O 20 CONABIO AÑOS BOLETÍN BIMESTRAL DE LA COMISIÓN NACIONAL PARA EL CONOCIMIENTO Y USO DE LA BIODl VtRSIDAD Poder observar la Tierra desde el espacio ha generado un cambio en la manera en que examinamos nuestra "casa". Acaso nos ha hecho tomar conciencia de que la especie humana ha modificado los ecosistemas del planeta como nunca en su historia, que los recursos naturales son finitos y que la forma como los estamos usando nos lleva a un camino que compromete seriamente nuestra supervivencia. La CONABIO está a la vanguardia en el registro, documentación y análisis del territorio mexicano desde el espacio. Con este número, dedicado a la percepción remota, celebramos veinte años seguidos de la publicación de Biodiversitas. Como individuos, nuestro reto más grande sigue siendo tener una visión global y, en consecuencia, actuar en el ámbito local. Fulvio Eccardi Portada: imagen del NASA Earth Observatory. Diversidad de la cobertura de SUELO EN MÉXICO RICARDO M. LLAMAS BARBA, RENE R. COLDITZ, FABIOLA LÓPEZ SALDAÑA, FLORIAN HRUBY La cobertura de suelo describe el material físico en la superficie terrestre 1 que se refiere a superficies como bosques, matorrales, cuerpos de agua o asen- tamientos humanos, entre otras, que pueden inferir- se mediante el uso de imágenes satelitales. Con la información de esas imágenes es posible realizar clasificaciones automatizadas 2 que permiten no sólo conocer la distribución de la cobertura de suelo, sino también monitorearla en el tiempo. En México, al ser un país megadiverso por la ri- queza de especies presentes en su territorio, 3 el co- nocimiento del entorno en el que se desarrollan éstas representa un reto en la conservación y estudio del medio ambiente. Este trabajo ilustra la diversidad en la cobertura de suelo, que hace referencia a las dife- rentes expresiones que una misma clase puede tener debido a su ubicación, factores ambientales y activi- dades humanas. Proyecto NALCMS Como parte de los esfuerzos para elaborar mapas de cobertura de suelo en México y monitorear los cambios que se presentan, la CONABIO participa desde 2007 en el Sistema de Monitoreo de la Cober- tura de Suelo de América del Norte (NALCMS ). 4 Su objetivo es producir cartografía a partir de insumos homogéneos, métodos de clasificación similares 5 y utiliza una leyenda homologada, con lo que genera una representación continua de la cobertura de sue- lo de los tres países. En esta iniciativa participan el Centro Canadiense de Percepción Remota (CCRS), el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), el Ins- tituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO) y la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), coordinadas por la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA). Con el uso de imágenes MODIS de 250 m de reso- lución espacial, la clasificación de cobertura de sue- lo de NALCMS se compone de 19 clases relacionadas con el Sistema de Clasificación de Cobertura de la Tierra (LCCS ). 6 En México existen 1 5 de estos tipos de cobertura, los cuales agrupan muchas de las clases presentes en los mapas de uso de suelo y vegetación del INEGI. Diversidad de la cobertura La variedad en las condiciones físico-geográficas del país hace que una misma clase de cobertura de suelo se exprese de manera distinta en el paisaje. Además de que la injerencia del hombre en el medio provoca que algunas coberturas como pastizales, suelos agrí- colas, cuerpos de agua y asentamientos humanos, entre otros, se modifiquen por la presión ejercida sobre el territorio. La diversidad de las clases en dis- tintas condiciones ambientales se muestra en el mapa y fotografías de las páginas 4 y 5. Adicionalmente, se analiza el grado de verdor mediante el índice de vegetación de diferencia normalizada (NDVI) para ilustrar el comportamiento de distintas coberturas de suelo en el año 201 0 (ver gráfica 1 ). Bosques de coniferas Los bosques de coniferas en México se caracterizan generalmente por árboles mayores a 3 metros que abarcan más de 20% del área donde se encuentran. En sus zonas de distribución cubren al menos 75% del dosel general. Aunque su extensión comprende sólo 3.8% del territorio, son de gran importancia en el apro- vechamiento de recursos maderables. Se localizan pre- dominantemente a lo largo de los principales sistemas montañosos del país, en las Sierras Madre Occidental, Oriental y del Sur, el Eje Neovolcánico Transversal, la Sierra Norte de Oaxaca, los Altos y el sur de Chiapas. 7 La vegetación está conformada principalmente por pino ( Pinus ), oyamel {Abies), ayarín ( Pseudotsuga y Pi- cea), cedro ( Cupressus ) y táscate o enebro (Juniperus ). 7 La variación anual en los índices de verdor de estos bosques es muy tenue debido a que conservan sus ho- jas durante todo el año; el incremento durante la tem- porada lluviosa que se observa en el ejemplo 1 A de la gráfica 1 es causado por el crecimiento de las plantas (principalmente herbáceas) debajo del dosel, lo que afecta la respuesta espectral en un bosque semiabierto como se muestra en el ejemplo 1 A del mapa. Bosques de latifoliadas Este tipo de cobertura se encuentra tanto en climas tro- picales como templados y abarca más de 20% del área donde se localiza y cubren al menos 75% del dosel. Presentan alturas mayores a 5 m en bosques tropicales y 2 9 Pastizal tropical o subtropical Pastizales. Incluye pastizal natural, pastizales halófilos y gipsófllos Pastizal inducido y vegetación secundaria herbácea derivada de bosques subtropicales, selvas y matorrales 0.6 1.17 10 Pastizal templado o subpolar Pradera de alta montaña o zacatonal 8.6 16.86 Selvas bajas inundables y vegetación de galería Popales y tulares 14 Humedal Manglares 1.1 2.13 Vegetación y pastizales tanto halófilos como gipsófilos asociados a humedales, o con influencia marina, o de lagunas Terrenos agrícolas 15 Suelo agrícola Bosques cultivados 20.2 39.56 Pastizales cultivados 16 Suelo desnudo Áreas sin vegetación aparente 0.8 1.55 17 Asentamiento humano Áreas urbanas y construidas, en uso o en abandono 0.6 1.10 18 Cuerpo de agua Cuerpo de agua 1.1 2.18 19 Nieve y hielo Nieve y hielo 0.0 >1 3 m en templados. Los bosques de latifoliadas en zonas tropicales pueden estar representados por especies pe- rennifolias o caducifolias en relación con su ubicación geográfica. En ei primer caso, su característica predomi- nante es que no pierden las hojas a lo largo del año, ya que se localizan en zonas con altos regímenes de pre- cipitación, lo que ocasiona o mantiene valores altos en el verdor durante todo el año (3A en la graáfica 1). Las variaciones que se observan en el perfil anual del índice de verdor en el bosque perennifolio tropical son causa- das por un desecamiento de las hojas al final de la tem- porada seca y la caída de algunas de éstas en bosques subperennifolios. En contraste, la vegetación caducifo- lia presenta un comportamiento estacional en el índice de verdor, con un incremento muy marcado durante la estación lluviosa en comparación con la temporada seca (4A en gráfica 1). Los principales bosques tropica- les perennifolios se localizan en las planicies del Golfo de México, el sur y este de la península de Yucatán y el este de Chiapas. Algunos ejemplos de la vegetación característica en este tipo de cobertura son el sombre- rete ( Terminalia amazonia), caoba ( Swietenia macro- phylla), capomo ( Brosimum alicastrum ), palo de agua (' Vochysia guatemalensis), macayo ( Andira galeottiana), guapaque ( Dialium guianense ), palo mulato ( Bursera si- maruba), pucté ( Bucida buceras ), chechén ( Metopium brownei) y chechén blanco ( Cameraria latifolia). En el caso de los bosques caducifolios, éstos se distribuyen principalmente en la costa del Pacífico, desde el norte de Sinaloa, en el sur deVeracruz yTabasco, y en zonas inundables de la península de Yucatán. 3 * * * 7 La vegetación representativa está compuesta por el cuajiote, papelillo y copal [Bursera), amate (. Ficus ), tepeguaje ( Lysiloma ), bonete (Jacaratia mexicana), pochote [Ceiba), ciricote, cueramo ( Cordia ), cazahuate ( Ipomoea ), guaje [Leucae- na), palo verde [Cercidium), amolé, limoncillo [Zizi- phus), mezquite ( Prosopis ) y anona [Annona glabra). Es- tos bosques tienen gran importancia en la conservación de la biodiversidad por sus elevados valores de riqueza de especies en comparación con otros ecosistemas. Los bosques templados de latifoliadas se distribuyen a lo largo de la vertiente del pacífico en la Sierra Madre Oc- cidental, desde Sonora hasta Jalisco, y en algunas zonas de la Sierra Madre Oriental entre Tamaulipas, Nuevo León y San Luis Potosí, y son representados principal- mente por variedades de encinos [Quercus). Bosques mixtos En esta cobertura, ninguna de las especies de coniferas o latifoliadas representa un porcentaje mayor a 75% del dosel. Son ecosistemas de gran importancia bio- lógica debido a la diversidad que poseen, caracteri- zada principalmente por la mezcla de pinos y enci- nos, aunque también por la presencia de liquidámbar 3 Pastizal tropical o subtropical Pastizal templado o subpolar Bosque de latifoliadas caducifolio templado o subpolar Bosque mixto Matorral tropical o subtropical Matorral templado o subpolar Diversidad de la cobertura de suelo en México La cobertura de suelo es el material físico sobre la superficie de la Tierra y se encuentra de modos distintos y con diferentes fenotipos en todo el territorio, de manera que un mismo tipo de bosque o matorral, por ejemplo, puede estar representado por vegetación abierta o cerrada, y por diferentes especies en relación con la zona donde se encuentre. México es un país megadiverso, lo que constituye no sólo una gran variedad de especies animales y vegetales, sino también un abanico de ecosistemas con características específicas. En la figura, se ilustra cómo las clases de cobertura de suelo se distribuyen en el país y se muestran ejemplos de cómo una misma clase se expresa de diferentes formas en el paisaje. speck.conabio.gob.mx/MALCMS/photQs/es/index.html Cuatro Ciénegas, Coahuila. Foto: O Ful vio Eccardi {Liquidambar styraciflua), macpalxochitl, flor de mani- ta {Chiranthodendron pentadactylon), micoxcuáhuitl (. Engelhardtia mexicana), lechillo ( Carpinus carolinia- na ), y otras de los géneros Clethra, Ocotea, Magnolia, Inga, Miconia, Podocarpus, Oreopanax, Ternstroemia, Tilia y Prunus. Estos bosques se distribuyen a lo largo de las Sierras Madre Occidental y del Sur, y el Eje Neo- volcánico Transversal, además de los sistemas monta- ñosos de Chiapas. Matorrales Es el tipo de cobertura de suelo con mayor extensión en México (37.3%), localizándose en zonas tropica- les, subtropicales y templadas. En los dos primeros casos, predominan arbustos perennifolios de tallos leñosos menores a 5 m de alto y que ocupan más de 20% del área donde se encuentran, mientras que los matorrales templados no alcanzan alturas mayores a 3 m. Los matorrales se distribuyen principalmente en regiones áridas y semiáridas del país, como el Altipla- no Central, planicies costeras de Sonora, península de Baja California, Tamaulipas y la zona de Tehua- cán-Cuicatlán entre Oaxaca y Puebla. 7 Estas cobertu- ras constituyen una aportación importante de flora endémica con afinidad neotropical. 7 En estos ecosis- temas se pueden identificar diferentes especies de cactáceas, agaváceas y vegetación herbácea, esta úl- tima predominante en las zonas arbustivas del norte del Altiplano Central. La vegetación en los matorra- les es muy sensible a las variaciones en los regíme- nes de precipitación, por lo que manifiestan varias formas de suculencia y xeromorfía. Estos ecosiste- mas se relacionan estrechamente con la estacionali- dad de las lluvias, como se observa en el verdor de un sitio ubicado en el norte de Baja California (7B de la gráfica 1), el cual muestra un comportamiento inverso al del resto del país (8B de la gráfica 1), por localizarse en una zona con lluvias en los meses de invierno. Pastizales Esta clase se caracteriza por áreas donde 80% de la vegetación está representada por gramíneas o herbáceas. Son zonas no sujetas a manejo intensi- vo como cultivo, pero son utilizadas frecuentemente como agostadero. En México se distribuyen en re- giones templadas y tropicales, principalmente en el Altiplano Central, en los límites con la vertiente inte- rior de la Sierra Madre Occidental, en el norte de la llanura costera del Golfo en Tamaulipas y en la costa del Pacífico de Baja California. Se identifican prin- cipalmente por la presencia de navajita ( Bouteloua gracilis), zacate chino ( Buchloe dactyloides ) y algunas especies de los géneros Aristida, Andropogon, Hete- ropogon y Muhlenbergia. Humedales Esta cobertura se define en áreas donde el nivel freá- tico generalmente se encuentra por encima o cercano a la superficie durante periodos prolongados de tiem- po, por lo que existe un predominio de vegetación herbácea perennifolia y humedales arbóreos. Algu- nos ejemplos costeros se localizan en Marismas Na- cionales en Nayarit, los oasis de la península de Baja California, cenotes, manglares y petenes de la penín- sula de Yucatán y pantanos de Centla en Tabasco, en- tre otros; 7 mientras que en las regiones interiores los humedales de Cuatro Ciénegas representan el caso 6 0.8 0.7 0.6 Q g 0.5 O "D O 0.4 > < 1) "O 0.3 5FMift Msngíarw de ép-^u;¡ arte Chupas FUTÍ. fJVÜHfi iMW ííf’O'S' DE MÉXICO :iÓN Y MONLTOREO ESTADOS UNIDOS Golfo de México CONAEIO i uut. iSÉBDHM&t t« i i»r- - TlHIILllpJt iVtenji Tjfraico- ikkmw 3031 ÍMBO *1,000 # H® 3381 39311 4¿,9e? • JÍI0 3,095 3W1 ¿4,300 Manglñr^í de !ag¿i ■ = Mar Neqro, Thi ; ulvpa* Kriot h UMM WÜJ^ftLAíCWi t UJWtflí M.inglarBtdB ..tguni EfanialHiaL Vcnenz KT U- :(WIM AUTSlAftlÁRtU ■ dl*A3U Manglar» de Certta. Taansc* KMt-.AMW*Í«.*jliy¿ VUjltU«J < uMH Camps-chí 216,969 •mMi 167,620 QlíiiI . i . i.i Roa Yacalán 127,910 130,210 12B.CM9 M i ’c-^ ííí Los Pfftioín. CarpecKfl P)T0 JÜtóKi lüK’A VTLAZiilCT S CflUl» Manares en Üzilam do frsva, Yucatán HTO LUÍ «¡EKtfSti fHlTTT i Et Í1JSÍJM Rrt&'va da U fftsie-’j S¿i?, Ki». Qu atara flw foro- íiimtfi iirrt Rafj üUM¡x r r 1 uft-aüiüiri MEXICO Manglar PACIFICO Sitio Prioritario de Manglar ( conabio ) 0 50 lOC ISO £00 Km 1 I L _ 1 I Izquierda: imagen de satélite SPOT 5. Derecha: clasificación del uso de suelo y vegetación. Laguna Agua Brava, Nayarit. tienen de la década de los años setenta hasta la fe- cha existe una pérdida continua de manglar y una ganancia de mar. Este ejemplo nos hace pensar, en un principio, si son consecuencia del incremento del mar, si son dinámicas naturales de las playas o si exis- te algún otro factor que pueda explicar esta pérdida de manglar y territorio nacional, para lo cual es fun- damental la información que han generado ya otras instituciones al respecto. Otro reto importante para el SMMM es que la in- formación que genere sea utilizada real y oportuna- mente por las instituciones y organismos correspon- dientes para llevar a cabo acciones que coadyuven de forma oportuna a la conservación y rehabilitación ecológica (que llamaremos restauración , de manera genérica) de los manglares, desempeñando un pa- pel por demás relevante la Profepa, la CONANP y la CONAFOR. Algunos autores han propuesto que los mangla- res son un ecosistema que se autorrestaura cuando se deja el suficiente tiempo como para que esto suceda. 7 Si bien esto puede suceder, depende, por un lado, del grado y tipo de alteración que exista (si es de origen natural como huracanes o procesos geomorfológicos, o si la alteración es de origen antropogénico como la construcción de canales y caminos, estanques para la acuacultura, etcétera) y de la capacidad del manglar para superar perturbaciones, sin que su estructura y funcionalidad sean alteradas de manera significativa; por el otro lado, depende del tiempo que se propor- cione para la autorrestauración. Si bien el objetivo de un programa de restauración es recuperar en la medida de lo posible las funcio- nes originales del ecosistema, el cumplimiento cabal es a largo plazo y requiere investigación previa que permita el establecimiento de líneas base a las que se desea regresar al ecosistema y que, al mismo tiempo, designe la forma más eficiente de llegar a este fin. Lamentablemente, muchos de los apoyos económi- cos otorgados son a corto plazo (2-5 años), lo que limita obtener resultados tangibles y realizar el segui- miento. Por fortuna, la investigación a largo plazo es una línea de estudio que cada vez más se privilegia en México y que se ha considerado y fortalecido en el SMMM. De esta manera, llegamos a un reto más y que no es precisamente restaurar manglares per se, sino instaurar programas de restauración integrales en los que exista la manera de generar información de la ecología básica de los manglares, con el fin de establecer indicadores tangibles que nos lleven en el tiempo necesario a identificar que la función del eco- sistema se ha recuperado. Retos del SMMM en el ámbito internacional A partir de la integración del SMMM con programas de investigación interinstitucional -como los sitios de va- lidación/calibración del Grupo de Observaciones de la Tierra (GEO) y del proyecto de Seguimiento de Carbono Forestal (FCT)-, México podrá tener respuestas comple- mentarias, concretas y objetivas a algunas de las metas establecidas en los indicadores definidos en el Conve- nio sobre Diversidad Biológica (CDB), para conocer el estado de la biodiversidad en el ámbito mundial. Entre estos indicadores ambientales se encuentran la exten- sión y localización de los manglares. Otro punto importante en el que los productos del SMMM tienen el reto de ser un referente de calidad en el mundo, es la colaboración con instituciones como Google.inc, que utilizan nuestra información para ge- nerar nuevos productos que sirven para destacar la importancia de los manglares. Perspectivas La conservación de los manglares de México requiere la participación integrada de los actores del manejo y uso de éstos. Sin la cooperación del gobierno, los in- vestigadores, las organizaciones de la sociedad civil, los posibles manejadores y, por supuesto, los dueños Uso de suelo y vegetación en Laguna Agua Brava, Nayarit Desarrollo antróplco Agrícola-pecuaria Otra vegetación Sin vegetación Manglar Manglar perturbado Otros humedales 18 Pollo de fragata común (Fregata nnagnificens) en el bosque de manglar en Banco Chinchorro, Quintana Roo. Foto: © Isaí Domínguez del recurso, el destino de este ecosistema es incierto. En este sentido, si bien en el país existen diversas ANPs que incluyen a los manglares como un ecosistema a proteger (52% de la superficie total en 2010), es evi- dente que aún faltan algunas regiones importantes por incluir bajo este esquema de conservación. Como ya mencionamos, los manglares en México no son única- mente algunas pocas especies de árboles; constituyen todo un escenario de especies interactuando, y su con- servación depende no sólo de la cantidad de reservas que existan, sino también de la calidad de conserva- ción que se dé dentro de éstas y de que estén situadas estratégicamente de manera que se permita la conser- vación de todas las formas de expresión que tienen los manglares en el país. El reto en este caso es inmenso, pero no insupe- rable. Se requiere de la concientización -por parte de los propietarios del recurso y de los tomadores de decisiones- de la importancia biológica, económica y cultural de los manglares. Bibliografía 1 Steenis, C.G.G.J. van. 1958. "Ecology of mangroves", en C.G.G.J. van Steenis (ed.), Flora Malesiana. Series I. Sperma- tophyta. Haerlem, P. Noordhoff, pp. 431-441. 2 Spalding, M., M. Kainuma y L. Collins. 2010. World Atlas of Mangroves. Londres y Washington, Earthscan. 3 López Portillo, J. y E. Ezcurra. 2002. "Los manglares de Mé- xico: una revisión", Madera y Bosques , número especial: 27-51. 4 Nettel, A., R.S., Dodd, Z. Afzal-Raffii y C. Tovilla Hernández, 2008. "Genetic diversity enhanced by ancient introgression and secondary contact in east Pacific black mangroves", Mo- lecular Ecology 1 7(1 1 ): 2680-2690. 5 Polidoro, B.A., K.E., Carpenter, L., Collins, N.C. Duke, A.M. Ellison, J.C. Ellison, E.J. Farnsworth, E.S. Fernando, K. Kathi- resan, N.E. Koedam, S.R. Livingstone,T. Miyagi, G.E. Moore, V.N. Nam, J.E. Ong, J.H. Primavera, S.G. Salmo III, J.C. San- ciangco, S. Sukardjo, Y. WangyJ. Wan HongYong. 201 0. "The loss ofspecies: mangrove extinction riskandgeographicarea of global concern", PLoS ONE 5(4), el 0095.doi:1 0.1 371/ journal.pone.001 00095. Disponible en: http://www.plo- sone.org/article/info%3Adoi%2F1 0.1 371 %2 Fjournal. pone.0010095. Fecha de acceso: 15 de octubre de 2012. 6 Rodríguez Zúñiga, M.T., C. Troche-Souza, A.D. Vázquez Lule, J.D. Márquez Mendoza, B. Vázquez Balderas, L. Val- derrama Landeros, S. Velázquez Salazar, M.l. Cruz-López, R. Ressl, A. Uribe Martínez, S. Cerdeira Estrada, J. Acosta Velázquez, J. Díaz Gallegos, R. Jiménez Rosenberg, L. Fueyo Mac Donald y C. Galindo-Leal. 2013. Manglares de Méxi- co. Extensión, distribución y monitoreo. México, Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. 7 Yap, H. T. 2000. "The case for restoration of tropical Coastal ecosystems", Ocean & Coastal Management 43:841 -851 . Bibliografía complementaria Brenner L. 2014. Análisis de las consecuencias de la política pública en el contexto de la conservación de los manglares: los casos de La Palma/Mecoacán (Tabasco), La Encrucijada (Chiapas), Punta Maroma/Chacmuchuc (Quintana Roo) y Agua Dulce/El Ermitaño (Jalisco). Informe final SNIB-CONA- BIO proyecto No. KE010. México. Group on Earth Observations-Forest Carbón Tracking. http://www.geo-fct.org/home Fecha de acceso: 23 de fe- brero de 201 5. Rodríguez Zúñiga M.T., C. Troche-Souza, A. D. Vázquez Lule, J.D. Márquez Mendoza, B. Vázquez Balderas, L., Valderra- ma Landeros, S. Velázquez Salazar, A. Uribe Martínez, J. Acosta Velázquez, J. Díaz-Gallegos, M.L Cruz-López y R. Ressl. 2012. Los manglares de México: estado actual y es- tablecimiento de un programa de monitoreo a largo plazo: 2 a y 3 a etapas. Informe final SNIB-CONABIO proyecto No. GQ004. México, Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. Disponible en: http://www.co- nabio.gob.mx/institucion/proyectos/resultados/lnfGQ004. pdf. Fecha de acceso: 20 de febrero de 2015. Para mayor información puede consultar en: http://www.biodiversidad.gob.mx/ecosistemas/ manglares201 3/manglares.html 19 LIBROS LIBROS LIBROS Aves de Morelos Estudio general guía de campo y recopilación biológica Esta obra ornitológica, única en su género, contiene contribu- ciones originales tanto en la información científica como en las láminas a color de las aves del estado de Morelos. Viene a llenar un hueco en el conocimiento científico de las aves de ese estado y, aunque está dirigida a los especialistas, también puede ser útil a quienes practican el gusto por ver a las aves. Comprende casi un tercio de las especies mexicanas de aves e ilustra a 31 5 de las mismas, casi 80% de las que probablemen- te ocurren en el estado de Morelos, muchas de ellas comunes en los bosques templados de las montañas mexicanas y en la extensa selva baja caducifolia del país. Para la mayor parte de las especies que aquí se tratan se ofrece información esencial recopilada sobre aspectos básicos de su biología, así como datos locales de la diversidad de aves, su distribución, ocurrencia en distintas vegetaciones, pobla- ción, proporciones del uso general y estacional de sus recursos alimentarios y épocas de reproducción, entre otros datos. In- cluye, asimismo, índices de nombres comunes en español, en lengua indígena y en inglés, haciendo la correspondencia con los nombres científicos. Gonzalo Gaviíio de i a Torre Aves de Morelos Estudio general, guia de campo v recopilación biológica CONABIO Conoce la riqueza NATURAL DE MEXICO BIODIVERSIDAD MEXICANA ( www.blodlversldad.gob.mx La misión de la CONABIO es promover, coordinar, apoyar y realizar actividades dirigidas al conocimiento de la diversidad biológica, así como a su conservación y uso sustentable para beneficio de la sociedad. Sigue las actividades de CONABIO a través deTwitter y Facebook Biodiversitas es de distribución gratuita. Prohibida su venta. Los artículos reflejan la opinión de sus autores y no necesariamente la de la CONABIO. El contenido de Biodiversitas puede reproducirse siempre que se citen la fuente y el autor. Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor: 04-201 3-060514223800-1 02. Número de Certificado de Licitud de Título: 1 3288. Número de Certificado de Licitud de Contenido: 1 0861 . 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