DEFORESTACIÓN Y FRAGMENTACIÓN DE ECOSISTEMAS EN MÉXICO Pág.7 LOS BAMBÚES NATIVOS DE MÉXICO Pág. 12 AÑO 5 NÚM. 30 MAYO DE 2000 BOLETIN BIMESTRAL DE LA COMISIÓN NACIONAL PARA EL CONO EL AMARANTO El AMARANTO SE CULTIVABA en Améri- ca desde hace 5 000 a 7 000 años, probablemente los primeros en utili- zarlo como un cultivo altamente pro- ductivo fueron los mayas, de quienes otros pueblos de América, entre ellos los aztecas y los incas aprendieron su consumo. Cuando los españoles lle- garon a América, el amaranto o huau- tli era uno de los granos más aprecia- dos por los aztecas. Se estima que ellos producían de 15 a 20 000 tone- ladas por año y, además formaba par- te de los tributos que cobraban a los pueblos sometidos. Con la llegada de los europeos a América se inició un intenso intercambio de cultivos en el que algunos de éstos cobraron mayor importancia mientras que otros llega- ron casi a desaparecer. El éxito o fra- caso de un cultivo, sin embargo, no depende necesariamente de sus carac- terísticas intrínsecas; en gran medida su uso está sujeto a las condiciones sociales y culturales, que van cam- biando a lo largo de su historia. El amaranto tiene una historia singular. sigue en la pág. 2 Rosalba Becerra Viene de la portada EL AMARANTO: NUEVAS TECNOLOGÍAS PARA UN ANTIGUO CULTIVO Preparación de alegrías en Tulyehualco, D.F. ©Fulvio Eccardi El consumo de huautli estaba muy arraigado entre los aztecas. Era considerado un alimento ritual, que se utilizaba en la elaboración de di- versos alimentos como atoles, ta- males, pinole y tortillas, y sus hojas se consumían también como verdu- ra. Diversas fuentes históricas rela- tan el uso de esta planta en las cere- monias religiosas. Con los granos del amaranto se preparaba una hari- na que se mezclaba con miel de maguey para formar una masa lla- mada tzoalli, con la que se elabora- ban figuras e imágenes de deidades utilizadas en diferentes cultos (al- gunas fuentes mencionan que esta masa contenia también sangre de niños o adultos sacrificados). Saha- gún escribe en la Historia general de las cosas de la Nueva Espa- ña:' 1 .. .hacían unas imágenes de tzoatlli [ríe] en forma humana, con ciertos colores pintados, las cuales llamaron “tapictoton”; al acabar la fiesta dividían entre si las imágenes y comíanlas. . .” Los españoles aso- ciaron esto con la ceremonia de la eucaristía del cristianismo y, como muchos otras costumbres, el consu- mo de figuras de tzoalli se prohibió y se persiguió a quienes lo seguían practicando. Este hecho, aunado a otros motivos más como la sustitu- ción de los cultivos nativos por los introducidos del Viejo Mundo y que eran preferidos por los españo- les, actuaron de manera conjunta para reducir el cultivo del amaranto de manera drástica. Afortunadamente el arraigo de las costumbres en los pueblos es muy fuerte y el consumo del ama- ranto se mantuvo durante siglos gracias a la acción de pequeños agricultores que conservaron la tra- dición de su cultivo aunque en pe- queña escala. Actualmente, la for- ma más común de consumir el amaranto en México es en el popu- lar dulce “alegría”, cuya prepara- ción, curiosamente, deriva del anti- guo tzoalli, con la diferencia de que en lugar de harina de amaranto se utilizan las semillas reventadas. En menor escala, y de manera más lo- calizada, las semillas son molidas y mezcladas con maíz para la prepa- ración de tamales, atoles y pinole. Otra forma de consumo tradicional es en forma de verdura. Diversos estudios realizados por la doctora Cristina Mapes, del Jardín Botáni- co de la UNAM, demuestran que el consumo de “quintoniles” (nombre que se da a las hojas comestibles del amaranto) es muy alto entre la población campesina de algunas re- giones del centro del país y forma parte importante de su dieta. La producción de alimentos en México y en el mundo enfrenta una problemática muy compleja. Por una parte el aumento de la pobla- ción impone nuevos retos para la producción; por otra, los cambios en los patrones culturales y la tec- nificación de la agricultura han lle- vado a la reducción del espectro de los recursos vegetales utilizados en la alimentación del hombre. En es- te contexto el amaranto ha captura- do el interés de quienes se han dado a la tarea de recuperar y revalorar algunos cultivos que por diferentes razones han caído en el olvido y que tienen un prometedor potencial de explotación. ¿Cuáles son las ca- racterísticas que han hecho del amaranto un recurso tan atractivo? Una de las características más importantes del amaranto es, sin duda, su alto valor nutritivo. Los amarantos, además, se pueden aprovechar de múltiples formas, como grano, como verdura o como forraje. Es también un cultivo alta- 2 Composición aproximada del grano de amaranto y de algunos cereales' [tomado de Paredes et al. (s/f)] Composición amaranto trigo maíz sorgo arroz Humedad 8.0 12.5 13.8 11.0 11.7 Proteína cruda 15.8 b 14.0° 10.3 d 12.3 e 8.5 d Grasa 6.2 2.1 4.5 3.7 2.1 Fibra 4.9 2.6 2.3 1.9 0.9 Cenizas 3.4 1.9 1.4 1.9 1.4 Calorías/1 00 g 366 343 352 359 353 a. g/100 g, base seca; b. Nx5.85; c. Nx5.7; d. Nx6.25; e. Nx5.8 mente eficiente que puede prospe- rar en condiciones agroclimáticas adversas, tales como sequía, altas temperaturas y suelos salinos. La semilla presenta una gran versatili- dad, pudiéndose utilizar en la pre- paración de diversos alimentos y tiene, además, un prometedor po- tencial de aplicación industrial, tan- to en la industria de los alimentos como en la elaboración de cosméti- cos, colorantes y hasta plásticos biodegradables. Técnicamente el grano de ama- ranto es considerado como un pseudocereal, ya que tiene caracte- rísticas similares a las de los granos de cereales verdaderos de las mo- nocotiledóneas. Al igual que éstos, contiene cantidades importantes de almidón, con la diferencia de que éste se encuentra almacenado en el perispermo y el embrión ocupa gran parte del grano, conformando así una buena fuente de lípidos y también de proteínas. Sin embargo, por ser una dicotiledónea, no es considerado como un cereal verda- dero. Es importante señalar que es- tas características de su estructura son importantes en la determina- ción de las tecnologías a utilizar en el procesamiento del grano. Diversos autores han reportado contenidos de proteína en amaranto que van de 15 a 17%, pero su im- portancia no radica sólo en la canti- dad sino en la calidad de la proteí- na, ya que presenta un excelente balance de aminoácidos. Por su composición, la proteína del ama- ranto se asemeja a la de la leche y se acerca mucho a la proteína ideal propuesta por la FAO para la ali- mentación humana. Tiene un con- tenido importante de lisina, ami- noácido esencial en la alimentación humana y que comúnmente es más limitante en otros cereales. El almidón es el componente principal en la semilla del amaran- to, puer representa entre 50 y 60% de su peso seco. El almidón del amaranto poseedos características distintivas que lo hacen muy pro- metedor en la industria: tiene pro- piedades aglutinantes inusuales y el tamaño de la molécula es muy pe- queño (aproximadamente un déci- mo del tamaño del almidón del maíz). Estas características se pue- den aprovechar para espesar o pul- verizar ciertos alimentos o para imitar la consistencia de la grasa. El contenido de lípidos va de 7 a 8%. Estudios recientes han encon- trado un contenido relativamente alto de escualeno (aprox. 8% del aceite de la semilla). El escualeno es un excelente aceite para la piel, lubricante y precursor del colesterol que se obtiene comúnmente de ani- males como la ballena y el tiburón. El valor nutritivo de las hojas de amaranto ha sido también amplia- mente estudiado. Se ha encontrado que la hoja contiene altos valores de calcio, hierro, fósforo y magne- sio, así como ácido ascórbico, vita- mina A y fibra. El cultivo de ama- ranto para verdura requiere mayor humedad, ya que se ha observado que bajo condiciones de estrés hí- drico las hojas contienen altos ni- veles de oxalatos y nitratos, que pueden tener efectos adversos para la nutrición humana. No obstante, al hervir las hojas la concentración de estos compuestos disminuye. Existen notables diferencias en- tre las especies productoras de gra- no y las de verdura. Las plantas que se utilizan por su grano y que han sido también utilizadas como orna- mento y como colorante, son gene- ralmente especies cultivadas. El proceso de domesticación de estas especies las ha llevado a alcanzar mayores tallas, con inflorescencias enormes y con mayor producción de semillas. Por otra parte, las espe- cies productoras de verdura son ge- neralmente malezas, plantas no cul- tivadas que dedican gran parte de su energía a la producción de follaje, son de menor tamaño que las culti- vadas y presentan flores y frutos más pequeños y de color oscuro. En las últimas décadas el culti- vo del amaranto se ha difundido de manera exponencial en varios paí- ses del mundo. India es uno de los países que ha adoptado el amaranto más decididamente. La gran canti- 3 Variabilidad de especies del género Amaranthus Venta de alegrías en dad y variedad de platillos prepara- la ciudad de México dos con semilla y con hojas de © Fuivio Eccardi amaranto que encontramos en la comida hindú, nos demuestran el arraigo que éste tiene entre la po- blación. Hoy día, India es uno de los principales productores de ama- ranto en el mundo y se ha converti- do en un centro secundario de di- versificación. En el National Bureau of Plant Genetic Resour- ces, en Shimla, se encuentra el se- gundo banco de germoplasma de amaranto más importante del mun- do. En 1995 la colección constaba de 3 000 registros. Aunque el amaranto llegó a China hace más de cien años, el im- pulso que el gobierno chino le ha dado en los últimos quince años lo ha convertido en un cultivo inva- luable. Las más de 30 variedades traídas del banco de germoplasma del Rodale Center de Estados Uni- dos han prosperado extraordinaria- mente en suelos salinos y con pro- blemas de irrigación. Actualmente los chinos consumen gran cantidad de hojas de amaranto, preparan fi- deos, panqués y duces con la semi- lla, utilizan el colorante para la sal- sa de soya y recientemente se ha explotado como forraje para cer- dos, pollos, patos, conejos, caballos y peces con excelentes resultados. Se considera que China es actual- mente el país en donde se cultiva la mayor extensión de amaranto: en La familia Amaranthaceae se compone de 60 géneros y alrededor de 800 especies, 60 de estas especies son cosmpólitas y crecen particularmente en sitios perturbados por el hombre considerándose como malezas. Existe una amplia variabilidad en las diferentes especies del género. Solo tres de ellas son cultivadas: Amaranthus hipochondriacus , originario de México, A. cruentus, originario de Guatemala y el sureste de México y A. caudatus , cuyo origen es América del Sur. Asociadas a éstas existen tres especies de malezas o arvenses: A powelli, A hybrídus y A. quitensís , de éstas solo una—A. hybridus— se encuentra ampliamente distribuida por todo el mundo. Con base en sus características morfológicas tales como la altura de la planta, tamaño de la inflorescencia, patrón de ramificación y patrones fenológicos como tiempo de floración y maduración, sen han descrito diferentes tipos de amarantos de grano. Los distintos tipos representan complejos adaptativos a diferentes localidades bajo condiciones ambientales y culturales diferentes. Espitia (1994) considera que la designación más adecuada para estos tipos es la de razas, ya que cada una tiene una distribución definida y ha sido desarrollada bajo condiciones agroclimáticas distintas, lo cual las ha llevado a evolucionar por diferentes caminos. Las razas más importantes desarrolladas en México son: Mexicana, Guatemalteca, Azteca, Mercado y Mlxteca. Otras razas importantes desarrolladas en otros países son: Africana, Nepal, Picos, Sudamericana y Edulis. Cabe señalar que no todas las poblaciones coinciden completamente con las características de una raza o tipo, pues existe una gran hibridización entre ellas. 4 China es actualmente el país en donde se cultiva la mayor extensión de amaranto: en 1998 se sembraron 150 000 ha. Cereal de hojuelas de amaranto, producto de venta en Estados Unidos. © Fulvio Eccardi 1998 se sembraron 150 000 ha, y actualmente los chinos ya cuentan con una importante colección de germoplasma localizada en el Insti- tute of Crop Germplasm Resour- ces, en Beijing. En otros países de Asia y África las diferentes espe- cies de Amaranthus son utilizadas fundamentalmente como verduras en la preparación de muy variados platillos. En Estados Unidos el interés por el amaranto se incrementó a mediados de la década de los 70 con la creación de la Rodale Fun- dation y el Rodale Research Cen- ter, ambos fundados por Robert Rodale. Aunque la extensión de amaranto sembrada en este país no ha alcanzado grandes dimensiones, el interés por el producto ha ido en aumento y actualmente Estados Unidos, junto con Japón, se en- cuentra a la vanguardia en la inves- tigación, tanto desde el punto de vista agronómico como en el desa- rrollo de nuevas tecnologías para el uso del grano en productos novedo- sos. En Iowa, en el North Central Regional Plant Introduction Sta- tion, se encuentra la colección de germoplasma de amaranto más im- portante del mundo, que en 1999 ya contaba con 3 380 registros de va- riedades provenientes de todo el mundo. Al igual que en México, el con- sumo del amaranto en Perú es una tradición milenaria que decayó por mucho tiempo; sin embargo en años recientes se ha dado un nuevo a la investigación de la planta y a su reintroducción. Perú cuenta con dos de las colecciones de germo- plasma de amaranto más importan- tes del mundo y es el país donde se han logrado los mayores rendi- mientos. En algunos campos expe- rimentales se han alcanzado a pro- ducir hasta 7 200 kg/ha de grano, significativamente mayor que el promedio mundial que va de los 1 000 a los 3 000 kg/ha. La nueva valoración que ha te- nido el amaranto en el mundo tam- bién despertó el interés de agróno- mos e investigadores mexicanos. En la década de los 80 el impulso a la producción del grano llegó a ele- var la superficie sembrada de 500 ha en 1983 a 1 500 en 1986. Diver- sas instituciones nacionales como el Colegio de Posgraduados de Chapingo, el Instituto Nacional de la Nutrición, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y Agropecuarias , la Universidad Na- cional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Autónoma Metropoli- tana, la Universidad Autónoma Chapingo y el Instituto Nacional de Antropología e Historia, entre otras, han apoyado trabajos de in- vestigación de muy diversa índole que han contribuido a aumentar nuestro conocimiento y las poten- cialidades de tan importante recur- so. Actualmente en el INIFAP se en- cuentra un importante banco de germoplasma; en 1993 este banco contaba con 495 registros. Sin em- bargo el apoyo para el cultivo y la investigación del amaranto parece haber disminuido durante la última década. Según datos de la Sagar, en 1997 se sembraron 817 ha de ama- ranto, y se obtuvo una producción de 989 ton. Con la aplicación de procesos modernos de tecnología de alimen- tos se ha dado un nuevo enfoque a la explotación del amaranto. Con estas técnicas se pretende utilizar la planta como fuente de materias pri- mas tales como proteínas, carbohi- dratos y fibras que sirvan como ba- se para la fabricación de nuevos alimentos. En este sentido, el Dr. Jorge Soriano Santos, investigador del departamento de Biotecnología de la División de Ciencias Biológi- cas y de la Salud de la UAM Iztpala- pa, ha iniciado una línea de in- vestigación cuyo propósito es el desarrollo de nuevos productos que contienen como base amaranto. Se han desarrollado, por ejem- plo, técnicas para extraer concen- trados proteínicos de alto valor que pueden ser usados en la elabora- ción de diversos alimentos para elevar su valor nutritivo. Estos con- centrados pueden sustituir la pro- 5 teína de la soya que se utiliza en la elaboración de muchos productos que hoy día ya son populares. Un uso novedoso que se ha dado a es- tos extractos es en la elaboración de mayonesas y aderezos “light”: aprovechando las características aglutinantes del grano se sustituye la grasa que comúnmente contie- nen dichos aderezos por el extracto proteínico de amaranto, que da la consistencia al producto. Otro producto que se encuentra en desarrollo es una bebida de amaranto a la que, por sus propie- dades nutritivas semejantes a las de la leche, le llaman “leche de ama- ranto”. Esta bebida representa una opción viable y más económica pa- ra personas que presentan intole- rancia a la leche. Promover su con- sumo, sobre todo entre la población infantil ayudaría a elevar el nivel nutricional de la población, sobre todo la de escasos recursos. En este impulso a la industriali- zación del amaranto no sólo se ha puesto atención al grano, ya que también las hojas pueden ser apro- vechadas. Otro proyecto dirigido por el Dr. Soriano es el desarrollo de una bebida de fibra dietética y laxante a partir de las hojas de ama- ranto. Los productos que se en- cuentran hasta ahora en el mercado son elaborados con Psyllium plan- lago , una planta que no se produce en México y que para la elabora- ción de estos laxantes se importa de la India. La bebida preparada con las hojas de amaranto resulta hasta 40% más barata que las que actual- mente se encuentran en el mercado. Sin embargo, el futuro del ama- ranto en México es aún incierto. Algunas industrias nacionales em- piezan a interesarse en comprar las nuevas tecnologías para la elabora- ción de productos de amaranto, pe- ro la producción en el país no al- canza los niveles suficientes para impulsar una industrialización de grandes alcances. Por otra parte, los productores siembran pequeñas cantidades de amaranto por que no existe demanda del grano. Y en es- te círculo vicioso el mercado aún se encuentra restringido a un pequeño y selecto número de consumidores que pueden adquirir alimentos na- turales y nutritivos a pesar de su al- to costo. El desarrollo de nuevos produc- tos debe ir a la par con las investi- gaciones encaminadas al mejora- miento de los sistemas de cultivo y el apoyo a los productores. Las plantas cultivadas de manera tradi- cional por los campesinos de Amé- rica y particularmente de México representan el remanente de la gran diversidad que existía en tiempos prehispánicos. Este germoplasma constituye también el punto de par- tida para lograr el rescate de este antiguo y valioso cultivo. Planta de amaranto en Tulyehualco, D.F. © Fulvio Eccardi Bibliografía Barros, C. y M. Buenrostro. Amaranto, fuente maravillosa de sabor y salud. Grijalbo, México, 1997. Brenner, E.M., D.D. Baltensperger, P.A. Kulakow, J.W. Lehmann, R.L. My- ers, M.M. Slabert y B.B. Sleugh. Genetic resources and breeding of Amaranthus. Plant Breeding Re- views. (En prensa). Espitia, R.E. Breeding of grain amaranth. En: O. Paredes-López (ed.), Ama- ranth. Biology, Chemistry and Tech- nology. CRC Press, Boca Ratón. Ann Arbor. Londres, 1994. Itúrbide, G.A. y M. Gispert. Amarantos de grano ( Amaranthus spp.). En: J.E. Hemández-Bermejo y J. León (eds.), Cultivos marginados, otra perspectiva de 1492. FAO, Roma, 1992. Mapes, C„ J. Caballero, E. Espitia y R. Bye. Morphophysiological varia- tion in some Mexican species of ve- getable Amaranthus : Evolutionary tendencies under domestication. Journal of Genetic Resources and Crop Evolution 43:283-290, 1996. Paredes-López, O., A.P. Barba de la Ro- sa, D. Hernández y A. Carabez. Amaranto. Características alimen- tarias y aprovechamiento agroin- dustrial. Secretaría General de la Organización de los Estados Ameri- canos. Programa Regional de Desa- rrollo Científico y Tecnológico. Washington, D.C. (s/f). Schnetzeler, K.A. y W. M. Breene. Food uses and amaranth product re- search: A comprehensive review. En: O. Paredes-López (ed.), Ama- ranth. Biology, Chemistry and Tech- nology. CRC Press, Boca Ratón. Ann Arbor. Londres, 1994. ^ 6 Claudia Aguilar, Eduardo Martínez y Laura Arriaga* DEFORESTACIÓN Y FRAGMENTACIÓN DE ECOSISTEMAS: ¿QUÉ TAN GRAVE ES EL PROBLEMA EN MÉXICO? Durante las últimas décadas se ha incrementado la llamada “cri- sis de la biodiversidad” por su ace- lerada pérdida en todo el mundo. La deforestación y la fragmenta- ción de ecosistemas se han recono- cido en muchos países como unas de las principales causas de pérdida de la biodiversidad y se ha alertado sobre las consecuencias que estos fenómenos pueden tener sobre el bienestar de la humanidad y la sa- lud general del ambiente (Harris 1984, Noss 1994). En los países en vías de desarrollo, la deforestación se debe al cambio en el uso del sue- lo y la consiguente transformación de bosques o selvas en zonas agrí- colas o pecuarias, como resultado de una presión demográfica sobre el uso de los recursos naturales y de un aprovechamiento inadecuado de la tierra (FAO 1993). La deforestación es un proceso que afecta de manera negativa la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas. La reducción de la cubierta vegetal ocasiona proble- mas como modificaciones en los ciclos hídricos y cambios regiona- les de los regímenes de temperatu- ra y precipitación, favoreciendo con ello el calentamiento global, la disminución en el secuestro de bió- xido de carbono, así como la pérdi- da de hábitats o la fragmentación de ecosistemas. La fragmentación de la vegeta- ción tiene como consecuencia in- mediata la reducción del hábitat pa- ra las especies, lo que puede oca- sionar un proceso de defaunación o desaparición parcial o total de co- munidades de algunos grupos co- mo insectos, aves y mamíferos (Dirzo y García 1992). Las relacio- nes bióticas y abióticas de las co- munidades también se pueden alte- rar en función del tamaño y la forma de los fragmentos, ya que al modificarse la distribución espacial de los recursos también se modifica su disponibilidad. El grado de inte- rrelación de los fragmentos deter- mina entonces la viabilidad de es- tas especies en el mediano y largo plazos, ya que si ésta no existe pue- den producirse procesos de aisla- miento, favorecerse procesos endo- gámicos o bien llegar hasta la extinción local de algunas especies. La deforestación, por tanto, puede ocasionar la extinción local o regional de las especies, la pérdi- da de recursos genéticos, el aumen- to en la ocurrencia de plagas, la dis- minución en la polinización de cultivos comerciales, la alteración de los procesos de formación y mantenimiento de los suelos (ero- sión), evitar la recarga de los acuí- feros, alterar los ciclos biogeoquí- micos, entre otros procesos de deterioro ambiental (FAO 1993, Trani y Giles 1999). En síntesis, la deforestación es una causa de pér- dida de la diversidad biológica a ni- Marqués de Comillas vel genético, poblacional y ecosis- Chiapas. témíCO © Fulvio Eccardi En México, la deforestación es un problema que se ha presentado desde tiempos precolombinos; sin embargo, de acuerdo con estadísti- cas reunidas por varias fuentes, du- rante las últimas cuatro décadas es- te proceso se ha incrementado dramáticamente. Las estimaciones de las tasas de deforestación para el país varían entre 370 000 y 746 000 ha/año para selvas y bosques cerra- dos (INEGI-Semamap 1997). Este rango tan amplio en los valores se debe a la heterogeneidad de la in- formación que se utiliza para esti- mar las tasas de deforestación, co- mo son diferentes definiciones y 7 Figura 1 . Tasas de deforestación estimadas en función de los remanentes de vegetación natural, 1973-1993. 1. Vegetación de galería 17. Selva baja 2. Sabana subperennifolia 3.5 J 3. Matorral espinoso 18. Matorral subtropical tamaulipeco 19. Pastizal-huizachal 3 *i 4. Palmar 20. Vegetación de dunas 5. Selva baja espinosa 21. Bosque mesófilode c ‘O 2.5 6. Pradera de alta montaña montaña o 03 7. Selva alta perennlfolla 22. Bosque de encino W O) 2 -1 8. Mezquital 23. Matorral submontano o 9. Bosque de ayarín, cedro 24. Bosque bajo abierto (D ■o 1.5 H y táscate 25. Matorral rosetófilo costero 0 •o 10. Matorral crasicaule 26. Chaparral OJ c n 1 -j 11. Matorral sarco-crasicaule 27. Manglar íO 12. Cuerpos de agua 28. Bosque de oyamel 0.5 13. Selva mediana 29. Matorral desértico subcaducifolia rosetófilo 0 14. Vegetación acuática 30. Áreas sin vegetación 15. Matorral desértico aparente -0.5 micrófilo 31. Agrícola, pecuario y 16. Selva mediana forestal -1 subperennifolia MWwmi 1 2 3 4 5 6 7 8 9 1 0 1 1 1 2 1 3 1 4 1 5 1 6 1 7 1 8 1 9 20 21 22 23 24 tipos de vegetación Figura 2. Tasas de deforestación estimadas para cada tipo de vegetación, 1S (Las tasas de deforestación que aparecen por debajo del cero corresponden tipos de vegetación o uso del suelo que han ganado superficie) 8 ^ 3 - 1 993 . i aquellos enfoques, diversas metodologías, distintos tiempos y distintas escalas geográficas de análisis. Indepen- dientemente de la variabilidad, los valores reportados son muy altos y denotan una pérdida anual conside- rable de los ecosistemas naturales. México, siendo un país megadiver- so, requiere conocer estos procesos de deterioro del ambiente para tra- tar de revertir el problema de pérdi- da de biodiversidad antes de que sea demasiado tarde. En este trabajo presentamos las tasas de deforestación estimadas para los estados de la República mexicana y para distintos tipos de vegetación. Para ello, considera- mos la deforestación como el pro- ceso en el cual se presenta una sus- titución de cobertura vegetal original por áreas de uso agrícola, pecuario y forestal, para un interva- lo de tiempo determinado. La infor- mación que se utilizó para el análi- sis consistió en dos mapas digitales de uso del suelo y vegetación, obte- nidos por el INEGI (INEGI-INE 1973, INEGI-INE, 1996), con los cuales se evaluaron los cambios en la cober- tura de la vegetación para un perio- do de 20 años (1973-1993). Los ti- pos de vegetación se agruparon para ambos mapas en 31 clases de vegetación, con base en el sistema de clasificación de Flores y Takaki (1972) y las tasas se estimaron para cada clase de vegetación de acuer- do con Dirzo y García (1992). Las tasas de deforestación se agruparon por estados en cuatro ca- tegorías (figura 1). De acuerdo con esta figura, los estados que presen- tan las tasas más altas son Vera- cruz, Tabasco y el Distrito Federal. Estos estados han perdido entre 1 y 2% anual de la vegetación natural remanente que tenían en 1973 en este periodo de 20 años. Los esta- dos que también presentan altas ta- sas de deforestación, comprendidas entre 0.6 y 0.9%, son Tamaulipas, Chiapas y Aguascalientes; los que presentan una tasa entre 0.2 y 0.5% son Oaxaca, Guerrero, Campeche, Zacatecas, Estado de México, Nue- vo León, Sinaloa e Hidalgo. El res- to de los estados de la República tiene una tasa menor a 0. 1 %. Las tasas de deforestación tam- bién se estimaron para los distintos tipos de vegetación y estos valores se presentan en la figura 2 para 3 1 clases de vegetación. La vegetación de galería es la que registra la tasa más alta (3.6% anual), en compara- ción con las otras clases de vegeta- ción. Le siguen en orden de magni- tud las sabanas (2.2%), el matorral espinoso tamaulipeco (1.7%), los palmares (1.6%), los bosques espi- nosos y praderas de alta montaña (1.3%), las selvas altas perennifo- lias (1.2%) y los mezquitales (1.1%). Las clases de vegetación restantes presentaron tasas de defo- 9 0-1 11-20 21-30 31-40 41-50 51-60 61-70 71-80 81-90 91-100 101-200 201-400 401-600 >600 intervalo p/a (m/ha) Figura 3. Comparación de la distribución de frecuencias de los fragmentos de vegetación para 1973 y 1993, para los intervalos de clases perímetro/área (p/a), en México. Testación que se encuentran com- prendidas entre 0.04% y 1%. Estos resultados muestran que la pérdida de vegetación ya afecta de manera considerable a las comunidades ri- parias y a los cuerpos de agua dul- ce (0.83%), lo que significa que los recursos hídricos del país ya están siendo afectados de manera consi- derable por la deforestación. La fragmentación de los ecosis- temas es un problema que ha sido pobremente abordado para México, por lo que también lo evaluamos en este trabajo utilizando la misma cartografía. Para ello, considera- mos las mismas clases de vegeta- ción que se analizaron con ante- rioridad y diferenciamos los frag- mentos de vegetación natural rema- nente, estimando las proporciones perímetro-área (P/A) de cada frag- mento con vegetación natural. Las proporciones P/A se agruparon en clases de tamaño para dos años, 1973 y 1993, y se graficaron en una escala logarítmica (figura 3). El análisis entre ambos periodos muestra un cambio drástico entre uno y otro años. En 1973 aún exis- tía un gran número de fragmentos cuyas frecuencias más altas (de 800 a 10 000 fragmentos) se presenta- ban en las categorías de tamaño comprendidas entre 1 1 y 100 m/ha. La mayoría de estos fragmentos ya no se registraron en 1993. La gráfi- ca para este último año presenta una pérdida de hasta más de dos ór- denes de magnitud (de 10 000 has- ta apenas decenas) en la ocurrencia de fragmentos comprendidos entre 21 y 100 m/ha. La única clase que presenta una ganancia (de varios cientos a miles de fragmentos) es la categoría de 0 a 10 m/ha, lo que im- plica una mayor atomización de otros fragmentos, (véase ejemplo en la figura 4). De acuerdo con este análisis, los ecosistemas más amenazados del país por su grado de fragmenta- ción se encuentran distribuidos de manera diferencial. Los fragmentos de vegetación tropical se encuen- tran distribuidos más o menos ho- mogéneamente en las regiones tro- picales de México (costas del Pacífico desde Nayarit hasta Chia- pas, costa del Golfo de México des- de Veracruz hasta Tabasco y la pe- nínsula de Yucatán); en tanto que las regiones áridas más afectadas por fragmentación, en su mayoría, se encuentran en el noreste de Mé- xico (Tamaulipas y Nuevo León), en algunos estados de la altiplani- cie central del país (Zacatecas, Aguascalientes, Guanajuato, Que- rétaro e Hidalgo) y en algunos esta- dos de la costa este (Colima y Jalis- co). Los fragmentos de regiones templados que presentan una ma- yor amenaza se presentan en su mayoría en la Sierra Madre del Sur, el Eje Neovolcánico y la Sierra Madre de Chiapas. Los resultados que presentamos aquí dan una idea del panorama que presenta México en cuanto al problema de la deforestación y las cifras son bastante alarmantes. En un periodo de 20 años crecieron 6 28 1 000 ha las tierras dedicadas a las actividades agropecuarias. Esta cifra desde luego puede ser mayor, ya que aún no se han considerado las pérdidas de cobertura vegetal natural que ocurrieron en 1998, co- mo resultado de los incendios que se presentaron durante ese año en México. Las pérdidas de cobertura vegetal presentadas en este trabajo muestran que la deforestación no sólo ha afectado a los ecosistemas naturales, sino también a los cuer- pos de agua superficiales y por tan- to a los recursos hídricos del país. Las tasas de deforestación más al- tas se registraron para comuni dades riparias o de freatofitas, co- mo la vegetación de galería (3.6%), palmares (1.6%) y mezquitales (1.1%), registrándose también una disminución de los cuerpos de agua 10 93 ° 20 ' 24 " 1973 93 ° 20 ' 24 " 1993 selva alta perennifolla pastizal Inducido dulce epicontinentales (0.83%). Asimismo, consideramos que el problema de la fragmentación de ecosistemas es aún más severo en el país. La mayoría de los fragmen- tos, incluidos dentro de las catego- rías comprendidas entre 21 y 100 m/ha, se perdieron durante un pe- riodo de 20 años. Esta pérdida se- guramente repercutirá negativa- mente en el manejo y conservación de hábitats, así como en la calidad y salud del ambiente. Los resulta- dos aquí presentados denotan la ur- gencia de empezar a abordar el pro- blema de la interconección de fragmentos y del establecimiento de corredores biológicos entre és- tos, como una categoría de protec- ción formal, si se quiere revertir el problema de la fragmentación de la vegetación natural del país. Finalmente, es importante re- calcar la necesidad de controlar y restringir las causas de la deforesta- ción a nivel regional y en función de los distintos tipos de vegetación que se afectan mayormente en Mé- xico. Por un lado, es necesario fre- nar el cambio en el uso del suelo por expansión de las fronteras agrí- cola y pecuaria para empezar a controlar el problema de la defores- tación, pero, por otro lado, también se requiere empezar a evaluar fi- nancieramente los servicios am- bientales que ofrece la permanen- cia y manutención de los ecosiste- mas naturales para los asentamien- tos poblacionales y las regiones aledañas a donde aún se ubican fragmentos de vegetación natural para sensibilizar a la población de lo que se pierde en cuanto a calidad y salud del ambiente con la defo- restación. \ 1 Dirección Técnica de Análisis y Prioridades, CONABIO. Bibliografía CONABIO. Topografía de México, equi- distancia entre curvas de 200 m. En: Modelo digital del terreno (escala 1:250 000). INEGI, México, 1998. Dirzo, R. y M.C. García. Rates of defo- restation in Los Tuxtlas, a Neotropi- cal area in southeast México. Con- servation Biology 6(l):84-90, 1992. FAO. Forest Resource Assessment. En: http:/www.customw.com/ecoweb- /notas/notas/970829_2.html. 1993. Figura 4. Un ejemplo de deforestación y fragmentación de la selva alta perennifolla (región del norte de Chlapas, remanente en 1973 y completamente modificada en 1993). Ki I 93 ° 08 ' 24 ” El Triunfo, Chiapas. © Fulvio Eccardi Flores, G., J. Jiménez, X. Madrigal, F. Moncayo y F. Takaki. Mapa y des- cripción de los tipos de vegetación de la República mexicana. Secreta- ría de Recursos Hidráulicos, Méxi- co, 1972. Harris, L. The Fragmented Forest: Is- land Biogeography Theory and the Preservation of Biotic Diversity. University of Chicago, Chicago, 1984. INEGI-INE. Uso de suelo y vegetación (escala 1 : 1 000 000). inegi-ine, Di- rección de Ordenamiento Ecológico General, México, 1996. INEGI-INE. Uso de suelo y vegetación, (escala 1:250 000). INEGI-INE, Di- rección de Ordenamiento Ecológico General, México, 1973. INEGI. Estadísticas del medio ambiente. Informe de la Situación General en Materia de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, 1995-1996. INEGI, México, 1998. INEGI . Atlas nacional del medio físico. Car- ta topográfica (escala 1:1 000 000). México, 1988. INEGI . Atlas nacional del medio físico. Carta topográfica. División política estatal (escala 1:1 000 000); Modelo digital del terreno. Límite nacional (escala 1:250 000), México, 1980. Noss, R.F. Some principies of conserva- tion biology, as they apply to envi- ronmental law. Chicago-Kent Law Review 69(4):893, 1994. Trani, M.K. y R.H. Giles. An analysis of deforestation: metrics used to describe pattern change. Forest Ecology and Management 114: 459-470, 1999. 11 Gilberto R. Cortés Rodríguez* LOS BAMBÚES NATIVOS Los BAMBÚES PERTENECEN a la familia botánica de las gramíneas, pero a diferencia de la gran mayo- ría de las especies de esta familia, los bambúes en general son plantas grandes y robustas. Dendrocala- mus giganteus es una especie de la India cuyos tallos llegan a alcanzar 40 m de altura y a tener un diáme- tro de hasta 30 cm; en contraste, en México vive Chusquea muelleri en el centro de Veracruz y sus tallos no tienen más de 70 cm de alto y 50 mm de diámetro. Las hojas de los bambúes también varían de las del resto de las gramíneas. La pre- sencia de un pseudopecíolo que une a la vaina de la lámina puede tomarse como característica en el grupo; así, tenemos que las láminas de Arthrostylidium capillifolium de Sudamérica, tienen sólo 3 mm de ancho, mientras que las grandes lá- minas de Neurolepis elata pueden alcanzar un largo de 5 m y un an- cho de 40 cm. Dentro de estos ex- tremos situamos a las especies conocidas generalmente como bambúes, con una gran variedad de formas y tamaños y que pertenecen a la tribu Bambusae de la subfami- lia Bambusoideae, la más diversa de las gramíneas. Las características que hacen a los bambúes ser diferentes del resto de las gramíneas, son: 1) tienen há- bito perenne; 2) los rizomas se pre- sentan en general bien desarrolla- dos; 3) los tallos o culmos son siempre lignificados y fuertes; 4) las hojas presentan un pseudope- cíolo; 5) el antecio presenta tres lo- dículas; y 6) el período de floración puede tomar muchos años. La subfamilia Bambusoideae comprende dos tribus; las Olyreae incluye todos los llamados “bam- búes herbáceos”, que efectivamen- te son herbáceos y no presentan las características antes mencionadas; la otra tribu, Bambuseae, son todos los bambúes verdaderos o simple- mente bambúes. Actualmente se reconoce un to- tal de 90 géneros y unas 1 040 es- pecies de bambúes en el mundo, que se distribuyen desde los 460 de latitud norte hasta los 470 de latitud sur, y desde el nivel del mar hasta los 4 000 metros de altura en los Andes ecuatoriales. Aunque los bambúes se asocian generalmente con las culturas orientales, también existen muchas especies en África y América; Sin embargo, el conocimiento de las especies americanas aún dista de ser completo. Judziewicz et al. (1999) reportan para América 21 géneros y 345 especies, que se lo- calizan desde el sur de Estados Unidos, en México, a lo largo y an- cho de Centro y Sudamérica, en las Islas del Caribe, y hasta el sur de Chile. En América se reconoce como DE MÉXICO el área de mayor grado de endemis- mo y diversidad el sur del estado de Bahía, en Brasil, con un total de 22 géneros, de los cuales cinco son en- démicos. Le sigue en diversidad la parte sur de Mesoamérica, o sea la región comprendida entre Costa Rica y Panamá, con 21 géneros, presentando alta diversidad pero bajo endemismo. México ha sido clasificado como de “moderada di- versidad” (Soderstrom, etai, 1988) pues tenemos ocho géneros y 35 especies de bambúes leñosos y tres géneros con cuatro especies de bambusoides herbáceos que habi- tan principalmente los estados del sureste, a una altitud que va desde el nivel del mar hasta casi 3 000 m ( Chusquea bilimekii). Dos características de la biolo- gía de los bambúes los hacen ser plantas extraordinarias: la floración y su rápido crecimiento; es bien sa- bido que algunas especies de bam- bú pueden llegar a crecer 1.25 cm cada 24 horas, y esto se ha observa- do experimentalmente en una de las especies más utilizadas como ornamental en el mundo que es Phyllostachys bambusoides , No obstante, tambén existen especies que tardan muchos años en crecer hasta llegar a ser plantas adultas . La floración de los bambúes es algo muy interesante: la mayor par- te de las especies tardan varios años en florecer, a diferencia de las 12 Géneros y especies de bambúes nativos de México otras gramíneas en las que su flore- cimiento es generalmente anual. Se han identificado dos tipos de flore- cimiento en los bambúes: la flora- ción esporádica, en cuyo caso, sólo una o varias plantas de una misma población florece, y la floración gregaria, cuando todos los indivi- duos de una especie florecen al mismo tiempo y en diferentes luga- res; es decir, si tenemos plantas de una misma especie en diferentes si- tios o regiones, cuando “le toca flo- recer” florecen donde quiera que estén. Phyllostachys bambusoides y otras especies de China poseen un ciclo de florecimiento de ¡120 años!; durante 1 19 años las plantas de esta especie permanecen en es- tado vegetativo y al año siguiente producen flores. No podemos saber actualmente cuándo producirá flo- res determinada especie; los índi- ces y ciclos de florecimiento de la mayor parte de las especies de bambúes no es conocido y no ha si- do registrado. Esto ha hecho que en el grupo de los bambúes se encuentren espe- cies en las que hasta ahora no se ha podido definir su estatus taxonómi- co, es decir, tenemos que esperar hasta que determinada población de alguna especie de bambú pro- duzca flores para poder identificar- la correctamente; sin embargo, ahora ya se cuenta con algunas ca- racterísticas vegetativas que ayu- Aulonemia A. ciarkiae Davidse & R.Pohl A. fulgor Soderstrom* A. laxa (Maekawa) McCIure* Arthrostylidium A. excelsum Griseb. Guadua G. aculeata G. amplexifolla J.S. Presl G. longifolia (Fourn.) R. Pohl G. paniculata Munro G. velutina Londoño & L. Clark* Merostachys M. sp. Olmeca O. recta Soderstrom* O. reflexa Soderstrom* Otatea O. acuminata (Munro) C.Calderón & Soderstrom O. acuminata ssp. acuminata O. acuminata ssp. aztecorum R.Guzmán, Anaya & Santana O. fimbriata Soderstrom Chusquea C. aperta L.CIark* C. bilimekii Fournier* C. circinata Soderstrom & C.Calderón* C. coronalis Soderstrom & C.Calderón C. foliosa L. Clark C. galeottiana Ruprecht ex Munro* C. glauca L.CIark* C. lanceolata A. Hitchcock C. liebmannii Fournier C. longifolia Swallen C. muelleri Munro* C. nelsonii Scribner & J.G.Smith C. repens L.CIark & Londoño* C. repens ssp. repens C. repens ssp. oaxacacensis L.CIark & Londoño C. perotensis L.CIark, Cortés & Cházaro* C. p/ff/eri Hackel C. simpliciflora Munro C. sulcata Swallen Rhipidocladum R. bartlettii (McCIure) McCIure fí. martinezii Davidse & R.Pohl* R. pittieri (Hackel) McCIure R. racemiflorum (Steudel) McCIure 'Endémicos dan a llevar a cabo una determina- ción más correcta, como son el lar- go y ancho de la lámina de la hoja, las variaciones que presenta la hoja caulinar o culmea y la forma y dis- posición de las yemas y ramas que emergen de los nudos de la planta. Durante muchos años, los bam- búes de México habían permaneci- do prácticamente desconocidos; los únicos tratados con los que se con- taba habían sido escritos en el siglo Guadua amplexifolia pasado, y sólo dos O tres estudios se © Gilberto Cortés referían a algunas de las especies mexicanas. Afortunadamente, en la actualidad ya contamos con más y mejores estudios sobre los bambúes de México y el mundo, que han es- clarecido el estatus taxonómico de la mayor parte de las especies. Olmeca es un género con dos especies presentes y endémicas de 13 Guadua velutina O Gilberto Cortés México, caracterizado por presen- tar frutos carnosos (característica compartida sólo con cuatro espe- cies en el mundo), habita las selvas húmedas de Veracruz y Chiapas, te- niendo hasta hace algunos años su mayor presencia en las selvas altas de la región de Uxpanapa. Las cinco especies del género Guadua que habitan en México, son las más grandes y frondosas de los bambúes mexicanos. En particular, G. aculeata llega a medir 25 m de alto y tener un diámetro de 25 cm; ha sido utilizada tradicionalmente en la construcción de viviendas ru- rales, principalmente en el norte del estado de Veracruz. La presencia de espinas en los nudos de tallos y ra- mas es una característica para dis- tinguir las especies de Guadua de los otros bambúes nativos. Chusquea es el género de bam- búes más diverso en el mundo; es un género americano que incluye unas 200 especies, 17 de las cuales se encuentran en México, y habitan principalmente las montañas húme- das de Veracruz, Oaxaca, Chiapas y Jalisco, aunque se ha encontrado una especie que vive en las monta- ñas de Nuevo León. C. muelleri, C. perotensis, C. bilimekii, C. circina- ta, C. aperta, C. repens y C. glauca son endémicas de México y en al- gunos casos sólo se conocen de po- blaciones confinadas a uno o dos sitios; por ello se puede considerar que algunas de estas especies pu- dieran estar en peligro de extinción. Sólo se conoce una reducida po- blación de Merostachys, situada en el estado de Chiapas, de las que aún no conocemos sus flores y por eso no podemos determinar su estatus taxonómico Rhipidocladum es un género con cuatro especies en México que se distribuyen desde Tamaulipas hasta los límites con Guatemala; es un género cuyas especies son más o menos abundantes. De R. martine- zii sólo se ha encontrado una pobla- ción, en el volcán Tacaná, afortuna- damente en flor. Del género Arthrostylidium sólo se tiene reportada una especie, A. excelsum, que crece silvestre en tres o cuatro localidades de Chiapas. Otatea tiene dos especies, y es el bambú leñoso y nativo de Méxi- co más abundante en cuanto a sus poblaciones; ocupa grandes super- ficies en donde muchas veces es la única planta que crece. O. acumi- nata es la especie más utilizada por las poblaciones rurales de Mé- xico, pues con sus tallos se cons- truye el bajareque (mezcla de ta- llos de esta especie con lodo y zacate) que sirve como paredes de viviendas tradicionales principal- mente en los estados de Jalisco y Veracruz. Del género Aulonemia tenemos tres especies que habitan principal- mente las montañas húmedas de Oaxaca, Veracruz y Chiapas; se tra- ta en general de bambúes con su ta- llo principal no mayor de 3 cm de diámetro, y son plantas poco cono- cidas por los botánicos y poco abundantes en los lugares donde crecen. Dos especies son endémi- cas de México: A. fulgor y A. laxa. Ahora conocemos ya la mayor parte de las especies mexicanas de bambúes, su distribución y los ras- gos característicos de cada especie. Sin embargo es necesario destacar que como otras muchas especies vegetales, algunas de las poblacio- nes de bambú silvestre corren el riesgo de desaparecer debido a la tala inmoderada de nuestros bos- ques y selvas, sobre todo si se trata de especies de las cuales conoce- mos una sola localidad. Seguramente el número de es- pecies descritas para México au- mentaría si se pudiera contar con más colecciones, principalmente de Chiapas, Oaxaca y Veracruz donde se encuentra el mayor número de las especies descritas. El siguiente paso es continuar explorando e ini- ciar un estudio acerca de las espe- cies nativas que pueden ser utiliza- bles comercialmente, basándose en el uso tradicional que las poblacio- nes humanas realizan de algunas especies. (Esta investigación cuenta con el apoyo financiero de COSNET (SEP) bajo el convenio: 638.99- P) 14 LIBROS LIBROS LIBROS LIBROS ♦Laboratorio de Botánica. Instituto Tecnológico de Chetumal. Correo-e: gcortes99@hotmail.com Bibliografía Clark, L.G., G. Cortés R. y M.Cházaro B. An unusual new species of Chus- quea (Poaceae:Bambusoideae) from México. Systematic Botany 22:219- 228, 1997. Cortés, R.G. y A.R. Aguilar. Native spe- cies of Mexican bamboos. En: V7 International Bamboo Workshop , (abstracts). San José (Costa Rica), 1998. Cortés R.G. Revisión taxonómica de los bambusoides leñosos de Veracruz. Tesis. Universidad Veracruzana, Ja- lapa, 1983. Judziewicz, E.J., L.G.Clark, X. Londo- ño y J.M. Stem. American Bam- boos. Smithsonian Institution Press. Washington, D.C., 1999. Londoño, X. Distribución, morfología, taxonomía, anatomía, silvicultura y usos de los bambúes del Nuevo Mundo. Cespedesia 19:87-137. McCure, F.A. The Bamboos: A Fresh Perspective. Harvard University Press, Cambridge, 1966. Soderstrom, T.R., E. Judziewicz y L.G. Clark. Distribution pattems in Neo- tropical bamboos. En: Proceedings of the Neotropical Biotic Distribu- tion Pattern Workshop, Río de Ja- neiro, Academia Brasileira de Cien- cias, 1988, pp. 121-157. LA EVOLUCIÓN BIOLÓGICA La biología evolutiva es una disciplina unificadora en el conoci- miento biológico contemporáneo. A pesar de que en los países de América Latina el desarrollo de la investigación en esta área es aún incipiente, el interés por el estudio de los procesos evolutivos ha ido en aumento en los últimos años. En México son pocas las publicacio- nes especializadas en difundir los avances de las investigaciones rea- lizadas tanto en el extranjero como por los investigadores del país. En un esfuerzo por llenar este vacío, en 1999 se publicó el libro La evo- lución biológica. Este volumen, editado por la Facultad de Ciencias, el Instituto de Ecología, la UNAM y la CONABIO está conformado por una serie de artículos compilados por Juan Nú- ñez-Farfán y Luis E. Eguiarte, pro- fesores de la licenciatura y el pos- grado de la Facultad de Ciencias de la UNAM. La mayor parte de los artículos que conforman la obra, fueron pu- blicados originalmente en la revista Ciencias, que, como expresan los compiladores en la introducción, se ha convertido en el foro predilecto de los estudiosos de la evolución en México. En el prólogo, Núñez-Farfán y Eguiarte explican que la compila- ción “contiene artículos sobre bio- logía evolutiva, que van desde revi- siones históricas y filosóficas sobre conceptos importantes (definciones de especie, ideas sobre adaptación), hasta estudios dedicados al análisis fino de procesos y patrones evoluti- vos en grupos específicos de orga- nismos. Para concluir, se incluye una sección sobre conservación, debido a la relevancia que la biolo- gía evolutiva tiene para el estudio de la biodiversidad.” Los 21 artículos que contiene el volumen se separan en cuatro sec- ciones: “Microevolución y adapta- ción”, “Especies y especiación”, “Evolución arriba del nivel de es- pecie” y “Biología evolutiva y bio- conservación”. Este último resulta de especial relevancia, ya que muestra las aplicaciones directas que la biología evolutiva puede te- ner, sobre todo en el campo de la conservación. Uno de los criterios utilizado para la selección de los artículos es que la compilación sirviera como material de apoyo a la docencia en los cursos de evolución de licencia- tura y posgrado. || 15 XII CONGRESO NACIONAL DE OCEANOGRAFÍA SOCIEDAD ICTIOLÓGICA MEXICANA Y FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES, ZARAGOZA, UNAM, MÉXICO “El océano, desafío del nuevo milenio”, Huatulco, Oaxaca, México Del 22 al 26 de mayo de 2000 Informes: Fax: (52) 5688 8643 Correo e: xiicno2000@mexico.com Web: http://inp.semamap.gob.mx http://cno2000webjump.com VII Congreso Nacional de Ictiología, Palacio de Minería, Ciudad de México Del 21 al 24 de noviembre de 2000 Informes: Dr. Isaías H. Salgado Ugarte correo-e: isalgado@servidor.unam.mx Tel: 5632-0729 Fax: 5773 6336 Web: http://www.angelfire.com/scifi/congresoictiologia/ 15th GLOBAL BIODIVERSITY FORUM: SHARING THE BENEFITS FROM BIODIVERSITY. NAIROBI, KENYA Del 12 al 14 de mayo de 2000 Informes: Caroline Martinet. Correo-e: ccm@hq.iucn.org Laurence Christen. Correo-e: lac@hq.iucn.org IUCN- The World Conservation Union 28, rué Mauverney, CH-1196 Gland, Suiza Tel.: +41 22999-0001 Fax: +41 22 999-0025 Web: http://iucn.org/themes/gbf/index.html KUALALUMPUR, MALASIA International Congress on Science and Technology for managing Plant Genetic Diversity in the 21st Century. Kuala Lumpur, Malasia Del 12 al 16 de junio de 2000 Informes: Masa Iwanga, IPGRI. Via della Sette Chiese 142, 00145 Roma, Italia Web: http://cgiar.org/ipgri/sosindex.htm ROYAL SOCIETY OF LONDON Y ACADEMIA MEXICANA DE CIENCIAS Programa de intercambio académico para realizar visitas en el área de ciencias exactas y ciencias naturales De julio de 2000 a mayo de 2001 Informes: Claudia Jiménez V. Tel: (5)6164283 Fax: (5) 5501 143 Correo e: claujv@servidor.unam.mx Web: http://www.unam.mx/academia COMISIÓN NACIONAL PARA EL CONOCIMIENTO Y USO DE LA BIODIVERSIDAD La CONABIO es una comisión intersecretarial dedicada a coordinar y establecer un sistema de inventarios biológicos del país, promover proyectos de uso de los recursos naturales que conserven la diversidad biológica y difundir en los ámbitos nacional y regional el conocimiento sobre la riqueza biológica del país y sus formas de uso y aprovechamiento. secretaria TÉCNICA: Julia Carabias Lillo COORDINADOR NACIONAL: José Sarukhán Kermez SECRETARIO EJECUTIVO: Jorge Soberón Mainero director DE servicios EXTERNOS: Hesiquio Benítez Díaz El contenido de Biodiversitas puede reproducirse siempre que la fuente sea citada. coordinador: Fulvio Eccardi asistente: Rosalba Becerra CORREO E: biodiversitas@xolo.conabio.gob.mx DISEÑO: Luis Almeida, Ricardo Real PRODUCCIÓN: BioGraphica Ala Periférico Sur 4903, P.B., Col. Parques del Pedregal, 14010 México, D.F. Tel. 5422 3500, fax 5422 3531, http://www.conabio.gob.mx Registro en trámite