EL CORAL NEGRO. UN RECURSO EN LA PROFUNDIDAD Pág.7 LA IMPORTANCIA ACTUAL DE US COLECCIONES DE TEJIDOS PÁG. 11 iJ ABAL ES UN GÉNERO de palmas solitarias y hermafroditas de hasta 25 metros de altura, que crecen tanto en vegetación na- tural como asociadas a la actividad antropogénica. El género es estrictamente del Nuevo Mundo y según Zona (1990), és- te incluye 15 especies, las cuales se distribuyen en el suroes- te de Estados Unidos, México, las Antillas y el norte de Co- lombia y Venezuela. De acuerdo con Quero (1991a), las especies que crecen en la península de Yucatán son Sabal me- xicana Mart.,5. yapa Wright ex Becc . , y S. mauritiiformis Gri- sebach & Wendl (Quero 1991a). Una especie nueva, S. gret- heriae Quero, ha sido descrita recientemente (Quero 1991b), pero su area de distribución está restringida al extremo noroes- te de la península de Yucatán. \ BOLETIN BIMESTRAL DE LA Javier Caballero Nieto, Andrea Martínez y Valeria Gama* EL USO Y MANEJO TRADICIONAL DE LA PALMA DE GUANO EN EL ÁREA MAYA DE YUCATÁN Diversos estudios etnobiológicos han mostrado que durante más de mil años, la palma de guano {Sabal spp.) ha proporcionado a los mayas de Yucatán alimento, medicinas, utensilios, forraje, materiales para construcción , materia prima para ar- tesanías y otros diversos productos para la economía de la unidad do- méstica (Caballero , 1 99 1 , 92 , 93 , 94 y Arellano etal., 1992). Algunos de los usos actuales de la palma de gua- no se originaron probablemente en la época prehispánica y han persis- tido hasta el presente. Este es el ca- so del uso de la hoja madura para te- char la vivienda rural maya. Otros usos antiguos, sin embargo, han de- clinado o desaparecido. En contras- te con lo anterior, en el pasado re- ciente, especialmente durante el siglo XX, surgieron algunos usos nuevos. Por ejemplo, la utilización de la hoja inmadura (cogollo) para la elaboración de una amplia varie- dad de objetos de artesanía. La de- saparición de algunos de los usos antiguos de Sabal está asociada al proceso de cambio cultural resultan- te de la incorporación de los mayas yucatecos a la sociedad nacional . En relación con el surgimiento de usos nuevos, particularmente el uso de los cogollos para artesanía, debe de- cirse que se trata de modificaciones de formas antiguas de uso, las cua- les eran importantes a una escala lo- cal y familiar, y que en las últimas décadas se han desarrollado a una escala comercial regional y nacio- nal. El crecimiento de la producción de artesanía de palma de guano ha estado asociado al crecimiento del turismo nacional e internacional en Yucatán, que es el mercado princi- pal de los productos artesanales. Otro de los usos tradicionales de la palma de guano que se han trans- formado o revitalizado como resul- tado del turismo, es el de la hoja pa- ra techar. El desarrollo turístico de la costa del mar Caribe, que comen- zó en la década de los años setenta en Cancán, incluyó la construcción de mas de 500 hoteles y clubes de playa en los cuales se utiliza la hoja para techar distintos tipos de insta- laciones tales como restaurantes, bares, palapas y sombrillas, de la misma manera que se usa en la vi- vienda tradicional maya. De este modo, la industria turística ha veni- do a ser un mercado potencial para un producto forestal que tradicio- nalmente sólo ha sido para consumo doméstico y que puede representar un fuente complementaria de ingre- so para los agricultores mayas. El manejo de Sabal ha evolucio- nado a lo largo del tiempo. Esta evo- lución no ha implicado la sustitu- ción de una estrategia por otra, sino más bien su acumulación y su co- existencia o integración dentro de un amplio rango de situaciones que pueden ser observadas hoy día en la península de Yucatán. En el centro de Quintana Roo, una de las pocas regiones de la península de Yucatán con superficies importantes de bos- que y baja densidad de habitantes, las hojas maduras de S.yapa son re- colectadas en los bosques y en la ve- getación antropogénica. En estas zonas, Sabal también es tolerado y algunas veces promovido dentro de la milpa. Aunque Sabal es una plan- ta del bosque primario, tiene la ca- pacidad de desarrollarse en ambien- tes fuertemente perturbados . Esto es aprovechado por los agricultores, quienes dejan en pie los individuos de Sabal al abrir algún terreno al cultivo. A pesar de que las plántulas y los individuos de menor tamaño pueden ser eliminados consciente o inconscientemente durante las prác- ticas agrícolas, principalmente por el fuego de las quemas o durante los deshierbes, los individuos juveniles y adultos responden positivamente a las condiciones de mayor insola- ción de los sitios perturbados, de modo que en el largo plazo sus poblaciones pueden desarrollarse con éxito. (Caballero, 1994; Zona, 1990). En regiones donde los bos- ques han sido casi totalmente elimi- nados, la palma de guano es mane- jada en varias formas; en la región ganadera del norte de Yucatán, S. yapa es promovida en potreros; en varios pueblos del norte de Campe- che y el oeste del estado de Yucatán , 2 S. mexicana es cultivada en peque- ñas plantaciones. En la mayor parte de la península yucateca, incluyen- do el ejido Xmaben, la palma de guano es promovida en los huertos familiares (fig.l). Los cambios observados en el manejo de la palma de guano cons- tituyen un proceso de adaptación a factores sociales, económicos y ecológicos, los cuales han operado en forma diferente en la distintas re- giones económicas de la península de Yucatán. Esta adaptación ha in- volucrado, especialmente en el ca- so de la introducción de Sabal me- xicana como plantación, un proceso empírico de innovación tecnológi- ca. Este proceso constituye una res- puesta a la decreciente disponibili- dad de este recurso como resultado del crecimiento demográfico, la acelerada deforestación y los cam- bios históricos en la economía re- gional y en las formas de uso del suelo. Esto se ha agravado además por la creciente demanda de hoja de guano para techar palapas y otras instalaciones en los centros turísti- cos de la península. Como resulta- do de esto, en la mayor parte del área maya yucateca se ha observa- do durante este periodo la progresi- va sustitución de los techos tradicio- nales de hoja de guano por lámina de cartón y otros materiales. Por otro lado, el desarrollo de la indus- tria turística regional ha involucra- II Sabal mauritiiformis ¡j> ¿ 0 Silvestre A Sabal mexicana ■ A # Tolerada en potreros y milpas 0 Sabal yapa Promovida en huertos familiares Casa maya tradicional con techo de palma de guano. Foto: Carlos Martorell Figura 1 . Distribución de las especies de Sabal en la península de Yucatán. 3 El crecimiento en la demanda de palma ha sido tal, que en la actualidad una proporción importante del cogollo que utilizan las más de 500 familias de artesanos mayas es importado de otras regiones fuera de la península de Yucatán. do un significativo crecimiento de la industria local de las artesanías de palma. El crecimiento en la deman- da que ha resultado de esto ha sido tal , que en la actualidad una propor- ción importante del cogollo de Sa- bal mexicana que utilizan las más de 500 familias de artesanos mayas es importado de otras regiones fuera de la península de Yucatán, lo cual es- tá volviendo esta actividad cada vez menos redituable. La situación arriba descrita ha planteado la necesidad de desarro- llar formas de uso y manejo sosteni- ble de la palma de guano. En el pa- sado reciente varias dependencias gubernamentales, como el Instituto Nacional Indigenista, han desarro- llado esfuerzos para promover el cultivo de la palma de guano en al- gunas partes de Yucatán, particular- mente en Maxcanu y otros munici- pios de la zona del Camino Real de Campeche. Esto ha despertado el in- terés de la población local; sin em- bargo estos proyectos no han tenido éxito porque se han hecho en forma improvisada, sin información bási- ca sobre las prácticas tradicionales de manejo y de la ecología del recur- so mismo. Tomando en cuenta lo an- terior, se realizó un estudio apoyado por la conabio (Mili) para evaluar la sostenibilidad de la formas tradi- cionales de manejo de las dos espe- cies principales de palma de guano (Sabal mexicana Mart y S. yapa Wright ex Becc., Arecaceae), que permite hacer algunas recomenda- ciones para su manejo sostenible. En este estudio se utilizaron mé- todos etnográficos y ecológicos. Los primeros permitieron estimar la intensidad de uso del recurso. Los métodos ecológicos permitieron evaluar el impacto del manejo tradi- cional. Se estudió la demografía de la palma de guano mediante la esti- mación de las tasas de crecimiento, sobrevivencia y fecundidad en dife- rentes condiciones de manejo. Con base en los datos demográficos se elaboraron modelos para evaluar la sostenibilidad de cada forma de ma- nejo tradicional. Para ello se esta- blecieron parcelas de observación en huertos familiares en Maxcanu, en un potrero en Sucila, ambas en Yucatán, y en una milpa en X’Kon- Ha, Quintana Roo. En cada caso se censaron las poblaciones de Sabal spp. mediante el establecimiento de transectos para caracterizar la es- tructura de las poblaciones y evaluar su crecimiento, sobrevivencia y fe- cundidad. Para desarrollar el mode- lo poblacional se aplicaron los mo- delos matriciales de proyección poblacional basados en una clasifi- cación de los individuos por tama- ño o estado y no por su edad. La comparación de las estructu- ras de tamaño indica que existen di- ferencias entre los sitios de estudio. Los huertos son los sitios con mayor densidad de individuos. En el potre- ro y en la milpa hay menos indivi- duos juveniles y adultos; la mayoría son infantiles y plántulas. Los resul- tados del estudio demográfico desa- rrollado durante 1998 revelaron tasas de crecimiento poblacional cercanos a la unidad en las seis po- blaciones muestreadas, indepen- dientemente de la forma de manejo practicada (cuadro 1 ) (Martínez Ba- lleste et al. 2001). Lo anterior hace suponer que las poblaciones no se ven seriamente afectadas por el manejo y de seguir las condiciones actuales de aprove- chamiento se podría mantener una cosecha similar a la observada du- rante este año sin ocasionar daños significativos en las poblaciones. Es importante remarcar que los mode- los demográficos suponen constan- cia en los factores que afectan las poblaciones, aunque en la realidad esto no ocurra; dado lo anterior, la interpretación del modelo debe ser cuidadosa y considerar que los va- lores de 1 deben ser interpretados co- mo tendencias actuales y no como predicciones a largo plazo. Los resultados muestran una co- rrespondencia entre las formas pre- dominantes de uso del suelo, la for- ma y el grado de manejo de la pal- ma de guano, y la demanda de este recurso que existe en las distintas comunidades rurales. En Sucila la demanda de guano es relativamente 4 Cuadro l.Tasa finita de crecimiento y valores de elasticidad de las poblaciones de Sabal mexicana y S. yapa bajo diferentes formas de manejo, en cuatro sitios de estudio del área maya de Yucatán durante 1998. Sitio Especie X Permanencia Crecimiento Fecundidad Huerto 1 Sabal mexicana 0.997 0.981 0.017 0.001 Sabal yapa 0.991 0.995 0.003 0.0002 Huerto 2 Sabal mexicana 0.991 0.997 0.001 0.0001 Sabal yapa 0.971 0.971 0.025 0.002 Potrero Sabal yapa 0.990 0.999 0.0004 0.00000007 Milpa Sabal yapa 0.990 0.994 0.004 0.0004 grande; sin embargo, los ganaderos tienen grandes extensiones de potre- ros donde la palma es suficiente- mente abundante como para satisfa- cer las necesidades de la comuni- dad. Esto puede explicar el bajo grado de manipulación de las pobla- ciones. En X’Kon-Ha, donde la de- manda de hoja es baja, el manejo es también poco intensivo. La cosecha que se realiza tanto en milpa como en la vegetación natural, cubre las necesidades de esta pequeña comu- nidad rural. En Maxcanu la pobla- ción humana es mayor y es poca la tierra agrícola disponible. El huerto familiar es en muchos casos el úni- co terreno donde la unidad domés- tica puede obtener hoja de palma de guano. De este modo, el manejo del huerto familiar se vuelve intensivo y las poblaciones de Sabal son ma- nipuladas de tal forma que se maxi- miza la disponibilidad de hoja. Considerando que las palmas preferentemente se cosechan cuan- do tienen la talla de individuos juve- niles, los huertos son la forma de ma- nejo que mejor optimiza el recurso. Esto se debe a la densidad significa- tivamente mayor de individuos juve- niles que se puede mantener median- te el manejo por la unidad doméstica en un espacio tan pequeño, como el del huerto. En contraste en sitios donde el área es mayor, y donde no hay prácticas de manejo tales como siembra y protección de las palmas, las poblaciones mostraron estructu- ras de tamaño en las que predominan los individuos pequeños. En el caso de los potreros los individuos adul- tos de mayor talla son también nu- merosos, aunque estos no son cose- chables debido a que poca gente se arriesga o tiene la capacidad de tre- par por el tronco. Tanto en los potre- ros como en las milpas el recluta- miento de plántulas se da de manera natural, de la misma forma en que ocurriría en poblaciones silvestres y sus estructuras de tamaño se aseme- jan más a las observadas en pobla- ciones naturales de plantas leñosas perennes de vida larga. Por el con- trario, las estructuras poblacionales de las palmas que crecen en los huer- tos mostraron significativamente más individuos de la categoría juve- nil que los observados en el potrero Palma de guano en estado silvestre (izquierda) y palapa turística techada con palma de guano. Fotos: Javier Caballero 5 Cuadro 2. Abundancia y densidad de los individuos cosechables (juveniles y adultos de la categoría Al y A2) de S. yapa en el área muestreada de acuerdo con cada forma de manejo. Juveniles Adultos Total de individuos Cantidad por sitio Densidad ind./ha Cantidad por sitio Densidad ind./ha Cantidad por sitio Densidad ind./ha Huerto S. yapa 76 305 2 8 78 313 Potrero S. yapa 339 87 145 37 484 124 Milpa S. yapa 29 17 5 3 34 20 Plantación de Sabal en la península de Yucatán. foto: Carlos Martorell y en la milpa (cuadro 2). El recluta- miento natural de la población se ve incrementado por acciones humanas como la siembra, la protección y el mantenimiento de un microhábitat favorable con condiciones adecua- das de luz y humedad, lo cual permi- te incrementar la densidad de palmas y asegura la presencia de individuos juveniles en el futuro. Los huertos mayas son sitios en donde se promueve el crecimiento de muchas especies, de manera que algunos pueden tener una vegeta- ción densa con gran cantidad de ele- mentos arbóreos y herbáceos. Las condiciones de sombra bajo el do- sel, además del incremento en la hu- medad del suelo promovido por el riego constante de las especies fru- tales, incrementa la sobrevivencia de plántulas y favorece un creci- miento lento de todos los indivi- duos. Las observaciones de creci- miento y producción anual de hojas en los individuos juveniles sugieren un crecimiento más acelerado de las palmas de Sabal spp., las cuales son toleradas en el potrero y en la milpa. Si bien esto favorece una mayor producción de hojas, el crecimiento promedio anual es también superior, el tiempo de permanencia de los in- dividuos en la categoría juvenil dis- minuye y por tanto la cosecha pue- de realizarse por menos tiempo. La comparación entre la deman- da de hoja de Sabal spp. y las for- mas manejo de este recurso en las tres localidades estudiadas sugiere que las distintas estrategias agrosil- vícolas son igualmente eficientes para satisfacer la demanda local y que representan una situación de equilibrio o adecuación entre las po- sibilidades y limitaciones que pre- senta el medio natural, las necesida- des de la población maya y sus capacidades tecnológicas. ^ * Laboratorio de Etnobiología, Jardín Botáni- co. UN AM. Bibliografía Arellano, L.G ., M .E . Carranco , F. Perez- Gil , A . Montiel , y J . Caballero .1992. Sabal mexicana Mart. y Sabal japa Wright. ex Becc. (Palmaceae). Re- cursos potenciales para la Alimenta- ción Animal. 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Caballero, V. Gama, S. Flores y C. Martorell. 200 1 . Sustainability of the traditio- nal managment of xa ’an palms (Sa- bal spp., Arecaceae) by the lowland Maya of Yucatán, México. Procee- dings of the VII International Con- gress of Ethnobiology. Athens. Uni- versity of Georgia Press. Quero, H. J. 1991. Sabal gretheriae, A new species of palms from the Yuca- tan Península, México. Principes. Quero, H. J. 1992. Las palmas silvestres de la península de Yucatán. Publica- ciones especiales 10. México, Insti- tuto de Biología, UNAM, México. Zona, S. 1990. A Monograph of Sabal (Arecaceae: Coryphoideae). Aliso 12(4): 583-666. 6 Claudia Padilla Souza* EL CORAL NEGRO, UN RECURSO EN LA PROFUNDIDAD La mayoría de las especies de coral negro pertenecen al género Antipathes. En el área del Caribe existen alrededor de 30 especies de este género, pero en la parte mexi- cana sólo se han reportado siete: A. pennacea, A. caribbeana, A. atlán- tica ,A. gracilis,A. hirta.A. tanace- tum y A. lenta (Padilla, 1998; Pa- dilla, 2000). Estos organismos en- cuentran un hábitat propicio en las partes profundas de los arrecifes, entre 20 y 100 m de profundidad, siendo más abundantes alrededor de los 55 m. Algunas de estas especies se explotan comercialmente para fa- bricar artesanía y joyería, ya que el esqueleto adquiere un aspecto de porcelana negra cuando está pulido . Sin embargo, el mayor valor del co- ral negro es místico, debido a la ra- reza de estos organismos y al peli- gro asociado con el buceo para colectarlos, por lo que tiene un alto valor comercial. Explotación del coral negro Probablemente la pesquería de co- ral negro más importante que existe en el mundo sea la de Hawai, en donde se ha llevado a cabo de ma- nera sustentable desde los años 50 (Grigg, 1994). En México, la captu- ra de coral negro se realiza desde los años 60 en el Caribe mexicano, en los arrecifes del estado de Quintana Roo, y está enfocada a dos especies: A . pennacea y A . caribbeana . De es- te recurso depende la economía de algunos de los pobladores del esta- do, principalmente de la Isla Cozu- mel, incluyendo a los pescadores que extraen el recurso, los artesanos que se dedican a la manufacturación de las piezas y un gran número de comerciantes que venden estos pro- ductos al turismo. Esta pesquería se lleva a cabo de manera artesanal, ya que el pescador realiza inmersiones con equipo de buceo Scuba hasta profundidades de 80 m para cortar las colonias con una segueta. Una vez cortadas, se amarran con una cuerda y se izan a la superficie con un globo o boya que el pescador in- fla al terminar la inmersión. La regulación de esta pesquería se basa principalmente en cuotas de captura, tamaño mínimo de colecta y áreas de extracción. Sin embargo, este mecanismo ha presentado mu- chos problemas y resultando ser ine- ficiente, ya que dichas restricciones son arbitrarias y se modifican de acuerdo con intereses sociales, más que a un conocimiento del potencial de explotación de las poblaciones. De esta manera, las cuotas de captu- ra han variado entre 50 y 150 kg de producto bruto mensual, y el tama- ño mínimo de colecta entre 2 y 2.5 cm de diámetro de la rama principal de la colonia. En cuanto al área de captura, por más de 30 años el pro- ducto se extraía exclusivamente de Cozumel, pero la alta demanda de este producto en el mercado originó la sobreexplotación de estos bancos, por lo que en 1997 se decidió cerrar esta zona como sitio de captura. Es- to provocó la búsqueda de nuevas áreas de extracción, y desde enton- ces se han explorado diferentes si- tios, de modo que en estos últimos años el coral negro se ha extraído a lo largo de toda la costa del estado, excluyendo únicamente las Áreas Naturales Protegidas. Actualmente existen permisos para extraer 150 kg mensuales en la parte sur de Quintana Roo (desde Pulticub has- ta Río Huach), y se ha establecido un tamaño mínimo de captura de 2 cm de diámetro. Los estudios sobre el coral negro El principal problema para estable- cer medidas eficientes para el mane- jo y conservación de este recurso es la falta de elementos técnicos, de- bido a la escasez de estudios cientí- ficos sobre aspectos básicos de la biología y ecología de estos organis- mos. Esto se debe en gran medida a un aspecto metodológico, ya que la presencia del coral negro en zonas profundas del arrecife dificulta su muestreo. Por ello, los trabajos que se habían realizado en México son sencillos y sólo presentan registros de captura y algunos aspectos socia- les (De la Torre, 1978; Kenyon, 1984; Sosa et al., 1993; Barragán, 7 Cuadro 1 . Densidad y número de espec cuatro regiones del Caribe mexicano.). Submarino Deep Worker 2000 en el crucero Sustainable Seas Expedition. Foto: José Luis Mondragón. Región Densidad Ni col/m 2 Norte 0.005-0.100 IslaCozumel 0.005-0.140 Sur 0.200 - 0.450 * B. Chinchorro 0.050 - 0.500 * Estimación en los bancos de coral 1994; Camarena, 1996; Boletín Ca- ribe, 1997). Por este motivo, el Centro Re- gional de Investigación Pesquera Puerto Morelos (CRIP) del Instituto Nacional de la Pesca inició en 1997 un proyecto para estudiar el coral negro. La primera fase ha consisti- do en caracterizar las poblaciones de coral negro en el Caribe mexicano y evaluar sus condiciones actuales, para lo cual se ha tenido el apoyo fi- nanciero de la CONABIO y el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (FMCN). Una herramienta valiosa para es- tudiar los arrecifes profundos es el uso de cámaras submarinas opera- das a control remoto, utilizando el vehículo de filmación Phantom HD2 para realizar una exploración general de los sitios en los que se ha explotado el coral negro. Sin embar- go, la obtención de información de- tallada sólo puede hacerse por me- dio de un muestreo in situ, lo que permite observar y registrar infor- mación específica sobre las colo- nias. Para este propósito ha sido ne- cesario el adiestramiento del perso- nal de investigación en aspectos técnicos como es el buceo con Tri- mix (mezcla de gases) y el uso de tanques dobles. Por otro lado, en el mes de mayo de este año se tuvo la oportunidad de participar en el cru- cero denominado Sustainable Seas Expeditions, que organizó la Natio- nal Geographic Society en colabo- ración con la NOAA (National Ocea- nographic and Atmospheric Admi- nistration) de Estados Unidos. En dicho crucero se realizó una explo- ración de los arrecifes profundos del Caribe mexicano con el sumergible Deepworker 2000 (foto 2) , que es un pequeño submarino totalmente au- tónomo y con capacidad para una persona, diseñado para descender hasta 600 m de profundidad (2000 pies) y fabricado por la compañía Nuytco Research. Con el uso de estas técnicas se ha obtenido información sobre las con- diciones actuales de las poblaciones de coral negro en Quintana Roo. En primera instancia se hizo la determi- nación taxonómica de las especies sujetas a explotación como A. pen- nacea y A. caribbeana, así como de otras seis especies registradas en los muéstreos: cinco del mismo género (citadas arriba), y la especie Sticho- pathes lutkeni. Se observó que exis- te una marcada dominancia de la es- pecie A. pennacea en todas las localidades estudiadas, mientras que el resto de las especies tienen abundancias variables. En cuanto a la distribución y abundancia de este recurso se encontraron poblaciones escasas en la parte norte del estado (de Punta Maroma a Tulum), al igual que en Cozumel, en donde se observó un serio deterioro, pero es- tas poblaciones presentan caracte- 8 ss de coral negro en mero de especies 6 7 8 8 Figura 1 . Tamaño de las colonias de Antipathes pennacea en cuatro regiones del Caribe mexicano. La caja representa 50% de la población (25-75 porcenti- les), el promedio se señala con el punto, y las líneas indican el rango de tamaño (mínimo y máximo). Norte Cozumel Sur Chinchorro Area y Pescador mostrando colonias de Antipathes pennacea (derecha) y A. caribbeana (izquierda). Foto: Juan Carlos Huitrón. rísticas demográficas que hacen pensar que se encuentran en una etapa de recuperación a partir de or- ganismos juveniles. En cambio, en el sur del estado (de Pulticub a Río Huach) las poblaciones se encuen- tran agrupadas en bancos, de los cuales se han localizado cuatro im- portantes en esta zona. Por otro la- do, las poblaciones de Banco Chin- chorro, las cuales no han sido explotadas, se encontraron en me- jores condiciones, con una mayor dominancia de A. pennacea en su parte expuesta y una población im- portante de A. caribbeana en la par- te protegida. En el cuadro 1 se pre- senta la densidad y el número de especies de coral negro en estas cuatro regiones, mientras que la fi- gura 1 muestra una comparación del tamaño de las colonias de A. penna- cea entre ellas. En cuanto a conservación, exis- ten algunas acciones para proteger el coral negro: a escala internacio- nal el género Antipathes está inclui- do en el apéndice II del CITES, y a escala nacional existen tres especies ( Antipathes dichotoma, A. granáis y A. ules) sujetas a protección espe- cial por la Norma Oficial Mexica- na, publicada por la Sedesol en el Diario Oficial de la Federación: NOM-059-ECOL1994 (Diario Ofi- cial, 1994). Sin embargo, esta nor- ma fue publicada antes de conocer la identidad taxonómica de las es- 9 Actualmente el CR1P está trabajando en una propuesta para incluir el coral negro en la Carta Nacional Pesquera, documento que define la regulación actual de las pesquerías en nuestro país, de acuerdo con una evaluación de los recursos pesqueros. Vehículo de filmación con operación remota Phantom HD2. Foto: Claudio Contreras pecies de coral negro explotadas, por lo que presenta un error al in- cluir especies que no existen en el Caribe mexicano y posiblemente en ninguna parte del país. En este sen- tido, el CRIP está trabajando en una propuesta para modificar dicha nor- ma , así como para incluir el coral ne- gro en la Carta Nacional Pesquera, documento que define la regulación actual de las pesquerías en nuestro país , de acuerdo con una evaluación de los recursos pesqueros. Por otro lado, la Profepa en Cozumel ha es- tablecido un control para la venta de piezas elaboradas con coral negro por medio de hologramas que certi- fican la autenticidad de la pieza y la legalidad de la materia prima con que se elaboraron. Todos estos es- fuerzos, tanto de las autoridades co- mo de los centros de investigación, están encaminados a definir los me- canismos para explotar el coral ne- gro de una manera sustentable y conservarlo como recurso en nues- tras costas. * CRIP Puerto Morelos, Instituto Nacional de la Pesca. Bibliografía Barragán, S . 1994. La extracción de co- ral negro en el municipio de Cozu- mel, Quintana Roo, México. Mani- festación de Impacto Ambiental. Boletín Caribe. 1997. Coral Negro. De- legación Quintana Roo, Semamap. Camarena.T. 1996. Análisis de las posi- bilidades de otorgar permisos de pes- ca de coral negro en Cozumel. Re- porte técnico. Semamap. Cozumel. De la Torre, R. 1978. Coral negro: un re- curso o una especie en peligro. En: Proceedings of the thirty-first an- nual meeting. Gulf and Caribeean Fisheries Institute. Florida, pp. 158- 163. Diario Oficial. 1994. Norma Oficial Me- xicana (NOM-059-ECOL-1994). To- mo CDLXXXVIII, núm. 10, México, 16 de mayo de 1994. Grigg, R.W. 1994. History of the Pre- cious Coral Fishery in Hawaii. P re- ciñas Coráis and Octocoral Re- search 3: 1-18. Kenyon, J. 1984. Black coral off Cozu- mel. Sea Frontiers 30: 5267-5272. Padilla, C . 1 998 . Descripción de los ban- cos de coral negro en la región cen- tro-norte de Quintana Roo. Reporte técnico. CRIP-Puerto Morelos, INP- /CONABIO. México. 62 pp. Padilla, C. 2000. Evaluación del poten- cial de uso sustentable del coral ne- gro en Isla Cozumel y parte sur de Quintana Roo . Reporte técnico . CR1P- Puerto Morelos, INP/fmcn. México. 70 pp. Sosa, E., Medina, A., Ramírez, A. Do- mínguez, M. y W.Aguilar. 1993. In- vertebrados marinos explotados en Quintana Roo. En: Salazar S, y N. González (eds.). Biodiversidad Ma- rina y Costera de México. CON abio- CIQRO. 709-734. 10 Gabriela M. Garcí a-Deras , Samuel López de Aquino, Magali Honey Escandón, Nandadevi Cortés Rodríguez y Blanca E. Hernández-B años* LA IMPORTANCIA ACTUAL DE LAS COLECCIO Se dé cuenta o no, todo biólogo -aun el que trabaja en el nivel molecular- trabaja con especies o partes de especies y sus hallazgos pueden ser influidos decisivamente por la elección de una especie en particular; la comunicación de sus resultados dependerá de la correcta identificación de la especie involucrada y de esta manera de su taxonomía. Mayr, 1957 La recolección y preservación de material biológico ha ocurrido desde el inicio mismo de la historia del hombre, debido a que siempre ha utilizado a las plantas y animales para cubrir sus necesidades de ali- mentación, vestido, medicación y otros usos domésticos (Dávila Aranda, 1994). Sin embargo, no fue sino hasta el siglo XVII cuando los ejemplares de animales comenza- ron a ser recolectados y preservados con fines científicos (Navarro y Lló- rente, 1994). Una colección biológica es un archivo histórico de utilidad múlti- ple: es la referencia más directa pa- ra la identificación correcta de ejemplares; es el cimiento de la ta- xonomía y la nomenclatura; es una fuente de información para muchos tipos de proyectos aplicados (por ejemplo de uso sustentable y de con- servación) y es un instrumento para la educación a varios niveles . Su ob- jetivo principal es ser el organismo de recepción y custodia de los ejem- plares biológicos resultantes de las labores de investigación y docencia (Navarro et al. 1991). Debido a que los ejemplares de las colecciones y los datos que les acompañan son el material de referencia básico para cualquier estudio biológico (Peláez Goycochea, 1994), el desarrollo de la biología comparada, la taxono- mía y la biogeografía, está íntima- mente ligado a las colecciones cien- tíficas, creadas y mantenidas con diferentes intereses a lo largo del tiempo (Navarro etal., 1991). Existen dos tipos de coleccio- nes: principales (también llamadas centrales) y accesorias. Las prime- ras están constituidas, en el caso de los vertebrados , por ejemplares pre- parados como pieles, esqueletos o individuos completos preservados en alcohol o formol . En cambio , una colección accesoria está constituida por partes de los ejemplares, como son contenidos estomacales, mues- tras de sangre o tejidos congelados, por estados juveniles, nidos, hue- vos , cantos , fotografías .huellas , ex- cretas , endo y ectoparásitos . Su fun- ción principal es la de proporcionar información adicional sobre la bio- logía del grupo en estudio. Esta di- ferencia es relativa según el grupo taxonómico y el enfoque con que se trabaje; por ejemplo, una colección de ectoparásitos de mamíferos pue- de ser accesoria para un mastozoó- logo, pero ser la colección principal para un acarólogo o entomólogo (Navarro y Llórente, 1994). A pesar de su gran importancia, en nuestro país existen pocas colec- ciones científicas. Fuera de algunas Atthis heloisa, colibrí endémico de México. Tomada del libro aicas, Arizmendi y Márquez, 2000. 11 Cynanthus latirostris latirostris • Cynanthus latirostris magicus Cynanthus latirostris propinquus * Cynanthus sordidus Cynanthus latirostris lawrencei Figura 1. Distribución del chupamirto prieto Cynanthus sordidus y de las subespecies del colibrí piquiancho Cynanthus latirostris. García-Deras, en preparación. Figura 2. Cladograma del género Eupherusa (Aves: Trochilidae). Hernández et al. en preparación. Eupherusa nigriventris Eupherusa nigriventris Eupherusa eximia Eupherusa eximia Eupherusa cyanophrys Eupherusa poliocerca Elvira cupreiceps instituciones (como por ejemplo la unam, la uam y el Instituto de Eco- logía, A.c .) existen pocos lugares que cuentan con el personal, espa- cio, equipo y mobiliario necesarios para recolectar y preservar material biológico (Lamothe Argumedo, 1994). La ausencia de fondos eco- nómicos y de un proyecto central que les permita crecer de manera sistemática y especializada son los principales problemas que enfren- tan las colecciones biológicas en México (Navarro, 1994). Las colecciones accesorias de tejidos: el caso de las aves Los nuevos paradigmas de la inves- tigación en biología comparada han llevado a los científicos a crear nue- vos tipos de colecciones. Por ejem- plo, la gran importancia de los estu- dios moleculares que utilizan las secuencias de bases del ADN para la sistemática está produciendo cam- bios en el patrón de formación y alo- jamiento de colecciones biológicas, las cuales ahora deben incluir este ti- po de elementos, a partir de los cua- les el ADN puede ser extraído y ana- lizado. En México esta área se en- cuentra en pleno desarrollo a pesar del elevado costo que implica obte- ner los datos moleculares. En el caso particular de las aves (grupo taxonómico estudiado por los autores de este trabajo), una de las colecciones accesorias de tejidos congelados más importantes de Mé- xico y Latinoamérica es la que se encuentra alojada en el Museo de Zoología “Alfonso L. Herrera” de la Facultad de Ciencias (MZFC), UNAM, y se encuentra a cargo de la Dra. Blanca E. Hernández Baños. Esta colección se inició en 1988 y a partir de esa fecha se han recolecta- do los tejidos de cada ejemplar que ingresa en la colección principal (la cual contiene aproximadamente 30% de las 1 232 especies de aves registradas para México). El acervo biológico que alberga en la actuali- dad ha sido producto de los proyec- tos de investigación que los investi- gadores y estudiantes del MZFC han venido realizando hasta la fecha. Lamentablemente, tanto en la co- lección accesoria de tejidos del MZFC como en la del Instituto de Biología de la UNAM (institución donde se encuentra alojada la colec- ción de aves más importante del país y donde está representada la mayor parte de las especies que se distribuyen en México), no se en- cuentran muestras de las diferentes 12 La colección accesoria de tejidos congelados de aves del Museo de Zoología “Alfonso L. Herrera” de la Facultad de Ciencias de la UNAM, actualmente contiene aproximadamente 30% de las 1 232 especies de aves registradas para México. poblaciones que conforman la ma- yoría de las especies, por lo que no es posible resolveren su totalidad al- gunos problemas interesantes como los de variación geográfica, límites entre especies (fig.l), filogeografía y relaciones filogenéticas (fig. 2). Usos y limitaciones de las colecciones de tejidos Como se mencionó anteriormente, en la actualidad las colecciones ac- cesorias de tejidos tienen una gran importancia como fuente de infor- mación para estudios de sistemática y biogeografía. Los científicos tam- bién pueden utilizar estas coleccio- nes en estudios sobre biología po- blacional, tales como la evaluación de los niveles de endogamia y de flujo génico, y los estudios de pater- nidad. Además de su importancia para la resolución de problemas pu- ramente académicos, los tejidos también contienen información fun- damental para estudios aplicados, por ejemplo de conservación de es- pecies en peligro de extinción o co- mo guías para la elaboración de ban- cos de germoplasma. Si bien es cierto que puede ex- traerse ADN de ejemplares muy an- tiguos, se deben tener muchas pre- cauciones antes de utilizarlo, ya que este ADN puede presentar problemas tales como estar parcialmente de- gradado o encontrarse contaminado con ADN bacterial (Houde y Braun, 1988). Por lo anterior, el uso de muestras frescas es preferible. Otro problema lo plantea la elección del tipo de tejido que se debe preservar, ya que una mala elección puede re- sultar en la dificultad para la obten- ción de ciertos caracteres. Por ejem- plo, Marsden y May (1984) encon- traron que el tejido proveniente de las plumas permite analizar mejor la expresión de los genes (utilizando la técnica de electroforesis) que el de la sangre, pero menos que el de los órganos internos (músculo, cora- zón, hígado y riñón). En la preservación de tejidos es muy común el uso de nitrógeno lí- quido. Mediante este método se pueden mantener por varios meses (siempre y cuando se recargue el tanque de almacenamiento); sin em- bargo, la utilización de nitrógeno lí- quido acarrea algunos problemas ta- les como su manejo, pues al ser una sustancia corrosiva existe el riesgo de un posible accidéntelo cual exi- ge un manejo cuidadoso; por otro la- do, la obtención de este líquido re- sulta un tanto difícil , ya que no cual- quier lugar lo expende, teniendo que visitar centros especializados de distribución; sin embargo, este mé- todo no resulta crucial para la pre- servación de tejidos. Por tal motivo, uno de los métodos más utilizados y recomendados es el de preservar los tejidos en etanol al 100% ( 1/5 de te- jido en 4/5 de etanol); el etanol es fá- cil de conseguir y accesible a cual- quier investigador, además de pre- servar por tiempo indefinido el ADN (Sibley y Ahlquist, en Barrow- clough, 1985; Omland, com. pers). Otro método para preservar tejidos es el uso de buffers tal como DMSO; sin embargo, mucha gente ha tenido problemas con ellos, razón por la cual no es muy recomendable su uso. Otra limitación importante de las colecciones de tejidos es que, a diferencia de los ejemplares de las colecciones principales, los cuales son esencialmente permanentes y reutilizables, los tejidos congelados se terminan cuando son utilizados, por lo que el mantenimiento de la colección requiere una reposición constante de muestras, lo cual tam- bién implica una mayor inversión de recursos para la colecta. A lo ante- rior debemos agregarle el hecho de que actualmente la colecta de mu- chas especies está restringida, debi- do, entre otros factores, a lo limita- do de su distribución y al estado que guardan sus poblaciones. Aunque pudiera pensarse que este último problema lo podría resolver la co- lecta de tejidos que no implican la muerte del ejemplar (por ejemplo plumas), debemos considerar que los análisis que hacen uso de datos moleculares deben acompañarse de ejemplares- voucher que respalden a los tejidos, ya que es muy factible que existan errores de identificación 13 La colecta de ejemplares será menos difícil y mucho más valiosa si se hace a un lado la opinión generalizada de que todo se conoce y que no hay nada nuevo por descubrir o conocer. que nunca se podrán resolver debi- do a que no habría manera de revi- sarlos de nuevo; portal motivo, pre- servar únicamente muestras de tejidos disminuye enormemente el valor de dichas colecciones (Ba- rrowclough, 1985; Winker, 1995). Conclusiones Todos los argumentos que se apli- can -tamaño inadecuado de mues- tras, información incompleta, la rá- pida destrucción de biotas poco conocidas, etc - a la necesidad de seguir colectando atañen también a la colecta de material para estudios moleculares (Barrowclough, 1985). En México no existe ninguna insti- tución que cuente con la representa- ción total de material biológico; en este sentido, resulta de vital impor- tancia la colaboración entre institu- ciones nacionales y extranjeras con la finalidad de facilitar el quehacer científico, por medio de intercam- bios de muestras, incrementando de manera detallada el conocimiento de la avifauna. Hoy día ya no es tan difícil y cos- toso formar una colección acceso- ria, así lo permiten las diferentes al- ternativas (nitrógeno líquido, etanol al 100%, buffers, etc.) para preser- var tejidos. La colecta de ejemplares será menos difícil y mucho más valiosa si se hace a un lado la opinión gene- ralizada de que todo se conoce y que no hay nada nuevo por descubrir o conocer. Sólo en la medida en que se logre esto el conocimiento sobre las aves se incrementará y será más completo. ^ Agradecimientos Agradecemos a Elsa Figueroa Esquivel, Luis Antonio Sánchez González, Carlos Cordero y Octa- vio Rojas Soto sus valiosos comen- tarios al presente trabajo. *Museo de Zoología “Alfonso L. Herrera”, Facultad de Ciencias, unam Bibliografía Arizmendi, M.C. y L. Márquez- Valde- mar (eds). 2000. Áreas de importan- cia para la conservación de las aves en México. CIPAMEX-CCA-CONABIO. México. Barrowclough, G. F. 1985. Museum col- lections and molecular systematics. En: Occasional papers of the British Columbia Provincial Museum. Núm . 25 . Museum Collections. The British Columbia Provincial Museum. Dávila Aranda. 1994. Las colecciones biológicas. Documento inédito. García-Deras, G. Límites de especies dentro del complejo Cynanthuslati- rostris (Aves: Trochilidae) en Méxi- co. Tesis de licenciatura. Facultad de Ciencias, UNAM. En preparación. Hemández-Baños, R.M. Zink, R.C. Blackwell-Rago y L. Eguiarte. Mol- ecularphylogenetic studies of the genus Eupherusa (Aves:Trochilidae) with comments on genetic distances in hummingbirds. En preparación. Houde.P.y M.J.Braun. 1988. Museum co- llections as a source of DNA for studies of avian phylogeny. Auk 105: 773-776. Lamothe Argumedo, R. 1994. Proble- mas y perspectives de la taxonomía zoológica en México. En: Taxono- mía biológica. Llórente y Luna (comps.) Ediciones Científicas Uni- versitarias, UNAM, Fondo de Cultura Económica. México. Marsen, J.E. y B. May. 1984. Feather Pulp: a non-destructive sampling technique forelectrophoretic studies ofbirds.Auk 101:173-175. Navarro, A. 1994. La sistemática ornito- lógica en México: posibilidades y limitaciones. En: Taxonomía biológi- ca. Llórente y Luna (comps.) Edicio- nes Científicas Universitarias, UN- AM, Fondo de Cultura Económica. México. Navarro , A . , M ,G . Torres Chávez y P. Es- calante-Pliego. 1991. Catálogo de aves (Vertebrata: Aves). Catálogo No. 4. Serie Catálogos del Museo de Zoología “Alfonso L. Herrera”. Co- lección Ornitológica. Facultad de Ciencias, UNAM, México. Navarro, A. y J. Llórente. 1994. Museos y la conservación de la biodiversidad. En: Taxonomía biológica. Llórente y Luna (comps.) Ediciones Científicas Universitarias, UNAM , Fondo de Cul- tura Económica. México. Pelaez Goycochea, A. 1994. Bases de da- tos en taxonomía y colecciones cientí- ficas. En: Taxonomía biológica. Lló- rente y Luna (comps.) Ediciones Científicas Universitarias, UNAM, Fon- do de Cultura Económica. México. Sibley, C. G. y J. E. Ahlquist. 1990. Phy- logeny and classification of Birds. Yale Univ. Press. New Haven. Winker, K., M. J. Braun y G. R. Graves. 1995. Vouchers specimens and qua- lity control in avian moleculars stu- dies. Ibis 138: 345-346. 14 LIBROS LIBROS LIBROS L BROS FLORA FANEROGÁMICA DEL VALLE DE MÉXICO Flora fanerogámica déWalle de México Graciela Calderón de Rzedowski Jerzy Rzedowski Editado por la CONABIO y el Insti- tuto de Ecología, A.C., se publicó el libro Flora fanerogámica del Valle de México, cuy os editores y autores principales son Graciela Calderón de Rzedowski y Jerzy Rzedowski. Esta obra constituye una segunda edición revisada y actualizada de tres volúmenes que aparecieron en 1979, 1985 y 1990 respectivamen- te, y en esta ocasión se presenta in- tegrada en un solo volumen de 1 406 páginas. No obstante que la obra fue ori- ginalmente concebida con fines di- dácticos para los cursos de botánica de la carrera de biología en la Es- cuela Nacional de Ciencias Bioló- gicas del Instituto Politécnico Na- cional, -nos dicen los mismos auto- res- cumple también con “otros objetivos además del didáctico y se espera que pueda servir como ins- trumento de trabajo para toda per- sona interesada en las plantas de la región, como pueden ser los botáni- cos, ecólogos, agrónomos, foresta- les, zoólogos, geógrafos, aficiona- dos, etc”. En los capítulos introductorios, Jerzy Rzedowski nos presenta una breve reseña de la exploración bo- tánica del Valle de México, incluye una descripción general de la región en cuanto a su localización, relieve, geología, hidrología y clima, así co- mo una exposición de las relaciones geográficas y posibles orígenes de la flora, la extinción de la especies vegetales, las principales comuni- dades vegetales y el uso de las plan- tas. En estos capítulos se hace un llamado a la toma de conciencia del proceso de reducción de las áreas verdes de la región y a la pérdida de la gran riqueza de especies vegeta- les, debida a la tala inmoderada y al inapropiado manejo del suelo, con las funestas consecuencias que esto ha acarreado. El cuerpo principal de la obra lo constituyen los capítulos descripti- vos de la flora fanerogámica, en el- los se presenta la descripción de los diferentes taxa y las claves para su identificación, así como excelentes ilustraciones para cada una de las fa- milias. Flora fanerogámica del Valle de México es resultado del trabajo de muchos botánicos que han dedicado importantes esfuerzos al estudio de la flora del Valle de México y cons- tituye, sin duda, una valiosa aporta- ción al conocimiento de esta privile- giada región del país, considerada como una de las zonas más ricas del mundo en cuanto a su flora. \ 15 S UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SANTO DOMINGO (UASD), SANTO DOMINGO, REPÚBLICA DOMINICANA IV Congreso de Biodiversidad Caribenia, Santo Domingo, República Dominicana Del 21 al 24 de enero de 2002 Informes: Carlos M. Rodríguez, correo e: carlos_rguez96@hotmail.com Lourdes Rojas, correo e: mojarra_lo@hotmail.com Web: http://caribbeanfish.org *fl» THE STANDING PANEL ON IMPACT ® ASSESSMENT (SPIA) OF THE TECHNICAL ADVISORY COMMITTEE (TAC) OF THE CONSULTATIVE GROUP ON INTERNATIONAL AGRICULTURAL RESEARCH (CGIAR) Y INTERNATIONAL MAIZE AND WHEAT IMPROVEMENT CENTER (CIMMYT) International Conference on Impacts of Agricultural Research and Development. San José de Costa Rica, Costa Rica Del 4 al 7 de febrero de 2002 Informes: impacts@cgiar.org impacts@cgiar.org KDf XII CONFERENCIA DE LA SOCIETY ® HUMAN ECOLOGY (SHE), MICHIGAN STATE UNIVERSITY, ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA © ASOCIACIÓN LATINOAMERICANA DE MICOLOGÍA, INSTITUTO DE ECOLOGÍA DE XALAPA, MÉXICO IV Congreso Latinoamericano de Micología, Xalapa, Veracruz Del 13 al 17 de mayo de 2002 Informes: Dr. Gastón Guzmán Km 25 carretera antigua Xalapa-Coatepec Xalapa 91000 Veracruz, México Tel.: (52) 2842 1829 Fax: (52) 2818 7809 Correo e: guzmang@ecologia.edu.mx Web: ecologia.edu .mx/alm COMISIÓN NACIONAL PARA EL CONOCIMIENTO Y USO DE LA BIODIVERSIDAD La CONABIO es una comisión intersecretarial dedicada a coordinar y establecer un sistema de inventarios biológicos del país, promover proyectos de uso de los recursos naturales que conserven la diversidad biológica y difundir en los ámbitos nacional y regional el conocimiento sobre la riqueza biológica del país y sus formas de uso y aprovechamiento. Reunión de la Sociedad de Ecología Humana, Michigan, Estados Unidos de América. SECRETARIO TÉCNICO: Víctor Lichtinger COORDINADOR NACIONAL: José Sarukhán Kermez SECRETARIO EJECUTIVO: Jorge Soberón Mainero DIRECTOR DE SERVICIOS EXTERNOS: Hesiquio Benítez Díaz Del 3 al 6 de abril de 2002 Informes: Society Human Ecology (SHE) Barbara Carteo, correo e: carter@ecology.coa.edu Web: www.SocietyforHuamnEcology.org. S CENTRO CIETÍFICO TROPICAL, SAN JOSÉ DE COSTA RICA, COSTA RICA Curso Internacional: Dendrología Tropical en Costa Rica (Identificación de árboles y arbustos en el campo), San José de Costa Rica, Costa Rica Del 15 al 27 de abril de 2002 Informes: Dr. Humberto Jiménez-Saa, Centro Científico Tropical Apdo. 8-3870-1000 San José, Costa Rica Tel.: (+506) 253-3267 Fax: (+506) 253-4963 hjimenez@racsa.co.cr hjimenezs@geocities.com Web: www.geocities .com/hjimenezsaa/dendrologia.html El contenido de Biodiversitas puede reproducirse siempre que la fuente sea citada. 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