LAS LOS DÍAS con sol brillante, con tempe- ratura cálida y un ambiente húmedo, son ideales para ese momento de júbi- lo, de alegría y alboroto que las abejas viven cuando salen de su nido en bús- queda de alimento. Incansables y afa- nosas emprenden su visita a las flores para recoger el néctar y el polen que és- tas pródigamente producen. Sigue en la pág. 2 JACINTA RAMÍREZ LAS ABEJAS, PRODIGIO DE LA NATURALEZA Viene de la portada Las ilustraciones de este articulo fueron tomadas del Códice Tro-Cortesiano. Museo Arqueológico de Madrid. © Fulvio Eccardi Personaje divino encerrando a la abeja en la colmena. La mayor parte de estos insec- tos son de hábitos solitarios, y só- lo unas cuantas familias agrupan especies que viven en colonias que pueden reunir más de 60 mil in- dividuos. La preferencia de las abejas por el tipo de nido que ha- bitan es variable. Unas excavan sus nidos en el suelo, otras bus- can troncos huecos de árboles y otras más pueden anidar en el agujero de un poste de cemento, en la cavidad de una llanta aban- donada o en nidos que ocuparon otras abejas. Son los insectos po- linizadores por excelencia. Hay especies que cuando aterrizan en una ñor se sacuden y vibran ha- ciendo que el polen se desprenda y disperse; otras, dependiendo de su estructura corporal, al entrar en la flor frotan su cuerpo con- tra las anteras —partes del estam- bre de las flores que contienen el polen— y después visitan otras flores en las que dejan el polen que se les quedó pegado al cuer- po. Estas conductas son las que garantizan la fecundación de las flores y la reproducción de las plantas. Las abejas pertenecen a la su- perfamilia Apoidea, que com- prende alrededor de 20 mil espe- cies, agrupadas en 11 familias. Ocho de estas familias viven en México (Andrenidae, Anthopho- ridae, Apidae, Colletidae, Halic- tidae, Megachilidae, Melittidae y Oaxaeidae), agrupadas en 153 gé- neros y 1 589 especies. La mayor diversidad de especies se encuen- tra en las regiones desérticas, mientras que en las tropicales ha- bita un número menor, siendo Apidae la familia que más pros- pera. Tanto en México como en muchos otros países la especie más conocida comercialmente es la abeja europea Apis mellifera. Los primeros colonos españo- les fueron los que introdujeron Apis mellifera en México. En esa época la producción y comercia- lización de la miel y la cera obte- nidas de la abeja Melipona bee- cheii constituía una actividad muy importante de los pueblos mayas. Además de ser dócil y resistente a las enfermedades, Apis mellife- ra comenzó a reproducirse abun- dantemente y a producir grandes cantidades de miel, características atractivas que los indígenas co- menzaron a explotar con fines co- merciales. Para 1920, en nuestro país la apicultura se desarrollaba en colmenas móviles de madera que se siguen usando hasta la fe- cha. Tanto la fácil adaptación a México de la abeja europea, co- mo la aplicación de tecnología y la demanda del producto fueron los principales factores que dieron 2 México es el tercer país productor y exportador de miel, en 1994 produjo 56 mil toneladas de las cuales 71% se exportaron a Alemania. origen a una apicultura de gran éxito. Actualmente, México es uno de los tres primeros países pro- ductores y exportadores de miel en el mundo, después de China y Estados Unidos. La producción de miel en 1994 fue de 56 mil to- neladas, siendo el estado de Yu- catán el principal productor. Del volumen total de la producción, 71% se exporta a Alemania, 13% al Reino Unido, 8% a Estados Unidos y el restante 8% a otros países. La miel mexicana se ex- porta a granel y su calidad es re- conocida en el extranjero porque presenta un mismo estándar de color, sabor, aroma, por lo que se cotiza más alta que la miel chi- na o la de otros países. Aunque la miel es un produc- to apto para mejorar los niveles alimenticios del país, su consumo en México es apenas de 288 g per- cápita, cantidad muy baja si se compara con la de Alemania, que es de 1.20 kg también percápita. El biólogo José Antonio Ríos, di- rector de Melisa Internacional, empresa productora y exportado- ra de productos derivados de la apicultura, nos comenta “debe- mos desarrollar la apicultura más allá de sus productos primarios. El potencial es enorme, del pro- póleo, por ejemplo, se obtienen extractos y jarabes para la tos, el asma y la bronquitis; del veneno de las abejas se elaboran poma- das para aliviar dolores reumáti- cos, torceduras y dolores muscu- lares; la jalea real, la miel y el po- len se usan como principios nutritivos en la elaboración de champús, cremas y muchos otros productos que se expenden en tiendas naturistas y de departa- mentos. Actualmente se está des- pertando el interés por consumir productos que provienen de esa inmensa riqueza natural que nuestro país posee. Es bueno que la gente sepa que hay una gran di- versidad de mieles, tantas como clases de néctar o de flores, es de- cir, hay mieles que son claras u oscuras, líquidas o sólidas, de aromas y sabores diferentes. Es- to es resultado de la variedad de flora que tenemos.” En 1986 llegó a México la abe- ja africana Apis mellifera scute- llata, que se dispersó en pocos años por casi todo el país. Esta especie es muy similar en tama- ño y en forma a la europea, pero son muy enjambradoras, es decir, dividen frecuentemente su colo- nia, y tienen un comportamiento muy agresivo que dificulta el tra- bajo del apicultor. Desde la lle- gada de esta abeja, la Secretaría de Agricultura implemento un Representación de una abeja y vasos con miel. 3 Desarrollo de la miel en panal. programa de control que logró amortiguar su impacto. No obs- tante desde su llegada se está dan- do un proceso de africanización o hibridización como resultado del cruzamiento de abejas euro- peas y africanas. El doctor Carlos Echazarreta y un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina Veteri- naria y Zootecnia de la Universi- dad Autónoma de Yucatán, tra- bajan desde hace varios años en diferentes líneas de investigación en torno a las especies introdu- cidas y las nativas. “Las abejas europeas —nos explica el doctor Echazarreta— evolucionaron en un ambiente determinado por la temporada primavera-verano en la que hay gran producción de néctar. Durante esta temporada la colonia se desarrolla, enjambra y construye un nuevo nido en que producirá y almacenará una can- tidad suficiente de alimentos que soporte su población durante el invierno en que no hay néctar, las abejas obreras no salen a volar y no se producen crías. En contra- posición, las abejas africanas se desarrollaron en un ambiente con un clima cálido y una producción de néctar durante todo el año. Ante factores limitantes como son sus enemigos naturales —hor- migas, pequeños mamíferos y pá- jaros— presentan un comporta- miento diferente a las europeas: son colonias que no crecen mu- cho, invierten poca energía en construir su nido, no necesitan al- macenar mucha miel y producen un enjambre tras otro. Al hibri- dizarse las africanas con las euro- peas en el trópico americano su- cede algo peculiar: las abejas a- fricanizadas crecen y almacenan tanto como una abeja europea porque se han combinado dos cargas genéticas: una determina una producción intensa de enjam- bres y la otra un almacenamien- to considerable de miel. Actual- mente los apicultores se están adaptando a trabajar con pobla- ciones de abejas africanizadas y emplean técnicas de manejo que les permite aprovechar la miel que producen”. 4 La cría de xunab kab, abeja fina en maya, es una tradición ancestral aún viva en algunas comunidades mayas, pero es necesario fomentar su práctica para evitar su total desaparición. La comercialización de la miel mexicana como miel multiflora, es decir mieles de diferentes néc- tares pero mezcladas, ha sido uno de los aciertos de esta apicultura porque este tipo de miel no varía de color, sabor y aroma, lo que proporciona al país comprador un producto de características constantes. No obstante, en años recientes los mercados internacio- nales, particularmente los de la Comunidad Económica Europea, ofrecen el producto con etiqueta de una determinada floración, así por ejemplo existe miel de naran- jo, de alfalfa, de eucalipto o de mezquite. Ante estas nuevas con- diciones de mercado, quizá en un futuro no muy lejano, la apicul- tura mexicana tendrá que enfren- tar mediante nuevas técnicas de producción, la clasificación de la miel de acuerdo con los tipos de floración más importantes de una determinada región y lograr así una diversificación del producto. Con esto bien podría iniciarse un sistema de transformación que implique desde un envasado y eti- quetado de origen que genere un valor agregado en beneficio de los apicultores y abandonar con ello el tradicional sistema de comer- cio a granel. UNA ABEJA SIN AGUIJÓN Xunan kab es su nombre maya. Los antiguos mayas dieron este nombre a la única abeja que do- mesticaron {Melipona beecheii ) y de la que obtenían miel y cera. La cría de este insecto, así como la cosecha y comercialización de sus productos fue una de las activi- dades más importantes de la ci- vilización maya. La miel y la cera se comercializaba desde la fron- tera entre Campeche y Tabasco y se destinaba a Guatemala y a Honduras. Durante la Conquis- ta, la miel fue uno de los princi- pales productos ofrecidos en el mercado de Tenochtitlan. Los me- liponarios de aquella época, se- gún se aprecia en los textos pre- hispánicos, contaban con cientos de “jobones” (nidos de abejas en trozos huecos de árbol) que pro- veían de miel y que los mayas usa- ban como edulcorante y como medicina, además de la cera con la que elaboraban velas. Ambos productos formaron parte esen- cial de sus ceremonias religiosas. Xunan kab o Melipona bee- cheii pertenece a la familia Meli- poninae, existe en los neotrópicos de Centroamérica y México. En este país se concentra principal- mente en la Península de Yucatán. El decaimiento de la melipo- nicultura (cultivo de abejas sin 5 LA DIVISIÓN DE TRABAJO EN LAS ABEJAS En una colonia de abejas existe una distribución de trabajo muy marcada. La abeja reina —una sola en cada colmena— tiene la función de procrear la población de individuos que forman esa colmena. La mayoría de las abejas en una colmena son obreras: unas, las nodrizas, se dedican a cuidar las crías, otras son recolectoras de néctar y polen, otras ventilan la colmena y otras más limpian las celdillas, y las guardianas cuidan que no entre en la colmena ningún extraño. Las constructoras hacen nuevos panales y la única función de los zánganos es aparearse con la reina. Los principales productos que ofrecen estos maravillosos insectos son: Jalea real. Normalmente las abejas utilizan esta sustancia como alimento para la abeja reina y para las larvas durante sus primeras 72 horas de vida. Está compuesta principalmente por vitaminas y cenizas. Cera. Es una sustancia blanca secretada por las abejas para la construcción de los panales. Polen. Lo recogen de las flores y forman con él diminutas pelotitas que cargan en los cestos de sus patas traseras para llevarlo al panal. Sirve como complemento para su alimentación; es rico en proteínas, azúcares reductores, almidón y cenizas. Propóleo. Es una sustancia resinosa compuesta por bálsamos, aceites, cera y polen. Las abejas lo recolectan de la corteza de los árboles y lo usan en su colmena como sellador desinfectante. Miel. Lo elaboran a partir del néctar que recogen de las flores. La transformación del néctar en miel se inicia desde que llega al buche mielero de la abeja. Posteriormente lo depositan en las celdas agregándole las secreciones salivales, ricas en minerales y enzimas. En la colmena las abejas baten las alas velozmente para generar corrientes de aire de modo que el agua se evapore y se concentren los azúcares hasta que sólo quede entre 18 y 20% de agua y se concentre la miel. 6 Las abejas son agentes polinizadores sumamente eficientes y la reproducción de diversas plantas está aguijón) comenzó prácticamente desde el arribo de la abeja euro- pea Apis mellifera cuya produc- ción masiva de miel desplazó en gran parte el sistema tradicional de xunan kab. Paralelamente, la introducción de la caña de azúcar y su consumo generalizado con- tribuyeron aún más al abandono de esta actividad. Otro factor re- ciente que ha influido negativa- mente en las poblaciones de xu- nan kab es que comparte los re- cursos florales con una población creciente de abejas africanizadas y europeas. “En la actualidad —afirma el maestro González Acereto de la Universidad de Yu- catán—, es muy difícil de hallar esta especie en estado silvestre debido a la reducción cada vez mayor de su habitat: la selva ca- ducifolia y la subcaducifolia que están siendo altamente deteriora- das por diversas causas. Por otra parte la abeja africanizada com- pite con xunan kab tanto por sus fuentes de alimento como por sus sitios de anidación. Además la abeja africanizada tiene una ba- ja selectividad de lugares para anidar y se reproduce con gran abundancia”. Hoy día la meliponicultura cuenta en toda la Península de Yucatán con aproximadamente 500 productores. En Puebla, Ve- racruz y otros estados se cría es- ta especie pero en una escala poco significativa. Para los producto- res la meliponicultura no repre- senta una actividad que requiera grandes inversiones pero su pro- ducción manifiesta ciertas desven- tajas, como nos explica un indí- gena maya del poblado de Cho- lolá ubicado al sur de la ciudad de Mérida. “Para trabajar con es- tas abejas no se necesita mucho dinero, pero hay que esperar mu- cho tiempo para sacar miel por- que ellas son muy lentas para pro- ducir. Cuando cosecho (una vez al año) sólo saco tres o cuatro bo- tellitas (de 1 kg) que vendo a 20 pesos cada una, eso sí, siempre hay alguien que me la compre”. La técnica para cultivar la abe- ja Melipona beecheii sigue sien- do como en el pasado. Se em- plean troncos ahuecados llama- dos jobones, y que proceden de diversos árboles. Antiguamente se sembraba el guano ( Sabal mexica- na), planta de la familia Palmae nativa de la Península para pro- veer de néctar a las abejas, ade- más de que sus hojas se usaban para techar las casas y los tron- cos para jobones. En la actuali- dad se está perdiendo el conoci- miento del manejo de la abeja melipona, pues los pocos produc- tores que aún intentan reprodu- cir sus colonias lo hacen en una etapa de su desarrollo que no es el adecuado y generalmente pier- den las colonias. En Brasil se di- señó un modelo de colmena para la abeja melipona que muestra ventajas tanto en el manejo como en la producción y permite fácil- mente revisar la colonia, por lo que en México se ha intentado promover el uso de este tipo de colmenas. Tradicionalmente la meliponi- cultura se ha desarrollado en un sistema que se relaciona con el cultivo y el uso diversificado de plantas nativas en los huertos fa- miliares. Estos huertos constitu- yen uno de los sistemas de mane- jo más eficientes para la conser- vación de la biodiversidad. El arribo de la abeja africana obli- gó a retirar las colonias de Apis mellifera de los traspatios, por lo cual hoy día se encuentran deso- cupados. La abeja Apis mellifera pre- senta ciertas limitaciones para la polinización de los cultivos. El doctor Echazarreta, quien actual- mente desarrolla el proyecto Bio- diversidad de la apifauna de Yu- catán con el patrocinio de la co- nabio, señala: “Dada la exitosa dispersión de Apis mellifera en América se cree que esta abeja es el polinizador ideal de muchos cultivos, pero no es así. En Ca- nadá se intentó introducirla en cultivos de alfalfa pero no se ob- 7 La superfamilia Apoidea comprende alrededor de 20 000 especies de abejas agrupadas en 11 familias. Ocho de éstas viven en México. tuvieron buenos resultados. Des- pués se descubrió que allí mismo existía la abeja Megachile rotun- data que es un polinizador muy eficiente de ese cultivo, por lo que ahora la están reproduciendo pa- ra que polinice los cultivos de al- falfa. Aquí en Yucatán, por ejem- plo, los cultivos de tomate tienen dificultad para polinizarse sin la intervención de un agente, por lo que urge investigar y detectar la abeja que muestra preferencia por ese cultivo y probablemente sea una abeja nativa. La relación abeja-planta es uno de los aspec- tos que requiere mucha investi- gación, pues hasta ahora se ha avanzado muy poco en ese cono- cimiento.” Aunque el panorama de la me- liponicultura parece estar en su etapa más difícil, el valor cultu- ral que representa, el beneficio que proporciona a las plantas na- tivas y el ingreso económico que puede resultar de su resurgimien- to son razones fundamentales pa- ra promover esta actividad. Para ello se requiere emprender accio- nes orientadas a difundir entre la población local el valor y la im- portancia de este recurso, brindar asesoría y capacitación a los pro- ductores en cuanto al manejo de colmenas adecuadas para incre- mentar el volumen de produc- ción, dar mayor atención a los meliponarios existentes y repro- ducir el número de sus colonias, desarrollar y difundir estudios científicos acerca del potencial cu- rativo de los productos y encon- trar canales de comercialización. Bibliografía Ayala, R., T.L. Griswold y S.H., Bu- llock. “The native Bees of México” en Raraamoorthy, T.P., Bye, B., Lot, A. y Fa, J. (eds), Biological Di- versity of México: Oñgins and Dis- tribution, Oxford University Press, Nueva York, Oxford, 1993, pp. 179-227. Gongalves de Lima, “Hidromieles y bebidas congéneres” en Pulque, Balché y Pajauaru. La etnobiología de las bebidas y de los alimentos fer- mentados. fce, México, 1990, pp. 113-170. González Acereto, Jorge. “Acerca de la regionalización de la nomencla- tura maya de las abejas sin aguijón (Melipona sp.) en Yucatán” en Re- vista de Geografía Agrícola, Univer- sidad Autónoma de Chapingo. Núms. 5-6, julio de 1983-enero 1994. Quezada, J. y J. González, “A preli- minary study of the development of coloides of Melipona beecheii in tra- ditional and rational hives”. Jour- nal of Apicultural Research. 33(3): 167-170. Reyes, F.J. “Sobre la cría de reinas y otros datos”. Apicultura Moder- na, revista del Instituto de Investi- gación Apícola de México, A.C. Núm. 5.13-15. México, 1993. Ecotecnia Agrícola Producción y Co- mercialización de la Miel en Méxi- co. Estudio de la Secretaría de Agri- cultura y Recursos Hidráulicos. No. 4, Vol. VII, México 1983. Romero, S.I. Programa rector de la apicultura 1 995-. 2000. Resumen eje- cutivo. Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural. Mé- xico 1995. Las abejas africanas y su control, Se- rie orientaciones técnicas. Programa nacional para el control de la abeja africana, Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, México, 1985. Medellín M.S., L.E. Campos, J.A. González, y G.V. Camara. Melipo- nicultura maya: perspectivas para su sostenibilidad, documento promo- cional, FMVZ, Universidad Autó- noma de Yucatán, México, 1990. Personas entrevistadas Biól. José Antonio Ríos, Director de Melisa Internacional. Dr. Carlos Echazarreta González, Je- fe de la Unidad de Posgrado, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Autónoma de Yucatán. MVZ. Jorge González Acereto, De- partamento de Apicultura, Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Universidad Autónoma de Yucatán.^ 8 EMMA ROMEU Púrpura pansa: UNA HISTORIA DE TINTES Y CARACOLES Culturas milenarias han utilizado el tinte de ciertos molus- cos gasterópodos para teñir sus vestimentas. En esta historia de colores y tinciones el color púr- pura ha sido siempre un símbolo de grandeza y poder. Ya en el an- tiguo Japón se utilizaba el tinte de una especie de caracol llamada purpura imperial para teñir las prendas de los emperadores y de los matrimonios nobles. En la América prehispana también las mantas de color púrpura eran un atributo muy importante. En Mé- xico, por ejemplo, se sacaba este color del caracol Purpura pansa , cuyo tinte se fija indeleblemente con la acción combinada del oxí- geno y la luz. El caracol era ade- más apreciado por su concha, a la que se le atribuían significados sobre el nacimiento y la fertilidad. Durante la colonia se mantu- vo la tradición mexicana de tin- ción con el caracol púrpura. En las costas de Oaxaca, Michoacán, Colima y Jalisco los grupos mix- téeos, nahuas, chontales y huaves continuaron viajando a las costas durante cierta época del año pa- ra sacar los caracoles del mar, or- deñarles el tinte y devolverlos a su medio. Pero con el tiempo fueron los mixtéeos y los nahuas quienes conservaron con más perseveran- cia esta tradición, que actualmen- te mantienen únicamente los mix- téeos de la población de Pinote- pa de Don Luis en la costa de Oaxaca con un importante signi- ficado para su cultura y econo- mía. No obstante, las condiciones de explotación del caracol Purpu- ra pansa han cambiado. ¿En qué estado se encuentra ahora este re- curso? Sobre esto nos explica Marta Turok, presidenta de la Asociación Mexicana de Arte y Cultura Popular (amacup). “Hasta principios de la déca- da del ochenta, durante los me- ses de octubre a marzo, los teñi- dores mixtéeos en grupos de 4 ó 5, recorrían 200 kilómetros para llegar a las veinte bahías de Hua- tulco, donde era abundante el ca- racol Purpura pansa. En las pro- pias bahías teñían sus madejas de algodón con el tinte del caracol. Luego regresaban y vendían las madejas púrpuras a las tejedoras del pueblo. Así se mantuvo du- rante años la confección de posa- huancos, esas faldas con un sen- tido religioso y mágico, asociadas con la fertilidad y con la muerte. “La situación del caracol hasta entonces mantenía una estabilidad poblacional, dado que los mixté- eos los utilizaban en épocas ade- cuadas, cuando no se afectaba su reproducción, además de que ma- nejaban el recurso racionalmente. Su forma de extracción del tinte consiste en desprender el caracol vivo de las rocas con sumo cuida- do y colocarlo sobre las madejas de hilo para que estas se tiñan (a esto se le llama ordeño); luego de- vuelven el molusco a una parte sombreada de la piedra y le echan agua de mar. Sin embargo, a par- tir de 1981 hasta 1985 la situación del caracol varió drásticamente de- bido a la explotación que llevaba a cabo una compañía extranjera que extraía el tinte con métodos inadecuados. Este hecho logró un descenso en la población de cara- coles de las playas donde tradicio- nalmente teñían los mixtéeos. “Tras la denuncia de estos he- chos por los mixtéeos y 5 años de estudios biológicos, etnobiológi- Teñidor mixteco, Pinotepa de Don Luis, Oaxaca, México. © Fulvio Eccardi 9 El caracol Purpura pansa habita en todos los estados costeros del Pacífico mexicano. eos, socio-económicos y cultura- les se logró un Acuerdo Interse- cretarial para aprovechar y con- servar el Purpura pansa. El Acuerdo, que se publicó en el Diario Oficial el miércoles 30 de marzo de 1988 indica que se pro- híbe matar este molusco para ex- traerle el tinte, trasladarlo fuera del área donde vive, o comercia- lizar cualquier parte del caracol que no sea su propio tinte. Algo muy importante de este Acuerdo es que plantea que el aprovecha- miento del tinte sólo podrá ser efectuado por los miembros de las comunidades indígenas que lo han explotado tradicionalmente. Aunque las credenciales-permiso otorgadas por la Secretaría de Pesca para la explotación del Pur- pura pansa deben ser renovadas cada dos años, y los mixtéeos han solicitado que dichas credenciales se conviertan en una concesión por veinte años, basados justa- mente en su larga tradición que no había afectado al recurso.” Existen algunas dificultades no salvadas en la conservación del Purpura pansa. Una de las más graves es que esta especie habita en lugares atractivos para el tu- rismo y las construcciones hote- leras a lo largo de la costa del Pa- cífico y especialmente el desarro- llo de Huatulco hacen que se escape mucho material terrígeno al mar, lo que afecta al caracol y a su medio marino. Para las zo- nas ya afectadas por estas y otras razones se pensó en un repobla- miento con individuos nacidos en cautiverio. La idea se empezó a desarro- llar mediante estudios sobre el cultivo del caracol en la Univer- sidad de Nayarit en el proyecto conjunto entre la Dirección Ge- neral de Culturas Populares, la Universidad Autónoma de Sina- loa y la Universidad de Nayarit presentado para su financiamien- to ante la SEP en 1988. Los resul- tados fueron alentadores ya que la especie se adaptó a los acua- rios, y se logró su fecundación y desove. Sin embargo, no se ha podido avanzar hasta mantener viva la larva en su fase planctó- nica pues falta lograr su fijación al sustrato. Hasta donde sabemos las investigaciones en ese sentido no han continuado por falta de recursos. En marzo de 1992 se constitu- yó el Comité Técnico para el es- tudio del caracol Purpura pansa, que elaboró la propuesta del Pro- grama Nacional de Investigación de esta especie. El biólogo Javier Acevedo García, Secretario de es- te Comité Técnico nos da su opi- nión sobre la situación del cara- col purpura en Oaxaca: “La zona tradicional de explo- tación del Purpura pansa por los mixtéeos en Oaxaca iba desde la Barra de Copalita a Puerto Án- gel. Debido al desarrollo turísti- co se ha limitado esta zona, y só- lo pueden aprovechar diez de las veinte bahías que explotaban tra- dicionalmente en la zona de Hua- tulco. Existen, no obstante, otras zonas que podrían ser aprovecha- das como las que se encuentran entre la Bahía de San Agustín hasta la Bahía de Cacaluta. Aun- que esta zona es visitada actual- mente por las embarcaciones de la cooperativa turística de Bahía de Santa Cruz, también puede ser utilizada por los tintoreros e in- cluso poder llegar a un acuerdo con los cooperativistas para hacer demostraciones de tinción y ob- tener sus ingresos tradicionales. “De acuerdo con las investiga- ciones que se han realizado se po- drían extraer en la zona costera de Oaxaca aproximadamente 120 litros de tinte en un período de seis meses. Este cálculo está ba- sado en las siguientes normas: de- be existir una rotación en las zo- nas de tinción, la talla mínima del caracol de ordeño debe ser de 3 cm, es necesario mantenerlos a la sombra y con humedad suficien- te durante el tiempo que estén fuera del mar para que al devol- verlo a su substrato tenga una rá- pida recuperación, y se debe res- 10 petar el período de veda esta- blecido. “Un asunto que habría que analizar es que los compradores pagan muy barato el tinte. Tal vez debe hacerse un estudio de mer- cado con el fin de que éste adquie- ra un valor adecuado. “Para poder llevar adelante un buen aprovechamiento y pro- ducción del caracol Purpura pan- sa se debe integrar un proceso en el que participen las personas que viven en la zona, de modo que se logre un aprovechamiento inte- gral de los recursos de la región. Tal vez se podría extraer tinte en otros estados donde la especie se encuentre en abundancia como en Jalisco. Pero en este caso sería ne- cesario un buen adiestramiento de la gente de la zona para que se lle- ve a cabo de manera racional.” Sobre el tema de la situación del caracol insiste Marta Turok: “Según el presidente del Co- mité de Tintoreros Mixtéeos la si- ¿Quién debe vigilar el cumplimiento de las leyes? Hasta 1994 lo hacía la Delegación Federal de Pesca en Oaxaca. En la actualidad es responsabilidad de la Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (semarnap) a través de la Delegación Federal de semarnap y de la Procuraduría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca de Oaxaca, que son los responsables de dictar las normas para el aprovechamiento sustentable de este recurso y de su vigilancia. 11 En la América prehispana las mantas de color púrpura eran un atributo muy importante. Mujer mixteca, mostrando un posahuanco o enredo teñido con Caracol púrpura. © Fulvio Eccardi tuación del caracol púrpura con- tinúa siendo grave debido a la ac- tividad de otros grupos humanos que actúan en el área durante to- do el año y colectan el caracol con otros fines que no son de tinción. Entre las causas que ya se reco- nocen está la afectación provoca- da por los cazadores de iguanas, que colectan quitones (lengua de perro) para alimentarse durante sus expediciones. Estos quitones son un alimento fundamental del caracol Purpura pansa. Otras afectaciones se deben a las men- cionadas obras de construcción de estructuras turísticas, que han provocado deslaves y modificado la topografía de las zonas roco- sas intermareales, así como a la propia acción de los turistas y otras actividades acuáticas; re- cientemente crecen los rumores de que se está recolectando el cara- col para hacer cocteles. “Hay que reconocer que el tu- rismo necesita nutrirse del medio. En el caso del caracol púrpura, sin embargo, podría aprovechar- se lo interesante que resulta el propio hecho de la tinción. Este puede llegar a ser uno de los atractivos turísticos, y en la épo- ca de las tinciones estas etnias pueden hacer demostraciones del proceso que tan bien manejan. La venta de los textiles teñidos po- dría quedar en manos de los gru- pos mestizos de la zona para que se beneficie toda la población y se logre una derrama económica.” Esta historia de colores y ca- racoles que ya suma cientos de años en nuestro país debe conser- var su concepción armónica. El tinte natural del caracol púrpura y sus valores ecológicos, sociales, económicos tiene su lugar, tan importante en el futuro como el que ha logrado mantener hasta el presente. Bibliografía Acevedo García, J., “Aprovecha- miento integral de recursos natura- les con énfasis en el caracol Purpu- ra pansa”. (Inédito) Diario Oficial, Miércoles 30 de mar- zo de 1988, México. Hernández Cortés, E. y J. Acevedo García, Aspectos poblacionales y et- nobiológicos del caracol Púrpura pansa, Gould, 1853 en l a costa de Oaxaca, Tesis de licenciatura, unam, Facultad de Ciencias, 1987. Turok Marta (coord). El caracol púr- pura: una tradición milenaria. Se- cretaría de Educación Pública, Di- rección General de Culturas Popu- lares, Programa de Artesanías y Culturas Populares, 1988. 12 EMMA ROMEU LOS MUSGOS DE MEXICO OS MUSGOS son plantas de amplia distribución mundial, que usualmente viven en lugares hú- medos o cerca del agua. Se en- cuentran entre los primeros orga- nismos que colonizan las rocas, pues al crecer sobre ellas modifi- can su superficie, formando un sustrato en el que se pueden arrai- gar otras plantas. En México es frecuente encontrarlos a manera de alfombras en el piso de los bos- ques húmedos, aunque también crecen sobre las ramas y los tron- cos de árboles, en techos de edi- ficaciones, en muros de concreto y hasta sobre las alcantarillas. Pe- ro, ¿qué tan grande es la diversi- dad biológica de estos musgos mexicanos?, ¿qué usos se les da en el país?, ¿cuántas especies se encuentran en peligro de extin- ción? Sobre estos y otros temas nos habla el doctor Claudio Del- gadillo, del Departamento de Bo- tánica del Instituto de Biología de la UNAM. Durante mucho tiempo el nú- mero de las especies de musgos mexicanos fue un enigma. Sin embargo, la publicación de The moss flora of México y, la con- clusión de una base de datos so- bre los musgos de México como parte de un proyecto realizado precisamente con financiamiento de conabio ha aportado una va- liosa información. De nuestra in- vestigación resultó que en el país existen unas 960 especies y varie- dades de musgos, de los cuales proporcionamos los nombres científicos más reconocidos, así como sus sinónimos. Este núme- ro de especies ubica a México en un lugar importante en relación con la diversidad de musgos de los países tropicales. ¿Por qué se consideran tan im- portantes los estudios sobre los musgos en la actualidad? Entre las plantas los musgos pertenecen a las briofitas, que his- tóricamente se han utilizado, des- de el punto de vista científico, co- mo material de trabajo para rea- lizar estudios de hibridación y producción experimental de los primeros poliploides en plantas (plantas con juegos duplicados de cromosomas). También en ellos se han realizado estudios de dis- persión de la flora a grandes dis- tancias. Conocer más a los mus- gos podría significar un mejor co- nocimiento de la biología de otras plantas. Desde hace algunos años se ha valorado el potencial de los mus- gos desde otros puntos de vista. Se les puede aprovechar como in- dicadores de contaminación del suelo, del aire y del agua. En la ciudad de México se han hecho evaluaciones preliminares de la calidad del aire utilizando la pre- sencia de musgos epífitos como indicadores pues estas plantas son muy sensibles a ciertos contami- nantes como el bióxido de azufre, ozono y fluoruros volátiles. Su respuesta a estas substancias es útil para diagnosticar los niveles tóxicos en el ambiente. Las espe- cies de amplia distribución mun- dial, así como las que crecen en varios hábitats pueden servir pa- ra evaluar la contaminación en ambientes variables. Pero en es- te sentido las investigaciones me- xicanas son aún pobres. Se dice que a través de los musgos y otras briofitas pueden detectarse depósitos minerales. ¿Qué nos comentaría usted sobre eso? Los musgos absorben de ma- nera preferente determinados ele- mentos minerales que se encuen- tran en el substrato. El análisis químico para la detección de di- chos elementos en ciertas especies de musgos es a veces más confia- ble que el análisis del propio subs- trato. Se sabe que muchos mus- gos crecen donde hay abundancia de cobre o minerales radioactivos. ¿Cree usted que es importan- te en México, al igual que en otros países, la presencia de musgos en un combustible fósil como la turba? En nuestro país no se conocen depósitos del musgo Sphagnum, 13 que es uno de los principales for- madores de turba. No obstante, algunas especies de ese género crecen en pequeños manchones en Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Oaxaca, Puebla y Veracruz. ¿Aprovecha el hombre de ma- nera directa los musgos? Desde hace muchos años se les ha venido utilizando en horticul- tura, donde se aprecia su belleza como adorno de jardines, terra- rios y para simular cesped en los nacimientos de los arreglos navi- deños. Este es, probablemente, el mayor aprovechamiento que se hace de los musgos en México. No obstante, también se pueden mezclar con tierra para mejorar la retención de agua, aunque cier- tos musgos podrían llegar a crear un ambiente de excesiva humedad que asfixie las semillas y retarde la regeneración de la vegetación. Podrían ser muy útiles en la re- generación del bosque a través de la germinación de semillas. En algunos lugares del mundo los musgos se han utilizado como material de relleno de colchones y almohadas por su suavidad y capacidad de absorción del agua. Por esas mismas características y sus propiedades antisépticas se han empleado como material de empaque de ropa, de objetos frá- giles, y de frutas y vegetales, así como también como sustrato pa- ra transportar plantas vivas. Son, además, un excelente material ais- lante para rellenar grietas en las paredes de las cabañas de los paí- ses fríos. El Códice del siglo xvi cono- cido como de la Cruz-Badiano, recientemente devuelto a México por el Vaticano registra el uso de dos tipos de musgos para calmar la fiebre y el dolor de cabeza. Otros ejemplos de los usos medi- cinales de los musgos se encuen- tran en la bibliografía interna- cional en la que se mencionan mezclas de musgos con aceites ve- getales para preparar ungüentos que alivian heridas leves, picadu- ras de insectos, quemaduras, ec- zemas, etc. Con los musgos tam- bién se han confeccionado venda- jes quirúrgicos porque absorben y retienen los líquidos. Estos ven- dajes suaves y frescos se elaboran más rápidamente y a menor cos- to que los de algodón. En China, con su larga tradición en la me- dicina naturista, alrededor de 40 especies de briofitas se consideran medicinales, y algunas de ellas se incluyen en los tratamientos con- tra los cálculos renales, las en- fermedades cardiovasculares, las nerviosas, la amigdalitis, bron- quitis, cistitis, etc. En otros países se han llevado a cabo investigaciones sobre los principios activos de los musgos, y existen datos acerca de su acti- vidad antibiótica (antibacteriana y antifungicida). En Estados Uni- dos, por ejemplo, se han realiza- do estudios para determinar su actividad antitumoral y se han obtenido resultados prometedores en algunas de las familias estudia- das. Sin embargo, el contacto di- recto con otras especies puede producir ciertos padecimientos entre ellos dermatitis. En el campo de la farmacolo- gía todavía se necesitan muchos estudios sobre los musgos. ¿Cuáles serían sus recomenda- ciones con relación al conoci- miento y uso de los musgos de nuestro país? Mi respuesta se desprende un poco de lo anterior. Es necesario ahondar en estudios taxonómi- cos, fisiológicos, fitogeográficos, de citología y genética, etc. con el fin de conocerlos mejor y de es- ta manera poder establecer un uso racional de ellos. ¿ Y qué nos puede decir sobre la conservación de la diversidad de los musgos mexicanos? Según estudios preliminares, en México existen 103 especies de musgos endémicos, lo que cons- tituye 10% de la flora de musgos conocida. Tenemos un listado de 25 especies de musgos que se con- sideran deben ser protegidos. No obstante, otras especies pueden 14 DIVERSIDAD DE MUSGOS EN CIERTAS ÁREAS TROPICALES Y TEMPLADAS DEL MUNDO Area Musgos (num. de especies) Superficie (km 2 ) África del Sur 591 1 659 000 E.U.A y Canadá 1 170 11 526 622 Antigua URSS 706 13 445 000 Bolivia 1 144 1 098 581 Colombia 960 1 138 000 Ecuador 856 270 670 Venezuela 807 912 050 MÉXICO 960 1 969 269 estar amenazadas localmente por prácticas agrícolas, por destruc- ción de bosques o por recolección masiva como es el caso de Camp- ylopus, Thuidium y Hypnum que son los que se colectan indiscri- minadamente en Navidad. De és- tos las poblaciones más afectadas son las que se encuentran cerca de núcleos urbanos. Es posible que otras especies que aparentemen- te no estén amenazadas, habiten en ambientes frágiles o en áreas reducidas y que por lo tanto tam- bién necesiten protección. Es evi- dente que para conservar nuestras briofitas debemos preservar sus hábitats. Quizás los musgos no sean tan conocidos como las plantas vas- culares, pero su importancia tan- to científica como económica no deja lugar a dudas de la necesi- dad de su protección. “S NÚMERO DE ESPECIES DE MUSGOS CONOCIDAS POR ESTADOS DE LA REPÚBLICA MEXICANA (De acuerdo con La Flora de Musgos de México, editada por A.J. Sharp. H. Crum y P.M. Eckel) Ags-6 Mex-243 BC-109 Nay-119 BCS-28 NL-125 Camp-39 Oax-446 Chih-111 Pue-364 Chis-329 QR-86 Coah-62 Qro-47 Col- 18 SLP-208 D.F-71 Son-65 Dgo-148 Sin-52 Gro-86 Tab-39 Gto-3 Tamps-220 Hgo-280 Tlax-56 Jal-215 Ver-482 Mor-119 Yuc-49 Mich-230 Zac-48 15 SECRETARIADO DE CONFERENCIA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE YUCATÁN Conferencia Internacional sobre propiedades y aplicaciones de productos apícolas del 26 al 30 de mayo de 1996 Informes: P.O. Box 1931 Romat-Gan 52118, Israel Tel. 972-3 61 33 340 Fax. 972-3 61 33 341 ASOCIACIÓN ETNOBIOLÓGICA MEXICANA, A.C. II Congreso Mexicano de Etnobiología VI Congreso Latinoamericano de Entomología del 26 al 30 de mayo de 1996 Informes: M. en C. Sergio Ibañez-Bernal Lab. de Entomología, Instituto Nacional de Diagnóstico y Referencia Epidemiológico Prol. de Carpió 470, 2o. piso, Col. Santo Tomás Tel. 341 4880, 341 4700 Fax. 341 1168 UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE TLAXCALA I Congreso Nacional de Plantas Medicinales de México del 18 al 21 de septiembre de 1996 del 26 al 30 de junio de 1996 Informes: M. en C. Rafael Monroy UAEM. Cuernavaca, Morelos Tel. (73) 11 22 88, Fax. 13 3794 Dra. Lourdes Navarijo Instituto de Biología, unam, México, D.F. Tel. (5) 662 5703 y Fax. 550 0164 Informes: Biól. Miguel Ángel Gutiérrez Secretaría de Investigación Científica Universidad Autónoma de Tlaxcala Av. Universidad No. 1 900070 Tlaxcala, Tlax. Telefax (246) 223 13 y 240 31 COMISIÓN NACIONAL PARA EL CONOCIMIENTO Y USO DE LA BIODIVERSIDAD La conabio es una comisión intersecretarial dedicada a coordinar y establecer un sistema sobre los inventarios biológicos del país, promover proyectos de uso de los recursos naturales que conserven la diversidad biológica y difundir a nivel nacional y regional el conocimiento de la riqueza biológica del país, sus formas de uso y aprovechamiento. COORDINADOR NACIONAL: José Sarukhán Kermez SECRETARIA TÉCNICA: Julia Carabias Lillo SECRETARIO EJECUTIVO: Jorge Soberón Mainero ^¿HMVERSITAS Biodiversitas es elaborado por la Coordinación de Difusión de la conabio. Su contenido puede reproducirse siempre que la fuente sea citada. COORDINADOR: Fulvio Eccardi ASISTENTES: Emma Romeu y Jacinta Ramírez DISEÑO: Luis Almeida y Ricardo Real Fernández Leal No. 43 Col. Barrio de la Concepción Coyoacán, 04020 México D.F. Tel. y Fax. 554 1915, 554 4332, 554 7472 Registro en trámite. Papel reciclable.