ECOCERTIFICACIÓN DE LA PESCA DE LANGOSTA ROJA EN BAJA CALIFORNIA PÁG: 7 C O N AB I O Gobierno FEDERAL FEMAR DE CORTÉS NO EXISTE PÁG: 12 N U M . 86 S E PT I E M B R E - 0 C T U B R E DE 2 0 0 9 BOLETÍN GIMES A EL CONOCIMIENTO Y USO DE LA 8IODIVERSIDAD LA BALLENA DE ALAS GRANDES Las ballenas jorobadas {Megaptera novaeangliae) son mamíferos adaptados a la vida marina, tienen pulmones, respiran aire, dan a luz a crías vivas y las amamantan. Las ballenas y los delfines son considerados cetáceos ("los monstruos del mar") y los científicos se basan en la distinción de animales dentados y con barbas para clasificarlos. Y LA OBSERVACION DE BALLENAS EN BAHÍA DE BANDERAS Astrid Frisch Jordán* Un comportamiento característico de las ballenas jorobadas y otros cetáceos es el spyhopping, o salto del espía. Las ballenas emergen de manera vertical para echar un vistazo en la superficie. Foto: © Fulvio Eccardi L as ballenasjorobadas pertenecen al grupo de las ballenas con barbas o ballenas verdaderas, co- nocidas como misticetos, que se identifican precisamente por tener barbas (láminas córneas y elásticas que se encuentran en la mandíbula superior, parecidas a peines) en lu- gar de dientes, a través de las cua- les filtran el agua para obtener su alimento; además poseen dos orifi- cios nasales. Los delfines, las oreas y los cachalotes pertenecen al gru- po de los odontocetos, que tienen dientes y un solo orificio nasal. El nombre de ballena jorobada deriva de su técnica de buceo: al sumergirse arquean su espalda y muestran su aleta dorsal, lo que da la impresión de una gran joro- ba. Su longitud promedio es de 14 a 16 metros y la más grande registrada alcanzó 18 metros. Su peso oscila entre 30 y 50 tonela- das dependiendo de la variación temporal de la capa de grasa. Sus enormes aletas pectorales son apéndices delanteros que varían en color, desde gris claro hasta blanco con negro o completa- mente blanco, y llegan a medir hasta un tercio de su tamaño cor- poral (4 a 5 metros), son flexibles y al parecer funcionan como un órgano táctil de gran importancia en el comportamiento social. Rara vez se le ha dado a una especie un nombre científico tan apropiado: Megaptera, el animal de las alas grandes. Otra singularidad de las balle- nas jorobadas es la parte ventral de su cola, la cual presenta un patrón de coloración que va de lo com- pletamente blanco a lo completa- mente negro y presenta cicatrices, líneas, manchas y hendiduras que, en conjunto con el borde, forma y tamaño de la hendidura central, otorgan a las jorobadas una carac- terística distintiva para cada indivi- duo. Ello le permite a los científicos reconocerlas particularmente, tal y como se hace con los humanos por medio de sus huellas digitales. To- mar fotografías de la parte ventral de la cola de las ballenas continúa siendo importante para los investi- gadores, ya que así pueden estimar los tamaños de las poblaciones, estudiar su comportamiento, rutas migratorias y mucho más. Distribución Las ballenas jorobadas están distri- buidas por todo el mundo y habitan los océanos Pacífico y Atlántico. En el hemisferio norte se les encuentra desde el ecuador hasta los márge- nes de la Antártica. Los ciclos repro- ductivos de las poblaciones de los hemisferios norte y sur se encuen- tran separadas estacionalmente por seis meses, por lo cual no hay inte- racción entre ellas. Las tres pobla- ciones del Pacífico Norte, Atlántico Norte y Pacífico Sur-Atlántico Sur se encuentran geográfica y reproduc- tivamente aisladas. Alimentación La estrategia de alimentación de las ballenas jorobadas depende de la cantidad y del tipo de alimento, pero se reconocen principalmente tres métodos de captura: 1 . Embestida: la ballena se aproxi- ma al alimento desde el fondo o por un flanco, abriendo la boca momentos antes de salir a la superficie, y embebe el ali- mento. 2. De latigazo o golpe: con un rápido movimiento de la cola produce una corriente que con- centra el krill frente a sí misma y se desplaza hacia el alimento, engulléndolo. 3. Red de burbujas: las ballenas jorobadas literalmente soplan redes hechas de burbujas y atrapan en ellas a sus presas. Ya sea solas o en equipos de 4 a 8 individuos elaboran redes de hasta 30 metros, lo cual re- quiere una gran coordinación y comunicación. Su alimento preferido es el aren- que, pero también comen krill y sardinas; llegan a engullir hasta una tonelada al día. Reproducción Las ballenas jorobadas visitan el occidente de México durante el invierno en busca de aguas tem- pladas y tranquilas para aparearse y parir a sus crías. Hasta donde se sabe son los únicos cetáceos que compiten e incluso pelean para obtener la atención de las hembras. Para lograr su objetivo los machos muestran diferentes comportamientos, como saltar, dar coletazos y aletazos, cantar y competir agresivamente en los grupos de cortejo. Sus cantos son probablemente los más famosos, intrigantes y atí- picos sonidos emitidos por todas las ballenas. Las canciones están estructuradas por frases con un mismo ritmo que se repiten y for- man temas; una colección de te- mas configura la canción comple- ta, que puede durar de diez a quin- ce minutos. Los únicos que cantan son los machos y todos los machos ALEUTIANAS REVILLAGIGEDO OCEANO PACIFICO RUSIA ALASKA cantores de una misma población entonan la misma canción, por ejemplo, así lo hacen los que visi- tan Hawai y México. Además, las canciones cambian gradualmente cada año, hasta que después de cinco a diez años son completa- mente diferentes. Hasta ahora no se ha logrado descifrar cómo es que los machos logran aprender la nueva parte de la canción de la próxima temporada cuando casi nunca cantan en sus zonas de ali- mentación. Observación de ballenas en Bahía de Banderas La observación de ballenas en Ba- hía de Banderas inició como una actividad ecoturística en la década de 1990, cobrando mayor auge a partir de 1997. Los primeros en desarrollarla fueron los pescado- res de Punta de Mita, en apoyo a los trabajos de investigación que la Universidad Nacional Autóno- ma de México (unam) realiza en la zona desde 1983. Posteriormente brindaron el servicio turístico a di- ferentes empresas que llegaron a la zona y comenzaron a ofrecerlo por cuenta propia. Cada vez más compañías decidieron aprovechar la oportunidad y comenzaron a vender viajes para observar ba- llenas desde diferentes puntos de la Bahía. Debido a esto, y por instrucciones de la Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Natu- rales y Pesca (semarnap), en 1998 iniciaron los trabajos del proyecto de la Norma Oficial Mexicana para el desarrollo de actividades de ob- servación de ballenas. A partir de Durante la estación cálida, las ballenas jorobadas que habitan en el Pacífico Norte prefieren el Mar de Bering, el Golfo de Alaska, Punta Concepción y las Islas Farallón en California. Durante el invierno -su época de reproducción-, se concentran en el Pacífico Nororiental, Central y Noroccidental. A partir de 1998, se desarrolló una Norma Oficial para reglamentar el avistamiento de ballenas con el fin de no alterar su comportamiento. Foto: © Astrid Frisch 3 Figura 1. Número de permisos para realizar la actividad de servicios turísticos de observación de ballenas en los estados de Jalisco y Nayarit. Temporada de observación de ballenas (diciembre a marzo) 05 Figura 2. Comparativo de número de permisos para realizar la actividad de sen/icios turísticos de observación de ballenas en los estados de Jalisco y Nayarit. Temporada de observación de ballenas (diciembre a marzo) esa fecha, el Instituto Nacional de Ecología (ine) y la semarnap con- vocaron a varias reuniones con los prestadores de servicios turísticos de observación de ballenas de la zona para poner a su considera- ción el proyecto de Norma Oficial Mexicana proy-nom-131-ecol- 1998; se impartieron cursos y el INE comenzó a otorgar permisos para realizar dicha actividad. Fi- nalmente en marzo de 2000 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la nom-131-ecol-1998 en la cual se establecieron los li- neamientos y especificaciones para el desarrollo de actividades de observación de ballenas, relati- vas a su protección y conservación de su hábitat. Posteriormente, en julio de 2000 se publicó en el Diario Oficial de la Federación la Ley General de Vida Silvestre, la cual, junto con la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, otorga las bases legales suficientes para que la Procuraduría Federal de Pro- tección al Ambiente (profepa) actúe y sancione cualquier falta a la nom- 131-ECOL-1998. A pesar de que existen normas y leyes que protegen a las ballenas, uno de los principales problemas es su falta de difusión. Principalmente las embarcaciones particulares, de pesca comercial y deportiva, incu- rren frecuentemente en faltas a la norma, mismas que se traducen en acoso a las ballenas y, por supues- to, en el aumento de accidentes. Para reglamentar a los prestado- res de servicios turísticos de ob- servación de ballenas la semarnat otorgó permisos para realizar esta actividad a partir de la temporada de observación de ballenas de di- ciembre de 2000 a marzo de 2001 . Desde entonces la cifra de empre- sas, personas físicas y sociedades cooperativas que ofrecen la activi- dad ha aumentado considerable- mente (Figura 1). Este incremento de permisos ha ocurrido principalmente en el estado de Nayarit, que ha sido de 340%, mientras que en el esta- do de Jalisco sólo ha aumentado 51.21% (Figura 2). Ello se debe a que a partir de la temporada 2004-2005 los municipios de Compostela y San Blas, en la costa norte de Nayarit, se incorporaron a la actividad de observación de ballenas. Así, en ese estado la ac- tividad de observación de ballenas se lleva a cabo en tres municipios (Bahía de Banderas, Compostela y San Blas) y en Jalisco en un muni- cipio (Puerto Vallarte). Estado actual Se calcula que la población mun- dial de ballenas jorobadas antes de su caza comercial era de 125000 individuos (la fecha varía depen- diendo de la zona, pero este tipo de caza inicia en el siglo xix y en 1925 se empleaban ya los barcos factoría). En 1984 se consideró que existían no más de 10000 a 12 000 ballenas,^ es decir, cerca de 10% del total original.^ Se estimó que en el Pacífico Norte había en- tre 15000 y 20000 ballenas joro- badas antes de su explotación^ y tras la prohibición de la captura de más ejemplares, en 1 966, las cifras en esta zona oscilaban entre los 1 400"* y 1 200^ ejemplares. La po- blación actual de ballena jorobada en el Pacífico Norte es de aproxi- madamente 18300 individuos,^ lo que representa una significativa recuperación. En México, el "stock costero" está integrado por las ballenas que se distribuyen en la costa continen- tal de México (Bahía de Banderas, Chamela, Isla Isabel e Islas Marías) y por aquellas que están en las aguas circundantes a la Península de Baja California, desde Bahía Magdalena, en la costa occidental, hasta Bahía de la Paz, en el Golfo de California. La estimación de ballenas para este stock en 1992 fue de 1813.^ En 2004, Frisch^ calculó que en Bahía de Banderas la abundancia pobla- cional oscilaba entre 750 y 2200 individuos. Conservación La Comisión Ballenera Internacio- nal (CBi) se estableció en 1 946 con el propósito de regular la cacería comercial de ballenas. En 1949 4 México inició su participación en los acuerdos internacionales de la cbi. La ballena jorobada fue la segunda especie en ser protegida por esa co- misión cuando en 1 955 se prohibió su captura comercial (no así la de subsistencia) en el Atlántico Norte.^ Esta protección se extendió a las poblaciones del Pacífico Norte en 1966, cuando finalmente se prohi- bió su capturaJ° La caza disminu- yó drásticamente el tamaño de las poblaciones en todas sus áreas de distribución. Se enlistó como "en peligro de extinción" en las aguas de Estados Unidos,^ como "amena- zada" en Canadá," como especie en peligro de extinción en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (lUCN, por sus siglas en inglés)^^ y apareció en el Apéndice i de la CITES, convención a la que Méxi- co se adhirió en 1984. En la nom- 059-SEMARNAT-2001 se encuentra bajo la categoría de "protección especia 1".^^ En junio de 2006 Japón logró por primera vez en veinte años que la CBI aceptara que la veda de la cacería comercial de ballenas era innecesaria y que estos cetáceos competían con las pesquerías; esta postura obtuvo 33 votos a favor, 32 en contra y una abstención. Ello representó un gran golpe para la protección de las ballenas; sin em- bargo, Japón y los países a favor de la cacería comercial necesitan reu- nir 75% de los votos para reabrir la cacería comercial. Aunque las ballenas se están recuperando, las poblaciones aún distan de ser lo que eran antes de la cacería comercial y actualmente enfrentan otros riesgos, como las colisiones con embarcaciones, los enmallamientos en artes pesqueras, la contaminación química y sonora de los mares y la cacería ilegal. Red de Asistencia a Ballenas Enmalladas Desde hace algunos años, se ha incrementado el número de avista- mientos de ballenas enredadas en artes de pesca en Bahía de Bande- ras. Por ello empezaron a realizarse actividades aisladas para liberarlas de lo que seguramente es una muerte lenta y tortuosa. Final- mente, para la temporada de ob- servación de ballenas 2005-2006 se conformó la Red de Asistencia a Ballenas Enmalladas en Bahía de Banderas, integrada por la VIII Zona Naval de Puerto Vallarte, el Instituto Tecnológico de Bahía de Banderas y algunos prestadores de servicios turísticos de obser- vación de ballenas. Esta red es el primer grupo organizado del país para efectuar rescates y, de hecho, es uno de los primeros grupos en todo el Pacífico Norte. Las personas que pertenecen a ella han tomado cursos y se encuentran capacitadas para actuar de manera eficiente y, sobre todo, segura. La interacción entre artes de pesca y ballenas representa un se- rio problema para los pescadores y para estos cetáceos. El rescate en sí no es la solución al problema, sino sólo una pequeña ayuda para las ballenas. Lo ideal es encontrar la forma en que las artes de pesca no signifiquen un riesgo para balle- nas, tortugas, delfines y demás or- ganismos marinos, a la vez que los pescadores no vean mermados sus ingresos económicos a causa de la pérdida de sus redes en esos acci- dentes. Actualmente, no es posible evitar que sucedan, pero sí pode- mos sentirnos orgullosos de que en México existan equipos de perso- nas, bien capacitados y organiza- dos para atender estos incidentes. Las colas no sólo funcionan como medios de propulsión sino también como registro de las marcas de identidad individual de las ballenas. Foto: © Astrid Frisch 5 Reglamentación para la observación de ballenas: NOM-1 31 -SEMARNAT-1 998 • La distancia mínima a la que se pueden observar las ballenas es de 80 m para las embarcaciones sin permiso de observación de ballenas. Las embarcaciones autorizadas para realizar esta actividad pueden acercarse hasta máximo 30 m. • La velocidad de navegación máxima permitida dentro de las áreas de observación es de 8 km/h; en todo momento la embarcación se deberá desplazar a menor velocidad que la ballena más lenta del grupo. • Evita los cambios bruscos de velocidad y dirección en un área de 300 m de la ballena más cercana, ya que esto las asusta y podrías provocar un accidente. • Si las ballenas te evitan, cambian de dirección o de ritmo de respira- ción, o modifican su actividad. No te acerques y aléjate despacio. • La forma correcta de aproximarse a una ballena es por la parte lateral posterior, nunca por el frente o rodeándolas, ya que esto puede ser amenazador para ellas. • Las madres con cría son extremadamente sensibles, por lo que es muy importante acercarse con mucho cuidado. • Está prohibido causar la dispersión de un grupo de ballenas o interrum- pir su actividad. • No arrojes o viertas cualquier tipo de desechos, en especial plástico, colillas de cigarros, basura o cualquier desecho sintético que pudiera causarle problemas a los animales si lo ingieren. • No se puede realizar pesca deportiva o comercial cerca de las ballenas. • No está permitido nadar, esnorkelear, bucear o hacer actividades de ka- yak, paracaídas o moto acuática en las zonas en donde se encuentren las ballenas. Puede ser peligroso y alterar el comportamiento natural de estos animales. • Por tu propia seguridad utiliza chaleco salvavidas. Existen tres reglas básicas para la observación de ballenas: 1. Causa el mínimo impacto posible en las ballenas. 2. Sé paciente. 3. Ve a observar ballenas solamente con las embarcaciones o compañías que cuentan con el permiso para hacerlo. Por su naturaleza curiosa, las ballenas suelen acercarse a las embarcaciones, por lo que en ocasiones resulta difícil para estas últimas cumplir con la Norma Oficial que indica una distancia mínima de 80 m. Foto: © Fulvio Eccardi Bibliografía ^ Braham, W. 1984. "Distribution and Migration of Gray Whales in Alas- ka", en M.L. Jones, S.L. Swartz, y J. S. Leatherwood (eds.). The Gray Whale. Academic Press, Orlando: 249-266. ^ Urbán, J., C. Álvarez, M. Salinas, J. Jacobsen, K. Balcomb, A. Jaramillo, P. Ladrón de Guevara y A. Aguayo. 1 999. "Population size of Humpback Whale, Megaptera novaeangliae, in Waters of the Pacific Coast of México", en Fishery Bulletin 97(4): 1017-1024. ^ Rice, D.W. 1978. 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El panorama de la pesca co- mercial en México es complicado, pues la mayoría de las especies es- tán siendo explotadas a su máximo rendimiento o ya han sido sobreex- plotadas, y el sector pesquero, en términos generales, está desorga- nizado, descapitalizado y sumido en una crisis económica. Es difícil creer que en México se tenga una de las mejores pesquerías del mun- do -certificada internacionalmente en 2004 como una pesquería sus- tentadle y bien manejada, y cum- pliendo el más riguroso estándar ambiental-, pero así es, y es un secreto bien guardado. En este artículo se relatará el proceso para la ecocertificación de la pesca de langosta roja en Baja California, apoyado por Comu- nidad Biodiversidad, A.C. (cobi),^ asociación civil mexicana sin fines de lucro que realiza proyectos de conservación marina con participa- ción comunitaria. Todo empezó en 2000, cuan- do se creó el Marine Stewardship Council (msc),^ una organización internacional dedicada a certificar pesquerías sustentadles. El msc ofrece la ecocertificación como una forma de diferenciación en el mer- cado y así dar ventajas comerciales La langosta roja (Palinurus interruptus) suele vivir en fisuras de rocas y arrecifes rocosos. Se alimenta de caracoles, almejas, cangrejos y erizos. Las trampas para atrapar langostas, que se dejaron durante un día y una noche, se recogen al amanecer. Foto: © Pablo Cervantes 7 Ubicación de las zonas concesionadas a las cooperativas afiliadas a la fedecoop Pescadores Nacionales de Abulón Buzos y Pescadores La Purísima OCEANO PACIFICO California de San Ignacio Leyes de Reforma Progreso Punta Abreojos Para conocer más acerca de la biología de las langostas, los investigadores las atrapan en jaulas parecidas a las de los pescadores. Foto: © Pablo Cervantes a los productos provenientes de pesquerías bien manejadas. En ese tiempo, COBI buscaba incentivos económicos para atraer el interés de los pescadores con la intención de que adoptaran mejores prácticas de pesca, por lo que, de manera na- tural, se comenzó a analizar cómo aplicar el esquema de ecocertifica- ción del msc a las pesquerías del noroeste de México, donde cobi en- focaba su trabajo en ese tiempo.^ La búsqueda de una buena candidata COBI se dio a la tarea, primero, de encontrar "la mejor pesquería", con base en criterios ecológicos, sociales y económicos. Desarrolló una metodología para la evalua- ción de las pesquerías ribereñas de la Península de Baja California, y resultó que la de langosta roja {Panulirus interruptus), que se de- sarrolla en la costa central Pacífica de la Península (llamada Región Pa- cífico Norte), fue la mejor candida- ta a ser certificada. Esta pesquería se desarrolla a lo largo de casi 400 km de costa, en la Reserva de la Biosfera El Vizcaíno. Es contigua a zonas pesqueras de langosta al sur y al norte, que aún no alcanzan el excelente nivel de manejo pesque- ro que ahí se reporta. El siguiente paso fue hablar con los directivos de la Federación de Cooperativas de la Industria Pes- quera Baja California (fedecoop), la entidad que agrupa a las nueve cooperativas langosteras y que re- presenta sus intereses en el merca- do y ante el gobierno federal. Ellos reconocieron que obtener la certifi- cación les daría prestigio mundial y ventajas en el mercado internacio- nal de langosta y decidieron parti- cipar y pagar de su bolsillo parte de los costos de la certificación (el res- to lo financió wwf y eventualmente conapesca). El inicio del proceso La primera etapa en el proceso para la ecocertificación se conoce como preevaluación. ^ El msc busca evaluar pesquerías con base en tres principios generales: a) el buen es- tado de las poblaciones de la espe- cie explotada; b) el bajo impacto de la pesquería en el ecosistema; c) la efectividad del sistema de manejo de la pesquería. En esta fase, una empresa exter- na, contratada directamente por los pescadores, pero acreditada ante el MSC, hace la primera revisión, con el objetivo de conocer cuán buena candidata es esa pesquería para una evaluación cuantitativa a detalle (el siguiente paso del proceso). La pesquería de langosta en la Región Pacífico Norte tiene tres grandes ventajas: las poblaciones de langosta son más abundantes 8 en estas zonas; ello quiere decir que aunque la especie se distribu- ye a lo largo de la costa de la Pe- nínsula, la mayor concentración de biomasa y, por lo mismo, de captu- ra se encuentra en la zona de las cooperativas de la fedecoop. En ella, la captura se ha mantenido estable en los últimos diez años, e incluso ha aumentado, sin que se haya incrementado el esfuerzo pesquero (el número de embarca- ciones pesqueras o de trampas lan- gosteras en el agua). Las nueve cooperativas tienen un máximo de 222 embarcaciones que, en su conjunto, colocan unas 15255 trampas (en realidad hay 260 em- barcaciones y 15855 trampas au- torizadas, por lo que las cooperati- vas operan por decisión propia con un esfuerzo menor al autorizado por las autoridades pesqueras).® La ventaja de que la distribución de la especie sea similar a la de la pes- quería es que el tamaño de la po- blación depende prioritariamente de la pesca que realizan los pesca- dores del Pacífico Norte y no de la que efectúan pescadores en zonas vecinas.^ Lo que el msc desea evi- tar es certificar una pesquería que en pocos años se colapse (por so- brepesca) debido al mal manejo que se hace fuera de la zona certi- ficada que no fue considerada en la evaluación. La segunda ventaja es que las cooperativas langosteras tienen la exclusividad en el uso de los re- cursos que explotan por medio de concesiones que les otorgaron las autoridades pesqueras del gobier- no federal (sagarpa-conapesca), y que son válidas por veinte años.^ Con esto dejan de ser pesquerías de acceso libre o abierto, que son ex- tremadamente susceptibles a la so- breexplotación y se explican con el fenómeno conocido en la literatura científica como "la tragedia de los comunes", descrito por el biólogo Garret Hardin en 1968.^ Lo que ex- plica Hardin es algo bien conocido por los pescadores, quienes lo ex- presan sencillamente: voy a pescar todo lo que pueda antes de que el que viene pescando atrás de mí se lo lleve o, lo que es lo mismo, "lo que es de todos, nadie lo cuida". La tercera ventaja es el exce- lente nivel de organización de las cooperativas pesqueras; un sistema colegiado de toma de decisiones democráticas, un sistema de pres- taciones sociales a los pescadores y una estructura profesionalizada de división de trabajo, con áreas de producción, procesamiento, comer- cialización, evaluación biológica del recurso, contabilidad y administra- ción. Sin una buena organización, un sistema pesquero eficiente es casi imposible de lograr. Rompiendo paradigmas Gracias a que conocí la Región Pacífico Norte pude ver la pesca artesanal con otros ojos y recono- cer que es posible tener pesque- rías bien manejadas en México. La pesquería de langosta es maneja- da por las cooperativas pesqueras y el gobierno federal bajo un arre- glo de corresponsabilidad, que se denomina "co-manejo pesquero". Los pescadores y sus cooperativas saben que si sobreexplotan esta especie la supervivencia de sus economías locales se vería seria- mente afectada, pues dependen 100% de la pesca de las especies concesionadas. Es por ello que valoran y respetan las reglas de uso de este recurso, cuidan que todos las cumplan y las violacio- nes son sancionadas fuertemente. Los pescadores de una cooperati- va no invaden las zonas de pes- ca de sus vecinos, la supervisión la hacen ellos mismos, de modo que hay vigilantes observando lo que sucede en estas aguas los 365 días del año, día y noche. El gasto que esto implica se estima en un millón de pesos al año por cooperativa, pero lo aportan de sus bolsillos pues saben que los recursos son muy valiosos y el go- bierno no tiene la capacidad de vigilar con la intensidad necesaria. La capacidad de los pescadores de custodiar continuamente ha quedado de manifiesto por la baja incidencia de pesca ilegal que hay en esas aguas, lo que contrasta con las zonas al sur y al norte de esta franja costera. Una parte fundamental, quizá la más importante de la certificación, es comprobar en varias ocasiones, que las langostas atrapadas en las trampas cumplen con la talla mínima requerida. Foto: © Pablo Cervantes 9 Además de vivas, las langostas también se comercializan crudas congeladas y cocidas para algunos clientes, en este caso también se empacan con cuidado de no lastimarlas. Foto: © Pablo Cervantes Otro aspecto importante es que cada langosta que se captura es medida, al menos, tres o cuatro ve- ces desde que se saca de la trampa hasta que se entrega al comprador final, con el objetivo de verificar una y otra vez que cumple con la talla mínima legal y evitar sanciones. Las langostas que no alcanzan la talla se regresan al agua inmediatamen- te. Ver cómo un pescador que cap- turó 30 langostas regresó al mar 28 de ellas por no dar la talla mínima, fue algo casi irreal pero muy espe- ranzador. ¿Si ahí se puede tener ese nivel de control, no se podría lograr en otras partes de México? El mercado es el que manda Sin duda, contar con un excelente mercado para las langostas vivas en los países asiáticos hace que los pescadores de la Región Pacífico Norte se esmeren para que cada una de ellas esté en las mejores condiciones, lista para viajar viva desde Baja California hasta China, Taiwán o Hong Kong. La langosta también se comercializa en otras presentaciones: entera cruda con- gelada y entera cocida. Se ha elimi- nado casi por completo la comer- cialización exclusiva de colas. "El mercado es el que manda", dicen siempre los pescadores, y en este caso el mercado asiático demanda grandes volúmenes de langostas, de alta calidad y entregadas en el menor tiempo posible. Las coope- rativas del Pacífico Norte no sólo tienen un excelente sistema de manejo, sino que han desarrollado un sofisticado sistema de comercia- lización que comienza con la entre- ga del producto en playa, el acopio en plantas procesadoras que son de su propiedad, el almacenamien- to en viveros (tanques enormes en la ciudad de Ensenada), donde la langosta toma fuerza para el viaje vía terrestre al aeropuerto de Los Ángeles, California, y de ahí has- ta Asia por avión. Todo el trayecto desde la pesca hasta su entrega en el destino final debe hacerse en 72 horas máximo. Aunque no hay una relación di- recta, mantener el nivel de manejo para conservar la ecocertificación ha servido a las cooperativas tam- bién para consolidar apoyos en ser- vicios públicos, que son obligación del gobierno federal, y que habían sido prometidos por años sin ha- berse cumplido, como la electrifica- ción de las comunidades, el man- tenimiento de caminos vecinales, la asistencia médica en centros de salud y más maestros en las escue- las comunitarias, así como mejores muelles y embarcaderos. La evaluación final Todas las ventajas y caracterís- ticas de la pesquería ya mencio- nadas destacaron en el proceso de evaluación final que comenzó en 2001. Al inicio se enfrentó el reto de la falta de apoyo guber- namental, que era básico pues el Msc debe evaluar también el desempeño de la entidad respon- sable del manejo, que en México es el gobierno federal. Después del rechazo casi total por parte de las autoridades pesqueras del go- bierno federal en esos años, tomó casi un año convencerlas sobre la importancia de esta evaluación. La negativa tenía que ver con la desafortunada experiencia de México con la aplicación del es- quema Dolphin-Safe, que ha cau- sado el embargo del atún mexi- 10 cano en los mercados de Estados Unidos desde hace 19 años. Afortunadamente se obvió ese rechazo cuando fedecoop y cobi convencieron a la Secretaría de Economía de la oportunidad de ecocertificar un producto pesquero mexicano de exportación, y de ahí en adelante las autoridades pes- queras cambiaron su opinión sobre las intenciones de cobi, una ong ambientalista moderada mexicana que trabaja en sociedad con pes- cadores y no busca perjudicarlos, sino premiarlos por su protección al ambiente. En 2003 el equipo de evaluadores se entrevistó con los científicos y administradores de la pesquería de langosta. Después de ello, se evalúo la pesquería usando la información científica disponible, visitas de campo, y reuniones de consulta con todos los interesados y usuarios. En todo este proceso COBI fungió como vínculo, facilita- dor, gestor, asesor, entre las coo- perativas pesqueras, el equipo de evaluación y el msc. Las calificacio- nes finales de la pesquería fueron aprobatorias; incluso, en algunos indicadores, los certificadores co- mentaron que los valores fueron más altos que obtenidos por la pesquería de langosta de Australia, un referente mundial por su buen manejo pesquero. Conclusión La pesquería de langosta en la Re- gión Pacífico Norte fue certificada en 2004 como sustentadle y bien manejada por el msc. Fue la prime- ra pesquería artesanal de México, Latinoamérica y países en desarro- llo en conseguirlo. Esta pesquería es, por lo tanto, un referente para las demás pesquerías artesanales de México. La certificación del msc reconoció hace cinco años ese nivel de desempeño, y así lo ha avalado Desde la zona norte del Pacífico mexicano hasta un elegante restaurante en Tokio, la pesquería de langosta roja es una historia de aprovechamiento sostenible y comercio justo. Foto: © Latinstock-México anualmente. En 2009 se está recer- tificando la pesquería pues su vi- gencia es por cinco años. Todos en el sector pesquero deben trabajar en lograr que las pesquerías mexi- canas tengan niveles de excelencia mundial; los pescadores de Baja California demuestran que, con trabajo y esfuerzo, es posible. Cabe señalar que los pescadores artesa- nales no son "máquinas depreda- doras", como algunos medios los presentan. Con los incentivos co- rrectos y el apoyo técnico, financie- ro y legal apropiado, los pescadores pueden mostrar el camino para te- ner comunidades comprometidas con el aprovechamiento sustenta- ble de los recursos pesqueros y de la biodiversidad marina. Las ong y la academia deben hacer alianzas y trabajar con ellos en la consecución de esos objetivos. ' WWW. cobi. org.mx ^ www.msc.org ^ Actualmente, cobi tiene un programa de trabajo en la costa del Caribe, en el Sistema Arrecifal Mesoamericano. La pesquería de langosta roja se ex- tiende desde la costa sur de Califor- nia hasta Cabo San Lucas. ^ La metodología de evaluación se pue- de consultar en http://www.msc.org/ about-us/standards http://www.msc. org/get-certified/fisheries/as- sessment/assessment/?searchterm=S takeholders%20Guide ® Cada embarcación trabaja unas 60 trampas en promedio (el rango, que va de 40 a 100 trampas, depende del número de tripulantes en la lancha). ^ Si una pesquería bien manejada (inte- resada en la certificación) está "muy conectada" genéticamente con po- blaciones de otras zonas de pesca (contiguas o no), que no tienen buen manejo, es posible que el buen mane- jo de la pesquería a certificar no sea suficiente para asegurar su sustenta- bilidad si la fuente emisora de larvas, juveniles o incluso adultos (llamados reclutas) se verá afectada, pudiéndola incluso condenar a la sobrepesca sin importar los esfuerzos que se hagan para conseguir un buen manejo. La teoría de las metapoblaciones aplica aquí, por lo que es fundamental tener una definición biológica clara de los stocks que deben ser evaluados. ® Además de la concesión de langosta, las cooperativas tienen la de varias especies más: abulón, erizo, pepino de mar, caracol y sargazo. ^Hardin, G. 1968. "TheTragedyof Com- mons", en Science 162: 1243-1248. Actualmente, la pesquería industrial de sardina del Golfo de California y la pesquería de langosta del Caribe de Banco Chinchorro y Sian Ka'an están buscando la certificación del msc. * Comunidad y Biodiversidad, A.C lbourillon@cobi.org. mx 11 EL MAR DE CORTES NO EXISTE Mario Monteforte^ y Micheline Cariño^ Fernán Vaz Dourado, Tierra de las Antípodas para los Reyes de Castilla, descubierta por Cristóforo Colombo, Genovés. Litoral del Pacífico Norte en donde se aprecia la leyenda "Lamar Bermejo". M uchoscompartenel desagrado por que el Mar de Cortés sustituya el nombre del Golfo de California. Se trata de un fenóme- no de aculturación incorporado erróneamente a la nomenclatura cartográfica oficial. Es propagan- da mercantil de los macroproyec- tos costeros, falsos paraísos de- sarrollistas con los que se intenta disfrazar la vulnerabilidad de las costas del Golfo de California y de las comunidades recipientes. El im- perialismo de la Corona española fue un factor clave en la confor- mación del México moderno y, en gran parte, obra de Hernán Cortés, quien abrió la primera senda. No obstante, cabría preguntarse si hay razones genuinas que justifiquen dedicar el Mar de Cortés a la pro- moción de un modelo de desarro- llo que ha demostrado ser injusto, devastador e insustentable. El Golfo de California en la geografía del mundo Dada la variabilidad ortográfica que existe alrededor del nombre de Hernán Cortés y su mar, escribimos "Cortés", en acuerdo con Miguel León-Portilla.^ Se ha utilizado su obra Cartografía y Crónicas de la Antigua California como principal base teórica en el presente ensayo. La toponimia de California se traza desde el siglo xiii con el can- tar de gesta Roldán de Roncesvalles, donde se menciona a unos guerre- ros califernes, y luego en la saga de Amadís de Gaula y de su hijo Esplandián (1504-1510), de Garci Ordóñez de Montalvo, se narra el episodio correspondiente a esta isla California, "a la diestra mano de Las Indias", soberanía de la reina Cala- fia y cuna de fabulosas riquezas. Cortés no fue ajeno a la influen- cia de la célebre saga. Durante la Conquista ya había reparado en las hermosas perlas que se encontra- ban en ornamentos y tesoros de los nobles indígenas. A sus insistentes preguntas sobre el origen, ellos se- ñalaban "hacia allá".^ En 1532 se inició la exploración del Golfo de California. En los pri- meros mapeos se bautiza Isla de las Perlas a Isla Espíritu Santo, y Golfo de las Perlas a la primera parte del mar interior (probablemente Bahía de La Paz) que se empezaba a des- cubrir. Estos y otros nombres se re- cuperan en las obras cartográficas europeas de finales del siglo xvi a principios del xvii.^ En 1539 Fran- cisco de Ulloa menciona "aquel mar de Cortés",^ en un tono no del todo halagador para su jefe. En esos años la megalomanía de Cortés incomodaba a muchos per- sonajes encumbrados quienes con- sideraban una amenaza la fama y el poder que le había conferido la conquista de México. Hasta mediados del xviii. Mar Bermejo (Vermejo, Vermeillo[n] [ie], Vermelho) es el nombre más común que aparece en los docu- mentos de cronistas, mapamundis, cartografías y globos terráqueos que se elaboraron en el mundo. Hay otros nombres: Mar de Anián, Seno Carolingio, Seno de las Ca- lifornias, Mar de Las Californias o Carolinas. Los autores tuvimos la fortuna de apreciar el Golfo della California en un globo terráqueo de finales del siglo xvi, en el Museo Correr, en Venecia. El Golfo de California fue la denominación corriente empleada durante la Colonia para demarcar este mar interior, conocido por las exploraciones y las licencias ex- pedidas para la pesca de perlas.^ Ocasionalmente, el Mar Roxo de Cortés, Mar Vermejo de Cortés y Mar de Cortés aparecen en mapas 12 elaborados por algunos geógrafos europeos, como apelativos asocia- dos a un nombre principal que, en esos casos, era el Seno Californio o de las Californias, y el Golfo de California. Mientras el México indepen- diente restañaba heridas es poco probable que alguien se atreviera a celebrar eventos de la Conquista. Los gobiernos pre y posrevolucio- narios se refirieron a la adminis- tración del Golfo de California en lo concerniente a la delimitación geográfica del país y la gestión de sus recursos. Se cita para esta re- gión la concesión de pesca otorga- da a la tristemente célebre empre- sa británica. La Mangara Co., Ltd.^ Los estudios científicos de Charles Towsend y Léon Diguet, iniciados a finales del siglo xix, mencionan el Golfo de California.'^ Así se le lla- ma en organismos internacionales como la ONU, unep, fao, lo mismo que en los textos escolares nacio- nales, en el Atlas Oficial de México (SEP), en los mapas del inegi, en la Carta Nacional Pesquera, en la Ley Federal del Mar y Aguas Territoria- les. En 1 995 Jacques Cousteau dijo que era "el acuario más grande del mundo", mientras que en 2005 UNESCO declaró a las islas del Golfo de California -y no a las del Mar de Cortés- como Patrimonio de la Humanidad. Llama la atención que en al- gunos mapas modernos aparece el Mar de Cortés (con todas sus variaciones ortográficas), ya sea como nombre único, como sobre- nombre del Golfo de California (adicionando un "o", y a veces en- tre paréntesis) o como delimitación de la mitad sur del Golfo, mientras que en obras cartográficas más serias {Britannica Atlas, Encarta, National Geographic Atlas) no se menciona. ^ Audtkvca os Guadalaiaua ^OVA MlJClCO L CAI^ITO-m'HIA T«fw«L -rijuif j| HiilKtlrf f Tíiti T«ñpif'#ir j VA ZmMí>^«P d- TAbor«i Ia ^ 1Wr*Lui AíUtU. •A*— iM Cjivi. XiineA La herencia de Hernán Cortés y "su" mar en el siglo xxi Para los propósitos del presente trabajo sólo se presentan los resul- tados de un breve examen que se llevó a cabo empleando dos herra- mientas de uso común en la red: una clásica (Google) y una especia- lizada (Aquatic Sciences and Fishe- ries Abstracts, asea) (Tabla 1 ). El flujo de información en busca- dores como Google, que no entien- den los operadores booleanos avan- zados, varía en función de las fechas y de las condiciones en las que se realiza la búsqueda. Así, las sesiones con las mismas frases clave pueden arrojar diferente número de fichas, aunque la proporción entre los re- sultados permanece relativamente constante. En asea los criterios de búsqueda se construyen con ope- radores booleanos (Tabla 1); esta base monitorea desde 1970 más de 6000 revistas de circulación in- ternacional, libros, reportes, con- gresos y literatura de distribución limitada. Permite seleccionar varios subcampos; en este estudio única- mente se usaron los correspon- dientes al título de la publicación y sólo en inglés y en español. Arriba Joan Martines, Las siete ciudades. En este mapa se nombra "Mar Vermiglio" al Golfo de California. Abajo Nicholas Sansón, Audiencia de Guadalajara con Nuevo México y California. La idea de que California era una isla continuó hasta 1715. 13 El problema de quienes apodan o le cambian de nombre al Golfo de California es que todos lo escriben diferente El número de fichas que genera Google es de varias cifras; en todos los casos se revisaron únicamente las primeras 200-250. A partir de los resultados se pueden distinguir dos grupos principales: uno que se llamará institucional para "Gulf of California" o "Golfo de Califor- nia", y otro connerddl para "Mar de Cortés(es)(ez)(éz)" y el "Sea of Cortez". En el primer grupo se en- contraron fichas de tipo académico y científico: libros y publicaciones, revistas, trabajos fotográficos, pro- gramas de trabajo o investigación de ONG y de instituciones nacio- nales e internacionales, legislacio- nes y planes de manejo, temas de conservación y sustentabilidad, entre otros. Hay casos de entre- cruzamientos con la denominación connercial cuando coinciden "Gulf of California" y "Sea of Cortez" en fichas que utilizan el alias; también sucede en el idioma español pero es menos frecuente. Predomina el origen estadounidense (o la traducción al inglés) en las fichas donde "Sea of Cortez" fue la frase clave, aunque comparativamente en menor número que en aque- llas donde se utiliza como alias, ya sea donde aparece a/so known as o entre paréntesis junto a "Gulf of California". Por su parte, las fichas del segundo grupo son principal- mente sitios de carácter turístico- inmobiliario y empresarial, muchas de ellas de origen mexicano. En to- das las fichas mexicanas con perfil de promoción gubernamental, el Golfo de California ya ha cambia- do de nombre. La asociación de Hernán Cor- tés con la mercadotecnia de su mar es altamente significativa en los resultados "de(del)Cortés(es) (éz)(ez)" (Tabla 1). No causa sor- presa que SECTUR y/o fonatur en- cabecen los listados, pero sí resulta sintomático que una gran cantidad de empresas inmobiliarias naciona- les y extranjeras, con intereses en el "desarrollo" del Golfo de Califor- nia, ostenten nomenclatura similar. Tres comentarios al margen: a) España se perfila como el inversio- nista más importante en el sector turismo-inmobiliario de la costa de México con más de 300 millones de euros, principalmente en Quin- tana Roo; b) los macroproyectos españoles en el Golfo de California están dedicados a Hernán Cortés;^ y c) Felipe Calderón nombra una isla del Mar de Cortés en honor de Cousteau. Es mucha la tentación de seña- lar la mención al macroproyecto Azul del Cortés y/o Cabo Cortés:® "La promotora alicantina Hansa Urbana liderada por el empresario Tabla 1 BÚSQUEDAS EN GOOGLE Y AQUATIC SCIENCES AND FISHERIES ABSTRACTS (ASEA) FRASES EXACTAS EN GOOGLE NÚMERO DE FICHAS “Gulf of California” 599,000 “Golfo de California” 270,000 “Sea of Cortez” 724,000 “Mar de Cortes(és)” 682,000 “Mar de Cortez(éz)” 114,000 “de Cortes(és)” >4’000,000 “del Cortes(és)” 14,000 a 22,000 “de Cortez(éz)” 400,000-410,000 “del Cortez(éz)” 4,000 a 8,000 OPERADORES BOOLEANOS EN ASFA “Golfo de California” or “Gulf of California” 1493 ((“Sea of Cort*”) or (“Mar de Cort*”)) not ((“Gulf of California”) or (“Golfo de California”)) 41 ((“Gulf of California”) or ( “Golfo de California”)) not ((“Sea of Cort*”) or (“Mar de Cort*”)) 1445 ((“Gulf of California” or “Golfo de California”)) and ((“Sea of Cort*”) or (“Mar de Cort*”)) 3 Rafael Gálea [...] acelera su mayor proyecto inmobiliario en México. Gálea ha presentado al presidente de la República de México, Felipe Calderón, el complejo turístico- residencial que tiene previsto de- sarrollar en la zona de su país de Mar de Cortés (Baja California). La inversión nnlllonaria recibió el apo- yo de la máxima autoridad azteca, que se comprometió a garantizar la seguridad de la misma". [Las cursivas son nuestras.] Por su parte, los resultados de ASEA muestran una significativa tendencia del sector académico y científico que escribe sobre el "Gulf of California" y/o "Golfo de California" (Tabla 1). En 41 publicaciones se asume el cambio de nombre por el Mar de/Sea of/ Cortez(és,es,éz); entre éstas, es notable la autoría de investigado- res mexicanos y españoles. Son es- tadounidenses los tres únicos tra- bajos que utilizaron el alias junto con "Gulf of California". Conclusiones Pareciera que los principales rei- vindicadores del conquistador fueron John Steinbeck y Edward Ricketts.^' ^ Ellos prefirieron uti- lizar "Sea of Cortez" por consi- derar que "suena mejor y es más excitante".^ La frase fue detona- dora de la propaganda, tanto em- presarial como gubernamental, que imprimió el logotipo de Her- nán Cortés en el Golfo de Califor- nia. Esto se manifiesta en la ten- dencia a asociarse con contextos de índole mercadotécnico y pro- moción de imagen, en particular por los sectores turístico e inmo- biliario que se dirigen a inversio- nistas y consumidores extranjeros. Por su parte, los sectores científico y administrativo (nacional e inter- nacional) se inclinan por utilizar 14 la oficial y correcta denominación geográfica. A fin de cuentas, no existe ley que prohíba el uso de alias para el Golfo de California o que establez- ca un cambio oficial de nombre. Es demasiado tarde para intentar lle- var a efecto la primera posibilidad; la segunda carece de toda lógica. El problema de quienes apodan o le cambian de nombre al Golfo de California es que todos lo es- criben diferente, y algunos incluso dividen arbitrariamente el norte del sur del Golfo, a este último le llaman Mar de Cortés(es, éz, ez). El sector privado es libre de denomi- nar y elegir cualquier imagen pro- mocional que desee mostrar en sus aparadores. Pero sí es de lamentar que la difusión mundial de la he- rencia de Cortés y "su" mar está fomentando un modelo de saqueo que avanza destruyendo las comu- nidades costeras, la biodiversidad, los servicios ecosistémicos de man- glares y humedales, la identidad cultural local y el capital natural de las regiones, y que se extienda a todas las costas que poseen al- gún tesoro paisajístico vendible. En efecto, con las evidencias a mano es dudoso que un proyecto "de Cortés" aporte beneficios reales a la calidad de vida de las comuni- dades receptoras. El modelo no es exclusivo del Golfo de California, pues la imagen se repite, con po- cas variantes, en numerosos sitios costeros desde el sur de Tijuana hasta La Pesca, Tamaulipas. El conquistador se sorprendería de ver que hoy en los albores del si- glo XXI el negocio generado por su patente -sin devengar derechos de autor ni pagarles a Steinbeck y Ric- ketts por sus servicios promociona- les- está a punto de desplomarse: cambios en el nivel del mar, crisis económicas y energéticas, conflic- p \ fe ^ * 'I o< ■?s tos sociales, contaminación, entre otros, son factores con los que él no contaba. Quizá aún sea tiempo de concebir utopías y trabajar para llevarlas a la realidad. Hay muchas y mejores alternativas de desarrollo sostenible que debieran detener el saqueo de la costa mexicana por sus perpetradores, cuyo nivel de codicia tal vez hasta el mismo Cor- tés consideraría excesivo. Bibliografía ^ León-Portilla, M. 2001. Cartografía y Crónicas de la Antigua California. T' ed. Instituto de Investigaciones Históricas-Universidad Nacional Au- tónoma de México, México, 210 pp. ^ Cortés, H. 1574. Cuarta Carta de Relación. Cartas de Relación. 22® ed. Porrúa (Colección Sepan Cuantos), México, 2007, 400 pp. ^ Cariño, M. 1998. "Les mines marines du Golfe de Californie: Histoire de la région de La Paz á la lumiére des perles", tesis de doctorado en historia. École des Hautes Études en Sciences Sociales, París, 999 pp. Cariño, M., y M. Monteforte. 2006. Histoire Mondiale des Perles et des Nacres: Peche, Culture, Commerce. Éditions L'Harmattan (Collection Maritime), París, 250 pp. ^ http://eleconomista.com.mx/node /8444 ® http://actualidad.terra.es/provincias/ alicante/articulo/hansa_mexico_lo- gra_apoyo_presidente_2247530.htm ^ Steinbeck, J., y E.F. Ricketts. 1942. Sea of Cortez: A Leisurely Journal of Tra- vel and Research. Paul P. Apple Pub., Mount Vernon, 1971, 598 pp. ® Steinbeck, J. 1951. The Log from the Sea of Cortez. Penguin Classics, Nueva York, 1995, 320 pp. ' Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S.C. montefor04@cibnor.mx ^ Universidad Autónoma de Baja California Sur micheline@prodigy.net. mx Mapa de México editado por Gaspar y Roig en Madrid. El límite septentrional del Pacífico entre México y Estados Unidos está mal ubicado y ese error provocó que el extremo norte de Baja California aparezca separado del macizo continental mexicano. 15 LIBROS LIBROS LIBROS LIBROS Planeadón sistemática de la conservación Esta publicación es una guía para la creación de sistemas de áreas de conservación. Expone cómo las medidas, el diseño de muéstreos de campo y el tratamiento de los datos sobre la biodiversidad constituyen la base de información de los patrones de distribución. Se describen también los métodos para identificar las áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad, así como la forma en la que pueden establecerse metas acerca de la cobertura de la biodiversidad en la selección de áreas para la conservación. El libro termina con una serie de estudios de caso y una conclusión en la que se enfatiza la importancia de los contextos socioeconómicos y culturales de los lugares donde se desarrolla la planeadón de la conservación. Es una obra de interés, no sólo para estudiantes de posgrado y académicos dentro del área de la conservación, sino también para los planificadores y tomadores de decisiones involucrados con el manejo de los recursos naturales, y para las organizaciones no gubernamentales conservacionistas. Sus autores son Christopher R. Margules y Sahotra Sarkar. La versión en español es una edición de la conabio. Planeadón Sistemática de la Conservación CONABIO Gobierno FEDERAL ¿Conoces la riqueza natural de México? Biodiversidad Mexicana www.biodiversidad.gob.mx La misión de la conabio es promover, coordinar, apoyar y realizar actividades dirigidas al conocimiento de la diversidad biológica, así como a su conservación y uso sustentadle para beneficio de la sociedad. SECRETARIO TÉCNICO: COORDINADOR NACIONAL: SECRETARIA EJECUTIVA: DIRECTOR DE COMUNICACIÓN: Juan Rafael Elvira Quesada José Sarukhán Kermez Ana Luisa Guzmán Carlos Galindo Leal Los artículos reflejan la opinión de sus autores y no necesariamente la de la conabio. El contenido de Biodiversitas puede reproducirse siempre que se citen la fuente y el autor. Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor: 04-2005-040716240800-102. Número de Certificado de Licitud de Título: 13288. Número de Certificado de Licitud de Contenido: 10861. EDITOR RESPONSABLE: Fulvio Eccardi Ambrosi diseño: Renato Flores ASISTENTES: Thalía Iglesias, Leticia Mendoza CUIDADO DE LA EDICIÓN: Adriana Cataño impresión: Litoprocess impresos producción: Gaia Editores, S.A. de C.V. biodiversitas@xolo.conabio.gob.mx COMISIÓN NACIONAL PARA EL CONOCIMIENTO Y USO DE LA BIODIVERSIDAD Liga Periférico-Insurgentes Sur 4903, Parques del Pedregal, Tlalpan 14010 México, D.F. 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