LAS CUEVAS DE MÉXICO: DIVERSIDAD SUBTERRÁNEA EN PELIGRO Pág. 8 PLANTAS UTILIZADAS EN LA MEDICINA TRADICIONAL Y SU IDENTIFICACIÓN CIENTÍFICA Pág. 12 . j BOLETÍN BIMESTRAL DE LA COMISIÓN NACIONAL PARA EL CONOCIMIENTO Y USO DE LA BIODIVERSIDAD ECOLOGÍA Y CONSERVACIÓN DEL JAGUAR F EN LA REGION DE CALAKMUL "Agazapados bajo la sombra de una inmensa caoba observamos en silencio, maravillados, al jaguar. Sus amarillos ojos, misteriosos y profundos, nos miran intensamente. Lentamente se ha recuperando de la anestesia. Muy atento escucha, huele, observa. Es posible que seamos los primeros seres humanos con los que se haya encontrado. Trata de entender la situación". © Gerardo Ceballos Gerardo Ceballos*, Cuauhtémoc Chávez*, Heliot Zarza* y Carlos M anterola* * ECOLOGIA Y CONSERVACION DEL JAGUAR EN LA REGIÓN DE CALAKMUL "| lace un buen rato que se lleva- I ron los perros, cuyos aullidos se alcanzan a escuchar a lo lejos. Súbitamente se incorpora, libre ya de los últimos efectos de la droga. En un instante brinca un gran tron- co caído, sin hacer ningún ruido, a pesar de pisar la hojarasca seca. Im- ponente, nos mira por última vez, antes de desaparecer, majestuoso, entre la selva, en una escena que me será difícil olvidar. En ese mo- mento me pregunto acerca de su futuro, sin poder imaginar siquiera lo que sería el mundo sin ésta y mu- chas otras especies en peligro de extinción, cuya sobrevivencia está exclusivamente en nuestras manos y de cuya existencia depende, para- dójicamente, también la nuestra" (Ceballos, 2000). Así describimos hace algún tiempo el encuentro con un jaguar en nuestro proyecto sobre la con- servación de esta especie en la re- gión de Calakmul, en Campeche y Quintana Roo, que empezó en 1997, con la participación del Insti- tuto de Ecología de la unam, Unidos para la Conservación, Ecosafaris y Agrupación Sierra Madre. El jaguar (i Panthera onca ) es uno de los car - nívoros más poderosos de México y sin lugar a dudas se cuenta entre los mamíferos más carismáticos. Sin embargo, se encuentra en ries- go de extinción principalmente por la destrucción de su hábitat y la ca- cería furtiva. Definir e instrumentar medidas encaminadas a evitar su extinción en México requiere infor- mación detallada sobre su ecolo- gía, y eso fue la motivación princi- pal para empezar este estudio. El trabajo de campo se lleva a cabo en las extensas selvas tropi- cales de la Reserva de la Biosfera Calakmul en Campeche y en el ejido forestal de Caobas en Quin - tana Roo (mapa 1), sitios contras- tantes que elegimos para evaluar el efecto de la modificación del hábitat y otras actividades antro- pogénicas en la distribución y ecología del jaguar.¿Cuál es la densidad y tamaño de la pobla- ción de jaguares en esta región?; ¿qué territorio requiere un indivi- duo para mantenerse?; ¿cuáles son los patrones de actividad es - tacionales y anuales?; ¿prefieren algún tipo de hábitat?; ¿cuáles son sus presas principales?; ¿có- mo se sobreponen las presas prin- cipales del jaguar con las especies más usadas en la cacería de sub- sistencia de los pobladores loca- les?; ¿cómo influyen caminos y poblados en el uso del hábitat?; ¿qué se requiere para mantener una población viable de jaguar en esa región? Estas son algunas de las preguntas que queremos con- testar con nuestro estudio. YUCATAN Reserva deiia.Bcsfera Resei ■/a de la Biosfera Calakrriul WWW i aa¡ww p p" WWW 88 WW Reserva de la Biosfera Les Pétenes CAMPECHE Zona Estsia! sujeta a Conservación Ecológica Balam-Kin Zoca Estatal sujeta a Conservación Ecológica Balam-Kú Carnéame Uto Cosía May3 ' QUINTANA ROO GUATEMALA BEL CE 100 krlómetros Mapa 1: El sitio de estudio se encuentra en la región de Calakmul, Campeche, y Caobas, Quintana Roo. En esa región se encuentra la Reserva de la Biosfera Calakmul y dos reservas estatales (Balam-Kim y Balam-Ku) que en conjunto abarcan más de 1 200 000 hectáreas. Jaguares, perros y collares A pesar de grandes complicaciones logísticas, este estudio ha sido muy exitoso, ya que hemos logrado capturar más de 30 jaguares, lo que se debe entre otras cosas a la colaboración de individuos e insti- tuciones especializadas en diferen - tes actividades. Por ejemplo, la cap- tura es coordinada por Antonio Rivera, de Ecosafaris, que hace dos décadas se dedicaba a la cacería profesional de esta especie; la coor - dinación del proyecto por Unidos para la Conservación, y la investí - gación científica por el Instituto de Ecología. La captura es una de las etapas más interesantes del proyec - to. Todo comienza a las 3:30 de la mañana, cuando se reanuda la vida en el campamento. Alistamos la jauría de sabuesos, que ansiosos aúllan sin parar. Después de un fru - gal desayuno nos adentramos en la selva siguiendo caminos viejos de terracería en dos o tres camionetas. Se sigue el recorrido por espacio de vahas horas hasta que, si hay suer - te, localizamos un rastro fresco de jaguar. Se sueltan los sabuesos, que después de una vigorosa carrera de varias horas entre la selva logran, en ocasiones, encaramar a un ja- guar en un árbol. En ese momento se estima el peso del animal y se le tira un dardo con la dosis adecuada de anestesia. En 1 0 ó 20 minutos el jaguar está completamente dormi- do y podemos tomar muestras y medidas. Media hora después ter- minamos, con la colocación de un microchip para su identificación y un collar de telemetría satelital, con el que se obtiene la información so - bre la actividad, uso de hábitat y movimientos. Densidad y tamaño poblacional La obtención de cientos de datos de telemetría ha permitido deter - minar que un individuo en la re- gión requiere para sobrevivir entre 30 a 60 km 2 . Hay, sin embargo, una gran variabilidad; por ejem - pío, un macho al que llamamos Tony, se desplazó durante un año en un área de 1 000 km 2 (mapa 2); es decir, 100 000 ha. ¡Una gran extensión en verdad! Sin embargo, hay hembras que han desarrollado toda su actividad en un área de só- lo 30 km 2 (3 000 ha) (mapa 3 y cuadro 1). En Belice, Venezuela y Brasil se han documentado territo- rios de entre 15 y 180 km 2 (Ceba- llos et al., 2000; Medellín et al., 2000). Las hembras en general ocupan áreas más pequeñas que los machos y el territorio de éstos generalmente se sobrepone al de varias hembras. Debido a la sobre- posición en los territorios, la densi- dad del jaguar en Calakmul es de alrededor de un individuo por cada 15 km 2 (1 500 ha). Nuestros resultados, que son los primeros datos sólidos del ta- maño de población y densidad de jaguares en México, son alentado- res. Estiman que la población total en la Reserva de la Biosfera Calak- mul, con 723 000 ha, es de alrede- dor de 480 jaguares. Más intere- sante aún es que, con el territorio protegido de las zonas adyacentes sujetas a conservación ecológica 3 q**lwaaA/ róHfn tipos oe gestación AfiflKLJl T UR* B cuerpos ce agua ■ PAUMHP[ pastizal n POBLADO m POPAL-TULAfif SABANA S SAySr.-tp sbapI SUtystl Mapa 2. Área de actividad de un jaguar macho (Tony) en la Reserva de la Biosfera de Calakmul, Campeche. de Balam-Kin (110 000 ha) y Ba- lam-Ku (409 000 ha, mapa 1), el tamaño estimado de la población protegida es de 820 ejemplares. Sin lugar a dudas, ésta es una de las poblaciones protegidas más grandes en todo el continente. Actividad y uso del hábitat En Calakmul el jaguar es principal- mente crepuscular y nocturno, y descansa la mayor parte del día a la sombra de un árbol o en alguna cueva. Al contrario de lo que espe- rábamos, su área de actividad es menor en la época de secas, ya que tienden a concentrarse en los lugares con disponibilidad de agua, en donde también se con - centran sus presas. En la época de lluvias utilizan áreas de mayor ex- tensión, ya que disponen de agua en abundancia y sus presas tam- bién se dispersan en extensiones mayores. Con los datos de telemetría y un sistema de información geo - gráfica hemos determinado las preferencias en el uso del hábitat del jaguar en la región. A pesar de que aparentemente se les encuen- tra en cualquier tipo de hábitat, utilizan de manera más frecuente las selvas medianas, que son las de mayor cobertura, seguidas de las selvas secas, y en menor grado de las sabanas y los acahuales; evitan potreros abiertos y campos de cul- tivo; la selva mediana sólo ocupa alrededor de 40% de nuestra área de estudio. Esta información ha permitido determinar la ubicación óptima de corredores biológicos en áreas ocupadas por selva me - diana para conectar la reserva de Calakmul con la Reserva de la Biosfera Sian Ka'an en Quintana Roo, y con las del Petén en Guate- mala. La conservación exitosa de esos corredores biológicos tendría como resultado aumentar el tama- ño de la población de jaguares en la región y su variabilidad genética, y reducir las probabilidades de ex- tinción de la especie a largo plazo. Presas Para conocer la dieta y disponibili - dad de presas usamos excretas co- lectadas en el campo y transectos, respectivamente, en un estudio di- rigido por Miguel Amín. El primer paso en este proceso fue identificar correctamente las excretas del ja - guar y del puma ( Puma concolor), ya que éste ha sido un problema fundamental en la mayoría de los estudios, donde sólo se han identi- ficado por su apariencia, lo que tie - ne severas limitaciones (Amín, 2004). Nosotros usamos una técni- ca llamada análisis de ácidos bilia- res fecales, que permitió identificar sin duda todas las muestras. La dis- ponibilidad de presas se estimó mediante trayectos caminados a pie y el uso de cámaras fotográfi- cas automáticas. En las cámaras y trayectos se registraron 23 especies de mamíferos y aves (Amín, 2004). Las especies más abundantes fue- ron venado cola blanca ( Odocoi - leus virginianus), tepezcuintle (Cu- niculus paca), temazate ( Mazama pandora y M. americana), tejón 0 Nasua narica) y armadillo ( Dasypus novemcinctus). Entre las aves, la 4 I I PAQLA nn Eugenia ' EJIDO CAOBA /CAMINOS TIPOS GE VEGETACION I AGP CULTURA i CUERPOS DE AGUA j PALMAR PASTIZAL jpO&LADO i POPAL-TULAft } SAEAMA |£A>£M:p j sa«= I sitnt especie más frecuente es el hoco- faisán (Crax rubra). El análisis de pelo y hueso en las excretas reveló que el jaguar y el puma se alimentan de 21 especies de mamíferos, cuatro de reptiles y una de ave. El traslape entre las presas de ambas especies es muy alto, de 95%. Sin embargo, la pro- porción de las presas principales fue diferente (cuadro 2). El jaguar mostró preferencias por presas co- mo el tejón y el tepezcuintle; el pé- cari de collar ( Tayassu tajacu) y el armadillo fueron consumidos en proporción a su disponibilidad; en contraste, el serete ( Dasyprocta punctata) fue consumido en menor proporción que la esperada. El pu- ma consumió en mayor cantidad que su disponibilidad el tejón, en tanto que el armadillo, el tejón y el tepezcuintle se consumieron en proporción a su disponibilidad; por último, el sereque fue consumido en menor proporción que la espe- rada. El análisis de información adicional, que incluye la de las cámaras fotográficas, permitirá determinar con mayor precisión es- tos aspectos. Las actividades humanas Una de las fases más interesantes de nuestro estudio ha sido la iden- tificación del efecto de las activida- des humanas en la población del jaguar de Calakmul. La destruc- ción y fragmentación del hábitat, los caminos y poblados, la cacería furtiva, la cacería de subsistencia de sus presas y las enfermedades de animales domésticos causan efectos negativos severos en la po- blación de jaguar. La destrucción y fragmentación del hábitat del jaguar es, sin lugar a dudas, la mayor amenaza para su sobrevivencia a largo plazo. A pesar de que aún existen cientos de miles de hectáreas de selva en buen estado de conservación en la región de Calakmul y zonas aleda- ñas en Quintana Roo, miles de hectáreas ya han sido deforestadas y las tasas de deforestación anual son altas. En la Reserva de la Bios - fera Calakmul existen invasiones de ejidos a lo largo de su límite sur, en donde varios han penetrado a la zona núcleo. Frenar este acele- rado avance de la frontera agríco- la y pecuaria es el reto más impor- tante a resolver en la región en las próximas décadas. Los ejidos fo- restales presentan una alternativa viable en este sentido; por ejem- plo, en el ejido Caobas, en Quinta- na Roo, grande ha sido nuestra sorpresa el encontrar una gran di- versidad de especies, incluyendo jaguar, tapir y pécari de labios blancos, en las zonas con aprove- chamientos forestales. Sin el in- centivo forestal estas zonas ya hu- bieran sido convertidas en campos agrícolas, perdiendo su valor para la conservación. Nuestro trabajo refuerza un nuevo paradigma de la conservación, en donde zonas con impactos humanos pueden ser fundamentales para mantener una porción considerable de la diversi- dad regional, si tienen un manejo adecuado (Daily etal., 2003). Nuestro trabajo ha mostrado también otras consecuencias gra - Mapa 3. Áreas de actividad de dos jaguares hembras (Paola y Eugenia) en la Reserva de la Biosfera de Calakmul, Campeche. Imágenes tomadas por cámaras fotográficas automáticas; de izquierda a derecha: temazate, ocelote, tejones, margay y tapir. © Instituto de Ecología UNAM, Unidos para la Conservación A.C., Sierra Madre S.C., y Safari Club Internacional 5 Cuadro 1 . Áreas de actividad estimadas (km 2 ) de jaguares y pumas en la Reserva de la Biosfera de Calakmul, Campeche, usando el método del polígono mínimo con- vexo (PMC; C. Chávez, obs, pers). Individuo Intervalo de días PMC 100% Hembras Sandra 335 59.7 Rica 645 84.9 Mitcha 237 31.7 Promedio 58.7 Machos David 147 27.5 Shoe 975 33.0 Tony 816 77.6 Promedio 39.3 Cuadro 2. Selección de las principales presas de jaguar y puma en la Reserva de la Biosfera Calakmul (Amin, 2004). Ambas especies seleccionan de manera diferente a sus presas. Algunas presas fueron consumidas en mayor proporción a su disponibilidad, es decir que fueron preferidas (+), sobre las que fueron consumidas en menor (-) o en proporción similar (0) a su disponibilidad. Proporción en avistamientos (disponibilidad) Proporción de uso Jaguar Dasypus novemcinctus 0.03 0.16 + Dasyprocta punctata 0.34 0.16 - Nasua nanea 0.47 0.20 - Cuniculus paca 0.03 0.25 + Pécari tajacu 0.10 0.20 + Puma Dasypus novemcinctus 0.07 0.15 0 Dasyprocta punctata 0.65 0.15 - Cuniculus paca 0.07 0.49 + Pécari tajacu 0.19 0.19 0 Pieles de jaguares decomisadas a un taxidermista en Chetumal en 2001. © G. Ceballos ves de las actividades humanas. Por un lado, hemos descubierto que las carreteras y los poblados tienen efectos negativos sobre la distribución espacial del jaguar, poco perceptibles con técnicas de estudio convencionales. Las carre- teras y los poblados, además de fragmentar el hábitat, provocan que el jaguar use en menor pro- porción a la esperada ambientes aledaños a las mismas, aunque el hábitat se conserve en óptimas condiciones; las carreteras facilitan además el acceso a cazadores de jaguares y sus presas. Por otro lado, la cacería de sub - sistencia y la cacería furtiva son dos problemas serios. Por ejemplo, en 2001 se decomisaron más de 25 pieles de jaguar a un taxider- mista en Chetumal, lo que repre- senta la población completa de una enorme área de aproximada- mente 375 000 ha. Un efecto inesperado que es interesante des - tacar es el de la cacería de subsis- tencia, ya que las presas más in- tensamente buscadas por los cazadores de la región son tam- bién algunas de las presas más im- portantes para el jaguar. Es decir, la cacería de subsistencia afecta las densidades de jaguar de mane- ra indirecta, ya que elimina sus presas y disminuye la capacidad de carga del ambiente. En áreas de mayor incidencia de cacería furtiva hay menos jaguares, aun cuando la cobertura vegetal sea adecuada. La desaparición del jaguar de grandes extensiones del territorio nacional debe considerarse como el preludio de problemas ambien- tales severos. Sin embargo, a prin- cipios del nuevo milenio, la presen- cia de poblaciones viables en el sureste de México debe ser consi- derada como un signo de esperan- za, frente a un horizonte ambien- 6 tal de gran incertidumbre. En este sentido la conservación del jaguar debe ser una prioridad para Méxi - co, cuyo balance final dependerá, en gran medida, de las acciones que emprendamos ahora. Agradecimientos Agradecemos el financiamiento y apoyo al proyecto a Semarnat, Conacyt, papiit (unam), Sierra Ma- dre S.C., National Fish and Wildlife Foundation, Safari Club Founda- tion, Conabio, Conanp, Corredor Biológico Mesoamericano, Mattel, Kimberly Clark de México, Francisco Zavala, Miguel Amín, Melissa López, Sophie Calmé, Da- lia Amor, Fernando Colchero y Stuart Pimm de la Universidad de Duke y en especial al Ejido Caobas. Literatura citada Amín, M. 2004. Patrones de alimenta- ción y disponibilidad de presas del jaguar ( Panthera onza) y del puma (Puma concolor) en la Reserva de la Biosfera Calakmul, Campeche, México. Tesis de maestría, Instituto de Ecología, unam, México. Cebados, G. 2000. The vanishing ja- guar: Lord of the Mexican jungles. Volees o f México (UNAM) 50:102- 104. Cebados, G., C. Chávez, A. Rivera y C. Manterola. 2002. Tamaño pobla - cional y conservación del jaguar (Panthera onca) en la Reserva de la Biosfera Calakmul, Campeche, México, pp. 403-481, en: R.A. Me- dellín, C. Chetkiewicz, A. Rabino- witz, K.H. Redford, J.G. Robinson, E. Sanderson y A. Taber (eds.), Ja - guares en el nuevo milenio: una evaluación de su estado, detección de prioridades y recomendaciones para la conservación de los jagua- res en América. Universidad Nado - nal Autónoma de México-Wildlife Conservation Society, México. Daily, G., G. Cebados, J. Pacheco, G. Suzan y A. López. 2003. Country - side biogeography of neotropical mammals: Conservation opportu - nities in agricultural landscapes of Costa Rica. Conservation Biology 17:1-11. Medellín, R.A., C. Chetkiewicz, A. Ra - binowitz, K.H. Redford, J.G. Robin - son, E. Sanderson y A. Taber (eds.). 2002. Jaguares en el nuevo mile- nio: una evaluación de su estado, detección de prioridades y reco - mendaciones para la conservación de los jaguares en América. Univer - sidad Nacional Autónoma de Méxi - co-Wildlife Conservation Society, México. * Instituto de Ecología, unam gceballo@miranda. ecología, unam. mx ** Conservation International, México cmanterola@conservation.org Roberto Rojo* LAS CUEVAS DE MÉXICO: DIVERSIDAD SUBTERRÁNEA EN PELIGRO Entrada a una cueva en Cuatrociénegas, Coahuila © F. Lo Mastro México: su impresionante corazón Internarse en las entrañas de la Tierra, descubrir pasajes y salones con miles de forma - dones caprichosas, bajar por inmensos abismos depen- diendo únicamente de una delgada cuerda y algunos aparatos, estar rodeado de agua, atravesar estrechos pasajes asfixiantes, observar seres extraños y ver la recon - fortante luz al final del cami- no, son experiencias únicas. El mundo subterráneo aún permanece desafiante como una frontera más para la ex- ploración. Apenas recientemente se encontraron las mayores cuevas de yeso en Argenti- na, se descubrió el tiro verti- cal más grande del mundo en Croacia central, con 520 m, y se llegó a una mar - ca de profundidad en el sis - tema Voronja-Krubera, en la región de la república autó- noma de Abjazia, que sobre- pasa por primera vez en la historia la cota de los menos 2 000 m. Cada año se encuentran cavida - des desconocidas y, con ellas, cien- tos de especies nuevas que ahí ha- bitan; sin embargo, la existencia de este vasto mundo hipogeo perma- nece ignorada por la mayoría de la gente. Como las cuevas son lugares que no están a la vista y su acceso generalmente requiere técnicas es- pecializadas, el conocimiento y la difusión de estos sitios permanece como ellos: subterráneo. En México, aproximadamente 20% del territorio nacional se com- pone de roca caliza, potencial for - madora de cuevas, ya que debido a una reacción quími- ca ésta se disuelve tres veces más rápido que las demás ro- cas. No todas las cuevas se forman en caliza; de hecho, la gran diversidad de formas y tipos de cuevas que hay en nuestro país le han valido el mote de "Himalaya de las cuevas". Para seguir leyendo este artículo hay que ponerse casco y encender la lámpara, ya que veremos algunos tipos de cuevas, así como los peli - gros que enfrentan actual- mente. Sótanos Los sótanos son agujeros en el suelo, producto principal- mente de derrumbes en los techos de las grandes salas de las cavernas. En el estado de San Luis Potosí se encuen- tra el mundialmente famoso Sótano de las Golondrinas, que con sus 376 m de caída libre —como dos torres lati- noamericanas una sobre la otra— es uno de los más pro- fundos. Además, cada maña- na presenta un espectáculo único. Miles de vencejos ( Streptoprocne zonaris), que la gente llama golon- drinas, dan vueltas en una espiral ascendente dentro del sótano, pro- duciendo un rumor característico por sus vocalizaciones. Al salir se les puede escuchar cortando el aire 8 das desde 1 835 y que cuentan con especies endémicas como el can - cío, Phrynus cacahuamilpensis, la araña patona, Pholcus cacahuamil- pensis, o la araña Drassus caca- huamilpensis, aunque algunos de ellos han cambiado de nombre. Como Cacahuamilpa existen mu- chas cuevas fósiles famosas, como las grutas de Juxtlahuaca, también en el estado de Guerrero. actual, pero después de las últimas glaciaciones del Pleistoceno aumentó, su- mergiendo las cuevas que se habían formado. Por eso se pueden encontrar esta- lactitas en las cavidades su- bacuáticas de la península. Allí casi no hay corrien- tes superficiales porque el agua se filtra y corre por ríos internos; cuando el te- cho de una bóveda sucum- be se forman cenotes de especta- cular belleza, que fueron el escenario de rituales de la cultura maya durante cientos de años. El sistema Ox Bel Ha, junto con las cuevas Ayim y Yax'chen, en Quin- tana Roo, es el mayor sistema de cuevas sumergidas en el mundo, con una longitud total de 133 400 m, totalmente bajo el agua. Cuevas sumergidas y cenotes La península de Yucatán es una gran placa formada principalmen - te de roca caliza que se eleva en promedio 30 m sobre el nivel del mar. Hace miles de años el nivel de los océanos era más bajo que el Viaje al centro de la Tierra Tenemos por lo menos nueve cue- vas de más de 1 000 m de profun- didad; el Sistema Cheve, con 1 484 m, es la cueva más profun - da del continente americano. Exis- ten en México verdaderos laberin- tos dignos de ser habitados por un mi- nota uro, como los que se encuentran en el sis- tema Cuetzalan, en Puebla, o el sistema Purificación, en Tamau- lipas, así como hermo- sas travesías, en las que se entra por un ex- tremo de la cueva y se sale por el otro, gene- ralmente siguiendo un curso de agua, como cuando pasan, ya que son muy veloces. Después de ellos sa- len varios grupos de lo- ros verdes ( Aratinga ho - lochlora) y su color brillante resalta contra el fondo oscuro del abis- mo. Murciélagos y cien- tos de especies asocia- das como arácnidos, escarabajos y ciempiés viven del guano produ- cido por estos seres voladores. El espectáculo es increíble y por la tarde un río negro llega desde lo lejos en el cielo formando un enor- me círculo sobre el sótano. Los vencejos bajan en picada a 1 20 ki - lómetros por hora. Alrededor, aves de presa surcan el aire esperando capturar su cena. Existen imponentes sótanos, como el de La Lucha en Chiapas, de 200 m de profundidad, que al- berga en su interior una especie de pez endémica de esa cueva (Rhamdia laluchensis). La Fosa de las Cotorras, también en Chiapas, tiene a la mitad de su tiro de 90 m una cueva con pinturas rupestres. El del Barro en Querétaro es el más profundo del país, con 450 m. Cuevas fósiles Se les llama cuevas fó - siles a aquellas que ya no tienen un curso de agua activo que las si - ga formando. Algunas de ellas han sido habili - tadas para el turismo como las famosas gru - tas de Cacahuamilpa, en Guerrero, explora - Iniciando una inmersión en una poza en Cuatrociénegas, Coahuila. © La Venta, Exploring Team Bóveda mayor de las grutas de Cacahuamilpa, Guerrero. © Alejandro Boneta 9 Murciélagos zapoteros ( Artibeus jamaicensis), Los Tuxtlas, Veracruz. © Alejandro Boneta en el caso de los ríos subterráneos Chontalcoatlán y San Jerónimo en Guerrero o la travesía más técnica de Acahuizotla en el mismo estado o el Chorreadero en Chiapas. Cuevas únicas Hay cuevas en nuestro país con ca- racterísticas únicas, como las que poseen enormes cristales de cuar- zo de hasta 1 .5 m de alto, en Chi - huahua, o las formadas por bacte- rias quimiolitotróf ¡cas, como la cueva de Las Sardinas en Villa Luz, Tabasco, que tiene grandes colo - nias de bacterias del género Beg - giatoa y que obtienen su alimento, sulfuro de hidrógeno, de las rocas. Estos seres se agrupan en forma - ciones mucosas excepcionales lla- madas "mocotitas". Poco a poco contribuyen a formar la cueva ali- mentándose de la roca. Además ayudan a mantener una población grande de peces ( Poecilia mexica - na) que las ingieren cuando gotea una mocotita del techo. El moco que producen estas bacterias es in- cluso más ácido que el líquido de las baterías de los automóviles. También existen cuevas que al - bergan impresionantes colonias de cientos de miles de murciélagos en Nuevo León y Campeche. No todas las cuevas tienen su génesis en rocas calizas. Los tubos de lava del Suchiooc, en Morelos, tienen un total de más de 25 km repartidos en unas 20 cuevas dis- tintas. Dos de ellas, el Ferrocarril y la Iglesia, ocupan los primeros lu- gares entre los mayores tubos de lava de América. Estos son sólo algunos ejem - píos de las más de 7 000 cavernas que potencialmente alberga nues- tro país, muchas de ellas aún no exploradas. Importancia de las cuevas En su mayoría, las cuevas se en- cuentran en zonas cársticas; éstas funcionan como verdaderas espon- jas captadoras de lluvia. Según la unesco, en el año 201 5 aproximada- mente 80% del agua potable del mundo provendrá de áreas cársti - cas; conocerlas y conservarlas es, pues, una necesidad imprescindible. Las cuevas son lugares aislados, por lo que cuentan con un índice impresionante de endemismos. Son, en pocas palabras, laborato- rios naturales de la evolución. Las únicas especies de tarántulas ca- vernícolas en el mundo ( Hemirra - ghus spp.) son mexicanas, así como muchas más de peces, colémbolos y crustáceos, entre otras. Las especies que viven allí pue- den aportar beneficios enormes al ser humano, como por ejemplo los murciélagos, quienes polinizan mi- les de especies de plantas y ayu- dan a la dispersión de las semillas. Las especies insectívoras ayudan al control de plagas y a mantener las poblaciones de insectos en las sel- vas. Una colonia grande de mur- ciélagos puede consumir hasta 200 toneladas de insectos del tamaño de un mosquito ¡en una noche! En millones de años los ríos subterráneos han dado forma a sorprendentes cavidades. © Paolo Petrignani 10 Las cuevas en peligro Los cambios en el uso del suelo co- mo la tala de bosques y selvas para convertirlas en campos de cultivo o pastizales para el ganado dejan al descubierto la entrada de las cue- vas exponiéndolas directamente a la insolación y provocan la pérdida de humedad en esta parte tan im- portante, llevando a las especies a la deshidratación y obligándolas a emigrar o morir. Generalmente los árboles que fueron cortados obs - truyen el paso natural del agua y forman represas que en lluvias to- rrenciales no soportan y ceden, de- sencadenando inundaciones catas- tróficas para los seres que viven dentro. Al no haber árboles hay más erosión del suelo, con el con - secuente aporte de material extra que desemboca en las cuevas alte- rando irreparablemente su frágil ecosistema. Esto no sucedía antes porque las raíces de los árboles evi - taban que se perdiera el suelo. La urbanización es otra gran amenaza para las cuevas. Las oquedades que están cerca de ciu - dades y pueblos se convierten en verdaderos basureros, ya que la gente las ocupa para deshacerse de sus desperdicios. Para estas personas las cuevas no son más que "hoyos que hay que tapar". El que estos sitios estén llenos de ba - sura lleva a una contaminación del sistema en su conjunto. El agua que allí llega tiene que salir por otra parte en donde la gente be - berá de ella sin saber que ya va contaminada. Estas descargas de contaminantes afectan de manera letal las delicadas formas de vida existentes en los sistemas subte- rráneos. La ignorancia es tal vez el peor mal que afecta a las cuevas; la gente teme a los murciélagos por ser seres extraños que viven en la oscuridad. Esto ha llevado a ma- tanzas terribles en las que se pren- de fuego a colonias enteras de es- tos importantes animales, dejando una cueva vacía y estéril. Muchas personas entran a las cuevas sin ningún respeto y destruyen forma - ciones milenarias, matan animales y contaminan los cuerpos de agua internos. El mal manejo de las cue- vas también deteriora su riqueza; la entrada de grandes grupos de personas perturba a las especies que allí viven y los sistemas de ilu- minación intensos alteran el am- biente general de la cueva. Conservación de cavernas Por ser lugares poco conocidos, hasta hace poco las cuevas no figu - raban en los planes de conserva- ción, aunque han existido intentos aislados para protegerlas. En Méxi - co, la Unión Mexicana de Agrupa - ciones Espeleológicas (umae) pro- puso en 1995 que se incluyeran las cavernas en la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, lo cual fue aceptado y publicado en la Gaceta Ecológica (artículo 55) del Instituto Nacional de Ecología de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Natu - rales y Pesca (Semarnap). Se han elaborado códigos de ética para visitar las cavernas y existen ya algunos libros sobre su manejo y explotación turística, pe - ro falta aún mucho por hacer; lo importante es que se estén dando los primeros pasos. El camino es largo y hay que realizar inventarios y levantar topografías; es urgente que las autoridades comprendan su importancia, y lo más importan- te: que la sociedad sea consciente del enorme patrimonio que tene- mos y que hay que proteger a to- da costa... antes de que sea de- masiado tarde. Un buzo explora un cenote en la península de Yucatán. © Pablo Cervantes Exploración en una cueva de la Sierra Madre Oriental. © La Venta, Explorlng Team Referencias Cano, Z.,yJ. Martínez. 1999. Las cue- vas y sus habitantes. Fondo de Cul- tura Económica (La ciencia para to- dos, 181), México. Hoffmann, A., J.G. Palacios-Vargas y J.B. Morales-Malacara. 1986. Ma- nual de bioespeleologia: con apor- taciones de Morelos, Guerrero y México. Universidad Nacional Au- tónoma de México, México. * Colegio de la Frontera Sur, Unidad Che- tumal, Quintana Roo. chibebo@yahoo.com 11 Susana Ocegueda*, Elizabeth Moreno* y Patricia Koleff* PLANTAS UTILIZADAS EN LA MEDICINA TRADICIONAL Y SU IDENTIFICACIÓN CIENTÍFICA E n México alrededor de 4 000 especies de plantas con flores (aproximadamente 15% de la flo- ra total) tienen atributos medicina- les, es decir que más o menos una de cada siete especies posee algu- na propiedad curativa. Sin embar- go, se estima que la validación quí- mica, farmacológica y biomédica de los principios activos que con- tienen se ha llevado a cabo sólo en 5% de estas especies. Los anti- guos pobladores de nuestro terri- torio desarrollaron una de las her- bolarias más complejas del mundo, debido a la riqueza cultu- ral y étnica que alcanzaron; así pues, desde tiempos prehispánicos diferentes grupos étnicos han usa- códice Florentino, do plantas con fines medicinales. Dan cuenta de ello con amplitud la Historia Natural de la Nueva Espa- ña (1571-1577), de Francisco Her- nández, y los códices Florentino y de la Cruz-Badiano. Las primeras clasificaciones bo- tánicas tenían fines prácticos o uti- litarios; se agrupaba a las plantas como "frías" o "calientes" en fun- ción de algunas de sus propieda- des farmacológicas que curaban los "males de naturaleza contra- ria". Hasta antes de Linneo, las mismas especies de plantas se co- nocían con nombres diferentes, ya que no existía un método que pu- dieran seguir todos los botánicos para denominarlas. Los nombres de las plantas consistían en una se- rie de términos que las caracteriza- ban mediante una frase descripti- va (nomenclatura polinominal). A medida que se descubrían nuevas especies los nombres se convertían en largas oraciones de muy difícil manejo, lo que producía confusión aun entre los botánicos. Con la publicación, en 1753, de Species Plantarum de Carlos Lin- neo, la obra de botánica más ex- tensa e importante del siglo xvm, se desarrolló la nomenclatura bino- mial, que pronto se convirtió en el sistema utilizado por lo científicos para nombrar las especies, y se adoptó el latín como idioma univer- sal en la nomenclatura biológica. Los nombres científicos, a dife- rencia de los comunes, son univer- sales y no están restringidos a una región en su lengua local. Muchas plantas, generalmente de amplia distribución o de uso extendido y por tanto muy conocidas, pueden tener más de una docena de nom- bres comunes. Por otra parte, dos o más especies de plantas, incluso no emparentadas o totalmente di- ferentes, pueden tener el mismo nombre común; en contraste, de muchas especies, en particular las que no tienen un uso directo o las que son raras o poco conocidas, no se conoce ningún nombre co- mún específico. El conjunto de principios y re- glas de nomenclatura para las plantas se describen formalmente en el Código Internacional de No- menclatura Botánica (cinb). 12 11% o Toxicidad conocida • Toxicidad desconocida o Extrafarmacopea Principios activos y herbolaria Junto a la gran variedad de condi - dones ambientales que existen en nuestro territorio, en las plantas se encuentra también una amplia ga- ma de sustancias químicas. Los principios activos se deben precisa- mente a los compuestos químicos de algunas plantas que las hacen útiles como medicamento, y pue- den encontrarse en todo el indivi- duo o sólo en algunas de sus es- tructuras. Su concentración y calidad dependen de diversos factores co- mo la edad del organismo, el cli- ma, la época del año, el tipo de suelo y la humedad, entre otros. Se sabe, por ejemplo, que las plantas muy jóvenes o muy viejas tienen menor concentración de principios activos; que los suelos ácidos favo- recen a las plantas productoras de alcaloides y que la humedad del suelo tiene un efecto directo sobre la concentración de estos com- puestos. Una sola planta medicinal puede contener de ocho a 10 prin- cipios activos, lo que indica la com- plejidad y riqueza bioquímica que existe en la naturaleza. Estos com - puestos químicos se extraen por di - ferentes procedimientos. Para que una planta conserve sus propieda - des medicinales se deben respetar ciertas reglas de recolección, dese - cación, almacenamiento y final - mente de presentación como in - fusiones, extractos o cápsulas, entre otras. La herbolaria hace referencia al conocimiento y uso terapéutico adquirido a lo largo del tiempo pa - ra el reconocimiento de plantas cuyos componentes activos son utilizados en el tratamiento de en - fermedades, así como la receta o las dosis que deben utilizarse. Asi- mismo, se refiere al estudio cientí - fico de las plantas reconocidas en la medicina tradicional, como lo muestra la Farmacopea herbolaria de los Estados Unidos Mexicanos, publicada en 2001 por la Secreta- ría de Salud. Este documento tiene como propósito establecer los li- neamientos oficiales relacionados con el control de calidad, destina- dos a asegurar la idoneidad de las plantas utilizadas, haciendo espe- cial énfasis en su identidad (nom - bre científico) y optimización. Ade- más, trata de establecer los métodos de análisis y especifica - ciones técnicas que deberán cum- plir las plantas y los derivados de ellas utilizados en la elaboración de medicamentos y remedios her - bolarios, contribuir al mejoramien - to de la calidad de los productos y a su uso adecuado, así como di- fundir y promover el potencial te - rapéutico de la flora de México. Sin embargo, la lista de espe - cies de uso tradicional incluidas en la farmacopea herbolaria mexica - na corresponde tan solo a cerca de 1 % del total de la flora de México. Las categorías que comprende es- ta obra son: Especies con toxicidad desconoci - da. Especies sobre las cuales no existen datos de toxicidad y son consideradas seguras en términos generales. La ausencia de datos de toxicidad no necesariamente indica que carezcan de efectos in- deseables, pues es posible que és- tos se detecten cuando la planta sea objeto de un uso más sistemá- tico y se establezcan programas de farmacovigilancia. Especies de toxicidad conocida. Es- pecies que por su contenido en principios activos presentan con cer - teza alguna toxicidad. Por la fre- cuencia con la que producen efec- tos indeseables han sido abordadas en la literatura médica y toxicológi- ca. Un ejemplo de este grupo es una planta conocida popularmente como "toloache" ( Datura stramo- nium, de la familia Solanaceae), uti- lizada en la medicina tradicional co- mo peligroso ingrediente de los "filtros de amor" e hipnótico; es ca- racterística de las regiones tropicales y templadas de América del Norte, sobre todo de México. Su toxicidad se debe principalmente a sus princi - píos activos: hiosciamina y escopola- mina, alcaloides muy tóxicos locali- zados en todas las partes de la planta. Los efectos del envenena- miento que provoca son graves, siendo sus víctimas principales niños que por accidente han ingerido sus frutos. Sin embargo, de esta especie también se reconocen usosterapéu- Registros de especímenes de especies registradas en la Farmacopea herbolaria, cuyos datos han sido integrados de 108 proyectos y cerca de 40 000 registros que forman parte del Sistema Nacional de Información sobre Biodiversidad (SNIB). 13 Ejemplo de principios activos en las especies conocidas como peyote (género Lophophora), las cuales son ricas en alcaloides. A la fecha se han aislado más de 50, entre ellos peyotina, anhalina, anhalonidina, anhalinina, anhalonina y lofoforina. El más importante de ellos es la mescalina. CH 30^^^ <6V h 0 My ^.NCH, ch 3 o NHz och 3 Anhalonina Lofoforina Mescalina CH 3 0 CH30 ^^ N(CH 3 ) 2 ch 3 oVV NCH3 OH 1 CH 3 oVV NCH3 OH 1 Hordenina Peyotina Anhalonidina ticos, ya que con las hojas se elabo- ran cigarros antiasmáticos, además de ser materia prima para la extrac- ción de alcaloides. Especies de uso etnobotánico (ex- trafarmacopea). Especies de uso etnobotánico y con identificación botánica, no incluidas aún formal- mente en la farmacopea, pero sus- ceptibles de ser anexadas a ésta. Son necesarios estudios que per- mitan una mejor caracterización de su potencial medicinal y sobre su eficiencia e inocuidad. Contexto actual De acuerdo con estadísticas de la oms, las plantas son utilizadas por 80% de la población mundial para satisfacer o complementar sus ne- cesidades médicas. Se estima que anualmente en todo el mundo se facturan 60 000 millones de dóla - res por concepto de comercializa- ción de medicinas de patente ela - boradas con plantas medicinales. La oms reconoce que no existe un marco jurídico internacional que regule el acceso a las plantas mis - mas y su uso racional, ni la seguri - dad, eficacia y calidad de sus prin - cipios activos, pues a pesar de que persiste un arraigado uso de la me- dicina tradicional, su aplicación ha superado fronteras ancestrales de países y culturas. Por otro lado, existe el concep - to de "microdosis" de plantas, que son cantidades muy pequeñas de principios activos que usan una so - lución como vehículo y que logran efectos similares a los de la medici - na alopática sin otros colaterales indeseables, pero no son tan popu - lares porque no representan ga - nancias tan altas para la industria farmaceútica, ya que esta alternati- va podría reducir de 500 a 5 000 veces el precio de un producto. Ante la carencia de medica - mentos en los principales centros de seguridad social en el país, estas opciones no pueden ser desligadas de una validación académica y mé- dica, reguladas por la Secretaría de Salud. A pesar de existir informa - ción sobre el tema, hace falta su adecuada integración, pues falta completar y fortalecer la que apa- rece en la Farmacopea herbolaria. Es fundamental mantener un ban- co de datos actualizado de las plantas medicinales de nuestro país, con información de calidad verificada por especialistas, que pueda ser consultado por diferen- tes sectores de la sociedad y que sirva para la toma de decisiones y la planeación de estrategias de sa - lud alternativa. Un elemento útil de ese sistema son los catálogos no- menclaturales que contengan el nombre científico (como eje princi- pal), sus sinónimos, nombres co- munes y usos por región, lengua, principios activos, propiedades te- rapéuticas y dosis recomendadas, entre otros aspectos. * Dirección Técnica de Análisis y Prioridades, Conabio. ALGUNOS EJEMPLOS DE PLANTAS MEDICINALES Gordolobo. Las plantas conoci- das con el nombre común de "gordolobo" ( Gnaphalium spp.) contienen principios activos que las hacen útiles como ex- pectorantes. No obstante, a fi- nales de los años setenta, un gordolobo mal identificado ocasionó la muerte de varios inmigrantes en el sur de Esta- dos Unidos, pues varias fami - lias de origen mexicano, fieles a sus tradiciones, consumieron un té comercial conocido co- mo "gordolobo" ( Gnaphalium oxyphyllum), cuando en reali- dad se trataba de otra hierba (. Senecio longilobus o 5. dou- glasii var. longilobus) que les causó una epidemia de hepati- tis medicamentosa y en otros casos cirrosis hepática. Algu- nos estudios reconocen que los daños al hígado pueden per- manecer hasta por 20 meses después del consumo de esta planta. Sangre de grado. Con el nombre común de "sangre de grado" se reconocen las especies Croton draco y Jatropha dioica var. sessiliflora, ambas pertenecientes a la familia Euphorbiaceae. De cada una de ellas se utilizan partes diferentes para uso medicinal: el látex en C. draco y el tallo en J. dioica var. sessiliflora. De ambas es- pecies se conocen atributos medicinales similares, siendo el principal la cicatriza- ción de heridas. Sin embargo, difieren en otros tratamientos como resfriado, gri- pe y diarreas, para las que se hace uso de C. draco, mientras que J. dioica var. sessiliflora es útil para evitar la caída del cabello y eliminar la caspa. A pesar de tra- tarse de especies distintas, la confusión entre ellas no implica riesgo en su uso pa- ra los tratamientos especificados. Por otro lado, con este mismo nombre común se conocen más de una docena de especies distintas con una gran variación morfo- lógica y que incluso no se encuentran emparentadas, pues no todas pertenecen a la familia Euphorbiaceae, como Pterocarpus acapuicensis, P. officinalis y P orbicu- latus, de la familia Leguminosae, así como Potentilla rubra, una Rosaceae. Anís de estrella. Las especies lllicium verum e I. anisatum son conocidas como "anís de estrella". Los frutos de esta planta se han usado por años en México pa- ra el tratamiento de los cólicos en lactantes. El principio activo que disminuye esta afección es el anetol o aceite esencial del anís, que es idéntico al del anís común o anís verde ( Apium anisum), utilizado en repostería, como licor y como esencia. No obstante, el anetol encontrado en las especies del género lllicium es más concen- trado que el del anís verde. Si se prepara en té, es suficiente con dos o tres frutos "estrella" por taza, dosis menor que la necesaria del "anís verde". En la década de 1960 se reportaron algunos casos clínicos en lactantes que ma- nifestaron síntomas de convulsiones. El consumo de bebidas alcohólicas que se preparan con la esencia de anís de estrella en lugar de la esencia del anís común o verde puede provocar envenenamientos. Con el paso del tiempo se han realizado más estudios y está comprobado que, en dosis elevadas, el principio activo (anetol) tiene efectos tóxicos sobre el sistema nervioso. Jalapa. Debido a su alta diversificación morfológica, principalmente en el color de la flor, la "Jalapa", "Jalapa tuberosa" o "Jalapa de Orizaba", Ipomoea purga, ha sido descrita con varios nombres científicos. La alta diversificación de una especie puede provocar confusiones en su identificación, sobre todo si no se conoce su nombre científico. La raíz de esta especie es de uso popular en gastronomía; sin embargo, debido a la presencia del compuesto químico jalapina, tiene efectos to- xicológicos severos que pueden provocar vómito, diarrea y deshidratación. 15 LIBROS LIBROS LIBROS Biodiversidad del estado de Tabasco Con la participación de 40 autores, este libro reúne un conjunto de estudios sobre el estado de la diversidad biológica en varias zonas de Tabasco. Consta de 14 ca- pítulos; el primero, Biodiversidad de Tabasco, ofrece una visión general del conocimiento actual de su biodiversi- dad, y el segundo, Áreas de colecta, reúne los datos so- bre las localidades que fueron estudiadas. Le siguen 1 1 capítulos sobre grupos biológicos definidos: Fitoplanc- ton; Vegetación terrestre; Vegetación acuática; Flelmintos. Parásitos de peces dulceacuícolas; Moluscos. Gasteró- podos; Crustáceos; Insectos acuáticos; Peces; Anfibios y reptiles; Aves, y Mamíferos, que actualizan el conoci- miento sobre cada uno de estos grupos en el estado. Para finalizar se incluye un capítulo sobre Diferenciación ecogeográfica de Tabasco, que analiza el estado desde el punto de vista de la ecología del paisaje. Esta es una obra de consulta para investigadores o profesionales en estudios del medio ambiente que re- quieran un marco de referencia preciso para evaluar la biodiversidad del estado de Tabasco y zonas aledañas. Joaquín Bueno, Fernando Álvarez y Silvia Santiago, del Instituto de Biología de la unam, son los editores de la obra, coeditada por el propio Instituto y la Conabio. Joaquín Sumo, K ; mando Al^nv y Silvia Santiago, Edilmesj del Estado de La Conabio tiene un centro de documentación e imágenes con li- bros, revistas, mapas, fotos e ilustraciones sobre temas relacionados con la biodiversidad; más de 3 000 títulos están disponibles al pú- blico para su consulta. Además distribuye cerca de 150 títulos que ha coeditado, que pueden adquirirse a costo de recuperación o do- narse a bibliotecas que lo soliciten. Para mayor información, llame al teléfono 5528-9172, escriba a cendoc@xolo. conabio. gob.mx, o consulte los apartados de Centro de Documentación y de Publica- ciones en la página web de la Conabio (www.conabio.gob.mx). COMISIÓN NACIONAL PARA EL CONOCIMIENTO Y USO DE LA BIODIVERSIDAD La misión de la Conabio es promover, coordinar, apoyar y realizar actividades dirigidas al conocimiento de la diversidad biológica, asi como a su conservación y uso sustentable para beneficio de la sociedad. secretaria técnica: José Luis Luege Tamargo coordinación nacional: José Sarukhán Kermez secretaria ejecutiva: Ana Luisa Guzmán dirección de evaluación de proyectos: Ma. Carmen Vázquez Los artículos reflejan la opinión de sus autores y no necesariamente la de la Conabio. El contenido de Biodiversitas puede reproducirse siempre que se citen la fuente y el autor. Registro en trámite. coordinación y fotografías: Fulvlo Eccardi asistentes: Thalía Iglesias, Leticia Mendoza biodiversitas@xolo. conabio. gob.mx producción: BioGraphica diseño: Tools Soluciones Gráficas tipografía y formación: Socorro Gutiérrez cuidado de la edición: Antonio Bolívar impresión: Artes Gráficas Panorama, S.A. de C.V. COMISIÓN NACIONAL PARA EL CONOCIMIENTO Y USO DE LA BIODIVERSIDAD Liga Periférico-lnsurgentes Sur 4903, Parques del Pedregal, Tlalpan 14010 México, D.F. Tel. 5528-9100, fax 5528-9131, www.conabio. gob.mx