LA COLECCIÓN NACIONAL DE CICADAS DEL JARDÍN CLAVIJERO Y LA INVESTI- GACIÓN DE ASPEC- TOS IMPORTANTES DE SU BIOLOGÍA PAG. 6 BANCO DE INFORMACIÓN SOBRE LAS CARACTERÍSTICAS TECNOLÓGICAS DE MADERAS MEXICANAS pág. 12 ■ REINTRODUCCIÓN DEL HURÓN DE PATAS NEGRAS A FINALES DE 1974, después de una desas- trosa combinación de enfermedades como el moquillo y la peste bubónica, y del envenena- miento de extensas colonias de perros llaneros, los últimos ejemplares silvestres del hurón de patas negras ( M usté la nigripes ) fueron captu- rados para tratar de salvarlos en el centro de re- producción de especies en peligro de Patuxent en Maryland. Con enorme congoja de logos a cargo de la especie, el último ejemplares sucumbió de cáncer en enero de 1 979. Para la comunidad conservacionista es- ta noticia fue un signo ominoso del terrible de- terioro ambiental de las praderas de Norteamé- rica, y fue recogida como una gran tragedia. Jesús Pacheco, Gerardo Ceballos y Rurik List* REINTRODUCCION DEL HURON DE PATAS NEGRAS EN LAS PRADERAS DE JANOS, CHIHUAHUA Hurón de patas negras ( Mustela nigripes) Foto: Gerardo Ceballos La noticia se propagó como un re- guero de pólvora y el Servicio de Fauna Silvestre de Estados Unidos, ante una enorme presión pública, emprendió una campaña de publici- dad para tratar de ubicar ejemplares adicionales. La frustración fue en aumento, al pasar los siguientes me- ses sin noticias positivas. Finalmen- te, en 1980 se declaró a la especie como “posiblemente extinta”. Esta era la extinción más reciente de un mamífero en Norteamérica. En septiembre de 1981, casi tres años después, cuando la esperanza ya estaba prácticamente perdida, un perro labrador dejó en la puerta de la casa principal de un rancho en la región de Meeteetse, Wyoming, el cadáver de un pequeño animal, que resultaría ser un hurón de patas ne- gras (Miller et ai, 1 996). Una inten- sa búsqueda ubicó una población con más de 1 00 individuos, pero una vez más las enfermedades diezma- ron esta población, hasta que que- dando ya muy pocos se decidió cap- turar a todos los sobrevivientes, que fueron 18 individuos. Estos ejem- plares fueron la base para un nuevo y ambicioso programa de reproduc- ción en cautiverio. El programa de recuperación en cautiverio resultó un éxito, y para finales de 2000 ya había alrededor de 700 ejemplares. El siguiente reto importante ha sido encontrar pastizales naturales con colonias de perros llaneros, pa- ra reintroducir a los hurones. Los primeros ejemplares fueron libera- dos en Wyoming en 1 99 1 , y después en Montana, Dakota del Sur, Arizo- na, Colorado y Utah. La mayoría de las reintroducciones han enfrentado problemas debido a lo pequeño de las colonias de perros llaneros y a las epidemias de peste bubónica que en pocas semanas acaban con colonias enteras de perros llaneros, que son la fuente principal de alimento y re- fugio del hurón. En 1988, el descubrimiento de las colonias más extensas de perros llaneros (■ Cynomys ludovicianus ) en Norteamérica en la región de Janos- Casas Grandes, nos llevó a proponer este sitio como un área de reintro- ducción potencial para los hurones. El debate que siguió a nuestra pro- puesta fue intensísimo. ¿Cómo era posible que la existencia de una es- pecie que sólo sobrevivía en Estados Unidos pudiera depender de Méxi- co? El permitir que abandonara te- rritorio estadounidense significaba una crítica muy severa a las políti- cas de conservación del país. Sin embargo, los estudios realizados por el Instituto de Ecología de la UN- AM y la reducción de las colonias de 2 Los estudios realizados por el Instituto de Ecología de la UNAM y la reducción de las colonias de perros llaneros en Estados Unidos, lograron en 1998 el reconocimiento explícito del potencial de México para la sobrevivencia de la especie perros llaneros en Estados Unidos, lograron en 1998 el reconocimiento explícito del potencial de México para la sobrevivencia de la especie, en situación todavía crítica, y así se superaron los últimos intentos de oposición. El comité de recupera- ción del hurón de patas negras deci- dió intentar la recuperación de una población de la especie en México. El hurón de patas negras La historia de este pequeño mamí- fero endémico de las praderas de Norteamérica se remonta ya a varias décadas. En 1 85 1 Audubon y Bach- man realizaron la descripción del hurón de patas negras, a partir de una sola piel proveniente de las cer- canías del Fort Laramie en Goshen, Wyoming, por lo que es una de las últimas especies descritas de mamí- feros en Estados Unidos (Gilbert, 1980). El hurón de patas negras per- tenece a la familia Mustelidae, en la que también se encuentran incluidas las comadrejas y zorrillos. Son car- nívoros de pequeño tamaño, ya que llegan a medir hasta 567 mm inclu- yendo 135 mm de la cola, y con un peso que no excede de 1 050 g (Mi- 11er et al, 1996). Su actividad prin- cipal la llevan a cabo durante la no- che, por lo que raramente son vistos. Solitarios por naturaleza, sólo es po- sible encontrarlos en parejas en la temporada de apareamiento. Las hembras pueden tener un promedio de tres crías al año, mismas que al cumplir 6 semanas aprenden a ca- zar. Para ese entonces los pequeños hurones ya han desarrollado los co- lores característicos de su especie, un pelaje café amarillento en el dor- so y con las patas y la punta de la co- la de color negro, resaltando de su fisonomía un par de ojos brillantes enmarcados en un característico an- tifaz negro. Son activos durante todo el año, emergiendo de sus madrigueras ca- da 2 a 6 días para cazar. A pesar de ser un depredador muy efectivo ba- jo tierra, en la superficie su papel cambia, ya que es presa de coyotes ( Canis latrans ), zorras ( Vulpes ma- crotis), tlalcoyotes ( Taxidea taxus ), búhos ( Bubo virginianus) y águilas (. Aquila chrisaetos). Una característica muy intere- sante de los hurones de patas negras es la estrechísima asociación que tienen con los perros llaneros del gé- nero Cynomys. Por un lado, los pe- rros llaneros son su principal fuente de alimento, dada la abundancia y disponibilidad de estos roedores; 90% de la alimentación de los huro- nes la componen los perros llaneros. Por otro lado, los hurones utilizan Praderas de Janos- Casas Grandes, Chihuahua y perro llanero ( Cynomys ludovicianus). Fotos: Jesús Pacheco 3 Liberación de hurones de patas negras en la región de Janos- Casas Grandes, Chihuahua, México. Fotos: Patricio Robles Gil las madrigueras cavadas por los pe- rros llaneros como refugio, ya que cuentan con un extraordinario dise- ño anatómico que les permite apro- vechar al máximo esas madrigueras. Distribución geográfica La distribución histórica del hurón de patas negras abarca una exten- sión enorme de los pastizales natu- rales, desde el sur de Canadá en las provincias de Alberta y Saskatche- wan, hasta el norte de México en el estado de Chihuahua, cubriendo cerca de una quinta parte de Nortea- mérica y 20% de sus praderas. Res- tos fósiles y subfósiles de hurones de patas negras se han encontrado cerca del sitio de reintroducción en Janos, Chihuahua, siendo los de Ari- zona, EUA, y los de Jiménez, Chi- huahua, los registros más cercanos, el primero a 150 km al norte y 320 km al este y el segundo a 400 km al surfHarris 1977; Messing 1 986;. El registro fósil indica una amplia dis- tribución, del Pleistoceno al presen- te. Esta especie pasó a ser de una de las más ampliamente distri buidas de las praderas de Norteamérica hasta convertirse -en menos de 1 00 años- en la especie más rara y con proble- mas muy severos de conservación en Norteamérica. La distribución geográfica de los perros llaneros y los hurones de pa- tas negras coinciden de manera muy estrecha, por lo que al analizar los 4 Hurón de patas negras (Mustela nigripes) Foto: Gerardo Ceballos problemas de conservación de aque- llos en toda su área de distribución, también estamos observando,, aun- que de manera indirecta, los proble- mas por los que ha pasado el hurón de patas negras. Son varios los factores que han influido en la reducción de las po- blaciones de los hurones de patas negras. El envenenamiento de los perros llaneros por considerarlos una plaga, el avance de la agricultu- ra y la ganadería, las epidemias de peste y los asentamientos humanos son algunas de las principales cau- sas que han ocasionado que el área ocupada por los perros llaneros se haya reducido en 98%. Regreso a México El 18 de septiembre de 2001, des- pués de una odisea burocrática en dos países, cruzamos la frontera de El Paso, Texas, y Ciudad Juárez, Chihuahua, con los primeros cuatro hurones de patas negras. Su regreso a México pasó inadvertido para las cientos de personas que caminaban sobre el puente internacional. Para nosotros era un gran alivio que to- dos los animales estuvieran vivos. Alrededor de las ocho de la no- che, después de completar la trave- sía y con un frío intenso, conjunta- mente con Michael Lockhart, del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (USFWS), libera- mos los primeros hurones en las pra- deras de Janos-Casas Grandes. Su liberación significó un logro impor- tante para la conservación en Méxi- co y fue, sin duda alguna, una opor- tunidad decisiva para esta especie. En diciembre de 2001, después del traslado de tres cargamentos adicio- nales, el total de hurones en México ascendió a 94. Este hecho coronó los esfuerzos de cooperación entre el Instituto de Ecología de la UNAM y la Agrupación Pradera, A.C. en Mé- xico, y el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos, y el apoyo financiero de muchas organi- zaciones comprometidas con la conservación de la naturaleza. De regreso al vehículo, después de realizar la liberación, a poca dis- tancia de nosotros nos observaba un hurón que silenciosamente se movía de un lado a otro. Nuestras lámpa- ras de mano que, aunque con una potente luz, poco alumbraban en las inmensas praderas de Chihuahua, nos permitían ver absortos el refle- jo verde esmeralda de sus grandes ojos acostumbrados a ver en la os- curidad. El pequeño carnívoro olfa- teaba el aire en busca de su alimen- to para esa noche, cuando al fin pudo identificar una madriguera ha- bitada por su presa obligada, el pe- rro llanero; el hurón se introdujo en ella, sigiloso y hambriento. Tras al- gunos minutos reparamos en unos sonidos característicos de una lucha, una lucha que significa el regreso a México de uno de los depredadores más emblemáticos y el más amena- zado de las praderas de Norteaméri- ca: el hurón de patas negras. % 1 ^Laboratorio de Ecología y Conservación de Mamíferos. Instituto de Ecología, UNAM. Bibliografía Gilbert, B. 1980. Missing and presumed dead. Sports Ilhtstrated 53( 1 6): 1 03- 1 4. Harris, A.H. 1977. Wisconsin age enví- ronments in the northern Chihua- huan Desert: Evidence from higher vertebrates, pp. 23-52, en R.H. Wauer y D.H. Riskind (eds.), Trans- actions ofthe Symposium on the Bio- lógica I Resources ofthe Chilutahuan Desert Región, United States and México. U.S. National Park Service Transactions and Proceedings Se- ries, no. 3, Washington, U.S. Natio- nal Park Service. Messing, J.H. 1986. A late Pleistocene- Holocene fauna from Chihuahua, México. Southwestern Naturalist 31:277-288. Miller, B., R.P. Reading y S. Forrest. 1996. Prairie nights. Black-footed ferréis and the recovery of endan - gered species. Smithsonian Institu- tion Press, Washington, D.C., 254 pp. 5 Francisco Vergara Silva*, Carlos Iglesias Delfín** y Andrew P. Vovides** LA COLECCIÓN NACIONAL DE CÍCADAS DEL JARDÍN CLAVIJERO Y LA INVESTIGACIÓN DE ASPECTOS IMPORTANTES DE SU BIOLOGÍA Colección de cicadas del Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero. Foto: Andrew P. Vovides De acuerdo CON la Enciclope- dia of Biodiversity , el porcentaje de cicadas amenazadas globalmente es de 82.8, de un total estimado de 240 especies. De entre todos los grupos de plantas terrestres, ésta poco alen- tadora proporción sólo es superada por la correspondiente a las Ging- koales, que por obvias razones -se trata de un taxón monotípico- al- canza el cien por ciento. Estos da- tos, en principio, establecen que los esfuerzos también globales de con- servación de las cicadas habrían de considerarse prioritarios entre los que se necesitan para preservar di- versos grupos de espermatofitas amenazadas. En efecto, existen nu- merosas razones científicas y cultu- rales por las cuales las sociedades modernas deberían conservar las ci- cadas en su conjunto; algunas de es- tas razones han sido ya menciona- das en una contribución previa publicada en este mismo espacio (Vovides, 2000). Ligados históricamente a diver- sas y antiguas prácticas comerciales y tradiciones culturales, tanto euro- peas como asiáticas (Vovides y Li- nares Mazarí, 2000), los jardines botánicos contemporáneos consti- tuyen uno de los elementos centra- les de las estrategias que la comuni- dad científica puede emplear para realizar la tarea complementaria de la conservación: incrementar el co- nocimiento científico de organis- mos intrínsecamente valiosos que están en vías de desaparecer. En concreto, los jardines que albergan colecciones de cicadas se vuelven especialmente importantes en la ac- tualidad para la implementación de programas específicos de conserva- ción, a la vez que se convierten en apoyos invaluables de la investiga- ción básica. Específicamente, el in- 6 Ceratozamia hildae Foto: Andrew P. Vovides terés de científicos y aficionados en iniciar colecciones de cicadas vivas está asociado al notable crecimien- to en el número de jardines botáni- cos que experimentó la Europa re- nacentista hasta finales del siglo XVII (Vovides y Linares Mazarí, 2000). Así, la cicada mexicana la- mia furfuracea es una de las prime- ras cicadas americanas que llega en 1691 al Jardín Real de Hampton Court en Inglaterra. Entre los cen- tros científicos y jardines botánicos donde en nuestros días se concen- tran colecciones importantes de ci- cadas se encuentran el Jardín Botá- nico de Leiden, el Hortus Amster- dam en Holanda, el Jardín Botánico de Leningrado, el Orto Botánico de Nápoles, los Jardines Botánicos Reales de Kew, el Huntington Bota- nical Garden en California, el Fair- child Botanical Garden en Miami y el New York Botanical Garden. A finales de la década de los años 70, en el entonces recién esta- blecido Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero de la Ciudad de Ja- lapa, Veracruz, se inició una colec- ción de cicadas. Si bien esta colec- ción se concibió como un apoyo a proyectos de investigación en gene- ral, su finalidad original estuvo ínti- mamente asociada a la elaboración del fascículo de la Flora de Veracruz dedicado a la familia Zamiaceae (Vovides, 1983), puesto que los es- tudios preliminares -en particular, la revisión inicial de ejemplares de herbario- de este trabajo indicaron que buena parte de las descripciones originales del siglo antepasado fue- ron hechas con ejemplares de herba- rio estériles y juveniles, y que por tanto era necesario completar el ma- terial de estudio con nuevas colec- tas de campo. Estas colectas, reali- zadas en los sitios clásicos pero también en nuevas localidades, fue- ron complementadas con materiales obtenidos mediante intercambios con otras colecciones y gracias a co- laboraciones de colegas en otras ins- tituciones. Durante los años 1985, 1986 y 1 993 se realizaron varias expedicio- nes, principalmente al sureste de México, que incrementaron signifi- cativamente la colección. Después de 15 años de existencia, seis espe- cies nuevas habían sido descritas pa- ra México (véase, por ejemplo, Schutzman, Vovides y Dehgan, 1988). Las exploraciones encami- nadas al hallazgo de poblaciones previamente desconocidas y la co- rrespondiente colecta de nuevos es- pecímenes ha continuado desde en- tonces, y en los últimos cinco años se han descrito cuatro nuevas espe- cies para México (véase, por ejem- plo, Schutzman y Vovides, 1 998), al tiempo que se cuenta con una colec- ción ampliamente documentada en la base de datos del Jardín, confor- mada por especímenes de origen sil- vestre. La Colección Nacional de Cíca- 7 Esquema simplificado de las interacciones gené- ticas responsables de la ontogenia de las estruc- turas reproductivas de las angiospermas (como resultado de estudios en sistemas modelo como Ara- bidopsis thaliana). Con base en hipótesis filogenéti- cas recientes, es altamente probable que muchas de estas interacciones hayan aparecido antes de la di- vergencia entre las angiospermas y las gimnosper- mas, ahora considerados como grupos hermanos. La filogenia de la derecha incluye el consenso estricto [encerrado en un cuadro café, longitud (L) = 41 , índi- ce de consistencia (Cl) = 0.6857, índice de retención (Rl) = 0.766) de los cuatro árboles más parsimonio- sos, producto de una búsqueda exhaustiva a partir de la matriz morfológica de Stevenson (1 990). En estas reconstrucciones sobresale la posición de Cycas co- mo el primer evento de ramificación de todas las ci- cadas. Es probable que aspectos particulares de la regulación de la expresión de homólogos de los ge- nes homeóticos florales (lfy y sus blancos) u otros genes de importancia durante la diferenciación de ór- ganos (como los pertenecientes a la familia yabby; Bowman, Current Opinión in Genetics and Develop- ment 10:399, 2000) en este género sean responsa- bles de la morfología de sus megasporófilas. En el es- quema se pone énfasis en que lfy, uno de los genes centrales en la morfogénesis de las estructuras repro- ductivas de las espermatofitas, está ligado con el me- tabolismo de las giberelinas, lo cual sugiere que as- pectos de estas interacciones exclusivas de las cicadas pueden explicar los larguísimos periodos de “floración" de la mayor parte de las cicadas. Para dibujar la filogenia se usó el programa MacCIade y para reconstruirla el programa PAUP versión 4 y nona. GAI-GAS Redes regulatorias relacionadas con la fotorrecepclón, la percepción de la temperatura y la sensibilidad a los nutrientes giberelinas receptores de giberelinas; otras interacciones LFY (+NLY?) AP3 Pl AG especificación de la identidad de los órganos reproductivos das del Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero es, a 25 años de su inicio, la más importante de su tipo en México, dado que alberga más de 600 individuos pertenecientes a los 44 taxa registrados para nuestro país, más de 80% de los cuales son endémicos de México (Vovides, 2000). Asimismo, gracias al inter- cambio de plantas y semillas con otros jardines botánicos -especial- mente con el Fairchild-la colección cuenta actualmente con una especie, por lo menos, de nueve de los once (Stevenson, 1992) géneros del mun- do mundo (la clasificación taxonó- mica más reciente a nivel de género puede consultarse en Stevenson, 1992). Debido a su historia y caracterís- ticas, la Colección del Jardín Clavi- jero ha sido una inmejorable fuente de materiales biológicos de susten- to para la realización de proyectos de investigación sobre variados as- pectos de la biología de las cicadas. Los trabajos de citotaxonomía y de anatomía reproductiva son dos bue- nos ejemplos de lo anterior, dado que requieren de manera indispen- Arriba: corte transversal del tronco de Dioon edule mostrando el merlstemo apical. Centro y abajo: Colección de cicadas del Jardín Francisco Javier Clavijero. Fotos: Andrew P. Vovides sable el análisis tanto de meristemos como de estructuras adultas de plan- tas vivas (Vovides, 1983; Schutz- man, Vovides y Dehgan, 1988; Vo- vides et ai, 1993a). Un estudio de citotaxonomía que dependió parti- cularmente de la Colección es el del complejo Zamia loddigesii de la pe- nínsula de Yucatán, durante el cual se descubrieron cambios cromosó- micos del tipo robertsoniano (Vovi- des y Olivares, 1996) a partir del análisis de aproximadamente 45 ejemplares bajo cultivo en ella. Por su parte, la investigación sobre la re- lación entre la polinización y los cambios histológicos en conos de ambos sexos de Zamia f urf urcicea (Vovides et ai, 1993b) también fue realizada con ejemplares de la Co- lección, así como el estudio de siste- mática molecular acerca de las rela- ciones filogenéticas entre miembros del género Ceratozamia con base en loci nucleares y del cloroplasto (González y Vovides. 2001). Esta úl- tima clase de trabajos es de gran uti- lidad para poner a prueba hipótesis biogeográñcas sobre los centros de origen y radiaciones del grupo. 9 En algunos casos, la investiga- ción básica en ejemplares de la Co- lección ha retroalimentado los mé- todos empleados en su cuidado, al tiempo que ha establecido vínculos directos con las tareas de conserva- ción. La realización de investigacio- nes en Dioon edule sobre biología poblacional en condiciones silves- tres, así como la ejecución de prue- bas de viabilidad, germinación y cultivo en el Jardín ha permitido co- nocer detalles de su biología repro- ductiva, que a su vez han proporcio- nado la información básica para asesorar a campesinos en el aprove- chamiento sustentable de esta espe- cie. Este aprovechamiento se basa actualmente en el funcionamiento de un vivero manejado por ejidata- rios, del cual se obtienen recursos materiales por venta de plantas que justifican la protección del hábitat contra saqueos y deforestación ( Vo- vides e Iglesias, 1994). Además de los proyectos de ín- dole básica y aplicada referidos an- teriormente, la Colección está pro- porcionando valiosas muestras para estudios de biología evolutiva del desarrollo. Estas investigaciones, de utilidad para contestar preguntas ge- nerales de la biología evolutiva rela- cionadas con la dicotomía microe- volución-macroevolución (Vergara Silva, 2002), han comenzado a raíz Ceratozamia sp. Foto: Andrew P, Vovides de dos importantes acontecimientos en la botánica contemporánea: los recientes cambios en las hipótesis aceptadas acerca de las relaciones entre las espermatofitas a niveles ta- xonómicos altos, y el progreso al- canzado en la comprensión de los mecanismos genético-embriológi- cos que pueden haber participado en la evolución de las distintas es- tructuras morfológicas que caracte- rizan a cada uno de los grupos de plantas con semilla (Cronk, 2001). Los resultados de estos dos eventos indican, entre otras cosas, que las redes de regulación genética forma- das por miembros de la familia MADS-box y otras que están a cargo del desarrollo ontogenético de las estructuras reproductivas de los grupos fundamentales de esperma- tofitas -las flores de las angiosper- mas y los conos de las gimnosper- mas- aparecieron antes de la divergencia de ambos grupos mo- nofiléticos (Vergara-Silva, Martí- nez-Castilla y Álvarez-Buylla, 2000). Los temas de los estudios que se están desarrollando actual- mente con base en material obteni- do a partir de la Colección son dos: a) la evolución de las megasporófí- las y los conos, con especial interés en el caso de Cycas, filogenética- mente el grupo hermano del resto de las cicadas (Stevenson, 1990) y el único género que no presenta es- tructuras reproductivas femeninas 10 Andrew P. Vovides en el Jardín Francisco Javier Clavijero. Foto: Carlos Iglesias organizadas en conos, y b) las cau- sas genético-embriológicas de la "floración” tardía, uno de los aspec- tos más llamativos de la biología de las cicadas, que muy probablemen- te está relacionado con la evolución de la vía metabólica dependiente de giberelinas que controla la expre- sión de secuencias homologas a los genes leafy y needly. En correspondencia con el lugar privilegiado que ocupa nuestro país en términos de biodiversidad vege- tal, y de cicadas en particular (Vovi- des, 2000), creemos que no es ine- xacto decir que la Colección del Jardín Clavijero ha cumplido un im- portante papel en la investigación y difusión de aspectos muy diversos de la biología de este carismático grupo de gimnospermas, así como en su conservación. Esperamos que, con el apoyo de las instancias co- rrespondientes y el entusiasmo de nuevas generaciones de científicos, esta labor pueda continuar ininte- rrumpida en el futuro. f ‘Instituto de Ecología, unam “Instituto de Ecología, A.C. Bibliografía Blázquez, M.A. 2000. Flower develop- ment pathways. Journal of Cell Science 1 13:3547-3548. Cronk, Q.C.B . 200 1 .Plant evolution and de- velopment in a post-genomic context. N ature Reviews Cenetics 2:607-6 1 9. González, D. y A. P. Vovides. Origen y ra- diación del género Ceraiozamia (Za- miaceae) detectados con análisis fi- logenéticos de las secuencias del ns del ADN ribosomal nuclear y el tmLF del ADN del cloroplasto. Memorias del XV Congreso Mexicano de Botá- nica, Querétaro, octubre 14-19, 2001, Cartel 151, p. 53. Pérez-Farrera, M. A., A.P. Vovides y C.G. Iglesias. 200 1 . A new species of Ce- ratozamia (Zamiaceae) from Chia- pas, México. Botanical Journal of the Linnean Society 137:77-80. Schutzman, B., A.P. Vovides y B. 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Historia e importancia de los jardi- nes botánicos, en O. Sánchez Sán- chez y G.A. Islebe (eds.), El Jardín Botánico Dr. Alfredo Barrera Marín: fundamento y estudios particulares. CONABIO-ECOSUR. pp. 1-13. 11 BANCO DE DATOS SOBRE LAS CARACTERÍSTICAS TECNOLÓGICAS DE LAS MADERAS MEXICANAS £ gfcghtrot l ■ a #a; • ■* ; ? ffl-a- g. Banco de datos sobre las características tecnológicas de las maderas mexicanas . ! Tablas de diferentes maderas tropicales de Quintana Roo. Foto: Fulvio Eccardi Una de las actividades impulsadas por la conabio desde su creación es la formación de bancos de datos que permitan, en primer lugar, recopilar y sistematizar la información obtenida en los diferentes campos de la investigación biológica y, en segundo, permitir que dicha información sea accesible tanto para los especialistas como para el público interesado. En 1998 la conabio apoyó la formación del Banco de datos sobre las características tecnológicas de las maderas mexicanas. El propósito de este proyecto, que estuvo a cargo de la arquitecta Guadalupe Bárcenas Pazos, del Instituto de Ecología A.C., era recopilar la información existente sobre las características y propiedades de las especies maderables del país, que a pesar de haber sido estudiadas en diversas instituciones de investigación desde hace varios años, gran parte de esta información no es fácilmente accesible debido a la falta de divulgación. La elaboración de este banco de datos permitió concentrar la Información generada, sistematizarla y ponerla al alcance de todos aquellos interesados en las maderas mexicanas y su potencial. La base de datos cuenta con un total de 688 registros, que Incluyen 307 especies provenientes de 23 estados de la República mexicana y cubren diferentes tipos de vegetación, desde bosques de coniferas y de encinos hasta selvas altas y medianas, pasando por huizachales, mezquitales y bosques mesófilos, así como también de zonas urbanas y algunos campos experimentales de madera semíprocesada de aserraderos en diferentes zonas del país. La recopilación se realizó en las bibliotecas del Departamento de Ciencias Forestales de la Universidad Autónoma Chaplngo, del 12 CiVlír, *. • a «a Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y Agropecuarias, de la Facultad de Ingeniería en Tecnología de la Madera de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, del Instituto de Madera, Celulosa y Papel de la Universidad de Guadalajara y de la Unidad de Información del Departamento de Productos Forestales y Conservación de Bosques del Instituto de Ecología, A.C. La información que podemos otener al consultar este banco de datos es la siguiente: familia botánica, género, especie (el nombre de cada registro incluye género, especie, autor, variedades, nombres comunes y sinonimias), tipo de vegetación en la que se encuentra, municipio, estado, referencias bibliográficas incluidas, datos del ejemplar, localidad donde fue colectado, distribución de la especie, propiedades físicas de la madera (incluyendo la velocidad de secado por diferentes métodos, la densidad relativa o básica, contracciones e hinchamlento, punto de saturación de la fibra, coeficientes de fricción y susceptibilidad a la penetración por líquidos), propiedades mecánicas (resistencia mecánica de la madera tanto en pequeñas probetas libres de defectos, como con especímenes de tamaño estructural en dos contenidos de humedad, seco y verde), resistencia de la madera a la acción específica y combinada de agentes biodegradadores y al ¡ntemperismo, contenido de los compuestos químicos de la madera y su respuesta a los diferentes procesos de transformación como el aserrado, cepillado, lijado, torneado, etc., antes de llegar a ser un producto terminado. La base está construida en Access, que es un manejador de bases de datos que proporciona al usuario facilidad y transparencia en el manejo de la información. Banco de datos sobre las características tecnológicas de maderas mexicanas jr£ ,C ‘KE£: Í - F 7 COMPOSICIÓN QUIMICA. mmw&mw f PWOPItOMNS MECANICAS j TTUBÁJA01UOAO J>j 0*0 Ideé n 4 ¡W V+BI» fjtvM tpimtrii* v***,* v a #a;-. i %. y -fr-ft v i Datos de los ejemplares coloca \m~ r— D»*«*íU f M*« de ex ¿ | W. S | ’Sñ .m id ÍBoitlKlKta Wr|>, t» Y*a>,r £cni* o £ro»¡iw m < • aaay.ur ■»* » i\ ^ tu v * * : Durabilidad y Resistencia Natural PfWOcanHia hMymit louUUa ntitaiBiw [ÜF - IfClut fiT" O» oodncií* U