LAS DIATOMEAS COMO INDICADORES AVANCES Y PERSPECTIVAS PARA DE LA CALIDAD LA CONSERVACION ECOLOGICA DE LOS OASIS DE BAJA CALIFORNIA SUR. PÁG: 8 DEL TAPIR CENTROAMERICANO EN MÉXICO. BOLETÍN BIMESTRAL DE ISIÓN NACIONAL PARA EL CONOCIMIENTO Y USO DE LA BIODLVERSIDAD Gobierno FEDERAL VOLANDO AL CIELO tableado como un referente completamente identificado, pues los totonacos han asumi- do la paternidad del ritual como parte de su identidad . 1 A la Danza del volador se le conoce como kos'niin o "vuelo de los muer- tos"; en ella se efectúa el saludo al padre sol y se realiza una petición a la lluvia para que fertilice el suelo . 2 La imagen más auténtica del patrimonio cul- tural en México es la diversidad étnica, una riqueza creada por todos. Los ritos y danzas son expresiones del patrimonio biocultural de las comunidades indígenas. Entre ellas, la Ceremonia de los voladores es una de las más bellas tradiciones que existen en la re- gión de Papantla, Veracruz, donde se ha es- Volando al cielo EL SALUDO AL SOL Y LA PETICIÓN DE LLUVIA por la cultura totonaca JUANA ORTIZ TIMOTEO, JOSÉ MARÍA RAMOS PRADO Y MARÍA REYNA HERNÁNDEZ COLORADO 1 VA Actualmente la Ceremonia de los voladores se ha convertido en una importante fuente de ingresos para la comunidad por ser un atractivo turístico. Pero se está sustituyendo el sakát'kiwi y awawá kiwi (en toto- nacos o palo volador ( Zuelania guidonia y Carpodip- tera ameliae) por un poste metálico . 2 Esto ha llevado a que se pierda una parte importante de la ceremonia: el ritual del corte del palo. Por esto, el Consejo de los Ancianos del Totonacapan, en el norte de Veracruz, se ha interesado en preservar la ceremonia en su for- ma original y ha apoyado la creación de asociaciones de voladores y escuelas de niños voladores. Dueño de la danza con barba negra. Fotos: Juana Ortiz Timoteo Ofrendas para el ritual del permiso al Kiwikgolo; corte y arrastre del palo volador. 3 rante la época de los mexicas cuando se introdujo la combinación de elementos simbólicos: música como ofrenda y danzas en la punta del palo, posición cabeza abajo y brazos abiertos de los cuatro danzantes y los disfraces de pájaros asociados con el sol. 3 En la terminología totonaca a los danzantes se les denomina "aquellos que vuelan", transliteración de tsoqoqósnu (voladores). Leonardo Zaleta, cronista de Poza Rica, en su libro La danza de los voladores nos relata una leyenda totonaca acerca del origen de la Ceremonia de los voladores : hace aproximada- mente 450 años, en tiempos de una fuerte sequía que hizo padecer hambre a los pobladores de esa región, la sabiduría de los viejos encomendó a cinco jóvenes puros localizar el árbol más alto y duro, cortarlo y usarlo en un rito que fuera una plegaria vinculada con música y danza para agradar a los dioses; esta petición al dios sol debía realizarse en las alturas del árbol a fin de que fuese escuchada, y debían solicitar- le con fervor y humildad que concediera lluvias ge- nerosas que devolvieran fertilidad a la tierra, surcos, árboles, y toda la vegetación se vistiera de verde, de flores y frutos, y así quitaran a los hombres de pade- cer hambre y de penar. 4 Levantamiento del palo volador. El origen de la ceremonia de los voladores Aunque es difícil determinar cuándo y dónde se origi- nó la Ceremonia de los voladores, ésta se remonta al menos a 600 a.C., por lo que lleva practicándose más de 2500 años. 3 Esta ceremonia ya existía en la época de los toltecas y se extendió hasta Guatemala, Nicara- gua y El Salvador. 3 Formó parte de los ritos de mereci- miento, con el fin de obtener prosperidad y larga vida, y fue descrita como un "juego" por Francisco Javier Clavijero. 4 En el pasado, los voladores utilizaban un palo de una altura tal que con trece vueltas llegaban al suelo. Con esta cifra multiplicada por los cuatro vola- dores se obtiene el número 52, símbolo del Xiuhmol- pilli o ciclo de 52 años del calendario mesoamericano. La rotación de los voladores ayudados por la manzana y el cuadro simboliza el movimiento del sol. Fue du- El sakát'kiwi (palo volador) Para la ceremonia de los voladores se requiere un palo hecho del tronco de un árbol, que se corta y levanta verticalmente. Las especies preferidas son el palo volador, sakát'kiwi (en totonaco), trementino o ñopo (Z. guidonia) y alzaprima o awawá kiwi (en toto- naco) (C. ameliae), por ser altas, derechas y de made- ra dura. Estas especies han disminuido rápidamente y el corte que antes se efectuaba con regularidad ahora se realiza en ocasiones extraordinarias. 2 La especie que se describe es Z. guidonia, que pertenece a la familia Flacourtiaceae. Se distribuye en los estados de Chiapas, Puebla, San Luis Potosí, Tabasco, Tamau- lipas, Veracruz y Yucatán. Se encuentra en selva alta y mediana subperennifolia, selva baja caducifolia y subcaducifolia, en altitudes de 0 a 500 m. 5 Es un árbol de copa redondeada o piramidal, que llega a medir hasta 30 m de altura y tiene un diáme- tro entre 30 y 50 cm, su tronco es recto y presenta un fuste largo y limpio, con ramas horizontales. Su corteza tiene un grosor de 1 8 a 20 mm, es lisa, de co- lor gris a pardo grisácea; la parte interna es de color crema amarillento a rosado. Sus hojas son alternas, simples, van de oblongas a estrechamente elípticas, con el margen entero, ápice agudo, base redondeada, truncada; su color es verde brillante. Sus flores miden de 4 a 5 cm de diámetro y tienen un olor parecido a la gardenia. Los frutos miden hasta 8 cm de diámetro, son carnosos, trivalvados y globosos, y presentan nu- merosas semillas, que se encuentran rodeadas de una pulpa amarillenta. 5 La ceremonia tradicional de los voladores en Papantla Aunque actualmente se está perdiendo la ceremonia tradicional, en algunas ocasiones se realiza completa, incluyendo el corte del palo volador. Ésta fue desarro- llada con fines de enseñar a los niños totonacos sus tradiciones. La Ceremonia de los voladores comienza el día anterior con el corte de los tarros (bambúes), usados para levantar el palo, se excava un hoyo don- de va a ser enterrado y se pone un altar con ofrendas. También se preparan los púlakles (tamales de frijol). Al día siguiente, los niños voladores desayunan los pú- lakles , luego todos se trasladan al fragmento de selva donde se encuentra el palo elegido (altura de 20 m y diámetro de 30 cm). Posteriormente, se solicita el per- miso al Kiwikgolo ("palo viejo": dueño del monte), es decir, el lugar con el árbol más viejo del bosque. En este caso fue un chicozapote y una roca grande ( laka - tacpan : donde vive el dueño del monte), y se colo- can las ofrendas: púlakles , aguardiente, agua bendita, flores blancas, velas, tabaco, incienso y dos máscaras barbadas que representan a los dueños de la danza. Luego el caporal pide el permiso y perdón al dueño del bosque por quitarle un árbol, a través de unas pala- bras y en canto, dichos en totonaco. Al finalizar el canto, dos señores se ponen las máscaras (el de barba blanca corresponde al padre y el de barba negra al hijo) y, montados en sus caballi- tos de palo, van gritando hasta donde se encuentra el palo volador. También se dirige hacia allá el caporal (el músico), tocando la flauta y el tambor, seguido por los demás pobladores, hombres, mujeres y niños, vestidos con su atuendo tradicional. Un joven lleva el aguardiente y otro el hacha; otros más, las flores blancas. Una vez que llegan al palo elegido, los danzan- tes bailan en círculo alrededor de él y marcan cada uno de los puntos cardinales (el árbol es el centro). Luego el caporal comienza el corte dando los prime- ros hachazos, le siguen así los voladores jóvenes y después cada uno le echa agua bendita en forma de cruz. Terminado el ritual, el hachero inicia el corte y por seguridad mandan a la gente (mujeres y niños) al lugar donde se realizó el ritual del permiso, para que no corran peligro cuando el palo caiga. Después des- raman el palo y preparan las cuerdas para el arrastre fuera del monte, que se efectúa con ayuda de polines. Suben el palo a la grúa y lo trasladan a su destino final, en este caso el Parque Temático Takilhsukut. Cuando llegan al lugar elegido, se corta la punta del palo para colocar la manzana, carrete que encaja en la punta del palo, y el cuadro, marco para poner las reatas y donde los voladores se sientan; y suben los peldaños de las escaleras. Sigue un ritual durante el cual ofrendan una gallina negra viva, aguardiente, tamales y flores que se ponen dentro del hoyo, que fue excavado el día anterior para colocar el palo. Ahí levantan el palo con los tarros, colocan la manzana y las reatas. Finalmente, se efectúa el vuelo de consagración o primer vuelo, donde se les da la oportunidad a los jóvenes y niños de hacer el saludo al sol, la petición de lluvia y el ofrecimiento de su música. Antes de as- cender, bailan varios sones alrededor del palo y luego lo suben. El mayor es el caporal y, una vez arriba, toca el tambor y la flauta; se inclina hacia cada punto cardinal y se mantiene en un solo pie en la punta de la manzana sin la seguridad de una cuerda; luego se sienta y se recuesta, mirando al sol, a quien le brinda un son especial. Después, los cuatro niños voladores, que están sentados sobre el marco y amarrados por la cintura, se inclinan hacia atrás y ponen en movimien- to la manzana y el cuadro. Giran alrededor del palo con la cabeza hacia abajo, los brazos abiertos y los pies cruzados sobre la cuerda. Al cabo de trece giros, llegan al suelo. Al final baja el joven caporal por una de las cuerdas que sostienen los demás. Se despiden bailando un son alrededor del palo y con esto termi- na la Ceremonia de los voladores. Colocación de las reatas y la manzana. 6 La mujer y su participación En la Ceremonia de los voladores las mujeres no par- ticipan directamente, ya que según sus creencias, si la mujer toca el palo puede secarlo, por ello aque- llas que asisten se mantienen a cierta distancia. En la actualidad la tradición está cambiando y existen grupos de mujeres voladoras en Zozocolco, Vera- cruz, y Cuetzalan, Puebla. Es importante reflexionar sobre estos cambios ya que implican nuevas formas de pensamiento. Un ritual que se niega a desaparecer Tras la declaratoria de la Ceremonia de los voladores como patrimonio intangible de la humanidad por la unesco en 2009, es importante establecer mecanis- mos de protección y conservación de este ritual. Por ejemplo, en el caso de la sustitución del palo volador por el poste metálico se piensa que es por la dismi- nución de los árboles Z. guidonia y C. ameliae y de los ecosistemas donde se encuentran, o por la du- reza que ofrece el metálico en comparación con el palo de madera. Por esto, son necesarios los estudios ecológicos para conocer el grado de conservación y abundancia de estas especies, así como identificar las causas del abandono del uso del palo. Algunas iniciativas para la preservación de la ceremonia y la conservación de las especies son: realizar acciones junto con la gente, que vayan desde el conocimiento local, analizar la importancia cultural, hasta la repro- ducción en invernaderos. Bibliografía 1 unesco. 2009. Ceremonia ritual de voladores. Plan de Sal- vaguarda. Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, unesco. 2 Castro de la Rosa, María Guadalupe. 1997. "La danza en el norte de Veracruz", en Arqueología Mexicana 1(5): 37- 43. 3 Urcid-Serrano, J. 2006. "Antigüedad y distribución de la danza de los voladores: águilas que descienden, cora- zones que ascienden", en Arqueología Mexicana 14(81): 70-74. 4 Chenaut, Victoria. 1995. Aquellos que vuelan: los totona- cos en el siglo xix. Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, México. 5 Pennington, D.T., y J. Sarukhán. 2005. Árboles tropicales de México: manual para la identificación de las principa- les especies. Universidad Nacional Autónoma de México/ Fondo de Cultura Económica, México. Página web: http://portal.veracruz.gob. mx/portal/page?_pa- geid=3 1 3,4306080&_dad=portal&_schema=PORTAL, consultada el 22 de octubre de 201 0. 1 Centro de Investigaciones Tropicales, Universidad Veracruzana; chiquitita_marortiz@hotmail.com; ortiz_tj79@hotmail.com 7 LAS DIATOMEAS como indicadores de la calidad ecológica de los oasis de Baja California Sur. FRANCISCO OMAR LÓPEZ FUERTE 1 Y DAVID A. SIQUEROS BELTRONES 2 En la parte sur de la Península de Baja California la expresión "oasis" se usa coloquialmente para definir a los cuerpos superficiales de agua dulce y su vege- tación. Se ha determinado la existencia de aproxi- madamente 184 oasis en toda la península, de los cuales alrededor de 171 se encuentran en Baja Ca- lifornia Sur (bes); éstos se han clasificado en siete grupos de acuerdo con las siguientes características: tipo de manantial, tipo de vegetación, y la evolución del cuerpo de agua. A su vez, 48% de los oasis se puede considerar como típico (es decir, cuerpos de agua superficiales visibles), el resto (52%) entra en categorías atípicas, como arroyos de temporal. Pese a que los oasis se caracterizan por una discontinuidad en su distribución, debida principalmente a las carac- terísticas geológicas e hidroclimáticas de la región, estos ambientes han sido de gran importancia para los pobladores. Oasis de Mulegé, Baja California Sur. Fotos: Francisco Ornar López Fuerte 8 Fig- 1 Localización de los oasis estudiados. 1 San Ignacio 2 Sta. Águeda 3 Mu legó 4 San Isidro-La Purísima 5 San Luis Gonzága 6 Las Pocitas 7 Presa La Buena Mujer 8 Todos Santos 9 San Bartolo 10 Agua Caliente 1 1 San José Si bien representan menos de 1% de la superficie del estado, los oasis concentran una proporción con- siderable de la diversidad biológica y un número im- portante de endemismos. No obstante su elevada di- versidad, los oasis son sistemas biológicos fácilmen- te modificables que pueden estar sujetos a eventos catastróficos que se presentan con cierta regularidad -grandes avenidas de los arroyos, sequías prolonga- das-, asi como al pastoreo intensivo y al constante tráfico de personas y ganado. En algunos oasis exis- ten problemas derivados propiamente de los efectos causados por las actividades humanas y para algunos se prevé su potencial desaparición o modificaciones en las poblaciones o comunidades de los diferentes organismos que ahf residen. Los intentos por utilizar estos grupos taxonómicos (aves, anfibios, reptiles, mamíferos, flora) como indi- cadores ecológicos han tenido como objetivo prin- cipal proveer elementos ecológicos para un posible monitoreo y/o identificación de cambios estructura- les en las comunidades. No obstante, dicho interés se ha asociado casi exclusivamente a los procesos ecológicos más que con la calidad del agua (papel de los indicadores biológicos) o con la distribución geográfica de ciertos taxones. Diatomeas como indicadores ecológicos Hasta hace poco, la química del agua era conside- rada como un elemento único en la definición de la calidad de los cuerpos de agua dulce. En la actua- lidad el reconocimiento y la utilización de diferen- tes grupos taxonómicos -entre los que sobresalen las diatomeas- son considerados en algunos casos como elementos definitorios y/o complementarios en la determinación de la calidad biológica de los ambientes dulceacufcolas. Las diatomeas se han utilizado con gran éxito para supervisar el cambio ambiental, ya que responden rápida y sensiblemen- te a cambios físicos, químicos y biológicos que se producen en su entorno. Además, su amplia distri- bución, su fácil recolección y preservación, las hace aptas para cualquier posible revisión taxonómica, por ejemplo en la determinación a nivel de especie con precisión y la disposición de una extensa infor- mación de las exigencias ecológicas de un número considerable de especies. La evaluación de las condiciones ambientales se puede basar en una sola especie, un grupo de espe- cies o en asociaciones. En nuestro país el uso de los organismos en las tareas de caracterización y moni- toreo ambiental se ha centrado en gran medida en aquellos organismos grandes y relativamente fáciles de identificar, como aves, reptiles, e invertebrados (insectos, caracoles, etcétera), que no requieren de especialización para su uso en el diagnóstico am- biental, pues son reconocidos fácilmente como habi- tantes comunes de las zonas. Por ello, los estudios enfocados en la descripción de los oasis de bes no han abordado el estudio de las algas macro o microscópicas, ya sea de aquellas que se encuentran adheridas a objetos en los fondos o de las que forman parte del plancton. Preocupa parti- 9 Diatomeas 1 Cratícula cuspidata (Kutzing) D.G. Mann, 2 Cymbella mexicana (C. G. Ehrenberg) P. T. Cleve, 3 Khopalodia glbba var. ventricosa (F. T. Kützing) H. Peragallo & M. Peragallo, 4 Epithemia túrgida (C. G. Ehrenberg) F. T. Kützing, 5 Epithemia adnata (F. T. Kützing) A. de Brébisson. cularmente ei desconocimiento de las diatomeas en estos cuerpos de agua, ya que se trata de uno de los grupos de fotosintetizadores microscópicos determi- nantes en ambientes dulceacuícolas (fitoplancton) y de los más empleados como indicadores biológicos, sobre todo en países desarrollados. Las diatomeas aparecen como manchones más o menos extensos de color pardo verdoso sobre rocas y lodos, en cualquier lugar que mantenga cierta hu- medad. Son relativamente fáciles de trabajar, pues se caracterizan por presentar una concha externa (pared celular) de sílice llamada frústula, lo que hace que su recolecta y preservación para análisis no sean com- plejos ni costosos. La identificación de las especies de diatomeas es menos ardua que la de otros grupos microscópicos: están presentes durante todo el año, no muestran complicaciones en su ciclo de vida y se les conoce mejor ecológicamente que a otros grupos. Además, poseen la peculiaridad de responder rápida- mente a cambios en las características físicas y quími- cas del agua, naturales o antropogénicas. Dado que una de las aplicaciones más comunes de la flora diatomológica dulceacuícola en el mundo es su uso como indicadores biológicos, los especialis- tas se afanan en terminar o poner al día sus inventarios florísticos, en diseñar diferentes métodos de trabajo, en elaborar diversos tipos de índices biológicos que usan la diatomoflora o en comprobar la viabilidad de los métodos e índices biológicos o ecológicos pro- puestos en cada país. Dichas investigaciones cuentan con listados florísticos confiables, comprensivos y taxonómicamente precisos. No obstante, en nuestro país se ha soslayado el uso de las diatomeas y prác- ticamente no existe información de ninguna índole sobre diatomeas como indicadores en los diversos cuerpos de agua dulce. En el caso de la península de Baja California la información publicada es mínima; de hecho apenas se están llevando cabo los primeros estudios formales sobre diatomeas como indicadores ecológicos en los oasis de la península. Es claro que las diatomeas deben ser incluidas en las comunidades prioritarias para el establecimiento de la calidad ecológica de los oasis de la península de Baja California, ya que pueden ayudar a resolver problemas que se detectan al trabajar con otros gru- pos de organismos (por ejemplo, animales), que éstos no resuelven. Consecuentemente, los estudios sobre taxonomía de diatomeas, principalmente de identifi- cación (florísticos), son necesarios para contribuir a la estabilidad indispensable en las listas de especies y como soporte de estudios de su diversidad. Asimis- mo, es necesario establecer grupos ecológicos de las principales especies de diatomeas como fundamento de los índices ecológicos que se basan en ellas. Así, la conservación y protección de los diferentes am- bientes acuáticos dependerá en gran medida de nues- tra capacidad de conocer la diversidad de especies, en este caso de diatomeas, en cada cuerpo de agua dulce en todo el territorio mexicano, haciendo que los estudios sobre indicadores biológicos sean objeti- vos prioritarios de los ficólogos del país. Debido a que el conocimiento en general de las diatomeas en México es muy pobre, más aún en aguas continentales, resulta frecuente que cuando se emprende un estudio sobre ellas resulte útil y nove- doso no sólo para la entidad en la que se realice, sino para el país en general. Así, hasta el momento se han estudiado 11 oasis de bes (Fig. 1). La estructura de 10 la comunidad de diatomeas es similar a la de cual- quier otro ambiente (por ejemplo, numéricamente existen especies raras, comunes y abundantes). La fase taxonómica para los oasis muestreados redituó 283 especies. Las diatomeas pertenecientes a la clase Bacillariophyceae (pennadas) representaron la mayor riqueza de especies con 92% de los taxones, e igual- mente fueron dominantes en términos de abundancia y frecuencia de aparición. En la fase cuantitativa se registraron alrededor de 50 mil valvas, y sólo ocho taxones contribuyeron con aproximadamente 70% de las valvas contabili- zadas, sobresaliendo Denticula kuetzingii con 36%, Achnanthidium minutissimum con 13%, Nitzschia amphibia con 6% y Achnanthidium exiguum con 6%. A pesar de que no se ha podido determinar con pre- cisión cuáles especies podrían utilizarse como bioin- dicadores, por el comportamiento en términos de abundancia relativa y frecuencia de aparición de las especies antes mencionadas, es probable que éstas puedan ser las indicadas. Una primera aproximación, utilizando los valores calculados con índices ecológicos como IT y )' (que miden diversidad y equidad de especies, respectiva- mente), permite conjeturar que los oasis son ambien- tes estables, aparentemente no perturbados y con buena calidad de agua. De esta manera, las diatomeas como indicadores del estado ecológico de los oasis nos sugieren que la diversidad de especies y la gama de formas que ex- hiben corresponden con la agradable apariencia y estado prístino (virgen) de estos cuerpos de agua que caracterizan la geografía de la península. Aparente- mente, excursionistas y habitantes no representan un factor de impacto de los oasis de bes y el contar con herramientas para su monitoreo mediante el uso de indicadores biológicos finos, como las diatomeas, permitirá establecer referencias adecuadas para su conservación. Vista parcial del oasis de Santa Águeda, municipio de Mulegé, Baja California Sur. Fotos: Francisco Ornar López Fuerte Bibliografía 1 Arriaga, L., y R. Rodríguez Estrella. 1997. Los oasis de la Península de Baja California. Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (Publicación núm. 13), La Paz. 2 López Fuerte, F.O. 2009. "a-Diversidad de diatomeas epi- líticas del oasis de San Ignacio Baja California Sur, Méxi- co", en cicimar-Oceánides 24(2): 1 01 -1 1 0. 3 López Fuerte, F.O., y M.C. Altamirano Cerecedo, 2011. Diatomeas bentónicas de los oasis de Baja California Sur. Informe final snib-conabio, proyecto núm. HJ032, Univer- sidad Autónoma de Baja California Sur. 4 Rodríguez Estrella, R. 2004. "Los oasis de Baja Califor- nia Sur. Importancia y conservación", en Ricardo Rodrí- guez Estrella, Micheline Cariño Olvera y Carlos Fernando Aceves García (compiladores). Reunión de Análisis de los Oasis de Baja California Sur. Importancia y conservación. cibnor/uabcs/semarnat, México, pp. 1-8. 5 Siqueiros Beltrones, D.A. 2002. Diatomeas bentónicas de la península de Baja California; diversidad y potencial eco- lógico. cicimar/ipn/uabcs, México. ’ Departamento de Economía, Laboratorio de Sistemas Arrecifales, Universidad Autónoma de Baja California Sur folopez@uabcs.mx 2 Departamento de Plancton y Ecología Marina, Centro I nterdiscipl i nario de Ciencias Marinas, Instituto Politécnico Nacional. 11 Avances y perspectivas para LA CONSERVACIÓN DEL TAPIR CENTROAMERICANO en México EDUARDO MENDOZA RAMÍREZ Y JUAN PAULO CARBAJAL BORGES 1 Los tapires ( Tapirus spp.) son mamíferos que tienen una ecología e historia evolutiva fascinante. Con un peso que puede rebasar los 250 kg, los tapires son animales imponentes; sin embargo, en su medio na- tivo (selvas, humedales, bosque de montaña, pára- mos), son inofensivos y se alimentan exclusivamente de tallos, follaje, frutos, semillas y corteza de árbo- les. 1 Tienen un cuerpo grueso con patas relativamen- te cortas y una cabeza parecida a la de un caballo que remata en una trompa larga y flexible que usan para alcanzar y manipular sus alimentos. 2 Son hábiles nadadores y su presencia se asocia a la cercanía de cuerpos de agua dulce. 3 El origen del género Tapirus se remonta al Mioce- no (ca. 20 millones de años) y parece haberse dado conjuntamente en Eurasia y América. 4 Sin embargo, fue en este último continente donde experimentó su mayor diversificación. 5 Los tapires son uno de los po- cos grupos de la megafauna (vertebrados de gran ta- lla) sobrevivientes al gran evento de extinción ocurri- do a finales del Pleistoceno, que se cree fue producto del impacto combinado de la cacería por parte de los primeros grupos tribales que arribaron al continente americano y el cambio climático. 6 Actualmente sólo existen cuatro especies de tapir: el tapir centroamericano ( Tapirus bairdii), presente desde el sur de México hasta el norte de Colombia y Ecuador; el tapir del páramo (7. pinchaque) f restrin- gido a la región de los Andes; el tapir amazónico (7. terrestris) f residente de la mayor parte de la zona tro- pical de Sudamérica y el tapir malayo (7. indicus ) que habita únicamente el sureste asiático. 1 Los parientes más cercanos de los tapires son los caballos, asnos, cebras y rinocerontes que, en conjunto, forman el or- den Perissodactyla. 4 Prácticamente todas las especies de este orden están sujetas a una fuerte presión oca- sionada por la cacería y la pérdida de su hábitat. De hecho, 14 de las 1 6 especies están clasificadas como Tapir registrado por una cámara-trampa en El Triunfo, Chiapas. 12 +-> o co "O O (/) (/) "i— CD Q_ C CD E o o "O CO N CO £ CD E CO o ■o o ■O co O Relación de la familia Tapiridae con otras familias del orden Perissodactyla y el grado de amenaza para las especies de acuerdo con la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación. Pe = Peligro crítico Pe = En peligro Vu = Vulnerable Ca = Casi amenazado Rm = Riesgo menor amenazadas por la lista roja de la Unión Internacio- nal para la Conservación de la Naturaleza 7 (Fig. 1). El grado de amenaza al que este grupo está sujeto queda ejemplificado en el caso del tapir centroameri- cano. Las poblaciones de esta especie, originalmente presentes a lo largo de toda Centroamérica y el sur de México, en la actualidad se encuentran fragmen- tadas y reducidas por el impacto de la deforestación, cacería, enfermedades transmitidas por el ganado y muertes que se producen en encuentros incidentales con humanos. 3 Se estima que la población total se ha reducido en 50% en los últimos treinta años a conse- cuencia de los factores ya mencionados. 8 En México la distribución del tapir incluía los estados de Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Chiapas, Tabasco, Vera- cruz, Oaxaca y Guerrero. 12 Sin embargo, recientemen- te se han recabado datos que indican que sus pobla- ciones están muy reducidas o han desaparecido en Yu- catán, Guerrero, Veracruz y Tabasco. 3 ' 17 El sureste del país constituye una región crítica para la conservación del tapir centroamericano en virtud de la extensión de hábitat adecuado (bosques tropicales y humedales) que aún mantiene y el tamaño de las poblaciones que concentra (según estimaciones, cerca de 50% del total de la población global). 3 En México los estudios sobre el tapir son relati- vamente recientes y aún escasos. Sin embargo, han logrado llamar la atención sobre la importancia de ahondar en el conocimiento de la ecología y estado de conservación de la especie. En este sentido fue rele- vante la formación del Subcomité Técnico Consultivo para la Conservación y Recuperación del Tapir y el Pé- cari de Labios Blancos a cargo de la Dirección General de Vida Silvestre de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales en 2001. 9 Este suceso llevó a la elaboración de un Plan de Acción para la Conserva- ción del Tapir (pace-Tapir), publicado en diciembre de 2009. En el plan se hace una revisión del estado de conocimiento de la especie en el país y se deli- nea una serie de estrategias para lograr su conserva- ción y manejo. En síntesis, los objetivos del pace-Tapir se orientan a definir las necesidades de investigación para llenar los vacíos de conocimiento existente sobre la ecología y estado de conservación de la especie; establecer mecanismos para fomentar la colaboración entre expertos dedicados a la investigación y conser- vación de la especie; determinar acciones para facilitar la conservación y manejo del tapir; y, por último, crear medios para difundir la importancia ecológica del tapir entre el público en general. 9 Dentro del marco delineado por el pace-Tapir han surgido importantes iniciativas tales como las contenidas en el Programa de Monitoreo Biológico y el Programa de Conservación de Especies en Riesgo coordinados por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (conanp). Sin embargo, dado el contenido del pace-Tapir y por los datos arrojados de una reciente revisión es evidente que el actual conocimiento del tapir sigue siendo bas- tante limitado en cuanto al nivel de detalle y cobertu- ra de temas. 3 Por ejemplo, si bien existe consenso en cuanto al papel crítico que desempeñan las reservas de la biosfera del sureste del país (Montes Azules, Sian Ka'an y Calakmul) como refugios para las poblacio- nes de tapir, existe muy poca información acerca de la importancia que tienen reservas de menor tamaño o porciones de hábitat carentes de protección para 13 mantener las poblaciones de esta especie. 3 Asimismo, las escasas estimaciones del tamaño poblacional del tapir generalmente resultan de muéstreos a corto pla- zo y del empleo de metodologías distintas. Esto limita la posibilidad de hacer comparaciones entre sitios y tener un panorama general, en tiempo y espacio, de las tendencias poblacionales de la especie. 3 ' 10 Existe, además, información fragmentaria sobre una variedad de temas, que incluyen preferencias alimentarias, uso de hábitat, ámbitos hogareños, papel de la especie como dispersora de semillas, susceptibilidad a enfer- medades. Estos datos insuficientes — en la mayoría de los casos — restringen la posibilidad de alcanzar con- clusiones generales. Afortunadamente, se están desarrollando, o com- pletándose, proyectos que prometen tener una influen- cia favorable para comenzar a llenar los vacíos del co- nocimiento sobre el tapir en México. Estos proyectos abordan temas como: a) la aplicación del modelado de nicho ecológico para estimar la distribución histó- rica y actual de la especie; 11 ' 12 b ) estudios de campo para determinar la presencia/ausencia de la especie en áreas poco exploradas; c) muéstreos rápidos para esti- mar la abundancia relativa; d) determinación de ám- bitos hogareños y patrones de movimiento; e) análisis genético no invasivo; f) monitoreo de poblaciones; g ) análisis de enfermedades; h) manejo en zoológicos; /) manejo de hábitat y poblaciones ¡n situ. Entre otras, las organizaciones involucradas en estos proyectos son la Universidad Nacional Autónoma de México, el Centro de Investigaciones Tropicales de la Universidad Veracruzana, El Colegio de la Frontera Sur, el Zoológi- co Africam Safari, la Universidad McGill, el Zoológi- co Miguel Álvarez del Toro, la consultaría ambiental dpga y la conanp. Los resultados de algunas de estas iniciativas se presentaron en el III Congreso Mexica- no de Ecología de la Sociedad Científica Mexicana de Ecología 201 1, en el simposio “Esfuerzos coordinados para la conservación del tapir centroamericano en Mé- xico: Antecedentes y perspectivas". Dada la cantidad de proyectos y la relevancia de los temas abordados parece existir un futuro promisorio en cuanto a contar, en el mediano plazo, con una base más amplia de re- cursos humanos e información que permitan tener una valoración más precisa del estado de conservación del tapir. Sin embargo, una posible limitante para conse- guir este objetivo es que los proyectos referidos son en gran medida aún incipientes y surgen más como iniciativas independientes que como parte de un plan coordinado. Los posibles beneficios de establecer una red de colaboración entre los distintos grupos de trabajo son varios y van desde el desarrollo y uso de protocolos estandarizados de muestreo y monitoreo de poblaciones hasta la posibilidad de abordar asuntos complejos que requieren la aplicación simultánea de distintas técnicas de muestreo y análisis (por ejemplo, foto-trampeo, telemetría, modelado espacial y análisis genético no invasivo). Es necesario alcanzar un mejor equilibrio entre las cuestiones abordadas ya que as- pectos tales como la genética del tapir y su monitoreo a largo plazo permanecen rezagados, pese a su impor- tancia para establecer estrategias de manejo. Asimis- El tapir es un excelente nadador e incluso, ante cualquier sensación de peligro, es capaz de sumergirse y desplazarse con mucha agilidad. Fotos: Javier de la Maza 14 | Cámara-trampa Refugio ©0 ® ¿ona núcleo Limites de la Reserva de la biosfera El Triunfo Ubicación de la Reserva de la Biosfera El Triunfo, en Chiapas; su zona núcleo I y localización de las cámaras-trampa (puntos rojos) para el monitoreo del tapir (ver texto). El símbolo en color verde indica la ubicación del campamento El Triunfo. mo, se mantiene la necesidad de despertar un mayor interés por esta especie en el publico en general, por lo que el uso de medios electrónicos puede ser una herramienta muy poderosa. El proyecto en el que participamos se enfoca en el monitoreo a largo plazo y la evaluación del uso de hábitat del tapir en la Reserva de la Biosfera El Triunfo (rbet), en la Sierra Madre de Chiapas. 13 Esta región resulta particularmente interesante para estudiar al tapir por su complejidad ambiental (como el fuerte gradiente altitudinal con gran variedad de tipos de vegetación asociados que van del bosque mesófilo a la selva mediana) y su grado de aislamiento, producto de la fuerte transformación que han experimentado los bosques adyacentes. Este monitoreo se basa en el uso de 25 foto-trampas colocadas a una distancia mínima de 500 metros, dispuestas de tal manera que van de un extremo al otro de una de las principales áreas núcleo de la rbet. Estas foto-trampas generan evidencia directa de la presencia del tapir y ofrecen información detallada de sus patrones de actividad diaria. Cuando la calidad de la imagen es muy bue- na incluso es posible conseguir datos sobre el sexo e identidad del individuo; sin embargo, en la mayoría de las ocasiones no es posible obtenerlos. Por esta razón, y por la necesidad de contar con estimaciones precisas de abundancia, se está explorando el uso de métodos de reciente aparición, como los mode- los de encuentros aleatorios 14 y de ocupación, 15 que han sido aplicados con éxito cuando no es posible la identificación individual. Con esto, se busca ge- nerar información que dé una clara idea del estado de conservación de la población de tapires y sea útil para que la gente encargada del manejo de la reserva diseñe estrategias de manejo de esa especie. En los siete meses que ha durado este monitoreo (equivalen- te a un esfuerzo de muestreo de 3850 días/cámara- trampa) se han registrado 52 fotos de tapir. Cálculos preliminares indican que la abundancia de tapir en el área de muestreo es de aproximadamente 0.09 indi- viduos por km 2 , que, al parecer, hacen un uso parti- cularmente intenso de zonas bajas y con dominancia de selva mediana. Los fundamentos y avances de este proyecto es- tán siendo compartidos con toda la gente interesada a través de un blog 13 y de una red social, 16 con el fin de difundir la importancia de la especie, recabar información (casos de atropellamientos), conocer proyectos similares y establecer vínculos de colabo- ración. La realización de este proyecto ha sido posi- ble al apoyo incondicional del personal de conanp asociado a la rbet. Su ayuda ha abarcado todas las etapas del proyecto, desde el diseño hasta su ejecu- ción, siendo crucial para mantener de manera inin- terrumpida el monitoreo por siete meses, conseguir financiamiento adicional para continuarlo por ocho meses más (con un mayor número de foto-trampas y área de muestreo) y para involucrarnos en actividades de difusión local del proyecto (pláticas en escuelas y elaboración de folletos informativos). 15 En la finca cafetalera Arroyo Negro, en la zona de amortiguamiento de la Reserva de la Biosfera El Triunfo, se llevan a cabo actividades de monitoreo de la población de tapir y de vigilancia para evitar la cacería furtiva. Fotos: Efraín Orantes En ultima instancia un plan de acción que permita mantener a largo plazo las poblaciones silvestres de tapir, e incluso recuperarlas donde han sido comple- tamente extirpadas, requiere un esfuerzo coordinado que involucre la formación y colaboración de gru- pos de expertos en distintas disciplinas (monitoreo de fauna, análisis estadísticos, análisis genéticos, per- cepción remota, sistemas de información geográfica, difusión de la ciencia, manejo comunitario, manejo de reservas, veterinaria, entre otras) y la participación de instituciones de investigación, de gobierno, no gu- bernamentales y las comunidades locales. Las bases para este plan de acción están sentadas; sin embargo, queda un importante trecho por avanzar en su conso- lidación y puesta en práctica. Agradecimientos Al doctor Miguel Martínez Ramos por su apoyo para la realización de este proyecto; al Cleveland Metro- park Zoo y a conacyt por su financiamiento. Bibliografía 1 Brooks, D., R.E Bodmer y S. Matóla (eds.). 1997. Tapirs. Status Survey and Conservation Action Plan. (English, Spa- nish , Portuguese.) iucn/ssc Tapir Specialist Group, iucn, Gland, Suiza, y Cambridge, Reino Unido. Disponible en http://www.tapirback.com/tapirgal/iucn-ssc/tsg/action97/ cover.htm. 2 Mendoza Ramírez, E. 2010. "El tapir: representante ances- tral de una tierra de gigantes", en Revista Ciencia y Desa- rrollo 3 6(240): 6-11. 3 Naranjo, E.J. 2009. "Ecology and Conservation of Baird's Tapir in México", en Tropical Conservation Science 2: 140-158. 4 Hooker, J.J. 2005. "Perissodactyla", en K.D. Rose y J.D. Archibald (eds.). The Rise of Placental Mammals. Origins and Relationships of the Major Extant Clades. The Johns Hopkins University Press, Baltimore, pp. 199-214. 5 Janis, C.M. 1 984. "Tapirs as a Living Fossil", en N. Eldred- ge y S.M. Stanley (eds.). Living Fossils. Springer Verlag, New York, pp. 80-94. 6 Barnosky, A.D., P.L. Koch, R.S. Feranec, S.L. Wing, y A.B. Shabel. 2004. "Assessing the Causes of Late Pleistocene 16 Extinctions on the Continents", en Science. New Series 306(5693): 70-75. 7 iucn. 201 1 . iucn Red List of Threatened Species. Versión 20Ü.Í. Consultado en http://www.iucnredlist.org, el 21 de julio de 201 1 . 8 Castellanos, A., C. Foerester, D.J. Lizcano, E. Naranjo, E. CruzAldán, I. Lira Torres, R. Samudio, S. Matóla, J. Schip- per y J. González Maya. 2008. "Tapirus bairdii", en iucn Red List of Threatened Species. Versión 20 i i. i. Consulta- do en http://www.iucnredlist.org, el 27 de julio de 201 1 . 9 Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. 2009. Programa de Acción para la Conservación de la Es- pecie: Tapir Centroamericano (Tapirus bairdii). Disponible en https://docs.google.com/viewer?a=v&pid=explorer&ch rome=true&srcid=0B4QXYW6LBy%20LUMWYyMTYzM zctMGIOMiOONGQwLThiZWUtOTBkZjM40DA1 OGMz &hl=en_US 10 Pérez-Cortés, S., y E. Matus Pérez. 2010. "El tapir Tapirus bairdii en la región sureste del Área de Protección de Flora y Fauna Bala'an Ka'ax, Quintana Roo", en Therya 1(2): 137-144. 11 Mendoza, E., T. Fuller, El. A. Thomassen, W. Buermann y T.B. Smith. "Testing the Effectiveness of the Mesoamerican Biological Corridor for the Conservation of Biodiversity: The Case of Tapirs in Southern México. En revisión. 12 Nolasco, A.L., I. Lira y G. Ceballos. 2007. "Ampliación en el área de distribución histórica del tapir ( Tapirus bairdii) en el Pacífico mexicano", en Revista Mexicana de Masto- zoo logia 1 1 : 91-94. 13 http://tapirmexico.blogspot.com. 14 Rowcliffe, J.M., J. Field, S.T. Turvey y C. Carbone. 2008. "Estimating Animal Density Using Camera Traps without the Need for Individual Recognition", en Journal of Applied Ecology 45: 1228-1236. 15 MacKenzie, D.I., y J. D. Nichols. 2004. "Occupancy as a Surrogate for Abundance Estimations", en Animal Biodi- versity and Conservation 27(1 ):461 -467. 16 http://www.facebook.com/groups/tapirmexico. 17 Comunicación personal con C. Mac Swiney. 1 Centro de Investigaciones en Ecosistemas, Laboratorio de Ecología de Poblaciones y Comunidades Tropicales, Universidad Nacional Autónoma de México. mendoza.mere@gmail.com elcoacervado@gmail.com Nueva página web Mares mexicanos www. b i odi vers i dadgob. mx/pa ¡s/ma res/ Mediante el Sistema Satelital de Mon ¡toreo Oceánico (SATMO), el Portal Mares mexicanos proporciona un seguimiento continuo de la temperatura superficial del mar y de otros parámetros basados en el color del océano, capturados a partir de imágenes satelttales recibidas en la estación terrena de la CONABIO. Computólos cte promedio mensual fiara Fel>rero-2GÜ9 de la Temperatura Superficial del Mar, generados a partir de imágenes satelitales MODIS/Aqua recibidas en CONABIO, Arrecifes Mares mexicanos incluye los trabajos que se realizan en el proyecto piloto dentro del Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos, Quintana Roo, para obtener la distribución espacial de los arrecifes coralinos someros y de otros hábitats, además de un mapa de profundidades, a partir de información satelital apoyado de datos in situ. • Fotos tomadas durante el trabajo rea I izado en agosto de 201 0 en el Parque Nacional Arrecife de Puerto Morelos, Nueva página web Corredor Biológico Mesoamericano - México www.biodiversidacl.gob.mx/corredor/cbmm/cbmm.html Objetivos - Fortalecer las capacidades locales en el uso sustentable de los recursos naturales y promover su conservación para que las futuras generaciones puedan aprovecharlos. - Servir como instrumento para que los recursos públicos apoyen a las comunidades y a la conservación de la biodiversídad. Aprovechamiento sustentable El CBMM apoya iniciativas que brindan oportunidades económicas para el mejoramiento de la calidad de vida de las familias que habitan en los diferentes corredores, bajo esquemas de uso sustentable de los recursos. Nombre: Antonio Pastrana Área de estudio: Proyectos de imagen visual Trayectoria profesional: Antonio Pastrana nació en la ciudad de México el 30 de agosto de 1972. Desde su infancia tuvo la oportunidad de conocer diversos sitios y rincones de México donde el contacto con la flora y fauna le permitió estrechar un fuerte vínculo que hoy se plasma en grandiosas fotografías de naturaleza, mismas que capta para difundir y promover el cuidado de los recursos naturales de México. Antonio ha participado en diversos proyectos de imagen visual, así como de identidad corporativa, siendo un elemento fundamental las imágenes de especies como el lobo mexicano, el jaguar, el jaguaroundi, entre otros. Se ha destacado como un fotógrafo de naturaleza que presenta la ¡dea, define los conceptos, desarrolla el proyecto para entregar soluciones o productos finales. Contacto: antoniopastranam@gmail.com 19 Biodiversidad en Puebla LIBROS LIBROS LIBROS La Secretaría de Sustentabilidad Ambiental y Ordena- miento Territorial junto con la conabio iniciaron el proceso de la Estrategia Estatal de Conservación y Uso Sustentable de la Biodiversidad. Tras un esfuerzo de co- laboración sin precedentes, en el que participaron 31 instituciones estatales, nacionales y extranjeras y más de un centenar de autores, se publicó La biodiversidad en Puebla. Estudio de estado , obra que constituye el compendio más completo y actualizado de información sobre la diversidad biológica de esa entidad. El Estudio está conformado por un capítulo introductorio, 12 ca- pítulos con sus respectivos anexos, referencias biblio- gráficas y resúmenes curriculares de los autores. Cada capítulo consta de una introducción, cuadros, figuras y estudios de caso, que ayudan al lector a tener una comprensión integral de la obra. Respecto a las fuen- tes de información sobre la biodiversidad de Puebla, se utilizaron los 75 953 registros del Sistema Nacional de Información sobre Biodiversidad de México de la co- nabio. Sin embargo, la principal fuente de información fue el conjunto de datos recabados por los investigado- res de las diferentes instituciones que colaboraron en la presente obra, llegando a 6026 especies pertenecientes a diversos grupos biológicos. LA BIODIVERSIDAD EN PUEBLA ESTUDIO DE ESTADO CONABIO Gobierno FEDERAL Conoce la riqijeza NATURAL DE MEXICO BIODIVERSIDAD lili M EXICANA J www.biodiversidad.gob.mx La misión de la conabio es promover, coordinar, apoyar y realizar actividades dirigidas al conocimiento de la diversidad biológica, así como a su conservación y uso sustentable para beneficio de la sociedad. secretario técnico: Juan Rafael Elvira Quesada coordinador nacional: José Sarukhán Kermez director de comunicación: Carlos Galindo Leal Sigue las actividades de conabio a través deTwitter y Facebook Biodiversitas es de distribución gratuita. Prohibida su venta. Los artículos reflejan la opinión de sus autores y no necesariamente la de la conabio. El contenido de Biodiversitas puede reproducirse siempre que se citen la fuente y el autor. Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor: 04-2005-04071 6240800-1 02. Número de Certificado de Licitud de Título: 1 3288. 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