C O N A E ¡ O EL PASTO MARINO EN EL GOLFO DE CALIFORNIA: ESTADO ACTUAL Y AMENAZAS. PÁG: 7 INTERACCIONES ECOLÓGICAS EN UN HUMEDAL EN RESTAURACIÓN. PÁG: 1 1 NUM. 106 E N E R O - F E B R E R O DE 2013 * I r ^ i I i ISSN: 1870-1 760 ■ rm IV J! > 11 I fc- . ^ BOLETÍN BIMESTRAL DE LA COMISIÓN NACIONAL PARA EL CONOCIMIENTO Y USO DE LA BIODIVERSIDAD p^Í. CONOCER AL GRAN BLANCO Estamos suspendidos a 15 metros de profundidad dentro de una jaula metálica de gruesos barrotes en la bahía noreste de la isla Guadalupe. El azul del agua es alucinante y la visibilidad es mayor a 30 metros, pero aun así cuesta distinguir las formas que se perfilan a lo lejos. Cuando queremos dar- nos cuenta, el Gran Blanco ya está aquí, a pocos metros de la jaula. El acelerado palpitar de nuestro corazón no es más que la respuesta involuntaria al mito del devorador de hombres. Pero casi de inmediato, la sensación se transforma y pasa a ser una profunda admiración por este gran depreda- dor, una de las especies mejor adaptadas a la vida en los océanos. CONOCER AL GRAN OCTAVIO ABURTO OROPEZA 1 Y JAIME ROJO 2 BLANCO Portada El gran tamaño del tiburón blanco queda de manifiesto al compararlo con los buzos de la jaula. Foto: © Octavio Aburto/WWF- Telcel El hocico del tiburón blanco tiene unos órganos electrorreceptores que le permiten detectar a sus presas a gran distancia. Foto: © Jaime Rojo/WWF-Telcel Vista aérea de la costa de la isla Guadalupe. Foto: © Jaime Rojo/WWF-Telcel El nombre científico del tiburón blanco, Carcharo- don carcharías, se debe a sus dientes afilados parcha- ros en griego significa "agudo" o "dentado", y ocios, "diente"). Es una de las especies más grandes de tibu- rón y puede llegar a medir 6 metros y pesar 2 tonela- das; un animal enorme y pesado que ingiere hasta 14 kilos de alimento en un solo bocado. En la actualidad, el tiburón blanco es el segundo depredador más grande del mar (sólo superado por las oreas) y un solo indi- viduo puede consumir algo más de 10 toneladas de alimento al año, lo que nos demuestra la importancia que tiene la especie en la regulación de los ecosiste- mas marinos. Sus presas, entre las que destacan fo- cas, elefantes marinos y lobos marinos, presentan una alta proporción de grasa corporal con gran valor nu- tritivo para los tiburones. Por lo general, atacan a los individuos viejos, enfermos o débiles de las poblacio- nes, haciendo que las mismas se vuelvan más sanas al dejar que los más sanos o fuertes se reproduzcan y dejen una descendencia más saludable. Cada parte de la anatomía del tiburón blanco es el resultado de 1 1 millones de años de evolución que lo convierten en un depredador casi perfecto. Sus sen- tidos están muy especializados para localizar presas: los lóbulos olfativos ocupan la quinta parte de su ce- rebro y lo dotan de un olfato muy sensible; tienen un oído capaz de detectar bajas frecuencias a cientos de kilómetros; sus ojos son capaces de distinguir colores tan bien como los nuestros y son muy sensibles a la baja luminosidad; y por si fuera poco, cuentan con un "sexto sentido" proporcionado por unos órganos especiales, llamados ámpulas de Lorenzini, que de- tectan los campos eléctricos como los que genera un latido de corazón o la contracción de un músculo. Una vez que ha identificado a su presa, entran en juego sus sorprendentes adaptaciones morfológicas. 2 Cuando caza en emboscada en zonas profundas, su dorso oscuro le ayuda a camuflarse contra el suelo y su ataque es casi infalible. Para ser exitoso nece- sita una gran aceleración que le permita tomar por sorpresa a la víctima. Por ello, su tronco caudal, lo que da impulso a la cola, es muy robusto y en for- ma de quilla, que le permite alcanzar velocidades de más de 40 kilómetros por hora en distancias cortas. En ocasiones ataca con tal fuerza que su cuerpo se puede elevar un par de metros fuera de la superficie del agua, para volver a zambullirse con la presa fir- memente sujeta entre las mandíbulas. Esas mandíbulas son la herramienta definitiva para sus acometidas certeras. Al hacer contacto con la pre- sa, la boca se cierra y ejerce una asombrosa presión de 3,000 kg/cm 2 , casi 35 veces mayor que el mor- disco de un ser humano. Nada puede escapar a esa fuerza, por lo que el tiburón rasga y parte a sus presas agitando frenéticamente la cabeza de un lado a otro. Como no mastica, esta técnica le ayuda a engullir la presa en muy poco tiempo. Sin embargo, su podero- sa mordedura tiene consecuencias: en cada ataque pierde varios dientes y se ha estimado que un indi- viduo de tiburón blanco puede perder hasta 30,000 dientes en los 30 años que llega a vivir en promedio. No obstante, el tiburón también ha desarrollado una adaptación a este problema: sus dientes están orga- nizados en filas que se reemplazan a un ritmo cons- tante gracias a unas encías que funcionan como una cinta transportadora. Los tiburones blancos tienen una de las distribu- ciones más extensas del reino animal y habitan los mares templados y tropicales de todo el mundo, con excepción del Ártico y Antártico, cuyas aguas son demasiado frías. En México se han registrado avista- mientos de tiburón blanco en el Golfo de California, El color del dorso del tiburón blanco facilita su camuflaje contra el fondo cuando caza en emboscada. Foto: © Jaime Rojo/WWF-Telcel La observación de tiburón blanco en Isla Guadalupe es una actividad que puede apoyar la conservación de estos animales. Foto: © Octavio Aburto/WWF-Telcel 3 El doctor Mauricio Hoyos bucea para instalar un marcador acústico a un tiburón. Foto: © Octavio Aburto/WWF-Telcel sobre todo en la parte norte donde se forma el delta del río Colorado; y también en la parte norte del Golfo de México. En los últimos años se ha descubierto que la mayor densidad de tiburones blancos en el país está en Guadalupe, una isla oceánica de origen volcánico situada aproximadamente a 260 kilómetros de la costa del Pacífico de la península de Baja California, la últi- ma frontera de México en su extremo más occidental y septentrional. Casi todos los avistamientos se llevan a cabo en la bahía noreste, donde los elevados cantiles basálticos protegen a la isla de los vientos del noroeste y de su fuerte oleaje. Aquí el mar es como una alberca gigan- te; no hay olas grandes ni fuertes corrientes. Además, es de las pocas zonas de Guadalupe con playas acce- sibles y bien protegidas. Con estas condiciones, no es de extrañar que en esta bahía encontremos tres de las siete colonias de elefantes marinos ( Mirounga angus- tí rostris) de la isla; una de las dos colonias de lobos marinos ( Zalophus calífornianus); y que sea uno de los lugares preferidos de los lobos finos de Guadalu- pe ( Arctocephalus townsendi). Y tampoco sorprende que éste sea uno de los territorios de caza predilectos de los tiburones blancos. El doctor Mauricio Hoyos es uno de los pocos in- vestigadores mexicanos que se ha especializado en el estudio del tiburón blanco. Lleva más de 10 años reali- zando estudios en isla Guadalupe, donde pasa tempo- radas de hasta tres meses seguidos en un pequeño cam- pamento en la bahía noreste. A través de fotografías, ha identificado durante este tiempo a 142 tiburones de la zona, a quienes distingue por manchas en la piel, rasguños en el cuerpo o cicatrices profundas, como aletas rotas. Además, ha categorizado varios compor- tamientos con los que se pueden entender mejor las interacciones entre individuos. Por ejemplo, cuando dos tiburones nadan muy cerca y mantienen un cur- so paralelo están comparando su tamaño y fuerza. También son comunes las embestidas en falso o el espectacular "bostezo de mandíbula", que sucede cuando un tiburón enseña de manera rítmica su mandíbula inferior y oculta los dientes superiores. Estos comportamientos los realizan cuando dos indi- viduos compiten por una misma presa y, al igual que otras especies de depredadores dotados de podero- sas armas para la caza, cumplen la función de evitar un enfrentamiento en el que uno de los dos podría salir malparado. Sin embargo, cuando estas señales no son respetadas, se recurre a la agresión directa y dirigida a partes vulnerables como la cabeza, las branquias o las aletas. La Alianza WWF-Telcel apoya desde 2009 el tra- bajo de Mauricio en isla Guadalupe facilitando tec- nología de última generación, que es esencial para obtener valiosa y novedosa información sobre los desplazamientos y el comportamiento de los tiburo- nes. Un ejemplo son los marcadores acústicos -pe- queños sensores que caben en la palma de la mano- que se fijan en la parte inferior de la aleta dorsal con un arpón de puntas pequeñas y delgadas que no cau- sa ningún daño al animal. Cada segundo, los senso- res emiten una señal con una frecuencia de sonido determinada y única para cada marcador y, además, registran la temperatura y la profundidad. La señal es capturada por receptores que se colocan alrededor de la isla y almacenan los datos. Los resultados que se obtienen por esta vía han ayu- dado a descubrir comportamientos que antes ni se sos- pechaban. Ahora sabemos que los tiburones juveniles de menos de tres metros de largo permanecen cerca de la costa de isla Guadalupe. La mayor parte del tiempo se mantienen en profundidades menores a 50 metros con el fin de no ser atacados por los depredadores e incluso por tiburones más grandes. Durante la noche suben a la superficie, tal vez en busca de presas como los calmares, las sardinas y las macarelas, que a esas horas se mueven hacia aguas menos profundas. En cambio, los tiburones adultos se alejan y acercan a la costa durante el día: permanecen sumergidos a más de 200 metros de profundidad cuando están lejos, y suben a la superficie cerca de las playas donde hay elefantes marinos. Durante la noche se mantienen más cerca de la costa, a profundidades de alrededor de 70 metros. Por su abundante grasa corporal, los elefantes marinos son una de las presas predilectas del tiburón blanco. Foto: © Jaime Rojo/WWF-Telcel El cuerpo fusiforme del tiburón le permite alcanzar velocidades de más de 40 krn/h. Foto: © Jaime Rojo/WWF-Telcel El tiburón blanco está considerado el segundo depredador más poderoso del océano, después de las oreas. Foto: O Octavio Aburto/WWF-Telcel El trabajo de Mauricio es de gran ayuda para la elaboración de planes de manejo para la conserva- ción de esta especie, de la que se conocía más bien poco. A pesar de que el tiburón blanco está clasifi- cado como "Vulnerable" por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), in- cluido en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), y como "Amenazado" bajo la Norma Oficial Mexicana (NOM-059-SEMAR- NAT-201 0), se sigue pescando, ya sea como captura incidental o como captura ilegal para comercializar sus aletas y mandíbulas. Las poblaciones de estos grandes depredadores no aguantan los niveles de mortalidad causados por el hombre porque no son una especie que haya evolu- cionado para ser depredada. Tardan mucho en crecer, las hembras alcanzan la madurez sexual pasados los 15 años de edad, y tienen muy poca descendencia, entre otras cosas, por la gran mortalidad de juveniles. Además, debido a que los tiburones blancos forman agregaciones muy localizadas en ciertas partes del mundo, por ejemplo en isla Guadalupe, son fáciles de capturar en masa y altamente vulnerables a la so- breexplotación si existe una fuerte presión pesquera en dichas zonas. El papel ecológico del tiburón blanco para la sa- lud de los mares es inmenso, pero nuestra sociedad no lo ha entendido todavía. Mientras que en todo el mundo se dan una decena de ataques de tiburón al ser humano al año, nosotros pescamos en ese mismo periodo 100 millones de tiburones. ¿Tenemos tiempo para revertir los estragos que hemos ocasionado a las poblaciones de tiburones? ¿Podremos convivir con el tiburón blanco y generar cambios positivos en la sa- lud de los mares? La respuesta a estas preguntas debe ser conocida por la sociedad mexicana, por lo que el trabajo conjunto de Mauricio Hoyos y la Alianza WWF-Telcel conlleva también una importante labor de divulgación. Para saber más visita http://lanaturalezanosllama. com/especies/tiburonblanco Bibliografía Hoyos Padilla, M., y F. Galván Magaña. 2012. El gran tiburón blanco. Protector de los océanos , en proceso de publicación. Santos del Prado, K., E. Peeters (comps.). 2005. Isla Guadalupe. Restauración y conservación. México, INE-SEMARNAT. StevensJ.D., yT. Pyrzakowski. 1991. Tiburones. México, Plaza y Janés. 1 Instituto de Oceanografía Scripps, San Diego, California, maburto@ucsd.edu 2 info@jaime-rojo.com 6 EL PASTO MARINO en el Golfo de California: estado actual y amenazas JORGE LÓPEZ CALDERÓN, 1 RAFAEL RIOSMENA RODRÍGUEZ, 1 JORGE TORRE, 2 Y ALF MELING LÓPEZ 3 En el Golfo de California habitan cuatro especies de pastos marinos, siendo la dominante Zostera marina , cuyas praderas cubren varias hectáreas de extensión. Estas praderas se localizan principalmente en cinco humedales: Canal de Infiernillo (Sonora), Bahía Con- cepción (Baja California Sur), Sistema Lagunar Agia- bampo (frontera entre Sonora y Sinaloa), Bahía Nava- chiste y Bahía Santamaría (Sinaloa) (Fig. 1). Zostera marina es un pasto marino característico de aguas templadas que forma poblaciones principalmente pe- rennes, desde Alaska hasta Baja California Sur. Pero el rasgo que caracteriza a las poblaciones del Golfo de California es que son 100% anuales, es decir, se restablecen año tras año a partir de semillas y confor- man el límite sur de distribución de la especie para el Pacífico oriental. Principales poblaciones de Zostera marina en el Golfo de California Dos de las poblaciones más importantes de Z. marina en el Golfo de California se localizan en Bahía Con- cepción y Canal de Infiernillo. La primera es el único sitio a lo largo de la costa occidental del Golfo de Ca- lifornia donde habita Z. marina. Por su parte, Canal de Infiernillo es el humedal con la mayor extensión de Z. marina en todo el Golfo de California y el único en el mundo donde las semillas de una planta marina han sido utilizadas como alimento para el ser humano, en este caso por el pueblo seri. En Bahía Concepción, Punta Arenas es el único si- tio donde habita Z. marina (Fig. 2) junto con dos espe- cies más de pasto marino: Ruppia maritima y Halodule wrightii. Esta pradera tiene una extensión de 3 ha, por lo que es muy vulnerable ante disturbios de origen humano o natural. Las altas temperaturas del agua (33°C) hacen que de junio a septiembre mueran los haces de Z. marina en el Golfo de California. Por ser praderas anuales, sus densos bancos de semilla son vitales para el renacimiento de los haces y las pra- deras. Z. marina soporta temperaturas máximas entre 25°C y 30°C, por lo que sólo de diciembre a mayo sus praderas están presentes en el Golfo de Califor- nia. En investigaciones recientes hemos identificado que la pradera de Z. marina en Punta Arenas se ha reducido en 66% en los últimos 38 años; asimismo su densidad de haces se redujo en 36% y la densidad de Haz reproductivo de Zostera marina con frutos inmaduros en Canal de Infiernillo (abril de 201 0). Foto: ©Jorge López-Calderón 7 Figura 1 . Localización de las 1 5 poblaciones de Zostera marina en el Golfo de California y la década en que fueron reportadas. Reportes de Z. marina en el Golfo de California Década ♦ 1970-1979 i 1980-1989 i 1990-1999 ^ 2000-2009 Océano Pacífico i — i — i — i — i — i — i — i — i 0 50 100 200 km Figura 2. Ubicación de la única pradera de Zostera marina en Punta Arenas, Bahía Concepción (abril de 201 0). Imagen Landsat del 12 de octubre de 2005. Golfo de California Punta i renas Bahía Concepción Praderas de Zostera marina Praderas de Zostera marina Bahía Concepción Isla Tiburón Baja California Sur Composición de las praderas de Zostera marina en Canal de Infiernillo utilizando la información disponible de los años 2000, 2009 y 2010. Imagen Landsat del 4 de noviembre de 2005. semillas un 53% en los últimos 1 5 años. De continuar estas tendencias, es posible que la única pradera de Z. marina en la costa oeste del Golfo de California desaparezca hacia 2030. En Canal de Infiernillo ocurre lo contrario: las pra- deras de Z. marina cubren más de 7,000 ha y consti- tuyen la mayor extensión de esta especie en el Golfo de California. En esta localidad habita el pueblo indí- gena seri, que posee una profunda conexión cultural con Z. marina. Tradicionalmente, ellos cosechaban las semillas de Z. marina , procesándolas para prepa- rar harina que consumían en forma de atole. El valor nutricional de esta semilla es similar al de los gra- nos comerciales terrestres y su contenido de grasas es menor. Investigaciones realizadas recientemente demuestran que estas praderas no han sufrido dete- rioro alguno durante los últimos diez años, lo que re- presenta una esperanza para la permanencia de este ecosistema costero en el Golfo de California. Se ha demostrado la existencia de flujo genético entre las distintas poblaciones del Golfo de California, favore- cido por la relativa cercanía de éstas, la circulación de mesoescala y la dispersión asociada a especies migratorias (gansos y patos). Amenazas para los pastos marinos del Golfo de California Los principales riesgos que enfrenta Z. marina en el Golfo de California son la sobrepesca, los asen- tamientos humanos en la franja costera, la descarga de aguas ricas en nutrientes, la presencia de especies competidoras ( Ruppia marítima ), el cambio climático y la acidificación de los océanos. La sobrepesca daña al pasto marino de forma mecánica ya que los haces son arrancados de manera recurrente durante la pes- ca, sin dar tiempo suficiente para que se recuperen del disturbio, lo que ocasiona un deterioro crónico de la pradera. Los asentamientos humanos en la zona costera y la descarga de aguas son un problema in- trínsecamente relacionado. El aumento de la pobla- ción demanda una mayor cantidad de recursos y el cambio de uso del suelo de la zona costera, para sa- tisfacer las necesidades de la población con la crea- ción de granjas acuícolas, zonas de vivienda turística y urbana, áreas agrícolas y ganaderas. Sin embargo, el costo de estos servicios en la mayoría de las ocasio- nes es mayor que sus beneficios. Consideramos que si el manejo de la zona costera del Golfo de California se hace con un enfoque de cuenca sería una estra- tegia prometedora para lograr soluciones efectivas ya que toma en cuenta los principales ecosistemas. No es posible conseguir el adecuado manejo de un ecosistema costero si se olvida el impacto que even- tualmente provocarán las actividades que ocurren en zonas superiores de la cuenca (alejadas del mar). La falta de un monitoreo más frecuente y más amplio no permite saber la extensión actual de Z. marina en el Golfo de California ni identificar el momento en que una población comienza a decrecer. Involucrar a la sociedad por medio del conocimiento y valor de los servicios que provee este ecosistema es igualmente fundamental para la conservación de los pastos ma- rinos, tan benéficos como los bosques de mangle y los arrecifes de coral pero que permanecen como un ecosistema desconocido. Protección ambiental para los pastos marinos del Golfo de California En materia ambiental no existe legislación específica para los pastos marinos en México. La NOM-022- SEMARNAT-2003 para el manejo de humedales coste- ros en zonas de manglar sólo menciona que los pastos marinos forman parte de estos humedales, pero no hace referencia a las estrategias para su protección y restauración después de un disturbio. Las praderas de Canal de Infiernillo son las únicas en el Golfo de Cali- fornia que cuentan con protección ambiental, de ma- nera indirecta, gracias a la concesión federal otorgada en 1 970 a la comunidad seri sobre IslaTiburón y tierras aledañas. Sin duda, la protección por los seris está re- lacionada con la estabilidad interanual observada en las praderas de Canal de Infiernillo. Bahía Concepción y algunas otras praderas de pasto marino del Golfo de California forman parte de la red de áreas marinas prioritarias creadas por la CONABIO. Sin embargo, esta designación no es suficiente; es necesario elevar la im- portancia de los pastos marinos al nivel de los bosques de mangles y los arrecifes de coral, como ecosistemas costeros clave para México. Bibliografía Calencia, M.E., J.L. Atondo y G. Hernández. 1985. "Nutritive Valué of Zostera marina and Cardón (Pachycereus pringlei) as Consumed by the Seri Indiands in Sonora, México", en Ecology of Food and Nutrition 1 7(2): 1 65-1 74. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiver- sidad, Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, The Nature Conservancy-Programa México, Pronatura. 2007. Aná- lisis de vacíos y omisiones en conservación de la biodiversidad marina de México: océanos, costas e islas. México, CONABIO/ CONANP/TNC/PRONATURA. Ehlers, A., B. Worm y T.B.H. Reusch. 2008. "Importance of Ge- netic Diversity in Eelgrass Zostera marina for Its Resilience to Global Warming", en Marine Ecology Progress Series 355: 1-7. Felger, R.S., y M.B. Moser. 1973. "Eelgrass (Zostera marina L.) in the Gulf of California: Discovery of Its Nutritional Valué by the Seri Indians", en Science 181 : 355-356. Felger, R.S., M.B. Moser y E.W. Moser. 1980. "Seagrasses in Seri Indian Culture", en R.C. Phillips y C.P. McRoy (Eds.), Handbook ofSeagrass Biology:An Ecosystem Perspective. Nueva York, Gar- land STPM Press, pp. 260-276. López-Calderón, J., R. Riosmena Rodríguez, J.M. Rodríguez-Ba- ron, J. Carrión Cortez, J. Torre, A. Meling López, G. Hinojosa Arango, G. Hernández Carmona y J. García Hernández. 2010. "Outstanding Appearance of Ruppia maritima along Baja Cali- fornia Sur, México and Its Influence in Trophic Networks", en Marine Biodiversity 40: 293-300. Meling López, A.E., y S.E. Ibarra Obando. 1999. "Annual Life Cycles of Two Zostera marina L. Populations in the Gulf of Ca- lifornia: Contrasts in Seasonality and Reproductive Effort", en Aquatic Botany 65, 59-69. Muñiz Salazar, R., S.L. Talbot, G.K. Sage, D.H. Ward y A. Cabello Pasini. 2005. Population Genetic Structure of Annual and Peren- nial Populations of Zostera marina L. along the Pacific Coast of Baja California and the Gulf of California", en Molecular Ecolo- gy 14: 711-722. Nellemann, C., E. Corcoran, C.M. Duarte, L. Valdés, C. deYoung, L. Fonseca y G. Grimsditch. 2009. Blue Carbón: A Rapid Res- ponse Assessment. United Nations Environment Programme, Grid-Arendal. Orth, R.J., T.J. Carruthers, W.C. Dennison, C.M. Duarte, J.W. Fourqurean, K.L. Heck, R.A. Hughes, G.A. Kendrick, W.J. Ken- worthy, S. Olyamik, F.T. Short, M. Waycott y S.L. Williams. 2006. "A Global Crisis for Seagrass Ecosystems", en Bioscience 56(1 2):987-996. Ramírez García, P., y A. Lot. 1994. "La distribución del manglar y de los 'pastos marinos' en el Golfo de California, México", en Anales del Instituto de Biología Universidad Nacional Autónoma de México. Serie Botánica 65(1 ): 63-72. Santamaría Gallegos, N.A., J.L. Sánchez Lizaso y E.F. Félix Pico. 2000. "Phenology and Growth Cycle of Annual Subtidal Eel- grass in a Subtropical Local ity", en Aquatic Botany 66:329-339. Waycott M., C.M. Duarte, T.J.B. Carruthers, R.J. Orth, W.C. Den- nison, S. Olyamik, A. Calladme, J.W. Fourqurean, K.L. Heck Jr., A.R., Hughes, G.A. Kendrick, W.J. Kenworthy, F.T. Short y S. L. Williams. 2009. "Accelerating Loss of Seagrasses across the Glo- beThreatens Coastal Ecosystems", en Proceedings oí the Natio- nal Academy of Sciences 106:12377-12381 . 1 Departamento de Biología Marina, Universidad Autónoma de Baja California Sur. jlopez@uabcs.mx; riosmena@uabcs.mx 2 Comunidad y Biodiversidad, A.C., Guaymas, Sonora 3 Departamento de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (Dictus), Hermosillo, Sonora Parches de Zostera marina mezclados con Sargassum sp. en Punta Arenas, Bahía Concepción (abril 2010). Foto: © Jorge López-Calderón 10 INTERACCIONES ECOLOGICAS en un humedal en restauración DULCE RODRÍGUEZ MORALES 1 , ARMANDO AGUIRRE JAIMES 2 , PAOLA A. GONZÁLEZ VANEGAS 3 , FABIOLA LÓPEZ BARRERA 3 Y JOSÉ G. GARCÍA FRANCO 3 ¿Qué son los humedales? Cuando se habla de humedales lo primero que viene a la mente son los manglares, sistemas naturales do- minados por agua con mangles que presentan raíces espectaculares que sobresalen de la superficie del agua, semejando grandes zancos. Existen diferentes tipos de humedales y, a pesar de la variedad de sus atributos en todo el mundo, la característica unifica- dora es su estrecha relación con el agua, principal factor que determina la flora y la fauna que en ellos habitan. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) propone que los humedales son "las extensiones de marismas, pantanos, turberas o superficies cubiertas de agua, ya sea de régimen natural o artificial, permanente o temporal, estancada o corriente, dulce, salobre o salada, incluyendo las extensiones de aguas marinas, cuya profundidad en marea baja no excede los seis metros". Los hume- dales en México no sólo se encuentran cerca de la costa, también están presentes en sistemas acuáticos dentro del continente, como los lagos de Chapala y Pátzcuaro, o en áreas con influencia antrópica, como son las chinampas de Xochimilco. Su extensión po- tencial no alcanza el 1% (entre 0.7 y 1.2 millones de hectáreas) del territorio nacional. Visitante floral en una flor masculina de la papa de agua en el humedal de La Mancha. Fotos: © Armando Aguirre Los humedales veracruzanos En el estado deVeracruz, los humedales se encuen- tran en las tierras bajas inundables con una gran in- fluencia de los ríos, como el Coatzacoalcos en el sur, el Papaloapan en el centro, y el Pánuco y Tecolutla en el norte, y también en las zonas con influencia de marea. Esta amplitud de distribución da lugar a un gradiente de inundación y salinidad en los hume- dales, lo que genera gran variabilidad ambiental y hace que la entidad sea rica en tipos de humedales, que a su vez aportan una gran diversidad de flora y fauna. En los humedales se presentan diferentes 11 El humedal de La Mancha en proceso de recuperación desde el año 2007 después de la eliminación del pasto exótico. Actualmente podemos encontrar una gran diversidad de plantas acuáticas, semiacuáticas y en los alrededores árboles de gran tamaño. asociaciones vegetales, como la marina litoral do- minada por mangles, popales, tillares, carrizales, ve- getación flotante y sumergida, y bosques de galería (vegetación en las márgenes de los ríos). La flora de los humedales es muy diversa: se conocen alrededor de 78 familias de plantas con flores (angiospermas), de las cuales 24 son acuáticas estrictas para Méxi- co, con 46 géneros y aproximadamente 122 espe- cies. De la flora acuática y subacuática no hay datos precisos, pero se calculan alrededor de 49 familias (199 géneros). En el mundo existen 54 especies de mangle, y en México tenemos seis, de las cuales las más comunes son el mangle rojo ( Rhizophora man- gle), blanco ( Laguncularia racemosa ), negro ( Avicen - nia germinans) y el botoncillo ( Conocarpus erectus). Otro aspecto a destacar de los humedales en México es la diversidad de formas de vida, es decir, árboles, arbustos y hierbas. En la vegetación flotante la ma- yoría de las especies de plantas son hierbas, como el lirio acuático sudamericano ( Eichhornia crassipes), la lechuga de agua ( Pistia stratiotes ) o la cosmopoli- ta lentejilla ( Lemna aequinoctialis ). Por otro lado, la vegetación enraizada flotante se caracteriza por sus rafees que están ancladas al suelo del humedal y, en cambio, sus hojas y flores (o inflorescencias) están expuestas en la superficie del agua; las más comu- nes son Nymphaea ampia y Nymphoides indica. En América del Sur existe una especie de lirio de agua ( Victoria amazónica ) que tiene las hojas tan grandes y robustas que son capaces de soportar el peso de aves y pequeños mamíferos. El humedal de La Mancha En el centro deVeracruz, cerca de la nucleoeléctrica Laguna Verde, se encuentran varios cuerpos de agua, entre ellos el humedal de La Mancha, ubicado dentro de la reserva natural CICOLMA o La Mancha pertene- ciente al Instituto de Ecología, A.C. (INECOL). Actual- mente este humedal está en proceso de recuperación, una vez eliminada la presencia del pasto alemán ( Echinochloa pyramidalis), una especie introducida de África. En este sitio la vegetación está representa- da principalmente por popales, tulares y carrizales, en un cuerpo de agua con poca corriente; es una comunidad vegetal constituida principalmente por especies herbáceas, entre las que destacan la papa de agua ( Sagittaria lancifolia ), el chichicastle ( Laportea mexicana ), el guaco ( Mikania micrantha), el platanito (. Pontederia sagittata ) y el tule ( Typha domingensis ). Dos de estas especies, la papa de agua ( Sagittaria lancifolia, Alismataceae) y el platanito ( Pontederia sa- gittata, Pontederiaceae), contribuyen de manera muy importante en la biodiversidad del humedal de La Mancha. 12 Existen visitantes florales que no precisamente tienen una función de polinizadores, como es el caso de los escarabajos que se alimentan del polen de las flores. Aunque también muchas especies de plantas tienen como polinizadores a los escarabajos (cantarofilia). El platanito Pontederia sagittata es una planta tí- pica de popales y tulares presente en la planicie cos- tera del Golfo de México, la cual dependiendo de la región recibe varios nombres comunes: platanito, cucharita o lirio de agua. Esta planta crece formando grandes parches de hojas verdes e inflorescencias co- lor lila, que son muy parecidas al conocido lirio acuá- tico ( Eichhornia crassipes). Las flores de P. sagittata son pequeñas (aproximadamente 1 cm de diámetro) y la inflorescencia puede contener hasta 400 de ellas. Cada mañana abren en una inflorescencia entre 15- 60 flores, desplegando sus atributos que atraen a sus visitantes. Al final del día, se marchitan y, si fueron fecundadas, cada una formará un fruto con una sola semilla. Todas las flores de la inflorescencia pasan el mismo proceso cada día por aproximadamente una semana, y toma una semana más para que desarrollen los frutos. Para el observador común, todas las flores del platanito parecen iguales; sin embargo, posee uno de los sistemas de reproducción más raros y comple- jos entre las plantas con flores, ya que en esta especie los órganos reproductivos femeninos (estigmas) y los masculinos (estambres) se diferencian en su longitud de manera recíproca (largos, medianos y cortos) en tres formas florales (morios). Además de las diferen- cias en la longitud de los estambres, los morios flo- rales también varían en el tamaño de los granos de polen y la cantidad que producen. De tal forma que el polen debe migrar dependiendo del morfo floral para que se logre la polinización. Este sistema, denomina- do tristilia (por los diferentes largos de los tubos que soportan el estigma), previene la autopolinización y se ha encontrado únicamente en seis familias de plantas. Es un buen ejemplo de las historias "de amor" y "des- amor" que tienen las plantas, mencionadas en detalle en los números 64 y 95 de Biodiversitas. Además de su especializado sistema de apareamiento, las flores del platanito presentan características del síndrome floral melitofílico, es decir, un conjunto de atributos morfológicos (colores, formas, guías de néctar, etc.) y fisiológicos (volumen de néctar, tipos de azucares, etc.) que potencial mente atraen abejas. La otra especie de planta que nos ocupa es la papa de agua ( Sagittaria lancifolia). También es una hierba y, a diferencia del platanito, tiene flores masculinas y femeninas en la misma inflorescencia, lo cual se de- nomina monoicismo, aunque a lo largo de su distribu- ción puede cambiar en respuesta a condiciones de estrés ambiental, de acuerdo con la opinión de del doctor Mauricio Quesada Avendaño del Centro de In- vestigaciones en Ecosistemas de la UNAM. En la natu- raleza sólo entre 6 y 1 0% de las angiospermas presen- tan los sexos separados, mientras que la gran mayoría tiene los dos sexos en la misma flor (flores hermafrodi- tas o perfectas). Sus flores son de color blanco, de aproximadamente 2 cm de diámetro, dispuestas en una inflorescencia, donde las flores femeninas están en la parte basal y las masculinas en la parte apical. Las flores abren por la mañana y sólo viven unas cuantas horas. Ambas especies de plantas florecen todo el año, aunque se presentan pulsos masivos de floración en determinados momentos. En este escenario ecológico de historias de "amor" y "desamor" de dos integran- tes del humedal de La Mancha es donde se desarrolla una miríada de interacciones biológicas. 13 Diversidad de fauna asociada al platanito y la papa de agua En el humedal en proceso de recuperación de La Mancha, el platanito y la papa de agua son las espe- cies con el mayor número de individuos por unidad de área. Durante los pulsos de floración, el humedal se convierte en un gran tapete de flores de color lila y blanco, acompañado del resto de la flora y fau- na del lugar, algunas carismáticas como cocodrilos, serpientes y aves de diferentes tamaños y colores, pero sobre todo con una gran cantidad de insectos. Este último grupo de organismos quizá no sea tan carismático, pero contribuye de manera sustancial a la diversidad del lugar. Existe una gran diversidad de fauna asociada a estas dos especies de plantas. Liemos cuantificado más de 100 especies diferentes de insectos que vi- sitan sus flores. Las mariposas (lepidópteros) es el grupo más diverso en ambas especies, seguido de las abejas, avispas y hormigas (himenópteros); las mos- cas (dípteros) y los escarabajos (coleópteros) también son grupos importantes en su número de especies; asimismo se encontraron asociados a las flores sal- tamontes, chinches y arañas, y ocasionalmente los colibríes visitaron las flores. Las interacciones se pue- den clasificar como de tipo mutualista (donde ambos interactuantes se benefician) y/o antagonista (donde solamente uno de ellos obtiene algún beneficio). La polinización es la interacción mutualista y, en este sentido, a pesar de la gran diversidad de visitantes florales en el platanito y la papa de agua, sólo una pequeña fracción desempeña esta función. En el pla- Los visitantes florales más frecuentes en la papa de agua son las mariposas, dentro de las cuales encontramos a Siproeta sp. Figura 1 a Representación relativa de los visitantes florales del platanito (la) y la papa de agua (Ib) en el humedal de La Mancha, Veracruz. El grupo de visitantes florales más diverso corresponde al grupo de las mariposas diurnas y al de las abejas. Fuente: González- Vanegas, P.A. 201 0. Restauración de las interacciones ecológicas: el caso de la polinización de especies de humedales herbáceos en Veracruz, México. Tesis de Maestría. México, Instituto de Ecología, A.C. Colibrí 2% Chinches 6% Escarabajos 1 2% Moscas 1 6% Abejas 21 % Mariposas diurnas 43% Total 51 especies 14 tanito los polinizadores potenciales son una especie de mosca ( Lycastrirhyncha sp.) y una de abeja ( Flori - legus condignus), mientras que para la papa de agua el visitante más frecuente y uno de los polinizadores potenciales es la abeja europea {Apis mellifera ), aun- que un gran número de otras abejas más pequeñas e incluso avispas podrían estar fertilizando sus flores. El grupo más diverso de visitantes son las mariposas, las cuales consumen el néctar de las flores de la papa de agua y el platanito; a pesar de ser un grupo diverso, éstas difícilmente podrían actuar como polinizadores ya que sus largas lenguas succionan el néctar y evitan tocar el estigma y los estambres. Otros insectos obtienen beneficios adicionales; por ejemplo, existen diferentes especies de herbívoros, como los saltamontes y algunas especies de escara- bajos, que consumen las hojas, pero en el caso de la papa de agua comen principalmente los pétalos de las flores. Si este daño es muy intenso puede tener conse- cuencias negativas para las plantas, ya que al modifi- car su forma y tamaño podría disminuir la frecuencia de visitantes florales con consecuencias negativas en la polinización. Por otro lado, podemos encontrar interacciones más complejas. Asociadas a las flores de la papa de agua existen varias especies de arañas que imitan el color de los pétalos; se encuentran sobre las flores a la espera de que algún visitante floral haga su arri- bo para capturarlo. Si la frecuencia de las arañas es muy alta y su capacidad de captura de presas fuese de igual magnitud, es de esperarse consecuencias ne- gativas en la polinización de estas plantas. Saltamontes 3% Arañas 5% Colibrí 2% Escarabajos 5% Moscas 1 3% Chinches 7% Una abeja europea visitando una flor femenina de la papa de agua. Abejas, avispas y hormigas 1 8% Mariposas diurnas 47% Total 61 especies 15 Escarabajo visitando flores de platanito. En resumen, conforme avanzan las actividades de recuperación en este sitio de gran biodiversidad en la costa de Veracruz, se están llevando a cabo nume- rosos procesos tanto ecológicos como evolutivos, y posiblemente se están "inventando" nuevas interac- ciones a la luz de los cambios ambientales locales y globales, debido a la fragmentación y pérdida de há- bitats. Estos procesos merecen ser estudiados a corto y mediano plazo para poder extrapolar estas prácti- cas de recuperación a otros sitios degradados o des- truidos, como ocurrió con el humedal de La Mancha. Bibliografía Barrett, S., yj. Shore. 2008. "New Insightson Heterostyly: Compa- rative Biology, Ecology and Genetics", en V. 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V JL : _ T 1 ^ 1 ■Pl' Me^afauna de México durante la edad cíe hielo hace 10,000 a^ioí i TU ri 1 JM— p 1 ■■ Ja !■ JfcjMtiw 1 1 ■ «■■.■■(feuplaH Cartel Calendario 2013 EXPOSICIONES Nueva página web Exposiciones www.biodiversidad.gob.mx/D¡fusion/exposidones.html Niños © Bosques Aves Murciélagos Especies urbanas Cambio climático Servicios ambientales Ilustración CONABIO La CONABIO participa con organismos, instituciones y asociaciones en exposiciones sobre temas de biodiversidad. El sitio que promueve la afición por la fotografía de la naturaleza, da a conocer en este espacio la imagen ganadora del mes de agosto de 2012 y a su autor. dOSAlCÜ NATURA MÉXICO ¡Tú también puedes participar! Visita www. mosa iconatu ra . net o ¿ *+ í ' ¿y v Cascadas El Chiflón, Tzimol, Chiapas. Nombre: Jesús Enrique Sánchez Flores Trayectoria profesional: Estudió la licenciatura en Biología en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (uaem). Actualmente realiza su tesis sobre micrografías de células cancerosas de melanoma. Desde pequeño mostró su interés por la fotografía, pero con el tiempo fue aprendiendo algunas técnicas fotográficas y al contar con su propia cámara réflex digital y con la ayuda de libros, artículos y diccionarios en fotografía mejoró su ma- nejo de la lente. Gracias a un curso impartido por el maestro Humberto Bahena descubrió a la fotografía como una herramienta útil para la ciencia, lo cual le significó más interés y pasión por esta actividad. Jesús ha impartido pláticas de fotografía y en 2012 fue parte de los coordinadores del primer Campamento de Fotografía de Naturaleza en la finca La Esperanza, Villaflores, Chiapas. Entre sus logros destaca el haber queda- do entre los mejores 50 fotógrafos de 1 5 mil participantes del concurso de fotografía Once TV México "Te Hace Ver Más". Jesús tiene predilección por la fotografía de paisajismo. A través su fotografía le gusta y mostrar a la gente la naturaleza para que la conozcan, se maravillen y piensen en la importancia de conservar. Contacto: miquiztlimv540@gmail.com LIBROS LIBROS LIBROS Manual para el rastreo de mamíferos silvestres de México El rastreo es una actividad antigua y tal vez se remonte a los tiempos en que los primeros humanos se convirtieron en caza- dores-recolectores. En muchas ocasiones el acertado rastreo de los animales habría determinado el éxito de una expedi- ción de caza. Esta utilidad sigue vigente y para muchas perso- nas que cazan, ya sea como complemento para su subsistencia o por deporte, el rastreo sigue siendo una herramienta funda- mental. Además, se trata de una herramienta muy útil para co- nocer, de una manera sencilla, confiable y económica, diver- sos aspectos de la biología de los mamíferos silvestres. Los biólogos por distintas razones utilizaban poco el ras- treo. Pero esta situación ha venido cambiando en los últimos años; un creciente interés por el estudio de los mamíferos gran- des y medianos ha llevado a los interesados a aprender sobre el rastreo, con la ayuda de guías de campo. Al igual que sucede con el aprendizaje de un idioma, el conocimiento y la práctica del rastreo son la clave para entender y aprovechar la informa- ción escrita en forma de rastros. El libro, editado por la CONABIO, ofrece información preci- sa sobre la descripción del rastreo, sus aplicaciones prácticas y fotografías de los rastros de los distintos mamíferos que habitan el país, entre ellos: tlacuaches, osos, puercoespines, armadi- llos, micos dorados, felinos, caninos, mapaches, castores. Conoce la riqueza NATURAL DE MEXICO BIODIVERSIDAD MEXICANA ( www.blodlversldad.gob.mx FE DE ERRATAS En el número 1 01 de Biodiversitas, en la figura 3 de la pág. 1 3, gráfica "Océano Atlántico Sur. Pesca de calamar argentino", en el eje de las toneladas dice: 50000, 25000, 0. Debe decir: 500000, 250000, 0. La misión de la CONABIO es promover, coordinar, apoyar y realizar actividades dirigidas al conocimiento de la diversidad biológica, así como a su conservación y uso sustentable para beneficio de la sociedad. Sigue las actividades de CONABIO a través deTwitter y Facebook O W 1 <£ Biodiversitas es de distribución gratuita. Prohibida su venta. Los artículos reflejan la opinión de sus autores y no necesariamente la de la CONABIO. El contenido de Biodiversitas puede reproducirse siempre que se citen la fuente y el autor. Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor: 04-2005-040716240800-102. Número de Certificado de Licitud de Título: 13288. Número de Certificado de Licitud de Contenido: 1 0861 . EDITOR RESPONSABLE: Fulvio Eccardi Ambrosi DISEÑO: Renato Flores CUIDADO DE LA EDICIÓN: Adriana Cataño y Leticia Mendoza PRODUCCIÓN: Gaia Editores, S.A. de C.V. 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