LEVADURAS MARINAS Pág. 7 EL AMOR ENTRE LAS PLANTAS Pág. 10 N Ú M . 64 E N E R O - F E B R E R O DE 2 0 0 6 BOLETIN BIMESTRAL DE LA COMISION NACIONAL PARA EU SLOW FOOD: UN MOVIMIENTO DE VANGUARDIA " Estos frijoles llegaron de España, pasando por la región francesa de Pro- vence, en el siglo xvii, y en nuestro Valle Argentina encontraron un há- bitat ideal" — contaba Mario Bellone, mientras nos miraba con sus profundos ojos azules. "Aquí los cultivamos sobre pequeñas terra- zas sostenidas con muros de piedra 'en seco'; la selección natural ha originado tres diferentes tipos, y cada uno es propio de una pequeña comunidad de nuestra región: Conio, Pigna y Bada- lucco. Nuestros frijoles son uno de los baluartes de Slow Food" — concluye, orgulloso y muy ufano, Mario. Nos encontramos en Liguria, la región que se asoma, estre- cha y montañosa, al mar Tirreno, en el noroeste de Ita- lia. Vinimos hasta aquí para tratar de entender por qué estos frijoles han recibido tan importante distinción, pre- guntándonos, al mismo tiempo, cómo es que en Méxi - co, cuna de estas leguminosas, ninguna ^ de sus 180 variedades, ha sido jamás elevada al rango de 'baluarte' o 'deno- minación de origen'". Fulvio Eccardi^ y Leticia Mendoza^ SLOW FOOD-, UN MOVIMIENTO DE VANGUARDIA El frijol de Badalucco es muy apreciado por su piel casi inexistente y su consistencia suave; el sabor recuerda al de las castañas hervidas o al de las avellanas. Fotografías © Fulvio Eccardi E l ser humano debe re- cuperar su sabiduría y liberarse de la locura uni- versal del "Fast Life"; es necesario optar por la de- fensa de los placeres ma- teriales que nos dan tran- quilidad — proclamó, en 1989, la declaratoria de fundación del Movimiento Internacional Slow Food. A quienes confunden la eficiencia con el frenesí, proponemos que experi- menten los placeres en lento y prolongado goce. En la mesa, a diferencia de la uniformidad del "Fast Food", redescubrimos la riqueza, variedad y aro- mas de las cocinas locales con Slow Food. Si bien, en nombre de la productivi- dad, el Fast Life ha modifi- cado nuestra vida y ame- naza el ambiente y el paisaje, hoy día el Slow Food es la respuesta de vanguardia. Porque es en el desa- rrollo del gusto y no en su empobre - cimiento, como la cultura puede encaminarse hacia el progreso, con un intercambio internacional de his - torias, conocimientos y proyectos. Por todo ello Slow Food, que hoy cuenta con más de 80 000 miembros en más de 100 países, instituyó en el año 2000 el Primer Premio Slow Food, para reconocer a todos aquellos que defienden, promueven y enriquecen, en cual - quier rincón del mundo, el patrimo - nio de la diversidad de especies. productos, saberes y sabores. Los ganadores del premio son los guar - dianes del gusto, trabajan en secto- res tan diversos como la investiga - ción y el artesanado, y constituyen los cimientos para conservar el pa- trimonio y aprovechar la cultura ali- mentaria futura. Cario Petrini, fundador y presidente de la orga- nización Slow Food, declara: "El premio tiene en la defensa de la bio- diverisidad su razón de ser; lo he- mos establecido porque somos una organización orgullosamente eco- gastronómica, convencida de que hoy no puede existir el verdadero placer sin el conocimiento, y de que no tiene sentido pensar en la calidad de los alimentos sin asumir nuestras repon- sabilidades frente a la pro- ducción agrícola". Alo largo de estos años han recibido el Premio Slow Food, entre otros, Veli Gulas, quien desde hace 25 años produce en Ana- tolia la renombrada miel de Anzer; Katsuhiko Takedo- mi, quien ha recuperado en Japón el cultivo orgáni- co, la tradición y el consu- mo de antiguas variedades de arroz; Juan Pérez Sar- miento, quien por medio de las Escuelas Radiofóni- cas Populares del Ecuador ha rescatado, con métodos orgánicos de vanguardia, el cultivo de la quinoa, gra- no que contribuyó en gran medida al gran floreci- miento de la civilización inca. Entre los mexicanos galardona- dos están Raúl Antonio Manuel, jo- ven líder de Rancho Grande — po- blado chinanteco de la sierra de Oaxaca — quien fomentó el cultivo tradicional de la vainilla, devolvien- do a su comunidad el orgullo de una producción rica de encanto, historia y cultura, con interesantes perspectivas de mercado; Raúl Fler - nández Garciadiego, quien promo- vió soluciones sustentadles para la agricultura en el área de Tehuacán, Puebla, y fomentó el cultivo del amaranto para mejorar las condi- ciones de vida y alimentación de 2 los campesinos, y para proteger los escasos recursos hídricos de la re- gión, y Doña Sebastiana Juárez Broca, promotora entre los campe- sinos del municipio de Comalcalco, en Tabasco, del cultivo orgánico del cacao y de la antigua técnica de elaboración del chocolate. Vainilla, amaranto y cacao Hablarde vainilla, amaranto y cacao es tocar las raíces de la cultura de nuestro país. El cultivo de la vaini - Ha —orquídea que produce un per - fumado y embriagador fruto — del que México fue antaño el principal productor mundial, se encuentra actualmente reducido a sus míni - mos términos, a pesar de que los grandes chefs pasteleros —como opina el del famoso restaurant Le Cirque, en Nueva York — reconocen que la calidad de la vainilla mexica - na es mucho mejor, más compleja y rica de fragrancias, cuando se le compara con la que viene de Mada - gasear, que es donde actualmente se produce más en el mundo. El cul- tivo y consumo del amaranto, ali- mento fundamental en la dieta de los mayas y mexicas, fue severa- mente prohibido por los conquista- dores, porque la manera de consu- mirlo — ya que se elaboraban figuras que se repartían entre los comensales— se parecía a la cere- monia de la comunión católica. Su composición proteica se asemeja a la de la leche, y se acerca mucho a la proteína ideal propuesta por la FAO para la alimentación humana. Hoy día el amaranto se cultiva en México en menos de 1 000 hectá - reas, cuando en China ocupa una superficie de más de 1 50 000 hec - táreas. El cacao, que en tiempos prehispánicos fue usado como mo - neda, era transformado en el néc - tar de los dioses, en bebida sagrada reservada para pocos, de cuya pro - ducción México tuvo el monopolio y liderazgo, hoy tiene una produc- ción que se reduce a 36 000 tone - ladas, comparada con 1 300 000 toneladas que se producen en Cos- ta de Marfil, primer productor mundial. El mercado global del chocolate está calculado en 60 000 millones de dólares. ¿Por qué en la actualidad Méxi- co no tiene una presencia importan- te en el mercado internacional de estos productos, que son una pe- queña muestra de lo que el país ha dado al mundo? De aquí son origi - narios, es decir, aquí encontramos su biodiversidad, su germoplasma nativo; aquí están los suelos y los cli- mas aptos para su cultivo, aquí na - ció su cultura y tradición, y además existe una organización internacio- nal que reconoce los pequeños es- fuerzos que se llevan a cabo para su rescate. Sólo podemos contestar- nos que no ha habido, desde hace muchas décadas, una visión políti- ca sobre la vocación natural de la producción agrícola del país. En algunos países europeos un nuevo nicho de mercado de rápido crecimiento es el de los chocolates elaborados a partir de cacaos criollos, a veces 100% puros. 3 La composición proteica del amaranto se asemeja a la de la leche, y se acerca mucho a la proteína ideal propuesta por la FAO para la alimentación humana Del amaranto, además del grano se aprovecha integralmente toda la planta. Las hojas pueden ser consumidas como verdura; el tallo sirve de rastrojo y presenta una gran resistencia a las sequías. La vainilla es el aromatizante más empleado en la industria alimentaria, en particular en la elaboración de helados, refrescos de cola y chocolates. Sirva como ejemplo la historia de la región chiapaneca del Soco- nusco, cubierta antaño por exube- rantes selvas, cuna del cacao —el de mayor calidad, el más apreciado por los paladares de la burguesía europea que empezó a consumirlo en el siglo xvi. Sus maderas precio- sas, como el cedro, la caoba y el guayacán, fueron exportadas a Eu- ropa; en 1846 se estableció la pri- mera plantación de café y paulati- namente las antiguas plantaciones de cacao se transformaron en pas- tizales para el ganado. Afines del si- glo XIX se estableció también en el Soconusco la más grande planta- ción de hule del mundo, abandona- da cuando se inventó el caucho sin- tético. En las primera décadas del siglo XX se llegaron a plantar 5 mi - llones de plátanos que fueron de- vastados por vientos y plagas. Des- pués se cultivó el algodón, y para lograr mantenerlo durante unas po- cas décadas fue rociado por más de un millón de litros de insecticidas. A principios de los noventa, la gana- dería extensiva agotó sus posibilida- des de expansión hacia nuevas áre- as forestales. Hoy no queda más que preguntarnos nuevamente ¿cuál será la vocación de uso del suelo — rentable en términos eco- nómicos y respetuosa de la natura- leza— en el Soconusco, la cuna del cacao? Para tratar de restablecer las re- laciones entre los pequeños pro- ductores del llamado Tercer Mundo y los consumidores europeos— que cada vez están más informados acerca de dónde y quiénes produ- cen lo que adquieren y consu - men—, y preocupados por que es- te comercio sea justo y equitativo, la organización Slow Food organi- zó en octubre de 2004 en Turín, Ita- lia, el encuentro Terra Madre, reu- nión mundial para las comunidades relacionadas con el alimento. Cinco mil personas, entre agricultores, pescadores, nómadas y artesanos de todo el mundo, acudieron en re- presentación de las múltiples comu- nidades que cultivan y producen ali- mentos de manera sostenible. Fue un momento para compartir expe- riencias y aprender de colegas de otros rincones del mundo, para confrontar y analizar los problemas comunes, bajo el signo de una agri- cultura más sabia, que es el fruto de conocimientos antiguos que están revelándose como las soluciones más modernas a los problemas ac- tuales. Frijoles y mezcales ¿Y cómo se preparan los frijoles de Badalucco?, preguntamos a Mario. "De dos maneras -nos contestó. Primero se remojan durante una no- che en agua, luego se hierven en agua con ajo, salvia, laurel y sal, y se cuecen hasta que estén suaves sin que se desbaraten. Luego se condi- mentan con aceite de oliva extra vir- gen, se agregan cebollinas fina- mente picados, pimienta fresca 4 La revista internacional Slow nació para intercambiar experiencias y conocimientos entre países y se publica en seis idiomas. Slow F ood® recién molida y sal. Pero también se comen de otra manera: se mezlan los frijoles cocidos previamente y el cebollín rebanado, en una masa a base de harina de trigo y sal, y se frí- en en aceite hirviendo. A esta rece- ta nosotros la llamamos frisceui. La apreciada calidad de los frijoles de Badalucco radica en su fina cásca- ra, que al cocerlos no se percibe". "¿Y ustedes, allá en México, cuán- tos tipos diferentes de frijoles tie- nen?" Recordamos entonces que si bien en el supermercado se venden en una clasificación simple, que no especifica su origen, como el bayo, el negro y el pinto, en los tianguis locales se pueden encontrar los "acerados" color aceituna y los "moros" de color rosado con rayas negras, que cultivan en San Juan Xochiaca, en el Estado de México; el frijol blanco "toxel", el "zebra", el "rojo" y el "flor de mayo" de Yu- catán; el "vaca" que es manchado blanco y rojo, el amarillo "delga- do", el "rojo", el " cacha uate", ro- jo con beige y el "garrapato" gris de Ozumba, en el Estado de Méxi - co. También están los "negritos criollos" de Zaachila, en Oaxaca; el "regadillo" que es pequeño y roji - zo y se vende en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, y éstos por men - donar sólo algunos; pero ninguno de ellos — explicamos a Mario — es considerado como un "baluarte" o tiene "denominación de origen". La Conabio inició hace tres años un programa acerca del uso de la biodiversidad de México, que ofre- ce la información biológica recaba- da —gracias al desarrollo de cente- nares de proyectos y al esfuerzo constante para sistematizarla— al servicio de procesos sociales de aprovechamiento sustentadle de los recursos biológicos. En este sen- tido se ha trabajado —entre mu- chas otras cosas — en la formación de un Consejo Regulador para la pi- ta, que es una fibra natural de una planta bromeliácea utilizada para la ornamentación de artículos de tala - La asociación internacional Slow Food restituye su dignidad cultural a la comida, promueve la educación del gusto y lucha para la defensa de la biodiversidad. Salvar una raza o una especie vegetal en vía de extinción significa preservar un ambiente, recuperar una receta o regalar un placer al paladar cuando éste está suficientemente educado para apreciarlo. 5 Slow Food es el eslabón entre ética y placer: en una palabra, ecogastronomía Doña Sebastiana Juárez Broca, promotora entre los campesinos del municipio de Comalcalco, en Tabasco, del cultivo orgánico del cacao. Raúl Hernández Garciadiego y Gisela Herrerías Guerra han creado en la región de Tehuacán el proyecto Quali —palabra náhuatl que significa bueno— Tomado de la revista Slow Food. Actualmente, más de 1 100 campesinos cultivan huertos para el autoconsumo y más de 700 parcelas de amaranto. © Fulvio Eccardi bartería, y en el reconocimiento y delimitación de la distribución del linaloé, que es uno de los copales aromáticos más conocidos y utiliza- dos; en los estudios taxonómicos, sistemáticos, biogeográficos, de ca- racterización de la diversidad gené- tica y documentación de los proce- sos comunitarios y de desarrollo de los magueyes que se usan en la in- dustria de los destilados, para apo- yar el diseño de políticas públicas que promuevan la diversidad: mu- chos magueyes, muchas regiones y muchos mezcales. "Cada rincón del mundo — es- cribe Cario Petrini— es custodio de una porción de biodiversidad que está constantemente amena- zada por quienes conciben a la na- turaleza y a las personas como ri- quezas que hay que explotar. El primer objetivo es difundir el co- nocimiento y ampliar la concien- cia, es el punto de partida para dar dignidad y economía a cada terri - torio, asumiendo la diversidad co- mo valor y los instrumentos de la globalización como vehículos pa- ra valorizarla y difundirla. Favore- cer e incrementar los recursos na- turales en su extraordinaria varie- dad, dar a conocer los productos para que las comunidades de con- sumidores atentos y sensibles los puedan apreciar, significa ofrecer al mundo la esperanza de un futu- ro diverso de aquel — contamina- do y sin sabor— que los señores de la Tierra han programado para todos". Para más información acerca de Slow Food en México: Dr. Giorgio de Angeli. giorgio@avantel.net ' Biólogo y fotógrafo, coordinador de Biodiver- sitas ^ Asesora editorial para la producción de libros y revistas A A pesar de que han acompañado L al hombre desde que éste se hizo sedentario y empezó a utilizar- las para la elaboración del pan, quesos y bebidas alcohólicas, el es- tudio de las levaduras se inició de manera formal en la segunda mitad del siglo xix, con el trabajo de Pas - teur sobre la fermentación. Hacia 1830 se reconocía que la fermen- tación era resultado de la actividad de organismos vivos, aunque el de - bate perduró mas allá de 1859, cuando Pasteur realizó los primeros experimentos que demostraban la existencia de las levaduras y su par - ticipación en los procesos de fer - mentación. Las levaduras son hongos unice - lula res de forma oval que se repro - ducen por gemación o fisión. La ge- mación se manifiesta como un brote en la superficie de la cual de - riva una nueva célula que eventual- mente se separa de la madre; la fi - Hever Latisnere,^ Marte Virgen,^ JoviTA Martínez^ y José Luis Ochoa^ LEVADURAS MARINAS sión se refiere a la división de la cé- lula madre en dos células hijas. Mientras que muchas especies de levaduras son siempre unicelulares, otras son dimórficas o bifásicas, es decir, pueden crecer como micelio en condiciones ambientales apro- piadas de nutrientes o temperatura. Este grupo de microorganismos es- tá incluido taxonómicamente en la división Eumicota y, dadas sus carac - terísticas de reproducción sexual, se pueden ubicar en tres subdivisiones: Ascomicotina, que comprende leva- duras que pueden formar esporas contenidas dentro de una asea (Fig. A); Basidiomicotina, en donde los representantes forman esporas ex - ternas localizadas sobre basidios o esterigmas (Fig. B), y, finalmente, el grupo Deuteromicotina, en donde se encuentran todas aquellas leva - duras que no presentan una fase se - xual en su ciclo de vida y se repro - ducen por fisión o gemación. Las levaduras tienen una amplia distribución y han sido aisladas de diferentes hábitats, desde los tun - dras hasta los desiertos, incluyendo los ambientes marinos. Sobre el oh - gen de las levaduras marinas se puede especular que la erosión es uno de los vehículos por los cuales los cuerpos de agua (ríos, lagos y re- giones marinas costeras) obtienen poblaciones de dichos organismos. Es decir, con las precipitaciones plu- viales y corrientes superficiales las levaduras originalmente terrestres son transportadas a los ambientes acuáticos. Su sobrevivencia en el mar y en cuerpos de agua dulce es- tá determinada por su capacidad de adaptación en dichas condiciones. No obstante, recientemente se ha reconocido que las levaduras pue- den también originarse de la fauna y flora acuática características de es- tos ambientes, incluyendo el planc- ton de los océanos. En los últimos Los ascomicetos y basidiomicetos se distinguen por sus formas de reproducción. Las aseas (A) son tubos cilindricos o en forma de bolsa que contienen las esporas que luego son expulsadas al aire. Los basidios (B) son formaciones o prolongaciones extracelulares que dan origen a las esporas. Reproducidas con autorización del Prof. C. Mims 7 Las levaduras marinas pueden ser utilizadas como indicadores del impacto ambiental asociado a zonas costeras Reproducción asexual (mitótica) de las levaduras. Dibujo elaborado por Lindegren en 1946, en Barnett y Robinow (2002) 40 años se han reunido pruebas su - ficientes para establecer que las le- vaduras que han sido aisladas del medio ambiente marino son parte constitutiva de la población micro- biana marina, por lo que se les pue- de considerar como auténticas " le- vaduras marinas". En ellas se incluye a todas las levaduras y hon- gos levaduriformes que son capaces de constituir y perpetuar poblacio- nes en el medio marino, o cuya re - producción y crecimiento ocurre preferentemente en el mar o en condiciones óptimas a las concen - traciones normales de sales en el mar, entre 2.4 y 4.0% de cloruro de sodio. Es un hecho que las levaduras marinas pueden utilizarse como in- dicadores del impacto ambiental asociado a zonas costeras, en virtud de requerir materia orgánica para su desarrollo. Es decir, las levaduras marinas son más abundantes en zo - ñas contaminadas. Algunas pueden ser patógenas para diversos orga- nismos marinos porque, al igual que la levadura Candida albicans, de im - portancia clínica en humanos, las le- vaduras marinas pueden producir infecciones (candidiasis) y ser tóxi- cas para peces, crustáceos, bivalvos, aves y mamíferos marinos; por tan- to, la introducción de técnicas apro- piadas de detección, identificación y diagnóstico es necesaria. Por otro lado, también es posi - ble considerar el aprovechamiento de las levaduras marinas para la obtención de nuevos productos far - macológicos como vitaminas, enzi- mas terapéuticas (superóxido-dis - mutasa como anti-inflamatorio) y su uso en la producción de proteí- na unicelular para la formulación de dietas para acuacultura e incluso complementos alimenticios para animales de granja y humanos. To- dos estos productos, obtenidos me- diante la fermentación, representan una gran oportunidad para el desa - rrollo de nuevos procesos industria - les que utilicen el agua de mar co- mo solvente, ya que, como sabe- mos, las técnicas actuales para el cultivo de levaduras emplean el agua destilada como solvente. En la experiencia que hemos ido adquiriendo en el cultivo de levadu- ras marinas en el Cinbor nos hemos percatado de que el agua marina presenta ventajas adicionales al res- tringir el crecimiento de microorga- nismos contaminantes durante la fermentación, traduciéndose en ahorro en los requerimientos de asepsia y condiciones de esterilidad de dichos procesos. En este contexto, el interés por conocer y evaluar los recursos mari- nos en Baja California Sur motivó el arranque de una serie de muéstreos para aislar y caracterizar levaduras del medio marino. Del crucero rea - lizado en 1986 a bordo del buque oceanográfico El Puma en la costa occidental de Baja California Sur, se consiguió el aislamiento de 240 ce- pas de 98 distintas estaciones de muestreo a diferentes profundi- dades. algunas de estas cepas for- maron parte, años después, de la primera colección de levaduras ma - riñas de México, que recibió el apo- yo de la Conabio. Es interesante resaltar la diversi - dad y número de especies de leva- duras marinas cercanas a la costa respecto a las más alejadas del lito - ral. Aunque esta observación de ninguna manera es concluyente, podemos afirmar que la existencia de levaduras marinas en el litoral mexicano es un hecho y su trascen- dencia o función ecológica conti- 8 núa siendo un misterio. La distribu- ción de las levaduras en el ámbito marino obedece a condiciones geo- gráficas e hidrológicas especiales y frecuentemente, como se señaló antes, suelen encontrarse en áreas asociadas a nutrientes. En general, la densidad y diversidad de las leva- duras tiende a disminuir hacia mar abierto y a profundidades conside- rables (> 1 00 m). Hacia finales de los años setenta se había aislado un to- tal de 1 77 especies de levaduras de sedimentos, plantas, animales, de- tritus y agua de mar en todo el mun- do. La lista no ha crecido mucho desde entonces pues el esfuerzo, más que el aislamiento de nuevos organismos, se ha orientado a de- terminar sus propiedades. Muchas de las levaduras aisladas del medio marino son realmente de origen te- rrestre, muestran cierta capacidad halotolerante y, por tanto, pueden desarrollarse en el mar. Es conveniente señalar que el trabajo para la conformación de una Colección de Levaduras Mari- nas de México verdaderamente re - presentativa apenas comienza. La actual colección, que alberga 64 es - pecímenes de una zona práctica - mente libre de actividad humana, debe ser complementada con aisla - mientes del resto del litoral de nues- tro país. La biodiversidad microbia - na marina debe ser considerada un elemento adicional en nuestra ri - queza natural. A medida que nos percatemos de su existencia podre - mos tal vez llegar a comprender su función y desempeño en el grandio - so escenario que nos ofrece la na - turaleza. Referencias Barnett, J.A., y C.F. Robinow. 2002. A History of research on yeast. 4. Cito- logy, Part I, 1890-1950. Yeast 19:151-182. Pontón San Emeterio, J., M.D. Mora- gues, J. Cené, J. Guarro y G. Quin- dós. 2002. Hongos y actinomicetos alergénicos. Revista Iberoamericana de Micologia / Asociación Española de Micologia, Bilbao. Fell, W.J., y N. van Uden. 1963. Yeast in marine environments. Symposiunn on Marine Microbiology (C.H. Op- penheimer, ed.), Thomas, Spring- field, pp. 167-198. Hernández-Saavedra, N.Y., D. Hernán - dez-Saavedra y J.L. Ochoa. 1992. Distribution of Sporobolomyces (Kluyver et van Niel) genus in the Western coast of Baja California Sur, México. System. Appiy. Microbiol. 15:319-322. Hernández-Saavedra, N.Y., D. Hernán - dez-Saavedra y J.L. Ochoa. 1995. Factors affecting the distribution of the genus Candida (Berkhout) along the west coast of Baja California Sur, México. System. Appl. Microbiol. 18:109-112. Kohlmeyer, E., yJ. Kohlmeyer. 1 979. Ma - rinemicology. Thehigherfungi. Acá - demic Press, Nueva York, pp. 556- 606. Kurtzman, C.P.,yJ.W. Fell. 1999. The ye- ast, a taxonomicstudy. 4a. ed., Else- vier, Amsterdam, pp. 1055. Kurtzman, C.P., y C.J. Robnett. 1998. Identification and philogeny of as- comycetes yeast from analysis of nu- clear large subunit (26S) ribosomal DNA partial sequences. Antonie van Leeuwenhoek 73:331-371 . Martínez, J. 1 989. Manual del 3er. Cur- so Internacional Tópicos de Taxo- nomía, Genética y Conservación de Levaduras y su Aplicación Biotecno- lógica. Cinvestav-iPN, México, pp. 5- 24. Van der Walt, J.P., y J.P. Yarrow. 1983. Methods for the isolation, mainte- nance, classification and identifica- tion of yeast (pp. 1-101). En J. Loo- deryN.J.W. Kregervan Rij (eds.), The Yeast. A taxonomicstudy. 3a. ed., El- sevier, Amsterdam. ^ Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, Apdo. Postal 128, 23000 La Paz, BCS, México. 2 Colección Microbiana y de Cultivos Celula- res Cinvestav-iPN. Distribución geográfica de los aislamientos de levaduras marinas realizados en la costa occidental de Baja California Sur. Las coordenadas indican los diferentes sitios de aislamiento y las imágenes los tipos de levaduras aisladas en cada sitio. 9 César A. Domínguez y Luis E. Eguiarte 1 EL AMOR ENTRE LAS PLANTAS P i racticamente desde el origen de la humanidad la sexualidad ha sido objeto de fas- cinación, tal como lo atestigua la gran cantidad de expresiones plás- ticas, literarias y musicales que han hecho del sexo su fuente de inspi- ración. Aunque las diferentes ex- presiones de la sexualidad humana, y de los animales en general, han dado muestras de una gran com- plejidad, ésta palidece ante la varie- dad y sutileza de los sistemas de re- producción sexual de las plantas. Fenómenos como la elección de pa - reja, el adulterio, el aborto y el cui - dado materno, que fácilmente aso - ciamos a la reproducción de los animales, encuentran expresiones mucho más sutiles y elaboradas en las plantas. Además, para complicar el panorama, las plantas expresan su sexualidad en una variedad ilimi - tada de formas, que van desde el hermafroditismo hasta la completa separación de los sexos Las plantas están destinadas a permanecer toda su vida en el lugar en el cual germinaron, y por lo tan - to son incapaces de mover sus ga - metos por ellas mismas. Esta situación ha dado lugar a una serie de adaptaciones por medio de las cuales las plantas han "con- vencido " a otros organismos, o han aprovechado la movilidad del vien- to o el agua para transportar sus ga- metos. Es interesante resaltar que los animales no mueven el polen por razones altruistas, sino que lo hacen porque esto redunda en su propio beneficio. Normalmente los animales visitan las flores buscando alguna recompensa, como el néctar y el polen. El néctar es básicamente azúcar diluida en agua, es decir, al- go como un refresco. El polen, en cambio, es rico en aminoácidos y grasas, por lo cual constituye una fuente de alimento muy importan- te para muchos animales. Además del polen y el néctar, hay otros tipos de recompensa como las tragan - das— que son utilizadas por los ani- males para sus propios fines, como la atracción de hembras — o los aceites —que son utilizados como material de construcción o alimento. También existe todo un grupo de plantas que se dedi- ca a engañar a los polinizado- res. Dentro de éstas podemos encontrar aquéllas cuyas flores son verdaderas trampas morta - les para los visitantes. Ar/ísaema triphyllum es una especie que tiene flores masculinas y feme- ninas tubulares. Cuando un polinizador visita a una flor masculina se mueve a través del tubo, cubriéndose de po- len, para después salir por un orificio que se encuentra en la base de la flor. La situación es si- milar para las flores femeninas; sin embargo, éstas no tienen salida, por lo que el visitante queda atra- pado. Otras plantas no son tan drásticas en el trato a sus visitantes. Por ejemplo, las flores de algunas orquídeas del género Ophris "imi- tan " la forma de las hembras de sus polinizadores, de tal manera que son visitadas por machos que inten- tan copular con ellas. En este caso, las plantas logran la transferencia de sus gametos manipulando la 10 " lujuria " de las avispas que las visi- tan. Este engaño no se debe a nin- guna animadversión de las plantas hacia sus polinizadores, sino que es resultado de la evolución por selec- ción natural. El razonamiento es sencillo y se basa en un criterio de eficiencia: "si produzco menos re- compensa probablemente podré producir más semillas (hijos)". Por ejemplo, algunas plantas tienen flo- res que no producen néctar, pero se parecen a las de otras plantas que sí lo producen, ahorrándose así el cos- to del néctar. A este fenómeno se le conoce como mimetismo y funcio- na siempre y cuando las plantas "engañosas" (las que no producen néctar) se encuentren en propor- ciones muy bajas respecto a las "honestas" (las que sí producen néctar). Si en una localidad la pro- porción de plantas engañosas fue- ra muy alta, los polinizadores po- drían aprender a evitar a los dos tipos (honestas y engañosas). En contraste, si en la misma población prevalecieran las plantas honestas, los polinizadores "sabrían" que tie- nen una elevada posibilidad de en- contrar recompensas, lo que favo- recería tanto a las engañosas como a las honestas. Muchas orquídeas son polinizadas mediante este me- canismo, lo mismo que las flores del arbolito tropical Plumeria rubra o cacaloxóchitl. Un engaño aun más sutil ocurre cuando las flores de un sexo imitan a las flores del otro en la misma planta. En algunas espe- cies que presentan flores masculi- nasy femeninas, como las begonias y las papayas, las flores masculinas son las únicas que producen recom- pensas para los polinizadores. Las flores femeninas de estas especies se parecen a las masculinas y por lo tanto engañan a los visitantes que se posan en ellas en busca de algún tipo de recompensa. La producción de recompensas no es suficiente para inducir a los polinizadores a mover los gametos de las plantas, sino que también es necesario que las flores "anuncien " la presencia de estos premios. De hecho, como ya vimos, la selección natural ha llevado a algunas espe- cies a hacer el anuncio sin que exis- ta producción de recompensas, co- mo en el caso de las orquídeas y las begonias. A fin de que las plantas sean atractivas para los polinizado- res la evolución ha generado, ade- Algunas especies del género de orquídeas Lepanthes son polinizadas por mosquitos de hongos de la familia Sciaridae; los mosquitos machos intentan copular con las flores y, de hecho, sus genitales se acoplan con el apéndice del labelo de la flor, como lo harían con los órganos sexuales de la hembra. Tomado del libro Las orquídeas de México, Instituto Chinoin, México, 2005 También las orquídeas del género Ophris imitan las formas de las hembras de sus polinizadores. 11 Las flores polinizadas por colibríes presentan corolas tubulares y producen néctar en la mañana, cuando estas aves son más activas. © Fulvio Eccardi Muchas flores de cactáceas son polinizadas por mariposas nocturnas. © José Antonio Soriano más de las recompensas, atributos como colores, formas y aromas que incluso a nuestros ojos resultan irre- sistibles. Un vistazo rápido nos reve- la que las flores pueden ser polini- zadas por animales que van desde las mariposas (diurnas y nocturnas) y las aves (colibríes y aves perche- ras), hasta los lémures, los murcié - lagos y los monos, pasando por los escarabajos, las moscas, las avispas, las hormigas y las babosas. Las flo- res polinizadas por murciélagos, por ejemplo, se abren y producen néc - tar durante la noche (cuando son activos los murciélagos), presentan colores claros y olores rancios que atraen a los quirópteros, producen néctar y polen en cantidades muy grandes (para satisfacer las necesi - dades energéticas de un visitante de ese tamaño), y tienen flores muy resistentes para soportar la breve y poco elegante visita de los murcié - lagos. En contraste, las flores poli - nizadas por colibríes presentan co - rolas tubulares que sólo permiten las visitas de estas aves y excluyen las de otros animales, producen néctar en la mañana, cuando los co- libríes son más activos, y usualmen - te poseen colores rojos que parecen ser los más atractivos para estos pá- jaros. Las plantas que aprovechan el viento o el agua como vectores de sus gametos enfrentan otro tipo de problemas. Estas plantas no pro- ducen néctar ni tienen formas o co - lores atractivos (no hay a quién atra- er), y sus flores femeninas se encuentran usualmente separadas de las masculinas, lo que favorece la transferencia de los gametos. Las adaptaciones que por lo general se observan en tales espe - des tienen que ver con el diseño aerodinámico o hidrodinámico del polen y con una morfología del estigma (el órgano feme- nino de las flores) que permite la recepción ade- cuada de los gametos. Podríamos seguir des- cribiendo la plétora de adaptaciones que se han generado como resulta- do de la polinización, pero nuestro objetivo sólo es ilustrar que los protagonistas de esta interacción (polinizadores y plantas) han desa- rrollado un conjunto de atributos que les permiten explotarse mutua- mente. Estos atributos están tan finamente ajustados que los cientí- ficos no han resistido la tentación de describir "síndromes de poliniza- ción " , es decir, la existencia de con- juntos de atributos morfológicos y fisiológicos que se encuentran aso - ciados entre ellos y con un tipo de polinizador particular. Nuestra experiencia como ani- males sugiere que la elección de con quién tener hijos depende funda- mentalmente de decisiones cons- cientes. Aunque esto está lejos de ser cierto (y desafortunadamente no es el tema de este ensayo), las plantas carecen de conciencia y ha- cen uso de mecanismos menos evidentes. Tomemos por ejemplo el caso de las plantas con flores her- mafroditas (75% de todas las an- giospermas), o sea las especies en las cuales los órganos sexuales mas- culinos (el androceo) y femeninos (el gineceo) están presentes en la mis- ma flor. Uno podría preguntarse por qué gastan energía y recursos 12 Una de las medidas más sencillas y comúnmente adoptadas para evitar la autopolinizadón ha sido la separación de los órganos sexuales, tanto en el tiempo como en el espacio en producir flores llamativas si exis- te la posibilidad de ahorrarse esos gastos y molestias, simplemente si se les ocurriera autofertilizarse. Sin embargo, la progenie producida por autofertilización suele ser menos vi- gorosa que la que se obtiene me- diante la polinización cruzada. Este fenómeno se conoce en la literatu- ra científica como depresión por en- dogamia y sus manifestaciones en el género humano han sido la fuen- te de gran cantidad de tabúes y re- glas morales que han impedido los apareamientos entre parientes cer- canos (hermanos, primos, etc.), des- de los inicios de la civilización. Mientras que los humanos he- mos inventado tabúes y reglas mo- rales para evitar los apareamientos entre parientes, las plantas han de- sarrollado una gran cantidad de mecanismos que evitan la autopo- linización y la cruza entre parientes. Una de las medidas más sencillas y comúnmente adoptadas para evitar la autopolinizadón ha sido la sepa- ración de los órganos sexuales, tan- to en el tiempo como en el espacio. Algunas especies como el toloache {Datura stramonium) poseen flores en las que las anteras se encuentran por debajo de los estigmas, minimi - zando así la probabilidad de auto - fecundación. Los magueyes y otras plantas han optado por la separa - ción temporal. Las flores de estas especies se comportan como mas - culinas durante la primera noche de su vida, mientras que en las noches siguientes, cuando la flor ya no tie - ne polen, se abren los estigmas y las flores se comportan como femeni - ñas. Otra forma obvia para evitar la autopolinizadón es la separación de los órganos reproductores en flores masculinasyfloresfemeninas. Den - tro de esta opción tenemos una va- riedad de combinaciones realmen- te sorprendente. En resumen, en las plantas en- contramos todas las posibilidades de sexualidad que se nos puedan ocurrir. Incluso en algunos casos la sexualidad se expresa de manera críptica. Por ejemplo, los árboles del casahuate (varias especies de Ipo- moea) tienen flores que aparente- mente son perfectas; sin embargo, un análisis detallado mostraría que algunos individuos producen mu- chos frutos y otros ninguno. Por lo tanto, aunque en apariencia son hermafroditas, los casahuates se comportan efectivamente como machos y hembras. Para complicar aún más el panorama, existen al- gunas plantas que cambian de sexo durante el transcurso de su vida. Por ejemplo, muchas orquídeas, o la planta que mencionamos anterior- mente, Arisaema triphyllum, se com- portan como machos cuando son pequeñas y como hembras cuan- do crecen. Dependien- do de las condiciones ambientales estos cam- bios pueden ocurrir varias veces en la vida de un individuo. Por ejemplo, una planta hembra podría com - portarse como macho como consecuencia de la pérdida de biomasa (hojas, tallos, raíces) y volver a funcionar nue - vamente como hem - bra una vez que haya alcanzado el tamaño para cambiar de sexo. Por tradición, las plantas han si - do consideradas entidades pasivas y con baja capacidad de respuesta a su ambiente social. Este juicio su - perficial se basa principalmente en que las plantas carecen de órganos sensoriales. Sin embargo, las plan- tas son capaces de sorprendernos de muchas maneras. Posturas y concepciones sobre fenómenos que tradicionalmente se habían en- tendido como propios del mundo animal han tenido que ampliar sus fronteras para incorporar los nue- vos hallazgos de la biología de las plantas, como la selección sexual y los conflictos entre padres e hijos. La idea de la selección sexual fue propuesta inicialmente por Charles Darwin para explicar la evolución de los caracteres sexuales secundarios. Un ejemplo de estos caracteres son las grandes colas de los quetza - les macho y otras aves; tal caracte- rística no sólo no aumenta las posi - bilidades de sobrevivencia de estos Vista frontal de un macho de Eufriesea mexicana, con su característico polinario. Tomado del libro Las orquídeas de México, Instituto Chinoin, México, 2005 13 En el mundo animal la selección natural favorece una conducta promiscua en los machos animales, sino que incluso podría disminuirlas. Las grandes colas re- presentan un gasto energético muy elevado y en determinado momento podrían dificultar la hui- da de las aves o hacerlas más cons- picuas para los depredadores. Dar- win propuso que los caracteres sexuales secundarios afectaban la cantidad y la calidad de los apa- reamientos de los organismos. Dentro de la selec- ción sexual se dis- tinguen dos proce - sos: la competencia entre los machos por el acceso repro - ductivo a las hem- bras, y la elección de los machos por parte de las hem- bras. Existen mu- chos ejemplos en el mundo animal que ilustran la "guerra" que se desarrolla entre los individuos masculinos por con- seguir los favores sexuales de las hembras de su es- pecie, entre ellos el cortejo de las aves del paraíso, las luchas ritualizadas de los alces o los sangrientos com - bates por el control del harén en - tre los leones. También podemos encontrar multitud de ejemplos en otro pro- ceso de la selección sexual; simple- mente recordemos que la elección que realizan las hembras de mu - chas especies de arañas significa la diferencia entre condenar al ma - cho al infierno (se lo comen), o al paraíso (copulan con él). Esta dife- rencia en la conducta de los ma - chos y las hembras se explica por la desigualdad que existe en la inver- sión que tiene que hacer cada se- xo para tener un hijo. La procrea - ción de un hijo es en general mucho más costosa para las hem - bras (producción de un óvulo, de- sarrollo del producto y cuidado postnatal) que para los machos (en algunos casos cooperan con un so - lo espermatozoide). Por estas razo - nes la selección natural favorece una conducta promiscua en los machos (elevar al máximo la canti- dad de apareamientos), mientras que las hembras deberían maximi- zar la calidad de sus apareamien- tos y así invertir sus costosos recur- sos en la mejor opción posible. Se ha demostrado que las plan- tas hembra son capaces de elegir entre sus consortes potenciales por medio de diferentes mecanismos. Una vez que el polen se deposita en los estigmas, las hembras pue- den elegir entre los granos de po- len que germinarán, los tubos po- línicos que crecerán a través del estilo, o bien la célula que fecun- dará sus óvulos. Por otra parte, la competencia entre machos puede manifestarse mediante la produc- ción de flores muy atractivas o con mucha re - compensa, la pro- ducción de mayor cantidad de polen o el aumento de la capacidad del polen para germi- nar y crecer a tra- vés de los estilos. Es probable que muchos de nosotros estemos familiarizados con los conflictos que surgen de vivir en familia. Aunque no faltará quien piense que estos conflictos son pri- vativos de los hu- manos, bastará con echar un vista- zo a la historia natural de los animales para darse cuenta de que la rivalidad entre hermanos y los conflictos de intereses que se esta- blecen entre los padres y sus hijos son muy comunes. El rey Lear de Shakespeare es un excelente ejem- plo de los conflictos que surgen entre los hermanos por ganar los favores de sus padres. Aunque no existe una obra similar que aborde 14 Dentro de la selección sexual se distinguen dos procesos: la competencia entre los machos por el acceso reproductivo a las hembras, y la elección de los machos por parte de las hembras. el caso de las plantas, hay gran cantidad de evidencias de que la vi- da familiar de estos organismos es igualmente conflictiva. Por ejem- plo, pensemos en las semillas den- tro de un fruto. Dado que el éxito de una semilla para germinar y so- brevivir depende de la cantidad de recursos que invierte su madre en ella, cada semilla tratará de obte - ner la mayor cantidad de recursos posible, aun a costa de reducir la porción que corresponda a sus her- manos (las otras semillas dentro de un fruto). En contraste, el interés de la madre es producir la mayor cantidad posible de hijos, y por lo tanto tratará de repartir sus recur- sos por igual entre ellos (las semi- llas). En este proceso la madre pue- de abortar las semillas de mala calidad, mientras que cada semilla tratará de convencerla de que ella merece quedarse y que mejor aborte a alguno de sus hermanos. Recientemente se ha sugerido que la complejidad de los tejidos de ali- mentación y mantenimiento de las semillas, tanto estructural como genética, ha evolucionado como respuesta a estos conflictos. No quisiéramos terminar este ensayo sin referirnos a las enfer - medades de transmisión sexual de las plantas. Las enfermedades ve - néreas, flagelo de la humanidad, también han encontrado espacio en las relaciones sexuales de las plantas. Es paradójico que el éxi- to evolutivo de las plantas, deriva- do de su capacidad para manipu - lar a los polinizadores, sea aprovechado por hongos, bacte - rias y otros agentes patógenos en su propio beneficio y en detrimen - to del de las plan- tas. En algunos casos, estos orga- nismos son capa- ces de reemplazar el polen por sus esporas y aprove- char la maquina - ria de las flores para atraer a los polinizadores y extender la infec- ción a otras plan- tas. Éste es un campo de investi- gación completa - mente abierto en el que segura - mente habrá grandes avances en el futuro próximo. En resumen, el propósito de este ensayo es ofrecer una pano- rámica general de la increíble bio- logía reproductiva de las plantas y mostrar lo interesante que puede ser el estudio de los organismos que aparentemente no hacen na- da. Asimismo, quisiéramos seña- lar que la importancia de la biolo- gía reproductiva de las plantas radica también en sus aplicacio - nes potenciales a los programas de producción de frutos y semillas de especies de interés comercial o alimentario, así como en los de mejoramiento genético. Es muy probable que el estudio de estos sistemas repercutirá en el mejor diseño de las estrategias de con- servación de las plantas y los re - cursos genéticos presentes en las áreas naturales del país, y sin du- da nos ayudará a apreciar la belle - za intrínseca y el poder de la se- lección natural. ic ic ic En este ensayo hemos utilizado un lenguaje coloquial que podría suge- rir algún tipo de intencionalidad a largo plazo en los actos que realizan los animales o las plantas. Obvia- mente éste no es nuestro propósi- to, sino el de hacer la lectura más amena. Por lo tanto, cuando deci - mos "las plantas han decidido usar los recursos...", en realidad quere- mos decir "el efecto de la selección natural en la variación de los patro- nes de asignación de recursos de las plantas a través de las generaciones ha producido un óptimo que...". Pedimos disculpas anticipadas por cualquier confusión que esto pudie - ra provocar. Este texto es una ver- sión resumida de un artículo apare- cido en la Revista de la Universidad Nacional. ' Instituto de Ecología, unam. tejada@servidor.unam.mx 15 LIBROS LIBROS LIBROS LIBROS Los mamíferos silvestres de México Con más de 530 especies, México es uno de los tres países del mundo con mayor diversidad de mamíferos silvestres. Esta gran diversidad, producto de una compleja historia geológica, de su posición geográfica y su heterogeneidad ambiental, comprende desde pequeñas musarañas hasta enormes ballenas. Los mamíferos silvestres de México está dividido en cua- tro partes; la primera trata sobre la diversidad y la conser- vación de los mamíferos de México; la segunda narra la his- toria de la mastozoología en México; la tercera es una lista sistemática de las especies y la última son las fichas descrip- tivas de cada especie, organizadas filogenéticamente por orden y familia y alfabéticamente por género y especie. Este libro profusamente ilustrado es la primera obra completa sobre los mamíferos de México que incluye una síntesis sobre su diversidad, su situación actual y fichas de cada especie. Está escrita en lenguaje claro y sencillo apto para especialistas y público en general. La coordinación es- tuvo a cargo de Gerardo Caballos y Giselle Oliva, ambos del Instituto de Ecología de la unam. La obra es una coedición del Fondo de Cultura Económica y la Conabio. La Conabio tiene un centro de documentación e imágenes con li- bros, revistas, mapas, fotos e ilustraciones sobre temas relacionados con la biodiversidad; más de 3 000 títulos están disponibles al pú- blico para su consulta. Además distribuye cerca de 150 títulos que ha coeditado, que pueden adquirirse a costo de recuperación o do- narse a bibliotecas que lo soliciten. Para mayor información, llame al teléfono 5528-9172, escriba a cendoc@xolo. conabio. gob.mx, o consulte los apartados de Centro de Documentación y de Publica- ciones en la página web de la Conabio (www.conabio.gob.mx). COMISIÓN NACIONAL PARA EL CONOCIMIENTO Y USO DE LA BIODIVERSIDAD La misión de la Conabio es promover, coordinar, apoyar y realizar actividades dirigidas al conocimiento de la diversidad biológica, asi como a su conservación y uso sustentadle para beneficio de la sociedad. SECRETARÍA técnica: José Luis Lucge Tamargo COORDINACIÓN NACIONAL: José Sarukhán Kermez SECRETARÍA EJECUTIVA: Ana Luisa Guzmán DIRECCIÓN DE EVALUACIÓN DE PROYECTOS: Ma. Carmen Vázquez Los artículos reflejan la opinión de sus autores y no necesariamente la de la Conabio. El contenido de Biodiversitas puede reproducirse siempre que se citen la fuente y el autor. Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor: 04-2005-040716240800-102. Número de Certificado de Licitud de Título: 13288. Número de Certificado de Licitud de Contenido: 10861. Editor responsable: Fulvio Eccardi Ambrosi asistentes: Thalía Iglesias, Leticia Mendoza biodiversitas@xolo. conabio. gob.mx producción: BioGraphica diseño: TooIs Soluciones Gráficas TIPOGRAFÍA Y FORMACIÓN: Socorro Gutiérrez cuidado de la edición: Antonio Bolívar impresión: Artes Gráficas Panorama, S.A. de C.V., Avena 629 Col. Granjas México 08400 México, D.F. COMISIÓN NACIONAL PARA EL CONOCIMIENTO Y USO DE LA BIODIVERSIDAD Liga Periférico-Insurgentes Sur 4903, Parques del Pedregal, Tlalpan 14010 México, D.F. Tel. 5528-9100, fax 5528-9131, www.conabio. gob.mx Distribución: nosotros mismos