re SR TR 4 ña y e! de y a* d ' l Ax á me: Y v : 4 wi % 3 y 74 “5 38 lo ae o o e E a és 7 MPA pas PAULA 1 Sm a” FE A SON: PARRA OMA IAN OA IAN AAA. AA » w XA nl ORIO 0 v 6D SAMA AL ARA AO AAA TA AA xRAEAAÓAXA da S e el A xo pe A E ALA Lp Ad y ra Far E O dd ia rs e EA y MI rl - En Á Area AY rue E Es 1 A 4 ANALES DE HISTORIA NATURAL, MES DE JUNIO DE 1800. TOMO SEGUNDO. DE ORDEN SUPERIOR. MADRID EN LA IMPRENTA REAL. POR D. PEDRO JULIAN PEREYRA , IMPRESOR DE CÁMARA DE S. M. AÑO DE 1800. — 4 EA E EROS = gaviode ÓmOr S MATERIALES + PARA LA HISTORIA DE LA-BOTANICA/ POR D. ANTONIO JOSEPH CAVANILLES. L, Botánica, cuyo objeto es el reyno. vegetal, ha sido en todos tiempos la ocupacion: de varios Filó. sofos. Halláron unos en las plantas remedio para mu» chas dolencias; otros alimento sano y. substancioso; otros. en fin dulce recreo , ya exáminando la consti» tucion íntima de los vegetales, ya los órganos con que:se reproducen, ya las bellezas y usos de cada una de sus partes. Á pesar de ser inumerables los que cu: bren la superficie de nuestro globo, ó-vegetan en las. aguas ; de embelesar su estudio ; y de ser irresistible el atractivo que produce, fuéron muy lentos los pro+ gresos de esta ciencia, cuya infancia duró: hasta el - siglo: pasado. Vióse limitada por muchos siglos á un corto nímero de plantas medicinales, descritas sin método, sin principios sólidos, sin arte , y con nombres muy diversos de los actuales; por cuya razon quedá- ron:poco menos que inútiles las obras botánicas de Hi» pócrates, Nicandro * y Teofrasto. Igual suerte tuvié- 1 Pedro Jayme Esteve , Médico Valenciano , dió en 1552 su elegante traduccion látina en verso de la obra de Nicandro ti- tulada Theriaca. Añadió para su inteligencia eruditas motás, y aquellos conocimientos botánicos que se podian 'tener entonces: determinó la nomenclatura de muchas plantas en-latin,y valencia- no; pero confesó que era imposible determinar otras en mayor número de las citadas por Nicandro. El. título de la obra de Es- teve es: » Nicandri Colophonii poete $ medici antiquissimi cla? »rissimique Theriaca. Petro facobo Steve medico Valentino inter » prete S enarratore.” Valentiz 1552. vol. 1. 12, 97 A 2 4 2 HT ANALES!. ron las de los Romaños hasta Plinio, en cuyo tiempo se llegáron 4 conocer mil plantas. Iba descuidándose la Botánica 'al paso que se arruinaba el Imperio Ro- mano , y casi llegó á olvidarse de todo punto hasta que los Arabes intentáron sacarla de la obscuridad, ya comentando los autores antiguos, ya dando algunas producciones propias que tenian la misma confusion y 'falta derexáctitud que las de los autores que'les precediéron. A la época de los Arabes se siguió la de la ignorancia universal. Un velo espeso cubrió los monumentos científicos de la antigitedad : una in- dolencia, grata á los hombres de aquel tiempo , se apoderó del espíritu humano, ocupado enteramente en destruir y degradarse , siguiendo así hasta bien en- trado el siglo XV; época feliz en que renació y se acrisoló el buen gusto; en que volviéron 4 parecer “las ciencias, que desfiguradas ú olvidadas hasta en- tonces, tomáron nuevo aspecto con la meditacion, ex- —periencia y trabajos improbos de los sabios. - - Desde entonces se dedicáron muchos á la Botá- nica, creciendo sin cesar el gusto y el número de los aficionados ; los quales no contentos con los vege- tales que les ofrecia su patria, salian á buscar otros en paises extraños , publicándolos despues en benefi- cio público. Asílo hiciéron Clusio, Turner, Guilan- dino , Camerario , Alpino , Columna y otros muchos, distinguiéndose los dos hermanos Juan y Gaspar Bau- hino, que se esforzáron en desterrar la confusion que habia en la nomenclatura de las plantas. Mas no bas- taba esto para que la Botánica se contase entre las ciencias verdaderas: era aun indispensable “cimentarla con fundamentos sólidos ; separar las plantas en gru- pos que facilitasen su conocimiento; descubrir un mé- todo apoyado en la naturaleza, esto es, en el fruto y DE HISTORIA NATURAL. 5 flor de los vegetales. Conoció Gésnero *.cón anticipa: cion esta necesidad 5. pero Cesalpino tuvo la gloria de publicar en 1583 el primer sistema. Viéronse despues en el siguiente siglo «los: de Ray. , Morison, Hermann y Rivino que á porfía se esmeraban en perfeccionar la ciencia. Procur3bao otros. aumentar el ya crecido número de plantas viajando por la Europa é Indias, distinguiéndose entre ellos Hernandez ?, Barrelier, Bo= cone, Runfio, Magnol;,;Camelio ;¡Sloane y Plukenet, que diéron un crecido;púmero de estampas ; bien que todas imperfectas , pofque carecian- de las partes de la fructificacion; defecto perdonable en aquel tiempo, pero reprehensible en; nuestros dias por el diverso -es- tado de la cienclavorónió 2ovsun 242 $ 2) dana Así se acopiaban, materiales ¡para el. grande, edifi- cio que debia levantar en Francia; Tournefort.. Se 2 ) FJ) AA “1 * Conrado Gesnero nació en Zurich:el dia 26 de Márzo de 1516: viajó por la Francia, Ttalia y Alemania , y murió en 13 de Diciembre de 1565. Quedáron “inéditas, susí obras botánicas hasta que Casimiro Christóbal Schmiedel las publicó en 1751 en un gran tomo en folio con muchas estampas preciosas. Su título es Conradi Gesneri opera botanica. Norimbergé' 1781. ¿013 2 Habiendo pasado Francisco Hernandez ¿ Nueva: España por órden de Felipe II para descubrir las.riquezas naturales. de aquel reyno , desempeñó cumplidamente su comision, y compuso 17 to- mos en folio, que contenian las descripciones 'y dibuxos de lo perteneciente á los tres reynos de la naturaleza, como tambien 4 las antigiiedades y geografía. Pereció, este. tesoro en el incendio del Escurial ; y quando se, creian perdidas enteramente las: obras de este sabio, el difunto .D. Juan Bautista Muñoz encontró en la biblioteca de S. Isidro de esta Corte cifico tomos manuscritos, con emiendas de la propia mano de Hernandez. Don Casimiro Gomez Ortega publicó en 1790 lo perteneciente al reyno vegetal en tres tomos en 4.” Esta 'obra,, como las escritas en su siglo ,'ni tiene descripciones científicas , ni los caracteres indispensables para reco- nocer las plantas ; defectos que hubieran sido «menos notables sin la pérdida irreparable de los dibuxos originales, +» LOY acercaba el vtiempo:, y pareció bu fin-aquel hombré privilegiado; reformador de la Botánica, que superior - do sus predecesorés-en'los conocimientos de esta cien: cia , publicó envr694 su claro y fácil sistema, com- puesto de veinte y dos'clases, fundadas generalmente en la' consideracion de las corolas'; y'subdivididas se- gun la forma y naturaleza deilós frutos. Fue recibido - este. sistema con entusiasmo, y“adoptóse generalmen- teen Europa: El Padre Plumierrle dió nuevo realce con la multitud “de “plantas que descubrió en Amé- rica , describió 'y “dibuxó perfectamente en muchos tomos, la mayor parte inéditos, que ví con sumo gusto :en Paris. El' célebre "Michel Florentino dis; puso tambien sus nuevos géneros segun el sistema de Tournefort; y"el Padre: Feuillé las plantas que observó én' el' Perú y Chile: “Otros botánicos 'ilus tres, contemporáneos de estos sabios, siguiéron 1gual- mente;sus máximas, mientras que algunos descubrian nuevas sendas «y aumentaban las luces que brillaban en Europa. Muchos “años despues de la muerte de Laguna *, que vió con mas claridad, que los anti- guos el modo. de fecundarse , y: los sexós de las plan» tas ; manifestó. Vaillant con 'expériencias proplas es- tós “mismos sexos, y el admirable "modo con que el polvo fecundante se ddesprendia de las anteras ; ver- dadesinconcusas que se. obstinó .en- negar Pontedera en:1720 ?, quando'otros muchos las fortificaban y ex- tendián con nuevas observaciones. Estas y la multi- r 14.14 tud de plantas nuevas, cuyo número: se aumentaba cada dia, hiciéron ver que el sistema, de Tournefort, 1914 Andres Laguna murió en 1560, y Sebastian Vaillant na- ció-en: 1669. Este murió en Paris en 1722. 5 . avi Amthologia sive de floris natura libri tres. Patavil 1720. 1. vol. 4. 20LGIM k : : DE HISTORIA NATURAL. 7 aunque claro y lleno de principios luminosos., tenia, grandes defectos ya. en la. division de, vegetales en ára' boles, arbustos y yerbas, opuesta a las afinidades. na» cite ala identidad: de géneros, cuya fructifica-! cion exígia quedasen: reunidos ; ya en- señalar, límites: que no existen entre las corolas campaniformes é in-, fundibuliformes ; ya en! creer regulares. y «de muchos: pétalos todas las liliáceas, cuya clase: determinó Tour»: nefort ¡contra sus principios recurriendo-al fruto. Así: pues para mejorar los fundamentos de la «ciencia, ha= cerlos ¡universales :4 Jas plantas: conocidas y:.4/ quantas. puedan descubrirse, y darles la solidez.correspondiens te , trabajaban en secreto muchos sabios,, exáminando: sin cesar la naturaleza de las +plantas ,' los: órganos de la generacion, y los frutos con que se reproducen. Muy presto. se viéron admirables efectos de:estas ta-' reas y meditacion en los sistemas que.publicáron Lin= neo, Royen, Haller y Gleditsch ; en ¿las «disertacio= nes con que los partidarios de:cada uno de estos ó pre- tendia debilitar el de los contrarios, ó fortificar el que sostenía ¿y «mientras se acaloraban los afectos para acrisolarda verdad, perfeccionaba su sistema Bernar- do de Jussieu. Este y el de Linneo han logrado cele- bridad , y deellos han nacido:las dos grandes escue- ' las seguidas en Europa , mejoradas hoy dia con refor- mas útiles y observaciones importantes, y por lo mis- mo piden una atencion particular. + Parecería injusto hablar de Bernardo de e ussieu sin acordarse: de sus dignos hermanos Antonio y Jo- seph, y de su:sobrino Antonio Lorenzo , familia céle- bre en los.fastos de la Botánica , infatigable en: sus es- tudios , feliz en descubrimientos , y recomendable por su trato afable, franco y lleno: de candor, Nació An- tonio en 1686, y a los veinte y quatro años de-su . 3: | SANUTAN ANALES: edad fue q profesor de Botánica y sucesor de Tournefort; honores que inflamáron de nuevo su pa= sion 4 las plantas; bien pagados despues con los descu=. brimientos que hizo en su viage por la España, y Por-: tugal,, y con las máximas que supo inculcar á. sus dis- cípulos. Joseph, el menor de sus hermanos, se-sacri- ficó gustoso en: :beneficio: de. la ciencia, iatiado toda especie de riesgos, y. sufriendo incomodidades por espacio de treinta y seis años que duráron sus via- ges por el Perú y otras provincias de nuestra: Améris ca, de donde: traxo multitud de vegetales «nuevos, preciosos dibuxos, y exáctas descripciones. Bernardo llegó muy jóven 4- Paris ¡para concluir sus estudios. - Discípulo: de Antonio:»y: compañero en sus viages aprendió la ciencia tan grata como honrosa 4:su fami- lia; y antes de cumplir veinte y seisañosabrió á los Botánicos nuevas sendaspara descubrir los órganos de las criptogamas ¡señalando él el sitio donde estaban los. de la Pilularia : demostró luegola fructificacion del Lemma ; poco despues el verdadero género de la Littorella tenida hasta:entonces por Jlanten; y con- tinuando icon teson y felicidad sus investigaciones , re- gistró detenidamente todas las partes de: los vegeta- les, perfeccionó. los conocimientos de sus predeceso- res y contemporáneos , é imaginó el sistema: de fami- lias ó de afinidades naturales. Es cierto que-Magnol, Gerard y el gran Linneo 'diéron materiales para este edificio; pero Bernardo fue sin disputa el primer ar- quitecto que presentó el plan, y lo executó en el jar= din de Trianon en 1759. Allí depositó el fruto de sus meditaciones; pero mejoradas cón el tiempo, y aumen- tadas con nuevos descubrimientos é «ideas, las. confió todas:á su sobrino, como el labrador la semilla ás un suelo fértil, para que á su tiempo dé frutos. sazonados: Ml, | DE HISTORIA NATURAL. | 9 "Tales fuéron á:la verdad los que publicó: su: so-. brino en 1789 enla preciosa obra * , alabada con ra- zón' por nacionales y extrangeros ?. Desplegó en ella, él plan concebido, y en parte redlizado por el 2: Bernardo, que aumentó con descubrimientos pre y profunda: meditacion; y apoyando principal bleas te en los caracteres primarios que: fixó en la insercion: de los estambres, disposicion mútua de estos yodel pistilo, situacion de la corola :stamnifera y número de cotyledones seminales, lo creyó capaz de abrazar la cadena inmensa de los vegerales'á a pesar de quedar aun infinitos desconocidos. ¡Qué idea tan sublime si no ha- Hase contradicciones *; si no: excediese las fuerzas. de muestro espíritu quando se comparan con las incalcu- lables de la naturaleza'!- Conforme 4 sus: principios separó el reyno vegetal en tres grupos principales, di- vision indicada por la diferencia natural «de las semi- Jas, que son acotyledones , monocotyledones. y dicoty- ledones + y mirando al primero como á una sola cla- se, dividió los dos restantes en catorce. No se detuvo en la forma , figura y número de las partes sexúales, que varían con freqijencia; sino en la insercion de los - 1 Genera plantarum secundum ordines naturales disposita. Paris 1789. 2 Celeb. Ant. de Jussieu librum nuper edidit sub titulo Ge- nera plantarum secundum ordines naturales disposita , quo doc- tiorem vix umquam videbit orbis botanicus. Smith Plant. Icon. fasc. 2. pag. 56. 3 Entium re verá nequit continuata stabiliri series, nisi prius innotuerint omnia. Ant, Lau. de Juss. Introd. in hist. plant. pag. XXXVI 4 Quando las semillas confiadas á la tierra empiezan á entalle- cer , arrojan una ó dos hojuelas. En el primer caso se llaman »mo- nocotyledones, y en el segundo dicotyledones : quando no arrojan hojuela alguna acotyledones. e 10 Zo ANALES estambres respecto del pistilo; y como estos puedan estar insertos ó debaxo del pistilo,'Ó.al rededor ó eh»: cima , resultan por precision tres clasés de plantas mo-: nocotyledones. Dividió las dicotyledones en mayor, - número de clases, porque algunas. de ellas carecen de corola ; otras la tienen de una pieza ,: y en ella.iny sertos los estambres : otras en fin de muchas piezas sim. sostenerlos:: Formó tres clases de las plantas sin corola;, separandolas segun la varia insercion delos estam»-, bres respecto del pistilo. Quatro: de aquellas , cuya, corola es ide una pieza, atendiendo al modo con que esta se halla inserta: en órden al pistilo; y subdivi- diendo: en' dos las: que la tienen superiof «segun que sus anteras se hallen reunidas .ó libres. Tres de las de muchos pétalos ó piezas, que:separó mútuamente por tener los :estambres insertos debaxo del pistilo, ó al rededor: ócencima. Y una en fin destinada. 4 los vege- tales, cuyos estambres se hallan en diferente flor de los pistilos; como se ve en la tabla siguiente. DE HISTORIA NATURAL. 11 AABLA BELIMETODO NATURAL dar esrtato: enakras AAA ES nd da 2. ' “DE ANT. LOR. DE JUSSIEU. bed ób Diana si epicI9ó eso 23D017 - - OR * m E y o inotyariberi rg ob eopaesl AcotyledoneS.p. ere prerntereciporecre rencia epa ias repens gecirenoso Clase ñ 5 y ¿Estambres hypOgynos “eomeasosa 1L q de : 3 E "perig/ MOS» cono...» JU « hr y JN e HT "EpÍgy DOS» aicconaposis IV sup nlonsbiyg roo nndos1oyEstambres Ne AS “pr POR an: + Sin “gOrOlai..... . : p | ¿HPRUBy nOs... p0... $ m0 , ' » br, BAN Ñ y res Et . Es e a diisSi“ - DJiD , y e - $ E 144 Subdividió despues las quince clases” en cien ór- denes ó familias; y en estas ordenó los mil setecien- tos- cincuenta y quatro géneros que conoció al publi- - Car“ su obra. Llámase natural este. método Ó siste- ma':'19 porque se funda en'la constante” conforma» cion delas semillas'; modo de desplegar sus hojas se< minales , y situacion “réspectiva de los órganos de la generacion: 22 porque las clases son los resultados de hechos' náturales y uniformes: 32 porque los órdenes Ó' familias tienen caracteres determinados. Pero 4 pe- sar del 'ímprobo y'landáble trabajo de Jussien, aun queda incompleto este sistema buscado en vano por 1 Estambre hypogyno se llama quando está inserto debaxo del pistilo : perigyno quando al rededor : epigyno quando encima. :. 12 AJILMJIANALES el mismo Línneo *, e lorterional por alison 2, ilus- trado por Lamarck 3, Ventenat *-y otros sabios. La freqiente 1 interimpcion. de la cadena que debia enla- zar todas las producciones vegetales; la multitud de géneros que despues de tanta meditacion quedan fue- ra de las clases y familias, y que el mismo de Jussicn llamó incerte :sedis genera ; las varias opiniones de los famosos partidarios de este sistema sobre la colo- cacion de algunos géneros, prueban con evidencia que dista aun mucho de la perfección: “Y quando se llega- sed conseguir, lo que parece imposible, ¿deberá pre- ferirse 4 otros: sistemas para la, instruccion pública, para los que empiezan el estudio de la Botánica ? ¿No debe hacerse esta” pregunta respecto 4 los profesores; porque á estos presta; poderosos auxilios¡aun en el es- tado en que hoy dia se halla, y es sin duda el mas fi- pco de todos. Volvamos al año 1738 en qué se publicáron las primeras obras de aquel sabio, á quien las ciencias na- turales, y con especialidad. la Botánica, deben;su au- mento, precision y claridad; de aquel que: hizo. en la: nomenclatura, de las plantas una reforma. tan, útil como necesaria; que entrando en el santuario dela ciencia, y sorprehendiendo por decirlo así, 4 la, natu- raleza en sus obras mas ocultas , supo abrir un cami- no nuevo ; revelar .secretos. antes desconocidos, y ad- mirar al orbe literario con multitud de' escritos, «is e. snin4 DL Linn. class. plantarum. an. 17 93. Familles des plantes. Paris 1763. 2. vol. 8. Lamarck dict. encyclop. vol. 2. p.32+-' y Tableau du regne vegetal. Paris:1799- 4» Sal 8. LD 0 N um DE HISTORIA NATURAL, 13 do en las plantas el modo de reproducirse por:lacon- currencia de lós sexós , conforme 4 los demas vivien- - tes. Los antiguos ignoráron de todo punto la verda- dera fisiología “de los sexós de las plantas. Distinguió Herodoto * las palmas machos' de"las hembras , é in- sinuó el modo de fecundarse, pero con obscuridad, y sin extender la consideracion á los demas vegetales, Refirió Teofrasto esta opinion, y «aunque botáni- co ño supo investigar en otras plantas los sexós que le indicó Herodoto. Copió despues Plinio.4 Teofras- to, y por tradicion sola y sin exámen afirmó que en las yerbas existian ambos sexós. Quedó así oculto mu- chos siglos este admirable misterio de la naturaleza hasta que en 1548 empezó 4 correr el velo nuestro 1. Pontedera en su Anthologia puso en clara luz hasta donde legáron los conocimientos de los antiguos en este ramo. En el li- bro 2. cap. 18. despues de copiar el texto original de Herodoto, lo traduce así: » dum mascula palma floret , spatha (¿mvolucro quo ».flores br embryonesin feminis continentur) abscissa qua flores emer- » gunt, protinus ut lanuginem éx florem 6 pulverem continet, su- » per feminz fructum decutiunt. Tlla sic ea aspersione afficitur, ut » suos fructus nullo pacto amittat, sed cunctos conservet. Unde fit » ut gemino adjumento mas esse feminz valeat. Fructiferam epim - » feminam vocant. Sed alterum- veluti coitus: alterum alia ratione » contingit.” Prueba despues en el cap. 32.p3g. 169. contra Bodeo de Stapel que Horodoto tuvo mas mérito en este asunto que Teo- frasto , porque aquel nos dexó escrito lo que él mismo vió, y Teofrasto lo que le contáron, pues dixo: quippe apud Babylo- nem , ubi palme nascuntur, sic esse affirmant. Y en fin hace pa- sar 4 Plinio por: mero copiante, y lo.prueba con las palabras si- guientes sacadas del libro 13: de su Historia natural cap. 4.» Ar- » boribus, imo potius omnibus quz terra gignat, herbisque etiam, »'utrumque sexum'esse diligentissimi mature tradunt.” Con estos documentos tan débiles, apoyados ¡con.los descubrimientos de Vai- llant, pretendió el Señor Sorreau (Magacin Encyclopedique n. 6. premier Thermedor an.7.pag. 251.) quitar á Linneo la gloria de ser autor del sistema sexúal, 14 JASUTIAANA RES 5 30 Laguna, afirmando que en las. plantas:se encuentran ambos" sexós del mismo modo que.en los anima, les *, Corriéronlo.mucho mas. los célebres Vaillant 2.y; Grew 3, determinando «el -uso de las anteras, y ; del polvo. fecundante 5 y. luego Patricio. Blair con' otros que cita en su ensayo sobre la generacion de las plan» tas +, aclaró esta doctrina sin reducirla 4 principios, sin formar sistema. Linneo fue el primero, que con- siderando los Órganos de la. generacion como. partes esenciales y constantes dé los vegetales, buscó en, ellos y halló caracteres ciertos para su sistema , que separó en veinte y quatro “clases fundadas en el número, proporcion y situacion de los estambres respecto al érmen ; en ser ó no las flores visibles,y hermafrodi: tas, y en la reunion de los estambres y de las ante- ras. Conforme á estos principios colocó en la primera clase las plantas, cuyas flores son hermafroditas, y tienen un estambre : en la segunda las que tienen dos, siguiendo así hasta la décima inclusive segun el mú- mero de los estambres. Puso en la undécima aque- llas, cuyas flores tienen de once á diez y nueve es- 1 Reperitur etiam, ut in animalium generibus, sic sexus uter- que in stirpibus..... Si ex fragrantia masculi' portio aliqua ad femi- nam ventorum beneficio pervenerit, ipsius féminz: fructus cito ad maturitatem perveniunt. Andres de Laguna en la' pág. 494, que hace parte de su dedicatoria al Cardenal Obispo de Jaen D. Pe- dro Pacheco, la qual está en la obra intitulada «Epitome (Gzaleni operum. Lugduni 1643. fol. 0 SÍ Laguna dió tambien "la traduccion castellana de Dioscorides, ilustrado con claras y 'substanciales anotaciones, como él dixo, en un tomo en folio impreso én Salamanca en 1566. 0 2 Vaillant: sermo de flortum structura pag: 9. Véase la carta primera de Connubiis forum del Doctor Mac-Encroe impresa en Leydem en 1727 al frente del Botanicon Parisiense de V aillanto Véase la pág. 268 dé Blair. AE mias 4 Botanick essays in two parts. London 1720. 1. vol. en 8.2 DE HISTORIA "NATURAL. 15 tambres : en la duodécima las que los tienen en ma- yor número insertos en el cáliz; y en la décimater- cia aquellas, cuyos estambres iguales en número 4 la precedente tienen diversa insercion. Para formar las dos siguientes consideró la desigualdad y propor- cion mútua de los estambres libres, y ordenó en la dé- dos de ellos mas largos «que los otros; y en la décimaquinta las que. tienen seis, de los quales los dos opuestos son siempre mas «cortos. Distribuidas así las plantas de flor hermafro- dita y de estambres libres , repartió entre las cinco siguientes las que los tienen reunidos de algun mo» do. Quando los filamentos forman un solo cuerpo , que Linneo llama Monadelphia , pertenecen á la clase dé- cimasexta: quando dos á la décimaseptima : quando mayor número de cuerpos á la décimaoctava : quan» do los filamentos quedan libres y las anteras unidas pertenecen á la décimanona : y si los estambres se hallan sobre el pistilo y unidos á la vigésima. Dis- puestos así los vegetales de flor hermafrodita, puso en las tres clases siguientes los que la tienen de otro modo, á saber, 'en la 'vigésimaprima los que en un mismo pie ó individuo tienen flores de diferente se- xó: en la vigésimasegunda los que las tienen mas- culinas en un individuo , y femeninas en otro: y en la vigésimatercera aquellos que tienen flores de un sexó mezcladas con hermafroditas en un mismo in- dividuo:ó en diversos, Destinó en fin la última cla- se Ó vigésimaquarta que llamó Cryptogamía para la multitud de las plantas, cuyas flores reputó invisibles, que corresponden á las _Acotyledones de Jussien. Tal es el sistema que dió 4'su autor celebridad, partidarios, envidiosos: y enemigos. Distinguióse en- 16 LAVTANADES?275 ' dl DE tre estos últimos Siegesbeckio *, el qual desenten- diéndose de las bellezas , y ofuscado por la nueva y brillánte luz de las obras de Linneo, le persiguió sin decoro como han hecho los Zoylos: mordaces ; que afectando zelo por las ciencias, retardan sus progre- sos , é intentan desalentar a los literatos honrados ?. ¡Como si los hombres pudiesen dar perfecciones acaba- das! y mas quando se trata de medir.sus débiles fuer- zas cón la multitud de seres naturales; quando se- in- tenta encadenar las infinitas formas , los resortes sin número , los secretos admirables de la naturaleza. Es esta superior á nuestro espíritu , y para conocer par- te de sus producciones , qual es el reyno vegetal, es preciso fixar con freqiiencia puntos, donde descansan- - do el que lo exámina, tome fuerzas para continuar sus investigaciones; es indispensable adoptar un mé- todo ó sistema. Tiene el de Linneo defectos, mas puede mejorarse. Las «palmas por exemplo que dexó fuera de las clases, se reducen á alguna de ellas se- gun el número de estambres, de su insercion y demas caracteres. Ya se han suprimido algunas clases como inútiles y aun perjudiciales al sistema, habiendo prac- ticado esta reforma el mismo hijo de Linneo; el qual enseñado por la experiencia , como dixo en la. intro- duccion á su Suplemento 3, suprimió como. perju- dicial la Polygamia, que era la: vigésimatercia del sis. tema sexúal. Por la: misma razon: Olao Swartz.su- 1 Juan Jorge Siegesbeck , Aleman y Prefecto del jardin de Petersburgo , publicó en 1736 Hort. Petropol.: en 1737 Bota- nosophix Siegesbeckiane, 8 Epicrisis in systhema plantarum se- xuale Linnxi:en 1741. Vaniloquentia, >: | . 2 - Véase el exámen que Juan Browallio hizo de la Epicrisis en 1739- 3 -Supplementum plantarum. Brunsvige 1781. 1. vol. im:8,2 DE HISTORIA NATURAL. 17 _primió «la Monvecia ; Dioecia y Polygamia *, y Thunberg ? y Willdenow $ la Gynandria , Monvecia y Dioecia, que eran la vigésima, vigésimaprima y vi- gésimasegunda , reduciendo las plantas de dichas qua- tro clases á otras, segun el número , insercion y de- mas requisitos de los estambres. Convendria tambien hacer lo mismo con la Polyadelphia , que es la dé- cimaoctava, y colocar sus pocos géneros en la Polyan- dria,4la qual pertenecen por el número é insercion: de los estambres , despreciando como inútil el que la base de estos presente pelotones unidos. Hecha esta reforma en las clases, y otra mas importante en los caracteres de muchísimos géneros, que Linneo vió en ramos secos, Ó que en. su tiempo constaban de una sola especie , y hoy de muchas, podrán fixarse des- pues con precision los límites que separan las clases quarta y décimaquarta , ó tal vez reunirlas por con- venir en el número de estambres, y ser á veces im- posible notar la desigualdad de ellos. Tambien pu- diera suprimirse la Tetradynamia , y formar de esta familia natural de cruciformes una seccion de la cla- se sexta , con la qual conviene en el número de es- tambres. - ds e Así pues sin desviarse de los principios fundamen- tales del sistema, que son los órganos de la genera- cion, puede este simplificarse y adquirir mejoras im- portantes; bien que quedarán siempre algunos lunares producidos por la aberracion 3 digamoslo mejor por ser «1. Nova genera 6 species plantarum. Olof. Swartz Holmiz, Upsaliz, £ Aboz 1788. Vol. 1. in 8.2 - 2 Caroli Pet. Thunberg Flora laponica. Lipsiz 1784. 1. vol. m 8,2 3. Caroli Lud. Willdenow Flore Berolinensis prodromus. Be» rolini 1787. 1. vol, 8.” : TÓMO II. : B 18 CANALES incalculables las fuerzas de la naturaleza ; por la in= finita mqueza del reyno vegetal, en el qual las espe- cies de un mismo género reputado natural, varían en el número y disposicion de los estambres, como ve- mos en el Cleome y otros. Casi es imposible muchas veces descubrir la union ó libertad de los estambres en algunas especies de la Monadelphia : en otros for- man un solo cuerpo ó vayna contra el carácter clási- co de la Diadelphia : en otras en fin de no pocos gé- neros de las clases sexta y décima permanecen unidos y se suponen libres. Á pesar de estos defectos y de otros varios que han sabido abultar los émulos de Linneo , el sistema sexúal es superior 4 todos los co nocidos *. Ninguno ha determinado con tanta preci= sion como Linneo los límites de sus grupos primarios y secundarios, sirviéndose para aquellos del sexó mas- culino, y para los secundarios del femenino : ningu- no ha facilitado tanto el estudio de la Botánica res- pecto á los principiantes; los que hallan en su siste ma sendas fáciles por donde corran hácia lo mas se= creto de la ciencia ; y un método seguro para cono- cer la plantas. Un principiante que por precision 1g- nora lo que son familias , y que no puede tener aun los conocimientos que ellas suponen, quedaria sin el gusto de determinar la primera planta que se le pre- “sente; no solo por ser considerable el número de fa milias , y mayor aun las interrupciones de la cadena que las debia unir, sino tambien por la multitud de géneros indeterminados, y por las mejoras diarias que los caracteres de las familias reciben de la experien- 1 Il est cependant bien singulier de pouvoir dire, que le sys- téme sexuel soit ancore , malgré ses defauts , trés superieur á tant de methodes que Pon á imaginées jusqu'ici. Lamarck disc. prelimin. Fl. Fran. pag. XLVI DE HISTORIA NATURAL. 19 “cia y nuevos descubrimientos *. Al contrario sabien— do la clave del sistema sexúal, limitada como esy re- ducida 4 pocos términos, podrá por sí solo determi- nar la planta, observar los Órganos de la generacion, y conocer el fruto:y la semilla. Por esta razon se ve adoptado este sistema , y preferido 4 los demas mé- todos, y aun ilustrado por aquellos que le miráron con desdeño ”.- | RA | La multitud de: ideas nuevas, las mas de ellas exactísimas , que comunicó Linneo; la abundancia de luces con que él y otros de su tiempo aclaraban di- ficultades , acilitaban el estudio, y encendian el in- saciable deseo de saber, llamáron la atencion de la Europa. En todas partes se levantaban monumentos 4 Flora, -ó enriqueciendo los jardines botánicos ya existentes, Ó estableciendo otros: cada dia se publi- caban escritos de Botánica, Óó se hacian excursiones para aumentar el número de plantas. Acababa Gme- lin «de recorrer la Siberia por espacio de diez años, y de acopiar los materiales para la Flora 3 que nos' dexó en quatro tomos, y gran número de estampas bien grabadas , aunque-con el defecto.sobrado comun entonces de no expresar el sistema de la fructifica- cion. El célebre Alberto de Haller, digno competi- dor de Linneo, despues de visitar la Suiza , nos dió las plantas indigenas de esta República, muchas de ellas muy raras +; y luego entre otras excelentes obras 1 - Véase el Discurso sobre el estudio de la Botánica del ciu- dadano Ventenat pág. LXV-LXVII. 2 Lamarck , acérrimo defensor del sistema natural , adoptó el de'Linneo en su importante obra Illustration des generes que aun continúa despues de haber publicado en Paris desde 1791 nueve tomos €n 4.” mayor , y 900 estámpas. | 3. Joan. Georg. Gmelin Flora Sibírica. Petrópoli 1747. 4 Stirpes Helvetiz 1742. G% denuo 1768. 2. vol. fol. B 2 su Biblioteca Botánica *; monumento que manifiesta los profundos conocimientos y la juiciosa crítica de su autor, que debieran continuar los Botánicos del dia. Se ocupaba Blackstone en las plantas de Inglaterra, que publicó en 1746, Seguier en-las de Verona ?, Gronovio en las de Virginia, Dalibard en las de Pa- ris 3, Juan Burmann en las del Zeylan y Africa*, y Boehmer, para omitir otros muchísimos, en las de Lip- sia $. Vió este que los tratados particulares de una fa- milia determinada de plantas contribuian sobremanera á perfeccionar la ciencia; y siguiendo al sabio Dille- nio, que estampó con sumo cuidado los musgos f, y: á Scheuchzer , que con igual esmero trató de las gra- mas 7, dió él el de las bulbiferas en 1749 , y se ocupó. despues en las personadas. Poco antes habia hecho Artedio lo mismo en las aparasoladas , y creyó ver em el resultado de sus investigaciones caracteres ciertos para conocer y determinar los géneros de esta familia natural. Pero aunque Linneo adoptó en sus obras «el método de Artedio, y aunque creyó haberlo perfec= cionado ; con todo tiene defectos capitales, como lo demostró Crantz en su tratado sobre esta familia -*. Í, ol r Biblioteca Botánica 1771+ 2. vol. in 4.” 2 Plante Veronenses auct. Joan. Franc. Seguierio. Veronz 1748. 3. vol. 12." Dl 3 Dion. Dalibard Flora Parisiensis 1749- 1 4 Joan. Burm. Thesaurus Zeylanicus. Amsteled 1737. T. vol. 4.2 Plantarum african. decades. Amsteled 1738. 1. vol. q." gs Gerg. Rud. Boehmer Flora Lipsiensis 1750. Fi 5 6 Historia Muscorum 1741. Antes en 1732 habia impreso en Lóndres en un tomo en folio su Hortus Elthamensis y. Otras, Obras. 7. Agrostographia Joan. Scheuchezer. Tiguri 1719. 1+VOl. 4." 8 Henrici Joan. Nepom. Crantz classis umbellatarum. Lipsiz 1767. 1. vol, 8.2 le DE HISTORIA NATURAL. 21 Oxalá lo hubiera hecho sin hiel, sin aquel: humor atraviliar que reyna en sus escritos. Oxalá hubiese imitado a varios sabios, que si no se conformaban con todas las opiniones ds Linneo , recibian con sumo gusto otras, y apreciaban el verdadero mérito del au- tor. El célebre Bernardo de Jussieu puede servir de norma : porque su comercio epistolar con Linneo mani: fiesta dos hombres hermanados para promover la cien- cia ; dos «sabios que supiéron estimarse mútuamente - 4. pesar de seguir diversos rumbos , y de ser. autores de diferentes sistemas. Aunque por:toda Eine: se promovia la Botá- nica ;>sus rápidos progresos se hacian con especiali= dad en Upsal , Paris, Amsterdam , Lóndres y varias partes de Alemania. Empezóse á conocer la necesis dad de tener estampas fieles de las plantas que. se describian. Ya se conocian alguñas del siglo anterior, distinguiéndose entre ellas las de Cornuti * y Alpi- no ?. Habíanse visto despues las trescientas diez y nue- ve. magníficas de Robert grabadas por órden de Luis XIV , y descritas por Marchant 3: apareciéron des- pues las ya citadas de Dilenio ,.y las preciosas de Mi= cheli * con las de muchos otros autores: mas no en todas tenia el Botánico lo necesario para conocerlas con utilidad por faltarles el sistema de la fructifica- cion. Remedió este. defecto Miller en su admirable obra titulada Illustratio sistematis sexualis Linnat, Jac. Cornuti Caliddcisium plantarum historia. Parisiis 163 5. A e e Alpini de plantis Agypti liber. Patavi 1640» : E No E e. tomos en forma de grande atlas. Paris en la imprenta Bal Petri BA Michell Nova liada genera. Florentiz 1739..1. vol. 4.0 22 ál ANATLES-. y aun mas el famoso Trew y su continuador Vogel. Describiéron entre los dos ciento y veinte plantas * con la mayor exáctitud y crítica, que hiciéron pintar con colores naturales 4 los distinguidos artistas Ehret y Haid. Siguióse á estos el difunto Bulliard, que nos dexó seiscientas estampas de hongos y otras plan tas ó medicinales Ó venenosas ?', estampadas con co- lores naturales y descritas con inteligencia: y por el mismo tiempo publicaba Plenck su grande obra de plantas medicinales 3. Parecia que estos profesores ha= bian legado 4 lo sumo de la perfeccion, y se creia que las estampas de Trew y Vogel eran modelos acaba- dos, quando el sabio Smith asombró 4 todos con sus quadernos de Spicilegium * y Plantae picte 53 por- que en ellos compite la hermosura con la exáctitud; la magnificencia con la erudicion ; y el arte tipográ- fico con las del grabado y pintura. No parece posi- -ble pueda alguno exceder 4 Smith en obras de esta naturaleza, y hará en verdad mucho el que le iguale, Algunos compatriotas suyos le han querido disputar la gloria en estos últimos años , y han dado preciosas obras; tal es la de las plantas de Coromandel * que 1 Plante selecte. 1. vol. atlas. an. 1750-1773-. Plante ra- riores decades II. Noriembergx 1763-1779» 2 Herbier de la France. en Paris en 1780. en 4.” 3 Josephi Jacobi Plenck Icónes plantarum medicinalium. Vienne vol. Ó magna carta, De estos el último:se concluyó: en este año 1800. 4 Spicilegium botanicum, auctore ¡Jacobo Eduardo Smith. Londini 1791-1792. 5 | Icones picte, auctore Jac.Ed. Smith. Londiní 1790=1792- carta magna. - , f í 6. Plants of the:Coast of Coromandel by.Willam Roxbourgh. London 1795-1798. Vol. 1. magna carta 61 fasc. 1. secundi vol, Esta obra magnífica debe constar de cinco tomos de á cien estampas cada uno. DE HISTORIA NATURAL, 23 publica Roxbourgh baxo la direccion del Sr, Bancks; la coleccion de Estapelias de Masson * ; la monogra- fia de Brezos de Andrews ?, y otras de gran precio; pero es preciso confesar que Smith conserva la pri- macía, aunque con alguna razon se la disputen los citados autores, si se atiende al colorido, dibuxo y magnificencia. No es mi ánimo rebaxar el mérito cien- tífico de,estos ; pues basta saber que Bancks dirige una de dichas obras, y que la ilustra con notas im- portantes para que se tenga en sumo aprecio. Todas ellas lo merecen ; y todas prueban con evidencia el esmero con que se intentan perpetuar los descubri- mientos de la ciencia. Mas séame permitido decir en obsequio de la verdad, que no son estas obras el me- dio mas fácil de propagarlos. El excesivo luxo con que se publican, y el alto precio á que se venden, son. incompatibles con la pobreza , fiel compañera de los literatos ; y por lo mismo rara vez llegarán 4 las ma- nos de los que sacrifican su talento y fuerzas para ex- tender los límites de la Botánica. Baástales 4 estos una medianía entre el luxo y la. mezquindad 3; unas lámi- 1 Stapeliz nove Franc. Masson. London 1796. Vol. 1. fol. 2 . De Ericis Lond. 1794-1798. 12. fascicul. fol. Aunque es dificil pronunciar con órden y exáctitud sobre el mérito de las estampas publicadas, y mucho mas el dar aquí un catálogo completo de las obras, indicaré algunas de cada clase. De- ben contarse entre las obras de luxo las iluminadas de Smith, An- drews, Masson, Roxbourgh, Trew, Vogel, Schrader, J acquín, Pallas, Bulliard, Catesby , Plenck , Pavon y Ruiz; las que no es- tan aun grabadas y solamente dibuxadas, como las de Plumier, Commerson, Richard, Mutis, que tiene prontos quatro mil dibu- xos con sus correspondientes descripciones , y Neé que tiene mu- chos nuevos : y últimamente las no iluminadas de Robert y L'he- ritier: entre las mezquinas las de Dioscórides , Rovillio , Bauhino publicadas en tres tomos por-Graffenried, Plukenet , Morisson, Petiver , Clusio , Barrelier, Hill , las primeras centurias de Gesne- 224 ANALES. nas que representen con fidelidad las plantas sin omi= tir el sistema de la fructificacion. Por faltar este á las de Rumphio * y Rheede? , hechas quando la ciencia estaba en el principio de sus mejoras, prestan poco auxilio a los Botánicos 3 los que hallan ademas de esto difusas é incompletas las descripciones : defectos naci- dos de ignorarse entonces los sólidos fundamentos que descubriéron despues los reformadores ; aquellos Bo- fánicos que supiéron apreciar lo útil y necesario; es- tablecer principios fundados en la naturaleza de las plantas; comunicar nuevas luces , é inflamar la Euro- pa de tal modo, que en pocos años la llenáron de pre- ciosas obras; prueba cierta de ser muy crecido el ní- mero de los que las esperaban con ansia, de aque- - llos que consagraban sus tareas al estudio del reyno vegetal. Fuese dicha de la Botánica, ó conviccion de la utilidad que ella acarrea á los Estádos cada dia se alistaban nuevos partidarios baxo sus banderas, de los quales muchos, como conquistadores de riquezas ve- getales, iban 4 reconocer “paises nuevos arrostrando riesgos y fatigas. El célebre.Adanson tomó de su cuenta él Senegal, Loefling la España y América, Hasselquist la Palestina, y Forsskaehl la Arabia , don- de murió de peste en 1763, dexando una rica co- ro Gc. Las medianas y las verdaderamente tstiles son las no ilumi- nadas de Smith, Jacquin, Desfontaines, Willdenow, Scopoli, Pavon, Ruiz y Vahl , y quantas se han publicado conforme á es- tos modelos : tambien deben entrar en esta clase las iluminadas de la Flora Danica, y el Almacen botánico de Curtis, aunque les faltan descripciones exáctas. 1 Georgii Everhardi Rumphii Herbarium amboinense. Áms- teledami 1750. Vol. 7..fol. 2. Hortus- indicus Malabarins. Amsteledami ade did 703: Vol 12. fol. EH sit Ñ Ñ DE HISTORIA NATURAL. 28 leccion de plantas que ahora publica el Profesor de Copenhague Martin Vahl *. Tambien murió Hassel- quist en Smirna sin tener la satisfaccion de ordenar sus descubrimientos : suerte fatal que cupo á Com- merson y al mismo Loefling. Vió este en nuestro sue- lo y alrededores de Madrid lo que tal vez pisáron nuestros predecesores Minuart y Quer ; pero mas di= choso ó mas instruido descubrió varios géneros Ma- tritenses que comunicó á Linneo; á vista de los qua- les declamó este contra los Españoles en términos po- co dignos, que tal vez hubiera moderado sin la ig» norancia que tenia de nuestra historia literaria ; si hu- biera visto las obras de Laguna, de Esteve, de Co- llado, de Exímeno , de Cobo y de otros sin número que cultiváron la Botánica ?; si no se hubiera desen= tendido de los nombres de Quer, Minuart, Ortega y otros de aquel tiempo á quienes Loefling dedicó sus nuevos géneros. Pero perdonémosle las expresio- nes que le arrancó no el odio á nuestra nacion, sino el ardiente zelo que tuvo á la Botánica ; y hagamos ver al mundo con nuestras obras, que, dispiertos ya de aquel letargo en que nos suponian , aspiramos á un lugar distinguido entre los Botánicos de la actual ge- ¿Neracion. | pil Alentado Loefling con los descubrimientos hechos en España, pasó á la América á hacer otros; y en efecto los hizo muy importantes, como lo comprue- ban los dibuxos originales que se conservan en Madrid; y la obra póstuma 3 que publicó Linneo, el qual en la dedicatoria que hizo á Fernando VI decia, » arreba- 1 Symbolx botanicx partes tres. Hauniz 1790-17 94: 2 En mis obras he hecho conocer los escritos de estos hom- bres al dedicarles nuevos géneros. ; e o 3 Iter hispanicum. Stockholm 1788. r. vol. in 8.* 26 ANALES. >» tóme la muerte este discipulo en el tiempo en que >» con mas ardor peregrinaba y militaba baxo las ban- >» deras de Flora.” Ya habia registrado la porcion de - la América contigua al Orinoco , y quando se promie- tia nuevos descubrimientos, encontró el sepulcro y término de su carrera. Mas feliz Adanson en aquel «clima caluroso de la Africa , permaneció largo tiempo con robustez , hizo una coleccion inmensa en los tres reynos de la naturaleza, que observé con gusto en su casa de Paris, y ha seguido trabajando á vista de los originales que conserva. Publicó su tratado de familias, y me aseguró en 1785 que preparaba una obra maes- tra ; obra que aun no ha parecido despues de tantos ' años, y que es de temer quede sin publicar, la qual segun sus calculos debia contener catorce le artícu- los peculiares al autor. Siguiéronse á estos Jacquin, Mutis, Abla , Kalm, Gunero y Koenig. A este infatigable é instruido Bo- tánico, que pasó a Tranquebar en 1765 , y murió en 26 de Junio de 1785 , se deben los progresos que la ciencia ha? hecho en la India Oriental, y tal vez el orígen de la magnífica obra de Roxbourgh ; porque él dirigió á Russel y 4 Roxbourgh en sus investigaciones botánicas facilitándoles el camino de la ciencia. Ocu- póse Gunero en las plantas de la Noruega que pu- blicó en 1766 ; Kalm en las de América, ilustradas en su lter Americanum en 17535 y Aubletsendas de Ca- yena *. Tuvo Aublet mas zelo que instruccion, y por -€so se han suprimido algunos de sus géneros: siguió el sistema sexúal, y dió descripciones poco exáctas. Jacquin , que no se puede nombrar sin el mayor 1 Histoire des plantes de la Guiane Frangoise. A Londres 1775 4. vol. 4.” * DE HISTORIA NATURAL. 27 respeto 'y admiracion, pisó de nuevo por espacio de quatro años el suelo que Plumier habia hecho céle- bre con sus descubrimientos, y halló en él riquezas admirables y materiales para las varias producciones que restituido 4 Europa en 1759 ha ido publicando, Aumentólos con la rica coleccion de vegetales que los Emperadores han acopiado en sus jardines, traidos de la India Oriental, Cabo de Buena Esperanza y América. Parece imposible que un hombre solo, ocu- pado, como lo ha estado: siempre , en la Química y Mineralogía , haya podido trabajar tantas obras botá- nicas, cuya coleccion vale mas de veinte mil reales: obras recomendables por su forma magnífica , por la verdad y colorido de las estampas, por las descrip- ciones completas y observaciones originales. Su diser- tacion sobre las asclepiades anuncia un observador atento y juicioso , que pone en clara luz el intrincado misterio de la generacion de estas plantas. Su obra so- bre las plantas escogidas de América, la mas costosa que conozco, forma un tomo de doscientas sesenta y quatro estampas : la Flora Austriaca cinco de 4 cien estampas cada uno : el huerto de Viena tres con tres- cientas estampas : los dos primeros tomos del Schoen- brunnense tienen doscientas y cincuenta: ochenta y una su disertacion sobre el género Oxális : seiscien= tas los tres tomos de Icones, cuyas descripciones pu= blicó en los cinco tomos de su Collectanea : ciento en sus Observaciones botánicas, y otras muchas en su Collectanea: y Miscelanea. Es cierto que en no po- cas estampas falta el sistema de la fructificacion ; pero tambien lo es, que la crítica mas severa no descubrirá otras faltas: en las obras de este hombre célebre, que aun trabaja en beneficio de la ciencia. Emulo de Jacquin para disputarse Jos primeros 28 ANALES honores de la Botánica es D. Joseph Celestino Mu= tis, que nació en Cádiz, y pasó a Santa Fe en 1760: Dotado de un talento superior, y de una aplicacion sin límites, ha ilustrado la Medicina, Matemáticas, Física y la, Historia: natural en todbs.sus ramos. En- señó las Matemáticas .en el Colegio del Rosario: ob- servó con cuidado las mareas atmosféricas, de que tie» ne un tratado nuevo y sumamente útil: otro de las hormigas del nuevo Reyno de Granada, en el qual se muestra físico profundo, ya exáminando la anatomía de cada especie, ya el gobierno de las Mamadas arrie- ras, ya en fin los movimientos, cacerías, tamaño, y ar- madura de todas ellas: Ha: hecho obiervaciones opor- tunas sobre los quadrúpedos, aves é insectos de aque- lla region, de los que tiene los dibuxos; y sobre: las enfermedades, especialmenté sobre la lepra, llamada allí mal de S. Lázaro. Tiene memorias muy curiosas sobre las minas de todos los metales y piedras: precio- sas de aquel Reyno : sobre la agricultura del pais, y exportacion de frutos; y sobre el cultivoode los. plá= tanos y arroz. "Tantas ocupaciones que parece pedian cada una un hombre solo, no han puesto obstáculo á su estudio favorito que es la Botánica, y:ha logrado en fin, despues de quarenta años de tareas, completar la Flora de la Nueva- Granada, que consta hoy dia de quatro mil dibuxos, y de otras tantas descripciones. En ella verán algun dia los Botánicos fructificaciones singulares, y aun partes desconocidas en las plantas, 4) que ha sido preciso dar nuevos nombres: verán ob- servaciones curiosas sobre el sueño de los vegetales, sobre la polygamia y fecundaciones hibridas. ¿Pero quando? La modestia y la. desconfianza que como 4 sabio tiene Mutis de sí mismo, le hace diferir la pu» blicacion de sus obras, que lima! y perfecciona despues -—DE HISTORIA "NATURAL. 29 de' concluidas. Sin la dichosa casualidad de haber tra- tado 4-uno de sus discípulos y confidentes, nada sabria- mos:de: quanto queda «expuesto ; y si ambos Linneos, como igualmente Smith, no hubieran enriquecido sus obras con: las plantas, dibuxos y descripciones que Mutis les comunicaba, apenas conocería. el público su zelo:é instruccion. Para excitar al parecer nuestros de- “seos', ha enviado. a España los dibuxos' de su espele- tia, de algunas quinas y del caryocar, cuya descrip- - cion y estampas publiqué en mi quarto tomo de Ico- nes , donde dixe que la hermosura , verdad y colorido de los.dibuxos , compiten con las obras de Smith; que sus descripciones son completas, y que sus observacio= nes botánicas, médicas y económicas son de la mayor importancia. cripciones y «soberbias estampas de siete especies de cinchona con unas quantas variedadegg reforma el carácter genérico; excluye las EP. angustifolia corymbifera: y caribea, y entre las que él ha descu. bierto solo quatro tiene por oficinales, distinguiéndo-- las por sus corolas vellosas , de las otras que las tienen lampiñas. La segunda parte es toda médica. En ella manifiesta que la“aplicacion de la quina ha sido hasta el día empirica y aventurada. Tiene cada especie sus virtudes propias;.y la aplicacion de una por otra no solo seria inútil, sino peligrosa y á veces un veneno, Una exerce su: imperio sobre los nervios, otra sobre los músculos, otra sobre los humores, y la última desconocida en Europa, sobre las entrañas. Quisie- ra extenderme.mas en un asunto tan importante; pe- go CS OANALES- ro me apartaria del objeto de este escrito, que pide recorra con brevedad los hechos puramente botánicos; Mientras que los sabios que 'acabo de citar: se esa forzaban en perfeccionar la ciencia con nuevos: descu> brimientos, y correcciones importantes hechas en Amé rica; se distinguian otros en Europa donde publicaban el fruto de sus tareas y meditacion..Scopoli,:partida= rio juicioso del sistema sexúal; dió á luz la Flora Car: niólica *, y en ella muchas plantas nuevas. Empezó despues las Delicias de Flora ?, trabajadas consumo . cuidado y conocida utilidad ; pero murió sin concluir el plan que se habia propuesto. Sus, estampas son hermosas, fieles y completas; pues tienen el sistema de la fructificacion. Goúan, célebre profesor de Mont= pellier, dió la descripcion de aquel jardin botánico: 3:; la Flora de su rico pais + y otras obras.Oeder empezó la Flora Dánica, continuada despues por Muller y Vahl, que consta ya de mas de mil y doscientas es= tampas iluminadas 5. Es cierto que en ellas se ven co= piadas y como vivas las plantas; pero el defecto de descripciones completas, y de las partes de la fructifi- cacion disminuyen el mérito que tendrian, si sus auto= res las hubieran publicado. Algunos. como Murray; Schreber y Haenk multiplicaban los libros elementa- les describiendo géneros nuevos y algunas especies; 1 Joannis Ant. Scopoli Flora Carniolica. Editio secunda Vin- dobonz 1772. 2. vol. in 8.? Fundamenta Botanica ejusdem. Vien= ne 1786. 1. vol. 8.” 0, MY d 2 Deliciz Florz % Faunz insubricz partes tres. Ticini 1786= 1788. fol. ] 0108 3 Hortus Monspeliensis. Lugduni 1762. 1.:vol. in 8.2 | 4 Flora Monspeliaca. Lugduni 1765. 1. yol. in;8.” Explicas tion du systéme botanique du Chevalier von Linné. A Montpellier 1787. 1. vol. 8.” UA ES : y s Flora Danica. Copenhagen 1766-1790». fol. fasciouli 174 DE HISTORIA NATURAL. 31 y otros estudiaban la Criptogamia, descubriendo ma- ravillas en aquellas plantas que desprecia el vulgo, porque no ve los mátices y la hermosura de las flores, manifiestas en otros vegetales; y que el filósofo ilustra en beneficio de las ciencias. El célebre Michelli se ha- bia ya distinguido en estas investigaciones, que al pa- recer se reservaban para el famoso Hedwigio, cu- yas observaciones microscópicas, y trabajo ímprobo, han puesto en clara luz los sexós de estas plantas, que por analogía pronosticó Linneo. - Inflamada la Europa, y hasta los mismos Sobera- nos á favor de las ciencias, y especialmente de la Botánica , se pensó en los viages al rededor del mun- do, y se emprendiéron con el fin laúdable de pro- curar la felicidad á los Indios, y de promover la Físi-. ca, la Astronomía, la Navegacion y las Ciencias na- turales. Diéron el exemplo 4 las demas naciones la Francia y la Inglaterra, y nombráron xefes de las pri- meras expediciones 4 Bouguenville y á Cook. Iba con Bouguenville como naturalista el famoso Commerson. Visitó las costas del Brasil, Buenos- Ayres y estrecho de Magallanes, aprovechando todos los momentos pa- ra recoger y exáminar las producciones nuevas que le ofrecia el suelo. Su larga estacion en el estrecho le fa- cilitó medios de colectar multitud de plantas muy ra- ras, que con dificultad traerán otros á no ser que se de- tengan como Commerson en aquel recinto salvage y tempestuoso ; pero. grato á los ojos de un naturalista por la novedad que ofrecen sus producciones. No le fuéron menos agradables ni menos útiles á la ciencia las que sin tantos riesgos exáminó en Otaiti y demas islas del mar del Sur. Halló 4 la verdad algunas de la India ; pero en general todas tenian el mérito de ser nuevas. Mas peregrinas fuéron las que descubrió en 32 o ANALES Java y Madagascar; y preciosas las de la isla de Francia. Favorecido allí por el zelosa y sabio Go- bernador Mr. de Proivre permaneció cinco años, é- hizo freqiientes excursiones por lo interior de la is la, como igualmente por la contigua de Bourbon, ago- tando, por decirlo así, las riquezas de aquel fertil suelo. Allí hizo la asombrosa coleccion de mas de tres mil plantas casi todas nuevas, que observé con gusto en Paris, de las quales publiqué algunas en mi Mona- delphia : allí tuvo tiempo para describirlas detenida- mente, y de hacerlas dibuxar con primor y exáctitud á Mr. de Fossigny; mas quando se preparaba para re» gresar á Europa, y coger el digno fruto de sus fati- * gas, se vió atacado de una enfermedad que le quitó la vida en 1773, sin tener tiempo para limar sus escri-. tos, que tituló modestamente prima delineamenta. Es- tos y el herbario perfectamente conservado, y deseca- do con arte, suministráron al célebre de Jussien mas de sesenta géneros nuevos que intercaló en su Genera plantarum. Acompañaban á Cook , Forster Solander y el mecenas de los literatos el ilustre Banks, que abando-, nando las comodidades de su casa, se expuso á mil riesgos para satisfacer su insaciable deseo de saber y de ser útil á las ciencias. Recorriéron multitud de paí- ses desconocidos en ambos hemisferios, las islas del Sur, la Nueva-Zeelandia, Nueva-Hollanda , y los demas que vemos en sus viages, haciendo sin cesar preciosas colecciones de quanto les ofrecia aquel suelo virgen.. Flora tan rica como prodiga en aquellos climas, dió 4 Forster setenta y cinco géneros nuevos que estam- pó y describió en su importante obra *; y 4 Banks. - 1 Characteres generum plantarum. Auct. Joanne X% Georgio- Forster. Londini 1776. 1. vol. 4. do DE HISTORIA NATURAL. 33 gran parte de su herbario, el mayor sin duda de quantos se conocen en Europa. No lo conserva pa- ra la ostentacion y luxo, sino para los progresos de la Botánica, para que en él estudien los aplicados, y puedan rectificar sus ideas. En él han trabajado mu- Chos sabios con utilidad conocida; y bastara nombrar á Smith , Swartz y Gartner, recomendables por su vasta instruccion y por sus obras. La de Gertnet *, original en su objeto, que es el fruto y semillas de mil géneros; sabía por los descubrimientos y por las bases sólidas que fixa en lo inalterable de los frutos; feliz en la eleccion de términos; é indispensable á quantos quieran trabajar en la Botánica , solo pudo ha- .cerse con la perfeccion que admiramos, por la condes- cendencia de Banks, á quien en reconocimiento la dedicó el autor, cuya temprana muerte lloran los Botánicos. Swartz confiesa en la prefacion de su Prodromo, que debió mucho 4 Banks para perfeccionar sus obras. No solamente le permitió. este Mecenas ver y regis- - trar con libertad su rico herbario, sino que le ayudó tambien con sus consejos ?, y le comunicó muchas plantas que él no habia podido descubrir en sus ex- cursiones por la Jamayca , Cuba, Santo Domingo y otras islas. Así aumentó .Swartz su coleccion precio- sa, que indicada en el Prodromo, describió despues con exáctitud en su Flora $ de la India occidental. Ya habia publicado antes sus observaciones, y en ellas despues de haber exáminado las plantas en su sitio 1 “Josephus Gertner de fructibus $ seminibus plantarum, Sturgardiz 1788. Tubinge 1791. 2. vol. 4. ¡ 2 *Suis me consiliis ( Banksius ) sua inspectione juvare dignare- tur. Swartz Prefat. in Prodr. pag. VIII. 3 Olavi Swartz Flora Indiw occidentalis. Tomus 1. Erlange 1797.in 8.2 . 3 TOMO II. : : ¡el 34 ANALES propio, corrigió multitud de yerros, que se reputa- ban verdades inconcusas, porque como á tales las habia publicado Linneo ú otros en su nombre. Es cierto que Linneo, y los editores de sus obras , sola- mente viéron vivos un corto número de los vege- tales que describiéron; y los demas ó en ramos secos, no pocas veces deformados;:Ó en estampas hechas en tiempos de ignorancia. Hizo pues Swartz á la ciencia un servicio muy importante en sus Observaciones *. Tambien contribuyó Rottboll con las suyas sobre la familia de los Cyperos ? rectificando equivocaciones, y haciendo conocer muchas especies nuevas con algu- nos géneros que descubrió en las ¡plantas que Konigio colectó en la India, como igualmente en las del her- bario Surinamense de Rolandro $. | Smith, acérrimo defensor de Linneo, pero sin - preocupaciones, y poseedor de su rico herbario, des- pues de viajar por su patria, por la Francia é Italia, publicó los tres fascículos de sus Ícones +, cuya for= ma y exáctitud en las descripciones y estampas he procurado imitar en mis cinco tomos del mismo tí- tulo 5: dió luego otros tres de sus plantas iluminadas, cuya hermosura y perfeccion llegan á lo sumo: co- menzó los otros ya citados con el título de Spícile- glum; y últimamente ha enriquecido con géneros nue- 1 Observationes botanice auctore Olavo Swartz. Erlange 1791. Vol. 1.in 8.2 2 Descriptiones Sí Icones plantarum auctore Christiano Friis Rottboll. Hauniz 1786. Edit. nova 1. vol. fol. 3 Christiani Friis Rottboll descriptiones plantarum quarundam Surinamensium. Hafniz Lipsiz 1798. fasc. 1. fol, 4 Plantarum Icones auct. Jacobo Edu. Smith. fasc. 3. Londi- ni 1789-1791. g Ant. Jos. Cavanilles Icones $ descriptiones plantarum. Matriti 1791-1799» DE HISTORIA NATURAL. 3 5 vos (casi todos de la Nueva-Holanda ) y multitud de excelentes memorias, los quatro tomos de la Sociedad Linneana: testimonio auténtico del ardor é inteligen- cia con que los Ingleses promueven la Historia natu. yal, Sabia este gran Botánico los progresos hechos en Europa sobre la Criptogamia. Ya tenian los hon- gos lugar cierto en el reyno vegetal, arreglados sa- biamente en clases, Órdenes y géneros por Paulet *, y dispuestos metódicamente por Persoon ?, habiendo contribuido no poco el difunto Bulliard con sus estam- - pas y descripciones, y últimamente Schrader, cono- cido por su Spicilegium Flora Germanica y Sertum hannoveranum ; el qual en su obra de hongos 3, aun- que confiesa con candor que á pesar de sus atentas y finas observaciones jamas pudo descubrir sexó algu- no en dichas plantas, asegura que ha reconocido en ellas caracteres ciertos para separarlas en órdenes y géneros. Ya habian salido de la antigua confusion los musgos por las exquisitas observaciones de Necker,' Hoftman, y sobre todos de Hedwigio +, que descu- brió en ellos estambres, pistilos y semillas, que sembra- das diéron plantas semejantes; observaciones que con- firmáron despues Swarts, Desfontaines y otros. Ya se. habian puesto las algas en mejor luz; y sentia Smith que los helechos, vistosos por la variedad de sus hojas, 1 Tabula plant. fungosarum. auct. Joan. Jacobo Paulet, Pa- risiis 1791.-1. vol. 4:” | 2 Tentamen fungorum. Lipsiz 1797. 1. vol. 8.2 3, Nova genera plantarum ,auctore Henr.. Adolph. Schrader. Lipsiz 1797. fol. 4 Joan. Hedwigii descriptio € adumbratio muscorum fron- dosorum. Lipsiz 1787-1795. 3. vol. fol. Ejusdem fundamen- tum hist. nat. muscorum frondosorum. Lipsiz 1782 partes duz in 4.2 Ejusdem theoria generationis $ fructificationis plantarum eryptogamicarum. Petropoli 1784. in 4. 02 36 o ANALES difíciles por su multitud , y notables por hallarse la fructificacion en el envés de sus hojas, quedasen ó confundidos por el corto número de géneros estableci- dos por Linneo; ó dilaceradas sus tribus por el excesi- vo en que los podian distribuir otros Botánicos: y queriendo ocurrir á ambos inconvenientes, buscó nue- vos caracteres para reducirlos á veinte y dos géneros sin suprimir ninguno de los Linneanos. Hallólos en efecto constantes: 1? en la presencia ó ausencia del tegumento (involucrum) , esto es, de la membrana ó saco que ordinariamente cubre la fructificacion de los helechos antes de madurar: 29 en el sitio donde nace el tegumento, que unas veces se halla en el borde de la hoja, otras junto al nervio principal, y otras en las venitas Ó ramificaciones: 3? en la posicion de la fruc- tificacion, la qual es terminal ó lateral : 4? en la direc- cion en que se abre el tegumento, que unas veces es exterior (quarido mira hácia el borde de la hoja), y otras interior (quando mira hácia el nervio princi- pal): 52 en las caxitas ó folículos. Estas útiles obser- vaciones debiéron ocultarsele 4 Linneo, porque jamas vió la multitud de plantas descubiertas en estos últi- mos años, conservadas las mas en los herbarios de Smith y Banks. La multitud de plantas, que este ilus- tre sabio acopió en sus viages, léjos de satisfacer sus deseos, los encendiéron mas para hacer otras adquisi- ciones; y sus riquezas le facilitáron medios de lograr las de la India Oriental, Cabo de Buena-Esperanza y América, adonde ha enviado hombres instruidos: - exemplo admirable que debieran imitar los poderosos, y grangearse así el reconocimiento público. No se contentó Banks con la dulce satisfaccion de comunicar á otros sus tesoros para que los aprovechasen en bene- ficio de la ciencia: él mismo estudiaba sin cesar las _DE HISTORIA NATURAL. 37 plantas desconocidas. En 1785 tenia ya infinitas deter- minadas, y muchas de ellas grabadas para la obra que pule y perfecciona : envióme algunas á Paris, sobre la Monadelphia, y ví en ellas magnificencia, exáctitud y delicado gusto. ! A las citadas expediciones se siguiéron las de Thunberg, Pallas, Sonnerat y Loureiro. Los muchos años que Loureiro permaneció en la India Oriental, y el haber adquirido con el tiempo las obras de Linneo, le facilitáron el conocimiento de muchas plantas nue- vas que describió ensu Flora Cochinchinense *. Adop- tó en ella el sistema sexúal, y conformándose con los principios de Linneo, que miró como á macstro y guia; dió los caracteres de un crecido número de gé- neros nuevos, y la descripcion de las especies; pero sin añadir estampa alguna que ayudase á reconocerlas, y lo que es mas lastimoso sin conservar en su poder las plantas secas. : 15507 - No lo hizo así Sonnerat en sus viages 4 la Nue- - va-Guinea ? y a la India Oriental 3, ni lo hará proba- blemente en el tercero que emprendió á la misma In- día. Su destreza y facilidad en el dibuxo, y las lec- ciones prácticas que le dió Commerson para secar y conservar las plantas, le facilitáron medios de traer á Europa dos ricas colecciones perfectamente conserva- das, que ví en Paris con algunos dibuxos. Es cierto que la Botánica hace una pequeña parte de las obras de Sonnerat, cuya imaginacion viva, y no pocas ve- 1 Joannis de Loureiro Flora Conchinchinensis. Ulyssipon. . 1790. 2. vol. 4." 22 Voyage a la Nouvelle Guinée par Sonnerat. Paris 1776. 1. vol, 4.0 3 Voyage aux Indes orientales par Sonnerat. Paris 1782. 2. vol. 4.2 38 ANALES ces exáltada, se derramó por varios objetos, como son las costumbres y religion de los Indios, y lo que la naturaleza le ofrecia en los reynos animal y vegetal; pero tambien lo es, que la ciencia logró aumentos muy grandes con las colecciones de este infatigable naturalista , confiadas al célebre la Marck, para publi- carlas en la Enciclopedia. Mas notemos para cumplir con la justicia, que la Marck no es mero editor, quan- do publica dichas plantas, sino autor verdadero; por- que él las determina y reduce 4 sus debidos géneros y órdenes , como hizo de Jussieu con las de Commerson, y otros con las que exáminan en herbarios. Pallas, observador atento, que supo meditar y cal. cular con exáctitud la relacion de las producciones na= turales con la política , empleó seis años en recorrer los estados Rusos, y nos dió la relacion de sus largos y penosos viages que encierran , como dixo Saussure, quanto puede interesar al naturalista y al hombre de estado. Un crítico moderno pensó que Pallas quando empezó á viajar tenia aun poca instruccion en la Bo- tánica, fundándose en el silencio que guardó en los primeros años sobre plantas nuevas; en que no descri- bió los musgos y demas criptogamas, que debiéron ser muchisimas en aquellos paises septentrionales; y en que dió como géneros nuevos su Pterococcus ( Pa- llasia Lin.) y Rindera, que pertenecen á otros cono- cidos, á saber, al Calligonum y Cyñoglossum. ¿Pero la tenia grande el crítico quando empezó á viajar? ¿Jamas erró quando publicó géneros nuevos, quando describió las especies? Pallas, 4 pesar de la severa crí- tica del hombre (estimable por sus profundos conoci- . mientos en Botánica) los tiene tambien grandes en la ciencia , como me consta por las muchas especies nue- vas que me ha comunicado, y por los testimonios pú- DE HISTORIA NATURAL. 39 blicos que vemos en sus obras * que contienen gran número de especies descritas con cuidado, y estam- padas con exáctitud y magnificencia. Echase de ver esta en la Flora de Rusia, cuya forma, impresion y colorido , corresponde a la grandeza de la difunta Em- peratriz, que dió impulso á la expedicion. Si por esta razon mereció S. M. Imperial el justo reconocimiento de los Botánicos, ¿quál deberán estos tributar á los nobles Holandeses que supiéron escoger a Thunberg para la expedicion del Cabo de Buena- Esperanza, de Batavia y del Japon; que se esmerá- ron en facilitarle medios para penetrar en lo interior de aquel Imperio? Son muy grandes los servicios que Thunberg ha hecho á la Botánica, y dignos de elogios. Despues de haber bebido en la fuente pura de su maestro Linneo quanto este pudo comunicar á un dis- cípulo estudioso, dócil é insaciable, pasó al Cabo de Buena-Esperanza. Exáminó aquellos montes tan fe- cundos en brezos, proteas y geranios , como inagota- bles en sus producciones; penetró hacia los Cafres, haciendo diariamente nuevos descubrimientos en los tres reynos de la naturaleza ; y obsgrvó por espacio de tres años, que permaneció en aquella extremidad del continente, las plantas que Harttogio, Koenigio, Sparmann, Sonnerat, Masson y otros zelosos viageros habian visto ; pero añadiendo siempre nuevas especies “y muchos géneros antes desconocidos, que ha publica- do en su Prodromo ?. Tuvo 4 quien imitar Thunberg hablando de las plantas del Cabo : porque Plukenet, Boerhavio, Hermann, Breinio, Comelino, Burman, Y Flora Rossica. Petropoli 1784.Vol. r. fol. Voyages du Professeur Pallas. A Paris. 1 794. 8. vol. in 8. y uno en 4.” de estampas. 2 Prodromus plantarum capensium. Upsaliz 1794» 1. vol. 8.9 O ANALES Linneo, Bergio, , y Jacquin habian descrito muchas, ya secas, ya vivasen los jardines botánicos : pudo tambien tener predecesores en las de Batavia y Java. ¿Pero qué modelos halló para describir las del Japon? Le prece- dió Kaempfer 5 mas quando casi se ignoraban los sóli- dos principios de la ciencia; quando ni esta presenta- ba el aliciente é interes actual ; ni la multitud de plan- tas, y la exáctitud que debia ponerse en-sus descrip- ciones dificultaban el acierto, y recomendaban al que sabia vencer obstáculos. Así es, que podemos mirar co» mo á original la Flora Japónica de este profesor, dig- no sucesor de ambos Linneos en la cátedra de Upsal. Restituido á su patria despues de las fatigas y rigsgos de largas y peligrosas navegaciones, sin contar los que experimentó en lo interior de la Africa, no ha cesado de publicar obras importantes. Su viage al Japon y Cabo en dos tomos en quarto, es sumamente útil y. curioso; y en él manifiesta el autor su vasta erudicion en lenguas, Medicina, Fisica, Cirugía y en todos los ramos de la Historia natural. Sus disertaciones sobre géneros particulares de plantas, sobre insectos y ani- males forman muchos tomos , mostrándose en sus escri- tos digno sucesor de su maestro. No bien habian concluido sus viages los Botáni- cos que acabo de nombrar , quando otros con deseos de celebridad , ó lo que es mas verosímil , con ánimo de aumentar las riquezas de Flora, visitáron provin= cias varias en ambos hemisferios. Richards instruido en Paris con solidez, y exhortado con el exemplo de su tio Jardinero de “Trianon, recorrió la Cayena , y en pocos años acopió cosas preciosas, que tuve el gusto de observar en Paris. Admiré allí lo acabado de los dibuxos, que él mismo habia hecho, condicion re- comendable en un profesor; la perfecta desecacion de DE HISTORIA NATURAL. 41 Jas plantas; el profundo estudio que perfeccionó en el sitio natal ; y la multitud de objetos de su coleccion. No ha podido aun publicarla , porque le faltan fon- dos para hacerlo con el primor que se propuso ; pero mas amante de la instruccion pública que de su pro- pia gloria, ha permitido que la Marck vaya descri- biendo gran número de sus plantas, como se ve en la Ilustracion de géneros. 0% La Billardiere inflamado sin duda por las rique- zas que Tournefort descubrió en el Oriente, visitó de nuevo aquel clima , y se internó en parages descono- cidos que le diéron vegetales nuevos. Lejos de ocul- tarlos á los aficionados despues de su regreso (sistema adoptado por egoistas é ignorantes), facilitaba á to- dos la satisfaccion de exáminar sus plantas, que ví. varias veces en Paris. Empezó á publicar en 1791 las de Siria con descripciones exáctas y estampas muy bien hechas; pero suspendió esta empresa para comenzar otra mas importante á las ciencias y honrosa 4 la hu- manidad ; para ir en compañía de otros sabios á des- cubrir el paradero , ó á lo menos indicios del desgra- ciado la Perouse. Oxalá se hubiese cumplido el de- seo general de la Europa , y llenado el objeto princi- pal de esta expedicion; ó á4 lo menos que hubiesen vuelto á su patria los sabios que la emprendiéron por motivos tan nobles como útiles á las ciencias. Pero fué- ron tan desgraciados los naturalistas, que pereciéron todos á excepcion de la Billardiere, conservado por la Providencia para publicar la relacion de su viage, co- mo acaba de hacer en dos tomos en 47, y otro en fo- lio de estampas , algunas de ellas de vegetales. Sibthorp, hijo del célebre profesor de Oxfort, acompañado del mineralogista Juan Hawkens , hizo LA 4 sus expensas un viage á Constantinopla , recorrien- 42 ANALES. h do despues la Grecia y Asia menor; de donde traxo en 1789 mas de seiscientas especies nuevas, que man. dó dibuxar y grabar. Ocupado en esta obra, y trayen- do sin cesar á su memoria las delicias que le ofrecié= ron aquellos sitios, felices en otro tiempo, determi- nó volver á ellos para agotar si fuese posible las ri- quezas vegetales; sin pensar entonces que le esperaba el sepulcro, al que baxó apestado. Perdió Flora un buen caudillo, y las ciencias un promotor infatigable, No quiera: Dios toque igual suerte al que lleno de ardor y de profundos conocimientos ha emprendido a sus expensas el viage por nuestras Américas : 4 Fe- derico Alexandro Humboldt , que acompañado del jóven Botánico Bompland , salió felizmente de la Co- ruña el año pasado, arribó á las Canarias, y llegó dichosamente 4 Cumaná. ¿Quántos descubrimientos no se deben esperar haga en aquellas regiones ricas quien supo hacerlos en un ángulo de la Europa? ¿quien debe pisarlas detenidamente con ojos acostum- brados 4 penetrar los secretos de la naturaleza? ¿quien, jóven aun, logró que sus obras. se comparasen con las de los profesores mas célebres de Química; y que su Flora subterránea de Saxonia diese 4 Hofmann la idea de emprender -otra magnífica sobre el mismo objeto, titulada Plante subterranea? ; Michaux , infatigable en sus largas excursiones, recorrió la América septentrional, y aunque sabia que muchos Ingleses y Franceses le habian precedido; cor todo persuadido de ser inagotable el reynp vegetal, volvió á visitar aquellos paises. Las continuas remesas de semillas enviadas 4 Francia, y los varios herba- rios que comunicó á los profesores de su nacion, prue- ban que calculó con acierto, y que siempre queda que descubrir. No sé que Michaux haya publicado : : % DE HISTORIA NATURAL. 43 sus descubrimientos, que oigo decir saldrán muy pres- to á luz; pero ha contribuido infinito á los progresos de la ciencia en estos últimos años suministrando ma» teriales 4 varios autores. - Desfontaines , profesor de Botánica en el museo de la historia natural, pasó á las costas de Africa, don- de hizo la rica coleccion que acaba de publicar con descripciones exáctas, sabias observaciones , y hermosas estampas *. Su profunda meditacion y porfiado estudio sobre la organizacion de los vegetales , le dió materia para la memoria impresa sobre este asunto ?, la qual es original y sumamente útil, porque enseña á conocer con facilidad si la parte sólida de una planta pertene- ció á la familia de los monocotyledones , esto es , de los vegetales que tienen una sola hoja seminal, 64 otra. Un simple corte transversal resuelve la qiiestion. Si en dicho corte se observan capas concéntricas y distintas, cuya solidez disminuye desde el centro has- ta la periferia; y si se observa una medula encerrada en un tubo longitudinal con ramificaciones medula- res en ramos divergentes; la parte sólida que se exa- mina perteneció 4 alguna planta dicotyledone , ó de dos hojas seminales: y al contrario, á una monocotyle- done si carece de capas concéntricas y de ramificacio- nes medulares en rayos divergentes; si la solidez dis- minuye desde la circunferencia hasta el centro ; y sl la medula se halla entre las fibras. Habló en esta - memoria de las plantas, cuyos tallos duran mas de un año, y prometió extender sus investigaciones á las herbáceas. 1 Flora atlantica. Paris 1798. 2. vol. 4.” 2 Memoire sur organisation des monocotyledons. Memoires del Institut national. Paris 1798. in 4." pag. 478.:5cq- > ES: 44 ANALES ' Traxo tambien el Abate Poiret de las mismas cos- tas muchas plantas que empezó á publicar en 1789. Recorriéronlas despues Schousboe y Broussonet, au= mentando cada uno con sus colecciones el número de vegetales desconocidos. Habíales precedido Vahl con feliz éxito; mas no contento con la rica colec- cion de Africa , continuó sus herborizaciones en Es- paña , campo fértil donde se coronáron de gloria Clu- sio * , Barrelier 2, de Jussieu y otros extrangeros, que lejos de agotar sus riquezas vegetales , dexáron aun muchas para Velez, Minuart, Quer 3, Palau, Barnades, Aso +, y para quantos quieran recorrer sus montes , valles , llanuras y marina $. No fue larga la mansion de Vahl en nuestra península; pero ahora sea dichosa casualidad , ahora favor de los Botánicos Espa- ñoles que.le comunicáron plantas secas, llevó 4 Co- penhague un rico herbario, cuyas plantas publica en su Symbole Botanica ?. L” heritier, en cuya brillante carrera de Botánico solamente noto el lunar que la necesidad me obligó á descubrir en mi séptima disertacion de la Monadelña ”, S , pa Clusii plantarum historia. Antuerpiz 1601. Vol. 2, fol. | 2 Plante per Galliam , Hispaniam « Italiam observate a Jac. Barrelierio opus posthumum accurante Antonio de Jussicu. Pa- risiis 1714. Vol. 1. fol. 3 Flora Española. Madrid 1762-1784. Vol. 6. en 4.2 4 Synopsis stirpium Aragoniz. Massilixz 1779. Vol. 1. in 8.2 Ejusdem Introductio in Oryctographiam $ Zoologiam Aragoniz cum plantarum enumeratione 1784. Vol. in 8.2 5 Muchas de ellas, que descubrí en mis viages por el Reyno de Valencia, se hallan descritas y figuradas en mi obra de lcones. 6 Tambien publica otra obra en folio , de la que he visto dos fascículos , titulada Eclogx Americanz. Haunix 1796-1798. 7 Monadelphiz classis dissertationes decem. Parisiis Sí Matriti 1785-1790. DE HISTORIA NATURAL, 45 porque así lo exigía la justicia y mi reputacion , es uno de los modernos, que siguiendo á Linneo, ha tra- bajado con esmero, desinteres y conocimiento. Ob- servador perenne de quantas plantas nuevas florecian en los jardines de Paris, Trianon, Versalles y otros sitios , las describia con exáctitud , y las mandaba di- buxar á los artistas mas diestros sin omitir el sistema de la fructificacion , empleando quantiosas sumas en el grabado; porque escogió una forma magestuosa para sus obras. Cuéntanse todas ellas entre las mejo- res y mas útiles de estos últimos años , y son seis fas- cículos de Stirpes nove; la Geranología Ó tratado de Geranios con quarenta estampas; las monogra- fias de Cornu , Virgilia, Michauxia , Oxybapho Kc. impresas en Paris desde 1784, como igualmente el Sertum anglicum, que trabajó en Inglaterra á vista de las plantas vivas, algunas originarias de la Nueva- Holanda , que vegetan en Lóndres con la misma lo- zanía que en Hannover , como vemos en la precio- sa obra de Schrader *. Prometió dar el séptimo fas- cículo de sus Stirpes ; pero los trastornos que su for- tuna padeció en la revolucion ,no le han permitido continuar los gastos, y han privado al público de los conocimientos que justamente se prometia. Mientras se hacian los viages citados, y se au- mentaba diariamente el número de vegetales, traba- jaba sin cesar aquel hombre infatigable, á quien la ciencia debe monumentos sólidos , útiles y comple- tos. Lamarck , tan pobre en bienes de fortuna , co- mo rico en conocimientos , despues de haber viajado por Francia y Alemania publicó su Flora Francesa ?, 1 Sertum hannoveranum. Goettinge % Hannoverez 1795- 1798. Vol. 1. fol. 2 Flore Frangoise. A Paris 1778. Vol. g. en 8. 46 CANALES y adoptó en ella el método analítico , que creyó aco” modado á las plantas de aquel pais. Empezó despues aun continúa el Diccionario botánico de la Enci- clopedia * , depósito fiel de los conocimientos adqui- ridos hasta el dia actual, donde ha ido describiendo los géneros y especies nuevas que Sonnerat , Com- merson, Richard, de Jussieu y otros muchos anti- uos y modernos traxéron de ambos hemisferios. Con- cibió luego, y tiene ya cast executado el vasto pro- yecto de la citada Ilustracion de géneros , representa- dos todos con estampas, y determinados los caracteres de cada uno, con una breve descripcion de las espe- cies. Parece á la verdad imposible que en veinte y tres años haya podido trabajar tantas obras botánicas, sin contar las importantes notas con que ilustró los viages de Pallas y de Thunberg ; pero aun seria ma- yor el número de aquellas, ó 4 lo menos estarian ya concluidas las de la Enciclopedia, si concentrado en el reyno vegetal , teatro de sus glorias, no hubiese intentado refutar la teoria pneumática , que sostienen los sabios Químicos de Europa ? ; y si forzado , como - está hoy, por el empleo de profesor de Zoologia en el Museo nacional no emplease mucho tiempo en las investigaciones propias del reyno animal. La España no -menos interesada en el progreso de las ciencias que las demas naciones, se ha esmera- do en estos últimos años cultivándolas con ardor y utilidad; y aunque todas han hallado proteccion en la beneficencia de nuestros Soberanos , parece que la 1 Encyclopedie Botanique. A Paris 1783-1797. Vol. 4. en, 4. ; 2. Véanse los dos totnos de Recherches sur les causes des prin- cipiaux faits physiques. A Paris 1794. y la Refutation de la theorie pneumatique. A Paris 1796. £. vol. 8.2 DE HISTORIA NATURAL. 47 Botánica les ha merecido particular cuidado. Echáse de ver esto en la ereccion de los jardines de México, de Lima y de Canarias; en lo magnífico del de la capi tal , centro de los demas de la península , 4 los que comunica semillas traidas de ambos continentes; en la dotacion de nuevas cátedras para los jardines de Se- villa, Cádiz, Cartagena , Valencia y otras capitales; y en las costosas expediciones que se han hecho y se hacen por Santa Fe, Nueva-España, Perú, Filipinas y dentro de la península. Este impulso dado oportu- -namente a la nacion ha producido efectos admirables; porque muchos Españoles sin mas recompensa que la gloria de haber trabajado en beneficio público se de- termináron 4 registrar los recintos 4 que les llamaba el patriotismo y deseo de saber. Estos: resortes pode- rosos pusiéron á nuestro Molina en estado de publi- car su historia de Chile *, y á D. Ignacio de Aso las plantas indigenas de Aragon. Estos empeñáron al difunto Palau á: recorrer la Cataluña; á D. Pedro Abat el Reyno de Sevilla; á Barrera, Gil y Villa- nueva el de Valencia, que registré yo por espacio de tres años; á Sanchez y Arjona el recinto de Cádiz; á Vacas el de Cartagena ; á Villalobos la Extrema- dura ; al profesor Barnades la isla de Mallorca y mu- chas provincias de España; y á D. Luis Née casi to- da la península. x Otros mas felices tuviéron encargos del Gobier- no, que han desempeñado con honor y con tanta uti- lidad, que disputarán la gloria 4 quantos les precedié- ron. Vimos ya la coleccion de Mutis , y procuré dar alguna idea del vasto plan que se propuso este sabio, 1 Saggio sulla storia naturale del Chili del Signor Abate Gio» vanni Ignazio Molina. In Bologna 17832. Vol. 1. en 8.2 48 "> - INPP A LLES Y y del esmero con que supo executarlo. Recorramos ahora con brevedad otros hechos. En 1777 saliéron de Cádiz D. Hipólito Ruiz y D. Joseph Pavon acom- pañados de dibuxantes y del difunto Dombey (Bo- tánico instruido y literato recomendable por su buen trato , franqueza y profundos conocimientos) á reco- nocer detenidamente los Reynos del Perú y Chile, donde permaneciéron once años. Habíanlos visitado antes Feuille , de Jussieu y Molina, cuyas coleccio- nes hacian desear otra, que abrazase sino todas las riquezas de aquel pais fecundo, á lo menos una por- cion capaz de satisfacer los deseos de los Botánicos. Ya se veian en Paris y Lóndres desde el año 1780 preciosos frutos de la' expedicion ; porque Dombey enviaba remesas de semillas y herbarios escogidos que estudiaban con entusiasmo los profesores y aficio- nados: ya se tenian en Madrid muestras de las des- cripciones y no pocas plantas que avivaban los de- seos de poseer la coleccion entera; y entre tanto nuestros Botánicos iban aumentando sus riquezas sin detenerse en gastos, sin desalentar jamas á vista de riesgos y de contratiempos. Si un incendio consumió parte de los dibuxos y vegetales de Chile ; si el na- vío que transportaba otra preciosa coleccion nau- fragó en Peniche; estas pérdidas en parte irrepa- rables fuéron causa de prolongar el tiempo de la expedicion , de emplearlo con mayor ardor, y de des- cubrir nuevos géneros y multitud de especies que lo- gráron traer á España con felicidad. El número de plantas , las mas de ellas nuevas , pasa de tres mil, y de dos mil el de dibuxos: recorridos estos y el her= bario con un prolixo exámen , han perfeccionado los manuscritos, y despues de cinco años de haber llega- do á Madrid diéron una muestra de sus descubrimiens DE HISTORIA NATURAL. 49 tos en el Prodromo de su Flora *. Si en este saliéron algunos defectos , á pesar del cuidado puesto para evitarlos todos; y si en él se ve que á sus autores les faltáron muchos libros modernos , inconveniente casi inevitable por las circunstancias de la guerra que inter- rumpió el comercio; ya se "yan corrigiendo en la Flo- ra, de la que llevan publicados dos tomos ?, y en ellos quinientas treinta y seis descripciones.con los dibuxos de quatrocientas veinte y dos plantas, grabadas en doscientas veinte y dos laminas. Esta será sin duda la obra que sirva de modelo á las demas de su naturale- za. Commerson, Forster y Banks hiciéron colecciones asombrosas ; mas no publicáron aun las descripciones ni menos las estampas de todas sus plantas. Nuestros Españoles son los primeros que disponiendo las suyas sistemáticamente las publican con estampas y descrip- ciones completas, comunicando así al mundo el fruto de sus viages. Quisieran ya los Botánicos haber visto la soberbia coleccion de gramas que admiré en Paris en casa del difunto Dombey ; y piensan que si se omi- tiéron en su debida clase , fue sin duda para darlas en algun tomo separado en forma de familia, Apenas se concluyó la expedicion del Perú y Chi- le , se emprendió otra al rededor del mundo , cuyo di- rector por lo perteneciente á las ciencias naturales fue D. Antonio Pineda , que víctima de su zelo murió en Filipinas despues de haber hecho servicios impor- tantes al Estado y 4 las ciencias. Iba como Botánico D. Luis Née, y habiendo salido de Cádiz en 30 de Julio de 1789 , empezó sus herborizaciones en Mon= 1 Florez Peruvianz $ Chilensis prodromus. Matriti 1 794. 1. vol. fol. ; 2 Flora Peruviana $ Chilensis. Matriti 1798-1799, Vol. 2. fol. TOMO II. - D g0 ANALES tevideo, pais visto muy de paso por Commerson, que ofrece producciones nuevas. Se internó treinta y dos leguas hasta Maldonado para registrar el Pan de azú- car, montaña de'mucha altura, jamas pisada de Bo-= tánicos ; y regresado á Montevideo , subió por el rio de la Plata, y llegó á la colonia del Sacramento. Em- barcóse de nuevo, y visitó con el cuidado y actividad que le es como natural la costa Patagónica y las islas Maluinas ó de Falkland , donde halló arístidas , estipas, ancistros, calceolarias, oxálides, andrómedas y mirtos. Doblo despues el Cabo , y entrado en el mar del Sur, desembarcó en S. Cárlos de Chiloe, suelo nuevo y abundante en embotrios, en árboles y arbustos hermo- sos , que le diéron géneros nuevos. Aportó sucesiva- mente á Talcahuano y Valparaiso en el Reyno de Chile, donde encontró 4 D. Tadeo Haenke , conoci- do ya por su Plantarum genera , y viajáron despues estrechamente unidos por Filipinas , Bahía-Botánica y Nueva-España. Llegado al Callao , despues de haber recorrido las cercanías de Arica , se internó en el Pe- rú , y exáminó de nuevo varios recintos vistos ante- riormente por los Señores Ruiz y Pavon ; mas pro- longó sus excursiones hasta Guayaquil, y desde allí se encaminó hácia el Chimborazo y “Tunguragua, en cuyos montes é inmediaciones, halló multitud de plan- tas nuevas, cuyo número aumentó pasando por Bo- degas, Mocha, Pelileo , Baños, y por otros distritos al volver á Guayaquil. En estas excursiones colectó mi- mosas , lobelias, melastomas , sidas, malvas y calceo- larias en tanta copia que asombra: encontró muchos géneros publicados en el Prodromo de la Flora del Perú , y varias especies que no viéron sus autores. Á vista de tantas riquezas se encendian sus deseos de ser útil 4 la ciencia, y para satisfacerlos observó con DE HISTORIA NATURAL. SI cuidado el fértil suelo de Panamá, de la isla Tabo: ga y de Acapulco, donde halló tantos vegetales nue- vos , que apenas bastará la vida de un hombre solo para publicarlos, con estampas y descripciones. | Embarcóse otra vez con rumbo al norte en busca de S. Blas; y apenas pisó aquella tierra desconocida á los Botánicos , empezó á colectar plantas, siguien- do así hasta el Corte de la madera. Penetró bosques en cuyo suelo vegetan algunas que nunca ven al sol; y árboles tan robustos, que cada uno puede mirarse como una colonia de vegetales por la multitud de los que ó trepan hasta la cima para florecer y esmal- tar allí el verdor de la copa, ó crecen arraigados en el tronco y ramas chupándole la substancia. ¡Que es. pectáculo tan gracioso debió presentar 4 nuestro Bo=- tánico aquella admirable confusion : aquella variedad de tintes en las hojas: de formas y colores en las fo- res y frutos! Logrólo él solo ; pero nos conservó dul= ces recuerdos en su herbario. Volvió 4 Acapulco na- vegando con felicidad, y desembarcado otra vez atras vesó la Nueva-España hasta México, haciendo sin cesar descubrimientos importantes en aquel suelo yír- gen, feracisimo en vegetales. Allí encontró un náú- mero prodigioso de salyias , justicias y cufeas : allí es- pecialmente entre Chilpancingo y Tíxtla descubrió una coleccion sumamente curiosa de Quercus. En aquel Reyno vió casi todas las plantas, que nacidas en el Jardin Botánico de esta corte, he publicado de órden superior y á expensas de nuestro Soberano en mi obra de comes: en aquel dilatado trecho, que alargó con nuevas excursiones por Queretaro , Ixmi- quilpan, Salamanca, Huanajuato y otros distritos co- lectó mas de dos mil plantas, la mayor parte nuevas; de las quales como de las descubiertas en los viages D2 52 ANALES precedentes mandó sacar muchos dibuxos. aj Regresó á Acapulco, y se embarcó en busca de las Filipinas y Marianas. Hizo herborizaciones útiles en Humata y Palapa , donde vió á cada paso el árbol del pan (artocarpus), y multitud de curiosos hele- chos , algunos de fructificacion nueva. Llegó despues al puerto -de Sorsogón, y desembarcó para empren- der nuevos viages y recorrer en compañía de Haenke las provincias de Albay , Camarines y Laguna en la isla de Luzon. Se detuviéron muchos meses en ellas y en las cercanías de Manila , y los empleáron útil- mente en beneficio de la ciencia. El ardor que reynaba en ambos, y los deseos de distinguirse les empeñaba en continuas fatigas y en amistosas competencias de excederse en el número de descubrimientos. Cada día, cada momento hallaban multitud de vegetales desco- nocidos , que estudiaban y se comunicaban mútuamen- te sin reserva. Las lagunas , los bosques, la marina, los barrancos sombríos les ofrecian helechos, gramas, yerbas, árboles y arbustos , que 4 pesar de tenerlos Née asegurados en su casa, ni él ni la actual genera- cion podrá verlos publicados : tan crecido es su nú- mero 3 tan nuevas sus formas, y no pocas veces su fructificacion. | Las fregiientes lluvias les inutilizáron parte de las plantas, y les impidiéron colectar otras sin núme- ro , que se lisonjeáron con razon reemplazar en cli- mas mas benignos: por lo qual despues de observar los canelos de Calávan; las infinitas variedades de arroz en la Laguna; la inumerable tribu de criptoga- mas que se disputan el terreno para tapizarlo, pa=— sáron al presidio de Sambuanga , y de allí 4 la Nue- va-Holanda, al recinto denominado Bahía-Botánica, que les pareció un nuevo suelo por crecer en él ve- DE HISTORIA NATURAL. 83 getales no solamente desconocidos, sino de fructifica- cion á veces tan rara, que ni afinidad tiene con las conocidas. Mas de mil plantas colectó allí nuestro in= fatigable Née en veinte y siete dias. Allí encontró flo- xidas las banksias descritas en el número antecedente: allí vió las hakeas, proteas, embotrios , epacris , me- trosideros y otras mencionadas en mis obras: allí au- mentó su coleccion de helechos , haciendo ver que si le precediéron Banks, Forster y otros , no agotáron aun las riquezas de aquel fecundo suelo. Paso luego á las nuevas islas de los Amigos descubiertas por mues- tros Españoles, y se detuvo algun tiempo en la lla- mada Babao, donde vió la casuarina , la ortiga neva- da, la musenda frondosa, una especie de quina, y mu- chas plantas sumamente curlosas. Recorridas las islas regresó la expedicion al Ca- llao: tomáron tierra los Botánicos y pasáron á Lima, donde nuestro Née se separó de Haenke. Quedó- se este en América para recorrer el Cuzco, Potosí y Paraguay; y Don Luis Neé pasó á Talcahuano y á la Concepcion de Chile para emprender por tierra el largo y penoso viage hasta Buenos-Ayres, donde de- bia incorporarse 4 las corbetas. Si sus peregrinaciones . hasta la Concepcion fuéron importantes, no lo fuéron menos las siguientes. Arrimado siempre á la cordillera de los Andes, pisó sendas jamas holladas de Botánicos, observando y colectando los vegetales de Chillán, Lon- gaví y Curico, internándose quarenta y dos leguas en la cordillera del Planchon, por donde transitan los In- dios Peguenches , y volviendo despues por diversas sendas al citado Curico y de allí 4 Santiago. Pasó des- de aquí á Mendoza por las cordilleras del Valle y del Portillo, donde halló una rica coleccion de mutisias, de escalonias, de poligalas, de calceolarias, de mixtos, 54 e de ancistros, de eupatorios, de bacarides Sc. , colectó en fin las mas preciosas plantás, casi todas nuevas, por- que ningun Botánico habia aun pisado aquel suelo que Commerson deseó ver como al mas digno de las inves» tigaciones de un Botánico. Se acercaba ya hácia el término de sus fatigas, y antes atravesó las Pampas de Buenos- Ayres; aquellas dilatadas llanuras, que si ame- nazan con riesgos á los viageros, ofrecen al Botánico abundante cosecha, y un campo inagotable. Allí satis- fizo sus deseos, si es que pueden saciarse los de un hombre activo , cuya pasion dominante fue siempre la Botánica : porque allí encontró preciosos géneros an- tes desconocidos, y multitud de especies nuevas, ya al cruzar las Pampas en varias direcciones, ya al re- conocer de nuevo la colonia del Sacramento y alre- dedores de Buenos-Ayres , hasta que se embarcó para Cádiz , adonde llegó con felicidad en 21 de Setiem- bre de 1794, trayendo al pie de diez mil plantas, de las: quales muy cerca de quatro mil nuevas. El públi- co ha visto ya una pequeña muestra de esta colec- cion en mis tomos 4? y 5? de Icones, y en breve verá otra en mi 6% tomo. 4 - Sin exágerar ahora las tareas, ni los felices hallaz- gos de este hombre infatigable, creo que su expedicion será tan útil á la Botánica como qualquiera de las mas provechosas. Y habiendo sido efecto de la proteccion de nuestro Soberano , ¿qué expresiones serán bastan- te dignas para manifestarle el justo reconocimiento; y mas quando vemos los nuevos auxilios con que promueve la ciencia? Por sus órdenes exámina el Se- ñor Sesé y demas de la expedicion de Nueva-España los vegetales de aquel Reyno, cuya coleccion hecha detenidamente con esmero é inteligencia, será honro- sa al autor y al Gobierno, y sumamente “útil á la Bo- / DE HISTORIA NATURAL 85 tánica por la multitud de vegetales antes desconoci- dos que crecen en aquel clima fértil, donde la vege- tacion nunca se interrumpe. El Señor Tafalla, pro- fesor de Lima, y su agregado Mancilla, registran de nuevo el Reyno del Perú, y extienden sus excursio- nes hasta Guayaquil para descubrir las riquezas que no pudiéron ver los que visitáron antes aquellas tier- ras. Cuellar , establecido muchos años hace en Mani- la, y enviado á enriquecer la ciencia con sus observa- ciones , es regular tenga ya muchas importantes para desempeñar su comision: y Boldo en fin, Botánico de la última expedicion á la isla de Cuba, que murió el año pasado, habrá dexado un herbario precioso y abundante de las plantas de la isla. Ya se han visto vivas en el Real Jardin Botánico de esta corte varias comunicadas por dichos profesores, de las quales he publicado muchas en mis tomos de Icones , y el Se- ñor Ortega en sus décades *. Si las circunstancias de los tiempos pasados hiciéron creer 4 algunos que los Españoles dormian entre las riquezas de Flora, las actuales les harán confesar que tan dispiertos y acti- vos como los distinguidos de Europa, merecen algun lugar y agradecimiento. - | Concluí el bosquejo que me propuse hacer de los principales sistemas, y del orígen, progresos y estado actual de la Botánica, con especialidad en España. He omitido las citas de un número considerable de digní- simos autores, porque alargarian mi discurso, que de- bia ser breve; y porque las creo solamente propias de Ja historia completa de la ciencia, que con ansia espe- ran los literatos. Nada he dicho de los que se esmeran 1 Casimiri Gomezii Ortege decades. Matriti 1797-1798. Tres quadernitos en 4. que forman 108 páginas de impresion, y llevan 13 estampas. 56 0 ANALES en el día en aumentar la coleccion de vegetales como Hofífmanseg , Link * y Brotero, que registran el Por= tugal, Broussonet las Canarias ?, Usteri la Suiza, Will denow la Prusia, Lapeyrouse los Pirineos, Schrank la Baviera, Krocker la Silesia, Baumgarten la Saxo- nia, Schrader y Hofmann el Hannóver, Timm y To- de el Mecklenburgo tc. Con todo se ve con claridad que ninguna ciencia ha tenido en este siglo tantos y tan ilustres promotores como la Botánica 3; y que la «oleccion de plantas hecha hasta este momento es asom= 'brosa; y dará ocupacion á la generacion actual y á la venidera. Si el aumento de vegetales en tiempo de "Tournefort comparados con los conocidosen tiempo de Plinio, le forzó á buscar un método para enlazarlos y conocerlos con facilidad: si duplicado su número en x Este profesor de Rostoch ha publicado una filosofia botá- nica, y en ella muchas ideas nuevas y muy útiles. Gottinge 1798. Vol. 1. en 12.2 2 Acabode recibir (hoy g de Mayo) una rica coleccion de plantas de Tenerife, fruto de las primeras excursiones del Ciuda- dano Broussonet por la isla. : 3 La belleza de las flores ; la multitud y variedad de los ve- getales , y el modo admirable de fecundarse debia inflamar á los poetas para cantar los inocentes amores de las plantas. Vimos ya el Poema de Mac-Encroe, y despues en 1797 el del Ciudadano Castel en un tomito en 12.* Pero años antes (en 1791) el Se- ñor Darwin publicó en Lóndres en dos tomos en 4.” the Botanic garden , esto es, el Jardin botánico. En el primer tomo trata el . poeta de la economía de la vegetacion y de la fisiologia de las plantas, y explica menudamente el influxo que cada uno de los elementos tiene en las creces de los vegetales: y en el segundo pin- ta con entusiasmo y belleza los amores de las plantas ; añadiendo notas importantes sobre todos los ramos de la historia natural. El Señor Delenze acaba de dar una traduccion francesa en prosa del segundo tomo de Darwin, y ha añadido un discurso preliminar, en el qual analiza todos los poemas de las plantas antiguos y modernos. € / DE HISTORIA NATURAL. : 587 el espacio de quarenta años creyó Linneo indispensa» ble abrir una nueva senda mas fácil y segura para en- cadenarlos todos; ¿qué harian estos príncipes de la ciencia si viviesen hoy dia; si pudiesen exáminar la inmensa coleccion hecha despues de su muerte? No sé si sus fecundos ingenios inventarian nuevos métodos; mas no dudo que si conservasen los suyos, los mejora- rian sobremanera. La parte mas digna de atencion, la que pide una pronta reforma, es la perteneciente á - los caracteres genéricos, formados por lo comun á vis- ta de una sola planta, é ignorándose las afines que se han ido descubriendo con el tiempo; ó bien compues- tos de notas variables, incompletas , y no siempre. esenciales. Para remediar este defecto, que cunde ca- da dia, convendria que los profesores exáminasen se- paradamente las clases Ó familias, observando con el mayor cuidado todas las especies de cada género, como yo procuré hacer en las malvaceas y monadel- fas. Mientras no se hagan investigaciones de esta na» turaleza, quedarán siempre dudas, errores y caprichos, MONOGRAFIA DEL GENERO TILO. Por el Ciudadano E. P. Ventenat , miembro del Instituto nacional. uando Linneo publicó la última edicion de su Species plantarum , al hablar del Tilo describió so- lamente dos especies, y las llamó europra y ame- ricana; nombres que deben suprimirse como impro- pios , por conocerse hoy varias, naturales de la Euro- pa y de la América; y porque conservados parecerian e ¿8 CANALES probar que en estas regiones solamente crecen dichas dos especies. Miller describió dos Tilos de América en su Diccionario, y conservó el nombre de ameri= cana á la especie de Linneo, dando á la segunda el de caroliniana , que Catesby traxo de la Carolina. Pero tambien debe suprimirse este último nombre, porque Michaux y otros Botánicos han descubierto en la Carolina otra especie diversa de la de Catesby; y por eso Aiton en su Hortus Kewensis llamó pu- bescens á la caroliniana. Para conocer la utilidad , y aun necesidad de mudar dichos nombres bastará citar la frase con que Walther difinió la especie de Tilo que encontró en la Carolina, á saber Tilia america- na floribus nectario instructis, stipulis floriferis; porque conviniendo exáctamente esta frase 4 todos los Tilos que crecen en la América, seria sumamente difi- cil determinar la especie que quiso indicar Walther, sí los naturalistas que han recorrido despues la Carolina no hubiesen traido ramos secos de la planta que el Botánico Ingles quiso caracterizar. Esta breve noticia bastará para que no se me culpe si mudo yo tambien los nombres de las especies antiguamente conocidas, mayormente dando la monografia del género , cuyo carácter es como se sigue. CARACTER GENERICO. Cáliz libre *, caedizo, de una pieza , partido en cinco lacinias. Corola de cinco pétalos, alternos con las divi- siones del cáliz, desnudos en las especies de Euro- 1 Libre es voz que he substituido 4 ¿nfero. Véase el r. tomo de mi obra Tableau du regne vegetal pag. 64» ' ld DE HISTORIA NATURAL. 59 pa*; cada uno con su escama en la base en las espe- cies de América. Estambres muchos en número , hypogynos: fila mentos libres 2: anteras redondeadas. Ovario libre, globuloso , velloso , de cinco celdas, el qual encierra dos huevecitos en el ángulo interior de cada celda : estilo cilíndrico : estigma en cabezuela con cinco dientes. Pericarpio : nuez 3 globulosa , coriácea ó leñosa, sin ventallas , de una sola celda , con una ó dos semi- llas quando está madura (abortando con freqilencia las otras tres Ó quatro semillas, y desvaneciéndos quatro celdas. ) ] , El embrion está rodeado de un perisperma carno- so 3 y los cotiledones son sinuados ó dentados. | La corteza de los Tilos es flexible, y se dobla con facilidad : su madera blanda y ligera : sus hojas semi nales estan divididas en cinco lacinias desiguales *: las hojas del tallo y de los ramos envueltas antes de desplegarse , y son alternas , simples, acorazonadas ó bien truncadas obliquamente en su base : sus estípu- las caedizas: las flores son completas y dispuestas en maceta ( corymbosi ) en la extremidad de un pedúncu- 1 Jamas he podido descubrir los nectaritos filiformes que cita el Señor Rudolph L. C. pag. 23. 2 El Señor Schkuhz describió y figuró en su Manual de Bo- tánica pag. 71 y 72. tab. 145 los estambres del Tilia femina fo- lio majore C. B. como polyadelfos. Puedo asegurar que habiéndolos examinado con la mayor atencion , siempre me han parecido dis- tintos, y enteramente libres. 3 He creido'indispensable adoptar la-voz nuez con preferen- cia á la de cara por carecer de ventallas el pericarpio del Tilo. 4 Juan Bauhin fue el primero que hizo esta observacion. Las hojas seminales de los Tilos de América estan tambien divididas en cinco lacinias. 60 | ANALES. lo lateral, libre en la parte superior , é identificado en casi toda la extension de la inferior con el ner- vio longitudinal de una bractea membranosa y lan- ceolada. | | | La diferencia citada en el carácter genérico res= pecto de los pétalos de los Tilos europeos y america- nos parece separararlos naturalmente en dos secciones. $. L Tilos de Europa : pétalos desnudos. 1. TiLIA MICROPHYLLA foliis cordato-subrotun- dis , acuminatis, argute serratis : nuce subglobosa, te- nuissima, fragili. Tilia europza. Lin. Spec. plant. vol. 2. pag. 584. varictas y. Flora Danica Tabula 555. Tilleul a petites fevilles, ou Tilleul des bois, ou Tillau. Duham. Arb. num. 1. plan. 95. Var. a Tilia bohemica foliis minoribus glabris, fructu oblongo , utrimque acuminato , minime costu- lato. Tell. Hort. pis. Tab. 49. fig. 3. Vaillant Herb. > Habiendo dado Linneo una descripcion completa del Tilo de Europa *, me limitaré á citar los caracteres que distinguen mis especies. He dado á esta el nombre de mycrophylla , porque sus hojas son las mas pequeñas de quantas vemos en las especies conocidas. Su tronco está cubierto de una gruesa corteza, cuya epidermis es lisa en la parte superior, y con hendiduras en la in- ferior : suele levantarse hasta quarenta y ocho pies de 1 Véase la Filosofia botánica de la edicion de Willden. pag. 261. DE HISTORIA NATURAL. 61 altura, y algunas veces tiene nueve de circunferen- cia. Sus hojas son de una substancia firme y bastante sólida, lampiñas por arriba , y casi siempre vellosas por el enves: tienen un copito de pelos ferrugíneos en el punto donde empiezan los nervios laterales, y de pulgada y media á tres pulgadas de largo, con igual ancho. El pericarpio es una nuez redondeada , á ve- ces puntiaguda en sus extremidades, delgada, frágil, casi unida en su superficie, vellosa, y con una sola semilla. : 2. TILIA PLATYPHYLLOS foliis cordato subrotun- dis acuminatis , in=qualiter serratis; nuce turbinata, costis prominentibus insignita , lignosa, crassa. Tilia europza. Lin. Spec. plant. volum. 2. pag. 584. Quer Flora de España volum. 6. | Tilleul a grandes fevilles, eu Tilleul de Hollande. Duham. Arb. et Arbust. num. 2. | Tilia vulgaris platyphyllos. J. B. vol. z. part. 2. - PÁZ. 153. e Var. a, Tilia carolina. 41f. Hort. Kew. Var. f. Tilia variegata, folio maiore variegato. Tilleul a grandes fevilles panachées. Duham. Arb. n. 3. Aunque esta especie tiene mucha semejanza con la Tilia silvatica, con todo, no debe mirarse como me- ra variedad segun lo demuestran sus varios caracteres: porque no se eleva á tanta altura como esta, y ademas tiene siempre sus hojas mucho mas grandes, mas blan= das y vellosas; desplega tambien sus flores un mes an- tes, y su pericarpio se diferencia del de aquella, no. solamente por su forma y nervios protuberantes, sirio tambien por su substancia, que es mas gruesa y dura. Los antiguos Botánicos como los dos Bauhinos, Ray y Plukenet; los modernos como Miller, Haller, Duha- 62 “CANALES mel, Scopoli,'Schkuhz y Erhart * pensáron que estas dos especies eran realmente diversas. Linneo al contra= rio, las reunió en una con el nombre de europea, y manifestó en la pág. 204 del Huerto cliforciano los motivos que tuvo para ello diciendo, fructus globosus si modo unico pragnans est semine , ut communiter fits si vero omnia quinque semina ad maturitatem. per- wentunt angulatus fit fructus. Para apreciar el mérito de esta observacion de Linneo he abierto un gran nú- mero de frutos de ambas especies, y he visto que nin- no contenía mas de dos semillas, y que la mayor parte de ellos una sola. EA Observemos tambien que hay paises en Europa donde crece solamente una de estas dos especies de Ti- lo, con exclusion de la otra. En Bohemia, por exem- . plo, Dinamarca 8tc., solamente se halla la Tilia mycro- pla; mientras que en Suecia , en España y en otras partes se encuentra la platyphyllos. Si estas fuesen meras variedades, una de otra, parece que debieran hallarse algunas veces juntas. | sti MÍ Tilos de América: pétalos con una escama en su base, 3. Tira GLABRA foliis profunde cordatis , serra- tis, glabris: petalis apice truncatis nuce ovata sub- costata. y 1 El Señor Martin Vahl, célebre Botánico Dinamarques, me ha hecho saber que Erhart habia separado como especies diver- sas las dos variedades del Tilo de Europa de Linneo , en una obra jatitulada Baytraege , la que no se halla en las Bibliotecas nacio- nales de Paris. arta DE HISTORIA NATURAL. 6 3 Tilia americana floribus nectario instructis. Lin. ¡ne plant. vol. 2. p. 585. ? - Tilia foliis maioribus mucronatis. Clay£. e ¡1 Virg. pág. 58. Duham. Arb. et Arbust. Tilia americana floribus nectario instructis, foliis profunde cordatis, argute serratis glabris. 41£. Hort. Kew. Eadem folíis. subtus pilosis, Miller Dic. .. Esta especie, que crece en la Virginia y Canadá, es la primera de las descubiertas en América, su tronco se levanta magestuosamente hasta 25 varas de altura segun Michaux : la corteza de sus ramos es. de. un pardo «obscuro; las hojas, que salen de yemas lampi- ñas y de un color de púrpura negruzco , son acorazo- nadas con punta, aserradas, algo vellosas quando tiere nas, y despues perfectamente lampiñas; y casi tan grandes como las del Tilo que se cultiva en los jardi- nes. Hallanse sus flores dispuestas en corymbo,. y sos- tenidas por un pedúnculo comun, casi dos veces mas largo que el peciolo de las hojas: tienen sus pétalos truncados y con dientecitos en la extremidad. El peri- carpio es una nuez aovada, cenicienta, vellosa, con ocho surcos poco protuberantes. 4 TILIA PUBESCENS foliis basi truncatis et obli quis, denticulato serratis , subtus pubescentiboes peta- lis emarginatis: nuce globosa levi. Tilia caroliniana foliis cordatis obliquis 7 glabris, subserratis cum acumine, floribus nectario instructis, Miller Dic. + Tilia americana floribus nectario instructis;' stipulis floriferis. Walth. Flor. car. 153. Tilia pubescens floribus nectario instructis , foliis basi truncatis obliquis, denticulato-serratis , subtus pu: bescentibus.. Ait. Hort. Kew. Esta especie comun en la Carolina, y especial- 64 o ANALES mente en las cercanías de Charlestown, se distingue de la precedente por los caracteres siguientes : su tron= co se eleva 4 menor altura , y se halla cubierto de una corteza muy delgada con surcos; sus ramos son mas horizontales: las yemas vellosas y cenicientas: las hojas, truncadas obliquamente en su base, aparecen borrosas quando tiernas; pero al paso que crecen pierden parte de esta borra, quedando solamente algunos pelos en forma de estrellas, casi del mismo modo que se obser- van en la mayor parte de las especies del género Alyssum: son tambien mas pequeñas , y los dientes del borde algo mas distantes entre sí: Los pétalos son mas estrechos, y casi se terminan en punta escotada: las divisiones del estigma son mas profundas y paten= tes: la nuez en fin globulosa, afelpada y sin surcos.. En la Luisiana crece un Tilo que podemos definir Tilia leptophylla foliis basi utrimque truncatis, laxe serratis, tenuissimis subpapyraceis , subtus pubes- centibus, el qual cultivado en los jardines de Jansen y de Lemmonier, ha sido mirado como especie distinta, y llamado multiflora : mas segun yo pienso debe te- nerse como varieded del Tilo de la Carolina, por pre- sentar los mismos caracteres que la especie que acabo de describir, de la qual solamente se diferencia por sus hojas muy delgadas y por sus dientes mas distantes. s. 'TILIA ROTUNDIFOLIA foliis cordato-subrotun- dis, subsinuatis, dentatis, verticalibus, subtus tomen. tosis, nuce ovata , obscure quinque-nervosa. e. Tilia alba foliis profunde cordatis, subsinuatis, dentatis, subtus tomentosis. Mort. Kew. Tilia argentea. Jard. du Mus. d* Histotr. nat. + Esta especie es originaria del norte de la Améri- ca. Mr. Gordon la traxo á Inglaterra en 1767, y Ai- ton, Director del jardin de Kew, envió algunos pies DE HISTORIA NATURAL. 65 habrá como doce años á los ciudadanos Thouin y Cels, que los han: propagado felizmente, el primero en' el jardin del Museo de Historia natural, y Cels en el de Arcueil. Todos los árboles de esta especie, existentes hoy dia en Francia, han sido inxertos en el Tilo lla. mado vulgarmente de Holanda; y aunque al parecer adoptados, crecen con tanta lozania y fuerza , como si existiesen en su pais natal. Algunos floreciéron y fruc» tificáron en 1798 y 99 (años 6? y 72 de la Repúbli- ca), cuyas semillas, sembradas por el ciudadano Thonin; germináron con tanta perfeccion, que nos podemos li- —sonjear darán en breve multitud de árboles para ador- nar los jardines de los curiosos. CARACTER NATURAL. Raiz cilíndrica perpendicular al principio, divi- dida despues en otras rastreras:casi á la superficie de la tierra, terminadas por gran número de fibras como ca- bellos. ' | | o Hojas seminales partidas en cinco lacinias des. - iguales, de las quales la intermedia y laterales mas largas. a Tallo arboreo cilíndrico, muy ramoso, cuya cor- teza es gruesa, y su epidermis cenicienta , y mas lampiña que en las otras especies. Ramos principales altérnos, cilíndricos , muy ra- mosos , cubiertos de una borrita espesa , cenicienta, que se quita fácilmente al pasar sobre ella el dedo: los inferiores son casi horizontales , los. otros derechos ó casi derechos y mas cortos ; las ramitas. casi. tablea- das (dísticas ) del mismo color y forma que los ramos. + Femas aovadas, escamosas , afelpadas , de un ver- de ceniciento. A TOMO IL. E 66 ANALES. Hojas redondeadas, acorazonadas en la base, aser- radas con dientes desiguales, y á veces con senos, mas ó menos puntiagudas en su extremidad , verticales, pecioladas , planas, con nervios muy ramosos , canas y afelpadas por ambas superficies quando tiernas; lam- piñas despues, y de un verde obscuro en la superior; de unas quatro pulgadas de largo y otras tantas de ' ancho. Peciolos cilíndricos , algo hinchados en ambas ex- tremidades, abiertos , esto es, divergentes, afelpados, cuya longitud es con corta diferencia la tercera parte de la de las hojas. _Estípulas opuestas, lanceolado-lineares, obtusas, membranosas-, derechas , rayadas , planas, caedizas, doble cortas que el peciolo, y de tres líneas de ancho. Inflorescencia. Flores en maceta apretada, de color de azufre en el principio, y con el tiempo blanquecinas, las quales exhalan un olor suave y agradable, semejan- te al del junquillo , y tienen unas cinco líneas de lar- go con igual diámetro. ] El pedúnculo comun nace al lado del peciolo de la hoja, y es cilíndrico y adherente en casi toda la exten- sion de su mitad inferior al nervio principal de una bractea ; libre despues y algo declinado á un lado en su parte superior, y al fin dividido en muchos pie- cecillos vellosos , casi tan largos como el peciolo de las hojas. Bractea membranosa, oblonga , obtusa , vellosa, con venas, mayor que el pedúnculo , y de unas qua- tro líneas. Piececillos cilíndricos, unifloros, cada uno con dos bracteas en la parte media de su longitud, casi de DE HISTORIA NATURAL. 67 rechos , afelpados , y apenas la quarta parte de la lon- gitud del pedúnculo. : Bracteas casi opuestas, lineares, membranosas, derechas , vellosas , caedizas y muy pequeñas. Fructificacion. | Cáliz con cinco divisiones caedizas, aovado-agu- das, convexás y vellosas por afuera , cóncavas y afel- padas por adentro , rayadas por un nervio longitu- dinal , casi derechas , verdes en la base , y de un blan- co amarillo en la parte superior. Corola de pétalos oblongos casi obtusos, y lige- ramente festonados en su extremidad , escamosos en su base interior , casi derechos, lampiños , amarillen- tos , y algo mas largos que las divisiones del cáliz. Escamas espatuladas, hypogynas, opuestas á los pétalos , del mismo color que estos, y algo mas cortas. -Estambres: filamentos filiformes, derechos antes de la emision del polen, y despues algo revueltos, blancos como la nieve, y tan largos como las esca- mas: anteras redondeadas , derechas, de dos celdas, con quatro surcos, las que se abren por los surcos laterales , y son de color de oro, como igualmente el polen. | : 'Gérmen con cinco nervios apenas protuberantes, afelpado y blanquecino : estilo cilíndrico lampiño , de un blanco amarillento , algo mas largo que la flor : es- tigma ensanchado con cinco lacinias , y del color del estilo. | Pericarpio : nuez aovada coriácea , con cinco sur- cos apenas protuberantes , cenicienta, vellosa , de una. celda quando está madura 3 donde hay una ó dos se- millas. La especie que acabo de. describir tiene varias ven- É2 68 ANALES tajas, que deben darle la preferencia para adornar los. jardines ¿ porque sus hojas, mas gruesas y carnosas que en las otras especies , resisten: mas al calor del vera- no; y por su situacion vertical forman un cuerpo que nos defiende del ardor del sol. La blancura de la su- perficie inferior , el verde obscuro de la superior, y el color dorado de sus flores forman un contraste agra- dable , 4 lo qual se debe añadir que da mayor núme- ro de flores que- las otras especies , las que duran mas tiempo , y exhalan un olor mas suave. 6. TiILIA HETEROPHYLLA foliis ovatis, argute serratis, basi nunc cordatis , nunc oblique aut «qua- liter truncatis , subtus tomentosis: nuce globosa, mul- tinervosa. Fraser y Michaux encontráron esta especie en la baxa Carolina , y creo deba crecer en Marilandia, porque he visto en el herbario del ciudadano La- marck varios exemplares de ella cogidos en esta últi- ma provincia: ella debe distinguirse de la preceden- te por muchos caracteres. Porque sus ramos tiernos y sus yemas son lampiñas, y de un púrpura tirante al negro. Las hojas aovadas con punta, unas casi aco- razonadas en la base, y otras truncadas allí obliqua- mente ó con igualdad, asserradas con dientes muy finos , lisas , y de un verde obscuro por arriba , bor- rosas y canas por abaxo: tienen un copito de pelos bermejos en el punto de donde salen los nervios la- terales. Los pedúnculos , que son casi tan largos como las hojas, son tres veces mayores que los del Tílía ro- tundifolia. Los frutos son globulosos, del tamaño de guisantes , con cinco nervios algo protuberantes, en- tre los quales se ven otros , aunque menos sensibles. El ciudadano Michaux me ha hecho saber , que este árbol crecia con especialidad en las partes mariti- DE HISTORIA NATURAL. 69 mas de la Virginia y de la Carolina ; pero que solo se levantaba a la altura de nuestros árboles frutales. Observ. El Tilo se deleyta en tierras de mucho fondo algo húmedas , y mas pronto ligeras que fuer- tes. La especie que he llamado platyphyllos, como igualmente su variedad , se emplea muchos años ha- ce en el adorno de los jardines; y como sufren la po- da sin el menor perjuicio, son las mas aptas para formar calles, El Tilo se multiplica ordinariamente por acodos, y las especies extrangeras se inxertan con feliz éxito en las que nacen en nuestro clima. Pocos árboles pres- tan tanta utilidad en todas sus partes. De su corte- za se hacen cuerdas, y las partes interiores de este órgano ofrecen á los pescadores de Suecia cierta es- pecie de redes para coger los peces: y á los pastores de la Carniola y de otros distritos cierta tela, basta a la verdad, pero suficiente para precaverse de la in- temperie del ayre *. Los escultores prefieren el Tilo al álamo, porque su madera se corta con mas facili- dad , y está menos expuesta 4 carcomerse. Como esta madera es muy ligera , se aprovecha para hacer un carbon excelente para la fábrica de pólvora. La sa- via del Tilo es tan copiosa como la del abedul y del arce; y muchos naturalistas célebres han creido que cociéndola y clarificandola muchas veces podria sumi- nistrar azírcar ?. y 101 Los habitantes de Suecia, Noruega , Carniola, Suiza $c. recogen con cuidado las hojas del Tilo pa- ra alimentar sus ganados : tambien las suelen dar á las bestias; pero Linneo ha observado en su ls. Scandinab. 1 Linneo It. Oel. 44. 63. Scan. $0. 2 Adans. Famil. de plant. vol. 2. pag. 380. 7O ANALES pag. 256, que semejantes hojas comunican á la coa de vacas qualidades malas. Las flores de todas las especies de Tilo esparcen un olor agradable , y en su interior contienen aquel licor precioso con que las abejas fabrican la miel. Esta es muy abundante en Lituania, porque en aquella parte de la Polonia hay multitud de Tilos en los bosques. Los frutos del Tilo se han mirado mucho tiempo como enteramente inútiles, hasta que Missá , Médico de la facultad de Paris, descubrió en ellos una propie- dad que apenas se podia sospechar. Trituró este sabio los frutos del Tilo mezclados con algunas de sus flores, y consiguió hacer una manteca , que dixo ser del todo semejante al chocolate, pues daba el mismo gusto y la misma masa que el cacao. Los extrangeros adoptáron este descubrimiento con mas interes que los Franceses de aquel tiempo. El grande Federico instó 4 Margraff para que verificase las observaciones del Médico Eran- ces; y este Químico Prusiano hizo muchas experien- cias , por las quales vió con evidencia que del fruto del Tilo se podia hacer á la verdad una especie de chocolate ; pero que el chocolate preparado segun el inétodo:de Missá,no podia jamas endurecerse como el de cacao; que se enranciaba mas pronto *, y que se diferenciaba mucho del chocolate de cacao por el gusto , olor y consistencia. Las experiencias de Mar- graff prueban sin la menor duda, que el descubri- miento del Médico Frances no fue tan importante co- mo este lo creyó; con todo, he querido renovar la me- moria de estos hechos, porque tal vez empleando los 1 Memorias de la Academia de Berlin 1772. pag. 3» Journal de Physic. Abril 1779. tom. 13. pag. 245» DE HISTORIA NATURAL. 71 frutos de algunas especies americanas, se podrán rea- . a .1 2.7 . , lizar las esperanzas que concibió Missá, SOBRE LA AGYNEIA. Por el ciudadano E. P. Ventenat, del Instituto nacional. Aper habrá Botánico que reflexionando sobre:el carácter genérico que Linneo dió de la Agyneia, no haya extreñado la excepcion extraordinaria de tener su ovario sin estilo ni estigma. Habiendo pues tenido yo la ocasion de observar la Agyneia impubes de Linneo en el jardin del ciudadano Cels, y habiendo visto con claridad que los órganos de su fructificacion se pare- cen á los del andrachne, y de otras muchas plantas de la familia de las euforbias, en cuya tribu la colocó el ciudadano de Jussieu, he creido que seria útil 4 los progresos de la ciencia dar aquí una descripcion completa de la especie cultivada por el citado Cels, y de reformar su antiguo carácter genérico, - CARACTER ESENCIAL. Planta monoica. Flores machos. Cáliz abierto, de cinco hojuelas, con un disco interior de seis divisiones , y menor que el cáliz. Estambres: estaquilla central, obtusa, mas corta que el cáliz : tres anteras redondeadas , didymas, pe- gadas a la estaquilla antes de llegar al ápice. Flores hembras. : Cáliz abierto, permanente , de seis hojuelas, tres de ellas internas. Gérmen aovado , obtuso : tres estilos asurcados, 72 y ANALES. escotados , reflexos: seis estigmas revueltos. Caxa casi .oval, truncada , trilolucar, ó bien sea tricocca : dos semillas en cada celda. alce AGYNEIA IMPUBES Lina. AGYNEIA foliis utrimque glabris. Esta planta , natural de la China, arroja muchos tallos bien abiertos y casi tendidos sobre la tierra, an gulosos, ramosos , con nudos, perfectamente lampi- ños, de un roxo obscuro por arriba , de un verde ama- rillento por abaxo, de quatro á cinco pulgadas de largo , y de dos á tres líneas de grueso. Los ramos son alternos , horizontales , y conformes 4 los tallos. Foltacion. Sus hojas son alternas , dispuestas en dos órdenes, redondeadas ó: elípticas, parecidas á las de la numu- laria; enteras , con ribete membranoso , algo gruesas, horizontales, de un verde blanquecino por arriba, y amarillento por abaxo , con un nervio longitudinal comprimido , casi insensible hácia la extremidad : tie- nen algo mas de una pulgada de largo , casi diez lí- neas de ancho , y estan sostenidas por peciolos de me- dia línea ó algo mas de largo , insertos en la extremi- dad de los ángulos que resaltan:eñ los ramos , con= vexós por un lado, planos por 'el, otro: las estípulas son cóncavas, aovadas con punta , derechas , de un roxo cargado, y algo mas. largas que los peciolos. Inflorescencia. | | Flores machos y hembras:en la extremidad de los ramos, acercadas unas á otras, alguna vez-axilares, pedunculadas , guarnecidas de bracteas aovadas con punta , de color herbaceo, cuya longitud y latitud es de una línea. Los machos ocupan la parte inferior, y DE HISTORIA NATURAL. 73 sus pedúnculos filiformes y horizontales son' doblado largos que las flores : las hembras la superior, soste- nidas por pedúnculos mas gruesos, y tan largos co- mo ellas. | Fructificacion. Enel macho el cáliz se compone de seis hojuelas muy delgadas, casi iguales, oblongas, obtusas, ondeadas, bien abiertas, y está cubierto interiormente por un dis- co de la misma substancia, dividido en seis lacinias mas cortas que las hojuelas del cáliz, y opuestas á ellas. La estaquilla que sirve de filamentos, ocupa el centro de la flor : es del color del cáliz, cilíndrica , y está truncada en su extremidad , sosteniendo tres an- teras. Las anteras redondeadas, didymas , pegadas a la superficie anterior de la estaquilla antes de su extre- midad : cada celda de estas se abre longitudinalmente en la parte anterior; y su polvo fecundante es amari- llento. En la hembra el cáliz es permanente , algo mas grueso que en el macho, de seis hojuelas , tres de ellas internas , aovadas-con punta aguda , con bordes algo membranosos, y abiertas. E El gérmen libre, esto és , superior, sentado , oval- redondeado , muy rebaxado, con seis surcos en la - parte superior, en cuyo centro se nota un hoyo, y de él salen tres estilos permanentes, comprimidos, casi tendidos sobre el gérmen, cuya latitud no exceden, surcados longitudinalmente, algo mas anchos y escota- dos en la extremidad, opuestos 4 la hojuelas exterio- res del cáliz, y alternos con las interiores: los estigmas iguales en número 4 las escotaduras de los estilos, re- vueltos hácia afuera, y de un color roxizo. La caxa, sostenida por el cáliz permanente, es aovada , truncada y excavada en el ápice , en el qual 74 ANALES hay un ribete con seis dientes Ó almenitas: tiene cinco líneas de alto, dos y media de ancho, y en su exterior tres nervios que resaltan poco, con los quales alternan otras tantas estrias : se compone de tres cascarillas, Ó cocas delgadas , cada una con dos semillas, y se abren con elasticidad en dos ventallas que se revuelven. Diafragma membranoso , blanquecino , asido por una extremidad al centro de las ventallas, y por la: otra á la placenta , quedando unido con las ventallas quando las cascarillas ó cocas se separan. La placenta es central; su longitud como la mi- tad de la caxa 5 y su figura en clava. Las dos semillas de cada cascarilla son oblongas, angulosas , convexás por afuera , excavadas por aden- tro en forma de ombligo , por el qual estan asidas al ápice de la placenta. DESCRIPCION DEL XERGON DEL REYNO DE SANTA FE. POR DON CHRISTIANO HERRGEN. Entre las arenas remitidas, tiempo hace,al Real Ga- binete de Historia natural de esta corte, hallé una, que presentaba granos muy menudos, muy lustrosos y de color roxo de jacinto, mezclados con otros de co- lor negro, y con pequeños fragmentos de pirita. El color tan perfecto de jacinto me obligó á dar á esta arena el nombre de jacintos de Santa Fe, en lo que conviniéron varios naturalistas, á quienes hice ver- la. Pero habiendo hecho de ella un exámen metódico en una de mis primeras lecciones públicas de la Oric- DE HISTORIA NATURAL. 75 tognosia, ví que los cristalitos de color de jacinto, que forman la parte dominante de la mezcla de esta arena, léjos de ser jacintos , eran todos xergones, y que el xergon por consiguiente .nos presenta en este caso el verdadero color roxo del jacinto; fenómeno á la ver- dad importante, despues que Klaproth ha publicado su nueva analisis del jacinto, por la qual hemos visto que este fósil, léjos de pertenecer al género silíceo, como lo habian creido hasta ahora los Mineralogistas y Químicos, forma una especie nueva del género xer- gónico; y como á tal lo he presentado y demostrado en mis lecciones. Antes de describir este interesante fósil, conven- drá dar el resultado de la analisis química de Klaproth, sobre el jacinto verdadero de Ceylan, que es como se sigue. 70,00 tierra xergónica. 25,00 tierra silícea, o,go cal de hierro. 4,50 pérdida. 100 El mismo xergon de Ceylan presentó 4 Klaproth: 68— tierra xergónica. 31,5 tierra silícea. 0,5 tierra ferruginosa con un leve indicio de nickel, 100 Descripcion de este fósil. Color : roxo de jacinto mas ó menos subido, que pasa algunas veces por un lado al roxo-amarillento hasta 76 ANALES. el amarillo vinoso , y por otro al roxo-sanguineo, como lo presenta el granate noble de Bohemia, Figura : prisma algo romboidal de quatro lados, ter- minado en punta con quatro planos, sobrepuestos a los planos laterales del prisma. La pirámide muy chata, y acabada en punta. Todos los granitos roxos de esta arena presentan esta cristalizacion, bien que no siempre entera, sino muchas veces en fragmentos. Entre todos ellos no des- cubrí mas que un solo cristal que forma la pirámide doble de quatro lados, con dos cortes laterales opues- tos en cada pirámide truncados; este mismo cristal es de color gris amarillento. Todos los cristales son pequeños, , y los mas muy pequeños. Superficie : la superficie de los cristales es siempre lisa. Lustre : en lo exterior presentan lustre mas considera- ble que en lo interior; pero uno y otro adamantino, aunque no del todo perfecto, de modo, que conside- rando yo el lustre adamantino como una mezcla del graso y del vidrioso en partes bastante iguales , me parece que en el presente fósil domina algo el gra- siento. Textura: la textura chato-concheada de este fósil se acerca bastante á la oculto-folicular. Fragmentos; tienen figura indeterminada, y filos bas- tante cortantes. Trasparencia: pasa del trasluciente al medio traspa- rente, y en muy pequeños cristales suele serlo en un grado muy considerable. Dureza : es muy duro, de modo que la lima apenas le ataca. Agrio, Bastante frio, a DE HISTORIA NATURAL, 77 Y pesado; segun los experimentos que hice con la exáctitud que permite su figura en granos tan menu- Pale io 19d ls AMAR TE | : Comparando este fósil con el jacinto verdadero, con el qual es fácil confundirle, se ve que el lustre de este último es siempre mas considerable; y que pre- senta constantemente los quatro planos de su termina. cion en punta y Sobrepuestos a los cortes laterales del prisma; pero en nuestro fósil se hallan sobrepuestos á los. planos laterales; carácter que distingue al xergon del jacinto. | Los granos negros abundantes en esta arena pre- sentan la mina: de: hierro octaedro, del todo parecida á las del Tirol, de Filipinas, de San Lorenzo y otras; solo se diferencia en el tamaño de los cristales, que en nuestra arena pasan de pequeños 4 muy pequeños; al- gunos presentan su «cristalizacion perfecta , y otros la perdiéron enteramente. Su color es el negro de hier- ro. Al:soplete se disuelve perfectamente con el borax, y lo tiñe de color verde de botella. La: tercera substancia que acompaña á estos Xer- gones , bien que.en menor cantidad , es la pirita mar- cial en pequeños fragmentos rotos; su color es el ama- rillo de laton. Aunque he hallado en esta arena un granito de oro muy achatado, no me parece suficiente para anun- ciar el oro como parte constante de su mezcla. La única noticia individual que tenemos sobre el parage del nacimiento de esta arena, se reduce 4 ha- berse traido del Reyno de Santa Fe. 78 TASUTAN ALES? Xorgon de la villa de Medellin, en la provincia. de Antioquía, en el Reyno de Santa Fe. Lavadero de or de D. Fernando Barrientos. ¡ POR DON CHERISTIANO HERRGEN:. uando presenté en mis lecciones la referida arena xergónica , me entregó generosamente D. Francisco Silvestre, de la misma provincia de Antioquía, una porcion de granos mas ó menos rodados, que desde luego sospeché ser xergones, y me confirmé en esta opinion por un atento exámen demostrado en la des- cripcion siguiente. Color : gris amarillento algo roxizo , de varios gra- dos de intensidad. Estos colores se presentan con freqiiencia en dibuxo anubarrado , y 4 veces casi alistado. 310% i Figura : en cantos rodados, bien que los mas presen- tan aun bastante bien su figura primitiva de cristali- -zacion. Entre ellos observé las variedades siguientes. 1. El prisma algo rhomboidal de quatro lados, ter- minado en punta con quatro planos sobrepuestos á los planos laterales del prisma. pS 2. El mismo prisma, de dos planos opuestos an- chos y dos estrechos, la terminacion en punta muy chata. JanoS 3. El cristal núm. 22 teniendo truncados los dos cortes opuestos de la terminacion en punta. 4. El prisma rhomboidal de quatro lados, termi- nado en punta con ocho planos, de los quales se hallan dos sobrepuestos 4 cada plano del prisma, y esta alte- racion terminada nuevamente en punta con quatro planos. | ' DE HISTORIA NATURAL, 79 El cristal núm. 29 con los quatro cortes de la terminacion en punta truncados. - El tamaño de los cristales €s pequeño; los mayo- res se acercan al de un garbanzo, y los menores, entre: guisante y garbanzo. | Superficie : la superficie es matez pero pasa ya al relu- ciente. Lustre : el exterior es variable y algo grasiento; el in- terior lustroso ; lustre casi perfecto adamantino. Textura: menudo-concheada, que pasa ya muy clara- mente á la oculto-folicular. Fragmentos : Figura astillosa , filos muy cortantes. Partes distintas: á veces las presenta delgado-esca- mosas , algo curvas. | Trasparencia: pasa del medio trasparente al traslu- ciente. : | | ! Dureza : es muy duro, y la lima le ataca muy poco. Agrio, Rompe con facilidad. Gravedad comparada : es pesado. Parage de nacimiento: la villa de Medellin, en la provincia de Antioquía, Reyno de Santa Fe, de la mina de oro corrido, Ó lavadero de D. Fernan- do Barrientos. | | Easta ahora no hemos visto en las obras mineraló- gicas otro parage de nacimiento del xergon, que la is- la de Ceylan en Asia. La referida arena de Santa Fe, segun toda probabilidad, se habrá recogido no muy léjos del xergon de Antioquía , en la misma provincia, el qual presenta variedades curiosas por su cristalizacion alterada, y al mismo tiempo un tamaño considerable en comparacion de la arena ya citada, cuya figura so- lo se puede exáminar por medio de la lente. Don Francisco Silvestre me asegura que las cita- So “ANALES das piedrecitas de Antioquía, se llaman en aquel pais jacintos. Comparando las descripciones de ambos fósiles, se ve con alguna admiracion que, si la naturaleza nos presenta entre el xergon y el jacinto una afinidad oric- tognóstica tan grande; los trabajos del sabio Klaproth demuestran igual afinidad química entre ámbos indivi- duos del reyno mineral. | Si la dichosa casualidad nos ha procurado hasta ahora descubrimientos de tanta importancia para per- feccionar la ciencia , ¿quáles nos podrémos prometer én adelante á vista de la aplicacion de varios individuos que en el dia se entregan á la Orictognosia con un ze- lo y una pasion que miro como recompensa y premio distinguido de mis trabajos? Extracto hecho de una memoria intitulada Investi- gaciones sobre los volcanes , segun los principios de la Química pneumática, leida en el Instituto el 12 Ventoso, ano VIII. por el ciudadano Pa= trin. T baliiida al castellano por D. Christiano Herrgen. | Ya es tiempo de acercar la Geologia á la Física y á la Química. Humboldt Anales de Química tom. 27. E, autor siente que Spallanzani y Sénébier, íntima- mente persuadidos del poderoso influxo que la des- composicion del agua tiene en los volcanes, no ha- yan dado una teoria completa conforme á sus ideas lu- minosas : y por lo mismo procura él aplicar los des- cubrimientos de la nueva Quimica 4 estos fenome- nos terribles. Sorprehendido por la inmensidad dá las emocio- ó -DE HISTORIA NATURAL. Sr nes volcánicas , el ciudadano Patrin no ha podido imaginarse que hayan existido antes en masa en el seno de la tierra. Los volcanes solamente del centro de la Francia vomitáron , segun el cálculo del ciudadano Faujas , setenta y dos billiones de metros * cúbicos de lavas: si á esta cantidad se añaden las materias com. bustibles, el azufre , los betunes $cc., que, segun las teorías antiguas , han sido necesarias para ponerlas en fusion , la masa será diez veces mayor, y horribles las cavernas subterráneas. pe | | La Italia está sembrada de volcanes eh' toda su extension , y se halla cubierta de lavas y tofos, cuyo espesor es de centenares de metros. Si existiesen vacios subterráneos proporcionados á semejantes erupciones, toda la Italia se hallaria sostenida en el ayre y sobre abismos , pronta á desaparecer en un momento. | Ademas : ¿cómo podrian conciliarse estos preten- didos abismos con los lagos que existen en los cra- terés antiguos ? El ciudadano Patrin los vió en la Asia boreal, sobre las montañas cónicas, de mil me- tros de altura. Si estas montañas apoyasen sobre ca- vernas , la incalculable presion de la columna del agua, que descansa sobre ellas , se abriria infaliblemente al- gun paso. sis La interrupcion de las erupciones volcánicas es otra circunstancia del todo inexplicable 'por las anti- guas teorías. $10 p Finalmente, viendo el autor que en qualquiera parte donde existen volcanes, lejos de baxar el suelo, como sucede siempre en los terrenos que contienen capas de carbon mineral encendido , adquiere al con- a El metro esigual á 3 pies, 7 pulgadas y 0/902 de línea de la vara de Búrgos. | : y TOMO Il. F 32 AA NÁAJRLES. trario un aumento considerable en altura, ha pensa-. do que estas materias incalculables serán el producto de la circulacion de diversos fluidos , como los rios son el producto de la circulacion de las aguas. Confirmóse en esta opinion al ver la bella teoría del ciudadano Laplace, segun la qual el globo ter- restre y los demas. cuerpos planetarios deben.su for- macion á la concrecion de 'un fluido aeriforme ema- nado del sol; teoría tan perfectamente conforme con los fenómenos geológicos, como con las leyes de la astronomía. e! Ea | Las lavas son muchas veces tan perfectamente parecidas 4 las rocas primitivas, que engañan hasta los observadores mas instruidos; y esta identidad de composicion indica que es tambien idéntico el modo de formárse. Así pues si las rocas primitivas se formá- ron por medio de un fluido aeriforme podrá tam- bien pensarse que las lavas tengan semejante orígen. De ellas se puede decir lo que Lavoisier y Humboldt sospecháron respecto de las tierras en general ; á sa- ber , que son oxídos , cuyas basas aun se ignoran. El ciudadano Patrin considera las capas pizarro- sas primitivas como el laboratorio donde se prepa- ran los alimentos de los volcanes , mas sin que ellas mismas suministren: cosa alguna de su propia subs- tancia, siendo solamente, respecto de los volcanes , lo que las montañas en órden á los rios; unas y otras atraen y condensan fluidos; que forman por un lado corrientes de agua, y por otro corrientes de fuego, y: de materias sólidas. ¡ Las capas primitivas se extienden desde las mon- tañas de los continentes hasta el fondo de los mares, donde forman montañas semejantes. Estas capas com- puestas de hojas, que en su principio estuviéron para- / DE HISTORIA NATURAL. 83 lelas á la superficie de la tierra , han sido fractura- das por una causa: general.. Por medio. de las hendi= duras existentes en el corte de las hojas absorben los fluidos que deben formar las materias volcánicas; Todos los “volcanes, Ó á lo menos casi todos, han sido submarinos , como lo observó muy bien G. A. De: luc. Aquellos que en el dia estan ardiendo, ó en ac- cion, tienen bañada su basa por el mar, y solamente existen en los parages donde.las aguas we mar son mas saladas. Toda la zona tórrida , cuyas aguas marinas sor cinco ó seis yeces mas saladas que en los mares del norte , se halla sembrada de un número prodigioso de volcanes. Los situados en latitudes elevadas se hallan junto al paso de las corrientes generales del Océano, que llevan las aguas de los trópicos hácia los polos, El ciudadano Patrin mira el ácido marino como uno de los principales alimentos de los volcanes , y hace en esta ocasion la siguiente reflexion sobre los volcanes de las dos Sicilias. El Mediterráneo, dice, tiene una extension siete veces mayor que la super- ficie de la Francia, y pierde por la evaporacion sin comparacion mayor cantidad de agua que la que re- cibe de los rios; y: Por lo mismo, como dixo Bu- fon (tom. 1. en 12? pag. 144.),, las aguas del Océa- no corren hácia él continuamente con grande rapidez por el estrecho de Gibraltar. Estas aguas llevan con- sigo una cantidad enorme de sal marina, que hubié- ra llenado mucho tiempo hace la capacidad del Me- diterráneo , si los volcanes de las dos Sicilias no se ca allí para descomponerla. + El crudadano Patrin explica esta domporición, y el empleo del ácido muriático de este modo. F 2 ” S4 ; ANALES Las pizarras primitivas contienen sulfuretos, sul- fates, oxíidos de metales , carbon, y ácido sulfúrico libre, que continuamente se está formando , como ye- remos luego. A medida que el agua existente en el fondo del mar, que está siempre muy cargada de sal, penetra las hojas pizarrosas, basa de las montañas submari- nas, se descompone la sal por medio del acido sul- fúrico. El ácido muriático, puesto en libertad, se apropia el oxigeno de los oxidos del hierro, de la manganesa étc. que encuentra al paso, y se convierte en ácido muriático oxigenado. Este ácido :oprimido por la columna del agua su- perior, y atraido por las hojas pizarrosas , que hacen el oficio de tubos capilares, se va introduciendo mas y mas , y muy en breve se extiende hasta muy le- jos. Encuentra' sulfuretos metálicos , y los descompo- ne con violencia ; se desprende abundantemente el ca- lórico; el ácido sulfúrico. se forma , y el carbon fa- cilita la del agua. Una porcion del hidrógeno de esta agua , combi- nada con el carbon y con algo de oxigeno, forma aceyte, el qual modificado luego por el ácido sulfú- rico , produce el petroleo. Otra porcion de hidrógeno se inflama por medio'del gas muriático oxígenado ; el petroleo reducido á gas se inflama igualmente , y co- mienza el incendio. Pero estos fuegos se apagarian muy pronto, si otro agente mas poderoso , que es el fluido eléctrico, no les comunicase nueva actividad. | Atraido continuamente de la atmósfera y de las trompas por medio de los metales de que abundan las capas pizarrosas , este fluido encuentra allí á cada paso. / sulfuretos aislados , unas veces en los betunes, y otras [ LE DE MISTORIA NATURAL. 85 sobre los cristales de quarzo , y entonces se inflama con estrépito, y renueva la inflamacion de los dife- rentes gases ; se escapan estos fluidos por los poros de las hojas pizarrosas., y se dirigen hácia la cima de la montaña para hacerla explosion. | Encuentran allí la agua del mar, que descompo= nen los gases inflamados ; su hidrógeno se escapa, y su oxigeno se fixa formando masas sólidas. Para explicar:este último fenómeno de fixarse, ad- mite el ciudadanoPatrin la existencia del fósforo en el fluido eléctrico: 'su:presencia le parece demostrada ya por el olor de fósforo que exhala este fluido, ya especialmente por la inflamacion del gas hidrógeno ocasionada por la chispa eléctrica; porque la inflama- cion estrepitosa de este gas resulta. de haberse conver- tido en gas hidrógeno fosforado porel contacto de la chispa. DD ano 0j> Así pues sabemos que entre/todos los cuerpos combustibles el fósforo:es el mas propio para fixar el oxigeno. : € | | El ciudadano Patrin admite tambien la presencia de un fluido metalífero, que concurre poderosamente á la fixacion del oxigeno. >=: Este fluido metalífero influye sobremanera en los fenómenos de la naturaleza : el autor cita varios he- chos que le parecen probar su existencia , y cree ((co- mo lo habia sospechado ya un célebre Químico del que habla Lavoisier, tomo 1. pág. 255.) que el ra- dical del ácido muriático es de naturaleza metáli- ca, y que el fluido metalífero: concurre del mismo modo 4 la formacion de la sal marina que á la de los metales: conforme á esto combina sus ideas de este modo: los metales son á la verdad preciosos en la zona tórrida ; pero su masa total poco considerable : y la 'sal 86 a ANALES. marina al contrario abunda sobremanera en aquellos parages. Segun Ingen-Housz y la cantidad de sal que tienen las aguas del Océano va siempre .en aumento desde los polos hácia el equador.,. donde es cinco ó seis veces mayor que en- los mares:del norte : y como la masa de los metales aumenta ¡én el sentido inverso, parece que entre los trópicos. el fluido metalífero se halla casi enteramente combinado «con el ácido muriá- tico ; y que al paso que se aleja de ellos, se ocupa en formar masas mucho mayores de' inetales. En las cér- canias del círculo polar, donde el:mar contiene po- quísima sal, la tierra está cubierta: de montañas ente- ras de oxido de hierro. LL 109. : El ciudadanoPatrin atribuye:á este fluido meta- lífero la formacion del hierro, dd se halla tan abun- dánte en las lavas. | Mas piensa que el ed que alma dl con= tienen, y conserva: y.alimenta su deflágracion por me- ses enteros ,, es un producto del fluido eléctrico , Ó mas bien este 'fluido mismo en estado de concre= cion, así-como el diamante es la concrecion del gas carbónico. Nadie ignora que el rayo ¿0 un fuerte olor de azúfre ; y como ninguna substancia conocida: dexa se- mejante olor sin contener azufre , piensa el autor que el azufre forma la basa del fluido eléctrico. El fósfos Yo es una modificacion de este fluido; y tal vez una combinacion con> Jamas hubiera creido, dixo D. Luis Neé, que fue- »»se tan floreciente el estado de aquel recinto. El la= s» brador mas instruido, y el mejor jardinero de la En- >» ropa, no hallarán allí nada qne mejorar. Vense ani- >» velados sus campos, y cubiertos unos de diferentes >» mieses, que ví segar en Octubre ; y otros de cañas de >» azúcar, que se benefician en los trapsiches ó ingenios, »» destínanse trechos considerables para huertas, donde ' » vegetan con robustez limones, naranjos y toda espe- >» cie de frutales; en cuyos claros se crian legumbres, > verduras, plantas aromáticas y flores. La vista, el »»olfato y el gusto se deleytan en aquellos vergeles, »» mas propios de un Real sitio, que de un pueblo.” A imitacion de este distrito había otros sin núme= ro en el Reyno igualmente aprovechados, por ser en casi todos el suelo muy fecundo, y pagar colmada- mente los sudores del labrador; al qual le daba tam- bien sin cultivo alguno producciones útiles, como qui- na, algodon, frutas , y hasta cera, que sacaba de algu- nos vegetales. Los pastos tan abundantes como sustan- DE HISTORIA NATURAL. 93 ciosos, alimentaban los ganados, y era crecido el nú - mero de carneros, mulas y caballos con que se faciliz taban las labores, y se promovia la agricultura. Ade- mas de las haciendas, que se podian mirar como otras tantas poblaciones por la multitud de operarios .é ¡n- quilinos, se veian como sembradas muchas casas, del mismo modo que en Asturias y Galicia, y al rededor de ellas los campos confiados al cuidado del colono; Cada dia se aumentaba el cultivo y las plantaciones: tomaban nuevo aumento las fábricas; y se proyecta= ban planos para llevar el Reyno á la abundancia, ri- - queza y felicidad. Ideas lisonjeras y laudables, dignas á la verdad de mejor suerte de la que tuviéron luego. Quando en 10 de Octubre de 1790 visitáron al Tunguragua el citado Née y D. Antonio de Pineda, cuya muerte lloran sus amigos, y los que saben apre- ciar las ciencias, pisáron al subir por espacio de qua- tro horas lava estéril sin vestigio de vegetales :respe- tó esta al derramarse algunos cortos trechos, que que- dáron como para muestra del antiguo suelo, cubiertos de arbustos y verdor, vistoso por el contraste que ha- cia con la aridez y color obscuro ceniciento de la cues- ta. Viéron á cada paso angostos respiraderos del fuego que el monte abriga en sus entrañas; y llegados á dos terceras partes de su altura una esplanada de mas de cien toesas de diámetro, que fué el crater de la última erupcion, por donde salió el ancho rio que tapizó las faldas y raices del monte, y destruyó los vivientes y vegetales. Quedó la superficie de aquella casi hori- zontal con algunas grietas de varios diámetros y direc- ciones. En estas se hacia sentir con vehemencia el fue- go: por ellas resonaba el horroroso estruendo del: des- órden interno de la montaña, que al parecer queria abrirse, y castigar á los curiosos observadores; y como Ed Nx 94 Co ANALES sino fuesen suficientes sus amenazas para aterrar al hom= bre mas intrépido , vino á fortalecerlas una tempestad horrible que acaeció en aquel momento. Turbóse el ayre , se obscureció la atmósfera, que rasgaban los en- cendidos rayos; y se olan truenos formidables que re- petian mil veces los montes vecinos. Todo anunciaba destruccion, todo infundia espanto. ,, Ni me conmue- »» ven, ni me asustan , decia el citado Née, los fenó- »» menos ordinarios de la naturaleza: arrostró con tran- »» quilidad los riesgos que á otros intimidan: mas debo s» confesar que las espantosas circunstancias de aquel »» dia me dexáron sin valor, y casi sin conocimiento, »» hasta amortiguar mi ardiente pasion 4 la Botánica. »» Veia curiosas plantas como licopodios y andrómedas »» en la altura del monte; mas no me atreví á trepar s» para cogerlas. Contentéme entonces contra mi ordi- 3» naria costumbre con la preciosa coleccion hecha al s» subir, y en las cercanías de la esplanada , que pasa- »» ban de doscientas. Busqué abrigo por un rato en el »» hueco de unas peñas, y pasada en parte la tempes- »» tad desamparé aquel sitio de horror, y baxe con pre- s> cipitacion al valle , cruzado de varios rios que se re» »» unen en el caudaloso de Patate.” Tranquilo ya, y al parecer seguro el difunto Pi- neda, reflexionó sobre lo que acababa de observar, y pronosticó 4 los vecinos de aquellos pueblos alguna conmocion y nuevos estragos: aserto que oyéron con indiferencia aquellos hombres, acostumbrados a terre- motos; pero que la experiencia confirmó muy 4 su costa. El dia 4 de Febrero de 1797 4 las siete y tres quartos de la mañana despues de golpes espantosos, que resonaban en las entrañas de los:montes, tembló la tierra con movimiento undalaforio, que apenas: duró quatro minutos, y se-extendió por todo el Reyno. Es- DE HISTORIA NATURAL, 95 te breve tiempo bastó para arrancar los cimientos de muchas poblaciones , desmoronar montañas , rellenar valles profundos, y trastornar la dilatada extension de quarenta leguas que convirtió en sepulcro de quanto vegetaba ó se movia. Paró un poco la tormenta ; mas presto se oyéron los horribles truenos subterráneos: pre- sagios de los terremotos que se renováron á las diez de la mañana, y 4 las quatro de la tarde del mismo in- fausto dia. Continuáron despues con interrupciones menor fuerza hasta el 5 de Abril, en cuyo dia á las dos y tres quartos de la mañana fue tan general fuerte la conmocion, que si no hubiera hallado ya destruida la comarca, ella sola. era capaz de reducir- la 4 escombros. Comunicóse 4 varios montes desde el primer temblor un violento impulso vertical , que le- vantó enormes moles, las que cayendo fuera de su antigua base se derrumbaron sobre poblaciones y ha- ciendas. Abriéronse en otros bocas desconocidas para vomitar caudalosos rios de hediondo lodo , que arro- llando quanto encontraba al paso , rellenó las hondo- nadas , y aniveló en poco tiempo los valles con los cerros , formando un suelo firme que ocultaba cadá- veres y riquezas. Deformóse la faz antigua del terre- no, especialmente del contenido entre Cotopaxi , Ma- cas y Tunguragua, volcanes terribles, y ruina en to- dos tiempos de la provincia. La rica manufactura de S. lidefonso con ochocientas personas , y las preciosas haciendas de Yataqui y Pingue con todas sus familias quedáron sepultadas entre escombros y lodo. Igual suerte tuviéron las poblaciones de Pelileo , Quero, Pillaro y Patate. En la villa de Riobamba no quedó piedra sobre piedra; y desquiciada ya por los temblo- res la cubriéron la ruinas del cerro Cullca. Latacunga y Hambato, cabezas de Corregimiento, se viéron des- 96 eE. ANALES truidas en un momento. Aunque se sintió el temblor en las ciento y setenta leguas que hay de Popayan 4 Piura ; y en las ciento y quarenta que se cuentan des- de el mar hasta las orillas del rio Napo ; sus lamen- tables y funestos efectos se viéron en el quadrilongo de quarenta leguas que media entre Guaranda y Ma- chache de norte á sur; y de unas veinte de oriente 4 poniente. Este recinto antes privilegiado por su fe- cundidad, poblacion y riquezas, quedó yermo, sin hermosura ni vivientes. Los pocos que por milagro es- capáron á la catástrofe , desolados ya con la pérdida de sus bienes, hijos y consortes , quedáron expuestos 4 necesidades crueles. Sin habitacion , sin alímento , sin aguas puras, esperaban el momento de perecer, sin mas consuelo que el sepulcro para ver sus caras prendas arrancadas de sus brazos. La empinada cima del Tunguragua, que había vo- mitado fuego , y lanzado masas sólidas en otras oca- siones , se mantuvo tranquila y despejada en este ter- remoto. Creyóse á los principios que Macas era el fo- co principal de los temblores y erupciones , porque el ruido subterráneo parecia venir entonces de : aquel montez y porque en él se habian oido los cinco ó seis años anteriores truenos subterráneos , llamados brami- dos por el vulgo: pero exáminados con cuidado los efectos , y cotejadas las distancias, parece que el Tun- guragua con semblante apacible fraguó en su seno la catástrofe , comunicando á los montes contiguos mate- rias y movimiento. Así es que el mayor estrago se ma- nifestó en quanto tuvo la desgracia de hallarse en su inmediacion, como los pueblos de Quero, Pillaro, Pelileo y Patate : las ricas fábricas y haciendas de San Ildefonso, Yataqui y 'Pingue situadas en la honda lla- nura contigua al rio Patate. Las erupciones cenagosas DE HISTORIA NATURAL. 97 fuéron tambien mayores en las cercanías de dicho vol- can. Hállase como colateral y en la misma cordillera del Tunguragua el cerro denominado Igualata, que reventó por varias partes, cuyo fenómeno vió uno que baxo juramento declaró lo siguiente. ,, Iba monta- >» do en mi caballo , quando de repente se desencajó la »> tierra de su estado natural, y caí aturdido. Levanté- »» me despues, y pensé en seguir mi viage dirigido á »» Guano. Miré hácia la cumbre de Igualata, y conté >» cinco bocas por donde salian llamaradas de fuego y »» saltaderos de lodo, que por la falda formaban rios »» de mucha extension , que arrancaban quanto encon- > traban hasta dar en alguna quebrada de las antiguas >> Ó de las nuevas. Observé tambien que á cada bor- 5» bollon de lodo que resaltaba por las bocas del mon- »» te se seguia un espantoso ruido subterráneo y un »» nuevo temblor, lo que me acobardó de modo, que >» en vez de continuar hácia Guano , determiné vol- »» verme á Hambato: mas llegado á este, solo encontré »» escombros de la poblacion.” Las erupciones lodosas de Igualata tomáron varios rumbos , unas hácia el ca- mino de Riobamba, y otras hácia Quero, en tanta co- pia que cubriéron campiñas enteras , llenáron quebra- das de una anchura y profundidad inmensa , por donde siguiéron su curso como caudalosos rios, y anegáron haciendas , habitantes y ganados con su asquerosa ma- teria; la que se aumentó con la que vomitó el cerro Llimpi situado sobre la desgraciada poblacion de Quero. Aunque es incalculable la materia fluida que por mil bocas salia de los montes, con todo para formarse alguna idea bastará saber que la erupcion sola de la quebrada Cusatagua , despues de baxar hasta un pro- fundo rio , y detener el curso de sus aguas, ocupó el ancho cauce de quatrocientas varas, y de doscientas TOMO 11. G gS ANALES. de profundidad, siguiendo así mas de tres leguas, é interrumpiendo el curso de los rios Hambato , Lata- cunga y Pachanlica. Cantidad asombrosa, que segun la antigua teoría de los volcanes, que suponia hornos y materias preexistentes, sólidas y líquidas , debia dexar en aquellos abismos anchurosas cavernas, y las masas colosales de nuestro globo como suspendidas en el ayre y á punto de baxar á ellas. El ciudadano Patrin, co- mo hemos visto en sus Investigaciones sobre este asun- to , salva todo género de inconvenientes , suponiendo que diversos gases con el concurso de los fluidos me- talífero y eléctrico , llevados por diferentes caminos á fuerza de operaciones químicas al foco, se conden- san en un instante hasta adquirir unos la solidez de piedras, otros salen fundidos en forma de lava, y otros en la de lodo fétido. De esta naturaleza fue tambien el caudaloso rio que se abrió paso hácia la cumbre de la Moya , mon- taña contigua á Pelileo, y de una altura inmensa sí se compara con la cañada que la separa del Tunguragua. Reventó la Moya de diverso modo que Igualata , Pu- caguayco , Cusatagua , Quinuales ,Guambaló , Mul- mul, Llotupí, y otros muchos montes y cerros, En estos se abriéron bocas, y cayéron escombros sin guarismo; pero en la Moya el mismo impulso vertical que levan- tó á aquella altura las materias cenagosas , sublevó un cortezon de dos á tres varas de espesor, que dividido en grandes trozos flotaban como barcos sobre el nue- vo rio sin mudar de direccion; sin haberse maltratado los vegetales arraigados en aquella tierra , ligera como corcho segun se vió despues. Por desgracia tomó el rio su curso hácia la poblacion de Pelileo , ya casi des- truida por el temblor, y dexó sobre sus ruinas aque- llos enormes trozos cubiertos de plantas. Con estos DE HISTORIA NATURAL. 99 transformó en verde monte lo que fue pueblo , y bor- ró hasta el sitio donde estuviéron sus edificios y ca- lles. Si alguno de sus infelices moradores pudo sobre- vivir á las desgracias precedentes , arrebatado por la corriente del nuevo rio cayó rodando por la larga cuesta hasta Patate. Allí encontró la materia fétida nuevas victimas que sepultó en el lodo. La familia y dependientes de D. Baltasar de Carriedo en número de ochenta desapareciéron en un momento ; y solo se salváron'una muger y un muchacho, que asidos á una choza de paja flotáron sobre el rio como los esqui- fes en el agua. | | Estos trastornos, que aterran ó destruyen á quan- tos tienen la desgracia de ser testigos de sus furias, depositan en nuestro globo monumentos que algun dia querrán explicar las generaciones futuras. Serán ” entonces útiles las investigaciones , si la historia fiel guia al observador , y si las ciencias naturales adorná- ron su espíritu. Sin estos socorros jamas podrá creer, que los esqueletos hallados á tanta profundidad fuéron pacíficos colonos de un suelo descubierto y llano. Sin conocer la fuerza , los estragos y la teoría de los vol- canes, jamas podrá pensar que un trastorno semejante haya sido el efecto de solos tres minutos; -y para ex- plicarlo fingirá épocas que se pierden en la mas re- mota antigiedad : épocas que pensará fixar quando el acaso Ó profundas excavaciones le presenten fósiles ó substancias ya alteradas de los sepulcros de aquellos infelices que tomaron nuevas formas:á fuerza de repe- tidas operaciones químicas. Este terremoto, el mayor de los sucedidos en América y tal vez enel mundo: nuevo allí por la incalculable cantidad de lodo que vomitáron sus mon- tes, y por la brevedad en que se consolidó esta ma- G2 100 ANALES teria: funesto en fin, por la pérdida de tantos vivien- tes, y del fruto de porfiados y bien dirigidos traba- jos, merece perpetuarse en nuestra historia, como igualmente los acaecimientos notables que le acompa= ñáron. De esta naturaleza son los siguientes. | Al primer movimiento de la tierra se inflamó la laguna de Quirotoa situada en el anexo de la Cocha, otro de los de la parroquia del pueblo Insilve. Fue tan intenso el calor que despidió hácia todas partes, que sufocó 4 los ganados y bestias que pastaban en sus inmediaciones 3 y recibiendo sin duda nuevo pá- bulo, conservó toda su fuerza mucho tiempo , como informó D. Juan de Estrada , Cura de dicho pueblo, en 17 de Febrero de aquel año. | | En la jurisdiccion de S. Felipe, pueblo del Cor- regimiento de Latacunga, estaba la hacienda de la Ca- lera en una llanura de muy corto declive, la que ar- rancada de cuajo por el terremoto fue llevada ente- ra á mas de mil varas de distancia : continuó en pre- cipitarse el edificio hasta dar en el rio de Saquisili ó de Punacuchí, donde sumergido en parte pasáron á la ribera opuesta varios fragmentos que se encontrá- ron sin lesion. Pereciéron allí cincuenta y nueve per- sonas , y se salváron un indio con su hija, que sin sa- ber como se halláron en la ribera opuesta cubiertos de lodo ; y otra india que por su dicha habia subido á un árbol de capuli * para comer su fruto parecido á ce- rezas. Este árbol se encontró en la ribera opuesta del rio tan lozano y derecho como si alli hubiera nacido y se hubiera criado. | La traslacion de árboles y haciendas á bastante distancia no suele ser freqiiente en los temblores , aun- 1 Prunus capuli, especie nueva de cerezo que describiré luego. DE HISTORIA NATURAL. JOI que tenemos de ello algun exemplo, ya en a corte- zor enorme de la Moya llevado á Pelileo, ya en la hacienda que con su casa corrió largo trecho por una cuesta en el terremoto de Calabria. Lo que parece extraño y tal vez nuevo es el que hayan sobrevivido á la catastrofe el indio con su hija cubiertos de lo- do: porque esto prueba que no llegó á ellos calien- te la materia, qual parece debia estar para ser le- vantada por lo interior del monte, y arrojada en tan- ta copia, como queda dicho. | Tambien es digna de memoria la fidelidad de un perro ,á quien debió otra muger la vida, Sepultada en- tre escombros, y sin auxilio humano, encontró socorro en aquel : ieraciobal; que conociendo estaba allí su ama empezó 4 arañar y remover obstáculos hasta propor- cionarle algun desahogo: ayudándose entonces ella pudo al fin salir de aquel sepulcro, bien que á costa de perder una mano. Uno de los rios cenagosos que vomitó Igualata se dirigió hacia el cauce del rio de Pachanlica , que tie- ne mas de cien varas de profundidad , y lo cegó en- teramente , continuando despues en rellenarle por es- pacio de cinco leguas , hasta que encontró otro mas considerable de la misma materia cenagosa que venia por la quebrada Cusatagua. La reunion de estos nue- vos torrentes y la inmensa copia de materias que ar- rastraban paráron el curso de los rios de Hambato, Tacunga , Guapante, Naxiqui y otros por espacio de ochenta y siete dias, convirtiendo en crecidos lagos lo que antes fue sitio firme y seco. En algunos parages se. endureció el material de tal manera, que se pudo andar a caballo como por el terreno mas sólido; y solamente el que lo vió antes del terremoto podrá creer que ha- ya sido en algun tiempo cauce profundo de los rios. 102 ANALES El cerro Galán , en cuyas raices estaba la hacien- da y valle de Caguagí , del Corregimiento de Rio- bamba , se desgajó por el temblor, y sus escombros formáron el sepulcro de sésenta personas , hiciéron desconocer el antiguo sitio del valle y de la hacienda que desapareció , y detuviéron ocho dias el curso del grande rio Chambo. | El cerro llamado Conchuina, de la jurisdiccion d Quero, reventó como otros muchos, y arrojó en partes materias secas , y en otras con mezcla de agua, causan: do mucho daño en las haciendas , gentes y ganados. No lejos del sitio donde existió la manufactura de .S. Ildefonso se observa el terreno en partes levantado en forma de pirámides ó de panes de azúcar donde antiguamente fue el suelo igual. Esto y la altura de dichas pirámides , que suele ser de ocho á diez varas, cuya base aparece como soplada con fuelles , causa ad- miracion y extrañeza, Aunque las tierras de la jurisdiccion de Patate pa- deciéron mucho por el terremoto y erupciones ; su- friéron mayores daños aun por la inundacion que re- sultó de la obstruccion de los rios. En el puerto de Guayaquil fuéron grandes y fre- quúentes los temblores, sin resultar desgracia alguna, ni desquiciarse las casas hechas á prevencion de ma- dera. “Tampoco la hubo de consideracion en Piura y Cuenca, | En Quito aunque el temblor fue tan fuerte que con dificultad se podia uno mantener en pie, y aun- que se desquiciáron varias torres y muchos edificios, no han sido considerables las desgracias. Fuéron de alguna consideracion en Guaranda don- de pereciéron diez y nueve personas; y de mucho in- teres por lo que mira 4 los edificios que quedáron DE HISTORIA NATURAL. 103 arruinados , y casi en el mismo estado infeliz que los de Latacunga , Hambato y Riobamba. En estas poblaciones y en los Corregimientos de sus nombres, como tambien en la Tenencia de Alausi muriéron doce mil quinientas cincuenta y tres perso» nas, sin contar las mil sepultadas en S. Ildefonso, Ya- taqui y Pingue, y sin incluir otros innumerables indios y mestizos que habrán perecido en la dilatada exten- sion que fue el teatro de la tragedia. Los siguientes estados indican el número de perso- nas que pereciéron en los Corregimientos de Riobam- ba, Hambato, Latacunga , Guaranda y Tenencia de Alausi. | CORREGIMIENTO DE RIOBAMBA. Riobamba............ 4877 AchamboO.....ecmomom». . 1OO pio AI 29 QuiMilB..icnmmi. id Caxabambaciima 190 >; PeRiP6...ciocrñascnigass 9 Calumbe.......:........" 24 Guanando..... «om... 201 GUAMOSC.cconcccnnonn... YE, ¿CRIDISIOS rapciór dra: $ E A 1 E A LACbO tónccos AA A DEL, ARA 60 Poni. dad 120 San Andres............ ¿de Y asuquies............ io ¿Lacan cdi A Aia. TIT ICA A e DY 6036 CORREGIMIENTO DE HAMBATO. AMIA csccacaon oo JOR (TO oscoteciotacerióero o 8D A o O E LS O 4007 E O MI A e A ora KR osd...uditcosas. 448. . DAMA O ing icons o ÓT A RN NO DO acid tiorin 3 Moo rmómosomooson oros LO 104 ANALES CORREGIMIENTO DE LATACUNGA, , LatacUnga..oco.... 106 Cusúbamba........ soi 8 ; Mulalo. ón cotcirtcinicas 1 San Miguel........... 30 PFanicuch.i..cció 5. San BeliPenrciiió iv A SAquisill.....osioocse a us techos. it 2x8 Pagili..cs.c, vitáris: O A La sa | 234 CORREGIMIENTO DE GUARANDA. Guefandaca.ictioines 19 ChapacotO..mmmo.... I Gruannja.L. 4.4002 1o San Miguel... 18 AASANEOL O cicoomicciónas a San Lorenzo de I ChimbO.scaosionmaractóno 19 SANLIAYO.ccooo oririrnronss 4 67 TENENCIA DE ALAUSI. MI ar A 2": Obinchi..io cli PISA opaco lei 4: 78 DESCRIPCION DE ALGUNAS PLANTAS NUEVAS POR D. ANTONIO JOSEPH CAV ANILLES, LOBELIA GIGANTEA. Pia caule fruticoso : foliis lanceolatis , denta- tis, rugosis; pedunculis axillaribus, solitariis, lon- gissimis. Esta especie forma un hermoso arbusto de catorce y mas pies de altura : echa ramos por todos lados bien DE HISTORIA NATURAL. 10$ poblados de hojas sostenidas por peciolos de tres lí- neas , esparcidas sin órden, las quales son lanceoladas, rugosas, con dientes muy finos, algo afelpadas por el enves, y tienen mas de ocho pulgadas de largo, y una de ancho por en medio. Las flores salen solitarias de los sobacos , sostenidas por pedúnculos rollizos , gruesos, ordinariamente mas largos que la hoja. La parte del cáliz pegada al gérmen es hemisférica con estrias, y luego se divide en cinco lacinias permanentes , lanceo- ladas, muy agudas , de una pulgada de largo. La co- rola es de un amarillo tirante al roxo, gruesa, afel- pada por afuera , de pulgada y media de largo, in- serta en la parte superior del cáliz, algo mas abaxo que las divisiones de este: el tubo es entero y de una pulgada : el borde de dos labios, de los quales el in- ferior está partido en tres lacinias aovadas con punta, y el superior en dos mas profundas, inclinadas hácia el labio inferior. Los cinco filamentos planos, libres en la base por donde estan insertos al cáliz algo mas abaxo que la corola, unidos despues en forma cilín- drica , mas largos que Ja corola , los quales se termi- nan por un tubo de tres líneas algo mas ancho que ellos, compuesto de cinco anteras cada una interior- mente de dos celdas. El ápice de las anteras, y los cin- co surcos exteriores se ven cubiertos de multitud de pelos tiesos ferrugíneos. El gérmen es aovado adhe- rente , esto es, ínfero respecto de las lacinias del cá- liz : el estilo roxo : el estigma velloso y globoso quan- do está encerrado en el tubo de las anteras; pero efec- tuada la fecundacion , sale y aparece abroquelado con dos divisiones. La caxa es mayor que un garbanzo, aoyada con punta, y con un surco longitudinal en cada cara , de dos ventallas que se abren por la pun- ta, de dos celdas , separadas por un diafragma opues- 106 ANALES to á ellas. El receptáculo es carnoso , blanquecino, có- nico, convexó por donde sostiene las semillas , y co- mo atravesado longitudinalmente por el diafragma. En cada celda hay muchas semillas aovadas, muy me- nudas , roxizas. Se cria esta hermosa especie entre Guaranda y la montaña de S. Antonio, en parte destruida por el ter- remoto: florece y fructifica en Octubre. Su figura se hallará en la estampa 513 de mi sexto tomo de Ícones. LOBELIA ANDROPOGON. LosELrA caule fruticoso: foliis ovato-acutis, gla- bris, mollibus : floribus axillaribus, solitariis , coccineis. El tallo se levanta hasta seis pies, y es rollizo ,con surcos longitudinales y ramos alternos semejantes á él. Tiene tambien alternas las hojas, sostenidas por pecio- los de dos líneas, y son blandas, aovadas con punta y dientes muy pequeños donde se terminan las veni- tas que salen del nervio longitudinal: su longitud es de tres pulgadas, con pulgada y media de ancho. Las flores salen solitarias en los sobacos, sostenidas por pe- dúnculos mas cortos que las hojas, vellosos hacia la ba- se , con dos bracteas aleznadas. El cáliz es hemisférico, estriado, y se termina en cinco lacinias agudas, mas largas que el gérmen. Las corolas de color de grana, tienen pulgada y media de largo : su tubo, algo corvo, - se va ensanchando hácia arriba , y allí empiezan los dos labios, de los quales el inferior está partido en tres lacinias muy pequeñas, y el superior en dos que son aovado-agudas. En lo demas conviene enteramente con la que aca- bamos de describir. Se cria en la citada montaña de S. Antonio, y en DE HISTORIA NATURAL. 107 sus inmediaciones la Lobelia columnez figurada en las obras de Smith, y la Jarava ichu de la Flora de Chi- le y del Perú. La figura de esta especie se hallará en la estampa $15 de mi sexto tomo de Icones. LOBELIA CAMPANULATA. LoseLra foliis ovatis, petiolatis, superne glabris, rugosis; subtus tomentosis albis: corollis campanulatis pulverulentis. | Arbusto de ocho pies de altura , ramoso , cubierto de borra blanca, y bien poblado de hojas, esparcidas sin Órden. Estas son muy enteras, aovadas, rugosas, lampiñas por arriba, afelpadas por el envés, y cubier- tas de una borra blanca muy espesa: tienen los bordes algo revueltos; los peciolos muy cortos, y una ó dos pulgadas de largo. Los pedúnculos salen solitarios en cada sobaco, suelen ser tres veces mas largos que las hojas, y sostienen cada uno su flor; cuyo caliz es afel- pado y partido hasta la mitad en cinco lacinias lanceo- ladas; como sucede en las demas especies: distínguese esta de todas en la forma de la corola, que es campa: nuda, de una sola pieza, partida hacia el borde en cinco lacinias iguales, aovadas con punta: es roxa por adentro, y de un blanco obscuro por afuera, cuya su- perficie esta cubierta de una borrita fina á manera de polvo. El gérmen es aovado: el estilo tan largo como los estambres; pero se extiende algo mas, efectuada la fecundación, y sobresale, apareciendo entonces el es- tigma como bilobo. | La caxa es de dos celdas, y conforme á las des- critas en las especies antecedentes. Se cria junto al camino que va desde Guaranda al 108 ANALES Chimborazo, y florece en Octubre. La estampa 517 de mi citado tomo representa esta especie curiosa. LOBELIA HIRTA. LogeELrA caule fruticoso : foliis lanceolatis, dentí- culatis, hirtis: pedunculis axillaribus, solitariis, flore longioribus. Arbusto de unos seis pies de altura, ramoso , con surcos longitudinales y pelierizado. Sus hojas son lan- ceoladas: tienen algunos dientecitos en el borde, y muchos pelos blancos tiesos en ámbas superficies: son de varios tamaños, pasando algunas de seis pulgadas de largo, y de pulgada y media de ancho, sostenidas por peciolos de dos á tres líneas. Haállanse las flores há- cia las extremidades de los ramos, sostenidas por pe- dúnculos de unas dos pulgadas, derechos, pelierizados y solitarios en cada sobaco. El cáliz es globoso, pelie- rizado, y sus cinco lacinias mas largas que el germen: la corola de color de grana, y vellosa por afuera; cu- yo tubo, siempre entero, y de una pulgada de largo, se va ensanchando hacia la boca, donde empiezan los dos labios, de los quales el inferior es ancho, y. está partido en tres lacinias agudas revueltas; el superior es mas largo, y sus dos lacinias 'son lineares y estre- chas. Los estambres son lampiños. En lo demas conyie- ne con las antecedentes. Se cria en la citada montaña de San Antonio, y florece en Octubre. Esta especie se hallará en la estampa 320 de mi tomo sexto, donde describo quince especies, catorce de ellas nuevas, que descubrió D. Luis Née. De sus descripciones consta que el género Lobelia se distingue de los otros 4 DE HISTORIA NATURAL. 109 12 Porque su cáliz, partido en la parte superior en cinco lacinias permanentes, cubre y está pegado al a . . , gérmen en la inferior que está entera ”. 22 Por su corola de una pieza, partida en cinco lacinias, cuyo tubo es mas largo que el cáliz. 32 Porque sus cinco anteras estan unidas en forma de tubo. 4? Porque su receptáculo cónico está como parti- do perpendicularmente por el diafragma, al que está íntimamente unido. Ademas de estos caracteres que convienen á quan- tas especies conozco, he observado los siguientes. 12 La parte inferior ó entera del cáliz tiene 7-10 surcos protuberantes. 22 El tubo formado por la reunion de las anteras casi siempre tiene diez surcos externos; la antera su- perior es algo mas larga y corva: todas son de dos celdas; y todas tienen su punta mas ó menos peluda, sin duda para que el polvo fecundante no se extravie en perjuicio del fruto. 32 Los cinco filamentos están unidos en un tubo desde las anteras hasta muy cerca del gérmen, donde se separan y aparecen como cintas, que luego se unen á la base del tubo de la corola. 47 La corola siempre es de una sola pieza: su tu» 1 La expresion con que Linneo y los demas Botánicos han querido determinar la situacion del cáliz respecto del gérmen, lla= mándole supero (superus ) no es exácta , como acaba de notar el ciudadano Ventenat en la pág. 64 de su obra ya citada; porque dicho cáliz cubriendo al gérmen , y siendo una especie de pelleji- to adherente á él, no es propiamente supero. Por lo qual y para rectificar las ideas ha substituido el citado Ventenat la expresion de cáliz adherente á la de calix superus de Linneo; y la de cá- liz libre á la de calix inferus del mismo autor. En lo sucesivo adoptaré en mis obras las expresiones de Ventenat. | 110 ANALES bo las mas veces entero, bien que algunas hendido longitudinalmente por la parte superior : el borde casi siempre de dos labios, y las lacinias del labio superior mas angostas. | | 52 El estigma está encerrado en el tubo de las anteras mientras dura la fecundacion; pasada la qual sale y aparece mas Ó menos abroquelado, y casi bilobo. 6% La caxa es aovada con punta, notada en cada una de sus superficies opuestas con un surco longitudi. nal que corresponde al tope del diafragma: las venta- llas suelen tener bifido el ápice, como las de la calceo- - laria. PRUNUS CAPULI. Prunus floribus racemosis : foliis eglandulosis, gla- bris, lanceolatis argute serratis. Arbol parecido 4 nuestros cerezos, que suele tener diez y ocho O veinte pies de altura, multitud de ra- mos, y una hermosa copa: su tronco es derecho; la corteza lisa y algo cenicienta; los ramitos asurcados, y en ellos muchas hojas de dos á tres pulgadas de lar- go, y de media ó algo mas de ancho, terminadas en punta aguda, y sostenidas por peciolos delgados, sin glándulas , largos de media pulgada : son lampiñas, verdes por arriba, algo claras por el envés, aserradas con dientes muy menudos, terminados por una espini- ta. Echa sus flores en racimos solitarios, axíllares, asurcados, de siete 4 ocho pulgadas de largo; donde estan esparcidos los pedúnculos unifloros de línea y media de largo. El cáliz es libre, de una pieza, parti- do hasta la mitad en cinco lacinias puntiagudas: los pétalos blancos , venenosos, obtusos; casi del tamaño de los del espino albar (crategus oxyacantha ) : los fi- lamentos aleznados algo roxizos, las anteras aovadas. / DE HISTORIA NATURAL. J1IIT Se cria con abundancia en el distrito que tanto pa- deció en el terremoto, y tambien en el Perú. Florece en Octubre. No he visto el fruto. Esta especie es parecida al prumus canadensis de Linneo, el qual cita la figura 4? de la estampa 158 del -Almagesto de Plukenet ; estampa miserable, reducida á unas quantas hojas sin flor ni fruto. Llamó Plukenet capolín á su planta, y Linneo afirma que la canaden- sis tiene las hojas rugosas y vellosas por ambas super- ficies, y su forma ancho-lanceolada. La nuestra, como hemos visto , las tiene lampiñas, y tres veces mas lar- gas que anchas. Llámase vulgarmente capulí. Observ. El Sr. D. Francisco Zea , discípulo del Se. «ñor Mutis, y natural de la provincia de Antioquía , en el Reyno de Santa Fe, dice que quando á la palabra capulí no se le añade otra, entonces se habla del cere- zo, cuyo fruto es negro; y para denotar otra especie que lo da pajizo, se dice capulí amarillo. SALVIA GLANDULIFERA. SaLvia foliis ovatis, serratis: verticillis subsexflo. ris: calicibus, bracteis, ramisque glanduliferis. El tallo de esta planta se levanta como unos tres pies, con ramos alternos: es de quatro ángulos, algo roxizo, y esta cubierto de pelitos tiesos, terminados por una glándula globosa , los que son mas sensibles en los ramos tiernos, bracteas florales y cálices. Sus hojas son opuestas, y mayores que los peciolos que las sos- tienen, aovadas y aserradas, tienen una pulgada de largo , unas cinco líneas de ancho, y un vello corto en ambas superficies. Hallanse las flores en rodajas , regu- larmente tres á cada lado, sostenidas por pedúnculos mas cortos que el cáliz, en cuya base hay dos bracteas 112 ANALES que casi abrazan al tallo , cortas y puntiagudas. Los cá- lizes son tubolosos, con estrias y de dos labios, de los quales el superior entero, y el inferior partido en dos lacinias algo mas cortas, y todas terminadas en punta algo obtusa. La corola apenas es doblado larga que el cáliz, de un roxo morado, con tal qual pelito muy fi- no ; tiene el labio superior mas corto que el inferior: aquel escotado, y este partido en tres lacinias, de las quales la del medio mucho mayor y ancha. Los es- tambres son roxos, y un tercio mas largos que la co- rola : las anteras largas , y de un color obscuro : el es- tilo del mismo color y longitud que los estambres, lampiño y partido al fin en dos estigmas divergen- tes, de los quales uno muy corto. En lo demas con- viene con las otras especies americanas descritas en mis obras. | Crece con abundancia entre Guaranda y el Chim- borazo, y florece en Octubre. La he yisto seca en ca- sa del Sr. D. Luis Née. SALVIA INCARNATA. Savia foliis ovato-acutis serratis: bracteis flo= ralibus brevibus caducis : calicibus parvis quinque- dentatis. Esta especie se distingue fácilmente de todas las americanas que he exáminado , por tener el cáliz muy pequeño respecto de la flor, y terminado en cinco dientes. Es una de las que se cultivan para adornar los jardines de Nueva-España por la hermosura de 'sus flores. El tallo es de quatro ángulos, algo roxizo, lampiño si exceptuamos los ramos tiernos; de quatro pies de alto, bien guarnecido de ramos opuestos. En estos y á corta distancia de las flores, se ven hojas DE HISTORIA NATURAL. 113 opuestas mucho mas largas que sus peciolos , aovadas con punta, aserradas, de una pulgada de largo, y ape- nas media de ancho (es regular que las inferiores del tallo sean mucho mayores), venosas, y de un verde muy claro por el enves; algo vellosas, y de un ver- de obscuro por arriba. Las flores forman espigas terminales de medio pie, interrumpidas por la dis- tancia de las rodajas , menor que el largo de las co- rolas. Suele haber en cada rodaja quatro flores con pedúnculos mas cortos que el cáliz, y. dos bracteas aovado-lanceoladas que caen antes de abrirse las flo- res. El cáliz es tubuloso, algo velloso y estriado, y" apenas tiene línea y media de largo, partido en la: parte superior en dos labios, terminados en cinco dientes muy agudos, y á veces en seis, tres en cada labio. La corola es de un encarnado hermoso, de mas de una pulgada de largo , algo vellosa por afuera : el tubo es casi cilíndrico ,el qual se ensancha hácia la parte superior, y al fin se parte en dos labios de igual longitud; el superior entero , y el inferior con dos la- cinias laterales cortas. Los estambres y el estilo pare- cen amarillos en el seco, y son algo mas largos que la corola. Pa! Crece en los campos inmediatos á Queretaro en la Nueva-España, y Horece en Octubre. La he visto seca en casa del citado Née. SALVIA EXASPERATA. Ta). 17. * - SaLvIa foliis rugosis, exasperatis; radicalibus bi- pinnatis, petiolatis ; superioribus pinnatis, sessilibus, connatis : caule paniculato ramosissimo. | mo si los tomos forínasen uno solo. TOMO Il. H 1 El número de las estampas irá siguiendo en estos Anales co- 114 ANALES El tallo es grueso como el dedo meñique, de qua- tro ángulos, roxo especialmente tierno, y entonces está cubierto de una lana fina formando como telas de araña, que se extienden á los peciolos y nervios principales de las hojas 5 se levanta como un pie, y allí empieza á ramificarse arrojando multitud de ra- mos opuestos primarios y secundarios, donde van sa- liendo las flores, todos algo pegajosos. Las hojas ra- dicales , y las ¡nfriores del tallo tienen un pie de lar- go, y son dos veces aladas, sostenidas por peciolos roxos afelpados, cuyas bases se unen para abrazar al tallo: las de los ramos son simplemente aladas, se abrazan, y carecen de peciolo. La superficie superior de las hojas es de un verde obscuro , y está sembra- da no de arrugas como en otras especies, sino de elevaciones piramidales huecas, que presentan otras tantas cuevecitas por el enves, que es de un verde claro. Las flores salen en rodajas, quatro ó seis en cada una , sentadas entre el tallo y las dos bracteas florales, que son opuestas, aquilladas, en puhta, y por lo comun mas cortas que el cáliz. Este es verde, velloso , de dos labios , de los quales el superior está partido en tres puntas agudas, y el inferior en dos mas profundas, entre las quales á veces hay otra de igual longitud. La corola es de un amarillo casi blanco, y de una pulgada escasa de largo: su tubo corto , en-, grosado luego por una joroba inferior algo comprimida: el labio superior corvo , acanalado , escotado , velloso, y á veces en lo interior teñido de un color muy dé- bil de rosa ; el inferior está partido en tres lacinias, de las quales las laterales cortas, lineares ; la del me- dio ancha, cóncava , escotada. Los estambres son casi “blancos , y mas cortos que la corola : las anteras lar- gas, pardas: el estilo en arco, lampiño, con dos estig- DE HISTORIA NATURAL. 1 IS mas divergentes y cortos. Las quatro semillas en el fondo. del cáliz. Floreció esta planta en el Real Jardin Botánico de esta corte en Abril y Mayo, nacida de semillas que me envió el ciudadano Thouin , y se cree sean del Oriente ó Egipto. - Explic. de la estampa. a Cáliz. b Corola. e La misma extendida con sus estambres. d Cáliz abierto, y en su fondo las semillas antes de madurar. e Gér- men y estilo. ERYNGIUM HUMILE. EryNGIuM foliis siialita: ovatis s petiolo bos vioribus : caulinis 'sessilibus oblongis , serratis : inyo- lucris decaphyllis tricuspidatis. De la raiz salen muchas hojas radicales , y entre ellas tres ó mas tallos con estrias, de unas quatro pul- gadas de alto , cada uno con dos hojas opuestas , ter- minado por una cabezuela de flores. Las hojas radi- cales son aovadas , algo correosas , lampiñas como toda la planta, aserradas, cuyos dientes se terminan por una espinita mas fina que un cabello : tienen un nervio longitudinal del qual salen venitas ramificadas - y entretexidas ; pulgada y media de largo con unas' ocho líneas dé ancho ; y un peciolo ancho de una lí- nea, y de mas de dos pulgadas de largo. Cada tallo tiene un solo par de hojas opuestas , sentadas ,“que lo abrazan, las quales tienen de una á dos líneas de an= cho, y de tres á siete de largo. La gorguera se com- pone ordinariamente de diez hojuelas aovado-oblon- gas, terminadas por tres dientes espinosos , de los qua- les el central mas largo : son tiesas, enteras , nervio- sas, iguales , de un verde pajizo por afuera , y de un H2 116 - ANALES amarillo fuerte por adentro, y dos veces mas largas que la cabezuela de flores , que suele ser del tamaño de un guisante. Las pajitas que separan las flores son aovadas terminadas en una sola punta muy aguda. > Se cria en. las montañas del Chimborazo y de San Antonio, y florece en Setiembre. Ví esta planta seca y én fruto. - | | ERYNGIUM SUBACAULE. EryNcium fóliis radicalibus ovatis , subcrenatis, inermibus , longe pedunculatis. Mi: Esta planta es algo mas pequeña que-la preceden- te,á la qual se parece en el tamaño de la cabezuela de las flores, en las pajitas que las separan , y en el color de la gorguera ; pero se distingue de ella en lo siguiente. Las hojas son blandas sin dientes ni espi- ñas : las que estan tendidas sobre la tierra son aova- das y casi -enterísimas ; tienen dos líneas de ancho, quatro de largo, un solo nervio longitudinal con mu- chas venitas, y un peciolo de pulgada y media de largo: las interiores y como pegadas á la base de los bohordos son lanceoladas y sentadas: los bohordos tie- nen de dos á quatro pulgadas de largo, y una sola ca- bezuela de flores, cuya gorguera se compone de ho- juelas lanceoladas terminadas en- punta aguda, y algo mas abaxo tienen en cada lado un solo dientecito en punta cerdosa. | ( | ' “Se cria en las cercanías del pueblo de Chalma en la Nueva-España , y florece en Agosto. Vila seca. ERYNGIUM MONOCEPHALUM. ErywNcrum foliis amplexicaulibus, canaliculatis, laxe pinnatis : involucro. patentissimo rigido. - DE HISTORIA. NATURAL. 117 El tallo se levanta hasta quatro pies , con estrias y ángulos salientes; no he visto sus hojas radicales, ni sé si es ramoso ; pero el esqueleto que exámino tiene mas de dos pies de largo, y el grueso de una pluma de escribir con hojas alternas , y se termina por úna sola cabeza de flores de un morado obscuro: de es- te mismo color es desde un palmo antes de la gorguera; en lo restante verdoso y lampiño como toda la planta. Sus hojas tienen mas de un pie de largo , y apenas tres líneas de ancho junto al tallo que abrazan, guar- necidos allí sus bordes de lacinias aleznadas muy agudas; siguen acanaladas disminuyendo siempre de ancho hasta terminarse en punta muy aguda, y van echando pínulas alternas de mas de una pulgada de largo , y apenas media línea de ancho: cada pínula tiene dos espinas desiguales en forma de estípulas, y dista de la inmediata mas de una pulgada ; distan- cia que se aumenta hácia la extremidad de la hoja, disminuyendo en la misma proporcion la longitud de las pínulas. A la forma extraordinaria de hojas, que bastaria para distinguir esta especie de las del mis- mo género, se añade la de la gorguera grande ¡yy abierta en forma de estrella; compuesta de treinta hojas tiesas, desiguales, lanceoladas , terminadas en espina sutil; las exteriores tienen pulgada y media de largo , y algunas espinas alternas en el borde especial- mente hácia la base ; las interiores son sucesivamen- te mas cortas y enterísimas. En el centro de ellas es- tan las flores sentadas en un receptáculo aovado de una pulgada de largo , saliendo entre el color mora do obscuro de ellas el amarillento de las pajitas que las separan terminadas en punta aguda. Se cría en Huanajuato y Chilpancingo , pueblos de la Nueva-España , y florece en Mayo. y 118 ANALES > ERYNGIUM ROSTRATUM. EryNcrum foliis caulinis pinnatis : radicalibus polymorphis: involucris inx=qualibus : capitulis apice rostratis, Toda la planta tiene un color pajizo tirante al blanco , á lo menos seca qual la veo. Su tallo es lam- piño , rollizo con estrias , de quatro pies de altura, con algun ramo en la parte superior , trifurcado co- mo el tallo principal, y terminado en otras tantas ca- bezas de flores. Las hojas radicales son de dos mane- ras: las exteriores són aserradas con dientes agudos, mas profundos en la parte superior que se termina en una lacinia larga : las interiores son profundamente pinatífidas : tienen quando mas media pulgada de an- cho , y tres ó quatro de largo , sín contar el peciolo que suele ser tan largo como ellas, plano , angosto y asurcado. Las del tallo alternas; y opuestas en las di- visiones de los pedúnculos; todas pinadas con pínu- las lineares espinosas , sentadas y abrazando al tallo enteramente quando estan opuestas, ó bien en parte quando solitarias. Los involucros ó gorgueras se com- ponen de diez hojas aleznado-planas , cinco de ellas de una pulgada de largo, y las otras con quienes al- ternan mas cortas. Los receptáculos de las flores son cónico-aovados, el mayor de una pulgada de largo, compuestos de pajas verdoso-amarillentas lanceoladas que separan las flores. Del receptáculo y entre las flo- res superiores salen seis ú ocho espinas , de tres á cin- co líneas, mas altas que las flores. Cada flor parcial se compone de un cáliz de cinco hojuelas lanceoladas con punta aguda: de cinco pétalos blancos lineares, que parecen mas cortos que el cáliz, porque de me- dio arriba se doblan hácia dentro , dexando en el dor- DE HISTORIA NATURAL. IIQ so un surco profundo , y en el remate de la parte de- recha una escotadura : de cinco filamentos blancos, aleznados, mas largos que el cáliz terminados por an- teras ovales : de un gérmen adherente (ínfero ) eriza- do, comprimido; y de dos estilos tan largos como los estambres. El fruto se parte en dos , y sus dos semillas son larguitas casi rollizas. | Se cria en la orilla del mar de Talcahuano, en el Reyno de Chile, á la raiz del monte que hace frente á la isla Quiriquina. Florece en Noviembre. Tambien se cria allí, y se levanta á seis pies de altura el Eryngíum aquaticum de Linneo, que Jac- quin describió perfectamente en la pág. 151 del pri- mer tomo de su Collectanea, y pintó con primor y propiedad en la estampa 347 del tomo segundo de su Ícones plantarum rariorum. LARREA !. CARACTER GENERICO. Caliz libre, caedizo, de cinco hojuelas cóncavas aovadas, dos de ellas exteriores. Corola de cinco pétalos aovados, angostos en la base. Diez estambres hypogynos, cuyos filamentos alez- 1 El patriotismo y desinteres con que el Sr. D. Juan Anto- nio Hernandez de Larrea, Dean de Zaragoza , promueve la agri- cultura y ciencias naturales, con especialidad la Botánica, le ha- cen acreedor á que su nombre se conserve en los fastos de esta ciencia. Así lo conoció el Señor Ortega, y por lo mismo nombró - Larrea á una de las especies de mi HorrmaNsEGGIA, publicadas en el 4.2 tomo de Icones. Las circunstancias expresadas allí me obligáron á suprimirle entonces ; pero ahora quiero honrar este nuevo género con el nombre de Larrea. 120 ANALES nados estan pegados cada uno por la parte interior á una escama partida en dos puntas , reclinada sobre el gérmen : las anteras son aovado-agudas , escotadas por la base donde estan prendidas al filamento. | Gérmen globoso con cinco surcos profundos: es- tilo aleznado pentágono: estigma sencillo. . El fruto se compone de cinco nueces, convexás por afuera , en ángulo agudo por la parte interior donde se tocan. En cada nuez hay una sola semilla aovado-oblonga ; su perispermo es carnoso , y los co- tiledones largos, plano-convexós. Observ. 1? He llamado nuez al pericarpio de este género porque está duro y sin ventallas. Observ, 2? En las nueces que he abierto, traidas por D, Luis Née, he hallado una sola semilla : en las tiernas que tiene actualmente el arbusto en el Real Jardin veo quatro ó cinco, asidas al ángulo agudo de la nuez, como se representa en la estampa, letra p. Parece que todas abortan, á excepcion de una que al fin llena la cavidad de la nuez: 4 no ser que varíe por el cultivo. Obserwv. 3? Este género parece mediar entre el Zy- GOPHYLLUM y Quassia. Hasta hoy se conocen tres especies, todas arbustos, con ramos alternos, y ho- jas opuestas , con quatro estípulas en cada articulacion ó bien nudo, donde nacen las hojas y los ramos, LARREA NITIDA. Tab. 18. LARREA caule fruticoso : foliis oppositis , ovatis, pinnatis , nitidis: nucibus inberbibus. Entre las muchas plantas que D. Luis Née colec- tó al baxar de Mendoza hácia Buenos-Ayres halló un arbusto en fruto , cuyas semillas sembradas en el Real DE HISTORIA NATURAL. 121 Jardin Botánico en 1795 diéron la especie que voy á describir. Creció con lozanía , y se levantó hasta qua- tro pies en los años siguientes formando un tronquito duro, rollizo , y como anudado con mucha freqiiencia por los rebordes que iban quedando al caer las hojas y los ramos: cada año aumentaba el número de los antiguos sin perder las hojas; mas nunca floreció has- ta el mes de Abril de este año, en que lo vimos cu- bierto de multitud de flores amarillas, que hacian un contraste vistoso con el color verde de las hojas y bri- lJlantez de su superficie que parecia barnizada. En el sitio natal se levanta hasta nueve pies : su corteza es cenicienta obscura : sus ramos alternos casi dísticos, abiertos , y 4 veces algo colgantes ; y las hojas opues- - tas , sentadas, de media pulgada de largo , y tres lí- neas de ancho. Son pinadas con divisiones lineares y profundas, cuyo conjunto forma una figura oval : la superficie superior brilla como si estuviese barnizada, la inferior es algo pegajosa, y de un verde menos fuer- te. A cada hoja corresponden dos estípulas algo roxi- zas, muy pequeñas terminadas en punta. Nacen las flores alternativamente en los sobacos de las hojas, y se hallan solitarias , con pedúnculos mas cortos que las mismas hojas. Las hojuelas del cáliz son de un amarillo verdoso ; y tienen en el ápice una puntita aleznada. Los pétalos son dos veces mas largos que el cáliz , anchos hácia arriba, y se terminan en una punta no aguda. Las escamas que acompañan á los filamentos y cubren al gérmen son amarillas como las corolas, y los filamentos del mismo color con mayor intensidad como igualmente las anteras. El gérmen velloso: el estilo aleznado pentágono. Las cince nue- ces reunidas forman un globo algo mayor que un gra- no de pimienta : estan sobre el receptáculo , y asidas 122 ANALES á una columnita corta de cinco hilos, que quedan allí al desprenderse las nueces. Cada una tiene dos cubier- tas : la exterior rugosa y algo vellosa;la interior mem- branosa y tal qual dura. El perispermo es blanco : el embrion verdoso. Explic. de la estampa. a Cáliz. b Flor entera. c Pétalo aumentado. d Una hoja del cáliz. e Bici con su escama. f Gérmen. £ El mismo con su estilo partido naturalmente en cinco lacinias despues de la fecundacion: todo aumentado. h Fruto.? Nuez. k Sec- cion de la nuez. 1 Semilla. m Seccion de la semilla. x Perispermo cortado longitudinalmente para que se vea la forma y posicion del embrion. o Seccion del fruto aumentado. p. Nuez tierna muy aumentada y abierta. F Hoja aumentada. LARREA DIVARICATA. Tab. 19 fig. 1. Larrea foliis oppositis, sessilibus, bilobis, lobis profundis lanceolatis, divaricatis. Arbusto de unos seis pies de altura , muy ramoso, cuya corteza es cenicienta obscura, la madera dura, y el exterior como articulado, como en la especie prece- dente. Los ramos son alternos! que aparecen quadran- gulares quando estan tiernos, todos cubiertos de ho- jas opuestas sentadas, vellosas, partidas profundamen- te en dos lacinias divergentes , lanceoladas, cada una con tres, quatro ó cinco nervios, las que tienen una línea de ancho y dos de largo: las estípulas son pe- queñas, tuberculosas, vellosas y algo roxizas. Echa sus flores solitarias y alternas en los sobacos de las ho- Jas, sostenidas por pedúnculos mas cortos que estas. De las cinco hojas del cáliz las dos exteriores son mas cortas , y todas cóncavas obtusas, vellosas y algo ama- DE HISTORIA NATURAL. 123 rillas. Los pétalos son obtusos, mas largos que en la especie precedente, venosos y amarillos. El gérmen cubierto de pelos largos, que crecen mas quando ma- dura el fruto. En lo demas conviene con la especie precedente. | D. Luis Née la encontró en flor y fruto por Ma- yo en el mismo lugar que la precedente, y sospechó fuese especie de Zygophyllum. Vila seca. Explic. de la estampa. a Flor vista por el enves. b Pétalo. c Estambres y gérmen aumentados. q Estam- bre. e Gérmen. f Fruto. g Nuez. h Semilla. ¿ Corte transversal de la nuez. k Semilla aumentada. / Semi- lla cortada. m Perispermo cortado longitudinalmente para que se vea la forma y posicion del embrion. z H oja aumentada. | Obserw. Ocho ó diez hojas cocidas en dos libras de agua la tiñéron de color de azafran. LARREA CUNEIFOLIA. Tab. 19 fig. 2. Larrea foliis oppositis, subsessilibus, cuneatis, apice bilobis, setula inter lobulos prominente. Este arbusto-es muy parecido al precedente en el hábito y magnitud; pero se distingue de él por la for- ma de las hojas. Tiene los ramos alternos , algo vello- sos, y de quatro ángulos: las hojas opuestas, casi sen- tadas, algo gruesas, apenas vellosas, cuneiformes, par- tidas en dos anchos dientes en la extremidad , entre los quales sale una espinita en que se remata el nervio longitudinal: tienen dos líneas de largo y una de an- cho. Las estípulas son roxizas, cortas , puntiagudas: los pétalos amarillos, y algo mas cortos que en la es- perio precedente, con la qual conviene en todo lo emas. y 124 ANALES Ss . A Se cria, florece y fructifica con las antecedentes. Vila seca en casa del citado Née. Explic. de la estampa. E Hoja aumentada. Observaciones sobre algunos vegetales que producen resina elástica. Los árboles llamados Caucho * en los Reynos de Santa Fe y de Quito, forman un género distinto del Hevea de Aublet, aunque vulgarmente se conozcan todos baxo un mismo nombre. Vió Aublet la Hevea en fruto, que representó en la estampa 335 de su obra; mas nada dixo de sus flores. Este silencio, y la seme- janza que el fruto tiene con el del género latropha, hizo sospechar al hijo de Linneo que el Hevea podia ser una especie de latropha ?, en lo que se equivocó, como despues lo demostró Richard. Tuvo este la for- tuna de ver y exáminar las flores hasta entonces des- conocidas; y publicó su descubrimiento , y el verda- dero carácter genérico en el diario de Física 3. Allí llamó en Frances Caoutchouc 4 dicho árbol, y des- pues en una carta que conservo Cahuchum elasticum, añadiendo que los Españoles Americanos lo conocen con el nombre de Cahuchu. Es muy regular que así llamen al Hevea en aquella parte de la América; pero en otras llevan el mismo nombre árboles muy diversos. Caucho se llama en los montes de Guaranda y mon- 1 Lao final se pronuncia de un modo que se acerca al de la . 2 Supplementum plantarum pag. 422. | 3 Tomo 27, pág. 138 ,mes de Agosto de 1785. Véase el tomo tercero del Diccionario Enciclopédico de Lamarck pág.428, donde se describe el árbol , su fructificacion , y los usos de su re- sina. En la Ilustracion de géneros mudó el nombre de Hevea en el de Siphonia , siguiendo 4 Schreber. Véase su estampa 790. DE HISTORIA NATURAL. 125 taña de San Antonio , segun refiere el Señor Née, la - robusta higuera, cuyo tronco se levanta á treinta pies de altura, formando despues una hermosa copa impe- netrable á los rayos del sol por la multitud de hojas aovado-lanceoladas ; y Caucho se llama tambien en el Reyno de Santa Fe otra cuyo tronco, como me ase- guró el Sr. D. Francisco Zea, tiene tres pies de diámetro, y unos doce de altura hasta el punto donde empiezan sus ramos, cubierto de una corteza cenicien- ta obscura casi unida, aunque con algunas grietas: sus ramos inferiores, son horizontales , y tan largos que caben cien personas 'baxo de ellos; los otros se des- vian de la horizontal hasta quedar algunos derechos con ramos secundarios bien poblados de hojas, que son aovado-lanceoladas, de una pulgada de largo, y el fru- to del tamaño de un guisante. Otra higuera hay en el mismo Reyno, que tal vez será variedad de la pre- cedente, de la que.se distingue por tener las hojas y el fruto dos ó tres veces mayores. Es tan abundante el humor lechoso de estos arboles, que apenas se les hace alguna herida, sale formando arroyos, y conden- sado al ayre, adquiere un color obscuro, y la elasti- cidad , que se observa en la resina conocida en el co- mercio con el nombre de goma elástica. Ademas de las referidas higueras y del Hevea, que es el Pao siringa del Brasil, ó á lo menos del mismo género , como dice Lamarck en el lugar citado, hay en nuestra América muchos vegetales que dan resina elástica. El Sr. D. Vicente Cervantes , Catedrático de Botánica en México , dió en su discurso * una lis- 1 Discurso pronunciado en el Real Jardin Botánico de Mé- xico en 2 de Junio de 1794. Gazeta de literatura de México del 2 de Julio de 1794» | 1 126 ANALES ta de los que se crian en la Nueva-España, y descri- bió con exáctitud y conocimiento el 4rbol del Ule que los antiguos Mexicanos llamáron Aolguahuitl , y él CASTILLA ELASTICA en honor y memoria de Don Juan del Castillo que murió en 1793. Como no to- dos tienen el suplemento á la gazeta de México, don- de se halla la estampa y descripcion de dicho árbol, la E > aquí con el carácter genérico del ñis TILLA * PLANTA MONOICA. Flores masculz. Cal. Perianthium hemisphericum , monophyllum, im- bricatum ; squamis ovatis acutis. Corolla nulla. Stam. Filamenta plurima filiformia , intus calicis pa- rieti inserta: exteriora gradatim longiora: anthera simplices subrotundz. Flores feminet in ecodem ramo ,mascults alterni. Cal. Ut in masculis, persistens , squamis paululum la- tioribus 8 crassioribus : fructibus provectioribus expansis. Corolla nulla. Pist. Germina plurima (15-20) ovata: styli duo, raro tres , divergentes , persistentes : stigmata sim- plicia revoluta, Peric. Drupe 15-20, basi connatz, gor triangu- lares , apice excavatz. Sem. Nux ovata , unilocularis. Nucleus cool Este árbol es uno de los mas elevados y frondosos que crecen en las costas calientes de la Nueva-España. A primera vista se parece mucho á la Annona murica- 1 Este género parece afine á la PeresgA de Aublet tab. 361. DE HISTORIA NATURAL. 127 ta de Linneo, que vulgarmente llaman Cabeza de ne- gro. El tronco es de tres á quatro varas de grueso, y muy derecho, tiene la corteza lisa, blanda y gruesa de tres á quatro líneas, de color ceniciento, y de sabor amargo nauseabundo , como la leche que arroja por donde quiera que se parte. Produce las ramas alternas, horizontales, rollizas, flexíbles, y pobladas en su re mate de pelos rígidos. Las hojas se hallan alternas, de pie y medio de largo, y de siete pulgadas de ancho; tienen una grande escotadura en la base, y las mas ve- ces terminan en una punta muy aguda; son vellosas en ambas caras, y enterísimas, aunque parecen á pri- mera vista dentadas , especialmente las mas tiernas , en cuyos márgenes se reune el vello en pequeños fluecos ó hacecillos á iguales distancias: por la parte superior estan rayadas obliquamente, siguiendo la direccion de las venas mayores , y estas ramificadas en redecilla, y sostenidas de pezones gruesos, rollizos, pelosos, y de poco mas de media pulgada de largo. Las estípulas se observan 4 uno y otro lado de los pezones mas tiernos, y son oblongas, angostándose gradualmente desde la mitad hasta la punta: su consistencia es membranosa, y freqiientemente se marchitan, y caen antes que la hoja haya llegado á su total incremento. Las flores na- cen en las axilas ó encuentros de las hojas; las femeni- nas solitarias y sentadas; y las masculinas con un pie- cecillo muy corto , de dos en dos, rara vez tres juntas, y alternando con las femeninas en la parte inferior de los ramos; pero en la punta todas son masculinas ; y entonces por lo comun se hallan solitarias. Los cálices estan apiñados con escamitas de color de paja y mem- branosas: su figura es hemisférica, aunque al tiempo de la fegundacion suelen prolongarse y aun hendirse los masculinos, echando fuera los estambres; y los feme- 128 ANALES ninos dilatarse 4 proporcion que los frutos crecen. El pequeño piececito que sostiene las flores masculinas, y que apenas excede el largo de dos líneas, está apiña- do con escamitas menudas , lo mismo que los cálices. Los filamentos son blancos, y aunque los exteriores son gradualmente mas largos, y parece que se alargan al tiempo de la fecundacion, apenas superan las últi- - mas escamas del cáliz: las anteras son redondas, y de. color amarillo baxo. Los frutos son unas drupas aova- das con tres ángulos poco manifiestos, poco mas grue- sos que un garbanzo, prendidas por su base al cáliz ensanchado, y por los lados pegadas unas á otras en número de quince 4 veinte, de color naranjado quan- do estan maduras, insípidas y mucilaginosas. Observ. Las plantas descritas en este número, 4 excepcion de la Salvia exasperata , de la Castilla' elastica, y de las del ciudadano Ventenat , son de la coleccion de D. Luis Née. EA ' ARAS SRA ON mm ' 0 , NX 4417 2 > AL, Ñ y s Y O o NS ¿e o_o A e ea ' Í Ñ Ñ Ñ | PAX A par TA a rd ao AA Da Pr PP . — p ero UR IT e nn AI ARAU TRRETAT N «anta? pad neo? A o perros » , A ed AOS E e SALVIA EXASPERATA. JT Cavanilles del V Lopez Enguad se de 22 4 ( A .s .. > A q. id ES Ñ Pt o o > — A PRA y df > ás > pu » á +? M3 to e y Y a 1 . > Ten * E! PR | e ES Ez... pp LS a f 1 e e a a dh A 4 a qe TX has * » - > ys b Da a Ka $ = am a $ / > ÑS a e - 5? «ES? o A A 7 A : Y 2 7 e A AA Pp ars A e 3 a rn momo = LARREA NITIDA , 18. co He 7% 9 le Les ARCA 99») VZopéz Enguidos 1. LARREA DIVARICATA. 2LARREA CUNEIFOLIA. 19: ANALES DE. HISTORIA NATURAL. MES DE SETIEMBRE DE 1800. NUM? 5. TOMO SEGUNDO. DE ORDEN SUPERIOR. MADRID EN LA IMPRENTA REAL. POR D. PEDRO JULIAN PEREYRA , IMPRESOR DE CÁMARA DE $. M» AÑO DE 1800. Fe ALIADA a. EE] ro 54 pe uN, , mm Ñ e DESCRIPCION DEL GENERO BONPLANDIA, Y DE OTRAS PLANTAS, POR D. ANTONIO JOSEPH CAVANILLES. BONPLANDIA. CARACTER GENERICO. Calz libre, permanente , tubuloso, con cinco dientes. Corola de una pieza, casi bilabiada; su tubo es mayor que el caliz, y angosto por abaxo; su borde está partido en cinco lacinias, escotadas; las dos su- periores algo mas largas y erguidas; las laterales abier- tas, y la inferior colgante. Cinco filamentos insertos algo mas abaxo de la bo- ca de la corola, é iguales a esta, terminados por igual número de anteras redondeadas , planas. Germen aovado : estilo tan largo como los estam- bres: estigma partido en tres lacintas. Caxa aovada con tres surcos , tres celdas, tres yen- tallas, y tres semillas elípticas. El receptáculo es cen- tral y de tres esquinas, á las que van 4 parar los tres diafragmas asidos al medio de cada ventalla. Observ. Este género tiene e mismo fruto que el Parox, del qual se distingue 1% por la insercion y 1 He dedicado este género al jóven ciudadano A. Goujou Bonpland , que acompaña como Botánico al Baron de Humboldt despues de haber oido con aplicacion y fruto 4 los profesores de Jussieu y Desfontaines. 12 ME... PONEIS tamaño de los estambres respecto a la corola: 20 por ser esta casi de dos labios: 37 por el cáliz de cinco dientes. BONPLANDIA GEMINIFLORA. Tab. 20. BoxpPLANDIA caule herbaceo; foliis alternis, lan- ceolatis, serratis: floribus geminis, axillaribus. El tallo es rollizo, herbaceo, de pie y medio de alto, con ramos alternos, vellosos; las hojas alternas, lampiñas , aserradas , lotes. muy agudas por ambas extremidades, terminándose la inferior en pe- ciolo. Nacen las flores de dos en dos con pedúnculos propios en los sobacos de las hojas y en las extremi- dades de los ramos: su cáliz es tubuloso con venas y cinco dientes muy pequeños : su corola de un violeta casi roxo, y tiene una pulgada de largo; y las cinco lacinias son casi lineares, y angostas «¿hácid la base. Los filamentos son roxizos; las anteras amarillas y - wy pequeñas: la caxa apenas del tamaño de un gra- no de pimienta y lampiña. Habita junto a la venta de la Negra, siete leguas de Pueblo-Nuevo en la Nueva-España, y florece en Noviembre. La he visto seca en el herbario de Don Luis Née. Explic. de la estampa. 4 Corola con los estam- bres. » Cáliz y gérmen. c Caxa. d Caxa cortada trans= versalmente. e Semilla. f Estambre. ERYNGIUM SERRATUM. ErywGrum foliis oblongis, serratis: foralibus pin- natis brevibus: capitulis globosis, involucro longior1- bl bus, DE HISTORIA NATURAL. 133 El tallo es rollizo, con estrias superficiales, lampi- ño, como toda la planta; de dos pies de alto, y del grueso de un bramante. Las hojas radicales son oblon- gas, aserradas con dientes mas ó menos profundos y agudos, tienen mas de dos pulgadas de largo y quatro líneas de ancho, y se terminan en peciolos planos, mas cortos que ellas, los que se ensanchan y se recubren en la base. Las del tallo son alternas, sentadas, distan- tes, mas cortas que el intervalo que las separa, y su- cesivamente mas pequeñas hacia la parte superior. Tienen los dientes mas profundos y .mas agudos que las radicales, y abrazan la mitad del tallo: las florales son pequeñas, pinadas, de unas quatro líneas de largo y opuestas: allí salen dos ramitos opuestos, cada uno con sus dos hojuelas opuestas , y se terminan, como igualmente el tallo, por otras tantas exbezuelas del tamaño de un pequeño garbanzo. La gorguera se com- pone de unas diez hojuelas puntiagudas, anchas hácia la base, algunas de ellas con dos dientecitos finos opuestos, y son algo mas cortas que la cabezuela. El receptáculo es casi globoso: las pajitas que separan las flores agudas y visibles: las hojuelas del cáliz parcial puntiagudas de menos de media línea de largo. El gér- men como escamoso: y las semillas pardas, larguitas, muy pequeñas. Se cria en las cercanías de Huanajuato en la Nue- va-España ; y florece en Octubre. Ví esta planta seca y en fruto. ERYNGIUM LONGIFOLIUM. Eryxcrum foliis gladiatis , ciliato- -spinosis: flora- libus brevissimis, 3- g"fidis; canlis summitate dicho- toma, 134 . ANALES Esta especie es muy parecida á la que el ciuda- dano Lamarck llamo Eryngium virginianum en el tomo quarto del Diccionario Enciclopédico pág. 759. Su tallo'se levanta hasta tres pies terminado por ra- mificaciones dicotomas de un pie de largo: las hojas radicales tienen hasta dos pies de largo , y de ocho 4 doce lineas de ancho , terminadas en punta: las del ta- llo son mas cortas y ¿leórrlaa unas y otras carecen de peciolo, tienen los bordes como pestañosos por las espinitas finas , tlesas, apenas divergentes , de unas dos líneas de largo ; y estan rayadas como en las grami- neas. Las florales, esto es,las que estan al pie de cada dicotomia son pequeñas , Cóncavas , se abrazan , y se terminan en tres ó cinco lacinias aleznadas, de línea y media de largo. En cada dicotomia se levanta un pedúnculo desnudo, de dos pulgadas de largo, ter- minado por una cabezuela menor que un garbanzo: las hojuelas de la gorguera casi en número de diez son agudas, enteras , algo anchas hácia la base, y mas cortas que la cabeza de las flores. Entre cada una de es- tas hay una pajita lanceolada entera. Las hojuelas del cáliz parcial son muy pequeñas. En lo demas conviene con la especie precedente, Se cria junto á Pachuca y Real-del-monte en la Nueva-España, y florece en Agosto. “Tambien ví esta especie seca y en fruto. Obserw. He visto en el herbario de D. Luis Née el Erynagium faetidum de Linneo que figuró Sloane en la estampa 156, y describió Lamarck en la pági- na 758 de la Enciclopedia: pero debo notar que las flores se hallan en las dicotomias de los ramos , soste- nidas por pedúnculos de dos líneas de largo , y los re- ceptáculos son cilíndricos , de una línea ó línea y me- día de diámetro , y de tres-con corta diferencia de al- DE HISTORIA NATURAL, 135 tura. Esta especie parece ser la mas comun en toda la América. El citado Née la vió en Coquimbo, en Guayaquil , en Guaranda y sh otras partes, MINUARTIA MONTANA. Linn. Tab. 21. fig. 1. MINUARTIA ramulis lateralibus alternis brevissi- mis: floribus interfoliaceis solitariis. Minuartía floribus lateralibus alternis, bractea bre- vioribus. Linn. sp. pl. vol. 1. pag. 249. Loefl. iter pag. 122.tab. 1. fig. 4. mala. De una raiz blanquecina, obliqua, pequeña, ador- nada de algunas fibras se levantan varios tallos, cuyo número y altura varía segun la bondad del terreno. Los mas altos que he visto apenas llegan á tres pul- gadas, y otros tienen una sola. Todos tienen estrias y como nudos 4 cada encuentro de sus hojas, son de un verde pajizo, y las mas veces de un roxo amoratado en la parte inferior. Sus ramitos son sumamente cor- tos y alternos: las hojas opuestas y unidas en la base, donde son mas anchas, continuando despues hasta ter- minarse en punta como aleznas: tienen de dos á tres líneas de largo, y son duras y erguidas. Entre cada par de hojas nace una flor casi sentada, y detras de ella un ramito, en el qual se ven como amontona- dos varios pares de hojas cada uno con su flor. El cá- liz es libre, piramidal, de cinco hojuelas lanceolado- agudas , permanentes , aquilladas, dos de ellas algo mas largas: alternan con dichas hojuelas cinco > pétalos blancos , aovados , quatro veces mas pequeños que ellas. Al rededor del germen hay una membranita anular afestonada con seis ó siete dientes, y entre ellos salen de tres á siete filamentos blancos mas largos que la corola, terminados por anteras amarillas, globosas, 136 ANALES de dos celdas. El gérmen es piramidal y de tres es- quinas, de cuya punta salen tres estilos con estigmas sencillos. La caxa tiene la figura del gérmen , una cel. da y tres ventallas; y encierra ocho ó diez semillas casi negras redondeado-reniformes, planas. Se cria con abundancia en los cerros inmediatos á Madrid y pueblos vecinos; pero jamas la he visto mas lozana que en el trecho que hay entre el Manzana- res y camino real de Aranjuez, pasada la puente de Toledo. Florece en Mayo y Junio. | Explic. de la estampa. a Flor. » Flor aumentada y abierta. c Hojuela del cáliz. 4 Pétalo. e y f Estam- bres que nacen de la membrana. y Gérmen. h Caxa. 2 Caxa aumentada. k Caxa que se abre. / Semillas, sm Semilla muy aumentada. Observ. Despues de cincuenta años que Loefling descubrió esta especie y la dichotoma que describí en el tercer tomo de Icones, nadie ha dado la estampa de su fructificacion. Las que se grabáron en la citada obra de Loefling de ambas especies son inexáctas, y mu- cho peor la que dió Lamarck en la estampa 52 de su Ilustracion de Géneros. ACALYPHA PILOSA. Tab. 21. fig. 2. AcALYPHA caule herbaceo : foliis ovato-acutis, serratis, pilosis: spicis geminis, axillaribus, peduncu- latís, quarum una femina, altera mascula. El tallo de esta plantita es delgado, solitario, de unas seis pulgadas de alto, y cubierto de pelos blan- cos, largos, perpendiculares. Las hojas son alternas, mas largas que sus peciolos, aovadas con punta, aser- radas, pelosas, de unas seis ú ocho líneas de largo: y sus estípulas pequeñas, aleznadas, caedizas. Del so- DE HISTORIA NATURAL. 137 baco de cada hoja nacen dos espigas pedunculadas, mas cortas que la hoja; de las quales la mas larga se compone de multitud de flores masculinas, y la otra de ocho ó diez hembras cada una con su invólucro, y todas carecen de corola. La flor masculina es suma- mente pequeña, y tiene un pedúnculo corto; un cáliz de quatro hojuelas vellosas aovadas con punta, y un manojito de doce filamentos con corta diferencia , mas largos que el cáliz, y terminados por igual número de anteras globosas. La femenina está sentada en el fon- do de un invólucro de una pieza que tiene siete dien- tes, y consta de un cáliz de tres ó quatro hojuelas; de un gérmen globoso, velloso muy pequeño; de tres estilos roxizos mucho mas largos que el invólucro, los que en la mitad de su longitud se parten en tres como cabellos muy finos blanquecinos. La caxa es ve- llosa, sentada , casi redonda con tres surcos, y se com- pone de tres cascarillas ó cocas aovadas, cada una con dos ventallas y una semilla, negruzca, lisa, globosa, algo puntiaguda, y tan pequeña que apenas se per- cibe. Se cria en las inmediaciones de Panamá, en las cercanías de Dos-Caminos, pueblo de la Nueva-Es- paña, y en la isla de Luzon entre los canelos de Ca- lavan. La vi seca en el citado herbario. Explic. de la estampa. 1 Flor masculina muy au- mentada. o Flor hembra. p La misma aumentada con su invólucro extendido. q Fruto. r Una cascarilla au- mentada quando se abre. s Semilla. Observ. La planta de Filipinas tiene las hojas mas puntiagudas ; las de América algo mas redondeadas con punta. | 138 - ANALES ACALYPHA MONOSTACHYA. Tab. 21. fig. 3. AcaALYpHa caule herbaceo: foliis subrotundis, cre- natis: spica mascula terminali solitaria : floribus femi- neis axillaribus sessilibus. El tallo de esta especie es tambien de unas seis pulgadas, rollizo, velloso , sin ramos, y se termina por una espiga de flores masculinas, la qual tiene casi dos pulgadas de largo, incluso el pedúnculo. Hallan- se las hojas bastante inmediatas entre sí, y son al- ternas, mas largas que sus peciolos, casi redondas, afestonadas, vellosas, cuyo diámetro tiene de tres á quatro líneas. Sus .estípulas son aleznadas, pequeñas y caedizas. Las flores masculinas estan tan apretadas entre sí que su espiga se parece á la del Lycopodium clavatum de Linneo; y aunque sumamente peque- ñas, tiene cada una su pedúnculo , y un cáliz de tres hojuelas aovadas con punta, vellosas, de cuyo centro nace un manojito de estambres como en la preceden- te. Las femeninas estan sentadas en los sobacos, dos Ó tres en cada uno , y separadas por sus invólucros parciales, que son algo mayores que en la especie pre- cedente. Constan de un cáliz de quatro hojuelas ao- vadas con punta y pestañosas; de un gérmen globo- so, velloso; y de tres estilos muy largos y ramosos, cuyas lacinias inferiores son mas cortas. Se cria entre los pueblos de Cimapán y Tecozot- la de la Nueva-España, y florece por Setiembre. La vi seca sin fruto en dicho herbario. Explic. de la estampa. £ Flor masculina aumenta- da. y Flor hembra. x Cáliz de esta. y Flor aumentada con su invólucro extendido. z Involucro del tamaño natural. £ Gérmen y estilos. DE HISTORIA NATURAL. 139 ACALYPHA VAGANS. AcALYPHa caule virgato : foliis ovato-lanceola- tis, crenatis: spicis axillaribus, solitariis, interruptis. El tallo es rollizo, delgado, derecho , de dos á tres pies de largo. Las hojas alternas, mas largas que los peciolos, aovado-lanceoladas, afestonadas , termi- nándose cada diente por un pelo blanco; tienen pul- gada y media de largo, y unas ocho líneas de ancho, siendo mas estrechas las superiores. Las estipulas son lanceoladas y muy pequeñas. Las espigas de las flores son axilares y solitarias mucho mas largas que las ho- jas; las mas se componen de flores hembras, y enton- ces carecen de pedúnculo; pero lo tienen las andró- gynas y las compuestas de machos, las quales son mas cortas. En las hembras resaltan los invólucros sentados y distantes: las masculinas estan cubiertas de menudas flores pedunculadas y separadas por finas bracteas: en las andrógynas ocupan los machos la parte superior, y las hembras la inferior. Todas las flores carecen de corola; y tienen un cáliz de tres hojuelas cóncavas, pestañosas. Los estambres son como 'en las anteceden- tes: el invólucro acorazonado, mas ancho que largo, con dientes en el borde terminados por otros tantos pelos blancos: forma una especie de quilla, y en el sobaco encierra dos florecitas, de las quales una aborta casi siempre. En todo lo demas conviene con la Aca- lypha pilosa. _ Se cria en Acapulco, y florece en Octubre. La he visto seca en el citado herbario. ACALYPHA PHLEOIDES. AcALypHa foliis ovatis , serratis subsessilibus: spi- 140 | ANALES eh cis androgynis terminalibus : invólucro cuneiformi, cucullato, trifido. y ¿An urtica minor iners spicata , folio subrotundo serrato , fructu tricocco? Sloan. lama. 1. pag. 1225. tab. 82. fig. 3. >. | El tallo apenas se extiende á un pie, con ramos y hojas alternas , estas son aovadas , algo aserradas, con pelitos blancos; suelen tener una pulgada de largo, y estan casi sentadas. Sus estipulas son cor- tas, aleznadas y caedizas. Haállanse las flores en es- pigas solitarias de pulgada y media de largo en la extremidad de los ramos; las masculinas en la parte superior, separadas unas de otras por bracteas suma- mente finas ; y las hembras en la inferior hasta el ar- .Yanque de la espiga. El cáliz de las masculinas es de quatro hujuelas aovado-agudas cóncavas, y entre ellas estan los estambres con anteras globosas; y el de las hembras por lo comun de tres. El invólucro de estas es cuneiforme , y se dobla en forma de cucurucho, te- niendo tres dientes solamente y una flor. Los tres es- tilos son de un roxo obscuro y ramosos. En todo lo demas conviene con las antecedentes. Se cria en las cercanías de Tixtala, pueblo de la Nueva-España, y florece por Setiembre. La he visto seca en dicho herbario. | Observ. Linneo reunió con el nombre de Acaly- pha indica la planta de Malabar figurada en la es- tampa 81 del tomo 1o de Rheede, y la de la Jamayca que Sloane estampó en el lugar arriba citado. La sola inspeccion de dichas estampas, y el cotejo de sus des- cripciones, prueba que son especies diversas. Yo creo que la de Sloane puede ser una variedad de la mia, istinguiéndose al parecer por ser lampiña (smooth como dice el autor), siendo la mia algo pelosa. dps DE HISTORIA NATURAL. 14T ACALYPHA HIRTA.' AcALYPHa foliis subrotundo-acutis, serrulatis, hir. tis: spicis androgynis , terminalibus: involucro subro- tundo quinquedentato. | At Esta planta tiene bastante semejanza con la ante- cedente ; pero se distingue por la forma de los invó- lucros y por ser pelierizada. Su raiz es rolliza, algo ondeada y fibrosa, ó con barbillas que van disminu- yendo de diámetro: de ella sale un tallo de un pie de . largo con ramos alternos pelierizados. Sus hojas son al. ternas y casi sentadas, especialmente las terminales: tienen apenas una pulgada de largo, y son redondea- das con punta, aserradas y pelierizadas: las estípulas y espigas de las flóres como en la precedente. El in- vólucro es casi redondo, tiene cinco dientes en el bor- de, y está doblado para ocultar la flor femenina. La caxa es tambien pelosa y muy pequeña. En lo demas conviene con la antecedente. Se cria en Nueva-España cerca de Huanajuato , y florece en Setiembre. Vila seca. ACALYPHA GLANDULOSA. Acarypma foliis subcordatis, ovato-acutis, cre- natis , subtus tomentosis : spicis petiolo subequalibus. El tallo de esta planta tiene unos tres pies de al- tura, y es rollizo y ligeramente afelpado con multi- tud de pelitos cortos y muy finos terminados por una glándula, los que se observan en todas las partes de la planta, á excepcion de ambas superficies de las hojas. Estas son alternas, ligeramente acorazonadas en la ba- se, aovadas con punta, afestonadas, verdes por arri- ba, blanquecinas y algo afelpadas por el envés; tienen W 142 ANALES dos pulgadas de largo, pulgada y media de ancho, y un peciolo delgado de una pulgada. Las estípulas son delgadas, aleznadas, caedizas y mucho mas largas que en las demas especies. Hállanse las flores en espiguitas axilares por lo comun de dos en dos, poco mas largas que el peciolo, y casi todas son femeninas : las pocas andrógynas son algo mas cortas, y en ellas se ven los machos en la parte superior, separados por bracteas muy finas. El cáliz de la hembra es de quatro hojue- las: el gérmen velloso y casi esférico: los tres estilos roxizos , ramosos y mucho mas largos que el invólu- cro. Este casi circular con siete dientes en el borde. Habita en la Nueva-España cerca de Salvatierra, florece en Octubre. La he visto seca sin fruto. Observ. Linneo, Schreber y otros autores al dar el carácter genérico del AcALYPHA dixéron que sus se- millas son muy grandes (maxima. ) Sin duda las vié- ron así en las pocas especies que conociéron; pero en- señándonos la experiencia que las semillas son muy pequeñas en multitud de especies de este género, de. be suprimirse en su carácter la palabra maxima. DE HISTORIA NATURAL. 143 MEMORIA SOBRE LA CONSTRUCCION DE LOS TERMÓMETROS POR D. JUAN LOPEZ DE PEÑALVER. O encciccudd termómetros para algunos experimen- tos delicados, los busqué y no encontré ninguno se- un mis deseos, despues de haber examinado una gran porcion de ellos. En conseqúencia me determiné á construirlos por mí mismo, y de mi primer ensayo sa- qué dos docenas que hubieran podido pasar por bue- nos. Sin embargo los rompí todos , mirándolos única- mente como fruto del aprendizage; y ya con mas se- guridad y experiencia, emprendi de nuevo la obra que he continuado por bastante tiempo; y este trabajo lar- go y penoso me ha proporcionado tener termómetros á toda mi satisfaccion, y conocer los medios de dar á este instrumento alguna mas perfeccion de la que has- ta ahora tiene. El termómetro es de uso muy comun en la Física y en las ciencias naturales: su uso es de grande im- portancia en muchos casos; y en general de la perfec- cion de los instrumentos dependen los progresos de ya- rios ramos de las ciencias naturales. Si en alguno de ellos no se advierte todavía mas que una confusion asombrosa, á pesar de las numerosas observaciones que hay hechas, la causa es el poco cuidado que se pone en tener buenos instrumentos, entre los quales debe contarse principalmente el termómetro. En suma los Fisicos y Chímicos conocen muy bien los muchos ca- sos en que seria inútil su trabajo, si no fixasen con al» guna exáctitud la temperatura en que operan, ó á que 144 | ANALES están las substancias que manejan; y de esta exáctitud puede resultar el conocimiento de varias leyes de la naturaleza, cuyo descubrimiento seria de importancia y de inmediata utilidad.* Por! estas! 12Z0nes he TRIAS que la publicacion de este corto trabajo podria no ser enteramente inútil. Hay bastante escrito sobre esta materia; y entre los que la han tratado , me ha parecido distingulio Mr. de Luc, en su excelente obra de las Modificaciones de la Atmósfera. Aunque en muchas cosas nada tengo que añadir á lo que otros han dicho, el órden y la claridad me precisarán a repetir algunas de ellas. Es sabido que el termómetro es por lo comun un tubo de vidrio que remata en una esferilla, cilindro ú otro depósito de figura qualquiera, en que está conte= nido algun fluido como el espiritu de vino ó el azo- gue. La dilatacion de los fiuidos ha parecido lamas conveniente para medir el calor Ó propiamente, la: temperatura; y entre los fluidos, el azogue ha sido pre= ferido por varias razones que expone Mr. de Luc en su obra citada. Uno de los motivos de esta preteren=; cia es que el azogue puede ser mas fácilmente purga- do de ayre; y despues verémos que sin esta condicion: no hay termometro bueno. La bondad de un termómetro consiste, general mente hablando, en que la indicacion de la tempera-: tura sea la misma que la de otro qualquiera ¿hecho con igual cuidado; y 4 este punto hemos de aspirar. A los termómetros que se corresponden de esta mane- ra, llaman comparables , pero es sumamente raro el tenerlos: á no ser que se graduen expresamente uno por otro, y así es como estan hechos los que yo he visto. Para conseguir ó acercarse á este objeto, al qual DE HISTORIA NATURAL. 145 se reduce nuestro trabajo , es menester usar de las precauciones y medios que vamos á exponer. El azogue debe estar muy puro. Sus dilataciones guardarán mas regularidad, ó se corresponderá mejor, siempre que haya homogeneidad en sus partes. De aquí se infiere inmediatamente la necesidad de que el termómetro este bien purgado de ayre y de humedad !. Los tubos para los termómetros, ademas de no te- ner mucha pasta, deben ser de pequeño calibre, á fin de que no se necesite una esferilla de gran diámetro. Estas esferillas abultadas forman unos termómetros inú- tiles, porque tardan mucho en. indicar la mudanza de temperatura, ademas de que son difíciles de purgar de ayre, en cuyo caso se hallan tambien los cilindros y las espirales aunque estas lo son por otra causa. “Por mi parte despues de haber gastado mucho tiempo por querer sacar algun termómetro bueno que fuese de cilindro, he abandonado. la empresa , y me he ceñido á usar de la esferilla; la que no debe pasar de cierto diámetro. | | vs Los tubos han de ser de igual calibre en toda su extension. Para exáminar esto se hace la operacion que llaman calibrar. Yo he exáminado muchos tubos de termómetros rotos, y he encontrado muy pocos que sean de igual calibre en toda su extension. Bien sé que los artistas se paran poco en esto, porque re- gularmente graduan sus termómetros por comparacion con otro que les sirve de patron. Sin embargo ha una causa que puede inducir á error en el calibrar los tubos. Hela aquí. 1 Ademas de estar destilado el azogue, conviene pasarlo por un cucurucho de papel que remata en un agujerillo muy estrecho, con el fin de limpiarle el polvo que continuamente adhiere 4 él; euya operacion se debe hacer muy á menudo, TOMO Il. K 146 ANALES Es sabido que para calibrar un tubo, se introduce en él un poco de azogue como una ó dos pulgadas de largo; se mide este largo sobre un papel en que hay varias señales, y se hace correr dicho azogue sucesi- vamente por el tubo, observando si siempre ocupa el mismo largo, en cuyo caso el calibre es igual, y bue- no el tubo. Para introducir el azogue , se mete un extremo del tubo en un vaso ó taza en que hay azo- gue yy se chupa por el otro extremo. Por este medio se introduce en el tubo mucha humedad, la que ade- mas de ser perjudicial en lo sucesivo, ocasiona el in- conveniente de hacer variar el largo de la columní- lla de. azogue introducida para calibrar, de manera que puede esto obligar á desechar tubos que son bue- nos; y á tener por buenos los que son malos. Para evitar esto, he usado del medio sencillo de cerrar los tubos por un extremo; calentarlos despues , é introdu- cir el extremo abierto en un vaso con azogue. Este sube en el tubo al paso que el ayre que está en él se enfria y condensa. | Lo largo del termómetro es arbitrario, y depende del uso 4 que se destina; pero tiene ciertos limites pa- ra que la esferilla no pase de cierto diámetro, que á lo mas puede ser de 9 líneas. El hacer la esferilla pro- porcionada al largo y calibre del tubo, depende mas del exercicio que de las reglas que pueden darse. Al soplar la esferilla con la boca, se introduce en el tubo mucha humedad; pero no conozco otro medio de ha- cerla. Preparados los tubos con su esferilla, si en al- gunos se ve mucha humedad, lo mejor es tirarlos pa- ra no gastar en balde el tiempo y la paciencia. El llenar los tubos dichos es cosa sencilla. No obs- tante es de advertir que el método de calentar la esfe- rilla y meter luego el extremo del tubo en el azogue - DE HISTORIA NATURAL, 147 es muy malo, porque de esta suerte el azogue se em- puerca mucho. Es menester pegar en el extremo del tubo una bola ó embudo de vidrio , ó bien atarles un cucurucho de papel. En este estado se calienta bien el tubo sobre las brasas; despues se pone derecho, y la esferilla sobre las brasas: se echa azogue en el cucuru- cho ó embudo, y se aparta todo del fuego *. El ayre contenido en la esferilla se enfria, se condensa, y el azogue baxa y ocupa una parte de ella. Para acabar de llenar el termómetro se vuelve á calentar y se vuelve á apartar de las brasas, y esto se repite hasta que queda lleno. En este estado se pone la esferilla sobre las brasas hasta que el azogue hierve. Despues se aparta del fuego, y el azogue baxa á veces con grande estrépito, á veces no; lo que me ha parecido depende mas del calibre del tubo, que de haber ó no ayre 2. No creo que puede darse regla acerca de las veces que se ha de repetir esta operacion. Generalmente se observa que quando el azogue hierve lentamente, formando ciertas ondulaciones suaves, entónces está regularmen-= te purgado de ayre ó humedad. | Es de observar que al precipitarse el azogue sue- le dividirse la pequeña porcion de ayre que hay en la esferilla, y queda á este ó al otro lado de ella. Esto sucede quando los tubos son de un calibre algo creci- 1 Es muy cómodo y muy limpio tener unas bolas sopladas de cristal de algo mas de pulgada de diámetro, con cuello de un par de pulgadas de largo, y algo estrecho en la punta. En estas bolas se calienta el azogue quando es menester, y con ellas se echa con comodidad y limpieza en los cucuruchos de los termómetros. 2 Aunque creo que la humedad ó el vapor del agua es lo que * mas hay en el termómetro, llamaré ayre siempre al fluido aerifor- me que allí se encuentra , sea el que fuere. K 2 148. ANALES do. En los tubos capilares hay otro efecto; y es que baxando el azogue con mas lentitud , suele adherir el que baxa al que esta en la esferilla á cierta distancia, de suerte que se llena esta, quedando á un lado la por- cioncilla de ayre. Esta es una de las causas de las puntas de ayre que se advierten en los mejores termó- metros; y es menester cierta atencion y cuidado pa= ra hacer reunir este ayre en el cuello de la esferilla. Para sacarlo, aunque á veces no se percibe que lo haya, aconseja Mr. de Luc el que se hierva de nue- vo el termómetro, y despues que se aparta de las bra- sas, y que el azogue baxa y llena la esferilla, se qui- te inmediatamente el azogue que queda en el cucuru- cho ó bola de arriba. Entónces el que queda en el tu- bo baxa y entra todo en la esferilla, con lo qual el ay- re no queda interceptado entre el azogue. Para llenar- lo despues enseña de Luc que se caliente el tubo po- co á poco, y al mismo tiempo se vaya calentando la esferilla para que suba el azogue, y vaya sucesiva- mente pasando por el tubo calentado. Este método es el que yo he seguido; pero es necesaria cierta precau- cion que no es nada trivial. Debe ponerse la esterilla sobre las brasas, teniendo el tubo vertical, hasta que el azogue salga del cuello de la esferilla, pues sí ántes de esto se inclina el tubo, queda el ayre dentro. A. veces tambien el azogue al calentarse, sube mas de un lado que del otro, y entra en el tubo dexando ayre en la esferilla, lo que pide cierta atencion. Esta es otra de las causas de las puntas de ayre que quedan en los termómetros. | Atendido, pues, este punto, no hay mas que ca- lentar bien el tubo sucesivamente, y al mismo tiempo calentar la esferilla para que el azogue vaya subiendo por el tubo caliente. Quando ya está cerca del extre- DE HISTORIA NATURAL. 149 mo del tubo, se endereza este, y luego que asoma una gota de azogue, se echa de este lo necesario en el cu- curucho. Se aparta todo de las brasas, y se pone á un lado hasta que se enfric. Á veces es menester tambien repetir esta operacion, sobre todo en los termómetros muy capilares. Hecho esto , se quita el azogue sobran- te del cucurucho, se quita tambien este, y se trata de cerrar el termómetro. - Para esto se sacan un par de gotas de azogue, 4 fin de que quede sin él un poco del tubo, y sacar una punta delgada. Como es conveniente el que este ex- tremo forme un pico en ángulo recto con el tubo, pa- ra fixar despues el termómetro sobre la escála , hago desde luego sacar la punta en angulo recto, lo que presenta cierta comodidad para las operaciones suce- sivas, y para cerrarlos despues enteramente. Meto el termómetro en agua hirviendo, lo qual se ha de ha- cer con cuidado, para que no se rompa , por razon de ser muy estrecho el agugerillo por donde sale el azo- gue. Así que este cesa de gotear, acerco una luz y cier- ro la punta. Saco el termómetro del agua hirviendo, y lo dexo enfriar. El azogue baxa, y lo comun es que se separe en el tubo. » Quando el termómetro se ha llenado de esta >» manera, dice Mr. de Luc, el azogue está en el va- »» cío, corre libremente por el tubo, y choca en su »» extremo , como sucede en el barómetro, sin que >» la columna de azogue esté expuesta 4 dividirse por »» los mas fuertes sacudimientos.” Esta observacion de Mr. de Luc induciría á error al que juzgase ser sufi- ciente la práctica expuesta, para tener el termóme- tro en buen estado. Igualmente seria erróneo el creer que esto probase que el termómetro estaba bien pur- gado de ayre. Yo tengo un termómetro, cuyo azogue 150 ANALES corre libremente por el tubo, choca con gran ruido en su extremo; y sin embargo si se calienta un poco el cilindro, se eriza todo con ampollas de ayre. Si se le mete en agua hirviendo, el azogue se separa. Lo contrario de lo que dice Mr. de Luc, es para mí una regla general. Todo termómetro, cuyo azo- gue corre con libertad por el tubo, tiene seguramente ayre, y no está en términos de ser reputado por bue- no. En efecto esto prueba que en la esferilla hay al- gun poco de ayre; como efectivamente lo tienen to- dos los termómetros que he visto de los mas afamados artistas, sin exceptuar los de Ramsden. El termóme- tro que está perfectamente purgado de ayre, necesi- ta un sacudimiento no pequeño para que el azogue corra por el tubo, aunque este sea de grueso calibre. Mientras mas purgada de ayre está la esferilla , mas fácil es qúe se divida la columnilla de azogue. La co- sa es clara, porque si en la esferilla hay ayre, este se dilata y se equilibra con el que haya en el tubo; pero si no lo hay en la esferilla, la menor partícula de ay- re que quede en el tubo, se dilatará y romperá la co- lumna. Así es que en el termómetro , cuya esferilla ha sido bien purgada de ayre, rara vez dexa de divi- dirse la columna de azogue, despues de cerrarlos se- gun se ha dicho. Si al tiempo de baxar el azogue, se divide pues la columna, el remedio es calentar la esferilla, hasta ver si vuelve á reunirse, y despues baxando dexa el ayre en la parte de arriba. Esto se consigue las mas veces con maña y paciencia. Si el ayre es mucho, de manera que no se reune la columna, se hace subir el azogue hasta cerca de la punta : se rompe esta, y entonces se reune la columna, quedando el ayre á un lado del tubo. Se dexa baxar el azogue , hasta que el DE HISTORIA NATURAL. . 151 - ayre quede por arriba: y entonces se calienta un poco esta parte del tubo, se hace luego subir el azogue, y se vuelve á cerrar la punta. Todo esto es largo y pe- noso , pero yo lo creo indispensable; y aun así estamos todavía distantes de haber conseguido nuestro objeto. Quando se vuelve el termómetro para que el azogue corra por el tubo, se nota al ponerlo otra vez derecho, que el vacío formado (en la' esferilla se, va cerrando poco á poco. Á veces se ve allí un punto que es alguna porcioncilla de ayre. Se trata ahora de sacarlo. Mas: si invirtiendo el termómetro varias ve- ces, se ve que empieza siempre á abrirse el vacio en el mismo punto donde antes se cerró, señal cierta es de que allí hay alguna porcioncilla de ayre, aunque invisible; y yo no doy por concluido el termometro, hasta que volviéndolo varias veces, no se abre el va- cío en el mismo punto en que ántes se cerró. Para lle gar á conseguirlo se requiere maña , tiempo y pacien- cia; y no es facil explicar la manipulacion que para ello se necesita. Yo vuelvo el termómetro hácia abaxo, hago cor- rer el azogue, y despues lo enderezo, droruracdo que el vacío se cierre en el cuello de la esforilla lo que no se logra á la primera vez; pero en esto como en. otras cosas el exercicio da mucha facilidad. Quando ha pasado el ayre al cuello de la esferilla, se separa el azogue al inclinar el termómetro. Se le dexa correr hasta que casi llegue á lo último del tubo; y teniendo el termómetro horizontal, acerco la esferilla a las bra- sas, y sube el azogue hasta llegar al que está separa- do. Aparto la esferilla de las brasas, antes que el azo- gue llegue á lo último del tubo, para que no se rom- pa el termómetro. Lo regular es que el azogue que subió se una con el que estaba separado, dexando el 152 CO CANALES ayre á un lado, y que al enfriarse baxe el azogue, permaneciendo fixa la porcioncilla de ayre, que unas veces es visible y otras no, hasta que por fin se queda en la parte superior del tubo. A: veces se separa el azogue, despues de haber baxado un poco; pero ca- lentando la esferilla y usando de maña y paciencia se le vuelve á hacer unir. En unas ocasiones se necesita que el azogue baxe lentamente , y esto es lo mas co- mun; en otras conviene acelerar su descenso. Tam- bien hay casos en que es menester dar algun sacudi- miento, quando no se reune la columna ; pero de mo- do que el azogue no salte hácia arriba. De esta mane- ra se logra en algunos casos dividir el ayre en dos ó tres partes, que se hacen pasar sucesivamente á la par- te superior del tubo. Yo he sacado 4 un termómetro frances, sin abrirlo, una cantidad de ayre que en el tubo ocupaba una reed de largo. En suma por mas que el azogue se separe, sea en el cuello de la esferi- lla , sea en el tubo, siempre se puede lograr el hacer pasar estas porcioncillas de ayre por pequeñas que sean, a la parte superior del tubo. Es verdad que el azogue se separa muchas veces seguidas en un mismo punto, y es menester tener la paciencia de repetir y continuar dicha operacion; pero esta paciencia y algun tiempo se requieren para tener termómetros perfectamente purgados de ayre y de humedad. Quando el termómetro se halla en este estado, el azogue no corre con facilidad por el tubo, sin darle un regular sacudimiento. Al desprenderse el azogue, se oye una especie de silbido, y al cerrarse el vacío se ve cierta fluidez en el azogue, de suerte que si el tu- bo no es muy capilar y se endereza con alguna pron- titud, saltan á uno y otro lado las partículas del azo- gus. El vacio no se abre siempre en el mismo punto y DE HISTORIA NATURAL. 153 donde antes se cerró. Ultimamente, si se calienta la esferilla, la superficie del azogue permanece tersa y sin puntos Ó ampollitas. Tales son las señales para co- nocer si el azogue del termómetro tiene la pureza y homogeneidad que se necesita para su perfeccion. Por este medio los termómetros se acercarán mas mas á ser comparables; y ademas de la exáctitud que darán á las observaciones, se ve que hechos de es-: ta manera, será fácil por el método dicho, reunir la columna de azogue, si por alguna casualidad se sepa- ra, sin recurrir nunca 4 la fuerza centrifuga que suele mas ocultar el daño, que remediarlo. Los termómetros que tienen este grado de perfec- cion, resisten al agua hirviendo, sin dividirse la co- lumna de azogue, aunque todo el tubo esté metido en ella. El punto del agua hirviendo es fixo; lo que es muy Importante. Finalmente, luego que el termómetro está en es- tos términos, se saca el azogue que se juzga necesario á fin de que haga la escala que se cree conveniente; y se cierra enteramente el termómetro, sin dexar ayre en el tubo. Para la graduacion del termómetro están conveni- dos los Físicos en tomar dos puntos fixos, que son el del deshielo, ó el hielo que se derrite, y el del agua hirviendo; y este intervalo lo dividen en. cierto nú- mero de partes iguales á que llaman grados. En quanto al primer punto ó término fixo, es sa- bido que el hielo al liquidarse tiene siempre la misma temperatura. La operacion se reduce pues 4 meter el termómetro entre hielo machacado, que en un aposen- to siempre se derrite, y señalar con un hilo el punto donde baxa el azogue. Conviene que toda la parte del tubo en que hay azogue esté entre el hielo. 154 e, ANALES Para tomar el otro punto ó término fixo se debe tambien meter todo el termómetro en el agua hir- viendo. Es verdad que si el termómetro no está per- fectamente purgado de ayre, el azogue se divide, y alargándose la columna, se tiene el punto fixo mas al- to de lo que realmente le corresponde. Es pues necesa- rio observar si hay esta separacion ; y solo lo advierto porque se me ha puesto esta objecion. Por mi parte puedo asegurar que no he observado tal separacion en cerca de cien termómetros que he probado de esta manera; pero que de otros termómetros, hechos por buenos artistas, no ha dado la casualidad de que uno solo resista al agua hirviendo sin dividirse el azogue. Este punto del agua hirviendo, en estos termó- metros es fixo, quando al contario varía mucho si los termómetros no estan bien purgados de ayre; y princi- palinente varía si hay ayre en la parte superior del tu- bo; porque segun este está mas Ó menos comprimido, así comprime mas ó menos el ayre que está en la es- ferilla. Esta es una ventaja grande dimanada de pur- gar bien de ayre el termómetro. El azogue, metido el termómetro en el agua hirviendo, se fixa en un punto, sin aquellas oscilaciones que suelen verse en otros ter- mómetros , salvo el caso en que estas oscilaciones de- penden de la corriente del ayre, que enfria el vaso donde se hierve el agua. Esta práctica parece indispensable para conseguir que los termómetros se acerquen á ser comparables. De esta suerte todo el azogue de la esferilla y del tu- bo adquiere igual grado de calor, y ademas el tubo se dilata igualmente por todas partes; lo que parece necesario no solo para el objeto propuesto, sino para la exáctitud de las observaciones que se hacen al ayre, pues entónces todo el termómetro está expuesto á DE HISTORIA NATURAL. 155 igual temperatura. Por lo demas es sabido que en aquellas observaciones en que una parte del termó- metro está á una temperatura muy diferente de la temperatura á que está expuesta la otra parte, se ne- cesita una correccion si se quiere ó conviene que sean exáctas. | Se dirá tal vez que en metiendo la esferilla en el agua hirviendo no se necesita mas, porque el calor se comunicará al demas azogue del tubo. Una re- flexion sencilla basta para probar que no sucede así; y es que estando la esferilla en el agua hirviendo, se tiene con la mano el tubo, sin sentir ningun calor particular. Ademas de esto, yo he hecho expresamen- te un termómetro que no tenia mas que unas nueve pulgadas de largo; y en el extremo del tubo habia una especie de embudo abierto por arriba. Puesto es- te termómetro sobre las brasas, el azogue fue subien- do al embudo dicho, hasta que por último empezó á hervir en la esferilla. En este estado metí un ter- mómetro muy sensible en el azogue del embudo, y no hubo variacion de temperatura en aquel; de suer- te que el azogue estaba hirviendo en la esferilla, y en la parte superior del termómetro estaba á la tem- peratura del ayre circunvecino. Prueba pues esto la necesidad de la práctica dicha; pues sin ella puede resultar el punto del agua hirviendo mas baxo en unos termómetros que en otros. ] Para esta operacion el agua ha de hervir bien: la esferilla no ha de tocar al fondo del vaso en que hier- ve el agua; y este vaso no ha de estar expuesto á la corriente del ayre , particularmente si es de metal, ó de otra materia de las que son conductores del calor. Mr. de Luc ha encontrado alguna diferencia en el ca- lor que adquiere el agua hirviendo, segun que los 156 ANALES vasos en que se hierve tienen la boca mas Ó menos es- trecha. Yo no he exáminado este punto, y solo diré que he hecho hervir el agua en vasos cilíndricos de laton. Tambien aconseja de Luc que el agua sea pu- ra, y esto no es de poca consideracion. Sospechando que el calor del agua hirviendo en un vaso fuese diferente á distintas profundidades, qui- se tomar el punto ó término fixo del agua hirbiendo, metiendo los termómetros en situacion horizontal en un vaso de boca ancha; pero un experimento me dió á conocer, que quando el agua está hirbiendo, toda ella tiene igual temperatura. No sucede lo mismo lue- go que se aparta el vaso del fuego; pues el calórico se acumula en la parte superior del agua, notándose gran diferencia en la temperatura á diferentes profun- didades. Este hecho, que es conocido, se debe tener muy presente en observaciones con líquidos cuya teme peratura sea mucho mas alta que la del ayre en que se opera. El punto ó término del agua hirviendo de que acabamos de hablar, no es fixo sino en determinadas circunstancias, Es probado y sabido que el agua ad- quiere mas Ó menos calor, segun es mayor ó menor la presion, ó el peso del ayre. De consiguiente es in- dispensable fixar una determinada presion de la atmós- fera para tomar dicho punto, ó hacerle la correspon= diente correccion, á fin de que las observaciones se refieran todas á unos mismos puntos fixos. La Sociedad Real de Lóndres determinó que di- cho punto se tomase á la presion correspondiente 4 29,9 pulgadas del pie ingles, que corresponde 4 28 pulgadas francesas, Ó 323 pulgadas españolas. Mr. de Luc ha adoptado y aconseja que se adopte para es- te fin, la presion de 27 pulgadas francesas ó 31% pul- DE HISTORIA NATURAL. 157. gadas españolas, fundándose en que hay pocas ciuda- des donde el barómetro no señale alguna vez esta al- tura; y en que sus observaciones propias, y sus fór= mulas, están arregladas á ella. Es cierto que este mo- tivo es poderoso, y mas quando se necesita un estudio particular para entender las observaciones de este sa- bio Fisico, y reducirlas á otros. datos mas generales; pero en los puntos de mero convenio es preciso se- guir lo que mas comunmente está adoptado ; y en el caso presente lo mas general es tomar dicho término del agua hirviendo, á la presion de 323 pulgadas nues- tras. Esta es la altura media del barómetro en la ori- la y superficie del -mar; y á esta presion están arre- glados un sinnúmero de resultados de observaciones importantes. Por tanto hemos creido que debíamos * tambien adoptar esta presion para nuestro objeto. - Falta á esto añadir que las 323 pulgadas del ba- rómetro deben entenderse 4 cierta temperatura; cir- . Cunstancia á que no se ha atendido, y á que importa atender; porque desde el punto de la congelacion has- ta un tercio del intervalo entre este puntosy el del agua hirviendo, puede variar el barómetro, por causa - de la temperatura, como unas dos líneas. Sentarémos pues que el término de agua hirviendo se debe seña- lar , estando el barómetro en 323 pulgadas nuestras, y el termómetro en — del intervalo dicho. No parece necesario detenerse 4 manifestar que aquí no hay circulo vicioso; y solo diremos que todas estas precauciones son indispensables para que en el día pueda hacerse uso de varias observaciones ; y tal vez serán mas apreciables en lo sucesivo, quando en cier- tas materias se sepa mas que en el dia. Al intervalo entre estos dos puntos fixos le llamaremos con Mr. de 158 ANALES Luc “intervalo fundamental del termómetro. La altura del barómetro que hemos adoptado pa- ya determinar el intervalo fundamental del termóme- tro, no es nada cómoda para los que habitamos en Madrid, donde la altura media del barómetro es de 303 pulgadas nuestras , y nunca llega 4 las 31 pulga= das. Para evitar las correcciones que habria que hacer á las observaciones termométricas, es menester pues corregir el intervalo fundamental hallado a la presion comun de la atmósfera en Madrid, y reducirlo á lo que seria si el barómetro señalase 323 pulgadas nues- tras. Para conseguir esto, veamos lo que enseña de Luc en su excelente obra intitulada: Recherches sur les modifications de l' Atmosphere tom. 4. cap. 6. Ya se sabe que el intervalo fundamental dividido en So partes ó grados es una de las escalas conoci- das del termómetro:, y esta es á la que se refiere lo que dice Mr. de Luc sobre este punto. De sus experi- mentos sobre el calor del agua hirviendo hechos en los montes, á diferentes presiones de la atmósfera, saca Mr. de Luc la regla para hallar el intervalo fundamen- tal del termómetro en qualquier caso. Sea h la altura del barómetro en 16 avos de línea; y el intervalo fun- damental que se busca, comparado con el del termome- tro de Mr. de Luc es 0,00000495 L.h— 103,87 gra- dos del termómetro de Mr. de Luc. Pero Mr. de Luc señala So grados en el punto del agua hirviendo á la presion de 27 pulgadas france- sas *. Empleemos pues su misma regla para corregir el intervalo fundamental de su termómetro y reducir- lo 4 lo que seria á la presion de 28 pulgadas francesas 1 Aunque las pulgadas de que usa Mr. de Luc son de la toe- sa de Mr. de Mairan, que es 1 de línea mas corta que la toesa de la Academia, esta diferencia no influye en el caso presente. DE HISTORIA NATURAL. - 159 del barómetro. Las 28 pulgadas hacen ¿0 de lí- 1 nea; y de consiguiente el intervalo fundamental que se busca es 0,00000495 L. $376— 103,87 —80,7877 grados. Ahora podemos comparar el termómetro de Mr. de Luc, cuyo intervalo fundamental está dividido en So grados, á la presion de 27 pulgadas france- sas del barómetro, Ó 31% pulgadas españolas , con el termómetro comun de 80 grados á la presion de 28 pulgadas francesas ó 323 pulgadas nuestras. Cada gra- 30 80,7877. =0,99025 grados del termómetro comun ; y cada 80,78 grado de este valdrá == 1,00985 grados de de Luc. Esto nos servirá para hallar el intervalo fundamen- tal de un termómetro en que el punto del agua hir- viendo esté tomado á la presion de 303 pulgadas es- pañolas ó 26 pulgadas francesas del barómetro; pues en virtud de la regla de Mr. de Luc, se tendrá que es 0,00000495 L. 4992 — 103,87:=79,2 grados de Mr. de Luc, que equivalen á4 78,42 grados del ter- mómetro comun de 80 grados. Y este es el número de partes en que se debe dividir el intervalo entre los dos puntos del deshielo y del agua hirviendo, quan- do el barómetro señala en Madrid 303 pulgadas ó 26 pulgadas francesas; para que el grado So de esta esca- la corresponda al calor del agua hirviendo á la pre- sion de 323 pulgadas nuestras del barómetro. Del mismo modo y por la misma regla, se halla el número de partes en que se ha de dividir dicho in- tervalo á qualquiera otra presion, á fin de que se lo- gre el objeto propuesto. - do del termómetro de Mr. de Luc será pues 160 ANALES. A este objeto pertenece una de las aplicaciones: que tienen los experimentos sobre la fuerza expansiva del vapor del agua, hechos por D. Agustin de Betan- court, y que se hallan descriptos en una Memoria en frances *. De aquí hemos deducido la tabla siguiente: Intervalo Intervalo J Altura del barómetro. fundamental | fundamental de 80 gra- |de 100 gra- Medidas fran- Medidas espa- dos. dos. Cesas. ñolas. pul. - Li. pulg. lin. | 2r. 3 24- 9% 74,92 93,65. 24-09 | 28. 0 7,93 96,29 24.» 6 28. 7 77:41 96,76 Se 0 > IT 7779 97,24 25. 6 ni 78,18 97,72 25. 93 30 17 | 78,41 98,01 28. 1IIF5 30. 33 78,5 98,12 26. 1% e + A 78% 983 20." 3 30. 77 78,74 98,42 | DO." EMP 30.083 78,80 98,5 26. '6 30. 11 78,93 98,66 26. 7 3H 0% 7900 98,75 27. 0 a 79,29 99,11 e OS a 79,46 - 99333 27. > 6 > 79,64 99555 | 27. 9 32 42 79,81 9975 18... O 32) 18 | 80,00 100,00 o PA] añ PE 80,17 100,22 28. 6 33-03 80,34 100543 | 29. Z£ y e Le 80,62 100,77 Dirémos dos palabras sobre las escalas de los ter- mómetros. Las de uso mas general son tres. La de Reaumur consiste en dividir en So partes el intervalo r Memoire sur la force expansive de la vapeur de P'Eau, lu 2 1' Academie Royale des Sciences. P. M. Betancourt. / DE HISTORIA NATURAL, 161 fundamental, y señalar cero en el término fixo infe- rior. Esto es lo que en el día se entiende por termó- metro comun de Reaumur, sin detenernos en lo que fué en su orígen. La escala de Farenheit consiste en el dia en seña- lar 32 en el término fixo inferior y 212 en el supe- rior, quedando dividido el intervalo fundamental en 180 grados. La nueva escala de los franceses del termómetro cantigrado , consiste en dividir el intervalo fundamen- tal en 100 grados, señalando cero en el término fixo inferior. Aunque todas estas escalas son arbitrarias , unas ofrecen mas motivos de preferencia que otras. La de Farenheit lleva á la de Reaumur la ventaja de que los grados son mas cortos y no se necesita gran subdivi- sion, como sucede en la de Reaumur quando el inter- valo fundamental es algo largo. Ademas en la escala de Farenheit no hay que acudir á las expresiones equívocas de menos Ó debaxo del hielo, quando la temperatura baxa de este término, lo que por lo me- nos es muy cómodo. La nueva escala de 100 grados tiene sobre la de Reaumur la ventaja de que los gra- dos son mas pequeños ; y tiene el inconveniente de todas las escalas que señalan cero en el término fixo inferior. Esta escala ofrece tambien la comodidad de ser fácil y breve el reducir á ella los grados de otras escalas. Los Ingleses, Holandeses, y otros varios , usan de la escala de Farenheit. Los Franceses han usado hasta ahora de la escala de Reaumur, y nosotros los hemos seguido *. | 1 Para reducir los grados de una escala qualquiera A á los de otra B; supongamos que en la escala A, es m el número de gra- dos que se señala en el término fixo inferior; m/ el que se señala TOMO 11, L 162 : ANÁLES Hemos dicho las precauciones y medios que se de- ben emplear para que los termómetros estén bien pur- gados de ayre y humedad, y que el azogue tenga to» da la homogeneidad que se necesita, á fin de que sus dilataciones se correspondan en todos. Igualmente he- mos expuesto las atenciones con que se debe determi- nar el intervalo fundamental, á fin de que en todos los termómetros sea fixo y comparable. Todo esto se dirige á que los termómetros indiquen todos la misma temperatura, y pueda haber cierta exáctitud en las observaciones, segun se requiere para varios puntos. Sin embargo de todas estas precauciones y cuidados, los termómetros no suélen salir comparables. Entre los mios han salido muchos que se corresponden ; hay por exemplo quatro ó seis que indican igual temperatura; otros tantos que se corresponden entre sí; pero no con los primeros; y así de otros. Las diferencias son en unos casi insensibles; en otros de ¿ de grado; en otros de f de grado; y la mayor de ¿ grado. Sin embargo e esto, comparados mis termómetros con otros de Paris y de Lóndres, los mios señalan siempre menor temperatura que los demas, en cierto espacio del in- tervalo fundamental ; lo que me ha parecido una prue- en el término fixo superior; + un número de grados qualquiera. En la escala B sean »m, 21, z los números que corresponden á mm, m!, x de la escala A. Se tendrá pues | x—m z—n Aa SN Esta fórmula sirve para el objeto propuesto. Supongamos que A es la escala de Farenheit y B la de Reaumur; y será m—= 32; m—m=i180; 1=0; 21M —n=80; y la fórmula se reduce xa —32 z y 2 NTE Si se pregunta ahora quantos grados de Reau- 190 (o) mur hacen go de Farenheit; haremos «=505 y lá fórmula nos o— 32 ¿ dará ¿= L % 80=8 grados. 180 DE HISTORIA NATURAL. 163 ba de que mis termómetros estan mejor purgados de ayre Ó humedad que los otros. Esta comparacion la he hecho con termómetros extrangeros que pasan por los mejores; pues si se trata de los que solo pasan por buenos, hay diferencias de dos grados de Reaumur 4 la temperatura de 10 ó 12 grados. Estas diferencias gruesas proceden de no estar bien purgados de ayre los termómetros; pero ¿qual podrá ser la causa de la que se encuentra entre los mios, en los quales no se puede atribuir á dicha causa, ni tam- poco á la que pudiera ocasionar el modo de determi- nar el intervalo fundamental? Creo haberla encontra - do; y de su conocimiento se podrá inferir el medio de eludir este inconveniente. Voy pues á exponer las re- flexiones que he hecho sobre este punto. Sea xr la razon de la circunferencia al diámetro 3 . | TY del círculo. La esfera cuyo diámetro es r, será Ta Sea e el calibre Ó diámetro interior del tubo del termómetro; y a su longitud desde la esferilla hasta el término fixo inferior ó del hielo que se derrite. El pe: , Tae volúmen de este cilindro será ELE y este volúmen y el de la esferilla juntos, será ; T y? ae? (ls » 2 3 2 . ' . Y s El azogue que ocupa este espacio se dilata — de m . su volúmen desde el término fixo inferior hasta el del agua hirviendo. Luego el incremento de volúmen desde dicho punto al otro, es 7 y? ae” — + : 2m 3 2 De paso dirémos que si no se atiende 4 la dilata- L2 164 CANALES cion del vidrio, y se llama / el intervalo fundamen- 2 rat Te Pt = 1 —-. De don- tal, se tendrá 2m 3 2 4 AA ; z de se saca ¿= —| — ——+ 4). Si en esta fórmula se mNX3 e hace /= ía, y se toma e por unidad, se tendr.. m=zZ2a (1m—I). 2 Esta fórmula coincide con la que trae Mr. de Luc * para hallar el diámetro que debe tener la esferilla, á fin de que el intervalo fundamental sea de determina- da extension. La diferencia está Únicamente en que Mr. de Luc saca dicha fórmula siguiendo un racioci- nio bien dificil de entender. En el caso que pone Mr. de Luc, se tiene l +4 42855 l24a;51=4; a—853. Mr. de Luc sienta que m—= 64; y de aquí se saca r =V 32767,5 = 32 diámetros del tubo ?. y Recherches sur les Modifications de 1 atmosphere; t. 2. p. 2 En las Memorias sobre la Meteorologia del P. Cotte tomo r pág. 482, se lec lo siguiente: ,,Mr. Correr , Senador de Vene- » cia, ha encontrado la esferilla de 34 diámetros del tubo. Sorpre- » hendido de esta diferencia, consultó 4 Mr. Toaldo, quien exá- > minó la fórmula de Mr. de Luc, y la halló exacta en todo me- » nos en el coeficiente. En efecto, dice Mr. Toaldo, Mr. de Luc » extrae la raiz cúbica de = de la esfera, que es el cilindro cir- » cunscripto; siendo asi que se debe extraer la dicha raiz del tubo » circunscripto que es <£- de la esfera misma. De este descuido dim » mana que habiendo hallado por sus datos 327 67 =2 de la » esfera, saca por diámetro de la esfera la raiz cúbica—= 52 » diámetros del tubo; pero este número en proporcion del cilindro »al tubo de 11 Áá 14, € 41613, cuya raiz cúbica es 34,7 » diámetros del tubo. En efecto el diámetro de la esferilla debe va- »riar, segun lo largo del tubo, y los números que se han tomados » Corregido de esta manera el coeficiente, la fórmula es exácta. Es dificil reunir mas errores en tan corto discurso; y me ha parecido oportuno el advertirlo. La fórmula de Mr. de Luc es exácta ; y el P. Toaldo y el P. Cotte yerran en lo que dicen. nn DE HISTORIA NATURAL. 165 . ¡Siguiendo nuestro raciocinio, hemos visto que la capacidad de la esferilla y del tubo hasta el término fixo inferior, que supondrémos á la temperatura del hielo que se liquida, es TT (2 ac? a Pa? 2 me — ) 2 3 2 ' El azogue contenido en esta capacidad recibe en el agua hirviendo el incremento % 1 7 y? ac* as sit pe djs ) m 2m 3 2 Sea nm la dilatacion del vidrio desde un término fixo al otro; de suerte que nr sea el valor de r; ne el valor de e, y na el valor de a en el agua hirviendo. La capacidad dicha será en este caso ar y3 ae A Zoco. — y3 — mt > Z 2 Z - Llamemos / el intervalo fundamental á la tempe- ratura del deshielo; y será n/ su valor en el agua hit. viendo. Se tendrá pues 2 buin AA A (0)...... 4241 == A 13141 ms De esta equacion sacarémos IZ |— —+a os ; 3 € 933 y l 1h -——pn) y si hacemos para abreviar, ( e =B; y? 3 tendrémos Y ad (= SH —+ a). 3 1 Si en otro termómetro es r' el diámetro de la es- ferilla; el el diámetro del tubo; 4' la parte del tubo 166 ANALES desde la esferilla hasta el término fixo inferior; 1' el intervalo fundamental ; será tambien 155) . TD qe Je ; y? A E Por consiguiente l: lx: =— +4: +4. 14 y Y como m y n pueden ser dependientes de una tem- peratura qualquiera, es evidente que esta proporcion tiene lugar entre las alturas de las columnas de ázo- gue, sea qual fuere la temperatura, con tal que sea la misma en los termómetros. En efecto, supongamos una temperatura qualquiera, en que m sea m, y » sea n, de manera que B se transforme en B'. Llamando », h' las alturas que indican los dos termómetros, tendré- mos: poe (E +4). De donde se infiere h: h':: 1: 1. Luego en una tem-, peratura qualquiera, las alturas de las columnas de azo- gue son proporcionales á los intervalos fundamenta- les, sean quales fueren los diámetros de las esferillas y de los tubos, y sea qual fuere la ley de dilatacion del azogue y del vidrio, regular ó irregular, con tal que sea la misma en todos los termómetros. La falta de comparabilidad entre los termómetros no puede pues dimanar sino de las dos cantidades m y 1 ; esto es, de la dilatacion del azogue y de la del .vi-. ário. Diré aquí lo mas esencial sobre esta materia, di- rigido únicamente al objeto que nos hemos propuesto. Es cierto que la diferente dilatabilidad del azogue en distintos termómetros debe influir en que no se correspondan; pero por una parte mis termómetros, hechos de azogue puro, y perfectamente purgados de DE HISTORIA NATURAL. 167 ayre, no están en este caso; y por otra el exámen de las variaciones de dilatación que podria ocasionar un fluido elástico mezclado con el azogue, me ha dado á conocer que el efecto que produciria no corresponde al efecto que se observa. Por estas razones me he inclinado á creer que el efecto de que se trata procede de la diferente dilata- bilidad del vidrio. Esta diferencia puede estar en la naturaleza del vidrio segun esté formado de estos ó de los otros materiales; pero. considerando que esta cir- cunstancia puede influir muy poco, he sacado por úl- timo esta conseqúencia: que las dilataciones de los cuerpos esféricos ó cilíndricos de vidrio, siguen dis- tinta ley que la que observan en sus dilataciones en línea recta: y que en dichos cuerpos esféricos las di- lataciones serán menores á proporcion que los diame- tros de las esferillas sean menores. Esto concuerda bastante bien con lo que se observa en mis termóme- tros: miéntras mas diferencia hay entre los diámetros de las esferillas , mas varía la indicacion de la tempe-= ratura. La fórmula dada ántes manifiesta que, admi- tiendo este supuesto , todo influye entónces en la falta de correspondencia de los termómetros: influyen los diámetros de las esferillas, la cantidad a Kc. De esto se deduce que para tener termómetros que se acerquen quanto es posible 4 ser comparables, es menester ademas de lo que se ha dicho, que los diá- metros de las esferillas sean tan iguales entre sí como se pueda. Convendria pues fixar cierto diámetro á lo menos para los termómetros destinados á servir de pa- trones. El que yo he elegido es entre quatro y cinco líneas del pie español. Voy á concluir con una reflexion, nacida de lo que acabo de decir ; y es que si es cierto, como lo creo, 168 ANALES que el efecto dicho procede de que las esferillas se di- latan de diferente modo que los cuerpos en su longi- tud; tal vez no será este fenómeno privativo del yi- drio, y se verificará en los metales y otros cuerpos; circunstancia digna de exámen, y que pudiera influir bastante en algunas operaciones delicadas é impor- tantes. DESCRIPCION ORICTOGNOSTICA DEL APATITO TERREO DE LOGROSAN EN e POR DON CHRISTIANO HERRGEN-. N adie, que yo sepa, descubrió antes que Bowles la existencia del presente apatito térreo, que publicó con el nombre de piedra fosfórica. Don Luis Proust publicó en los Anales del Real Laboratorio de Química de Segovia en 1791 las cu- rosas investigaciones que hizo sobre esta piedra, á las que añadió la analisis química, hecha en Paris por los Sres. Pelletier y Donadri; analisis que copiaremos al fin de este capítulo. | | Faltábanos aun la exácta descripcion de los carac- teres exteriores de este fósil, esto es, una descripcion que manifestase su aspecto de modo que por ningun título se pudiera confundir en lo sucesivo esta piedra con las otras. | _La orictognosía es la ciencia que demuestra con evidencia, que la agregacion tan general á las piedras, 1 DE HISTORIA NATURAL. 169 léjos de ser desórden, está sujeta á leyes constantes que se pueden reducir á un órden sistemático. He te- nido ya la satisfaccion de haber hecho comprehender, aun admirar en mis lecciones públicas la verdad y la solidez de esta proposicion con la que se afirma y con- solida el sistema de Werner, contradecido por aque- llos que le ignoran. | Werner dió al presente fósil el nombre de apatito térreo, sin duda por las razones siguientes : primera, su dureza, muy léjos de ser la del feldspato , como se lee en algunas descripciones, es de tan poca consi- deracion que muchas veces pasa á la verdadera delez- nabilidad, carácter peculiar del estado térreo : segun- da , era preciso distinguir este fósil del apatito de Sa- xonia y de Bohemia, conocido en el reyno mineral tiempo hace, el qual casi siempre se encuentra crista- lizado , mientras que nuestro apatito de Extremadura no se ha presentado aun en figura regular; mas no por esto debe negarse la posibilidad de su cristalizacion en los contornos de Logrosan ¿ y por eso he demostra- do en-mis lecciones, que siempre que un fósil nos presenta el carácter de partes distintas con mucha re- gularidad y constancia, debemos mirar este carácter como un principio verdadero, bien que débil, de la misma cristalizacion. Color : blanco amarillento, que tira á veces al blanco roxizo y blanco gris. Manchas muy abundantes de color amarillo de Isabela, y amarillo roxizo; ya mas Ó menos grandes, ya punteadas. Figura: en masa. No he visto aun este fósil en figura regular ó cristalizacion, 4 pesar de haber exámi- nado gran número de exemplares ademas del que -se conserva en este Real estudio, Se halla cruzado en todas direcciones de unas betas poco gruesas de 570 ANALES de roca córnea que pocas veces se acerca al quarzo; y casi siempre enteramente á la roca córnea con- cheada , de grano muy fino. Busrne en lo exterior ninguno : pero en lo interior, Ó mas bien en la fractura reciente, es reluciente se= doso; carácter que me parece muy notable para es- te fósil; en la inteligencia que hablo de la fractu= ra recien hecha en aquel parage donde el fósil no es- té mezclado con la materia quarzosa. Textura: compacta-desigual-angulosa: de modo que el plano de la fractura presenta un aspecto radiado, menudo-corto-y-estrecho , en manojo divergente: Siempre que este fósil pasa á la deleznab:lidad mas Ó menos perfecta, nos presenta textura terrea; pero creo que este fenómeno podía muy bien omitirse en las descripciones orictognósticas , por ser un resulta= do infalible y constante del diverso estado de dure- za; estado que de ningun modo altera la naturaleza: de las partes constitutivas de los individuos del rey- no mineral. Fragmentos : esquinas indeterminadas: cortes algo ob- tusos; afectando á veces figura de disco. Partes distintas: radiado-astillosas, muy pequeñas; á veces cuneiforme-acanaladas; y siempre muy en- lazadas unas con otras. Transparencia : ninguna. | Dureza: muy mediana; por grados hasta deleznable, Solidez : agrio. Coherencia: salta con facilidad. Tacto : áspero. Gravedad comparada : Y no muy pesado. Gravedad espec ífica : EE 1,8%. Caracteres químicos: al soplete por sí solo es casi in= - fusible, aun en los cortes mas delgados. DE HISTORIA NATURAL. -I7Y +" Segun la analisis ya indicada, se componen cien partes de este fósil de' g9—tierra caliza. 2=...... SIÑÍCeAa. 24— ácido fosfórico. 2 —ácido fluórico, un poco de ácido mu- E: riático , carbónico y hierro. Parage de nacimiento : los contornos de Logrosan, en la provincia de Extremadura. Caráster físico: expuesto este fósil 4 un cierto gra- ¿do de calor, sea en pedazos Ó bien sea en polvo, presenta una luz fosfórica de un verde hermoso, el qual es momentáneo, recorre toda la extension del fósil ,-y desaparece luego, sin volvérse a presentar aunque el fósil se caliente de nuevo. Observación geonóstica : nada se sabe aun de impor- tante y sólido sobre los fenómenos geonósticos que esta substancia presenta en los contornos de Logro- san, y es de desear que algun observador inteligen- “te recorra aquel terreno, y nos comunique noticias sobre este punto. Noticias mineralógicas , preguntas , dudas bre. | Por el mismo. S; es cierto que en algunos paises (por exemplo en la Hungria) está ya casi demostrado que la obsidiana se ha formado por la via húmeda, y que presenta un tránsito insensible, bien que perfecto, de la piedra pez á la obsidiana; no lo es menos que en otros pal- ses, su existencia debe atribuirse al fuego de los vol- canes. Los hermosos é instructivos exemplares de los- 172 ÁNALES. contornos de Mexico, que debo al zelo del infatigable naturalista D. Luis Née, prueban la segunda propo- sicion con la mayor evidencia, porque ellos presentan en el mismo exemplar un pórfido comun, intacto por un lado, y convertido por otro en perfecta obsidiana por medio de la fusion. | La coleccion que acaba de anunciarnos el célebre Baron de Humbolt, hecha por sus propias manos en el pico del Teyde, en Tenerife, demostrará igual- mente , segun parece, la formacion de este fósil por la vía seca. Así pues, el que intente limitar las operaciones de la naturaleza á un solo método, incurriria en la nota de presumido. : Tambien la zeolita es una de aquellas substancias: del reyno mineral sobre cuyo orígen se ha disputado mucho, quedando siempre infinitas dudas que no-se pueden explicar. Las curiosas observaciones que han publicado sobre este fósil los sabios naturalistas Dolo- mieu, Faujas de St. Fond y otros muchos, prueban que la zeolita se encuentra casi exclusivamente en los distritos de volcanes verdaderos. Y Una multitud de fósiles que ha recogido en los contornos de México D. Luis Née, con los quales, es. te amigo de las ciencias, ha enriquecido mi gabinete, demuestran con evidencia, que en algun tiempo los volcanes en aquel pais causáron revoluciones terribles.. Se hallan entre dichos fósiles diferentes variedades de la zeolita , entre las quales deben apreciarse particular- mente ; primera, el prisma romboidal de quatro lados, muy prolongado y terminado chatamente en punta. DE HISTORIA NATURAL. 173 con quatro planos sobrepuestos á los planos laterales del prisma; y segunda, el cubo romboidal sin altera- cion ninguna; su lustre, que es un perfecto anacarado, y su color blanco, producen el mas bello efecto que se puede imaginar , hallándose dichos cubos como sembrados con abundancia sobre un grupo de amatista de hermoso color azul de violeta palido. q EXA MM>A A a O A A Otra de las piedras que por algunos años llamó la atencion de los naturalistas y aficionados, fue la ven- turina. Pero este nombre, por desgracia general, aun en el día no se atribuye con preferencia á un fósil de- terminado segun las reglas científicas, como se puede ver comparando los diferentes autores que hablan de esta substancia. Solo intento por ahora indicar de pa- so dos especies esencialmente diversas de este fósil Ñ las que son muy abundantes en España. I Venturina de los contornos de Horcajuelo. Un tránsito del quarzo comun al amatista, ó bien vn amatista confusamente cristalizado , produce por anedio de la alteracion quepadece de la accion atmos- férica, esta especie de venturina, que se encuentra en la superficie de los cerros y llanuras en fragmentos po- cas veces rodados. Su figura exterior demuestra que han sido arrancados por alguna fuerza violenta de ma- sas considerables de la misma roca, ó á lo menos de los filones manifiestos superficialmente á la vista. Su color primitivo fue el blanco gris; pero la alternacion continua de la accion atmosférica le transforma por grados en amarillento , amarillo roxizo , hasta roxo 174 ANALES: parduzco de bastante intensidad. En este último-caso puede este amatista llamarse venturina; porque en- tonces presenta en su interior una multitud de peque- ños puntitos brillantes y de varios colores, á manera algunas veces de un bello iris, fenómeno que provie- ne de las hendiduras abundantes, cas! imperceptibles, ue nacen de la separacion de las partes distintas que debe contener necesariamente el amatista confusamen- te cristalizado. Por consiguiente el juego interior de esta piedra no proviene de un cuerpo heterogéneo in- terpuesto en su masa, sino de un desvío de los radios de la luz. Pocas veces se halla esta variedad de ven- turina en estado de que su color y su juego penetre hasta el centro, pues por lo regular no pasan de la costra superior del trozo ó exemplar las circunstancias y caracteres que merecen el nombre de venturina, ha- Jlándose su interior sin color y sin el referido juego. Pulimentada esta piedra produce un efecto sumamen- te agradable 4 la vista. Il. Venturina de los contornos de 5. Fernando. Un quarzo comun, mezclado con abundancia y bastante igualdad de pequeñas partículas de mica, for- ma esta segunda especie de venturina, que en las cer- canías de San Fernando se encuentra con alguna abun- dancia en figura de cantos mas ó menos rodados. El juego de los puntitos de su interior no €s por consi- guiente efecto del desvío de la haz, sino de un cuer- po entrepuesto y de diversa naturaleza, de modo que esta venturina es un verdadero granito doble com- puesto de quarzo y mica, el qual adquiere por la ac- cion atmosférica un color amarillo y roxo parduzco de DE HISTORIA NATURAL. 175 mayor ó menor densidad respecto al quarzo de que se compone , conservando la mica su color primitivo, ¿Qual es la provincia de España , y qual es el pá. rage donde se halla el fosil tan conocido con el nom- bre de xabon de sastre? Piedra caliza folicular de las cercanías de Madrid. POR DON MARTIN DE PÁRRAGA. dios blanco gris. Figura : rombos perfectos, con planos algo conve- xos en la mayor parte de los cristales; convexi- dad que provendrá tal vez de hallarse los cristales algo rotos en sus cortes y esquinas ; lo qual hace que las hojas de su textura se rompan mes, á medida que estan mas cerca de la superficie, y que sobrepuestas desigualmente formen el plano convexó que debie- ra ser recto, como efectivamente lo es en aquellos cristales, cuyos cortes y esquinas no han padecido alteracion alguna. El tamaño de los cristales es muy pequeño. Superficie : lisa; planos especulares. Lustre: en lo exterior lustruso, lustre anacarado que pasa un poco al grasiento. En lo interior lustre comun. Textura : folicular con tránsito triple de hojas. Fragmentos : romboidales. 176 ANALES Transparencia : medianamente transparente. Dureza : blanda. Coherencia : salta con facilidad. Es seca y muy poco fria al tacto. Por los caracteres indicados se ve que este fósil tiene los del espato calizo en general, y que solo se diferencia en la curvatura de sus planos, y en el lustre anacarado que tal vez resultará de la misma causa que produce la convexidad insinuada. Matriz: la matriz de este fósil es un pedernal per- forado que empieza á descomponerse y convertirse en una substancia térrea. Su color es amarillo de isa. bela obscuro. Parece que en sus cavidades se depo- sitó la materia caliza, de modo que los cristales lle- nan todos los huecos. Este fósil ha sido descubierto poco tiempo hace en el cerro negro , cerca del primer molino en el canal de Manzanares; no sabemos si se hallará con abundancia en aquel parage, ó si habrá sido llevado por alguna ca- sualidad. Lo cierto es que en aquellas inmediaciones es muy abundante el pedernal; y que la formacion de éste en nuestro fósil ha de ser anterior necesariamen- te á la del espato calizo. Amatista de Mallorca. POR DON RAMON ESPIÑEYRA. as : negro obscuro , tierno como en el chorlo comun. Figura : prisma de seis lados terminado en las dos ex- tremidades por una pirámide de seis planos sobre- puestos á los laterales del prisma. Los planos, así del prisma como de la pirámide, DE HISTORIA NATURAL. 177 son por lo regular desiguales, 4 excepcion de dos» opuestos en el' prisma que casi siempre son iguales, sin que los demas guarden uniformidad alguna , de lo qual resulta que las terminaciones unas veces se aca- ben en punta, ótras en un corte algo obtuso, y ótras perfectamente en corte. Tamaño: pequeño. Superficie : lisa en todos sus planos, sin donó es- trias latitudinales en los planos del prisma, como su- cede cási sin excepcion alguna en el amatista; solo á veces presenta planos algo ásperos. Lustre : grasiento. Textura : Concheada. No presenta partes distintas. Rompe en fragmentos de esquinas indeterminadas y filos cortantes. Los cristales son enteramente opacos, y solo en las puntas de algunas de las terminaciones hay un poco de trasluciente. Dureza : es duro. Coherencia: muy quebradizo. Y frio al tacto, Parage de nacimiento : solamente se tienen noticias de que en la isla de Mallorca se encuentran estos cristales, sembrados en una arcilla comun poco en- durecida, de color pardo amarillento algo claro. TOMO II. M 178 | ANALES E POLVOS CONTRA LA RABIA. POR D. ANTONIO JOSEPH CAVANILLES. E. rabia, acompañada siempre de dolores crueles, que perturban la razon y convierten en furias á los hombres, es sin duda alguna la enfermedad mas terri- ble que podemos padecer. Es lamentable la suerte de los rabiosos , porque ni los facultativos han podido descubrir aun remedio alguno cierto. y eficaz; ni los empiricos disminuir los dolores ni precaverlos. Unos y otros han indicado multitud de preservativos; cuya va- riedad prueba en cierto modo ser todos insuficientes, Vimos en el diario de Física de Marzo de 1800 (Ventose año 8%), y en el núm. 20 de la Decada del mismo año, una lista de remedios recomendados como útiles ; tales son: 19 las fricciones mercuriales: 22 el alkali volátil aplicado en compresas sobre la he- rida , y tomado interiormente en cantidad de doce go- tas en tres onzas de agua: 3? el quemar la herida: 4? el serrin de texo mezclado con bastante harina para que se pueda hacer pan: $? la composicion de un la- biador de Silesia, reducida á un vaso de miel, donde se echaron vivos el meloe proscarabeus *, y el meloe matalis 2 de Linneo: 6? la práctica de Stall, esto es, el vexigatorio aplicado á la herida, renovado con exáctitud y cuidado, y ademas dos gotas de la tintura de cantaridas tomadas interiormente, aumentando la dosis por espacio de quarenta dias. 1 Meloe apterus, corpore violaceo. Linm. syst. nature pago 679. . . . . . . 2 Meloe apterus, segmentis dorsalibus abdominis rubris. Linz. 1bidem, DE HISTORIA NATURAL. ' 179 Aun quando estos remedios fuesen tan eficaces que con ellos se libertase el hombre de la enfermedad ó de los dolores, seria muy útil el indicar otro que produ- xese el mismo buen efecto, con la ventaja de ser mas - fácil, mas suave y de mayor virtud. Pecaria contra la humanidad el que sabedor de un especifico tan pre- cioso, lo tuviera oculto; ó por desidia difiriese su pu- blicacion. Léjos de esta indiferencia culpable, y mas léjos aun de pretender que se adopte sin exámen un re- medio de la primer importancia, diré aquí lo que aprendi en mis viages por el Reyno de Valencia, pa- ra que los facultativos despues de repetir las experien- cias en irracionales, hagan de él el uso que les parez- ca conveniente. Feliz si por este medio llegase 4 sal- var una sola víctima de las destinadas á muerte tan cruel. Y | | Críanse en los montes de Valencia víboras con so- brada freqiiencia , cuyo veneno activo ha producido efectos muy funestos; y para evitarlos salen los caza- dores de la Hoya de Castalla provistos de ciertos pol- vos vegetales, que toman interiormente quando se ven mordidos. Obra, segun oí á algunos, con tanta efica- cia y prontitud, que el mordido por la víbora sigue su diversion sin incomodidad ni experimentar las malas resultas que debian seguirse. Lo mismo se ha observa- do varias veces en los perros de caza á quienes mordió la víbora, si inmediatamente se les administró el re- medio en mayor cantidad. Este feliz descubrimiento, y los buenos efectos que resultaban en los mordidos por la víbora , sugerió la idea de dar los polvos 4 los mor- didos por algun perro rabioso. Pensamiento feliz, dig- no de reconocimiento; y mucho mas, si, como me li- sonjeo, se esparce por el mundo lo que se conocia sola- mente en un corto recinto del Reyno de Valencia. Of M2 180 ANALES en la villa de Ibi con admiracion y sumo gozo la his- toria y virtud de aquellos polvos: hice que me ense- ñasen las preciosas plantas de que se componian; me informé con cuidado del tiempo en que debian coger- se, como debian secarse, y en que cantidad adminis- trarse. Seguia contento mis viages, y a todos comuni- caba mi remedio; á todos hacia conocer las plantas con los nombres vulgares y con los correspondientes al sis- tema de Linneo; y á todos animaba á practicar un re- medio tan fácil, suave y eficaz. Distinguióse entre muchos y apreció mi hallazgo D. Blas Sales, actual Médico de la Sierra den Garcerán, el qual apenas se estableció en el pueblo, buscó las plantas que le hice conocer, hizo los polvos, y empezó á adminis- trarlos con feliz éxito, como me dixo en la siguiente carta. | > Los polvos contra la rabia han hecho prodigios » admirables en este lugar. Un perro rabioso mordió » ¿4 un hombre de cincuenta años y á una muger »» de quince, los quales echáron bastante sangre por »» las heridas. No tomáron otra medicina sino los pol- >» VOS que vd. me hizo conocer, y con ellos han lo- »» grado seguir bien sin novedad alguna. En prueba »» de que el perro estaba rabioso, debe vd. saber que » en el mismo dia mordió a varios perros, y que to- »» dos rabiáron, á excepcion de uno solamente á quien » le dimos los polvos. Otras tres veces en diferentes s» épocas se ha verificado que algun perro rabioso ha »» mordido á otros perros, y todos han rabiado , excep- >» to aquellos que han tomado los polvos. Estos hechos »» esparcidos por los pueblos de la comarca, han dado » tanta fama á nuestros polvos, que apenas sucede ser »» mordida alguna persona Ó animal, al instante acu- »» den por alguna porcion de ellos. De los otros pol- 1 DE HISTORIA NATURAL. 181 s» vos del coris monspeliensís * le podia contar mu- »» chos prodigios para las heridas. — Dios guarde á 2» vd. muchos años. Sierra den Garcerán á 13 de Ene- YO de 1799.” | -- Celebré como debia esta noticia 3 pero echando de menos algunas observaciones útiles, le escribi de nue- vo para que se sirviese comunicarme por menor lo acaecido en dichas ocasiones; y en 16 de Mayo de es- te año me escribió lo siguiente. » Para satisfacer la laudable curiosidad de vd. le s» envio una relacion exácta del modo en que he pro- >» pinado los polvos ; y las observaciones hechas sobre »» sus efectos. Debo decir que aun no he tenido pro- >» porcion de propinar los polvos en el estado perfecto »»de la rabia, porque tres perros en quienes el vene- »» no hidrofóbico se habia ya desenvuelto , escapáron, »»sin poderlos haber; y otros quadrúpedos que tam- »» bien se volviéron rabiosos, fuéron muertos antes que - »» llegase su estado á mi noticia. Pero puedo asegurar »» que quantos racionales y quadrúpedos mordidos por >» perro rabioso han tomado los polvos , todos sin ex- >, cepcion se han libertado sin resentir el menor sínto- _ »» ma de hidrofobia: y al contrario los que tuviéron »» aquella desgracia, y no tomáron los polvos, todos >» se volviéron rabiosos, como vd. verá en las historias >> y observaciones siguientes. »» Habiendo sido llamado á visitar enfermos en la. » Masía (cortijo) dels Puchols de abaxo, situada en » el término de esta villa de la Sierra den Garcerán, >» los encontré en suma afliccion porque un perro ra- »» bioso habia mordido á Miguel Puig, de oficio pas- »» tor, de edad de sesenta años y de un temperamento x De estos hablaré en otro númeto, 182 ANALES » meláncolico 3 y á Vito Súfella, , de edad de doce >» años, y de un temperamento bilioso : hirió 4 Miguel sen la mano; y al muchacho en el carrillo cerca de la >) Nariz, saliendo sangre por las heridas. Deseando con- »» solar y curar á los heridos, al tercer dia de la des- >» gracia, que es quando los visité , empecé á darles >» los polvos de las plantas siguientes. Las hojas y ta- >» llos del Alyssum spinosum , Melissa fructicosa * y > Echium vulgare, y la raiz del Eryngium campe- >> stre , de cada una de ellas porciones iguales, y la dó- >» sis total de un escrúpulo, tomado con un sorbo de >> vino por mañana y tarde por espacio de nueve dias. >, Al segundo dia despues de haber tomado las tomas > correspondientes, observé en el muchacho unos le- s» ves sudores, y en Miguel una ligera diarrea, mas no >» puedo asegurar si fue esto efecto de los polvos, por- >» que no guardáron dieta; pero sí el que no tomáron 5, otra medicina interna ni externa. El resultado fue que >, sanáron perfectamente, sin haber experimentado el >» menor síntoma de hidrofobia, ni menoscabo alguno >> en su salud, en el espacio de tres años que han en >> sado desde que fuéron mordidos. »» El mismo perro en el mismo día y sitio en que »» mordió a los susodichos Miguel y Vito, mordió á »» dos ovejas y á una cabra, á las quales no se les dié- >» ron polvos por no haberlos en abundarcia , y reser= >> varlos para los racionales. A los quarenta dias de >» mordidas muriéron rabiosas las ovejas y la cabra, que »» tenian encendidos los ojos, inclinacion á morder, y >, aversion al agua, espumando por sus bocas. >» En el mes de Mayo de 1799 un perro rabioso »» mordió á Francisco Basét, de edad de cincuenta y 1 “NEPETA MARIFOLIA debe decir. Véase la siguiente descrip- cion y su estampa. DE HISTORIA NATURAL. - 183 - s»cinco años, y á su hija Manuela, de edad de veinte »» y tres, en la Puebla Tornesa , de donde eran natura- »»les: ambos derramaban sangre por las heridas que »» recibiéron en las manos ; y otro infeliz, llamado Joa- »» quin Fauró, natural de las Cuevas de Vin Romá, >» que pasaba á la sazon por la citada Puebla, fue he- »» rido de sangre por el perro en el dedo anular. Fran- »» cisco y Manuela Basét acudiéron al Cirujano Don 2» Tomas Sabatér para que los curase , y sabiendo este >» que yo tenia los polvos arriba mencionados, me en- »» vió al instante un propio á esta villa de la Sierra > den Garcerán para que le franquease alguna porcion >» con que curar á los mordidos: diselos con gusto, y >» los propinó a los referidos Francisco y Manuela Ba- >> sét en un sorbo de vino, y en la dósis de un escrú- 3» pulo por la mañana y tarde de nueve dias consecu- >» tivos, sin otro remedio exterior ni interior. El re. >» sultado fue tan feliz como se podia apetecer; porque >»se mantuviéron y continuan en perfecta salud sin > haber experimentado la menor señal de hidrofobia. >» D. Tomas Sabatér me dixo despues que no observó >» en los mordidos la menor evacuacion ni síntoma des- »» pues de haber tomado los polvos. El infeliz Fauró >» continuó su camino hácia su casa de las Cuevas, sin »» hacer caso de la ligera herida que habia recibido. Ja- >» mas llegó 4 curarse esta, y á los sesenta dias se ma- »» nifestó la hidrofobia por una especie de furia que le >» acometía por intervalos, espumaba entonces por la >» boca; tenia horror-al agua, y una total inapetencia >» á toda especie de comida; y manifestaba deseos de >» morder , continuando así seis dias con ansias y dolo- >» res, hasta que al fin murió con todos los caracteres >» de rabioso, segun afirmáron el Dr. Navarro, Médi- s» co de las Cuevas, y el Dr. D. Joaquin Ballestér, de 184 ANALES »» Cervera. El infeliz Fauró no tomó remedio alguno »» hasta que se manifestó la hidrofobia; y en los últi- 3» mos momentos acudiéron á buscar mis polvos, que »» di sin perder tiempo; pero llegáron á las Cuevas », quando ya habia espirado el infeliz. ] »» En mi presencia un perro rabioso mordió á tres s» marranas haciéndolas heridas de mucha considera- » cion: averigúé quienes eran sus dueños, y les di >» porcion de polvos, previniéndoles diesen á cada >» una una dracma por la mañana y otra por la tarde, 3» mezclada con harina y agua, continuando así por >» espacio de once dias. Lo hiciéron puntualmente con »» dos de ellas, que sanáron; y habiendo perdido el a» dueño de la tercera los polvos, la descuidó de todo »» punto, y no habiéndolos tomado esta , murió rabio- »» sa á los veinte y cinco dias. | >» El mismo perro rabioso, que mordió á las mar- >» ranas, mordió tambien á varios perros del lugar. Los 3» que no tomáron polvos muriéron rabiosos dentro de »» pocos dias; y aquellos 4 quienes se les suministrá- >> ron no han experimentado daño alguno en mas de >» un año hace que fuéron mordidos. Mas debemos >» notar que uno de los perros que solamente recibió >> quatro tomas, apareció atontado al fin de un mes, > y perdió casi enteramente el apetito, continuando >> así enfermo otro mes, y murió al fin sin tener seña- »»les de rabioso.” | Estos hechos observados y comunicados por un profesor zeloso é instruido dan nueva fuerza á los que me refiriéron los vecinos de -Ibi; y esperanzas bien fundadas de que será eficaz y general la virtud de los polvos. Hasta la desgracia de Fauró parece acaecida para confirmar el poderoso influxo de ellos contra el veneno de la rabia; porque á pesar de haber sido su DE HISTORIA NATURAL. 185 herida muy ligera, tuvo el fin trágico que evitáron los otros, que como él habian sido heridos por el mis- mo perro, con la diferencia solamente de haber estos tomado el remedio que le llegó tarde al infeliz. Igual. mente prueban á favor de los polvos las observaciones - que Sales hizo en los quadrúpedos. Mordidos á un mismo tiempo por el mismo perro , debiéron todos re- cibir la mortal semilla que desenvuelta poco á poco causase al fin los dolores y la muerte. Mas la evitáron los que tomáron el remedio , y solamente pereciéron aquellos que no pudiéron recibirlo. Con estos documentos convido á los profesores á repetir y multiplicar las experiencias; y para que las hagan con acierto daré la descripcion de las plantas despues de explicar lo perteneciente al modo de ha- cer y conservar los polvos. - | Llámanse en valenciano dichas plantas PanicÁr (Eryngium campestre. Linn. ), SarDineTA ( Echium vulgare. Linn.) BuFALAGA-VERA (Alyssum spinosum. Linn.) y PoLióL BLANCH, que debe ser una especie de NEPETA , aunque Lamarck en su Diccionario la haya Jlamado Mexissa crerica. Deben cogerse quando bien floridas empiezan á4 granar, lo que sucede en Ju- lio respecto del Eryngio y Equio, y en Agosto res- pecto de Jas demas. Del Eryngio se toman con prefe- rencia las raices y tambien el resto de la planta; y de las otras tres todo, á excepcion de las raices. Deben secarse á la sombra *, y quando perdiéron enteramen- 1 Así mandó Nicandro se secase la masa medicinal que resul- taba de varios vegetales: Áprico perflanda loco siccabis in umbra. Pag. 10 vuelta de la traduccion de Pedro Jayme Esteve, el qual añade en sus notas: ,siccanda seorsum a sole in loco ventis » exposito, ne solis facultas humorem maxime ad rem facientem » sugendo bauriat.” | 186 ANALES te la humedad, se muelen con separacion una de otra, se pasan por un tamiz fino, y últimamente se hace la mezcla de los quatro polvos en porciones iguales, la qual se guarda en un frasco bien tapado para hacer el uso conveniente. Los de Ibi ponen en cada toma la cantidad que levantan con una peseta, sirviéndose de ella como de una cuchara; pero el Dr. Sales deter- minó á un escrúpulo la dósis para una persona, y á una dracma la que dió á los irracionales. Noes nece- sario mezclarla con vino para que produzca el debido efecto; lo que importa es tragarla ahora sea sola, aho- ra con el vehículo que se quiera. Debe tomarse á lo menos por espacio de nueve dias consecutivos una dó- sis por la mañana y otra por la tarde, sin que el mor- dido tenga precision de sujetarse á dieta, ni mudar su régimen ordinario. En latín.......... ERYNGIUM CAMPESTRE de Linneo. En castellano.. CARDO CORREDOR. En valenciano. PANICÁL CAMPESTRE. En frances... Le CHARDON ROLLAND , Ó LE CHARDON A CENT TETES. La raiz de esta planta comun y conocida es larga, del grueso de un dedo , negruzca por afuera , blanca en lo interior, tierna, y algo dulce. Su tallo suele te- ner de uno á dos pies de alto, y es derecho, rollizo, blanquecino y estriado, con bastantes ramos bien abiertos, de los quales los últimos forman umbelas. Sus hojas son alternas , pinadas, con pínulas hendidas y espinosas en su borde, duras, verdes, con nervios blanquecinos; las inferiores son pecioladas, y las otras sesiles, abrazando ambas al tallo. Sus flores forman ciertas cabeznelas pequeñas , de las que hay muchí- DE HISTORIA NATURAL, 187 simas en cada planta : en la extremidad de cada pe- -dúnculo comun hay un invólucro de cinco ó mas ho- juelas lanceoladas con algunos dientes espinoso-setá- ceos, quatro veces mas largas que la cabezuela que se halla allí sentada : cada flor está separada de su ve- cina por una paja aleznada , y se compone de un cáliz propio adherente terminado en cinco hojuelas libres; de cinco pétalos pálidos que forman una campana, y tienen revueltas hácia adentro las puntas; de cinco es- tambres tres veces mas largos que la corola , termina- dos por anteras oblongas; y de un gérmen aovado pe- lierizado con dos estilos capilares. El fruto es peque- ño, pelierizado, oval, coronado por el cáliz, y se se- para en dos partes, cada una con su semilla oblonga, convexá por un lado, y plana por el otro. Se cria en lo inculto y en los ribazos de Europa. El Sr. Jacquin dió una hermosa figura y exácta descripcion en el tomo 2 de su Flora austriaca, es- tampa 158. | Obs. 1? En el libro 3 de Dioscórides cap. 22 ilustrado por nuestro Laguna, se lee lo siguiente del Eryngio : ,,Su raiz es ancha, luenga, de fuera negra, »» de dentro blanca, gruesa como el dedo pulgar, aro- >» mática y olorosa.... Bebida provoca el menstruo y la »» orina , sana los torcijonés del vientre, y resuelve las >> ventosidades. Si se bebe con vino sirve contra las »» indisposiciones del hígado , contra las mordeduras >» de las serpientes, y socorre á los que tomáron algun »» veneno mortífero.” Obs. 2% En la excelente traduccion que Pedro Jayme Esteve hizo de Nicandro pag. 63 vuelta, edi- cion de Valencia de 1552, se dice: Nec secus Eryngúl, pariterque salubris acantht Radix Wi ariicinon vera nota cono rosca UOOSn00 Ds ooeccnnno 188 : ANALES Vipereum morsum vincunt , ac vulnera curant Dira nepe, superamique phalangis virus iniquum. En ia EcHIUM VULGARE de Linneo. En castellano... LENGUA DEBUEY SALVAGE, EQUIO, él VIBORERA COMUN. En valenciano. SARDINETA. En frances...... VIPERINE COMMUNE. No es menos comun esta planta que la preceden- te: y aunque en Europa, y principalmente en Espa- ña, se crian muchas especies pelierizadas, es fácil dis- tinguir esta de las otras por la multitud de los pelos espinosos que la cubren. Su raiz es parda , mas delga- da que el dedo, y de ella se levanta un tallo de pie y medio á dos pies de altura, duro, cilíndrico, á veces roxizO , lleno de tubérculos muy pequeños, y de mul- titud de pelos espinosos blancos: se presenta al prin- ciplo sin ramos, pero luego van saliendo de los soba- cos de las hojas. Estas son lanceoladas alternas y sen- tadas: las radicales pecioladas, mucho mayores, de quatro y mas pulgadas de largo y apenas-una de an- cho, y extendidas sobre la tierra: todas son sumamen- te ásperas, cargadas de pelos blancos que nacen de otros tantos tubérculos circulares, muy pequeños. Las flores forman espigas mas ó menos largas, y se hallan vueltas hácia un solo lado, cada una con su ho- juela muy pequeña ó bractea floral. La flor se com- pone de un cáliz permanente derecho, profundamen- te partido en cinco lacinias aleznadas, y muy pelieri- zadas; de una corola azul dos veces mayor que el cá- liz, con pelitos blancos por afuera, cuyo tubo es cilín= drico, del largo del cáliz, y su base blanca: se ensan- cha luego casi en forma de campana, y tiene el bor- DE HISTORIA NATURAL. 189 de obliquo con cinco divisiones desiguales , siendo mayores las superiores : de cinco filamentos desigua- les azules, mas largos que la corola , prendidos casi á la base del tubo, y terminados por igual número de anteras aovadas: de quatro gérmenes, entre los qua- les se levanta un estilo tan largo como los estambres, cuyo estigma está partido en dos puntitas. Su fruto se compone de quatro semillas pequeñas pardas aova- do-triangulares, esto es, obtusas y llenas de protu- _berancias por afuera, angulares por adentro, y termi- nadas en punta obliqua por arriba , parecidas en cier- to modo á:la cabeza de la víbora. Se cria con abundancia en los campos, caminos y montes. La estampa 445 de la Flora Dánica repre- senta una variedad de la Viborera comun, pero no se han representado en ella las innumerables espinitas que vemos en las de España. Merece distinguirse tal vez como especie particular la Sardineta de la Hoya de Castalla por la multitud de espigas derechas de ocho 4 diez pulgadas de largo, llenas de flores pues- tas todas hácia un lado, algo pediceladas, teniendo cada una su bractea floral bien sensible. En lo demas conviene con la descripcion antecedente. Obs. Tambien dixo Dioscórides, lib. 4 cap. 29, »» que la simiente es semejante á una cabeza de víbo- »» ra. Su raiz es algo negra, y mas delgada que el de- »» do. La qual no solamente sana las mordeduras de las s» serpientes bebida con vino, empero tiene tambien s» tal fuerza, que los que la hobieren bebido no pue- »» den ser mordidos; y la mesma virtud poseen la si- »» miente y las hojas.” Laguna añade: ,, Echis en grie- >» go significa la víbora, de donde vino á llamarse esta >» planta Echion, por parecerse su simiente á una ca- »» beza de víbora, et porque socorre 4 los mordidos 190 ANALES s» de ella.... Alcibio, habiendo sido mordido de una »» venenosísima víbora, se libró bebiendo el zumo de »» aquesta planta, y aplicando la mesma yerba majada »» sobre la mordedura.” Laguna tomó esta historia de la citada obra de Nicandro pag. $3 donde dice: Utilis Alcibii * radix querenda deinde Qua firmatur humi ¡uba spinis horrida semper. Hec subit alta solum tenuis , ramosaque subter Sed flores violis similes per germina SUrgunt. QUe. ee... .0.000100000 60LCLIEILALALAAAAAos Iso 6000000... borrso . Vipereo semen capiti similatur acuto. Pag. 62. En latin.......... ALYSSUM SPINOSUM de Linneo. En castellano.. ÁLISO ESPINOSO. | BUuFALAGA VERA en la Hoya de En valenciano. Castalla. | BojA BLANCA en Morella. En frances... ÁLYSSE EPINEUSE. Las raices de este pequeño arbusto son rollizas, gruesas, duras, ramosas, de uno á dos pies de largo, cubiertas de una corteza parda, y llenas de una subs- tancia sólida, fibrosa , amarillenta y dulce: de sus ra- mificaciones superiores salen muchos tallos ramosos de seis 4 diez pulgadas de largo, esparcidos hácia todos lados, blanquecinos quando tiernos, pardos en su ve- jez, y entonces llenos de puas á manera de espinas, y casi sin hojas. Estas son abundantes en los tiernos, al- ternas, de tres á cinco líneas de largo, una de ancho, obtusas en la punta, angostas en la parte inferior, de un amarillo casi blanco, y sembradas de puntitos co- 1 Alcibion ab inventore dicta est herba, que alio nomine ob salutarem ejus usum Echis de Viper nomine apellata est. Esteve en el lugar citado. DE HISTORIA NATURAL. IQI mo en la lija, pero suaves y muy finos. Las flores na= cen en racimos terminales: cada una tiene su pedún- culo, y un cáliz velloso de quatro hojuelas aovadas caedizas; quatro pétalos de un blanco amarillento, ao- vados , mas largos que el cáliz, enteros, y abiertos en cruz : seis filamentos , dos de ellos mas cortos y opues- tos, con anteras derechas; y un gérmen oval con su estilo corto, permanente, y estigma sencillo, Su fruto es una vaynilla de línea y media de diámetro, oval, de dos celdas, formadas por un diafragma oval, tras- parente , paralelo á las ventallas, y asido á un ribete circular. Las semillas son orbiculares y pequeñas. Se cria con abundancia en los montes ásperos de la Hoya de Castalla, en el Carrascal de Alcóy , en Mariola, Peñaglosa, Morella y otras partes. El Ciu- dadano Lamarck asegura que se cria tambien en los departamentos meridionales de la Francia. Barrelier dió una estampa, que es la 808 de su coleccion, y en ella se ve un ramito de la Bufalaga vera. Obs. La variedad de nombres que una misma planta tiene en diversos pueblos *, y al contrario el conocerse otras de diferente género con el mismo nom- bre 2, hacen precisos los conocimientos botánicos. Sin ellos seria muy lenta, quando no imposible, la comu- nicacion de cosas importantes á las artes y á la salud: sin los viages que la ciencia exige, hubiesen quedado escondidos en un corto recinto los preciosos descubri= mientos debidos á la casualidad, á los irracionales, y 4 hombres sin instruccion. Los que han viajado con, 1 El Dictamus albus, por exemplo, se llama Timó Real en Ibi y partes meridionales del Reyno de Valencia. Gitám en las septentrionales. Tarraguillo en Enguera. 2 Bocha blanca se lama el citado Aliso, y con el mismo nombre se conoce el Cistus albidus y el Lotus dorycnium. 192 | ANALES el objeto de aumentar las riquezas vegetales nos han traido vistosas flores, frutas deliciosas, remedios, go- mas, resinas, maderas, fósiles y preciosos metales. Y á vista de tantas cosas Siles! sin contar las que direc- ta y exclusivamente pertenecen á esta ciencia encan- tadora, hay quien pregunte ¿para qué sirve la Botá- nica ? E ERA sa MARIFOLIA. Zab. 22. CEM UMELISSA CRETICA. Lamarck.- En castellano... YERBA GATERA C0n hojas de maro. En valenciano. PoLIÓL BLANCH. En frances....... CHATAIRE Á FEVILLES DE L'HERBE AUX CHATS. La raiz de esta planta es leñosa, fusiforme y pe- rene; entra perpendicularmente en la tierra, y se en- gruesa mucho cerca de la superficie, saliendo de ell muchos tallos con ramos opuestos á cada par de hojas; son duros, de quatro esquinas , cubiertos de un polyi- to blanco, y se levantan hasta pie y medio: sus ramos y gran parte de los tallos perecen cada año; mas que- da viva la parte inferior, de la qual brota de. nuevo al año siguiente. Tiene hojas opuestas, parecidas á las del maro oficinal , sostenidas por peciolos cortos; y son aovadas algo oblongas,, las mas largas de unas cinco líneas quando se cultiva la planta ; pero en los montes y barrancos mas cortas: son de un verde amarillento por arriba; blanquecinas por el enves, donde estan sembradas de puntitos ó pequeñas excavaciones pardas: por lo comun son enteras, bien que á veces tienen al- gunos dientes obtusos muy pequeños. Nacen las flores en pedúnculos ramosos, dicotomos y solitarios en cada sobaco, hallándose en cada division dos bracteas cor- tas lineares con punta : los pedúnculos parciales son DE HISTORIA NATURAL. 193 muy cortos: el cáliz muy pequeño, cilíndrico con diez estrias, terminado en cinco dientes iguales, hallándo- se tapada la boca con multitud de vello quando con- tiene el fruto. La corola es tres veces mayor que el cáliz, y enteramente blanca, á excepcion de unos puntitos de color de violeta sumamente finos que se hallan al rededor de la boca donde hay algun vello: el tubo es cilindrico algo corvo, se ensancha luego para formar la boca bien abierta, y el borde forma dos labios, el superior derecho, escotado, cóncavo: el inferior colgante, partido en tres lacinias, de las qua= les la del medio es mas ancha , casi redonda y festona- da. Los quatro filamentos son blancos , aleznados , pren» didos hácia la base del tubo; dos de ellos mas cortos, colocados todos baxo el labio superior, é inmediatos unos á otros. Las anteras algo arriñonadas: el gérmen quadrífido, de cuyo centro se levanta el estilo tan lar- go como los estambres, terminado por un estigma en arco bifido. Las quatro semillas son aovadas, berme- jas, lisas, muy menudas. | Se cria con fregiiertcia en los montes, collados y barrancos del Reyno de Valencia, y florece en Julio y Agosto. | Explic. de la estampa. a Flor. » La misma at- mentada. « Corola y estambres. d Cáliz abierto con el gérmen. e Estambre aumentado. f Cáliz cuya boca está tapada con pelos. g Semillas. / Hoja aumentada vista por el enves. | Observaciones. 12 En 1783 vi esta planta en el Real Jardin Bo- tánico de Paris con el nombre de Melissa nepeta , y despues en 1791 la encontré en el Reyno de Valen- TOMO 11, N 194 ANALES. cia : pero observando que le faltaban los caracteres que Linneo dió 4 su Melissa nepeta, esto es, el tallo pelierizado y las hojas casí acorazonadas, creí que en caso de ser Melissa , debia ser la fruticosa del mismo autor, porque parecia tener los caracteres indicados en su obra, y convenirle la definicion de Tournefort traida como sinónimo por el mismo Linneo: á saber, Calamintha hispanica frutescens marifolio. Así pues sin mas exámen la hice conocer con el nombre de fru- ticosa al citado D. Blas Sales, y á otros que estudia- ban la Botánica en Valencia. Mis muchas ocupacio- nes no me permitiéron hasta ahora hacer de ella un exámen detenido para determinar con exáctitud el género y la especie. Con este motivo reconocí mi her- bario, y registré los autores. Vila viva y cargada de flores en el Real Botánico de esta Corte, donde mas ha de siete años se conserva con el nombre de Melis- sa fruticosa : halléla en el diccionario Enciclopédico descrita con el nombre de Melissa cretica; y última- mente, en el citado Real Botánico la vi nacida este año, de las semillas que con el mismo nombre de cre- tica remitió el ciudadano Thouin. Á pesar de estas autoridades, digo, que los que hemos hecho una Me- lissa de esta planta, nos hemos equivocado, y que debe ponerse en el género Nepeta; porque su cáliz es cilindrico con cinco dientes iguales, y no bilabiado con el labio superior plano y trifido; y porque la la- cinia mayor del labio inferior de la corola es festo- nada sin escotadura. Hasta el mismo ciudadano de La- marck puso estos caracteres como distintivos, dicien- do en la pag. 709 del primer tomo: ,, Le caractére »» distinctif des Chataires ( Nepeta) se tire de la con- >» sidération des crénelures du lobe moyen de la lévre »» inférieure de la corolle, et des étamines rappro- DE HISTORIA NATURAL. 195 s» chées.” Y en la pág. 76 del tomo 4% ,,Le carac- » tere essentiel de ce genre ( Melissa”) est d'avoir le » calice a deux léyres, la supérieure plane et partagée »» en trols dents ascendantes : la lévre superieure de la », corolle bifide; le lobe moyen de la levre inferiura »» echancré en coeur a Pextrémité.” 2? En los citados montes y cerros del Reyno de Valencia se cria otra planta llamada vulgarmente Po- liól negre, la qual parece variedad de la que queda ya descrita, y se distingue de ella en ser de menor al- tura, tener sus tallos menos blanquecinos, y sus hojas mas verdes por arriba, y menos blancas por el enves. 37 Si las experiencias que deseo repitan los facul- tativos confirmasen las felices del Dr. Sales, entonces convendría emprender nuevos ensayos , propinando 4 los irracionales mordidos por algun perro rabioso pol. vos de cada una de las plantas, para descubrir la yir- tud propia de cada una. Tal vez habrá entre ellas al- guna superior en virtud, y eficaz contra el veneno. D. Demetrio Lorés, Canónigo que fue de Valencia, creyó que el Equio ó Viborera comun era el verdade- ro remedio contra la rabia, y como á tal lo mandó dar _4 unos de Lorja, pueblo del Reyno de Valencia, £ quienes mordió un lobo. Curáron á la verdad; pero no se verificiron (ó 4 lo menos lo ignoro ) las expe- riencias comparativas que acreditasen ser rabioso el lobo, y sanar solamente los que tomáron el remedio. 4% Tambien podrán hacerse iguales ensayos sir- viéndose de plantas vivas quando puedan haberse, como Nicandro y otros insinuan. Pero ante todas cosas conviene comprobar la eficacia de los polvos, y des- pues podrán variarse las experiencias. N 2 196 ANALES Memoria sobre la quina segun los principios del Sr. Mutis, por D. Francisco Antonio Zea, Botá- nico de la expedicion de Santa Fe, y discípulo del mismo Sr. Mutis, Director de ella. F. bien sabido que la quina fue recibida en Europa con aplausos extraordinarios: que tanta aceptacion se convirtió bien presto en vilipendio; y que siendo desde entonces objeto de disputas y contradicciones, ha tenido alternativamente sus épocas de abatimiento y de gloria. Semejantes vicisitudes en el específico de mas uso y de mayor eficacia traen inquietos á los pro- fesores, que ni hallan medios de conciliar los dictá- menes de los grandes maestros, ni mas razones para adherir á los que lo exáltan que á los que lo deprimen. Unos y otros hablan de propio convencimieato : unos y otros se arman de zelo, creyéndose los defensores de la humanidad, y unos y otros alegan experiencias decisivas, grandes bienes y grandes males , que no pueden ser ni fingidos ni ponderados sin que unos úl otros dexen de ser sabios. Triste fruto de tanta incer- tidumbre es el conocimiento de que la quina no ha sa- lido del estado de empirismo, y que si seguimos di- rigiéndonos por ciegas experiencias, confundirémos siempre los beneficios del remedio con los estragos de la aplicacion. Bien conociéron los primeros profesores que tan activo específico daria con la misma facilidad la muer- te que la vida, si no se le sujetaba á principios incon- trastables, determinando con precision sus virtudes y aplicaciones , el método y preparacion conveniente, Arrostróse la empresa con ardor, y sucesivamente se fuéron redoblando los esfuerzos con las dificultades. Admira lo que se ha escrito, lo que se ha trabajado, DE HISTORIA NATURAL. 107 lo que se ha variado de ideas y de planes, sin acertar 4 salir de los términos de la opinion. Toda su vida pasáron muchos espiando los momentos en que el ca- prichoso específico solia. explicar su actividad: otros se fatigaban por descubrir su'modo de obrar para sen- tar la base de sus aplicaciones: innumerables se dié- ron á buscar una preparacion que hiciera el remedio menos peligroso, y no fuéron pocos los que sospe- chando engaño en el comercio, apuráron los recursos de lá imaginacion para reconocer la mejor quina que cada uno se figuraba. Tantos trabajos no bastáron á rectificar la prácti-. ca que aun en el dia no es menos empírica que 4 los principios , ni menos aventurada. Lo único que se adelantó fué el descubrimiento de otras varias aplica- ciones, y la mayor comprobacion de su extraordina- ria eficacia. Pero el punto principal, que era escudrI- ñar el misterio de los efectos para corregir su incons- tancia, se hacia cada dia mas obscuro por los mismos medios que se empleaban para esclarecerlo. La expe- riencia acreditaba y desacreditaba alternativamente las mas oportunas doctrinas , las ideas mas raras, y hasta las preocupaciones mas absurdas. Así es que todas las preparaciones han sido felices y desgraciadas: que to- dos los métodos han producido buenos y malos efec- tos: que todas las reglas, á qual mas arbitraria, para el reconocimiento y eleccion de la mejor quina, han sido sancionadas y abolidas por el éxito, para volver con el tiempo, á la par de opiniones y de ideas, Á restablecerse y anularse. Todo en esta materia ha sido confusion y sombras, vicisitudes y contradicciones. Hoy es mejor la quina mas añeja, y mañana la reciente: ya se prefiere la corteza del tronco, y ya la de las ra- mas: sin mas fundamento para tantas alteraciones que 198 CO ANALES el impotente anhelo de conciliar los efectos, cuya in- constancia llegó á ser prodigiosa. Observábanse 4 tem- poradas generalmente felices, en otras generalmente desgraciados, y en otras alternaban formando una ca- dena de estragos y beneficios. Hasta de virtudes mu- daba este específico, sobresaliendo sucesivamente en esta, en aquella ó en la otra: ni siempre tan febrífu- go, ni siempre tan antiséptico, y ya obrando podero- samente en unas enfermedades, y ya como olvidado de ellas, empleando en otras toda su eficacia. Tantas alternativas hiciéron que se declarasen con- tra la quina insignes profesores, sin reparar en sus vir= tudes que todos reconocian: ya desesperaban de fi» xar su administracion, y horrorizados:con los tristes exemplos de que eran testigos, y muchas veces auto- res, le juráron el odio que aun respiran sus escritos. Tiempo ha habido en que una especie de terror páni- co tenia sobrecogidos á los Médicos: no se atrevian los mejores prácticos á aplicarla sino con tiento, y pre- cauciones: muchos se dedicaban con Manget 4 inven- tar correctivos para templarla: innumerables con Mal- pighi procuraban quebrantar su eficacia: Ramazzini * se lamentaba de haberla aplicado sin cautela en su ju- ventud , llamándola remedio sospechoso y empírico, mas funesto que útil á la humanidad : Boerhave ? de- cia que ella sola habia sacrificado mas hombres que enemigos los exércitos de Luis XIV; y mas escarmen- tado ó menos tímido Rivino 4 la cabeza de otros sa- biós, promovió su proscripcion. | Pasáron por fin aquellos días tristes, y estamos en 1 La frase de Ramazzini es mas difusa; pero el pensamiento es el mismo. 2 Es de notar que este dicho de Boerhave nos lo haya con- servado un apasionado de la quina, el profesor la Metterie. DE HISTORIA NATURAL. 199. una de las épocas felices de la quina, sin temores ni _ perplexidades. Pero como la confianza sin principios es temeridad, parece que el exemplo de otras épocas afortunadas á que sucediéron las de horror y sangre, debe hacernos mirar cada dia de mas cerca otras cala- midades semejantes, y cada enfermo debe temer que él sea la primera víctima. Si fuese cierto que por inadvertencia de los pro- fesores se fuéron sucesivamente introduciendo en la Medicina hasta tres especies de Cinchona : si se com- probase que conviniendo todas ellas en ciertas quali- dades comunes difieren tanto en virtudes que substi- tuidas unas por otras ó mezcladas debiéron producir los fenómenos que en siglo y medio han confundido 4 los sabios: si se determinasen con precision las propie- dades de cada una, su modo de obrar, y las partes su- jetas á su imperio: si se añadiese otra especie no me- nos eficaz en su línea, separando otras que no son ofi- cinales, y las que se han incluido equivocadamente en el género: si para evitar todo peligro se diesen bastantes señales para distinguirlas en las bot:cas, y se determinasen las suertes * mas activas, y la bondad accidental que pueden adquirir; y si por último se hallase una preparacion que sin debilitar el remedio lo hiciese digerible y grato: no habria mas que de- sear en este ramo, y con tales principios no solamente podia aplicarse con seguridad, sino extenderlo á va- rias enfermedades hasta ahora rebeldes á la Medicina. Aunque no puedo dudar de la verdad y exácti- tud de tan importantes descubrimientos hechos en el suelo nativo de la quina en el espacio de treinta y sie- ls 1 Segun la parte del árbol de que se saca la corteza, asi se denominan las suertes: la del tronco y ramos gruesos cortezon, la de los delgados canutillo Sc. 2009 ANALES te años por un sabio tan célebre como el Sr. Mutis Y, con todo eso quisiera que para gloria suya y satisfac= cion de los profesores que dificultan el asenso se hicie- ran de propósito experiencias auténticas para compro- barlos. Yo procuraré que los famosos Químicos de. Europa hagan nuevos experimentos, y con el mismo objeto voy á dar un extracto de los principios del au- tor, que siendo como el anuncio de su preciosa obra, podrá tal vez contribuir á que se vaya extendiendo su doctrina en beneficio del género humano. | Desde su llegada á Santa Fe á principios de 61 comenzó el Sr. Mutis á tomar conocimientos bo- tánicos de la quina por esqueletos de la especie cor- yiente en el comercio, regalados por su ilustre amigo el Sr. Santistéban, Superintendente de la Real casa de Moneda, en cuyas conferencias y manuscritos se impuso de todo lo concerniente al tráfico del ramo. Nueve años antes habia sido comisionado aquel hom- bre estimable para averiguar en Loja los desórdenes de este comercio; pero como no profesaba las ciencias naturales, solo han servido sus preciosas noticias para Jlustrar con otras bien averiguadas la parte económica del específico. Tiene esta no pocas relaciones con la elentífica, á que, no sin sentimiento, debo por ahora ceñirme, 1 El Señor Mutis comunicó sus manuscritos á varios profeso- res para que comprobasen sus principios en la práctica, y resul- tando acordés los efectos, publicó en 1792 un extracto de sus descubrimientos en el único papel público de Santa Fe, intitulado por esta razon Papel periódico de Santa Fe, desde el número 89 hasta el 129. Los efectos han sido tan felices, que van desapare= ciendo varias enfermedades endémicas. Puede inferirse por el con- sumo del género la felicidad de los sucesos; pues en año y medio, como lo anota el autor, se ha gastado allí mas quina que desde la época de su descubrimiento hasta el año de g1- DE HISTORIA NATURAL. 201 ++ Apenas tenian los Botánicos alguna idea de la qui- na hasta el año 64, en que por las noticias del au- tor y esqueletos de la especie * que reynaba ya en la Medicina, corrigió Linneo el carácter genérico di- señado por la estampa y descripcion de otra distinta ?, publicada por la Condamine. Animado por las ex- hortaciones de aquel sabio, y ansioso de fixar el co- nocimiento de la verdadera quina oficinal, de que ha- blaban tan diversamente los Médicos, dió princi- pio á sus ensayos con varias porciones escogidas en Loja por los llamados inteligentes, regaladas al Virey de Santa Fe, de quien era íntimo amigo. Pero advir- tiendo que sus mismas experiencias parecian confirmar las opiniones opuestas de los profesores, como que las hacia sin conocimiento de que ellos habian reunido á la idea de una especie las virtudes repartidas en va- rias por la naturaleza, tomó otro rumbo, dedicándose á observar las especies y variedades del género, y los efectos que producian, hasta encontrar los ciertos de la primitiva. Bien comprobados estos en las calenturas intermi- tentes , en que obra como por encanto y á golpe segu- ro, en expresion del autor, reconoció que no desmin- tiéndose jamas en los casos determinados por los anti- guos prácticos, era ineficaz ó dañosa en los otros 4 que sucesivamente fué extendiéndose su aplicacion. Concluyó de aquí que los profesores en diversas épo- cas han ido atribuyendo á la especie primitiva, ya 1g- norada , las virtudes que habian de hallarse repartidas en otra ú otras varias. ¿Pero por qué señales habian de reconocerse? ¿Cómo habia de adivinarse la virtud característica de cada una, ni cómo era posible sepa- 1 Cinchona cordifolía Mutis MS. Cinchona pubescens VahL 2 Cinchona officinalis. Linn. sys. veg» edit. 10 pág. 929- 202 ANALES rar en plantas indeterminadas, propiedades tan confun- didas? Casi es tan glorioso el haberlo emprendido co- mo haberlo executado. Deduciendo por analogía las virtudes de cada especie; comparando sus conjeturas con las varias doctrinas de los autores, y estas con los datos confusos del comercio; y recurriendo luego á la experiencia, ha llegado 4 determinar las épocas suce= sivas en que cada una ha prevalecido en la Medicina, y aquellas en que mezcladas sembraban entre los pro- fesores la discordia y la confusion. Profundizando mas sus descubrimientos, reconoció en el género especies ofícinales, y especies que no lo son; distinguió las vir= tudes comunes de las propias; y demarcó el imperio de cada quina, ó digámoslo así, el teatro de sus ope- raciones. Para evitar en este punto la nota de sistemá- tico, que mas bien se le pondria á la naturaleza que al observador, no solo convida, sino que ruega á los profesores imparciales exáminen sus descubrimientos en la practica. Semejante apelacion á la experiencia debe confundir á los críticos especulativos. Al fin, han de convenir ellos mismos en que una de las quatro quinas oficinales exerce su imperio sobre los nervios, otra sobre los músculos, otra sobre los humores, y la última sobre las entrañas. Doctrina averiguada por el Sr. Mutis, y comprobada por una larga serie de ex= periencias. De modo que la quina viene á ser aquella panacéa ó remedio universal tan ansiosamente buscas do en todos los siglos , y por lo mismo merece el nom- bre de árbol de la vida que le diéron y le quitáron las contradicciones pasadas. Siete son las especies legítimas de Cinchona des= cubiertas por el Sr. Mutis * con unas quantas varie= 1 Y son las únicas que hasta ahora se conocen en Santa Fe, pues las que se dicen descubiertas por D, Sebastian Lopez son-las DE HISTORIA NATURAL. 203. dades, que siendo de las oficinales, poseen igualmen» te sin modificacion ni diferencia alguna la virtud de aquella á que pertenecen. Por la corola vellosa se dis- tinguen constantemente, sea qual fuere su variedad, Jas especies activas y virtuales, de las que no tenien- do mas que las propiedades del género en grado muy remiso, quedan excluidas de aquel número. Esta ob- servacion podrá servir de regla para sospechar en las que se vayan descubriendo si son ó no de las ofici- nales. be j Las quatro que hasta ahora se conocen son la 14» ranjada, la roxa, la amarilla y la blanca: denomi- naciones sencillas, tomadas del color interno de la cor- teza, para evitar los errores que los nombres vulgares dados comunmente, aun en la misma provincia, 4 plantas de diversos géneros, pueden ocasionar. Desea el autor que los profesores no las pidan sino por estos nombres al comercio, con la mira de desterrar los mu- chos que se dan á una misma quina, señaladamente los del lugar nativo, que se multiplican cada dia, y solo sirven de propagar preocupaciones estúpidas de preferencias puramente mercantiles, repugnantes á los principios físicos, y desmentidas por la observacion. : La primera quina que se conoció, y que por sus prodigiosos efectos en las intermitentes mereció ex- traordinario aprecio, fue la naranjada. Siendo esta especie sumamente rara, por ciertas causas agenas del asunto, no es extraño que casi extinguida , quando habia tomado mas vuelo en el comercio, se substitu- “yesen en su lugar las cortezas del árbol que se encon- tró mas parecido. Este fue por desgracia de aquellos tiempos de ignorancia la quina roxa, cuyas virtudes oficinales del Sr. Mutis. El Sr. Lopez podrá colectar plantas nue- vas, mas no determinarlas hasta que se dedique á la Botánica. 204 | ANALES desconocidas entonces, y muy diversas de la naran- jada , causáron los estragos que nos ha transmitido la historia. No obstante, á fuerza de inculpables yerros. se fuéron descubriendo sus verdaderas aplicaciones, siendo propia de Rushwort la gloria de haber conoci- do su virtud antiséptica, y hecho tentativas felices que inmortalizarán su nombre en los fastos de la Me- dicina. - Como los primeros profesores no habian tenido la advertencia de describir y caracterizar la corteza pri- mitiva, ni la sucedanea, que tuviéron por la misma, aunque la creían otra suerte del mismo árbol, pasá- ron a la posteridad reunidas á la idea genérica de qui- na las virtudes de la naranjada y roxa: a estas dos especies se siguió la amarilla, que por fortuna partici- pa de las eminentes qualidades de una y otra en grado tan remiso que no habia que temer grandes estragos. Así es que las épocas en que esta ha dominado son las mas felices de la quina. Solamente le notaban los profesores cierta debilidad; y de aquí la preocupacion de pedirla cada dia mas fresca, y unas veces del tron- co, y otras de las ramas. Desconocian su virtud propia, y errando las aplicaciones, querian que obrase en la gangrena como la roxa , y en las intermitentes como la naranjada. Resultaba de aquí el inconveniente de aumentar la dósis hasta cargar el estómago, dificultar la digestion, y disminuir las fuerzas del enfermo, aun- que no con las tristes conseqúencias de la roxa, en cuya época se creyó con sobrado fundamento que la quina substituia un mal grave 4 otro menor, atribu- yendo al género los defectos de la especie mal aplica” da. Como esto mismo sucedia con las otfas, ha resul- tado un cuerpo de doctrina lleno de contradicciones y de incertidumbres, DE HISTORIA NATURAL. 205 No tuvo parte en tan grandes acontecimientos la blanca, última especie oficinal que hubiera disputa- do á sus compañeras la gloria de sus buenos efectos; bien que por otra parte hubiera contribuido á aumen- tar la confusion que ha resultado de aplicarlas sin dis- -“cernimiento. Consta que en diversas épocas han inten- tado los cosecheros introducirla en Europa; pero siem- pre ha sido rechazada sin exámen. A los trabajos feli- ces del Sr. Mutis debemos el descubrimiento de sus eminentes virtudes, confirmadas por el Dr. Clarke en su tratado de la fiebre amarilla, citado por el Sr. Lam- bert: y aunque no he logrado leerlo; con todo, la cir- cunstancia de tratar determinadamente de esta quina, cuyas virtudes describe y recomienda, hace creer que la aplicó con felicidad á aquel mal tan terrible. _Adelantaba cada dia el Sr. Mutis sus descubri- mientos, y para consolidarlos observaba la mayor ó menor actividad de una misma quina, segun que pro- venia del tronco, de las ramas tiernas, de renuevos ó de árboles viejos, y 4 medida que era mas Ó menos añeja, indagando los caractéres mas constantes para su reconocimiento en Europa. De estas observaciones re- sulta , 12 Que quanto mas antiguo es el árbol, tanto mas eficaz es su corteza. 22 Que la corteza del tronco es mas activa; me- nos 4 proporcion la de los ramos; y débil la de las ra- mas tiernas y renuevos. 32 Que la quina bien desecada, guardándola en caxones cerrados de modo que no le lleguen el ayre ni la humedad, adquiere cada dia nuevos grados de ge- nerosidad : debiendo estimarse su bondad por el tiem- po y por el cuidado de su mejor conservacion, 47 Que los cortezones estan expuestos á degene- 206 o: ANALES rar, porque siempre les queda en su interior algun resto de humedad; pero este inconveniente se evita sacándolos en listas cortas, angostas y delgadas, como se practica en Santa Fe *. | ¿2 Que son engañosas las señales adoptadas en diversos tiempos para el reconocimiento de la mejor quina, como son el color pardo del enves, manchado á trechos por los lichenes; las grietas transversales; la fractura vidriosa Ó con filamentos $tc.; porque son relativas 4 los diversos estados del árbol, á su situa- cion mas ó menos favorecida del sol, y á otras circuns- tancias que nada influyen en el carácter oficinal de la quina, puesto que se extienden á especies que no son oficinales , y aun á plantas de otro género. 62 Que el color propio de cada especie observa= . do en los cortezones y cañas gruesas, y comprobado en las tinturas; la diversa espuma que cada especie forma; y el amargo notablemente distinto, son las no- tas constantes que con otras accesorías bastan para dis- tinguir las especies. Conviene que el reconocimiento y pruebas se hagan en los cortezones y cañas gruesas hasta tener bastante práctica; porque los canutillos, es- pecialmente de la naranjada y amarilla, inducen á error con bastante freqiiencia. Los limites de este discurso me fuerzan á omitir las nuevas aplicaciones de la qui- na, y las experiencias en que se apoyan, y por tanto me ceñiré á exponer las virtudes de cada especie, sus caracteres farmacéuticos, y la preparacion del autor. x La descripcion que el Sr. Carminati hace de una porcion de quina celebrada por el Sr. Murray en las intermitentes, conviene tan adequadamente á la que de este modo particular se saca en Santa Fe, que no puedo dudar sea de aquel pais y de la especie naranjada, Carm. Higiene Terap. c. vol. 2 pág. 2y8. Papiz 1792» DE HISTORIA NATURAL. 207 Es inútil alegar pruebas para las aplicaciones conoci- das; pues recetando los profesores indistintamente qui- na , nada perjudicará el que se les suministre segun las determinaciones que aquí se indican Por su virtud so» bresaliente: puesto que el autor está seguro de que la constancia de los efectos comprobará la necesidad de semejante discernimiento. Como los Botánicos conocen todas las quinas ofi- cinales á que está ceñido este discurso, omitiré aquí sus descripciones, para no repetir lo que: todos saben; y bastará decir que el carácter grueso dado por el Sr. Vahl parece ser el mas correcto *, y que sus. des- cripciones son muy suficientes para la exácta determi- nacion de las especies. Con todo, como dicho autor las vió secas en esqueletos, y ademas omitió la des- cripcion de una especie muy importante; el "que de- sease completar los conocimientos en este ramo, podrá consultar el tomo 27 de la Flora del Perú y de Chile. Especie 1.4 QUINA NARANJADA. CiNcHoNA LANCIFOLIA. Mutis, Per. de Santa Fe. Quinquina. Condam. Act. Paris 17368. Cinchona officinalis. Lin. Sys. Veg. ed. 10 pag. 929. $pec. plant. pag. 244. Gen. pal pre: 9gI ed. 6. Cinchona officinalis, foliis ovato- bill , gla- bris capsulis oblongis. Y, hal Act. Soc. H. Nat. Haun. JAso.p. IF ELL Cinchona officinalis. Ruiz Quinol, art. 2. pag. 56. que est Cinchona nitida, foliis obovatis nitidis, paniculá brachiatá, corollis albo- purpureis; limbo pa- . 1 Suprimiendo las voces vel linearibus (laciniis ) vel integrum (stigma). 208 SO CANALES xuam hirsuto. Ruíz e£ Pavon Flor. Peruv. et Chil, tom. 2 pag. 50 tab. 191. 50 Cinchona glabra. Ruiz Quinol. art. 4 pag. 59, que est Cinchona lanceolata, folijs, lanceolato oblongis glabris, paniculá brachiatá magna, floribus subcorym- bosis, corollis roseo-purpureis, limbo hirsuto. Flor. Peruv. pag. 51 absque Icone. | trad ¿Cinchona fusca. Ruiz Quinol. art. $ pag.77 *? quz est Cinchona rosea, foliis oblongis obtuse acumi= natis, paniculá brachiatá, floribus corymbosis , corollis roscis; limbo margine tomentoso. Flor. Peruv. pag. 54 tab. 199- Carácter farmacéutico natural. 12 La corteza bien seca presenta su cara interior de color amarilllo subido, que tira a flavo. 22 Mojada en agua, y comparada con la seca, manifiesta el color mas encendido , y propiamente flavo. ) 39 Reducida á polvo no pierde su color, antes rien lo aumenta: persevera uniforme, y en mejor es- tado para la comparacion con las otras especies. 42 Una onza de polvo en infusion fria en doce onzas de agua llovediza, á las veinte y quatro horas da una tintura delgada, casi sin espuma , de color fia- yo, semejante al de la corteza mojada; de amargo ac- tivo y desu especie; y con sedimento de todo el pol- vo mas encendido que el seco. ! : 52 La misma infusion añadidas dos onzas de agua, r Aunque mas bien creería que no es del género esta planta que dexar de tenerla por variedad , me abstengo de afirmarlo”, porque no estoy en ella muy exercitado. Daré al fin las razones por que he reducido á variedades las especies de la Flora Peruana. DE HISTORIA NATURAL. 201) puesta al fuego hasta romper el hervor, á las 24 ho- ras da una tintura mas cargada, sin espuma, mas en- cendida que la primera; de amargo mas activo y y se- dimento semejante al primero. | 62 Una onza de polvo en infusion 0 en doce onzas de espiritu de vino, á las 24 horas da una tin- tura cargada, sin espuma, de color flavo, semejante al de la tintura por cocimiento , de amargo activo, y sedimento semejante á los primeros; 77 Mascada la corteza se casi poco rato el amargo comun de quina ; pero algo aromático, propio de esta especie. 8? La saliva sale teñida de color flavo, suelta, y un poco espumosa. 9? No causa fruncimiento en la lengua, paladas y labios. 10. Exáminada la fractura con la lente, se presen- tan las fibrillas longitudinales paralelas en forma de agujas. 11. Su color amarillo pálido. 12. En sus intersticios se mantiene aglomerado el polvo cuajado y seco, de color flavo. Carácter sobresaliente. Color flavo, amargo aromático , espuma delgada. Propiedades y virtudes. Amargo aromático. Balsámica. - Antipyréctica. ? _Antiídoto. Febrifuga. Nerviosa. TOMO 1L O ató ANALES Sobresale esta especie entre las otras por el caráce ter peculiar de ser eminentemente balsámica. Es la única directamente febrífuga , y seria en vano buscar auxilios equivalentes en las demas, quando urge la ne- cesidad de cortar infaliblemente las accesiones. En el siglo pasado conoció Ricardo Morton * su imperio so- bre los nervios, y lo comprueba su modo de obrar á: golpe seguro, quando está bien administrada. Una pe- queña cantidad basta para detener al siguiente paro= xismo todo el trastorno de nuestra máquina, sin haber excitado alguna evacuacion sensible. Es por consi- guiente un poderoso calmante de órden superior, y propiamente un antídoto. Su eficacia se extiende á todas las enfermedades periódicas de intermisiones ma- nifiestas , y es en ellas tan directo su influxo , que Morton no pudo contenerse hasta ampliar sus límites á todas las calenturas remitentes, aunque fuesen acom- pañadas de inflamacion, ó de qualquiera otro modo en- mascaradas; con tal que primero se asegurase de la realidad de algun periodo, en cuyo caso jamas tuvo que arrepentirse de sus felices atrevimientos. Esta es- pecie no admite la asociacion de algun purgante. Se ha disputado mucho sobre el tiempo de tomar- la dentro ó fuera de las accesiones. En la época de su descubrimiento se daba 4 la entrada de la accesion , y bastaba entonces la pequeña cantidad de dos dracmas; posteriormente ha prevalecido el tiempo de la inter- mision; pero se observa que en cada decenio ha ha- bido algunos excelentes profesores que reclaman el metodo de la costumbre primitiva, por la qual parece ue está decidido el Sr. Mutis. : El árbol que produce esta quina es tan raro, que 1 Morton Pyterolog. cap. 7. DE HISTORIA NATURAL. ATI apenas corresponde á uno por mil de las otras especies juntas *. Por consiguiente debe aplicarse con economía en los casos mas apropiados, valiéndose de las demas especies en innumerables enfermedades en que esta seria ineficaz, y aun nociva. Especie 2. QUINA ROXA. CINCHONA OBLONGIFOLIA. Mutis, Periódico de Santa Fe. , | | Cinchona lutescens. Ruiz Quinolog. Art. 6 pag. 71 que est Cinchona magnifolia foliis oblongis ova- libusque glabris, paniculá brachiatá , floribus subco- rymbosis, corollis albis: limbo villosiusculo. Flor. Pe- ruv. et Ch. tom. 2 pag. 53 tab. 196. Carácter farmacéutico natural. 12 La corteza bien seca y sin alteraciones dima- nadas de mal procedimiento en su beneficio ó reposi- cion, presenta su cara interior de color roxizo. 22 Mojada en agua, y comparada con la seca, ma- nifiesta el color mas encendido. 37 El polvo conserva mas uniforme el color de la corteza seca. | ! 47 La infusion fria (con las mismas circunstancias referidas en la especie antecedente) da una tintura mas cargada que la naranjada , casi sin espuma, de color roxo , semejante al de la corteza mojada , de amargo activo y de su especie; y con sedimento de todo el polvo roxizo mas encendido que el seco. 52 Despues del cocimiento da una tintura mas 1 Estos cálculos se han hecho registrando inmensas selvas pa- Ta que la escasez no obligue 4 suplantaciones. 02 212 ANALES cargada, sin espuma, mas encendida (de color de san- gre), de amargo mas activo, y sedimento semejante. 6% La tintura en espíritu de vino cargada, sin es- puma, tan encendida como la del cocimiento, de amar- go activo, y sedimento semejante á los primeros. 0 Mascada se advierte el amargo comun de quina mas débil; pero el de su especie activo y austero. 89 La saliva teñida de color roxizo, suelta , con poca espuma. | | 92 Causa un fruncimiento con aspereza notable en la lengua y paladar, y mas sensible en los labios frotados con la lengua. | 10. Exáminada la fractura con la lente, presenta las fibrillas longitudinales paralelas en forma de agu- jas mucho mas aproximadas que en la naranjada. 11. Su color roxizo pálido. 12. El polvo aglomerado, roxizo encendido. Carácter sobresaliente. Color roxizo, amargo austero, espuma, gruesa. Propiedades y virtudes. Amargo austero. Astringente. Antiséptica. Polycresta. Febrífuga indirectamente ?. Muscular. 1 La distincion entre la febrífuga directamente y las otras que lo son indirectamente, consiste en que aquella obra contra la cau- sa predisponente, y estas contra las ocasionales. El efecto de aque- lla es seguro, porque destruye la causa productiva del mal que es única; el de las otras especies no siempre es cierto, porque las cau- sas son muchas, y no siempre se acierta á combatir!as. DE HISTORIA NATURAL. 213 El carácter peculiar de esta especie es ser eminen- temente astringente. Su modo de obrar á golpe segu- ro en las gangrenas indica su imperio sobre el sistema muscular , y por consiguiente se extiende su eficacia á todas las enfermedades en que conviene reanimar la accion de los músculos, y producir en la masa de los humores el calor que resulta de la mayor elasticidad . de los sólidos. Tal es la virtud que se requiere en los remedios generales antisépticos; pero reside con mas propiedad en este por la reunion de su eminente as- tringencia con las qualidades comunes á todas las qui- nas. De aquí resulta ser directamente antiséptica , y “seria inutil buscar en las otras auxilios de igual efica- cia, quando se intenta resistir 4 los progresos de la putrefaccion de las carnes. Conviene en las supuracio- nes, en las viruelas y epidemias de esta clase, y en las -«calenturas malignas que disponen al esfacelismo universal. | Es un remedio abrasador, dotado de la extraordi- naria eficacia que requieren los males desesperados 4 que está destinado. Conviene emplearla en ayudas en todas las enfermedades, á excepcion de las inflama- torias , con la mira de resistir, como el mas poderoso antiséptico, á la podredumbre que sufre todo el canal intestinal, con perjuicio de los nervios y entrañas in- mediatas. Su virtud corroborante , procedida de la mayor fuerza muscular, la hace un remedio sospechoso en muchas ocasiones , y conocidamente mortal en los en- fermos de complexion ardiente, biliosa y de fibra rí- gida; y al contrario, muy saludable en los de com- plexiones frias, húmedas y de fibra laxa. No alcanza á cortar las accesiones, y si lo hace algunas veces es indirectamente , y disponiendo los 214 ANALES enfermos 4 obstrucciones , ictericias, hidropesías, reu- matismos, escorbutos y otras pésimas resultas. La épo- ca en que prevaleció es la de las grandes calamidades, y por eso Ramazzini se creia culpable de yerros que probablemente no cometió en sus primeros años con la naranjada. El árbol que la produce es tan abundante que se ha calculado en razon de igualdad con las restantes juntas. Especie 32 QUINA AMARILLA. — CINCHONA CORDIFOLIA. Mutis, Periódico de San- ta Fe. Cinchona officinalis. Linn. Syst. Veg. ed. 12 pág. 164 *? Cinchona officinalis foliis ellipticis subtus pubes- centibus, corollx limbo lanato. Linn. Suppl. pág. 144 $. Y. edit. Persoon pág. 222. | Cinchona pubescens foliis ovatis basi elongatis, subtus pubescentibus, capsulis cylindricis. Pahl Act. Haun. 1 fasc. pág. 19 tab. 2. Cinchona purpurea. Ruiz Quínol. art. 5 pág. 67. Chinchona purpurea foliis oblongo-ovalibus ova- tisque purpurascentibus, paniculá brachiatá magná, floribus subcorymbosis, corollis albo-purpureis, limbo hirsuto albo. Ruiz et Pavon Flor. P. et Ch. tom. 2 pág. 52 tab. 193. Cinchona micrantha foliis ovalibus obtusis, pa- 1 ElSr. Vahl cree que este sinónomo corresponde ¿su Cin- chona macrocarpa; pero aunque las razones que da son muy plau- - sibles, y de hecho los caracteres convienen mejor á aquella espe- cie, á mi me consta que la que el Sr. Mutis remitió 4 Linneo fué - esta especie amarilla, DE HISTORIA NATURAL. 215 niculá maximá, floribus numerosis parvis, corollis al- bis, limbo lanato. Flor. Peruv. pag. 52 tab. 194. Cinchona tenuis. Ruíz Quinol. art. 3 pág.:60 que est Cinchona hirsuta foliis ovalibus crassis mar- gine reflexis; terminalibus subcordatis, floribus corym- bosis , corollis purpurascentibus tomentosis, limbo hir- suto. Flor. Peruv. pág. 51 tab. 192. Cinchona pallescens. Ruiz Quinol. art.7 pág.74 que est Cinchona ovata foliis ovatis subtus tomen- tosis, paniculá brachiatá, floribus subcorymbosis; co- rollis purpureis, limbo hirsuto, Flor. Peruv. pag. 52 tab. 195. Carácter farmacéutico natural. 12 La corteza bien seca demuestra su cara inte- rior de un color amarillo pajizo. 22 Mojada en agua, y comparada con la seca, manifiesta el color mas encendido, y algo semejante al flavo baxo. | 37 Su polvo decide mejor que la corteza; se man- tiene uniforme en todo el volúmen de su harina, de amarillo mas pálido que la corteza *. 42 La infusion fria da una tintura delgada, casi sin espuma ; de color amarillo pajizo , mas pálido que el de la corteza seca, de amargo activo y de su espe- cie; y con sedimento del polvo mas encendido, y se- mejante á la corteza mojada. 5 Despues del cocimiento da una tintura mas cargada sin espuma , mas encendido y de color ya 1 Porque la accion del ayre hace un poco mas vivo el color de la corteza; lo que tambien se manifiesta en el polvo añejo, cu- ya superficie es de un amarillo tostado, conservando su amarillo pajizo todo el polvo interior. 216 ANALES mas próximo 4 la tintura fria de la naranjada, y se- di 'mento semejante al anterior. | 62 La tíntura en espiritu de vino delgada, sin es- puma, tan encendida como la del cocimiento, de amar- go ACEvOs y sedimento semejante 4 los princi E Mascada se advierte el amargo comun de qui- na; pero activo y puro, propio de esta especie, 8% - La saliva de color amarillo pajizo, suelta, con poca espuma. 9% No dexa fruncimiento ni aspereza notable en las partes del paladar. 10. Exáminada la fractura con la lente, presets las fibrillas longitudinales, paralelas en forma de agu- jas, casi á iguales intervalos que en la naranjada. 11. Su color amarillo pajizo mas pálido. 12. El polvo aglomerado amarillo pajizo. Carácter sobresaliente. Color pajizo, amargo puro , espuma entre delga- da y gruesa, EPR y virtudes. Amargo puro. Acibarada, Cathártica. Ecphráctica. Febrífuga AECE CIAN Humoral. Esta es la especie que restituyó 4 la quina su cré- dito perdido , y que desde su introduccion en la me- dicina el año 40 de este siglo ha logrado singular aprecio. Sus benignas qualidades y color semejante 4 DE HiSTORIA NATURAL. 217 la naranjada hiciéron creer á los profesores que era la primitiva, echando solamente de menos la actividad. Aunque en estos últimos tiempos se han introducido ,gruesas porciones de la roxa y algunas pocas de la na- ranjada , ella es la que prevalece, sin que se hagan todavia sensibles los malos efectos de esta mezcla por la desproporcion de cantidades, y porque las innume- rables aplicaciones 4 que se ha extendido la quina ha- cen pasar los adversos 4 la sombra de los favorables. Esta especie substituida se distingue por el carác: ter peculiar de ser eminentemente acibarada. Su im- perio sobre los humores está indicado por el modo con que obra directamente sobre ellos en las calentu- ras pútridas, resistiendo con su virtud propia á la cor- rupcion espontánea en que degeneran, y juntamente relaxando, y luego excitando una elasticidad mode- rada en los sólidos, como si dixéramos abriendo y cerrando los vasos mínimos, por cuya razon la llama el autor ecphractica. Se extiende su eficacia á todas las calenturas continuas y remitentes, y 4 muchas en- fermedades crónicas, quando convenga resistir á la corrupcion espontánea de los humores. Se descubre tambien en esta especie la propiedad sobresaliente de mover el vientre hasta el grado de ser siempre purgante para algunos enfermos , por cir- cunstancias propias de su constitucion. Esta virtud se atribuye sin conocimiento á toda quina reciente. Es un efecto inmediato de la momentánea relaxacion in- ducida en todo el canal intestinal ; y para denotarlo la llama cathartica. Aunque es tambien indirectamente febrífuga, no dexa las pésimas resultas de la roxa, y hay casos en que convendrá, por complexion del enfermo, ó Cir- cunstancias de las epidemias , preferirla 4 la naranjada. 218 ANALES Muy imperiosa ha de ser la necesidad que obligue 4 seguir un camino largo, quando hay otro cortísimo y seguro. | La abundancia de esta especie comparada con la roxa está calculada en razon de dos á cinco. Especie 4.4 QUINA BLANCA. CrixcHoNa ovalifolia. Mutis, Periódico de San- ta Fe. Cinchona macrocarpa foliis oblongis subtus pu- bescentibus costatis. Vahl Act. Haun. 1 pág. 20t. 3. Carácter farmacéutico natural. 12 La corteza bien seca y sin alteracion acciden- tal presenta su cara interior de un color blanquecino que tira á bazo. 27 Mojada en el agua pierde mas el blanco, apro- ximándose al bazo. 37 El polvo conserva mas uniforme el color en- tre blanquecino y bazo. 47 La infusion fria de la tintura es mas cargada que las de las anteriores especies, cubierta de mucha espuma toda la superficie *; de color de vino pardo turbio, de amargo activo y de su especie, y con se- dimento de todo el polvo de color semejante á la cor- teza mojada. 1 Pasando las tinturas de un vaso á otro se forma la espuma, cuya cantidad y cuerpo, en ¿igualdad de circunstancias, es pro- porcionada á la especie: mayor y mas tenaz que todas en la blan- ca: despues en la rora: luego en la amarilla; y menor y mas prontamente disipable en la naranjada. Las tinturas aquosas dan mas espuma que las espirituosase : 4 DE HISTORIA NATURAL. 219 ¿2 Despues del eocimiento da una tintura mas cargada con la misma espuma tenaz, de amargo mas activo y sedimento semejante. 62 La tintura en espíritu de vino mas delgada que la de agua fria , con menos espuma que las ante- riores de esta especie, de color de vino pardo clari- ficado, y sedimento semejante 4 los primeros. 72 Mascada se advierte el amargo comun de qui- na muy activo, pero acerbo y mas desagradable que el de todas las especies, propio de esta. | 82 La saliva teñida de color bazo, algo gruesa - y cargada de mucha espuma. | 9? No dexa fruncimiento ni aspereza; antes por el contrario una soltura y lubricidad manifiesta en to- do el paladar, lengua y labios, 10. Exáminada la fractura con la lente presenta las fibrillas menos leñosas , delgadas y mas frágiles, longitudinales, paralelas y poco menos aproximadas que en la roxa. 11. Su color blanquecino que tira á bazo. 12. El xugo muy cuajado, denso y mas abun- dante que en las otras especies, de un blanco pálido. Carácter sobresaliente. Color blanquecino , amargo acerbo, espuma muy gruesa y tenaz, Propiedades y virtudes. Amargo acerbo, Xabonosa, Rhyptica. Prophiláctica. Febrífuga indirectamente. - Visceral. 220 «de ANALES Asi como para denotar el órden con que las qui- nas se han ido conociendo en medicina, las apellida el Sr, Mutis primitiva , succedanea y substituida, así llama á esta nueva especie forastera. Su carác- ter peculiar es ser eminentemente xabonosa ; y su mo- do de obrar en las periódicas rebeldes y en las enfer- medades crónicas , adelgazando los humores gruesos, y causando en los vasos una moderada elasticidad, indica su imperio sobre las entrañas grandes y pequeños ór- ganos del cuerpo, llamados glándulas. Tenemos pues en esta especie un remedio con las virtudes comunes de las quinas ; pero mas apropiado y de singular efi- cacia en muchas enfermedades de raices profundas, en que de orígen ó de resultas padecen las entrañas gran- des y pequeñas. En semejantes casos hay siempre con- gestiones de humores que ella adelgaza, y arrastra en fuerza de su virtud directamente detersiva , que el autor denota llamándola rhyptica. Siendo esta quina la mas apropiada para restable- cer las digestiones con el uso continuado, merece bien el nombre de prophiláctica. Ocurren mil casos de convalecencias lentísimas por falta de vigor en la na- turaleza para desvanecer las reliquias de las enferme- dades anteriores, en los quales ninguna especie mejor que esta llenaria la indicacion de restablecer á su pri- mitivo estado las funciones del cuerpo humano. Mil achaques, mil ligeras indisposiciones, mil estados con- fusos ni bien de enfermedad declarada, ni bien de sa- lud completa, deberian entrar en los casos de régimen prophiláctico, en que convendria introducir el uso de esta benignísima quina. Su eminente virtud xabonosa, y su débil astrin- gencia con las qualidades comunes en su grado á las quinas , persuaden su preferencia en los casos de ca- DE HISTORIA NATURAL. 221 lenturas inflamatorias, quando convenga hacer uso del remedio. Conduce practicarlo con exclusion absoluta de la naranjada , y mucho mas de la roxa; pero pue- de suplir la amarilla , mientras se consigue su intro- - duccion en el comercio *, Siendo tan indirectamete febrifuga como la roxa y la amarilla, no debe administrarse para cortar las accesiones en los casos regulares, quando urge la ne- cesidad de conseguirlo, y debe hacerse con la naran- jada. | | Las aplicaciones que el Dr. Clarke ha hecho de esta quina contribuirán á darle el crédito que merece y perdió por la desaprobacion de nuestros profesores, que años antes, como lo adyierte el Sr. Vahl ?, la ha- 1 Faltando tiempo al autor para sus gloriosos trabajos, mucho menos ha de tenerle para especulaciones mercantiles, agenas de su estado, de su profesion y de sus principios. El amor de la huma» nidad, que distingue al verdadero sabio del profesor mercenario, es el que le obligó 4 promover la real administracion de quinas, que servia sin sueldo ni gratificacion alguna, ni esperanza de re- compensa: porque la renunció de antemano; pero aquel estableci- miento filantrópico fue trastornado en su principio por haber los profesores comisionados para el reconocimiento reprobado la pri- mera remesa que hizo el Sr. Mutis de la quina roxa. Acaso reco- nociéron algunos caxones averiados; pero como esto no es dificil de conocer, parece no debia extenderse á toda la especie que po- blaba los montes el daño que las cortezas padeciéron en el mar Ó en los almacenes. Con mucha menos razon debia comprehender la proscripcion á las otras especies que no se reconociéron. Lo cier- to es que no todos los caxones se averiáron, pues comprados en Cádiz á vil precio se vendiéron despues con estimacion en Italia, Inglaterra y Holanda. El Sr. Mutis solamente tenia por objeto en la administracion de las quinas el evitar todo fraude Ó equivoca- cion en tan precioso específico: que viniesen 4 Europa separadas sus especies, bien repuestas y conservadas: y que se vendiese en la quarta parte del precio que ahora tiene. 2 ' Disertacion sobre la quina, traducida por el Sr. Lambert. Lóndres 1797. 222 : ANALES. bian hallado igual á la del Perú sin distinguir qual es- pocie..'.. es Su abundancia está calculada con la roxa en razon de tres á cinco. | El Sr. Mutis no cree suficiente para el exercicio práctico de la Medicina distinguir las especies de re- medio; reconocer sus qualidades mas sobresalientes, y tener la idea general que se ha dado de las enfermeda- des en que deben administrarse por el diferente impe- rio que exercen sobre los quatro sistemas del cuerpo humano. Falta todavía conocer á4 fondo la naturale- za general de esta misteriosa substancia, y la com- binacion particular de sus primeros elementos , de que necesariamente procederán aquellas virtudes emi- nentes. Creyendo que la Química es quien nos puede su- ministrar las luces necesarias en tan importante mate- ria, he solicitado que se hagan las analisis de todas quatro especies por algunos de los Quimicos mas céle- bres de Europa. Publicaré sus resultados en un escrito latino, en que daré alguna mayor extension 4 estas ideas, con el objeto de propagar unos conocimientos que me parece han de influir mucho en la salud pú- blica, y crédito de la Medicina. Seguramente debemos esperar de los trabajos quí- micos la mas ventajosa preparacion del remedio. Pero no juzgo inoportuno dar á conocer la del autor, acre- ditada por una larga serie de experiencias; la qual puede contribuir tambien á la perfeccion de la que se desea para reformar de todo punto la práctica de la quina. La preparacion del Sr. Mutis se funda en las si- guientes observaciones. | Puesta una onza de quina en infusion de doce on- DE HISTORIA NATURAL. 223 zas de agua pura al temple natural por el espacio de veinte y quatro horas se observa, 19 Una tintura bien cargada del xugo virtual de la corteza. 22 Un calor intenso y propio de la especie. 32 El amargo y espuma propios de la especie. Repitiendo las infusiones con los sedimentos hasta la décima en las especies naranjada y amarilla, has- ta la décima quinta en la roxa, y hasta la vigésima en la blanca , se van gradualmente observando mas pálidas las tinturas, menos amargas, y con la espuma mas delgada y disipable. ! Despues de tan repetidas tinturas todavía quedan los sedimentos coloridos, y dan otras muchas tinturas gradualmente mas débiles hasta llegar al estado que propiamente corresponde á la voz sedimento, ó parte puramente leñosa. En la especie roxa aun en la centé- sima infusion se observa alguna tintura. Las infusiones espirituosas dan igualmente repeti- das tinturas que manifiestan la prodigiosa extension que puede tomar el xugo quajado de la quina. Pero el Sr. Mutis se ciñe á las aquosas, y las limita hasta la vigésima en la naranjada y amarilla , hasta la trigé- sima en la roxa, y hasta la quadragésima en la blan- - ea, para deducir las consequencias siguientes: 12 Que la goma-resina que á juicio de los profe- sores forma la mayor parte del xugo cuajado en la corteza, necesita para disolverse en agua mas de dos- cientas y quarenta partes de su peso en las especies na- ranjada y amarilla: mas de trescientas y sesenta en la roxa; y mas de quatrocientas y ochenta en la blanca. 22 Que constando por muchas experiencias que los residuos de las primeras infusiones pueden produ- 224 : ANALES cir los efectos de la quina pura, con la diferencia de administrar mayor cantidad, reside todavía en ellos al- guna virtud medicinal. | 32 Que habiendo estos residuos perdido ya todo" el amargo que la quina tenia antes de las infusiones, y conservando aun la virtud de la especie, no consiste esta virtud en el amargo. 42 Que tomados interiormente estos residuos no causan en el estómago todo aquel peso que produce la quina pura, por consiguiente no consiste en la parte le» ñosa la indomabilidad de este palo, como se ha creido, Persuadido el Sr. Mutis de que la quina es una substancia densa, viscosa y tenaz, que tiene mucho de xabonosa , como lo indica la calidad de su espuma, ha creido que por densa no puede extenderse en poco líquido: por viscosa necesita de un agente que la des- ate, y por tenaz se resiste á desenvolverse en poco tiempo. La fermentacion era pues el medio de extraer de la quina toda la substancia activa y medicinal. Así lo ha practicado, y el éxito ha correspondido á sus esperanzas. La quina fermentada no es ingrata 4 los enfermos, se digiere con facilidad, y retiene toda su virtud. Por medio de esta preparacion se consiguen. tres bebidas principales: cerveza, vinagre y tisana ; las que separadamente ó combinadas bastan a llenar todas las indicaciones del remedio. Por cada libra de quina en polvo, ni demasiado —grueso, ni tan sútil como se encuentra en las boticas, se pondrán de noventa y quatro á cien libras de agua, y ocho de miel, ó de azúcar prieta. No se puede fI- xar término á la fermentacion , que será mas Ó menos acelerada en razon de la estacion y del lugar. El gus- to es el mejor juez en estos casos. DE HISTORIA NATURAL. 225 Hecha la fermentacion se embotella la cerveza pa« ra los usos médicos, cuidando que vaya bien cargada del xugo virtual, que nada encima de los sedimentos; ó removiendo el tonel, ó si se quiere separando por decantacion el líquido superior. Este líquido menos activo tiene sus usos en el ré- gimen prophiláctico, y en casos en que no se necesita de todo el vigor del remedio. Los sedimentos sirven para acelerar la fermentacion siguiente; y pasadas tres ó quatro se separa una porcion, que con alguna canti- dad de agua y miel se dexa pasar á la fermentacion vinagrosa para los usos convenientes. El último desti- no de los sedimentos es'el de lavativas. El vinagre no se logra en toda su perfeccion hasta los tres Ó quatro meses. Entonces se sacará por decan- tacion el que se destine a los usos económicos, en lu- gar del comun, si se quiere ó hay necesidad de prefe= rirlo; y el que se busca para la medicina es preciso sea el mas cargado, esto es, la masa inferior del líquido: De este último vinagre se saca un xarabe por el mé- todo acostumbrado en las boticas. La quina para las tisanas se prepara poniendo la cantidad que se quiera con la correspondiente de azú- car en la proporcion insinuada, y la agua bastante para mantener la masa suelta y cubierta de poco líqui- do. Esta masa fermentada se desata en agua, vino, ó en el vehículo que pareciese mejor para formar la ti- sana á fuego lento, ó en baño de arena, por el espa- cio de tres horas ó mas. La prudencia del profesor re- gula las proporciones del vehículo con la masa. Las preparaciones son las mismas empleando qual- quier especie de quina, ó combinándolas segun se juz- gare conveniente. De hecho el Sr. Mutis ha practi- cado algunas combinaciones, siendo las principales TOMO 1. | P 226 ANALES la cerveza prophiláctica y la polycresta. Ocho onzas de quina amarilla, quatro de la yo- xa y quatro de la blanca, con una nuez moscada y media onza de canela, forman la composicion de la cer- veza prophiláctica. "Tomando la parte menos cargada del xugo, que es casi todo el líquido en reposo, se:lo- gra una bebida de que usan las personas sanas por gus- to y preservacion, y las achacosas por curacion sen- cilla y nada gravosa. La cerveza polycresta se compone de quatro on- zas de quina roxa, y doble cantidad de zarza-parrilla, reducida igualmente 4 polvo y mezclada. Las fórmu- las anteriores de xarabe y tisana tienen lugar en esta composicion, cuyo principal objeto fué curar una es- pecie de gálico endémico en el Reyno de Santa Fe. El nombre indica sus muchas aplicaciones á que no puede extenderse este escrito. Sin variar la proporcion de mezcla de la cerveza prophiláctica, se obtiene un elixir de quina, que con relacion á sus nuevos descubrimientos llama el Sr. Mu- tis precioso. Seria inútil dar su preparacion sin indi- car sus usos, lo que pide mas extension de la que per- mite este discurso. . Solo me resta manifestar que en la sinonimia bo- tánica que he dado no he procedido con ligereza. Me he exercitado mucho al lado del Sr. Mutis , mi maes-. tro, en distinguir las especies y variedades del género Cinchona, y sus cortezas en diversos estados: he ma- nejado sus manuscritos, y pasado un año entero recor- riendo las inmensas selvas del Magdalena para recono- cer la mayor ó menor abundancia de las quinas ofici- nales. Familiarizado con ellas, y distinguiendo sus mas ligeras variedades, mas por las advertencias del Sr. Mutis que por mis propios conocimientos; no €s Ñ DE HISTORIA NATURAL, 227 extraño que al registrar prolixamente el herbario de la Flora del Perú haya reconocido la identidad de sus esqueletos Ó ramos secos con las plantas de Santa Fe; y ds equivocaciones que estos profesores han padeci- do en hacer especies de las variedades botánicas, y aun de las puramente accidentales, como vamos á ver. La quina naranjada ó Cinchona lancifolia del Señor Mutis es la misma que describió y dibuxó la Conda- mine, y que llamó Linneo Cinchona officinalis. Nues- tros Botánicos, Ó sea el redactor de los trabajos comu- nes, dan en la Quinologia el nombre de Linneo 4 su cascarilla fina, porque reconocen la identidad de la es- pecie; pero creyendo diversa la de la Condamine, di- cen que esta es su cascarilla boba, ó cascarilla lampiña, ó Cinchona glabra de la Quinologia, que en la Elo- ra es Cinchona lanceolata. El mero hecho de separar en dos aquella especie, y reconocer la identidad de la de la Condamine con su Cinchona glabra, y de la pre- tendida distinta de Linneo con su cascarillo fino ó Cín- chona officinalis, prueba que dividiéron la especie en dos, como dividiéron los sinónomos que son insepara- bles. En la Flora suprimen el nombre de Linneo ; : dudan si es la misma especie; y en la Cinchona gla- bra, que nombran Cinchoza lanceolata , ya no apare- ce el sinónomo de la Condamine. Todo esto manifiesta « la incertidumbre que tienen sobre las dos plantas y su grande afinidad, pues á cada una conviene los si- nónomos de una sola especie. En efecto, las Cincho- nas nitida y lanceolata de la Flora no solamente no pueden formar dos especies, pero ni dos variedades. La diferencia que se advierte en los esqueletos que di- chos autores me han permitido observar detenidamen- te es tan accidental, que pudieran ser del mismo árbol. Estos mismos autores de la Flora no pueden menos de P2 228 JAR TON ATL ES / haber observado en América las gradaciones insensi- bles con que se van alterando las figuras de las hojas y Otras partes de las plantas á proporcion que van sien- do mas elevados los terrenos, sin que por eso se mude la especie. Conozco las dos plantas de que se trata y su ligera variedad, que pasa todavía 4 ser mas nota- ble en suelos.mas elevados, sin que por eso me haya parecido digna de atencion. No meatreveré á decir lo mismo de la Asriiole ó cascarillo pardo, ó Cinchona fusca de la Quinolo- gia, que en la Flora es Cinchonea rosea. He visto po- cas veces esta planta, y solamente en flor. Si pudiera asegurar que es del género , lo que no puede ser sin ver el fruto, entonces afirmaria que era variedad botánica de esta misma especie, porque es dificil equivocar en este género las especies con las variedades, conociendo las alteraciones que regularmente padecen. En los mis- mos esqueletos de la Cinchona nitida se nota el trán- sito á la Cinchona rosea ; y si aquella ó la lanceolata tuvieran flor ó fruto,:Óó lo tuviere esta, seria mas sen- sible la conformidad. La quina que nombran tunita en el prólogo del tomo citado de la Flora, y cuyo descubrimiento atribuyen al Sr. Lopez, es la misma naranjada del Sr. Mutis. La que en el comercio se nombra calisaya , y la que corre en Cádiz con el nombre de quina de Huanuco , son de esta especie mezclada con la amarilla, como lo he reconocido por las cortezas , y me lo escribe el Sr. Mutis. La quina roxa ó Cinchona oblongifolía del Señor Mutis es la Cinchona magnifolia de la Flora, sin que pueda caber la menor duda , porque estoy muy fami- liarizado con ella. No es distinta de la que llama Don Sebastian Lopez Flor de Azahar, como lo indican en el. prólogo citado ,.ni de la colorada del comercio DE HISTORIA NATURAL. 229 que dan por desconocida en la Botánica. Me he certi- ficado de la identidad por repetidos exámenes de las cortezas, en que los autores de la Flora se han equi- vocado, acaso por no atender á la parte del árbol de que se hayan sacado las que les sirviéron para la com- paracion. Su identidad es indisputable. | La amarilla ó Cinchona cordifolia del Sr. Mntis es una especie de quina abundante en variedades. Los autores de la Flora han hecho quatro especies de so- las dos variedades. Las Cinchonas hirsuta y ovata de la Flora componen la una, y las Cinchonas purpu- rea y micrantha la otra. La diferencia entre estas, y mas todavía entre las otras dos, es tan corta y tan ac= cidental, que no la creo digna de la atencion del Bo- tánico , conforme á los prineipios de Linneo. La Cía. chona pubescens del Sr. Vahl compone con la purpu- rea y micrantha una sola variedad botánica de esta especie, sea qual fuere el nombre que prevalezca. La quina blanca 'ó Cinchona ovalifolia del Señor Mutis no tiene sinónomo en la Flora. Se hace necesario hablar de las otras dos especies grandiflora' y dichotoma de la Flora, aunque distin= tas de las oficinales. Aquella no la conocian el año de- 92, en que se imprimió la Quinologia, y en la Flora aseguran haberla descrito y dibuxado en el de 84.': Seria sensible que se hubiera descrito y dibuxado por: meros esqueletos á la sombra y comodidad de un ga- binete , porque semejantes descripciones se diferencian tanto de las que se hacen al pie de los arboles, como las plantas secas de las vivas. Así se echa de menos una observacion importante que no pudo suministrar 1 Enla pág. 12 de la Quinologia aseguran que la corola bar- bada es nota constante en las Cinchonas de la América meridio- nal; esta dicen que es del Perú, la describen lampiña. 230 ANALES les el que les dió las noticias equivocadas de los nom: bres vulgares con que dicen se conoce en 'Santa Fe. Por lo que hace á la Cinchona dichotoma, su inflores- cencia, gemmacion, foliacion y toda su traza natu- ral, pero señaladamente la flor que no vió el Sr. Ta- falla, ni aparece en los esqueletos ni en la estampa, conspiran á excluirla del género en que se ha incluido mas por la semejanza que por la conformidad del fru- to. Hubiera sido conveniente advertir que no se ha- bia observado la flor; porque el silencio de un Botá- nico en quanto 4 flor y fruto supone que le convienen adequadamente los caracteres del género; y si no su-. cede así , como en este caso , queda el lector engañado. Sin embargo de ser esta especie dudosa, la prefie- ren los autores de la Flora 4 las mismas oficinales de Mutis. Esta circunstancia, y la oposicion que advier- to entre las observaciones de mi maestro y las asercio- nes de aquellos profesores, me obligan á dar alguna mas extension á esta memoria. Me es-indispensable indicar sus equivocaciones, porque llevan la recomendacion de observaciones hechas en el suelo nativo de la quina por Botánicos distinguidos con un carácter público * que las autoriza. Debo esperar de su amor á la ciencia y á la hu- r Llevaban especial encargo del Gobierno para todo lo con- cerniente á la quina, y en desempeño de su comision publicáron en Madrid el año de 92 un escrito intitulado: Quinología , Ó tra- tado del árbol de la Quina. Aunque este opúsculo solo lleva el nombre del Sr. D. Hipólito Ruiz, xefe de la expedicion , pare- ce debe considerarse como el resultado de los trabajos comunes. De qualquier modo que sea, los dos profesores estan de acuerdo en estos puntos, como lo manifiesta la remision que, sin restric= cion alguna, hacen en el prólogo del tomo 2 de la Flora á este tratado para todo lo concerniente al importante objeto de que am- bos estaban encargados. Esto basta para que yo, que solo impugno la doctrina, no haga distincion de personas» $ DE HISTORIA NATURAL. 231 manidad , que lejos de empeñarse en una contestacion inútil, concurriran ellos mismos á ilustrar la materia, exponiendo con método las observaciones que hayan hecho, y separando las experiencias de las conjeturas. Si no se toman este trabajo en beneficio público, serán perdidos sus desvelos sobre tan importantes ob- jetos; porque no es dado 4 todo profesor conciliar las contradicciones aparentes que á cada paso se encuen- tran en el tomo citado de la Flora y en la Quinolo- gia, ó tratado del árbol de la Quina. Este mismo tí- tulo que indica la preferencia de una especie, permu- tado en la Flora por el de tratado de los árboles, causa al lector sorpresa y confusion. Precisamente lo que mas importaba en.el asunto era saber si hay una sola especie oficinal, si hay varias, ó sí lo son todas, y en que grado ó con que distincion. Aquel primer concepto del título se halla expreso, y luego al pare- - cer contradicho de varios modos en el texto de la Qui- nología. Desde el prólogo reconocen una especie lla- mada quina por excelencia , que en la página 6 califi- can de primera y superior especie , y lo sancionan dán- dole el nombre de oficinal á cada paso, y en la descrip- cion. Pero tambien en la misma página del prólogo dicen que las quinas son de virtudes análogas , dife- renciándose en el grado y modificaciones de su efica- cia; como si las ideas de modificacion y analogía fue- ran compatibles. Afirman despues en la pág. 18 que son mas activas en la virtud las unas que las otras: de donde se colige que las virtudes ya no son análo- gas, sino las mismas esencialmente, aunque con diver- sa intensidad : y de hecho lo manifiestan, añadiendo que todas son febrífugas y antipútridas. En las pá- - ginas 20 y 21 dividen las quinas en superiores, infe- riores y medianas; y luego en el cap. Ó ofrecen dar las 232 3 ANALES señales mas seguras de la cascarilla buena de qual gutera especie, por donde parece que la bondad ya no es relativa á las especies, pues todas ellas produ- cen la cascarilla buena. Dicen en las citadas páginas 20 y 21 que las quinas superiores habitan en los cerros elevados, las medianas en los baxos, y las ínfimas en las profundidades, sin determinar las especies, conten- tándose con poner exemplos de las ínfimas y medianas mas bien que de las superiores. Colocan entre las infi- mas á- la llamada pata de gallareta, y en la Flora la igualan y aun la prefieren á la primera y superior especie, La quina flor de azahar es tambien exemplo de las ínfimas en la página 21, y dicen en la 74 que su extracto produce admirables efectos, y por último celebran en la Quinologia y en la Flora 4 la quina ca- dysaya al mismo tiempo que sospechan proviene del . DE HISTORIA NATURAL. 237. OBSERVACIONES DEL BARÓMETRO Y TERMÓMETRO HECHAS EN EL PALACIO DEL BUEN-RETIRO DE MADRID * POR D. JUAN LOPEZ DE PEÑALVER. Ez. observaciones que aquí se presentan estan he- chas con el cuidado que las circunstancias han permi- tido. En otra ocasion dirémos algo acerca de este gé- . nero de observaciones. Por ahora solo advertirémos - que las observaciones barométricas estan expresadas en - pulgadas y líneas del pie español; que la graduacion de los termómetros, es la de 100 grados desde el tér- mino del hielo que se liquida hasta el del agua hir- viendo; y finalmente, que en otra parte darémos las fórmulas y datos que hemos empleado para la-correc- cion de las observaciones barométricas. : 1 Latitud 40” 28” 201. Longitud oh 2 4/ 8/ al O. del Ob- servatorio de Paris. | NOTA. La m significa mañana, la t tarde, y la n noche. ANALES ENERO. AÑO DE 1800. pro > op _ Fases de la Lu- E E Baróme= 53 hartas na, Edulnextos, Estado del al tro. 3 : Apogeos , Peri- cielo. " dianu. a: gido geos BC. a 2 o —— Pulg.Lín. Pulg. Lín. 1 /t. |30. 7,9| 9,0|30: 8,27 Sereno. al s5h46't. 30. 7,7110,8|30. 7,9710. C. Eg. asc. | Idem. g| 6% 26'n. [30. 4,1| 9,8|30. 4,39 Nub. 4| 7% 6'n. |30. 1,3|11,0130. 1,49 Lluvioso. s| 7 48'm. |30. 0,8) 11,030. 0,99 | Apogeo, Idem. 6| 8% 33/n. |30. 2,4 10,8 30. 2,61 Idem. 7 ga 20/ n. ¡30. 2,8|10,6|30+ 3,03 Cubierto. 8| ro 11/n. |30. 3,1|11,0|30. 3,31 Nub. y lluv. 9|rik gn. |[30. 3,4|11,3|30+ 3,60] May. dec. B. [Idem. ' xo Ser. y nubec. 11 L. ll. 24m. [Cub. y luv. 16 Eq. desc. 52 t. | Varios 17 a 18 Lluvioso. 19 | Q.M Perig. Nub 20| 7% 25/m.!29.10,0|12,0|29.10,1o|L=S= 20".| Lluvioso. 21 gh 23/m.|30. 0,3|11,0|30. 0,48 Lluv. y nub. 22 ca m.|30. 2,4|11,9130. 2,56! May. dec. A. | Sereno. 23| 104 27/m.|30. 5,4| 9,0|30. 5,74 Idem. 24 un 28/m.|30. 3,7| 9,1 |30. 4,02 |L.N. 3"m. ¡Lluv.yvient. 25 ES t. |30. 8,41 9,4130: 8,75 Sereno. 26 18/ t. |30. 6,3| 9,8/30. 6,61 Idem. 27 sn 6/t. |30. : 9,5130. 8,32 Nub. 28 zh y 39 t. [30. 5,7| 9,5|30+ 6,02 Idem. 291 3231 t. |30. 1,3| 9,5130. 1,56|Eq.asc. gt. [Nub. y Mluv. 20 4. 12/t. |[30. 0,1|' 9,4|30. 0,37 Nubecill. 31 s/t 2,0| 8,8|30. 2,32 Entrecub. DE HISTORIA NATURAL. 239 -ENERO. AÑO DE 1800. pad ais on O 7 23 . | o E ó E3 | Baró 53 E 3 aer $3 peace ja Estado del cielo. | E | E A Pulg. Lin. Pulg. Lín. 1. 2t |30. .7,4|.8,9|30... 7,77 24 8m.|30. 8,7| 9,4|30. - 9,06 A 2t. [30. 8,j0|10,6¡30. 8,28 P 8m.[30. 6,5 as a 2t. |30. 4,8| 9,5|30+ 5,11 8m.|30. 2,4| 9/0/30. 2,71 |.w.... | Llovido. , A 30. 1,3|10,6¡30% 1,51j 5,2 ¡Lluvia por t. y n» da. 30. 0,0| 9,5|30. 0,26| 6,0|Lluv. sir 30. 0,0 A a 8,5 | Nub. llovizn, ron. |30. 1,4|11,0|30. 1,59| 4,4|Sereno. 8m.|30. 2,6| 8,730. 2,93] 2,6|Cubierto. Ap m.|30. 3,3|1o0,0[30. 3,57| 5,41 Cub. lluv, st. |3o. 2,8|10,0|30. 3,06| 3,7|Idem. l on. g0. 2,6|10,7|30. 2,82| 2,7|Idem. | 8m.[30. 1,3| 8,7|30. 1,62| £,6|Cub. niebla espesa, 12m.|30. 1,9|10,5130. 2,12| 8,8! Cub. 7 4t. [30. 2,0|10,0|30. 2,25| 9,0 | Idem. 9n.|30. 2,8|10,6|30. 3,03| 7,0|Nubecill. 8m.f30. 0,6| g,o|30. 0,89| 8,0|Cub. lluv, af1om 30. 0,2|11,0 130. 3 9,2 1Nub. 71m. |30. 2,14|10,2 130. 2,65| 5,7 | Nubecill. 8m.|30. 1,6| 9,0|30. 1,90] s,o|Cub. 12m.|30. 0,0|t1,0|30. 0,18| 5,6|Cub. lluv. 2t. |29. 11,5|11,2¡29. 11,66| 6,6¡Nub. 9 4t. |30. 0,6|11,5|30. 0,78 |....... | Nubecill. 8n. (30. 2,1|11,2|30. 2,291 5,6|Nubeciil. v, £ rin. |3o0. 3,4|11,2|30. 3,60| 6,2 | Idem. 8m.|30. 4,8| 9,2130. 5,13| 4,0|Sereno. 10) :2M-[30. 5,4|11,2|30- 5,62 | 9,8 | Nubecill. 2t. 130. $,1/11,2|30. 5,32! 9,5 | Ídem. 8n. |30. 5,2|10,9|30. 5,44] .s..... | Idem. [ 8m.[230s 4,04, 11,2 1305: 4,25 lbs: Cub. E 30. 3,4 0 3,54] 8,0| Idem, 24. 130..:1:2,7.11219130..0 2,87 lio. Idem. ¡um 309. 240 12,3 190u'> 2,19 | 0u0ins Cub. luvia, 240 ANALES. ENERO. AÑO DE 1800». y 7 | 7 | o ES Baróme 23 Barómetro 53 a róme- | 20 13 Í 2.3 eS S5 corregida. |< 5 Estado del cielo, 5 | o | ES O O S o o o Pulg. Lín. Pulg. Lín. 10 m.|30» y 30. 1 Nubecill. 12 m.[30+ 2,"p11,5|30+ 2,27 |.ua.... Idem. 29 2t. 130» pe ep 30 2,131 8,5! Ídem v. £ l 8n. |30. 1,2|12,0[30. 1,33| 5,0|Nubecill. (Sm 29. 8,5| 9,5129 8,72| 2,3|Cub. luv. nieve. .J12m.|29- 8,9|12,3|29. 8,97| 6,0 |Cubierto. "" 2t. |29. 9,211,829 930] 6,5¡Nub. v. £ ron. |29. 11,3|11,0|29- 11,47] 35,3 Nub. ( 8m.|29- ces 29. ed 4,0 | Cub. lluv. 12m.|29. 9,8|12,0|29.. 9,90| 5,0| Idem. £4 gt. 129. 10,0|11,3|29- 10,14| 5,0 Idem. 11 n. |29. 10,7|12,0|29- LO) E li Idem gm.|29. 11,8|12,5|29- 11.89| 6,5 |Cub. lluv, Urza m.| 29. 11,4|12,5|29- 11,49| 9;2|-ub. llovido. 159 2t. |29. 11,6/12,5|29- 11,69| 1155 NuB: 4t. [go. oso|13,0130. 0,07|10,0 Nubecill. Lon. 30. 0,7|12,5|30- o,80| 7,8|Nub. 8m.|30. 1,3|10,7|30. 1,51 | 9,o Cub. 12m.|30. 1,3|13,3|30 1,37|[10,0 Cub. luv. . 16) 2 t. gt. [30 1,2|12,5|30 1,30| 8,4 Nub. 7,3 [Sereno v. £ 30. 2,8|12,5|30. 2,92 6,3 | Nub. J | 10,2 30. 5,37 0) . " : . ' . . » E . . va A A — __ —_—_—_— —— il _ __ _— _ __—_ > ._—__—__— : : ACA ATEO TR A C O gr 30. 0,9|13,0¡30» dE Idem. AA 30. BI¡12,5|30 525| 9,1 Idem. SATA: 30. 48|12,5130. 4,95| 9»1 | Idem. 1on. 130. 4,4|13,0/30. * 4:51] 75,3 Cub. lluy. 8m.|30. 3,4|12,5|30 3»53| 10,0| Ídem. E m.|30+ 2,3|13,7/130- 2,35|13s2] Idem. x8 2t.. |30. 1,9|14,0|30:. 1,93 |12,7 Cub. l gn. |30. 1,4|13,7|30. 1,47| 9,1 Cub. luv. 8 m.| 30... 2,3|12,5130. 2,42] 7,9/Cub. llovido. lr2m.[30. 2,0/13,0/30. 2,09| 9,7|Nub. 194 2t. |30. 1,13|13,1|30. 1,33|10,4|Nub. vs £ 1 4t. [30. 0,8|13,2|30» 0,86 | ocsnos. Idem. ( gn. |30. 0,4|14,1|30. 041] 7,6 Nub. 0 DE HISTORIA NATURAL. 241 ENERO. AÑO DE 1800. Ss oz ». cn el IS = u ana 0 Baróme- | 543. | Barómetro | p : 2 E tro. 5S corregido. | < 3 Estado del cielo. 5d Sm 5 | 2. 5 Pulg. Lín. Pulg. Lín. 8m.|29. 10,0|12,0|29. 10,10| 7,0|Cub. luv. 12m.|29. Eme 9,821 8,71 Idem. 209 6t. |29. 11,0113,5129. 11,03% 7,0| Llovido nub. 9n. |29. 11,3|13,7|29+ 11,32| 7,0|Cub. Jluv. 7m.|go. o,1|12,0|30. 0,22| 5,9|Cub. luv. v. £ 12m.|30. 0,8|13,0|30. 0,87| 4,8jIden.' ) 2t. [30. 0,8/13,1¡30. 0,87| 3,8 |Idem. bs gt. |go. 1,1|12,7|30. 1,19]|....... Entrecub, ( 7t. |30. 1,6|12,5|30. 1,71] 2,0|Nub. gn. |30. 1,9|13,2|30. 1,98| 0,7 |5ereno, 8m.¡30. 2,0| 9,0130. 2,31|-1,3 | Idem. Frzm.[30. 2,0| 9,5|30. 2,28| 5,3] Idem. 229 2t. |30. 1,9|10,2|30. 2,14| 5,3|Idem. Ó6t. |30. 2,5|io0,2|30 2,75| 3,0|Idem. l 9n. (30. 3,2|10,7|30. 3,43 | 0,0[ Idem. [9m. 30. 5144| 9,0|30: 5,74| 2,8|Idem. 12m.|30. 5,0| 9,3|30+ 5,32| 7,0|Ídem. MES 30 53] 93/30. 5:63| 6,4; Idem. 9n. |30. 5,8| 9,830. 6,11| 4,3 |1dem. ( El 2 8, E 5,05| 5,9|Cub. luv. 12m.[30. 4,0| 9,1|30. 4,32] 7,8¡Cub. v. £e 24% 2t. |30. 3,4| 9,2/30. 3,71|10,0|Cub. E st. [30. 4,3| 9,8[30. 4,59 | eoouoo. Entrecub. huracan. gn. |g0. 6,31 9,5|30. 6,63! 5,0lSereno, [ g8m.|30. 8,33| 8,430. 8,71| 2,5 |Idem ¡I1m.|30. 8,9] 9,2130. 9,27 | ...ao Idem 25% 12m.|30. 8,5| 9,2|30. 8,871 6,9 |Idem. l 2 t. E e 30. £,62| 8,8 |Idem. gn. |30. 8,3| 9,4|30. 8,65| 2,5|Idem. gm.|30. 7,61 8,8130. 7,981 7,0|Idem, sem 30. 6,9| 9,5130. 7,23| 9,0|Ídem. gt. [30. 5,8|10,0l30. 6,09| 9,1 |Idem. l 9n. j30. 5,6| 9,830. 5,90| 4,0|ldem, TOMO II. Q 242 ANALES ENERO. AÑO DE 1800. 5 | AN 3 | E Baróme- | £ 3. | Barómetro |» 3 | > d ¿ , Los E $3 | corregido. EE Estado del cielo, PA A 16 lE A A (A E Pulg. Lín. | Pulg. pe ¿| ( 8m.l3o0. 5,5| 8,8/30. 3,8 | Entrecub. 12m.|230. 5,3| 9,4|30- po 9,0 | Idem, q 2t. |3o. 5o| 9,6|30. 5,31| 8,8 | Idem. 9n. |30. 5,61 9,430. 5,93 6,0 | Sereno. 8m.|30. 6,1| 8,8|30. 6,46| 6,0|Entrecub, 28 lo 547 9,5 |30- Ó, 12 | 11, 2 | Idem. y 30. 837 ri e es ,5 a n. l30. 5,51 9,8130. 5,80| 8,0|Sereno. ( on. E 3,6 8,8 |30. -3,94| 5,5 | Niebla espesz, 12m.[30. 2,5| 94|30- 2,79|10,0 Entrecub. E gt. |30. 1,3| 95/30. 1,57| 9,0 Cub. lluv. ron. |30. 0,8] 9,1130. 1,09| 6,0|Llovido cuba 8m.|29. 11,8| 7,9|30. 0,14] 2,5|Nub. v. 39 tam 30. O,I| 8,8|30. bea 6,8 | Nubecill. 9n. [30. 2,71 8,8130. 3,03! 1,0|Sereno. [¿m E 2,1 8,3 130. 2,45 | 2,0|Entrecubs 12m.|320. 2,2 o 2259] 6,0 | Idem. e 2 É. [3S: 2,11 8,830. 2,42| 6,8|Idem. 10nN. |30. MA 8,5|30- 6x1 5,3 | Cub. DE HISTORIA NATURAL. FEBRERO. AÑO DE 1800. 243 19P S*IO WD 0N Am." Pasa la Luna por el meri- diano. 5 34/ t. 6h 18/ t. m | l : > na S3 | Baróme- | =3 6 Paige 55 [uo ccome—| 35 |Fnoiis, Argen Ss A $ E INES: o EVO Pulg.Lín. Pulg. Lín. 250100 10,0|30. 6,60| 7,0|0Q. C. 30. 8,4|10,4|30. 8,70 Zo Apogeo. go. 8,9|10,6/30. Q,19| 7,0 30. 9,2|11,3|30. 9,406| 7,0 30. 8,3|11,3|30. 8,55 bbs 3o. 6,1|11,7|30. 6,30| 9,0|May.dec. B. 27% 54. 30. 5,0|11,7¡30. 5929 90 30. 4,7|12,0/30+ 4,07 7 | lo LR Eg. desc, 10% Perig. L=3= 190. | pa 30. 8,4|10,0|30+ 5,69| 8,8 30. 4,3|10,0]30. 4,58] 5,4| Mayor declin. A. 30. 1,2|10,0|30. 1,44] 6,3 29. 9,9 | 10,0|29.10,11 des 29.11,8|10,0|30+ 0,03 29. 94| 9,8|29. 9.61 E L. N. 2 39.31 :95 139-1574 DyT A 30. 3,6|10,1|30. 3,86|13,4|Eg. asc. 12* n. 30. 2,61 10,6 30. 2,83 | 13,1 30. 0,9|10,6|30. 1,11 [11,5 30. 0,7|10,2|30. 0,93| 9,0 Estado del cielo, Sereno. Idem. Nubecill, Sereno. Nub. Idem. Nub. llovid. Idem. Nub. y vient. Lluv. y nub. Idem. Nubes. Lluv. y nub» Nubes. Nubecill. Idem. Lluv.y vient. Nubecill. Nub. y lluv. Eluv. gran. Lluvioso. Lluv.y vient. Nub. y vient, Idem. Ser. y nub. Nub. y vient. Idem. Nub. y luv. 1 serq Y ANAL És FEBRERO. ¡AÑO DE 1800. | > a] z g3 EE ES S5 En? => Estado del cielo. E ; E | So A A A A A A A A A] . Lí Pulg. Lín. 38m 8,1|30. 4,68 Nubecill. ,2| 8,9|30. 5,55 Sereno 2t 10,0130. 5,89 Idem 9,5130» Es Idem 8,8|30. 8,38 Idem 9,830. 8,63| Idem 11,1130. 8,56 Idem. 9,4130. 9,46 Nubecill. 10,130. 9,42 Idem. 11,2 |30. 8,96 Idem. 10,030. 9,50 Sereno. 10,0 30. 9,93 Idem. 10,8|30. 09,69 Idem. 11,0|230+ 9,27 Idem. 11,230. 9,56 Idem. 10,0|30. 9,53 Nubes. 11,1|30. 0,27 Idem. 11,2|30. 8,66 Idem. 11,230. 8,45 Neblina. 10,6|30. 7,58 Celage. 11,6|30. 7,12 Idem. 11,8|30. 6,40 Nub. 11,8|30. 6,30 Cub. 11,2 |30. 5,82 Llovido cub. 11,5|30. 5,61 |..... .|Nub. 11,6|30. 5,30 Idem. 12,330. 4,86 Idem. 11,8|30. 5,19 Llovido 11,5|30. 5,10 Llovido nub. 12,030. 5,07 Nub. 12,3|30+ 4,05 Idem 12,030. “4,87 Idem. 11,5|30. 5,10 Llovido nub. 12,030. 5,28|13,0¡Nub. v. £ 12,530. 4,84|13,4| Idem. A e NA Nub. DE HISTORIA NATURAL. FEBRERO. AÑO DE 1800. 3 2 22 un y 1 Z 35 pista 28 | Estado del cielo. 3 e la DAA a [$e Pulg. Lín. Pulg. Lín. [ 8m.|30. 4,33|11,6|30. 4,49| 8,5 |Cub. lluv. Era 30. 4,0|12,3|30. 4,15|12,3|Cub. 2t. |30.. 3,7112,5!130. 3,83/13,0!Nub. Lron. 30 5,2|12,5|30. -5,35| 7,6|Nubecill. [ 8m.|30. 4,4|11,5|30. 460| 6,6|Llovid. nub. yy¿ 12 M[30. 3,7|12,3|30- 3,84|13,0|Nub. llovizna, 2t. [30 3,1/12,5¡30. 3,23|11,5¡I1dem. v. ron. |3o. 3,4|11,6|30. 3,58| 5,7 | Nubecill. 8m.|30. 3,1|10,6|30. 3,33| 6,0|Cub. o 30. 3,3|11,1|30. 3,51| 9,0o|Nub. 3t. [30. 3,3|11,9|30. 3,46|11,0 Idem. Lion. 30. 3,1|11,2|30. 3,30] 4,8| Nubecill. 8m.|29. 10,5|10,4|29. 10,69| 5,3|Cub. lluvia. 15) 3t. |29.. 8,4|11,6/29. 8,51] 6,5 |Idem. 1on. |29. 97[11,2|29. 9,84] 6,0|Nub. 8m.!30. 0,8|10,0|30. 1,04| 9,5|VJereno. 12m.|30. 2,0|11,2|30. 2,19| 9,7|Nub. 149 5t, 30. 2,14|11,8|30. 2,56/11,6|1dem. ron. |30. 4,0|11,2[30. 4,21| 5,6|Sereno. 7m.30. 5,6|10,6|30. 5,86| 1,2|1dem. sc ¿12m.[30. 6,4[11,2 130. 6,53| 10,1 Nubecill. 5% 2t. 30. 6,2111,8|30. 6,40] 10,7 | Idem. [ on. 30. 6,6|11,2|30. 6,84 Idem. 8m.¡30. 7,2|10,7|30. 7,47| 6,8 |5ereno. 16)2m.|30. 6,5|11,2[30. 6,74|12,5 Nubecill, 2t. |30. 5,8|12,5130. 5,96113,0|Idem. rin. [30. 4,2|11,5|30. 4,39| 5,5|9ereno» ( 8m.j30. 2,4|11,0|30. 2,60| 5,5 |Cub. lMuviz. y» 312 m.[30. 2,0/10,7|30. 2,21| 9,0 Idem v. f. 79 2t. |30. 2,0|10,7|30. 2,21|10,61Nub. yv. £ Lon. |30. 4,0|10,6|30. 4,24] 4,5 | Sereno. [ 8m.|30. 5,2|10,0|30. 5,49| 9,0 | Idem. ¡9412 m.[30. 5,6|10,7|30. 5,85|10,0 | Nubecill, 2t. |30. 5,1]11,1/30. 5,33 | «ooooo Nub. 6 n. |30. 5,4]10,4|30. 5,67| 2,0|Sereno. 246 ANALES FEBRERO. AÑO DE 1800. 9 > | | > E S Baróme- 53 Barómetro | HE soi = E e. 53 corregido. 5] Estado del cieio, E MES dA Pulg. Lín. Pulg. Lín. [ 8m. 30. 4,3|10,0|30. sa 1 12m.|30. 3,7|10,2|30. 3,96| 7,0|Cub. : 39% 2t. |30. 3,0!1o,55!130. 3,24] 9,0|Cub. despues luv. l gn. |30. 2,8|10,6|30. 3,03| 6,8|Cub. lluv. 8m.|30. 1,3|10,0|30. 1,54| 5,8|Nicbla. cub. lluv. so um 30. 0,8|10,6|30. 1,01|11,0[Cub. lluv. 2t. |29. 11,6/10,7|29. 11,79,10,0¡Nubec. lluv. gran. lron. 29. 11,4|10,6|29. 11,59| 7,0|Llovido. lluvia, gm.|29. 9,8|10,0|29. 10,01] 7,0|Cub. lluvs 21 ¿12M 29. 10,3 |10,5 29. 10,49| 8,0!Idem. 2t. [29, 10,3|10,5|29. 10,49| 8,0|Idem. ton. |29. 11,6|10,4|29. 11,81] 5,5 | Idem. 8 m.|30. MENE sn E 12m.|29. 11,9|10,1¡30. 0,12| 9,5¡Cub. v. £. 224 2t. [29. 11,2|10,2|29. 11,41| 10,3 | Cub. ' 6t. |29. 98|1o,0|29. 10,01| 5,0|Cub. lluv. Lion. 29. 8,7|10,0|29. 8,901 455 | Idem. 8m.|29. 9,2| 9,8|29- 9,41 | 7,0¡Cub. v. f. 12m.|29. 26 9,8|29. "9,82|11,0|Nub. v. fe 23% ¿€ E 9,7 je 9,90 A y 5Ét. |29. 10,3110,4|29. 10,49 | eo..... Nub. Es n. |29. 11,6|10,0|29. 11,83| 3,8¡Sereno. f 9m. 30. 0,7| 9,5|30. 0,97|12,5|Nub. v. £. - 21d 12M [30 1,2| 95|30 1:47] 94 Idem. 43 -2t. |30. 1,3| 9,830. 1,50] o...o.. Idem. Lern 30. 2,8| 9,5|30. 3,09| 5,0|Sereno. -gm.|30. 3,7| 9,5|30. 4,00|11,5| Ídem. qe ES A 9,8|30 Adora 2t. |30. 3,5|10,6|30. 3,74|11,7 | Nubes. ron 133: 3,3 |10,0|30.. 3,57 6,0| pi aros 9gm.¡30. 2,6| 9,830. 2,87 l..u.... Nub. a 20» la 30. 2,85|.......| Nub. v. fe 2t. |[30. 2,6|10,6|30. 2,83|13,1|!dem. Ion. |30. 3,3110,6/30. 3,531 5,6|5ereno. ¿Ho Ñ HON MAA he DE HISTORIA NATURAL. 247 FEBRERO AÑO DE 1800. oO -=] : mn > 0 , SS | < 3 2 3 el SE $8 roer RA ES Estado del cielo. ld EE , Pulg. Lín. Pulg. Lín. 8m |30. 153| 7,8130. 1,67 |....... | Nub. 12m.|30. 1,4| 9.830. 1,66|11,5 | Entrecub. y. £. 2t. 130. 0,8|10,6|30. 1,01|11,5 Idem. 1on. |30. 1,7|10,0|30. 1,95| 5,4|/Nubecill. 8m.|3o. 1,3| 9.4|30. 1,58| 7,0|Cub. lluv. ¿12 m.[30. 1,0|10,0|30. 1,24|I1I,O Cub. 5 2t. |30. 0,8|10,4|30. 1,02|10,0|Ídem. ton. Jgo. 2,0|10j0|30. 2,251 5,3 |Nubecill, Xx ] A AO VIA TO ASIA A pol " y 4 ME! y a) . / : El ; en A Us me A. ' A . ¡AT TORA AL UA ZE A A a 2. e EE > > BONPLANDIA GEMINIFLOR A. Tab, A JT. Cavanilles dal. V Lopez Enguid: sc. O re ali e qu ao 35 2 d pa y : $ > i k > ds p E 2 in 1». 1 de E LA lo: dy Ñ o A o mr na” V Lopez Enquid “se » o z Ea a . 4 a $ ? A ps « A A A , mo ' > e E be * pe Ro de A o EA SS rpió ao cs LN 759 o E A Eo Ms 2 PAS tr Mo A ES PAR ras ra A AT Cacanills Ll, : Thopez Enguil ve ANALES _DE HISTORIA NATURAL, | MES DE OCTUBRE DE 1800. NUM. 6.* TOMO SEGUNDO. DE ORDEN SUPERIOR. MADRID EN LA IMPRENTA REAL. POR D. FEDRO JULIAN PEREYRA , PRESO DE CÁMARA DE S. M. AÑO DE 1800. V Y rs 3 SA MN e A xo 10 Ea A , $ ) IE ALA AA sde AO ETA 4 y US Sa 7d] pe EXTRACTO De la carta del Baron de Hvmaozor al Sr. Baron de FokeLL, Ministro plenipotenciario de Saxonia en la corte de Madrid, fecha en Caracas á 3 de Febrero de 1800. "POR DON CHRISTIANO HERRGEN. -LAohque he escrito 4 Vm. varias veces desde mi lle- gada, quiero aún molestarle de nuevo con algunas lí- neas, si es que llegan á sus manos: porque hallándose los: mares cubiertos de embarcaciones enemigas, ha y poca seguridad en la correspondencia; con todo sería culpable mi omision sabiendo quanto se interesa: Vim. en el feliz éxito de mi empresa, y con quanta benig- nidad recibe lo que le llega de mi parte. Vm. sabe muy bien á quién debo mi actual situacion, y á quien deberá el público agr adecer la poca Atilidad: que pue- da resultar de mi viage 4 las Indias. Mientras atra- vesaba el vasto Océano, que separa el mundo agitado del pacífico: quando pisaba las costas salvages del Gua» rapiche; y quando me internaba en. los: antiguos bos> ques que cubren los yalles del Tumiriquiri, siempre tenia á la vista la imágen de mi buen amigo. El hom- bre nació para ser reconocido; y el fisico, al paso que estudia las leyes de la naturaleza, es el mas exácto en el cumplimiento de ellas. Apenas han pasado tres semanas as que escribí mi última carta; mas temo tanto su extravío y el de otras, que quiero recapitular en esta lo que en las an- tecedentes llevo escrito. Sin secretario, como yo es- toy, seria: sensible perder el tiempo en copiar tres Ó quatro veces la misma carta, como aquí se acostum- bra; por lo qual perdonará Vm. si: el fondo de mi core R 2 253 CO ANALES respondencia parece ser el mismo, bien que enunciado con freqiienciad en términos diversos. 2031 1 Quanto mas nos internamos en las misiorres Chay= mas, tanto mas celebramos. el no:haber ido:á.la Hava- na. ¡Cómo era posible estar tan cerca de la costa de: Paria; de las maravillas del Orinoco; de la inmensa cordillera que desde Quito. corre al Este hácia Caru=.. pana; de la magestuosa vegetacion que Jacquin bos= quexó en sus obras, y abandonar estos objetos: aprecia- bles en el espacio:de tres dias que:el correo se detiene en Cumaná! Así pues viéndome bien provisto de. :to= do lo necesario ; y sin obstáculos para la empresa, que supo vencerlos la: amistad del respetable Gobernador, el Capitan de Navio D. Vicente Emparan; temiendo al mismo tiempo el contagio de unas calenturas malig- nas que se manifegtáron en muestra embarcacion' ape- nas llegamos á los!trópicos;.resolví detenerme en una costa; cuyo saludable clima, libre: en, la actualidad de _Muvias, nos permitia” empezar nuestras operaciones, que hubiéramos debido suspender en la isla de Cuba - por el largo espacio de tres meses ¡Quanto he sentido, digno amigo mio, que Vm., penetrado como, está de la pasion sublime á las obras de la naturaleza, no. ha- ya podido percibir en mi compañía las dulces sensa- ciones de admiracion y gozo que experimentamos'aquí al pisar por la primera vez este suelo animado de la América meridional!....... Llegados á la Havana ó á Carácas , hubiéramos encontrado por todas partes se- ñales del cultivo Européo: pero en el golfo de Caria- ca, cuyos Indios salvages de los lagunos (Guaraunos del arco ) se acercan unas quince leguas, todo anuncia, aun el imperio de la naturaleza. Ni los tigres ni los ” cocodrillos, ni aun los monos-mismos se espantan á la vista del hombre; los árboles mas preciosos , los gua- - DE HISTORIA NATURAL. 253 / pacos, 'cáobas, palos del brasil y campeche, y otros 4 much llegan hasta la costa misma, y con sus ramos enlazados impiden con freqiencia. la entrada. Los ay- res estan poblados de: páxaros raros y vistosos; desde el Boa, que devora 'un caballo , hasta el Colibry, que se mece'en el cáliz de: las STO todo anuncia aquí la een: el poder y Ya dulzurá dela maruraléza! * + Desde que salimos de la Coruña, hace ya seis me- ses, hemos disfrutado mi compañero y yo la salud mas perfecta; nos hallamos en el dia bastante acostumbra- dos al clima, y persuadidos 4 que un Européo, con ciertas precauciones, puede trabajar en estos paises casi del mismo modo que en Europa. Hemos tenido la felicidad de que ningun instrumento se nos haya roto ni descompuesto desde nuestra salida de Madrid,-4 pesar de que los mas delicados, como barómetros, hi- grómetros , cronómetros, la brúxula: de inclinacion, el Aparato químico para descomponer el ayre atmosfár- co, estuviéron continuamente en exercicio, no sola- mente en la navegacion (durante la qual el respeta- ble D. Rafael Clavijo nos habia procurado todas las comodidades imaginables ), sino tambien en los viages con mulas por la empinada cordillera. Mr. Bonpland ha manifestado un zelo y una actividad sin exemplo..... Mas de seis mil plantas desecadas (comprehendidas las dobles ); seiscientas descripciones exáctas de espe- cies muy curiosas ó ruevas; insectos; muchas conchas; medidas barométricas y trigonométricas de la alta ca- dena de las montañas; descripciones geológicas; ope- raciones astronómicas de bastante extension sobre la longitud ; y latitud de los parages; de las inmersiones ó emersiones de los satélites; del eclipse del sol visible en 28 de Octubre (cuyo fin se verificó en Cumaná, en tiempo medio, alas 2% 14 22”); experimentos 254 ANALES sobre la declinacion é inclinacion magnética; sobre la longitud del péndulo; sobre la temperatura, elastici- dad, transparencia, humedad, carga eléctrica, y canti- dad de oxigeno de la atmósfera; y en fin, unos cin» cuenta dibuxos sobre la anatomía de vegetales y con» chas......: tal es el fruto de nuestros trabajos en la pro- vincia de Cumaná. | Así se lo he escrito al Exc. Sr. D. Mariano Luis de Urquijo; y ruego a Vm. le repita, que no pue- do alabar bastante la bondad con quet los Oficiales del Rey han favorecido nuestras excursiones literarias. Ha, blamos ya el castellano con bastante facilidad para se- guir una conversacion, y admiro en los habitantes de estos remotos paises aquella lealtad y hombria de bien que en todos tiempos han sido peculiares á la nacion Española. Es cierto que las luces no han hecho aun grandes progresos; pero en cambio las costumbres se conservan mas puras. A quarenta leguas de la costa, en. las montañas de Guanaguana, hemos llegado á. habi> taciones cuyos dueños ignoraban hasta la existencia de mi patria. Pero ¡cómo podré yo pintar con exácti- tud la hospitalidad cordial con que nos trataron! Des- pues de haber estado en su compañía solo quatro dias, se separaban de nosotros como si hubiéramos pasado toda la vida juntos. Cada día me agradan mas las co- lonias Españolas; y si tengo la dicha de regresar a Eu- ropa, recordaré con interes y gusto los dias que paso en ellas. A pesar de las lluvias hemos hecho algunos viages deliciosos en la costa de Paria y misiones de los Capuchinos, entre,los Indios Chaymas y Guaraunos. Ningun naturalista ha llegado todavía á este recintos donde. hemos descubierto muchas plantas nuevas y nuevos géneros de palmas.....Hemos trepado porla cts ma del Tumiriquiri., y: hemos baxado á. la cueva del DE HISTORIA NATURAL. 255 Guacharo,, que es una caverna inmensa, y. habitacion de millares de páxaros nocturnos (especie nueva de. caprimulgus, Lin.), cuya grasa da el aceyte del Gua- charo. Su entrada es verdaderamente magestuosa, ador- nada y coronada de la. mas lozana vegetacion. Sale de ella un rio considerable, y en su interior, resuena el llanto lúgubre de los páxaros. Es el Acheron de los In- dios Chaymas, pues segun la mitología de estos pue- blos y de los Indios del Orinoco, el alma de los di- funtos entra en esta cueya, Baxar al Guacharo quie- re decir morir en su lenguage. | Hemos pasado unos quince dias en el sale de Ca- ripe, situado en una altura de novecientas cincuenta y dos varas castellanas sobre el nivel del mar, y habita- do por Indios desnudos: allí ¡vimos monos negros con barbas roxas: tuvimos la satisfaccion de que los Padres Capuchinos del convento.,:y los Misioneros.que viven con los Indios algun tanto civilizados, nos tratasen con bondad y agrado. Pensamos detonemet dos. meses en estos contornos , é: internarnos. despues en -las tierras hácia Varinas y Sierra nevada de Mérida, para baxar luego al rio Apure y Orinoco hasta la angostura de la Guayana, y volver por la ciudad del.Pao 4 Cumana, donde esperarémos el correo: del mes de Mayo, que nos conducirá a la Havana, 4:mo ser.que:antes nos de- voren los tigres y cocarillos del Caziquiare. Uno de Nuestros amigos, el Padre Andújar Capuchino, quie- re acompañarnos , porque desde Apure noencontraré- mos sino. Indios y Misioneros. Los Españoles no se atreven á entrar en las misiones. El Obispo.,: el Padre Guardian, los Observantes y.:el Prefecto de los Ca- puchinos nos distinguen con una proteccion parti- cular, .- Ai es ya lar ga esta carta no puedo menos de 256 : ANALES. extenderme 'auin para decirle á Vm. alguna cosa de “geonosia. He colectado' preciosos materiales para mi obra sobre la disposicion y coordinacion interior de las montañas. ¡Qué regularidad de construccion; qué analogía de formacion en todas las zonas! A 10? de la- titud, las capas primitivas se hallan inclinadas al Nor- douest, del mismo modo que en el monte de S. God- thardt en la Suiza, en Silesia y en los Pirineos. La Amé- rica meridional es una península de una elevacion in- mensa sobre el nivel del mar. Las llanuras que se extien- den desde Varinas hasta Buenos-Ayres, sobre las quales el cielo forma su horizonte, tiene de ochocientas á nove- cientas varas castellanas de altura: y soy de parecerque - á los 15? de latitud meridional se levantan á mil qua- trocientas varas, y que alli forman explanadas en gra- derías , como la del Thibet, y lo que en Africa se cono- ce con el nombre de desiertos. La alta cordillera (que es un ramal de la de Popayan y Quito) se acerca mas a la costa de lo que se extiende al Oeste. Se compo- ne de granito folicular mezclado (como en la Suiza), de esteatita verde, de pizarra micacea con una infini- dad de granates, de hierro magnético (en Carácas ) ”, y de la pizarra arcillosa primitiva. He visto indi- cios de sieníto, y de la formacion primitiva de la ro- ca verde (Grunstein) una mezcla íntima de feldspa- | ) DE HISTORIA NATURAL. 261 en pocos dias. ¿Segundo,,. el yeso, ya en masa, ya Jenticular; y tercero, la sal nativa. -0,3 de petróleo. y; es el orígen de.las fuentes de: brea en la Trinidad;.en el Buen-Pastor sobre la costa de Paria ,.y en el mismo, golfo de Cariaca, golfo fórma= do, segun la tradicion geológica de los. Indios Guai= guerys, por un temblor de tierra , y. que parece hallarse todavia en comunicacion con: los volcanes de Cumu- cata, que vomitan azufre, gas hidrógeno, y aguas ca- “dientes hidro-sulfurosas. Los temblores de tierra mas Ínertes se sienten en las cercanías del golfo; sufrimos algunós muy crueles por el mes de Noviembre en Cu. maná, é hicieron variar la inclinacion de la aguja mag- nética, la qual antes del temblor en 4 de Noviembre indicaba 447,20, ( nueva division ), y despues 43380 Debe observarse que los temblores solo se verifican al fin de. las lluvias, y que entonces las cueyas del Cu- chivano despiden por la noche gas inflamable , que se ve relucir 4 cien toesas de altura. Es muy probable que la descomposicion del agua en la marga pizarrosa, . la. qual está llena de piritas, y contiene: carburos de hidrógeno,-sea una de las causas principales de estos fenómenos. La ciudad de Cumaná conserva aun rui- nas despues dedos años. 3 | En el viage penible y peligroso que hicimos á la Silla de Carácas, y en otras excursiones, hemos reco» gido- muchas semillas y minerales, que enviaré para el jardin y gabinete de S, M. Católica $, se -. 262 AALAVLAMON NE ES Extracto de otra carta del Baron de Humboldt es cal 9 E tiempo que me detuve en las cercanías de Caráz cas, antes de continuar mi viage hácia los rios Meta y “Orinoco, me proporcionó en las diferentes excursiones que hice para medir la cordillera alta de la costa, exá- aminar la vegetacion, y determinar su posicion astro» o erita al Sr. D. Joseph Clavijo, Director del Gabinete de Historia natural. : pe nómica, el colectar varios minerales, tanto mas pre- ciosos, quanto en el dia se ignora de todo punto la construccion del globo en aquella parte del mundo. He destinado esta coleccion y la de las semillas que hemos recogido para el gabinete y jardines de S. M., la que enviaré desde el puerto de la Guayra, porque el trans porte hasta Cumana (donde conservo otras product ciones para el mismo destino ) me seria demasiado in: cómodo y costoso. Estos minerales aclararán las noti: cias que comunico al Sr. Baron de Forell sobre la dis- posicion y direccion de las capas en la América meri diónal, y sobre'su identidad con las del antiguo con= tinente: próblema «interesante, del que pienso tratat algun dia con mayor claridad, quando haya exámina- do mayor número de tierras. Y siendo mi objeto prin- cipal mas bien observar que colectár, he puesto la mayor exáctitud posible en la indicación de los para- ges donde he hallado cada produccion , para que sé puedan pedir mayores muestras á “aquellas personas que de Real órden visiten en lo sucesivo este pais, Ó á otras condescendientes é instruidas que lo habitan. * En una cadena de montañas poblada de tigres y serpientes es muy dificil transportar minerales, por ser preciso hacer á pie todas las excursiones; y así creo DE HISTORIA” NATURAL. 263 que lo mas importante se reduce 4 observar por más yor, estudiar: la estructura del globo., é indicar. las: re. laciones generales, de modo que los mineralogistas de la capital, recibiendo minerales de América, puedan adivinar su naturaleza geonóstica. Asi sabemos que em Europa (por exemplo ) el jaspe porcelana se hallá al lado de la pizarra porfirina : que los basaltos ó fuentes de hidrógeno 'sulfurado estan en la inmediacion del carbon de piedra: que la sal nativa acompaña al yeso folicular 8c. Quando vuelva del Orinoco, y haya. ob= servado una gran parte de estas inmensas llanuras , de las.que hasta ahora-solo he visto las pertenecientes á las misiones de los Indios Chaymas, enviaré una me= moria de mayor extension sobre esta parte de la Amé- rical meridional. Lab bobisia el as) WN , 2 Rocas de la América meridional. -[ Núm. 1-2: * Granito folicular de la cima de la Silla de Carácas 4'mil trescientas diez y seis toesas de altura, algo mas baxa que el Canigon. ; -[3.] Granito folicular del famoso cabo Codera-4 ciento quarenta y una toesas de altura. “Toda la costa y el fondo del mar del golfo de México desde el cabo Unare hiasta Santa Marta se compone .de este granito, pocas veces granugiento; su direccion (igual á la ley general que he observado en Alemania; Polonia, Ita- lía ; Suiza, Pirineos, Galicia 80.) es, como en todas las rocas primitivas, en la hora tres 4 quatro con in- clinacion al Nordueste, esto es ; lá direccion delas capas hace un ángulo de 45 á 60 consel meridiano. Este paralelismo extraordinario en paises tan remotos indica la existencia de una poderosa causa, que obrá al tiempo de endurecerse el globo, quedando la direc- 264 AAUUTAN LES: cion hedopendieiecia dela forma de las montañas, (Viéas se en el diario de an de ¡le mu carta al C. Dolomien. oi5pl E4-] Granito de focal de: Gapaja! tránsito dá talco pizarroso., parecido al qe folicular _ MO st en Ereyberg. 03 Es. ] Formaciones cbordalós en: la US primitiva, que desde Popayan y la alta explanada de Quito se extienden al Este hasta la montaña de Para y volcan de Cumacatar. ¡goñle Lg-14.] 1% Rocas graníticas en: AS a de Chacaito, e y casi. toda la»sierra de Avila, ¿que tienen desde ochocientas hasta mil y. ochenta toesas de altura. Otra serie muy curiosa de. las fuentes del. ria Catuche cerca de la ciudad de Carácas '4.quatrocientás veinte y seis toesas de altura; y es un verdadero gra- nito con granates y feldspato vidrioso: Se, han esco- gido los exemplares de modo que prueben el tránsito del granito puro 4:lá:roca granática. Es muy extraordi- nario que la blenda córnea pizarrosa: y la pizarra mis cacea ( matrices. ordinarias de los; granates en Epropa) no los contengan en la stérra de Avila: :, ; [15-17-18-19.] + 2? Chlorito pizarroso cerca. el, Cabo blanco: forma rocas en el mar de modo que-es dificil su acceso. Presenta tránsitos á la blenda cornga pizarrosa, 37 Roca verde primitiva (véanse: las: memorias s. de Werner y Buch); mezcla íntima«de roca córnea y feldspato, la qual forma capas en el granito, de.modol que la antiguedad de su formacion queda fuera. de to-, da duda. Es-una roca parecida al. Parterlestein, del Fichtelgebirge, que funde muy fácilmente, y. se em plea para hacerlos botones y perlas , que los Ingleses compran para su comercio de los esclavos, [ 20-21-22./] DE HISTORIA NATURAL. 265 [23-24.] Parece que cerca de la Guayra hay tam- bien roca verde en el mar. 4? Roca caliza grueso-granujienta, primitiva, con mica. Á pesar de mis porfiadas investigaciones no he podido descubrir en esta roca señales de la tremolita. Contiene hierro espático y piritas ferruginosas en ma- sa, y se debe observar que esta misma pirita se halla esparcida por todas partes en el granito folicular, en la roca verde, en la piedra caliza secundaria, en la are- NÍSCA......«... La América meridional encierra una masa enorme de azufre, cuyo hecho suministrará mucha luz para descubrir la cansa de tantas aguas hidro-sulfuro- sas, de tantas hendiduras que exhalan gas hidrógeno, y de tantos temblores que agitan esta parte del globo. - Por todas partes hay descomposicion de agua, forma- cion de fluidos elásticos; y ¡quán enorme es la masa del agua que cae en cinco meses! La roca caliza primitiva del cerro de Avila no pa- sa de la altura de setecientas y veinte toesas. [ 31-32. ]- Cristales de roca de las montañas gra= níticas de los Moriches (en la provincia de Carácas ) con tierra verde. ) [33.] Parece una galena muy argentífera de la villa del Cura. Dicen que se encuentra esta arena en los rios. | [ 34. ] Capas de quarzo, con textura oculto-foli- cular, formando rocas en el fondo del mar, cerca de la embocadura del rio Mamon. [ 35. ] Entre el cabo Codera y cabo Blanco en el golfo de Higerote cerca de la Guayra echa el mar una cantidad de arena magnética. En las costas (¿habrá tal vez sídero-titanio? ) se ignoraba de donde venian estas arenas. [ 36-37. | He encontrado en las monta- ñas de Avila capas de quarzo , que contienen hierro TOMO 11. Ss . 266 IRATLEN ADE magnético. Véase en el diario de minas la memoria sobre el hierro magnético de Santo Domingo. Roca verde primitiva ( grunstein ),de Werner, llena de granates, y formando bolas, que se descom= ponen por capas concéntricas, cmpastadas en el gra-. nito folicular; fenómeno geológico muy curioso (cerca de Alcabala de Carácas en el camino de Antimano). Es un filon de cinco á seis toesas de ancho lleno de estas bolas, que algunas veces tienen ocho pies de diáme- tro. La roca (Queer gesteln) es la pizarra micacea; pe- _ la materia que separa las bolas, un granito folicu- lar. [38-42.] Solo conozco otro fenómeno parecido, cerca de Naila en el Fichtelberg. Bolas verdaderas de granito, con partes distintas escamosas , se encuentran en Galicia cerca de la Coru- ña, y en Geissen en la Franconia; he publicado su des- cripcion en el bergm. Journ de Freyberg. Los fósiles empastados con los granates merecen un atento exámen. F43.] Dos piedras con cruces de las montañas de Neige de Truchillo. [44] Cianito que descubrí cerca de Maniquarez en la provincia de la Nueva-Andalucía. ['45.] Conglomerate, formacion de arenisca muy moderna, que descansa inmediatamente sobre el gra. nito de la'costa'de la provincia de Venezuela, y se pierde en el mar. Capas de arenisca fino-granugienta, y casi sin petrificaciones, alternan con capas llenas de madreporas. y conchas tan recientes, que parece mu- riéron pocos dias hace. Esta misma formacion se ob- serva en las llanuras á cien leguas de la costa (quaren- ta y cinco cerca de Cal abozo ), donde parece presen- tan vestigios de azogue. [45-50. [ s1- g2. ] Oxido roxo de titanio cristalizado" que DE HISTORIA NATURAL. 267 descubrí cerca de la Cruz de la Guayra á quinien- tas noventa y quatro toesas de altura, sobre filones de quarzo. No hemos podido recoger mayor porcion por mas que nos empeñamos en ello; pero en las ins- trucciones que me convidáron dar á los jóvenes del colegio sobre los instrumentos que llevo conmigo, les hice ver el titanio, y no dudo que hallarán cristales grandes, que el Sr. Abate Montenegro enviará al ga- binete de S. M. [ $3-54:55-56. ] Supongo tambien que las dendritas serán el óxido de titanio, lo qual de- cidirá facilmente D. Luis Proust con su gran talento para la analisis. Mas vale recoger una cosa inútil, que abandonar objetos curiosos por miedo de comprome- terse. | | ¿Quarzo con grafito Ó carburo de hierro? Que- brada de Tocumé, Chacaito, parecido al de Chamo- nir. ¿El color roxo de escarlata indica tal vez el óxido del hierro? á lo menos hay hierro espático en las cer- canías. Su altura es de mil y cien toesas. | [ 60. ] Piritas esparcidas en el granito, sin venas sin filones. Pretenden ser auriferas. [ 61. ] Substancias que se hallan en guijarros en grandes alturas de las montañas graníticas. Mil hasta mil y doscientas toesas. ¿Oxido de cobre ? . [62.] ¿Oxido de Cobalto? en capas dentro del granito. ¿Será tal vez cobre?_En Bayreuth cerca de Wunsiedel he beneficiado una mina parecida , que era una mezcla de cobalto y manganesa. Cruz de la Guayra. [63..] Tierra de porcelana formada por capas de feldspato descompuesto, de la Silla de Carácas antes de entrar en Pexual, 4 novecientas y treinta toesas de al- tura. Esta tierra absorve el oxigeno de la atmósfera de un modo extraordinario. Hasta ahora estaba desconoci- da por acá; pero ya empiezan 4 emplearla para ladrillos. | s2 268 ANALES F64.] Rocas interesantes de la montaña de Ayi- la. Las llaman rocas pulimentadas ; es un granito foli- cular cubierto de espató calizo. Segun parece las aguas cargadas de cal (por la descomposicion de la roca ca- liza primitiva ) formáron este depósito siglos hace; porque en el dia de hoy ya no existen tales aguas en estos parages. [ 65. ] Naturaleza del filon (formacion del filon), - toesas de ancho de la mina de plata de Toxo (cer- ca de Catia), beneficiada en tiempo del Intendente D. Joseph de Avalo, y analizada por D. Luis Proust. Habiendo caido la galería solo he podido entrar con bastante riesgo algunas varas. Los restos desdichados de la mina de oro de Baruta tienen un filon de la mis- ma naturaleza. | Sd F.66..] Roca (Queergesteín) de la mina de Topo: pizarra micácea. $0 | -[67..] Sal en eflorescencia, del filon de plata de Opo. [68.] Roca de morros de S. Juan entre Calabo- zO y Tiónas ; famosas rocas que se levantan como obe- liscos en las llanuras inmensas. Son islas antiguas del Océano primitivo. La naturaleza de las rocas es dig- na de atencion. Presenta un tránsito de la roca córnea negra á la pizarra silícea. He visto la misma pizarra si- lícea en Barcelona y en Neveri (provincia de la Nue- va Barcelona ), formando capas en la piedra caliza se- cundaria. Carácas 3 de Febrero de 1800. Humboldt. DE HISTORIA NATURAL. 269 NOTAS. Al número 45. Estas piedras no deben confundirse con lo que lla- mamos en la orictognosia piedra cruciforme ( género silíceo, familia treinta de Widenmann ). Es idéntica- mente el mismo fósil descubierto en España, mas no determinado aun por ningun mineralogista. Su color es blanco verdoso algo amarillento; en su seccion lati- tudinal presenta una cruz perfecta de S. Andres, de color verde negruzco. Solo le he visto hasta ahora cris- -talizado en prismas de quatro lados, con los cortes la- terales redondeados, y 4 veces con los planos latera- les cilindrico-convexos. Es blando, y su raya presen- ta color gris. Su matriz forma un tránsito del grani- to folicular á la pizarra micácea, y despide un fuer- te olor de arcilla quando se respira contra él. Una por- cion de estos cristales han sido remitidos últimamente de la villa de Illano en Asturias á D. Luis Poggeti, Director del taller de piedras finas en la Real fabrica de porcelana del Buen-Retiro, el qual tuvo la bon- dad de enviar á este Real estudio de Mineralogía par- te de ellos. Las dos piedras de que habla el Sr. Baron de Hum- boldt son dos segmentos, cortados no solamente por su ancho, sino tambien en los quatro planos laterales del prisma. Son idénticamente de la misma naturaleza que los de Asturias, sin que se note la menor diferen- cia en sus caracteres exteriores. Ál número 51 hasta 509. Estos cristales de titanio y quarzo, que les sirve de matriz, presentan sin la mas leve diferencia los mis- mos caracteres orictognósticos y geonósticos en la Amé- rica meridional que en los contornos de Horcajuelo en 270 ANALES España *, en Aschaffenburgo, territorio de Maguncia, en Cormnaille en Inglaterra, y en Chlapian en Tran- silvania. En todos estos parages se observa el mismo quarzo , con inclinacion decidida á cristalizarse. Las manchas roxo-sanguíneas que cita el Baron de Hum- boldt abundan en las vetas del quarzo de Horcajue- lo, del mismo modo que las veo en los exemplares de América, y deberán ciertamente su orígen al titanio, ó por lo menos al sídero-titanio. Al número 68. La pizarra silicea de que habla el Baron de nd boldt en este número es el fósil sencillo de la orictog- nosia , género siliceo, familia treinta y quatro de Wi- denmann; un fósil cuya naturaleza no está todavía de- terminada con la mayor exáctitud , y que se acerca ya á la roca córnea, ya 4 la arcilla endurecida éXc....... El Baron de Humboldt pretende haber hallado por la ana- lisis una porcion de carbono como parte constitutiva de este fósil. El lapiz negro de España se halla en el mismo caso, y presenta 4 excepcion de la dureza cier- ta analogía con la pizarra silicea, cuya formacion en general parece parasítica. " NOTA. Esta coleccion geológica , remitida por el Señor Baron de Humboldt, se conserva en el Real estudio 1 El Sr. D. Francisco Ángulo me enseñó en una ocasion cris- tales de titanio del Reyno de Galicia. No cito este parage por ca- recer de noticias circunstanciadas, y por no usurpar descubri- mientos agenos, cuya. publicacion 4 poa con ansia los mineralo- gistáSe pe DE HISTORIA NATURAL. 271 “de. Mineralogía. Publicaré en lo sucesivo la descrip- ción sistemática de diferentes números; y solo observo de paso'que la roca. verde primitiva, que nos remite el Baron.de Humboldt, es. un fósil. compuesto, que: so- lamente conocen los de la escuela de. Werner. Pre- senta mucha semejanza con el sieníto; pero se diferen- cia esencialmente de él por su naturaleza geonóstica. uc El sienito es de formacion mas moderna que. el granito ,. granito folicular , granitino ,; pórfido , y-tal vezaun que algunas otras rocas; reposa siempre sobre las. rocas referidas. Su grano es mas menudo que el del granito, y presenta con freqiiencia enlace porfiri- no. En su mezcla no se han observado todavía chorlos, 2. La roca verde (Groensten de. los Suecos ) pasa con frequencia al basalto y á la amigdolaides; perte- nece 4 la formacion del T. rapp en general; formacion que comprehende la wacca, la roca verde, el basal- to, la.amigdolaides , el pórfido pizarroso Irc. esas] DEL. SIMFITO PÉTREO. POR D. pp ri JOSEPH CAVANILLES. % epa vegetal ofrece al hombre alimentos y re- medios. La necesidad de subsistir, que se renueva á ca- da momento, le forzó 4.buscar y 4 conservar las plan- tas nutritivas, y á investigar el mérito de cada una sin despreciar las menos substanciosas. Por fortuna la ne- cesidad de remedios ni es tan general ni tan urgente como la de alimentos; y de aquí sin.duda el descuido en descubrir la virtud de las plantas, y la desidia de recoger y comunicar los descubrimientos debidos á la casualidad. Tenemos efectivamente algunos muy pre- ciosos; pero en tan corto: número, comparados con la 12 20 ANALES enorme multitud de plantas conocidas, que parecen demostrar, ó que son muy pocas las medicinales, ó muy grande el descuido de los que profesan el arte de curar. Es imposible apreciar lo desconocido; y lo es tambien el conocer sin aplicacion, sin exámen metó- dico, sin arte. Los Médicos y Cirujanos por lo regu- lar sin principios de Botánica, sin tiempo para sujetar los vegetales á nuevas experiencias, descansan sobre el conocimiento y práctica que suponen en los Farma- céuticos; se esmeran estos en la confeccion de reme- dios; pero ignorando por lo comun la ciencia de los ve- getales*, y fiados en el empirismo de los herbolarios, re- ciben de estos los simples, y del comercio las raices, cor- tezas y otras drogas. Así pues léjos de aumentar el nú- mero de los específicos conocidos para una dolencia, se exponen á substituciones alguna vez funestas. Muchas se evitarian si los que algun dia deben practicar la Far- macia y la Medicina en toda su extension, estudiasen de antemano con solidez la Botánica; y si aficionados al delicioso estudio de las plantas, recorriesen para obser- varlas diversos climas y provincias, y tratasen en ellas á los pacíficos colonos de los montes , y á los inocentes pastores, que por tradicion suelen conocer la virtud de muchos vegetales. No quiero decir con esto, que se recibiesen sus prácticas sin exámen, sino que se adop- tasen las confirmadas por la experiencia. Nada es des- preciable á los ojos de un filósofo: todo contribuye ú 1 Los Boticarios Españoles del siglo XVI conocian tan mal las plantas, que Pedro Jayme Esteve, en la página go vuelta de su traduccion ilustrada de Nicandro , hablando de la Aristolochia, dixo: ,, Eam nostri pharmacopolx rotundam esse autumnant; sed » horum iudicium in hac re nullius est momentt; qui nec adultas » lactucas cognoscunt.” Los de nuestro siglo, si exceptuamos algu- nos que han hecho progresos admirables en la Botánica, carecen de sólidos principios para conocer y apreciar los vegetales, DE HISTORIA NATURAL. 273 extender la esfera de sus conocimientos, y no pocas veces al bien de la humanidad. Penetrado de estas verdades observaba en mis viages las prácticas de ca- da recinto, y adquirí noticias al parecer útiles á la so- ciedad. Publiqué en mi obra del Reyno de Valencia lo perteneciente á la historia natural, poblacion, fru- tos y agricultura; hice conocer en el número $7 de estos Anales los polvos vegetales contra el veneno de la víbora y de perros rabiosos; y ahora hablaré de los que resultan de una planta llamada por Linneo Corís monspeliensis; por Laguna Simfito pétreos por los Va- Jencianos Herba-soldadora, Pincell, Suelda-consuel= da y Simfito pétreo. Esta planta, comun en los cerros áridos y en las montañas de nuestra peninsula, parece á primera vis- ta un pequeño brezo de seis 4 ocho pulgadas de altu- ra. Su raiz es larga, dura , y la corteza roxiza: nacen de ella multitud de tallos del grueso de un bramante, algo roxizos en la parte inferior, y apenas vellosos, cubiertos de hojas esparcidas sin órden, lineares, muy angostas, de unas tres líneas de largo, las mas de ellas enteras , y algunas especialmente las superiores con «dientecitos espinosos. Cada ramo se termina por un Yacimo muy apretado de flores de una á dos pulgadas de largo: hállanse en él sentadas las vistosas flores de: un roxo que tira á violeta: el cáliz es lampiño de una pieza, algo hinchado antes de la punta, que está partida en cinco dientes convergentes, cada uno con su mancha parda, cercados por afuera de espinitas di- vergentes : la corola es de una pieza, irregular, cuyo tubo iguala en longitud al cáliz, y el borde se ve par- tido en cinco lacinias lineares, escotadas , de las quales dos. son inferiores y mas cortas. Hay en cada flor cinco filamentos con otras tantas anteras redondas: un gér- 274 ANALES men libre, globoso: un estilo filiforme, y un estigma algo grueso. Su fruto es una caxa unilocular de cinco -ventallas y de muchas semillas menudas casi aovadas.; Andres de Laguna nos conservó en su traduccion de Dioscorides una figura de esta planta en la pagina 381; pero poco semejante al natural. Mucho mejor esla que estampó Clusio en el libro V y página CLXXIV con el nombre de Coris quorumdan, añadiendo en: su descripcion que el doctisimo Juan Plaza, Médico «y profesor de Botánica en Valencia en aquel tiempo, la crela Álypum, y la llamaba Pincéll. Lamarck en. la es- tampa 102 de su llustracion de géneros acaba de dar una figura inferior en mérito á la de Clusio. | No debe confundirse esta planta llamada Corís por Clusio, Linneo y por todos los Botánicos, con el Corió Corís de Dioscorides y Laguna, figurada en la página 373 de la traduccion castellana ya citada; porqué esta es un Aypericum, y tal vez el perforatum de Linneo. Los antiguos conocieron la virtud del Goris,'y Dioscorides en el lugar citado dice que aplicada. en forma de emplasto suelda las frescas heridas. y las quebraduras. Pero ahora, fuese indiferencia Ó- aban» dono, crecia y moria esta preciosa planta sin que-los hombres se aprovechasen de ella, hasta que Fr. Án- dres Martí, diestro y hábil Cirujano del monasterio de Ntra. Sra. dé la Murta en el Reyno de Valencia, hi- zo ver su eficacia y virtud admirable. Contó pro- digios quando estuve en: aquel monasterio *, y desean- do yo contribuir por mi parte al bien de la huma- nidad hice conocer por todo el Reyno la planta, sH virtud , preparacion y usos, en la forma sighiente 1.5 1 Véase la página 209 de mi primer tomo sobre el Reyno de Valencia. Jal DE HISTORIA NATURAL. 275 ue me enseñó el citado Monge. Quando florece, que es por Mayo y Junio, se ar= - ranca para secarla a la sombra, mo.erla despues hasta reducirla 4 polvo muy fino, que pasado por tamiz se guarda para usarlo con feliz éxito contra toda especie de heridas recientes de este modo. Se dexa salir sangre para que se desahoguen los vasos; se lava luego la he- rida con vino Ó aguardiente tibio despues de repuestos los huesos dislocados ó fracturados; se unen los labios segun arte , esto es, aproximándolos simplemente quan- do no hay obstáculos, ó venciendo estos con parches aglutinantes ó puntos, segun lo exijan las circunstan- cias, y últimamente se cubre la herida con polvos que se sujeran con algun vendage. Al segundo dia se re- nuevan los polvos: al tercero se descubre la herida, y no habiendo humedad se reiteran los polvos hasta la perfecta curacion. Y debiendo: contribuiir:4:acredicana! virtud ¡delos polvos los felices resultados que: vió: dicho profesor, insertaré aquí el extracto de sus cartas de 14 de Mar- o y 9 de Abril de este año de 1800. »» El Padre Pedro Baldoví, Monge de la os: » tuvo la desgracia de atravesarse la mano con un cu- >» chillo de dos cortes que le entró por lapalma, y sa- »» lió como tres dedos por la parte opuesta: despues s» de haber dexado desahogar los vasos, lavé las heri- > das, puse sobre ellas los correspondientes polvos, y a» se curáron sin haber llegado á hacer materias. > Hallándome en las cercanías de una obra suce- a, dió lo siguiente. Acababan de subir 4 la torre una »> piedra, y dexada en su sitio, le quitáron los ganchos »» asidos á la cuerda sin fin, los quales: por su peso ba- >> Xaron con tal fuerza, que llegados cerca de la tier» > ta, volvian á subir:con ímpetu en direccion opuesta: 276 | ANALES s» tropezáron por desgracia al paso con un hombre po- co cauto, rasgándole los calzones y el muslo, al qual s» en seguida, y con la velocidad de un rayo le abrié- »» ron el escroto, y partiéron en dos un testículo, co- >> mo si la herida hubiese sido hecha con un cuchillo. >> Acudí á socorrer al paciente, lavé la herida con es- » píritu de vino tibio; uní el escroto con tres puntos >» de sutura; apliqué encima los polvos en planchuelas »» de hilas secas, y el vendage. Pasadas tres horas le >» sangré. Reconocí el escroto al dia siguiente; y aun- >» que no vi la menor señal de inflamacion, con todo, »»le volví 4 sangrar. Al tercer dia quité el apósito, y >» reconocí la herida, que hallé unida y sin humedad: »» rociéla con mas polvos, y la ligué de nuevo. Al dia »»sexto volvi 4 reconocerla, y habiéndola encontrado >» perfectamente unida, tiré del hilo de los puntos, y s» solráron por sí mismos; 4 los doce dias se halló el »» herido perfectamente curado y convalecido. >» Me traxéron al monasterio un muchacho de do- »»ce años que tenia enteramente magullado el dedo »» índice de la mano derecha, sobre el qual habia pues- »> to el pie un caballo. Apenas vi el estado de la heri- »» da, molidos los huesos , y destruidas las carnes, de- »» terminé la amputacion del dedo, que separé de la s» mano y á raiz de la palma por la articulacion de la »» última falange. Dexé dar sangre 4 la vena y arteria »» que riegan el dedo; puse luego la plancha de hilas »» con bastantes polvos, y su ligadura. Reconocí la he- »» rida al otro dia; quité las hilas y los polvos, que sol- >» táron por sí mismos; y encontré las carnes ya creci- »» das sin que saliese sangre. Rocié con nuevos polvos s» la herida, y vuelto el enfermo al monasterio al quarto » día, vi que la herida tenia ya materlas; pero se Cio »»catrizó con un parche de bálsamo de arceo cada dia. DE HISTORIA NATURAL. 277 s» Joseph Miralles, de oficio labrador, se partió r» un dedo cortando panizo. Repuse el hueso en su si= “p»tio natural; di tres puntos, uno en la parte superior s» «el dedo, y los otros en las laterales; cubrí la heri- 3» da con polvos con su planchuela de hilas, y puse y» tros lenguetas de fractura con su ligadura correspon- s»dicute. Le sangré dos veces para precaver la infla- »» macion ; y en el espacio de veinte dias curó perfec= »» tamente sin llegar á supurar. »» Uno de los mozos del monasterio se cortó con un »» podon los quatro dedos de la mano por las primeras »» falanges: traté estas heridas como la antecedente, y s»logró el enfermo el mismo alivio y feliz éxito que »» Miralles. » Omito otros infinitos casos, como tambien el s> gran número de niños que tengo curados de quebra- »» duras, hernias completas inguinales y umbilicales con s» dichos polvos , mezclados en estos casos con el em- »» plasto contra quebraduras.” Hasta aquí el citado Monge. Y aunque los men- cionados exemplos parecen suficientes para demostrar la virtud de los polvos, confirmada con feliz éxito por el Dr. Sales, como vimos en el número precedente; con todo, añadiré otro que se verificó en mi presencia. Uno de los mozos que me acompañaba en los via- ges, y cuidaba de las mulas, recibió de una de ellas tal coz en el carrillo, que resultó una herida de tres pul- gadas de largo, y tan profunda, que faltó muy poco para penetrar en lo interior de la boca. El Cirujano del pueblo le dió tres puntos, y le aplicó ciertos reme- dios, 4 pesar de los quales se hinchó mucho la cara, Llegué yo algunas horas despues de sucedida la des» gracia, mandé quitarle los trapos y remedios , hice que saliese de nuevo sangre, y reunidos los labios de la - 278 3 ANALES herida , la cubrí con bastantes polvos, que sujeté. con un vendage. Sin renovarlos ni practicar otra diligencia tuve el gusto de ver cicatrizada la herida al dia quin- to, y al mozo en estado de continuar el viage. El remedio, como hemos visto ,'es fácil y nada dis- pendioso : lo usan con feliz éxito los facultativos y la- bradores del Reyno de Valencia; y por lo mismo con- vendrá se extienda su conocimiento y práctica. El mismo Fr. Andres Martí añade en su carta de: 14 de Marzo: ,, He dado los polvos contra la rabia á >» un hombre y á un perro, en quienes causáron los >» mejores efectos; pero quiero multiplicar aun las ob- »» servaciones para asegurarme.” Oxalá que á su exem- plo se esmeren los facultativos para pronunciar defini- tivamente sobre un remedio tan útil como necesario. Descripcion del género Buena *, por D. Antonio Joseph Cavanilles. : CARACTER GENERICO. Can adherente, con quatro dientes permanentes. Corola de una pieza, en forma de embudo: su tu- bo cilíndrico, ensanchado hácia la boca: su borde abierto, partido en quatro lacinias. 1 Los autores de la Flora del Perú y Chile publicáron en su Prodromo los caracteres de un género que llamáron CosmIBUENA, en honor del Dr. D. Cosme Bueno, Cosmógrafo mayor del Perú, * autor de la Historia topográfica y natural de aquel Reyno. Supri- miéronlo despues en el primer tomo de la Flora, porque la planta denominada así tenia ya su nombre peculiar. Para reponer en el catálogo botánico el de un hombre tan benemérito, le dedicó este género nuevo. Véase la página 4 de la prefacion de mi ter- ser tomo de Icones, y las 105 y 190 de mi Coleccion de papeles. DE HISTORIA NATURAL. 279 Quatro filamentos sumamente cortos, insertos en la parte mas ancha del tubo: quatro anteras largas, ocultas en el tubo , é insertas por su centro á los fila-= mentos. Gérmen globoso con quatro surcos : estilo algo mas corto que la corola: estigma partido en quatro h:litos capilares. Drupa globosa algo comprimida, con quatro sur- cos y con quatro nueces. La nuez es convexá por afuera, aguda en ángulo casi recto por adentro, de una beldá de muchas semillas. Las semillas aovadas; ásperas, muy pequeñas, asidas al ángulo de la nuez. Observ. Este género debe ponerse al lado del Gon- zalagunia de ía citada Flora, al qual se parece tanto, que no lo hubiera separado, si los autores de dicha Flora no hubiesen asegurado que el suyo tiene por fru- to una baya con quatro cocas. Si por un nuevo exá- men constase que el fruto del Gonzalagunia fuese dru- pa, con quatro nueces (lo que me parece muy posi- ble ), entonces seria preciso suprimir uno de los dos nombres. Es de notar que los citados autores dixéron en la página 12 del Prodromo que las cocas son hue- sosas y de muchas semillas, lo que no conviene á la definicion que Linneo'dió:de:la baya, á saber: Bacca est. pericarpium Jfarctum evalve , semina ceteroquin nuda continens ; definicion que es regular admitan, puesto que en la página XXI de la prefaccion del Pro- domo dixéron: ln his omnibus Linnet systema sexua- le mordicus retinuimus. BUENA PANAMENSIS. Tab. 23. Buena foliis lanceolatis 1 integerrimis: racemis ter- minalibus elongatis. 280 ANALES El tallo de este arbusto se levanta hasta siete pies de altura con ramos opuestos, algo quadrangulares, - cubiertos de borra muy fina, y un poco entumecidos en los encuentros de las hojas. Son estas aovado-lanceo- ladas con punta prolongada, muy enteras, verdes por arriba , mas claras por el enves, y con vello tan fino, que apenas se percibe sin el auxilio de la lente: tie- nen un solo nervio ramoso, tres pulgadas de largo, pul- gada y media de ancho, y un peciolo de media pul- gada. Entre los dos peciolos media, 4 cada lado, una estípula larga, aleznada, ancha por su base. Las flores forman racimos terminales que suelen tener un pie de largo, sembrados de hacecillos de 2-5 florés cada uno, con su bractea muy corta. El cáliz es pequeño, y sus uatro dientes erguidos: la corola vellosa, de un ama- yillo roxo (en el seco); cuyo tubo es muy delgado, y de unas quatro líneas de largo: las lacinias aovadas, mas cargadas de vello. Las anteras amarillas; y la dru- pa de una línea de diámetro. Se cria en el cerro Lancon, que está juntó a Pa- namá , enfrente del mar, donde la vió en fior y fruto D. Luis Née en Noviembre. Eaplic. de la estampa a Flor. b Corola muy au» mentada, abierta, y extendida para que se vea la si- tuacion de los estambres. Gérmen. d Drupa. e Dru- pa aumentada. f La misma, y en ella cortada trans= versalmente el tegumento para que se vean las nueces. g Seccion transversal. h Nuez. 7 Nuez cortada trans- versalmente. A Semillas. [a Observ. Me dió en Paris el Sr. Dupuy un ramo seco con su etiqueta Planta rubiacea: an Ixora? el qual se distingue accidentalmente de los de Pana- má en ser mas velloso. / DE HISTORIA NATURAL. 281 Observaciones geonósticas* que D: Guillelmo Thaz lacker , Colector del" Real Gabinete de Historia natural de- Madrid, hizo en su viage desde esta Corte d Teruel, ada por D.Christiano 3 ART Eonon Els : Herrgen L. Pd y. multitud, de producciones naturales; las leyes con que se reproducen las orgánicas fy. con que se alteran para combinarse de nuevo las que ja= mas viviéron, fuéron las. mismas en todós tiempos , Y, dignas siempre de la atencion de los hombres. Pero 4 - pesar de tener cada reyno, de la naturaleza, y 4un ca- da distrito, por decirlo así ; su aliciente, poderoso, ve- mos' sin descubrir la causa que no todos lleváron en. pos de sí 4 los hombres. Sabemos que desde la mas re- mota antigiiedad hubo algunos que estudiáron las plantas; otros los quadrúpedos, ayes , reptiles y peces, y, algunos los,metales; y si no fue con, aquella HN cion 4 que han Hegado, las ciencias en nuestro siglo, es porque en este se desterráron errores envejecidos, y se descubriéron multitud. de verdades. preciosas, teo- rías seguras , y nuevos medios de saber. Pero en me- dio delos progresos rápidos, que hacian las ciencias quedaban: como olvidadas la Geología, que trata de la constitucion de nuestros continentes Y. de la situa- cion. respectiva de los. cuerpos inorgánicos. que los componen; y la Geonosía, que sin miras tan genera- les, bien que, dirigidas. al mismo fin, exámina las ro- cas, y. las: grandes masas; del globo. “Debió. sin, duda nacer este descuido, ó de que el estudio, de, estas cien, cias exigia trabajos Ímprobos, Yiages y. comparaciones que solamente podian sér útiles con el auxilio de otras ciencias antes desconocidas; Ó ó de que los objetos de TOMO 11. dra e ei Y AN 282 ) PAS ¡ aquellas, ni presentaban la hermosura, organizacion y modo con que se. reproducen las. plantas; ni el admi= rable arte que. se.nota en la anatomia, formas. y..cos- tumbres de los animales. ' As No podian permanecer olyidadas unas ciencias tan curiosas y tan importantes quando las otras hacian rápidos progresos: y así vimos en estos últimios tiem- pos que muchos se dedicáron 4 ellas con teson y éntu- siasmo ; pero por desgracia formáron sistemas muy opuestos, creyendo hallar los unos en todas partes ves- tigios de volcanes, y los otros de inundaciones; seña- lando por consiguiente los primeros al fuego como causa general, y los segundos á las aguas; porque nin- guno de ellos tenia aun suficientes datos para pronun- ciar con exáctitud. Los nombres de Sausure, de Luc, Dolomiéu y Faujas, se conservarán en los fastos de estas ciencias, como los de Werner y de sus discípulos. Se habian hecho en Francia y Alemania observa- ciones curiosas para cimentar la ciencia y promoverla; se emprendian nuevos viages por hombres instrui- dos para allanar dificultades, y para descubrir funda- mentos sólidos, y entre tanto apenas teniamos noso- tros mas que el Aparato para la historia: natural. del Padre Torrubia *, la Introduccion á la misma historia de Bowles, y las Observaciones sobre el Reyno de Valencia de D. Antonio Joseph Cavanilles. Era pre- ciso esfórzarnos, é imitar por lo menos á los extrange- ros recorriendo nuestras posesiones, y examinando con “atencion los fenómenos concernientes á estas ciencias. Don Guillelmo Thalacker habia ya recogido en sus viages cosas preciosas que iré publicando quando mis. ocupaciones me lo permitan; y debiendo ir 4 Teruel x Un tomo en folio impreso en Madrid en 1754. DE HISTORIA NATURAL. - 283 ¿on D. Dis Proust á evacuar cierta comision, se: pro- puso continuar sus investigaciones, y comunicarme sucesivamente “sus observaciones. Hizolo en efecto durante su viage, y regresado á esta Corte me entre» gó para el Real estudio de Mineralogía los documen= tos originales que acreditáron su exáctitud. La impor: tancia de sus observaciones confirmada por losexem- plares que traxo, y la novedad de muchos fenóme- nos, me determináron a exáminar detenidamente su coleccion, y á presentar al público: sus resultados, . como importantes á> la ciencia. Creo que la presente descripcion es la primera de esta naturaleza que se: pn= blica en España, y por lo mismo me es indispensable prevenir que si en mi traduccion :de Widenmamn, la que sirve de norma en mis lecciones: públicas, criene ya el idioma castellano un lenguage técnico, y deter» minado por loque mira á la parte: orictognóstica de la Mineralogía ; mo sucede lo mismo en quanto:4 la gconóstica de la misma ciencia. ¿Estácaun por hacerse este lenguage; se han de imaginar nuevos términos, y tal vez los empleados en esta memoria podrán cor= regirse Ó mejorarse en lo sucesivo, mayormente pon aquellos cuyo destino y ocupacion esla direccion: y exámen de las minas de España.:Recibiré con agra- decimiento y gusto toda ilustracion; y deseo que esta especie de trabajo, aunque no merezca otro nombre que el de primer ensayo, halle buena acogida entre los sabios , y entre los que por su empleo pueden dar nuevo impulso 4 á las ciencias. : Oliaraaiiónes gemdotlcas: -Desde Madrid hasta Teruel se cuentan 47 leguas, y se pasa por Alcalá de Henares, Guadalaxara, Tori» AE Y 284 ANALES ja, Algora, Alcolea, Luzon, Asella y Molina de Aragon. ! Desde Guadalaxara, cuya altura sobre el nivel de Madrid es de 46% varas castellanas, se extiende una roca caliza grueso-gramujienta, de color amarillo roxizo , con mezcla de cristales pequeños y confusos de espato calizo; los bancos son horizontales, y alter- nan con otros de arcilla pardo roxiza , mezclada de bastante arena. Esta alternacion es constante, y 4 veces muy re- petida; pero se debe notar que el banco superior y externo es siempre de roca caliza; y que quando al. guna revolucion ú-otros accidentes, cuyas épocas se ignoran , rompiéron la continuacion de dichos :bancos, y excaváron allí valles, se observa en los altos ribazos de estos la misma direccion y órden. Cerca de Torija (3893 varas sobre Madrid) em- pieza:la roca caliza compacta con algunas impresiones de conchas; y en Algora ($853 varas sobre Madrid) alterna esta misma roca con bancos considerables de ar» cilla y arena, sobre la qual se encuentran cantos roda- dos de quarzo , y á veces algunos bancos de una bre- cha que se compone de quarzo y roca caliza, Alcolea es el parage mas alto de estas cercanías, pues su altura sobre el nivel de Madrid llega á 6814 varas castellanas. Todos los contornos constan de roca caliza compacta. o - Ala distancia de un quarto de hora de Ciruelas se encuentra un depósito de pizarra arcillosa, de color azul negruzco, y textura muy sutil pizarrosa; y es la verdadera especie que se emplea con tanta utilidad para cubrir tejados. Esta misma pizarra está cubierta de cantos rodados de quarzo , del mismo modo que en Molina de Aragon lo está la cal y el yeso. DE HISTORIA NATURAL. 285 A la distancia de unas Ó6oo varas vuelve á pre- sentarse la roca caliza anterior, y sigue hasta Molina de Aragon (4593 varas sobre Madrid) formando cer- ros de poca A E! donde hay varios depósitos de yeso. La referida roca abliña compacta presenta textu- ra concheada , y se acerca á veces algo á la pizarrosa. La direccion de la mayor parte de sus bancos es del Sueste al Norueste, con inclinacion al Sudueste has- ta 6o grados, antes de llegar á Alcolea; pero como desde ahí se va baxando insensiblemente hasta Moli= na, presentan necesariamente estos bancos en aquellos contornos casi la misma inclinacion en sentido opuesto. Desde Molina hasta cerca de Rodenas se presenta la misma roca caliza en bancos muy delgados y con varias direcciones, lo qual prueba en cierto modo una formacion posterior. Entre Setiles (6673 varas sobre Madrid) y Rode- nas se encuentra mucho quarzo rodado encima de la roca caliza, la qual encierra dos depósitos de mina de hierro, y forma dao Sierra menera , que se extiende desde Povo hasta Pozohondon (8863 varas sobre Ma- drid), y separa la diodos Molina del Reyno de ragon. Cerca de hadita los cerros se componen de ban: cos de arenisca grande granujienta, y siguen por el es- pacio de mas de media legua, con direccion de Sues- te al Norueste, é inclinacion de 20 4 25 grados há= cia Sueste. Fodos los contornos de Cella (441 varas sobre Madrid ) se componen de roca caliza en una extension de varias leguas, y no presentan en su superficie indi- cio alguno de fuentes; todas las aguas se reunen,en lo interior de las cavidades calizas , y salen sin estré- 286- SA AATANA LES pito ni hervor cerca de Cella, del centro de uria 'cue- va formada por la naturaleza en una roca, siendo co» - piosísima la fuente aun en el nacimiento. Desde Cella hasta Teruel se encuentra mucho quarzo y roca caliza rodada sobre una tierra de labor, de naturaleza arenisca, mezclada de cal y arcilla. Posicion de la ciudad de Teruel. La ciudad de Teruel está situada en una altura de 296% varas castellanas sobre el nivel de Madrid, y es la capital del obispado y corregimiento de Teruel. Dista 24 leguas de Zaragoza , 24 de Valencia y 16 de Molina de Aragon. Las cercanías de Teruel, especialmente hacia el Oriente, se componen de una arcilla ferruginosa * de color pardo roxizo , mezclada de tierra caliza , de mo- do que forma una especie de marga, la qual encierra depósitos de yeso folicular, de color blanco roxizo, confusamente cristalizado y agrupado. Sobre la refe=. bar arcilla descansan bancos de roca caliza compac- 2, de color gris ahumado claro, la qual contiene una multitud incalculable de amonitas desde el ta- maño de cerca de una pulgada del pie español, hasta una línea escasa de diámetro. Las conchas presentan igual color y naturaleza al de la roca caliza, á excep» cion de una costra sutilísima de color blanco de nieve en las mismas conchas, las quales se ven por lo regu= lar enteras. La textura de la roca es concheada, y pasa a la desigual. La disposicion de los bancos es muy regular, y horizontal por el. espacio de muchas “y Véase Fig. IL núm. 2. : : 915 010 AURRI E CA Sá ió po os dis s a sé ob e Y de á $ A . > a — £ 2 - A ES A a O NÓ DE HISTORIA NATURAL. 287 leguas si exceptuamos ciertas irregularidades locales !, La mayor parte de la ciudad está situada sobre una colina de figura oyada.?. en 20 toesas, ó 140 pies castellanos de altura sobre el rio Guadalaviar. Esta colina.se compone de una roca caliza, cuyos fragmen- tos parecen haber fsido conglutinados posteriormente, y no descansan ni alternan con bancos arcillosos como los antecedentes. py Naturaleza del terreno de T eruel. hasta las minas del Collado y de la Esperanza. ; Saliendo de Teruel para ir 4 la mina del collado de la Plata, se encuentran desde el rio Guadalaviar unos Cerros de poca altura, que presentan en grande una especie de superficie ondeada. Todos ellos se componen 3 de una cal arcillosa de color blanco-gris, ligeramente amarillo: su textura compacta desigual, pasa en gran parte a la térrea; y toda la masa contig- ne una multitud de amonitas, bien que la mayor par- te de ellas en fragmentos. ERA A esta formacion caliza sigue otra mas antigua, en la qual no he podido descubrir petrificacion de concha alguna +. La direccion general de sus 'bancos es de Sud-sudueste hácia Nord-nord-este con incli- nacion de Lo hasta 20 grados al Este-sueste. Unos 200 pasos antes de llegar al filon del Co- llado se presenta un depósito de arenisca pizarrosa de color pardo roxizo.5. Su textura demuestra con la Fig. Ml. núm. 1. 23 1. 2. Fig. TL. A. Fig. H, núm. 42. 0) oro! es" Fig. IL. núm. 5. PODAIS Fig, U. 7. a. po: hm S 288 - ANÁLES o mayor claridad la naturaleza de su formación ; ; que es la deposicion de una materia, , que mecánicaimordo die suelta en un fluido, obedece á la ley general de lá gravedad , y se deposita con paralelismo. Entre los bancos de esta arenisca se halla una brecha de igual naturaleza formada de pequeños cantos de quarzo mas O menos rodados, unidos por la materia silicea: ferru- ginosa.. L A corta distancia desaparece la arenisca, y em- pieza * la roca quarzosa ?, que forma una montaña de segunda formacion 3, con 6 leguas de extension del Mediodia al Norte, yy una legua de ancho. La basa inferior de la montaña presenta unas 4 leguas e “me- dia de diámetro. Todas las montañas de estos cóntornos son de mes diana altura, y de bastante coherencia, á eacap ga de algunos val de poca conside rIcion” Se compone por Neo Eds O el terreno de las cercanías de Teruel: 1? De cerros baxos , calizo-arcillosos, ¡depñita. dos modernamente por el agua, y llenos de petrifica- ciones de conchas. 22 Delaroca caliza de segunda formacion, sin con- chas, la qual forma cerros de mayor altura, y reposan en cierto modo sobre la roca quarzosa de segunda Íor- macion. ¿14 37 Dela roca quarzosa que presenta una monta- ña mas alta que las anteriores. 4> Detras de la referida roca quarzosa, al Oeste, se levanta una montaña caliza de mucha mayor altura, 1 Fig. IL 6. 2 Véase núm 3. en el catálogo de las Ll po mineta- lógicas de Teruel y sus contornos. 3 Fig. IT. 6. 6. 6. DE HISTORIA NATURAL. 289 y segun tódá ¿probabilidad , de formacion mas anti- “gua 1 El mal tiempo y las muchas nieves: no me permitiéron llegar á ella para exáminarla. y - “Los bosques destinados 4: las minas, comprehen- den 24 leguas de'circunferencia; y todos los contor- nos de las minas sé hallan poblados de pinos. - > A unos tooo pasos, al Oeste-sudueste del collado de la Plata; está situada la casa de fundicion del azo- gue, con 14 retottas de hierro colado, en que pueden destilarse á la vez To quintales de mineral; en 24 ho- ras se pueden hacér dos fundiciones, y todo el mé- todo está copiado del de Dospuentes. Descubrimiento, posicion y naturaleza de la monta- ña donde estan los filones del Collado y de la Es- peranza. Es | hs! : | Bernardo Bordas, vecino de' Teruel , descubrió éstas minas en el año de 1786; solicitó y obtuvo de la Real Junta de Comercio, Moneda y Minas, en 1787, permiso para beneficiar el cobre de ellas. - Algun tiempo despues advirtió Bordas que los fi- lones le ofrecian diferentes metales que él no cono- cia; presentó muestras á la Corte, las que se exámi- náron y se reconociéron por miñas de azogue. En con- seqiiencia de este exámen tomó laCorona posesion de estas minas en 1789, y mandó beneficiarlas de cuenta del Real Erario... > 2:90 5 j Estas minas se hallan 4 4 leguas de distancia de Teruel, hácia el Oeste , Ó:mas bien 4 21,600 varas castellanas en línea recta, en el término de los Patios del Rey Don Jayme, donde los territorios se separan IDA nonoa 0) 14 0 FjgTl.ro, 290 cr NAL, ES del obispado y corregimiento de Albaseda y Ternel. El camino desde Teruel á la mina es apt para todo carruage. La direccion de la montaña-en gl sitio donde los - filones se presentan á la superficie misma del suelo es del Este al Oeste, con inclinacion de 15 grados,.y superficie ondeada , formando la espalda al Oeste. Los bancos se dirigen en la superficie del Sueste 21 Norues; te, con inclinacion hácia el Sudueste.en 15 hasta 20 grados. La mayor altura del terreno en que corren los filones no pasa de 260 varas castellanas. Toda la masa de esta montaña se compone de una roca quarzosa de color gris, y textura astillosa, De este. modo se presenta en la parte superior de la mon- taña, donde su textura se acerca pocas veces á la. pi- ZALCOS A en CH yo Laso puede llamarse quarzo pizar- roso * dl dureza es considerable , y el hierro acéra- do saca chispas con. abundancia. En lo interior de la montaña padece esta roca alteraciones muy considera- bles; en la mayor profundidad de su excavacion: ac- tual , que se reduce 4.10$ varas, su dureza disminu- ye, de modo que el eslabon la ataca considerable- mente ? y dexa en ella una raya gris; y al mismo tiempo aumenta. la tenacidad de sus partes, y fuerza al minero á usar de la pólvora. Los mineros de Teruel han dadó á la roca de la parte superior de la montaña el nombre de roca córr nea 3; y á la de la interior, el de granito folicular, 1 - Véase en el catálogo núm. 3. 2. Catal. núm.-44» 45: 40» 47. > qe adoptado para este fósil , que los Alemanes llaman, La- gerquarz , Ó quarzo en depósitos, el nombreideróc4 quarzosa. ñ la Orictognosia se considera el quarzo como un fósil sencillo , pero sin tratar del modo de su formacion. En la Geonosia, al contrario, DE HISTORIA 'NATURAL. 291 , N La masa total de esta montaña presenta una mez- - cla: íntima de arcilla, quarzo y mica; bien que esta - Última desaparece casi enteramente en la superficie, y* se presenta mas bien en lo interior, especialmente en los planos de separacion: Parece que la accion atmos- férica y de las aguas ha disuelto buena parte de la tierra silícea que estaba en la superficie de la monta- ña, y que el xugo siliceo que resultó de dicha disolu- cion ha penetrado la mezcla de estos filones desde la superficie hácia el interior; pues en la vecindad de los filones tiene la:roca mayor porcion de arcilla y textura pizarrosa con mucha menor dureza. | Lo cierto es que el verse empotrada esta monta- ña entre: rocas calizas es un fenómeno geológico muy interesante ¿ convendria mucho analizar químicamen-. te esta roca quarzosa (que podemos mirar como quar- zo primitivo ) para saber entonces que porcion con- tiene de tierra caliza. | 7 Todo lo interior de esta montaña presenta una - regularidad perfecta en la disposicion de sus bancos; y aunque en el dia no están horizontales; con todo, su naturaleza prueba con evidencia que fuéron depues- tos y formados en medio de un fluido. --: A unas 1000 varas de distancia del Collado hacia Oeste, contadas por el ayre, se encuentra un depó> deben distinguirse dos especies de este fósil que se diferencian mu- cho respecto á4:la época de su formacion. La roca quarzosa es an- tígua en nuestro globo aunque no de formacion primitiva; forma depósitos considerables, y presenta color blanco y gris con textu- ra astillosa que con freqiiencia pasa á la pizarrosa por mayor. El quarzo comun de la Orictognosia es casi siempre un resultado de la descomposicion de la roca quarzosa por medio de unas operacio- nes mucho mas modernas de la naturaleza, y se halla en los filo- ínes, Y 'ésus cavidades ,' donde con mucha freqiiencia pasa al , amatista y cristal de roca. 0 00 bl 119 292 ¿OTAN ALES 07, sito des pizarra arcillosa, que se prolonga muy cerca de una legua, y se halla encaxado en la masa domi- nante quarzosa ; su direccion es del Sud-sud-ueste-al Nord-nord-este con inclinacion de ¿0 grados hácia Oes- te-norueste; tiene 466 varas de ancho, sin indicio alguno de filones. Los filones que corren en la roca quarzosa quedan enteramente cortados al llegar a la referida pizarra arcillosa , y esta se halla á veces acompañada de una arenisca di: -granujienta , de color blanco y roxizo; en forma de riñones, y muy á propósito para ablar instrumentos de hierro. ] Siguiendo la misma direccion al Oeste se encuen- tran bancos de brecha de arena y quarzo, cuyo glú- ten es una materia siliceo-ferruginosa , mezclada de cal *. Esta brecha tiene So varas mas de altura que la roca quarzosa , sobre la qual descansa ; sus bancos cor- ren del Sur á Norte, con inclinacion de 10 grados al Oeste, y forman la cima de la montaña quarzosa. Naturaleza de los filones en la superficie de la Oz taña referida. En la circunferencia de 4 leguas se han descu- bierto 13 filones visibles en la «misma superficie; to- dos ellos atraviesan y cortan los bancos de la roca quarzosa. Los pimapales filones merálicos:son el Jelscalias do de la Plata”, el de la Esperanza * y el de San- ¿lago 4. Este último se presenta mas xico que los otros 1 Fig.IL 7. b. 2 Fig. IL 8. 8. 3 Fig. IL 9. 9. 4 Este filon no seha señalado en la cis POr! se tl en la falda opuesta de la montaña. — DE HISTORIA NATURAL. 203 dos en la superficie, y contiene un quarzo mezclado de cinabrio: ciertas dificultades imprevistas han impe- dido hasta ahora un exámen mas atento de este filon, -- Todos los filones corren en la hora 3 hasta 9 con inclinacion de 6o hasta 80 grados; el ancho de ellos no pasa de 20 ples. ; Direccion é inclinacion del _filon. del collado de.la Plata en lo interior de la montaña. + La boca del primer pozo S. Juan se halla en una altura de 497 varas «castellanas sobre Teruel , y. de 7934 sobre Madrid ; y :su pozo. enla falda ondeada: de ahí se baxa al Oeste-sudueste , donde edificáron la casa de fundicion: 25. : . ¿Eh Este filon correen-la hora 72, casi. del Este al Oeste, é inclina 60 hasta So grados al Sur. La roca de su suelo * se dirige: de «Sudueste-hácia Nord-este, con inclinacion de: 35.4. 40 grados al Nordueste.. La roca de su techo se dirige del Sudueste al Norueste, y en las excavaciones profundas alguna vez al Nord-no- rueste. Su inclinacion es de:8o grados hácia Sudueste. Este filon corre; bien:que pocas veces, en el suelo, y corta los bancos de este: lo mismo sucede tal qual vez respecto del techo: : h yadoní lo | El suelo y el techo estrechan algunas. veces á este filon ? , otras lo destrozaln:3, como ha sucedido por 1 En la Fig. 1. presentan los números 1. 1. 1. lo que se lla- ma suelo en los quatro filones (supuestos) A.B. C/ y D.; y los nú meros 2. 2. 2. lo quese llama techo: una explicacion mas exten- sa de ámbos términos es:contra el fin y los límites de la pre- sente memoria , y pertenece á los primeros conocimientos de la minera practica. 2 Fig. IL B. se llama en 3. filon estrechado. > 91909 3 Fig. 1. C. se llama en 4-.filon destrozado... h 294 | TATIANA MESTITH A tres veces «desde que se beneficia. «21h 190 Tiene de 4 4 16 pies de ancho, se destroza: muz cho en la espalda de la montaña Cal Oeste ), y pasa casi enteramente á la mina de hierro espático y negro. (Véase en el ta núm. 39 hasta el qa ) Naturaleza del filon del Collado, 7 de sus s obras 3 actuales de mineria. 3 í Este filon se compone de un ; qUArzo de color blan- comas ó menos puró y de cierta dureza háciarla su- perficie exterior de la montaña; pero en las .entrañás de esta es casi deleznable y de un aspecto sumaniente seco. No se-han encontrado aguas en toda la-profun> didad excavada hasta el dia; y los minerales:se-hallan en un estado de descomposicionsmas ó menos adelan- tada. 1290 Se encuentran en el filon Ecole grupos de amas tista, minas de hierro espático y. negro, minas de cos bre pardo, amarillo y de color de teja (que dan; 12 hasta 35 por too de cobre ), una corta cantidad de mina de cobre gris, malaquita, y azul de cobre , muy poca bárita folicular, y aun menor: cantidad de felds- pato. ¡ 5 Hacia el techo del filon:sé presenta el pde: sembrado en algunos parages ; pero én cortísima' can- tidad. (Catálogo desde el núm. 12 hasta 36.) Hacia el Este en el colladero de S. Luis se pre- sentan las minas de:cobre sembradas en altura de 12 varas; en algunos otros parages se halla la mina de cobre en masa de medio hasta dos pies de diámetro: de modo que se puede asegurar que las minas darán cobre á la casa de fundicion por el espacio de. 2 años. Este filon por consiguiente, aunque hasta ahora DE HISTORIA NATURAL. 298 mu AS por. + su mineral rico en cobre y muy pobre en azo- gne, 1 spnes de repetidos ensayos hechos segun arte, da 27715 por oO de cobre, y apenas una onza de azogue: quintal: y el mineral mas rico en azógue desnnes de ¿tcado y separado rinde solamente tna on: Za Y ¿: y como en el espacio de 11 años se han saca- do solamente 4099 quintales de la primera especie £ y 3116 de lasegunda, es fácil demostrar segun éstos datos que el filon del Collado jamas debió ni pudo ser considerado'como mina de azogue; y por: consi- guiente que sí sé mandó su beneficio , fue sin“duda porque las muestras enviadas 4 Madrid en varias épo- cas fuéron escogidas con estudio, 2 BRA opt, Las varias galerías de comunicacion, hechas hasta el día en lo interior de la montaña en busca: del filon, y para renovar el ayre, solamente tienen 32g varas de largo: la mayor profundidad de los pozos no pasa de 124 varas: la boca del primer pozo, llamado pozo de S. Juan, está a 497 varas sobre el nivel del Gua- dalaviar. Por consiguiente si el filon llegase. 4 esta profundidad, podria hacerse una galería á mucha ma- yor de la actual del pozo; porque entre el fondo! de este y el nivel del rio quedan aun 373 varas. Son 12 los pozos que se han abierto sobre este fi= lon, y la mayor parte de ellos con comunicacion recí- proca por falta de ventilacion, lo que ha causado gas- tos muy crecidos. Tres de ellos empiezan desde la 'su- 1 La mayor parte de estos 4099 quintales de.mineral sé ha- lla picada y escogida para la fundicion. La calidad de este mineral y la abundante mezcla que contiene de mina de hierro exigen ne- - cesariamente un maestro fundidor inteligente para la separacion exacta del cobre. 296 AN AL ES perficie. En la parte del Oeste se han construido 2 so- cavones , y. toda la obra interior presenta 3 pisos, casi siempre con el fin solo.de renovar el ayre. de Las galerías tienen. por lo regular: s pies de an- cho, y 4 veces mas. de 7.4 8 de alto,, contra todas las reglas de. la minería económica , que prescriben para | semejantes obras 6 de alto y 37 de ancho. Aun no se ha exáminado este filon para calcular por quanto tiempo suministrará minerales de cobre;, operacion que debiera estar ya hecha. Desde la su- perficie del pozo de S. Juan hasta el suelo; del pozo de; S: Luis hay actualmente. 1 2.4 varas de profundidad ;.si se continuase en baxar unas 30 Ó.g0 varas mas abaxo de la actual profundidad del pozo de S. Luis para subir luego hácia el Este, se: acercaria al centro. Esta obra es indispensable,:y por. otro lado fácil, por, hallarse el filon absolutamente sin-aguas, y presentarse los mine- rales como calcinados. Si hecha esta operacion falta- sen los minerales de cobre, seria preciso renunciar én= teramente al beneficio de este filon.. >... Naturaleza del filon de la Esperanza. Este filon dista media hora hácia el Oeste de la mi- na referida del Collado , y corre. enlahora 7. (casi del Este al Oeste ) con inclinacion de,7or4.8o grados hácia el Norte. JA á Su caida es por consiguiente enteramente opuesta á la del filon del Collado, de modo que parece deben encontrarse ambos filones en la profundidad de 800 4 goo varas *. | : 1. Fig. IL 8. 8. filon del Collado, y 9. 9 filon de la Espe- Tanza. DE HISTORIA NATURAL. 207 Este filon tiene en la superficie exterior de 2 4 varas de diámetro, el qual se va estrechando hácia el fondo, de modo que en la profundidad de too varas que actualmente tiene-queda reducido á g ó á 6 pies. Su techo y suelo corren de Sur á Norte, con inclinacion de 6o grados al Oeste, y el filon corta sus bancos. Estos se componen en la superficie de una brecha de roca quarzosa; pero en lo interior se pre- sentan conformes á los del filon del Collado, con sola la diferencia, que en el suelo del de la Esperanza pre- sentan mayor grado de dureza, y se reducen por la mayor parte á una brecha de roca quarzosa de grano menudito *!. Este filon contiene grupos de amatista y cristal de roca ?; pero en mucha mas abundancia la mina de hierro especular-espática 3; tanto que el mineral de hierro se presenta á veces en masas de $ á 6 pies de diámetro. En esta mina de hierro + se halla sembrado el cinabrio, y el quintal da á lo menos diez y seis ve- ces mayor cantidad de azogue que el cinabrio que hasta ahora se ha sacado de la mina del Collado, ha- biéndose observado ademas de eso que en la profun- didad aumenta el mineral de riqueza. No presenta in- dicio alguno de cobre, y el cinabrio se halla casi siem- pre en el suelo del filon, cuyo interior ofrece ¡gual- mente una descomposicion muy notable. 1 En los 8 años que se beneficia esta mina solo se han hallado dos veces ligeras señales de cobre 5, de mo- do que la naturaleza de este filon es muy diversa de - 1 Véanse en el catálogo los.núm. 48, 49,50,69,70 y 71. 2 Catálogo, núm. $3, 584 y 55- 3 Véanse en el catálogo los núm. g1, 52,62 y 63» - 4 Catálogo, núm. 56,57,58 y 59» 5 Catálogo, núm. 67 y 68. TOMO 11. € 298 AN A LES la del Collado. Su direccion es mas constante y mu-= cho mas regular, aunque alguna vez es mas estrecho. Obras de minería actualmente executadas en el_falon -de la Esperanza. Sobre este filon se han excavado 3 pozos desde la superficie de la montaña, y 2 en lo interior de ella, cu- ya profundidad total no pasa de 10g varas. Las obras horizontales tienen 220 varas de largo, y se reducen á 3 pisos con comunicacion por medio de estos $ pozos, No se ha exáminado todavía la profundidad de es- te filon hácia el centro de la montaña. En lugar de ha- ber dispuesto un socavon en la parte del Este del fi- lon , que es el punto mas baxo de la falda de la mon- taña , se abriéron al revés pozos en la parte mas alta y hácia su espalda, de modo que se ha errado preci- samente la posicion geonóstica de esta montaña en todos sus puntos. Hacia la espalda de la montaña al,Oeste entra este filon sin que se altere su direccion eh una roca arenisca; muda allí de repente de naturaleza, y pre- senta la bárita folicular * sin materias metálicas, y su diámetro disminuye al mismo tiempo. - El filon Santiago dista media hora hácia el Me- diodia de la Esperanza, tiene su misma direccion é inclinacion, y se compone de los mismos ingredientes. Se ha propuesto la construccion de una galería para ver como se presenta este filon en la profundi- dad de 25 toesas. 3 Catál. núm. 43- DE HISTORIA NATURAL. 209 Explicación de la fig. L. de la tab. 24. A. 1. GS oh. ita lr rd. T. dd de los filones A.B.C.D. A o. 2 2 2 DA . Lechos de los mismos 4 filones, 3. Filon estrechado. 4 de destrozado. Figura 11. de la tab. 24. Corte pqadibias de las montañas de ds contornos de Teruel. 1, 1. 1. Bancos calizos. 2. 2. 2. Bancos de arcilla roxiza con cal. 3. Bancos de la montaña caliza, en cuya cima está situada la ciudad de Teruel en A. j 4. Bancos calizos con conchas hácia el collado de la Plata. $. Bancos calizos sin conchas. 6. Roca quarzosa. 7. Brecha quarzosa. 8. Filon de cobre del collado de la Plata, 9. Filon de hierro con cinabrio de la Esperanza. 10. Montaña mas alta que las anteriores , de bancos calizos. Catálogo científico de las producciones mineralógicas recogidas en el viage antecedente. [ Núm. 1.*] Roca caliza compacta con textura 1 La coleccion sistemática, que corresponde á. este catálogo, se conserva con los mismos números en este Real estudio de Mi- aeralogía para su demostración. v 2 300 ANALES ligeramente áspera , casi astillosa en su fractura re- ciente ; color gris amarillento, que pasa por varios grados de intensidad al parduzco. Corresponde al gé- nero calizo familia 2. de Widenmann $. 131. Los marmolistas honrarian tal vez esta roca con el nom- bre de mármol Cipolino muy pálido. Contiene pe- trificaciones de conchas, y es por consiguiente de for- macion moderna. | | [2.] Estaláctica caliza compacta tuberculosa, transparente en lo interior de cada tubérculo. Su su- perficie descompuesta por la accion de las aguas y de la atmósfera presenta con mucha claridad las capas ó partes distintas concéntricas de que se compone esta estaláctica. La superficie se halla mas Ó menos man- chada por el óxido de hierro. Fam. 4. esp. 2. $. 134. de Widenmann. | [3.] Roca quarzosa de que se compone toda la parte superior de la montaña del Collado. Color gris, y textura astillosa en su fractura reciente; por ma= yor presenta textura pizarrosa con bastante perfec- cion. Estos caracteres son peculiares á la materia quar- zosa siempre que forma masas muy considerables, co- mo montañas enteras, Ó gran parte de ellas. A se- mejante quarzo , pero de formacion parasítica, y por consiguiente moderna, daríamos en la Orictogno- sia el nombre de quarzo comun, que pasa á la roca córnea. | [4] Roca quarzosa de igual naturaleza que la del núm. 3., mas Ó menos teñida con bastante des- igualdad de color pardo-roxizo por el óxido de hier- ro, de textura perfectamente pizarrosa. La fractura transversal prueba con evidencia la deposicion de una materia fluida. Las venas pequeñas de quarzo blan- co, que cruzan este fósil en varias direcciones, prue- / DE HISTORIA NATURAL. 3o1 ban una formacion posterior, y diversa de la masa principal. | [ 5. ] La referida roca quarzosa de color gris, y de formacion estalactítica. La materia quarzosa, quan- do se hallaba en estado líquido, ó al tiempo de su primera formacion, ó bien por medio de una disolu- cion posterior, fue depositada en figuras cilíndricas no adherentes entre sí : los intervalos de estos cilindros se llenáron posteriormente de una masa homogénea ó compuesta , como veremos mas adelante, y formáron una roca compacta, cuyo corte transversal presenta secciones verticales de los cilindros á lo largo. Seme- jante formacion se ha observado ya muchas veces en la calcedonia *; pero nunca, ó rarísimas veces en el quarzo: por consiguiente no podemos señalar al pre- sente fósil lugar determinado en el sistema de Wi- denmann. [6.] Brecha siliceoferruginosa unida por la sí- lice y el hierro. Consta de fragmentos angulosos mas ó menos redondeados de. las rocas descritas. El hierro se halla depositado sobre y entre los fragmentos de la brecha, y presenta yá la mina de hierro micáceo (Fam. 5. esp. 2.), ya un tránsito al hierro especu- lar. (Fam. 5. esp. 1.) Esta brecha no solo se halla en- tre las rocas referidas, sino tambien en ambos lados del filón, y es por consiguiente de tercera formacion. [7.1] Quarzo comun pizarroso diversamente te= ñido en su masa de pardo-roxizo, por el hierro en di- ferentes estados. Se tíalla mas Ó menos íntimamente mezclado del óxido de hierro, del hierro roxo esca- moso (Fam. 6. esp. 1. $. 297.) y de mica, pasando 4 x Del cerro de Almodóvar, junto 4 Ballecas, se conservan en. este Real estudio de Mineralogía varios exemplares de calcedo- nía, cuya formacion es de esta naturaleza. | 302 CO CANALES la mina de hierro micáceo (Fam. g. esp. 2. $: 269.) Esta roca forma pequeños nidos y bancos irregulares entre los bancos de la roca quarzosa, y en lo interior - de esta misma roca núm. 3. Su formacion seria tal vez . contemporánea á la del filon metálico de que habla- rémos luego. | LS, ¡ P [ S-9-10. | Mezcla de quarzo gramujiento de co-- lor gris ligeramente verdoso, de mica plateada, y de hierro escamoso. Esta roca se halla particularmente en - el techo del filon, y es de la misma formacion. En un: sistema orictognóstico pudiera clasificarse entre las are=- niscas silíceas ($. 429. núm. 4. y $. Widenm.); pero en la Geonosia sé considera como una formacion de aquellas casuales que presentan muchas veces los filo- nes en sus lados y en su interior. ¿0 [ 11.] Mezcla de quarzo, mica y mucha arci= lla, en partículas muy menudas. Esta roca forma el techo del filon, y una de sus cintas laterales; no pue- de llamarse granito porque la arcilla domina en ella demasiado, y porque su dureza es muy poco conside- rable. Aunque presenta la verdadera textura folicu- lar ondeada del granito folicular, dexa de serlo por faltarle á su mezcla el feldspato. 37 a | 12. ] Amatista de color blanco gris, en pris- mas muy baxos de seis lados, terminados en punta en ambas extremidades por la pirámide de seis lados. 'Es- tos cristales presentan grupos de formacion parasítica, pues se hallan en el cuerpo del mismo filon, y estan cubiertos de pequeños cristales del hierro espático len- ticular (hierro fam. 8. letra c.) y de algunas manchas' de malaquita. ht [ 13.] Amatista igual á la antecedente; pero presenta en la superficie unos cristales, cuya descrip-. cion se dará al fin del presente catálogo. DE HISTORIA NATURAL. 303. [rad Amatista con ocre de hierro, hierro es-' pático lenticular, y malaquita fibrosa divergente, de bello color de esmeralda, [rg-16-17. e. Amatista como la del núm, 12. de formacion parasítica en el filon. Es precisó que su ma- sa fluida se haya depositado y cristalizado en diversas épocas; porque de otro modo: sus pirámides no esta- rian cubiertas de una capa de calcedonia en cada se-- paracion; ademas de eso debe haber tenido la calce- donia el tiempo suficiente para descomponerse, ó bien' para perder parte del agua de su cristalizacion, en cu- yo caso algunos suelen llamarla cachalong *, que vie- ne á ser la misma alteracion en órden á la calecdomia que la del hidrófano en órden al opalo. Este fenóme- no es-la verdadera causa: por la qual la masa de la ac- tual amatista se separa facilmente por las faxas de la: calcedonia, la qual queda á veces adherente á las pi- rámides del amatista, y otras á las impresiones que: dexan én el lado opuesto. La calcedonia presenta en sus planos de separacion bellas dendritas negras, y man- chas de malaquita de color verde muy claro. 18.] Quarzo comun gramujiento, casi delezna- > ble. Es el resultado de una disolucion de la roca quarzo- sa, y por consiguiente su formacion es muy posterior; no presenta su mezcla arcilla ni mica, sino un quarzo quasi poroso de color blanco. La naturaleza se ocupa sin cesar en semejantes alteraciones y recomposiciones de la materia qUarzosa ; lo que vemos en los contor=' nos de Madrid á cada paso, y con abundancia admira- r Nombre de significación muy vaga en la Mineralogía, y por lo mismo creo con el Abate Esthner, que debe proscribirse para. evitar equivocaciones. El fósil de Carintia, por exemplo, que cor- re en el comercio con el nombre de .cachalong , €s Una verdade- ra especie del opalo ke, 304 3 ANALES ble ; pero aun no conocemos los agentes que emplea en estas operaciones; y esperamos que algun dia la Quí-. mica correrá el velo que las cubre. [19.] Calcedonia en estalagmitas ondeadas, te- ñidas de azul celeste por el cobre. Este fósil se ha formado y depositado sobre el quarzo parasítico del filon, y en medio de su masa.. Ofrece algunos indicios muy ligeros de feldspato. | [ 20..] Feldspato compacto de bles blanco tier- no de leche. Su textura es muy oculto folicular, y en su fractura presenta partes distintas tambien folicula-. res. Los caracteres exteriores de este fósil no son con toda exáctitud los del feldspato compacto, ni los del comun : de modo que merece un particular exámen. Sus partes distintas se hallan manchadas por el cobre verde y azul. Sus venas, cuyo grueso es de una pul- gada ó de pulgada y medía, corren por medio del quarzo parasítico del filon, que solo presenta cierto grado de pureza quando se halla en contacto con aquel, quarzo cuya descomposición no está aun muy adelan-. tada. Todo lo qual hace sospechar , que la descompo- sicion de este fósil por un lado, y por otro la del quar- zO, preparan y suministran los materiales para la for- macion de la calcedonia. La dureza de este fósil es muy considerable. (Género silíceo, fam. 23. esp. 3. Widenm.) [21.] Azul de cobre radiado, de color y trans- parencia del zafiro. La figura de sus cristales, que son muy pequeños, es prismática (cobre, fam. 10. esp. 2. núm. 3. 4. 5.): dichos cristales se hallan agrupados en lo interior y sobre las cavidades del quarzo,el qual da al mismo tiempo indicios de malaquita fibrosa. [22.] Mina de cobre hepático, combinado en su masa mas Óó menos íntimamente con la mina de co- DE HISTORIA NATURAL. 308 bre gris antimonial, y con indicios de pirita de cobre, color de oro. Si se exámina con cuidado la presente mina , parece que la descomposicion de la pirita co- briza forma el cobre negro, que mezclado con el co- bre gris y con porcion de óxido de hierro, forma el cobre hepático ; esta formacion es parasitica en las mi- nas de cobre. Widenmann $. 280. letra b. -¿[23.] Mina de cobre igual á la del número an- terior, pero con la diferencia de que tanto el cobre amarillo como el gris apenas son perceptibles. Parece contener mayor porcion de hierro y cobre negro. Esta mina es muy compacta y pesada, á pesar de tener mu- chas cavidades, tapizadas de malaquita fibrosa muy brillante. [24] Mina de cobre hepático pardo y negro en lo interior, y sobre un quarzo celular perforado. -[25.] Mina de cobre hepático pardo, íntima- mente mezclado con el cobre gris y amarillo; el cobre amarillo es abundante en esta mina, pero no domina. ¿[26..] Ocre roxo de hierro deleznable, mezclado en toda la masa de fragmentos pequeños de quarzo de la naturaleza del núm. 18. El color de este ocre es el roxo de teja subido, y creo que el presente fósil será de la misma naturaleza que los mencionados cristales en el núm. 13. aja Le [27.] Mina de cobre, gris antimonial en masa compacta, mezclada de mina de cobre hepático y pl-- rita. El cobre hepático pasa al cobre negro compacto, y el quarzo que se halla en contacto inmediato con es- ta mina, está penetrado y teñido por el cobre negro. Se observa en toda la masa de esta combinacion cierta - tinta de color roxizo, que provendrá tal vez del cina- brio ó del cobre roxo. Segun los ensayos que hizo D. Luis Proust en el parage mismo de su nacimiento, 306 | ANALES esta mina carece enteramente de plata; no obstante que pudiera sospecharse contenerla por la grande: analogía que presenta con el cobre gris de Hungría; del Harz y de Saxonia. Esta misma diferencia la haw ce acreedora á una exácta analisis química. - [28.] Mineral rico compuesto de una mezcla ¿ná de todas las variedades de los: mencionados: minerales. El cobre hepático pardo y el gris se perci- ben bastante con la simple vista. [29.] Mina de cobre gris casí puro, mezclada; de quarzo teñido de azul y verde por el cobre. | [30.] Malaquita fibrosa muy bella, en ma cavidades de un quarzo teñido por el cobre. 31. |] Mina de cobre hepático pardo , con cavii dades llenas de malaquita cristalizada. Este cobre he- - pático forma en el presente exemplar un pequeño fiz! lon de una pulgada de grueso, que corre entre dos cintas de mina de hierro espático pardo, con peque-: ñas cavidades llenas de cinabrio térreo y de pequeñas: partículas apenas perceptibles de cinabrio cristalizado, ¿En qué consiste que estos indicios de cinabrio solo ses presentan en el hierro espático, ó bien en el resulta=' do de su descomposicion? ¿y por qué se encuentra: constantemente cerca del íscho del filon, y no cerca: del suelo ? 3 [32.] Cinabrio térreo en un óxido de hisiro endurecido térreo (descomposicion , al parecer, eS hierro espático ) sobre quarzo amarillento. [ 33: ] Cinabrio menudo y confusamente cli zado , de color roxo claro, mezclado de la mina de co-1 bre hepático, del cobre gris, y de manchas superfi- ciales de cobre negro térreo. El presente mineral es el; mas rico en azogue que hasta ahora se ha sacado de' la mina del Collado. Ar aio nel DE HISTORIA NATURAL. 307 2341 Cinabrio térreo, en lás cavidades de. un quárzo Hale! perforado y celular: | [35.]- Cinabrió: térreo endurecido en una masa mas contínua que en las variedades referidas, sobre -quarzo celular, fuertemente penetrado y manchado de gano: metálicos; entré los quales domina el de hierro. ¿1 36.] Cinabrio térreo y menudamente cristali- ds mezclado-dé óxidos, que sirven de masa para unir una brecha de formacion casual en algunos hue- cos del filon. Esta brecha, aunque poco, endurecida, es Puy pesada. L 37-38. ] Mina de hierro espático en descompo- sición, pasando al 'ócre de hierro amarillo-parduzco, bastañte compacto aun para poder observar la textura primitiva folicular de esta mina de rá y los restos de sw'eristalizacion. - L 39: La misma Deicompontiios bien que mu- cho más adelantada; presenta mayor deleznabilidad, «color más amarillento. 2 [40] “Ocre'de hierro amarillo térreo endureci- Po meztlado' íntimamente con mucha tierra silicea. Lar. ] Oxído pardo y negro de hierro, endure- cido , que resulta, al parecer, dela destofpósicion del hiérro espático. Presenta indicios de malaquita fi- brosá ¡y contiene tal vez cobre hepático en su mezcla. “Estas tres variedades de ocres endurecidos mere- cen y exigen una exacta analisis química. ] [.42.] Quarzo' celular , esponjoso, perforado, y teñido dé color pardo óbiénto por el cobre hepático térreo y por el óxido de hierro, con indicios ligeros de malaquita. Ciertos vapores ó infiltraciones ácidas pueden ; haber atacado este quarzo, y haberle dado el . aspecto que á veces designan con-el nombre trivial en bizcocho. 308 o ANALES E [43] Espato pesado ( sulfate de barita folicu= lar ), de color de carne. Se ha encontrado en. figura de bolas tuberculosas entre los óxidos endurecidos de hierro, en el filon de la mina del Collado, con bellas dendritas en la superficie delas bolas. En la textura de este fósil se distinguen hojas de.3 4.4 líneas de grueso, + L44-45:-46-47.] Variedades de una roca quarzo= sa, con textura granujienta, de que se compone el suelo del filon del Collado. El núm. 44. presenta un quatzo roxizo granujiento, bastante compacto, muy mezclado de hojitas de mica plateada y de manchas de malaquita. El núm. 45. encierra menor porcion de mica, y ma- yor copia de malaquita. El núm. 46. ofrece ciertos ca- racteres de la pizarra arcillosa, tanto por su textura pizarrosa,como por una unctuosidad notable. El núm. 47. es una verdadera pizarra silícea, bastante folicu- lar en su fractura, pero granujienta en su textura Y. [ 48.] Roca quarzosa, de color gris y textura astillosa , que forma la parte superior de la, montaña de la mina de la Esperanza. Es idénticamente pare- cida á la del Collado, cuya descripcion hemos dada en el núm. 3. 10 q -La49-50. ] Brecha silícea, que forma el techo del filon de la mina de la Esperanza, compuesta de frag- mentos angulosos del quarzo gris ya referido , unidos por un óxido de hierro mezclado con la silice. Esta brecha es susceptible de un bello pulimento,.y. por causa de su color y formacion viene á ser precisamén- te la variedad á que en Alemania dan el nombre tri- vial de piedra de salchichon , wurststeín; si hay al- 1 La idea de pizarra silícea es mucho mas extensa y general en la Geonosia que en la Orictognosia ; porque en esta última solo se lama así el fósil sencillo del género silíceo , familia 34 de Wi- denmann. 350 y DE HISTORIA NATURAL. 309 £una ligera diferencia consiste en que en la presente brecha de la Esperanza se observan mas bien conservados los ángulos del quarzo gris. LY Escultura podrá sacar buen partido de esta brecha, empleándola para varios objetos del luxo , como urnas, vasos, mesas Éc. [g$t-52.] Mina de hierro especular en masa y cristalizada, que ha pasado ya enteramente á la mina de hierro pardo deleznable por medio de la descom- posicion. La grande analogía de algunos caracteres exteriores de esta mina con los del hierro especular, su cristalizacion, la posicion que afectan sus cristales en el modo de agruparse, ciertos vestigios del lustre metálico del hierro especular en la superficie de algu- nos cristales, é indicios aun del juego superficial de color pavonado, me hacen considerar esta mina como un hierro especular descompuesto. No creo que pue- de clasificarse con el hierro espático, pues no hace la menor efervescencia con el agua fuerte. Respiran- do con fuerza sobre ella se percibe el olor de arcilla magnesiana. La figura de sus cristales me parecen ser la tabla romboidal y la lenteja. No conozco los aná- logos de esta mina importante, la que en verdad me- rece una analisis química muy exácta, de la qual de- ben salír luces tan útiles al Mineralogista como al Quí- mico. Ls -Ls3-84.] Mina de hierro especular-espático, cristalizado en lentejas agrupadas con cristales de roca en prismas baxos, terminados en punta por dos pirámi- des. Los pequeños cristales de roca son tan perfectos como brillantes, y muy parecidos á los que llaman tri- vialmente cristales de Alenzon. La mina de hierro participa tanto de los caracteres del hierro especular como del espático. Una pequeña porcion de cobre pare- ce estar combinada con el óxido de hierro en esta mina. 310 nov AN A LES . [ss] Amatista en pirámides confusamente cris- talizadas. | 105 “A - [56.] Cinabrio de color roxo-claro, menudo, y confusamente cristalizado, que pasa al estado térreo, en un quarzo celular perforado, muy penetrado del óxido amarillo de hierro. En las cavidades libres pasa el quarzo al amatista. | o O [ s7.] Cinabrio (como el anterior) sembrado en la mina de hierro espático en descomposicion, con cristales de amatista. | | | [58.] Cinabrio (de igual especie) en su masa abundantemente mezclado de hierro pardo endureci- do, de tierra silícea y arcillosa. Esta mina parece con. tener cobre y antimonio, y su analisis química estable» cerá la diferencia entre ella y la de la Creu *.. Los números ¿8. $9. 60. y 61. presentan las quatro varie- dades mas ricas que hasta ahora se han sacado del filon de la Esperanza. a [ 60-61. ] Cinabrio térreo de color roxo claro, confusamente depositado y mezclado con óxido de hierro en una roca quarzosa perforada. [62.] Hierro espático algo descompuesto, de color amarillo de isabela , y roxo parduzco-claro , con dendritas negras muy menudas. [63.] Hierro espático pardo-negruzco muy Ca« racterístico, en el quarzo gris astilloso. Todo el cina- brio de la mina de la Esperanza se presenta en esta mina , cuya descomposicion ofrece estados muy diver» sos, y produce los óxidos amarillos y pardos del hier- ro, que acompañan y penetran el cinabrio, la materia quarzosa, y las demas rocas de este filon. [ 64.] Mina de hierro pardo y negruzco en masa 1 Monte así llamado entre Artana y Eslida, pueblos del rey+ no de Valencia. Véase el tom. 1.2 de Val. del Sr. Cavanilles. +5 DE HISTORIA NATURAL. 311 compacta, con textura leñosa en su fractura, [65.] Quarzo celular y perforado, penetrado por el óxido amarillo de hierro, con algunos indicios de cinabrio. [66..] Ocre endurecido amarillo de hierro, mez- clado con mucha tierra silícea, y algunos indicios de cinabrio. Pretenden que este ocre está penetrado de azogue, lo que debe decidirse por la analisis química, 67. ] Mina de cobre gris antimonial, sembrada en granos irregulares en un quarzo teñido de color verde por el óxido de cobre , entre dos cintas del mismo quarzo , cuyas cavidades parecen formadas por la descomposicion de la mina gris, y llenadas luego por el óxido térreo. Pudiera llamarse esta mina , aun- que trivialmente, mina de cobre gris atigrada. -[68.] Mina de cobre gris antimonial, óxido vet- de, y azul de cobre, pirita amarilla, hierro espático, óxidos del hierro, mezclados con desigualdad. Núm. 67. y 68. forman riñones, y pequeñas venas en el fi- lon de la Esperanza. | [69-7071.] Rocas quarzosas roxizas, pizarrosas en su formacion, mas Ó menos micáceas, sobre todo en los planos de separacion; forman el suelo del _filon de la Esperanza. Descripcion de los cristales indicados en el nume- ro 15%. Color : en lo exterior presenta este fósil un color ne- : gro parduzco, y en lo interior un roxo de teja bas- _ tante vivo, á excepcion de muy pocos cristales, - de amarillo de ocre, y de gris algo negruzco. -3 Por D. Martin de Párraga. 312 ANALES El color exterior forma solamente una cascarilla, aplicada como un barniz á toda la superficie de los cristales ; es tan delgada esta cascarilla, que la vista natural no puede determinar su espesor, y en algunos cristales se halla aun manchada de la malaquita verde. He observado un solo cristal en que la cascarilla ne- ro parduzca se haya cubierto enteramente de una bella malaquita sedosa. | Figura : en pirámides de tres lados iguales (tetrae- dros ) con esquinas truncadas, | Esta figura primitiva se halla” casi siempre al- terada: 12 Por ser muy débil la truncadura en tal qual esquina, de manera que se conoce muy poco, ó des- aparece del todo. 22 Por ser la truncadura muy fuerte, de lo qual resulta que sus planos se tocan en los cortes, y pasa por consiguiente la pirámide al octaedro, bien que no siempre se verifica este tránsito, pues para que resul- tase el octaedro perfecto , Seria necesario que las qua- tro se tocasen; y en algunos cristales se nota que son dos ó tres no mas las que se alcanzan. . O Advierto tambien en algunos cristales que dos de las esquinas de la truncadura se hallan truncadas de nuevo. Tamaño : los cristales son pequeños con corta diferen= cia: presentan algunos planos ligeramente conve- xós , y forman con freqiiencia acumulaciones de dos , tres y quatro cristales. yo Lustre: en lo exterior, desde mate hasta grasiento: en lo interior , mate. Algunas de las superficies lustrosas se hallan raya- das irregularmente. | Textura : térrea: los cristales muy deleznables. DE HISTORIA NATURAL. 313 Matriz : este fósil se halla sembrado sobre grupos de amatista (núm. 12.), y acompañado de cristales del hierro espático, y otros capilares de la malaquita fibrosa. | Observaciones sobre la naturaleza de estos cristales. No deben ser muy abundantes estos cristales en la mina del collado de la Plata; mas no por eso pueden considerarse como un mero efecto de la casualidad, - Que rara vez se presenta. Don Guillelmo Thalacker solamente traxo dos pedazos de la referida amatista, en cuya superficie habia notado algunos de estos crista- les; pero habiendo exáminado yo otros grupos seme- jantes de la misma mina, traidos anteriormente en otras ocasiones, y conservados hoy en este Real estudio, des- cubrí algunos otros cristales de esta misma especie. -. En quanto 4 determinar su naturaleza, aunque creí por algun tiempo que era de la mina de cobre de color de teja en figura regular ó de cristalizacion; con todo, abandoné despues esta opinion lisonjera que ofrecia un descubrimiento nuevo en la Mineralo- gía: porque estos cristales no contienen cobre en su combinacion. Calcinados al soplete quedan desde lue- go fuertemente atralbles por el iman; fundidos con el borax producen un vidrio verde amarillento bastante manchado. El prusiate de potaza forma en su disolu- cion muriática un precipitado abundantísimo de hierro; y el amoniaco no indica la menor señal de cobre. El ácido nítrico, en frio, apenas ataca este mineral; y por medio de la digestion no presenta este mismo áci- do descomposicion alguna, de modo que parece ha- llarse el hierro en estos cristales oxidado al maximum. Visto todo esto, y considerando pox otro lado TOMO 11. Xx 314 “ANALES ys que la mina de cobre de color de teja es una familia parasítica entre las del cobre, la qual; segun la opi- nion general de los Mineralogistas modernos, se com- pone de una mezcla mecánica de cobre roxo y ocre de hierro, con variedad arbitraria en las proporciones, no me atrevo 4 dar al presente fósil el nombre de mí- na de cobre , de color de teja cristalizada. Entre la multitud de exemplares que conozco de la mina del Collado no he observado la mas leve se- ñal del cobre roxo, ni del cobre nativo. La expe-. riencia confirma la opinion de que el cobre roxo es ' casi siempre el resultado de la descomposicion inme- diata del cobre nativo; del mismo modo que en las. minas de plata de América he observado con freqiien=. cia que el muriate de plata es casi siempre el resulta- do de la descomposicion de la plata nativa. Lo cierto es.que en ambas ocasiones se presenta el fenómeno im- portante de que una masa de cobre roxo conserva por lo regular en su centro una porcion de cobre nativo: y que lo mismo sucede con las masas del muriate de plata respecto de la plata nativa. Poseo en mi colec- cion exemplares de una y otra naturaleza. ; La cristalizacion de esta substancia se encuentra sin duda alguna con iguales variedades en el cobre ama- rillo: pero aun quando quisiéramos considerar estos cristales como una descomposicion de sulfureto de co- bre, deberia presentarse en su combinacion cierta por= cion de cobre, lo que no he podido descubrir por los medios regulares. | Estas ideas solo se dirigen á excitar la atencion de los Químicos, que algun día nos sacarán probable- mente de estas dudas. -DE HISTORIA NATURAL, 315 - Calcedonia de Panamá, por D. Ramon Espiñeira. Codi blanco-gris, gris-azulado, y gris-negruzgo. Cada uno de estos colores domina en su respectivo exemplar, y en su interior forma listas de mayor y menor intensidad , que á veces se presentan. parale- las curvas, y á veces en dibuxo de fortificacion. Figura: bulbosa, y á veces tan irregular ,. que «es muy chatamente redondeada. | Casi siempre presenta pequeñas cavidades algo bolares, en los dos lados opuestos mas anchos, que indican ser impresiones de otros fósiles, en medio de “los quales se hallaba al tiempo de su formacion. Lustre : en lo interior pasa algo al reluciente, el qual es mas intenso en las variedades de color gris-ne- gruzco, o. 10 ME : Textura : igual, que ya pasa 4 la astillosa, ya á la chato-concheada. | Fragmentos : esquinas indeterminadas, filos muy cor- tantes. | o: Transparencia: en pedazos gruesos es muy translu- ciente en los cortes, que pasa al medio transparen- te; pero en pedazos delgados es enteramente me- dio-transparente. | Dureza : dura. Coherencia: rompe con facilidad. - Y es fria al tacto. Gravedad comparada : no muy pesada. Gravedad específica: = 2,600. | Esta calcedonia se ve toda cubierta de una cos- tra de color. blanco, que pasa por varios grados al blanco-gris, blanco-amarillento, amarillo 'de naranja, y amarillo de cera; es de diferente grueso, y presen- x 2 IÓ ANALES ta en su exterior escamas ya grueso, ya delgado-con» céntricas, que forman dibuxos 4 manera de fortifica- cion; en su interior es mate, y tiene textura com- pacta desigual, que se acerca á la astillosa; dicha cos- tra es un resultado de la descomposicion de la calce- donia, que ha formado el verdadero cachalong; fe- nómeno igual al que se observa en la calcedonia de- positada sobre una formacion de amatista de las minas de Teruel, la qual por la descomposicion en su su- perficie presenta tambien el cachalong. (Véanse los núm. 15. 16. 17. del Catal, cientif. de las produccio- nes de Teruel. ) Los caracteres de esta calcedonia demuestran que forma tránsitos ya á la roca córnea, ya al pedernal. Las variedades de color gris-azulado, en que es mas característica la textura astillosa, y de menor intensi- dad el lustre, presentan el tránsito á la roca córnea, aunque muy lígero 5 pero las variedades de color ne- ruzco se acercan mucho mas al pedernal, porque en ellas se descubre bien la textura concheada, y el relu- ciente de cera tan peculiar al pedernal. En algunos exemplares alterna la calcedonia con listas de amatis- ta de color gris-amarillento, y presenta en este caso una ágata. | Las listas que tiene esta calcedonía en su interior se manifiestan tambien á lo exterior en algunos peda- zos, principalmente en aquellos que por haber sido rodados se desprendiéron del cachalong, lo que pa- rece indicar una formacion por capas depositadas unas sobre otras en diversos estados de fluidez; de modo no obstante que quando llegó á efectuarse la total consolidacion , quedáron íntimamente unidas todas sus partículas, porque de qualquier suerte que se rompan, hunca se descubre plano alguno de separacion. o DE HISTORIA NATURAL. 317 Esta formacion se manifiesta mejor enel cachas long que cubre á esta calcedonia ,'el qual habiendo sido una materia homogénea, y en la actualidad sin el agua de su cristalizacion, pasó á distinto:estado, y resultó de él que las capas agitadas por la rotacion ó por otra causa violenta tuviesen mas facilidad de des- prenderse por algunos lados, y formasen así las partes distintas escamosas. A | D. Luis Née en sus viages por la' América halló esta calcedonia á las orillas del mar en el camino que hay de Panamá la nueva á Panamá la vieja en el Rey- no del Perú. Me ha asegurado que todos los exempla. res de este fósil se encuentran como empotrados en cantos informes de varios tamaños, de textura pizar- rosa, y que al romperlos salen los referidos exempla-= res de la calcedonia. bo. Descripcion de un gravímetro, ó instrumento á pro= pósito para medir la gravedad específica de los só- lidos y fluidos, por el ciud. Guiton; traducida del frances por D. Martin de Párraga. Dos. que la Química hermanada con las ciencias exáctas ha hecho ver que los fenómenos de. las com- binaciones producidas Ó descompuestas no eran el re= sultado de qualidades ocultas, sino la destruccion del equilibrio, causada por fuerzas motrizes, que algun dia se sujetarán al cálculo; se conoció la necesidad de proceder en los experimentos con tal exáctitud, que abrace todas las circunstancias que pueden impe- dir ó favorecer el movimiento. La gravedad especí- fica de los cuerpos debió entrar necesariamente en - estas consideraciones, pues al mismo tiempo que sit- ve para indicar la naturaleza de los cuerpos, sirve ta SI . ? ANALES tambien para juzgar de su pureza, de su estado de agregacion, de condensacion y de rarefaccion: todo lo qual se convierte en otras tantas causas inmediatas de movimiento Ó de reposo. Por lo mismo importa mucho perfeccionar los instrumentos destinados 4 me- dir la gravedad, y tambien hacerlos de un uso bastan- te cómodo en beneficio de aquellas personas que tie- nen que manejarlos con frequencia. De todos.los pesalicores inventados hasta. ahora el de Farenheit pasa por el mas exácto, el qual, co- mo sabemos, tiene por principio la comparacion de los pesos en volúmenes constantes. Los que se han cons- truido para medir la densidad por el grado de sumer- sion pueden servir en los obradores para dar una apro- ximacion suficiente al intento; pero, sin hablar aho- ra de la desigualdad de los tubos ni de la impertinen- te dificultad de hacer las escalas por observacion, ni tampoco del vacio que dexan los intervalos de las di- visiones por mas inmediatas que esten, no son sus- ceptibles semejantes instrumentos de correccion en órden á las diversas temperaturas, ni se han hecho para estar en las manos del Físico. La forma que Nicolson ha dado hace algunos años al pesalicor de Farenheit le ha hecho propio para medir la densidad de los sólidos: su uso se halla ac- , tualmente recibido: da con bastante exáctitud hasta la quinta decimal de la relacion con el agua tomada por unidad ; y es susceptible de correccion por las al- teraciones en el temperamento, y por la impureza del agua que por necesidad hay que emplear algunas veces (Véase el artículo areómetro en el dicotonario de Quim. de la Enciclop. metod. ); de modo que pa- “rece no hay mas que desear sobre este asunto. Pero como hasta ahora este pesalicor solamente se DE HISTORIA NATURAL. 319 ha construido de metal, no puede servir para las sa- les ni para los ácidos. Ademas sabemos que los areó- metros construidos segun los principios de Farenheit para los licores espirituosos, salinos y ácidos deben variarse en magnitud, figura y lastre. En unos la car- ga inferior debe estar á una gran distancia de la parte inferior de la botellita, para conservar la situacion vertical; en otros hay que ponerla mas inmediata pa- ra operar en menores volúmenes de líquidos; aquellos deben ser bastante pesados para sumergirse en los áci- dos concentrados; estotros muy ligeros para quedar suspensos en el alkool; y todos proporcionados en sus masas y dimensiones para reunir en el punto del las- tre la porcion del peso adicional, que no podria poner- se en el platillo superior sin sacarle de la línea; de suerte que en realidad se necesita una coleccion de pesalicores para satisfacer á los diferentes casos que pueden presentarse. | Para remediar en parte estos inconvenientes se pensó últimamente terminar el areómetro por un gan- chito para colgar arbitrariamente unas bolitas de cris- tal huecas por dentro y llenas de mercurio, que for- masen lastres de diferentes pesos ; lo qual aun no era suficiente para todos los casos. Ademas he visto en todos los instrumentos de este género, que he podido observar, que no han cuidado ó no han podido hacer el punto de nivel de la espiga comun para todos los lastres , de modo que mudando estos era preciso mu- dar tambien el alambre que lleva la señal dentro de la espiga superior. Yo he pensado que sin apartarse de los principios de Farenheit, haciendo solamente de vidrio el instru- mento de Nicolson, y con alguna ligera adicion, se le podia hacer mas general y cómodo sin disminuir en 320 ANALES nada su exáctitud. No se me ha ocultado la descon- fianza que naturalmente tenemos todos en los instru- mentos llamados polichrestes , los quales por lo regu- lar vienen á ser inútiles, por haberlos querido hacer propios para todos-los casos; pero al mismo tiempo he conocido que seria muy ventajoso para todos los que se ocupan en observaciones y experimentos el no necesitar mas que de una sola medida para deter- minar la densidad de todos los cuerpos sólidos ó lí- quidos. Este es el objeto que me he propuesto, y el que facilmente se podrá ver si he conseguido. Con este motivo observo que el nombre de pesa- . — licor y el de areómetro , su sinónimo por etimología, convienen muy mal á un instrumento que llene todas las condiciones indicadas; pues ambos á dos suponen que es líquido el cuerpo que se pesa, siendo así que para los sólidos es el mismo instrumento el término de comparacion señalado, al qual nos proponemos re- ferir el peso desconocido. Por lo qual propongo se le dé el nombre de gravímetro , facil de comprehender- se y de aplicarse en todos los casos. | : Este instrumento, que debe ser de vidrio, es de figura cilíndrica, porque esta extge el menor volú- men de los líquidos, y que por lo mismo debe prefe- rirse quando no hay precision de apartarse de ella pa- ra lograr que el instrumento se mantenga en la línea perpendicular. Lleva como el de Nicolson dos platillos, el uno superior á la extremidad de una espiguita muy delga- da, en cuyo medio está señalado el punto fixo de in- mersion ; el otro inferior terminado en punta que con- tiene el lastre, y está asido al cilindro por dos asas. La suspension móvil, ó la que se logra por medio del gancho, tiene el inconveniente de acortar la pa- DE HISTORIA NATURAL. 321 lanca que debe asegurar la posicion. . ./, . ' El cilindro tiene de diámetro 22 milímetros (11 líneas de Castilla), y de largo 21 centímetros (cer- ca de y pulgadas ); lleva en el platillo superior un peso adicional constante de g gramas (235 adarmes ó go granos ). Pueden aumentarse sus dimensiones, y hacerle capaz de recibir un peso mucho mas conside- rable; pero se verá muy pronto que no hay necesidad de esto. | Añado una pieza, 4 la qual doy el nombre de sumergidor; porque en efecto solo sirve quando está colocada en el platillo inferior, y por consiguiente su- mergida enteramente en el licor. Viene á ser una bo- la de vidrio lastrada con una suficiente cantidad de mercurio, para que su peso total sea igual al peso adicional constante, y ademas al peso del volímen del agua, que desaloja. esta pieza. Bien se comprehende que habiendo determinado el peso á la misma temperatura que á la que se arre- _gló el instrumento, este debe mantenerse en el mis- mo punto de sumersion, ya esté cargado con el peso adicional constante, ó ya este peso se halle reempla- zado por el sumergidor en la parte de abaxo. Ahora es muy fácil imaginarse cómo se adapta este instrumento 4 todos los casos. Servirá 12 para los sólidos; en cuyo caso es el pesalicor de Nicolson sin diferencia alguna. La única condicion que se requiere es que el peso absoluto del cuerpo que se pesa, sea algo menor que el peso adi- cional constante , que aquí es de g gramas (go granos). 22 Para los líquidos de menor gravedad específi- ca que el agua. El instrumento sin el peso adicional constante, pesa cerca de 2 decagramas (10 adarmes)' con las dimensiones anteriormente explicadas; luego Pe 322 CATUPAÁRNAÁ LES tendrémos la latitud de un g" de ligereza, y por con- siguiente el medio de recorrer las intermedias, y lle- gar hasta el alkool mas rectificado, el qual se sabe está con el agua en la razon de 8 á 10. 37 Para los líquidos de mayor gravedad espacio ca que el agua. Haállandose el peso adicional traslada- do. 4 la parte de abaxo por medio del sumergidor, que pesa cerca de 6 gramas (cerca de 3 adarmes ), puede recibir el instrumento en el platillo superior, mas de quatro veces el peso adicional comun, sin perder el equilibrio de su posicion, é indicar de este modo la relacion de densidad de los ácidos de la mas alta con= centracion. ñ. 4? Tiene otra propiedad comun al de Nicolson; y es que puede servir en caso necesario de balanza para pesar los cuerpos cuya masa no exceda al peso adicional. 57 Finalmente, siendo conocida la pureza del agua , indicará tambien sus grados de rarefaccion y de condensacion por la rglacion de su masa á su vo- lúmen. Sobre la construccion de este instrumento tengo muy poco que decir; qualquier artista que trabaje en vidrio, y le haya visto una sola vez , podrá executarle con facilidad. El sumergidor solo es el que pide algun cuidado para arreglar perfectamente la sumersion del instrumento, ya lleve el peso adicional, ó ya este se halle reemplazado por el sumergidor; pero hay un método de tantear seguro y exácto para conseguir el intento. Hecha la bola y rematada en punta muy fina, se introduce bastante azogue para que se mantenga de- baxo del agua, y se tapa con cera el agujero. Po- niendo despues la bola en el platillo inferior del ins- DE HISTORIA NATURAL. 323 trumento, se carga el platillo superior hasta que el punto que sirve de señal esté exáctamente al nivel del agua: la suma: de los pesos añadidos da precisa- mente la cantidad de mercurio que se debe introducir en el sumergidor ; despues solo resta el cerrarle, cui- dando de no alterar su volúmen. Aunque este instrumentortiene algunas partes bas- tante delicadas, solo tiene el riesgo de romperse por lo frágil de la materia de que por precision debe com- ponerse, 4 causa de los licores salinos y ácidos. Y puedo asegurar que durante seis meses que lo he usa- do con frequencia en la escuela Pohitécnica, solo una vez me ha sucedido el romper una de las asas. - Resta indicar el modo en que el naturalista que viaja pueda transportarlo con facilidad; y se reduce á un estuche ó caxa en donde las partes delicadas no padezcan ningun roce, y las pesadas esten sujetas de manera que resistan al movimiento que pueden recibir en razon de su masa; y esto es lo que por lo regular ignoran los estuchistas de rutina, cuyo descuido acar- yea necesariamente fracturas quando las materias des- iguales en densidad estan expuestas 4 recibir una im- pulsion comun. Una simple vista de la estampa adjunta dará á conocer mejor el objeto, que la descripcion mas cir- cunstanciada. Adicion á la memoria precedente. ' E, uso que continuamente he hecho del gravíme- tro desde que presenté su descripcion al Instituto na- cional, me ha proporcionado la ocasion de hacer en 324 COANALES, él algunas ligeras variaciones, que tienen la ventaja de hacer mas fácil su construccion, y de remediar la frágil de una de sus partes principales. > Tambien me ha parecido útil poner 4 continua- cion de esta memoria la fórmula que sirve, estando el gravímetro bien arreglado, para encontrar la gra- vedad específica de qualquier cuerpo, por la relacion de su volúmen con el del agua destilada á la tempe- ratura de 12,5 grados del termómetro decimal (20 grados del de Reamur), y 157,7 milímetros (378,85 líneas) de presion, suponiendo que no ha- ya ni agua destilada, mi termómetro, ni barómetro, La admiracion que algunas veces he notado al enun- ciar así este problema, me ha hecho creer que se re- cibiria con gusto la solucion que indiqué solamente refiriéndome al artículo areómetro del diccionario de Química de la Enciclopedia metódica. == Despues pondré una explicacion de las figuras que Fepresentan el instrumento, y su estuche para guardarlo en los víages. Finalmente, concluiré esta adicion con exemplos de la aplicacion del gravímetro á las tablas de gra- vedad específica. | Descripcion de un sumergidor sólido. Como la condicion de cerrar herméticamente la pieza llamada sumergidor sin alterar su volúmen, obliga á hacerla muy delgada, se ha solido romper al- gunas veces sin recibir el menor golpe exterior, y so- lo por el efecto de la cantidad de movimiento que re- cibe el mercurio contenido en lo interior. El reempla- 4 DE HISTORIA NATURAL. 325 zarla por otra bola semejante de vidrio, no tenia difi- cultad alguna; pero era preciso arreglar de nuevo el instrumento para que conservase la propiedad de me- dir la gravedad específica de los líquidos; y se ha visto que esta operacion no está exénta de dificultades qne impiden conseguir la exáctitud deseada. He vencido este obstáculo substituyendo á la bo- la de vidrio lastrada con mercurio una pequeña masa de vidrio sólido á manera de un tapon de cristal, que se desbasta de antemano en la piedra para darle la. “forma conveniente, y que despues se disminuye has- ta que puesta en el platillo inferior del gravímetro, su imersion en el agua destilada 4 los grados de tem- peratura y de presion determinadas, corresponde exác- tamente al punto señalado en la espiga por la sumer- sion del instrumento en el mismo líquido, quando es- tá cargado con su peso adicional. Así hay mas seguridad de lograr á la primera prueba el último grado de exáctitud; pues todo se reduce 4 la maniobra tan usada y comun de verificar un peso. Del uso del gravímetro para encontrar la prave- dad específica de qualquier cuerpo, suponiendo que no haya agua destilada, ni termómetro, ni barós metro, y sin necesidad de correccion. Suponiendo el gravímetro bien arreglado, sea x la gravedad específica que se busca ; b el peso adicional necesario para sumergir el gra- vímetro en el licor. desconocido hasta el “punto señalado ; - ¿e el peso que puesto con el cuerpo en el platillo superior, da la inmersion al mismo punto; 326 ANALES d el peso adicional estando el cuerpo en el platillo inferior; | o LEA P la gravedad específica del agua (á la temperatura de 12,5 grados del termómetro decimal, y á la presion de 757,7 milímetros ) = 1; P' la gravedad específica del agua en que se pesa. La siguiente fórmula da la solucion del proble- : du eme) P!. 7 ma: : Ll — TA > | | Primero se busca el valor de P”, el qual será ma= yor que la unidad quando el agua que se emplea sea mas pesada que la destilada P, y menor, esto es, un quebrado, en el caso contrario. Expresando M el peso del gravímetro, sin peso adi- cional ; | Vel volúmen constante de su parte su- mergida; . - ¿el peso adicional constante, ó el que da la inmersion al punto señalado en el agua destilada P, Se tiene Ma =VP, y V= E Por otra parte , hb expresa el peso mayor Ú menor que x, que se debe substituir para tener la misma in- mersion en otro licor diferente que el agua destila- da P; luego será tambien M-+»b=YV P', de don» de Des Lt dead V Mw a | Hallado el valor de P”, todo está conocido, y n resta mas que ponerle en la fórmula, la qual por esta substitucion se transforma en (ba) (M+b) roda MAR ' Me persuado que los Físicos reconocerán todas DE HISTORIA NATURAL. 327 las ventajas de este método; pues en efecto por él se evita el tener que preparar agua destilada para cada operacion; y aun quando la hubiese de sobra, siem- pre era menester estar con sumo cuidado para no de- xar escapar los momentos bastante raros en que tu- viese las condiciones determinadas de temperatura y de presion; y muchas veces habria que disponerla ar- tificialmente para lograr esta última circunstancia; lo' qual tiene un gravísimo inconveniente; y es que la temperatura producida de este modo está muy ex= puesta á variar durante el curso de la operacion. To- das estas dificultades desaparecen; y en una palabra, aun quando tuviese 4 la mano agua destilada, prefiero, especialmente en verano, una agua algo cargada de sal neutra. Dos motivos justifican esta preferencia: 12 me es mas cómodo añadir algunos miligramas al peso adicional constante, que componer de él uno inferior por una serie de submáúltiplos: 2? tomando un líqui- do á la temperatura del ambiente, es mas uniforme, y está menos expuesto 4 variaciones rápidas; cuyas circunstancias son las mas favorables para asegurar el resultado de la operacion. | Explicacion de las figuras. Fig. 1.* Gravímetro. a. Platillo inferior. b. Platillo superior. c. Punto de inmersion señalado en un alambre en lo interior de la espiga. | Fig. 2.* Pieza llamada sumergidor, que se pone en e platillo inferior en 4, quando se opera en líquidos mas pesados que el agua. Fig. 5.4 Gravímetro visto en el yaso cilíndrico lleno 328 COEN AL ES de agua, y sumergiéndose al punto señalado c por medio del peso adicional constante d. , Nota. Importa mucho escoger un vaso cuya al- tura sea tal que el instrumento pueda mantenerse sus= penso al nivel del punto señalado en la espiga, y aun algo mas arriba, sin que la superficie del platillo pue- da jamas llegar á tocar al agua. | Fig. 4." El gravímetro visto en su estuche. A. Parte cilíndrica del instrumento, colocada et una muesca del estuche, y asegurada en la parte su= perior con los dos parapetos ee, que dexan un libre paso á la espiga; está fixa en su medio por la aldabi- lla de laton f, y sujeta en la parte de abaxo con una tablita que se apoya en'un taruguito h. d. Piececita de madera que corre por una muesca con un tornillo de presion, que sirve para dar apoyo á la pieza del lastre, en caso de que el movimiento ad- quirido por la masa del mercurio que contiene pro- pendiese á romper las asas. - K. El sumergidor puesto en un lugar separado. 1. El peso adicional constante, encerrado en una cavidad hecha en lo macizo del estuche, y bastante larga para poder sacarle con comodidad. m. Superficie interior de la tapa del estuche , so- cavada en n para recibir, sin que roce, el platillo su- perior. En un papel pegado á esta tapa va escrito el peso del gravímetro con el sumergidor, y sin él; y los volínmenes de agua que desaloja en uno y otro caso; lo qual muchas yeces es necesario conocer. exácta- mente. DE HISTORIA "NATURAL. 329 De la utilidad que se puede sacar de las tablas de gravedades específicas por medio del gravímetro. Siéndo muy coman así en las investigaciones físicas como en el comercio tener que determinar las propor- ciones de la mezcla de dos líquidos, ó las de la liga de dos metales; se conoció de algun tiempo á esta parte, que para hacer esta operacion facil, y segura al mismo tiempo, era necesario reunir el socorro de las tablas dispuestas por observacion, al uso de un ins- trumento que pudiese dar inmediatamente, y con tres decimales á lo menos, la relacion de densidad. El gravímetro desempeña completamente este ob. jeto: y para que se pueda juzgar mejor sobre ésto mismo, haré la aplicacion á la mezcla de alkool y agua, y á la aligacion de estaño y plomo: que son precisamente las dos composiciones que con mas fre- qúencia ocurre tener que exáminar baxo este punto de vista; y me persuado,que no desagradará el en- contrar aquí lo que se ha hecho hasta ahora dignó de confianza, en una clase de observaciones que piden un trabajo muy largo, y un cuidado muy escrupuloso. Tabla de las correspondencias de las eravedades específicas de las mezclas de alkool y agua , con las proporciones de estos líquidos d la temperatu- ra de 60 grados de la escala de Farenheit, 12,44 de Reaumur, y 15,55 del termómetro decimal. Nota. En esta tabla pondré las proporciones que TOMO IL. Y 330 ANALES por las memorias del C. Gouvenain publicó el a. Chaussier en el artículo alkool (Farmacia ) de la En- - ciclopedia metódica, y tambien las que se hallan en las tablas de Mr. Gilpin, cuyo uso recomiendan los sabios de Alemania. Diario fisico de Mr.Gren, 1796 20M. 5, paz. 126. 097605 0:9774 0.9815 0.9522 0.9866 0.9873 0:99335 0,9930 0.99835 1.0000 Partes centesimales de las Gravedades específicas. mezclas. A A ————_—_——— De E Segun el Ciud. | Segun Mr. Gi Chaussier. pino De o 100 0.7980 0.825 95 0.8165 0.8405 go 0.8340 0.8543 85 0.8485 0.8673 So 0.8620 0.8795 7 0.07526 0.8912 70 0.8880 0.9023 65 | 0.9005 0.9128 60 o:gI20 | 0.9229 55 0.9230 “| 0.9323 ge 0.9334 0-94E3 45 0.94265 0.9492 40 0.9514 0.9564 35 0.95865 0.9625 39 0.96535 0.9679 28 0.97035 0-97 27 DE HISTORIA NATURAL. 331 No. es extraño que haya diferencias entre estas re- laciones, porque el alkool que sirvió á las observa- ciones indicadas en las tablas del C, Chausier estaba mucho mas rectificado, pues su gravedad especifi- ca solo era de 0.798 4 la misma temperatura en la que dió 0,825 el deMr. Gilpin. Pero no es fácil per- suadirse que esta diferencia haya producido otra tan considerable en la penetracion: ó diminucion de volú- men en las mezclas: la indicada por Mr. Gilpin en partes iguales de alkool y agua es de 0.023, al paso que la misma, segun las tablas del C. Chausier, es de 0.0484. | | ' Ñ — a. Í ' Tabla. de las correspondencias de las gravedades de las aligaciones de estaño y plomo,.con las propor- ciones respectivas de estos metales. Para esta tabla me he.valido de las observaciones publicadas por Mr. Bergenstierna en las Memorias de la Academia de Stockolmo de 1780, reimpresas en el Manual sistemático de Mr. Gren ($. 3195); pero habiendo establecido todas sus relaciones sobre las va- riaciones de la gravedad absoluta en volúmenes igua= les, y empleado pesos extrangeros, he tenido que mudar su expresion para reducirla á la comparacion mucho mas simple y usual de la agua destilada, He puesto de cinco en cinco la gravedad matemá- tica, Ó determinada por el cálculo, para dar á. cono- - cer las variaciones de volúmen que resultan de la combinacion, y que en el caso particular disminuyen la densidad en vez de aumentarla. | El plomo puro es al agua: : 11,1603: £, Y el estaño puro: :7,2914: 1. AAA 332 ANALES Partes centesimales. CA A De estaño. A AA SI A A A e . ene De plomo. C0N Ann. y,» mn No A A ARAS EA + Da e Gravedad espe- J cifica mate- mática, 7.3300 7.4848 S.0632 8.2586 8.4520 ve Gravedad espe cífica real. PIS5Sa" 7.3871 7:4189 > 7.4508 7.4828 y 7.5146 7-55 LI 7-5835 7.6149 7.6468 7-6787 7.7106: 77425 77744 7.8063 7.8382 708701 -7:9020 -7:9339 7.9058 79977 S:d296- : -8.961É 8.0934 8.1263 8.1572 - 8.1891 - 8.2210 8.2529 DE HISTORIA NATURAL. 833 '. Partes centesimales. | Gravedad espe- | Gravedad espe= lora . | cífica mate- cífica real, De estaño. | De plomo.” Ms er 69 | 31 8.2848 68 32" 8.3167 67 33 8.3486 66... 34 8.3828 65 1395 3.6455 S.4170 64 |. :36 8.4511 63 37 8.4853 62 38 8.5195 pa 39 | 8.5537 ep 40: | 8.8397 8.5879 SAA 41 | :S.6228 58 > 42 8.6562 En SR, 43 | 8.6904 56 44 - 18 8.7246 > 6 UNA, 45 :9.0333 8.7588 5 46 + 8.7929 SS +47 | 8.8271 52 48 S.8613 Su 49 2 8.8955 go go 9.2258 $S.9319 49 SI | 8.9729 48 52 9-0139 47 53 9-0550 46 $4 9.0960 45 554 9.4205 9-1373 “84 50 | 91552 43 587 9.2199 42 58 9.2600 41 59 19-3033 ASAS: 160 9-6139 :9-3466 . / 334 -SALVBON ANDE Gravedad espe- Gravedad espe- Partes centesimales | cífica mate- cífica reala De estaño. | De plomo. a 39 61 ¿ :9-4727 38 ¡62 | 94355 37 63 -9-4788 36 64 | 9,5221 35 65 9.8074. .9-5676 34 66 9.6132 33 67 9:6565 32 68 9.7021 31 69 9-7454 30 70 10/0010 9.7887 29 71 9.8297 28 (72 9.8730 27 73 9-9163 26 74: 1] 9-9573 25 75 10.1945 9:9983 24 76 | 10,0416 23 77 10.0871 22 78 10.1350 21 79 10.1806 20 So 10.3881 10,2261 19 SI A Y FO.2707 >: IS 82 10.3173 17 83 10.3629 16 S4 10.4084 15 | O E 10.5799 10.4586 14 86 10.5062 13 87 10.5543 12 88 10.6021 J1 | So 10/6500 UR: Ya 10.7734 JO.7004 - DE HISTORIA NATURAL. 335 Partes centesimales Gravedad espe- | Gravedad espe cífica mate- cífica real, A ES dE SARA AO nj A mática. De estaño. | De plomo. 9 91 É 10.7479 S 92 10.7958 7 - Dal, VA 10.84.14 6 94 10.8869 5 95 10.9668 | 10.9354 4 96 10.9781 3 97 | 11.0236 2 98 | 11.0672 1 99 Jj] 111216 11.1142 F Discurso sobre los volcanes , leido en el Real Semi- nario de Minería de México en 31 de Octubre de 1799, por D. Andres Manuel del Rio, é impreso en el Suplemento á la Gazeta de México de 11 de Noviembre de dicho año. L, Geognosia, ciencia experimental poco mas an- tigua que su nombre, ha merecido su elevacion á este grado por la gran masa de conocimientos que ha re- cogido, y por los principios con que los ha coordi- nado. En el laberinto de las montañas formadas por el agua y de las que deben su orígen al fuego, ha conducido al observador como con el hilo de Ariad- na, dandole por guia los pocos hechos de los anti- guos rectificados con un sinnúmero de otros nuevos, enseñándole 4 verlos como son en sí y á no confun- dirlos por su semejanza aparente, y ordenándole que los siga estrictamente sin adelantarse un paso mas que ellos para no extraviarse, como ha sucedido 4 mu- chos. En la clasificacion de las rocas de montañas pri- 336 ANALES ; mitivas, secundarias y de acarreo, y su reducción á un número determinado, quando antes se creía que habian de ser tantas como los sitios que ocupaban; en la distincion exácta de los criaderos entre sí; en la teórica de los fenómenos de las vetas, casi tan satis- factoria como la de Copérnico para los fenómenos ce- lestes; en la resolucion de _aquellas dos grandes qies- tiones: por que estan casl siempre juntos el rosicler - claro, el arsénico nativo y el rejalgar ; el obscuro y la plata sulfúrea agria; la plata gris y la galena ; el cobalto sulfúreo , el nikel y el bismuto nativo; y nun- ca el oro ni el cobalto, ni tampoco el mercurio, el cobalto, la alabandina ó galena; y por que no se ha nconteda estaño, vólfran, molibdena ni urano en montañas de capas, ni calamina 6. carhón. de piedra en las de granito, sienita Ó micapizarra, sin recurrir á la extravagancia de la transmutacion de unos fósiles en otros, que tanto tiempo lisonjeó miserablemente a los Alquimistas : en todo esto ha consultado los inte- reses del Minero, que con solo seguir el rumbo in- dicado puede hacer infinitos descubrimientos, Con el exámen de las circunstancias locales de los volcanes, de las substancias que arrojan á mas Ó menos distan- cia, y de los agentes que acompañan sus erupciones, ha satisfecho la curiosidad del Filósofo, indicándole. las verdaderas causas capaces de producir los movi- mientos convulsivos de estas montañas, el qual me pa- rece objeto digno de merecer la atencion de V. $. y del respetable concurso por un breve rato, en sus dos partes, que son los volcanes propios é impropios Ó pseudo-volcanes. I. Alos temblores en los contornos de un volcan y al estruendo subterraneo se sigue el rompimiento de la montaña, y las erupciones de humo, de vapor DE HISTORIA NATURAL. 0. inflamable, de agua, de cenizas, de piedras peque- ñas y arena arrojadas á muchas leguas, y de masas enormes, que cayendo junto al cráter sirven á aumen- tar.la altura de la montaña, y todo esto precede á la salida de un rio de materia vitrificada, que exten- diéndose muy lejos, lleva todavia mas lejos el terror y la desolacion. Las montañas volcánicas tienen su asiento sobre las de capas, que cubren del todo ó en parte 4 las primitivas. Las rocas que las constituyen en capas na- turales, que son todas las de la formacion del trap, las distinguió bien el Padre de la Torre, á quien im- pugna al parecer con poco fundamento Dolomieu en su Catálogo de los productos del Etna, á continua- cion de la memoria sobre las Islas Ponces pág. 174- En efecto, dice que habria tomado él mismo muchas lavas compactas ( pág. 197 ) por basaltos, en virtud de su semejanza exterior, y de la identidad de los productos de su analisis, si no fuera por las particula- ridades del lugar: que habria tenido muchas lavas porfiríticas (pág. 215, 234) por porfidos, si no fuera por las circunstancias locales; y que habria confundi- do muchas lavas porosas y celulares (pág. 425) con la almendrilla,-si no se la hubieran impedido las mis- mas circunstancias del lugar. Y ¿quáles son estas de- cantadas circunstancias? ¿Se creerá que todas se re- ducen á la simple inmediacion al cráter? En Nápoles emplean estas rocas para edificios y empedrados, lla- mándolas piedras naturales, para distinguirlas de las que deben su orígen al fuego volcánico ;“y yo los creo mejores Naturalistas en esta parte. Las montañas volcánicas forman por lo comun una masa coherente con las primitivas, como el Ve- subio, el Monte nuovo y la Solfatara, que estan en 338 o ANALES la falda de los Apeninos. El Etna sin embargo está aislado, y al pie de él se encuentran muchas piedras rodadas de basalto, de cuya roca está formado veri- similmente , pues hay una capa entera al rededor, que se extiende muchas leguas á lo lejos. Es muy singu- lar que haya en su falda tanto succino, el qual se ha- lla siempre en capas de betun-madera , como en Pru= sia y Pomerania; y en la parte que mira al Poniente hay cantidad de petróleo, que nunca existe en mon- tañas primitivas, pero sí en las de carbon, como en Inglaterra. Muchos pedazos de carbon de piedra se han encontrado tambien en los flancos del Etna, el qual se cree formar capas entre otras de arena y de arcilla. Al rededor de estas montañas hay aguas ter- males, y agujeros por donde sale hidrógeno puro ó mezclado de ácido carbónico, que solo necesita del contacto de una llama para arder segun Fougeroux de Bondaroy. La llama azul ó roxa indica su pureza. Los volcanes arrojan lavas grises, pardas Ó negras mas ó menos ampollosas con las ampollas vacias, que tienen las mismas partes constitutivas que la vácia: piedras pómez grises Ó negras, cuyo aspecto confina mas ó menos con el de las lavas (las negras tienen la mayor semejanza con las escorias del carbon quema- do); y cenizas de un aspecto terroso con menudos fragmentos de lava y de pómez; pero la pómez es la mas característica de todos los productos volcánicos. Algunas substancias salen del cráter de los volca- nes sin lesion arrastradas por el torbellino de las de- mas. No sostendré yo que hayan arrojado carbon de piedra , como el que enseñan en el Museo de Gottin- gen; pero Hamilton vió pilares de basalto despedidos por el Vesubio, y tambien se les ha visto lanzar ca- liza compacta , vácia, pórfido, y un medio entre este Ñ DE HISTORIA NATURAL. 339 el basalto. Unos de estos vienen del techo y otros del suelo de los volcanes, como la caliza; mas entre el basalto y la caliza se sabe que hay muchas veces | carbon, que se saca ademas en la cercanía de algunos. Los cristales de hornblenda y de feldspato que encierran los productos verdaderamente liquados por los volcanes, esos si participan siempre'de la altera- cion que les comunicó el fuego, como lo prueba la mudanza de color, su aspecto menos fresco y vidrio- so, y sus muchas rajas Ó hendeduras. Las leicitas, Ó - granates blancos que abundan en las vacias y lavas de Italia, estan por lo menos sueltos en los huecos de la vácia, que es una piedra arcillosa, mostrando clara- mente que se encogió con el calor. Segun esto, quan- do encontremos, aunque sea en el circuito de los vol- canes , cristales frescos, hojosos , transparentes, en- vueltos por substancias que no indiquen haber sido liquidadas, ¿conjeturarémos con Dolomieu que el fuego de los volcanes no funde ni vitrifica como el de nuestros hornos, ni muda siquiera el color de las substancias (pág. 84, 252, y pág. 8 del Prólogo ), sino que obra como el agua en las sales (es compara- cion suya pág. 437 del Catálogo al fin de la obra de Faujas ), dilatando solo los cuerpos , y dexándolos quando se disipa poco mas Ó menos como estaban an- tes? Y ¿de:que sirve que no niegue tambien al fue- go volcánico la virtud expansiva , quizá por respeto de Boerhaave, si le niega sus efectos, como son las resquebraduras? Sin embargo, los cristales de los pro- ductos que describe de la erupcion del Etna del mes de Julio de 1787 (pág. $02 ) todos estaban altera- dos en su color, resquebrados, y aun fundidos y vi- trificados. El no hallarse nunca cristales ni almendras de ess 340 EAT A LES sé pato calizo ni de zeolita en las lavas modernas, y s0= lamente en las que llama antiguas (pág. 425 y 432)» y el estar á veces estas debaxo de arcilla con petrifi- caciones, y aun debaxo de/ capas calizas (pág. 424), eran motivos de presumir que no fuesen lavas, y mas quando en caso de serlo habian de contar una antl-= giedad muy remota por estar las capas calizas que. las cubren a algunos centenares de toesas sobre el ni= vel del mar; pero de los dos inconvenientes todavía le pareció este el menor. Y así no dudó ponerse 4 explicar la formacion de los cristales en los huecos de estas lavas frias, suponiendo (pág. 414.) que se filtró el agua al traves de la textura mas compacta , y de los macizos mas duros , suponiéndola una fuerza di= solvente muy superior á la que se le conoce, supo= niéndola cargada de substancias que si no las habia de. hallar en las mismas lavas, las llevaba ya á preven- cion de otras partes, y suponiendo en fin, como de- bia , muchas aguas, unas con quarzo en disolucion, otras con zeolita, otras con cal, para depositarlos 4 un tiempo separadamente, uno, en unas ampollas, y otro en otras. Esta última suposición le faltó al autor; pero sí habia hecho tantas, ¿qué le costaba una mas, siendo tan indispensable 12 A la verdad yo renuncia= Y Para aclarar esta teórica cita Dolomieu por nota (pág. 415) una roca muy comun en los Alpes y Pirineos que consta de fel- despato, quarzo, y algunas partes arcillosas, ( será un pórfido :) que dice poder llamarse cristalífera por conténer en las hebras cristal de roca, que siempre estan algunos de ellos cristalizados, en virtud de que el agua despues de disolver algunas moléculas de la Interior de la roca, las deposita en las hendeduras en forma re- > gular. Yo no concibo como extraiga el 'agua las moléculas cons- Ututivas de la tumia, del asbesto, del amianto y del espato calizo que les suele acompañar y de una roca que no: las tiene; por otra chorlo blanco (feldespato) y violado (tumia), asbesto, amianto y. o A DE HISTORIA NATURAL. 2341. ria 4 pasar por un Edipo, si habia de ser á costa de buscar eniemas que desatar en los fenómenos mas cla- ros, y de violar las leyes constantes de la naturaleza con suposiciones las mas arbitrarias. Quando yo veo 4 Faujas de Saint Fond (en su Minera!logia de los volcanes pág. 160 y siguientes ) tan embarazado para explicar como estan íntimamen- te unidas, y alternando en el Vivarais capas delgadas de lava con otras de caliza con pequeños fragmentos de esta, y de espato calizo én-lo interior de la lava; y al contrario, sin que hayan sufrido la menor cosa, es decir, unas substancias muy sensibles 4 la menor im- presion del calor, rodeadas por todas partes de fuego sin haberse quemado: me admiro de que no haya su- cedido una de dos cosas, Ó que no recurriese á la Om- nipotencia, como era forzoso en un caso tan contra el natural, ó queno reconociese que el basalto no podia ser lava. Este fenómeno era muy obvio por la via húmeda , y entonces se quitaba el enigma; pero ade- mas, si las layas son cuerpos líquidos que siguen las leyes de gravedad, ¿no han de buscar las gargantas y los valles, y siempre que hallen al paso una emi- nencia, no se han de dividir y fluir por los lados sin pasar por encima? ¿Como pues llama Faujas torrente basáltico (pág. 165 ) al que despues de haber corri- do mas de (6%) varas al traves de la caliza, estando ya para desembocar en el rio Ibia, no quiso sino trepar sobre la cumbre de la Chamarelle? A tantos errores conduce un principio falso, que se asienta como ver- dadero antes de tener datos suficientes. Lo peor es parte estas substancias estan todas juntas en unas mismas cavida- des, lo que no sucede en el otro caso; y así este exemplo es po» Co a propósito, sin hablar de los muchos hechos que se oponen directamente á esta teórica de las vetas. e 342 ANALES. que el mismo Fanjas se hace estas objeciones, y aun. que incapaz de resolverlas, no por eso quiere siquie= ra dudar de su principio favorito. Á pesar de esto es todavía digna de elogio su buena fe , que nos cuenta Jos hechos tales quales los observó, aunque tan con» trarios 4 su sistema, pues lo comun es aumentarlos ó disminuirlos 4 imitacion del tirano Procusto, que á los huéspedes á quienes les venia corto su lecho les cortaba las piernas, á los que les faltaba ¿para llegar se las estiraba, y solo dexaba libres á-los,que tenian la medida justa. qee qe Si la hipotesis pues del basalto-lava ha conducido 2 hombres de mucho mérito por otra parte á tantas extravagancias; si una de las formaciones del carbon es la que está acompañada del basalto ; si en Islandia, en las Islas de Feroe, en Irlanda, en el Pais de Hesse y de Hanau, en Misnia , en Kalter Nordheim, en Woesfalia y en Velai en el Languedoc por confesion del mismo Faujas (pág. 276 ) hay capas de carbon intacto cubiertas de basalto ; sí el carbon de esta for= macion es muy aluminoso, y en muchas partes de Italia se beneficia el alumbre ; si el carbon aluminóoso reducido 4 pequeños fragmentos se enciende por:sí solo con la alternativa de la humedad y sequedad; si se extiende esta formacion á lo léjos sobre montañas altas, formando conos truncados ó como panes de azú- car, y si el basalto sobrepuesto es muy fusible y tie- ne las mismas partes constitutivas que las lavas segun Bergman : ¿no será muy natural atribuir á este fomen= to ó pábulo los terribles efectos de los volcanes? ¿Y qué dificultad tendrá su duracion para los que sepan ue hay montañas de carbon que estan ardiendo múu- chos siglos hace, sin que se haya consumido un gran distrito, como en Planitz en Saxonia, que lleva mas / DE HISTORIA NATURAL. | 343 de 260 años de“arder , por donde se conciben las di- wersas bocas que se abren sucesivamente en los costa- dos y aun en la falda de las montañas volcánicas? Y si el carbon de piedra destilado en nuestros hornos da azufre, hidrógeno y 'amoniaco, ¿no será producido por él el vapor de hidrógeno que sale por los cráteres, el azufre que se sublima al rededor y la sal amoniaca, ese nudo gorgiano tan difícil de deshacer, formada por el amoniaco del carbon y el ácido muriático des- prendido por el calor ó por el hierro del agua salada del mar, en cuyas cercanías estan casi siempre los yol- canes, y que tanto influye en ellos? En efecto, los grandes torrentes que arrojan mu- chas veces de agua secándose los rios y lagos enteros circunyecinos, el estar por lo comun junto al mar, y el excitarse su furor sobre todo en las estaciones hú-= - medas, eran circunstancias que podian mirarse en otro tiempo como indiferentes; hoy dia sabemos que pue- de obrar el agua como agente principal de los volca- nes, ya combinándose con el carbon uno de sus prin» cipios, el eminente combustible, ya disipándose el otro junto con el hidrógeno del mismo carbon, y produ- ciendo explosiones con el ayre atmosférico que en- cuentre remontándose por su ligereza 4. las cámaras superiores del volcan, y aun sin descomponerse con- virtiéndose solo en vapor, cuya fuerza sabemos ser inmensa, y capaz de romper los obstáculos que se opongan. INS ) El pequeño volcan de Lémeri fué un auxilio opor- tuno para sacar á algunos de embarazo por el momen- to: una mezcla de azufre y limaduras de hierro hu- medecida y enterrada, se enciende y produce un es- tallido, y este hecho solo bastó para atribuir á la pi- rita los efectos de los volcanes. Pero ¿quándo se ha 344 ANALES: visto en la naturaleza encenderse un manto de bronce ó pirita sulfúrea, ni quando se ha sentido calor si= viera en las minas en que abunda, como esten bien ventiladas? Y aunque comenzase por sí solo el incen= dio, ¿quién ignora que el mismo vapor del azufre lo sufocaria en unos subterráneos, donde tiene poco ó ningun acceso el ayre libre? ¿Quándo se ha hallado un manto tan grueso, como se necesitaria por el mu- cho hierro y poco azufre que contiene la pirita? ¿ní quándo se ha visto semejante criadero en montañas de capas, sobre las que siempre tienen su asiento los volcanes? Ademas, si el producto que da en nuestros hornos la pirita es un crudio, ¿por qué ro se ha ha- llado vestigio alguno al rededor de ellos? ¿Por qué el humo y los vapores que despide no es todo gas ácido sulfuroso, lo.que no sucede segun Hamilton y. otros? Y por último, ¿cómo se forma de la pirita tan- ta sal amoniaca que se sublima en el cráter de los yol- canes? | y son las mas, se anuncian con estrépito, temblores, erupciones de lava y abertura de varias bocas, como el Etna, el Vesubio y la Solfatara , o porque no hay bastante material ni tan infamable, Óó no son tan fa- vorables las circunstancias de lugar , por no haber tanta cantidad de agua en las cercanías , ó porque el techo del volcan no es tan grueso que oponga bas- tante resistencia y concentre el calor lo necesario, La formacion de estas montañas es muy diversa de la pri- mera. En lugar del basalto y la vácia que acompañan allí al carbon, le acompañan aqui la arcilla apizarra- da con impresiones de cañas y helechos, la piedra arenisca y el conglomerado: allí es el dominante el carbon de pez, el pardo, el lustroso, que dan cenizas II. No todas las montañas que arden de carbon, DE HISTORIA NATURAL. 345 por la combustion; aquí el hojoso', el pizarreño , y aun el grueso, que dan escorias, y en los que indica la textura una disolucion mas completa : aquella for- macion está en picos; esta está mas bien en hondona- das como calderas, donde hay al rededor carbon en otras hondonadas semejantes: aquella tiene pocas ca- pas de carbon, pero súumamente gruesas; esta muchas y muy delgadas. Por lo mismo es natural que los pro- ductos de esta especie de volcanes silenciosos sean muy diversos de los otros. Aquí se encuentra arcilla quemada roxa ú amarilla, que quando está muy coci- da pasa á jaspe: jaspe aporcelanado muy resquebrado por el encogimiento que ha sufrido, y con vestigios de vegetales como la arcilla apizarrada : escorias ter- rosas Ó tesontle por lo comun negras y roxas, que aun» que tengan semejanza por sus grandes ampollas -con las lavas, carecen del aspecto vidrioso y de los cris- tales de aquellas, y provienen de piedras margosas y ferruginosas, y sus ampollas del ácido carbónico de la cal: y finalmente, mineral de hierro, arcilloso en barras , que parece haber tomado esta figura por el _desecamiento. Estos incendios, en que se sublima tam. bien azufre y sal amoniaca, abundan en Saxonia, Bo- hemia y otras partes, y seguramente en esta Amé- rica. Y así queda muy reducido el catálogo de los pro- ductos volcánicos, que es el objeto principal de esta discusion , para distinguirlos de los que no lo sean en los casos que se puedan ofrecer al" minero. Por de contado se excluye el basalto , que debió su elevacion á esta clase únicamente por su proximidad á los yolca- nes que ardian; de suerte que al hallarlo en otros si- tios, como en Westrogothia, donde al juicio de un Bergman no habia el menor resquicio de fuego, se TOMO 1. z 346 "o TARUIMANA LES decia que eran volcanes apagados: el basalto, queá un fuego moderado se convierte en vidrio bueno pa- ra botellas por su poco peso: el basalto que está casi siempre mezclado de olivino, augita , feldspato y hornblenda cristalizados, zeolita y espato calizo, y aunque rara vez de pirita sulfúrea, todos y cada uno “de por sí sin la menor lesion del fuego, siendo por su naturaleza, permitáseme decirlo, tan pirófobos : el basalto que tiene muchas veces agua en su interior, sobre todo el que está en bolas compuestas de muchos cascos concéntricos : el basalto en fin que por lo co- mun se halla en capas horizontales, á veces muy del- gadas como chapas, cuya posicion y figura nunca pue» de tener la lava. Se excluye la almendrilla, que en- cierra en su interior cocos de ágata y calcedonia, con todas las señales de su formacion por la vía húmeda, y almendras ó cristales de zeolita, caliza, litomarga, esteatita y tierra verde, que quando se destruyen de- xan las ampollas vacías: la almendrilla que se ha en- contrado en el Real del Monte junto á la Hacienda del Salto con una de sus mayores ampollas llena de agua y de una especie de gelatina muy semejante á la que halló Dolomieu en una de sus lavas (pág. 388). Se excluye finalmente la obsidiana (chinapo ), el vidrio volcánico por excelencia, que puesto sobre unas ascuas en pocos minutos se hincha y esponja muchísimo , perdiendo su color, y volviéndose mas ó menos trasluciente , sin que entonces se le vea nin- gun filamento como de pómez, sino un cúmulo de yexiguillas en contacto unas de otras: la obsidiana, que se descompone á nuestros ojos por grados, pri- mero mostrando visos de colores metálicos, luego mu- dando su color negro ó verde obscuro en verde claro, y mostrando una textura fibrosa paralela, y por últi- DE HISTORIA NATURAL. 347 mo desmoronándose en una tierra gris verdosa y con: alguna untuosidad, propiedad que es comun al basal- to y á todas las rocas de esta formacion: la obsidiana íiltimamente , que acaba de encontrar en Zinapequa- ro D. Luis Martin :en'las cavidades de otra, en cris- talitos de un verde aceytuna, trasparentes, rayados á lo largo , pequeños y muy pequeños, que son ta- blas octágonas prolongadas, biseladas fuertemente en las dos caras opuestas" terminales mayores, y poco truncadas las demas aristas laterales, y: por cierto que la formacion de cristales:en los huecoscde¡das escorias nada tiene que ver con esto. Ya era preciso contener el ímpetu de los que co- mo un amigo de Bergman estaban tan preocupados de. ideas volcánicas , que: hasta en- las manchas de la lu- na se imaginaban cráteres abiertos, torrentes de lava y otros fenómenos semejantes ; y, esto se debe á la Geognosia tratada por buenos críticos , tratada por un. Werner, á quien ahora que me parece quedar bien. asentada su doctrina, nombraré sin-rezelo de que se me diga que juro en las palabras de mi maestro, La utilidad en general de esta ciencia y de las demas re- lativas á la Minería, ha movido eiertamente 4 V. S. iy dédidardes en Tastactuales circunstancias esco edifica grande, suntuoso, magnífico, que admiramos los mis: mos que hemos visto los colegios de minas de otros paises ; ese edificio que sorprehenderá 4 la muche- dumbre que no se persuadiria con razones, y su mag- nificencia obligará aun á los mas Iori: ha a callar, ya que no los incline al estudio de las ciencias que en él se enseñen. En Francia la época feliz de la Mine- ralogía tiene la misma fecha que el establecimiento del suntuoso Laboratorio de Mr. Sage. Nota. Si D. Andres Manuel del Rio, discípulo 248 CILA ANALES del célebre Werner, ataca con algun calor la opi- nion casi «universal de los naturalistas Franceses, que 4 cada paso encuentran producciones volcánicas , y para sostenerla recurren muchas veces á métodos ex- traordinarios con el fin de explicar su formacion; de. ben perdonársele las expresiones nacidas de su zelo, porque es muy probable que ignoraba entonces que la escuela Politécnica habia adoptadó el sistema de Werner por basa de la enseñanza de la Mineralogía; y lo que el Ciudadano H. Struve dice en el aviso de su. apreciable obra: ,, Método analítico de los fósiles, fundado en sus caracteres exteriores.” | ! Lo cierto esque quando: se difunda y aprecie co» mo es justo el estudio de la Orictognosia, no se anun- ciará la crisólita por fosfate calizo, el granate de Hor- cajuelo por esmeril cristalizado, ni el feldspato com- pacto del Cardoso y de Toledo por andalusito, como lo hiciéron algunos últimamente. | A A E a En nuestros Anales de historia autural, tom. 12 núm. 32 pág. 257 he publicado la descripcion de un fósil que se halla en los contornos de Molina de Ara- gon, al qual Werner dió el nombre de aragonito. Por falta de instrumentos exáctos estimé entonces su gravedad específica —= 2,770, y ahora por el graví- metro (explicado en el presente número ) la hallo pelo Este fósil se habia hallado únicamente en el para- ge referido de Aragon: pero los Sres. D. Francisco de la Garza y D. Diego de Larrañaga acaban de dar- me diferentes exemplares- del mismo fósil, que reco- giéron en las inmediaciones de Búrgos , cerca de la A DE HISTORIA NATURAL. 349 eapilla de Santa Casilda. ¡Los vecinos de aquel para- ge llaman á este fósil piedras de Santa Casilda; y es el verdadero aragonito de Molina de Aragon con una muy corta diferencia en la gravedad especificas pues las piedras llamadas de Santa Casilda la tienen 2931: A | ¿Así se ve que el nombre de aragonito, dado por Werner á este fósil que en la Orictognosia presenta el tránsito del espato calizo al apatito , es impropio, puesto que se halla fuera de Aragon. . | lO 7 ar ) _Christiano Herrgen. 4 INDICE, REYNO VEGETAL Materiales para la historia de la'Botánica. Pág. Monografía del género Tilo... .qe bar... 100040 dado Sobre la Agyneya.... ¿0% RARA Descripcion de algunas plantas DUEVAS..... AN 00] Larrea, género nuevo.. O ANA 1 ORTA Observaciones sobre: algunos vegeralos a pro: ducen resina elástica... SERIAS Castilla elástica ; género UCV cacas dona e Del género nuevo be opio y de otras plan- A E E lA Polvos vegetales contra la rabia, y descripcion de las plantas que los sumiNIStIAM...araoarneararreros Memoria sobre la quina.......... ITA Del Simfito pétreo (Coris O y de su virtud........ id cabal A 2 Buena panamensis, género MUEVO... aierarcndorenennass REYNO MINERAL. Descripcion del Xergon de Santa Penco no Xergon de la villa de MedelliM......uiccononno mmm». Descripcion orictognóstica del Apatito térreo de e o A e AN Noticias mineralógiCaS.....ucoaommonerms»rs. Cant Piedra caliza cotcllas de las cercanías de Ma- MA RA O Amatista de Mallorca... Ey 0 Extracto de una carta del PER de Hambalde >, Extracto de otra carta del mismo con el catálo- go de las rocas de la América meridional......... Observaciones geónosticas sobre el terreno que hay desde Madrid á Teruel, y sobre las mi- E E IE 0 A Catálogo científico de las producciones minera- - lógicas que traxo D. Guillelmo Thalacker.... Califdonia IEA AAA s.oicnono con cetoninaeri cinc al ans Discurso sobre los volcanes, leido en el Real Se- minario de Minería de MÉXICO cosrnoronomo. FÍSICA. Investigaciones sobre los volcanes segun los prin- cipios de la Química pneumática por el Ciud, a A A Del terremoto que se observó en el Reyno de Quito en 1797+.- sobrsporosrcrsiriosc.doso Memoria sobre la construccion de lo s termóme- A A A CIA Terremoto. de NESXICO avióro lisis ncontisiaciaca Observaciones del barómetro y termómetro......... Descripcion de un gravímetro por el Ciud. Gui- e A A 1UdDICUACEPIDIDICODIIIDICADIDAA s0D00DOGOO 351 281 299 315 335 133 235 317 Pg y pd BN acres y i AN inet es ati 40 pá, Le. e, Swiada 2 Sp Lens: e Jens, 45 Hita e * Ed e Ye 1d 2. mm ¡y ATRaDO £l SL “MM É e » Pe E USADA: Pai Livra yo 2 e e e: 1 AE pea ri danpiaicc is aro egos PE « xa “A Mb y á y y > y NS ¿8% A E 12 E eto omo? q omo biad DE ade A A MN . + pa 1d AO le 109 osa An ob ob > ; / y DS 150 ES Ud qe. die AN ASA bdo y! e. « ! $ y CN ' A a” y 1] y | 2 * 4 . de P + pa ñ na 1 AN dla a E Ei ad 1 a ¿ee e ' - ; A 3 4 1 3 ko ES DA o E. LE ETICA A A ES ' SY : E 7 é ya , ti EE e ¿4 El y Ad Ñ y , ade ES A d e E ] as e 7 f +5 % : e A h > AS E y A , e da MC ds E EA EN pa ES a S í 3 a ó ' A ba ads 4 e > eS , y . de A mí £e 2 75, ( UN , , a E ; Y4 É 7 pú a a r ' ha , ¿ue %/ /) Ye 0 PF; ] $ i ; “S HUVIANJIANAAUUA SAULAOO - BUENA PANAMENSIS. Qe Tab 23. YN IN Á==< == === SS === === == <=IRSS == SS === == Í == <= 0) Ñ EN pa... IU SU / WS XUn) IDU 0 Au IO IMA Ñ NN "SEIVIAJVIANAdAIEA SALIOO “Po qu, Spa ] e á ve “Y 1 * Pp CA 1 x . É 907 4 si Y A Yi * i z 3 q E a A nl pa A £ E 2 tia Ju q fa A at a - A A AR TIA AA MA LADO A AA A > y A 18 ed A ROGAR $, A Lig o sl E e Q a — a Po q ÍN e Y 00000070700 Y IO zz 72200 7272 Ñ pl ! 7 MI [ N US y 5 DINO E 1 110) > Sd 1 E 1) | » li ME ii NN ] 0! d ! : 5 Vi tl [ E ' she E 3 | a : | | ' ' li | ñ | E .d | | e Á qm. JM AN Ñ ui li l | | | : AN NW! 'N // | | EEE je = ll I | : p ' ' ' Í WII III o o o YT E 1 E - A q: . Ñ ' Í c18 ' Í. h p o ee A DU IAEA RAN JN , AN £ a A PAN |< NY ps ti e Pr PESA see a a, > = bo $ ; ak cia =ál AS ns. 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