesada  ma- 
dera, fino  grano,  amarilla 
con  vetas,  empleada  en 
mueblería.  (Et.  Voz  cari- 
be, Zayas). 

Jlguabo.  Cub.  m.  —  Lugar 
donde  abunda  el  árbol  ji- 
gua. 

Jiguagua.  Cub.  epic.  f. — Pez 
abundante  que  alcanza  un 
tamaño  de  siete  a  ocho  de- 
címetros, con  el  perfil  an- 
terior de  la  cabeza  muy  ar- 
queado, la  boca  casi  hori- 
zontal, con  una  mancha  ne- 
gra en  el  opérculo  y  otra 
menos  marcada  en  los  ra- 
dios inferiores  de  las  ale- 
tas pectorales.  Algunos  di- 
cen siguagua.  Es  comesti- 
ble, pero  no  muy  acepta- 
ble. (Zool.  F.  Carangida? : 
esp.  Caranx  hippos,  Lin.) 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Jiguana.    Cub.    epic.    f. — Al- 


JIJI 


—  307 


JIÑA 


gunos  dicen  así  impropia- 
mente al  lagarto  americano 
"iguana"  que  describe  la 
R.  A.  Otros  escriben  hi- 
guana. 

Jiguanero,  ra.  Cub.  subs.  y 
adj. — La  persona  nacida  en 
Jiguaní. 

Jiguanero,  ra.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  cosas  de  Jigua- 
ní. 

Jigüe.  Cub.  m. — La  tradición 
de  supersticiones  popula- 
res ha  dado  este  nombre  a 
un  fantasma  que,  al  pare- 
cer, se  presentaba  en  for- 
ma y  figura  de  indio  ena- 
no, con  cabellos  largos,  que 
surgía  de  las  aguas  de  al- 
gunos ríos.  Aun  hay  gen- 
tes en  la  comarca  oriental 
que  relatan  sucesos  de  ji- 
gües como  cosas  reales.  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Jigüe.  Cub.  m.  —  Árbol  sil- 
vestre que  alcanza  una 
elevación  de  diez  metros, 
más  conocido  por  sabicú, 
su  nombre  cubano  acep- 
tado por  la  R.  A.,  y  prefe- 
rible, por  lo  tanto. 

Ji güera.  Cub.  f. — Vasija  for- 
mada con  el  fruto  del  árbol 
americano  "güira".  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Jigüerita.  Cub.  f. — Diminu- 
tivo de  jigüera.  Véase. 

Jijira.  Cub.  f.  —  Planta  sil- 
vestre indígena  de  dos  a 
tres  metros  de  altura,  con 
espinas  de  color  de  cuero, 
negras  en  la  punta,  y  flores 
tubulosas,  inodoras.  Hay 
otra  especie.  (Bot.  F.  Các- 


teas; esp.  Harrissia  fer- 
norvi,  Britt.)  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Jijón.  Cub.  m.— Árbol  silves- 
tre muy  escaso  y  apenas 
estudiado,  parecido  a  la 
caoba,  de  madera  dura  y 
fina.  (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Jimagua.  Cub.  común.  —  Dí- 
cese  a  un  hermano  gemelo 
con  respecto  del  otro : 
"Dos  niños  jimaguas" ;  "un 
hermano  jimagua'".  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Jimagua.  Cub.  común. — Dí- 
cese,  por  extensión,  a  toda 
cosa  que  aparentemente  es 
igual  a  otra:  "Javier  cons- 
truyó dos  casas  jimaguas"". 

Jiminí.  Cub.  m. — La  enreda- 
dera más  conocida  por 
aguinaldo  blanco.  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Jimlrú.  Cub.  m. — Otro  nom- 
bre poco  frecuente  del 
aguinaldo  blanco.  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Jindama.  Común,  f.— vulg. — 
Manifestación  de  miedo  o 
cobardía. 

Jindama.  Cub.  f.  —  vulg. — 
Equivale  a  borrachera  de 
alcohol. 

Jinete.  Cub.  m.-flg.  y  fam.- 
Dícese  al  individuo  de  mal 
vivir  o  que  gusta  de  vivir 
de  sablazos.  Es  lo  que  suele 
decirse  familiarmente,  "un 
pájaro  de  cuidado".  Tiene 
los  usos  castellanos. 

Jifia.  Cub.  f.— muy  vulg.— El 
excremento  humano. 

Jiñar.  Cub.  v.  n. — muy  vulg. 


JIQUI 


308 


JlHI 


— Lo  mismo  que  "defecar". 

Jipato,  ta.  Amer.  adj. -Aplí- 
case a  las  personas  de  tez 
amarillenta,  como  si  pade- 
cieran de  ictericia. 

Jipato,  ta.  Cub.  adj.  —  Se 
aplica  a  las  frutas  que  han 
perdido  la  peculiar  subs- 
tancia. 

Jipi.  Amer.  m. — Dícese,  por 
contracción,  al  sombrero  de 
jipijapa,  entre  la  gente  del 
pueblo. 

Jipijapa.  Cub.  adj. — Además 
de  darle  su  empleo  propio 
a  esta  voz.  aplícase  como 
adjetivo  a  todo  tejido  de 
lino,  algodón,  etc.,  grueso, 
semejando  el  que  se  hace 
de  jipijapa. 

Jiquí.  Cub.  m. — Árbol  silves- 
tre que  se  eleva  de  13  a  14 
metros  en  todo  terreno,  de 
hojas  coriáceas  con  venas 
oblicuas  algo  acostilladas, 
fruto  globoso,  pequeño,  que 
comen  algunos  animales, 
de  madera  durísima,  inco- 
rruptible, de  color  mora- 
do obscuro  con  vetas  ne- 
gras. También  se  llama  je- 
quí,  y  jequí  o  jiquí  espi- 
noso. (Bot.  F.  Sapotdceas; 
esp.Bumélia  hórrida,  Gris). 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Jiquí  de  ley.  Cub.  m. — Una 
variedad  del  jiquí. 

Jiquá  espinoso.  Cub.  m.  — 
Véase  jiquí. 

Jiquí  hedlondoo  Cub.  m. — 
Arbusto,  variedad  del  jiquí, 
de  madera  de  color  de  cue- 
ro obscuro. 

Jiquiabo.     Cub.     m. — Lugar 


donde  abunda  el  árbol  ji- 
quí. Véase. 

Jsq.uiciüoo  Cub.  m.  —  Árbol 
silvestre  de  madera  dura 
y  fina,  de  color  amarillen- 
to con  vetas,  y  corazón  par- 
do rojizo.  También  se  dice 
jiquicülo  de  costa,  (Bot.  F. 
Malpigiáceas") . 

JlquícISlo  de  cosía.  Cub.  m. 

.  — Véase  jiquicülo. 

Jiquima.  Amer.  f. — Llámanse 
así  dos  enredaderas  trepa- 
doras igualmente  conocidas 
por  jicama.  (Bot.  F.  Legu- 
minosas). (Et.  Voz  caribe. 
Zayas). 

Jiquima  cimarrona.  Cub.  f.- 
Especie  de  hojas  compues- 
tas, con  hojuelas  ovales, 
tomentosas  en  el  envés, 
flores  azules,  estrechas,  en 
racimos,  y  legumbre  con  se- 
millas parecidas  al  haba. 
(Bot.  F.  L.;  esp.  Calopogo- 
nium  coeruieum,  Hemsl.) 

Jíquiatia  dulce.  Cub.  f. — Es- 
pecie también  de  flores 
azules,  que  produce  un  ri- 
zoma parecido  al  boniato, 
algo  mayor,  de  epidermis 
amarilla  y  pulpa  blanca, 
muy  abundante  en  almi- 
dón, que  gustan  algunas 
personas,  y  es  un  excelente 
alimento  para  el  ganado 
porcino.  (Bot.  F.  L.;  esp. 
Pahyrhigus  a  n  gulatu  s, 
Rich.) 

¡fa.  Cub.  f. -Dícese  a  cier- 
ta planta  parásita.  (Bot.  F. 
Orquídeas;  esp.  Brassia 
caudata,  Lindl.) 

Cub.    f.— fam.— Di- 


JOCU 


—  309 


JOJO 


cese  que  una  cosa  tiene  ji- 
ribilla,  cuando  presenta  di- 
ficultades al  deseo  que 
haya  despertado  en  uno : 
"Tiene  jiribilla  la  solución 
de  ese  asunto".  Véase  la 
frase  470  del  Apéndice. 

Jobito.  Cab.  m. -Variedad  del 
árbol  americano  descrito 
por  la  Real  Academia  en 
"jobo",  que  también  se  co- 
noce en  Cuba. 

Jobo  hembra.  Cub.  m. — Va- 
riedad escasa  del  jobo  des- 
crito por  la  R.  A.,  de  fruto 
esférico  y  más  dulce. 

Jobo  negro.  Cub.  m. — Otra 
variedad  del  jobo,  de  ma- 
dera más  obscura,  dura  y 
pesada. 

Jobos!.  Amer.  m.  —  Según 
Zayas,  "nombre  de  un  ár- 
bol que  abunda  en  las  An- 
tillas". (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Jocú*  Cub.  epic.  m.-Pez  muy 
parecido  al  pargo,  del  cual 
se  diferencia,  aparentemen- 
te, en  que  tiene  un  espa- 
cio claro  en  el  cachete  y 
una  línea  interrumpida  de 
puntos  azules  debajo  del 
ojo;  además  es  propenso  al 
contagio  de  ciguatera,  y  el 
pargo  no.  Tiene  la  aleta 
caudal  bifurcada,  el  hoci- 
co alargado  y  los  caninos 
agudos.  (Zool.  F.  Lutiani- 
dce;  esp.  Neomcenis  jocú, 
Bioch.)  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Jocuma.  Cub.  f. — Se  conocen 
dos  árboles  con  est8  nom- 
bre y  aditamentos  particu- 


lares. (Bot.  F.  Sapotdceas). 
(Et.    Voz   caribe,    Zayas). 

Jocuma  amarilla.  Cub.  m. — 
Árbol  que  se  eleva  a  15 
metros,  de  hojas  cartáceas, 
ovales,  que  se  desarrolla 
en  las  costas  y  terrenos 
pedregosos,  con  tronco  rec- 
to y  hermoso,  de  madera 
dura  y  muy  fuerte,  de  co- 
lor amarillento  rojizo,  em- 
pleada en  mueblería.  Tam- 
bién se  llama  ébano  ama- 
rillo y  jocuma  prieta.  (Bot. 
F.  S.;  esp.  Sideroxylon 
mastichodendron,  Jacq.) 

Jocuma  blanca.  Cub.  f.-Ar- 
bol  silvestre  que  alcanza 
unos  10  metros  de  altura, 
de  hojas  cartáceas,  lanceo- 
ladas, puntiagudas,  con  las 
venas  arqueadas,  de  made- 
ra dura,  sólida,  blancuzca, 
empleada  en  carpintería 
rural.  Produce  un  látex  re- 
sinoso empleado  en  la  cura 
de  hernias  recientes.  Tam- 
bién se  llama  Carolina  y 
cuya.  (Bot.  F.  S.;  esp.  Di- 
pholus  salicifolia,  A.  D.  C). 

Jocuma  prieta.  Cub.  f. — La 
jocuma  amarilla.  Véase. 

Jocusete.  Cub.  epic.  m. — Se- 
gún Zayas,  un  "pez  pa- 
recido al  jocú,  aunque  más 
pequeño".  (Et.  Del  caribe 
jocú). 

Jo  jote.  Cub.  adj. — Véase  jo- 
joto, ta. 

Jojoto,  ta.  Cub.  adj. — Dice 
Zayas:  "Se  aplica  al  bo- 
niato que  pasa  de  sazón,  y 
tiene  partes  endurecidas,  y 
sabor  poco   agradable.   Al- 


JOVfl 


—  810 


JUBI 


gunos  agricultores  achaoan 
esa  oondieión  del  tubércu- 
lo a  la  picadura  de  un  gu- 
sano". También  se  aplica  a 
otros  frutos,  como  el  plá- 
tano, por  estar  resecos. 
Otros  dicen  jojote.  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

«Jorobado.  Cub.  epic.  m. -Re- 
ciben este  nombre  varios 
peces  de  cuerpo  alto,  corto, 
fuertemente  comprimido,  y 
con  una  especie  de  joroba 
en  el  perfil  del  lomo;  es  de 
color  plateado,  con  esca- 
mas finas.  La  mayor  de  las 
especies  no  alcanza  un  pie. 
(Zool.  F.  Carangidce;  esp. 
Selene  vomer,  Lin.)  Tiene 
el  uso  castellano. 

Jorro,  rra.  Cub.  adj.  —  Co- 
rrupción bastante  extendi- 
da de  horro,  rra.  Véase. 

Joturo.  Cub.  epic.  m.  —  Pez 
de  río  cuyo  tamaño  oscila 
entre  uno  y  dos  pies,  con 
un  peso  promedio  de  3  ki- 
logramos, de  cabeza  gran- 
de, achatada,  hocico  agudo, 
con  la  boca  en  la  parte  in- 
ferior, de  color  aplomado 
obscuro  en  el  lomo,  más 
pálido  por  debajo.  Vive  en- 
tre las  rocas,  y  es  bocado 
agradable.  (Zool.  F.  Mugi- 
lidne;  esp.  Joturus  pichar- 
di,  Poey).  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 
Joveilanense.  Cub.  s  u  b  s  . 
com.  y  adj.  —  La  persona 
nacida  en  Jovellanos. 
Joveilanense.  Cub.  adj.  — 
Aplícase  a  cosas  pertene- 
cientes a  Jovellanos. 


Juan  de  la  Cruz.  Cub.  m. — 
Árbol    silvestre    que    tam- 
bién se  desarrolla  en  la  isla 
de   Pinos,   de  tronco   recto 
y  grueso,  que  alcanza  gran 
elevación  y  suministra  muy 
buena  madera,  dura,  com- 
pacta,   fina,    de   color   mo- 
rado   subido,    que   produce 
tinte    de    dicho    color,    del 
cual  bastan  unas  gotas  en 
un  vaso  para  contener  una 
hemorragia.  (Bot.  esp. 
Granderia  espinosa). 
Juba.  Cub.   f. — Según  Zayas, 
es  el  "nombre  de  un  árbol 
silvestre  en  la  isla  de  Cu- 
ba".  (Et.    Voz   caribe,   Za- 
yas). 
Jubabán.  Cub.  m. — poco  uso. 
— El    árbol    más    conocido 
por  cabo  de  hacha.  Véase. 
(Et.  Voz  caribe). 
Jubabao.  Cub.  m. — poco  uso. 
— Otro    nombre    del    árbol 
más  conocido  por  cabo  de 
hacha.     (Et.     Voz     caribe, 
Zayas). 
Jubilado,     da.    Cub.    adj.  — 
Aplícase  a  la  persona  muy 
experimentada     e  n     algo, 
que  posee  todos  los  secre- 
tos de  una  cosa:    "Jubila- 
do en  amores";  "estar  ju- 
bilado  en   juegos    de   nai- 
pes".   No    necesita   comen- 
tarios  tamaño   barbarismo. 
Tiene  las  acep.  cast. 
Jubilarse.  Cub.  v.  ref. — vulg. 
—  Experimentarse,    adqui- 
rir práctica  en  alguna  co- 
sa. Véase   la  voz   anterior. 
Tiene  los  usos  cast. 
Jubito.  Cub.  m. — flg.  y  fam. 


JUCA 


311 


JUOÍ 


—  poco  uso.  —  Diminutivo 
de  jubo.  Véase.  Dícese  me- 
tafóricamente al  hombre 
pequeño  y  muy  flaco. 

Jubo.  Cub.  epic.  m. — Toman 
este  nombre  varias  espe- 
cies de  culebras  de  cuerpo 
muy  delgado,  inofensivas 
al  hombre  si  no  son  pro- 
vocadas, en  cuyo  caso  sue- 
len vengarse  a  latigazos 
con  la  cola.  La  especie  más 
común  alcanza  un  metro,  y 
es  dañina  a  las  crías  de 
aves  de  corral;  su  color  es 
aplomado  con  viso  rojizo  o 
verdoso.  (Zool.  F.  Colubri- 
dce;  esp.  Alsophis  anguli- 
fer,  Bibron.)  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Jucaral.  Amer.  m.  —  Lugar 
donde  abunda  el  árbol  já- 
caro. 

Júcaro  amarillo.  Cub.  m. — 
Especie  del  árbol  antillano 
júcaro,  descrito  por  la 
Real  Academia,  de  hojas 
alternas,  obtusas,  espatu- 
ladas,  lampiñas,  inflores- 
cencia en  espigas  peduncu- 
ladas  axilares;  fruto  en 
drupa  ovoide,  destinada  a 
la  cría  de  cerdos,  madera 
dura  compacta,  utilizada 
en  carpintería.  (  B  o  t .  F. 
Combretáceas ;  esp.  Ter- 
minalia  hilar  xana, 
Stend.) 

Júcaro  bravo.  Cub.  m. — Ár- 
bol parecido  al  verdadero 
júcaro,  con  el  que  lo  con- 
funden algunos.  (Bot.  F. 
Leguminosas ;  esp.  Lysilo- 
na  latisigna,  Benth.) 


Júcaro  de  playa.  Cub.  m. — • 
Especie  del  verdadero  jú- 
caro, de  hojas  obovales,  es- 
patuladas,  lampiñas  en  la 
haz,  sedosas  en  el  envés, 
inflorecencia  en  espigas  ci- 
lindricas y  madera  muy 
dura  e  incorruptible.  Tam- 
bién se  llama  júcaro  prieto 
y  espinoso.  (Bot.  F.  C;  esp. 
T.  bucera,  Wrig.) 

Júcaro  espinoso.  Cub.  m. — 
Véase  júcaro  de  playa. 

Júcaro  mastelero.  Cub.  m.- 
Arbol  que  se  eleva  silves- 
tre hasta  6  metros,  de  ma- 
dera dura. 

Júcaro  prieto.  Cub.  m. — Lo 
mismo  que  júcaro  de  pla- 
ya. Véase. 

Jucato.  Cub.  m. — desusada. 
— Según  Zayas,  una  "es- 
pecie de  bolsa  o  saco".  (Et. 
Voz    caribe,    Zayas). 

Judío.  Cub.  epic.  m. — Pájaro 
abundante  en  Cuba  y  otros 
pueblos  americanos,  donde 
recibe  distintos  nombres : 
aní,  chamán,  garrapatero, 
samurito,  etc.  Su  tamaño 
es  de  unos  3  decímetros, 
de  cola  muy  larga,  y  plu- 
maje totalmente  negro  con 
reflejos  verdosos.  Es  de 
costumbres  suaves  y  fa- 
miliares, se  acerca  mucho 
a  las  viviendas  y  personas, 
y  vuela  regularmente  en 
bandadas.  No  es  caza  ni 
bocado  estimable.  Toma  ese 
nombre  por  la  onomato-- 
peya  de  su  canto:  hu...  ii, 
o,  de  donde  judío.  (Zool.  F. 
Cucúlidos;   esp.   Crotaphaga, 


JUNG 


312  - 


JURO 


ani,   Lin.)    Tiene    loa   usos 
cast. 

Juey.  Cub.  epic.  m. — desuaa- 
da.  —  Según  Zayas,  "un 
cangrejo  que  habita  en  los 
manglares".  (Et.  Voz  cari- 
be, Zayas). 

Júgano.   Cub.   m.  —  antic.  — 

Primitivo    nombre     de     la 

planta   llamada   nab  ac  o  . 

Véase.  (Et.  Voz  caribe,  Za- 

^yas). 

Jújano*  Cnb.  m. — Véase  na- 
baco.  (Et.  Corrupción  de 
júgano) . 

Juma.  Amer.  f. — fam. — Bo- 
rrachera: "¡Vaya  una  ju- 
ma la  de  Ramón!" 

Jumarse.  Común,  v.  ref. — 
fam. — Lo  mismo  que  em- 
briagarse de  alcohol.  Es  de 
advertir,  que  este  verbo  y 
sus  derivados  y  voces  afi- 
nes son  resultados  de  ha- 
berse corrompido  la  h  en 
j.  (Et.  Jumarse,  de  ajumar- 
se,  ahumarse,   humo). 

Jumatán.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Dícese  ai  borracho  empe- 
dernido. 

Jumera.  Cub.  común.-fam.- 
Además  de  borrachera,  cual 
admite  la  R.  A.,  significa 
en  Cuba  borracho  o  aficio- 
nado al  alcohol:  "Jorge  es 
un  jumera  indomable" ; 
"Anita  es  un  poco  jume- 
ra". 

Junco  de  ciénaga.  Cub.  m.- 
Especie  de  junco,  que  co- 
men los  animales  como 
último  recurso.  (Bot.  F. 
Ciperáceas;  e  s  p  .  Eleocha- 
r4s  interstincta,  R.  Br.) 


Jainco  marino.  Cub.  m. — El 
arbusto  llamado  espinillo. 
Véase. 

Júpiter.  Cub.  m. — Véase  as- 
tronomía rosada. 

Júpiter.  Cub.  m. — Véase  pi- 
ñón amoroso. 

Jora.  Cub.  f.  —  muy  vulg.— 
Individuos  de  la  condición 
moral  que  puede  suponer- 
se, dieron  este  nombre  a 
los  agentes  de  la  autoridad, 
uniformados. 

Jurabaiba.  Cub.  f.  —  El  ár- 
bol más  conocido  por  fri- 
jolillo. Véase.  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Jurabaina.  Cub.  f.  —  Otro 
nombre  del  árbol  frijoli- 
llo. Véase.  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Juracán.  Cub.  m.  —  vulg.  — 
Corrupción  de  "huracán", 
entre  gente  rústica. 

JureS.  Cub.  epic.  m.  —  Pez 
abundante  de  cuerpo  oval, 
comprimido,  que  cuando 
adulto  es  casi  blanco,  y 
propenso  al  contagio  de  ci- 
guatera. Cuando  joven  le 
denominan  gallego  y  jure- 
lete.  (Zool.  F.  Car ang idee ; 
esp.  Cavanx  atus,  Agas.) 

Jure!.  Cub.  m. — vulg. — poco 
uso. — Según  Pichardo,  con 
los  verbos  "coger"  y  "te- 
ner", significa  miedo,  y  con 
"tener"  y  "tomar",  em- 
briaguez. Nunca  lo  hemos 
oído. 

Jureiete.  Cub.  epic  m. — Dí- 
cese al  jurel  joven.  Véase. 

Jurga.  Cub.  f. — antic. — Es- 
pecie   de   baile    "bonito   y 


JUTÍ 


—  313 


JUYU 


gracioso",  según  Pichardo, 
acompañado  de  canto  algo 
picaresco.  Ha  desaparecido 
su  uso. 

Jurtacuerpo.  Cub.  m. -Véase 
huriacuerpo. 

Justacuerjto.  Cub.  m. -Véase 
hurtacuerpo. 

-latía.  Cub.  epic.  f. — Así  dice 
todo  el  mundo  en  la  Isla, 
por  corrupción  de  "hutía", 
a  este  mamífero  que  des- 
cribe la  R.  A.  Hay  varias 
especies  con  aditamentos. 
Véanse  las  frases  185  y 
215  y  el  refrán  39  de  los 
respectivos  Apéndices. 
(Zool.   F.   Octodontidce). 

Jutía  arará.  Cub.  epic.  f. — 
Variedad  del  mamífero  ju- 
ña, de  pelo  blanco,  abun- 
dante en  la  parte  occiden- 
tal de  la  Isla. 

Jutía  baribá.  Cub.  epic.  f. — 
Otra  variedad,  también  de 
Vuelt  abajo. 

Jutía  caraba!!.  Cub.  epic.  f. 
— Especie  de  cuerpo  más 
aguzado,  de  pelo  terso  y 
largo,  leonado,  de  algo  me- 
nor tamaño  que  el  corrien- 
te. También  se  dice  jutía 
mona.  (Zool.  F.  O.;  esp. 
C  apr  o  my  s  prehensiles, 
Paeppig.) 

Jutía  conga.  Cub.  f. — Es  la 
especie  de  mayor  tamaño, 
que  alcanza  4  decímetros 
hasta  el  nacimiento  del  ra- 
bo, de  figura  muy  semejan- 
te a  la  rata,  y  color  colora- 
duzco  ceniciento.  Es  do- 
mesticable.  (Zool.  F.  O.; 
esp.  C,  pilorid.es,  Pal.) 


Jutía  mandinga.  Cub.  epic. 
f. — Variedad  de  pelo  total- 
mente negro,  que  suele 
verse  en  los  cayos  de  la 
costa  Norte,  particularmen- 
te en  los  de  Cárdenas. 

Jutía  mona*  Cub.  epic.  f. — 
La  jutía  carabalí.  Véase. 

Jutía  vaSensuelana.  Cub. 
epic.  f. — Variedad  de  pelo 
uno  propenso  a  blanquear. 

Juyuyo.  Cub.  epic.  m. — Por 
corrupción  de  huyuyo,  dí- 
cese  a  un  ave  palmípeda, 
especie  de  pato,  de  muy 
bello  aspecto:  tiene  el 
vientre  blanco,  el  pecho 
rojo  con  triángulos  blan- 
cos, la  cola  negra,  y  el  res- 
to del  cuerpo,  así  como  el 
moño  (que  sólo  adorna  la 
cabeza  del  macho),  de  co- 
lor verde  precioso  con  re- 
flejos dorados;  la  hembra 
tiene  los  colores  menos 
fuertes.  Los  ojos  son  cas- 
taños, con  los  párpados  de 
color  bermellón.  Alcanza 
una  longitud  de  medio  me- 
tro, vive  sobre  las  aguas  y 
en  los  troncos  de  los  ár- 
boles, y  es  domesticable. 
En  algunos  lugares  le  di- 
cen pato  real.  (Zool.  F. 
Anatidce;  esp.  Aix  sponsa, 
Lin.) 

Juyuyo,  ya.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  las  personas  y  ani- 
males   huraños,    indómitos. 

Juyuyo.  Cub.  epic.  m. — Es- 
pecie de  hormiga  inofen- 
siva a  ios  cultivos,  pero 
que  pica,  y  por  su  maña 
de  picar  y  huir  en  seguida, 


JUZG 


—  314  — 


JüZG 


se  la  llama  también  muer- 
de-huye  o  muerde -juye. 
Juzgado   Correccional.  Cub. 
m. — Juzgado  a  cargo  de  un 
juez  para  juzgar  y  senton- 


oiar  delitos  menores,  y  cu- 
yas sentencias  son  inape- 
lables. También  se  dice 
simplemente  "Correccio- 
nal". 


KILO 


—  315  — 


KIMO 


K 


Kepis.  Común,  m. — Así  es- 
criben algunos  en  lugar  de 
"quepis",  que  es  como  la 
R.  A.  adaptó  este  galicismo. 

Kilo.  Cub.  m.  fam. — Dícese 
a  la  moneda  de  un  centavo. 
Es  sinónimo  de  hierro  en 
el  mismo  familiar  lengua- 
je, aunque  con  menos  uso 


éste.  Tiene  la  acepción  cas- 
tellana. 
Kimona.  Cub.  f. — Es  el  "ki- 
mono" o  "quimono"  que 
traen  algunos  diccionarios. 
Una  especie  de  bata  larga 
de  estilo  japonés,  que  usan 
las  mujeres  como  traje 
casero. 


LAGA 


—    316 


LAGA 


Labal.  Cub.  m.  —  "Tela  de 
hilo,  poco  conocida,  que  se 
parece  a  la  silesia".  Esto 
dice  Pichardo.  Actualmen- 
te, nos  parece  que  ni  la  una 
ni  la  otra  se  conocen  ni 
poco  ni  mucho. 

Lacre.  Cub.  m. — Árbol  exó- 
tico, originario  de  la  Gua- 
yana,  que  alcanza  una  al- 
tura de  10  metros,  que  to- 
ma ése  nombre  de  una  re- 
sina parecida  al  lacre  que 
exuda  la  corteza.  Su  made- 
ra es  ligera,  resistente,  fi- 
brosa, fina,  "de  un  hermo- 
so color  de  gamuza  o  de 
carne,  pálido,  veteado". 
(Bot.  esp.  Bimia  guaya- 
nensis).  Tiene  los  usos  cas- 
tellanos. 

Lacre  de  colmena.  Cub.  m. 
— Especie  de  cera  que  fa- 
brica la  abeja  criolla  o  de 
la  tierra  (véase),  de  virtu- 
des vulnerarias  y  anties- 
pasmódicas. 

Lado.  Cub.  m. — fam. — Véase 
la  frase  110  del  Apéndice. 

Lagaña  de  aura.  Cub.  f. — En 
algunos  lugares  del  centro 
de    la   Isla,    dícese    a   una 


"planta  de  pocas  hojas, 
que  echa  el  fruto  colorado, 
redondo  corno  el  tomate  ci- 
marrón", según  Pichardo. 
Hay  varias  especies.  En 
otros  lugares  le  dicen  pa- 
pua y  rompezaragüey. 
(Bot.  F.  Compuestas;  géne- 
ro Vernonia). 

Lagaña  de  aura.  Cub.  í. — El 
arbusto  más  conocido  por 
malacara.  Véase. 

Lagaña  de  aura  de  paredón. 
Cub.  f.  —  Un  arbusto  sil- 
vestre de  escaso  interés, 
también  llamado  rompeza- 
ragüey morado.  (Bot.  F. 
Compuestas;  esp.  Vernonia 
incequiserrata) . 

LagarteadOj,  da.  Cub.  adj. — 
Dicen  así  los  muchachos  al 
rabo  o  cola  de  las  cometas 
de  papel,  cuando  llevan  ti- 
ras de  trapos  alternando 
los  colores  blanco  y  negro. 

Lagarto  de  río.  Cub.  epic. 
m. — Varias  especies  de  un 
pez  de  cuerpo  alargado,  de 
boca  hendida  hasta  mucho 
más  atrás  de  los  ojos,  y 
que  alcanza  un  tamaño  de 
tres    a   cuatro    decímetros. 


317 


La  especie  principal  es  ver- 
dosa con  fajas  vehicula- 
res obscuras.  No  es  comes- 
tible. (Zool.  F.  Synodonti- 
da?;  esp.  Synodus  fceteus. 
Lin.) 

Laguer.  Cub.  m. — Una  espe- 
cie de  cerveza  ligera  fabri- 
cada en  el  país,  y  que  cons- 
tituye la  bebida  de  mayor 
consumo  por  excelencia. 
(Et.  Del  inglés  lager). 

Lagunato.  Amer.  m.-Lo  mis- 
mo que  "lagunajo"  o  char- 
co grande.  Es  un  diminu- 
tivo despectivo  bien  for- 
mado. 

Lajero,  ra.  Cub.  subs.  y  adj.- 

-  -La  persona  nacida  en  San 
José  de  las  Lajas  o  en  San- 
ta Isabel  de  las  Lajas  ,  co- 
nocida esta  última  pobla- 
ción más  por  "Lajas"  sim- 
plemente. 

Lajero,  ra.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  cosas  de  esas  dos 
poblaciones. 

Lambarear.  Cvb.  v.  n. — des- 
usado.— Callejear  por  ocio- 
sidad, distracción,  o  por 
vicio  de  holgazanería. 

Lambareo.  Cub.  m. — desusa- 
do. —  Acción  y  efecto  de 
lambarear.  Véase. 

Lambarero,  ra.  Cub.  adj. — 
desusado.  —  Aplícase  a  la 
persona  que  lambarea  o 
callejea  por  distracción  o 
vicio.  Véase  lambarear. 

Lámpara.  Cub.  común-. -vulg. 
— Dícese  a  la  persona  im- 
pertinente, molesta,  de  la 
que  cuesta  trabajo  des- 
prenderse:     "Jacinto      es 


un  lámpara  inaguantable". 
Tiene  los  usos  cast. 

Lampuso,  sa.  Cub.  adj. — Lo 
mismo  que  "atrevido", 
"desvergonzado". 

Lanero.  Cub.  m. — El  árbol 
más  conocido  por  ceibón- 
botija.  Véase. 

Lanilla  bJaaca,  Cub.  f. — Ár- 
bol silvestre  muy  escaso, 
de  madera  ligera,  amari- 
llenta. 

Lanliía  prieta»  Cub.  f. — Ár- 
bol también  silvestre  y  es- 
caso, de  madera  dura,  re- 
sistente y  obscura. 

Lanudo.  Cub.  va. — Árbol  sil- 
vestre de  madera  dura, 
compacta,  fina,  de  color 
amarillento  obscuro. 

Largar.  Cub.  v.  a.  —  vulg. — 
Metafóricamente,  se  usa  en 
vez  de  "pegar",  castigar. 
Tiene  los  usos  autorizados 
por  la  R.  A. 

Largar.  Cub.  v.  n.  —  fam.  — 
Con  el  pronombre  personal 
de  tercera  persona  la  ante- 
puesto, significa  morirse : 
"Fulano,  cualquier  día  la 
larga". 

Lata.  Cub.  f. — En  algunos  lu- 
gares del  campo,  llaman  así 
a  un  palo  tosco  que  se  apo- 
ya por  los  extremos  en  dos 
horquetas  clavadas  en  la 
tierra,  y  que  se  pone  a  la 
entrada  de  las  fincas  rús- 
ticas a  manera  de  talan- 
quera, para  impedir  el  pa- 
so libre.  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Latigazo.  Cub.  m. — Cierta  fi- 
gura  del   baile   contradan- 


LAUR 


318   - 


LBBI 


za  o  rigodón.  Tiene  el  uso 
castellano. 

Laurel.  Cub.  m. — Reciben  es- 
te nombre,  casi  todos  con 
algún  aditamento,  varios 
árboles  de  una  misma  fa- 
milia, que  es  la  del  laurel 
verdadero,  y  de  otras.  Una 
especie  importante  se  lla- 
ma sencillamente  laurel, 
que  tiene  las  hojas  pare- 
cidas al  verdadero,  y  su 
madera  es  apreciable  en 
carpintería.  (Bot.  F.  Lau- 
ráceas; esp.  Acrodiclidium 
wrightii,  Meisu). 

Laurel  blanco.  Cub.  m. — El 
árbol  más  conocido  por  le- 
visa  (2."  acep.)   Véase. 

Laurel  de  cembal.  Cub.  m. — 
Véase  anón  de  cembal. 

Laurel  de  España.  Cub.  m. 
— El  árbol  laurel  cuyas  ho- 
jas en  España  se  emplean 
como  especia,  y  que  en  Cu- 
ba es  una  planta  exclusi- 
vamente de  adorno,  pues 
que  ni  florece  ni  fructifica. 

Laurel  de  la  India.  Cub.  m. 
— Hermoso  árbol  ornamen- 
tal y  de  sombra,  muy  es- 
timado para  paseos  y  tam- 
bién para  carreteras,  por 
ser  muy  resistente  a  los  ci- 
clones, a  pesar  de  sus  raí- 
ces superficiales;  y  en  el 
primer  caso,  tiene  la  difi- 
cultad de  que  la  multitud 
de  sus  fruticas.  que  se  des- 
prenden incesantemente, 
hacen  peligroso  el  tránsi- 
to, porque  con  facilidad  se 
resbala.  Es  muy  coposo,  de 
hojas  chicas,  ovaladas, 


elípticas,  brillantes,  de  co- 
lor verde  obscuro.  En  sus 
hojas  suele  haber  con  mu- 
cha frecuencia  un  insecto 
que  si  cae  en  la  vista  de 
una  persona  le  causa  un 
escozor  muy  fuerte,  por  lo 
que  se  llama  bicho  de  can- 
dela. El  árbol  también  se 
llama  álamo-jagüey.  (Bot. 
F.  Mareas;  esp.  Ficus  ní- 
tida, Thunb.) 

Laurel  de  loma.  Cub.  m. — 
Árbol  silvestre  indígena, 
de  hojas  alternas,  elípticas, 
con  venas  arqueadas,  y 
fruto  en  baya  ovalo-oblon- 
ga.  (Bot.  F.  Lauráceas ;  esp. 
Beilschmiedia  péndula, 
Hem.) 

Laurel  pico  de  gallo.  Cub. 
m. — El  árbol  más  conocido 
por  cirio.  Véase. 

Lausí.  Cub.  m. — antic. — Tela 
de  seda  en  colores,  que  se 
deshilaba  para  bordar  con 
los  hilos.  Ni  se  conoce  ya 
la  tela  ni  se  usa  el  proce- 
dimiento. 

Lavado,  da.  Cub.  adj. — Aplí- 
case al  ganado  de  pelo  ber- 
mejo tirando  a  blanco.  Si 
el  pelo  es  casi  blanco  so- 
bre fondo  negro  se  dice  la- 
vado fardinegro.  Tiene  los 
usos  castellanos. 

Lea.  Común.  f.-Entre  el  vul- 
go de  España  y  gran  parto 
de  América  suele  oirse  así 
en  vez  de  "ramera". 

Lebisa.  Cub.  epic.  f.  —  Mu- 
chas personas  escriben  así 
en  lugar  de  levisa  (véase), 
que  es  la  forma  ortográfica 


LBUHÍS 


319 


LHCHU 


más  adaptable  al  castella- 
no, en  el  que  ninguna  voz 
comienza  con  las  sílabas 
lebi. 

Lebrancho.  Cub.  epic.  m. — 
El  pez  "lisa"  (más  conoci- 
do en  castellano  por  "mú- 
jol")  cuando  alcanza  ta- 
maño grande. 

Lebrero.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre de  madera  dura, 
compacta,  fibrosa,  de  gra- 
no fino,  de  color  pardo 
amarillento  con  vetas  más 
obscuras,  empleada  en 
mangos  de  instrumentos. 
También  se  llama  torcido, 
palo  torcido,  mano  de  pi- 
lón y  yaya  macho.  (Bot.  F. 
Melastomáceas;  esp.  Mou- 
r  r  ir  i  a  valenzuelana,  A. 
Rích.) 

Lecusa.  Cub.  f. — Véase  mate 
calentura. 

Leche.  Cub.  f. — fam. — Véase 
la  frase  79-6  del  Apéndice. 

Leche  de  Venus.  Cub.  f. — 
Una  variedad  de  la  planta 
altea.  Véase. 

Lechera.  Cub.  f. — La  yerba 
lechera.  Véase.  Tiene  las 
acep.  oast. 

Lechera  marina.  Cub.  f. — 
Especie  de  hierba  parecida 
a  la  anterior,  abundante  en 
las  playas,  que  se  llama 
también  yerba  lechera  ma- 
rina. (Bot.  F.  Euforbiáceas; 
esp.  Euphorbia  trichotoma, 
H.  B.  et  K.) 

Lechero.  Cub.  m. -Árbol  sil- 
vestre de  hojas  coriáceas 
y  oblongas,  y  flores  en  ra- 
cimos terminales.  Este  ár- 


bol, así  como  las  dos  plan- 
tas anteriores  y  las  dos 
primeras  que  van  pospues- 
tas, toman  esos  nombres 
por  el  abundante  látex  le- 
choso que  producen.  (Bot. 
F.  Euforbiáceas;  esp.  Sa- 
pium  laurocerasus,  Lin.) 

Lechero,  ra.  Cub.  adj. — vulg. 
— Aplícase  a  la  persona 
arriesgada  con  buena  suer- 
te, en  cualquiera  clase  de 
empresas.  Otros,  en  más 
vulgar  lenguaje,  dicen  le- 
chan, na.  Tiene  los  usos 
castellanos.  En  algunos  lu- 
gares andaluces  equivale  a 
"logrero". 

Lechón,  na.  Cub.  adj. — muy 
vulg. — Véase  lechero,  ra. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Lechonata.  Cub.  f.  —  Dicen 
así  muchos  a  la  hembra  del 
lechón,  pero  más  se  dice 
con  su  nombre  castellano 
"lechona".  Lechonata  sería 
correctamente  aplicable  a 
un  conjunto  de  lechones. 

Lechosa.  Cub.  f.  —  Planta 
herbácea,  erecta,  polimor- 
fa, de  hojas  ovales,  en  fi- 
gura de  violín.  Toma  el 
nombre  del  jugo  lechoso 
que  oontiene.  También  se 
llama  yerba  lechosa.  (Bot. 
F.  Euforbiáceas;  esp.  Eu- 
phorbia heterophylla,  Lin.) 

Lechoso.  Cub.  m. — El  árbol 
huevo  de  gallo.  Véase. 

Lechuga.  Cub.  f.  —  Arbusto 
silvestre,  poco  estudiado, 
de  madera  dura,  elástica, 
de  color  amarillo  sucio. 
Tiene  el  uso  castellano. 


LEÑO 


—    3íí0 


LBNO 


Lechuga  cimarrona.  Cub.  f. 
— Planta  acuática  cuya& 
hojas  sobrenadan  en  los 
ríos.  También  se  dice  le- 
chuguilla. (Bot.  F.  Avoi- 
deas;  esp.  P istia  stratiotes, 
Lin.) 

Lechuguilla.  Cub.  í.- — La  le- 
chuga cimarrona.  Véase. 

Lechuguilla  de  agua.  Cub,  f. 
— Plañía  acuática  de  hojas 
circulares  grandes,  que  flo- 
tan amontonadas  en  ríos  y 
lagunas.  (Bot.  F.  Salviniá- 
ceas;  esp.  Salvinia  hispida, 
Kth.) 

Lechuza.  Cub.  epic.  f .  —  La 
lechuza  de  Cuba  se  dife- 
rencia de  la  de  España  en 
que  tiene  mayor  tamaño  y 
la  cola  ligeramente  escota- 
da. Por  lo  demás,  es  idén- 
tica en  hábitos  y  configu- 
ración. Tiene  el  uso  fig. 
castellano. 

Legua  corralera.  Cub.  í. — 
Medida  superficial,  desusa- 
da, equivalente  a  la  cuarta 
parte  aproximadamente  de 
un  corral.  Véase. 

Legua  cubana.  Cub.  f. — Me-, 
dída  longitudinal  equiva- 
lente a  5.000  varas  cuba- 
ñas,   o   sean   4.240   metros. 

Lengua  de  Sobo.  Cub.  f. — 
Véase  colonia  (1.a  acep.) 

Lengua  de  pájaro.  Cub.  i. — 
Uno  de  los  tipos  del  ají. 
Véase. 

Lengua  de  vaca.  Cub.  í. — 
Reciben  este  nombre  co- 
mún varias  plantas  muy 
diferentes,  entre  ellas  una 
rnás  conocida  por  taburete 


y  otra  por  pasa  de  negro. 
Véanse.  Entre  las  que  no 
reciben  otra  denominación 
diferente,  hay  una  que  tie- 
ne las  ramas  tetragónicas, 
hojas  eartáceas,  lanceola- 
das, grandes,  flores  de  co- 
rola blanca  en  cimas,  y 
fruto  en  drupa  ovoide- 
globosa.  (Bot.  F.  Verbená- 
ceas; esp.  Aegiphylla  mar- 
tinicensis,  Jacq.) 

Lengua  de  vaca.  Cub.  f. — 
Planta  silvestre  semipará- 
sita,  muy  común  en  terre- 
nos áridos,  do  asombrosa 
reproducción  por  medio  de 
sus  rizomas,  extendiéndose 
por  el  suelo;  las  hojas  su- 
ministran fibra  textil  esti- 
mable, y  machacadas,  tie^ 
nen  virtudes  pectorales, 
aplicadas  en  cataplasmas. 
(Bot.  F.  Liliáceas;  esp. 
§  ans  e  vie  r  a  guineensis, 
Willd.) 

Lengüilargo,  ga.  Común. 
adj. — fam. — Aplícase  a  la 
persona  que  no  guarda  se- 
cretos y  todo  lo  descubre: 
"Nada  se  puede  hablar  en 
secreto  ante  Luis,  porque 
es  un  lengüilargo  y  todo  lo 
divulga". 

Leña.  Cub.  f.  —  muy  vulg.  — 
En  el  más  soez  de  los  len- 
guajes se  dice  ai  pene. 
Tiene  el  verdadero  uso 
castellano. 

Leñatero.'  Cub.  adj.  —  Aplí- 
case a  una  especie  de  be- 
juco.  Véase. 

Leño  amarilla.  Cub.  m. -Véa- 
se palo  blanco  (2.a  acep.) 


LE  VI 


—  321  — 


LIBO 


Leontina.  Común,  f. — Cade- 
na de  reloj  que  va  de  un 
bolsillo  a  otro,  sujeta  o  no 
a  un  ojal  del  chaleco.  (Et. 
Del  francés  leontine). 

Leopoldina.  Común,  f. — La 
cadena  de  reloj  que  pende 
del  bolsillo  donde  se  lleva 
esa  prenda.  No  tiene  el  uso 
que  le  señala  la  R.  A. 

Lépero,  ra.  Cub.  adj. — Apli- 
case a  la  persona  ladina, 
astuta:  "Muy  lépero".  (Et. 
Del  cast.   "lepe"). 

Leva.  Amer.  f. — vulg.  —  Dí- 
cese  entre  la  plebe  a  la 
chaqueta  o  americana.  Se 
dice  mucho,  particular- 
mente en  Colombia,  donde 
suena  menos  mal  que  en 
Cuba.   (Et.   De   "levita"). 

Levente.  Cub.  común. — Dí- 
cese  a  la  persona  advene- 
diza, de  costumbres  desco- 
nocidas. Véase  la  frase  210 
del  Apéndice. 

Levisa.  Cub.  epic.  f. — Raro 
pez  de  figura  casi  circular, 
un  disco  algo  más  ancho 
que  largo,  aplastado,  de 
color  moreno  obscuro,  con 
escamas  muy  duras  y  ás- 
peras, por  lo  que  su  piel 
se  utiliza  a  la  manera  de 
papel  de  lija.  Por  la  parte 
inferior  es  suave.  Alcanza 
hasta  un  metro  de  diáme- 
tro; la  cola  es  mitad  más 
larga  que  el  cuerpo,  de 
bordes  aserrados  y  armada 
de  una  o  más  espinas.  Tie- 
ne los  ojos,  las  narices  y 
los  opérculos  en  la  parte 
superior,   y   en  la   inferior 


la  boca  y  las  hendiduras 
branquiales.  Algunos  es- 
criben lebisa,  forma  que  se 
sale  de  los  cauces  ortográ- 
ficos del  castellano;  y  otros 
pronuncian  livisa.  (Zool.  F. 
Dasybatidce;  esp.  Dasy- 
batus  torrei,  Garm.)  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Levisa.  Cub.  f.  —  Árbol  sil- 
vestre que  se  eleva  unos 
diez  metros,  de  hojas  al- 
ternas, oblongo  -  lanceola- 
das, brillantes,  con  las  ve- 
nas arqueadas,  madera  re- 
sistente, dura,  de  color 
amarillo  verdoso,  y  que  le 
da  nombre  su  corteza  ás- 
pera, como  la  piel  del  pez 
levisa.  También  se  nom- 
bra laurel  blanco.  (Bot.  F. 
Lauráceas ;  esp.  Acrodicli- 
diuvi  jamaicense,  Ne.) 

Leviya.  Cub.  f. — Según  Za- 
yas, un  "árbol  de  madera 
dura  que  alcanza  hasta  30 
pies  de  elevación".  ¿No 
será  el  árbol  levisa?  (Et. 
Voz  caribe,  según  el  autor 
mencionado). 

Libertar.  Cub.  v.  a. — En  la 
jerga  de  jugadores  de  mon- 
te, significa  hacerse  cargo 
de  la  carta  de  otro  juga- 
dor, para  aceptar  apues- 
tas sobre  ella,  si  se  lo  per- 
mite el  banquero.  Tiene  los 
usos   castellanos. 

Liblsa.  Cub.  epic.  f. — Así  es- 
criben algunos  en  vez  de 
livisa.   Véase. 

Liborio.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Nombre  simbólico  del  pue- 
blo    cubano,     cual     decir 


21 


LIBR 


—  322 


LIJA 


"Juan  Español"  al  de  Es- 
paña. En  el  libro  "Aven- 
turas de  un  Mayoral",  por 
don  Juan  B.  Jiménez,  el 
protagonista  es  un  guaji- 
ro llamado  Liborio,  que 
viene  a  representar  sim- 
bólicamente al  campesino 
cubano,  y  quizá  tenga  ori- 
gen la  tradición  en  este  li- 
bro. En  caricatura  se  debe 
su  vulgarización  y  tal  vez 
la  ingeniosa  interpretación 
gráfica  al  semanario  hu- 
morístico "Política  Cómi- 
ca"; se  presenta  a  Liborio 
enjuto  de  cuerpo,  alto,  vis- 
tiendo pantalón  y  camisa, 
cubierto  con  sombrero  de 
guano,  portando  el  típico 
machete  a  la  cintura,  sin 
bigote  y  con  luengas  pa- 
tillas, que  son  el  rasgo  dis- 
tintivo del  guajiro  cha- 
pado a  la  antigua. 

"Libra.  Cub.  f. —  "Denomi- 
nación dada  a  la  hoja  de 
tabaco  de  superior  cali- 
dad". (R.  A.).  Según  Pi- 
chardo,  "la  tercera  clase  de 
tabaco  de  calidad".  Aunque 
lacónica,  es  propia  la  defi- 
nición de  la  R.  A.,  que 
bien  pudo  extenderse  a  de- 
cir que  es  la  hoja  más 
grande  entre  las  no  dete- 
rioradas, cuando  le  acom- 
pañan las  cualidades  de  co- 
lor, calidad  y  aroma  supe- 
riores. Tiene  los  otros  usos 
de  la  R.  A. 

Libra  de  pie.  Cub.  f. — Dí- 
cese  a  la  hoja  de  tabaco 
llamada  de  libra,  cuando  es 


cortada  de  la  parte  baja  de 
la  planta. 

Lienzo.  Cub.  m. — El  espacio 
comprendido  entre  dos  pa- 
los horizontales  de  una 
cerca.  Tiene  las  acep.  cast. 

Ligar.  Cub.  v.  a. — Contratar 
a  un  precio  determinado  e 
invariable  el  producto  de 
una  cosecha  antes  de  la  re- 
colección; si  se  trata  de 
caña,  antes  de  ser  molida, 
con  relación  al  azúcar  que 
produzca.  Tiene  las  acep. 
castellanas. 

Ligero.  Cub.  adj.  — fam. — 
Véase  la  frase  9  del  Apén- 
dice. 

Lija.  Cub,  epic.  f.  —  Pez  de 
mar  distinto  al  que  con 
ese  nombre  describe  la  R. 
A.  Tiene  el  cuerpo  muy 
comprimido,  escamas  pe- 
queñísimas y  muy  ásperas, 
a  lo  que  debe  su  nombre 
popular,  y  en  vez  de  aleta 
dorsal,  tiene  una  larga, 
gruesa  y  resistente  espina. 
Hay  las  especies  que  se  ve- 
rán a  continuación.  (Zool. 
F.  Monacanthidce).  Tiene 
el  uso  corriente  castellano. 

Lija  barbuda.  Cub.  epic.  f. — 
Especie  de  cara  obtusa  por 
efecto  de  una  eminencia 
que  tiene  en  la  cabeza,  de 
donde  proviene  su  nombre. 
Tiene  la  piel  aterciopelada 
de  color  cobrizo  claro  con 
motas  obscuras.  (Zool.  F. 
M.;  esp.  Alutera  monoceros, 
Obs.) 

Lija  colorada.  Cub.  epic.  f. 
— Especie    de    color    pardo 


LIMO 


323  — 


LIMO 


rojizo,  con  un  espacio 
blanco  a  los  lados  del  lo- 
mo, en  figura  de  silla  de 
montar,  que  alcanza  un  pe- 
so de  tres  kilogramos. 
(Zool.  F.  M.;  esp.  Canthe- 
rines  palhis,  Ranz.) 

Lija  trompa.  Cub.  epic.  f. — 
Especie  de  cara  muy  agu- 
da, de  donde  proviene  su 
nombre,  y  con  la  espina 
dorsal  endeble.  Su  colora- 
ción está  formada  por  fa- 
jitas  azules  longitudinales 
con  puntos  negros.  Crece 
hasta  casi  un  metro  y  es 
comestible.  (Zool.  F.  M.; 
esp.  Alutera  scripta,  Obs.) 

Lila  de  las  Antillas.  Cub.  f. 
• — El  arbusto  más  conocido 
por  galán  de  noche  mora- 
do. Véase. 

Lima  de  piquito.  Cub.  f. — 
Así  dicen  algunos  al  fruto 
del  limero,  más  conocido 
en  Cuba  con  su  otro  nom- 
bre castellano  de  "lima", 
aunque  los  que  se  precian 
de  hablar  bien,  dicen  lima 
solamente   al   fruto. 

Limeña.  Cub.  f.— En  el  bi- 
llar, cierto  golpe  muy  sua- 
ve de  taco. 

*Limón.  Cub.  adj.  —  Véase 
yerba  de  limón. 

Limón.  Cub.  común. — fam. — 
Dícese  a  la  persona  mala 
bailadora. 

Limón  agrio  criollo.  Cub.  va. 
Dícese  a  la  variedad  del  li- 
monero (en  Cuba  dicen  así 
muy  pocos  al  árbol),  y  su 
fruto,  que  se  desarrolla  sil- 
vestre   en    las    lomas;     el 


fruto  es  pequeño,  redon- 
do y  muy  ácido. 

Limón  café.  Cub.  m. — Véase 
mate    árbol. 

Limón  dulce.  Cub.  m. — V. 
limón  francés. 

Limón  francés.  Cub.  m. — 
Las  variedades  de  árbol  y 
fruto  distinguidas  por  que 
éste  es  más  grande  que  una 
naranja,  de  corteza  gruesa 
y  rugosa,  que  se  emplea 
para  dulce  en  conserva. 

Limón  grande.  Cub.  va. — El 
árbol  y  su  fruto,  algo  ma- 
yores que  los  comunes,  de 
figura  ovalada  éste  y  no 
tan  ácido  como  el  corriente. 

Llmoneillo.  Cub.  va. — Véase 
yerba  de  limón,  que  es  el 
cubanismo  aceptado  por  la 
R.  A. 

Llmoneillo.  Cub.  va. — El  ár- 
bol conocido  por  granadillo 
blanco.  Véase. 

Lümoneiío.  Cub.  va. — Arbus- 
to inerme  de  hojas  com- 
puestas, con  foliólos  óvalo- 
oblongos,  acuminados,  en 
pedúnculos  axilares,  flore- 
cillas  blancas  y  fruto  es- 
férico, pequeño,  de  color 
rojizo.  (Bot.  F.  Auranciá- 
ceas;  esp.  Glicosmis  pen- 
taphylla,  Corr.) 

Limoncito.  Cub.  va. — Arbusto 
de  menos  elevación  que  el 
anterior,  espinoso,  de  ho- 
jas compuestas,  con  tres 
hojuelas,  flores  blancas, 
fruto  pequeño,  ovoide,  de 
color  rojo  y  sabor  agri- 
dulce. También  se  llama 
limoncito  de  Batavia  y  de 


LINO 


—  324 


LIRI 


China.    (Bot.    F.    A.;    esp. 
Triphasia  aurantiola,  Lour.j 
Limoncito  de  Batavla,  Cub. 
m.  Véase  limoncito  (segun- 
da acepción). 
Limoncito  de  China.  Cub.  m. 
— El    limoncito    (2.a    acep.) 
Véase. 
Limones.    Cub.    m.    pl. — Los 
maderos    exteriores    de    la 
cama  de  una  carreta,  qué 
van  a  los  qostados,  próxi- 
mos a  las  ruedas. 

Limosnero,  ra.  Araer.  m.  y 
í. — En  España  se  dice  a  la 
persona  caritativa.  "Ro- 
saura es  muy  limosnera"; 
y  en  América,  este  adje- 
tivo se  substantiva  para 
hacerlo  sinónimo  de  "por- 
diosero": "Vacié  mi  bolsi- 
llo en  las  manos  de  un  li- 
mosnero". 

Limpia-bacines.  Cub.  epic. 
m. — Pececillo  de  color  ne- 
gro, algo  violado,  de  cola 
bifurcada.  (Zool.  esp.  Plec- 
thropoma  nigricaus,  Poey.) 

Linchamiento.  Común,  m. — 
Acción  y  efecto  de  linchar. 

Lino.  Cub.  m. — Especie  de  al- 
ga de  agua  dulce,  que  suele 
abundar  en  ríos  y  arroyos, 
de  hojas  largas,  filiformes, 
que  flotan  en  la  superficie, 
hasta  formar  espesos  ma- 
cizos. También  se  llama  li- 
no de  rio  y  de  zanja.  (Bot. 
F.  Nayadáceas;  tribu  Pota- 
meas;  esp.  Potamogetón  lu- 
cens,  Lin.)  Tiene  las  acep. 
castellanas. 

Lino.  Cub.  m. — Árbol  silves- 
tre que  alcanza  10  metros, 


de  madera  amarilla,  dura  y 
clástica,  que  se  astilla  fá- 
cilmente. 
Lino  blanco.  Cub.  m.  —  Ar- 
busto que  se  eleva  a  unos 
cuatro  metros,  en  las  cos- 
tas rocosas  de  la  isla  de 
Pinos. 
Lino  de  río.  Cub.  m. — Véase 

lino  (1.a  acep.) 
Lino  de  zanja.  Cub.  m. — La 
planta  lino  (1.a  acep.)  Véa- 
se. 
Lipidia.    Cub.    i. — fam. — Im- 
pertinencia, majadería. 
Lipidia.   Cub.   común.  —  fam. 
— Dícese  a  la  persona  ma- 
jadera, obstinada,  fastidio- 
sa:  "Pedro  es  un  lipidia"; 
"Anita     es     una     lipidia". 
Más    se    dice    lipidioso,   sa. 
Lipidioso,  sa.  Cub.  adj.-fam. 
—  Aplícase    a    la    persona 
molesta,    fastidiosa:    "Do- 
mingo es  un  lipidioso  ina- 
guantable". También  se  di- 
ce lipidia  (2.a  acep.) 
Lirio.  Cub.  m. — Reciben  este 
nombre  diversidad  de  plan- 
tas   herbáceas,    arbustos    o 
árboles,  los  más  con  algún 
aditamento    particular.    El 
tipo  más  común  es  árbol  de 
cuatro  a  cinco  metros,   de 
regular  madera,  hojas  muy 
oblongas,    alternas,    amon- 
tonadas en  el  ápice,  flores 
aromáticas   en  cimas,    em- 
pleadas   para    dulces.    Son 
plantas  lechosas.  En  algu- 
nos lugares  las  llaman  sú- 
chel,   por    corrupción    del 
americanismo     suche.     El 
primitivo  nombre  era  ata- 


LIRI 


325  — 


L1BI 


baiba,  ya  desechado  en  Cu- 
ba. Varias  especies  se  co- 
nocen simplemente  por  li- 
rios, y  una  es  la  clavellina 
(2.a  acep.).  No  tiene  el  uso 
castellano. 

Lirio  amarillo.  Cub.  m. — Es- 
pecie de  flor  indicada  en  el 
sobrenombre.  (Bot.  F.  Apo- 
cináceas;  esp.  Plumería  lú- 
tea, Ruiz.) 

Lirio  amarillo.  Cub.  m.  — 
También  toma  este  nom- 
bre el  más  conocido  por 
lirio  de  playa. 

Lirio  blanco.  Cub.  m. — Alelí 
blanco.  Véase. 

Lirio  chucho.  Cub.  m. — Véa- 
se lirio  de  dulce. 

Lirio  de  cinta.  Cub.  m. — 
Planta  de  bellas  flores 
blancas  con  franjas  pur- 
púreas obscuras,  aromáti- 
cas, colocadas  en  umbela, 
ai  extremo  de  un  grueso  y 
desnudo  escapo.  También 
se  llama  tulipán.  (Bot.  F. 
Amarilídeas;  esp.  Crinum 
amaoile}  Doun.) 

Lirio  de  costa.  Cub.  m. — 
Véase  alelí  blanco. 

Lirio  de  costa.  Cub.  m. -Es- 
pecie parecida  a  la  ante- 
rior, del  litoral.  (Bot.  F. 
Apocindceas;  esp.  Ramuol- 
fia  cubana,  A.  D.  G.) 

Lirio  de  dulce.  Cub.  m. -Ár- 
bol de  hojas  oblongas,  agu- 
das, flores  de  corola  trico- 
lor, por  lo  que  también  se 
llama  lirio  tricolor,  y  cu- 
yos pétalos  son  muy  esti- 
mables para  hacer  dulce. 
También     se     llama     lirio 


chucho.  (Bot.  F.  Apocind- 
ceas; esp.  Plumería  rubra, 
Lin.) 

Lirio  de  los  Alpes.  Cub.  m. 
— Especie  con  flor  de  corola 
grande,  blanca,  en  forma  de 
copa.  (Bot.  F.  Amarilídeas: 
esp.  Eucharis  grandiflora, 
Plañen.) 

Lirio  de  paredón.  Cub.  m. — 
Especie  de  escasa  impor- 
tancia. (Bot.  F.  Apocind- 
ceas; esp.  Ranwolfia  salici- 
folia,  Gris.) 

Lirio  de  playa.  Cub.  m. — 
Tipo  de  flores  amarillas, 
también  llamada  lirio  ama- 
rillo (2.a  acep.)  (Bot.  F. 
Apocindceas;  esp.  Plumería 
obtusa,  Lin.) 

Lirio  de  San  Juan.  Cub.  m. 
— Planta  herbácea  perenne, 
de  hojas  dísticas  y  abun- 
dantes, flores  blancas,  que 
brotan  por  San  Juan,  en 
junio,  de  donde  toma  ese 
nombre  y  el  de  lirio  sari- 
juanero.  (Bot.  F.  Amari- 
lídeas; esp.  Himenocallis 
caribcea,  Herb.). 

Lirio  de  San  Pedro.  Cub.  m. 
— Especie  parecida  a  la 
anterior,  de  hojas  más  pe- 
queñas, dentadas,  y  flores 
más  chicas,  de  corola  más 
ancha.  (Bot,  F.  Amarilí- 
deas; esp.  Crinum  ameri- 
canum). 

Lirio  morado.  Cub.  m. — Ár- 
bol de  flores  moradas.  (Bot. 
F.  Apocindceas;  esp.  Plu- 
mería obtusa,  Lin.) 

Lirio  sanjuanero.  Cub.  m. — 
Véase  lirio  de  San  Juan. 


LOCB 


-  326  — 


LONG 


Lirio  tricolor.  Cub.  m. -Véa- 
se lirio  de  dulce. 

Lisa  francesa.  Cub.  epio.  f. 
■ — El  pez  más  conocido  por 
macabí.  Existe  en  los  ma- 
res cubanos  la  verdadera 
lisa  o  sea  el  mújol,  que  na- 
die, ni  nativos  ni  extran- 
jeros, denomina  con  su  otro 
nombre  de  "lisa." 

Listado.  Cub.  m. — Tejido  de 
algodón  con  listas  de  colo- 
res. Véase  la  frase  108  del 
Apéndice.  Tiene  el  uso  cas- 
tellano de  adjetivo. 

Listado  aeosta»  Cub.  m. — 
Véase  coleta  azul. 

Listado  arabia.  Cub.  m. — 
Véase   arabia. 

Listado  escocés.  Cub.  m. — 
Tejido  a  grandes  cuadros 
en  colores  vivos,  lo  cual 
es  un  barbarismo. 

Listas.  Cub.  f.  pl.  —  fam.  — 
Véase  la  frase  195  del 
Apéndice. 

Livisa.  Cub.  epic.  f. — Véase 
levisa. 

Lpbelia.  Cub.  f. — Planta  sil- 
vestre de  lugares  húmedos, 
de  hojas  oblongas,  desigua- 
les, aserradas,  pecioladas, 
y  puntiagudas  en  el  ápice, 
llores  de  corola  azul  en  ra- 
cimos. Las  hojas  tienen 
virtudes  curativas  pectora- 
les y  antivenéreas.  (Bot.  F. 
Lobeliáceas;  esp.  Lobelia 
clifortiana,  Willd.) 

Lobo.  Cub.  m. — Véase  colo- 
nia (1.a  acep.)  Tiene  el  uso 
castellano. 

Locería.  Amer.  f. — Estable- 
cimiento   donde    se    vende 


loza.  En  España,  "alfare- 
ría". 

Locero.  Amer.  m. — El  indi- 
viduo dueño  o  empleado  de 
una  locería.  En  España, 
"alfarero". 

Losa,  Cub.  f. — Véase  agua- 
loja. 

Lombriz.  Cub.  adj. — Aplícase 
a  una  especie  de  bejuco. 
Véase. 

Lombriz  de  Guinea.  Cub.  f. 
— Especie  de  lombriz  muy 
pequeña  y  aplastada,  que 
suele  aparecer,  aunque  es 
un  caso  rarísimo,  bajo  la 
piel  de  las  personas,  par- 
ticularmente de  los  ne- 
gros. 

Lombriz  de  hígado.  Cub.  f. 
— Cierto  gusano  que  se  en- 
cuentra en  el  hígado  en- 
fermo de  las  vacas. 

Lometa.  Cub.  f.  —  Altonazo, 
pequeño  monte.  (Et.  Dimi- 
minutivo   de    "loma"). 

Lomibayo,  ya.  Cub.  adj. — 
Aplícase  al  ganado  vacu- 
no con  el  lomo  y  los  cos- 
tillares de  pelo  casi  blanco 
sobre  fondo  negro. 

Lomo.  Cub.  m. — fam. — Véase 
la  frase  209  del  Apéndice. 

Londres.  Cub.  m.  —  Vitola 
grande  y  fina  de  tabaco  o 
cigarro  puro. 

Loneta.  Cub.  f.-Tejido  blan- 
co, grueso,  ordinario,  de 
algodón,  asargado,  que  se 
emplea  para  toldos,  panta- 
lones de  obreros,  etcétera. 
(Et.  Diminutivo  de  "lo- 
na"). 

Longorón.  Cub.  m. — Molusco 


LORO 


327 


LUZ 


marino  bivalvo,  cuyas  con- 
chas tienen  figura  de  ala 
en  tamaño  de  20  centíme- 
tros, blancas  y  de  bordes 
muy  afilados.  Vive  en  el 
cieno,  y  lo  come  alguna 
gente.  (Zool.  F.  Pholadidce; 
esp.  Pholas  costata,  Lin.) 

¡Longorones!  Cub.  Ínter j. — 
vulg. — poco  uso. — Negativa 
enfática. 

Loreto.  Ci(b.  epic.  m. — "Pez 
clasificado  por  el  señor 
Poey,  perteneciente  al  gé- 
nero Gramnia.  (Gr.  Lore- 
to. Poey)".  Esto  dice  Pi- 
chardo. 

Loro.  Cub.  epic.  m. — Reciben 
este  nombre  varias  espe- 
cies de  peces  de  brillante 
coloración,  sobresaliendo  el 
verde;  tienen  la  cabeza  al- 
go achatada,  y  la  boca  for- 
mada con  cuatro  piezas: 
dos  inferiores  y  otras  dos 
superiores.  Tiene  el  prin- 
cipal uso  castellano.  (Zool. 
F.  Scaridce;  género  Scarus). 

Loro  de  Guinea.  Cub.  epic. 
f.  —  Especie  de  papagayo 
de  color  ceniciento,  oriun- 
do de  esa  región  africana. 
(Zool.  esp.  Psitíacus  eri- 
tacus). 

Loro  guacamayo.  Cub.  epic. 
m.  —  Una    de    las    especies 


del  loro  (1.a  acep.)  de  color 
acarminado  en  la  cabeza, 
el  lomo  amarillo  y  la  parte 
de  la  cola  verdosa,  que  al- 
canza cerca  de  un  metro. 

Lote.  Cub.  m. -Restos  de  una 
mercería  o  pequeño  con- 
junto de  varios  géneros 
diversos,  que  se  vende  a 
bajo  precio,  como  en  li- 
quidación. Es  sinónimo  de 
saldo. 

Lotonero.  Cub.  m.  —  Árbol 
silvestre,  especie  de  almez 
de  buena  madera. 

Luisa.  Cub.  f.-Planta  de  jar- 
dinería cuyos  tallos,  cuan- 
do crecidos,  se  doblan  ha- 
cia el  suelo  y  rastrean  lue- 
go; de  hojas  aladas,  denta- 
das y  puntiagudas,  y  flores 
de  cinco  pétalos  rojos. 
También  se  llama  "auver- 
nia".  Es  planta  distinta  en 
todo  a  la  que  describe  la 
R.  A. 

Luz.  Cub.  f. — En  las  venta- 
nas con  reja  formada  por 
cabillas  de  hierro,  que 
atraviesan  a  los  barrotes 
horizontales  (maineles)  de 
madera,  dicen  los  carpin- 
teros luz  al  espacio  com- 
prendido entre  dos  barro- 
tes y  el  ancho  de  la  ven- 
tana. Tiene  los  principales 
usos  castellanos. 


LLAVfil 


LLORÓ 


Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre de  mediana  eleva- 
ción, que  suministra  ma- 
dera de  color  rojizo  ve- 
teado. Algunos  dicen  ya- 
nta, su  nombre  caribe,  al 
parecer. 

Llantén  cimarrón.  Cub.  m. — 
Además  del  llantén  común 
y  el  de  agua,  o  sea  la  alis- 
ma,  descritos  por  la  R.  A., 
hay  en  Cuba  el  titulado  ci- 
marrón, de  hojas  pareci- 
das al  verdadero  llantén, 
aunque  de  familia  dife- 
rente, que  se  desarrolla 
en  lugares  húmedos.  (Bot. 
F.  Aiismáccas;  esp.  Echi- 
nodorus  rostratas,  Eng.). 

Llanto.  Cub.  m.-fam. — Cier- 
to canto  semejante  a  gemi- 
dos, que  acompaña  al  baile 
llamado   zapateo   cubano. 

Llave.  Cub.  f. — Cada  viga  o 
vigueta  que  descansa  en 
las  paredes,  al  nivel  del 
cielo  raso,  si  lo  hay,  y  en 
la  que  se  apoya  con  pun- 
tales la  viga  más  alta  que 
sostiene  las  vertientes  del 
tejado.  Tiene  las  acep.  cast. 

Llave.  Cub,   i. — Cierta  carta 


en  el  juego  de  monte,  que 
sirve  de  base  a  determina- 
das jugadas. 

Llerén.  Cub.  f. — Planta  cul- 
tivada cuyo  tallo  recto  y 
cilindrico  se  eleva  a  me- 
dio metro,  en  cuya  extre- 
midad superior  se  reúnen 
en  forma  aovada  las  hojas, 
que  son  muy  largas,  lan- 
ceoladas, flores  blancas  y 
tubérculos  al  extremo  de 
ensortijadas  o  confundidas 
raíces,  aovados,  de  epider- 
mis rugosa  y  fécula  blan- 
ca, alimenticia.  Algunos 
dicen  y  eren,  cúrcuma  y 
yuquüla  (3."  acep.)  (Bot.  F. 
Amarantáceas  ;  esp.  Cala- 
thea  allonia,  Lindl.) 

Llorón.  Cub.  m. — El  arbus- 
to más  conocido  por  rorn- 
pehueso.  Véase. 

Llorón.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre que  se  eleva  unos 
8  metros  en  las  sierras  del 
litoral,  cuyo  fruto  comen 
los  cerdos  y  algunas  aves, 
y  es  de  madera  mala.  Tam- 
bién le  llaman  palo  llorón, 
y  este  nombre,  al  decir  de 
Pichardo,  proviene  de  que 


LLOIiO 


329  — 


LLORO 


es  "árbol  chorreado".  (Bot. 
F.  Rubiáceas;  esp.  Guet- 
tarda  lucida). 

lorona.  Cub.  f.  —  Arbusto 
silvestre  de  hojas  lanceo- 
lado-oblongas,  obtusas,  co- 
riáceas,   flores    en    racimos 


estrechos,  colgantes  en  po- 
sición vertical,  de  donde 
recibe  el  nombre  popular; 
su  madera  es  utilizada  en 
carpintería.  (Bot.  F.  Eri- 
cáceas; esp.  Cyrilía  anti- 
llana, Michx.) 


MABO 


330 


MABU 


Ma.  Cub.  i.  —  vulg.  —  Entre 
los  individuos  de  la  raza 
negra  se  da  este  trata- 
miento a  las  ancianas  de 
su  casta,  con  gran  respeto. 
(Et.  Apócope  de  "madre"). 

Mabí.  Amer.  m.-antic. — Pri- 
mitivo nombre  de  la  plan- 
ta conocida  por  bijdguara. 
Es  voz  que  ya  no  se  oye  en 
Cuba  y  sí  en  otras  Anti- 
llas. (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Mabinga.  Cub.  f.  —  fam. — 
poco  uso.-Dícese  al  estiér- 
col. 

Mabinga.  Cub.  f. — desusada. 
— Cierto  guiso  o  potaje  que 
se  hace  con  retoños  de  ma- 
langa, verdolaga  o  acelga  y 
otros   ingredientes. 

Mabinga.  Amer.  f.  —  Dícese 
al  tabaco  de  baja  calidad. 

Maboa.  Cub.  f. — Nombre  co- 
mún de  dos  árboles,  con 
aditamentos  particulares, 
que  alcanzan  una  altura 
de  doce  metros,  suminis- 
tran buena  madera  y  una 
especie  de  resina  empleada 
en  la  destrucción  de  mue- 
las careadas  para  evitar  las 


extracciones.  (Bot.  F.  Apo- 
cinúceas;  género  Carnera- 
rio,). (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Maboa  común.  Cub.  f.-Véa- 
se  maboa  de  montaña. 

Maboa  de  montaña.  Cub.  f. 
— Especie  de  hojas  mem- 
branosas, elípticas,  puntia- 
gudas, flores  blancas  en  ci- 
ma terminal,  y  madera  du- 
ra y  resistente  de  color 
ceniciento.  También  se 
llama  maboa  común.  (Bot. 
F.  A.;  esp.  C.  latifolia, 
Lin.) 

Maboa  de  sabana.  Cub.  f. — 
Árbol,  y  pocas  veces  ar- 
busto, de  hojas  lanceola- 
das, oblongas,  obtusas,  y 
madera  dura  y  compacta 
de  corazón  negro,  que  se 
emplea  en  bastones.  (Bot, 
F.  A.;  esp.  C.  retusa,  Lin.) 

Mabuja.  Cub.  epic.  f.  —  Pe- 
queña lagartija  nocturna, 
aplastada,  de  color  ceni- 
ciento obscuro,  que  se  ali- 
menta de  insectos  y  vive 
por  el  día  en  los  huecos  de 
las  paredes  y  techo  de  las 
casas.    Algunos    la    llaman 


MACA 


331  — 


MACA 


iguanita.  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Mabuya.  Cub.  epic.  f. — "Es- 
pecie de  lagartija  noctur- 
na, aplastada",  según  Pi- 
chardo,  que  seguramente 
será  la  mabuja.  (Et.  Voz 
caribe). 

Maca.  kmer.  epic.  f. — antic 
— Primitivo  nombre  de  la 
cotorra.  Se  conserva  algo 
esta  voz  en  las  otras  Anti- 
llas. (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Macabí.  Cub.  epic.  m. — Pez 
de  unos  3  decímetros  de 
largo,  de  cuerpo  cilindri- 
co, puntiagudo  en  los  ex- 
tremos, de  color  plateado, 
obscuro  hacia  el  lomo,  cola 
muy  ahorquillada,  hocico 
semejante  al  del  cerdo,  y 
carne  poco  estimada  por 
las  abundantes  espinas.  Al- 
gunos escriben  macaví  y 
también  se  conoce  por  lisa 
francesa.  (Zool.  F.  Albuli- 
dce;  esp.  Albula  vulpis, 
Lin.)  (Ét.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

* Macaco,  ca.  Cub.  adj. -Aplí- 
case a  la  persona  fea  o  de- 
forme, de  raquíticas  pro- 
porciones, por  analogía  con 
el  mono  americano  de  ese 
nombre. 

Macaco.  Cub.  adj.  —  Véase 
coco   macaco. 

Macagua.  Cub.  f. — Árbol  sil- 
vestre que  abunda  en  los 
bosques,  cuyo  tronco  se 
eleva  unos  14  metros,  de 
madera  blanca  con  el  co- 
razón prietuzco,   dura,  re- 


sistente, fibrosa,  empleada 
en  carpintería;  es  de  flo- 
recillas  blancas  y  fruto 
rojizo,  a  semejanza  de  la 
bellota,  que  comen  los  cer- 
dos con  provecho.  También 
se  llama  macagua  amarilla. 
(Bot.  F.  Mareas;  esp.  Pscu- 
dolmedia  havanensis, 
Sauv.)  (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). No  tiene  ninguna  de 
las  acep.  castellanizadas 
por  la  R.  A. 

Macagua  amarilla.  Cub.  f. — 
La  macagua.  Véase. 

Macagua  de  cosía.  Cub.  f. 
— El  árbol  más  conocido 
por  cerillo  de  costa.  Véase. 

Macaguabo.  Cub.  m. — des- 
usada.— Véase  macagua!. 

Macagua!.  Cub.  m.  —  Lugar 
donde  abunda  el  árbol  ma- 
cagua. También  se  dice 
macaguabo. 

Macaguán.  Cub.  m.  —  Árbol 
silvestre  apenas  conocido, 
de  madera  fibrosa  y  floja, 
de  color  blancuzco  de  viso 
rojizo  con  jaspeado  obscu- 
ro, y  corteza  rugosa,  de  co- 
lor de  tabaco  con  manchas 
amarillentas.  (Et.  Voz  ca- 
ribe). ¿No  será  la  maca- 
gua? 

Macagüero,  ra.  Cub.  subs. 
y  adj. — La  persona  nacida 
en  Macagua. 

Macagüero,  ra»  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  cosas  pertene- 
cientes a  esa  localidad. 

Maeagüits.  Cub.  f.-La  plan- 
ta más  conocida  por  cebo- 
lleta. Véase. 

"Macana.   Cub.   f. — "Garrote 


MAOA 


—  332 


MACO 


grueso,  de  madera  dura  y 
pesada".  (R.  A.). 

Macana  (De).  Cub.  mod. 
adv. — vulg. — Empléase  co- 
mo para  afirmar  con  ro- 
tundidad, cual  si  se  dijera: 
con  toda  seguridad,  sin  du- 
da alguna:  "Es  de  macana 
que  voy  al  baile". 

Macanazo.  Cub.  m.  —  Golpe 
causado  con  una  macana. 
Véase. 

Macanazo.  Cub.  m. — Por  ex- 
tensión, cualquier  golpe 
dado  con  la  mano  o  algún 
instrumento:  "Jorge  y  Ror 
man  se  dieron  dos  maca- 
nazos". 

Maca©.  Cub.  m. — Crustáceo 
del  que  hay  especies  de 
mar  y  de  tierra,  que  se 
asemeja  al  conocido  por 
"ermitaño"  en  España,  o 
quizá  sea  el  mismo;  tiene 
repulsiva  figura  de  araña, 
del  tamaño  de  cangrejo  no 
muy  grande,  con  todos  los 
miembros  cubiertos  de  re- 
pugnante babosidad.  S  e 
resguarda  bajo  la  concha 
abandonada  de  algún  otro 
crustáceo,  a  cuyo  amparo 
se  mueve,  no  enseñando 
más  que  los  extremos  de 
las  patas.  Produce  fuertes 
picadas.  (Zool.  F.  Paguri- 
dce;  esp.  principal:  Ceno- 
bita diogenes,  Latr.)  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Macao.  Cub.  m.— fig.  y  farn. 
— Usase  como  término  de 
comparación  despreciativo, 
en  relación  con  personas 
deformes. 


Macaví.  Cub.  epic.  m. — Véase 
macabí. 

Macimera.  Cub.  f. — La  plan- 
ta maromera.  Véase. 

Macío.  Cub.  m. — La  planta 
conocida  en  castellano  por 
"espadaña",  y  particular- 
mente se  dice  en  Cuba  a 
la  pelusa  o  borra  lanuda 
que  se  obtiene,  cuando  ma- 
duro y  seco,  del  cilindro 
color  de  tabaco  que  produ- 
ce la  planta  al  final  de  su 
largo  escapo.  Suponemos 
que  esa  pelusa  utilizada  en 
la  Isla  para  relleno  de  al- 
mohadas y  otros,  no  tendrá 
un  nombre  particular  tan 
generalizado  como  macío, 
en  nuestro  idioma,  y  bien 
merece  se  castellanice.  La 
corrupción  ma¿ío  está  ge- 
neralizada hasta  entre  mu- 
chos extranjeros. 

Maco.  Cub.  m. — Molusco,  es- 
pecie de  caracol,  pero  de 
concha  no  corriente  y  rara, 
que  tiene  figura  de  un 
huevo  grande,  pulida,  bri- 
llante, con  manchas  de  al- 
gún color,  según  la  espe- 
cie, y  con  una  abertura 
longitudinal.  También  se 
dice  negromaco.  (Zool.  F. 
Cyproeida?;  esp.  Cy  prosa 
exanthema,  Lin.)  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas).  Es  muy  pa- 
recido al  conocido  en  cast. 
por  margarita. 

Maco.  Cub.  m. — Fig.  y  vulg. 
— Dicen  algunos  a  la  va- 
gina de  la  mujer,  por  ana- 
logía con  la  abertura  del 
molusco  maco. 


MAOü 


-   333 


MACHO 


Maco.  Cub.  m. — El  árbol 
más  conocido  por  aretillo. 
Véase. 

Macón.  Cub.  m.  antic. — Pri- 
mitivo nombre,  ya  des- 
echado, del  árbol  macurije. 
Véase.  (Et.  Voz  caribe). 

Macuá.  Cub.  m, — El  árbol 
canistel.  Véase. 

Macubá.  Cub.  m. — Dícese  a 
cierta  clase  de  rapé  de  ta- 
baco. 

Macuenco,  ca.  Cub.  adj.  vul. 
— Aplícase  a  los  animales  y 
rara  vez  a  personas,  flacos, 
de  aspecto  mísero. 

Macuey,  Cub.  m. — La  planta 
descrita  en  bacuey;  es  co- 
rrupción. 

Macurige.  Cub.  m. — Algunos 
escriben  así,  incorrecta- 
mente a  nuestro  parecer, 
la  voz  macurije. 

Macurije.  Cub.  m. — Árbol 
silvestre  que'  se  desarrolla 
en  lugares  húmedos,  de  ho- 
jas alternas,  opuestas,  con 
foliólos  elípticos,  aguzados, 
coriáceos,  flores  pequeñas 
de  color  castaño  en  raci- 
mos paniculados,  de  las  que 
obtienen  las  abejas  abun- 
dante miel;  el  fruto  ali- 
menta al  cerdo,  y  la  ma- 
dera es  dura,  olorosa,  de 
color  amarillento.  Esta 
planta  tiene  virtudes  me- 
dicinales contra  la  erisipe- 
la. Hay  otra  especie.  El  pri- 
mitivo nombre  es  raacorí. 
(Bot.  F.  Sapindáceas;  esp. 
Ratonia  apelata,  Gris.)  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Macurey.    Cub.    m. — Algunos 


dicen  así  al  bejuco  macu- 
sey.  Véase.  (Et.  Voz  cari- 
be, Zayas). 

Macusey.  Cub.  m. — Enreda- 
dera de  tallo  corto  y  ho- 
jas aproximadas,  cartáceas, 
empleado  como  mimbre,  y 
en  medicina  para  curar 
las  contusiones.  Algunos  di- 
cen macurey.  (Bot.  F.  Aroi- 
deas;  esp.  Anthurium  pal- 
matum,  Kth.) 

Machango,  ga.  Cub.  adj.  fíg. 
y  fam. — Aplícase  a  las  per- 
sonas que,  por  sus  moda- 
les torpes  y  groseros,  se 
asemejan  al  mono  america- 
no de  este  nombre. 

Machacante.  Común,  m.  vul- 
gar.— La  moneda  de  plata 
equivalente  a  un  duro.  Se 
oye  entre  el  pueblo  bajo 
de  algunos  lugares  de  Es- 
paña. Son  sinónimos  en 
Cuba,  bolo,  rueda,  mara- 
ca,   etc. 

Machete.  Cub.  m. — Véase  la 
frase  5  del  Apéndice.  Tie- 
ne los  usos  castellanos. 

Machetear.  Cub.  v.  a. — fig. 
y  fam. — En  la  jerga  co- 
mercial, vender  los  artícu- 
los a  bajo  precio:  "Voy  a 
machetear  unos  abanicos". 
Tiene  el  verdadero  uso 
castellano. 

Macheteo*  Cub.  m.  —  fig.  y 
fam.  —  Acción  y  efecto  de 
machetear.  Véase.  Tiene  la 
acep.  cast. 

Macho.  Cub.  adj.  —  Aplícase 
al  grano  de  arroz  u  otro 
cereal  que,  sin  haberse 
desprendido  de  la  cascara, 


MADA 


—  334  — 


MAGA 


está  mezclado  entre  los 
limpios.  Véase  la  frase  153 
del  Apéndice. 

Macho.  Amer.  adj. — Aplíca- 
se a  ciertas  especies  de  ve- 
getales en  oposición  a  las 
clasificadas  de  hembra,  ge- 
neralmente por  la  particu- 
laridad de  que  no  fructi- 
fican. 

Macho.  Cub.  m.  —  Jugada  de 
billar  cuando  dos  bolas  es- 
tán juntas  y  enfiladas  con 
una  tronera. 

Machucar.  Cub.  v.  a.  —  fam. 
— Lavar  mal  la  ropa.  Tie- 
ne el  uso  cast. 

Machucón.  Amer.  m. — Ac- 
ción y  efecto  de  machucar, 
en  su  acepción  castellana. 
Lo  mismo  que  "machuca- 
miento" o  "machucadura". 

Machucona.  Cub.  subs.  y  adj. 
— Dícese  a  la  mala  lavan- 
dera. 
Machuelo.  Cub.  epic.  m. — 
Pez,  especie  de  sardina. 
(Zool.  F.  Clupeidce;  esp. 
Opisthonemus  t  hr  i  s  s  a  , 
Lin.) 

Machuque©.  Cub.  m.  —  Ac- 
ción y  efecto  de  machucar. 
Véase. 

Madama.  Cub.  f. — Planta 
herbácea  anual,  común  en 
los  jardines,  de  rápido  des- 
arrollo y  efímera  vida,  de 
hojas  lanceoladas,  denta- 
das, con  preciosas  flores, 
aunque  irregulares,  de  co- 
lores variados,  blanco,  rojo 
o  matizado;  produce  las  se- 
millas en  una  ampolleta 
oblonga  y  peluda,  que  re- 


vienta a  la  más  ligera  pre- 
sión. También  se  llama 
jardín.  (Bot.  F.  Balsamí- 
neas;  esp.  Impatiens  bal- 
samina) . 

Madras.  Cub.  m.  —  antic.  — 
Tela  de  algodón  con  listas 
de  colores  chillones,  im- 
portada de  Madras  (India). 

Madrasta.  Común,  f.  —  Co- 
rrupción muy  extendida  de 
"madrastra". 

Madre.  Cub.  f.  —  Entre  car- 
boneros, la  pila  de  leña 
dispuesta  para  ser  carbo- 
nizada, que  mide  cuatro 
varas  en  cuadro  y  siete 
cuartas  de  alto.  Véase  la 
frase  184  del  Apéndice. 

Madruguero,  ra.  Cub.  subs. 
y  adj. — La  persona  natural 
de   Madruga. 

Madruguero,  ra.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  las  cosas  perte- 
necientes a  Madruga. 

Maestro.  Cub.  m.  —  Trata- 
miento en  sentido  respe- 
tuoso, que  otorga  el  pue- 
blo a  quien  considera  su- 
perior. También  se  dice  je- 
fe. Tiene  las  acep.  cast. 

Maestro  de  azúcar.  Cub.  m. 
— En  los  ingenios,  el  en- 
cargado de  dar  el  punto  de 
cochura  al  azúcar.  En  al- 
gunos lugares  dicen  azu- 
carero. 

Maestro  de  tacho.  Cub.  m. 
— El  individuo  encargado 
de  un  tacho,  en  los  inge- 
nios ele  azúcar  donde  este 
producto  se  cristaliza. 

Magacuya.    Cub.    f. — Árbol 


MAGU 


335  — 


MA.»N 


silvestre  apenas  conocido. 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Magua.  Cub.  f.-fam. — Equi- 
vale a  "engaño",  "chasco", 
"decepción".  (Et.  Voz  cari- 
be, Zayas). 

Maguacán.  Cub.  m.  —  Según 
Zayas,  un  "árbol  silvestre 
de  la  isla  de  Cuba".  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Maguado,  da.  Cub.  adj. — 
fam. — Quedarse  triste  o 
contrariado  a  consecuen- 
cia de  algún  desengaño. 
Véase   maguarse. 

Maguarse.  Cub.  v.  ref. — 
fam. — Chasquearse,  recibir 
alguna  decepción.  (Et.  Del 
caribe  magua    [véase]). 

*  Maguey.  Cub.  m.  —  Planta 
silvestre  textil  parecida  al 
henequén,  que  se  desarro- 
lla en  terrenos  yermos  y 
pedregosos,  de  hojas  car- 
nosas, lanceoladas,  lineales, 
largas,  con  gruesas  espinas 
en  los  bordes,  a  manera  de 
dientes,  las  cuales  hojas 
forman  macolla  reunidas  al 
extremo  de  un  tronco  bajo 
y  leñoso.  Estas  hojas  pro- 
porcionan materia  textil 
inferior  al  henequén,  y 
además  se  emplean  para 
lavar  la  ropa,  curar  úlce- 
ras a  los  animales  y  espe- 
sar y  blanquear  la  lechada 
de  cal.  Del  corazón  del  es- 
capo, también  fibroso,  se 
hacen  asentadores  para 
navajas  barberas.  Fuera  de 
Cuba,  también  con  autori- 
zación de  la  R.  A.,  se  co- 
noce esta  planta  más  por 


"agave"  o  "pita".  (Bot.  F. 
Amarüídeas ;  esp.  Fuvcrcea 
cubensis,  Vent.)  (Et.  Voz 
caribe). 

Maguey  de  cosía.  Cub.  m. — 
Especie  que  crece  silves- 
tre en  el  litoral,  de  hojas 
más  anchas  y  pálidas,  y 
escapo  más  alto  y  cubierto 
de  flores  amarillas.  (Bot.  F. 
A.;  esp.  Agave  sobolifera, 
Salm.) 

Maguey  silvestre.  Cub.  m.- 
Silvestres  son  todas  las  es- 
pecies del  maguey,  pero 
recibe  este  nombre  parti- 
cular la  más  conocida  por 
bayoneta    española.    Véase. 

Magülra.  Cub.  f.  —  El  árbol 
más  conocido  por  güira  ci- 
marrona. Véase.  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Maicena.  Cub.  f. — Harina  de 
maíz  muy  fina  y  blanca, 
empleada  en  algunos  man- 
jares, y  que  se  importa  de 
los  Estados  Unidos. 

Maicena.  Amer.  f. — El  esta- 
blecimiento destinado  a  al- 
macenar o  vender  maíz. 

Maicero.  Amer.  m. — El  due- 
ño o  encargado  de  una 
maicería.   Véase. 

Maicero,  ra.  Amer.  adj. — 
Aplícase  a  todo  aquello  re- 
lacionado con  el  maíz : 
"Negocio  maicero'". 

Masciar.  Cub.  v.  a.-poco  uso. 
— Echar  maíz  a  las  galli- 
nas, o  a  los  cerdos  en  el 
monte  para  reunirlos. 

Mainel.  Cub.  m.  —  Cada  ta- 
bloncillo que  atraviesan  las 


MAJÁ 


336 


MAJÁ 


cabillas  verticalmente  en  la 
reja  de  una  ventana. 

Maíz.  Cub.  m.— Así  dicen  los 
criollos,  cambiando  ade- 
más del  acento,  con  arreglo 
a  su  peculiar  prosodia,  la 
z  en  s,  en  lugar  de  "maíz"; 
y  no  son  pocos  los  extran- 
jeros que  pronuncian  en 
una  sola  emisión  de  voz 
esta  palabra.  Como  este  vo- 
cablo es  de  origen  antilla- 
no, pudiera  suceder  que 
fuera  esa  la  verdadera 
pronunciación  de  los  abo- 
rígenes; pero,  sea  como 
fuere,  debe  evitarse.  Véan- 
se las  frases  18  y  25  del 
Apéndice. 

Maíz  aventurero.  Cub.  m. — 
El  maíz  que  se  cosecha 
fuera  de  la  estación  pro- 
pia. 

Mmz  de  agua.  Cub.  m. — El 
que  se  siembra  en  prima- 
vera, estación  de  las  llu- 
vias. 

Maíz  de  frío.  Cub.  m. — El 
que  se  siembra  en  invierno. 

Maíz  de  pollo.  Cub.  m. — 
El  que  produce  mazorcas 
de  grano  tan  raquítico  que 
se  destina  para  alimento  de 
pollo. 

Maíz  saraso.  Cub.  m. — Dí- 
cese  al  grano  entre  tierno 
y  curado. 

*Maiá.  Cub.  epic.  m. — La  es- 
pecie más  grande  de  cu- 
lebra cubana,  parecida  al 
boyé  del  Continente,  que 
alcanza  hasta  cuatro  me- 
tros, dándose  casos  raros 
de   mayor    longitud,    y   no 


dos  metros  como  asegura 
la  R.  A.  Tiene  la  piel  ama- 
rillenta, con  manchas  car- 
melitas colocadas  simétri- 
camente; no  es  venenosa, 
y  sólo  acomete  al  hombre 
en  el  caso  de  ser  atacada; 
vive  en  los  bosques,  a  cu- 
yos árboles  trepa;  se  ali- 
menta de  aves  y  pequeños 
cuadrúpedos,  y  su  piel  es 
muy  estimable  para  obje- 
tos de  lujo,  como  cintos, 
carteras,  etc.  (Zool.  F. 
Boas;  esp.  Epicrates  angu- 
lifer,  Bib.)  (Et.  "Voz  caribe, 
Zayas). 

Majá.  Cub.  subs.  com.  y  adj. 
fam. — Dícese  a  la  persona 
holgazana,  indolente:  "Ja- 
vier es  un  majá";  "María 
es  muy  majá'".  Por  la  pe- 
reza con  que  sé  arrastra 
esa  culebra. 

Majá  amarillo,  Cub.  epic.  m. 
— Véase  majá  ciego. 

Majá  ciego.  Cub.  epic.  m. — 
Dícese  impropiamente  a 
una  especie  del  majá  que 
alcanza  unos  8  decímetros 
de  largo.  (Zool.  F.  B.;  esp. 
Tropidophis  melanur  a , 
Scheg.) 

Majá  de  Santa  María.  Cub. 
epic.  m.  —  La  especie  de 
mayor  tamaño,  con  las 
manchas  irregulares,  mo- 
renas en  los  bordes  y  par- 
das hacia  el  centro. 

Majá  manchado.  Cub.  epic. 
m. — Otra  especie,  como  las 
anteriores,  inofensiva. 
(Zool.  F.  B.;  esp.  T.  macu- 
lata,  Bib.). 


MAJA 


-    3. 


MAJA 


Majaderear.  Amer.  v.  n. — 
vulg.-Lo  mismo  que  "mo- 
lestar", "incomodar",  que 
se  deriva  de  "majadería", 
y  señala  el  frecuente  vicio 
americano  de  formar  inne- 
cesariamente verbos  de 
substantivos  y  adjetivos. 

*  Majagua.  Cub.  f. -Árbol  sil- 
vestre que  se  desarrolla  en 
los  lugares  húmedos  hasta 
una  altura  de  12  metros,  de 
hojas  grandes,  alternas, 
acorazonadas,  -florea  gran- 
des de  cinco  pétalos  ama- 
rillos tirando  a  encarnado; 
con  el  líber  se  confeccio- 
nan cuerdas  inflexibles, 
que  usan  los  agrimensores 
para  medir;  la  madera,  de 
color  aceitunado  con  vetas, 
es  dura  y  muy  apreciable 
en  ebanistería.  Algunos  di- 
cen demajagua.  Hay  mu- 
chas especies;  la  presente 
se  conoce  también  por  ma- 
jagua azul  y  común.  Las 
otras  especies  llevan  so- 
brenombres particulares. 
Véase  el  refrán  10  del 
Apéndice.  (Bot.  F.  Malvá- 
csas;  esp.  Hibiscus  tilia- 
ceus,  Lin.)  (EL  Voz  caribe. 
Zayas) . 

Majagua.  Cub.  f.  —  vulg.  — 
Dícese  a  la  chaqueta  o 
la  americana,  conocida  más 
generalmente  en  Cuba  por 
saco. 

Majagua.  Cub.  f. — La  tira  de 
líber  del  árbol  de  ese  nom- 
bre, y,  por  extensión,  la  de 
cualquier  otro  vegetal  si  es 
parecida. 


Majagua  azul.  Cub.  f.  —  En 
algunos  lugares  la  majagua 
(1.a  acep). 

Majagua  blanca.  Cub.  f. — 
Especie  de  majagua  (1.a 
acep.)  que  se  caracteriza 
por  su  madera  blanca  de 
corazón  ceniciento,  algo 
veteada,  flexible  y  porosa, 
empleada  como  la  otra  en 
carpintería  y  ebanistería. 
También  se  dice  majagua 
hembra. 

Majagua  común.  Cub.  f. — 
Véase    majagua   (1.a    acep.) 

Majagua  de  cosía.  Cub.  f. — 
Especie  propia  del  litoral. 
También  se  conoce  por  ma- 
jagua del  pinar  y  majagüi- 
lla  de  costa.  (Bot.  F.  Tiliá- 
ceas; esp.  Carpodiptera  cu- 
bensis,  Gris.) 

Majagua  de  Cuba.  Cub.  f. — 
Variedad  de  "madera  fuer- 
te, compacta,  poco  elásti- 
ca, de  color  amarillento  con 
vetas  moradas". 

Majagua  de  Florida.  Cub.  f. 
— Especie  de  hojas  enteras, 
acorazonadas,  lampiñas  y 
maderable,  como  las  otras. 
(Bot.  F.  T.;  esp.  Thespesia 
populnea,  Soland.) 

Majagua  del  pinar.  Cub.  f. — 
Lo  mismo  que  majagua  de 
costa.  Véase. 

Majagua  hembra.  Cub.  i. — 
Véase  majagua  blanca. 

Majagua  macho.  Cub.  f.— 
Véase  guasimü'a. 

*Majaguaí.  rub.  m.  —  Sitio 
poblado  de  majaguas.  Aun- 
que la  R.  A.  no  acredita  de 
cubanismo     la    voz,     como 


22 


MAJA 


—  338  — 


MAJU 


quiera  que  lo  es  majagua, 
por  fuerza  ha  de  serlo  esa 
su  derivada.  Es  de  adver- 
tir que,  aunque  tampoco 
majagua  está  clasificada  en 
el  Dic.  oficial  como  cuba- 
nismo, se  da  a  entender 
que  lo  es  en  la  definición 
académica  de  la  voz;  y  lo 
es  realmente. 

Malagüero.  Cub.  m. — El  in- 
dividuo que  confecciona 
sogas   de  majagua. 

Majagüilla.  Cub.  f. — Reciben 
este  nombre  varias  espe- 
cies de  árboles  de  diver- 
sas familias,  muy  pareci- 
das, y  de  menores  propor- 
ciones que  la  majagua  (1.a 
acep.);  todas  las  especies 
son  de  buena  madera,  y  al- 
gunas llevan  aditamentos 
que  las  distinguen. 

Majagüilla  blanca.  Cub.  i. — 
Véase  guasimilla. 

Majagüilla  de  ciénaga.  Cub. 
f. — Especie  o  variedad,  de 
madera  de  color  moreno 
claro  con  vetas,  dura,  elás- 
tica y  pesada. 

Majagüilla  de  costa.  Cub.  f. 
— Hay  varias  especies  que 
reciben  este  mismo  nom- 
bre, entre  ellas,  las  tam- 
bién conocidas  por  maja- 
gua de  costa,  una,  y  maja- 
güilla espinosa,  otra. 

Majagüilla  espinosa.  Cub.  f. 
— Véase  majagüilla  de  cos- 
ta. (Bot.  F.  Malváceas ;  esp. 
Pavonia,  spinifex,   Gav.) 

Mafagüilia  macho.  Cub.  f. — 
Otra  especie  sin  importan- 
cia. (Bot.  F.  Tiliáceas;  esp. 


B  elotia    gravicefolia,    A. 
Rich.) 

jagüillar.  Cub.  m. — Lugar 
donde  abundan  las  maja- 
guillas. 

Maiagüín.  Cub.  m. — Reciben 
este  nombre  dos  especies 
de  árboles  silvestres  pare- 
cidos a  la  majagua  (1.a 
acep.),  pero  más  pequeñas. 
(Bot.  F.  Malváceas;  esp. 
Pavonia  supandurata,  Wr. 
y  P.  Cor  difolia,  Wr.) 

Majarete.  Arner.  m.  —  Man- 
jar pastoso  hecho  con  ha- 
rina de  maíz,  leche  y  azú- 
car. También  se  dice  "ma- 
zamorra", su  nombre  cas- 
tellanizado por  la  R.  A. 

Majaseador,  ra.  Cub.  adj. — 
fig.  y  fam.-Dícese  a  la  per- 
sona holgazana.  Véase  ma- 
jasear. 

Majaseadora.  Cub.  f.  —  Lo 
mismo  que  majaseo.  Véase. 

Majaseamiento.  Cub.  m.  — 
Véase  majaseo. 

Majasear.  Cub.  v.  n.— fig.  y 
fam. — Mostrar  pereza  para 
el  trabajo,  hacer  que  se 
hace:  "Un  operario  que 
majasea  mucho".  (Et.  De 
majá,  2.a  acep.). 

Majaseo.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Acción  y  efecto  de  maja- 
sear. También  se  dice, 
aunque  menos,  majaseadu- 
ra  y  majaseamiento. 

Majomía.  Cub.  f. — desusada. 
— Majadería,  de  donde  pa- 
rece corrupción. 

Majúa.  Cub.  epic.  f. — Vulgar 
corrupción  de  manjúa. 
Véase. 


MALA 


—  339  — 


MALA 


Mal  de  los  siete  días,  Cub. 
\  m. — Dícese  a  la  enferme- 
dad, especie  de  tétanos,  que 
ataca  a  los  niños  de  pecho. 

Maiacara.  Cub.  f. — Arbusto 
de  pequeñas  ramas  trepa- 
doras, con  hojas  esparci- 
das, ovales,  acuminadas,  y 
flores  blancas  en  racimos. 
También  se  llama  jazmin- 
cilio,  jazminillo  y  lagaña  de 
aura  (2.a  acep.)  (Bot.  F. 
Plumbagíneas;  esp.  Plum- 
bago scandens,  Lin.) 

Malagueta  brava.  Cub.  f. — 
Árbol  silvestre  parecido  a 
la  malagueta,  que  también 
se  desarrolla  en  Cuba.  (Bot. 
F.  Anonáceas ;  esp.  Xüopia 
grandiflora,  Aubl.). 

Malambo.  Cub.  m.  —  Árbol 
silvestre  de  corteza  muy 
amarga,  febrífuga.  En 
nuestras  notas  lo  tenemos 
identificado  con  la  cúrba- 
na,  pero  no  tenemos  segu- 
ridad de  esto.  Otros  dicen 
me  lambo. 

Malanga.  Cub.  f. — Aparte  al- 
gunas plantas  puramente 
ornamentales,  que  toman 
ese  nombre  común,  como 
la  malanga  trepadora  y  la 
malanga  verde,  reciben  esa 
denominación  varias  es- 
pecies de  una  planta  de 
huerta,  cuyo  fruto,  un  tu- 
bérculo grande  que  lleva  el 
mismo  nombre,  constituye 
un  preciado  alimento  po- 
pular. Tiene  una  macolla 
formada  con  los  pecíolos, 
que  arranca  del  tubérculo  y 
sostiene    unas    hojas    muy 


grandes,  en  figura  de  es- 
cudo por  el  centro.  (Bot.  F. 
Aroideas).  (Et.  Voz  africa- 
na, según  unos  y  caribe, 
según  otras  opiniones,  así 
también  en  lo  que  respecta 
al  origen  de  la  planta). 

Galanga.  Cub.  f.— El  tubér- 
culo que  produce  la  planta 
malanga.  Véase. 

Malanga.  Cub.  común.  —  fig. 
y  fam. — Se  dice  a  la  per- 
sona inhábil,  torpe  en  el 
desempeño  de  un  cometido 
determinado:  "José,  como 
carpintero,  es  un  malan- 
ga". 

Malanga.  Cub.  adj. — Aplíca- 
se a  la  persona  cobarde,  tí- 
mida: "Ricardo  es  muy 
malanga". 

Malanga.  Cub.  f.-vulg. — Dí- 
cese en  algunas  localidades 
al  sombrero  de  paja.  Ave- 
riguar la  analogía  que 
haya  en  esto  no  será  fácil 
rompecabezas. 

Malanga  amarilla.  Cub.  f. — 
Especie  de  malanga  (1.a 
acep.)  cuyo  tubérculo  tie- 
ne pulpa  amarillenta.  (Bot. 
F.  A.;  esp.  Xanthosoma  sa- 
gittifolium,  Sch.) 

Malanga  blanca.  Cub.  f. — La 
especie  de  tubérculo  cuya 
pulpa  es  blanca,  y  el  más 
apreciado.  También  le  di- 
cen guaguí.  Entre  otras 
variedades  de  esta  especie 
por  la  figura  del  tubércu- 
lo, toman  nombre  parti- 
cular dos :  la  malanga  ro- 
bleza  y   la   burra.   (Bot.   F, 


MALA 


—   340 


MALO 


A.;    esp.    X.    sagittifolium. 
Sch.). 

Malanga  burra.  Cub.  f.-Va- 
riedad  de  la  malanga  blan- 
ca. Véase. 

Malanga  cimarrona.  Cub.  f. 
— Especie  silvestre  con  ho- 
jas circulares,  que  causa  a 
los  cerdos  cuando  las  co- 
men la  enfermedad  llama- 
da sajumaya,  por  lo  que 
también  lleva  ese  sobre- 
nombre. 

Malanga  isleña.  Cub.  f.-Es- 
peck)  más  pequeña  que  las 
otras  cultivadas,  de  hojas 
peltadas  y  tubérculo  de 
carnosidad  rosada  y  agra- 
dable. También  le  dicen 
ñame  isleño.  (Bot.  F.  A.; 
esp.  Colocasia  anticuorum, 
Schot.) 

Malanga  morada.  Cub.  i. — 
Especie  de  hojas  y  pecío- 
los violados,  con  los  tu- 
bérculos pequeños.  Tam- 
bién se  dice  yautía.  (Bot.  F. 
A.;  esp.  X.  violaceum, 
Schot.) 

Malanga  robleza.  Cub.  f. — 
Variedad  de  la  malanga 
blanca.  Véase. 
langa  safumaya.  Cub.  t. 
— Véase  malanga  cimarro- 
na. 

íalanga  trepadora.  Cub.  f. 
— Planta  de  jardín  de  ho- 
jas grandes,  verdes  con 
manchas  doradas.  (Bot.  F. 
A.;  esp.  Pothos  áurea.) 
lalanga  verde.  Cub.  f. — 
Otra  especie  de  jardín. 
(Bot.  F.  A.;  esp.  Alocasia 
metálica,  Schot.) 


Malangar.  Cub.  m.  —  Terre- 
no sembrado  de  malangas.. 

Malanguiíla.  Cub.  f.— Espe- 
cie de  malanga  no  comes- 
tible, cultivada  en  jardine- 
ría, de  hojas  acopadas  y 
pecíolos  verdes,  con  una  lí- 
nea central  a  lo  largo  de 
color  carmín.  (Bot.  F. 
Aroideas;  esp.  Xanthosoma 
cúbense,  Schot.) 

Malarrabia.  Amer.  f. — Dulce 
hecho  de  plátano,  boniato 
o  guayaba,  etc.,  en  almí- 
bar. 

Malatobo.  Cub.  adj.-Lo  mis- 
mo   que   maratobo.   Véase. 

Maiatogo,  g&.  Cub.  adj. — 
muy  vulg. — Aplícase  a  lo 
que  es  extremadamente 
malo. 

Malcasadas  Cub.  f. —  Véase 
yerba  de  la  niña  (2.a  acep.) 

Malditas.  Cub.  f.  pl. — Espe- 
cie de  diviesos  que  pade- 
cen las  personas. 

Maligna.  Cub.  f.— fam.— Dí- 
cese  a  la  fiebre  que  pone 
en  trance  de  agonía  al  pa- 
ciente. 

Malogrado,  da.  Común,  adj. 
— Que  no  se  logra,  que  des- 
aparece o  muere  antes  de 
sazón:  "Cosecha  malogra- 
da''; ''malogrado  escritor". 

Malofa.  Cub.  f. —  La  planta 
tierna  del  maíz  que  se  em- 
plea para  alimentación  del 
ganado.  En  otros  puntos  de 
América  se  dice  "malojo", 
que  es  como  acepta  la  R.  A. 
esta  voz.  Véase  la  frase  59 
del  Apéndice. 

Malojero.  Cub.  m. — El  indi- 


MALV 


341 


MALV 


viduo  que  trabaja  en  la 
siembra,  corte,  conducción 
o  venta  de  maloja. 

Malparido,  da.  Amer.  adj. — 
Aplícase  a  la  criatura  o 
fruto  objeto  de  un  aborto. 

Malva.  Cub.  f. — Reciben  este 
nombre  común  con  algún 
aditamento  multitud  de 
plantas,  la  mayor  parte  de 
jardín,  pertenecientes  a 
diversas  familias  botáni- 
cas, y  no  solamente  a  las 
Malváceas,  corno  lo  acepta 
la  R.  A. 

Malva  Manca.  Cub.  f.-Plan- 
ta  herbácea  silvestre  que 
se  desarrolla  en  terrenos 
malos,  de  hojas  ovales, 
oblongas,  plegadas,  denta- 
das, ásperas  y  blancuzcas; 
flores  en  glomérulos.  Tie- 
ne virtudes  medicinales, 
emolientes.  (Bot.  F.  Ester- 
culiáceas;  esp.  Waltheria 
indica,  Jacq.) 

Malva  cimarrona.  Cub.  f. — 
La  más  conocida  por  malva 
de  caballo.  Véase. 

Malva  colorada.  Cub.  f. — 
Planta  arbustosa  silvestre, 
de  hojas  ovales,  aserradas, 
puntiagudas,  y  flores  roji- 
zas en  racimos.  (Bot.  F.  Es- 
terculidceas;  esp.  Melochia 
nodiflora,  Sw.) 

Malva  común.  Cub.  f.-Plan- 
ta  subfruticosa  de  hojas 
lampiñas,  oblongo-lanceo- 
ladas.  (Bot.  F.  E.;  esp.  M. 
piramidata,  Lin.) 

Malva  de  caballo.  Cub.  f. — 
Planta  subfruticosa  de  ho- 
jas   elípticas,    lanceoladas, 


aserradas  por  encima  de  la 
base,  y  flores  axilares  ama- 
rillas. También  se  llama 
malva  cimarrona.  Parece 
ser  una  especie  hermana 
del  abutilón.  (Bot.  F.  Mal- 
váxeas;  esp.  Sida  acuta, 
Buru.) 

Malva  de  Castilla.  Cub.  f. — 
Algo  parecida  a  la  anterior, 
pero  de  hojas  más  gran- 
des. ¿Será  la  malva  de  Es- 
paña? 

Malva  de  cochino.  Cub.  f. — 
Planta  apreciada  en  jardi- 
nería, de  hojas  lanceoladas, 
especie  afín  a  la  denomi- 
nada abutilón.  (Bot.  F. 
Malváceas;  esp.  Sida  rhom- 
bifolia,  Lin.) 

Malva  de  China.  Cub.  f. — 
Véase  altea. 

Malva  mulata.  Cub.  f.-Plan- 
ta  herbácea  con  abundan- 
tes espinillas,  y  de  color  de 
tabaco  claro. 

Malva  peluda.  Cub.  f.-Plan- 
ta  de  bojas  cordiformes, 
flores  axilares  y  terminales 
de  pétalos  amarillos  con 
manchas  rojas.  (Bot.  F.  M.; 
esp.  Sida  urens,  Lin.) 

Malva  rizada.  Cub.  f. — Plan- 
ta arbustosa  de  hojas  ova- 
lo -  lanceoladas,  aserradas, 
y  flores  amarillas.  (Bot.  F. 
M.;  esp.  Malvastum  tricus- 
pidatum,  A.  Gray.) 

Malva  rosa.  Cub.  f. — Véase 
amor  al  uso. 

Malva  té.  Cub.  f. — Planta 
arbustosa,  lampiña,  de  ho- 
jas ovales,  acuminadas, 
aserradas,  y  flores  de  pé-^ 


MAMA 


—  342  - 


talos  amarillos.  También  se 
dice  té  de  la  tierra.  (Bot. 
F.  Tiliáceas;  esp.  Corcho- 
rus  siliquosus,  Lin.) 

Malvira.  Cub.  f. — Planta  de 
jardinería  de  hojas  ovala- 
das y  flores  amarillas,  lo 
que  también  le  da  el  nom- 
bre do  flor  de  azufre  y  se 
conoce  además  por  mirto. 
(Bot.  F.  Leguminosas ;  esp. 
Bauhinia  m  egalandra, 
Gris.) 

Mama.  Común,  tiempo  de 
verbo. — fam. — Véase  el  re- 
frán 35  del  Apéndice. 

Mama-señora.  Cub.  f. -Entre 
algunos  campesinos,  trata- 
miento que  dan  a  la  abue- 
la. 

Mamadera.  Cub.  f.— El  pe- 
zón de  goma  u  otra  mate- 
ria que  se  pone  al  biberón. 

Mamado.  Cub.  m.  —  Instru- 
mento que  hacen  los  mu- 
chachos con  un  cuerno  de 
vaca  y  una  pluma,  en  el 
que  producen  un  sonido 
desapacible. 

Mamado,  da.  Cub.  adj. — 
Equivale  a  "tonto",  "men- 
tecato": "Es  muy  mama- 
do " . 

Mamalón,  na.  Cub.  adj. — Se 
aplica  a  la  persona  holga- 
zana y  robusta  que  gusta 
de  vivir  sin  ganarlo,  pero 
sin  declararse  amiga  de  lo 
ajeno.  En  otros  puntos  de 
América  se  dice  mangan- 
zón, na,  usado  en  Cuba. 

Mamarrachar.  Cub.  v.  n. — 
Formar  parte  de  un  grupo 
de  mamarrachos.  Véase. 


Mamarracho.  Cub.  m. — Más- 
cara grotesca  y  ridicula 
que  toma  parte  en  algunos 
grupos  por  Carnestolendas. 
Tiene  las  acep.  cast. 

Mambá.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre apenas  conocido, 
cuya  madera  no  resiste  a 
la   intemperie. 

Mambí.  Amer.  m.  —  antic.  — 
Decíase  al  conspirador  o 
revolucionario  contra  el 
dominio  de  España  en  las 
Antillas,  pero  sólo  en  el 
caso  de  que  fuese  criollo. 
(Et.   Voz    caribe,    Zayas). 

Mambisa.  Amer.  f. — Decíase 
a  la  mujer  criolla  en  las 
circunstancias  del  mambí. 
Véase. 

Mameluco.  Amer.  m. — Pren- 
da de  vestir  propia  de  ni- 
ños, consistente  en  panta- 
lones y  una  especie  de  cha- 
leco, todo  en  una  pieza.  Se- 
gún Pichardo,  se  decía  así 
a  principios  de  siglo...  y  al 
cabo  de  los  años  cien,  se 
continúa  diciendo  lo  mis- 
mo. Tiene  el  uso  fig.  cast. 

Mamey.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Véanse  la  frase  141  y  el  re- 
frán 6  de  los  Apéndices. 
Tiene  las  acep.  americanas 
castellanizadas. 

Mamey  amarillo.  Cub.  m. — 
Árbol  y  su  fruto,  más  co- 
nocidos por  mamey  de  San- 
to Domingo.  Véase. 

Mamey  colorado.  Cub.  m. — 
Dícese  al  árbol  y  su  fruto 
descritos  por  la  R.  A.  en  3.a 
y  4.a  acepciones  del  artí- 
culo   "mamey1'.    Es    árbol 


343  — 


elevado  de  hojas  cartáceas, 
espatuladas,  cuneiformes  en 
la  base,  flores  de  corola 
blanca,  fruto  ovoide  como 
de  un  decímetro  de  ancho 
por  dos  de  largo  aproxima- 
damente, de  cascara  color 
de  tabaco,  áspera,  y  pulpa 
rojiza,  seca,  dulce,  sabrosa, 
con  una  semilla  grande, 
negra  y  lustrosa.  Es  una  de 
las  frutas  más  estimables 
y  abundantes  en  Cuba. 
También  se  llama  mamey 
zapote  y  zapote  mamey. 

Mamey  de  Santo  Domingo» 
Cub.  m.-El  árbol  y  su  fru- 
to que  describe  la  R.  A.  en 
1.a  y  2.a  acepciones  del  ar- 
tículo "mamey".  Es  un  ár- 
bol elevado  de  hermosa  co- 
pa, con  hojas  coriáceas, 
elípticas,  lustrosas;  flores 
blancas  fragantes ;  fruto 
esférico,  grande,  de  quince 
a  veinte  centímetros  de 
diámetro,  cubierto  por  una 
membrana  correosa,  y  la 
pulpa  amarilla,  envuelta 
en  una  membrana  fina  y 
blanca,  agridulce  y  sabro- 
sa. Es  árbol  resinoso  por 
incisión,  y  esa  especie  de 
goma  se  utiliza  para  curar- 
erupciones  cutáneas.  Tam- 
bién se  llama  mamey  ama- 
rillo. 

Mamey  zapote.  Cub.  m. — 
Véase  mamey  colorado. 

Mameyazo,  Cub.  m. — fam. — 
Golpe  dado  con  la  mano  o 
algún  instrumento. 

i  Mameyes!  Cub.  interj. — 
vulg.  —  Empléase  para  ex- 


presar negación  rotunda, 
con  obscena  intención.  Al- 
gunas veces  se  oye  ¡los  ma- 
meyes! 

Mamita.  Amer.  f.  —  Diminu- 
tivo con  melosidad  de 
"mamá".  Lo  correcto  sería 
"mamaíta". 

Mamltíca.  Amer.  f. — vulg. — 
Diminutivo  incorrecto  del 
diminutivo  mamita.  Véase. 

Mamoa.  Cub.  f. — Según  Za- 
yas,  un  "árbol  de  madera 
utilizable  en  carpintería". 
(Et.  Voz  caribe,  según  di- 
cho autor). 

Mamón.  Cub.  m. — Árbol  dis- 
tinto al  de  este  nombre 
que  describe  la  R.  A.,  de  po- 
ca elevación,  silvestre,  de 
hojas  oblongas  u  oblongo- 
lanceoladas;  su  fruto  (lla- 
mado mamón,  mamón  de 
manteca  y  anón  de  man- 
teca) es  más  grande  que  el 
anón  común,  de  figura  aco- 
razonada, epidermis  sin 
areolas  o  conchas,  de  color 
amarillo  obscuro,  pulpa 
dulce,  pero  no  tan  sabrosa. 
También  se  dice  anón  de 
fruto  lampiño.  (Bot.  F. 
Anonáceas;  esp.  Anona  re- 
ticulata,  Lin.) 

Mamón.  Cub.  m.-El  fruto  del 
mamón.  Véase. 

Mamón  de  manteca.  Cub. 
m. — En  la  región  occiden- 
tal, se  dice  al  fruto  del  ma- 
món. (1.a  acep.).  Véase. 

MamonciSIo.  Cub.  m. — Her- 
moso árbol  de  corlo  tronco 
y  muy  ancha  y  espaciosa 
copa,   que  proyecta  exten- 


MANÁ. 


844  — 


MANA 


sa  y  agradable  sombra. 
Tiene  las  hojas  alternas, 
de  dos  en  dos,  con  foliólos 
elípticos,  puntiagudos,  lus- 
trosos; el  fruto,  también 
llamado  mamoncillo,  es  re- 
dondo u  ovoide,  de  color 
verde  en  el  exterior,  agri- 
dulce, sabroso  y  astringen- 
te, en  racimos.  (Bot.  F.  Sa- 
pindáceas;  esp.  Meliococca 
bijuga,  L.) 

Mamoncillo.  Cub.  m.  —  El 
fruto    del    mamoncillo.    V. 

Mamporro.  Cub.  epic.  m. — 
Véase  maporro. 

Manaca.  Cub.  L — Palma  sil- 
vestre que  se  eleva  de  5 
a  6  metros  en  el  litoral, 
indígena,  cuyo  fruto  come 
el  cerdo,  y  las  pencas  se 
utilizan  para  techar  casas 
rústicas.  También  se  llama 
palma  macana  y  flor  de 
confites.  (Bot.  F.  Palmas; 
esp.  Caiyptrogina  dulcís) 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Manacal.  Cub.  m. — El  lugar 
donde  abunda  la  manaea. 
Véase. 

Managuaco,  ca.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  la  persona  rús- 
tica, torpe. 

Managuaco,  ca.  Cub.  adj. — 
Se  aplica  al  animal  que 
tiene  las  patas,  el  hocico 
u  otra  parte  del  cuerpo 
con  manchas  blancas.  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Managüero9  ra.  Cub.  subs.  y 
adj. — La  persona  natural 
de  Managua. 

ígüero,   ra.   Cub.   adj. — 


Aplícase  a  cosas  de  Ma- 
nagua. 

Managüises.  Cub.  m.  pl.  — 
Especie  de  angarillas  de 
burda  confección,  con  be- 
jucos, palos  o  cosa-  seme- 
jante, que  se  utilizan  para 
transportar  cargas  a  caba- 
llo. (Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Manajá.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre, espinoso,  de  terre- 
nos bajos,  con  hojas  duras, 
rígidas,  también  espinosas, 
madera  dura  y  resistente, 
empleada  en  obras  rústi- 
cas; emite  por  incisión  una 
resina  amarilla  muy  apre- 
ciada para  curar  heridas 
y  preservar  del  pasmo. 
(Bot  F.  Gutíferas;  esp. 
Rkeedia  aristata,  Gris.)  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Manají  de  costa.  Cub.  rn. — 
Árbol  de  menores  propor- 
ciones que  el  anterior,  que 
se  desarrolla  en  el  litoral, 
de  ramas  casi  horizontales, 
hojas  coriáceas,  elípticas, 
cortamente  pecioladas,  con 
el  margen  ondulado.  (Bot. 
F.  G.;  esp.  Rh.  ellyptica, 
Wrig.) 

Manafucillo.  Cub.  m. — Véase 
manajuilio. 

ManajuOlo.  Cub.  m. — Planta 
pequeña,  parecida  a  la  es- 
puela de  caballero,  de  ho- 
jas muy  rígidas,  mucrona- 
das. Algunos  dicen  con  me- 
nos corrección,  manajuci- 
llo.  (Bot.  F.  G.;  esp.  Rh. 
ruscifolia,   Gris.) 

Manatí.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre,   probablemente    in- 


MANO 


—  345 


MAND 


dígena,  que  alcanza  12  me- 
tros de  elevación  y  se  en- 
cuentra en  los  bosques. 
También  se  llama  yarúa  y 
uvero  macho.  Tiene  las 
acep.  castellanizadas,  co- 
munes en  América.  (Bot.  F. 
Poligonáceas:  esp.  Coccolo- 
ba  retusa,  Gris.) 

Manearnontero.  Cub.  m. — 
Planta  silvestre  leñosa, -con 
espinas,  de  hojas  bipenna- 
das  y  flores  amarillentas 
verdosas.  (Bot.  F.  Legumi- 
nosas; esp.  Pithecolobium 
unguiscati,  Benth.)  (Et.  De 
"mancar"  y  "montero"). 

Manearnontero.  Cub.  m. — 
Enredadera  silvestre  de  ho- 
jas triplinervias,  flores  pe- 
queñas en  cimas  corirnbi- 
formes,  venenosa.  También 
le  dicen  matamontero.  (Bot. 
F.  Loganiáceas;  esp.  Stry- 
chnos  grayi,  Gris.) 

Mancaperro.  Cub.  epic.  m. — 
Gusano,  especie  de  ciem- 
piés, de  cuerpo  cilindrico, 
que  crece  unos  2  decíme- 
tros, cubierto  de' anillos  es- 
camosos, de  color  negro  al- 
go verdoso,  brillante,  por 
cuyas  articulaciones  segre- 
ga un  líquido  rojizo  y  co- 
rrosivo, maloliente;  para 
reposar  se  enrolla  en  espi- 
ral. Algunos  le  dicen  coco- 
sí  y  gusano  mean.  (Zool. 
F.  Intuido?;  esp.  Spirobolus 
granáis).  (Et.  De  "mancar" 
y  "perro"). 

*  Mancuerna.  Cub.  f. — En  la 
recolección  del  tabaco,  se 
dice  así  a  cada  par  de  ho- 


jas que  se  cortan  unidas 
por  un  trozo  de  tallo,  para 
mejor  colocarlas  a  secar. 
La  R.  A.  acepta  este  signi- 
ficado de  substantivo  fe- 
menino, pero  realmente  es 
un  modo  ad'  erbial,  en 
mancuerna,)  que  se  emplea 
con  muchos  verbos,  como 
"poner,  cortar,  colocar... 
en  mancuerna".  En  todo 
caso,  como  también  se  dice 
una  mancuerna  de  tabaco, 
lo  que  procede  es  aceptar 
las  dos  formas.  Tiene  la 
primera  y  segunda  acep. 
académicas. 

Mancuerna.  Cub.  f. — Hablan- 
do de  cebollas,  ajos  y  otros, 
se  dice,  no  al  par  de  uni- 
dades, sino  a  la  pareja  de 
ristras    enlazadas. 

Mancuerna  (En).  Cub.  mod. 
adv. — Véase  mancuerna  (1.a 
acep.) 

Mandar.  Cub.  v.  a.  vulg. 
— Suele  oírse  en  vez  de 
"pegar"  o  "castigar":  "Le 
mandó  un  puñetazo."  Tiene 
las  acep.  cast. 

Mandarse.  Cub.  v.  vulg. — 
Marcharse  solapadamente 
de  algún  lugar:  "Fulano  se 
mandó  sin  que  nadie  se 
diera  cuenta".  Tiene  los 
usos  cast.  como  verbo  ac- 
tivo. 

Mandarse.  Cub.  v.  reí.  vulg. 
—  Propasarse  descarada- 
mente de  palabra  con  una 
persona,  faltarle  al  respeto  ; 
"No  te  mandes  con  Fulano 
que  puedes  salir  mal". 

Mandinga.  Común,  desusado. 


MANG 


346  — 


MANG 


— El  negro  natural  de  esa 
comarca  africana. 

Mandinga.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  una  especie  de  ju- 
tía.  Véase. 

Mandolina.  Común,  f. — Deli- 
cado instrumento  músico, 
semejante  al  laúd,  que  se 
toca  con  una  pluma.  (Et. 
Del   francés   mandoline). 

Maneadero.  Amer.  m. — Lu- 
gar destinado  para  ma- 
near potros  y  domarlos. 

Manejadora.  Cub.  f.-La  don- 
cella que  tiene  niños  a  su 
cuidado :  niñera.  (Et.  De 
"manejar"). 

Manejo.  Amer.  m.  —  Ardid 
poco  limpio  empleado  en 
cualquier  asunto.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Manganzón,  na.  Amer.  adj.- 
Véase  mamalón,  no,. 

Mangas.  Cub.  f.  pl. — Pasadi- 
zo, especie  de  callejuela, 
entre  dos  filas  de  estacas 
o  dos  cercas,  destinado  al 
tránsito  del  ganado. 

Mangle  amarillo.  Cub.  m. — 
Dícese  a  una  especie  de  es- 
casa importancia  del  man- 
gle. 

Mangle  bobo.  Cub.  m.  —  El 
árbol  patabán.  Véase. 

Mangle  botón.  Cub.  m. — 
Véase  yaná. 

Mangle  colorado.  Cub.  m. — 
Es  el  mangle  que  describe 
la  R.  A.  con  ese  nombre 
simple.  Árbol  lampiño  que 
se  desarrolla  en  las  ciéna- 
gas del  litoral,  con  las  ra- 
mas sostenidas  por  raíces 
verticales ,  de    hojas    obo- 


vales,  enteras,  coriáceas, 
flores  blancas,  madera  ro- 
jiza que  expele  un  jugo  de 
ese  color  empleado  en  la 
curación  de  la  lepra.  La 
corteza  y  las  hojas  contie- 
nen abundante  tanino,  por 
lo  que  se  emplean  como 
curtientes.  El  principal  uso 
de  la  madera  es  para  car- 
bón. También  se  llama 
mangle  de  uña. 

Mangle  de  uña.  Cub.  m. — 
Véase    la   especie    anterior. 

Mangle  negro.  Cub.  m. — El 
más  conocido  por  mangle 
prieto.    Véase. 

Mangle  prieto.  Cub.  m. -Ár- 
bol afín  al  mangle  blanco 
descrito  por  la  R.  A.,  que 
también  se  desarrolla  en 
Cuba  con  ese  nombre.  Se 
eleva  a  diez  metros  en  los 
lugares  pantanosos  del  li- 
toral; de  sus  ramas  penden 
unos  filamentos  que  arrai- 
gan en  el  suelo  y  dan  ori- 
gen a  nuevos  árboles;  tie- 
ne hojas  acuminadas,  lan- 
ceoladas, flores  pequeñas, 
corteza  negruzca,  madera 
sólida,  pesada,  resistente, 
de  color  pardo  obscuro,  que 
se  emplea  en  construccio- 
nes navales  y  marinas. 
También  se  dice  mangle 
negro  y  guanaraiba.  (Bot. 
F.  Verbenáceas;  esp.  Avi- 
cennia  nítida,  Jacq.) 

Mango.  Amer.  m. -Incluímos 
aquí  este  nombre  de  árbol 
común  en  América  y  des- 
crito por  la  R.  A.,  para 
anotar   las   muchas   varié- 


MANÍ 


—  347 


MANÍ 


dades  de  su  fruto  (mango  y 
manga)  en  Cuba,  y  son: 
blanco,  amarillo,  bizco- 
chuelo,  dátil,  jobo,  manza- 
no, de  señora,  de  plátano, 
de  corazón,  etc.  Véanse  las 
frases  264,  202  y  251  del 
Apéndice.  En  Cuba  apenas 
tiene  uso  la  verdadera 
acep.  cast.,  pues  se  dice 
"cabo". 

Mangoneado!",  ra.  Común. 
adj. — Aplícase  a  la  persona 
dada  a  mangonear:  "Un 
político   mangoneador" . 

Manguear.  Cub.  v.  a. — vulg. 
— Equivalente  a  la  expre- 
sión cast.  "dar  cortes  de 
manga",  en  lenguaje  flg. 

Mangul.  Cub.  m.-fam. — Tra- 
tamiento de  amigo  o  cama- 
rada  entre  gente  del  pue- 
blo. Viene  a  ser  lo  mismo 
que  el  madrileñismo  nin- 
chi,  y  es  sinónimo  de  los 
cubanismos  compa,  cúmbi- 
la  y  otros.  También  se  oye 
manguiri.  (Et.  Voz  africa- 
na). 

Manguülo.  Cub.  m. — En  los 
arreos  de  caballo  para  vo- 
lante, cada  una  de  las  co- 
rreas que  sujetan  las  tira- 
deras a  los  lados  de  las  an- 
cas. 

Manguindó.  Cub.  m. — fam. — 
Dícese  al  individuo  holga- 
zán. (Et.  Voz  africana). 

Manguiri.  Cub.  m. — fam. — 
,Lo  mismo  que  mangui.  (Et. 
Voz  africana). 

Manibari.  Cub.  m.  —  Primi- 
tivo nombre  de   la  planta 


verdolaga.  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Manicaragua.  Cub.  m.  —  En 
algunas  localidades,  se  dice 
a  un  aperitivo  compuesto 
de  vermut  y  ron. 

Manicaío,  ta.  Cub.  adj. — an- 
tic. — Lo  mismo  que  valien- 
te, animoso,  esforzado.  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Manicero.  Cub.  m. — El  indi- 
viduo que  vende  maní. 

Manido,  da.  Amer.  adj. — 
Aplícase  a  las  materias 
orgánicas  que  anuncian  su 
próxima  descomposición  con 
mal  olor,  particularmente 
al  pescado.  (Et.  Barbaris- 
mo  derivado  del  cast.  "ma- 
nir"). 

*  Manigua.  Cub.  f. — "Terre- 
no de  la  isla  de  Cuba  cu- 
bierto de  malezas".  (R.  A.) 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Manigua.  Cub.  f. — Juego  de 
monte  improvisado  entre 
varios  amigos  en  alguna 
casa  de  confianza,  para  ju- 
gar cantidades  de  entrete- 
nimiento. 

Maniguazo.  Cub.  m.  —  Au- 
mentativo de  manigua  (1.a 
acep.) 

Manigüita.  Cub.  f. — Diminu- 
tivo de  manigua  (1.a  acep.) 

Maninje.  Cub.  m.-Según  Za- 
yas, un  "árbol  silvestre  de 
la  isla  de  Cuba".  (Et.  Voz 
caribe,  según  dicho  autor). 

Manió,  a.  Cub.  adj. — vulg.— 
En  esta  forma  (solamente 
en  masculino)  reseña  Zayas 
la  voz  manido,  da,  como  de 
origen  caribe.  Así  dice  el 


MANO 


—  348  — 


MANT 


vulgo,  pero  es  por  supre- 
sión de  la  d,  tan  frecuente 
en  castellano.  Es  derivado 
do  "manir",  verbo  de  ori- 
gen latino,  y  no. voz  cari- 
be. Véase  manido,  da. 

Manito.  Cub.  m. — Especie  de 
maná  que  se  suministra  a 
los  niños  como  purgante. 

Manfarria.  Cub.  i. — Especie 
de  manija  de  rueda  gira- 
toria, de  madera  o  hierro, 
encajada  en  ella. 

Manjúa»  Cub.  epic.  f. — Re- 
ciben este  nombre  varias 
especies  de  pececilíos,  de 
dos  a  sei8  centímetros  de 
largo,  de  cuerpo  casi  ci- 
lindrico, sin  escamas  y  co- 
lor plateado.  Es  un  bocado 
muy  rico.  Algunos  dicen 
incorrectamente  ma  j  ú  a  . 
(Zool.  F.  Engraulidce;  gé- 
nero Stolephorus).  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Manjaurí.  Cub.  epic.  m. — Pez 
de  agua  dulce  muy  escaso, 
que  alcanza  un  metro,  de 
cuerpo  revestido  con  escu- 
detes óseos,  de  color  pardo 
obscuro  tirando  a  verde; 
no  es  comestible  y  sus 
huevos  son  venenosos.  Es- 
te pez  es  representante  de 
las  especies  antediluvianas 
que  sólo  se  encuentran  en 
estado  fósil  en  el  viejo  Con- 
tinente. (Zool.  F.  Lepisos- 
teidce;  esp.  Lepisosteus 
tristichus.)  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Mano.  Cub.  f.  fam. — Véanse 
las  frases  19,  20,  116  y  130 


del  Apéndice.  Tiene  las 
acep.  casi 

Mano  de  pilón.  Cub.  f. — El 
árbol  lebrero.  Véase. 

Manojear.  Cub.  v.  a. — Em- 
pleado solamente  para  sig- 
nificar la  operación  de  pre- 
parar el  tabaco  en  mano- 
jos. Véase. 

Manojeo.  Cub.  m. — Acción  y 
efecto  de  manojear.  Véase. 

Manojo.  Cub.  m. — Por  anto- 
nomasia, el  atado  de  taba- 
co en  rama  que  se  compone 
de  4  gavillas,  aproximada- 
mente dos  libras.  Estavoz, 
aunque  respetable  por  el 
uso  arraigado,  está  mal 
aplicada,  primeramente, 
porque  "manojo"  en  caste- 
llano es  lo  que  cabe  en  una 
mano,  y  el  manojo  cubano 
difícilmente  ló  abarcan  dos; 
y  además,  porque  la  gavi- 
lla castellana  es  mayor  que 
el  manojo  y  no  menor 
cuatro  veces,  como  resulta 
en  Cuba. 

Mansera.  Cub.  f,-poco  uso.- 
Especie  de  artesa  que  re- 
coge debajo  del  trapiche  el 
zumo  de  la  caña.  (Et.  Co- 
rrupción de  "mancera"). 

Manta.  Cub.  epic.  f. — Pez 
monstruoso  y  de  repugnan- 
te aspecto,  de  cuerpo  aplas- 
tado en  figura  romboidal, 
más  ancho  que  largo;  de 
un  ángulo  parte  su  larga 
cola,  y  en  el  opuesto,  en 
el  centro  de  una  hendidura, 
tiene  la  boca,  ancha  en  la 
parte  anterior,  con  unas 
cien  filas  de  pequeños  dien- 


MANT 


—  349 


MANT 


tes  en  la  mandíbula  infe- 
rior, a  la  que  lleva  los  ali- 
mentos, cangrejos,  peces  y 
otros  que  busca  entre  el 
cieno,  con  las  dos  aletas 
rostrales,  a  semejanza  de 
cuernos;  su  coloración  es 
muy  obscura  en  el  dorso  y 
blanca  por  debajo;  suele 
alcanzar  basta  5  metros  de 
ancho  y  6  toneladas  de  peso, 
y  toma  el  nombre  de  man- 
ta por  la  analogía  de  su  fi- 
gura. Es  pez  peligroso  para 
las  pequeñas  embarcacio- 
nes y  el  hombre,  a  quie- 
nes puede  envolver  entre 
sus  pliegues.  Hay  otra  es- 
pecie menos  temible,  que 
se  diferencia  en  tener  la 
boca  en  la  parte  inferior, 
con  dientes  en  las  dos  man- 
díbulas y  las  aletas  rostra- 
les de  menor  tamaño.  Tie- 
ne las  principales  acep. 
cast.  (Zool.  F.  Rhinopteri- 
dce;  esp.  Manta  dorosíris, 
Walb.  y  Modula  hiposto- 
raa,   Banc). 

Manteca  de  coco.  Amer.  f.- 
La  obtenida  del  coco,  fruto 
del  cocotero,  excelente  para 
preservar  los  metales  de  la 
oxidación. 

Manteca  de  corojo.  Cub.  f. 
— La  pulpa  del  fruto  pro- 
ducido por  el  corojo  espi- 
noso. Véase. 

Mantecado  de  huevo.  Cub. 
m. — Dicen  así  algunos  al 
mantecado  (sorbete),  con  lo 
que  incurren  en  pleonasmo, 
puesto  que  no  hay  mante- 
cado sin  huevo. 


Mantecado  de  leche.  Cub. 
m. — El  mantecado  (sorbe- 
te), que  como  no  lo  hay  sin 
leche,  los  que  así  digan  in- 
curren en  pleonasmo. 

Mantequero.  Cub.  m. — "Ár- 
bol muy  grande  y  grueso  y 
cuya  madera,  de  color  de 
majagua,  es  buena  (Gun- 
dlach)",  según  Pichardo. 

Mantequero,  ra.  Ciib.  adj. — 
desusada. — Aplícase  a  la 
embarcación  de  poca  im- 
portancia o  de  mal  aspecto. 

Mantequero,  ra.  Cub.  adj. — 
Se  aplica  festivamente  a 
los  detallistas  de  comesti- 
bles. Casi  siempre  se  dice 
bodeguero. 


Mantequilla. 

ta,    especie 
jardinería, 

padores,    hojas    muy 
ticas,    aserradas,    y 


Cub.   i.— Plan- 
de    bejuco    de 
de   tallos    tre- 
elíp- 
flores 


amarillas.  También  se  lla- 
ma bejuco  de  bastones,  y 
matanegro  (2.a  acep.).  (Bot. 
F.  Düeniáceas;  esp.  Dilio- 
carpus  solandri,  G  m  e  1 . ) 
Tiene  el  uso  castellano. 

Mantequillera.  Amer.  f. — 
Dícese  a  la  mantequera, 
pero  destinada  a  la  mante- 
quilla. 

Mantequillera.  Cub.  f. — Una 
variedad  de  la  planta  moya, 
por  sus  florecillas  amari- 
llas. 

Manto  de  la  Virgen.  Cub.  m. 
— La  planta  más  conocida 
por  aguinaldo  violáceo. 
Véase. 

Mantuano,  na.  Cub.  subs.   y 


MANZ 


350 


MAPO 


adj. — La  persona  nacida  en 
Mantua. 

Mantuano,  na.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  cosas  pertene- 
cientes a  esa  localidad 
vueltabajera. 

Manzanilla.  Cub.  f. —  Véase 
manzanilla  de  la  tierra. 

Manzanilla  de  la  tierra.  Cub. 
f. — Con  este  nombre,  el  de 
manzanilla  del  país,  y  más 
simplemente  manzanilla,  se 
conocen  dos  plantas  de  la 
misma  familia  que  las  re- 
señadas por  la  R.  A.,  pero 
distintas,  a  lo  que  sacamos 
en  consecuencia.  Son  sil- 
vestres y  ambas  medicina- 
les: una  es  planta  herbá- 
cea anual,  de  hojas  alter- 
nas cuneiformes,  aserra- 
das, y  ñores  amarillas;  la 
otra  es  también  yerba,  pero 
perenne,  de  hojas  subses;- 
les,  cuneiforme-obovales,  y 
flores  en  cabezuelas  pedun- 
cuiadas.  (Bot.  F,  Compues- 
tas; esp.  Chrysanthellus 
procumbens,  Flich.  y  Egle- 
tis  domingensis,  Gass.) 

Manzanilla  del  país.  Cub.  f. 
— Véase  manzanilla  de  la 
tierra. 

Manzaniller.o,  ra.  Cub.  subs. 
y  adj. — La  persona  nacida 
en   Manzanillo. 

Manzanillero,  ra.  Cub.  adj.- 
Aplícase  a  cosas  de  esa  po- 
blación. 

Manzanillo  del  morrillo. 
Cub.  m. — Una  especie  del 
árbol  americano  manzani- 
llo, también  conocido  así 
en    Cuba,    descrito    por    la 


R.  A.  (Bot.  F.  Euforbiá- 
ceas; esp.  Excoscaria  sa- 
graei,  Mili.) 

Manzanillo  de  monte.  Cub. 
m. — Árbol  del  que  sólo  co- 
nocemos su  nombre,  toma- 
do del  Dic.  de  Pichardo. 
Suponemos  sea  especie  afín 
a  la  anterior. 

Mañana.  Cub.  f.-fam. — Véa- 
se la  frase  190  del  Apén- 
dice. 

Mapiango.  Cub.  m.  —  muy 
vulg.  —  Oyese  en  boca  de 
individuos  de  baja  estofa, 
como  "camarada",  amigo 
íntimo. 

Mapo.  Cub.  epic.  m. — Pez  de 
agua  dulce  de  unos  diez 
centímetros,  de  cuerpo  ro- 
busto, con  la  cabeza  ancha, 
boca  grande  algo  oblicua, 
de  color  pardusco  tirando  a 
aceitunado  y  manchas  más 
obscuras.  No  es  buen  bo- 
cado. Aunque  pertenece  al 
grupo  de  peces  conocidos 
por  guabinas,  no  debe  con- 
fundirse con  el  guabina 
mapo.  (Zool.  F.  Gobiidos; 
esp.  Gobius  soporator,  Cv.) 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Maporro.  Cub.  epic.  m. — Pez 
de  cuerpo  cilindrico  y  sin 
escamas,  parecido  a  la  an- 
guila, que  carece  de  aletas 
pares,  y  las  impares  son 
rudimentarias,  de  color 
pardo  obscuro  y  claro  ma- 
tizados, ojos  muy  peque- 
ños y  próximos  al  hocico. 
En  la  comarca  oriental 
también  se  dice  mamporro, 
miso  v  chimbólo.  (Zool.  F 


MARÁ 


—   351    — 


MABA 


Symbranchidce ;   esp.   Sym- 
branchus    marmoratus, 

Bloc.) 

Maquey.  Cub.  m. — En  algu- 
nos lugares  orientales,  un 
caracol  muy  pequeño  que 
suele  verse  adherido  a  ob- 
jetos húmedos.  (Et.  Voz 
caribe). 

Máquina.  Cub.  f. — Por  anto- 
nomasia, el  automóvil. 

Mar-Pacífico.  Cub.  m. -Véase 
altea. 

Mar-Pacífico  moñudo.  Cub. 
m. — Véase   altea. 

Marabú.  Cub  m.  —  Planta 
herbácea,  arbusfosa,  ras- 
trera, de  tallos  rojizos,  mal 
pasto,  que  se  propaga  mu- 
cho por  medio  del  estiér- 
col de  las  reses  que  ingie- 
ren esta  planta,  y  es  una 
plaga  inextirpable  por  su 
notable  reproducción,  per- 
judicial a  la  tierra.  Tam- 
bién se  llama  aroma.  (Bot. 
F.  Leguminosas;  esp.  Dic- 
grostachys   nutans,  Benth.) 

Maraca.  Amer.  f.  —  Especie 
de  sonajero  formado  con 
un  pequeño  güiro  ahueca- 
do, en  el  que  se  introducen 
unas  piedrezuelas  que  pro- 
ducen un  sonido  seco.  Es 
apreciado  instrumento  pa- 
ra acompañar  ciertas  mú- 
sicas de  América.  También 
se  dice  maruga  (1.a  acep.) 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Maraca.  Cub.  f.-vulg. — Sue- 
le oirse  para  designar  la 
moneda  de  plata  de  un  du- 
ro.   Es    sinónimo    de    bolo, 


disco,  tulipán,  rueda,  gua- 
yo y  otros. 
Maragasimar.      Cub.      m.  — 

"Arbusto  silvestre  en  las 
sierras  y  tierra  negra  de 
la  isla  de  Pinos:  florece  en 
primavera  y  es  venenoso". 
(Pichardo). 

Marañuela.  Cub.  f.-La  plan- 
ta y  su  flor  originaria  del 
Perú,  que  describe  la  R.  A. 
con  el  nombre  de  "capu- 
china", que  no  se  conoce  en 
Cuba,  donde  el  color  de  la 
flor,  moreno  encendido,  se 
toma  por  comparativo  en 
términos  de  colores. 

Maratobo.  Cub.  adj. — Aplí- 
case al  gallo  de  pelea  de 
color  almagrado  claro,  más 
obscuro  en  las  alas,  y  con 
alguna  pluma  negra  en  el 
pecho.  Otros  dicen  mala- 
tobo. 

Maravedí.  Cub.  m.  —  Véase 
yerba  maravedí. 

Maravilla.  Cub.  f. — Se  cono- 
cen dos  plantas  en  Cuba, 
distintas  de  las  descritas 
por  la  R.  A.  Una  es  hierba 
perenne  de  tallo  erguido, 
afelpado,  que  produce  mu- 
chas variedades  de  flores : 
blancas,  amarillas,  mora- 
das, rojas,  etc.,  que  se  ani- 
man al  atardecer.  (Bot.  F. 
Nictagíneas;  esp.  princi- 
pal: Mirabüis  jalapa,  Lin.) 
Véase  el  refrán  18  del 
Apéndice. 

Maravilla.  Cub.  i.  —  Planta 
silvestre  de  flor  con  la  co- 
rola carmesí  y  fruto  con- 
sistente en  una  cápsula  con 


MARE 


-  352  - 


MARI 


diez  o  doce  semillas.  (Bot. 
F.  Acantáceas;  esp.  Ruellia 
macrophylla,  Vahl.) 

Maraya.  Cub.  f. — El  arbus- 
to murraya.  Véase. 

¡Vlarbella.  Cub.  epic.  f. — Ave 
acuática  del  (amafio  de  la 
gallina,  de  plumaje  negro 
con  reflejos  verdes,  con  dos 
fajas  parduscas  a  lo  largo 
del  pescuezo;  ésto  es  largo 
y  en  figura  de  S,  en  su  po- 
sición natural;  el  pico  rec- 
to y  largo,  de  color  amari- 
llo, así  como  las  patas. 
(Zool.  esp.  Plotus  anhinga). 
Et.    De    "mar"    y    "bella". 

Marcha.  Cub.  f. — Cierto  paso 
muy  suave  de  cabalgadu- 
ra, en  que  mueve  las  pier- 
nas a  compás  y  sin  movi- 
mientos laterales  del  cuer- 
po. 

Mar-hador,  ra.  Amer.  adj. — 
Se  aplica  a  la  cabalgadura, 
con  relación  a  si  es  buena 
o  mala  andadora. 

Marchanterío.  Amer.  f.  — 
Equivale  a  "clientela".  Es- 
ta voz  y  la  de  "marchante". 
(R.  A.,  3.a  acep.)  son  de  ori- 
gen andaluz;  y  si  ponemos 
la  primera  como  america- 
nismo, es  porque  en  Amé- 
rica tiene  su  mayor  o  casi 
único   empleo. 

Marchar.  Cub.  v.  n.  defecti- 
vo.— Caminar  una  caballe- 
ría con  el  paso  llamado 
marcha.  Véase. 

Marearse.  Cub.  v.  ref.-flg.- 
Perder  alguna  tela  el  buen 
colorido,  antes  de  usarla,  y 
otras  veces  se  dice  cuando 


ha  perdido  la  natural  con- 
sistencia. Tiene  el  empleo 
castellano. 

Mareo.  Cub.  m.-El  efecto  de 
marearse  un  tejido.  Véase. 
Tiene  los  usos  cast. 

Marmullar.  Amer.  v.  a. — Ha- 
cer marguüos  (véase)  o 
plantarlos. 

Margülleo.  Amer.  m.  —  Ac- 
ción y  efecto  de  margullar. 
Véase. 

Margullo.  Amer.  m.-Gajo  de 
ciertas  plantas  que  basta 
hincarlo  en  tierra  para  que 
arraigue  y  se  desarrolle.  En 
cast.  se  dice  "acodo". 

MarlaEííta*  Cub.  f.— "Arbus- 
to silvestre  de  madera  du- 
ra y  grano  fino,  color  pardo 
claro.  (Arbor.  Cub.)",  se- 
gún Pichardo. 

Marinero.  Cub.  m. — fam. — 
Dícese  al  maricón  o  sodo- 
mita. Tiene  los  usos  co- 
rrectos. 

Mafllope.  Cub.  f.-Vérse  ma- 
rilópcz. 

Marilópez.  Cub.  f. — Peque- 
ño arbusto  de  hojas  lan- 
ceoladas, dentadas,  con  dos 
glándulas  en  la  base,  pe- 
cioiadas,  y  flores  de  cinco 
pétalos  amarillos,  sin  olor. 
Se  emplea  en  remedios  ca- 
seros pectorales.  Algunos 
dicen  marüope.  (Bot.  esp. 
Furneva  ulmifolia,  Lin.) 

*  Mariposa,  Cub.  epic.  f. — 
Bello  pajarillo  de  jaula, 
"de  unos  catorce  centíme- 
tros de  longitud  total",  se- 
gún la  R.  A.;  con  precioso 
plumaje:    verde   pálido   en 


MARI 


—  353 


MARO 


ei  lomo,  aceitunado  en  las 
alas,  rojo  en  el  vientre,  en 
ía  rabadilla  y  en  la  cola, 
violeta  azuloso  en  la  cabe- 
za y  negros  los  ojos  y  el 
pico.  Por  esta  diversidad 
de  colores,  en  algunos  lu- 
gares le  dicen  arco  iris;  en 
otros  le  llaman  verdón.  La 
hembra  es  de  color  verde 
en  la  parte  superior  y  oli- 
váceo en  la  inferior.  Es  pá- 
jaro de  paso  en  Cuba,  don- 
de vive  siete  meses  al  año. 
El  macho  emite  de  noche 
un  canto  muy  melodioso. 
(Zool.  F.  Fringilida? ;  esp. 
Cyanospira  ciris,  Lin.)  Tie- 
ne los  usos  cast. 

Mariposa.  Cub.  f.-Véase  be- 
juco de  perdiz. 

Mariposa.  Cub.  f. —  Arbus- 
tillo  que  crece  metro  y  me- 
dio, cultivado  en  los  jardi- 
nes con  estimación,  por 
sus  flores  blancas  a  ma- 
nera de  mariposas,  muy 
perfumadas;  tiene  hojas 
grandes,  lanceoladas,  en- 
vainadoras. Desarróllase  es- 
pontáneo en  lugares  hú- 
medos. (Bot.  F.  Cingiberá- 
ceas; esp.  Hedychium  co- 
ronarium,  Willd.) 

Mariposa.  Cub.  f.  —  Planta 
silvestre  que  debe  el  nom- 
bre a  la  disposición  de  sus 
hojas,  de  tres  en  tre3,  sien- 
do más  larga  la  del  medio; 
crece  en  lugares  húmedos  y 
produce  flores  amarillas 
sin  aroma.  Esta  planta 
contiene  un  ácido  que  des- 
vanece las  manchas  de  tin- 


ta. Se  llama  también  vina- 
grera y  vinagrillo.  (Bot.  F. 
Oxalídeas;  esp.  OxaUs  ylu- 
mieri,  Jacq.) 

Mariposa.  Cub.  epic.  f. — Pez 
grande,  escaso,  de  cuerpo 
c  imprimido,  color  platea- 
cnr  con  viso  rosáceo  y  cu- 
bierto de  manchas  blancas. 
Es  buen  bocado.  (Zool.  F. 
Lampridm;  esp.  Lampris 
luna,  Gmel.) 

Mariposa  galana.  Cub.  epic. 
f. — Así  dicen  en  Trinidad 
al  pajarillo  bijirita.  Véase- 
Mariposa  sanjuanera.  Cub. 
epic.  f.— -La  mariposa  de 
alas  amarillas,  que  suele 
verse  con  abundancia  por 
San  Juan. 

Mariposear.  Cub.  v.  n. — flg. 
y  fam. — Hacer  el  amor  a 
varias  mujeres  sin  decidir- 
se a  llevarlo  al  terreno  se- 
rio con  ninguna. 

Mariposeo.  Cub.  m. — Acción 
y  efecto  de  mariposear. 
Véase. 

Mariposón.  Amer.  m.  —  Dí- 
cese  al  individuo  galantea- 
dor, mujeriego,  en  el  buen 
sentido  de  la  palabra. 

Mariquita.  Cub.  f. — En  al- 
gunos lugares,  miel  o  almí- 
bar mezclado  con  queso 
fresco. 

Maritalmente.  Común,  adv. 
— Do  manera  marital: 
"Diego  y  Josefa  viven  ma- 
ritalmente". 

Maroma.  Amer.  f.  —  Suerte 
efectuada  por  volatines. 

Maromera.  Cub.  i. — Reciben 
este  nombre  varias  plantas 


23 


MARS 


354  — 


MART 


que  producen  unas  legum- 
bres oblongas,  encorvarlas, 
en  racimos  terminales,  que 
oscilan  al  impulso  del 
viento  con  suma  facilidad, 
de  donde  toman  el  nombre. 
Son  plantas  herbáceas,  de 
hojas  terminales,  con  flo- 
res en  racimos  opuestos 
regularmente.  También  le 
dicen  canario  y  macimera. 
(Bot.  F.  Leguminosas ;  gé- 
nero :   Crotalaria) . 

Maromero,  ra.  Amer.  m.  y  f. 
— Dícese  al  volatín,  varón 
o  hembra,  que  efectúa 
maromas.  Véanse  los  re- 
franes 37  y  38  del  Apén- 
dice. 

Maromero,  ra.  Amer.  adj. — 
Aplícase  al  político  versá- 
til, que  se  acomoda  fácil- 
mente a  todas  las  situacio- 
nes :   cambia-casacas. 

Marquesa.  Cub.  m.-"En  Ca- 
bo de  Cruz  llaman  así  a 
una  planta  cuya  leche  sir- 
ve para  curar  la  boquera. 
Dr.  Gundlach",  según  Pi- 
chardo.  ¿Será  la  planta 
"carquexia"  de  la  R.  A.? 

Marrón.  Cub.  m. — Color  rojo 
obscuro.  (Galicismo). 

Marroquí.  Amer.  m.-La  piel 
de  cabra  curtida  y  lustrosa. 
(Et.   Galicismo). 

Marrullero.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  una  especie  de  be- 
juco. Véase.  Tiene  el  uso 
castellano. 

Marsella.  Cub.  f. — En  algu- 
nos lugares  de  la  región 
oriental,  el  tejido  piqué 
empleado  en  chalecos. 


Martí.  Cub.  m. — La  moneda 
de  oro  de  cinco  duros,  que 
tiene,  como  las  demás,  el 
busto  de  José  Martí.  Ya 
empieza  a  decirse  inco- 
rrectamente martí  de  a 
cuatro,  martí  de  a  dos,  se- 
gún que  las  monedas  sean 
de  cuatro  o  dos  duros. 

Martillo.  Cub.  m. — La  unión 
en  ángulo  recto  de  dos 
cuerpos  de  edificio;  tam- 
bién se  dice  de  una  finca 
rústica  que  forme  ángulo 
recto.  Tiene  el  uso  cast. 

Martín  pescador.  Cub.  epic. 
m.-Pez  pequeño  cuyas  ale- 
tas pectorales  y  ventrales 
tienen  cierta  semejanza  de 
patas,  con  la  cabeza  com- 
primida, los  ojos  pequeños 
y  altos,  con  un  apéndice 
cartilaginoso  al  extremo  de 
la  espina  dorsal  anterior, 
el  cual  utiliza  a  modo  de 
carnada,  cuando  esconde 
el  cuerpo  entre  el  cieno  o  la 
arena,  para  atraer  a  los  pe- 
cecillos  que  le  sirven  lue- 
go de  alimento.  La  colo- 
ración es  muy  variada,  lo 
que  le  facilita  la  oculta- 
ción entre  las  plantas  ma- 
rinas. También  se  conoce 
por  pescador,  sencillamen- 
te. Hay  varias  especies. 
(Zool.  F.  Antenariidce;  esp. 
principal :  Antennarius  his- 
trio,  Lin.).  También  se 
aplica  ese  nombre  al  ave 
que  describe  la  R.  A.,  más 
conocida  en  Cuba  por  mar- 
tín  zambullidor. 

Martín    zambullidor.    Cub. 


MARÜ 


—  355  — 


MATA 


epic.  m. — El  ave  conocida 
en  España  y  gran  parte  de 
América,  incluso  Cuba,  por 
martín  pescador.  También 
se  llama  en  la  Isla  pitirre 
de  manglar  y  de  río. 

Martinia.  Cub.  f. — La  planta 
araña-gato.  Véase. 

Martinica.  Cub.  f.  —  Véase 
yerba  hedionda. 

Maruga.  Cub.  f. — El  sonajero 
de  hojalata  u  otra  materia, 
empleado  como  juguete 
para  entretener  a  los  niños 
pequeños.  También  se  ex- 
tiende esta  voz  a  designar 
el  instrumento  músico  más 
conocido  por  maraca  (1.a 
acep.). 

Maruga.  Cub.  f. — Planta  ar- 
bustosa  de  tallo  erecto  con 
hojas  trifoliadas,  cuyas 
hojuelas  tienen  figura  óva- 
lo-lanceolada y  puntiagu- 
da, que  toma  ese  nombre 
porque  sus  legumbres  me- 
cidas por  el  viento  suenan 
como  la  maruga  (1.a  acep.) 
(Bot.  F.  Leguminosas;  esp. 
Crotalaria  amagyroides). 

Maruga.  Cub.  subs.  y  adj. — 
fam. — Refiriéndose  a  cosas, 
equivale  a  "inservible",  de 
escaso  valor.  Es  más  em- 
pleado en  la  jerigonza  co- 
mercial para  designar  gé- 
neros de  difícil  venta:  "Un 
establecimiento  con  muchas 
marugas" ;  "zapato  muy 
maruga'". 

Marugaza.  Cub.  f. — fam. — 
Aumentativo  de  maruga 
(3.a  acep.). 

Marugón.    Cub.    m. — fam. — 


Aumentativo,  más  usual 
que  el  anterior,  de  maruga 
(1.a  y  3.a  acep.). 

Masa.  Cub.  f. — Por  antono- 
masia, se  entiende  la  car- 
ne sin  hueso  de  animales 
y  frutas:  "Carne  de  masa"; 
"la  aceituna  tiene  poca 
masa".  Véase  la  frase  19 
del  Apéndice.  Se  hace  poco 
uso  de  las  acep.  cast. 

Mascavidrios.  Cub.  común. - 
fam. — Aplícase  a  la  per- 
sona borracha,  porque  pu- 
diera masticar  el  vidrio  de 
las  copas,  de  tanto  empinar 
el  codo. 

Masgüira.  Cub.  f. — El  árbol 
güira  cimarrona.  Véase. 

Masío.  Cub.  m. — Corrupción, 
que  se  oye  también  en  boca 
de  los  no  criollos,  de  la  voz 
macío.  Véase. 

Masado,  da.  Cub.  adj. -Aplí- 
case a  las  personas  grue- 
sas, particularmente  a  las 
hembras,  con  sus  ribetes  de 
lascivia. 

Mata.  Cub.  f.  —  Dícese  en 
Cuba,  por  extensión,  a  todo 
vegetal,  sea  árbol,  arbusto 
o  simple  yerba.  Algunas 
veces,  particularmente  tra- 
tándose de  árboles  frutales, 
se  antepone  al  nombre  del 
árbol;  por  eso  no  se  oye 
nunca  "anón",  "mango", 
"plátano",  etc.,  sino  "ma- 
ta" de  anones,  de  mangos, 
de  guayabas,  de  plátanos, 
etcétera. 

Mataburros.  Común,  m.  pl. — < 
fam. — Dícese  festivamente 
al     Diccionario:     "Voy     a 


MATA  ~    356  —  MATE 

jas   ovales»  y    flores   rojas 
en  fascículos,  con  brácteas 
diminutas.   (Bot.   F.   Nicta- 
gíneas;  esp.  Boerhaavia  pa- 
niculata,   Rich.,    la   princi- 
pal). (Et.  De  "matar  y  pa- 
vo"). 
Mataperico.  Amer.  m. — poco 
uso.-Lo  mismo  que  en  cas- 
tellano "capirote"  o  "capi- 
rotazo". 
Matazón.  Cub.  f.— La  acción 
y  el  efecto  de  matar,  cuan- 
do   se    trata    de    animales 
para   el   abastecimiento   de 
una    población:     "Hoy    no 
hay    matazón";    "no    traen 
más  que  imeyes  viejos  para 
matazón'". 
Mate.  Cub.  m.-Bejuco  de  ta- 
llos  trepadores,   hojas   tri- 
foliadas, flores  con  el  cáliz 
acampanado     y     de    color 
purpúreo,  y  legumbres  que 
contienen     unas      semillas 
duras    y    rojas,    empleadas 
por  los  muchachos  en  sus 
juegos.  (Bot.  F.  Legumino- 
sas; esp.  Canavalia  cuben- 
sis,  Gis.).  (Et.  Voz  caribe 
Zayas). 
Mate.  Cub.  m. — Reciben  est< 
nombre  las  semillas  de-  la; 
plantas  mate.  Si  son  ama 
rillas,  se  llaman  así  y  ca 
yajabos  en  la  región  orien- 
tal, y  si  rojas,    se  añade  e 
aditamento     "colorado" 
mate  colorado.  En  cambie 
en  la  región  occidental,  s 
dice    simplemente    "mate 
al  colorado  y  se  conoce  po 
guacalote  el  amarillo.  Esta 
semillas    las    utilizan    le 


consultar    el    mataburros". 
(Et.  De  "matar"y  "burro"). 

Matado,  da.  Amer.  adj.  — 
Aplícase  a  la  caballería  con 
mataduras   o   llagas. 

Matagallegos.  Cub.  m.  pl.— 
Cierta  especie  de  panetela 
bastante  empalagosa.  (Et. 
De    "matar"   y    "gallego"). 

Matahambre.  Cub.  m. — Dul- 
ce pastoso  hecho  con  yuca, 
huevo  y  azúcar,  al  que 
también  se  suele  añadir  en 
ocasiones  pan  rallado  y  pa- 
sas. (Et.  De  "matar"  y 
"hambre"). 

Matamontero.  Cub.  m.-Véa- 
se  mancamontero.  (Et.  De 
"matar"  y   "montero"). 

*  Matancero,    ra.   Cub.    subs. 

y  adj. — La  persona  nacida 
en  Matanzas. 

*  Matancero,  ra.  Cub.  adj. — 

Aplícase  a  las  cosas  perte- 
necientes a  esa  ciudad. 
Matanegro.    Cub.    m.  —  Ar- 
busto algo  voluble,  de  ho- 
jas compuestas  con  foliólos 
oblongos,  de  punta  obtusa, 
y  redondeados  en  la  base, 
flores  en  racimos  compues- 
tos.   Recibió    ese    nombre, 
porque  sus  tallos  se  utili- 
zaban como  vergajos  para 
castigar   a   los   negros   es- 
clavos.   (Bot.    F.    Connará- 
ceas;    esp.    Rourea    glabra, 
Kth.) 
Matanegro.    Cub.    m.  —  Otra 
planta    más    conocida    por 
mantequilla. 
Matapavo.  Cub.  m. — Reciben 
este    nombre    dos    plantas 
herbáceas  perennes,  de  ho- 


MATE 


—    357 


MATI 


muchachos  en  sus  juegos 
con  valor  de  monedas. 

Mate-árbol.  Cub.  m. -Arbus- 
to de  buena  elevación,  con 
hojas  trifoliadas,  obovales, 
enteras,  con  puntos  negros 
en  el  envés,  y  madera  dura, 
correosa,  de  cojor  amarillo 
veteado.  También  se  cono- 
ce por  limón-café.  (Bot.  F. 
Rutáccas;  esp.  Fagara  toe- 
diosa,  Kr.) 

Mate  calentura.  Cub.  m. — 
Una  variedad  de  la  semilla 
mate  (2.a  acep.)  defectuosa, 
de  color  azul  pálido  tiran- 
do a  ceniciento.  En  la  re- 
gión  oriental   le   dicen   le- 

CXISOL, 

Mate  colorado.  Cub.  m. — En 
la  región  oriental,  la  semi- 
lla de  color  rojo  del  mate 
(i."  acep.). 

Mate  de  casta.  Cub.  m. — 
Enredadera  semejante  al 
mate  (1.*  acep.),  diferen- 
ciándose en  la  legumbre 
que  es  oblonga,  cortamente 
estipulada,  con  las  costi- 
llas prominentes.  (Bot.  F. 
Leguminosas;  esp.  Canava- 
lia  obtusifolia,  D.  C). 

Matecilío.  Cub.  rn. — "Es  ar- 
busto, variedad,  corazón 
castaño  obscuro".  (Piehar- 
do). 

Matejaelp.  Cub.  epic.  m. — 
Reciben  este  nombre  co- 
mún varios  peces  de  dife- 
rentes familias,  algunos 
con  aditamentos  particula- 
res; son  pequeños,  de  viva 
coloración,  en  la  que  so- 
bresale el  rojo,  que  es  el  de 


la  especie  principal,  cono- 
cido también  por  matejuelo 
colorado.  (Zool.  F.  Eolo- 
centridce;  esp.  Holocentrus 
matejuelo,  Bloch.) 

Matejuelo  blanco.  Cub.  epic. 
m. — Pez  diferente  del  an- 
terior, de  cuerpo  alargado, 
con  una  sola  aleta  dorsal,  y 
la  caudal  escotada,  con 
puntas  más  largas  en  el 
macho,  y  de  color  indicado. 
(Zool.  F.  Malacanthid.ce ; 
esp.  Malacantkus  plumieri, 
Bloch.) 

Matejuelo  colorado.  Cub. 
epic.  rn. — Véase  matejuelo. 

Matejuelo  real.  Cub.  epic.  m. 
— Pez  de  cuerpo  alargado 
y  flexible  que  alcanza  hasta 
dos  pies.  (Zool.  F.  Elopidoe; 
esp.  Elops  saurus,  Lin.) 

Matíalino.  Cub.  m.  —  Árbol 
silvestre,  escaso,  cuya  ma- 
dera, consistente,  fina  y  de 
color  de  caoba  amarillento, 
es  apreciada  en  carpintería 
fina. 

iné,  Común,  f. — Función 
teatral  vespertina.  Son  ad- 
misibles voces  de  extrañas 
lenguas  al  castellano,  cuan- 
do con  ellas  determinamos 
cusas  que  no  tienen  nom- 
bre en  la  nuestra,  o  que 
evitan  el  empleo  de  varias 
palabras  con  una  sola;  pero 
en  este  caso  hemos  acudido 
en  auxilio  a  un  vecino  que 
no  nos  sirve  a  gusto,  pues 
matine  no  puede  indicar 
nada  con  relación  a  la  tar- 
de, sino  a  la  mañana.  Los 
que   hacen  masculina   esta 


MATU 


358  — 


MAYI 


voz,  que  no  son  pocos,  co- 
meten otro  barbarismo  más. 
(Et.  Del  francés  matmée, 
mañana. 

Matólo.  Cub.  m.-Cada  tallito 
que  brota  de  la  cepa  de  un 
árbol  talado.  (Et.  Diminu- 
tivo de   "mata"). 

Matojo.  Amer.  m. — Dícese  a 
un  matorral  pequeño. 

Matrería.  Cub.  f. — fam. -poco 
uso. — Marrullería,  argucia 
de  no  muy  buena  inten- 
ción, propia  de  una  per- 
sona calificada  de  matrera. 

Matuango.  Cub.  epic.  m. — 
Véase  aguaitacaimán. 

Matucey.  Cub.  m. — "Especie 
de  bejuco".  (Pequeño  La- 
rousse). 

Matul.  Cub.  m. — Corrupción 
generalizada,  por  apócope, 
del  cubanismo  matulo,  que 
ya  apenas  se  oye.  Por  an- 
tonomasia, significa  una 
cierta  cantidad  de  manojos 
de  tabaco  en  rama  dis- 
puestos en  un  atado. 

Matul.  Cub.  m.  —  Dícese  en 
vez  de  "bulto",  "lío",  de 
ropa,  etc. 

Matul.  Cub.  m. — fig.  y  fam. — 
Dícese  a  la  persona  baja  y 
rechoncha. 

Matulo.  Cub.  m.  —  antic.  — 
Primitiva  forma  de  la  voz 
matul.  Véase. 

Matungo,  ga.  Amer.  adj. — 
Aplícase  a  la  cabalgadura 
vieja  de  poca  resistencia  y 
aspecto  lastimoso.  (Et.  De 
matado,  matadura,   llaga). 

Matungo,  ga.  Cub.  adj. — fig. 
y  fam. -Aplícase  por  el  vul- 


go a  personas  flacas  y  dé- 
biles. 

Maturranga.  Amer.  f. — fam. 
Argucia,  acción  poco  lícita 
en  algún  asunto  o  negocio: 
"Me  disgusté  con  Fulano 
porque  me  hizo  una  ma- 
turranga'". (Et.  De  "ma- 
tar"). 

Maturranguero,  ra.  Amer. 
adj. — Aplícase  a  la  persona 
tunante  de  baja  condición 
moral.    Véase    maturranga. 

Maya.  Cub.  f.  —  La  planta 
más  conocida  por  pina  de 
ratón  (1.a  acep).  Véase.  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Mayal.  Cub.  m. — Lugar  don- 
de abunda  la  planta  maya. 

Mayapí.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre apenas  conocido,  de 
madera  muy  buena,  con  el 
corazón  muy  duro.  Si  se 
quema  verde  esta  madera, 
produce  una  excelente  re- 
sina, estimable  en  la  in- 
dustria jabonera. 

Mayetado.  Cub.  m.  —  Cierto 
estilo  de  cerca  o  estacada 
donde  los  palos  forman  án- 
gulos diversos. 

Mayito.  Cub.  epic.  m. — Her- 
mosa y  abundante  ave  pro- 
pia de  Cuba,  que  alcanza 
unos  dos  decímetros  de 
longitud  total,  de  plumaje 
negro  en  casi  todo  el  cuer- 
po, con  las  alas,  parte  del 
lomo,  rabadilla  y  muslos  de 
color  amarillo  vivo  precio- 
so; los  pies  y  el  pico,  largo 
y  puntiagudo,  son  negros. 
La  hembra  tiene  el  pluma- 
je principal  verdoso,  y  el 


MAZO 


—  359 


MEDÍ 


amarillo  es  menos  intenso 
que  en  el  macho.  Se  ali- 
menta de  insectos,  larvas  y 
frutas;  emite  un  silbido  no 
molesto.  Algunos  confun- 
den este  pájaro  con  el  soli- 
bio. También  se  llama  ma- 
yo y  conguito.  (Zool.  F.  Ic- 
tericia?; esp.  Icterus  hume- 
ralis,  Vig.).  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas) . 

Mayito  de  ciénaga.  Cub. 
epic.  m.-El  pájaro  más  co- 
nocido por  chirriado  r. 
Véase. 

Mayo.  Cub.  epic.  m. — Nom- 
bre menos  frecuente  del 
pájaro  mayito. 

Mayo.  Cub.  adj. — Aplícase  al 
gallo  de  pelea  que  tiene 
plumas  amarillas  en  las 
alas  y  negra  la  pechuga. 

Maza.  Cub.  f. — Cada  uno  de 
los  tres  cilindros  horizon- 
tales que  componen  el  tra- 
piche en  los  ingenios  de 
azúcar.  Tiene  los  usos  cas- 
tellanos, aunque  poco. 

Mazamorra.  Cub.  f.  —  Una 
planta  acuática  sin  im- 
portancia. (Bot.  F.  Ninfeá- 
ceas; esp.  Brasenia  schre- 
beri,  Gmel.) 

Mazamorra.  Amer.  f. — fig.  y 
fam. — Cierto  tumor  que  se 
forma  en  las  patas  de  las 
caballerías,  a  consecuencia 
de  la  humedad,  en  la  que 
suele  encontrarse  un  pará- 
sito que  causa  el  mal. 

Mazorquilla.  Cub.  f.-En  Tri- 
nidad, según  el  Dr.  Gun- 
dlach,  citado  por  Pichardo, 
es  un  arbusto  que  produce 


flor  colorada  y  fruto  azul 
cuando  maduro.  Tiene  el 
uso  de  diminutivo  caste- 
llano. 

Mazorquilla.  Cub.  f. — En 
otras  partes  de  la  Isla,  es 
una  planta  herbácea,  anual, 
rastrera,  de  hojas  ovales, 
puntiagudas,  y  flores  blan- 
cas azulosas,  apreciable 
para  curar  calenturas. 
(Bot.  F.  Acantáceas;  esp. 
Blechum  brownei,  Juss.) 

Mazorquilla  de  costa.  Cub. 
f. — Planta  muy  parecida  a 
la  anterior,  común  en  el 
litoral.  (Bot.  F.  Hipericí- 
neas;  esp.  Hypericum  are- 
narioides,  A.  Rich.) 

Mecedor.  Cub.  m. — Muchas 
personas  dan  esta  forma 
masculina  a  la  silla  o  si- 
llón conocido  por  "mece- 
dora"  en  cast. 

Mecha.  Común,  i.  —  fam.  — 
Véase  la  frase  2  del  Apén- 
dice. 

Mechar.  Cub.  v.  a. — inde- 
cente.— La  acción  contra  el 
sexto  mandamiento,  y  has- 
ta contra  la  naturaleza  del 
hombre. 

Mechazo.  Cub.  m. — vulg. — 
Golpe  fuerte  causado  con 
la  mano  o  algún  instru- 
mento, a  una  persona  o 
animal:  "A  Zutano  le  die- 
ron el  gran  mechazo'". 

Media  leche  (A).  Cub.  mod. 
adv. — Dícese  que  lo  está  el 
niño  que  sólo  mama  de  un 
pecho,  porque  la  nodriza 
cría  dos. 

Media  luna.  Cub.  m. — Cierta 


MBLA. 


—    360   — 


MHLÓ 


especie  de  cuchilla,  de  esa 
figura,  que  los  muchachos 
ponen  en  la  cola  de  las  co- 
metas para  cortar  el  hilo 
de  otras. 

Media-media.  Amer.  f. — Di- 
cese,  no  con  mucha  fre- 
cuencia, al  calcetín,  parti- 
cularmente en  el  comercio 
al  por  mayor:  '"Dos  doce- 
nas de  medias -medias'" . 

Mediecito.  Cub.  m. — fam. — 
Diminutivo  de  medio,  sin 
que  se  altere  el  valor  de  la 
moneda. 

Medio.  Cub.  m. — Moneda  de 
níquel  de  cinco  centavos, 
equivalente  al  real  de  ve- 
llón. Es  medio  real  de  Cu- 
ba, y  de  ahí  que  se  le  diga 
simplemente  medio.  Véan- 
se las  frases  52,  157,  164 
y  243,  y  el  refrán  28  en  los 
respectivos  Apéndices.  Tie- 
ne los  usos  castellanos. 

Medio  cordón.  Cub.  m. — Dí- 
cese  al  aguardiente  de  floja 
graduación,  que  no  alcan- 
za los  28  grados. 

Medio  tillado.  Cub.  m. -Aplí- 
case a  la  tabla  de  media 
pulgada  y  al  clavo  de  pul- 
gada y  media  que  se  em- 
plea para  clavarla. 

Medregai.  Amer.  epic.  m. — 
Pez  acantopterigio  que  al- 
canza un  pie  de  largo,  pa- 
recido al  coronado,  pero  sin 
la  faja  longitudinal  ama- 
rilla. Hay  varias  especies. 
(Zool.  F.  Corangidw;  esp. 
principal;  Serióla,  fascia- 
ta,  Bloch.) 

Meiadora.  Cub*  f. — La.  últi- 


ma paila  donde  termina  de 
cocer  y  purgar  el  guarapo, 
y  de  la  cual  sale  ya  pastoso, 
en  forma  de  mieL  (Et.  De 
u melado",  de  "miel"). 

Melamho.  Cub.  m.  —  Véase 
malambo. 

Melcocha.  Cub.  f.  —  Dícese 
por  comparación  a  cual- 
quier cosa  en  pasta,  con 
aspecto  de  la  verdadera 
melcocha. 

Metcochado,  da.  Amer.  adj. 
— Empléase  con  relación  a 
toda  substancia  que  tiene 
el  punto  pastoso  de  la  mel- 
cocha. En  Cuba  se  dice  con 
particularidad  a  los  hue- 
vos cocidos  ni  muy  blan- 
dos ni  duros:  "Deseo  cua- 
tro   huevos    melcochados^. 

Melcochar.  Amer.  v.  a. — Dar 
a  cualquier  substancia  el 
punto  pastoso  de  melcocha. 

Melón.  Común,  m.  —  flg.  y 
fam.  —  Dícese  al  individuo 
torpe,  rudo,  bellaco:  "Don 
Juan  es  un  melón'".  Tiene 
el  legítimo  uso  castellano. 

Melón  bangaño.  Cub.  m. — 
Dicen  así  al  melón  de  agua 
o  sandía  cultivado  en  Cuba. 

Melón  de  Castilla.  Cub.  m. 
— La  especie  corriente  de 
España,  que  tiene  la  cas- 
cara con  profundas  hendi- 
duras longitudinales,  como 
señalando  el  sitio  por  don- 
de ha  de  partirse  en  reba- 
nadas. 

Melón  de  olor.  Cub.  m. — 
Tipo  de  pequeño  tamaño, 
epidermis  muy  tersa  y 
amarilla,  y  carne  poco  ju- 


MBPL 


—  361  — 


HEKE 


gosa,  pero  de  agradable 
olor. 

Melón  francés.  Cub.  m. — 
Variedad  del  melón  de  agua 
que  se  caracteriza  por  su 
pulpa  blanca. 

Melón  moscatel.  Cub.  m. — 
Variedad  del  melón  de  Cas- 
tilla o  común,  de  figura  casi 
esférica. 

Melonada*  Común,  f. — farn. 
Torpeza,  bellaquería,  ac- 
ción propia  de  un  indivi- 
duo llamado  melón:  "Don 
Juan  en  su  polémica  no 
dijo   más   que   melonadas". 

Melosamente.  Común,  adv.- 
Con  melosidad:  "Es  propio 
de  novios  hablar  melosa- 
mente". 

Melton.  Cub.  m.' —  Tejido 
burdo  y  grueso,  de  lana, 
o  borra  de  lana,  en  colores, 
empleado  para  abrigos  or- 
dinarios. 

Meluza.  Cub.  f. — Residuo  pe- 
gajoso del  zumo  de  la  caña 
o  de  miel  que  se  queda  en 
las  manos  o  ensucia  al&o. 
(Et.  De  "melaza",  miel). 

Membrillo.  Cub.  m.  —  Árbol 
silvestre  no  muy  abundan- 
te, que  se  desarrolla  en  el 
litoral  y  terrenos  húmedos 
hasta  diez  metros  de  altu- 
ra.- El  cerdo  come  sus  se- 
millas. 

Memiso;  Cub.  m. -Forma  in- 
correcta y  muy  extendida 
de  rnemizou 

Memizo.  Cub.  m. — El  árbol 
más  conocido  por  capulina. 
Véase. 

Meple.  Cub.  m. — Cierta  ma- 


dera exótica  de  muy  bo- 
nito veteado,  que  se  utili- 
za en  ebanistería.  Es  muy 
ligera  y  blanca:  "El  mo- 
blaje de  mi  casa  es  do 
meple" . 

Meque.  Cub.  m. — Golpe  da- 
do a  una  persona  con  la 
mano,  especialmente  con  los 
nudillos. 

Mercadela.  Cub.  f. — Planta 
de  jardinería  con  las  hojas 
largas  de  un  paimo,  de  ba- 
se cuneiforme,  verde-azu- 
ladas, y  flores  amarillas. 
Otros  dicen,  creemos  que 
con  menos  corrección,  mer- 
cadera.  (Bot.  F.  Compues- 
tas; esp.  Caléndula  offici- 
nalis,  Lin.) 

Mercadera.  Cub.  f. — Véase 
mercadela. 

Mercedar.  Cub.  v.  a.  ahtic. 
— La  acción  de  conceder 
mercedes.  En  cast.  antic.  se 
decía  "mercendear''. 

Merequetén.  Cub.  adv.  fam. 
— Equivale  a  "excelente", 
"muy  bien"  :  "—  ¿  Cómo 
está  ese  manjar? — Está  me- 
requetén." 

Merequetén.  Cub.  m. — Lo 
mismo  que  "dificultad", 
ponderando  el  mérito  de 
algo:  "Ese  monumento  tie- 
ne merequetén";  "tiene 
merequetén  la  solución  de 
ese  problema". 

Meridiano.  Amer.  m. — En 
vez  de  "mañana",  "tarde" 
y  "noche",  para  indicar  a 
qué  parte  del  día  solar  per- 
tenece una  hora  determi- 
nada,   se   dice   en   Cuba   y 


MBSA 


362  — 


MIBL 


otras  partes  de  América  "a 
las  tantas  antes  meri- 
diano" (A.  M.)  o  "pasado 
meridiano"  (P.  M.);  o  sea 
antes  y  después  del  medio- 
día: "Se  celebrará  tal  re- 
unión a  las  4  P.  M.";  "la 
conducción  del  cadáver  se- 
rá a  las  8  A.  M." 

Merma.  Cub.  epic.  f. — "Pez 
de  la  familia  Scombridios, 
género  Thynnus  (Th.  Pe- 
lamys,  L.)"  Esto  dice  Pi- 
chardo. 

Mero  de  aletas  amarillas. 
Cub.  epic.  m. — Pez,  especie 
del  comúnmente  conocido 
por  "mero",  que  se  carac- 
teriza por  su  coloración 
pardo  de  acero,  con  las  ale- 
tas dorsal  y  pectoral  bor- 
deadas de  amarillo.  Existe 
en  mayor  abundancia  en  las 
profundidades  de  la  bahía 
matancera,  y  es  buen  bo- 
cado. Alcanza  un  peso  do 
25  kilogramos.  (Zool.  F. 
Serránidos;  esp.  Epinephe- 
lus  flavolimbatus,  Poey). 

Mero  de  lo  alto.  Cub.  epic. 
m.-L  "ie  que  recibe  este 
nombre  por  la  profundidad 
en  que  vive  y  se  pesca;  es 
de  color  apizarrado  claro, 
alcanza  200  kilogramos  de 
peso,  y  tiene  buena  carne. 
También  se  llama  mero  le- 
gitimo. (Zool.  F.  S.;  esp. 
Garumpa  merus,  Poey). 

Mero  legitimo.  Cub.  epic.  m. 
— El  mero  de  lo  alto.  Véase. 

Mesarr'í,  Cub.  f. — Corrupción 
de  ' 'besana",  no  muy  gene- 
ralizada. 


¡Métele!  Cub.  interj.-fam.- 
Así  se  suele  exclamar  para 
animar  a  que  cante,  baile, 
etc.,  otra  persona,  o  como 
en  señal  de  aprobación  y 
aplauso  por  haberlo  hecho 
bien.  Suele  posponerse  al- 
gún vocativo,  entre  los  que 
se  oye:  "¡Métele,  guaya- 
bo!". 

Meterse.  Cub.  v.  ref.  y  recíp. 
—  fam.  —  Enamorarse  con 
mucha  vehemencia:  "Fu- 
lano se  metió  con  Fulana"; 
"Juan  y  Rosa  se  han  me- 
tido   mucho". 

Mico.  Común.  m.-fam.-Véa- 
se  la  frase  44  del  Apén- 
dice. 

Mieditis.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Graciosa  forma  popular  de 
la  voz  "miedo",  por  la  ter- 
minación técnica  patológica 
que  recibe.  Aumenta  en 
gracejo  cuando  se  añade 
crónica  o  aguda,  como  si 
realmente  se  tratase  de  en- 
fermedades: "Le  entró 
mieditis  aguda";  "padece 
mieditis  crónica". 

Miedo.  Cub.  m. — vuíg. — Em- 
pléase frecuentemente  en 
vez  de  "temor",  como  en  el 
caso:  "No  hay  miedo  de 
que  llueva".  Véanse  las 
frases  22-a  y  37  del  Apén- 
dice. 

Miel  de  abeja.  Cub.  f. — Dí- 
cese  a  la  que  produce  ese 
laborioso  insecto,  porque 
por  "miel",  simplemente, 
se  entiende  siempre  la  de 
caña  de  azúcar.  Tiene  las 
acep.  cast. 


MIJE 


—  363 


MILLO 


Miel  de  descarga.  Cub.  f. — 
La  conocida  en  castellano 
por  "miel  de  furos",  o  sea 
la  que  destilan  los  panes  o 
pilones  de  azúcar  por  tales 
aberturas. 

Miel  de  güira.  Cub.  f. — Véa- 
se güira  cimarrona. 

Miel  de  purga.  Cub.  f. — 
Cierto  extracto  que  se  ob- 
tiene del  guarapo  de  azúcar 
en  los  últimos  toques  de  su 
elaboración. 

Mierda  de  gallina.  Cub.  i. — 
Árbol  de  madera  dura,  fina, 
amarillenta  con  vetas  obs- 
curas, según  Jiménez,  ci- 
tado por  Pichardo. 

Mierda  de  gallina.  Cub.  f. — 
Varias  plantas  herbáceas, 
de  las  que  dos  toman  el 
nombre  de  yerba  de  la  san- 
gre (1.a  y  2.a  acep.)  y  una 
de  las  cuales  también  el  de 
filigrana   cimarrona. 

Mije.  Cub.  m. — Árbol  silves- 
tre, no  escaso,  de  tronco 
delgado  y  recto  que  se  ele- 
va hasta  6  metros,  de  hojas 
y  flores  pequeñas,  buena 
madera,  y  fruto  parecido  a 
la  grosella,  que  comen  al- 
gunas personas  con  azú- 
car. Algunos  pronuncian 
miji  y  otros  mije,  pero  la 
voz  legítima  es  la  descrita. 
(Bot.  F.  Mirtáceas;  esp. 
Chitraculia  rigida,  Kunt.) 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Mije.  Cub.  m.  —  Defectuosa 
acentuación  de  la  voz  mije. 
Véase. 

Mije  blanco.  Cub.  m. — Va- 
riedad del  árbol  mije,  que 


la  distingue  su  fruto  blan- 
co. 

Mije  morado.  Cub.  m. — Va- 
riedad del  árbol  mije,  de 
fruto  morado. 

Mijeal.  Cub.  m. -Lugar  donde 
abunda  el  mije.  Otros  dicen 
impropiamente  mijial. 

Miji.  Cub.  m.  —  Defectuosa 
pronunciación  de  la  voz 
mije.  Véase. 

Mijial.  Cub.  m. — Forma  in- 
correcta de  mijeal. 

Milfíores.  Cub.  f.-Planta  sil- 
vestre de  tallo  leñoso  que 
alcanza  un  metro,  por  dos 
centímetros  de  grueso;  de 
hojas  aovadas,  anchas, 
puntiagudas,  de  flores  múl- 
tiples, blancas,  rosadas  o 
moradas,  en  macolla  en  lo 
alto  de  la  mata.  Se  propa- 
ga mucho,  y  suele  consti- 
tuir plaga  en  algunos  te- 
rrenos. También  se  llama 
hortensia  y  milrosas.  (Bot. 
F.  Verbenáceas;  esp.  Cle- 
rodendron  fragans,  Willd.) 

Milhombres.  Común,  m.  — 
Sobrenombre  irónico  que 
se  aplica  al  individuo  de 
baja  estatura  y  altanero. 

Milrosas.  Cub.  f.-Véase  mil- 
fíores. 

Millo  blanco.  Cub.  m. — Va- 
riedad  del  millo  de  grano 
blanco. 

Millo  de  pollo.  Cub.  m. — 
Guando  el  millo  se  siembra 
muy  separado  porque  se 
quiere  el  grano  para  la  cría 
de  aves  de  corral.  Si  se 
desea  para  forraje  se  siem- 
bra muy  junto. 


364 


MISM 


Millo  morado.  Cub.  m. — Va- 
riedad del  millo  de  grano 
con  el  color  indicado.  Tam- 
bién se  dice  millo  negro. 

Millo  negro.  Cub.  m. — Véase 
millo  morado. 

Mimbre.  Cub.  m.  —  Véase  el 
refrán  10  del  Apéndice. 
Tiene  los  usos  cast. 

Minador  del  tabaco.  Cub.  m. 
— El  gusano  más  conocido 
por  candelilla  (2.*  acep.) 

Mingo.  Cub.  m.-Dícese  al  in- 
dividuo pacato  que  sirve 
de  objeto  de  burla  a  otros : 
"Tomaron  a  Ramón  por 
mingo'".  Tiene  las  acep. 
castellanas. 

Mingo.  Cub.  m.  —  Juego  de 
muchachos  que  consiste  en 
tirar  una  bola  o  un  mate 
(2.*  acep.)  a  chocar  con 
otro,  y  el  que  tal  logra, 
gana  todos  los  que  se  tira- 
ron inútilmente. 

Minuta  (A  la).  Cub.  mod. 
adv.  —  Modo  de  freir  pes- 
cado, chuletas  o  costillas, 
etc.,  que  consiste  en  rebo- 
zarlos antes  con  pan  o  ga- 
lleta rallados  y  huevo  ba- 
tido. 

Mirabel.  Cub.  m.  —  Planta 
distinta  a  la  descrita  por 
la  R.  A.  Véase  arcediana. 

Mlracaimán.  Cub.  epic.  m. — 
Véase  aguaitacaimán,  que 
es  el  cubanismo  aceptado 
por  la  R.  A. 

Miraguano  blanco,  Cub.  m. 
— Véase  guano  blanco. 

Miraguano  de  lana.  Cub.  m. 
— Véase  guano  de  lana.  Es 
la   especie   de   palma   que 


produce  la  mejor  pelü3a 
llamada  "miraguano",  y 
usada  en  rellenos  de  almo- 
hadas y  otros. 

Miraguano  espinoso.  Cub. 
m. — Véase  guano  espinoso. 

Miriñaque.  Cub.  m. — antic. — 
La  tela  rala  utilizada  para 
marcar  o  bordar,  conocida 
en  castellano  por  "caña- 
mazo" y  en  Cuba  con  el  ga- 
licismo canevá. 

Mirto.  Cub.  m. — Además  del 
mirto  común,  se  conoce 
con  este  nombre  la  planta 
malvira. 

Mirto  del  país.  Cub.  m. — 
Arbusto  indígena  parecido 
al  verdadero  mirto,  aun- 
que de  familia  diferente. 
(Bot.  F.  Melastomáceas; 
esp.  Mouriria  spathulata, 
Gris.) 

Mirto  de  río.  Cub.  m. — Ar- 
busto que  se  desarrolla  en 
las  márgenes  de  los  ríos  y 
lagunas,  de  hojas  pequeñi- 
tas  con  puntos  translúci- 
dos. (Bot.  F.  Mirtáceas;  esp. 
Calyptranthes  syzygium, 
Sw.) 

Misa  de  saí:sd.  Cub.  f. — La 
que  promete  el  enfermo,  y 
cuyo  costo  ha  de  reunir  re- 
cogiendo limosnas,  que  ya 
es  práctica  sólo  conservada 
por  alguna  gente  supersti- 
ciosa del  pueblo  bajo. 

Mismitlco»  ca»  Amer.  adj. — 
vulg.-Achicamiento  del  di- 
minutivo mismito,  ta;  de 
"mismo,  ma".  El  excesivo 
abuso  que  se  hace  en  Amé- 
rica   del   diminutivo,    con- 


MOCHA 


—  365 


MOJA 


dure  a  estas  deformacio- 
nes del  buen  lenguaje;  pues 
se  da  forma  diminutiva  a 
voces  que  la  rechazan  vi- 
vamente, como  en  el  pre- 
sente caso,  que  de  "mismo" 
se  deriva  mismito,  y  luego, 
por  si  no  bastara,  se  dice, 
y  con  no  poca  frecuencia, 
mismitico.  ¿No  es  entera- 
mente igual  decir  "voy 
ahora  mismo"  como  "ahora 
mismitico  o  mismito",  en  lo 
que  respecta  a  fuerza  de 
expresión? 

Mismito,  ta.  Amer.  adj. — 
vulg. -Diminutivo  de  "mis- 
mo, ma".  Véase  la  voz  an- 
terior. 

Miso»  Cub.  epic.  m. — El  pez 
más  conocido  por  maporro. 
Véase. 

Mobiliario.  Común  m.  —  El 
conjunto  de  muebles  de  una 
casa.  En  castellano  correc- 
to se  dice  "moblaje".  (Et. 
Del  francés  mobiliaire  ) . 

Mocear.  Común,  v.  n.-Entre 
gente  rústica  se  dice  por 
"cortejar"  sin  hacerlo  con 
la  seriedad  del  que  piensa 
en  el  matrimonio.  Tiene 
uso  en  muchas  aldeas  de 
España,  y  probable  origen 
en  Asturias:  "Fulano  ya 
está  en  edad  de  mocear"; 
"un  muchacho  que  mocea 
mucho". 

Mocha.  Cub.  f. — Utensilio  de 
agricultor,  especie  de  ma- 
chete barrigón,  cuya  ba- 
rriga va  ensanchando 
opuesta  al  mango,  y  ter- 
mina redonda  o   cuadrada. 


Algunos  dicen  guámparo.. 
(Et.  De  "mocho"). 

Mochazo.  Cub.  m. — Golpe  de 
mocha.  Véase. 

Mochazo.  Cub.  m. — flg.  y 
fam. — Por  extensión,  cual- 
quier golpe  que  se  da  con 
intención  de  agredir:  "Le 
metió  dos  mochazos". 

Mochil.  Cub.  m.  —  Muchacho 
que  ayuda  al  tabaquero  su- 
ministrándole el  tabaco  de- 
nominado "triba"  con  que 
se  rellenan  los  cigarros  pu- 
ros o  tabacos.  No  tiene  el 
uso  cast. 

Modistura.  Cub.  f.-El  apren- 
dizaje o  el  oficio  de  mo- 
dista :  "Estoy  aprendiendo 
modistura";  "muy  inteli- 
gente en  modistura". 

Mogo.  Cub.  m.  —  El  manjar 
más  conocido  por  fufú. 
Véase. 

Mogolla.  Cub.  f.  —  Los  re- 
cortes de  las  hojas  de  ta- 
baco, superiores,  que  se 
emplean  luego  para  relle- 
nar los  cigarros  puros  o  ta- 
bacos. Otros  dicen  mogollo. 

Mogollo.  Cub.  m.  —  Véase 
mogolla. 

Mohato,  ta.  Cub.  adj. — Aplí- 
case generalmente  a  las  ca- 
ballerías de  color  moreno 
obscuro. 

Mohoso,  sa.  Cub.  adj. — fam. 
— poco  uso,  —  Aplícase  en 
días  de  fiestas  populares  a 
la  persona  que  rehusa  mez- 
clarse en  las  diversiones. 
Tiene  el  uso  cast. 

Mojarra  común.  Cub.  epic. 
f. — Especie  del  pez  conoci- 


MUJU 


—  366  — 


MOKD 


do  en  castellano  por  "mo- 
jarra"; tiene  el  cuerpo 
comprimido,  de  figura  algo 
romboidal,  con  el  lomo  ele- 
vado, la  mandíbula  infe- 
rior saliente,  de  color  pla- 
teado obscuro,  y  alcanza 
unos  25  centímetros.  (Zool. 
F.  Guerridoe;  esp.  Guerres 
plumieri,   Guv.) 

Mojarra  de  casta.  Cub.  epic. 
f. — Especie  de  cuerpo  más 
prolongado,  con  el  lomo 
menos  alto,  que  alcanza  3 
decímetros,  con  seis  fajas 
verticales  a  cada  lado  del 
cuerpo,  y  las  aletas  ventra- 
les de  color  amarillo.  (Zool. 
F.  G.;  esp.  Xistcema  cine- 
reum,  Walb.) 

Mojarra  de  ley.  Cub.  epic.  f. 
— Tipo  de  figura  elíptica, 
que  alcanza  algo  menos  de 
dos  decímetros.  (Zool.  F. 
G.;  esp.  Encynostomus  gu- 
la, Guv.) 

Mojo.  Amer.  m. — Especie  de 
salsa  espesa  hecha  con  to- 
mate, o  ajo,  etc.,  cuyos 
nombres  se  posponen,  y  la 
cual  se  añade  a  los  manja- 
res después  de  condimenta- 
dos. (Et.  Corrupción  del 
cast.  "moje"). 

Mojo  crudo.  Cub.  m. — Véa- 
se aguají. 

Mojo  crudo.  Cub.  m.  —  En 
otros  lugares,  dicen  así  a 
una  mezcla  en  seco  de  ce- 
bolla y  perejil  picados  en 
diminutos  trozos,  que  suele 
comerse  con  la  carne  fri- 
ta. 

Mujuy.  Cub.  epic.  m. — antic. 


—Mamífero  parecido  a  la 
jutía,  bocado  que  era  es- 
timadísimo por  los  caci- 
ques indios,  y  cuya  especie 
se  ha  extinguido.  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Mola.  Cub.  epic.  f.  —  El  pez 
conocido  en  castellano  por 
"pez  luna",  también  lla- 
mado así  en  Cuba,  y  ade- 
más pez  muía  y  pez  sol. 

'Molejón.  Cub.  m.  —  Dícese 
al  farallón,  o  sea  la  roca 
que  sobresale  a  flor  de  agua 
o  de  tierra.  Algunos  dicen 
múcara. 

Molondrón.  Cub.  m.  —  La 
planta  más  conocida  por 
quimbombó,  que  es  el  cu- 
banismo aceptado  por  la 
R.  A. 

*  Molote.  Cub.  m. — Alboroto, 
escándalo  tumultuario:  "Se 
formó  el  gran  molote  en  la 
plaza  del  mercado". 

Molleja.  Cub.  f.-fam. — Véase 
la  frase  183  del  Apéndice. 
Tiene  las  acep.  cast. 

Mollero.  Amer.  m. — Dícese  a 
la  parte  más  musculosa  del 
brazo  y  la  pierna  particu- 
larmente. (Et.  Corrupción 
de  "molledo"). 

Mona.  Cub.  f.  —  Cierta  cons- 
truccción  o  figura  de  la  co- 
meta que  hacen  los  mu- 
chachos. Tiene  los  usos 
castellanos   más  corrientes. 

Monda.  Cub.  f.  —  Acción  y 
efecto  de  mondar.  Véase. 
Como  más  se  oye  es  dar 
una  monda. 

Mondacapullo.  Cub.  m. — Ar- 
busto de  madera  excelente 


MONO 


—  367  — 


MONT 


que  produce  un  fruto  muy 
gustado  por  el  cerdo.  (Et. 
De  "mondar"  y  "capullo"). 

Mondar.  Cub.  v.  a. -poco  uso. 
— Pegar  o  castigar  con  ex- 
ceso: "Un  padre  que  mon- 
da a  sus  hijos  sin  conside- 
ración"; "mondé  al  mucha- 
cho porque  me  faltó  al  res- 
peto." Más  se  oye  dar  una 
monda.  Tiene  los  usos  cas- 
tellanos. 

Moneda.  Cub.  f. — Por  anto- 
nomasia, la  de  oro  de  cinco 
duros:  "Tengo  un  caballo 
que  vale  sesenta  monedas". 

Moniato.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre que  alcanza  unos  12 
metros  de  altura,  de  made- 
ra blanca,  suave,  con  el  co- 
razón amarillento,  apenas 
utilizada  en  carpintería  por 
su  escasi.  consistencia.  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Monifato.  Cub.  m. — Dícese  a 
la  figura  contrahecha  que 
representa  persona  o  ani- 
mal. (Et.  Extraña  corrup- 
ción de  "monicaco"). 

Monigote.  Cub.  m. — Enre- 
dadera cultivada  en  jardi- 
nería, de  flor  compuesta 
con  un  botón  blanco,  y  la 
corola,  en  forma  de  embu- 
do, de  color  morado.  Tam- 
bién se  llama  boca  de  dra- 
gón y  salvilla.  (Bot.  F.  Es- 
crofulariáceas;  esp.  Anti- 
rhinum  majus).  Tiene  las 
acep.  cast.  en  lenguaje  fig. 

Mono.  Cub.  epic.  m. — Véase 
andaraz.  Tiene  algunas  de 
las  acep.   cast. 

Mono.  Cub.  m. — Árbol  gigan- 


tesco, de  mayores  propor- 
ciones, al  parecer,  que  la 
ceiba,  considerado  el  ma- 
yor de  Cuba.  Es  muy  es- 
caso y  apenas  conocido. 
(Bot.  esp.  Adominia  digi- 
tala). 

Monos.  Amer.  m.  pl. — Véase 
la  frase  115  del  Apéndice. 

Monomaquía.  Cub.  f.  —  Mo- 
vimiento o  gesticulación  de 
una  persona,  cuando  pa- 
rece propio  de  un  mono. 
Tiene  mucho  más  uso  en 
plural:  "Hacer  muchas 
monomaquías.'1''  No  tiene  la 
acep.  castellana. 

Monótonamente.  Común. 
adv.  —  Con  monotonía: 
"Leer  muy  monótonamen- 
te". 

Monta.  Cub.  f.  Época  de  cru- 
zar caballo  y  yegua.  Tam- 
bién se  dice  caballo  de 
monta  al  que  no  es  de  tiro 
y  sí  de  montar. 

Monte.  Cub.  m. — fam. — Sue- 
le oirse  esta  voz  para  sig- 
nificar "fuera  de  poblado", 
en  acepción  algo  semejante 
a  campo.  Tiene  los  usos 
cast.  Véanse  las  frases  14, 
102  y  248  y  los  refranes 
3  y  9  de  los  Apéndices. 

Monte-Cristo»  Cub.  m.- "Ár- 
bol silvestre  de  madera 
fuerte,  resistente  y  grano 
fino,  color  amarillo  par- 
dusco. (Arbor.  Cub.) ".  Cita 
de  Pichardo. 

Monte  charrabascoso.  Cub. 
m.  —  Bosque  de  arboleda 
rala  y  baja.  Véase  charra- 
bascoso. 


MORA 


368  — 


MOKB 


Montear.  Cub.  v.  a. — Cierta 
operación  que  se  hace  con 
el  agua  de  lluvia  para  que 
gane  en  potabilidad.  Tiene 
los  usos  cast. 

Montería.  Cub.  f. — Guiso  de 
carne  de  cerdo,  ave,  etc., 
que  se  ha  dejado  asada  del 
día  anterior.  (Et.  De  "mon- 
te"). 

Montero.  Cub.  m.  —  Indivi- 
duo que  tiene  bajo  su  cus- 
todia un  terreno  donde  se 
cuida  y  cría  ganado.  Véase 
la  frase  235  del  Apéndice. 

Montón-pila.  Cub.  m. — vulg. 
— Ridículo  pleonasmo  em- 
pleado para  denotar  mucha 
abundancia  de  algo:  "Tie- 
ne montón-pila  de  dinero". 

Montuno,  na.  Cub.  subs.  y 
adj. — En  la  región  orien- 
tal es  sencillo  equivalente 
de  "campesino",  guajiro; 
en  cambio,  en  la  occidental 
es  insulto,  porque  se  toma 
como  significado  de  torpe, 
incivil.  Véase  el  refrán  3 
del  Apéndice. 

Mora  blanca.  Cub.  f.  —  El 
árbol  conocido  comúnmen- 
te por  "morera",  y  cuya 
hoja  en  España  se  destina 
al  cultivo  del  gusano  de 
seda. 

Mora  de  loma.  Cub.  f.  —  El 
árbol  más  conocido  por 
fustete.  Véase. 

Mora  del  país.  Cub.  f. — Véa- 
se fustete. 

Mora  de  piedras.  Cub.  f. — 
Hierba  que  se  desarrolla 
entre  las  piedras  de  ríos  y 
otros   lugares   húmedos. 


(Bot.  F.  Urticáceas;  esp. 
Bohemeria  cylindrica,  Sw.) 

Mora  espinosa.  Cub.  f.  — 
Véase  fustete. 

Mora  negra.  Cub.  f. — Árbol 
silvestre  de  "Rojas  grandes, 
enteras,  con  puntos  negros, 
y  buena  madera.  (Bot.  F. 
Móreas;  esp.  Morura  nigro>, 
Lin.) 

Morcilla.  Común,  f. — fam. — 
Equivale  a  "mentira".  Tie- 
ne los  usos  natural  y  figu- 
rado de  la  R.  A. 

Morcillero,  ra»  Común,  adj. 
— Aplícase  a  la  persona 
mendaz,  embustera;  que 
dice  morcillas.  Tiene  los 
usos  de  la  R.  A. 

Morder.  Cub.  v.  a.  —  flg.  y 
fam.  —  Equivale  a  "enga- 
ñar", y  en  tal  sentido  que- 
da incluido  "estafar"  o 
"robar";  por  eso  no  deja 
de  ser  gracioso  oir:  "Die- 
go mordió  a  Pedro",  sin 
que  le  haya  clavado  los 
dientes.  "Me  mordieron  en 
la  compra  del  sombrero"; 
"a  Javier  le  mordieron  tres 
duros".  Tiene  los  usos  cast. 
No  es  difícil  oir  este  verbo 
como  para  denotar  que  se 
ha  adquirido  una  enfer- 
medad secreta. 

Mordida.  Cub.  f. — Acción  y 
efecto  de  morder.  Véase. 

Mordoré.  Amer.  m.  —  poco 
uso. — Color  rojizo  con  viso 
morado.  (Et.  Voz  francesa). 

Morena  pintada.  Cub.  epic. 
f. — Especie  del  pez  angui- 
liforme  conocido  en  caste- 
llano  por    "morera";    esta 


MORO 


—  369  — 


MORRO 


especie  no  alcanza  el  tama- 
fio  corriente  de  un  metro, 
y  tiene  la  epidermis  blanca 
con  abundantes  manchas 
negras.  Es  comestible. 
(Zool.  F.  Muroenidoe;  esp. 
Lycodontis  funebris,  Ranz.) 

Morena  verde.  Cub.  epic.  f. 
— Especie  del  pez  "more- 
na" de  mayor  tamaño,  no 
menor  de  metro  y  medio, 
de  color  moreno  obscuro, 
cubierto  por  una  especie  de 
costra  verde  que  desapare- 
ce al  ser  lavada.  Es  voraz, 
y  su  carne  suele  causar  la 
ciguatera.  (Zool.  F.  M.;  esp. 
Lycodontis    moringa,    Guv.) 

Moringa.  Cub.  f. — Fantasma 
imaginario  con  que  se  ate- 
moriza a  los  niños.  Por  tie- 
rras ibéricas  se  hace  pare- 
cido o  igual  uso  de  la  voz 
"coco",  con  autorización  de 
la  R.  A. 

Morir  bien.  Cub.  expr.  adv. — 
fam. — Perder  una  partida 
en  el  juego,  pero  no  sin  de- 
mostrar que  se  jugó  con 
pericia:  "Eso  es  morir 
bien". 

Moriviví.  Cub.  m. — En  la  re- 
gión oriental,  la  planta 
"sensitiva"  de  la  R.  A., 
más  conocida  en  Cuba  por 
este  nombre,  y  también 
dormidera  y  dormilona. 

Moro.  Cub.  adj. — Aditamento 
de  "cangrejo":  cangrejo 
moro.  "Véase. 

Moro,  ra.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  las  caballerías  de 
pelo  blanco  con  viso  obs- 
curo. Se  añade  azul  cuando 


el  viso  es  de  ese  color;  em- 
pedrado, da,  o  de  concha, 
cuando  las  manchas  son 
semicirculares  y  cenicien- 
tas; mosqueado,  da,  si  las 
manchas  son  pequeñas  y 
morenas;  etc.,  etc. 

Morón.  Amer.  epic.  m. — "Pez 
de  agua  dulce,  tamaño  de 
una  vara,  sin  espina  y  sa- 
broso, el  mismo  de  Santo 
Domingo",    dice    Pichardo. 

Morón.  (De).  Cub.  mod.  adv. 
— fam. -En  la  jerga  comer- 
cial, dícese  que  lo  es  el  mal 
pagador.  No  deja  de  ser  un 
gracioso  equívoco,  pues  al 
oído  lo  mismo  puede  pare- 
cer demorón  (de  "demo- 
rar", que  demora),  como 
habitante  del  pueblo  Mo- 
rón. 

Moronense.  Cub.  subs.  com. 
y  adj. — La  persona  natural 
de  Morón. 

Moronense.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  las  cosas  de  esa  po- 
blación. 

Moros  y  cristianos.  Cub.  m. 
pl. — fam. — Graciosa  expre- 
sión para  decir  al  potaje  de 
fríjoles  o  judías  negras, 
cuando  se  mezcla  con  arroz, 
al  tiempo  de  comerlo,  por 
la  mezcla  de  lo  blanco  y  lo 
negro. 

Morriñoso,  sa.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  las  personas  o 
animales  decaídos  de  áni- 
mo, tristes,  enfermos.  (Et. 
De  "morriña"). 

*  Morrocoy.   Cub.    epic.   m. — 

Véase  morrocoyo. 

*  Morrocoyo.  Cub.  epic.  m. — 


24* 


MORÜ 


370  — 


MOST 


"Galápago  americano,  co- 
mún en  la  Isla  de  Cuba,  con 
el  carapacho  muy  conve- 
xo, rugoso,  de  color  obscu- 
ro y  con  cuadros  amari- 
llos". (R.  A.).  También  se 
dice  morrocoy. 

Morronga.  Común,  í. — muy 
vulg. — El  pene. 

Morronguería.  Cu  b.  í. — vulg. 
—  Acción  deleznable,  pro- 
pia de  una  persona  califi- 
cada de  morronguera.  Véa- 
se. 

Morronguero,  ra.  Cub.  adj.- 
vulg. — Aplícase  a  la  perso- 
na miserable,  ruin,  tacaña. 

Morronguero,  ra.  Cub.  adj.- 
vulg. — Lo  mismo  que  "co- 
barde". 

Moruro.  Cub.  m.  —  Reciben 
este  nombre  tres  especies 
de  árboles  con  aditamentos 
particulares.  En  algunos 
lugares  les  dicen  impropia- 
mente sabicú.  (Bot.  F.  Le- 
guminosas). (Et.  Voz  cari- 
be, Zayas). 

Moruro  abey.  Cub.  m. — Ár- 
bol silvestre  quo  se  eleva 
unos  8  metros,  de  hojas 
aladas,  con  los  foliólos  pe- 
queños y  oblongos,  madera 
dura,  buena,  pesada,  de  co- 
lor de  vino.  También  se 
llama  abey  hembra,  tengue, 
palo  de  rayo,  y  moruro  de 
sabana.  Es  el  "abey"  de  la 
R.  A.,  o  una  especie  muy 
afín.  (Bot.  F.  L.;  esp.  Pel- 
topkorum  adnatumt,  Gris.) 

Moruro  de  costa.  Cub.  m.— 
Arbusto  como  el  anterior, 
de  hojas  aladas,  con  folio- 


Ios  oblongos  obtusos,  más 
pálidos  por  el  envés,  flores 
sésiles  en  cabezuelas  blan- 
cas. Otros  dicen  soplillo. 
(Bot.  F.  L.;  esp.  Calliandra 
portoricensis,  Benth.) 

Moruro  do  sabana.  Cub.  m. 
— El    moruro   abey.    Véase. 

Moruro  prieto.  Cub.  m. — 
Especie  parecida  al  mo- 
ruro abey.  (Bot.  F.  L.;  esp. 
Pithecolobium  cilicifolium, 
Benth.) 

Mosca  de  caballo.  Común,  f. 
— La  más  conocida  en  Es- 
paña por  "mosca  de  burro" 
y  "mosca  de  muía". 

Moscovia.  Cub.  f. — Una  piel 
entera  de  res  curtida  hasta 
dejarla  suavísima,  teñida 
después  de  colorado,  que 
algunas  personas  utilizan 
para  la  cama,  por  lo  fresca. 

Mosquito.  Cub.  m. — "Planta 
de  las  Orquídeas  (Leochi- 
lus  salvus,  Gr.)",  dice  Pi- 
chardo.  Tiene  las  acep. 
cast.  Véase  la  frase  72  del 
Apéndice. 

Mosquito.  Cub.  m.  —  Véase 
infiernito. 

Mosquito  lancetero.  Cub.  m. 
— Especie  de  mosquito  que 
causa  terribles  picadas. 

Mostacilla.  Cub.  f.-La  plan- 
ta de  tabaco  recién  nacida; 
entendiéndose  que  no  llega 
a  postura. 

Mostaza  de  la  tierra.  Cub. 
f.— Especie  de  mostaza  no 
cultivada,  de  hojas  en  fi- 
gura de  lira,  y  flores  ama- 
rillas como  la  común,  que 
también    se    desarrolla    en 


MUDA 


—  371  — 


MUER 


Cuba.  ¿Será  la  "mostaza 
silvestre"  de  la  R.  A.?  (Bot. 
F.  Cruciferas;  esp.  Br  as  sica 
júncea,  Goss.) 

Mosto  muerto.  Cub.  m. — La 
mezcla  de  miel  de  azúcar 
y  agua,  después  de  desti- 
lada. 

Mosto  vivo,  Cub.  m.  —  La 
mezcla  anterior  cuando  el 
agua  entra  n  menor  pro- 
porción. 

Mota.  Cub.  f. — fam. — Véase 
la  frase  131  del  Apéndice. 
Tiene  los  usos  cast. 

Mota  (A  la).  Cub.  modfadv. 
— Cuando  se  siembra  algu- 
na planta  trasplantándola 
con  las  raíces  y  la  tierra 
adherida  a  ellas,  si  se  tra- 
ta de  plantas  que  se  siem- 
bran generalmente  por  aco- 
dos. 

Moya.  Cub.  f. — La  planta  de 
jardinería  conocida  en  cas- 
tellano con  el  nombre  de 
"margarita",  y  también  en 
Cuba,  así  como  con  el  de 
moyita,  de  la  que  hay  va- 
riedades de  flores  blancas, 
rosadas  y  amarillas;  una  de 
las  amarillas  recibe  el 
nombre  de  mantequillera. 
(Bot.  F.  Compuestas;  esp. 
Chrysanthemum  corona- 
rium,  Lin.)  Véase  la  frase 
145  del  Apéndice. 

Múcara.  Cub.  í.  —  Sinónimo 
de  molejón. 

MucaraL  Cub.  m. — Dícese  al 
terreno  en  que  abunda  la 
roca  múcara  o  'molejón. 

Muda  de  ropa.  Cub.  f. — Em- 
pleándose entre  parroquia- 


no y  tendero,  entiéndese 
pantalón  y  camisa  o  panta- 
lón y  guayabera. 

Mudada.  Cub.  f. — Dícese  a  la 
mudanza  o  cambio  de  do- 
micilio. 

Muela.  Cub.  f. — fam. — Lo  es 
en  Cuba  la  persona  trapa- 
cera. Véase  la  frase  83  del 
Apéndice.  Tiene  los  usas 
castellanos. 

Muengo,  ga.  Cub.  adj.  —  Se 
aplica  a  las  personas  o  ani- 
males que  les  falta  una 
oreja,  o  que  tienen  inútil 
el  pabellón  de  ella. 

Muerde-huye.  Cub.  m. -Véa- 
se juyuyú.  Algunos  corrom- 
pen la  voz  en  muerde-juye 
y  muerdejulla. 

Muerde-Juye.  Cub.  m. — Véa- 
se la  voz  anterior. 

Muerdejulla.  Cub.  f.  —  Véase 
muerde-huye.  (Et.  Corrup- 
ción). 

Muerte.  Cub.  f. — fam. — Véa- 
se el  refrán  7  del  Apéndice. 

Muertería*  Cub.  f. — vulg.— 
Equivale  a  "funeraria"  o 
establecimiento  funerario. 
Afortunadamente,  semejan- 
te barbarismo  va  cayendo 
en  desuso. 

Muertero.  Cub.  m. — El  due- 
ño o  encargado  de  una 
muertería.  Véase. 

Muerto,  ta.  Amer.  adj. — Lo 
mismo  que  "desanimado" 
con  relación  a  cosas : 
" — ¿Cómo  está  el  paseo? — 
Muy  muerto'".  "Semana 
muerta",  dice  un  comer- 
ciante. Tiene  los  usos  cast. 
Véanse  las  frase3  13,  22-a 


MURA  —  372  — 

y  204  y  el  refrán  16  de  los 
Apéndices. 

Mujeriega  (A  la).  Común. 
mod.  adv. -Cabalgar  el  hom- 
bre como  la  mujer,  con  las 
piernas  a  un  solo  lado.,  y 
no  a  horcajadas.  En  Cuba 
no  se  dice  "a  mujeriegas", 
única  forma  aceptada  por 
la  R.  A.,  aunque  la  consig- 
nada aquí  es  o  parece  ser 
tan  aceptable  como  ella,  no 
obstañle  la  autoridad  que 
le  han  dado  los  clásicos  an- 
tiguos y  modernos  a  la  otra. 

Mulatería.  Cub.  f.-— Barrio  o 
lugar  donde  residen  mu- 
chos mulatos,  y  sobre  todo 
mulatas. 

Mulatero.  Cub.  adj.-El  hom- 
bre aficionado  a  enamorar 
mulatas. 

Mulatico,  ca.  Cub.  adj. -Úni- 
co diminutivo  de  "mulato, 
ta",  usado  en  Cuba. 

Malecón,  n«.  Cub.  m.  y  f. — 
Aumentativo  de  muleque. 
Véase. 

Mulengo,  ga.  Cub.  subs.  y 
adj. — fam. — Dícese  con  ex- 
presión meliflua  por  "mu- 
lato, ta". 

*Muleque.  Cub.  común. — 
"Negro  bozal  de  siete  a  diez 
años*.  (R.  A.).  Cuando  ex- 
cede de  esa  edad  se  dice 
niuiecón,  na. 

Mulita  del  diablo.  Cub.  f. — 
Véase  caballito  del  diablo. 

Muniatal.  Amer.  m. -Corrup- 
ción de  "buniatal". 

Munlato.  Amer.  m. — Corrup- 
ción de  "boniato". 

Muralla.     Cub.     f.  —  Nombre 


MUERA 


impropio  del  arbusto  mu- 
rraya.  Véase. 

Muraya.  Cub.  f. — Véase  mu- 
rraya. 

Murciélago.  Cub.  epic.  m.~ 
Además  de  las  distintas  es- 
pecies de  mamíferos  ala- 
dos, así  llamados  común- 
mente, hay  en  Cuba  un  pe: 
volador,  merced  al  grai 
desarrollo  en  forma  de  ah 
de  las  aletas  pectorole; 
posteriores,  que  alcanza  m 
tamaño  de  3  decímetros 
con  el  cuerpo  alargado 
subcuadrangular,  la  cabez? 
cubierta  de  placas  óseas,  } 
una  espina  a  cada  lado  ( 
inclinada  hacia  atrás.  Si 
coloración  es  muy  variable 
moreno  o  verdoso  olivad( 
el  lomo  y  pálido  por  debajo 
y  las  alas  obscuras  mancha- 
das de  azul.  (Zool.  F.  Dac- 
tylopterus  volitaus,  Lin.) 

Murlchí.  Cub.  m.  —  "Árbol 
silvestre,  así  denominada 
en  el  territorio  oriental,  d< 
buena  madera.  (Arb.  Cub.) " 
Cita  de  Pichardo. 

j Murió!  Cub.  interj. — fam.— 
Empléase  para  dar  poi 
terminada  una  discusión,  3 
equivale  a  decir:  se  acabó 
"¡Murió!  No  hablemos  má: 
de  eso". 

Murralla.  Cub.  f. — Otro  nom- 
bre incorrecto  del  arbustc 
marraya.  Véase.  Parece  má 
adaptable  al  castellano  lf 
II  que  la  y,  pero  no  en  esí« 
caso  sin  incurrir  en  impro- 
piedad, porque  murray< 
se  deriva  de  Murray,  ape- 


MURRA 


—   373 


MURÜ 


llido  del  General  que  im- 
portó de  la  India  la  planta. 
Murraya.  Cub.  f.  —  Arbusto 
exótico,  cultivado  en  jardi- 
nería por  lo  muy  frondoso, 
con  hojas  aladas  de  poca 
punta,  y  deprimidas  en  la 
base,  de  color  verde  obs- 
curo, brillantes,  flores  blan- 
cas y  fragantes  en  ramille- 
tes, y  fruto  en  bayas  rojas. 
También     suele      llamarse 


boje  de  Perno,  e  incorrec- 
tamente, muralla,  mura- 
ya,  y  murralla.  "Véase  esta 
última  voz.  (Bot.  F.  Auran- 
ciáceas;  esp.  Murraya  exó- 
tica, Lin.) 
Murumaca.  Cub.  i.  —  Gesti- 
culación burlesca:  "Hacer 
murumacas  a  una  perso- 
na". (Et.  Probablemente 
corrupción  de  monoma- 
quía. Véase). 


NABO 


—  374  — 


NADI 


Nabaco.  Cub.  m. — El  arbus- 
to más  conocido  por  galán 
de  noche  (2.a  acep.).  Véase. 

Nabaco.  Cub.  m.  —  Arbusto 
silvestre  de  buena  madera, 
dura,  compacta,  empleada 
en  carpintería;  de  hojas 
subcoriaceas,  opuestas,  de 
color  verde  obscuro  por 
encima,  más  pálidas  por  el 
envés,  y  florecillas  a  mane- 
ra de  campanillas  colgan- 
tes, blancas  y  olorosas,  en 
ramilletes.  También  se  lla- 
ma palo  de  toro,  cafetillo, 
café  cimarrón,  júgano  y  jú- 
jano.  (Bot.  F.  Rubiáceas; 
esp.  F  ar  ame  a  vaginata, 
Gris,  y  otra).  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Nabüma.  Cub.  f.  —  antic.  — 
Véase  guanabima.  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Naborí.  Cub.  m.  —  antic.  — 
Cierta  clase  de  esclavo  in- 
dio que  formaba  parte  de 
una  naboría.  Véase. 

Naboría.  Cub.  f. — antic. — Un 
conjunto  de  esclavos  indios 
que  al  principio  de  la  co- 
lonización española  se  con- 
cedía a  determinado  caci- 


que o  noble.  Zayas,  en  su 
"Lexicografía  Antillana", 
aporta  valiosas  pruebas  en 
el  sentido  de  que  naboría 
determinaba  un  esclavo  y 
no  un  grupo.  Y  la  R.  A., 
que  no  señala  el  vocablo 
como  cubanismo,  dice: 
"NABORÍA  -  común.  —  In- 
dio libre  que  en  América 
se  empleaba  en  el  servicio 
doméstico". 

Nacencia  (De  5a) .  Cub. 
mod.  adv.  —  Dícese  a  las 
crías  de  ganado  que  sólo 
tienen  meses  de  nacidas. 

Nada.  Cub.  pronombre.  — 
Véanse  las  frases  239,  246 
y  258  del  Apéndice. 

Nadie.  Cub.  pronombre.  — 
f am.  —  Véase  la  frase  259 
del  Apéndice. 

Nadita.  Amer.  pronombre. — 
fam.- — Diminutivo  de  "na- 
da", cosa  absurda,  cual  su- 
cede con  muchos  diminu- 
tivos americanos,  porque  ni 
existe  un  nada  pequeño  ni 
existe  algo  menos  que  nada. 
También  se  oye  naditica, 
por  si  no  bastara,  y  de  aquí 


NARA 


—  375  — 


NARI 


que  se  oiga  la  vulgarísima 
forma  naitica. 

Naditica.  Cub.  pron.  —  vulg. 
— Véase  nadita. 

Naiboa.  Cub.  f.-El  jugo  blan- 
cuzco o  almidón  obtenido 
de  la  yuca  rallada  y  expri- 
mida. Otros  dicen  anaiboa. 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Naitica.  Cub.  pron. — vulg. — 
Véase  nadita. 

Najesí.  Cub.  m. — "Árbol  co- 
mún en  Baracoa  para  cons- 
trucción y  para  hacer  teja- 
maníes'". (Pichardo). 

Nancer.  Cub.  m.  —  Arbusto 
pequeño  le  abundantes  ra- 
mas, con  las  hojas  más 
anchas  y  redondas  hacia  el 
ápice,  en  el  extremo  de  los 
gajos,  y  de  fruto  muy  áci- 
do, utilizado  para  refres- 
cos. (Bot.  F.  Malpigiáceas). 

Napoleón.  Cub.  m.  —  Cierta 
vitola  eleg&nte,  y  de  buen 
tamaño,  de  tabaco  o  ciga- 
rro puro. 

Napoleones.  Cu b.  m.  pl. — 
Una  clase  de  botas,  con 
elástico,  particularmente 
para  señora. 

Naranja.  Cub.  f. — Además  de 
las  comúnmente  conocidas, 
que  explica  la  R.  A.,  hay 
en  Cuba  tres  variedades, 
frutos  de  las  tres  espe- 
cies de  naranjos  que  to- 
man aditamentos  particu- 
lares en  la  Isla.  Véase  "na- 
ranjo". 

Naranjito  del  obispo.  Cub. 
m. — V  ó  a  s  e  naranjito  de 
San  José. 

Naranjito  de  San  «Joaé».  Cub. 


m. — Arbolito  ornamental  de 
espeso  follaje,  de  hojas  pe- 
queñas, así  como  sus  flo- 
res, blancas  y  fragantes,  y 
por  fruto  una  naranjita  re- 
donda y  muy  acidosa.  Tam- 
bién se  conoce  por  naran- 
jito del  obispo.  (Bot.  F.  Au- 
ranciáceas ;  esp.  Curas  vul- 
garis  myrtifolia,  Riss.) 

Naranjo  bergamota.  Cub. 
m. -Variedad  del  árbol  fru- 
tal conocido  por  "limero" 
en  cast.,  de  flores  grandes, 
dobles  y  olorosas,  y  fruto 
(naranja  bergamota) ,  gran- 
de, aplastado,  de  epider- 
mis rugosa  y  aromática. 
(Bot.  F.  Auranciáceas;  esp. 
Citrus  vulgaris  bergarnia, 
Riss.) 

Naranjo  de  Urna.  Cub.  m. — 
Especie  del  árbol  frutal  li- 
mero, de  fruto  (naranja 
de  lima),  pequeño,  con  la 
epidermis  muy  suave  y 
olorosa,  jugo  acíduloso  y 
fresco,  del  que  hay  dos  va- 
riedades :  el  de  fruto  re~ 
dondo  y  el  de  piquito.  (Bot. 
F.  A.;  esp.  C.  medica  li- 
metta,  Hook.) 

Naranjo  morelra.  Cub.  m. — 
Una  variedad  silvestre  y, 
al  parecer,  indígena  del 
naranjo  agrio,  de  madera 
utilizable  para  mangos  de 
aperos,  con  el  fruto  de  piel 
rojiza,  y  jugo  agridulce, 
desagradable,  quo  comen 
algunas  aves  y  causa  dolor 
de  cabeza  a  las  personas. 

Narigón.  Cub.  m.  —  Por  ex- 
tensión, dícese  a  la  argolla 


NAZA 


—  376  — 


NBGR 


que  se  engancha  en  el  na- 
rigón (R.  A.),  practicado  en 
la  ternilla  de  la  nariz  a  los 
animales,  regularmente  to- 
ros y  bueyes. 

Nar!:lón.  Cub.  m. — Tarríbién 
por  extensión,  el  agujero 
que  se  practica  al  extremo 
de  los  troncos  de  árbol  de- 
rribados, para  arrastrarlos 
tirados  por  bueyes  fuera 
de  los  bosques. 

Narigón.  Cub.  m.  —  En  la 
siembra  de  caña,  la  distan- 
cia entre  los  extremos  de 
dos  trozos  arrojados  al  sur- 
co. 

Narigonero.  Cub.  m. — El  in- 
dividuo que  le  pone  los  na- 
rigones al  ganado. 

Narigonero.  Cub.  m. — El  que 
conduce  una  res  tirada  de 
una  soga  sujeta  al  narigón 
(1.a  acep.). 

Narizón,  na.  Amer.  adj. — 
Equivale  a  los  castellanos 
"narigón,  na"  y  "narigudo, 
da":  "Un  hombre  muy  na- 
rizón1". 

Navajón.  Cub.  m. — Dicen  así 
algunos  al  machete  de  pun- 
ta roma,  y  hoja  menos  lar- 
ga de  lo  corriente,  que  usan 
los  guajiros  para  abrirse 
camino  entre  zarzales. 

Nazareno  amarillo.  Cub.  m.- 
Una  variedad  o  especie  del 
árbol  americano  "nazare- 
no" que  describe  la  R.  A. 

Nazareno  morado.  Cub.  m.- 
El  árbol  americano  cono- 
cido simplemente  por  "na- 
zareno", que  describe  la 
R.  A.,  por  cierto  que  inclu- 


yéndolo en  la  familia  bo- 
tánica de  las  Rámneaa,  y  en 
otros  libros  lo  hemos  visto 
en  las  Celastríneas. 

Nea.  Cub.  f. — Hierba  perma- 
nente abundante  en  la  isla 
de  Pinos,  que  consyiuye  un 
excelente  pasto.  (Et.  Voz 
caribe,  según  Zayas;  pero 
nosotros  nos  inclinamos  a 
creer  que  se  trata  de  una 
corrupción  se  n  c  i  11  a  de 
"anea",  y  tal  vez  la  misma 
planta  que  describe  la 
R.  A.) 

Negracuba.  Cub.  f.  —  En  al- 
gunos lugares  deja  comar- 
ca oriental,  un  árbol  de 
hojas  muy  aromáticas  que 
se  ponen  entre  la  ropa  lim- 
pia para  perfumarla. 

'Negrada.  Cub.  f. — antic. — 
"Conjunto  o  reunión  de 
negros  esclavos  que  cons- 
tituía la  dotación  de  una 
finca".   (R.   A) 

Negrada.  Cub,  f.  —  Por  ex- 
tensión de  la  voz  anterior, 
se  dice  a  cualquier  grupo 
de  negros,  aunque  no  con 
gran  frecuencia. 

Negrazo,  za.  Común,  m.  y  f. 
— Aumentativo  de  "negro, 
gra" :  el  individuo  de  esta 
raza  que  alcanza  desmedi- 
das  proporciones. 

Negrero.  Cub.  subs.  y  adj. — 
Aplícase  al  hombre  blanco 
aficionado  a  enamorar  mu- 
jeres negras:  "Dicen  que 
los  catalanes  son  muy  ne- 
greros". Tenía  los  usos  cas- 
tellanos cuando  la  esclavi- 
tud. 


—  377  — 


raou 


Negrito.  Cub.  epic.  m. — Pre- 
cioso pajarillo  indígena  de 
Cuba,  de  color  negro  inten- 
so, incluso  pico  y  patas, 
con  algunas  plumas  blan- 
cas en  el  borde  de  las  alas. 
Vive  y  es  muy  estimado  en 
cautividad  por  su  lindo 
canto.  Hace  el  nido  esfé- 
rico, con  la  entrada  lateral. 
(Zool.  F.  Fringilidce;  esp. 
Melophurrha    nigra,    Lin.). 

Negro,  gra.  Amer.  m.  y  f. — 
fam. — Tratamiento  cariñoso 
entre  individuos  de  la  raza 
blanca  y  diferente  sexo. 
Véanse  los  refranes  15  y 
15-c  del  Apéndice.  Tiene 
los  usos  castellanos. 

Negromaco.  Cub.  m. — Véase 
maco. 

Nelumbio.  Común,  m. — Una 
planta  acuática  que  abun- 
da en  las  lagunas  y  reman- 
sos de  los  ríos;  se  trata  de 
una  especie  de  loto,  cono- 
cida también  en  España, 
que  luce  flores  sobre  altos 
pedúnculos.  En  Cuba  tam- 
bién se  llama  flor  de  agua 
y  se  conocen  dos  especies 
más  con  sobrenombres  par- 
ticulares. (Bot.  F.  Ninfeá- 
ceas; esp.  Ninfcea  jameso- 
niana) . 

Nelumbio  amarillo»  Cub.  m. 
—Especie  del  nelumbio  de 
hojas  peltadas  y  enteras, 
con  flores  solitarias,  gran- 
des y  amarillas.  (Bot.  F.  N.; 
esp.  Nelurnbium  luteum, 
Willd.) 

Nelumbio  blanco*  Cub.  m. — 
Especie  de  hojas  cordifor- 


mes casi  circulares,  a  flor 
de  agua,  con  flores  diurnas, 
grandes  y  blancas,  con  los 
estambres  amarillos.  De 
sus  semillas  se  extrae  una 
especie  de  aceite  transpa- 
rente y  medicinal.  (Bot.  F. 
Ar.;  esp.  Ninfcea  ampia, 
D.   C.) 

Nene.  Cub.  m. — fam. — Tra- 
tamiento cariñoso  de  algu- 
na mujer  a  su  compañero. 

Netamente.  Común,  adv. — 
De  manera  neta,  para  ex- 
presar más  bien  "exclusi- 
vamente", "genuinamen- 
te";  "Es  netamente  espa- 
ñol". 

Ni.  Cub.  adv. — fam. — Véase 
la  frase  146  del  Apéndice. 

Nieve.  Cub.  f.  —  Barbarismo 
que  se  oye  para  designar  el 
hielo  artificial. 

Nieve.  Cub.  f. — Mata  de  jar- 
dinería, de  unos  6  decíme- 
tros de  altura,  muy  fron- 
dosa, que  se  cubre  de  unas 
florecillas  blancas,  las  que 
le  dan  aspecto  de  copo  de 
nieve,  de  donde  proviene 
su  nombre. 

Nigua.  Cub.  f.  —  El  arbusto 
cayana.  Véase.  Tiene  el  uso 
castellanizado.  Véase  la 
frase  32  del  Apéndice. 

Nigua  de  paredón.  Cub.  f. — 
Especie  del  arbusto  llama- 
do cayaya  o  nigua,  de  hojas 
enteras  y  flores  en  espi- 
gas. (Bot.  F.  Borragíneas; 
esp.  Tournefortia  laurifo- 
lia,  Vent.) 

Niguatejo,    Ja.    Cub.    adj. — 


NOCHK 


—  378 


vulg.  —  Corrupción   de   ni- 
guatero, va.  Véase. 

Niguatero,  ra.  Amer.  adj. — 
Aplícase  a  la  persona  que 
tiene  niguas  o  que  es  pro- 
pensa a  adquirirlas.  Inco- 
rrectamente dicen  algunos 
campesinos  niguatejo,  ja. 

Nlgüero.  Amer.  va.  —  Sitio 
donde  abundan  las  niguas. 

NSJao  (De).  Cub.  mod.  adv. 
— vulg. — Empléase  entre  el 
vulgo  para  afirmar  o  con- 
firmar algo:  "¿Vienes  con 
nosotros?  —  Eso  es  de  ni- 
jao". 

'Niño,  ña»  Cub.  m.  y  f. — 
"Tratamiento  que  los  ne- 
gros y  mulatos  dan  a  sus 
amos,  y  en  general  a  todo 
blanco".  La  R.  A.,  al  acep- 
tar esta  voz,  incurre  en 
inexactitud,  pues  sólo  se 
oye  en  boca  de  los  negros 
ancianos,  y  no  de  negros 
y  mulatos  en  general. 

Ñipe.  Cub.  m. — Tejido  do  al- 
godón o  lino,  generalmente 
liso  y  de  un  solo  color,  que 
se  emplea  para  camisas  y 
guayaberas;  si  es  muy  do- 
ble, también  se  usa  para 
trajes.  (Et.  De  "nipis"). 

Ñipe.  Cub.  m. — Botellita  con 
una  capacidad  de  un  cuarto 
de  botella,  que  se  emplea 
para  cervezas.  (Et.  Del  in- 
glés nip.). 

Níquel.  Cub.  m. — Por  anto- 
nomasia, se  entiende  la 
moneda  de  ese  metal,  equi- 
valente a  un  medio,  o  sean 
cinco  centavos. 

Cub.  f.—fam.— Véan- 


se las  frases  22  y  188  y  el 
refrán  15-c  de  los  Apéndi- 
ces. Tiene  los  usos  cast. 
Nogal  ceniciento.  Cub.  m. — 

Una  variedad  del  nogal  eu- 
ropeo, llamada  también  no- 
gal de  América. 

Nogal  de  América.  Cub.  m. 
— Véase  nogal  ceniciento. 

Nogal  de  Cuba.  Cub.  va. — El 
nogal  común  de  Europa, 
que  se  cultiva  en  Cuba  úni- 
camente como  ornamental, 
pues  no  fructifica.  Tam- 
bién se  llama  nogal  del 
país. 

Nogal  de  la  india.  Cub.  va. — 
Hermoso  y  copudo  árbol 
originario  de  Virginia, 
aclimatado  en  Cuba,  de  ho- 
jas sobre  largo  pecíolo; 
con  una  glándula  basilar 
encima,  inflorescencia  en 
cimas,  madera  dura,  fuer- 
te, fina,  de  color  negro.  De 
sus  semillas  se  extrae  un 
aceite  empleado  como  pur- 
gante y  en  la  industria. 
También  se  llama  nogal 
prieto  y  nogal  peludo.  (Bot. 
F.  Euforbiáceas;  esp.  Aleu- 
rites  triloba,  Forst.) 

Nogal  del  país.  Cub.  va. — 
Véase  nogal  de  Cuba. 

Nogai  peludo.  Cub.  va. — El 
nogal  de  la  India.  Véase. 

Nogal  prieto.  Cub.  va. — Véa- 
se nogal  de  la  India. 

Norte.  Cub.  va. — En  toda  la 
Isla  se  entiende  por  Norte 
el  territorio  de  los  Estados 
Unidos  de  América,  y  se 
aplica  como  adjetivo  a  co- 
sas importadas  de  ese  país. 


NUDI 


379 


NÚME 


Tiene  los  usos  castellanos. 

Norte.  Amer.  m.— En  la  re- 
gión oriental  se  dice  a  la 
llovizna  con  ventolera  que 
trae  esa  dirección. 

Novenos  reales,  Cub.  m.  pl. 
—  antic.  —  "Derechos  co- 
rrespondientes al  Estado; 
la  novena  parte  de  los  diez- 
mos". (Pichardo). 

Noy.  Amer.  común. — fam. — 
Dícese  al  individuo  nacido 
en  Cataluña. 

Nudillo.  Cub.  m.— En  las  te- 
chumbres de  los  edificios 
rústicos,  dícese  a  la  vigue- 
ta que  enlaza  las  de  un  ca- 
ballete para  impedir  que 
éste  se  abra.  (Et.  De  "nu- 
do"). 


Nueviteño,  fía.  Cub.  subs.  y 
adj. — La  persona  nacida  en 
Nuevitas.  Otros  dicen  nue- 
vitero,  ra;  y  mejor  se  diría 
novitense  o  noviteño,  ña, 
que  no  se  oye  nunca. 

Nueviteño,  ña.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  cosas  de  esa  po- 
blación. 

Nuevitero,  ra.  Cub.  subs.  y 
adj. — Véase  nueviteño-,  ña. 
(1."  y  2."  acep.) 

Nuez  vómica  cubana.  Cub.  f. 
— El  fruto  del  piñón  vómi- 
co, que  contiene  tres  al- 
mendras de  grandes  cuali- 
dades curativas. 

Número  cien  (El).  Cub.  m. 
fam. — Dícese    al    excusado. 


ÑAME 


$80  — 


NWG 


Ña.  Amer.  f.  —  vulg.  —  Véase 
ño,  ña. 

Ñame.  Cub.  va. — fam. — Ade- 
más de  la  acepción  caste- 
llanizada, en  Cuba  tiene 
empleo  esta  voz  para  cali- 
ficar de  torpe,  ruda,  inhá- 
bil a  una  persona:  "Fu- 
lano es  un  ñame".  Véase  la 
frase  160  del  Apéndice. 

Ñame.  Cub.  m. — fam. — Díce- 
se  al  pie  desproporcionada- 
mente  grande:  "Apenas 
hay  zapatos  para  esos  ña- 
mes". 

Ñame  amarillo.  Cub.  m. — El 
ñame  cuyo  tubérculo  tiene 
la  pulpa  de  ese  color,  no 
muy  agradable.  También 
se  dice  ñame  de  Guinea  y 
pelado. 

Ñame  blanco.  Cub.  m. — La 
variedad  cuyo  tubérculo 
alcanza  mayor  tamaño,  de 
tres  a  seis  kilogramos  re- 
gularmente de  paso,  y  de 
pulpa  blanca,  substanciosa. 

Ñame  bombo.  Cub.  m.  —  El 
ñame   morado. 

Ñame  cimarrón.  Cub.  m. — 
Especie  silvestre  de  ñame, 
que    es    planta    raquítica, 


con  hojas  oblongas,  y  de 
tubérculo  pequeño  y  blan- 
co no  comestible.  (Bot.  F. 
Dioscóreas;  esp.  Dioscorea 
bullifera) . 

Ñame  cimarrón.  Cub.  va.— 
Véase  volador. 

Ñame  de  Guinea.  Cub.  m. — • 
El  ñame  amarillo. 

Ñame  isleño»  Cub.  m. — Véase 
malanga  isleña. 

Ñame  morado.  Cub.  m. — Va- 
riedad cuyo  tubérculo  tie- 
ne de  ese  color  la  pulpa, 
que  no  es  apreciable  como 
el  blanco  o  el  amarillo. 
Tanroién  se  dice  ñame 
bombo. 

Ñame  pelado.  Cub.  va. — Véa- 
se ñame  amarillo. 

Ñame  volador.  Cub.  m. -Véa- 
se volador. 

Ñangado,  da.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  las  personas  o 
animales  con  las  piernas 
deformadas,  torcidas  o  dé- 
biles. (Et.  Extraña,  pero 
probable  corrupción,  entre 
gente  negra,  de  gambado. 
Véase). 

Ñangue.  Cub.  va. — Planta  de 
hermosas    flores    exterior- 


NEQU 


381    — 


NO 


mente  violadas  y  blancas 
en  el  interior,  conocida 
también  por  chamico  doble 
y  más  por  "túnica  de  Cris- 
to",  su  nombre  castellano. 

Ñañara.  Cub.  f. — Lo  mismo 
que  "lacra",  cicatriz  pe- 
queña; rasguño,  arañazo. 
(Et.  Parece  corrupción  imi- 
tativa de  "cacaraña",  pro- 
pia de  los  negros). 

*Ñáñigo,  ga.  Cub.  subs.  y 
adj. — "Dícese  al  individuo 
afiliado  a  una  sociedad  se- 
creta, formada  por  negros 
en  la  isla  de  Cuba"  (R.  A.) 

Ñañiguismo.  Cub.  m.  —  La 
secta  de  los  ñañigos.  La 
R.  A.  al  aceptar  la  voz  an- 
terior, no  debió  olvidarse 
de  ésta. 

Ñapa.  Amer.  f. — Adehala  o 
pequeña  dádiva  que  regala 
el  comerciante  al  parro- 
quiano. Tiene  uso  en  la  re- 
gión oriental,  pues  en  el 
resto  de  la  Isla  se  dice 
contra.  Véase.  (Et.  De  yapa, 
llapa,  ñapa). 

Ñato,  ta.  Amer.  adj.  fam. — 
Dícese  en  vez  de  "chato, 
ta."  (Et.  Del  bable  ñatu,  se- 
gún Cuervo). 

Ñengue.  Cub.  m.  vulg.  — 
Usase  como  término  de 
comparación  entre  el  vul- 
go para  indicar  que  algo  es 
bueno:  "Eso  está  ñengue". 
(Et.  Voz  africana). 

Ñeque.  Cub.  común,  fam. — 
Dícese  en  algunos  lugares 
a  la  persona  que  tiene  mala 
sombra,   al  decir  del  pue- 


blo, o  que  es  anuncio  de 
desgracia:  "Pedro  no  tiene 
amigos  porque  está  acredi- 
tado de  ñeque". 

Ñeque.  Amer.  m.  fam. — El 
individuo  que  se  tiene  por 
valiente  y  es  provocador; 
un  perdonavidas,  como  se 
dice  graciosamente  en  Es- 
paña: "Horacio  se  tiene  por 
ñeque". 

Ñero.  Cub.  m.  vulg. — En  al- 
gunos lugares,  no  muchos, 
significa  amigo  íntimo,  ca- 
ntarada. (Et.  Nos  parece  co- 
rrupción por  aféresis  de 
"compañero",  y  nos  basa- 
mos en  lo  frecuente  que  es 
entre  la  gente  del  pueblo 
esta  clase  de  corruptelas: 
como  combina,  de  combi- 
nación; pues  en  otros  luga- 
res se  dice  compa  en  la 
misma  acep.  que  ñero,  y  las 
las  dos  formas  unidas  com- 
ponen la  verdadera  pala- 
bra: compa-ñero). 

Ñinga.  Cub.  f.  vulg. — El  ex- 
cremento humano.  Se  oye 
sólo  como  expresión  de 
desprecio  para  con  una 
persona:  "Que  se  vaya  a  la 
ñinga".  (Et.  Voz  africana). 

Ñinga.  Cub.  adv.  vulg.-Equi- 
vale  a  "nunca",  en  nega- 
ción rotunda. 

Ño,  ña.  Cub.  m.  y  f.  vulg. — 
Tratamiento  respetuoso  que 
los  negros  jóvenes  dan  a 
los  ancianos,  equivalente  a 
"don",  "doña",  "señor", 
"señora".  En  otros  lugares 
de  América  no  tiene  esta 
exclusividad  de  los  negros 


NON 


882 


NONO 


y  está  más  generalizada  en 
el  pueblo.  (Et.  Corrupción 
por  aféresis  de  señó,  seña, 
en  vez  de  "señor",   "seño- 


ra ). 
Ñon.  Cub. 


m.— Dícese  al  in- 


dividuo bravatero,  perdo- 
navidas. 
Ñoño,  ña»  Común,  adj. — ñg.  y 
fam. — Aplícase  a  cosas  in- 
substanciales, sosas:  "Una 
poesía   enteramente  ñoña"". 


OCUJ 


—  383  — 


OFÓN 


0 


Obstinado,  da.  Común,  adj. 
— Lo  mismo  que  "porfia- 
do", "testarudo",  "terco": 
"Un  niño  muy  obsti- 
nado''. 

Ocu]e.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre muy  elevado,  al  pa- 
recer indígena,  aunque  es 
el  conocido  por  "calaba"  y 
"calambuco"  en  otros  paí- 
ses, y  que  describe  la  R.  A. 
Hay  dos  variedades.  Su  re- 
sina constituye  el  afamado 
bálsamo  de  María  o  de  ca- 
laba, en  medicina.  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Ocuie  hembra.  Cub.  m. — 
Variedad  muy  parecida  a 
la  macho,  pero  de  madera 
blanca,  dura  y  correosa. 

Ocisle  macho.  Cub.  m.  —  La 
variedad  más  comúnmente 
llamada  ocuje,  sin  adita- 
mento. Crece  en  terrenos 
húmedos;  tiene  las  hojas 
opuestas,  ovales,  elípti- 
cas, muy  obtusas,  flores  pe- 
queñas, blancas,  aromáti- 
cas, en  espigas,  fruto  esfé- 
rico, carnoso,  que  come  el 
cerdo,  y  madera  de  color 
rojo,  incorruptible.  (Bot.  F. 


Gutiferas;  esp.  Calophy- 
lliim  calaba,  Jacq.) 

*  Ochavón,  na.  Cub.  subs.  y 
adj. — "Aplícase  al  mestizo 
nacido  de  blanco  y  cuarte- 
rona,  o  de  cuarterón  y 
blanca".  Correcta  explica- 
ción de  la  R.  A.,  pero  ha  de 
entenderse  que  "cuarte- 
rón" se  relaciona  sólo  con 
la  raza  negra,  puesto  que 
ya  no  existen  en  la  Isla 
ejemplares  de  indio. 

Ocho.  Cub.  m. — Cierta  figu- 
ra de  8  en  el  baile  contra- 
danza o  rigodón. 

Of  eiia.  Común,  f.  —  Planta 
de  jardinería  cultivada 
como  de  adorno  en  las  ca- 
sas, de  flores  pequeñas  de 
color  anaranjado  subido, 
tirando  a  vino,  de  virtudes 
medicinales.  (Bot.  F.  Gen- 
cianeas). 

Ofelia.  Cub.  f. — Por  compa- 
ración, se  dice  al  color  de 
las  flores  de  la  planta  an- 
teriormente descrita:  "Un 
vestido  de  color  ofelia". 

Ofón.  Cub.  m. — Árbol  silves- 
tre, que  algunos  suponen 
indígena  y  otros  de  origen 


OJO 


384  — 


OJOT 


africano;  se  eleva  unos  doce 
metros,  y  es  muy  ramoso, 
de  hojas  oblongas,  atercio- 
peladas en  el  envés,  flores  ¡ 
bienias  de  corola  azul  pá- 
lido, fruto  como  una  cirue- 
la pequeña,  de  color  car- 
melita, agridulce.  También 
se  llama  ofón  criollo  y  ro- 
ble de  güiro.  (Bot.  F.  Ver- 
benáceas; esp.  Vitex  diva- 
ricata,  Sw.) 

Ofón  criollo.  Cub.  m. — Véa- 
se ofón. 

Ojanco.  Cub.  epic.  m. — Pez 
acantopterigio  de  unos  25 
centímetros,  y  peso  de  una 
libra,  de  color  carmín  con  ) 
algunas  listas  amarillas. 
(Zool.  F.  Lutianidce;  esp. 
Noemosnis  mahogoni,  Guv.) 
(Et.  De  "ojo"). 

OJancha.  Cub.  f. — Árbol  sil- 
vestre de  madera  estima- 
ble, de  color  castaño  pá- 
lido. El  señor  Fernández  y 
Jiménez  supone,  según  Pi- 
chardo,  que  este  nombre 
sea  corrupción  de  hoja  an- 
cha. 

Ojo  de  buey.  Cub.  m. — La 
planta  más  conocida  por 
cairel.  Véase.  Pudiera  ser 
la  misma  que  describe  la 
R.  A.,  aunque  figuren  en 
familias  botánicas  diferen- 
tes. 

Ojo  de  buey.  Común,  m. — 
fam. — Algunos  dicen  así  a 
la  moneda  de  plata  de  un 
duro,  que  también  suele 
oirse  entre  el  populacho 
español.  Son  frecuentes  si- 


nónimos, bolo,  maraca,  dis- 
co, etc. 

Ojo  de  buey  de  costa.  Cub. 
m. — A  r  b  o  1  silvestre  "de 
tronco  recto,  delgado,  ma- 
dera dura,  compacta,  pesa- 
da", que  se  emplea  para 
estacadas.  (Bot.  esp.  Cana- 
valia  reflexa,  Hook.) 

Ojo  de  cangrejo.  Cub.  m. — 
El  árbol  más  conocido  por 
cenizo.  Véase. 

Ojo  de  cuabal.  Cub.  m. -Por- 
ción de  tierra  cuabalosa  en 
medio  de  terrenos  buenos. 
También  se  dice,  aunque 
mucho  menos,  manchón  de 
cuabal. 

Ojo  de  gallo.  Cub.  m. — El 
callo  que  se  forma  entre 
los  dedos  de  los  pies,  y  que 
se  conoce  en  castellano  por 
"ojo  de  pollo". 

Ojo  de  pescado.  Cub.  m. — 
Especie  de  verruga  que 
suele   salir   en   las   manos. 

Ojo  de  poeta.  Cub.  m. — La 
enredadera  también  cono- 
cida por  anteojo  de  poeta. 
Véase. 

Ojo  de  ratón.  Cub.  m.-Plan- 
ta  silvestre  sin  interés. 
(Bot.  F.  Fitolacáceas ;  esp. 
Rivina  Icevis,  Lin.) 

Ojo  de  yuca  (A) .  Cub.  mod- 
adv. — Guando  se  siembra  la 
caña  en  trozos  de  dos  o  más 
nudos,  enterrados  en  hoyos 
abiertos  con  azada. 

Ojón.  Cub.  epi*.  m. — El  pá- 
jaro más  conocido  por  chi- 
chinguaco.  Véase. 

Ojotarse.  Cub.  v.  ref.  de- 
fectivo.— Cuando  los  frutos 


OMIN 


385  — 


ORILL 


de  la  tierra  adquieren  una 
especie  de  ojos  aislados, 
duros,  insípidos,  que  aca- 
ban por  dañar  y  pudrirlos 
por  entero.  Otros  dicen 
enojotarse. 

Ojoto,  ta.  Cub.  adj.- Aplícase 
al  fruto  que  se  ha  ojotado. 
Véase  ojotarse. 

QSán.  Cub.  m. — Forma  muy 
generalizada  de  holán.  V. 

Olanclna.  Cub.  f. — Véase  ho- 
lancina. 

Oliscoso,  sa.  Cub,  adj. -Aplí- 
case a  las  carnes  que  em- 
piezan a  despedir  mal  olor. 
(Et.  Del  cast.  "oliscar"). 

Olisquear.  Común,  v.  a. — 
faro. — Olfatear,  oler:  "Un 
perro  que  olisquea  admira- 
blemente". 

Olisqueo.  Común,  m. -Acción 
v  efecto  de  olisquear. 

Olivarera.  Cub.  f. — vulg. — 
Dícese  en  algunos  lugares, 
con  palmaria  incorrección, 
a  ia  aceitunera. 

Ombligo  de  Venus.  Cub.  m. 
—La  hierba  llamada  qui- 
tasolillo  (2/   acep.)    Véase. 

Ombliguero.  Cub.  m.  —  En 
las  dehesas  o  potreros 
grandes,  la  valla  que  di- 
vide en  dos  partes  el  te- 
rreno, con  el  objeto  de  pro- 
curar el  desarrollo  del 
pasto,  en  una,  mientras  el 
ganado  pace  en  la  otra.  (Et, 
De  "ombligo"). 

Ominosa  (La).  Cub.  f. — Dí- 
cese despectivamente  a  la 
época  de  colonización  y  ci- 
vilización de  España  en 
Cuba.   Ya  son   algunos   los 


cubanos  que  rechazan  ese 
calificativo  por  injusto  de 
toda  injusticia. 

Oreganal.  Común,  m.— Lu- 
gar donde  abunda  el  oré- 
gano, o  donde  se  cultiva. 

Orégano  cimarrón.  Cub.  m.- 
Especie  silvestre  del  oré- 
gano, que  es  una  yerba 
erecta  de  hojas  pecioladas, 
flores  de  color  azul  pálido 
en  cimas,  que  tiene  uso 
medicinal,  y  constituye  un 
pasto  de  último  recurso. 
'Bot.  F.  Labiadas;  esp. 
Hyptis  suaveolens,  Poit.) 

Orégano  francés.  Cub.  m. — 
Planta  rastrera  de  tallos 
herbáceos,  cilindricos,  que- 
bradizos, peludos,  con  ho- 
jas cordiformes,  puntiagu- 
das, dentadas,  carnosas,  de 
fuerte  olor  a  orégano.  Se 
usa,  igual  que  el  orégano 
común,  como  especia.  (Bot. 
F.  Labiadas;  esp.  Coleus 
aromaticus,   Benth.) 

Organizador,  ra.  Común. 
adj.  —  Que  organiza :  "Un 
buen  organizador  de  fes- 
tejos". 

Oriental.  Cub.  subs.  y  adj. — 
Dícese  al  individuo  y  cosas 
de  la  provincia  de  Santiago 
de  Cuba,  porque  está  al 
Oriente. 

Oriente.  Cub.  m.  —  La  parte 
más  oriental  de  la  Isla,  o 
sea  la  provincia  de  San- 
tiago de  Cuba. 

Orillero,  ra.  Cub.  subs.  y  adj. 
—  fam.  —  La  gente  de  la 
raza  blanca  de  mal  pelaje, 
o  de  mala  fama  moral.  Dí- 


26 


OSHR 


386 


OVBR 


cese  asi  porque  se  supone 
que  vive  en  las  orillas  de 
los  pueblos. 

Orozuz  criollo.  Cub.  m.  — 
Planta  silvestre  algo  pare- 
cida en  cualidades  al  oro- 
zuz común,  de  tallos  algo 
rastreros,  que  alcanzan  un 
metro  escasamente,  con  ho- 
jas ovales,  puntiagudas,  y 
flores  blancas  en  capítu- 
los. En  decocción,  úsase 
contra  las  dolencias  pecto- 
rales. Desarróllase  en  luga- 
res húmedos,  donde  suele 
formar  como  una  especie 
de  colchón.  (Bot.  F.  Ver- 
benáceas; esp.  Lippia  dul- 
cís, Frev.) 

Ortiga.  Cub.  f. — Especie  de 
enredadera  silvestre  cuyas 
hojas  producen  los  efectos 
de  la  verdadera  ortiga. 
(Bot.  F.  Urticáceas;  esp. 
Pilca  lucida,  Blume.) 

Ortiguilla.  Cub.  f.  —  Planta 
indígena  que  algunos  con- 
funden con  la  ortiga  de  Eu- 
ropa; es  una  hierba  que 
abunda  en  los  bordes,  mu- 
ros de  casas  viejas,  etc., 
de  hojas  aserradas  con  la 
base  cuneiforme,  y  tiene 
todos  los  órganos  provis- 
tos de  pelos  urticales  que 
causan  escozor.  (Bot.  F. 
Urticáceas;  esp.  Fleurya 
umbellata,  Wed.) 

Osear.  Cub.  v.  n. — vulg. — 
Provocar  con  injurias  o  in- 
solencias el  enojo  y  disgus- 
to de  una  persona. 

Osería.  Cub.  f.  —  Acción  y 
efecto  de  osear.  Véase. 


Oso.  Cub.  m. — Dícese  al  in- 
dividuo bravucón,  bocate- 
ro, provocador.  V.  guapo. 

Ostión.  Cub.  m. — Especie  de 
ostra  de  menor  tamaño  (lo 
contrario  de  la  acep.  aca- 
démica de  esta  voz),  y  de 
figura  más  irregular,  de 
cascara  más  obscura.  Es  el 
marisco  más  substancioso 
de  Cuba,  y  particularmente 
los  ostiones  de  Sagua  la 
Grande  son  riquísimos. 

Otomano.  Cub.  m.  —  Tejido 
fino  y  doble  de  algodón,  que 
se  emplea  para  vestidos  de 
mujer  y  también  para  gua- 
yaberas. 

Ova  criolla,  Cub.  i. — Planta 
acuática.  (Bot.  F.  Ninfeá- 
ceas; esp.  Nuphar  advena, 
Ait.) 

Ovación.  Común,  f.  —  Acla- 
mación muy  entusiasta  y 
estruendosa  con  aplausos  y 
vivas:  "El  público  tributó 
una  merecida  ovación  al 
orador".  (Et.  Aunque  gali- 
cismo formado  de  ovation, 
es  admisible  al  castellano, 
porque  no  son  muchos  los 
sinónimos,  y  porque  ya 
existe  la  voz  en  nuestra 
lengua,  con  acep.  distinta, 
derivada  del  latín  ovatio.) 

Ovacionar.  Común,  v.  a. — 
Aplaudir  delirantemente. 
Véase  la  voz  anterior. 

Overo,  ra«  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  los  mulatos  que  tie- 
nen la  epidermis  con  man- 
chas blancas,  particular- 
mente en  la  cara  y  las  ma- 
nos. 


PADR 


387  — 


PAIL 


Pacho,  cha.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  las  personas  calmo- 
sas, indiferentes  o  pasivas 
siempre:  "Fulano  es  un 
pacho" . 

Pacholí.  Cub.  m. — desusada. 
—  "Polvos  olorosos  que 
usan  algunas  mujeres  en  el 
seno  o  de  otras  maneras  en 
saquillos  o  almohadillas,  y 
también  el  líquido  de  su 
olor".  (Pichardo). 

Pachorrada.  Cub.  f.  —  vulg. 
- — Véase  patochada. 

Pachotada.  Amer.  f .  —  vulg. 
— Corrupción  muy  exten- 
dida en  América  de  la  voz 
"patochada":  necedad,  di- 
cho impertinente.  En  Cuba 
suele  oirse  también  pacho- 
rrada. 

Padrasto.  Común,  m. — vulg. 
—Corrupción  muy  genera- 
lizada en  los  pueblos  de 
América  y  España,  de  la 
voz    "padrastro". 

Padrejón.  Cub.  m. — Padeci- 
miento propio  del  hombre 
que  presenta  los  mismos 
síntomas  e  iguales  efectos 
que  el  histerismo  en  la 
mujer.  (Et,  De  "padre"). 


Padrino.  Cub.  m.  fam. -Véase 
el  refrán  30  del  Apéndice. 

Paganini.  Cub.  común. — fam. 
— Caprichosa  forma  popu- 
lar de  la  voz  pagano,  na. 
Véase. 

Pagano,  na.  Amer.  subs.  y 
adj. — fam. — La  R.  A.  dice 
que  significa  "el  que  paga". 
En  muchos  lugares  de 
América  y  en  toda  la  Isla 
quiere  decir  el  que  paga, 
sí;  pero  no  como  sinónimo 
de  "pagador",  sino  como 
de  "primo",  en  su  uso  fa- 
miliar. También  se  oye  pa- 
ganini. 

Pailero.  Cub.  m. — El  indivi- 
duo que  en  los  ingenios  de 
azúcar  trabaja  en  las  cal- 
deras llamadas  pailas. 

Pailero.  Común,  m. — El  indi- 
viduo que  fabrica,  compone 
o  vende  pailas,  u  otros  ob- 
jetos de  metal  de  pareci- 
dos usos,  particularmente 
si  la  industria  es  ambulan- 
te. 

Pailón.  Cub.  va. — Especie  de 
cazo  o  cangilón  manuable. 
Su  nombre  más  correcto  en 


PAJÓ 


—  388 


PALI 


castellano  es  "perol"'.  (Et. 
De  "paila"). 

Paja.  Cub.  m. — vulg. — El  ac- 
to de  masturbarse.  Tiene 
los  significados  castellanos. 

Pájaro.  Cub.  m. — vulg. — En 
algunos  lugares,  es  sinóni- 
mo de  "sodomita". 

Pájaro  de  las  tempestades. 
Cub.  epic.  m. — El  ave  más 
llamada  pampero.  Véase. 

Pájaro  meteoro.  Cub.  epic. 
m. — El  más  conocido  por 
rabijunco.  Véase. 

Pajero,  ra.  Cub.  adj.— vulg. 
— Aplícase  a  la  persona  afi- 
cionada a  masturbarse.  (Et. 
De  paja.  Véase). 

Pajicá.  Cub.  m. — Especie  de 
palma  indígena  y  silvestre, 
de  tronco  delgado  y  nudo- 
so, que  suele  emplearse 
para  bastones.  En  algunos 
lugares  le  dicen  pajuá,  pal- 
milla o  coco  macaco,  aun- 
que este  último  nombre  se 
ha  generalizado  más  para 
designar  el  bastón.  (Bot.  F. 
Palmas;  esp.  Bactris  plu- 
meriana,  Mart.)  (Et.  Voz 
india). 

Pajilla.  Cub.  f. —  lia  planta 
pitillo.  Véase. 

Pajilla.  Cub.  m. — Dícese  casi 
generalmente  al  sombrero 
de  paja.  Conserva  la  apli- 
cación masculina  por  re- 
ferirse a  sombrero.  Tiene 
el  uso  castellano. 

*Pajón.  Cub.  m. —  "Hierba 
silvestre  de  la  familia  de 
las  gramíneas :  es  una  es- 
pecie de  esparto  fino,  sin 
la  consistencia   de   éste,   y 


ele  muy  poco  alimento  para 
el  ganado,  que  solamente  lo 
come  cuando  no  encuentra 
otra  cosa".  (R.  A.) 

"Pajona!.  Cub.  m.  —  Lugar 
donde  abunda  la  hierba  lla- 
mada pajón.  Al  aceptar  esta 
voz  la  R.  A.  para  la  acep- 
ción castellana  de  "pajón", 
por  aceptada  puede  darse, 
creemos  nosotros,  para  el 
cubanismo  también. 

Pajuá.  Cub.  m. — Véase  paji- 
cá. 

Pajuela.  Cub.  f. — El  cordel 
entretejido  o  con  nudos  que 
se  pone  al  extremo  del  lá- 
tigo. 

Pajurria.  Cub.  f. — Dícese  al 
tabaco  de  hojas  de  ínfima 
calidad.  (Et.  De  "paja"). 

Pala.  Cub.  f. — fam. — Véase 
la  frase  82  del  Apéndice. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Palanqueta.  Cub.  f. — Dulce 
ordinario  hecho  con  hari- 
na de  maíz  y  miel. 

Palanqueta.  Cub.  común.— 
desusada.  —  Sobrenombre 
aplicado  a  los  chinos  en  son 
de  mofa. 

Palanquetero,  ra.  Cub.  m.  y 
f.  y  adj. — La  persona  que 
hace,  vende  o  es  muy  afi- 
cionada al  dulce  palanque- 
ta (1.a  acep.)  Véase. 

Palenque.  Cub.  m. — antic. — 
Lugar  retirado,  oculto  las 
más  de  las  veces  por  bos- 
ques, adonde  los  negros  es- 
clavos huidos  se  retiraban 
para  vivir  reunidos  e  inde- 
pendientes. 

Palisandro.     Común,     m.  — 


PALM 


—  389  — 


PALM 


Cierta  madera  de  muy  bo- 
nito veteado,  muy  estimada 
para  muebles. 

Palito.  Cub.  m. — Por  antono- 
masia el  nervio  grueso  cen- 
tral de  la  hoja  de  tabaco. 
Es  de  advertir  que  nadie 
dice  "palillo",  y  sin  em- 
bargo, todo  el  mundo  dice 
"despalillar"  a  la  opera- 
ción de  separar  ese  nervio 
a  la  hoja.  "Palillo"  y  "des- 
palillar" son  voces  caste- 
llanas en  ese  sentido. 

Palma  alcanfor.  Cub.  f. — 
Nombre  que  se  aplica  im- 
propiamente a  una  planta 
en  nada  afín  a  los  vegetales 
conocidos  por  "palmas". 
Véase  sagú  de  la  India. 

Palma  barrigona.  Cub.  f. — 
Especie  indígena  de  palma, 
cuyo  tronco,  que  se  eleva 
unos  10  metros,  forma  ha- 
cia el  centro  una  abultada 
y  larga  barriga,  de  madera 
empleada  para  colmenas,  y 
en  una  pieza  para  canoas; 
el  fruto  lo  comen  los  cer- 
dos. (Bot.  F.  Palmas;  esp. 
Colpothrinax  wrigtii,  H. 
Well). 

Palma  barrigona  de  sierra* 
Cub.  f. — Especie  parecida 
a  la  anterior.  (Bot.  F.  P.; 
esp.  Gaussia  princeps,  H. 
Wen.) 

Palma  cana.  Cub.  f.  —  Tipo 
de  palma  muy  abundante 
en  terrenos  estériles,  don- 
de suele  formar  verdade- 
ros bosques,  extensos  a  ve- 
ces, de  tronco  elevado,  re- 
matado en  un  penacho  de 


pencas  muy  estimables  para 
techar  bohíos;  es  de  flores 
blancuzcas,  y  el  fruto  lo 
comen  los  cerdos.  También 
se  llama  guano  cana  (par- 
ticularmente cuando  se  re- 
fiere a  la  penca),  y  palmi- 
to. (Bot.  F.  P.;  esp.  Sabal 
blankburnianum,    Glage.) 

Palma  cana  de  monte.  Cut 
f. — Especie  parecida  a  1  tí 
anterior,  también  conocida 
por  japa,  chagareta  y  gua- 
no cana  de  monte.  (Bot.  F. 
P.;  esp.  Sabal  japa,  Sau- 
valle.) 

Palma  eauüe.  Cub.  f. — Espe- 
cie indígena  sin  particula- 
ridades dignas  de  mención 
especial.  (Bot.  F.  P.;  esp. 
Hemithrinax  c  o  m  p  a  c  t  a, 
Hook.) 

Palma  cimarrona.  Cub.  f. — 
Tipo  también  indígena. 
(Bot.  Orden  Heléchos;  fa- 
milia o  suborden  Ciateá- 
ceas;  esp.  Cyathea  insig- 
nis). 

Palma  criolla.  Cub.  f. — La 
más  conocida  por  palma 
real,  en  muchos  lugares. 

Paüma  dátil.  Cub.  f. — Espe- 
cie cultivada  que  produce 
el  fruto  dátil.  (Bot.  F.  P.; 
esp.  Phamix  dactylifera, 
Lin.) 

Palma  de  abanico.  Cub.  f. — 
Tipo  cultivado  como  orna- 
mental en  parques  y  jar- 
dines, ele  poca  altura,  y 
cuyas  pencas  son  muy  lu- 
cidas y  abiertas.  (Bot.  F. 
P.;  esp.  Livistona  chinen- 
sis,  R.  Br.) 


PALM 


390  — 


PALM 


Paima  de  caracol.  Cub.  f. — 

Nombre  impropio  de  una 
planta  cultivada  en  jardi- 
nes, distinta  de  las  palmas 
verdaderas.  (Bot.  F.  Pan- 
danáceas;  esp.  Pandarías 
utilis,  Borg.) 

Palma  enana.  Cub.  f. — La 
p  alma  conocida  común- 
mente por  "palmito",  de  la 
que  hay  tres  especies  en 
Cuba  con  el  mismo  nombre. 

Palma  erizada.  Cub.  f. — Una 
especie  de  helécho  arbores- 
cente, común  en  la  región 
occidental.  (Bot.  esp.  Cya- 
thea  sera,  W.) 

Paima  jipijapa.  Cub.  f. — 
Plañía  cultivada,  de  cuyas 
hojas  se  obtiene  la  fibra 
empleada  en  sombreros  de 
Panamá.  (Bot.  F.  Ciclaníá- 
ceas;  esp.  Carludovica  pal- 
mata,  Ruiz). 

Palma  justa.  Cub.  í.  —  Una 
especio  de  escaso  interés. 
(Bot.  F.  P.;  esp.  Geonoma 
intermedia,  Gris.) 

Palma  macana.  Cub.  í.  — 
Véase  macana. 

*Paíma  real.  Cub.  f. — La  es- 
pecie más  importante  y 
hermosa  de  Cuba,  de  ma- 
jestuoso aspecto,  que  ha 
merecido  ser  cantado  por 
todos  los  poetas  criollos  y 
algunos  extranjeros;  tiene 
el  tronco  recto  y  limpio, 
que  se  eleva  hasta  cerca 
de  20  metros,  por  medio  de 
diámetro,  rematado  por  un 
reducido  y  bello  penacho 
de  pencas  largas,  que  le  da 
la  semejanza  de  un  plume- 


ro, cual  apunta  con  preci- 
sión Pichardo,  en  el  centro 
del  cual  se  eleva  un  escapo 
largo  y  recto,  a  modo  de 
pararrayos,  y  que  de  tal 
sirve  efectivamente,  aun- 
que con  la  probabilidad  de 
que  el  árbol  se  abra  longi- 
tudinalmente o  se  caiga.  En 
cada  lunación  se  desprende 
del  penacho  una  penca  con 
la  yagua  (véase)  a  que  está 
unido  el  pecíolo.  El  tronco 
es  fofo  en  el  interior,  y  de 
madera  resistente  y  dura  al 
exterior,  que  se  emplea  pa- 
ra paredes  de  bohíos  y  ca- 
sas rústicas.  Las  pencas  se 
utilizan  para  techar;  la  flor 
produce  buena  miel.  Se  cal- 
cula que  este  útilísimo  y 
hermoso,  árbol  tiene  un  va- 
lor promedio  de  5  duros,  y 
que  produce  uno  al  año. 
En  algunos  lugares  le  di- 
cen palma  criolla.  También 
es  conocida  esta  especie  de 
palma  en  el  Continente. 
(Bot.  F.  P.;  esp.  Roystonea 
regia,  Cook.) 

Palma  yagruma.  Cub.  f. — 
Especie  de  escaso  interés, 
cuyo  fruto  comen  los  ani- 
males. 

PaSma  yuraguano.  Cub.  f. — 
Tipo  de  poca  importancia. 
(Bot,  F.  P.  esp.  Thrinax 
radiaia,  Lodd.) 

Paimarejo.  Común,  m. — Un 
palmar  pequeño.  También 
se  dice  palmarito. 

Palmarito.  Común,  m. — Di- 
minutivo de  "palmar  ". 
Véase  paimarejo. 


PALM 


391 


PALO 


Palmatoria.  Cub.  f. — fam. — 
Véase  la  frase  87  del  Apén- 
dice. 
Palmera  erizada.  Cub.  f. — 
Especie  de  helécho  arbo- 
rescente. (Bot,  F.  Cia- 
tedceas;  esp.  Cyathea  se- 
rra,  Willd.)  Otros  dicen 
palma  erizada. 

Palmera  sin  espinas.  Cub. 
i. — Planta  parecida  a  la 
anterior.  (Bot.  F.  C;  esp. 
C.   balanocarpus,  Eaton.) 

Palmiche.  Cub.  m.  —  Tela 
delgada,  ligera,  de  algodón 
o  de  lana,  que  se  emplea 
para  trajes  de  hombre  en 
el  verano.  (Et.  del  inglés 
Palm  Beach,  población  de 
los  Estados  Unidos).  Tiene 
el  uso  castellano. 

Palmilla.  Cub.  í. — La  palma 
llamada  pajicd.  Véase.  Hay 
dos  variedades :  palmilla 
común  y  negra. 

Palmilla  común.  Cub.  f. — 
Véase  palmilla. 

Palmilla  negra.  Cub.  f.-Véa- 
se  palmilla. 

Palmireño,  ña.  Cub.  subs.  y 
adj.  —  La  persona  natural 
de  Palmira. 

Palmireño,  ña.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  cosas  de  esa  lo- 
calidad. 

Faímista.  Cub.  f. — Adivina- 
dora, quiromántica.  Derí- 
vase esta  voz  de  "palma", 
con  alusión  a  la  de  la  ma- 
no, donde  las  palmistas  lo 
averiguan  todo,  al  parecer. 

Palmito.  Cub,  m.  —  Véase 
"palma  cana".  Tiene  la 
segunda  acep.  de  la  R.  A. 


Palo.  Cub.  m.  —  vulg.  —  El 

acto  del  coito. 
Palo.  Cub.  m. — En  Cuba  se 
aplica  esta  voz  con  adita- 
mentos particulares  a  mul- 
titud de  plantas  madera- 
bles, árboles  o  arbustos,  de 
muy  diversas  familias  bo- 
tánicas, cual  se  describen 
a  continuación.  Véanse  las 
frases  67,  185  y  253.  Tiene 
la  mayor  parte  de  las  acep- 
ciones académicas. 
Palo  (De).  Amer.  m. — Díce- 
se  con  poco  gusto  y  bastan- 
te incorrección,  en  vez  de 
"madera",  en  muchos  ca- 
sos condenados  por  el  co- 
rrecto decir;  por  ejemplo: 
"Una  silla  de  palo". 

Paio  amargo.  Cub.  m. — Ar- 
busto que  al  parecer  cons- 
tituye el  único  ejemplar 
indígena  de  su  familia  bo- 
tánica. Tiene  las  hojas 
ovalo-oblongas,  pecioladas, 
flores  en  panículas  pirami- 
dales; emite  un  abundante 
látex  amarillo  a  la  más  li- 
gera incisión.  También  se 
llama  palo  amarillo.  (Bot. 
F.  Papaveráceas;  esp.  Boc- 
conia  frutescens,  Lin.) 

Palo  amarillo.  Cub.  m. — 
Véase  palo   amargo. 

Palo  azucarero.  Cub.  m. — 
El  árbol  palo  cochino.  Véa- 
se. 

Palo  blanco.  Cub.  m. — Árbol 
indígena  de  corteza  elásti- 
ca y  amarga,  hojas  abrup- 
tamente pennadas,  con  ho- 
juelas espatuladas,  oblon- 
gas, redondeadas  en  el  api- 


PALO 


392 


PALO 


ce,  y  flores  en  panículas 
con  pétalos  amarillos.  Re- 
gularmente se  desarrolla 
en  los  terrenos  montuosos; 
tiene  cualidades  medicina- 
les. (Bot.  F.  Simarubáceas; 
esp.  Simaruba  glauca, 
D.  G.) 

Palo  blanco.  Cub.  m. — Ár- 
bol distinto  del  anterior,  de 
escaso  interés,  conocido 
también  por  leño  amarillo 
y  ébano  amarillo.  (Bot.  F. 
Bignoniáceas;  esp.  Tecoma 
leucoxylon,  Mart.) 

Palo  bobo.  Cub.  m.  —  Véase 
anón  de  los  pantanos. 

Palo  boniato.  Cub.  m. — Re- 
ciben este  nombre  tres 
plantas  arborescentes  sin 
mayor  interés.  También  se 
dice  palo  moniato.  (Bot.  F. 
Apocináceas;  esp.  princi- 
pal :  Rauwolfla  canescens. 
L.) 

Palo  bronco.  Cub.  m. — Hay 
varios  arbustos  con  este 
nombre  común,  que  tienen 
flores  rojas  en  corimbos  o 
umbelas  axilares  y  el  fruto 
en  drupa.  (Bot.  F.  Malpi- 
giáceas;  género   Malpighia. 

Palo  bronco  de  monte.  Cub. 
m. — Una  de  las  especies 
anteriormente  indicadas. 
(Bot.  F.  M.;  esp.  M.  oxi- 
cocca,  Gris.) 

Palo  bronco  de  pina!.  Cub. 
m. — Otra  especie  semejan- 
te a  la  común  llamada  palo 
bronco.  (Bot.  F.  M.;  esp.  M. 
coccifera,  Lin.) 

Palo  cachimba.  Cub.  m. — 
Véase  bibona. 


Palo  café.  Cub.  m. — Así  di- 
cen algunos  al  pitajoní  ci- 
marrón.  Véase. 

Palo  campeche.  Cub.  m. — 
Algunos  dicen  así  al  palo 
brasil,  también  conocido  en 
Cuba,  con  lo  que  se  da  lu- 
gar a  confusiones,  puesto 
que  hay,  como  se  verá,  otro 
palo  campeche. 

Palo  campeche.  Cub.  m. — 
Árbol  indígena,  distinto  del 
exótico  cuya  madera  reci- 
be este  nombre,  y  que  tam- 
bién se  conoce  en  la  Isla. 
Tiene  Jas  hojas  casi  redon- 
das, pequeñas,  aladas,  per- 
fumadas, flores  amarillas 
en  racimos  compuestos,  y 
madera  de  color  rojo  obs- 
curo empleada  para  tintes. 
También  se  llama  guaca- 
maya de  costa.  (Bot.  F.  Le- 
guminosas; esp.  Coesalpinia 
bijuga,  Sw.) 

Palo  cochino.  Cub.  m. — Ár- 
bol silvestre  de  corteza 
blancuzca,  brillante  en  las 
ramas,  con  flores  de  cuatro 
pétalos,  y  fruto  parecido  a 
la  aceituna.  De  todos  los 
órganos  de  la  planta  fluye 
un  látex  resinoso,  líquido 
al  principio,  conocido  por 
"goma  azucarada",  y  es  de 
color  rojizo  y  fuerte  olor. 
También  se  dice  azucarero 
y  palo  azucarero.  (Bot.  F. 
Terebintáceas;  esp.  Hedwi- 
gia  balsamifera,  Sw.) 

Palo  coral.  Cub.  m. — Véase 
ponasí. 

Palo  cotorra.  Cub.  m.-El  ar- 
busto rompehueso.  Véase. 


PALO 


393 


PALO 


Palo  cruz.  Cub.  m. —  Árbol 
silvestre  de  buena  eleva- 
ción, de  madera  hermosa, 
pesada,  dura  y  fina,  que 
produce  por  decocción  un 
tinte  rojizo  claro  empleado 
con  eficacia  para  contener 
las  hemorragias  bucales. 

Palo  de  bomba.  Cub.  m. — El 
árbol  cirio.  Véase. 

Palo  de  cabra.  Cub.  m. — Ar- 
busto silvestre  sin  particu- 
laridades dignas  de  men- 
ción. (Bot.  F.  Rubiáceas; 
esp.;  Randia  nigescens. 

Palo  de  cacao.  Cub.  m. — 
Árbol  indígena  de  hojas 
ovales  festoneadas,  y  flo- 
res amontonadas  en  paní- 
culas. (Bot.  F.  Melastomá- 
ceas;  esp.  Miconia  elata, 
D.  C.) 

Palo  de  caja.  Cub.  m. — Ár- 
bol silvestre  que  alcanza 
una  elevación  de  4  metros, 
de  hojas  trifoliadas,  elípti- 
cas, dentadas,  lisas  por  la 
haz,  tomentosas  y  de  color 
castaño  en  el  envés,  flores 
de  cuatro  pétalos,  en  raci- 
mos axilares,  madera  de  co- 
lor anaranjado,  utilizable 
en  cai*p  infería.  Hay  otra 
especie  más  conocida  por 
yañilla.  (Bot.  esp.  Schmide- 
lia  occidentalis,  Sw.) 

Palo  de  clavo.  Cub.  m. — Dí- 
cese  al  clavero,  o  sea  al 
árbol  que  produce  el  clavo 
de  especia. 

Palo  de  hierro.  Cub.  m. — El 
árbol  más  conocido  por 
quiebrahacha.  Véase. 


Palo  de  incienso.  Cub.  m. — 
Véase  cuaba  de  costa. 

Palo  de  jeringa.  Cub.  m. — 
El  árbol  "ben",  que  des- 
cribe la  R.  A.,  más  cono- 
cido con  esfe  nombre  en 
Cuba. 

Palo  de  lanza.  Cub.  m. — V. 
yaya  (2.a  acep.) 

Palo  de  rayo.  Cub.  m. — Véa- 
se moruro  abey. 

Palo  de  resina.  Cub.  m. — 
Véase  cuaba  de  costa. 

Palo  de  roble.  Cub.  m. — 
Véase  cuaba  blanca. 

Palo  de  rosa.  Cub.  m. — Se 
dice  al  árbol  baria  (segun- 
da acepción),  que  no  es  el 
que  produce  la  madera  co- 
nocida en  castellano  por 
"palo  de  rosa'1,  por  lo  que 
más  frecuentemente  se  dice, 
para  evitar  confusiones, 
palo  de  rosa  criollo,  de  la 
tierra  y  del  país. 

Palo    de    rosa   criollo.   Cub. 

m. — Véase  palo  de  rosa- 
Palo  de  rosa  de  la  tierra. 
Cub.  m. — El  palo  de  rosa. 
Véase. 

Palo  de  rosa  del  país.  Cub. 
m. — Véase  palo  de  rosa. 

Palo  de  toro.  Cub.  m. — Véa- 
se nabaco  (2.a  acep.) 

Palo  diablo.  Cub.  m. — Véa- 
se pinga  de  perro. 

Palo  ensebado.  Amer.  va. — 
Dícese  a  la  cucaña,  parti- 
cularmente, cuando  es  ho- 
rizontal y  sobre  el  mar. 

Palo  gallina.  Cub.  m. — La 
planta  belladona  de  la  tie- 
rra, que  es  la  verdadera  be- 
lladona. Este  nombre  lo  re- 


PALO 


—  394 


PALO 


cibe  porque  su  fruto  mata 
a  la  gallina  que  lo  ingiere. 

Palo  gallina.  Cub.  m. — Véase 
cerezo  criollo. 

Palo  gallina.  Cub.  m. — El 
peralejo  blanco.  Véase. 

Palo  guitarra.  Cu b.  m. — El 
roble  amarillo  (1.a  acep.) 

Palo  guitarra.  Cub.  m. -Véa- 
se guairo  santo  de  costa. 

Palo  hediondo.  Cub.  m. — 
Planta  arborescente,  con 
hojas  compuestas  de  folio- 
Ios  ovalo-oblongos,  redon- 
deados en  el  ápice,  flores 
en  corimbos  axilares,  y 
fruto  en  legumbre  coriá- 
cea y  lampiña.  (Bot.  F.  Le- 
guminosas; esp.  C  a  s  s  i  a 
emarginata.  Lin.) 

Palo  lechoso.  Cub.  m. — Véa- 
se lechoso. 

Palo  llorón.  Cub.  m. — Véase 
llorón  (2.a  acep.). 

Palo  mabí.  Cub.  m. — Véase 
bijáguara. 

Palo  moniato.  Cub.  m. — Lo 
mismo  que  palo  boniato. 
Véase. 

Palo  moro.  Cub.  m. — Dos  ar- 
bustos indígenas  muy  pa- 
recidos reciben  este  nom- 
bre: tienen  flores  en  pa- 
nículas terminales  y  fruto 
en  baya.  (Bot.  F.  Rubiá- 
ceas; esp.  principal:  Psy- 
chotria    brotvnci.    Spreng.) 

Palo  mulato.  Cub.  m. — Véase 
icaco  ele  aura. 

Palo  negro.  Cub.  m. — Dicen 
así  algunos  al  palo  brasil 
verdadero. 

Palo  ramón.  Cub.  m. — El  ár- 
bol ramón.  Véase. 


Palo   torcido.   Cub.   m.  —  El 

árbol   lebrero.   Véase. 

Palo  verraco.  Cub.  m. -Árbol 
silvestre  de  madera  pesa- 
da, compacta,  fina,  de  co- 
lor amarillo  pálido  con  ve- 
tas suaves. 

Paloma.  Cub.  epic.  f. — Esta 
voz  se  aplica  con  el  propio 
uso  castellano.  Guando  se 
trata  de  las  palomas  salva- 
jes, a  excepción  de  las  que 
tienen  nombres  particula- 
res, como  boyero,  azulona, 
barboquejo,  torito  camao  y 
tal  vez  otras,  reciben  adi- 
tamentos especiales  de  Cu- 
ba, cual  se  podrá  ver  más 
adelante.  Pero  en  la  verda- 
ra  acep.  cubana  que  se  em- 
plea esta  voz  paloma  es 
para  designar  un  pez  de  fi- 
gura regular  con  el  cuerpo 
aplastado,  de  unos  3  decí- 
metros de  largo,  de  color 
plateado,  más  obscuro  hacia 
el  lomo,  sin  escamas,  con 
las  aletas  dorsal  y  ventral, 
así  como  la  cola,  que  es 
ahorquillada,  de  gran  des- 
arrollo, circunstancia  que 
por  comparación  le  pro- 
porcionó el  nombre 
pillar. 

Paloma.  Cub.  f. — Espacia  do 
cometa  de  papel  en  figura 
romboidal. 

Paloma.  Cub.  f. — fig. — y  fam. 
— La  persona  que  por  su 
impericia  es  candidata  a 
perder  en  el  juego.  Véase 
la  frase  84  del  Apéndice. 

Paloma  boba.  Cub.   epic.   f. 


PALO 


395 


PALO 


— La  paloma  torcaz  ceni- 
cienta. Véase. 

Paloma  de  Castilla.  Cub. 
epic.  f. — Dícese  a  la  mayor 
parte  de  las  especies  do- 
mésticas, aplicándoles  ade- 
más en  ocasiones  sus  pro- 
pios sobrenombres  caste- 
llanos. 

Paloma  de  San  Juan.  Cub. 
epic.  f. -Véase  paloma  san- 
juancra. 

Paloma  rabiche.  Cub.  epic.  f. 
— Tipo  de  paloma  silvestre 
parecida  a  la  tórtola,  de  co- 
loración cenicienta,  muy 
abundante  en  los  campos 
cubanos,  donde  forma  ban- 
dos numerosamente  nutri- 
dos, que  vuelan  frecuente- 
mente a  ras  del  suelo;  la 
particularidad  que  le  da 
este  nombre  es  su  larga 
cola  en  forma  de  cuña  pun- 
tiaguda. En  algunos  lugares 
suelen  decirle  paloma  ra- 
bílela, y  su  nombre  indio  es 
guanica.  (Zool.  F.  Colúm- 
bidas; esp.  Zenaidura  ma- 
croura.  Lin.) 

Paloma  rabuda.  Cub.  epic.  f, 
— Véase  paloma  rabiche. 

Paloma  sanjuanera.  Cub. 
epic.  f.  —  Especie  silvestre 
más  pequeña  que  la  pa- 
loma torcaz,  de  cuerpo  re- 
dondeado, color  ceniciento 
con  viso  de  carmín,  que 
suele  verse  en  mayor  nú- 
mero por  San  Juan,  de  lo 
que  toma  el  nombre.  Tiene 
la  cola  redondeada,  hace  su 
nido  con  palitos,  y  emite  un 
canto    desagradable.    Tam- 


bién se  dice  paloma,  de  San 
Juan.  Su  nombre  primitivo 
era  guanaro,  ra.  (Zool.  F. 
C;  esp.  Columba  cenaida). 

Paloma  iojosa.  Cub.  epic.  f. 
—La  más  pequeña  y  linda 
de  las  especies  de  palomas 
silvestres  que  habitan  en 
Cuba,  de  coloración  pareci- 
da a  la  anterior,  que  vive 
en  parejas,  se  domestica 
fácilmente,  confecciona  el 
nido  con  hierbas  en  el  sue- 
lo o  en  los  árboles.  Es  muy 
sabroso,  pero  escaso  boca- 
do. Frecuenta  los  terrenos 
cultivados,  donde  busca  se- 
millas para  su  alimento.  En 
lenguaje  caribe  se  llamaba 
biajaní.  (Zool.  F.  C.j  esp. 
Columbigallina  passerino 
Lin.) 

Paloma  torcaz  cabeciMas^ 
cao  Cub.  epic.  f. — Especie 
de  paloma  torcaz  que,  como 
va  indicado  en  su  nombre, 
tiene  la  parte  superior  de 
la  cabeza  de  un  puma  je 
blanquísimo. 

Paloma  torcaz  cenicienta. 
Cub.  epic.  f.  —  Tipo  de  la 
paloma  torcaz  en  la  que  do- 
mina el  color  indicado  en 
su  aditamento. 

Paloma  torcaz  morada,  Cub. 
epic.  f.  —  Tipo  de  paloma 
torcaz,  con  el  plumaje 
abundante  en  el  color  que 
su  sobrenombre  indica. 

Paloma  viajera.  Cub.  epic. 
f. — Es  una  especie  silves- 
tre, por  lo  que  no  ha  de 
confundirse  con  la  afama- 
da paloma  mensajera,  que 


PALU 


396  — 


PAMP 


algunos  llaman  con  aquel 
nombre,  de  paso  y  muy 
rara  en  la  Isla,  originaria 
de  América  del  Norte.  Es  la 
de  mayor  tamaño  de  cuan- 
tas se  conocen  en  Cuba. 
(Zool.  F.  C;  esp.  Columba 
migratoria,  Lin.) 

Palometa.  Arner.  epic.  f. — 
Tres  peces  acantopterigios 
reciben  este  nombre  co- 
mún, y  sólo  difieren  en  la 
coloración  de  dorado  y  pla- 
teado combinados.  Tienen 
el  cuerpo  ovalado,  compri- 
mido, con  el  bocico  trun- 
cado, boca  pequeña  y  hori- 
zontal y  las  aletas  anal  y 
dorsal  con  la  punta  muy 
prolongada.  (Zool.  F.  Ca- 
rangida?;  género  Trachyno- 
tus). 

Palomilla.  Cub.  epic.  f.— In- 
secto como  de  dos  centí- 
metros de  largo,  muy  da- 
ñino para  las  hojas  de  ta- 
baco y  otros  vegetales. 
(Zool.  esp.  Crambus  sacha- 
ralis)  . 

Palomilla.  Cub.  f. — Carne  de 
res  de  la  parte  del  lomo, 
poco  apreciada  por  su  du- 
reza. 

Palomilla  colorada.  Cub.  f.- 
Véase  ítamo. 

Palote.  Cub.  m. -Rollete  o  ro- 
dillo de  madera  usado  en 
la  cocina  para  prensar  o 
planchar  pastas  y  otros 
preparados  culinarios.  Tie- 
ne los  usos  castellanos. 

Palucha.  Cxib.  f.-fam. -Char- 
la frivola  con  algo  de  em- 
'buste  o  de  adulación:  "Me 


entretuvo  con  su  palucha 
más  de  lo  que  deseara". 

Paluchear.  Cub.  v.  n. — í'am. 
— Charlar  frivolamente  con 
ánimo  de  captarse  la  sim- 
patía de  los  oyentes  y  serles 
agradable.  (Et.  De  palucha. 
Véase.) 

Paluchería.  Cub.  f. — fam. — 
Acción  y  efecto  de  palu- 
chear. En  muchos  casos  es 
lo  mismo  que  palucha: 
"Déjate  de  tanta  paluche- 
ría,} ',  o  "de  tanta  palucha". 

Pámpano.  Cub.  epic.  m. — Pez 
acantopterigio  de  mucho 
mayor  tamaño  que  el  cono- 
cido en  castellano  con  este 
nombre,  puesto  que  alcanza 
un  metro.  Tiene  el  cuerpo 
ovalado,  muy  comprimido, 
de  coloración  variable  con 
la  edad  o  desarrollo,  del 
azul  al  morado  en  el  lomo, 
y  del  blanco  al  dorado  en  el 
vientre,  con  una  mancha 
obscura  en  el  opérculo.  Es 
comestible.  (Zool.  F.  Ca- 
rangidoe;  esp.  Aletis  cilia- 
ris,  Boch.) 

Pampero.  Cub.  epic.  m. — Re- 
ciben este  nombre  dos  aves 
palmípedas,  semejantes  a 
la  gaviota,  pero  con  el  pico 
corvo  en  la  punta,  narices 
tubulares,  y  el  dedo  poste- 
rior rudimentario.  Acom- 
paña a  las  embarcaciones 
en  alta  mar,  y  suele  volar 
mucho  cuando  el  tiempo  es 
tempestuoso,  por  lo  que  se 
llama  también  pájaro  de 
las  tempestades,  y  "petrel" 
en   otros    lugares,    que,    al 


PANE 


—  397 


PAN'Ü 


parecer,  es  su  verdadero 
nombre  castellano.  (Zool.  F. 
Procellaridoe;  esp.  Oceani- 
tis  oceánica,  Kuhl.). 

Pan.  Cub.  m. — Suele  decirse 
a  una  montaña  elevada,  de 
poca  extensión  y  aislada. 
Véase  la  frase  35-a  del 
Apéndice.  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Pan  de  Caracas.  Cub.  m. — 
Torta  de  harina  de  maíz 
con  azúcar  o  miel,  cocinada 
en  horno. 

Pan  de  cazabe.  Cub.  m. — 
desusada. — Dícese  al  caza- 
be. Se  oye  con  mucha  más 
frecuencia  torta  de  cazabe. 

Pan  de  monos.  Cub.  m. — El 
árbol  de  origen  africano 
conocido  en  castellano  por 
"baobab",  nombre  que 
también  recibe  en  Cuba. 

Panetela.  Cub.  f.  —  fam.  — 
Aplícase  como  término  de 
encomio  a  toda  cosa  exce- 
lente en  algo:  "Este  som- 
brero es  panetela;''1  -  "¿Cómo 
está  el  café? — Panetela". 
Una  de  tantas  verrugas  que 
le  salen  al  idioma  castella- 
no en  América.  Tiene  las 
acep.  de  la  R.  A. 

Panetela.  Cub.  f. — Dos  ar- 
bustos reciben  este  nombre 
común  sin  sobrenombres. 
Se  cultivan  en  jardinería; 
producen  florecillas  de  cá- 
liz colorado,  fasciculadas  o 
aglomeradas  en  las  axilas  o 
en  los  dientes  de  las  hojas. 
Toman  ese  nombre  del  olor 
a  panetela  que  exhalan  por 
la   noche.   (Bot.   F.   Eufor- 


biáceas;    esp.      Phyllantus 
angustifolius,  Sw.,  y  otra). 

Panetela  francesa.  Cub.  f.- 
Planta  cultivada  de  hojas 
cordiformes,  verdes,  con 
listas  plateadas,  cuyas  flo- 
res emiten  olor  a  panetela. 
(Bot.  F.  Piperáceas;  esp. 
Peperomia  ar giréis,  Morr.) 

Panetela  panameña.  Cub.  f. 
— Planta  parecida  a  las  an- 
teriores, pero  con  los  folio- 
Ios  más  largos  y  anchos. 
(Bot.  F.  Poligonáceas;  esp. 
Muehlembeckia  platy  ciada, 
Meisn.) 

Panqué.  Cub.  m.  —  Especie 
de  panetela  o  bizcocho.  Al- 
gunos dicen  panqueque  y 
otros  ponqué.  (Et.  Del  in- 
glés pancake). 

me.  Amer.  m. -Véase 


panqué. 

Pantera,  Cub.  común. — fam. 
—  Dícese  al  individuo  tra- 
pacero en  sus  negocios  y 
empresas.  Tiene  las  acep. 
cast. 

Pantomima.  Cub.  f. — En  al- 
gunos lugares,  la  planta 
vejiga  de  perro,  su  nombre 
castellano,  conocido  tam- 
bién en  Cuba,  y  además  por 
tomatillo,  aunque  este  úl- 
timo nombre  pudiera  ser 
que  no  designara  la  misma 
planta,  sino  una  especie 
afín. 

Pantufa.  Amer.  f. — Corrup- 
ción muy  generalizada  de 
"pantufla". 

"Panudo.  Cub.  adj. — "Aplí- 
case al  fruto  del  aguacate, 
cuando  su  carne  es  consis- 


PAPA 


—  398  — 


PAPE 


tente,  que  es  como  más  se 
aprecia",  dice  la  R.  A. 

Paño  de  Ea  tierra.  Cub.  m. — 
La  porción  de  terreno,  no 
muy  extensa,  que  se  dispo- 
ne para  el  cultivo.  Cuando 
tiene  figura  triangular  se 
dice  pañoleta. 

Pañoleta.  Cub.  f. — Véase  pa- 
ño de   tierra. 

Pañuelo  bayajá.  Cub.  m. — 
Pañuelo  grande,  algo  me- 
nos de  una  vara  cuadrada, 
estampado  con  colores  vi- 
vos, a  grandes  cuadros,  lis- 
tas o  flores,  que  lo  emplean 
algunas,  muy  pocas,  cam- 
pesinas en  la  cabeza,  pero 
más  generalmente  para 
transportar  vituallas,  o  gé- 
neros comprados  en  algún 
establecimiento. 

Papas.  Cub.  f.  pl. — fam. — 
Véase  la  frase  128  del 
Apéndice.  En  singular,  tie- 
ne los  usos  castellano  y 
americano  castellanizado. 

Papagayo.  Cub.  m. — En  al- 
gunos lugares  dicen  así  los 
mucbachos  a  una  cometa 
de  papel  sin  palos  y  con 
una  tira  de  tela  por  cola. 
Tiene  algunos  de  los  usos 
castellanos. 

Papagayo  tricolor.  Cub.  m. 
— La  planta  más  conocida 
por  guacamaya  (3.a  acep.), 
que  es  la  que  describe  la 
R.  A.  con  el  sencillo  nombre 
de   "papagayo". 

Papaya.  Cub.  f. — vulg. — Dí- 
cese  al  órgano  sexual  fe- 
menino. El  uso  de  la  voz 
papaya    en    esta    acepción 


casi  la  ha  desterrado  del 
lenguaje  decente  para  de- 
signar el  fruto  del  papayo 
(voces  ambas  castellaniza- 
das), por  lo  que  suele  de- 
cirse fruta  bomba. 

Papaya  cimarrona.  Cub.  f. — 
El  fruto  del  papayo  cima- 
rrón. Véase. 

Papayal.  Amer.  m.  —  Lugar 
donde  abunda  el  papayo. 

Papayina.  Cub.  f. — El  látex 
medicinal  obtenido  del  pa- 
payo. 

Papayo  cimarrón.  Cub.  m. — 
Especie  silvestre  y,  al  pa- 
recer, indígena  de  Cuba,  del 
papayo.  Tiene  el  tronco 
bajo,  ramoso,  con  hojas 
palmatíficas,  lóbulos  ente- 
ros y  fruto  esférico,  del 
tamaño  de  la  nuez.  (Bot.  F. 
Pasiflóreas;  esp.  Carica 
prosoposa,  Lin.) 

Papayo  hembra.  Cub.  m. — 
Variedad  del  papayo  que 
se  distingue  por  sus  flores 
de  pétalos  blancos,  y  el 
fruto  de  mayor  tamaño  que 
el  corriente. 

Papayo  macho.  Cub.  m. — 
Variedad,  de  flor  con  péta- 
los amarillos. 

Papazo.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Golpe  causado  con  la  mano, 
bofetada,  o  puñetazo:  "Le 
dieron  dos  papazos  por  en- 
trometido". (Et.  De  "papa", 
patata). 

Papel  arroz.  Cub.  m.  —  El 
blanco,  empleado  en  ciga- 
rrillos. 

Papel  berro.  Cub.  m. — El  de 
color  verdoso,  también  em- 


PAPI 


—  399 


PARA 


pleado  en  cigarrillos,  im- 
pregnado en  substancia  de 
berro.  Es  de  escaso  consu- 
mo. 

Papel  brea.  Cub.  m. — El  de 
color  crema,  con  ligero 
gusto  de  brea,  usado  en  ci- 
garrillos. 

Papel  pectoral.  Cub.  m. — El 
de  color  castaño  muy  in- 
tenso y  gusto  dulzaino, 
también  usado  en  cigarri- 
llos. 

Papel  trigo.  Cub.  m. — El  de 
color  amarilloso  y  más 
grueso  que  los  anteriores, 
que  le  da  al  cigarrillo  gus- 
to más  fuerte. 

Papelera.  Cub.  f. — Véase  be- 
juco de  perdiz. 

Papeles.  Cub.  m.  pl.-fam. — 
Véase  la  frase  127  del 
Apéndice. 

Papeles  (Los).  Cub.  m.  pl. 
— desusado. — Baile  desho- 
nesto de  la  gentualla,  del 
que  ya  no  se  oye  hablar. 

Papeíetero.  Cub.  m.  —  vulg. 
— Dicen  así  algunos  a  los 
empleados    de    oficina    pú- 

.  blica  que  cubren  los  docu- 
mentos de  citaciones.  (Et. 
De  "papeleta"). 

Papelista.  Cub.  m. — fam. — 
Lo  mismo  que  "picaplei- 
tos" :  "Fulano  es  un  simple 
papelista,  y  todos  le  tienen 
por  abogado".  (Et.  De  "pa- 
pel"). 

Papita.  Cub.  f.-Véase  lagaña 
de  aura.  (Et.  De  "papa", 
patata). 

Papito.  Cub.  m. -Reciben  este 
nombre  los  bejucos  llama- 


dos Conchitas  por  la  figura 
de  sus  flores,  semejantes  al 
clítoris  de  la  mujer  que 
algunos  llaman  papo  y  pa- 
pito. 

Papito.  Cub.  m.  —  Diminu- 
tivo de  papo.  Véase. 

Papito  de  la  reina.  Cub.  m. 
— Enredadera  trepadora,  de 
hojas  con  tres  foliólos  an- 
chamente ovalados,  y  flor 
de  corola  blanca,  matizada 
de  amarillo  y  púrpura  en- 
cendido. También  se  llama 
Conchita  punzó.  (Bot.  F. 
Leguminosas;  esp.  Centro- 
sema  plumieri,  Benth.) 

Papo.  Común,  m. — El  órgano 
sexual  femenino.  Es  tanto 
o  más  frecuente  en  Cuba  el 
diminutivo  papito.  Tiene 
los  usos  cast. 

Paraca.  Cub.  epic.  f. — antic. 
— Uno  de  los  primitivos 
nombres  de  la  cotorra.  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

*  Paradero.  Cub.  m.  —  Voz 
muy  generalizada  para  de- 
signar la  estación  del  fe- 
rrocarril; ésta  casi  nadie  la 
emplea  fuera  de  la  Haba- 
na. Tiene,  aunque  poco,  las 
otras  acep.  de  la  R.  A. 

Parado.  Cub.  p.  p. — fam. — 
Véase  la  frase  151  del 
Apéndice.  Es  de  advertir 
que,  aunque  con  autoriza- 
ción de  la  R.  A.,  se  abusa 
de  esta  voz  para  significar 
"estar  de  pie",  al  extremo 
de  que  no  se  use  ninguna 
otra  forma :  "Estuve  parado 
más  de  una  hora";  "no 
puedo  estar  parado". 


PARA 


400  — 


PARA 


Paraguas.  Cub.  m. — fam. — 
Véase  la  frase  192  del 
Apéndice. 

Paraguayo.  Cub.  m.-Mache- 
te  de  hoja  larga  y  recta  que 
usa  la  Guardia  Rural. 

Paraíso.  Cub.  m. -Árbol  exó- 
tico cultivado  como  orna- 
mental, que  acaso  sea  el 
conocido  en  castellano  por 
"cinamomo",  aunque  tiene 
una  elevación  doble,  pues  que 
alcanza  15  metros.  Es  de 
tronco  recto  y  limpio,  con 
una  frondosa  copa  que  pro- 
yecta espaciosa  y  fresca 
sombra,  con  flores  de  color 
violeta,  fragantes,  en  raci- 
mos. Todos  sus  órganos 
están  impregnados  de  un 
jugo  venenoso  y  medicinal. 
En  algunos  lugares  de  la 
región  oriental  le  dicen 
"prusiana".  (BoL  F.  Meliá- 
ceas;  esp.  Melia  acederach, 
Lin.) 

Paraíso  enano.  Cub.  m. — 
Arbusto  de  jardinería  que 
se  eleva  unos  dos  metros, 
de  hojas  pequeñas  bipen- 
nadas,  persistentes.  (Bot.  F. 
M.;  esp.  M.  nana). 

Paraíso  francés.  Cub.  m. — 
El  árbol  más  conocido  por 
su  nombre  castellano  de 
"ben". 

Paral.  Cub.  m. — Madero  que 
a  modo  de  horcón,  se  co- 
loca perpendicular,  las  más 
veces  provisionalmente, 
para  sostener  el  techo  do 
una  casa  en  reformas. 

Paraná.    Cub.    adj. — Aplícase 


a  una  especie  de  yerba. 
Véase. 

Parar.  Cub.  v.  a.— Usase,  con 
notorio  abuso  del  buen  len- 
guaje, y  muy  corriente- 
mente, por  "levantar"  o 
alzar  del  suelo  alguna  cosa 
que  requiere  posición  ver- 
tical. Tiene  algunas  de  las 
acep.  académicas. 

Pararse.  Amer.  v.  ref.  —  La 
R.  A.,  en  la  17.a  acep.  del 
verbo  "parar"  lo  acepta 
por  "ponerse  en  pie";  pero 
lo  acredita  ele  americanis- 
mo anticuado.  En  Cuba,  con 
esa  acep.,  lamentándolo 
cuantos  gustan  de  hablar 
bien,  está  muy  lejos  de  an- 
ticuarse: casi  se  puede 
afirmar  que  lo  de  "ponerse 
en  pie",  "levantarse"  y 
otros  verbos  sinónimos  es- 
tán completamente  aboli- 
dos en  el  lenguaje  corrien- 
te. Por  lo  demás,  sumamos 
nuestro  desagrado  a  las 
protestas  que  haya  habido 
contra  la  catalogación  de 
ese  verbo  con  tal  signifi- 
cado en  el  Dic.  oficial,  por 
muy  extendido  uso  que  tu- 
viese en  América,  tanto 
más,  cuanto  que  son  miles 
los  vocablos  de  este  Conti- 
nente con  más  derecho  a  la 
buena  acogida  por  la  docta 
Corporación,  que  limpia, 
fija  y  da  esplendor  al  habla 
de  Cervantes,  Granada,  Cal- 
derón, Lope  y  mil. 

Pararse.  Cub.  v.  ref. — fig.  y 
fam. — Prosperar,  orrique- 
cerse  por  cualquier  moti- 


PARE 


—  401  — 


PARG 


yo  :  "Fulano  se  paró  con  el 
alza  del  azúcar". 

Parche.  Cub.  epic.  m. — Re- 
ciben este  nombre  varios 
pececillos  acantopterigios 
cíe  escaso  interés.  Tienen 
el  cuerpo  corto,  alto  y  com- 
primido, con  fajas  y  círcu- 
los negros,  y  boca  pequeña, 
terminal,  provista  de  agu- 
dos dientes.  Tiene  las  acep. 
¿asi.  (Zool.  F.  Chcetodonti- 
da?;  género  Chcetodon). 

*  Pardo,  da.  Cub.  m.  y  f. — 
Dícese  a  los  mulatos,  por- 
que esta  voz  les  es,  al  pa- 
recer, menos  agradable. 
Adviértase  que  la  R.  A. 
acepta  este  vocablo  como 
propio  de  Puerto  Rico  y  do 
Cuba.  Tiene  las  otras  acep. 
castellanas. 

Parecencia.  Cub.  f. — vulg. — 
Entre  gente  campesina, 
equivale  a  "semejanza": 
"Entre  esto  y  aquello  hay 
alguna  'parecencia'".  (Et.  De 
"parecer  ",  parecencia; 
como  de  "comparecer", 
comparecencia. 

Pared.  Cub.  f. — fam. — Véase 
la  frase  262  del  Apéndice 
Tiene  los  usos  cast. 

Pareira  brava.  Cub.  f.-Plan- 
ta  voluble  de  hojas  alter- 
nas, simples,  enteras,  cor- 
diformes, pecioladas,  obtu- 
sas, flores  dioicas  muy  chi- 
cas, verdosas,  terminales, 
las  masculinas  en  corim- 
bo3,  las  femeninas  en  raci- 
mos; el  fruto,  a  modo  de 
arveja,  es  peludo  y  co- 
mestible, y  la  raíz  se  esti- 


ma como  antídoto  contra 
las  mordeduras  de  reptiles 
venenosos.  (Bot.  F.  Menis- 
pevmáceas;  esp.  Cissampe- 
los  pareira,  Lin.) 

Parejear.  Cub.  v.  n. — Atri- 
buirse méritos  ajenos  o 
imaginarios,  proclamándo- 
los con  fanfarronería.  Ape- 
nas tiene  más  uso  que  en 
infinitivo:  "Don  Juan  es 
muy  dado  a  parejear". 

Parejería.  Cub.  f. — fam.— 
Acción  y  efecto  de  pare- 
jear. Véase. 

Parejero,  ra.  Cub.  adj. — fam. 
— Aplícase  a  la  persona 
fanfarrona,  que  presume 
de  los  méritos  que  está  le- 
jos de  tener.  Véase  pare- 
jear. 

Pargo  blanco.  Cub.  epic.  m. 
— El  pez  también  llamado 
jayao.  Véase. 

Pargo  criollo.  Cub.  epic.  m. 
— Especie  del  pez  conocido 
por  "pargo",  olivado  por  el 
lomo,  pálido  por  el  vientre 
con  las  aletas  rojas,  menos 
la  dorsal  que  es  amarilla, 
y  alcanza  un  peso  de  10 
kilogramos.  (Zool.  F.  Lu- 
tianida?;  esp.  Noemomis 
analis,  Cuv.) 

Pargo  de  !o  alto.  Cub.  epic. 
m. — Especie  que  se  pesca  a 
grande  profundidad,  de  co- 
lor rojo  con  una  mancha 
lateral  negra,  y  ojos  sa- 
lientes amarillos.  (Zool.  F. 
L.;  esp.  N.  vivanus,  Cuv.) 

Pargo  guachinango.  Cub. 
epic.  m. — Especie  de  color 
acarminado,     con    mancha 


m. 


PARRI 


402  — 


PASA 


lateral  negra  como  la  an- 
terior, pero  más  intensa, 
que  alcanza  hasta  15  kilo- 
gramos de  peso.  (Zool.  F. 
L.;  esp.  N.  aya,  Bloch.) 

Parición.  Cub.  f.  —  Vulg.  — 
Acción  y  efecto  de  parir,  o 
sea  fructificar  las  plantas. 

Parir.  Cub.  v.  n.  defectivo. — 
vulg.  —  Por  extensión,  el 
acto  o  propiedad  de  fruc- 
tificar las  plantas.  Se  oye 
sólo  entre  campesinos.  Tie- 
ne los  usos  cast. 

Parra.  Cub.  f. — fam. — Véase 
la  frase  64  del  Apéndice. 

Parra  cimarrona.  Cub.  f. — 
Bejuco  silvestre,  común  en 
los  bosques,  de  caracteres 
afines  a  la  verdadera  parra, 
cuyo  fruto,  muy  acidoso,  se 
usa  sólo  en  agraz.  Del  sar- 
miento de  esta  planta  se 
chupa  un  agua  transparen- 
te, suave  y  aperitiva,  que 
es  preciado  hallazgo  del 
viajero  sediento.  También 
se  llama  bejuco  de  parra. 
(Bot.  F.  Ampelideas;  esp. 
principal:   Vitis  indica). 

Parrandear.  Amer.  v.  n. — 
Andar  de  juerga,  de  ?  pa- 
rranda. 

Parrandero,  ra.  Amer.  adj. 
— Aplícase  a  la  persona 
muy  aficionada  a  andar  de 
parranda  o  parrandear. 
Otros  dicen  parrandista. 

Parrandista.  Amer.  adj.  — 
Véase  parrandero,  ra. 

Parrita  cimarrona.  Cub.  f. — 
Planta  de  escaso  interés, 
conocida   también  por  ubi 


de  cinco  hojas.  (Bot.  F. 
Ampelideas ;  esp.  Vitis  he- 
redacea,  Ehrh.) 

Parrita  de  playa.  Cub.  f. — 
Planta  arborescente  afín  a 
la  anterior.  (Bot.  F.  A.;  esp. 
V.  arbórea,  Lin.) 

Partirse.  Cub.  v.  ref. — vulg. 
— Este  verbo,  con  el  pro- 
nombre la  como  comple- 
mento directo,  antepuesto  o 
pospuesto,  denota  venganza 
o  el  efecto  de  alguna  mala 
acción:  "A  Fulano  se  la 
partieron".  Otras  veces  sig- 
nifica "matar":  "Diego  de- 
sea partírsela  a  Ramón". 

Pasa  de  negro.  Cub.  f. — 
Planta  parásita,  cultivada 
algunas  veces  en  jardine- 
ría, de  hojas  muy  grandes, 
oblongas  o  lanceoladas,  que 
alcanzan  hasta  una  vara  de 
largo  y  una  tercia  de  an- 
cho, dentadas,  con  gruesas 
venas,  y  cuyos  pecíolos 
parten  de  la  raíz  misma; 
el  espádice,  que  es  rojo 
obscuro,  se  cubre  al  com- 
pleto desarrollo  de  fruti- 
cas  esféricas,  de  color  ro- 
jo intenso.  También  se  lla- 
ma lengua  de  vaca  (prime- 
ra acepción).  (Bot.  F.  Aroi- 
deas;  esp.  Anthurium  cras- 
sinervium  Schott.)  La  voz 
"pasa"  tiene  en  Cuba  to- 
dos los  significados  cast.  y 
el  americano  castellaniza- 
do con  respecto  al  pelo  de 
los  negros. 

Pasa  de  negro.  Cub.  f. — 
Planta  sin  importancia  del 
grupo    de    heléchos.    (Bot. 


PASI 


403  - 


PASM 


esp.    Asplenium    plantagi- 
neum,  Lin.) 

Pasa.  Cub.  adj.  muy  vulg. — ■ 
Dicen  el  vulgo  y  los  que  se 
contagian  con  él  que  una 
mujer  está  pasa  (y  es  la 
única  aplicación)  cuando 
está  hermosa  e  incitante. 
Tal  vez  se  quiere  expresar 
algo  así  como  si  se  tratase 
de  fruta  que  está  pasada 
cuando  ha  madurado  dema- 
siado. (Et.  De  "pasar", 
"pasada",  pasa). 

Pasador.  Cub.  m.  fig. — Re- 
ciben este  nombre  varias 
larvas  de  insectos  coleóp- 
teros, de  color  amarillo  ne- 
gro o  rojo,  con  fuertes 
mandíbulas,  con  las  que  ta- 
ladran los  tallos  de  algu- 
nas plantas,  particularmen- 
te la  de  tabaco,  que  enfer- 
ma y  mata.  (Zool.  F.  Ela- 
teridce). 

Pasionaria  azul.  Cub.  f. — 
Especie  de  la  planta  co- 
múnmente conocida  por 
"pasionaria":  es  de  hojas 
grandes  alternas,  divididas 
en  cinco  lóbulos,  y  flor 
grande  y  hermosa  de  color 
azul.  Al  fruto  le  dicen  en 
algunos  lugares  pendanga. 
(Bot.  F.  Pasiflóreas;  esp. 
Passiflora  ccerulea). 

Pasionaria  de  Candelaria. 
Gub.  f. — Planta  velluda  de 
hojas  redondeadas,  con  la 
base  cordiforme,  y  flores 
blancas  con  la  corola  ro- 
sada. También  se  11  a  m  a 
pasionaria  hedionda  (2.a 
acep.)  y  pasionaria  vejigo- 


sa. (Bot.  F.  P.;  esp.  P.  f os- 
tia a,  Lin.) 
Pasionaria  de  cerca.  Cub.  f. 

— Varias  especies  que  se 
desarrollan  en  las  cercas. 
(Bot.  F.  P.;  esp.  principal: 
P.  suberosa,  Lin.). 

Pasionaria  de  Las  Pozas. 
Cub.  f.  —  Preciosa  enreda- 
dera por  sus  flores  de  co- 
lor violeta.  (Bot.  F.  P.;  esp. 
P.  stipulata,  Aub.) 

Pasionaria  de  flor  carmín. 
Gub.  f. — Especie,  de  flor 
cual  lo  indica  su  nombre. 
(Bot.  F.  P.;  esp.  P.  oblon- 
gata,  Sw.) 

Pasionaria  hedionda.  Cub.  f. 
— Especie  de  hojas  redon- 
deadas, flor  de  corola  blan- 
quecina y  corona  anaran- 
jada; fruto  esférico,  pe- 
queño y  colgante.  (Bot.  F. 
P.;  esp.  P.  pendulifera, 
Ber.). 

Pasionaria  hedionda.  Cub. 
f. — Véase  pasionaria  de 
Candelaria. 

Pasionaria  vejigosa.  Cub.  f. 
— Véase  pasionaria  de 
Candelaria. 

Pasmo  de  estómago.  Cub  m. 
— El  padecido  en  este  ór- 
gano a  consecuencia  de 
beber  agua  muy  fría  des- 
pués de  haber  ingerido  al- 
gún alimento  muy  caliente. 
No  es  de  graves  consecuen- 
cias. 

Pasmo  de  luna.  Cub.  m. — El 
que  contrae  alguna  caballe- 
ría sofocada  si  se  le  quita 
la  silla  o  montura. 

Pasmo  de  sabana.  Cub.  m. — 


PATA 


—  404 


PATE 


El  adquirido  por  una  ca- 
ballería lastimada  a  los 
efectos  del  sol,  la  lluvia  o 
el  sereno  en  campo  abierto. 

Paso  de  carreta  (A).  Cub. 
loe.  adv. — Lo  mismo  que 
"a  paso  de  tortuga"  en 
cast.;  lentamente.  "Cami- 
nar a  paso  de  carreta'" . 

Paso  nadado.  Cub.  m.-El  de 
la  caballería,  cuando  desvía 
a  los  lados  y  a  compás  las 
patas,  que  resulta  cómodo. 

Pata.  Cub.  f.— Véase  la  fra- 
se 116  del  Apéndice. 

Pata  de  gallina.  Cub.  i. — 
Vanas  plantas  herbáceas, 
rastreras,  comunísimas  en 
tiempo  de  lluvia,  cuyas  es- 
pigas presentan  la  figura  de 
su  nombre,  por  lo  que  pro- 
bablemente sea  la  conocida, 
según  la  R.  A.,  por  "pata 
de  gallo".  No  es  buen  pas- 
to. Una  de  las  especies  se 
conoce  más  por  grama  de 
caballo.  (Bot.  F.  Gramíneas ; 
esp.  principal :  Cynosurus 
separius). 

Patabán.  Cub.  m. -Árbol  que 
se  desarrolla  en  las  ciéna- 
gas hasta  12  metros  de  al- 
tura, de  hojas  opuestas, 
enteras,  ovales,  y  madera 
dura,  de  color  moreno  claro 
empleada  para  postes,  etc. 
También  se  llama  mangle 
bobo.  (Bot.  F.  Combretá- 
ceas;  esp.  Laguncularia  la- 
cemosa,  <3aretu). 

Patabanal.  Cub.  m.  —  Lugar 
donde  abunda  el  árbol  pa- 
tabán. Véase. 

Patadas  (A).  Cub.  mod.  adv. 


—  Empléase  para  denotar 
abundancia,  exceso  de  una 
cosa:  "Los  mangos  este  año 
andan  a  patadas".  "Hom- 
bres ambiciosos  se  encuen- 
tran a  patadas". 

Patana.  Cub.  f.  —  Lo  mismo 
que  patanco.  Véase. 

Patanco.  Cub.  m.-Planta  in- 
dígena silvostre,  de  color 
verde  claro,  incluso  el  fru- 
tro,  con  espinas  en  los  ta- 
llos de  color  carmelita  y 
punta  negra,  cuyas  incisio- 
nes son  malignas;  tiene 
flores  blancas.  Otros  dicen 
patana.  (Bot.  F.  Cácteas; 
esp    Harrisia  criophora). 

Patao.  Cub.  epic.  m. — Pez 
abundante  que  alcanza  unos 
3  decímetros  de  largo,  de 
cuerpo  comprimido  con  el 
lomo  abultado,  hocico  có- 
nico, boca  grande,  de  color 
plateado  con  reflejos  azu- 
lado", aletas  negruzcas,  algo 
más  pálidas  las  pectorales. 
Fs  comestible.  (Zool.  F. 
Guerridce;  esp.  Guerres  pa- 
tao, Poey). 

Patas.  Cub.  i.  pl.— El  guiso 
conocido  por  "callos"  en 
castellano,  pero  sin  pican- 
te. 

Patata  del  aire.  Cub.  f.— El 
fruto  del  volador.  Véase. 

Patato,  ta.  Cub.  adj. — íam. — 
Aplícase  a  personas  re- 
chonchas,, de  baja  estatura, 
y  algunas  veces  a  animales 
o  cosas. 

Patentado,  da.  Común,  adj. 
— Aplícase  a  lo  que  goza  de 
patente,  según  la  8.a  acep. 


405 


PATO 


del  Dic.  académico:  "Pro- 
ducto patentado" . 

Patente.  Cab.  ra. — Específi- 
co medicinal  de  nombre 
acreditado.  Se  comete  un 
barbarismo  al  darle  forma 
masculina,  pero  el  uso  ge- 
neral lo  ha  sancionado  así. 

Patillano,  na.  Cub.  adj. — Se 
aplica  a  la  cabalgadura  que 
apoya  en  el  suelo  la  parte 
trasera  de  los  cascos,  por  lo 
que  camina  defectuosamen- 
te. (Et.  De  "pata"  y  "lla- 
no"). 

Patio.  Cub.  m. — En  las  esta- 
ciones de  ferrocarril,  el  es- 
pacio donde  están  los  al- 
macenes, vías,  etc.  Tiene 
los  usos  cast.  Véase  la  frase 
154  del  Apéndice. 

Patio  de  gallos.  Cub.  m. — El 
lugar  al  aire  libre  desti- 
nado a  la  cría  y  esparci- 
miento de  los  gallos  de  pe- 
lea. 

Patiseco,  ca.  Cub.  adj. — 
Aplícase  al  fruto  raquítico 
y  de  escaso  o  ningún  jugo 
cuando  llega  el  momento  de 
su  madurez.  'Una  pina  pa- 
tiseca'". 

Pato.  Cub.  adj.  —  Una  clase 
de  tasajo.  Véase.  Tiene  los 
usos  castellanos  de  subs- 
tantivo. Véase  la  frase  165 
del  Apéndice. 

Pato  cuchareta.  Cub.  epic. 
m.  —  Una  de  las  especies 
conocidas  en  conjunto  por 
pato  de  la  Florida,  distin- 
guida por  su  pico  de  punta 
muy    aplanada.    (Zool.    F. 


Anatidce;  esp.  Spatula  cly- 
peata,  Lin.) 

Pato  chiquito.  Cub.  epic.  m. 
— Otra  de  las  especies  de 
pato  de  la  Florida,  de  pe- 
queño tamaño,  color  mati- 
zado de  rojo  y  negro,  con 
las  alas  morenas  y  la  cola 
verde,  cabeza  negra,  con 
inclusión  del  pico,  y  una 
faja  blanca  entre  éste  y  los 
ojos.  (Zool.  F.  A.;  esp.  Anas 
discors). 

Pato  de  la  Florida.  Cub. 
epic.  m. — Se  da  este  nom- 
bre a  todas  las  especies  de 
aves  palmípedas,  de  paso, 
que  vienen  a  la  Isla  en  in- 
vierno, de  América  del 
Norte.  Algunas  o  casi  todas 
las  especies  reciben  a  la 
vez  nombres  particulares, 
cual  se  puede  ver  anterior 
y  posteriormente  a  esta 
descripción.  Pero  hay  una 
especie  abundante,  que  re- 
cibe este  nombre  única- 
mente, y  es  de  pequeñas 
proporciones,  de  coloración 
variada  de  verde  intenso, 
azul  fuerte  y  blanco,  con 
una  ancha  faja  semilunar 
delante  del  ojo.  (Zool.  F.  A.; 
esp.  Querquedula  discors, 
Lin.) 

Pato  de  la  Florida.  Cub.  m. 
— ñg.  y  fam. — Dícese  a  los 
turistas  norteamericanos 
que  vienen  a  pasar  la  tem- 
porada de  invierno  en 
Cuba. 

Pato  inglés.  Cub.  epic.  m. — 
Especie  del  pato  de  la  Flo- 
rida,    accidentalmente     de 


PATU 


406  — 


PEDO 


paso  en  la  Isla.  (Zool.  F. 
A.;  esp.  Anas  borchas, 
Lin.) 

Pato  morisco.  Cub.  epic.  m. 
— Tipo  de  pato  de  la  Flo- 
rida, de  tamaño  corriente, 
de  plumaje  negro  con  man- 
chas blancas,  pico  azul  cla- 
ro y  patas  cenicientas. 
(Zool.  F.  A.;  esp.  Anas  ma-< 
riloides). 

Pato  pescuecüargo.  Cub. 
epic.  m. — Pato  de  la  Flo- 
rida que  se  distingue  por 
su  largo  pescuezo.  (Zool.  F. 
A.;  esp.  Dafila  acuta,  Lin.) 

Pato  real.  Cub.  epic.  m. — El 
pato  de  la  Florida,  más  co- 
nocido por  juyuyo.  Véase. 

Pato  rojo.  Cub.  epic.  m. -Es- 
pecie de  pato  de  la  Florida, 
de  color  indicado  en  el  so- 
brenombre. (Zool.  F.  A.; 
esp.  Erismatura  rubida, 
Wils.) 

Patojear.  Cub.  v.  n. — Andar 
con  los  pies  torcidos  como 
el  patojo.  Aunque  repren- 
sible el  abuso  de  formar 
verbos  de  adjot.  y  subst., 
éste  es  uno  de  los  casos  to- 
lerables  y   aun  plausibles. 

Patojera.  Cub.  f. — El  defec- 
to físico  del  patojo. 

Patón,  na.  Amer.  m.  y  f. — 
vulg. — Así  dice  la  gente 
soez  a  los  españoles. 

Patuleco,  ca.  Amer.  adj. — 
Aplícase  a  la  persona  que 
dobla  las  piernas,  por  falta 
de  dominio  en  las  rodillas; 
algo  así  como  "pateta"  en 
castellano.  Algunos  dicen 
patuleque. 


Patuleque.  Cub.  adj.  —  Lo 
mismo  que  patuleco,  ca. 
Véase. 

Favo.  Cub.  m. — fam. — Véa- 
se la  frase  24  del  Apén- 
dice. 

Payama.  Cub.  f. — Traje  des- 
ahogado y  de  tela  ligera, 
de  hombre,  para  andar  por 
casa.  La  especie  de  chaque- 
ta, carece  de  solapas,,  y  en 
los  ojales,  que  parten  desde 
el  cuello,  lleva  una  especie 
de  entorchado  sencillo.  En 
otros  lugares  de  América 
se  dice  pijama. 

Payama  de  baño.  Cub.  f. — 
Especie  de  batón  con  man- 
gas, de  felpa,  propio  para 
la  salida  del  baño. 

Pechada.  Cub.  f. — Golpe  de 
mano  dado  en  el  pecho  a 
una  persona. 

Pechero.  Cub.  epic.  m. — 
Lindo  pajarillo  de  pluma- 
je ceniciento,  con  algunas 
partes    amarillas. 

Pechicatería.  Cub.  f. — des- 
usada. —  Mezquindad,  cicar- 
tería. 

Pechicato,  ta.  Cub.  adj. — 
desusado. — Mezquino,  cica- 
tero. 

Pechito.  Cub.  epic.  m. — En 
algunas  localidades,  el  pa- 
jarillo tomeguín.  Véase. 

Pedo.  Cub.  m. — muy  vulg. — 
Significa  entre  el  vulgo  ín- 
fimo "pendencia  con  escán- 
dalo" y  otras  veces  "borra- 
chera". Pero  como  esta  voz 
no  sale  sino  de  los  labios 
de  la  plebe,  nunca  se  oye 
pronunciar  la  d.  Véase  el 


PoíGO 


—  407  — 


PELO 


refrán  24  del  Apéndice. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Pedo  de  chino.  Cub.  m. — 
Véase  yedra  (2.a  acep.). 

Pedorrera.  Cub.  epic.  f. — El 
pajarito  cartacuba.  Véase. 
Tiene  la  acep.  académica 
de  sucio  significado. 

Pega.  Cub.  f. — fam. — Signi- 
fica trabajo,  tarea,  labor: 
"Voy  a  la  pega";  "Andrés 
no  tiene  pega".  (Et.  De  pe- 
garse, Véase). 

Pega-pega.  Amer.  f. — Reci- 
ben este  nombre  varias 
plantas  herbáceas,  cuyos 
frutillos  espinosos  se  pegan 
a  la  ropa  del  «animante; 
crecen  hasta  un  metro  y 
constituyen  regular  pasto. 
Esa  cualidad  anterior  es 
afín  a  las  plantas  amores 
secos,  tamarindillo  y  yerba 
lechera,  con  las  que  se 
confunden  algunas  perso- 
nas. (Bot.  F.  Leguminosas; 
esp.  principal:  Desmodium 
ciliar e,  D.  G.) 

Pegarse.  Cub.  v.  ref. — fam. 
— Se  le  dan  algunos  usos 
particulares  en  Cuba  a  este 
verbo,  cual  puede  verse  en 
el  grupo  de  su  nombre  del 
Apéndice  de  frases.  Espe- 
cialmepte  úsase  por  "tra- 
bajar", o  por  mejor  decir, 
denota  la  acción  de  hacer 
algo :  "Ale  pego  a  escri- 
bir". "Se  pegaron  a  exca- 
var y  remover  la  tierra". 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Pegojo.  Cub.  m.  —  Árbol  o 
arbusto  silvestre  descrito 
en  huevo  de  gallo.  Véase. 


Pejero,  ra.  Cub.  adj. — Así 
califica  la  gente  de  color  a 
los  blancos  de  mal  pelaje  y 
escasa  o  ninguna  educa- 
ción. 

Pejigoso,  sa.  Cub.  adj. — 
fam. — Aplícase  a  la  perso- 
na molesta,  impertinente. 
Es  sinónimo  de  lipidioso, 
sa.  (Et.  De  "pejiguera", 
que  en  Cuba  se  personali- 
za). 

Pela.  Amer.  f.  —  fam.  —  Lo 
mismo  que  "zurra",  "azo- 
taina" :  "Le  dieron  una  pe- 
la regular".  (Et.  De  "pe- 
lar"). 

Pela  (La).  Cub.  f.— vulg.— 
Dice  así  el  vulgo  ínfimo  a 
la  muerte.  (Et.  Corrupción 
de  "pelada"). 

Peleón,  na.  Cub.  adj — Aplí- 
case a  la  persona  amiga  de 
camorra  o  de  riña.  En  cas- 
tellano se  dice  "peleador, 
ra". 

Peletería.  Cub.  f.— Estable- 
cimiento donde  se  venden 
zapatos.  No  tiene  el  uso 
castellano. 

Peletero.  Cub.  m. — Dueño  o 
empleado  de  una  peletería. 
Véase. 

Película.  Cub.  í. — íam. — Ri- 
ña con  escándalo:  "Se  for- 
mó la  gran  película".  Tie- 
ne los  usos  castellanos. 

Pelona.  Cub.  f.  —  Entre  los 
muchachos,  la  cometa  de 
papel,  sin  flecos  en  los  cos- 
tados. 

Pelos.  Cub.  m.  pl. — fam. — 
Véase  la  frase  174  del 
Apéndice. 


PEND 


-  408 


PEND 


Pelota.  Cub.  f. — flg.  y  fam, — 
Equivale  a  "deseo  vehe- 
mente", "gran  entusias- 
mo": "Tengo  pelota  por 
reunir  una  buena  bibliote- 
ca". Véanse  las  frases  49  y 
178  del  Apéndice.  Tiene  los 
usos  castellanos. 

Pellejito.  Cub.  m.  —  Cierto 
cuero  de  vaqueta  suave  y 
fino.   (Et.   De    "pellejo"). 

Pelíejo.  Común,  m. — vulg. — 
Ramera  de  ínfima  catego- 
ría. Tiene  las  acep.  cast. 

Penca.  Cub.  f. — Abanico  im- 
plegable, casi  circular,  for- 
mado con  una  penca  fina 
de  palma,  o  fibras  entrete- 
jidas de  algún  vegetal.  Por 
extensión,  y  con  manifiesta 
impropiedad,  se  dice  así  al 
abanico  de  cartón  de  pare- 
cida figura,  que  suelen  re- 
galar en  los  establecimien- 
tos a  los  clientes.  Tiene  las 
acep.  cast.  Véanse  las  fra- 
ses 88  y  225  del  Apéndice. 

Penca  (En).  Cub.  mod.  adv. 
— Empléase  con  respecto  al 
tasajo,  cuando  está  en  ma- 
sas aplanadas,  grandes. 
También  cuando  se  presen- 
ta cocido  en  trozos,  y  no  en 
fibras  o  salpicón,  que  es  lo 
más  usual  en  la  cocina 
criolla. 

Penco.  Común,  m. — fam. — 
La  ramera  de  baja  catego- 
ría. Tiene  las  acep.  de  la 
R.  A. 

Penda.  Cub.  f. — Árbol  sives- 
tre  de  hojas  cartáceas,  co- 
riáceas al  final,  oblongas, 
obtusas,  pulidas  en  la  haz, 


con  venas  arqueadas  en  el 
envés,  flores  blancas,  olo- 
rosas, en  racimos  erectos. 
También  se  nombra  semi- 
lla de  pájaro.  (Bot.  F.  Ver- 
benáceas; esp.  Cytharexy- 
lum  candatum,  Lin.) 

Pendanga.  Cub.  f.-poco  uso. 
— El  fruto  de  la  pasionaria 
azul.  Véase. 

Pendejada.  Cub.  f. — Véase 
pendejera  (1.a  acep.) 

Pendejada.  Amer.  f. — fam. — 
Acción  ruin,  deleznable, 
propia  de  un  hombre  pen- 
dejo; acep.  ésta  aceptada 
por  la  R.  A.  como  caste- 
llana, aun  cuando  sería 
muy  discutible  su  naci- 
miento, que  para  nosotros 
lo  tuvo  en  Méjico. 

Pendejera.  Común,  f .  —  El 
conjunto  de  pelos  que  na- 
cen en  los  lugares  ocultos 
de  las  personas.  Otros  di- 
cen pendejada.  La  R.  A. 
acepta  "pendejo",  y  por  eso 
acreditamos  de  común  esta 
voz  su  derivada,  pero  du- 
damos del  uso  corriente  en 
ninguna  parte  de  la  Penín- 
sula, y  ambas  voces  son 
frecuentísimas  en  Cuba  y 
aun  en  otros  países  ameri- 
canos. 

Pendejera.  Cub.  f. — Arbusto 
silvestre  con  aguijones  en 
las  ramas  y  en  las  hojas, 
que  son  grandes,  hendidas 
y  escabrosas  en  la  haz,  y 
blancas,  tomentosas  en  el 
envés,  y  fruto  en  baya  glo- 
bosa. Algunas  personas, 
para  evitar  el  uso  de  esta 


PENI 


409 


PEÓN 


voz  por  algo  indecorosa  en 
su  otra  acep.,  dicen  pren- 
dedera a  este  arbusto.  (Bot. 
F.  Solanáceas;  esp.  Sola- 
num  torvum,  Sw.) 
Pendejera  espinosa.  Cub.  f. 

—  Especie  parecida  a  la 
anterior,  también  conocida 
por  pendejera  hembra. 
(Bot.  F.  S.;  esp.  S.  gersifo- 
lium) . 

Pendejera  hedionda.  Cub.  f. 

— Véase  pendejera  macho. 
Pendejera   hembra.   Cub.    f. 

—  La  pendejera  espinosa. 
Véase. 

Pendejera  macho.  Cub.  f. — 
La  especie  mayor,  de  hojas, 
enteras,  ovales,  olorosas,  y 
flores  blancas  en  cimas  ter- 
minales. También  se  cono- 
ce por  tabaco  cimarrón  (1.a 
acep.).  (Bot.  F.  S.;  esp.  S. 
verbascifolium,  Lin.) 

Pendejeral.  Cub.  m. — Lugar 
donde  abunda  el  arbusto 
pendejera. 

Pendejo  de  perro.  Cub.  m. — 
La  planta  más  conocida  por 
tostón.  Véase.  La  voz  "pen- 
dejo" tiene  en  Cuba  las  dos 
acep.  que  recoge  la  R.  A. 
como  castellanas. 

Péndola.  Cub.  f. — Bejuco 
cuyo  fruto  está  dispuesto 
a  modo  de  péndola  de  reloj. 
También  se  dice  bejuco 
serna. 

Peninsular.  Amer.  subs.  y 
adj. — Por  antonomasia,  se 
dice  a  las  personas  y  cosas 
pertenecientes  a  España  u 
oriundas  de  ella.  Entiénda- 
se que  no  quedan  compren- 


didas personas  y  cosas  de 
Portugal,  como  pudiera 
suponerse. 

Peo.  Cub.  m. — muy  vulg. — 
Lo  mismo  que  "borrache- 
ra". En  el  "Pequeño  La- 
rousse"  vemos  esta  voz 
como  popular  en  femeni- 
no. (Et.  Corrupción  de  "pe- 
do"). 

Peo.  Cub.  m. — muy  vulg. — 
Riña,  alboroto,  escándalo 
tumultuario. 

Peonía.  Cub.  f. — Bejuco  tre- 
pador de  hojas  abrupta- 
mente pennadas,  con  folio- 
Ios  multiyugados,  oblongos, 
obtusos,  flores  rosadas  en 
racimos  terminales.,  legum- 
bres oblongas,  subtrunca- 
das  en  los  extremos,  en  ra- 
cimos, que  contienen  unos 
granos  duros,  de  un  her- 
mosísimo rojo  con  un  lu- 
nar negro,  empleados  en 
collares  y  otros  adornos  de 
mujeres.  La  tradición  po- 
pular reputa  a  esta  planta 
de  poseer  ciertos  dones  ma- 
ravillosos, para  vaticinar 
los  trastornos  atmosféricos. 
(Bot.  F.  Leguminosas;  esp. 
A  b  r  u  s  precatorius,  Lin.) 
También  se  llama  peonía 
de  San  Thomas,  jequerití, 
peronil  y  regaliza. 

Peonia  blanca.  Cub.  f.  — 
Esta  planta  y  las  especies 
del  mismo  nombre  común, 
excepto  la  que  antecede, 
son  yerbas  de  hojas  com- 
puestas .  y  flores  amarillas 
axilares.  (Bot.  esp.  Rhyn- 
chosia  reticulata,  D.  C). 


PERA 


—   410    — 


PERCH 


Peonía  criolla.  Cub.  f. -Véa- 
se peonía  blanca.  (Bot.  esp. 
R.  phaseoloides,  D.  G.) 

Peonía  chica.  Cub.  f. — Véa- 
se peonía  blanca.  (Bot.  esp. 
R.   mínima,  D.   C.)     • 

Peonía  de  sabana.  Cub.  f. — 
Véase  peonía  blanca.  En  la 
región  oriental  le  dicen  pe- 
pusa.  (Bot.  esp.  R.  caribea, 
D.  C). 

Peonía  de  San  Thomas.  Cub. 
f. — Véase  peonía. 

Pepino  cimarrón.  Cub.  m. — 
Especie  silvestre  de  pepi- 
no, cuya  planta  es  de  ca- 
racteres afines  a  la  culti- 
vada, y  que  produce  un 
fruto  semejante  a  un  pe- 
pino pequeño,  con  la  epi- 
dermis cubierta  por  duras 
espinillas,  colgado  de  un 
largo  pedúnculo.  Este  fru- 
to suelen  comerlo  con  sal 
los  muchachos.  (Bot.  F.  Cu- 
curbitáceas; esp.  Cucumís 
anguria) , 

Pepito  amargo.  Cub.  m. — 
Véase  jabilla. 

Pepondrica.  Cub.  f.-desusa- 
da. — En  la  región  oriental 
es   sinónimo    de    "juerga". 

Pepú.  Cub.  m.— La  planta 
más  conocida  por  colonia 
(1.a  acep.).  Véase.  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Popusa.  Cub.  f. — La  planta 
peonía  de  sabana.  Véase. 

Pera  de  mar.  Cub.  f. — Véase 
jagua  azul. 

Peralejo  blanco.  Cub.  m. — 
Véase  palo  de  gallina  (3.a 
acep.) 

Peralejo  común.  Cub.  m. — 


Véase   peralejo   de   sabana. 
Peralejo  de  monte.  Cub.  m. 

— Árbol  más  alto  y  recto 
que  el  peralejo  de  sabana, 
y  hojas  más  chicas,  y  cuya 
madera  es  dura,  buena,  de 
color  pardo  rojizo.  (Bot.  F. 
Malpigiáceas;  esp.  Byrso- 
nima  cubensis,  Juss.) 

Peralejo  de  piñal.  Cub.  m. — 
Otra  especie  sin  mayor  in- 
terés, llamada  también  pe- 
ralejo de  pinares.  (Bot.  F. 
M.;  esp.  B.   spicata,  RichJ 

Peralejo  de  pinares.  Cub. 
m. — El  peralejo  de  piñal. 
Véase. 

Peralejo  de  sabana.  Cub.  m. 
— Este  es  el  árbol  ameri- 
cano que  describe  la  R.  A. 
en  "pera'ejo",  nombre  sen- 
cillo que  también  suele  re- 
cibir en  Cuba,  donde  se 
conoce  por  la  especie  más 
importante  de  los  perale- 
jos. Es  un  arbolito  tortuo- 
so de  3  a  4  metros,  con 
hojas  ovales,  lustrosas  por 
encima  y  tomentosas  y  ro- 
jizas en  el  envés,  flores 
amarillas,  y  corteza  de 
propiedades  curtientes  y 
febrífugas.  También  se  lla- 
ma peralejo  común.  (Bot.  F. 
M.;  esp.  B.  crassifolia). 

Percala.  Amer.  f. — vulg. — 
La  gente  rústica  suele  de- 
cir así  a  la  tela  llamada 
"percal". 

Percha.  Cub.  f. — vulg. — Sue- 
le oirse  entre  el  vulgo  por 
"chaqueta"  o  "americana". 
En  el  mismo  lenguaje  es 
sinónimo  de  leva  y  maja- 


PERE 


—  411 


PERI 


gua,  pero  lo  corriente  es 
decir  saco,  que  ha  desecha- 
do toda  otra  forma  del  len- 
guaje corriente,  hablado  o 
escrito.  Tiene  la  acep.  cast. 
de  "mueble  para  colgar 
ropa". 

Perchero.  Común,  m.  —  Lo 
mismo  que  "percha":  apa- 
rato para  colgar  ropa,  som- 
breros, etc. 

Perdicero.  Cub.  adj. — Véase 
bejuco  perdicero. 

Perdigón.  Cub.  adj.  —  Véase 
tierra  perdigón. 

Perdiz.  Cub.  epic.  f. — Dícese 
impropiamente  a  una  es- 
pecie de  paloma  silvestre, 
más  pequeña  que  la  verda- 
dera perdiz,  de  cuerpo  re- 
choncho, con  la  cabeza  y  la 
garganta  de  color  azul  pre- 
cioso, con  una  línea  blanca 
que  parte  del  pico,  pasa 
por  debajo  de  los  ojos  y  se 
junta  en  la  nuca;  el  resto 
del  plumaje  es  moreno,  ti- 
rando a  rojizo  en  el  pecho. 
Además  se  diferencia  de  la 
perdiz  verdadera  en  que  se 
posa  y  anida  en  los  árboles. 
Tiene  sabrosa  carne.  (Zool. 
F.  Colúmbidas;  esp.  Starna 
cyanocephala,  Lin.) 

Perdiz.  Cub.  adj. — Véase  be- 
juco de  perdiz. 

Perdurable.  Cub.  f.  —  poco 
uso.  —  En  algunos  lugares, 
la  tela  usada  en  zapatos  de 
señora,  conocida  por  "tabi- 
nete". 

Peregrina.  Cub.  f. — Varias 
plantas  reciben  en  Cuba 
este    nombre    común.    La 


más  conocida  e  interesante 
es  un  arbustillo  de  unos  3 
metro?  de  altura,  de  flores 
rojas,  más  conocido  por 
alelí  punzó.  Véase. 

Peregrina.  Cub.  f. — Arbusto 
semejante  al  anterior,  tam- 
bién conocido  por  yurami- 
ra.  (Bot.  F.  Euforbiáceas; 
esp.  Jatropha  hastata, 
Jacq.) 

Peregrina.  Cub.  f.  —  Planta 
cultivada  en  los  jardines. 
(Bot.  F.  Malváceas;  esp.  Hi- 
biscus   phoeniceus,  Lin.) 

Peregrina  dei  pinar.  Cub.  i. 
— Arbusto  con  flores  ro- 
jas en  cimas,  como  las 
dos  peregrinas  primeras. 
(Bot,  F.  Euf.;  esp.  /.  an- 
gustifolia,  Lin.) 

Perejil  de  costa.  Cub.  m. 
— La  planta  más  conocida 
por  verdolaguilla  blanca. 
Véase. 

Perejil  de  playa.  Cub.  m. 
— Lo  mismo  que  perejil  de 
costa. 

Perezoso.  Cub.  m. — El  al- 
filer llamado  en  castellano 
"imperdible",  y  conocido 
también  en  Cuba  por  alfi- 
ler de  criandera. 

*  Perico.  Cub.  epic.  m. — En 
la  región  oriental  se  dice 
así  al  ave  parlera  conocida 
más  generalmente  por  ca- 
tey. La  R.  A.  dice  que  es 
ave  "indígena  de  Cuba  y 
América  Central";  por  eso 
incluímos  la  voz  como  cu- 
banismo. 

Perilla.  Cub.  f. — Remate  re- 
dondeado o  puntiagudo,  del 


PEES 


—  412 


PETO 


cigarro  puro  o  tabaco,  que 
se  corta  o  taladra  para  fu- 
marlo. Tiene  las  acep.  cast. 

Perillán.  Cub.  m.  —  antic.  — 
Cierto  baile  antiguo,  algo 
deshonesto,  de  la  gente  del 
pueblo. 

'Periquito.  Cub.  epic.  m. — 
— El  ave  prehensora  y  par- 
lera indígena  de  Cuba,  co- 
nocida más  generalmente 
por  catey.  Véase. 

Periquito  de  Guinea.  Cub. 
epic.  m. — Especie  de  papa- 
gayo, parecido  al  periquito 
o  catey,  oriundo  de  esa  re- 
gión africana. 

Perjura»  Cub.  f. — fam. — Dí- 
cese  a  la  peseta.  Es  sinóni- 
mo de  guana,  tapa,  chapa, 
beata,  caña,  bomba  y  otros. 

Perro.  Cub.  m. -fam. -Véanse 
las  frases  41,  76,  252  y  261 
y  el  refrán  ~o  de  los  Apén- 
dices. 

Perro,  rra.  Cub.  adj. — vulg. 
— Antepuesto  a  un  subs- 
tanüvo,  significa  "grande", 

0  más  bien  "desmesura- 
do": "Un  perro  abanico"; 
"una  perra  maleta".  Tiene 

1  >s  más  de  las  acep.  acadé- 
i  ricas. 

Peí r.)  de  la  sierra.  Cub. 
epic.  m.-En  la  región  occi- 
dení:  1,  una  especie  de 
iguann..  Algunos  usan  este 
nombro   en   diminutivo. 

Persua  "vamente.  Común. 
adv.-  Ion  persuasión:  "Le 
hablo  persuasivamente'". 
Vocab'  •  que  pide  a  gritos 
la  inclusión  en  el  Dic.  ofi- 
cial. 


Peruétano,  na.  Amer.  adj. — 
Aplícase  a  la  persona  mo- 
lesta,  impertinente. 

Pescador.  Cub.  epic.  m. — 
Véase  "martín  pescador". 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Pescao.  Cub.  m. — muy  vulg. 
— Dícese  a  la  meretriz  de 
baja  categoría.  Es  corrup- 
ción de  pescado,  pero  como 
la  voz  no  sale  de  la  esfera 
del  vulgo  ínfimo,  preciso  es 
apuntarla  como  queda. 

Peseta.  Cub.  adj.  —  fam. — 
Equivale  a  "fastidioso", 
"impertinente":  "Fulano 
es  un  peseta  inaguanta- 
ble". "No  seas  peseta".  {YA. 
Derivación  de  pesado,  para 
formar  el  equívoco  consi- 
guiente). Tiene  el  uso  ver- 
dadero. 

Pesetero,  ra.  Cub.  adj.  — 
Aplícase  despectivamente 
a  la  persona  tacaña,  ruin. 

Pesquero.  Amer.  m.  —  Sinó- 
nimo de  "pesquera":  lugar 
donde  abundan  y  se  pescan 
peces. 

Petaca.  Cub.  f. — Dícese  en 
algunos  lugares  de  la  pro- 
vincia de  Santa  Clara  a  un 
árbol  cuyo  fruto  consiste 
en  una  baya  globosa  que  se 
abre  por  un  extremo,  sin 
perder  su  forma,  y  por 
donde  salen  unos  filamen- 
tos largos,  nutridos  de  co- 
lor carmín  precioso  y  bri- 
llante, que  cuando  largos 
parecen  un  plumero.  Tiene 
los  usos  castellanos. 

Peto.  Cub.  m. — La  parte  de 
los  calzoncillos  que  abraza 


PEZ 


413  — 


PEZ 


la  cintura  y  sujeta  el  vien- 
tre, y  que  regularmente  es 
una  pieza  de  piqué  sobre- 
puesta a  la  tela.  No  deja 
de  ser  un  b  a  r  b  a  r  i  s  m  o, 
puesto  que  en  nada  se  re- 
laciona con  el  pecho,  de 
donde  deriva  el  vocablo. 
Tiene  las  acep.  cast. 

Peto.  Cub.  epic.  m.  —  Pez 
grande  que  alcanza  hasta 
metro  y  medio  de  largo  y 
70  kilogramos  de  peso. 
Tiene  el  cuerpo  alargado, 
la  cabeza  también  larga, 
terminada  en  una  especie 
de  pico;  su  coloración  es 
de  azul  de  acero,  obscuro 
por  encima  y  pálido  por 
debajo;  cuando  joven  tiene 
el  cuerpo  cubierto  de  fajas 
anchas  longitudinales;  es 
buena  carne.  (  Z  o  o  1 .  F. 
Scombridce,  esp.  Acantho- 
cybium  solandri,  Cuv.) 

Pétrea.  Cub.  epic.  f. — Enre- 
dadera voluble  cultivada, 
de  hojas  sencillas,  opues- 
tas, coriáceas,  flores  de 
cuatro  pétalos  violados  y 
un  disco  del  mismo  color 
más  fuerte  en  el  centro. 
(Bot.  F.  Verbenáceas;  esp. 
Pétrea  volubilis,  Jacq.) 

Petrina.  Cub.  f.  —  Metátesis 
de  pretina.  Véase. 

Pez  ciego.  Cub.  epic.  m. — 
Reciben  este  nombre  dos 
especies  de  peces  de  un 
decímetro  de  largo,  de 
cuerpo  prolongado  y  com- 
primido y  color  rosáceo. 
Deben  el  nombre  a  que  ca- 
recen de  vista,   por   tener 


los  ojos  cubiertos  con  una 
membrana,  no  obstante 
presentar  los  embriones 
este  órgano  en  estado  per- 
fecto. Vive  en  las  aguas 
subterráneas  y  en  cuevas 
inundadas,  particularmente 
en  la  región  occidental.  Al- 
gunos le  dicen  guabina 
ciega.  (Zool.  F.  Brotulidoe ; 
esp.  Lucífuga  subterraneus, 
Poey,   y  otra). 

Pez  de  pluma»  Cub.  epic.  m. 
— Varias  especies  de  peces 
que  se  caracteriza  por 
tener  "el  primer  mterespi- 
noso  de  la  aleta  anal  en 
forma  de  plum  i  o  rtada, 
para  recibir  la  vejiga  na- 
tatoria", y  por  iaa  varias 
filas  de  dientes  aplanados, 
que  en  la  parte  pc;jterior 
de  la  boca  semejan  un  em- 
pedrado, al  decir  de  Pi- 
chardo.  (Zool.  F.  Sparidoe; 
esp.  Calamus  calamus,  Cuv.) 

Pez  muía.  Cub,  epic.  m. — 
Véase  mola.  Es  el  pez  co- 
nocido en  cast.  por  "pez 
luna". 

Pez  perro.  Cub.  epic.  m. — 
Pez  raro  que  se  distingue 
por  tener  los  dientes  muy 
largos,  así  como  los  tres 
radios  espinosos  primeros 
de  la  aleta  dorsal.  (Zool. 
esp.  Lachnolaemus  cani- 
nus). 

Pez  perro  colorado.  Cub. 
epic.  m. — Pez  parecido  al 
anterior,  con  los  costados 
de  color  negro  y  colorado 
en  dos  fajas  longitudinales. 
Suele   causar   ciguatera. 


PICA 


414  — 


PICA 


(Zool.  esp.  Bodianus  ru- 
fus). 

Pez-palo.  Cub.  epic.  m. — 
Pescado  parecido  al  baca- 
lao, que  se  importa  en 
Cuba,  seco  y  salado,  cuya 
dureza  le  da  nombre  y  es 
un  sabroso  bocado. 

Pez  rey.  Cub.  epic.  m. — Véa- 
se blanquillo. 

Pez  sol.  Cub.  epic.  m. — El 
pez  conocido  en  castellano 
por  "pez  luna".  Véase  mo- 
la. 

Pez  zorro.  Cub.  epic.  m. — 
"El  mismo  de  Europa,  muy 
corpulento,  lóbulo  supe- 
rior de  la  cola  prolonga- 
dísimo". Esto  dice  Pichar- 
do;  nada  hemos  podido 
añadir,  ni  siquiera  saber  si 
existe  en  España  ese  pez. 
(Zool.  F.  Lamnido?;  esp. 
Alopias  vulpes,  Lia.) 

Pianola.  Común,  f. — El  pia- 
no automático  o  autgpip.no, 
ya  sea  de  pedal  o  eléctrico. 

Piaña.  Cub.  f. — vulg. — Signi- 
fica "peseta".  Son  sinóni- 
mos en  el  mismo  lenguaje, 
más  o  menos  admisible  al 
buen  hablar,  caña,  tapa, 
chapa,  perjura,  bomba, 
guana  y  otros. 

Picaculo.  Cub.  epic.  m. — In- 
secto coleóptero,  especie 
afín  al  "cortapicos"  de  la 
R.  A.,  de  dos  a  tres  centí- 
metros de  largo,  negruzco, 
y  cuyo  abdomen  remata  en 
unas  ponzoñas,  a  manera 
de  tenazas,  cuya  picada 
molesta  mucho.  Es  de  no- 
tar que  no  recibe  el  nom- 


bre por  picar  en  el  culo,  y 
sí  por  tener  en  esa  parte 
del  cuerpo  el  instrumento 
de  picar:  caprichos  del 
pueblo,  que  siempre  fué  y 
será  el  filólogo  por  exce- 
lencia. 

Picada.  Cub.  f.  —  Significa 
"sablazo",  en  lenguaje  fi- 
gurado: "José  me  tiró  una 
picada  de  diez  duros".  Véa- 
se la  frase  200  del  Apéndi- 
ce. 

Picadero.  Común,  m. — fam. 
— Gasa  de  lenocinio.  Tiene 
los  usos  castellanos. 

Picadilio.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Véase  la  frase  87-a  del 
Apéndice. 

Picado.  Cub.  m. — Cierta  in- 
tensidad en  el  choque  de 
las  bolas  de  bftlar.  Véase 
la  frase  132  del  Apéndice. 

Picado.  Cub.  m. — Juego  de 
muchachos  que  consiste  en 
rebotar  monedas  u  otros 
objetos  contra  la  pared,  de 
manera  que  vaya  una  a 
encontrar  o  aproximarse  a 
la  empleada  anteriormente. 

Picado.  Cub.  m.  —  Senda  o 
camino  angosto  abierto  en 
los  bosques  o  maniguas. 
En  América  del  Sur  dícese 
picada. 

Picador.  Cub.  m. — Jornalero 
o  gañán  que  abre  o  desbro- 
za con  machete  el  camino 
llamado  picado  (3.a  acep.) 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Picaflores.  Cub.  epic.  m. — 
El  paj arillo  zunzún.  Véase. 
En  América  del  Sur  se  dice 
picaflor. 


PICO 


—  415  — 


PICHO 


Picapica.  Cxíb.  ambiguo.  — 
Véase  cairel. 

Picar.  Cub.  v.  a. — Abrir  en 
un  bosque  o  manigua  una 
senda  o  picado  (3.a  acep.) 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Picar.  Cub.  v.  a. — Cierta  for- 
ma de  darle  con  el  taco  a 
la  bola  de  billar,  para  cau- 
sar el  choque  más  o  menos 
intenso. 

Picarazado,  da.  Cub.  adj. — 
Equivale  a  los  castellanos 
"cacarañado"  y  "picoso". 
(Et.  De  "picar"). 

Pico.  Cub.  m. — fam. — Véan- 
se la  frase  78  y  el  refrán 
40-a  de  los  Apéndices  res- 
pectivos. 

Pico  de  galio.  Cub.  m. — Ár- 
bol de  hojas  pareadas,  ob- 
tusas, hendidas  por  la  ex- 
tremidad, flores  blancas  en 
ramilletes,  madera  buena 
de  corazón  pardo  rojizo, 
empleada  en  carpintería. 
(Bot.  F.  Leguminosas;  esp. 
Cynometra  c  u  b  e  n  s  i  $,  A. 
Rich.) 

Pico  de  gallo.  Cub.  m. — 
Véase  cirio. 

Pico  verde.  Cub.  m. — Véase 
tajá. 

Picoteadura.  Cub.  f. — Lo 
mismo  que  picoteo.  Véase. 

Picoteo.  Cub.  m. — Acción  y 
efecto   de  picotear.   Véase. 

Picotear.  Cub.  v.  a. -Desme- 
nuzar, hacer  añicos  una 
cosa,  particularmente  si  es 
con  tijeras:  "El  niño  pi- 
coteó el  periódico".  Tiene 
los  usos  castellanos. 

Picotear.  Cub.  v.  a.  —  flg.  y 


fam. — Matar  con  crueldad. 

Picúa.  Cub.  epic.  f. — vulg. — 
Corrupción  de  picuda,  muy 
generalizada  entre  el  vulgo. 

Picúa.  Cub.  f. — vulg. — Equi- 
vale a  "meretriz". 

Picuda.  Cub.  epic.  f.  —  Pez 
que  alcanza  un  tamaño 
poco  menor  de  un  metro, 
de  figura  alargada,  colora- 
ción obscura  por  encima, 
pálida  por  debajo,  con  re- 
flejos plateados  y  azulados 
y  manchas  negras  latera- 
les; tiene  la  boca  muy 
grande  con  la  mandíbula 
inferior  saliente  y  carnosa 
en  la  punta.  Suele  causar  la 
ciguatera.  (Zool.  F.  Sphy- 
roenidce;  esp.  Sphyroena  ba- 
rracuda,  WftI.) 

Picudilia.  Cub.  epic.  f. — Pez 
más  pequeño  que  la  picu- 
da, de  figura  parecida,  que 
alcanza  medio  metro,  de 
color  olivado,  más  obscuro 
en  el  lomo,  con  dos  fajitas 
longitudinales.  Es  buen 
buen  bocado.  (Zool.  F. 
Sphyrcenida?;  esp.  Sphyroe- 
na  picudilla,  Poey). 

Piche.  Cub.  m. — fam. — poco 
uso.  —  Equivale  a  "cobar- 
día", "miedo".  "Fulano 
cogió  piche". 

Pícher.  Cub.  m. — Uno  de  los 
nueve  jugadores  en  el  ba- 
se-ball: el  que  maneja  el 
bate.  (Et.  Del  inglés  pit- 
cher) . 

Pichita*  Cub.  f.— fam. — Véa- 
se la  frase  247  del  Apén- 
dice. 

Pichón.  Cub.  m. — Dícese  a  la 


PIBD 


—  416  — 


PILA 


cría  de  cualquier  ave,  ex- 
cepto de  la  gallina,  que  se 
dice  siempre  "pollo"  y  po- 
llona. Véase  la  frase  247 
del  Apéndice. 

Pichón,  na.  Cub.  m.  y  f. — 
flg.  y  fam. — Dícese  al  crio- 
llo descendiente  directo  de 
extranjero,  añadiendo 
siempre  la  nacionalidad 
paterna  o  materna:  "Pi- 
chón de  española";  "pi- 
chona  de  asturiano". 

Pichón,  na.  Cub.  adj. — flg.  y 
fam. — Lo  mismo  que  "tí- 
mido", "timorato":  "Zuta- 
no es  muy  pichón". 

Pidemia.  Cub.  f.  —  vulg.  — 
Graciosa  corrupción  entre 
campesinos  de  la  voz  "epi- 
demia":  "Una  pidemia  me 
dejó  sin  gallinas". 

Piedra.  Cub.  f. — flg.  y  fam. 
— Dícese  a  la  persona  pe- 
sada, majadera,  cargante : 
"Fulano  es  una  piedra". 
"Ahí  viene  la  gran  piedra". 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Piedra.  Cub.  f. — fam. — Una 
copa  de  licor  fuerte.  Véase 
la  frase  135  del  Apéndice. 

Piedra  cachimba.  Cub.  f. — 
Piedra  calcárea  que  pro- 
duce una  cal  muy  estima- 
ble a  las  veinte  horas  de 
calcinaría:  blancuzca,  de 
fino  grano,  muy  blanda, 
que  permite  herirla  con  la 
uña,  y  que  adquiere  dure- 
za y  consistencia  a  la  in- 
temperie. 

Piedra  de  San  Migueí.  Cub. 
f. — Piedra  muy  compacta, 
pesada    y    dura,    de    color 


aplomado  claro,  que  se  ex- 
trae de  unas  canteras  pró- 
ximas al  pueblo  que  le  da 
nombre,  cerca  de  la  Haba- 
na. 

Pieza.  Cub.  f. — vulg. — Entre 
la  plebe,  se  dice  a  la  con- 
cubina. Tiene  los  usos  cas- 
tellanos. 

Pijazo.  Cub.  m. — Así  se  dice 
en  la  región  occidental  al 
vergajo  de  cocodrilo. 

Pijirigua  (De).  Cub.  mod. 
adv. — fam. — Dícese  de  lu- 
gares, reuniones,  edificios, 
etc.,  despectivamente,  para 
indicar  inferioridad:  "Un 
teatro  de  pijirigua";  "un 
baile  de  pijirigua".  (Et.  Voz 
de  origen  caribe,  según  Za- 
yas). 

Pijojo.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre, apenas  conocido,  de 
madera  dura,  pesada,  fina, 
de  color  pardo  amarillento. 
(Et.  Voz  caribe,  según  Za- 
yas). 

Pijotada.  Cub.  f. — fam. — Lo 
mismo  que  pijotería.  Véa- 
se. 

Pijotería.  Común,  f. — fam. — 
Dícese  a  la  cosa  o  acción 
ruin,  deleznable,  miserable. 
Esta  voz  es  de  importación 
andaluza.  Algunos  en  Cuba 
dicen  pijotada. 

Pijotero,  ra.  Común,  adj. — 
fam. — Aplícase  a  la  perso- 
na tacaña,  miserable,  ruin. 
Gomo  la  voz  anterior,  es  de 
origen  andaluz. 

Pila.  Cub.  f. — En  algunas  lo- 
calidades, particularmente 
en  la  Habana,  se  comete  el 


PIMI 


—  41' 


PIMI 


barbarismo  de  llamar  pila 
a  la  fuente  o  llave  de  agua. 
y  no  al  recipiente  donde  cae 
el  líquido,  que  sería  lo  co- 
rrecto: "Abre  la  pila"; 
'"toma  agua  en  la  pila". 
Tiene  los  principales  usos 
castellanos. 

Pila.  Cub.  í. — Juego  de  mu- 
chachos que  efectúan  con 
mates,  cuando  los  colocan 
en  el  suelo  de  cuatro  en 
cuatro,  de  manera  que  uno 
quede  sostenido  por  los 
otros  tres  a  manera  de  pi- 
rámide.  Véase  pila   tirada. 

Pila  tirada.  Cub.  f. — El  jue- 
go anteriormente  dicho,  en 
el  que  cada  jugador  forma 
su  pila,  y  tiran  todos  por 
orden  con  un  mate  a  des- 
truirlas, ganando  todos  los 
mates  el  que  destruye  la 
pila  última. 

Piloto.  Cub.  epic.  m. — Pez  de 
uno  a  dos  pies  de  largo,  de 
cuerpo  prolongado  y  algo 
comprimido,  con  fajas  ne- 
gras y  blancas  verticales, 
boca  terminal  pequeña, 
oblicua,  las  aletas  ventra- 
les largas,  las  otras  cortas, 
que  toma  ese  nombre  por 
su  costumbre  de  acompa- 
ñar y  guiar  a  los  tiburones. 
También  se  llama  "rome- 
ro", que  es  su  nombre  cas- 
tellano. (Zool.  F.  Carangi- 
da?;  esp.  Nancrates  ductor, 
Lin.)  Tiene  las  acep.  caste- 
llanas. 

Pimienta  de  Castilla.  Cub. 
f. — La  pimienta  verdadera. 

Pimienta  de  costa.  Cub.  f. — 


Especie  de  pimentero  sil- 
vestre que  se  desarrolla  en 
el  litoral.  (Bot.  F.  Piperá- 
ceas; esp.  Piper  cubensis, 
D.  C.) 

Pimienta  de  Guinea.  Cub.  f. 
— Planta  cultivada  cuyos 
frutos  ácidos  se  emplean 
en  medicina  y  remedios 
caseros.  (Bot.  F.  Anoná- 
ceas;  esp.  Xilopia  cethiopi- 
ca,  A.  Rich.) 

Pimienta  de  playa.  Cub.  f. — 
Especie  parecida  a  la  de 
costa.  (Bot.  F.  P.;  esp.  P. 
vichar dianum.     C.     D.     C.) 

Pimienta  malagueta.  Cub.  f. 
— Planta  de  buena  madera 
y  cuyos  frutos  se  destinan 
a  remedios  caseros.  (Bot.  F. 
Anonáceas ;  esp.  Asimina 
neglecta,  Gris.) 

Pimienta  malagueta.  Cub.  f. 
— Otra,  más  conocida  por 
pimiento  de  monte.  Véase. 

Pimiento  cimarrón.  Cub.  m. 
— Árbol  silvestre.  (Bot.  F. 
Mirtáceas  esp.  Myrtus  le- 
riocarpa,  Wrig.  y  otra). 

Pimiento  cimarrón  de  arro- 
yo. Cub.  m. — Véase  guaya- 
billo. 

Pimiento  de  costa.  Cub.  m. 
—Árbol  silvestre  del  lito- 
ral, cuyo  fruto  se  asemeja 
en  forma  y  olor  a  la  pi- 
mienta verdadera.  (Bot.  F. 
M.;  esp.  Eugenia  cincta, 
Gris.) 

Pimiento  de  monte.  Cub.  m. 
— Árbol  parecido  al  ante- 
rior, llamado  también  pi- 
mienta   malagueta   (2.a 


W 


P1NG 


418  — 


PINO 


acep.).  (Bot.  F.  M.;  esp. 
Myrcia  coriácea,  D.  G.) 

Pinalero,  ra.  Cub.  subs.  y 
adj. — La  persona  de  Pinar 
del  Río.  Se  dice  más  pina- 
reño,  ña. 

PinaSero,  ra.  Cub.  adj.  — 
Aplícase  a  cosas  de  Pinar 
del  Río.  Más  se  dice  pina- 
reño,  ña. 

Pinareño,  ña.  Cub.  subs.  y 
adj. — La  persona  nacida  en 
Pinar  del  Río.  Algunos  di- 
cen pinalero,  ra. 

Pinareño,  ña.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  cosas  de  esa  po- 
blación. Otros  dicen  pina- 
lero, ra. 

Pinedo.  Cub.  m. — Hierba  sil- 
vestre, anual,  difusa,  de 
hojas  obovales,  con  la  base 
cuneiforme,  irregularmen- 
te dentadas.  (Bot.  F.  Com- 
puestas; esp.  Acanthosper- 
mum  humile,  D.  G.) 

Pinedo  Manco.  Cub.  m. — 
Planta  rastrera,  espinosa, 
silvestre  en  el  litoral,  que 
produce  flores  blancas. 
(Bot.  F.  Amarantáceas;  esp. 
Altemanthera  $  p  in  o  s  a  , 
Roens.) 

Pinero,  ra.  Cub.  subs.  y  adj. 
— La  persona  natural  de  la 
isla  de  Pinos. 

Pinero,  ra.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  cosas  de  esa  isla. 

Pinga.  Cub.  f. — muy  vulg. — 
El  órgano  genital  mascu- 
lino. 

Pinga  de  gato.  Cub.  f. — 
Planta  de  hojas  lanceola- 
das, lampiñas,  amarillen- 
tas, adelgazadas  en  la  base 


y  pecioladas;  cuyo  pecíolo 
es  de  color  carmín  pálido 
en  la  espiga  y  amarilloso 
en  la  parte  de  fruto.  (Bol. 
esp.  Achyranthes  áspera, 
Lin.) 

Pinga  de  perro.  Cub.  f. — 
Arbustillo  silvestre  de  ho- 
jas elípticas,  obtusas,  cuyo 
fruto,  cuando  la  vaina  se 
abre  en  la  madwe^.  da 
nombre  al  vegetal,  por  se- 
mejanza, en  la  significa- 
ción criolla  de  la  voz  pinga. 
También  se  llama  palo  dia- 
blo, nombre  preferible, 
aunque  menos  usado.  (Bot. 
esp.  Capparis  cynphallo- 
phora,  Lin.) 

Piniche.  Cub.  m. — Véase  pi- 
ñipiñi. 

Pinipiniche.  Cub.  m. — Véase 
piñipiñi. 

Pinipiniche  de  sabana.  Cub. 
m.  —  Véase  almendrillo  de 
costa. 

Pino.  Cub.  ra. — Toman  este 
nombre  simple  dos  árboles 
indígenas  y  silvestres,  es- 
pecies de  pinos  de  buena 
madera,  que  una  se  des- 
arrolla en  la  isla  de  Pinos 
y  otra  en  la  región  occi- 
dental de  Cuba.  (Bot.  F. 
Coniferas;  esp.  Pinus  cari- 
bea  y  P.  cubensis  respec- 
tivamente) . 

Pino  de  Australia.  Cub.  m. — 
Especie  de  pino  muy  pa- 
recido al  verdadero,  por  la 
elevación  y  figura,  exótico, 
pero  comunísimo  en  la  Isla, 
donde  se  reproduce  mucho 
mediante  sus   s  e  m  i  11  a  s  . 


PÍHT 


419 


También  se  llama  pino  de 
Chipre.  (Bot.  F.  Casuarí- 
neas;  esp.  Casuarina  equi- 
setifolia,  Lin.) 

Pino  de  Chipre.  Cub.  va.— 
Véase  pino  de  Australia. 

Pino  ds  monte.  Cub.  m. — 
Véase  cirio. 

PinoE.  Amer.  m.  —  Manjar 
heeho  con  harina  de  maíz 
lostado  y  miei. 

Pinreles.  Cub.  m.  pl. — muy 
vuig.-Los  pies,  entre  gente 
de  baja  estofa.  En  el  caló 
gitano  dícese  pinré  al  pie. 

Pintada.  Cub.  epic. — f. — Lo 
mismo  que  pintadilla,  de 
mayor  empleo.  Véase. 

Pintadiiia.  Cub.  epic.  f. — Pez 
que  suele  alcanzar  gran 
tamaño,  de  color  azul  obs- 
curo por  encima  y  plateado 
en  el  vientre,  que  debe  su 
nombre  a  una  serie  de  lí- 
neas negruzcas  que  tiene 
en  los  costados.  Es  comes- 
tible, aunque  suele  causar 
ciguatera.  También  se  dice 
pintada.  (Zocl.  F.  Scombri- 
d<e;  esp.  Scomberomorus 
regalis,  Bloeh.) 

PintadiHa.  Cub.  f. —  Cierta 
enfermedad  de  las  aves, 
particularmente  de  las  ga- 
llinas, que  algunas  veces 
diezma  las  crías,  y  cuya 
enfermedad  ataca  al  híga- 
do. 

Píntano.  Cub.  epic.  m. — Pe- 
queño pez  de  unos  15  cen- 
tímetros, que  frecuenta  o 
vive  en  los  arrecifes,  de 
cuerpo  oval  y  comprimido, 
con  escamas  grandes,   ate- 


noideas,  menos  en  el  ho- 
cico, de  color  amarilloso  o 
plateado,  con  cinco  fajas 
verticales  de  color  verde- 
obscuro.  (Zool.  F.  Chceto- 
dontido?;  esp.  Ghjphisodon 
sazatilis,  Lin.) 

Pinto,  ta.  Cub.  adj. — Aplí- 
case al  gallo  o  gallina  de 
pelea  cuyo  plumaje  es 
blanco  y  negro. 

Pinto,  ta.  Cub.  adj.  —  poco 
uso. — Aplícase  a  la  perso- 
na que  revela  mucha  saga- 
cidad y  viveza,  pero  apli- 
cadas con  no  muy  buen  fin. 
Véase  la  frase  156  del 
Apéndice. 

Pintón,  na.  Amer.  adj.  —  Se 
aplica  a  la  fruta  que  aun 
no  ha  madurado  lo  bastan- 
te, particularmente  al  plá- 
tano. 

Pina.  Cub.  f.  —  Además  de 
entenderse,  por  antonoma- 
sia, en  toda  la  Isla,  la  ana- 
na (planta  de  la  que  hay 
en  Cuba  algunas  varieda- 
des con  sus  aditamentos, 
como  se  verá  más  adelan- 
te), significa  una  forma 
particular  del  juego  de  bi- 
llar, que  consiste  en  tirar 
con  una  bola  a  un  con- 
junto de  16,  colocadas  en 
el  lugar  del  mingo.  Véanse 
la  frase  123  y  el  refrán  6 
del  Apéndice. 

Pina  de  Cuba.  Cub.  f. — Va- 
riedad de  la  anana  o  pina, 
que  se  distingue  por  su  fru- 
to de  color  moraduzco  ex- 
teriormente.  más  pequeño 
que  el  de  la  tierra,  y  más 


420  — 


PINO 


substancioso,  por  lo  que  se 
refiere  para  postres  y  re- 
frescos. También  se  llama 
pina  morada. 

Pina  de  la  tierra.  Cub.  f. — 
La  otra  variedad  de  la  ana- 
na o  pina,  cuyo  fruto  es 
de  color  verduzco  exterior- 
mente,  y  de  inferior  calidad 
y  mayor  tamaño  que  la  de 
Cuba.  Ambas  sostienen  un 
importante  comercio  de  ex- 
portación en  la  Isla. 

Pifia  de  ratón.  Cub.  f. — 
Planta  cuyas  hojas  forman 
macolla  a  flor  de  tierra,  a 
semejanza  de  la  verdadera 
pifia  o  anana,  y  cuyas  ho- 
jas, de  más  de  un  metro 
de  largas,  tienen  figura  de 
espada,  con  aguda  punta  y 
espinas  corvas,  fuertes  y 
distantes  en  los  bordes;  el 
fruto  lo  produce  en  el  cen- 
tro apiñado  en  un  racimo 
erecto  y  cónico,  en  tama- 
fio  cada  uno  de  huevo  de 
paloma  o  algo  mayor,  de 
color  amarillo  el  pericar- 
pio cuando  maduro,  con 
pulpa  blanca  y  agridulce, 
de  propiedades  laxantes;  es 
silvestre  y  suele  emplearse 
en  setos  vivos.  Toma  ese 
nombre  porque  la  frecuen- 
tan los  ratones.  También  le 
dicen  maya  y  piñuela  (1.a 
acep.)  (Bot.  F.  Bromeliá- 
ceas;  esp.  Bromelia  pin- 
guin,  Lindl.) 

Pifia  de  ratón.  Cub.  f. — Ar- 
busto silvestre,  conocido 
también  por  ruibarbo  de  la 
tierra  y  raíz  de  indio.  (Bot. 


F.  Rubiáceas ;  esp.  Morinda 
Royoc,  Lin.) 

Pifia  morada.  Cub.  f. — Véase 
pina  de  Cuba. 

Piñal.  Amer.  m. -Terreno  de- 
dicado al  cultivo  de  la 
pina  o  anana. 

Piñazo.  Cub.  m. — fam. — Lo 
mismo  que  "puñetazo".  Es 
de  notar  que  con  ese  signi- 
ficado se  dice  pina  en  mu- 
chos lugares  de  la  costa 
cantábrica  española,  que  se 
desconoce  completamente 
en  Cuba,  no  obstante  pare- 
cer derivado  piñazo  de  esa 
acepción. 

Piñipiñi.  Cub.  m. — Árbol  in- 
dígena silvestre  de  hojas 
opuestas,  coriáceas,  obova- 
les,  disminuyendo  hacia  el 
pecíolo,  enteras,  brillantes 
en  la  haz,  flores  blancas,  y 
madera  blanca,  veteada, 
muy  dura  y  fuerte.  Tam- 
bién se  llama  piniche  y  pi- 
nipiniche.  (Bot.  F.  Celas- 
tríneas; esp.  Elododendron 
attenuatum,  A.  Ric.) 

Piñipiñi  de  sabana.  Cub.  m. 
—  Véase  almendrillo  de 
costa. 

Piñón.  Cub.  m. — Además  de 
usarse  esta  voz  con  adita- 
mentos para  designar  va- 
rias especies  del  arbusto 
americano  "piñón",  de  las 
Euforbiáceas,  aceptado  por 
la  R.  A.,  empléase  también 
en  la  misma  forma,  esto  es, 
con  aditamentos,  para 
nombrar  varias  plantas  de 
las  Leguminosas.  Tiene  al- 


PIÑO 


421  — 


PIÑO 


guno  de  los  usos  castella- 
nos. 

Piñón  amoroso.  Cub.  m. — 
Árbol  silvestre,  cultivado 
como  ornamental  en  algu- 
nos jardines,  que  se  repro- 
duce de  estaca,  con  flores 
amariposadas  de  hermoso 
color  rosado,  algo  violáceo, 
en  racimos  axilares.  Tam- 
bién se  llama  acacia,  amor 
y  celos,  Júpiter  (2.a  acep.), 
piñón  milagroso  y  árbol  del 
amor.  Este  último  nombre 
nos  induce  a  creer  que  sea 
el  "ciclamor"  de  la  R.  A., 
también  conocido  por  "ár- 
bol del  amor",  pero  no 
hemos  podido  salir  de  du- 
das: son  de  la  misma  fami- 
lia, pero  lo  reducido  de  las 
descripciones  no  nos  per- 
mite afirmar  más.  (Bot.  F. 
Leguminosas ;  esp.  Loncho- 
carpus   sepium,  D.  C.) 

Piñón  botija.  Cub.  m. — Ar- 
busto silvestre  que  se  ele- 
va hasta  6  metros,  y  es  el 
mismo  que  describe  la  R.  A. 
en  la  voz  "pifión",  de  hojas 
cordiformes,  redondeadas, 
hendidas,  angulosas,  en  los 
extremos  de  las  ramas,  so- 
bre largos  pecíolos,  flores 
blancas  amarillentas  en 
cimas,  fruto  con  tres  se- 
millas, de  las  que  se  obtie- 
ne aceite  purgante  muy 
fuerte,  que  también  sirve 
para  alumbrar,  y  la  raíz  y 
otros  órganos  suministran 
un  tinte  de  color  violeta. 
(Bot.  F.  Euforbiáceas;  esp. 
Jatropha  curcas,  Lin.) 


Piñón  de  costa.  Cub.  m. — 
Árbol  silvestre  de  rápido 
desarrollo  en  todo  terreno, 
de  tronco  espinoso,  hojas 
de  tres  foliólos  ovalo-rom- 
boides, que  come  el  gana- 
do, flores  acampanadas  her- 
mosas, de  color  escarlata, 
fruto  en  vaina  con  semillas 
también  de  color  escarlata 
con  una  mancha  negra; 
empléase  para  formar  se- 
tos vivos.  También  se  llama 
piñón  espinoso  y  búcare 
espinoso.  (Bot.  F.  Legumi- 
nosas; esp.  Erythrina  co- 
rallodendron,  Lin.) 

Piñón  de  Cuba.  Cub.  m. — 
Arbusto  silvestre  común  de 
hojas  circulares,  flor  colo- 
rada que  proporciona 
abundante  miel,  que  se  em- 
plea para  cercas  y  setos 
vivos  por  su  rápido  des- 
arrollo y  espeso  follaje.  Si 
se  planta  alternando  con  la 
pina  de  ratón  (1.a  acep.),  se 
dice  de  pina  y  piñón  y  re- 
sulta impenetrable.  (Bot.  F. 
Leguminosas;  esp.  Ery- 
thrinmitis,  Jacq.) 

Piñón  de  pito.  Cub.  m. — 
Véase  piñón  de  sierra. 

Piñón  de  puñal.  Cub.  m. — 
Véase  bayoneta  española. 

Piñón  de  sierra.  Cub.  m. — ■ 
Arbusto  cuyas  flores  en 
forma  de  espada  emplean 
los  muchachos  para  hacer 
flautas  y  pitos,  por  lo  que 
también  se  llama  piñón  de 
pito.  (Bot.  F.  Leguminosas; 
esp.  Erythrina  cubensis, 
Wrig.) 


PINÜ 


423 


PIRU 


Piñón  espinoso.  Cub.  m. — 
El  piñón  de  Cuba.  Véase. 

Piñón  francés.  Cub.  m. — Ár- 
bol cultivado  de  foliólos 
ovales,  lampiños,  flores  de 
hermoso  rojo  obscuro,  en 
grandes  racimos  termina- 
les. (Bot.  F.  L.;  esp.  Ery. 
cristagalli,  Lin.) 

Piñón  inglés.  Cub.  m. — Véa- 
se piñón  real. 

Piñón  milagroso.  Cub.  m. — 
Véase  piñón  amoroso. 

Piñón  plumayo.  Cub.  m. — El 
piñón   vislota.  Véase. 

Piñón  real.  Cub.  m. — Espe- 
cie cuyas  flores  de  color 
escarlata  tienen  el  cáliz 
espatáceo,  hundido  hasta 
cerca  de  la  base.  También 
se  dice  piñón  inglés.  (Bot. 
F.  L.;  esp.  Ery  velutina, 
Wilid.) 

Piñón  vislota.  Cub.  m. — Otra 
especie  de  escaso  interés, 
nombrada  además  piñón 
plumayo.  (Bot.  F.  L.;  esp. 
Gliricidia  cubensis,  Lin.) 

Piñón  vómico.  Cub.  m. — Ár- 
bol muy  común,  cultivado 
por  el  grande  aprecio  en 
que  se  tiene  su  fruto,  lla- 
mado nuez  vómica  cubana; 
tiene,  las  hojas  largamente 
pecioladas,  y  flores  de  co- 
lor escarlata  en  cimas. 
También  se  conoce  en  al- 
gunas localidades  por  don 
Carlos  y  chayóte  (1.a  acep.) 
(Bot.  F.  Euforbiáceas;  esp. 
Jairopha  multiftda,  Lin.) 

Piñuela.  Amer.  f.  —  Nombre 
americano,    algo   usado    en 


Cuba,  de  la  planta  pina  de 
ratón  (1.a  acep.) 

Piñuela.  Cub.  f. — Planta  sil- 
vestre de  hojas  largas,  aca- 
naladas en  macolla,  en 
cuyo  centro  brota  un  capí- 
tulo sésil  de  flores  rosadas. 
(Bot.  F.  Bromeliáceas;  esp. 
Kcratas  plumieri,  E.  Morr.) 

Pipián.  Cub.  m. — En  algunas 
localidades  el  guiso  más 
conocido  por  g anding  a  . 
Véase. 

Pipistey.  Cub.  m. — Arbusto 
que  crece  en  las  ciénagas 
del  litoral,  de  madera  fi- 
brosa, muy  dura  y  resisten- 
te en  obras  submarinas. 

Piquera.  Cub.  f.  —  fam.  — 
Véase  la  frase  77  del  Apén- 
dice. Tienen  algún  uso  las 
acep.  cast. 

Piquete.  Cub.  m. — Dícese  a 
una  banda  de  música  u  or- 
questa de  muy  reducido 
grupo  de  músicos.,  que  no 
suele  exceder  de  ocho: 
"Amenizó  el  baile  un  pi- 
quete'". Tiene  los  usos  cas- 
tellanos. 

Piquinini.  Cub.  adj. — fam. — 
En  lenguaje  cariñoso  equi- 
vale a  "pequeño,  ña". 

Pirarse.  Común,  v.  ref.-fam. 
— Lo  mismo  que  "mar- 
charse", "fugarse":  "Se 
piró  de  la  cárcel". 

Pire.  Cub.  m. — fam. — Falso 
ofrecimiento  que  se  descu- 
bre en  lo  que  una  persona 
promete  a  otra:  "No  me 
vengas  con  esos  pires". 
"Eso  es  un  pire". 

Pirulí.  Cub.  m.-Bombón  acá- 


—  423 


PITA 


ramelado  que  dan  como 
adehala  o  contra  a  los  mu- 
chachos en  las  tiendas  de 
víveres. 

Pisa.  Cub.  f. — antic. — Exca- 
vación circular  de  una 
vara  de  hondo,  donde  un 
buey,  alrededor  de  un  pos- 
te colocado  en  el  centro,  a 
modo  de  noria,  va  pisando 
la  tierra  con  el  agua  que 
se  echa  para  formar  el  ba- 
rro, que  hace  años  se  em- 
pleaba para  purgar  el  azú- 
car en  los  ingenios.  (Et.  De 
"pisar"). 

Pisar.  Cub.  v.  a. — vulg. — La 
tercera  acep.  que  la  R.  A. 
da  a  este  verbo,  en  el  sen- 
tido de  cubrir  el  macho  a 
la  hembra  entre  aves;  en 
Cuba  se  aplica  a  todos  los 
animales,  inclusas  las  per- 
sonas. 

Piscuala.  Cub.  f.  —  Arbusto 
cultivado  de  ramas  subtre- 
padoras,  con  hojas  regular- 
mente opuestas,  ovales,  en- 
terísimas,  flores  fragantes 
que  varían  del  blanco  al 
rojo,  hermafroditas  o  polí- 
gamas, en  espigas  axilares 
y  terminales.  (Bot.  F.  Com- 
breláceas;  esp.  Qiiisqualis 
indica,  Lin.) 

Piso.  Cub.  m. — Tributo  que 
se  paga  al  dueño  de  un  po- 
trero por  cada  res  que  se 
meta  en  él  a  pastar:  "Fu- 
lano me  debe  el  piso  de 
diez  vacas".  Tiene  las  acep. 
castellanas. 

Pita.  Cub.  f. — Por  extensión, 
dícese   en    toda    la    Isla    a 


cualquier  cordel  fino  de 
materia  fibrosa  vegetal. 
Véase  la  frase  210-a  del 
Apéndice. 

Pitada.  Común  f. — Acción  y 
efecto  de  pitar.  Véase.  Tie- 
ne las  acep.  de  la  R.  A. 

Pitahaya.  Cub.  f. — antic. — 
Véase  pitajaya.  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Pitajaya.  Cub.  f.-Planta  dis- 
tinta de  la  de  flores  encar- 
nadas conocida  con  este 
nombre  en  otros  pueblos 
americanos.  Es  trepadora  y 
rastrera,  y  se  encuentra  a 
lo  largo  de  las  ramas  de  al- 
gunos árbol  ss  y  en  las  cer- 
cas, con  tallo  herbáceo  de 
cinco  a  seis  aristas,  ver- 
doso, sin  hojas,  con  mano- 
jitos  de  espinas,  de  gran- 
des y  olorosas  flores  de 
pélalos  blancos,  cuya  coro- 
la está  rodeada  de  hojuelas 
amarillentas;  las  flores 
permanecen  cerradas  e  in- 
sípidas durante  el  día,  y  el 
fruto  está  en  baya  grande, 
anaranjada,  de  sabroso  ju- 
go. También  se  llama  flor 
de  cáliz.  Hay  otras  especies 
de  menor  interés.  (Bot.  F. 
Cácteas;  esp.  Hxjlocereus 
triangularis,  Lin.) 

Pltajoní.  Cub.  m.  —  Reciben 
este  nombre  en  común 
con  aditamentos  particula- 
res varios  arbustos  indíge- 
nas y  silvestres.  (Et.  Voz 
caribe,   Zayas). 

Pitajoní  bravo.  Cub.  m. — 
Véase  agalla  de  costa. 

Pitagoní  cimarrón.  Cub.  m. — 


PITB 


—  424  — 


PITI 


Arbusto  que  se  eleva  unos 
4  metros,  de  hojas  elípticas 
u  obovales,  algo  puntiagu- 
das, sedosas  por  el  envés, 
con  las  venas  arqueadas, 
flores  blancas  en  racimos 
terminales,  fruto  del  ta- 
maño de  cereza,  obscuro, 
agridulce,  que  gusta  al  cer- 
do, y  madera  sólida  correo- 
sa, empleada  en  mangos  de 
utensilios.  También  se  lla- 
ma pitajoní  macho  y  palo 
café.  (Bot.  F.  Rubiáceas; 
esp.  Amajoba  fagifolia. 
Desf.) 

Pitajoní  espinoso.  Cub.  m.- 
Yéase  agalla  de  costa. 

Pitajoní  hembra.  Cub.  m. — 
Especie  de  fruto  más  apre- 
ciado que  la  conocida  por 
cimarrón,  que  suelen  co- 
mer algunas  personas. 
(Bot.  F.  R.;  esp.  Alibertia 
edulis,  A.  Rich.) 

Pitajoní  macho.  Cub.  va. — 
Véase  pitajoní  cimarrón. 

Pitar.  Común,  v.  n. — fam.— 
Marcharse  solapadamente, 
escabullirse,  fugarse.  Oye- 
se mucho  entre  el  popu- 
lacho español  fambién. 
Tiene  las  acep.  de  la  R.  A. 

Pitera.  Cub.  f. — En  el  horno 
de  carbón  de  leña,  lugar 
por  donde  se  hunde  o  ahon- 
da la  tierra  que  lo  cubre, 
a  consecuencia  de  otro  hun- 
dimiento interior,  que  se 
anuncia  con  el  escape  de 
humo. 

Pitera.  Cub.  f. — Hoyuelo  que 
forman  los  gusanos  en  las 


heridas  del  ganado.  (Et.  De 
"pitar"). 

Piticá.  Cub.  f.  —  Diminutivo 
de   "pita". 

Pitillo.  Cub.  m. — Planta  sil- 
vestre de  terrenos  húme- 
dos, abundante,  rastrera,  de 
hojas  muy  pequeñas, 
oblongo-lanceoladas,  flor 
también  chica  de  color 
azul,  que  constituye  un 
pasto  regular.  También  se 
llama  cañutillo  y  pajilla. 
(Bot,  F.  Commelíneas;  esp. 
Commelina  cayennensis, 
Rich.) 

Pitiminí  (De).  Cub.  mod. 
adv.  fam. — Dícese  de  una 
cosa  para  significar  el  poco 
aprecio  que  merece,  por  su 
aspecto  o  cualidades  de  mal 
estado,  escaso  valor  o  con- 
fección mala:  "Un  abrigo 
de  pitiminí";  "una  casa  de 
pitiminí".  Véase  la  frase 
163  del  Apéndice. 

Pitirre.  Cub.  epic.  m. — Va- 
rias especies  de  un  pájaro 
pequeño  reciben  este  nom- 
bre con  algún  aditamento. 
Son  aves  tan  valientes  que 
persiguen  y  acometen  a 
otras  mucho  mayores,  como 
el  aura,  dándoles  picotazos 
en  la  cabeza,  y  causándoles 
la  muerte  algunas  veces. 
Otros,  muy  pocos,  dieen  pi- 
tirri.  Véanse  la  frase  220 
y  el  refrán  21  de  los  Apén- 
dices respectivos. 

Pitirre.  Cub.  m. — Arbusto  sil- 
vestre que  se  encuentra  en 
la  jurisdicción  de  Cienfue- 
gos,  de  preciosa  y  excelen- 


PITI 


425 


PLAC 


te  madera,  color  amarillo 
rosáceo,  veteada,  muy  dura, 
finísima,  empleada  en  eba- 
nistería y  bastones. 

Pitirre  abejorro.  Cub.  epie. 
m. — Es  ave  de  paso  en  el 
estío,  de  color  gris  tirando 
a  moreno  en  el  lomo,  con 
un  moñito  de  plumas  ana- 
ranjadas, cola  negruzca  y 
partes  inferiores  blanqueci- 
nas. Su  nombre  está  forma- 
do por  la  onomatopeya  de 
su  canto,  y  el  aditamento  lo 
debe  a  los  estragos  que  cau- 
sa en  los  colmenares,  par- 
ticularmente comiéndose  los 
zánganos  de  las  colmenas. 
(Zool.  F.  Tirannidce ;  esp. 
Tyrannus  intrépidas). 

Pitirre  de  manglar.  Cub. 
epic.  m. — Lo  mismo  que  pi- 
tirre de  rio.  "Véase. 

Pitirre  de  río.  Cub.  epic.  m. 
— El  martín  pescador  des- 
crito por  la  R.  A.,  o  el  mar- 
tín zambullidor  reseñado  en 
este  libro.  También  se  dice 
pitirre  de  manglar. 

Pitirre  guatíbere.  Cub.  epic. 
m.  —  La  especie  de  menor 
tamaño  y  la  más  abundan- 
te, con  las  plumas  del  moño 
amarillas;  es  sedentaria  de 
Cuba,  y  toma  el  aditamento 
de  la  onomatopeya  do  su 
canto.  (Zool.  F.  T.;  esp. 
Pitangus  caudifasciatus, 
Orb.) 

Pitirre  real.  Cub.  epic.  m. — 
La  especie  de  mayor  tama- 
ño, que  no  emigra,  existen- 
te también  en  la  isla  de 
Pinos  y  Bahamas.  (Zool.  F. 


T.;  esp.  Tyrannus  magni- 
rostris,  Orb.) 

Pitirrear.  Cub.  v.  n. — El  piar 
de  los  polluelos  del  pitirre, 
lo  que  hacen  abriendo  des- 
mesuradamente la  boca  y 
emitiendo  los  chillidos  des- 
abridos y  pertinaces. 

Pitirrear.  Cub.  v.  n. — fig.  y 
fam.  —  Pedir  o  proponer 
algo  con  descomedida  tena- 
cidad, causando  molestia 
insoportable:  "Te  concedo 
lo  que  pides,  si  no  piti- 
rreas más". 

Pitirreo.  Cub.  m. — Acción  y 
efecto  de  pitirrear  (véase), 
en  las  dos  acep. 

Pitirri.  Cub.  epic.  m. —  Así 
dicen  algunos  en  vez  de  pi- 
tirre, que  parece  ser  la  for- 
ma más  propia,  o  cuando 
menos,  la  de  mayor  uso. 

Pito.  Cub.  m. — Árbol  silves- 
tre de  hojas  alternas,  inflo- 
rescencia axilar,  de  made- 
ra resistente  empleada  en 
horcones  y  soleras,  más  co- 
nocido en  la  región  occi- 
dental por  cresta  de  gallo. 
(Bot.  F.  Tiliáceas;  esp. 
Sloana  curatilli folia). 

Pito.  Cub.  m. — fam. — Véase 
la  frase  232  del  Apéndice. 

Pitre.  Amer.  m. — desusada. — 
Equivale  a  "currutaco", 
"lechuguino".  (Et.  Contrac- 
ción corrompida  de  "peti- 
metre"). 

Placer.  Cub.  m. — Especie  de 
jardinillo  o  plazoleta  chi- 
ca.   Tiene    las    acep.    cast. 

Plaeeteño,  ña.  Cub.  subs.  y 


PLAN 


-  426 


PLAT 


adj.  —  La  persona  natural 
de  Placetas  del  Norte. 

Placeteño,  ña.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  cosas  de  esa  vi- 
lla. 

Plan.  Cub.  m.-Dícese,  en  vez 
de  "plano",  a  la  parte  llana 
del  machete,  y  se  emplea 
siempre  con  el  verbo 
"dar":  "Le  dieron  plan  de 
machete".  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Planazo.  Arner.  m.  —  Golpe 
dado  con  la  parte  plana  de 
un  machete,  sable,  etc.; 
"cintarazo"  en  castellano: 
ílTe  voy  a  dar  de  plana- 
zos". 

Plancha.  Cub.  f.  —  El  vagón 
de  ferrocarril  conocido  en 
castellano  y  en  Cuba  por 
"plataforma",  pero  sin  cos- 
tados. Tiene  los  usos  cast. 

Planchado,  da.  Amer.  adj. — 
fam. — Lo  está  la  persona 
que  no  tiene  dinero,  acci- 
dentalmente: "Se  quedó 
planchado  en  el  juego". 
Tiene  los  usos  cast. 

Planta.  Cub.  f.  —  Dícese  en 
lugar  de  "fábrica",  pero  no 
substituye  esta  voz  en  to- 
dos los  casos,  pues  si  se 
dice  planta  de  hielo,  planta 
eléctrica,  etc.,  nadie  dice 
planta  de  cigarros  ni  plan- 
ta de  cervezas.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Plantilla.  Cub.  i.  —  Bizcocho 
casero,  esponjoso,  pequeño 
y  aplastado.  Se  dice  en  la 
región  oriental.  Tiene  los 
usos  castellanos. 

Plantea.  Cub.  f.-fam. -Equi- 


vale a  "jactancia",  "fanfa- 
rronería": "Fulano  echa 
muchas  plantillas". 

Plantillero,  ra.  Cub.  adj. — 
fam. — Aplícase  a  la  perso- 
na engreída,  fanfarrona, 
jactanciosa:  "Don  Juan  es 
un  plantillero  insoporta- 
ble". 

Plataforma.  Cub.  í.—FA  dis- 
co giratorio  de  hierro  con 
carriles,  que  se  emplea  en 
las  vías  férreas  para  cam- 
biar la  dirección  a  las  lo- 
comotoras, vagones,  etc.,  y 
que  se  llama  en  castellano 
"placa  giratoria". 

Platanero.  Cub.  adj. — Véase 
viento  platanero. 

Platanilío.  Cub.  m.  —  Este 
nombre  con  aditamentos 
designa  varias  plantas  de 
tres  familias  botánicas. 
Una  es  indígena,  de  hojas 
largas,  uninervias,  puntia- 
gudas, medicinales,  llama- 
da simplemente  platanilío. 
(Bot.  F.  Leguminosas;  esp. 
Cassia  lineata,  Sw.) 

Platanilío  de  Cuba.  Cub.  m. 
— El  arbusto  más  conocido 
por  bayuyo.  Véase. 

Platanilío  de  Cuba  (flor  co-* 
lorada).  Cub.  m.  —  Planta 
silvestre  de  hojas  ovales 
mucronadas,  y  flores  rojas 
con  matiz  amarillo.  (Bot.  F. 
Cannáceas;  esp.  Canna  coc- 
cínea, Mili.) 

Platanilío  de  Cuba  (flor  de 
cangrejo).  Cub.  m. — Planta 
silvestre  de  hojas  ovales, 
puntiagudas,  y  flor  roja, 
con  más  matiz  amarillo  que 


—  427 


PLAT 


la  anterior.  (Bot.  F.  Canná- 

ceas;  esp.  C.   indica,  Lin.) 

Platanillo  de  Cuba  amarillo. 

Cub.  m. — Otra  especie  muy 
parecida  a  la  anterior.  (Bot. 
F.  C;  esp.  C.  glauca). 

Píatanillo  de  Cuba  de  mon- 
te, Cub.  ni. — "Véase  guaca- 
maya (2.a  acep.) 

Platanillo  de  ¡s!a  de  Pinos. 
Cub.  m. — Otra  especie  pro- 
pia de  esa  Isla.  (Bot.  F.  Pi- 
peráceas; esp.  Piper  tuber- 
culatum). 

Piataníllo  de  monte.  Cub. 
m. — Otra  especie.  (Bot.  F. 
P.;  esp.  P.  longifolium) .  ■ 

Plátano.  Cub.  m. — Traemos 
a  este  Vocabulario  esta  voz 
generalizada  en  todos  los 
países  del  habla  castellana, 
únicamente  para  anotar  al- 
gunas particularidades  de 
Cuba,  donde  es  el  tercer 
producto  agrícola  en  im- 
portancia, y  del  que  se  co- 
nocen multitud  de  varie- 
dades, distinguidas  por  el 
fruto,  del  que  se  hace  un 
enorme  consumo  diario, 
pues  figura  en  todas  las 
mesas,  cocido,  frito,  en 
dulce,  al  natural,  etc.,  y 
sostiene  un  importante  co- 
mercio de  exportación.  Las 
diversas  especies  de  pláta- 
nos pueden  dividirse  en  dos 
grupos:  el  de  los  destina- 
dos a  cocina,  como  el  bu- 
rro, hembra  y  macho  o  de 
corazón;  y  el  de  los  desti- 
nados a  postre,  cual  los 
indio,  dátil  de  Orinoco, 
enano,  moscatel,  dominico, 


de  seda,  manzano,  Johnson 
y  ciento  en  boca.  Este  úl- 
timo es  tan  pequeño,  que 
se  pueden  comer  varios  de 
una  sola  vez.  El  plátano 
macho,  que  es  el  más  co- 
mún, se  llama  movido  en 
Oriente  y  malparido  en 
Occidente,  cuando  aun  no 
está  en  su  verdadera  sa- 
zón. 

Plátano  de  Virginia.  Cub.  m. 
—Árbol  de  madera  ende- 
ble, de  color  amarillento, 
parecido  al  plátano  orien- 
tal, y  llamado  también  plá- 
tano occidental. 

Plátano  occidental.  Cub.  m. 
—Véase  plátano  de  Virgi- 
nia. 

Plátano  oriental.  Cub.  m.- — ■ 
Árbol  silvestre  elevado,  de 
tronco  recto,  liso,  de  cor- 
teza que  cambia  anualmen- 
te, con  la  copa  esférica,  y 
madera  dura,  blanca,  em- 
pleada en  carretería. 

Plátano  silvestre.  Cub.  m. — 
Planta  indígena  y  silves- 
tre, con  el  tronco  totalmen- 
te cubierto  con  las  bases 
de  los  pecíolos  de  sus  ho- 
jas, que  son  oblongas.  (Bot. 
F.  Musáceas;  esp.  iíelico- 
nia  bihai,  Swartz.^ 

Platilla.  Cub.  f. — Tela  de  al- 
godón ordinaria,  toda  de 
un  color,  con  brillo.  En 
castellano  se  conoce  por 
"percalina",  y  en  España 
suele  ser  de  mejor  calidad 
que  la  importada  en  Cuba. 

Platillo.  Cub.  m.  —  Guiso  de 
fideos    con    carne    de    ave, 


PLUM 


—  428  — 


POBL 


vaca  o  cerdo,  y  sin  caldo. 
Tiene  los  principales  usos 
castellanos. 

Plaza.  Cub.  f. — En  algunas 
localidades  del  interior  se 
dice  al  parque  del  muni- 
cipio. Tiene  las  acep.  cast. 

Plazos.  Cub.  m.  pl.  —  Véase 
la  frase  219  del  Apéndice. 

Plugaste!.  Cub.  m.  —  Cierto 
lienzo  ordinario  de  algodón 
engomado,  que  se  emplea 
para  forrar  zapatos  ordi- 
narios, particularmente. 

Pluma.  Cub.  f. — Llave  de  la 
cañería  del  agua  en  el  in- 
terior de  las  casas.  Otros 
dicen  pluma  de  agua.  Véa- 
se. Tiene  los  usos  castella- 
nos. 

Pluma  de  agua.  Cub.  f. — 
Véase  pluma.  Entiéndase 
que  en  Cuba  no  es  la  "uni- 
dad de  medida  que  sirve 
para  medir  y  aforar  las 
aguas",  como  explica  la 
R.  A.,  y  sí  únicamente  el 
aparato  de  metal  conocido 
por  llave,  de  cualquiera  ca- 
pacidad, por  el  que  sale  el 
agua:  "Tráeme  agua  de  la 
pluma".  "La  pluma  de 
agua  está  rota". 

Pluma  de  oro.  Cub.  f.-Plan- 
ta  cultivada  en  los  jardi- 
nes, de  tallo  algo  cónico 
elevado  casi  un  metro,  con 
espiguitas  doradas  hacia  el 
final,  en  forma  de  pluma; 
sus  raíces  se  extienden 
mucho  horizontalmenfe,  y 
de  ellas  brotan  otros  tallos. 
(Bot.  F.  Compuestas;  esp. 
Solidago  verga  áurea). 


Pluma     de     Santa     Teresa. 

Cub.  f.  —  Planta  cultivada 
en  los  jardines,  de  tallo  te- 
rrestre, articulado,  con  flo- 
res blancas  en  figura  de 
embudo,  nocturnas.  Estas 
flores  tienen  la  propiedad 
de  abrirse  bruscamente  a 
cosa  de  las  ocho  de  la  no- 
che; y  antiguamente  se  lla- 
maba, y  aun  no  ha  perdido 
por  entero  el  nombre,  ca- 
ñonazo, porque  a  esa  hora 
la  fortaleza  de  la  Cabana 
anunciaba  la  oficial  con  un 
disparo  de  cañón,  que  ac- 
tualmente se  oye  a  las  nue- 
ve de  la  noche. 

Plumerito.  Cub.  m. — Hierba 
silvestre  que  produce  pe- 
queñas flores  en  capítulos, 
semejantes  a  plumeros. 
(Bot.  F.  Compuestas;  esp. 
Solidago  stricta,  Ait.)  Hay 
otra  especie  parecida,  en  la 
familia  de  las  Poligoná- 
ceas. 

Plumilla.  Cub.  i. — Diminuti- 
vo que  suele  emplearse  con 
las  dos  plantas  descritas  en 
pluma.   Véase. 

Plus.  Cub.  m.  —  Licor^  com- 
puesto de  dos  o  más  lico- 
res, que  se  toma  después 
del  café,  por  lo  que  en 
otros  lugares  de  América 
se  dice  pluscafé,  que  no  se 
oye  nunca  en  Cuba.  (Et. 
Del    francés    pousse-café). 

Pobladora.  Cub.  f.  —  Véase 
verbena  francesa. 

Poblano,  na.  Amer.  subs.  y 
adj.  —  Dícese  al  habitante 
de  pueblo. 


POLLO 


—  429 


POMP 


Ja.  Cub.  f. — Especie  de  en- 
redadera silvestre  trepado- 
ra, cuyo  fruto  se  produce 
en  una  vaina  babosa,  algo 
achatada,  de  color  carmeli- 
ta, que  emplean  los  mu- 
chachos para  hacer  pitos. 

Polca.  Cub.  f.  —  En  muchas 
localidades,  y  sería  curioso 
saber  por  qué,  se  dice  al 
bizcocho  de  tamaño  co- 
rriente: "Voy  a  tomar  cho- 
colate con  polcas". 

Pólipo  herbáceo.  Cub.  m. — 
Véase  víbora. 

Polvacera.  Cub.  f. — Corrup- 
ción de  "polvareda",  a  tal 
punto  generalizada,  que 
hasta  se  oye  en  labios  de 
las  personas  medianamen- 
te cultas.  Aunque  incluí- 
mos como  cubanismo  esta 
corrupción  o  derivación  vi- 
ciosa, no  será  raro  que 
tenga  uso  en  otros  países, 
puesto  que  se  pronuncia 
más  fácilmente  que  "pol- 
vareda". 

Ponía.  Común,  f .  —  vulg.  — 
Oyese  al  populacho  español 
y  americano  para  signifi- 
car el  órgano  genital  mas- 
culino. En  Cuba  por  tal 
motivo,  va  perdiendo  sus 
legítimos  usos  castellanos, 
al  extremo  de  que  se  repu- 
dia en  las  conversaciones 
esta  voz. 

Pollero.  Cub.  m.  —  Muchas 
personas  cometen  el  bar- 
barismo  de  llamar  pollero 
al  gallinero. 

Polio.  Cub.  m.  —  Entre  los 
criadores    y    jugadores    de 


gallos  de  pelea,  dícese  al 
gallo  joven  cuyo  espolón 
no  alcanza  una  pulgada. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Pollo  de  traba,  Cub.  m. — 
Véase  pollo  rebajado  (2.a 
acep.) 

Pollo  rebajado.  Cub.  m. — 
Gallo  de  pelea  al  que  se 
han  rebajado  los  espolo- 
nes, para  que  aparezca 
como  pollo  (véase)  y  pueda 
luchar  con  ventaja  contra 
un  pollo  verdadero. 

Pollo  rebajado.  Cub.  m. — 
fig.  y  fam. — Dícese  al  hom- 
bre trapacero,  astuto,  sa- 
gaz, que  oculta  estas  ar- 
mas vistiéndose  de  bobo. 
También  se  dice  pollo  de 
traba. 

Pollona.  Cub.  i.  —  La  polla 
próxima  ya  a  ser  gallina; 
se  procura  no  decir  "po- 
lla", su  nombre  castellano, 
por  el  mal  uso  que  se  hace 
de  esta  voz. 

Pomarrosa.  Cub.  f. — Muchas 
personas,  cometiendo  un 
notorio  barbarismo.  dicen 
así,  no  sólo  al  fruto  del 
yambo,  que  sería  lo  correc- 
to, sino  al  árbol  mismo. 

Pomarrosa  cimarrona.  Cub. 
i.  —  Especie  silvestre  del 
árbol  conocido  en  castella- 
no por  "yambo".  (Bot.  F. 
Mirtáceas;  esp.  Eugenia  ja- 
bosoides,  Wr.) 

Pompón.  Cub.  epic.  m. — Pez 
acantopterigio  que  alcanza 
hasta  8  decímetros  de  lar- 
go, con  el  lomo  levantado, 
de  color  gris,  con  una  í'ran- 


PONCH 


430 


POEKA 


ja  vertical  ancha,  en  medio 
del  cuerpo,  boca  pequeña 
con  labios  gruesos.  Es  buen 
bocado.  (Zool.  F.  Hasmuli- 
áce;  esp.  Anisotremus  suri- 
namensis,  Bioch.)  Tiene  el 
uso  castellano  o  castella- 
nizado. 

Ponasí.  Cub.  m. — Arbusto  o 
arbolito  silvestre  del  lito- 
ral, venenoso,  medicinal,  de 
hojas  elípticas,  puntiagu- 
das, con  la  base  cuneifor- 
me, flores  de  color  rojo 
obscuro  en  cimas  termina- 
les. También  se  llama  palo 
coral  e  impropiamente  co- 
nasí.  (Bol.  F.  Rubiáceas; 
esp.  Hamelia  patens,  Jacq.) 

Ponasí  amarillo.  Cub.  m. — 
Especie  semejante  a  la 
precedente,  con  las  hojas 
opuestas  y  más  elípticas,  y 
flores  amarillas  y  más 
grandes.  (B.ot.  F.  R.;  esp. 
H.  lútea,  Bhr.) 

Ponchada.  Cub.  f. — Acción  y 
efecto  de  poncharse,  en  las 
dos  acep.  Véase.  En  la  de 
lenguaje  figurado  y  fami- 
liar es  un  vocablo  no  exen- 
to de  gracia:  "Fulano  se 
dio  la  gran  ponchada'". 
También  se  dice  poncha- 
dura y  ponche  cuando  sólo 
corresponden  a  la  primera 
acep.  de  poncharse. 

Ponchadura.  Cub.  f. — Véase 
ponchada. 

Poncharse.  Cub.  v.  ref.-Ro- 
tura  accidental  de  un  neu- 
mático de  bicicleta,  auto- 
móvil, etc.,  por  donde  se 
escapa    ei   aire    comprimi- 


do: "Se  ponchó  el  auto- 
móvil tal". 

Poncharse.  Cub.  v.  ref. — 
fig.  y  fam. — Empléase,  res- 
pecto de  las  personas, 
cuando  las  cosas  no  le  sa- 
len a  uno  a  medida  de  los 
deseos,  o  cuando  se  sufre 
una  equivocación:  "Fula- 
no se  ponchó  en  su  em- 
presa"; "un  orador  que  se 
poncha". 

Ponche.  Cub.  m. — V  é  a  s  e 
ponchada.  Tiene  las  acep. 
castellanas. 

Ponina.  Cub.  f.  —  Contribu- 
ción personal  en  cualquier 
gasto  que  se  haga  a  escote : 
"Pagaremos  a  ponina". 

Ponqué.  Amer.  m. — Véase 
panqué. 

Popa.  Común,  f. — fig.  y  fam. 
— Dícese  al  trasero  de  las 
personas.  Tiene  las  acep. 
castellanas. 

Poplín.  Cub.  va. — Cierta  tela 
de  algodón,  entrefina,  a  un 
color,  empleada  para  ves- 
tidos de  mujer.  (Et.  Del 
francés  popeline). 

Porra.  Cub.  f.-Diversos  jue- 
gos sencillos  de  puro  en- 
tretenimiento reciben  este 
nombre.  Son  de  suerte,  y 
algunas  veces  llevan  el  fin 
de  que  uno  o  varios  de  los 
jugadores,  los  perdidosos, 
paguen  el  gasto  de  lo  bebi- 
do o  comido.  Entre  esos 
juegos  están  el  de  levantar 
el  naipe  de  menos  valor;  el 
de  tachar  números  puestos 
en  fila,  hasta  que  se  borre 
el    reservado    secretamente 


PBED 


431  — 


PRIM 


por  uno  de  los  jugadores, 
perdiendo  el  que  tachó,  etc. 
"Vamos  a  jugar,  o  a  echar, 
una  porra".  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Portal.  Cub.  m. — Véase  col- 
gadizo. No  tiene  otro  uso, 
porque  al  portal  verdadero 
se  dice  "zaguán"  en  todos 
los  casos. 

Portuguesa.  Amer.  f.  —  an- 
tic. — Decíase  en  la  región 
oriental  a  la  moneda  de 
oro  de  media  onza.  Es  voz 
de  las  Antillas. 

Posol.  Amer.  m. — C  i  e  r  t  o 
manjar  hecho  con  granos 
de  maíz  tiernos  y  carne. 
(Et.  Corrupción  del  meji- 
canismo  pozole). 

Postura.  Cub.  f. — Por  anto- 
nomasia, se  entiende  la 
planta  tierna  del  tabaco, 
en  estado  de  trasplantarla: 
"Este  año  hay  mucha  y 
buena  postura,".  Tiene  las 
acep.  castellanas. 

Pótala.  Cub.  í. — poco  uso. — 
Por  extensión  del  signifi- 
cado marítimo,  dícese  a 
cualquier  cosa  tosca  y  pe- 
sada. 

Potrerero.  Cub.  m.  —  poco 
uso. — El  dueño  o  encargado 
de  un  potrero  o  dehesa. 

Potrerillo.  Amer.  m. — Dimi- 
nutivo de  "potrero". 

Prado.  Cub.  m. — fam. — Véa- 
se la  frase  55  del  Apéndice. 

Prángana.  Cub.  f. —  fam.- — 
Véase  la  frase  61  del  Apén- 
dice. 

Predicador.  Cub.  epic.  m. — 
Gracioso  nombre  que  algu- 


nos aplican  al  pájaro  totí, 
por  laj  costumbre  que  tiene 
de  posarse  en  una  rama  y 
repetir  por  largo  tiempo 
su  monótono  canto. 

Prendedera.  Cub.  f.  —  Así 
dicen  algunos  al  arbusto 
pendejera,  para  evitar  el 
uso  de  esta  voz,  obscena  en 
Cuba. 

Preparador,  ra.  Común,  adj. 
— Que  prepara. 

Preservativo  higiénico.  Co- 
mún, m. — Véase  condón. 

Pretina.  Cub.  í.  —  En  Cuba 
se  entiende  por  "bragueta" 
o  "portañuela".  Algunos 
dicen  incorrectamente  pe- 
trina. 

Prestidigitación.  Común,  f. 
— El  arte  del  prestidigita- 
dor: "Suerte  de  prestidi- 
gitación". 

Pretorio.  Cub.  m. — Dícese  al 
escalón  o  a  la  escalera  de 
pocos  peldaños,  de  piedra 
o  manipostería,  que  en  al- 
gunas poblaciones  hay  en 
las  aceras,  delante  de  las 
puertas,  para  librar  ei  des- 
nivel entre  el  pavimento  y 
el  piso  de  las  casas. 

Prieto,  ta.  Cub.  m.  y  f.-fam. 
— Tratamiento  de  cariño 
entre  personas  blancas. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Primavera.  Cub.  epic.  f. — 
Reciben  este  nombre  dos 
aves  semitrepadoras,  de 
paso  en  la  Isla  en  prima- 
vera, por  cuyo  raro  acci- 
dente fueron  bautizadas  así 
en  la  región  oriental,  pues 
en  la  occidental  se  llaman 


PR1N 


432 


PÜDÍ 


arriero  chico  y  arrierito, 
por  la  semejanza  con  el 
arriero.  (Zool.  F.  Cucúlidos; 
esp.  Coccyzus  americanus, 
Lin.,  la  especie  principal). 

Primavera.  Cub.  f. — La  oru- 
ga de  una  mariposa  cre- 
puscular, que  alcanza  un 
decímetro  de  longitud,  de 
color  verde  amarillento, 
con  una  línea  oblicua  en 
medio  del  cuerpo,  blanca  y 
negra;  es  muy  voraz,  y 
ataca   y    mata    las   plantas 

•  de  tabaco,  por  lo  que  tam- 
bién toma  el  nombre  de 
veguero,  aunque  su  labor 
sea  precisamente  contraria 
a  la  del  verdadero  veguero. 
A  su  completa  metamorfo- 
sis se  presenta  como  mari- 
posa grande,  de  grueso 
cuerpo,  con  el  abdomen 
cónico,  de  color  pardo  gris. 
(Zool.  F.  Sphingidce). 

Principen©,  ña.  Cub.  subs.  y 
adj.  —  antic.  —  La  persona 
nacida  en  la  provincia  o 
la  capital  de  Puerto  Prín- 
cipe. Hoy  se  dice  camagiie- 
yano,  na,  de  Gamagüey, 

Prineipeño,  na.  Cub.  adj. — 
antic. — Aplicábase  a  cosas 
de  esa  ciudad. 

Pringamoza.  Cub.  f.  —  Ar- 
busto voluble  cubierto  do 
pelos  urticantes,  que  cau- 
san una  irritante  picazón; 
tiene  las  hojas  alternas, 
penninervias,  pecioladas, 
estipuladas,  y  flores  monoi- 
cas: las  masculinas  en  ra- 
cimos, y  las  femeninas  sub- 
espigadas.   (Bot.  F.  Eufor- 


biáceas; esp.  Platygyna 
urens,  Mercier). 

Privilegiado,  da.  Común. 
adj. — Denota  que  tiene  pri- 
vilegio: "Entendimiento 
privilegiado" . 

Prodigiosa.  Cub.  f.  —  Véase 
víbora. 

Prontico.  Cub.  adv. — fam. — 
Diminutivo  de  "pronto". 
Uno  de  los  muchos  casos 
en  que  se  abusa  del  dimi- 
nutivo impropiamente,  por- 
que prontico  ni  señala  más 
prontitud  que  "pronto",  ni 
tampoco,  por  lo  contrario, 
expresa  menos  rapidez  en 
efectuar  algo. 

Provocativamente.  Común. 
adv. — Denota  "con  provo- 
cación" :  "Le  hablaba  muy 
provocativamente  " . 

Prudenciarse.  Amer.  v.  ref. 
—  vulg.  desusada.  —  Véase 
aprudenciarse. 

Prusiana.  Amer.  f .  —  Cierta 
tela  de  algodón  estampada. 

Prusiana.  Cub.  f.  —  El  árbol 
más  conocido  por  paraíso. 
Véase. 

Pucha.  Cub.  f. — Ramillete  de 
flores  diversas  dispuestas 
en  forma  cónica.  Es  uno  de 
los  cubanismos  que  nos  pa- 
recen muy  dignos  de  caste- 
llanizarse, y  sobre  todo,  ya 
que  no  tenemos  en  nuestro 
idioma  casi  ningún  sinóni- 
mo, bien  merece  ocupar  el 
puesto  del  híbrido  bouquet 
de  los  galiparlantes. 

Pudín.  Común,  m. — El  dulce 
más  conocido  en  América 
por  pudín.  Véase.  Atendien- 


PÜIil 


—  433  — 


PULS 


do  al  origen,  es  más  correc- 
to pudín.  (Et.  Del  inglés 
pudding) . 

Puente.  Cub.  va. — Pieza  de 
oro  u  otro  metal  que  coloca 
el  dentista  en  substitución 
de  dos  o  más  muelas,  apo- 
yada en  las  naturales. 
Véase  la  frase  230  del 
Apéndice.  Tiene  las  acep. 
castellanas. 

Puerco.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Véase  la  frase  1 16-6  del 
Apéndice. 

Puerta.  Cub.  f.--La  primera 
carta  que  descubre  el  ju- 
gador en  una  jugada  de 
monte.  Tiene  los  usos  cas- 
tellanos. 

Puerta  de  golpe.  Amer.  f.— 
La  rústica  de  listones  o  ta- 
blas que  se  pone  a  la  en- 
trada de  las  fincas.  Se  llama 
de  golpe  porque  cierra  sola, 
para  lo  cual  se  dispone  algo 
inclinada,  de  manera  que 
después  de  abierta  vuelva 
a  su  natural  posición.  Vie- 
ne a  ser  la  conocida  por 
"cancilla"   en  castellano. 

Pulir.  Cub.  v.  a. — fam. — Este 
verbo,  con  el  pronombre 
"  la "  en  acusativo,  pospues- 
to o  más  generalmente  an- 
tepuesto, expresa  trabajo 
constante,  algunas  veces 
con  privaciones:  "Fulano 
bubo  de  pulirla  mucho 
para  no  pasar  hambre". 
"Mengano  la  pule  muy 
duro'".  (Este  muy  duro. 
equivale  a  "mucho"  o 
"muy  bien").  Tiene  las 
acep.  cast. 


PuJpa.  Cub.  f. — Por  antono- 
masia, se  entiende  la  del 
fruto  del  tamarindo,  ama- 
sada con  azúcar  y  presen- 
tada en  pasta,  cuyo  comer- 
cio constituye  los  medios  de 
subsistencia  de  alguna  gen- 
te humilde.  Otros  dicen 
pulpa  de  tamarindo.  Tiene 
las  acep.  cast. 

Pulpa.  Cub.  f. — fam. — Equi- 
vale a  "excelente",  "admi- 
rable"; o  "sabrosísimo", 
cuando  se  trata  de  alimen- 
tos: "Una  empanada  que 
estaba  pulpa".  "Ese  edifi- 
cio quedó  pulpa". 

Puípa  de  tamarindo.  Cub.  f. 
— Véase   pulpa   (1.a   acep.) 

Pulpería.  Cub.  f. — Puesto  al 
aire  libre,  regularmente, 
donde  se  vende  pulpa  de 
tamarindo.  Hoy  este  co- 
mercio es  ambulante. 

Pulpero.  Cub.  m. — El  vende- 
dor ambulante  de  pulpa  de 
tamarindo,  que  suele  ser 
un  tipo  callejero  gracioso 
por  su  aspecto  y  su  pregón. 

Pulpita.  Cub.  f. — Diminutivo 
de  pulpa  en  las  dos  acep. 

Pulsa.  Cub.  i. — vulg. — En  al- 
gunos lugares  dicen  así  a 
la  pulsera  de  adorno  en  las 
mujeres.  Más  generalmente 
se  emplea  la  forma  mascu- 
lina. 

Pulso.  Cub.  m. — La  pulsera 
de  joyería,  cuyo  uso  es  ge- 
neral, o  poco  menos,  en  el 
lenguaje  corriente.  Otros 
dicen  menos  correctamente 
pulsa.  Tiene  las  acep.  cast. 

Pulso  (A) .  Cub.  mod.  adv. — 


28 


PUNT 


—  434  — 


PURG 


Empléase  cuando  una  per- 
sona bebe  de  un  tirón  una 
cantidad  exagerada  de  li- 
cor: "Se  bebió  media  bo- 
tella de  ron  a  pulso'":  o 
cuando  se  come  algo  sin 
pan:  "Yo  no  puedo  comer 
carne  a  pulso";  o  cuando 
efectúa  una  persona  sola 
un  esfuerzo  que  requiere 
de  ordinario  el  de  varias: 
"Destruyó  el  tabique  a 
pulso" ;  etc.,  etc. 

*  Punta.  Cub.  f.-"Hoja  de  ta- 
baco, de  exquisito  aroma  y 
superior  calidad,  pero  pe- 
queña" (R.  A.)  Tiene  mu- 
chos de  los  otros  usos  cas- 
tellanos. 

Punta.  Cub.  f. — El  encaje  de 
puntas  conocido  en  caste- 
llano por  "puntilla",  voz 
que  no  se  usa  nunca  en 
Cuba  con  esa  acep.,  no  obs- 
tante el  abuso  que  se  co- 
mete con  los  diminutivos. 
Véanse  las  frases  198  y 
228  del  Apéndice. 

Punta  de  ganado.  Cub.  f. — 
Cierto  número  de  cabezas 
de  ganado,  que  se  compone 
de  un  toro  de  tres  años, 
varios  de  dos,  y  otras  reses 
menores  de  uno. 

Puntero.  Cub.  m. —  El  nervio 
que  une  cada  dos  hojas  en 
ciertas  pencas  de  las  pal- 
mas. Tiene  algunos  de  los 
usos  castellanos. 

Puntilla.  Cub.  f.  —  Dícese  a 
la  punta  de  París  utilizada 
para  clavar.  Nadie  le  da  en 
Cuba  éste  su  nombre  cas- 
tellano.    Tiene    todas    las 


acep.  cast.,  menos  la  de 
"encaje",  que  se  dice  pun- 
ta (2.a  acep.) 

Punto  criollo.  Cub.  m. -Cier- 
to estilo  de  cantos  popu- 
lares, con  instrumentos 
musicales  o  sin  ellos,  pero 
que  siempre  van  acompa- 
ñados por  la  típica  clave. 
Algunos  de  estos  cantos  son 
melódicos,  pero  otros,  y 
acaso  los  más  oídos,  no  po- 
drían ser  más  monótonos 
ni   antimusicales. 

Punto  de  chicharrones.  Cub. 
m. — Dícese  que  lo  está  el 
melado  de  la  caña  de  azú- 
car, cuando  la  superficie 
se  mantiene  llana,  y  so- 
lamente burbujea  en  las 
orillas  por  la  acción  del 
fuego. 

Punto  de  huevos.  Cub.  m. — 
Cuando  la  superficie  del 
melado  se  levanta  formando 
ampollas,  que  al  romperse 
dejan  hoyos  como  de  hue- 
vos. 

Punto  de  melcocha.  Cub.  m. 
— Dícese  cuando  el  melado 
se  espesa. 

Punto  de  pluma.  Cub.  m. — 
Es  general  el  barbarismo  de 
llamar  punto  de  pluma  a 
la  pluma  de  escribir,  cuan- 
do es  lo  cierto  que  la  pluma 
tiene   dos   puntos. 

Punzada.  Cub.  f. — poco  uso 
— Equivale  a  "necedad", 
impertinencia  de  palabra 
Tiene  las  acep.  cast. 

Purga.  Cub.  i.  —  Acción  y 
efecto    de    purgar.    Tiene 


PURI 


—  43o  — 


PURÍ 


aunque  poco,  los  usos  cast. 

Purgar.  Cub.  v.  n. — Destila-, 
ción  del  melado  cuando  ya 
ha  cristalizado.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Puriah  Cub.  m. — Lugar  don- 
de abunda  el  árbol  purio. 
Véase. 

Purio.  Cub.  m. — Árbol  silves- 
tre de  hojas  oblongas,  lam- 
piñas,  de  frondoso   follaje, 


cuya  sombra  conserva  el  te- 
rreno fresco  y  le  da  ferti- 
lidad; tiene  flores  fascicu- 
ladas.  solitarias,  axilares. 
También  se  dice  yaya  (3." 
acep.)  (Bot.  F.  Anonáceas; 
esp.  Bocadea  laurifolia, 
Bent.)  (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 
Purísima.  Cub.  f. — La  planta 
vicaria.  Véase. 


QUBM 


436  — 


QUEM 


Q 


*Quebrado.  Cub.  m. — "Hoja 
de  tabaco  de  superior  cali- 
dad, pero  agujereada".  (R. 
A.)  Tiene  las  otras  acep. 
cast. 

Quebrado.  Cub.  m. — Paso  es- 
trecho, pero  navegable  con 
pequeñas  embarcaciones, 
entre  dos  grupos  de  arre- 
cifes. 

Quebrar.  Cub.  v.  n. — En  el 
juego  de  monte,  salir  una 
carta  contraria  a  la  espe- 
rada. Tiene  las  acep.  cast. 

Quebrar.  Cub.  v.  a. — Usase  en 
vez  de  "curar",  pero  sólo 
en  el  caso  de  indigestión, 
que  se  dice  "quebrar  el  em- 
pacho'". 

Quécher.  Cub.  m. — Uno  de 
¡os  nueve  jugadores  en  el 
juego  de  base-ball.  (Et.  Del 
inglés  catcher). 

Quemada.  Cub.  f.  fam.  — 
Equivale  a  "chasco",  "en- 
gaño", "petardo":  "Medie- 
ron  la  gran  quemada  cuan- 
do, encargué  este  traje".  "A 
Fulano  le  dio  un  sujeto 
una  quemada  de  diez  du- 
ros". También  se  dice  en- 
cendida. Es  la  acción  y   el 


efecto  de  quemar  (1.a  acep.) 
y  quemarse.  Véanse. 

Quemado.  Cub.  m.  —  Cierto 
juego  de  muchachos,  en 
que  las  uñas  hacen  las  ve- 
ces de  tacos  y  por  bolas  se 
emplean  mates. 

Quemado.  Cub.  m. — Dícese  a 
un  terreno  del  que  se  ha 
quemado  la  maleza  para 
dedicarlo  al  cultivo. 

Quemado,  da.  Cub.  adj. — 
fam. — Aplícase  a  la  perso- 
na repetidas  veces  engaña- 
da o  burlada  en  alguna 
cosa,  por  lo  que  ya  tiene  la 
consiguiente  experiencia: 
"Es  un  hombre  muy  que- 
mado en  cuestiones  de 
subscripciones  públicas". 
Véase  quemar  (1.a  acep.)  y 
quemarse.  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Quemador.  Amer.  m.  —  Me- 
chero de  algunas  luces, 
como  la  de  acetileno. 

Quemar.  Cub.  v.  a.  —  fig.  y 
fam. — Burlar,  engañar  o 
abusar  de  la  superioridad 
en  algo  con  respecto  de  una 
persona:  "Román  quema- 
ría a  Pedro  en  los  negocios 


QUFQ 


437 


QUIM 


si  pudiera".  "Me  quemaron 
al  billar  esta  tarde".  Tiene 
las  acep.  caát. 

Quemar.  Cub.  v.  a. -En  asun- 
tos de  cocina,  suele  decirse 
por  "tostar":  "Quemar  el 
cazabe";  "el  dulce  de  coco 
es  más  sabroso  si  se  que- 
ma'". 

Quemar,  se.  Cub.  v.  a.  y  re- 
cíp. — En  el  juego  de  mu- 
chachos llamado  quemado, 
el  chocar  de  dos  mates. 

Quemarse.  Cub.  v.  ref. — fig. 
y  fam. — Lo  mismo  que 
"chasquearse",  "equivocar- 
se": "Roque  se  quemó  en 
sus  pretensiones".  "Te  que- 
maste, porque  en  la  caja 
no  había  lo  que  tú  supo- 
nías". Tiene  los  usos  cas- 
tellanos. 

Quemazón.  Amer.  f. — Liqui- 
dación de  géneros  a  bajo 
precio.  Viene  a  ser  lo  que 
en  castellano  se  llama  "ba- 
ratillo". "En  tal  estableci- 
miento hay  quemazón  de 
artículos".  "Precios de  que- 
mazón". No  tiene  los  usos 
castellanos. 

Quemí.  Cub.  epic.  m. — Cierto 
cuadrúpedo  encontrado  en 
la  Isla  por  los  españoles,  y 
cuya  especie  se  ha  extin- 
guido. (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Queque.  Cub.  m.  —  Galleta 
ordinaria  y  dulzona,  redon- 
da, con  puntas  estrelladas 
en  el  borde,  que  en  las 
tiendas  de  comestibles  dan 
como    contra   o    adehala    a 


los  niños  compradores.  (Et. 
Del  inglés  cake). 

Querequeté.  Cub.  epic.  m.— 
El  ave  crequeté.  Tal  vez  sea 
el  querrequerre  de  otros 
países  americanos.  (Et. 
Voz  onomatopéyica). 

Quiebrahacha.  Cub.  epic.  m. 
— Además  de  su  principal 
acep.,  para  designar  el  ár- 
bol americano  que  descri- 
be la  R.  A.,  emplean  algu- 
nos esta  voz  para  denominar 
al  ave  totí  (véase),  y  al  pez 
llamado  en  castellano  "za- 
patero". 

Quüele.  Cub.  m.  —  Manjar 
hecho  con  harina  de  maíz 
tostado  y  azúcar;  si  se  em- 
plea miel  se  dice  pinol. 

Quimbámbaras.  Cub.  f.  pl. — 
fam. — Voz  empleada  en  al- 
gunas frases  para  expresar 
un  lugar  remotísimo;  que 
lo  es  tanto,  cuanto  que 
existe  solamente  en  la  fan- 
tasía de  quien  la  emplea: 
"Viene  de  las  Quimbámba- 
ras";  "ese  es  un  viaje  a  las 
Quimbámbaras" ;  "vaya 
usted  a  las  Quimbámba- 
ras". 

Quimbazo.  Cub.  m.  —  Golpe 
dado  con  el  quimbo.  Véase. 

Quimbo.  Cub.  m. — fam. — Di- 
cen algunos  así  al  mache- 
te. "Enarboló  el  quimbo  y 
les  dio  que  correr".  Otros 
lo  hacen  sinónimo  de  re- 
vólver: "Sacó  el  quimbo  y 
disparó  los  seis  tiros". 

*Quimbombó.  Cub.  m. — La 
planta  cuyo  fruto  es  co- 
mestible en  potajes,  cono- 


QUIN 


438 


QUIT 


cicla  en  otros  países  ameri- 
canos por  "quingombó", 
nombre  también  aceptado 
por  la  R.  A.  En  Cuba,  con 
mucha  menos  frecuencia, 
recibe  a  la  vez  los  nombres 
de  bombó,  botonaron  y  mo- 
londrón. (Et.  Voz  caribe, 
según  Ferrer,  y  africana, 
según  Zayas,  quien  parece 
estar  más  en  lo  cierto, 
puesto  que  lo  es  la  planta). 

Químico.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Véanse  las  frases  7  y  13  del 
Apéndice. 

Quina.  Cub.  f. — Reciben  este 
nombre  varias  plantas  de 
diversas  familias  botáni- 
cas, entre  las  que  toman 
aditamentos  las  siguientes. 

"Quina  de  la  tierra.  Cub.  i. 
— Así  autoriza  la  R.  A. 
para  designar  al  árbol 
americano  que  ella  descri- 
be con  el  nombre  de  "ague- 
dita",  nombre  que  también 
recibe  en  Cuba,  además  de 
quina  del  país. 

Quina  del  país.  Cub.  f. — Lo 
mismo  que  quina  de  la  tie- 
rra. Véase. 

Quina  pitón.  Cub.  f. — El  ár- 
bol indígena  más  conocido 
por  vigueta.  Véase. 

Quinal.  Cub.  m. — Lugar  don- 
de abunda  la  quina. 

Quinar.  Cub.  v.  a. — fam. — 
desusada. — Ganar  una  dis- 
cusión o  controversia  con 
argumentos  inesperados  e 
incontrastables. 

Quinconce.  Cub.  m. — Plantío 
de  árboles  en  hileras,  de 
modo  que  éstas  sean  para- 


lelas y  perpendiculares  en- 
tre sí,  pero  de  forma  que 
cada  árbol  de  una  línea 
quede  equidistante  de  dos 
de  la  fila  anterior  y  de 
otros  dos  de  la  posterior. 
En  castellano  se  dice  plan- 
tar "al  tresbolillo".  (Et.  Del 
francés  quinconce). 

Quinta.  Cub.  f.-Dícese  a  una 
de  las  clases  superiores  del 
tabaco  en  rama,  que  no  es 
el  quinto  tipo,  en  ordena- 
ción numeral,  como  parece 
indicar.  Tiene  los  empleos 
castellanos. 

Quinta  de  salud.  Cub.  f. — 
Dícese  exclusivamente  a  los 
grandes  y  hermosos  hospi- 
tales que  sostienen  las  so- 
ciedades españolas.  Algu- 
nas quintas  de  salud  suelen 
ser  espaciosos  jardines  po- 
blados de  bellos  y  confor- 
tables pabellones  en  creci- 
do número,  cual  la  que  sos- 
tiene la  colonia  asturiana, 
que  es  indiscutiblemente  la 
mejor.  Otras  veces  se  lla- 
man casa  de  salud,  que  no 
resulta  propio. 

Quiquiriquito.    Cub.    m.  — 

Véase  gallo  americano. 

Quitacarnisa.  Cub.  m. — Jue- 
go de  naipes  entre  dos  per- 
sonas que  se  reparten  la 
baraja,  cuyo  propósito  es 
que  uno  de  los  jugadores 
se  quede  sin  carta  que  co- 
rresponda a  la  del  compa- 
ñero, lo  que  resulta  difici- 
lísimo, y  a  las  veces  de  muy 
larga  duración,  por  lo  que 


QUIT 


—  439  — 


QÜOR 


ha  tomado  el  otro  nombre 
de  sinfín. 

Quitasol  chino.  Cub.  m. — 
Planta  cultivada  en  los  jar- 
dines, con  la  que  se  forman 
bonitos  macizos  en  las 
fuentes  y  también  en  tie- 
rra. (Bot.  F.  Ciperáceas; 
esp.  Cyperus  altermifolius, 
Lin.) 

Quitasol  de  Brujas.  Cub.  m. 
— Véase  quitasolillo  (1.a 
acep.) 

Quitasolillo.  Cub.  m.  —  Una 
especie  de  seta  grande,  co- 
mestible, también  llamado 
quitasol  de  Brujas  y  casabe 
de  Brujas. 

Quitasolillo.  Cub.  m.- Planta 
herbácea  silvestre,  común 
en  los  arroyos  y  zanjas,  de 
tallos  rastreros,  hojas  cir- 


culares, sobre  largos  pecío- 
los que  le  dan  el  nombre,  y 
flores  pequeñas  blancas;  es 
medicinal.  También  se  lla- 
ma ombligo  de  Venus. 
(Bot.  F.  Umbelíferas;  esp. 
Hydrocotyle  umbellata, 
Lin.) 

Quitolis.  Cub.  m. — fam. — 
Equivale  a  "perdón",  y  se 
usa  siempre  en  la  frase : 
"no  hay  quitolis". 

Quorum.  Común,  m. — Núme- 
ro preciso  de  miembros 
para  constituir  una  junta  o 
tomar  algún  acuerdo,  según 
lo  que  disponga  el  Regla- 
mento de  la  colectividad. 
Debiera  decirse,  o  mejor 
dicho,  escribirse  en  forma 
castellana;  cuorun.  (Et.  La- 
tinismo). 


RABÍ 


440  — 


RABÍ 


R 


Rabanito  francés.  Cub.  m. — 
Así  dicen  algunos,  sin  que 
sepamos  por  qué,  al  vul- 
garísimo rábano,  que  se 
cultiva  en  casi  todos  los 
países,  además  de  Francia. 

Rábano  de  agua.  Cub.  m. — 
La  planta  conocida  en  cas- 
tellano por  "rabanillo". 

Rabia.  Cub.  f. — fam. — Véase 
la  frase  171  del  Apéndice. 

Rabiasca.  Cub.  f.  —  fam.  — 
Enojo  destemplado  o  rabie- 
ta sin  motivo:  "Pedro  está 
con  rabiasca,  o  tiene  ra- 
biasca, o  cogió  una  rabias- 
ca por  tal  causa".  (Et.  De 
"rabiar"). 

Rabiche.  Cub.  adj. — Aplícase 
a  una  clase  de  paloma  sil- 
vestre. Véase  paloma  ra- 
biche. Algunos  emplean  esa 
voz  simple  como  substan- 
tivo, en  el  mismo  caso. 

Rabihorqueta.  Cub.  adj.  — 
Aplícase  a  cierta  señal  que 
se  hace  en  el  ganado,  ade- 
más de  la  otra  que  se  prac- 
tica con  un  hierro  canden- 
te; y  consiste  en  cortarle 
las  orejas  de  manera  que 
presentan  dos  puntas.  Tam- 


bién se  dice  rabihor quilla- 
do.  Eso,  más  que  barbaris- 
mo  es  una  barbaridad,  pues- 
to que  una  cosa  es  oreja  y 
otra  rabo. 

Rabihorquillado,  da.  Cub. 
adj. — Lo  mismo  que  rabi- 
horqueta. 

Rabijunco.  Cub.  epic.  m.  — 
Ave  palmípeda,  acuática, 
que  mide  poco  menos  de  un 
metro  de  la  cola  al  pico, 
ambos  inclusive,  parecida 
a  la  gaviota,  de  plumaje 
blanco  con  algunas  fajas 
negras,  y  el  pico  de  color 
rojo  hermoso.  Toma  ese 
nombre  de  la  especial  dis- 
posición de  las  plumas  en 
la  cola,  estrechas  y  largas 
a  semejanza  de  un  rabo. 
Anida  en  las  rocas  y  fre- 
cuenta las  embarcaciones  y 
los  árboles.  Emite  un  des- 
agradable chillido  a  mane- 
ra de  pito,  por  lo  que  tam- 
bién se  llama  contramaes- 
tre. Otros  descomponen  el 
nombre  y  le  dicen  rabo  de 
junco.  (Bot.  F.  Pelecanidce; 
esp.  Phaethon  flavirostris, 
Brandt.) 


RABO 


441 


RABU 


Rabilargo.  Cub.  epic.  m.  — 
Dícese  al  pajarillo  ameri- 
cano más  conocido  también 
en  Cuba  por  "colibrí". 

Rábula.  Cub.  f.  —  Cada  una 
de  las  dos  tirillas  que  ci- 
ñen el  pantalón  o  el  cha- 
leco. 

Rabirrubia.  Cub.  epic.  f.  — 
Pez  abundante  de  unos 
3  decímetros  de  largo,  de 
color  morado  obscuro  por 
el  lomo,  que  va  clareando 
hacia  el  vientre  hasta  el 
blanco;  las  aletas  moradas, 
menos  la  anal,  que  es  ru- 
bia, así  como  la  cola,  ahor- 
quillada, de  donde  le  pro- 
viene el  nombre.  Es  bocado 
estimable.  (Zool.  F.  Pérci- 
dos; esp.  Mesoprion  chry- 
surus).  (Et.  De  "rabo"  y 
"rubio"). 

Rabirrubia  de  lo  alto.  Cub. 
epic.  f. — Pez  más  pequeño 
que  el  anterior,  de  color 
carmín,  con  la  cola  profun- 
damente bifurcada,  que  se 
pesca  a  mayor  profundi- 
dad, de  lo  que  toma  nom- 
bre. 

Rabisacado.  Cub.  adj.  —  El 
corte  de  oreja  en  los  ani- 
males, indicado  en  la  voz 
rabihorqueta,  cuando  se 
deja  una  sola  punta.. 

Rabito  peludo.  Cub.  m. — La 
planta  más  conocida  por  su 
nombre  castellano  de  "al- 
morejo". 

Rabito  peludo.  Cub.  m. — La 
yerba  rabo  de  gato.  Véase. 

Rabo.  Cub.  m. — muy  vulg. — 
Dícese    al    órgano    genital 


varonil.  Véanse  las  frases 
215  y  226  del  Apéndice. 
Tiene  las  acep.  cast.  prin- 
cipales. 

Rabo  de  alacrán.  Cub.  va. — 
Véase  alacrancillo  de  pla- 
ya. 

Rabo  de  gato.  Cub.  m. — 
Hierba  que  constituye  un 
pasto  bueno  y  abundante, 
conocida  también  por  rabi- 
to peludo.  Hay  otra  de  ese 
mismo  nombre.  (Bot.  F. 
Gramíneas;  esp.  Chcetochloa 
imberbis,  Scribm.) 

Rabo  de  junco.  Cub.  epic. 
m.  —  El  ave  más  conocida 
por  rabijunco  (véase),  muy 
distinta  de  la  "rabo  de 
junco"  de  la  R.  A. 

Rabo  de  majá.  Cub.  m. — Así 
llaman  los  muchachos  a  la 
cola  que  ponen  a  las  come- 
tas, cuando  la  hacen  con 
tiras  de  trapo,  blancas  y 
negras  alternas.  También 
dicen  rabo  lagarteado. 

Rabo  de  zorra.  Cub.  m. — 
Hierba  que  toma  este  nom- 
bre del  penacho  que  adorna 
su  tallo  a  la  manera  indi- 
cada. Es  un  mal  pasto  que 
reputan  algunos  como  va- 
riedad de  la  barba  de  indio 
y  que  algunos  llaman  toro- 
lico.  No  es  la  misma  de  la 
R.  A.  de  aquel  nombre. 

Rabo  lagarteado.  Cub.  m. — 
Véase  rabo  de  majá. 

Rabuda.  Cub.  adj. — Aplícase 
a  paloma.  Véase.  Algunos 
usan  esta  voz  como  subs- 
tantivo en  el  mismo  caso. 

Rabudita.  Cub.  epic.  f. — Pe- 


BAÍZ 


—  442 


RAJA 


quena  ave  de  paso  anual- 
mente en  la  región  occi- 
dental, de  color  ceniciento 
azulado  por  encima,  alas 
pardas  y  cola  negra,  blan- 
ca por  debajo  con  viso  gris 
en  el  pecho.  Entre  campe- 
sinos suele  decirse  rabuíta. 
Zool.  F.  Silvidw;  esp.  Po- 
lioptila  coerulea,  Lin.) 

Rabuíta.  Cub.  epic.  f.  —  Co- 
rrupción, entre  gente  cam- 
pesina, de  rabudita.  Véase. 

Rab«Ja.  Cub.  f. — En  la  reco- 
laeción  de  boniatos,  dícese 
al  conjunto  de  los  que  por 
su  mal  estado  se  destinan 
a  ios  cerdos. 

Raí!.  Común,  m. — El  riel  o 
carril  de  los  caminos  de 
hierro;  voz  tan  generaliza- 
da en  Cuba  que  casi  ha 
desterrado  los  sinónimos 
de!  castellano  correcto.  (Et. 
Anglicismo). 

R&ír  americana.  Cub.  f. — 
Víase  sagú  (1.a  acep.) 

Raíz  de  China.  Cub.  f. — En- 
redadera silvestre  de  tallos 
delgados,  cuya  raíz  estí- 
mase antídoto  de  algunos 
venenos  y  estimulante  de 
la  fecundidad  maternal. 
También  se  llama  zarza- 
parrilla y  zarzaparrilla  de 
la  tierra.  Hay  otras  dos  es- 
pecies de  ese  mismo  nom- 
bre. (Bot.  F.  Liliáceas;  esp. 
Smilax    havanensis,    Jacq.) 

Raíz  de  indio.  Cub.  f. — La 
pina  de  ratón  (2.a  acep.) 
Véase. 

Raíz  de  paciencia.  Cub.  f. — 
"Planta  medicinal   de  que 


se  hacen  bebidas  aperiti- 
vas. (Rumex  patientia)", 
según  Pichardo. 

Rajada.  Cub.  f.  —  Acción  y 
efecto  de  rajarse  (1  .a 
acep.) :  "Fulano,  al  oir  la 
indirecta,  se  dio  la  gran 
rajada".  Otras  veces  se  oye 
rajadura  y  r ajamiento. 

Rajadura.  Cub.  f.  —  fam.  — 
Acción  y  efecto  de  rajarse 
(2.a  acep.  y  pocas  veces  de 
la  1.a):  "Las  rajaduras  de 
Zutano  en  sus  negocios  le 
desacreditan".  También  se 
dice  rajada  y  Tajamiento. 

Rajamlento.  Cub.  m. — fam. — 
Acción  y  efecto  de  rajarse 
en  las  dos  acep.,  particu- 
larmente en  la  1.a.  Véanse 
rajada  y  rajadura. 

Rajar,  se.  Cub.  v.  a.  y  ref. — 
fam. — Equivale  a  marchar- 
se oculta  o  inesperadamen- 
te de  un  lugar  o  reunión: 
"Señores:  yo  me  rajo". 
"Fulano  se  rajó  cuando 
menos  se  esperaba".  Es  si- 
nónimo de  correrse,  abrir- 
se y  fletarse.  Tiene  las  acep. 
cast.  de  verbo  activo. 

Rajarse.  Amer.  v.  ref. — fam. 
— Arrepentirse  de  un  com- 
promiso, negar  una  pala- 
bra dada,  desdecirse:  "Do- 
mingo se  ha  rajado  de 
comprar  la  casa";  "pudo 
rajarse  del  .negocio".  Este 
uso  del  verbo  "rajar"  pro- 
bablemente es  de  origen 
mejicano. 

Rajatabla  (A).  Amer.  mod. 
adv. — Usase  como  el  caste- 
llano "a  la  carrera",  "pre- 


RAMO 


-  443  — 


RANA 


cipitadamente" :  "Harás  tal 
cosa  a  rajatabla'" . 

Rajón.  Cub.  m. — En  las  obras 
de  albañilería,  los  pedazos 
de  piedra  o  ladrillo  que  se 
llaman  "ripios"  en  caste- 
llano y  en  Cuba  también. 
(Et.  De  "raja"). 

Ralada.  Cub.  f.  —  El  excre- 
mento de  las  aves,  particu- 
larmente las  domésticas. 
Tiene  poco  uso  fuera  del 
lenguaje  campesino,  y  es 
lástima  que  no  se  extien- 
da, pues  no  sería  despre- 
ciable huésped  en  la  lengua 
castellana. 

Ramajear.  Cub.  v.  a.  —  Lo 
mismo  que  el  castellano 
"chapodar",  cortar  el  ra- 
maje  inútil   a   los   árboles. 

Ramajeo.  Acción  y  efecto  de 
ramajear.  Véase. 

Ramón.  Cub.  m. — Varios  ár- 
boles de  diversas  familias 
botánicas  reciben  este  nom- 
bre, pero  uno,  acaso  el  más 
interesante,  no  recibe  nin- 
gún aditamento  diferencial, 
y  es  indígena,  silvestre, 
propio  de  lugares  húme- 
dos, de  hojas  alternas,  ova- 
les, lanceoladas,  que  cons- 
tituyen un  buen  pasto  en  la 
sequía;  de  flores  blancas, 
y  fruto  en  baya  rojiza  de 
cuatro  aristas.  También  se 
llama  palo  ramón.  (Bot.  F. 
Ulmáceas;  esp.  Celtis  occi- 
dentalis,  Lamk.) 

Ramón  de  caballos.  Cub.  m. 
— Árbol  silvestre  que  se 
eleva  unos  diez  metros,  de 
hojas    oblongas    puntiagu- 


das, que  comen  con  pro- 
vecho los  animales  en  tiem- 
po de  seca,  y  madera  bue- 
na, resistente.  También  se 
llama  ramón  del  interior. 
(Bot.  F.  Mareas;  esp.  Tro- 
phis  americana,  Lin.) 

Ramón  de  costa.  Cub.  m.— 
Árbol  indígena  silvestre, 
inerme,  de  hojas  ovales, 
con  la  base  oblicua,  y  ase- 
rradas en  la  parte  superior, 
que  también  son  buen  pas- 
to; tiene  buena  madera,  de 
color  amarillo  ceniciento,  y 
crece  en  las  márgenes  de 
los  ríos,  y  especialmente 
en  el  litoral,  por  lo  que 
toma  ese  nombre  y  el  de 
ramón  de  playa. 

Ramón  del  interior.  Cub.  m. 
— El  ramón  de  caballos. 
Véase. 

Ramón  de  playa.  Cub.  m. — 
El  ramón  de  costa.  Véase. 

Ramón  de  vaca.  Cub.  m. — 
Véase  bibona. 

Ramoncillo.  Cub.  va. — Planta 
herbácea  silvestre,  de  gran- 
de y  feraz  desarrollo  en 
tiempo  de  lluvias,  que  co- 
men los  animales. 

Ramoncillo.  Cub.  m. — Árbol 
que  se  eleva  unos  diez  me- 
tros, de  madera  dura  y 
fuerte,  blanca  veteada,  que 
se  emplea  en  obras  rús- 
ticas. 

Rana.  Cub.  f. — La  pieza  de 
hierro  compuesta  de  dos 
trozos  de  riel  en  ángulo  con 
el  vértice  truncado,  que  se 
emplea  en  los  caminos  de 
hierro    para     enlazar     las 


KANCH 


—   444   — 


RASC 


vías.  Véase  el  refrán  37  del 
Apéndice.  Tiene  ios  usos 
castellanos. 

Rana  macho.  Cub.  f. — Árbol 
o  arbusto  de  buena  made- 
ra, elástiea,  incorruptible, 
empleada  en  obras  subma- 
rinas, de  color  ceniciento 
obscuro.  También  se  dice 
simplemente  rana  y  gua- 
yacancillo  de  costa.  (Bot.  F. 
Leguminosas;  esp.  Behai- 
mia  cubensis,  Gris.) 

Ranaco.  Cub.  epio.  m. — Una 
especie  pequeña  de  sapo. 

Rancheados,  ra.  Cub.  adj. — 
antic. -Aplicábase  a  la  per- 
sona o  perros  dedicados  a 
ranchear.  Véase. 

Ranchear.  Cub.  v.  n. — antic. 
- — En  tiempo  de  la  escla- 
vitud de  los  negros,  la  ocu- 
pación de  personas  o  pe- 
rros de  buscar  en  los  ran- 
chos a  los  negros  huidos. 

Ranchería»  Cub.  f. — antic— 
Acción  y  efecto  de  ran- 
chear. Tiene  además  el  uso 
americano  castellanizado. 

Rancho.  Cub.  m. — V  é  a  s  e 
bohío  de  vara  en  tierra. 
Tiene  las  principales  acep. 
castellanas. 

Rancho.  Cub.  m. — fam. — En 
la  jerga  comercial,  se  tra- 
duce por  factura  de  poca 
monta:  "He  vendido  dos 
ranchos". 

Ranchue-Iero,  ra.  Cub.  subs. 
y  adj. — La  persona  de  Ran- 
chuelo. 

Ranchuelero,  ra,  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  cosas  de  esa  po- 
blación. 


Ranero.  Cub.  m. — Lagunato, 
pantano,  etc.,  donde  abun- 
dan y  crían  las  ranas. 

Raposa.  Cub,  f. — antic. — Re- 
cipiente en  que  se  recibían 
cebollas,  patatas,  etc. 

Raquíticamente.  Común,  adv. 
—  De  manera  raquítica : 
" Crece  raquíticamente " . 

Rascabarriga.  Cub.  m. — Ar- 
busto silvestre  de  unos 
4  metros  de  elevación,  que 
se  desarrolla  en  las  már- 
genes de  los  ríos  y  arro- 
yos, de  hojas  con  un  nervio 
central  muy  fuerte,  fruto 
de  figura  cordiforme,  de 
color  amarillo  anaranjado, 
y  cuyos  tallos  se  emplean 
para  cujes  y  látigos.  Tam- 
bién se  llama  arrayán.  (Bot. 
F.  Rubiáceas;  esp.  Spadea 
amoena,,  A.  Rich.) 

Rascabarrig.a  amarillo,  Cub. 
m. -Árbol  silvestre  de  bue- 
na madera,  de  color  ama- 
rillo claro.  También  se  dice 
guayacancillo  de  loma.  (Bot. 
F.  R.;  esp.  Casasia  calo- 
phylla,  A.  Rich.) 

Rascabucheador,  ra.  Cub. 
adj. — vulg.— Lo  mismo  que 
rascabuchero,  ra.   Véase. 

Raseabucbeadura.  Cub.  f. — 
vulg. — Véase    rascabucheo. 

Rascabucheamiento.  Cub. 
m. — vulg.- — Lo  mismo  que 
rascabucheo.  Véase. 

Rascabuchear.  Cub.  y.  a.  y 
n. — vulg. — La  definición  de 
este  verbo  es  cuestión  pe- 
liaguda. Tiene  acepciones 
caprichosas;  casi  pudiéra- 
mos   decir    que   para    usos 


—  445 


RASP 


particulares.  Si  alguien  ob- 
serva lo  que  hay  o  sucede 
en  una  morada  ajena,  dí- 
cese*  que  rascabuchea;  y  si 
un  hombre,  en  el  baile  por 
ejemplo,  no  es  con  su  pa- 
reja todo  lo  decente  que 
debiera — y  entonces  el  ver- 
bo puede  ser  recíproco — , 
se  dice  que  Fulano  rasca- 
buchea a  Fulana  o  se  ras- 
cabuchean. Y  por  el  estilo 
siempre  indicando  algo  de 
indecoroso  en  la  acción,  el 
verbo  rascabuchear  sirve 
poco  menos  que  para  todos 
los  usos.  (Et.  De  "rascar" 
y  "buche"). 

Rascabucheo.  Cub.  m.-vulg. 
—Acción  y  efecto  de  rasca- 
buchear. Otros  dicen  ras- 
cabucheadura  y  rascabu- 
cheamiento. 

Rascabuchero,  ra.  Cub.  adj. 
— vulg. — Aplícase  a  la  per- 
sona aficionada  a  rascabu- 
chear. También  se  dice 
rascabucheador,  ra. 

Rascase.  Cub.  epic.  m. — Pez 
que  alcanza  un  tamaño  de 
3  decímeTros,  de  figura  algo 
irregular,  con  las  aletas 
muy  desarrolladas,  menos 
las  pectorales,  de  color  ce- 
niciento con  manchas  ne- 
gras, cola  espatulada,  boca 
pequeña,  y  ojos  negros  con 
el  iris  bruno.  Hay  otras  es- 
pecies sin  mayor  interés. 
(Zool.  esp.  Scorpoena  rasca- 
sio,  Poey). 

Raspa.  Cub.  f. — Parte  de  los 
guisados  que  se  queda  pe- 
gada  a   la  cacerola,   y  re- 


sulta más  tostada.  Particu- 
larmente se  refiere  al 
arroz.  Tiene  los  usos  caste- 
llanos. 

Raspada.  Cub.  f. — fam. — Ac- 
ción y  efecto  de  raspar. 
Véase.  Los  menos  dicen 
raspadura  (2.a  acep.) 

Raspadura.  Cub.  f. — El  azú- 
car ordinario  en  masa  en- 
durecida, por  estar  satu- 
rada de  miel,  y  que  cons- 
tituye en  algunos  lugares 
una  industria  casera,  pre- 
sentándola en  pequeños  pi- 
lones de  figura  piramidal, 
envueltos  en  hojas  de  plá- 
tano. En  la  preparación  de 
esos  pilones  suele  emplear- 
se también  queso.  Llámase 
asimismo  raspadura  a  los 
pegotes  que  como  residuos 
quedan  en  los  aparatos  de 
elaborar  el  azúcar.  En  otros 
puntos  de  América,  se  dice 
rapadura,  sin  s.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Raspadura.  Cub.  i. — fam. — 
Lo  mismo  que  raspadla. 
Véase. 

Raspadura  de  flor.  Cub.  f. — ■ 
La  raspadura  (1.a  acep.) 
cuando  en  su  elaboración 
entra  azúcar  de  mejor  cla- 
se, que  le  da  más  suavidad 
al  paladar. 

Raspalengua.  Cub.  m.- — Ár- 
bol silvestre  de  hojas  gran- 
des, elípticas  u  oblongas, 
aserradas,  lampiñas  en  la 
haz,  tomentosas  en  el  en- 
vés, fruto  en  cápsula  glo- 
bosa, de  tamaño  de  cereza, 
dulzaino,    que    comen    con 


RAST 


446  — 


REBA 


provecho  los  cerdos  y  cier- 
tas aves,  pero  que  produce 
un  gran  ardor  de  lengua  a 
las  personas,  de  donde  toma 
nombre;  su  madera  es 
blanda,  ligera,  de  color 
amarillento,  y  se  utiliza  en 
ebanistería.  (Bot.  F.  Sami- 
dáceas;  esp.  Casearia  hir- 
suta, Sw.) 

Raspapolvos.  Cub.  m.  pl. — 
fam. — Equivale  a  "repri- 
menda", "amonestación", 
"regaño",  y  es  voz  gracio- 
sa: "Le  echaron  un  raspa- 
polvos en  la  oficina,  por 
llegar  tarde". 

Raspar.  Cub.  v.  a. — fam. — 
Despedir  a  un  empleado  o 
subalterno.  "Rasparon  a 
diez  empleados  en  la  fá- 
brica, por  perturbadores". 
Al  verbo  botar,  por  desdi- 
cha para  el  habla  de  Cer- 
vantes, no  falta  quien  lo 
haga  sinónimo  de  este  otro. 
Tampoco  falta  quien  a  ras- 
par dé  el  asqueroso  signi- 
ficado de  obras  contra  la 
naturaleza  varonil.  Tiene 
los  usos  castellanos. 

Rasponazo.  Cub.  m. -Peque- 
ña desgarradura  de  la  piel 
en  ligero  accidente:  Me  di 
un  rasponazo  en  la  pierna". 
(Et.  De  "raspar",  con  la 
influencia  de  "arañazo"  y 
otros). 

Rastrojo.  Cub.  m. — En  Cuba, 
por  extensión  de  la  acep. 
académica,  se  dice  "ras- 
trojo", muy  frecuentemen- 
te en  plural,  al  residuo,  al 
desperdicio  de  alguna  cosa: 


"Sólo  quedan  los  rastrojos 
de  la  cosecha  de  patatas". 
"En  la  carnicería  no  hay 
más  que  rastrojos^. 

RavioSi.  Cub.  m. -Cierta  masa 
de  queso  y  mantequilla  con 
la  que  se  hace  sopa.  Algu- 
nos escriben  esta  voz  con 
b.  (Et.  del  italiano  ravioli). 

Real.  Amer.  m.- — Moneda  de 
plata  equivalente  a  dos 
reales  de  vellón  o  diez  cen- 
tavos. El  peso  de  plata 
consta  de  diez  reales. 
Véanse  la  frase  157  y  el 
refrán  28  en  los  respecti- 
vos Apéndices.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Real  fuerte.  Amer.  m. — En 
Cuba  y  otros  países  ameri- 
canos, no  se  dice  así  a  la 
moneda  mejicana  que  cita 
la  R.  A.,  por  ser  descono- 
cida en  ellos.  Se  entiende 
por  real  fuerte  una  mone- 
da imaginaria,  equivalente 
a  ésa,  o  sean  dos  y  medio 
reales  de  vellón,  de  manera 
que  el  duro  tiene  ocho  rea- 
les fuertes.  Es  unidad  mo- 
netaria empleada  en  Cuba, 
solamente  en  el  comercio 
importador,  y  en  uso  deca- 
dente. 

Rebacadero.  Cub.  m. — Algu- 
nos escriben  así  incorrec- 
tamente la  voz  revacadero, 
que  se  deriva  de  "vaca",  y 
requiere  por  lo  tanto  el 
empleo  de  la  v.  Véase. 

Rebambaramba.  Cub.  f.  — 
vulg. — Escándalo  tumultua- 
rio, desorden,  confusión 
callejera.   Es    sinónimo   de 


RBCL 


—  447  — 


EBOO 


corre-corre,  y  de  molote, 
aceptada  ésta  por  la  R.  A. 

Rebasar.  Cub.  v.  n. — poco 
uso. — Algunos  emplean  este 
verbo  para  manifestar  que 
se  salvan  los  obstáculos 
de  un  asunto.  Tiene  los 
usos  castellanos. 

Rebencudo,  da.  Cub.  adj. — 
fam. — Equivale  a  "porfia- 
do", "testarudo",  "terco": 
"Anita  es  muy  rebencuda'". 
(Et.   De    "rebenque"). 

Rebenque.  Cub.  f. — fam. — 
Lo  mismo  que  "incomodo", 
"mal  humor",  "fastidio": 
"Fulano    tiene    rebenque". 

Rebenque.  Cub.  adj. — Véase 
tasajo  rebenque. 

Rebumbio.  Amer.  m. — fam. 
—Alboroto,  desorden,  con- 
fusión: "Más  que  reunión, 
aquello  fué  un  rebumbio". 

Reburujina.  Amer.  f. — Ac- 
ción y  efecto  de  reburujar, 
o  sea  "reburujo"  en  cas- 
tellano. 

Recado.  Cub.  m. — En  pocos 
lugares,  lo  que  general- 
mente se  conoce  por  vian- 
da. Véase.  Tiene  las  acep. 
castellanas. 

Recentína.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  la  vaca  recién  pa- 
rida.   (EL    De    "reciente"). 

Receso.  Amer.  m. — Descanso 
en  un  debate,  corta  sus- 
pensión de  los  trabajos  en 
una  asamblea,  juicio  oral, 
etc.:  "El  Presidente  con- 
cedió un  receso  de  diez  mi- 
nutos". 

Reclamo.  Común,  m. -Anun- 
cio  periodístico    en    forma 


gacetillera,  que  es  una  ma- 
nera, no  siempre  ingeniosa, 
de  proponer  indirectamen- 
te al  lector  el  consumo  de 
algún  género,  sin  que  des- 
cubra la  verdadera  inten- 
ción de  lo  que  lee  hasta 
casi  concluir  la  lectura. 
(Et.  Del   francés  rédame). 

Reclamo.  Cub.  m.  —  Dícese 
impropiamente  por  "recla- 
mación": "Hice  el  reclamo 
de  las  averías  a  la  fábri- 
ca". 

Reclusión  perpetua.  Común. 
f.  —  Término  del  Código 
Penal  que  señala  la  pena 
inmediatamente  inferior  a 
la  de  muerte,  y  se  extingue 
a  los  30  años  de  empezar  a 
sufrirla,  si  el  Gobierno  su- 
pone que  se  ha  corregido 
el  penado,  pues  que  tiene 
derecho  a  no  darle  libertad 
entonces. 

Reclusión  temporal.  Común. 
f. — Pena  que  ocupa  el  ter- 
cer grado  en  la  escala  del 
Código  Penal,  y  como  má- 
ximo, puede  durar  desde 
doce  años  y  un  día  hasta 
veinte  años. 

Recogerse.  Cub.  v.  ref. — 
fam.  —  Usase  generalmente 
en  imperativo,  para  re- 
convenir a  una  persona 
que  se  propasa  en  algo: 
" Recójase,  amigo,  que  le 
pueden  costar  caros  los 
atrevimientos".  "Si  no  te 
recoges,  vas  a  tener  un  dis- 
gusto". 

Recolta.  Cub.  f.— poco  uso. 
— En  algunas  comarcas  se 


RBDU 


448  — 


REFA 


oye  esta  voz  en  lugar  de 
"recolección",  "  cosecha  "^ 
especialmente  si  se  trata 
de  café.  (Et.  Del  francés 
récolte). 

Reconstrucción.  Común,  f.- 
Acción  y  efecto  de  recons- 
truir: "La  reconstrucción 
del  teatro". 

Recortado,  da.  Cub.  adj. — 
fam.  —  Se  aplica  festiva- 
mente a  la  persona  de  baja 
estatura.  Tiene  los  usos 
castellanos,  como  p.  p.  del 
verbo  "recortar". 

Recortes.  Cub.  m.  pl. — fam. 
— Equivale  a  "lecciones", 
"modelos",  "reglas":  "El 
pinche  toma  recortes  del 
cocinero".  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Rechupetín  (De).  Cub.  mod. 
adv.  —  fam.  —  Empléase, 
aunque  menos,  cómo  el 
castellano  "de  rechupete", 
de  más  uso  en  Cuba,  para 
expresar  exquisitez,  exce- 
lencia: "Este  guisado  está 
de  rechupetín" .  La  R.  A. 
acepta  "ser  de  rechupete" 
como  frase  fam.  Nosotros 
opinamos  que  no  es  tal 
frase,  y  sí  un  modo  adver- 
bial, toda  vez  que  se  dice 
de  rechupete  en  muchas 
frases  que  no  las  forma  el 
verbo  "ser",  como  por 
ejemplo:  "estar  de  rechu- 
pete"; "quedar  de  rechu- 
pete";  etc. 

Reducidamente.  Común,  adv. 
—  De  manera  reducida : 
"Una  familia  que  vive  re- 
ducidamente". 


Reembarque.  Común,  m. — 
Acción  y  efecto  de  reem- 
barcar :  "El  reembarque 
de  las  tropas". 

*  Refacción.  Cub.  f.-La  R.  A. 
acepta  este  cubanismo  y  no 
el  más  importante,  del  cual 
deriva,  o  sea  el  verbo  re- 
faccionar. Además  de  in- 
currir en  ese  olvido,  da  un 
significado  inexacto  a  la 
voz  refacción;  pues  dice 
que  es  el  "gasto  que  oca- 
siona al  propietario  el  sos- 
tenimiento de  un  ingenio 
u  otra  finca".  Esto  que  co- 
piamos literalmente  no  se 
entiende  en  Cuba  sino  con 
palabras  castellanas  como 
las  de  "gasto",  "egreso"  y 
otras;  "refacción"  es  algo 
distinto,  es  la  acción  y  el 
efecto  del  verbo  refaccio- 
nar, y  en  este  lugar,  que 
es  el  más  adecuado,  se  ex- 
plica. Véase. 

Refaccionar.  Cub.  v.  a. -Fa- 
cilitar al  dueño  o  explota- 
dor de  una  finca  rústica, 
los  géneros  y  dinero  nece- 
sarios para  el  cultivo  de 
ella,  en  tanto  que  no  se  re- 
coja y  venda  el  producto 
cosechado.  En  este  com- 
promiso verbal  o  escrito, 
que  se  efectúa  regular- 
mente entre  un  comer- 
ciante y  un  agricultor,  sue- 
le haber  algunas  condicio- 
nes especiales,  corno  la  de 
garantizar  el  importe  del 
consumo  con  la  propia  co- 
secha, con  la  finca  misma, 
o   con   cabezas   de   ganado, 


REFU 


449 


RBIN 


etc.;  cargar  un  interés  fijo 
al  importe  de  lo  facilitado; 
cobrar  esto  con  parte  de  la 
cosecha  y  no  en  dinero; 
hacer  la  recolección  el  pro- 
pio refaccioni<-ta,  y  otras. 
Véase  la  voz  refacción,,  y  se 
comprenderá  lo  mal  infor- 
mada que  ha  sido  la  R.  A. 
al  aceptar  este  cubanismo, 
y  lo  poco  justa  que  le  han 
hecho  ser  a  esa  docta  Cor- 
poración, no  aceptando  la 
voz  matriz  o  sea  este  verbo 
refaccionar. 

Refaccionario,  ria.  Cub.  adj. 
— Aplícase  a  la  persona  a 
quien  se  refacciona,  y  a  los 
asuntos  en  relación  con  re- 
faccionar. Algunos  le  dan 
uso  de  substantivo. 

Refaccionista.  Cub.  común. 
— La  persona  o  casa  de  co- 
mercio que  refacciona  una 
o  varias  fincas  de  cultivo. 

Refistolería.  Cub.  f. — Arro- 
gancia, jactancia,  afectada 
vanidad  personal. 

f?eílstoleros  ra,  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  la  persona  alta- 
nera, vanidosa,  afectada  en 
sus  modales,  gestos  y  ex- 
presión. 

Refitolero,  ra.  Cub.  adj. — Se 

aplica    a    la    persona    muy 

obsequiosa  y  zalamera. 

íeffrescante.   Común,   adj. — 

Aplícase    a    las    cosas    que 


'La  zarzaparri- 
bebida   refres- 


refrescan  : 
lia   es   una 
cante". 
!efunfuñador,     ra.     Común. 
adj. — Se  aplica  a  la  perso- 
na    dada     a     refunfuñar: 


"Pedro  es  muy  refunfu- 
ñador". 

Refutable.  Común,  adj.  — 
Aplícase  a  cosa  que  pueda 
refutarse:  "Una  opinión 
refutable". 

Regalía.  Cub.  f. — Una  vitola 
grande  de  cigarro  puro  o 
tabaco.  Tiene  algunas  de 
las  acep.  académicas. 

Regaliza.  Cub.  í. — La  planta 
peonía.  Véase.  No  es  la 
"regaliza"  de  la  R.  A. 

Regatear.  Cub.  v.  n. — No  se 
aplica  este  verbo  en  Cuba 
solamente  a  las  regatas  de 
embarcaciones,  sino  que, 
por  extensión,  a  todas  luces 
incorrecta,  se  dice  a  las 
porfías  de  velocidad  entre 
caballos,  bicicletas,  etc. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Regateo.  Cub  m. — Acción  y 
efecto  de  regatear.  Véase. 
Es  caso  curioso  que  cuando 
se  trata  de  embarcaciones 
no  se  diga  regateo,  sino 
"regata",  en  correcto  cas- 
tellano. Tiene  la  acep.  cast. 

Regiano,  na.  Cub.  subs.  y 
adj. — La  persona  nacida  en 
Regla. 

Regiano,  na.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  cosas  de  esa  lo- 
calidad. 

Regustado,  da.  Cub.  adj. — 
fam. — Aplícase  a  la  perso- 
na que  ha  quedado  satis- 
fecha de  una  cosa. 

Reina  Luisa.  Cub.  f. — Plan- 
ta cultivada  en  los  jardi- 
nes, de  tallo  herbáceo  que 
alcanza  unos  8  decímetros 
de  altura;  las  hojas  de  la 


REJO 


—  460 


parte  inferior  del  tallo  son 
grandes,  oblongas,  puntia- 
gudas y  dentadas,  y  las  de 
la  parte  superior,  peque- 
ñas; tiene  flores  grandes, 
sin  olor,  pero  muy  hermo- 
sas, de  pétalos  violados. 
También  se  conoce  por  ca- 
jigal y  por  su  nombre  cas- 
tellano de  "damasquina", 
aunque  menos.  (Bot.  F. 
Compuestas;  esp.  Zinnia 
elegans). 

Reina  Margarita.  Cub.  i. — 
Una  variedad  de  la  planta 
de  jardín  conocida  en  Cuba 
por  extraña  rosa,  y  en  cas- 
tellano simplemente  por 
"extraña". 

Reinado.  Cub.  m.  —  ant  ic.  — 
Cierta  reunión  o  fiesta  pa- 
recida ai  cabildo  de  negros 
(1.a  acep.),  en  la  que  éstos 
proclaman  una  reina  que 
con  su  cohorte  preside  el 
festival.  Hoy  los  negros 
tienen  sus  reuniones  más  o 
menos  importantes,  algu- 
nas con  carácter  secreto, 
pero  fundan  y  sostienen  so- 
ciedades serias  y  decentes 
de  recreo  en  casi  todas  las 
localidades. 

Rejeca.  Cub.  adj.  —  Véase 
rejega. 

Rejega.  Cub.  adj. — Aplícase 
a  la  vaca  que  se  deja  orde- 
ñar fácilmente,  porque  se 
ha  acostumbrado  a  que  se 
le  amarre  el  ternero  al  pes- 
cuezo con  el  rejo.  Véase. 

Rejo.  Cub.  m. — Soga  con  que 
se    amarra    el    ternero    al 


fe 


pescuezo   de   la  vaca  pa 
ordeñarla. 

Rejuego.    Cub.    m.  —  fam.  • 
Embrollo,  ardid  de  no  mi 
buena    índole:    "Juan   c 
sus    rejuegos    convenció 
Roque". 

Relajeada.  Cub.  f.  —  fam. 
Véase    relajeadura. 

Relajeador,  ra.  Cub.  adj. 
fam. — Aplícase  a  la  pers 
na  amiga  o  aficionada  a  r 
lajear.  Véase.  Otros  dic< 
relajero,  ra. 

Relajeadura.  Cub.  f. — fam. 
Acción  y  efecto  de  relajee 
Véase.  También  se  dice  r 
lajeada  y  relajeamiem 
aunque  se  oye  menos. 

Relajeamiento.  Cub.  m 
fam. — Aféase  relajeadura 
|ear.  Cub.  v.  a. — fam 
Lo  mismo  que  "bromeai 
"tomar  el  pelo,1"  reírse 
mofarse  de  una  persona 
cosa:  "A  Diego  le  relaje* 
ron  sus  caricaturas";  "R 
món  relajeó  o  ha  relajea< 
como  quiso  a  Tomás".  (I 
De    "relajar"). 

Relajero,  ra.  Cub.  adj.-fa¡ 
— De  menos  uso  que  reí 
jeador,  ra. 

Relajo.  Cub.  m.  —  fam.  A 
Equivale  a  "pornografía 
"depravación":  "Un  lib 
de  relajo";  "palabras, 
cuentos  de  relajo".  No  fal^ei 
quien  degrade  la  voz  a  si; 
niñear  el  acto  del  coito. 

Relajo.  Cub.  m. — fam. — A 
boroto,  desorden,  escánd; 
lo:  "La  fiesta  concluyó  ce 
el  gran  relajo". 


>1  — 


RBNG 


ReSaJón,  na.  Cub.  adj. — fam. 
Aplícase    a    la    persona    de 
costumbres  depravadas,  afi- 
cionada  a   cosas   de   relajo 
(1.a  acep.)   "Fulano  es  muy 
relajón  o  tiene  costumbres 
relajonas". 
íeSambido,    da.    Cub.    adj. — 
i    Corrupción    casi    admisible 
de   relamido,   da,   que    está 
,'    muy  generalizada. 
Relamido,    da.    Cub.    adj. — 
Aplícase    a    la   persona   de 
pretensiones  desfachatadas, 
irrespetuosas.    Una    mujer 
festejada  o  pretendida  por 
quien  considera  inferior,  la 
llama  relamido.  Muchos  di- 
cen   relambido,    da,    forma 
que  parece  ganar  en  dono- 
sura. 
Ijie.lampuso,  sa.  Cub.   adj. — 
fam.  —  Desfachatado,    des- 
comedido,   indecoroso,    más 
j|¿  que  lampuso,  sa.  Véase. 
^■teíente.  Cub.  m.-La  refrac- 
m  ción  de  la  luz  solar  cuan- 
gl  do    molesta   la   vista,    y    la 
m\  lunar  que  deja  sentir  frial- 
dad:   "El  relente  del  sol"; 
"el    relente    de    la    luna". 
Esta  última  forma  viene  a 
ser  la  acep.  académica. 
eilollo,  Ha.  Cub.  adj. — fam. 
¡  — V  é  a  s  e    reyoyo,    ya,    de 
jí  donde   deriva   por   corrup- 
-i  ción. 

emandingo.  Cub.  m. — vulg. 
— Escándalo,  confusión,  al- 
boroto. Es  sinónimo  de  re- 
aljj  lajo  (2.a  acep.)  salpafuera, 
correcorre,  folleo,  rebum- 
bio y  otros. 
emediano,  na.  Cub.  subs.  y 


adj. — La  persona  natural 
de  San  Juan  de  los  Reme- 
dios o,  simplemente  y  más 
común,  Remedios. 

Remedian©,  na.  Cub.  adj. — - 
Aplícase  a  cosas  pertene- 
cientes a  esa  ciudad. 

Remetida.  Cub.  f.-En  el  jue- 
go de  burro,  cuando  los  ju- 
gadores ponen  su  cuota  en 
el  fondo  común,  después  de 
una  jugada. 

Remisión.  Cub.  f. — En  el  co- 
mercio, especie  de  factura 
provisional,  que  se  manda 
con  una  mercancía  dentro 
de  la  localidad.  Tiene  las 
acep.  cast. 

Remojo.  Amer.  m. — antic. — 
Equivale  a  "propina".  En 
lenguaje  criollo  suele  oírse 
en  el  pueblo  basura  y  ba- 
surUa,  como  sinónimos. 
Tiene  ios  usos  castellanos. 

Remolacha.  Cub.  f.  —  Según 
Pichardo,  de  este  planta  de 
escaso  cultivo  en  Cuba,  el 
señor  Goloma  y  Garóes  dis- 
tingue ocho  variedades:  "la 
blanca,  de  Silesia;  la  ama- 
rilla, de  Alemania;  la  glo- 
bosa roja;  la  larga,  color 
de  rosa;  la  amarilla,  de 
Castelmándarg;  la  larga 
violeta,  y  la  larga  roja'". 

Renculillo.  Cub.  m. — fam. — 
Incomodo,  rabieta  capri- 
chosa: "Inés  tiene  un  ren- 
culillo inaguantable". 

Rengue.  Amer.  m. — antic. — 
Cierto  tejido  de  algodón 
transparente,  usado  en  col- 
gaduras, cortinas,  mosqui- 
teros, etc.  Hoy  se  diee  "mu- 


RBPO 


selina".  Véase  la  frase  99 
del  Apéndice. 

Renovable.  Común,  adj. — 
Aplícase  a  lo  que  puede  re- 
novarse: "Un  contrato  re- 
novable". 

Reñido,  da.  Común,  adj. — 
fig.  y  fam. — Lo  mismo  que 
"encontrado",  "opuesto": 
"El  desaseo  está  reñido  con 
la  buena  educación";  "cos- 
tumbre reñida  con  la  hom- 
bría de  bien". 

Repartidera.  Cub.  f. — En  los 
ingenios,  una  paila  peque- 
ña destinada  a  trasegar  el 
melado. 

Reparto.  Cub.  m. — Por  an- 
tonomasia, el  terreno  ur- 
banizado que  se  fracciona 
en  solares.  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Repellador,  ra.  Cub.  adj. — ■ 
vulg. — Aplícase  a  la  per- 
sona que  gusta  de  repellar. 
Véase. 

Repellar.  Cub.  v.  n. — fig.  y 
vulg.  —  Emplear  contorsio- 
nes obscenas  en  el  baile, 
particularmente  en  el  lla- 
mado rumba.  Tiene  el  aso 
castellano. 

RepeEIo.  Cub.  m. — Acción  y 
efecto  de  repellar.  Véase. 

Repliegue.  Común,  m. -Plie- 
gue doble  o  superpuesto. 
(Et.    De    "replegar"). 

Reportaje.  Común,  m. — In- 
dagación y  obtención  de 
noticias  con  destino  a  los 
periódicos.  Otros  dicen  re- 
porterismo. (Et.  Del  inglés 
repórter). 

Repórter.    Común,    m.  —  En 


—  452   —  RBSB 

castellano,  "  gacetillera 
que,  siendo  bastante  m 
aceptable,  ha  caído  en  de 
uso,  por  el  mal  sentí 
despectivo  que  se  le 
dado  a  esta  voz.  (Anglici 
mo). 

Reporterismo.   Común   m 
Véase  reportaje. 

Reproductivo,  va.  Cotnú 
adj. -Aplícase  a  lo  que  ti 
ne  cualidades  de  reprodu 
ción:  "Planta  reprodu 
tiva". 

Repuntado,  da.  Cub.  p.  p. 
Significa  abocado,  prope 
so:  "Jacinto  está  repu, 
tado  de  bronquitis".  Vea 
repuntar,  de  menos  uso 
otros  tiempos  de  su  conj 
gación. 

Repuntar.    Cub.    v.    a.  —  P 
extensión,  aunque  de  po¡ 
uso,   aparte   su   p.   p 
cese  a  la  propensión  o  c 
mienzo    de    una    enferma 
dad:   "A  Moisés  le  repun^ 
la  tisis".  Tiene  poco  uso 
las  acep.  cast. 

Resaca.  Cub.   f. — fam. — po 
uso,— La   acción   de   casi 
gar    o   golpear    exagerada 
mente:   "A  Roque  le  dieri, 
una  resaca  de  palos".  "B1L 
recibió  una  resaca  de  pui„| 
tapies". 

Resedá.  Cub.  m. — Arbusti 
de  jardinería  que  no  par<T 
ce   ser    la    "reseda"    castj 
llana,    puesto    que    figur^ 
en  familias  distintas.  Ti 
ne  el  tronco  erizado,  hoj 
opuestas,    subenteras,   ov 
lo-!anceoladas,  como  de  u; 


d,pl¡ 


l'S 


453  —  rbvA 


pulgada  de  largo;  flores 
pequeñas  en  ramilletes  ter- 
minales, amarillas,  fragan- 
tes. Es  medicinal.  (Bot.  F. 
Litrarieas;  esp.  Lawsonia 
alba,   Lamkj 

;sedá   francés.   Cub.   m. — 
Variedad  del  arbustillo  re- 
sedá, de  flores  blancas. 
¡sfriadera*  Cub.   f. — Espe- 
cie   de    artesa    de    hierro, 
grande,  aplanada,  de  figu- 
ra   rectangular,     empleada 
3n  los  ingenios. 
í-solladero.    Cub.    m. — Lu- 
•^ar  por  donde  surge  un  río 
""Subterráneo  en  la  parte  an- 
terior de  su  aparición.  En 
castellano    se   dice    "rezu- 
nadero";  pero  no  está  mal 
'ormado  el  cubanismo.  (Et. 
be  "resollar"). 
Phftama  árbol.  Cub.  f. — Esta 
llanta  y  la  siguiente,  aun- 
c)'Ji[ue  de   la   misma   familia, 
■H'Hio  son  ninguna  de  las  11a- 
11 'i  nadas  "retama"  en  casíe- 
c  j  laño.  Esta,  es  un  árbol  de 
tiadera    flexible    y    ligera, 
■pol  dilizada     en     carpintería. 
as!vBot.    F.    Compuestas;    esp. 
wkéne&io  plumbeus,  Gris.) 
iwjtama  arbusto.  Cub.  f. — El 
'Blji'Tbusto   más   conocido   por 
pmülvia  cimarrona  (2.a  acep.) 
"éase. 


:©bado,  da.  Amer.  adj. — 
.plícase  a  la  persona  o 
nimal  rebelde,  indómito. 
.tranca.  Cub.  f. — El  freno 
e  los  carruajes,  de  cual- 
uier  forma  que  sea,  y  tra- 
nse de  cualquier  clase  de 
shículo,     sin    excluir    los 


vagones  de  ferrocarril.  La 
voz  "freno"  sólo  tiene  al- 
gún uso  para  designar,  en 
esta  acep.,  el  de  aire  com- 
primido de  las  locomoto- 
ras. 

Re-tranca.  Cub.  f.-fig.  y  fam. 
— Contener  la  confianza  de 
una  persona  cuando  se  juz- 
ga excesiva  o  peligrosa : 
"Pedro  le  puso  la  retran- 
ca a  su  amigo  Juan".  "Pon- 
le  la  retranca  a  ese  mu- 
chacho si  no  quieres  que 
abuse  de  ti". 

R atrancar.  Cub.  v.  a. — Hacer 
uso  de  la  retranca  (1.a 
acep.) 

*  Retranquero.  Cub.  m. — Dí- 
cese  al  guardafrenos,  en- 
cargado de  la  retranca  (1/ 
acep.)  Véase. 

Retreta.  Cub.  f.  —  Concierto 
musical  en  parques  pú- 
blicos, ejecutado  por  una 
banda  militar  o  de  paisa- 
nos, de  día  o  de  noche,  cir- 
cunstancias que  no  hacen 
al  nombre.  Tiene  la  prime- 
ra  acep.   académica. 

Retreta.  Cub.  f.— fig.  y  fam. 
— Equivale  a  "conjunto", 
"serie",  "porción":  "A  Fu- 
lano le  dieron  una  retreta 
de  palos". 

Revacadero.  Cub.  m. — Sitio 
regularmente  sombreado  y 
sin  hierba,  en  los  potreros, 
donde  suele  reunirse  el  ga- 
nado vacuno  después  de 
comer.  Es  incorrecto  el 
empleo  de  la  b.  Véase  el 
refrán   34-a   del   Apéndice. 


(Et.  De  "vaca",  re-vaca- 
dero). 

Revancha,  Común,  i.— Equi- 
vale a  "despique",  "ven- 
ganza", "desquite",  "com- 
pensación" y  otras,  según 
el  caso,  que  van  sucum- 
biendo ante  el  empuje 
arrollador  de  la  híbrida  re- 
vancha. (Et.  Del  francés 
revancha ) . 

Reverbero.  Amer.  m.  —  Es- 
pecie de  infiernillo  o  co- 
cinilla portátil,  muy  pe- 
queña, de  muy  variadas 
formas,  generalmente  asis- 
tida con  alcohol,  y  desti- 
nada a  calentar  líquidos 
por  la  noche. 

Revés,  Cub.  m. — Cierto  gu- 
sano que  se  cría  en  el  tron- 
co de  la  planta  de  tabaco, 
dañándola.  Tiene  el  uso 
castellano. 

Revieníacafoaílo.  Cub.  m. — 
Hierba  silvestre,  común  en 
los  lugares  húmedos,  pe- 
renne, cuyo  tallo  se  eleva 
unos  tres  decímetros  con 
hojas  alternas,  lanceoladas, 
agudas,  dentadas,  malolien- 
tes, y  flores  largas  con  pé- 
talos blancos.  Es  una  de  las 
pjantas  más  venenosas  de 
las  Antillas;  con  su  pasto 
se  hinchan  los  caballos  y 
otros  aninaales.  También  se 
llama  "quibey",  que  es  el 
nombre  americano  castella- 
nizado, y  tibey  por  corrup- 
ción. (Bot.  F.  Lobeliáceas; 
e  s  p.  Isotoma  longiflora 
Presl.). 

Revirada.    Cub.    f.  —  fam.  — 


K 


454  —  rbvo 

Acción  y  efecto  de  revirar^-  ¡ 
se.  Véase.   Otros  dicen  re- 
virón    como     aumentativo, 
(i.*  acep.). 

Re-virarse.  Cub.  v.  ref. — fam. 
— Equivale  a  "desobede- 
cer", "indisciplinarse",  "re- 
belarse". Guando  se  trata 
de  cosas,  indica  que  salen 
contrarias  al  deseo  de  quien 
las  maneja:  "Raúl  se  re- 
viré contra  su  jefe".  "Se 
ha  revirado  un  escuadrón". 
"Un  clavo  que  se  revira" 
(que  se  tuerce).  Este  verbo, 
en  parecidas  acep..  si  no  las 
mismas,  parece  de  naci- 
miento gallego,  así  como  la 
forma  simple  virar. 

Revirón.  Cub.  m. — fam.— Lo 
mismo  que  revirada.  Véase. 

Revirón,  na.  Cub.  adj. — fam. 
—  Aplícase  a  personas  o 
cosas  propensas  o  inclina- 
das a  revirarse.  Véase. 

Revolisco.  Cub.  m. — Barullo, 
confusión,  enredo  de  per- 
sonas o  cosas:  "La  gente 
formó  un  revolisco  a  la  sa- 
lida del  teatro".  "Has  hecho 
un  revolisco  con  la  ropa". 
(Et.  De   "revolver"). 

RevoítüEo.  Cub.  m. — Guisado 
a  manera  de  pisto,  en  el 
que  entran  variados  com- 
ponentes, ya  sean  vegetales 
o  animales:  "Revoltillo  de 
pescado";  "revoltillo  de  le- 
gumbres". Tiene  algunos 
usos  castellanos. 

Revolución.  Cub.  f.  —  Cierto 
juego  de  billar  en  que  to- 
man parte  cuatro  bolas  y 
no  tres,  que  es  lo  corriente 


RETO  —   465   —  R1PI 

case  a  la  voz  "criollo,  lia", 
cuando  se  quiere  significar 
al  cubano  blanco  que  no 
desciende  en  primera  ge- 
neración de  extranjeros: 
"Es  una  criolla  reyoya™. 
Otros  dicen  rellollo^  que  si 
parece  más  admisible  al 
castellano,  presenta  en  cam- 
bio una  cacofonía  más  des- 
agradable. 

Rezagado,  da.  Común,  adj. 
— Aplícase  a  lo  que  se  re- 
tarda o  queda  a  la  zaga : 
"Un    discípulo    rezagado". 

Rezumbador.  Cub.  epic.  m.- 
En  algunos  lugares,  dícese 
al  pajarillo  zunzún.  Véase. 

Rezumbador.  Cub.  m. — Es- 
pecie de  peonza  o  trompo, 
contruído  en  forma  que  al 
girar  produce  un  zumbido. 

Riboda.  Cub.  f. — poco  uso. — 
Corrupción  de  r  ib  o  t  a  . 
Véase. 

RIboía.  Cub.  i. — desusada. — 
Reunión  donde  se  habla  y 
bromea  desordenadamente. 
Otros  dicen  menos  correc- 
tamente riboda.  (Et.  Del 
francés  ribote). 

Ricachón,  isa.  Común,  adj.- — 
Aumentativo  de  "rico,  ca"; 
lo  mismo  que  la  acep.  aca- 
démica "ricacho,  cha".  Al- 
gunos le  dan  acep.  de  subs- 
tantivo. 

Ringla  (En).  Cub.  mod.  adv. 
—  Equivale  a  "perfecta- 
mente", "muy  bien":  "El 
moblaje  está  en  ringla". 

Ripiar.  Cub.  v.  a. — Deshila- 
cliar, desfibrar,  deshacer 
en  tiras  o  jirones  una  cosa: 


Tiene  las  acep.  casíellanas. 
Revolvedor.    Cub.    m.  —  Por 
antonomasia,    el    recipiente 
que    hay    en    los    ingenios 
para   revolver   y   pastificar 
1   el  guarapo,   operación  que 
:   facilita  un  aparato  coloca- 
•   do  al  objeto  en  el  interior. 
Revolverse.    Cub.    v.    ref. — 
'   fig.  y  fam. — Procurar  líci- 
1   tamente    la    prosperidad 
personal;  como  el  castella- 
no "bandearse",  que  se  usa 
;   mucho  en  Cuba.  Se  revuel- 
ve el  que  viste  mejor  que 
de  costumbre;  el  que  con- 
sigue un  buen  empleo;   el 
que  tiene  más  dinero  que 
de    ordinario;    etcétera". — 
"¿Qué  tal  van  tus  asuntos? 
— Me     revuelvo".     Algunos 
dicen  que  use  revuelve  Fu- 
lano    como    cayuco    en    la 
arena"'.  Tiene  los  usos  cas- 
tellanos. 
íevuelo.    Cub.    m.  —  Ataque 
dirigido  por  un  gallo  de  pe- 
lea a  su  rival  sin  sujetarle 
con    el    pico,    esto    es,    al 
vuelo. 
Revuelo.  Cub.  m.-fig.  y  fam. 
— Ardid    de    que    pretende 
valerse   una   persona   para 
conseguir   de   otra   un    fa- 
vor:   "Fulano   me   tiró   un 
revuelo   para   disimular   el 
sablazo    que    me    prepara- 
ba";  "me  vino  con  el  re- 
vuelo de  que  tenía  a  la  mu- 
jer enferma  y   le  di  cinco 
duros". 
Rey  de  las  auras.  Cub.  epic. 
m. — El  ave  caraira.  Véase. 
EReyoyo,  ya.  Cub.  adj.-Aplí- 


ROBL 


456 


ROBL 


"El  niño  ripió  los  panta- 
lones". "La  carne  se  ripia 
para  hacer  ropa  vieja". 

aera»  Cub.  común. — fam. 
— Dícese  a  la  persona  de  la 
plebe,  de  la  hez  social: 
"Fulano  es  un  ripiera"; 
"Fulana  es  una  ripiera". 

Ripiería  Cub.  f. — fam. — Lu- 
gar o  reunión  de  gente  ri- 
piera (véase) :  "En  mi  ba- 
rrio hay  mucha  ripiería". 

Ripio.  Cub.  m.~ La  acción  y 
el  efecto  de  ripiar.  Véase. 
Tiene  las  acep.  cast.  prin- 
cipales. Véase  la  frase 
142-b   del  Apéndice. 

Roblar.  Cub.  m. -Lugar  donde 
crecen  los  robles,  que  en 
castellano  se  dice  "roble- 
do" y  "robledal". 

Roble.  Amer.  m.  —  Reciben 
este  nombre  varias  espe- 
cies de  árboles  que  sólo  tie- 
nen de  común  con  el  verda- 
dero roble  el  ser  madera- 
bles. 

Roble  agalla.  Cub.  m.  —  El 
árbol  jagua-jagüita.  Véase. 

Roble  amarillo.  Cub.  m.— 
Árbol  silvestre  de  hojas 
aovadas,  flores  corimbosas, 
y  madera  fibrosa,  compac- 
ta, de  color  pajizo,  emplea- 
da en  carpintería.  También 
se  llama  palo  guitarra.  (Bot. 
F.  Verbenáceas;  esp.  Citha- 
rexylum  triUosum,  Jacq.) 

Roble  aRR&ritlo.  Cub.  m. — El 
árbol  jagua-jagüita.  Véa- 
se. 

Roble  blanco.  Cub.  m. — Ár- 
bol silvestre  de  hojas  rígi- 
das,   diminutamente    esca- 


mosas, flores  -rosadas  en 
panojas  terminales,  y  ma- 
dera dura,  compacta,  de 
color  gris  amarillento,  em- 
pleada en  hormas  de  zapa- 
tos, yugos  para  bueyes,  etc. 
También  se  llama  roble  de 
yugo.  (Bot.  F.  Bignoniá- 
ceas;  esp.  Tabebuna  pen- 
taphylla). 

Roble  bombo.  Cub.  m. — Un 
árbol  apenas  conocido. 

Roble  de  guayo.  Cub.  m. — 
Árbol  de  hojas  aovadas,  li- 
sas, que  sirven  de  pasto;  el 
fruto  lo  comen  las  aves,  la 
madera  es  dura  y  resisten- 
te, y  se  emplea  en  carpin- 
tería gruesa.  Hay  otra  es- 
pecie con  este  mismo  nom- 
bre. (Bot.  F.  Verbenáceas; 
esp.  Clerodendron  lindema- 
num,  A.  Rich.) 

Roble  de  güiro.  Cub.  va. — 
El  árbol  más  conocido  por 
ofón.  Véase. 

Roble  de  olor.  Cub.  m. — Ár- 
bol silvestre  que  crece  unos 
8  metros,  de  flores  muy 
aromáticas,  que  le  dan 
nombre,  de  madera  dura  y 
fuerte,  color  amarillento, 
empleada  en  construccio- 
•  nes.  (Bot.  F.  Bignoniáceas; 
esp.  Catalpa  punctata,  Gris). 

Roble  de  yugo.  Cub.  m. — El 
roble  blanco.  Véase. 

Roble  negro.  Cub.  m— Ar- 
busto silvestre  de  hojas 
elíptico  -  oblongas,  enteras, 
flores  blancas  en  panícula 
terminal,  y  madera  estima- 
ble.   (Bot.    F.    Borragíneas; 


Si 


457 


ROMB 


esp.  Bourreria  succulenta, 
Jacq.) 

Roble  prieto.  Cub.  rn. — Otra 
especie  de  buena  madera. 
(Bot.  F.  Borragíneas;  esp. 
Ehretia  tinifolia,  Lin.) 

Roble  real.  Cub.  m. — Árbol 
indígena  de  buena  madera, 
que  alcanza  notable  eleva- 
ción. (Bot.  F.  Bignoniáceas ; 
especie  Tecoma  longiflora, 
Gris.) 

Roble  sabanero.  Cub.  ni. — 
Véase  rompeporrá. 

Rocío.  Cub.  m. — fam. — Véa- 
se la  frase  103-6  del  Apén- 
dice. 

Roleta.  Amer.  f. — vulg. — Así 
dicen  algunos  por  "ruleta'1, 
que  es  el  galicismo  caste- 
llanizado. 

Romeriüo.  Cub.  m. — Reciben 
este  nombre  varias  espe- 
cies de  hierbas,  de  las  cua- 
les toman  algunas  adita- 
mentos particulares. 

Romerillo.  Cub.  m.  —  Véase 
salvia  cimarrona. 

Romeriüo  blanco.  Cub.  m. — 
Hierba  silvestre  anual,  muy 
común,  de  tallo  erguido, 
que  alcanza  cerca  de  un 
metro,  con  hojas  pennado- 
partidas,  y  flores  amarillas 
en  capítulos.  Crece  en  los 
sitios  húmedos,  y  no  es  rara 
en  los  tejados  de  casas  vie- 
jas; es  buen  pasto,  y  tie- 
ne propiedades  pectorales. 
(Bot.  F.  Compuestas;  esp. 
Bidens  pilosa,  Lin.) 

Romerillo  cimarrón.  Cub. 
m. — Hierba  silvestre  anual 
de  hojas  pecioladas,  ovales, 


acuminadas,  y  flores  blan- 
cas; es  mal  pasto.  (Bot.  F. 
C;  esp.  Nocca  mollis,  Jacq.) 

Romerillo  de  costa.  Cub.  m. 
— Planta  herbácea  de  ra- 
mas alternas,  hojas  opues- 
tas, lanceoladas,  y  flores 
amarillas,  que  se  desarro- 
lla en  los  lugares  roquizos 
del  litoral.  También  se 
11  a  m  a  romerillo  francés. 
(Bot.  F.  C;  esp.  Virguiera 
helianthoides,  H.  B.  et  K.) 

Romerillo  de  loma.  Cub.  m. 
— Hierba  anual  lampiña  de 
tallo  tetrágono  erecto,  y 
flores  amarillas.  (Bot.  F.  C. 
esp.  Bidens  bipinnata,  Lin.) 

Romerillo  francés.  Cub.  m. 
— Véase  romerillo  de  costa. 

Romerillo  retama.  Cub.  m. 
— Otra  especie  de  escaso 
interés. 

Romero  cimarrón.  Cub.  m. — 
Cuatro  plantas  reciben  este 
nombre,  dos  de  las  cuales, 
como  se  verá,  tienen  ade- 
más otros.  La  más  conocida 
así  es  una  planta  herbácea, 
anual,  de  hojas  opuestas  y 
flores  en  cabezuelas  amari- 
llas. Crece  en  los  terrenos 
yermos  del  litoral.  (Bot.  F. 
Compuestas;  esp.  P  e  c  tis 
cubensis,   Gris.) 

Romero  cimarrón.  Cub.  m. — 
Hierba  silvestre  que  antes 
de  florecer  huele  a  limón  y 
después  a  chinche,  por  lo 
que  también  se  llama  yerba 
chinchera.  (Bot.  F.  C;  esp. 
P.  plumieri,  Gris.) 

Romero  cimarrón.  Cub.  m. 
Véase  tebenque. 


ROMP 


458 


RONC 


Romero  de  monte.  Cub.  m.- 
En  algunos  lugares,  una 
planta  semejante  al  verda- 
dero romero  (también  cul- 
tivado en  Cuba),  pero  con 
las  hojas  "en  figura  estre- 
llada e  inodora",  según 
Pichardo. 

Romero  de  playa.  Cvb.  m.— 
"Planta  parecida  al  rome- 
ro, aunque  inodora,  salo- 
bre y  picante".  (Pichardo). 

Romero  macho.  Cub.  m. — 
Hierba  silvestre,  anual,  te- 
rrestre, muy  ramosa,  de 
hojas  lanceoladas,  pun- 
teadas, y  flores  en  cabezue- 
las solitarias.  (Bot.  F.  C; 
esp.  P.  próstata,  Cav.) 

Rompehueso.  Cvb.  m.— Ar- 
busto silvestre  de  hojas 
lampiñas,  elípticas,  ovales  o 
lanceoladas,  enteras  o  irre- 
gularmente aserradas,  con 
líneas  y  puntos  translúci- 
dos abundantes;  flores  di- 
minutas amontonadas  en 
fascículos,  fruto  globoso, 
pequeño,  rojo,  y  madera 
dura,  compacta,  pesada, 
amarillenta  con  vetas,  em- 
pleada en  carpintería  grue- 
sa. También  se  llama  llorón 
(1.a  acep.).  palo  cotorra, 
sarna,  sarna  de  perro  y 
sarnilla.  (Bot.  F.  Samidá- 
ceas;  esp.  Gasearía  sylves- 
tris,  Sw.) 

Romperropa.  Cub.  m. — Ar- 
busto silvestre  de  flores 
blancas  en  panículas  ter- 
minales, que  abunda  en  la 
ciénaga  de  Zapata.  También 
se  conoce  por  roble  saba- 


nero y  sabañón.  (Bot.  F. 
Bignoniáceas ;  esp.  Tecoma 
lepidophylla,  Gris.) 

Romperse.  Amer.  v.  ref. — 
Con  relación  a  la  cabeza, 
"descalabrarse":  "El  niño 
se  rompió  la  cabeza",  Tiene 
las  acep.  cast. 

Rompezaragüey.  Cub.  m. — 
Reciben  este  nombre,  que 
probablemente  es  el  "rom- 
pezaragüelles"  castellaniza- 
do, numerosos  arbustos  y 
hierbas.  Algunas  de  estas 
plantas  se  conocen  también 
por  celestina,  otras  por  la- 
gaña de  aura,  y  una  por 
albahaca  de  sabana.  La  es- 
pecie más  importante  co- 
nocida sólo  por  rompezara- 
güey, es  una  planta  silves- 
tre, perenne,  ramosa,  de 
tallo  leñoso  y  quebradizo, 
de  hojas  opuestas,  aovadas, 
puntiagudas,  aserradas,  y 
flores  pequeñas,  blancas,  en 
ramilletes  terminales,  que 
brotan  por  Navidad.  Las 
hojas  en  cocimiento  son 
buenas  para  la  diarrea. 
(Bot.  F.  Compuestas;  esp. 
Vernonia  remotiflora,  Rich.) 

Rompezaragüey  macho.  Cub. 
m. — Un  arbusto  de  escaso 
interés.  (Bot.  F.  C;  esp.  V. 
habanensis,  D.  C.) 

Rompezaragüey  morado. 
Cub.  m. — El  arbusto  lagaña 
de  aura  de  paredón.  Véase. 

Ronco.  Cuh.  epic.  m. — Pez 
abundante,  de  unos  25  cen- 
tímetros de  largo,  figura 
regular,  de  color  azul  en  el 
lomo,  con  fajas  longitudi- 


ROSA 


459  — 


ROSA 


nales,  azules  y  amarillas  al- 
ternadas el  resto  del  cuer- 
po, las  aletas  de  color  acei- 
tunado con  el  borde  ama- 
rillo, y  ojos  grandes  negros 
con  el  borde  oliváceo.  Hay* 
muchas  especies.  (Zool.  F. 
Hcemulidce;  esp.  Hcemulon 
serratum,  Poey). 

Ronco  amarillo.  Cub.  epic. 
m.-Tipo  de  color  más  ama- 
rillo que  la  especie  ante- 
rior. (Zool.  F.  R.  esp.  R.  lu- 
teum,  Poey). 

Ronco  arará*  Cub.  epic.  m. — 
"Especie  con  líneas  longi- 
tudinales en  el  cachete", 
según  Pichardo.  (Zool.  F. 
R.;  esp.  R.  arará,  Poey.) 

Ronco  blanco.  Cub.  epic.  m.- 
Hay  cuatro  especies  de  este 
mismo  nombre.  (Zool.  F. 
R.;  esp.  R.  albidum,  Poey, 
la  principal). 

Ronco  carbonero,  (hib.  epic. 
m.  —  Otra  especie  distinta 
en  la  coloración.  (Zool.  F. 
R.;  esp.  R.  carbonarius, 
Poey). 

Ronco  prieto.  Cub.  epic.  m. 
— Hay  varias  especies  con 
este  color  indicado.  (Zool. 
F.  R.;  esp.  E.  retrocurrens, 
Poey,  la  principal). 

Rosa.  Cub.  f. — Hay  en  Cuba 
una  enorme  vturiedad  de 
rosas,  algunas  de  las  cua- 
les se  nombran  posponien- 
do a  "rosa"  algún  sobre- 
nombre particular,  como  se 
verá  más  adelante.  Pero 
son  muchas  las  que  toman 
nombres  particulares,  y  en- 
tre   ellas,     las    siguientes : 


Paul  Neyrón,  Capitán  Chris- 
ty,  Augusta  Victoria,  Tosca, 
Príncipe  Alberto,  Príncipe 
Negro,  Capitán  Ito,  Pío 
Nono,  Reina  de  España, 
Perla  de  Cuba,  Perla  de  los 
jardines,  Coqueta  de  blan- 
cas, Conde  París,  Bella  in- 
glesa, Estrella  de  León, 
Bola  de  nieve  y  muchas 
más; 

Rosa  alabastro.  Cub.  f. — De 
tamaño  corriente,  muy 
blanca  y  sin  olor. 

Rosa  beüavista.  Cub.  f. — De 
tamaño  corriente,  con  los 
pétalos  retorcidos,  de  color 
rosa  pálido,  sin  olor. 

Rosa  Borbón.  Cub.  f.  —  De 
color  rojo  encendido,  sin 
espinillas. 

Rosa  de  Alejandría.  Cub.  f. 
— La  rosa  de  Castilla.  Véa- 
se. 

Rosa  de  Bengala.  Cub.  f. — 
De  pétalos  aterciopelados, 
de  color  rojo,  sin  aroma. 

Rosa  de  Castilla.  Cub.  i'.— 
Grande,  roja  y  olorosa. 
También  se  llama  rosa  de 
Alejandría. 

Rosa  de  cien  hojas.  Cub.  f. 
— De  numerosos  pétalos,  de 
color  rosado  vivo,  sin  aro- 
ma. 

Rosa  de  limón»  Cub.  f. — 
Producida  en  enredadera, 
de  pétalos  blanquecinos 
muy  rizados,  y  que  huelen 
a  limón. 

Rosa  de  Mahón.  Cub.  f.— 
De  tamaño  grande,  color 
amarillento  y   sin  olor. 


ROSA 


460 


RUBÍ 


Rosa  de  río.  Cub.  f. — Véase 
clavellina  (2.a  acep.) 

Rosa  de  sabana.  Cub.  f. — 
Una  planta  silvestre.  (Bot. 
F.  Apocináceas ;  esp.  E chi- 
tes rosea,  A.  D.  C.) 

Rosa  de  verano.  Cub.  f. — 
Se  produce  en  pareja,  es 
vaporosa,  de  pétalos  rosa- 
dos, muchas  espinas  suaves 
y  olor  agradable. 

*  liona  francesa,  Cub.  f. — La 
rj'Qlfa,  de  Europa,  que  es 
muy  cultivada  en  Cuba, 
uonde  también  recibe  este 
r.c-mbre. 

Fosa  microfila.  Cub.  f. — De 
lionas  muy  pequeñas  y  flor 
roja,  sin  olor. 

Rosa  minadora.  Cub.  f. — 
Planta  que  toma  este  nom- 
bre porque  se  extiende 
bajo  tierra,  y  produce  su 
flor  blanca  e  inodora  a  ras 
del  suelo. 

Rosa  miniatura.  Cub.  f. — 
Véase  rosa  mosca. 

Rosa  Montalvo.  Cub.  f. — De 
gran  tamaño,  con  los  péta- 
los blancos  y  el  centro  ver- 
de, sin  aroma. 

Rosa  mosca.  Cub.  f.  —  De 
muy  diminutas  proporcio- 
nes todos  los  órganos  de  la 
planta.  Se  llama  también 
rosa  miniatura. 

Rosa  Napoleón.  Cub.  f. — 
Muy  hermosa,  de  color  rojo 
encendido. 

Rosa  perfecta.  Cub.  f. — De 
color  carmín,  en  tamaño 
corriente,  y  de  proporcio- 
nes casi  perfectas. 

Rosa  pompón.  Cub.  f. — Una 


variedad  que  imita  al  pom- 
pón. 

Rosa  te.  Cub.  f.  —  Grande, 
amarillenta,  de  suave  per- 
fume. 

Rosa©.  Cub.  m.- "Árbol  cuya 
madera  es  de  construcción, 
según  el  general  Carrillo." 
(Cita  de  Pichardo).  (Et.  Co- 
rrupción de   "rosado"). 

Rosario.  Cub.  m.-flg.  y  fam. 
— Entre  gente  rústica,  pero 
con  gracejo  indiscutible,  se 
oye  esta  voz  como  para 
significar  término  o  frase 
confusos  por  la  novedad; 
palabras  incomprensibles 
dentro  del  corto  léxico  de 
los  campesinos:  " — ¿Qué 
rosarios  son  ésos  de  que 
está  usted  hablando,  señor 
Conde? — "  ...Esto  dice  Li- 
borio  en  la  página  92  de 
Aventuras  de  un  Mayoral, 
por  don  Juan  B.  Jiménez. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Rosetas.  Cub.  f.  pl. — Pen- 
dientes de  mujer  en  forma 
de  rosa  con  piedras  pre- 
ciosas: "Unas  rosetas  de 
brillantes". 

Rosetillo.  Cub.  m. — El  ar- 
busto espuela  de  caballero. 
Véase. 

Rositas.  Cub.  f. —  pl.  —  Las 
rosetas  de  maíz,  que  tam- 
bién tienen  este  nombre 
castellano. 

Rubio-volador.  Cub.  epic.  m. 
— "Pez  de  la  familia  Trí- 
glidos;  género  Prionotus 
(Pr.  punctatus,  Bl.)."  Cita 
de   Pichardo.  ¿Será  el  lia- 


RUIS 


461 


RÜMB 


mado    "rubio",    en    caste- 
llano? 

Rueda.  Cub.  f. — Cierta  figu- 
ra circular  en  el  baile  11a- 
.     mado  "contradanza".  Tiene 
las  acep.  cast. 

Rueda.  Cub.  f. — fam.— Dicen 
algunos  así  a  la  moneda  de 
un  duro  de  plata.  También 
se  oye  como  sinónimos, 
entre  otros,  bolo,  disco,  tu- 
lipán, guayo,  maraca,  es- 
trella y  grullo. 

Rufián,  na.  Cub.  adj.  —  Lo 
mismo  que  "burlón",  ami- 
go de  tomar  el  pelo.  Esta 
voz  es  muy  poco  oída,  como 
no  sea  en  la  forma  de  subs- 
tantivo masculino,  con  su 
propio  significado. 

Rufianada.  Cub.  f.-poco  uso. 
— Burla  propia  de  un  indi- 
viduo calificado  de  rufián. 
Véase. 

Rufo.  Cub.  m.  —  fam.  —  poco 
uso. — Dícese  a  la  moneda 
de  un  centavo,  de  níquel. 
Generalmente  se  llama  kilo. 

Ruibarbo  de  la  tierra.  Cub. 
m. — Véase  pina  de  ratón 
(2.a  acep). 

Ruin.  Cub.  adj. —  Aplícase  a 
la  hembra  de  los  animales 
deseosa  de  macho.  En  cas- 
tellano se  dice  "salida", 
que  también  se  usa  en 
Cuba. 

Ruiseñor  cubano.  Cub.  epic. 
m. — Pequeño  pájaro  propio 
de  las  Antillas,  distinto  del 
ruiseñor  de  Europa,  pero 
de  parecido  tamaño  y  tam- 
bién canoro.  Es  de  pluma- 


je ceniciento,  olivado  por 
encima,  algo  ferruginoso 
en  el  lomo,  con  las  partes 
inferiores  blancas,  algo 
agrisado  el  pecho,  cola  y 
alas  morenuzcas,  con  una 
especie  de  bigote  de  es- 
trías negras  en  la  base  del 
pico.  Come  frutas  e  insec- 
tos, y  vive  en  las  monta- 
ñas y  en  cautividad.  En 
otras  Antillas  y  también  en 
Cuba  se  le  dice  simplemen- 
te ruiseñor.  (Zool.  F.  Mus- 
cicapido?;  e  s  p.  Myiodestes 
elisabeth,    Lemb). 

Rumba.  Cub.  f. — Baile  muy 
obsceno  en  pareja,  cuyo 
atractivo  principal  son  las 
indecorosas  contorsiones  de 
cintura,  bien  cuando  la  pa- 
reja baila  suelta  o  enla- 
zada. Tiene  origen  africa- 
no, así  como  las  cadencias 
de  su  música. 

Rumba.  Cub.  f. — Música  del 
baile  de  este  nombre.  Véa- 
se. 

Rumba.  Cub.  f. — Juerga  de 
varios  amigos,  en  la  que  se 
come,  bebe  y  pasea,  y  de 
la  que  muchas  veces  suelen 
participar  meretrices;  "Co- 
rrer una  rumba"'';  "esta 
noche  vamos  de  rumba". 
Otros  dicen  rumbantela. 

Rumbantela.  Cub.  f.  —  La 
rumba  (3.a  acep.),  pero 
cuando  reina  cierto  orden 
no  frecuente  en  la  rumba. 

Rumbear.  Cub.  v.  n. — Andar 
de  juerga  o  rumba  (3.a 
acep.) :  "Fulano  es  muy 
amigo  de  rumbear" . 


RUPB 


4H2 


RUSO 


Rumbero,  ra.  Cub.  adj. -Aplí- 
case a  la  persona  aficiona- 
da a  correr  rumbas  (3.a 
a  c  e  p  .  )  :  "Jorge  es  muy 
rumbero". 

Ruperto.  Cub.  m. — fam. — Así 
llaman  algunos  a  la  mone- 
da de  piala  de  media  pe- 
seta, o  sea  un  real. 


Rusia.  Cub.  f. — Cierto  lien- 
zo muy  grueso  y  tosco,  ge- 
neralmente de  lino  o  con 
mezcla  de  algodón  o  yute. 

Ruso.  Cub.  m.  —  fam.  —  La 
moneda  de  plata  de  diez 
centavos,  que  también  se 
llama  ruperto,  y  correcta- 
mente real. 


—  463 


Sabaco.  Cub.  epic.  m. — Pez 
de  figura  algo  irregular  que 
mide  hasta  3  decímetros,  y 
casi  2  desde  el  lomo  al 
vientre,  de  color  amari- 
llento con  manchas  viola- 
das, con  una  pequeña  aber- 
tura bronquial,  y  la  boca 
muy  chica.  Otros  dicen  so- 
baco, impropiamente.  (Zool. 
esp.  Balistes  sabaco,  Poey). 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Sabana  (De).  Cub.  adj. — 
Empléase  como  aditamen- 
to, particularmente  de  mul- 
titud de  vegetales.  Esta  voz 
tiene  muy  extendido  uso 
en  su  significado  america- 
no aceptado  por  la  R.  A. 
Adviértase  que  el  origen  de 
"sabana"  probablemente  es 
cubano. 

Sabanalamar.  Cub.  f.  —  Sa- 
bana en  el  litoral  que  fre- 
cuentemente se  inunda  por 
estar  al  nivel  del  mar.  (Et. 
De  "sabana"  y  "mar"). 

Sabanazo.  Cub.  m. — Una  sa- 
bana o  pradera  de  reduci- 
das dimensiones. 

Sabanero.  Cub.  m.— El  indi- 
viduo que  tiene  a  su  cargo 


cuidar  del  ganado  que  haya 
en  una  sabana.  Tiene  los 
usos  castellanizados. 

Sabanetón.  Cub.  m.  —  Una 
pradera  más  pequeña  que 
el  sabanazo.  Véase. 

Sabanilla.  Cub.  f. — Diminu- 
tivo de  "sabana",  pero  sin 
que  ésta  sea  de  las  reduci- 
das dimensiones  del  saba- 
nazo. 

Sabañón.  Cub.  m.  —  El  ar- 
busto   romperropa.    Véase. 

Sabelecclón.  Cub.  m.-Planta 
herbácea  de  tallo  cilindri- 
co, recto,  que  se  eleva  casi 
un  metro,  de  hojas  cauli- 
nares,  lineal -lanceoladas, 
dentadas,  flores  blancas  o 
amarillentas  muy  chicas, 
que  contienen  aceite  volá- 
til, y  raíces  medicinales. 
Recibe  este  nombre,  según 
unos,  porque  los  mucha- 
chos se  engañaban  indu- 
ciendo a  que  algún  incauto 
masticara  sus  hojas  amar- 
gas con  la  promesa  de  que 
así  sabría  la  lección;  según 
otros,  a  que  los  muchachos 
marcaban  con  ellas  las  lec- 
ciones,    porque     suponían 


SABI 


464 


SABL 


que  facilitaba  la  memoria. 
Los  muchachos  de  entonces 
no  eran  como  los  de  ahora, 
seguramente.  (Bot.  F.  Cru- 
ciferas; esp.  Lepidium  vir- 
ginicum,  Lin.) 

*Sabicú.  Cub.  m. — Árbol  in- 
dígena y  silvestre  que  se 
eleva  unos  10  metros  y  al- 
canza larga  vida,  de  hojas 
compuestas,  con  hojuelas 
ovales,  muy  obtusas,  flores 
pequeñas,  amarillas  o  blan- 
cas, fragantes,  en  racimos, 
legumbre  aplanada  que  no 
come  ningún  animal,  y  ma- 
dera dura,  pesada,  compac- 
ta, de  color  pardo  claro,  ve- 
teada, utilizada  en  carpin- 
tería gruesa.  También  le 
llaman  jigüe,  y  algunos  in- 
debidamente, moruro.  (Bot. 
F.  Leguminosas;  esp.  Li- 
siloma  formosa,  Hitche.) 
(Et.   Voz   caribe,   Zayas). 

Sabichoso,  sa.  Cub.  adj. — 
fam.-Aplícase,  irónicamen- 
te, al  individuo  que  quiere 
aparentar  más  conocimien- 
tos de  los  que  realmente 
tiene:  "Joaquina  es  muy 
sabichosa''\  (Et.  De  "sa- 
ber"). 

Sábila.  Cub.  f.  —  La  planta 
conocida  en  castellano  por 
"áloe",  productora  del  ací- 
bar tan  estimado  en  medi- 
cina. 

Sabina  cimarrona.  Cub.  i. — 
En  la  región  oriental,  un 
árbol  indígena  y  silvestre, 
de  hojas  aplanadas,  lan- 
ceoladas, agudas,  que  dis- 
minuyen hacia   la  base,   y 


de  buena  madera.  (Bot.  F. 
Coniferas;  esp.  Podocarpus 
coriaceus,   Rich.) 

Sabina  cimarrona.  Cub.  f. — 
En  la  región  occidental,  un 
árbol  de  madera  fina  y  per- 
fumada, con  ramas  muy 
delgadas,  destinadas  para 
lápices.  Crece  en  las  mon- 
tañas. (Bot.  F.  Coniferas; 
esp.  P.  angustifolius,  Gris.) 

Sabina  criolla.  Cub.  f. — Al- 
gunos suponen  que  este  ár- 
bol es  la  verdadera  "sa- 
bina" de  la  R.  A.;  otros, 
que  es  indígena,  y  otros 
más,  exótico  y  sólo  seme- 
jante a  la  legítima  sabina. 
Sea  como  fuere,  su  deno- 
minación de  sabina  criolla, 
que  es  lo  que  nos  interesa, 
es  cubana,  y  el  árbol  se 
desarrolla  silvestre,  y  su- 
ministra preciosa  madera 
para  muebles.  También  se 
llama  sabina  de  costa  y 
enebro  criollo.  (Bot.  F.  Co- 
niferas; esp.  Juniperus 
virginiaua,   Lin.) 

Sabina  de  costa.  Cub.  f. — 
Véase  sabina  criolla. 

Sabinal.  Cub.  m. — Lugar  po- 
blado de  sabinas,  que  en 
castellano  se  dice  "sabi- 
nar". 

Sable.  Cub.  epic.  m.  —  Pez 
anguiliforme  que  crece 
hasta  un  metro,  de  cuerpo 
tan  aplastado,  que  semeja 
una  hoja  de  sable,  de  lo 
que  toma  nombre;  su  color 
es  plateado  brillante,  con 
la  epidermis  lisa,  la  aleta 
dorbal  a  todo  lo  largo  del 


SACA 


—  46c 


SAFA 


cuerpo,  cabeza  parecida  a 
la  de  culebra,  con  los  dien- 
tes encorvados  y  ojos  ne- 
gros grandes.  También  le 
dicen  cinturón  de  plata. 
(Zool.  esp.  Trichiurus  lep- 
turus,  Lin.)  Tiene  las  acep. 
castellanas. 

Sabrosón,  na.  Cub.  adj. — 
fam. -Aplícase  a  la  persona 
que  pretende  las  cosas  por 
pura  simpatía,  sin  que  real- 
mente deje  de  ser  simpá- 
tica: "Fulano  quiere  bai- 
lar de  sabrosón'",  esto  es: 
sin  pagar,  cual  los  otros 
bailadores. 

Saca.  Cub.  f.~ En  las  riñas 
de  gallos,  la  parte  propor- 
cional de  lo  ganado  en  la 
apuesta,  correspondiente  al 
individuo  que  cuida  y  pelea 
el  gallo;  consta  regular- 
mente del  diez  por  ciento. 
Tiene  algunos  de  los  usos 
castellanos. 

Saca  de  autos.  Cub.  f. — 
Derechos  judiciales  que 
percibe  un  procurador  en 
los  trámites  de  ciertos  ex- 
pedientes. 

Sacabocado.  Cub.  m. -Mues- 
ca que  se  practica  al  borde 
de  un  objeto  cualquiera. 
Tiene  la  acep.  cast.  de  len- 
guaje natural. 

Sacado.  Cub.  adj. -Véase  ra- 
bisacado. 

Sacasebo.  Cub.  m.  —  Planta 
herbácea  silvestre,  no  co- 
mún, que  engorda  al  ga- 
nado vacuno  y  caballar. 

Sacate.  Cub.  m. — Véase  yer- 


ba de  Castilla.  ¿Será  el 
"zacate"    castellanizado? 

Sacateca.  Cub.  rn.-Así  pro- 
nuncian hasta  los  extran- 
jeros, en  vez  de  zacateca, 
que  es  el  cubanismo  acep- 
tado por  la  R.  A. 

Saco.  Amer.  m. — Lo  mismo 
que  "americana",  "chaque- 
ta". No  tiene  sinónimo  en 
Cuba.  Al  parecer,  se  usa 
también  en  las  Canarias. 
Véase  la  frase  i  18  del  Apén- 
dice. Tienes  las  acep.  cast. 

Saetía.  Cub.  f. — Planta  her- 
bácea silvestre,  parecida 
al  espartillo,  que  nace  y 
crece  en  tiempo  de  lluvias, 
y  constituye  un  pasto  de 
último  recurso,  cuya  semi- 
lla, cuando  seca,  se  pre- 
senta en  una  vaina  en  figu- 
ra de  saeta,  que  lastima  a 
los  animales,  y  hasta  los 
puede  herir  en  los  ojos 
causándoles  ceguera.  (Bot. 
F.  Gramíneas;  esp.  Grameu 
saetía). 

Safada.  Cub.  f. — fam. — Ac- 
ción y  efecto  de  safarie: 
"La  safada  de  Daniel  fué 
oportuna";  quiere  decir  que 
Daniel  esquivó  con  habili- 
dad y  oportunamente  un 
compromiso.  Cuando  se  re- 
fiere a  cosa  dícese  safadu- 
ra. Véase  safar,  se. 

Safadura.  Cub.  f. — Lo  mismo 
que  safada.  Otros  dicen  sa- 
famiento, aunque  menos. 
Véase   safarse. 

Safamiento.  Cub.  m. — Véase 
safadura. 


30 


SAGÚ 


—  466 


SALA 


Safante»  Cub.  adv. — Corrup- 
ción de  zafante.  "Véase. 
Safar,  se.  Cub.  v.  a.  y  ref. 

— Es  corrupción  extendida 
hasta  entre  los  no  criollos, 
quizá  por  el  poco  uso  que 
tiene  en  España  este  verbo, 
de  "zafar",  que  casi  nadie 
usa  así,  pero  no  ha  per- 
dido los  usos  propios  cas- 
tellanos como  sinónimo  de 
soltar,  desatar,  esquivarse, 
evadirse,    etc. 

Safio.  Cub.  epic.  m.-Pez  que, 
según  Pichardo,  es  una  es- 
pecie de  congrio.  (Zool.  F. 
Ophisuridce;  esp.  Uranich- 
thys  brachycephalus,  Poey). 

Sagú.  Cub.  m. — Planta  her- 
bácea, exótica,  cultivada, 
común,  tuberosa  y  ramosa, 
de  hojas  lanceoladas,  lar- 
gas de  unos  tres  decíme- 
tros, con  un  limbo  cilin- 
drico entre  el  limbo  y  la 
rama,  y  flores  blancas.  Esta 
planta  produce  unos  tu- 
bérculos alargados,  blancos, 
de  los  que  se  extrae  una 
fécula  muy  sana  y  alimen- 
ticia que  se  llama  sagú, 
como  el  conocido  así  en 
castellano.  Otros  dicen  a 
esta  planta  raíz  americana 
y  yuquüla  (2.a  acep.)  (Bot. 
F.  Escitamíneas;  esp.  Ma- 
rmita arundinacea,  Lin.) 

Sagú.  Cub.  m. — La  substan- 
cia farinácea  extraída  de  la 
raíz  de  la  planta  de  este 
nombre,  anteriormente  des- 
crita. Véase.  No  ha  de  con- 
fundirse con  el  "sagú"  cas- 
tellano. 


Sagú  de  la  India.  Cub.  m. — 
Planta  de  adorno  en  figura 
de  palma  enana  que  no  se 
eleva  más  de  un  metro, 
cuyo  tronco  presenta  unas 
pencas  pequeñas  con  hojas 
lanceoladas,  mu}7  largas  y 
estrechas,  a  manera  de  plu- 
mas. Su  verdor  es  perenne 
y  alegre.  También  se  llama 
alcanfor  y  tapioca,  e  im- 
propiamente palma  alcan- 
for. (Bot.  F.  Cicadáceas; 
esp.  Cycas  circinnalis ) . 

Saguá.  Cub.  f. — Véase  gua- 
similla. 

Sagüero,  ra.  Cub.  subs.  y 
adj. — La  persona  nacida  en 
Sagua  la  Grande. 

Sagüero,  ra.  Cub.  adj. -Aplí- 
case a  cosas  de  esa  villa. 

Sajumaya.  Cub.  f.  —  Enfer- 
medad peculiar  de  los  cer- 
dos, que  los  ahoga  y  mata. 
Los  síntomas  son  de  tris- 
teza, inapetencia,  y  la  ex- 
pulsión de  espuma  por  la 
boca.  Suele  curarse  con 
una  sangría  que  se  les 
practica  cortándoles  el  rabo 
o  castrándolos. 

Salación.  Cub.  f. — fam. — Ac- 
ción y  efecto  de  salar,  se. 
Véase.  "Le*  cayó  la  sala- 
ción-". 

Salado,  da.  Cub.  adj. — fam. 
— Algunos  le  dan  el  signi- 
ficado de  "trapacero",  per- 
sona de  pocos  escrúpulos. 
Tiene  mucho  uso  en  la 
acep.  cast.  de  "gracioso". 
En  ambos  casos  se  usa 
siempre  con  el  verbo  "ser". 
Tiene  los  usos  castellanos. 


SALA 


467 


SALP 


Sacado,  da.  Cub.  adj.  y  p.  p. 

—  f'am.  —  Indica  desgracia, 
infortunio  accidental:  "Fu- 
lano está  salado  en  su  em- 
presa". Es  de  advertir  que 
la  corrupción  salao  para  la 
forma  masculina  y  salda 
para  la  femenina  están  muy 
generalizadas,  puesto  que 
solamente  el  pueblo  usa 
este  cubanismo.  Véase  el 
refrán  23  del  Apéndice. 
i  Saladrigas.  Cub.  común,  pl. 
— fam. — Equivale  a  "me- 
quetrefe", "entremetido". 
jaíamaüiquita.  Cub.  epic.  f. 
— Lagartija  muy  pequeña, 
de  unos  tres  decímetros  de 
largo  total,  de  bonita  colo- 
ración, aceitunado  con  mu- 
chas listas  transversales, 
paralelas,  obscuras,  orilla- 
das con  rayas  blancas,  y  la 
extremidad  de  la  cola  acar- 
minada. Habita  en  las  ren- 
dijas de  las  casas  de  made- 
ra regularmente,  y  tiene 
muy  ligeros  movimientos. 
Es  inofensiva.  (Zool  esp. 
Sphcesiodactylus  sputator). 
alar.  Cub.  v.  a. — flg. — Su- 
jetar en  el  suelo  a  una  per- 
sona y  echarle  sal  o  escu- 
pirle en  las  partes  puden- 
das, según  Pichardo.  Tiene 
los  usos  castellanos. 
¡dar,  se.  Cub.  v.  a.  y  ref. — 
flg.  y  fam. — Deparar  mala 
suerte  en  un  asunto  a  otra 
persona  o  a  uno  mismo; 
lastimarse,  perder  en  el 
juego,  etc.:  "José  le  saló  el 
íegocio  a  su  hermano". 
'Que  no  venga  Diego,  por- 


que nos  salará  la  fiesta". 
"Volcó  el  automóvil  y  se 
saló'".  "Me  ha  salado  una 
mala  carta". 

Salcocho.  Cub.  m. — Los  des- 
perdicios o  sobrantes  de  la 
comida,  cuando  se  desti- 
nan a  la  ceba  de  cerdos. 
Tiene  el  uso  castellanizado 
como  acción  y  efecto  de 
salcochar. 

Saleta.  Cub.  común. — fam. — 
Dícese  a  la  persona  voluble, 
informal:  "Zutano  es  un 
saleta,  porque  ayer  me  dijo 
una  cosa  y  hoy  lo  contra- 
rio". Tiene  el  uso  castella- 
no de  diminutivo. 

Salivazo.  Común,  m.  —  Lo 
mismo  que  "salivajo"  o 
"escupitajo":  la  cantidad 
de  saliva  que  se  escupe  de 
una  vez. 

Salmón.  Cub.  epic.  m. — Pez 
que,  según  Pichardo,  "en 
nada  se  parece  al  salmón 
de  Europa".  (Zool.  F.  Ca- 
rangidoe;  esp.  Elagatis  pin- 
nulatus,  Poey.) 

Salmonete.  Cub.  epic.  m. — 
Cuatro  especies  de  peces 
pequeños  y  comestibles  re- 
ciben este  nombre;  la  prin- 
cipal es  de  color  morado 
pardusco,  blanco  por  el 
vientre,  con  fajas  amari- 
llas. (Zool.  F.  Mulidce;  esp. 
principal :  Hypínueus  fla- 
viovitatus,  Poey.) 

Salpafuera»  Cub.  m. — fam. — 
Escándalo  en '  alguna  re- 
unión o  lugar  en  el  que 
median  desafíos,  y  concluye 
con  la  huida  de  los  concu- 


SALT 


468 


SALV 


rrentes:  "Se  formó  un  sal- 
pafuera y  acabó  el  baile". 

Salpicón,  na.  Cub.  adj.-fam. 
— desusada. — Aplícase  a  la 
persona  que  intercala  obs- 
cenidades en  la  conversa- 
ción, como  para  obtener 
fama  de  ocurrente. 

Saltadero.  Cub.  m.— Algunas 
personas  dicen  así  al  salto 
de  agua  o  cascada. 

Saltanejoso,  sa.  Cub.  adj. — 
Aplícase  al  terreno  plano, 
pero  con  pequeñas  ondula- 
ciones. 

Saltante.  Cub.  f. — En  el  jue- 
go de  monte,  la  primera 
carta  que  se  saca  por  deba- 
jo de  la  baraja,  en  una  ju- 
gada. 

Saltaperico.  Cub.  m. -Hierba 
silvestre  perenne,  propia  de 
lugares  húmedos,  de  hojas 
elípticas,  obtusas,  con  la 
base  cuneiforme,  peciola- 
das,  y  flor  de  color  azul 
violado.  (Bot.  F.  Acantá- 
ceas; »sp.  Ruellia  tuberosa, 
Lin.) 

Saltapericos.  Cub.  m.— Otra 
especie  más  conocida  por 
verdolaga  de  sabana.  Véase. 

SaSto  (Al),  Cub.  mod.  adv. — 
Equivale  al  castellano  "de 
salto",  esto  es,  al  momen- 
to, y  úsase  principalmente 
para  indicar  que  se  paga  de 
contado:  "Yo  pago  al  sal- 
to". 

Salto  (De  un).  Cub.  loe.  adv. 
— Empléase  para  expresar 
prontitud  en  el  desempeño 
de  una  comisión:    "Quiero 


que  hagas  esto  de  un  salto". 

Salto  de  la  pulga.  Cub.  m. — 
Cierta  suerte  de  los  vola- 
tines parecida  al  "salto  de 
trucha"  de  la  R.  A. 

Salvada.  Cub.  f. — fam. — Ac- 
ción y  efecto  de  salvarse. 
Véase.  "Me  di  la  gran  sal- 
vada al  vender  las  acciones 
antes  de  que  bajaran". 

Salvadera.    Cub.     f.  —  Árbol 
elevado  muy  común  en  par- 
ques y  paseos,   erizado,  de 
espeso  follaje  que  proyecta 
espaciosa  y   apacible  som- 
bra,  de  hojas  redondeadas 
o   cordiformes,    subenteras 
puntiagudas,  aserradas,  bi- 
glandulosas  en  la  base;  e 
fruto  se  abre  con  brusque 
dad    y    ligera    detonación 
lanzando  a  distancia  las  se 
millas,  de  donde  toma  nom- 
bre;  las  semillas  son  me 
dicinales  y  comestibles,  y  e 
látex  es  venenoso  y  produ 
ce  erosión  en  la  epidermis 
Habiya  y  habüla  eran  su 
nombres  primitivos;  hoy  s 
conoce  también  por  "jabi 
lio",  que  es  la  denomina 
ción   americana   castellani 
zada.  (Bot.  F.  Euforbiáceas 
esp.   Hura   crepitans,   Lin. 

Salvarse.  Cub.  v.  ref. — fan 
— Salir  bien  de  un  asunte 
tener  fortuna  en  una  em 
presa.  Esta  acep.  del  verh 
"salvar"  tiene  la  particu 
laridad  de  que  en  todos  le 
tiempos  se  emplea  con  én 
fasis  o  exclamación:  "Fu 
laño  se  salvó  con  el  nuev 
empleo".  "/Me  salvé!"  Tid 


Sal 


SALV 


469 


SAMB 


ne  muchos  de  los  usos  cas- 
tellanos. 

Salvia.  Cub.  f.  —  Planta  sil- 
vestre distinta  de  la  des- 
crita por  la  R.  A.,  aunque 
parecida,  que  en  Cuba  se 
¡lama  salvia  de  Castilla.  La 
presente  es  una  especie 
abundante,  anual,  difusa, 
de  hojas  ovales  con  la  base 
cuneiforme,  puntiagudas  y 
aserradas,  y  flor  de  color 
azul.  (Bot.  F.  Labiadas;  esp. 
Salvia  occidentalis,  Sw.) 

Salvia  americana.  Cub.  f. — 
Planta  arbustosa  indígena, 
silvestre,  aromática,  de  ho- 
jas ovales  u  ovalo-oblon- 
gas,  rugosas,  aserradas,  y 
flores  violadas  en  cabezue- 
las. (Bot.  F.  Verbenáceas; 
esp.  Lippia  gemminata,  H. 
B.  et  K.) 

Salvia  cimarrona.  Cub.  f.— 
Planta  arbustosa  silvestre, 
de  ramas  tomentosas,  hojas 
oblongas,  o  elíptico-oblon- 
gas,  puntiagudas,  aromáti- 
cas y  eficaces  para  el  dolor 
de  cabeza,  aplicándolas  en 
las  sienes;  flores  purpures- 
centes  en  cabezuelas  co- 
rimbosas. Desarróllase  en 
el  litoral,  particularmente 
en  los  lugares  roquizos,  por 
lo  que,  además  de  salvia  del 
país,  se  llama  también  sal- 
via de  costa,  de  playa  y 
marina.  (Bot.  F.  Compues- 
tas; esp.  Pluchea  odorata, 
Cass.) 

Salvia  cimarrona.  Cub.  f. — 
Arbusto  silvestre  de  hojas 
cuneiformes    con    la    base 


aserrada  o  trífidas,  y  ca- 
pítulos amarillos  en  paní- 
cula corimbosa.  También 
se  llama  retama  arbusto  y 
romerillo  (2.a  acep.)  (Bot. 
F.  C;  esp.  Neurulwna  lo- 
bata,  R.  Br.) 

Salvia  colorada.  Cub.  f. — 
Planta  silvestre  anual  de 
cualidades  medicinales,  con 
flores  purpurescentes.  (Bot. 
F.  C;  esp.  Pluchea  purpu- 
rescens,  D.  G.) 

Salvia  de  Castilla.  Cub.  f. — 
Planta  cultivada  en  los  jar- 
dines particulares  por  sus 
virtudes  curativas,  de  hojas 
pequeñas,  lanceoladas,  ru- 
gosas, y  flores  azules.  Es 
la   "salvia'*  de  la  R.  A. 

Salvia  de  costa.  Cub.  f. — 
Véase  salvia  cimarrona  (1.a 
acep.) 

Salvia  del  país.  Cub.  f. — • 
Véase  salvia  cimarrona  (i.1 
acep.) 

Salvia  de  playa.  Cub.  f. — La 
salvia  cimarrona  (1.a  acep.) 
Véase. 

Salvia  macho.  Cub.  f. — Véa- 
se salvia  morada. 

Salvia  marina.  Cub.  f.-Véase 
salvia  cimarrona  (1.a  acep.) 

Salvia  morada.  Cub.  f. — Una 
especie  parecida  a  la  sal- 
via colorada,  pero  de  ma- 
yores proporciones.  Tam- 
bién se  llama  salvia  macho. 
(Bot.  F.  Compuestas;  esp. 
Pluchea   bifrons,  D.   G.) 

Salvilla.  Cub.  f. — Véase  mo- 
nigote. 

'Sambumbia.  Cub.  f. — Be- 
bida   fermentada    que    se 


SAN 

hace  con  agua  y  miel  de 
caña,  a  la  que  algunos  agre- 
gan ají.  La  R.  A.  acepta 
este  cubanismo  y  su  deri- 
vado, pero  las  personas  que 
creen  hablar  correctamen- 
te dicen  zambumbia  con  z; 
y  todo  fuerza  a  creer  que  la 
forma  aceptada  es  corrom- 
pida, puesto  que  en  la  pro- 
sodia cubana  no  existe  la  z. 

Sambumbia.  Cub.  f. — fam. — 
Por  extensión,  dícese  a 
toda  bebida  que,  por  estar 
demasiado  aguada,  ha  per- 
dido su  peculiar  sabor: 
"Eso  no  es  café;  es  sam- 
bumbia". 

'Sambumbiería.  Cub.  f.  — 
Lugar  donde  se  hace  o  ven- 
de sambumbia.  (1.a  acep.) 
Véase. 

Sambumbiero,  ra.  Cub.  m. 
y  f. — La  persona  que  pre- 
para o  vende  sambumbia 
(1.a  acep.)  Véase. 

San  Diego.  Cub.  m. — Planta 
anual  cultivada  en  jardi- 
nería, de  tallo  erecto,  hojas 
lanceoladas,  oblongas,  flo- 
res en  cabezuelas  esféricas, 
difilas  en  la  base  de  color 
morado,  blanco  o  matiza- 
das de  los  dos  colores,  que 
son  de  larga  duración, 
hasta  mucho  después  de 
desprendidas  de  la  planta, 
por  lo  que  también  se  llama 
inmortal  y  siempreviva.  Tal 
vez  sea  la  planta  conocida 
en  castellano  por  "perpe- 
tua encarnada".  (Bot.  F. 
Amarantáceas ;  esp.  Gom- 
phrena  globosa.) 


470  —  SANA 

San  Diego  cimarrón.  Cub. 
m. — Planta  rastrera  silves- 
tre, abundante  en  las  saba- 
nas, de  florecilias  blancas, 
que  constituye  mal  pasto. 
(Bot.  F.  A.;  esp.  Gomphrena 
decumbens,  Jacq.) 

San  Diego  cimarrón.  Cub. 
m. — La  hierba  más  cono- 
cida por  san  Dieguillo. 
Véase. 

San  Dieguillo.  Cub.  m.  — 
Hierba  silvestre  lampiña, 
erecta,  de  hojas  pecioladas, 
desiguales,  ovalo-oblongas, 
gruesamente  dentadas,  flo- 
res en  cabezuelas  esféricas, 
olorosas;  es  un  pasto  malo. 
También  se  llama  san  Die- 
go cimarrón  (2.a  acep).  (Bot. 
F.  Labiadas;  esp.  Hyptis 
capitata,  Jacq.) 

San  Juan  del  Cobre.  Cub. 
m. — Véase  frailecillo  (2.a 
acep.).  San  Juan  se  pone 
como  aditamento  a  muchas 
especies  de  animales  y 
plantas. 

San  Pedro,  Cub.  m. — Ade- 
más de  aplicarse  como  adi- 
tamento a  varios  bejucos 
(véanse),  denomínanse  así 
muchas  plantas,  por  sus 
flores,  entre  las  que  me- 
recen especial  mención 
unas  especies  parásitas  que 
se  forman  sobre  los  árbo- 
les y  presentan  flores  gran- 
des, hermosas,  de  pétalos 
amarillos,  matizados  de  ro- 
jo, en  panículas.  (Bot.  F. 
Orquídeas). 

Sanaco,  ca.  Cub.  adj. — fam. 
Equivale  a  "necio",  "men- 


SANG 


471  — 


SANT 


tecato",  "bobo":  "Zutano 
es  muy  sanaco".  Algunas 
personas  emplean  la  forma 
femenina  como  común  a  los 
dos  géneros.  También  se 
oye  sanana.  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Sanana.  Cub.  adj.  —  Véase 
sanaco,  ca.  Esta  voz  tiene 
uso  en  Andalucía,  pero  ig- 
noramos el  significado  que 
allí  tenga. 

Sancristobalero,  ra.  Cub. 
subs.  y  adj.  —  La  persona 
nacida  en  San  Cristóbal. 

Sancristobalero,  ra.  Cub. 
adj.  —  Aplícase  a  cosas  de 
esa  localidad. 

Sangre.  Cub.  í. — fam. — Véa- 
se la  frase  207  del  Apén- 
dice. 

Sangre  de  Adonis.  Cub.  f. — 
Véase  altea. 

Sangre  de  doncella.  Cub.  f. 
— Árbol  indígena,  silvestre, 
de  buena  madera,  dura  y 
fuerte,  de  color  rosáceo. 
(Bot.  F.  Malpigiáceas;  esp. 
Byrsonima  biflora,  Gris.) 

Sangriligero,  ra.  Amer.  adj. 
— fam. — Aplícase  a  la  per- 
sona bien  parecida  y  de 
trato  agradable,  simpática. 
También  se  dice  sangrili- 
viano, na.  Esta  voz  y  las 
dos  siguientes  están  bien 
formadas  y  son  admisibles 
al  buen  castellano;  pero  es 
lástima  grande  que  signi- 
fiquen cosa  distinta  de  la 
que  dan  a  entender,  por- 
que sangriligero  y  sangri- 
liviano parecen  indicar  al 
individuo    ágil,    ligero,    li- 


viano, de  movimientos  des- 
embarazados. 

Sangriliviano,  na.  Cub.  adj. 
— Véase     sangriligero,     ra. 

Sangripesado*  da.  Amer. 
adj. — Por  oposición  a  san- 
griligero, ra,  aplícase  a  la 
persona  antipática,  fasti- 
diosa, repugnante.  Exten- 
diendo la  crítica  apuntada 
en  sangriligero,  ra  (véase), 
anotaremos  que  esta  voz 
más  parece  significar  in- 
dolencia,  pesadez. 

Sangrón,  na.  Cub.  adj. -Aplí- 
case a  la  persona  imperti- 
nente, molesta,  antipática: 
"Ricardo  no  se  da  cuenta 
de  lo  sangrón  que  es". 

Sanguijuela  de  la  tierra. 
Cub.  epic.  f. — Especie  pe- 
queña de  sanguijuela,  pro- 
pia de  Cuba. 

Sanguinaria.  Cub.  f. —  Mu- 
chos substantivan  esta  voz 
para  designar  las  diferen- 
tes yerbas  sanguinarias  o 
yerbas  de  la  sangre.  Véan- 
se. 

Sanjuanero,  ra.  Cub.  subs.  y 
adj. — La  persona  nacida  en 
San  Juan  de  los  Yeras  o 
en  San  Juan  y  Martínez. 

San  juanero,  ra.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  cosas  de  esas  lo- 
calidades. 

Santa  María.  Cub.  f.  —  La 
planta  que  describe  la  R.  A. 
en   "matricaria". 

Santa  Rita.  Cub.  f.-Pequeño 
arbusto  de  jardinería,  con 
hojas  ovalo-oblongas,  sub- 
acorazonadas,  redondeadas 
en  el  ápice,  y  flores  de  co- 


SAPB 


472 


SARD 


rola  roja  en  corimbos  sub- 
sentados.  (Bot.  F.  Rubiá- 
ceas; esp.  Ixora  coccínea, 
Lin.) 

Santacruceño,  fia.  Cub.  subs. 
y  adj. — La  persona  natural 
de  Santa  Cruz  del  Sur. 

Santacruceño,  fia.  Cub.  adj. 
— Aplícase  a  cosas  de  esa 
población. 

Santanica.  Cub.  epic.  f.  — 
Véase  hormiga  boticaria. 

*Santiaguero,  ra.  Cub.  subs. 
y  adj. — Dícese  a  la  perso- 
na nacida  en  Santiago  de 
Cuba;  en  la  capital,  no  en 
la  provincia,  que  a  éstos  se 
dice  orientales.  Antes  se 
decía  cubano,  na. 

*San£iaguero,  ra.  Cub.  adj.- 
Aplícase  a  las  cosas  de  esa 
ciudad. 

Santiagnero,  ra.  Cub.  subs.  y 
adj. — La  persona  de  San- 
tiago de  las  Vegas. 

Santiagnero,  ra.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  cosas  de  esa  lo- 
calidad. 

Santo  Domingo.  Cub.  m.-En 
la  región  oriental,  la  planta 
vicaria.  Véase. 

Sao.  Cub.  m. — Sabana  o  pra- 
dera de  reducidas  dimen- 
siones con  algunos  mato- 
rrales o  grupos  de  Árbo- 
les aislados.  (Et.  F  la  Za- 
yas  que  sea  voz  e.\: ube,  pero 
acaso  lo  sea.t 

Sapear.  Cub.  v.  n. — vulg. — 
Ejercicio  de  la  prostitución 
con  reservas;  no  pública- 
mente. (Et.  De  sapo.  Véase). 

Sapear.  Cub.  v.  n. — vulg. — 
Indagar   o   buscar   mujeres 


que  ejercen  la  prostitución 
con  alguna  reserva. 

Sapería.  Cub.  f. — vulg. — Si- 
tio donde  abundan  las  mu- 
jeres que  sapean.  Véase  sa- 
pear (1.a  acep.)  uUn  barrio 
de  mucha  sapería." 

Sapería.  Cub.  f.  —  vulg.  — 
Otros  dicen  así  a  la  casa  de 
lenocinio  o  a  las  mujeres 
que  hay  en  ella. 

Sapillo.  Cub.  m. — Cierto  bi- 
cho que  ataca  a  las  col- 
menas. Tiene  los  usos  cas- 
tellanos. 

Sapo.  Cub.  m. — Dícese  a  la 
meretriz.  Tiene  la  acep. 
castellana. 

Sapo.  Cub.  epic.  m.  —  Pez 
pequeño  de  figura  regular, 
pero  con  la  cabeza  grande, 
y  los  ojos  en  la  parte  más 
elevada  de  ella,  la  boca 
muy  hendida,  la  piel  muy 
resbalosa,  que  vive  en  las 
desembocaduras  de  los  ríos. 
En  nada  se  parece  al  "sapo 
marino"  o  "pejesapo"  de 
la  R.  A.  (Zool.  esp.  Bactra- 
chus  tau,  Lin.) 

Sapote.  Amer.  m. — Corrup- 
ción de  "zapote". 

Capotillo.  Amer.  m. -Corrup- 
ción de   "zapotillo". 

Sarazo.  Amer.  adj. — Se  apli- 
ca al  maíz  cuando  empie- 
za a  madurar. 

Sardina.  Cub.  epic.  f. — Va- 
rios peces  pequeños  y  sa- 
brosos reciben  este  nombre, 
pero  apenas  se  parecen  a 
la  sardina  de  Europa,  como 
no  sea  en  el  tamaño,  si  la 
europea  no  es  de  las  ma- 


SASA 


473  - 


SBBI 


yores.  (Zool.  F.  Clupeida?; 
esp.  principales  del  género 
H  aréngala.) 

Sardina  de  ley.  Cub.  epic.  f. 
—Especie  que  forma  gran- 
des cardúmenes.  (Zool.  F. 
C;  esp.  H.  sradina,  Poey.) 

Sardina  escamuda.  Cub. 
epic.  f. — La  sardina  de  Es- 
paña. 

Sardo,  da.  Amer.  adj. — Aplí- 
case al  ganado  que  tiene  el 
pelo  salpicado  de  pequeñas 
manchas  de  cualquier  co- 
lor. En  castellano,  "mos- 
queado, da". 

Sargazo.  Cub.  m. — Una  yer- 
ba de  mal  pasto. 

Sarna.  Cub.  í. — Véase  sarna 
de  perro.  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Sarna  de  perro.  Cub.  f. — El 
arbusto  más  conocido  por 
rompehueso,  que  se  dice 
también  simplemente  sar- 
na. 

Sarnüia.  Cub.  f.-Véase  rom- 
pehueso. 

Sasafrás.  Cub.  m.  —  Árbol 
exótico,  pero  distinto,  al 
parecer,  del  descrito  por  la 
R.  A.;  es  común  en  la  for- 
mación de  setos  vivos,  para 
lo  que  se  planta  de  estaca, 
crece  unos  seis  metros,  es 
resinoso,  ramoso,  de  hojas 
compuestas  olorosas,  flores 
blancas  en  racimos  axila- 
res y  terminales,  madera 
blanda  y  blanca,  que  en  de- 
cocción es  eficaz  para  cu- 
rar espasmos  estomacales. 
Este  árbol  no  fructifica  en 
Cuba.  (Bot.  F.  Burseráceas; 


esp.    Bursera    graveolens). 

Sato,  ta.  Cub.  m.  y  f. — Dí- 
cese  a  una  especie  de  pe- 
rros de  raza  fina,  de  pelo 
corto  y  tamaño  pequeño, 
pero  muy  ladradores.  La 
hembra  es  muy  lasciva. 

Sato,  ta.  Cub.  adj.  —  flg,  y 
fam. — Por  extensión,  signi- 
fica incitante,  lascivo. 

Sauce.  Cub.  m. — Véase  sau- 
ce del  país. 

Sauce  dei  país.  Cub.  m. — 
Árbol  silvestre  distinto  del 
descrito  por  la  R.  A.,  aun- 
que de  la  misma  familia 
botánica.  Es  de  notable  ele- 
vación, de  hojas  alternas, 
simples,  estipuladas,  linea- 
les, aserradas,  lampiñas, 
madera  dura  y  flexible,  de 
color  amarillo  rojizo,  ve- 
teada; se  propaga  por  me- 
dio de  sus  ramas.  Común- 
mente se  dice  sauce.  Tam- 
bién existe  en  Cuba  la  es- 
pecie de  la  R.  A.,  "sauce 
llorón",  cultivada  como  or- 
namental. (Bot.  F.  Salicí- 
neas; esp.  Salix  humbold- 
tiana,  Willd.) 

Sayuela.  Cub.  f. — Especie  de 
camisa  de  mujer  ajustada 
a  la  cmtura,  larga  y  con 
medias  mangas,  que  se  pone 
sobre  el  camisón.  En  algu- 
nos lugares  dicen  camisón 
de  corpino  y  también  viso. 

Sebiya.  Cub.  epic.  f.  —  Ave 
zancuda  o  de  ribera,  gran- 
de, que  alcanza  unos  8  de- 
címetros de  longitud  total; 
cuando  joven,  su  plumaje 
es  blanco,  y  cuando  adulta, 


SIíCÜ 


474  — 


SB5M1 


rosado  pálido  con  algunas 
plumas  en  las  alas  y  la 
cola  de  un  bello  carmín, 
pico  ensanchado  en  forma 
de  espátula,  y  patas  y  tar- 
sos de  color  negro.  Vive  en 
las  ciénagas  y  orillas  de  las 
aguas  estancadas,  y  se  ali- 
menta de  pececillos,  repti- 
les y  gusanos.  Vuela  alto  y 
apenas  se  posa  en  los  árbo- 
les. Se  encuentra  también 
en  el  Continente.  Algunos 
escriben  sevilla  y  seviíja. 
Parece  más  correcto  el  uso 
de  la  b.  (Zool.  F.  Platalei- 
dce;  esp.  Platalea  ajaja, 
Lin.)  (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas.) 

Sebo.  Cub.  m. — fam. — Véase 
la  frase  201   del  Apéndice. 

Seborucal.  Cub.  m.  —  Lugar 
donde  abundan  los  seboru- 
cos (1.a  acep.) 

Seboruco.  Cub.  m.  —  Piedra 
roquiza,  porosa  y  erizada. 
que  se  encuentra  a  flor  de 
tierra,  particularmente  en 
las  costas.  El  cubanismo 
molejón  significa  lo  mismo 
y  está  aceptado  por  la  R. 
A.;  además  hay  otros  dos 
sinónimos:  múcara  y  dien- 
te de  perro.  (Et.  Del  caribe 
ciba,  ciboruco,  ceboruca, 
seboruco.) 

Seboruco.  Cub.  m. — vulg. — 
La  meretriz. 

Sécate.  Cub.  m. — Véase  yer- 
ba de  Castilla.  ¿Será  el 
"zacate"  de  la  R.  A.? 

Secua.  Amer.  f. — La  enreda- 
dera americana  más  cono- 


cida en  Cuba  por  jabilla. 
Véase. 

Segundo.  Cub.  epic.  m. — Pez 
parecido  al  pámpano,  pero 
de  cuerpo  más  aplastado, 
de  color  blanco  obscuro 
hacia  el  lomo,  con  escamas 
pequeñas.  (Zool.  F.  Caran- 
gidce;  esp.  Caranx  secun- 
dus,  Poey.)  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Seguro.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Véase  la  frase  97  del  Apén- 
dice. 

Seiba.  Amer.  f. — Véase  sei- 
bón. 

Seibadal.  Amer.  m. — Véase 
seibón. 

Seibón.  Cub.  m. — Esta  voz  y 
las  dos  anteriores  son  co- 
rrupciones, bastante  gene- 
ralizadas entre  los  no  crio- 
llos, de  "ceiba",  ceibadal  y 
ceibón.  Véanse  las  dos  úl- 
timas en  este  Vocabulario. 
Algunos  autores  opinan  que 
los  aborígenes  no  pronun- 
ciaban ce,  ci,  sino  se,  si,  y 
acreditan  de  legítimas  esas 
voces  corrompidas,  pero  es 
cosa  muy  aclarada  ya  en 
sentido  contrario  por  algu- 
nos filólogos  americanos. 

Sello.  Cub.  m. — fam. — Véase 
la  frase  134  del  Apéndice. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Sema.  Cub.  m. — antic. — Cier- 
to mito  en  el  que  adoraban 
los  aborígenes,  el  cual  en- 
carnaba las  fuerzas  todas 
de  la  Naturaleza.  (Et.  Co- 
rrupción del  caribe  cerní). 

Semicupio.  Cub.  m. — Bana- 
dera en  figura  de  poltrona 


SBNS 


47o 


SERÉ 


con  espaldar,  de  asiento 
hundido,  regularmente  de 
latón,  que  se  usa  para  ba- 
ños de  asiento,  en  los  que 
se  moja  desde  la  mediación 
de  los  muslos  hasta  la  par- 
te superior  de  la  cintura. 
(Et.  De  semi,  medio,  y  cu- 
pio,  ¿de  cuerpo"?). 

Semilla  de  pájaro.  Cub.  f. — 
El  árbol  más  conocido  por 
penda.  Véase. 

Sensacional.  Común,  adñ — 
Aplícase  a  lo  que  causa 
sensación:  "Suceso  sensa- 
cional". A  los  que  repudian 
por  galicismo  esta  voz,  ten- 
dríamos que  preguntarles 
lo  que  hacemos  con  el  cas- 
ticismo  "sensación". 

sensatamente.  Común,  adv. 
— Equivale  a  decir  "con 
sensatez":  "Procedió  sen- 
satamente". 

>enserení.  Cub.  m.  —  Según 
Zayas,  "una  yerba  usada 
en  Camagüey  para  refres- 
cos y  usos  domésticos". 
(Et.  Voz  caribe,  según  di- 
cho autor). 

Senserenico.  Cub.  epic.  m. — 
Véase  tomeguín  del  pinar. 
(Et.     Voz     caribe,     Zayas.) 

Sensiblería.  Común.  f.-Sen- 
sibilidad  afectada  o  fingi- 
da: "Dejémonos  de  sensi- 
blerías, y  vamos  al  grano". 

Sensiblero,  ra.  Común,  adj. 
—Aplícase  a  la  persona  que 
afecta  sensibilidad  refina- 
da: "Damián  es  muy  sen- 
siblero". 

ensitiva.  Cub.  f. — La  plan- 
ta víbora.  Véase.  No  es  nin- 


guna de  las  "sensitivas"  de 
la  R.  A. 

Sentido.  Amer.  m.  —  fam. — 
Dícese  en  lugar  de  "sien": 
"Le  dio  un  golpe  en  un 
sentido".  Encontramos  a  la 
voz  reputada  de  america- 
nismo, pero  nos  parece  que 
en  esa  acep.  la  usa  gran 
parte  del  pueblo  español. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Sentirse.  Cub.  v.  ref.  —  Lo 
mismo  que  "resentirse"; 
esto  es,  enojarse,  enfadar- 
se: "Fulano  se  sintió  mu- 
cho con  el  regaño  del  pa- 
dre"; "Juan  está  sentido 
con  Roque".  Tal  vez  se  de- 
rive del  adjetivo  castellano 
"sentido,  da",  aplicable  a 
la  persona  que  se  molesta 
u  ofende  con  facilidad. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Señal.  Cub.  f. — Por  antono- 
masia, la  que  se  practica  en 
las  orejas  al  ganado  (sacado, 
rabisacado,  horqueta,  rabi- 
horqueta,  y  rabihor quilla- 
do),  además  de  la  efectua- 
da con  el  hierro  candente 
llamado  calimba,  sobre  la 
piel,  como  un  medio  más 
para  distinguirlo.  Véase  el 
refrán  34-fr  del  Apéndice. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Señó,  ñá.  Común,  m.  y  f. — 
vulg. — Véase  ño,  ña. 

Señorita.  Cub.  f.-Véase  ver- 
dolaga verdadera.  Tiene  el 
uso  castellano. 

Serení.  Cub.  va.  —  La  planta 
más  conocida  por  aleluya. 
Véase.  (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas.) 


SBRRU 


476 


SEVI 


Serensé.  C  u  b  .  m.  —  Véase 
funche.  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas.) 

Serna.  Cub.  adj. — Aplícase  a 
una  especie  de  bejuco.  Véa- 
se. 

Serrano.  Cub.  epic.  m. — Re- 
ciben este  nombre  muchos 
peces  de  poco  tamaño,  en- 
tre 15  y  20  centímetros, 
de  distintas  familias  zoo- 
lógicas. La  especie  más  in- 
teresante es  de  cuerpo  bien 
formado,  que  alcanza  hasta 
25  centímetros,  con  muchas 
fajitas  azules  por  todo  el 
cuerpo,  y  dos  fascículos  es- 
pinosos. (Zool.  F.  Serráni- 
dos; esp.  Serranus  fascicu- 
laris,  Val.) 

Serruchar.  Amer.  v.  a. — Ser- 
virse del  serrucho  para 
aserrar  una  cosa. 

Serrúchete  (Al).  Cub.  mod. 
adv. — fam. — Lo  mismo  que 
al  serrucho. 

Serrucho.  Cub.  epic.  m. — Pez 
que  alcanza  muy  cerca  de 
un  metro  de  largo,  de  cuer- 
po prolongado,  grueso,  de 
color  azuloso  en  la  parte 
anterior  y  blanquecino  en 
la  inferior,  provisto  de  una 
sierra  sumamente  cortan- 
te. Guando  crece  mucho  le 
llaman  algunos  pescadores 
sierra,  que  no  debe  con- 
fundirse con  el  pez  sierra 
castellano.  (Zool.  F.  Gobii- 
dce;  esp.  Cibium  acervum, 
Guv.)  Tiene  el  uso  caste- 
llano. 

Serrucho.  Cub.  m. — En  al- 
gunos  lugares,  un  arbusto 


que  tiene  las  hojas  con  los 
bordes  fuertemente  denta- 
dos. 

Serrucho.  Cub.  m. — fam. — 
Dícese  a  la  ramera  vulgar. 

Serrucho  (Al).  Cub.  mod. 
adv. — fam.— Lo  mismo  que 
"a  medias",  "a  la  mitad". 
Otros  dicen  al  serrúchete: 
"José  y  Diego  van  al  se- 
rrucho en  el  negocio";  "un 
hallazgo  de  dinero  entre 
dos  debe  repartirse  al  se- 
rrúchete'3. 

'Serventía.  Cub.  i, — "Cami- 
no que  pasa  por  terrenos 
de  propiedad  particular,  y 
que  utilizan  los  habitantes 
de  otras  fincas  para  comu- 
nicarse con  los  públicos." 
(R.  A.).  Es  de  advertir  que 
ese  camino  es  sólo  para 
persona  o  caballería,  no 
para  vehículo.  (Et.  De 
"servir"). 

Sesí.  Cub.  epic.  m. — Pez  pa- 
recido al  pargo,  que  alcan- 
za unos  3  decímetros,  con 
la  membrana  de  las  aletas 
pectorales  negra  y  la  cola 
amarilla.  Hay  otra  especie 
más  chica.  (Zool.  esp.  Me- 
soprion  buccanella,  Guv.) 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Sesí  de  lo  alto.  Cub.  epic. 
m. — El  mismo  pez  de  algo 
mayor  tamaño  y  ojos  sal- 
tones, que  se  pesca  a  gran- 
des profundidades. 

Sevicia.  Cub.  epic.  f .  —  El 
"Pequeño  Larousse"  trae 
esto  cubanismo  para  nom- 
brar un  "ave  de  río  ame- 
ricana parecida  a  la  gar- 


SIEM 


477  _ 


SUÓ 


za".  ¿Será  la  sebiya  des- 
crita en  este  Vocabulario, 
aun  cuando  en  nada  se  pa- 
rezca a  la  garza? 

Sevilla.  Cub.  epic.  f.— Véase 
sebiya. 

Seviya.  Cub.  epic.  f. — Véase 
sebiya. 

Siba.  Cub.  f. — antic. — Defec- 
tuosa pronunciación  de  la 
voz  (a  su  vez  anticuada 
también)   ciba.   Véase. 

Sibí.  Cub.  epic.  m. — Corrup- 
ción de  cibí.  Véase. 

Siboney.  Cub.  común. — des- 
usada.— Es  corrupción  ge- 
neralísima de  ciboney  o  ci- 
buney,  formas  caribes  que 
ya  hoy  nadie  usa.  Desig- 
naba a  los  aborígenes  cu- 
banos, y  aun  se  emplea 
para  con  el  nativo  de  Cuba. 
Pichardo  cree  que  la  voz 
legítima  es  con  s,  pues  se 
cuenta  entre  los  que  supo- 
nen que  los  sonidos  ce,  ci 
no  entraban  en  la  prosodia 
de  los  indios,  y  lo  deduce 
de  que  tal  suceda  entre  los 
cubanos  de  origen  español 
o  africano.  Hoy  la  opinión 
predominante  ha  destruido 
ésa. 

Sicote.  Cub.  m. — Véase  ci- 
cote,  de  cuya  voz  es  co- 
rrupción ésta,  muy  gene- 
realizada  hasta  entre  los  no 
cubanos. 

Sicotudo,  da.  Cub.  adj. — 
Véase  con  c,  que  es  la  for- 
ma correcta. 

Siempreviva.  Cub.  f. — La 
planta  de  jardín  muy  co- 
nocida también  por   "don- 


diego", su  nombre  caste- 
llano, y  que  no  ha  de  con- 
fundirse con  la  siempre- 
viva" de  la  R.  A. 

Sierra.  Cub.  epic.  f. — Véase 
serrucho  (1.a  acep.) 

Sietecueros.  Cub.  m.  pl. — 
La  inflamación  de  los  de- 
dos de  las  manos,  conocida 
en  castellano  por  "pana- 
dizo". 

Sigua.  Cub.  f. — Véase  cigua. 

Siguagua.  Cub.  f. — Véase  ji- 
guagua. 

Siguanea.  Cub.  f. — Véase  ci- 
guanea. 

Siguapa.  Cub.  epic.  f. — Co- 
rrupción de  ciguapa.  Véase. 

Siguaraya.  Cub.  f .  - — Véase 
ciguaraya. 

Siguatera.  Amer.  f.-Corrup- 
ción  del  castellano  "cigua- 
tera". 

Si  guato,  ta.  Amer.  adj. — 
Corrupción  del  castellano 
"ciguato,  ta". 

Sijú  cotunto.  Cub.  epic.  m. 
— Especie  de  ave  parecida 
al  sijú  de  las  Antillas,  que- 
describe  la  R.  A.,  pero  con 
los  tarsos  implumes,  de, 
mayor  tamaño,  y  que  sólo 
caza  de  noche.  La  R.  A. 
acepta  su  otro  nombre  de 
cotunto,  como  cubanismo. 
También  se  dice  sijú  cuco, 
y  más  generalmente  cuco. 
Véase. 

Sijú  cuco.  Cub.  epic.  m. — 
Véase  sijú  cotunto  y,  me- 
jor, cuco. 

Sijú  platanero.  Cub.  epic. 
m. — Es  el  ave  nocturna  de 
las    Antillas    que    describe 


SINS 


478  — 


SINV 


la  R.  A.  en  "sijú",  nombre 
simple,  que  es  el  más  em- 
pleado en  Cuba.  Aunque  es 
nocturna,  suele  buscar  de 
día  el  alimento,  y  tiene  lo¿ 
tarsos  plumados;  estas  dos 
cualidades  y  su  menor  ta- 
maño la  diferencian  del 
sijú  cotunto  o  cuco. 

Silesia.  Amer.  f. — desusada. 
— Cierto  tejido  de  liño:  si 
blanco,  para  camisas;  si 
crudo,  para  pantalones. 

Sillón.  Cub.  m. — Dícese  a  la 
mecedora,  en  el  mayor  uso 
de  esta  voz.  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Singar.  Cub.  v.  n.-muy  vulg. 
— El  acto  del  coito. 

Singar.  Cub.  v.  a.  —  fig.  y 
muy  vulg.  —  Molestar,  im- 
portunar. En  otros  lugares 
de  América  dicen  chingar. 

Siniestrado,  da.  Común,  adj. 
— Se  aplica  a  la  persona  o 
cosa  víctima  de  un  sinies- 
tro: "El  establecimiento  si- 
niestrado". Es  una  voz  de 
muy  mal  gusto. 

Sino.  Cub.  m. — En  los  inge- 
nios, la  horma  de  azúcar 
que  carece  de  orificio.  Tie- 
ne los  usos  castellanos. 

Sinsonte.  Cub.  m. — El  "Pe- 
queño Larousse"  recoge 
este  cubanismo  como  sinó- 
nimo de  "bobo".  Quizá  se 
trate  de  un  modismo '  local 
o  de  muy  pocos  lugares, 
porque  nunca  lo  hemos 
oído.  En  su  significado  ver- 
dadero es  corriente,  puesto 
que  abunda  en  Cuba  ese 
pájaro     americano.     Véase 


la    frase    73   del   Apéndice. 

Sinsonte  prieto.  Cub.  epic. 
m. — Especie  del  pájaro  sin- 
sonte, de  mayor  tamaño,  de 
plumaje  más  obscuro  y  sin 
timoneras  ni  remeras  blan- 
cas. Se  encuentra  en  los 
cayos  de  la  costa  norte. 
(Zool.  esp.  Mimus  gundla- 
chi) . 

Sinsontillo.  Cub.  epic.  m. — 
El  pajarillo  que  después 
del  zunzún,  es  el  más  pe- 
queño de  Cuba;  de  figura 
y  de  plumaje  parecido  al 
sinsonte,  de  color  plúmbeo 
azulado  en  el  lomo,  y  blan- 
co con  viso  gris  en  el  pe- 
cho, las  remeras  y  timone- 
ras negras  con  estrías  blan- 
cas en  las  más  salientes. 
Su  nido  es  muy  artístico, 
abunda  en  la  región  orien- 
tal, y  emite  un  canto  agra- 
dable. (Zool:  F.  Süvidce; 
esp.  Polioptilla  lembeyei, 
Oundl.) 

Sinvergüencearse.  Cub.  v. 
ref. — vulg. — Perder  la  ver- 
güenza. Uno  de  los  casos 
reprensibles  de  verbos  for- 
mados de  substantivos  o 
adjetivos. 

Sinvergüencería.  Común,  f. 
— Acción  deleznable  de  una 
persona  sinvergüenza.  Otros 
dicen   sinvergüenzada. 

Sinvergüenzada.  Común.  í. 
— Lo  mismo  que  sinver- 
güencería. No  se  explica 
que  esta  voz  y  la  anterior 
no  figuren  en  el  Dic.  ofi- 
cial, donde  consta  "sinver- 
güenza". 


SITI 


479  — 


Sl/BH 


Sinvergüenzura.  Amer.  f.— 
Lo  mismo  que  sinvergüen- 
zada  o  sinvergüencería. 

¡Sio!  Cub.  interj.  —  vulg. — 
Empléase  para  imponer  si- 
lencio. (Et.  Corrupción  de 
"¡so!".) 

Sirajo.  Cub.  epic.  m. — -Pez 
pequeño  de  agua  dulce,  que 
carece  de  interés  y  se  en- 
cuentra en  la  región  orien- 
tal. (Zool.  F.  Gobiidee;  esp. 
Sicydium  siragus,  Poey). 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas.) 

Sirimba.  Cub.  f. —  Síncope, 
ligero  desmayo:  "A  mi 
hermana  le  dio  una  sirim- 
ba". 

Slrindango.  Cub.  m. — fam. — 
Véase  la  frase  8  del  Apén- 
dice. 

Sirope.  Común,  m. — Almíbar 
o  jarabe  de  azúcar,  muy 
empleado  en  los  cafés  para 
endulzar  bebidas  refrescan- 
tes. (Et.  Del  francés  sirop). 

Sitiería.  Cub.  f. — Aldehuela. 
Lugar  donde  están  próxi- 
mos entre  sí  varios  sitios. 
Véase. 

Sitiero,  ra.  Cub.  subs.  y  adj. 
— -La  persona  que  posee  en 
propiedad  o  arrendamiento 
un  sitio.  Véase. 

Sttiecito.  Cub.  m. — Diminu- 
tivo de  sitio.  Véase. 

Sitio.  Cub.  m.  —  Lugar  en 
campo  abierto  con  una  o 
dos  viviendas  rodeadas  de 
algunas  tierras  de  cultivo. 
Otros  dicen  sitio  de  labor. 
Es  lo  que  en  castellano  se 
conoce  por  "casería".  Tie- 
ne las  acep.  cast. 


Sitio  de  crianza.  Cub.  m.~ 
Pequeña  hacienda  destina- 
da a  la  cría  de  ganado,  con 
morada  y  corral 

Sitio  de  labor.  Cub.  m. -Véa- 
se  sitio. 

Sitio  de  viandas.  Cub.  m. — 
En  las  grandes  haciendas, 
el  lugar  donde  se  cultivan 
los  frutos  menores  u  hor- 
talizas. 

Soaré.  Común.  í. —  Uno  de 
los  galicismos  más  repren- 
sibles, por  cuanto  hay  mul- 
titud de  voces  castizas, 
como  "tertulia",  "reunión", 
"sarao",  etc.  postergadas 
ante  el  empuje  de  él.  En 
Cuba  está  muy  generaliza- 
do en  lenguaje  periodísti- 
co, y  muchos  escriben  la 
voz  en  puro  francés.  (Et. 
De  soirée). 

Sobada.  Cub.  f.  —  Acción  y 
efecto  de  sobar,  castigar. 
En  castellano  se  dice  "so- 
ba" y  "sobadura",  que 
también  se  usan  en  Cuba. 

Soberado.  Amer.  m.  —  poco 
uso. — Equivale  a  "desván". 
(Et.  Reprensible  corrupción, 
por  epéntesis,  de  "sobra- 
do"). 

Sobordo.  Común,  m.  —  Re- 
gistro o  revisión  de  la  car- 
ga de  un  buque  para  con- 
frontar las  mercancías  por 
la  documentación. 

Sobrancero,  ra.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  toda  cosa  que 
excede  del  tamaño  o  medi- 
da usuales  o  convenidas. 
(Et.    De    "sobrar"). 

Sobrecumbrera.  Cub.  f. — En 


SOLÍ 


—  480 


SONG 


las  casas  rústicas  o  en  los 
bohíos,  la  vigueta  que  se 
pone  en  el  vértice  de  la  te- 
chumbre y  que  sujeta  el 
guano  contra  la  otra  vigue- 
ta interior  llamada  cum- 
brera. 

Soca.  Amer.  f. — El  retoño  de 
caña  de  azúcar,  cuando  lo 
es  de  tercera  cosecha  en 
adelante,  pues  en  Cuba  al 
de  segunda  se  dice  soca  de 
planta. 

Soca  de  planta.  Cub.  f. — 
Véase  soca. 

Socollón.  Cub.  m. -Sacudida, 
estremecimiento,  choque. 
(Et.  Corrupción  del  caste- 
llano "socollada"). 

*Socucho.  Cub.  m.  —  "Hin- 
cón, chiribitil".  (R.  A.).  Es 
de  advertir  que  la  R.  A. 
acepta  esta  voz  a  la  vez 
como  mejicanismo. 

Soezmente.  Común,  adv. — 
De  forma  soez :  "Le  diri- 
gió la  palabra  muy  soez- 
mente". 

¡Sola  vayas!  Cub.  interj. — 
fam. — Exprésase  ante  algo 
que,  según  el  vulgo,  es  sín- 
toma de  mal  agüero,  como 
cuando  grita  la  lechuza, 
cuando  pasa  una  persona 
antipática,  etc. 

Solar.  Cub.  m.-Lo  mismo  que 
"casa  de  vecindad"  :  "Gen- 
tuza de  solar'";  "¿qué  pasa 
en  el  solar?  Más  se  dice 
cuartería,  ciudadela  y  con 
su  nombre  castellano.  Tie- 
ne las  acep.  de  la  R.  A. 

Solibio.  Cub.  epic.  m.  —  Así 
escriben  muchos  en  vez  de 


solivio,  que  parece  la  for- 
ma más  adecuada  a  la  or- 
tografía castellana. 
Solivio.  Cub.  epic.  m. -Pájaro 
muy  parecido  al  mayito, 
con  el  que  lo  confunden  al- 
gunos, pero  de  algo  más  ta- 
maño. Cuando  joven,  su 
plumaje  es  de  color  verde 
olivado,  con  las  partes  in- 
feriores, muslo,  rabadilla 
y  cobijas  del  ala  amarillo 
verdoso,  que  en  la  edad 
adulta  el  primero  se  trans- 
forma en  negro  y  el  segun- 
do en  amarillo  intenso. 
Tiene  también  su  nombre 
indio  de  guainúa.  (Zool.  F. 
lcterido>;  esp.  Xanthornus 
hypomelas,  Bonap.)  (Et.  Voz 
onomatopéyica  del  canto  del 
ave:  so...  li...  vio...) 

Sollate.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Véase  la  frase  203  del 
Apéndice. 

Sombra.  Cub.  f.  —  fam.  — 
Véase  la  frase  100  del 
Apéndice.  Tiene  las  acep. 
castellanas. 

*Sombrero  jíbaro.  Cub.  m. — 
"El  de  campo,  hecho  de 
hoja  de  palma  y  bastante 
ordinario,  que  se  usa  en  las 
islas  de  Cuba  y  Puerto 
Rico".  (R.  A.) 

Son.  Cub.  m. — Baile  dé  ori- 
gen africano  y  maneras  in- 
decentes, que  usan  los  ne- 
gros y  la  gentualla  blanca. 
Toma  ese  nombre  porque  su 
música  es  un  ruido  sordo, 
seco  y  monótono  de  tambor. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Songa.  Cub.  f. — fam. — Equi- 


SUBS 


—  481  — 


SUME 


vale  a  "burla",  "ironía": 
"Fulano  siempre  habla  con 
songa".  (Et.  Parece  corrup- 
ción de  "sorna",  aunque  es 
voz  conocida  en  el  Conti- 
nente con  otras  acep.) 

Songuiia.  Cub.  f. —  fam. — 
Diminutivo  de  songa,  que 
indica  aumento  y  no  dis- 
minución de  la  burla  em- 
pleada, como  generalmente 
sucede  con  las  voces  de  sig- 
nificados despectivos. 

Sonso,  sa.  Amer.  adj. — Co- 
rrupción de  "zonzo,  za". 

Soplillo.  Cub.  m. — En  algu- 
nos lugares,  el  arbusto  aro- 
ma uña  de  gato,  y  en  otros 
el  moruro  de  costa. 

Soplillo.  Cub.  epic.  m.  — 
"Una  ele  las  especies  de 
hormigas  que  forman  pa- 
nales imperceptibles  en  los 
troncos  de  les  árboles,  sin 
destruirlos  ni  picar  a  las 
personas"  (Pichardo). 

Sosquín.  Cub.  m. — La  esqui- 
na de  un  edificio  cuando 
presenta  un  ángulo  obtuso; 
y  por  extensión,  dícese  al 
terreno  u  otra  cosa  que 
forma  esa  figura. 

Subibaja.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Graciosa  denominación  de 
una  lonja  o  rebanada  de 
pan  untada  con  mantequi- 
lla: "Un  café  con  subiba- 
ja". Carece  de  plural. 

Subsanación.  Común,  f.  — 
Acción  y  efecto  de  subsa- 
nar: "Es  importante  la 
subsanación  de  tal  error". 

Substanciosamente.  Común. 
adv.-Con  substancialidad,  o 


calidad  de  substancia:  "Co- 
cina     muy      substanciosa- 
mente". 
Sucusumucu     (A    lo).    Cub. 

mod.  adv.— poco  uso.  —  Lo 
mismo  que  el  castellano  "a 
lo  somorgujo",  esto  es,  so- 
lapadamente: "Se  marchó 
a  lo  sucusumucu" . 

Súchel,  Cub.  m. — Véase  lirio. 

Sueío  macho.  Cub.  m. — des- 
usada. —  Piso  ordinario  de 
hormigón. 

Sueste.  Cub.  m.— -fam. — des- 
usada.-Tradúcese  por  "bo- 
rrachera alcohólica",  y  otras 
veces  por  "cobardía"  o 
"temor".  • 

Suiset.  Cub.  m. — Tela  fina 
de  algodón  mercerizada  en 
colores,  que  se  emplea  ge- 
neralmente para  vestidos 
de  mujer  y  camisas  de 
hombre.  (Et.  Del  francés 
sóie,  seda). 

Suiza  (La).  Cub.  f.— El  jue- 
go de  niñas  conocido  en 
España  por  la  cuerda,  que 
consiste  en  que  dos  sosten- 
gan por  los  extremos  una 
soga,  dándole  impulso  de 
rotación  mientras  otra  sal- 
ta en  el  centro,  pasándole 
por  sobre  la  cabeza  y  por 
debajo  de  los  pies. 

Sumiaeara.  Cub.  f.  —  Según 
Zayas,  una  "planta  silves- 
tre, cuyo  fruto  es  parecido 
al  ají,  de  color  amarillo". 
(Et.  Voz  caribe,  según  dicho 
autor). 

Sumercé.  Cub.  común.-Tra- 
tamiento  de  sumo  respeto 
que  usan  los  ancianos  ne- 


31 


SURB 


482  — 


SÜTA 


gros  con  los  blancos  respe- 
tables. Va  cayendo  en  des- 
uso. 

Sunsún.  Cub.  epic.  m. — Co- 
rrupción de  zunzún.  Véase. 

Surat.  Cub.  m.  —  Tela  fina 
asargada  de  algodón,  en  co- 
lores, con  viso  de  seda,  que 
se  emplea  para  refajos  y 
adornos  de  vestido.  (Et. 
Galicismo). 

Súrbana.  Cub.  í. — Yerba  sil- 
vestre que  se  desarrolla  en 
tiempo  de  lluvias  hasta  seis 
decímetros,  con  flores  de 
color  violáceo.  Es  buen 
pasto.  (Bot.  F.  Gramíneas; 
esp.    Panicum    coloratum.) 

Súrbana  macho.  Cub.  í. — El 
árbol  c  úr  b  ana  mach  o. 
Véase. 


Susidio.  Cub.  m. — ¿antic? — 
Según  la  explicación  que 
hace  Pichardo  de  esta  voz, 
significa  sobresalto,  inquie- 
tud. 

Suspiro.  Cub.  m. — En  algu- 
nos lugares,  el  merengue 
pequeño  de  figura  aovada. 
Tiene  los  usos  castella- 
nos. 

Sustanciosamente.  Común. 
adv. — Lo  mismo  que  subs- 
tanciosamente. Véase. 

Sutache.  Cub.  m.  —  Cordon- 
cillo de  seda  en  colores,  con 
una  hendidura  longitudinal, 
que  le  da  semejanza  de  dos 
cordones,  uno  más  delgado 
que  el  otro,  y  que  se  usa 
para  adornar  vestidos.  (Et. 
Del  francés  soutache.) 


T..BA 


—  483 


Tabaco.  Cub.  m. — El  princi- 
pal uso  de  esta  voz  es  el 
que  autoriza  la  R.  A.;  pues 
sabida  es  la  importancia 
que  tiene  el  tabaco  en  la 
vida  comercial  de  Cuba, 
donde  constituye  la  segun- 
da fuente  de  riqueza.  Ade- 
más, con  el  nombre  de  ta- 
baco, se  conoce  un  arbusto 
silvestre  que  se  eleva  unos 
4  metros,  de  flores  aromá- 
ticas, fruto  que  come  el 
cerdo  y  madera  de  color  de 
tabaco,  dura,  fina,  emplea- 
da en  bastones.  (Bot.  F.  Hi- 
dr oleáceas;  esp.  Hydrolea 
s  pinosa,  Lin.).  Tiene  los 
demás  usos  académicos. 

Tabaco  cimarrón.  Cub.  m. — 
El  arbusto  pendejera  ma- 
cho. Véase. 

Tabaco  cimarrón.  Cub.  m. — 
Varias  plantas  de  diversas 
familias  toman  también  este 
nombre:  una  es  solanácea, 
otra,  loganiácea,  y  otra 
más,  escrofulariácea.  Care- 
cen de  importancia. 

Tabaco  de  fuma.  Cub.  m. — 
El  tabaco  o  cigarro  puro 
que    elabora    el    tabaquero 


para  su  uso  particular,  y 
que  es  como  un  derecho 
que  se  concede  por  la  ma- 
nipulación. 

Tabaco  de  sabana.  Cub.  m.- 
Arbusto  silvestre  que  so 
distingue  por  su  flor  rosa- 
da. (Bot.  F.  Gencianeas; 
esp.  Schultezia  stenophylla, 
Mart.) 

Tabaco  mabinga.  Cub.  m. — 
Del  tabaco  en  rama,  los 
despojos,  que  otros  llaman 
basura. 

Tabai.  Común,  m. — Barrilete 
chato  y  tosco  de  madera  en 
el  que  suelen  colocarse  las 
sardinas  arenques  para  la 
exportación. 

Tábano.  Cub.  m. -Planta  sub- 
arbustosa  silvestre,  de  ho- 
jas oblongas,  aserradas,  con 
punios  translúcidos;  flores 
en  fascículos  axilares  y 
terminales,  blancas.  Em- 
pléase en  remedios  caseros 
para  combatir  el  reuma- 
tismo. (Bot.  F.  Malvéceos; 
esp.  P  a  v  o  nia  typhaloea, 
Cav.)  Tiene  el  otro  uso  cas- 
tellano. 

Tabaquera.  Cub.  f. — Estuche 


TABL 


484  — 


TACÚ 


o  petaca  de  bolsillo  desti- 
nada a  guardar  los  tabacos 
para  el  consumo  diario  de 
una  persona. 

Tabaquería»  Cub.  f.-Su  prin- 
cipal uso  es  para  designar 
el  taller  donde  se  elaboran 
los  tabacos  o  cigarros  pu- 
ros; luego,  se  emplea  tam- 
bién con  el  significado  de 
la  R.  A. 

Tabla.  Cub.  f.  —  En  la  jerga 
comercial  dícese  al  mos- 
trador: "Lleva  muchos  años 
pegado  a  la  tabla''';  "tú  no 
has  estado  detrás  de  la  ta- 
bla nunca".  La  R.  A.  acepta 
en  18a  acep.  "mostrador 
de  carnicería";  pero  nos 
inclinamos  a  creer  que  no 
proviene  de  aquí  el  cuba- 
nismo, puesto  que  no  se 
dice  así  en  Cuba,  y  sí  más 
bien  de  "tablero",  aunque 
bien  pudiera  tratarse  de 
una  mera  coincidencia. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Tabla  de  cinta.  Cub.  í. — La 
tabla  que  tiene  media  pul- 
gada inglesa  de  espesor, 
también  conocida  por  tabla 
de  medio  tillado. 

Tabla  de  medio  tillado.  Cub. 
f. — Véase  tabla  de  cinta. 

Tabla  de  tillado.  Cub.  f. — 
Aquella  cuyo  espesor  es  de 
una  pulgada  inglesa. 

Tablas  (Las).  Común.  f.  pl. 
— En  términos  teatrales,  .se 
dice  al  escenario:  "Tiene 
buena  presencia  en  las  ta- 
blas"; "se  dedicó  de  muy 
niña  a  las  tablas'". 

Tablero.    Cub.    m.  —  fam. — 


Véase  la  frase  171  del 
Apéndice.  Tiene  los  princi- 
pales usos  castellanos. 

Tablero  (De).  Cub.  mod. 
adv.  —  Cierta  manera  de 
sembrar  la  caña  en  tierras 
bajas  para  preservarla  del 
daño  de  las  aguas. 

Tablilla.  Común,  f. — Hablan- 
do de  chocolate,  la  tableta 
dividida  en  onzas  por  me- 
dio de  hendiduras. 

Taburete.  Cub.  m. — Reciben 
esta  denominación  varias 
plantas.  Entre  las  que  no 
llevan  aditamento,  única- 
mente merece  mención 
particular  un  arbusto  sil- 
vestre también  conocido 
por  lengua  de  vaca.  (Bot. 
F.  Rubiáceas;  esp.  Psycho- 
tria  pubescens,  Sw.) 

Taburete  de  flor  blanca. 
Cub.  m. — Tipo  indicado  en 
su  sobrenombre.  (Bot.  F. 
R.;  esp.  P.  involucraba,  R.) 

Taburete  de  flor  marañueia. 
Cub.  m.  —  Especie  con  las 
flores  en  panícula,  del  co- 
lor indicado.  (Bot.  '  F.  R.; 
esp.  Palicurea  crocea,  A.  C.) 

Tacó.  Cub.  epic.  m. — Dícese 
en  la  parte  de  Bayamo  al 
ave  arriero.  Véase.  (Et. 
Voz  onomatopéyica:  ta... 
cooo). 

Taco,  ca.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  la  persona  de  afec- 
tada pulcritud  en  el  vestir, 
lo  que  siempre  ha  de  ser  a 
la  moda.  (Et.  Probable  afé- 
resis  de    "currutaco,    ca"). 

Tacuacha.  Cub.  f.  —  fam.  — 
desusada.-Equivale  a  "fal- 


TAJÁ 


—  485 


sedad",  "mentira",  "enga- 
ño". (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Tacho  al  vacío.  Cub.  m. — 
Especie  de  paila  grande  de 
cobre,  con  un  serpentín  en 
el  centro,  por  donde  cir- 
cula vapor  de  agua  para 
cocer  el  guarapo  y  crista- 
lizar el  azúcar. 

Tachuela.  Cub.  f.  —  Especie 
de  plato  que  suele  formar 
parte  de  un  reverbero  o  in- 
fiernillo, para  calentar  algo 
en  él,  en  seiviciQS  noctur- 
nos. Tiene  el  otro  uso  cas- 
tellano. 

Taguatagua,  Cub.  f.  —  Árbol 
silvestre  que  se  desarrolla 
en  terrenos  áridos;  de  ma- 
dera casi  tan  negra  como  el 
ébano,  dura,  compacta,  vi- 
driosa, fina.  (Et.  Voz  cari- 
be, Zayas). 

Taino,  na.  Cub.  adj. — antic. 
—  Significa  "bueno,  na". 
(Et.  Voz  caribe,  según  Za- 
yas). 

'Taita.  Cub.  m. —  "Trata- 
miento que  suele  darse  a 
los  negros  ancianos".  (Real 
Academia.) 

Taitón.  Cub.  m. — Tratamien- 
to que  se  otorga  entre  cam- 
pesinos al  abuelo.  Es  au- 
mentativo de  taita,  que  si 
en  castellano  se  dice  así  al 
padre,  bien  puede  conce- 
derse el  de  taitón  al  abuelo. 

Tajá.  Cub.  epic.  m. — "Ave  de 
la  especie  de  la  llamada 
carpinteros.  En  algunas 
partes  se  le  conoce  por  pico 
verde".    (Et.    Voz,    caribe, 


Zayas,  de  quien  es  la  des- 
cripción). 

Tajalán,  na.  Cub.  adj. — fam. 
— Aplícase  a  la  persona 
holgazana,  que  intenta  vivir 
a  costa  de  otra. 

Tajaleo.  Cub.  m. — fam. — Dí- 
cese  festivamente  a  la  co- 
mida; "Llegó  la  hora  del 
tajaleo'";  "el  tajaleo  está  en 
la  mesa". 

Tajaleo.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Confusión,  escándalo,  pen- 
dencia: "Se  armó  el  gran 
tajaleo" . 

Tajarria.  Cub.  f. — vulg. — 
Arreos  o  aparejo  de  una 
cabalgadura.  (Et.  Corrup- 
ción del  sinónimo  castella- 
no "ataharre"). 

Talisayo.  Cub.  adj.  —  Véase 
mayo  (2.a  acep.) 

Tallullo.  Cub.  m. — Especie  de 
torta  hecha  con  harina  de 
maíz,  carne  de  cerdo  en 
trozos,  salsa  de  tomate,  etc., 
que  se  envuelve  en  hojas 
de  plátano  para  cocerla. 
Hoy  se  dice  más  "tamal", 
que  es  el  nombre  ameri- 
cano aceptado  por  la  R.  A. 
Muchos  dicen  ya  por  co- 
rrupción tayuyo.  (Et.  De 
"hallullo",  "jalluilo",  ía- 
llullo). 

Tallullo  perdido.  Cub.  m. — 
En  algunos  lugares,  el 
manjar  anterior  cuando  se 
hace  con  el  maíz  tierno. 
En  otras  partes,  le  dicen ' 
tamal  en  cazuela. 

Tamal  en  cazuela.  Cub.  m. — - 
Véase  tallullo  perdido. 

Tamalero,  ra.  Amer.  m.  y  f. 


—  486 


TAPA 


— La  persona  que  hace  o 
vende  tamales. 

Tamarindillo.  Cub.  m. — "Ar- 
bustillo  silvestre — dice  Pi- 
chardo — que  desaparece  en 
la  seca;  hojas  semejantes  a 
las  del  tamarindo,  mimo- 
sas :  echa  también  vainitas : 
mancha  y  pica;  pero  los 
animales  las  comen". 

Tambaleque.  Cub.  común. — 
fam. — Dícese  burlescamen- 
te a  la  persona  de  caminar 
inseguro,  que  se  tambalea. 

Tambailsa.  Cub.  í. — Árbol  o 
arbusto  de  folíolos  ovales 
u  ovalo-redondeados,  to- 
mentosos y  flores  amari- 
llas. (Bot.  F.  Leguminosas; 
e  s  p  .  Sophora  tomentosa, 
Lin.) 

Tambor.  Cub.  m.  —  antic.  — 
La  chapa  de  hierro  que  cu- 
bría los  cilindros  de  made- 
ra llamados  mazas,  de  las 
que  tres  componen  un  tra- 
piche en  los  ingenios.  Hoy 
esas  mazas  son  de  hierro 
macizo.  Tiene  las  acep.  cas- 
tellanas. 

Tambor.  Cub.  epic.  m. — "Pez 
de  la  familia  Tetrodonti- 
dios;  género,  Tetrodon,  del 
que  se  conocen  ocho  espe- 
cies, según  Poey".  Cita  de 
Pichardo. 

Tambor.  Cub.  m. — Tejido  de 
yute  muy  ordinario  y  grue- 
so, del  que  se  hacen  sacos, 
etc.  Es  muy  parecido  a  la 
harpillera. 

Tambor.  Cub.  m.  —  Barrilete 
de  latón  que  se  emplea  para 
transportar   algunas    subs- 


tancias: "Un  tambor  de 
carburo". 

Tambora.  Cub.  f.  —  fam.  — 
Mentira,  engaño,  chisme: 
"No  me  vengas  con  esa 
tambora,  que  no  cuela". 

Tamboril.  Cub.  epic.  m.  — 
Pez  escaso  que  crece  un 
palmo,  y  toma  ese  nombre 
— según  Pichardo — ,  porque 
fuera  del  agua  infla  exa- 
geradamente los  cachetes. 

Tanda.  Común,  f.  —  Función 
teatral  de  corta  duración, 
que  generalmente  no  exce- 
de de  una  hora:  "Se  pone 
en  primera  tanda  la  zar- 
zuela tal".  Tiene  los  usos 
autorizados  por  la  R.  A. 

Tapa.  Cub.  f.  —  antic.  —  Lo 
mismo  que  tapabalazo. 
Véase. 

Tapa.  Cub.  f. — fam. — Así  di- 
cen algunos  a  la  peseta. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Tapabalazo.  Cub.  m. — antic. 
Equivale  a  "portañuela", 
bragueta,  o  al  cubanismo 
pretina. 

Tapaeamino.  Cub.  m.  —  Va- 
rias plantas  silvestres,  al- 
gunas herbáceas,  toman 
este  nombre  por  el  fecun- 
do desarrollo,  con  el  que 
obstruyen  y  cierran  pronto 
cualquiera  senda  o  camino 
abierto  en  un  bosque  o 
matorral.  Una  de  ellas  es 
de  hojas  ovales,  puntiagu- 
das y  panojas  sentadas. 
Otra  es  de  tallo  herbáceo 
rastrero,  en  cuyos  nudos  se 
propagan  las  raíces,  hojas 
acorazonadas  y  flores  blan- 


487  — 


cas.  (Bot.  esp.  Psychotria 
nervosa  y  P.  herbácea) .  Son 
las    dos    más    interesantes. 

Tapaculo.  Cub.  epic.  nj. — Pez 
no  común  parecido  al  len- 
guado, de  cuerpo  redon- 
deado, blancuzco  por  deba- 
jo y  morado  por  el  lomo. 
Hay  otras  especies.  (Zool. 
F.  Pleuronectidce ;  esp.  Mo- 
nochirum  lineatus,  Guich.) 

Tap^síeño,  ña.  Cub.  subs.  y 
adj. — La  persona  nacida  en 
Tapaste. 

Tapasteno,  ña»  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  cosas  de  ese  tér- 
mino. 

Taquear.  Cub.  v.  n. — fam. — 
Vestir  con  afectada  elegan- 
cia y  pulcritud,  siguiendo 
impecablemente  la  moda. 
Se  usa  sólo  con  respecto  al 
hombre.  (Et.  Del  cubanis- 
mo taco.  Véase). 

Taquería.  Cub.  f.  —  fam.  — 
Acción  y  efecto  de  taquear. 
Véase. 

Taquería.  Cub.  f.  —  fam.  — 
Esta  voz  se  degrada  (no 
así  las  demás  derivadas  de 
taquear),  para  significar 
charranada,  acción  delez- 
nable: "Diego  le  hace  una 
taquería  a  cualquiera ". 

Taracol.  Cub.  m. — "Denomi- 
nación de  un  crustáceo,  es- 
pecie de  cangrejo".  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas,  de  quien 
es  la  descripción). 

Tarantín.  Cub.  m. — desusa- 
da.— Trasto  que  se  cuelga 
de  alguna  pared  o  pendien- 
te del  techo. 

Tararaco.    Cub.    m.  —  Planta 


herbácea,  perenne,  de  jar- 
dín, con  hojas  lanceoladas, 
aquilladas,  de  flor  colgante 
con  el  limbo  de  color  es- 
carlata y  el  tubo  verdoso. 
También  se  llama  azucena 
de  Méjico.  Eay  una  varie- 
dad de  flores  dobles.  (Bot. 
F.  Amarükleas;  esp.  Hip- 
peastrum  reginoe,  Herb.) 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Tararey.  Cub.  m.-"En  Villa- 
clara  es  un  arbusto  común 
en  las  sabanas,  de  hojas 
oblongas  y  el  fruto  muy 
dulce,  sin  acidez",  según 
Pichardo.  (Et.  Voz  caribe). 

Tarde.  Cub.  f. — fam. — Véase 
la  frase  189  del  Apéndice. 
Tiene  los  usos  castellanos. 

Tarea.  Cub.  f. — fam. — Véase 
la  frase  87  del  Apéndice. 
Tiene  el  uso  corriente  cas- 
tellano. 

Tarea  de  leña.  Cub.  f.— Me- 
dida de  leña  cuyo  volumen 
equivale  a  las  siguientes 
proporciones:  tres  trozos 
de  largo,  dos  de  alto  y  uno 
de  grueso.  También  se  lla- 
ma cuerda  de  lefia. 

Tareco.  Cub.  m.  —  Dícese  a 
cualquier  trasto  de  escaso 
valor,  aunque  no  falte 
quien  use  la  voz  en  plural 
para  designar  el  moblaje  de 
una  casa. 

Tareco.  Cub.  m. — flg.  y  fam. 
— Dícese  a  la  mujer  sin 
atractivos  físicos  o  enveje- 
cida prematuramente. 

Tarimaco.  Cub.  m. — fam. — 
Dícese    a   cualquier    trasto 


TARRO 


—  488 


TASA 


despreciable.  (Et.  De  tare^- 
co,   1.a  acep.) 

Tarimera.  Cub.  f.— desusada. 
■ — Equivale  a  "mujer  alca- 
hueta". 

Tarja.  Cub.  f.  —  Entre  agri- 
mensores, medida  de  diez 
unidades,  sean  éstas  corde- 
les, decámetros,  etc. 

Tarjar.  Cub.  v.  a. — Medir  por 
tarjas.  Véase. 

Tarlataea.  Amer.  f. — Tejido 
sumamente  ralo  en  colores, 
que  se  emplea  para  pre- 
servar de  las  moscas  mar- 
cos de  cuadros,  lámparas, 
dulces,  etc.  (Et.  Del  fran- 
cés tarlatane). 

Tarreador,  ra.  Cub.  adj. — 
fam. — Aplícase  a  la  per- 
sona amiga  o  aficionada  a 
tarrear.  Véase. 

Tarrear.  Cub.  v.  a. — fam. — 
Practican  este  verbo  las 
personas  casadas  con  res- 
pecto al  compañero  o  la 
compañera,  cuando  son  in- 
fieles; y  también  la  per- 
sona que  tiene  amoríos  con 
otra  casada.  Más  decente- 
mente dícese  coronar.  (Et. 
Del  cubanismo  tarro,  cuer- 
no). 

Tarribroco,  ca.  Cub.  adj. — 
Aplícase  al  ganado  que  tie- 
ne muy  próximas  entre  sí 
las  puntas  de  los  tarros  o 
cuernos. 

Tarro.  Cub.  m. — Asta  o  cuer- 
no de  algunos  cuadrúpedos. 
Véase  el  refrán  25-6  del 
Apéndice.  Apenas  tiene  uso 
en  la  acep.  cast. 

Tarro.  Cub.  m. — fig.  y  fam. — 


Lo  que  en  castellano,  en 
sentido  figurado,  se  dice 
"cuerno",  o  sea  el  acto  de 
infidelidad  conyugal.  Véase 
el  refrán  22  del  Apéndice-. 

Tarro.  Cub.  m. — fig.  y  fam. — 
Dícese  a  un  asunto  intrin- 
cado, ele  difícil  solución, 
por  aquello  de  que  los  más 
de  los  cuernos  están  torci- 
dos y  aun  retorcidos:  "Ese 
pleito  es  un  tarro"".  No  deja 
de  ser  ingeniosa  la  acep. 
Véase  la  frase  166-a  del 
Apéndice. 

Tarro.  Cub.  m.— fig.  y  vulg.— 
Algunos,  con  censurable 
abuso  de  esta  voz,  le  dan 
significación  de  "pene". 

Tarrudo,  da.  Cub.  adj. -Aplí- 
case al  ganado  vacuno  y 
lanar  de  abundante  corna- 
menta. 

Tarrudo,  ús.  Cub.  adj. — fig.  y 
fam. — Aplícase  a  la  perso- 
na casada  que  carga  con  los 
tarros  que  la  compañera  le 
pone.  Mejor  expresado  está 
coronado,  da,  y  hasta  nos 
parece  preferible  al  "cor- 
nudo, da",  castellano. 

Tarugo»  Cub.  m.  —  fam.  — 
Atolondramiento,  sobresalto, 
susto  grande:  ''Fulano  aca- 
ba de  pasar  un  buen  taru- 
go".  Tiene   las   acep.   cast. 

Tasajear.  Amer.  v.  a. — Ata- 
sajar, preparar  el  tasajo. 

Tasajear.  Cub.  v.  a. — Efec- 
tuar cortes  hondos  en  las 
carnes  y  pescado  para  sa- 
larlos bien. 

Tasajear.  Cub.  v.  a. — fig.  y 
fam. — Matar  a  una  persona 


TASA 


—  489'  — 


TEJA 


con  exceso  de  crueldad,  a 
puñaladas  o  machetazos. 
También  se  dice  "mache- 
tear", que  es  como  la  ad- 
mite la  R.  A. 

Tasajera.  Cub.  f.  —  Lugar 
donde  se  coloca  el  tasajo  en 
las  tiendas  de  comestibles. 

Tasajería.  Amer.  f. —  Local 
donde  se  prepara  o  vende 
tasajo  al  por  mayor. 

Tasajero,  ra.  Amer.  adj. — 
Defermina  lo  relativo  al 
tasajo:  "Fulano  es  muy 
tasajero''1;  "industria  tasa- 
jera". 

Tasapto.  Cub.  m. — Así  dicen 
en  muchos  lugares  a  la 
carne  de  cerdo  ahumada  o 
curada  en  trozos.  Además, 
empléase  como  diminutivo 
de  "tasajo". 

Tasajo  brujo.  Cub.  m. — Dí- 
cese  al  tasajo  importado  por 
creencia  de  que  crece  al 
condimentarlo,  y  realmente 
es  así,  per  lo  muy  prensa- 
do que  está. 

Tasajo  de  manta.  Cub.  m. — 
El  que  por  ser  de  la  barri- 
ga de  la  res,  presenta  una 
superficie  semejante  a  una 
manta. 

Tasajo  de  pato.  Cub.  m. — El 
que    todo    es   fibra. 

Tasado  en  penca.  Cub.  m. — 
Dícese  al  importado  del 
Continente,  por  estar  en 
graneles    trozos    aplastados. 

Tasajo  fresco  del  país.  Cub. 
m. — El  preparado  en  Cuba. 

Tasajo  rebenque.  Cub.  m.- — 
El  de  peor  calidad,   abun- 


dante  en  nervios  y  atoci- 
nado. 

Tasajudo,  da.  Amer.  adj.— 
flg.  y  fam. — Aplícase  a  la 
persona  encanijada,  enjuta. 

Tatagua.  Cub.  epic.  f. — En  la 
región  oriental,  una  mari- 
posa grande,  bella  y  noc- 
turna, que  en  otros  lugares 
llaman  bruja.  Véase.  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Taurete.  Amer.  m. — vulg. — ■ 
Corrupción   de    "taburete". 

Tayuyo.  Cub.  m. — Véase  ta- 
llullo en  este  orden:  "ha- 
llullo", "jallullo"  (castella- 
nas) tallullo,  tayuyo  (cuba- 
nismos). 

Te  de  costa.  Cub.  m.— Véase 
yerba  de  la  sangre  (3.a 
acep.) 

Te  de  la  tierra.  Cub.  m. — 
Véase  malva  te. 

Tea.  Cub.  f. — fam. — Véase  la 
frase  62  del  Apéndice. 

Tebenque.  Cub.  m.  —  Hierba 
silvestre  anual,  común  en 
las  playas,  de  tallos  delga- 
dos, ramificados  desde  la 
base,  rastreros,  hojas  in- 
versamente lanceolado  -  li- 
neales, y  flores  amarillas." 
Es  planta  aromática  con 
gusto  de  anís,  y  remedio 
pectoral  eñeaz.  También  se 
llama  romero  cimarrón  (3.a 
acep.)  (Bot.  F.  Compuestas; 
esp.  Pectis  ciliaris,  Lin.) 

"Tejamaní.  Cub.  m. — "Tabla 
delgada  y  cortada  en  lis-' 
tones  de  unos  30  centíme- 
tros de  largo,  por  diez  de 
ancho,  que  se  colocan  como 
tejas  en  los  techos  de  las 


490 


TEPE 


casas"  (R.  A.)  Hay  que  aña- 
dir un  detalle  importante: 
que  esas  tablillas  están  re- 
bajadas por  una  de  las  ca- 
bezas, que  es  por  donde 
monta  o  descansa  en  la 
parte  gruesa  de  la  próxima. 
Otros  dicen  tejamanil. 

Tejamanil.  Cub.  m.  —  Véase 
tejamaní. 

Tejano.  Cub.  m.  —  Sombrero 
parecido  al  cordobés  en  ca- 
lidad, forma  del  ala  y  co- 
lor, pero  con  la  copa  aca- 
bada en  figura  piramidal  de 
cuatro  aristas.  ¿Será  forma 
originaria  de  Tejas? 

Tela  real.  Cub.  f. — desusada. 
— Una  especie  de  lienzo 
usado  en  camisas. 

Tela  rica.  Cub.  f.-Tejido  fino 
y  suave  de  algodón,  gene- 
ralmente blanco,  usado  para 
ropa  de  mujer. 

Telar.  Cub.  m. — antic. — Bar- 
barismo  cometido  antigua- 
mente para  designar  así  a 
la  armazón  donde  se  insta- 
laba el  trapiche,  en  los  in- 
genios. 

Tembladera.  Amer.  f. — For- 
ma femenina  que  se  da  a 
la  voz  castellana  "tembla- 
dero", o  sea  "tremedal", 
tenga  o  no  tenga  yerba  en- 
cubriendo la  superficie  ce- 
nagosa. 

Templa.  Cub.  f. — La  canti- 
dad de  melado  de  azúcar 
contenida  en  un  tacho,  que 
ya  tiene  el  punto  necesa- 
rio para  extraerla  y  desti- 
tinarla  a  otra  manipula- 
ción. (Et.  De  "temple"). 


Temporal.  Cub  m.  —  fig.  y 
fam.  —  Dícese  festivamente 
al  individuo  de  pocos  es- 
crúpulos en  sus  tratos,  tra- 
pacero. Tiene  los  usos  cas- 
tellanos. 

Tempranito.  Amer.  adv.  — 
fam. — Diminutivo  de  "tem- 
prano", que  ni  le  quita  ni 
le  da  fuerza  de  expresión. 

Tenaza.  Cub.  común. — fig.  y 
fam.  —  Dícese  al  individuo 
que  demuestra  codicia  en 
sus  tratos  y  negocios.  Al- 
gunas personas  le  quitan 
gracia  a  esta  voz  dándole 
forma  adjetivada,  pues  me- 
jor dicho  parece  "Fulano 
es  una  tenaza"  que  no  "Fu- 
lano es  muy  tenaza". 

Tendal.  Cub.  m.-Obra  de  al- 
bañilería  que  consiste  en 
una  superficie  cuadrada  de 
cemento,  limitada  por  un 
pequeño  muro,  en  la  cual 
se  pone  a  secar  el  café 
antes  de  descascararlo.  (Et. 
De  "tender"). 

Tendedera.  Cub.  f.  —  Cordel 
donde  se  cuelga  la  ropa  al 
sol  después  de  lavada.  (Et. 
De  "tender"). 

Tendido.  Cub.  m. — Atado  de 
soga  hecha  con  el  líber  del 
árbol  llamado  majagua,  y 
que  suele  tener  de  20  a  25 
brazas  de  largo.  Tiene  los 
usos  castellanos. 

Tengue.  Cub.  m. — Véase  mo- 
ruro abey. 

Tepeterepe.  Cub.  m.  —  fam. 
— Lo  mismo  que  "patatús", 
ligero  desmayo  o  síncope. 
(Et.  Voz  imitativa.) 


491  — 


Tereiecito.  Cub.  m. — Dimi- 
nutivo de  tercio.  Véase. 

Tercio.  Cub.  m. — El  empaque 
usual  del  tabaco  en  rama, 
hecho  con  yaguas,  y  que 
suele  contener  sobre  un 
quintal  de  tabaco.  Su  figu- 
ra es  cúbica,  como  de  7  a 
8  decímetros  en  cualquiera 
dimensión.  Esta  voz  acaso 
tiene  origen  en  la  5.a  acep. 
de  la  R.  A.:  "mitad  de  la 
carga  de  una  acémila, 
cuando  va  en  fardos";  pues 
la  carga  usual  para  bes- 
tias, en  tercios  de  tabaco, 
es  precisamente  de  dos. 
Por  extensión,  dícese  a  iodo 
bulto  que  se  envuelve  en 
yagua,  pues  que  resulta 
ésta  la  principal  circuns- 
tancia. 

Terciopelo  de  monte.  Cub. 
m. — Dos  plantas,  ésta  y  la 
siguiente,  llevan  el  nombre 
de  terciopelo  por  la  dispo- 
sición sedosa  o  aterciope- 
lada de  sus  hojas.  Son  plan- 
tas volubles.  (Bot.  F.  Con- 
volvuláceas; esp.  Ipomoea 
argentifoliq,   A.    Rich.) 

Terciopelo  solferino.  Cub. 
m. — Véase  la  voz  anterior. 
^Bot.  F.  C;  esp.  /.  calophy- 
lla,  Wrig.) 

Terniüa.  Cub.  f.-Dícese  a  las 
costillas  falsas  de  las  reses 
vacunas  que  se  emplean 
para  dar  substancia  a  cal- 
dos. 

Terno.  Cub.  m.  —  Aderezo  de 
joyas  compuesto  de  pen- 
dientes, collar  y  alfiler  para 
el  pecho.  Otros  añaden  dia- 


dema y  pulseras,  pero  en- 
tonces resulta  un  barbaris- 
mo,  por  decir  terno  a  más 
de  tres  cosas  en  conjunto. 
Tiene  algunas  de  las  acep. 
castellanas. 

¡Tesiaí  Cub.  interj.  —  Em- 
pleada con  los  bueyes  un- 
cidos para  instarlos  a  re- 
troceder. (Et.  Corrupción  de 
"tesa",  tercera  persona  del 
presente  de  indicativo  del 
verbo  "tesar"). 

Teta.  Cub.  f.  —  fam. — Véase 
la  frase  142  del  Apéndice. 
Tiene  el  uso  corriente  cas- 
tellano. 

Teta  de  vieja.  Cub.  f.— Véa- 
se yerba  lechera. 

Teta  de  yegua.  Cub.  f.-Véa- 
se  icaco  de  aura. 

Tetí.  Cub.  epic.  m. — Pez  su- 
mamente pequeño,  que  se 
cría  en  los  arroyos  de  poca 
corriente.  Otros  dicen  tití. 
(Et.  Voz  caribe,  según  Za- 
yas). 

Tibe.  Cub.  m. — Piedra,  espe- 
cie de  esquisto,  empleada 
para  amolar  instrumentos 
cortantes.  (Et.  Voz  caribe. 
Zayas). 

Tibey.  Cub.  m.  —  La  planta 
revientacaballo .  Véase.  (Et. 
Corrupción  del  castellano 
"quibey"). 

Tibisi.  Cub.  m. — Especie  de 
carrizo  silvestre  de  varios 
tallos  o  cañas  que  se  elevan 
hasta  tres  metros,  pero  tan 
delgadas,  que  se  rinden  a 
su  propio  peso,  y  única- 
mente las  menos  crecidas 
se  mantienen  erectas;  como 


TIBRR 


492 


TIMB 


dice  Pichardo,  "parece  una 
miniatura  del  bambú";  las 
hojas  sirven  de  pasto  al 
ganado  vacuno,  y  presenta 
su  inflorescencia  en  raci- 
mos multiíloros  terminales. 
Con  las  cañas  se  hacen  jau- 
las para  pájaros,  nasas,  etc. 
Hay  varias  especies.  (Bot. 
F.  Ciperáceas;  esp.  Arthros- 
tylidium  cúbense,  Rupr.) 

Tibisi  grande.  Cub.  m. — Es 
el  "carrizo"  de  la  R.  A., 
llamado  también  en  Cuba 
carricülo  y  carricillo  de 
monte. 

Tibisis!.  Cub.  m. -Lugar  don- 
de abunda  el  tibisi.  Véase. 

Tibor.  Cub.  m. — Dícese  a  la 
bacinilla  u   orinal. 

Tiburón.  Cub.  m. — fig.  y  fam. 
Dícese  al  individuo  trapa- 
cero, codicioso,  tragaldabas 
en  sus  empresas:  "Fulano 
es  un  tiburón".  Otros  dan  a 
esta  acep.  uso  adjetivado: 
"Muy  tiburón'".  Tiene  el 
uso  castellano. 

Tienda  mixta.  Cub.  f. — Es- 
tablecimiento donde  se  ex- 
penden por  menor  géneros 
comerciales  de  muchos  ra- 
mos :  ropa,  sedería,  co- 
mestibles,   sombreros,    etc. 

Tierra  (De  la).  Cub.  mod. 
adv.  —  Pónese  como  adita- 
mento a  varias  especies  de 
animales  y  plantas  que  son 
o  se  consideran  propias  de 
Cuba.  Equivale  en  muchos 
casos  al  adjetivo  criollo,  lia, 
pero  muy  pocas  veces  se 
usan  indistintamente.  Véa- 
se la  frase  58  del  Apéndice. 


Tierra  agria.  Cub.  í. — Dícese 
al  terreno  que  se  agrieta 
por  la  acción  solar.  En  cas- 
tellano, con  autorización  de 
la  R.  A.,  se  dice  "tierra 
abertal". 

Tierra  de  perdigón.  Cub.  í. 
— La  tierra  mulata,  cuando 
se  presenta  granulosa,  cual 
perdigones,  por  lo  que  es 
mucho    menos    productiva. 

Tierra  mulata.  Cub.  f.-Entre 
las  tierras  que  tienen  de- 
nominaciones particulares 
por  la  coloración,  tiene  de- 
nominación criolla  única- 
mente la  tierra  mulata, 
cuyo  color  es  de  tabaco,  y 
es  la  más  reputada  de  ex- 
celente  para   todo   cultivo. 

Tierradentro.  Cub.  m.-antic. 
— Designábase  así,  hasta 
no  ha  muchos  años,  a  la 
parte  central  de  la  Isla,  sin 
exclusión  del  litoral.  Y  se 
aplicaba  a  las  personas  de 
esa  región. 

Timba.  Cub.  f. — El  más  ordi- 
nario de  los  dulces  pasto- 
sos que  se  hacen  de  la  gua- 
yaba. Véase  ia  frase  168  del 
Apéndice.  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Timbeque.  Cub.  m. — Baile 
poco  decoroso  que  celebran 
los  negros,  y  al  que  tam- 
bién suelen  concurrir  indi- 
viduos blancos  de  la  plebe. 
Véase  la  frase  255  del 
Apéndice. 

Timbeque.  Cub.  va. — fam,— 
Algunos  hacen  esta  voz  si- 
nónima de  "escándalo"  o 
"alboroto",     aludiendo     al 


TINO 


493  — 


TIRA 


poco  orden  que  suele  rei- 
nar en  el  baile  así  llamado. 

Timbilía.  Cub.  f.  —  fam.  — 
Véase  la  frase  169  del 
Apéndice.  (Et.  Diminutivo 
de  timba). 

Timbiriche.  A.mer.  m. — Tien- 
da pobre  y  de  mal  aspecto. 

Tina.  Común,  f. — En  algunos 
diccionarios,  repútase  esta 
voz,  cuando  designa  la 
mitad  de  un  barril  o  pipa, 
como  propia  de  distintos 
países  americanos,  entre 
los  que  se  cuenta  Cuba,  y 
es  lo  cierto  que  tina  en  tal 
acep.  es  de  uso  muy  exten- 
dido en  gran  parte  de  Es- 
paña, donde  seguramente 
tuvo  origen.  Tiene  las  otras 
acep.  castellanas. 

Tinglado.  Cub.  m. — Por  an- 
tonomasia, en  los  ingenios, 
él  tablado  en  ligero  declive 
donde  cae  la  miel  que  pur- 
gan los  panes  de  azúcar. 
Tiene  el  uso  castellano. 

Tinglado.  Cub.  epic.  m. -Es- 
pecie de  tortuga  muy  es- 
casa, con  el  carapacho  re- 
vestido de  piel  sin  esca- 
mas. (Zool.  esp.  Sphargis 
coriácea,  Lin.) 

Tinosa,  Cub.  adj.  —  Aplícase 
como  aditamento  al  ave 
más  conocida  simplemente 
por  aura.  Algunos  emplean 
esta  voz  como  substantivo, 
impropiamente. 

Tinosa.  Cub.  epic.  f. — "Pez 
de  la  familia  Carangidoe,  gé- 
nero Carangas  (C.  lugubris, 
Poey,  y  C.  fontalis,  Poey)". 
Cita  de  Pichardo. 


Tiperrita.  Cub.  f. — Mecanó- 
grafa; regularmente  la  em- 
pleada en  las  oficinas  del 
Gobierno. 

Tira.  Cub.  f.— fam. — Véase  la 
frase  105  del  Apéndice. 
Tiene  las  acep.  cast. 

Tiradera.  Cub.  f. — Cada  co- 
rrea que  sujeta  las  barras 
del  vehículo  al  sillín  del 
caballo.  En  castellano  se 
dice  "sufra". 

Tirante.  Cub.  va. — La  vigue- 
ta llamada  también  alfar- 
dón,  que  suele  medir  hasta 
25  centímetros  de  tabla  y 
unos  15  de  canto.  Véanse 
las  frases  162  y  227  del 
Apéndice. 

Tirante.  Cub.  epic.  m.— Pez 
muy  largo  y  delgado,  tan 
sumamente  raro,  que,  se- 
gún el  sabio  naturalista 
cubano  Poey,  sólo  le  ha 
visto  un  pescador  una  vez. 

Tirantería.  Cub.  f. — Un  con- 
junto de  tirantes  (1.a  acep.) 

Tirantón.  Cub.  m.  —  Madero 
de  sierra  que  mide  desde 
35  centímetros  de  tabla  y 
de  canto  hasta  45.  (Et.  Au- 
mentativo de  tirante  [1.a 
acep.]) 

Tirar.  Cub.  v.  a. — Usase  como 
sinónimo  de  "conducir"  o 
"transportar":  "El  carre- 
tonero tal  tira  las  mercan- 
cías de  cual  casa".  Tiene 
las  acep.  cast. 

Tirarse.  Cub.  v .  reí.  — ' 
fam.  —  Empléase  como 
sinónimo  de  "propasarse", 
"extremarse",  para  formar 
algunas    expresiones   raras, 


TITO 


pero  graciosas:  "Fulano  se 
tiró  en  la  construcción  de 
la  casa";  es  decir:  la  cons- 
truyó mejor  de  cuanto  se 
suponía.  "No  te  tires  con 
Zutano^7;  o  sea:  no  te  pro- 
pases en  tu  trato  con  él. 
En  este  último  sentido  es 
lo  mismo  que  mandarse. 
Tiene  las  acep.  cast. 

Tirito.  Cub.  m.  —  En  la  re- 
gión oriental,  el  mate  ama- 
rillo, cuando  tiene  forma 
esférica. 

Taro.  Cub.  m. -Acción  y  efec- 
to de  tirar.  Véase.  Tiene 
las  acep.  cast. 

Tiro  (De!).  Cub.  mod.  adv. 
— Equivale  a  "por  conse- 
cuencia" :  "Juan  fué  derro- 
tado, y  del  tiro  se  retiró  de 
la  política". 

Tiro  hecho  (A).  Cub.  loe. 
adv. — Significa  "con  segu- 
ridad plena":  "Esta  tarde 
voy  a  tiro  hecho  a  resolver 
el  asunto". 

Títere.  Cub.  epic.  m. — Dícese 
al  ave  más  conocida  por 
frailecillo.  Véase.  Tiene  los 
usos  castellanos. 

Títere  sabanero.  Cub.  epic. 
m. — Véase  frailecillo  gri- 
tón. 

Tití.  Cub.  epic.  m.  —  Véase 
tetí.  Tiene  el  uso  caste- 
llano. (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Titingó.  Cub.  m.  —  vulg.  — 
Equivale  a  "escándalo", 
"alboroto".  (Et.  Voz  afri- 
cana). 

Titonia.  Cub.  i. — Planta  sil- 
vestre   de    hojas    grandes, 


494  —  toco 

simples  y  ásperas;  flor  de! 
color  rojo  pálido.   (Bot.   F. 
Compuestas;  esp.    Tithonia 
tagetiflora,  Desp.). 

Titundía.  Cub.  f.  —  antic. — 
Cierto  baile  campestre  de 
que  apenas  si  se  conserva 
el  recuerdo. 

Toa.  Cub.  f. — antic. — Nombre 
dado,  quizá  por  onomato- 
peya,  a  la  rana,  entre  los 
aborígenes  cubanos.  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas.) 

Tobillera.  Cub.  f.  —  fam.  — 
Dícese  despectivamente  a 
la  mujer  joven,  de  barrio, 
que  aun  usa  las  sayas  por 
el  tobillo. 

Tocino.  Cub.  m.  —  Arbusto 
trepador  de  terrenos  ári- 
dos, cuyos  gajos  están  pro- 
vistos de  múltiples,  fuertes 
y  pequeños  aguijones;  ho- 
jas compuestas  de  muchos 
folíolos  diminutos,  linea- 
les, obtusos,  de  lados  des- 
iguales, y  flores  en  cabe- 
zuelas. (Bot.  F.  Legumino- 
sas; esp.  Acacia  paniculata, 
Willd.)  Tiene  los  usos  cas- 
tellanos. 

Tocolotear.  Cub.  v.  n. — Ba- 
rajar y  distribuir  uno  a 
uno  todos  los  naipes  en  dos 
o  más  montones. 

Tocoioteo.  Cub.  m.  —  Acción 
y    efecto    de    tocolotear. 

*Tocororo.  Cub.  epic.  m. — 
Esta  voz  es  uno  de  los  cu- 
banismos que  la  R.  A.  acep- 
ta sin  indicar  su  origen. 
Ave  trepadora  que  mide 
unos  20  centímetros,  inclu- 
vendo  su  cola  casi  tan  lar- 


TO.JO 


49c 


TOLLA 


ga  como  el  cuerpo;  de  bello 
plumaje,  verde  metálico 
por  el  lomo,  ceniciento  cla- 
ro en  el  pecho  y  la  gargan- 
ta, negruzcas  con  manchas 
blancas  las  alas,  azul  vio- 
lado en  la  cabeza,  azul  ver- 
doso en  la  parte  superior 
de  la  cola  y  blanco  por  de- 
bajo, rojo  el  vientre;  pico 
algo  corvo,  de  color  rojo  en 
la  base  y  negro  en  el  ápi- 
ce, y  los-  ojos  de  color  ber- 
mellón. Es  pájaro  indígena 
de  Cuba.  Se  alimenta  de 
insectos  y  semillas;  anida 
en  los  huecos  de  los  árbo- 
les; no  es  asustadizo;  vive 
en  jaula,  y  su  canto  es  tan 
monótono  cual  lo  indica  su 
nombre  onomatopéyico.  Los 
indios  le  denominaban  gua- 
tiní.  (Zool.  F.  Trogonidce; 
esp.  Tragón  tennurus.) 

Todito,  ta.  Amer.  adj. — Im- 
propio diminutivo  del  ad- 
jetivo "todo,  da". 

Toítíeo,  ca.  Cub.  adj. — vulg. 
— Por  si  expresa  poco  la 
forma  toíto,  ta,  que  es  co- 
rrupción de  todito,  ta,  no 
falta  quien  exagere  el  di- 
minutivo indicado,  aunque 
la  forma  toditico,  ca,  se 
oye  sólo  a  gente  rústica.  Se 
trata  de  una  de  tantas  vo- 
ces que  son  víctimas  del 
afán  del  diminutivo  en 
América. 

Toíto,  ta.  Cub.  adj. — vulg. — 
Véase  toitico,  ca. 

Tojosa.  Cub.  adj.— Es  el  adi- 
tamento de  una  paloma  sil- 
vestre.  Véase   paloma.   Al- 


gunos emplean  esta  voz  im- 
propiamente como  substan- 
tivo. Guando  se  dice  tojo- 
sita,  en  diminutivo,  se 
substantiva,  pues  nadie  dice 
"paloma  tojosita",  sino  pa- 
loma tojosa,  o  tojosita. 

Tojosita.  Cub.  epic.  f. — Véa- 
se tojosa. 

Toletazo.  Cub.  m.  —  Golpe 
causado  con  un  tolete  (1.a 
acep.) 

ToSete.  Cub.  m.-Palo  de  unos 
6  decímetros  de  largo,  con 
empuñadura  torneada,  que 
con  el  revólver  compone  el 
armamento  de  la  policía 
municipal.  Lo  usan  sujeto 
al  cinturón.  Ahora  comien- 
za a  ponerse  de  moda  en  el 
lenguaje  periodístico  el  hí- 
brido vocablo  club,  como 
sinónimo.  Tiene  el  uso  cas- 
tellano. 

Tolete.  Cub.  m. — Dícese  por 
extensión  a  todo  garrote 
corto. 

Tolete.  Cub.  m.  —  fam.  —  Se 
dice  a  la  persona  tosca, 
ruda ,  de  entendimiento 
tardo :  "Jacinto  es  un  tc»- 
le  te". 

Tolete.  Cub.  m. — fam. — Dí- 
cese entre  el  pueblo,  y  él 
sabrá  por  qué,  a  la  moneda 
de  plata  de  un  duro.  Es 
sinónimo,  en  el  mismo  po- 
pular lenguaje,  de  bolo, 
boleto,  disco,  rueda,  guayq, 
tulipán,  estrella,  maraca  y 
otros. 

'Tolla.  Cub.  f.  —  Especie  de 
duerna,  hecha  regularmente 
con    un    tronco    de    árbol. 


TOMB 


496  — 


TONA 


destinada  para  bebedero  de 
animales. 

Toma.  Cub.  f.  —  fam.  —  La 
cantidad  de  licor  que  se 
toma  de  una  vez,  y  por  ex- 
tensión, la  ronda  que  se 
toma  entre  varios  amigos. 
También  se  dice  en  plural 
cuando  se  refiere  a  lo  to- 
mado entre  varios  jugado- 
res y  que  pagan  los  perdi- 
dosos: "Yo  pago  las  to- 
rnas". 

Tomatal.  Común,  va. — Lugar 
sembrado  de  tomates. 

Tomate  cimarrón.  Cub.  m. — 
Varias  especies  de  plantas 
silvestres,  que  producen 
unos  tomates  muy  peque- 
ños, redondos,  muy  agrios, 
usados  en  condimentacio- 
nes, y  para  mitigar  el  do- 
lor de  quemaduras.  (Bot.  F. 
Solanáceas;  esp.  principal: 
Solanum  ramosum.) 

Tomate  de  mar.  Cub.  m. — 
Véase  almorrana. 

Tomatillo.  Cub.  m.  —  Véase 
farolillo  (1.a  acep.) 

Tomatillo  de  la  Habana. 
Cub.  m.  —  El  ají  de  china. 
Véase. 

Tomeguín.  Cub.  epic.  m.-Pa- 
jarillo  indígena  de  muy 
bella  figura,  cuyo  largo  no 
excede  de-  un  decímetro,  de 
color  olivado  por  encima, 
ceniciento  olivado  por  de- 
bajo, blancuzco  por  ei 
vientre,  anaranjado  con 
borde  negro  en  la  parte  in- 
ferior de  la  garganta:  la 
hembra  tiene  la  coloración 
menos   intensa.   Fabrica   el 


nido  globoso  con  entrada 
lateral.  En  algunos  lugares 
de  la  región  oriental,,  le 
dicen  viudito  y  en  otros  pe- 
chito.  (Zool.  F.  Fringílidos ; 
esp.  Enethia  lepida,  Lin.) 

Tomeguín.  Cub.  m. — El  árbol 
más  conocido  por  granadi- 
no  blanco. 

Tomeguín.  Cub.  m. — El  árbol 
más  llamado  humo  (2.a 
acep.) 

Tomeguín  del  espinar.  Cub. 
m. — Véase  tomeguín  del 
pinar. 

Tomeguín  del  pinar.  Cub. 
epic.  m.— Con  este  nombre 
se  conoce  en  la  región  oc- 
cidental el  pájaro  llamado 
senserenico  en  la  oriental. 
Es  una  especie  del  tome- 
guín (1.a  acep.),  de  colores 
más  bellos.  También  se 
llama  tomeguín  del  espi- 
nar. (Zool.  E.  F.;  esp.  E. 
canora,  Gmel.) 

Tomillo  de  costa.  Cub.  m. — 
Árbol  de  madera  resistente, 
flexible,  morada,  utilizada 
en  carpintería  gruesa. 
También  se  llama  bijirí  de 
hojas  menudas.  (Bot.  F. 
Mirtáceas;  esp.  Eugenia 
rigidifolia.) 

Tcná.  Cub.  f.  —  vulg.  —  Co- 
rrupción de  tonada. 

Tonada.  Cub.  f.  —  fam.  — 
Equivale  a  "filfa",  engaño 
ligero  de  palabra,  y  tam- 
bién se  indica  con  esta  voz 
que  una  ponderación  es 
exageradamente  injusta: 
"No  me  vengas  con  tona- 
das"; "Ja  fama  de  ese  tenor 


TOBE 


497  — 


TORO 


es  una  tonada",  Téase  la 
frase  148  del  Apéndice. 

Tonga.  Cub.  f. — Pila  ordena- 
da de  alguna  mercancía: 
"Sacos  en  tonga";  "una 
tonga  de  tablas". 

Tongonearse.  Amer.  v.  ref. 
— vulg. — Es  corrupción  de 
"contonearse"  y  conserva 
ese  significado. 

Topada.  Amer.  f. — Acción  y 
efecto  de  topar.  Véase.  Al- 
gunos dicen  "tope",  que  es 
forma  catalogada  por  la 
R.  A.  en  7.a  acepción. 

Topar,  se.  Amer.  v.  a.  y  re- 
cíp. — Pelear  o  reñir.  Usase 
principalmente  cuando  se 
prueban  en  la  pelea  dos 
gallos,  antes  de  una  lidia 
seria.  Tiene  algún  uso  en 
las  acep.  cast. 

Topetón.  Cub.  m. — Dícese 
cuando  dos  cartas  forman 
pareja  en  el  juego  llamado 
quitacamisa.    Véase. 

Torcedor.  Cub.  m. — Por  an- 
tonomasia, el  individuo  que 
tiene  por  oficio  torcer  ta- 
baco, o  sea  elaborar  los  ci- 
garros puros.  Adviértase 
que  la  R.  A.  acepta  como 
castellana  esa  acep.  de 
"torcer". 

Torcido.  Cub.  m.  —  El  árbol 
más  conocido  por  lebrero. 
Véase. 

Torcido.  Cub.  m. — La  acción 
de  torcer  tabaco  en  rama,  o 
sea  elaborar  los  cigarros 
puros  o  tabacos:  "José  tra- 
baja en  el  torcido". 

'Torería.  Cub.  f. — "Travesu- 
ra de  muchachos".   De  no 


ver  esta  voz  aceptada  así 
por  la  R.  A.,  creeríamos 
que  se  trataba  de  un  voca- 
blo castellano. 

Torería.  Cub.  f.  —  Algunos, 
impropiamente,  y  por  ex- 
tensión de  la  voz  anterior, 
la  hacen  sinónima  de  "in- 
juria", "insolencia". 

Torete.  Cub.  m. — En  algunos 
lugares  de  la  comarca 
oriental,  dícese  a  una  bola 
de  queso  envuelta  en  cor- 
teza de  plátano.  Tiene  la 
principal  acep.  cast. 

Torito.  Cub.  epic.  m.  —  Lla- 
man así  algunos  a  la  palo- 
ma salvaje,  más  conocida 
por  barbiquejo.  Véase. 

Torito.  Cub.  m. — El  juego  de 
monte  entre  pocos  jugado- 
res y  con  apuestas  de  poco 
dinero. 

Torito.  Cub.  m.  —  Guiso  que 
se  hace  con  las  partes  se- 
xuales   de   ganado    vacuno. 

Tornilio.  Cub.  m. — Cierta  fi- 
gura en  el  baile  conocido 
por  "contradanza".  Tiene 
las  acep.  cast. 

Toro.  Cub.  epic.  m. — Reciben 
este  nombre  siete  especies 
de  peces,  caracterizados  por 
estar  provistos  de  dos  es- 
pinas a  manera  de  cuer- 
nos; tienen  una  especie  de 
carapacho  formado  con  es- 
cudetes óseos  soldados  en 
los  bordes;  son  venenosos, 
particularmente  el  hígado. 
(Zool.  F.  Ostracionidos;  esp. 
principal :  Ostracionidium 
quadricorne,  Lin.)  Tiene  los 
usos  castellanos. 


,32  , 


TORT 


498  — 


TOST 


Torolico.  Cub.  m. — La  yerba 
rabo  de  zorra.  Véase. 

Torombolo,  la.  Cub.  adj. — 
fam. — Aplícase  a  la  perso- 
na de  baja  estatura  y  obe- 
sa; generalmente  se  dice 
"rechoncho,  cha." 

Toronja  agria.  Cub.  f. — La 
variedad  de  la  cidra  o  to- 
ronja, muy  acidosa,  em- 
pleada solamente  en  dulce. 

Toronfa  dulce.  Cub.  f. — Va- 
riedad de  la  toronja  o  ci- 
dra, cuyo  fruto  es  más 
chico  y  más  dulce  que  la 
anterior,  que  suele  comerse 
con  azúcar  por  sus  vir- 
tudes estomacales. 

Torozón.  Cub.  m. — Los  cam- 
pesinos cubanos  no  dicen 
así  a  la  enteritis  del  gana- 
do, sino  a  la  hinchazón  del 
vientre  cuando  proviene  de 
haberse  atragantado  y  per- 
dido la  respiración;  por  lo 
tanto  es  acep.  distinta  de 
la  académica. 

"Torre.  Cub.  f. — "Chimenea 
del  ingenio  de  azúcar"  (R. 
A.)  Tiene  las  demás  acep. 
castellanas. 

Tortilla.  Amer.  f. — En  algu- 
nos lugares,  por  antonoma- 
sia, la  de  maíz. 

Tortilla.  Común,  f.  —  muy 
vulg. — Placer  sexual  entre 
dos  mujeres. 

Tortillera.  Amer.  f. — La  mu- 
jer que  hace  tortillas  de 
maíz. 

Tortillera.  Común,  f.  —  muy 
vulg.  —  Dícese  a  la  mujer 
que  tiene  el  vicio  indicado 
en  tortilla  (2."  acep.) 


Tortor.  Cub.  m.  —  Acción  o 
acto  de  dar  continuadas  y 
repetidas  vueltas  a  una 
cosa,  circular  o  espiral- 
mente. 

Torvisco  de  las  Antillas. 
Cub.  m.  —  Especie  de  la 
planta  torvisco,  silvestre, 
de  hojas  lanceolado-oblon- 
gas,  subcoriáceas,  lampi- 
ñas, venenosas.  (Bot.  F.  Ti- 
meleáceas;  esp.  Daphnop- 
sis  timifolia,  Meissu.) 

Tostadero  de  café.  Cub.  m. 
— Establecimiento  donde  se 
tuesta,  muele  y  expende 
café.  Antes  se  decía  más 
propiamente  cafetería.  Más 
correcto  sería  decir  tosta- 
duría  y  no  tostadero,  para 
no  quitarle  a  ésta  sus  fun- 
ciones de  adjetivo.  La  R.  A. 
no  acepta  ninguna  de  las 
dos  voces,  con  ser  castizas. 

Tostón»  Cub.  m. — Planta  sil- 
vestre de  tallo  erecto,  nu- 
doso, con  dos  ramas  en 
cruz  a  cada  nudo,  hojas 
variables  de  figura  ovala- 
da, algunas  rematadas  en 
punta,  florecillas  de  color 
morado  pálido,  en  ramille- 
tes de  tres  o  cinco,  alter- 
nando con  pinas  de  igual 
número  de  frutillas  espi- 
nosas, que  se  adhieren  a 
la  ropa,  y  raíz  gruesa  y 
m  u  y  reproductiva.  Esta 
planta,  al  parecer,  tiene 
virtudes  curativas  contra  la 
blenorragia  uretral.  Tam- 
bién se  conoce  por  pendejo 
de  perro.  Hay  otra  especie 
rastrera.   (Bot,   F.   Nictagí- 


l 


499  — 


neas;  esp.  Boerhaavia  erec- 
ta). Tiene  algunas  de  las 
acep.  cast. 

Totazo*  Cub.  m. — Golpe  que 
se  recibe  en  la  cabeza,  al 
tropezar  contra  algún  ob- 
jeto: "Se  dio  un  totazo 
contra  la  mesa".  (Et.  ¿De 
"cogotazo?"). 

Totí.  Cub.  epic.  m. — Ave  co- 
munísima de  bien  torneada 
figura  que  confunden  al- 
gunos con  el  chichinguaco, 
que  mide  unos  3  decíme- 
tros, incluyendo  su  lar.ga 
cola  redonda,  de  plumaje 
negro  con  reflejos  morados, 
con  el  pico  encorvado  al  ex- 
tremo. Causa  mucho  daño 
en  las  siembras  de  cerea- 
les, compensado  en  parte 
por  la  limpieza  que  hace, 
al  mismo  tiempo,  de  insec- 
tos dañinos.  También  se 
llama,  aunque  menos,  quie- 
brahacha, chocholí,  biente- 
veo, chiraol  y  "predicador. 
(Zool.  F.  Icteridos;  esp.  Di- 
ves  atroviolaceus,  O  r  b  .  ) 
(Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Totí.  Cub.  m.  —  fam.  —  Em- 
pléase como  término  de 
comparación  en  negrura : 
"Tiene  el  corazón  más  ne- 
gro que  las  alas  de  un  totí". 

Totuma.  Cub.  f. — Véase  güi- 
ro (1.a  acep.)  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas.) 

Totuma.  Cub.  f. — Véase  za- 
pote de  culebra. 

Traba.  Cub.  f. — La  misma  li- 
gadura empleada  con  las 
caballerías,  según  la  R.  A., 
cuando  se  aplica  a  las  patas 


de  los  gallos  de  pelea.  En 
vez  de  nudo  se  pone  una 
tablilla  a  la  que  va  sujeto 
un  extremo  de  la  cuerda, 
pasando  ésta  luego  por  un 
agujero  practicado  en  ella. 
Muchos  emplean  el  dimi- 
nutivo trabilla.  Tiene  al- 
gunos  usos   castellanos. 

Traba.  Cub.  f. —  Especie  de 
trampa,  que  los  muchachos 
ponen  en  las  colas  a  las  co- 
metas para  enredar  la  de 
otro  dueño.  También  se 
emplea  mucho  el  diminuti- 
vo trabilla. 

Trabar,  se.  Cub.  v.  a.  y  ref. 
fam. — Se  hace  tan  repren- 
sible abuso  de  este  verbo, 
que  pocas  veces  se  emplea 
con  corrección.  En  algunas 
ocasiones  úsase  con  gracia, 
como  cuando  un  orador  se 
equivoca  o  pierde  el  hilo 
del  discurso,  pues  se  dice 
que  se  trabó.  Tampoco  es 
muy  censurable  el  empleo 
en  lenguaje  figurado,  cuan- 
do una  persona  no  acierta  a 
salir  de  una  equivocación, 
en  cuestión  de  números, 
por  ejemplo.  Pero  que  se 
diga  trabar  por  no  pagar 
una  deuda  o  quebrar  frau- 
dulentamente, por  descu- 
brir una  mentira,  sorpren- 
der al  delincuente  infra- 
ganti,  aprehender,  engañar 
y  hasta  por  contraer  una 
enfermedad  secreta,  eso  ya 
nos  parece  un  abuso  inca- 
lificable. 

Trabilla.  Cub.  f.— Véase  tra- 
ba (1."  y  2.a  acep.) 

i 


TEA2Í 


500 


Trabuco»  Amer.  m. — Cigarro 
puro  o  tabaco  tosco  de  vi- 
tola corta  y  gruesa.  Tiene 
la  principal  acep.  cast. 

Trabuco.  Cub.  m. — Vela  pe- 
queña y  gruesa  empleada 
para  faroles  de  coche.  Al- 
gunos, por  extensión,  dicen 
así  a  toda  vela. 

Tráfico.  Cub.  m. — Suele  em- 
plearse esta  voz  en  lugar 
de  "tránsito".  En  la  Haba- 
na hay  un  cuerpo  de  poli- 
cía llamado  de  Tráfico,  que 
realmente  es  de  tránsito, 
puesto  que  está  encargado 
de  moderar  la  velocidad  y 
regular  el  cruce  de  los  ve- 
hículos. Tiene  el  uso  ver- 
dadero. 

Traje.  Cub.  m. — poco  uso. — 
En  algunos  lugares  de  la 
región  occidental  dícese  al 
cuerpo  en  el  vestido  de  las 
mujeres.  Tiene  los  usos 
castellanos,  pero  ha  de  en- 
tenderse que  cuando  se 
refiere  al  de  hombre,  mu- 
chos no  incluyen  chaleco, 
dado  el  poco  uso  que  de  tal 
prenda  se  hace. 

Tralla.  Cub.  f. — vulg. — Suele 
oirse  en  el  vulgo  por  ca- 
dena de  reloj,  más  llamada 
leontina.  Es  de  notar  que 
entre  los  malhechores  en 
España  se  dice  fusta  y  tra- 
lla a  la  cadena  de  presidio 
o  a  los  grillos.  ¿Será  ése  el 
©rigen? 

Trancado.  Cub.  adj. — Aplí- 
case al  paso  torpe  y  mo- 
lesto de  la  cabalgadura: 
"Camina  a  paso  trancado". 


Transar.  Amer.  v.  n. — Equi- 
vale a  "ceder",  "acordar", 
"dirimir",  "transigir".  Este 
último  verbo  es  el  sinóni- 
mo legítimo,  pues  el  ame- 
ricanismo se  deriva  de 
"transacción".  Lo  inco- 
rrecto en  este  caso  es  lo 
correcto  de  otros:  que  se 
diga  tranzar.  "Hemos  tran- 
sado la  cuestión  para  no 
reñir".  "Se  transaron  por 
la  mitad  de  su  valor". 

Tranzar.  Amer.  v.  n. — Véase 
transar. 

Trapiche.  Cub.  m. — Dícese  al 
ingenio  pequeño,  donde  sólo 
se  elabora  raspadura  (véa- 
se) y  miel.  Tiene  el  princi- 
pal uso  en  la  acep.  de  la 
R.  A.,  pero  ha  de  entender- 
se que  merece  una  explica- 
ción más  amplia. 

Traquío.  Cub.  m.  —  Corrup- 
ción, muy  generalizada  en- 
tre campesinos,  de  "tra- 
quido". 

Trasnocheo.  Común,  m. -Ac- 
ción y  efecto  de  trasno- 
char: "El  trasnocheo  le 
traerá  a  Diego  perjuicios  a 
la  salud". 

Travesano.  Cub.  m.-La  tra- 
viesa de  vía  férrea,  que 
casi  nadie  dice  así  en  Cuba. 
Más  generalmente  se  llama 
atravesaño. 

Travesera.  Cub.  f. — Dícese  a 
la  planta  albahaca  de  sa- 
bana. Véase. 

Trébol.  Cub.  m. -Reciben  este 
nombre  con  aditamentos 
particulares  tres  plantas  de 
familias  distintas  a  las  que 


TREN 


—  501  — 


TRIN 


describe  la  Real  Academia. 

Trébol  criollo.  Cub.  m. — 
Véase  trébol  de  olor. 

Trébol  de  agua.  Cub.  m. — 
Reciben  este  nombre  dos 
especies  de  hierbas  flotan- 
tes de  aguas  dulces,  con 
hojas  cordiformes  o  pelta- 
das,  alternas,  sobre  largos 
pecíolos,  y  flores  en  umbe- 
las sésiles  peciolares.  (Bot. 
F.  Gencianeas;  esp.  Lim- 
nanthemum  humboldtia- 
num,  Gris,  y  L.  grayanum, 
Grnel.) 

Trébol  de  olor.  Cub.  m. — 
Planta  silvestre  propia  de 
terrenos  húmedos,  de  tallo 
hueco,  que  alcanza  dos  me- 
tros de  altura,  con  hojas 
grandes  como  de  un  palmo, 
simples,  ovales,  dentadas, 
puntiagudas,  con  las  venas 
muy  pronunciadas,  emplea- 
das para  aromatizar  el  ta- 
baco; flores  grandes,  blan- 
quecinas, olorosas,  en  co- 
rimbos  terminales.  Tam- 
bién se  conoce  por  trébol 
criollo.  (Bot.  F.  Compues- 
tas; esp.  Eupatorium  aro- 
matisans,  D.  C.) 

Tren.  Cub.  m. — desusada. — 
En  los  ingenios,  el  conjun- 
to de  aparatos  para  elabo- 
rar el  guarapo.  Tiene  el 
uso  castellano. 

Tren.  Cub.  m. — Empléase  por 
"taller'1 :  "Tren  de  lavado", 
donde  se  lava  y  plancha  la 
ropa;  "tren  funerario", 
donde  se  construyen  y  ven- 
den ataúdes,  también  lla- 
mado muertería;  etc. 


Tren.  Cub.  m. — Usase  por  • 
"agencia":  "Tren  de  mu- 
dadas", la  agencia  que  se 
encarga  de  trasladar  mue- 
bles; "tren  de  carretones, 
establecimiento  dedicado  al 
servicio  de  carros;  tren  de 
cantinas",  la  casa  que  sirve 
comidas  a  domicilio  en 
cantinas  (véase) ;  etc. 

Tren.  Cub.  m. — fam. — Maja- 
dería, insistencia  pertinaz 
y  molesta:  "Fulano  se  trae 
un  tren  con  su  empeño..." 

"Trepadera.  Cub.  i. — "Jue- 
go de  cuerdas  que  forman 
dos  estribos  y  un  cinto,  de 
que  se  valen  los  guajiros 
para  subir  (trepando)  a  las 
palmeras  a  cortar  el  fruto 
o  las  pencas".  (R.  A.)  (Et. 
De   "trepar"). 

Trepadera.  Cub.  f. — Por  ex- 
tensión, dícese  al  aparato 
de  hierro  consistente  en 
dos  pinchos  que  se  atan  a 
los  pies,  con  el  que  se 
suben  por  postes  los  traba- 
jadores en  instalaciones 
eléctricas. 

Tresillo.  Cub.  m. — Una  com- 
binación    especial     de     laá* 
bolas  en  el  juego  de  billar 
conocido  por  pina.  Tiene  el 
uso  castellano. 

Tribilín.  Cub.  m. — fam. — Dí- 
cese a  un  muchacho  o  a 
persona  pequeña. 

Tricolor.  Cub.  f. -Véase  gua- 
camaya (3.a  acep.)  » 

*  Trillo.  Cub.  m. — Equivale  a 
"vereda",  voz  ésta  que  usan 
pocos  en  Cuba. 

Trinca.    Cub.    f.— fam,— poco 


TRIQ 


—  502 


TROM 


uso. — Véase  la  frase  69  del 
Apéndice.  Tiene  algunos  de 
los  usos  castellanos. 

Trincayo.  Cub.  epic.  m. — En 
algunos  lugares  de  la  re- 
gión oriental,  dícese  al 
gusarapo  de  aguas  estan- 
cadas, cuando  está  próximo 
a  convertirse  en  mosquito. 

Trincha.  Común.  f. — En  car- 
pintería, una  especie  de 
formón  estrecho,  sin  serlo 
tanto  como  el  escoplo,  ni 
tan  grueso. 

*Trinitario,  ría.  Cub.  subs.  y 
adj. — La  persona  nacida  en 
Trinidad. 

*Trinitario,  ria.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  cosas  de  esa 
ciudad. 

Trinquete.  Cub.  m.-Voz  em- 
pleada con  respecto  a  per- 
sonas, como  término  de 
comparación  en  fortaleza, 
salud,  etc.:  "Más  fuerte 
que  un  trinquete" . 

Tripa  de  pollo.  Cub.  f. — 
Cierto  rizo  o  conjunto  de 
pliegues  que  se  hacen  a  un 
tejido,  para  colgaduras  mo- 
destas o  vestidos. 

Tripular.  Cub.  v.  a. — vulg. — 
Hemos  oído  y  hasta  leído 
en  letras  de  molde  este 
verbo  como  significando  ca- 
balgar, guiar,  conducir  un 
caballo,  al  hablar  de  las  ca- 
rreras hípicas.  Es  un  bar- 
barismo  reprobable.  Tiene 
el  verdadero  uso  castellano. 

Trique.  Cub.  m.  —  Entre  los 
muchachos,  suele  darse  este 
nombre  al  juego  llamado 
en  España  "de  tres  en  ra- 


ya", que  también  se  cono- 
ce así  en  Cuba.  Tiene  los 
usos  castellanos. 

Trisca.  Cub.  f. — poco  uso. — 
Acción  y  efecto  de  triscar. 
Véase. 

Triscar.  Cub.  v.  a. — fam. — 
poco  uso. — Burlarse  de  una 
persona  o  tomarle  el  pelo, 
como  familiarmente  se  dice, 
de  una  manera  muy  disi- 
mulada. 

Trompa.  Cub.  epic.  f. — Raro 
pez  de  hocico  muy  prolon- 
gado, a  manera  de  tubo. 
(Zool.  F.  Solenostomidce ; 
esp.  Solenostomum  tabaca- 
rius.)  Otros  dicen  trompe- 
ta. Tiene  los  usos  cast. 

Trompa.  Cub.  f. — fam. — Sue- 
le decirse  a  una  nariz  pro- 
minente. Tiene  los  usos 
castellanos. 

Trompeta.  Cub.  epic.  f.  — 
Véase  trompa  (1.a  acep.) 
Tiene  las  acep.  castellanas. 

Trompetero.  Cub.  m. — fam. 
Suele  decirse  al  mosquito 
por  el  zumbido. 

Trompetero  colorado.  Cub. 
epic.  m. — Dícese  al  pez  pa- 
recido a  la  trompa  (1.a 
acep.),  que  tiene  la  aleta 
caudal  terminada  a  modo  de 
látigo,  y  es  del  color  in- 
dicado. (Zool.  F.  Aulosto- 
matidce;  esp.  Aulostomum 
coloratum.) 

Trompetilla.  Cub.  f. — Estri- 
dencia que  se  produce  so- 
plando en  un  puño,  coloca- 
do a  manera  de  trompeta, 
lo  cual  se  hace  para  befar- 


TULI 


503 


TUMB 


se  groseramente  de  una 
persona. 

Trompo.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Suele  decirse  a  una  perso- 
na para  denotar  que  es 
muy  ruda  y  torpe.  Véase  la 
frase  16  del  Apéndice.  Tie- 
ne las  acep.  cast. 

Trompón.  Amer.  m. — Puñe- 
tazo muy  fuerte.  Es  au- 
mentativo  de    "trompada". 

Tronera.  Cub.  f.  —  fam.  — 
Véase  la  frase  152  del 
Apéndice.  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Tropa.  Cub.  m. — fam. — Díee- 
se  al  individuo  calavera: 
"Fulano  es  un  tropa".  Tie- 
ne las  acep.  cast. 

Trova.  Cub.  f.— fam.— Filfa, 
mentira,  engaño  disimula- 
do de  palabra:  "No  me 
vengas  con  trovas". 

Trovador.  Cub.  epic.  m.  — 
Véase  zunzuncillo. 

Trovero,  ra.  Cub.  adj. -Aplí- 
case a  la  persona  aficiona- 
da a  decir  trovas.  Véase. 
"Ramón  es  muy  trovero". 

Trozos.  Cub.  m.  pl. — fam. — 
Véanse  las  frases  75  y  120 
del  Apéndice. 

Trullada.  Cub.  f. — Lo  mismo 
que  "trulla",  o  sea  turba, 
multitud. 

Tulipa.  Cub.  f. — Véase  alelí 
blanco. 

Tulipán.  Cub.  m. — fam. — Así 
dicen  algunos  a  la  moneda 
de  plata  de  un  duro.  Se 
oj7en  también  guayo,  disco, 
rueda,  maraca,  bolo  y  otros 
varios  sinónimos. 


Tulipán.  Cub.  m. -Véase  lirio 
de  cinta. 

Tullida.  Cub.  f. — fam. — Véa- 
se la  frase  216  del  Apén- 
dice. 

Tumba.  Cub.  f.  —  Tiene  uso 
como  acción  y  efecto  de 
tumbar,  por  "cortar",  "ta- 
lar", etc.  Cuando  se  dice 
tumba  y  deja  se  entiende 
que  no  se  limpia  el  terre- 
no, y  lo  contrario,  si  se  dice 
tumba  y  limpia.  Véase  la 
frase   234-6    del   Apéndice. 

Tumba.  Cub.  f. — desusada. — 
Reunión  de  negros  para 
bailar  al  uso  africano. 

Tumba.  Cub.  epic.  f. — Recibe 
este  nombre  un  pez  apenas 
conocido.  (Zool.  F.  Mela- 
canthidoe;  esp.  Caulolatilus 
cyanops,  Poey.) 

Tumba.  Cub.  f. — El  tronco  de 
madera  de  sierra  que  mide 
más  de  4  decímetros  de  ta- 
bla y  de  canto.  Grueso  de 
viga. 

Tumbadero.  Cub.  m. — Dicen 
así  algunos  en  vez  de  tum- 
ba (talar  o  cortar),  y  otros 
con  más  propiedad,  a  la 
reunión  de  varias  en  un» 
bosque. 

Tumbadero.  Cub.  m. — fam. — 
Casa  de  lenocinio. 

Tumbar.  Cub.  v.  a. — Empléa- 
se por  "talar",  cuando  se 
refiere  a  los  bosques,  y  en 
vez  de  "cortar",  cuando  se 
trata  de  la  caña  de  azúcar,, 
formas  ambas  que  nos  pa- 
recen aceptables;  pero  de 
ninguna  manera,  cuando  se 

*    usa  en  vez  de  "inclinar"  o 


TUNA 


—  504 


TUVO 


"entornar";  v.  gr. :  "tumba 
un  poco  al  armario";  ni 
tampoco  por  ganar;  v.  g. : 
"tumbo  en  la  carpintería 
tres  duros  diarios";  ni  en 
otros  empleos  por  el  estilo. 

Tuna.  Cub.  f. — fam. — Véase 
la  frase  225  del  Apéndice. 
Tiene  algunos  de  los  usos 
castellanos,  especialmente 
para  designar  la  planta  de 
ese  nombre  con  aditamentos 
particulares,  como  se  verá. 

Tuna  blanca.  Cub.  f. — Espe- 
cie de  tuna  o  nopal,  que 
es  una  planta  arborescente, 
abundante,  con  hojas  sub- 
cilíndricas,  caducas,  flores 
rojas  que  no  se  abren 
completamente,  con  los  es- 
tambres más  largos  que  los 
pétalos,  de  color  rosa.  Es 
planta  medicinal.  (Bot.  F. 
Cácteas;  esp.  Nopalea  co- 
chenillifera.   Lin). 

Tuna  cabezona.  Cub.  f. — La 
planta  más  conocida  por 
cardón  (1.a  acep.).  Véase. 

Tuna  de  Castalia.  Cub.  f. — 
Dícese  al  verdadero  nopal, 
productor  del  higo  chumbo, 
también  llamado  en  Espa- 
ña "tuna"  y  en  Cuba  tuna 
mansa. 

Tuna  de  cruz.  Cub.  í  — 
se  cardón  (2.a  acep.) 

Tuna  espinosa.  Cub.  f. 
pecie  muy  espinosa  de  tuna  o 
nopal,  también  llamada  "tu- 
na brava"  y  "tuna  colora- 
da ",  nombres  catalogados  por 
la  R.  A.  como  castellanos. 

Tuna  mansa.  Cub.  f. — Véase 
tuna  de  Castilla.  k 


-Véa- 


-Es- 


Tuna  silvestre.  Cub.  f.-r-Es- 
pecie  de  tuna,  impropia- 
mente llamada  así,  puesto 
que  silvestres  lo  son  todas, 
que  se  caracteriza  por  sus 
artículos  pequeños  y  fruto 
comestible.  (Bot.  F.  Các- 
teas; esp.  Opuntis  opuntia, 
Lin.). 

Tunero,  ra.  Cub.  subs.  y  adj. 
— La  persona  de  Victoria 
de  las  Tunas. 

Tunero,  ra.  Cub.  adj. — Aplí- 
case a  cosas  de  esa  locali- 
dad. 

Tupición.  Cub.  m. — Acción  y 
efecto  de  tupir:  "Tupición 
en  la  nariz". 

Tupido,  da.  Común,  adj. — Lo 
mismo  que  "espeso", 
"apretado":  "Lienzo  muy 
tupido". 

Tupido,  da.  Común,  adj. — 
Significa  obstruido:  "Ca- 
ñería tupida". 

Tupido,  da.  Cub.  adj. — fam. 
— Aplícase  a  la  inteligen- 
cia para  calificarla  de  tar- 
da, ruda. 

Tusa.  Cub.  f.  —  En  Bayamo, 
según  Pichardo,  la  con- 
serva de  guayaba  envuelta 
en  tusas  de  maíz.  Tiene  los 
usos  castellanizados. 

Tusa.  Cub.  f. — fam. — Véanse 
las  frases  40  y  103  y  el  re- 
frán 34  de  los  Apéndices 
respectivos. 

Tuvolé  (A).  Cub.  mod.  adv. 
— Empléase  con  respecto  a 
la  mata  del  café,  cuando  se 
le  deja  a  su  natural  des- 
arrollo. (Et.  Galicismo  for- 
mado de  a  tout  volee). 


UBÍ 


505 


UNA 


u 


Ubi.  Cub.  m.  —  Reciben  este 
nombre  genérico  con  al- 
gún aditamento  particular, 
varias  enredaderas  o  beju- 
cos silvestres  de  la  fami- 
lia de  las  Ampelídeas,  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas.) 

Ubi  agrio.  Cub.  m.— Especie 
trepadora  por  medio  de 
zarcillos,  cuyos  tallos  se 
emplean  para  hacer  canas- 
tas, con  hojas  trifoliadas, 
d  e  folíolos  cuneiformes, 
obovales,  y  baya  globosa. 
(Bot,  F.  A.;  esp.  Vitis  aci- 
da, Chap.) 

Ubi  común.  Cub.  m. — La  es- 
pecie más  abundante,  tam- 
bién trepadora  por  medio 
de  zarcillos,  de  hojas  sim- 
ples, acorazonadas,  oblon- 
gas, flores  amarillo-verdo- 
sas, en  umbelas  compues- 
tas pequeñas;  también  se 
emplea  para  canastas,  y 
las  hojas  para  remedios  do- 
mésticos del  reumatismo. 
(Bot.  F.  A.;  esp.  V.  siciui- 
cles,  Micq.) 

Ubi  de  cinco  hojas.  Cub.  m. 
— Véase  parrita  cimarrona. 

Ubi    de    cuatro    lados.   Cub. 


m. — El  ubi  de  vejigatorio. 

Ubi  de  hoja  ancha.  Cub.  m. 
—Otra  especie.  (Bot.  F.  A.; 
esp.  Vitis  cordi folia,  Lam.) 

Ubi  de  tres  hojas.  Cub.  m. — 
Véase  ubi  macho. 

Ubi  de  vejigatorio.  Cub.  m. 
— Especie  de  propiedades 
excelentes  para  vejigato- 
rios, de  lo  que  toma  nom- 
bre. También  se  llama  ubi 
de  cuatro  lados  y  uvas  mo- 
ras. (Bot.  F.  A.;  esp.  V. 
cuadr angular is,   Wall.) 

Ubi  macho.  Cub.  m. — Espe- 
cie de  hojas  trifoliadas,  con 
folíolos  ovales,  lampiños  y 
aserrados,  flores  de  cuatro 
pétalos  escarlata,  baya  glo- 
bosa, ovoide,  purpúrea.  * 
También  se  llama  ubi  de 
tres  hojas.  (Bot,  F.  A.;  esp. 
V.  trifvliata,  Baker.) 

Una.  Cub.  f. — fam. — Véase  la 
frase  144  del  Apéndice. 
Tiene   los  usos  castellanos. 

jUnjü!    Cub.    interj.    vulg. — 
Empleada    por    los    negros,  * 
particularmente  en  señal  de 
asentimiento;  lo  mismo  que 
decir:    "así  es". 

líña  de  gato.  Cub.  f.-Bejuco 


UVA 


506  — 


UVBR 


silvestre,  de  hojas  ovales 
terminadas  en  punta,  ver- 
des por  encima,  algo  ama- 
rillentas por  debajo,  "el 
nervio  común  que  sostiene 
dos  hojas,  termina  en  tres 
garfios  o  espinas  corvas"; 
produce  unas  vainas  muy 
largas,  de  unos  5  decíme- 
tros, y  se  estima  como  an- 
tídoto. También  se  llama 
bejuco  de  perdiz  rosado. 
(Bot.  F.  Bignoniáceas;  esp. 
Bignonia    unguiscati,   Lin.) 

Uña  de  gato.  Cub.  f. — Otra 
planta  llamada  zarza  (1.a  y 
2.a  acep.). 

Uñate.  (Ai)  Cub.  mod.  adv. 
— Dícese  a  la  forma  de  gol- 
pear una  cosa  con  la  uña 
del  pulgar,  aplicándole 
fuerza  al  rozarla  contra  la 
yema  del  índice,  o  la  de 
éste  contra  aquél.  Es  voz 
muy  usada  por  los  mucha- 
chos en  los  juegos  de  ma- 
tes. 

Uva  de  caleta.  Amer.  f. — La 
"uva  de  playa"  de  la  R.  A., 
o  sea  el  fruto  del  uvero. 


Uva  gomosa.  Cub.  f. — Dicen 
así  algunos  al  ateje  blanco 
o  baria  blanca.  Véase. 

Uvas  moras.  Cub.  f.  pl. -Véa- 
se ubi  de  vejigatorio. 

Uvera".  Amer.  m. — L  u  g  a  r 
abundante  de  uveros. 

Uverillo.  Cub.  m.  —  El  árbol 
calambreña.  Véase. 

Uvero     blanco.     Cub.     m. — 

Véase  calambreña. 

Uvero  de  costa.  Cub.  m. — 
Especie  del  uvero,  que  es 
un  arbusto  de  hojas  ovales, 
oblongas,  coriáceas,  rojizas, 
y  fruto  redondeado,  ovala- 
do. (Bot.  F.  Poligonáceas; 
esp.  Coccoloba  rupescens, 
Wrigh.) 

Uvero  de  playa.  Cub.  m. — 
Es  el  árbol  americano  co- 
nocido por  "uvero"  y  ad- 
mitido su  nombre  por  la 
R.  A.  Su  fruto,  la  uva  de 
playa,  es  conocido  en  Cuba 
por  uva  de  caleta),  su  otro 
nombre  americano. 

Uvero  macho.  Cub.  m. — El 
árbol  manatí.  Véase 


VACÍ 


507  — 


VAIN 


Vaca.  Cub.  epic.  f. — Con  este 
nombre  común  se  conocen 
varias  especies  de  peque- 
ños peces  que  miden  de  10 
a  15  centímetros,  de  colo- 
res variados  y  escaso  inte- 
rés. (Zool.  F.  Anthiadidce; 
esp.  principal:  Plcctropo- 
ma  fuella,  Cuv.) 

Vacabuey.  Cub.  m.  —  Árbol 
silvestre  que  crece  en  te- 
rrenos pantanosos  hasta 
cuatro  o  cinco  metros  de 
altura,  y  en  pocos  casos 
hasta  diez;  su  madera  es  de 
bonito  aspecto,  pero  no  se 
aprecia  en  carpintería.  Las 
hojas,  por  su  aspereza  ex- 
trema, se  aplican  para  pu- 
lir madera  y  metales.  Tam- 
bién se  llama  chaparro.  Las 
más  de  las  personas  escri- 
ben bacabuey,  en  nuestra 
opinión  impropiamente. 
(Bot.  F.  Dileniáceas;  esp. 
Curatella  americana).  (Et. 
De  "vaca"  y  "buey"). 

Vacío,  a.  Amer.  adj. — Dícese 
impropiamente  por  "des- 
cargado, da",  con  relaciÓD 
a  una  caballería:  "Una  ye- 


gua vacía".  Tiene  los  ver- 
daderos usos  cast. 

Vagada  (De  una).  Cub.  mod. 
adv. — Equivale  a  "de  una 
vez",  "de  una  sentada": 
"Fulano  se  comió  seis  pa- 
necillos de  una  vagada". 
(Esta  voz,  cuando  no  ori- 
gen, tiene  sabor  asturiano). 

Vaina.  Cub.  f.  —  fam.  —  poco 
uso.  —  Salto  que  da  una 
persona  por  sobre  otra, 
para  tirarse  al  agua.  Tiene 
los  usos  castellanos. 

Vaina.  Cub.  f. — fam. — El  acto 
del  ayuntamiento  carnal. 

Vaina.  Cub.  m. — fam.— Díce- 
se al  individuo  voluble,  in- 
formal y  de  escasos  escrú- 
pulos en  sus  tratos:  "Pedro 
es  un  vaina". 

Vainada.  Cub.  f.— fam. — Ac- 
ción reprensible  dé  un  in- 
dividuo que  se  califica  de 
vaina  (3.a  acep.) :  "Ramón 
me  hizo  una  vainada  que 
no  le  perdonaré". 

Vainilla.  Cub.  f. — Planta  in- 
dígena, parásita,  de  flores 
blancas,  aromáticas,  cuyas 
Vainillas  se  emplean  en  dul- 


VAQU 


508 


VAQU 


cería  y  medicina.  No  es  la 
planta  americana  de  este 
nombre  que  describe  la 
R.  A.,  aunque  pertenece  a 
la  misma  familia  y  tiene 
idénticos  usos.  La  de  Cuba 
es  de  cualidades  inferiores, 
y  crece  en  los  árboles,  cual 
el  conocido  por  palma  cana. 
(Bot.  F.  Orquídeas;  esp. 
V anilla  planifolia,  Aubr.) 

Vainilla  amarilla.  Cub.  f.— 
Especie  de  la  vainilla  con 
flores  amarillentas.  (Bot.  F. 
O.;  esp.  Epidendrum  fuca- 
tam,  Lindl.) 

Vainilla  rosada.  Cub.  f. — 
Tipo  cuyas  flores  tienen  el 
indicado  color.  (Bot.  F.  O.; 
esp.  E.  atropurpureum, 
Benth.) 

Valedura.  Cub.  f. — Regalo  en 
dinero,  que  suele  hacer  el 
jugador  que  gana  al  que 
pierde,  o  a  otra  persona 
presente  en  el  juego. 

Valia.  Cub.  f. — Circo  rústico 
hecho  con  estacas,  al  aire 
libre  por  los  costados,  don- 
de se  pelean  gallos.  En  el 
Continente,  con  indiscuti- 
ble propiedad,  dícese  galle- 
ra. Véase  la  frase  10  del 
Apéndice.  Tiene  las  acep. 
cast. 

Vapor.  Cub.  m. — Remate  de 
cuero  u  otra  materia  que 
se  pone  al  extremo  de  los 
tacos  de  billar,  para  suavi- 
zar el  golpe  con  la  bola. 
Véase  la  frase  176  del 
Apéndice.  Tiene  las  acep. 
castellanas. 

Vaquero.  Cub.  m. — En  algu- 


nos lugares  de  la  región 
oriental  se  dice  al  falde- 
llín. Véase. 

Vaqueta.  Cub.  m.  fam. — Dí- 
cese al  individuo  informal, 
trapacero:  "Fulano  es  un 
vaqueta".  Estuvimos  en  du- 
da si  poner  esta  voz  con 
v  o  con  b,  puesto  que  nun- 
ca la  hemos  visto  escrita 
en  su  acep.  cubana,  y  que 
existen  las  dos  formas  en 
castellano.  Pero  hemos 
optado  por  la  v,  toda  vez 
que  en  castellano  existe  la 
frase  "tener  cara  de  va- 
queta", con  parecido  uso, 
de  la  cual  es  probable  de- 
rive el  cubanismo. 

Vaqueta.  Cub.  epic.  f. — Tres 
especies  de  peces  apenas 
conocidos,  aunque  estudia- 
dos o  clasificados  por  el  sa- 
bio naturalista  cubano  Poey, 
reciben  este  nombre.  (Zool. 
F.  Scienidce;  género  : 
Eques).  Tiene  el  uso  cast. 

Vaquetilla.  Cub.  m.  fam. — 
Dícese  al  individuo  califi- 
cado de  vaqueta  (véase  la 
acep.),  pero  no  tan  riguro- 
samente que  deje  de  mere- 
cer expresión  de  simpatía, 
por  la  nobleza  que  pone  en 
sus   acciones. 

Vaquetilla.  Cub.  f. — El  cue- 
ro más  delgado  y  fino  que 
la  vaqueta. 

Vaquetón.  Cub.  desusada. — 
La  vaqueta  o  cuero  desti- 
nado a  fuelle  del  volante. 

Vaquetón.  Cub.  m. — Aumen- 
tativo de  vaqueta  (1.a  acep.) 
Véase. 


VAEI 


—  509 


VELO 


Vaquetudo,  da.  Cub.  adj. — 
Descarado,  atrevido.  (Et.  de 
"vaqueta"). 

Vara  cubana.  Cub.  f. — Uni- 
dad en  medidas  de  longi- 
tud, que  equivale  a  848  mi- 
límetros. Empléase  sola- 
mente en  medidas  agrarias, 
pues  el  comercio  al  detalle 
usa  la  vara  de  Castilla,  y 
para  otros  empleos  está  el 
metro.  El  comercio  al  por 
mayor  vende  por  yardas. 

Vara  de  San  José.  Cub.  f. — 
La  planta  más  conocida  por 
varita  de  San  José,  que  se 
parece  muy  poco  a  la  "vara 
de  José"  que  describe  la 
R.  A. 

Vara  en  tierra  (De).  Cub. 
mod.   adv. — Véase   bohío. 

Varía.  Cub.  í. — Algunos  es- 
criben así  el  nombre  del 
árbol  baria.  Véase.  Como 
no  les  falta  razón,  por  ser 
discutible  el  uso  de  la  b  y 
la  v  en  este  caso,  lo  con- 
signamos aquí,  aunque  ha- 
yamos escrito  la  voz  con 
b  autorizados  por  el  exten- 
dido uso. 

Varita  de  San  José.  Cub.  í. 
— Planta  herbácea,  bisa- 
nual, de  jardinería,  con  el 
tallo  erguido,  hojas  gran- 
des de  posición  horizontal 
sobre  largo  pecíolo,  rugo- 
sas, algo  cordiformes,  fes- 
toneadas, flores  grandes, 
acampanadas,  en  espigas 
axilares,  en  el  ápice  del 
tallo,  de  color  morado, 
blanco,  rosado  y  otros,  se- 
gún  la  variedad.   También 


se  dice  vara  de  San  José. 
(Bot.  F.  Malváceas;  esp. 
Althea  rosea,  Cav.). 

Vate.  Cub.  m.  fam.  —  Véase 
bate  (2.a  acep.) 

*Vega.  Cub.  f. —  "Terreno 
sembrado  de  tabaco"  (Real 
Academia.)  No  tiene  otro 
uso. 

Veguerío.  Cub.  m. — Alde- 
huela  formada  con  los  bo- 
híos u  otras  viviendas  de 
los  vegueros  o  cultivadores 
de  tabaco. 

Veguerío.  Cub.  m.  —  La  re- 
unión  de  varias   vegas.  V. 

"Veguero,  ra.  Cub.  m.  y  f. 
— "Labrador  que  trabaja  en 
el  cultivo  de  una  vega". 
Esto  dice  la  R.  A.  sin  refe- 
rirse al  uso  cubano  de  la 
voz  vega;  pero  como  ella 
acepta  este  cubanismo,  bien 
podemos  incluir  como  cas- 
tellanizada la  voz  veguero. 
Tiene  los  otros  dos  usos 
de  la  R.  A. 

Veguero.  Cub.  m.  —  Véase 
primavera.  Tiene  algunos 
de  los  usos  castellanos. 

Veguita.   Cub.    f. — Una   vega, 
pequeña. 

Vejerano,  na.  Cub.  subs.  y 
adj.  fam. — Empléase  des- 
pectivamente como  "viejo, 
ja",  y  viene  a  ser  lo  que  el 
castellano  "  vejestorio  "  : 
"Rosa  es  una  vejerana  o 
muy  vejerana.'" 

Vela.  Cub.  f. — Véanse  las 
frases  1,  79-a,  125  y  126  del 
Apéndice.    Tiene    los    usos 

,   castellanos. 

Velorio.  Cub.  m. — Ofrenda  a 


k 


VENE 


510  — 


VBRB 


un  santo  que  se  cumple  con 
una  reunión  nocturna  ca- 
sera, o  velada,  alumbrán- 
dole, pero  parloteando,  bai- 
lando, bebiendo  y  comien- 
do golosinas.  Tiene  la  acep. 
americana  catalogada  por 
la  R.  A.,  pero  no  concreta- 
da en  Cuba  a  los  difuntos, 
sino  extendida  a  los  enfer- 
mos de  gravedad,  que  sue- 
len ser  actos  de  holgorio 
parecidos  al  descrito,  cuan- 
do se  celebran  entre  el  pue- 
blo. Véase  la  frase  208  del 
Apéndice.  (Et.  De  "velato- 
rio"). 

Venado.  Cub.  m.  —  fam.  — 
Uno  de  los  muchos  nombres 
que  recibe  la  meretriz  vul- 
gar. Tiene  el  principal  uso 
castellano. 

Venduta.  Cub.  f.  —  Pequeño 
establecimiento  donde  se 
venden  frutas  y  hortalizas. 
Si  está  instalado  en  la  pla- 
za de  abastos,  no  recibe  este 
nombre,  sino  el  de  "pues- 
to", aunque  también  haya 
quien  lo  llame  así,  en  cas- 
tellano, si  está  fuera  del 
mercado.  (Et.  Probable  ga- 
licismo derivado  de  vendue, 
según  R.  J.  Cuervo). 

Vendutero.  Cub.  m. — El  due- 
ño o  encargado  de  una  ven- 
duta. Véase. 

Venenoso.  Cub.  m. — fam. — 
Dícese  festivamente  al  in- 
dividuo triunfante  siempre 
en  lides  de  amor,  o  que  por 
tal  se  tiene:  "Diego  es  te- 
mido como  venenoso  por 
los  padres".   Otros   le   dan 


acep.  de  adj.  Tiene  el  uso 
castellano. 

Venia.  Amer.  í.  —  El  saludo 
militar.  Tiene  las  legítimas 
acep.  castellanas. 

Vera.  Cub.  f.  —  Reciben  este 
nombre  dos  arbustos  en 
nada  afines  al  árbol  ame- 
ricano que  acepta  la  R.  A., 
de  uno  de  los  cuales,  por  su 
madera  dura,  fina,  compac- 
ta, se  hacen  bastones.  Al- 
gunos, impropiamente,  es- 
criben bera.  (Bot.  F.  Ru- 
biáceas; esp.  principal: 
Antirrcea   granulota,    Gris.) 

Vera  cera.  Cub.  f.  —  Árbol 
silvestre  de  buena  madera, 
amarillenta,  fuerte,  algo 
vidriosa  y  fina. 

Verbasco  criollo.  Cub.  m. — 
Planta  silvestre  de  tallo 
erecto,  casi  simple,  blanco, 
tomentoso,  con  hojas  es- 
patulado-lanceoladas.  (Bot. 
F.  Compuestas;  esp.  Gua- 
phalium   purpureum,  Lin.) 

Verbena.  Cub.  f. — La  especie 
de  verbena  de  flores  azules. 

Verbena  cimarrona.  Cub.  í. 
— Especie  espontánea  de  la 
verbena,  más  apreciada  que 
las  otras  para  remedios 
caseros.  (Bot.  F.  Verbená- 
ceas; esp.  Valerianoides 
orubica,  Vahl.) 

Verbena  de  hoja  angosta. 
Cub.  f.-Especie  distinguida 
como  lo  indica  el  nombre. 
(Bot.  F.  V.;  esp.  Val.  an- 
gustifolia,  Vahl.) 

Verbena  de  Italia.  Cub.  f. — 
La  verbena  francesa.  Véase. 

Verbena  francesa.  Cub.  i. — 


511 


YERRA 


Hierba  rastrera  de  rápida 
fecundación.,  empleada  para 
alfombrar  jardines,  y  muy 
estimada  por  su  policro- 
mía lucida  en  florecillas  de 
cinco  pétalos  en  racimos. 
También  se  llama  verbena 
de  Italia,  filigrana  y  pobla- 
dora. 

Verdolaga  de  costa.  Cub.  f. 
— Véase  yerba  de  vidrio. 

Verdolaga  de  Cuba.  Cub.  f. 
— Una  especie  silvestre  y 
sin  usos  de  la  verdolaga. 
(Bot.  F.  Portulacdceas;  esp. 
Claytonia  perfoliata,  Dom.) 

Verdolaga  de  mar.  Cub.  f. — 
Planta  rastrera  de  flores 
blancas,  común  en  las  pla- 
yas. (Bot.  F.  Amarantdceas ; 
esp.  Iresina  crassifolia, 
Moq.) 

Verdolaga  de  sabana.  Cub. 
f.  —  Yerba  anual  de  tallo 
desparramado,  con  las  arti- 
culaciones cubiertas  de  pe- 
los largos,  hojas  alternas, 
lineales,  lanceoladas,  que  se 
emplea  para  alfombrar  los 
jardines,  y  cuyas  flores  se 
abren  bruscamente  a  cosa 
de  las  diez  de  la  mañana. 
También  se  llama  saltape- 
ricos y  diez  de  la  mañana. 
(Bot.  F.  Portulacdceas;  esp. 
Portulaca  pilosa,  Lin.) 

Verdolaga  francesa»  Cub.  f. 
— Hierba  carnosa  lampiña, 
de  hojas  alternas,  enterísi- 
mas,  glaucas,  ovales,  y  flo- 
res pequeñas,  rosadas.  Hay 
una  variedad  con  las  hojas 
matizadas  de  blanco.  Las 
hojas  se  emplean  contra  el 


dolor   de   cabeza,    aplicadas  * 
en   las  sienes.  (Bot.  F.  P.; 
esp.     T  a  lin  u  m     pateas, 
Willd). 

Verdolaga  verdadera.  Cub. 
f.— Dícese  así  a  la  verda- 
dera verdolaga,  para  dife- 
renciarla de  las  otras  espe- 
cies aquí  reseñadas.  Los 
indios  la  llamaron  mani- 
bari. 

Verdoíaguslla  blanca.  Cub.  f. 
— Especie  de  verdolaga  sil- 
vestre, conocida  también 
por  perejil  de  costa.  (Bot. 
F.  Amarantdceas;  esp.  Ire- 
sina portulacoides,  Moq.) 

Verdón.  Cub.  epic.  m.  —  El 
pajarillo  más  conocido  por 
mariposa,  que  es  el  cuba- 
nismo aceptado  por  la  R.  A. 
No  es  el  verdón  o  verderón 
que  figura  en  el  Dic.  oficial. 

Verdugo,  ga.  Cub.  adj. -Aplí- 
case al  ganado  de  pelo  co- 
lorado veteado  de  negro. 

Vergajo  de  toro.  Cub.  m. — 
Véase  bejuco  de  vergajo. 

Verocos.  Cub.  va.  pl. — muy 
vulg. — Los  testículos. 

Verracada.  Cub.  f.  —  fig.  v, 
fam.  —  Majadería,  sandez, 
dicho  o  acción  de  un  indi- 
viduo verraco  (4.a  acep.) 

Verraco.  Cub.  m. -Véase  cla- 
vellina de   laguna. 

Verraco.  Cub.  epic.  m.— Se- 
gún Pichardo,  "pez  de  estos 
mares,  de  los  Balistes,  que 
tiene  una  pequeña  abertura* 
branquial". 

Verraco,  ca.  Cub.  m.  y  f. — 
El  cerdo  o  la  cerda  que  se 
vuelven  montaraces,  los  que' 


YIAJ 


512 


VIVO 


adquieren  feroces  caracte- 
res, y  su  carne  mal  sabor. 
En  opinión  de  Pichardo. 
podría  llamarse  jabalí  cu- 
bano. Véanse  las  frases  71 
y  79  del  Apéndice.  Tiene  el 
uso  castellano  como  subs- 
tantivo. 

Verraco,  ca.  Cub.  adj.-fam.- 
Aplícase  a  la  persona  ma- 
jadera, que  dice  imperti- 
nencias. También  suele 
usarse  como  substantivo. 

Verraquera.  Cub.  f. -desusa- 
da.— En  algunos  lugares, 
"borrachera". 

Verraquero,  ra.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  una  casta  de  pe- 
rros de  muy  fino  olfato,  li- 
geros y  atrevidos,  que  se 
destinan  a  perseguir  verra- 
cos (3.a  acep.) 

Verrugato.  Cub.  epic.  m. — 
"Pez  de  estos  mares  pare- 
cido al  Ronco",  según  Pi- 
chardo. (Zool.  F.  Scienido?; 
esp.  Micropogum  undula- 
tus,  Desm.,  según  Poey). 

Versar.  Cub.  v.  n. — fam. — 
Entre  gente  del  pueblo  sig- 
nifica hablar,  perorar: 
"Fulano  versa  bien".  Tie- 
ne los  usos  castellanos. 

Veta.  Amer.  f. — poco  uso.  — 
En  algunos  lugares,  equi- 
vale a  "cordel"  o  "soga". 
Tiene  las  acep.  cast. 

Vlajaca.  Cub.  epic.  f. — El  pez 
biajaca.  Véase.  Aun  cuan- 
do la  personas  más  autori- 
zadas escriban  la  voz  con  b, 
cual  la  hemos  descrito, 
nosotros  optaríamos  por  el 


empleo  de  la  v,  como  allí 
indicamos. 

Viajaiba.  Cub.  epic.  f.  —  El 
pez  biajaiba.  Véase.  Exten- 
demos a  esta  voz  lo  dicho 
en  la  anterior. 

Viajanco,  ca.  Cub.  adj. — 
Aplícase  despectivamente 
a  personas  viejas.  Es  voz 
incorrecta  que  debiera  pro- 
nunciarse venjanco,  ca,  y 
mejor  aún  substituirla  por 
el    "vejestorio"    castellano. 

Vianda.  Cub.  f. — Dícese.a  los 
frutos  de  huerta,  como 
cierta  clase  de  plátano,  la 
malanga,  el  boniato,  etc., 
que  se  presentan  en  la 
mesa  cocidos  o  fritos.  Em- 
pléase más  en  plural.  No 
tiene  los  usos  cast. 

VIbona.  Cub.  f. — Véase  bi~ 
bona.  Nos  parece  más  adap- 
table a  la  ortografía  caste- 
llana el  empleo  de  la  v:  vi- 
bona,  aun  cuando  la  recha- 
ce el  uso  generalizado. 

Víbora.  Cub.  f. — Planta  ar- 
bustosa,  erguida,  ramifica- 
da, carnosa,  lampiña,  de 
hojas  opuestas,  pecioladas, 
aovadas,  con  el  borde  on- 
deado y  un  punto  blanco 
en  cada  concha  u  onda,  de 
los  que  nacen  renuevos  que 
vegetan  al  aire  y  pendien- 
tes de  las  hojas,  las  cuales 
se  supone  que  son  acidas 
por  la  mañana,  insípidas  al 
medio  día  y  amargas  de 
noche;  también  las  flores 
están  colgantes.  Toma  el 
nombre  de  víbora,  porque 
suponía  el  vulgo  que  de  sus 


VICHY 


513 


VIBJ 


raíces,  al  parecer  veneno- 
sas, salían  víboras.  Tam- 
bién se  llama,  por  su  par- 
ticular verdor  y  reproduc- 
ción perennes,  inmortal, 
prodigiosa,  hoja  bruja, 
siempreviva,  y  pólipo  her- 
báceo. (Bot.  F.  Crasuláceas; 
esp.  Bryophyllum  calyci- 
num,  Salisb.) 

Viborear.  Cub.  v.  a. — Hacer 
señales  con  las  uñas  o  en 
otra  forma  a  los  naipes, 
para  preparar  o  facilitar 
jugadas  ilícitas. 

Vicaria.  Cub.  f. — Planta  de 
jardinería,  abundante,  con 
varios  tallos  ramosos,  de 
hojas  pecioladas,  oblongas, 
más  estrechas  por  la  base, 
verdes  por  encima  y  algo 
amarillentas  en  el  envés, 
flores  de  cinco  pétalos  y  se- 
mitriangulares,  rosados  o 
blancos,  según  la  variedad, 
y  el  centro  carmín.  Las  flo- 
res, blancas,  en  infusión 
eon  algunas  gotas  de  alco- 
hol, se  emplean  para  en- 
fermedades de  la  vista.  En 
algunas  localidades  la  nom- 
bran Santo  Domingo  y  pu- 
rísima. (Bot.  F.  Apociná- 
eeas;  esp.  Vinca  rosea,  Lin.) 

Victoria.  Cub.  f.  —  antic.  — 
"Tela  de  algodón  fuerte,  de 
color  o  negra,  usada  para 
zapatos".  Tiene  los  usos 
castellanos. 

Vichy.  Cub.  m.  —  Tejido  de 
algodón,  generalmente  la- 
brado o  bordado  con  listas 
o  cuadros   en  colores,   que 


se  emplea  para  camisas  y 
guayaberas. 

Vidriera.  Amer.  i. — El  esca- 
parate de  los  estableci- 
mientos. No  tiene  el  nom- 
bre castellano  en  Cuba, 
pues  un  escaparate  es  un 
armario  de  habitación.  En- 
tiéndose  que  no  sólo  se  dice 
vidriera  al  escaparate  con 
vista  de  la  calle,  sino  a  la 
que  sirve  de  mostrador  en 
muchos  comercios. 

Vidriera.  Cub.  f. — Por  anto- 
nomasia, el  puesto  en  el 
interior  de  los  cafés  o  en 
los  soportales,  donde  se  ex- 
pende tabaco  elaborado,  ce_ 
rillas,  y  algunas  veces  ob- 
jetos de  bolsillo,  como  lá- 
pices, carteras,  etc.  Suele 
formar  este  pequeño  co- 
mercio, un  ligero  estante  y 
una  vidriera  a  modo  de 
mostrador  que  le  da  nom- 
bre al  puesto. 

Vidriero.  Cub.  m. — El  dueño 
o  encargado  de  una  vidrie- 
ra (2.a  acep.)  Véase. 

Vieja.  Cub.  epic.  f.  —  Pez 
abundante  en  los  mares 
cubanos,  que  alcanza  hasta 
más  de  un  pie  de  largo,  de 
coloración  blanca  por  el 
vientre,  que  va  mudando 
hacia  el  lomo  en  acarmina- 
do negruzco,  cola  roja  y 
ahorquillada  en  media 
luna,  las  aletas  pectorales 
amarillas,  rojas  las  ventra- 
les y  la  anal,  y  boca  pe- 
queña. Es  buen  bocado,  sin 
llegar  a  ser  excelente.  Hay 
'otras  especies.  (Zool.  F.  La- 


33, 


VIGU 


—  514  - 


VIGU 


brido?;  esp.  Scarum  auro- 
frenatus.  Val).  Tiene  el  uso 
castellano. 

Vieja.  Cub.  epic.  f. — Según  el 
doctor  Gundlach,  citad®  por 
Pichardo,  en  Guantánamo 
llaman  así  a  "una  especie 
de  camarón  sin  pinzas". 

Vieia.  Cub.  f. — fam. — Véase 
la  frase  113  del  Apéndice. 

Viejo,  ja.  Cub.  m.  y  f. — fam. 
— Dícese  cariñosamente  a 
los  padres.  Véase  el  refrán 
7  del  Apéndice.  Tiene  los 
usos  castellanos. 

Viejo,  ja.  Cub.  m.  y  f. — fam. 
— Tratamiento  cariñoso  em- 
pleado entre  amigos  o  entre 
amantes,  y  cuya  expresión 
cariñosa  aumenta  con  el 
uso  del  diminutivo. 

Viento  platanero.  Cub.  m. — 
Viento  huracanado,  cuya 
intensidad  tiene  por  medi- 
da, entre  los  campesinos, 
que  abata  o  tumbe  los  pla- 
tanales. 

Vientre  (De).  Cub.  mod. 
adv. — Empléase  con  rela- 
ción a  la  yegua  parida  o 
preñada. 

Vigueta.  Cub.  f.  —  Nombre 
que  reciben  algunas  espe- 
cies de  árboles,  cuyos  tron- 
cos se  emplean  con  buen 
resultado  para  viguetas,  de 
donde  proviene  su  nombre. 
La  especie  conocida  sin 
aditamento  se  nombra 
también  quina,  pilón,  vi- 
gueta naranjo  blanco  y 
chinchona.  (Bot.  F.  Rubiá- 
ceas; esp.  Exostenma  flo- 
ribundurn.  Roem.) 


Vigueta  blanca.  Cub.  f. — 
Especie  indígena  que  en  la 
región  occidental  nombran 
caobilla  de  sabana  (2/  acep.) 
(Bot.  F.  /?.;  esp.  Rondele- 
tia  aleternoides.) 

Vigueta  de  cocina.  Cub.  í. — 
Árbol  indígena  parecido  a 
la  vigueta,  conocido  tam- 
bién por  vigueta  hembra. 
(Bot.  F.  Ebenáceas;  esp. 
Alaba  caribacea,  Hiern.) 

Vigueta  del  Perú.  Cub.  í.— 
Árbol-  silvestre  que  se  ele- 
va unos  14  metros,  que  "no 
tiene  el  corazón  bien  mar- 
cado; pero  es  susceptible 
de  pulimento,  propio  para 
muebles". 

Vigueta  hemfc/a.  Cub.  f. — 
Véase  vigueta  de  cocina. 

Vigueta  naranjo.  Cub.  f. — 
Árbol  silvestre  que  se  ele- 
va a  10  metros  en  terre- 
nos cenagosos,  de  hojas 
elípticas  u  ovales,  puntia- 
gudas, verdes  por  la  haz, 
pálidas  por  el  envés,  y  el 
fruto  ovoide,  liso  y  rojo. 
Es  de  las  más  estimables 
maderas  para  viguetas,  y 
uno  de  los  árboles  conoci- 
dos por  caobilla  de  sabana 
(1.'.  acep.)  (Bot.  F.  Rub.; 
esp.  R.  timifolia,  Gris.) 
¿Será  el  "acebo"  caste- 
llano? 

Vigueta  naranjo  blanco.  Cub. 
f .  —  Véase  vigueta. 

Vigueta  peiuda.  Cub.  i. — 
Según  Fernández  y  Jimé- 
nez, citado  por  Pichardo, 
es  un  árbol  de  "madera 
dura,  pesada,  de  grano  fino; 


VINA 


515 


VIOL 


albura  amarilla  obscura, 
corazón  veteado". 

Vlllaclareño,  ña.  Cub.  subs. 
y  adj.  —  La  persona  nacida 
en  Villacíara,  o  sea  Santa 
Clara,  capital  o  provincia. 
También  viliaclarense. 

VHÍaclareño,  ña.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  cosas  de  esa 
provincia  o  su  capital. 
Otros  dicen  viliaclarense. 

Viliaclarense'.  Cub.  subs. 
eom.  y  adj. — Véase  villa- 
clareño,  ña  (1.a  acep.) 

Viliaclarense.  Cub.  adj. — 
Véase  villaclareño,  ña  (2.* 
acep.) 

VHIareño,  ña.  Cub.  subs.  y 
adj.  —  Empléase  exclusiva- 
mente con  las  personas  na- 
cidas en  la  provincia  de 
Santa  Clara,  conocida  tam- 
bién por  Las  Villas,  da 
donde  proviene  la  voz. 

Vinagrera.  Cub.  t. — Reciben 
este  nombró  varias  plantas 
también  conocidas  por  vi- 
nagrillo (1.a  acep.,  nombres 
que  determinan  sus  pro- 
piedades acidosas.  Una  de 
ellas  es  más  conocida  por 
mariposa  (4.a  acep.);  otras 
son  plantas  silvestres,  pro- 
pias de  lugares  húmedos, 
con  el  tallo  de  unos  25  cen- 
tímetros de  altura,  hojas  en 
grupos  de  a  tres,  flores 
amarillas  pentapétalas  re- 
torcidas. (Bot.  F.  Oxalí- 
deas;  esp.  principal:  Oxalis 
corniculata,  Lin.) 

Vinagrera.  Cub.  f. — Especie 
que  se  diferencia  de  las 
anteriores    por    sus    flores 


moradas.  También  se  llama 
violeta  cimarrona.  (Bot.  F. 
O.;  esp.  O.  violácea,  Sw.) 
Tiene  el  uso  castellano. 

Vinagrillo»  Cub.  m.  —  Véase 
vinagrera  (1.a  acep.) 

Vincgrillo.  Cub.  m. — Planta 
exótica  cultivada  en  algu- 
nos jardines.  (Bot.  F.  Po- 
ligonáceas; esp.  Rumex  ob- 
tusifolius,  Sw.) 

Violeta  cimarrona.  Cub.  f. — 
Véase  vinagrera  (2.*  acep.) 

Viólala  china.  Cub.  f. — Plan- 
ta herbácea  de  ligeras  se- 
mejanzas con  la  violeta 
verdadera,  también  culti- 
vada en  Cuba.  E3  frecuente 
en  los  jardines,  anual,  di- 
fusa, con  hojas  ovales  ase- 
rradas, pecioladas,  con  flor 
de  limbo  azul  y  corola  mo- 
raduzca  obscura.  (Bot.  F. 
Escrofulariáceas;  esp.  To- 
renia  asiática,  Lin.) 

Violeta  silvestre.  Cub.  f.— 
Especie  salvaje  de  la  ver- 
dadera violeta.  (Bot.  F. 
Violáceas;  esp.  Jonidium 
procumbens,   Gris.) 

Vioietjna.  Cub.J. — La  planta 
celosa  cimarrona.  Véase. 

Violan.  Cub.  m. — Aparato  de 
madera  que  consiste  en  una 
media  luna  con  muescas  o 
ranuras,  a  la  que  va  unido 
perppndicularmente  un  palo 
largo,  que  se  emplea  para 
apoyar  el  taco  de  billar 
cuando  la  bola  está  muy 
distante.  Véase  el  refrán  40 
#del  Apéndice.  Tiene  los 
usos  castellanos. 

Violín.     Cub.    m. — fam. — Api 


VIST 


—  516 


VOLA 


dicen  algunos  al  catre  de 
tijera. 

Virar,  se.  Amer.  v.  a.  y  ref. 
—El  excesivo  abuso  que  se 
comete  con  este  verbo  ma- 
rítimo, abuso  de  probable 
origen  gallego,  nos  fuerza  a 
incluirlo  en  este  Vocabula- 
rio para  indicar  algunas 
impropiedades.  Si  un  vian- 
dante dobla  por  una  es- 
quina, pocos  serán  los  que 
no  digan  que  ha  virado  o 
viró  por  tal  calle.  Pasar  o 
doblar  la  hoja  de  un  libro 
es  virarla.  Si  tuerce  alguno 
una  cosa,  la  vira.  Si  se 
vuelve  la  espalda,  se  ha  vi- 
rado la  cara.  El  que  se 
arrepiente,  se  vira,  en  al- 
gunos casos.  El  que  con- 
testa a  un  reproche,  se  vira 
contra  el  que  reprocha.  En 
fin,  virar  sirve  poco  menos 
que  para  todo. 

Viruta.  Cub.  f.  —  fam.  —  Lo 
mismo  que  "dinero"  : 
"Juana  es  un  palmito  sin 
viruta".  Tiene  el  uso  cas- 
tellano. 

Viruta.  Común,  f .  —  fam.  — 
Engaño.  Véase  la  frase 
115-a  del  Apéndice. 

Visera.  Cub.  f. — Cada  una  de 
las  anteojeras  que  lleva  el 
caballo  de  tiro  en  la  cabe- 
zada, para  obligarle  a  que 
mire  sólo  de  frente.  Tiene 
las  acep.  cast. 

Viso.  Cub.  m.  —  En  algunos 
lugares,   la  sayuela.  Véase. 

Vista.  Cub.  f. — Derechos  que 
devenga  el  abogado,  pro- 
curador, etc.,  por  cada  folio 


que  examina  de  ciertos  ex- 
pedientes. Tiene  las  acep. 
castellanas. 

Viudito.  Cub.  epic.  m. — Véase 
bijirita  (1.a  acep.) 

Volador.  Cub.  m.  —  Bejuco 
silvestre  trepador,  de  hojas 
acorazonadas,  que  come  el 
ganado  vacuno  y  caballar; 
produce  unos  frutos  col- 
gantes, que  se  denominan 
patatas  del  aire,  por  la  se- 
mejanza con  las  verdade- 
ras, y  se  comen  cocidos  o 
asados,  pero  se  estiman 
poco,  a  causa  de  su  pecu- 
liar amargura.  También  se 
llama  ríame  cimarrón  y 
ñame  volador.  Hay  otras 
especies  del  mismo  nombre. 
(Bot.  F.  Dioscóreas;  esp. 
Rajania  hastata,  Lin.)  Tie- 
ne las  acep.  cast. 

Voladora.  Cub.  f. — La  rueda 
gigantesca  que  regula  el 
movimiento  motriz  y  se 
llama  "volante"  en  cast. 

Volantería.  Amer.  f, — antic. 
— Taller  donde  se  cons- 
truían los  vehículos  llama- 
dos "volantes"  o  "quitri- 
nes". 

Volantero,  ra.  Cub.  subs.  y 
adj. — desusada. — La  bestia 
caballar  adiestrada  en  la 
conducción  del  volante. 

Volantín.  Amer.  m. — Cometa 
pequeña  de  papel  con  cola 
de  tiras  de  trapo. 

Volatín.  Cub.  m. -Véase  "vo- 
latines". Tiene  los  usos 
castellanos. 

Volatines.  Cub.  m.  pl. — 
Planta  silvestre  de  tallo  ci- 


VOMI 


517  — 


VÜEL 


líndrico  con  hojas  denta- 
das, lanceoladas,  dispuestas 
en  trío,  flores  pequeñas  con 
cuatro  pétalos  amarillos,  a 
las  que  sucede  una  vaina 
chica  con  varias  semillas. 
Esta  planta  tiene  propie- 
dades medicinales.  También 
se  llama  volatín.  (Bot.  F. 
Capar  Ideas ;  esp.  Cleome 
polygama) . 

Volido.  Amer.  m. — Dícese  en 
vez  de  "vuelo":  "El  aura 
dio  un  volido.'1'' 

Volío.  Amer.  m.  —  vulg.  — 
Corrupción,  entre  gente 
rústica,  de  volido. 

Voló.  Cub.  adj. — fam. — Véase 
la   frase   98   del   Apéndice. 

Vomitel.  Cuh.  m.  —  Reciben 
este  nombre  varias  espe- 
cies de  árboles  con  adita- 
mentos particulares;  casi 
todas  de  buena  madera,  y 
con  frutos  comestibles,  pero 
tóxicos  si  se  ingieren  con 
exceso.  (Bot.  F.  Borragí- 
neas;  género  Cordia). 

Vomitel  amarillo.  Cub.  m. — 
Árbol  silvestre  de  hojas 
oblongas,  aspérrimas,  ve- 
nosas y  aterciopeladas  por 
el  envés,  flor  acampanada, 
amarilla  tirando  a  roja,  y 
madera  dura,  compacta,  co- 
rreosa, de  color  amarillo 
claro.  (Bot.  F.  B.;  esp.  C. 
scabrifolia,  A.  D.  G.) 

Vomitel  blanco.  Cub.  m. — 
Véase  atejillo. 

Vomitel    blanco.    Cub.    m. — 


Otra  especie  llamada  hie- 
rro de  costa.  Véase. 
Vomitel  colorado.  Cub.  m. — 

Es  la  segunda  especie  del 
ateje  hermoso.  Véase.  Ár- 
bol escabroso  de  hojas  ova- 
les, subenteras,  flor  de  co- 
lor escarlata  y  madera  fina 
muy  estimada  para  instru- 
mentos musicales,  estu- 
ches, etc.  También  se  llama 
vomitel  encarnado.  (Bot.  F. 
B.;  esp.  C.  sebcestena,  Lin.) 

Vomitel  encarnado.  Cub.  m. 
— Véase    vomitel    colorado. 

Voraz.  Cub.  epic.  m. — "Pez 
de  lo  alto,  rojizo  y  estima- 
do", según  Pichardo.  (Zool. 
F.  Anthiadidoe;  esp.  Meso- 
prion  vorax,  Poey). 

Vueitabajero,  ra.  Cub.  subs. 
y  adj. — La  persona  nacida 
en   Vueltabajo. 

Vweliabajero,  ra.  Cub.  adj. 
— Aplícase  a  cosas  de  esa 
comarca. 

Vueltabajo.  Cub.  f. — Nombre 
familiar  o  popular  que 
desde  antiguo  se  da  a  la 
parte  occidental  de  la  Isla, 
o  sea  la  provincia  de  Pinar 
del  Río.  Los  habitantes  de 
Santiago  de  Cuba  y  de  Ca- 
magüey  suelen  decir  Vuel- 
tabajo- al  resto  de  la  Isla, 
desfigurando  así  el  verda- 
dero  significado. 

Vueltarriba.  Cub.  f.  —  Por 
oposición  a  Vueltabajo,  se 
llama  así  a  la  parte  orien«- 
tal  de  la  Isla. 


WARA 


518 


WARA 


W 


Warandol.  Cub.  m.  —  Lienzo 
blanco  destinado  para  sá- 
banas.  Como   más   adapta- 


ble al  castellano  debiera 
decirse  guarandol.  (Angli- 
cismo). 


519 


YAGít 


Y.  Cub.  adj. — Véase  bejuco 
de  Y. 

Yaba.  Cv.b.  í. —  Árbol  silves- 
tre abundante  en  tierra  ro- 
jiza, que  alcanza  hasta  12 
metros  de  altura,  de  hojas 
imparipennadas,  con  folío- 
los ovales,  acuminados, 
lampiños,  flores  pequeñas, 
purpúreas,  en  panículas 
grandes  terminales,  madera 
dura,  compacta,  de  color 
rojizo,  empleada  en  cons- 
trucciones. La  resina  de 
este  árbol  es  venenosa  y  el 
humo  de  su  madera,  tan 
dañino  para  la  vista,  que 
puede  causar  ceguera.  Tam- 
bién se  llama  moca.  (Bot. 
F.  Leguminosas;  esp.  An~ 
dirá  inermis,  H.  B.  et  K.) 
(Et.  "Voz  caribe,  Zayas). 

Yaba  amarilla.  Cub.  f. — Ár- 
bol indígena  parecido  al 
anterior,  no  tan  abundante. 
(Bot.  F.  L.;  esp.  A.  micro- 
carpa,  Gris.) 

Yabruma.  Cub.  f. — desusada. 
— Véase  y  agruma.  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 


Yabú.  Cub.  m.  —  La  planta 
yabuna.  Véase.  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Yabuas.  Cub.  f. — Yerba  sil- 
vestre, común  en  las  saba- 
nas, donde  forma  como  al- 
fombra con  sus  tallos  en- 
redados, rastreros,  que  es 
muy  dañina  a  la  vegeta- 
ción y  de  muy  difícil  exter- 
minio, por  su  gran  repro- 
ducción y  raíces  hondas  y 
enmarañadas.  Es  un  mal 
pasto.  También  se  conoce 
por  yabú  y  yabura,  que  pa- 
recen corrupciones.  (Bot.  F. 
Gramíneas;  esp.  Gramen* 
yabuna.)  Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Yabunal.  Cub.  m.  —  Lugar 
donde  abunda  la  yerba  ya- 
buna. Véase. 

Yabura.  Cub.  f. — Véase  ya- 
buna. 

Yagruma.  Cub.  f.  —  Reciben  * 
este  nombre  y  el  de  ya- 
bruma, por  corrupción  éste, 
dos  árboles  maderables, 
*  aunque  de  madera  floja,  de 
dos  familias  botánicas  dis- 


YAGU 


—  520  — 


YAGU 


tintas,  como  se  verá  a  con- 
tinuación. (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 
Yagruma  hembra.  Cub.  f. — 
Árbol  de  mediana  altura,  de 
hojas  grandes,  alternas, 
palmeadas,  con  siete  o  más 
divisiones,  verdes  por  la 
haz  y  blanco  plateado  por 
el  envés,  con  nervios  dora- 
dos, flor  rosada  con  visos 
amarillos,  en  espigas,  a  la 
que  sucede  una  almendra 
de  propiedades  emulsivas, 
y  madera  blanca,  tierna, 
porosa.  La  corteza,  las  ho- 
jas y  el  látex  de  este  árbol 
s  e  estiman  medicinales. 
(Bot.  F.  Ulmáceas;  esp.  Ce- 
cropia  peltata,  Lin.)  Hay 
otras  dos  especies  con  este 
mismo  nombre. 

Yagruma  macho.  Cub.  f. — 
Árbol  silvestre,  inerme, 
común,  de  tronco  limpio, 
con  una  copa  de  ramaje 
ralo,  hojas  grandes,  digi- 
tadas, sobre  largos  pecío- 
los, con  folíolos  oblongos, 
más  estrechos  en  la  base, 
ondulados,  dorado  -  sedosos 
en  el  envés,  flores  blancas 
en  figura  de  umbela,  colo- 
cadas en  larga  panícula 
terminal,  y  madera  floja  y 
de  corta  duración.  Las 
hojas  tienen  virtudes  medi- 
cinales contra  la  hernia. 
(Bot.  F.  Araliáceas;  esp. 
Dendroponax  morotoloni, 
Planch.) 

*Yagua.  Cub.  f.— "Tejido  fi- 
broso que  rodea  el  tronco 
de  la  palma  real,  del  cual 


se  desprende  naturalmente 
todas  las  lunaciones,  y  sir- 
ve para  varios  usos".  (Real 
Academia).  Es  de  advertir 
que  la  yagua  rodea  sola- 
mente la  parte  más  tierna 
y  elevada  de  la  palma;  el 
largo  excede  de  un  metro, 
y  el  grosor  en  el  centro  al- 
canza un  centímetro.  Con- 
vertida en  fibras,  llamadas 
ariques,  se  emplea  para 
atar.  Al  natural,  su  mayor 
uso  está  en  la  envoltura  del 
tabaco  en  rama,  para  for- 
mar los  tercios.  Véase  la 
frase  101  y  el  refrán  30-a 
de  los  respectivos  Apéndi- 
ces. (Et.  Voz  caribe,  Zayas). 

Yaguafusta.  Cub.  f.  —  Según 
el  doctor  Gundlach,  citado 
por  Picharclo,  es  una  palma 
abundante  en  los  montes  de 

,  Guantánamo,  parecida  a  la 

.  .palma  real,  más  pequeña, 
sin  barriga,  y  de  pencas 
frágiles. 

Yaguasa.  Cub.  epic.  f. — Ave 
palmípeda,  especie  de  pato 
salvaje,  más  chico  que  el 
común,  que  también  se  en- 
cuentra en  las  otras  Anti- 
llas mayores  y  en  otros 
puntos  americanos,  de  plu- 
maje rojizo  claro  con  la  ca- 
beza pardo-obscura,  gar- 
ganta blanco-sucia,  pico 
ceniciento,  y  patas  amari- 
llentas olivadas.  Vuela  a 
orillas  de  ríos  y  lagunas; 
se  alimenta  del  palmiche 
de  las  palmas,  y  es  perju- 
dicial a  los  arrozales.  (Zool. 
F.  Anatida?;  esp.  Anas  ar- 


YAIT 


521    - 


borem,  Lin.)  (Et.  Voz  cari- 
be Zayas). 

Yagueyes.  Cub.  m.  pl. — an- 
tic.  —  "Depósitos  naturales 
de  agua  de  lluvia".  (Et.  Voz 
caribe,  según  Zayas,  de 
quien  es  la  cita). 

Yaicuaje.  Cub.  m. — Árbol  sil- 
vestre que  se  eleva  unos  8 
metros,  indígena,  con  hojas 
abruptamente  pennadas,  fo- 
líolos enteros,  oblongos, 
lampiños,  brillantes,  flores 
blancas  en  panojas,  y  ma- 
dera dura,  compacta,  de  co- 
lor rojizo  claro.  (Bot.  F. 
Sapinddceas;  esp.  Exothea 
paniculata,  Radk.)  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Yaicuaje  de  costa.  Cub.  m. 
— Especie  también  indígena 
y  silvestre,  de  hojas  terna- 
das,  con  folíolos  espátula- 
dos,  lineales,  y  venas  obli- 
cuas. (Bot.  F.  S.;  esp.  E. 
trifoliata,  Sw.) 

Yaigua.  Cub.  f. -Según  Zayas, 
una  "planta  silvestre  sin 
aplicación  alguna".  (Et.  Voz 
caribe,  según  dicho  autor). 

Yaimay.  Cub.  m. — "Árbol  de 
madera  dura  que  se  emplea 
para  horconadura".  (Et. 
Voz  caribe,  según  Zayas, 
de  quien  es  la  descripción). 

Yaimiquí.  Cub.  m.  —  Algunos 
dicen  así  por  jaimiquí. 
Véase.  (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Yaití.  Cub.  m. — Árbol  silves- 
tre de  mediana  altura,  rec- 
to, de  hojas  lanceoladas, 
remotamente  aserradas,  con 


nervio  negruzco,  flores  pe- 
queñas, amarillas,  fruto 
anaranjado,  y  madera  du- 
rísima, con  el  corazón  ne- 
gro, empleada  para  postes, 
etc.  Todos  los  órganos  de 
este  árbol  están  impreg- 
nados de  un  jugo  cáustico, 
y  el  humo  de  la  madera 
daña  la  vista  y  la  cabeza. 
También  se  llama  aité  (2.a 
acep.)  (Bot.  F.  Euforbiá- 
ceas; esp.  Gyrtimanthes  lu- 
cida, Sw.)  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Yaití  bobo.  Cub.  m. — Especie 
indígena,  afín  a  la  anterior. 
(Bot.  F.  E.;  esp.  Sebastiania 
albicans,  Wrigh.) 

Yaití  de  hojas  menudas. 
Cub.  m. — Otra  especie  tam- 
bién silvestre,  (Bot.  F.  E.; 
esp.  S.  pallens,  J.  Muell.) 

Yamá.  Cub.  m.  —  El  árbol 
llama.  Véase.  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Yamagua.  Cub.  f.  —  El  árbol 
yamao.  Véase.  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Yamaguey.  Cub.  m.  —  Véase 
jamaguey.  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Yamao.  Cub.  m.  —  Árbol  sil- 
vestre que  alcanza  unos  10 
metros  de  altura,  de  hojas 
abruptamente  pennadas,  con 
diez  o  doce  folíolos  oblon- 
gos u  oblongo  -  elípticos, 
puntiagudos,  que  comen  ?1 
ganado  vacuno  y  caballar, 
flores  pequeñas,  blanqueci- 
nas e  inodoras,  en  panoja, 
fruto  en  figura  irregular  de 
pera,  con  cuatro  aristas  en 


YAX.A, 


522  — 


YARE 


el  pericarpio,  correspon- 
dientes a  otras  tantas  semi- 
llas, que  forma  espigas  y  lo 
comen  los  cerdos,  y  madera 
floja  y  blanca,  pero  bastan- 
te resistente  a  la  intempe- 
rie, por  lo  que  se  usa  en 
construcciones.  Este  árbol 
produce  una  resina  tóxica, 
y,  según  Zayas,  es  creencia 
popular  que  el  simple  con- 
tacto del  cuerpo  humano 
con  el  tronco,  contiene  la 
hemorragia  de  cualquier 
herida.  También  se  llama 
yamugua.  (Bot.  F.  Helia- 
ceas;  esp.  Cuarea  trichi- 
lioides,  Lio.)  (Et.  Voz  ca- 
ribe, según  Zayas). 

Yaraaquey.  Cub.  m.-Corrup- 
ción  de  yamaguey.  Véase 
jamaguey,  que  es  el  sinó- 
nimo de  mayor  uso.  (Et. 
Voz  caribe,  Zayas). 

Yana.  Cub.  f. — Árbol  silves- 
tre, costeño,  de  hojas  al- 
ternas, muy  variables,  lan- 
ceoladas o  elípticas,  flores 
en  cabezuela  globosa,  pe- 
dunculadas,  en  racimos  o 
panículas.  El  tronco  de  este 
árbol  es  muy  tortuoso,  pero 
suministra  madera  muy 
dura,  estimable  para  cons- 
trucciones. (Bot.  F.  Com- 
bretáceas;  esp.  Conocarpus 
erectus,  Lin.)  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

\  ana.  Cub.  m.  —  Véase  fía 
manzanilla.  (Et.  Voz  caribe, 
Zayas). 

Yanal.  Cub.  m.  —  Lugar  en 
las  riberas  marítimas  donde 


abunda  el  árbol  yana  y  la 
yanilla. 

Yanilla.  Cub.  m. — Árbol  in- 
dígena y  silvestre,  especie 
de  mangle,  que  se  eleva  en 
laa  ciénagas  del  litoral  unos 
6  metros,  de  hoja9  temadas 
con  folíolos  lanceolado- 
oblongos,  redondeados  en  el 
ápice,  ondeados  en  el  mar- 
gen y  peciolados;  madera 
dura,  resistente  y  negra. 
(Bot.  F.  Simarubáceas;  esp. 
Picroodendron  baccatum, 
Kr.)  (Et.  Del  caribe  yana). 

YaKiílar.  Cub.  m. -Lugar  don- 
de abunda  el  árbol  yanilla. 
También  se  dice  yanal. 

Yarey.  Cub.  m. — Reciben  este 
nombre  una  palma  indíge- 
na y  su  penca  estimadísi- 
ma, común  en  la  región 
oriental,  de  tronco  bajo  y 
delgado,  cuyas  hojas  o  pen- 
cas, plegadas  y  sin  espinas, 
se  emplean  en  fibras  para 
tejer  sombreros,  jabas,  se- 
rones, y  otros  objetos  que 
constituyen  una  industria, 
casera  regularmente,  en  la 
que  libran  la  subsistencia 
muchas  familias,  como  en 
Trinidad,  por  ejemplo.  (Bot. 
F.  Palmas;  esp.  Chamce- 
rops  yarey).  (Et.  Voz  ca- 
ribe, Zayas). 

Yarey.  Cub.  m. — Dícese  a  la 
penca  de  la  palma  anterior- 
mente descrita,  y  por  ex- 
tensión, a  los  tejidos  hechos 
con  ella. 

Yareyai.  Cub.  m.  —  Paraje 
1  donde  abunda  la  palma 
yarey. 


YAYA 


323   — 


Yarua.  Cub.  f.— El  árbol  ma- 
natí. Véase.  (Et.  Voz  cari- 
be, Zayas). 

Yaruga.  Cub.  i. — Árbol  sil- 
vestre, que  probablemente 
será  la  yarúa  con  el  nombre 
corrompido. 

Yautía.  Cub.  f. —  En  Puerto 
Rico  es  el  nombre  genérico 
de  la  malanga.  En  Cuba  de- 
signa a  la  malanga  morada. 
Véase.  (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Yaya.  Cub.  f. — Árbol  silves- 
tre muy  abundante,  de 
tronco  recto,  hojas  elíptíco- 
laneeoladas,  lampiñas,  flo- 
res pequeñas,  blancuzcas,  y 
madera  asimismo  blanca, 
resistente,  aunque  flexible, 
empleada  en  construccio- 
nes. También  se  llama  yaya 
común  y  de  m,onte.  (Bot.  F. 
Anonáceas;  esp.  Oxandra 
lance  olata,  Baill.)  (Et.  Voz 
caribe,  Zayas). 

Yaya.  Cub.  f. — Otra  especie 
parecida,  y  nombrada  tam- 
bién palo  de  lanza.  (Bot.  F. 
A.;  esp.  Asirninia  rhombi- 
folia,  Gris.) 

Vaya.  Cub.  f.— El  árbol  más 
conocido  por  purio.  Véase. 

Vaya.  Cub.  f. — Por  antono- 
masia, dícese  a  cualquier 
palo  usado  a  modo  de  bas- 
tón. Véanse  las  frases  42  y 
50  del  Apéndice. 

ifaya  brava.  Cub.  f. — Según 
el  doctor  Gundlach,  citado 
por  Pichardo,  un  "árbol  en 
Cabo  Cruz,  cuyas  fruticas 
son  venenosas  para  las  ga- 
llinas". 


Yaya  cimarrona.  Cub.  f. — 
Árbol  silvestre  de  tallo  muy 
ramoso,  con  hojas  ovalo- 
oblongas  muy  puntiagudas, 
brillantes  en  la  haz,  flor 
chica  amarilla,  y  fruto  que 
alimenta  al  ganado  porci- 
no; la  corteza  es  medicinal, 
y  la  madera  se  emplea  para 
vigas,  cujes  y  bastones, 
según  el  grosor.  (Bot.  F. 
Melasiomáceas ;  esp.  Mouri- 
ria  parvi folia,  Benth.) 

Yaya  coman.  Cub.  i. — La 
yaya  (i*  acep.) 

Yaya  de  monte.  Cub.  f, — 
Véase  yaya  (1.*  acep.) 

Yaya  macho,  (hcb.  f. — El  ár- 
bol lebrero.  Véase. 

Yayabacaná.  Cub.  m. — Véase 
jayabacaná. 

Yayaiabite.  Cub.  m. — Véase 
jayajabieo. 

Yeyal.  Cub.  m.- Paraje  donde 
abunda  el  árbol  yaya. 

Yayero,  ra.  Cub.  adj. — poco 
uso. — Aplícase  a  la  persona 
importuna  y  entrometida; 
"Fulano  es  muy  yayero. 

Yedra.  Cub.  i.  —  Se  conocen 
varias  plantas  con  este 
nombre,  algunas  con  adita- 
mentos, distintas  a  las  que 
describe  la  R.  A.,  y  que 
pertenecen  a  distintas  fa- 
milias botánicas.  Una  es 
hierba  silvestre,  anual, 
trepadora,  común,  de  hojas 
ovalo-oblongas,  pecioladas, 
y  cuyas  raíces  las  emplean 
los  campesinos  como  reme- 
dio para  los  callos.  Tam- 
bién se  llama  yedra  del 
'país.  (Bot.  F.  Quenopodiá- 


YERB 

ceas;  esp.  Anredera  spica- 
ta,  Pers.) 

Yedra.  Cub.  f. — Otra  especie 
cultivada  de  flores  muy  pá- 
lidas, también  conocida  por 
flor  de  pedo  y  pedo  de  chi- 
no. (Bot.  F.  Fitolacáceas; 
esp.  Agdestis  clematidea, 
Moc) 

Yedra  del  país.  Cub.  f. — La 
yedra  (1.a  acep.)  Véase. 

Yedra  morada.  Cub.  f.  — 
Planta  exótica,  originaria 
de  Méjico,  cultivada  en  los 
jardines.  (Bot.  F.  Polemo- 
niáceas;  esp.  Coboea  scan- 
dens,  Cav.) 

Yedra  terrestre.  Cub.  f. — 
Una  planta  indígena.  (Bot. 
F.  Malváceas;  esp.  Sida  ve- 
rónica? folia,  Lam.) 

Yema  doble.  Cub.  f. — Dulce 
hecho  con  yema  de  huevo  y 
azúcar  batidas,  cocinado  en 
forma  de  pequeñas  tortas 
dobladas  al  medio  y  pre- 
sentadas en  almíbar. 

Yema  real.  Cub.  f.  —  Dulce 
parecido  al  anterior,  hecho 
al  baño  de  María,  y  pre- 
sentado en  pequeños  tro- 
zos. 

Yerba.  Cub.  f.  —  Véanse  las 
frases  56,  59  y  263  del 
Apéndice.  Obsérvese  que  se 
hace  mucho  uso  de  esta  voz 
en  Botánica  para  designar 
multitud  de  plantas,  ade- 
más de  las  que,  como  la 
yerba  Luisa,  la  mora,  la 
cana,  la  buena,  la  carmín, 
la  de  pordioseros,  la  de  las 
golondrinas  y  otras,  llevan 


524   —  YERB 

nombres  admitidos  como 
castellanos  por  la  R.  A. 

Yerba  brava.  Cub.  f. — La 
planta  benubú  o  bembú. 
¿Será  ésta  la  conocida  por 
yerba  Weyler? 

Yerba  bruja.  Cub.  f. — Hierba 
de  tallos  ascendentes  y  ve- 
lludos, con  hojas  lineales 
largas,  acuminadas,  que 
constituye  un  pasto  exce- 
lente. También  se  llama 
yerba  Paraná,  del  Paral  y 
de  Para.  (Bot.  F.  Gramí- 
neas; esp.  Panicum  numi- 
dianum,  Lank.) 

Yerba  buena  cimarrona. 
Cub.  f.  —  Especie  parecida 
a  la  hierbabuena,  también 
cultivada  en  Cuba,  con  las 
hojas  subcordiformes  en  la 
base,  festoneadas,  arruga- 
das, ásperas,  y  de  color  ver- 
de más  obscuro  que  ésa, 
que  produce  flores  azula- 
das. (Bot.  F.  Labiadas;  esp. 
Salvia  serótina,  Lin.) 

Yerba  caimán.  Cub.  f. — Es- 
pecie silvestre  de  tallo  lam- 
piño, con  hojas  lanceoladas, 
acuminadas,  con  puntos 
translúcidos,  racimos  erec- 
tos delgados.  (Bot.  F.  Po- 
ligonáceas; esp.  Polygonum 
acre,  H.  B.  et  K.) 

Yerba  celidonia.  Cub.  f. — 
Especie  parecida  a  la  celi- 
donia común,  llamada  ce- 
lidonia criolla,  y  de  exce- 
lentes propiedades  contra 
los  esputos  sanguinolentos. 

Yerba  cepa.  Cub.  f.- "Planta 
silvestre  permanente,  pre- 
ferida por  el  ganado  vacu- 


YERB 


525  — 


YERB 


no  y  caballar",   según  Pi- 
chardo. 

Yerba  chinchera.  Cub.  f. — 
Véase  romero  cimarrón  (2.a 
acep.) 

Yerba  de  aura.  Cub.  f. — En 
la  jurisdicción  de  Bayamo, 
según  Pichardo,  recibe  este 
nombre  una  planta  pare- 
cida a  la  buenastardes,  de 
flores  amarillas,  pequeñas, 
y  hojas  estimadas  para 
ciertas  enfermedades  uteri- 
nas. ¿Será  la  yerba  de  pur- 
gación! 

Yerba  de  Bahamas.  Cub.  f. 
— Véase  bermuda. 

Yerba  de  Bermudas.  Cub. 
f. — La  planta  bermuda. 
Véase. 

Yerba  de  Castilla.  Cub.  f. — 
Hierba  silvestre  común, 
que  no  es  pasto  muy  esti- 
mado de  los  animales.  Tam- 
bién se  llama  sacate  y  sé- 
cate. (Bot.  F.  Gramíneas; 
esp.  Panicum  fascicula- 
tum.)  ¿Será  el  "zacate"  de 
la  R.  A.? 

Yerba  de  clavo.  Cub.  f. — 
Especie  perenne,  silvestre, 
de  tallos  rastreros  o  flotan- 
tes, de  hojas  oblongas  y  flo- 
res grandes  sobre  largos 
pedúnculos.  Algunos  la  lla- 
man clavellina  (1.a  acep.) 
(Bot.  F.  Onagrarieas;  esp. 
Jussicea  repensa.) 

Yerba  de  Don  Carlos.  Cub. 
f. — Véase  cañuela  de  saba- 
na. 
Yerba    de    Garro.    Cub.    f. — 
Varias  especies  de  plantas 


herbáceas  o  subfruticosas, 
de  hojas  lanceoladas,  flores 
axilares,  sésiles,  semillas 
asurcadas  en  la  comisura, 
que  son  un  excelente  depu- 
rativo de  la  sangre.  Deben 
este  nombre  a  don  Joaquín 
Garro,  según  Pichardo,  por 
haberse  curado  con  ellas  la 
elefantíasis.  (Bot.  F.  Ru- 
biáceas; esp.  Diodia  lipioi- 
des,  Gris.) 

Yerba  de  Guinea.  Cub.  f. — 
Hierba  perenne  abundante, 
que  constituye  un  excelente 
alimento  del  ganado,  y  es 
muy  apreciada  para  formar 
pasto  artificial;  tiene  el 
tallo  o  cañita  rígida  con 
nudos  vellosos,  alrededor 
del  cual  brotan  las  hojas 
en  macolla,  que  son  linea- 
les, lanceoladas.  Es  yerba 
que  crece  rápidamente  has- 
ta un  metro  y  se  propaga 
mucho.  (Bot.  F.  Gramíneas ; 
esp.  Panicum  máximum, 
Jacq.) 

Yerba  de  la  Caridad.  Cub. 
f. — Planta  silvestre  que  se 
parece  ai  orégano,  aunque, 
de  hojas  más  pequeñas,  que 
se  recetaba  contra  el  có- 
lera. También  se  llama 
yerba  del  Cobre. 

Yerba  de  la  niña.  Cub.  f. — 
Varias  especies  de  yerbas 
silvestres  anuales;  una  de 
las  dos  más  importantes  es, 
lechosa,  muy  común  en  po- 
treros y  caminos,  medici- 
nal y  buen  pasto.  También 

,  se  llama  golondrina  (1.a 
acep.)    (Bot.    F.    Euforbiá-  * 


YBRI? 


526 


ceas;  esp.  Euphorbia  pros- 
tata,  Eit.) 

Yerba  de  la  niña.  Cub.  f. — 
Hierba  semejante  a  la  an- 
terior, y  llamada  como  ella 
golondrina  y  además  mal- 
casada. (Bot.  F.  E.;  esp.  E. 
pelulifera,  Lin.) 

Yerba  de  Sa  paciencia.  Cub. 
i'.— Vé?se  yerba  mulata. 

Yerba  de  la  sangre.  Cub.  t. 
— Yerba  ornamental  usada 
en  los  jardines  para  ma- 
cizos y  adornos.  También 
pe  llama  sanguinaria,  yer- 
ba sanguinaria,  yerba  Ma- 
ría, alternante  y  borde  de 
playa.  (Bot.  F.  Amarantá- 
ceas;  esp.  Telanthera  poli- 
gonoides,  Mo.) 

Yerba  de  la  sangre.  Cub.  i. 
— Yerba  silvestre  abundan- 
te, de  hojas  ovales,  obtusas, 
aserradas,  flores  peduneu- 
ladas  en  cabezuelas  globo- 
sas blancas,  fruto  en  dru- 
pa roja,  cuya  pulpa  sabe  a 
patata,  por  lo  que  en  algu- 
nos lugares  llaman  papita  a 
la  planta;  las  hojas  en  de- 

t  cocción  son  buen  remedio 
para  contener  la  expectora- 
ción sanguinolenta,  por  lo 
que  también  se  llama  san- 
guinaria, yerba  sanguina- 
ria, y  además  mierda  de 
gallina.  (Bot.  F.  Borragí- 
neas;  esp.  Cordia  globo- 
,     sa^  H.  B.  et  K.) 

Yerba  de  la  sangre.  Cub.  f. 
— Otra  especie  de  parecidas 
proporciones  a  la  anterior, 
aunque    diferente,    y    quer 
lleva  los   mismos  nombres 


de  sanguinaria,  yerba  sanr- 
giíinaria,  mierda  de  gallina, 
y  además  el  de  filigrana 
cimarrona.  (Bot.  F.  Verbe- 
náceas; esp.  Lantana  invo- 
lucrata,  Lin.) 

Yerba  de  la  sangre  cima* 
rrona.  Cub.  f.  —  Especie 
afín  a  la  segunda  especie 
de  este  nombre.  (Bot.  F. 
Borragíneaa;  esp.  Cordia 
microphylla,  Roem.) 

Yerba  de  las  herpes.  Cub. 
i. — Véase  guacamaya  fran- 
cesa. 

Yerba  del  Cobre.  Cub.  i. — 
Véase  yerba  de  la  Caridad. 

*  Yerba  de  limón.  Cub.  i. — 
Planta  parecida  a  la  yerba 
de  Guinea,  en  el  aspecto, 
aunque  más  chica,  con 
agradable  olor  de  limón. 
Es  antiasmática.  Esta  yer- 
ba se  conoce  en  castellano 
por  "esquenanto",  y  en 
Cuba,  además  del  acepta- 
do por  la  R.  A.,  recibe  los 
nombres  de  caña  o  cañita 
o  cañuela  santa,  y  limon- 
cillo.  (Bot.  F.  Cingiberá- 
ceas; esp.  Costus  spioatus, 
Sw.) 

Yerbare  lombrices.  Cub.  f. 
— Véase   yerba   lombricera. 

Yerba  de  ¡os  empeines. 
Cub.  f .  —  Véase  la  guaca- 
maya francesa. 

Yerba  del  Paral.  Cub.  i. — 
Véase  yerba  bruja. 

Yerba  de  Para.  Cub.  f. — La 
yerba  bruja.  Véase. 

Yerba  de  plata.  Cub.  f.-Es- 
pecie  que  crece  espontánea 
en  lugares  húmedos,  y  que 


YBRB 


—  527 


YSEB 


suele  cultivarse  en  jardi- 
nes y  casas,  de  tallo  ramo- 
so, lampiño,  con  hojas  al- 
ternas, semejando  monedas 
de  plata  en  la  figura  y  el 
color,  de  donde  proviene  la 
popular  tradición  de  que  si 
prospera  la  planta  en  una 
oasa,  es  indicio  de  prospe- 
ridad en  sus  moradores. 
(Bot.  F.  Piperáceas;  esp. 
Peperomia  pallucida,  H.  B. 
et  K.) 

Yerba  de  pollo.  Cub.  t. — 
Una  especie  silvestre  de  es- 
caso interés.  (Bot.  F.  Com- 
melináceas;  esp.  Trades- 
cantia  geniculata,  Jacq.) 

Yerba  «Se  prado.  Cub.  f.  • 
Véase  bermuda. 

Yerba  de  purgación.  Cub.  í. 

— Enredadera  silvestre,  co- 
nocida también  por  bejuco 
de  purgación.  (Bot.  F.  Nic- 
tagíneas;  esp.  Boerhaavia 
scandens,  Lin.) 

Yerba     de     San     Jerónimo. 

Cub.  f.  —  Especie  silvestre 
de  hojas  acuminadas,  ova- 
lo -  lanceoladas.  (Bot.  F. 
Gramíneas;  esp.  Oplisme- 
nus  compositus,  Beauv.) 

Yerba  de  San  Martín.  Cub. 
i. — Yerba  silvestre  muy  es- 
timada como  medicipal,  por 
la  gran  cantidad  de  tanino 
y  fécula  que  contienen  sus 
órganos.  (Bot.  F.  Violáceas; 
esp.  Sauvagesia  erecta, 
Lin.) 

Yerba  de  sapo.  Cub.  i. — Es- 
pecie de  yerba  silvestre  y 
medicinal,     más     conocida 


par  culantro  cimarrón. 
Véase. 

Yerba  de  tejado.  Cub.  f. — 
Yerba  silvestre  que  se  des- 
arrolla en  los  tejados,  bor- 
des de  aceras  y  paredes  hú- 
medas. Hay  dos  especies. 
(Bot.  F.  Urticáceas;  esp. 
Pilea  depressa,  Blurn.) 

Yerba  de  vidrio.  Cub.  ¿-Es- 
pecie do  hojas  opuestas 
carnosas,  y  flores  axilares 
y  terminales,  que  se  des- 
arrolla en  las  costas,  y  al 
arrancarla  de  la  tierra  pro- 
duce un  sonido  como  de 
vidrios  rotos,  a  lo  que  debe 
este  nombre.  Son  dos  espe- 
cies semejantes.  También 
se  llama  barrilla  criolla  y 
verdolaga  de  costa.  (Bot.  F. 
Aizoideas;  esp.  Sesuvium 
microphyllum,  Willd.) 

Yerba  guanina.  Cub.  f. — La 
planta  americana  llamada 
"guanina",  y  cuyo  nombre 
está  recogido  por  la  R.  A. 

Yerba  hedionda.  Cub.  f. — 
Planta  silvestre  muy  abun- 
dante, de  tallo  herbáceo  que 
se  eleva  hasta  un  metro,  do, 
folíolos  pareados-,  ovalo- 
lanceolados,  puntiagudos, 
verde-obscuros  en  la  haz  y 
pálidos  en  el  envés,  flores 
amarillas  en  racimos  cor- 
tos; las  semillas  de  sus  vai- 
nas pueden  suplir,  tostadas, 
al  café;  las  hojas,  cuyo  olor, 
repugnante  aa  nombre  a  la 
planta,  contienen  un  jugo 
que  alivia  las  quemaduras, 
y  se  estima  como  depura- 

*   tivo  de  la  sangre.  También 


—  528 


YBY 


se  llama  brusca  (1.a  acep.) 
y  martinico,,  (Bot.  F.  Legu- 
minosas; esp.  Cassia  occi- 
dentalis,  Lin.) 

Yerba  hedionda  velluda, 
Cub.  f.  —  Especie  parecida 
a  la  anterior  caracterizada 
como  lo  indica  su  nombre. 
(Bot.  F.  L.;  esp.  C.  hirsuta, 
Lin.) 

Yerba  lechera.  Cub.  f.  — 
Planta  silvestre  de  tallos 
muy  delgados,  cilindricos, 
rastreros,  moraduzcos.  con 
hojas  pareadas  muy  peque- 
ñas, lingüiformes,  diminu- 
tamente dentadas;  entre 
cada  par  de  hojas,  una  pina 
de  ílorecillas  blancas  con 
visos  morados.  Esta  yerba 
contiene  un  abundante  jugo 
blanco  y  picante,  parecido 
a  la  leche,  de  donde  pro- 
viene su  nombre,  y  el  sen- 
cillo de  lechera,  además  de 
teta  ele  vieja.  (Bot.  F.  Eu- 
forbiáceas; esp.  Euphorbia 
serpens,  H.  B.  et  K.) 

Yerba  lechera  marina.  Cub. 
f. — Véase    lechera    marina. 

Yerba  lechosa.  Cub.  f. — 
Véase  lechosa. 

Yerba  íombricera.  Cub.  f. — 
Especie  indígena  anual,  de 
hojas  lanceoladas,  ovala- 
das, flores  blancas,  purpú- 
reas, que  es  un  remedio 
antihelmíntico  estimable. 
También  se  llama  yerba  de 
lombrices,  que  no  debe  con- 
fundirse con  el  bejuco  de 
este  nombre.  (Bot.  F.  Lo- 
ganiáceas;  esp.  Spigelia  an- 
thelmiá,  Lin.)  r 


Yerba  mala.  Cub.  f.  —  Véase 
cañuela  de  sabana. 

Yerba  maravedí.  Cub.  f. — 
Planta  herbácea  indígena, 
medicinal,  apreciada  como 
eficaz  estimulante  del  apa- 
rato urinario.  También  se 
llama  simplemente  mara- 
vedí. (Bot.  F.  Celastríneas; 
esp.  Myginda  u  r  a  g  o  y  a , 
Jacq.) 

Yerba  María*  Cub.  í.  —  La 
yerba  de  la  sangre  (1.a 
acep.)  Véase. 

Yerba    Paraná.    Cub.    f. — La 

yerba  bruja.  Véase- 
Yerba  sanguinaria.  Cub.  f, — 
Reciben  este  nombre  las 
tres  especies  de  yerba  de  la 
sangre.  Véanse. 

Yerba  terrestre.  Cub.  f. — 
Hierba  silvestre,  rastrera, 
buen  pasto  y  medicinal. 
(Bot.  esp.  Glecoma  hede- 
racea). 

Yerba  Weyler.  Cub.  f.-Plan- 
ta  herbácea,  espinosa,  que 
crece  medio  metro,  de  fi- 
gura semejante  a  la  ortiga 
común,  que  es  mal  pasto  y 
perjudicial  a  la  tierra.  Los 
campesinos  le  han  puesto 
ese  nombre  en  recuerdo  de 
ese  General  español,  cuando 
la  guerra  de  Independencia. 

Yerbilla.  Cub.  f.  —  antic.  — 
"Tela  de  algodón  o  de  hilo, 
cuyo  nombre  es  ya  poco 
usado".  (Pichardo). 

Yerén.  Cub.  m. — Véase  lle- 
rén.  (Et,  Voz  caribe,  Zayas). 

;Yey!  Cub.  interj. — vulg. — 
La  emplea  la  plebe  como 
saludo.    Algunas    veces    se 


TUQU 


—  52£  — 


YU.RA 


oye:   "¡yey,  familial"  Véa- 
se ¡ey! 

Yin.  Amer.  m. — Así  dicen  al- 
gunos a  la  ginebra.  (Et.  Del 
inglés  gin). 

Yincotel.  Cub.  m.  —  Licor 
compuesto  de  ginebra,  hier- 
babuena, curasao,  etc. 

Yúa.  Cub.  f. — Según  Fernán- 
dez y  Jiménez,  citado  por 
Pichardo,  es  un  árbol  de 
madera  pesada,  compacta, 
dura,  fina,  con  la  albura 
blanco-verdosa  y  el  cora- 
zón rojizo  veteado.  (Et.  ¿Co- 
rrupción de  yarúa? 

fuca.  Cub.  f. — De  esta  planta 
liliácea,  fecular,  america- 
na, cuyo  nombre  está  acep- 
tado por  la  R.  A.,  hay  en 
Cuba  las  variedades  si- 
guientes: yuca  blanca  o 
cristalina,  la  dulce,  la  de 
Cartagena  y  la  agria.  Véan- 
se la  frase  79  y  el  refrán 
31  de  los  respectivos  Apén- 
dices. 
ruea  cimarrona.  Cub.  f. — 
Véase  yuquilla  de  paredón. 
ucateca.  Cub.  epic.  f. — En 
algunos  puertos  pinare- 
ños,  dícese  a  la  chema 
americana.  Véase. 
uquiila.  Cub.  f.  —  Reciben 
este  nombre  varias  plantas 
de  distintas  familias  botá- 
nicas, cuyas  raíces  contie- 
nen fécula  como  la  yuca. 
Una  de  estas  plantas  se 
conoce  más  por  azafrán 
cimarrón.  (Bot.  F.  Eipoxí- 
deas;  esp.  Curculigo  scor- 
zonercefolia,    Baker.)     (Et. 


Diminutivo  de  "yuca"). 

Yuquilla.  Cub.  f. — La  especie 
más  conocida  por  sagú  (1." 
acep.) 

Yuquilla.  Cub.  f. — Véase  lle- 
rén. 

Yuquilla  de  paredón.  Cub.  f. 
— Planta  indígena  y  silves- 
tre, común  en  las  sabanas, 
de  tallo  deprimido,  hojas  a 
manera  de  penca  de  palma 
en  miniatura,  con  los  folío- 
los articulados  en  la  base, 
estrechamente  lineales;  la 
raíz  o  tubérculo,  que  es 
perenne,  suele  crecer  mu- 
cho, y  proporciona  abun- 
dante fécula  que  después 
de  rallada  y  lavada  es  muy 
blanca,  y  se  estima  como 
excelente  para  almidón.  La 
raíz,  frita  en  trozos,  mata 
ios  ratones,  por  lo  que  tam- 
bién se  llama  yuquilla  de 
ratón  (1/  acep.)  además  de 
guayaro  (su  nombre  indí- 
gena), y  yuca  cimarrona. 
(Bot.  F.  Cicadáceas;  esp. 
Zamia    angustifolía,   Jacq.) 

Yuquilla  de  ratón.  Cub.  f. — 
La  yuquilla  de  paredón. 
Véase. 

Yuquilla  de  ratón.  Cub.  f. — 
Otra  especie  parecida  a  la 
anterior.  (Bot.  F.  C;  esp. 
Z.  punilla,  Lin.) 

Yuquilla  de  ratón  del  pinar. 
Cub.  f. — Otra  especie  indí- 
gena, afín  a  las  dos  ante- 
riores. (Bot.  F.  C;  esp.  Z. 
media,  Jacq.) 

Yi/raguana.  Cub.  f. — Algunos 
dicen    así    por    yuraguano, 


YÜRA 


530 


YÚYB 


que  es  el  cubanismo  acep- 
tado por  la  R.  A. 
'Yuraguarao.  Cub.  m. — La 
planta  "miraguano"  que 
describe  la  R.  A.,  también 
llamada  así  en  Cuba,  ade- 
más de  yaraguana  y  guaní- 


chiche.  (Et.  Voz  caribe,  Za- 
yas). 

Yuramlra.  Cub.  f. -Véase  pe- 
regrina (2.a  acep.) 

Y&yere.  Cub.  m. — poco  uso. 
— En  Camagüey,  equivale  a 
decir  "miedo  cerval". 


ZAFA 


-  531 


ZAMB 


',.  Cub.  f. — Es  de  advertir  que 
en  la  prosodia  de  los  cuba- 
nos no  existe  la  z;  por  lo 
tanto,  si  las  voces  de  este 
grupo    no    aparecen    en    la 
letra  s,  es  para  consignar- 
las con  la  debida  corrección 
castellana. 
¡abija  Cub.  f. — En  Trinidad, 
según   el  doctor  Gimdlach, 
citado  por  Piehardoi.  dícese 
a  una  planta  de  flores  blan- 
cas distinta,  al  parecer,  del 
áloe,     que     también     toma 
aquel  nombre  en  castellano. 
Zacateca.   Cub.   m. — Sepul- 
turero,  muñidor   de   entie- 
í  rros,   especialmente  el  que 
acompaña      los      cadáveres 
vestido   de   librea"   (R.   A.) 
La  corrupción  de   la  z   en 
este  caso  está  generalizada 
hasta     entre     muchos     no 
>i  criollos.  Tiene  los  usos  cas- 
tellanos. 

jeatecas,  Cub.  m.  pl. — fam. 
— Dícese  al  individuo  re- 
I  v  o  i  í  o  s  o  y  entrometido : 
"Don  Juan  es  un  zacate- 
cas " . 
ifacoca»    Amer.    f.— farn, — ■ 


Pendencia  tumultuaria :  "Se 
armó  la  gran  zafacoca". 

Zafante.  Cu  6.  adv. — fam. — 
Usase  como  si  dijéramos 
"aparte",  "menos",  "ex- 
cepto": "Todos  fueron  al 
teatro,  zafante  Ramón". 
Hasta  entre  los  extranjeros 
se  oye  la  voz  corrompida 
safante.  (Et.  De  "zafar"). 

Zambeque.  Cub.  adj. — fam. — 
Equivale  a  "tonto",  "men- 
tecato" :  "José  es  muy 
zambeque'". 

Zambequería.  Cub.  f. — fam. 
—Tontería,  majadería,  di- 
cho o  acción  de  un  indivi- 
duo zarri  beque.  Véase. 

Zambulla.  Cub.  f. — poco  uso, 
— Preparación  del  plátano 
ver  de ,  que  consiste  en 
freirlo  en  trozos  cilindricos, 
aplastados  luego,  y  después 
mojados  en  agua  de  sal  para 
volverlos  a  freir. 

Zambullo.  Amer.  m. — Barril 
o  tonel  cubierto,  destinado 
en  algunos  lugares  para  re- 
coger y  transportar  las  in- 
mundicias. 

Zarnfouüo.  Amer.  m. — Dícese 


zapa  —  533 

a  las  inmundicias,  por  ex- 
tensión de  la  voz  anterior. 

Zambullo.  Cub.  m.  —  flg.  y 
vuíg. — Dícese  a  la  persona 
chaparra  y  sucia.  Véase  la 
frase  167  del  Apéndice. 

Zambumbia.  Cub.  f. —  Véase 
con  s,  que  es  como  acepta 
esta  voz  la  R.  A.,  aunque 
probablemente  sea  la  co- 
rrupción de  la  voz  y  no  su 
forma  verdadera. 

Zambumbiería.  Cub.  f.-Véa- 
se  sambumbiería,  que  es  la 
forma  castellanizada  por  la 
Real  Academia. 

Zanca  de  grulla.  Cub.  f. — 
Una  planta  silvestre  de  flo- 
réenlas blancas  en  panoja. 

Zarscsraña.  Cub.  f.  —  Planta 
silvestre  permanente,  abun- 
dante en  la  isla  de  Pinos, 
que  es  buen  pasto  para  el 
ganado  vacuno  y  caballar, 
y  las  raíces  son  un  nutriti- 
vo alimento  para  el  cerdo. 
(Et.  De  "zanca"  y  "araña"). 

Zancudo»  Amer.  epic.  m. — 
Dícese  a  un  mosquito  de 
zancas  muy  largas. 

'Zapata.  Cub.  f. — "Zócalo  de 
fábrica  en  que  se  apoya 
una  pared  de  madera";  se- 
gún la  R.  A.,  o  con  más 
claridad:  pared  baja  de 
manipostería,  que  se  cons- 
truye a  manera  de  cimien- 
to, en  la  que  descansan  al- 
gunas paredes  o  tabiques  de 
madera.  Tiene  algún  uso  en 
las  otras  acep.  cast. 

Zapateo  criollo.  Cub.  m. — El 
baile  zapateo  propio  de 
Cuba. 


ZAPO 

o.  Cub.  m.  —  Según 
Pichardo,  "planta  liliácea 
de  jardinería,  a  modo  de 
tararaco,  pero  la  hoja  mo- 
rada por  fuera.  Sus  flores 
son  unas  cápsulas  achapi- 
nadas  y  bivalvas  como  al- 
meja, babosas  por  dentro". 

Zapato.  Cub.  m. — fam. — Véa- 
se lo  frase  106  del  Apén- 
dice. 

Zapatudo,  «la.  Cub.  adj. — 
Aplícase  a  ciertos  frutos  de 
huerta,  como  el  plátano, 
cuando  se  quedan  correosos 
después  de  fritos.  También 
suele  decirse  a  la  carne  y 
cualquier  otro  alimento  en 
iguales  o  parecidas  cir- 
cunstancias. Tiene  algunos 
de  los  usos  castellanos. 

Zapote.  Cub.  m.  —  Véase  el 
refrán  6  del  Apéndice.  Tie- 
ne mucho  uso  para  desig- 
nar el  árbol  americano  y  su 
fruto,  que  describe  la  Real 
Academia.  Sapote  es  co- 
rrupción. 

Zapote  de  culebra.  Cub.  m. 
— El  árbol  americano,  es- 
pecie de  zapote,  que  se  co- 
noce en  otros  puntos  ame- 
ricanos por  "chico  zapote" 
y  "zapotillo"  (usado  éste  en 
Cuba),  arhbos  aceptados  por 
la  R.  A.  Algunos  en  la  Isla 
le  dicen  ciguapa  y  totuma. 

Zapote  espinoso.  Cub.  m. — 
El  árbol  jiquí.  Véase. 

Zapote  negro.  Cub.  m.— Una 
especie  poco  interesante  del 
árbol  zapote.  (Bot.  F.  Ebe- 
náceas; esp.  Diospyrus  lau- 
rifolia,  Rich). 


—  533 


ZOQU 


Zaragate,  Cub.  adj.  —  poco 
uso. — Equivale  a  "zalame- 
ro", "obsequioso":  "Me 
fastidia  Juan  por  lo  extre- 
madamente zaragate'". 

Zarapico.  Común,  epio.  m. — 
Así  suelen  decir  muchos  al 
ave  "zarapito"  de  la  R.  A., 
de  la  que  hay  en  Cuba  va- 
rias especies. 

Zarapito.  Cub.  epic.  m. — 
Además  del  zarapito  des- 
crito por  la  R.  A.,  existe  en 
Cuba  otra  especie  sin  par- 
ticular sobrenombre,  zan- 
cuda, de  unos  25  centíme- 
tros de  longitud  total,  con 
plumaje  verdoso  por  enci- 
ma, pecho  gris  con  manchas 
blancas  y  negras,  garganta 
blanca  y  pico  largo  y  recto. 
(Zool.  F.  Scolopacido?;  esp. 
Totanus  solitarius). 

Zarapito.  Cub.  epic.  m. — Otra 
especie  más  conocida  por 
frailecillo.  Véase. 

Zarapito  real.  Cub.  epic.  m. 
— Especie  del  zarapito  ver- 
dadero, del  que  hay  varios 
tipos  en  Cuba  con  ese  norn- 

•  bre,  algunos  de  los  cuales 
se  parecen  ai  chorlito  eu- 
ropeo, y  el  principal  se 
llama  ganga.  Véase. 

Zarapito  zancudo.  Cub.  epic. 
m. — Véase  cachiporra. 

Zarza.  Cub.  f. — Además  de  la 
zarza    común,    reciben    en 

-  Cuba  este  nombre  dos  plan- 
tas, de  otras  familias  bo- 
tánicas. Una  es  arbusto  tre- 
pador de  hojas  opuestas, 
elípticas,  pecioladas,  con 
aguijones    encorvados,    por 


lo  que  en  la  región  oriental 
le  dicen  uña  de  gato  (2.a 
acep.)  Crece  en  todo  terre- 
no. Hay  otras  especies. 
(Bot.  F.  Nitagíneas;  esp.  Pi- 
sonea aculeata,  Lin.) 

Zarza.  Cub.  f. — Otra  especie, 
también  arbusto  trepador, 
de  hojas  ovalo-oblongas,  li- 
geramente oblicuas  en  la 
base,  y  armado  de  fuertes 
aguijones.  En  la  comarca 
occidental  se  conoce  por 
uña  de  gato  (1.*  acep.)  (Bot. 
F.  Ulmáceas;  esp.  Celiis 
aculeata,  S\v.  y  otras). 

Zarza,  blanca.  Cub.  f. — Otra 
especie  afín  a  la  primera 
zarza.  (Bot.  F.  Nictugíneas; 
esp.    Pisonia    nigricamus ) . 

Zarzaparrilla.  Cub.  f. — Véase 
raíz  de  China.  No  es  la  zar- 
zaparrilla de  España. 

Zarzaparrilla  cimarrona»  Cu  b. 
f. — Véase   zarzuela   peluda. 

Zarzaparrilla  de  la  tierra. 
Cub.  f. — Véase  raíz  de  Chi- 
na. 

Zarzuela  peluda.  Cub.  f. — 
Una  especie  de  zarza  sil- 
vestre también  conocida  por 
zarzaparrilla  cimarrona. 
(Bot.  F.  Liliáceas;  esp.  Smi- 
lax  inoblis,  Humb.) 

Zocucho.  Amer.  m, — Cuartu- 
cho, tabuco,  zaquizamí. 

Zona.  Cub.  f. — Por  antono- 
masia, en  las  poblaciones, 
barriada,  calle  o  tramo  de 
calle,  destinado  oficialmen- 
te para  las  casas  de  leno- 
cinio. 

Zoquetada.  Común,  f.  —  Ac- 


Z0RZ 


—  534 


ZUNZ 


ción  de  un   individuo   lla- 
mado "zoquete". 

Zoquetear.  Cub.  v.  a. — fam. 
— Forma  irrespetuosa  y  ul- 
trajante de  discutir  o  re- 
ñir, metiendo  al  contrin- 
cante los  puños  por  la  cara. 

Zorzal.  Cub.  epic.  m. — Pájaro 
de  la  misma  familia  que  el 
de  este  nombre  descrito  por 
la  R.  A.  La  especie  cubana, 
abundante  en  los  bosques 
de  la  comarca  occidental,  es 
de  plumaje  ceniciento  api- 
zarrado por  encima,  más 
obscuro  hacia  la  cabeza, 
garganta  negra,  pecho,  ca- 
dera, vientre  y  partes  in- 
feriores avellanados,  pico 
negruzco,  patas  rojas,  de 
donde  toma  el  nombre  de 
zorzal  de  patas  coloradas  y 
el  de  zorzal  real  (1/  acep.) 
(Zool.  F.  Túrdidos;  esp.  Mi- 
mocichla  rubripes,  Temm.) 

Zorzal  de  patas  coloradas. 
Cub.  epic.  m. — Véase  zor- 
zal. 

Zorzal  gato.  Cub.  epic.  m. — 
Especie  de  paso  en  la  Isla, 
en  los  meses  de  invierno, 
de  plumaje  de  color  gris  de 
pizarra,  menos  en  el  vérti- 
ce de  la  cola,  que  es  negro, 
así  como  las  patas  y  el  pico. 
Emite  un  sonido  parecido 
al  maullido  del  gato  de 
cría,  de  donde  proviene  su 
sobrenombre.  (Zool.  F.  T.; 
esp.  Galeoscoptes  caroli- 
nensis,  Lín.) 

Zorzal  real,  Cub.  epic.  m. — 
El  zorzal.  Véase. 

Zorzal  real.  Cub.  epic.  m.-2- 


Otra  especie,  la  más  pare- 
cida a  la  de  la  R.  A.,  por 
su  plumaje  blanco  en  el 
vientre  y  las  caderas.  Es 
tipo  propio  de  la  región 
oriental.  (Zool.  F.  T.;  esp. 
M  im  o  c  i  c  h  la  schislacea, 
Baird.) 

Zulú.  Cub.  m. — Tejido  ordi- 
nario de  algodón,  regular- 
mente negro,  que  emplea  la 
gente  pobre  para  vestidos 
de  luto. 

Zumaque-barniz.  Cub.  m. — 
Materia  que  se  extrae  de 
un  árbol  resinoso  que  se 
desarrolla  en  la  región 
oriental. 

Zumbar,  se.  Cub.  v.  a.  y  ref. 
— fam. — Es  verbo  que  toma 
acep.  caprichosas;  equiva- 
le a  marcharse  solapada- 
mente, a  desmedirse  o  pro- 
pasarse en  acciones  o  pa- 
labras, a  pegar  o  pegarse, 
etc.,  etc.  Véase  el  grupo  de 
frases  de  este  verbo,  en  el 
Apéndice. 

Zumbador.  Cub.  epic.  m. — 
Véase  zunzún. 

Zumbete.  Cub.  epic.  m. — el 
zunzún.  Véase. 

Zumzum.  Cub.  epic.  m. — Este 
es  el  verdadero  nombre  del 
pájaro  descrito  en  zunzún, 
pero  en  general  se  pronun- 
cia la  n  y  no  la  m. 

Zunzún.  Cub.  epic.  m. — Pa- 
jarillo,  especie  del  colibrí, 
frecuente  en  los  jardines, 
donde  busca  insectos  en  las 
flores  y  liba  en  ellas,  de 
plumaje  verde  metálico  con 


ZÜNZ 


—  535  — 


ZUNZ 


reflejos  dorados  por  enci- 
ma, alas  y  cola  negruzcas, 
garganta  verde  dorada, 
vientre  gris  claro.  Es 
de  ligerísimos  movimien- 
tos; emite  un  zumbido  con 
las  alas  que  le  da  nombre; 
es  valiente  para  atacar  a 
otras  aves  mayores,  y  fa- 
brica un  nido  muy  curioso 
con  pelusa  vegetal.  Tam- 
bién se  llama  zumbador, 
zumbete  y  picaflores.  De- 
biera de  pronunciarse  zum- 
zum   y   no    zunzún,   puesto 


que  deriva  de  zum-bido. 
(Zool.  F.  Trochilidce;  esp. 
Sporadinus  ricordi,  Gerv.) 
Zunzuncallc  Cub.  epic.  m. — 
Especie  pequeñísima  del 
pe  j  arillo  zunzún,  que  el 
doctor  Gundiach  estimaba 
como  el  pájaro  más  peque- 
ño del  mundo,  y  propuso 
se  llamara  pájaro  mosca. 
¿Será  el  "pájaro  mosca" 
de  la  R.  A.?  También  se  co- 
noce por  trovador.  (Zool.  F. 
T.;  esp.  Calypte  heleno?, 
Gundiach.) 


ÍIPHftDICES 


PLP&HDICB    PHlCDHi^O 


FIASES 


Por  parecemos  más  agradable  a  los  lectores,  hemos  pues- 
to, cual  se  indica  en  el  prólogo,  las  frases  en  un  Apéndice, 
tanto  porque  seguramente  resultará  su  lectura  más  amena 
que  si  estuvieran  regadas  y  casi  perdidas  en  el  texto  prin- 
cipal, como  por  facilitar  el  estudio  de  este  aspecto  en  las  mo- 
dalidades cubanas  del  idioma  castellano;  y  al  efecto,  por  se- 
guir algún  orden,  imprescindible  en  trabajos  de  esta  índole, 
sujetos  necesariamente  a  método,  hemos  opiado  por  separar 
las  frases  en  tres  secciones,  a  saber: 

Primera  sección:  Frases  de  verbo  conjugable,  y  de  cuyo 
verbo  se  reúnen  varios  casos. 

Segunda  sección:  Frases  de  verbo  conjugable,  del  que  só- 
lo hay  un  ejemplo;  y 

Tercera  sección:  Frases  invariables. 

Los  números  del  margen  corresponden  a  las  indicaciones 
en  el  cuerpo  del  Vocabulario,  para  las  cuales,  hemos  prefe- 
rido, pues  así  lo  exige  la  materia  de  este  libro,  los  cubanismos, 
y  en  segundo  lugar  las  voces  castellanas  si  aquéllos  faltan,  o 
éstas  desempeñan  papel  importante  en  la  frase,  donde  se  verán 
unos  u  otras  subrayados. 

Seguramente  que  entre  estas  frases  habrá  alguna  que  no 
sea  de  verdadero  origen  cubano,  pero  sí  en  su  inmensa  mayo- 
ría, y  en  todos  los  casos,  de  uso  muy  extendido  en  el  poís; 
pues  aquí,  como  al  catalogar  las  voces,  hemos  desechado  las 
de  uso  local. 


PRIMERA   SECCIÓN 

Comprende  las  frases  reunidas  en  pequeños  grupos,  por  la 
comunidad  de  verbo,  el  cual  va  puesto  en  infinitivo,  y  • 
todos  los  grupos  en  orden  alfabético  de  los  verbos,  que 
son  los  siguientes:   AGUANTAR,  AMARRAR,  ANDAR,  • 


—  540  — 

CASE,  CAMBIAR,  CAMINAR,  COGER,  COMER,  DAR, 
DEJAR,  ECHAR,  ESTAR,  HABLAR,  HACER,  IR,  LAR- 
GAR, LLEVAR,  MASCAR,  MATAR,  METER,  MOJAR, 
PASAR,  PEGAR,  PERDER,  PONER,  PREGUNTAR, 
QUEDAR,  SABER,  SALIR,  SER,  SOLTAR,  TENER, 
TIRAR,  TOMAR,  TRABAR,  VALER,  VENDER,  VENIR, 
VER  y  VOLVER. 


Aguantar  la  vela  (a  una  persona).  —  Esperar  más  de  lo 
convenido  a  que  concluya  una  diligencia,  visita,  etc. 

Aguantar  la  mecha.  —  Soportar  las  malas  consecuencias  de 
alguna  cosa  imprevista  y  desagradable.  Tiene  uso  en 
España. 


Amarrar 

3.  Amarrar  el  chivo.  —  Empléase  para  expresar  que  riñen  dos 

novios. 

4.  Amarrar  corto  (a  una  persona).  —  Restringir  o  coartar  las 

libertades  que  disfrutaba  o  podría  disfrutar  una  persona, 
en  cualquier  asunto  o  negocio. 

5.  Amarrar  machete.  —  Así  anuncian  ios  campesinos  la  edad 

adulta  de  sus  hijos  varones,  que  es  cuando  empiezan  a 
"amarrar"  el  machete  a  la  cintura:  "Tengo  dos  mucha- 
chos que  ya  amarran  machete". 


Andar  como  cotorra.  —  Hacerlo  una  persona  con  las  pun- 
teras hacia  adentro  o  los  talones  hacia  fuera. 

Andar  como  químico.  —  Caminar  un  individuo  con  pasos 
menudos  y  de  manera  afectada.  Otros  emplean  el  verbo 
"caminar". 

Andar  como  pájaro  sirindango.  —  Dícese  que  lo  efectúa  la 
persona  que  anda  de  la  Ceca  a  la  Meca  sin  objeto  deter- 
minado o  conocido   que  &  tal  le  obligue. 


—  541  — 


Caer 


9.  Caer  ligero.  —  Ser  simpático;  caer  en  gracia.  Lo  contrario 

de  caer  pesado:  "Fulano  le  cae  ligero  a  cualquiera". 

10.  Caerse  la  valla.  —  Dícese  para  ponderar  en  extremo  lo 
animada  y  divertida  de  una  fiesta  popular.  Otros  emplean 
el  verbo  "hundir". 


11.  Cambiar  la  vaca  por  la  chiva.  —  Esto  hace  el  que  aban- 
dona un  buen  negocio  para  dedicarse  a  otro  que  supone 
superior,  y  resulta  luego  más  malo  que  el  primero.  El 
cambio  de  una  vaca  por  una  chiva  claro  que  resulta  muy 
desventajoso. 

12.  Cambiar  el  disco.  —  Así  se  invita  a  un  terco  para  que  no 

persista  en  una  majadería,  o  a  un  lenguaraz  para  que  no 
prosiga  en  soltar  despropósitos.  La  frase  está  tomada 
de  invitar  a  cambiar  el  disco  de  un  fonógrafo,  cuando  no 
gusta  la  pieza. 


12-a.  Caminar  como  químico.  —  Véase  la  frase  7  en  "Andar", 
13.  Caminar  para  el  muerto.  —  Lo  efectúa  un  individuo  arro- 
jado, valiente,  que  hace  frente  a  cualquier  ataque  de,pa- 
labra  u  obra:  "Fulano  no  camina  para  el  muerto'". 


Coger 

14.  Coger  monte  (una  persona).  —  Incomodarse  inoportuna- 

mente, por  efecto  de  una  broma  que  no  se  ha  empleado 
con  tal  propósito  de  provocación.  Otros  emplean  el  verbo 
"ir". 

15.  Coger  guabinas.  —  Dícese  que  las  coge  el  que  se  encuen- 

tra entontecido.  , 

16.  Coger  un  trompo  con  la  uña.  —  Empléase  para  ponderar 


—  542  — 

la  extremada  dificultad  de  algo,  pues  nada  será  más  di- 
ficultoso que  coger  un  trompo,  o  sea  una  peonza,  con 
una  uña  cuando  gira. 

17.  Coger  de  baliza  (a  una  persona). —  Tomar  como  blanco 

de  sátiras  molestas  a  una  persona,  con  persistencia;  o 
también  molestar  con  sucesivas   impertinencias. 

18.  Coger  (a  uno)  asando  maíz.  —  De  igual  significado  que  la 

frase  20. 

19.  Coger  (a  uno)  con  la  mano  en  la  masa.  —  Significa  lo 
mismo  que  la  frase  20. 

20.  Coger  (a  uno)  con  la  ruano  en  la  candela.  —  Esta  frase 
y  las  dos  anteriores,  denotan  el  hecho  de  encontrar  infra- 
ganti  a  un  ladrón.  La  más  graciosa  es  sin  disputa  la 
número  18,  por  la  caprichosa  e  incomprensible  analo- 
gía que  pueda  haber  entre  asar  maíz  y  robar:  cosas  del 
ingenio  popular.  Las  tres  se  usan  a  la  vez  con  el  verbo 
"trabar". 

20-a.  Coger  Gümo.  —  Efectuar  pesquisas  ai  objeto  de  saber 
o  descubrir  algo,  a  la  manera  del  que  rastrea  entre  los 
bejucos  de  ese  nombre  para  coger  el  fruto. 

21.  Coger-le  la  baja  (a  uno).  —  Encontrar  el  lado  flaco,  o  la 
debilidad  anímica  de  una  persona,  y  abusar  de  esa  cir- 
cunstancia para  mejor  obtener  un  propósito  respecto  de 
ella:   "Diego  le  cogió  la  baja  a  Damián". 

22.  Coger  la  noche  (a  uno).  —  Perder  la  buena  oportunidad 

para  la  realización  de  un  deseo,  por  haberse  descuidado. 
Véase  el  refrán  15-e. 
22-tt.  Coger  miedo  al  muerto.  —  No  determinarse  a  una  cosa 
por  falta  de  valor;  no  repeler  una  agresión  por  lo  mismo. 


Cerner 

23.  Comer  cotorra.  —  Lo  mismo  que  comer  lengua;  pues 
lengua  y  cotorra  las  comen  las  personas  charlatanas,  par- 
ticularmente si  charlan  sin  ton  ni  son. 

24.  Comer  pavo.  —  En  el  baile,  lo  come  el  que  se  queda  sin 
pareja,  tanto  en  Cuba  como  en  algunos  países  del  Conti- 
nente. Es  cosa  rara  que  nunca  se  diga  "guanajo"  en  este 
caso,  ya  que  al  pavo  se  le  llama  siempre  de  esa  manera. 

25.  Comer  maíz.  —  Lo  comen  los  funcionarios  del  Estado, 
o  los  administradores  de  justicia  que  se  muestran  par- 
ciales en  sus  cometidos,  mediante  dinero.  Es  decir:  lo 
que  verdaderamente  "comen"  es  metal  acuñado. 


—  543  —  » 

»  • 

26.  Comer  guásumas.  —  Solían  hacerlo  antiguamente  los  mu- 
chachos que  faltaban  a  la  escuela,  a  espaldas  de  sus 
padres,  aunque  comiesen  otras  cosas  o  nada.  "Hacer  la 
rosca",  dícese  con  más  gracia  en  algunos  lugares  de 
España. 

27.  Comer  de  cantina.  —  Esta  frase  y  la  siguiente  indican  la 

escasez  de  energías  en  una  persona  porque  come  mal  o 
poco,  lo  que,  al  parecer,  demuestra  su  aspecto  flaco  o  es- 
cuálido. Indudablemente  que  un  cuerpo  mal  nutrido  no  es 
para  grandes  empeños  ni  físicos  ni  intelectuales. 

28.  Comer  frío. — De  idéntico  significado  a  la  frase  anterior. 

29.  Comer  caliente.  —  He  ahí  lo  contrario  a  lo  que  expre- 
san las  dos  frases  anteriores.  Pero  desconfíese  del  que 
diga  de  sí  mismo  que  come  caliente,  porque  pudiera 
pretender  ocultar  así  que  come  de  cantina  o  frío. 

30.  Comer  candela.  —  Eso  dicen  que  suelen  hacer  los  per- 

donavidas para  imprimir  más  energía  a  sus  bravatas, 
pero  nadie  ha  visto  que  ninguno  haya  comido  candela, 
realmente. 

31.  Comer    en    cazuela.  —  Hablar   mal    de   una    persona    sin 

saber  que  oye  los  juicios  ella  o  algún  allegado.  Es  cier- 
tamente manjar  poco  apetecible. 

32.  Comer  como  nigua.  —  Dícese  con  respecto  de  la  persona 

que  traga  más  que  come,  por  comparación  con  lo  mucho 
que  "come"  o  pica  el  insecto  nigua, 

33.  Comer  cativía.  —  De  idéntico  significado  que  la  frase  35.  < 

34.  Comer  fana.  —  Significa  lo  mismo  que  la  frase  35. 

35.  Comer  bolas.  —  Esta  frase  y  las  dos  anteriores  señalan  la 

excesiva  credulidad  de  algunos  que  "comen"  eso  mientras 
los  engañan.  Son  los  mismos  que  no  se  cansan  de  tragar 
ruedas  de  molino,  o  los  que  por  tierras  de  Iberia  son  apo- 
dados de  tragabolas.  ' 
35-a.  Comerse  un  pan.  —  Darse  un  chasco,  cual  el  de  saludar 
a  una  persona  equivocadamente.  Claro  está  que  es  el  pan» 
menos  substancioso  de  todos. 

36.  No  comer  de  eso.  —  Emplea  esta  frase  el  que  rechaza  una 

proposición  por  creer  que  le  perjudica. 

37.  No  comer  miedo.  —  No  indica  esta  frase,  cual  parece,  no 

tener  miedo,  sino  que  hay  valor  y  decisión,  aunque  más 
uso  hacen  de  ella  los  que  sólo  en  la  lengua  llevan  la  va- 
lentía. 

38.  No  comer  corazón  de  chivo.  —  Dicen  así  algunos  para  ad- 
vertir que  no  se  dejarán  fácilmente  amedrentar  o  engañar.  , 


—  544 


39.  Dar  cureña.  —  De  igual  significado  que  el  número  40. 

40.  Dar  tusa.  —  Huir  como  alma  que  persigue  el  Diablo. 

41.  Dar  perro  muerto  (a  una  persona).  —  Molestarla  con  cor- 

tesías ampulosas  o  una  larga  visita. 

42.  Dar  yaya.  —  Significa  lo  mismo  que  la  número  43. 

43.  Dar  goma.  —  Esta  frase  y  la  anterior  son  sinónimas  de 

"apalear".  Esta  tiene  más  generalizado  uso  cuando  los 
agentes  de  la  autoridad  castigan  con  vergajo  de  tripa,  por 
aquello  de  que  es  elástico  cual  la  goma. 

44.  Dar  mico. —  No  pagar  el  gasto  de  algo,  particularmente  si 

se  trata  de  servicios  de  meretriz,  en  cuyo  sentido  se  usa 
también  entre  el  populacho  español. 

45.  Dar  la  cría  (de  una  cosa).  —  Suele  pedirla  de  una  prenda 

de  vestir  extravagante,  algún  amigo,  para  burlarse  de  la 
novedad:  "Si  me  dieras  la  cría  de  ese  sombrero".  Algunos 
emplean  el  verbo  "vender". 

46.  Dar   barra.  —  Indecente   forma   de    expresar   el   ayunta- 

miento carnal. 

47.  Dar  caritate.  —  Es  lo  que  hace  un  amante  reñido,  cuando 

pasea  con  pareja  distinta  por  delante  de  la  otra. 

48.  Dar  jabón  (a  una  persona).  —  Adularla.  Tiene  uso  en  Es- 
paña. 

48-a.  Dar  la  hora  (una  cosa).  —  Empléase  para  ponderar  la 
excelencia  de  una  cosa  cualquiera,  menos  un  reloj :  "Ten- 
go un  bastón  que  da  la  hora",  lo  cual  ya  se  supondrá  que 
no  ha  de  ser  con  campanadas  precisamente. 

49.  Dar-le  a  la  pelota.  —  Significa  lo  mismo  que  la  frase  51. 
50:  Dar-le  a  la  yaya.  —  De  igual  significado  que  la  frase  51. 

51.  Dar-!e  dulce  (a  una  cosa).  —  Estas  tres  frases  se  usan  con 
}         relación  al  que  demuestra  tener  tino  y  buen  acierto  en 

cosa  determinada.  Si  a  la  tercera  frase,  o  sea  la  51,  se 
añade:  "a  la  cintura",  transfórmase  en  obscena,  con 
vistas  a  la  pornografía. 

52.  Dar-üe  medio  (a  uno).  —  Para  ponderar  a  una  persona  en 

algo,  se  dice  que  "hay  que  darle  medio":  "A  Fulano, 
como  escritor,  hay  que  darle  medio".  Desde  luego  que  si 
solamente  se  le  da  medio  o  sean  cinco  centavos,  es  bien 
poco. 

53.  Darse  un  cañazo,  o  el  gran  cañazo.  —  Tirarse  una  plan- 
cha, llevar  un  chasco. 


-  545  —  , 

53-a.  ATo  haberle  dado  yerba,  o  maloja  (a  una  persona). 
Véase  el  número  59  en  el  grupo  "Echar". 


Dejar 

54.  Dejar   (a   uno)    chato.  —  Avergonzarlo.    Lo    contrario    de 

"quedarse  chato". 

55.  Dejar    para   prado   (una   cuestión).  —  Equivale   a    la   si- 

guiente. 

56.  Dejar  para  yerba  (una  disputa).  —  Esto  propone  a  su 
contrincante  el  que  quiere  zanjar  una  cuestión.  Efectiva- 
mente, las  más  de  las  discusiones  vale  más  dejarlas  para 
yerba  o  para  prado. 


Echar 


= 


57.  Echar  fresco  (a  una  persona).  —  Reprenderla.  Tiene  uso 

en  España,  aunque  no  conste  así  en  el  catálogo  oficial. 

58.  Echar-le  tierra  (a  una  disputa).  —  Enterrarla;  esto  es: 

darla  por  concluida,  repartiéndose  equitativamente  la 
razón  entre  los  disputantes,  para  evitar  la  riña  o  el  es- 
cándalo. 
:  59.  No  haberle  echado  maloja,  o  yerba  (a  una  persona). — 
Quien  tal  dice  demuestra  que  alguien  se  toma  más  con- 
fianza de  la  concedida,  porque  si  le  hubiese  echado  al- 
guna vez  yerba  o  maloja,  era  señal  de  que  le  interesaba 
no  tuviera  apetito. 


¡ 


T, 


Estar 


0.  Estar  en  la  fuácata.  —  Sinónimo  de  la  62. 

Estar  en  la  prángana.  —  De  igual  significado  que  la  62. 

2.  Estar  en  la  tea.  o  en  la  tea  incendiaria.  —  Desdichado  el  • 
que  en  tal  estado  se  vea.  Las  tres  frases  indican  pobreza, 
indigencia.  Equivalen  a  las  castellanas  "estar  a  la  cuarta 
pregunta",  y  "estar  en  la  calle",  a  la  que  suele  añadirse 
en  Cuba:   "sin  llavín  y  peleado  con  el  sereno".  Las  tres    i 
frases  se  usan  también  con  el  verbo  "quedar". 

.  35* 


A 


—  546  — 

63.  Estar  de  arriba.  —  Tiene  el  mismo  significado  que  la  si- 
guiente. 

64.  Estar  en  la  parra.  —  Esta  frase  y  la  que  antecede,  por 
oposición  a  las  tres  anteriores,  indican  que  se  goza  de 
buena  posición  social. 

65.  Estar  en  el  aparato.  —  Lo  está  una  persona  a  quien  las 
circunstancias  o  la  política  elevan,  algo  inopidamente, 
a  una  investidura  de  mando. 

66.  Estar  de  guardia.  —  Lo  está  el  que  va  a  pagar  o  ha  pa- 
gado un  convite  en  el  café. 

67.  Estar  a  medio  palo.  —  Tener  una  media  merluza;  estar 

medio  beodo.  Significa  lo  mismo  en  otros  lugares  ame- 
ricanos. 

68.  Estar  de  medio  ganchete  (una  cosa).  —  Cuando  algo  se 
queda  a  medio  hacer  o  incompleto. 

69.  Estar  a  la  trinca.  —  Lo  está  una  persona  correcta  y  ele- 
gantemente vestida. 

70.  Estar  (una  cosa)  de  chupa  y  déjame  el  cabo.  —  Véase  la 

explicación  en  la  frase  73.  ("Estar  de  chupa  y  déjame  el 
cabo",  literalmente  se  refiere  al  tabaco  o  cigarro  puro;. 

71.  Estar  (una  cosa)  como  patada  de  verraco.  —  Sinónima  de 

la  73. 

72.  Estar  (una  cosa)  como  patada  de  mosquito.  —  Véase  la  73. 

73.  Estar  (una  cosa)  como  patada  de  sinsonte.  —  Esta  frase 
y  las  tres  anteriores  dicen  lo  mismo,  y  se  emplean  para 
ponderar  la  excelencia  de  algo. 

74.  Estar  la  cosa  en  candela.  —  Véase  la  explicación  en  la 
siguiente. 

75.  Estar  la  caña  a  tres  trozos. — Esta  frase  y  la  anterior 
se  oyen  en  labios  de  pesimistas  cuando  tratan  de  cues- 

r.    tiones  sociales  o  políticas,  y  algunas  veces  presagian  así 
males  o  trastornos  inmediatos. 

76.  Estar  de  ají  para  perro  (una  cosa).  —  Esta  frase  acen- 
túa la  gravedad  que  anuncian  las  dos  anteriores.  No  se 
adivina  fácilmente  la  analogía  que  haya  entre  la  frase 
y  el  pensamiento. 

77.  Estar  (uno)  a  la  piquera.  —  Lo  está  el  que  acecha  las  opor- 
tunidades, casi  siempre  con  el  fin  de  lucro.  Como  si  di- 
jéramos: estar  a  la  que  salta. 

78.  Estar  en  el  pico  del  aura  (una  cosa).  —  Señálase  así  la  su- 
ma dificultad  de  lograr  un  deseo,  por  lo  muy  aito  que  el; 
aura  remonta  el  vuelo.  Por  tierras  de  Iberia,  todavía  de- 
notan mayor  dificultad  cuando  le  ponen  cornamenta  a  la 
luna  y  dicen  que  está  por  los  cuernos  de  ese  satélite. 


—  547  — 

79.  Estar  el  verraco  en  la  yuca.  —  Indícase  así  que  una  per- 
sona se  sacia  en  algo  que  es  de  oportunidad,  a  la  manera 
del  verraco,  cuando  por  descuido  del  dueño  penetra  en  un 
sembrado  de  yuca. 

79-íi.  Estar  debiendo  a  cada  santo  una  vela.  —  Esto  y  deber 
a  las  once  mil  vírgenes,  que  ya  es  deber,  viene  a  significar 
lo  mismo.  Oyese  también  en  el  Continente,  y  quizá  no  se 
desconozca  en  España  la  frase. 

79-í>.  Estar  de  mala  leche.  —  Lo  mismo  que  decir:  estar  de 
mal  talante  o  de  mal  humor.  Tiene  uso  en  España  y  pro- 
bablemente origen. 

79-e.  Estar  fau  (una  persona).  —  Estar  cansado  o  inútil  con 
relación  de  una  cosa.  Un  viejo,  por  ejemplo,  está  fau  en 
asuntos  de  amores  y  amoríos. 


Hablar 


80.  Hablar  un  blanco.  —  Dice  el  negro,  que  a  él  le  toca  ce- 

rrar la  boca  cuando  habla  un  blanco. 

81.  Hablar  como  cotorra.  —  Hacerlo  con  exceso  y  sin  tino, 
pero  aun  será  preferible  escuchar  a  una  cotorra  que  a 
determinadas  personas.  Esta  frase  tiene  uso  y  probable 
origen  en  España. 


Hacer 

82.  Hacer  (uno)  la  pala.  —  Véase  la  frase  siguiente  de  indén- 

tico  significado.  * 

83.  Hacer  (uno)   la  muela.  —  Las  dos  frases  denotan  que  se 

finge  trabajar.  *  m 

84.  Hacer  (uno)  la  paloma.  —  Quedarse  desnudo  mientras  se 
seca  la  ropa  que  se  ha  mojado  o  lavado. 

85.  Hacer  el  chivo  cojo,  o  loco.  —  Fingirse  tonto. 

86.  Hacer,  o  no  hacer,  la  cruz.  —  En  boca  de  un  comerciante, 
haber,  o  no  haber,  hecho  la  primera  venta  del  día. 

87.  Hacer  la  tarea  del  indio.  —  La  que  ha  de  realizar  un 
jugador  rezagado,  particularmente  en  el  billar,  para  al- 
canzar al  contrincante.  No  puede  ser  indio  el  tal  en  Cuba, 
pero  sí  tendrá  que  trabajar  como  si  lo  fuera. 

87-o.  Hacer  (a  uno)   picadillo*.  —  Matar  con  ensañamiento  o* 


—  548  — 

exceso  de  crueldad;  si  se  trata  de  amenaza  en  esa  forma, 
no  debe  perturbar  el  sueño  del  amenazado.  Tiene  uso  en 
otros  puntos  de  América. 

87-6.  Hacer  la  bola.  —  Véase  la  frase  182-a,  sinónima. 

88.  Hacerse  de  pencas.  —  Rehusar  hipócritamente  una  cosa 
que  se  arde  en  deseos  por  la  posesión.  Como  decir  "nun 
queiro,  nun  queiro",  mientras  se  alarga  la  mano. 


Ir 


89.  Ir  en  coche.  —  O  la  siguiente: 

90.  Ir  en  automóvil.  —  Indican  estas  dos  frases  que  se  sale 
mejor  de  como  podía  esperarse  de  un  asunto.  Natural- 
mente:  lo  común  es  ir  a  pie. 

91.  Ir  al  Cobre.  —  Va  al  Cobre  el  que  cabalga  en  mal  jumento, 

porque  es  fama  que  los  peregrinos  que  visitan  la  Virgen 
de  la  Caridad,  en  el  Cobre,  suelen  montar  jamelgos  de 
alquiler,  y  éstos  casi  siempre  son  de  lastimosa  presencia. 

92.  Ir-Ie  al  brío  (a  una  persona).  —  Véase  la  95. 

93.  Ir-le  al  bate  (a  una  persona).  —  Véase  la  95. 

94.  Ir-Ie  al  farol  (a  una  persona).  —  Véase  la  95. 

95.  Ir-Ie  a  arriba  (a  una  persona). — Estas  cuatro  frases 
señalan  la  resolución  de  una  persona  en  demandar  de 
otra  el  cumplimiento  de  un  compromiso  contraído  y  es- 
quivado, como  el  de  pagar  una  deuda.  No  falta  tampoco 
quien  las  emplee  para  significar  el  acto  de  dar  un  sa- 
blazo (sin  sable),  o  también  con  él,  con  un  palo  o  la 
simple  mano. 

96.  Irse  al  barril.  —  Como  quebrar  en  el  comercio;  arrui- 
narse en  el  juego,  etc. 

97.  Irse  del  seguro.  —  Perder  la  ecuanimidad;  que  no  sólo 
las  armas  de  fuego  han  de  irse  del  seguro. 

98.  Irse  voló.  —  Huir,  escaparse  precipitadamente  de  un  lu- 

gar. Esta  voz   voló  es  tomada  del  verbo  volar. 

99.  Irse  de  rengue  liso.  —  Es  frase  ya  en  desuso,  y  significa 

lo  mismo  que  la  anterior. 

100.  Irse  por  la  sombra.  —  Frase  irónica  y  equívoca  que  ca- 
rece de  significado  fácilmente  explicable;  se  emplea  como 
«ontestación  a  una  despedida,  y  podría  equivaler  li- 
terariamente a:  "que  te  vaya  bien".  Tiene  mucha  más 
gracia  si  se  emplea  de  noche,  puesto  que,  si  hay  sombra, 
®s   artificial...   Advertimos   anticipadamente   a   los   caza- 


—  549  — 

•  • 

dores  de  gazapos,  que  ya  sabemos  que  la  luna  puede  pro- 
ducir sombra. 

101.  Irse  a  cortar  yagua.  —  Incomodarse  a  consecuencia  de 
una  broma  ligera  que  no  tenía  ese  propósito. 

102.  Irse  al  monte.  —  Sinónima  de  la  anterior.  Véase  la 
número  14,  forma  de  más  empleo. 

103.  Irse  al  garete.  —  Perderse  en  un  mar  de  confusas  de- 
ducciones impropias  del  caso,  durante  un  discurso  o  algo 
semejante.  También  se  emplea  esta  frase  figurada  en  cas- 
tellano, aunque  no  conste  así  en  el  Dic.  de  la  R.  A. 

103-a.  Irse  a  freír  tusas.  —  Usase  casi  siempre  en  imperati- 
vo, como  si  dijéramos:  "vaya  usted  a  paseo,  a  la  porra, 
al  Diablo..." 

103-6.  Irse  en  rocío.  —  Dícese  que  le  sucede  esto  a  la  planta 
de  maíz  de  notable  lozanía  y  raquítica  mazorca. 


Largar 

104.  Largar   la  chancleta.  —  Se  explica  en   la  número   106. 

105.  Largar  la  tira. —    Se  explica  en  la  número  106. 

106.  Largar  el  zapato.  —  Las  tres  frases  significan  "mo- 
rirse", aunque,  como  fácilmente  se  comprenderá,  algo 
más  que  chancleta,  tira  y  zapato  se  larga  en  el  caso  ése. 
Las  tres  se  usan  a  la  vez  con  el  verbo  "soltar". 

107.  Largar  la  jaba.  —  Dícese  que  la  larga  el  individuo  que, 
entretanto  se  civiliza.  También  se  emplea  con  el  verbo 
"soltar". 


Llevar 

107-a.  Llevar  (uno)  mucho  vapor.  —  Véase  el  número  176  con 

"Tener".  • 

107-&.  Llevar  en  jaba.  — Véase  el  número  173  con  "Tener".* 

108.  No  llevar  de  ese  listado.  —  Esto  suele  decir  quien  no 
está  conforme  con  alguna  proposición  que   le  hacen. 

Mascar  • 

109.  Mascar  goma.  —  Dicen  que  les  gusta  hacerlo  a  las  pocas 
mujeres  blancas  que  se  enamoran  de  negros,  por  este 
solo  hecho,  y  aunque  masque  otra  cosa  o  nada.  »* 


—  550  — 

110.  No  mascar  de  ese  lado.  —  No  estar  conforme  con  alguna 
proposición. 


Matar 

111.  Matar  la  culebra.  —  Es  sinónima  de  la  siguiente. 

112.  Matar  la  guanaja.  —  Esta  frase  y  la  anterior  significan 
lo  mismo.  No  se  precisa  de  feroz  instinto  para  dar 
muerte  a  ese  reptil  y  esta  gallinácea;  basta  sólo  matar 
el  tiempo  o  hacer  que  se  hace  para  poner  las  dos  frases 
en  práctica. 

113.  Matar  la  vieja.  —  Saciar  el  apetito;  simplemente  comer, 
aunque  no  se  trate  de  hambre  vieja,  si  bien  quiera  indi- 
carse tal. 


Meter 

114.  Meter  gaña.  —  Acometer  a  puño  o  estaca  en  ristre.  Otros 
le  dan  significado  de  abreviar  una  tarea  o  labor. 

115.  Meter  (a  uno)  los  monos  en  el  cuerpo.  —  Intimar,  ate- 
morizar a  una  persona.  Ya  debe  ser  tarea  peliaguda 
meter  monos  en  el  cuerpo  humano,  puesto  que  lo  regular, 
a  lo  que  de  la  frase  se  deduce,  es  tenerlos  fuera.  Tiene 
uso  en  otros  lugares  de  América. 

115-0.  Meter  (a  uno)  la  viruta.  —  Engañar  a  una  persona. 
Es  frecuente  oir  entre  el  pueblo  español  viruta  por  men- 
tira. 

116.  Meter-le  (a  uno)  la  mano.  —  Propinarle  algunos  mam- 
porros, lo  cual  es  una  manera  especial  de  meter,  porque 
más  bien  es  sacar...  ronchas  o  sangre. 

117.  Meterse  en  caña.  —  O  la  que  sigue. 

118.  Meterse  en  el  saco.  —  Estas  dos  frases  equivalen  a 
"embriagarse". 

119.  Meterse  el  ajiaco.  —  Explicada  en  la  número  122. 
d20.  Meterse  los  trozos.  —  Explicada  en  la  número  122. 

121.  Meterse  la  frita.  —  Explicada  en  la  número  122. 

122.  Meterse  los  fríjoles.  —  Las  cuatro  frases  son  sinóni- 
mas de  "comer".  También  se  usan  con  los  verbos  "poner" 
y  "pegar". 

123.  Meterse  en  la  pina.  —  Ya  es  cosa  difícil  meterse  en  una 


—  551  -  * 

pina;  pero,  en  fin,  métense  los  que  se  acobardan  o  áco-t 
quinan  sin  verdadero  motivo. 

124.  Meterse  el  tiempo  en  agua.  —  Con  esta  frase  vaticinan 
o  presagian  algunos  pesimistas  acontecimientos  desagra- 
dables, lo  cual  es  peor  que  si  verdaderamente  lloviera, 
aunque  de  una  u  otra  forma,  después  de  la  tempestad 
viene  la  calma,  según  dicen  por  tierras  castellanas. 

124-a.  Meterse  un  cañazo.  —  Véase    "Pegar",   número   136. 

124-&.  Meterse  un  cocotazo.  —  Véase  "Pegar",  número  137. 

124-c.  Meterse  una  piedra.  —  Véase   "Pegar",  número  135. 


Mojar 

125.  Mojar  velas.  —  Hacerlas  caseras  derramando  cera  en 
los  pabilos,  que  se  colocan  pendientes  de  un  aro,  al  cual 
se  le  imprime  movimiento  de  rotación. 

126.  —  Mojar  velas.  —  En  sentido  figurado  de  la  frase  ante- 
rior, dicen  así  los  muchachos  cuando  en  el  baño  se  zam- 
bullen en  círculo. 

127.  Mojarse-Be  (a  uno)  los  papeles.  —  Fracasar  en  un  em- 
peño o  propósito  desmedido,  al  parecer. 

128.  No  mojarse   (uno)    ni   con  papas.  —  Empléase   regular- 
mente en  imperativo,  para  coartar  las  pretensiones  de  una 
persona.  Es  frase  absurda,  por  cuanto  las  papas  (patatas), 
no  mojan  a  nadie,  únicamente  que  de  antemano  se  guisen ' 
con  abundante  caldo. 


Pasar 

* 

129.  Pasar  la  brocha.  —  Explicada  en  la  número  131. 

130.  Pasar  la  mano.  —  Explicada  en  la  número  131. 

131.  Pasar  la  mota. — Esta  frase  y  las  dos  anteriores  equi- 
valen a  "lisonjear".  Brocha  es  la  del  barbero,  por  lo  que 
esta  frase  tiene  afinidad  con  la  de  "dar  jabón".  Mota  es 
la  de  empolvar  el  cutis. 

132.  Pasarse  de  picado.  —  Propasarse  en  alguna  pretensión; 
perder   la  ecuanimidad.   Es   frase  tomada  del  juego   de  • 
billar. 

132-a.  Pasarse  la  carreta  delante  de  los   bueyes.  —  Dícese, 


—  552  — 

con  referencia  al  individuo  que  se  extralimita  en  algo; 
que  se  empeña  por  gastar  más  de  lo  que  gana,  por 
ejemplo. 


Pegar 

133.  Pegar-Ie  el  cuño  (a  una  cosa).  —  Véase  el  número  134. 

134.  Pegar-le  el  sello  (a  una  cosa).  —  Las  dos  frases  se  em- 
plean generalmente  en  imperativo  para  confirmar  algo, 
a  la  manera  de  los  documentos  públicos,  que  si  no  llevan 
sello  o  cuño  carecen  de  alguna  de  las  garantías  de  legali- 
dad. Las  dos  se  usan  a  la  vez  con  el  verbo  "poner". 

134-a.  Pegarse  la  frita.  —  Véase  la  número  121,  en  "Meter". 
134-&.  Pegarse    los    fríjoles. — Véase    la    número    122,    en 

"Meter". 
134-c.  Pegarse  el  ajiaco.  —  Véase  la  119,  en   "Meter". 
134-c/i.  Pegarse    los    trozos.  —  Véase    la    número    120,    en 

"Meter". 

135.  Pegarse    una   piedra.  —  Explícase    en    la    número    137. 

136.  Pegarse   un  cañazo.  —  Explícase   en   la   número   137. 

137.  Pegarse  un  cocotazo.  —  Esta  y  las  dos  anteriores  son 
frases  sinónimas,  y  significan  tomar  una  copa  de  licor 
fuerte.  La  más  graciosa  es  indiscutiblemente  la  primera, 
porque  parece  la  más  absurda,  pero  realmente  una  copa 
de  licor  en  el  estómago  causará  estragos  parecidos  a  los 
de  una  pedrada.  Se  usan  también  con  el  verbo  "meter". 

138.  Pegarse  al  biberón.  —  Explícase  en  la  número  142. 

139.  Pegarse  a  la  chupeta.  —  Explícase  en  la  número  142. 

140.  Pegarse  al  jamón.  —  Explícase  en  la  número  142. 

141.  Pegarse  al  mamey.  —  Explícase  en  la  número  142. 

142."  Pegarse  a  la  teta.  —  Estas  cinco  frases  que  tan  marca- 
damente envuelven  la  idea  de  la  nutrición,  significan  que 
ésta  es  por  cuenta  del  Estado,  o  más  claramente,  que  se 
vive  a  costillas  de  Liborio  (el  pueblo  cubano). 


Perder 

142-a.  Perder  güiro,  calabaza  y  miel.  —  Arruinarse  en  un 
negocio,  con  el  que  se  intentaba  reponerse  del  quebranto 
habido   en   otro.   Hay   desde   luego   quien   en   este   caso, 


—  553  — 

"pierde"  hasta  la  serenidad  y  se  levanta  la  tapa  de  los# 
sesos. 
142-6.  No  perder  ripio.  —  No  desperdiciar  ninguna  ocasión, 
como  Valbuena  o  Clarín,  que  en  críticas  a  poetastros  no 
perdían  ripio  tampoco. 


Poner 

142-e.  Poner-Ie  el  sello  (a  una  cosa). — Véase  la  134,  con 
"Pegar". 

142-c/i.  Poner-le  el  cuño  (a  una  cosa).  —  Véase  la  134,  con 
"Pegar". 

142-d.  Ponerse  la  frita.  —  Véase  la  número  121,  en  "Me- 
terse". 

142-e.  Ponerse  los  trozos.  —  Véase  la  120,  en  "Meter". 

142-/1.  Ponerse  los  fríjoles.  —  Véase  la  122,  en  "Meter". 

142-#.  Ponerse  el  ajiaco.  —  Véase  la  119,  en  "Meter". 

142-/i.  Ponerse  una  piedra.  —  Véase  la  135,  en  "Pegar". 

142-i.  Ponerse  un  cocotazo.  —  Véase  la  137,  en  "Pegar". 

142-,?'.  Ponerse  un  cañazo.  —  Véase  la  136,  en  "Pegar". 

143.  Ponerse  de  chivo  cojo,  o  loco  (una  persona  o  una  cosa). 
—  Si  lo  primero  —  y  no  ha  de  confundirse  con  la  frase 

"hacerse  el  chivo  cojo,  o  loco",  —  equivale  a  enfurecer- 
se. Si  se  refiere  a  cosa,  significa  confusión,  escándalo. 

144.  No  poner  una.  —  Suele  suceder  esto  al  que  le  fracasan  • 
todos  los  propósitos,  uno  tras  otro. 


Preguntar 

145.  Preguntarse-lo  a  Moya.  —  Como  si  dijéramos.   "Averi- 
güelo Vargas".  , 

146.  Ni  preguntes.  —  Expresión  enfática  empleada  para  con» 
firmar  algo,  afirmativa  o  negativamente. 


Quedar 

• 

147.  Quedarse  (uno)  chato.  —  Quedarse  avergozado,  corrido; 

lo  opuesto  a  "dejar  chato",  que  es  avergonzar  a  uno. 
147-a.  Quedarse   en  la  fuácata.  —  Véase  la  número   60,   en 
"Estar".  »  , 


—  554  — 

•  « 

'147-6.  Quedarse  en  la  prángana.  —  Véase  la  61.  en  "Estar". 
147-c.  Quedarse  en  la  tea,  o  en  la  tea  incendiaria.  —  Véase 
la  62. 

148.  No  Quedar-Ie  (a  una  persona)  más  que  la  tonada. — 
Gozar  fama  de  un  mérito  que  se  ha  perdido  enteramente 
o  que  no  se  tuvo.  Esta  frase  viene  a  destruir  el  refrán 
castellano  de  "cría  fama  y  échate  a  dormir". 

Saber 

149.  Saber  por  dónde  le  entra  el  agua  al  coco.  —  Dícese  iró- 
nicamente que  lo  sabe  quien  presume  de  saber,  y  ya 
sería  saber  más  de  la  cuenta. 

150.  Saber  hasta  dónde  el  jején  puso  el  huevo.  —  Empléase 
para  ponderar  el  saber  de  una  persona;  pero  su  uso  se 
va  inclinando  más  y  más  a  la  ironía  de  la  frase  anterior, 
para  aludir  a  quien,  al  decir  de  sí  propio,  sabe  mucho. 
¡No  sería  poco  saber  dónde  pone  el  huevo  ese  impercep- 
tible insecto! 

151.  Saber,  o  no  saber,  dónde  está  uno  parado.  —  Es  de  igual 
empleo  que  la  frase  castellana  de   "saber,  o  no  saber, 

(uno)  dónde  le  aprieta  el  zapato".  Ciertamente,  el  que 
no  sabe  dónde  está  parado  (de  pie)  no  cabe  que  ignore 
más. 

Salir 

151  -a.  Salir  con  la  jaba.  — Véase  la  número  191,  en  "Tomar". 

152.  Salir  como  bola  por  tronera.  —  Frase  irónica  —  dado 
que  en  la  tronera  se  entra,  no  se  sale  por  ella  —  tomada 
del  juego  de  billar,  con  la  que  se  alude  al  mal  éxito 

,  en  una  empresa.  Algunos  la  usan  para  denotar  que  una 
persona  huye  solapadamente. 

Ser 

153.  Ser  muy  macho.  —  Muy  valiente,  cuando  llega  la  ocasión 
no  extemporánea  de  demostrarlo. 

154.  Ser  del  patio.  —  Así  dicen  los  cubanos  que  lo  son,  para 
•      señalar  ventajas  sobre  el  que  no  haya  nacido  en  Cuba. 

155.  Ser  galleta  con  gorgojo.  —  Lo  es  el  hombre  casado. 

156.  Ser  pinto,  rabón  y  mocho  (un  individuo).  —  Dícese  para 
denotar  la  desconfianza  que  inspira  un  sujeto,  a  quien 

1  i        se  supone  capaz  de  malas<  acciones. 


—  555  —  , 

»  • 

157.  Ser  un  pollito  de  a  real  y  medio.  —  Dicen  que  lo  es  el  i 
hombre   que,    cuando    llega   a    la   pubertad,    empieza    a 
mudar  el  tono  de  voz. 

158.  Ser  visita  de  galleta.  —  La  persona  que  cansa  en  una 
visita,  ya  por  lo  prolongada,  ya  por  lo  monótona. 

159.  Ser  el  hombre  de  la  bulla.  —  Dícese  del  que  se  eleva, 
con  algo  de  general  sorpresa,  y  arrastra  algo  de  la  actua- 
lidad tras  de  sí.  Aplícase  frecuentemente  a  un  político 
que  cualquier  suceso  le  da  resonante  nombradía. 

160.  Ser  un  ñame,  o  un  ñame  con  corbata.  —  Dícese  a  una 
persona  torpe  e  iletrada,  que  desempeña  un  cargo  propio 
para  otra  más  apta  y  culta.  En  política  suelen  abundar 
estos  ejemplares  en  todas  las  latitudes. 

161.  Ser  un  figurín  sin  fósforos.  —  Un  individuo  elegante- 
mente vestido,  pero  sin  dinero.  Ya  es  bien  poca  cosa  no 
tener  fósforos. 

162.  Ser  más  corto  el  tirante.  —  Empléase  esta  frase  para 
señalar  la  desmedida  pretensión  de  una  persona. 

163.  Ser  de  pitiminí,  o  pitiminí  golpeado  (una  cosa).  —  Fútil, 
despreciable.  Lo  de  "golpeado"  es  lo  que  no  se  explica 
fácilmente. 

164.  Ser  mucho  pan  por  medio.  —  Signifícase  con  esta  frase 
que  se  pretende  más  de  lo  equitativo,  o  que  se  ha  com- 
prado algo  sumamente  barato.  Por  medio  (cinco  centa- 
vos) no  es  posible  dar  mucho  de  nada. 

164-a.  Ser  más  guapo  que  Francisco  Esteban.  —  Antigua  alu- 
sión irónica  a  un  perdonavidas  de  gran  respeto,  con  la 
que  se  ponderaba  el  valor  de  un  individuo  cobarde  de 
ánimo  y  valeroso  de  palabra. 

164-6.  Ser  de  Bainoa.  —  Dícese  en  toda  la  Isla,  menos  en 
Bainoa,  naturalmente,  a  la  persona  tonta,  pacata,  aunque, 
ya  se  podrá  suponer  que  en  Bainoa,  como  en  Coria,  ,no 
son  bobos  todos  los  habitantes. 

165.  ¿Será  pato  o  gayareta?  —  Quien  tal  diga  descubre  1« 
desconfianza  de  que  una  cosa  sea  tal  cual  se  la  presentan* 
o  distinta  en  el  fondo,  por  el  parecido  que  hay  entre 
gayareta  o  pato,  sin  que  sean  un  ave  misma. 

166.  No  ser  (uno)  escopeta.  —  Dice  no  serlo  el  individuo  á 
quien  se  apura  con  recomendaciones  de  prontitud,  en 
una  comisión  o  encargo.  Al  parecer,  de  otra  forma,  pu-» 
diera  ser  escopeta,  transformación  de  que  se  olvida  la 
metempsicosis. 

166-íK.  El  mundo  es  un  tarro.  —  La  voz  tarro  (cuerno)  aquí 
sintetiza  todo  un  poema,  indudablemente  el  mundo  no  » 


>, 


—  556  — 

puede  estar  más  torcido  y  aun  retorcido,  porque  el 
tarro  pudiera  ser  de  ciervo  o  de  reno. 
166-&.  No  ser  (uno)  una  pata  de  puerco.  —  Protesta  de  no 
serlo  la  persona  que  se  ve  desconsiderada  o  postergada. 
Es  cosa  de  elevar  preces  al  cielo  para  no  verse  algún 
día  objeto  de  una  desconsideración,  con  lo  que  vendremos 
a  las  cuentas  de  que  somos  pata  de  puerco... 


Soltar 

166-c.  Soltar  la  tira; 
166-c/í..  Soltar  la  chancleta; 
166-d.  Soltar  el  zapato; 

1  66-e.  SoUtar  la  jaba.  —  Véanse  estas  cuatro  frases  en  el  grupo 
"Largar",  números  105,  104,  106  y  107  respectivamente. 

167.  Zambullo,  suelta  lo  que  no  es  tuyo.  —  Esto  gritan  los 
muchachos  cuando  ven  que  una  persona  intenta  sustraer 
u  ocultar  "algo  que  no  es  suyo",  efectivamente. 

Tener 

168.  Tener  timba  (una  acción).  —  Explicada  en  la  171. 

169.  Tener  timbilla  (una  acción).  —  Explicada  en  la  171. 

170.  Tener  jiribilla  (una  acción).  —  Explicada  en  la  171. 

171.  Tener  rabia,  o  rabia  en  el  tablero  (una  acción).  —  Esta 
frase  y  las  tres  anteriores  son  sinónimas  y  casi  indefini- 
bles. Usanse  generalmente  como  manifestación  de  en- 
tusiasmo o  admiración  por  lo  que  otra  persona  ha  efec- 
tuado; otras  veces  se  usan,  con  cierta  ironía,  para  de- 

,     mostrar  desagrado  por  la  misma  causa. 

172.  Tener  gato  en  jaba  (una  cosa).  —  Como  decir  en  caste- 
llano que  "hay  gato  encerrado";  y,  verdaderamente,  la 
jaba  es  un  encierro  riguroso  de  veras. 

173.  Tener  en  jaba  (una  cosa).  —  Dar  por  segura  la  obtención 
de  algo  que  se  pretende,  por  ganado  un  pleito,  etc.  Claro 
que  no  pocas  veces  eso  de  tener  una  cosa  en  jaba  puede 
ser   una   ficción   óptica.    También   se    emplea    el   verbo 

l         "llevar". 

174.  Tener  pelos  en  las  patas.  —  Jactancia  de  bocateros  para 
indicar  que  son  osos,  es  decir,  valientes.  Se  olvidan  de 
que  casi  todos  los  cuadrúpedos  tienen  también  pelos  en 
las  patas,  y  citemos  el  conejo,  verbigracia;  y  se  olvidan 


—  557  — 

al  mismo  tiempo  de  que  el  oso   es  perfectamente   do- 
mesticable. 

175.  Tener  la  caña  dura7—  Gomo  tener  el  brazo  muy  ejer- 
citado en  propinar  mamporros. 

176.  Tener  mucho  vapor  (una  persona). — Estar  borracha. 
Otros  emplean  el  verbo  "llevar". 

L77.  Tener  boca  de  guasa.  —  Tenerla  tan  descomunal  y  fea 
como  la  de  ese  pez. 

178.  Tener  pelota  (por  algo).  —  Indica  vehemencia,  deseo 
ardiente  de  algo;  "Nosotros  tenemos  pelota  por  concluir 
este  vocabulario". 

179.  Tener  la  cría  muerta  (una  persona).  —  Al  parecer,  la 
tienen  así  los  irresolutos  y  los  apáticos. 

180.  Tener  mucha  gandinga  (una  persona).  —  Ser  muy  pere- 
zosa,  indolente,   apática,   una  persona. 

181.  Tener  poca  gandinga  (una  persona).  —  No  es  cual  parece, 
lo  contrario  de  la  frase  anterior;  pues  el  que  tiene 
poca  gandinga  no  suele  andar  más  abundante  de  ver- 
güenza. 

182.  Tener  peor  sombra  que  un  guao.  —  Alude  al  individuo 
fastidioso,  antipático,  de  mala  sombra,  por  lo  dañina  que 
es  la  del  árbol  guao  al  hombre. 

182-a.  Tener  la  bola.  —  Estar  rico  en  la  medida  ambiciona- 
da. Se  dice  "hacer  la  bola",  como  es  lógico,  mientras  no 
se  concluyó  la  tarea,  tarea  que,  como  amasada  con  la  am- 
bición, casi  ninguno  la  concluye  sino  en  la  hora  de  rendir 
el  viaje  de  la  vida. 

483.  No  Tener  molleja  (una  persona).  —  Quien  no  tiene  mo- 
lleja suele  no  tener  tres  gramos  de  dignidad.  Queda  ex- 
plicada la  afinidad  entre  cosas  tan  antagónicas  o  por 
mejor  decir,  extrañas  entre  sí. 

184.  No  tener  (uno)  madre.  —  De  igual  significado  que  la  an- 
terior. No  deben  de  enojarse  por  esto  los  huérfanos, 
pues  no  serán  pocos  los  que  no  teniendo  madre  tengan 
vergüenza.  « 

185.  El  palo  tiene  jutía.  —  Dicen  esto  quien  se  escama  de 
algo,  como  el  gato  que  ya  se  espantaba  ante  el  agua 
fría,  desde  que  se  escaldara  con  la  caliente.  ' 

Tirar  * 

186.  Tírame  con  el  escaparate.  —  Expresión  de  júbilo  y 
aplauso  ante  un  buen  bailador,  cantante,  etc.  Claro  que 
esta  invitación  a  que  le  tiren  a  uno  un  escaparate  (arma- 


—  558  — 
'  « 

rio),  podría  hacérsele  a  Sansón  antes  de  que  le  cortaran 
la  cabellera,  aunque  bien  pudiera  ser  que  le  tirasen  a 
uno  un  escaparate  de  juguete. 

187.  Tírame  con  la  palmatoria.  —  Expresión  del  mismo  uso 
que  la  anterior.  Por  enorme  que  sea  el  entusiasmo  des- 
pertado en  uno,  el  deseo  de  que  lo  descalabren  con  una 
palmatoria,  sálese  de  todo  límite  prudencial.  Es  verdad 
que  nunca  se  ha  dado  el  caso  ése...  si  no  ha  sido  como 
remate  de  alguna  disputa. 

Tomar 

188.  Tomar  la  noche.  —  Explicada  en  la  190. 

189.  Tomar  la  tarde.  —  Explicada  en  la  190. 

190.  Tomar  la  mañana.  —  Las  tres  frases  son  sinónimas  en  la 
significación  de  ingerir  una  o  cada  una  copa  de  licor,  con 
la  diferencia  de  tiempo  indicada  en  ellas. 

191.  Tomar  la  jaba  (una  persona).  —  Empobrecerse  al  extre- 
mo que  casi  sea  preciso  pedir  limosna,  a  imitación  de 
ciertos  mendigos  portadores  de  una  jaba,  cesta  o  saco. 
También  se  emplea  el  verbo  "salir". 


191-a.  Trabar  (a  uno)  asando  maíz.  —  Véase  la  número  18. 
191-6.  Trabar  (a  uno)   con  la  mano  en  la  candela.  —  Véase 

la  20. 
191-c.  Trabar  (a  uno)  con  la  mano  en  la  masa.  —  Véase  la  19. 

192.  Trabarse-le  (a  uno)  el  paraguas.  —  Perder  el  hilo  al 
pronunciar  un  discurso;  confundirse  en  cuestión  de  nú- 
meros; etc.  Esta  frase  tiene  origen  en  que  los  enemigos 
políticos  del  eminente  tribuno  don  Juan  Gualberto  Gómez, 
a  quien  siempre  caricaturizan  con  paraguas,  le  achacan 
haberse  equivocado  al  pronunciar  un  discurso,  al  ex- 
tremo de  tener  que  abandonar  la  tribuna  sin  haberlo  ter- 
minado, cosa  que  no  ha  de  creerse  de  tan  inspirado  y 
argumentista  orador. 

Valer 

193.  Valer  un  Gongo  (una  cosa).  —  Como  si  dijéramos  que 
vale  un  Potosí:  mucho.  Es  frase  muy  usual  también  en 
España.  t 


—  559  - 

194.  No  valer  un  cabo  de  tabaco  (una  cosa).  —  Término  rná-i 
ximo  o  extremo  para  despreciar  algo.   Sin  embargo,   el 
cabo  de  tabaco  no  es  lo  que  menos  vale,  puesto  que  no 
falta  un  negro  anciano  que  lo  recoja  del  suelo  y  lo  fume. 
para  quien  seguramente  será  un  afortunado  hallazgo. 


Vender 

195.  Vender  listas. — -Esto  hacen  el  hombre  o  la  mujer  sol- 
teros, cuando  procuran  exhibirse  lo  más  posible  ante  el 
objeto  de  su  amor  oculto  todavía.  Cada  vez  que  se  pasa 
a  vista  del  objeto  del  amor  es  una  lista  que  se  vende. 

195-a.  Vender  la  cría. — Véase  el  número  45. 


Venir 

196.  No  venir  de  Angola.  —  Sinónima  de  la  siguiente. 

197.  No  venir  de  Ampanga.  —  Emplean  estas  dos  frases  los 
que  necesitan  advertir  que  no  se  dejarán  engañar  tan  fá- 
cilmente como  se  pretende. 


Ver 


198.  No  ver-!e  la  punta  (a  una  cuestión).  —  No  comprender 
el  objeto  o  el  interés  de  ella.  Al  parecer,  basta  que  se 
vea  la  punta. 

199.  No  poder  ver  a  un  pobre  con  jaba  grande.  —  Esto  dice 
quien  goza  de  momento  con  algo  que  mejora  su  posición, 
y  siente  que  la  envidia  le  rodea.  ' 


Volver 

Í00.  Volver,  o  no  volver  (uno),  por  la  picada.  —  Repetir  o  ?o 
el  intento  de  satisfacer  un  deseo  que  se  ha  malogrado. 
Regularmente,  "no  se  vuelve  por  la  picada",  porque  se 
ha  escarmentado;  pero  los  hay  tan  testarudos,  que  son 
capaces  de  "picar"  toda  la  vida.  ,< 


-  560  - 

,201.  Volver   un   sebo   (a   una  persona).  —  Confundirla,   ano- 
nadarla. 


SEGUNDA   SECCIÓN 

Abarca  las  frases  de  verbo  conjugable,  de  las  que  sólo  hay 
un  ejemplo  por  cada  verbo 

202.  Acabar  con  la  quinta  y  con  los  mangos,  —  Dilapidar. 

203.  Arrancar  (a  uno)  el  sollate.  —  Murmurar  muy  mal  de 
una  persona,  con  lo  que  realmente  se  le  "arranca"  el 
prestigio. 

204.  Cargar  con  el  muerto.  —  Soportar  inocentemente  la  cul- 
pa de  un  suceso.  En  castellano  se  usa  la  frase  de  "echar- 
le (a  uno)  el  muerto",  que  es  afín,  y  se  emplea  también 
en  Cuba. 

205.  Castrar  la  colmena.  —  El  rapto,  con  sus  consecuencias. 

206.  Colgarle  (a  uno)  la  galleta.  —  Despedir  a  un  empleado. 
Es  de  origen  argentino,  y  no  muy  generalizada  en  Cuba. 

207.  Correrle  (a  uno)  la  sangre  (en  un  asunto).  —  Tener  en 
él  intereses  comprometidos.  Seguramente  que  fué  ambi- 
cioso el  primero  que  usó  esta  frase. 

'  208.  Creer,  o  no  creer,  en  velorios,  o  en  velorios  de  chino. 
—  Creer,  o  no  creer,  fácilmente  en  infundios  o  engaños 
que  saltan  a  la  vista.  En  otros  lugares  americanos  se  dice 
ver  velorios  por  "ver  visiones". 

209.  Doblar  el  lomo.  —  Trabajar,  aunque  la  tarea  no  re- 
quiera esa  posición. 

210/  Encender-le  la  leva  (a  uno).  —  Pegarle. 

21(0-a.  Enredar  la  pita.  —  Embrollar  una  cuestión.  Tiene  uso 

•       en  otros  países  americanos. 

211.  Entrar  de  guardia.  —  Acometer  repentina  y  seguida- 
mente a  una  persona  con  denuestos  o  golpes.  Tiene  poco 

«     uso. 

212.  Escacharse-le  (a  uno)  la  patente.  —  Fracasar  en  una 
empresa  en  que  hasta  entonces  se  había  triunfado. 

213.  Freír    huevos.  —  Gesticulación   despreciativa,    que   con- 
■          siste  en  producir  con  la  boca  un  ruido  como  si  se  frieran 

huevos. 
,214.  No  ganar   (uno)    ni  para  ,  la  fuma. — Lo   cual   es  ganar 


—  561  — 

bien   poco,    si   no   alcanza   para   el   consumo   diario   de* 
tabaco. 

215.  Gustarle  (a  uno)  chupar  el  rabo  a  la  jutía.  —  Ser  afi- 
cionado al  alcohol.  Gomo  la  castellana:  "empinar  el 
codo",  usada  también  en  Cuba. 

215-a.  Hundirse  la  valla.  —  Véase  la  12,  en  el  grupo  "Caer". 

216.  Jugar  (a  uno)  una  tullida.  —  Una  mala  partida. 

217.  Llegarte  (a  uno)  la  china.  —  Sobrevenirle  una  desgra- 
cia, una  hora  mala. 

218.  Menear  (a  uno)  el  guarapo.  —  Pegar,  castigar. 

219.  Morirse  a  plazos.  —  La  impaciencia  del  que  espera 
mucho,  excesivamente,  una  cosa.  Es  una  forma  especial 
de  morirse,  no  cabe  duda. 

220.  Pagar  al  canto  del  pitirre.  —  Pagar  al  contado  y  en 
moneda  acuñada.  Debe  ser,  seguramente,  muy  "puntual" 
el  canto  de  ese  pájaro,  a  lo  que  buenamente  se  deduce. 

221.  Parar  (a  uno)  la  carreta.  —  Contener  o  reprimir  los 
atrevimientos  o  bravatas  a  un  insolente;  coartar  a  un 
subordinado  las  libertades  de  que  hace  mal  uso.  Para 
poner  en  ejecución  esta  frase,  no  es  menester  conducir 
una  carreta,  por  lo  tanto. 

222.  Parecer  funche  en  batea.  —  Dícese  de  la  persona  re- 
choncha y  mofletuda. 

223.  Pescar  gambusinos.  —  Graciosa  y,  algunas  veces,  sar- 
cástoca invitación,  que  se  emplea  con  los  españoles  jó- 
venes recién  llegados.  Se  les  convida  a  la  pesca  de  esos 
peces  imaginarios,  y  si  aceptan,  es  el  pie  para  todo  género 
de  burlas,  crueles  a  veces.  La  pesca  es,  por  necesidad, 
nocturna. 

224.  Quebrar  el  empacho.  —  Curarlo.  Esta  operación  se  hace 
levantando  con  fuerza  el  pellejo  de  la  rabadilla. 

225.  Rascarse    con   una   penca   de   tuna.  —  Aludiendo    a  <io 
muy  espinosa  que  es  esta  penca,  empléase  esta  frase  para 
reprender  los   lamentos  del  que  dice  estar  mal,   cuando'^ 
está  bien,  económicamente. 

226.  Raspar  (a  uno)  el  rabo.  —  Despedir  un  empleado. 

227.  Rompérsele  (a  uno)  el  tirante.  —  Dícese  del  que  fra-» 
casa  en  algún  intento. 

228.  Sacarle   la  punta  (a  una  cosa).  —  Tomar   una   frase   o 
dicho  en  malicioso  sentido.  Esta  frase  nos  parece  que  se  * 
usa  también  en  España. 

229.  Sentarse  bien.  —  Entre  campesinos  equivale  a  efectuar- 
lo con  el  espaldar  de  la  silla  apoyado  en  la  pared.  Este 
nombre  de  tal  costumbre  seguramente  es  de  origen  an- 

86, 


—  562  — 

daluz.  Al  menos,  Palacio  Valdés,  en  su  bellísima  novela 
"La  Hermana  San  Sulpicio",  lo  pone  en  boca  de  una  de 
las  hermanas  de  Anguila,  quien  invita  a  Sanjurjo  a 
"sentarse  bien". 

230.  Servir  de  puente.  —  Suele  lamentarse  de  esto,  en  son 
de  protesta,  el  que  observa  que  se  altera  en  daño  suyo 
el  orden  correlativo  sobre  algo. 

231.  Sonar  el  cuero.  —  Castigar  o  pegar  con  rigor.  Desde 
luego  que  no  es  preciso  hacerlo  con  el  cuero,  pues  basta 
la  simple  mano. 

232.  Tocar  el  pito  inglés.  —  Marcharse  solapadamente,  aun- 
que sea  sin  tocar  pito  ni  flauta. 

233.  Trabaiar  para  el  inglés.  —  Hacer  una  cosa  que  no  re- 
dunda después  en  provecho  propio,  aun  cuando  ésa  era  la 
intención.  Algunas  veces  se  puede  trabajar  para  un 
sueco  o  para  el  vecino  de  al  lado,  que  no  siempre  ha  de 
ser  inglés  el  favorecido.  Esta  frase  tiene  origen  y  el 
mayor  uso  en  España,  aunque  no  lo  acredite  así  la  R.  A. 

234.  Vomitar  como  aura.  —  Lo  hace  el  que  no  guarda  se- 
cretos; y  se  alude  así  a  que  el  ave  aura  hace  lo  mismo  coa 
el  alimento. 

234-a.  Zumbarle  en  el  aparato.  —  Confesamos  rendidos,  que 
por  más  esfuerzos  que  hemos  hecho,  no  hemos  podido 
acertar  con  el  significado  propio  de  la  frasezuela.  Oyes© 
como  manifestación  admirativa... 


TERCERA    SECCIÓN 

Contiene  las  frases  y  locuciones  invariables 

'234-6.  A   tumba   y  aguanta.  —  Empléase   para    denotar   con- 
formidad anticipada,  por  lo  que  ha  de  acontecer  de  malo, 
y  resignación  por  lo  que  de  malo  ha  sucedido. 
,235.  A   la  vos  de  un  montero.  —  Véase   explicada   en   la   si- 
guiente. 

230.  Al  cantío  de  un  gallo.  —  Esta  frase  y  la  anterior  soa 
tinónimas.  Empléanlas  los  campesinos  para  dar  una  idea 
de  distancia,  al  caminante  que  les  pregunta  por  el  lu- 
gar adonde  dirigen  sus  pasos.  Pero  desconfía,  lector,  si 
algún  día  te  da  un  guajiro  una  esperanza  de  esa  clase, 
porque  te  parecerá  no  -llegar  nunca,  o  que  los  monteros 


—  563  — 

y  gallos  de  estos  intertrópicos  se  gastan  descomunales 
pulmones,  a  juzgar  por  lo  bien  que  gritan  y  cacarean. 
Hay  cantío  de  gallo  que  te  sonará  en  los  oídos  dos  leguas 
consecutivas  de  camino;  y  cónstete  que  los  guajiros  dicen 
así,  por  ser  para  ellos,  por  la  costumbre,  menos  cortas 
las  distancias,  y  porque  suponen  servirte  con  el  desinte- 
rés y  nobleza  peculiares  en  ellos. 

237.  Para  que  sudes.  —  Como  si  dijéramos  por  tierras  de 
Iberia:  "¡chúpate  ésa!";  "para  que  te  fastidies".  In- 
dudablemente, el  sudar  es  un  castigo. 

238.  Como  cañonazo.  —  Expresión  usada  para  confirmar  algo. 
Por  ejemplo:  " — ¿Vas  esta  noche  a  la  velada?  — Como 
cañonazo".  Alude  a  la  hora  fija  (nueve  de  la  noche)  que 
se  dispara  por  el  meridiano  el  cañonazo  anunciador  de  la 
hora  oficial. 

239.  Nada  de  nada,  y 

240.  No  creas  nada.  —  Expresiones  sinónimas.  Sirven  de  es- 
tribillo para  recalcar  lo  que  se  dice. 

240-a.  Ni  agua; 

241.  Ni  esperanza; 

242.  Ni  amparo  y 

243.  Ni  medio.  —  Cuatro  negaciones  usadas  con  marcado  sa- 
bor enfático. 

244.  Los  fríjoles,  y 

245.  Los  fósforos.  —  Ambas,  negaciones  rotundas  con  vis- 
tas a  lo  obsceno.  • 

246.  Ni  te  ocupes,  Guadalupe.  —  Empléase  como  para  inducir 
a  que  se  desista  de  un  empeño. 

247.  Entre  pighita  y  pichón. — Equivale  a  "entre  Pinto  y 
Valdemoro".  Ni  una  cosa  ni  la  otra. 

248.  Del  monte,  ni  un  cuje.  —  Equivale  a  decir:  "me  arre- 
piento de  lo  dicho  o  convenido".  También  se  usa  para 
indicar  que  no  se  desea  saber  nada  de  un  asunto  deter- 
minado. ', 

249.  Ni  jiede  ni  huele.  —  Dícese  aplicado  al  hombre  inepto: 
que  no  sirve  ni  para  una  cosa  ni  otra. 

250.  Al  fin,  parió  Catana.  —  Desengañarse  de  alguna  cosa  q>,ie 
se  porfiaba  contra  razón.  Como  decir:  "caerse  del  asno". 
Parece  frase  española. 

251.  A  buena  hora  mangas  verdes.  —  Dícese  al  que  cuenta 
como  secreto  o  novedad  lo  que  es  ya  de  público  dominio; 
o  también  al  que  llega  con  retraso  o  a  destiempo  a  una 
cita.  , 

252.  Ese  perro  ya  me  ha  mordido  otras  veces.  —  Usase  para* 


—  564  — 

advertir  que  no  se  dejará   engañar  el  que  ya  ha  sido 
engañado  en  la  misma  forma  otra  o  varias  veces. 

253.  Le  cayó  comején  al  palo.  —  Dícese  cuando  sobrevienen 
varios  contratiempos  seguidos.  Sí;  el  palo  que  le  caiga 
comején  no  podría  ser  pasto  de  mayor  desgracia. 

254.  ¡Métele,  guayabo!  —  Manifestación  de  entusiasmo  para 
aplaudir  o  animar  a  una  persona  que  canta,  baila,  etc. 

255.  ¿Qué  pasa  en  el  timbeque?  —  Saludo  entre  la  plebe. 
Como  si  se  dijera:    "¿Gomo  están  ustedes?" 

256.  A  paso  de  carreta.  —  Gomo  decir  "a  paso  de  tortuga".; 
no  se  llevan  gran  ventaja  una  y  otra,  en  lo  de  caminar 
calmosamente. 

257.  ¡Y  un  jamón!  —  Dícese  enfáticamente  para  rechazar  una 
pretensión. 

258.  Más  nada,  y 

259.  Más  nadie.  —  Inversión  de  términos  muy  extendidos  en 
América,  en  ambos  casos,  particularmente  en  Cuba,  y 
que  dicen:  "nada  más"  y  "nadie  más". 

260.  Muy  duro.  —  Equivale  a  "muy  bien",  "excesivamente", 
"mucho". 

261.  Como  pelos  en  perro.  —  Emplean  esta  comparación  los 
campesinos  para  indicar  el  rápido  y  abundante  nacimien- 
to en  los  sembrados  o  plantaciones. 

262.  Hasta  la  pared  de  enfrente.  —  Con  lo  que  se  da  idea, 
aunque  no  exista  esa  pared,  o  ya  sea  en  campo  abierto, 
de  que  una  cosa  alcanza  las  máximas  proporciones. 

263.  Y  otras  yerbas  que  ni  los  chivos  las  comen.  —  Sonso- 
nete que  se  agrega  burlescamente  a  los  apellidos  de  una 
persona:  "Jacinto  Gómez,  Fernández,  y  otras  yerbas  que 
ni  los  chivos  las  comen". 

264.  A   como  quiera  van  los  mangos.  —  Dícese  para  denotar 
i  que  de  una  cosa  es  tal  la  abundancia,  que  en  eso  estriba 

su  poca  estimación. 


APÉNDICE     SEGUIDO 


HEFÍ^flriBS 


Corto  es,  ciertamente,  el  número  de  refranes  cubanos, 
aunque  no  tenemos  la  pretensión  de  haberlos  reunido  todos 
en  este  Apéndice,  si  bien  creemos  que  esta  colección  es  un 
ensayo  que  recoge  seguramente  la  mayor  parte.  No  es  el 
pueblo  cubano  muy  adicto  al  cultivo  y  empleo  del  refrán,  y 
de  otra  parte,  siendo  tan  rico  nuestro  idioma  en  ellos,  al 
extremo  de  que  el  más  rústico  e  iletrado  conozca  un  buen 
golpe,  ha  por  fuerza  de  presentarse  pobre  en  este  aspecto  el 
léxico  particular  criollo.  Las  necesidades  sentidas  de  refra- 
nes oportunos  en  el  lenguaje  del  pueblo,  cúbrense  con  los 
aportes  del  habla  castellana,  tanto  más  fácilmente,  cuanto  que» 
aquellas  necesidades  son  exiguas. 

Aun  con  ser  pocos  esos  refranes,  no  todos  los  comprendidos 
en  este  Apéndice  son  cubanos;  y  ha  de  entenderse  que  no  por 
alargar  la  lista  hemos  intercalado  algunos  adagios  castellanos, 
sino  porque,  no  estando  aceptados  por  la  R.  A.  los  que  aquí 
figuren,  son  de  muy  frecuente  uso  en  Cuba,  tanto  o  quizá 
más  que  en  España  misma.  No  son,  con  todo,  muchos,  sino 
una  mínima  parte,  los  proverbios  castellanos  aquí  incluidos; 
únicamente  los  que  se  oyen  a  diario,  y  esa  circunstancia  va 
indicada   en   cada   descripción   correspondiente. 

Por  seguir  algún  orden  que  sirva  de  método  al  que  qui- 
siere conocer  prontamente  el  empleo  de  los  refranes,  o  que 
deseara  extender  y  completar  este  sencillo  estudio,  hemos 
hecho  una  distribución  o  clasificación  ideológica,  separancfo 
por  grupos  los  adagios  según  la  comunidad  de  concepto  en  • 
cada  varios. 

En   lo   demás,    el   sistema   es   el   mismo   empleado   en   el  , 
Apéndice  de  frases. 


566  — 


Sobre  las  apariencias 

1.  Aunque  visto  de  lana  no  soy  carnero.  —  De  igual  signifi- 

cado que  el  número  3,  para  aconsejar  que  no  se  debe 
calificar  de  torpe  a  una  persona,  guiados  por  su  aspec- 
to. Si  no  con  gran  frecuencia,  este  refrán  se  oye  también 
en  España;  en  Cuba  no  lo  desconoce  nadie. 

2.  Si  todos  somos  de  barro,  no  es  lo  mismo  cantina  que  ca- 

charro. —  Esta  es  una  réplica  a  la  igualdad  utópica  de 
los  socialistas :  entre  los  hombres  habrá  siempre  diferen- 
cias por  el  saber  y  la  posición  social. 

3.  No  por  venir  del  monte  soy  montuno.  —  De  la  misma  ín- 

dole que  el  número  1.  En  la  región  oriental,  este  adagio 
pierde  vigor  de  concepto,  puesto  que  "montuno"  allí  es 
sencillamente  campesino,  labriego,  y  no  encarna  idea 
despectiva;  mientras  que  en  la  comarca  occidental  sig- 
nifica incivil,  torpe,  rústico...  y  el  que  viene  del  monte 
no  quiere  ser  montuno  de  ninguna  manera. 


Sobre  la  conformidad 

4.  Lo  que  está  en  Cuba  es  de  los  cubanos.  —  O  este  otro : 

5.  Entre  cubanos  no  vamos  a  andar  con  boberias.  —  Son  estos 

dos  refranes  un  tanto  egoístas  para  con  los  extran- 
jeros, a  pesar  de  la  conformidad  que  señalan,  o  quizá 
por  eso  mismo.  En  el  aspecto  de  hermandad  que  presen- 
tan estos  dos  proverbios,  aconsejan  resolver  amigable- 
'  mente  todas  las  diferencias  sin  irse  a  las  greñas,  puesto 
que  todo  se  ha  de  quedar  en  casa. 
f  Al  finalizar  el  año,  pina,  mamey  y  zapote.  —  Refrán  propio 
para  prohijado  por  pesimistas:  cuando  nos  muramos, 
aquí  se  quedará  todo,  y  mientras  vivamos,  ¿para  qué  ser 
ambicioso  ni  malhumorarse  por  quítame  allá  esas  pajas? 

7.  Al  que  por  su  gusto  muere,  la  muerte  le  sabe  a  dulce.  ■ — 

Naturalmente:  si  ese  es  su  gusto,  de  ningún  modo  puede 
desagradarle  morir.  ¡Santa  conformidad  es!  Lo  mismo  le 
sucede  "al  que  p¡.<r  su  gusto  corre"...  correrá  toda  la 
vida. 

8.  Caballito  de  San  Vicente,  que  lleva  la  carga  y  no  lo  siente. 

—  Alude  a  que  ese  insecto  efectúa  volando  el  acto  del 


—  567  —  . 

coito.  Si  por  gusto  o  capricho  o  ignorancia  camina  uní) 
cargadas  las  espaldas,  a  buen  seguro  que  no  sentirá  el 
peso.  En  España,  cuando  los  chiquillos  prenden  un  mu- 
ñeco de  papel  en  la  espalda  de  una  persona,  dicen  luego 
regocijados:  "Inocente,  inocente,  que  lleva  la  carga  y 
no  lo  siente". 


Sobre  la  cortesía 

9.  Con  buenos  modos  se  saca  al  cimarrón  del  monte.  —  Que 

indica  cuan  conveniente  resulta  emplear  la  cortesía  para 
lograr  un  fin  propuesto,  cerca  de  otra  persona.  Este  re- 
frán se  opone  al  brutal  castellano  de  que  "la  letra  con 
sangre  entra",  y  encierra  más  verdad  que  él,  aunque  mu- 
chas veces  fracasen  las  formas  corteses. 

10.  A  quien  no  quiere  mimbre  se  le  da  majagua.  —  He  aquí 
un  adagio  que  contradice  notablemente  al  anterior,  pero 
que  no  se  opone  a  él  por  completo,  puesto  que  recomienda 
el  empleo  de  la  suavidad  antes  que  el  de  la  imposición; 
es  decir:  el  requerimiento  antes  que  la  fuerza;  palos, 
pero  antes  las  razones.  Equivale  al  castellano:  "al  que 
no  quiere  caldo,  taza  y  media". 


Sobre  la  fatalidad 

11.  Padre  bodeguero,    hijo   caballero  y   nieto  pordiosero. — 

Esto  dicen  que  les  sucede  a  los  cubanos  hijos  de  espa-  < 
ñoles  que  reúnen  fortuna,  a  lo  que  se  puede  replicar: 
"en  todas  partes  cuecen  habas,  y  en  mi  tierra  a  caldera- 
das". Parecidamente  se  emplea  este  refrán  en  otros 
países  americanos,  por  lo  que  acaso  no  sea  de  origen  cu- 
bano; en  el  Perú  se  dice:  "El  padre  perulero,  el  hijo  ca- 
ballero y  el  nieto  pordiosero".  , 

12.  Cotorra  de  Gayo  (hoy  ciudad  de  Remedios),   cuanto  más 

vieja  más  caballo.  —  O  aquel  otro : 

13.  Te  pareces  a  Canuto,  cuanto  más  viejo  más  bruto.  —  Se- 
ñala el  progreso  hacia  atrás  de  algunas  personas,  tan  ru-  . 
das,  que.  en  efecto,  parece  olvidan  en  vez  de  aprender. 

14.  Salir  de  Guatemala  para  entrar  en  guatepeor.  —  Al  que, 
le  sucede  esto  se  le  dice  también  que  "ha  cambiado  la'' 


—  568  — 

vaca  por  la  chiva".  No  deja  de  ser  fatalidad  que  uno  trate 
de  prosperar  y  se  encuentre  con  que  ha  perdido  cinco 
para  obtener  dos.  Este  proverbio  se  usa  mucho  en  Es- 
paña y  con  él,  éste  que  se  desconoce  en  Cuba:  "Salir  de 
Málaga  y  entrar  en  Malagón". 

15.  Sacar  lo  que  el  negro  del  sermón:  la  cabeza  caliente  y 
los  pies  fríos.  —  De  aquí  se  desprende  que  también  hay 
blancos  a  quienes  ocurre  lo  mismo,  puesto  que  el  caso 
del  negro  se  pone  como  ejemplo.  Es,  efectivamente,  una 
gran  fatalidad  no  saber  aprovechar  las  enseñanzas.  Re- 
frán muy  usado  en  España. 

15-a.  Ladrar  como  los  comejenes. — Empléase,  aunque  poco, 
para  señalar  la  esterilidad  de  algún  empeño  noble.  Lo 
que  sería  cosa  de  devanarse  los  sesos,  por  qué  se  recu- 
rrió a  ese  insecto,  cuando  no  es  precisó  acudir  a  tan  ex- 
tremado antagonismo. 
15-6.  Chivo  que  rompe  tambor,  con  su  pellejo  paga.  —  Real- 
mente, así  debiera  ser,  pero  muchas  veces  la  pelleja  de 
un  chivo  inocente  substituye  la  que  rompió  otro. 

15-e.  Al  negro  siempre  le  coge  la  noche.  —  Indudablemente, 
la  imprevisión  es  causa  de  muchos  males  irremediables; 
por  eso  "coge"  la  noche  a  tantos,  negros  o  blancos. 

Sobre  la  hipocresía 

16.  Hacerse  el  muerto  para  ver  pasar  el  entierro.  —  Hay,  ©n 
efecto,  muchos  Garlos  I  por  el  mundo,  pero  casi  ninguno 
de  ellos  deja  que  le  coloquen  en  capilla  ardiente:  es  más 
sencillo  hacerse  el  bobo  cuando  se  quiere  saber  la  opinión 
que  se  tiene  de  uno  mismo. 

17.  La  escoba  nueva  siempre  barre  bien.  —  De  un  principio, 

el  trato  de  una  persona,  el  cumplimiento  de  un  subalter- 
'  no,  o  cosa  así,  suele  ser  a  entera  satisfacción,  y  es  porque 
cuidamos  siempre  de  ocultar  los  defectos  que  puedan  des- 
merecernos a  la  vista  del  que  empieza  a  tratarnos.  No  te 
fíes,  pues,  lector,  de  las  escobas  nuevas. 

1 8.  La  flor  de  la  maravilla,  cátala  morta  cátala  viva.  —  Esa 
flor  se  marchita  a  la  salida  del  sol,  y  se  anima  al  ponerse. 

''  Por  eso  el  refrán  alude  a  los  que  bailan  al  son  que  les 
tocan,  o  al  que  es  blanco  entre  blancos  y  negro  entre 
negros,  y...  nada  por  sí  mismo.  Otras  veces  se  alude  con 
ese  adagio  a  las  personas  enfermizas  o  a  las  que  tan 
pronto  son  encomiadas  como  denigradas. 


—  569  — 

19.  Este  gallo  que  no  canta,  algo  tiene  en  la  garganta.  — Estos» 
dos  versos  pueden  pasar  por  refrán,  y  pueden  incluirse 
en  este  grupo,  ya  que  dan  a  entender  que  algo  maquina 
el  que  nada  dice  cuando  no  es  ocasión  de  callar.  Es  una 
tradición  americana.  Atribúyenla  los  mejicanos  al  pueblo 
ante  el  silencio  de  un  Virrey  recién  nombrado;  los  perua- 
nos le  dan  origen  cuando  llegó  a  Lima  el  Virrey,  marqués 
de  Castel  Fuente,  y  los  cubanos  aseguran  que  ellos  son  los 
autores :  unos  cuando  llegó  el  Gobernador,  conde  de  Santa 
Clara,  y  otros,  cuando  el  Marqués  de  la  Torre.  Bueno  será 
darle  a  Vargas  el  encargo  de  que  averigüe  lo  cierto.  El 
caso  es  que  el  Virrey  o  el  Gobernador,  contestó  o  mandó 
contestar  ese  pareado  con  este  otro,  que  a  muchos,  en 
efecto,  según  dicen,  hubo  de  desagradar  la  realidad  de  lo 
anunciado : 

20.  Este  gallo  cantará,  y  a  muchos  les  pesará.  —  Véase   el 
refrán  anterior. 


Sobre  ía  impotencia  humana 

21.  Por  mucho  que  el  aura  vuele,  siempre  la  pica  el  pitirre. 

—  Este  ligerísimo  pájaro  persigue  al  aura  dándole  te- 
rribles picotazos  en  la  cabeza;  y  el  vuelo  alto  y  rápido 
del  aura  no  la  libra  de  esta  persecución,  mortal  a  veces. 
Por  eso  indica  el  refrán  que  las  cosas  que  han  de  suceder,  1 
sucederán,  pese  a  los  contrarios  esfuerzos. 

22.  Al  que  ha  de  cargar  tarros,  al  nacer  le  apuntan.  —  Sig- 

nifica que  cada  cual  será  lo  que  el  Destino  le  reserve; 
pero  por  sí  o  por  no,  bueno  será  no  abandonarse  al  Des-    , 
tino,  porque  pueden  apuntar  los  tarros  al  nacer  y  a{,ro-" 
fiarse  luego. 

23.  Cuando  uno  está  salao  (salado),  hasta  los  perros  lo  mean, 

—  Dicen  así  algunos  ante  un  alud  de  desgracias  qtfe 
juzgan  inevitables.  Otros  quieren  indicar  con  este  refrán 
que  el  que  está  en  desgracia  concluye  por  perder  cuanto 
constituía  su  reputación.  ' 

24.  Aguacate  maduro,  pedo  seguro.  —  Si  das  ocasión  a  la 
desgracia,  ella  vendrá  irremisiblemente.  Por  lo  mismo, 
si  no  quieres  expeler  ventosidades,   no  comas  aguacate. 

25.  A   candela   brava   no   hay   carapacho  duro.  —  Contra   la  * 

fuerza  no  hay  resistencia.  Si  tan  brava  es  la  candela,  no 
habrá  carapacho  que  no  calcine.  .»• 


—  570  — 

'25-a.  Patada  de  yegua  no  mata  caballo.  —  Esto  dice  el  hom- 
bre ante  las  amenazas  o  golpes  de  una  mujer;  pero  real- 
mente es  una  jactancia  del  sexo  fuerte:  una  yegua  pue- 
de matar  a  un  caballo  y  una  mujer  a  un  hombre.  Al  fin, 
refrán. 
25-6.  La  res  ruin  toda  se  vuelve  tarro.  —  Indica  que  suele 
quejarse  más  quien  menos  derecho  tiene  a  la  queja. 


Sobre  la  murmuración 

26.  Cuando  el  río  suena,  agua,  piedras  o  semillas  de  aguacate 
lleva.  —  Es  el  mismo  refrán  castellano  conocidísimo,  ai 
que  se  añaden  los  términos  de  piedras  y  semillas  de 
aguacate,  con  lo  que  se  fortalece  la  expresión  de  que  en 
las  murmuraciones  populares  algo  hay  de  cierto  siempre, 
pero  que  ese  algo  puede  no  ser  precisamente  lo  que  se 
propala. 


Sobre  la  necedad 

27.  Ya  los  pájaros  tiran  a  las  escopetas.  —  Aplícase  al  ig- 
norante que  pretende  imponer  su  necio  criterio. 

28.  ¿Quieres  medio  por  la  gracia  y  dos  reales  por  la  caballa- 
da?—  Pregunta  irónica  que  se  le  hace  al  que  comete 
una  indiscreción  o  dice  un  despropósito. 


"  Sobre  la  oportunidad 

ied.  Al  pie  del  coco  ha  de  beberse  el  agua.  —  No  desprecies 
la  ocasión  favorable,  porque  "la  ocasión  la  pintan  calva", 
y  hay  que  cogerla  por  los  pelos. 

30.  El  que  tiene  padrinos  se  bautiza,  y  el  que  no,  no.  —  O  lo 
que  es  lo  mismo:  si  tienes  amigos  influyentes,  sírvete  de 
ellos,  que  subirás  más  fácilmente.  Es  refrán  castellano. 

30-a.  Poner  la  yagua  antes  de  que  caiga  la  gotera.  —  Gomo 
si  dijéramos:  "ponerse  el  parche  antes  de  que  salga  la 
llaga",  o  "curarse  en  salud".  Todo  lo  cual  aconseja  ser 
precavidos  y  previsores.    ^ 


f  i 


571  — 


Sobre  el  orden  de  las  cosas 

31.  El  boniato  en  lodo  y  la  yuca  en  polvo.  —  Cada  cosa  en  su 
lugar,  pues  el  boniato  ha  de  sembrarse  en  tierra  hú- 
meda y  la  yuca  en  seca. 

32.  Ellos  son  blancos,  ellos  se  entienden.  —  Esto  dice  el  negro 

de  los  blancos  y  el  blanco  de  los  que  tiene  por  superio- 
res o  jefes,  para  denotar  que  "quien  manda,  manda, 
y  cartuchos  al  cañón",  o  "donde  ordena  capitán,  no 
manda  marinero". 

33.  ¡Quién  fuera  blanco,  aunque  fuese  catalán!  —  Esto  es  un 

suspiro  del  negro  que  siente  su  inferioridad,  y  si  dice 
"catalán",  es  porque  de  los  hombres  blancos  es  el  que 
supone  más  afín,  por  ser  muchos  los  que,  al  parecer, 
se  amanceban  con  negras. 

34.  Dios  y  hombre;  mujer  y  tusa.  —  Empléase  para  señalar 

la  superioridad  del  sexo  fuerte  con  respecto  al  débil. 
No  ha  de  dudarse  que  un  hombre  haya  sido  el  autor  de 
este  refrán,  porque  de  ser  mujer  hubiera  dicho  lo  con- 
trario, con  toda  seguridad. 

34-a.  Coda  comedero  tiene  su  revacadero.  —  Cada  cual  tiene 
lo  que  se  merece.  Claro  que  esto  lo  pensará  sólo  el  que 
está  satisfecho  de  lo  que  tienes  aunque  no  lo  haya  mere- 
cido. 

34-6.  Hierro  mata  señal.  —  Indica  que  un  acuerdo   o  con-  \ 
venio  anula  el  anterior.  Es  tomado  del  pacto  entre  gra- 
naderos, según  el  cual,  la  marca  hecha  con  hierro  en  la 
piel  de  las  reses  prevalece  anulando  la  señal. 

34-c.  Al  que  le  venga  el  sayo  que  se  lo  embone.  —  Cada  cual 
que  se  cargue  con  sus  culpas.  Cuando  una  persona  larg¡f°' 
una  sátira,  otra  puede  citar  el  refrán  para  dar  a  entender 
que  la  pulla  no   le  hiere.  El  origen  de  este  refrán  es 
eastellano.  ^ 


Sobre  la  pereza 

i 

35.  El  que  no  llora  no  mama.  —  Una  recomendación  a  usar  del 

propio   esfuerzo   para    lograr   algo.    Tiene   uso    legítimo 

por  tierras  de  Castilla,  aunque  no  lo  reconozca  la  R.  A.     , 

36.  Al  camarón  que  se  duerme \  la  corriente  se  lo  lleva.  —  Ad-> 

/ 


—  572  — 

vierte  el  peligro  de  ser  muy  confiado,  porque  "al  que 
se  hace  de  miel,  las  moscas  se  lo  comen";  hay,  pues, 
que  ser  muy  activo  en  todo.  Es  refrán  usado  en  España, 
sin  la  autorización  académica,  pero  quizá  en  ningún  país 
de  nuestro  idioma  se  utilice  más  veces  que  en  Cuba. 


Sobre  la  vanidad 

37.  Porque  la  rana  brinque  no  es  maromera.  —  O  este  otro : 

38.  Porque  el  grillo  salte  no  es  maromero.  —  Indudablemente 

los  maromeros  o  volatines  hacen  algo  más  que  brincar 
y  saltar.  No  se  presuma,  pues,  de  volatín  cuando  se  es 
solamente  rana  o  grillo. 

39.  No  puede  ser  melodioso  el  canto  de  la  jutía.  —  ¡Qué  ha 

de  serlo!  aunque  mil  años  cantase.  Este  refrán  empléase 
para  negar  a  una  persona  sus  vanidosas  pretensiones. 

40.  Aunque   la  jicotea  zambulla,  no  es   submarino.  —  Refrán 

modernísimo  e  ingenioso.  El  que  por  casualidad  haya 
tocado  el  burro  la  flauta,  no  quiere  decir  que  sea  músico. 
Ya  lo  sabes,  lector:  puedes  apostar  cuanto  gustes  a  que 
por  más  que  se  sumerja  la  jicotea  en  el  agua,  a  ser  sub- 
marino no  llegará  nunca. 

40-a.  No  te  dará  en  el  pico,  Perico.  —  O  sea:  no  te  esfuerces 
en  tal  empeño,  que  es  cosa  fuera  de  tus  posibilidades. 
Es  de  locos  más  que  de  presuntuosos,  pretender  los 
entorchados  de  general  sin  ser  soldado  siquiera. 

40-6.  No  se  han  hecho  los  frenos  para  los  puercos.  —  Ni  la 
miel  para  la  boca  del  asno,  dícese  por  tierras  de  Iberia, 
y  también  por  estas  intertropicales. 

40-c.   Una  cosa  es  con  violín,  y  con  guitarra  otra  cosa. 
'  Como  si  dijéramos  que  "una  cosa  piensa  el  borracho  y 
otra  el  tabernero".  Las  cosas  son  como  son,  y  no  como 

<.-,     queremos  que  sean.  Tiene  origen  hispano. 


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•\ 


APÉNDICE     TEÍ^CE^O 

(fiombfes  propios  en  estilo  familiar) 

PRIMERA    SECCIÓN 

Del  estilo  familiar  al  castellano  correcto 


Beííta  :::::::::  I IsabeL 

Cancha ín^j 

Canchita i  Candad. 

Ganda » -,      ,  ,     . 

Candita í  Candelaria. 

Caruca Caridad. 

Catana ] 

Catuca |    Catalina. 

Catufa ) 

Cayaya  (mtiy  locali Candelaria. 

Cuca      . Caridad. 

Chano,  na Sebastián,  na. 

Chara,  ro i    D  „     . 

Charita,  to I    Ro8ari°- 

Chefo,fa i    ,     .      f 

Chefito,   fita \  Jose'  eía" 

Chepe,  pa  (poco  uso)     ....  ídem. 

Chico,  ca Francisco,  ca. 

Chicho,  cha Sixto,  ta. 

choífta:  :  :::::::  I  soledad. 

Chucho,  cha Jesús,  sa. 

Chumbo,  ba Jerónimo,  ma. 

Falo,  la Eafael,  ela. 


l 


t 


*" 


\ 


—  574  — 


\ 


Félillo Félix. 

5^,°'  Ia 1    Rafael,  ela. 

PjIIo,  lia i  ' 

Frasco,  ca.     .  i    ^ 

r¡¿~Z    Ji¿l Francisco,  ca. 

Frasquito,  ta I  ' 

Lalo,  la Laureano,  na. 

Lico,  ca Manuel,  ela. 

Lola i    ta  i 

Lolita i    Dolores- 

Marica .  \ 

Maricusa i 

Mariquilla / 

Mariquita María. 

Maruca 

Maruja 

Marujilla 

Marujita 

Mayía José  María. 

2¡¡í° I    Mario. 

Mayito I 

Moncho,  cha J 

Mongo,   ga >  Ramón,  na. 

Monguito,  ta ) 

Moneo,  sa Simón,  na. 

Nico,  ca Nicolás,  asa. 

Ñieo,  ca Antonio,  a. 

Faco,  ca i 

Fancbo,  cha /  _ 

Panchito,  chita (  Francisco,  ca. 

Paquito,   ta I 

Pepe,  pa José,  efa. 

Perico \ 

Periquillo f  „    , 

Periquín (  ^edr<>- 

Perucho ) 

Quico,  ca Francisco,  ca. 

Quilla  (poco  uso) María. 

Sólita Soledad. 

Tindo,  da Agustín,  na. 

Tona >  .    .      . 

Toñita I  Ant°ma. 

Trina Trinidad. 

íünta :::::::::  I  a»*™*»-- 
ÍSfofi:  :::::::!  ■>-*«•*•. 

Zazo,  za Lázaro,  ra. 


>    ,  i 


—  575  — 


/ 


SEGUNDA   SECCIÓN 

Del  casteilano  correcto  al  estilo  familiar 


Agustín,  na Tindo,  da. 

Antonia ¡Toñita. 

Antonio,  a  .......  Nico,  ca. 

i  Canda, 
Candelaria <  Candita. 

(  Cayaya. 

i  Cancha. 

Caridad Canchita. 

I  Caruca. 

'  Cuca. 

i  Catana. 
Catalina )  Catuca. 

(  Catufa. 

Desiderio I  J6??;  ?*• 

I  Yeyíto,  ta. 

Dolores í  ^ola. 

I  Lohta. 
Félix Felilio. 

/  Chico,  ca. 

i  Frasquito,  ta. 

]  Paco,  ca. 
Francisco,  ca <  Pancho,  cha. 

j  Panchito,  ta. 

/  Paquito,  ta. 

1  Quico,  ca. 

Qert™dis líSfia. 

Gregorio \^oy?:7^ 

5  I  Goyito,  ta. 

Isabel jgeja. 

i  Bélica. 

Jerónimo,  ma Chumbo,  ba. 

Jesús,  sa Chucho,  cha. 

Joaquín,   na Juaco,  ca. 

í  Chefito,  ta. 

José,  efa °£efo'  fa- 

'  )  Chepe,  pa. 

'  Pepe,  pa. 

José  María Mayía. 

Laureano,  na Lalo,  la. 


—  576  — 

Lázaro,  ra  .......     .       Zazo,  za. 

Manuel,   ela Lico,  ca. 

/  Marica. 

I  Maricusa. 

I  Mariquilla. 

]  Mariquita. 

Maria (  Maruca. 

Maruja. 
Marujilla. 
Marujita. 
Quilla. 
„  i,  Mayo. 

Mano •    í'Mayito. 

Nicolás,  sa Nico,  ca. 

í  Perico 
„    ,  )  Periquillo. 

Pedro Periquín. 

'  Perucho. 

'.  Palo,  la. 
Rafael,  ela I  Felo,  la. 

(  Filio,  lia. 

Ramón     na  !  MonS°>  Sa 

±vamon,  na I  Monguito,  ta. 

(  Chara. 

-r,         ■  }  Charo. 

Rosario {TvFZ  s*- 

j  Gliarita. 

'  Charito. 

Sebastián,    na Chano,  na. 

Simón,  na Monso,  sa. 

Sixto,  ta Chicho,  cha. 

(  Chola. 
Soledad j  Cholita. 

(  Sólita. 
Trinidad Trina. 


/ 


a 


ÍNDICE 


Páginas 

Dedicatoria v 

Prólogo •    .     vn 

Tabla  de  abreviaturas xxxi 

Vocabulario 1 

APÉNDICES 

De  frases 539 

De  refranes 565 

De  nombres  propios  familiares. — Primera  sección  .  573  ^ 

»  »  »  Segunda  sección.  575 


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