E . » y ml E LES) A E 5 AY A ) » Y ¿q 5 A — ZN > z ; » La ak aa a ld yE do EN Ai eN / MN $ Me) ANALES DE LA Academia de Ciencias Médicas, FÍSICAS Y NATURALES DE LA HABANA REVISTA CIENTIFICA ID) YI AO) Se Dr. Jorge [;e-[Roy. :* [)r. Gustavo [;ópez Dr. Garlos de la Torre LIN TOMO XLvVII1I , PRARY NE VW YORK BOTANICAL 1911-1912 CARDEN, Toda la correspondencia y cange de los ANALES, diríjase al local de la ACADEMIA.---CUBA 81 A.---HABANA Er ABBA Dia IMPRENTA MILITAR MURALLA NUM. 40, 1911 E VEA OR VHS 1Y)- (2 ANALES ADE EA ACADEMIA DE CIENCIAS — MEDICAS, FISICAS Y NATURALES DE LA HABANA REGISTRADO EN CORREOS COMO CORRESPONDENCIA DE SEGUNDA CLASE. | ANALES | | | DE LA UN de Ciencias Médicas, FÍSICAS Y NATURALES | | DE LA HABANA REVISTA CIENTIFICA | | e Jorge [re-[Roy. * Dr. Gustavo [,ópez | Dr. Garlos de la Torre | LIN) TOMVEO A E- WTI - Mayo y Junio de 1911. Toda la correspondencia y cange de los ANALES, diríjase al local de la ACADEMIA.---CUBA 81 A.--- HABANA FAS SIA EN A IMPRENTA MILITAR | MURALLA NUM. 40. | 1911 ' DIRECTORES: UN NMITAS EU NIC) PÁGS. I.—Acta de la sesión pública ordinaria del 26 de Mayo de 1911. TI.—Informe médico legal en causa de homicidio por impru- dencia, y si la conducta observada por un profesional, fué ó no correcta, por el Dr. MawueL Ruiz Casanó. (Se- sión del :26“de Mayo de SIDA Na A eii dd TII.—Elogio fúnebre del Profesor J. Hermann Knapp, por el Dr. CarLos E. Fiwnay. (Sesión del 26 de Mayo de 1911). IV.,—Tranquilino Sandalio de Noda, por el Dr. Juan Sawnros Frr- NÁNDEZ. (Sesión del 26 de Mayo de 191). ....... V.—Discurso del Dr, Juan Santos Fernández en la Acadernia de Ciencias, al colocarse el retrato del Dr. Ambrosio Gonzá- lez del Valle y Cañizo. (Sesión del 26 de Mayo de 1911). VI.—Dos casos de pénfigo que afectaron los ojos, por el doctor Juan Santos Fervinnez. (Sesión del 26 de de de 1911). VIH.—Acuerdos de la Academia . ; VIlI.—Tasación de honorarios profesionales, por el Dr. Tooa: Te Roy y CassA. (Sesión de Gobierno del 26 de Mayo de 1911). IX.—Informe sobre la solicitud del Dr. Rudesindo García Rijo, aspirando á ocupar una plaza de académico correspon- sal, por el Dr. Jorar Le-Roy y Cass4. (Sesión de Gobier- ño: del 26, de Mayo de IDA Apaga ic 00d o OR X.—Amaurosis y ambliopía histéricas, por el Dr. Runesimo García Rio. Trabajo en opción al título de académico corresponsal en Sancti-SpltitUs ui ta XI.—Informe sobre la solicitud del Dr. Arístides Agramonte y Simoni, aspirando á ocupar una plaza de académico de número, por el Dr. Awroxro Diaz ArmerTIN. (Sesión de Gobierno .del'"26:de Mayo de 10D aa XI.—Informe acerca de la solicitud del Dr. José A, Fernández y Benítez, de ingresar como académico de número, por el Sr. Francisco ParapeLa Y Gresrar. (Sesión de Gobier- no, del.26:de: Mayo sde 1 A e A AN XIM.—Propuesta del Profesor Rafael Blanchard como académico de mérito. (Sesión de Gobierno del 26 de Mayo de 1911). XIV.—Acta de la sesión pública ordinaria del 9 de Junio de 1911). XV.- Informe sobre los polyorines de San Antonio y Punta Blanca, por los Dres. (Grasrón ALonso CuAbraDo, ¡José P. Aracán y José R. VinLarÓN. (Sesión del 9 de Junio de 1911). XVI.—Alopecia general neurótica, por el Dr. Rubesinbo (GARrcÍíA BO: (Sesión del 9 de JUNIO da LI O a XVI. —Análisis inmediato del agua de coco, por el Dr. Gasróx Axowso CuAprAaDo. (Sesión del Y de Junio de 1911)... XVIIM.—Informe sobre arena extraída en la finca «El Palomar», situada en el kilómetro 8 de la carretera de la Habana á Giiines, por el Ingeniero Sr. Arturo Amicó. (Sesión del 9 de Junio de 1911). XIX.—Acta de la sesión pública ordinaria del 23 de Junio de 1911) XX.—Stantord Emerson Chaillé.—Nota necrológica, por el doctor Jorae Exr-Roy y CassA. (Sesión del 23 de Junio de 1911). XXI.—Abastecimiento de agua en Oriente, por el Dr. Tomás V. Oo- RONADO. (Sesión del 23 de Junio de 1911) . z XXII.—Un caso de tétanos traumático agudo, curado por la suero- terapia.—Método intensivo, por el Dr. Francisco María Húcror. (Sesión del 23 de Junio de 1911). : XXIT.—Cuerpo extraño de la cámara anterior del ojo extraído por el electro imán, por los Dres. Juan Sawtos FerNÁnDEZz Y C. E. Fixzay. (Sesión del 23 de Junio de 1911)... 5 -—] 32 al 68 18 85 113 119 129 131 135 137 143 146 149 156 10 1912 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA ) ¡'—_—_— A ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 26 DE MAYO DE 1911. POTAmica, GARDEN, Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes. —De número —Dres.: E. Acosta, J. P. Alacán, G. Alonso Cuadrado, G. Aróstegui, E. B. Barnet, A. Betancourt, A. Bosque, A. S. de Bustamante, G. Casuso, J. Diago, A. Díaz Albertini, G. G. Duplessis, C. Finlay, F. Gar- cía Cañizares, F. Grande Rossi, F. M. Héctor, J. Jacobsen, F, Méndez Capote, E. Núñez, I. Plasencia, J. A. Presno, M. Ruiz Casabó, F. Torralbas, J. A. Valdés Anciano, P. Valdés Ragués, R. Weiss. Leída el acta de la sesión anterior (12 de Mayo) fué aprobada. Se da cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—De la Sala Segunda de lo Criminal de la Audien- cia de la Habana, solicitando informe en causa de homicidio por imprudencia, número 770-910 del Juzgado de Instrucción de la Sección Tercera. De la Asociación Cubana de Medicina, participando que el sábado 13 de Mayo, y en el local de la Academia de Ciencias, quedó constituída dicha Asociación. De los Dres. Vicente García Morales y Antonio González Cur- auejo, participando acuerdo de la comisión nombrada para re- dactar el Formulario Nacional. Del Juzgado de Primera Instancia de Guanabacoa, escrito fecha 15, solicitando tasación de honorarios reclamados por el Dr. Ramiro Carbonell, é informe sobre varios particulares rela- cionados con la misma. Salida.—Al Dr. Manuel Ruiz Casabó, nombrándolo ponente en causa número 770-911 del Juzeado de Instrucción de la See- ción Tercera, de homicidio por imprudencia. Al Dr. Jorge Le-Roy, nombrándolo ponente para la tasación de honorarios é informe reclamados por el Juzgado de Primera Instancia de Guanabacoa. El Sr. Presidente asistió, representando á la Academia, á la sesión solemne del Colegio de Abogados, 6 ANALES DE LA El Dr. Manuel Ruiz Casabó da lectura al INFORME MEDICO LEGAL RELATIVO A UNA CAUSA DE HOMICIDIO POR IMPRUDENCIA TE- MERARIA, procedente del Juzgado de Instrucción de la Sección Tercera de la Habana; en el que se solicita conocer si la condue- ta observada por un profesional puede calificarse de negligente ó si, por las razones manifestadas en el cuerpo del escrito, el médico procedió de acuerdo con lo que aconseja la ciencia, en el caso particular que se consulta. El ponente, después de dis- cutir los antecedentes remitidos y de hacer las oportunas observaciones, concluye manifestando que “no es negligente la conducta del médico objeto de la pregunta, siendo por tanto correcta y de acuerdo con lo que aconseja la ciencia médica en este caso, dados los antecedentes expuestos””. Sometido á discu- sión este informe, fué aprobado por unanimidad, acordándose enviarlo íntegro á la autoridad consultante. El Dr. Carlos E. Finlay, como único discípulo en Cuba del profesor Hermann Knapp, hizo el elogio fúnebre del distingui- do oculista, recientemente fallecido. Al terminarlo, el Sr. Pre- sidente propuso que los señores académicos se pusieran de pie en señal de respeto á la memoria del ilustre desaparecido. Lo que se hizo por todos los presentes. El Dr. Juan Santos Fernández dió lectura á tres trabajos: uno sobre el paciente investigador cubano, TRANQUILINO SAN- DALIO DE Nopa, que le ha inspirado la lectura del folleto biográ- fico publicado recientemente por el Sr. Santovenia. El otro es con motivo de la colocación del retrato del académico de mérito, Dr. D. Ambrosio GONZALEZ DEL VALLE, en el salón de sesiones de la Corporación, á la que tanto ilustró en los tiempos en que su salud le permitía consagrarle sus grandes actividades y am- plios conocimientos. El tercero se refiere al PENFIGO OCULAR, del que relata dos casos: en uno de ellos, el pénfigo invadió los ojos á la vez que la piel; parecía de origen sifilítico, y el niño murió depauperado á los pocos días, sin que llegase á destruirse el globo ocular. En el segundo caso, la enfermedad empezó por la piel, de modo in- tenso y después de mejorar notablemente volvió á aparecer la dermatósis invadiendo los párpados y el globo ocular. Los prime- ros se ectropionaron en alto grado y como quedó la córnea des- —J ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA enbierta, ésta fué invadida de queratitis supurativa, que terminó por la atrofia del bulbo á la derecha, y por un leucoma adhe- rente en la mitad de la córnea. Se trataba de hacer una iridec- tomía si la piel hubiese permtido hacer antes la autoplastía de los párpados. Al terminar la lectura de este trabajo, el Sr. Presidente dió por terminada la sesión pública, y quedó constituída la Acade- mia en otra de Gobierno. INFORME MEDICO LEGAL EN CAUSA DE HOMICIDIO POR IMPRUDENCIA, Y SILA CONDUCTA OBSERVADA POR UN PROFESIONAL, FUE 0 NO CORRECTA. POR EL Pr. Manuel Ruiz Casabóo. (Sesión del 26 de Mayo de 1911.) Sr. Presidente, Sres. académicos: Cumpliendo el mandato del Sr. Presidente de es- ta Academia en decreto de 15 de Mayo último, tengo el honor de someter á vuestra consideración el in- forme que con fecha 11 de Mayo de 1911, solicita el Sr. Presidente de la Sala Segunda de lo Criminal de la Audiencia de la Habana, en la causa número 770-911 del Juzgado de Instrucción de la Sección Tercera, contra Mo... E... P.../y otros, por homi- cidio por imprudencia. Una sola pregunta hace el Sr. Presidente de la Sala de lo Criminal, y es como sigue: ““¡ Puede calificarse de negligente la conducta de ““ un médico que es llamado para asistir á un enfer- ““ mo y éste le manifiesta que al ir á tomar un pur- '* gante le supo mal, y lo arrojó al suelo sin llegar ““* á tragarlo. Interrogado por el médico, después de *“* examinarle la boca, si sentía ardor en el esófago 8 ANALES DE LA “y en el estómago, manifestó que nó, que solo le ar- “día la boca, le recetó buches emolientes, pues el ** líquido que equivocadamente se llevó á la boca era “* salicilato de metilo, y el paciente no era un sulci- “* da; ó si por el contrario, en vista de estos antece- “* dentes y de los demás que constan en el sumario, “* puede asegurarse que el médico procedió de acuet- ““ do con lo que aconseja la ciencia médica en este CASO e Dos términos principales hay que considerar en esta pregunta, y son: si hubo negligencia por parte del médico, ó si procedió de acuerdo con lo que acon- seja la ciencia, no ordenando otras medicaciones que las ya mencionadas. No creo que haya necesidad de hacer gran esfuer- ZO para resolver estos dos puntos que se complemen- tan, puesto que la negación del primer término, afir- ma el segundo, y ambos constituyen la respuesta ca- tegórica que solicita la autoridad judicial de refe- rencia. Si cuando fué solicitado el servicio del médico, éste fué informado por el mismo enfermo de que no ha- bía tragado la medicina que equivocadamente tomó (Salicilato de Metilo) en lugar de purgante, arro- jándolo de la boca al suelo; y además, el enfermo manifestó que no sentía ardor en el esófago y estó- mago, signos que indefectiblemente debía haber sen- tido, caso de que hubiese tragado dicha sustancia, (Salicilato de Metilo), claro está de que el médico de asistencia en ese momento, no estaba obligado científicamente á llenar otra indicación que la que en dicho caso ordenó, dirigida exclusivamente á tra- tar la ligera lesión que pudo producir en la boca el rápido contacto de una sustancia cáustica, por me- dio de los buches emolientes. No estaba autorizado dicho médico para instituir tratamiento encaminado á curar lesiones, que no se tenía siquiera la sospecha de que pudieran haberse producido, toda vez que el propio paciente, y en este Caso, desde luego, era la parte más interesada, no ma- ACADEMÍA DE CIENCIAS DE LA HABANA Y nifestó síntomas ni signos objetivos ni subjetivos que indicasen una sospecha, por la cual se hiciera nece- sario el uso de otros medios terapéuticos. Si hacemos memoria y recordamos el informe que en 13 de Enero del corriente año (1) tuvimos el honor de someter á la consideración de esta Corpo- ración en esta misma causa, veremos que los señores peritos que efectuaron la análisis química de las vísceras de Z... V..., individuo á que se refieren las actuales diligencias, tuvieron razón al decir que no encontraron el salicilato de metilo, y ello es tan cierto, cuanto que el individuo no lo ingirió, y esto precisamente es un hecho que queda confirma- do con la análisis química. Si de hecho quedó demostrada la premisa de que no traspasó de los límites de la boca la sustancia que de haberse ingerido debió ser sorprendida en las vís- ceras por la análisis química, lógicamente el médico no estuvo negligente al limitar su indicación tera- péutica exclusivamente á los buches emolientes, cumpliendo por tanto con lo que aconseja la ciencia. Como si esto no fuese suficiente, hay otro hecho que viene á confirmar una vez más, la actitud co- rrecta del médico de referencia. De los antecedentes que constan en el sumario se deduce, que horas después de asistido por el médico de referencia, (y era el interno de la Quinta donde se hallaba el susodicho Z...), fué visto por el mé- dico de visita encargado de la asistencia de los en- fermos del Departamento donde permanecía Z..., sin que en nada modificase, quitase ni añadiese á las indicaciones que accidentalmente había ordenado el médico interno en su visita, cosa que, perfectamen- te y con entera libertad podía haber hecho, sin que en nada afectase el prestigio, la confianza, etc., ete., y á ello estaba obligado, caso que hubiese encontra- do en su enfermo fenómenos nuevos que le indicasen algo extraño y ageno á la lesión por la cual le venía prestando su asistencia facultativa diariamente. (1) Véase AwazLes, t. xLvn, p. 832 y 865. TOMO XLVIIT.—2, 10 ANALES DE LA Creyendo suficientemente tratado el punto objeto principal de este informe, esta ponencia, con el be- neplácito de la comisión de Medicina Legal, somete á la consideración de esta Academia, la siguiente con- o como respuesta á la pregunta hecha por el . Presidente de la Sala Segunda de lo Criminal, en a siguiente forma: “Que no es negligente la conducta del médico ob- jeto de la pregunta, siendo por tanto correcta y de acuerdo con lo que aconseja la ciencia médica en este caso, dados los antecedentes expuestos. ?” No obstante, la Academia resolverá ELUGIO FUNEBRE DEL PROFESOR J. HERMANN KNAPP, POR EL Dr. Carlos E. Finlay. (Sesión del 26 de Mayo de 1911.) Cábeme el triste privilegio, como único discípulo en Cuba del profesor J. Hermann Knapp, de pro- nunciar su elogio fúnebre ante esta Corporación. Con él desaparece el último, si no me equivoco, de la cohorte de inteligencias privilegiadas, que, á raíz del descubrimiento del oftalmoscopio por Helmholz y del establecimiento de la Teoría celular de Vir- chow á mediados del siglo pasado, tanto contribu- yeron al renacimiento de la oftalmología, logrando colocarla en la envidiable posición científica en que hoy se encuentra, entre las otras ramas de la me- dicina. No es disputable el puesto de Knapp como primer oftalmólogo de América, y es merecedor quizás, has- ta del título de primer oftalmólogo de su época, pues si muchos de sus contemporáneos se distinguieron como estrellas de primera magnitud en varias de las ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABAN Dr. J. Hermann Knapp. ¡8 Marzo 1832—1." Mayo 1911 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA dal sub-ramas de la oftalmología, ninguno como él ha sobresalido en casi todas ellas. Así lo vemos en óptica recopilando en su diserta- ción inaugural en 1859 sus experiencias determinan- tes del radio de curvadura de la córnea y de las su- perficies del eristalino, datos que precisó Heidel- berg con el oftalmómetro primitivo de Helmholz, y que son clásicos; lo vemos verificando experimen- talmente la teoría de acomodación de Helmholz, pu- blicando trabajos sobre el astigmatismo “y poste- riormente, produciendo el modelo más sencillo y ma- nuable del oftalmoscopio. Lo vemos popularizando el oftalmotropo de Reu- te y Hasner, que sirve para demostrar los movimien- tos de los músculos motores del ojo. Lo vemos en el terreno de patología ocular, unas veces en el campo de histología patológica, otras en el más vasto de la patología ocular general, produ- ciendo un gran número de publicaciones que abra- zan casi todas las enfermedades y procesos patoló- gicos del órgano de la visión. Entre ellas se destaca su Tratado sobre tumores intraoculares, que fué du- rante mucho tiempo clásico. Su trabajo sobre Tu- berculosis ocular, publicado en el Festschrift de Hel- mholz, forma época. Su entusiasmo científico era tan grande, que cuando los descubrimientos de Pas- teur y de Koch y sus aplicaciones á la cirugía y me- dicina moderna conmovieron un tanto sus nociones sobre patología, abandonó durante nueve meses su in- mensa clientela neoyorquina, y los pasó en el labo- ratorio de Koch primero, y en las clínicas de Lister y de otros predicadores de la nueva idea, con el ob- Jeto de ponerse al día en sus aplicaciones á la of- talmología, publicando á su regreso un trabajo sobre fermentación, putrefacción y supuración, basado en una serie de experiencias realizadas en el laborato- rio de Koch, en sus relaciones con operaciones é ins- trumentos oftalmológicos. En la clínica, lo vemos uniendo sus vastos conoci- mientos á una observación eserupulosísima y á un 12 ANALES DE LA A juicio sereno y desapasionado, y logrando éxito tras éxito. En el diagnóstico, pocos le igualaban; ningu- no le superaba. En el manejo del oftalmoscopio, era por demás hábil; muchas son las descripciones más ó menos nuevas del aspecto oftalmoscópico de dis- tintos procesos intraoculares con que ha enriqueci- do la literatura oftalmológica. La precisión con que determinaba la refracción del ojo en distintos me- ridianos, aun en casos de astigmatismo elevado con ejes oblicuos, por medio del oftalmoscopio en el exa- men con la imagen recta, era sorprendente. Cuantas veces he visto sus datos en este respecto encontrarse más tarde confirmados en el examen esquiascópico con pupila dilatada, así como en el examen funcio- nal. Abundan publicaciones cuyas observaciones elí- nicas sobre casi todas las afecciones del ojo, algunas como la sobre el glaucoma consecutivo á la discisión de la catarata secundaria, revelando posibilidades antes desapercibidas. Su reputación como operador era tan universal, que apenas requiere mención. La debía á su gran destreza manual, adquirida con Bowman y Crit- chett, padre, á su eriterio para seleccionar el méto- do operatorio más apropiado en cada caso, y á su correcta apreciación de lag indicaciones, á la ex- quisita atención que prestaba á sus operados antes, durante y después de la intervención, al carácter práctico y siempre simplificador de sus modificacio- nes de distintos procederes operatorios y que al for- mular sus conclusiones sobre sus estudios compara- tivos de diferentes métodos, siempre lo hacía a pos- tervori, después de examinar y pasar por el tamiz de una severa crítica, los datos eserupulosamente reco- pillados que arrojaban sus estadísticas. Las obteni- das por él con la extracción simple, no han sido su- peradas. La erudición de Knapp y su conocimiento de la literatura de su especialidad, era profunda, pues, á pesar de su inmenso trabajo, siempre encontraba tiempo para leer con avidez cuanto se publicaba, y ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 13 mantenerse al corriente en el progreso de la oftal- mología. Era un gran difundidor de la ciencia oftalmológi- ca, aportando su rica experiencia á los Congresos, Sociedades Científicas y publicaciones médicas. Kn 1869 fundó los Archivos de Oftalmología y Otología, que se publican simultáneamente, en inglés y en ale- mán, y que quizás con la única excepción de los Ar- chivos de Graefe, es el periódico de oftalmología de más importancia del mundo. Como maestro, su mejor encomio es citar los nom- bres de algunos de sus discípulos. El primero de éstos fué Leber de Heidelberg, universalmente reconocido como una de las autoridades en oftalmología, en todo lo referente á patología ocular. En América son in- contables los oftalmólogos cuya educación ha sido adquirida en el Instituto de la calle 12, entre muchos solo citaré á Born, Weeks y May, que todos ustedes conocen de nombre. Unido á estos méritos, supo además obtener la sanción popular, logrando la primer clientela oftal- mológica de América, clientela á la cual él no adula- ba, y que á él acudía atraída por su mérito personal y por sus grandes éxitos clínicos y operatorios; éxi- tos que hay que atribuir al interés científico que le inspiraba cada caso, que le guiaba á examinarlo es- erupulosamente y á aplicarle luego el tratamiento, fruto de su gran experiencia y vastos conocimientos. Knapp nació en Dauborn, Prusia, el 18 de Marzo de 1832, teniendo por lo tanto al morir, el 1 de Mayo de este año, 79 años de edad. Se graduó de médico en Giessen en 1854, pasando el examen del Estado en Wiesbaden en 1856, luego visitó á Munich, Wirz- burg, Berlin, Leipzig, Zurich, Viena, París, Lon- dres, Utrecht, estableciéndose en Heidelberg. Aquí fundó un Hospital de Enfermedades de los Ojos, y estableció una Clínica, que luego fué incorporada á la Universidad, de la cual fué nombrado profesor de Oftalmología en el año 1864. En 1868 se trasladó á Nueva York, donde radicó hasta su muerte. En el 14 ANALES DE LA año 1869 fundó el New York Eye and Ear Institute, y los Archivos de Oftalmología y Otología. En 1882 fué nombrado profesor de Oftalmología de la Ls- cuela de Medicina de la Universidad de la ciudad de New York. En 1888, fué nombrado profesor de Oftalmología de Columbia, puesto que ocupó hasta 1901, en que pasó á la categoría de Emeritus. Permitidme ahora, señores, rememorar algo de mi experiencia personal con mi gran maestro. La pri- mera impresión que producía era de rudeza, su ca- racter tenía un tono áspero; no adulaba á nadie, ni á enfermos ni á compañeros; si veía algo que le desagradaba lo decía en el momento; expresaba sus opiniones sin reparos ni reticencias. Pero bajo esta corteza áspera, se ocultaba una naturaleza de oro. Siempre estaba dispuesto á dar consejos á sus ayu- dantes sobre sus trabajos científicos; así como á pres- tar su atención á un enfermo, lo mismo si era rico eo- mo si era pobre, con el mismo interés lo examinaba y le aplicaba el tratamiento que juzgaba más apropia- do. Se adaptaba á la fortuna de sus clientes, y durante los tres años que estuve con él, lo he visto operar ca- taratas por mil pesos, así como por cincuenta, y has- ta gratis, y la misma atención prestaba á unos que á los otros. Penía un profundo desprecio por el mercantilis- mo profesional, y no se percataba de condenarlo don- de quiera que asomaba la cabeza, bien fuese en for- ma de una inteligencia entre un oculista y un óptico, bien en algunos actos de charlatanismo más ó menos disimulado. Lo ví una vez separar violentamente de su Instituto á uno de sus ayudantes que le daba su dirección á una enferma que acababa de ser recha- zada del Dispensario de Pobres, por tener recursos con que pagar á un médico. No aceptaba, ni en su gabinete particular, ni en su elínica, blocks para re- cetas enviados por los ópticos, si en algún punto de ellos, aparecía el nombre de éstos. Lo que más lo distinguía, aparte de su vasta eru- dición y gran valor profesional, era su laboriosidad. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HARANA 15 No he conocido jamás un hombre con más capacidad para el trabajo. Por la mañana se levantaba, almo:- zaba y pasaba á su consulta, donde estaba exami- nando enfermos desde las ocho hasta las dos ó las tres, tomando un lunch ligero, á eso de la una ó las dos. Entonces iba al Dispensario de su Instituto, donde veía todos los casos dudosos, importantes é interesantes que le habían reservado sus ayudantes, disertando sobre ellos y dando explicaciones perti- nentes á los médicos visitantes, ayudantes y alumnos que estuvieren presentes. Luego pasaba á su Clíni- ea con su séquito de acompañantes, y examinaba uno por uno todos los casos, haciendo él personal- mente todas las curaciones, enseñándolo todo y no ocultando á los asistentes casos malos ni casos bue- nos. Al terminar se constituía en el Salón de opera- ciones, y estaba operando mientras había casos ope- rables, muchas tardes habiendo siete y ocho opera- ciones, no acabando con frecuencia hasta cerca de las ocho de la noche. Después de su comida dedicaba la velada á la lectura de la literatura médica, revi- sión de trabajos para sus archivos, preparación de trabajos propios para su periódico ó para las Socle- dades médicas, y las noches de reunión de éstas con- curría á ellas y seguramente, si no presentaba algún trabajo, intervenía en el debate. Los domingos varia- ba su plan; como no tenía consulta en su casa, venía al hospital de 8 á 9 de la mañana, y después de pasar visita, pasaba al Laboratorio, donde permanecía tra- bajando, examinando el trabajo científico de sus ayu- dantes, hasta la una, en que iba á comer. Dadas estas condiciones personales, era natural fuese de lo más exigente con sus ayudantes; él no concebía el que pudiesen sentirse fatigados. Se- gún él, ayudante significaba ayudar, y siempre de- bía estar dispuesto á ello, sin distingos de hora ni lu- gar. La preparación del instrumental, el cuidado de los enfermos, la correcta anotación de las histo- rias clínicas de todos los incidentes, la eserupulosa anotación de las operaciones, tenía que estar al día, 16 ANALES DE LA amenudo lo inspeccionaba todo y no entendía de de- jar para mañana lo que se puede hacer hoy. Esto, que parece muy duro, resultaba un “training”? exce- lente para los que han tenido la oportunidad de tra- bajar á sus órdenes. Cualquiera creería que, dada su posición científi- ca, sería intolerante de las opiniones de los demás. Lejos de esto, siempre estaba dispuesto á oir lo que se le decía, y dar explicaciones pertinentes hasta al más insignificante estudiante, aceptando con fre- cuencia las sugestiones que se le ofrecían. Su honradez científica era otro de los rasgos más salientes de su carácter. Nunca ocultaba sus fraca- sos ni contratiempos. Cuán tristes reflexiones sobre lo efímero de nues- ta vida y de nuestras grandezas humanas evoca el pensar el que tanta actividad ha cesado para siem- pre; el que su presencia, que lugar tan prominente ocupaba en su Clínica y en las Sociedades científi- cas, ha desaparecido también para no volver; el que su voz que con tanta autoridad resonaba en estos lu- gares, se encuentra eternamente callada. Nos que- dan sus obras, unas que figuran como conquistas científicas definitivas, y otras señalan como etapas en la evolución científica de la oftalmología. Nos queda también el ejemplo de su valer profesional, de su laboriosidad, de su honradez, á la memoria de los cua- les nos honramos en rendir tributo esta noche. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA y TRANQUILINO SANDALIO DE NODA. POR EL Dr. Juan Santos Fernández. (Sesión del 26 de Mayo de 1911.) Sres. académicos: Mucho tiempo hacía que nos proponíamos invitar á la Academia para que inseribiese en sus muros, á la par que otros nombres ilustres del pasado, de los que la generación actual apenas tiene noticias, el de Tranquilino Sandalio de Noda, que desde mucho tiem- po atrás la Sociedad Patriótica de Amigos del País, amparo de las ciencias y de las artes en el pasado, le había honrado, otorgándole el título de miembro de mérito. Sandalio de Noda, aunque enciclopedista de gran valer, nos pertenece también, pues si fué filósofo, matemático, taquígrafo, agrimensor, pedagogo, pu- blicista, erítico, poeta, historiador, economista, filó- logo, orador, y de todo ello dió pruebas tangibles, cultivó también las ciencias físicas, químicas y na- turales y por tanto estuvo dentro del círculo de nuestras lucubraciones. Es cosa singular que, hombre dotado de tales fa- cultades, fuese hijo del Oeste, de la región pinare- ña, llamada un día por un político tan cáustico como avisado y profundo, el continente negro, para sig- nificar el atraso de aquel territorio. Y es que el mérito de la prodigiosa hoja de Vuel- ta Abajo hizo lucir su nombre en los más remotos confines. Penetró en los regios aleázares porque, des- pués del vaporoso champagne, se elevaba en espiral el humo de sus puros, ardiendo en los labios de los magnates y como prenda obligada de suntuosos ban- quetes. Mas esta vez, como en otras muchas, no hay que TOMO XLVIII.—3. 18 ANALES DE LA dejarse seducir por el desenvolvimiento de la rique- za; importa conocer si éstas no se producen de mo- do tal, que á la larga constituyan un verdadero de- sastre para el país que las elabora. Esto es lo que ha ocurrido en la provincia de Pinar del Río; allí el mercader desempeña idéntico papel que el israelita en Rusia y otras regiones en que los gobiernos des- póticos é ignorantes no llevan su inspección econé- mica á todas partes, para evitar que la codicia entic- rre sus inhumanas garras en las carnes desnudas del mísero agrario, del verdadero productor. En las otras provincias en que la agricultura no tenía las dificultades que ofrece al cultivo la hoja privilegiada de Nicot, que ha inundado el mundo, el labrador ha podido vencer y ha logrado poner su planta sobre la cerviz del agiotista, que en todas par- tes no tiene conciencia, y el corazón y el cerebro son vísceras que lleva siempre en la bolsa y las alimenta con monedas de cualquier cuño. Hay que estudiar las cosas por fuera y por den- tro. No basta que se haga el bien de una parte, si de otra, ó como consecuencia, se produce el mal; la ela- se médica está experimentando algo semejante á lo que atraviesa la provincia de Pinar del Río. Esta fué el origen de grandes riquezas, de inmensas for- tunas que se han evaporado y solo queda la miseria en aquel territorio duramente explotado; sin atender á que hubiese cultura ni á su porvenir. Hoy las sociedades regionales se levantan próspe- ras después de haber necesitado de la clase médica para engrandecerse. Nadie se inscribe en ellas para bailar ni para ilustrarse, pues el gobierno gasta mu- chos millones en prodigar la enseñanza. El que se inseribe en ellas lo hace para asistirse si enferma. A esto se deben las grandes fortunas de estos centros y con ellas se hace alarde del poderío de las provin- cias que representan. Se levantan palacios, se tire el dinero en fiestas y saraos; pero no se oye ni se cree justo atender á mejorar el estado aflictivo de las clases profesionales. A éstas se las considera sin ele- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 19 mentos para su defensa y se las desprecia y se busca en la política la manera de cimentar la explotación, cueste lo que cueste; pero se olvida aquel concepto, por tan sabido olvidado: que la política no tiene en- trañas y más les hubiera valido pactar con las clases profesionales cuyas doctrinas les obligan á ser dig- nas y honradas. Señores: nos hemos apartado, sin darnos cuenta, del objeto principal de nuestro discurso, que no era otro sino evocar el recuerdo de un sabio cubano, el Sr. Tranquilino Sandalio de Noda, que aunque hijo de la modesta provincia de Pinar del Río, pudo, co- mo lo hace en la actualidad otro paisano suyo, desde su humilde rincón de Guanajay, deslumbrar con su saber y su fecundidad literaria pocas veces superada. Nos proponíamos consignar que nos había impul- sado á hablar de Sandalio de Noda el opúsculo pu- blicado por el Sr. Emeterio S. Santovenia, y en el que se compendia de un modo admirable, cuanto hay que saber de la vida y trabajos de un hombre excep- cional, que sin maestros ni salir del país, poseyó va- rias lenguas extranjeras, lenguas muertas y dialee- tos desconocidos, como los de los negros africanos, que logró aprender. Le fué familiar el francés, el italiano y el portugués; conoció el chino y la lengua Maya, cuando visitó Yucatán, la única vez que salió de su país, para cumplir una misión. Las notas que publicó en 1837 relativas á peces cie- gos en la laguna de Ariguanabo y la correspondencia que sobre el propio tema sostuvo con el insigne na- turalista, nuestro miembro numerario y de mérito, D. Felipe Poey, son cabal exponente de su espíritu investigador. Nuestro geógrafo Pichardo, el filó- logo Tapia, y el arqueólogo D. Francisco de la To- rre, así como el erudito Dau, fueron testigos de su constante fe en la investigación y en el estudio, del mismo modo que apreciaron su vigoroso esfuerzo por obtener el auge de nuestra historia natural y cuan- tos elementos pudo descubrir en sus constantes ex- 20 ANALES DE LA eursiones por todo el territorio de su provincia, que había recorrido palmo á palmo más de una vez. Nació en ella en 1808, en el cafetal Waterloo, jun- to á Las Cañas, y exaló el postrer aliento en San Antonio de los Baños, en 1866. Con razón el geógrafo Pichardo le consideró co- mo uno de los padres de la topografía del occiden- te cubano, y el más notable. A pesar de ser un hombre en extremo retraído y que huía del bullicio de la capital, como fué real- mente un hombre consagrado á la ciencia, ha dejado huellas indelebles de su labor, y por suerte, ha me- recido que más de un eseritor, como lo hace ahora el Sr. Santovenia, se haya ocupado de su persona y de sus producciones. No tenemos la pretensión de añadir un dato más á los publicados respecto á la vida meritoria de este egregio pinareño, solo hemos querido recordarlo en el seno de esta Corporación, al aparecer un nuevo opúsculo remembrando sus gloriosos merecimientos, para que no quede mañana sin figurar entre los obre- ros de la ciencia cubana, que más han contribuído á la cultura de su país en el primer tercio del siglo decimonono, cuando no había como en la actualidad los elementos de divulgación de la enseñanza y el fá- cil comercio de las ideas que ha traído el progreso. No hemos de dejar sin consignar, sin embargo, que los primeros trabajos de Noda aparecieron en 1827 y escribió su MEMORIA SOBRE EL CULTIVO DEL CAFE, cuando sólo tenía diez y nueve años de edad. Esta pro- ducción tuvo una gran acogida, porque entonces el cultivo del café constituía nuestra riqueza, que fué reemplazada algunos años después por la que origi- nó el azúcar. A Noda se debe el verdadero conocimiento de los baños termales y sulfurosos de San Diego. Trazó el derrotero que debía de seguirse para utilizar tan sa- lutíferas aguas, cuya explotación no está todavía á la altura que exige la riqueza de sus fuentes mine- LA HABANA CIENCIAS DE LA ACADEMIA DE ANALES DE Dr. Ambrosio González del Valle y Cañizo. Académico de Mérito. LEA MP 3 NE ' A ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 21 rales, y aunque se puede llegar hoy al balneario sin temor de despeñarse, en lo que hace á utilizar las fuentes, está aún todo en estado primitivo. Pondremos término á estas palabras repitiendo que no hemos intentado juzgar á Tranquilino San- dalio de Noda y sí tan sólo felicitar al Sr. Santove- nia por haber evocado su memoria y á nuestro tut- no hemos querido recomendarlo al respeto de esta Academia. DISCURSO DEL DR. JUAN SANTOS FERNANDEZ EN LA ACADEMIA DE CIENCIAS, AL COLOCARSE EL RETRATO DEL DR. AMBROSIO GONZALEZ DEL VALLE Y CANIZO. (Sesión del 26 de Mayo de 1911.) Señores académicos: No podía pasar desapercibido en esta Corpora- ción el acto de colocar sobre estos muros la efigie del académico de mérito Dr. Ambrosio González del Va- lle, que próximo á ser nonagenario (1) tenemos el gusto de estrecharle la mano y oirle referir su labor en esta Academia, en la que cuando pudo, porque se lo permitía su salud, dió pruebas de su suficien- cia en todo lo que atañaba á la medicina y muy es- pecialmente á la higiene, y si alguna duda hubiera de este aserto, bastaría leer las reseñas anuales de los trabajos de la Academia que con maestría inimita- ble hacía el que fué su secretario general doctor An- tonio Mestre, para desvanecerla al punto. Desde la primera vez que tomó parte en las tareas (1) Nació en la Habana el 7 de Diciembre de 1822, siendo sus padres D. Francisco González del Valle y Dña. Dolores Cañizo, que tuvieron tres hijos más de alta distinción, 22 ANALES DE LA de la Academia, con su memoria sobre la CONS- TRUCCIÓN DE UN LAZARETO DEFINITIVO, que le sirvió para aspirar al puesto de supernumerario que exls- tía entonces, el 28 de Mayo de 1865, reveló sus con- diciones excepcionales para figurar en una corpora- ción que constantemente ventila todo género de pro- blemas comprendidos en el vasto campo de las cien- cias médicas, físicas, químicas y naturales que abat- ca esta Institución. Entre los importantes debates en que terció el Dr. Ambrosio González del Valle, podemos citar uno de perpétua actualidad entre nosotros, y que pudié- ramos decir, que en el mundo entero tambien: LA SECUESTRACIÓN DE LOS LEPROSOS, asunto que á pesar de lo mucho que la bacteriología ha facilitado la re- solución de los más intrincados, se mantiene casi á la misma altura en que estaba, cuando el Dr. E. Nú- ñez de Villavicencio dictaminó que no era forzosa la secuestración del leproso, en la sesión del 23 de No- viembre de 1879. El Dr. Valle, con la independencia de carácter que le era genuina, opinó de manera opuesta y vamos á permitirnos referir aquí las conclusiones de su di- sertación: “que debían ser recluídos y secuestrados los leprosos; que no era del caso entablar polémicas sobre si el mal de los lazarinos es ó no contagioso, porque las vacilaciones de la ciencia podrían ineli- narlo á considerar que si lo es respecto de la higie- ne pública; pero que él veía en el leproso un indiví- duo inútil para sí y para la sociedad. ¿Qué es un leproso? se preguntaba, y respondía; “pues un enfermo desfigurado por la asquerosa fe- tidez que exhala su piel y sus secreciones: un hom- bre que va perdiendo, ora las orejas, la piel, los la- bios, los dedos, etc., ete., y un enfermo que despide tanta hediondez, es indudable que si no contagia, enferma, produciendo náuseas, lipotimias de mo- mento, si es que á la larga no mina las más refracta- rias naturalezas. ¿Es lázaro? pues se le secuestra, añade, porque la sociedad volviéndole instintivamen- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 20 te la espalda, lo abandona y en este estado es cuan- do ha de intervenir la caridad llevándole á un lugar apropiado, donde respire aires puros y se le prodi- gue perseverante asistencia y aseo ya que la cien- cia con sus medicamentos, no puede reorganizar aquel mutilado y ulcerado cuerpo, que se cae á pe- dazos. Es por consiguiente necesario no romper con las tradiciones de la ciencia y por caridad deben for- zosamente recogerse en hospitales apropiados. No debiendo permitirse el matrimonio entre leprosos; pero sí que al nacido de éstos, no leproso, deben pro- digársele los cuidados de una maternidad láctea, en otras condiciones, para ver si se salva de la misera- ble situación de sus progenitores”. Deploramos que la índole de esta disertación no nos permita copiar, lo que acerca del particular con- testó el Dr. Rafael Cowley en la sesión del 25 de lne- ro de 1880, en la parte que tomó en la discusión de la nueva ponencia de que se hizo cargo el Dr. Tomás Mateo Govantes. La nueva comisión informó, que en el estado actual de la ciencia, la secuestración de los lazarinos debía ser forzosa, mientras no se encuen- tre otro medio de evitar la propagación de la lepra. Este dictamen, á petición del Dr. Mestre, fué apro- bado por unanimidad. A los vastos conocimientos del Dr. Valle y espe- cialmente á sus estudios sobre higiene pública, á la par que á sus filantrópicas y humanitarias ideas, di- ce uno de sus numerosos biógrafos, debió entonces y le debe hoy esta sociedad el ponerse á cubierto de la contaminación de esos desgraciados seres. La primera y la segunda intervención americana que de modo directo ejerció influencia apreciable so- ore cada uno de los puntos que afectaban la higie- ne entre nosotros, tácitamente adoptaron el parecer del Dr. González del Valle, procurando adaptarlo de cierta manera á la constitución que en casi todos los Estados no autoriza la privación de la libertad indi- vidual sin la sanción penal de un juez. Iríamos muy lejos si nos ocupásemos de la parte 24 asirios pedo que tomó el Dr. Valle en las discusiones surgidas con motivo de ventilar el célebre ingeniero Albear y el docto médico Lebredo las causas que hicieron apa- recer la epidemia del cólera en la Casa de Dementes. A este propósito presentó á la Corporación un tra- bajo sobre las MEDIDAS SANITARIAS DE URGENTE OB- SERVACIÓN, ORA REINE, ORA SE TEMA SU INVASIÓN. Este concienzudo estudio que hizo entonces del cólera me- reció que el Dr. González Curquejo, en la biografía que de él publicó, considerase el trabajo lo mejor que hasta aquella fecha se escribió en el extranjero sobre el huesped del Ganges. (1) Fué interesante la discusión que suscitó su memo- ria sobre LAS AGUAS PLUVIALES EN LA HABANA, su distribución y aprovechamiento, del mismo modo que la tesis sostenida por el Dr. Valle, cuando decía : “¿CUAL ES LA CONDUCTA QUE DEBE ADOPTAR EL CO- MADRÓN SIEMPRE QUE SEPARADA LA CABEZA DEL FETO DEL RESTO DEL CUERPO PERMANEZCA EN EL CLAUSTRO MATERNO ?”” Su opinión, considerada como la más aceptable, sirvió para demostrar lo que ya conocía- mos: la pluralidad de su saber. En la época en que era una preocupación, más sentida aun que actualmente, la CONSTRUCCIÓN DE HOS- PITALES emitió un informe, en la sesión de 8 de Di- ciembre de 1872, en que no se omite nada de lo que acerca del particular incumbe conocer. Los RASTROS, particular que está todavía sobre el tapete lo trató ampliamente en esta Corporación y otro tanto hizo con el RIEGO DE LAS CALLES, el ARBOLADO y LA INHUMACIÓN para evitar la muerte aparente. En 1870, ante la creciente mortalidad que deter- minaba la viruela levantó su autorizada voz y re- dactó en 1872 su PROYECTO DE REGLAMENTO PARA EL SERVICIO DE LA VACUNA. Informó en 8 de Mayo de 1870 acerca DEL AGUA QUE DAN LAS LLUVIAS EN LA HABANA y estudio de su (1) En 1867 redactó y repartió á sus expensas una cartilla para precayer el cólera, Ot ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 2: aprovechamiento y distribución, fundado en las ob- servaciones pluviométricas, declarándose partidario de usar dichas aguas que actualmente se tienen en completo olvido, de acuerdo con los principios bae- teriológicos, con los que tal vez pudiera armonizarse su utilización, pues es indudable que el agua de las lluvias es pura y potable mientras no pierde esas cualidades en el recipiente en que se recoja. Fué fundador de la demografía médica en Cuba. Sus TABLAS OBITUARIAS pasarán á la posteridad co- mo un monumento que le enaltecerá. El mérito de éstas lo proclamó en esta Academia el íntegro com- pañero Vicente Benito Valdés. La erección del Cementerio de Colón, cuyo estu- dio hizo en esta Corporación, bastaría, para inmor- talizar á su autor y nos apena no podernos detener á puntualizar cuánto expuso acerca del particular este noble ciudadano, desde el momento que como Regidor de buena cepa presentó al Cabildo ordina- rio el 15 de Febrero de 1867, su informe sobre la ERECCIÓN DEL NUEVO CEMENTERIO DE LA HABANA, hasta que ultimó su maravillosa empresa, pues la ne- crópolis de la capital puede competir con las más no- tables del orbe. No sabemos qué admirar más en Valle, si su celo por dotar su ciudad natal de un establecimiento tan necesario, Ó el culto tributado al dignísimo Obispo Dr. Juan J. Díaz de Espada y Landa, que ereó el pri- mer cementerio en la isla, en 1806, y por quien Va- lle sentía tanta admiración, como la profesaba al Gre- neral Las Casas, porque fueron excelsos protectores de la higiene en Cuba, y á la iniciativa del Dr. Gon- zález del Valle se debe el monumento levantado en el Cementerio de Colón al insigne Obispo Espada. No se contentó con crear la nueva necrópolis, de acuerdo con los progresos de su tiempo, sino que to- davía presentó en esta Academia varios trabajos re- lacionados con aquélla: una memoria sobre OSARIOS Y LA RENOVACIÓN DE LAS SEPULTURAS—EL NUEVO CE- MENTERIO Y SU ZONA SANITARIA—EL NUEVO CE- TOMO XLVIn.—t, 26 ANALES DE LA MENTERIO, REFLEXIONES SOBRE SU LEGISLACIÓN—EL NUEVO CEMENTERIO, REFLEXIONES SOBRE SUS CONSTRUC- CIONES, ARBOLADO Y PROYECTO DE REGLAMENTO—SOBRE LA CREMACIÓN— INFLUENCIA DEL ARBOLADO. Ambrosio González del Valle, hombre puro, que pertenece á una pléyade de cubanos del pasado, en que la honradez y la nobleza de sentimientos eran co- mo ignatas, no cesó mientras ocupó un puesto en el Municipio, de interesarse por la higiene pública y una de estas manifestaciones fué su moción de 5 de Mayo de 1866 sobre los perjuicios que ocastona ú la salud pública las inmundicias que de la limpieza de la ciudad se vierten en el ingenio Toledo, ubica- do en Marianao, queja que fué debidamente atendi- da y dejaron de arrojarse las basuras en aquel lugar, para ser arrojadas en el mar, á dos millas de la boca del Morro Señores: vamos á terminar, para no cansar vues- tra benévola atención, pues si pretendiésemos dar á conocer al Dr. Ambrosio González del Valle tal como es, habría necesidad de estudiarlo desde varios pun- tos de vista y nosotros nos hemos limitado á conside- rarlo solamente en sus relaciones con esta Academia. Lamentamos que el corto tiempo de que racionalmen- te disponemos en este momento, no nos autorice á hacer lo que ha realizado uno de sus deudos, el doc: tor FPrascisco G. del Valle en reciente opúsculo, (*) y aprovechamos la oportunidad, para rogar á la Aca- demia, en honor de la justicia y de la equidad, que sea reproducido en los ANALES de la Corporación, á fin de que, en todo tiempo se aprecie, sin omisiones, to- do lo que ha hecho el ilustre académico, desde su ado- lescencia hasta llegar á edad provecta y en cuantos asuntos ha intervenido. En el opúsculo se juzgan: sus libros tan útiles á la propagación de los conoci- mientos en la época que pudo desplegar su actividad (*) Estudio biográfico del Dr. Ambrosio González del Valle y Cas ñizo por el Dr. Francisco G. del Valle. Imp. Siglo xx.—Habana, 1911. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 27 intelectual; sus servicios al Gobierno, (1) al Muni- cipio, á la Universidad, (2) á la Sociedad Económi- ca de Amigos del País, en todas las esferas de nues- tro pequeño mundo intelectual. Así se podrá apre- ciar con claridad meridiana, que no son solamente los genios creadores los que prestan verdadera uti- lidad á las corporaciones científicas; sino que la prestan también muy valiosa, aquellas buenas inte- ligencias dotadas de espíritu práctico y ornadas de excepcional civismo, porque ejercitando su actividad á diario y aplicando sin cesar sus conocimientos á los asuntos más usuales, necesarios y generales del país, amparan de modo constante todas las mani- festaciones del progreso, las estimulan con su acción protectora y conquistan legítimamente el dictado de sabios, como lo ha obtenido por unánime consenso el Dr. Ambrosio González del Valle. Esta Academia le envía, al honrarle una vez más, en efigie, el testimonio de sus más altos respetos, la expresión cariñosa y dulce de su más profundo agradecimiento, porque ha sabido enaltecerla con su talento y sus nobles virtudes cívicas. (1) Como miembro de la Junta Superior de Sanidad. (2) De 1846 á 1854 desempeñó varias cátedras en la Universidad. 28 ANALES DE LA DOS CASOS DE PENFIGO QUE AFECTARON LOS 04JOS, POR EL Dr. Juan Santos Fernández (Sesión del 26 de Mayo de 1911.) El péntfigo ocular no es frecuente, pues Pergens (1) en 1801 solo reunió 133 O le ES que so- lo dos le son personales. De las 133 no se consideran verdaderas, más que 112. En cerca de cincuenta mil enfermos de los ojos que llevamos anotados en el largo período de más de 36 años, no lo hemos observado más de tres veces. La- grange considera al pénfigo ocular como una afec- ción rara, caracterizada por ampollas en la conjun- tiva, coincidiendo ó no con análoga erupción cutánea. Los dos ojos pueden ser atacados. y no al mismo tiem- po (Malcoo Norris). La afección conjuntival puede acompañarse de vesículas de pénfigo no solo sobre la piel, sino también, sobre la mucosa bucal, nasal y fa- ríngea (Chitehett, Bourgois). De Graefe llamó al pénfigo ocular la tisis esencial de la conjuntiva. El primer caso de pénfigo ocular pertenece á Von Wichmann en 1800. (2) Salva, (de Grenoble), (3) ha estudiado de una manera completa el pénfigo ocular, y dice con razón, que en la actualidad la terapéutica de esta afección es totalmente nula y se limita á llenar las indicacio- nes sintomáticas. Los doctores E. y F. Landolt (4) son menos pesimistas, y refieren un caso de pénfigo de un ojo curado después de perdido el otro, prac-. (1) Pénfigo del ojo.—Berlín, 1901. (2) Ideas sobre el diagnóstico. Vol. 1, p. 89.—1800. (3) Clinique d'Ophtalmologie. Juin, 1900. (4) Archives d'Ophtalmologie. Juin, 1910. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 29 ticándole una autoplastía por colgajo pediculado dermo-epidérmico. Bourgois (1) llega á un resultado análogo en un caso más grave que el de los doctores Landolt, y por un proceder casi idéntico, y nosotros esperábamos hacer otro tanto, en uno de nuestros dos casos en que, atrofiado ya un ojo, el derecho, en el izquierdo, que tenía un leucoma parcial, pudiera hacerse una pupi- la artificial más tarde, cuando el estado de la piel permita antes que no lo permitirá, corregir el ec- tropion total de ambos párpados de que está inva- dido. Después del primer caso que observamos en nues- tra clínica, hace más de treinta años, y que por ha- ber transcurrido tanto tiempo apenas si lo recordá- bamos, en pocos meses de intervalo hemos anotado los dos que nos ocupan, y al hacerlo leíamos su dis- cusión suscitada en la Sección de Oftalmología del Colegio Médico de Filadelfia, (2), con motivo de pre- sentar el Dr. E. A. Shumway un caso de pénfigo de la conjuntiva. Las lesiones se presentaron, dice, idén- ticas en el cuero cabelludo, tronco, manos, pies y mu- cosa naso-faríngea. Existía simblefaron muy mar- cado y toda la córnea estaba opaca. Hacía siete meses que el enfermo había ingresado, al iniciarse la do- lencia, en otro hospital. El Dr. W. L. Pyle, dijo: que en los últimos diez años había observado dos casos rebeldes á todo tra- tamiento y entendía que los casos en que se ha se- nalado mejoría, el diagnóstico pudo ser equivocado. En estos casos, así como en los que han publicado otros autores, se señala casi siempre el simblefaron que no hemos observado en los nuestros. Excepcionalmente, como reconoce la mayoría de los autores, y nos ha sucedido ahora, toca al oftal- mólogo, desde el primer momento, observar los sín- (1) La Clinique Oftalmologique. Mai, 1811, p. 260. (2) Colegio Médico de Filadelfia.—Sección de Oftalmología.—Ana- les de Oftalmología, t. xt, p. 490,—México, 1910. 30 ANALES DE LA tomas oculares del pénfigo. Casi siempre constituye una afección general de la piel y las más de las veces á la mitad de su curso ó al final invade los ojos, afec- tando la conjuntiva ó la piel de los párpados, para terminar fatalmente, por regla general, en lo que hace á la vista y á la vida. La etiología específica se le atribuye en forma de sifílides conjuntivales ul- cerosas. En el primero de nuestros casos se creyó que existía esta causa. Monesi, (de Plaisance), (1) es- tima que la etiología y patogenia del pénfigo perma- necen completamente desconocidos. En el caso por él observado con vesícula en la conjuntiva como las que se ven en la mucosa bucal y en la piel del rostro evidencia en preparaciones histológicas de la pared de una vesícula conjuntival y de un pequeño girón de conjuntiva aerótica escondida, que aquella se ha formado en el espesor mismo de la capa epitelial; pe- ro que también puede formarse la vesícula por sepa- ración total de dicha capa del corion de la mucosa. Observación primera.—La niña A. E. J., de uno y medio años de edad, fué traida por su madre á la consulta el 17 de Octubre de 1910. Esta refiere que hacía ocho días que la niña había enfermado de la piel, sin interesar la de los párpados, que fué invadi- da después; hace solo tres días que se afectaron los ojos, y están fuertemente cerrados. La niña está muy delgada, como indicio de una nutrición defec- tuosa. Tiene en muchos puntos del cuerpo el estigma que deja la ampolla del pénfigo al romperse. Cuan- do queremos abrirle los párpados, la piel de éstos sangra, pero descubrimos que la córnea está sana to- davía, y también la conjuntiva bulbar de ambos ojos; sin embargo, la fotofobia indica que ha de estar afec- tada de modo incipiente al menos y la rebeldía de la niña no permite precisarlo. Le ordenamos linimento óleo calcareo, para la piel de los párpados, fricciones mercuriales en los puntos indicados, colirio de atro- pina y lavado antiséptico en los ojos. (1) Annali di Oftalmologia. t. xxxvrrr, fase 8 á 12, p. 620-634.--1910. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA al El Dr. R., que se consagra á las enfermedades de la piel, diagnosticó la de esta niña de sifílides. Marcha fuera de la ciudad con un pronóstico fa- tal. No la volvemos á ver, pero supimos después que había muerto algunos días más tarde. Observación segunda.—El niño D. M. M., de seis meses de edad, lo traen sus padres á la consulta el ocho de Noviembre de 1910. Refiere la madre, mujer que presenta una escoliosis posterior de la colum- na vertebral y no tiene más estatura que una niña, que su hija enfermó desde que nació; pero no de los ojos, sino de la piel, y la asistió el Dr. R. Ya la tenía casi curada, dice, cuando con motivo de un fuerte cl- clón que la expuso al viento y á la humedad, se enar- deció la dermatosis y en la actualidad presenta un aspecto repulsivo. Poda la piel parece como untada de espesa gelatina desecada. La enfermedad, dice, le empezó por ampollas que después le supuraban. En este último ataque le in- vadió los párpados de ambos ojos, y se produjo el pronunciado ectropion cicatricial que tiene en los párpados de los dos lados, quedando los ojos, aunque sanos, al descubierto. Como era de esperarse, los ojos, desprovistos de la defensa de los párpados, se afectaron pronto, sien- do invadidos de queratitis supurativa, que amagaba el estafiloma parcial ó total. El estado general, por su desdicha, parece que no compromete la vida por ahora, pues el mismo parece tener buen desarrollo. No hemos podido descubrir antecedentes específi- cos en los padres. Dos ó tres meses más tarde, el as- pecto de la piel había cambiado algo; pero no desapa- recido. El ectropion había llegado á su máximo en ambos ojos. El derecho tenía toda la córnea opaca é iniciada la atrofia del bulbo. En el izquierdo, la mi- tad de la córnea estaba sana, pero no podía inten- tarse una intervención quirúrgica para corregir el ectropion, sin que desapareciese por completo la en- fermedad de la piel. 32 ANALES DE LA Algunos meses después, lo perdimos de vista, pero en Septiembre 5 de 1911, se presenta de nuevo á la consulta. El estado de la piel no ha variado el ectro- pion del párpado superior izquierdo, permite cu- brir, aunque imperfectamente, el globo ocular. Por encima del leucoma de la mitad de la córnea izquier- da se descubre una pupila lineal que le permite ver. ACUERDOS DE LA ACADEMIA. En la sesión de Gobierno celebrada el 26 de Mayo de 1911, entre otras cosas, se acordó: Aprobar el informe presentado por el Sr. Teso- rero, del cual resulta una existencia en caja á favor de la Corporación en 30 de Abril último, de $217.81; habiéndose ya pagado el costo del mausoleo de la Academia en el cementerio de Cristóbal Colón, as- cendente á $1.250 oro. Designar á los doctores Antonio Díaz Albertini y Pedro Valdés Ragués, para que formen la comisión que ha de glosar las cuentas de la Tesorería de la Academia. Dar un voto de gracias al Sr. Tesorero, por el buen estado en que aparece el tesoro de la Corpora- ción, y otro á los señores letrados Sola y Pessino, por sus gestiones favorables al aumento de las rentas de la misma. Aprobar los informes emitidos por los señores que se expresan, para el ingreso de los siguientes aca- démicos: Del Dr. Jorge Le-Roy, informando sobre los mé- ritos y servicios del doctor Antonio Rudesindo Grar- cía Rijo. Del Dr. Antonio Díaz Albertini, id. id. sobre los del Dr. Arístides Agramonte. Del Sr. Francisco Paradela, id. id. sobre los del Dr. José Antonio Fernández y Benítez. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 33 Del Dr. Felipe García Cañizares, id. id. sobre los del profesor Rafael Blanchard, de París. Verificadas las elecciones que previene el regla- mento, quedaron elegidos por unanimidad como aca- démico corresponsal en Sancti Spíritus, el Dr. An- tonio Rudesindo García Rijo. Como académico de número de la Sección de Me- dicina, Cirugía y Veterinaria, en la plaza que dejó vacante el fallecimiento del Dr. Ignacio Calvo, el Dr. Arístides Agramonte y Simoni. Como académi- co de número en la Sección de Ciencias, en la plaza que dejó vacante el Dr. Francisco Carrera y Jústiz al pasar á la categoría de corresponsal, el Dr. José Antonio Fernández y Benítez; y como académico de mérito, el profesor Rafael Blanc hard, de París. Aprobar el acuerdo de la Junta de Gobierno, por el cual se pospuso la fecha de la sesión solemne, para cuando esté terminado el nuevo edificio, con cuye inauguración se solemnizará el quincuagésimo ani- versario de la fundación de la Academia. TASACION DE HONORARIOS PROFESIONALES. POR EL Dr. Jorge Le-Roy y Cassá. (Sesión de Gobierno del 26 de Mayo de 1911.) Designado por el Sr. Presidente de esta Academia para informar en los escritos remitidos por el señor Juez de Primera Instancia de Guanabacoa, con fe- cha 15 de Mayo actual y recibidos en la Secretaría de la Corporación el 23 del mismo mes, relativos al juicio declarativo de mayor cuantía seguido contra B... V... en su carácter de administrador judicial del abintestato de M... A... C..., por el doctor R... C... en cobro de pesos, debo hacerlo en la forma siguiente: TOMO XLVIMT.—D, 34 ANALES DE LA En el primer escrito del juzgado se pide que la Academia emita dictamen, dentro del término pro- batorio, que vence el día 29 del actual, “acerca de la proc co de los honorarios que reclama el señor R... C..., en virtud de haber sido impugnados por E por la otra parte”? En el segundo, se hacen las siguientes preguntas, que se copian á continuación: ““1.—Si la insuficiencia mitral es enfermedad de larga duración, y, por consiguiente, de tratamiento contínuo. *2.—Si después de varios años de tener esa en- fermedad una marcha lenta ó invasor a, puede afee- tar á toda la economía, produciendo trastornos gra- ves, hasta llegar, después de crueles sufrimientos por parte del enfermo, á la caquexia cardíaca. “3.51 tratándose de una enferma de insuficien- cia mitral, con trastornos graves, por parte del ri- nón, resulta improcedente “hac er repetidos y cons- tantes análisis de orina, y es excesivo el total de se- tenta y siete análisis en el transeurso de tres años, diez meses y diez y ocho días. **4.-—Si en una enferma de insuficiencia mitral, con tendencia á síncopes y descenso de la temperatu- ra, puede y debe el médico que la asista, hacer uso de la vía hipodé rmica para inyectarle cafeína y otras sustancias análogas, y resulta excesivo el número de cuarenta y nueve, empleado en un período de tres años, diez meses y diez y ocho días. “5.—5i los trastornos funcionales por parte del hígado, pulmón, riñón y encéfalo, que se motiva en el referido estado patológico, pueden considerarse como afecciones independientes, ó simples manifes- taciones del mismo. “*6.—51 el síncope, como determinante del falleci- miento de una enferma de insuficiencia mitral, pue- de considerarse como causa esencial, independiente de la lesión, ó como efecto producido por la paresia del corazón, y, por lo tanto, como un trastorno del mismo estado patológic O. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 30 “7 —Si, tratándose de una enferma de cuarenta y cinco á cincuenta años, soltera, en la época de la me- nospausia, ne 'wrasténica, atacada de una insuficien- cia mitral con trastornos viscerales graves, es exce- sivo el número de trescientos cincuenta y nueve vi- sitas, hechas en un período : de tres años, diez meses y diez y ocho días, ó sea, desde catorce de Octubre de 1906, hasta el tres de Septiembre de 1910.” Comenzando por el orden natural de los escritos presentados, procedamos á la tasación de los hono- rarios impugnados, los cuales aparecen especificados en la nota que obra á fojas dos del cuaderno remi- tido. Dice así: ““Relación de los servicios E que le he prestado á la Srta. M... A... y C..., desde el día 14 de Diciembre de 1906, hasta el de su fallecimiento, ocurrido el 3 de Septiembre de 1910, y que no han sido satisfechos. Doscientas cuarenta y nueve visitas ordina- HAS ABACO $ 498 Veinte y tres visitas extraordinarias á $5 Oy. OE Diez y seis análisis as de orinas, á $ 4 Cy. 9, S 64 Sesenta y un análisis ide orinas y sangre parciales, DPI OA AI A Cuarenta y nueve inyecciones hipodérmi- cs DIO A 1 BAD Ochenta y siete visitas á "Guanabacoa á IO TE de ral UR ESOS Sunmdaitotal ua AS EDREAL rado Habana, 8 de Septiembre de 1910. (f) Rr. R... GC...” Respecto del precio que fija el Dr. C... como va- lor de cada una de las visitas ordinarias y extraor- dinarias en esta ciudad, así como el de las realizadas en Guanabacoa, dos, cinco y quince pesos, respecti- 36 ANALES DE LA 'amente, nada tenemos que hacer: notar, pues es el general y corrientemente aceptado por servicios pu- ramente médicos. Igual consideración debemos ha- cer para la aplicación de las inyecciones hipodérmi- cas, que justiprecia en cinco pesos cy. cada una. En cambio, el precio asignado á las análisis parciales de sangre y de orinas, que valoriza en dos pesos Cy., y el de cuatro que le asigna á las análisis completas de orinas, no pueden ser más módicos, y sólo se con- ciben teniendo en cuenta razones que el profesor de- mandante no especifica en su nota de honorarios. Si se tiene en cuenta, por otra parte, lo dilatado de la asistencia: desde el 14 de Octubre de 1906 has- ta el 3 de Septiembre de 1910, casi cuatro años, se comprenderá que el número de visitas hechas en to- tal, no tiene nada de exagerado; sobre todo si se atiende á la clase de enfermedad que padecía la clienta del Dr. C...; enfermedad que si bien tiene sus momentos de calma, en cambio exige en otros un tratamiento por demás asiduo y constante para combatir las múltiples complicaciones de la insufi- ciencia cardíaca. Justificados los anteriores particulares, podemos contestar á este primer escrito del Sr. Juez de Gua- nabacoa diciendo que: los honorarios reclamados por el Dr. R... C..., lejos de ser excesivos, son equitativos en algunas de sus partidas y demasiado módicos en otras. Respondiendo á las preguntas formuladas en el segundo eserito del mismo Sr. Juez de Guanabacoa, contestaremos: A la 1.—Que la insuficiencia mitral, así expresa- da en términos generales y sin hacer la debida cla- sificación etiológica y patogénica, es una enferme- dad de larga duración, y por consiguiente, de tra- tamiento continuado. A la 2.—Que la insuficiencia mitral, que al prin- eipio ataca sólo á la válvula de su nombre en el eo- razón izquierdo, concluye por afectar á toda la eco- nomía, y según la bella expresión de Petter, el en- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA ml fermo “va muriendo molécula á molécula, en cada uno de los penosos días de su existencia, pudiendo decirse con verdad al cesar de vivir, que en realidad, ha cesado de morir?” . Ala 3.—Que tratándose de una enferma de insu- ficiencia mitral, con trastornos graves por parte del rinón, no resulta improcedente, antes al contrario, son indispensables, hacer repetidos y constantes análisis de orinas; y que el número de setenta v siete de ellas, realizado en tres años, diez meses y diez y ocho días, lejos de ser excesivo, es bien limitado. A la 4.—Que en una enferma de insuficiencia mi- tral, con tendencia á síncopes y descenso de la tem- peratura, puede y debe el médico que la asista hacer uso de la vía hipodérmica para inyectarle cafeina y otras substancias análogas; y muy lejos de ser ex- cesivo el número de cuarenta y nueve inyecciones empleadas en un período de tres años, diez meses y diez y ocho días, es, por el contrario, muy limitado. A la 5.—Que los trastornos funcionales del híga- do, pulmón, riñón y encéfalo, que se motivan en el referido estado patológico, deben ser considerados como complicaciones de la marcha evolutiva de las lesiones oro-valvulares del corazón. A la 6.—Que el síncope como causa determinante del fallecimiento de una enferma de insuficiencia mi- tral puede considerarse como uno de los modos de terminación de esta clase de lesiones; aun cuando puede también depender de otra causa. concomitante ó independiente. A la 7.—Que el número de trescientos cincuenta y nueve visitas hechas en un período de tres años, diez meses y diez y ocho días, desde el 14 de Octubre de 1906 hasta el 3 de Septiembre de 1910 á una en- ferma de cuarenta y cinco á cincuenta años, soltera, en la época de la menospausia, neurasténica, ataca- da de una insuficiencia mitral con trastornos visce- rales graves, lejos de ser excesivo es, por el contra- rio, muy limitado. 38 ANAL£S DE LA INFORME SOBRE LA SOLICITUD DEL DR. RUDESINDO GARCIA RIJO, ASPIRANDO A OCUPAR UNA PLAZA DE ACADEMICO CORRESPONSAL, POR El Dr. Jorge Le-Roy y Cassá. (Sesión de Gobierno del 26 de Mayo de 1911.) El Dr. Antonio Rudesindo García y Rijo, ha pre- sentado un trabajo intitulado la AMAUROSIS Y AM- BLIOPIA HISTERICAS en solicitud de ocupar un lugar entre nosotros como académico corresponsal, en Sancti Spíritus. A dicho trabajo acompaña una se- rie de documentos y de publicaciones acreditativas de su capacidad y co la para ocupar el pues- to á que aspira, de los cuales nos ocuparemos al final de este informe. En el trabajo citado, que motiva la observación de un caso de amaurosis histérica bilateral total, v- y que él califica de rareza clínica, comienza por ha- cer algunas consideraciones sobre dicha enfermedad y en una ojeada histórica, recorre y cita las opinio- nes de eminentes oftalmólogos; presenta luego una observación extractada de Ch. Abadie v otra del doc- tor Santos Fernández, y coneluve con una cuarta, también personal é inédita, recogida el año 1902; á estas cuatro observaciones clínicas hace seguir un interesante capítulo de reflexiones, en que las hace muy oportunas de cada una de las citadas, y en donde se revela clínico profundo y hábil terapéuta. No vamos á analizar este trabajo ni á presentar las enseñanzas prácticas que del mismo se despren- den, pues el nombre del Dr. R. García Rijo, de sobra conocido en nuestros círeulos científicos, nos exhime de esa tarea. Sus geniales concepciones publicadas en nuestros periódicos profesionales y dadas á cono- cer en los tres Congresos Médicos que en esta isla se han celebrado, en la Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana v en esta misma Academia, nos reve- ACADEMIA DÉ CIENCIAS DE LA HABANA 39 lan al constante obrero de la ciencia, que alejado de sus principales focos y distraída su atención por el ejercicio práctico de la medicina y por el bien de su país en otras múltiples manifestaciones, no abando- na los estudios y sigue con paso constantemente fir- me los descubrimientos y conquistas que á cada mo- mento se suceden en el campo de las ciencias. Y esta cireunstancia es tanto más digna de hacerse pública, cuanto que, recluído en una población pequeña, aun- que de elevada cultura, ha sabido agrupar á su de- rredor, como centro de atracción, á los profesionales conterráneos y ha mantenido vivos los entusiasmos científicos y los deberes deontológicos en el Cuerpo Médico de Sancti Spiritus y en el Boletín Médico Quirúrgico, que en pasados tiempos fué el órgano oficial de dicha Asociación. Pero no sólo á los problemas científicos ha dedica- do el Dr. García Rijo sus actividades; ha sido siem- pre el vocero, ante las autoridades locales y superio- res, de las necesidades de la beneficencia espirituana y ha llevado las luces de su ciencia al terreno de la agricultura y de la industria pecuaria, no olvidan- do que la ganadería bien atendida es una de las fuentes principales de riqueza de su nativa región. La influencia ejercida en los juveniles años del Dr. García Rijo por la vieja Escuela de París, alma mater donde hemos bebido las aguas cristalinas la mayor parte de los cubanos que ya pelnamos canas, se deja sentir todavía con eran intensidad en los es- tudios v trabajos de nuestro compañero: buena prue- ba de ello son sus producciones seroterápicas, sobre todo del tétanos, al combate de cuya infección ha de- dicado grandes actividades, desde hace luengos años. La vida pública y privada del doctor García Rijo, su constante labor demostrada en la lista que sigue á este breve informe, su laboriosidad y talento práe- tico, por todos reconocidos, nos inducen á recomen- dar su elección como académico corresponsal en Sancti Spíritus, seguros de que su ingreso en nues- tra corporación será para él acicate que le impulse 40 ANALES DE LA á nuevos y provechosos trabajos y para nosotros fuente segura de ópimos frutos y saludables ense- Nnanzas. He aquí los documentos que justifican las condi- ciones exigidas por el reglamento de nuestra Aca- demia, y la lista de los títulos y publicaciones cientí- ficas que le hacen acreedor á nuestros sufragios. DOCUMENTOS 1.—Copia de la partida bautismal, por la que cons- ta que Antonio Rudesindo García y Rijo, hijo legí- timo del Dr. José Manuel García y Cahizares y doña María del Rosario Rijo y Gil, nació en la villa de Saneti Spíritus, el día veinte de Abril de mil ocho- cientos cincuenta y dos. 2.—Diploma de Bachiller en Letras de la Facul- tad de Letras de París, 7 Nov. 1871. 3.—Tarjeta para seguir como Eleve benévole la visita del Dr. Labbé, en el hospital de la Pitié, 6 Enero 1873. 4.-—Diploma de Bachiller en Ciencias de la Fa- cultad de Ciencias de París, 22 de Abril de 1873. 5.—Varjeta de entrada al curso particular de ana- tomía del Dr. Fort. 17 Oct. 1876. 6.—Tarjeta de admisión á la clínica de partos, año escolar de 1877-1878. 7.—TVarjeta de admisión para seguir durante el año 1878 el curso de clínica Martineau en el hospital Lourcine. 8.—Tarjeta de admisión á las conferencias práe- ticas de medicina legal, 1878. 9.—Tarjeta de entrada al departamento de im- presos de la Biblioteca Nacional, válida desde el 27 de Septiembre al 21 de Diciembre de 1878. 10.—Permiso para asistir á las conferencias clíni- cas de patología mental en el Asilo Santa Ana, 26 de Enero 1879, 11.—Tarjeta de entrada al Hospice des Enfants Assistés, Dr. Parrot, sin fecha. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 41] 12.—Tarjeta de entrada al hospital Viellesse (Femmes), sin fecha. (Todos los anteriores documentos, del 2 al 12, son de París). 13.—Diploma de Doctor en Medicina de la Uni- versidad de París, 5 Marzo 1879. 14.—Título de Licenciado en Medicina y Cirugía de la Universidad de Madrid, según los ejercicios hechos ante la misma el 14 de Abril de 1880, y ex- pedido por el Ministro de Fomento, en Madrid, á 13 de Mayo de 1880. 15.—Cédula de inscripción en la matrícula (nú- mero 990) del Ayuntamiento de Sancti Spíritus, para el ejercicio profesional de médico-cirujano. BIBLIOGRAFTA 1876 1.—Tuberculose genito-urinaire; troubles oculai- res (Bulletin Societé Anatomique. París, Dec. 1876). 1878 2.—De las coloraciones normales de la retina y de la fotografía ocular. (Crónica Médico-Quirúrgica de la Habana, Habana, t. 1v, p. 150-153). 3.—Atrofias y parálisis musculares consiguientes á lesiones auriculares. (Crónica, t. tv, p. 201-204). 4.—Inconvenientes de la administración de cier- tos medicamentos en caso de lesiones renales. (Uró- NACA, t. TV, p. 392-394). 5.—Anemia perniciosa progresiva. (Crómica, t. IV, p. 547-551). 1879 6.—Sur la diphtérie prolongée. París, Imprime- rie Moquet, 11 rue des Fossés-Saint Jacques, 11. (Tesis doctoral). 1885 7.—HEstudio sobre el acueducto de Sancti Spíri- tomo xLvur.—6, 49 ANALES DE LA tus. Imp. “La Propaganda”. San Rafael núm. 2.— (Fechado el 5 de Agosto 1885). 1886 8.—Informe sobre la Casa de Beneficencia de Sanet Spiritus. mp. “La Paz”. Calle del Ermneas pe número 3. 1886. (Fechado el 15 de Enero de 1886). 9.—HExposición al Exemo. Sr. Gobernador Gene- ral (sobre los Hospitales y Casa de Beneficencia de Sancti Spíritus, fechada el 20 de Agosto 1886-hoja impresa). 10. Contribución al estudio y especialmente al tratamiento de la imperforación del hímen en la épo- bajo de la pubertad. (Crónica, t. XI1, p. 199-203). 11. Tétano consecutivo á la vacuna. (Crómica, t. XII, p. 388). (Hste trabajo fué reproducido en Fran- cia). 1887 12. Cálculo vesical voluminoso. Talla hipogástri- ca por el método de Pettersen. Simplificación de los instrumentos útiles al médico que ejerce en el cam- po. (Crónica, t. xt, p. 111-118, y Revista de Ciencias Médicas, año l, número 3). 13.—La viruela en Saneti Spíritus. (Crónica, t. XIn, p. 193-196, y Revista, número 12, 30 Marzo 1887). 14.—Contribución al estudio del paludismo en el feto. (Crónica, t. XI, p. 224-228). 15.—Obliteración de la vena cava superior. (Cró- nACA, t. XT, p. 412-420). 16.—Estado de las defunciones habidas en la po- blación de Sancti Spíritus, durante el primer trimes- tre de 1887. (Crónica, t, XITL p. 471). 17.—Uso de la antifebrina. (Crónica, t. XUL p. 106-709). (Cuando se publicó este trabajo, no se co- nocía todavía el producto en Cuba). 18.—Información sobre el tétanos. (Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana). 19.—Araña peluda. Accidentes provocados por sus mordeduras. (Revista, núm. 21, 15 Agosto 1887). ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 43 — o [5 5 5 5 5 5 5 1888 20.—Caso raro de disentería curado con las inyec- ciones hipodérmicas de morfina. (Revista, año 1l, núm. 33, 9 Marzo 1888). 21.—Nuevos instrumentos: I. Pinzas para ligadu- ras.—!II. Estilete de hueso. (Crónica, t. xtv, p. 93-96). (Este trabajo fué reproducido en el Anuario Inter- nacional de Medicina y Cirugía de Madrid). 22.—Artritis supurada de la rodilla. Artrotomía y drenaje. Curación. (Crómica, t. XIV, p. 256-258, y Revista, 20 Abril 1888). 23.—Pólipo uterino. Gangrena provocada. Cura- ción. (Revista, núm. 43, 5 Agosto 1888). 24.—Espasmo traumático secundario. (Crónica, E IV LO Je 25.—Contribución al estudio de la amputación del pene. (Crónica, t. XIv, p. 659-659). 26.—Apuntes clínicos sobre la escarlatina en Sancti Spíritus. (Revista, núm. 49, 5 Noviembre; y números 51 y 52, de 5 y 20 de Diciembre 1888). 1889 27.—Informe sobre la obra de D. F. Escobar “Las naciones ante el impuesto””. Leído ante la Directiva de la Sociedad “El Progreso””, en sesión de 11 de Di- ciembre de 1888, y aprobado por unanimidad. Sancti Spíritus, Imp. “La Paz”, de Carlos Canto. 1889. 28.—Instrumento para aplicar el cloroformo en las operaciones practicadas en la nariz. (Archivos de la Soc. de Est. Clin. de la Habana, t. 1v, p. 37). 29.—A propósito de algunos casos de heridas por armas de fuego. (Rev ista, t. Iv, p. 149-151, 159-161, números 64 y 65, 9 y 20 Julio 1889). 30.—Fistula hipogástrica artificial en las afeccio- nes protáticas. (Revista, t. 1v, p. 274-277, número 14, 5 Diciembre 1889). 44 ANALES DE LA 1890 31.—Apuntes estadísticos para servir al estudio del tétanos infantil. (Congreso Médico Regional Un- bano, p. 167-176 y Crónica, t. XVL p. 33). 32,—Apuntes clínicos sobre el envenenamiento por la leche en los niños recién nacidos, y fiebres de la primera infancia. (Congreso, p. 212-219 y Cromca, PENE pra). 1891 34.—Reglamento del servicio de vacunación, en el Término Municipal de Sancti Spíritus. Imprenta “¿La Paz”. Preámbulo aprobado por el M. I. Ayun- tamiento y la Junta de Sanidad. Julio 20 de 1891; y Reglamento, aprobado por el Gobierno de la Provin- cia, el 24 de Octubre de 1891. 1892 35.—Absceso del hígado. Operación con resección de costilla. Curación. (Crónica, t. XVII, p. 90-93). 36.—Apuntes clínicos sobre obstetricia. (Crónica, t. Xvi, p. 311-314). 37.—Tratamiento quirúrgico de la uña enterrada. (Crónica, t. xvi, p. 514-516). 38.—La ganadería en Cuba y la explotación. Ha- blan los números. (La Fraternidad, Sancti Spíritus, año VIL, número 341, 13 Noviembre 1892). 39.—El Ayuntamiento de la Habana, y la cuestión de la carne. Hablan los números. (La Fraternidad, Sancti Spíritus, año vit, número 345, 11 Diciem- bre 1892). 1893 40.—Detalle práctico aplicable entre otros usos y con especial ventaja al manejo del termo-cauterio de Paquelin. (Crónica, t. XIx, p. 229-233). 41.—De la aplicación del raspamiento (raclage) en los trayectos fistulosos y más especialmente en la operación de las fístulas anales ó peri-anales. (Cró- naca, t. XIX, p. 327-330). ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 45 1894 42.—Desiderata. (Deficiencias de los servicios mé dicos públicos. —Reformas que debe pedir el Bole- tin.—Profesión de fe periodística). (Boletín Médi- co-Quirúrgico del Cuerpo Médico de Sancti Spiri- tus, t. 1, p. 2, Enero 1894). 43.—El tétanos infantil y la cura del ombligo :—l. Estadística.—II. Naturaleza infecciosa. (Boletín, €, t. 1, números 2 y 3, Febrero y Marzo 1894). 44.—Cáncer del mediastino y de la pleura con hi- drotórax consecutivo. Muerte. Autopsia. (Crómica, t. Xx, p. 507-512). 1896 45.—Difteria y seroterapia. (Crónica, t. XXI, p. 39-45, 59-62, 15-17, 161-163). 46.—A propósito de los vómitos incoercibles del embarazo. (Crónica, t. XXI, p. 174-175). 47.—Cálculo vesical voluminoso. Talla perineal: curación. (Archwos de la Soc. de Est. Clín. de la Ha- bana, t. VIL, p. 223). 48.—Informe sobre el saneamiento de la ciudad de la Habana, para contestar al cuestionario del señor General Subinspector de Sanidad Militar (con los Dres. José Vila y Jorge Le-Roy). (Archivos de la Soc. de Est. Clin. de la Habana, t. vu, p. 399-370). 49.—A propósito de las vedas durante la mens- truación y el embarazo. (Crónica, t. XXI1, p. 205-207). (Este trabajo fué reproducido en el extranjero?. 90.—A propósito de las fiebres del puerperic. (Crónica, t. XxIt, p. 350-357). 1897 51.—Procedimiento para la extracción de los cuer- pos extraños de la faringe y del esófago. (Archivos de la Soc. de Est. Clín. de la Habana, t. vu, p. 31-39, y Crónica, t. Xxtt, p. 7-18): 52.—HEstudio clínico experimental sobre el suero diagnóstico de la fiebre tifoidea y su adaptación á la clínica corriente. (Trabajo leído en la Academia 00] ANALES DE LA el 11 de Julio de 1897). (Crónica, t. xx1t1, p. 233-247, y ANALES, f. xXXXv, p. 107-109). 33.—Angina estafilo-estreptocóccica. Manifesta- ciones periarticulares. Suero antiestreptocóccico. (Crónica, t. XXII1, p. 292-294). 44.—Modificaciones de técnica del suero-diagnós- tico. (Tifoidea, Tifo-malaria, ete.) (Crónica, t. XXIrr, p. 318-323). 59.—Nuevo y rápido procedimiento de doble colo- ración de la sangre. (Crónica, t. XXI1L p. 395-405). 15898 56.—Lia seroterapia y las supuraciones múltiples de la infancia. (Crónica, t. XXIv, p. 86-90, 102-105). 1899 51.—Pólipo fibromiomatoso en el cuello del útero. (Crónica ys pls Io) 98.—Ureometría práctica. (Crónica, t. XXV, p. 229-232). | 1900 59.—Seroterapia de la erisipela. (Crónica, t. XXVI, p. 93-98). 60.—Hemorroide procidente. Resección. Cicatri- zación por segunda intención. (Crónica, t. XXVI, p. 217-218). 1901 61.—Aparato para la administración del elorofor- mo en las operaciones de la nariz. (Congreso Médico Pan-Americano, t. 1, p. 733-734 y Crónica, t. XxvI, p. 256-259). 62.—Contribución al estudio de las estrecheces uretrales. (Congreso de.t. 1, p. 590-613). 63.—Amputación del pene. (Congreso de, t. 1, p. 650-654). 1902 64.—Disfagia erisipelatosa grave. (Crónica, t. XXVII, p. 199-201), ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 47 65.—Hidrocele lechoso con filarias. (Crónica, t. XXVII, p. 311-315). 66.—Erisipela en un recién nacido, curada con el suero anti estreptocóccico. (Crónica, t. XXVIL, p. 348-349). 1903 67.—Presentación de hombro. Embriotomía. (Cró- nica, t,XXIx, p. 8-12). 6s8.—Aplicación preventiva del suero anti-diftéri- co (con ocho observaciones). (Crónica, t. XXIX, p. 238-245). 69.—Chanero sifilítico de la región lagrimal. (C'ró- MACS DS pi 331-3390): 1904 70.—Hidrocele lechoso con filarias. (Crónica, t. o pa l19123), 711.—Metrorragia y suero gelatinoso. (Crónica, t. XXX, p. 302-305). 1905 72.—Metrorragia y suero gelatinoso. (Crónica, t. XXXI, p. 97-105). 713.—Suero antitetánico como preventivo y como curativo. (Primer Congreso Médico Nacional Cuba- no) Erabana, 1905, p. ¡50:95..+ Crónica 1d. ¿XXXI Gp: 189-197, 203-214, y folleto). 714.—Contribución al estudio de los cáleulos ure- trales y de la litotricia uretral. (Primer Congreso de, p. 239-239; Crónica, t. XXxL, p. 279-284 y folleto). 715.—Distocia por osificación prematura é irredue- tibilidad de la cabeza fetal. (Primer Congreso de, p. 271-279; Revista de Med. y Cir. de la Habana, t. Xx, Pp. 331-340). 76.—Meningocele operado. (Crónica, t. XXXL, p. 263-266). 1906 17.—Ránula sublingual. (Crónica, t. XXXI, p. 317-321). 48 ANALES DE LA 78.—Bocio exoftálmico en negros y mestizos. (Crónica, t. XXXtU1, p. 147-158 y folleto). 79.—Difterias peligrosas. (Crónica, t. XXXIL p. 189-194, 206-213 80.—Bocio exoftálmico en una mestiza. (Crónica, t. XXXIL, p. 295-301). 81.—A propósito de los colirios de homatropina. (Crónica, t. XXXIL p. 383-388). 1907 82.—Hematuria y suero gelatinoso. (Crónica. t. XXXIL, p. 349-355 y folleto). 83.—Fiebre de borras y fiebre amarilla en euba- nos. (La fiebre amarilla cn los cubanos, por el doc- tor Tomás V. Coronado, p. 33-36). 1908 34.—Diabetes sacarina en Cuba. (Crónica, t. XXx1V, p. 25-30). -89.—Glucosuria en un niño de tres años. (Crónica, E XXXIV, P» MSTEDE Uficacia del suero anti-tetánico en el tétanos agudo. (Crónica, t. xxxIv, p. 103-112). 87.— Tétanos curados por el suero anti-tetánico cubano. (Crónica, t. xxxIv, p. 199-205 y folleto). 88.—Miasis (enfermedad parasitaria producida por las moscas). (Crónica, t. XXxIV, p: 263-210, 279-284) 89.—Seroterapia cubana del tétanos agudo.—TPé- tanos agudo en una anciana curada por la serotera- pia cubana. (Comunicación á la Academia, sesión del 10 de cet de de 1908. (Anales de la Academia, de, t. XLV, p. 366-372 y: 372-375; Crómica, 1 REN 1D: 30% 371 y folleto). 1909 90.—Dacriocistitis rebelde curada por el electrar- gol. (Crónica, t. xxxv, p. 198-200). 91.—Pesario y embarazo. (Crónica, t. XXxV, Pp: 385-389). ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 49 92.—Fórmulas del Dr. García Rijo (originales). (Crónica, t. XXXV, p. 437-440). tanos y septicemia. Muerte á pesar del suero. (Crónica, t. XXxv, p. 445-450). 94.—Un caso de astigmatismo traumático. (Uró- nica, t. Xxxv, p. 499-502). 95.—No fiarse de la difteria. (Crónica, t. XXXV, p. 541-546). 96.—Certamen de laboriosidad, virtud, abnega- ción é iniciativa. (Para celebrar el 24 de Febrero de 1909.—Hoja impresa sin fecha ni lugar de impre- sión). 1910 97.—Tratamiento de la lepra por el atoxyl. (Co- municación á la Academia, sesión del 14 de Abril de 1910, ANALES, €. XLVI, p. 544-556; Crónica, t. XXXVL, p. 230-241). 98.—Difterias anómalas. (Crónica, t. XXXVL p. 337-341, 361-364, 387-389). 99.—Excema génito- erural. Galvanización. (Cró- MICA, t. XXXVL:p. “475- 418). 100.—La Sanidad cubana y el suero antidiftérico. —El tétanos y la Junta de Sanidad (comunicación á la Academia, sesión del 30 de Septiembre de 1910, ANALES, t. XLVIL, p. 434-448; Crónica, t. XXXVI, p. 490-501). 101.—Tétanos puerperal curado por el suero.—Un aplauso á la Junta de Sanidad. (Comunicación á la Academia, sesión del 23 de Diciembre de 1910, ANa- LES, t. XLVIL, p. 153-7156; Crónica, t. xxxviI1, p. 12-15). 102.—Asociación rústico-pecuaria. (Notas acorda- das enviar á los ganaderos del Término de Sancti Spíritus, firmadas por el Dr. García Rijo, el 21 de Diciembre 1910. | 103.—La prensa médica y la colegiación médica rural. (Trabajo presentado al Congreso de la Pren- sa celebrado en la Habana en Febrero de 1911-fo- lleto). 104.—Liga contra el tétanos infantil. (Crónica, t. TOMO XLVHI.—7, 0) ANALES DÉ LA xXxvrH, p. 182-185, 230-240). (Presentado al Segun- do Congreso Médico Cubano). 105.—Proyeecto de reglamento para la creación de un servicio de vacunación eficaz y económica en nuestros partidos rurales. (Presentado al Segundo Congreso Médico Cubano). SIN FECHA 106.—Cuestionario propuesto á los señores Ha- cendados para el estudio de la epidemia que reina en el ganado. (Hoja. mp: ala Propag ganda””, de V. Taboada. Calle del Príncipe núm. 7). 107.—Informe de la Colectividad de Síndicos de todos los gremios de Sancti Spíritus, á la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de la Habana. (7 p. sin pie de imprenta). 108.—Pauta en la que deberán inspirarse los co- misionados de la Sección de Agricultura y Ganade- ría de El Progreso para la organización de los comi- tés rurales. (Hoja.—Imp. “La Propaganda,” de V. Taboada). 109.—Entrevista celebrada con el Exemo. Sr. Go- bernador General por la Sección de Agricultura y Gra- nadería de El Progreso. (1 p. Imp. “La Propagan- da,”” de V. Taboada). 110.—Leche de vaca esterilizada bajo la dirección técnica del Dr. Rudesindo García Rijo. (Hoja.— o Blanco y Co. Aguiar 59, Habana). (Debe ser de 1895 á 1897). Además, según la nota remitida por el Dr. Gar- cía Rijo, ha publicado “varios trabajos de diversa ín- dole, literarios unos, sociológicos otros, que se en- cuentran diseminados en los Archivos de las Juntas Locales de Sanidad, de Caridad, del Ayuntamiento, del Progreso, de la Asociación de Propietarios y Gra- naderos, de la Asociación Rústico Pecuaria, de la Junta de Educación, del Antiguo Partido Liberal Autonomista (Junta Local- vocalí ía) ; y por último en los periódicos de Sancti Spíritus, entre ellos, La Pro- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HARANA 51 paganda, El Espirituano, El País, El Fénix, La Fra- ternidad, El Guajtro, la Asociación”. Antes de terminar debemos advertir que hemos compulsado y corregido las citas bibliográficas que anteceden, ateniéndonos á los textos verdaderos que remitió el interesado y que existen en nuestra bi- blioteca particular. AMAUROSIS Y AMBLIOPIA HISTERICAS. POR EL Dr. Rudesindo García Rijo. Trabajo en opción al título de académico corresponsal en Sancti Spíritus. Señor Presidente, Señores académicos: Un deber reglamentario me impone, como á todo el que aspira al codiciado honor de ingresar en vuestro docto gremio, la obligación de presentaros un traba- jo original é inédito. Aprovecharé la cireunstancia reciente de haber te- nido que asistir en el mes de Febrero un caso que bien puede calificarse de rareza clínica, como lo es la amaurostis histérica bilateral y total, para presenta- ros algunas consideraciones sobre la enfermedad en cuestión, comunmente englobada en un solo capítulo con la ambliopía histérica, por ser tan frecuente la ambliopía como rara es la amaurosis y excepcional la amaurosis bilateral y total de origen histérico. Al mismo tiempo utilizaré dos observaciones de amau- rosis bilateral publicadas con anterioridad por el Dr. Santos Fernández y por el Dr. Ch. Abadie (Pa- rís) é incluiré además otro caso personal é inédito de ambliopía histérica en un joven del sexo mascu- lino. Pero antes de entrar en materia debo hacerme cat- 52 ANALES DE LA AED go de una deuda que con vosotros tengo contraida. En distintas ocasiones he tocado á vuestras puertas en demanda de auxilio con motivo de alguna contro- versia clínica Ó de algún conflicto médico adminis- trativo; y siempre he encontrado vuestras puertas abiertas y vuestros espíritus dispuestos á la mayor benevolencia. No se me oculta que esta favorable dis- posición de vuestros ánimos débola esencialmente á la buena amistad que desde mis primeros pasos en el ejercicio profesional me han ligado con varios miembros de esta prestigiosa Institución. Para dichos buenos amigos, así como para todos los que guiados solamente por su caballerosidad ge- nerosamente se han prestado á secundar mis propó- sitos, no encuentro palabras con que expresar mi gratitud por tan noble como enaltecedora cordiali- dad. Ojeada histórica He aquí la opinión magistralmente emitida en la Enciclopedia Médica de Charcot, Bouchard y Bris- saud, sobre la afección de que nos ocupamos. Ambliopía histérica.—Como la sordera completa, la amaurosis total de naturaleza histérica, es de una extrema rareza. Empieza en la mayoría de los casos de una manera súbita, y después de algunos días, se- manas ó meses de duración, desaparece instantánea- mente, como apareció, á consecuencia de un ataque ó de una emoción moral un poco viva. Los trastornos de la visión que se observan de or- dinario en los histéricos, son mucho menos graves, pero son persistentes. Constituyen, en razón de su sin- gularidad y de su frecuencia, uno de los buenos es- tigmas de la afección. Poseen el curioso privilegio de existir desconocidos de los enfermos. JHístos se quejan, en efecto, muy rara vez, de que su vista sea defectuosa, y para comprobarlo, hay que buscarlos sistemáticamente. Una reducción de la extensión del campo visual, trastornos en la percepción de los co- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 53 lores, la astenopía, trastornos de la acomodación, he aquí los elementos cuyo conjunto constituye lo que se llama la ambliopía histérica. “La diseromatopsia histérica, cuando evoluciona de una manera progresiva, recae primitivamente so- bre el violeta, después sobre el verde, el azul, el ama- rillo y por último el rojo. La persistencia del color rojo es el carácter dominante de esta discromatop- sia, estando muy lejos, sin embargo, de ser absoluta esta regla, pues hay enfermos que pierden la noción del azul, después de perder la del rojo. “¿Con independencia de la astenopía acomodativa que se observa algunas veces podemos encontrar en los histéricos un trastorno particular de la visión se- ñalado por Parinaud: la diplo pia, ó mejor, polio pía PLE CALAS TE O OA Ice dos . .. según Parinaud, esta poliopía reconoce por causa un espasmo de acomodación. ““La ambliopía histérica presenta, de la manera más saliente, todos los caracteres extraños y contra- dietorios, así como todas las dificultades de interpre- tación que son inherentes á las anestesias histéricas en general”. (Páginas 683 á 685, edición española). Consultando la opinión de las obras de oftalmo- logía que tengo á mano, veo que todas coinciden con las apreciaciones que preceden. El Dr. Wecker eree que muchos de los síntomas atribuidos á la amaurosis ó ambliopía histérica de- bieran descartarse de la histeria en sí, como super- cherías, á las que suelen tener marcada inclinación los histéricos. (Therapeutique oculatre). Oigamos ahora al Dr. Charles May de New York. “La ambliopía histérica se presenta, generalmen- te, en niñas jóvenes y en mujeres y á veces en jóvenes del sexo masculino. Casi siempre es unilateral.” (Traducción de Fin- lay, página 298). Todos los autores convienen en que los reflejos pu- pilares y el aspecto oftalmoscópico son normales en la ambliopía histérica; además los indivíduos que 4 ANALES DE LA padecen esta afección suelen tener deslumbramien- tos, dolor en la parte posterior de los ojos y cefalal- vias ó neuralgias craneanas. (Nettleship). Una mención debemos hacer aquí de los trabajos del infatigable Dr. Juan Santos Fernández, á quien tanto deben las ciencias médicas en general y más es- pecialmente aun la oftalmología cubana. En las pá- vinas 194 y siguientes, de su Clínica Oftálmaica, pu- blicada el año 1887, en la Habana, se ocupa de las amaurosis sin lesión ocular, insertando una intere- santísima observación de amaurosis dependiente del nervosismo; y euyo extracto incluiremos en este tra- bajo (observ. III). Pero de todos los autores que he podido consultar sobre la amaurosis histérica el que más me ha inte- resado ha sido el Dr. Ch. Abadie, el que en sus Le- cons de Clinique Ophtalmologique, París, 1811, (pág. 243 á 254) se ocupa en conciencia de las of- talmopatías histéricas, y hasta cita un caso (observ. IP) que tiene grandísima semejanza con la observa- ción personal (observ. I) que me ha inducido á ha- cer el presente trabajo y las consiguientes cos o*. sas. Para que mis lectores Ó auditores puedan darse cuenta de la importancia del asunto y del interés que ofrece el caso por mí observado, bástame indicar que el Dr. Ch. Abadie al comentar su observación la con- sideraba como caso único bien comprobado, del que se tuviese noticia en aquella fecha, de amaurosis his- térica bilateral y total. Pues bien, cuando se compa- re mi observación con la del profesor Abadie no du- do que se confirmará el juicio que desde ahora anti- e1po, esto es, que en el caso del Dr. Abadie la pérdida de la visión era menos completa que en el caso mío, por separado de otras particularidades que á su de- bido tiempo relevaré. Quizás algunos de mis oyentes deduzcan de la ra- reza misma de estos casos que la amaurosis histérica bilateral y total solo ofrece el interés de todas las co- sas raras, insólitas y caprichosas, sin otro alcance ACADEMIA DÉ CIENCIAS DE LA HABANA 55 ni aplicación práctica. Para contestar á los que así piensan dejo la palabra al Dr. Abadie: ““Es muy probable que estos casos sean menos in- sólitos de lo que parecen. Hojead vuestras obras clá- sicas de oftalmología, y en todas encontrareis, bajo el calificativo de isquemia retiniana, observaciones análogas á la de nuestra amaurosis histérica. En to- das se trata de enfermos afectados bruscamente de pérdida completa de la visión, en las que el oftalmos- copio no revela nada anormal, ó cuando más alguna dudosa disminución del calibre de las arterias. ““En algunos de dichos casos, con el fin de dismi- nuir la tensión intraocular y de favorecer la cireu- lación en el sistema arterial de la papila, se ha lle- gado hasta practicar una doble iridectomía; encar- gándose después las estadísticas de proclamar los éxitos obtenidos como resultado de dicha feliz inter- vención; ¡pues bien! quizás estos supuestos casos de isquemia retiniana no hayan sido otra cosa más que amaurosis histéricas, sin que el éxito quirúrgico bas- te para invalidar dicha apreciación. Y en efecto, es- toy convencido de que esas formas de ambliopía, aun en sus grados más avanzados, pueden desaparecer bajo la influencia de medios muy diversos, tales co- mo la emoción provocada por el acto operatorio, la reacción de algunos filetes nerviosos, ete... (Ch. Aba- die. Clinique ophth, 1881, pag. 252). Tiempo es ya de que saquemos algunas deduccio- nes de este recorrido bibliográfico. He aquí nuestras Impresiones. 1. Existe un entidad mórbida, que afecta la vi- sión hasta el extremo á veces de abolirla por comple- to, y que sin embargo no se acompaña de lesión ocu- lar, afección que puede sobrevenir bruscamente y que aun en sus grados más avanzados puede curar. 2. Fl temperamento nervioso, cuyo tipo más aca- bado es la histeria, constituye su principal factor patogénico. De ahí la denominación de ambliopía Ó amaurosis histéricas. 56 ANALES DE LA 3. El diagnóstico es á veces difícil ó por lo me- nos delicado. 4.—El tratamiento variable. Entre los recursos que más especialmente han sido utilizados y que mejor parecen haber correspondido figuran la electricidad en distintas formas, la aplicación del iman, la meta- loterapia, por separado de las demás indicaciones generales y locales sugeridas por el análisis de cada caso. Obervación 1. (Personal é médita). HF. 6... y6..., natural de Sanchis pritis le 16 años de edad, soltera, vive al abrigo de su padre, y comparte con sus hermanas las tareas familiares. Su residencia habitual es una finca rústica, “Santo Tomás””, inmediata á la población de Sancti Spí- ritus. Padre vive sano. Madre murió de fiebre puerperal. Hermanos: incluso ella fueron trece, de los que murieron cinco: de éstos, cuatro de menos de un año y uno de dos años (fiebre); los demás hermanos vi- ven, y disfrutan habitualmente de salud buena ó mediana. Antecedentes personales: de niña fué propensa á padecer de bronquitis asmatiforme, que le repetía casi todos los meses, hasta la edad de diez años, en que cesaron definitivamente dichas crisis asmáticas, sobreviniéndole de vez en cuando ligeras anginas. Menstruación á los doce años, bien, salvo ligero dolor. Salud habitual excelente. Carácter ¡jovial; muy sociable ; y dispuesta siempre así á trabajar como á tomar parte en las fiestas y diversiones legítimas. En Enero del presente año (1911) con motivo de la enfermedad y muerte de su abuela, tuvo que re- doblar de actividad para atender á la numerosa con- currencia que constantemente acudía á informarse de la enferma y á hacer sus manifestaciones de con- dolencia. En la noche del 22 de Enero llevó á la cama á unos ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 97 niños, sentándose al lado de la cama en donde des- cansaban los niños, y hasta durmió ella misma un rato, despertándose al oir ruido en otra habitación; con cuyo motivo se levantó precipitadamente, sa- liendo del cuarto, atravesando el patio; pero al en- trar en la sala sintió, dice, un temblor y dolor agudo en ambos ojos, con pérdida inmediata y total de la visión. El dolor le duró una hora próximamente; después solo por rareza ha tenido dolorcitos fugaces en los 0j0s. La enferma nunca había padecido de ataques de nervios hasta el 25 de Enero que le acometió una cri- sis nerviosa con aflición, palpitaciones, convulsiones tónicas y clónicas. Los días siguientes dichas erisis nerviosas le repitieron, generalmente una crisis dia- ria, salvo un día que tuvo dos crisis. En totalidad, tuvo sels crisis. La enferma me es presentada el 8 de Febrero en la tarde, ó sea el 17” día de enfermedad. La pérdida de la visión persiste total sin que durante los diez y siete días transcurridos haya habido la menor ate- nuación, el menor indicio visual, á pesar de la esme- 'ada asistencia de tres médicos reputados, los que además de los antiespasmódicos variados y de múl- tiples medicaciones internas apelaron al hipnotismo logrando dormirla pero sin obtener mejoría ningu- na visual. En estos últimos días le fué recetado un vegigatorio en la nuca, el que está en plena actividad. La enferma no ha tenido fiebre. Pulso, 84. No ha tenido edemas. Antes de venir á la consulta, orinó en su casa; consigo, sin embargo, que orine en cantidad insuficiente para apreciar la densidad, pero suficien- te para apreciar que no tiene albúmina, ni glucosa, ni indican; son pálidos, color N. 2 (Vogel), ligera- mente alcalinos, y dan una hostia úrica difusa. Exploro la sensibilidad, y no encuentro hemianes- tesia ni perturbación sensitiva apreciable. La com- presión ovárica tampoco revela dolor apreciable de uno ni de otro lado. La enferma no ha tenido nunca rubicundez ni al- TOMO XLVI11.—8, 58 ANALES DE LA teración apreciable en el aspecto de sus ojos. Obser- vo que trae puestos unos espejuelos, y al preguntarle desde cuándo los usa, me contesta que desde su ac- tual enfermedad, porque el más leve soplo de aire le produce gran molestia en los ojos y los espejuelos le alivian, haciendo las veces de un biombo pre-ocular. Observo además que la enferma mantiene general- mente cerrados ambos ojos; pero la enferma, cuando se le ordena imperiosamente, logra abrir volunta- riamente los ojos, aunque sin poder mantenerlos abiertos, pues al intentarlo lo más que hace es pat- padear. Sosteniendo elevado el párpado superior con mis dedos, observo que no hay contractura: el párpado se deja elevar sin oponer resistencia notable. Las pupilas normales de ambos lados: ni midriásis ni miósis; reaccionan á la luz. Dice no ver ni aun la luz del sol, ni la de la lámpara; y al proyectar con el espejo oftalmoscópico y la lente biconvexa un fuer- te rayo de luz en el interior del ojo, dice sentir lige- ro ardor, pero sin ademán alguno para evadir la in- fluencia de dicha iluminación. Le aplico delante de los ojos sucesivamente vidrios de varios colores, y al ponerle un vidrio azul, me di- ce que le parece ver una lista roja, lo mismo ponién- doselo en el ojo derecho que en el izquierdo. Ponién- dole vidrios rojos, no distingue claridad ninguna, sino una obscuridad completa y uniforme, y lo mis- mo manifiesta al reemplazar dichos vidrios por otros amarillos y verdes. Suero neurasténico Fraisse.—Galzanización muy ténue—2 á 3 miliampéres durante 4 minutos, el polo positivo en la región interescapular y el polo negati- vo mediante una lámina de algodón impregnada de agua boricada sobre la frente, les párpados y sienes. 9 Febrero.—La situación sigue igual. Repito la in- yeceión de suero y la salvanización, aunque invir- tiendo los polos, esto es, aplicando el polo positivo so- bre los párpados y el polo negativo en la sien. 10 Febrero.—Estado estacionar 10.—Inyección de ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 59 suero.—Galvano-faradización 10 minutos: la co- rriente galvánica como ayer, y la corriente farádica aplicada con mi mano como electrodo. 11 Febrero.—Abre mejor los ojos.—Suero y gal- vano-faradización.—Hoy por primera vez, al quitar- le de los ojos el algodón, que sirve de electrodo, la enferma manifestó que le pareció ver un momento alguna claridad difusa. 16 Febrero.—El tratamiento se ha continuado en todos estos días en la misma forma. Ya hemos conse- guido que la enferma conserve abiertos sus 0Jos per- manentemente, aunque con la condición de tener los espejuelos puestos. Además, la sensación de claridad tiende á ser más persistente. Le receto la valero-bro- mina. 17 Febrero.—Hoy viene con su cara resplande- ciente de alegría á darme la buena nueva de que ya ha recobrado la visión. Ayer noche, por primera vez logró apercibir débilmente y por un momento la luz de la lámpara que tenía en su habitación, y ¡cuál se- ría su sorpresa al despertar esta mañana viéndolo todo con la misma claridad que antes de enfermar, como si no hubiera tenido nunca nada! Examinada en debida forma mediante los cuadros murales, la agudeza visual en ambos ojos sucesiva- mente es normal. La visión de los colores, así vivos como pálidos, igualmente normal en ambos ojos, examinados aisla- damente. Observación 1I1.—(Extractada de Ch. Abadte). Srta. R., 16 años, colegiala, pierde súbitamente la vista. La víspera, á eso de las cinco de la tarde, subió á la enfermería quejándose de cefalalgia, y se acos- tó, despertándose en la mañana siguiente completa- mente ciega. Traída á mi consulta por indicación de Dujardin Beaumetz, noto que del lado derecho la percepción luminosa, aun cuantitativa, está completamente abo- 60 ANALES DE LA lida; el ojo izquierdo distingue aún débilmente la luz de una lámpara, hasta veinte centímetros. Oftalmoscopía: fondo normal, papila normal; la exploración hecha con toda minuciosidad hasta la zona ecuatorial, no permite descubrir ninguna alte- ración. / Inmediatamente pensé en la histeria, y con un al- filer exploré la sensibilidad cutánea. Toda la piel es- taba anestesiada. Los pinchazos, así en la frente co- mo en el cuello, en los brazos como en las piernas, ni eran sentidos ni sangraban. Acto contínuo apliqué tres monedas de oro en la sien izquierda, manteniéndolas allí con una venda. Como al cuarto de hora principió á manifestar que distinguía confusamente algunos objetos; y al cabo de media hora, veía va bastante con el ojo izquierdo, para andar sola por la habitación. Pero del lado de- recho aun no había el menor indicio de percepción luminosa. Los antecedentes patológicos eran nulos. Hasta la tarde del 21 de Noviembre, en que la joven se quejó de dolor de cabeza, su salud había sido siempre per- fecta; jamás había padecido de ataques de nervios, ni tampoco se habían observado nunca en ella ex- centricidades ni anomalías de carácter; era bajo to- do punto de vista una alumna modelo. De acuerdo con Dujardin Beaumetz, le aplicamos un iman en la sien izquierda, y al cabo de diez mi- nutos la visión había mejorado ligeramente; pero á poco sobrevínole una sensación de constricción muy penosa en la cabeza, por lo que suspendimos la aplicación, trasportando el iman de la sien izquierda á la sien derecha. A los veinte minutos la visión co- menzó á reaparecer de dicho lado. Por la tarde, nue- va aplicación del imán, pero al cabo de algunos minu- tos la sensación de constricción, de compresión cireu- lar de la cabeza, que había persistido durante el día, se exacerbó al extremo de obligarme á suspender la aplicación. Al siguiente día hicimos una tercera aplicación del ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 61 imán. La visión habíase debilitado, pero no había desaparecido por completo; del lado derecho seguía siendo mucho más débil. La cabeza se la sentía pe- sada. Después de esa tercera aplicación que duró diez minutos para cada ojo, le sobrevino una sensa- ción de cansancio muy penosa. Los días siguientes se siguió aplicando el imán; pero la fatiga no tardó en ser seguida de un estado de somnolencia, casi de letargo. Volvimos entonces á la metaloterapia. Al mismo tiempo que se hacían aplicaciones de oro en las sie- nes, se le administraron al interior dos centígramos diarios de cloruro de oro y de sodio. Poco á ol la agudeza visual subió á 2/7 (ojo izquierdo) y 1/5 (ojo derecho). Pero la enferma no podía aún leer á pesar de haber hecho uso de la hi- droterapia y de la aplicación de diversos metales. Resolví entonces probar con la electricidad estática. La enferma fué colocada sobre el taburete aisla- dor, y puesta en comunicación con uno de los con- ductores de la máquina eléctrica. Una vez que llegó á estar bien cargada de electricidad, se le dispararon chispas alrededor de las órbitas. Cada descarga le producía dolor bastante fuerte. La sesión duró un cuarto de hora, y el resultado fué tan brillante que la enferma pudo leer de corrido los tipos de impren- ta corrientes. na agudeza visual había subido de mo- óronse las sesiones electro- estáti- cas y la la visual no tardó en llegar á la nor- mal, ó sea —1. : La enferma curó, total y definitivamente. Observación II Exrtractada por el Dr. Santos Fernández e a e de N., natural de Bainoa, se presentó á consulta el 23 de Abril de 1880. Su edad, 29 años; aspecto saludable, antecedentes inmejorables; al final se verá que ha presentado trastornos nerviosos. El mal de los ojos que le trae á consultarnos, data de 15 días, y consistió en disminución de la vista, que 62 ANALES DE LA principió por una neblina y ligero doloreito en la frente y sienes, durante una semana. Desde ayer, no distingue ya más que la claridad. No ha estado some- tida á otro tratamiento que el de unas sanguijuelas. Mirada vaga, propia de la amaurosis. No solamen- te no puede contar los dedos, sino que ni tan siquie- ra percibe la claridad de una luz que tiene delante. El oftalmoscopio revela: fondo normal, la pupila ancha y fisiológicamente vascularizada; los vasos de la retina pudieron inclinarnos á pensar en una neu- ritis incipiente, por más que no estaba este diagnós- tico de acuerdo con la pérdida total de la visión. Se practica un examen minucioso de todas las fun- ciones, comprobándose que no hay anestesia ni tras- torno alguno de la sensibilidad, que no hay incoor- dinación ni síntoma alguno de afección medular; co- razón y respiración normales; las orinas no contie- nen albúmina ni azúcar. Ha tenido seis partos, de los que el primero requirió forceps; los demás, nor- males. Se le formuló el calomel al interior y una po- mada de yoduro potásico y ungiiento napolitano que el produjo una erupción flictenular en la frente y sienes. : 25 Abril.—Dice que antier tuvo una mejoría pa- sajera en que pudo distinguir los dedos con el ojo derecho, y hasta pudo caminar sola; pero esa mejo- ría no tardó en desaparecer. 27 Abril.—La visión no ha mejorado nada. Vino quina.—Jarabe Dupasquier. 30 Abril—Hoy le parece distinguir la claridad, Estomatitis mercurial.—Clorato potasa. 8 Mayo.—La enferma viene hoy muy risueña, por- que ya ha recobrado la visión. En efecto, camina so- la sin vacilación, da cuenta de todo lo que hay en la habitación, y hasta del color del suelo.—El oftal- moscoplo no acusa variación.—La enferma sólo se queja de ligeros mareos por la mañana al levantarse. —Bromuro de potasio. 12 Mayo.—Sigue bien de su estomatitis. Ya distin- gue las fisonomías. Los mareos matinales le conti- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 63 núan, atribuyéndolos ella al desgano, que le impide alimentarse. 16 Mayo.—La visión sigue en aumento. Ya hoy ha leído palabras del número seis de la escala de Gale- zowsk1. Le ordeno corrientes eléctricas durante nue- ve días. 22 Mayo.—La mejoría ha seguido en aumento; pues ya lee hasta el número dos de la escala. Apro- vecho la presencia del esposo y de otros parientes de la enferma, para interrogarlos sobre sus anteceden- tes mórbidos y me informan. Primero: que hace ocho años, siendo soltera, tuvo una erisis de sonam- bulismo. Segundo: después de casada ha padecido de aflicciones y fogajes ó vapores, que fueron calificados por el Dr. B... de vapores histéricos. Vuelvo de nuevo á explorar la sensibilidad, y no encuentro ningún indicio histericoso, ni del lado de los ovarios ni del lado de la piel. La enferma siguió frecuentando la consulta hasta el 25 de Mayo de 1880, en que leía ya el número 1 de la escala. Su campo visual era normal, y su estado general satisfactorio. El regreso á su hogar coincidió con la muerte de su abuela, á quien quería entrañablemente. Con tal motivo tuvo una fuerte crisis de nervios con convul- siones histéricas, sin pérdida del conocimiento; pero lo único que observó en la visión fué una especie de halo ó nimbo amarillo alrededor de la luz artificial por algunos días. En Noviembre de 1886, Ó sea después de más de seis años, el esposo informó que la señora no había tenido más novedad. (Observación IV. (Año 1902. N.* 1352) (Personal é inédita). J. $. C., blanco, 15 años, natural y vecino de Sane- ti Spíritus, oficio eseribiente. El padre es oficial de notaría, y disfruta de buena salud. La madre fué 64 AÑALES DE LA muy nerviosa, así como la mayoría de sus hermanos, que han sido á cual más desequilibrados, y murió de tisis. Hermanos: con él fueron 11; de los que 8 murie- ron de pocos meses y uno murió de 7 años (fiebre ti- foidea) quedándole vivo un hermano de más de 10 años, debil y achacoso. De niño fué muy sano, aunque nervioso. Pasó la guerra en la población, sin la menor novedad. No ha tenido males venéreos. Se presenta en mi consulta el 16 de Agosto de 1902 por ambliopía. Me dice que el día tres, ó sea hace trece días, se disfrazó. El día 4 se le presentó ardor en los ojos. HKl día 11 cefalalgia que le duró hasta antier que des- apareció con el uso de la quinina. Al mismo tiempo le principió ambliopía izquierda que se ha acentuado y propagado al ojo derecho, al extremo de tropezar con los asientos. Pulso, 72. Ori- nas: D. 1016; acidez franca; hostia úrica, ligera; no hay albúmina. Puesto delante del cuadro mural con el ojo derecho al descubierto, tiene que aproximarse hasta la distancia de tres metros para principiar á leer la letra del primer renglón, cuyas dimensiones están calculadas para ser vistas á 60 metros por un ojo normal. Parece mejorar algo con un cilindro convexo ligero, pero tan poco que no se compagina una anomalía de la refracción tan pronunciada con lo reciente de su ambliopía. Ojo izquierdo: aun es mucho mayor la falta de visión. Pensando en los antecedentes nerviosos de la ma- dre, atribuyo á dicha causa el origen de la amblio- pía como causa predisponente; y supongo que la causa ocasional la motivase cuaiquier incidente de la diversión en que nos dijo había tomado parte días antes. Le receté glicerofosfato de cal (Neurosine Pru- nier). 26 Agosto.—Dice, ver un poco mejor; pero el ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 65 A A A e examen revela que dicha mejoría es muy mínima. Continuar el glicerofosfato de cal. 2 Septiembre.—Gran mejoría. Ya puede descifrar con ambos ojos sucesivamente los cinco primeros renglones del cuadro mural. Seguir con la neurosina. 27 Octubre.—El enfermo dice haber recobrado ya su visión como-antes de enfermar. Veo que en efecto pude descifrar hasta el último renglón de la escala, aunque confundiendo algunas letras de dicho últi- mo renglón.—Kola. 19 Noviembre.—Ve bien hasta el último renglón, sin vidrios. 19 Marzo 1911.—Aprovecho que viene á hablarme de otro asunto para preguntarle por sus 0jJos y me dice que no ha vuelto á tener la menor novedad des- de que lo curé. Salud inmejorable. Hace un mes que se casó. Trabaja como auxiliar en la Notaría del li- cenciado Cancio. Pulso, 78. Refracción—0. DD. enme- trope. O. 1.; ligero astigmatismo cilindro convexo 0,25; eje 30”. Reflexiones Mi enferma (1) puede citarse como tipo de la amaurosis histérica bilateral y total, afección que no es posible confundir con las manifestaciones habi- tuales de la histeria, como no es posible tampoco con- fundirla con las retinitis, neuritis ópticas y demás afecciones genuinamente oculares. Dicha afección puede presentarse en un enfermo como manifestación primera y única, aparentemen- te al menos, de su temperamento nervioso. Mi enferma número uno, perdió bruscamente la vista en la noche del 22 de Enero. El 25 de Enero, por primera vez en su vida, tuvo un primer ataque de nervios que le repitió durante los cuatro días si- guientes. No sé si los médicos que primeramente la asistieron se ocuparon ó no de explorar la sensibi- lidad de la piel. Lo que sí puedo afirmar es que, cuan- do me hice cargo de su asistencia, no tenía ni hemia- FOMO xLYIH.I—9. 56 ANALES DE LA nestesia ni dolor á la compresión de las regiones ovarias. Pero, en cambio, había cierta hiperestesla de la región óculo palpebral, hiperestesia que le hacía llevar perennemente puestos unos espejuelos, no ahumados, sino perfectamente transparentes, pa- ra evitar única y exclusivamente la impresión del aire exterior que le producía gran molestia cuando se quitaba los espejuelos, y que se acentuaba al agitar uno la mano delante de sus 0JOS, á guisa de abani- queo, aun siendo suave el movimien nto que uno le im- primiese á la mano. Mas aun, la proyección de un rayo de luz en uno ú otro ojo, así fuese luz natural, pero sobre todo artificial (espejo oftalmoscópico) le producía una sensación de calor que le molestaba y la impresión que me produjo la análisis de las sen- saciones experimentadas por la enferma fué de que l: hiperestesia comprendía no solamente los párpados y región peri-orbitaria, sino que así mismo el globo ocular y sus membranas internas, ia retina especial- mente, participaban de dicha hiperestesia. En la enferma del doctor Abadie, la enfermedad estalló también bruscamente y la amaurosis, era igualmente bilateral y total, pues solamente distin- guía con el ojo izquierdo la Tuz de una lámpare si- tuada á 0 m. 20, mientras que mi enferma ni aun “aproximada la lámpara á pequeña distancia de sus ojos, percibía otra cosa más que el calor. Con respee- to á antecedentes, dicho caso del doctor Abadie es notable por la carencia total de manifestaciones ner- viosas anteriores. Otro tanto ocurría en mi enfer- ma número 1. La enferma del doctor Santos Fer- nández (111) había padecido con anterioridad de al- gunas manifestaciones nerviosas, pero fugaces y de poca intensidad, á tal punto que la enferma pasaba por no ser nerviosa. Dedúcese de todo esto que para el diagnóstico de la amaurosis histérica no se puede contar con la existencia de otras manifestaciones nerviosas anteriores, puesto que á veces faltan y otras veces se ignoran. Puede, sin embargo, darse el caso de que enfermos sin estigmas nerviosos ante- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 67 riores, presenten después de constituída la amauro- sis, otros síntomas reveladores de su temperamento nervioso: así ocurrió en nuestra enferma, como tam- bién en la de Abadie. En cambio, en la enferma de Santos Fernández fué á la inversa; años antes de su amaurosis había padecido de erisis histéricas, pero durante su amaurosis, ni tuvo crisis nerviosa, ni tu- vo anestesia, como en la enferma de Abadie, ni hi- perestesia ni blefarospasmo, como en mi enferma. Llamo la atención sobre un fenómeno que observé en mi enferma: colocando delante de sus ojos vidrio azul, decía ver una lista roja. Esta discromatopsia viene de acuerdo con la opinión clásica según la cual el último color que dejan de percibir las histéricas es el rojo. Pero nunca he visto señalado el medio que se me ocurrió emplear para descubrir y evidenciar dicho fenómeno. En las tres enfermas, de Abadie, de Santos Fer- nández y mía, uno de los agentes terapéuticos em- pleados ha sido la electricidad. Abadie insiste sobre las ventajas de la electricidad estática. El Dr. San- tos Fernández no nos dice en su observación la clase de corriente eléctrica que él emplea, supongo que ha- ya sido la corriente de inducción. Por nuestra parte principiamos por la corriente contínua; pero á pat- tir de la tercera sesión empleamos corrientes mix- tas, gálvano-farádicas, con debil amperaje, una se- sión diaria de diez minutos, un electrodo en la nuca y el otro sobre los párpados. Insisto sobre el parti- cular por el interés práctico y económico que reviste el asunto; pues una batería de corriente contínua es más manuable y más fácil de trasportar que una máquina electro-estática y la diferencia de precio entre ésta y aquélla, aun eligiendo una batería de buena clase y provista de un buen miliamperómetro, y demás accesorios, induce á preferir la corriente contínua á la electricidad estática. Con respecto á la galvano-faradización, contando con la batería de co- ente contínua y una bobina de Gaiffe ú otro de tantos fabricantes, cuyo uso está tan generalizado y 68 ANALES DE LA cuyo precio ha llegado á ser tan extremadamente módico, nada tenemos que agregar á lo que acabamos de indicar relativamente al empleo de las corrientes simplemente galvánicas. Creo haberme extendido ya demasiado, y para ter- minar limítome á agregar que el tratamiento de la ambliopía y amaurosis histéricas no deben descan- sar en un remedio único. La observación primera demuestra que la sugestión y el hipnotismo no die- ron resultado; la observación segunda demuestra que la metaloterapia puede ser insuficiente y que la apli- cación del imán puede ser contraproducente; las ob- servaciones I y III prueban que ni las:sangrías lo- “ales ni la revulsión ofrecen ventajas apreciables; mi observación IV prueba, en cambio, que hay casos suficientemente benignos para que la simple admi- nistración de los glicerofosfatos por la vía gástrica sea coronada de éxito. Sancti Spíritus, 13 de Abril de 1911. INFORME SOBRE LA SOLICITUD DEL DR. ARISTIDES AGRAMONTE Y SIMONI, ASPIRANDO A OCUPAR UNA PLAZA DE ACADEMICO DE NUMERO, POR EL Dr. Antonio Díaz Albertini. 10) (Sesión de Gobierno del 26 de Mayo de 1911.) El señor director de la Sección de Medicina, Ci- rugía y Veterinaria de esta Academia, se ha servido remitirnos con fecha doce de Mayo del presente año, la solicitud documentada que ha presentado el doe- tor Arístides Agramonte y Simoni para aspirar á la plaza vacante de académico de número de dicha Sec- ción, por fallecimiento del doctor Ignacio Calvo. A continuación presentamos la biografía, títulos y bibliografía del doctor Agramonte: ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 69 DOCUMENTOS + Nació en la ciudad de Puerto Príncipe, Cuba, el día 3 de Junio de 1868; sus padres: Eduardo Agra- monte y Piña, médico-cirujano, muerto en la acción de San José del Chorrillo, Marzo 8 de 1871, general de brigada del ejército libertador; y Matilde Simo- ni y Argilagos, que aun vive (1911). Su instrueción primaria la adquirió en el colegio “El Afán”, en la ciudad de Mérida, Yucatán, don- de residió su familia hasta 1880 que se trasladó á New York. El bachillerato lo hizo en el colegio de l: ciudad de New York, Junio de 1886. En Junio de 1892 recibió el título de Doctor en Medicina de la Universidad de Columbia: fué alum- no premiado con medalla de plata en Histología Normal y al graduarse, con el Premio Harsen, me- dalla de bronce y una cantidad en efectivo. Sus otros títulos son: 1892-1893 Interno, por oposición en el Hospital Roosevelt, servicio de medicina. 1893-1894 Interno, por oposición en el Hospital Roosevelt, servicio de cirugía. 1894-1898 Médico de visita (departamento de niños) Hospi- tal Bellevue; al mismo tiempo é igual departamento, en el West Side German Dispensary. 1895-1897 Inspector médico del Departamento de Sanidad de New York, por oposición, habiendo obtenido la cali- ficación de 99.20 por ciento en los exámenes efectua- dos ante la Comisión del ENIcIO Civil del Estado de New York, 70 ANALES DE LA 1897-1898 Bacteriólogo del Departamento de Sanidad de New York, por oposición, habiendo obtenido la cali- ficación de 93.60 por ciento en los exámenes efectua- dos ante la Comisión Civil del Estado. 1898-1902 Ingresa en Abril de 1898 como Médico agregado al ejército de los Estados Unidos para tomar parte en la guerra hispano-americana. 1898-1899 Destinado á realizar investigaciones bacteriológi- cas sobre la fiebre amarilla en Santiago de Cuba y la Habana. 15899 Se hace cargo del Laboratorio de Anatomía, Pato- logía y Bacteriología de la división de Cuba, estable- cido en el Hospital Número Uno, Habana. 1900 El 25 de Enero de este año incorpora su título de Doctor en Medicina en la Facultad correspondiente de la Universidad de la Habana. El 30 de Julio del mismo año, hace los ejercicios de doctorado en la misma Universidad. 1900-1901 En colaboración con los doctores Reed, Carroll v Lazear, demuestra la trasmisión de la fiebre amari- lla por a picada de mosquitos. (Es nuestro compa- triota, el profesor Agramonte, el único supervivien- te de los miembros que componían la Comisión de Fiebre Amarilla, que comprobó la teoría de Finlay). 1900 Es nombrado Médico de Visita del Hospiall Núme- ro Umo (sala de enfermedades tropicales) ; 11 agosto. —] 1 AGADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Es nombrado, por oposición, Catedrático auxi- liar, Jefe del laboratorio de Bacteriología de la Uni- 2 X >, versidad de la Habana. (13 Septiembre). 1901 - Es ascendido á Catedrático titular de Bacteriolo- vía y Patología Experimental el 9 de Abril, cátedra que desempeña actualmente. 1902 Nombrado Secretario y mieroseopista de la Comi- sión de Enfermedades Infecciosas (2 Agosto). 1906 Delegado del Gobierno de la República al XV Con- egreso Internacional de Medicina; Lisboa, Portugal. 1907 Delegado del Gobierno al XIV Congreso Interna- . S . . a 4 vd O . cional de Higiene y Demografía; Berlín, Alemania. 1909 - Delegado del Gobierno al XVI Congreso Interna- cional de Medicina; Budapest. Nombrado Presidente de la Comisión de Enferme- dades Infecciosas. Vocal de la Junta Nacional de Sanidad. 1910 Miembro de la Comisión Permanente Internacio- nal del Congreso de Higiene y Demografía, en re- presentación de la República de Cuba. 1911 Miembro del Comité Ejecutivo del IL. Congreso Médico Nacional; Febrero 24, 1911. Presidente de la comisión para el estudio del **606”” Delegado, por la República de Cuba, á la Confe- rencia Sanitaria Internacional de París. 72 ANALES DE LA El Dr. Agramonte ha desempeñado los cargos de Delegado especial de la Junta Superior de Sanidad y Comisionado especial del Secretario de Sanidad y Beneficencia muchas veces desde el año 1904 hasta la fecha. Pertenece á las siguientes sociedades y cor- poraciones: Fué Delegado al Tercer Congreso Médico Pan Americano, 1901, por la Asociación Médica de New York. - Es Miembro de Honor de la American Society of Tropical Medicine; Filadelfia, 19 de Junio 1903. Miembro Asociado de la Société de Pathologie Exotique; París, 12 Febrero 1908. Fundador de la Sociedad de Medicina Tropical de la República de Cuba; 25 Abril 1908. Miembro de la American Medical Association; New York County Medical Society; New York Sta- te Medical Society; Harlem Medical Association; Society for Medical Progress; Asociación Médico- Farmacéutica; American Public Health Associa- tion; Asociación de Estudios Biológicos; Mierosco- pical Society; International Society of Tropical Me- dicine; Segunda Conferencia Internacional contra la Lepra; 11 Congreso Internacional de Tuberculo- sis, Washington; Sociedad de Estudios Clínicos; Miembro Honorario de la Real Sociedad Médica de Hungría. BIBLIOGRAFTA 1894 Eezema neurótico. Estudio clínico. El Progreso Médico, Habana, Octubre 1894. 1896 Infectious vulvo-vaginitis in children, New York Medical Record, January 11, 1896.—Reproducido en el Centralblatt f. Bakteriologie etc. Berlín, Febrero 15896.—Extractado en el Journal of the American Medical Sciences, April, 1896. ; ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 18 Physical versus mental overstraining in children, Annals of Hyyienc, March, 1896.—Extractado en el Oharlotte Medical Journal, April, 1896. 1898 The analvsis of the urine of children, Medical Herald, Febrero 1898.—Extractado en el Journal of the Practice of Medicine, March, 1898. The examination of sputum: its diagnostic va- lue, ete., N. Y. Public Health Reports, 1898. 1899 El bacilo icteroides (Sanarelli) y el bacilo X (Sternberg). Extracto del informe oficial presenta- do al Gobierno de los Estados Unidos en Diciembre de 1898. Crónica Médico-Quirúrgica de la Habana, Habana, Octubre 1899. Error de técnica en el examen de la sangre pa- lustre, Revista de Medicina y Cirugía de la Habana, Habana, Septiembre 1899. Carta del Dr. Agramonte, Revista de Medicina y Cirugía de la Habana. Octubre 1899. Paludismo y Fiebre Amarilla. Seis casos clínicos de doble infección, El Progreso Médico, Habana, Octubre 1899.—Extracto en Medical Revicar, 18 Nov. 1899. 1900 Report of bacteriological investigations upon yel- low fever, The Medical News. Philadelphia, Feb. 1900. El fracaso del suero Sanarelli en Veracruz, Rev. de Med. y Cir. de la Habana, Marzo 1900. La relación del bacilo ieteroides con la fiebre ama- rilla, El Progreso Médico, Habana, Marzo de 1900. La profilaxia de la tuberculosis en las ciudades por medio de su reglamentación. Leído en la Acade- mia de Ciencias de la Habana. Crónica Médico-(Qua- rúrgica, Año xxvi, t. 26, núm. 5, Marzo, 1900. El poder desinfectante del electrozono, con espe- TOMO xLymr.—1l0. 74 ANALES DE LA cial referencia al que se viene usando en la ciudad de la Habana. El Progreso Médico, Mayo de 1900. ¿Qué son las laveraneas linnhémicas del Dr. Coro- nado? El Progreso Médico, Habana, Julio de 1900. La parasitología del paludismo en el hombre. Pe- sis para el doctorado, sostenida ante la Facultad de Medicina de la Universidad de la Habana, Agosto de 1900. Folleto de 120 páginas. The etiology of yellow fever (Preliminary note) en colaboración con los doctores Reed, Carroll y La- zear. Plnladelphia, Medical Journal, Oct. 27, 1900. Los mosquitos maláricos. El Progreso Médico, Di- ciembre de 1900. 1901 Una comunicación del Dr. Arístides Agramonte. Crítica de un trabajo del Dr. Tomás V. Coronado. Revista de la Asociación Médico-Farmacéutica, Enero, 1901. The etiology of vellow fever. (Additional note). En colaboración con los doctores Reed y Carroll. Ae- tas del Tercer Congreso Médico Pan Americano, Feb. 1901. Réplica á los doctores Tomás V. Coronado y Fran- cisco Menocal. Rewista de la Asociación Médico Far- macéutica, Marzo de 1901. Caso de simbiosis tifo-palúdica. Revista de Medi- ema y Cirugía, Habana, Marzo, 1901. ¿ Cuáles son los deberes de los médicos con sus com- pañeros en el ejercicio profesional? Memoria pre- miada en el certamen de la Asociación Médico-Far- macéutica, Junio de 1901. Experimental yellow fever. En colaboración con los doctores Reed y Carroll. American Medicine, July, 1901. Anotaciones acerca de la etiología de la fiebre ama- rilla. Revista de Medicina y Cirugía, Habana, Agos- to de 1901. Reproducido en la Revista de Medicina de Boyotá, Colombia, Octubre de 1901. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA (: - Ensayo del suero Caldas Bellinzhaghi. Revista de Medicina Tropical, Habana, Septiembre 1901. 1902 Anquilostomiasis en Cuba. Revista Médica Cuba- na, Septiembre 1902. La etiología de la fiebre amarilla. Informe oficial al Departamento de Cuarentenas del Estado de New York. Revista de Medicina Tropical, Octubre 1902. El supuesto parásito de la fiebre amarilla. Revista Médica Cubana, Octubre 1902. Profilaxia de la tuberculosis en Cuba. Revista de Medicina y Cirugía, Oct. y Nov. de 1902. Errores que contiene la memoria premiada por un tribunal de la Liga contra la Tuberculosis en Ou- ba. Revista Médica Cubana, Noviembre 1902. Nota preliminar sobre el bacilo de la disentería de Shiga. Revista de Medicina Tropical, Nov. 1902 (con el doctor J. Guiteras). Mosquitoes and yellow fever. Capítulo ilustrado con ocho grabados en el libro Laboratory Work with Mosquitoes, por W. N. Berkeley, New York, 1902. 1903 Fiebre paratifoidea. Conferencia pronunciada en el Hospital Número Uno. Revista de Medierma y Ca- rugía, Febrero 1903. 1904 Algunos procesos vitales revelados por el micros- copio. Conferencia pronunciada en el Hospital Nú- mero Uno el 20 Enero 1904. Revista de Medicina y Cirugía, Feb. 1904. Carta abierta al doctor Finlay. Revista Médica Cubana, Marzo de 1904. Fiebre infecciosa viz. Fiebre de origen indetermi- nado. Revista Médica Cubana, Abril de 1904. En honor de la verdad. Revista Médica Cubana, Diciembre 1904 y Marzo de 1905. 76 ANALES DE LA 1905 Upon the practical importance of a Medical Board to aid local Sanitary Autorities in the investigation of infectious diseases. Publicada la traducción en la Revista Médica Cubana, Febrero 1905. Etiología y profilaxia del paludismo. Tema oficial desarrollado en colaboración con los doctores Coro- nado y Agostini, ante el Primer Congreso Médico Nacional Cubano, Mayo de 1905. La disentería y la anquilostomiasis en el Asilo de Dementes de Mazorra. Informe en colaboración con el doctor Juan Guiteras. Revista de Medicina Tro- pical, Junio de 1905. Fiebres eruptivas. Capítulo del Manual de Prácta- ca Sanitaria, publicado por el Departamento de Sa- nidad de la Habana. 1905. Anotaciones acerca del dengue. Revista de Medai- ema Tropical, Septiembre 1905. 1906 Clinical notes upon a recent epidemie of dengue. Leído ante la American Society of Tropical Medicine, Philadelphia, Marzo 23 de 1906. Revista de Medict- na y Cirugía, Habana, Junio de 1906. El XV Congreso Internacional de Medicina. (Lis- boa, Portugal, Abril de 1905). Informe presentado al Gobierno de la República, publicado por el De- partamento de Estado. 07 Sobre los casos esporádicos de fiebre amarilla. Crónica Médico-Quirúrgica dela Habana, Julio 1907 Epidemiología de la fiebre amarilla. Leído ante el XIV Congreso Internacional de Higiene y Demo- erafía; Berlín, Alemania, Septiembre 1907. The campaign against vellow fever. Tema oficial desarrollado ante el XIV Congreso Internacional de Higiene y Demografía, Berlín, Sept. 1907. El XIV Congreso Internacional de Higiene y De- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA bl mografía. Informe oficial presentado al Gobierno de la República. Diciembre de 1907. Inspección de la carne en Berlín. Revista de Me- dicina y Cirugía, Enero 1907. 1908 An account of Dr. Daniel Beauperthuy. Boston. Medical and Surgical Journal, June 18, 1908. El origen de la fiebre amarilla entre las tropas del ejército americano en Cienfuegos. Revista de Medi- cina y Otrugía, Agosto 1908. 1909 Etiología de la fiebre amarilla y destrucción de- mosquitos. Boletín de Sanidad y Beneficencia, Abril de 1909. El caso de Caibarién. Revista Médica Cubana, Ma- yo de 1909. Yellow fever prophylaxis in Cuba. Leído ante el XVI Congreso Internacional de Medicina; Buda- pest, Hunerí a, Sept. 1909. Publicado en el New York Medical Record, September 4, 1909. El XVI Congreso Internacional de Medicina. In- forme oficial al Gobierno de la República. Diciem- bre 1909. 1910 El Policlínico de Roma. Revista de Medicina y Ot rugía, Enero de 1910. La microscopía clínica ante el Congreso de Buda- pest. La Prensa Médica. Marzo 15, 1910. The treatment of vellow fever. Capítulo del libro “¿Modern Treatment by American and English Aut- horities””, editado por el profesor H. A. Hare. Phila- delphia, E. U. vol. 1, p. 890. Con cinco grabados, 1910. IA Nuestro progreso sanitario. Crónica Médico-Qui- rárgica de la Habana, Febrero 1911. 718 ANALES DE LA Del exámen que hemos practicado en la documen- tación recibida, se desprende que el doctor Arístides Agramonte y Simoni, reune las condiciones regla- mentarias exigidas, y que tiene méritos bastantes para ocupar la vacante existente, por lo que no du- damos en proponerlo para que la ocupe, seguros de que sabrá llenar debidamente sus deberes. La Academia, no obstante, resolverá lo que estime más oportuno. A. Díaz Albertina. INFORME ACERCA DE LA SOLICITUD DEL DR. JOSE A. FERNANDEZ Y BENITEZ, DE INGRESAR COMO ACADEMICO DE NUMERO. POR EL Sr. Francisco Paradela y Gestal. (Sesión de Gobierno del 26 de Mayo de 1911.) Habana, 12 de Mayo de 1911. Sr. Director de la Sección de Ciencias de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Ha- bana. Señor: Tengo el honor de acusar recibo de la atenta comu- nicación de usted, fecha 9 del corriente. Con ella y por disposición de usted, he recibido también—y aho- ra devuelvo—la instancia suscrita por el doctor señor José Antonio Fernández y Benítez con la del día 4 an- terior y que, acompañada de una relación de méri- tos y de los comprobantes que los justifican, ha pre- sentado á la Academia con motivo y al objeto de la convocatoria publicada en la GFaceta para cubrir una plaza de académico de número que hay vacante en la Sección de Ciencias y que pretende el citado doctor Fernández Benítez. ACADEMIA DE CIENCIAS DÉ LA HARANA 19 Del examen y estudio del expediente resultan de- mostrados y comprobados los siguientes hechos: Primero. Que el doctor Sr. José Antonio Fer- nández Benítez reune todas las condiciones que el reglamento de la Academia exige para poder ser nombrado académico de número. Segundo. Que tiene además méritos especiales que le han sido reconocidos y premiados repetida- mente por la Academia, habiendo obtenido los pre- mios en Concursos. Antecedente adicional.—Con lo dicho en los dos párrafos anteriores, podría proponerse lo que de ellos se deduce lógicamente; pero me considero con el deber, antes de hacerlo, de añadir un antecedente más que, aun cuando no está contenido en el actual expediente, se refiere al mismo aspirante y consta en el que se promovió recientemente, y fué resuelto en su oportunidad, al cubrirse otra plaza vacante en esta misma Sección, en cuyo asunto fuí ponente. El doctor Fernández Benítez acreditó tener entonces, como ahora, y así se expresó ensel correspondiente informe, las aptitudes reglamentarias y los méritos personales que he mencionado anteriormente, no habiendo sido, sin embargo, posible ni al ponente, primero, ni á la Sección después ni á la Academia, por último, que obtuviere el nombramiento á que aspiraba, porque ante la paridad de merecimientos de los aspirantes, hubo que tener en cuenta, como se tuvieron, circunstancias accidentales de ocasión y de tiempo, de las que no puede prescindirse en los CONCULSOS. Este antecedente, no mencionado por el doctor Fernández Benítez en su nueva petición, debe favo- recerle en el presente caso si así fuese necesario, y la Sección lo creyese oportuno y de justicia, como así lo entiende el que suscribe. Resumen.—Con vista de lo manifestado, tengo el honor de proponer á la Sección, para que así lo haga ésta á la Academia, el nombramiento del Dr. Sr. José 80 ANALES DE LA Antonio Fernández Benítez para cubrir la plaza de académico de número que hay vacante en dicha Sec- ción.—Esta y la Academia resolverán, con más ele- vado criterio, lo que estimen más acertado. De Vd. atentamente, Francisco Paradela y Gestal. DOCUMENTOS REMITIDOS Sr. Presidente de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana. Senor : Enterado por la convocatoria que aparece en la edición de la Gaceta errespondiente al día 23 de Abril próximo pasado, que existen dos plazas va- cantes en esa Academia de su digna Presidencia, una en la Sección de Medicina y otra en la de Ciencias, y deseando el que suscribe aspirar á esta última, á usted suplica se sirva tener por presentada esta solicitud, á la que acompañan los documentos ¿jus- tificativos de su ciudadanía, títulos y trabajos que tiene publicados. Habana, Mayo 4 de 1911. De Vd. muy atentamente, Dr. José A. Fernández Benítez. TI TÍTULOS Certificación del título de Licenciado en la Facul- tad de Farmacia, expedido en 1890. Certificación Universitaria del título de Doctor en la misma Facultad. Año 1908. Certificado de nacionalidad cubana, expedido por el Sr. Secretario de Estado. ACADEMIA DE CIENCÍAS DÉ LA HABANA sl CARGOS QUE HA DESEMPEÑADO Certificación del Director del Hospital Número Uno, en la que consta que desempeñó durante va- rios años el cargo de farmacéutico de dicho estable- cimiento, así como fué el fundador y jefe durante varios años del Laboratorio Bacteriológico y Uroló- gico de dicho hospital. Nombramiento de Ayudante de química del La- boratorio Nacional, expedido por el señor Subsecre- tario de Gobernación. (Año 1902). Nombramiento de químico de la sección legal de dicho establecimiento (por ascenso). Año 1904. Certificaciones de los Directores del Laboratorio, en las que constan haber prestado sus servicios, en ambas secciones. TRABAJOS OFICIALES Informe de los trabajos practicados en el Labo- ratorio de la Isla de Cuba, en el que constan los tra- bajos practicados por la Sección Legal, desde su fundación en 11 de Febrero de 1904, hasta el 10 de Junio de 1905. Informe de los trabajos practicados en el Labo- ratorio durante el año 1906. Informe de los trabajos practicados en el Labora- torio en el año 1907. Nota.—No se acompañan las memorias ó infor- mes oficiales de los trabajos practicados en los años 1908, 1909 y 1910, por no haberse publicado. Por las estadísticas se comprueba que el doctor Fernández Benítez ha practicado en el servicio fo- rense del Laboratorio Nacional, desde el año 1904 hasta Diciembre de 1910, 3.627 análisis, correspon- dientes á 1.299 informes. PUBLICACIONES Fundador y propietario de la Revista de Farma- cia y Química de la Habana, cuya publicación vió la luz en Octubre de 1908. romo xLvmi.—11l, ANALES DE LA oc nN TRABAJOS PUBLICADOS 1. Contribución al estudio de las albúminas ani- males, y su aplicación á la determinación de las man- chas de sangre humana, en química legal. (Un folle- to). Año 1904. 2. Informes sobre manchas de semen. (Revista de Medicina y Cirugía de la Habana, Noviembre 1905). 3. Intoxicación por el Verde París. (Revista de Medicina y Cirugía, de, Noviembre 1905). Nota.—Estos tres trabajos fueron hechos en cola- boración con el doctor $S. del Castillo y Bravo. 4. Estudio químico-micrográfico y bacteriológi- co de las principales aguas minerales de Cuba. (Un folleto). Este estudio fué laureado por la Academia con el premio “Presidente Gutiérrez”” en el año 1907. 5. Estudio químico-micrográfico y bacteriológi- co de las aguas de los manantiales de Amaro, pro- vincia de Santa Clara. (Un folleto). Año 1908. 6. Estudio químico-fisiológico y toxicológico del jugo del árbol Manzanillo. (Un folleto). Este estudio fué premiado por la Academia en el año 1908, con la medalla de oro del premio B, de Me- dicina Legal, instituido por el doctor Antonio de Gordon. dE Estudio químico de las aguas minero-mediei- nales de Camujiro (Camagiey). “Ren. de Farmacia y Química de la Habana. Año 1908. 8. Informe sobre la composición media de la le- che de vacas cubanas. Rev. F. y Q. Habana, Año 1909. 9. Informe oficial sobre el aprovechamiento de las aguas minero-medicinales de Santa Rita, en Gua- nabacoa. Rev. F. y Q. Habana, Año 1909. 10. Informe sobre la toxicidad de la esencia de Mirbano; trabajo de química legal practicado en co- laboración con el doctor A. Basarrate. Rev. F y Q. Habana, Año 1909. 11. Comprobación de cabellos humanos y pelos ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 83 de gato, en una causa criminal por asesinato. Rev. F. y Q. de la Habana. Año 1909, y en el Informe ofi- cial de la Secretaría de Justicia. 12. Dinamitas. Su composición. Nombres con que se les conoce. Análisis. Rev. F. y Q. Habana, Año 1909. 13. ¿Debe considerarse como nocivo, bajo el pun- to de vista bromatológico, el empleo del ácido benzoi- co ó de los benzoatos en la conservación de las subs- tancias alimenticias? Rev. F. y Q. de la Habana. Año 1910. 14. Las nuevas preparaciones farmacológicas. Extractos medicinales. Rev. F. y Q. de la Habana. Año 1910. 15. Dosificación volumétrica de la manteca en la leche. Método de Fouard. Rev. F. y Q. de la Habana. Año 1910. 16. Coloración especial que toman las orinas de los enfermos sometidos á la acción antitérmica de la criogenina. Este trabajo fué presentado á la Academia en la sesión del 23 de Junio de 1910, y publicado en los ANALES, así como en la Revista de F y Q. de la Ha- bana y Crónica Médico-Quirúárgica. Año 1910. 17. La identificación dactiloscópica. Juicio eríti- co. Rev. F. y Q. de la Habana, y Revista de Medi- na y Cirugía de la Habana. Año 1910. 18. Examen comparativo de los resultados que se obtienen en la dosificación de la manteca de la le- che con el empleo de los procederes de Adam, Fouard. Babcock y Marchan. Rev. F. y Q. de la Habana, Año 1910. 19. Algunas aclaraciones con motivo de un infor- me emitido en una causa criminal por “usurpación de patente.”” Rev. F. y de Q. de la Habana. Año 1910. Este trabajo fué practicado en colaboración con el doctor A. Basarrate. 20. El gabinete central de identificación de eri- minales de la República de Cuba. Rev. de F. y Q. de la Habana. Año 1910. 84 ANALES DE LA 21. La coloración de los espermatozoarios en las manchas de esperma, por el proceder de M. B. Baec- chi. Rev. F. y Q. de la Habana. Año 1910. 22. Estudio químico-legal de las cuestiones rela- tivas á la falsificación de los escritos. Rev. de F. y Q. de la Habana. Año 1910. PREMIOS OBTENIDOS En el concurso de premios de la Academia obtuvo el del “Presidente Gutiérrez”, en el año 1907, por la memoria titulada “Estudio químico micrográfico y bacteriológico de las principales aguas medicinales de Cuba?””. En el concurso de la Academia, año 1908, obtuvo la medalla de oro, premio de medicina legal del doe- tor A. de Gordon por la memoria titulada “Estudio químico-fisiológico y toxicológico del jugo del árbol manzanillo”” | HONORES Título de académico correspondiente de la Acade- mia de Medicina y Cirugía de Barcelona. (España). Título de miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País, y el de segundo vicepresidente de la sección de Agricultura Industria y Comercio. Miembro numerario de la Association de chimistes de sucrerie et destillerie de Francia. Miembro numerario de la American Chemical So- clety. EE. UU. de América. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 85 A A A EROPUESTA. ¡DEL PROFESOR RAFAEL BLANCHARD COMO ACADEMICO DE MERITO, (Sesión de Gobierno del 26 de Mayo de 1911.) El artículo 20 de nuestro reglamento preceptúa que sólo se otorgará el título de académico de mérito á los profesores que hayan prestado servicios extra- ordinarios á esta Academia, á la ciencia ó á la hu- manidad. Y, en tal virtud, los académicos que sus- eriben, proponen para tan alta distinción al doctor Rafael Blanchard, profesor de Zoología Médica en la Facultad de Medicina de París, cuyos notables trabajos sobre Parasitología han sido altamente be- neficiosos para la humanidad, y que, por sus valiosas enseñanzas y sus numerosas publicaciones científi- cas, han conquistado renombre universal. Dr. Felipe García Cañizares.—Dr. Jorge Le-Roy. —Dr. E. B. Barnet.—Dr. A. Díaz Albertim.—Doc- tor Carlos de la Torre. TITRES ET NOMINATIONS 1876. Membre fondateur de la Société Zoolo- gique de France. 1877. Honoré d'une des bourses des voyage décernées annuellement par le Con- seil Municipal de Paris aux eleves de "Ecole pratique des Hautes-Etudes. 1877-1878. - Séjour d'une année aux Universités de Vienne, Leipzig, Berlin et Bonn. Fré- quentation de 1”Institut embryologi- que de 1"Université de Vienne, dirigé par M. le professeur S. L. Schenk; de l”Institut anatomique de 1"Université de Leipzig, dirigé par M. le profes- seur W. His; de 1"Institut zoologique de 1"Université de Bonn, dirigé par M. le professeur Fr. Leydig. 1878. 1879. 1879. 1880. 1880. 1880. 1881. 1881. 1881. 1882. 1882, ANALES DE LA Membre á vie de 1' Association francaise pour l'avancement des sciences. Se- crétaire de la section de zoologie au Congrés de Paris. Préparateur du cours de physiologie de la Flaculté des sciences (arrété du 30 décembre). Secrétaire de la Société Zoologique de France. Répétiteur du cours de phvsiologie gé- nérale á l'Institut national agrono- mique (arrété du 4 février). Secrétaire général de la Société Zoolo- gique de France. Ces fonctions ont été ininterrompues depuis lors. Docteur en médecine, lauréat de la Fa- culté (16,juin). Honoré par le Conseil Municipal de Pa- ris d'une seconde bourse de voyage, avec mission spéciale d'étudier 1'en- seignement des sciences biologiques et organisation des Universités á 1” étranger. Voyage en Allemagne, Ru- ssie, Finlande, Suede, Norvege et Da- nemark. A la suite de ces voyage, pu- blication de louvrage: les Universt- tés allemandes, signalé plus loin, sous le núm. 113. Professeur d 'histoire naturelle au lycée Louis-le-Grand (22 mars). Membre correspondant de la “Boston scientific Society?” (13 avril). Professeur d'histoire naturelle au lycée Saint-Louis (5 décembre). Ces fone- tions ont pris fin, par démission, en octobre 1884. Membre á vie de la Société d'Anthropo- logie de Paris (15 juin). oa es-sciences naturelles (19 jui- et). 1885. 1883. 1883. 1884. 1884. 1884. 1884. 1884. 1885. 1887. 1887. 1888. 1888. 1888. 1889. w ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 9/ Membre correspondant de la “Societa italiana d'antropologia, etnología e psicologie comparata,”” a Florence (25 juin). Membre de 1'Association des médecins de la Seine. Professeur-agrégé d'histoire naturelle a la Faculté de médecine de Paris. (4 aout). Membre -correspondant de la Société d” anthropologie de Lyon. Membre de la Société de Biologie (16 février). Membre actif de la Société impériale des Amis des Sciences naturelles, de 1'An- thropologie et de l1'Ethnographie, a Moscou (7119 février). Professeur suppléant a l'Ecole d*An- thropologie de Paris. Ces! fonetions ont pris fin en 1886, par démission. Membre correspondant de la: “Neder- lansche dierkundige Vereeniging,”? a Leide (1er. décembre). Membre a vie de la Société de géogra- phie de Paris (20 novembre). Membre a vie de la Société des traditions populaires. Membre a vie de la Société de médecine publique et d'hygiéne professionnelle (27 juillet). Officier d'Académie (ler janvier). Membre correspondant étranger de 1” Académie de médecine de Turin. Membre du Comité d'organisation du Congrés international de zoologie (arrété du 16 juillet). Dans sa séance du 25 juillet, ce Comité choisit M. Blanchard comme Secrétaire général. Membre á vie de la Société entomologi- que de France (23 janvier). 88 1889. 1889. 1889. 1889. 1889. 1889. 1889. 1889. 1890. 1890. 1890. 1890. 1890. 1891. 1891. 1891. 1891. ANALES DE LA seibt A Membre de l'Alliance francaise. Membre de la Société francaise d'arbi- trage entre nations. Membre fondateur (á vie) de la Société centrale d'aquiculture de France. Chevalier du l'Ordre royal du Cambod- ge (9 juillet). Secrétaire général du Congres interna- tional de zoologie (5-10 aout). Membre correspondant de la Société des sciences physiques, naturelles et eli- matologiques d*Algérie (30 octobre). Chevalier du Mérite agricole (décret du 10 novembre). Membre fondateur de la Société d'étu- des des Hiautes-Alpes (5 décembre). Membre honoraire de la Société médi- cale Serbe. Membre de la Société impériale russe d'acelimatation, a Moscou (29 jan- vier 10 février). Membre a vie de la Société myeologique de France (8 mai). Commandeur de l'Ordre royal de Saint- Sava de Serbie (9 21 octobre). Lauréat de l1'Académie de médecine: prix Perron (16 décembre). Membre honoraire de la Société croate d histoire naturelle, á Agram (15 mars). Membre correspondant de la Société des sciences naturelles et mathématiques de Cherbourg (12 juin). Membre perpétuel de la Société impé- riale des amis des sciences naturelles, a Moscou (13/25 octobre). Membre du Conseil de la Société centra- le d*aquiculture de France (décem- bre). ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 89 1891. Encouragement de 1.000 fr. décerné par l'Académie des sciences sur le prix da Gama-Machado (21 décembre). 1892. Membre de la Commission centrale de la Société des traditions populaires. 1892. Vice-président du deuxieme Congrés in- ternational de zoologie (Moscon, 1892). 1892. Membre, puis Secrétaire général du Co- mité permanent du Congres interna- tional de zoologie. . 1893. Membre correspondant de la Sociedad científica “Antonio Alzate”, a Mexico (5 mars). 1893. Membre de la Deutsche zoologische Ge- sellschaft (Goóttingen, 25 mai). 1893. Membre correspondant de la Reale Ac- cademia di Agricoltura di Torino (29 juin). 1893. Commandeur de rs de Saint-Sta- nislas de 30 juillet). ENSEIGNEMENT 1881. Cours d histoire naturelle au lycée Louis- le-Grand. 1881-1884. Cours d'histoire naturelle au lycée Saint-Louis. 1883-1890. Cours d'histoire naturelle médicale a la Faculté de médecine de Paris.—Prin- cipales questions traitées dans ce cours: animaux parasites de 1*"Homme et maladies qu'ils déterminent; végé- taux parasites ' de 1"Homme et mala- dies qu'ils déterminent; animaux ve- nimeux; animaux toxiques; animaux donnant des produits á la matiere mé- dicale; l'anatomie et la tératologie hu- maines expliquées par l'anatomie comparée; anthropologie. tomo xLvmr.—12, 90 ANALES DE LA 1884. Suppléance partielle du cours magis- tral d'histoire naturelle (botanique) á la Faculté de médecine de Paris. 1884-1886. Cours d'anthropologie biologique a 1” Ecole d'antropologie. — Principales questions traitées dans ce cours: 1'es- pece, la variété, la race en zoologie; variations des individus (albinisme, mélanisme, nanisme, etc.) et des es- peces suivant diverses conditions (acelimatation, domestication, eroise- ments, hybridité, etc.); applications a létude des races humaines. Anato- mie, moeures et descendance des Pri- mates. L'atavisme étudié spéciale- ment chez 1*"Homme. 1886-1890. Suppléance partielle du cours de phy- siologie générale a 1”Institut national agronomique. 1890-1892. Cours d 'histoire naturelle médicale á la Faculté de médecine d eParis.—Prin- cipales questions traitées dans ce cours: maladies parasitaires, tant d” origine végétale; pathologie exotique, dans ses rapports avec le parasitisme; hygiene alimentaire: les aliments en- visagés comme le point de départ des maladies parasitaires et infectieuses; aliments toxiques. 1891. Suppléance partielle du cours de phy- siologie générale a 1'Institut national agronomique. BIBLIOGRAPHIE dl ZOOLOGIE, ANATOMIE COMPAREE 1. Traité de Zoologie médicale. Deux volumes 1m-8S” de 808-883 pages, avec 883 figures. Paris, J.-B. Balliere, 1885-1890. 2. Éléments de Zoologie. (En commun avec M. le ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 91 professeur Paul Bert, de 1”Institut). Un volume im-8" de 692 pages, avec 613 figures. Paris, E. Mas- son, 1885. 3. Bulletin dela Société Zoologique de France. 4. Mémoires de la Société Zoologique de France. 5. Compte-rendu des séances du Congrés inter- national de Zoologie. Un volume grand im-8" de 513 pages, avec 5 planches et 38 fig. dans le texte. Parts, 1890. 6. De la nomenclature des étres organisés. Bu- lletin de la Société Zoologique de France, XIV, p. 212-282- 1889.—Rapports présentés au Congrés im- ternational de Zoologie. Paris, in-S” de 160 p., 1889. Voir p. 87-157.—Compte-rendu des séances du Con- gres international de Zoologre. Parts, un vol. in-8” de 513 p., 1890. Voir p. 333-404. 7. Documents relatif a la nomenclature des étres organisés.—Paris, in-8” de 58 pages, 1890.—Extrait du Compte- rendu des séances du Congrés interna- tional de Zoologie. Paris, 1890. 8. (GQuestionnaire de Zoologie médicale. Instrue- tions a l'usage du corps de santé de la marine.—Ar- chives de médecine navale, XLIV, p. 42, 1885. 9. Sur la préparation et la conservation des or- sganismes inférieurs. Revue internationale des Seren- ces, TIT, p. 245, 1879. 10. Note préliminaire sur Monas Dunali, Flage- llé quí cause la rubéfaction des marais salants. Bu- lletin de la Société Zoologique de France, ATI, p. 153, 1888. 11. La fécondation dans la série animale d'apres les publications les plus récentes. Journal de l"Ana- tome et de la Physiologie, XIV, p. 551 et 701, 1878. 12. Vers. Dictionnatre encyclopédique des Seren- ces médicales, (5), TIT, p. 35, 1888, avec 20 figures dans le texte. 13. Hirudinées. Dictionnaire encyclopédique des sciences médicales, (4), XIV, p. 129, 1888 (avec 14 figures dans le texte). 14. Note sur la présence des muscles striés chez 92 ANALES DE LA les Mollusques acéphales monomyaires. Uompte-ren- du de la Société de biologie, (17), TL, p. 133, 1880.— Revue internationale des Sciences, V, p. 356-359, 1880. 15. Sur les muscles striés des Mollusques. Com p- te-rendu de la Société de biologie, (9), V, p. 125, 1588. 16. De la présence des muscles striés chez les Mo- llusques. Comptes-rendus de l"Académie des scien- ces, CVI, p. 425, 1888. 17. A propos des muscles striés des Mollusques lamellibranches. Bulletin de la Société Zoologique de France, XIII, p. 48, 1888. 18. Sur le structure des muscles des Mollusques lamellibranches. Bulletin de la Société Zoologique de France, X1II, p. 74, 1888, avec 14 figures dans le texte. 19. Note sur les chromatophores des Céphalopo- des. Bulletin de la Société Zoologique de France, VIT, p. 492, 1882. 20. Sur les chromatophores des Céphalopodes. Comptes-rendus de l"Académie des serences, XOVI, p. 655, 1883. 21. Les Coccidés utiles. Bulletin de la Société Zoologique de France, VIII, p. 217-328, 1888.—The- se d'agregation. Paris, un vol. in-8” de 112 p. avee 26 figures, 1883.—Analysé dans le Bulletino della So- creta entomologica italiana, XV, p. 355, 1883. 22. L”Axin ou Cochenille á graisse. Revue scien- ifique, XXXVII, p. 207, 1886. 23. Note sur les causes et la fréquence des cocons doubles dans les diverses races de Bombyx mori. Bu- lletin de la Société Zoologique de France, XIV, p. 89, 1889. Bulletin de la Société Entomologique de France, (6), IX, p. e, 1889. 24. La Cétoine et la rage. Revue scientifique, (3), XI, p. 123, 1886. 25. Les Insectes antirabiques. Revue scientifi- ue, (3), XI, p. 467, 1886. 25. Mittheilungen tiber den Bau und die Entwi- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 93 ckelung der sogenannten fingerfórmigen Drise bei den Knorpelfischen. Mitthetlungen aus dem embryo- logischen Institute an der Universitat in Wien, I, p. 179, 1878, avec 2 planches. 27. Recherches sur la structure et le développe- ment de la glande superanale (digitiforme) des Poi- ssons cartilagineux. Journal de 1" Anatomie et de la Physiologie, XIV, p. 442, 1878. Revue internationa- le des Serencos, TL, p. 402, 1878. Résumé du travail précédent. 28. Sur la présence de l'épithélium vibratile dans l'intestin. Zoologischer Anzerger, TUI, p. 637, 1880. American" Monthly Microscopical Journaft, TL, p. 34, 1881. 29. Sur les glandes cloacale et pelvienne et sur la papille cloacale des Batraciens urodeles. Zoolo- gischer Anzeiger, IV, p. 9-14 et 34-39, 1881. 30. Remarques sur la classification des Batra- ciens anoures. Bulletin de la Société Zooloyique de France, X, p. 584, 1885. de ends a la critique de M. G.-A. Boulen- ger. a de la Société Zoologique de France, DE p. DAD 1886. 32. Sur la présence du Crapaud vert en France. Bulletin de la Société Zooloyique de France, XIII, p. 66, 1888. 33. Une nouvelle acquisition batrachologique pour la faune francaise. Association francaise pour Pavancement des Sciences, 1Te. anne, L, pria2sisss: 34. Sur des ligaments spéciaux a la tl épi- niere des Serpents. (En commun avec M. le profe- sseur F. Jolyet). Compte-Rendu de la Société de Biologie, (1), L, p. 124, 1879. Gazette médicale, p. 245, 1879. Revue internationale des Sciences, TIT, p. 468, 1879. Journal de 1'Anatomie et de la Physiolo- ge, 0 p. 528, 1879. 39. Ueber das Vorkommen cigenthimlicher Bander am Riickenmarke der Sehlangen. (En com- mun avec M. le professeur F. Joly et). Zoologischer 94 ANALES DE LA Anzeiger, TL, p. 284, 1879. Traduction du travail pré- cédent. 36. Le péritoine du Phyton de Séba accompagne et ne dépasse pas les órganes génitaux. (En commun avec M. le professeur F. Lataste). Bulletin de la Société Zoologyique de France, IV, p. 95, 1879. 37. Surle péritoine du Python de Séba. (En com- mun avec M. F. Lataste). Compte-Rendu de la So- ciété de biologie, (1), L, p. 143, 1879. Gazette medr- cale, p. 284, 1879. Revue internationale des Seiences, IV, p. 462, 1879. Résumé du travail précédent. 38. Sur le péritoime du Python de Séba. Revue nternationale des Scrences, V, p. 359, 1880. 39. Nouvelles recherches sur le péritoine du Pv- thon de Séba. Bulletin de la Société Zoologique de France, VII, p. 237, 1882. 40. Remarques critiques sur les Serpents du gen- re Thanatophis Posada-Arango. Bulletin de la So- ciété Zooloyique de France, XIV, p. 346, 1889. 41. Recherches sur la structure de la peau de Lé- zards. Bulletin de la Société Zoologique de France, V, p. I, 1880, avec 3 planches. 42. Note sur l'histoire de la découverte de la cap- sule surrénale. Compte-Rendu de la Société de Bio- logie, (1), IV, p. 325, 1882. Progrés médical, X, p. 409, 1882. Bulletin de la Société Zoologique de Fran- ce, VII, p. 244, 1882. 43. Etudes sur la stéatopygie et le tablier des femmes Boschimanes. Bulletin de la Société Zoolo- gque de France, VITI, p. 34, 1883, avec 4 planches en chromolithographie et 3 fig. dans le texte. Travail analysé par M. le Dr. L. Manouvrier dans la Revue d'anthropologie, VII, p. 152, 1884, et par M. le professeur Mantegazza dans Archivio per 1 antropología e la etnografía, XIV, p. 108, 1884. 44. Sur le tablier et la stéatopvgie des femmes Boschimanes. Bulletin de la Société d'antropologie de París, (3), VI, p. 348, 1883. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 95 NE HELMINTHOLOGIE, PARASITOLOGIE 45. Los animales parásitos introducidos por el agua en el organismo. Londres, Burns and Oates, in-So., 1890. 46. Les ennemis de l'espéce humaine. Fevue scientifique, XLLI, p. 545, 1888. Association francarse pour Pavancement des Sciences, YTe. année, 1, p. 35, 1888. Cette conférence, faite á 1"Association francaise pour l'avancement des sciences, le 25 février 1888, a été traduite en arabe, par le Dr. Schemeil, dans le journal El Chifa (Cart de guértir), publié au Calre. 47. Pseudo-parasites. Dictionnaire encyclopédi- que des Sciences médicales, (2), XXVII, p. 702, 1889. 48. Hématozoaires. Dictionnaire encyclo pédique des Sciences médicales, (4), XIII, p. 43, 1887, avec 4 figures dans le texte. 49. Bibliographie des Hématozoaires. Bulletin de la Société Zoologique de France, XII, p. 500, 1887. Index complet et méthodique des travaux relatifs aux animaux vivant dans le sang d'autres especes. Ce travail complete le précédent. 50. Les Sporozoaires. Progrés médical, XIT, p. 869, 1011 et 1074, 1884. 51. Sur un nouveau type de Sarcosporidies. Comptes-rendus de 1"Académie des Sciences, O, p. 1599, 1885. Compte-rendu de la Société de Brologte, (8), HL, p. 417, 1885. Ce travail est un résumé du sulvant. 52. Note sur les Sarcosporidies et sur un essai de classification de ces Sporozoaires. Bulletin de la So- ciété Zoologique de France, X, p. 244, 1885, avec une planche et 4 figures dans le texte. 53. Remarques sur le Mégastome intestinal. Bu- 96 ANALES DE LA lletin de la Société Zoologique de France, XIII, p. 18, 1888. 54. Sur un Infusoire péritriche, ectoparasite des Poissons d'eau douce. Bulletin de la Société Zoolo- gique de France, X, p. 277, 1885. 55. Helminthes, helminthiase, helminthologie. Dictionnaire encyclopédique des Sciences médicales, (4), XIT, p. 627, 1886. 56. La nomenclature zoologique l1'helmintho- logie. Centralblatt fúr Bakterioloyie und Parastten- kunde, E, p. 422, 1887. 57. Notices helminthologiques (Premiére série). Bulletin de la Société Zoologyique de France, XI, p. 294, 1886, avec une planche. 58. Notes d'helminthologie. Association francal- se pour lavancement des Sciences, Tle amnée, IL, p. 193, 1888. 59. Le Oysticereus cellulose est la larve du Tee- nia solium. Progrés médical, (2), VII, p. 97, 1888. Lyon médical, LVIT, p. 252, 1888. 60. Un dernier mot sur le Oysticerque ladrique. Lyon médical, LVII, p. 545, 1888. 61. Nouvelle observation de Teenia nana. Com p- te-rendu de la Société de Brologre, (8), IL p. 326, 188. 62. Sur une nouvelle anomalie des Ténias. Com p- te-rendu de la Société de Brologre, (8), IEL p. 332, 1886. 63. L'anémie des mineurs en Hongrie. Compte rendu de la Société de Brologie, (S). TL, p. 713, 1885. 64. L'*Ankylostome duodénal et l'anémie des mi- neurs. Revue serentifique, XLI, p. 701, 1888. 65. Nouvelle observation de Strongle géant chez l"Homme. Compte-rendu de la Société de Biologie, (5) USO, 1886. 66. Trichine, trichinose. Dictionnaire encyclopé- dique des Serences médicales, (3), XVII, p. 113- 171, 1887. 67. Trichocéphale. Dictionnaire encyclopédique des Sciences médicales, (3), XVITI, p. 171, 1887. ACADEMÍA DE CIENCIAS DE LA HABANA 9 68. Trichosome. Dictionnaire encyclopédique des Sciences médicales, (3), XVIII, p. 202, 1887. 69. Trichotrachélides. Dictionnaire encyelopéda- que des Sciences médicales, (3), XVIII, p. 205, 1887. 70. La Filaire sous-conjonctivale (Pilaria Loa Guyot). Progrés médical, (2), IV, p. 591 et 611, 1886. 71. Ver du Cayor. Dictionnatre encyclopédique des Sciences médicales, (5), IL, p. 791, 1887. 72. Quelques mots sur la Chique. Bulletin de la Société Zoologique de France, XIV, p. 95, 1889. ¡UNI PHYSIOLOGIE GENERALE 73. De l'anesthésie par le protoxyde d'azote, d” apres la méthode de M. le professeur Paul Bert. The- se de doctorat médecmne. Paris, in-8.” de 101 pages avec Y figures dans le texte, 1880. 74. Protoxyde d'azote; propriétés physiologi- ques. Nouveau Dictionnatre de médecine et de chi- rurgre pratiques, XXIX, p. 766, 1880. 715. La sécrétion de la sueur; état de la question. Progres médical, VII, p. 322, 1879. 76. Les récentes recherches sur le sang. Progyres médical, VII, p. 583, 1879; VIII, p. 49, 1880. 77. Nouvelles recherches d”'Hermann Munk sur les localisations cérébrales. Progyrés médical, VII, p. 960, 1879. 718. Les résultats des recherches récentes dans le domaine de lelectricité animale. Journal de 1'Ana- tome et de la Physiologie, XV, p. 70, 1879. 79. Note sur le matiére colorante bleue du Rhi- zostome de Cuvier. Compte-rendu de la Société de Biologie, (1), YI, p. 724, 1882. Bulletin de la Socié- té Zoologique de France, VII, p. 402, 1882. Zoolo- gischer Anzeiger, VI, p. 67, 1883. 80. Glycogéne chez les embryons de Squale. Bu- lletin de la Société Zooloyique de France, VII, p. 405, 1882. Zoologischer Anzeiger, VI, p. 67, 1883. TOMO xLvnr.—13, 98 ANALES DE LA 81. Note sur la présence de l'hémoglobine dans le sang des Crustacés branchiopodes. (Kn commun avec M. P. Regnard). Compte-rendau de. la Société de Biologie, (1), IV, p. 197, 1883, Bulletin de la So- crété Zoologique de France, VIII, p. 139, 1883. Zoo- lomscher Anzerger, VI, p. 253, 18853. 82. Sur une matiere colorante des Diaptomas, analogue á la carotine des végétaux. Comptes-rendus de l”Académie des Sciences, CX, p. 292, 1890. 83. Sur une carotine d'origine animale, consti- tuant le pigment rouge des Diaptomus. Mémotres de la Société Zoologique de France, TL, p. 113, 1890. 84. Sur le fonetions de la glande digitiforme ou superanale des Plagiostomes. Comptes-rendus de P Académie des Sciences, XCOV, p. 1005, 1882. Bulle- tin de la Société Zoologique de France, VII, p. 399, 1882. 85.5ur le fonctions des appendices pyloriques. Comptes-rendus de l"Académie des Sciences XOVLI, p. 1241, 1883. Bulletin de la Société Zoologique de France, VIII, p. 143, 1883. 86. Recherches expérimentales sur la physiolo- gle de la respiration chez les Reptiles. (En commun avec M. P. Regnard). Compte-rendu de la Société de. Briologyie, (1), TL, p. 197, 1880. Gazette médicale, (6), IL, p. 313, 1880. Progrés médical, VIII, p. 454, 1880. 87. Recherches expérimentales sur les phénome- nes respiratoires des animaux de la classe des Sau- riens. (En commun avec M. P. Regnard). Compte- rendu de la Société de Biologie, (7), L, p. 180, 1880. 88. Note sur les phénomenes chimiques et méca- niques de la respiration chez le Varan du désert, Va- ranas arenarius. (En commun avec M. P. Regnard). Compte-rendu de la Société de Biologie, (7), L, p. 243 1880. Gazette médicale, (6), IL, p. 393, 1880. 89. Note sur les phénomenes mécaniques de la respiration et de la circulation chez les Sauriens. (En commun avec M. P. Regnard). Compte-rendu de la ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HARANA 99 Société de Biologie, (7), IL, p. 259, 1880. Gazette médicale, (6), HL, p. 417, 1880. 90. Note sur les gaz du sang et l'influence du sys- teme nerveux sur la coloration de la peau chez les Sauriens. (En commum avec M. P. Regnard). Comp- te-rendu de la Société de- Briologrie, (1), 1, p. 277, 1880. Gazette médicale, (6), IL, p. 453, 1880. 91. Les Crocodiles de la Sorbonne. (En eom- mun avec M. P. Regnard). Revue screntaifique, LL, p. 819, 1881, avec une figure dans le texte. 92. Recherches sur la physiologie des animaux a sang froid.—De la puissance massétérienne chez les Crocodiles. (En commun avec M. P. Regnard). Com pte-rendu de la Société de Biologie, (1), TIL, p. 317, 1881. Gazette médicale, (6), TIL( p. 694, 1881. 93. Recherches sur la phvsiologie des animaux a sang chaud. Chimie du sang chez le Caiman á museau de Brochet et chez le Crocodile á casque. (En com- mun avec M. P. Regnard). Compte-rendu de la So- ciété de Brologre, (1), TILL, p. 332, 1881. Gazette mé- dicale, (6), TIT, p. 709, 1881. Progrées médical, IX, p. 991, 1881. 94. Recherches sur la physiologie des animaux a sang chaud.—Du róle du foramen de Panizza chez les Crocodiliens. (En commun avec M. P. Regnard). Compte-rendu de la Société de Biologie, (7), TL, p. 399, 1881. Gazette médicale, (6), TIL, p. 727, 1881. Progres médical, IX, p. 1011, 1881. 95. Étude sur la capacité respiratoire du sang des animaux plongeurs.—Sa comparaison avec la capacité du sang des autres animaux. (En commun avec M. P. Regnard). Compte-rendu de la Société de Brologie, (7), TV, p. 117, 1883. Bulletin de la So- ciété Zoologique de France, VIII, p. 136, 1883. 96. Rumination: Nouveau Dictionnaire de méde- eme et de chirurgie pratiques, XXXII, p. 47, 1882, avec 5 figures dans le texte. | 100 ANALES DE LA rv ANATOMIE PATHOLOGIQUE, TERATOLOGIE 97. Note sur trois cas de molluseum observés chez des Lézards ocellés. Bulletin de la Société Zoologi- que de France, TV, p. 148, 1879, avee une planche. 98. A propos de trois cas de molluscum observés chez des Lézards ocellés. Compte-rendu de la Société de Biologie, (7), IL, p. 133, 1879. Revue internatro- nale des Sciences, V, p. 71, 1880. 99. Anomalie du plumage chez un Pigeon-Paon. Bulletin de la Société Zoologique de France, XV, p. 92, 1890. 100. Note sur un cas de sabot adventice chez le Chamois. Bulletin de la Société Zoologique de Fran- ce, XIV, p. 364, 1889. 101. Nouvelles observations sur un cas de sabot adventice chez le Chamois. Bulletin de la Société Zoologique de France, XV, p. 84, 1890. 102. L'atavisme chez 1'Homme. Revue d'*Anthro- pologie, (2), VIT, p. 425, 1885. Lecons professées a 1'Ecole d'anthropologie pen- dant le semestre d'hiver 1884-1885 (cours d'anthro- pologie biologique). 103. La septieme cóte cervicale de l"Homme. Re- vue secientifique, XX XV, p. 7124, 1885. 104. Anomalie héréditaire des doigts. Revue serventifique, XLIII, p. 634, 1889. Histoire d'une famille, dans laquelle une légere anomalie bilatérale de la derniére phalange du petit doigt s'est transmise pendant plusieurs générations. 105. Ein Fall vom abortiven Bluthofe (Panum,) heim Menschen. Mittheilungen aus dem embriolo- gischen Institute an der Umiversitát in Wien, I, p. 193, 1878, avec une planche. 106. Un cas d'avortement de l'aire vasculaire ob- servé chez 1"Homme. Revue internationale des Seien- ces, IL, p. 595, 1878. Résumé du travail précédent. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 101 107. Note sur une anomalie du coeur. Compte- rendu de la Société de Biologie, (1), V, p. 327, 1883. Progres médical; XI, p. 447, 18853. 108. Sur les lésions de la moelle épiniere dans la maladie des plongeurs. (En commun avec M. P. Reg- nard). Compte-rendu de la Société de Biologie, (1), TIT, p. 253, 1881. Gazette médicale, (6), III, p. 443, 1881. 109. Note sur les modifications anatomiques que présentent les os dans l'ataxie locomotrice. Compte- rendu de la Société de Biologique, (1), TIL, p. 66, 1881. Gazette médicale, (6), TIL, p. 125, 1881. T'ri- bune médicale, p. 83, 1881. 110. Nouvelles recherches sur les modifications des os dans l'ataxie locomotrice. Compte-rendu de la Société de Biologique, (1), ILL, p. 186, 1881. Ga- zette médicale, (6), ILL, p. 204, 1881. Tribune médi- cale, p. 153, 1881. 111. Sur les lésions des os dans l'ataxie locomo- trice. Comptes-rendus de 1'Academie des Sciences, XCIT, p. 734, 1881. 112. Sur un cas de polymastie et sur la significa- tion des mamelles surnuméraires. Bulletin de la So- ciété d'anthropologie de Paris, (3), VUL p. 226, 1885. 113. Sur un cas remarquable de polythélie hé- réditaire. Compte-rendu de la Société de Biologte, (8), HL, p. 362, 1886. Bulletin de la Socrété d'anthro- poolgie de Parts, (3), IX, p. 485, 1886. AVE PUBLICATIONS DIVERSES 114. Les Université$ Allemandes. Un volume in-8” de 268 pages. Paris, Lecrosnier, 1883. 115. Les Universités et les laboratoires en Alle- magne. Progrées médical, VIII, p. 874, 1880—XI, p. 789, 1883, 102 ANALES DE LA 116. La matiére radiante. Progrés médical, VIII, p. 85, 1880. : Compte-rendu d'une conférence faite le 15 jan- vier 1880, dans le grand salon de l'Observatoire, par M. W. Crookes, de la Société royale de Londres. 117. Revues de zoologie et d'anatomie. Revue scientifique, (3), L, p. 218, 1881—VITI, p. 374, 1884, 118. Onze planches murales d 'anatomie humaine. Paris, Hachette, 1885. 119. Explication des planches murales d'anato- mie humaine. Paris, Hachete, grand in-S” de 38 pa- ges, 1885, avec 11 figures dans le texte. 120. L'origine de la vie et l'organisation de la matiere. Revue scientifique, XAXXV, p. 161, 1885. 121. Discours prononcé au Mans, le 9 octobre 1887, á l'inauguration de la statue de Pierre Belon. Bulletin de la Société Zoologique de France, XII, PARADE BIT SST Appréciation de l'oevre seientifique de Pierre Be- lon. 122. Le nouvel Institut physiologique Science et Nature, 11, p. 337, 1885, avec une figure dans le texte. Description de l”Institut physiologique de la Fa- culté des sciences, lors de son installation á la rue d*Ulm. _ 123. Le professeur Huxley. Science et Nature, IV, p. p. 386, 1885, avec une figure dans le texte. Appréciation de 1'euvre scientifique de M. le pro- fesseur Huxley, de la Société royale de Londres. 124. Darwin. Progrés médical, X, p. 317, 1882. Notice nécrologique sur Darwin et appréciation de son ceuvre scientifique. 125. Charles Martins. Progrés médical, (ARIS A p. 205, 1889, Notice nécrologique sur Charles Martins et appré- ciation de son «euvre seientifique. o r e . . > Z - . . . 126, Tr aditions et superstitions de la Touraine. lo Detit guide agronomique. Revue des Traditions populares, IV, p. 42, 1889, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 103 Croyances des paysans tourangeaux relativement a Pinfuence des astres sur les semailles, les planta- tions, les soins a donner a la Vigne, etc. 127. 128. 129% 130. 13 132. 133. 134. 135. 136. IS 138. 139. 140. 141. Acelimatation. Acclimatement. Accrolissement. Achaine. Adventif. Albinisme. Albumen. Aleurone. Allantoide. Amibe. Amidon. Axmnios. Anatomie comparée. Anguillule, Anguillulides. Animal. Cercaire. La Erande Encyclopédie, 1—X, 1885-1890. Nous avons également publié dans cet ouvrage un tres grand nombre d'autres articles, de moindre im- portance. 142. Lémuriens. 143. Os marsupiaux. 144. Placenta. 145. Poumons. 146. Primates. Dictionnaire des Sciences anthropologiques, Paris, Doin, 1887-1888. 147. vI CONFERENCES / La Respiration. Conférence faite á la salle Gerson en 1882. 148. Les infiniment petits et leur róle dans la na- ture. Conférence faite á la salle Gerson en 1883. 104 ANALES DE LA 149. Les débuts de 1"Humanité. Conférence fal- te á la salle Gerson, le 12 mars 1884. 150. La Fleur et 1'Insecte. Conférence faite a Epernay, a la Société des conférences, le 27 juin 1880. 151. L'Araignée. Conférence faite á Épernay, a la Société des conférences, le 27 octobre 1886. 152. Un voyage dans les Balkans. Conférence faite au Havre, á la Société d'enseignement par 1” aspect, en 1887. 153. La méthode graphique.—Ses applications a la physiologie et a la médecine. Conférence faite a 1"Hótel des Sociétés savantes, le 26 février 1890. 154. Les ennemis de l'espece humaine.—Une pa- ge d'hygiéne alimentaire. Conférence faite a 1'Asso- ciation francaise pour l'avancement des Sciences, le 25 février 1888. Voir plus haut, núm. 46. SUPPLEMENT I ZOOLOGIE, ANATOMIE COMPAREE 155. Une question de nomenclature, a propos des hybrides. Bulletin de la Société Zoologique de Fran- ce, XVI, p. 42, 1891. ) 156. Deuxieme rapport sur la nomenclature des étres organisés. Mémotires de la Société Zoologique de France, VI, p. 126-201, 1893. 157. Le Congrés zoologique de Moscou. Revue générale des serences pures et appliquées, Y1L, p. 677, 1892. Résumé des travaux effectués par le deuxiéme Congres international de zoologie, réuni a Moscou en aoút 1892. 158. Compte-rendu sommaire du Congrés zoolo- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 105 gique de Moscou. Bulletin de la Société Zooloyique de France, XVII, p. 187, 1892. Reproduction de l'article précédent. 159. Résultats d'une excursion zoologique en Al- gérie. Mémotres de la Société Zoologique de France, 1V, p. 208-245, 1891, avec 4 figures dans le texte. 160. Sur les Crustacés des sebkhas et des chotts d'Algérie. (En commun avec M. J. Richard). Com p- bes- rendus de 1?Académe des sciences, UXI, p. 118, 1890. Bulletin de la Société Zooloyique de France, XV, pr136, 1890: 161. Faune des lacs salés d'Algérie. Oladocéeres et Copépodes. (En commun avec M. J. Richard). Mémorires de la Société Zoologique de France, 1V, p. 512-535, 1891, avec une planche double et 13 fign- res dans le texte. 162. Erreur des sens chez un Lépidoptere. Bu- lletim de la Société Zoologique de France, XVI, p. 23, 1891. 163. Sur la faune entomologique du Gran Chaco. Mémoires de la Société Zoologique de France, 1V, p. 490, 1891, avec une planche en chromolithogra- phie. 164. Sur quelques variétés francaises du Lézard des murailles. Mémotres de la Société Zoologique de France, YV, p. 502, 1891, avec une planche en chro- molithographie et une figure dans le texte. 165. Sur une “pierre de Serpent”. Bulletin de la Société Zoologique de France, XVIII, p. 133, 1893. PUBLICATIONS CONCERNANT LES HIRUDINEES 166-179. Courtes notices sur les Hirudinées. Bu- lletin de la Société Zooloyique de France, XV1I- XVITI, 1891-1893. 166. (1.). Sur la Sangsue de Cheval du nord de 1'Afrique. Comptes-rendus de la Société de Biologre, (9), HI, p. 693, 1891. Bulletin de la Société Zoolo- - gique de France, XVI, p. 218, 1891, avec une note additionnelle. TOMO xLvIin.—14, 106 ANALES DE LA 167. (2.). Sur la Zyphlobdelle Kovátsi Diesing. Bulletin de la Société Zooloyique de France, XV1IlL, p. 39, 1892, avec une figure dans le texte. 168. (3). Description de la Nephelis atomaria Carena. Bulletin de la Société Zoologique de Fran- ée, XVII, p. 165, 1892, avec 5 figures dans le texte. 169. (4.). Description de la GFlossiphoma mar- ginata (O. F. Miller). Bulletin de la Société Zoolo- gique de France, XVII, p. 173; 1892, avec 2 figures dans le texte. 170. (5."). Description de la Glossip..omia sexo- culata (Beremann). Bulletin de la Société Zoologa- que de France, XVII, p. 178, 1892, avec 2 figures dans le texte. 171. (6.). Sur le Branchellion punctatum Baird, 1869. Bulletin de. la Société Zoologique de France, XVII, p. 222, 1892. 172. (7.2). Sur le Theromyzon: pallens Philippi, 1867. Bulletin de la Société Zoologique de France, XVI ps 14 1893: 173. (8.). Sur 1'Hirudo brevis Grube, 1871. Bu- lletin de la Société Zoologique de France, XVIII, p. 26, 1893, avec 4 figures dans le texte. 174. (9.2). Variations de la constitution du somi- te. Bulletin de la Société Zooloyique de France, XVIII, p. 30, 1893, avec 4 figures dans le texte. 175. (10.). Hirudinées de 1”Europe boréale. Bulletin de la Socrété Zoologique de France, XVIII, p. 92, 1893, avec 5 figures dans le texte. 176. (11.). Deseription de la Placobdella cate- mgera (M. Td), 1846. Bulletin de la Société Zoolo- gique de France, XVIII, p. 98, 1893, avec 4 figures dans le texte. 177. (12.7). Description de la Placobdella cari- nata (Diesing), 1850. Bulletin de la Société Zoolo- gique de France, XVIII, p. 104, 1893, avec 2 figures dans le texte. 178. (13.2). Sur les Hirudo cylimdrica et H. gem- mata Blanch, 1849. Bulletin de la Société Zoologi- que de France, XVIII, p. 110, 1893. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 107 179. (14”.). Sur la Blennobdella depressa Em. Blanchard, 1849. Bulletin de la Société Zoologique de France, XVIII, p. 112, 1893. 180. Description de la (kFlossiphonia tessellata. Mémoires de la Société Zooloyique de France, V, p. 56-68, 1892, avec une figure dans le texte. 181. Présence de la GEFlossiphonia tessellata au Chili. Description complémentaire de cette Hirudi- née. Actes de la Société Scientifique de Chali, TI, p. 177-187, 1892, avec 2 figures dans le texte. Voir aussi Proces-verbaux, p. XCIL-XCITI. 182. Description de la Xerobdella Lecomter. Mé- moves de la Société Zoologique de France, V, p. 539-593, 1892, avec 9 figures dans le texte. 183. Sur la présence de la Trocheta subviridis en Ligurie et description de cette Hirudinée. Atti della Socreta ligustica di setenze naturali, TIT, núm. 4, in-8.” de 31 p., 1892, avec 8 figures dans le texte. 184. Révision des Hirudinées du Musée de Tu- rin. Bolletino dei Musei di z2o00logia ed anatomia comparata della R. Uniwversita di Torimo, VIII, núm. 145, in-8.” de 32 p., 1893, avec 13 figures dans le texte. 185. Sur quelques Hirudinées du Piémont. Bo- lletino der Musei di zoología ed anatomia comparata della R. Unwersita di Torino, VIII, núm. 146, in-S” de 12 p., 1893, avec 3 figures dans le texte. dal HELMINTHOLOGIE, PARASITOLOGIE 45. bis. Les animaux parasites introduits par l'eau dans l'organisme. Revue d'hygiene et de poli- ce samtarre, XII, p. 828-870 et 923-969, 1890, avec 47 figures dans le texte. Bulletin de la Société de mé- decine publique et d'hyyiene professionnelle, XIII, p. 238-326, 1890, avec 17 figures dans le texte. Edition francaise du mémoire publié d'abord en 108 ANALES DE'*LA langue espagnole et désigné par le núméro 45 de ma premiere notice. 186. Note sur quelques Vers parasites de 1"Hom- me. Comptes-rendus de la Société de Biologre, (9), TIT, p. 604, 1891. Dans cette note, je traite successi- vement six questions différentes: 1. Distoma hepaticum. 2. Distomasinense. 3.2 Sur la classification des Distomes. 4. La bilharziose existe-t-elle a Cuba? 5.” La bilharziose existe-t-elle a Marseille ou en Tunisie? 6. Présence du Taenia madagascariensis a Vile Maurice. 187. Notices helminthologiques (deuxieme sé- rie). Mémoires de la Société Zoologique de France, TV, p. 420-489, 1891, avec 38 figures dans le texte. Dans ce mémoire, j'étudie une série d 'helminthes: Cestodes, Trématodes, Nématodes. 188. Les Hématozoaires. (En commun avec M. le professeur Laveran). Deux volumes in-8.” avec figures, de la Bibliotheque Charcot-Debove, Paris, Rueff, 1893, avec figures dans le texte. Cet ouvrage est actuellement sous presse. Le deu- xiéeme volume intitulé: les Vers du sang, est tout en- tier écrit par mol. 189. Evacuation de noyaux cellulaires simulant une helminthiase et une coccidiose. Comptes-rendus de la Société de biologie, (9), TIL, p. 17, 1891. Bulle- tin de la Société Zoologique de France, XVI, p. 22, 1891. 190. Anomalie des organes génitaux chez un Taenia sayinata Goze. Comptes-rendus de la ¡Socré- té de biologie, (9), TT, p. 403, 1890. Bulletin de la So- ciété Zoologique de France, XV, p. 166, 1890, avec une figure dans le texte. 191. Note sur les migrations du Zaenta gracilis Krabbe. Comptes-rendus de la Société de biologie, (9), III, p. 330, 1891. Bulletin de la Société Zoolo- ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 109 gique de France, XVI, p. 119, 1891, avec une figure dans le texte et une note additionnelle. 192. Sur les helminthes des Primates anthro- poides (Premiere note.—Cestodes). Mémotres de la Société Zoologique de France, 1V, p. 186-196, 1891, avec 4 figures dans le texte. Résumé dans le Bulletin de la Société d*'anthropo- logic de Paris, (4), UL, p. 443, 1891. 193. Nouveau cas de Ténia nain (Hymenolepis nana) en Amérique. Comptes-rendus de la ¡Société de Brologie, (9), LL, p. 441, 1891. Bulletin de la So- ciété ZLoologyique de France, XVI, p. 165, 1891. 194. Histoire zoologique et médicale des Ténia- dés du genre (Hymenolepis Weinland. Les Seiences biologiques, p. 619, 1891. Un volume in-8S” de 112 pa- ges avec 22 figures dans le texte. Paris, Société d 'édi- tions seientifiques, 1891. 195. Notices sur les parasites de 1"Homme.—Pre- miére série: De l'existence et de la prédominance anciennes du ZTaenia saginata dans Europe oeci- dentale. Mémotres de la Société de biologre, (9), IV, p. 242-258, 1892. 196. Identité du Distoma clavatum Rudolphi et du Distoma imgens Moniez. Comptes-rendus de la Société de biologie, (9), TIL, p. 692, 1891. * 197. Note préliminaire sur le PDistoma hetero- phyes, parasite de 1*"Homme en Egypte. Comptes- rendus de la Société de brologre, (9), TIL, p. 791, 1891. 198. Pénétration de l'/xodes ricinus sous la peau de 1"Homme. Comptes-rendus de la Société de biolo- gue (9) LED p. 689, 1891. 199. Un cas de myase par la Sarcophaga magna- fica en Roumanie. Bulletin de la Société Zooloyique de France, XVI, p. 25, 1891. 200. Sur le prétendu Monostoma Settem Nu- man. (En commun avec M. le professeur Railliet). Bulletin de la Société Zoologique de France, XVI, p. 26, 1861. 201. Sur le pseudo-parasitisme des larves de Cou- 110 ANALES DE LA — sin (Culex pipiens). Bulletin de la Société Zoolo- gique de France, XVI, p. 72, 1891. 202. Sul pseudo-parassitismo delle larve di Zan- zara (Culexr pipiens) Monitore zoologico italiano, TT, p. 42, 1891. Traduction de l'article précédent. 203. Sur les CEstrides américainms dont la larve vit dans la peau de 1"Homme. Annales de la Société entomologique de France, LXI, p. 109-154, 1892, avec 2 figures dans le texte. 204. Note additionnelle sur les CEstrides améri- cains dont la larve vit dans la peau de 1”"Honmme. Bulletin de la Société entomologique de France, p. CCIX, 1892. 205. Note sur des larves de Dermatobra prove- nant du Brésil. Bulletin de la. Société entomologique de France, p. XXIV, 1893. 206. Présence de la larve d* (Eestrus ovis chez la Chevre. Bulletin de la Société entomologique de France, p. COCXLVI, 1892. 207. Contributions a l'étude des Dipteres parasi- tes.—Premiere série. Bulletin de la Société entomo- logique de France, p. CXX-CXXX, 1893, avec 5 figures dans le texte. 208. Sur une larve de Coléoptere vomie par un enfant, au Sénégal. Bulletin de la Société entomolo- gique de France, p. CLXVI, 1893, avec une figure dans le texte. TIT ANATOMIE PATHOLOGIQUE, TÉRALOGIE 209. Manifestations dermiques de la goutte chez une Perruche. Comptes-rendus de la Société de Bio- logie, (9), TIT, p. 32, 1891. Bulletin de la Soctété Zoologique de France, XVI, p. 20, 1891, avec une ¡igure dans le texte. 210. Note sur un tétard monstrueux. Bulletin de la Société Zooloyique de France, XVI, p. 250, 1891, avec une figure dans le texte. 211. Anomalie de la carapace chez la Cistude d' ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA qu Europe. Bulletin de la Société Zoologique de Fran- ce, XVIII, p. 120, 1893, avec deux figures dans le texte. IV VEGETAUX PARASITES 212. Sur un nouveau type de dermatomycose. Comptes-rendus des!” Académe des sciences, OXI, p. 479, 1890. Résumé du travail suivant. 213. Sur une remarquable dermatose causée chez - le Lézard vert par un Champignon du genre Sele- nosportum. Mémorres de la Société Zoologique de France, TIL, p. 241-255, 1890, avec 7 figures dans le texte. 214. Sur les végétaux parasites, non microbiens, transmisibles des animaux a 1"Homme et récipro- quement. Progrés médical, (2), XIV, p. 454 et 591, 1891. Journal de micrographae, Y p. 284- 286, 313-317, 327-332, 1891; XVI, p. 24- 95, 1892. Recueil de médecine vétérinaire, (7, IX, p. 633-643 et 756-764, 1892. Transactions of the seventh interna- tonal Congress of hygiene and demography, YI, p. 88-102, 1893. y PUBLICATIONS DIVERSES 215. M. le Dr. G. T. H. Kiichenmeister. Progres médical, (2), XI, p. 511, 1890. Notice nécrologique sur Kúchenmeister et appré- ciation de son ceuvre seientifique. 216. M. le professeur de Quatrefages, membre de 1”Institut. Progres médical, (2), XV, p. 59, 1892, avec un portrait. Notice nécrologique sur le professeur de Quatre- fages et appréciation de son cevre scientifique. 917. Traditions et superstitions de la Touraine. —1I1. Petit guide médical. Revue des traditions po- pularres, V, p. 741, 1890. Croyances médicales des paysans tourangeaux; pratique des rebouteurs. 1Ebz ANALES DE LA 218. La transeription des noms géographiques et le systéeme métrique au Congres international de zoologie de Moscou. Comptes-rendus des séamces de la Société de géographaie, p. 424, 1892. J'indique les résolutions prises, a la suite de mon Rapport, par le Congrés zoologique de Moscou, re- lativement a 1 'orthog raphe des noms ecographiques et a ladoption du systéme métrique en Zoologie, a lexelusion de tout autre systéme (voir plus haut, núm. 156). 219. Cysticerque. 290. Descendance. 221. Dissémination. 222. Dracontiase. 223 Epizootie. 224. Eustrongylus. 225. Filaire. 226. Filariose. La Grande Eneyclopédie, X—XVII, 1890-1893. Nous avons également publié dans cet ouvrage un tres grand nombre d'autres articles, de moindre im- portance. vI CONFERENCES 227. Les aliments toxiques. Conférence faite á o francaise pour ]l” avancement des sciences, le 18 mars 1893. ACADEMIA DB CIENCIAS DE LA HABANA 113 ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 9 DE JUNIO DE 1911. Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes. —De número. —Dres.: J, P. Alacán, G. Alonso Cuadrado, E. B. Barnet, T. V. Coronado, F. M. Hée- tor, G. López, F. Méndez Capote, C. de la Torre, J. A. Valdés Anciano. Leída el acta de la sesión anterior (26 de Mayo) fué apro- bada. Se da cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—Del Dr, José A. Malberty, manifestando haber quedado constituída en esta ciudad la Sociedad de Psiquiatría y Neurología y remitiendo un ejemplar del reglamento de la misma. De los Dres. Sola y Pessino, acusando recibo del voto de gra- cias que le concedió la Academia en la sesión de 26 de Mayo. De varios señores académicos, proponiendo al Dr. Blanchard para el título de académico de mérito. Salida.—A la Sala Segunda de lo Criminal de la Audiencia de la Habana, remitiendo informe aprobado en la sesión del 26 de Mayo, relativo á la causa de homicidio por imprudencia, número 770-910 del Juzeado de Instrucción de la Sección Ter- cera. Al Juzgado de Primera Instancia de Guanabacoa, remitiendo tasación de honorarios aprobada en la misma sesión. Al Sr. Tesorero de la Academia, participándole el voto de gracias acordado en la misma sesión por el informe relativo al estado del tesoro de la Corporación. A los Sres, Sola y Pessino, id. id. id. por sus gestiones á fa- vor de los intereses de la Corporación. Al Dr. Antonio Díaz Albertini, desigenándolo para la comisión de glosa de las cuentas de la Tesorería. Al Dr. Pedro Valdés Ragués, id. id. id. Al Dr. Rudesindo García Rijo, participándole su nombramien- to de académico corresponsal en Sancti Spíritus. Al Dr. Arístides Agramonte y Simoni, id. id. de académico de número de la Sección de Medicina, Cirugía y Veterinaria. remo xLyvi.—15. 114 ANALES DE LA A Ax ___2I A A A A A AAA A A A A A a a Al Dr. José A. Fernández Benítez, id. id. id. de la Sección de Ciencias. Al Profesor Rafael Blanchard, de París, id. id. id. de aca- démico de mérito. A la Secretaría de Gobernación, participándole los anteriores nombramientos verificados en la sesión del 26 de Mayo de 1911. Al Sr. Tesorero de esta Academia, id. id. id. Antes de entrar en la orden del día el Dr. Tomás V. Coronado pide un turno para la próxima sesión, á fin de dar cuenta del incremento que toma en Oriente el desarrollo del marabú, según ha podido comprobar en su reciente viaje á dicha provincia, como delegado de la Academia en el Tribunal de exámenes para las cátedras de las Granjas Agrícolas. Anuncia además que se ocupará del abastecimiento de aguas y de la cría de la cochini- lla en aquella región de Santiago de Cuba. El Dr. Gastón Alonso Cuadrado, como ponente de la comisión nombrada para informar acerca de los POLVORINES DE SAN AÁN- TONIO Y PUNTA BLANCA, en su nombre y en el de sus compañeros, Y. P. Alacán y J. R. Villalón, da cuenta de las condiciones en que se encuentran aquellos establecimientos, señalando las me- joras de que son susceptibles, tanto desde el punto de vista ma- terial como desde el administrativo, y propone aleunas medidas tendentes á las mejoras del servicio y á la seguridad pública que debe garantizar esos depósitos de explosivos. Sometido á votación, fué aprobado por unanimidad dicho in- forme, acordándose elevarlo íntegro á la Secretaría de Gober- nación. El Secretario dá lectura á un trabajo acerea de la ALOPECIA GENERAL NEURÓTICA remitido por nuestro académico correspon- sal Dr. Rudesindo García Rijo. Trátase de un joven que, á con- secuencia de trastornos histéricos, perdió por completo su siste- ma piloso, según muestra la fotografía que se acompaña al tra- bajo. En éste se discute la etiología, y después de eliminar las otras causas productoras de alopecia, eree el autor poderla atri- buir al sistema nervioso, apoyando este modo de pensar con la opinión del profesor Thibierge. El Dr. Coronado dice que este trabajo no tiene discusión por su índole puramente clínica, y felicita al autor por la interesan- te observación remitida. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 115 A o 5 5 El Dr. Méndez Capote dá cuenta de un caso parecido que tu- vo ocasión de observar hace algunos años en Cárdenas. Se trata- ba de un hombre de 40 á 41 años de edad, que gozaba general- mente de buena salud. Empezó á notarse que decaía fsicamen- te, y de modo rápido sobrevino primero el encanecimiento y después la alopecia completa, al paso que se advertían cambios en su carácter; aparecía angustioso y se hizo un verdadero neu- rasténico. Sometido á un tratamiento apropiado recuperó la sa- lud perdida y con ella le salió de nuevo su pelo, creciendo éste completamente negro. Después de un período de cuatro á seis años volvió ese sujeto á ser víctima de una neurastenia profun- da y los progresos de ella lo anularon por completo, falleciendo en un verdadero estado de gatismo. El Dr. Héctor pregunta si ¿cuando tuvo el ataque neurasté- nico final encaneció de nuevo? El Dr. Méndez Capote responde que no puede afirmarlo por- que ya estaba el individuo de que se trata en la época de la vida en que brotan las canas, naturalmente, por los progresos de la edad. El Dr. Santos Fernández recuerda un caso de canicie de las pestañas y de las cejas, á consecuencia de un golpe recibido en la ceja. Se concede la palabra al Dr. Gastón Alonso Cuadrado, pare dar lectura al ANALISIS INMEDIATO DEL AGUA DE COCO, que prac- ticó en frutos adquiridos directamente del mercado, ó sea en las condiciones en que los obtiene el público. Emprendió ese es- tudio para satisfacer una pregunta que le hizo un compañoro de la Academia, el Dr. Valdés Anciano, respecto á la composi- ción de dicho líquido, muy usado en nuestro país como diuréti- eco. La composición química demuestra una gran cantidad de glucosa y sales alcalino terreas con ausencia de productos ni- trogenados. El Dr. Coronado se felicita de conocer este trabajo y felicita á su autor por haberle desvanecido una serie de errores que tenía como verdades desde hacía tiempo, respecto á la compo- sición química del agua de coco, pero le pide haga nuevos aná- lisis en frutos tomados en condiciones especiales y que él ofrece poner á disposición del Dr. Alonso Cuadrado. El Dr. Héctor felicita igualmente al autor y califica el traba- jo de extraordinario interés, Dice, que por indicación del doctor 116 ANALES DE LA e 5 5 5 5 5 5 5 Coronado, ha usado y abusado del agua de coco para combatirse un estado artrítico en el que un cólico hepático abrió la escena y desde entonces sigue con interés todo lo que se escribe sobre dicho líquido, tratando de conocerlo. Todo el mundo lo usa co- mo diurético creyendo que esta propiedad es debida á los nitra- tos que contiene y ahora resulta que no existen dichas sales. El Dr. Alonso Cuadrado dice que sus propiedades diuréticas las debe al cloruro de sodio, al sulfato de alúmina y á la glu- cosa. El Dr. Héctor advierte que la diúresis que produce el agua de coco es mayor que la producida por la ingestión del mismo vo- lamen de agua. No hay albúminas vegetales pero si hay grasas y azúcar. Insiste en la importancia que tiene el trabajo presen- tado y concluye manifestando que según los datos que arroja dicho análisis no debe administrarse el agua de coco en las ne- fritis. El Dr. Santos Fernández dice que algún exigente podría de- mandar distintos análisis, practicados en cocos de diversas eda- des y condiciones, pero que el realizado por el Dr. Alonso Cuadra- do lo fué en los cocos que tenía á manos todo el mundo. El Dr. Coronado dice que el agua de coco se ha empleado desde hace muchos años como medio de cultivo en bacteriología y que aleunos glucosidos son impropios para las siembras bac- terianas. El Dr. Santos Fernández recuerda que el primero que lo uti- lizó en este sentido fué muestro académico corresponsal, doctor George Sternberg. El Dr. Coronado pide al Dr. Alonso Cuadrado que complete su trabajo analizando no solo el agua del coco en distintos pe- ríodos de su madurez, sino también haciendo el análisis del fruto. El Dr. Alonso Cuadrado hace constar que cuando fué director de la Estación Experimental Agronómica de Santiago de las Vegas, pidió hacer el análisis de todos los frutos tropicales y que ya realizó el de algunos, como la piña y el plátano. El Dr. La Torre.—El Dr. Coronado se ha anticipado á mis fe- licitaciones al Dr. Alonso Cuadrado, que es de los poeos que en Cuba hacen ciencia por la ciencia misma. Hay que estudiar el agua de coco en todas sus formas y es necesario saberla tomar en su momento oportuno, No es de extrañar el que sin tener ni- ACADEMJA DE CIENCIAS DE LA HABANA 15L7 trato potásico sea diurética, por el azúcar que contiene, pues ninguno es mejor que la lactosa. Terminado este asunto, el mismo Dr. Carlos de la Torre, dice lo siguiente: “En una de la sesiones anteriores anuncié á la Attademia que, gracias á la valiosísima cooperación del natu- ralista americano Mr. Barnum Brown, enviado expresamente con ese objeto por el dmericin Museum de Historia Natural, había logrado completar el esqueleto del Megalocnus rodens ó Myomorphus cubensis, con el hallazeo de un cráneo completo, una pelvis y otros huesos importantes, así como también se ha- bían encontrado otros restos de especies exfinguidas de la mis- ma época, todo lo cual venía á confirmar la gran importancia de estos estudios, porque permitían dejar esclarecidas las relaciones que debieran existir entre nuestra tierra y el continente vecino en épocas remotas. Ahora tengo el gusto de presentar á la Aca- demia á mi eficaz colaborador Mr. B. Brown, uno de los más expertos paleontólogos prácticos, como lo han demostrado sus excursiones anteriores que le han proporcionado ejemplares va- liosísimos al Museo, como los monstruosos Brontosauros, Dy- nosauros y otros Reptiles gigantescos que son el asombro de los visitantes de aquel Museo, uno de los mejores del mundo, es- pecialmente en Paleontología. Mr. Brown formó parte de una famosa expedición á la Patagonia y recogió una importantísima colección de fósiles en los yacimientos de Santa Cruz; última- mente antes de venir á Cuba había recogido erandes esqueletos fósiles en los Estados Unidos y México, y tan pronto como vuel. va á su país habrá de ir al Canadá con objeto de acabar de ex- traer más grandes osamentas que quedaron enterradas por los hielos el pasado año, cuando se vió obligado á interrumpir sus trabajos á causa de la llegada del invierno. Durante dos meses me ha acompañado Mr. Brown en mis excursiones por las Sierras de Jatibonico, de Sancti Spíri- tus, y últimamente en los Baños de Ciezo Montero; y todo lo que yo pueda decir es pálido ante la importancia de la labor realizada por Mr. Brown, eficazmente auxiliado por mi ayu- dante el joven Víctor Rodríguez, aquí presente. ¡Con qué habi- lidad se le veía desenterrar cada uno de aquellos huesos, dise- cándolos, si se nos permite la frase, para aislarlo de la masa de barro ó de turba que lo rodeaba! Sin preocuparse por los ra- 118 ANALES DE LA yos del sol ni por la temperatura del agua termal (á 37 grados centígrados) en que estaban sumergidos, permanecía largas ho- ras consagrado á su dura labor con la esperanza de ver surgir un diente ó una uña del Megalocnus ó de extraer el cráneo de- seado de-aquel Edentado, de un Aligator gigantesco ó de alguna nueva especie extinguida. Y contra los temores expresados por un distinguido compañero, de que los fósiles obtenidos pudieran salir por la boca del Morro, tengo el gusto de hacer saber á la Academia, que temeroso el señor Brown de que al hacer la di- visión de los fósiles pudiera dificultarse la reconstrucción de los esqueletos, ha preferido dejarlos todos en mi poder hasta que yo vaya á hacer el. estudio y reconstruir los esqueletos en el American Museum de New York, según se había convenido con el Dr. Matthew. ?” El Dr. La Torre mostró entonces á los señores académicos el cráneo del Megalocnus rodens y el de otra especie que parece pertenecer á un género distinto, y que si se confirma su opinión deberá llamarse Barnumia Browni, en honor de su ilustre co- laborador. También anunció á la Academia el hallazgo de fru- tos conservados en la turba en que se encuentran los fósiles y muy especialmente conos de pinos, de los cuales nadie tiene no- ticia, hayan existido en aquella región de la isla. El Presidente al saludar al señor Barnum Brown y expresarle que estaba en su casa y rodeado de unos pocos, pero capaces de apreciar su labor, le felicitó porque había expresado de modo explícito su profundo amor á la ciencia, sólo comparable al amor de aquella madre que en presencia de Salomón permitía que su hijo se fuese con la falsaria que lo reclamaba antes que lo dividiesen en dos mitades para contentar á las dos. Las palabras del Sr. Presidente fueron colmadas de aplausos por su oportunidad. Acto seguido se dió lectura al INFORME SOBRE ARENAS EX- TRAIDAS EN LA FINCA “PALOMAR ””, emitido por el ingeniero señor Arturo Amigó, y una vez aprobado se dió por terminada la sesión. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 119 Informe sobre los polvorines de San Antonio y Punta Blanca, POR LOS DOCTORES Gastón Alonso Cuadrado, José P. Alacán y José R. Villalón. (Sesión del 9 de Junio de 1911.) Sr. Presidente de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana. Senor: Los que suseriben, miembros de la comisión nom- brada por Vd. y á petición del Sr. Secretario de (wo- bernación con objeto de examinar los polvorines na- cionales “San Antonio” y “Punta Blanca” y dicta- minar respecto á las condiciones desde el punto de vista de la seguridad, posición y otros detalles; te- nemos el honor de exponer á su consideración al re- sultado de nuestra visita, así como los conceptos que se nos ocurren al abarcar el estudio en su conjunto. Como cuestión previa y antes de hablar por nues- tra cuenta, es justicia dejar aquí establecido que in- vitados por el Sr. Subsecretario de Gobernación, se- ñor Giménez Lanier, para examinar el expediente que existe en la citada Secretaría sobre este asunto, hemos visto que desde la información del sargento encargado de los polvorines, G. García Betancourt, hasta los oficiales del Cuerpo de Artillería que han in- tervenido en el expediente, indican las reparaciones que deben hacerse y las reformas que deben inten- tarse. Así es que nuestra exposición se reduce á se- guir los pasos del expediente y extenderlos con de- talles que no cuadran en las comunicaciones de la subordinación militar. La posición de los polvorines en lo más remoto del fondo de la bahía, aislados completamente de toda clase de construeciones urbanas, y muy lejos de la 120 ANALES DE LA ciudad, y de donde pueden atracar barcos, excepto pequeñas chalanas, es de lo más excelente que puede imaginarse para esa clase de establecimientos peli- grosos para la seguridad pública. El polvorín “San Antonio” está situado en un ca- yo á algunas brazas de distancia de la costa, y en- frente, un poco antes de llegar al cayo del polvorín, existe otro más pequeño, de roca viva también, y que puede ser dedicado bien á ensanchar la capacidad del polvorín actual, ó bien dedicarlo á otro depat- tamento pirotéenico del que hablaremos en este in- forme. Tal como se encuentran hoy las comunicaciones del mar con el muelle de carga y de éste con el cayo se hallan en un estado lamentable de deterioro que urge reparar cuanto antes el muelle así para facili- tar la descarga de los explosivos como para condu- eirlos al edificio. Se ha de tener en cuenta que como el pilotaje del muelle en su mayor parte se halla bien conservado, sólo hace falta renovar algunos pilotes, pero en cam- bio es necesario reponer todo el piso de tablones, porque muchos de ellos se hallan careomidos, exis- tiendo huecos que no sólo dificultan el acarreo de las cajas, sino que pueden dar lugar á algún accidente de interrupción ó choque y caer al agua algún bulto. En la punta y á un costado del muelle de madera, se debe construir una grada resistente para que fa- cilite la carga, porque desde la altura de la chalana que lleva la carga hasta el pie del muelle, hay como una vara, mientras que por medio de la grada se facilita el trabajo de los cargadores. Será muy conveniente, sobre todo para las con- tingencias del porvenir, que el muelle se prolongase otro tanto de su longitud actual, porque es tal la acumulación del fango alrededor, que no permite acercarse á él más que lanchitas de muy poco calado, ofreciendo muy escasa estabilidad de equilibrio pa- ra la descarga, debiéndose atribuir á casualidades el que no haya zozobrado ninguna durante esa opera- Kn — ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HaBana 12 ción. Con unos cuantos metros más de prolongación, se evitan esas contingencias, y hasta pudieran atra- car lanchas de vapor. Diremos de pasada, que en las proximidades de este polvorín se hallan muchos restos de barcos de erandes dimensiones, semejantes á los despojos de un combate naval, despojos que en caso de guerra ó de acumulación de embarque entorpecerían el mo- vimiento de las lanchas, por más que afortunada- mente la compañía de dragado hará desaparecer con el tiempo esos obstáculos. Una vez en el cayo, la calzada rampante que con- duce al polvorín se halla bien construída y en bas- tante buen estado, la inclinación ó declive es poco pronunciada, y sólo presenta el descarne consiguien- te de la superficie por la acción de las aguas; insig- nificante y natural defecto que se puede subsanar de cuando en cuando ordenando reparar el piso á los artilleros castigados por causas leves á los traba- jos del cuartel. Con esta operación se relaciona estrechamente la de deshervar el terreno de todo el cayo, y principal- mente todo el que se halle dentro del recinto forti- ficado, pues la principal condición de un polvorín consiste en disponer de almacenes apropiados para la conservación de las materias explosivas, y tener eran facilidad para disponer de ellos. Sería un eran peligro que en tiempo de una prolongada sequia se produjera alguna combustión espontánea. Li cimentación del polvorín descansa sobre roca dura en forma de recinto fortificado, formado por la parte que mira á tierra como una especie de polígo- no de defensa. El recinto externo con una puerta de entrada es una muralla de cantería con varias aber- turas estrechas en la base de las paredes, pero á una ligera elevación del suelo por la parte externa so- bresaliendo una pequeña canal de piedra para que tengan fácil salida las aguas que vierten al suelo el tejado del edificio interior; mientras que la inclina- ción de las estribaciones es bastante pronunciada y romo xLyvmr.—l16, 122 ANALES DE LA A A A luego perpendicular para que no quede agua dete- nida. Dentro de ese recinto amurallado se halla el al- macén del polvorín, que es un edificio interior, tam:- hién de paredes gruesas y separado por completo del recinto dejando un espacio como de metro v medio de ancho. El suelo de este espacio es de hormigón con un ligero declive hacia las murallas para que corran las aguas por las aberturas de que hemos hablado antes. Por el lado interno de la muralla las aberturas están á raíz del suelo, así es que no puede quedar agua estancada de ninguna clase. En este edificio aislado es donde se encuentran los departamentos de explosivos. Cada departamento tiene una puerta de entrada, la que dá á una especie de vestíbulo ó cuar- to de entrada, y en ángulo recto otra puerta con puertas y dobles cerrojos, enchapada de cobre. Esta es la entrada efectiva del almacén, que lo constituve un cuadrilongo, teniendo forradas las paredes de madera pulimentada y con las tablillas bien ensam- bladas. Las paredes de estos almacenes son dobles, con espacio intermedio, y á trechos se encuentran los ventiladores que son aberturas estrechas como las aspilleras, pero cerradas con chapas de cobre agujereadas. Estas chapas aislan la pared externa de la interna, y establecen naturalmente corrientes de aire, que desecan y renuevan contínuamente la atmósfera del local. El puntal del techo es alto, y el techo está construido de madera y arriba en los dos extremos al lado del cuadrilongo en la parte supe- rior del edificio donde comienza la base de la pirá- mide que forma el techo hay dos ventanas, muy próximas al tejado, las cuales, juntamente con los ventiladores de los costados, forman por completo el sistema de ventilación, así es que si sólo está abier- ta una de las ventanas altas, se puede decir que el almacén sólo tiene una abertura prácticamente, que tiene por objeto dejar entrar la luz del día. El piso también es de madera, y se halla á bastante altura y ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 123 aislado del suelo de la roca. El almacén que con- tiene los explosivos es espacioso y de capacidad su- ficiente para contener mucho mayor cantidad de ca- jas de las que actualmente contiene. Las paredes externas de este edificio interior, es- tán muy bien reforzadas con zapatas de construc- ción muy sólida, y como al mismo tiempo el techo de madera es de forma piramidal, ofrece poca re- sistencia á las explosiones, se ve que en realidad es- tá perfectamente adaptado para que éstas sigan las líneas de menor resistencia, pudiendo quedar las pa- redes intactas. Por lo que llevamos expuesto sucintamente, el polvorín “San Antonio” tiene una posición ideal y está construido con todas las reglas de la ciencia mi- litar. Se halla en muy buen estado de conservación v resistencia, poseyendo condiciones de seguridad excelentes, una vez que se efectúen las reparaciones indicadas en el expediente, y que no afectará á la estructura, posición y utilidad del edificio. A simple vista, y en una de las superestructuras que forman de antesala de entrada se observa una grieta en una de las paredes, pero examinada con atención, no afecta á la solidez del cuerpo del edifi- eio, ni aun á la superestructrura misma. Aunque la destrucción de los pararrayos á conse- cuencia de los tres ciclones últimos, aparece como uno de los desperfectos de más consideración que es conveniente reparar, la falta de ellos en las con- diciones que se encuentra el polvorín es de una im- portancia sumamente secundaria, puesto que la gran masa de cantería que forma las estribaciones sobre las rocas y los edificios constituyen un enorme blo- que de piedra, y ofrecen muy poesa excitación para las descargas eléctricas de la atmósfera. No hay más que observar cómo yacen en el suelo los pararrayos que se hallaban instalados en el edi- ficio, para convencerse que hacía muchos años se ha- llaban inservibles, y por lo tanto más eran un peli- gro que una condición favorable. Mas con objeto de 124 ANALES DE LA evitar la cantidad de peligro infinitesimal que ofrece la descarga eléctrica, conviene asegurar la instalación de suficientes pararrayos en lugares perfectamente observables, con objeto de que los descuidos en su conservación, no produzcan el efecto contrario que se busca. Hemos notado dentro del almacén de depósitos, la falta, fácilmente subsanable, de extinguidores auto- máticos para incendios, cuya precaución la reco- mendamos, así como trasladar á otro local las latas de carburo de calcio que se encuentran donde están las cajas de dinamita, puesto que esas latas son fá- cilmente oxidables, y pueden permitir la entrada de la humedad atmosférica y dar lugar al desprendi- miento de acetileno. Hemos también de indicar que por la ventana alta por donde entra la luz y próxima al alero del tejado puede también entrar con facilidad el agua de lluvia, y aunque se tome la precaución de cerrar en el momento de iniciarse, las puertas de las ventanas se hallan deterioradas, v cae al almacén bastante agua para conservar alguna humedad. Recomendamos que por la parte externa y encima de la ventana, se coloque una marquesina de cristal fuerte, cuya parte superior se prolongue bastante y con alguna inclinación, para evitar que entre el agua aun cuando sople fuertemente el viento por aquel lado y sin perjudicar la claridad en condicio- nes normales. En una palabra, no diremos que el polvorín “San Antonio” sea un polvorín modelo en su género, y que no se necesitarían llenar otras condiciones, por ejemplo, la del techo, que pudiera ser construído de una materia impermeable y resistente, pero al mis- mo tiempo mucho más ligeró que el actual de ma- dera y tejas; pero de todos modos, vemos que es un edificio como los innumerables que existen actuando en todas las naciones. No tenemos necesidad de describir aparte los pol- vorines de Punta Blanca, porque están construídos exactamente según los mismos principios de inge- ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 125 niería militar, y tienen necesidad de las mismas re- paraciones, así en los edificios como en los muelles, el cual, con una menor prolongación que el de San Antonio, daría facilidad para descargar lanchas de algún calado. Los polvorines de Punta Blanca, cons- truídos también sobre la voca, están situados en una especie de pequeña península que allí forma la costa, y más al fondo de la bahía. La comunicación directa con tierra les hace accesibles á establecer un servi- cio terrestre al mismo tiempo que marítimo. En las necesidades actuales de la nación, como el servicio efectivo de la comunicación por tierra sería bastante más costoso que las pequeñas reparaciones que hoy necesitan, debe ser asunto del porvenir. Y respecto á las reparaciones actuales en las co- municaciones que aparecen en el expediente firma- das por el inteligente sargento encargado de los pol- vorines, se indican bien las necesidades y la clase de reparaciones que han menester para ponerlos en condiciones de funcionar debidamente. Creemos necesario indicar solamente que un es- tudio sencillo por la Secretaría de Obras Públicas es más que suficiente para efectuar las reparaciones que hagan falta. Quédanos por informar algo respecto á la organi- zación del servicio. En las cireunstancias en que se encuentra actualmente el ejército de Cuba, todavía en camino de organizar sus unidades tácticas, y don- de no se construye material de guerra, sino que todo necesita ser importado, la organización técnica y ad- ministrativa de los polvorines, no ha ofrecido prefe- rente atención; y casi no tendría objeto, puesto que en los polvorines de Punta Blanca no existen depó- sitos de materias explosivas, limitándose la Secre- taría de Gobernación, con muy buen acuerdo, á la guarda y conservación de esos edificios del Estado que en el porvenir pueden ser de una utilidad incaleu- lable. Pero las necesidades del comercio y de las obras públicas contribuyen á la importación de grandes 126 ANALES DE LA cantidades de dinamita, y otros explosivos, creemos que ha llegado el momento para el gobierno de la República de Cuba de establecer un centro oficial de administración, custodia, transporte, conservación, distribución y estadística de los explosivos, así de sus diferentes usos, como de la procedencia, compo- sición y propiedades de los explosivos importados. Este centro tendría dos objetos: el servicio de poli- cía social, en relación con el orden y seguridad pú blicas, y una escuela práctica para una de las divi- siones importantes del servicio de artillería, donde un buen número de oficiales v clases del Cuerpo se familiarizarían con los estudios técnicos, y con el manejo, distribución y transporte: servicios y es- tudios que solo se aprenden en la práctica constante, y en el conocimiento perfecto de este ramo importan- te de guerra. Según se nos ha presentado á nuestra observación, en el depósito, custodia y transporte de los explosi- vos que se almacenan en el polverín hay demasiada sencillez en los trámites, existe muy poco personal, ó mejor dicho no existe personal para un servicio tan delicado y de tanta importancia, y no hay me- Cos de reconocer las sustancias que pueden entrar en descomposición, ni aun existe higrometro para medir la humedad que pueda contener el almacén. Tampoco hay una clasificación donde existan sepa- “adas las materias cuya proximidad sea peligrosa. Por ejemplo, en el mismo almacén donde se halla la dinamita, existe un depósito de latas de carburo de calcio, como ya hemos dicho. Esas latas se Oxi- dan con facilidad por la humedad, y puede ir ésta penetrando lentamente en alsuna de ellas, dando lugar al desprendimiento correspondiente de aceti- leno. Una explosión de este gas puede no afectar al resto del carburo de las otras latas, mientras exis- tiera poca humedad ó agua en aleún almacén; en tanto que al lado de la dinamita los efectos serían terribles. La comisión que suscribe no tiene inconveniente ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 127 alguno en recomendar que los depositantes paguen ciertos derechos de almacenaje según la importancia de los depósitos, y según el tiempo que permanezcan en los polvorines, puesto que si bien es cierto que el Gobierno para la seguridad pública y conveniencia de los mismos importadores les ofrece un lugar se- guro de depósito, impunemente no pueden dejar sus géneros indefinidamente en los polvorines, quizás hasta con el fin de encontrar mejores precios. Pero al mismo tiempo el Gobierno debe tener los polvori- nes en las condiciones que demandan la naturaleza de los explosivos, al mismo tiempo que con un servi- cio téenico y administrativo que sirva de suficiente garantía, y facilite las demás operaciones de recep- ción, despacho, conservación y custodia. Entre tan- to, debe seguirse la conducta que hasta aquí respec- to á los derechos de almacenaje. Por todo lo expuesto, esta comisión propone á la Academia la aprobación de las siguientes conclu- siones: Primero.—Los polvorines de San Antonio y Pun- ta Blanca, situados en el fondo de la bahía de la Ha- bana, y separados de todo lugar habitado y de toda calse de edificios, se hallan excelentemente dispues- tos para el objeto que se hallan construídos. La cit- cunstancia de que el San Antonio está situado en un cayo, y los de Punta Blanca en una península, les hace á propósito para que el primero se dedique al servicio del público y los segundos al servicio del ejército y marina nacionales. Segundo.—Los citados polvorines, para que ofrez- can seguridad, faciliten el transporte y depósito de las materias explosivas, necesitan ciertas reparacio- nes que se señalan en el cuerpo de este informe, y en el expediente que se halla en la Secretaría de la Gobernación, siendo por otra parte muy fáciles de ejecutar por la Secretaría de Obras Públicas, y á poco costo. 128 ANALES DE LA Tercero.—El uso cada vez más creciente de los explosivos así en obras públicas como en particula- res, y su controll y vigilancia por el gobierno nacio- nal, necesitan una organización y reglamentación especial que aleje todo peligro en el transporte, re- cepción, almacenaje, custodia, conservación, distri- bución y usos de los explosivos. Cuarto.—Para los efectos de la conclusión ante- rior, en cada uno de los polvorines, San Antonio y Punta Blanca, debe haber: (a). Un superintendente téenico, que puede ser un oficial de Artillería. (b). Un auxiliar, también oficial de Artillería, y subordina- dinado al primero. (e). Un jefe de oficina con dos es- eribientes, para el servicio administrativo, estadística y otros asuntos que se relacionen con él. Actualmen- te el jefe de oficina debe ser un sargento del mismo cuerpo, y los escribientes, soldados. (d). Cuatro obre- ros que sean prácticos en el manejo y conducción de explosivos. Cuarto.—La comisión entiende que ya es época de pensar en que el ejército v la marina nacionales dis- pongan de una pirotecnia ó maestranza, donde se fabriquen cartuchos, fulminantes, pistones y demás accesorios que no necesitan erandes talleres, y que en una situación dada, pueden ser de mucha utilidad para la patria, así como un laboratorio especial de la química de explosivos. Para la instalación de esa ada es muy á propósito el cayo que está en- frente de San Antonio. Quinto.—Para la or ganización y reglamentación de todos estos servicios, así como para el estudio de los problemas que se pueden presentar en la indus- tria y comercio de materias explosivas, se debe nom- brar una junta consultiva compuesta de: 1. Del Ge- neral en Je fe del Ejército. 2. Un Jefe ú oficial de Ar- tillería. 3. Dos químicos. 4. Un ¡ ingeniero civil. 5. Un SONS 10 técnico de la compañía de Ferrocarriles Unidos. 6. Un comerciante importador. 7. Un con- tratista de Obras Públicas. Todo el trabajo de esta ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Alopecia general neurótica. 3 (Observación del Dr. R. García Rijo.) ACADEMIA Dk CIENCIAS DE La HARANA 129 junta se reduciría á adaptar á nuestras necesidades las leyes y reglamentos que 1 gen admirablemente en los Estados Unidos ó en España, para esta clase de servicios. La Academia, sin embargo, acordará lo que esti- me más oportuno. ALOPECIA GENERAL NEURÓTICA. POR EL Dr.Rudesindo García Rijo. (Sesión del 9 de Junio de 1911.) La adjunta fotografía basta á hacer comprender que el individuo objeto de esta observación perdió el cabello y los vellos de todo su cuerpo, así los de las axilas, pubis, pantorrillas, antebrazos, dorso de las manos, como las cejas y pestañas, encontrándose por lo tanto desguarnecido en totalidad v completamen- te privado del sistema piloso. El joven objeto de esta observación es blanco, de 21 años de edad, natural de Sancti Spíritus, nació y vive en el campo, al abrigo de sus padres, consagra- do á las faenas agrícolas, en las que es tan apto, ágil y resistente como cualquiera otro hombre de su edad. Sus padres disfrutan de buena sauld; v en la única vez que ví al padre, las impresiones que saqué de dicha entrevista son que físicamente era de buena estatura, de aspecto saludable, y mentalmente reve- laba por su conver rsación, sus ademanes, su raclocl- nio, buena inteligencia, á la vez que hábitos de orden y de formalidad, cual corresponde á un buen padre de familia. Hermanos: fueron, ineluso él, cinco; de los que uno murió muy pequeño de alferesía. Los demás viven sanos. El mayor tiene 26 años. TOMO xLVnI.—17, 130 ANALES DE LA Antecedentes personales —De niño fué sano. Pa- só la época de la guerra de independencia en la po- blación, sin novedad. Pero después de terminada la guerra, al regresar al campo, padeció durante un mes próximamente de ligeras fiebres sin otras com- plicaciones. Siguió bien de salud hasta hace sets años que sin causa apreciable, se le presentó un estado histericoso, tristeza, sin convulsiones, ni fiebre, ni mareos, ni dolores. Ese estado nervioso le duró es- casamente una semana, durante la cual se encontró que el cabello se le había caído, así como las cejas, pestañas y vellos de todo el cuerpo; sin que dicha alo- pecia fuese precedida ni acompañada de eritema, ni picor, ni descamación epidérmica, ni alteración en el color de la piel, ni hormigueo, ni calambres, ni at- dor, ni alteración alguna de la sensibilidad. Dicho estado histericoso no ha vuelto á presentat- se ulteriormente ni una sola vez. Su aspecto, sus respuestas, relevan bien claramen- te que se trata de un joven sin malicia, en el que no cabe poner en duda la seguridad y veracidad con que nos afirma no haber tenido males venéreos, ni hacer vida de tenorio, ni ser tampoco indiferente á los atractivos del bello sexo. Buena estatura, buen apetito, duerme bien. Le receto: nuez vómica, suero neurasténico, frie- ciones de trementina, electrización; cuyo resultado no puedo predecir cuál será, puesto que hace pocos días que se ha principiado á usar dicho plan. CONSIDERACIONES En vez de perder el tiempo en inútiles disquisi- ciones, paso á traducir los párrafos consagrados á dicha afección por Thibierge en su obra titulada: Thérapeutique des Maladies de la Peau t. TL, p. 164. “Alopecia generalizada neurótica”?”. ““.. Existe una afección, que por su tendencia á “interesar los pelos de las distintas regiones del “cuerpo y á determinar una alopecia total, merece ““el ser separada de las demás formas de alopecia. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA dl “Dicha afección no puede incluirse en la deserip- “ción de la pelada parasitaria; su origen nervioso “parece incontestable; y la denominación que pro- “Ponemos para individualizarla es la de alopecia “generalizada neurótica ó bien de la seudo-pelada “generalizada nerviosa. Produce la caída del pelo “sin lesión apreciable de los tegumentos, ó cuando ““*más les imprime un aspecto liso, descolorido, ebút- “*neo. “¿La enfermedad se manifiesta lo más comunmente “entre los 20 y 30 años de edad, á veces como conse- “cuencia de una enfermedad grave, más amenudo ““como resultado de fuertes emociones morales ó de “trabajo intelectual exagerado, otras veces sin cau- ““Sa apreciable. Se observa en individuos de tempera- ““mento nervioso ó de predisposición nerviosa here- ““ditaria; coincide á veces con manifestaciones ner- ““viosas graves: histeria, neurastenia, bocio exoftál- ““mico; acompañándose á menudo de vitiligo, afee- ““ción cuya naturaleza nerviosa es incontestable””. ANALISIS INMEDIATO DEL AGUA DE COCO. POR EL Dr. Gastón Alonso Cuadrado. (Sesión del Y de Junio de 1911.) Un farmacéutico muy inteligente, y que si hubie- ra vivido en otro medio, de una atmósfera científica más elevada, hubiera dado muy buen nombre á la farmacia cubana, el doctor Lorié, nos decía en una ocasión que él no tenía necesidad de comprar cocos para refrescar con su agua, porque él la producía artificialmente de modo que si en lugar de beberla en un vaso, fuera contenida en un coco, nadie po- dría distinguirla al paladar, entre la natural y la preparada por nuestro amigo. El que se dirige á A 13 ANALES DE LA vosotros tomó esta observación á beneficio de inven- tario, como suele decirse, y no se ocupó más del asun- to. Hace pocos días, el doctor Valdés Anciano me pre- guntó si el agua de coco contiene albúmina vegetal, porque él la administro á un enfermo con magnífi- cos resultados, pero necesita convencerse que no tie- ne ese principio protéico; y aunque no le pude con- testar de momento, al día siguiente hice las expe- riencias del caso, en el laboratorio, y me convencí que el agua de coco no contiene materia protéica apre- ciable. Y ya en esta dirección, aunque no pasó por mi imaginación ponerme en tesitura de solicitar del Poder Ejecutivo el premio de los $30,000 ofrecido al afortunado que descubra el modo de curar la en- fermedad del cocotero, seguí haciendo el análisis 1m- mediato del curioso vaso de agua que nos brindan los árboles de la república al estado natural. El análisis que hoy presento á la Academia no es profundo ni completo, pero es suficiente para demos- trar en que consisten sus propiedades farmacológi- cas, así como la preparación del Dr. Lorié, con lige- ras variantes. Como habréis observado, el agua de coco es inco- lora, de aspecto ligeramente nebuloso, y siempre lle- va en suspensión una pequeña cantidad de películas de color blanco mate, procedentes de la parte externa de la superficie interior del fruto que coincide con la almendra en vía de formación. No tiene pues na- da de particular que á la vista parezcan películas de albúmina vegetal coaguladas. El sabor es dulee que no empalaga ni aun á los que somos poco golosos, y así el sabor ácido como el aromático son agrada- bles, pero poco pronunciados. Cuando el agua de coco es tratada por el eter en aparato de reflujo, abandona éste después de evapo- rado, una cantidad casi inapreciable al peso, de una materia untuosa al tacto como si fuera la materia erasa que tiene el agua de coco en emulsión, y que le da ese aspecto nebuloso. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 133 Evaporada el agua á sequedad y después incine- rado el resíduo sin llegar al rojo, se trata por agua destilada y se disuelve completamente. Parte del lí- quido filtrado tratado con unas gotas de ácido nítri- co y después con el nitrato de plata da un abundante precipitado de cloruro argentino. Otia cantidad de esta solución tratada por el cloruro bárico da un li- gero precipitado de sulfato. Una parte de la solución se trató por el ácido sul- fúrico concentrado y polvo de sulfato ferroso puro, y no dió la reacción característica de la presencia de nitratos. Tratada del mismo modo el agua misma de coco, tampoco señaló la presencia más mínima de nitratos. Evaporada el agua de coco con mucho cuidado en un tubo de ensayo y observando con atención los va- pores desprendidos por el resíduo después de evapo- rada el agua, no se observa absolutamente ningún desprendimiento de vapores nitrosos. Tampoco el método de Gunning para determinar el nitrógeno amoniacal al estado de sulfato amónico, ha dado indicio alguno de que existan en el agua de coco principios nitrogenados. Creo que con estas reacciones queda destruida la leyenda de que el agua de coco tiene mucho nitro. El análisis de las cenizas nos ha demostrado la ausencia del hierro y de fosfatos. Del análisis cuantitativo que hemos efectuado si- guiendo el método que se emplea en el análisis inme- diato de las frutas, hemos obtenido los resultados si- guientes, referidos al litro: Mensidad dellqtuidos "=>" 1 1017 á,26* Acidez total calculada de SO*H?... 0.735 gramos 5 fija pe pS E ' 0.304 Pl sracio second 00 cinta y. 03:96 pl GIOTUCOSO CO A 1.86 $ EN A A A 1? TA 134 ANALES DE LA Azúcares reductores calculados en alucosa. EOOO. E Polarización á la izquierda. . . . . 4.00 ñ Cenizasivia lalo elias a a o EIA y ANALISIS DE LA CENIZA Sic Sd e E AS UD DEA O A A A SA O O AA AO e as dea a Ue UI Magsnesia (Me O) solia: dle oo papiros E ut Y ALIAS Cloruros/ alcalinos ir o UEtS RON ZN CONCLUSIONES Por lo que se ve, es bien facil preparar el agua de coco artificial, incluso con la opalinidad debida á pe- queñísima cantidad de grasa en suspensión. Por la diferencia existente entre la cantidad de alúmina y bases alcalinotérreas, se ve que los cuerpos inorgá- nicos más importantes contenidos en el agua de co- co son el cloruro de sodio y el sulfato de alumina, y en cuanto á la acidez orgánica más bien se parece á la del ácido málico en lugar del tártrico. Aunque de poca importancia, en otra ocasión es- tudiaremos la naturaelza del ácido orgánico y los ácidos volátiles y principios aromáticos del agua que nos Ocupa. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 135 INFORME SOBRE ARENA EXTRAIDA EN LA FINCA “*EL PALOMAR”, SITUADA EN EL KILOMETRO 8 DE LA CARRETERA DE LA HABANA A GUINES POR EL Ingeniero Sr. Arturo Amigó. (Sesión del 9 de Junio de 1911.) CARACTERES FÍSICOS Color pardo claro, grano fino y áspero; al frota- miento entre los dedos deja un ligero resíduo pul- verulento adherido. Estas propiedades son comple- tamente uniformes en todos los puntos de la mues- tra examinada y si ello se verifica igualmente en todos los puntos del yacimiento tendremos una con- dición necesaria en la práctica sobre todo y princi- palmente para el empleo de los cementos. COMPOSICIÓN QUÍMICA Previa desecación, se ha tratado la arena en diez gramos de peso por el ácido clorhídrico concentra- do y rectificado, obteniéndose abundante desprendi- miento de e gas carbónico. Lavado el resíduo, en gran parte soluble se desecó y pesó. Este resíduo no ata- cado por el ácido resultó en peso ser el 10 por 100 del peso total ensayado. Con respecto á la naturaleza de la materia atacada por el ácido elorhídrico, com- probado el gas carbónico desprendido en la reacción y su naturaleza caliza por el empleo del ácido oxáli- co, resulta ser carbonato de cal, el que aparece en una proporción de 88 por 100 descontada la humedad. El resíduo pulverulento insoluble probablemente es arcilla, ageno á mi juicio, á la composición del grano y es probablemente el resíduo pulverulento de que se hace mención en los caracteres físicos. Dentro del grupo de las arenas calizas, es la que 186 ANALES DE LA examinamos una buena arena para usarla con el ce- mento y ese 10 por 100 que contiene de polvillo arci- lloso desempeña en las mezclas con el cemento un papel mecánico muy útil, consistente en retener el agua en presencia del cemento, evitando el arrastre del mismo y facilitando su completa hidratación, comprobado por mi experiencia de muchos años, el beneficioso efecto de una proporción de arcilla, no mayor de 10 por 100 en las arenas, he visto además comprobada mi observación, por otros ingenieros en los Estados Unidos. CONDICIONES MECANICAS Se derivan de la composición química; pero siem- pre se hacen ensayos directos con mezclas, conte- niendo proporciones variadas de cemento y arena que se someten después de un tiempo variable á la máquina de ensayos. No contando con esta máqui- na, no hemos procedido á la preparación de probe- tas; pero preparando al efecto la muestra remitida por el interesado y sometida á esfuerzos de tracción por flexión, hemos encontrado que la fractura se ve- rifica con catorce kilógramos por centímetro cua- drado, lo que es realmente una resistencia notable para la mezcla de diez partes de arena y una parte de cemento **Volcán”” en cuya proporción se han mez- clado ambas materias según manifiesta el Sr. Car- ballo en su eserito de 29 de Diciembre, dirigido á es- ta Academia. Kn conclusión, esta ponencia ha deducido que la arena examinada resulta un excelente material de construcción para usarla en mezcla con los cementos. Habana, Enero 26 de 1911. ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA4 HABANA Dr. Cesáreo Fernández y Fernández de Losada. 1837—1911. ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 137 ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 23 DE JUNIO DE 1911. Presidente —Dr. Juan Santos Fernández. Secretario —Dr. Jorge lLe-Roy. Académicos concurrentes —De número. —Dres.: G. Alonso Cuadrado, E. B. Barnet, T. V. Coronado, J. A. Fernández Be- nítez, F. M. Héctor, G. López, F. Méndez Capote, E. Núnez, E. Pardiñas, M. Ruiz Casabó, C. de la Torre. Leída el acta de la sesión anterior (9 de Junio) fué aprobada. Antes de entrar en la orden del día el Sr. Presidente hace constar que asiste por primera vez á nuestras tareas el doctor José A. Fernández Benítez, académico de número de la Sección de Ciencias, elegido el 26 de Mayo último. Asimismo manifiesta que entre los concurrentes se encuentran dos jóvenes médicos recién graduados en la Universidad, y los invita á que sigan concurriendo á las sesiones de la Academia. Por último anuncia el fallecimiento del doctor Cesáreo Fernández Losada, académi- eo de mérito, ocurrido en Barcelona, en Abril próximo pasado y el del doctor Stanford Emerson Chaillé, académico correspon- sal, muerto en Nueva Orleans, el 27 de Mayo último. El doctor Tomás V. Coronado hace una comunicación sobre el ABASTECIMIENTO DE AGUAS EN SANTIAGO DE CuBa. Dice que iba á hablar de la marcha invasora del marabú que ya no solo ha invadido las provincias orientales, sino también la occidental de Pinar del Río, presentándose en las Taironas, pero que lo dejará para la próxima sesión, oeupándose en esta del mal es- tado de las aguas y su escasez en la capital de Oriente. Pinta con vivos colores las necesidades que sufre aquella po- blación, pues el agua, de su mal llamado acueducto, no alcanza á satisfacer las necesidades, no ya industriales y públicas, sino las privadas. Se ocupa de los graves problemas hidrológicos que relacionados en la salud pública y las exigencias urbanas allí surgen. Hace notar que durante su estancia en aquella ciudad fué víctima del coli bacilo y que en el hotel las bañaderas esta- ban secas y los inodoros sin agua. Describe las obras realizadas para tratar de remediar tan TOMO xLVIir.—18. 138 ANALES DE LA E erave situación y lo imperfectas que resultan por la falta de fondos para ejecutarlas debidamente. Denuncia la tala é incen- dio de los hosques, destruyendo la riqueza forestal inconsciente- mente y alterando las condiciones meteorológicas por la ausen- ela casi absoluta de las lluvias. Como por los que debieran re- mediar los males que hace patentes, no se toma ninguna medida, trae el asunto á la Academia, que siempre se ha preocupado del bien del país, para que no pueda alegarse que nadie se ha ocu- pado de estos interesantes problemas. Sometido á discusión el asunto propuesto, el doctor Alonso Cuadrado dice que en Cuba hay pocos ríos, y sin ellos no se tiene agua; que las poblaciones han aumentado el número de sus habitantes, pero no sus recursos; que el problema del agua en Santiago de Cuba data de hace muchos años; que aquí se pro- yecta un acueducto sin saber de dónde ha de captarse el agua y si ésta es suficiente para las necesidades que ha de satisfacer. Respecto á las relaciones existentes entre las lluvias v el arbo- lado cita el ejemplo de las islas Hawa1l y de Michigan en los Es- tados Unidos donde $e han talado los bosques y la cantidad de lluvia caída sigue siendo la misma que antes. Califica á los ár- holes como los holgazanes de la naturaleza y añade que ellos tienden á evaporar el agua de la tierra y termina refiriéndose á las poblaciones Madrid, Perú, Santiago de Cuba, ete., que no pueden crecer por carecer del agua necesaria. El doctor Barnet pregunta si los pozos hechos en Santiago de Cuba son pozos artesianos ó simplemente pozos tubulares por filtración ? El doctor Coronado explica cómo están construídos esos pozos con un tubo de tres puleadas de diámetro y de 130 pies de profundidad en cuyos tubos, como el agua no tiene fuerza para subir, inyectan por otros aire comprimido, que produce la ele- vación del líquido. Son unos pozos artesianos artificiales basados en la teoría de los vasos comunicantes. Respecto á lo dicho por el doctor Alonso Cuadrado, hace cons- tar que los árboles, si evaporan el agua del suelo la llevan al aire, donde por condensación cae de nuevo bajo la forma de lluvia. Que si en los Estados Unidos que tiene el cultivo del árbol, se talan los bosques para convertirlos en ciudades, ó en siembras de otra clase, estas mismas siembras y el replanteo de los árboles compensan la destrucción realizada. El que allí destruye un árbol ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 139 está obligado á reponerlo; en cambio nuestros guajiros, para probar sus machetes, cortan la mata de anón, y para matar las garrapatas de un potrero, lo incendian, sin ocuparse del daño que se produce y que irrogan á los demás. El doctor Héctor considera un deber el felicitar al doctor Co- ronado por el problema que ha planteado, interesante por de- más para la flora, para la agricultura, para la hidrología del país. Señala el indiferentismo con que se acoje por los que están llamados á poner remedio, la denuncia de esos males y entiende que la Academia debía llamar la atención de los poderes públi- eos, hacia esos particulares, tanto más, cuanto que no tendría sino pedir el cumplimiento de lo legislado. La tala é incendio de los bosques y prados está prohibida y pues las autoridadeg se ocupan de los problemas de la fauna y de la pesca, debieran ocuparse también de los bosques. El doctor Santos Fernández manifiesta que hace tiempo viene escribiendo en la prensa diaria, acerca de la necesidad de prote- ger los bosques y fomentar el arbolado en Cuba, y ahora, con motivo de crearse la fiesta del árbol en las escuelas, procederá á establecer la Sociedad Protectora de las Plantas, para dar el ejemplo los mayores, en la forma que está en México. Asegura que es innegable el perjuicio que ocasiona la falta de árboles, y cita como ejemplo á Finlandia y Santa Elena, en que sus po- blaciones han crecido considerablemente, merced al cultivo de los árboles. Roosevelt se ha ocupado del asunto, condenando la tala de los bosques americanos, por los codiciosos que todo lo in- vaden. Entre nosotros, don Ambrosio González del Valle ha dado á conocer el agua que producen las lluvias y ha preconizado el empleo de ellas como bebida. Si en la Habana no tiene razón de ser la recogida en cisternas del agua llovediza, en Santiago de Cuba pudieran servirse de esos depósitos, ocupándose de que llenasen las condiciones que exigen la higiene moderna. El doctor Méndez Capote hace referencias á lo difícil que es desarraigar en nuestros campesinos el menosprecio en que tie- nen á los árboles y que revelan constantemente. Refiere que siendo alcalde de Cárdenas, hizo sembrar de árboles á los lados del camino un kilómetro de la carretera que conduce al cemen- terio; que notando su destrucción, hizo proteger á cada planta y además penó severamente su destrucción, y al fin tuvo que dar- A E IR O e se por vencido, pues los árboles sembrados se destruían sin po- der castigar á los culpables. , El doctor Coronado replica que nuestro pueblo es muy dócil y sólo necesita que lo enseñen; que en los tiempos coloniales no se podían sembrar flores, porque los niños las arrancaban; y ahora las rosas se deshojan en sus tallos en los paseos públi- cos; en cambio se ha destruido la arboleda secular de la quinta del conde de Fernandina, en el Cerro, para abrir calles y cons- truir edificios. Nada merece tanto respeto como un árbol. El doctor Francisco M. Héctor dió cuenta de UN CASO DE TE- TANOS TRAUMATICO AGUDO, curado por la sueroterapia. Se trata de una señora que á consecuencia de una pequeña herida en un pie, concluido de lavar y curado inmediatamente con tintura de yodo y recubierto con colodion y. esparadrapo, sufrió, á los pocos días, un ataque de tétanos que fué combatido con bri- llante resultado por el suero antitetánico á dosis masiva. Sometido á discusión pide la palabra el doctor Alonso Cua- drado y dice que hace años, examinando unas muestras de co- lodion, encontró un germen igual al del tétanos y que reciente- mente ha visto en un periódico americano una afirmación se- mejante. El doctor Coronado dice que la misma receptividad de la se- nora y la rapidez con que aparecieron los fenómenos tetánicos ex- plican cómo se han formado los anticuerpos que la han eurado. El doctor García Mon pide y obtiene hacer uso de la palabra para dar las gracias por las citas de sus trabajos sobre el té- tanos. El trabajo del doctor Héctor, dice, es de gran enseñanza, por la rapidez de la aparición de los fenómenos infecciosos des- pués de la herida, 80 horas, tanto que si no estuviera plenamen- te convencido de los conocimientos del doctor Héctor, hubiera pensado que se trataba de manifestaciones tetánicas en una his- térica. Por otra parte, y refiriéndose al éxito del tratamiento, exclama: ¿qué más mavavilla que salvar un caso en que la in- eubación ha durado solo 80 horas? En mi práctica he visto que cuando la incubación era menor de siete á ocho días, los enfer- mos morían; cuando más larga es la incubación tantas mayores son las probabilidades del éxito. La explicación de la rapidez de la anafilaxia está en la inmensa cantidad de suero inyectada y en el alto poder antitóxico de los que ahora se preparan; por estas razones se salvó y se presentó la anafilaxia. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 141 Cita el caso de un alto diplomático á quien inyectó el suero antitetánico por una herida infectada y al cual se le presenta- ron á los pocos días manifestaciones anafilácticas con una sola inyección, pues antes jamás había sido inyectado con ninguna elase de suero. Esas manifestaciones pueden presentarse en su- jetos que nunca han sufrido inyecciones sueroterápicas, como en el caso citado, y se observan lgualmente en los artríticos y en los aleoholistas: pueden evitarse con la dieta y el método evacuante usado á larea mano. Concluye recomendando nuevamente las dosis masivas del suero como tratamiento más eficaz del tétanos. El doctor Barnet une sus felicitaciones á las prodigadas por sus compañeros al brillante trabajo del doctor Héctor, pero se pregunta ante una invasión tan rápida si ¿sería la herida del vallo la puerta de entrada y no un traumatismo anterior? ¿no estaría ya infectada la enferma sin ella saberlo? El doctor (+. López hace uso de la palabra, para felicitar muy mucho al doctor Héctor: primero, por el éxito obtenido con la curación de la enferma, y después por la brillante exposición que que acusa la historia que acaba de leernos. Añade que se propo- nía hacer algunas observaciones, que ya han sido hechas, casi totalmente por su compañero, con euyo eriterio respecto al téta- tanos está completamente identificado, el doctor García Mon; por lo que se abstiene de usar de la palabra en este sentido, pero que no puede sustraerse al deseo de echar la cuenta de los casos de tétanos, curados por el suero, que se han traido á esta Aca- demia. Comienza recordando que en su trabajo intitulado **Algunas consideraciones acerca de la curabilidad del tétanos””, que leyó en la sesión del 10 de Diciembre de 1908, sacó la cuenta de un total de 28 casos. Luego tiene que añadir: Un caso del doctor Arus, de Guanabacoa, leído aquí mismo, en la sesión de 10 de Diciembre de 1908, al final, por el doctor J. Arteaga. El caso de ““Tétanos agudo en una anciana?”, del doctor R. García Rjo, y que fué leído al comienzo de la citada sesión de 10 de Diciembre de 1908. Dos easos traidos por el doctor F, Héctor. Cuatro casos traidos por el doctor R. García Rijo, en Octu- bre 6 en Noviembre de 1910, 142 ANALES DE LA e 5 5 55 55 5 5 5 5 5 5 ——+—— A. Otro muevo caso de “Tétanos puerperal”” del mismo doctor García Rijo, leido en la sesión de 23 de diciembre de 1910. Otro caso, que el doctor R, Pérez Vento leyó en la *“Sociedad de Estudios Clínicos””. Otro caso del doctor Domingo de Para y Raffo, de Camagley, que lo ha publicado en la Revista Médica Cubana, de Marzo de 1910. Otro caso, que se publicó en las **Notas terapéuticas,*” de la casa de Parke Davis, de New York, tomándolo del “British Me- dical Journal”” de 14 de Mayo de 1910. Este caso es relativo á un muchacho que ingresó en el King's College Hopital, después de un accidente en la calle, con una herida contaminada con polvo del camino. En el pus de la herida se comprobó la exis- tencia del bacilo tetánico. Catorce días después estaba curada á beneficio del suero antitetánico. Otro caso, referido por el doctor Pedro Cifuentes, en ““El Mes Terapéutico?” relativo á un joven de 22 años que se hizo una herida contusa con avulsión de los dedos del pie. A virtud de aplicaciones diarias de suero antitetánico, se salvó el mu- chacho. Y por último, además del tan interesante caso expuesto esta noche, por el doctor Héctor, tenemos que agregar dos más que están en el ** Hospital Mercedes””, según nos lo afirma el doc- tor E. Núñez. Todos pues, hacen un total de 44 casos; ¡todos curados por el suero! El doctor Héctor da las gracias por las frases que se le han dirigido y dice que estudiará el asunto planteado por el doctor Alonso, relativo al colodion, porque lo usa muy frecuentemente como oclusivo. Que su enferma no era una histérica; primero, porque nunca lo fué; y segundo, porque su diagnóstico fué confirmado por el doctor Jacobsen. Tiene sus dudas sobre los fenómenos séricos y anafilácticos y se extiende en consideraciones sobre las toxi- nas, precipitinas, anticuerpos, ete., que se producen en el tejido sanguíneo. El doctor Ruz Casabó presenta sus dudas respecto á las sen- sibilísimas, etc., con motivo de un caso que publicó en la Cró- meca Médico (Quirúrgica en el que se presentaron los fenómenos anafilácticos con motivo de una inyección de suero antidiftérico, ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Dr. Stanford Emerson Chaillé. Y9 Julio 1830—27 Mayo 1911. e A a e ci op er bl a 4. o a ts ACADEMIA DR CIENCIAS DE LA HABANA 143 reproducidos en cinco posteriores sin que nunca hubiese tenido nada sospechoso de difteria y se pregunta: ¿dónde coloco este caso ? El doctor Coronado dá cuenta también de cinco casos de in- yección de suero fisiológico usado para combatir el reumatismo y de siete de alcoholistas inyectados con el suero antietílico segul- dos de fenómenos anafilácticos. El doctor Héctor se muestra complacido de estar tan bien acompañado en sus dudas y vacilaciones. ¡Hay fenómenos sé- ricos y anafilácticos? Clínicamente sí, pero biológicamente no. Confiesa que no sabe dónde concluyen unos para comenzar los otros. El doctor Juan Santos Fernández, en su nombre y en el del doctor Carlos E. Finlay, dá cuenta de un CUERPO EXTRAÑO DE La CAMARA ANTERIOR DEL 0JO EXTRAIDO POR EL ELECTRO IMAN, y slen- do muy avanzada la hora, suspendió la sesión, STANFORD EMERSON CHAILLÉ. NOTA NECROLOGICA, POR EL Dr. Jorge Le-Roy y Cassá. (Sesión del 23 de Junio de 1911.) Descendiente de una familia de hugonotes nació en Natchez, Mississipi, el 9 de Julio de 1830. Hizo sus primeros estudios en Andover, Massachussets. Se eraduó de Bachiller en Harvard en 1851 y en 1854 obtuvo el grado de Maestro en Artes. Sus estudios médicos los llevó á cabo en el Departamento Médico de la Universidad de Louisiana, ahora de Tulane, recibiendo su título de Doctor en 1853. Sirvió como interno en el Hospital de Caridad y después ingresó en el servicio de hospitales de marina. E studió en Europa con el gran fisiólogo Claudio Bernard y á su regreso fué nombrado Inspector Médico del Ejér- 144 ANALES DE LA ] cito Confederado en Tennessee, yv más tarde estuvo hecho cargo de varios hospitales militares. Desde 1858 comenzó su profesorado, explicado las cátedras de fisiología, higiene, medicina legal y ana- tomía patológica; aleanzando en 1886 el decanato de la facultad de medicina. Igualmente fué miembro de varias sociedades módicas y de algunas Juntas de Sanidad y en 1879 se le designó como presidente de la Comisión Americana para el estudio de la fie- bre amarilla en la Habana. En esta comisión, nom- brada por el gobierno de los Estados Unidos de Nor- te América, figuraron los doctores George Sternberg como secretario, y Juan Guiteras, siendo ayudados por el doctor Carlos WJ. Finlay, que entonces perse- ouía la causa de esa enfermedad en las condiciones alealimétricas del aire de nuestra urbe. Puede afirmarse que los trabajos realizados por dicha comi- sión fueron los más completos de la época desde el punto de vista informativo. Ellos le valieron su in- ereso en nuestra Academia, en 14 de Septiembre de 1879, como miembro corresponsal, habiendo: hecho su presentación el doctor Carlos Y. Finlay. Fué el doctor Chaillé el primero que en los Estados Unidos sostuvo y demostró que los niños eriollos de New Orleans no eran inmunes á la fiebre amarilla, como generalmente se creía. Entre sus trabajos pueden citarse: YELLOW FEVER IN HAVANA AND CUBA; ORIGIN AND PROGRESS OF ME- DICAL J URISPRUDENCE, 1776-1876 (1877) ; Laws or Po- PULATION AND VOTERS (1872); LivinG, DYING, REGIS- TERING, AND VoTING PoPULATION OF LOUISIANA, 1868, 1874, 1875; INTIMIDATION OF VOTERS IN LOUISIANA (1876) ; cuyos títulos hemos tomado de The America- na, a Universal reference library, vol. 1V., 9 y entre nosotros publicó en la Crónica Médico-Quirúárgica de la Habana los siguientes: FIEBRE AMARILLA, Informe preliminar que los Dres. S. E. Chaillé, presidente y G. M. Sternberg, secretario de la comisión america- na para el estudio de la fiebre amarilla, han presenta- do al Consejo Nacional de Sanidad de los Estados ACADEMIA DÉ CIENCIAS DE La HABANA 145 Unidos, el 18 de Noviembre de 1878. Traducido por SIDE E: Guiteras, (rom60, etc. €: Vips 31-49, 61-83, 149-159, 211-221, 295-302, 350-380; y DE LA ACLI- MATACIÓN, Ó SEA EL MODO DE ADQUIRIR LA INMUNIDAD CONTRA LA FIEBRE AMARILLA, por el doctor Stanford E. Chaillé, profesor de Fisiología y de Anatomía Pa- tológica de la Universidad de Luisiana, miembro co- rrespondiente de la Academia de Ciencias Médicas, etc., de la Habana. Crónica, etc., t. VIL, p. 59-63, 119-123, 167-171, 207-213, 401-404. Fué también coeditor y propietario desde 1865 hasta 1868 del New Orleans Medical and Surgical Journal. El Dr. Chaille dejó de existir el 27 de Mayo de 1911, y su sepelio tuvo lugar el domingo 28, después de los servicios religiosos, simples y sin ostentación, en la bóveda que posee la familia en el cementerio de Washington. Según consta en el artículo que á su memoria de- dicó el New Orleans Medical and Surgical Journal (1) los veteranos confederados envolvieron el ataud en el emblema de la Causa Perdida, que él había avudado á glorificar y cuando el cortejo se alejaba, dispe1 rsándose los tristes testigos de los ritos red brados, oyéronse las armoniosas notas de una cor- neta que tocaba silencio, para llamar al viejo solda- do á descansar hasta la llamada final. (kk 2 Vol txrv, pp: 91 "omo xLyi.—19, 146 ANALES DE LA o 5 ABASTECIMIENTO DE AGUA EN ORIENTE. POR EL Dr. Tomás V. Coronado. (Sesión del 23 de Junio de 1911.) La cantidad de agua para distribuir en una loca- lidad dada, está en razón directa del grado de salud y bienestar que disfrutaran los habitantes. En buena higiene pudiéramos decir, que la impor- tancia de una localidad está representada por la can- tidad de agua que en ella se consume. No basta la cantidad. Es indispensable que el agua de consumo reuna ciertas condiciones para que no llegue á convertirse en motivo de amenaza y de pe- ligro, como ha resultado recientemente en la segun- da ciudad de nuestro país: en Santiago de Cuba. La imprevisión de nuestros legisladores y gober- nantes, por tener la atención fija en cuestiones de índole personal, no permite solucionar tales proble- mas de interés general, como ha resultado última- mente con le cuestión del abastecimiento de agua en Santiago de Cuba y en Camagiey. Cito solamente las capitales, Santiago y Puerto Príncipe, de esas las grandes provincias, por no enu- merar los incontables pueblos y poblados, donde la sequía va acentuándose cada año, en razón directa del número de caballerías de bosques que se destru- yen, con una despreocupación incalificable y merced á la inconsciencia de los que de esas cuestiones de- bieran ocuparse. Desde los lindes de las Villas hasta Santiago de Cuba, á un lado y otro de la vía férrea, pueden ob- servarse millares de caballerías, cuyo arbolado ha si- do destruido por el fuego. Los señores académicos preguntarán ¿ qué utilidad obtienen los autores de esos grandes incendios de bosques ? ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 147 Ninguna utilidad, ni el menor beneficio, pues son eundelas que se corren al quemar los potreros. Esto quiere decir que los propietarios de potreros queman los pastos, pasados allá por marzo, abril y mayo, sin preocuparse que el fuego alcance ó no á los montes de otros propietarios ó algunos montes del Estado, cuya guarda está encomendada á inspectores que parece desconocen la importancia de los bosques en la función regularizadora de las lluvias. Día no lejano ha de llegar en el cual los gobiernos que rijan en el porvenir este país gastarán millones para el replanteo del arbolado, tan necesario á la fertilidad de los terrenos. El problema, que desde el punto de vista que he- mos trazado rápidamente, es agrícola y económico, se ha transformado ya en grave problema sanitario para las porciones urbanizadas de Oriente. En el período de seca que acabamos de pasar, San- tiago de Cuba y Camagiley se han quedado sin agua para los servicios indispensables. El servicio privado, el público y el industrial de agua ha quedado interrumpido, con graves consecuen- cias para dichas poblaciones. Verdad es que para muchos de nuestros legisla- dores esas son cuestiones de poca monta “eso del agua en Santiago de Cuba, es cuestión baladí.?? AMÁ en Oriente oimos decir, en contestación á comenta- rios nuestros: ¡Que recojan el agua en pipas y cis- ternas como hacían nuestros bisabuelos, v no les fal- tará el precioso líquido! En los mejores hoteles de la capital de Oriente no hemos tenido agua con que bañarnos en Marzo, y Abril, y los indoros funcionaban en seco! En Mayo teníamos agua—en muy corta cantidad —un día sí y otro no. Teníamos pues necesidad de bañarnos con intervalos de 48 horas v usar los apa- ratos sanitarios en igual lapso de tiempo! Gracias á los esfuerzos personales del ingeniero Sr. Chivás, un buen sistema de pozos artesianos se estaba estableciendo en la margen derecha del río 148 ANALES DE LA San Juan. Ya funcionaban á fines de Mayo 14, exten- didos en serie lineal, y perpendicular al río San, Juan, desde la loma del mismo nombre. Estos primeros 14 pozos artesianos toman el agua de una profundidad media de 130 pies, lo que ga- rantiza no tomar aguas de filtración del río. Por me- dio de canales colectores se vierten los catorce cho- rros en la canal que lleva el total de agua á un pozo de donde la toma una potente bomba para impulsar- la hacia la ciudad de Santiago de Cuba. Una vez que le paguen al señor Chivás los $70.000 que le adeudan, emprenderá la construcción de otros 14 6 21 pozos artesianos, necesarios para obtener 3 millones de galones (unos 11.355000 litros) indispen- bles para todas las necesidades actuales en o de Cuba. Los 14 pozos que funcionan hoy envían un millón de galones (3.785.000 litros) cantidad insuficiente y además es agua mezclada á la del río San Juan, que viene ahora cargada de fango, debido á una represa que todavía no ha sido posible destruir por falta de fondos. La represa citada se construyó antes que los arte- siamos funcionaran, y su objeto era recoger el filete de azua que entonces corría por su cauce; pero en la actualidad, las lluvias han engrosado el caudal, ha- ciendo subir el nivel del río hasta el punto de pene- trar el agua en el pozo recipiente, de donde se lleva el gua á la ciudad. Los límites de cantidades de agua por persona en las 24 horas son: Roma y Washington, con 1000 y 700 litros cada una; y Barcelona y Madrid, con 30 y 15 litros. Toda población cuya cantidad no llegue á 100 litros por persona, en las 24 horas, es una población que está fuera de los preceptos de la higiene moderna. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 149 Un caso de tétanos traumático agudo, curado por la sueroterapía, METODO INTENSIVO, POR EL Dr. Francisco María Hector. (Sesión del 23 de Junio de 1911.) Cábeme hoy el honor de dirigiros la palabra, felici- tándome por ello; si bien quiero dejar consignado, que si venzo el temor de molestaros, lo hago movido por el deseo de cooperar con un caso clínico más, á los ya bastante numerosos, presentados en magnífi- eos trabajos por compañeros tan ilustrados como los doctores García Rijo, García Mon, Gustavo López, y otros más, en los cuales se ha demostrado la efica- cia del método seroterápico intensivo, en el tétano traumático, tanto agudo como crónico. Pudiendo exclamar una vez más como el doctor G. López en la sesión del 10 de Diciembre de 1908, en aquel brillante é importantísimo trabajo en que decía: que “tenemos ya un seguro norte, una ortenta- ción cierta en la curación del tétanos. ”” M. L. R., cubana, blanca, casada, de 43 años de edad y vecina de Guanabacoa; al cortarse un callo la noche del día 6 de Mayo del presente año, se hizo una pequeña herida en el cuarto artejo del pie de- recho; cuya herida tocó con tintura de yodo y cubrió con colodion y esparadrapo sin ocuparse más de-ella. El día 10 sufrió un espasmo glótico, igual á su jul- cio, á otros que había tenido en época muy anterior, y que se consideró un fenómeno nervioso. Tanto este día como los sucesivos inmediatos continuó dedica- da á sus habituales tareas domésticas, si bien expe- rimentando alguna molestia al tragar, cosa que esti- maba consecuencia del espasmo sufrido. Solicitado á primera hora de la mañana del sá- bado 13 del mismo mes, pude comprobar contractu- 150 ANALES DE LA rás tónicas de los músculos de la región cervical pos- terior, del esterno-cleido-mastoideo y de los masete- ros; el tronco y las extremidades, libres. No había fiebre, pero sí taquicardia. Interrogada la enferma, me refirió la herida del callo, y diagnostiqué tétanos traumático. Se estableció el tratamiento con el suero antitetánico de Parke Davis, y alguno también de la Crónica Médica en inyecciones hipodérmicas y á dosis intensiva. Mantener el intestino espedito, re- poso, silencio, oscuridad y leche por alimento. El Dr. Jacobsen, que vió la enferma en la tarde del mis- mo día, por haberlo yo solicitado, convino en todo completamente. Hasta el día siguiente las contracturas fueron ha- ciéndose más y más acentuadas y la rigidez del cue- llo se hizo extrema; pero aque llas no se extendieron á otros músculos. La orina á 675 eramos en las 24 horas, y sin tener albúmina. El día 15 se aumentan los sufrimientos de la en- fema con un tie doloroso del lado izquierdo de la cara. Hasta este día inclusive, se han venido ponien- do 4, 5ó6 6 inyecciones diarias de á 1.500 unidades “ada una. Hay insomnio. El día 16 se empieza á notar disminución en la can- tidad de orina emitida, que desde el 17 solo llega á 380 gramos continuando así hasta el 20. Se indica agua de coco por bebida usual. El mencionado día 17 se repite el espasmo glótico, provocando la alarma consiguiente. Las inyecciones se hacen entonces de á 3.000 uni- dades cada vez. El 18 comienzan á ceder las contracturas, excepto el trismo; la cabeza gira y se inclina algo hacia los lados y el cuello se endereza un tanto; la disfagia casí desaparece. Pero por la tarde se presentan fe- nómenos séricos precoces. Eritema edematoso del vientre, en el sitio de la aplicación de las inyecciones; cuyas picaduras, dicho sea de paso, no han presen- tado inflamación ni induración alguna. La tempe- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 151 'atura se hace febril por primera vez, llegando á 37"8, con 100 pulsaciones. El 19 baja la temperatura; el eritema no se ex- tiende; los fenómenos tetánicos siguen en rápido des- censo. El 30 se manifiesta un intenso brote de urticaria generalizada; vuelve el insomnio y hay malestar. Se preseriben 30 centígramos de piramidón en dos to- mas; y por la noche jarabe de cloral de Follet, dos cucharadas en dos veces, que apenas provocan un corto sueño. Se suprime el suero, habiéndose inyec- tado en total 510 gramos, ó sean 76,000 unidades. Se formulan unas cucharadas con cloruro de calcio, que algo modifican la urticaria y el prurito. El 22 se presentan vivos dolores generalizados; artralgias y miosalgias; fiebre de 382. La orina em- pieza á aumentar; y reconocida, da una gran canti- dad de fosfatos como las descargas propias de los convalecientes de ciertas enfermedades infecciosas. Inyección de morfina para los dolores; masage de las articulaciones y músculos dolorosos (effleurage) El 23 sigue aumentando la orina. Menstruación adelantada. Desaparece la urticaria; ligero estado febril por la tarde, cuyo sintoma persiste unos cuan- tos días después. El 27 entra en convalecencia, aunque aun hay tris- mo muy marcado que dura varios días, y desaparece al effleurage repetido sobre las regiones masetéricas. O No carece de interés práctico el estudio detenido de esta observación clínica, puesto que aparte de ser un caso probatorio de la curación del tétano agudo y grave por la seroterapia intensiva, concurren en él circunstancias dignas de especial mención. Lo primero que se advierte, es sin duda el relativo corto período de tiempo que ha durado la incuba- ción; aquí ésta ha sido de 80 horas; muy rápida, da- das las circunstancias especiales de haberse produ- cido la herida del callo, puerta de entrada de la in- fección, no habiendo encontrado otra, en una piel 152 ANALES DÉ LA previamente enjabonada y lavada, en herida muy superficial, sangrante, toca da después con tintura de yodo, ocluida con colodion y sobre éste un pedazo de esparadrapo. Debe advertirse, que la enferma, ni an- tes ni después, ha penetrado en caballerizas, ni lugar alguno o por el contrario, vive en una ca- sa donde el aseo resplandece hasta en el más insig- nificante detalle. Por consiguiente, lo insignificante y superficial de la herida, en una piel limpia; fuera de todo foco equino, curada antisépticamente y oclui- da perfectamente, tal parece debia estar garantida de toda infección, ó por lo menos lo más distante de ella. Y por el contrario, ésta se produce con tal in- tensidad y virulencia, que no contando más que SÓ horas de incubación, se desarrolla el proceso patoló- gico; y si bien es cierto que se registran casos hasta de 8 horas, esto ha sucedido muy rara vez, y preci- samente en heridas musculares muy profundas, sus- traidas del aire y donde han concurrido una multi- tud de coincidencias completamente distintas á este caso. Pues aunque todos sabemos que el veneno te- tánico, obra á dosis infinitesimales, que es el más ac- tivo de todos los venenos microbianos; también sa- ben los señores académicos, que casi siempre ha de menester de tiempo bastante largo, hasta de 87 días, según Terrier, para que el germen por su metamór- fosis de esporo á bastoncito pueda en este estado dar lugar á la secreción de las toxinas elaboradas en la herida, que absorbidas luego determinarán la infee- ción tetánica. Se necesita, además del tiempo, otras condiciones apropiadas para el cultivo y secreción de las toxinas; como la asociación con otros miero- bios dependientes de la supuración, esfacelo, erisipe- la, fermentación pútrida por descomposición de coá- gulos sanguíneos; ó también por disminución ó su- presión de la fagocitosis, por menor resistencia de los tejidos traumatizados. Ninguna de estas cireuns- tancias han concurrido aparentemente, por lo menos, en este caso para determinar su rápida aparición. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 153 Debe notarse el tiempo transcurrido entre la apa- rición del tétanos y las primeras aplicaciones de sue- ro. Este tiempo, que fué de tres días después del es- pasmo glótico, que abrió la escena, no influyó en el éxito del tratamiento; bien en oposición al concepto general imperante, en que la premura parece ser una de las condiciones primeras para el mejor resul- tado. A tal extremo, que el Profesor L. Vaillard ha dicho: “En materia de tétanos, cada hora perdida aumenta los riesgos de muerte””. El trismo, que fué el síntoma más persistente, que- dó parece más como por causa funcional que infec- ciosa, pues lo vimos desaparecer después de varias sesiones de effleurage sobre los maseteros. Los fenómenos séricos, han sido precoces, puesto que al quinto día de la primera inyección ya se no- taba el eritema en la piel del vientre, sitio de las im- veceiones; siguiéndole la urticaria como erupción típica, la fiebre y las artralgias que fueron muy fa- vorablemente modificadas por el effleurage repe- tido. En este punto, quiero exponer á la ilustrada con- sideración de los señores académicos una duda que me asalta, respecto á si se puede con toda exactitud denominar estos trastornos inmediatos, consecutivos á la inyección del suero, como trastornos séricos, va precoces ó tardíos; pero distintos á los llamados por Richet anafilácticos, producidos también por el sue- ro, pero después de un período de tiempo necesario para la formación de los anticuerpos. Sabemos per- fectamente que un individuo está anafilactizado cuando las inyecciones de suero, y solo por ser sue- ro, han dado lugar á que la actino congestina que contiene, ó el antígeno como lo llama Richet, dé lu- gar en la sangre á la formación en ella de la toxage- nina; sustancia nueva, que no es tóxica por sí misma sino que viene á serlo y en alto grado cuando se pone en contacto con una nueva dosis del antígeno, que dando lugar á la formación de los anticuerpos pro- Tomo xLvi1.—20, 154 ANALES DE LA vocan á su vez la apotoxina capaz de producir la muerte con fenómenos nerviosos propios. Solo así se establece en el organismo la anafilaxia. Pero, para elaborarse en el organismo estas subs- tancias nuevas, que son las que determinan la hi- persensibilidad, la contra protección, la anafilaxia, en una palabra, se necesita de cierto tiempo de in- cubación, de varios meses á veces varios años. Por consiguiente, en este caso en que solo ha trans- currido un período de tiempo de cinco días entre la primera y última inoculación, no parece suficiente para que puedan realizarse los fenómenos biológicos de la anafilaxia. Por otra parte, el mismo profesor Richet nos di- ce: y en esto parece establecer una evidente distin- ción, que los accidentes de la primera inyección apa- recen en un 14 por 100 de casos; mientras que los de las reinyecciones en un S0 por 100; que éstos, ade- más de su frecuencia, presentan dos grandes carac- teres comunes, su intensidad y su precocidad en la aparición; que pueden ser locales eruptivos, Ó gene- rales; y que los locales son menos variados que los precoces de las inoculaciones. Que los generales de- terminan una fuerte reacción en el sistema nervioso, suceptible de llegar hasta la muerte, con convulsiones rigidas, enfriamiento ó cianosis de las extremidades, de la cara; modificaciones pupilares, semi coma ó co- ma completo y todo precedido ó acompañado de erupción urticariana y terminada con cierta frecuen- cla por la muerte. Ante cuadros sintomáticos tan distintos; distintos por su frecuencia, por la época de su aparición, por la forma, por la extensión, por la insignificancia del pronóstico en unos, por su gravedad en otros, ete,, ete.; ante consideraciones tan variadas en asunto aun poco conocido y estudiado, está justificada la reser- va antes que decidirse en uno de estos dos sentidos: O se aceptan como manifestación anafiláctica todos los trastornos consecutivos á la inyección del suero, - / ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 155 ya sean precoces ó tardíos, con incubación ó sin ella, con formación de anticuerpos en la sangre, ó sin ella, no siendo los síntomas observados más que modifi- caciones de un mismo proceso; ó por el contrario, hay que reconocer dos estados distintos; uno llama- do fenómeno sérico con sus variantes, aunque sin in- cubación y sin anticuerpos, por consiguiente, y el otro estado anafiláctico ya descrito y por todos co- nocido. 156 ANALES DE LA CUERPO EXTRAÑO DE LA CAMARA ANTERIOR DEL 0J0 EXTRAIDU POR EL ELECTRO IMAN, POR LOS Dres. Juan Santos Fernández y C. E, Finlay. (Sesión del 23 de Junio de 1911.) La presencia de cuerpos extraños en la cámara an- terior del ojo, no se observa en la Habana con la frecuencia que en otras ciudades del extranjero en que la industria está más desarrollada que entre nos- otros y hay numerosas fábricas en que miles de obreros se exponen á diario á accidentes oculares. Así se explica que en unos 50 mil enfermos de los ojos, solo recordemos media docena de casos de cuer- pos extraños de la cámara anterior, y solo uno ó dos metálico, que son los que desde algún tiempo á la fecha se pueden extraer con facilidad por el imán y hasta precisar si hay dudas, respecto de la natura- leza del cuerpo extraño, por medio del sideroscopio, ingenioso aparato que hace mover la aguja de que está provisto, sobre una pantalla, si el cuerpo ex- trano es de acero ó de hierro. El caso que vamos á referir tiene una doble ense- ñhanza: la primera se refiere al diagnóstico desde el primer momento que se ve al enfermo y la segunda la conveniencia de que se sepa que en el Hospital Mercedes, en la Clínica oftalmológica á cargo del Dr. Carlos E. Finlay, hay una instalación perfecta que puede utilizar el público médico, gracias á la cortesía del Director del Hospital, doctor Emiliano Núnez, y de la buena disposición del doctor Finlav para que todo profesor que necesite hacer uso del aparato lo utilice prestándose á ayudarle si así lo desea. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 1 El caso á que nos referimos, es el siguiente: El joven X, de unos 16 años de edad, se nos pre- sentó en la consulta alarmado, porque estando abriendo una caja de letras, en el periódico La Dis- cusión, sirviéndose de un punzón y un martillo, al dar un golpe fuerte con éste, le saltó algo al ojo de- recho, que presume fuera un fragmento del punzón. Examinado cuidadosamente, las conjuntivas no es- taban inyectadas (el accidente ocurrió unos veinte minutos antes del examen á lo más). Hacia la parte inferior y exterior de la córnea advertimos una opa- cidad lineal de pocos milímetros con aspecto de al- bugo por el tinte azuloso que ofrecía; ausencia de fo- tofobia, pupila normal. Calificamos la opacidad de la. córnea como el resultado de haberse clavado el cuerpo extraño en la córnea sin quedar en ella, yendo á parar fuera del ojo y de los párpados. Aunque le hicimos saber nuestro sentir respecto del cuerpo ex- traño, la pronta presencia del albugo lineal debió ha- hernos despertado alguna duda cuando le citamos para el día siguiente, á fin de observarle. Vino, en efecto, al día siguiente, á las 24 horas del accidente, porque experimentaba cierta incomodi- dad del ojo derecho y apenas nos fijamos en él, deseu- brimos un cuerpo extraño en la cara anterior del tris hacia abajo y afuera, guardando relación con el sitio de la opacidada de la córnea. No nos quedó duda, de que el cuerpo extraño que el día antes habíamos creído que había quedado fue- ra, perforó la córnea y fué á depositarse en la cara anterior del iris. Le llevamos al Hospital, y el doctor Finlay, con el sideroscopio, confirmó las sospechas que tenía de que el cuerpo extraño procedía de un fragmento de hierro del punzón. Acto continuo procedimos á : aplic 'arle el electro imán de Haab, después de haberle hecho una veque- ña queratotomía hacia abajo y ligeramente hacia afuera de la córnea. Desinfectada convenientemen- 158 ANALES DE LA te la punta del electro-imán, colocamos ésta cerca de la herida, sobre la esclerótica, y fué traído á la pe- riferia el cuerpo extraño, que de allí fué separado con una paletica y puesto fuera. Una vez fuera se pudo volver á comprobar que era una partícula de hierro. Como medida de precaución se retuvo en cama al herido 24 horas, después de cuyo tiempo se le dió de alta y ha seguido sin novedad. 0 Repetimos que en este caso se ha evidenciado una vez más las sorpresas que pueden dar los cuerpos ex- traños y el buen servicio que ha prestado al Hospital Mercedes al proveerse de un aparato costoso y de no fácil manejo, que no cuadra en el gabinete particu- lar del médico; pero que es de gran utilidad en un establecimiento al servicio del pueblo en general, pues esta clase de accidentes pocas veces ocurren en las personas acomodadas, sino en los obreros, que se ocupan en asuntos mecánicos de muy diversas clases. II E IA CONDICIONES DE LA PUBLICACION o ii Los ANALES se publican regularmente. Su pre- cio es TRES PESOS ORO por semestre adelantado. En esta publicación aparecen, á más de los traba- jos de la Academia, artículos de actualidades cientí- ficas, de progresos obtenidos en las ciencias, de mo- ral é intereses profesionales, de asuntos históricos de diversos ramos, dc., dc. E Los ANALES sostienen numeroso cange con publi- caciones análogas del mundo entero. La Dirección de los AxaLks no se hace solidaria de las doctrinas sustentadas por los autores de los trabajos. a an 0 Ki Toda obra enviada á la redacción de los AN ALES , a será anunciada tres veces. Se suplica el cange. Please exchange. Exchange $. Y. Pp. Sírvase dirigir el cange: a] ¡Jayal o . ( Please addres exchange to: aicks O ANALES DE LA AC UON DEMIA DE CIEN- 1 J cias Míbnicas, Fí- Venillez adresser les exchanges: DE LA FÍABANA, Cuba 84A Habana 8 OBRAS DE VENTA EN LA REDACCION DE LOS “ANALES” Trabajos de la Comisión de Medicina Lal 3 gal de Higiene Pública 3 tomos; La Flora Cubana, del Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mama- logía, Ornitología, Erpetología y Entomolo- E gía Cubanas, del Dr. Gundlach; Memorsa > sobre la Patología y Antiguedades de la 1s- ¡ja de Puerto Rico, por el Dr. Dumont. Contribución al estudio de los Moluscos Cu banos, por el Sr. Arango y Molina; Pato- logía y Terapéutica del aparato lencacular » Y del ojo, por el Dr. Becker, traducida del alemán, por el Dr. Finlay. REGISTRADO EN CORREOS COMO CORRESPONDENCIA DE SEGUNDA CLASE. y ANALES | y DE LA Academía de Ciencias Médicas FÍSICAS Y NATURALES " E . S J DE LA | HABANA | | REVISTA CIENTIFICA DIHKHBDC TORES: | Dr. Jorge [se-Roy. « Dr. Gastavo [rópez Dr. Garlos de la "Torre | | a l TOMO XLVIII | Julio de 191 10 ——————— Toda la correspondencia y cange de los ANALES, diríjase al local de la ACADEMIA.---CUBA 81 A.--- HABANA TEA O CANIS A IMPRENTA MILITAR MURALLA NUM. 40. 0 El ió | | 1911 | mel I—Acta de la sesión pública ordinaria del 14 de Julio de 1911. IL.—Técnica para la inyección intravenosa del Salvarsán, por el Dr. Ocravio Coronapo Y Manan, (Sesión del 14 de Jalo de A a le e O TIL. —Marabú, por el Dr. Tomás -V. Conowapo. (Sesión del 14 de AE Julio de IDA is ns A a: IV.—Investigación del bacilo de Nicolaier en una muestra de a Colodion, por el Dr. Enrique Acosra. (Sesión del 14 de Julio de 1911). A no o V.—Donativo del Dr. Rafael Weiss y a AS in e VI.—Acta de la sesión pública ordinaria del 28 de Julio de 1910). E * % VII.—Informe médico-lega] sobre identidad, por el Dr. Gomar y SS mo J. Benasach. (Sesión del 28 de Julio de 1911). VIlI.—Quiste tubo ovárico en una perra, por. el Dr. Fuanóreo, ErcnecoyHen. (Sesión del 28 de Julio de IE EO NR 0 TX.—Acuerdos de la Academia... ... 0... oi RR ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 159 ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARÍA DEL 14 DE JULIO DE 1911. Presidente —Dr. Juan Santos Fernández. Secretario —Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes —De número.—Dres.: E. Acosta, G. Alonso Cuadrado, A, Betancourt, T. V. Coronado, J. A. Fer- nández Benítez, F. M. Héctor, G. López, F. Méndez Capote, M. Ruiz Casabó. Corresponsal.—Dr. Eduardo Díaz. Leída el acta de la sesión anterior (23 de Junio) fué apro- bada. Se da cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada—Del Dr. Luis J. de Carballo, solicitando se le autorice para dar publicidad al informe emitido sobre arena * de la cantera Palomar. De la Secretaría de Gobernación, acusando recibo del escrito en que se le participaba el nombre de los nuevos académicos elegidos el 26 de Mayo último. De la Secretaría de Estado, trasladando nota del Encargado de Negocios de S. M, B. dando las gracias por la asistencia á la fiesta celebrada con motivo de la coronación del Rey Jorge V. Del Juzgado de Instrucción de Guanabacoa, solicitando in- forme sobre la edad de un sujeto. Salida.—A la Secretaría de Gobernación, remitiendo informe aprobado en la sesión de nueve de Junio relativo á los polvori- nes San Antonio y Punta Blanca. Al Sr. Luis J. de Carballo, remitiéndole informe relativo á la arena de la finca Palomar, aprobado en la misma sesión. El Secretario dá cuenta del donativo de libros hecho por el Dr. Rafael Weiss, á la Academia; cuya relación aparece en otro lugar. Se acordó expresarle las gracias de la Corporación, y que ingresase en la Biblioteca de la misma. El Dr. Coronado cede su turno al Dr. Fernando Méndez Ca- pote para presentar un caso clínico, con el objeto de que pu- diera retirarse el paciente. Trátase de un niño de veinte meses Tomo xLyur.—21, LIBRARY NEW YOR BOTANICA GARDEN, 160 ANALES DE LA A a e de edad que el 29 de Mayo último, jugando con otros niños, sufrió la fractura del parietal derecho, por haberle caído sobre la cabeza una gran piedra de amolar. Examinado encontró una fractura cirenlar y estrellada con hundimiento del hueso y he- morragia por el oído izquierdo, pero sin fenómenos de conmo- ción cerebral. Practicó una incisión casi circular paralela á los bordes de la fractura, levantó el hueso, resecó una pequeña por- ción de masa encefálica herniada á través de la herida de las meninges desgarradas; suturó éstas; repuso el hueso en la po- sición normal; suturó los tejidos blandos y colocó una cura oclu- siva, cicatrizando por primera intención. Lo notable del caso es la edad y condiciones del sujeto que sufrió el traumatismo; la presentación de la hemorragia por el oído izquierdo siendo la fractura del lado derecho; la ausencia antes y después de la operación de toda clase de fenómenos ce- rebrales y meníngeos y el éxito alcanzado, pues al mes y medio la curación es completa, sin haber sufrido trastornos por parte «de su sistema nervioso ni de ningún otro aparato orgánico, Hace consideraciones sobre la antigua teoría de las fracturas por 'con- tragolpe y sobre la falta de fisuras, siendo la fractura circular. Refiere los casos de S. Germán en que se presentó la meningitis post traumática, pero que juzga el suyo exento ya de ese peli- ero, por el tiempo transcurrido. El Dr. Héctor felicita al Dr. Méndez por el interesante caso presentado y por el éxito quirúrgico obtenido. Señala la im- portancia de que siendo la fractura derecha y la hemorragia i1Z- quierda, no hubiese seguido la fisura el camino más corto, y la ausencia de los fenómenos de conmoción cerebral. Relata á la vez dos hechos clínicos instructivos. El primero se refiere á un niño que al caer boca arriba sufre un golpe en el occipital; in- mediatamente cae en un estado de obtusión cerebral completa, que durante doce horas se agravó tan considerablemente que se presentaron todos los síntomas de la verdadera contusión del cerebro y le hicieron creer el caso como perdido. La aplicación contínua de compresas frías á la cabeza, le hicieron reaccionar; y al siguiente día estaba curado de todos aquellos alarmantes fenómenos. El otro pertenece á un joven de 24 años, que sufre una vio- lenta agresión; se defiende y en la lucha cae al suelo, arroján- dole sus agresores una eran piedra sobre la cabeza, que produce ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 161 una fractura con hundimiento del parietal derecho. Se practicó una trepanación y durante todo el curso de su enfermedad sólo acusó como manifestación patológica la fiebre, pero sin ningún fenómeno cerebral. Es notable en este caso el hecho de haber efectuado una cópula antes de haber cicatrizado su herida sin sufir el menor accidente. El Dr. Santos Fernández llama la atención sobre la conve- niencia de hacer usar al niño presentado por el Dr. Méndez un casquete ú otro aparato que protegiera el lugar lesionado, re- cordando al Dr. Ojeda, cuyo cráneo sufrió múltiples fracturas en la explosión del fuego de la ferretería de Isasi. El Dr. Méndez Capote le manifiesta que ha recomendado, mientras le hacen un casquete ad hoc, leve una grúesa capa de algodón sujeta con un vendaje; pero que espera que dada la edad del niño la reconstrucción ósea lo hará innecesario. El Dr. Octavio Coronado (hijo) que acaba de obtener su títu- lo de Doctor, pide y obtiene el permiso para presentar un apa- rato ideado por el Dr. Cornides, médico interno del Hospital Mer- cedes, destinado á las inyecciones intravenosas del Salvarsan. En una breve comunicación oral presenta dicho aparato y des- eribe la técnica empleada, que facilita grandemente la inyección intravenosa del arsenobenzol. El Dr. Méndez Capote dice que el aparato es espeditivo, prác- tico, ingenioso y de facil esterilización, y que se promete usarlo cuando necesite practicar inyecciones de esa naturaleza. El Dr. Díaz aprovecha la oportunidad de haber asistido á la primera manifestación científica del joven doctor Coronado, pa- ra recomendarle que imite en su vida profesional á su padre y á su tío, el doctor Domingo Madan, que tantos recuerdos dejó de su paso por esta Academia. El Dr. Coronado (padre) dá las gracias por las atenciones dispensadas á su hijo y le desea que pueda concurrir á esta Aca- demia de aquí á treinta años como le ha sucedido á él, que desde que se recibió, ha concurrido asiduamente. á las sesiones. Areto seguido el mismo Dr. Tomás V. Coronado, dá cuenta del gran peligro de la propagación del Marabú (Dichrostehys nutans, Benth) en las regiones orientales de la Isla de Cuba y de su extensión á las otras de la república. Después de describir sus caracteres botánicos, muestra la manera de propagación por los animales que ingieren sus frutos y por las raíces de la 162 ANALES DE LA planta, que al ser heridas por cualquier causa, producen un re- toño que se convierte á su vez en otra nueva planta. Trata luego de su destrucción y anuncia los estudios empren- didos por el Dr. Ponce de León sobre un hongo (Himenomceto) que se cultiva en la taíz de la planta con el objeto de des- truirla. El Dr. Díaz hace constar que en la legislatura de 1906, el Dr. Luis Adan Galarreta presentó un proyecto de Ley en la Cámara para esquiciar el marabú en Oriente; proyecto que mu- rió por los sucesos políticos que sobrevinieron en aquella época. El Dr. Betancourt dice que en la Quinta de su señora madre re- cuerda á un isleño á quien la arrendó por cinco años, que consi- guió esquiciar el marabú, pero no sabe cómo. El Dr. Coronado le dice que pudo averiguar que dicho indi- víduo logró su objeto con grandes cantidades de petróleo, con el que regaba la planta con tenacidad. El Dr. Santos Fernández dá las gracias en nbmbre de la Aca- demia por haber traído á su seno una cuestión de utilidad pú- blica. El Dr. Gastón Alonso Cuadrado manifiesta que no se va á ocupar del bacilo del tétanos en el e*olodion porque el Dr. Acosta trae un trabajo sobre lo mismo, y que él sólo había notado la presencia de un bacilo semejante al de Nicolaier en la época en que el general Losada dirigía los servicios sanitarios del ejérci- to español, pero sin haber realizado estudios experimentales so- bre este punto concreto. El Dr. Enrique Acosta dá lectura á su trabajo INVESTIGACIÓN DEL BACILO DE NICOLAIER EN UNA MUESTRA DE COLODION. Esta fué la que se usó en el caso de tétanos relatado por el Dr. Héctor en la sesión anterior y á cuyo producto medicinal se achacó por algunos la producción de la enfermedad. Las experiencias rea- lizadas por el Dr. Acosta, demostraron la ausencia del bacilo de Nicolaier en el colodion usado y así quedó descartado este po- sible vehículo de la infección en ese caso. Al concluirse la sesión, el Dr. Redondo presentó dos casos elí- nicos: uno de heredo sífilis y el otro de sifílides papulosa gene- ralizada tratados por la hidrargiroterapia. Con esto se dió por terminada la sesión, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 163 TECNICA PARA LA INYECCION INTRAVENOSA DEL SALVARSAN, POR EL Dr. Octavio Coronado y IMadan. (Sesión del 14 de Julio de 1911). Sigue siendo de actualidad todo lo que se relacio- na con el tratamiento, hoy tan preconizado, contra la sífilis. Hasta hace pocos días habíamos empleado siem- pre la inyección subcutánea y teníamos conocimien- to que muchos profesores las empleaban y también las intramusculares. En los Estados Unidos hay marcada preferencia por las inyecciones intravenosas y allí se han paten- tado ya aparatos para la aplicación del arsenobenzol. Nuestro compañero, el Dr. Cornides, médico in- terno del Hospital Mercedes, ha tenido la feliz idea de disponer un sencillísimo aparato para las inyec- ciones intravenosas. Tener el honor de presentar á los señores acadé- micos el aparato del Dr. Cornides y su funciona- - miento es el propósito que me guía. Una probeta graduada para 300 gramos provista de su tapa esmerilada, que contiene 50 perlas de eristal para realizar en buenas condiciones las mez- elas ó las disoluciones. Un tapón de goma bifurcado para dar paso á dos tubos: uno que llega hasta el fondo y otro que sólo llega hasta el cuello de la pro- beta. El primero para dar salida al líquido inyecta- ble, y el segundo para dar entrada al aire que ha de hacer presión sobre el contenido de la probeta. Al primer tubo se adhiere uno largo de goma en euya extremidad se encuentra la aguja de platino y en la base de ésta una llave de paso. Al otro tubo está unida una pera para inyectar alre en el interior de la probeta. 164 ANALES DE LA Modo de operar.—Aseptizado todo conveniente- mente al autoclave, se procede á realizar la solución inyectable. Se vierten en la probeta los 60 centígramos de salvarsan, se agregan 10 centímetros cúbicos de solución salada (7 por 1000) y se agita hasta obte- ner un ón transparente Una vez obtenido esto se agregan 25 gotas de la solución de sosa cáustica (15 por 100); si con esta cantidad el líquido no se hace completamente transparente, se irán agregan- do gotas de sosa cáustica hasta completa transparen- cia. Se agrega hasta completar 300 centímetros cú- bicos de solución salada. Si la totalidad del líquido no estuviere completamente transparente, se agre- gan algunas gotas más de la solución de sosa cáus- tica Listo todo, se eleva el tubo de goma, para expul- sar todo el aire que pudiera existir en esa parte del aparato, y para mayor seguridad se hacen salir por la aguja 50 centímetros cúbicos del contenido de la probeta y se cierra la llave de paso. Acostado el paciente se le hace la asepsia de la piel en la flexura del brazo y aplicando una ligadura como para la sangría se introduce de abajo á arriba la aguja, y una vez convencidos que está bien alo- jada en la cavidad venosa, se comienza la inyección. A los 15 ó6 20 minutos han penetrado los 200 cen tímetros cúbicos, sin que el paciente haya experl- mentado el menor dolor, v aunque todavía quedarán en la probeta 50 centímetros cúbicos de líquido, se suspende y se extrae rápidamente la aguja. De esta manera habrán sido invectados 40 centí- gramos de salvarsan en el torrente circulatorio. Hasta la fecha se ha empleado el aparato del doc- tor Cornides unas 10 veces, sin el menor accidente. ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA A A PP rs era o —Ák - e " En 4 A oy a" WNUuIvab . Ferlha que le Provincia de la Habana a = - «Marabú».—Dichrostachys nutans. Benth ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 165 MAR A HE. POR EL Doctor Tomás V. Coronado, (Sesión del 14 de Julio de 1911.) En mi recorrido por toda la isla—al formar parte del tribunal de oposiciones á las cátedras de las Granjas Agrícolas —representando á la Acade- mia de Ciencias, he recogido algunas observaciones de cuestiones importantes, que he de presentar á la docta Corporación. Ya he entretenido la atención de los señores aca- démicos con el parásito de las guásimas (foradendron rubrum), el agua en Santiago de Cuba, la quema de bosques en Camagiey y Santiago de Cuba y el em- pobrecimiento consecutivo de los terrenos. Tócame hoy entreteneros con la enorme extensión que va alcanzando la planta dañina conocida vul- garmente con los nombres de marabú 6 marabout, Weyler, (en conmemoración del general anti-cuba- no del indicado nombre), aromo, aroma maldita, aro- ma francesa. En Pinar del Río le denominan, allá por Taco-Taco, doña Leonor, por ser creencia gene- ral que doña Leonor Herrera fué la que importó el marabú desde Camagiúey, allá por el año de 1875, re- galándole algunos ejemplares al Sr. José Blain y Cervantes, ilustre botánico que vivía en su finca ** El Retiro”, donde los sembró y cultivó. El marabú es conocido científicamente con el nom- bre de Dichrostehys nutans, Benth. Dichrotachys, etimológicamente: de dichros dos colores y stachys espiga. Familia á que pertenece: Leguminosas, sub- familia: Mimoseas. Tribu: Adenanthereas. PRINCIPALES CARACTERES DEL GENERO Y ESPECTE.—LKl marabú es una acacia que crece en forma de arbusto espinoso, de ramas largamente extendidas horizon- talmente cuando los arbustos están aislados; pero sl 166 ANALKS Dk LA crecen aglomerados, como es frecuente en los terre- nos de Cuba, Camagiúey, Villas, Matanzas, Habana y Pinar del Río, sus ramas transversales son cortas y se extienden hacia arriba buscando luz y aire. Las hojas son dos veces pennadas; flores sentadas, pé- talos coherentes, dispuestos en espigas axilares pe- dunculares, solitarias ó pareadas. las flores infe- riores son neutras, las superiores hermafroditas. Flores superiores: hermafroditas con diez estam- bres libres, ovario subsentado, multiovulado, estilo filiforme, estigma terminal truncado. Flores infertores: neutras con diez estambres, sin antera, color rosado, ovario rudimentario. El género Dichrotachys comprende 13 espe- cies, que se encuentran repartidas: 5 en Madagascar, 5 en el Africa Tropical y una en Socotora, en Aus- tralia y en Guinea. Es:un arbusto de 4 á 6 metros, sus espinas forma- das por ramas abortadas están pareadas en el tron- eo de las hojas. La corteza de la planta es amarillen- ta, las ramas jóvenes son rosadas. Las flores están dispuestas en espigas axilares, dos espigas al E de cada hoja donde faltara el par de espinas. La flor difiere de la de la aroma blanca ó de la aroma ama- rilla, por su disposición en espiga ó penacho. Tiene de 546 centímetros de largo y aparecen con el color amarillo, rosado y blanco que caracteriza á cada flor ó espiga; los pedúnculos son de 4 centímetros. El fruto es una legumbre arrollada ó encaracolada que encierra un número crecido de semillas. Este fruto no se abre por sí solo (indehiscente). De Julio á Septiembre realiza su fruetificación. PROPAGACIÓN Dos modos de propagarse tiene el marabú: por semillas ó por raíces. Primera.—Los animales comen el fruto que encie- rra un jugo azucarado, y como las semillas no sufren alteración al través del conducto cibal, de ahí la re- PA ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA A Himenomiceto cultivado en la raíz del «Marabú». ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 167 partición de las semillas y por ende la difusión de la planta. Segunda.—Las raíces del Dichrostachys son muy largas y superficiales. Donde quiera que las raíces sean heridas ó contundidas por cualquier causa, allí se vé nacer uno ó más retoños de la planta. DESTRUCCIÓN ¿Qué hacer ante esa plaga que amenaza azotar y destruir millares de caballerías de nuestras tierras ? Kn la actualidad el marabú tiene inservibles mu- chos centenares de caballerías en toda la isla, y las dificultades para agotarlo son muy grandes. Debemos tener presente el hecho indiscutible de la propagación moderada de esa planta en los países de origen: Madagascar y Africa Tropical. Bien por causas de clima, bien por otras causas materiales (otras plantas, insectos, animales, hon- gos, bacterias, microbios) capaces de detener su exu- berante reproducción, allí en aquellos países, el ma- rabú no hace perjuicios de ninguna clase. El profesor de la Escuela Agronómie: Dr. An- tonio Ponce de León, hoy catedr ático del Grupo €. de la Escuela Granja Agrícola de Santa Clara, ha comenzado el estudio de un hongo (Himenomiceto) que se cultiva en la raíz de la planta. Ojalá por ese camino se encuentre el remedio tan deseado. Antes de terminar quiero hacer público entre mis compañeros de Academia mi agradecimiento á los doctores García Cañizares y Ponce de León, por los datos que me han suministrado, y al último, por las notables fotografías del marabú y del hongo, que tal vez pudiera ser su enemigo natural, In L bo TOMO XLVIIMN.— 168 ANALES DE LA INVESTIGACION DEL BACILO DE NICOLAIER EN UNA MUESTRA DE COLODION, POR ¿EL Dr. Enrique Acosta. (Sesión del 14 de Julio de 1911.) En la sesión anterior que celebró esta Corporación el académico Dr. Francisco Héctor nos dió á conocer una interesante observación de tétanos traumático, curado con el suero antitetánico á altas dosis. Se tra- taba de una señora que cortándose un callo del pie hubo de herirse ligeramente, y aunque lavó y des- infectó la herida aplicándole : vodo y colodion, pocos días después presentaba los síntomas característicos de la infección tetánica. Parece que esta observación suscitó entre vosotros provechosa discusión y hasta llegó á pensarse que la herida del callo no debía ser el origen de la infección tetánica. Pero lo cierto es que lo que no se puso en duda fué la acción benefi- ciosa del suero á altas dosis obteniendo un éxito más á los muchos que este compañero y los doctores Gat- cía Mon, López, García Rijo, Ponce y otros vienen logrando desde hace tiempo, á pesar de que en Kuro- pa no están convencidos de que el suero antitetánico sea curativo, sino solamente preventivo. Hay que confesar que alcanzan mucho honor aquellos que aquí modestamente pueden demostrar con pruebas irrecusables que el tétanos se cura si se aplica el suero en condiciones de calidad y cantidad necesaria. Y nosotros, que preparamos en el Laboratorio de la Crónica Médico-Quirúárgica el suero antitetánico, que el Dr. García Rijo llama suero cubano, sentimos la satisfacción de que á él y á otros compañeros les ha dado siempre buen resultado su aplicación, y solo nos lamentamos de que otros compañeros rehusen emplearlo ahora, después de haberlo usado á larga ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 169 mano y con éxito, prefiriendo el de procedencia ame- ricana. Y no es que sintamos la venta que se pierde, nó; es que nos duele la preferencia extranjera, siendo cierto y seguro que el suero cubano es tan bueno co- mo el que producen esas potentes fábricas extranje- ras, que se absorben nuestro modesto nombre sin lu- gar á competencia, es por la impotencia de nuestras fuerzas y por el favoritismo de nuestra propia clase médica. Enterado el Sr. Presidente de esta Corporación que el Dr. Héctor tenía á su disposición el colodion que usó su enferma para cubrirse la herida del ca- llo, y pensando en las citas que hizo el Dr. Cuadrado respecto á casos de tétanos producidos por colodion, pidió al Dr. Héctor el colodion usado por su enfer- ma, y á nosotros nos encargó el trabajo de averiguar si contenía el gérmen de Nicolaier, á quien atribuir así el tétanos de la señora M... L... B... Ese es el motivo por el cual voy á distraer breves momentos más vuestra atención, para daros cuenta de las investigaciones que he realizado. En dos porciones dividimos la cantidad de colo- dion que teníamos, una para estudio inmediato, otra para experiencias ulteriores. Con la primera porción hicimos preparaciones, siembras, diluciones, ete. Con la segunda inocula- ciones. El examen mieroscópico en varias laminillas por los métodos corrientes de coloración nos demostró variados gérmenes de diferentes formas, pero nin- eún esporo que pudiera llamarnos la atención, toda vez que en este período de evolución era como tenía- mos que encontrarlo, pues todos sabéis que en los cultivos muy viejos rara vez se encuentra el germen en la forma descrita, de alfiler de cabeza gruesa ó palillo de tambor, que se ve en los cultivos de algu- nos días, pues en los recientes es un bastoncillo igual á muchos de los bacilos conocidos. Ya este primer examen nos indicó que en el colodion 170 ANALES DE LA no debía hospedarse el bacilo de Nicolaier, pero no era bastante este dato y procedimos á las siembras, que hicimos en medios sólidos, agar, en tubos y pla- cas, y que sometimos unos al vacío (trompa de Ar- vegniat) otros al aparato de Novy, otros por pica- dura en tubos de agar profundo, cerradas la super- ficie de estos con agar reblandecido de momento al formar tapa después de enfriarse. En ninguna de las siembras que hicimos OE mos germinación. En una de las placas nada más ob- servamos una pequeña colonia de un bacilo pequeño que nos entretuvo después en su identificación, pero que desde luego no era el bacilo de Nicolaier, y á haber podido nosotros calentar el colodion á SO gra- dos, con seguridad no hubiera aparecido pues esta temperatura respeta á los esporos tetánicos, pero ha- ce desaparecer las especies extrañas que contenga el líquido que se examina. La segunda porción del colodion que conservába- mos nos sirvió para las inoculaciones que hicimos á curieles y ratones, demostrándose también estas 1n- vestigaciones que el colodion no contenía germen te- tánico, pues ninguno de los animales inoculados su- frió trastorno alguno. Queda pues demostrado que en el colodion objeto de este estudio, no existía el germen tetánico; todas las investigaciones fueron negativas, todas respon- dieron perfectamente á la ausencia del germen tetá- nico; luego la enferma del doctor Héctor no pudo contraer el tétanos por el colodion que usó y que sir- vió solamente en este caso como coadyuvante, más bien, para la producción del tétanos, puesto que ex- tendido en la herida formó capa de resguar do y en- trada al aire y á la luz, favoreciendo la germinación del bacilo de Nicolaier. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 171 DONATIVO DEL DR. RAFAEL WEISS Y WERSON TÍTULOS DE LAS OBRAS The American Journal of Obstetries and diseases of women and children, vólumenes de 1878, 1879, 1880, 1881, 1882, Suplt. 1883, 1884, 1885, 1886, 1887, a 1889, 1890, 1891, tomos 1 y 2, 1892, tomos 1 y 2, 1893, ono primero. Annales de gynecologie, 1889, primero y segundo se- mestre, 1890, 1d. id 1891 id 1d., 1892 po 1d, 1893 1d. 1d: Pajot, Tillauzx, Pinard, Le blond. Clínica de las enfermedades de las vías digestivas, C. A. Ewald. Tercer Congreso Médico Pan Americano, tomo pri- mero, tomo segundo, partes 1 y 2. Dictionnaire de Therapeutique, 1883, D. Beaumetz. Transactions of the Pan American Medical Con- gress, 1893. Archives de Tocologie, 1875, 76, 77, 78, 79, 80, 81, 82 83, 85. Nouvelles archives d'obstetrique et de gynécologie, 1886, 1889, 1891, 1892, 1893. Clinique chirurgicale de 1"Hópital de la Charité, 1873, Gossclin. Histoire philosophique et médicale de la femme, 1858, Menville de Ponsan. 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Lemousin. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA” 173 Eléments de chirurgie opératoire, 1869, A. Guerin. Guide pour lPanalyse de Purine, 1887, L. Gautier. El Nicotismo, 1894, E. Laurent. Formulaire des Medicaments nouveaux, 1907, B. Li- MOUSIN. El suicidio y:la civilización, 1907, E. Caro. Lois de la création des sexes, 1895, A. Cleisz. Des peurs maladives ou phobies, 1894, E. Gélinean. Précis d'embriologie, 1891, P. Gilis. Manual para maestros, 1891, A. E. Frye. La pratique gynecologique et obstétricale, 1893, IE er Formulaire des médicaments nouveaux, 1894, B. Le- MOUSIN. Les passions et la santé, 1893, F. Bremond. Manuel d'anatomie compare, 1874, Gregenbaur. lia Menstruación, 1850, Brismont. Anales de obstetricia, ginecopatía y pediatría, tomo J. Chrara. Anales de obstetricia, ginecopatía y pediatría, tomo NX LSO, E. Ulecia. Transactions of the American Gynecological Socie- ty, vol. 18, 1893. Traité d'Hystérotomie et de Hystérectomie par la voie vaginal, 1889, L. Secheyron. 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Jurisprudencia médica de la República de Cuba, 1907, A. Jordan. Le Séecret Médical, 1893, A. Brouardel. Mierobes ptomaines et maladies, 1887, L. Brieger. Traitement de lPeclampsie puerpérale, 1888, A. Au- vard. De l'onanisme, 1893, H. Fourmier. Les Morphinomanes, 1891, A. GFumbanl. Terapéutica del acetozono, 1904, P. Davis. Total de volúmenes: 261. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 179 ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 28 DE JULIO DE 1911. Presidente —Dr. Juan,Santos Fernández. Secretario.—Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes —De número. —Dres.: E. Acosta, J. P. Alacán, E. B. Barnet, G. J. Benasach, G. Casuso, T. V. Co- ronado, Y, Etchegohyen, G. López, F. Méndez Capote, M. Ruiz Casabó. Leída el acta de la sesión anterior (14 de Julio) fué apro- bada. Se da cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—Del Dr. Juan R. O”Farril y Chappotin, partici- pando haber tomado posesión del cargo de Director General del Censo de la población de la República de Cuba. Del Dr. Rafael Martínez Ortiz, concediendo la audiencia so- licitada. Del doctor Felipe García Cañizares, manifestando haber sido nombrado vocal de la Junta Nacional de Pesca, en su calidad de académico. Del Juzgado de Primera Instancia é Instrucción de Guana- bacoa, recordatorio del informe pedido sobre la edad de un sujeto. Salida.—Al Sr. Rafael Weiss, participándole acuerdo de la Corporación, por el que se le dan las más expresivas gracias por su donativo de libros, que han sido destinados á la Biblioteca. A la Secretaría de la Presidencia, solicitando una audiencia del Sr. Presidente de la República. Al Sr. Sabino del Monte, dando por terminado sus servicios como estacionario de la Biblioteca. Al Sr. Alejandro Alvarez, nombrándole estacionario de la Biblioteca de esta Academia. Al Sr. Tesorero, participándole las anteriores cesantías y nom- bramiento. Al Sr. Bibliotecario, id. id. id. Al Sr. Secretario de Hacienda, solicitando audiencia para tratar de asuntos de la Academia. Respecto á la cesantía del Sr. Del Monte se hizo constar que 180 ANALES DE LA las causas determinantes de tal medida eran las contínuas fal- tas cometidas en el cumplimiento de sus deberes. La Academia aprobó la determinación del Sr. Presidente. El Dr. Guillermo J. Benasach dá lectura á UN INFORME ME- DICO LEGAL SOBRE LA EDAD DE UN SUJETO, solicitado por el Juz- gado de Instrueciór de Guanabaco:. en causa núme e 93-1917, seguida por falsedad en documento oficial. Del examen de los incompletos documentos periciales remitidos y de la crítica de las afirmaciones categóricas con hechos susceptibles de controver- sia, según las citas de autoridades en la materia, el ponente de- duce la siguiente conclusión: “Que está demostrado que pa- ra determinar la edad de un individuo los signos con que cuenta la ciencia, nunca pueden considerarse un exponente invariable, como sucede en las ciencias exactas; y que los datos científicos contenidos en los documentos remitidos, por ser en extremo de- ficientes, no deben aceptarse ni tomarse como verdad absoluta, ni dato seguro para determinar sin error la edad del procesado NI Sometido á discusión dice el Dr. Coronado que son tan fijas las reglas del informe pre- sentado, que no admite discusión. El Dr. Santos Fernández cree que puede fijarse la edad de un sujeto aproximadamente. El Dr. Coronado cita ejemplos: de una niña de 7 años de edad, con el pubis cubierto de vellos y el aspecto de una mujer 'aquítica; de una familia en que todas las muchachas son nú- biles y sin embargo parecen unas niñas, Recuerda además los ejemplos de individuos que á los 15 años tienen los cuatro 'cor- dales y en contraposición los de otros que á los 30 no tienen nin- guno, Respecto á la talla, desarrollo muscular y del sistema pli- loso, también cita hechos susceptibles de inducir al error. El Dr. Santos Fernández pide la lectura del eserito del Juz- gado. El Dr. Benasach la realiza. El Dr. Méndez Capote recuerda que en una época había nece- sidad de certificar la edad de los negros para los efectos del pa- tronato de esclavos y que en los diversos grupos que tuvo ocasión de examinar, aparecían algunos negros viejos con un excelente ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HARANA 181 aspesto físico, y en cambio otros jóvenes, tenían la detadur: ceastada. Los casos citados por el doctor Coronado, que son las excepciones, lo que hacen es confirmar la regla general é insiste sobre el aspecto raquítico de muchos de nuestros jóvenes. El Dr. Santos Fernández se felicita de haber provocado esta discusión y somete el informe á votación. Fué aprobado por unanimidad, acordándose elevarlo íntegro al Juzeado consul- tante. El Dr. Francisco Etchegoyhen presenta la observación de un QUISTE TUBO OVARICO EN UNA PERRA. El exagerado volumen del vientre y la ausencia de fenómenos gravídicos le indujeron á pensar en una ascitis y consecuente con ese diagnóstico practicó una punción abdominal á reserva de establecer después el diag- nóstico de la lesión que produjese dicho síntoma. En la autopsia se encontró un tumor que clasificó como quis- te tubo-ovárico hemático y otra porción de anomalías en el apa- rato génito-urinario. Sometido á discusión, manifiesta el doctor Méndez Capote que la rapidez de la evolución de la enferme- dad y los caracteres del líquido de la punción le hacen pensar en la naturaleza maligna del tumor encontrado en la autopsia; lamenta no se hiciera el examen histológico del tumor y con- ecluye preguntando si había infiltraciones ganelionares á dis- tancia. El Dr. Etchegoyhen contesta á la última pregunta en sentido negativo, y dijo que por causas agenas á su voluntad no pudo practicar el examen histológico de la pieza patológica. Con esto se dió por terminada la sesión pública, constituyén- dose la Academia en otra de Gobierno. 182 ANALES DE LA INFORME MEDICO-LEGAL SOBRE IDENTIDAD. POR EL Dr. Guillermo J. Benasach. (Sesión del 28 de Julio de 1911.) il Juzgado de Instrucción de Guanabacoa, con fe- cha Y de Julio de 1911, dice al Sr. Presidente de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana, lo siguiente: Senor: “N consecuencia de la causa del margen (93-911), seguida por falsedad en documento oficial, he acor- dado dirigir á usted la presente, como tengo el ho- nor de verificarlo, acompañándole certificación de los dictámenes emitidos por los e Ps Eo Wa o aid ¿Ca de que se sir va disponer se informe á mes Juzgado, si en el dictamen emitido por dichos peritos respecto a laedad de G... E .. y V..., debe tomarse como verdad absoluta, y, por tanto, dato seguro para de terminar, sin de la edad del expresado indivi- duo””. De usted atentamente, Arturo Viondi, Juez de Instrucción. A la anterior comunicación se acompaña una cer- tificación del informe emitido por los peritos don Ns ales: E... y don EAN en primero de Abril de mil novecientos once y ante el Sr. Juez de Instruceión de la Sección Primera de la ciudad de la Habana, y dijeron: que por disposición del Sr. Juez, han reconocido en la cárcel de esta ciudad, á los pros ena O O A O NS dl A o ls e por su aspecto físico, A muscular, evolución dentaria y demás signos fisiológicos, representan te- ner, el primero, ósea J... FE... P..., de yermte yuno ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 183 á veinte y dos años de edad, G... D. e . ., de vein- te y uno á veinte y dos años de edad. A GE, NN... de veinte á veinte y un años a edad. Ade- más se acompaña certificación del acta del juicio oral de fecha veinticinco de Mayo de mil novecientos once, celebrado ante la Sala Primera de lo Criminal de esta Audiencia por causa A contra G. AV Mes Gro o A E. por el delito de robo, o á la pr áctica de la prueba pericial médica acordada en el día de ayer, compareciendo los peritos G... W... y R.. los que dijeron: *“que científicamente afirman, que por el desarrollo muscular, evolución dentaria y de- más signos fisiológicos, el procesado (Gr... D.. tiene más de veinte años, y que por tanto, no puede haber nacido en veintiseis de Noviembre de mil ochocientos noventa y tres, según se dice en la cer- tificación de nacimiento que se les puso de manifies- to Es evidente, Sr. Presidente, y señores académi-- cos, que en todo informe médico legal, los peritos al hacer afirmaciones de orden científico, de las cuales deduzcan conclusiones categóricas, sobre hechos de- terminados, y en el supuesto de que dichas conclu- siones debieran servir de base á veredictos de los tri- bunales de justicia, se hace necesario que los juicios emitidos se encuentren fundamentados por los he- chos observados; y en el caso que se consulta á esta Academia, y de la cual se solicita informe al Juzga- do de Instrucción de Guanabacoa, si en el dictamen emitido por-los.perttos FP. Bo iy. We. y 3 0h. 7, pespectob a la edad de G... D... y V...*”, debe tomarse como verdad absoluta, y, por tanto dato seguro para determinar, sin error, la edad del expresado individuo”” En la medicina como ciencia de observación, las verdades que comprende, son siempre de caracter realtivo, y si es aparentemente verosímil, que á pri- mera vista, el punto consultado tiene mucha analo- gía con una incógnita, al querer someterla nosotros TOMO XLVI1.—24, 184 ANALES DE LA á una ecuación, nos encontramos con que los térmi- nos que encierran los documentos remitidos, nada tienen de definidos; y siendo sí en extremo deficien- tes. ¿ Acaso los peritos explican los términos científi- cos empleados: aspecto físico, desarrollo muscular, evolución dentaria y demás signos fisiológicos? No está demostrado. Los factores necesarios para determinar la edad de un individuo los constituyen el desarrollo de los dientes, ó sea la evolución dentaria, el estado del sis- tema piloso, el. desarrollo muscular, el desenvolvi- miento de los órganos genitales, la estatura y el dis- cernimiento. No dicen los peritos como debieron en- contrarse y en que período ó estado de desenvolvi- miento, correspondientes á la edad de un adulto, tan importantes elementos. Está demostrado que desde el punto de vista mé- dico legal, el dictamen de los peritos, que tiene la apariencia de conclusiones terminantes, no están científicamente probadas, por cuyos motivos los he- mos considerado en extremo deficientes; puesto que, si tomamos por base la evolución dentaria, para de- terminar si el procesado G... D... y V..:.. tenía, según unos, de veintiuno á veintidos años y para los otros más de veinte años, habría que fijarse en el desarrollo de los quintos molares y con respecto á esto, no existe regla fija é invariable, puesto que existen en los anales de la ciencia numerosas excep- ciones y gran desacuerdo, entre los anatómicos y emi- nentes profesores de medicina legal. Así es que La- cassagne, cuya autoridad no podría discutirse, dice que los quintos molares salen de los diez y ocho á los veinte y cinco años, y Auvard, de los diez y ocho á los veinte y cinco años, y por último, el profesor Draper, de la Universidad de Harward, manifiesta en su última obra de medicina legal que los últimos mo- lares ó dientes del juicio son extremadamente irre- gulares; y en el diagrama de Welcher de la misma atesta salen los quintos molares de los diez y ocho á los treinta años. Bien se ve que con respecto á evolución dentaria ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA —— Quiste tubo-oyárico en una perra. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 185 que es el dato á que más importancia se concede cuando hay que determinar la edad de un sujeto; nada tiene de riguroso y está sometido á las mismas variaciones que el desarrollo muscular y evolución del sistema piloso, según los indivíduos y las razas; de aquí que partiendo de estas premisas no se pue- dan deducir conclusiones categóricas De todo lo expuesto, el poniente que informa tie- ne el honor de someter á la consideración de la Aca- demia la siguiente conclusión, para que así se sirva informarle al Sr. Juez de Instrucción de Guanaba- coa: Que está demostrado, que para determinar la edad de un individuo, los signos con que cuenta la ciencia, nunca pueden considerarse, un exponente invariable, como sucede en las ciencias exactas; y que los datos científicos, contenidos en los documen- tos remitidos, por ser en extremo deficientes, no de- ben aceptarse ni tomarse como verdad absoluta, ni dato seguro, para determinar sin error la edad del Procesador CAD WEA QUISTE TUBO OVARICO EN UNA PERRA. POR EL Dr. Francisco Etchegoyhen. (Sesión del 28 de Julio de 1911.) La falta, actualmente, de publicación médico ve- terinaria en Cuba, y la ausencia del relato de quistes de esta naturaleza en las mejores obras de obstetri- cia de los animales domésticos, me obliga á ocupar : vuestra benévola atención, para tratar de un asunto aque, por lo muy conocido en medicina humana, tene realmente, escaso interés para esta docta Corpora- ción. Sin embargo, el caso que os voy á referir pre- sentó tales singularidades que, una vez consultadas 186 ANALES DE LA distintas obras de ginecología humana, vacilo sobre la firmeza de mi juicio, y de esta inseguridad ha sur- gido el deseo de darlo á conocer á fin de que me hia- vais el honor de ampararlo de vuestros extensos co- nocimientos sobre la materia. Hace pocos días fué traída á mi clínica una perra eriffon vulgar, de mediana talla, de 2 años de edad y en buen estado de carnes, por creer su dueño, dado el exagerado volumen del abdomen y la inquietud que la dominaba hacía unos tres días, que estaba cat- gada y próxima al parto. Simple reconocimiento bas- tó para descartar cuanto se relaciona con la gesta- ción en esta clase de animales; y consecuente con nuestros procedimientos clínicos senté el ¿juicio de ascitis, procediendo en el acto á practicar la pun- ción abdominal, á reserva de establecer el diagnósti- co de la lesión orgánica que la produjera. Grande fué mi sorpresa al observar el aspecto del líquido extraído, pues era la vez primera, tras ya numerosos años de ejercicio profesional, durante los cuales he practicado también numerosas operacio- nes de esta clase, que se me presentaba de tal ma- nera. Reducido á su tercera parte lo que consideraba contenido intra peritoneal, dejé descansar á la enfer- ma, y á las tres horas practiqué en ella minucioso re- conocimiento que vino á aumentar mi perplegidad, toda vez que parecían estar intactos el corazón, el pulmón, los riñones, el hígado, el peritoneo y que no se observaban señales de neoplasias abdominales. En estas condiciones instituí un plan médico ge- neral; al segundo día extraje lo que restaba de lí- quido, cuya totalidad podría ascender á litro y me- dio, y lo que tenía que suceder, por falta de estable- cimiento del diagnóstico exacto, al poco tiempo mu- rió la enferma. Siguiendo costumbre, que empleo cada vez que ti- tubean mis conocimientos médicos, realicé la autop- sia hallando la lesión en la cavidad abdominal en forma de un saco doble en su aspecto exterior, gran- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 187 de, comunicando en su lado izquierdo con la trompa y terminando en el derecho por un cuerpo redondea- do que presenta en su base una estrechez en forma de cuello, según podeis ver fotografiada. El volumen de este doble saco ocupaba gran par- te de la cavidad abdominal; su forma era ovalada; de color rojizo obscuro; liso en su superficie exter- na; de pared fibrosa en toda su extensión; unilocu- lar en su parte interna con vegetaciones gelatinosas y encerrando un contenido hemático de color rojo obscuro, de consistencia espesa. Examinado detenidamente el aparato genital pu- de observar otra curiosa particularidad; la atrofia del cuerno, de la trompa y del ovario del lado dere- cho, reducido á simple cuerpo pequeño, redondeado, inmediato al sitio de la bifurcación. Hube de notar además las siguientes . anomalías en otras re- glones: una larga dilatación infundibuliforme en el uréter derecho con amplios ensanchamientos en su origen y otra dilatación de la misma forma, pero me- nos larga, en el duodeno y el yeyuno partiendo el en- sanchamiento del píloro; obedeciendo quizás á las compresiones ejercitadas sobre esos conductos por el quiste; alteraciones que indican la existencia an- antigua del mismo, y que, relacionadas con la atrofia considerada en los anexos del lado derecho, permiten sentar su existencia congénita. Con los datos que os acabo de referir creo que no puede tratarse más que de un quiste tubo ovárico hemático. Sl así es vuestro asentimiento complet ará sabia lección, y la medicina veterinaria se enriquecerá de curiosa observación, acaso la primera. 188 ANALES DE LA ACUERDOS DE LA ACADEMIA. En la sesión de gobierno del 28 de Julio de 1911, se acordó aprobar el informe ministrado por los doe- tores Pedro Valdés Ragués y Antonio Díaz Alberti- ni, designados para revisar las cuentas de la Teso- rería en el bieno de 1909-1911, las que fueron halla- das correctas. Aprobar los siguientes nombramientos hechos por la Junta de Gobierno para los cargos que se expre- san: Directores de los Anales de la Academia Dr. Jorge Le-Roy Dr. Gustavo López Dr. Carlos de La Torre Director de la Sección de Medicina, Cirugía y Vete- rinaria Dr. Tomás Vicente Coronado Director de la Sección de Farmacia Dr. Gastón Alonso Cuadrado Director de la Sección de Ciencias Dr. Carlos de La Torre COMISIONES 1.—BIOLOGIA Gabriel Casuso. Miguel Sánchez Toledo. Joaquín Diago. José A. Presno. Francisco María Héctor. 2—PATOLOGIA Y CLINICA MEDICAS Joaquín Jacobsen. Enrique Saladrigas. Gonzalo Aróstegui. Amtonio Díaz Albertini. José A. Valdés Anciano. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 189 3,—PATOLOGIA Y CLINICA QUIRURGICAS TIenacio Plasencia. Gustavo Duplessis. Enrique Núñez. Agustín de Varona. Alberto S. de Bustamante. 4—HIGIENE Y DEMOGRAFIA Enrique B. Barnet. Alfonso Betancourt. Carlos E. Finlay. Rafael Weiss. Arístides Agramonte. 5.—MEDICINA LEGAL Y LEGISLACION SANITARIA Gustavo López. Jorge Le-Roy. Tomás V. Coronado. Guillermo Benasach. J. A. Fernández Benítez. 6.—MEDICINA VETERINARIA Francisco Etchegoyhen. Honoré J. Lainé. Enrique Acosta. Federico Grande Rossi. Manuel Ruiz Casabó. 7.—FARMACIA, TERAPEUTICA Y BOTANICA Domingo Hernando Seguí. Felipe García Cañizares. José P. Alacán. Arturo Bosque. Carlos Moya y Pichardo. 190 ANALES DE LA 8.—TOXICOLOGTA, QUIMICA LEGAL Y ANALISIS FISICO-QUIMICOS Gastón Alonso Cuadrado. Emilio Pardiñas. Manuel Delfín. Miguel F. Garrido. Emilio Alamilla. 9.—GEOLOGIA, MINERALOGIA Y PALEONTOLOGIA Francisco Paradela. Pedro Valdés Ragués. Antonio de Górdon. Arturo Amigó. José R. Villalón. 10.—ANTROPOLOGIA Y ZOOLOGIA Juan Santos Fernández. Fernando Méndez Capote. Carlos de la Torre. Federico Torralbas. Juan Guiteras. ENCARGADO DE LA PROPAGACION DE LA VACUNA Dr. Gustavo López. Se acordó además autorizar al doctor Carballo para publicar el informe emitido por la Academia, sobre la arena de la cantera Palomar. Declararse en receso la Academia hasta el próxi- mo mes de octubre, siguiendo la costumbre estable- cida, y confiriendo un voto de confianza á la mesa para resolver los asuntos que en este tiempo pudieran presentarse. CONDICIONES DB LA PUBLICACION —_—A AA — Los ANALES se publican regularmente. Su pre- cio es TRES PESOS ORO por semestre adelantado. En esta publicación aparecen, á más de los traba- jos de la Academia, artículos de actualidades cientí- ficas, de progresos obtenidos en las ciencias, de mo- ral é intereses profesionales, de asuntos históricos de diversos ramos, 4c., «e. Los ANALES sostienen numeroso cange con publi- caciones análogas del mundo entero. La Dirección de los AyaALEs no se hace solidaria de las doctrinas sustentadas por los autores de los trabajos. AD TS O Toda obra enviada á la redacción de los ANALES será anunciada tres veces. Se suplica el cange. Please exchange. Exchange S. V. P. ANALES DE LA AÁCA- DEMIA DE CIEN- ) cias Ménicas, Fí- SsICAS Y NATURALES Sírvase dirigir el cange: Please addres exchange to: Venillez adresser les exchange»: DE LA HABANA, Cuba 84A Habana OBRAS DE VENTA EN LA REDACCION DE LOS “ANALES” Trabajos de la Comisión de Medicina Le- | gal de Higiene Pública 3 tomos; La Flora Cubana, del Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mama- logía, Ornitología, Erpetología y Entomolo- E gía Cubanas, de! Dr. Gundlach; Memoria e sobre la Patología y Antigiiedades de la Is- 3 la de Puerto Rico, por el Dr. Dumont. Contribución al estudio de los Moluscos Cu- banos, por el Sr. Arango y Molina; Pato- T logía y Terapéutica del aparato lenacular del ojo, por el Dr. Becker, traducida del alemán, por el Dr. Finlay. REGISTRADO EN CORREOS COMO CORRESPONDENCIA DE SEGUNDA CLASE. DE LA ¿pod de Ciencias Médicas, | | FÍSICAS Y NATURALES Po DE LA a HABANA (E A -—_—-———— REVISTA CIENTIFICA TO Col DIRECTORES: pr Jorge [se-Roy. e Dr. Gustavo [;ópez | Pr, Garlos de la Torre TOMO OS ETA Agosto- Septiembre de 1911. _—_— $ Toda la correspondencia y cange de los ANALES, diríjase al local de la ACADEMIA, -=-QUBA 81 A.---HABANA HKHABDBAJDJA IMPRENTA MILITAR MURALLA NUM. 40. 19 11 ANALES | PÁGS. o I.—Acta de la sesión extraordinaria del 27 de Agosto de 1911. vez. (Sesión del 29 de Agosto de 1911)....... III.—Informe sobre conducta profesional, por el Dr, Tomás y. AO AS Coroxapo. (Sesión del 29 de Agosto de 1911).....:.. IV.—Discurso del doctor Juan Santos Fernández con motivo del trabajo de los Dres. Grande Rossi y Ruíz Casabó, sobre la fiebre de Malta en la Habana. (Sesión del 29 de: A gostor IL) IS do DER E e a de A j V.—Comprobación de la fiebre de Malta en la Habana. Histo- ria clínica, por el Dr. ManueL Ruíz Casanó. A del 29 de Agosto de 1911.) . VI.—Comprobación de la fiebre de Malta « en de OS por cl Dr. Feoerico Grabe Rossr. (Sesión del 29 de Agosto VIL-—Discurso del Presidente de la Academia de Ciencias doctor Juan Santos Fernández, en la inauguración, en Sagua, de la estatua del Dr. Joaquín Albarrán, 1.2 de Enero ASA a e A A A VIILL—Acta de la sesión ios ordinaria del 22 pS A ppebes ) AMES in E e o O IN UE O A IX.—El Dr. Pedro Albarrán, por el Dr. Juan Sá ria (Sesión del 22 de Septiembre de 1911)... ..... ; X.—Informe sobre un preparado industrial, por el Dr. José P, AracAy. (Sesión del 22 de Septiembre de 1911)... .. XI.—La obra del Instituto Rockefeller de investigación médica, por el Dr. J. A. Preso y Bastiony. (Sesión del 22 de Septienibre de AMAIA A A 191 I1L.—El Dr. Juan Orús y Presno, por el Dr. Juaw Sawros Ferván- 6 197 202 > 205 ¿DJ4 00M A 251. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 191 ACTA DE LA SESION EXTRAORDINARIA DEL 27 DE AGOSTO DE 1911. Presidente —Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes —De número —Dres.: E. Acosta, A. Agramonte, G. Alonso Cuadrado, G. Aróstegul, E. B. Bar- net, T. V. Coronado, G. G. Duplessis, J. A. Fernández Benítez, C. E. Finlay, F. Grande Rossi, J. Guiteras, G. López, F. Méndez ) 2 ? Capote, E. Núñez, E. Pardiñas, I. Plasencia, M. Ruiz Casabó, E. Saladrigas, F. Torralbas, J, A. Valdés Anciano. S ? , Leída el acta de la sesión anterior (28 de Julio) fué apro- bada. Se dá cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—De los Dres. Federico Grande Rossi y Manuel Ruiz Casabó, adjuntando un pliego cerrado y lacrado para su depósito en la Academia hasta que sea abierto por los intere- sados ó retirado, según convenga. Del Colegio Médico, solicitando autorización para utiligar como domicilio social el de esta Academia. De la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo,-solici- tando se informe si existe aleún preparado conocido con el nom- bre “Urano”? ó “Inyección Urano?” que pueda constituir un tér- mino genérico de los comprendidos en la excepción tercera del artículo quinto de la Ley de Marcas. De la Secretaría de Obras Públicas, trasladando escrito diri- eido á la de Hacienda, relativo á la fabricación de la Academia. De la Secretaría de Hacienda, contestando escrito de esta Academia relativo á las obras de reconstrucción de la misma. De la Comisión del Servicio Civil, remitiendo expediente so- bre recurso de apelación entablado por el Dr. Juan F. Milanés y Alfonso, relativo á su conducta profesional en el caso que mo- tivó su destitución. Del Secretario de Sanidad y Beneficencia, excusándose de asistir á la sesión, para que fué invitado y delegando en el doc- tor López del Valle. Salida.—Al Dr. Luis J. Carballo, participándole acuerdo de TOMO XLVIIL.—20. 192 ANALES DE LA la Academia relativo á la publicación del informe emitido por la misma sobre la arena de la cantera **Palomar””. A los Dres. Jorge Le-Roy, Carlos de la Torre y Gustavo Ló- pez, participándoles sus respeetivos nombramientos para el cargo de Directores de los ANALES. Al Dr. Tomás V. Coronado, participándole su nombramien- to de Director de la Sección de Medicina, Cirugía y Veteri- naria. Al Dr. Gastón Alonso Cuadrado, id. id. id. de la Sección de Farmacia. Al Dr. Carlos de la Torre, id. id id. de la de Ciencias. Al Dr. Gustavo López, id. id. id. para el cargo de encargado de la propagación de la vacuna, A los Dres. Gabriel Casuso, M. Sánchez Toledo, Joaquín Dia- 20, J. A. Presno y Francisco María Héctor, nombrándolos para formar parte de la comisión de Biología. A los Dres. J. Jacobsen, E. Saladrigas, G. Aróstegui, A. Díaz Albertini y J. A. Valdés Anciano, id. id. id. para la comisión de Patología y Clínica Médica. A los Dres. lenacio Plasencia, G. G. Duplessis, E. Núñez, A. de Varona, y Alberto Sánchez Bustamante, id. id. id. para la de Patología y Clínica Quirúrgicas. . A los Dres. E: B. Barnet, A. Betancourt, C. E. Finlay, R. Weiss y Arístides Agramonte, id. id. id. para la comisión de Higiene y Demografía. A los Dres. G. López, J. Le-Roy, G. J. Benasach, T. V. Coro- nado, J. A. Fernández Benítez, id. id. 1d. para la comisión de Medicina Legal y Legislación Panitaria. A los Dres. F. E. Etchgoyhen, H. J. Lainé, E. Acosta, M. Ruiz Casabó y F. Grande Rossi, id. id. id. para la comisión de Medicina Veterinaria. : A los Dres. D. Hernando Seguí, J. P. Alacán, A. Bosque, C. Mo- ya y F. García Cañizares, id. id. id. para la comisión de Far- macia, Terapéutica y Botánica. A los Dres. G. Alonso Cuadrado, E. Pardiñas, M. Delfín, M. Fernández Garrido y E. Alamilla, id. id. id. para la comisión de Toxicología, Química Legal y Análisis Físico-Químico. A los Dres. F. Paradela, P. Valdés Ragués, A. de Górdon, A. Amigó y J. R. Villalón, id. id. id. para la comisión de Geología, Mineralogía y Paleontología. CRT PA, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 193 A los Dres. J. Santos Fernández, C. de la Torre, J. Guiteras, F. Méndez Capote y F. Torralbas, id. id. id. para la comisión de Antropología y Zoología. Al Sr. Juez de Primera Instancia de Guanabacoa, remitién- dole informe aprobado en la sesión del 28 de Julió sobre la edad de un sujeto. Al Sr. Presidente del Colegio Médico de la Habana, contes- tándole su oficio donde solicita como domicilio social del mis- mo, el de esta Academia. Al Dr. José P. Alacán, nombrándolo ponente para que infor- me respecto á un preparado conocido con el nombre de ““Ura- no” ó “Inyección Urano”” Al Dr. Tomás V. Coronado, nombrándolo ponente para que dictamine sobre la alzada interpuesta por el Dr. Juan F. Milanés - y Alfonso ante la Comisión del Servicio Civil. Antes de comenzar la sesión el Sr.. Presidente dió cuenta en breves frases del fallecimiento del académico honorario Dr. Juan Orús y Fresno, ocurrido el 24 del presente mes, dedicando á su memoria un cariñoso recuerdo y citando sus principales trabajos académicos. Se eoncede la palabra al Dr. Tomás V. Coronado para la lee- tura de un informe solicitado por la Comisión del Servicio Ci- vil en la alzada interpuesta por un médico del puerto de la Ha- bana, contra la resolución de la Secretaría de Sanidad y Bene- ficencia, por la cual se le separó de su destino. De un estudio detenido y minucioso de la documentación re- mitida y del análisis de las circunstancias que rodearon al easo de varioloide que motivó la resolución administrativa, concluye el doctor Coronado proponiendo las siguientes conclusiones: ““1.2 La conducta profesional del doctor J... M... y A... ““en el caso discutido, ha sido correcta y ajustada á lo legislado ““sobre la materia. “2.2 Pudo muy bien pasar ads el estado de enfer- ““medad del pasajero que se menciona? Sometido á discusión fué aprobado el AAA por todos los académicos presentes, menos por el doctor Guiteras, que salvó su voto, 194 ANALES DE LA Acto seguido el doctor Santos Fernández, en un discurso lle- no de entusiasmo, manifestó que había interrumpido el período de vacaciones para dar cuenta de los trabajos realizados por los doetores Grande Rossi y Ruiz Casabó en que se comprobaba elí- nica y: bacteriológicamente la existencia en la Habana de la fiebre de Malta y avanzando con sus felicitaciones las de la Aca- demia concede la palabra al Dr. Manuel Ruiz Casabó para dar lectura á la historia clínica del caso que motivó dichos trabajos. Coneluida ésta el Dr. Federico Grande Rossi dá lectura á un extenso trabajo en que después de referir las tentativas ante- riormente realizadas para descubrir la existencia de la fiebre de Malta en la Habana, por' los Dres Guiteras, Dávalos y Martí- nez (Emilio) describe su distribución geográfica, sinonimia, etiología y patogenia, sintomatología, diagnóstico, pronóstico y tratamiento profiláctico y curativo, aludiendo más tarde á las investigaciones que se han visto obligados á realizar para lle- gar á la afirmación, por el cultivo del micrococcus melitensis, de la existencia en la Habana de la fiebre de Malta; cuyos mi- eroorganisntos presentan bajo la platina del microscopio y en los tubos de cultivo por ellos obtenidos directamente de la san- ere de uno de dichos enfermos. Sometidos á discusión los anteriores trabajos pide la palabra el Dr. Agramonte y manifiesta que le es grato usarla por pri- mera vez después de su elección como académico para felicitar á sus compañeros por el importante trabajo presentado. Dice que no puede agregar ni una palabra á las aquí pronunciadas, ni hacer la más leve crítica; que esta sesión reviste una 1mpor- tancia mayor que otras porque desde hoy existe esa entidad nosológica entre nosotros y ella traerá cambios administrativos entre las cuales figurará su inclusión en la lista de las enfermeda- des de declaración obligatoria y la persecusión de las cabras. El Dr. Coronado une sus felicitaciones á los autores del tra- bajo y alude á que los viejos académicos se han cansado de re- petir la necesidad del auxilio que á la clínica presta el labora- torio. Si los Dres. Grande y Ruiz no hubieran tenido el labo- ratorio para confirmar sus observaciones, no hubieran podido traer esta importante labor. El Dr. Barnet hace uso de la palabra para felicitar con toda sinceridad, en primer término, á los Dres. Ruiz Casabó y Gran- de Rossi por su importantísima comunicación, y para manifestar e e e 1 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 195 además que existiendo aún dudas en los mismos países en que es tan frecuente la fiebre de Malta, de que el único medio trans- misor de la enfermedad se encuentre en la leche de cabras ó de 'acas infectadas, sobre todo de las primeras, no consideraba pru- dente condenar «a priori, casi arbitrariamente, á nuestras ca- bras lecheras, sin tener pruebas todavía de que sean entre nos- otros las responsables de los casos de la enfermedad que se ha- yan presentado hasta la fecha. Antes de lanzar sobre nuestras cabras un anatema tal, hágase primero con ellas una investigación previa; examínese la leche y la orina de un gran número, en distintas localidades de la Re- pública, principalmente la de aquellas cabras de que se tenga noticiás que hayan proporcionado su leche á los enfermos ó le hayan contagiado de alguna otra manera. Esa investigación, tan necesaria á los intereses de la salud pública, pudiera llevarla á :abo de una manera sistemática, ó á solicitud de los médicos ejer- citantes en cada caso particular, la Dirección de Sanidad, para esclarecer debidamente el particular. Según la Comisión de la Fiebre del Mediterráneo, en 1904 existían en Malta más de 20.000 cabras lecheras, vagando en re- baños por las calles de la población, mal alimentadas, con sus enormes tetas, repletas de leche, arrastrando por el suelo en contacto con orina y polvo infectados, y con todo género de in- mundicias. No pocas de las cabras tenían mamitis supuradas. El lechero las acerca á las puertas de las casas, y allí mismo, sin limpieza de ningún género, practica la ordeña y sirve la le- «he al consumidor, que la ingiere cruda. Entre nosotros las condiciones son muy distintas. Nuestro pródigo. suelo le ofrece á las cabras, donde quiera que se en- cuentren, alimento sobrado; no abundan aquí tanto esos útiles animales, no arrastran sus ubres por la tierra como las de allá, porque son menos lecheras, y sobre todo, aquí, por lo general, se hierve la leche dos ó tres veces al día, Nuestras familias acomodadas, apenas si hacen uso de la le- che de cabras. Estas son en Cuba un gran recurso alimenticie para el proletariado, principalmente para el campesino pobre. ¡Cuántos niños reciben el riquísimo alimento de las cabras! Es un deber de conciencia y de earidad el no condenarlas sin pruebas justificadísimas. O bien recomendad en todos los tonos que no se tome la leche cruda, que se hierva siempre. 196 ANALES DE LA El Dr. Guiteras dijo: deseo también expresar mi congratu- lación á los autores de los interesantes trabajos que acaban de leer los doctores Grande y Casabó. Sucede, sin embargo, que el gran lujo de detalles y de citas que nos presenta el Dr. Grande, produce alguna confusión y hace que sea difícil seguir el hilo. de la argumentación; de aquí que prefiera leer el trabajo de- tenidamente antes de formar un juicio definitivo. Además, el 3r. Grande nos presenta una serie de cultivos obtenidos en eon- diciones anómalas, á la temperatura de 40 erados, resultando que dichos cultivos son enteramente distintes de los del miero- coco de la fiebre de Malta, y que-no sabe uno si es por las con- diciones anómalas con que se han obtenido, ó porque el germen no es realmente el mierococo melitense. La Dirección de Sanidad se ocupará de estudiar este nueva gérmen, y sl resultase ser el de la fiebre de Malta, se dictarán las medidas conducentes á combatir el mal. Concedida la palabra al Dr. Grande Rossi vara responder á sus compañeros, lo hace en la siguiente forma: Agradezco la felicitación de todos. Es cierto que los caracteres de cultivo no corresponden á los aceptados hoy como característicos del mierococo melitensis: pero ¿qué germen es el encontrado en la sanere de un enfermo de fiebre ondulante típica, exactamente como lo describen los autores, obtenida de dos punciones, con dos jeringas, dos agujas y sembrada en dos balónes, aglutinando por el suero del enfermo y por el otro de forma clínica también sospechosa? Comprendo que el doctor Guiteras tiene razón en quedarse indeciso, porque no son clásicos los caracteres expuestos; que la confirmación no pudiera hacerse sino con presencia de un mi- lerococo melitensis, Pero éste no ha podido ser obtenido á pesar de haberlo pedido á varios puntos. Con esto se dió por terminada la sesión. le ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Dr. Juan Orús y Presno. y 24 Agosto 1911. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 197 EL DR. JUAN ORUS Y PRESNO. POR EL Dr. Juan Santos Fernández. (Sesión del 29 de Agosto de 1911.) El día 24 de Agosto dejó de existir el Dr. Juan Orus y Presno, después de estar impedido y pos- trado por espacio de dos años. Hizo sus estudios de ingeniero industrial en Bar- _celona, y aunque nacido en la Habana su palabra era muy castiza, por haber pasado gran parte de la juventud fuera de aquí, y haberse asimilado una buena pronunciación y perfeccionado en la literatu- ra española. Entró en la Academia de Ciencias, como académi- eo numerario de la Sección de Ciencias, el nueve de Marzo de 1880 y presentó su trabajo de ingreso el 2 de Abril de 1889, El barómetro durante las lluvias tropicales, que mereció los plácemes de la Acade- mia, por que en él se destacaron las cualidades de investigador concienzudo y de atento observador. Esta memoria fué contestada por el distinguido ingeniero, académico de la misma sección, don Fran- cisco Paradela y Gestal. | De naturaleza vigorosa el Dr. Orus, aunque de po- ca estatura, parecía resistir heróicamente la vida agitada del que alterna en el mundo, cualquiera que sea la esfera en que se desenvuelve, que en el siglo del aeroplano y el vapor y la electricidad van siendo agentes demasiado conocidos para que no se marche á su tenor ó se quiera superarlos; no obstante, el Dr. Orus pronto fué herido de muerte, desde hace más de 2 años; pero á pesar de su hemiplegia, se er- guía animoso v llenaba su voz potente su cátedra de Física Mecánica desempeñada en la Escuela de At- tes y Oficios, y después en la Universidad, hasta su muerte, como profesor de Matemáticas. 198 ANALES DE LA Teualmente potente en las reuniones de la Junta de Profesores de la misma y en las sesiones de esta Academia de Ciencias, en la Sociedad Antropoló- gica de la Habana y el Nuevo Liceo, tenaz en las dis- eusiones y con una dialéctica avasalladora consti- tuía él un bloque de granito que no le penetraba la argumentación agena mejor esgrimida y dirigida á combatirle. Sus trabajos muy limitados, por la afección que prematuramente le dificultó el ejercicio intelectual, son los siguientes: Discurso sobre las enfermedades de logs cocoteros, ANALES, tb. XVIIL, p. 407. Informe relativo á una substancia destinada Á abono y libre de derechos de importación, t. XXIUI, p. 49. Discusión sobre el anterior informe, t. xxtut, p. 48 y 96. El barómetro durante las lluvias tropicales. Dis- curso de recepción, t. XXVI, p. 92. Informe con motivo á las inundaciones del Ro- que. Año 1880. INFORME SOBRE CONDUCTA PROFESIONAL. POR EL Dr. Tomás V. Coronado. (Sesión del 29 de Agosto de 1911.) Con fecha 25 de Agosto se trasmite á esta ponencia una atenta comunicación del Sr. Presidente de la Comisión del Servicio Civil para que la Academia, en vista de los antecedentes que se remiten, exponga su opinión acerca de la conducta profesional del re- eurrente Dr. J... M... y AL. eneltcaso quemo, tivó su destitución, y si pudo pasar inadvertido el estado de enfermedad del pasajero que se menciona en el expediente que se acompaña. ACADEMIA DE CIENCIAS: DE LA HABANA 199 Un estudio detenido y minucioso de los numero- sos documentos que forman el o adminis- trativo, contra el Dr. J... M... y A..., llevó bien pronto á nuestro espíritu la firme convicción de la completa inculpabilidad del acusado. Los hechos que motivaron la destitución del doe- tor JJ... M... y A..., fueron los siguientes: El 18 de Abr il del corriente año, y en las primeras horas de la mañana, entró en el puerto de la Habana el vapor alemán Furst Bismark. Corresponde visi- tarle y reconocer é ES su a al médico tercero del puerto Dr. J... M... y A... El barco trae patente limpia, como se comprueba. con el exa- men de la documentación. El médico del vapor ex- tiende y entrega á nuestro médico del puerto, un certificado confirmando no haber ocurrido novedad alguna. sa Por aquella época no existía mandato alguno que obligara á los médicos de nuestros puertos á tomar la temperatura á los pasajeros de Cámara. En la declaración prestada por el Dr. C....S..., se hace referencia al malestar experimentado por el Sr. A... en Veraéruz el día 14 de Abril. Los que hemos permanecido algunas horas ó días en ese puerto mexicano, no podemos olvidar el calor sofocante que allí se siente en todo tiempo y el mal- estar que se experimenta allí, por la alta temperatu- ra y fuerte presión barométrica. Terminada la visita del Dr. M... y puesto á libre plática el barco alemán, en las primeras horas de la mañana desembarcó el Sr. A... y se trasladó al ho- tel Inglaterra, donde le visita (cinco ó seis horas más tarde) el Dr. C... S... y lo encuentra con fiebre. ENS Como era natural y lógico, ni en esta primera vi- sita ni en la segunda, que efectúa por la tarde, el clí- nico puede determinar la naturaleza de la fiebre que acusa el paciente. Es necesario que transcurran más de 24 horas, para que al visitarle nuevamente obser- ve manchas (rash) que le inclina á sospechar algu- romo xLvi1.—26. 200 ANALES DE LA _—— na erupción. Al redactar el parte, con fecha 19 de Abril el Dr. C... S... todavía no tiene completa seguridad que su enfermo sufra un ataque de virue- las y así lo demuestra al colocar un signo de interro- gación detrás de la valabra viruelas. Si un práctico de la respetabilidad del Dr. €... S... duda todavía el día 19 si el caso del Sr. A... es positivamente de viruelas, ¿cómo sería posible obli- gar al Dr. M... á denunciar como viruelas, una en- fermedad que no se manifestaba evidente 24 6 30 ho- ras más tarde? Si el Sr. A... estaba ó no febril en la visita de la mañana del día 18, no habiéndosele aplicado el ter- mómetro, no puede tomarse en serio para afirmar que sí. En la misma declaración del Dr. C... 8... encontramos fundamento para apoyar nuestro aser- to. El Sr. A..., que llega 4 acusar 39'6 al día sié guiente y en pleno brote eruptivo solo marca 375, dos grados de diferencia. Véase pues lo peligroso que resultaría suponer que sí tenía fiebre antes de aparecer la erupción, cuando en el momento del bro- te solo acusaba el termómetro del Dr. C... S...,37 y algunas décimas, esto es, temperatura cas: normal. Siempre que de una suposición más ó menos ve- rosimil ha de depender la determinación de un Juez; la justicia, la equidad y la sana razón le dan caráe- ter negativo. Por una deducción natural, si el Sr. A... apenas tenía fiebre al segundo día de su brote varioloso ¿no sería lógico pensar que fuera factible que dicho se- nor acusara muy poca ó ninguna temperatura 24 6 30 horas antes de iniciarse la aparición de los pri- meros granos de su benigna viruela ? Y si consignamos el adjetivo benrano lo hacemos por encontrar en el expediente la afirmación que 26 días después de la invasión solo quedaron marcas apenas perceptibles, como .acontece siempre en los casos de viruelas discretas ó de varioloides. No es que pudiera pasar inadvertido el estado de enfermedad del pasajero Sr. A...; es que segura- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HARANA 201 mente la enfermedad no había hecho su aparición el día 18 y esto queda comprobado demostrando que fué necesario que llegase el día 19, para que un clí- nico sagaz, como lo es el Dr. €... S..., pudiera sos- pechar entonces que podía tratarse de un caso de vi- ruelas. Con lo expuesto queda indiscutiblemente descar- tada toda responsabilidad en lo que respecto al es- tado de enfermedad (viruelas) que no existía osten- siblemente el día 18 de Abril en las primeras horas de la mañana, hora en que hizo su vi sita de inspec- ción el Dr. M.. Respecto á ls conducta profesional del Dr. J... M... y A..., ahí están los documentos que le acre- ditan como gran cumplidor de sus deberes durante nueve años de no interrumpidos trabajos, con éxitos siempre satisfactorios. Ahí está el ¡juielo absolutivo del Dr. ... L..., nombrado juez instructor de la causa. Ahí están las declaraciones favorables de los demás médicos del puerto. Ahí están las circulares y las recomendaciones en las que no se habla de tomar la temperatura á los pasajeros de Cámara, proce- dentes de Veracruz, aunque el barco viniese de Tam- pico. Ahí está también en el expediente el informe, muy notable, emitido por los respetables miembros de la comisión de enfermedades infecciosas. Y á mayor abundamiento y como prueba irrefu- table está el certificado de inspección en Veracruz, llevado á cabo por el médico del Consulado cubano, donde se declara sin novedad á todo el pasaje en el momento de salir para este puerto de la Habana, donde llega en viaje directo dos días y medio des- pués. Los A de orden científico que dan la ra- zón al Dr. M... y A... en este caso conereto, yo no ne- cesito O al juicio de los señores académicos, y para no hacer demasiado extenso este informe, en contestación al respetable señor Presidente de la Co- misión del Servicio Civil, someto á la aprobación de 202 ANALES DE LA los señores académicos las siguientes conclusiones que deben responder á las preguntas formuladas. Primera. La conducta profesional del Dr. J... M... y A..., en el cáso discutido, ha sido correcta y ajustada á lo legislado sobre la materia. Segunda.—Pudo muy bien pasar inadvertido el Esad de enfermedad del pasajero que se menciona. DISCURSO DEL DOCTOR JUAN SANTOS FERNANDEZ CON MOTIVO DEL TRABAJO DE LOS DRES. GRANDE ROSSI Y RUIZ CASABO, SOBRE LA FIEBRE DE MALTA EN LA HABANA, (Sesión del 29 de Agosto, 1911.) Señores académicos: Me cabe la satisfacción de invitaros á esta sesión, interrumpiendo el período de las vacaciones, porque entendía que no debía demorar el haceros conocer un suceso de nuestro pequeño mundo científico, de verdadera trascendencia y que prueba una vez más, como cada uno de los miembros de la Academia, se inspira en su honrosa tradición y por todos los me- dios á su alcance, procura arrancar á la ciencia sus secretos, en provecho de la humanidad y en benefi- cio directo de la sociedad en que se desenvuelve su constante actividad. Aprovechemos, pues, la opor- tunidad de tributar una vez más el homenaje de un recuerdo sincero y respetuoso á nuestros mayores que, crearon esta Institución en que está vincula- do el amor más puro á la ciencia y al patriotismo virgen de todo interés mezquino y que aparece re- presentado en su ilustre fundador nuestro venerado Dr. Nicolás José Gutiérrez. Basta recorrer las páginas de nuestros ANALES para evidenciar que los miembros de esta Academia se han esforzado en todos los tiempos, por el en- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 203 erandecimiento de su gloria y han trabajado con tesón, lo mismo en los tiempos en que el estudio no significaba una derivación al bienestar material, cual debiera ser, que en los modernos, cuando el Estado distribuye sumas cuantiosas en sus servidores para el sostenimiento de la salud pública. Ved, si dl á nuestro ilustre académico de mérito, el doctor Carlos Finlay, como dió principio y des- arrolló sus investigaciones, discutidas constantemen- te en el seno de esta Academia, sobre la profilaxis de la fiebre amarilla, hasta llegar á la meta de sus más altas aspiracions. ¿Qué otra cosa significa la introducción de la Bac- teriología en Cuba y su sostenimiento y propaga- ción, antes de que los acontecimientos, de todos cono- dos, cambiasen radicalmente la faz de las cosas y pusiese en manos del Estado lo que estaba en las de particulares, entusiastas que, sin más estímulo que la ambición científica, se esforzaron en propagar los eonocimientos, persuadidos de que no habían de te- ner eco en los altos poderes? Entendían que aquí, como en todas partes, y más que en ninguna otra, por el origen de nuestro desarrollo social, y por cau- sas que no es el momento de discurrir sobre ellas, miran y han mirado los Gobiernos siempre con mat- cado desdén, lo que no es oficial, aquello que en últ]- mo término no ha engendrado la política, en sus protéicas y malhadadas formas, con la tendencia constante de empequeñecerlo todo, bastardeando los más nobles instintos de la ciencia que, en su pureza ideal, ve nublarse su transparencia que no tienen por base el desinterés y el patriotismo. Dos de nuestros compañeros de cuerpo, el doctor Federico Grande Rossi y el Dr. Manuel Ruiz Casa- bó, que ya en otras ocasiones han trabajo identifi- cados en un noble espíritu investigador, nos traen su última obra que, como sabeis, consiste en haber comprobado clínica y bacteriológicamente, por pri- mera vez, la existencia de la fiebre de Malta en la Habana, y aun cuando no se trata de una de esas en- 204 ANALES DE LA fermedades que, como el cólera y la peste bubónica terminan por asolar un país, tiene el suceso sobra de importancia, pues como el paludismo, la fiebre re- currente y otras, conviene conocer su existencia, pa- ra establecer la profilaxia que haga imposible su propagación y las embergencias desagradables que en cualquier país pueda provocar una dolencia ca- paz de propagarse y aumentar su morbilidad seria- mente, pues la fiebre de Malta es infecciosa también, y, en cierto modo, dominable por los cuidados inte- ligentes de la higiene bien dirigidos, porque entra en la categoría de las enfermedades evitables. No pretendemos espigar, como es lógico suponet- lo, en el terreno objeto de las investigaciones de nuestros laboriosos compañeros, que, pronto lo ha- rán mejor que yo, con la competencia que les carac- teriza; pero antes de que esto último ocurriese, me ha parecido pertinente expresar la satisfacción con que me he asociado al propósito de comunicar á la Corporación la labor desenvuelta, y ser el primero en felicitarlos en el seno de ésta, porque han sabido interpretar los altos fines de la Academia de Cien- cias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana que, no han sido otros, durante media centuria, que ve- lar por el prestigio de la ciencia y contribuir cada tino de sus miembros, con su esfuerzo personal y noble, al logro de sus elevadas y desinteresadas as- piraciones. ACADEMIA DÉ CIENCIAS DE LA HABANA 205 COMPROBACIÓN DE LA FIEBRE DE MALTA EN LA HABANA, HISTORIA CLINICA. POR EL Dr. Manuel Ruíz Casabó. (Sesión del 29 de Agosto de 1911.) Sr. Presidente: Señores académicos: Una vez más venimos á molestar vuestra atención, dando cuenta de un caso clínico interesante á nues- tro juicio, por más de un concepto, el cual sometemos á la consideración de vosotros por si estimáis pro- cedente tomar acuerdos que del mismo se deduzcan, dada la relación que tenga con la higiene pública y especialmente por el interés científico que despierta el conocimiento de un proceso que hasta hoy se ha estimado como no existente en Cuba y solamente sospechado. Perdonadnos, señores, si somos demasiado abun- dantes en detalles, y, por consiguiente, algo cansa- dos; pero lo estimamos necesario, y esperamos que así lo juzgaréis también, después que conozcáis en resumen la historia completa del caso que seguida- mente pasamos á relatar. El día 7 de Febrero del corriente año asistió á nuestra consulta el Sr. EH... V... H..., natural de la Habana, de 32 años de edad, soltero, empleado, y vecino de Santos Suárez número 29, aquejando mal- estar general, dolores musculares y articulares, ano- rexia, quebrantamiento de fuerzas que estimaba co- mo secuela de los profusos sudores de que en distintas «horas del día era acometido y le debilitaban. La ori- na era escasa. No aquejó en este momento otro sín- toma que hiciese encaminar nuestro juicio hacia un proceso determinado. Tomada la temperatura axl- 206 ANALES DE LA lar no acusó fiebre. Examinados los diferentes órga- nos, no pudimos sorprender alteración alguna, que indicara sufrimiento aparente. Los datos anamnésicos suministrados por el jo- ven V... H..., nos pusieron en conocimiento que de la calvicie craneana que muestra, databa de al- gunos años, y que suponía hereditaria; pues su se- nor padre, á quien conocemos personalmente, tam- bién la ostenta. Su torpeza intestinal le acompaña desde hace bas- tante tiempo considerándose un estrenido. El exa- men abdominal no acusó acentuado Mmeteorismo. Fuera de su casa acostumbra á tomar leche en los cafés. Nada acusó que revelara, tara sifilítica, tu- berculosa ni ninguna otra lesión ó infección que pu- diese servir como base del síndrome que teníamos: que apreciar. A pesar de haber padecido algunos catarros, no apreciamos signo alguno que nos inclinase siquiera á sospechar una lesión inicial del aparato respirato- rio; no obstante su enflaquecimiento bastante no- table. Hace 24 años sufrió una fiebre tifoidea, (1887 ), en la finca “Hato Nuevo”, jurisdicción de Cárdenas, y fué asistido por el Dr. Franc Menocal. liste antecedente, de gran importancia para nues- tro juicio diagnóstico, hemos tratado de comprobat- lo, y de su certeza tenemos los mayores datos, pri- mero por la seriedad, instrucción y cultura de su señor padre, como posteriormente podréis tener la oportunidad de confirmar, el que con gran acopio de datos nos refirió la historia clínica del caso; y des- pués, por la respetabilidad científica del profesor que le asistió, que es una honorable garantía.—Nun- ca ha salido de la isla de Cuba. Como resultado del examen hecho en la consulta, supusimos que se trataba de un artrítico, sin precl- sar otra cosa por el momento. Le instituímos como tratamiento baños alternos, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 207 piperacina, sal de Vitel, frutas, supresión de carne, ete., ete. Recomiendo la práctica del análisis de la orina. Cinco días después, el 12 de Febrero, fuimos lla- mados para asistirlo en su domicilio, por aquejar fiebre, sin presentar otro síntoma, como no fuesen los ya anunciados, de sudores profusos, dolores mus- culares, articulares y meteorismo, nada de cefalal- gla, ni dolores producidos por la presión de ningún órgano. Hasta el día 17 duró este proceso patológico, con variadas temperaturas entre 38% y 39% en que entró en franca convalecencia, al parecer de lo que enton- ces supusimos, era un proceso gastro intestinal; este juicio nos inclinó el haber coincidido la remi- sión de su padecimiento, con la administración de repetidos purgantes (calomel, salinos y antisépti- cos gastro intestinales). Lo dimos de alta. £l día 12 de Marzo fuimos llamados nuevamente para asistir al joven V... H..., quien desde el día 6 del propio mes, acusaba fiebre, sudores, meteoris- mo y artralgias, aunque no tan acentuadas éstas. Pulso 120; ligero Ííctero. Continuando el período de las suposiciones, crei- mos que era una reproducción del proceso anterior; no sin tratar de descartar por medio del análisis de la sangre, esputos y orina, la afirmativa opinión del paludismo, tifoidea, proceso supurativo hepático ó de otro órgano, tuberculosis, ete., ete., los cuales fue- ron todos negativos. La orina no acusó en su examen, elemento anormal, excepto un ligero pigmento. (Bilirrubina). Sometido al mismo tratamiento que la anterior vez, adicionando algún tónico, (Kola, Poción Jaccoud) continuó el proceso sin otro accidente que el de la debilidad consiguiente, hasta el 20 de Marzo, en que la curva térmica tomó la cifra normal, como puede apreciarse por la cuadrícula que adjunto se pone de manifiesto, (15 días duró este período). TOMO xLVnI.—27, 208 ANALES DE LA Creimos que todo habría terminado, y lo dimos de alta el 24 de Marzo. El día 12 de Abril se reclaman otra vez nuestros auxilios, manifestándonos que desde el día Y había empezado á subir el termómetro por encima de 37. Confieso que ante el tercer ataque febril que se ini- ciaba me sentí perplejo y un tanto desequilibrado en el juicio diagnóstico que yo estimaba difícil de re- solver, habida cuenta de los conocimiento de nues- tra pir etología conocidos hasta hoy. Sentí necesidad de buscar apoyo en el juicio sere- no, ilustrado de vasta cultura científica profesional de un buen amigo. El día 16 de Abril, á pesar de encontrarse nuestro enfermo en período febril, lo dirigí á la consulta del Dr. Grande Rossi, para que con los antecedentes ya conocidos por vosotros y el examen del paciente nos ilustrase sobre el caso y nos diese sus sabios con- sejos. En esa fecha, no fué posible precisar la clase de padecimientos que aquejaba á nuestro enfermo. Nuestro compañero ratificó nuestro juicio tespec- to á no existir lesión, aparente por lo menos, en el pulmón. Con interrogación nos indicó si pudiera vafarse de un caso de insuficiencia glandular. Continuando nuestra observación y haciendo mé- "ts de la anterior opinión, nos decidimos á probar tratamiento opoterático (Tiroidina), practicán- dele T4 inyecciones hipodérmicas, según lo indica con una T la curva térmica que se acompaña. Este proceso febril duró 21 días, ó sea hasta el 27 de Abril. Transcurridos 5 días de apirexia, se inicia un cuarto período febril que comienza el 3 de Mayo, afectando la curva térmica la misma marcha de as- censo, estado y declinación de las anteriores anota- das, aunque de mayor duración y de más altas tem- peraturas, sostenidas durante mayor número de días; período febril que duró 24 días, ó sea hasta el 27 del propio mes de Mayo. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 209 El 13 de Mayo propusimos al señor V... Ch, padre de nuestro enfermo, la celebración de una jun- ta, la que se efectuó con los Dres. Francisco Cabrera Saavedra y Grande Rossi. Como resultado de ella, se llegó á convenir que era un caso difícil de diagnosticar é imposible de poder precisar, determinadamente, la clase de proceso que se os á nuestra observación. El Dr. Cabrera inelinó su juicio hacia la sospecha de un trabajo tubereuloso; indicando como punto en donde se estaba fraguando la conspiración Orgá- nica, el tercio superior del pulmón izquierdo; y en el derecho, en su vértice, existir un soplo bronquial. Aceptada en principio la respetable opinión y co- mo tabla de refugio para nuestro ulterior tratamien- to, instituimos las inyecciones hipodérmicas de Pa- ratoxina (Lemoine, en número de 23) alimentación apropiada y tónicos, sin abandonar el sintomático instituído anteriormente. (Piramidón como anti- térmico, laxantes, lavados intestinales, tónicos, ete.) Como en las inyecciones de Tiroidina, las de Pa- ratoxina nos hicieron concebir la esperanza de la fa- vorable terminación del estado piretológico puesto que la simple coincidencia del descenso térmico con las inyecciones hipodérmicas, nos hacían creer que la baja térmica era debida á la acción opoterápica. Razón esta que pronto tuvimos que desechar por cuanto que al practicar la octava inyección de Pa- ratoxina, éramos testigos del quinto período febril que se inició el 31 de Mayo, durando 25 días, y que terminó con igual marcha y de igual manera que los cuatro anteriores á los 25 días ó sea el 24 de Junio. El apetito, que hasta entonces había disminuido, se exacerbó; coincidiendo el cambio efectuado en la lengua, que, de saburrosa y de aspecto infeccioso, (seca y apergaminada en su longitud, en la parte cen- tral) se presentó húmeda y limpia. La marcha de este proceso que siempre sospecha- mos de origen infeccioso; que se nos presentaba de manera tan original y del que éramos testigos por 210 ANALES DE LA primera vez durante el largo período de nuestro ejercicio profesional, nos hacía concebir la esperan- za por lo menos, de que dado el tiempo transcurrido de enfermedad, nuestro paciente, por razones bioló- vicas, se estaría inmunizando y por tanto, la prolon- vación y eronicidad del padecimiento terminarían por la salud. Por esa razón, no con tanta impaciencia vimos presentarse un sexto período febril, después de 8 días de descanso, el 3 de Julio, iniciándose el des- censo igual que en los anteriores, el 31 del propio mes, según puede observarse en la curva térmica. Durante estos dos últimos períodos hemos susti- tuído las inyecciones hipodérmicas, con las de ca- codilato de sosa, electralgol y nuecleinato de sosa, hasta el 26 de Junio que bajo la dirección de un nue- vo tratamiento instituído por el Dr. Abraham Pérez Miró, con quien celebramos otra junta, y que, como nosotros, mostró la indecisión determinada de un juicio diagnóstico, se cambió de procedimiento te- rapéutico. Un séptimo período febril, es decir, una nueva ondulación se inicia sin que lo haya separado del an- terior una franca apirexia, pero que bien se hace notar ésta durante los primeros siete días del pre- sente mes de Agosto, en que la curva térmica se man- tiene alrededor de los 37 grados, para revelarse des- de el día 8 en franco período de ascendencia febril y que dura hasta el presente. Debo hacer notar que el pulso de este enfermo du- rante su largo período de enfermedad ha oscilado siempre, invariablemente, entre 120 y 130 vbulsacio- nes por minuto, aun con temperaturas de 36 grados en sus períodos aplréticos. Los sudores profusos aunque no han sido con 1eual intensidad ni cuotidianos, han sido intermiten- temente frecuentes, desde que nuestro enfermo asis- tió á nuestra consulta el 7 de Febrero, hasta el 5 de Agosto, en rue no ha tenido sudores absolutamente. No así, los dolores musculares que se hacían no- Curva térmica de un caso de Fiebre de Malta ANALES "DE LA ACADEMIA DE 10 ion MA DADES UNES AU A E, + 17 Y y = Y dll y > . dEl SE ) hu Y Y pa EE Ea Ea a CIENCIAS DE LA HABANA ll Eebadal? "fl Q A F E ll RAE SACO bn UU 38 o E k A OA Al UN] HIERE za Z E x , E AO NUMERO 1 LA HABANA CIENCIAS DE ANATES DE LA ACADEMIA DE € OYAAMNAN CIAO pao roba l, SAA ON Als CO 38 47 PIE NO 3 A ep E 4 / 4/ DL SADA SOCIE ENS Healy y REE — A —Á Ae aa A ES Para TA ESIEna ++ y TY; ia TU a ee 2555 Pess FEE A a a AAA AO AAA A BSS3555SES=5s9=s== 22509 5.1 se als LE. 44224 *PIJLIA SP 91q91H IP OSPI UN DP LOJULIS) PAINO Curva térmica de un caso de Fiebre de Malta. ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA A UN dao » ca us a TA 0 y I ar HRS AA HEEE: HERE OA HE EEPPESHAAEAAA y [ HH Ant OEA MOS: ISA: HETERO CA E ASTRO ETS CHN re HS TR sl E ! es Hare JS HEAR | EAS TOTS REHO HRRPSUSd. ERAS HE: NUMERO 3. ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA O En Asado AR (6 ee 1 or A A] A ES E hy ene Re | JE ES ES ES ES Vara va ENEDSO ARAS 2/77 O EE Ea SES ÉS na ES a HE] ES ERESCA RENO =n a lea E H Lea ES E EN ES EA En] NUMERO 4. E E = LS EN ES == RBD En ES ¡BASA A) Curva térmica de un caso de Fiebre de Malta. AMINO EROMD SMA 3 ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Lala al A UVA a as. ESESAEEDAS BENSES ES EA E yal RE AEB SER SS ESSS INESEBSS==== hi 03 OOUNaN: BG AE: RES | E E JERES | [90] E Ñ E MECO ISS E 2 AN ; ISA E ES o A A == ! g MESA as E 3 j ATT S Y S S PURAS a 5 (ROA RRA + 3 RERAAORR O E SENS Z IBER Ts g PRUESPOSSR TI 2 ERTERPFEN Td E ale O ad THURECASATTA En IAS UA alas | | MOTERA TEL EROTA al E AER y NY Bl Jae”. ¿ AE A | E ae 0? 58 El € ars CIENCIAS DE LA HABANA LA ACADEMIA DE ANALES DE '9 OAHIWAON omg orgoo- +5 050 297 Goa Era E Lona Goga 7 pra] Pons recoge) 70) e Es Ein UE 7% ¡2 E ral aón [ale CONEA BUENA E E AIDA: paper A A SS O SO 198 2 O A a EE ASE id a a E 0 0 LE TAO Ed dll A IA 3 ESE A a EE. VERY YAA + HA AAA AA Espa Hai ITA E ES ¿ES A O AU IIA LE ¡AS HAT OS - 'BHIJPIA DP 91q9H Pp OS) UN IP BITMUIZ] PAIN) A eb e E y E Ñ a = ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA deL tar en los períodos agudos de su elevación térmica en cada uno de los distintos períodos febriles. Hay que considerar, pues, que la primera ondula- ción febril comenzó muy probablemente en 7 de Fe- brero ó antes, fecha en que empezó á sentirse los pri- meros síntomas - “ue por ser apreciables le obligaron á concurrir á nuestra consulta durando hasta el 17 del propio mes, en que fué dado de alta por nosotros, por haber remitido la fiebre. Estimando la remisión de ese período febril en declinación, es que no hacemos mérito de las anota- ciones hechas de la curva térmica que se han per- dido. Así también faltan en nuestra curva térmica las anotaciones correspondientes á los seis primeros días del segundo período febril ó segunda ondula- ción, y en cuyo tiempo no vimos al enfermo, aunque fuimos informados por su señor padre, de que ha- hía tenido temperaturas mayores de 37” que no era posible precisar. A este enfermo por nuesta indicación cada vez que el termómetro alcanzaba la cifra de 39" ó más, le fué addministrado piramidón,, poderoso antitérmico, que á la primera dosis frecuentemente, pocas á la segun- da y rara vez á la tercera dosis, hacía descender la temperatura uno y medio grados por lo menos. Por tal razón podrá apreciarse en nuestra curva, que después de alcanzar á las 4 p. m. una alta tem- peratura, á las 8 de la noche había descendido nota- hlemente, para luego antes de las 12 p. m., volver á tomar una cifra mayor de 39” quizás. Resumiendo los períodos febriles anotados en nuestra curva termométrica, en forma cuadricular diremos. 1. Período febril. Desde el 7 al 17 de Febrero. . . . . 10 días LN ld lA | BMD 2 ANALES DE LA 2. Período febril. Desde el 6 al. 20 de Marzo. +... E Sdias PIC e ISA 3.2 Período febril. Desderelttí al 2 de ¿ADT INN A E O 4. Período febril. Desde el 32ale26:de Mayor. LN 'Aprrexla MUST, Da AN ree AD 5. Período febril. Desde el 31 de Mayo al 24 de Junio. 25 ,, Apirexia. Sl do 6: Periodo. febrl. Desde el 3 al 31 de Julio. Pe E Apirexia. ANOS 7.2 Periodo febril. Desde el 8 al,... de Agosto. ¿sta es en resumen la historia clínica del caso que por algún tiempo nos ha tenido en perplejidad res- pecto al juicio diagnóstico, y el que dentro de breves momentos tendremos el placer de oir por boca de quien con más ilustración y pericia ocupará esta tribuna. El perseverante interés mostrado por mi buen amigo y distinguido compañero Dr. Grande Rossi en el conocimiento del caso por nosotros anotado, han culminado en el éxito más completo, por cuanto que abre las puertas en el estudio de un nuevo proceso piretológico hasta hoy desconocido en Cuba, y da ó toque de alarma á nuestra Sanidad Nacional par: impedir, si es posible, que esta nueva entidad e carta de naturaleza entre las enfermedades reinan- tes en nuestro país. No queremos terminar sin exponer un hecho raro ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 213 que habéis podido notar en esta historia y que es de gran importancia, puesto que sin él probablemente, es casi seguro que no hubiéramos podido llegar á formular siquiera la sospecha de un caso no fre- cuente. Nos referimos al hecho excepcional de que, durante un período de siete meses, diariamente, tra- tándose de una serie de procesos febriles, haya sido “un solo médico el testigo de su marcha, sin que el más ligero signo de desagrado, desconfianza, ni du- da, ete., pudiera hacer vislumbrar al profesional el deseo de su alejamiento. En este caso ha sido todo lo contrario: incondicio- nal apoyo, estricta asistencia, exacto cumplimiento y confianza desmedida en los procedimientos é ido- neidad del que dirigió el tratamiento, han sido las notas culminantes. HESTIE + Vo... Chs padre ¡de nuestro pacien- te, que es á quien me refiero, inspirado en una anti- gua pero superior educación francesa, en la cual se revolvió con gran provecho, tiene la mayor parte del éxito científico alcanzado en esta ocasión, pues nues- tra gráfica termométrica, observaciones y detalles, se deben á la perseverante obligación impuesta á fa- vor de la salud de su hijo y de nuestro éxito cientí- fico. De no haber tenido la serenidad y valor para sos- tenernos como directores peritos durante el tiempo de la enfermedad de su hijo, probablemente se hu- biera perdido esta preciosa historia que á retazos pudiera haber sido trazada, con ignorancia, por quien no tuvo la suerte, como nosotros, de ser cons- tantes testigos de un proceso que solo de esta manera ha llegado á evidenciarse. Permítasenos estas frases de congratulación para el Sr. E... V... Ch., con quien estamos obligados, por cariño y por respeto. 214 ANALES DE LA COMPROBACION DE LA FIEBRE DE MALTA EN LA HABANA, POR EL Dr. Federico Grande Rossi. (Sesión del 29 de Agosto de 1911.) Señor Presidente, Señores académicos, Señores: El último de los académicos en antigúedad y vali- miento no tiene la necia pretensión de dar aquí una enseñanza sobre la fiebre de Malta, por todos, y ha- ce mucho tiempo, conocida. Están presentes maestros míos, de quienes he recibido consejos tan valiosos co- mo las lecciones que de ellos aprendí, y sé bien cuál es mi puesto cuando estoy ante sus años y su ciencia. Necesito envolver en ese humilde ropaje del respeto sentido con todo el grave peso de una enorme dife- rencia, la disculpa que pido por lo mucho que habré de molestar vuestra atención. Pero es necesario que así lo haga. Nada nuevo traigo, nada propio mío; sólo he hecho, con la coope- ración de mi compañero el doctor Casabó, una sen- cilla aplicación de los conocimientos por otros con- quistados; y si me fuese permitido por la severa aus- teridad del lugar que ahora me honra, diría que un instrumento de trabajo, herrumbroso y olvidado en un rincón del taller médico por su innecesaria apli- cación, aunque por todos vosotros conocido, pude hacerlo servir y á manos más útiles que las mías, lo entrego limpio y renovado. Hubiera querido traer tan solo el hecho experi- mental escueto, pero si la Academia no necesita ilus- traciones, porque puede darlas, debe, de algún modo, indicar para provecho del pueblo á que se debe ir reforzando la voz de los que tienen por el Gobierno el deber—y seríamos injustos si no añadiéramos el ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 215 entusiasmo también, —la manera de evitar una en- fermedad que si no expone cifras de mortalidad que lleven al ánimo el espanto, es á veces molesta y lar- ga y siempre contagiosa y trasmisible. Es necesario, además, desvanecer ciertos errores respecto de los orígenes y latencias peligrosas para la trasmisión de la enfermedad, demostrados por ex- perimentaciones de no remota fecha; y los que es- tudian saben que prácticamente estamos á grandes distancias de las fuentes bibliográficas del mundo, y que muchas veces debemos á la casualidad la feliz llegada á nuestras manos de publicaciones que nos alumbran de repente puntos en que no habíamos po- dido penetrar. Lo que voy á leer en seguida es, lo primero que he podido recoger de útil é instructivo sobre la fiebre de Malta; después, una relación á grandes rasgos de las investigaciones experimentales que han asegu- rado el diagnóstico de los dos enfermos hasta ahora estudiados. a Sinonimia —Es rica, como suele serlo en las en- fermedades muy estudiadas clínicamente antes de conocer su etiología y que no tienen substráctum ana- tómico bien definido. Marston, de Malta, sufrió la enfermedad en 1859 y fué quien la describió primero, en 1863, como pro- ceso patológico distinto, con los nombres *“*Medite- rranean remitent fever” y *“Bilious remitent fev- er”, en el Army Medical Report. “Gastrie remitent fever fué el nombre que le dieron Chartres y Boli- leau. “Fiebre gastrobiliosa,”” Gulia. “Foeco-mala- rial fever,” Donaldson. “Febris complicata”, Veale. Borelli, elínico italiano, ereyó que era una forma de la “febre tifoidea intermitente””, denominación que criticó Jaccoud, porque la curva térmica no tiene intermitencias—decía el eminente clínico francés, al deseribirla también como una forma de la fiebre ti- foidea—sino en el primero y último períodos. Mar- TOMO XLyur.—28, 216 ANALES DE LA tini y Schrón, considerándola como asociación de tifoidea y paludismo, la nombraron “Tifomalaria”. “Fiebre tifoidea contínua” y “Febris sudoralis”, fueron nombres empleados por Tomaselli, de Cata- nia. “isis mediterránea?” decía el vulgo, por la fre- cuente forma héctica de la fiebre y por la curabi- lidad. “Táifoidea atípica,” de Capozzi, de Nápoles. *Adenotifoidea, de Cantani. Galassi imita á Toma- selli con el nombre de “Fiebre sudoral””. Se conoce también por “Septicemia de Bruce””, médico de la armada inglesa que descubrió el germen productor de la enfermedad. Abundan los nombres que se refieren á los luga- res en que se la encuentra. “Fiebre napolitana”, “Gibraltar fever”? ó “Rock fever””, Veale. “Fiebre mediterránea,”” dado por Bruce, por ser muy fre- cuente en las islas y costas del mar Mediterráneo. ““Fiebre térmica contínua”? es el de Guiteras, en estudio que hizo de una afección del sur de los ls- tados Unidos de la América del Norte, que debió ser esta misma, pleonasmo que choca al primer examen, pero que indica la falta de lesiones clínicamente re- eistrables, á lo cual se refiere Pomaselli en la frase comentada por Jaccoud: *“Si tratase de fijar el ca- rácter distintivo de esta fiebre, diría que el no tener ninguno”. ““Undulant fever””, de Hughes, en lengua inglesa, “*Fievre ondulante””,-en francés; llamada así por es- te médico de la armada británica, á causa de las per- turbaciones que con mucha frecuencia presenta la curva térmica, nombre tan usado como el de Fiebre Mediterránea y como el de “Fiebre de Malta”, por ser esta isla inglesa donde se la estudió primero, por Marston. Climatología.—YExiste comúnmente en las islas del Mediterráneo: Baleares, Córcega, Cerdeña, Sicilia, Islas Jónicas, Chipre, Creta y, principalmente, Mal- ta, de donde toma la raíz (Melita, nombre latino de la isla de Malta) la especie del germen que la pro- duce, Micrococeus melitensis. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 217 El continente europeo la tiene en Gibraltar, Cá- diz, Málaga, Barcelona, Marsella, Niza, París, mu- chos otros puntos de Francia, Pádua, Roma, Nápo- les, Trieste, Montenegro, Atenas, Constantinopla. En Africa se la encuentra en Canarias, Azores, Alejandría, Cairo, Argel, Túnez, Guinea, Cabo de Buena Esperanza, Transvaal, Zanzíbar. En Asia: Esmirna, Jerusalem, Aden, puertos del Mar Rojo, India, Birmania, China, Ceilán. En Oceanía : islas Filipinas, islas Fid]1. Fin América: Montevideo, Brasil, Venezuela, 11- beras del Mississippi, Puerto Rico y comprobada ahora en Cuba. , La fiebre de Malta existe en las cinco partes del mundo, y parece preferir los países insulares. Historia.—A grandes rasgos anotaremos que Gou- get, de quien tomamos numerosos datos, dice que Kv- re hace remontar á Hipócrates las primeras citas de la enfermedad. Castellani escribe que Howard, Hen- nen y Davy, de 1786 á 1862, dieron algo incierto sobre esta fiebre. El primer trabajo encontrado has- ta ahora es el citado de Marston. Jaccoud, en sus lec- ciones de Clínica Médica de la Pitié (1883 á 1884), la describe con el nombre “Fiebre tifoidea de forma sudorosa””, en exposición clínica perfecta, si se ex- ceptúa el concepto etiológico moderno, posterior á aquella época (1887) y por el cual se ha llegado al conocimiento de otras muchas formas clínicas ade- más de las estudiadas por el patólogo francés como forma de fiebre tifoidea. En 1887, David Bruce descubrió el germen por medio de siembras en agar con pulpa de bazo toma- da pocas horas después de la muerte. En 1888 el mismo autor obtuvo la enfermedad experimental en el mono, por inoculación hipodérmica de cultivos puros. En 1891, Wrish descubrió el serodiagnóstico de la fiebre de Malta, con lo cual se tiene el medio práctico y sencillo para diagnosticarla. Hn 1899, Birt y Lamb comunicaron dos casos de inoculación en el hombre, uno voluntario y otro casual, seguidos 218 ANALES DE LA de fiebre de Malta. Otros trabajos más han demos- trado el valor diagnóstico (en dos tercios de los ca- sos, Lemaire) del hemocultivo, de la inoculación directa de la sangre á curieles y conejos, de la imo- culación de cultivos, intensificación de virulencia, etc. Siere y Pulvirenti y otros, han hecho la reacción de fijación del complemento, usando como antígeno el hemocultivo ú otra muestra de micrococeus me- litensis. Etioloygía.—El germen es un coceus muy pequeño (un tercio de micrón de diámetro) dotado de movi- miento rápido, browniano según la mayoría de los autores, activo en el concepto de Gordon, quien afit- ma que el germen está provisto de cuatro flagelos. Es individual, no tiene agrupación frecuente en los cultivos. En el bazo está aislado también, parea- do cuando más, á pesar de encontrársele en grandes masas en esta víscera. Este carácter es muy impot- tante, porque no abunda el germen en la sangre, lo que hace necesaria la siembra de cantidad conside- rable de este tejido—2 á 3 e. c.—para obtener el he- mocultivo. La cantidad mínima de sangre en que ha sido encontrado el mierococeus es 4 mm. e., nunca en 2; y, además, porque interesa conocerlo para el estudio del transporte de la infección por medio del mosquito (Ed. Sergent), hipótesis que no ha sido demostrada más que un caso de Zammit, que logró infectar un mono por medio de picaduras durante dos días seguidos, de dos stegomyas nutridas 48 ho- ras antes en un enfermo en plena fiebre. En el hom- bre, Ross y Murray-Levick no han podido producir así la infección. Castellani dice que el microbio pue- de ser encontrado (it may be found) en el estómago de mosquitos que hayan picado enfermos de fiebre de Malta, pero no ha podido probarse que éstos ni una mosca del género Stomoxis ni las pulgas, sean capaces de trasmitirla. Este microrganismo es muy resistente. Vive ochenta días en el polvo, un mes en el agua dulee ó salada (91 días, según la Mediterranean Fever Com- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 219 mission), pero no ha sido encontrado naturalmente en el aire, agua, polvo ó suelo. El polvo impregnado con gérmenes procedentes de un cultivo, aplicado en las mucosas faríngea ó nasal del mono, ha produci- do la infección. La exposición al sol lo mata pronto. Puede vivir siete semanas en la orina, 78 días en las ropas mo- jadas con orina desecada luego, 91 días en la tierra y soporta el frío y la desecación. Se ha encontrado una vez en las heces fecales. En 9 y medio por ciento de los enfermos estaba presen- te en la orina (Crawford-Kennedy), en bacteriuria súbita y copiosa que desaparece bruscamente, ó len- ta y en pequeñas cantidades. Encontrarlo en ella es la regla, según la comisión citada, desde el décimo quinto día hasta los dieciocho meses, pudiendo ser la causa de la diseminación de la enfermedad por los casos ambulatorios, así como del contagio geni- tal. La saliva, los esputos y el sudor no lo contienen, ó, por lo menos, no se ha encontrado en ellos. Es aglutinante el suero del mono que ha recibido in- veeciones de sudor no filtrado por bujía Berkefeld. Se encuebtra con mucha frecuencia en la leche de las cabras infectadas y particularmente de las cabras maltesas, que, reputadas buenas lecheras, han sido importadas á muchos países. Las vacas, terneros, caballos, asnos, mulos, carne- ros, perros, gatos, ratones, conejos, curieles y hasta los polos, pueden contraer la enfermedad. Bruce, en el trabajo escrito en los Annales de 1” Institut Pasteur (1903), dice que la enfermedad no tiene relación directa con el hacinamiento, en lo que respecta al contagio interhumano, porque lo mismo ataca á los soldados alojados en las barracas que á los oficiales y sus familias higiénica y cómodamente hospedados. Que tampoco puede pensarse en el ori- gen hídrico, porque el cambio de agua de cisterna por agua bajo presión no ha hecho disminuir la mor- bilidad. Tampoco acepta el contagio interhumano, 220 ANALES DE LA porque los enfermos de fiebre de Malta no son ais- lados en las diversas salas y, sin embargo, no hay in- fecciones hospitalarias. Después de esto, el uso de mosquiteros no ha teni- do influencia en el número de los atacados. Las reacciones bacteriológicas más importantes del germen son: colorarse con facilidad por los tin- tes acuosos de anilina; decolorarse rápidamente por el alcohol; no resistir al decolorante Gram; desarro- llarse bien en el caldo peptonizado, enturbiándolo, pero sin formar velo; en siete días en el agar común, á 25 grados; en tres y medio á 37”, formando colonias pequeñas de color blanco lechoso, de centro opaco; germinar muy poco en gelatina y menos (ó nada) en papa; no hacer fermentación en los medios azu- carados; no coagular la leche; no producir indol; aumentar la alcalinidad del medio de cultivo, ete. Las reacciones biológicas tienen mucha mayor im- portancia. El hombre es muy susceptible á la infee- ción; mucho más que los animales en los cuales se ha experimentado hasta ahora. Han sido infectantes cinco inoculaciones intencionales hechas con dosis mínimas; y muchos bacteriólogos han contraído la enfermedad por contaminaciones de laboratorio, por las cuales murieron Carbone y Mae Fadven. El mono es bastante susceptible, aunque no tanto como el hombre, porque necesita mavores dosis; ha sido infectado por el tubo digestivo, las mucosas ocu- lar y nasal, la piel erosionada, la vía hipodérmica, el simple depósito sobre el glande de orina contami- nada. La sangre de los monos infectados contiene el mierococo durante la vida y se le encuentra abun- dantemente en el bazo en la autopsia. Los curieles y conejos contraen la enfermedad, fe- bril y mortal, por inoculación de sangre humana in- fectada y se obtienen cultivos de la sangre y del bazo de estos animales; pero es preciso inocularle un cen- tímetro cúbico de la sangre extraída en el momento del paroxismo febril. Para obtener efecto de los cul- tivos la inoculación habrá de hacerse en las venas, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 221 en el peritoneo ó en el cerebro, procedimiento este último que ha sido usado para exacerbar la viru- lencia. El caballo, el asno y el perro son poco sensibles. Sergent y Bori han visto dos indivíduos enfermos á consecuencia de asistir un mulo infectado. La cabra parece ser el animal más responsable de la trasmisión de la fiebre de Malta, aunque también las ovejas (epidemia de Saint-Bauxille). Zammit, Horrocks y Kennedy han encontrado reacción aglu- tinante en el suero de muchas cabras maltesas y mi- eroecocus en la leche de las que tenían ese poder. En el examen de 161 cabras encontró Kennedy el poder aglutinante en 52, y los monos alimentados con la leche de ellas contrajeron la fiebre de Malta típica. Ha sido probado que también las vacas padecen la afección, por la reacción aglutinante y por haber encontrado el germen en la lec he. La epidemia desarrollada en un viaje del vapor “Joshua Nicholson”” desde Malta á Almérica, prue- ba la influencia de estos animales. Llevaba 65 cabras maltesas, de las cuales murieron 5 en la travesía; al llegar á América 32 fueron encontradas infecta- das. De los 23 hombres que constituían la tripula- ción y que bebieron abundantemente leche de estas cabras, 11 contrajeron la fiebre de Malta, compro- bada por el sero-diagnóstico. De los restantes, ocho fueron perdidos de vista por haber desembarcado antes. Pero hay dos pruebas más claras aun. En 1906 fué suprimido en la población militar de la isla de Mal- ta el uso de la leche de cabras y sustituida por leche esterilizada Ó condensada. La población civil con- tinuó usando la primera. El resultado fué que en el primer semestre de 1906 (la supresión empezó en abril) ocurrieron 119 casos; en el primer semestre de 1909, ningún caso, mientras que en la población civil los atacados fueron tantos en un tiempo como en el otro. La segunda prueba es la desaparición en Gibral- 202 ANALES DE LA tar de la fiebre de Malta con la supresión de las ca- bras infectadas. Es cierto que la enfermedad la padecen indivíduos que no han consumido leche de cabras, que jamás la han tomado; pero es posible que la cabra infectada haya trasmitido la infección á otros animales ó la diseminara por las orinas, además, de que no es so- lamente la cabra el animal que puede mantenerla y trasmitirla. El carácter biológico que más interesa al clínico, al investigador y al higienista es el poder agluti- nante que el suero tiene en los casos de fiebre de Malta, lo mismo en los hombres que en los animales, hecho que permite empeñar la lucha con grandes probabilidades de feliz éxito, como en Malta y Gi- braltar. En esta fiebre sucede lo que pasa en la tifoidea : el hemocultivo da resultados más precoces, más segu- ros y constantes que el serodiagnóstico, porque es una bacteriemia también. Se sabe que el diagnóstico de la última es más seguro en los primeros días por ese procedimiento, haciendo la siembra en bilis de buey esterilizada. En la fiebre de Malta esta investigación puede dar en los dos tercios de los casos, como ya se ha dicho, resultados positivos con siembras hechas al tercer día de la enfermedad. La aglutinación, no constante ni continuada (motivo por el cual es ne- cesario, antes de aceptar la prueba como negativa, practicarla hasta tres veces, por lo menos, en tiem- pos distintos) empieza al final de la tercera sema- na, en algunos casos al quinto día. Para obtener el hemocultivo—por las razones ex- puestas más arriba—es necesario extraer de una vena, con los cuidados asépticos de todos conocidos, 263 ec. e. de sangre, y sembrarlos en 250 e. e. de cal- do peptonizado. A las 48 horas se habrá reproduci- do, quizás antes, según la temperatura. Se hace la resiembra en agar y ya es posible estudiar el germen en sus caracteres: colonias, Gram, inoculación, etc., [8 [is ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 22; ó bien con un suero aglutinante que puede ser el del mismo enfermo. Para la aglutinación se procederá como para la de la fiebre tifoidea, pero el título no será menor de 1:50, porque puede ser positiva al 1/20 con el suero del tifus exantemático y al 1/40 con el del kala-azar. A veces será necesario hacer diluciones mayores, poque no se obtiene la reacción con las primeras. El poder aglutinante puede llegar á 1.500.000. Otro euidado más: deben emplearse NS frescos, por- que los viejos dan la reacción con el suero de indi- víduos sanos (Konrich). Nicolle aconseja la técnica siguiente: verter en un tubo de agar que tenga colonias de tres á sels días, suero cl Ó SA diez centímetros cúbicos; agitar para hacer la emulsión, sin raspar las colo- nias, rotando el tubo entre los dedos; hacer las dilu- ciones desde 1!2 hasta 1100 en tubos de ensayos de medio centímetro de diámetro, y esperar 16 á 20 ho- vas. La aglutinación puede ser notada á simple vista, desde lejos, y comprobada al microscopio. Este bac- teriólogo considera positiva esta reacción al 1/10. La sangre puede ser recogida como se hace para la reacción correspondiente de la fiebre tifoidea: en pipetas capilares, seca en una lámina porta, hasta: en un pedazo de papel de filtro. La serosidad de un vejigatorio, la saliva y aun la orina pueden servir no tan seguramente como la sangre. La aglutinación se ha comprobado hasta diez años después de la en- fermedad, lo que puede servir para diagnóstico re- trospectivo. Como en la tifoidea esta reacción no tie- ne valor pronóstico seguro. Patología.—El fondo de la enfermedad es un pre- ceso febril cuya curva térmica es variable según las modalidades siguientes, que son las que se Obser- van más á menudo. Como en la fiebre tifoidea, hay en la de Malta formas más frecuentes, pero después que se conoce la manera de diagnosticarla por me- dio del examen de la sangre, se ha descubierto el po- TOMO xLVIn.—29, 224 ANALES DE LA limorfismo, tanto en la una como en la otra. Un mé- dico italiano, citado por Cathoire, describe doce for- mas de fiebre de Malta. Forma ondulante.—La curva afecta una forma parecida á la de la fiebre tifoidea: un período de ascenso, ot1o de estado y el tercero de declinación ó descenso. Puede suceder—y es frecuente que así sea —que el primero y el último períodos sean franca- mente intermitentes, en el verdadero sentido pato- lógico general de tal designación: acceso febril de algunas horas, que comienza por escalofrío y termi- na por sudores, separado del siguiente por un inter- valo de apirexia franca; y en el más restringido: as- censión térmica aislada por apirexia anterior y pos- terior, sin esc Ala ío y sin sudores. Puede suceder que en el período de estado la curva tome la marcha contínua—variaciones menores de un erado en las temperaturas de un día—ó que afecte la marcha remitente—oscilaciones de uno á tres gra- dos. Terminado el período febril la temperatura se mantiene alrededor de 37 grados durante algunos días, cuyo número no es, generalmente, mayor que el del período pirético ni igual siquiera: tres, cuatro, diez días (veinte días en una curva de Bruce, si- guiendo á un período febril de veintidos). Al fin de esta pirexia comienza un nuevo período seudotifol- deo, que es, comunmente, más corto y de elevaciones térmicas generales menos altas que en el primero: es la. segunda “ondulación””; y repitiéndose los perío- dos febriles y los intervalos apiréticos sucesivamen- te, tres veces como término medio, hasta ocho en al- £unos casos (de uno solo en otros más raros), con- cluye al fin, sin que el observador tenga para juzgar de esta conclúsión más que la debil seguridad del descenso del pulso en la pirexia. La curva total parece una serie de fiebres tifoideas unidas cabo á cabo, como dice Brault. Si en la primera ondulación termina el proceso, dada la duración media de tres septenarios, se acep- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 225 ta, si no se está prevenido ó se investiga la reacción aglutinante de Malta, una fiebre tifoidea atípica de poca ó mediana intensidad, que no ha dado la reac- ción aglutinante Gruber-Widal. Kn la forma intermitente la temperatura descien- de cada mañana á la normal, sin escalofrío, pero, por lo común, acompañada de sudores profusos. Puede durar muchos meses. En la forma contínua la temperatura se mantie- ne por encima de 37” durante semanas ó meses, acom- pañada ó no de sudores y de las otras manifestacio- nes sintomáticas que suelen presentarse en la fiebre de Malta. - Pueden combinarse estas dos modalidades, la in- termitente y. la continua—y aun la remitente—en las variadas formas de tipos irregulares. La forma atenuada no obliga al enfermo á guar- dar cama. Se compone de accesos irregulares separa- dos por remisiones incompletas. En cambio de los su- dores, que faltan, son frecuentes las artralgias y la or- quitis. Pero tiene dos ó tres recaídas y su duración llega á dos ó tres meses. La forma ambulatoria solo tiene accesiones lige- ras separadas por tiempos variables. Hacen la forma maligna los escalofríos violentos, hiperpirexia, síntomas gastro intestinales graves, y, de los cinco á los veinticinco días, la muerte sobre- viene por complicaciones pulmonares Ó cardíacas. En la forma prolongada las soluciones de conti- nuidad son poco marcadas; corresponde á la que se llamó tisis mediterránea. Las informaciones de la anatomía patológica ex- plican las dificultades del diagnóstico clínico. Bas- tará pensar que no tiene firma anatómica (Gouget) y que es una septicemia; ya sabemos qué sucede en esta clase de infecciones: la fiebre tifoidea misma, la neumococcia, la estafilo y estreptocóccia, pro- dutoras de manifestaciones muy variadas en cuan- to á la expresión elínica, puestas en claro solamen- te por el eonocimiento etiológico. 226 ANALES DE LA La menos inconstante de las lesiones es la tume- facción del bazo, pero se sabe que solamente tres infecciones dejan de a lesiones bien aprecia- bles en esta viscera: la disentería, el cólera y la fie- bre amarilla; y es tan variable en la fiebre de Malta que en algunos es difícilmente perceptible y en otros puede llegar hasta la cresta ilíaca (Gouget). El hí- gado no siempre está aumentado de volumen. La mucosa intestinal se encuentra congestionada por placas, pero no electivamente. Ganglios mesentéri- cos tumefactos; congestiones pulmonar y renal; ne- fritis algunas veces; broneconeumonías, neumonías; flacidez y decoloración del corazón, etc. (mizá en esta falta manifiesta de electividad esté el secreto de su mortalidad escasa—1, 8 á 10 por ciento, descontando los numerosos casos que no ha- brán sido reconocidos, de las formas atenuadas—; y tal vez sea esa la base de las múltiples variedades clí- nicas que presenta. Cantaloube—citado por Gouget —(dUee que en el 20 por ciento de los casos se encuen- tra la orquitis, inflamación que puede ser de princi- plo, como la neumonía, las erupciones sarampioni- formes, escarlatiniformes, como puede terminar por lesiones articulares variadas: artritis, anquilosis, su- puración; lesiones, también purulentas, del testícn- lo. Señala como frecuentes la talalgia, descamacio- nes, edemas, enteritis, síndrome tiroideo. Otros au-- tores mencionan la osteitis, lesiones hepáticas con e- tero y hemorragias, hepatoesplenomegalia con ane- mia simulando linfadenia, formas meníngeas, Mme- ningitis bacilar terminal, petequias, ete. Cathoire dice que llaman la atención en la fiebre de Malta la rapidez del pulso en desproporción con la temperatura, los dolores epifisiarios, las ma- nifestaciones pulmonares fugaces, pero de repeti- ción, las uleeraciones bucales y linguales que suelen ser muy pertinaces, y dos signos, sobre todo. más importantes: la ab (35 á 38 por ciento) v la sero-reacción. Dentro de las modalidades térmicas apuntadas ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 22 existen ciertos síntomas que pueden llevar á la sos- pecha. En 80/100 de los casos se encuentran neural- glas: de la cabeza, de la cara, del ciático; ostealgias, mialgias. Jaccoud, en la descripción citada, dió gran importancia á la cefalalgia, que aumenta por la pre- sión de los globos oculares y que permanece continua los diez Ó doce primeros días de la enfermedad. En el caso F. R., nuestro, ha durado los ochenta días de enfermedad. En el 40100 se presentan las artritis, móviles co- mo las reumáticas y, como éstas, acompañadas de tumefacción algunas veces. Las articulaciones más frecuentemente invadidas son la coxofemoral, sacro- ilíaca, la rodilla. En el 20100 de los hombres ocurre la orquitis (Cantaloube) ; en 4 6 51100 la orqui- epidimitis (Gou- get). Ov aralgi: AS y mastitis en la mujer. Los sudores profusos pueden faltar en el 20 100 de los casos. Son copiosos y se repiten en cada e a- ción térmica de cada paroxismo febril, en algunos casos (Jaccoud). “Son un simple accidente pato- lógico, no crítico ni aun con relación al acceso mis- mo”. (Jaecoud). No son tan frecuentes las erupciones, simulando escarlatina, sarampión, urticaria, seguidas de desca- mación tardía. Hstos síntomas los tuvo Jaccoud por frecuentes, productores de una facies parecida á la del sarampión, “6, mejor, á la del tifus exantemá- tico?” El escalofrío es frecuente al principio, en la in- vasión, y puede repetirse y hacer pensar en paludis- mo, septicemias, tuberculosis, ete. El estado general no desmejora mucho como lo ha- ce pensar tan larga y á veces tan intensa fiebre, lo que constituye un peligro para la comunidad, por- que por esta causa son frecuentes los casos ambula- torios que propagan la infección. Se citan algunos que han perdido treinta kilógramos de peso en dos meses. Fl caso F. R. ha ganado una libra de peso durante los cien días de la enfermedad y los tras- 228 ANALES DE LA tornos patológicos no le han impedido salir y andar, si se exceptúa el aumento de intensidad de sus do- lores testiculares, de la cefalalgia y de un vago de- seo de vomitar cuando comienza el acceso cotidiano cuya temperatura no ha pasado de 38 grados ni una sola vez. Diagnóstico. —El diagnóstico es muy sencillo cuando se tiene á la mano un cultivo de miecrococeus melitensis reciente; bastará investigar la reacción aglutinante dos ó tres veces en tiempos distintos, sl la primera fuese negativa, para aceptar ó rechazar el diagnóstico de habe e de Malta. Aun sin esto, el elí- nico puede hacer la extracción de la sangre y el he- mocultivo, práctica sencilla, muy corriente en la ac- tualidad para los diagnósticos precoces de fiebre ti- foidea y de todas las bacteriemias, y obtenerlo, como hemos tenido que hacerlo nosotros, ya que no había en Cuba cultivo alguno del microorganismo y que de un laboratorio muy acreditado de los Hstados Unidos, después de esperar trece días, recibimos la noticia de que en la colección de sus gérmenes no existía el melitensis. El enfermo F. R. no se prestó á la extracción de la sangre por temor á un síncope, frecuente en él, y del easo V. G. fué que obtuvimos cl que nos ha servido para estos trabajos. Estamos en el trópico, donde existen multitud de firexias raras, algunas de diagnóstico muy difícil, muchas que asumen exposiciones sintomáticas muy variadas, otras no vistas, no conocidas, á las cuales hay que llegar por una observación muy detallada que no siempre puede alcanzarse, entre otras cosas, por la idiosineracia y la movilidad de nuestros enfer- 108, Nada de extraño tiene, pues, que esta fiebre haya pasado sin ser percibida y que solamente fue- se sospechada por Guiteras, quien encomendó á Dá- valos (quien la sospechó en dos casos suyos), el es- tudio de la reacción aglutinante, enviándole para ello el cultivo; y por Emilio Martínez, como lo expo- ne en su trabajo presentado al Tercer Congreso Médico Pan Americano celebrado en 1901, diez años qe ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 229 hace, exponiendo tres casos clínicos que debieron ser fiebre de Malta : 98 días, 114 días y ocho meses respec- tivamente, de forma ondulante. Dávalos no encontró reacción positiva alguna. Pero esto mismo acontece en Francia, donde las pirexias son más definidas y menos frecuentes que en el trópico; donde, entre otras, la fiebre tifoidea, no suele ocultarse tanto en formas engañadoras co- mo sucede aquí con suma frecuencia, hasta el extre- mo, como me sucedió no hace mucho, que el enfermo viene á la consulta por una bronquitis, con dos sep- tenarios y por sus pies va al laboratorio, y allí reci- be con asombro la confirmación del diagnóstico. Y en Francia ha escrito Gouget estas palabras: “On ne la vort pas parce qu'on n'y pense pas, et on n'y pen- se pas parce qu'on ne la connat pas assez?”, refirién- dose á la fiebre de Malta, que, como en Cuba, pasa sin ser vista. Todos los que han hecho clínica en Cuba saben cuántas rarezas, cuántos tipos bastardos y dispatra- tados existen de la fiebre tifoidea y de las infeecio- nes paratíficas, resueltos, en contra del más cuida- doso y sereno juicio por medio de la reacción Gru- ber-Widal. Todos recordamos con el mayor respeto la prueba patológica presentada por el Dr. V. de la Guardia para demostrar que aquí existía, como en Europa, la fiebre tifoidea, negada hasta su tiempo por la benignidad de casi todos los casos y porque se desviaba en más ancho trecho de lo que en la obser- vación clínica de entonces era permitido para acep- tar esa pirexia. Todos hemos visto, y muchas veces, infecciones ebertianas sin tifismo, sin una sola diarrea, sin pa- sar una sola vez la temperatura de los 38 grados, con curvas térmicas irregularmente solucionadas por apirexias no medicamentosas, sin meteorismo, sin manchas rosadas, y confirmadas plenamente por la aglutinación encontrada á su tiempo y sin lugar á dudas. Pero es cierto que, aun en los casos ambula- torios, como sucedió en un enfermo de mi sala, api- 230 ANALES DE LA rético y abundantemente racionado, que tenía el diagnóstico de rectitis hemorrágica, la exploración metódica del bazo, los cambios epiteliales de la len- gua y la particular sensación, no de gorgoteo “que solo indica que el enfermo tiene ó va á tener diarrea”? (Jacecoud), sino parecida á la que se obtiene com- primiendo entre los dedos menudos fragmentos de hielo, limitada á la fosa ilíaca derecha, pueden re- velar la infección ebertiana si los investigamos con cuidado. Esta lenidad frecuente de nuestra tifoidea hace difícil el diagnóstico con la fiebre de Malta en las formas que á ella se parecen; y, como si esto no fue- ra ya bastante, para dudas mayores resulta que es- tas dos fiebres amenudo evolucionan á un tiempo en el mismo indivíduo, como lo prueban dos estadísti- cas, una francesa y otra italiana: de 157 casos de fiebre de Malta, 51 dieron la doble aglutinación, prueba final, decisiva, de la absoluta necesidad de completar las observaciones biológicas para ayudar al diagnóstico clínico. Tal ha ocurrido en el caso F. R. que dió reacción positiva con el paratífico B. de Sehotmiller al principio y algunos días después de la enfermedad actual. Pero si las cosas no llegaren á tales extremos, se- rá posible diferenciar clínicamente una de otra esas infecciones. Los fenómenos tíficos del tubo digesti- vo faltan en la fiebre de Malta. Podrá existir en ésta una considerable pérdida de peso, pero, excepto en la forma maligna, falta el estupor tífico que con se- mejante intensidad no estaría ausente en la infee- ción ebertiana. Y aunque no van en contra de la fie- bre de Malta las hemorragias intestinales, las pete- quias, la curva térmica, ete., la observación total del caso se inclinará á uno ú otro proceso, si se tiene presente la posibilidad de que sea un caso de fiebre de Malta el que estamos observando. Puesto que la reacción aglutinante se presenta con el suero de los enfermos de kala-azar al uno por cua- renta y estamos en un país tropical y, además, pot- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Za L que fué adserito por Bentley (en 1902, después de estudiarle durante muchos años en Assam) al mis- mo origen, debemos recordar que esta enfermedad tiene períodos febriles y de apirexia alternados; aumento del bazo que llega á ser enorme (espleno- megalia tropical), como lo tienen también algunos casos de fiebre de Malta (hasta la cresta ilíaca), á menudo presenta forma disentérica, pero no es ca- rácter constante del kala-azar; puede éste empezar por una neumonía como también la otra afección; el signo de Rogerds (de Calcuta), —doble ascensión térmica cotidiana registrable cuando las temperatu- ras se toman cada cuatro horas,—es seguro cuando existe, pero no se e con accesos febriles me- nores de 38 grados y tampoco euando ya ha sobre- venido la caquexia; el escalofrío inicial de los acce- sos y los sudores terminales profusos pueden ser de las dos enfermedades; en el kala-azar falta la tu- mefacción del bazo en el 6/00 de los casos (Dono- van); la duración puede ser igual en ambas; en fin, la mortalidad del kala-azar no es siempre tan alta (noventa y ocho por ciento en las epidemias, casos no tratados por la quinina, Castelalni) y hasta es cu- table, aun sin la eronicidad. Pero sin contar con la pigmentación cutánea (ori- gen del nombre kala-azar, que significa fiebre ne- gra), hay dos elementos de primera fuerza pata el diagnótsico directo: el examen de la sangre, que mostrará una leucopenia extrema, hasta 625 leuco- citos por mm. e., con mononucleosis relativa y lin- focitosis, porque la pérdida mayor es de polimor- fo nucleares (pueden llegar hasta 5/00), caracteres que la diferencian de la leucemia, en que la leucope- nia puede bajar hasta 419 (caso de Cabot), pero con linfocitosis de 98/00. Y el segundo es la presencia de los parásitos en la sangre, en el interior de los leu- eocitos polinucleares, que pueden ser encontrados por puneión del bazo, del hígado ó de una vena y durante el paroxismo febril, mezclando la sangre con citrato de sosa para impedir la coagulación rá- TOMO xLynri.—30, 232 ANALES DE LA pida, y con solución salina fisiológica para hacer más efectiva la centrifugación. Las coloraciones Romanowsky, Giemsa, Leishman, el rojo neutro, cualquiera de las empleadas para el hematozoario de Laveran, mostrarán el cuerpo doble intraleucoci- tario, formado por una porción pequeña y otra ma- vor de cromatina, opuestas en el sentido del diáme- t1o más amplio del parásito (Leishmania donovani) El tifus exantemático debe entrar en la cuenta del diagnóstico, aunque solo fuere por la particula- ridad que tiene el suero de los enfermos que lo pade- cen de aglutinar al 1/20 el mierococeus melitensis. Aparte de que en Cuba no se ha señalado ningún ca- so, se diferenciará en que su duración es de ocho á quince días, con fenómenos nerviosos muy marca- dos desde el principio, cuya falta es de regla en la fiebre de Malta. Esta puede tener manchas peteqia- les como el tifus, pero en éste son muy notables en los casos comunes, y en los muy graves, que no las tie- nen, los trastornos nerviosos son muy acentuados; ausencia de reflejos, trastornos tróficos tempranos escaras precoces—y el estupor es muy marcado desde el principio de la afección. La ondulación pudiera hacer pensar en el tifus recurrente de Craigie y Henderson. Esta enferme- dad está caracterizada por períodos febriles de 547 días, en los cuales se encuentra en la sangre el espi- rilo de Obermeier, de observación muy fácil. Hay una forma que dura más tiempo, la biliosa, pero lle- va profundo estupor que falta en la fiebre de Malta, así como el íctero franco del final de la primera se- mana ó principios de la segunda. En la sangre to- mada durante los accesos se encuentran siempre los espirilos. No ha existido en Cuba más que un caso importado, estudiado por el doctor Biada. La profusión de los sudores pudieran llevar á pen- sar en el sudor miliar. Las dos enfermedades tienen de común—tratándose de la forma sudoral de la fie- bre de Malta—esa secreción copiosa, sin carácter crí- tico, paroxística; la falta de fenómenos digestivos al ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 233 principio; el comienzo con escalofríos y cefalalgia. Pero antes del quinto día, precedida de hormigueo y picazones, aparece la erupción: un exantema sem- brado de vesículas transparentes, muy pequeñas, que serán las que den la diferencia, porque sudor mi- liar y fiebre de Malta pueden tener al prineipio un as- pecto sarampionoso ó escarlatiniforme. El sudor miliar no dura más que una ó dos semanas. La forma intermitente puede hacer sospechar pa- ludismo. El examen de la sangre y la nula influencia de la quinina en el dominio de esta forma ni en la modificación de las otras, lo eliminará enseguida. El absceso del hígado, tropical, latente, tiene de común con la fiebre de Malta los accesos febriles, los sudores, la duración larga á veces; pero lo elimina- rán los conmemorativos de algún ataque de disente- ría, la lengua de Brun, la disociación del pulso y la temperatura en los accesos, el estado de la pleura derecha, el examen local, la radioscopía, la presen- cia de leucocitos yodófilos, la hipoazoturia, la opsiu- ria, etc. La tuberculosis se descartará por la ausencia de fenómenos pulmonares que ya debieran ser mani- fiestos en ciertas formas y con semejante marcha térmica; con las reacciones de la tuberculina, ete. Uno de los tipos de las tifobacilosis deseritos por Landouzy, caracterizado por fiebre continua, esple- no megalia, ausencia de lesiones viscerales, oscila- ciones térmicas considerables, escalofrío inicial con sudores consecutivos, ausencia de trastornos intes- tinales,—será diferenciado por la reacción Grubetr- Widal, que eliminará la fiebre tifoidea, y la apar ición de un Eno tuberculoso, pulmonar ó pleural, á la ter- minación del período de estado. La inoculación de la sangre en la glándula mamaria de la curiela recién parida quizá pudiera dar el diagnóstico en una se- mana. Puede ser sifilítica la fiebre, ligera en el periodo secundario, intermitente y más intensa ed el ter- ciario. Los antecedentes, el yoduro de potasio, el tra- 234 ANALES DE LA tamienta antisifilítico, servirán al diagnóstico du- doso. Las enfermedades del aparato linfático pueden momentáneamente confundirla. La fiebre ganglio- mr de Pfeiffer dura poco generalmente y aunque hay formas prolongadas, éstas se acompañan siem- pre de lesiones visibles de los ganglios, de la nuca sobre todo. La fiebre recurrente crónica de Pel y Ebstein— seudoleucemia linfática—presenta fiebre de mucha duración; con períodos ondulantes parecidos á la fiebre de Malta que afecta esa forma, pero en aque- lla las remisiones duran tanto como los períodos fe- briles, cesa que es rara en esta. Son de la fiebre de Ebstein grandes tumefacciones ganglionares, hema- ties nucleados, leucopenia y la rareza de los casos. En la leucemia, el examen de la sangre—leucoci- tos, ácido úrico, —de los huesos—ostealgias del es- ternón, vertebrales,—las hemorragias, la espleno- megalia considerable y constante, la tendencia— tendencia solamente—á los sudores, la fiebre de tipo irregular no sistematizada, la diferenciarán de la fiebre de Malta. : Fiebre remitente da también la endocarditis alba, latente, mínima, sin lesiones comprobables clínica- mente durante la vida. Es hallazgo de autopsia y el diagnóstico no podrá ser directo sino basado en ele- mentos comprobatorios de la fiebre de Malta. Será un caso aislado, cosa muy rara al tratarse de fiebre de Malta. Las bacteriemias producidas por el estafilococo, estreptococo, pneumococo, coli, proteo, tetrágeno, tí- fico, ete., pueden ser de diagnóstico muy difícil, por- que aunque se acompañan de fiebre larga y elevada, puede ser ésta el único signo de la septicemia y los enfermos suelen resistir bien los ataques, como suce- de en la fiebre de Malta, tratándose de formas ra- ras, larvadas, frutras; pero los conmemorativos, las lesiones registrables clínicamente, las reacciones aglutinantes, la acción de los sueros antitóxicos (el ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 235 hemocultivo sobre todo), podrán hacer la luz sobre tales casos. Incubación.—Su conocimiento pudiera servir en aleún caso para encontrar el foco primitivo. Fué de quince á dieciseis días en las inoculaciones humanas. En Francia se aceptan seis á diecisiete días. Mortalidad.—Desde un mínimum de 1,8 á un má- ximum de 10/00, como término general. En Argel, Gillot contó 4 muertos en 15 casos. Duración. —Muy variable. De 60 á 70 días en 372 casos de Hughes, puede llegar á 300 días, 18 meses, 2 años, 3 años (Eyre). Inmunidad.—La mayor parte de los autores ad- mite que la infección inmuniza. Basset Smith cree que el ataque predispone á otro. Eyre ha padecido dos veces la enfermedad con dos años y medio de in- tervalo. Profilaria.—Ha sido indicada por Nicolle en las siguientes precauciones: Primera. Hacer obligatoria la declaración de la enfermedad. Segunda. Señalar el peligro de la leche cruda. Tercera. Vigilar la importación de cabras mal- tesas para impedir la introducción de animales in- fectados. Cuarta. Organizar la inspección de establos y rebaños é impedir la venta de la leche de animales enfermos. La comisión de Malta aconsejó la matanza de los animales, infectados, indemnizando á los propieta- rios. Y Gouget agrega que se debe impedir la vivienda en común de animales y personas, hacer la desinfec- ción de los excretas de los sujetos infectados, prohi- bir la lactancia, y además de todo esto los cuidados en todo caso de infección: alimentos crudos, quesos, etcétera. Tratamiento.—Sintomático. Buena higiene, ali- mentación ligera y líquida. Naamé, de Túnez, dice haber obtenido buen éxi- 236... ANALES DE LA to con la inyección intravenosa de colargol—ochen- ta centígramos, —que es seguida de escalofrío, fiebre alta y remisión definitiva. La vacuna preparada con gérmenes muertos dícese que ha producido buenos resultados, así como el suero inmunizante. Trambus- ti y Donzello. INVESTIGACIÓN Iniciada la sospecha de fiebre de Malta (en el ca- so cuya historia clínica ha leido el doctor Casabó), la indicación inmediata era comprobar la reacción aglutinante de la sangre. Nada más fácil que sem- brar de nuevo el germen y practicar cualquiera de las dos técnicas aconsejadas. Pero nos encontramos con que no existía en % uba cultivo alguno de miero- coceus melitensis en ninguno de los establecimientos en que pudimos suplicarlo, y entonces lo pedimos al laboratorio de Mulford, en los Estados Unidos, el día 2 de Agosto. El 18 del mismo mes recibimos la noticia de que ese laboratorio, muy justamente acre- citado, no tenía en su colección el germen. Asegurada cada día más la sospecha de que se trataba de fiebre de Malta, decidimos antes de recl- hir la desconsoladora noticia del laboratorio. refe- 1ido, buscarlo en el enfermo para compararlo con el que había de llegar próximamente, investigación que no realizamos antes, porque se trataba de un punto científico de gran importancia, digno de todas las se- guridades posibles. La extracción de la sangre se practicó el día diecisiete de agosto, á las cuatro de la tarde. El en- fermo había tomado piramidón y la temperatura era de 37,2 pero con 126 pulsaciones; había hecho uso de la droga por su propio consejo á causa de haber as- cendido poco antes la temperatura á 39,8; estaba, por consiguiente, en un paroxismo febril. Para mayores seguridades, el brazo izquierdo ha- bía sido lavado varias veces la víspera y la mañana de ese día, manteniéndolo cubierto para evitar en ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 231 _ lo posible una contaminación. Después de lévantar el vendaje, fué lavado el brazo con agua tibia y Ja- bón, fricecionando con cepillo de cirujano, en segui- da con licor de Van Swieten y luego se cubrió la re- ión con pinceladas de tintura de yodo. Cuando la tintura de yodo se había secado comple- tamente, por medio de una jeringa de Luer provis- ta de aguja de platino (esterilizadas al autoclave y mantenidas hasta el momento de usarlas en su en- voltura aséptica), se hizo la primera punción, en la vena cefálica, al nivel del tercio inferior del borde externo del bíceps, vaso escogido porque era el más voluminoso y superficial en este caso y porque no tiene este vaso en esa región los inconvenientes de movimientos intempestivos como en el codo. Inme- diatamente entró la sangre en el cuerpo de bomba, favorecida por una débil tracción del émbolo. Se extrajeron cuatro e. e. que fueron depositados rá- pidamente, por medio de la misma aguja y sin des- montar la jeringa, en un primer balón que contenía 250 ce. e. de caldo peptonizado al medio por ciento. Con otra jeringa igual á la anterior se hizo la se- gunda punción, de la cual se obtuvieron siete e. e. de sangre, con los que se hizo la siembra en el segundo balón, igual al primero y por el mismo procedi- miento. Después de agitar suavemente los balones para que la sangre se mezclara íntimamente al caldo, fue- ron cubiertos con papel—para evitar la acción de la luz—y personalmente transportados al laborato- rio con todo el cuidado necesario para que el líquido no llegase á los tapones. Ya en este los examinamos otra vez para convencernos de que esto último no ha- bía ocurrido en el trayecto. Enseguida depositamos los balones en la estufa. En este momento el líquido era transparente, de color rojo uniforme, sin sedi- mento alguno, sin espuma. Debemos hacer constar que la estufa estaba regu- lada á 40 grados para ciertos trabajos de carbunclo y olvidamos reducir el termostato. 238 ANALES DE LA El 18 de agosto—24 horas después—el caldo de los balones estaba transparente y rojo; la sangre había sedimentado en parte, acumulándose en el fondo plano de los balones. Uno de ellos fué agitado lige- ramente para poner en más extenso contacto la san- gre y el caldo. La temperatura de la estufa era de 40 grados. Del balón agitado, con todas las precauciones del caso, se tomó un asa y se coloró con anilina violeta de genciana, y se encontraron micrococos escasos, aislados, pequeños, (medio micron) bien teñidos; dos ó tres ejemplares en cada campo, con los mismos ca- racteres en cada uno, asociados algunas veces en di- plococos. La forma ligeramente ovoide pudo preci- sarse claramente. De ese balón se tomó otra asa para el examen en gota colgante. Se encontraron algunos Micrococos, móviles, aislados, muy pocos en pares, otros en gru- pos de tres, de cuatro; en el borde de la gota estaban agrupados en la cuña del menisco. El desarrollo del cultivo ha sido poco en el tiempo transcurrido—24 horas, —porque en cada campo se perciben seis ó sie- te gérmenes solamente. Se examinó el caldo del segundo balón y se en- contraron los mismos caracteres. El mismo germen puro. Decidimos entonces conservar este último ba- lón (por si alguna infección en las investigaciones consecutivas nos hacía perder el primero) sin ex- traer ninguna porción de su cultivo. Y así lo conser- vamos aún. Las operaciones realizadas después han sido es- critas día por día; en este trabajo consignaremos so- lamente el resultado obtenido en cada una de ellas. Hemocultivo.—El desarrollo continuó progre- sando diariamente, lo que nos prueba que en la can- tidad de sangre sembrada (4 y 7 por 250) no había, como sucede con otros gérmenes septicémicos, sus- tancias bactericidas capaces de retardar ó de impe- dir la pululación del microbio. El medio se enturbió, pero sin velo, sin sedi- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 239 mento; sin cambios notables de color. No hemos te- nido tiempo para apreciar, con caldo nuevo y de reacción medida, si el cultivo lo alcaliniza, detalle que solo tiene importancia secundaria. Agar.—Las siembras fueron hechas en agar co- mún, peptonizado al medio por ciento, inclinado y profundo. Por la casualidad de no haber reducido el termostato hemos encontrado que el cultivo puede apresurarse hasta hacerse en 20 horas, con forma- ción de colonias bien desarrolladas, lo que tiene im- portancia, porque facilita la obtención rápida de cultivos para las investigaciones. No sabemos que es- te hecho haya sido expuesto, por lo menos, no lo he- mos encontrado en ninguna de las obras que hemos consultado. Yl descubridor del germen dice que se desarrolla en siete días á 25 grados, en tres y medio á 37”, que los cultivos en gelatina no son prácticos, porque necesita temperaturas mayores que las que este medio puede resistir permaneciendo sólido. Nos convencimos del hecho con la contraprueba de tem- peraturas menores en tubos de agar sembrados á un tiempo, colocando algunos de ellos en la estufa á 40 grados; estos se desarrollaron como los anteriores, y aquellos, á la temperatura ambiente, aun no presen- tan señal alguna. Las colonias primeras del agar, obtenidas direc- tamente del hemocultivo, absolutamente puras, eran pequeñas, redondas, lechosas, de centro opaco, sin coloración extraña al blanco. Las obtenidas después por las temperaturas de 40”, son más densas, se agru- pan y juntan, no permaneciendo, como las otras, dis- eretas sino en los bordes. En agar profundo, por punción, y con corriente de hidrógeno abundante—durante 30'—en el apara- to de Novy, se desarrolla en la superficie del agar solamente. Antes de concluir que se desarrolla en anaerobio con la misma rapidez que en contacto del oxígeno libre, sería preciso incubarlo con anaerobios estrictos, que no teníamos á nuestra disposición en el momento, y que nos hubieran servido de testigos TOMO xLVII.—31, 240 ANALES DE LA —experiencia que será una de varias que daremos en un trabajo posterior. Papa.—Hemos encontrado el mismo hecho en es- te medio á 40 grados. No se cultiva, como afirman los autores, á baja temperatura, pero á los 40 grados se desarrolla en 24 horas, hecho que puede llegar á te- ner importancia en el diagnóstico. Azúcares.—Ha sido sembrado en caldo sacarosa- do, maltosado, glucosado, glicerinado, con manita, para probar si produce fermentaciones con despren- dimiento de gas. Se desarrolló en todos, enturbián- dose el caldo en la curva del tubo de Einhorn y en la esfera, no en la rama vertical; después de vaciado el caldo en la esfera y vuelto por inclinación á la dis- posición primitiva, el enturbiamiento mayor fué en los mismos puntos. Em ninguno de los tubos produjo gas. Coloración.—Toma perfectamente todos los colo- rantes; lo decolora pronto el alcohol. No resiste al decolorante Gram. Aparece sin agrupaciones, aun en las preparaciones tomadas de la capa media del caldo. La disposición en diplococo es frecuente. Se observan individuos que toman más enérgicamente el colorante y muchas formas de hemiesferas en los cultivos frescos. No coagula la leche. No produce indol. Aglutinación.—Para investigarla usamos culti- vos recientes y suero artificial, la manera rápida y el procedimiento lento de Nicolle, ya referido. Hi- cimos la emulsión por rotación dal tubo después de añadido el suero, técnica que deja diseminados, se- parados unos de otros los gérmenes, como hemos po- dido comprobarlo antes de hacer la reacción y mien- tras esta se efectuaba. Basta para obtener la emul- sión hacer rotar 40 ó 50 veces el tubo entre los dedos, manteniéndolo verticalmente; enseguida pierde el suero la transpareencia y está dispuesto para la re- acción. Gran parte de las colonias desaparecen en el suero enseguida. La hemos investigado con ocho muestras de san- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 241 gre: seis de enfermos y dos de individuos sanos, ó por lo menos, que no habían tenido fiebre sospecho- sa en los veinte años anteriores. De los enfermos había tres muy sospechosos de fiebre de Malta: el señor Enrique Valdés Harring- ton; el enfermo cuya historia leyó el doctor Casa- bó; el señor Francisco Roca y Casuso, y una seño- rita, vecina de Jesús del Monte, cuyo nombre no po- demos dar, porque no estamos expresamente auto- rizados para ello. Los demás fueron una señora que no tiene más expresión clínica que una fiebre coti- diana de poca altura, otro de fiebre indeterminada y otro, apirético ya, que tuvo fiebres irregulares con- secutivas á trasgresiones de régimen alimenticio. Las diluciones fueron hechas con los títulos si- guientes: SO E o 00d Ra Doo ALDO ma a Mad Srta Saa E ODA ST do: FS GR OS Ol 100) Se hicieron á un tiempo las gotas colgantes de los dos primeros y las diluciones para examinar á las 20 horas, de las ocho muestras. En las preparaciones para examinar enseguida, la del señor R... C... aglutinó en masas considera- bles, con inmovilización y campos limpios en 70 mi- nutos; la del señor V... H... en 90, en masas com- pactas tipo, apretadas, con inmovilidad absoluta, perfecta. El examen practicado á las dieciocho horas reve- 1ó lo siguiente: los tubos de estos dos enfermos esta- ban transparentes; el de la señorita S... apareció 1o9sado sucio, parejo; los demás de color rosado su- cio más ó menos definible. El examen microscópico reveló la aglutinación muy clara de los casos mencionados. En el caso de la señorita S..., pequeñas agrupaciones, sin gér- menes aislados. Esta reacción la tenemos solamente por sospechosa porque no presentó la absoluta lim- pieza de las dos anteriores. 242 ANALES DE LA En los demás los gérmenes estaban libres, movién- dose sin agrupación de ninguna clase. Movimiento —Es á veces activísimo, en el eulti- vo reciente mezclado al suero. Una gota de solución de formol debilitada lo detiene inmediatamente en la gota colgante. Si este agente no produce un tras- torno físico suficiente para suprimirlo, debe consi- derarse el movimiento de este germen como activo. Imoculaciones.—Se hicieron en dos conejos: una en las venas marginales externas de las orejas (3 e. e. del hemocultivo) : y la otra, en el hemisferio ce- rebral derecho. Este último murió á las 48 horas, sin presentar síntomas nerviosos, con pérdida de peso y descenso de la temperatura rectal. En la autopsia se encontró el hígado y el bazo muy blandos y congestionados. Se hicieron. siembras de la san- ere del corazón, del bazo y del hígado. En la primera se encontró el germen puro. El otro conejo está en observación. La siembra de la orina del señor Harrington ha dado el mierococo. La imposibilidad de adquirir un mono nos priva, por ahora, de una valiosa prueba experimental, que será hecha para un trabajo próximo. CONCLUSIONES Primera. La sangre del enfermo de forma elíni- ca onqdulante de Miebre de Malta. “senor Vo. EL produjo sembrada en caldo peptonizado, cultivo pu- ro de un mierococeus idéntico, en los dos balones sem- brados con sangre tomada de dos puntos distintos y con dos jeringas distintas. Segunda. Los caracteres bacteriológicos de este germen: forma, tamaño, particularidades del des- arrollo, agrupación, reacción colorante, reacción de Gram no resistida, decoloración rápida por el al- cohol, incapacidad de producir gases en los medios azucarados y glicerinados, no productor de indol, no tener acción coagulante sembrado en leche, la ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 243 procedencia y, sobre todo, la aglutinación de este gér- men por el suero del mismo enfermo y por el de otro de forma clínica intermitente de fiebre de Malta, demuestran que el mierococo encontrado es de la es- pecie melitensis. Tercera. ¡Quer eliseñor BR O. quien actualmente lleva más de cien días de fiebre cotidia- na que no ha pasado nunca de 38 grados, que ha sido intermitente, con apirexias matinales, con cefalal- glas diarias durante todo ese tiempo, con orquitis muy ligera al principio, artralgias de la mano 1z- quierda y de las rodillas, estado nauseoso ligero y muy constipado en todo el curso de la enfermedad; sin más localizaciones que pudieran explicar el lar- go proceso patológico; padece fiebre de Malta com- probada por la aglutinación producida por su sue- ro del miecrococeus melitensis encontrado en la san- gre del caso anterior. Esta fiebre ha evolucionado al principio con una infección por el paratífico B. de Schottmuller, porque, según se nos informa, dió la reacción positiva dos veces. Cuarta. Que existe en Cuba, clínica y experimen- talmente comprobada, la fiebre de Malta, enferme- dad infecciosa y trasmisible contra la cual la higie- ne moderna puede luchar con éxito feliz, como lo demuestra la desaparición de la enfermedad en la guarnición militar de Malta ya referida, con la sin” ple proscripción de la leche de cabra. 244 ANALES DE LA Discurso del Presidente de la Academia de Ciencias Dr. Juan Santos Fernández, en la inauguración, en Sagua, de la estatua del Dr. Joaquín Albarrán, 1? de Enero de 1911. (1) - Señoras y Señores: Sagua, la envidiada cuna de Joaquín Albarrán, le levanta hoy un monumento, para perpetuar la memoria de sus triunfos conquistados en país ex- tranjero; y la, república cubana, desde el honora- ble primer Magistrado, hasta el más humilde ciu- dadano, se han asociado de buen grado á tan noble empeño y patriótica idea. El niño que un día recorrió alborozado, cual alada mariposa, estas calles y esta misma plaza en que se le inmortaliza, supo elevarse á la mavor altura á que ha llegado en las ciencias el talento cubano, obte- niendo en uno de los centros de mayor cultura de Wuropa, en la Facultad de Medicina de París, una cátedra, que equivale á exclamar: ¡Soy todo ya! Su patria, llena de legítimo orgullo, y no pudien- do tenerle en su seno, porque es pequeña para tan sigante inteligencia, se resigna á su alejamiento; pero ha querido admirar constantemente su efigie; v desde este día Joaquín Albarrán vivirá entre los suyos de cierto modo. Que si la ciencia lo tiene apri- sionado lejos de aquí por la atracción de su talento, esto constituye, fuerza es confesarlo, la mayor com- rlacencia para sus hermanos, que se sienten satis- fechos de verlo sobresalir entre los que más han he- cho; entre los que más saben, entre los hombres que están á la cabeza de la cultura y del progreso, en el corazón de esa Francia, origen de los adelantos mo- (1) Publicamos este discurso en los Awanes, por haber sido pro- nunciado en nombre de la Academia y por tratarse del académico de mérito, Dr. Joaquín Albarrán y Domínguez. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 245 dernos, que no se agota nunca; grande desde Juana de Arco hasta Napoleon; inmensa y portentosa con Pasteur, que fué asombro de sus contemporá- neos, y lo será de las generaciones que nos sucedan. Y en esa tierra que ha producido héroes y cerebros privilegiados, tanto como tiene estrellas el Firma- mento, hubo un lugar para el hijo querido de Sa- gua; y pudo ser alli astro cabaz de enviar sus rayos de luz á otros países de análogo avance intelectual que han sabido apreciar y avalorar la fuerza lumi- nosa del que desde tan alto la emitía. Albarrán no ha olvidado nunca la modesta villa en que se deslizó su dulce infancia; y cuando el hilo de su existencia llegue naturalmente á cortarse, ex- clamará ciertamente lo contrario que Scipion el Africano; pedirá que sus restos reposen en la tierra, risueña por sus palmeras y que con su sol de fuego y su feracidad peregrina imprimió á su célula ce- rebral la vitalidad del genio, la potencia del sabio, la fecunda imaginación del poeta, y á su palabra la grata armonía con que ha seducido siempre á los que le han escuchado, y el estilo conceptuoso del que en cada pensamiento encierra una verdad, y en cada idea un poema de ciencia y de esperanza. No ha mucho: cuando nos cupo el honor de hacer justicia á los merecimientos de otro hijo de Sagua, el Dr. Enrique López, prematuramente segado por la hoz del destino; pero con la frente orlada de va- liosa diadema obtenida por el estudio y la práctica profesional, recordamos la amistad con Albarrán, nacida en los bancos de una escuela de esta villa, y señalamos igualmente la coincidencia dolorosa, de que mientras se rendía Enrique López, víctima del azote social que lleva al sepulero un millón de seres humanos cada año, Albarrán, amagado siniestra- mente, buscada en el mediodía de España, los ele- mentos de resistencia que su naturaleza debilitada por el estudio demandaba. Si no hubiéramos tenido la suerte de verlo resta- blecido, hubiera podido ocurrir, que mientras Sa- 246 ANALES DE LA gua, cual madre amorosa y Justiciera lo elevaba á lo más alto de la gloria, erigiéndole un monumento, el Hado impío le hacía descender á los tenebrosos mis- terios de la eternidad! Pero esto que hubiera podido suceder, no ha ocurrido para satisfacción de los eo- razones que laten por su felicidad. Por suerte, no hemos palpado el singular contraste, que semela á lúgubre pesadilla; de que resonara el aplauso y el llanto al mismo tiempo; el hosanna y el fatídico do- blar del bronce confundidos, y que haría recordar la coronación del Tasso en el Capitolio de Roma, in- terrumpida porque unas horas antes de que luciese la bella alborada del día en que la ciudad eterna, al- fombrada de flores y vestida de alegres galas, se pre- paraba para ceñirle los laureles, el gran poeta dejó de existir. Apartemos con horror tan tristes presentimien- tos; bendigamos al Cielo que nos ha permitido, gra- cias al cable, hacerle saber en estos instantes que sus hermanos se agrupan para vitorearle y consagrarle inmortal. Imaginemos con grato optimismo, que una nave cuyas velas henchidas le impulsan hacia nosotros, no tardará en hacerlo llegar feliz á nuestras playas, á fin de que reciba el ósculo que confirme el amor de este pueblo, que en presencia de su efigie le consagra como el hijo predilecto de la villa que le vió nacer. Señoras y Señores:—Es inútil que intentemos ahora, enumerar las obras y trabajos del doctor Al- barrán, del mismo modo que los títulos y honores miúltiples obtenidos por su indiscutible competen- cia, en el corazón de la vieja Europa; allí donde un sin ero de adalides disputan en la arena del sa- ber, la suspirada meta por él alcanzada, sin llegar los más, á poner en ella sus manos. Este solo hecho condensa la superioridad mental de que está dota- do, y le consagra como el hijo de Cuba, repetimos, que ha levantado más alto el vuelo del entendimiento en los espacios de la ciencia, en una atmósfera que ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA $ LOS A200c5 EA e LEN EN EA a Qe Sar Cubano E E AMLO a Lt En or e eso eo Es 0 14d ¿a »o4488 DETOA AL ALO A A PATOS E MI ES Estatua del Dr. Joaquín Albarrán y Domínguez, inaugurada en Sagua la Grande, el 1.2 de Enero de 1911. AA AS ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 247 parecía no poder soportar las poderosas alas de los entusiastas contendientes. ¡ Venturosa Sagua, en la linfa cristalina de tu co- rriente próxima, que desde el aurífero ** Escambray ” hasta el mar, se desliza mansamente y murmura en- vanecida las glorias del sabio van los votos que ha- cemos, porque sea larga y plácida su existencia; y en las rizadas olas del Océano, llegaran hasta las márgenes del Sena, para halagar el oído del insigne Maestro, á la manera de un himno melodioso, que lo enagene y le inunde en dichas y encantos no sonados ni imaginados! ¡Ob ilustre Albarrán; permíteme que imagine es- tar en tu presencia realmente, que la fantasía me forje la ilusión de que la sustancia inerte que te re- presenta, adquiere vitalidad efectiva, que brillen tus pupilas, y que vibre tu enérgica palabra ante un au- ditorio postrado á tu grandeza, y arrobado por la influencia de tus méritos! En estas cireunstancias, con acento de patriota, ejercerás acción poderosa en la condición psicológica actual de tu nación y ful- minarás, como cuando Moisés otorgó á los suyos des- de el Sinaí el Decálogo, un alerta á tus hermanos, pa- ra excitar los ánimos enervados y en los que pare- ce como extinguirse el sentimiento puro que produjo á Yara y á Baire y al parecer olvidar “el sacrificio ingente de dos generaciones de cubanos en aras de la Independencia y la República”. Exhórtalos á ale- jarse de otra Cápua, en que como siempre, se entro- nizan los placeres y los vicios. ¡Tú que eres grande, que encarnas el genio, que por tu mentalidad superior tienes el derecho de re- querirnos; lamenta, condena, que después del triun- fo, tu pueblo, que fué eminentemente agrario, y Áá ésto debió su fama mundial, desdeñe la enseñanza saludable de Cincinato! En buen hora que se haya erigido el arado como emblema de libertad; pero que no se tenga á menos empuñar su esteva y horadar la tierra; la tierra que da siempre bendecidos frutos y hace á las naciones TOMO XLVIML.—32, 248 ANALES DE LA poderosas y grandes, cual ocurre á nuestra omni- potente vecina, la república norte-americana, cu- ya última cosecha le ha producido nueve mil millo- nes de dollars, y acontece ahora allí que el mejor sport de la juventud adinerada es el cultivar, de la manera más perfecta, un fruto cualquiera de utili- dad general. ¡ Proclama egregio Albarrán, con el poder que tu nobleza inspira, la necesidad de conservar yv cultivar la tierra legada por nuestros mayores, y base del do- minio nacional como lo reconoce nuestro actual Se- eretario de Agricultura, el Dr. Martínez Ortiz, por- que entiendo con Tolstoy que la solución del proble- ma social está en el cultivo intensivo y creciente de la tierra! ¡Cual otro Caton execra, insigne cubano, la iner- cia del compatriota que busca en los placeres de la urbe el olvido de los sentimientos más puros de la patria: condena que el ciudadano, ayer valiente sol- dado y antes labrador, deteste á Ceres, y tienda á ser esclavo de la holganza, del v ituperable ocio y figu- ra decorativa de los salones, ó busto inservible de Tas oficinas y garitos en los centros urbanos! ¡Haz doblemente santa esta solemnidad,.en que te divinizamos, en que te ungimos soberano, no porque esgrimas la fuerza ó el poder de los tiranos, ni por- que ofrezcas oro y gerarquías, sino porque tienes la única soberanía, la del genio, que se impone en to- das partes y á todas horas! Señoras y señores: —Si Sagua desde este momen- to, por su generosa iniciativa, 2pso facto, ha con- quistado el más preciado galardón, al haber exalta- do sobre ese pedestal, al hijo predilecto, su obra no solo ha de tener un reflejo de alcance limitado, por- cue hará despertar el alma dormida de nuestra na- cionalidad, sino que cada ciudadano poniendo su diestra sobre el corazón, procurará evocar los manes de nuestros redentores, y fiará en el porvenir, en la paz estable que no produce víctimas ni ensangrien- ta el suelo, y sí engrandece á la humanidad y alienta ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 249 al honrado bregar en la campiña, el comercio, las artes y la ciencia. La ley y el orden ha dicho el es- eritor norte-americano Petermann, son necesarios en todas partes para la paz y seguridad, libertad y ventura del pueblo, porque la verdadera libertad v la verdadera ilustración no pueden existir sino re- guladas por la ley. ¡La Ciencia! ¡Oh Albarrán! Esa deidad sublime, á quien ofreciste tus preces y ha correspondido da- divosamente á tu culto convirtiéndote en su más no- ble sacerdote; te ofrece ahora en mis labios trému- los de admiración, el testimonio de amor y respeto de sus constantes servidores, que son á la vez tus hermanos, de la Academia de Ciencias Médicas, Fí- sicas y Naturales de la Habana, en la que, por suer- te v honra nuestra, tienes un elevado puesto, desde los primeros triunfos en tu brillante apoteosis. ES He aquí los datos que nos proporciona el Dr. García Casariego, otro hijo de esta comarca, que cultiva el mismo género de es- tudios que el Dr. Albarrán, y ha sido su discípulo. —Hizo sus estudios en la Habana, Barcelona y Madrid, terminándolos en París. —Ayudante del profesor Malassez en el Colegio de Francia. —Externo, y después Interno, de los Hospitales de París, ocupando el primer lugar por su trabajo sobre sistema óseo (1884). —Se graduó de Doctor en la Facultad de Medici- na de París, con una tesis titulada “Le rein des uri- natres” (1889), notable trabajo sobre el estado del riñón en los enfermos de las vías urinarias. —Durante sus estudios de medicina, se dedicó á los trabajos de Laboratorio, los cuales le llevaron á la investigación de cuestiones muy importantes de Patología general. Jefe de Clínica de la Facultad de Medicina de París. —Profesor agregado, Cirujano de los Hospitales y Caballero de la Legión de Honor. 250 ANALES DE LA —Profesor titular, habiendo sido nombrado por voto unánime del Claustro de Profesores de la Fa- cultad de Medicina de París, para sustituir al maes- tro Félix Guyon, en la cátedra de Clínica de las en- fermedades de las vías urinarias (hospital Necker). El profesor Joaquín Albarrán pronunció su lee- ción inaugural el 14 de Noviembre de 1906. Presidente del Primer Congreso Internacional de Urología, que se reunió en París (1908). —Oficial de la Legión de Honor. Ha publicado, entre otros, los libros siguientes: Les tumeurs de la vessie—Paris—1892. Maladies du rein et de luretere. Maladies de la prostate et retrecissements de luétere.—Traité de Chirurgie clinique et operatoire de Le Dentu et P. Delbet—1899. Les tumeurs du reim—1905. Explication des fonetions renales.—1905. Medecine operatoire des voies urinaires—1910. Su labor científica, en colaboración con Guyon, puede verse en las obras del fundador de la Escuela de Necker y en la relación de trabajos científicos, habiendo aparecido muchos de los referentes á su es pecialidad al presentarse como aspirante á la cáte- dra que desempeña actualmente. El profesor Joaquín Albarrán ha publicado un eran número de trabajos científicos, habiendo apa- recido muchos de los referentes á vías urinarias en el periódico '“Annales des Maladies des organes gé- nito-urimnaires””, del cual es director en unión de Gru- von y de Lancereaux, este último fallecido reciente- mente. Nuestro ilustre compatriota ha sido siempre el discípulo predilecto y querido del célebre profesor Guyon de la Escuela de Necker, uno de los creadores de la Urología. Han sido también maestros de él, en la Facultad de París, entre otros, Trélat, Brouardel, Malassaz, Grancher, Ranvier yv Le Dentu. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HARANA 251 ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 22 DE SEPTIEMBRE DE 1911. Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario. —Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes. —De número.—Dres.: A. Agramon- te, J. P. Alacán, G. Alonso Cuadrado, G. Alróstegui, E. B. Bar- net, F. Grande Rossi, G. López, J. A. Presno, M,. Ruiz Casabó. Al abrir la sesión, y como muestra de deferencia á los fami- liares del doctor Pedro Albarrán que asisten á ella, el doctor Juan Santos Fernández dá lectura á un trabajo necrológico de- dicado á honrar la memoria de aquel ilustrado compañero, re- cientemente arrebatado por la muerte al cariño de sus familia- res y á la consideración y aprecio de sus compañeros y conte- rráneos. Terminado este trabajo se procede á la lectura del acta de la 4) sesión anterior (29 de Agosto), la que fué aprobada. 1 Y . . . . Se dá cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—De la Secretaría de Hacienda, trasaladando de- ereto por el que se destina para las obras del edificio de la Academia un rédito de veinte mil pesos. Un pliego cerrado procedente del Laboratorio de la Cró- nica Médico-Quirúrgica de la Habana, depositado en la Se- eretaría de la Academia, para ser abierto en su oportunidad ó retirado por sus depositantes. Salida.—A la Comisión del Servicio Civil, remitiendo infor- me aprobado en la sesión del 29 de Agosto sobre e! recurso de apelación establecido por el Dr. Juan F. Milanés. El Sr .Presidente asistió en representación de esta Academia, á la apertura de los tribunales, y á la de las escuelas públicas. El Sr. Presidente ordena la apertura del pliego depositado 202 ANALES DE LA en la Secretaría, de que antes se dá cuenta. Dicho pliego dice así: Habana, 2 de Septiembre de 1911. Sr. Presidente de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana. Señor: Los que suscriben, autores de los trabajos sobre fiebre de Mal- ta, presentados á la Corporación de su digna presidencia, en la noche del 29 de Agosto último, declaran que, por error de técnica en el reactivo Gram cometido antes de ese día y encon- trado después de esa fecha, se ven obligados, por creerlo un de- ber, á suspender las conclusiones expuestas en dicho trabajo, respecto del germen encontrado en la investigación experimen- tal, hasta que en fecha posterior y oportunamente presenten á esa Corporación la ratificación ó rectificación que sea del caso. Respetuosamente, (f) Federico Grande Rossi,—Manuel Ruiz Casabó. Concluída la lectura de este pliego, el Dr. GFrande Rossi dice: Deseo hacer uso de la palabra breves instantes, para expli- car ligeramente lo ocurrido respecto de los estudios del doctor Ruiz Casabó y míos. Es muy doloroso cometer un error y conocerlo, pero lo es más aun la confesión, por más que el deber lo impone, como en este caso. El error de clasificación del germen es mío, cosa que aun no me explico, porque he practicado y visto dos mil veces quizá la reacción de Gram. Pero, aparte de esto, debo agregar que hemos encontrado un germen, mierococecus, en la sangre del enfermo de Jesús del Monte, presente en los dos balones sembrados con sangre dis- tinta, recogida con jeringas distintas, agujas distintas y de puntos venosos distintos; que ese germen fué aglutinado por el suero del enfermo que lo dió; que no es saprofito vulgar esa es una prueba, y, además, ha matado varios conejos, cada vez á mayor tiempo. Su fácil cultivo excluye los micrococos de Wei- chlelbam, el pneumococo, el gonococo; el no decolorarse por gl Gram, el citanhelis y el melitensis; el no decolorar ni coagular la leche; ni agruparse en sistema alguno, excepto en diploco- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 253 y no siempre—excluye los estafilococos, estreptococos, pió- eo senos y tetrágenos. Continuamos estudiando este germen y no diremos nada más respecto de él hasta que el éxito ó el fracaso sean completos. El Dr. José P. Alacán informa acerca de un escrito proce- dente de la Secretaría de Agricutura, Comercio y Trabajo, en que dicho centro pregunta si existe algún preparado conocido con el nombre de Urano ó de Inyección de Urano, para cura- ción de gonorreas, uretritis, ete., á los efectos de la inscripción eomo marca industrial. Basado el ponente en la existencia del metal urano y en el espíritu que inspira al artículo quinto de la vigente Ley de Marcas, afirma que no puede aceptarse co- mo inseribible á los efectos de dicha ley la expresada denoml- nación Urano ó6 Inyección de Urano. Sometido á votación fué aprobado dicho informe, haciendo antes el doctor Alonso Cuadrado algunas consideraciones sobre el metal en cuestión y las aplicaciones de sus sales. El doctor José A.Presno presenta un trabajo sobre el Insti- tuto Rockeffeller de investigaciones experimentales, al cual vi- sitó últimamente, y se detiene sobre todo en la descripción del departamento de trasplantaciones orgánicas, á cargo del profe- sor Flexner. Por lo avanzado de la hora tuvo que suspenderse la lectura de su otro trabajo anunciado en la orden del día, acerca del Divertículo de Meckel y apendicitis, posponiéndose para la pró- xima sesión. Antes de terminar ésta, el señor Presidente excusa la falta de asistencia del señor Vicepresidente doctor Méndez Capote, por el reciente fallecimiento de una hermana, acordándose par- ticiparle oficialmente la condolencia de la Corporación por la desgracia que le aflige, Con lo que se dió por terminada la sesión. 224 ANALES DE LA EL DR. PEDRO ALBARRAN. POR EL Dr. Juan Santos Fernández. (Sesión del 22 de Septiembre de 1911.) Señores académicos: La Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Na- turales de la Habana, fiel cumplidora de su misión social, no olvida ni ha olvidado nunca rendir home- naje, á cada uno de los que se han esforzado de al- gún modo en contribuir al perfeccionamiento de nuestras Instituciones y al mejoramiento de nues- tras costumbres, aun cuando no integren precisa- mente, el número de los que constituyen la Corpo- ración. Hoy nos toca el triste encargo de OCUPArnOS del doctor Pedro Albarrán y Domínguez, que el día diez de Agosto del corriente dejó de existir, cuando su inteligencia prometía aún frutos sazonados, con- secuencia de un sólido estudio, y su vigorosa acti- vidad, análoga producción, necesario resultado de la especial práctica médica que con fervor abrazó. Para estímulo de la juventud que nos ha de suce- der, no podemos ni debemos dejar pasar en silencio, lo que ha ocurrido con el doctor Pedro Albarrán. Obligado por las exigencias imperiosas de la vida, cual es lo corriente, Albarrán al- terminar sus estu- dios en 1875, en la Facultad de Medicina de Barce- lona, con gran aprovechamiento, como lo atestiguan los numerosos compañeros de aquella época, alguno de los cuales nos escucha, volvió á Cuba en 1877, y se fijó paa ejercer la profesión en el pequeño po- blado de San Diego del Valle, próximo á Sitiecito, cerca de la finca en que vió la luz primera, el 26 de Abril de 1854, y que en la actualidad es un central, “El Salvador”. ANALAS DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Dr. Pedro Albarrán y Domínguez, 26 Abril 1854—10 Agosto 1911. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 259 A AAA Ss Su padre, ya ciego, no podía por tanto prolongar su tiempo de permanencia en Europa, y Albarrán dió en breve, señales de su actividad, haciéndose co- nocer pronto, por el estudio que publicó de una epl- demia de fiebres, que diezmó el poblado y alarmó la comarca, aterrada por la mortalidad. Su manera de conducirse desde el primer momen- to es un mentis, para los que suponen que siempre un médico de campo no puede orientar su inteligen- cia recta y atinadamente, ni contribuir dé algún mo- do, al progreso de las ciencias médicas. En todos los tiempos se ha comprobado que es pe- noso en todas partes la vida del médico que ejerce en comarcas carentes de caminos, y en que hay que recorrer grandes distancias, á veces al través de abruptas sierras ó vadeando peligrosas corrientes, para asistir á los enfermos; pero esto no quiere de- cir, que les esté vedado, aún á costa de mayores sa- erificios, el cultivo de la ciencia, que con comodida- des realiza el que vive en los grandes centros de po- blación, y, sin embargo, no hay que suponerlos á todos por igual desposeídos en absoluto de poder en- cauzar su Inteligencia en un sentido útil y elevado. Buen ejemplo de ello fué, el descubridor de la va- cuna contra la viruela, en Inglaterra, el inmortal Jenner, que siendo médico de aldea, asombró al mundo con su espíritu observador. Entre nosotros no son pocos los médicos que des- pués de ejercer en el interior ó en el campo han ve- nido á las capitales no desprovistos de un bagaje de observación que han perfeccionado yendo ó no yen- do después al extranjero. Esto significa que debe- mos fijar en ello nuestra atención, en provecho de la clase, y que el amor á las ciencias es como el amor á las artes, que inspira al músico y al poeta, v les hace descubrir armonías y perspectivas en el in- apercibido rumor de las selvas y en el murmullo del arroyuelo ó en el matiz de las florecillas del prado, cosas que todos oyen y. ven y en que pocos se fijan. Una de las cualidades más encantadoras del doe- TOMO XLVII.— 339. 256 ANALES DE LA tor Albarrán era su perfecta ecuanimidad, que se traducía por una esquisita afabilidad y la tendencia sabia de mirar la vida por el lado en que suele osten- tar colores de purpurina rosa, cuidando evadir las espinas que también tiene. Más de una vez, en la inti- midad, nos refirió curiosas anécdotas propias, en que resaltaba su inclinación á no dar á los hechos más valor que el que estrictamente tenían, y en esa misma intimidad recordamos también, con cierta pena unida al reconocimiento, una escena en que la vehemencia de nuestra parte se anuló un día, al encontrar la resistencia suave que le opusiese su ideal carácter. Discutíamos solos, vivamente, cuando nos dijo, dejándonos desconcertados: “si yo tuviese la vehemencia que usted desplega, rehiríamos; pero no hay peligro de ello, yo le quiero á usted y es- toy persuadido de que usted, seguramente, no in- tenta lastimarme”. Ante tanta bondad, e nsido es decir que nos dolimos y mucho de la excitación de nuestros nervios y que le quedamos tan reconocidos, que no hemos titubeado, en sobreponernos ahora, al natural amor propio, en aras de la verdad y de la justicia, refiriendo el suceso, pues de este modo, con satisfacción legítima, depositamos esta delicada flor de fragancia moral, sobre su tumba todavía entre- abierta. Su bondad no llegaba, sin embargo, como en al- gunas personas, á dejar de ser beneficiosa, por la tendencia de no hacer oposición, debido á excesos de miramiento, que matan cualquier buen propósito, á causa de exagerada condescendencia; no, sabía oponerse con mesura; pero con tesón, y su refinada cultura, le hacía triunfar muchas veces, dejando *n- tactos los fueros y respetos que se deben á las per- sonas bien educadas. Si en todos es censurable la falta de dominio de los nervios, que nos expone á no recibir hasta con agrado lo desagradable, como es preciso que suceda, si se quiere alcanzar la relativa perfección; en el mé- dico es más censurable aun esta falta, porque casi ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 207 siempre, está al servicio de los que sufren ó se creen enfermos, y por eso esta cualidad de tolerancia ili- mitada, resaltaba tanto en el doctor Albarrán. En él, un contrario modo de ser, hubiera podido tener disculpa, porque los males que le aquejaban, no le abandonaron nunca, desde larga fecha, y al que padece no se “uede pedir buen humor, ni sobra de dulzura en el carácter. Hentos creído siempre que, las más de las veces, la excitación nerviosa es innata, y que la educación y el continuado trato social desde la niñez, la modi- fica; pero no la estingue; á lo más puede ocurrir, cuando se desea dominarla, que se llegue á empren- der la manera de eludir las oportunidades, de expo- nerse á las ocasiones en que se exteriorice la acritud del carácter que aquella provoca. Quien como nosotros no haya rehuído nunca, sl- no por el contrario haya buscado constantemente, el trato y el comercio de ideas con sus colegas, duran- te largo tiempo, y en múltiples cireunstancias sabe cuántas veces se ve uno honrado con la tolerancia de los demás, en atención ó en gracia, de el buen inten- to que nos ha guiado siempre y en todos los mo- mentos. Albarrán era un “causeur”” de la escuela de su ex- celente amigo el notable jurisconsulto, González Lanuza, y en algunos Centros, como el Ateneo, ver- bigracia, le rodeaban los amigos para oirle, y de ellos sobresalía por su elevada estatura y por su discrec- ción. Sabía dirigir con acierto la marcha de los alfiles, torres y caballos, para llegar á un mate, y por su buen gusto en las artes, muy especialmente en la pintura, de que conservaba buenos ejemplares, era consultado con frecuencia. En su hogar, más que el jefe de éste, era el com- pañero de todos, con quienes compartía el afecto, ha- ciéndolos felices; por eso al dejarlos solos, deploran doblemente su ausencia. Si nos hemos detenido en discurrir acerca de las 238 ANALES DE LA cualidades morales, ante todo, del doctor Albarrán, ha sido, porque entendíamos que-no podíamos ni de- bíamos posponerlas, y tiempo es ya de que nos ocu- pemos de su inteligencia, es decir, de sus facultades intelectuales y de lo que ellas produjeron. Su vida, verdaderamente científica, se inició al formar parte de la misión que, en 1886, envió la Cró- nica Médico-Quirárgica de la Habana á Enropa, pa- ra estudiar los nuevos descubrimientos de Pasteur é implantarlos luego en Cuba, como: se hizo. Cuando llegó á París, ya su hermano don Joa- quín empezaba á brillar como astro de primera magnitud que se dirigía seguramente al Zenit de la gloria, al que llegó en todo su apogeo; pero desgra- ciadamente hoy herido por penosa dolencia, se ve obligado al reposo, privando á la ciencia por el mo- mento de la abundante contribución de su inteligen- cla. Corf notable aprovechamiento siguió el doctor Pedro Albarrán las huellas del excelso hermano y pudo pronto, al volver aquí, demostrar sus dotes indiscutibles en la especialidad á que tanto brillo ha dado, cual se demuestra en sus limitados pero inte- resantes trabajos, cuvos títulos copiaremos al final, pues aunque cortos, son suficientes para mostrar su competencia. La operación de la litotricia le fué tan familiar, que cuando se la veíamos practicar, nos imaginába- mos, y así es, que se trataba de algo, que solo des- pués de poseer su ejecución de una manera irrepro- chable, resulta como tantas maniobras quirúrgicas: fáciles movimientos manuales de trascendencia co- losal. Hoy, como todos sabemos, el cirujano después de un diagnóstico tan seguro como se lo permite la clínica con ayuda de un sin número de elementos, para esclarecer los hechos, marcha sereno sobre el campo operatorio bien estudiado y de antemano pre- cisado, con la seguridad del éxito, que le proporcio- na las todavía recientes conquistas de la ciencia. Y es que el médico conocedor de su deber, llega á ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 259 obsesionarse por salvar la vida del enfermo, aun comprometiendo la suya propia. Son del dominio del vulgo los hechos y los nombres de los que han sucumbido en estos últimos años nada más, luchan- do en bien de la humanidad, por el avance de la ciencia.ó en contra de una dolencia determinada: Clarence Dyley (1) ayudante de Edison, el doctor Luis Weigel (2) de New York, y el doctor Cox y el doctor Ewards, mártires son del estudio y apli- cación de los ravos Roentgen ó rayos X, del mismo modo de Sharps, Seneca Powell (3), Regnier (4) y Mac Feyden (5) perecieron realizando investiga- ciones de laboratorio con gérmenes de enfermeda- des que se les comunicaron. ¡Ah señores ! estos héroes son los que enardecen á la juventud, que arrostra sin presumirlo, porque nadie tiene una idea de lo que no conoce, una carre- ra sellada de sacrificios desde los comienzos, bien entendido para el que no la toma como un simple mercantilismo, que si la toma, tiene que abandonarla ó si persevera en ella así, hallará forzosamente el aislamiento profesional, carecerá en primer térmi- no del espíritu de cuerpo, que debe crear la cordia- lidad mutua de la clase á que ese pertenece, no re- nida con la necesidad por cada cual sentida, de sub- venir á las exigencias de la vida, de que nadie pue- de eximirse de mal ó de buen grado. La tendencia cooperativa ó de ayuda mutua, el co- lectivismo, que informa y mueve al mundo en los momentos actuales, se impone en la clase médica, y no puede eximirse ella de aceptarlo decorosamente, v, dicho sea, de paso, hombres del carácter concilia- dor del doctor Albarrán son los llamados á dar vida á este movimiento salvador. (1) Dyley sufrió horrible agonía durante muchos meses. (2) Weigel muerto en 1908 soportando varias operaciones. (3) Powell pereció en la atrevida investigación del ácido fénico. (4) Murió con el Dr. Sharps á consecuencia de una autopsia. (5) Pereció haciendo experimentos con las bacterias de la fiebre ti- foidea para encontrar una vacuna. 260 ANALES DE LA Réstanos sólo ocuparnos del doctor Albarrán des- de el punto de vista de la política, en la que rara vez el médico, por alta que sea su categoría científica, sale ileso ó sin dejar girones de su honra en sus in- trincados zarzales. Así tiene que suceder, porque por regla general son muy distintos los derroteros del iedies y del político. El primero persigue la sa- lud del enfermo y el político va tras la ambición cie- ga del poder, en sus múltiples aspectos, salvo excep- ciones. Significa el primero, el sacrificio en aras del cumplimiento de su alta misión aunque aparente- mente modestísima ; el segundo personifica las más de las veces, el atropello de todos los derechos y el des- dén de los más sagrados afectos, si fuese necesario, para llegar á la meta de sus soñadas aspiraciones ó de los caprichosos apetitos creados por la fantasía. Es la política, como sabemos, un enmarañado dédalo del que no logran escapar sin emponzoñar el alma, más que los espíritus fuertes, que desprecian la con- eupiscencia y solo rinden culto á la equidad y á la justicia para servir honrosamente á la patria, y así lo entendió el doctor Albarrán, que por voluntad de sus conterráneos ocupó varias veces un puesto en la Cámara de Representantes y allí se esforzó en ser útil á sus conciudadanos y también á la ciencia, en cuyos problemas intervino, siempre con alteza de miras. Señores: pasar por el mundo, como nave que eru- za velozmente el mar embravecido, sin dejar estela más ó menos duradera, es lo corriente, lo vemos to- dos los días; pero cuando se deja aquella como ras- tro limpio y luciente, queda grabada en la concien- cia de sus contemporá áneos la huella del tr anseune, y se consigue, lo que está reservado á los menos, pa- sar á la posteridad, que guardará piadosa el recuer- do de los meritorios, é inseribirá el nombre de Pe- dro Albarrán entre los que supieron con su valer científico y sus virtudes honrar la patria honrán- dose ellos mismos también. Cada vez que cae uno de los que lucharon en las 'ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 261 filas en que tantos nos alistamos, desde larga fecha, y advertimos el hecho, el corazón desfallece, las es- peranzas parecen que se borran, la desilusión inva- de el espíritu y lo nubla todo, como si estuviéramos en las tinieblas, imaginamos oir una voz dolorosa que grita: ¡atrás, es inútil luchar!; pero es ahogada, como en el campo te batalla todos los ruidos, á la voz de mando, por otra más alta y sonora que ordena avanzar, pues mientras haya vida, como en un com- bate, hay que cumplir con el deber r, y el nuestro es cultivar la ciencia, inquirir la manera de disminuir los males que aquejan á la humanidad, y en esta fae- na hemos de permanecer, hasta la víspera de nues- tra desaparición de la tierra, ni más ni menos que lo ha hecho nuestro insigne y llorado compañero, el doctor Pedro Albarrán. Llegue á los suyos, llegue á su sepulero, del mis- mo modo que los tibios rayos de la luna que en noche silenciosa descienden á besar sus mármoles, la des- pedida cordial que le enviamos los que á su lado nos esforzamos en el cumplimiento de los deberes profe- sionales. INFORME SOBRE UN PREPARADO INDUSTRIAL. POR EL Dr. José P. Alacán. (Sesión del 22 de Septiembre de 1911.) Sr. Presidente, Señores académicos: La Secretaría de Agricultura, Comercio y Tra- bajo, en comunicación del día 12 del mes de Agos- to último, marcada con el número de salida 7719, solicita de esta Corporación le informe si existe al- cn preparado conocido con el nombre de “Urano” “Inyección de Urano”, para curación de gono- A uretritis, etc., con objeto de resolver sobre la 262 ANALES DE LA inscripción de la marca denominada “Inyección de Urano”. La ley vigente de marcas, determina en su artícu- lo quinto, que no pueden inscribirse las denomina- ciones con que en el comercio se conozcan las mer- cancías. Sabemos que en la tercera sección de la segun- da familia de los metales, acompañando al cromo, manganeso, hierro, niquel y cobalto, existe uno de- nominado Urano, que si bien al estado metálico no ha tenido aplicación terapéutica, sus sales, aunque poco, han sido empleadas. Dado el espíritu que inspira el artículo ya citado de la ley de marcas, de no vincular en determinada persona el privilegio de usar los productos ya co- nocidos, y siendo el urano un metal ya descrito des- de hace tiempo en las obras clásicas, es de opinión el académico que informa que no puede aceptarse como inscribible á los efectos de la ley de marcas la denominación de “Inyección de Urano”. La Academia, no obstante, con su más elevado eri- terio, resolverá. La obra del Instituto Rockefeller de investigación médica POR, EL Dr. J. A. Presno y Bastiony. (Sesión - del 22 de Septiembre de 1911.) En sus diez años de existencia, la institución fun- dada y sostenida por el multimillonario norte-ame- ricano Rockefeller, para la investigación de los pro- blemas médicos, ha realizado una labor de utilidad y de trascendencia considerables. Cuarenta investigadores se consagran actualmen- te al estudio de las causas y del tratamiento de las enfermedades en aquella colmena científica en la que el espíritu de disciplina, el rigor de los métodos y el LA HABANA CIENCIAS DE 4 DE ANALES DE LA ACADEMIA IO MON "LO[[9J9ADO0H O1MJ19SUT [9P_ ISLA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 263 esfuerzo colectivo de tantas actividades é inteli- gencias, encuentran su mejor auxilio en los recursos suministrados por una bien entendida generosidad; allí se agrupan biólogos, químicos, fisiólogos, médi- cos y cirujanos, de diversos países, como para de- mostrar que las concepciones originales y los descu- brimientos científicos, no son patrimonio de ningún pueblo, sino función de disciplina, de laboriosidad, de espíritu de asociación... y de dinero. En un sitio pintoresco de Nueva York, á orillas del East (calle 66 y avenida A), se levanta el Insti- tuto fundado en 1901 por John D. Rockefeller, “for the purpose of promoting original resear ch into the causes and treatment of diseases. ” Consta de tres edificios: dos mayores, uno destinado á laboratorios y otro á hospital, y entre éstos uno más pequeño en que se aislan enfermos contagiosos. Cuando visita- mos el Instituto, en el primero había unos cua- renta enfermos; en el segundo, todos los enfermos eran niños con poliomielitis aguda. Dirige el Instituto, y además el departamento de bacteriología, el profesor Flexner; el departamen- to de química se halla bajo la dirección de Levene; el doctor Loeb dirige el laboratorio de biología; Auer, el de fisiología; Carrel, el de cirugía experl- mental. Al profesor Flexner se le debe el suero de su nom- bre, tan eficaz contra la meningitis cerebro-espinal epidémica. Inmunizando caballos por inyecciones subcutáneas, después intravenosas, de cultivos del meningococo de Weichselbaum, á dosis crecientes, obíuvo Flexner la medicación específica: de la en- fermedad. Las experiencias de Flexner y de Lewis sobre la poliomielitis aguda, transmitiendo en serie la en- termedad, en el mono, é inoculándola á otras espe- cies animales, hacen concebir la esperanza del des- cubrimiento de su sueroterapia específica; aunque el mismo Flexner hace constar, que el tratamiento TOMO XLVInI.—94, 264 ANALES DE LA por el suero de la parálisis espinal infantil, no de- be ser considerado en la actualidad sino en el perío- do “estrictamente experimental””, y que no puede siquiera predecirse, si al fin se obtendrá el suero es- pecífico de la poliomielitis. El Profesor japonés Hideyo-Noguchi, ha cultiva- do en este mismo laboratorio del Rockefeller, el Treponema pallidum. Es el primer investigador que ha obtenido lesiones específicas (orquitis sifilí- tica en conejos) por la inyección de cultivos puros de Preponema, y que ha dado por lo tanto á este mi- eroorganismo, la sanción experimental que le falta- ba para ser considerado como agente causal de la sí- filis. Fis un paso de avance considerable, no solamen- te para el diagnóstico de la enfermedad por los dis- tintos procederes de suerodiagnóstico, sino también, hacia la inmunización de los animales contra la sífi- lis y hacia su probable sueroterapia, más racional y científica que la Terapia sterilisans magna de Erh- lich, que no ha pasado de ser clínicamente, sino una concepción teórica. El Dr. Carrel, francés, en su laboratorio de ciru- gía experimental, ha estudiado la vida latente de los órganos y tejidos; la persistencia de su vida y des- arrollo fuera del organismo; los ha cultivado, trans- plantado, ingertado. ... Estas experiencias, abren á la cirugía del porve- nir horizontes tan inmensos, que la convertirán en un arte mágico. En Septiembre de 1910, Carrel logró cultivar in vitro, tejidos de mamíferos adultos. Como el mismo Carrel lo hace notar, fué precedido en sus investi- gaciones por Harrison, que en 1907 demostró en el laboratorio de anatomía de la John Hopkins Uni- versity, de Baltimore, que el sistema nervioso cen- tral de un embrión de rana colocado en una gota de linfa coagulable, se desarrolla y produce largas fi- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 265 bras nerviosas; y por Burrows, que con el mismo Harrison logró cultivar embriones de pollo. larrel ha cultivado artificialmente, fuera del or- canismo, fraementos de bazo, de ovarios, de tirol- des, de tejidos de tumores malignos. Las experienc las de este laboratorio han demos- trado también á Carrel y á Burrows, que la vida de los tejidos fuera del organismo, ariable de cinco á veinte días, puede ser prolongada por cultivos se- cundarios y aun terciarios, pudiendo obtenerse una segunda generación de células tiroideas, esplénicas, sarcomatosas, careinomatosas, de las células primi- tivas desarrolladas %m vitro. ¡Cuántos problemas de fisiología normal y patoló- Aida han de ser esclarecidos por estas experiencias de cultivo! Hasta el presente, Carrel ha ensayado solamente su aplicación á la investigación del mecanismo de las leyes de la reparación orgánica, y al estudio de los tumores malignos, experimentales Ó espontáneos, que nos hacen vislumbrar su posible tratamiento. En el laboratorio del Rockefeller se ha obtenido la cicatrización de una herida en fragmentos de piel cultivados artificialmente en una gota de plasma. E Como Carrel expone, si los cirujanos llegásemos á conocer el mecanismo íntimo por el cual realiza la naturaleza el proceso cicatricial, activaríamos la re- paración de las heridas, obteniendo quizás en horas, la curación de una herida, ó en pocos días, la conso- lidación de una fracture: Este es el desideratum que el ingenioso investiga- dor se propone conseguir. | Desde el punto de vista quirúrgico, ya Carrel, en 1907 y 1908, antes de pertenecer al Instituto Rocke- feller, había demostrado prácticamente que la técni- ca de la transplantación de los órganos era bastante perfecta para dar resultados durables. Extirpó el ri- nón izquierdo de un perro, lo sumergió en un bocal con solución de Locke y lo reimplantó en el mismo animal después de haber permanecido en el frasco 266 ANALES DE LA cincuenta minutos. Quince días más tarde, resecó el riñón derecho, y el animal, un año después de la ope- ración, vivía perfectamente. La pata izquierda de un perro negro, muerto treinta minutos antes de la operación, fué suturada al muñón de la pata de una perra blanca, amputada circularmente. La operación comprendió la sutura metálica de los huesos, la sutura de los músculos, ar- terias, venas, nervios, y cutánea. El animal murió nueve días después, por complicaciones sépticas, pe- ro la circulación era perfecta y el mien'bro trans- plantado, en condiciones excelentes. Conocíamos también, desde 1910, los trabajos de Carrel sobre la transplantación de venas sobre arte- rias, publicados en la Revue de C/arurgie (Junio 10 de 1910, pág. 987). Carrel, apoyándose en los resul- tados de las experiencias que había hecho en Lyon con Morel, y en Chicago con Guthiie, había propuesto la transplantación de segmentos venosos en el trata- miento de los aneurismas y de ciertas lesiones trau- máticas de las arterias. Sus experiencias le habían demostrado que las anastomosis arterio-venosas pueden quedar permeables, y que cuando se trans- planta una vena sobre una arteria, no solamente no se deja distender por la sangre arterial, sino que re- accionando contra el aumento de presión sanguínea, se engruesa su pared. En este trabajo de la Revue de Chirurgie, Carrel describe su técnica de las anastomosis arterio-veno- sas, más fáciles en el hombre que en el perro, insis- tiendo sobre la necesidad absoluta de la asepsia más estricta, para obtener cicatrices vasculares muy del- gadas, é impedir el engrosamiento de las paredes, la trombosis de los vasos suturados. Con esta técnica, y con sus experiencias sobre la vida latente de los tejidos y su conservación fuera del organismo, que hemos citado anteriormente, Ca- rrel ha obtenido en el Rockefeller, ingertos y trans- plantaciones vasculares verdaderamente asombrosas. En su Monografía sobre la “Latent Life of Arte- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 267 ries””, que aparece en el último volumen—que aca- baba de publicarse cuando nuestra visita—de los Studies from the Rockefeller Institute for Medical Research, Carrel refiere que ha obtenido hasta un 75 y 80 por ciento de éxitos, en sus transplantaciones vasculares, realizadas con vasos artificialmente con- servados en vaselina esterilizada y guardados en ne- veras á 0 grado. Aun viven en el Rockefeller dos pe- rritas, operadas hace años, y que tienen, una su aorta torácica, y otra su aorta abdominal, reempla- zadas por la vena cava, conservada en nevera, y pertenecientes á otros perros. Como se ve, ni la aorta torácica, que parecía in- tangible para el cirujano, ha resistido á estas prue- bas experimentales. Para evitar el gran peligro.de las intervenciones torácicas: la entrada brusca de aire en las pleuras y que le permitió á Carrel sus admirables operaciones, acudió en su ayuda otro colega del Rockefeller, Melt- zer, con su procedimiento de la ventilación pulmo- nar, de la insuflación intra traqueal, que permite ope- rar en el tórax sin temor á la abertura de las pleu- ras y aunque se abra ámpliamente el tórax, y el dia- fragma y las costillas no puedan actuar sobre los pulmones. Con un tubo de dimensiones suficientes, según el animal, que penetre hasta la bifurcación de la trá- quea; con aire filtrado é insuflado de una manera contínua, y á la presión de 8 á 12 milímetros de mer- curio, Meltzer ha hecho vivir perros curarizados, du- rante más de cuatro horas. Con este método de insu- flación intra-traqueal, aunque los movimientos res- piratorios se detengan, se puede actuar no sólo so- bre la aorta torácica, sino también sobre el corazón, sobre el esófago torácico, sobre la vena cava superior. Así, Carrel, ha realizado la resección de un lóbulo pulmonar, la extirpación de un segmento esofágico, la disección del mediastino con abertura de las dos pleuras y del pericardio, la resección de la vena ca- 268 ANALES DE LA va superior seguida de su sustitución por un trozo de yugular... Todos los animales curaron perfecta- mente, menos uno que murió de pleuresia algunos días después de la operación. La gran dificultad para las operaciones sobre la aorta estriba, además, en que la circulación no pue- de interrumpirse largo tiempo sin que sobrevenga la parálisis del cerebro, si se opera sobre la aorta ascendente, ó la paraplegia, si se actúa sobre la aor- ta abdominal. Carrel ha encontrado una técnica que le permite realizar operaciones plásticas sobre los grandes vasos sin interrumpir la circulación. En sus operaciones sobre la aorta torácica, Ua- rrel aisla la arteria introduciendo un segmento de vena en el ventrículo izquierdo cerca del vértice y anastomosando el otro extremo á la aorta abdomi- nal; después aplica un clamp sobre la aorta toráci- ca, inmediatamente por encima de las válvulas aótr-- ticas. Para la aorta descendente practica el entuba- miento temporal del vaso con un tubo de parafina ó de vidrio, mantenido con ligaduras de caucho hasta que la resección se termina. Una vez que la circula- ción se restablece, se suprime el tubo. Si en el porvenir estas experiencias quirúrgicas se realizaran en el hombre, el tratamiento de los aneurismas aórticos, de las aortitis, sería quirúrgl- co, sustituyéndose la aorta enferma por otro vaso sano. Se suprimirían con la cureta las vegetaciones de las válvulas cardíacas; se dilatarían las estreche- ces óricas; se anastomosarían las coronarias... He ahí, en resumen, señores académicos, la obra de una Institución que goza actualmente en el mun- do científico de boza tan grande como merecida. Al redactar estas notas médicas de un viaje re- ciente, no he tenido más propósito que el de divul- gar entre nosotros tan nobles labores, que dejan en el ánimo un sentimiento de admiración. "peprienjor e us uo quod as anb sopeuorsajodd soorpotiad so] ap ayied oe ta e] eaisonua onb Opeqeia 9783 'eqa) ap torpota esusld e] Sp e1109stg ey tard oJuauanoop ) l mo 1995 ! l | > As hd “AL Ls 1 A “AN AJA 4141 LBV A QUO) 'sovuronpol,doal “DUDE Y] 9pP DmÓn.a Pal N OA 10 15154 E TE do Rh DULIIPIMN JP DISIIOY Y] eoJ]o ñ ee Ovas e LENA Im VOR ALA 01 EV Y VNVIHVI VISBNYIO de 'VNIDIGIM VISIA3N dan Omos FU A 1100 UE SO EO a mts a EL TONES 90 O ») t | NN h ll ¡ | Opt urr]so 0.1Is9nu 9p RA E y === jeJua(J CONDICIONES DE LA PUBLICACION AS A A Los ANALES se publican regularmente. Su pre: elo cs TRES PESOS ORO por semestre adelantado. En esta ¡,ublicación aparecen, á más de los traba- jos de la Academia, artículos de actualidades cientí- ficas, de progresos obtenidos en las ciencias, de mo- ral é intereses profesionales, de asuntos históricos de diversos ramos, de., de. Los ANALES sostienen numeroso cange con publi- caciones análogas del mundo entero. La Dirección de los AvALEsS no se hace solidaria de las doctrinas sustentadas por los autores de los trabajos. a o Toda obra enviada á la redacción de los AN ALAS En ds será anunciada tres veces. | Se suplica el cange. Please exchange. | Exchange S. V. P. ANALES DE LA Aca-. Sírvase dirigir el cange: DEMIA DE CIEN: cias Múnicas, Fí- SICAS Y NATURALES Venillez adresser les exchanges: DE LA HABANA, Cuba 84A Habana Please addres exchanze to: OBRAS DE VENTA EN EA REDACCION DE LOS “ANALES” Trabajos de la Comisión de Medicina Le- gal de Higiene Pública 3 tomos; La Flora Cubana, del Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mama- 3 logía, Ornitología, Erpetología y Entomolo- gía Cubanas, de' Dr, Gundlach; Memoria sobre la Patología y Antiguedades de la I[s- la de Puerto Rico, por el Dr. Dumont, Contribución al estudio de los Moluscos Cu- banos, por el Sr. Arango y Molina; Patc- A logía y Terapéutica del aparato lenacular del ojo, por el Dr. Becker, traducida del alemán, por el Dr. Finlay. ñ| ANALES | A DE LA | -Academía de Ciencias Médicas, FÍSICAS Y NATURALES DE LA HABANA | | REVISTA CIENTIFICA | EANINIGUREACA CUNA INA RIAD Dr. Jorge [;e-Roy. + Dr. Gustavo I:ópez | Dr. Garlos de la Torre ANN TOMO XLVIII KI-———— Octubre de 1911. —_—_—— Toda la correspondencia y cange de los ANALES, diríjase al local de la ACADEMIA,---CUBA 81 A.---HABANA FA Es A ES Aa IMPRENTA MILITAR MURALLA NUM. 40. 1911 | a A UA A A A A a RR MR a RS E A RS AA AS o A A DÉ 7 LD A E E A RE AA a A A NA A O A RS do , e > : . E Es A dez 2 A E A A a 5 5 5 | SUMARIO PÁGS. I.—Acta de la sesión extraordinaria del 13 de Octubre de 1911. 11.—El Dr. Carlos J. Finlay.—Apuntes biográficos. —Discurso de recepción como académico de número, por el doctor Juan Guireras. (Sesión del 13 de Octubre de 1911)... UT.—Contestación al discurso de recepción del Dr. Juan Guite- ras en la Academia de Ciencias por el Dr. Juas Sanros Fernánez. (Sesión del 13 de Octubre de 1911). . . .. IV.—Acta de la sesión pública ordinaria del 27 de Octubre de 1911, V.—El Dr. José María Céspedes y Orellano.—Nota necrológica, por el Dr. Jorax Le-Roy y CassA4. (Sesión del 27 de Octu- Dre II Rs Mo DN ee e ON VI.—El Dr. José Eduardo Díaz.—Nota Bio-Bibliográfica, por el Dr. Joraz Le-Ror y Cassá. (Sesión del 27 de Octubre LSSI O O O PO RI AA VIL.—El Dr. Enrique Acosta, por el Dr. Juan Santos FERNÁNDEZ. (Sesión del 27 de Octubre de 1911)... ... .... 269 270 280 290 292 301 305 AA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 269 ACTA DE LA SESION EXTRAORDINARIA DEL 13 DE OCTUBRE DE 1911. Presidencia del Dr. Fernando Méndez Capote, Vice- Presidente. Secretario: Dr. Jorge Le-Roy. Acudémicos concurrentes. —De mérito. —Dres.: Juan Santos Fer- nández (Presidente) y Claudio Delgado. De número.—Dres.: (+. Alonso Cuadrado, E. B. Barnet, J. A. Fernández Benítez, F. Grande Rossi, J. Gruiteras, F. M. Héctor, D. Hernando Seguí, G. López, J. A. Presno y J. A. Valdés An- clano. Con la asistencia de los académicos arriba expresados y de los Sres. Dr. Manuel Varona Suárez, Secretario de Sanidad y Bene- ficencia; Mr. John B. Jackson, Ministro Plenipotenciario de los Estados Unidos de América; J. F. Arteaga, F. Fernández, J. A. López del Valle, J. Pons, E. Romaguera, P. Venero,- P. P. M. Gutiérrez Lanza y A. Morán y otras distinguidas personas se ce- lebró la sesión extraordinaria que determina el reglamento para la solemne recepción del Dr. Juan Guiteras, como académico de número. El Dr. Fernando Méndez Capote que ocupaba la presidencia por ser el Dr. J. Santos Fernández el encargado de contestar el discurso del Dr. Guiteras, concedió la palabra á éste, quien dió lectura á un trabajo crítico biográfico sobre el Dr. Carlos J. Fin- lay, ocupándose no solo de sus actividades relativas á la ficbre amarilla, sino de los otros particulares que en épocas variadas ocuparon su atención. Terminado este diseurso el Dr.. Juan Santos Fernández comen- zó el suyo, manifestando que debió ser el Dr. Díaz Albertini el encargado de contestar al recipiendiario, pero que con motivo de su viaje 4 París, había tenido que sustituirlo en este acto. Refi- riéndose al tema elegido, se felicita de que haya escogido la vida de nuestro sabio académico de mérito, “pues es necesario que in- “cesantemente contribuyamos á no dejar apagar el fuego del re- “conocimiento en nuestros corazones y lo mantengamos vivo siem- “Pre como lo hacían en sus tiempos las Vestales”. Dedica párra- TOMO XLVII.—30. LIBRA NEW Y BOTAN! GARD 270 ANALES DE LA AAA A AA A A A a it fos brillantes al Dr. Guiteras, cuya labor científica enaltece y con- clnye dándole la bienvenida en nombre de la Corporación. Al terminarse ambos discursos, el Sr. Presidente entregó al Dr. Guiteras las insignias y el diploma que lo acreditan como académico de número, dando por terminado el acto. Nota.—No se celebró la sesión ordinaria anunciada por lo avan- zado de la hora. EL DR: CAREOS 3. ELNESAN: Apuntes biográficos. DISCURSO DE RECEPCIÓN COMO ACADÉMICO DE NÚMERO POR EL Dr. Juan Guiteras. (Sesión del 13 de Octubre de 1911). Sr. Presidente: Sres. Académicos: Permitidme antes que todo, expresar mi gratitud hacia el Sr. Presidente por la consideración que conmigo ha tenido al posponer hasta esta fecha, atendiendo á mis rue- gos, la presentación de este trabajo de ingreso en la Aca- demia; vosotros también, os lo ruego, aceptad mis excu- sas por acudir tan tardíamente á esta cita, por largo tiem- po aplazada. Tened en cuenta, en mi abono, que desde que me honrásteis abriendo para mí las puertas de este recinto, he formado con vosotros, y más de una vez he creído cumplir ofreciendo alguna pobre muestra de mi trabajo. Perdonadme si no he venido antes 4 cumplir con este precepto reglamentario; pero mi trabajo ha sido duro; he tenido que abrir caminos nuevos y he tenido que apren- der 4 conocer la patria que llevaba en el corazón como ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Dr. Carlos J. Finlay. ná í A dl EN ¡he A q da ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 21h un recuerdo de la primera juventud, durante los largos años del destierro. En nombre de esa patria también, permitidme que es- coja, como tema de mi discurso, la vida de un ciudadano ejemplar; de aquel que, en la estimación universal, más alto ha puesto el nombre de Cuba. XK XK *k Carlos Juan Finlay (1) nació en la ciudad de Cama- giúiey, Cuba, el día 3 de Diciembre del año 1833. Fueron sus padres, Eduardo, escocés, € Isabel de Barrés, france- sa. Es, por consiguiente, como otro eminente antillano, Alejandro Hamilton, vástago ilustre de dos grandes na- cionalidades: Francia y/ Escocia. ón la primera infancia aun, pasó con su familia d la Ha- bana, residiendo, hasta la edad de 11 años en esta capital y en Guanímar, donde poseía su padre uno de los cafeta- les que por aquella o enriquecían y hermoseaban la zona de Alquízar. Allí, la vida del campo, probablemen- te, despertó en él la vocación por los estudios de la natu- raleza, mientras que recibía, al mismo tiempo, esmerada educación de su tía Ana, que hubo de dejar una escuela que tenía en Edimburgo para venir á vivir con su her- mano. A la edad de 11 años, en 1844, fué enviado á Francia donde prosiguió su educación escolar en el Havre, hasta el año 1846, en que tuvo que regresar á Cuba por haber sufrido un ataque grave de corea, Esta afección dejó en él la huella de cierta tartamudez de que curó por una en- señanza metódica que instituyó su padre, sin que haya desaparecido nunca por completo cierta lentitud y difi- cultad que caracterizan su lenguaje hablado y que pare- cen proceder más bien de la mentalidad que de un defec- to de articulación. : Volvió 4 Europa en 1848, para completar su educación (1) El Dr. Finlay fué bautizado con los nombres Juan Carlos; pero firmó siempre Carlos Finlay, hasta que su hijo, Carlos Eduardo, em- pezó á ejercer la medicina. Entonces el padre adoptó la inicial J. para diferenciar las dos firmas, 2 ANALES DE LA en Francia; pero la revolución de aquel año, le obligó á permanecer en Londres y, cerca de un año, en Maguncia. Ingresó por fin, en el Liceo de Rouen, donde prosiguió sus estudios hasta el año 1851, en que dd dá Cuba 4 convalecer de un ataque de fiebre tifoidea. Se trató entonces de hacer valer sus estudios hechos en Eu- ropa con el fin de ganar el bachillerato dé ingresar en la Universidad de la Habana para el nato lea medicina; pero no siendo esto posible, tuvo que pasar 4 Filadelfia, donde no se exigía para cursar los estudios médicos, a do alguno de facultad menor. Cursó, en Filadelfia, 'arrera de medicina, doctorándose el 10 de a sa 1855, en el Jefferson Medical College, plantel donde ha- bían emails antes Brown-Séquard | y Marion Sims. En- tre los profesores de aquella facultad, el que parece haber hecho más honda impresión en la mente del joven Finlay fué John Kearsly Mitchell, el primero, tal vez, en enun- clar y mantener de una manera sistemática, la teoría mi- erobiológica de las enfermedades. El hijo de este profe- sor, hoy el famoso S. Weir Mitchell, recién llegado enton- ces de París, de las aulas de Claude Bernard, como pre- ceptor particular del joven cubano y profesor auxiliar en la escuela filadelfiana, debió de influir también favorable- mente en el desenvolvimiento del genio de nuestro com- patriota. Establecióse entre los dos una buena amistad que se ha mantenido hasta la fecha. “Fué Finlay, me dice el Dr. Mitchell, el primer alumno que tuve y dirigl sus estudios durante tres años. En vano le insté para que se estableciese en Nueva York donde residían «¿d la sazón muchos españoles y cubanos, consejo que, por fortuna, hubo de desatender” El Dr. Finlay revalidó su título en la Universidad de la Habana el año 1857. Domina en la familia de los inlay, según le he oído decir 4 nuestro biografiado, un espiritu de oe Su padre ejerció la medicina e en diversos lugares y países, y uno de sus tíos, combatió por las libertades americanas en los ej ¡ércitos de Bolívar. Reca dae 1856, pasó ds con su padre y, después de probar fortuna durante algu- nos meses, volvió á la Habana. De nuevo repitió la ten- —] ¡e ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 2 tativa en el año sigulente con el mismo resultado. En 1860-6l estuvo en París, frecuentando las clínicas de los hospitales y haciendo estudios complementarios, En 1864 intentó Finlay establecerse en Matanzas, ex- perimento que duró también pocos meses. Donde quiera que iba dedicábase al ejercicio de la medicina en general, especializando algo en la oftalmología. Casó el Dr. Finlay en la Habana el 16 de Octubre de 1865 con la señorita Adela Shine, natural de la isla de Trinidad, mujer adornada de notables dotes intelectuales que, con tierna fidelidad, puso siempre al servicio del esposo. El matrimonio ha constituído una familia respe- tabilísima por todos conceptos en la sociedad habanera. Además de los viajes ca mencionados, el Dr. Finlay salió de Cuba en Junio de 1869 para visitar con su espo- sa el lugar del nacimiento de ésta, la isla de Trinidad, y retornó d la Habana en Diciembre del mismo año. Pasó también los últimos meses del año 1875 en Nueva York por la salud de su esposa. En el año 1881 fué 4 Washington como representante del Gobierno colonial ante la € Sudan Sanitaria Inter- nacional allí reunida y escogió aquella ocasión para enun- clar por primera vez su teoría de la transmisión de la fiebre amarilla por algún agente intermediario. Al estallar la guerra hispano-americana, el Dr. Finlay, que tenía entonces 65 años, pasó «4 los Estados Unidos á ofrecer sus servicios al Gobierno americano, é insistiendo con su amigo el Dr. Sternberg, jefe entonces de la Sani- dad Militar, tuvo éste que enviarle 4 Santiago de Cuba, donde hizo vida de campaña con las tropas sitiadoras, manteniendo, como lo hacía en todas ocasiones oportunas, las ventajas que 4 las mismas repor taría la aceptación de sus opiniones sobre la transmisión de la fiebre amarilla. Al volver á la Habana el año 1898, el Dr. Finlay se di- rigió á los oficiales de la Sanidad militar americana, al Gobierno y á4 la prensa médica de los Estados Unidos, proponiendo su nuevo plau de campaña contra la fiebre amarilla, el mismo que, aceptado más tarde, hubo de desarraigar en nuestro territorio la secular endemia. HENabsO espectáculo que no olvidará nunca el que esto escribe, la recepción que hizo el Dr. Finlay ¿ las comisio- 274 ANALES DE LA nes científicas que vinieron, «€ la sombra del nuevo pabe- Món, ¿4 estudiar la fiebre amarilla. Con entusiasmo gene- roso explicaba sus doctrinas, mostraba sus copiosas notas, sus experimentos, sus aparatos, sus mosquitos, y se ofre- cía para coadyuvar en cualquiera forma ¿ las experiencias que se hiciesen. El Dr. H. E. Durhan que, con el Dr. Walter Myers, pa- saba en Comisión de la Escuela de Medicina de Liverpool á estudiar la fiebre amarilla en el Brasil, se detuvo algu- nos días en la Habana é informaba ¿4 su Escuela en los términos siguientes: “Es un hecho incontrovertible que el Dr. Carlos Fin- “lay, de la Habana, fué el primero en establecer la expe: “rimentación directa para probar sus ideas sobre el papel “que desempeña el mosquito en la transmisión de la fiebre “amarilla. Su método consistía en alimentar mosquitos “con sangre de casos de fiebre amarilla antes del sexto “día de la enfermedad y aplicarlos después, con un inter- “valo de 48 horasá 46 5 días, d personas susceptibles. Su “idea era producir una infección ligera con el objeto de “producir la inmunidad” “En una agradable conversación que tuvimos con el “amable doctor el 25 de Julio de 1900, nos informó de “numerosos detalles de sus experimentos comenzados en “1881... La clase de mosquito escogido por el doctor “Finlay para sus experiencias era el Stegomyla fasciata, “que él llamó Culex mosquito. Hubo de fijarse en esta “especie por ser el mosquito de las ciudades”. loual acogida tuvo la Comisión de médicos del ejército americano, € la cual entregó él mismo los mosquitos con que comenzaron las experiencias que habían de confirmar definitivamente la doctrina que venía sosteniendo desde. veinte años atrás. ¡Con qué generoso interés siguió las experiencias de esta Comisión, reconociendo, desde lue- go, la imperfección de sus propios métodos, admirando con candor infantil los procedimientos más nuevos bacte- riológicos y los resultados demostrativos que se iban ob- teniendo, admiración de la obra en sí y que, con demos- traciones de verdadero afecto, extendía á los protagonis- —Y 4 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA eN tas de la obra, los miembros de la Comisión y los indivi. duos que se prestaban ¿ las experiencias, En el año 1902, al terminar la primera intervención americana, el Gobierno de la República, por indicación del Dr. Diego Tamayo, Secretario de (Gobernación, hizo justicia 4 nuestro ee compatriota, nombrándole Jefe de Sanidad y Presidente de la Junta Superior de Sani- dad. Después de esta fecha, el Dr. Finlay salió varias veces al extranjero en representación de nuestro Gobier- no ante varios congresos de carácter sanitario. Tuve la satisfacción de acompañarle siempre. Donde quiera que ¡ba su personalidad atraía las más sinceras demostraciones de respeto y cariño, como tributo ¿su genio y ¿sus gran- des virtudes. En la sesión XXXI de la American Public Health Association, celebrada en Washineton, en Octubre de 1903, fué electo Presidente de la Asociación que se reunió en la Habana, en Enero de 1905, con brillante éxito. Numerosos son los honores que se han tributado al Dr. Finlay por corporaciones y publicaciones nacionales y extranjeras. —1l cuerpo médico de la Habana, conjunta- mente con oficiales del ejército americano y presidiendo el General Leonardo W dd celebró con un eran banque- te y la presentación de una estatua ba del genio, el triunfo de las doctrinas de Finlay en el año 1900. Su Alma Mater, el Jefferson Medical College, le confi- rió el Doctorado en Leyes, ad honorem, y, á propuesta del Dr. Mitchell, el College of Physicians de Filadelfia, la asociación médica más e del continente americano, le colocó en la breve lista de sus socios de honor. La Es- cuela de Medicina Tropical de Liver pool le otorgó, en 1907, la medalla Mary Kingsley con que viene recompen- sando el mérito de los erandes descubridores en el campo de la medicina tropical, como Manson, Ross, Koch. El Gobierno Provisional de Cuba, la Universidad Nacional y el Ministro de la Gran Bretaña, contribuyeron ¿4 solemni- zar este acto que se celebró en el Aula Magna de la Uni- versidad. En 1908, el Ministro de Francia, en nombre de su Gobierno, ante numeroso público, en los salones de ia Academia de Ciencias, le condecoró eon la insienia de Oficial de la Legión de Honor. Finalmente, el Gobier- 276 E; ANALES DE LA no de la segtinda intervención, por gestiones del coronel J. R. Keany á propuesta, del Primer ongreso Médico Cu- bano, le asignó una pensión vitalicia y ordenó la publica- ción de sus obras. Nuestras sociedades científicas siempre recibieron con respeto sus comunicaciones aun en los tiempos en que sus eorías eran juzgadas como extravagantes. Particular- mente la Academia de Ciencias, donde gustoso ofrendó siempre las primicias de su genio, le acogía en estos últi- mos años con especiales muestras de cariño y conside- ración. Y no podía ser de otra manera si se tiene en cuenta el carácter del hombre: genial, bondadoso, modesto, fuerte en una rectitud de principios verdaderamente extraordi- naria que se apoyaba en la más profunda reverencia por la verdad y en una fe religiosa de eran devoción. Grande fué también su gratitud hacia los que le ayudaron en su obra, debiendo citarse como especial « ¡emplo, su recuer- do siempre entusiasta y generoso para con el Dr. Claudio Delgado, su compañero de trabajo, y para los Padres de la Compañía de Jesús que fueron los primeros en prestar- se 4 sus inoculaciones por el mosquito. Veamos por un momento qué características de raza pueden haber influído en la evolución de esta mentalidad y de este carácter extraordinario. Heredó del escocés la intensidad y el ardor en la prosecución de un objetivo, así como la disciplina lógica y la afición «¿4 teorizar sobre problemas abstrusos, y «l discutir. sobre ellos, sin perder aún en medio del mayor ofuscamiento, el hilo de oro de la aplicación práctica. Del francés tuvo la amabilidad, la cortesía, la imaginación viva y el amor ¿d la gloria que, aunque no aparece en la superficie, ha servido sin duda de estímulo al escocés; y no aparece en la superficie, ni ' tampoco otras cualidades de acometividad llegan á toca en la arrogancia, ni afean en manera alguna su carácter, porque lo encubre todo la más exquisita modestia que, me complazco en creer, le prestó nuestro ambiente criollo de aquella época, juntamente con el amor intenso 4 la patria cubana. Aunque la obra de IFinlay es variadísima y lleva siem- pre en todas sus manifestaciones el sello de una gran ori- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Tb ginalidad, queda, sin embargo, todo obscurecido ante la labor inmensa y las geniales concepciones que consagró los problemas de la fiebre amarilla. y 7 0) Empezó 4 dedicar su especial atención á ellos, en 1872, año en que publicó su primer memoria sobre la alcalini- dad del aire como causa de la fiebre amarilla. Profunda- mente obsesionado en estos estudios, le encontró la Co- misión americana que visitó la Habana el año 1879 y que puede contarse entre los factores que le sugirieron la nueva vía de investigación. La Comisión americana sos- tenía que la fiebre amarilla era producida por un germen vivo que se desprendía del enfermo, pero que estaba obli- vado á sufrir alguna alteración en el ambiente, en la casa, en las excretas, antes de encontrarse en condiciones de mfectar el cuerpo sano. No.es difícil reconocer en estas teorías algo que puede haber sugerido la idea del insecto intermediario, como también contribuyó dá la sugestión, según nos relata el mismo Dr. Finlay, la lectura, en la Botánica de Van Tieghem, del papel intermediario del agracejo en la evolución de la roya, enfermedad parasítica del trigo, que produce la Puecónda yrammines. El año siguiente, en 1850, empezó «€ encaminarse por nuevas vías, y en 1881, enunció las proposiciones «4 que ya me he referido y que proclaman su gran descubrimien- to. Después de aquella fecha, no cesó un momento en su tenaz empeno. Desde el punto de vista de la epidemiología, y con los argumentos de esa ciencia y de sus hermanas, la historia, la “meteorología, la zoología; estudiando los hábitos y la distribución Seogrífica de la estegomía, y la influencia, por ingeniosos experimentos comprobada, que sobre ella ejercen las variaciones de la temperatura y de la presión atmosférica, el Dr. Finlay demostró perfectamente la ver- dad de su doctrina. Si no logró convencernos, culpa nuestra fué y no de su genio clarividente. La gloria de Finlay es comparable á la de Manson. Éste en Amoy y aquél en la Habana, fueron los fundadores de la doctrina de la transmisión de enfermedades por insec- tos chnpadores de sangre. Ni ellos pueden disminuir en un ápice la gloria de sus sucesores, Smith y Kilbourne, romo xuvir.—36, 278 ANALES DE LA Grassi, Ross, Koch, Read, Lazear, Caroll, Agramonte, Laveran, Bruce y otros, mi la obra de estcs amengua en nada la de los iniciadores. Con anterioridad á los trabajos de Manson y Finlay, nada encontramos en la historia de estos problemas, No existe diferencia aleuna entre las creencias populares de los negros de Ea o de los campesinos italianos que creían que las fiebres de sus comarcas eran producidas por las picaduras de mosquitos, y los escritos de Nott, Beauperthuy y King. El que siga estos autores cronoló- vicamente puede imaginarse, á primera vista, que está sl- euiendo el proceso de evolución de una eran doctrina; pero pronto se encuentra encerrado en un Sedo v1C1OSO que le vuelve á traer á los negros de Africa: ninguno to- caba en la clave del problema, la transmisión de un pará- sito del enfermo al sano. Parece, por un momento, que Beauperthuy por lo menos, señala la especie de mosquito, “el zancudo bobo, a pattes rayées de blanc” como el cul. pable de la infección amarilla; pero estudiando bien su obra, se verá que, ni el mosquito de Beauperthuy es la estegomía, ni tampoco. lo señaló él como agente productor de la fiebre: al contrario, lo desechaba por ser un mos- quito casero, precisamente la razón en que se fundaba Finlay para escogerlo entre todos los demás; el francés imaginaba algo que trajese la fiebre de los pantanos y de las materias en descomposición, el cubano veía la trans- misión de hombre 4 hombre; ahí está la diferencia funda- mental; aquello cra una quimera, esto era la verdad. No es solo en el campo de la fiebre amarilla que el Dr. Finlay se hace acreedor á la gratitud universal. , La inventiva de su claro ingenio descubrió, ó dió forma práe- tica, á la solución del problema del tétanos infantil. En el año 1903, el Dr. Finlay fijó su atención en este Impot- tante a y con una precisión verdaderamente admira- ble, sugirió al Dr. Dávalos que examinase bacteriológica- mente el pábilo que usaba generalmente el pueblo para la ligadura del cordón blica La investigación dió por resultado que efectivamente, esta cuerda suelta de algodón era un nido de notable riqueza en bacilos del té- tanos. En aquel mismo año sugirió el Dr. Finlay la pre- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 219 paración de una cura aséptica para el ombligo, la cual, desde entonces, viene distribuyéndose gratuitamente, en paquetes cerrados, por el Departamento de Sanidad, ha biéndose reducido, en consecuencia, la mortalidad por el tétauos infantil, de 1313 en el año 1902 4 576 en el año 1910. La laboriosidad del Dr. Finlay es pasmosa. En medio del trabajo constante de su profesión y de la producción frecuente de escritos sobre asuntos de patología y de te- rapéutica, en los que se adelanta generalmente d sus com- patriotas, como puede verse en sus trabajos sobre la fila- ria y el cólera, encuentra tiempo, por ejemplo, para des- cifrar un manuscrito y hacer acopio de datos históricos y de filología y heráldica para probar que la-Biblia en que aparece el manuscrito debió de ser propiedad del Empe- rador Carlos V en Yuste; 0 resuelve problemas de altas matemáticas, de ajedrez, de filología, 4 elabora a das y originale 's teorías sobre el OSOS en las que figu- ran hipótesis atrevidas sobre las propiedades de las subs- tancias coloideas y el movimiento en espiral. Más re- cientemente aun, en medio de la labor mecánica y cansa- da de una gran oficina del Estado, y cumplidos ya los se- tenta años, estudia hasta conocer á fondo toda la doc- trina complicadísima de la inmunidad y las teorías de Metchnikoff, Ehrlich, Buchner, presentando su propia concepción del intrincado problema. La designación del Gobierno para enviarle como repre” sentante al Congreso de Higiene y Demoerafía de Berlín, celebrado en 1907, espolea. aquellas erandes energías y revive los estudios sobre la influencia de la temperatura en la propagación de la fiebre amarilla, por su acción so- bre el mosquito, estudios que, en sus comienzos, habían contribuído á fijar en su mente la teoría que le ha hecho inmortal. Esta fué la última producción de aquel cerebro privilegiado antes que apagase su lumbre la sombra de los años. La obra de Finlay puede resumirse en muy pocas pala- bras: él descubrió que la fiebre amarilla se transmitía por la picadura del mosquito estegomía, y Cl inventó un mé. todo seguro para la extinción le la enfermedad. Contem- 280 ANALES DE- LA plando los beneficios que 4 la humanidad reporta la labor de nuestro compatriota, decíamos en nuestro Primer Con- greso Médico Nacional: “Sices grande nuestra salisfac- “ción, cuál no será la del hombre, tan insigne como mo- “desto, que, por un esfuerzo intelectual que tiene pocos “semejantes en la historia del pensamiento humano, hizo “posible todo ese fenómeno sorprendente, ese beneficio “sin igual”. CONTESTACION AL DISCURSO DE RECEPCION DIJE Dir. Juan Guiteras EXI ACADEMIA DE CIENCIAS POR EL Dr. Juan Santos Fernández. (Sesión del 13 de Octubre de 1911). Sr. Presidente: Sres. Académicos: Señoras y señores: Es para nosotros motivo de viva satisfacción reempla- zar al Dr. Antonio Díaz Albertini en la agradable taréa de contestar el discurso de recepción de nuestro ilustre compañero y antiguo condiscípulo el Dr. Juan Guiteras; salimos ganando tanto, sin género de dudas, con el jnes- perado cambio, como ha perdido el recipiendario. Para contestar al Dr. Guiteras, de brillante abolengo científico habíamos designado, € virtud de las atribuciones que nos confiere el cargo que desempeñamos, al Dr. Antonio Díaz Albertini. Uno y otro, si no se hubieran elevado por sus propios merecimientos, tendrán dos nombres que les enal- tecen: los de sus progenitores, no así nosotros, que no contamos con otros títulos que nos perdonen la audacia ACADEMIA DE CIENCIÁS DE LA HABANA 281 de terciar aquí, que los modestos que pueda ofrecer el obrero asiduo ¿4 la labor, durante un largo período de tiempo, aunque sin ostentar obra alguna que le haya ele- rado sobre el nivel de los demás ó del rasero de los com- pañeros de faena. Afortunado desde luego ha estado el Dr. Guiteras al escoger como tema de su discurso la vida de nuestro 1n- siene compatriota el Dr. J. Carlos Finlay. Ha seguido, al eh: wcerlo, las huellas trazadas desde tiempos muy remo- tos, en que los acdasde Homero, relataban, las glorias de les de su época, al acorde de la melodiosa forminge, del mismo modo que después los escritores romanos: Cornelio Nepote, Suetonio, Tácito y sobre todo Plutarco, con sus “Vidas paralelas”, supieron trasmitirnos lo que valieron las inteligencias de tiempos pasados. No basta que admiremos en silencio 4 los que por su valer han conseguido sobresalir al extremo que lo ha he- cho el Dr. J. Carlos Finlay; es necesario que incesante- mente contribuyamos á no dejar apagar el fuego del re- conocimiento en nuestros corazones y lo mantengamos vivo siempre como lo hacían en sus templos las Y estales. La humanidad que es capaz de los hechos magnánimos que guardan las páginas de la historia, es Ida Sus- ceptible de criminales olvidos, condenados con indigna- ción siempre por las almas grandes y generosas. Uno de los sabios mias cuya obra meritoria al final del siglo xvm ha podido parangonarse con la de Finlay en e comienzos del xx, el gran Jenner, es vícti-. ma en los actuales momentos, de una especia de profa- qe nación. La vacuna, con que puso a raya á la viruela, enferme- dad repugnante que no ha respetado la morada de los poderosos, ni los alcázares, cuando la padeció tres veces Luis XIV de Francia, la sufrió Felipe V de España; y llevó 4 la tumba al hijo de éste Luis I; la viruela que arrancaba vidas ¿ millares en el pueblo, que diezmaba los campamentos, aniquilaba los ejércitos y desfiguraba la belleza del rostro con estigmas imborrables, cual le ocu- rrió d la reina D." Bárbara de Braganza, fué vencida por aquel genio observador de tal modo, que en la actualidad los maestros en los hospitales de la E uropa civilizada, no 282 ANALES DE- LA pueden mostrar un ejemplar de la enfermedad á sus dis- cípulos, porque no lo encontrarían y para honra de nues- tra administración sanitaria, podemos decir otro tanto en Cuba; y sin embargo de esto, se quiere atentar, por deli- rio insano contra la vacuna, menospreciándola en la mis- ma Inglaterra, cuna del gran suceso, que fué su mayor or gullo, y la liea antivacunista que consiguió derogar la ley del Parlamento, que hacía la vacuna “obligatoria, ha: presenciado que una ciudad del condado, donde obtuvo Jenner sus primeros triunfos comprobatorios, haya sido castigada horriblemente por una fuerte epidemia de vi- ruela, como triste consecuencia de seguir las locas doctri- nas antivacunistas. No pocas veces, con la misma pluma que se detiende la verdad se ensalza la mentira, por error ó maledicencia. Las naturalezas son por lo general muy impresionables y se sugestionan fácilmente, sin excluir la del sesudo sa- jón cuyo tacto y cordura están bien acreditados. Pasado algún tiempo, cuando haya desaparecido la ac- tual generación que vió los hospitales de la Habana y fuera de ella atestados de fiebre amarilla, los que nos su- cedan, no solo no oirán hablar de la enfermedad que tan justificados temores inspiraba, sino que por el contrario, vivirán, cada vez más seguros de no ser invadidos por la endemia y como resultado forzoso de este bienestar, ter- minarán por imaginarse, que este estado de cosas es el más natural y que siempre se ha disfrutado de él, como de nuestra incomparal ble vegetación, y llegarán, no lo dudéis, cast d desconocer el hecho que más honra á la pa- tria sin duda alguna: la labor del inmortal Finlay. He aquí por qué hemos creído tan patriótica como oportuna la elección que ha hecho del tema de su discur- so el Dr. Guiteras. Hay que mantener vivo el recuerdo de los que se han sacrificado en honor de la patria y en bien de la humanidad. No necesitamos esforzarnos para justificar nuestro aser- to en pró de la idea noble y elevada del Dr. Guiteras. En nuestro mismo suelo tenemos ejemplos aunque en pe- queña escala. Los predecesores del Dr. Finlay en el amor al progreso de su país, los Dres. Romay y Gutiérrez, el primero, que escribió una obra de Clínica sobre fiebre ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 2839 amarilla, hasta ayer citada por los autores europeos al ocuparse de la sintomatología y tratamiento de la ende- mia, cuando la Habana era solo un villorrjo, el segundo, que le sustituyó en prestigio y logró con la tenacidad y devoción que solo conocen los que le han estudi: ado á fondo, levantar este templo para las ciencias médicas, fí- sicas y maturales, después que hubo introducido en Cuba, de vuelta del extranjero, todos los adelantos que se ha- bían obtenido fuera de aquí en aquella época, sin embar- go estos varones ilustres no son recordados ya y en ningu- na plaza pública vemos sus efigies revivirlos en mármoles y bronces. Procuremos seguir el derrotero que nos marca el doc- tor Guiteras relatándonos hoy de modo tan perfecto la vida del Dr. Finlay, cuando le hubieran sobrado otros temas que desarrollar, al que tanta ciencia posée, y se encuentra al frente de nuestra Sanidad, casi por él creada y perfeccionada. Procuremos, nos atrevemos á repetir, que nunca se bo- rre del corazón cubano el reconocimiento hácia el varón denodado que tanto bien ha hecho ¿4 la humanidad y ha sabido engrandecer la patria con sus virtudes cívicas. Procuremos, hemos de decir una vez más, que en época no lejana, al acercarse las naves dá nuestro puerto, se des. cubra detrás del Morro un alto monumento, en cuya cima se destaque Finlay y en cuyo pedestal se lean estas pala- bras que resumen toda su labor inmensa. Si Colón descubrió á Cuba, Finlay la hizo habitable. Solo de Humbolt se ha dicho aleo análogo, aunque con mucho más limitado alcance: que si Colón descubrió una vez á Cuba, Humbolt econ sus exploraciones la descubrió segunda vez. No sin temor de cansaros; pero espoleado por el inte- rés que en nuestro espíritu ha despertado el discurso del Dr. Guiteras nos hemos de permitir algunas consideracio- nes acerca de determinados puntos de aquel, en que con inimitable sobriedad y hondo criterio ha sabido tocar de mano maestra, particulares delicados, quien heredó de sus mayores la buena dirección en el cultivo del entendi- miento y el pasivo meditar que ha ejercido en los más abstrusos problemas de la medicina con aplicación á la 284 ANALES DE LA higiene, quien abandonó su país joven todavía, para lle- gar á ocupar una cátedra en la Escuela de Medicina de Charleston y en la Universidad de Pensilvania y desem- peñar un honroso puesto en la Savidad Marítima de los Estados Unidos, en la que 4 su vez asumió en distintas épocas comisiones de carácter internacional. El Dr. Guiteras nos refiere que Finlay es oriundo del Camagúey, de padre escocés y madre francesa y que adoptó por esposa una dama nacida en la isla inglesa de Trinidad. Como se ve el hogar de nuestra le; oftima elo- ria científica fué extranjero, y si á ello se añade que du rante la dominación española conservó Finlay la naciona- lidad del autor de sus días, sube de punto la devoción por su cuna, cuando se ha mantenido ciudadano cubano y á Cuba ha ofrendado los laureles conquistados con su ingenio. [Es preciso conocer «4 fondo nuestra dolorosa historia, con todos sus sacrificios, para explicarse el mecanismo de nuestra evolución política en pos de la patria irredenta, sobre todo, desde que ¿4 la luz del centellar del inútil Congreso de Panamá leyeron nuestros e liberta- dores todo lo que tenía que suceder más tarde, algo co- mo el finís Polontce que Kosciusko calificó de blasfemia, y en efecto cuando un ls quere conservar su indepen- dencia solo necesita ser patriota y honrado, pues la repú- blica helvética desde la edad media hasta nuestros días, implantada en el centro de Europa y rodeada de guerre- ras naciones, con una población de menos de 4 ones. ha podido vencer todas las asechanzas, gracias d que es el pueblo de más pudor cívico del mundo. La independen- cia de las naciones, dijo alguien, no está en el fusil de los soldados, sino en el espíritu de los ciudadanos. Recordad como luchó España para no perder la suya y no fueron las armas las que determinaron su triunfo, fut el propósito «de su pueblo de no perderla. Los hijos de Cuba que lucharon primero por obtener una nacionalidad, sin mudanza de dueño ó de señor, por mucho que se ganase en el cambio, se mantuvieron fieles como Guillermo Tell « la única bandera; pero no fueron pocos ios que vieron en la dominación del extranjero fue había de sustituir 4 España algún día, la manera más Íá- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 285 cil de medrar en su propia tierra con las falsas vestiduras de irredentistas ó separatistas. Ni más ni menos que en tiempos de la colonia, aleunos cubanos que se establecían en Madrid venían después á ser en Cuba superiores d sus conterráneos y al mismo español que aquí vivía. Se destaca, pues, de modo elocuente, que Finlay ama- mantado durante la colonia en hogar extranjero, al sen- tir la emoción viril de su patria libre e é independiente le ofreció en holocausto su gloria y excepcional erandeza. Ciertamente que nadie. podría, con más autoridad, de- recho y competencia que Guiteras, narrar la vida de Fin- lay y comentar el fruto de sus vigilias y sus cualidades morales. Le facilitó la tarea el haber nacido como aquél bajo el cielo abrasador que nos cubre y nos da, á la par que la excitación imaginativa y el fervor por las magnas acciones, alguna indolencia, que dominan los que han vi- sitado otros climas, copiado otras costumbres y bebido en fuentes extrañas la perseverancia y la madurez. Es decir, han sabido oponerse 4 los que llama Bunge los rasgos comúnes del carácter de los hispano-americanos, la pere- za, la tristeza y la arrogancia. Y lo que es más, el eseri- tor argentino, como sabéis, representó la gran familia his- pano— americana, y bueno es saberlo para curarse del mal, como: “una joven de lánguidas púpilas negras que velan sedosas pestañas y profundizan circacianas ojeras, tendida en sempiterna siesta sobre una hamaca que voluptuosa- mente se balancea, colgada á la sombra de dos árboles gigantescos que la protege del sol equinocial”. Guiteras ha sabido abrillantar con suaves pinceladas lo que por la ingénita modestia del sabio podría lucir pálido ó amortiguado, pues fervoroso creyente, como lo fué el descubridor de la vacuna antirábica, la humildad como en aquél, ha sido su cualidad predominante. Resalta en su concienzuda biografía, que ha de figurar a la cabeza de las obras de Finlay, á punto ya de salir de las prensas, el detenido estudio psíquico, que ha hecho del hombre que desde la edad deonce años, en 1844, puso en actividad su cerebro que á la postre. sin morir el sá- bio, había de rendirse, quedando exhausto de idealidades, á la manera de la mina de oro ó de diamantes que al va- ciarse ha llenado el mundo de inmensas riquezas, TOMO XLVII.—37, 286 ANALES DE LA El Dr. Guiteras pone en boca de dos profesores ingleses de la Escuela de Medicina de Liverpool, las palabras que siguen, con un tino inimitable, pues en ningún tiempo po- drá atribuirse á la pasión de hermano un juicio tan favo- rable y decisivo acerca del particular: “Esun hecho in- controvertible que el Dr. Cárlos Finlay de la Habana, fué el primero en establecer la experimentación directa para probar sus ideas sobre el papel que desempeñaba el mos- quito en la trasmisión de la fiebre amarilla. Su método consistía en alimentar mosquitos con sangre de casos de fiebre amarilla, antes del sexto día de enfer- medad y aplicarlos después, con un intervalo de 48 horas á cuatro ó cinco días, € personas susceptibles, su idea era producir una infección ligera con objeto de obtener la inmunidad”. Dado por cierto lo expuesto, como el sentir de Finlay, lo demás venía forzosamente, cual vino, para suerte: pri- mero, de esta Isla temida por la terrible endemia, y des- pués de toda la América, la que si como Cuba se adapta á la higiene basada en los principios del portentoso des- cubrimiento de Finlay, obtendrá iguales ventajas que no- sotros hemos obtenido y están á la luz del día y tan impo- sibles, de ocultar aunque lo pretendiésemos, que se dela- tan cual el movimiento con solo marchar. Daríamos proporciones incomensurables á nuestra di- sertación, si arrastrados por el entusiasmo patriótico, enu- merásemos todo lo que se deriva de la extinción de la fie- bre amarilla por la concepción del genio de Finlay, de ese hombre que cuando se le contempla sencillo y al parecer tímido, nos preguntamos de igual suerte que cuando tu- vimos la oportunidad de estrechar la mano de Pasteur, el más grande de los franceses. ¿Es que estos hombres supe- riores viven en las regiones mas altas del espíritu y ni si- quiera se contemplan y si se contemplan, se miran como átomos solamente, de ese cosmos cuyos secretos han sor- prendido para bien de la humanidad? Continuemos analizando el discurso del Dr. Guiteras, para terminar, pues ya advertimos que nos exponemos á fatigaros, á pesar del propósito firme que tuvimos de no pagar vuestra benevolencia en escucharnos con tamaña tortura. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 287 “La gloria de Finlay, afirma Guiteras, es comparable á la de Manson. Este en Amoy y aquél en la Habana, fue- ron los fundadores de la doctrina de la trasmisión de en- fermedades por insectos chupadores de sangre. Ni ellos pueden disminuir en un ápice, sigue afirmando, la gloria de sus sucesores Smith y Kilbour hn, Grassi, Ross, Read, Lazear, Caroll, Agramonte, Laveran, Bruce y otros, ni la obra de éstos amengua en nada la de los iniciadores”. Nos complacemos en repetir estos conceptos para que quede para siempre entendido que, con anterioridad á los trabajos de Finlay y Manson, nada se encuentra en la his- toria de la medicina respecto de estos problemas, señoras y señores. Si nos detuviésemos un momento á reflexionar acerca de lo que significa esta Academia, como Institución, ex- cluída del agitado mar de las luchas de la política y de otras pasiones, sin duda más veces nos encontraríamos con la deliciosa fiesta que origina la recepción oficial del preopinante en el seno de la Corporación. El mismo, agobiado por las responsabilidades del alto puesto que ocupa, ha de hallar en la actual reunión un oasis en que calmar la sed del trato profesional, del comercio de las ideas, desde una altura 4 que no llegan las emanaciones de la concupiscencia y cerniéndose como el cóndor de los Andes, en los espacios en que el ambiente es puro y des- pierta en el alma esperanzas, que por lo ingenuas, pare- cen infantiles, acerca del perfeccionamiento humano por los esfuerzos de la ciencia. Viene á nuestra memoria en estos instantes, sin que nos demos cuenta de ello, el recuerdo de aquellos días, en que juveniles los dos, hace más de ocho lustros, concu- rríamos al primer curso de anatomía, en los altos del hos- pital de San Juan de Dios, enclavado en donde está hoy la plaza de este nombre. Al estallar en Yara el primer movimiento revolucionario y empezar las hecatombes por doquiera, aquel puñado de adolescentes, del mismo modo que una nube de palomas que á los primeros disparos del cazador se dispersa, un buen número de ellos llegó como impulsado por fuerza misteriosa ¿4 los combates en que ofrendaron su sangre nobilísima á la libertad, los más se expatriaron, los unos para conspirar, algunos, aunque per- 288 ANALES DE LA suadidos del derecho á la independencia que tienen todos los pueblos, porque este sentimiento es innato en los co- razones desde Viriato hasta el día, no intervinieron direc- tamente en la contienda, porque agenos á la vida de las armas, entendían que quien incitaba á la pelea no le es permitido dejar de tomar parte en ella. De cierto modo el gran Martí, por entenderlo así, se sacrificó en Dos Rios, pues si como propagandista rayaba ád la mayor altura, co- mo guerrero había de dar el resultado funesto para la pa- tria que lamentó y lamenta todavía: el sacrificio forzoso de su preciosa vida, en aras del valor, del entusiasmo y del culto más grande á la libertad que ha cabido en pe- cho alguno. Y tras tantos años y fatigas, después de prolongadas vigilias y de una consagración al estudio, nacida del amor á las ciencias, que llega 4 constituir una religión, nos en- contramos, los que fuímos compañeros estudiantes, uno frente 4 otro en estas tribunas, que honraron nuestros pre- decesores, tal vez “desfallecidos pero no cansados” como dijo el poeta, del Redentor del mundo, al llegar con la eruz al Golgota, y nosotros al recordar 4 Guiteras adoles- cente, con mejilla sonrosada de niño; suave sonrisa y áni- mo sosegado, nos admira contemplarlo ahora, cual si salie- se de una fuerte nevada que le ha cubierto la cabeza y el rostro, aparentando frío, cuando calor y vigor le sobran para ser útil á la ciencia mucho tiempo. Le vemos y ex- perimentamos intenso orgullo, porque si ha luchado bra- vamente, si se ha impuesto una vida de privaciones, ha logrado el que fué nuestro condiscípulo ser hoy maestro de los maestros, y para llegar al zenit de la dicha, es coo- participe ahora hasta cierto punto, de la gloria del más grande de nuestros hombres de ciencia, cuya vida y labor nos ha referido con el mayor acopio de datos y la singu- lar competencia qne dejamos expuesta. En efecto, la me- moria del Dr. Guiteras sobre la fiebre amarilla en los mi- ños de Cayo Hueso, que es tanto como decir los niños cu- banos, tiende á demostrar que los accesos de fiebres tem- pranamente sufridos por los niños, les confería la inmuni- dad que es común observar en los que nacen y se desen- vuelven en los lugares en que se endémica la fiebre ama- rilla. Como se ve, esto significa que el Dr. Guiteras le da- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HARANA 289 ba vueltas á lo que constituyó, más tarde, uno de los fac- tores de la idea fundamental del descubrimiento del doc- tor Finlay. Seremos tal vez más fáciles al elogio que á la censura; pero es seguro que no la determina nunca la injusticia. Podemos ser pródigos en enaltecer; más tened por cierto, que no obedecemos 4 ninguna imposición al hacerlo, sino á los mandatos de nuestra conciencia, porque para nuestra satisfacción y honra hemos vivido: Ú tan alto como el dé- bil pajarillo que solo necesita sus alas y el aire para valer- se, Ó tan al nivel del suelo que nos han bastado nuestros brazos para desenvolvernos solos. Ahora bien; siempre nos ha entusiasmado el mérito ageno, por egoismo, pues nos incita € sacudir la pereza y á imitarle, y en este sen - tido se ha movido nuestra piuma y se ha encaminado muestro pensamiento. De esta manera se consigue que no quiten el sueño, como 4 Temistocles los laureles de los de- ; más. Día memorable será para esta Academia, el que ha se- ñalado la toma de posesión oficial del Dr. Guiteras en su seno, pues esta Institución se halla siempre dispuesta á recibir los tesoros del saber, de cuantos se consagran al estudio y á la observación, en el campo de las ciencias médicas, físicas y naturales. Reciba, pues, el digno comprovinciano, antiguo con- discipulo y hoy maestro consumado, el testimonio de ad- miración y respeto, del más modesto de sus colegas. 290 ANALES DE LA ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 27 DE OCTUBRE DE 1911, Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Jorge Le Roy. Académicos concurrentes. —De mérito.—Dr. Manuel Valdés Ro- dríguez. De número.—Dres. G. Alonso Cuadrado, G. Aróstegui, T. V. Coronado, M. Delfin, J. Diago, J. A. Fernández Benitez, F. M. Héctor, D. Hernando Seguí, F. Méndez Capote, J. A. Presno, M. Ruiz Casabó. Leídas las actas de las sesiones ordinaria del 22 de Septiembre y extraordinaria del 13 de Octubre, fueron aprobadas. Se dá cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—Del Rector de la Universidad, invitando á la aper- tura del curso académico de 1911 á 1912. Del Comité Ejecutivo del 8” Congreso de Química Aplicada, in- vitando á la Academia á tomar parte en sus sesiones, que se cele- braran en Washington el 4 de Septiembre de 1912 y las subsecuen- tes en New York. De la Compañía de Gas y Electricidad de la Habana, solicitan- do informe acerca del destructor de basuras, tipo ““Heenan and Froude” que se piensa instalar en terrenos de la Compañía y sl es- to puede hacerse sin perjuicios ni molestias para los vecinos cer- canos. De la Secretaría de Estado, trasladando escrito de la Legación de S. M. Británica de Cuba, en el que se le dan las gracias al Pre- sidente de esta Academia por su asistencia á los servicios religio- sus celebrados con motivo de la Coronación del Rey Jorge V. Del Comité de defensa del 4? y 5% distrito de esta capital, for- mulando varias preguntas relativas á la instalación de hornos cre- matorios para basuras en los terrenos de la Compañía de Gas y Electricidad de la Habana. Del Juzgado de Instrucción de Remedios, remitiendo cuestiona- rio suscrito por los Dres, Colomar y Cabrera para informar en un sumario por calumnias é injurias. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 291 Salida.—Al Dr. Fernando Méndez Capote, manifestándole el testimonio de condolencia de la Academia por la desgracia que le aflige. A la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, remitién- dole informe sobre el preparado “Urano”. Al Dr. Federico Torralbas, enviándole el pésame por el falleci. miento de su señora madre. Al Dr. Jorge Le-Roy, nombrándolo para que informe en el asunto de los hornos crematorios de basuras. Al Dr. Gustavo G. Duplessis, nombrándolo para informar en causa procedente del Juzgado de Remedios. Se dá cuenta del fallecimiento de los académicos corresponsales, Dr. José María Céspedes y Orellano, ocurrido en Manzanillo el 25 de Septiembre último y Dr. Eduardo Diaz y Martínez, ocurri- do el 22 del presente mes. El Dr. Juan Santos Fernández, profundamente conmovido, dá cuenta igualmente de la pérdida sufrida por la Academia con la muerte de su académico de número y Tesorero de su Junta de Gobierno, Dr. Enrique Acosta y Mayor, acaecida el 16 del actua- y después de trazar á grandes rasgos las características fundamenl tales de la vida de tan distinguido compañero, suspende la sesión en señal de duelo. 292 ANALES DE LA EL DR. JOSE MARIA CESPEDES Y ORELLANO. NOTA NECROLOGICA. POR EL Doctor Jorge Le-Roy y Cassá. (Sesión del 27 de Octubre de 1911.) El 25 de Septiembre último bajó á la tumba, en Man- zanillo (Oriente), lugar de su Sostroña residencia, el Dr. José María Céspedes y Orellano. Nació en Bayamo el 19 de Marzo de 182£ grado de Bachiller en Filosofía en 1846; a Bachillér en Jurisprudencia en 1850 y los de Licenciado y Doctor en la misma en 1852 y 1856 respectivamente. ME tarde se eraduó de Licenciado en Filosofía y Letras (1868), obte- niendo el Doctorado en esa facultad en 1887. Sus prolongados servicios en la Universidad, durante más de medio siglo, se encuentran condensados en las si- guientes líneas, escritas por el mismo Dr. Céspedes en el capítulo IV de su folleto «La Intervención», del cual las tomamos, después de haber compulsado, con los docu- mentos originales, la exactitud de los datos consignados. Dice así: “Mi profesorado en la Universidad data de larga fecha. Cuando estudiaba el segundo año de Derecho, en 1847, fuí nombrado suplente de la Cátedra de Literatura en la Facultad de Filosofía, que desempeñé hasta que marché á Madrid en 1850 con objeto de continuar allí mi carrera. Vuelto 4 la Habana y recibido de Abogado y de Doctor aquí, hice oposición en 1857 á una cátedra “de supernu- merario en la Facultad de Jurisprudencia, que me daba derecho para ocupar, como numerario, cualquiera de las asignaturas que vacase y me correspondiera en turno con los otros dos supernumerarios, ya nombrados, Dres. José Ramírez Ovando y Antonio González de Mendoza. Efec- tuados los ejercicios de la oposición se me aprobó y pro- puso al Gobierno Supremo, recibiendo luego la Real Or- ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Dr. José M.* Céspedes y Orellano. 19 Marzo 1822-25 Septiembre 1911. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 293 den de 24 de Junio de 1858, en que se me nombraba tal Catedrático Supernumerario. “Vacantes dos cátedras numerarias á fines de 1861, ocupó la primera el Dr. Ramírez Ovando. Y comoel Dr. González de Mendoza había sido nombrado Consejero de Administración, prefirió ese puesto; y siguió conmigo el turno para tener, como obtuve, la segunda vacante, com- puesta de las asignaturas de Procedimientos Civiles y Cri- minales, Der echo Penal y Práctica Forense. En Real Or- den de 22 de febrero de 1862, se me nombró definitiva- mente Catedrático en propiedad de las dichas enseñanzas. En (28 Septiembre) 1863 fuí nombrado catedrático de Derecho Mercantil y Penal; y en (12 Enero) 1865 volví á encargarme de mi primera cátedra numeraria. La seguí sirviendo hasta el 20 de Febrero de 1869, en que me em- barqué para los Estados Unidos con el propósito firme de servir 4 mi patria en su noble empeño de emanciparse de la Metrópoli y de constituirse en nación libre, indepen- diente y soberana. Lo que pasó después, hasta 1879, no es para referirse en este sitio. De ello me he ocupado ya detalladamente en mi libro inédito «Apuntes Autobio- eráficos». Bástame indicar aquí, que el gobierno de ls- paña me confiscó entonces mis bienes, me quitó la cáte- dra, borrándome del profesorado oficial, y me condenó á sufrir la pena de muerte en garrote vil.” “El día 23 de Junio de 1879 regresé á la Isla de Cuba y puse mis pies en el muelle de la Habana. Pedí ense- guida mis bienes y mi cátedra y ambas propiedades me fueron devueltas, aunque mermada la primera y cambiada la segunda. Se me restituyó al profesorado en calidad de excedente (18 de Junio 1880) y después de desempe- ñar como interino (26 de Septiembre de 1880) la cátedra de Legislación Comparada, vino de España la Real Orden de Y de Diciembre de 1880, nombrándome catedrático numerario de Historia General del Derecho por traslación, con la categoría de ascenso. Por Real Decreto de 10 de Agosto de 1886, tomó dicha. asignatura el nombre de Ins- tituciones de Derecho Público y Privado de los Pueblos Antiguos y Modernos. En Real Orden de 19 de Enero de 1887 obtuve la Categoría de Término; y en la nueva TOMO XLVII.—38, 294 ANALES DE- LA Real Orden de 7 de Diciembre de 1892, se me trasladó á la cátedra de Elementos de Derecho Natural.” “Como catedrático más antiguo, y por sustitución re- elamentaria, desempeñé el Decanato de la Facultad de Derecho desde el día 19 de Abril de 1892, hasta el día 8 de Junio de 1895, en que injustific adamente se me arre- bató la a y se me negó toda acción á la propie- dad. Este hecho dió motivo 4 mi folleto Apelación d la Conciencia Pública,” “Posesionado el Gobierno Interventor, de la Isla de de Cuba, fuí confirmado en mi cátedra por la Orden Mili- tar de 3 de Diciembre de 1899; y en otra Orden del 28 del propio mes y año, se me nombró catedrático numera- rio de Introducción General al Estudio del Derecho. Es- ta asignatura era la misma precedente con distinto califi- cativo.” “En el Plan de Estudios de 30 de Junio de 1900 no se incluye enseñanza alguna que se titule Derecho Natural, ni Introducción al Estudio del Derecho. En la Orden Militar N.* 280, de 12 de Julio de 1900, se hace la desig- nación de los catedráticos de la Universidad, que se con- firman, con arreglo á lo dispuesto en el Preámbulo del Plan de Estudios. Mi nombre no aparece en la lista de la Facultad de Derecho, nien otra aleuna. De modo que quedé fuera de mi cátedra, por supresión de la mis- ma; y del profesorado oficial, por no habérseme asignado otra, como debió hacerse, en virtud del carácter de mi oposición y de lo que conmigo se vino practicando cons- tantemente durante el régimen anterior.” Víctima del malhadado Plan de Estudios, conocido por el nombre de su autor «Plan Varona», contra el cual protestaron las corporaciones científicas y literarias del país, la prensa periódica y los particulares más caracterl- zados, demostrando sus garrafales errores y el desquicia- miento que introdujo en la enseñanza de todas las faculta: des; protestó el Dr. Céspedes, el 20 de Julio de 1900, an- te el Gobernador Militar, de la supresión de su nombre entre los nombrados para desempeñar las cátedras del nuevo Plan, exponiendo sus derechos adquiridos desde muchos años antes y alegando su capacidad con estas vi- riles palabras: ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 295 “He llenado mis deberes de profesor con asiduidad y constancia, publicando textos para la enseñanza de mis alumnos de Procedimientos y Derecho Natural; y aseguro que todavía estoy apto para desempeñar mi honroso pues- to en la Universidad de mi país.” “Ruego, pues, 4 Vd. se sirva haber por interpuesto el Recurso de Revisión á que se refiere la Orden Militar N.? 208, que también acompaño, y sustanciado debidamente, nombrarme para servir una de las cátedras asignadas á profesores nuevos sin título de doctor, ni la prueba de la oposición.” El 23 de Julio decretó el Gobernador Militar que la instancia y documentos presentados pasasen al Secretario de Instrucción Pública para informe, y el 8 de Agosto si- guiente, ese funcionario informó: “que la cátedra servida por el Dr. Céspedes había sido suprimida por el nuevo Plan, y que no era por consiguiente posible que pudiese ser mantenido en ella.” Instruido el 10 de Agosto de es- ta resolución del señor Enrique José Varona, el Dr. Cés- pedes replicó en estos términos: “Que la nota del Secre- tario de Instrucción Pública del día 10 no resuelve cosa algnna; porque se refiere 4 un hecho que he reconocido ya en mi instancia precedente.” “Sé que no puedo ser mantenido en la cátedra supri- mida; y por eso solicito que se me asigne otra, prefirién- dome á los que carecen de mis títulos y antecedentes uni- versitarios. Y esto no debe parecer imposibie al Secre- tario, qué no tuvo reparo en nombrar para Derecho Ad- ministrativo á un profesor de Derecho Penal, que venía explicando Economía Política.” “Exijo, pues, que se resuelva el asunto, sin evasivas y con arreglo á la tramitación contenida en la Orden Militar N.? 208, que he acompañado.” “Ante el Consejo Administrativo expondré mis dere- chos y presentaré mis pruebas.” “Las leyes se hacen para cumplirlas. ¿Por qué pres- cinde el Secretario del procedimiento marcado en la cita- da Orden? “Sírvase Vd. mandar, en consecuencia, que se cumpla la ley de Revisión.” Los siguientes párrafos, que tomamos del folleto antes 296 ANALES DE LA citado, escrito por el Dr. Céspedes, revelan el final de es- te triste despojo y descubren ciertos hechos históricos que deben ser conocidos, para que al juzgarse á los que en ellos intervinieron se les asigne su verdadero valor y no sigamos engañándonos con reputaciones de sabios y pa- triotas, levantadas sobre bases tan deleznables que no so- portan la más ligera crítica. “Al día siguiente de presentado el anterior escrito (13 de Agosto) hablé con el Ayudante General Mr. Scott en su despacho, quien me prometió dar cuenta, con mi expe- diente, al General Leonardo Wood, aquella misma tarde. Al salir de esa oficina saludé, en los corredores, á mi ami- go Alejandro R odríguez, que hablaba con dos caballeros americanos. Eran éstos el Gobernador Militar y uno de sus ayudantes. Rodríguez me presentó al primero, á quien le expuso mi caso en breves frases, rogándole lo sometiese al Consejo Administrativo, y así me lo ofreció. Al despedirme de él me dijo que el Gobierno me daría una pensión. Mi nácaa fué instantánea y enérgica: “No quiero pensión” le contesté indignado. “Será Vd. muy rico”, replicó el General. “No señor, no soy rico, le dije en alta voz; pero no estoy aún inválido ni decré- pito para que se me retire con una limosna; me encuen- tro sano y fuerte y todavía puedo ganar la subsistencia con mi honrado trabajo.” “El día 14 recibí una carta del ayudante Scott, llamán- dome á su oficina. Acudí á la cita el 15; y era la entre- vista para decirme que tenía orden del General para ofre- cer pensiones 4 diez de los catedráticos despedidos de la Universidad, cuya lista me mostró, con mi nombre á la 'abeza. Le contesté que ya había dicho al General que rechazaba la pensión, y que, podía repetírselo desde lue- go. Merogó entonces que escribiese y firmase mi res- puesta: ¿ inmediatame ente escribí y firmé la siguiente frase: “I dont' want any pens sion at all — Yo no quiero pen- sin de ninguna clase.” “Mi última instancia había sido resuelta con fecha del día 13 de Agosto de 1900, con estas palabras: “El Gobernador Militar no “considera que éste sea un- caso que deba llevarse al Consejo Administrativo, por ha- berse suprimido la Cátedra y tener reservado el derecho ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 297 de suprimir un oficio cuando le parezca propio hacerlo.” El Recurso de Revisión establecido por el mismo (o- bierno Interventor en su Orden Militar N.* 208 de 20 de Mayo de 1900, dice en su articulo 11: “Se crea un Consejo Administrativo, que se compondrá del Secretario de Justicia, el Presidente y Fiscal del Tri- bunal Supremo, al cual se someterán por el Gobernador Militar de la Isla las cuestiones de carácter administrativo (contencioso-administrativo) que estuviese llamado ú resol- ver (casos nuevos ), 6 por apelación contra desiciones del propio Gobernador Militar, siempre que los interesados coliciten su revisión.” “El mío era un caso nuevo, que resolvió el Gobernador Militar, con la amañada consulta de su Secretario de Ins- trucción Pública. El asunto que se trató fué puramente administrativo. No tenía nada que ver con la supresión de un oficio, porque no se trataba de eso, sino de mis de- rechos para ocupar cualquiera de los oficios que se deja- ron vivos. “¿Puede darse una despreocupación más ostensible y un quebrantamiento más torpe de la misma ley que, para sus propios actos, dictó el Gobernador Militar?” “El Gobernador y su Secretario continuaron escapán- dose por la tangente, sin entrar jamás en la cuestión que se les presentaba diáfana y clara, y que debieron resolver en su fondo, oyendo antes al Consejo Administrativo.” Perdidas las esperanzas de volver á la Facultad de De- recho, el Dr. Céspedes dirigió sus pasos 4 la de Filosofía y Letras, en la cual existían dos cátedras vacantes y se presentó como opositor 4 ambas en 18 de Agosto de 1900, dirigiendo al efecto las oportunas instancias al Se- cretario de Instrucción Pública, en esta forma: “Dr. José M* Céspedes etc., digo: Que no habiendo quedado cátedra alguna de Derecho vacante y deseando ingresar de nuevo en mi querida Universidad de la Ha- hana, me presento, como opositor, á la cátedra C. (Lin- gilistica y Filología) perteneciente á la Escuela de Letras y Filosofía.” “A los efectos legales acompaño mi título de Doctor en en Filosofía y Letras, un libro marcado con el número 3, en que se contienen mis nombramientos y los comproban- 298 ANALES DE LA tes de mis servicios á la enseñanza; otro libro marcado con el número 11 en que se leen trabajos míos sobre edu- cación y lenguas; y las siguientes obras: «Procedimientos Judiciales», 2* edición, 2 tomos. «La Idea», periódico de educación é instrucción públi- ca, 2 tomos. «La Doctrina de Monroe». «Elementos de Derecho Natural». «Discursos, Estudios y Artículos». «Instrucción Cívica.» «Escritos políticos.» «Revista de Jurisprudencia» (specimen). «El Eco de Cuba» (specimen). “Ruego 4 Vd. me tenga por presentado á la oposición expr a con los documentos y libros adjuntos, que de- berán devolvérseme: y admitirme á los ejercicios COrTes- pondientes. Habana, Agosto 18 de 1900.” Du Jose: ME Céspedes, etc., digo: Que me presento como opositor á la Cátedra B. (Metodología Pedagógica) perteneciente á la Escuela de Pedagogía. “Los documentos y libros quedan ya acompeñados á mi otra instancia de hoy sobre oposición á la cátedra € (Lin- gúistica y Filología) de la Escuela de Letras y Filosofía. “Sírvase Vd. tenerme por presentado en este otro cer- támen de oposición; y disponer pasen los documentos y libros exhibidos al tribunal correspondiente. Habana, Agosto 18 de 1900.” El 19 de Septiembre explicaron los opositores ante el tribunal de la cátedra C. (Lingúistica y Filología) los temas elegidos para la lección oral; el del Dr. Céspedes versó sobre “Clasificación de las Lenguas” y el 21 del propio mes lo hicieron los de la cátedra B (Metodología Pedagógica) eligiendo nuestro biografiado el siguiente; “Estudio histórico crítico de los métodos y procedimie 2n- tos empleados en la enseñanza de la moral y la instrucción cívica”. La propuesta de ambos tribunales colocó al Dr. Céspedes en el segundo lugar; eligiendo el Secretario á los candidatos que ocupaban el primero; premiando de ese modo los meritorios servicios prestados á la enseñanza por un profesor que supo serlo y que obtuvo sus cátedras por su constante dedicación al estudio y al profesorado y ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 299 no por las circunstancias accidentales que elevaron á los más altos sitiales á alguien que apenas si conocía la exis- tencia de las aulas universitarias. En otro centro científico hizo también el Dr. Céspedes gala de sus vastos conocimientos. Esta fué la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba, la que le encomendó los discursos que celebrara los aniversarios séptimo y duodécimo de su fundación. Enel primero, leído en la sesión del 7 de Octubre de 1884, trató sobre La antropo- logía y el derecho penal (1) y en el segundo leído en la de igual fecha del año 1889 disertó sobre La evolución del instinto. (2). Veamos ahora su vida en el seno de nuestra Academia. Ingresó como académico de número, en la sección de Ciencias, el 25 de Agosto de 1895. En la sesión solemne del 19 de Mayo de 1897, tuvo á su cargo el discurso científico que determina el reglamen- to de la Corporación, desarrollando el siguiente tema: “Existencia y condiciones de la vida en la profundidad de los mares.” (3). En Diciembre del propio año fué nombrado Director de los Axates, en unión del Dr. G. López, cuyo cargo . desempeñó hasta Abril de 1902. El 13 de Noviembre de 1898 presentó su discuaso de recepción como académico de número, el que versó sobre los “Delincuentes natos y razas de criminales” (4), estan- do la contestación de este discurso encomendada al Dr. G. López. (5). El 23 de Abril de 1899 fué elegido Bibliotecario para el bienio de 1899-1901 y reelecto en 28 de Abril de 1901 para el siguiente de 1901-1903. En la sesión de Gobierno de 27 de Enero de 1901 se le concedieron amplias facultades, como Letrado de la Aca- demia para el cobro de los censos de la misma, cuyos ré- (1) Revista Cubana, Habana, 1885, t. I, p. 107-122. (2) Revista Cubana, Habana, 1889, t. x, p. 289-317. (3) Axazes, t. xxxiv, p. 143-158. (4) Awazes, t. xxxiv, p. 190-207. (5) ANALES, t. xxxIv, p, 207-213. 300 ANALES DE LA ditos habían sufridos considerables trastornos por motivo de la guerra de independencia. En el desempeño de es- te encargo tuvo la desgracia de ser engañado en su buena fé por el cobrador que tenía para ello, lo que dió motivo para que en 23 de Marzo de 1902 se confiriera al Ldo. Leopoldo Sola la representación jurídica de la Academia. En 19 de Septiembre de 1902 pidió un año de licencia, por tener que ausentarse de la Habana, la que le fué con- cedida el 28 del mismo mes y año y en sesión de 11 de Octubre de 1903 se le amplió dicha licencia por tres me- ses más pasando, al expirar esta prórroga, ád la categoría de académico corresponsal. El 14 de Abril de 1904 se dió lectura á su tra- bajo sobre “El matrimonio y el divorcio” (1) y en 9 de Junio del propio año retornó 4 sa puesto de académi- co de número en la vacante que produjo su pase á corres- ponsal. En Abril de 1905 se trasladó ¿4 Oriente, obteniendo otro año de licencia y vencida ésta pidió su pase definiti- vo á la categoría de corresponsal en Santiago de Cuba, que le fué concedido en 22 de Junio de 1906. Este cul- dado que demostró siempre en conservar su puesto en las filas del deber y su correspondencia cuando se ausentaba, revelan bien á las claras su cariño á la Corporación que le abrió sus brazos cuando se le despojaba de su Decanato y para comprobar esta aseveración basta recordar el im- portante donativo de obras escogidas de su biblioteca, que hizo á la de la Academia en 13 de Diciembre de 1907, ascendente 4 891 volúmenes. A su muerte ocurrida en Manzanillo el 22 de Septiem- bre de 1911 la Universidad de la Habana enarboló su bandera á media asta y la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana expresa su condolencia dando á conocer los rasgos principales de su vida consa- grada al estudio y la enseñanza. (1) Awazes,t. XL, p. 404-418. ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Dr. José Eduardo Díaz y Martínez. 11 Marzo 1854—22 Octubre 1911 ACADEMIA DÉ CÍENCIAS DE LA HABANA 301 EL DOCTOR JOSE EDUARDO DIAZ. NOTA BIO-BIBLIOGRAFICA. POR EL DOCTOR JORGE3 LE-ROY Y CASSA. (Sesión del 27 de Octubre de 1911.) Doctor José Eduardo Díaz y Martínez. Nació en Gua- mutas (provincia de Matanzas), el 11 de Marzo de 1854. Hizo sus estudios de segunda enseñanza en la Habana y Barcelona, recibiendo el grado de Bachiller en el Instituto de Gerona en 1873. Estudió Ciencias, en cuya facultad recibió hasta el grado de Doctor, lo que le valió para ob- tener, por oposición, en 1883, la cátedra de Historia Na- tural, Fisiología é Higiene y Agricultura del Instituto de 2* Enseñanza de Matanzas, cátedra que desempeñó hasta su muerte, pues si bien acababa de obtener, también por oposición, una cátedra en la Granja Agrícola de la Haba- na no llegó a tomar posesión de ella. En el Instituto de Matanzas fué primero Secretario y luego Director. En la Universidad de la Hacana obtuvo el grado de Licenciado en Medicina y Cirugía el 11 de Septiembre de 1886 y el de Doctor en la propia Facultad el 4 de Abril de 1891. También sé graduó de Doctor en Farmacia en nuestra Universidad el 26 de Junio de 1886. En 25 de Enero de 1891 ingresó como académico co- rresponsal en la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana, puesto que desempeñó hasta su muerte, habiendo contribuído con varios trabajos, según puede verse en la bibliografía que después publicamos. Entre sus títulos cuéntanse los siguientes: 29 Mayo 1891 miembro de la Socicdad Económica de Amigos del País de la Habana. 4 Febrero 1892 socio coreesponsal de la Sociedad Estudios Clínicos de la Ha- bana hasta el 15 de Septiembre de 1904 en que pasó á la categoría de socio titular, por haber fijado su residencia en esta ciudad. TOMO XLVIHI.—39, 302 ANALES DE LA 8 Mayo 1892, miembro de la Societé d* Hypnologie, de Francia. 30 Septiembre 1898, Director del “Dispensario para niños pobres” de Matanzas, en el cual prestó sus servicios gratuitos como médico auxiliar del inolvidable Dr. Do- mingo Madan. A la muerte de éste fué nombrado para sustituirlo en la Dirección, la que r evunció en 1900. Fué además Gobernador de la provincia de Matanzas desde Octubre de 1898 hasta Abril de 1899 y Represen- tante de su provincia en el Congreso de la Nación desde 1904 hasta 1908, en que terminado su período legal vol- vió á su cátedra. En 1900 introdujo en Cuba las enseñanzas del Sloyd " y Kindergarden. Las proposiciones de ley. que presentó 4 la Cámara de Representantes tuvieron siempre el ca- rácter de beneficio general para el país; no presentó nin- guna de carácter personal, Entre aquellas debe mencio- narse la de nacionalización de las medidas higiénicas ó sa- nitarias, que no llegó á tramitarse, y que más tarde reali- zÓ el gobierno americano, durante su segunda interven- ción. A él se debe igualmente la fundación y crecimiento de la Biblioteca pública de Matanzas, anexa al Instituto de 2* Enseñanza. Colaboró en distintas publicaciones científicas, ocupán- dose principalmente de asuntos demográficos, de hipno- logía, de pire etología cubana y de historia natural y obtu- vo (en unión del Dr. Domingo Madan) el “Premio Presi- dente Gutiérrez” conque la “Academia honró la Memoria presentada en el concurso de 1897 con el título Estudio sobre las fiebres en la Isla de Cuba. Falleció en su casa del Vedado el 22 de Octubre de 1911, 4 consecuencia de una arterio esclerosis, dejando un grato recuerdo de su vida por las bellas prendas per- sonales que poseyó. He aquí la lista de sus principales publicaciones cientí- ficas: Estado de los nacimientos y defunciones ocurridos en el término municipal de Matanzas, durante el primer tri- ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 303 mestre de 1887. Crónica Médico Quirúrgica de la Ha- bana, t. XIV, p. 52. Estado de las defunciones y nacimientos habidos en la ciudad de Matanzas, durante los meses de Abril, Mayo y Junio de 1887. Crónica «., t. XIV, p. 120. Anestesia Hipnótica-Sugestiva. Crónica 8., t. XVII, p. 147-149. Demografía de Matanzas. Estado de las defunciones, matrimonios y nacimientos anotados en los dos Registros Municipales, durante el mes de Enero de 1891. Crónica ib AVI p. 299-300. Idem, Idem en el mes de Febrero de 1891. Crónica 8., t. XVII, p. 418-419 El Hipnotismo y la Sugestión. Crónica «., t. XVII, p. 833-840, 851-863 y 877-890. La nutrición en vigilia y en el sueño hipnótico. Re- vista de Ciencias Médicas, t. VI, p. 197-199. La psicoterapia. (Trabajo de ingreso en la Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana). Archivos de la So- ciedad £., t. V, p. 164-172; y Revista €., t. VII, p. 37-40. El Hipnotismo y la Cámara de Representantes en Bél- gica, Revista K., t. VII, p. 49-50. Centro Médico-Farmacéutico de Matanzas. —Inaugura- ción. Revista €, t: VIL, p. 307-308. Valor hidrotimétrico de las aguas potables ante la hi- glene. Revista €., t: VIIL p. 123-125. Estadística demográfica de la ciudad de Matanzas. Primer semestre de 1893. (En colaboración con los Dres. Madan y Trelles). Crónica «€., t. XIX, p. 729-73 Idem, Idem. Segundo semestre de 1893. Crónica, K., t. XX, p. 73-74. Estadística demográfica de Matanzas. Año 1893. Re. vista K., t. IX, p. 27-28. Un caso de hipnotismo en apariencia mortal. Revista dh y pu bo: La fiebre amarilla en el niño cubano. (En colabora- ción con el Dr. Domingo Madan). Sesión de la Acade- mia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Haba- na del 13 de Octubre de 1895, AwaLes Ú., t. XXXII, p. 367 379 y Crónica «.,t. XXI, p. 535-545. La fiebre tifoidea prolongada. (En colaboración con el 304 ANALES DE LA Dr. D. Madan). Crónica €., t. XXII, p. 235-238, 249-254 y 266-271. La fiebre amarilla ó de borras en la ciudad de Matan- zas. (En colaboración con el Dr. Madan.) Sesión de la Academia «., del 23 Agosto 1896. Awazes «., t. XXXIII, p. 325, acta; y Crónica €., t. XXIT, p. 283-291. Consideraciones sobre la fiebre amarilla intermitente y su asociación con el paludismo. (En colaboración con el Dr. Madan) Crónica €., t. XXII, p. 297-302 y 320-326. La fiebre tifo-malaria. (In colaboración con el doctor Madan.) Crónica €., t. XXIL p. 327-332. Pronóstico de la fiebre entero-séptica en la infancia. (En colaboración con el Dr. Madan.) Sesión de la So- ciedad de Estudios Clínicos «., del 17 Enero 1897. A,- chivos de la Sociedad K., t. VUL, p. 58-66 y Crónica K., th XXIIT, p. 18-24. Pirexias en la Isla de Cuba. Coronado y Madan. (Aná- lisis de esta obra, en colaboración con el Dr. Félix de Vera.) Crónica 8., t. XXIU, p. 55-62. Estudio sobre las fiebres en la Isla de Cuba. (En co- laboración con el Dr. Madan.) Memoria premiada por la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana con el “Premio Presidente Gutiérrez”, en el con- curso de 1895 á 1897. Sesión de Gobierno del 25 Abril 1897. AwnaLÉs €., th, XXXV, p. 51-186. La hidrohemia en la diarrea infantil (Entero-colitis de la miseria). Trabajo del “Dispensario para niños pobres” que sostiene el Cuerpo de Bomberos de Matanzas, por el Director facultativo Dr. Domingo Madan y el médico au- xiliar Dr. Eduardo Díaz. Crónica «., t. XXUII, p. 217-224. La marcha invasora del paludismo urbano en sus rela- ciones con la fiebre tifoidea. (En colaboración con los doctores F. de Vera y D. Madan.) Sesión de la Academia é., del 25 Julio 1897. AxaLes «., t. XXXIV, p. 268-283 y Crónica €., t. XXIIL p. 253-259 y 265-269. Consideraciones generales sobre las fiebres palúdeas; su naturaleza y patogenia. Extracto del “Estudio sobre las fiebres en la Isla de Cuba”; “Premio Gutiérrez” de la Aca- demia. Concurso de 1896 4 1897. Crónica K., t. XXILL, p. 313-318. Las estomatitis graves de la infancia. (En colaboración ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Doctor Enrique Acosta y Mayor. 16 Abril 1861—16 Octubre 1911. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 305 con el Dr. Madan.) Trabajo del “Dispensario para niños pobres” de Bomberos. Crónica €.,t. XXIV, p. 33-40. Congreso Internacional de segunda enseñanza. Revis- ta de Ciencias, Habana, t. Il, p. 42-43, 64-66 y .. (Este trabajo quedó sin terminar de publicarse por haber des- aparecido el periódico que lo daba á luz). Hibridismo en las aves. Sesión de la Academia del 23 Marzo 1902. AxwaLÉs U., t. XXXVIII, p. 231-233. Caña-Bota. (Hexanchus griseus. Gml.) y Pez vELERO AMERICANO. (HHistiophorus nigricans. Lac.) Sesión de la Academia «., del 25 Junio 1909. AwaLesG., t. XLVI, p. 82-88. Delfín negro. (Globiocephalus melas. Trail.) Sesión de la Academia € del 10 Diciembre 1909. ANALES Q., t. XLVI, p. 296-299. Híbridos de pavo real y guinea. Sesión de la Acade- mia 4., del 23 Diciembre 1910. AmxNaLes d., t. XLVIIL p. 158-762 EL DR. ENRIQUE ACOSTA. POR EL Dr. Juan Santos Fernández. (Sesión del 27 de Octubre de 1911.) Sres. Académicos: Si alguna vez nos hubiéramos sentido predispuestos á declinar un deber, por temor de fatigaros, con los frecuen- tes relatos de colegas desaparecidos d que nos hemos visto obligados, en estos últimos tiempos, ciertamente no sería al daros cuenta del fallecimiento del Dr. Enrique Acosta y Mayor, acaecido en la madrugada del 16 de Octubre del corriente año. Nunca pudiera cabernos, desde luego, disculpa aleuva, de evadir esta dolorosa misión, pues ade- más de que como académico y miembro actualmente de la Mesa de la Corporación, por su cargo de Tesorero, re- clama de nosotros el referirnos 4 su persona, como adicto amigo y constante colaborador en nuestras tareas profe- 306 ANALES DE LA sionales, exige igualmente de nosotros que no guardemos silencio ante sus restos inanimados. j El Dr. Enrique Acosta y Mayor, hijo de la Habana, na- ció el 16 de Abril de 1861 y cuando le conocimos ya ha- bía terminado sus estudios de la carrera de Medicina, no hacía mucho, más, como tenía notables disposiciones para la música, le ocurrió que la enseñanza de ésta le fué pro- vechosa, durante determinado tiempo, hasta que al de- caer aquélla, por razones agenas á su voluntad y saber, y que no es necesario explicar, su labor no fué productiva. Con tal motivo nuestro jóven médico, que había creado ya una familia, se vió consternado, y atacado de una fuer- te pasión de ánimo, se recluyó en su morada, sin saber que hacer. De ésta y de la difícil situación que se había creado, le sacó un espíritu noble y generoso, el Dr. An- drés Valdespino, no ha mucho desaparecido también y en- tónces nuestro compañero en la redacción de la Orónica Médico Quirúrgica de la Habana y lo llevó á nuestra dlínica de enfermedades de los ojos, situada por aquella época en la Quinta de Toca, Carlos MI, donde en la ac- tualidad está el sanatorio de los canarios. El jóven médi- co nos impresionó favorablemente y le invitamos á traba- jar en los asuntos de orden científico en que estábamos empeñados, siendo el primero, la redacción de la Crónt- ca Médico Quirúrgica de la Habana que hacía algunos años habíamos fundado en unión de otros colegas y en la que llegó d ser más tarde redactor jefe. Como la casa de salud, denominada Garcini, una de las más antiguas, existía todavía y estaba cas! enfrente de la Quinta de Toca, desempeñó allí, durante corto tiempo, una plaza de médico, la que, por la proximidad, no era incompatible con las demás obligaciones que se creaba á nuestro lado. Estaba á punto de llegar de Europa la Comisión que había enviado la redacción de la Crónica Médico Quirúr- gica para importar 4 Cuba los descubrimientos realizados por Pasteur sin excluir ninguno, y así que llegó, tué el Dr. Acosta el auxiliar más eficaz que hallaron los comisio- nados, para la instalación de aparatos y encaminar sus tareas. Desde el primer momento se agregó al departamento CADEMÍA DE CIEANCIAS DE LA HABANA 307 de la vacunación antirábica, que pronto quedó exclusiva- mente á su cargo y durante un cuarto de siglo ha cuidado de él, con un esmero y una dedicación bien apreciados por las numerosas personas que han necesitado de sus servicios, y por los profesores médicos que han interveni- do en la asistencia de los enfermos por él inoculados. No tardó en ser designado Secretario Contador del La- boratorio, cargo que le sumaba gran trabajo y en posesión del cual ha dejado de existir. Después del cambio de soberanía, cuando se estableció la intervención americana, muchos de los médicos que formaban parte del Laboratorio Bacteriológico de la Cró- nica Médico Quirúrgica, hallaron puestos en las oficinas del Estado, disminuyó pues el número de trabajadores, y se vió forzado el Dr. Acosta á desempeñar él mismo, otras secciones, además de la vacuna antirábica, siendo las que más trabajos le proporcionaban, las de los diferentes sue- ros y muy especialmente el antidiftérico, que con el Dr. Dávalos creó y adquirió un crédito que no han logrado disminuir los fabricantes en los Estados Unidos, á pesar de los sobrados elementos de que se dispone en esa gran na- ción. Bien es verdad que se procedió con tal tino en la realización de este empeño, que en los primeros tiempos de la elaboración, 4 un viajero cubano, que fué á ver al Dr. Roux, profesor del Instituto Pasteur, para proveerse, al volver á Cuba, de suero antidiftérico, en gran cantidad, le contestó el sabio maestro: «lleve Vd. el necesario para el viaje, pues así que llegue á la Habana lo tiene igual al nuestro en el Laboratorio Bacteriológico de la Crónica Médico Quirúrgica». Esta satisfacción la han llevado á la tumba el Dr. Acosta y el Dr. Dávalos también, que sólo unos meses le ha precedido, en ocupar un puesto en el panteón de la Aeademia edificado recientemente, bajo el cuidado de una comisión en la que figuraba el Dr. Acosta, como Tesorero de la Academia. Tememos ser prolijos, pero es fuerza no dejar sin men- cionar cada uno de los merecimientos de aquel que consa- gró exactamente la mitad de su. existencia al trabajo así- duo yprovechoso para nucstro progreso científico. Hubo una época, durante la colonia, en que las vícti- mas humanas del muermo equino alcanzaban cifras alar- 308 ANALES DÉ LA mantes, y como para un exacto y anticipado diagnóstico de esta enfermedad en el caballo, con fines higiénicos en aquellos precisos momentos, se empleaba la malena, el Dr. Acosta en unión del Dr. Dávalos y otros profesores del Laboratorio, la fabricaron en el acto y hasta su muerte la han seguido preparando. Trabajó el Dr. Acosta con una perseverancia propia de benedictinos en el estudio de la enfermedad que aniqui- laba por completo el ganado de cerda en la Isla, así como, antes había dirigido sus esfuerzos, en unión de otros com- pañeros á investigar el mal que diezmaba el vacuno, de- nominado por el vulgo «basera». Si hubiéramos de enumerar cada uno de los puntos científicos en que se ocupó su clara y penetrante inteli- gencia, conseguiríamos fatigaros, porque son muchos y podéis facilmente formaros una idea de ellos, al recorrer los títulos de sus numerosos trabajos, que copiamos al fi- nal, teniendo en cuenta qne no obstante nuestros ruegos, no todas las investigaciones han sido trasladadas al papel y menos publicadas, sin embargo, estos bastan para com- prender que abarcó por completo la bacteriología y que llegó en ella 4 tener la competencia de un verdadero maestro, pues los conocimientos adquiridos, los había ob- tenido 4 virtud de una consagración al Laboratorio tan completa, que de sol á sol estaba en él, practicando é in- vestigando. Triste es, que cuando tenía por delante más de una década, para hacer aplicaciones útiles de esa prác- tica é idoneidad que sólo se adquieren con la asídua labor por él desplegada, se haya tronchado su existencia, ni más ni menos que cual le ocurrió á sus dos compañeros de tra- bajo, Dávalos y Calvo, fallecidos no ha mucho, y de los que en su oportunidad relatamos sus merecimientos. Formó parte de todas las Instituciones del país que se relacionaban con el cultivo de las ciencias: La Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana. La Sociedad de Estudios Clínicos. La extinguida Socie- dad de Higiene y la Médico Farmacéutica y del reciente Colegio Médico. Diferentes sociedades del mismo c'éne- ro del extranjero le contaban entre sus miembros. So- cieté Francaise d' Hygiene. Academia de Higiene de Cataluña. Academia de Medicina de México. Societé de ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 309 . Medicine et de Climatologie de Nice. Societé Central de Medicine du Departement du Nord, Lille y otras. Dada ya una idea de lo que valía Acosta como inves- tigador, ocupémonos de sus cualidades morales, que tanto suelen influir en el desarrollo intelectual, y sobre todo en las empresas que se acometan aunque exista aquel, pues contribuyen también poderosamente á la buena disposi- ción para el sacrificio, que no otra cosa significa renunciar á todo género de complacencias, para vivir exclusivamente dedicado al desempeño de un deber y al cumplimiento de los mandatos imperantes del progreso de la medicina. Si no existiesen en sus producciones conocidas, sobradas pruebas del alcance de sus facultades intelectuales, la ten- dríamos en la facilidad con que se hizo cargo de la oftal- mología. Como el Laboratorio de la Crónica Médico Qui- rúrgica, ocupaba en los primeros tiempos el mismo piso que nuestra consulta de enfermedades de los ojos, acos- tumbrábamos, arrastrados por el deseo de conocer prácti- camente las estudios microscópicos, pasarnos al Laborato rio y para poder hacerlo rogamos al Dr. Acosta que ocu- pase nuestro puesto en la consulta y despachase por nos- otros que ya lo habíamos iniciado en ello. Esto le bastó para ponerse pronto al corriente de las enfermedades de los ojos, y cuando realizábamos algún viaje á Europa él ó el Dr. Madan, también desaparecido prematuramente, nos sustituían d nuestra satisfacción. El Dr. Enrique Acosta, si como persona dedicada á la ciencia dió pruebas ds capacidad indiscutible, como hom- bre era excepcional, hasta tal grado rayaba su bondad y sus nobles cualidades personales. Su naturaleza le pre- disponía á no impacientarse y á vencer los obstáculos de cualquier género que fuesen á virtud de sus nobles ins- tintos y de su espíritu conciliador. Durante 25 años gobernó el Laboratorio Bacteriológico de la Crónica Médico Quirúrgica, con plenos poderes nuestros, porque cel ejercicio profesional no nos permitía estar al tanto de todo. Sólo interveníamos en muy con- tadas ocasiones por excepcionales circunstancias de orden exterior, tal era el tino y la discreción con que lo regía. Estaba á su cargo pues remover el personal cuando fuese necesario, facultad que no encontró nunca oportunidad de TOMO XLYII1,—40, 310 ANALES DE LA ejercer. En el largo periodo de tiempo que hemos men- cionado no despidió un sólo sirviente de los que á su lado trabajaban, siempre se retiraban ellos mismos por su pro- pia voluntad y aunque parezca nimio consignaremos que mientras el Dr. Acosta en exodo por Méjico cor toda su familia, tuvo que abandonar el Laboratorio durante el bloqueo de 1898, por unos meses, despedimos á un de-. pendiente debido á la embriaguez, que hacía mucho tiem- po estaba en el Laboratorio y hemos creído que este su- jeto que así procedió, tal vez no hubiera cometido tal abuso, si se hubiera encontrado bajo la acción fascinadora de suave autoridad que ejerció siempre el Dr. Acosta y de seguro no se hubiera dejado dominar por la bebida. Poseía el Dr. Acosta una lealtad digna y fácil para él de conservar y una acrisolada honradez, Por exigencias ó deberes de familia, nos vimos al frente de cuantiosos in- tereses, á los que no podíamos consagrar por completo nuestra atención, sin abandonar nuestros asuntos profesio- nales que jamás abandonamos, y en estas circunstancias el Dr. Acosta puso 4 prueba sus múltiples disposiciones. El tenía la llave de la caja de caudales en que hubo á ve- ces más de setenta mil pesos y él cuidaba de ellos mien- tras se colocaban en el Banco ó se les daba la distribución exigida. Lo mismo ocurría con los documentos de im- portancia que había que conservar ó distribuir. Más de siete años estuvimos desempeñando un puesto tan en dis- cordancia con nuestras aptitudes y aficiones y gracias al digno compañero no tuvimos que lamentar ningún accl- dente y todavía al través del tiempo nos horrorizamos del riesgo que corrimos. Para no acumular datos en demasía, vamos d referir só- lo dos más del mismo género. No pudimos dejar de aceptar el poder que para la administración de sus bienes en la Habana, nos confirió una rica marquesa cubana, des- de Madrid, y consternados le expresamos al Dr. Acosta, el para nosotros, verdadero conflicto. No se preocupe, nos dijo, yo correré con eso, y en efecto, nosotros no vi- mos nunca las casas, ni las otras propiedades de la señora marquesa, y cuando pasado algún tiempo determinó ven- derlas, conenrrimos á la notaría, estampamos la firma y nos retiramos; el Dr. Acosta quedó allí, recogió el dinero ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 311 y lo giró 4 Madrid. Uno de nuestros compañeros de aca- demia el Dr. Duplessis qne fué de los compradores, pudo ser testigo de lo que relatamos. Por áltimo, señores, fuimos tesorero de varias corpora- ciones; pero no amos á referirnos más que á una, d la Academia de Ciencias. Hacía largo tiempo que tenía su tesorería algo atrasada, porque el encargado de ella, per- sona de gran mérito, había tenido múltiples desgracias de familia y no podía ocuparse de un particular tan enojoso para él. En esas condiciones sustitufamos al buen amigo y compr añero, y tal vez la tesorería hubiera seguido lo mismo ó peor, si como en las muchas otras tesorería que desempeñábamos nosotros, no fuésemos más que tesorero ón nomine: el Dr. Acosta era el verdadero tesorero. Cuan- do traspasamos el cargo á otro compañero, ocurrió que la Academia tenía un ahorro de más de $600, sino recorda- mos mal, y ahora como otras veces en conversaciones pri- vadas hemos declarado que no intervinimos apenas en es- te buen orden y que al Dr. Acosta se debió este milagro como otros muchos más que no exponemos por que nece- sitaríamos mucho para ello. Se ha dicho que nadie es grande para su ayuda de cá- mara porque éste lo ve todos los días,en todas las circuns- tancias, y llega 4 considerarlo como á los demás hombres desconociendo su sabiduría. No nos ha ocurrido esto 4 nosotros en contacto diario con nuestro infortunado com- pañero el Dr. Acosta; durante un cuarto de siglo su mo- destia lejos de empequeñecerlo lo agrandaba y su habi tual timidez la tradujimos siempre con expresión de un deseo ferviente de proceder acertadamente y nunca como el sello de ningún género de insuficiencia. No hemos necesitado estudiarlo á gran distancia, para estimar sus méritos, pues creen algunos que de cerca todos los hom- bres son iguales ó de poco valor. Reunía, pues, en raro consorcio el Dr. Acosta cualida- des que no suelen sumarse en una misma persona, porque se estiman como opuestas ó difíciles de unificarlas. Al. ma de artista, pues sintió por la música verdadero amor y ella le favoreció con la inspiración que han podido ; apreciar los que pueden ser autoridad en la materia, al mismo tiempo dominaba los números, 4 punto de poseer 312 ANALES DE LA la teneduría de libros y así se comprende que con facili- dad se desenvolviese en los empeños mercantiles, de más ó menos alcance que se le encomendaran. De sanas costumbres y de moralidad intachable creó el Dr Acosta un hogar al que consagró todos sus desvelos y en el que lloran su inesperada ausencia la esposa amada y los numerosos hijos á quienes deja el ejemplo inmacu- lado de una vida útil consagrada al trabajo honrado, á la ciencia y al cumplimiento de cuantos deberes se le enco- mendaron en el curso de su tronchada existencia, Por último, señores, si sintiésemos escrúpulos de haber sido apasionados en nuestros juicios, por efecto de la estre- cha amistad que nos unía al finado, los desvanecerían las infinitas cartas de pésame recibidas en que se hace supe- rior justicia d sus merecimientos y como no es posible que podamos dar lectura á todas, permitidnos que á manera de epílogo,copiemos dos pár -rafos solo de una, la postrera que llegó 4 nuestras manos: «El amigo sin tacha, ya no existe. Murió el compañero que tantas condiciones reunía: inteligencia, laboriosidad, nobleza, discreción, n odestia, generosidad, sentido práctico y sentimiento ar- tístico; el hombre, cuyas cualidades morales y sociales le harán aparecer como un modelo de ciudadano austero y afable, cuyo recuerdo vivirá eternamente en mi memoria.” Y cuando sepáis que el que esto ha dicho, es el doctor Rudesindo García Rijo, llegaréis 4 persuadiros, que huel- ga cuanto hemos dejado expuesto. CONDICIONES DE LA PUBLICACIÓN ——— Y Y — Los ANALES se publican regularmente. Su pre: cio es TRES PESOS ORO por semestre adelantado. En esta publicación aparecen, á más de los traba- jos de la Academia, artículos de actualidades cientí- ficas, de progresos obtenidos en las ciencias, de mo- ral é intereses profesionales, de asuntos históricos de diversos ramos, dc., 6. Los ANALES sostienen numeroso cange con publi- caciones análogas del mundo entero, | La Dirección de los ANALES no se hace solidaria de las doctrinas sustentadas por los autores de los trabajos. A do Toda obra enviada á la dls de los AN ALES - de será anunciada tres veces. Se suplica el cange. | Please exchange. Exchange S. V. P. / ÁNALES DE LA /ACA- Sírvase dirigir el cange: DEMIA DE CIEN- , cias Mibicas, Fí- Please addres exchange to: k Venillez adresser les exchanges: | PE LA Habana, Cuba 84A Habana OBRAS DE VENTA EN LA REDACCION DE LOS “ANALES” Trabajos de la Comisión de Medicina Le- gal de Higiene Pública 3 tomos; La Flora Cubana, del Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mama- logía, Ornitología, Erpetología y Entomolo- gía Cubanas, de! Dr. Gundlach; Memoria | sobre la Patología y Antigiiedades de la Is- la de Puerto Rico, por el Dr. Dumont. Contribución al estudio de los Moluscos Cu- banos, por el Sr. Arango y Molina; Pato- logía y Terapéutica del aparato lenticular del ojo, por el Dr. Becker, traducida del alemán, por el Dr. Finlay. sICAS Y NATURALES REGISTRADO EN CORREOS COMO CORRESPONDENCIA DE SEGUNDA CLASE. CANALES en [== de Ciencias Médicas, | FÍSICAS Y NATURALES DE LA | | HABANA REVISTA CIENTIFICA BUTERA NILO NINE CA NR FLELANNL DIA E E Dr. Jorge [re-Roy. + Dr. Gustavo [:ópez | Dr. Garlos de la Torre | NOA _——. Noviembre y Diciembre de 1911. ——__—. Toda la correspondencia y cango de los ANALES, diríjase al local de la ACADEMIA.---CUBA 81 A.---HABANA ELAINE A IMPRENTA MILITAR EN MURALLA NUM. 40. | | a al | | 1911 SUMAREO. 1.—Acta de la sesión extraordinaria del 10 de Noviembre de 1911. 313 11.—Un caso de fiebre de yarios años de duración, por el doctor Pa Tomás V. Corowano. (Sesión del 10 de Noviembre de 1911). 317 - 111. —Informe médico-legal sobre contusiones, por el Dr. Jorór Le-=.. Eee Ror y Cassi. (Sesión del 10 de Noviembre de 191D.... 319. Je IV.—Hernia isquiática, por el Dr. José A. Presxo. (Sesión AAN AS de Noviembre de 1911) . O a E O V.—Divertículo de Meckel y ed por ál e Tod A Pare TR so y Basrroyy. (Sesión del 10 de Noviembre de 1D1D)*> 4 VI.—El tabaco y el cáncer laríngeo, por el Dr. Domo Hs OS Do Secuí. (Sesión del 10 de Noviembre de 1911D).......... 324 + VH.—La enseñanza de la química en Ja Escuela Azucarera de la Habana, por el Dr. Gastón ÁALoxso Cuaprano. (Sesión del 10de::Noviembre-de IL dis de Ra UE A VIN.—Nociones generales de química . . . LEON 329. ES IX.—Acta de la sesión pública ordinaria del 94 de Noviénibio. de 0 1911) . MS A . 304 X.—Nociones e lérads de dea A E Dr. Easión oO PE DRADO. - (Sesión pública ordinaria del 24 de Noviembre de > 1911).—(Continuacion) . -306 XI.—Las oposiciones 4 las EA de dee raras cis Agrícolas, por el Dr. Tomás V. Coroxapo. (Sesión del 24 de Noyiembresde O a o ie AS XII.—Acuerdos de la Academia... A a CARA SUSAN XII. —Convocatoria para un puesto de A JAS O Sl XIV.—Acta de la sesión científica del 15 de Diciembre de 1911. AOS XV.—Nociones generales de química, por el Dr, Gasróx Aroxso P Cuabrapo. (Sesión científica del 15 de Diciembre de 1911). 400 XVI.—Amaurosis histérica en un hombre.—Galvano-Faradización, por el Dr. Ruprsinno García Rio. (Sesión del 15 de Di-. ciembre de 1911). ER A S XVIT.—Sesión frustrada del 2 9 de Dior de 1911. Ja 4w Ay 141 Y ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 313 ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 10 DE NOVIEMBRE DE 1911. Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández, Secretario.—Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes. —De número.—Dres. G. Alonso Cua- drado, E. B. Barnet, T. V. Coronado, J. A. Fernández Benítez, F. García Cañizares, D. Hernando Seguí, G. López, F. Méndez Capo!e, J. A. Presno, M. Ruíz Casabó. Leída el acta de la sesión anterior (27 Octubre) fué aprobada. Se dá cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—De los Dres. Santos Fernández y Carlos E. Finlay, proponiendo como académico de mérito al profesor de oftalmolo- gía de la Universidad de Viena, Dr. Ernest Fuchs. De la Secretaría de Justicia, trasladando decreto del Honorable Sr. Presidente de la República, fecha 30 de Octubre último, por el cual se le transfiere la cantidad de $ 1,000 moneda oficial de las indemnizaciones á peritos y testigos, á la subvención de esta Aca- demia. Del Dr. Leonel Plasencia, solicitando ingreso como académico, en su oportunidad, y acompañando expediente profesional. De la Secretaría de Estado, invitando á la recepción en Audien- cia pública por el Sr. Presidente de la Repúbliba, del Sr. Rafael J. Fosalba, como Ministro Plenipotenciario del Uruguay. Del Dr. Gustavo G. Duplessís, excusándose de evacuar el infor- me que se le tiene encomendado del Juzgado de Remedios. Del Dr. Guillermo J. Benasach, excusándose de evacuar el mis- mo informe anterior. Del Juzgado de Instrucción de Remedios recordatorio del cues- tionario que para su informe remitió á esta Academia. Salida.—Al Dr. Guillermo J. Benasach, nombrándolo ponente para evacuar el informe en causa procedente del Juzgado de Re- medios. Al Dr. Jorge Le-Roy, id. id. id., en la misma causa por renun- cia del Dr. G. Benasach. tomo xLvim.—4l. 314 ANALES DE LA El Sr, Presidente asistió á la recepción, en Palacio, del Sr. Mi- nistro Plenipotenciario del Uruguay. Respecto á la propuesta del profesor Ernest Fuchs, se acordó to- marla en consideración y resolverla cuando exista el quorum regla- mentario. El Sr. Presidente altera la orden del día para que el Dr. Tomás V. Coronado pueda presentar al enfermito que ha traido á la sesión. Se trata de un niño que desde Agosto de 1906 viene padeciendo de fiebres, cuyo tipo ha variado, sin que por ello haya dejado de cumplir su desarrollo fisiológico y que presenta en la actualidad un buen estado general. Algunos de los Sres. académicos presentes examinan al enfermo y después de retirarse éste el Dr. Coronado hace la historia clívica del caso y pide á sus compañeros le ilustren acerca del diagnóstico y del tratamiento que debe imponérsele, pues actualmente no este sometido á ninguno. 11 Dr. Alonso Cuadrado, recuerda el caso de un médico militar El Dr. Alo Ouadrado, recuerda el de un médico militar que estuvo en las dos campañas últimas de Cuba y en quien la mperatur: e ' ser "11 era sólo de 35 á 36' ca te- temperatura en vez de ser febril era sólo de 35% á 36% y nunca te nía nada de anormal. El Dr. Coronado recuerda igualmente el caso del periodista Ce- peda que siempre estaba con fiebre, bien es verdad que se trataba de un tuberculoso. El Dr. López cíta dos casos que aunque recuerdan en algo el presente tenían una etiología bien definida. El primero era de una joven, de 19 años, histérica, que se pasó más de año y medio con fiebres que no pasaban de 38%. Marchó á Barcelona y allí des- pués de un año desaparecieron. El segundo caso fué el de una se- ñora, con estigmas histéricos. Diagnosticó : fiebre nerviosa y la so- metió á un tratamiento antihistérico en el que figuraban las du- chas. A los cinco ó seis meses desapareció la fiebre pero se presen- taron las manifestaciones de la gran histeria. Este caso tenía de notable el que la fiebre faltaba por varios días, pero al presentarse lo hacía con temperaturas de más de 40%C. El Dr Ruíz Casabó cita dos casos también: uno de un niño de diez meses, en que al principio parecía tratarse de trastornos gás- tricos con temperaturas de 38% 4 39%; luego tomó el tipo contí- nuo en oscilaciones de 37% á 382 y cansado de todos los trata- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 315 mientos lo dejó sin ninguno, con lo que ha continuado presentan- do exacerbaciones térmicas por arriba de 38% cada seis ú ocho días. El otro caso es el de una señora á quien asiste desde hace veinte y cinco años. Desde hace veinte y dos padece de fiebres. Se trata de una artrítica, asmática, sin nada intestinal, hepático, esplénico ni renal. Los vértices están normales á pesar de haber tenido una pleuresía con derrame, en su séptimo parto, consecutiva á una fie- bre tifoidea y padecer de verdaderas broncorreas; elexámen de sus esputos siempre ha sido negativo y tampoco hay sífilis. Su color es térreo y la fiebre se presenta más generalmente en el invierno; desde 1% de Octubre de 1910 estuvo con fiebre hasta el mes de Ju- nio de este año y rara vez alcanza la temperatura á los 40%. No sabe cómo diagnosticarla. El Dr. García Cañizares dice que hay que suponer que en el ca- so que ha examinado no hay antecedentes específicos, pero son tan- tos los casos en que la sífilis enmascara los síntomas patológicos, que é) propone que se ensaye la reacción de Wasserman en este en- fermito, dada la depresión de la base de la naríz, los dientes den- tellados, etc., que presenta; y cita en apoyo de su manera de pen- sar un caso de fiebre de larga duración, en una joven de 21 años que llevaba como tres con temperaturas de 37%5 4 38%. La llevaron á su consulta por una mancha que tenía y á pesar de la ausencia de antecedentes específicos diagnosticó sífilis serpiginosa; institu- yó el tratamiento mercurial inyectándole cada dos días 0.02 de bi- yoduro de hidrargirio y llegó á ponerle 0.60. Mejoraba algo y la fiebre no llegaba nunca á 375, pero no curándose le puso ocho in- yecciones de calomel con lo que desaparecieron todas las manifes- taciones. Le llevó á una hermana con manifestaciones en las ma- nos y pies. Se trataba de una heredo sífilis tardía con fiebre per- sistente que cedió al calomel después de haber resistido al biyodu- ro. En el caso que se discute, piensa en la posibilidad de la sífilis y por eso insiste en la reacción de Wassermann, quesi fuese positi- va indicaría la instauración del tratamiento específico, dándole preferencia al calomel. El Dr. Santos Fernández recuerda que en la Clínica llega el mé- dico á convencerse de que el mercurio cura á muchos enfermos cuyo diagnóstico ha quedado por hacer. A este propósito recuerda un caso que le llevaron: se trataba de una muchacha de Canarias sorda y medio ciega, con keratitis é irítis, que mejoró con inyec _ ciones mercuriales. Opina que el tratamiento mercurial bien diri- 316 ANALES DE LA gido, lejos de debilitar estimula. Pregunta al Dr. Presno por el estado del hígado del niño que se ha examinado. El Dr. Presno dice que el hígado del enfermito traspasa poco el reborde costal, pero piensa como el Dr. García Cañizares, y en- tiende que ante un caso tan interesante debe hacerse la reacción de Wassermann. El Dr. Coronado se felicita de este cambio de impresiones y pro- mete hacer lo que se le ha aconsejado y dar cuenta á la Academia de la marcha ulterior del caso. Aun cuando no figura en la orden del día, se da lectura á un INFORME MÉDICO LEGAL SOBRE CONTUSIONES, procedente del Juz- gado de Instrucción de Remedios y cuyo pronto despacho recordó el Sr. Juez en el día de ayer, por lo que se le encomendó al Sr. Secretario. El Dr. Jorge Le- Roy manifiesta que ha tenido que evacuarlo rá- pidamente por no haberlo podido realizar ni el Dr. Duplessís ni el Dr. Benasach, á quienes respectivamente había designado antes la presidencia. Se trata de un cuestionario suscrito por dos profesio- nales de Caibarién en una causa de calumnia é injurias y en el cual se formulan cinco preguntas relacionadas con la evolución de un acné vulgar y una contusión de primer grado por una parte, y con la conducta observada por dos compañeros al informar á la justi- cia, por otra. Sometido á discusión fué aprobado por unanimidad. El Dr. José A. Presno da cuenta de un caso de HERNIA ISQUIÁ- TICA por él operado y de otro de APENDICITIS con persistencia del divertículo de Meckel, de gran enseñanza quirúrgica cuyos traba- jos fueron comentados muy favorablemente por el Dr. Coronado. El Dr. Domingo Hernando Seguí dió lectura á su trabajo sobre EL TABACO Y EL CÁNCER LARINGEO en el que señala como hechos fundamentales: la influencia etiológica del hábito de fumar y el mayor número de mujeres-—todas fumadoras—que acusan sus es- tadísticas comparadas con las de otros autores. * Por último el Dr. Gastón Alonso Cuadrado dió cuentade La Ex- SEÑANZA DE LA QUIMICA EN LA ESCUELA AZUCARERA DE La Ha- BANA, describiendo cuál es el sistema adoptado, teniendo en cuen» ACADEMIA DE CIENCIAS DE. LA HABANA 317 ta la preparación elemental de los jóvenes que concurren al estu” dio de la industria del azúcar de caña; exponiendo el programa de las lecciones de química general y ofreciendo continuar desarro- llando el tema en sesiones posteriores. Siendo muy avanzada la hora se dió por terminada la actual. UN CASO DE FIEBRE DE VARIOS AÑOS DE DURACIÓN, POR EL Doctor Tomás V. Coronado. (Sesión del 10 de Noviembre de 1911.) Sr. Presidente: Sres. Académicos: Deploro no traer aquí para mostrarlas, varias curvas de fiebres muy prolongadas de unos clientes del Dr. Tama. yo que yo seguí asistiendo en unión del Dr. Juan Dáva- los allá por el año de 1897. Fueron tres casos de la fami- lia de L. A. oriundos de Matanzas y si la memoria no me es infiel. los tres fallecieron. En uno de ellos, que vivió hasta 1898, practicó el Dr. Dávalos las pruebas de agluti- nación con el cultivo melitensis que para ese efecto le fué remitido de los Estados Unidos. Las pruebas quedaron sin resultado alguno, como quedaron también los ensayos para la aglutinación con el bacilo tifoideo por el procedi- miento de Widal. En el sentido palúdico nada pude en- contrar á pesar de multiplicar las investigaciones en la sangre. He recordado estos casos y otros que yo conozco, de fiebres de muy larga duración—entre ellos la señora ma- dre de un médico matancero--que en su época de soltera permaneció muchos meses con 40” de temperatura. Yo desearía que los señores académicos aquí presentes examinaran á mi enfermilo y emitieran juicio para ilus- trarme en este ejemplar muy curioso de cinco años tres meses de fiebres, 318 ANALES DE LA Hasta los dos años este niño permaneció sano y fué de- sarrollándose de una manera normal. Cumplidos los dos años, tiene fiebres que duran 15 días y después de una apirexia de 8 á 10 días reaparece la fiebre. Estos perío- dos de fiebre y apirexia se repiten durante más de seis meses hasta que las elevaciones de temperatura se hacen contínuas y así permanecen hasta hoy (comienzos de no- viembre de 1911). El Dr. Luis Cuní de Matanzas, en los comienzos de la enfermedad, y más tarde yo, hemos recorrido toda la te- rapéutica; todos los procedimientos de hidroterapia, ae- roterapia, seroterapia sin obtener el menor resultado. A pesar de la ineficacia de los tratamientos y á pesar de la fiebre el niño ha crecido y se ha encontrado en todo tiempo con la buena apariencia que hoy tiene. No sólo ha crecido fisicamente si que también desde el punto de vista intelectual. ¡ste niño concurre á la escuela y ha aprendido á leer y sabe los rudimentos de aritmética. Los señores académicos podrán apreciar que sus vísce- ras están en buen estado y que sus ganglios si están in- fartados los son en grado mínimo. En estos últimos meses la fiebre ha dejado de ser contí- nua y remite por las noches hasta la mañana siguiente que empieza á subir la temperatura y llega dá 38% ód 39" á las dos de la tarde. Ahí tienen el caso, examinadlo y emitan su opinión. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 319 INFORME MEDICO-LEGAL SOBRE CONTUSIONES. POR EL DR. JORGE LE-ROY Y CASSA. (Sesión del 10 de Noviembre de 1911.) El Sr. Juez de Instrucción de Remedios en escrito fe- cha 20 de Octubre último, remite á la Academia un cues- tionario suscrito por los doctores J... C... y J... C..., vecinos de Caibarién, presentado en el sumario por que- rella de calumnia é injurias, 4 fin de que esta Corporación “se sirva resolver las preguntas que en dicho cuestiona- rio se insertan y que como prueba pericial se ha solicitado de este Juzgado”. Las preguntas formuladas en dicho cuestionario, en nú- mero de cinco, dicen textualmente como sigue: “L ¿Una contusión de primer grado, realizada sobre un acné, puede ser el punto de partida de un proceso in- flamatorio?” “IL. ¿Puede la areola inflamatoria de un acné en- mascarar los trastornos vasculares de una contusión de primer grado?” “TIL. ¿En una contusión de primer grado, reconocida en los primeros momentos por un médico, y comprobada treinta y cuatro horas “después por otro, pueden los sig- nos físicos desaparecer, ser poco visibles ó estar confun- didos con una areola inflamatoria, al extremo de que cua- renta y cuatro horas después, no pueda afirmarse ni ne- garse que haya existido la contusión.?” “IV. ¿El que dos médicos informen que no pueden afirmar ni negar que haya existido una contusión, por el tiempo transcurrido, significa que los profesores que han comprobado la lesión, por haber examinado en tiempo oportuno al lesionado, al informar su existencia, hayan falseado la verdad?” “V. ¿Puede un acné vulgar confundirse en su anato- mía patológica, etiología, sintomatología, marcha y termi- nación con un quiste sebaceo supurado?” 320 ANALES DE LA Podemos responder 4 cada una de las preguntas en su orden correlativo de la siguiente manera: A la 1.—Una contusión de primer grado, realizada so- bre un acné, (cualquiera que sea la forma de la dermato- sis) puede ser el punto de partida de un proceso inflama- torio. Basta recordar que en toda contusión hay un de- rramamiento de sangre en el interior de los tejidos; que la sangre es un buen medio de cultivo microbiano y que en los brotes acneícos hay gérmenes patógenos, para que podamos comprender la evolución del po fogístico. A la IL.—La areola inflamatoria de un acné puede en- mascarar, hasta cierto punto, los trastornos vasculares de una contusión de primer grado; pero no debe olvidarse la topografía patológica de ambas lesiones y debe además recordarse que generalmente por la forma de la contusión, su extensión é intensidad, puede apreciarse cuál sea el agente contundente. A la 111. —Para contestar de una manera positiva esta tercera pregunta, sería necesario conocer la edad, el sexo, la raza, la región y las cireunstancias individuales, fisioló- gicas y patológicas del sujeto contusionado, lo que cam- bia por completo en cada caso la marcha normal de la congestión, que caracteriza la contusión de primer grado, razón por la que, no especificandose dichas circunstancias, no es posible responder. A la IV.—No puede aceptarse, en términos generales, como los en que está formulada la pregunta, el que dos profesores hayan falseado la verdad, porque informen que por el tiempo transcurrido no pueden afirmar ni negar que haya existido una contusión. No obstan- te, habiendo aquéllos comprobado en tiempo oportu- no una lesión, que denunciaron, debe exigírseles la des- cripción detallada del hecho observado, con todas las con- diciones necesarias para que el perito pueda formarse una idea perfecta del hecho sobre el que tiene que dicta- minar, así como de las circunstancias concomitantes del mismo. A la V.— Para contestar á esta pregunta debemos re- cordar que según la opinión de Dardier ( Précis de der- matologie, París, 1909, p. 365) el acné vulgar ó juyenil ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 321 => “no está caracterizado por un elemento eruptivo único, sino por un conjunto polimorfo de elementos que derivan más 6 menos los unos de los otros: comedones, papulo- pústulas, pústulas foliculares superficiales ó profundas,abs- cesos indurados, costras y cicatrices.” Sentada esta premisa podemos aceptar la posibilidad de confundir al acné vulgar con un quiste sebaceo supu- rado. HERNIA ISQUIATICA. *“ POR EL Dr. José A, Presno. (Sesión del 10 de Noviembre de 1911) DIVERTICULO DE MECKEL Y APENDICITIS. POR EL DR. JOSE A. PRESNO Y BASTIONY. (Sesión del 10 de Noviembre de 1911.) El 10 de Abril de 1909 se presenta en mi consulta un joven, vecino de Guanabacoa, que desde el día anterior se había enfermado, sintiendo hacia las cinco de la tar- de fuertes dolores de vientre, sin localización precisa, acompañados de vómitos. La noche fué tormentosa y durante ella se puso á contribución por los familiares del paciente toda la terapeútica casera corriente en tales ca- sos, sin faltar el indispensable purgante ordenado por prescripción facultativa y felizmente vomitado por el en- (1) Porno haber entregado su autor, los originales del trabajo, no aparece en este lugar. (Nota de la Dirección). romo XLVI.—42, SD ANALES DE LA fermo. Por la mañana el estado de F. sagufa alarmante, por lo que se acordó traerle 4 mi consulta. Al examinar al enfermo encuentro su abdomen meteo- rizado, doloroso 4 la presión, sobre todo en la fosa ilíaci derecha, donde el dolor era también espontáneo. Defensa muscular grande. Signo de Rovsing positivo. Lenenua sa- burral, húmeda! Los ' vómitos habían cesado desde el me- dio día. La temperatura, 3198; ciento cuatro pulsaciones por minuto. Estado general, malo. Expuse al enfermo y á sus familiares la absoluta nece- sidad de una intervención quirúrgica sin pérdida de tiem- po, por una apendicitis aguda. Eran las cuatro de la tarde. En el mismo automóvil en que había venido de su finca cercana á Guanabacoa, fué trasladado ¿4 la Clínica Cova- donga, y á las cinco de la tarde le operaba, auxiliado por los Dres. Toñarely, ayudante directo, y García Casariego, anestesista. Al incindir el peritoneo, se derrama una abundante cantidad de exudado peritoneal turbio, y al al mismo tiem- po se presenta en la herida lo que parecía ser el apéndice cecal. Le atraigo hacia afuera, y observo. que aquel apéndice , MUy congestionado, dibujándose en su superf cle una rica arborización arterial, nacía del intestino del. gado, de una asa del ileon. No era, por lo tanto, el apén- dice cecal, sino un apéndice ileal, «un diverticalum let, Ó divertículo de Meckel. El aspecto de este divertículo me autorizaba para extirparlo, como así lo hice, ligándolo por su base al nivel de su implantación en el borde libre del ileon; no tenía meso. Reduje el asa delgada después de cauterizar el muñón del divertículo, y pensé que aquel órgano no ofrecía le- siones bastantes para explicar la eravedad del caso. Ha- bía que examinar el apéndice, y en efecto, atraído el cie- go, encuentro un apéndice muy grueso, de color rojo vi- noso, y con placas de esfacelo, que le aseguraban toda la responsabilidad de aquel cuadro sintomático. Extirpé el apéndice, y dejé aplicado un drenaje. Posi- ción de Fowler. Irrigación salina rectal. La curación se realizó felizmente. EEK ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 323 El divertículo de Meckel representa en el adulto el conducto vitelino ú ónfalo mesentérico, que en el embrión une el intestino primitivo al saco vitelino, ó vesícula umbi- lical.. Más tarde este conducto, así como la vesícula um- bilical, desapare cen en su totalidad, pero puede persistir un segmento más ó menos grande del conducto y esto es lo que constituye el div ertículo de Meckel. Aunque rara, la persistencia del divertículo debe tenerla presente en su espíritu el cirujano, para no tomarlo por el apéndice ce- cal, y no cometer así errores que serían fatales para el enfermo. Si en mi observación nos hubiéramos limitado á extirpar el divertículo de Meckel, creyéndolo el apéndice cecal, el enfermo hubiera sucumbido latalmente porsu apendicitis. Sin embargo, la confusión no es posible, con solo recor- dar que el divertículo de Meckel se implanta siempre so- bre el intestino delgado, sobre el fleon, 4 mayor ó menor distancia del ángulo íleo cecal; nunca, como el apéndice por antonomasia, el apéndice cecal, sobre el ciego. Este es el carácter fundamental que permitira distinguir al di- vertículo de Meckel en todos los casos, pues, por lo de- más, apéndice y divertículo, pueden afectar la misma for- ma, la misma dirección, las mismas dimensiones, análogas relaciones, y ofrecer también las mismas lesiones: inflama- ción (apendicitis y diverticulitis); invaginación; ó dar lu- var á procesos análogos: oclusión intestinal, peritonitis por perforación, etc. Se ha querido hacer del meso apéndice un carácter pe- culiar del apéndice cecal que serviría también para dife- renciarle del divertículo; pero aunque raras veces existe en el divertículo de Meckel un meso-divertículo, no obs- tante puede observarse. ón los 454 casos de apendicitis—según consta en la Estadística de la Clínica Covadonga —en que hemos in- tervenido desde 1904 á la fecha, no hemos encontrado más que esta vez el divertículo de Meckel, y no tengo noticia de que se consigne en nuestra literatara quirúrgil- ca. En una serie de 60 cadáveres que he hecho exami- nar en la Escuela de Medicina, tampoco se encontró el divertículo. Las estadísticas que he consultado, asignan al diver- 324 ANALES DE LA tículo una frecuencia mayor: 16 veces en 769 casos, esta- dística de la Soc. Anat. de la Gran Bretaña é Irlanda. En los casos de apendicitis operadas, en los que se ha pretendido encontrar dos apéndices (y de ello acabo de leer dos ejemplos: uno en los Archivos del Hospital Rosa- les, 1911; de San Salvador, Centro América, y otro en el Journal of the American Med. Assoc. núm. 3, 1911), des- cribiéndose después la intervención como doble apendi- cectomía, se ha cometido el error anatómico de tomar como apéndice vermiforme el divertículo de Meckel, ol- vidándose la noción embriológica de que el apéndice no es más que el ciego inferior atrofiado, y el ciego es único. EL TABACO Y EL CANCER LARINGEO. POR EL DR. DOMINGO HERNANDO SEGUI. (Sesión del 10 de Noviembre de 1911.) Desgraciadamente nos es hasta hoy desconocida la cau- sa inicial de los tumores malignos y no es mi ánimo en- trar en la discusión de ese punto; pero, mientras se re- suelve cuestión tan importante, es conveniente investigar los factores etiológicos ocasionales que la clínica demues- tre ser más constantes en su aparición. Llamar la atención sobre uno de ellos es el objeto de esta nota. Tanto en las obras clásicas de oto-rino-laringología, co- mo en los trabajos publicados en las revistas de la especia- lidad, se señalan como causas ocasionales más frecuentes del cáncer laríngeo: el alcoholismo, el abuso de la voz, la sifílis, los enfriamientos bruscos y el hábito de fumar. De todos estos factores es el último el único que he en- contrado constantemente en los 73 casos que he tratado durante estos últimos cinco años. No incluyo aquí nin- gún caso de dignóstico dudoso que no ha podido confir- marse por haber perdido de vista el enfermo. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 325 Hay en mi estadística un dato curioso sobre el que de- seo llamar la atención y es el referente al número de mu- jeres que en ella figuran. Sabido es que el cáncer laríngeo se observa en el hom- bre con mucha mayor frecuencia que en la mujer; la pro- porción corrientemente señalada por los autores es de 2 á 3 mujeres por cada cien hombres y solamente en una obra he encontrado la cífra de 6 por ciento. De mis setenta y tres casos, trece son mujeres, y todas estas mujeres fumadoras empedernidas. Es tan rigurosamente exacto este dato, que recuerdo el siguiente hecho: una de las últimas neoplásicas asistidas en el Hospital “Mercedes” dijo á la enfermera, encargada de tomar sus antecedentes, que no fumaba. Después de diagnosticar epitelioma laríngeo bastante avanzado, yo interrogué á la enferma y me dijo que ha- cía un mes no fumaba porque le habían dicho podía ha- cerle daño para su garganta; pero que desde niña hasta entonces había fumado siempre. ¿Será una coincidencia que todos los enfermos de cán- cer laríngeo, hombres y mujeres, que he observado, ha- yan sido impenitentes fumadores? Me inclino á crer que no; la influencia del tabaco como factor ocasional en la producción del cáncer laríngeo es grande á mi juicio, y muy superior á la del alcoholismo, la sifílis y el abuso de la voz. ¿La proporción corrientemente establecida entre hom- bres y mujeres portadores de cánceres laríngeos no es precisamente la que pudiera establecerse entre hombres y mujeres fumadores? He observado también que mis enfermos eran todos fu- madores de cigarros, es decir, que acostumbraban aspirar el humo, cosa que no hacen generalmente los fumadores de tabacos. Deseo agregar, por último, que en un trabajo del Dr. Compareid publicado en los Archivos internacionales de París, con el título de “Nuestras intervenciones en el cán- cer de la laringe”, figuran veintiseis observaciones de otros tantos enfermos de esa afección asistidos por el au- tor y en los antecedentes de todos ellos se encuentra el 326. ANALES DE LA hábito de fumar; el alcoholismo, abuso de la voz y sifílis solamente en algunos. Ruego 4 mis compañeros, especialmente á los que se dedican á afecciones de la laringe, me informen si han visto algún caso de cáncer laríngeo en individuo que no sea fumador, ó por lo menos, que no haya tenido el h:bi- to de fumar hasta la aparición de la neoplasia. LA ENSEÑANZA DE LA QUIMICA EN LA ESCUELA AZUCARERA DE LA HABANA. POR EL Dr. Gastón Alonso Cuadrado. (Sesión del 10 de Noviembre de 1911.) A la nación alemana, y al más grande hombre de ese pueblo y de esa raza, su Emperador actual, Guillermo Il, se debe la organización de las escuelas tecnológicas. Y no es que en otros países como Francia, por ejemplo, de- jen de tener organizaciones admirables de enseñanza téc- nica, no es que la nación francesa carezca de ese espíritu de difundir los conocimientos científicos en diferentes ra- mos de la producción, como sucede con la enseñanza de la agricultura que es la mejor organizada del mundo; es que en Alemania es donde se ha aplicado el principio en que consiste la verdadera tutela del Estado: y es, que en lugar de convocar á los estudiantes para que vayan á las escuelas, son las escuelas las que van donde están los es- tudiantes. Y lo que queremos decir con esta figura retórica, es que en Alemania las escuelas industriales se organizan se- oúm las necesidades de la industria, el carácter de cada región, las demandas de la producción, y el grado de cul- tura que poseen los individuos que se dedican á las dis- tintas actividades del trabajo nacional. Bien es verdad que en Alemania desde hace cerca de un siglo, las gran- des industrias han dedicado una gran parte de sus gastos administrativos á la organización de los laboratorios de ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 3217 experiencias, donde los técnicos no sólo se dedican-á la rutina de las necesidades diarias de la fábrica, sino tam- bién á las investigaciones que sugiere el mismo trabajo, el progreso de los tiempos y la emulación de los produc- tores. Entre nosotros los fabricantes de azúcar todavía no se han compenetrado de lo que son los Laboratorios de los ingenios, y aunque en estos últimos años han procurado organizar algo que se le parezca, sólo los dedican á la ru- tina de las polarizaciones y ensayo de las mieles. En realidad se explica esa laguna, porque tal como hoy funciona esa enorme industria, y tal como se presentan las maravillas mecánicas de los grandes aparatos, de las enormes presiones de los molinos, y de las grandes super- ficies evaporatorias, tal como se presenta la materia prima que se reduce á polvo y jugo, y sale cristalizado y enva sado el producto en menos de 24 horas; parece como si el fenómeno químico queda reducido 4 su mínima expresión, mientras que el fenómeno mecánico se manifiesta con ad- mirable explendor. Y así se olvidan que á la química es á quien deben sus principios, 4 la química deben sus apa- ratos de evaporación, defecación y cristalización, y que á la química deben la organización potentísima de esa in- dustria; deben el aumento de la producción y del rendi- miento. Esas mismas necesidades de la industria azucarera ense- ñan á los que manejan los aparatos, á los que hacen las operaciones mecánicas, y á los inteligentes maestros de azúcar, que el ayuda del laboratorio es indispensable en la fabricación, que no se puede defecar con mala cal, ni aceitar bien las máquinas con malos lubricantes, obtener buenos rendimientos con cañas pobres, evaporar bien sin emplear materias desincrustantes, cristalizar las mieles sin saber á que se debe su viscosidad, ni conservar los jugos y las meladuras sin saber los efectos de los cuerpos extra- ños, de las bacterias, ó de los antisépticos sobre los pro- ductos de la casa de Calderas. A estos agentes de la fabricación cubana, á esos prácti- cos de la industria, 4d esos obreros que contínuamente es- tán haciendo química sin saberlo, á esos jóvenes que ven en las operaciones diarias de la fabricación fenómenos que 328 ANALES DE LA no se explican, defectos que no saben corregir, é ideas de mejoramiento de los métodos son 4 quienes les faltaban los conocimientos tecnológicos científicos, son los que sen- tían la necesidad de ilustrarse en los problemas de la quí- mica azucarera, los que aspiraban á otro porvenir distin- to de ser simples ruedas del mecanismo de la fabricación; y por último son los que veían venir de otras tierras y de otras lenguas 4 ocupar los puestos que ellos podían con- quistar si tuviesen los medios. Y los que hemos dedicado muchos años de nuestra exis- tencia á los problemas de la fabricación de azúcar, los que conocemos la población cubana que se dedica á esta 1n- dustria, los que hemos conocido las aptitudes especiales que poseen los que trabajan en la casa de Calderas: so- mos los que hemos sentido la necesidad de llevar la en- señanza tecnológica del azúcar, á este medio tan bien dis- puesto para recibitle, pero con imposibilidad material de poder realizar sus deseos. Estas explicaciones son suficientes para llevar 4 vues- tro ánimo la idea que ha movido nuestros propósitos, y las modificaciones que hemos debido imprimir á nuestra enseñanza para inculcar los principios científicos en per- sonas que no tienen preparación especial: y por esta razón también hemos tenido que hermanar las concepciones teóricas con las operaciones prácticas de laboratorio y de los aparatos del ingenio, y nos hemos visto obligados á en- tresacar de las ciencias naturales, de la física y de la quí- mica, de las matemáticas y de la mecánica, las enseñanzas tecnológicas, y la suma de conocimientos que se relacio- nan con la fabricación del azúcar, con el cultivo y abono de la caña y con el manejo racional de los aparatos y del tratamiento de los jugos. Y en la enseñanza de la química, lo que va á seguir dará la idea de nuestro trabajo. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 329 NOCIONES GENERALES DE QUIMICA. Lección I. Definición de la (Juimica. — Diferencia entre los fenómenos clasificados como de orden fisico y los que estudia la ciencia quimica propiamente dicha.— Transformaciones de los cuerpos y fuerzas que actúan sobre las partículas invisibles más pequeñas (moléculas) de la materia. — Olases principales de transformaciones quimicas. La química tiene por objeto el estudio de las sustan- cias homogéneas Ó materias de que están compuestos los objetos del Universo, la transformación que estas sustan- cias experimentan convirtiéndose en otras de propiedades completamente diferentes, los fenómenos que se producen durante su transformación, y las leyes que se derivan de esa transformación. Cuando vemos que la cal en contacto con el ácido mu- riático diluído se convierte en un líquido con propieda- des distintas de sus componentes; cuando el azúcar se convierte en carbono ó cuando el vino se convierte en vinagre, decimos que estas transformaciones son fenóme- nos químicos. El conocimiento de los objetos del Universo ó lo que se llama mundo objetivo lo adquirimos por medio de sus propiedades, y para distinguirlos hemos de compararlos con otros que nos son ya conocidos, y con las propiedades ó cualidades que manifiestan. Las pompas que forman los niños cuando soplan el agua jabonosa con un tubo, ó los globos de goma que lle- van flotando en el aire, se tomarían como cuerpos sólidos, si la experiencia no demostrase que se pueden deshacer al menor choque, cambiando de forma ó desapareciendo, en tanto que no sucede lo mismo con otros cuerpos de la misma forma cuando sus paredes son de metal, de piedra ó de otras sustancias resistentes. De ningún mo- do se puede expresar mejor como procede el hombre y otros muchos animales para adquirir el conocimiento, que TOMO XLvVIIL—43, 330 ANALES DE LA observando la conducta del niño cuando le regalan una muñeca de movimiento; “la rompe para ver lo que tiene dentro.” Las propiedades de las sustancias desde el punto de vis” ta de la química se consideran independientes de su canti- dad y de la posición que ocupan en el tiempo y en el espa- cio. Hemos dicho que la química se ocupa de la transformaá- ción de las sustancias en otras con propiedades esencial. mente distintas, y en esta aserción encontramos la princl- pal característica de la ciencia química. Desde los tiem- pos más remotos el hombre conoce la química, como se puede observar en los objetos de bronce, ó en las meda- llas de oro que existen en los museos, pero hasta fecha muy reciente ó sea hasta últimos del siglo XVIII no tuvo una significación precisa. Para que un fenómeno de transfor- mación de substancias se llame fenómeno químico es condi- ción esencial que las masas de las sustancias que entran en la transformación (reacción) permanezcan constantes. Pero las masas que constituyen las sustancias Ó Cuerpos son proporcionales sus pesos, y por lo tanto en el lenguaje usual de la química se emplea el concepto peso en lugar de masa para formular la ley más fundamental de esta ciencia, la cual se expresa asl: “El peso total de las sustancias que entran en una reac- ción química permanece constante”. Este hecho funda- mental que se ha observado siempre que se estudia una reacción química se llama “Ley de la conservación de la materia”. Esta ley se puede demostrar experimental. mente tomando en vasos cerrados las sustancias que se han de combinar, bien pesadas, así como el vaso que las con- tiene. Después de la reacción y su transformación en otras sustancias de propiedades distintas se vuelven á pe- sar y entonces se ve que el peso ha permanecido cons- tante. Si pesamos un gramo de gas llamado “hidrógeno” y le introducimos en un tubo cerrado llamado “eudiómetro” é introducimos luego ocho gramos de gas “oxigeno” y ha- cemos pasar por la mezcla gaseosa la chispa eléctrica, ve- mos que se forman nueve gramos de “agua”; porque, co- mo veremos más adelante, el agua es un compuesto de E A ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 331 esos dos gases en las proporciones ponderales que hemos citado. REACCIONES Ó TRANSFORMACIONES QUÍMICAS. —Hemos di.- cho que las sustancias de que se ocupa la química son ho- mogéneas y que reaccionan unas con otras en cantidades determinadas, resultando otra ú otras nuevas Cuyo peso es la sama de sus componentes. Pero al mismo tiempo se observa también que el nuevo cuerpo resultante no se forma de repente ó sin solución de continuidad sino que recorre etapas de más 0 menos duración hasta que toda la mezcla se haya transformado. Si tomamos, por ejemplo, polvos de azufre y limaduras de hierro bien finas y las mezclamos Intimamente, some- tiendo la mezcla al calor en un recipiente ád propósito, se forma una sustancia nueva, “el sulfuro de hierro”. Du- rante esta transformación no se forma ningún estado 1n- termedio, porque las limaduras y el azufre se conservan con sus propiedades características mientras no se combi- nan. Así, si interrumpimos la acción del calor antes que la reacción completa de la mezcla se haya realizado. en- contraremos parte del azufre y del hierro en la misma for- ma que se mezclaron, 0 el sulfuro ó la nueva sustancia que se está formando. Cualesquiera que sean las hipótesis que se formulen pa- ra explicar los fenómenos químicos, es evidente que esas reacciones Ó transformaciones se verifican por el contac- to íntimo entre las sustancias que reaccionan determinán- dose el fenómeno por medio de fuerzas que actúan sobre las partículas más pequeñas é invisibles que constituyen la materia. Esas partículas los químicos las llaman “mo- léculas” y más adelante veremos el desarrollo de esta con- cepción tan necesaria para el estudio de nuestra ciencia. Las fuerzas que actúan sobre estas moléculas son “el. calor”, “la luz”, “la electricidad”, “el magnetismo” y la atracción peculiar de los fenómenos químicos llamada “afi- nidad”. Y como para que actúen sobre las moléculas de los cuerpos reaccionantes es necesario que se hallen en contacto íntimo, es evidente que el estado gaseoso de la materia sea el más 4 propósito para que se verifiquen las reacciones, y después el estado líquido. 332 ANALES DK LA Tres son las clases de transformaciones principales d reacciones químicas: 1*. - ComBINacIóN, ó sea la reacción que se verifica en- tre dos ó más sustancias para formar una nueva y en ge- neral para constituir un número menor de cuerpos nuevos de los que actúan. Por lo general, cuando se verifica el proceso de la combinación directa entre las sustancias se desarrolla calor, y así, por ejemplo, el fenómeno más co- mún de la combustión, no es otra cosa que la combinación de las sustancias combustibles, madera, carbón, petróleo, etc., con uno de los gases que constituyen la atmósfera te- rrestre (oxígeno) dando por resultado los gases y los va- pores contenidos en el humo que se produce. 2*. —DESCOMPOSICIÓN, Ó sean las reacciones inversas en las cuales se producen un mayor número de sustancias de las que entran en reacción. Por ejemplo, si se pone en una retorta un trozo de madera y se aplica el calor de modo que el cuerpo vegetal se halle libre del contacto del aire, entonces se forma un gas, un líquido, una mate- ria breosa y carbón. La operación que se verifica en los hornos de cal es un fenómeno de descomposición quími- mica, porque el horno se carga con piedra caliza que se denomina “carbonato de cal” y por la acción del calor á alta temperatura se descompone en dos cuerpos, Ó sea: en “Seal” que es s sólida y “en ácido carbónico” que es gaseo- so. Y así como en los fenómenos de combinación, lo más general es que haya desprendimiento ó evolución de ca- lor, en el caso de descomposición, generalmente se ha de aplicar el calor como sucede en el ejemplo que hemos citado. 3%. La tercera clase de reacciones químicas consiste en que el número de sustancias que reaccionan sea el mismo que el de los productos á que dan lugar; así es que pode- mos considerar el fenómeno como una asociación de los dos anteriores. Estas reacciones se denominan “coordi- nación y sustitución”, según que las moléculas de los cuerpos reaccionantes no hagan más que cambiar de posi- - Cclón,Ó según que se sustituya un cuerpo por otro. Así, por ejemplo, si en una disolución de sulfato de cobre ó vitrio- lo verde, como se denomina en las artes, introducimos una ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 333 barilla de hierro, vemos que mientras el cobre se deposita sobre el hierro éste pasa á combinarse con el otro cuerpo (ácido sulfúrico) que forma el vitriolo verde y se produce “sulfato de hierro”. La mayor parte de las reacciones que se verifican en la naturaleza 6 se producen en las artes no son tan sencillas como acabamos de exponer, pero basta con lo indicado para ir penetrando en la interpretación de los fenómenos químicos que hemos de estudiar. Lección IL Importancia fundamental del peso (cantidad gravimétrica) en los fenómenos quimicos. —Ídeas de masa, materia fuerza. — Influencia del concepto de la indestructibilidad de la materia en la interpretación de los fenómenos quí- micos. — Experiencia de Lavotster. Hasta últimos del siglo XVIII no se tenía concepto de la importancia del peso en los fenómenos químicos, y lo que hoy nos parece incontrovertible, en aquel entonces domi- naba la idea contraria. Y no es que los antiguos carecie- ran de razones para pensar de este modo. Los investiga- dores veían que una semilla se convertía en árbol fron- doso mediante la fuerza misteriosa del crecimiento, y des- pués observaban también que cuando la leña de ese árbol se quemaba quedaba reducida á una ligera cantidad de cenizas, durante el fenómeno más misterioso aun de la combustión, desapareciendo de la existencia el resto de la materia constitutiva del árbol; veían que cuando ciertos metales se quemaban, aumentaban de peso en vez de dis- minuir; en una palabra, observaban que unas veces se destruía la materia y otra se creaba ó aparecía. Aun no había llegado la hora de estudiar la materia al estado gaseoso, ni de someter los productos de las reac- ciones químicas á la balanza, ni de averiguar la influencia universal de uno de los componentes de la atmósfera (el oxígeno). Y precisamente cuando este elemento atmos- férico empezó á llamar la atención de los experimentado- res en su acción sobre los metales, apareció una teoría memorable, la teoría del “flogisto”, que retardó por tres 334 ANALES DE LA cuartos de siglo el verdadero concepto de la ley de la conservación de la materia. No es de estas nociones Ocu- parnos de la teoría del flogisto que con profusión de deta- lles se halla descrita en la parte histórica de las obras de química. Para nuestro propósito sólo diremos que el flo- gisto se consideraba como una sustancia que unida á los metales les hacía perder Ú les sustrafa parte de su peso. Existía también una confusión respecto 4 las propiedades físicas de los gases, y á los que eran más ligeros que el al- re no los consideraban cou.o materia que obedeciese á la ley de gravitación ó de atracción hacia el centro de la tierra. Sólo fué cuando se demostró por medio de la ba- lanza que en las combinaciones, las sumas de los pesos de los componentes es igual al peso del compuesto, que se destruyeron aquellas ideas confusas y apareció á la exis- tencia la química de la edad moderna. Ahora ya estamos en disposición de comprender mejor la idea de materia, masa y fuerza. Llamamos “mundo ob- jetivo” á las existencias ó cuerpos que tienen peso y ocu- pan espacio. Unos se hallan cerca de nosotros y los pode- mos ver y tocar, otros se hallan más distantes y solo los podemos ver, pero así unos como otros únicamente los co- nocemos por las impresiones que ellos causan en nuestros sentidos. No tenemos idea de lo que los cuerpos puedan ser en sí mismos, como no tenemos tampoco idea de lo que es el mundo objetivo en sí; pero d esas sustancias que constituyen los cuerpos las denominamos “materia” como á la sustancia que constituye el mundo subjetivo la llama- mos “espíritu”. Cuando á dos cuerpos diferentes se les aplica sucesivamente un mismo impulso, las aceleraciones ó velocidades que adquieren son también diferentes, y cuando un mismo impulso imprime la misma aceleración á dos cuerpos, se dice que estos dos cuerpos tienen “ma- sas iguales”. Si para la aceleración de uno de los cuer- pos se necesita un impulso doble que para el otro, se di- ce que el primero contiene doble masa que el segundo. Aunque el peso y la masa son términos correlativos, es menester diferenciar bien su significado para evitar con- fusiones. Una medida determinada de peso, por ejemplo un kilógramo, puede ser una medida de fuerza ó una me- dida de la cantidad de materia. Si este kilógramo se em- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 339 plea en un dinamómetro para medir el esfuerzo muscular que hace un hombre para contrarestar ó equilibrar la fuerza de la gravitación que atrae una barra de hierro ha- cia el centro de la tierra, vemos que el esfuerzo para le- vantar la barra varía, aunque ligeramente, del ecuador á los polos, y también varía según nos elevamos ó descende- mos de la superficie del mar. Sise concibiera que ese mis- mo hombre hubiera de contrarestar la fuerza de la gravita- ción sobre la superficie de la luna ó la de Júpiter, vería- mos que en primer caso apenas tendría que hacer ningún esfuerzo mientras que en el segundo se necesitaría un Hércules para conseguirlo. En química, además de em- plearse pesos para medir fuerzas es más general usarlas para medir cantidades determinadas de materia, Así, si en uno de los platillos de una balanza se pone una unidad de peso, por ejemplo un kilógramo, y en el otro se va poniendo azúcar hasta formar equilibrio con el primero, siempre tendremos una cantidad invariable de azúcar en cualquier lugar y condiciones en que nos encontremos, pues cual- quiera que sea la variación de la fuerza de la gravedad el efecto que produzca sobre el azúcar ha de ser el mismo que sobre la medida de peso que hemos tomado para for- mar equilibrio en la balanza. En este caso, la cantidad de materia es exactamente proporcional á la pesa que hemos tomado como término de comparación. Y si 500 gramos de azúcar es exactamente la mitad de la cantidad de ma- teria que existe en nn kilógramo, vemos bien que el peso es la medida de la cantidad, sin tener necesidad de refe- rirnos á la fuerza de la gravitación. Así, cuando hubla- mos del peso de una sustancia nos referimos únicamente á la idea de cierta cantidad de materia, y con objeto de evi- tar confusiones en el doble sentido de la palabra peso, es por lo que en las ciencias físicas cuando deseamos indicar la cantidad de materia que existe en un cuerpo, se em- plea la palabra “masa”, Puerza.—La idea de fuerza provien2 de la sensación que experimentamos cuando encontramos resistencia ¿ú nuestro movimiento. Cuando vemos un objeto de una forma determinada, como por ejemplo, una bola de goma ó de plomo que se halla deformada en parte de su superti- cie, esto es, cuando está abollada, enseguida nos formamos 336 ANALES DE LA idea del esfuerzo que ha sido necesario para producir la deformación. En este caso si se trata de medir el esfuer- zo muscular no encontramos ni aun en un mismo indivi- duo el tipo de medida, porque en distintas ocasiones que produzcamos la misma deformación sentiremos esfuerzos que nos parecerán diferentes; así es que para estudiar la abolladura no nos preocupemos del esfuerzo muscular si- no del fenómeno en sí, cualquiera que haya sido la causa. En estas nociones no podemos penetrar en el estudio de los diversos aspectos de la idea fuerza. Toda acción que tienda á modificar, cambiar y mover los cuerpos en- tra en el concepto de fuerza. Y para nuestro propósito dividiremos el concepto en “fuerzas mecánicas” ó “físicas” y “fuerzas químicas”. Entre las primeras se encuentran la atracción, temperatura, luz, electricidad, magnetismo, y entre las segundas, la afinidad y la cohesión molecular. Diremos, por último, que no se puede establecer ninguna línea divisoria absoluta entre las clases de fuerzas que he- mos enumerado, sino que todas ellas son modificaciones de una misma energía que persiste en el universo y que está identificada con la materia en tan íntima relación, que no concebimos ninguna fuerza sin que se manifieste en la materia, ni sustancia material que no se manifieste por medio de la fuerza. Ahora, en el orden del conoci- miento humano, estos dos aspectos de la realidad de la existencia, se hallan actualmente en distintas categorías, pues mientras el hombre transforma unas fuerzas en otras demostrando su equivalencia, no ha podido aún transfor- mar unos elementos de la materia en otros, por más que hoy comienza á penetrar en la verdadera dirección. ÍNDESTRUCTIBILIDAD DE LA MATERIA.—Como hemos ya dicho, este principio que hoy consideramos fundamental, hasta últimos del siglo 18 se tenía el concepto contrario. Y no es que en todas las épocas haya dejado de haber in- teligencias que han concebido la permanencia de la mate- ria, sino que era preciso que el experimento pusiese en claro que cuando desaparece una forma material aparece otra ú otras con la misma cantidad de masa. Esto lo demostró Lavoisier empleando siempre la ba- lanza en sus numerosos experimentos. El pesaba todas las sustancias que empleaba en las investigaciones quími- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 337 ÁS cas, así como los aparatos, y los resultados de la transfor- «mación, y siempre encontró que la suma de los pesos de las sustancias formadas era igual á la suma de los pesos de las sustancias que se tomaron para su formación. Este hecho observado sin excepción se elevó á la categoría de principio, diciendo: “La materia no se crea, no se aniqui- la, siempre permanece constante”. En todos los experi- mentos y en todos los fenómenos quese han observado en la naturaleza, nunca se ha encontrado una excepción á esta ley, nunca ha sido el peso de las sustancias formadas mayor-ni menor que el de las sustancias que se tomaron para la reacción, y como los pesos son proporcionales á las masas ó sea á la cantidad de materia, de aquí se sigue que nadie ha observado una desaparición de la materia, ni nadie ha observado tampoco que aparezcan nuevas can- tidades. Por la importancia histórica que encierra c'taremos el experimento memorable de Lavoisier para demostrar que los metales al convertirse en sales (óxidos) aumentan de peso á expensas de una sustancia que contiene la at- mósfera. Con este experimento demostró la composición del aire, destruyó la teoría del flogisto que dominó du- rante un siglo y descubrió el oxígeno, cuerpo el mas im- portante de los fenómenos químicos. Este experimento fué el fundamento de la ciencia química actual. Lavoisier vertió cuatro onzas de mercurio en una retorta de vidrio con el tubo doblado en forma que pene:irase en una cube- ta que contenía también mercurio. La boca de salida del tubo que sobresalía del mercurio de la cubeta se hallaba cubierta por una campana, también de vidrio, cuyos bordes descansaban sobre la superficie del metal, forman- do así un cierre hermético. Tomó con cuidado el peso del metal, y midió exactamente el volamen de aire que había en la parte de la retorta y del tubo que se hallaban vacíos de meicurio, así como el de la campana. El objeto principal de este experimento consistía en medir exacta- mente el volumen del aire para ver que parte tomaba éste en la oxidación del mercurio, porque según la teoría del flogisto definido por Stabl, el flogisto se había de despren- der del mercurio para unirse al aire; mientras que según Lavoisier al oxidarse el mercurio absorbería una porción Tomo xLvir,—44, 338 ANALES DE LA del aire encerrado. Con este objeto era indispensable saber si la cantidad de aire encerrado aumentaba ó dismi- nuía cuando se oxidaba el mercurio. Era por lo tanto absolutamente necesario también conocer la capacidad to- tal de la retorta, el volumen del imercario, el de la cam- pana que se hallaba sobre el nivel del mercurio en la cu- beta, así como la temperatura y presión del aire en el momento del experimento. Con estos datos determina- ron el volumen del aire encerrado y separado de la at- mósfera exterior. Arreglado que tuvo el aparato, Lavoisier comenzó ú ca- lentar la retorta manteniendo el mercurio durame doce días á una temperatura próxima á la de ebullición. Du- rante este tiempo se observó que la superficie del mercu- rio que se hallaba dentro de la retorta se había cubierto de unas pequeñas escamas rojas. sio es, la superficie se había oxidado y convertido en tierra, como se decía en- tonces, Después de los doce días, se enfrió el aparato y se observó que el volumen de aire había disminuido du- rante el experimento, cuyo resultado era en contra de la teoría de Stahl. De los 50 ec. de aire que había tomado para el experimento, quedaron reducidos á 42 cc. Pero no fué esta la única enseñanza, pues inmediatamente ob- servó que el pezo del aire qne había tomado “disminuyó en la misma cantidad que había aumentado el peso del mercurio que se había oxidado”. Luego esta parte del aire que se había un“do al mercurio la separó del óxido y vió que era un gas que contenía propiedades distintas del aire. Por otra “parto, el 1esto del aire que quedó en la retorta y que no se combinaba con el mercurio no oxida- ba ningún metal, ni se podía mantener encendida una ve- la que se sumergiese en la campana que contenía el resto del aire. “Cuando se introduce una cerilla encendida en la campana que contiene este gas, se apaga como s! se su- mergiese en agua”, decía Lavoisier en su memoria. Así se demostró que el aire se componía de dos sustan- cias: un gas que se unía á los metales para formar óxidos y que loa la combustión (oxígeno). y otro, la mayor parte, que no se combinaba con ningún metal, ni servía para la respiración ni la combustión (nitrógeno). Vieron luego que si unían el oxígeno y el nitrógeno en las pr0por- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 339 ciones que se habían descubierto se formaba aire otra vez y vieron también que el oxígeno era absorbido durante la combustión por los metales, formando “óxidos”. Así demostró Lavoisier la naturaleza de las sustancias compuestas, asi demostró su síntesis y así derrumbó las preocupaciones del pasado, fundando “la ciencia del pre- sente y del porvenir” Lección TI Sustancias simples y compuestas. — Elementos de la quimi- ca. — Propiedades caracteristicas.—Sn expresión por me- dio de signos.—Nombres de los principales elementos y distribución de los mismos en la naturaleza, indicando los más abundantes. Desde la antigúedad los hombres han creído que las formas materiales no eran infinitas, sino que se componían de un número reducido de elementos, los cuales se iban transformando uros en otros, según las condiciones á las cuales se les sometía. Durante muchos siglos se ha soste- nido la teoría de los cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego. Pero los conceptos estaban apoyados en erróneas inter pretaciones de los fenómenos y la idea de sustancias simples 4 elemen'ales, y sustancias compuestas; no tuvo significación real hasta que Lavoisier no introdujo la ba- lanza en el estudio de la química. Ya hemos dicho que Lavoisier, habiendo visto los gases de que el aire se componía, halló también que el mercurio oxidado no era más que el metal combinado con uno de los elementos del aire, en determinadas proporciones. Vió tam- bién que otros metales, como el hierro, el cobre, el esta- ño, etc., secombinaban con ese mismo elemer:o del aire, dando lugar á la foi mación de cuerpos oxidados, semejan- tes al del mercurio. Los químicos se fijaron en que po- dían componer y descomponer estos óxidos en sus cle- mentos, permaneciendo siempre la misma cantidad de ma- teria. Vieron más tarde que el agua se componía tar- bién de ese mismo elemento del aire, combinado con otro gas más ligero que llamaron “hidrógeno” , sto es, engen- drador de a agua. Vieron luego que muchos minerales se 340 ANALES DE LA componían de metales conocidos combinados con otras sustancias conocidas ó desconocidas entonces; y se persua- dieron de que con las mismas sustancias simples y en las mis- mas proporciones siempre, se formaban los mismos cuer- pos compuestos; así como también se convencieron que al descomponer esos cuerpos siempre se resolvían en las mismas sustancias simples que habían dado lugar á su for- mación. Establecidos definitivamente en la ciencia química los procesos del análisis y de la síntesis, pronto se averiguó que cualquiera que fuese la composición de las sustancias compuestas, el análisis las resolvía en determinados cuerpos simples ó elementos que no se podían descomponer en otros, cualquiera operación que se hiciera con ellos, siendo siempre idénticos ¿d sí mismos. Estos elementos son las sustancias puras de la química,que se consideran asi mien- tras el análisis no descubra en ellas otras sustancias dife- rentes. Hasta ahora los químicos han descubierto como ochenta sustancias puras que constituyen la materia prima de que se componen los cuerpos que conocemos. Se han llamado “cuerpos simples, sustancias elementales y ele- mentos químicos”; habiendo quedado esta denominación porque así no se niega la idea de que puedan existir otra clase de elementos de que se compongan los elementos que ha caracterizado la química por medio del análisis. Precisamente, durante mucho tiempo, sólo se han conoci- do unos setenta elementos, pero después se han descu- bierto otros con propiedades algo indeterminadas que se separan bastante del tipo común y por eso les llaman “me- tales raros”. En realidad, como sucede en todo el mundo objetivo, nuestras clasificaciones tienen mucho de artificial, porque los fenómenos no encajan completamente en nuestras con- cepciones. Así, por ejemplo, el oro que es el metal por excelencia para el hombre, que abunda mucho en la na- turaleza y que está bastante repartido, se considera como “metal raro” por la complicación de sus combinaciones con el oxígeno, el azufre, etc. Y lo mismo sucede con el plati- no desde otro punto de vista, y es porque se encuentra en la naturaleza asociado íntimamente con otros metales muy ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 341 semejantes, como el metal llamado iridio, el rodio, el rutenio, etc. En resumen, lo que hemos de tener presente en la con- cepción de los elementos químicos, es, que no son sustan- cias indescomponibles, sino sustancias Ó cuerpos idénticos 4 sí mismos, cualesquiera que sean las operaciones de aná- lisis que se hagan sobre ellos, y que aun no se han descom- puesto en otros. En el límite, pues,hay ciertas indeterm'na- ciones que en lo futuro se han de resolver en direcciones opuestas porque, ó bien en ciertos metales que se conside- ran elementos, existen otros elementos de propiedades muy semejantes y tan íntimamente unidos que no se han podido hasta hoy separarlos; ó bien cada uno de esos elementos es- tá compuesto de una misma sustancia que por diversas condensaciones forman las etapas que constituyen los ele- mentos químicos ae la actualidad. La primera hipótesis nos induce á suponer que en lo sucesivo se han de encontrar otros elementos, además de los existentes “per se” y por consiguiente, cada vez irá aumentando el número de los elementos aislados, en el estado en que se eneventra la ciencia actualmente. Según la otra hipótesis, los ele- mentos se han formado por “evolución de una materia pri- ma, el “protilo”, y en esta dirección no hay disertaciones filosóficas y experimentos interpretados en conformidad con esta teoría, sino afirmaciones como la transfor.nación del radio en helio y en otros metales; pero tales estudios se hallan en el alambicamiento de las inter pretaciones de las sustancias “radio-activas”. Sise hicieran más descu- brimientos positivos en este sentido, quizá llegaríamos en una forma nueva á la concepción de los cuatro elementos del filósofo antiguo Empédocles. De todos modos, los úl- timos experimentos en la ciencia química tienden á armo- nizar esas dos tendencias, no considerándolas como opues- tas sino como “aspectos de una misma realidad. PROPIEDADES CARACTERÍSTICAS DE LOS ELEMENTOS. —Ade- más de las fundamentales que hemos apuntado, la mayor parte de los cuerpos simples tienen otras propiedades que se pueden clasificar en grupos que presentan caracteres comunes ó un aire de familia. De otro modo no hubiera progresado tanto la química. Tenemos, por ejemplo, los metales propiamente dichos, que en su mayor parte son 342 ANALES DE LA pesados, con brillo propio, duros, que se funden á altas temperaturas, de carácter más ó menos electro-positivo, como son el oro, platino, plata, cobre, hierro, estaño, mer- curio, (éste, líquido 4 la temperatura ordinaria), etc. Te- nemos otros cuerpos que á la temperatura ordinaria son gaseosos. como los que se denominan oxígeno, hidrógeno, nitrógeno, ete. Existen otros elementos que adoptan los tres estados de la materia, pero al mismo tiempo sus com- binaciones con otros cuerpos guardan una proporción se- rial, dando lo que se llaman “sales”, con formas cristalinas, aspecto, color y propiedades muy afines, como son los elementos fluor, cloro, bromo y yodo. Los elementos de la química, 4 lo menos en nuestro planeta, no se hallan distribuidos por igual en la naturale- Za. Hay elementos, como el oxígeno, que en una ú otra forma constituyen la mayor parte de la superficie y atmós- fera terrestre; otros como el calcio,como el hierro,como el aluminio, como el silicio, que son muy abundantes, y hay otros como los que se llaman ytrio, teluro, rubidio, que son MUuy escasos. Como el concepto de los elementos constituye la base de la química, bien que es algo prematuro en esta lección enumerarles y citar algunas de sus condiciones, las ex- ponemos aquí siguiendo el consejo de Mendeleeff para simbolizar el conocimiento de su existencia. Los químicos teniendo en cuenta que todas las reacciones de unos ele- mentos con otros se han de expresar por medio de ecua- ciones, en virtud del principio fundamental de la materia; han acordado expresar los nombres de cada cuerpo por un signo especial, que regularmente es la primera letra, 6 á lo más dos de su nombre latino. Así, por ejemplo, el hidrógeno se expresa por “H”, el cloro por “CI”, el hie- rro por “Fe”, etc., y cuando es una sustancia compuesta se escriben uno á continuación de otro los signos que re- presentan cada elemento que la constituyen. Por ejemplo, el ácido muriático es un compuesto de cloro é hidrógeno y su signo se escribe así, ““H Cl”. A continuación exponemos los nombres de los elemen- tos, los signos que los representan, las principales sustan- cias que los contienen en la naturaleza, siendo notable el hecho de que las sustancias mas abundantes contienen un ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 343 reducido número de dichos elementos. Los pesos atómicos que se ponen á continuación de los signcs en esta lección, es con objeto de no separar este dato, el más importante de la química, de su expresión simbólica. Los que se hallan más distribuídos en la naturaleza, son los siguientes: Hidrógeno, H=1.—En el agua y en los organismos. Carbono, C=12.—En los organismos, carbón y piedra caliza. Nitrógeno, N=14. —En el aire y en los organismos. Oxígeno, O—16.—En el aire, el agua y la tierra. Este cuerpo forma la mayor parte de la masa terrestre. Sodio, Na=23.—En la sal común y en los minerales. Magnesio, Mg=24.—En el agua del mar y en los mine- rales. Aluminio, Al==27.-—En los minerales y en la arcilla. Silicio, Si=28.—En la arena, minerales y en la arcilla, - Fósforo, Ph=31.—En los huesos, cenizas de las plantas y en el suelo. ; Azufre, S=32.—En las piritas, en el yeso y en el agua del mar. Cloro, C=35,5.—En la sal común y en el agua del mar Potasio, K=39.—En los minerales, cenizas y el nitro. Calcio, Ca=40.—En la piedra caliza, enel yeso y en los organismos. Hierro, Fe=56.—En la tierra, en los minerales de hierro y en los organismos. A continuación insertamos los nombres de los elemen- tos que, aun cuando no son tan abundantes, son bien co- nocidos en su aplicación, en las artes y en los fines ordi- narios de la vida, ya sea al estado libre d en sus com-. puestos: Litio, Li=7.—En medicina (Li,C0O,) y en fotografía (Li Br). Boro, B=11.—En el compuesto llamado borax(B,Na,0,) y en el anhídrido bórico (B,0,). Fluor, Fl=19. —En el espato fluor (Ca Fl,) y en el áci- do fluorhídrico (HE). 344 ANALES DE LA Cromo, Cr=52.—En el anhídrido crómico (Cr O,) y el bicromato potásico (K, OrzO.): Manganeso, Mn=505. -—Bh el peróxido de manganeso (Mno,) y en el permanganato potásico (MnKO, ). Cobalto, Co=59-—En esmalte y en el cristal azul. Niquel, Ni=59.—En la galvanoplastia de otros metales. Cobre, Cu=63.—El conocido metal de color rojo. Zine, Zn=65.—S2 usa en planchas, tejados, ete. Arsénico, As=75.-——En el arsénico blanco (As 0,). Bromo, Br=80.—Es un líquido pardo obscuro, forma el bromuro sódico (Na Br). Estroncio, St=87.—Hn los fuegos artificiales. Plata, Agu=108.—Metal bien conocido. Cadmio, Cd=112.—-En aleaciones y en pintura amarilla (Cd S). Estaño, Sn=118.—Metal bien conocido. Antimonio, Sb=122.—En aleaciones. Yodo, 1=127.—En medicina y fotografía, al estado libre y como yoduro de potasio (K 1). Bario, Ba=137.—Ev pintura blanca como adulterante del blanco de plomo y en el espato pesado (Ba SO,). Platino Pi= 196057 Gro ¿Añ= 197 CM Mercurio, Ho —=20045 Plomo, Pbh=207 J Bismuto, Bi=208.—En medicina y aleaciones fusibles. Urano, U=240.—In los vidros fosforescentes. etales bien conocidos. Los compuestos de los metales siguientes y metaloides tienen pocas on pero son bien conocidos y se encuentran profusamente en la naturaleza aunque en pe- queñas cantidades. Berllo, B=9. Vanadio, V=51 Titano, Ti=48. Selenio, Se=78. Zirconio, Zr=90. Tunesteno, W:=132:6: Molibdeno, Mo=096. Osmio, Os=189.6. Paladio, PdA=106. Tridio, lr=191.5. Cerio, Ce=140. Tálio, 1120236: Los que á continuación se expresan son metales raros ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 345 que se encuentran con poca frecuencia, pero se hallan bien estudiados, aunque tienen poco uso: Scandio, Se=43.8, Indio, In=113. Gallium, Ga=69. 5, Teluro, Te=126.6. Germanium, Ge=91.9. Cesto, Us==131,9. Rubidium, Rb=84.8. Lantano, La=137.9. Miro 90.3: Didimio, Di=139.4. Niobio, Nb=93.3. Itherbio, Ib=171.7 Rutenio, Ru=109. Tantalo, Ta=181.6. Rodio, Rh=102.2. Thorio. Ph==230.8: Y además se han descubierto otros más raros, como Erbio, Terbio, Samario, Thulio, Holmio, Argon, Colaibio: Dysprosio, Europio, Gadolinio, Helio, Kryptol, Neodimio, Praseodimio,-Radio, y Xenon. Lección IV. Energias quimicas. — Afinidad. —Principales condiciones que influyen en las reacciones prúmicas. — Temperatura. — Corriente eléctrica. —kfectos mecánicos. — Condición de contacto. En los primeros principios de la química se encuentran dificultades para definirlos y limitarlos, porque tienen mu- chos puntos que se compenetran. Así, al definir las dis- tintas formas de la energía que se manifiestan en los fe- nómenos, se encuentran condiciones que pertenecen al orden químico y al orden físico. Ya hemos dicho que los elementos tienen la propiedad de unirse (combinarse) entre sí, y siempre en proporcio- nes determinadas, para formar sustancias compuestas con propiedades esencialmente distintas, conservando sólo la suma de sus pesos, y mientras esa unión Íntima no se des- truya; cualquiera que sea el estado de divisibilidad, aun- que lleguemos á lo infinitamente pequeño, las partículas de este compuesto conservarán sus propiedades esencial mente distintas químicamente 4 la de los elementos que dieron lugar á su formación. Si por ejemplo, al tomar limaduras de hierro puro y polvo de azufre, puro, se Tomo xLvyi.—40, 346 ANALES DE LA mezclan íntimamente y se ponen en condiciones para cons- tituir el cuerpo compuesto llamado sulfuro de hierro (Fe S,); si las cantidades de hierro y azufre no se hallan en las proporciones requeridas para efectuarse la combi- nación, sucederá que al examinar la masa hallaremos el sulfuro de hierro, más la cantidad de uno de los elemen- tos que se puso en exceso. Así, para formar ese cuerpo la teoría indica que cada 56 gramos de hierro necesitan 64 gramos de azufre, y en este caso el nuevo cuerpo for- mado tiene propiedades esencialmente distintas á las del hierro y ¿las del azufre. Pero si ponemos 100 gramos de hierro con 64 de azufre, siempre la combinación resultará en la proporción de 56 por 64, formándose el sulfuro de hierro(Fe S,), pero haciendo el análisis encontramos que en la masa resultante habrá además de los 120 gramos de sulfuro de hierro con sus propiedades características, 44 gramos de hierro, sobrantes, también con sus propiedades características de hierro. Y lo mismo sucederá si el ex- ceso fuera de azufre, en cuyo caso, además del cuérpo combinado, hallaremos el azufre con las propiedades ca- racterísticas de él. Y en todos los casos, llevando la masa al grado de di- visión que se quiera, encontraremos; ó sólo partículas de sulfuro de hierro, 4 bien estas partículas, más la del ele- mento que se añadió en exceso, y lo mismo sucederá con todas las combinaciones químicas, empezando aquí á aper- cibirnos del campo donde operan las energías químicas, diferenciándose de las físicas en que éstas se pueden ejer- cer con cualquiera cantidad de materia y cualesquiera que sean las proporciones de la mezcla. No todos los elementos se unen con la misma facilidad ni tampoco en una sola proporción. Enel ejemplo que hemos puesto de la unión del hierro con el azufre, existen más de una combinación, esto es, existen varios sulfuros de hierro, y lo único que exige la energía química, es que cualquiera variación en el peso de uno de esos ele- mentos que se combina, sea múltiple de la que se toma por unidad. La unidad química del azufre es 32 y la del hierro 56 en números redondos. Los principales sulfuros de hierro son tres: el que se llama monosulfuro (Fe S), el que se llama bisulfuro (Fe S,) y el denominado sesquisul- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 347 J furo (Fe, S;). En el primero se combinan 56 de hie- rro con 32 de azufre; en el segundo, 56 de hierro con 64 de azufre (32:X2) y en el tercero 112 de hierro (562) con 96 de azufre (32X3). Vemos bien como son los nú- meros proporcionales siempre, y si elegimos una combina- ción más compleja como es la pirita magnética que se for- mula así: Fe, Oj, observamos la misma proporcionalidad, 392 de hierro (56X7) y 256 de azufre (32X8). Y así se verifica con todas las combinaciones de los elementos según sus unidades proporcionales (pesos atómicos). Más, estas combinaciones no son indefinidas, tienen su límite para todos los cuerpos y su límite para cada cuer- po. Hay elementos que se combinan entre sí en una sola proporción como sucede con el cloro, que todos conoce- mos; y los metales alcalinos, potasio y sodio, que conoce- mos también, aunque sea de ces Aquí nada más en- contramos la combinación de 3 35,5 gramos de cloro con 39 gramos de potasio (K Cl) y la combinación de la mis- ma cantidad de cloro 35,5 gramos con 23 de sodio (Na Cl); pero hay otros cuerpos que se llaman bario y calcio, que siempre necesitan doble proporción de cloro para for- mar una combinación. Así se forman los cloruros de ba- rio, (Ba Cl,) y de calcio (Ca Cl,), donde una cantidad de bario (137) y una cantidad de calcio (40) se unen con dos Inda des de cloro (35, 5x2=11). Así. Ba CL =13% X(85,5X2) y Ca 0L,=40:X(35,5X2). a ya estamos en disposición de comprender el modo de funcionar las energías químicas. Si los cuerpos se combinan entre sí según sus unidades químicas, y si ca- da cuerpo sólo se combina con otro, según determinadas proporciones, que dependen de la naturaleza de ambos; re- sulta que de cualquier forma que sea y de cualquier modo que se diga existen en los elementos ciertas “preferencias” para unirse los unos con los otros, y como también las uniones no son indefinidas, puesto que las proporciones tienen su límite para cada caso, resulta que de cualquier modo que se diga, en unos casos esas preferencias Colin completamente satisfechas y en otros no. En todos los ejemplos que hemos citado sólo hemos ha- blado de las combinaciones, de uniones, pero la química se ocupa de uniones y desuniones, se ocupa de estudiar 348 ANALES DE LA á como se combinan los elementos para formar compuestos, y como se descomponen éstos para resolverlos en los ele- mentos simples que le dieron origen. Y aquí tenemos, que unos cuerpos se unen entre sí con más energía que otros, unos cuerpos se prefieren con más intensidad que otros. Por ejemplo, así como hay combinaciones del hie- rro con el azufre, así hay también combinaciones del mer- curio con el azufre (sulfuro de mercurio). Existe uno, el que se llama sulfuro mercurioso, que se compone de dos unidades de mercurio (Hg ¿=200%2 y uno de azufre=32) (Hg, S) y otro llamado sulfuro mercúrico que se compone de una unidad de mercurio=200, con la misma cantidad de azufre 32=(Hg S). Ahora bien, si en ciertas condi- ciones se pone este sulfuro de mercurio en contacto con el hierro se vé que el hierro desaloja de la combinación al mercurio, que queda al estado libre, mientras que se une al azufre que se hallaba combinado con él formando el sul- furo de hierro. Vemos en este caso que el azufre tiene más preferencia para el hierro y viceversa que para el mercurio. Y como la química á esta propiedad que tie- nen los cuerpos para unirse la llama “afinidad” podemos decir en este caso, que el hierro tiene más afinidad para el azufre que el mercurio, puesto que en la lucha que es- tablece el hierro, desaloja 4 aquél de su unión con el azufre. Indiquemos de pasada, que el sulfuro de mercurio es un buen ejemplo para comprender la naturaleza de lo que son las combinaciones químicas, y para diferenciarlas de las mezclas. El sulfuro de mercurio en su forma natural llamada “cinabrio” es un cuerpo duro, pesado, de aspecto cristali- no, de color rojo tirando al violado, de aspecto muy bello, el cual bien preparado, en polvo constituye el bermellón tan conocido en las artes, mientras que los elementos que la forman: el mercurio, es líquido, pesado, de color blanco mate, y el azufre, sólido, de color amarillo. Como resultado de todo lo que hemos dicho podemos ver, que en general los elementos se clasifican óse dividen en dos clases: los que entran en muchas combinaciones y en distintas proporciones dando lugar á diferentes cam- bios químicos, y los que se caracterizan por su resistencia ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HARANA 349 á formarlos 0 á constituir sustancias complejas. Ahora también podemos definir directamente lo que entendemos por “afinidad” y consiste en la tendencia que poseen las sustancias de dar lugar á cambios químicos, y es la causa que mantiene las diferentes sustancias en combinación una vez que se hayan unido químicamente. En todos los cam- bios químicos hay manifestaciones de la energía, unas ve- ces en forma de movimiento, otras veces en forma de ca lor, luz, electricidad, etc., y aunque últimamente se ha considerado á la afinidad como energía eléctrica formando parte de la naturaleza de los elementos, como antes se ha- bía tomado como energía térmica, es mejor para nuestro estudio considerarla aparte, y de este modo vemos las re- laciones que guardan las diferentes formas de la energía, y llegaremos á la conclusión de que en la afinidad como en las demás energías que se manifiestan en los fenómenos, se sintetizan en el equilibrio dinámico que rige en el universo. La afinidad se presenta en una forma semejante ¿ lo que llamamos atracción ó gravitación universal, sin más que tener en cuenta que mientras las partículas materiales que han de entrar en combinación se hallan en íntimo contac- to, las moles que se hallan sometidas ¿d la gravitación se encuentran € grandes distancias, dependiendo el equilibrio de las masas y de las distancias únicamente. En la afini- dad química, además del fenómeno de la atracción de las partículas tenemos el de la cualidad de la materia que reac- ciona y el de la cualidad esencialmente distinta de la ma- teria combinada. Más semejanza tiene la afinidad con la forma de la ener- ota que en física llamamos “cohesión”; esto es, la fuerza que da á las sustancias sólidas homogéneas sus formas cris- talinas, su elasticidad, ductilidad, dureza, etc., la que da á los líquidos su tensión de superficie, su disposición en go- tas, su capilaridad, etc. La afinidad actúa entre las partes componentes y la cohesión sobre la homogeneidad de las sustancias. Aunque no podemos establecer una línea divisoria ab- soluta entre estas dos formas de la energía porque en rea- lidad las dos fuerzas constituyen el eslabón que une las fuerzas físicas con las químicas, se diferencian en que la energía química al unir una sustancia con otra ú otras, ha- 390 ANALES DE LA ce que sus partículas se compenetren para formar una sustancia distinta y homogénea; mientras que las energías físicas como la cohesión hacen que diferentes sustancias se adhieran ó mantengan unidas del mismo modo que cuando dos superficies pulimenti adas se ponen en íntimo contacto. Y su extrema semejanza consiste en que ambas energías actúan por contacto íntimo y entre diferentes sustancias. Como todo cambio ó transformación supone consumo de fuerza, es evidente que, al reaccionar las sustancias que se ponen en contacto, necesariamente han de consumir fuerzas. Fnmuchas combinaciones cada una de ellas ]le- ra la energía en estado latente, y por lo tanto al unirse desprenden la que no necesitan, y de aquí las manifesta- ciones de esa energía abandonada en forma de calor, acom- pañando d veces manifestaciones lumínicas, eléctricas, ete., mecánicas de expansión ó concentración, etc. Otras ve- ces las sustancias que se combinan,aunque se hallen suma- mente divididas y en íntimo contacto, carecen en sí mis- mas de esas fuerzas de unión y es menester comunicárselas del exterior, y como casi siempre esa energía es en forma de calor, desde el tiempo de Newton se ha venido esta- bleciendo la relación íntima entre el calor y los fenóme- nos químicos, Estudios muy minuciosos demostraron que en unos ca- sos la cantidad de calor necesario para separar ó descom- poner las materias que se unieron con desprendimiento de esa energía, es la misma que abandonaron al unirse, así como en los otros es también la misma cantidad de calor que se les comunicó al unirse la que necesitan para sepa- pararse; y por lo tanto en química se ha tomado la canti- dad de calor que se desprende en una reacción cualquiera, como la suma de los trabajos 4 energías físicas y químicas que se verifican en la reacción. En estos fenómenos se funda el estudio de la “Mecánica Química” de donde se deriva la “Termodinámica Química” d sea el estudio de las combinaciones y descomposiciones químicas por medio de la equivalencia calorífica de las transformaciones efec- tuadas. Antes que la energía química actúe sobre la sustancia, tiene que estar en determinadas condiciones de disgreg: ción y de contacto, ya sea en un estado de división extre- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 301 mo y una mezcla íntima, ya en un estado de disolución, y además ha de tener alguna temperatura. Todas las combinaciones y descomposiciones se verifi- can dentro de ciertos límites de temperatura. Cuando se quema el carbón decimos que el carbón se combina con el oxígeno para producir el gas llamado “ácido carbónico”, pero para efectuarse la operación el carbón tiene que es tar primero a una temperatura del calor rojo. Al iniciar- se la reacción se desprende calor, el cual actúa sobre las partes adyacentes que también se ponen al rojo, y se unen al oxígeno del aire para seguir la propagación de la com- bustión. Por el contrario, para que el cloro y la sal co- mún se combinen con el agua es menester que se hallen en contacto 4 menos de O grado. Otras veces el calor ha- ce cambiar el estado de los cuerpos, ya convirtiéndolos en líquidos por medio de la fusión, ya convirtiéndolos en ga- ses y vapores como sucede durante la sublimación. Unas sustancias se descoponen dá bajas temperaturas; otras, como los productos de los reinos animal y vegetal, se descomponen en sus elementos á los 2509 G. Como principio general se puede afirmar que todas las sustancias compuestas se descomponen duna o ó me- nor temperatura comprendida como máxima á 2,500% C sobre 02 y en cambio, mucho antes de llegar al máximo de la mínima tempe ratura que es 375% € bajo 0% no se ve- rifican reacciones de ninguna clase. ma ejemplo pode- mos citar el caso de las plantas que en los climas frío sus- penden su vitalidad durante el invierno, así como el ejem- plo del hielo en la conservación de los alimentos putres- cibles. En una obra elemental no se pueden incluir todos los problemas que afectan 4 las leyes de la combinación, ni tampoco tratar con detalles las aparentes contradicciones que encuentran los estudiantes al principio. Por ejem- plo, afirmamos que uno de los conceptos fundamentales es que todos los elementos se combinan en proporciones definidas dando sustancias homogéneas definidas también, pero he aquí que el estudiante se encuentra que en las aleaciones existen uniones íntimas de unos metales con otros en proporciones indefinidas, y sin embargo, el con- junto de la unión es homogéneo, como sucede entre el an- 352 ANALES DE LA timonio y el estaño. Otro ejemplo es el de las soluciones en las cuales las sustancias disueltas se hallan en propor- ciones indefinidas y sin embargo, la solución es un cuer- po ó sustancia perfectamente homogénea. Tal es también el estudio de las reacciones reversibles y no reversibles en el que entra el problema de la influen- cia de las masas en las condiciones de quilibrio en que los cuerpos se combinan. La acción de la corriente eléctrica sobre las transforma- ciones químicas es semejante á la acción del calor y ha ejercido mucha influencia en las concepciones y clasifica- ciones de la química moderna. La mayoría de los com- puestos que conducen la electricidad son á su vez descom- puestos por la corriente galvánica, y existen relaciones cuantitativas de energía eléctrica entre la combinación y descomposición de las sustancias. La electricidad se con- sidera lo mismo que el calor,como un modo de movimien- to y su influencia en las reacciones químicas por la co- rriente se puede referir lo mismo que la acción del calor. Sin embargo, la corriente eléctrica actúa con más facili- dad ¿4 la temperatura ordinaria, y así, aunque sus acciones sean equivalentes, las de la electricidad son más francas y determinadas. Asf,porejemplo, entre los numerosos com- puestos de la química se hallan los que llamamos “sales” ó “combinaciones salinas” y por la acción de la corriente sobre sus soluciones se verifica el fenómeno notable de que uno de los productos de descomposición se dirige á uno de los polos de la pila y el resto al otro polo. Las sus- tancias que da o la descomposición en el polo positivo (anodo) se llaman “electro-negativas” y las que aparecen en el polo negativo (e: stodo),. esto es, el polo que se halla en conexión con el zinc en una batería de co- rriente ordinaria galvánica, se llaman “electro- positivas”. La química debe importantísimos descubrimientos á la aplicación de la corriente eléctrica sobre las sustancias compuestas, y para el conocimiento de los cuerpos facilita mucho la clasificación en electro-positivas como son los metales y electro-negativas como son los ácidos. La acción de la luz es otro de los fenómenos que se es- tudian en las reacciones químicas. Sin citar otros, pode- mos aducir la acción de esa energía sobre las sales que se ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 353 emplean en la fotografía, y sobre todo la acción, hasta aho- ra envuelta en el misterio,de la luz sobre las partes verdes de las plantas, transformando el ácido carbónico de la at- mósfera en carbono que asimilan las plantas y en oxígeno que devuelven otra vez á la atmósfera durante el día. En determinados fenómenos químicos se estudia la “ac- ción mecánica” sobre todo en las sustancias explosivas, en las que sólo la percusión ó fricción determinan la descom- posición violenta del compuesto. Y, por último, la “acción del contacto” es una condición muy importante de las combinaciones químicas. “A prio- ri” se puede deducir que cuando se mezclan sustancias en polvo fino,como son mayores las superficies de contacto se han de facilitar las acciones de unos cuerpos sobre los otros. Así un químico belga demostró hace mucho tiem- po, que cuando se someten á grandes presiones mezclas de polvos metálicos diferentes, se forman “aleaciones”. La acción de lo que se llama “esponja de platino” sobre los gases, acumulando enormes cantidades de ellos, se debe atribuir al mismo género de fenómenos de contacto, pues- to que su estructura porosa permite encerrar infinito nú- mero de moléculas de gases. (Continuará). roma XLvm.—46, 354 ANALES DÉ LA ACTA DE LA SESION PUBLICA ORDINARIA DEL 24 DE NOVIEMBRE DE 1911. Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.— Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes. —De mérito.—Dr. Claudio Delgado. [=) De número.—Dres. G. Alonso Cuadrano, T. V. Coronado, J. A. Fernández Benítez, F. M. Héctor, G. López, Y. Méndez Capote, E. Pardiñas, M. Ruíz Casabó, J. A. Valdés Anciano. Leída el acta de la sesión anterior (10 Noviembre) fué aprobada. Se dá cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.-—Del Sr. Antonio Miguel Alcover, participando haber tomado posesión del cargo de Jefe del Archivo Nacional. Del Comité Ejecutivo del Homenaje al Padre Varela, invitando á la Corporación á la Junta General que se celebrará con objeto de rendirle homenaje á los restos de tan ilustre patricio. De la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, transcri- biendo comunicación del Sr. E. M. Walsh, de Java, solicitando cangear Lepidópteros de su país por los de Cuba. De la Alcaldía Municipal dela Habana, invitando á la traslación de los restos del Padre Varela desde el Ayuntamiento á la Cate- dral. De la Universidad de la Habana, invitando á la sesión solemne que se celebrará en honor de los restos del Padre Varela. Salida.—Al Juzgado de Instrucción de Remedios, enviándole el informe aprobado en la sesión del 10 del actual,sobre contusiones, y devolviendo el cuestionario que al efecto remitió. Una comisión de la Academia, formada por los señores Presi- dente y Secretario, asistió á los distintos actos ofrecidos como ho- menaje á la memoria del Padre Varela. Respecto á la solicitud formulada por el Sr. Walsh, por conduc- to de la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, se acordó manifestarle que, por las condiciones especiales en que se encuen— tran actualmente los museos de la Academia, no es posible aceptar la compra ni el canje de los Lepidópteros de Java, por los nues- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 355 tros, pero que se le recomienda se dirija á los Sres. Dr. J. H. Pa- zos Ó M. Sánchez Roig, que se dedican especialmente á esos es- tudios. El Dr. Le-Hioy manifiesta no haber podido terminar el informe sobre basuras que se le tiene encomendado, por carecer, al presen- te, de ciertos datos necesarios para emitirlo. El Dr. Gastón Alonso Cuadrado continúa la lectura de su traba- jo sobre La ENSEÑANZA DE LA QUIMICA EN LA ESCUELA AZUCA- RERA dando á conocer las lecciones que explica á sus alumnos y exponiendo las materias relacionadas con el agua y sus compues- tos, así como los procedimientos de composición y descomposición química, dedicando especialmente estasá la obtención del hidróge- no, descripción de sus propiedades y generalizando este estudio á la preparación de otros gases y descripción de las leyes generales de esta condición de la materia. Se ocupa además del oxígeno, su importancia en la naturaleza y descripción general de los fenóme- nos de combustión, oxidación y clasificación y nomenclatura de los óxidos. El Dr. Coronado felicita al Dr. Alonso por lo que representa di- cha Escuela, de verdadera enseñanza objetiva. Está admirable- mente montada y durante el invierno ponen en práctica los alum- nos en los ingenios lo que hau aprendido en el laboratorio durante el verano. La enseñanza que comenzará á darse en las Granjas Agrícolas comprenden algunas de las materias que se aprenden en la Escuela del Dr. Alonso Cuadrado. En ésta se preparan y for- man verdaderos maestros de azúcar que no perderán las riquezas de nuestros hacendados como sucedía hasta hace poco en que los únicos conocimientos que poseían eran los adquiridos en una prác- tica rutinaria. Hoy, gracias á las enseñanzas de la Química, se extraen de las cañas toda la riqueza sacarina que encierran. El Dr. Santos Fernández felicita igualmente al Dr. Alonso Cua- drado por el establecimiento de la Escuela Azucarera, cuyos exá- menes presenció últimamente. Los hacendados se dan cuenta de los progresos realizados y utilizarán los discípulos salidos de es: Escuela. El Dr. Tomás V. Coronado da cuenta de cómo se han realizado las oposiciones á las cátedras de las Granjas Agrícolas, para cuyo tribunal fué designado como representante de la Academia y al co- menzar dedica un sentido recuerdo á nuestro compañero el Dr. 356 ANALES DE LA Eduardo Díaz, recientemente fallecido, sin llegar á tomar pose- sión de la cátedra que obtuvo. Al terminarse este particular el Sr. Presidente le da las gracias en nombre de la Corporación; recuerda que oportunamente dió cuenta del sentido fallecimiento del Dr. Díaz y da por terminada la sesión pública quedando constituída la Academia en otra de Gobierno. NOCIONES GENERALES DE QUIMICA. POR EL DR. GASTON ALONSO CUADRADO. (Sesión pública ordinaria del 24 de Noviembre de 1911.) (Continuación. ) Lección V. El agua y sus compuestos. — Propiedades fisicas. —Diferen- tes formas que adopta en la naturaleza. — Clasificación de las aguas naturales. — Agua pura. —Reacciones más generales que experimenta al contacto con otros cuerpos. — Soluciones de los cuerpos sólidos, de los liquidos y de los gases. En todo libro de química general debe figurar en lu- gar prominente, el agua, que se encuentra repartida por todas partes de la corteza terrestre, y cuya existencia en otros planetas nos revela el espectroscopio. Tedos sabemos que se encuentra en tres estados fisicos: sólido, líquido y gaseoso; líquido como en los ríos, sólido como en la nieve y gaseoso como en el aire atmosférico. El agua que contiene el aire en forma, de vapor, se condensa por enfriamiento y cae sobre la superficie de la tierra en forma de nieve, lluvia. escarcha, niebla, ete. Un metro cúbico de aire ó sean 1,000 litros 4 cero gra- do solo puede contener 4,8 gramos de agua; á la tempe- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 3917 ratura de veinte grados, contiene 17 gramos, y 4 la de 40 erados contiene 50 gramos; pero por término medio, un metro cúbico de aire atmosférico solo contiene el 60% de esas cantidades. Cuando el aire contiene menos de 40% de su humedad posible, se considera como aire seco, mientras que si tiene más de 80% se considera húmedo. Cuando el agua cae en la tierra en forma de lluvia, no toda se vuelve 4 evaporar enseguida, corre á los arroyos ó penetra en la corteza terrestre; sino que es absorbida por las raíces y las axilas de las hojas de las plantas, las cuales cuando están frescas contienen del 40 al 80% de su peso, y próximamente lo mismo sucede con los animales. La forma líquida, que es la más abundante, se halla re- partida en la superficie terrestre: en rios, manantiales, océanos, lagos y pozos; llevando muchas sustancias en solución según los terrenos que atraviesa, según la presión que sufre y según la permanencia en los lugares estanca- dos. El agua de lluvia también lleva muchos gases, sóli- dos y líquidos en solución, así como microorganismos procedentes de la atmósfera. Se ha llegado á obtener hasta 25 gramos de materia orgánica por metro cúbico de agua de lluvia. Bunsen demostró que el agua de lluvia al principio de caer contiene 3,7 gramos de amoniaco por . metro cúbico; así es, que al cabo an año se puede calcu- lar que un acre de tierra, recibe del agua de lluvia como 5 kilógramos y medio de nitrógeno combinado. El agua de los ríos lleva diferentes cantidades de mate- Ne EN 7 ria sólida en solución, variando de 50 á 1,600 gramos por metro cúbico. Delos ríos más notables, el Tamesis de Londres que en la parte más baja lleva 1617 gramos, el Nilo en Egipto 1580, y el Jordán 1052, son los más cargados dle materias sólidas; en tanto que el Neva es uno de los que tiene el agua más pura, 55 gramos por metro cúbico. La mayor parte de los sólidos que llevan disuel- tos los ríos, se componen de sales de cal. El agua de ma- nantial que se forma por el agua de lluvia que penetra en el suelo. varía en composición, según las capas terrestres que atraviesa, según su temperatura y según su profundi- dad. Cuando esta agua lleva en solución, mínimas canti- dades de sustancias, que por su sabor y carencia de mate- 358 ANALES DE LA ria orgánica tenga propiedades medicinales; se denomina Agua Mineral. El agua del mar es la que contiene más materias sólidas en solución, de todas las naturales, y la cantidad varía en las diferentes partes del globo. Así en el golfo de Ve- necia contiene 19,122 gramos por metro cúbico, la del Mediterráneo, cerca de Cette 37,655 y las aguas del At- lántico como 32,585. El agua de los pozos y de los lagos también contiene bastante cantidad de sólidos, y cuando se hallan en pro- porción que la hacen impropia para los usos domésticos ó para beber; en este caso se denomina Agua Cruda. Es curioso que la densidad del agua no aumente de un modo proporcional 4 medida que la temperatura descien- de, sino que á la temperatura de 4 grados centígrados es cuando adquiere su mayor densidad, y luego vuelve á dis- minuir hasta llegar al punto de congelación. A esta tem- peratura de 0 erado el agua líquida tiene la misma den- sidad que 4 8 erados sobre cero. Esta propiedad y algu- nas otras que no son de este lugar, permiten sospechar que en el agua bay otra sustancia además de los dos ele- mentos que ha revelado la química. En el lenguaje usual se llama Agua Pura á la que es clara y contiene pocas materias en suspensión, siendo ade- más agradable al paladar y libre de materia orgánica; y entonces se denomina Agua potable. Pero se reserva el nombre efectivo de agua pura á la que no contiene mate- ria alguna extraña á su composición, poseyendo propie- dades constantes y definidas, y es ád la que se refieren to- dos los caracteres físicos y químicos de esta sustancia. Esta agua se obtiene por destilación en el aparato conoci- do con el nombre de alambique, adoptando muchas for- mas y capacidades; y fabricado de diversos materiales, Por lo regular el alambique es de cobre estañado y se compone “de tres piezas principales: la caldera, donde se pone á hervir el agua impura para convertirla ,en vapor; la cucúrbita que es una especie de campana que cierra la caldera en su parte superior y que recoge el gas despren- dido para conducirle por medio de un tubo 6 alargadera al serpentín que es la otra pieza del aparato. Este ser- pentín como todo el mundo sabe, es otro tubo, por lo re- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HARANA 359 1 gular en forma de hélice para presentar mayor superficie en menos espacio, y rodeado de agua fría y corriente por su parte externa, teniendo por objeto enfríar el vapor de agua para condensarlo en forma líquida. Cuando el agua sale del serpentín ya condensada, se recoge en una vasija ó depósito llamado recipiente. La caldera, la cucúrbita con su alargadera y el serpentín, han de estar perfecta- mente unidos en conexión, sin comunicación alguna con el exterior, excepto en la parte más inferior ely serpentín, donde llega ya el agua destilada, condensada y fría, y de aquí se recoge en el recipiente. Para las necesidades de la química no basta convertir el agua impura en vapor y después condensarla al estado líquido para denominarla pura, pues aun así el agua arras- tra en la evaporación otras sustancias, ya sean “volátiles, convertidas también en vapor ó ya sólidas, arrastradas mecánicamente por el vapor. Así es, que para obtenet- la químicamente pura, es menester volverla 4 destilar, mezclarla con un poco de permanganato de potasa, y des: echar las primeras porciones del líquido destilado, así co- mo suspender la destilación antes de que se hayan evapo- rado las últimas porciones del agua de la caldera. Para esta segunda destilación se emplea una retorta de cristal con la alagardera y refrigerante, Ó serpentín, tam- bién de eristal, Todavía para los estudios más delicados de la química y sobre todo, cuando se quieren estudiar las propiedades del agua misma, se ha de verificar una tercera destilación, empleando una retorta ó alambique de platino, sin inter- vención de otro material, incluso en el recipiente, porque el vidrio cede al agua mínimas cantidades de las sus- tancias de quese halla compuesto. Por último, como después de estas operaciones aun el agua lleva aire di suelto, el recipiente de platino se expone ú la llama de Bunsen 6 mejor al horno eléctrico para que el agua desti- lada hierva durante mucho tiempo. Se deja enfriar ta- pando la vasija y después se somete al vacío de la máqui- na neumática. En este caso, y después de comprobar que no deja resíduo alguno cuando se evapora á seque- dad, que no se enturbia ni desprende gases cuando se agi- ta, ni despide olor alguno la vasija que la contiene, ni de- 360 ANALES DÉ LA =4 colora el permanganato de potasa; entonces es cuando se dedica á las operaciones más delicadas de la química. Pa- ra los análisis más generales y comunes, basta con la se- gunda destilación en vasija de cristal y la conservación en frascos de tapón esmerilado. A el agua así purificada tal como hemos descrito se refieren las propiedades quí- micas y físicas que posze, y el agua así obtenida es la única que á la temperatura de 4” centígrados y en el va- cío, un centímetro cúbico pesa un gramo, y este centíme- tro cúbico á esta temperatura, es el que sirve de unidad volumétrica para todos los líquidos. Cuando la temperatura del agua llega á 0 grado, esto es, cuando se congela, cristaliza en el sistema exagonal, como se observa en la nieve, en cuyo caso si se mira á través del miscroscopio presenta formas bellísimas. El agua en el estado sólido ocupa más volumen y por consiguiente, cuando se halla encerrada entre pare- des resistentes, se congela y desarrolla presiones enor- mes, y así muchas veces se emplea este procedimiento en lugar de la dinamita para destruir las rocas. El agua pura se emplea para construir la escala termométri- ca señalando cero en el vástago del termómetro en el punto ¡que llega la superficie del mercurio cuando la cu- beta se sumerge en el hielo en el momento de fundirse; mientras que se señala el grado 100, cuando la cubeta se sumerje en los vapores de agua hirviendo calculada á la presión de 760 milímetros á 0 grado y en la latitud 45" del globo terrestre. En estas condiciones es como se construye el termómetro centesimal de Celsius. Se toma la temperatura de 4 grados centígrado para que sirva como unidad, porque como hemos dicho, el agua tiene á esta mayor densidad. Así un metro cúbico de agua á 4%.C pesa 1000 kilógramos, mientras que á O gra- do centígrado pesa 999,8 kilógramos. Un metro cúbico de hielo á 0 grado pesa solo 917 kilógramos. Un metro cúbico de vapor de agua á la temperatura de 100 grados centígrados y á la presión de 760 milímetros, pesa única- mente 0,60 kilo. La densidad de este vapor comparada con la del aire es igual 4 0,62, y comparada con la densi- dad del gas llamado hidrógeno es igual á 9,0. Ñ El agua tiene otras propiedades físicas notables, como ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 361 por ejemplo: es el cuerpo de todos los conocidos en que sus partículas constituyentes ofrecen mayor cohesión, pe- ro así el estudio de estas propiedades, como de otras muy importantes no son propios de estas nociones. Otras pro- piedades son conocidas de todo el mundo, y no hay nece- sidad de citar, sólo añadiremos que el agua así en ese es- tado como en el estado líquido,conserva, retiene ó guarda mayor cantidad de calor que ningún otro líquido de la naturaleza; así es que en sus dos formas el agua es el más á propósito para todos los usos industriales en los que se haya de emplear el calor. En esta lección aun no podemos hablar de las infinitas combinaciones que el agua forma con otros cuerpos, por- que todavía no hemos penetrado en la descripción de los fenómenos químicos, pero pueden indicarse la acción que ejerce sobre algunos cuerpos sin cambiar en efecto sus propiedades físicas ni químicas. Así los cuerpos llamados higroscópicos tienen la propiedad de atraer el agua y re- tenerla en la parte externa de sus partículas, Esta atracción superficial se denomina humedecimiento como cuando el agua es absorbida por la arcilla 6 por la sal común ó por el azúcar. Esta humedad se puede com- parar con la absorción del agua por una esponja, lá cual se puede separar con facilidad por medios mecánicos. Del mismo modo se separa la humedad del azúcar por medio de la centrífuga, ó la de una tela húmeda por medio del calor. Los cuerpos que no absorben la humedad se de- nominan secos, pero no se crea que es fácil distinguir á simple vista d al tacto los cuerpos húmedos de los secos. Por ejemplo, si tomamos un poco de arcilla, unos cristales de sal común, ó de azúcar, 0 bien un pedacito de papel que nos parecen secos, si lo ponemos en el fondo de un tubo de ensayo y se calienta éste con cuidado, pronto se ven condensarse gotas de agua en la parte fría del tubo. Así es, que se denominan Cuer pos Higroscópicos, é los que tienen la propiedad de retener ó absorber el agua á una temperatura y desprenderla á otra; sin cambiar las propiedades físicas ni químicas. De esta propiedad de los cuerpos resulta el cuidado que se ha de tener en los análisis químicos cuando se quiere pesar una sustancia higroscópica que se haya pues- TOMO xLVur.—47, 362 ANALES DE LA to d secar en la estufa 6 por otros medios. Cuando se lle- va á la balanza, es menester pesar rápidamente y tapar á cada momento la caja de la balanza, porque de lo contra- rio, el cuerpo vuelve nuevamente á atraer el agua de la atmósfera. Aun así no se libran de tomar aleuna canti- dad, y por esta razón, cuando se dejan enfriar los cuerpos desecados al calor, es menester ponerlos dentro de enva- ses herméticamente cerrados, conteniendo sustancias ab- sorbentes de la humedad, como el ¿cido sulfúrico concen- trado, el ácido fosfórico anhidro, ó el cloruro de calcio seco. Por lo que hemos dicho, resulta que para que una sus- tancia resulte higroscópica, es menester que ni el agua, ni la sustancia, alteren su naturaleza. Hay casos en que el fenómeno no se presenta tan definido, como sucede con ciertas sales de manganeso; el sulfato ó el permanganato potásico llamado camaleón mineral, el cual mantiene á la vez el agua higroscópica y el agua de combinación, des- prendiendo una y otra con facilidad y dando lugar á com- binaciones que hacen cambiar el color de la sal. Es menester tener presente que la higroscopicidad de las sustancias tiene su límite, y así la del ácido sulfúrico concentrado, la del ácido fosfórico anhidro, como la del cloruro de calcio seco, llega un momento en que yano pue- den absorber más cantidad de agua. En este caso se dice que los cuerpos se hallan saturados. SoLución.—Esta condición se relaciona estrechamente con el fenómeno llamado Solución. Aquí el agua forma una especie de combinación indefinida con las sustancias, produciéndose una nueva sustancia homógenea; pero aun en este caso, la combinación no resulta muy profunda, porque el líquido se separa con facilidad del sólido, y á la temperatura de la ebullición, el líquido adquiere pro- piedades físicas muy semejantes 4 las que tiene el agua sola. El estado de los cuerpos en solución acuosa, es uno de los fenómenos más importantes de la naturaleza, y llena casi por completo el estudio de la química. Las solucio- nes acuosas se forman constantemente en la superficie de la tierra, así como en su interior; en las plantas y los animales, como en la industria y en las artes. Las solu- ACADEMIA D£ CIENCIAS DE LA HABANA 363 ciones son las que más se prestan 4 las reacciones quími- cas, porque si se trata de la solución de sólidos, éstos se desintegran en el líquido, repartiendo de un modo com- pletamente homógeneo sus moléculas en el agua, y adqui- riendo la movilidad necesaria para la combinación con otros sólidos disueltos también, Si son los gases los que se disuelven, éstos pierden su elasticidad, se reduce muchos cientos de veces su volú- men, aproximándose lo suficiente sus partículas para las reacciones con otros cuerpos, mejor que lo harían al esta- do de gases, | Uno de los fenómenos más sencillos de la solución de los gases en el agua, se puede demostrar introduciendo gas amoniaco en un tubo de cristal tapado por un extre- mo, el que se llena de mercurio, y después se invierte en la cuba que contiene también mercurio y que se denomli- na hidrargiro-neumática porque los latinos llamaban á es- te cuerpo Hidrargirum. Por un medio apropiado se in- troduce gas amoniaco en el tubo, por su parte inferior, y el gas desaloja al mercurio. Cuando el tubo está lleno de gas, se introduce agua por un procedimiento análogo y entonces se ve que el mercurio vuelve d ascender por el tubo, porque como se disuelve el gas en el agua, el mercurio ocupa nuevamente el volumen que ocupaba el was amoniaco; descontando, por supuesto, el volumen que ocupaba el agua introducida. DirusiónN. —Otro de los fenómenos que merecen citarse es el de la difusión, que tanta importancia tiene hoy en la industria azucarera, y que es también uno de los fenóme- nos más frecuentes que se verifican en la naturaleza. Cuan- do se introducen en una vasija cerrada varios gases por orden de su densidad, poniendo en la parte inferior el mas pesado, y sucesivamente el más ligero en la parte supe- rior, siempre sucede que después de algún tiempo más 6 menos rapido, aunque no se combinen, esto es, aunque no formen una sustancia nueva, se entremezclan intimamente formando una mezcla homogénea en todas sus partes. Es» te fenómeno se llama Difusión. Gay—Lussac á principios del siglo pasado observó el mismo fenómeno en las solucionas salinas. Esto es, po- niendo una disolución de una sal cualquiera en un cilín- 364 ANALES DE LA dro 4 campana de cristal, y vertiendo agua con mucho cuidado sobre la snperficie de la solución de modo que permanezcan al principio separados los dos líquidos, siempre sucede también que después de algún tiempo,más ó menos largo, que depende de la naturaleza y concetitra- ción de la solución y además de la temperatura; se mez- clan intimamente los dos líquidos formando un cuerpo ho- mogéneo. Si procuramos que la solución salina sea colo- reada se ve bien la velocidad de la mezcla,observando co- mo va ascendiendo la zona coloreada hasta que el tinte es homogéneo en todo el líquido. A este fenómeno por se- mejanza, también se denomina difusión. Hay líquidos y so- luciones que se difunden con más 4 menos velocidad. Un físico inglés Graham demostró que las sustancias que se di- funden con facilidad por los líquidos la tienen también pa- ra atravesar membranas animales ó vegetales, interpuestas entre la sustancia y el líquido;poseyendo también la notable propiedad de cristalizar cuando tienen una concentración suliciente. Otras sustancias atraviesan las membranas con mucha dificultad ó no la atraviesan del todo. Las primeras se denominan Oristaloides, y las segun- das Oolordes. Si un trozo de caña de azúcar se corta en rodajas y se sumerge en el agua, y después, de cuando en cuando, se van extrayendo del líquido, se observa que cada vez las rodajas tienen menos dulce, mientras que aumenta la dulzura del agua. También se observa que además del azúcar se disuelven otras sustancias, mientras que otras permanecen en el interior de las celdillas de la caña, cu- yas paredes son membranosas. Eu este caso cuando se emplea este método para extraer el azúcar de la caña en vez de la presión por medio del molino, se denomina pro- cedimiento por Difusión. Existe otra idea fundamental en el fenómeno de las so- luciones; y esta es la Saturación de las soluciones: fenó- meno análogo al que resulta cuando el aire absorbe cier- ta cantidad de vapor de agua á una temperatura determi- nada, pues llega un momento en que el aire no absorbe más, y el agua permanece al estado líquido. En este caso se dice que el aire esta saturado de agua d esa tempera- tura. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 365 Y lo mismo sucede con las soluciones de los líquidos y los sólidos en el agua. En las soluciones de los líquidos en el agua existen muchos que se disuelven en todas pro- porciones, como el alcohol, mientras que otras se compor- tan como los gases y los sólidos. Talse verifica, por ejem- plo, con la solución de éter en el agua, que solo se disuel- ve en una cantidad determinada. Cuando una sal se di- suelve, llega un momento en que el agua no toma más sal, y permanece en el estado sólido, variando en general las proporciones, según la temperatura, así que á mayor tem- peratura el agua toma mayor cantidad del sólido. Este fenómeno es muy importante en el estudio de la química, porque cuando se estudian las propiedades de cualquier cuerpo, una de las que se consignan siempre es la cantidad que se disuelve en el agua 4 determinadas temperaturas. La proporción en que se encuentra el agua y el cuerpo disuelto en estas condiciones se llama coeficiente de solu- bilidad. Por lo general, si no se necesitan datos muy minucio- sos, el coeficiente de solubilidad de los sólidos ó de los lí- quidos se determina 4 15 grados centígrados; mientras que si es de los gases se determina 40 grado y á la pre- sión de 760 milímetros de la columna barométrica de mer- curio. Para hacer los términos comparables, se llama coeficiente de solubilidad de un cuerpo á la cantidad de éste que se disuelve en 100 gramos de agua destilada. Por ejemplo: 100 gramos de agua disuelven á 15 gradosC 35,96 gramos de sal común, en tanto que la misma can- tidad de agua disuelve 66,33 gramos de azícar, y estas cifras representan el coeficiente de solubilidad del azúcar y de la sal, Cuando el coeficiente de solubilidad se refiere á los gases; por lo general, las cifras se representan en vo- lúmenes, á la presión normal atmosférica y á 0 grado de temperatura. Cuando convenga buscar el coeficiente de solubilidad á otras temperaturas, se expresan lambién las cifras, porque en todos los libros de química y de física, se insertan ta- blas donde se consignan los coeficientes de solubilidad de los cuerpos más importantes. Según se disuelven los cuerpos más Ó menos en el agua, así se clasifican en solu- bles, poco solubles é insolubles, - Por lo general la solubili- 366 ANALES DE LA dad aumenta por la presión y la temperatura. En los es- tudios de química- física se dá mucha importancia á la co- rrespondencia ó relación entre la temperatura y la pre- sión. Cuando un cuerpo sólido se disuelve en el agua a una temperatura mayor de 15 grados, por e, jemplo: 4.302.305 80 grados, etc., hasta saturación, y LEE se dej a en- friar la solución, por lo general el sólido se separa ó depo- sita en formas regulares llamadas cristales, y al fenómeno en general se denomina cristalización. La ciencia llama- da Cristalografía se ocupa de clasificar las formas que pre- sentan los cuerpos cristalizables y este es un gran medio de conocimiento de la materia sólida. Hay veces que los cristales que se separan, solo se ha- llan constítuidos por el sólido que se disolvió, sin llevar más agua que la interpuesta entre los cr istales, la cual se separa por desecación, sin que afecte nada ád las demás propiedades del sólido; mientras que existen otros que al separarse al estado sólido en cristales llevan una cantidad determinada de agua que caracteriza la forma, color, den- sidad y otras propiedades físicas y químicas. Existen otros sólidos que en ciertas condiciones se se- paran con diferentes cantidades de agua, tomando parte integral de la forma y propiedades de los cristales. El agua que constituye las propiedades físicas de estos cris- tales, se llama agua de cristalización. Y al agua que va mezclada 6 que humedece los cristales pudiéndose sepa- rar de ellos sin afectar á sus propiedades, se denomina agua de interposición. En el primer caso se dice que el agua se halla en combinación con el cristal y en el segun- do que está mezclada d interpuesta. Lección VL Composición y descomposición del agua.— Hidrógeno.— Propiedades. — Obtención. — Preparación de otros gases, y leyes generales de esta condición de la materia, que es la más importante en el estudio de la quimica. Ya hemos visto en otra lección que un elemento ó cuer- po simple es una sustancia homógenea, igual d sí misma, con propiedades completamente definidas, y del cual no ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 367 se puede separar ninguna cosa distinta sin destruir su na- turaleza. Hasta hace poco más de un siglo, no solamente el agua era considerada como cuerpo simple, sino que era el pro- totipo de los elementos; así es que cuando los antiguos enumeraban los cuatro elementos que consideraban como el principio de todas las cosas, segúm estableció el filósofo griego Empédocles, que vivió hacia el siglo IV antes de la era cristiana, ponían en primer lugar, el agua de este modo: Agua, Tierra, Aire y Fuego. Y tenían motivos más que suficientes para considerar al agua como primer elemento, porque tomaudo parte en casi todas las reacciones químicas, y siendo el cuerpo más universalmente repartido en la naturaleza, siempre se ma- nifiesta idéntico 4 sí mismo. Se evapora, se congela, es absorbido por otros cuerpos, desaparece de la vista en los cuerpos absorbentes y en las combinaciones; pero siempre le volvemos 4 encontrar idéntico 4 la temperatu- ra ordinaria, con las mismas propiedades que tenía antes dle desaparecer. El descubrimiento de que el agua es un compuesto de dos gases llamados oxígeno é hidrógeno, combinados en la proporción de un litro de el primero, y dos litros del segundo; y sies en peso, la combinación es entre ocho gramos de oxígeno y un gramo de hidrógeno; fué uno de lo más importantes de Ta química d áltimos del siglo XVIIL Mas, como sucede con todos los grandes descu- brimientos, varios experimentadores contribuy eron á la demostración y lo que sucede con frecuencia también; que el primer descubridor no consigue fijar la atención de los demás, por falta de pruebas suficientes para llevar el con- vencimiento. ¿n 1781 ya algunos físicos conocían los gases de que se compone clagua, y un físico inglés, Cavendish, averiguó que quemando hidrógeno en una atmósfera de oxígeno se formaba una sustancia que tenía las propiedades del agua. Pero como no tuvo en cuenta las proporciones en que se combinan, sino simplemente el hecho en +í, no tras- cendió el experimento. Bien es verdad que Cavendish era tan poco comunicativo que niaun hablaba con su criado; y pensamos que si hubiera tenido interés en de- 368 ANALES DE LA mostrar el experimento ante los investigadores, la verda- dera composición del agua se hubiera conocido antes. Para demostrar y convencerse de la verdadera natura- leza de un cuerpo, no basta demostrarse por el análisis ó por la síntesis solamente; es menester emplear los dos mé- todos, y en la cuestión de la naturaleza del agua, si no se se hubiera usado la balanza como medio importante de in- vestigación, hubiera sido difícil llegar á una conclusión definitiva. Ya hemos dicho que Cavendish descubrió en 1781 la composición del agua por medio de la síntesis; y ahora diremos que el eminente químico francés Lavoisier, en compañía de Meusnier, demostraron la composición por medio del análisis en 1784, no dejando lugar 4 duda, considerando los dos métodos. Aunque no cuadra mucho en unas nociones como las de este libro, entrar en pormenores, el conocimiento de la composición del agua forma época en la historia de la ciencia, y nos parece conveniente dar cuenta del experi- mento memorable. Lavoisier conoció los experimentos de Cavendish en 1783, y en presencia de Laplace y Sir Charles Blagdem repitió los experimentos en gran escala, encontrando la formación del agua, combinándose los ga- ses en la proporción de un volumen de oxígeno, con 1,91 de hidrógeno; pero al año siguiente fué cuando encontró la demostración de su naturaleza empleando el aparato si- guiente. Los dos químicos citados tomaron una retorta y pesaron en ella una cantidad de agua pura. El cuello de la retorta lo introdujeron en un tubo de porcelana que contenía limaduras de hierro pesadas de antemano, colo- cándole sobre un hornillo de carbón y comunicando el otro extremo del tubo con un serpentín rodeado de agua fría, con objeto de condensar el agua que no hubiese reac- cionado con las limaduras. Por otros experimentos sa- bían que los hilos de hierro sometidos al calor rojo des- componen el agua en vapor, oxidándose el hierro; y por lo tanto encendieron el hornillo para calentar las limadu- ras de hierro hasta ponerse al calor rojo. Entonces hicie- ron destilar el agua de la retorta; una parte del vapor se descompuso al pasar por los hilos de hierro, quedándose combinado con el metal, parte de uno de los gases, mien- tras que el otro gas y el vapor de agua en exceso, pasa- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 369 ban por el tubo del serpentín condensándose el agun al estado líquido y recibiéndola en un frasco de dos bocas; una en comunicación con la extremidad de salida del tu- bo del serpentín, y la otra en comunicación con un tubo invertido sobre la cuba hidroneumática, para recibir el otro gas, resultante de la descomposición del agua. El fenómeno que se verificó fué el siguiente: al calentar el agua en la retorta, el vapor desprendido pasó por el tu- bo donde estaban los hilos de hierro calentados al rojo, y el vapor se descompuso uniéndose á una parte del hierro, y la otra pasó al estado de gas incondensable que recogie- ron en el tubo invertido, mientras que el vapor de agua sobrante la recogieron condensada al estado líquido en el frasco. Volvieron á pesar el agua que nose había des- compuesto, y la que pasó desde la retorta al frasco reci- piente; y encontraron que había disminuído. Al mismo tiempo pesaron los hilos de hierro y midieron el volumen del gas recogido, averiguando su densidad y por consi- guiente su peso. Vieron lo que había aumentado de pe- so el hierro, sumaron á este peso el del gas recogido, y vieron que la suma era igual á la del agua que había des: aparecido durante el experimento. Estos experimentos memorables constituyeron el primer análisis que se ha hecho del agua, pero de los dos gases de que se compone, solo recogieron uno, porque el otro se unió al hierro para formar el óxido, ó sea la materia de color rojo que apareció sobre la superficie de los hilos. Muchos experimentos se realizaron después para llevar el convencimiento pleno de la composición del agua, porque no bastaba con descomponerla en dos sustancias, sino to- mar éstas, y volverlas á unir para formar el agua otra vez; y además era necesario recoger en forma de. gas el otro que se había unido al hierro en forma sólida. Entonces se aplicó la corriente galvánica para efectuar la descomposición por este medio, pero debido á que el agua empleada en el experimento no era químicamente pura, y que siempre se tiene que acidular el Hquido pa- ra que se trasmita bien la corriente eléctrica ¿4 través del agua; resultó que en los primeros experimentos, además de los dos gases de que el agua se compone, se encontra- ba un ácido y un alcali. Fué menester repetir los expe- TOMO XLVInr.— 48, 370 ANALES DE LA rimentos, convencerse de que las otras sustancias encon- tradas eran impurezas, y sobre todo y esencialmente: to- mar una cantidad de agua, descomponerla en los dos yases, pesar éstos, y ver si la suma era igual al peso del agua. Luego tomar estos dos y gases en las proporciones que se obtu- vieron, combinarlos para formar el agua, y hallar que la cantidad del liquido obtenido era igual al peso de los dos yases que se tomaron para formarla. Como es el mismo procedimiento y la misma lógica que se emplea en todos los experimentos de análisis y de sín- tesis de todas las sustancias, nos hemos detenido en es- tos pormenores para demostrar los diversos hechos y cir- eunstancias que se han de tener en cuenta antes de llegar á una consecuencia definitiva. Ya hemos dicho que por medio de la corriente galvá- nica se descompone el agua en sus gases constituyentes. Si estos dos gases se recogen juntos en un tubo resistente y cerrado, y se hace descargar por la mezcla la chispa eléctrica, se produce una explosión formidable, y por esta razón á la mezcla de estos dos cases se denomina mezcla, detonante. La explicación de estos fenómenos es la si- guiente: cuando hacemos atravesar la corriente galvánica por el agua, la electricidad produce en el líquido una acu- mulación de energía ó de fuerza suficiente para desunir químicamente los dos gases de que está compuesta. Una vez separados, ocupán un espacio determinado que de- pende de la presión á que se hallan encerrados, y supon- amos que es la presión ordinaria de la atmósfera. Estos dos gases contienen al estado latente la energía que les comunicó la corriente galvánica: más, al pasar por la mez- cla, ya sea la chispa eléctrica, ó ya una mecha encendida, los dos gases se combinan nuevamente para reconstituir el agua. En este caso es evidente que los gases abando- nan la energía que recibieron el separarse, esta energía se transforma en un gran calor que evapora rápidamente el agua formada, y como esta tiende á ocupar un espacio más de mil veces mayor que al estado líquido; de aquí resulta la detonación, el rápido aumento de presión, y la conmoción atmosférica, lo mismo que hace la pólvora. Si en lugar de descomponer el agua y recoger los ga- ses en un solo tubo, lo recogemos en dos, de modo que ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA SL uno de ellos contenga un gas y el otro el segundo gas, en este caso los podemos tener aislados y estudiarlos aparte. Esto se consigue tomaudo un embudo truncado y tapado con un corcho ó con tapón de caucho la abertura más estrecha. El tapón tiene dos aberturas por donde pasan dos alambres de platino los cuales se hallan en comunica- ción con los polos de una batería. Se llenan los dos ter- cios del embudo con agua destilada, á la que se le añade un poco de ácido sulfúrico $ muriático con objeto de faci- litar el paso de la corriente eléctrica, se llenan de este lí- quido los dos tubos cerrados por una de sus estremidades, de las mismas dimensiones, y se invierten sobre cada uno de los alambres de platino. Al atravesar la corriente por el líquido se nota que el agua se va desalojando de la parte superior cerrada, pero con la particularidad de que siempre en uno de ellos la par- te que resulta desalojada tiene un volumen doble de la del otro tubo. Jísto es, el agua es desalojada por los dos gases que se desprenden, pero uno de los dos gases ocupa un volumen doble del otro. Entre un mundo de enseñanzas químicas que muestra este fenómeno importantísimo en la historia de la ciencia, citemos las principales: 12 —La experiencia enseña el análisis y la e del agua, esto es, muestra que el agua se descompone en dos gases (análisis), y si se juntan ambos gases en esas mis- mas proporciones y se sumerge un cuerpo incandescente en la mezcla, se produc nuevamente agua con detona- ción, y nada más que agua (síntesis). , 2."—Uno delos dos gases ocupa un volumen doble que el otro, y si se pesan ambos se vé que el primero pesa ocho veces menos que el segundo. —Ióxpresadas estas pro- porciones en gramos; esto quiere decir que si el gas que ocupa el volumen doble pesa un gramo, el que ocupa la mitad del volumen pesa ocho gramos, y si pesa dos gra- mos el primero, el segundo pesa dieciseis gramos. Ya ve- remos más adelante la importancia técnica de estos dos he- chos: los volúmenes y pesos relativos de ambos gases. 3."—El vas que ocupa el volumen doble se acumula en el tubo que tiene el polo negativo de la batería, y el que ocupa la mitad, siempre se dirije al tubo que tiene el polo 32 ANALES DE LA positivo. Este fenómeno en física se expresa diciendo que uno de los gases es electropositivo porque se encuen- tra en el polo negativo, y del otro se dice que es electro- hegativo porque se acumula en el polo positivo. ste es un fenómeno universal que se produce siempre que se aplica la electricidad á la composición y descomposición de los cuerpos, y la parte de la ciencia que se ocupa de este estudio se denomina «electro-química». 4* —La experiencia enseña también que así los cuer- pos de naturaleza aerea Ó gaseiforme, como los de natu- raleza líquida y sólida, en un mismo volumen, tienen di- lerente peso, pero en igualdad de las demás condiciones, el volumen y peso de cada cuerpo siempre guardan una relación constante: igual para un mismo cuerpo, distinta para cuerpos diferentes. A el gas constituyente del agua que tiene doble volu- men y que pesa ocho veces menos, se denomina en quí. mica Hidrógeno, y al que pesa más, y ocupa la mitad del volumen que el otro, se denomina Oxigeno. HibróGENO.—Comencemos por el estudio del hidróge- no. Antes que Cavendish demostrase la verdadera natu- raleza del hidrógeno, le había descubierto,como cien años antes, el médico Boile, pero le confundió con el aire at- mosférico, y como al combinarse con el oxígeno,que es el principal elemento del aire, detona con violencia, se de- nominó aire inflamable. Lleva mejor el nombre de hi- drógeno,que en griego quiere decir: engendrador de agua. En el curso de esta lección hemos visto que el hidróge- no puede obtenerse del agua, ya sea por medio de la co- rriente eléctrica, ya haciendo que el oxígeno se fije sobre las limaduras de hierro. Por otra parte sabemos también que la energía Ú fuerza desplegada por una corriente eléctrica, se puede transformar en calor, y viceversa en virtud de la ley universal de la transformación ó equiva- lencia de las fuerzas; como por ejemplo, el fuego del hor- no trausforma el agua de las calderas en vapor, éste ac- tuando sobre el pistón de la máquina produce el efecto mecánico del movimiento sobre los cepillos metálicos; y éstos frotando los dinamos producen acumalación de elec- tricidad, y esta electricidad produce á su vez luz, etc. Pues bien, si el agua se pone en condiciones de apli- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 3713 carle el calor 4 una temperatura que equivalga á la co- rriente eléctrica que la descompone en el tubo de que he- mos hablado, sucederá también que el agua en este caso se descompone ó disocia en ambos gases, y si hacemos un dispositivo para separarlos en el momento que se produ- cen, también podremos obtener el hidrógeno por este medio. Las obras de química citan esta experiencia. Generalmente el hidrógeno se obtiene por el método de sustitución, que consiste en poner agua en contacto con ¿un metal que forme con el otro gas del agua, una combi- nación más potente que con el hidrógeno, dejando ¿ este en libertad. Otra experiencia práctica, pero no económi- ca consiste en poner los metales potasio ó sodio en con- tacto con el agua, los cuales se apoderan de su oxígeno para formar el óxido de potasio 4 de sodio, dejando al hi- drógeno en libertad. En los laboratorios se obtiene el hidrógeno por un pro- cedimiento sencillo, aprovechándose de la propiedad que tiene el hierro ó el zinc de combinarse con el oxígeno del agua, pero esta reacción no se produce directamente, sino por medio de un ácido mineral, como el ácido sulfúrico 6 chorhídrico en conveniente estado de dilución. La des- composición del agua se verifica en este caso, porque ade- más de la afinidad que tiene el oxígeno del agua para con el zinc, y formar oxído de zinc, existe también la afinidad del ácido sulfúrico para el óxido de zinc formado, dando lugar á la formación de sulfato de zinc, y se expresa esta reacción diciendo que algunos metales reemplazan mejor el hidrógeno de los ácidos que el del agua, y en este caso no tenemos necesidad de acudir al hidrógeno que contie- ne el agua, sino al que contiene el ácido. El ácido sulfú- rico, los químicos lo formulan de este modo (SO,H,), mientras que el zinc lo representan como ya sabemos por (Zn). En esta reacción no hay más que suponer que el zinc reemplaza en la molécula al hidrógeno del ácido, for- mando el sulfato de zinc, y dejando el hidrógeno en liber- tad, así: S0,H,+%n=50,%n+H,. Aquí vemos claramente que el zinc ocupa en la molécu- la, el lugar que antes ocupaba el hidrógeno en el ácido sulfúrico, 3714 ANALES DE LA La obtención del hidrógeno se efectúa del siguiente modo: en un frasco de dos bocas, se pone granalla de zinc (también se pueden poner limaduras de hierro) y se vierte sobre el metal hasta un tercio 0 cuarto de su capacidad de ácido sulfúrico del comercio, diluído en tres veces su peso de agua. A unade las bocas se adapta con un buen tapón un tubo de seguridad recto que deberá llegar su abertura inferior hasta sumergirse un poco en el líqui- do, y en la otra boca del frasco se adapta un tubo encor- vado dos veces en ángulo recto que se llama tubo de con- ducción del gas. La abertura de la extremidad de este tubo que se inserta en la boca del frasco, solo debe llegar penetrando como un centímetro sobresaliendo de la parte inferior del tapón, mientras que la otra extremidad que de- berá estar un poco doblada hácia arriba,se sumerge en un baño de agua fría, de modo que el nivel del líquido esté por encima de esa extremidad. Entonces se llena de agua un tubo cilíndrico, llamado campana para recoger gases, abierto solo por una de sus extremidades, y teniendo los bordes de la otra esmerilados para taparla bienicon un vi- drio, también esmerilado, después de recogido el gas en la campana. Una vez llena de: agua, se invierte colocando la abertura sobre el tubo doblado hácia arriba, cuidando de que penetre y procurando que la boca de la campana esté sumergida en el agua del baño hidroneumático. A medida que se desprende el gas se eleva ¿ la parte supe- rior de la campana, desalojando el agua que contiene. Cuando está casi llena se sumerge el vidrio esmerilado en el agua para cerrar la boca de la campana y se sustituye por otra. Así se pueden llenar muchas campanas con gas hidrógeno. Como en las condiciones que se produce el gas contie- ne algunas impurezas, cuando se quiere obtener bien puro, entre el tubo de conducción y la extremidad por Ja que sale el gas, se colocan dos tubos en forma de U, llenos, el primero con fragmentos de piedra pómez im- pregnados con una solución de potasa, y el otro también con piedra pómez impregnados de una solución de clori- do de mercurio. Puestos en comunicación con todo el aparato, el gas antes de llegar á la campana, pasa por es- ACADEMIA DE CI£NCIAS DE LA HABANA 310 tos tubos cuyo contenido se apodera de las impurezas del gas. Al principio de verter el ácido sobre el zinc la reac- ción se verifica con mucha lentitud, pero luego se calien- ta por efecto de la reacción misma, el desprendimiento es tumultuoso y algunas veces violento; y para mitigar la reacción se vierte agua fría que diluye el ácido y por con- siguiente la reacción detiene su velocidad. PROPIEDADES DEL HIDRÓGENO.—Un gramo de O á la temperatura de 02 y á la presión ofial atmosféric: ocupa un volumen de 11 16 litros y se obtiene empleando 23 gramos de sodio ó con 39 de potasio. Es el gas más ligero que se conoce, pues pesa 14,43 veces menos que el aire, en igualdad de volumen, y esta propiedad es la que se utiliza para llenar los e1obos. No tiene color ni olor, y ese es el motivo de bed tardado tanto en des- cubrirlo Sus propiedades más características son: su li- gereza y su inflamabilidad, pues se verifica una explosión cuando se aplica una cerilla encendida en un frasco que le contenga. Aunque es combustible no sirve para man- tener la combustibilidad, porque si esa misma cerilla que produce la detonación al aplicarla al orificio de salida, se sumerge en el frasco que contiene el gas, se apaga. Un hitro de hidrógeno pesa 00895 gramos y como es el gas más ligero de todos los conocidos, se ha tomado el peso de su volumen como la unidad á le cual se refiere el peso de los demás gases. Es el cuerpo mejor conductor del calor y de la electricidad, y se disuelve muy poco en el agua y en el alcohol, porque en cien partes de líquido 5dlÓS se disuelven dos de gas. En armonía con su ligereza específica, es el gas tcuyas moléculas tienen mayor velocidad, y por eso se denomina el gas más difasible. Se difunde á través de los vasos porosos y también á través de las paredes de los vasos de oro, plata, platino, hierro y otros metales. La expli- cación de que se difunda con más velocidad que los otros gases es porque este fenómeno se halla en relación direc ta de la raíz cuadrada de las densidades de todos los ga- ses. A presiones mayores que la atmosférica todos los gases presentan mayor grado de compresibilidad y coeli- ciente de expansión de la que corresponde á la ley de 376 ANALES DE LA Mariotte y Gay Lusac (1), mientras el hidrógeno es me- nos compresible de lo que corresponde á esta ley. Aun- que se aplica también á los vapores, esta solo se realiza cuando se hallan muy separados del grado de condensa- ción. El hidrógeno, como todos los demás gases, se liquida y solidifica cuando en los experimentos se combinan muy ba- jas temperaturas y enormes presiones. Tiene la propie- dad curiosa de fijarse en algunos metales, sobre todo en los de la familia del platino, principalmente en el paladio, que á la temperatura ordinaria absorbe 376 veces su vo- lumen, 4 la de 90%, encierra 643 y á la 245, 4 526. Un alambre de este metal puede fijar 936 veces su volumen de hidrógeno. Este hecho io relacionan los químicos con el fenómeno de las aleaciones de unos metales con otros. El hidrógeno no es un gas deletéreo, pero no sirve pa- ra la respiración, porque no puede como el oxígeno con- vertir la sangre venosa en arterial. La llama que produ- ce durante su combustión, es poco luminosa, pero desarro- lla un calor extraordinario (3,000 unidades). Esta llama se hace muy luminosa cuando el hidrógeno se mezcla con un gas hidrocarbonado, como la bencina, y también intro- duciendo en la llama un cuerpo que se ponga candente, como el platino. Son bastantes las aplicaciones del hidrógeno. Se em- plea en las experiencias llamadas prístolete de Volta, en la lámpara filosófica de Gray-Lussac, €. Se emplea en el la- boratorio para desalojar el aire atmosférico de los apara- tos. Mezclado con el oxígeno, en la proporción de dos volímenes de hidrógeno por uno de oxígeno, se emplea en el soplete de Newman, cuya temperatura es tan eleva- da que pueden fundirse en su llama cuerpos tan refracta- (1) Por la importancia que encierra esta ley en las propiedades de los gases, conviene explicar aquí lo que se entiende por ley de Mariotte, la que se define así: “Para un volumen dado de un gas y á temperatura constante, el volumen disminuye tanto como aumenta la presión. Esto es; la ley, requiere que el producto del volumen V, por la presión para ca- da gas, sea una cantidad constante, Vp=0. Constante que no varía con un cambio de presión”. En realidad la ley es solo aproximada cuando existen pequeñas va- riaciones de presión, densidad y volumen. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA dl rios como el cuarzo. Cuando el gas se obtiene por medio de la descomposición del agua y por medio de la dis- eléctrica, las propiedades de ese hidrógeno son algo pila tintas de las del hidrógeno ordinario. A esta modifica- ción del elemento se denomina /2drógeno alotrópico. Gastricación. —Se denomina gasificación 4 la opera- ción que tiene por objeto hacer desprender un cuer- po al estado libre en forma gaseosa, ya porque el o: adquiera su tensión propia, ya porque se halle disnelto en cualquier líquido, ó bien porque existe combinado en cualquiera de los tres estados de la materia, y deseamos obtenerlo al estado de gas libre. Regularmente se efectúa esta operación por medio del calor 6 de la electricidad, pero es muy frecuente que las mismas reacciones químicas produzcan el despre ndimien to de gases, sin necesidad de aplicar energías extrañas al sistema. — Los aparatos usados en los laboratorios para re- coger los gases, son bien sencillos, y el más simple con- siste en un matraz de vidrio con tapa, en el que se inser- ta un tubo de conducción cuya otra extremidad se intro- duce en un baño ó cubeta de agua fría. A esta extremi- dad se adapta una campana invertida y llena también de agua, y con objeto de obtener el gas con comodidad, los bordes de esta campana ó cilindro se estriban sobre una pieza metálica con abertura suficiente para dejar pasar la extremidad del tubo de conducción, por encima de la cual se pone la boca de la campana que ha de recoger el gas. A esta pieza de metal, que también puede ser de madera ó caucho se denomina puente. Muchas veces no se puede emplear el agua para el ba- ño, porque el gas se disuelve en este líquido, y con fre- cuencia se usa el mercurio. En el primer caso se deno- mina baño ó cuba hidroneumática, y cuando es el mercu- rio se llama hidrargironeumática. La materia de que se ha de obtener el gas se vierte en el matraz, se aplica el calor y entonces la tensión del gas al desprenderse es mayor que la fuerza que la mantiene unido al cuerpo que se vertió en el matraz, y pasa á la campana venciendo la resistencia de la presión del agua del baño y de la que contiene la campana invertida, des- alojando el líquido, y ocupando el gas su lugar. € aando TOMG XLVII.—49. 318 ANALES DE LA la campana está casl llena de gas se adapta d su boca es- merilada el vidrio que le sirve de tapa y que se llama cb- turador. Otras veces se necesita producir una reacción química para que el gas se desprenda, y en este caso, si es á la temperatura ordinaria, se emplea un frasco de dos bocas en el que se pone la sustancia. A una de las bo- cas se adapta un tubo que termina en embudo en la parte superior, y la inferior se prolonga casi hasta el fon- do del frasco para que su extremidad se sumerja en la sustancia que contiene el gas. Este tubo se llama tubo de seguridad, y por el embudo se vierte el líquido que ha de producir la reacción. A la otra boca se ajusta el tubo de conducción y se procede como en el caso anterior. En ocasiones, en lugar del frasco de dos bocas se usa una matraz provisto de un tapón con dos agujeros; uno para introducir el tubo de seguridad y el otro para el de conducción; pero en este caso, dicho tubo de seguridad se halla encorbado en forma de $, prolongándose las ter- minaciones en sentido inverso, teniendo forma de embu- do la extremidad superior, mientras que el cuerpo que for- ma la S tiene una expansión para que en ella perma- nezca una cantidad de líquido suficiente para resistir la tensión del gas y establecer el equilibrio con la presión atmosférica. ln este caso no se necesita que la extremi- dad inferior del tubo de seguridad se introduzca hasta su- mergirse en el líquido contenido en el matraz, sino que basta que se introduzca un centímetro. ¿n la mayor parte de las veces el gas que se desprende arrastra impurezas y también vapor de agua que es me- nester eliminar del gas desprendido, y entonces el apara- to de que nos ocupamos presenta modificaciones en armo- nía con las necesidades de la operación. En el primer caso, en lugar de pasar el gas directamente del tubo de conducción á la campana, pasa antes d un frasco de tres bocas, llamado frasco lavador donde se pone agua desti- lada. El tubo de conducción atraviesa el tapón de una de las bocas del frasco y se sumerge casi hasta el fondo para que el gas atraviese el agua de lavado, en otra boca se inserta el tubo que ha de cónducir el gas á la cuba hi- droneumática, y en la tercera se ajusta un tubo recto cu- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HARANA 319 ya parte inferior se sumerge un poco en el agua de lava. do, y por la parte superior y exterior se eleva como 14 pulgadas abierto á la presión atmosférica. Si además de lavar el gas sé necesita desecarle, entonces después del frasco lavador se coloca un cilindo de vidrio ó porcelana que contenga cloruro: de calcio, ó ¿cido sulfúrico concen- trado, Ó fosfórico anhidro, ó una sustancia capaz de dese- sar el gas, siempre que no ejerza acción sobre él. Por lo regular. el cilindro tiene dos boc: 1s, una lateral y cerca del fondo por donde entra el gas, y otra en la parte superior en comunicación con el tubo de conducción que lleva el gas 4 la campana. Otras veces el gas desprendido no hay necesidad de re- cogerlo 4 parte sino disolverlo en el agua ú otro disol- vente apropiado, y en este caso se dispone una serie de cuatro frascos de tres bocas dispuestos del mismo modo que hemos dicho para el frasco lavador colocados unos 4 continuación de otros. : Esta disposición completa se denomina aparato de Woolf, cuya teoría y descipción explicaremos más ade- lante. Lección VII. Oxigeno. —Propiedades.—Su importancia en la naturale- 24. — Obtención del oxiyeno.—Fenómenos de combustión. — Oxidación. — Clasificación y nomenclatura de los dt dos. El oxígeno es el cuerpo más abundante que existe en la tierra. Constituye las ocho novenas partes del agua, que cubre los dos tercios de la superficie del planeta; la cuarta parte del aire atmosférico; y casi todas las rocas de la corteza terrestre se componen de oxígeno en combina- ción con otros metales. Las plantas contienen un cuarenta por ciento de su peso en oxígeno y los animales un 20%. Es como si dijéramos el soplo de la vida y el cuerpo que mantiene su existencia. Las plantas de noche y los animales siempre absorben el oxígeno del aire ó del que se halla disuelto en el agua para los animales acuáticos; penetra por las membranas 380 ANAL£S DE LA y] del aparato respiratorio y pasa á la sangre donde es a)- sorbido por los glóbulos rojos, y así es regado por todas las partes del cuerpo. Según se hallan constituidos los organismos, el oxígeno es demasiado activo para sostener la vida, y en la naturaleza se halla mezclado con otro cuerpo que también contiene el aire, y que se llama nitró- geno, el cual mitiga bastante su ectividad. La combustión de las sustancias orgánicas 0 sean los cuerpos que O en las plantas, los animales y sus productos, se verifica lo mismo que cuando se queman sustancias minerales é inorgánicas, como el azufre, el fós- foro, el hierro, .4., en el aire. La mayor parte de las transformaciones que vemos en los cuerpos, son debidas á la acción del oxígeno del aire, que se une ad ellos para formar parte de su constitución; así es que de oxigeno al estado libre pasa á oxígeno combinado, de modo que desaparecería muy pronto de la atmósfera, sino fuera por- que el reino vegetal se encarga de descomponer el cuer- po que le mantiene combinado (ácido carbónico) y le de- vuelve á la atmósfera en estado libre otra vez. Según los cálculos de Mendeleff, el peso total de la at- mósfera sobre la superficie de la tierra es de unos 5,100 millones de millones de kilógramos= (51 X 10%) de o. ladas y por consiguiente existen más de 2X 10% toneladas de oxígeno libre en la atmósfera. El descubrimiento del oxígeno que como hemos ya dicho ha sido el más impor- tante de la química, fué más fácil d los investigadores, desde el momento que introdujeron la balanza en el estu- dio de las reacciones, y así se ven que comparten la glo- ria de su descubrimiento Bayen y Lavoisier en Franci 1a, Priestley en Inglaterra y Scheele en Suecia; todos en el año 1774. Las combinaciones que forma el oxígeno con otros cuerpos, por lo general son bastante estables, así es que se necesitan ciertas condiciones para obtenerle al estado libre. Uno de los medios más fáciles para obtenerle aun- que no al estado puro, consiste en extracrle directamente de la atmósfera, separándolo del nitrógeno con el que está mezclado, por intermedio de una bolsa de caucho en co municación con una bomba de mercurio. Al funcionar la bomba absorbe el aire atmosférico y pasa de fuera ú ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 381 dentro; pero como se compone de la mezcla de dos gases ya citados, el oxígeno pasa con mayor facilidad que el ni- trógeno, no por virtud de su densidad, sino porque el oxí- geno es más disfusible que el nitrógeno. Por este medio lo que sucede en realidad es enriquecerse el aire que pa- , sa COn OXÍgeno. El aire contiene como la quinta parte de su peso de oxígeno, mientras que el pasado « la membrana contiene un 429. ObTENCcIÓN DEL OXÍGENO. —De las propiedades que posée el oxígeno para combinarse con otros cuerpos en distin- tas proporciones, y de la facilidad para separarle en parte ó en totalidad de sus combinaciones, se deducen los mé- todos de obtención. Así, el oxígeno tiene la propiedad de combinarse con el metal llamado bario en dos propor- ciones: una de 16 gramos del gas con 137 del metal, y otra de 32 gramos del gas con la misma cantidad del me- tal, y como estas combinaciones se obtienen á distintas temperaturas, y como además la temperatura más á pro- pósito para obtener un cuerpo, es del orden de la que sir- ve para descomponertle; la industria se aprovecha de estas propiedades para obtener el oxígeno en grande escala. Así, por ejemplo, por un procedimiento obtiene la com. binación de 16 por 137 que se llama óxido de bario y que se expresa así BaO. Si este cuerpo se pone en un tubo de porcelana, se le somete al calor rojo y en este estado se le hace pasar una corriente de aire seco, entonces el BaO se combina con otras 16 partes de oxígeno del aire y forma el cuerpo que se llama peróxido ó dióxido de ba- rio Ba0,=32X137. Una vez obtenido este cuerpo se eleva la temperatura del tubo de porcelana, suspendiendo la corriente de aire, y entonces las 16 partes que tomó el óxido de bario para formar el: dióxido, se desprenden al estado libre y queda el óxido en disposición otra vez de descender á la temperatura del rojo y volver 4 tomar otras 16 partes de oxígeno para continuar la operación, Se comprende que por este medio se puede obtener el oxígeno con mucha economía, porque una vez instalados los aparatos con el óxido de bario que sirve indefinida- mente, no se necesita más que aplicar esas diferentes tem- 382 ANALES DE LA peraturas y hacer pasar la corriente de aire seco por el tubo de porcelana que contiene la barita. “ste procedimiento con ligeras variantes también se aplica á otros metales como el mercurio, la plata, el oro y el platino, los cuales cuando se oxidan conservan el oxíge- no 4 la temperatura ordinaria, y 4 una elevada, le des- prenden en parte ó en totalidad. Ya disimos, en la lec- - ción anterior, como se obtuvo por primera vez el oxígeno por medio del óxido de mercurio. En los laboratorios se obtiene por medio de la manga- nesa, ó sea de la pirolusita de los mineralogistas llamado - peróxido de manganeso, aunque la preposición per solo debe anteponerso. 4 los óxidos que desprenden agua Oxi- genada d peróxido de hidrógeno, reservándose la deno- minación de dióxido á los que nola producen, pero que tienen la propiedad de desprender cloro con el ácido clorhídrico. Aunque por la acción del calor los óxidos de manganeso y de otros metales desprenden el oxígeno, se emplea sin embargo la acción del ácido sulfúrico para hacer la operación más fácil y obtener más cantidad del gas. Así, por la acción del calor, 261 gramos de manga- nesa dan 32 del gas ó sea la tercera. parte del oxígeno que contiene, según la siguiente fórmula: 3 MnO,—Mn, O,+0, mientras que si se emplea el ¿cido sulfúrico se obtiene la mitad del oxígeno de la manganesa, según la* fórmula Mn0,+5S0,H,=Mn SO, + H,O+0. Manganeso+ Acido sulfúrico=5Sulfato de manganeso+ Agua+oxÍgeno. Esto es, de 87 gramos de manganesa se obtienen por este medio 16 gramos de oxígeno. Métodos prácticos de obtención: 1.—Por el clorato potásico, sal muy conocida y barata; así es que se puede decir que es el método más común en los laboratorios, porque se obtiene el oxígeno prácticamen- te puro. La oper ación se puede hacer en una retorta de barro, de vidrio ó de hierro, y ésta se divide en dos par- tes por la mitad de su capacidad, y unida durante la ope- ración con argamasa de hierro ó del cal, para que sirva como válvula de seguridad y evitar el peligro que en ca- so de explosión se pudiera ocasiOnar. ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 383 El clorato de potasio se mezcla bien con una parte igual de peróxido de manganeso ó de óxido férrico, que en esta operación solo tienen por objeto facilitar el des- prendimiento del gas, procurando que el volumen total de la mezcla solo ocupe como la tercera parte de la capa- cidad de la retorta. A la retorta se adapta un tubo de desprendimiento del gas, y se recoge en una campana por intermedio del baño hidroneumático, ó bien en el gasó- metro, si la operación se hace un poco más en grande. La retorta se coloca sobre un hornillo de gas ó de cual- quier otro combustible, se cierran bien las juntas, comen- zando á aplicar el calor al principio con suavidad para hacer desprender el aire y la humedad del aparato, dejan- do escapar á la atmósfera las primeras porciones del gas que se desprende, y luego se eleva la temperatura gra- dualmente. Á un calor no muy elevado, el clorato potá- sico se funde y abandona solo parte de su oxígeno, y has- ta cesa del todo si la temperatura no se eleva más. Cuan- do sucede este fenómeno se va elevando el calor hasta lle- gar al rojo y entonces la descomposición de la sal es com- pleta, desprendiendo todo el oxígeno que contiene. La fórmula que expresa esa reacción, es la siguiente: 2 K C10,=2K Cl+3 0, clorato=clorido + oxígeno potásico= potásico lo que quiere decir que con 245 gramos de clorato poti- sico podemos obtener 96 gramos de oxígeno ó sea un 39% del peso del clorato. Cuando cesa el desprendimiento de gas porque la sal se ha fundido, es que al principio se forma una sal que se llama perclorato, quedando todavía oxígeno y 4d mayor temperatura es cuando se descompone este perclorato y se desprende todo el oxígeno. Este procedimiento es el ímico que debe emplearse en los laboratorios de farmacia cuando el oxígeno se usa en medicina. 2.2—Se obtiene también el oxígeno por medio del bi- cromato potásico y el ácido sulfíirico, mezclando en una retorta de vidrio 3 partes de bieromato y cuatro de ácido sulfírico, recogiendo el gas como se ha dicho, para los otros procedimientos. 3.“—-Por la acción del ácido sulfúrico diluído sobre el 334 ANALES DE LA permanganato potásico. La operación consiste en calen- tarsnavemente una mezcla de permanganato potásico con un exceso de ácido sulfúrico diluido en un frasco provisto de un tubo de seguridad y otro de desprendimiento. Solo se necesita la temperatura de unos cincuenta grados y el gas se desprende de un modo contínuo, siendo también muy fácil regular el desprendimiento. La cantidad de cxígeno producida se puede representar por la siguiente ecuación: 2K MnO, + SO,H, = K,S0, + 2Mn0, + HO 30 permangana- ácido sul- sulfato bióxido agua. OxÍge- to potásico. fúrico. potásico. de manganeso. no. Lo que quiere decir que 312 gramos de permanganato dan 48 de oxígeno. Para un experimento de esta clase se toman 10 gramos del permanganato, se tratan con cincuenta gramos de áci- do sulfúrico diluído en cuatro volúmenes de agua, y se obtiene un poco más de un litro de oxígeno. ProprreDADES Físicas. —Es un gas permanente y trans; parente, sin color ni olor y no se puede liquidar sino á una presión de 50 at tmósleras y duna temperatura de —120 grados. Pictet líquido el oxígeno d una temperatu- ra de —140 erados y 4 una presión de 100 atmósferas. Un e.c. de oxígeno 4 0 erado y ú la presión normal pe- sa 0,0014298 eramos y un litro en las mismas condiciones pesa 1,4298 gramos, así que es un poco más pesado que el aire. Su “densidad respecto del aire es de 1,1056 y respecto al hidrógeno 16, 4 más exactamente 15, 85. Es muy poco soluble en el agua. PROPIEDADES QUÍMICAS ll oxígeno es el comburente por excelencia. Todos Tos cuerpos que se queman en el aire, lo hacen con más intensidad en el oxígeno puro. El azufre, el carbono y el fósforo se queman en este gas con una llama muy viva. Cuando el agua se descompone por medio de la pila eléctrica, el oxígeno que se desprende tiene el mismo olor que se advierte cuando se pone en actividad una má- quina eléctrica, y el oxígeno así modificado se denomina 020N0, OXIJEno electrizado y oxiyeno alotrópico. Este OxÍ- geno así modificado ha sido objeto de una serie de estu- dios, con la circunstancia que cualquiera que sea el pro- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 385 cedimiento seguido en su obtención, siempre es una can- tidad muy pequeña en relación con el oxígeno de que se forma. Una de sus condiciones es que cuando “el ozono se forma del oxígeno, absorbe calor; y según Berthelot, cuando se quema una sustancia en el calorímetro que con- tiene ozono, se desenvuelven más calorías que con el oxí- geno normal, llegando á 29,600 unidades de calor cuando el ozono se halla en la proporción de 48%. Existen muchos aparatos ozonizadores para preparar esta modificación con el oxígeno ó con el aire mismo, por me- dio de la electricidad, como el de Siemens,el que consiste en una serie de conductores de metal, ó en una solución. de ácido sulfúrico en ácido crómico, separados en láminas delgadas de cristal, colocadas d cortas distancias entre sí, por donde pasa el oxígeno. que se somete á la acción de la descarga eléctrica llamada silenciosa. En la actualidad se emplea mucho el oxígeno electriza- do en la desinfección bactericida de las aguas potables y en multitud de industrias químicas dónde se necesita la acción enérgica del oxígeno. En la teoría actual de la radioactividad de los cuerpos, se clasifica ese estado alo- trópico como emanaciones en las que toman parte las mis- mas partículas eléctricas. Desde el año 1840 que Van-Marum descubrió el ozono, es un problema químico que aun no se halla resuelto de- finitivamente. FENÓMENOS DE COMBUSTIÓN. —Necesariamente la acción del oxígeno sobre los demás elementos de la naturaleza, debe ser importantísima, porque es el que más abunda, y el que constituye parte integrante de los cuerpos que existen sobre la superficie de la tierra. Y como los quí- mieos para separar los elementos que se hallan unidos al oxígeno, necesitan desarrollar fuerza ó energía, es eviden- te, que el oxígeno ha de tener avidez para unirse á los elementos de que los químicos ó la naturaleza misma los separó. Solo existen unas cuantas sustancias que se combinan directamente con el oxígeno á la temperatura ordinaria, en tanto que muchas lo hacen á la temperatura del rojo, pero una vez que se hallan en ese estado, se verifica una reacción química poderosa con evolución de grandes can- Tomo xLy111.—D0. 386 ANALES DE LA tidades de calor. Cuando una reacción se verifica rápl- damente, si va acompañada de desprendimiento de calor con incandescencia se denomina COMBUSTIÓN. Así esta com- bustión se verifica cuando muchos metales se sumergen en una atmósfera de cloro, 6 cuando el óxido de S00de 9 el de bario se introducen en el ¿cido anhídrico carbónico. Pero en general se llama combustión cuando las sustan- cias se combinan con el oxigeno produciéndose luz y calor. Para que se inicie la combustión, por lo regular, es nece- sario que la materia combusti! e se encuentre en estado incandescente, pero una vez que la parte incandescente se combina con el oxígeno, la combustión se propaga sin interrupción por toda Ta masa hasta que se consuma todo el oxígeno ó la misma materia combustible. La combustión en el oxígeno puro se verifica con mu- cha más energía que en el aire, porque en la atmósfera la energía es mitigada por la presencia del otro gas que se encuentra en el aire en bastante mayor cantidad, y que en condiciones ordinarias es inerte. Multitud de ejemplos pueden aducirse, verbigracia, cuando un trozo de azu- fre se quema en el aire que da una llama más débil, mientras que si se sumerge en un frasco que contenga oxígeno, la llama es muy viva. Y lo mismo que con los elementos sucede con los cuerpos compuestos, como con la naftalina, que si se quema en el aire da una llama que desprende humo, mientras que en una atmósfera de Oxí- geno puro, arde con una llama brillante. De todos los fenómenos de combustión el más impor- tante es el de la LLama. El azufre, el fósforo, d el hidró- geno cuando se queman en el oxígeno, efectivamente pro- an llama, pero no sucede así O el hierro ó el carbón se ponen en incandescencia. El fenómeno es el mismo en uno y otro caso, y la diferencia consiste en que los cuerpos que producen llamas desprenden gases Ó va pores á la temperatura que se verifica la combustión. Se define pues la llama, diciendo que es “la combustión de un cuerpo en estado de gas cuya temperatura es por lo menos la del rojo blanco”. También se define como un compuesto de “gases Ó vapores incandescentes produci- dos por la combustión.” Para que una llama sea bien lu- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 387 minosa es necesario que se forme ó se separe dentro de ella un cuerpo sólido en estado incandescente. OXIDACIÓN. —CLASIFICACIÓN Y NOMENCLATURA DE LOS ÓX(- pos. —La oxidación puede considerarse como una especie de combustión, ó mejor dicho, se puede considerar ésta como un caso particular de la oxidación. Un caso y otro explican el mismo fenómeno químico, con la diferencia que por combustión se entiende una oxidación rápida con desprendimiento de luz y calor, mientras que la oxidación es una combinación lenta siu producción de luz y con me- nos calor, ó 4 lo menos no manifestándose con tanta in- tensidad, Por ejemplo: la respiración de los animales que consiste en consumir oxígeno, es un fenómeno de oxi- dación 4 combustión lenta. Hay ocasiones en que la oxidación no manifiesta calor aparente y esto consiste en que la reacción no demanda tanta energía, y porque el calor resultante se trasmite á los cuerpos que se hallan en contacto con los que entran en combinación. Eu resumidas cuentas, la “oxidación es la combustión de los cuerpos con el oxígeno”. Habíamos dicho que la combustión se detenía cuando se consume todo el oxígeno que rodea al cuerpo combu- rente, 6 cuando se consume el cuerpo en la operación, lo que quiere decir que cada “cantidad de comburente ne- cesita una cantidad determinada de combustible” y esto se expresa diciendo que los cuerpos se combinan en PRo- PORCIONES DEFINIDAS Ó DETERMINADAS. Es un caso muy general que las sustancias formadas en la combinación con el oxígeno tengan propiedades ácidas (vinagre, ácido sulfúrico, ácido nítrico, «.,) y de aquí que se denomina oxígeno d este cuerpo, es decir “engendra- dor de ácidos”. Los fenómenos que se verifican en la na- tualeza de la vida de los animales y plantas son fenóme- nos de combustión lenta, que en el último resultado se couvierten en la producción de agua y dióxido de carbo- no. Pero en el intermedio, es decir, desde que comienza el fenómeno, cuando penetra el oxígeno en los órganos de la respiración, hasta que se despre onde en dióxido de car- bono, bien por los mismos órganos ó bien por el organis- mo en su totalidad, se hallan comprendidos los fenómenos de la vida y de la muerte, 388 ANALES DE LA Y ahora veremos la razón por qué las raíces de las plan- tas mientras estén enterradas necesitan que les penetre oxígeno por alguna parte, y ese es el oficio del arado en la tierra: prepararlas para abrir muchos canales en el te- rreno con objeto de que penetre el aire para que se verl- quen los fenómenos de combustión lenta. No todos los cuerpos se combinan directamente con el oxigeno, así es que el fenómeno no se verifica al con- tacto directo del gas con el cuerpo sobre que actúa. Mu- chos metales como el oro, los de la familia del platino, el cloro y el yodo se hallan en ese caso, y para la reacción se recurre al método indirecto, que consiste, primero en combinar el metal con otro cuerpo para el que tenga afi- nidad, después se hace actuar este compuesto sobre otro que tenga oxígeno y que se halle en disposición de des- prenderse de la combinación y unirse con el cuerpo que se halle combinado con el metal. Este es un fenómeno llamado * doble descomposición” y también recibe el nom- bre de “sustitución” Estos cambios de combinación se verifican en virtud de las leyes de afinidad de las que hablamos en la lección 1V, y cuando el desprendimient» se verifica simultáneamente con el otro cuerpo 4 quien sustituye el metal, se dice que el oxígeno actúa en “estado naciente”. Todos los elementos químicos en estado naciente son mucho más ac- tivos que cuando se hallan libres. Los cuerpos que ceden su oxígeno con facilidad á otros cuerpos, ya en parte ó ya en totalidad, se llaman “cuer- pos oxidantes” y como ejemplos típicos podemos citar el ácido nítrico y su mezcla con el clorihídrico, que se lla- ma “agua régia”, también el ácido crómico, etc. Ya sabemos en lo que consiste el fenómeno de oxida- ción y ahora vamos 4 ocuparnos de los elementos que se combinan con el oxígeno formando los compuestos lla- mados “óxidos”. Así es, que en términos generales se denominan óxidos á los compuestos definidos de los ele- mentos con el oxígeno; esto es, d los que en la combina- ción se encuentran en proporciones determinadas, Para comprender todos los fenómenos de química siem- pre hemos de tener presente que cada elemento Ó cuerpo simple, se combina en pna cantidad fija, (6 en múltiple ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 389 de ella) con otro ú otros cuerpos. Estas cantidados se refieren á una que se toma como unidad. Hoy general- mente se toma como unidad el hidrógeno, pero otras ve- ces se ha tomado el número 16 y también el ciento; esto es, tomando como proporción del cuerpo, la cantidad que se combina con 16 4 con 100 partes de oxígeno, porque en estos casos la proporcionalidad de los cuerpos que se combinan siempre es la misma. Para evitar confusiones de interpretación en esta lec- ción, diremos que muchos cuerpos se combinan en canti- dades diferentes de oxígeno, pero siempre en la propot- ción de 16 partes ó un múltiplo de 16. Por ejemplo, he- mos visto que el agua se compone en la proporción de dos gramos de hidrógeno y dieciseis de oxígeno, pero el agua se combina con nueva cantidad de oxígeno para for- mar el agua oxígenada y para verificar la combinación es absolutamente necesario que se una en la proporción de otros dieciseis gramos. Existen otras combinaciones de oxÍgeno con el azu- fre y como las proporciones definidas del azufre en rela- ción cou el hidrógeno es 32, tenemos el óxido de azufre llamado “anhídrido sulfuroso” que se compone de 32 gra- mos de azufre con otros 32 gramos de oxígeno (2X16), y tenemos otro óxido de azufre que se compone de 32 gramos de azufre y 48 de oxígeno=16X3; combinacio- Eulis las podemos representar por las siguientes fór- mulas: H,O 4,0; SO, SO, 2.416 2. +416x2 32. 4+16X2 32. + 16X3 agua agua oxigenada anhídrido sulfuroso anhídrido sulfúrico. Estos ejemplos se reproducen en toda la química. Existen óxidos que no son capaces de combinarse con otros óxidos, Ó en caso de quese combinen, forman compuestos muy inestables, con desprendimiento de muy poco calor; y en este caso se denominan óxidos indiferentes. Entre éstos se hallan los peróxidos 4 sean los compuestos oxidados que tienen el máximum de oxígeno, porque es otro principio fundamental de la 390 ANALES DE LA química que en “las combinaciones proporcionales existe un límite del cual no se puede pasar” En el caso de los óxidos solo se puede llegar á la pro- porción del peso de un átomo del elemento con cuatro átomos de oxígeno; como sucede también con el carbono en que un peso proporcional de este elemento solo puede llegar 4 combinarse con cuatro pesos proporcionales de hidrógeno. Así el rutenio, un metal de la familia del platino, cu- yo peso proporcional es 103, á lo más que llega es 4 com- binarse con cuatro pesos proporcionales de oxígeno 16X4. Ru O, CE, 103. + 16X4 12. +16X4 Peróxido de rutenio Carburo de hidrógeno saturado. Existen otros óxidos que tienen la propiedad de com- binarse entre sí, y se llaman “óxidos salinos”. Estos Óxi- dos salinos á su vez se clasifican en dos grupos. Los miembros de un grupo no pueden combinarse entre sí, pero se combinan con los del otro grupo, y á esta clase de combinaciones se llaman “sales”. Uno de los grupos están constituidos por la combina- ción de los metales con el oxígeno, mientras que el otro erupo lo forman los elementos que “no son metales” y que se combinan con el oxígeno. Esta división entre los dos grupos no es tan absoluta, puesto que tampoco lo es la división entre los elementos metales y no metales, pero estas diferencias se comprenderán mejor cuando avance- mos más en nuestro estudio. Representantes del primer grupo los son por ejemplo: los óxidos de los metales sodio, manganesio, calcio, etc., mientras que representantes del otro grupo son las com- binaciones que forma el oxígeno con los cuerpos que no son metales (4 éstos se les denomina también “metaloi- des”), como el carbono, asufre, fósforo, etc. Poniendo en contacto por ejemplo el óxido de calcio con uno del otro grupo, como es el óxido de fósforo, se combinan rápidamente con desprendimiento de mucho calor, y lo mismo sucede si se hace pasar por el óxido de calcio á la temperatura del rojo una corriente del óxido de azufre llamado “anhídrido sulfúrico”, dando lugar a la ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 391 formación de una sal llamada “sulfato de calcio”. Repre- sentado el óxido de calcio por la fórmula Cao0 40-16 y el anhídrido por S O, se forma el sulfato de cal- 32.+16X3 cio, que se expresa así: C:a:50, == MOL) 40-32. +16 X4 A los óxidos de los metales que se combinan con los óxidos del otro grupo se denominan “óxidos básicos”; mientras que úd los óxidos de los cuerpos no metales 0 sean los metaloides, se les denomina “óxidos ácidos” d sean los “anhídridos de los ácidos”. Ejemplos típicos de los primeros son el óxido de sodio Na,0, el de magnesio Mg O y el de calcio Ca O; y de los segundos el anhídrido sulfúrico S O,, el anhídrido carbó- nico € 0, y el anhídrido fosfórico P,O,. Cuando un metal sólo forma con el oxígeno un óxido básico se denomina “óxido” del metal, como por ejemplo, el óxido de sodio, el de magnesio y el de calcio. A al- gunos “óxidos indiferentes” se les denomina también sim- plemente “óxidos”, siempre que no posean las propieda- des de los “peróxidos” ni las de los anhídridos ácidos. Cuando un elemento forma con el oxígeno dos óxidos que tengan propiedades básicas Ó indiferentes, pero sin llegar 4 ser peróxidos; al que tiene menos oxígeno se de- nomina subóxido. Por ejemplo: si el cobre se somete al calor rojo en contacto con el aire, aumenta de peso, de modo que cada 63 gramos de cobre toman ocho gramos de oxígeno; pero si se continúa calentando más é inyectando más aire, entonces cada 63 gramos toman 16 de oxígeno En el primer caso, el compuesto es rojo y se llama “subd- xido” de cobre, y en el segundo se denomina “óxido” de cobre, al que también se llama “óxido negro de cobre”. Detengamos un momento la clasificación de los óxidos para reiterar en este lugar el concepto de las proporcio- nes definidas. El número proporcional del cobre es 63 (1) En estos primeros ejemplos escribimos los números de los pesos proporcionales para familiarizar al estudiante con las ecuaciones quí- micas. 392 ANALES DE LA si el del hidrógeno es 1 y el oxígeno 16; pero vemos que en el subóxido de cobre se hallan combinados con ocho gramos de Oxígeno, y como esos números proporcionales representan también el peso de los átomos de los elemen- mentos, parecía que en este caso un «¿tomo de cobre se combina con medio átomo de oxígeno. Pero según el concepto general de la química, la menor cantidad de un cuerpo que se puede combinar con otro es un átomo y por lo tanto se salva la dificultad aumentando al doble la cantidad de ambos para que resulte la misma proporción y así lo mismo es decir 63 y 8 que 126 y 16. Y en lugar de expresar que un átomo de cobre se combina con me- dio átomo de oxígeno, decimos que dos ¿tomos de co- bre 63X2, se combinan con un átomo de oxígeno 16 que se formula así: Cu, O, y se denomina subóxido de cobre. La otra combinación es de un átomo de cobre 63 y otro de oxígeno 16 y se formula así: Cu O. Otras veces para distinguir los grados de oxidación de un mismo elemento, al que tiene menos oxígeno, se le de- nomina terminando el nombre específico del metal con la partícula “oso”, y al que tiene más con la partícula “ico Por ejemplo: al subóxido de cobre se llama “óxido cu- proso” CuyzO, y al óxido de cobre Cu O, con la denomi- nación de “óxido cúprico” Y lo mismo sucede con los óxidos de hierro. El sub- óxido que se formula así: Fe (y), y el óxido de hierro cuya 56+16 fórmula es Fe, O, 56xX2416X3. Al primero se denomina “óxido ferroso” y al segundo que tiene más oxígeno se denomina “óxido on WE la misma regla se aplica á los anhídridos ó radicales ¿ci- dos. A los que tienen menos oxígeno se les dá la termi- nación “oso” y ¿4 los que tienen más “ico”, como por ejemplo anhídrido sulfuroso y anhídrido sulfúrico que se formulan así: SO y 502 32 + 16X2; 32+16X3. Estas denominaciones son cómodas pero no siempre pueden emplearse. Cuando con un elemento se forman DA AÍDA us ri rn a ri lr AD tt ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 393 varios óxidos, se usan los prefijos “mono”, “di”, “tri”, “tetra”, etc., como por ejemplo: monóxido de cloro, dióxido de cloro, trióxido de cloro, tetraóxido de cloro ERE Cl O,, CLO.. Cl O, 35.516, 85.54+-16X2, 35.5+16X3, 35.51-16X4. Diremos para concluir esta lección que existen aleunos elementos que forman las tres clases de óxidos, esto es: “óxidos indiferentes”, “óxidos básicos” y “óxidos ácidos” como sucede con el manganeso que forma el “óxido man- ganoso”, el óxido mangánico”, el “peróxido de mangane- so”, el “óxido rojo de manganeso” y el “anhídrido man- gánico”; por más que algunos de estos cuerpos no se ha- llan al estado libre. No todos los metales dan lugar á la formación de tantos óxidos. porque la mayor parte solo forman uno ó dos óxi- dos. Pero lo que debemos tener presente es, que los óxidos básicos de cada cuerpo tienen menos oxígeno que los per- óxidos, y éstos menos oxígeno que los anhídridos ácidos. Así es, que podemos hacer el resumen de la clasificación de los óxidos de este modo: 12—“0O xidos básicos”, que comprenden los subóxidos y los óxidos. 22—“Peroxidos”, ó sean los óxidos indiferentes. 32—““Anhídridos”, ácidos. romo xLvm1,—51, 394 ANALES DE LA LAS OPOSICIONES A LAS CATEDRAS DE LAS GRANJAS ESCUELAS AGRICOLAS. POR EL DR. TOMAS V. CORONADO. (Sesión del 24 de Noviembre de 1911.) Sr. Presidente: Sres. académicos: Antes de comenzar á dar cuenta á esta Corporación, del encargo que me hizo, debo manifestar mi pena por el fallecimiento del Dr. Eduardo Díaz, que tan mereci- damente fué nombrado para la cátedra A. de la Granja de la Habana, plaza que no llegó á desempeñar. Mi condolencia 4 la Academia por la sentida pérdida de este académico corresponsal. Cumplida la comisión con que me honró la Academia he de expresaros en primer término, mi agradecimiento y en segundo lugar los resultados de las oposiciones. Antes de ocuparme en concreto de las oposiciones de- bo manifestar á los Sres. académicos que si la obra de constitución de las Granjas Escuelas Agrícolas, en las seis provincias en que se encuentra divido nuestro país, llega, como yo lo espero, 4 un felíz término y sus fanciones se realizan dentro de un patrón de orden y legalidad, Cuba se beneficiará grandemente en no lejano porvenir. El simple nombre: “Granja Escuela Agrícola” encierra, para nosotros, una enseñanza preñada de promesas. Tan pronto terminó el plazo para la admisión de oposi- tores se constituyó el tribunal formado por dos miembros de la Universidad, los Dres. Theye y Giberga; dos nom- brados por el Ejecutivo, los Dres Comallonga y García Cañizares (1) y el que suscribe como representante ó de- legado de esta Corporación. (1) Al terminarse las oposiciones en la Habana, fué sustituído el Dr. García Cañizares por el Dr. Ferrer. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 395 Recibimos para su estudio y clasificación los 77 expe- dientes de otros tantos candidatos repartidos en la forma siguiente y por provincias: o A A A 57 candidatos Pinar ek Edad ad aa e 29 A Santiago de Cubas 0... caos dl E Camaguene o ja cre lid e 31 de e GE E A A 48 ñ A IS AS E 46 SS Estas cantidades parciales, si se suman, pasan con mu- cho de las 77 personalidades que entraban en las oposi- clones; esto se comprende pensando que muchos de Jos opositores se presentaban ¿ varias, Ó 4 todas las cátedras de varias y de todas las provincias. En un cuadro que acompaño puede apreciarse la canti- dad de opositores á cada una de las cátedras en las dis- tintas provincias. Numerosos profesionales han tomado parte en las opo- siciones á las cátedras citadas: médicos, farmacéuticos, profesores de enseñanza elemental y superior, veterina- rios, peritos agrícolas y muy raros ingenieros agrónomos; concurrieron á demostrar su mayor $ menor suficiencia, para las respectivas cátedras: Cátedra A. —Habana 6, Pinar del Río 1, Santiago de Cuba 2, Camagúey 14, Santa Clara 3 y Matanzas 1. Cátedra B.—Habana 8, Pinar del Río 2, Santiago de Cuba 4, Camagiiey 2, Sta Clara 6, Matanzas 2. Cátedra C.—Habana 5, Pinar del Río 2, Santiago de Cuba 3, Camagitey 3, $ Santa Clara 3, Matanzas 2. Cátedra D.—Habana O Bar del Río 4, Santiago de Cuba 3, Camagúey 1, Santa Clara 3, Matanzas 4. De los 65 que aspiraban á la enseñanza de las prácticas agrícolas, á última hora, solo se presentaron 14, dándose el triste espectáculo, que en Pinar del Río, Camagúey y Matanzas, provincias eminentemente agrícolas, solo se presentase un solo candidato para la cátedra A. en cada una de ellas. De 81 aspirantes á la cátedra B.,Dibujo y Contabilidad, solo se presentan 24, apareciendo las mismas provincias 396 ANALES DE LA de Pinar del Río, Camagitey y Matanzas, con dos candi- datos para cada una de ellas, en dicha enseñanza. A la cátedra C., Zootecnia, cuya importancia no es ne- cesario indicar, solo concurren 18 de los 56 aspirantes. Se presentaron 2 en Pinar del Río, y 2 en Santiago de I E A : 1.0 3 Cuba. A Camagiey, Santa Clara y Matanzas 2 en cada . . o) y? . . . provincia y en la Habana, en cuya provincia la crianza de animales es casi nula, se presentan cinco candidatos. De los 70 aspirantes á la cátedra D., Química, Física é Hidráulica, solo concurren 24. Y se presentan como aspi- , , ve rantes á la cátedra de la Habana y los demás se reparten en las cinco restantes provincias. Algunas cátedras quedaron sin dotar; en Santiago de Cuba y Camagiiey por haber sido desaprobados los can- | gie) | ) didatos que se presentaron en la primera convocatoria; pero en las oposiciones realizadas con posterioridad, se ocuparon todas las plazas. A pesar de haberse enfermado gravemente el delegado por la Academia, que suscribe, envenenado por las aguas . s . y ., , 7 pestilentes de Santiago de Cuba, volvió allá y cumplió su cometido. ACUERDOS DE LA ACADEMIA. En la sesión de gobierno del 24 de Noviembre de 1911 se acordó confirmar el nombramiento de Tesorero, hecho interinamente por el Sr. Presidente, en uso de sus atribu- clones, á favor del Dr. Manuel Rníz Casabó, con motivo de la muerte del Dr. Enrique Acosta, que desempeñaba dicho cargo. También se acordó anunciar la vacante de la plaza de académico de número de la sección de ciencias que pro- dujo el fallecimiento del repetido Dr. Acosta. PARARÁ ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 397 CONVOCATORIA. En cumplimiento del Reglamento de esta Academia, se hace pública la existencia de una vacante de académico de número, perteneciente á la sesión de Ciencias, por el sensible fallecimiento del Dr. Enrique Acosta y Mayor. Este puesto se proveerá por elección, conforme á lo prevenido en los artículos 5? y 9? del Reglamento, justi- ficando los solicitantes Ú los propuestos, sus méritos y condiciones, y admitiéndose al efecto por la Junta de Go- bierno, las solicitudes d propuestas documentadas, hasta las seis de la tarde del décimo quinto día hábil posterior al de la publicación de esta convocatoria en la Gaceta Ofi- cial de la República, en la Secretaría de la Academia, ca- lle de Cuba núm. 84 A, Habana, 25 de Noviembre de 1911. Dr. Jorge Le-Roy. Secretario. Artículo 5.2—Para ser académico se requiere: Tener por lo menos treinta años de edad. —Tener el grado de Doctor ó el título equivalente en las Escuelas que no confieran aquél. Tener por lo menos diez años de ejercicio profesional. Artículo 9.2—Para ser académico de número se re- quiere: Ser ciudadano cubano y reunir las demás condiciones exigidas en el artículo 5% solicitar el ingreso por escrito Ó ser propuesto por cuatro académicos de número; ate- niéndose á los requisitos de la convocatoria publicada en la Gaceta Oficial cada vez que existan una ó más vacantes. De acuerdo con el inciso (a) del artículo 14.”, deberá el que resulte elegido para cubrir la vacante de la sección de Ciencias, presentar dentro de los seis meses siguientes al de su elección, el elogio del Dr. Enrique Acosta. 398 ANALES DE LA ACTA DE LA SESION CIENTIFICA DEL 15 DE DICIEMBRE DE 1911. Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.— Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes.—De número.—Dres. G. Alonso Cua- drado, E. B. Barnet, G. Casuso, J. A. Fernández Benítez, G. Ló- pez, F. Méndez Capote, E. Núñez, M. Ruíz Casabó. No existiendo el quorum reglamentario se celebra esta sesión con solo el carácter de científica, posponiendo la aprobación del acta anterior para su oportunidad, así como el informe anunciado sobre destructores de basuras. El Dr. Francisco M.* Héctor, excusa su falta de asistencia. Se dá cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—Del Dr. Manuel Ruíz Casabó, dando las gracias por su nombramiento de Tesorero. De la Secretaría de Estado, invitando á la recepción en audien- cia pública por el Sr. Presidente de la República del Enviado Ex- traordinario y Ministro Plenipotenciario de la República Francesa Sr. Jules de Clerq. De la misma, id. id. id., del Sr. Arthur M. Beaupré como En- viado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de los Estados Unidos de América. Salida.—A la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo, contestando su escrito relativo á la proposición del Sr. E. M. Walsh sobre Lepidópteros de Java. A la Secretaría de Gobernación, remitiendo convocatoria para la provisión de una plaza de académico de número de la sección de Ciencias. Al Dr. Manuel Ruíz Casabó, participándole el acuerdo de esta Academia por el cual se confirmó definitivamente su nombramien- to de Tesorero. A los 49, académicos de número, participándoles la vacante exis- tente en la sección de Ciencias por fallecimiento del Dr. Enrique Acosta. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 399 El Dr. Gastón Alonso Cuadrado continúa exponiendo La ENsÉ- ÑANZA DE LA QUIMICA EN LA EscCUELA AZUCARERA DE LA HaA- BANA, dando una idea general de los ácidos y de las sales Ó com- puestos salinos. Se ocupa luego del peróxido de hidrógeno y de la ley de Dalton. Continuó hablando del nitrógeno y del aire, análisis y composi- ción química de la atmósfera; describiendo luego los compuestos del intrógeno con el hidrógeno y con el oxígeno; ocupándose por último de los ácidos en general, así como del nítrico y sulfúrico en particular. El Dr. Casuso felicita al Dr. Alonso Cuadrado por la enseñanza práctica que se proporciona en dicha Escuela, de la cual saldrán beneficiados los agricultores y hacendados. El Dr. Ruíz Casabó lée una observación de AMAUROSIS HISTÉ- RICA EN UN HOMBRE, GGALVANO FARADIZACIÓN remitida por el académico corresponsal Dr. Rudesindo García Rijo. Al terminarse esta lectura el Dr. Juan Santos Fernández dijo: El trabajo del Dr. García Rijo envuelve, como todos los suyos, una importancia práctica queno ha escapado á vuestro buen juicio. Las ampliopías y amaurosis histéricas son enfermedades que,” aun cuando la mayor parte de las veces las vemos desaparecer por sí solas Ó después de múltiples tratamientos de una manera inespe- rada, á todos nos sobrecoje encontrarnos frente á un sujeto cie- go, que bien pudiera continuar así y sería su mayor desgracia. No obstante la frecuencia de la benignidad del pronóstico, nos alar- mamos porque en estas amaurosis la papila del nervio óptico apa- rece en estado fisiológico y no sabemos si estamos en presencia de una afección retro bulbar que hará más tarde su manifestación sintomática en el fondo del ojo. No hace mucho asistimos con el Dr. G. López, aquí presente, una amaurosis en una joven y la diagnosticamos de histérica; pero después de emplear todos los re- cursos la amaurosis persistió y como último término se exteriorizó una atrofia de la papila del nervio óptico de ambos ojos. Hace algunos años leímos en esta Academia la historia de una joven que quedó amaurótica la noche de bodas. Calificamos la afección de histérica aunque la tratamos como una neuritis retrobulbar, por más que la papila era fisiológica. Unos días después la enferma recobró la vista y la ha conservado perfecta durante 25 años, pero en estos últimos tiempos nos ha consultado varias veces y está 400 » ANALES DE LA , afectada de atrofia de la papila,aunque no al grado de ser una cie- ga. La enferma tiene hoy más de 50 años y no podríamos asegu- rar que esa atrofia de la papila llegará á su último extremo. Las manifestaciones que acabo de hacer confirman el interés práctico de la comunicación del Dr. García Rijo. Con esto se dió por terminada la sesión. NOCIONES GENERALES DE QUÍMICA. POR EL DR. GASTON ALONSO CUADRADO. (Sesión científica del 15 de Diciembre de 1911.) (Continuación. ) Lección VIII Idea general de los ácidos y de las sales 6 compuestos sali- nos.—Peróxido de hidrógeno.—Ley de Dalton é idea de la concepción de los átomos. Habiendo trazado una división entre los elementos que se combinan con el oxígeno, formando un grupo los óxi- dos de los metales propiamente dichos, y el otro grupo los óxidos de los no metales Y metaloídes, diremos también que esta división se halla apoyada por otro carácter im- portante, y es que el primer grupo,tiene propiedades elec- tropositivas y el segundo electro negativas; y en esto, si- guen la tendencia de sus progenitores, porque si trazamos una línea recta en cuyas extremidades pongamos en una el signo + y en la otra el signo — y sobre la recta escri- bimos los signos de los elementos ó cuerpos simples que conocemos, según el orden de sus cualidades eléctricas, veremos los elementos de carácter electropositivo formar las bases más enérgicas 4 medida que se hallan más pró- ximas al signo+y Tos anhídridos ácidos ú medida que se ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 4()1 hallan más próximos al signo—. Ambos grupos si no tie- nen tendencias á combinarse ó transformarse entre sí, po- séen, sin embargo, la propiedad de combinarse con el agua, y esta unión si no les hace cambiar de carácter, fa- cilita la unión entre los óxidos básicos y los óxidos áci- dos de cuya combinación resultan los compuestos llama- dos “sales”. De la combinación de los óxidos con el agua, se forman los compuestos llamados “hidratos” y según que el agua se uva á un óxido básico 4 á un óxido ácido así se deno- minan “hidratos básicos” 9 “hidratos ácidos. ” De los primeros tenemos un ejemplo en la cal que se- eún sale del horno es un óxido de la fórmula Ca O, que es la combinación del metal calcio con el oxígeno. Cuando se vierte agua sobre la cal se ve que cambia de aspecto desmoronándose los terrones y formando un polvo con mucho desprendimiento de calor y perdiendo una de sus propiedades características ó sea su causticidad, según lo comprueban los maestros de azúcar cuando introducen la mano en el polvo. El calor desprendido revela que se ha efectuado una combinación con el agua, que después el análisis muestra, averiguando qué cantidad de cal ú óxido de calcio se ha combinado con otra cantidad de agua para formar el hi- drato de cal que se formula asf: Ca O+ H,0=Ca HB,0, Esta fórmula demuestra Ja idea de que en el compues- tono existe interpuesta el agua al óxido de calcio, sino formando un cuerpo esencialmente distinto al de sus com- ponentes. Como ejemplo de la combinación de los óxidos ácidos con el agua tenemos el anhídrido de azufre llamado anhí- drido sulfúrico, que es un cuerpo sólido, cristalino á una temperatura baja, cuyos cristales se funden ¿4 16% y es de naturaleza volátil, teniendo la propiedad de atraer el agua con más energía que la cal cáustica. El anhídrido sulfú- rico se formula as: S 0, 32. +16X3 y si limitamos la acción de la hamedad de modo que S0 gs. del anhídrido actúen sobre 18 gs. de agua (H,O) se TOMO XLVY1I1.—52, 402 ANALES DE LA forma lo que se llama anhídrido sulfúrico monohidratado S 0, + H,0=8 0,H, ó sea el verdadero Acido sulfúrico de la química. Cuando hablemos de este ácido en particu- lar ya veremos su importancia y el modo de su formación. Los hidratos ácidos son los verdaderos ácidos y se les ha dado ese nombre genérico por el gusto ácido que tie- nen cuando se disuelven en el agua ó en la saliva, produ- ciendo una sensación semejante á la del vinagre. Todos los hidratos ácidos tienen además del gy usto una propie- dad característica, que es la de enrojecer la tintura azul de ciertos. vegetales, y particularmente la tintura de tor- nasol, que tan importante papel representa en la defeca- ción del euarapo, y que por lo regular se usa impregnada en papel sin cola. Los hidratos básicos O sean las combinaciones de los óxidos básicos con el agua, son pocos los que se disuelven en ese mismo líquido. Pero los que son solubles tienen un sabor alcalino,como el del agua de jabón ó el del agua que haya estado en contacto con cenizas. Por esta razón se les llama ¿lcalis y además, tienen una propiedad carac- terística, y es la de restablecer el color azul de la tintura que ha sido enrojecida por los ácidos. Los más importan- tes de estos hidratos alcalinos son los e forman el óx1- do de potasio, K,0 y el óxido de sodio, Naz0O con el agua cuya a se expresa según la formúla: K0 "3 EO0:=2(K Eo) Na,0O+H,0=2(Na HO) óxido de agua. hidrato de óxido de agua. hidrato de potasio. potasio sodio sodio. Estos cuerpos son los verdaderos álcalis que también se llaman álcalis cáusticos, por la propiedad que tienen de destruir la piel de los animales y de las plantas. Parecería algo extraño que así como se combinan los óxidos básicos con los óxidos ácidos ó sean los óxidos que llamamos salinos, no se combinen sino excepcionalmente cada grupo entre sí; más, dá poco que se examine el fenó- meno, se vé que es porque la mayoría de ellos, ó son só- lidos, ó son gases, y estos dos estados de la materia no son los más d propósito para las combinaciones. Pero ambos erupos se combinan con el agua,que es también un óxido (protóxido de hidrógeno) y como el estado líquido es el que más conviene para las combinaciones, el agua es el ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 403 intermedio más 4 propósito para producir las reacciones ya sea entre los óxidos de un mismo grupo, ya sea, y es lo más general, entre los miembros de cada grupo. En este concepto el agua es el óxido que más interviene en la formación de 183 compuestos salinos; así es, que en ge- neral se definen las sales diciendo que: son las combina- ciones que forman los hidratos básicos con los hidratos ácidos. Este oficio del agua como óxido intermedio, tam- bién lo ejercen los óxidos de algunos metales como los óxidos dle aluminio Al,O, y de estaño Sn O, sobre todo los óxidos de este elemento que no solamente tienen la pro- piedad de combinarse con los óxidos de otros cuerpos, si- no ellos entre sí. Por ejemplo, el llamado estannato es- tannoso que es la combinación de óxido estannoso Sn O 118.16 con el óxido estánnico Sn O, dando lugar á la formación 1184 16X2 de la sal Sn O, Sn O, 134 151 En resúmen, las propiedades químicas de los óxidos se pueden clasificar en una serie no interrumpida que co- mienza en los óxidos básicos que no se combinan entre sí, y termina en los óxidos ácidos que tampoco se combinan entre sí; mientras que en el intermedio existen los que se combinan entre sí y las combinaciones de los dxidos bá- sicos con los óxidos ácidos. Y en el lazo de conexión entre ambas extremidades se encuentra el agua ó protó- xido de hidrógeno. Ya hemos indicado lo que se entiende por compuesto salino ó sales, que tanta importancia tiene en la química, y ahora vamos € ocuparnos de la descripción gráfica del fe- nómeno, siendo este el lugar de observar anticipadamen- te que por ahora solo nos ocupamos de las sales que forma el oxígeno d sean de las sales oxigenadas porque el estudio de estos compuestos fué el que dió lugar á la orientación de la química como ciencia exacta. De las otras combi- naciones salinas ya nos ocuparemos en el lugar corres- pondiente. Tomando el caso más general en que el óxido de cada grupo que se ha de combinar se halle disuelto en el agua, pongamos en un vaso la disolución del hidrato áci- 404 ANALES DE LA do, que desde este momento le llamaremos ácido solamen- te, y vertamos en la solución unas gotas de tintura de flor de malva d de tornasol. La tintura enrojece tiñendo de- bilmente el líquido. Tomemos luego en una copa de vi- drio con pié, la solución del hidrato básico, que desde es- te momento también la denominaremos base solamente. Cuando se vierte esta solución poco á poco, sobre la otra, agitando con una varilla, se ve al principio que solo se restablece el color azul de la tintura en la superficie del líquido ácido que se pone en contacto con el chorro del líquido básico que se vierte, pero inmediatamente conti nuando la agitación, desaparece el color azul y el líquido continúa con un tinte rojo. Siguiendo la operación ve- mos que llegamos á un punto en que el color rojo se va debilitando, aumentando la persistencia del color azul en la superficie de contacto de los dos líquidos hasta que lle- ga un momento en que desaparece repentinamente el co- lor rojo é invade por completo el color azul en todo el lí quido. En este cambio de coloración se ve bien que en la mezcla de los dos líquidos hay alguna cosa que no ha- bía antes, se ha formado algo que no había antes, se ha formado algo que ha cambiado la naturaleza de la sustan- cia que han entrado en reacción, porque sí probamos an- tes de empezar, los dos líquidos, vemos que la solución ácida da un sabor parecido al del vinagre y la solución básica uno parecido al del agua del jabón, mientras que cuando se restablece por completo el color azul, el sabor de la mezcla, por lo general es amargo, semejante al de la sal de purga. Debemos advertir que la operación la podemos inver- tir poniendo en el vaso la solución de la base con una go- ta de la tintura vegetal y vertiendo poco á poco la solu- ción ácida; pero en este caso la tintura permanece azul hasta que llega un momento en que desaparece repenti- namente y con una gota más de la solución ácida la tin- tura se pone roja. Este punto en ambos casos es lo que se llama punto de saturación 0 de neutralización. Uno de los hechos que se han de tomar como esenciales en esta operación es, que si ambas soluciones se ponen en copas ó vasos graduados, siempre resulta que de cualquier modo que se haga la operación el volumen de cada líqui- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 405 do es el mismo para la neutralización, esto es, si por ejem- plo se necesitan 77 cc. del líquido ácido para neutralizar 100 ce. del líquido básico; cuando ponemos en el vaso Tí cc. del líquido ácido, necesitamos verter sobre él 100 cc, del líquido básico para que resulte la neutralización. Y como en los dos líquidos no hay más que agua y las sustancias disueltas, resulta que la neutralización de las sustancias se verifica cuando para una cantidad determi- nada de ácido hay una cantidad determinada de base. De la observación de este fenómeno resulta el principio establecido por los químicos de que “Los cuerpos se com- binan en proporciones definidas”. Uno de los fenómenos que siempre se observan mientras se están verificando las combinaciones de las sustancias, es el cambio de temperatura, unas veces con más energía que otras. Por lo regular en la mayoría de las combina- ciones se presenta una elevación de temperatura que al- gunas veces, como cuando se combina el ácido sulfírico SO,H, con las bases alcalinas, ó cuando se combina la cal con el agua llega hasta producir la ebullición del agua, lo que prueba la energía de la reacción; y otras veces aun- que en menor número como cuando se disuelve el cloru- ro de amoniaco en el agua, ó el sulfato de sodio en el áci- do sulfúrico, que desciende la temperatura de tal modo que en un principio se empleó en la industria este méto- do para obtener el hielo artificial. Las combinaciones que se producen con desprendimiento de calor se llaman “exo- térmicas”, y las que se producen con descenso de tempe- ratura, se Haman “endotérmicas”. En ambos caso el fe- nómeno calor es la resultante del trabajo químico efec- tuado. Consecuente con el cambio de temperatura y la neutra- lización de la tintura vegetal es el carácter que ya hemos estudiado, de que cambia la naturaleza de la combinación por que si de esa mezcla íntima de las dos soluciones se evapora el agua que contiene, se obtiene una sustancia sólida que no tiene la naturaleza del ácido ni la del álca- li. Por lo regular presentan estas combinaciones el esta- sa Isólido, la forma cristalina y semejante al aspecto de la do común que sirvió de nombre genérico á esta clase de combinaciones. 406 ANALES DE LA Como ejemplo de esta clase de combinaciones llamadas sales, podemos citar la combinación de la sosa cáustica, que ya conocemos, disuelta en el agua con el ácido sulfa rico diluído. Cuando las soluciones llegan al punto de neu- tralización, se evapora el líquido y á cierta concentra- ción se separan cristales de sulfato de sosa, ó sea la sal purgante que todos conocemos, de propiedades tan dis- tintas como son la disolución de sosa cáustica, de un sabor de agua de jabón, y la sumamente ácida y estíptica del ácido sulfúrico que dieron lugar á la combinación. La fórmula que expresa esta combinación es la siguiente: 2(Na H 0)+8 O,H,=Na,S 0,+2(H,0) Si tomamos otro álcali como la potasa cáustica ú óxido de potasio (KHO), le disolvemos primero en el agua para que la reacción no sea tan precipitada y iaa esta so- lución por otra ácida disulta como v.g. el ácido nítrico que se formula NO,H, se forma del mismo modo otra sal, el nitrato potásico cuando se llega al punto de neutraliza- ción. No hay más que ev: aporar el agua y cuando llega la solución á consistencia siruposa, se ven primero apare- cer unos cristales en la superficie del líquido y luego con- cluye por separarse en el fondo de la cápsula al estado cristalino. En la formación de estos compuestos vemos que toman parte un ácido y una base y ambas sustancias se hallan di- sueltas en el agua, pero ya hemos visto que no hay nece- sidad de que intervenga el agua en todos los casos, por- que cuando actúa el anhídrido sulfúrico con la cal, se for- ma sulfato de calcio, y lo mismo cuando el ácido carbóni- co, gas que se origina en muchas operaciones s industriales como en la fermentación, en la preparación del agua car- bónica, etc., actúa sobre la cal ó los álcalis, porque en es- te caso se forman carbonatos que tienen las propiedades generales de los compuestos salinos. Consideradas así estas combinaciones definidas llama- das sales, y que forman un número inmenso en la química, se las puede definir diciendo que: son las com- binaciones de los hidratos básicos con los hidratos ácidos, con separación de agua. Pero no es solo el procedimiento que hemos descrito de las dos soluciones, las que dan lugar á la formación de ACADEMIA D£ CIENCIAS DE LA HABANA 407 sales, pues se forman también en multitud de otras cir- cunstancias. Por ejemplo: todo el mundo conoce la sal llamada sulfato de cobre. Si disolvemos sulfato de cobre y sumergimos en el líquido azul, alambres de hierro ó puntas de París, veremos que después de algún tiempo desaparece el color azul, y si hemos puesto el hierro en exceso se mota que todo el cobre se ha depositado en el hierro, mientras que parte de éste ha sustituído al cobre en la solución. Si separamos por filtración el líquido y evaporamos el agua, vemos que en lugar de sulfato de co- bre nos encontramos que la solución se convirtió en solu- ción de sulfato de hierro. En este caso la formación de la nueva sal no ha sido más que la sustitución de un metal por otro, según pode- mos observar por la fórmula siguiente: | El sulfato de cobre se formula así: CuS O, y el hierro por el signo Fe. Cu S O, + Fe=Fe S O,+Cu Otro medio de formar las sales consiste en sustituir el hidrógeno del ácido por un melal. Por ejemplo: el áci- do sulfírico que se llama monohidratado y antiguamente se formulaba así SO, H,O puede sustituir el hidrógeno del agua que contiene por el metal zinc, quedando la misma estructura molecular y formando el sulfato de zinc así: SO,H,0O +Zn=50,Z00--H, 9 como se formula ahora: SO,H,+%Zn=50,Zn+H, según la teoría moderna. Y lo mismo que sustituye el zinc al hidrógeno que tie- ne el ácido, le sustituyen otros metales como el potasio, el sodio, el hierro, ete., formando sulfatos con dicho metal: SO,H,+Na,=50,Na,+H, SO,H,+K,=50,K,+H, SO,H,+Fe=50,Fe+H, Y todavía sucede con otros ácidos que no tienen oxíÍ- geno, como el muriático y el bromhídrico, que se formu- lan así: Cl H ácido clorhídrico ó muriático Br fÁ” ácido bromhídrico y en este caso la formación de la sal consiste también en 408 ANALES DE LA sustituir el hidrógeno por el metal, formando las sales ]la- madas cloruros, bromuros, por ejemplo: Cl H+Na=Na Cl + H 01 H+K=K CIF H Br H+Na=Na Br+H Br H+4K=K Br+4H Estos casos sou mucho más generales que partiendo de los óxidos, y como en ellos de un modo directo ó indirec- to siempre es sustituido ó reemplazado el hidrógeno que tiene el ácido por un metal, los químicos de hoy definen la sal “como un ácido en ell cual su hidrógeno es sustitul- do por un metal”. Esta definición tiene la ventaja de in- cluir en la clasificación de sales 4 un gran número de com- puestos, en los que está también la El común, porque du- rante algún tiempo, cuando se estaba elaborando la teo- ría de la química, se daba el caso curioso de tener que eliminar del número de las sales precisamente ¿la que dió el nombre á toda esta clase de compuestos, el cloruro só- dico ó sal común. No podemos abandonar estas nociones de las sales sin hablar aunque solo ligeramente, de la propiedad que tie- nen las disoluciones salinas cuando las atraviesa la co- rriente eléctrica. En este caso la sal se descompone, di- rigiéndose el metal desde el polo positivo al negativo, donde se acumula, mientras que el resto de las moléculas que constituyen los elemenitos del ácido, se dirigen desde el polo negativo al positivo, donde se tl m también. En este fenómeno está incluído el arte de la galvano- plastia Ó electrotip'a de la que no podemos ocuparnos en este lugar porque en ella se comprenden varios fenóme- nos de carácter complejo, pero podemos adelantar que los estudios de la electroquímica llevan ¿4 la conclusión de definir la sal como el compuesto formado por un metal y un radical simple 6 compuesto X, llamado alóide y en es- ta forma de representación se abarcan todos los casos, aun los más complejos, y al mismo tiempo se incluye el prin- cipio fundamental y de tanta importancia en química y es: que todas las sales tienen la capacidad de eutrar en doble descompos sición; esto es, de cambiar Ó sustituir sus meta- les en todo ó en parte, entre sí. Así es, que representan- do por una letra cualquiera el metal y por otra ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 409 letra el radical, ya sea simple como el cloro, bromo, yodo, etc., 6 ya complejo, como el radical sulfímrico, nítri- do, etc. , siempre resulta que si tenemos una sal llamada M. R. y otra S. X., cuando se mezclan sus soluciones siempre resultan las combinaciones MX y SR en todo 6 en parte. Otro aspecto teórico de la constitución de las sales con- siste en considerar el agua como una sal compuesta de hi- drógeno y un radical oxídrilo; esto es, H,0O= -H+H O. En este caso la agrupación O H se llama “oxídrilo” y así podemos decir que los hidratos de bases son las combina- ciones del metal con el oxídrilo. Por ejemplo: Na + HO H = Na 0H + H sodio + agua = hidrato + hidrógeno. de sodio. Lo mismo podemos suponer ¿4 los ¿cidos como com- puestos de un radical y uno 6 más oxhídrilos, como por ejemplo, el ácido sulfúrico (SO,H,) que le podemos con- siderar como compuesto del radical auhídrido sulfúrico (SO,) y dos oxhídrilos, SO,, 2(H0) en esta forma: 5078, =S02H:0; HO y como este ácido tiene dos oxhí- drilos, cuando solo uno de ellos está sustituído por un átomo del óxido de un metal MO este es: MO>+5S0,, HO, HO=(S0,MO, HO) + HO, la sal que forma el ¿cido sulfúrico con el metal no está neutralizada y forma lo que se llama una sal ácida; y para neutralizarse necesita otra cantidad del óxido metálico que sustituya al segundo oxhídrilo. Así: (SO,, HO, HO)+ MO,MO=MO, MO 50,+HO,HO. Hay otros ácidos, como el ácido fosfórico, que contienen tres oxhídrilos, y por lo tanto formará dos sales ácidas y una neutra que será cuando los tres oxhídrilos estén sus- tituídos por otros tres átomos del óxido metálico, en tan- to que existen muchos que solo tienen un HO, como suce- de con el nítrico NO,, HO y estos formarán una sola cla- se de sales. Y necesariamente, por lo que llevamos expuesto y con- siderando los hidratos básicos como compuestos de un ra- dical y oxhídrilo podemos tomar por ejemplo un metal poltatómico, esto es, un metal que forme compuestos con otros cuerpos en más de una proporción, como sucede TOMO XLVIr.—93, 410 ANALES DE LA con el cobre que es “diatómico” ó con el bismuto que es ““triatómico” y representemos sus hidratos como las com- binaciones del metal con el oxhídrilo que le corresponde Cu, HO, HO y el bismuto Bi, HO, HO, HO. Tomemos ahora un ácido que solo tenga la capacidad de cambiar un solo átomo de hidrógeno como el ácido nítrico (NO,H) y veremos que el cobre puede formar con éste dos sales. Una sustituyendo en el hidrato de cobre Cu, HO, HO, HO un oxhídrilo, por el radical del ácido, así: Cu, HO, HO+NO,H=Cu NO ¿HO+HO,H y otro sustituyendo los dos oxhídrilos del cobre por dos radicales del ácido, así: Cu(HO)24+2(NO,H) y ” tendremos: Cu HO, HO+NO, e NO¿H=Cu NO,,NO,+0H, H ó sea la sal de cobre-basica Cu NO,HO y la sal de cobre neutra ó saturada Cu (NO,)2. Y el mismo razonamiento puede hacerse con el bismuto, haciendo tres sales, dos bá- sicas y una neutra. En las operaciones de la química muchas veces se tiene necesidad de sustraer toda el agua de combinacion que tengan las sales, y como casi siempre se verifica esta ope- ración por medio del calor se llaman “Pyrosales”. Por ejemplo, el ácido sulfúrico forma con el óxido de sodio dos sales, una Na H SO, que se llama sulfato de sodio áci- do, y otro pyrosulfato que se forma sustrayendo á dos proporciones de sal una de agua, así: | 2(Na HSO,)=Na,S,0,+.H,0 sulfato de so- pyrosulfa- +agua dio ácido to de sodio el agua se desprende. Nos queda por citar las combinaciones que se llaman “sales dobles” muy fáciles de deducir si tenemos en cuen- ta la constitución de los hidratos básicos y los hidratos ácidos. Si por ejemplo, consideramos el ácido sulfúrico mono- hidratado, como un hidrato ácido que tiene dos átomos sustituibles SO, H, por un metal, vemos sin necesidad de explicación que una de las proporciones del hidrógeno se puede sustituir por un metal y la otra por otro metal sin cambiar de estructura el ¿cido SO,H,O, así: S0,H,+Na+NH,—Na, NH,SO, ácido +sodio+amonio=sulfato sódico. sulfúrico amónico ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 411 En química existen los alumbres que son cuerpos for- mados por las combinaciones de los sulfatos alcalinos con los sulfatos de otros óxidos que son tipos de sales dobles, como las que forman el aluminio con el sulfato potásico, así 2(SO,H,) +AI4K=Al K(S0,)2+12(H,) ó sea el sul- fato de aluminio y potasio ó alumbre, tan conocido, en las artes. : Nos hemos extendido en más de lo que debiéramos en esta teoría de la formación de ácidos, bases y sales, por- que durante la época de la constitución de la química co- mo ciencia, estas concepciones ocupaban la atención de los sabios, y además por la naturaleza misma de lasjco- sas, pues siendo el oxígeno el cuerpo más abundante de la tierra, es evidente que las combinaciones han de abun- dar en la misma proporción en todos los órdenes de la existencia. PuróxiDO DE HIDRÓGENO.—Las propiedades de este cuerpo, llamado también agua oxigenada, son análogas á las del ozono, y como éste también se forma eu una por- ción de circunstancias aunque en pequeña cantidad. Esta combinación especialísima del oxígeno con el agua, más, muchas otras propiedades físicas de este líquido, nos re- vela que hay una cosa poco conocida en la composición química del agua y que es menester descubrir. El oxígeno no parece aquí combinado como en las ver- daderas transformaciones químicas, sino como una espe- cie de acumulación del gas entre la molécula del protó- xido H,O. Más se parece á la propiedad que tienen los metales de la familia del platino en forma de esponja, de retener mu- chos volúmenes de oxígeno y de otros gases. Es más bien una forma especial de condensación por oclusión. Mendeleeff dice, que en el oxígeno ozonizado y el peróxi- do de hidrógeno H,0, el oxígeno se halla como compri- mido. Y aquí nos eacontramos con un fenómeno curioso y fá- cilmente explicable, Cuando en las combinaciones y des- composiciones químicas se desprende oxígeno y á medi- da que sus moléculas se ponen en liber tad, actúa sobre las moléculas de otros cuerpos, en este caso su acción es 412 ANALES DE LA más enérgica porque se halla, según dicen los químicos, en “estado naciente”. Del mismo modo, esa acumulación del gas oxígeno en el agua oxigenada se descompone con facilidad, y ese estado es s parecido al del estado naciente de las combinaciones, resulta que forzosamente el agua oxi- genada ha de ser un poderoso oxidante, y así es en efecto. El peróxido de hidrógeno es análogo á los peróxidos de los metales y por lo tanto de ellos se obtiene y parti- cularmente del peróxido de bario. Por esta propiedad llegó 4 descubrir Thenard en 1818 su preparación al ver que cuando los ácidos se forman en contacto con los so- breóxidos no se sobreoxidaban más, sino que el oxígeno del peróxido se combinaba con el agua. : La preparación de este cuerpo se comprende fácilmen- te si recordamos la obtención del oxígeno ¡por me- dio del peróxido de bario y la facilidad que tiene éste para ceder parte de su oxígeno y convertirse en óxido, Así es, que si tomamos bióxido de bario Ba O, y le tra- tamos por un ácido, por ejemplo, el sulfúrico, éste se com- bina con el óxido de bario Ba O mientras que la propor- ción restante del oxígeno se combina con el agua del ¿ci- do para formar agua “oxigenada. Para comprender el fe- nómeno por medío de una ecuación química, representa- mos el ácido sulfúrico monohidratado en lugar de la fór- mula que hoy se usa SO,H, con la antigua SO¿H,O que para el caso es lo mismo, porque siempre tenemos en una y otra la misma cantidad de elementos. Representemos el sobreóxido de bario como el óxido que tiene combina- do otra proporción de oxígeno Ba0,O y tendremos: S0,¿H,0+Ba 0,0=Ba 0,580,-1-H,0, Si formulamos ahora Ba 0,+S0,H,= Ba SO,+-H,0, se- eún la costumbre actual, vemos bien claro la igualdad de las proporciones. Lo mismo que el sobreóxido de bario se presentan otros com> el sobreóxido de potasio, de sodio, ete., y lo mismo que el ácido sulfúrico se comportan el ácido mu- riático HCl, el fosfórico PH,¿O,, el fluorhídrico HF, etec., lo que prueba que es un método general de obtención. Hoy el agua oxigenada ó peróxido. de hidrógeno H,O, no se obtiene en los laboratorios partículares porque la indus. tral lo suministra bastante puro y en abundancia. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 413 El agua oxigenada es un líquido incoloro ¿ inodoro. Pues- ta una gota en la lengua ataca la epidermis y la blanquea y se per rcibe un picor desagradable y sabor metálico. Des- colora la materia colorante, su tensión es menor que la del agua pura y no se congela aun á la temperatura de -307. Su densidad es 1' 459, es casi media vez mavor que la del agua. El calor lo descompone hasta los 209 si es puro y tiene la propiedad de que la descomponen otros cuerpos como la plata, el oro, el platino, sin que ellos á su vez sufran cambio alguno. “Y lo mismo sucede con los sobreóxidos de manganeso y de plomo, el bismuto, los metales alcalinos, etc. A esta propiedad la llama Berze- lius “fuerza catalítica” 9 “acción de presencia”. Cuando los óxidos de esos metales se hallan en polvo y secos se pueden descomponer hasta producir una explosión cuando se ponen en contacto con el peróxido de hidrógeno y sí este fenómeno se observa en la obscu- ridad se ve un reflejo luminoso. Esta agua es un oxidante enérgico, y se emplea mucho en la medicina y en las artes. Ya hemos dicho que el agua oxigenada se parece á los sobreóxidos metálicos, pero también se asemeja en sus propiedades á la que presenta el cloro,del que hablaremos más adelante, por la acción que ejerce sobre la materia colorante, por su capacidad como agente oxidante y por su modo de formación. —Laaualogía entre la combinación del cloro con el agua y el peróxido de hidróseno CI4-H,0, O+-H,0 ha dadó lugar á la concepción del ra- dical acuoso llamado oxhídrilo, que es como si supone- mos que el agua le sustraemos mentalmente la mitad de su hidrógeno, así: H,O—H=H O. Ley be Darroy.—Con lo que llevamos expuesto nos damos cuenta de las proporciones en que se combinan los elementos, y de la diferente forma que adoptan desde el punto de vista de su estabilidad, Así los equilibrios físi- cos como los químicos tienen distintos grados de estabili- dad como de solidez, pero el agua oxigenada ó peróxido de hidrógeno (que también se denomina “sobreóxido hí- drico”) nos enseña ó abre la puerta para la generalización de los principios de la química que se llama “Ley de las proporciones múltiples ó Ley de Dalton”. Ya hemos vis- toque el hidrógeno se combina con el oxígeno en dos proporciones, de modo que una de ellas tenga doble can- 414 ANALES DE LA tidad de oxígeno que la otra, y lo mismo sucede con el bióxido de bario, y como ya otros químicos habían señala- do esos mismos hechos, generalizó la coincidencia á todos los demás. Quizás no hubiera llegado 4 conclusión tan. importante si no hubiera fundado su ley en la concepción atómica de los antiguos filósofos griegos y quizás mejor en el poema de “Natura rerum” de Lucrecio. Dalton su- pone que los cuerpos están formados de partículas muy pequeñas llamadas átomos y que en cada especie de ma- teria las partículas ó átomos tienen un peso determinado é invariable, así es que la combinación es el resultado de la yuxtaposición de los átomos. Por ejemplo, el análisis del agua solo nos revela que en 100 partes del líquido en peso hay 88'888 partes de oxígeno y 11'112 de hidrógeno, así como el análisis del eróxido de hidrógeno ó agua oxigenada, nos revela que en 100 partes en peso contiene 94112 de oxígeno y 5'888 de hidrógeno. Las comparaciones directas de estas can- tidades por 100 no proporcionan relaciones simples, pero en seguida aparecen si calculamos la composición del agua y de un peróxido, tomando bien sea la cantidad de oxí- geno ó la del hidrógeno como una cantidad constante. Demos por ejemplo, el valor de la unidad al hidrógeno, y entonces vemos que para 1 de hidrógeno hay 8 de oxíge- no en el agua y en el peróxido de hidrógeno para 1 de hidrógeno hay 16 de oxígeno. Aplicando este concepto á todas las sustancias bien estudiadas de la química se han observado relaciones simples semejantes. Cuando estu- diemos las combinaciones del carbono con el hidrógeno, que fueron las que indujeron á Joln Dalton, de Manches. ter, á formular la ley de las múltiples proporciones se ve- rá resaltar lo que se llama la teoría atómica y la ley de las proporciones múltiples que es su consecuencia. La ley se formula así: “Si dos radicales A y B (ya sean sustancias simples ó compuestas) se unen entre sí para formar varios compues- tos Ansa o Dreión entonces si se expresa la compo- sición de este compuesto, de modo que la cantidad de una de ellas (ya sea por peso ó por volumen) sea una can- tidad constante Á se verá que en todos los compuestos ABc, ABd la parte del otro compuesto B estará siempre ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 415 en una relación comensurable, por lo general en propor- ción sencilla múltiple, esto es: a:b ó bien como , , £ E m/nesár/g como números enteros: 2:3 0 3:4, etc. Lección IX. Nitrógeno y atre.—Anúlisis y composición quimica del at- re. —Nitrógeno y sus compuestos con el hidrógeno y con el oxigeno. — Denominación de los mismos. — Acido nitri- co y ácido sulfúrico. El nitrógeno es un gas que constituye las cuatro quin- tas partes, en volumen, del aire que respiramos. Necesa- riamente tiene que desempeñar un papel importante en la vida de los seres que pueblan la tierra. Hemos visto, en las lecciones anteriores, que el oxígeno, sobre todo al estado naciente, es sumamente activo en las reacciones, y como la vida de los organismos se define diciendo que es la “combinación definida de cambios heterogéneos simul- táneos y sucesivos á la vez, en correspondencia con las coexistencias y consecuencias. externas”, necesariamente la actividad del oxígeno solo, no permitiría el desenvol- ¡miento definido de los organismos si no le acompañaran otros cuerpos que mitiguen 6 moderen su acción, con ma- yor motivo, cuanto que de los cuatro elementos principa- les de que se compone la materia orgánica: carbono, oxí- geno, hidrógeno y nitrógeno, (que los franceses llaman ázoe) uno es sólido, el carbono, y los otros tres gaseosos, y por consiguiente constituídos de partículas dotadas de grau movilidad. El nitrógeno al estado libre es muy poco activo, y se muestra indiferente 4 un sin número de reacciones que nosotros provocamos. Los animales no pueden vivir en este gas, el cual por esta razón se denomina ¿zoe, azote, (vas privado de vida) y sin embargo se combina lenta- menta con otros cuerpos para dar lugar á compuestos su- mamente complejos, todos de car ácter muy inestables, al extremo de que se descomponen á la más ligera influen- cia dle la fuerza incidente. Las sustancias explosivas de- hen sus propiedades únicamente ¿ la descomposición de los cuerpos nitrogenados, Los cambios que se producen 416 ANALES DE LA A A AAA AA A A AAA AAA —2—A AA en los fenómenos de la vida se deben á la inestabilidad de ese compuesto, y sin embargo de ser el nitrógeno uno de los elementos esenciales de la constitución de los orga- nismos, ni las plantas ni los animales le absorben directa- mente, sino que le toman formando previamente otros compuestos. Uno de los agentes principales de esta for- mación es la electricidad atmosférica en forma de descar- va silenciosa, y los compuestos así formados son absorbi- dos por las plantas mediante la acción del agua de lluvia que los cs á sus ralcos, donde sirven de alimento a los vegetales. Muchas veces la atmósfera sola no su- ministra 4 los vegetales compuestos nitrogenados suficien- tes, y entonces el hombre tiene que ayudar á la naturaleza disponiendo de material bastante para su completo des- arrollo. Y esta es la razón del empleo de los abonos ó fertilizantes en la acricultura. Los animales á su vez to- toman los compuestos nitrogenados de los vegetales, ya sea directamente, como sucede con la alimentación vege- tal, ya indirectamente de otros animales. Al combinarse el nitrógeno con los otros ¿lementos del aire, bien por intermedio de la descarga eléctrica silen- ciosa, Ó bien por la descomposición que se produce en los organismos, se forman compuestos muy complejos dota- dos de gran inestabilidad, en multitud de condiciones en las que otros compuestos permanecen fijos. Estos com- puestos de composición tan inestable en los fenómenos de la vida se denominan protéidos ó sustancias protéicas, de las cuales la composición de los huesos es un ejemplo, la carne de los animales, los cuerpos que se coagulan en la leche, las materias glutinosa, del trigo, etc. El nitrógeno se obtiene en muchas condiciones, y nos le procuramos al estado libre descomponiendo,4 la acción del calor rojo y en contacto con el oxígeno, las sustancias de que se componen los organismos, esto es, el nitrógeno libre se obtiene en la combustión de las materias orgáni- cos; y como los elementos orgánicos principales son el carbono, hidrógeno, oxlgeno y nitrógeno, el carbono se une al oxígeno para formar anhídrido car bónico, el hidró- seno tembién al oxígeno para formar agua, y queda el nitrógeno libre, porque á la temperatura de la ba cualquier compuesto de nitrógeno se descompone. En ” ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 417 esta operación se funda el análisis elemental de las subs- tancias orgánicas, puesto que el agua y el anhídrido car- bónico que se forman juntamente con el desprendimiento de nitrógeno, se recogen sobre sustancias que se apode- ren del agua y del ¿cido carbónico, como son los álcalis cáusticos.. También se obtiene el nitrógeno con mucha facilidad del aire. Si por ejemplo se pone un poco de fósforo en en un corcho que Mole en el agua contenida en un plato, se inicia la combustión del fósforo, y se cubre el plato con una campana grande de cristal que cierre hermeticamen- te, entonces se ve que sigue la combustión, formándose copos blancos que se condensan en el agua hasta que se extingue la combustión. Si queda fósforo después de que la combustión se extinguió y si se analiza el gas que tiene la campana, se ve que sus propiedades coinciden con las del nitrógeno. Otro medio consiste en hacer. pasar alre seco y purificado por un tubo de vidrio, sometido al calor rojo, que contenga virutas de cobre... Á esa temperatura el oxígeno del aire se combina con el cobre para formar óxido y el nitrógeno se recoge en el baño hidro-neumáti- co en la campana ó en tubos de recoger gases. Muchos compuestos del nitrógeno con el oxígeno y con el hidró- seno se descomponen por el calor en contacto con los me- tales, cobre, sodio, ete., para dar nitrógeno al estado libre y estando presente el hidrógeno se forma también agua, como en el método que se funda en la reacción del com- puesto anhidro nitroso y amoniaco, que se formula así: 2 NA¿+N,0¿=3 H,0+2 N, amoniaco+ácido nítrico4+-agua nitrógeno El método que se sigue en los laboratorios para obte- ner el nitrógeno económicamente consiste en descompo- ner el amoniaco NH, por la acción del cloro, gas de que hablaremos más adelante. Consiste el método en obte- ner el cloro por cualquiera de los procederes y el gas se ha- ce pasar á un frasco de tres bocas que contiene amoniaco. iia se verifica la reacción, y el gas que resulta se condu e por medio de otro tubo que contiene el frasco á otro fe asco de loción, del cual pasa por otro tubo á una cam- pana de recoger gases en el baño hidroneumático. Cuando el amoniaco es demasiado concentrado al lle- TOMO XLVIn.— D4, 418 ANALES DE LA gar el cloro se nota una ligera detonación con producción de un fenómeno luminoso, que no ofrece peligro alguno - mientras el amoniaco se halle en exceso, pero si des- pués de verificarse la reacción completa continúa la acción del cloro, entonces actúa sobre el cloruro de amoniaco formado y,se produce un compuesto extraordinariamente explosivo que es el clorito nitroso. Por lo demás, aunque la reacción del cloro con el amo- niaco es bastante compleja, se formula así: 4 NH,+3 CI=3(NH,CD)+». amoniaco-+eloro = cloruro de + nitrógeno. amonlaco El nitrógeno es un gas que no se diferencia mucho de las propiedades físicas del aire. Su densidad referida al hidrógeno es precisamente de 14, esto es, un poco más ligero que el aire; así es que un litro de nitrógeno pesa 1.256 gramos. El nitrógeno mezclado con el oxígeno forma el aire. Se liquida con mucha dificultad y es poco soluble en el agua y en otros líquidos. Su punto de ebu- llición absoluta es de 140? y por cima de esta temperatu- ra no es liquidable por la presión, mientras que á tempe- ratura más baja permanece al estado de gas á la presión de 50 atmósferas. ! El nitrógeno líquido hierve 4-—193? así es que es un gran manantial de frío. Se solidifica 4 -203> presentán- dose blanco como la nieve. El gas nitrógeno no se quema, ni sirve para la combus- tión; ni es absorbido por ninguno de los reactivos que se emplean en el análisis de los gases, 4 lo menos á la tem- peratura ordinaria. Estas propiedades se expresan di- ciendo que el nitrógeno no despliega energía alguna para la combinación. En cambio, en condiciones especiales se combina con el oxígeno, hidrógeno y carbono, y ofrece la particulari- dad de que al calor rojo se combina con el boro, el titano y el silicio, formando compuestos muy estables y de pro- piedades completamente diferentes de las que presentan las combinaciones del nitrógeno con el hidrógeno, el oxí- geno y el carbono. Con el carbono, sino se combina directamente, aun al calor rojo, se combina con relativa facilidad, calentando ACADEMÍA DE CIENCIAS DE La HABANA 419 una mezcla de carbono con un carbonato alcalino, como el de potasio Ó como el de bario,dando lugar á la producción de lo que se llama carbo-nitridos 4 cianidos de los meta- les, que tanta importancia adquieren en la actualidad pa- ra la preparación de los fertilizantes artificiales ó sintéti- cos en agricultura. Hemos dicho que en el alre se encuentran el nitró- geno y el oxígeno mezclados, pero esto no es absolu- tamente exacto, porque durante las tormentas ó cuando hay una diferencia potencial eléctrica entre la atmósfera y la tierra, se verifica una combinación, aunque en pequeña cantidad, dando lugar á la formación de óxido de nitró- geno. El químico inglés Cavendish demostró por primera vez esta combinación, haciendo pasar una serie de chispas elée- tricas por aire húmedo contenido en una campana, for- mándose ácido nítrico NO,H que se distingue porque en ese caso enrojece el papel de tornasol. También se forman otras combinaciones por medio de la corriente eléctrica, ya sea en forma de chispa, ó ya,en corriente silenciosa, no solamente con el oxígeno sino con el hidrógeno y los hidrocarburos. Por ejemplo, si en lu- gar de ser una mezcla de aire se pone en un tubo cerrado una mezcla de nitrógeno é hidrógeno y se hace pasar la corriente de chispa eléctrica, se forma amoniaco NH; este es una combinación de una proporción de nitrógeno con tres de hidrógeno. Y aquí hemos de notar un fenómeno singular que se verifica en muchas ocasiones, cuyo fenómeno es una espe- cie de intermedio entre la física y la química. Este fenó- meno es el de las reacciones “reversibles” y consiste en llegar la combinación hasta un límite del cual parte otr: en sentido inverso hasta que se establece un equilibrio. Cuando se forma el amoniaco NH, continuando la misma corriente eléctrica, este mismo cuerpo se descompone en nitrógeno é hidrógeno NH,=N+H, quedando solo el seis por ciento de amoniaco. La combinación del nitrógeno con los carburos de hi- drógeno, como el benceno (C¿H,), la celulosa, la glucosa (C¿H,205), ete., dan lugar 4 compuestos nitrogenados com- 420 ANALES DE LA plejos que tienen mucha importancia en la vida orgánica. AIRE ATMOSFÉRICO.—En el curso de estas lecciones he- mos hablado de diferentes sustancias que se encuentran en el aire, como el oxígeno, el ozono, el nitrógeno, el agua en vapor, ete., pero cuando en física y química se habla de aire atmosférico, nos referimos 4 la mezcla ex- clusiva del nitrógeno y del oxígeno, porque es la única mezcla de gases que siempre se conserva en proporciones permanentes en la atmósfera. Los otros cuerpos que se encuentran en el aire se pueden separar con facilidad. Así es, que para obtener aire puro, primero se le hace pasar á través de un tubo largo que contenga algodón hi- drófilo para separar las materias sólidas. Luego atravie- sa una solución de permanganato de potasio, para lim- piarlos de las materias orgánicas. De la solución pasa á un tubo que contenga sosa y Cal bien secas (cal sodada) en pequeños trozos para separarle el anhídrido carbónico. Luego atraviesa un tubo en forma de U que contenga cloruro de calcio,fundido de antemano; después por otros dos, que contengan, el primero ácido sulfúrico concentrado y el segundo ácido fosfórico anhidro. Aunque se le con- sidera puro después de haber sufrido esas operaciones, todavía contiene algunas partículas de carburo de hidró- geno, que se destruyen haciéndole pasar, por último, por óxido de cobre calentado al rojo, convirtiéndolas en agua y anhídrido carbónico, que se separa como hemos dicho. A este aire así obtenido es al que se refieren las propie- dades físicas y químicas, pero no las de la vida vegetal, porque el aire así purificado es impropio para el creci- miento de las plantas. Al aire puro considerándolo como unidad es al que se refiere la densidad de los demás gases, y un litro de este aire pesa 1293 gramos á 0% y 760 mm. de presión en la longitud 45% de la tierra. En este caso es una mezcla compuesta de 23'15 partes de oxígeno por 76'85 de ni- trógeno en peso, y teniendo en cuenta que la densidad del oxígeno es 16 y la del nitrógeno 14; la composición del aire puro en volumen es de 20'84 cc. de oxígeno por 71916 ec. de nitrogeno. El aire atmosférico además de estos gases contiene otros, que expresados por el orden de sus cantidades son: nitró- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 421 seno, Oxígeno, vapor acuoso, anhídrido carbónico, ¿cido nítrico, sales de amoniaco, ozono, peróxido de hidrógeno y sustancias nitrogenadas complejas. Además, contiene agua en burbujas y partículas sólidas, en parte de origen cósmico y parte también de partículas arrastradas por la corriente del viento. El aire contiene muchas sustancias orgánicas y es el vehículo de los gérmenes que son los que producen las fermentaciones, las descomposiciones de las materias orgánicas, y también es el transmisor de alounas enfermedades infecciosas. Como se halla cargado el aire de sustancias tan com- plejas, es evidente que en determinados locales y locali- dades sufre cambios accidentales, como sucede en las fá- bricas donde se producen gases ó se desprenden materias en polvo, como en las minas, en las fundiciones, en las fá- bricas de productos químicos, en las habitaciones cerra- das, etc. De aquí resulta la práctica de la ventilación para sanear las casas y hospitales, cuarteles, etc. COMPUESTOS DEL HIDRÓGENO CON EL NITRÓGENO. —Cuan- do las materias orgánicas, ya sean de origen animal $ ve- getal se descomponen, uno de los productos de su des- composición en los elementos minerales, es el amoniaco (N H,) que es un compuesto de una proporción de nitró- geno con tres de hidrógeno y es de mucho interés en la industria. La combinación de estos dos elementos no se verifica directamente sino por intermedio del ácido clorhídrico (H Cl) reacción que se verifica haciendo pasar una co- rriente de chispas eléctricas por una mezcla de los tres cuerpos: nitrógeno, hidrógeno y ácido clorhídrico, for- mándose una sal que se denomina cloruro de amonio, cu- yo fenómeno lo podemos representar por la siguiente fórmula: N4+3H+H CI=NH, Cl Este compuesto que se considera formado por la com- binación del cloro con un radical hipotético llamado amo- nio NH, que funciona como un cuerpo simple en las reac- ciones químicas, también puede considerarse como la combinación directa del ácido clorhídrico H. Cl con el amoniaco NH, expresándose la sal amoniacal así: 4922 ANALES DE LA NH, + H Cl = NB, H Cl amoniaco. ácido hidro clorato de clorhídrico. amoniaco. Lo que en último resultado es lo mismo que en la fór- mula anterior, según la ecuación: NE. E-CIENa 01 En la industria se obtiene el gasamoniaco NH, por la des- tilación seca de las materias orgánicas, como huesos, san- ore, pezuñas, etc., en retortas de hierro, evitando el acce- so del aire. Por la acción del calor esas sustancias se des- componen dentro de la retorta, dando lugar á la produe- ción de materias carbonáceas que permanecen en la retor- ta y los compuestos volátiles que pasan á recipientes ro- deados de agua fría donde se condensan, mientras que otros pasan á la atmósfera. Los gases y líquidos que se condensan en los recipientes forman dos capas: una que sobrenada en la parte superior, de consistencia oleosa lla- mada aceite animal, y otros acuosos donde se hallan las sales amoniacales en solución. Hoy se obtiene el amoniaco en muy grande escala por- que además de usarse en muchas industrias químicas tie- ne un consumo colosal en la producción del hielo artifi- cial, en la liquidación de los gases llamados antes perma- nentes. ¿Quien había de decir á los egipcios de la anti- .. E , . eúedad, cuando recogían la sal sublimada que se despren- - día empleando como combustible el estiércol de camello en el Templo de Júpiter Anmon, que llegaría una época de la humanidad en que la sal amoniacal serviría para producir hielo? Las fuentes principales de la industria donde se produ- ce el amnniaco en Inglaterra, Alemania y los Estados Unidos, son por medio de la destilación del carbón mine- ral como producto secundario del gas del alumbrado y de los altos hornos y en la producción del coke. Ultima- mente se extrae en Escocia de las pizarras bituminosas, y también por síntesis por medio del nitrógeno del aire, combinando primero el nitrógeno con el carbido de cal- cio para formar cianamida y después destilar éste con vapor. Ultimamente se está produciendo”por la combi- nación directa del nitrógeno con el hidrógeno (Commer- O A SAA ESAS AAA AA ANA E A A AA A A AA A di A Ss AAA AAA AAA AAA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 423 cial Production of Ammontu. The Journal of Ind. and Eng. Cheby C. F. Tufts p. 295, may 1911). En los laboratorios se obtiene como demostración (por- que hoy se adquiere todo del comercio) por medio de la sal amoniaco ó cloruro de amonio € hidrato de cal, mez- claudo ambas sustancias en una retorta y calents ando la mezcla, en cuyo caso el gas se recoge en agua destilada, sumergido el frasco en un baño de agua fría. La reac- ción se expresa así: 2 NH,CI+Ca H,0,=2 H,0+Ca Cl, +NH, cloruro hidrato agua cloruro gas amónico de cal de calcio amoniaco. Si se quiere recoger al estado de gas, entonces, al salir de la retorta, se le hace pasar por itibos que contengan potasa cáustica, y se recoje sobre el baño de mercurio. El gas amoniaco NH, es un gas incoloro, de olor fuerte y penetrante. Su densidad es de 0.59 y se liquida 4 -40C á la presión ordinaria, y si se le somete á una presión de 6 atmósferas se liquida +10%0, De esta propiedad se apro- vecha la industria actual para la producción del hielo ar- tificial. El gas amoniaco en estado líquido hierve á la temperatura de 330 «d la presión normal. Como es tan ávido de agua, es un gas cáustico. Tiene la propiedad de restablecer “el color azul de tornasol ya enrojecido por un ácido y de enverdecer las tinturas azules de los vegetales, produce vapores blancos cuando se le pone en contacto con el ácido clorhídrico; y se desc ompone en sus elemen- tos nitrógeno é hidrógeno por la acción del calor y de la Pleetriciolad: El amoniaco liquidado (no confundirle con el óxido de amonio llamado amoniaco líquido) es un líquido muy movible, cuya densidad 4 0% es de 0.63. A la tempe- ratura de 70", obtenido por medio de una mezcla de an- hídrido car bónico y éter, el amoniaco liquidado cristaliza. El amoniaco se combina con muchas sustancias y forma compuestos de mayor 9 menor estabilidad. Por ejemplo: ya hemos citado una combinación del amoniaco con el ácido clorhídrico formando el cloruro de amonio NES 32H Cl=NH, CL Esta sal que es conocida desde la más remota antigúedad tiene la propiedad de reaccionar con la amalgama de so- dio, ó sea la combinación del mercurio y el sodio Na Hg 424 ANALES DE LA daudo lugar ¿ la formación de la amalgama de amoniaco, así: NH, Cl4Na Hg=Na CI4+-NH, Hg cloruro amalgama cloruro amalgama amoniaco de sodio de sodio de amonio. Aquí observamos que el amoniaco NH, cuando entra en las combinaciones formando sales, figura en la unión con una proporción más de hidrógeno, como en la fórmula A NH, Cl NEO dato ÓN NH, HO Hidróxido de amonio. 4 NH, H,0 + 3 Hg:.... —3 NI, He+4 H,0+ N hidróxido de mercu- amalgama de agua. nitró- amonio. rio. amonio. geno. 9(NH,,H,0) + S0,H, = (NH,)2 80, + 2 H,O hidróxido ácido sulfato amónico agua. de amonio. sulfúrico. donde se ve que en estos compuestos figura un grupo mo- lecular que desempeña el mismo papel que los metales, como por ejemplo: Na Cl NH, Cl Na Hg NEL Elo: K, 50, (NH,)2 SO, A este grupo molecular NH, se llama amonio y es un radical, que aun siendo compuesto, figura y ejerce la fun- ción de un cuerpo simple. Es verdad que no ha sido aislado, esto es, no se halla en estado libre; pero se pre- senta en las combinaciones en tantas circunstancias que forzosamente se tiene que admitir como un radical, según propuso Berzelius á principios del siglo pasado. — (1) El amonio forma sales con los ácidos como todos los metales, y como ellos sustituye ¿ otros, y es sustituido. Así, pór ejemplo, el cloruro amónico, en contacto con la cal forma cloruro cálcico y se desprende amoniaco, en es- ta forma: 2 NH,Cl+Ca H,0,=Ca Cl, +2 H,0+2 NH, cuya fórmula en conformidad con la teoría del amonla- (1) En la filosofía química esta teoría ha tenido una colosal impor- tancia, porque se relaciona mucho con la idea de la transformación de los cuerpos simples y con la clasificación de la química orgánica, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 425 co, se puede expresar diciendo que en esta reacción se forma agua de amoniaco que contiene hidróxido de amonio. Porlo tanto esta reacción podemos conce- birla asf: 2(NH, CI) +Ca H,O0,=Ca Cl, + 2(NH,, HO) cuya parte última de la reacción, se expresa de este modo: 2(NH,HO)=2 NH, +2 H,O Lo que quiere decir que en disolución en el agua, el hi- dróxido de amonio se disocia en gas amoniaco NH, y agua H,O. Todas las sales amontacales se descomponen al calor ro- jo formándose agua de amoniaco y ácido, como por ejem- plo, el sulfato amónico y ácido sulfúrico (NH,)2 SO,=2NH,+80,H, Este fenómeno se llama disociación y es “de mucha im- portancia teórica. Cuando se enfrían estos dos cuerpos se vuelven 4 unir formando otra vez el sulfato amónico. Esta propiedad se aprovecha para obtener amonia- eo, con una sal cuyo ácido sea fijo, como sucede con el sulfato amónico, que por el calor abandona el gas NH, y en la retorta queda ácido sulfúrico. Es propiedad de las sales amoniacales formar sales do- bles, como sucede con los alumbres amonlacales. Con el clorido de plata forma los compuestos Ay Cl, 3 NH, y (Ag Cl)2, 3(NH,). El amoniaco ejerce en química la ac- ción del agua, y desempeña en las combinaciones salinas la misma función. Así, por ejemplo, el sulfato de cobre anhidro Cu SO, forma con el agua un cuerpo, el sulfato de cobre hidratado, que da bellos cristales azules de Cu SO, 5H,0. Este mismo Un SO, forma con el amonia- co una sal semejante: Cu SO,, 5NH, Y así como esa agua que forma la molécula del sulfato de cobre cristalizado, se llama agua de cristalización, del mismo modo decimos amoniaco de cristalización al que forma la molécula en el sulfato de cobre amoniacal. COMPUESTOS DEL NITRÓGENO CON EL OXÍGENO. —Como ya hemos visto, el amoniaco puede formar con el agua la combinación llamada hidróxido de amonio NH,+H,0=NH,HO así es que de una molécula hidrogenada pasamos á una TOMO XLVII.—00. 426 ANALES DE LA molécula oxfevenada. Si tomamos el cloruro amónico NH,(Cl) y lo comparamos con el hidróxido NH,(HO), vemos que el cloro desempeña el mismo puesto que la media molécula de agua H,O=HO, H en el hidróxido. El fenómeno se ve reproducido muchísimas veces en química y se denomina “fenómeno de sustitución”. —, La sustitución del hidrógeno por el oxígeno en la mo- lécula, Ó viceversa, la del oxígeno por el hidrógeno, son muy frecuentes. Ese mismo grupo HO que sustituye al cloro en la mo- lécula NH,Cl también sustituye á pu proporción de hi- drógeno en la molécula NH¿= NH,, H ósea en el amontia- CO SASseoso H,4-HO=NH,(HO)+H dando lugar al compuesto llamado hidroxilamina el cual todavía conserva muchas propiedades del amoniaco, y por consiguiente con los ácidos forma sales que se deno- minan sales de hidroxilamina, como el sulfato NH,(N O): SO,H, y el clorhidrato NH,(HO), H cl En los fenómenos de sustitución veremos que una pro- porción de oxígeno reemplaza 4 dos proporciones de hi- drógeno O=H, y por lo tanto, si en el hidróxido de amo- nio NH,,HO las cuatro proporciones de hidrógeno en el amonio, son sustituidas por dos proporciones de oxígeno, obtenemos el cuerpo siguiente: NH, HO+> O=NO0, HO+4 H y entonces cbtenemos como último resultado el ácido ní- trico NO, HO=NO, H. Vemos pues,como los compues- tos hidrogenados por etapas sucesivas, se transforman en compuestos oxigenados, llegando ¿4 desaparecer todo el hidrógeno, como en el anhídrido nítrico N,O, así: 2 NO,H=N,0,+H,0 Los compuestos del nitrógeno con el oxígeno demues- tran bien la ley de las múltiples proporciones en las que se combinan los cuerpos. Partiendo de un mismo volumen de nitrógeno, se conocen varios de sus compuestos oxige- nados, entre los que se encuentran: N,O Oxido nitroso; hidrato NHO. N,0, Oxido nítrico NO. N,0O, Anhídrido nitroso; hidrato NHO.. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HARANA 427 N,O, Peróxido de nitrógeno NO,. N, O, Anhídrido nítrico "NHO, a “Y si en lugar de formularla en volumenes, formulamos por pesos, sabiendo que el peso equivalente. del nitróge- no es 14 y el del oxígeno 8, vemos bien que para el 19 14 gramos de N se combinan con 8 de O=98 con 16 A z 8 39 30 14 9) E 1) 1) 24. »” =49 ») 48 40 14 1 o el 2) 1) 32 eh) =28 2) 64 O AO: 1 =286: 780 > ms SEN k =- X e A - ; Ñ e od “e E za pe 3 Le es > OS ' de a i K Ñ s , E E SS E n 4 e el y e E p ' Y A a E A 3-4 - ' a Ñ 5 - E , IA ñ Ú E = gx o a = ES 2 ' » j , Po 6 bs , » 3 a m Ad AS so o Ey po a A ud a y no hn y AS L - y E ES S - a 53 -- ”* 2 e Y - ta a E AN E , E ' > X- E > Le - .z De pa » * ñ A el > 0d AI = má E 4 y asf Ñ . S Mi AT y y > - AN > =y E E E E e , o ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 455 triste y cariñoso, de ur amigo leal, de un compañero co- rrecto, de un compatriota que supo en todas las circuns- tancias de la vida conservar su conciencia, como su histo- ria, limpia de mancha y de reproche. Tarea relativamente fácil para mí, que honrándome con su amistad pude apreciar más de una vez la grandeza de su alma, la pureza de sus sentimientos, la nobleza de sus aspiraciones, la lealtad de su corazón y la rectitud de sus principios. No es la palabra torpe del que os habla, la que debiera aquí vibrar en su alabanza: si algún momento llega mi voz á vuestros oidos, débil, monótona y fría, como el ru- mor lejano de arroyuelo que tranquilo en su cauce, se desliza; pensad que va impulsada y brota de una fuente pura é inagotable de admiración por su obra y rebosante de justicia y afecto d su memoria. El Dr. Ignacio Calvo y Car as hijo de una de esas familias lege endarias de Cuba, era emo heredero de los apellidos ilustres Calvo y Hr rera, Cárdenas y Montalvo: nombres son estos que sin gran esfuerzo traen 4 nuestra mente los títulos de nobleza criolla, si se me permite el vocablo, vinculados por la historia de sus riquezas y re- pr esentación social, en los Condes de Fernandina, de San Fernando, de la Reunión de Cuba, de Casa Bay ona, en los Marqueses de Calderón, de Real Socorro, de la Real Proclamación, de la Gratitud, de Almendares, de Casa Calvo y Arcas, con todos los cuales se hallaban emparen- tados los progenitores de mi ilustre biografiado. Nacido en la opulencia, desde niño educado en una at- mósfera de legítimo orgullo por su orígen linajudo, ro- deado de COMO por todos aquellos alagos naturales ¿ un miembro afortunado de la aristocracia, fué sorpren- dente, pero irrefutable testimonio de su grandeza espiri- tual, de su verdadera é innata nobleza, que se desarro- llara en él aquel carácter sencillo, llano, caritativo, aque- lla discresión 4 toda prueba, habiendo naturalmente co- operado esas condiciones de vida 4 producir, entre otras virtudes, aquella le saltad que tantas veces pudieron aqui- latar sus amigos y compañeros de trabajo y aquella hon- radez indiscutible y evidente en sus juicios personales y 456 ANALES DE LA en sus as médico-legales. Era noble, pues, en verdad, el Dr. Calvo, de hecho: y de derecho. La ciudad de la Habana fué su cuna y allí también rin- dió tributo á la Naturaleza, después de una vida corta pe- ro honorable y fructífera. Sus primeros años pasaron sin duda al igual que los de otros jóvenes contemporáneos y de su misma esfera social, entre lisonjas, cariño y biena- danzas, cosas todas muy « aptas á forjar ese carácter dulce y apacible que más tarde fué el encanto de propios y extra- ños; ete en el Colegio de- Delgado, entónces uno de los planteles de educación más renombrados, como digno ¿mulo de “El Salvador” que, radicado en el mismo barrio de la ciudad, fué orígen de tantos beneméritos cubanos. Después en el Instituto de, la Habana prosiguió sus estu- dios hasta obtener el deseado título de Bachiller, cuando apenas contaba 16 años de edad. No he podido averiguar si era brillante el joven Calvo durante esa época de su vida, pero presumo que no, por- que d juzgar por su labor madura y sus condiciones per- sonales, años más tarde, era el Dr. Calvo lo que en inglés llaman “a well balanced mind” y un cerebro bien equili- brado casi nunca presenta en sus manifestaciones esos destellos de luz, común á las imaginaciones volcánicas y que tan solo sirven para deslumbrar, rara vez para ilumi- nar, aquellos problemas que más embargan el pensamien- to de investigadores cuidadosos,de los verdaderos investi- gadores. Pero por otra parte he sabido que un senti- miento de dignidad que lo enaltece y que no le permitió soportar la injusta afrenta de un catedrático violento é irreflexivo, lo obligó a abandonar las aulas universitarias cubanas y dirijirse 4 Europa con el objeto de terminar sus estudios. En el año de 1887 recibió Ienacio Calvo su título de médico en la Universidad de B: arcelona, regresando poco tiempo después á Cuba y entregándose de lleno al ejerci- cio siempre ingrato de nuestra profesión. Luchó como bueno, primeramente en el campo y luego en esta ciudad, en conquista de otros lauros y otros títulos que no pudie- ron legarle sus antepasados y coronando el éxito sus es- fuerzos desde sus primeros ensayos, pronto reconocieron sus compañeros que, había venido entre ellos uno, que ACADEMIA D£ CIENCIAS DE LA HABANA 457 por su personalidad, su preparación científica, su conduc- ta ejemplarísima, habría de merecer el más alto concepto del cuerpo médico cubano. No pasaron muc hos años sin que su natural simpatía y los méritos y prestigio indiscutibles de que gozaba le permitieran conquistar el corazón de bella y noble dama, y en 1891 unieron sus destinos y constituyeron aquel ho- gar, fuente de todas las felicidades y templo de todas las virtudos, el Dr. Calvo y su digna esposa, la señora María Antonia Silva y Alfonso. De esta unión, como consuelo y lenitivo 4 la inmensa pena que agobia á su atribulada madre, queda una hija que, como era de esperarse, ha he- redado la belleza, las virtudes, la inteligencia y el buen juicio de sus padres. Pero la vida científica del Dr. Calvo comienza verdade- ramente en el año de 1895: en esa fecha, sin duda su cul. to 4 la verdad y su natural inclinación por el estudio de aquellas ramas de la medicina que menos dependen de la especulación y más se basan en la comprobación experi- mental, lo condujeron al Laboratorio de la Crónica Médi- co-Quirírgica de la Habana. Allí, la generosidad del Dr. Santos Fernández, el amor que siempre ha demostrado por el progreso de las ciencias médicas, tenía abierto un centro de investigación al que recurrían ya muchos com- pañeros en busca de ese auxilio, indispensable algunas veces, que á la clínica presta el microscopio. El Dr. Calvo así lo dice: “desde mi entrada en el Laboratorio quedó para siempre fijada mi vocación”. Permitid que á mi vez y en comprobación de la exac- titud del concepto que acerca del Dr. Calvo he formado, anote aquí sus propias palabras. ¡Qué no diera yo por- que mi voz, áspera y dura, pudiera imitar, siquiera remo- tamente, aquel acento dulce y suave que escuchásteis en- tónces y que más nunca escucharéis! “Era, dice, como una atmósfera nueva la que se respi- raba en el Laboratorio; allí no solo me sentí atraído por la franca y cariñosa acogida, hija del espíritu de noble y sana democracia que le imprimían su bondadoso Director y los profesores de las distintas secciones, sino también por la multitud de interesantes problemas científicos que se debatían en el terreno especulativo ó que se sometían 458 ANALES DE LA á la experimentación por el crisol, la probeta ó la platina del microscopio. Bien pronto la atracción que en mí ejer- cía el personal del Laboratorio se convirtió en sentimien- to de amistad que el tiempo ha afianzado”. : Y el Dr. Dávalos, ilustrado compañero, desaparecido también, cuyo elogio póstumo habéis de oir redactado por mano maestra, decía del Dr. Calvo, en ocasión análo- ga á esta que nos reune hoy y celebrando su ingreso en esta Academia, lo siguiente: “Todos reconocimos en él una vasta instrucción médi- ca, un juicio certero y un carácter noble que se reflejaron en todo cuanto expresó al departir amablemente sobe variados asuntos. Esto, unido al sello de distinción que le caracteriza, correcto en todo con espontánea naturali- dad, culto y cortés, revelando una educación esmerada, d la par que una instrucción sólida en conocimientos médi- cos, nos hicieron estimarlo como una valiosa adquisición para el Laboratorio y nos empeñamos en atraerlo”. A ese laboratorio del Dr. Santos Fernández, Meca de cuantos se interesan por la investigación moderna, única institución adonde era posible recurrir á los que no se conformaban con el veredicto clásico del “magister dixit” allí ful yo también á recalar, como á puerto seguro, en el tormentoso La de la vida. Allí me tocó á mi vez co- nocer al Dr. Calvo, caballeroso, afable, distinguido, con esa distinción natural del que la tiene por don propio y no como barníz artificial y transparente; entusiasta sin alardes y como tuve ocasión de comprobar, * “con el crite- rio abierto á la razón y el corazón sensible á la amistad”. Y á la verdad que el Dr. Calvo,en el Laboratorio, no era más que una nota en perfecta armonía con el conjunto; porque el lema de esa casa, si me atrevo á sugerirlo, de- bía ser, “amor, labor y honor” que en mi opinión, de una manera fiel, así se expresa el sentimiento que entonces como ahora allí imperaba, de amor al trabajo y honor á la verdad. Digo que la vida científica del Dr. Calvo comenzara á su ingreso en el Laboratorio, porque anterior 4 esa fecha tan solo dos contribuciones 4 la medicina había publica- do: la primera “Fiebre tifo-malárica sincopal y hemorrági- ca” es el resultado de observación clínica, larga y peno- ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 409 sa; es un trabajo concienzudo y que sin duda puso á prueba sus aptitudes de médico y de amigo; la segunda, “Angina no diftérica tratada por el suero antidiftérico del Laboratorio Bacteriológico”, revela su inclinación á utilizar en la práctica clínica los productos de la bacte- riología y presenta de una manera clara el hecho recono- cido hoy por todos de la influencia beneficiosa del suero antidiftérico en las anginas catarrales Ó al menos no dif téricas. | De los treinta y tantos trabajos publicados por el Dr. Calvo, diez y nueve son obra suya exclusivamente; cinco aparecen en colaboración con el Dr. Dávalos, el primer bacteriólogo de Cuba, á quien Calvo llamaba su “profesor y hermano”; cinco en colaboración con sus compañeros del Laboratorio Nacional, los Dres. Venero y Fernández y uno con el Dr. Cartaya. Una ojeada rápida á la biblio- erafía del Dr. Calvo deja ver bien claro su indiscutible erudición y el vasto campo que abarcaban sus conoci- mientos, pues de otra manera no se explica que en su corta vida pudiera tratar con la reconocida competencia que lo hizo, asuntos de bacteriología, de jurisprudencia médica, de higiene, de clínica médica, de terapeútica, etc., y en esos escritos se comprueban de manera fehaciente su constante laboriosidad, su decisión por el estudio, sus condiciones de perspicaz observador y su dominio de la tecnología de laboratorio. No es posible hacer más que anotarla, en el breve es- pacio de tiempo que debo ocupar esta tribuna, ni es esta la oportunidad de presentar un completo análisis de la obra científica del Dr. Calvo; pero antes de abandonar esta parte del modesto y quizá inadecuado aunque since- ro tributo que rindo 4 su memoria, permiítaseme fijar la especial importancia, el grandísimo mérito que tienen al- gunos de sus trabajos menos conocidos. Así como en la vista panorámica de las grandes ciudades, de entre la ma- sa informe del apiñado caserío se destacan aquí y allá las altísimas torres de básilicas y catedrales, las elevadas cú- pulas de los teatros y de los palacios, respectivos templos de las religiones, del arte y de la riqueza, así una vista panorámica de la obra científica del Dr. Calvo permite descubrir, levantándose por encima de los demás, tres 460 ; ANALES DE LA hechos ó tres resultados de su labor intelectual. Me re- fiero en primer término 4 su demostración del antrax sin- tomático, infección mortífera que en 1903 se introdujo en la Isla y que, por haber sido desconocida de los albéita- res y herreros del interior, venía diezmando las crías de ganado vacuno y amenazaba con la ruina económica á numerosos agricultores. Completamente independiente de la comisión que en esa época estudiaba en los campos la epizootia, el Dr. Calvo, en el Laboratorio Nacional, des- cubrió el gérmen en las muestras de sangre y tejidos que le habían sido enviadas, y como sucede con todas las in- fecciones, una vez conocida la identidad del agente cau- sal, fué relativamente fácil proceder 4 su extinción y ¿ su prevención: no creo exagerar ni consigno en centenares de miles de pesos la cantidad en efectivo que esa obra del Dr. Calvo, convirtió en beneficio del Estado. Otro esfuerzo coronado por el éxito es el que el Dr. Jalvo realizó y detalla en su contribución titulada “And- lisis bacteriológico del agua de un pozo ete.” y que dió por resultado el hallazgo, por primera vez en Cuba, del bacilo de la fiebre tifoidea en aguas que servían para usos domésticos. La otra obra que merece especial mención es la que él denominó “Angina piociánica”; es una comunicación d la Academia de Ciencias y tiende principalmente á llamar la atención sobre la importancia del diagnóstico bacterioló- gico en las anginas seudo-membranosas: pero la exposi- ción clara y precisa, la relación detallada de todas las cireunstancias del caso y de los prolijos procedimientos por medio de los cuales llevó 4 cabo la demostración, ha- :'en de ese trabajo una obra maestra, una verdadera y completa lección acerca del bacilo piociánico. Si en tan- tos otros escritos no hubiera el Dr. Calvo demostrado su capacidad muy especial para esa clase de investigaciones, habría bastado ese para que basado en él se le adjudica- ra el título de bacteriólogo. Porque he de repetir aquí lo que en la cátedra y fuera de ella vengo predicando ha- ce muchos años y es que el valor de la investigación mi- eroscópica dependerá mucho más de la sagacidad, perse- veraneia, seguridad y honradez del observador, que de la excelencia de su equipo ó de la perfección de sus ins- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 4651 trumentos. El microscopio más costoso en manos inex- pertas es inútil; en manos de un observador descuidado, lijero Ó con prejuicios es peor que inútil, porque enton- ces habrá de contribuir 4 multiplicar los errores ya incon- tables, que á guisa de verdades científicas se nos presen- tan. En manos del Dr. Calvo el microscopio era un arma poderosa en contra del error, era una defensa segura co- locada sobre los baluar Les inexpuenables de la ciencia verdad. ¿Qué servicios ha prestado el Dr. Calvo 4 su país? A mi manera de ver, incalculables. El patriotismo no se revela únicamente arrostrando los peligros de la guerra ó en el fragor de los combates por la libertad, ni MnApaco en los campos sembrados de abrojos de la política, ni me nos aun en la egoista contienda E los erandes negocios, que al enriquecer muchas veces envilecen también, no, es en el fomento de la familia honrada y virtuosa, base inconmovible de la sociedad “y exponente fiel, en todas partes, de la cultura nacional; es en el cultivo de las cien- cias, como lo hizo extensamente el Dr. Calvo y CORR do á levantar el estado sanitario y así el crédito interna cional, que también se demuestra el amor á la tierra y se sirve eficazmente á la patria; es concurriendo á prestar su concurso en instituciones como esta Academia, no ménos que predicando en el seno de los hogares, como él lo ha- cía, la sana doctrina de la higiene privada, en beneficio directo de la salubridad pública, que también se hace obra patriótica y de trascendentales consecuencias. Nuestros hombres de ciencias todavía no tienen, por desgracia, entre nosotros, el estímulo ¿4 su labor y el pre- mio á sus esfuerzos que en otros estados de igual desarro- llo comercial y político. Esto demuestra que en la mag- na evolución que se ha ido produciendo en nuestro país, es todavía deficiente, no tan solo el elemento científico, sino también el literario y artístico y que, el desarrollo material, avanzando con mayor ímpetu que el intelectual, amenaza lanzar á nuestra sociedad en brazos de un egois- ta materialismo. Al conjuro del trabajo, auméntense en nuestro suelo los manantiales de riqueza; nazcan nuevos pueblos, como por encanto, ¿4 lo lareo de nuestras férreas paralelas; despierten las ciudades dormidas al silbido de Tomo xLvI.—60, 462 ANALES DE LA — las locomotoras y abran nuestras selvas vírgenes y nues- tros asrestes montes sus fecundos senos de inagotables te- soros; pero al mismo tiempo y sirviéndonos de ejemplo la vida de tantos ilustres compatriotas desaparecidos, enltí- vense las ciencias, fuentes abundantes de verdad; penetre en las conciencias redentora luz que infunda el sentimien- to de lo noble, de lo grande y de lo bello y cincelen nuestros poetas en la heróica estrofa, no en los lastimeros ayes del decadentismo literario, la imperecedera memoria de nuestros grandes hombres y de las glorias patrias; di- rija el moralista, por entre las masas populares las corrien- tes reg enceradoras de sus sabias enseñanzas; difúndase en la poética leyenda nuestras más valiosas tradiciones histó- ricas; vigorícese al pueblo con el constante recuerdo de las eruentas luchas para conquistar la independencia de la patria; incúlquese en el alma de todos el sentimiento verdadero de igualdad, fraternidad y libertad, que ame- naza desaparecer, si es que ha existido y así, en el actual acelerado movimiento de progreso que á pesar de todo, afortunadamente, se produce en nuestro país, podrá com- batirse a la codicia que corrompe y al egoismo que este- liza; así, nuestra actual generación, más pote ente y rica en elementos materiales, podrá hacerse digna del hermoso suelo que los épicos esfuerzos de nuestros ilustres proge- nitores lograron redimir. Os ruego perdonéis esto que pudiera pareceros una di- oresión; más puedo aseguraros que al consignarlo aquí no he perdido de vista ni un momento, la imagen venerada del amigo en quien reconocimos tantas cualidades y atri- butos inherentes al verdadero patriota, al ciudadano mo- delo. Y allí está como prueba irrecusable de su gran utilidad á la nación, su diaria labor, al pié del microsco- pio, dirigiendo por muchos años, desde su banco del La- boratorio Nacional, la acción terapéutica de numerosos compañeros, en otros tantos hogares entristecidos por la enfermedad de un ser querido, con su veredicto seguro, con su juicio sereno y de toda confianza. Allí están sus ponencias médico-legales, todas aceptadas unánimemente por esta Academia, que en auxilio de los tribunales de Justicia vinieron muchas veces 4 hacer luz adonde antes eran tinieblas y dudas, vinieron á salvar al inocente, acu- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 463 sado injustamente por la evidencia de cireunstancias es- peciales Y á convertir en justiciero el castigo del malvado que necesariamente impone la ley y reclama la vindicta pública. Y antes de eso, como Inspec tor médico durante la pri- mera Intervención y más tarde en el Laboratorio Munici- pal demostró el Dr. Calvo sus facultades de hombre cien- tífico y de recto criterio. Además, sin percibir emolu- mento alguno ¿cuántos años no sirvió la plaza de médico del Dispensario de niños “La Caridad” y en el seno de la Junta de Educación de la Habana? Dificilmente se puede presentar una hoja de servicios más completa y meritoria para optar al honroso concepto de buen patriota. Como límpido diamante engastado entre multitud de gemas de inestimable valor, resplandecía en el carácter del Dr. Calvo, entre tantas y tantas y tantas buenas cuali- dades, la caridad. Como el color ¿la luz, como la 1n- mensidad al espacio, como el verdor á los campos 6 la be- lleza 4 las mujeres, venía en perfecta consonancia con su manera de ser, esa, la más excelsa de todas las virtudes, base de los más erandes sacrificios, es verdad, pero tam- bién fuente de ls más grandes satisfacciones. La caridad fué innata al Dr. Calvo; desde la infancia manifestábase espontánea en sus más naturales inclinacio- nes; no ha de extrañarnos pues, el sello de grandeza que caracterizó toda su vida; porque la caridad no es más que el centro poderoso al rededor del cual eravitan, como en circuíto del sol van los planetas, recibiendo su benéfica influencia, la bondad, la lealtad, la piedad, el altruismo, la abnegación. Permitiréis la relación de un hecho que fija cual ningu- no ese sentimiento humanitario que le impulsaba á aliviar males agenos, olvidando muchos veces los suyos propios. ón el lecho de muerte yacía un amigo Intimo y compa- ñero de muchos años; la enfermedad prolongada y penosa, había mermado sus escasos recursos al grado de no serle posible 4 la familia satisfacer las cuotas reglamentarias que debían mantener viables el seguro de vida: sabedor el Dr. Calvo de esta circunstancia, realizó por su cuenta el desembolso, para lo cual tuvo que descuidar el pago 464 ANALES DE LA de sus propias mensualidades. Fallecido por fin el ami- go enfermo, pudieron sus huérfanos disfrutar del beneficio material asegurado por aquella mano oculta. Poco tiem- po después, apenas dos semanas, caía también el Dr. Cal. vo bajo la acción fatal de accidente fortulto y pudo des- cubrirse entónces ese acto de abnegada conducta, de in- cgénua caridad, digna de mayores elogios de los que mi humilde palabra es capaz de expresar. Y fué practicando la caridad que el Dr. Calvo halló el mortal veneno que, infiltrándose en sus venas, puso fin, en corto plazo, 4 su agitada y benemérita existencia. De día y noche, 4 todas horas, estaban sus servicios profesionales 4 la disposición de sus compañeros; muchas familias de estos han recibido sus indicaciones certeras y sus cariñosas atenciones, disfrutando el Dr. Calvo el envi- diable privilegio de que tantos médicos depositaran en él su confianza, en reconocimiento de sus condiciones espe- ciales de clínico experto. Varios meses hacía que los amigos del Dr. Calvo habían notado en él. cierta melancolía, cierta tristeza, que coin cidiendo con perturbaciones evidentes en su físico, hicie- ron sospechar que se minaba su naturaleza por grave mal que nadie conocía. Eso no obstante, la tarea diaria era vencida, siguiéndole un cansancio exagerado, siempre en aumento. Dos rudos golpes, dos grandes penas morales vinieron últimamente 4 someter su espíritu 4 dos tremen- das sacudidas; me refiero al fallecimiento, en corto tiem - po, de sus dos íntimos amigos, los Dres. Davalos y Vila. Profundamente impresionado por la muerte penosísima de este último, el Dr. Calvo prosiguió su labor en el Labora- torio y la clientela. El día 18 del último Febrero, sufrió una pequeña pica- dura, casi imperceptible, con el bisturí que le había servi-. do para dilatar un absceso. En pocas horas, á pesar de haber procedido á la inmediata desinfección de la herida, se presentaron los síntomas de la septicemia que fueron rápidamente agravando su estado. Por fin, nueve días después, agotadas por completo las naturales defensas de su organismo, hubo de sucumbir á la terrible infección. Murio víctima del deber profesional. No quisiéramos, ninguno de nosotros, para consagrar nuestra gloria inmor- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HARANA 465 y] tal, que otro epitafio que este orlara nuestras tumbas. “Murió víctima del deber profesional”. Una tarde esplendorosa de nuestro bello invierno; en la calle, el bullicio ensordecedor de centenares de ca- rruajes y automóviles; los gritos estridentes de enmasca- rados, contentos y felices; en el ambiente sentíase el cz lor.de la alegría de un día de carnaval. In el interior de una casa, “de la misma avenida, el frío glacial de una pena indecible helaba en nuestros labios la palabra de consuelo tan inútil, tan hueca y sin sentido, en aquellos momentos en que más parecía necesaria. Había muerto un amigo; un padre de familia cesaba en el mundo de los vivos, legándonos como herencia preciada el ejemplo glo- rioso de su vida. ¿ntre lágrimas y sollozos salió de aquel hogar su inerte cuerpo, en viaje sin regreso; nunca más su simpática pre- sencia alegrará aquel recinto, ni el eco de su voz se deja- rá oir entre nosotros; pero, ¿es qué ha de acabar así para siempre jamás, una existencia? De seguro que no: por doquiera encontramos las huellas de su paso; impresión indeleble ha dejado su vida corta pero fecunda, en un medio adonde generalmente no causan impresión más que los embates violentos de las pasiones Ó las traidoras mor- didas de la envidia. St; por doquiera están los comprobantes de su laborio- sidad; en nuestros corazones se halla fijo el recuerdo de sus bondades y en esta Academia, que sabrá honrar su memoria haciendo grabar su nombre en digna lápida, en la Sociedad de Estudios Clínicos, en el laboratorio de la Crónica, en el Nacional, sus compañeros sienten el vacío que produce su ausencia. Si esto es así, ¿qué no experl- mentará ese hogar que él mantuvo por siempre como un culto y que supo sostener felíz y puro con el ejemplo constante de sus propias virtudes? Descanse en paz el amigo, el compañero, el compatrio- ta; llegue 4 sus deudos el sentimiento más vivo de mi condolencia y permítaseme adornar su tumba con mis modestas flores, como dice nuestra dulce poetiza, (1) con las del alma, Flores que siempre viven, Formar debo yo el ramo Que mi amistad exigen. (1) Lola Rodríguez de Tió. 466 ANALES DE LA DISCURSO DE CONTESTACIÓN AL DE INGRESO DEL DR. ARISTIDES AGRAMONTE EN LA ACADEMIA DE CIENCIAS, LEIDO Por el Dr. Federico Grande y Rossi. —— (Sesión extraordinaria del 12 de Enero de 1912.) Señor Presidente de la Academia, Señores académicos Señoras, Señores: La Academia, como véis, celebra esta noche una ceremonia que pudiera parecer bien rara al espíritu profano que no se detu- viese á penetrarla, la ceremonia que se cumple cuando uno de sus miembros muere y otro llega á sustituirle, en la cual la docta Corporación impone que á la voz elegiaca del académico recien- te, que debe honrar á su antecesor relatando sus méritos y ex- presando en nuestro ritual un adiós en el recuento de los valores ganados por su trabajo inteligente, ha de seguir la voz halagado- ra, y también justiciera, del que en fraternal bienvenida señale las virtudes del recién admitido candidato que viene á la brecha de labor dejada por el desaparecido compañero. Y, sin embargo, nada es más hermoso, ni más biológico ni de elocuencia mayor, porque casi objetivamente se exterioriza en ese acto simpático sin mencionar lo que fortifica el compañerismo ni el ejemplo que trasmite á los que nos sucedan, de amor al amigo ó al maestro— lo que los hombres de ciencia estudian cada día en el intrincado fondo de la maravillosa retorta de la vida, en los lazos que es- trechamente unen la existencia que acaba y la que empieza; y rara ceremonia que en nuestro rudo estilo de fisiólogos traduce el sen- cillo sentimiento que esparce sobre la tierra de la tumba, que la cubre con peso que parece definitivo, las flores que en hermosos y poéticos símbolos de inmortalidad representan aquellos lazos antes sentidos por el corazón que razonados por la inteligencia. Pero antes de cerrar con el empeño, dieno de más fuertes hom- bros confieso con sinceridad y sin modestias, que deploro la de- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 467 signación, porque esta honra merecidísima al doctor Agramonte mejor la hubiese lucido habilidad más experta que la mía. Es de tan buen mármol el bloque confiado á mí por la Academia, que no acertaría á empezar la talla, temeroso por la inseguridad de mi flaqueza, de que hayan de valer más que la estatua las escamas, si no me animase un pensamiento de cuya verdad estoy seguro: todos los que honran mis palabras con su atención benevolente saben, porque estudian y han seguido paso á paso los conoci- mientos adquiridos aquí, en Cuba, en la etiología de la fiebre amarilla, cuánto vale el doctor Agramonte, y podrán colaborar con sus juicios conceptuosos en lo que pudiera silenciar mi inva- lidez. Aunque esta clase de trabajos no debe ser biográfica, se hace, sin embargo, muy difícil, cuando existen las circunstancias del caso presente, dejar de consignar ciertos particulares que, al mismo tiempo que engrandecen al hombre, vienen á ser los pri- meros hitos que señalan el principio de la futura ruta de una vida, y buen ejemplo vivo y palpitante para los que nos hereden. (Que esté presente el biografiado podrá ser causa de una ofensa á su modestia; el doctor Agramonte la perdonará si así lo entien- de, en gracia de que no deseo ni callar mis ideas, ni torcer por miras mezquinas los impulsos que con toda libertad imprimen la admiración justa y la amistad sincera. Agramonte nació en 1868, en el comienzo de la que suele lla- _marse “guerra grande””. Su padre, Eduardo Agramonte y Piña, era médico, y en las filas de la revolución llegó á General de Brigada. Como aquel heróico guerrero polaco que, agonizante le- gó su piel para tambores, compuso, mientras lo fijaba al suelo, la curación de una herida por casco de metralla, los toques de clarín que resonaron en aquella guerra y en la de Independencia y que aun hoy nos electrizan el alma haciéndonos recordar los torrentes de sangre, los martirios indescriptibles y las explosio- nes de valor épico que se iniciaron en nuestros cruelísimos campos de combate. Murió en la campaña, en Marzo de 1871, en la acción de San José del Chorrillo, á filo de machete, y por tratar de salvar, personalmente, la vida á un soldado herido. Nuestro compañero empezó la existencia, desde los primeros 468 ANALES DE LA meses, en el destierro que impuso el apellido, anatema para el que tuviese la honra de llevarlo. En las penalidades del ostracis- mo, en orfandad por la sangre, comenzó la instrucción primaria en Méjico, nación que abandonó luego para hacer el bachillerato y la carrera de medicina en los Estados Unidos, donde perma- ció dieciocho años, desde los doce á los treinta. Sólo vió á Cuba en 1893, en una comisión de Martí. Tal es la explicación de uno de sus aspectos: eubano, hombre del trópico, por la cuna, por la sangre, por el proceso naturalí- simo que hace sentir intensamente el amor por la tierra que nos vió nacer; y hombre sajón, hombre de la Europa americana, co- mo diría el argentino Bunge, por el razonamiento del convenci- do, que le obliga á mirar con respeto profundo la bandera y el suelo hospitalario que acogieron á su familia cuando la abatían múltiples y tremendos infortunios y que le dieron la segunda vida, la verdadera y útil, preparándolo para la lucha y el estudio. Y digamos sin reservas que fuera muy difícil medir los compo- nentes de esta duplicidad frecuentísima entre nosotros, saber cuál sea de impulsos más fuerte, si el pie ó el ingerto. Pero de todos modos conocemos—y es por eso que enviamos al Norte nues- tros hijos—cuál es el resultado de esta combinación, de esta sim- biosis pedagógica; cómo dulcifica y serena el carácter capaz de adaptarse á esta mudanza; cómo da robustez al cuerpo y sanidad al alma, al alma cubana, de acuerdo con la sentencia latina; qué seriedad trasfunden aquel país y sus hábitos y cómo sin castigo y sin dolor doman nuestrás impulsiones y nos enseñan £ recortar nuestros vuelos fantásticos inútiles y á lastrar al mismo tiempo el espíritu refundiéndonos en hombres prácticos, que significan hombres útiles para sí mismos y para la sociedad que los alberga. Pundonoroso y plenamente convencido del peso que represen- taban las erogaciones exigidas por sus estudios, para aliviarlo los realizó con devoción y la mayor suma de trabajos que pudo. Fué premiado varias veces y ganó tres oposiciones en los cinco pri- meros años, la última de las cuales inicia el lado recto de su ca- rrera profesional: la que le hizo inspector médico del Departa- mento de Sanidad de New York, econ la calificación de 99,20 por 100, ante la Comisión del Servicio Civil del Estado. Otra oposi- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 469 ción posterior le llevó á la Sección Bacteriológica del mismo De- partamento, completando al médico de laboratorio que más tarde había de pagar tan espléndidamente á sus maestros. Intercalado en sus estudios de la carrera, hubo un período en que, cediendo á sugestiones del afecto materno nacidas quizá en la viva experiencia del jefe de la familia, médico también, co- mo hemos dicho, en el trabajo duro y sin medida, con escasa retribución material y con múltiples é ininterrumpidos sufrimien- tos, tal cual ha sido y es la labor del menos afortunado de los profesionales, se -dedicó al estudio práctico del comercio, que bien pronto renunció por falta de afinidades, porque no puede tener- las quien sienta por la profesión médica la vocación que trae con- sigo para el sacerdote de los tiempos modernos, como dijo Dau- det, caridades que no caben en la estrecha sombra de las simbó- keas culebras de Mercurio. Paso por alto los dos internatos ganados por oposición en el Hospital Roosevelt; silencio sus servicios como médico de niños en el Dispensario Alemán; ni siquiera enumeraré sus trabajos mé- dicos literarios producidos en el curso de su vida profesional, bas- tante por sí solos para hacer muy útil y provechosa una vida mé- dica; ni tampoco la parte activa tomada en las numerosas comi- siones en Cuba y el extranjero, productoras siempre de un bien para su país; porque el atrayente interés del hombre, por encima de todo eso, por encima del profesor novísimo que nos trajo la enseñanza escolar útil, práctica, objetiva, de la bacteria y de la experimentación, está la participación tomada por él en la memo- rable jornada que realizó el estudio de la etiología de la fiebre amarilla. Iniciada la guerra hispano-americana, el doctor Agramonte in- egresó como médico agregado al ejército de los Estados Unidos. Terminada la campaña vino á esta capital, y por aquella prepa- ración que había adquirido en la escuela experimental, en el la- boratorio, formó parte de la Comisión compuesta por Walter Reed, James Carroll y Jesse Lazear, comisión compuesta “con el propósito de hacer investigaciones científicas en las enfermeda- des infecciosas agudas frecuentes en la Isla de Cuba”, y, por instrucciones directas del Cirujano General del Ejército, ““pres- tomo xLvmi.—6l, 470 AÑALES DÉ LA tar especial atención á lo relativo á la etiología y profilaxis de la fiebre amarilla””, como reza el texto de la Nota Preliminar en- viada al vigésimo octavo meeting anual de la American Public Health Association, celebrado en Indianapolis, en los días 22 al 26 de Octubre de 1900, fecha que fijo porque ha de tener impor- tancia para aquilatar el trabajo del doctor Agramonte y la acti- vidad por él desplegada, casi solo, en los primeros pasos de la Comisión, ya que en los Estados Unidos parece olvidarse la obra y la merecida fama de nuestro compatriota. En aquellos tiempos anduvieron juntas con igual jerarquía y juntas se expusieron á escepticismos y desconfianzas iguales, las teorías que daban por causa á la fiebre amarilla, el bacillus de Sternberg, el bacillus icteroides de Sanarelli y la trasmisión por el mosquito sostenida y defendida por Finlay durante muchos años con la energía y la tenacidad de un iluminado. Muchas veces y con ese objeto vibró este recinto con la voz del venerable an- ciano. Las dos primeras corrieron la suerte destinada á las doctrinas etiológicas bacterianas que no resisten la dura prueba del postu- lado de Koch, tan pronto como la Comisión hubo terminado las experimentaciones de eliminación por todos conocidas. Y en los primeros momentos pareció que sucedería lo mismo á la teoría de Finlay, ya que algunas inoculaciones, —que pudieran llamarse preliminares en unos casos y en otros estimuladoras, porque se efectuaron para incitar á tomar parte en aquella campaña cien- tífica heróica,—no habían dado resultados positivos directos en lo que respecta á la obtención de la enfermedad experimental, pe- ro sí sirvieron para eliminar las condiciones en las cuales el mos- quito alimentado con sanere de amarillo no era capaz de trans- mitir la infección. Agramonte, Carroll, Lazear y otros habían si- do picados varias veces por mosquitos del mismo Finlay en aque- lla decidida intención de rasgar el velo del misterio á riesgo de la muerte. La sonrisa desdeñosa Ó compasiva se dibujaba en las caras de aquellos soldados serios y estoicos cuando contemplaban á los médicos entretenidos en las maniobras, que ellos juzgaban infantiles, del manejo y la infección de los mosquitos, que no ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 471 podían ser, de ninguna manera, los agentes responsables de la en- fermedad. El 27 de Agosto de 1900, á las dos de la tarde, Carroll fué pi- cado por un mosquito que había sido experimentalmente aplica- do á cuatro casos de fiebre amarilla en la siguiente forma: uno, en el segundo día de enfermedad, doce días antes; otro, en el pri- mer día, seis días antes; otro, en el segundo, cuatro días antes; y el cuarto, en el segundo día, dos días antes. Como sabemos hoy, este mosquito era trasmisor en ese momento por la picadura del primer caso: segundo día y doce días de incubación insentil. Á esta experimentación memorable se debe el primer caso de fiebre amarilla provocada en el hombre con el objeto de comprobar la teoría de Finlay, que ya por esos días empezaba á caer en el descrédito á que conduce la falta de rápido éxito feliz. Carroll fué atacado de fiebre amarilla y este diagnóstico fué hecho por el doctor Agramonte. Lazear, que había permanecido algún tiempo en Italia estu- diando con Grassi los mosquitos, se ocupaba principalmente en las investigaciones de entomología y de anatomía patológica. Reed no estuvo más de dos semanas en Cuba después de la constitución de la Comisión y luego marchó á Washington con el objeto de completar un estudio sobre “Fiebre tifoidea en el ejército””, en colaboración con los doctores Shakespeare y Vaughan, y no vol- vió á Cuba hasta los finales de Septiembre, en los días en que sucumbió Lazear. Recordemos que del 22 al 26 de Octubre Reed leyó la Nota Preliminar en el meeting de Indianapolis, pensemos que Carroll convalecía del ataque de fiebre amarilla y no nos será difícil apreciar la parte tan activa desempeñada por el doe- tor Agramonte en los primeros pasos, los decisivos, de la experi- mentación. En la tarde del 31 de Agosto, cuando ya Carroll estaba atacado, el soldado americano llamado en las primeras notas X. Y., y cuyo verdadero nombre es William H. Dean, pasó por donde se encon- traba el Dr. Agramonte manejando mosquitos, con la sonrisa des- deñosa que ya era reflejo constante que despertaban estos estudios ; le preguntó con ironía si aun trabajaba con los mosquitos y los tu- bos. Agramonte contestó afirmativamente y le invitó á dejarse pi- 472 ANALES DE LA car. Dean aceptó inmediatamente, y fué picado por el mismo mosquito que infectó á Carroll, y por tres más, de los cuales dos estaban en condiciones de trasmitir la enfermedad. A los cinco días comenzó el ataque de Dean. En estos dos casos reside indis- cutiblemente el comienzo de la comprobación de la teoría de Fin- lay, la base del trabajo de la Comisión, los alientos para conti- nuar las investigaciones que luego dieron cima á la hermosa obra sanitaria de que gozamos hoy. Pero no termina en este punto la serie de sucesos que ponen en claro la obra de Agramonte. Lazear se había hecho picar el die- ciseis de Agosto por un mosquito aplicado á un caso de fiebre amarilla en el quinto día de enfermedad y diez días antes. Esta experimentación, como sabemos hoy, no pudo ser positiva. Pero en la tarde del 13 de Septiembre, mientras recogía para el estu- dio sangre de un caso de fiebre amarilla, vió que un mosquito se detuvo en el dorso de su mano y lo dejó picar, permaneciendo tranquilo hasta que el insecto estuvo satisfecho. A los cinco días comenzó la fiebre amarilla que una semana después terminaba por la muerte del ilustre investigador. Con esta desgracia la Co- misión quedó reducida á tres miembros, los cuales, en unión de Gorgas y Guiteras realizaron las investigaciones ya bien conoci- das de todo el mundo. Actualmente Agramonte es el único super- viviente de esta Comisión, y, como expresa el Cirujano General del Ejército de los Estados Unidos, Torney, “jamás ha recibido, directa ni indirectamente, premio aleuno material por su coope- ración ”?. 0 ——— Meditad serenamente en los alcances que tienen la adquisición de esta sólida verdad ya asegurada por todas las comprobaciones hasta el último de los extremos, hasta el extremo más exigente de la práctica utilitaria. Así como hubiera sido casi imposible pensar ó presentir la desaparición completa de la fiebre amarilla en Cu- ba, porque siempre está el porvenir envuelto en las espesas bru- mas de lo desconocido y de lo imposible, también es muy difícil —por el fenómeno de óptica mental que nos oseurece los sucesos pa- sados y más si fueron de dolor y por el remedio heroico suprimi- dos—la reproducción exacta por el recuerdo de aquellos cuadros ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 473 que la fiebre presentaba á diario á los médicos de mi generación, que han tenido la dicha de estudiar en la época fecunda de las investigaciones provechosas. En la supresión de aquel dolor, du aquella memoria imperiosa de la muerte, va el olvido de los su- frimientos que produjo. Las generaciones de médicos actuales no conocerán prácticamente, y quiera la historia que no lo conozca nunca, este proceso morboso; se hablará de él como de la podre- y el mérito del descubrimiento descenderá w dumbre de hospitales, todo lo que pierda en sus fuerzas la amenaza. Y si no, ¿qué ima- ginación, por viva que ella fuese, podría hoy reconstruir en las profundidades del pensamiento, con todos sus colores, las escenas de una epidemia de viruelas antes del advenimiento de Jenner? ¿Quién es capaz, borrada la importancia pronóstica de la difte- ria por la obra maestra de Behring y Roux, de reproducir con aceptable verismo la terrorífica impresión determinada por el simple exudado faríngeo, presagio fatal de la muerte lenta y sucesiva de los niños de una familia? No miréis á través de la lente médica, dejad á un lado vuestra elencia y decidme los que saben de aquellas épocas, ¿qué impresión os causa el amarillo importado por una tripulación, el tremenda- mente contagioso amarillo, paseado con lentitud desde los muelles hasta el hospital “Las Animas””, por el corazón de una ciudad poblada de individuos no inmunes, separado tan solo de la vista y del contacto por la sencilla tela del mosquitero transparente? ¿Cuál la asistencia de ese caso por individuos aptos para sufrir la enfermedad, seguros de que la única trasmisión está en el inter- medio del mosquito y que la tela metálica es absoluta garantía ? Pensad en la desaparición de las cuarentenas, en la supresión de la desinfección de los buques y en lo que esto representa no ya en gloria sino en valores materiales para la industria, el comercio y el país. Pero no ya el problema individual, que es médico, sino el pro- blema nacional, político de nuestra nación fertilísima y poco po- blada y trabajada. Se extinguió la sed del oro nativo que atrajo al Nuevo Mundo las insaciables ambiciones del viejo continente para la expresión secular de sus entrañas; ya no vienen los aven- tureros con el pecho apretado contra la banda del bajel que los 474 ANALES DE LA traía y la mirada inquisitiva y codiciosa puesta en las costas aurí- feras de la nueva tierra de promisión, caldeada en el ardor de la leyenda, capaz de satisfacer todos los apetitos y todas las con- eupiscencias; ya no pasea la ancha faja de tierra conquistada con la tizona al cinto y el crimen en el alma el aventurero analfabeto exaltado desde la almadreña hasta la púrpura sin el paso impres- cindible por la escuela. Los cañones, el valor y la razón del Nue- vo Mundo ahondaron la amarga inmensidad del Océano. Pero al mismo tiempo que la espada de la libertad señaló el fin de la dominación española en América, el vencedor, como si un decreto providencial se lo ordenase, escucha la palabra del gran Finlay,— Dios ó Noé, no importa, de la concepción genial—y la fiebre ama- rilla sale del misterio desnuda y sin defensas y la experimenta- ción la suprime y el terror se calma y el trópico nunca tan hermo- so como esta vez se adorna con los laureles de la verdadera con- quista, de la conquista científica que abre de par en par las puer- tas al mundo, á los inmigrantes que con el cerebro lleno de ideas de libertad, de trabajo y de progreso, ó con el acero fundido en aperos de labranza, vengan á fecundar la amplia y nueva cadera de la generosa tierra del sol, sin el temor al fantasma legendario que en otros tiempos les esperaba en las riberas del golfo para dorarlos al fuego febril de la mortífera peste americana. Conquista completa, pero conquista con una redención, la úni- ca manera de que parezca legítima y hermosa una conquista. La anterior, la del siglo XV, la conquista de la masa de tierra, gro- seramente grande, solo necesitó la mano, ó la máquina que no es más que su ampliación y su prolongación, pero que no alcanzó á la proboscia del mosquito americano más fuerte que los brazos y los útiles de guerra, porque el átomo, lo único grande del mun- do, no se rinde sino al talento, lo único grande del hombre. América devuelve al resto de la tierra lucidas y aumentadas las lecciones que de todo género aprendió. Los hombres aterrori- zados por el caballo en la conquista de Cortés, tienen hoy en los mejicanos nativos los mejores jinetes del mundo. El desconocido acero de ayer tiene hoy un trono industrial americano. La pól- vora que rindió al indio inerme ha hecho en América los más certeros tiradores conocidos. El más grande de los conquistadores ACADEMÍA DE CIENCIAS DE LA HABANA 475 españoles, Pizarro, ha sido, sin audacias, sin iras, sin fanatismo, sin manchag, sin sangre, sin torcidas energías brindadas á [la causa que con el escipiente de una lengua y una religión mejores trajeron el veneno de la tiranía, emulado y excedido por el varón justo, por el sabio Finlay. La historia en sus cambios sorpren- dentes ha puesto el sencillo tubo de ensayos de Finlay junto á la recia armadura repujada con el oro limeño del conquistador. La muerte rindió gloriosamente á Lazear. Reed y Carroll tam- bién duermen el sueño de la inmortalidad. De aquel pequeño ejér- cito tan grande solo quedan Finlay y Agramonte, los dos cuba- nos de la jornada triunfal. Finlay, el hombre de la teoría con los defectos de todo naci- miento, rendido al peso del trabajo y de los años, en la calma serena y majestuosa de la puesta de un so] que ya deja á la tierra fecundada y caliente, junto al dintel de la Fama espera que la muerte, como sucede en la ceremonia imponente de descubrir á la publicidad un monumento ya terminado, descubra en su trabajo macerador el mármol futuro de su inmarcesible gloria. Agramonte, el hombre de la práctica útil, restaurador, compro- bador y crítico, único superviviente de aquella Comisión, no ha si- do premiado ni siquiera recordado por su patria; no ha recibido, á pesar de haber hecho la marcha que dijo Alfonso Karr, alrede- dor del mundo para entrar triunfante en la propia tierra, una demostración de su país, á cuyo progreso ha contribuido erande- mente iluminando su nombre y aumentando su extensión. Pero en el fondo más íntimo de su ser lleva su premio: la generosa venganza de su orfandad, devolviendo á España, sobre la firma de su glorioso apellido navarro, la seguridad de que sus hijos no volverán á encontrar el fantasma que les hacía presa en las fuen- tes primeras de la vida al pisar esta tierra de América. Una mano á la Academia y otra al doctor Aeramonte, puesta en cada una la mitad del corazón. 4716 - ANALES DE LA ACTA DE LA SESION EXTRAORDINARIA DEL 19 DE ENERO DE 1912. Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Jorge lie-Roy. Académicos concurrentes. —De número.—Dres: G. Alonso Cua- drado, E. B. Barnet, G. Benasach, A. Betancourt, T. V. Corona- do, G. G. Duplessís, J. A. Fernández Benítez, M. Fernández Ga- rrido, €. E. Finlay, A. Górdon, F. Grande Rossi, J. Jacobsen, (Gr. López, F. Méndez Capote, E. Pardiñas, J. A. Presno, C. de la Torre. Excusa su ausencia el Dr. Arístides Agramonte. Se da lectura á las actas de las sesiones pública ordinaria del 24 de Noviembre, científica del 15 de Diciembre de 1911 y extraor- dinaria del 12 de Enero de 1912, las que no hubían sido todavía aprobadas por la falta del quorum reglamentario. Se da cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—Del Sr. J. M. Babé, participando que por Decreto de 11 de Diciembre ppdo., fué nombrado Secretario de Obras Públicas. De la Compañía de Gas y Electricidad de la Habana, solicitan- do la construcción de una nueva caseta en la azotea de la Acade- mia para guarecer el contador eléctrico. Del Sr. Alejandro Macías, remitiendo un trabajo sobre (GFénesis de la Luz. De la Secretaría de la Presidencia de la República, participando la hora de la recepción de la Academia el día de Año Nuevo. Del Juzgado de primera Instancia del Oeste de la Habana, soli- citando tasación de honorarios reclamados por el Dr. Ernesto de Aragón contra José M. Mantecón. Del mismo, remitiendo certificación de Ingares de los autos an- teriores, para que se emita informe respecto á preguntas formula- das en los mismos. Del Dr. Enrique Núñez, excusándose de evacuar la tasación an- terior. Salida.—Al Sr. Director de la Sección de Ciencias, remitiendo solicitud documentada del Dr. Leonel Plasencia, aspirando á la plaza de académico vacante por fallecimiento del Enrique Acosta, Al Dr. Enrique Núñez. nombrándolo ponente para tasación de ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 4717 honorarios profesionales reclamados porel Juzgado de Primera Instancia del Oeste de la Habana. Al Dr. Tomás V. Coronado,id. id. id. para la anterior tasación. Inmediatamente el Sr. Presidente pronuncia las siguientes fra- ses con las que da por terminada la sesión pública quedando cons- tituida la Academia en otra de (Gobierno. Sres. académicos: El manifiesto temor que abrigábamos en el discurso que dedica- mos al Dr. Joaquín Albarrán, por encargo de esta Academia, cuan- do su ciudad natal, Sagua, le levantó una estátua, hace un año justamente, se ha convertido en triste realidad. El cable nos ha comunicado su fallecimiento, después de haber agotado, la fatal enfermedad que le torturó durante tres años, todas sus energías físicas é intelectuales. Ante tan esperado como rado golpe, la Corporación enmudece por el momento y en señal de duelo suspende la sesión de esta no- che, no sin antes encomendar al Dr. Enrique B. Barnet la honro- sa tarea de ennumerar sus méritos en la sesión especial que cele- brará la Academia con este objeto, y á la que se asociarán, sin du- da, el Gobierno y todas las instituciones del país que rindan culto al progreso, pues á todas les afecta la desaparición de un glorioso compatriota; más, como la Academia de Ciencias, de la que fué miembro de mérito, por su carácter, su historia y sus vehementes deseos de hacerle justicia, está en primera línea, en su seno acoge á cuantas entidades se asocien á rendir el último tributo de admi- ración al cubano que más alto ha desplegado la bandera de la cien- cia en uno de los centros mundiales de más importancia. Y mien- tras llega ese momento de siempre débil reparación, para quien tanto vale, suspendamos nuestras tareas y volvamos á nuestros ho- gares evocando el recuerdo de su palabra, cuando vibró desde esa tribuna la última vez que nos visitó, la que no le volverá á sustentar, como un día no pudo el Capitolio de Roma recibir á Taso para coronarlo, porque había dejado de existir pocos momen- tos antes de pasar sus dinteles. Tomo xLyim.—61. 478. ANALES DE LA TASACION DE HONORARIOS PROFESIONALES. POR EL Dr. Tomás V. Coronado. (Sesión de Gobierno de 19 de Enero de 1912.) Sr. Presidente: Sres. académicos: A consecuencia del juicio promovido por el Dr. E.. A... contra don J... M... M..., en cobros de e tarios médicos devengados con motivo de la intervención del Dr. A..., en la delicada operación practicada en la Sta. O... M..., y consistente en la extirpación del apén- dice cecal, que practicó aquél en unión del Dr. E... F...; de las visitas que después de operada hizo dá dicha seño- rita en compañía del Dr. P... A..., como médico de asistencia, se solicita informe de la Academia de Ciencias de la Habana sobre los particulares referentes á la cuen- ta que presenta el Dr. A... y que el Sr. M...-. estima excesivos, fundándose para ello en que el Dr. F... ha cobrado solamente la cantidad de e quinientos treinta st El Se. M... estima que los honorarios del Dr. A. no deben de: pasar de quinientos pesos, por su inter ven- ción operatoria. Considera el propio Sr. M..., que las demás visitas del Dr. A... ála enferma, una vez open rada, é incluyendo la consulta que precedió á la operación, qued: wm bien paga- das con otros quinientos pesos y estima que los honora- rios del Dr. A..., no deben pasar de un total de un mil pesos, como saldo total. En el curso de este informe hemos de comprobar que el ofrecimiento del Sr. M... es poco equitativo, por cuan- to pretende que el Dr. A..., cobre por dos juntas Ú con- sultas y un mes de asistencia acompañada con el Dr. P... A..., la cantidad de quinientos pesos por visitas, recono- cimientos, inyecciones, consultas y curaciones practicadas en el Calabazar. Antecedentes: Al Dr. A... se le hace abandonar su gabi- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 479 nete en plena hora de consultas y se le conduce al Cala- bazar donde reconoce una enferma y discute ampliamente el caso con el Dr. P... A..., médico de asistencia. Com- e la gravedad de la 10 Mi: eb A 2d mel: e á la Hada en busca del Dr. E En E. 0, y le -acom- aña d Calabazar donde á continuación de una consulta con dicho facultativo y el médico de asistencia se convie- ne en la necesidad imperiosa de practicar, con toda ut- gencia, una arriesgada operación antes que un desenlace fatal arrebate á la enferma. Una vez realizada esta segunda junta viene el Dr. A... á la Habana y adquiere todo el material quirúrgico indis- pensable para la arriesgada intervención que se impone dado el estado de la enferma. — Desde las tres de la tarde hasta las diez de la noche que se da comienzo ¿4 la opera- ción, el Dr. A... no se ha dado punto de reposo hasta dejar todo listo en las mejores condiciones. Cerca de las tres de la madrugada se daba término á la operación: —doce horas de incesante trabrajo.—En la operación se comprueba la extremada gravedad por va- rios pubtos gangrenados y la serosidad sanguinolenta que inunda el peritoneo. Fué necesario extirpar el apéndice y un ovario cuyo pedículo torcido y la presencia en él de un tumor, justificaban la urgente intervención. Por lo expuesto. el vientre no pudo ser suturado por completo, dando lugar á una asistencia médica más pro- longada y mayores cuidados que obligaron al médico operador Dr. A... ad prolongar su asistencia. Laparatomía de urgencia. — Una apendicectomía. — Una extirpación de un tumor del ovario, con pedículo torcido y cangrena del mismo. Son estas operaciones de alta cirugía, que se realizan allá en el Calabazar, fuera de nuestras clínicas y hospitales, y con todos los in- corvenientes de esas arriesgadas empresas, y que sólo em- prenden los verdaderos cirujanos, y que arrebatan valien- temente una víctima á la muerte. Es indiscutible que el diagnóstico oportuno, la opera- ción y la asistencia ulterior, que salvaron á esta eS se deben en gran parte á la pericia del Dr. E... A... Si al reputado Dr. F..., que ha fungido como ayudan- te, se le abonan sin discusión, quinientos treinta pesos, 480 ANALES DE LA ¿cómo no apreciar módica la suma de mil quinientos pe- sos de la cuenta del Dr. A...? Además, el Sr. Juez de Primera Instancia del Oeste in- vita d la Academia para que emita informe sobre los doce extremos siguientes: 1.2—“SI es costumbre entre los profesores médicos, de esta capital, cuando visitan 4 un paciente, en el curso de una enfermedad, cobrar sus honorarios profesionales 4 ra- zón de un precio determinado, por cada visita que hacen en el domicilio del enfermo ó por cada consulta que les evacuen en su gabinete ó clínica.” Por práctica corriente, todos los profesionales así lo ha- cen. Sila visita es de Infanta á los muelles (dentro de la Habana), los honorarios difieren muy poco; pero si la visita fuere distante de la población la diferencia de los honorarios será tanto mayor entre la visita y la consulta en el gabinete cuanto mayor fuere la distancia recorrida. 2.—“Si en el estado actual de la ciencia, la operación consistente en la extirpación del apéndice es una Opera- ción corriente que se practica con gran frecuencia y has- ta en algunos casos prev ventivamente y su gravedad sólo depende de las complicaciones que de la misma puedan derivarse posteriormente por el estado anterior del pa- ciente, y cuál es el promedio de tiempo que puede tardar un cirujano experto para llevarla á efecto”. En el estado actual de la ciencia, la operación de la apendicectomía es una operación corriente, que se practi- ca con frecuencia y hasta en ciertos casos preventivamen- te; pero su gravedad depende de las condiciones particu- lares de cada caso, y bajo ningún concepto puede fijarse un promedio de tiempo para realizarla, porque esto es absolutamente relativo, por experto que sea el cirujano. 3.2—““Lo que es costumbre que los profesores médicos cirujanos de esta capital cobren por su intervención en una operación consistente en la extirpación del apéndice, ó sea la apendicitis (sic) cuando se realiza sin que surjan complicaciones”. Si la operación se practica en frío ó como medida pre- ventiva y no se presentan complicaciones, el precio pue- de ser de doscientos pesos en adelante. 4,2—“Lo que es costumbre que los profesores médicos ACADEMIA D£ CIENCIAS DE LA HABANA 481 cirujanos de esta capital cobren por su intervención en una operación de la clase expuesta en el párrafo prece- dente, cuando ésta se lleva á cabo en el pueblo del Cala- bazar” Habitualmente, los cirujanos cobran el doble ó triple valor, cuando practican las operaciones fuera Ó lejos de los centros adecuados y desde luego los riesgos—que po- nen en peligro la reputación del operador—-son mayores; teniendo siempre en cuenta la posición social del operado. 5.—“S1 en los honorarios asignados 4 una intervención quirúrgica realizada, sin que hayan surgido complicacio- nes está comprendida la asistencia médica prestada al pa- ciente por el mismo facultativo operador, hasta que el en- fermo fuera dado de alta, incluso las curaciones que exija la herida hasta la cicatrización de la misma y las 1 Inyeccio- nes hipodérmicas que el estado del enfermo requieran”. Esta cuestión es puramente convencional. 6.2—“S1 la cireunstancia de ser un facultativo, médico de asistencia anteriormente le da derecho á reclamar ma- yor retribución en concepto de honorarios profesionales por sa concurso á una operación practicada, que los co- brados y percibidos por el cirujano llamado expresamen- te para la intervención quirúrgica”. El médico de asistencia cobrará conforme á los servi- cios que haya prestado antes, en y después de la opera- ción; pero la mayor cuantía de los honorarios correspon- derá al cirujano operador por la operación misma y la asistencia consecutiva que haya prestado. Los honora- rios de los anxiliares son inferiores ád los del cirujano que opera. 7..—“Lo que es corriente satisfacer á un facultativo de esta capital por una visita practicada en horas ordinarias á un enfermo residente en el pueblo del Calabazar limí- trofe con el caserío de Arroyo Naranjo, que es un barrio del término municipal de la Habana”. Cada profesional estima su trabajo, en ese caso, de ma- nera distinta 8.—“Lo que es corriente satisfacer 4 un facultativo de esta misma capital, por esa misma visita, cuando por oca- sión de ella practica alguna curación consecutiva á la 482 ANALES DE LA operación que antes se efectuare ó poner al paciente al- guna inyección hipodérmica.' Esta pregunta queda contestada con la respuesta an- terior. 9..—“Lo que es corriente satisfacer á un facultativo de esta capital, por una visita en consulta con otro compro- fesor en horas ordinarias llevada á efecto en el mismo pueblo del Calabazar.” Cada profesor cobra lo que estima oportuno. 10.2—“Si tratándose de un enfermo que tiene en su compañía, para su asistencia, una enfermera graduada lle- vada por el mismo facultativo de asistenci la, está autoriza- da dicha enfermera y es de su competencia poner al pa- ciente las 1 inyecciones hipodérmicas que indique el facul- tativo”. Las enfermeras graduadas se limitirán 4 llenar las in- dicaciones del profesor. 11.—“Lo que por consecuencia de lo expuesto ante- riormente aprecia la Academia que debe satisfacerse por razón de honorarios al Dr. E... A... por su concurso á la operación de la Sta. O.... M... en la noche del día 30 de Agosto de 1911, en el pueblo del Calabazar citado, en unión del Dr. E... F... y A... llamado expresa- mente para la intervención quirúrgica y dci DG P... A... médico de asistencia, habiendo cobrado di- cho Dr. F. . Quinientos treinta pesos oro español por ra- zón de todos sus honorarios dev engados con motivo de la visita que hizo á dicha enferma antes de ser operada y por su intervención en la operación.” El ponente, en vista de la cantidad cobrada por el Dr. F... por una sola visita-consulta y por la intervención con el Dr. A.. ., establece Pol paralelo entre dicha canti- dad y la que cobra el Dr. A... por la operación y toda la asistencia hasta la E curación y conviene en que resulta modesto el Dr. A... en la apreciación de sus ho- norarios. 12..—“Lo que estima en su consecuencia la propia Academia que debe satisfacerse por razón de honorarios al expresado Dr. E... de A... por la visita que hizo á dicha enferma antes de ser operada en consulta con el Dr. G... P... A..., á las cuatro de la tarde del día 30 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 483 de Agosto de 1911 y por cada una de las visitas en horas ordinarias que acredite practicó 4 la misma enferma des- pués de la operación.” Una junta ó consulta, allá en el Calabazar, vale como mínimum ochenta y cinco pesos. Las visitas, en mérito á que han sido muchas, ya fueren con curaciones, recono- cimientos, inyecciones, ó ya fueren simples, deben ser co- bradas 4 razón de cuarenta y dos pesos cuarenta centa- vos, por cada una de esas visitas al Calabazar. En resumen, y en vista de los antecedentes que obran en poder de la ponencia, ésta somete á la consideración y recto juicio de la Academia de Ciencias—por si se dig- nase aceptarla—la siguiente conclusión: La cantidad de un mil quinientos pesos oro español, demandados por el Dr. E... de A... como pago de sus honorarios facultativos en el caso consultado, resulta jus- tificada, 484 ANALES DE LA E — — o ACTA DE 1A SESION CIENTIFICA DEL 26 DE ENERO DE 1912. Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Jorge Lie-Roy. Académicos concurrentes.—De número.—Dres: A. Agramonte, T. V. Coronado, J. A. Fernández Benítez, G. López, F. Méndez Capote, E. Núñez, C. de la Torre. No existiendo el quorum reglamentario, sólo se celebra esta se- sión con el carácter de científica. Se da cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—Del Juzgado de Primera Instancia é Instrucción de Marianao, solicitando informe en causa número 5 de 1912 por el delito de homicidio por imprudencia. - Del Comité Ejecutivo del Séptimo Congreso Internacional con- tra la Tuberculosis, invitando á la Academia para que concurra al mismo. Del Juzgado de Primera Instancia é Instrucción de Marianao, recordatorio del informe interesado en causa número 5 de 1912, por homicidio. Salida.—Al Juzgado de Primera Instancia del Oeste de la Ha- bana, remitiendo tasación de honorarios é informe aprobado en la sesión del 19 del actual. Al Dr. Francisco M.* Héctor, nembrándolo ponente para que informe en el sumario número 3 de 1912, por delito de homicidio, interesado por el Juzgado de Primera Instancia é Instrucción de Marianao. El Sr. Presidente concede la palabra al Dr. Antonio Lutz, quien presenta un notable trabajo, ilustrado con proyecciones foto eléc- tricas, SOBRE ALGUNOS ÁRBOLES GENEALÓGICOS Y LA APLICACIÓN DE LAS REGLAS DE MENDEL EN LA OFTALMOLOGÍA. Al concluir este trabajo el Sr. Presidente pronuncia las siguien- tes frases: Señores: La Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Ha- bana, fiel á su historia de protección á las ciencias, ha abierto siempre sus puertas á todo lo que significa progreso en el campo de la medicina y cuanto con ésta se relaciona. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HARANA 485 3 Su tribuna siempre accesible á sus miembros. lo es también en determinadas circunstancias á los que no lo son, si les inspira un noble sentimiento en pro del engrandecimiento moral y material de nuestro suelo, dentro del campo de sus disquisiciones. La Academia, como el país todo, ha prestado cariñosa acogida al extranjero y son pruebas de ello las mumerosas familias cuyos nombres son de origen muy diverso: los O'Reilly, los O” Farrill, los Horstmann, Sonville, Finlay, Le-Roy,Gundlach y otros cuyos des- cendientes han brillado después en la industria, en las artes todas y en las ciencias, con verdadero fulgor. El Dr. Lutz, joven, hijo de la República Helvética, la nación que más ha enaltecido la libertad y el trabajo, ha desarrollado des- de esa tribuna de la Academia, un tema relacionado con la heren- cia, asunto que es y será siempre de gran interés, siquiera no sea más que por las dificultades que encierra su estudio, y lo útil que resulta cualquiera investigación en este sentido. No hemos de disertar, desde luego, sobre tan interesante traba- jo, porque no se trata ciertamente de un tema de discusión, por más que no esté excluído de ella, sino de un estudio que requiere comprobación á virtud de los elementos que cada cual aporte para la resolución del intrincado problema de la herencia, que tanto puede influir en la higiene general y por tanto en el mejoramiento social. Nuestro propósito se limita á felicitar al joven oftalmólogo, por su interesante contribución al estudio de la herencia desde el cam- po de las enfermedades de los ojos, y expresarle nuestra sutisfac- ción al compartir con los elementos de la nueva generación, los úl- timos alientos, en el largo recorrido quer llevamos realizado con amor y esperanzas en lo porvenir. No habiendo concurrido el Dr. Nogucira, que tenía anunciado un trabajo, se concede la palabra al Dr. Francisco Beltrán quien dió cuenta de una operación de CoLECISTO-DUODENOSTOMÍA POR COLECISTITES CON PANCREATITIS CONSECUTIVA. El Sr. Presidente le dió las gracias en nombre de la Academia por su contribución y dió por terminado el acto. TOMO XLV1I1.—62. 486 ANALES DE LA SOBRE ALGUNOS ARBOLES GENEALOGICOS Y LA APLICACION DE LAS REGLAS DE MENDEL EN LA OFTALMOLOGIA. POR EL DR. ANTONIO LUTZ. (Sesión científica del 26 de Enero de 1912.) Señores: Deseo mostrar 4 ustedes gunos árboles genealógicos interesantes, que se refieren 4 enfermedades hereditarias del ojo y agregar á estas proyecciones algunas referencias sobre diversos resultados de la Botánica y de la Zoología respecto á la herencia de las señales en general. Ustedes ven en este primer ejemplo el célebre ¿rbol genealógico de la familia Nougaret, (véase la lámina 1.) el cual ha construído y estudiado el célebre oculista inglés Nettleship en colaboración con el catedrático de Oftalmo- logía Truc, en Montpellier. —Ustedes pueden ver en este árbol genealógico que una enfermedad del ojo (ceguedad nocturna congénita), se hereda en esta familia desde diez generaciones (1631 4 1907). Lo. característico de este ejemplo es que los descendientes de los individuos que no presentan más la enfermedad, están libres del padecimiento para siempre. La enfermedad se hereda directamente de una generación á la próxima, varones y hembras se en- ferman en el mismo número, el casamiento entre consan- guineos no tiene importancia. - En contraste con esto, Vds. ven en este segundo ejem- plo un arbol genealógico con una herencia muy irregular. Muestra la herencia de un nystagmus esencialis que pu- de estudiar en Zurich, junto con la doctora von Kibort. Ustedes ven en este ejemplo que la enfermedad se here- da una vez directamente de una generación á la próxima, otra vez salta una Ó varias generaciones; la enfermedad no escoge sexo determinado, varones sanos y hembras sa- ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA IN A A a E DO Dn Congenital staMonary Mghr-ondness The Mougare? Family ef Vendémian 163) to 1907 Borw 153) died 1118 Jean Nougarot — 1ó ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA Adl an 102 cm, at ¿ Sl ) ld DA E Lo , ds SE vONes2u2) "TA LA HABANA = 4 DE JIENCIAS » ACADEMIA DE LA a U DE ANALES J2QuIN Japu!y ou 3/2 2 UD ZAS Y9eV voboz/2A VEN HR MENL A SO NSPuIy Ñ /2/E1/94184UN N 02 ¿14 pura bipa/ Ne TEE 114 ro2 yw FN22 114 puro JOJELIDYIGAUN —* IT VBMENDE 14 pus EA JON UESY 2 a 5 vobesoqn repunseb. E O) qe a E. ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 3 UN KN SNS S HE QU (5) S 24J LIS al £0J 16) Í48sS 138 AN 28S 557 Y 57) 0 13 E 7) 17 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 487 nas la trasmiten, también ambos, uno después del otro en la misma dirección de una rama; el padecimiento se here- da así desde siete generaciones, sin que se pudiera com- probar una ley en esta herencia. (Véase la lámina 11). Ustedes ven aquí un tercer ejemplo. Es el arbol ge- nealógico de una familia que pude estudiar en Bremen y que padece de atrofia nervi optici hereditaria. Presen- ta este tipo que es también característico del daltonismo de la hemotfilia. Se caracteriza porque se hereda solo y excepcionalmente directamente de una generación 4d la próxima; que los varones se enferman ocho á diez veces más que las hembras; que varones enfermos la trasmiten muy raramente; que varones sanos no la trasmiten; y que las hijas la trasmiten regularmente sin enfermarse ellas mismas. (Véase lámina 1D. Finalmente, Vds. ven aquí otro tipo: es el árbol genea- lógico que pude mostrar en la Asamblea de Oculistas de Silesia, en Breslau, hace un año. Ustedes ven que la en- fermedad se halla únicamente en una familia y que solo las hembras se enfermaron; cerca de la mitad de los nueve hijos, y por consiguiente un número muy alto presenta la enfermedad, sin que pudiera encontrarla en la ascenden- cia materna ó paterna. (Véase lámina IV). Hace ya algún tiempo que se ha estudiado la herencia de las enfer med: ades y Bollinger ha resumido hace veinte años lo que se sabe en esta materia, en los párra- fos siguientes: “lay HERENCIA DIRECTA cuando la enfermedad delos pa- dres ó la predisposición é la misma pasa de un padre ó de ambos, directamente álos hijos. Si ambos padres pade- cen de la misma enfermedad, como sucede muchas veces, en matrimonio entre consanguíneos, hay una herencia po- tenciada ó combinada. Si la herencia sobresalta una Ó más generaciones, sl proviene de los abuelos, del tío 4 de la tía, se trata de una HERENCIA INDIRECTA. Finalmente, hay HERENCIA COLATERAL cuando varios hermanos padecen de la misma enfermedad sin que se- pueda encontrar en los padres 6 abuelos un motivo etio- lógico Según estos párrafos, el primer ejemplo proyectado 488 ANALES DE LA mostraría una herencia directa y el último una herencia colateral y todos los demás el tipo de la herencia indirecta. Traté de averiguar en Bremen como se pudiera elimi- nar el mal de esta familia, con atrofia hereditaria opti- ca, para el Estado, de un modo justo y exacto,porque ca si todos los hijos de esta familia cegaron en la edad de 20 4 30 años, y las hijas trasmitían esta enfermedad desastro- sa a sus hijos. Pero tuve que confesar que todo lo que se sabe sobre herencia en medicina no basta, por ejemplo, para formar. las bases de una ley y por esto consulté la Zoología y la Botánica. Estuve sorprendido de encon- trar tanto nuevo en estas ciencias sobre esta materia. Creo que los resultados más importantes son los llamados reglas de Mendel, así llamadas en honor de su descu- bridor, El abate de los Agustinos, Mendel, había ya descubier- to las causas principale s en los años 1860 y los siguientes; pero no se dió importancia d sus trabajos en el mundo científico; de tal suerte, que en el año 1900, estas reglas fueron de nuevo descubiertas por tres hombres que tra: bajaban independientes uno del otro, de Vries, Correns y Tschermak. Lo más importante de estos descubrimientos consiste en que se reconoció que, verdaderamente la herencia de señales, y en consecuencia también de ciertas enfermeda- des, vo se hace por casualidad sino por leyes determina- das, y aunque no podamos aplicar esas ley es ú todos los casos, no debemos desistir de extender más nuestros co- nocimientos de estas leyes, que poseemos hace solo doce años. Estas leyes se refieren únicamente á señales del plasma verminativo y son únicamente válidas en las enfermeda- des verdaderamente hereditarias como el daltonismo y la hemofilia, pero no en aquellas enfermedades como la sí- filis y la tuberculosis, que se trasmiten por infección pla- centaria Ó es permatogénica á los hijos, y que no son here- ditarias en el verdadero sentido de la palabra. Otra res- tricción de la aplicación de estas reglas ha caído en tiem po ulterior; se creía que se pudiese mn aplicar solamente eruzando dos variedades de E misma especie, y que no son más válidas cruzándolos diferentes especies; se creía nó ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA (1) HomozYGoTES se componen de elementos ¡guales, son tipos puros. 5 (2) HeETEROZYGOTES son bastardos, se componen de elementos diferentes, son tipos IMpuros. (3) Un cruce es monohybridico cuando los homozygo- tes de salida se distinguen única- mente por una señal, como por ejemplo, el color; el cruce es po- lyhybridico cuando los padres se distinguen por algunas señales. (4) La generación de salida se llama generación pater- TUE =p: 1.—La generación siguiente se llama gene- ración filial = F 1. 2.—La generación siguiente se llama gene- ración a = UN (5) El fondo donde se desar rolla una al se llama el gene. CRUCE MONOHYBRÍDICO DE MIRABILIS JALAPA. A=gene para el rojo a=falta de este gene= blanco. P A A=tipo rojo <——> aaz=tipo blanco. a bastardo = rosado. 2 0 Ar AA de E. ACTES A ad € A a 53 A dá E 3 Y e e o E Io: do =1 4-4 Aa (a Ad E áa ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 489 por ejemplo, que estas reglas son aplicables en cruces de dos clases de hombre de orígen análogo, como por ejem- plo el germano y el romano, pero en cruces de hombres de orígen muy distinto, como por ejemplo el germano y el negro. Pero en el tiempo ulterior, diferentes autores y ante todos el zóologo de Zurich, Lang, han demostra- do que esas reglas son válidas también en estos casos, solo que en más extensa forma. Deseo ahora mostrar 4 Vds, el ejemplo más sencillo y más original de los cruces de Mendel, pero debo de ha- cer preceder algunos términos técnicos: 1.2—Tipos muy puros que tienen siempre los mismos descendientes, eruzándose con iguales se llaman Homozy- yotes, aceptando. que se componen únicamente de ele- mentos iguales. 2. 0-—-Forman el contraste los Heterczygotes=á bastar- dos; que se forman por la mezcla de dos diferentes homo- zygotes y que deben tener en consecuencia elementos di- O 3.2—5S1 se cruzan homozygotes, que se distinguen úni- camente por una señal, por ejemplo, el color, el cruce es monohybridico; el cruce es polyhybridico si los individuos de salida se distinguen por aleunas señales, por ejemplo, color, tamaño, clase de los cabellos, etc. 42—Los individuos de salida forman la generacion pa- terna, la generación siguiente es la generación filial pri- mera; la siguiente, la generación filial seyunda, etc. 5.2 —El fondo donde se desarrolla una señal elemental es el así llamado gene; la suma de los genes de un indivi- duo forman lo llamado fundamento genotípico del ¿ndi- viduo. He aquí nuestro ejemplo: (Véase lámina V). Hay una planta, Mirabilis Jalapa, que tiens dos varle- riedades; una que florece rojo y otra blanco; ambas son homozygotes, se distinguen únicamente por el color; el cruce es entonces monohybrídico. Si se cruza una roja con una blanca, todos los indivi- duos de la generación F. son iguales, no sucediendo que unos sean rojos y otros blancos en número irregular, pero todos tienen el mismo tipo y el color ni es blanco ni es rojo, sino rosado; tienen entonces una posil- 490 ANALES DE LA ción intermedia entre los colores de los padres. Pero es- ta flor rosada no demuestra un nuevo tipo fijo, sino es un bastardo inconstante, un heterozygote, pues si se cruza este bastardo con otro igualmente nacido, estas señales nuevas se hienden en las señales paternas primitivas y lo que es más importante de saber: en una proporción de números enteramente precisados; es á saber, en la pene- ración F' 2 hay tres flores diferentes, rojas, rosadas y blan- cas, */, es rojo y se demuestra como homozygotes en el eruce entre iguales, tienen solamente desc endientes rojos, 1/, es blanco y se demuestra también como homozygotes, la otra mitad (?/,) es rosada y se demuestra por cruce en- tre iguales como heterozygotes, es decir, se hiende igual. mente en F 3 como F 1'en F 2, también OO blan- co y ?/, rosados. La hendidura de la señal de F 1 en las señales pater- nas, en la generación F 2 explicaba Mendel por la siguien- te aceptación: cada bastardo de la generación F 1 forma dos diferentes é independientes clases de células sexuales, donde el 50% corresponde á las señales del padre y el otro 50% á las de la madre. Se ve entonces de esta figura que reuniéndose gametes masculinos “A” que trasmiten la señal del padre con ga- metes femeninos A que poséen también la señal del pa dre, se forma de nuevo un puro individuo A A en F 2 que es homozygote, y que es lo mismo que el individuo masculino A A de salida de la generación paterna, Lo mismo sucede si un gamete masculino “a” que tras- mite las señales de la madre, se reune con un gamete fe- menino, se forma también un homozygote.—a a. Pero si se reunen un gamete masculino “A” con un ga- mete femenino “a” ó en sentido inverso, se puede Sl mente formar un bastardo “A a”, que siendo heterozygo- te se debe hender de nuevo. Esta hendidura se puede demostrar no solamente por el cruce entre bastardos, sino también por el recruce en- tre el bastardo “A a” con uno de los tipos paternales, co- mo Vds, lo ven en esta figura. (Véase lámina VI). Lo característico de este ejemplo es pues: (1) Su posición es de que ambos individuos de salida de la generación paternal son homozygotes, ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA PLANO DE LA HENDIDURA 6 p AL X as = lomozygote P, A A, a A ad = Heterozygote A=A ACACIA a=a E. ASA AA a A Aa aa aa 12) Homozygote Homozygote Recruce de un bastardo “A a” con un tipo paterno. ES A a E y Mn Ñ | 90% AA-—50% A a AL a A a | tipo puro bastardo Dominación. A UN A a e | A a a a aja Balas = rojo: =rojo =rojo =amarillo Heterozygotes Homozygote Homozygote porque el rojo domina al ama- rillo. F rojo 1 amarillo ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 491 (2) Todos los individuos de la generación F 1 son uniformes, tienen una posición intermedia en la señal que distingue los padres. (3) Enla generación Y 2 las señales se hienden ?*/, parte eu las primitivas (*/, paternas, */, maternas) y a parte permanece no hendida. Pero no siempre los bastardos de la generación F 1 tie- nen tal posición intermedia; para la más fácil explicación tomé este ejemplo primeramente, Muchas veces se muestra la señal de un padre cubrien- do la del otro ó según el término técnico, una señal es dominante y la otra recesiva. Ambas señales son ocasio- nadas por la presencia ó por la falta del gene. Pero si do- mina una señal, se cambia naturalmente la proporción nu- mérica en F 2, como Vds. ven en esta figura que demues- tra el cruce de un caracol amarillo con su variedad roja. (Helix nemoralis). Dominando una señal, F 1 se hiende F 2 en la propor- ción de */, del gene dominante y */, del gene recesivo. Pero de esos */, dominantes, solamente */, parte es ho- mozygote; exteriormente no se puede reconocer esto, pe- ro se puede investigar y comprobar por otros cruces. En la generación F 1 impera siempre la señal domi- nante sobre la otra recesiva, así se encuentra en la plura- lidad de los casos del reino animal. Mucho más raro es que la generación F 1 tiene una po- sición intermedia, por ejemplo: rosado, entre rojo y blan- co. Y más raro aun es que los individuos de la genera- ción F 1 demuestran las señales paternas, una cerca de las otras en forma mosaica; así se forman por ejemplo por un cruce entre ciertos caracoles negros con fajas semejan- tes sin fajas, clases con fajas punteadas. Se ha descubier- to también una cuarta posibilidad de aparición; F 1 puede mostrarse enteramente distinto en cuanto d las señales paternas y esta aparición se llama atavismo de cruce; cru- zando dos clases de guisantes que florecen blanco ( Lathy- rus odoratus) se forman F 1 una generación que florece rojo. Se sabe que este color se forma de tal suerte que ambas clases blancas trasmiten un cuerpo incoloro, dife- rente el uno del otro y que esos forman el nuevo rojo uniéndose el uno al otro, como el incoloro yoduro de po- 492 ANALES DE LA tasio junto con el incoloro sublimado produce el rojo yo- duro de mercurio. No hay en este caso un verdadero ata: vismo, sino esta señal ha estado latente hasta entonces. Esa señal no se pudo manifestar porque los dos genes ne- cesarios para su producción no se encontraban en la co- pulación. La latencia de una señal se puede formar también de otro modo. Se distingue: (1) LareNcIa POR SEPARACIÓN: un gene se manifiesta solamente reuniéndose con otro, como en el caso citado. (2) LaATrENCIA POR COMBINACIÓN: una señal Cominante “A” se ve únicamente en combinación heterozygote, por ejemplo, “A a”; encontrándose “A” con “A” y formando “A A” lo uno impide lo otro y la señal no puede mani- festarse. (3) LaTENCIA POR HIPOSTASIS: se advierte una señal, pero cubierta por otra, por ejemplo: pardo por negro. (4) LATENCIA POR FLUCTUACIÓN: una señal que se des- arrolló muy bien en el padre, viviendo en posición favo- rable, es estropeada en el hijo viviendo en posición des- favorable, pero en el nieto viviendo en posición favora- ble, se manifestará de nuevo completa. De esto se saca en conclusión. que una apariencia exte- rior no puede depender únicamente de uno sólo, sino de diferentes genes. Las mismas reglas son válidas si los individuos de sali- da no se distinguen únicamente por una señal, sino por 2,3, etc. Pero se cambia entonces la proporción en E 2, Los genes son independientes, se dejan combinar á vo- luntad y separar de los bastardos de nuevo por casamien- to entre iguales. Las proporciones de los números en F 2 se dejan calcular desde el principio si se conoce el número de los genes, y cuáles son dominantes, y al mismo tiempo se saca en consecuencia de las proporciones de números observadas de los individuos de la generación F 2 por cuantos genes se distinguen los individuos de sa- lida, lo que es muy importante, buscando los genés laten- tes citados. Estos eruces polyhibrídicos son tanto ó más interesan- tes como demuestran de cuál modo se forman nuevas va- riedades. Teniendo por ejemplo, cada individuo de sali- ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA CRUCE POLYHYBRÍDICO y LJEMPLO: CARACOL AMARILLO SIN FAJA CON CARACOL ROJO CON FAJA. Las proporciones se demuestran en tiempo ulterior del modo siguiente: “A” = gene para rojo, “a” falta de este gene (color amarillo, ) “B” — gene que impide el desarrollo de las fajas, “b” falta de este: gene (caracol con fajas). E Generacion a Do AA DAD amarillo rojo sin con faja. faja. Gamete: ab 5 A b PF, Generación: A rojo sin fajas. Generación: “ALA B DS ABD (CS 0M-T O) Ola un ALA Bb ASA DD Ara beable Aca AGA PB Aral Ata al Ao plO Aa Na as ac Baile Atar ba aa asa ¡AA BB] 1 A A Ñ l) TÍ 10 1 aa bb] AMAS) ZAS ED EON amarillo Aca DB a Alaro aja con A al B b roJO fajas ACABE A lo sin. 1 a a Bb amedilo Ad Bb HajasZ. a a Bib sin £ a Bb 3 pa Bb fajas ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 493 da un gene dominante y al mismo tiempo uno recesivo, los dos recesivos ó los dos dominantes pueden reunirse y formar de tal modo las nuevas variedades. Ustedes ven en este ejemplo aquí proyectado que el cruce de dos va- riedades del caracol helíx memoralis, cs 4 saber el cruce de un caracol amarillo sin faja con otro rojo con faja da dos nuevas formas, es á saber, una forma amarilla con fa- Jas y una forma roja sin fajas. Domina entonces el rojo sobre el amarillo y el estado sin fajas sobre el estado con fajas. (Véase la lámina VII) Otro trozo muy importante de la moderna doctrina de herencia es la doctrina de las correlaciones. Se compren- den en estas las relaciones mútuas entre las señales ele- mentales hereditarias. Se sabe que aleunos genes gustan de ir junto con otros y que se dejan separar solo con di- ficultad de ellos. Forman erupos que se heredan en el eruce como un solo gene pero no hay una correlación ab- soluta; por cruce sistemático se dejan separar todos los genes. Por diferentes experimentos se sabe que algunos genes prefieren siempre cierto sexo y por el célebre ex- perimento de Kammerer se puede sacar en conclusión que es importante si el individuo de salida el cual es al mismo tiempo el conductor de cierta señal es masculino ó femenino; es á saber, este experimento demostró que el sexo determina si la señal se hereda en la forma recesiva ó dominante. Resumiendo todos estos experimentos y experiencias de la botánica y de la zoología se puede decir lo siguiente: Una especie tiene distintas variedades: Estas variedades se distinguen por una ó por varias se- ñales que se presentan siempre de nuevo, cultivándolas puras. Tal señal pnede ser ocasionada por uno ó por varios, así llamados “genes” = unidades hereditarias. Estos genes son enteramente independientes entre sí, cada uno puede heredarse ¿4 sí mismo, pero muchas veces tales genes tienen ciertas relaciones, heredándose junto con otros y dejándose únicamente separar con dificultad, en breve, forman correlaciones; se presentan también en este sentido, ciertas relaciones en que un gene puede so- TOMO XLV1Ir.—64, 494 ANALES DE LA lamente manifestarse, reuniéndose con otro ó que puede volverse latente de esta manera. La herencia de los genes sigue siempre reglas muy pre- cisas. Los individuos procedentes del primer cruce de homo- zyeotes oligohybrídicos son casi siempre uniformes. En cuanto á las señales distintivas, los individuos de la ge- neración F 1 son caracterizados del modo siguiente: En su mayoría, una señal de los padres domina sobre su allelomorfe, la recesiva, es decir, la presencia de un gene domina sobre la falta del mismo; más raro es que los individuos F 1 tienen una posición intermedia ó que de- muestran las señales de los padres en forma mosdica; se pueden también formar nuevas señales reuniéndose genes correspondientes. Estos individuos de la generación F 1 ' son siempre verdaderos heterozygotes = bastardos. En la generación F 2 formada por un cruce entre individuos F 1, las señales se hienden de nuevo por una parte en los padres, siendo los genes independientes, Reuuiéndose senes correspondientes, se forman homozygotes que son idénticos á los homozygotes paternos 4 que presentan nuevas variedades (en cruces polyhibrídicos). Estos ho- mozygotes son tipos fijos, permanecen constantes, cruza- dos en cuanto á las señales probadas. Los otros indivi- duos son heterozygotes como F' 1, sus señales se hienden de nuevo por otro cruce entre estos. Los individuos de la generación F' 2, tienen una pro- porción precisa de números. Esta proporción es ocasio- nada por el número de los genes distintivos y su domina- ción. Ahora preguntarán Vds. señores, si estas leyes sencillas pueden también comprobarse en señales normales del hombre, 4 lo que responderé con las investigaciones de Davenport y Hurst quienes pudieron observar en los ni- ños de las escuelas de una población en Leicestershire que el color doble de los ojos, es decir, el en que el pigmento cotodermal y mexodermal del iris se ha desarrollado co- mo por ejemplo en el ojo pardo, domina sobre el color simple de los ojos en que únicamente el pigmento hecto- dermal pero no el mezodermal se ha desorrollado, como por ejemplo en el ojo azul ó gris. Pero no pudieron in- A HABANA L AS DE Cl LA ACADEMIA DE CIEN DE ANALES u9b, IYDISZINY 9/1/99 19119 ¡NE 1QU e P $ sbbneuneso = sab ÉMENEJO Ca ? ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA IMPORTANCIA DEL CASAMIENTO ENTRE CONSANGUÍNEOS 9 (a) (b) (0) (d) (a) (b) (Cc) (d) (e) (1) Enfermedades dominantes: A A = homozygote dominante = enfermo A a = heterozygote dominante = enfermo a a = homozygote recesivo = normal = sano AAXAA da: 1000, A Á = 1000/, enfermos Enfermo con enfermo. AAXAa da: 00, A A y500/, Aa= 1009/, enfermos Enfermo con enfermo. ADA arar das 00% Ara = 100/, enfermos Enfermo con sano. AaxXAa da 125% 4 A y50%, 5/3 y290/ a = 100), entermo Enfermo con enfermo. Ataca a da: 90%, Asa y 500/, a. a= 50%) entermos Enfermo con sano. atascacar da: 100% a = .00/, enfermos Sano con sano. Enfermedades recesivas: A A = homozygote dominante= normal = sano A a = heterozygote dominante= exteriormente sano pero trasmisor= sano a a = homozygote recesivo = enfermo NENE ALA 1000 / Hara =1009/. 3amos Sano con sano. AAXAa= 50%, A A y 500/, A a =1000/, sanos Sano con trasmisor sano. NASA == 1001 AL, a =1000/, sanos Sano con enfermo da unicamente trasmisores, a A AA 0) Ad 25%/, a 1 = 209%, enfermos Sano trasmisor con sano trasmisor. AaxXaa= 500,4 a y 50%, a a = 50%, enfermos Sano trasmisor con enfermo. da e ODO rl al =10009/, enfermos Enfermo con enfermo. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 495 vestigar rs la dominación en F 1, sino también la hendidara EF 2 La herencia del color de los ojos pueden también de- mostrarse en el ejemplo siguiente, que encontré casual- mente en Breslau. (Véase la lámina VII.) Se puede reconocer en este arbol genealógico: 1.—Cruce entre homozygotes pardos y homozygotes azules, forman hijos que son todos pardos (heterozygotes dominantes) =A de la figura. 2."—Cruce entre heterozygotes pardos y homozygotes azules da: 1/, de los hijos pardos (heterozygotes pardos) E azules (homozygotes recesivos)=B de la figura. —Oruce entre dos homozygotes azules da únicamen- te hijo: con ojos azules (homozygotes) =U de la figura. 4. —Sentimos que no se puede reconocer en este arbol la hendidura después de un cruce entre dos heterozygo- tes pardos; se tendría que esperar en este caso la hendi- dura de tres pares de ojos pardos y uno azul. Del mismo modo domina el cabello negro sobre el ru- bio, según las investigaciones de Davenport y Hurst. Volviendo 4 nuestras enfermedades se ve que tenemos en este primer caso proyectado, en el arbol de Nettleship, una herencia directa, Ó digamos ahora: una herencia do- minante; y en el último caso, una herencia colateral, di- samos ahora: recesiva. En herencia dominante se com- prendería pues, únicamente esta forma que representa el tí po directo de Bollinger, mientras se comprende en la heren- cía recesiva el tipo indirecto y el tipo colateral de Bollinger. Muy importante es esta distinción en cuanto dá la ¿mpor- tancia del casamiento entre consanguineos. Pues según nuestras nuevas ideas, el casamiento entre consanguíneos no hace gran papel en enfermedades dominantes, mientras que es de la mayor importancia en la formación de enfer- medades recesivas, Se puede demostrar esto, del modo siguiente: Véase la lámina IX. “En este plano se puede reconocer que en enfermedades dominantes se sucederá muy raras veces el caso “a”, el caso “b” y “d”, porque no es verósimil que un enfermo se case con una enferma de su parentela; el caso “e” su- cederá casi dos veces más á menudo que el casu “tc” en- contrándose el heterozygote “A a” más frecuente que el 496 ANALES DE LA homozygote “A A”. Casándose o O: o no habrá diferencia si “a a” el normal, pertenece ála mis- ma familia Ó 4 otra. Casándose dos normales (a a X a a) no puede formarse la enfermedad dominante aunque per- tenezcan á la misma familia y de esto se deduce en conclu- sión, que el casamiento entre consanguineos no tiene ¿mpor- tancia para enfermedades dominantes. Naturalmente este plan tiene únicamente valor, cuando la enfermedad se hereda según el tipo de un cruce mono- hybrídico y no polyhibrídrico De la segunda parte de este plano que se refiere á la importancia de casamiento entre consanguíneos en enfer- medades recesivas, Vds. pueden deducir que será siem- pre desastroso cuando se case tal enfermo recesivo con una sana de su consanguinidad. Porque siendo esta sana un homozygote dominante (e) un normal, todos los hijos serán enteramente sanos, pero trasmitirán toda la enfer- medad; siendo la mujer consaguínea una trasmisora de por sí misma, es decir, exteriormente normal, (heterozy- gote dominante), la */, de los hijos trasmitirán la enfer- medad, la otra */,se enferma. También casándose dos consanguíneos sanos, la enfermedad puede manifestarse en los hijos, pues en este caso cuando ambos padres son trasmisores (d), ó se heredará más lejos en forma oculta cuando uno de los padres es trasmisor. Encontrándose ta- les bastardos exteriormente sanos, pero trasmisibles como fácilmente se comprende, lo más amenudo en la misma consanguinidad, se concluye que no es de poca importan- cia si el marido sano sale de la consanguinidad ó no y de esto se deduce la ¿mportancia enorme del casamiento entre consanguineos para la formación de enfermos recesívos. El caso segundo (c) demuestra también como semejante en- fermedad puede heredarse más lejos en el oculto. Tedri- camente puede figurarse esta herencia oculta tras varias generaciones y siendo todos estos heterozygotes exterior- mente sanos, esto enseña en general el peligro del casamien- to entre consanguineos, an sino se conoce nada de enferme- dades recesévas en la uscendencia. Una posición aparte tienen el daltonismo y la atrofia he- reditaria del óptico, y se heredan como la hemofilia y pseu- do hipertrofia muscularis. Un ejemplo es el arbol genealó- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 497 gico de Bremen proyectado. Ustedes ven que el casa- miento entre consanguíneos no tiene importancia, y este tipo es también tan marcado y singular, que se compren- de que no se puede poner en la línea de las enfermedades recesivas. H: ay herencias análogas en el reino vegetal so- bre la herencia del sexo y por esto Nettleship ha aplica- do la teoría de Bateson, que no puedo ocultaros. Nettles- hip hizo la siguiente hipótesis: Hay dos clases de espermatozoos: una ocasiona el sexo masculino y la otra el femenino; hay también dos clases de óvulos. Solamente espermatozoos masculinos y óvulos mas- culinos se mezclan y únicamente espermatozoos femeninos se mezclan con óvulos femeninos. Nettleship acepta que solo los espermatozoos femeninos y solo los óvulos mascu- linos pueden trasmitir el gene, por ejemplo, para la ce- guedad de los colores. Hasta donde esta hipótesis explica suficientemente los hechos, no puede decirse hoy, porque las observaciones de árboles genealógicos hechas hasta aquí, son insuficien- tes. Cualesquiera que esta sea, Vds. pueden ver en estas explicaciones que los nuevos resultados de la botánica y de la zoología excitan y fertilizan nuestros conocimientos sobre enfermedades hereditarias y es bueno seguir el con- sejo de Nettleship de hacer atención en cuanto á la ob- servación de árboles genealógicos en los puntos siguientes: 1.—La correlación de la enfermedad con el sexo. 2.-—La correlación de la enfermedad con la edad en la cual aquella se declara. 3.—La proporción del número de los enfermos con el número total de las concepciones, incluyendo los abortos, los nacidos prematuros y nacidos muertos. 4.—La serie de los partos. 5.— La anticipación, es decir, si la enfermedad se de- clara más pronto en las generaciones menores ó en los miembros menores de la misma generación. 6, —S1 el defecto heredado de los ojos se reemplaza en otras ramas de la estirpe, por otros defectos hereditarios, por ejemplo: intelectuales. 1.—51 la familia tiene muchos ó pocos hijos, ó si los partos se suceden muy próximos, para investigar el pro- 498 ANALES DE LA blema de si verdaderamente la cantidad de los hijos re- baja la calidad de éstos. 8. —Sacar conelusiones únicamente de árboles genealó- oicos que fueren examinados tras varias generaciones y que demuestren el mayor número posible de hijos. Hay que recordar que estas reglas no dicen nada por que causa es ocasionado el gene de la enfer medad, si por influencias endógenas Ó exógenas sobre las células ger- minativas , sino que demuestran únicamente que se trata de una alteración característica del plasma germinativo de la estirpe y heredándose por esto de generación en ge- neración. Por lo tanto, nada dicen sobre la naturaleza de la enfermedad, demuestran únicamente las vías de su propagación. Así tenemos nuevos puntos de vista para la investiga- ción de árboles genealógicos y de parentelas y estas re- elas aun sin dar nada al investigador etiológico ni al te- rapéutico, son de suma importancia para el higienista, por el motivo de familia y eventualmente para el legislador. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 4099 COLECISTO-DUODENOSTOMIA POR COLECISTITIS CON PANCREATITIS CONSECUTIVA, POR EL DR. FRANCISCO S. BELTRAN. (Sesión científica del 26 de Enero de 1912.) Señores: Tengo el honor de presentar hoy. ante Vds. un caso en el cual me ví precisado á practicar una intervención, he- cha con éxito por primera vez en muestro país, según los datos que sobre este asunto he podido recoger de nues- tros más connotados cirujanos, y cuya operación es la Co- lecisto-duodenostomía; intervención que fué llevada á efecto, más bien como operación surgida ante las necesi- dades de lo imprevisto, como tendré ocasión de exponer- les más adelante, que como intervención reglada de an- temano., La historia clínica del caso, voy á relatársela con la mayor brevedad posible, deteniéndome solamente en aque- llo que tenga relación con la enfermedad que ocasionó los trastornos que la obligaron 4 recurrir á los auxilios del médico, y que por otra parte han sido los más importan- tes, dado que entre sus antecedentes no existe nada dig- no de especial mención. He aquí su historia: F... A..., natural de Pinar del Río, de 45 años de edad, viuda, de la raza blanca y vecina de Jesús del Món: Le. Ingresa en el servicio Santa Margarita, del Hospital Mercedes, el día Y de Marzo del año ppdo., por sufrir trastornos dispépticos muy acentuados. Entre sus antecedentes, excepto el haber sufrido fiebre tifoidea en la infancia, nada existe, como decíamos ante- riormente, que llame la atención. La enfermedad que la obliga 4 ingresar en la clínica, nos dice, data de varios 500 ANALES DE LA meses, (cinco á seis); época en Ja cual le empezaron las primeras manifestaciones de su dispepsia, que se tradu- cían por pérdidas del apetito, sensación de plenitud des- pués de las comidas, acompañando d estos síntomas ma- lestar general y ligero dolor en el epigastrio; fenómenos todos que se acentuaron en los meses subsiguientes, lle- gando los dolores á presentarse siempre que ingería cual. quier alimento y por regla general media ó una hora des- pués de la ingestión, á los cuales se adicionan últimamen- te vómitos alimenticios, que se repiten con relativa fre- cuencia y constipación pertinaz que hace pasar á nuestra enferma tres 9 cuatro días sin verificar sus deposiciones. Su exámen físico nos muestra el estado de demacración en que se halla, y que confirma la pérdida de peso que nos refiere; su piel está pálida y presenta cierto ligero tinte amarillento subietérico. La exploración del estó- mago nos demuestra, que indudablemente existe una di- latación acentuada de dicho órgano, comprobada por la amplia área de sonoridad obtenida por la percusión, previa ingestión de una mezcla gasógena (ácido tartárico y bicarbonato de sosa). Podemos notar además que la paciente acusa un punto doloroso á la presión, á nivel del epigastrio (punto xifoideo), en el cual reside el dolor con más intensidad que en ningún otro punto del epigastrio y de donde se irradia á la región dorsal. El análisis del jugo gástrico demuestra la existencia de ácido clorhídrico libre, en exceso. Ante un cuadro sintomático de esta naturaleza, el diag- nóstico de úlcera del estómago en la región pilórica, sur- vió en nuestra mente el primero, con exclusión de cual. quiera de las otras entidades clínicas que pudieran dar- nos una sintomatología semejante á la que se presentaba en nuestro caso; por consiguiente, y creyendo el caso justifi- cable de un tratamiento médico apropiado, instituimos á la enferma el régimen alcalino por medio del bicarbonato de sosa y creta preparada, asociados al reposo absoluto y bolsas de hielo permanentes al epigastrio; pero á pesar de todo esto, la enferma continuó con sus dolores y vómitos á toda tentativa de toma de alimento, por lo cual y pen- sando en la posibilidad de una estrechez pilórica consecu- tiva á la localización de la úlcera en esta región, propone- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 501 mos la intervención quirúrgica; la gastroenterostomía, que según nuestras esperanzas habría de curarle su dolencia de una manera definitiva. En efecto, el día 18 de Marzo del año ppdo., llevamos á cabo la intervención, verifican- do una laparatomía mediana supra-umbilical que nos da acceso al estómago, en el cual comprobamos la existencia de su dilatación, por una parte, y de una pequeña indura- ción situada á nivel de la región pilórica por la otra, que' consideramos como la cicatríz de la úlcera. En estas con- diciones procedemos á verificar la operación apropiada: la gastroenterostomía transmesocólica posterior, emplean- do la técnica siguiente: aparto el gran epiplón: y el colon transverso hácia arriba, protegiéndoles s por medio de com- presas, incindo el mesocolon transverso fácilmente Accesi- ble, evitando los gruesos vasos, y d trav és de este ojal voy en busca del estómago; lo atralgo y paso por dicha aber- tura y ya habiendo elegido de eno el asa del yeyu- no, propio para la an: istomosis, coloco en uno y otro las pinzas de presión adecuadas que sirven para evitar el ac- ceso del contenido al exterior; y uniendo las porciones incluídas en las pinzas por medio de un surjet sero-sero- SO, procedo inmediatamente á realizar las incisiones de la cara posterior del estómago y del borde intestinal parale las al surjet y de una longitud de ocho centímetros apro- ximadamente, verificado do cual, llevo 4 efecto la sutura de los bordes, haciendo últimamente la sutura Lembert que termina nuestra gastroenterostomía; el colon trans- verso y el gran epiplón son vueltos á su sitio, y practicada la sutura de la pared abdominal, damos por terminada la de operación. La operada no presenta trastornos que llamen nuestra atención, pues su estado general es satisfactorio; no pre- senta ni dolores ni vómitos y comienza d tomar alimentos líquidos al tercer día de la operación, sin que observemos trastornos de ninguna clase; más tarde, al octavo día, em- pieza d tomar alimentos más sólidos y finalmente al duo- décimo día la enferma hace sus comidas ordinarias sin ex- perimentar molestias. La enferma curada aparentemente de su dolencia, es dada de alta el día dos de Abril, es decir, á los catorce TOMO XLVuL,—6p. 502 ANALES DE LA días de su operación y en excelentes condiciones de sa- lud. Nuestras esperanzas habían quedado por entonces satisfechas. Pero he aquí que en los últimos días del mes de Julio, después de haber pasado un período de tres me- ses, haciendo sus comidas regulares, sin trastornos y de- dicándose 4 sus habituales ocupaciones, veo aparecer en mi consulta á la paciente de referencia manifestándome que desde hace varios días se encuentra nuevamente en- ferma, presentando algunos de los síntomas que la morti- ficaban antes de la intervención; los vómitos me dice, no los tengo, sin embargo, como antes, diariamente, después de la ingestión de alimentos, sino que me acometen por erisis cada dos ó tres días, y en cuanto al dolor epigástri- co sólo se le e comcidiendo con los vómitos. Con estos antecedentes examino nuevamente mi enferma que evidentemente ha na en peso, su piel está más páli- da, y sobre todo presenta cierto tinte de palidez subicté- rica, más acentuado que anteriormente; el exámen físico del abdómen nos demuestra su flacidéz por la palpación, no pudiendo comprobarse la existencia de tumor alguno, sino solamente la dilatación de su estómago y una zona dolorosa á la presión situada en el epigastrio y algo 4 la derecha de la línea media. Con estos datos y pensando en la posibilidad de la oclu- sión completa ó parcial de la neostomía hecha anterior- mente ó quizás hasta en la reproducción del ulcus, envío la enferma al profesor Grande Rossi, el cual tiene la bon- dad de manifestarme, que en este caso, dado los antece- dentes que conocemos, lo más probable es que se trate de la oclusión de la neostomía y me indica sin embargo instituir el tratamiento médico: tratamiento alcalino por el bicarbonato de sosa y la creta preparada, y en caso de que éste no diera resultado, intentar una nueva interven- ción, que considera, caso de tratarse de una estrechez pí- lorica marcada, consistiría en la transplantación duodenal. Deseando tratarla de un modo conveniente, aconsejo á la enferma su reingreso en la clínica del Hospital Mercedes, lo cual efectúa á mis instancias el día 9 de Julio del año ppdo. Una vez allí la someto al reposo y régimen alcali- no, pudiendo observar que los vómitos tienen un carácter bilioso, que coinciden con el dolor y que se suceden sin ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 303 ningún orden regular; á veces hay dos ó tres crisis en un día y otras veces se pasan hasta dos d tres días sin hacer nineún vómito. Gracias dá la amabilidad del profesor Domínguez que hace 4 la paciente un exámen radiográfico, podemos com- probar la existencia de su dilatación gástrica, sin que sea posible localizar tumoración alguna ni el sitio de la su- puesta estrechez. En vista de que pasan treinta días de tratamiento mé- dico sin obtener mejoría, sino por el contrario, agrava- ción de los síntomas y creyendo necesaria la intervención decido ésta: En efecto, el día 9 de Agosto del año ppdo., y bajo anestesia clorofórmica por el interno Dr. Coronado, pro- cedo á ella en compañía del Dr. Ruíz. Laparatomía mediana supra- umbilical que nos da acce- so d los órganos contenidos en el etages superior de la cavidad abdominal, lo primero que nos llama la atención es la vesícula biliar que aparece aumentada de volumen como del grosor del puño, llena y tensa; además todo el - intestino y el gran epiplón presentan un tinte amarillento acentuado, verdadera ictericia local, pero continuaudo nuestra exploración vamos en busca del estómago encon- trándole inmediatamente y comprobando el perfecto es- tado de la gastro-entero anastomosis, solamente existen adherencias epiploicas numerosas que desbrido fácilmente con el dedo, tratando de explorar el píloro con idea de darnos cuenta de su estado, atraigo hacia afuera el estó- mago, lo que nos ofrece cierta dificultad, dado el gran número de adherencias, que me impiden llegar francamen- te al píloro, pues se encuentra fijo y profundamente si- tuado; entonces para convencerme del estado real de la entero-anastomosis, procedemos á practicar una gastroto- mía, haciendo una amplia incisión en la cara auterior del estómago, que nos da acceso á la cavidad de este órga- no y que nos permite comprobar que el orificio de comu- nicación de la neo-anastomosis es amplio, oval y que per- mite fácilmente el paso de una torunda montada en una pinza. Terminada la exploración procedemos inmediata- mente á la sutura del estómago en dos planos, y al ver - 304 ANALES DE LA que por esta parte no existía nada capaz de explicarnos los fenómenos que acusaba la paciente, dirigimos nuestras investigaciones al órgano que nos llamó primeramente la atención por su estado anormal. Me refiero á la vesícula biliar; comprobamos en ella sus numerosas adherencias a los órganos vecinos, el aumento notable de su volumen, la distensión de sus paredes y la gran tensión en que se encontraba el líquido contenido en su cavidad, tensión que no disminuyó á pesar de las presiones que practiqué sobre la vesícula, como tratando de exprimirla para que el líquido que contenía fluyera al intestino por sa conduc- to normal y en vista de que la tensión no disminuía abso- lutamente nada, pensamos en una obstrucción del condue- to colédoco. La palpación no nos demuestra la existen- cia de nuestra hipótesis; pero en cambio, notamos la ca- beza del pancreas aumentada notablemente de volumen y de consistencia mucho más dura que normalmente, he- chos, que como todos sabemos, corresponden á un proce- so de inflamación crónica de la glándula en cuestión; es decir, 4áun proceso de pancreatitis crónica. Pero este estado patológico en sí, sería insuficiente para explicar- nos la causa del obstáculo franco que existe en este caso al curso de la bilis, por lo cual y pensando en la posibili- dad de que el obstáculo estuviera situado á nivel del ám- pula de Vater el cual podría ser debido, por ejemplo, á alguna lesión duodenal cicatrizada, quizás la úlcera que creímos situada en el píloro, procedimos á dar libre paso á la bilis hacia el intestino, estableciendo una amplia anas- tomosis entre el fondo de la vesícula biliar y el duodeno, es decir, una colecistoduodenostomía, cuya técnica por su sencillez referiré brevemente. Tomado el duodeno entre dos pinzas es llevado ha- cia arriba al contacto de la vesícula biliar, la cual es á su vez atraída en lo posible, dada sus adherencias múltiples y gran fijeza, hacia abajo, con el fin de verificar una sutu- ra serosa entre la vesícula distendida y la porción in- ferior del duodeno, terminada la cual procedemos á la apertura de ambas cavidades por medio de una incisión paralela al surjet; el contenido de la vesícula, que presen- taba un aspecto viscoso, de color verde obscuro, es es- ponjeado hasta dejar limpia la mucosa. Inmediatamente ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 305 suturamos los bordes correspondientes en todo su contor- no, verificado lo cual hacemos una sutura Lembert, con lo que damos por terminada la colecistoduodenostomía. Por último, la pared abdominal es suturada en tres pla- nos o es corriente y la enferma es llevada á su cama, núm. 22, de la clínica Santa Margarita. Su convalecen- cia no ofrece nada digno de notarse; ella comienza á to- mar alimentos líquidos, juzo de frutas, leche, desde el siguiente día de la intervención y desde el séptimo em- pieza á tomar alimentos sólidos; á partir de aquí se resta- blece rápidamente, sus funciones digestivas se efectúan con regularidad y aumenta de peso notablemente, desde 81 libras que era su peso antes de la intervención, hasta 118 libras que es su peso actual. Antes de terminar séame permitido decir dos palabras sobre el por qué de la curación de nuestro caso en el que como hemos visto, se trataba de una colecistitis con pan- ecreatitis consecutiva. Es hoy un hecho probado, según lo demuestran las ex- periencias de Opie y Hasteld, que si se introduce bilis pu- ra dentro de los conductos pancreáticos, esta bilis causa- ría una pancreatitis de fatales consecuencias; pero los es- tudios experimentales de Flexner demuestran 4 la vez que si dicha bilis se encuentra mezclada con el mucus procedente de la vesícula biliar no se produciría una pan- creatitis aguda al ser inyectada dentro de los conductos pancreáticos, sino el tipo crónico de la misma enfermedad. Ahora bien: ¿cómo podríamos explicarnos el paso de la q. , , 6 ,,* > bilis d través de los conductos pancreáticos? La ámpula de Vater es un reservorio donde se mezclan las secreciones biliar y pancreática; es como muy jnsta- mente lo ha comparado William Mayo, el carburador de una máquina de gasolina; es el punto donde van pues á terminar el conducto colédoco por una parte y el conduc- to pancreático por otra. Normalmente la bilis segrega- da pasa juntamente con el jugo pancreático hacia eli in- testino; si por cualquier causa existiera una hipersecre- ción biliar. ésta no pudiendo fácilmente evacuarse, retro- cedería hacia la vesícula que se distiende, mezclándose con el mucus; pero cuando exista un obstáculo á nivel 506 ANALES DE LA del desagúe de la ámpula de Vater y en los casos de colecistitis simple d calculosa, la elasticidad de la vesícula y su distensión llegadas al máximum no son suficientes á equilibrar la presión originada: bien por una hipersecre- ción de la glándula, bien por la existencia de cálculos en la vesícula que disminuyan su capacidad, bien por la exis- tencia de cálculos en el colédoco, hecho que según la auto- rizada opinión de Mayo conduce á una pancreatitis inten- sa, Ó bien finalmente por la existencia de cálculos Ó de un tumor en el ámpula de Vater, y en todos estos casos se producirá por tanto el desquilibrio del sistema, que trae- rá consigo la llegada de la bilis al parenquima de la elán- dula pancreática por sus conductos respectivos, dando lugar á la reacción inflamatoria del órgano: la pancreatitis. Por consiguiente, imientras no se evite que el jugo bi- liar llegue á ponerse en contacto con la glándula panereá- tica, subsistirá la pancreatititis como consecuencia de la causa originaria. ¿Qué hacer para evitarlo? La colecisto-duodenostomía que tan brillantes resulta- - dos nos ha dado en este caso aquí presente y que de esperar es tengan lugar análogos éxitos en todos los casos semejantes. — GONDICIONES DB LA PUBLICACION A o ral é intereses profesionales, de asuntos históricos de - 'eYsOS ramos, dc., dic. E Los ANALES sostienen numeroso cange con publi- La Dirección de los ANALES no se hace solidaria de las AA PA doctrinas sustentadas por los autores de los trabajos. AVISO. CS Toda obra enviada á la redacción de los AN LaS será anunciada tres veces. Se suplica el cange. Please exchange. Exchange $. V. Pp. ANALES DE LA Po . Sírvase dirigir el cange: DEMIA DE CIiEN- | cias MKDICAS, Po | SICAS Y NATURALES Venillez adresser les exchanges: DE LA HABANA, | Cuba 84A Habana Please addres exchange to: OBRASDE VENTA EN LA REDACCION DE LOS “ANALES”. Trabajos de la Comisión de Medicina Le- E gal de Higiene Pública 3 tomos; La Flora. Cubana, del Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mama- + logía, Ornitología, Erpetología y Entomolo- * gía Cubanas, de! Dr. Gundlach; Memoria sobre la Patología y Antigiiedades de la. 1 ja de Puerto Rico, por el Dr. Dumon Contribución al estudio de los Moluscos €: banos, por el Sr. Arango y Molima; Pat logía y Terapéutica del aparato lenacular del ojo, por el Dr. Becker, traducida d alemán, por el Dr. Finlay. ISTRADO EN CORREOS COMO CORRESPONDENCIA DE SEGUNDA CLASE. ANALES de FÍSICAS Y NATURALES DE LA ¡ A —————— REVISTA CIENTIFICA a DIRECTORBHS: 3 Dr. Jorge [se-Roy. * Pr. Gustavo [rópez ' Dr. Garlos de la Torre | | | HABANA | | | | ae | TOMO XLVIII Febrero de 1912. A ——— Toda la correspondencia y cange de los ANALES, diríjase al local de la ACADEMIA.---CUBA 81 A.--- HABANA HABANA IMPRENTA MITIT.AR MURALLA NUM. 40. 1912 Academía de Ciencias Médicas L—=Acta de la sesión pública extraordinaria del 2 de Febrero ee de a ON NE ds MED EIA 50 TI.—Informe médico legal en causa de homicidio por prdbe : cia, por el Dr. Fraxcrsco M.= Hioror. (Sesión del 2 de Fe-. brero de 1912) . A E ns OE Pe SA 111.—Informe acerca de da solicitud del doctor Leonel loco caja para ingresar como académico de número, porel doctor CarLos DE LA Torre. (Sesión de Gobierno del 2 de Fe- brero de 1912) . Ai A E A e Ea IV.—Acuerdos de la Ac a: OSO AE EE DIE EN E e Eds V.—Acta de la sesión científica del 9 Ae Febrero de 1912. VI.—Trasposición del duodeno por úlcera pónd porel Dr. Rafael Nogueira. a científica del 9 de Febrero de 1912). PAP E A EN POS , VIL —La boisina: debe rtaEA á Aa rod en el erntaralonde: EN de las enfermedades de los ojos, especialmente en los niños, por el Dr. Juay Sawros Fervánbez. (Sesión cientí- fica del 9 de Febrero de 1912). 3 VIIL —Acta de la sesión pública ordinaria del 93 de Pobrcto de 1919. TX.—Nociones generales de química, por el Dr. Gasrón Aronso - Cuaprabo.—(Continuación. (Sesión pública ordinaria del , 28 de Febrero de 1912. do TA X.—El uso de los anteojos protectores para 1 Uan Po el a e: tor Juan Santos Funwánnez. (Sesión del 23 de Febrero le LN e A E E XE=IR MEMO a Oe ER ERAN ES o XIH1.—El profesor Joaquín Albarrán.—1860-1912. ......... XII1.—Los funerales del Dr. Albarrán... ... A XIV.—Joaquín Albarrán. .—186019182 0 a XV El Dr. Joaquín Albarrán AS A a A ts AA A A E dd ACADEMIA DE OIENCIAS DE LA HABANA 307 LIBRAR* Pes YOR ACTA DE LA SESION PUBLICA EXTRAORDINARIA DEL 2 DE FEBRERO DE 1912, *27 2090 Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes.—De número. —Dres: A. Agramonte, J. P. Alacán, G. Alonso Cuadrado, E. B. Barnet, A. Betancourt, T. V. Coronado, G. G. Duplessís, J. A. Fernández Benítez, C. Fin- lay, M. F. Garrido, F. Grande Rossi, F. M. Héctor, J. Jacobsen, F, Méndez Capote, C. Moya, E. Núñez, I. Plasencia, E. Pardi- ñias, M. Ruíz Casabó, C. de la Torre, J. A. Valdés Anciano. Leídas las actas de las sesiones del 19 y 26 de Enero, fueron aprobadas. El Sr. Presidente manifiesta que aun cuando no aparece en la orden del día un informe médico legal, se dará cuenta de él por haber fijado el Juzgado reclamante, un plazo perentorio para su despacho y concede por tanto la palabra al Dr. Francisco M*. Héctor quien da lectura á un INFORME EN CAUSA DE HOMICIDIO POR IMPRUDENCIA, reclamado por el Juzgado de Primera Instan- cia é Instrucción de Marianao. Trátase de un individuo que fa- lleció 4 consecuencia de tétanos traumático y el cual durante su vida tuvo dos heridas: una en la planta del pie derecho y la otra en la cabeza; infectada la primera y en vías de curación la segun- da, según consta de los documentos remitidos. El Juzgado for- mula siete cuestiones relacionadas con el tétanos,cuya finalidad es saber á cuál de las heridas debe atribuirse la muerte del interfecto, y el ponente las contesta en el cuerpo de su informe, en el mismo orden en que aparecen formuladas. Sometido á discusión pide la palabra el Dr. Agramonte y mani- fiesta que siendo los informes médico legales, obra de la Acade- mia y no del ponente que los eyacua, desea señalar algnnos pun- tos que deben ser modificados, para que resulte completo y exacto. Uno de ellos es suprimir la palabra bacilos cuando en la respuesta á la primera pregunta dice el Dr. Héctor, “Toda herida, como so- lución de continuidad, puede dar entrada en los tejidos á cuerpos extraños de cualquier clase que sean, entre estos, á los bacilos y Tomo xLyHI.—66. 508 ANALES DE LA bacterias de toda naturaleza, etc.” En la segunda respuesta, dice el Dr. Héctor, que “El tétano es una neurosis caracterizada,etc”; debe decirse “el tétanos es una infección, ete”. El Dr. Héctor acepta las modificaciones propuestas y enmienda su informe en el sentido indicado. El Dr. Grande Rossi después de felicitar al ponente por su in- forme, hace notar también que en un caso tan especial como el de que se trata, en que hay dos heridas, una intencional y otra ca- sual, hubiera sido muy fácil el saber cuál de las dos fué la puerta de entrada del tétanos, haciendo inoculaciones con productos de cada una de ellas, en ratones,que es el animal más susceptible á la infección por el bacilo de Nicolaier. Eso es lo científico. El Dr. Héctor responde que con la insuficiente información fa- cilitada, formuló su sexta respuesta diciendo que puede casí asegu- rarse que fué la herida del pie la que produjo la infección, por sus condiciones especiales, El Dr. Núñez dice que debía llamarse la «tención del Juzgado por no haber remitido la historia clínica completa, porque de ha- berse hecho se sabría cual de los grupos musculares fué previa- mente atacado y según los trabajos de Villar (de Burdeos), sobre el tétanos cefálico; si hubiese empezado por los músculos de la ca- beza y de la nuca, quizás se hubiera tenido que afirmar que fué la herida de la cabeza y no la del pie la que produjo la infección que ocasionó la muerte. El Dr. Santos Fernández hace notar que refiriéndose la última pregunta del Juzgado á los demás particulares y observaciones que se estimaren convenientes á la investigación que se persigue, ahí cabe la aclaración del Dr. Núñez. El Dr. Héctor acepta la enmienda propuesta. El Dr. Finlay Mama la atención hacia la cuarta respuesta en lo que se refiere á que la fagocitosis sea más intensa en unas ú otras partes del cuerpo. El Dr. Núñez hace constar que el suero de la sangre venosa es más activo que el de la sangre arterial. El Dr. Grande Rossi recuerda que el tétanos obra por las toxi- nas fabricadas por el bacilo de Nicolaier y si la materia nerviosa fi- ja las toxinas, la fagocitosis tiene poca importancia, una vez que dicha materia ha fijado las toxinas tetánicas. El Dr. Héctor modifica la cuarta respuesta suprimiendo la parte del párrafo que decía ““El pie, por otra parte, como extremidad A. - . ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HARANA 509 A E | más distante del centro circulatorio, está dotado de una circula- ción menos activa, siendo por consiguiente menos activa en él la fagocitosis, la defensa orgánica”. Por último, en vista de las observaciones hechas al informe re- dacta su 7* respuesta como sigue: “Se acuerda consignar que hu- biera sido de gran importancia, tanto que casi por sí hubiera re- suelto toda duda, haber practicado inoculaciones á distintos cone- jos, con el pus ó secreciones de una y otra herida, y el resultado práctico hubiera indicado la herida infectante”. “Hubiera sido también importante conocer la historia clínica del enfermo, puesto que se sabe, que frecuentemente el tétanos se localiza en su comierzo, en las inmediaciones del foco infectante, y en este caso, serían los términos extremos, músculos del cuello ó tronco, en un caso; del pie ó de la pierna en el otro.” Con las modificaciones acordadas fué aprobado el informe. No habiendo concurrido el Dr. Gustavo López que tenía anun- ciada una comunicación oral,se concede la palabra al Dr. Jorge Le- Roy para la lectura del INFORME SOBRE DESTRUCTORES DE BASU- RAS del que no se había podido dar cuenta en anteriores sesiones por la falta del quorum reglamentario. A la mitad de la larga lectura de este informe, varios señores académicos piden se prescinda de lo que falta y se lean las conclu- siones del mismo únicamente. Así se hace por el ponente y la presidencia abre discusión sobre el informe. El Dr. Núñez dice que se debe dar cuenta á la Junta de Sani- dad de las infracciones sanitarias que se denuncian en el informe. El Dr. Jacobsen dice no poder votar en su totalidad la tercera conclusión, por haber votado como miembro de la Junta Nacional de Sanidad y Beneficencia eu otro sentido. El Dr. Coronado dice que el ponente no hace hincapié en la si- tuación del crematerio. Recuerda que la planta eléctrica situada en otro lugar de la ciudad,llena de humo no solo los lugares colin- dintes sino que lleva el cisco de carbón de sus chimeneas hasta otros muy lejanos. Que el crematorio se instala al Sur de la ciu- dad y que los vientos reinantes por la noche, el terral, llevarán los malos olores y el humo sobre toda la población y que por consi- guiente exige se haga un estudio previo del informe antes de pro- cederse á su votación. El Dr. Le-Roy replica que el cansancio de los señores académi- cos ha sido la causa que le ha privado de dar completa lectura á 510 ANALES DE LA su trabajo y que en el cuerpo del mismo se estudia y discute el punto sobre que insiste el Dr. Coronado; que, además, como el Gobierno acaba de dar un Decreto permitiendo la continuación de las obras, que había suspendido por las quejas de los vecinos, no ha querido repetir en las conclusiones lo que ya se dice en el tra- bajo, insistiendo sólo en las condiciones generales del emplaza- miento de estas plantas industriales, según se indica en la primera respuesta á las preguntas del Comité de Defensa. El Dr. Coronado dice que vota en contra del informe si no se hace un estudio previo del problema planteado. El Dr. Agramonte dice que si el Gobierno ha dispuesto la conti- nuación de las obras y la Compañía se ha propasado en continuar- las, sin conocer la opinión de la Academia, pide que el informe quede sobre la mesa para la próxima sesión. El Dr. Grande Rossi dice que hay dos cuestiones--que colocán- dose en el terreno del higienista puro—hay que examinar: 1” si se instala y 2% cómo se debe instalar. Que él es testigo de mayor es- cepción, pues contribuyó á la instalación de una fábrica de apro- vechamiento industrial de materias orgánicas y con un capital ele- vado, científicamente invertido, se pueden llenar todas las condi- ciones exigidas por la ciencia. Si se pueden destruir las basuras, ¿por qué no hacerlo? Lo que tenemos que fijar son las condicio- nes en que esa destruceioón se haga sin perjuicios para la salud pública. El Dr. Le- Roy manifiesta que eso es lo que ha hecho, pues se pi- de por ambas partes el dictámen técnico de la Academia y á eso ha limitado su informe. En vista de lo avanzado de la hora y habiendo pedido un señor académico que quedase el informe sobre la mesa, para la próxima sesión, el Sr. Presidente así lo dispuso, dando por terminada la se- sión pública y declarando á la Academia constituída en otra de Gobierno. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA DÍ INFORME MEDICO LEGAL EN CAUSA DE HOMICIDIO POR IMPRUDENCIA. POR EL Dr. Francisco M*?. Héctor. 10) (Sesión del 2 de Febrero de 1912.) Sr. Presidente y señores académicos: Como ponente designado por el Sr. Presidente de esta ilustre Corporación, tengo el honor de someter al ilustrado criterio de los señores académicos, el siguiente informe que interesa el señor Juez de Pri- mera Instancia é Instrucción de Marianao, en aten- to escrito que literalmente dice así: “Juzgado de Primera Instancia é Instrucción de Marianao.—Enero 15 de 1912.—Sr. Presidente de la Ajcademia de Ciencias Médicas de la Habana. —Sr.: En el sumario número cinco del año actual, que instruyo por el delito de homicidio por impru- dencia, he dispuesto interesar de esa Corporación, se informe á este Juzgado, con vista de la Certifica- ción que se acompaña, contentiva de dictámenes mé- dicos, los particulares siguientes: “Primero: Si es posible que la herida situada en la planta del pie derecho del interfecto E... A... y á que hacen mérito los doctores A... $... y la e no obstante encontrarse aparentemente cicatriza- da, haya podido contener en ese foco de supuración que se observó, durante la autopsia, el bacilo de Ni- colaier, ó si el hecho de la cicatrización antes refe- rida hace imposible la existencia del bacilo en el lu- gar indicado.” “Segundo: ¿Cuáles son los síntomas propios del tétano traumático ?” “Tercero: ¿En qué tiempo después de recibir una herida puede presentarse esa enfermedad ? D12 ANALES _DE LA “Cuarto: ¿Qué herida es más susceptible de in- feccionarse por tétano, una recibida en un pie ú otra en la cabeza ?”” “Quinto: ¿Si á pesar del tratamiento antiséptico que pueda emplearse en un lesionado, es posible la existencia del bacilo de Nicolaier en la región, ob- jeto del tratamiento médico?” “Sexto: ¿Si con los datos suministrados puede precisarse por esa Corporación, cuál de las dos he- ridas descriptas —ó séanse la de la cabeza y la del pie— puede conter el bacilo del tétano y por consecuencia, la infección que produjo la muerte. “Séptimo: Y por último, cuantos más particula- res y observaciones se estimaren convenientes á la investigación que se persigue””. “Todo lo cual solicito de esa Corporación, por me- diación de usted, en auxilio de la Administración de Justicia; rogándole la mayor brevedad en la remi- sión del expresado informe, así como el oportuno acuse de recibo. De Vd. con la mayor consideración, Enrique Porto.—Juez Instructor.—Hay un sello que dice en tinta azul: Juzgado de Primera Instancia é Instrucción y Correccional.—Marianao.” He de contestar en el mismo orden en que expre- sa la comunicación los particulares que interesa. Primero: Puede responderse afirmativamente, di- ciendo que: sí, es posible que la herida situada en la planta del pie derecho del interfecto E... A... y á que hacen mérito los doctores A... S... y H...,no obstante encontrarse aparentemente cicatrizada, ha podido contener en ese foco de supuración que se ob- servó durante la autopsia, el bacilo de Nicolaier; y el hecho de la cicatrización antes referida, hace más posible la existencia del bacilo en el lugar indicado. Multitud de razones científicas justifican el senti- do afirmativo expresado, y siquiera sea de una ma- nera sumarísima, hemos de consignar el fundamento de aquéllas. “Poda herida, como solución de continuidad, pue- de dar entrada en los tejidos á cuerpos extraños de ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 313 cualquier clase que sean, entre éstos á las bacterias de toda naturaleza; sin que la presencia de un cuer- po extraño en las mismas, hasta balas, fragmentos de vestidos, astillas de maderas, ete., impidan la elca- trización; no sólo aparente, sino definitiva; esto es de observación constante. El mismo hecho de la cica- trización aparente ó cutánea ha contribuido, en este caso, poderosamente cerrando el foco herido, para ofrecer al bacilo de Nicolaier, ó á su esporo, un mag- nífico alojamiento, para su mejor subsistencia, evo- lución y letal influencia, sustrayéndole de la acción del oxígeno del aire; pues el microbio es anaerobio. Por otra parte, la asociación con las otras bacterias del foco purulento, estreptococos y estafilococos, le sirven eficazmente para la más segura y rápida me- tamorfosis bacilar y como consecuencia la produc- ción de las secreciones tóxicas, las toxinas que, como venenos tetanígenos, son los productores de la enfer- medad. Segundo: ¿Cuáles son los síntomas propios del tétano traumático? El tétanos es una infección ca- racterizada por acceso paroxísticos de espasmos y de contractura tónicas, localizadas ó generalizadas. La contractura de las mandíbulas ó ““trismus”” es ca- si siempre la primera manifestación; siguen luego los músculos de la nuca, dorso, tronco y miembros. La contracción de los músculos de la nuca, dorso, lo- mos y piernas que dan al enfermo la forma de un areo de círculo de concavidad posterior, es el opis- tótonos. Cuando al contrario, por contractura de los músculos flexores de la cabeza, tronco y abdomen, el arco es de concavidad anterior se llama emprostóto- nos. Cuando las contracturas musculares se fijan en uno ú otro lado del tronco, siendo entonces la conca- vidad lateral derecha ó izquierda, es el pleurostó- tonos. Como todos los músculos pueden ser invadidos, re- sultan trastornos funcionales algunas veces tan im- portantes, que determinan la muerte. A eso se debe la asfixia y el síncope, terminaciones 914 ANALES DE LA casi constante en el tétano; ó cuando no la sofoca- ción, la disnea, la cianosis, la disfagia, los sudores coplosos, etc. Las contracturas pueden ser espontáneas, Ó pro- vocadas á veces por excitación exterior. Es muy frecuente la fiebre, aunque no constante; ligera algunas veces, de 38% 4 38% en otras ocasio- nes de 40% ¿4 42% hasta 43%, durante la vida, lle- gando hasta 45% después de la muerte. La inteligencia se conserva íntegra. Puede el tétano ser local ó general; agudo, sub- agudo, ó crónico. Tlercero: ¿ En qué tiempo después de recibirse una herida puede presentarse esa enfermedad ? Siempre ha de mediar un período de tiempo entre la herida y la aparición del tétanos; éste es el perío- do de incubación, que puede durar desde ocho ho- ras (L. Vaillard) hasta 87 días (Terrier). En un ca- so observado por Miquel, la virulencia del esporo te- tánico ha durado en una tierra tetanígena, hasta 18 años. La duración media es de seis á doce días. Cuarto: ¿Qué herida es más susceptible de infee- cionarse por tétanos: una recibida en un pie, ú otra en la cabeza ? Se sabe perfectamente que el agente tetánico se encuentra muy esparcido en la Naturaleza; pero se- gún las demostraciones de Roux, Lortet, donde se encuentra con más frecuencia, es en la superficie del suelo, en los estiércoles de los hervíboros, en el fan- go, polvo, tierra. Que los esporos tetánicos son anae- robios; de donde la necesidad de heridas cerradas, fuera del contacto del aire, heridas profundas an- fractuosas; además de estas especiales condiciones, los esporos tetánicos necesitan de la asociación con otros microbios, puesto que sólo en estado de pureza no pueden desarrollarse en los tejidos sanos, no pue- den producir la toxina infecciosa; á ello se oponen la fagocitosis por una parte, y por otra la acción del ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 515 oxígeno del aire, que actúa directamente sobre el ba- cilo de Nicolaier, inutilizándolo, puesto que ningún otro micerobio se apodera de aquél. Con lo enunciado se advierte perfectamente que la herida del pie, en contacto éste con el suelo y por lo tanto con el polvo, tierra, lodo, y materias ester- colares, tiene forzosamente que infeccionarse por té- tanos más que las heridas de la cabeza. Debiendo sumar á las consideraciones adjuntadas, la no menos importante de que las heridas del pie son regularmente punzantes, profundas, irregulares, como producidas por puntillas, clavos, “astillas de madera, heridas, pues, las más á propósito para sus- traer del aire el esporo, por su profundidad y de- más condiciones, favoreciendo la supuración deter- minante de simbiósis con las bacterias piógenas au- mentando así la virulencia del microbio del tétano? Quinto: ¿S1 á pesar del tratamiento antiséptico que pueda emplearse en un lesionado es posible la existencia del bacilo de Nicolaier en la región objeto del tratamiento médico ? Como los medios de asepsia y antisepsia de que dispone la ciencia hoy, no son lo suficientemente efi- caces, no puede llegarse de una manera segura, aun- que sí muy frecuente, á impedir la existencia del ba- cilo de Nicolaier en la región objeto del tratamiento médico. Sexto: Con los datos suministrados puede casi ase- gurarse que de las dos heridas deseriptas, ó sean la de la cabeza y la del pie, fué la de este último (el pie) la que pudo contener el bacilo del tétano, que determinó la infección y produjo la muerte. Séptimo: Se acuerda consignar que hubiera sido de gran importancia, tanto que casi por sí hubiera resuelto toda duda, haber practicado inoculaciones á distintos conejos, con el pus ó secreciones de una ú otra herida y el resultado positivo hubiera indicado la herida infectante. TOMO XLVIn.—67, 516 ANALES DE LA Hubiera sido también importante conocer la his- toria clínica del enfermo, puesto que se sabe que fre- cuentemente el tétanos se localiza en su comienzo, en las inmediaciones del foco infectante, y en este caso, serían los términos extremos, músculos del cuello ó tronco, en un caso; del pie ó de la pierna en el otro. INFORME acerca de la solicitud del doctor Leonel Plasencia, para ingresar como académico de número. POR EL Dr, Carlos de la Torre (Sesión de Gobierno del 2 de Febrero de 1912) Señores académicos: Tengo el honor de someter á vuestra consideración el presente informe, con objeto de cubrir la plaza de académico de número de la Sección de Ciencias, va- cante por la sensible pérdida del doctor Enrique Acosta. La única solicitud que se ha presentado á la Aca- demia como aspirante á la mencionada plaza y con motivo de la convocatoria publicada en la Gaceta, es del doctor Leonel Plasencia y Montes, cubano, ma- yor de edad, Doctor en Medicina y Cirugía, con nota de Sobresaliente; Catedrático Auxiliar, Jefe del La- boratorio de Trabajos de Análisis de Microscopía y Química Clínica, por oposición, en la Universidad Nacional; Director de un Laboratorio Clínico que lleva su nombre; y autor de una serie de trabajos orl- emales de indiscutible mérito, entre los cuales figu- ran en número considerable los que tienen por ob- jeto asuntos comprendidos en la Sección á que per- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 517 tenece la vacante; habiendo dado pruebas no sólo de su competencia, sino de laboriosidad y constancia en los trabajos de investigación científica, todo lo cual se justifica en los documentos que acompaña. Y en vista de que el doctor Leonel Plasencia y Montes reune todas las condiciones que el Regla- mento de la Academia exige para poder ser nombra- do académico de número, tengo el honor de propo- ner á la Sección de Ciencias, para que así lo haga ésta á la Academia, el nombramiento del doctor Lieo- nel Plasencia y Montes, para cubrir la plaza de aca- démico de número que hay vacante en dicha Sec- ción de Ciencias, en la seguridad de que podrá y sa- brá llenar caumplidamente sus deberes. La Academia, no obstante, resolverá lo que esti- me más oportuno. EXPEDIENTE UNIVERSITARIO Y SERVICIOS PROFESIONALES 1.—Título de Doctor en Medicina y Cirugía, ex- pedido en 3 de Julio de 1897. Su nota: Sobresaliente. 2.—Tesis del doctorado, leída el 16 de Junio de 1897.—Su título: Ensayo etiológico de la tuberculo- sis en la Habana. 3.—Nombramiento de Médico honorario del Hos- pital Nuestra Señora de las Mercedes. 1% de Octu- bre de 1898. 4.—Certificación del Dr. J. Varela Zequeira, por servicios prestados á la Quinta de Salud “La Bené- fica”. 17 Agosto, 1900. 5.—Certificación del resultado de las primeras oposiciones á una Cátedra del Jefe de Laboratorio de la Escuela de Medicina de la Universidad de la Habana. Octubre de 1900. Apto. 6.—Nombramiento de Ayudante del Laboratorio de Mieroscopía y Química Clínica de la Cátedra 5 de la Universidad, obtenido mediante pruebas prácti- cas. 1. de Diciembre de 1901. 318 ANALES DE LA 7.—Nombramiento de Médico del Servicio Espe- cial de Enfermedades del Pecho del Dispensario Pa- mayo. 6 de Enero de 1902. 8.—Confirmación del nombramiento de Ayudan- te de la Cátedra 5, obtenido mediante pr uebas prác- ticas. 15 de Octubre de 1902. 9.—Decreto Decanal autorizándole para explicar un curso libre de Mieroscopía y Química Clínica. Ju- lio 1. de 1904. 10.—Confirmación del nombramiento de Ayudan- te de la Cátedra 5, obtenido mediante pruebas prác- ticas. 31 de Octubre de 1904-9005. 11.—Certificación del Secretario de la Facultad de Medicina sobre servicios prestados á la Enseñan- za. Febrero 4 de 1905. (Las cátedras anteriores y por sustitución las funciones de Jefe del Laboratorio desde 10 de Diciembre de 1901, al 20 de Diciembre de 1903). 12.—Programa empleado en la explicación del curso libre 4 que se contrae el documento 9 y la cer- tificación 11. amiento de Ponente del Tema Oficial “Parasitología en Cuba”, hecho por el Primer Con- greso Mé ¿dico Nacional. 29 de Diciembre de 1904. 14.—Renuncia, aceptada, del cargo de Ayudante de la Cátedra 5, presentada á raíz de conocer el re- sultado de las oposiciones á que se refiere el siguiente documento. 38 comunicaciones de la Secretaría de Ins- trucción Pública referentes á las segundas oposicio- nes para optar á una Cátedra de la Universidad. 15 de Marzo de 1905. 16.—Nombramiento de Profesor Interino de la Escuela de Medicina. Abril 23 de 1906. Jefe del La- boratorio de trabajos de Análisis de Microscopía y Química Clínica de la Habana. 17.—Nombramiento de Catedrático Auxiliar de la Cátedra 5, de la Escuela de Medicina, obtenido por oposición en 16 de Noviembre de 1906. No presenta documentación de la existencia del ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 319 Laboratorio Clínico que primero llevó el nombre de Martínez Plasencia, y hoy el de Leonel Plasencia, por ser de todos conocidos. BIBLIOGRAFIA 1.—¿ Son los neuro-epitelios ó fibras de Muller de la retina verdaderos epitelios? Copia ms. 2.—Ensayo de una nueva clasificación de los epi- telios. El Progreso Médico, Marzo 1902. 3. os métodos de coloración de parásitos en la sangre. Rev. de Med. Trop. Agosto 1902. 4. —FEstudio comparativo entre el uncinaria duo- denalis y americana. Rev. Med. Trop. Nov. 1902. 5.—Dliplococus flogogenus pleuro-pulmonaris. Rev. de Med. y Ctr. de la Habana. Enero 1903. 6.—Contribución al estudio de la filariosis en Cu- ba. Rev. de Med. Trop. Febrero 1903. 7.—Trombo flebitis del cordón espermático (eo- laboración con el doctor R. Menocal). Rev. de Med Trop. Marzo 1903. 8.—Una variedad de Strongyloides intestinalis. Rev. de Med. Tirop. Set. 1903. 9. —El Vermes Macaco: en Cuba. (Colaboración con el doctor E. Martínez). Rev de Med. Trop. Fe- brero 1904. 10.—Embriogenia de la sangre en el pollo (apun- tes.) Rev. de Med. Trop. Agosto y Septiembre 1904. 11.—Fórmula hematológica en los procesos infla- matorios y en los neoplasmas. Rev. de Med. Trop. Noviembre 1904. 12.—Significación biológica del leucocito de gra- nulación eosinófila. Rev. de Med. y Cir. de la Ha- bana. Mayo de 1905. 13. s de Microscopía Clínica (enfermeda- des parasitarias de la piel). Rev. de Med y Cir. de la Habana. Agosto 1906. 14. —Valor. semiológico del leucocito de granula- ción eosinófila. Arch. Soc. Est. Clin., t. XVI, p. 102- 111.; y Rev, Med, Cub. Enero 1909, 320 ANALES DE LA 15.—La anemia en Cuba. Boletín del Laboratorio Clínico y de Amál. Quim. M. P., 1910. 16.—El ultramicroseopio, como medio de diagnós- tico en la espiroqueta pálida. Bol. del Lab. Clin. y de Anál. Quim. del Dr. L. P., 1910. 17.—Los triples colores. La Prensa Médica, Octu- bre 1910. 18.—El albuminoscopio para luz artificial. Rev. de Med. y Cir. de la Habana. Enero 1911. 19.—Consideraciones sobre el valor clínico de los cilindros urinarios. Rev. de Med. y Cir. de la Haba- 20. Julo, EOI; 20.—Nueva técnica para recoger exudados de los chaneros sifilíticos que han de ser examinados al ul- tramieroscopio. La Prensa Médica, Julio 1911. 21.—Experiencia obtenida en 161 reacciones de Was- sermann. Rev. Med. Cub. Junio 1911. 22.—Colaboración en la segunda edición de la obra Elementos de Microscopía y Química Clímca, con el doctor E. Martínez. TRABAJOS REPRODUCIDOS Ó MENCIONADOS EN REVISTAS EX- TRANJERAS DE LOS CUALES TENGO CONOCIMIENTO.—L£. P. 1.—Anmnali di Medicina Navale (Roma) Repro- ducción del trabajo '“N uevos métodos de coloración de parásitos en la sangre 2.—Simon. Climcal Diagnosis. (Profesor de Pa- tología Clínica del Baltimore Medical College). p. 178, sexta edición, al mismo trabajo. 3.—Monografía por el doctor A. Matienzo, publi- cada en la Gaceta Médica de Méjico. Referencia al trabajo “Hstudio comparativo entre el uncinaria duodenalis y americana”. Pág. 9. 4.—Hygieme Laboratory, Bulletin n.” 10 Uncina- riasis or Anchylostomiasis on the United States. CH Wardell Stiles (al mismo trabajo). 5.—Revista Ibero Americana de Ciencias Médi- cas de Madrid. Reproducción del trabajo *“*Diploco- cus Flogogenus pleuro-pulmonaris. ”” ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 521 6.—De este trabajo existe una referencia ó mejor extracto en The New York Medical Journal, que no he podido conseguir por haberse dejado de publicar dicha revista. 7.—Annali di Medicina Navale (Roma). Repro- ducción del trabajo “Contribución al estudio de la Filariosis en Cuba?” 8.—Archiv. fúr Sehiff-und Tropen Hygiene, de Leipzig. Referencia al trabajo “Estudio combpara- tivo entre el uncinaris duodenalis y americana?””. ACUERDOS DE LA ACADEMIA. En la sesión de Gobierno del 2 de Febrero de 1912 se aprobó el informe emitido por el Dr. La Torre, acerca de los méritos del único candidato presentado en opción á la plaza que dejó vacante el sensible fallecimiento del Dr. Enrique Acosta; en tal virtud se procedió á la elección, resultando nombrado, por unanimidad de votos, el Dr. Leonel Plasencia y Montes, académico de número de la sección de Ciencias. 522 ANALES DE LA ACTA DE LA SESION CIENTIFICA DEL 9 DE FEBRERO DE 1912. Presidente.—Dr. Juan Santos Fernández. Secretario.—Dr. Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes. —De número.—Dres: A. Agramonte, G. López, F. Méndez Capote, L. Plasencia, F. Torralbas. Los Dres: G. Casuso, T. V. Coronado y F. M. Héctor, discul- pan su asencia. No existiendo el quorum reglamentario, solo se celebra esta se- sión con el carácter de científica, por cuya razón, aunque se dió cuenta de algunas comunicaciones, no pudieron tomarse acuerdos. El Sr. Presidente anuncia que asiste por primera vez el acadé- mico Dr. Leonel Plasencia, elegido en la sesión de Gobierno del Y del actual. El Dr. Gustavo López. hace una comunicación oral acerca de un dentista de estu ciudad que dice haber encontrado el remedio para curar la piorrea alveolar, enfermedad cuya patogenia se desconoce, y el cual se propone dar á conocer en París; por lo que propone que la Academia lo invite á que en su seno exponga sus trabajos con el fin de que sea conocido en Cuba el descubrimiento antes de que lo lleve al extranjero. El Sr. Presidente hace constar que cualquiera que sea el resulta- do, uo puede utilizar ese señor, como ningún otro profesional, el nombre de la Academia para anunciar su remedio. El Dr. Agramonte pide que la moción del Dr. López sea tratada en sesión de Gobierno. El Dr. López insiste en que se traiga á la Academia la cuestión puramente científica. El Dr. Torralbas hace constar que no es la Academia quien de- be invitar á ese señor á exponer sus trabajos, porque eso sería una aceptación 4 priort de los mismos y además porque la tribuna de la Academia ha estado y está abierta constantemente para cuantos quieran tratar de ciencias y es por tanto á ella 4 quien se debe acudir en demanda de permiso para la exposición de trabajos. El Dr. Agramonte no insiste en que se trate el asunto en sesión de Gobierno, pero le llama la atención el que un cubano empren- da un viaje al extranjero para dar á conocer un secreto en lugar de ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 923 revelarlo en su país, y como el autor no ha dicho en qué consiste su método de tratamiento y parece que desea continúe el secreto, la Academia no puede aceptarlo. El Sr. Presidente Mama la atención hacia el espíritu de la mo- ción, que es el de pedir la venia de la Academia para que un pro- fesional pueda presentar su trabajo. El Dr. Le-Roy se adhiere á las primeras manifestaciones del Dr. Agramonte, y pide que este asunto nose trate sino en sesión de Gobierno, por envolver un problema deontológico que dará á co- nocer con los documentos que obran en su poder, y que exigen sea tratado en esa forma. Queda el asunto para ser tratado en sesión de Gobierno. El Dr. Rafael Nogueira presenta UN CASO DE TRANSPOSICIÓN DEL DUODENO POR ULCERA JUXTA-PILÓRICA,Operado por él recien- temente con satisfactorio resultado. Sometido á discusión pide la palabra: El Dr. Torralbas para felicitar al autor por su interesante obser- vación y añade que ve con gusto el alejamiento de la práctica has- ta ahora usada con exageración de recurrir á la gastro-enterosto- mía; tendencia esta última, que tratan de destruir los que se dedi- can á esta clase de estudios, como ha podido comprobar en su re- ciente viaje por los Estados Unidos. Otro punto que también se complace en ver reconocido por el Dr. Nogueira es no concederle una exagerada importancia á la hi- peracidez estomacal; siendo ese precisamente uno de los puntos principales que trataba de demostrar en el discurso de ingreso en esta Academia, de no separarse de la clínica entregándose en bra- zos del laboratorio, cuya importancia y valiosos servicios es el pri- mero en reconocer; pero no concederle el mérito de resolver por si solo problemas que la clínica, en primer término, está llamada á encaminar. El Dr. Nogueira agradece la contribución del Dr. Torralbas y reconoce que, en efecto, la acidez por sí sola no es capaz de preci- sar un diagnóstico, puesto que es un síntoma que «aparece en dis- tintas dolencias y buena prueba de ello es que esa misma hiperclor- hidia que aparecía como patogenésica de la úlcera simple del estó- mago, es la que ahora explica la patogenia de la úlcera duodenal. No habiendo concurrido el Dr. Alonso Cuadrado, el Dr. Santos Fernández cede la presidencia al Dr. G. López y hace una comu- nicación cuyo título es: La DUBOISINA DEBE PREFERIRSE Á LA TOMO xLVI11.—68. 924 ANALES DE LA ATROPINA EN EL TRATAMIENTO DE LAS ENFERMEDADES DE LOS OJOS, ESPECIALMENTE EN LOS NIÑOS. El Dr. Santos Fernández en su comunicación refiere que ha usado la duboisina desde hace 25 años, cuando ocurrió su descubrimiento, reconociendo en ella el mismo poder para dila- tar la pupila que tiene la atropina; pero con laventaja de no ser tóxica, muy especialmente en los niños. Solo restringió su uso, porque en el inferior no la había frecuentemente. La atropi- na le había hecho observar, como á otros muchos prácticos, into- xicaciones por los conductos lagrimales, no seguidas de muerte, pe- ro desagradables, que se evitaban comprimiendo losípuntos lagri- males, después de instilaciones de colirios al 52%, pues hay per- sonas que absorben por aquellos con gran facilidad, recordando lo que es peculiar en los pájaros. Aunque había leído intoxicacio- nes análogas de la duboisina, también por los colirios, por más que él no las había visto, procuró antes de hacer pública su opi- nión, extremar la instilación de la duboisina al 5% sin comprimir los puntos lagrimales, durante tres meses, á hombres, mujeres y niños especialmente, que dejaba bajo su inspección, no fuese que los síntomas pasasen desapercibidos y no llegó á notar un solo ca- so. Cuando hacía esta investigación instiló sin comprimir los puntos, un colirio que ordenó fuese de duboisina al 5% á una se- ñora de más de ochenta años, creyó ilusoria su apreciación respec- to de la duboisina; pero no fué así; no se había instilado duboisi- na sino atropina. Explica la diferencia de acción de la atropina y la duboisina en que la primera procede de una solanacea y la se- gunda de una escrofulariacea, la una provoca efectos de gran exci- tación y la otra los tiene sedantes, por lo que la usan con frecuen- cia los alienistas. Al concluirse esta lectura se dió por terminada la sesión. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HARANA 520 TRASPOSICION DEL DUODENO POR ULCERA JUXTA-PILORICA, POR EL DR. RAFAEL NOGUEIRA. (Sesión científica del 9 de Febrero de 1912.) Señor Presidente y señores académicos: Una vez más vuelvo 4 molestar la atención de esta Aca- demia, para presentar una historia clínica comentada; pero no me culpéis á mi; ello es debido á la honrosa dis- tinción que me dispensa su digno Sr. Presidente al instar- me en cortés y alentadora invitación. A... H... de 49 años de edad, ingresa en el servicio de medicina del Dr. Ernesto Cuervo, por afección estoma. cal, y soy llamado por dicho profesor para estudiar el ca- so conjuntamente, recolectando los datos clínicos siguientes: Padres muertos en la senectud. fGozó buena salud, has- ta hace seis años en que comienza su enfermedad, que es la que nos ocupa. Se inició con dolor hora y media 6 dos horas después de las comidas, con gases y pirosis irritante. El bicarbonato le calmaba el dolor, facilitaba la expulsión de los gases y neutralizaba la pirosis. Pasa algún tiempo sin más tratamiento, y gana terreno su le- sión; se establecen los vómitos alimenticios, y el enfermo baja de peso; el dolor le acomete en cualquier momento, y su ingreso en el hospital lo determina haber vomitado sangre. Su temperatura es de 36% €.; su pulso, 60 al minuto, y la respiración, normal; está profimdamente de- macrado. El examen del contenido gástrico enseña una acidez total de 80. No hay acidez láctica, ni de fermen- tación. Acido clorhídrico, 40; no hay sarcinas, y sí al- gunos elementos organizados y leucocitos. Examen Físico. — Enfermo delgado; piel y mucosas, pali- das; lengua y mucosa bucal secas. No hay infartos gan- elionares en el cuello, ni pulsaciones anormales; no hay infartos axilares, y aparato cardio-pulmonar, hien, 526 ANALES DE LA Vientre flácido y deprimido en la región infra-umbili- cal, tenso y defendido en el epigastrio. Se localiza el dolor sobre el recto anterior derecho, muy cerca de la lí- nea media, y á seis centímetros por encima del ombligo; no hay tumor. El paciente se queja de constricción res- piratoria en la base del tórax, y su posición predilecta es sentado y muy flexionado sobre el vientre. Riñón normal. Reflejos normales. El examen de la sangre revela anemia secundaria. La reacción de We- ber es positiva Su cuadro clínico se ajusta á la ulceración duodenal, pero también hay signos de úlcera gástrica. ¿La lesión es doble, Ó se trata de una úlcera juxta pilórica? Nuestro diagnóstico se contrae á esta última opinión. Conviene aquí recordar que los anglo-americanos Moy- nihan y los hermanos Mayo, llaman úlceras juxta-pilóri- zas á las situadas ád la derecha de la vena pilórica, y ad- miten que su sintomatología es más duodenal que g gástri- ca, aunque la ulceración se dirija hacia una vertiente ó la otra. De todos modos y ante un caso como el nuestro, cuya lesión parece radicar en el mismo píloro, con predo- minio clínico duodenal ¿qué indicación se impone? Los cirujanos franceses, en este sentir, prodigan la gastro-en- terostomía posterior eu su modalidad yeyuneal; y no es el éxito posterior lo que se obtiene por resultado, á no ser en los enfermos que acompañan á su lesión, el síndro- me gastro-ectasia, que mejoran consider -ablemente, pues la operación actúa como rápido drenaje, vaciando el con- tenido gástrico al asa yeyuneal, como se ha comprobado por las radiografías con ingestión de crema de bismuto. Cuando en el seeundo Congreso Médico Nacional, pre- sentaba un trabajo titulado “La gastro-enterostomía en la úlcera y en el cáncer gástricos (nueve casos)”, sentía un eran entusiasmo por aquella operación, que estimaba salvadora por los rápidos y eficaces resultados obtenidos; pero andando el tiempo, el estudio post-operatorio de al- ounos de aquellos casos y la literatura producida por ex- perimentadores y cirujanos, han relegado á segundo lu- ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA Fig. 2. ACADEMIA D£ CIENCIAS DE LA HABANA 521 gar, y en mi propio concepto, aquella intervención palia- tiva. Más de una vez he sido consultado de nuevo por mis propios operados, porque periódicamente aparecen los mismos síntomas que determinaron su operación, sínto- mas que sólo desaparecieron completamente algún tiempo después de la gastro-enterostomía realizada; porque des- graciadamenle este tratamiento quirúrgico no es más que una etapa en la cura de la úlcera: la operación coloca la lesión en condiciones de curarse, pero no produce por sí sola la curación. Ante esta situación de concepto, desconfiado de los re- sultados obtenidos por la gastro-enterostomía, y sugeri- da por mi distinguido profesor Grande Rossi, la opera- ción de Tuffier ó trasposición del duodeno (esquema 2), me decidí á realizarla, aunque la estadística tiene en ma- nos de Robson gran mortalidad, y el mismo Tuffier la ha- ya practicado, pocas veces, pues, reserva su indicación dá los casos en que estando indicada la pilorectomía, ésta es impracticable. La literatura médica registra seis casos, “siendo el séptimo el que estudiamos y primero realizado en Cuba. La técnica usada por nosotros consistió esencialmente en incisión supra-umbilical, abertura y decolación del grande y pequeño epiploon en sus inserciones pilórico-duo- denales, libre el píloro y decolado un tanto el duodeno, podemos reconocer á la palpación en esa misma región y en la pared anterior, un endurecimiento del volumen de un guisante aplastado, saliendo de uno de sus bordes co- mo un anillo fibroso que, orillando el píloro, fuera á to- car la induración por el lado opuesto, es decir, un anillo pilórico rememorando una sortija que, engastada en el pí- loro, presentara hacia delante una piedra montada; limi- tada la lesión entre dos pinzas, á distancia prudente, se reseca y se procede á suturar eu dos planos y del modo clásico, la sección gástrica, en tanto que el cabo duode- nal es traído á la pared anterior estomacal y fijado en el mismo antro pilórico por sutura” término-lateral, detalle imprescindible de la operación, pues la fisiología de ese antro pilórico es de suma importante. Desde el punto de vista vital, la gastro-enterostomía 528 ANALES DE LA sería la operación ideal en los casos de pfloro impermea- ble, si curase, y al curar no excluyera la importante fun- ción secretoria del duodeno; en todo ello se está de acuer- do, pero las corrientes actuales tienden á indicarla sola- mente en los casos en que se quiera actuar de un modo paliativo, pues para proceder en los que se persiga fin curativo, se están indicando operaciones más radicales: la pilorectomía seguida de gastro-yeyunostomía (operación de Rodman, esquema 1) este proceder es la aplicación racional á la úlcera, de la operación de Billroth para el cáncer gástrico; men por los hermanos Mayo con gran satisfacción. La trasposición del duodeno, poco practi- :ada. Y la excisión trans- gástrica de la úlcera realizada por William Mayo, de Rochester, y Lewis, de Rhode Island. Nuestro enfermo, ya convaleciente, tengo el honor de presentároslo, hacienda notar una Mes quelóidea en la cicatriz epidérmica, y cesación de incontinencia gástrica y dolor, quedando como secuela una ligera hiperclorhi- dia. En la actualidad hace alimentación corriente, y ha aumentado de peso. No he pretendido con el resultado obtenido en este en- fermo, genel ralizar, sino apuntarlo solamente; no olvidan- do que es común ¿ todos los procedimientos indicados, la tendencia al angostamiento de la fístula gastro-entérica, ad la oclusión más ó menos lejana de la neostomía, porque es espontáneo un proceso de reparación en esta clase de órganos de paredes musculares, que tienden á reunir los bordes de la herida suturada, y de función química que excite ese trabajo. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 929 La Duboisina debe preferirse á la Atropina en el tratamiento de las enfermedades de los ojos, especialmente en los niños. POR EL Dr. Juan Santos Fernández. (Sesión científica del 9 de Febrero de 1912.) Señores académicos: Aunque desde el punto de vista de la investigación química, la atropina fuese conocida ya en el primer ter- cio de la pasada centuria, y aun cuando se haya comple- tado su estudio y se sepa que la atropina, la hiosciamina, la daturina y la duboisina tienen un gran parecido, aten- diendo á que se consideran estos alcaloides como una tro- pína en que un átomo de hidrógeno es reemplazado por el ácido trópico; aun cuando se sepa igualmente que la tropina en sí, no tiene ninguna acción sobre el ojo; es lo cierto que en la práctica oftalmológica merecen diferen- ciarse, si no de un modo imperioso 4 general, en deter- minadas circunstancias, por lo menos, y nosotros, que d pesar de la restricción que nos imponía á veces el precio de la duboisina para recetarla, y no obstante tener en cuenta la dificultad de encontrarla fuera de la capital, he- mos venido usándola á diario, durante 25 años, poco des- pués que la dieron 4 conocer Petit en Francia, Herhard en Inglaterra y la obtuvieron más pura Duquesnel y La- demburg. De nuestra práctica hemos podido deducir ventajas en el uso de la duboisina sobre la atropina, y son las que va- mos á exponer, sin negar que algnna vez hayan podido presentarse síntomas de intoxicación debidos á este alca- liode; pero que nosotros, por fortuna, no hemos tenido la oportunidad de verlos, porque nos habrán pasado tal vez desapercibidos ó fueron poco ostensibles. 530 ANALES DE LA En los adultos y tratándose de afecciones inflamatorias de los ojos, especialmente del iris, en los primeros tiem- pos empleabamos exclusivamente la atropina cuya mi- driasis es poderosa, después á la duboisina le concedimos idéntica acción, y vimos robustecida nuestra tendencia al usarla casi exclusivamente, porque de Weker la tenía por más activa que la atropina y el profesor Panas la conside- raba un midriático más poderoso que ésta. En los niños, que con tanta facilidad absorben por las vías lagrimales la atropina y sienten los conatos de la in- toxicación del colirio, que se delata por la inyección del rostro, es preferible usar la duboisina. : Es tan frecuente el fenómeno, que ha merecido un tra- bajo del Dr. A. Colin de Nice, titulado “Frequence de P intoxicación par la atropine chez les enfants ophtalmi- ques. (1). Igualmente conviene servirse de ella en los adultos, cuyo natural no conocemos, y en aquellas personas sus- ceptibles á los medicamentos activos. Bien es verdad que no siempre podemos prevenirnos contra determina das idiocincracias; pero si las encontramos,los efectos ten- drán menos resonancia, por lo menos, con la duboisina. Recordamos una señora que había ido 4 París para con- sultar, hace algunos años, al Dr. Galezowski (padre). Le instiló el maestro unas gotas de un colirio de atropina para dilatar la pupila y precisar el estado de la catarata que tenía la dama, absorbió ésta el alcaliode, experimen- tó delirio y el malestar consiguiente. Volvió la señora á la Habana y cuando pretendimos á nuestro turno, dila- tarle la pupila para precisar el progreso de la opacidad del cristalino, rechazó horrorizada nuestro intento. Tra- bajo nos costó convencerla de lo que había ocurrido no volvería á sucederle, porque ya estábamos advertidos. La instilamos la duboisina, y no obstante, le comprimimos los puntos lagrimales y no experimentó ningún desagrado. Nadie ignora que la atropina se encuentra en el núme- ro de los tóxicos estupefacientes más activos, y ya se tie- ne en cuenta, cuando se administra al interior 4 dosis mí- nimas. Procede la atropina de la familia de las solana- (1) La Clinique Ophtalmologíque, París, 1910, pág. 589. ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 531 ceas virosas, en tanto que la mayoría de los botáni- cos colocan en las escrofuloríaceas 6 en la tribu de las salpiglosidas, intermediarias entre las escrofuloriaceas y las solanaceas, al arbusto duboisia myoporídes de que pro- cede la duboisina (01 11% Az 03). La acción de la duboisina sobre el sistema nervioso es sedativa é hipnótica como lo ha evidenciado, entre otros, Marandon, al servirse de este alcaloide, para combatir con éxito el insomnio en los vesánicos, maniáticos, epilépti- cos, alcohólicos y paralíticos, generales. En este concep- to se impone el uso de la duboisina, siempre d por lo me- nos en los niños. Todos hemos observado la frecuencia con que las ma- dres nos refieren que después de haber estado en la con- sulta, se le inyectaron las me Jillas al niño y ofrecía cierto arado de estupor ó de agitación. Nos hacemos cargo de la relación y entendemos, desde luego, que ha sido el efecto del colirio de abropina, á un cuar do de gramo por ciento de atropina ó siempre menor del medio por ciento, á los más tres centígramos por diez gramos de agua. Este fenómeno se observa con tanto más frecuencia, cuanto más en estado fisiológico se encuentre el ojo. No nos hemos visto libre de él “ale una vez, ní usando dosis mínimas de atropina, pues previsores, hemos disuelto casi siempre, una gota de un colirio de atropina al medio por ciento, en un gramo de agua destilada y de este hemos instalado en el ojo de un recién nacido, pues se sabe que la atropina dilata la pupila 4 un quinto de milígramo. Tuvimos oportunidad de comprobar esto, en un niño de pocos meses, cuyos padres ó familiares se empeñaron en creer que el niño era ciego, porque carecía de la viva- cidad de la mirada que otras criaturas ostentan. Exami- nado no sin dificultad el fondo del ojo del recién nacido, declaramos que los ojos estaban en estado fisiológico y que el niño no era ciego. No calmó nuestro juicio la an- siedad de los padres y consultaron otros colegas, que al decir de los familiares, aseguraron que tenía atrofia de las papilas. Con tal motivo, para examinarle el fondo del ojo, de manera que no nos dejase la menor duda, no solo le instilamos la débil solución de atropina, ya indi- cada, sino que le administramos el cloroformo, no obstan- TOMO xLVI1.—69, 32 ANALES DE LA te contar el niño poco más de dos meses de nacido nada más. Pudimos así ratificar el diagnóstico; pero á pesar del cloroformo, el niño presentó la inyección de las maji- llas En este caso si hubiéramos usado la duboisina, que no recordamos por que circunstancia no tuvimos á mano, de seguro que no se hubiese sentido la acción del débil colirio en la economía. Ya en otro trabajo, (1) señalamos la propensión de al- gunas personas á dejar pasar, con más facilidad que la mayoría, á la garganta, lo que se le instilaba entre los pár pados y se delata en el paladar, por el sabor amargo ó de otra clase del colirio. En esto se advierte cierta analogía con lo que le ocurre á las aves, que tragan en- seguida cualquiera gota que se le instile en el ojo, por efecto de la disposición de su canal nasal, como tuvimos oportunidad de experimentarlo tiempo atrás Suele ser desde luego desagradable para el paciente y para el médico, la absorción del colirio de atropina y re- cordamos á este propósito, una señora que se le declaró un día al final de la consulta, tal delirio, que la sacaron de ésta sus familiares, cual si estuviese loca. Una de nuestras primeras operaciones de catarata, ha quedado grabada en nuestra memoria por otro hecho aná- logo. Tratábase de un religioso, al que después de ope- rado y colocado en su lecho, le digimos que tenía en el velador, un jarabe para la tos, á fin de e que se lo adminis- trase su sirviente, si ésta se le presentaba. Presentósele en efecto la tos y el bueno del operado, para no molestar á nadie, extendió el brazo para coger el jarabe; pero co- oó el colirio de atropina al medio. por ciento (5 centígra- mos para diez gramos de agua) y se lo tomó íntegro. A poco lo advertimos y nos preparamos para el delirio que fué violento y obligó á sugetarle duramente, más de 24 horas, á fin de que no se lastimase el ojo operado. De entonces acá hemos visto publicados numerosos casos de intoxicaciones por ingerir los colirios de atropina. Otro señor á quien “habíamos ordenado tomar gotas de (1) Un fenómeno excepcional de las funciones dei aparato excretor de las lágrimas. ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA. Sesión del 24 de Abril de 1888. ul ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 533 yoduro é instalarle un colirio de atropiva á la misma do- sis (almedio por ciento) fué víctima de una Intoxicación menos grave. Su espose para ocultar de sus niños los medica endo! los tenía en un armario, y como la habita- ción estaba obscura, por tomar el yoduro, cogió el colirio de alropina y le hizo tomar ¿4 su consorte varias gotas. Cuando le vimos, pocas horas después, estaba sin conoci- miento, delirando: pero aseguramos que el estado sería pa- sagero, como lo fué, pues de la solución de cinco centí- gramos solo tomó gotas, en tanto que el religioso la había tomado Integra, sin peligrar su vida. No le ocurrió lo mismo á un niño de unos cuatro años, á quien su madre dejó 4 su alcance un colirio de la mis- ma dosis, que tomó y como tardó en avisar, pereció, sin que se le hubiese inyectado la morfina que tan buenos re- sultados ha dado en los casos publicados. Feaderson ha reunido en una monografía, 104 obser- aciones publicadas, de intoxicaciones por la atropina. Después se han publicado otras más. De las 104 termi naron por la muerte 12. En 98 la intoxicación siguió á la administración interior de la atropina. En 53 fué pro- ducida por colirios. Como no procedemos de un modo apasionado en favor de una sustancia la cual hemos usado con éxito, sino que tenemos el propósito de exponer el resultado de nuestra práctica favorable 4 sa uso, no guardamos sileneio res- pecto de los casos publicados tiempo atrás de Intoxica- ción por los colirios de duboisiva; nno de estos casos por solo instalar una gota, tres veces al día, de una solución al 1%, en una niña de 9 años, observado por Carl, (1) y los aparecidos en la tesis de Fouque, vistos en la Clínica oftalmológica del Dr. X. Galezowski, de París, y que discutieron en la Asociación Británica, los Dres. Andrew, Sw: UZY, Story y Nettleship eu 1879 época en que empe- zó á usarse. Nuestro amigo el Dr. Alvarado, de Vallado- lid (Españu), en 1881, en el estudio comparativo (2) que hizo de los colirios de atropina y duboisina, observó sín- tomas de intoxicación en esta última, con cierta tenden- (1) Klinische Monatsblafter fur Augenhikonde, 1879, (2) Revue Generale d' Ophtalmologie, Mai, 1882. € - 534 ANALES DE LA cia soporifera. Otros, como se verá en la Bibliografía al final, señalan también casos de intoxicación; pero es sig- nificativo que en época posterior no se haya publicado ninguna, como consecuencia de su uso en oftalmología, y por el contrario se recomiende como superior á la atropl- na en las afecciones nerviosas. Desde 1878, repetimos, venimos usando la duboisina en colirios y cuando instalamos dosis tan elevadas como la del 52, por exceso de precaución, hemos comprimido los puntos lagrimales, sobre todo en los niños; pero des- de que tuvimos el propósito de dar á conocer lo que aca- bamos de dejar consignado, de intento, á fin de robuste- cer nuestro juicio y no sin cierto temor, nos hemos aven- turado ¿4 ¿instilar la duboisina al medio por ciento y hasta el cinco por ciento, aun en los niños de menos de 7 años, sin comprimir los puntos lagrimales y no hemos observa- do la menor señal de intoxicación. : Un último hecho, confirma nuestra aseveración respecto de lo fácil que es la intoxicación más ó menos activa de la atropina en colirio y lo inocente de la duboisina eu la misma forma. Visitábamos en una ciudad próxima, á una señora de 83 años, que hacía tres hablamos operado de catarata felizmente, y después fué invadida de una atrofia de la papila. Ordenamos á nuestro ayudante 1ns- tilarle una gota de duboisina al 5% para examinar mejor el fondo del ojo, y tres cuartos de hora después, proxl- mamente, al hacer el examen, notamos la inyección de la cara de la anciana y mayor torpeza en el andar y en la palabra de la que le era peculiar por su edad y falta de vista; nos creímos completamente equivocados acerca de la opinión que hasta aquel momento habfamos formado de los efectos de la duboisina; pero ante un hecho para nosotros insólito, interrogamos al ayudante y nos contestó que-había instilado atropina al 5% y no duboisina como habíamos indicado, porque había olvidado ésta. En 1907, Villord (1) describe una conjuntivitis de as- pecto folicular parecida á la granulosa y provocada por el abuso de los colirios de atropina; nosotros desde 1873, (1). H. Villord. Histologie pathologique d' la confonctivite atrophi- que. Archives d' Ophtalmologie, París, p. Y9 Annales d' Oculistique, París, t, cxxxvir, p. 431, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA SE) (1) cuando trabajábamos en la Clínica de enfermedades de los ojos del Dr. X. Galezowski, publicamos una obser- vación de este género; pero es un reproche de poco valor á la atropina y de que no está excenta la duboisina ni cualquier otro colirio análogo que se use repetidas veces. En resumen: teniendo la atropina y la duboisina pro- piedades, por lo menos iguales, en lo que hace á la mi- driasis y á la acción beneficiosa, sobre la mayor parte de los estados flogísticos del ojo; pero siendo la acción tóxi- ca de la segunda, que otros han observado y nosotros no, menos violenta y menos frecuente, á juzgar por nuestra práctica, nos atrevemos 4 recomendar su uso exclusivo, salvo excepciones, sin que éstas alcancen á los niños, y no parando mientes desde luego, en que su precio sea algo más elevado. El perfeccionamiento en la terapéutica no desprecia ningún detalle por insignificante que sea. BIBLIOGRAFIA Grandferry (G.) — De la duboisine, son action physio- logique, son emploi en neuropathologie et en psychiatrie 4? París, 1894. The same 8?, Paris, 1894. Landerer (N.)—Duboisinum sulfuricam bei psychis- chen. Erregungszustánden der Frauen, roy 8”. (Heidel- berg, 1892). Reprt. from: Festschr Z. Feier d. 50 jahri- gen Jubil; d. Anst. Mlenau, Heidelberg, 1892, 1 Schmidt (A.) —Zur weiteren kenntnis der Wirkungen des Duboisinum sulphurican bei den Aufregungszustán- den Geisteskranker. 8 Jena, 1893. Yepifanof (N.)—K f farmakologii duboizina. (Vliyante na serdtse, sosudistituyo sistema ¡ dikhanie). (Ou the pharmacologi of duboisin. Influence upon the ee blood system, and” respiration). 8.” St. Peversburg, 1880. Bernabei (C.) —Dell' azione antidotica e sostitutiva te- rapeutica della duboisina nel morfinismo terapeutico. Bull da Soc. Lancissi. 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Entrada.—Del Ingeniero jefe de la Compañía de (ras y Electri- cidad de la Habana, solicitando permiso para asistir á la sesión en que se de cuenta del informe referente al crematorio de basuras, y se le permita informar sobre lo que es el referido crematorio y su funcionamiento desde el punto de vista del ingeniero. Del Dr. Gabriel Casuso, suplicando quede sobre la mesa el in- forme sobre crematorios de basuras, hasta la próxima sesión, por encontrarse enfermo, y desear tomar parte en el debate sobre di- cho asunto. Del Sr. Manuel C. Barreto, participando su nombramiento de Encargado de Negocios de Cuba en Haití. Del Secretario del Museo de Historia Natural de Buenos Aires, participando el fallecimiento del Dr. Florentino Ameghino, Diree- tor de ese Museo, ocurrido el 6 de Agosto de 1911, y el nombra- miento del Dr. Angel Gallardo, con fecha 12 de Septiembre si- guiente, para la expresada Dirección. De varios señores académicos proponiendo que la Academia acuerde presentar al Instituto Médico-Quirúrgico “Carolina”, de Estokolmo, Suecia, los nombres de los Dres. Carlos J. Finlay y Asístides Agramonte, como candidatos conjuntamente al “Premio Nobel”, de medicina, del año 1912. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 539 De la Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana, participando que en la sesión celebrada el 22 de Febrero se acordó, por unani- midad, asociarse á la gestiones de la Academia para que se adju- dicase el “Premio Nobel” á los Dres. Carlos J. Finlay y Arístides Agramonte. Salida.—Al Juzgado de Primera Instancia de Marianao, remi- tiendo informe aprobado por esta Academia en causanúm. 5-1912, por el delito de homicidio por imprudencia. Al Dr. Leonel Plasencia, participándole su elección de acadé- mico de número de la Sección de Ciencias, efectuada en la sesión de Gobierno del 2 de Febrero. A la Secretaría de Gobernación, dándole cuenta del anterior nombramiento. Al Sr. Tesorero de esta Academia, id. id. id. Respecto á la petición del ingeniero de la Compañía del Gas y Electricidad de la Habana, se acordó que podía asistir á la sesión en que se trate sobre los crematorios de basuras, para ilustrar á la Academia sobre el particular técnico á que refiere su solicitud. No pudiéndose tampoco continuar la discusión del informe so- bre destructores de basuras, por la petición del Dr. Casuso, de que se acaba de dar cuenta, se dió lectura al acuerdo de la Socie- dad de Estudios Clínicos de la Habana, que dice así: Sr. Presidente de la Academia de Ciencias Mé- dicas, Físicas y Naturales de la Habana. Señor: La Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana, en se- sión celebrada en el día de ayer acordó por unanimidad asociarse á las gestiones que viene realizando esa Acade- mia de cd el Claustro de Profesores de la Escuela de Medicina y Farmacia de la Universidad; la Sociedad Económica de Amigos del País; etc., etc., para recabar del Instituto Médico Quirúrgico “Carolina” toa la adjudicación del Premio Nobel, 4 nuestros compatrio- tas, los Dres. Carlos J. Finlay y Arístides Agramonte por sus trabajos sobre fiebre amarilla, de todos conocidos. La Sociedad de Estudios Clínicos entiende que con ello realiza un acto de justicia, puesto que la obra del Dr. Finlay se complementa con la comprobación por la Co- TOMO XLyIim.—70, 940 ANALES DE LA misión Americana, de la que el Dr. Arístides Agramonte es el único superviviente. Habana, Febrero 23 de 1912. De Vd. atentamente, El Secretario. Dr. L. F. Rodriguez Molina. Terminada esta lectura, el Secretario leyó igualmente la moción que dice: Sr. Presidente de la Academia de Ciencias Mé- dicas, Físicas y Naturales. Señor: Los infrascritos académicos, estimando que los benefi- cios aportados á las ciencias médicas y astá la humani- dad, por los trabajos que acerca de la etiología de la fie- bre amarilla han realizado sus compañeros los Dres. Car- los J. Finlay y Arístides Agramonte, son de tal magnitud que en justicia merecen que les sea adjudicado el Premio Nobel que anualmente y conforme á los términos del tes- tamento del Sr. Alfredo. Bernard Nobel, sabio sueco, se viene otorgando á aquellos cuyos trabajos, “sometidos á la pr ueba de la experiencia, poseen la preeminencia ne- cesaria” para merecer esa a proponen: 1.2—(Que la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana, acuerde presentar al Instituto Médico Quirúrgico “Carolina”, de Estokolmo, Suecia, los nombres de los Dres. Carlos J. Finlay y Arístides Agra- monte como candidatos, conjuntamente, al Premio Nobel, en Medicina del año 1912. 2."—Que se nombre por el Sr. Presidente de la Aca- demia, una comisión que se ocupe en reunir los datos ne- cesarios dando curso á dicha propuesta en breve plazo. 3.—(Que se nombre de igual manera otra comisión, al efecto de que obtenga el apoyo del Gobierno Nacio- nal, así como el de otras corporaciones científicas de la República y del extranjero. Habana, Febrero 15 de 1912. Dr. Jorge Le-Roy, Juan Guiteras, Dr. Gabriel Casuso, A, Diaz Albertáíni, Dr. Enrique Núñez, Carlos A. Moya, Dr. J. Santos Fernández. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 341 Sometido á discusión, el anterior escrito, pide la palabra el Dr. Coronado para proponer se incluya también el nombre del Dr. Claudio A como colaborador del Dr. Finlay, en la propues- ta que se eleve El Dr. Saril Fernández hace constar que el Dr. Delgado fué colaborador del Dr. Finlay, pero que éste fué el autor de la teoría del mosquito. El Dr. Grande Rossi dice que Finlay trajo la idea; que Delgado fué su ayudante en los trabajos bacteriológicos; que la doctrina estaba incompleta por falta de comprobación experimental y esa fué la obra de la Comisión americana. El Dr. Coronado replica que si los errores tuviesen que compar- tirse , le tocarían por igual á Finlay y 4 Delgado; tratándose de la gloria ¿por qué excluir al último? El Dr. Torralbas manifiesta, que según el testamento de Nobel. el premio de su nombre, se discernirá 4 aquellos cuyos de sometidos a prueba, demuestren merecerlo. La concepción origl- nal fué de Finlay; Delgado,á parte de su alto concepto elentífico, honorabilidad y demás bellas prendas da que nadie discu- te, sólo fué su auxiliar, por consiguiente, es el nombre de Finlay el que debe ser propuesto, porque su Losa estriba precisamente en la concepción de su teoría; pero restaba la demostración expe- rimental y esa fué la obra de la Comisión americana, de la cual el único superviviente, es nuestro compañero el Dr. Agramonte, cu- yo nombre debe acompañar al de Finlay en la propuesta y limitar- nos á la moción tal como ha sido presentada. Además, como dijo anoche en la Sociedad de Estudios Clínicos al apoyar la moción de los Dres. Guiteras y Le-Roy, sobre este asunto, entiende que, la Academia, en forma documentada y con todos los datos necesarios. sea la que se dirija á Estokolmo, ya que en el Consejo de Secretarios se ha excluído el nombre de Agramon- te y se ha discutido la gloria de Finlay. El Dr. Grande Rossi dice que la Academia debe ser muy seria en sus determinaciones y que permitir la omisión del nombre de Agra- monte en la propuesta sería la mayor de las injusticias. No hace todavía muchos días demostró en el discurso de contestación al de ingreso del Dr. Agramonte en esta Academia, la parte activa y primordial que le pertenecía á Agramonte, por haber muerto La- zear, estar Carroll atacado de la fiebre amarilla y haber partido Reed al mitin de Indianápolis; teniendo en cuenta todo eso, no puede consentirse el que quiten el nombre de Agramonte de la propuesta que se haga. ; 942 ANALES DE La El Dr. Coronado dice que en los ANALES de esta Academia cons- ta todo el proceso de la fiebre amarilla, y propone que el nombre del Dr. Guiteras sea incluido en la petición; él, sin ayudantes rea- lizó también la comprobación de las doctrinas de Finlay y de la Comisión americana. El Sr. Presidente hace constar que esta nueva propuesta altera lo que se pide en la moción presentada ála Academia, y que no conviene involucrar otras cuestiones. Añade,que si el Dr. Delga- do estuviese presente sería el primero en oponerse á que su nom- bre figurase para nada, y recuerda con este motivo lo que ocurrió cuando el Congreso Internacional de Medicina, celebrado en Ma- drid: allí envió á buscar al Dr. Delgado, que estaba fuera de la ca- pital, para que explicara y sostuviera las doctrinas aceptadas re- cientemente sobre la fiebre amarilla y el Dr. Delgado, con la ho- norabilidad que le caracteriza, se encargó de evidenciar los traba- jos de Finlay y su comprobación ulterior por los demás experimen- tadores. El Dr. Guiteras directamente aludido dice, que sólo sean los nombres de Finlay y Agramonte los propuestos. La idea genial fué de Finlay; genial y con experimentos bastantes para demos- trar la transmisión por el mosquito; uo los vimos porque no tuvi- mos ojos para ver y por eso no convencieron. Sin la comprobación experimental de la Comisión americana, no se podía establecer so- bre bases tan prácticas la doctrina, que la ha hecho útil al mundo entero, por consiguiente, todos los demás nombres estáu fuera de lugar. La generosidad, competencia, fidelidad, ete., de Delgado nada tienen que ver en este asunto en que se trata solamente de la concepción genial, que es de Finlay, y de su demostración, que pertenece á la Comisión americana. Como Agramonte es el úni- co superviviente de ella,le pertenece compartir la gloria con Finlay. El Dr. Arande Rossi dice que hace poco, en los Estados Unidos, se quiso quitar á Agramonte la gloria que le corresponde como miembro de la Comisión y ub senador dijo que solo era un auxi- liar en los trabajos realizados. El Dr. Torralbas advierte, que en su reciente viaje á los Estados Unidos ha visto una estátua levantada á Lazear, en cuya base se dice que fué el descubridor de la transmisión de la fiebre amarilla. El Dr. Santos Fernández dice que particularmente se ha dirigi- do ya á nuestro académico de mérito, el profesor Rumón y Cajal, interesándole que apoye, en su calidad de premiado, la candidatu- ra de Finlay y Agramonte. e A IAN GR ARES DA ¡A E ed ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 343 El Dr. Coronado quiere que conste que no se ha opuesto á nada y que solo ha añadido los nombres de Delgado y Guiteras á los propuestos en la moción. El Sr. Presidente considerando suficientemente discutido el pun- to, somete á votación si se acepta ó nó la moción presentada. Fué aceptada por unanimidad de votos, y se nombra una comisión com- puesta de los Dres: Guiteras, Le-Roy, Barnet, Albertini y Núñez, para que se encarguen de reunir los antecedentes necesarios y pre- parar los documentos que han de servir para la propuesta de los Dres. Finlay y Agramonte. El Dr. Le-Roy hace constar que, como firmante de la moción aprobada y nombrado ahora para formar parte de la Comisión, tie- ne que hacer una salvedad respecto á uno de los particulares á que se refiere la tercera parte de aquélla. —Estasalvedad es que se ob- tenga el apoyo del Gobierno Nacional. Cuando firmó el documen- to, se contaba con dicho apoyo, más después, en el Consejo de Secretarios, en que se trató el asunto de la propuesta de candida- tos para el “Premio Nobel”, desgraciadamente imperó el criterio sustentado por dos de ellos, que desconociendo la historia científi- va de los hombres que con sus estudios han glorificado á la patria, borraron el nombre de Agramonte y hasta discutieron el de Fin- lay. Como todo el elemento intelectual del país, representado por sus corporaciones cientificas, apoyan la petición de la Academia; y como entiende que esas opiniones valen mucho más que las de algunos hombres que forman el Consejo de Secretarios, se separa de sus compañeros en el sentido de que se prescinda del Gobierno, y que la Academia, con las otras corporaciones científicas, únicas que considera capaces de representar la intelectualidad del país, sea la que se dirija á Estokolmo presentando los candidatos de Cuba para el “Premio Nobel”. El Dr. Santos Fernández manifiesta que el Secretario de Sanidad y Beneficencia, que fué el que llevó al Consejo la propuesta de los Dres. Finlay y Agramonte, le había ofrecido que sus compa- ñeros de Gabinete rectificarían el acuerdo, que tan mala impresión ha producido. El Dr. Torralbas dice que el Gobierno ha tomado ya resolución sobre el asunto y aunque entiende que tenemos personalidad bastante para hacer directamente la propuesta, disiente del pare- cer del Dr. L3-Roy, y propoue se nombre una comisión que se acerque al Ejecutivo y le haga comprender los errores sustentados por dos de sus Secretarios, 244 ANALES DE LA El Sr. Presidente hace constar que si se tomase ese acuerdo pa- recería desairado el Gobierno y hay que recordar que la Academia es una Corporación oficial. Propone que el Dr. La Torre se acer- que al Ejecutivo y le haga entender la justicia de la propuesta. El Dr. La Torre dice que si fuera un asunto de Historia Natu- ral, el Gobierno tomaría en cuenta su apoyo, pero que tratándose de un asunto de fiebre amarilla, nadie mejor que el Dr. Guiteras, debe acercarse á esos señores, á los cuales puede explicarles lo que cada uno de los candidatos ha hecho y el resultado que se ha obte- nido con la aplicación de sus doctrinas; y con sus explicaciones y con su prestigio logrará convencerlos para que rectifiquen. El Sr. Presidente cree que es una cuestión de competencia per- sonal y que debe tenerse mucho cuidado en que no se establezcan diferencias por esta causa entre el Ejecutivo y sus Secretarios. El Dr. Guiteras propone que el Sr. Presidente lo sea de la Co- misión que trate este asunto. El Dr. Finlay dice que por tratarse de su padre no había queri- do tomar parte en la discusión; pero que Vaá presentar el asunto bajo el punto de vista administrativo. El Secretario de Sanidad y Beneficencia llevó la cuestión al Consejo de Secretarios y éste, de acuerdo con lo informado por dos de ellos, resolvió en el sentido que se publicó en los periódicos; si la Academia se dirige al Go- bierno y éste rechaza la petición y no rectifica su acuerdo, no ten- dremos otro camino que declararnos en rebeldía y dirigirnos direc- tamente á Estokolmo, haciéndose patente entonces la disparidad de opiniones entre el Gobierno y las corporaciones científicas. El Dr. Guiteras hace constar que el Secretario de Sanidad sigue manteniendo su criterio de la propuesta á favor de Finlay y Agra- monte. El Dr. Díaz Albertini crée que se puede obtener resultado acer- cándose privadamente á los Secretarios y explicándoles á cada uno el asunto. Sometido el punto á votación se acordó: acercarse á los Secreta- rios y esperar el resultado de esas entrevistas para obrar en conse- cuencia. El Dr. Gastón Alonso Cuadrado continuó dando á conocer La ENSEÑANZA DE LA QUÍMICA EN LA ESCUELA AZUCARERA DE LA HABANA y se ocupó del carbono y sus compuestos con el oxígeno y el nitrógeno. Por último, el Dr. Juan Santos Fernández dió lectura á un tra- bajo sobre Los ANTEOJOS PROTECTORES PARA LOS OBREROS, con lo que dió por terminada la sesión, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 545 NOCIONES GENERALES DE QUÍMICA. POR EL DR. GASTON ALONSO CUADRADO. (Sesión pública ordinaria del 23 de Febrero de 1912.) (Continuación. ) Lección XI. El carbono y sus combinaciones.— Formas alotrópicas del carbono. —Pr opiedades. -—Hilrocarburos. — Propiedades y relaciones más importantes. —Ley de los números en- teros. — Predición de las combinaciones. Es menester distinguir bien la diferencia entre lo que significan las palabras carbón y carbono. Todos sabemos lo que significa la palabra carbón, porque además de la formas múltiples en que se presenta, procedente de las Minas, (carbón de piedra, hulla, antracita, turba, lignito) ó de la materia vegetal (carbón de leña); tenemos la que se usa en la industria, no como combustible, sino como decolorante que procede del reino animal. El carbón puro es una sustancia simple, insoluble, in- fusible y combustible que se presenta en una masa negra desprovista de toda forma cristalina. Ll carbón es una sustancia que posee cierta combinación de propiedades físicas y químicas. La sustancia que mientras se halla en estado de ignición se combina directamente con el oxíge- no, en los compuestos orgánicos, se halla combinada con el hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y azufre; pero en estas combinaciones no existe, propiamente dicho, el carbón, del mismo mo lo que no hay hielo en el vapor de agua. En estas combinaciones existe un cuerpo simple 6 $ elemen- to liamado carbono que es común al carbón, á todas las sustancias que pueden formarse con él, y á todas las sus- tancias de que puede obtenerse dicho cuerpo. El carbono 346 ANALES DE LA además de presentarse en forma de carbón, se presenta en la de diamante, y en la de plombagina ó grafito, cada uno con una estructura molecular distinta, y por esta ra- zón se denominan formas alotrópicas del carbono. Pero nos interesa establecer una diferencia importante entre el carbono como elemento, en comparación con los otros elementos que hemos estudiado. Cuando se combi- na el oxígeno con el nitrógeno, para formar agua, d se le convierte en ozono, aunque no se presenta en estado de eas como cuando se encuentra al estado libre, es fácil transformarlo nuevamente y dejarlo en libertad con todas sus propiedades físicas; y lo mismo sucede con el azufre y el fósforo, que también se presentan en forma alotrópica. El carbono puede considerarse como un elemento, co- mo un átomo de materia carbono, y desde este punto de vista se considera su peso atómico como 12, porque es la más pequeña cantidad que entra en combinación con sus compuestos; pero el carbono que entra en combinación y forma parte de la materia orgánica, el que constituye las moléculas del carbón vegetal ó animal, tiene un peso ató- mico múltiple del que hemos señalado para el elemento carbono. Como dice Mendeeleef, “el carbón es una colee- ción de átomos formando una sustancia, como las molécn- las que constituyen las masas de las sustancias”. Esrabos ALOTRÓPICOS DEL CARBONO.—Antiguamente se denominaban añadiendo 4 cada una de las formas, las pri- meras letras ía alfabeto griego: así 1. —Carbono alpha (diamante). 9.— Carbono beta (grafito). 3.— Carbono gamma (el car "bono de las combinaciones animales y ve- vetales). El carbono alpha ó diamante, se encuentra en la India, en el Brasil, Sur de América y en el Sur de Afri- a. Está diseminado en los terrenos de acarreo antiguo y acompañado de minerales que se han separado de los te- rrenos cristalinos, como el topacio, la esmeralda, el rubí, etc. Los diamantes son en general transparentes, incolo- ros y de aspecto vitreo; pero los hay también de color azul, verde amarillo, de color rosa y negro. El diamante cristaliza en el sistema regular, presentan- do varias formas, como son: el octaedro, el dodecaedro romboidal y el exaquitosaedro que es un sólido de cua- renta y ocho planos. El diamante presenta la refracción ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 347 sencilla. Hacía mucho tiempo que se había demostrado que el diamante era combustible, pero Lavoisier y Davy demostraron hace más de un siglo, que al quemarse en una atmósfera de oxígeno, desapar ecía enteramente, con- virtiéndose en anhídrido carbónico puro. Por consiguien- te, quedó comprobado que el diamante es carbono puro. Es el cuerpo más duro de la naturaleza, y no tendría mu- cho valor como piedra preciosa, sino fuera por el arte de tallarlo, cuya industria se ejerce casi exclusivamente en Amsterdan, Holanda, y principalmente por los judíos, que en todas partes del mundo tienen ac: aparado el comercio * y la industria de las piedras precios: as. El diamante talla- do si es muy diáfano, y pesa más que el término medio de los que existen en el comercio, alcanza un precio ex- traordinariamente mayor que el común de estas piedras preciosas. Cuando el diamante se eleva 4 una temperatura que puede producir una bateria eléctrica de gran potencia, se ablanda, se divide en varios fragmentos, pierde la trans- parencia y se vuelve negro. Su densidad, que al estado cristalino es de 3.336, resulta después de 2.677 cuando se ha convertido en carbón; pero aun así, es bastante duro para rayar el vidrio. El diamante es uno de los cuerpos más inútiles de la naturaleza, y de lo único que le sirve al hombre es para rayar el vidrio, y para eso, hoy se emplean otros cuerpos que hacen la misma función. Se hallan en inminente peli- gro las minas de este cuerpo de ser abandonadas por completo, y será el día,no lejano, que se pueda obtener ar- tificialmente por los procedimientos industriales, cristali- zado y de diferentes tamaños. Entonces llegará á tener el mismo valor que los fragmentos del fondo de los vasos de vidrio ordinarios. CARBONO BETA. — Comprende varias modificaciones. Una de ellas es la plombagina natural, y la que se separa de las fundiciones de hierro. El grafito 4 plombagina se con- sidera como una combinación del carbono con el hierro, pero la existencia de este metal es accidental. Se halla en la naturaleza asociado al granito, se presenta en masas de color de plomo con brillo metálico. Tizna con regulari- dad suficiente para trazar caracteres en el papel; y el uso Tomo xLvm,.—71, 548 ANALES DE LA So que se hace de esta sustancia tiene mucha importancia en la industria, porque sirve para revestir las paredes inte- riores de las retortas y demás aparatos que se emplean á muy altas temperaturas, Este cuerpo se puede obtener por medio del carbón, el cual sometido á un calor muy intenso, se transforma en grafito. Si ponemos azúcar en un crisol de carbón, y se hace pasar nna corriente galvánica muy intensa, se convier- te en grafito. Partiendo de la base que el elemento carbono forma numerosos compuestos en forma gaseosa, como el ¿xido de carbono, el anhídrido, el metano, el etileno, el acetile- nO ec Hny muchos otros cuerpos líquidos volátiles, y ade- más, teniendo cuenta que su peso atómico es muy próxi- mo al del nitrógeno 14 y al del oxígeno 16, y que los compuestos € O (óxido de car bono), N, €, (cianógeno), son gases, debe admitirse que si el car Baro. forma la mo- lécula C, análoga 4 N, y 4 0,, tal elemento debería ser un cuerpo gaseoso ¿4 la temperatura ordinaria. Cuando el carbón de piedra se expone á la acción del calor, evitando el contacto del aire, ó bien dejando que penetre poco, y estando apilado, y en medio de la pila se establece una comunicación con la atmósfera; entonces el carbón experimenta un principio de fusión, despren- diéndose gran número de sustancias volátiles pirogena- das, quedando una masa esponjosa á la que se denomina cok, adquiriendo un brillo semimetálico; combustible que es el más apreciado en la industaia. Es evidente que cuanto menos ceniza deje este combustible, después de quemado, mayor será su mérito. Cuando ciertos cuerpos como el azúcar, las yomas, los productos feculentos, etc., experimentan una combustión incompleta, adoptan la forma pastosa después que ha- yan desprendido algunos principios empireumáticos. Esta masa carbonosa resultante también, es una modificación “alpha”; pues mientras que esta tiene 3.5 4 3.53, la del carbón “beta” no excede de 1.8 á 2.09, pero esta modifi- cación tiene más calor específico CARBONO GAMMA. —A esta modificación corresponden los carbones vegetales y animales, los cuales no experimen- tan el principio de fusión. El carbón de procedencia ve- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 549 getal siempre encierra algo de hidrógeno, en tanto que el de procedencia animal siempre encierra algo de nitró- geno. Y es racional que se conserve el gas, porque sien- do el carbón una materia tan absor bente de los gases, es natural que retengan alguna cantidad, puesto que entre sus partículas mismas se han descompuesto por la com- bustión las materias que producen el hidrógeno y el ni- trógeno, respectivamente. Entre los diferentes carbones vegetales quese conocen, figura el negro de humo ó polvos de imprenta, y se pre- pára sometiendo á una combustión incompleta en cáma- ras confinadas, ciertas materias ricas en carbón, tales co- mo las resinas y los aceites. Este carbón es muy impuro, pues contiene un 20% de materias extrañas de las que se le purifica en parte, calcinándole 4 una temperatura más elevada y tratándole por el ácido clorhídrico para separar los principios solubles que contiene, por medio del lavado. Ura modificación del negro de humo es la que se obtie- ne con el carbón de piedra, procediendo como en la ope- ración anterior. Todos estos productos se emplean en la pintura. CARBÓN VEGETAL. — Todo el mundo sabe como se prepa- ra el carbón vegetal. La carbonización de la leña se ve- rifica en el mismo sitio del corte, dividiendo la leña en trozos de unos 0.80 m., apilándoles de modo que formen dos 0 tres órdenes, y que resulte la forma de un cono muy truncado. En la parte céntrica se colocan los trozos más gruesos, y la leña más delgada en la circunferencia. ln la parte me lia se deja una abertura de unos 0.30 m. cuyo espacio sirve de chimenea, y en la base de la pila se dejan unas cuantas aberturas para dejar pasar el aire su- ficiente con objeto de que se inicie la combustión incom- pleta. La pila de leña se cubre con tierra húmeda, y el combustible se introduce por la parte central. La cantidad de carbón que produce la leña, varía se- oún la clase de leña que se use; pero se calcula de 17 á 18%, excepto si la pila se cubre con planchas de palastro, en cuyo caso, como se puede dirigir mejor la corriente de aire, se llega á obtener de 23 4 249. DEsTILACIÓN SECA DEL CARBÓN VEGETAL. —Uuando la le- ña cortada en trozos se coloca en grandes retortas de pa- lastro, que se someten al calor del horno, la leña comien- 590 ANALES DE LA za por desprender productos gaseosos y líquidos que se recogen por condensación de los segundos, en unos tubos en posición horizontal; mientras que los productos gaseo- sos se dirigen al hogar economizando combustible. Hoy en todas partes del mundo se ha establecido una industria colosal de la destilación seca de la madera, dan- do principalmente dos productos de un enorme consumo: el ácido acético 6 piroleñoso, y el alcohol metílico; y co- mo el carbón obtenido de esa procedencia es más espon- joso y ligero, tiene propiedades mejores que el obtenido por el método ordinario. CARACTERES DEL CARPÓN.—Las propiedades del carbón varían según la calidad de la leña y método de prepara ción. El carbón entra en combinación con el oxígeno, cuando adquiere la temperatura de 240 grados centígra- dos. Recién preparado, sobre todo si es poroso, absorbe con facilidad los gases y puede encenderse espontánea- mente. La combustión del carbón es suficiente para fun- dir 105,066 veces su peso de hielo. A una temperatura elevada, el carbón descompone el agua, combinándose con el oxígeno y desprendiendo el hidrógeno. Es mal conductor del calórico, y posee dós cualidades muy im- portantes en la industria: la de fijar los colores y las sus- sustancias olorosas, y la de condensar los gases. CARBÓN ANIMAL.—La propiedad decolorante del carbón la posee en mucho mayor grado el carbón animal, y éste se obtiene cuando se exponen los huesos € una tempera- tura elevada y en vasos imperfectamente tapados, a fin de que no puedan desprenderse los principios empireumáti- cos. Este carbón es una mezcla del carbón y de las mate- rias inorgánicas que contienen los huesos, y para los usos industriales se purifica de su materia mineral, tratando el carbón por el ácido clorhídrico, lavándole y desecándole después. COMBUSTIBLES FÓSILES. —Se dividen en cuatro grupos: turbas, lignitos, antracita y hulla. TurBas.—Se da este nombre al combustible proceden- te de plantas herbaceas y acuáticas que crecen en los va- lles pantanosos y húmedos. Existen variedades como la turba compacta, fibrosa, piriforme y papirosa, Liexiros. —Son combustibles minerales que en general ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA SL no forman cok, y por la destilación seca dan líquidos de reacción ácida. Son una especie de transición entre las turbas y la hulla, conservando la forma ó extructura de las plantas que:les dieron origen. AwNTraciTa.—ln esta clase entran todos los combusti- bles que no dan cok, que dejan el 85% de su peso en la destilación seca, y que no destilan productos oleosos, pre- sentándose en masas negras, friables, que tiznan los dedos y tienen una densidad de 1.6 4 1.21. Este carbón produ- ce más calorías que los otros, pero nose quema en pe- queñas masas. CARBÓN DE PIEDRA Ó HULLA.—Se presenta en masas ne- eras y lustrosas, su fractura puede ser conchoidea, lami- nosa 0 pizarrosa. Es frágil y de poca dureza, su densidad es entre 1.16 4 1.60. En ¡gualdad de las demás circuns- tancias, es tanto mejor un carbón de esta procedencia cuanto menos ceniza da y si al mismo tiempo carece de pirita de hierro. CARBUROS DE E las combinaciones del carbono que tanta importancia tienen en la naturaleza, en la iudustria y en la ciencia en general. * Los carburos de hidrogeno de la fórmula Un H, m aunque difieren entre si en muchas propiedades, tienen muchos caracteres co- munes. Se encuentran en estado sólido, líquido y gaseo- so, todos son combustibles, muy poco solubles 6 totalmen- te insolubles en el agua. Ya sean los del estado ga- seoso que se condensan, bien los sólidos que se liquidan ó bien los carburos líquidos á la temperatuaa ordinaria, son de aspecto oleoso. Los carburos líquidos que hierven á altas temperaturas, se parecen ad los aceites, y los muy volátiles, á los eteres. Los carburos sólidos tienen en ge- neral el aspecto de la cera, como las parafinas. Los carburos de hidrógeno ó hidrocarburos todos son sustancias néutras, pero sometiéndoles dá Operaciones es- peciales entran en reacción. El hidrógeno de estos carbu- ros no se sustituye directamente por un metal, como suce- de con el hidrógeno de los ácidos, ni aun es sustituido por los metales sodio ó potasio. Se descomponen por la acción del calor, y no se com binan con el oxígeno del aire, ni se oxidan á la tempera- tura ordinaria; más, por la acción del ácido nítrico, y de 092 ANALES DE LA otros cuerpos oxidantes, se combinan con el oxígeno, dando lugar á infinidad de reacciones. Cuando se calien- tan al aire, arden, dando muchos de ellos un humo con separación de partículas muy finas, de carbón, que comu- nican brillantez 4 la llama. De esta cualidad se aprovecha la humanidad para obte- ner luz, como sucede con la kerosena, el gas del alumbra- do, la esencia de trementina, etc. Todos los carburos de hidrógeno contienen un número par de átomos, y por lo tanto su fórmula general es: Un H,m, donde » y m son siempre números enteros. Las combinaciones del carbono con el hidrógeno siem- pre tienen un límite, y á éstas se llaman “combinaciones límites Ó carburos de hidrógeno saturados”; estos son cuerpos á los que no se les puede combinar por adición con otros cuerpos. Este límite se obtiene cuando la com- binación del carbono con el hidrógeno se expresa por la fórmula On H,n+2. Y si á esta ley se añade la de los números pares, es po- sible concebir como todos los carburos de hidrógeno se pueden coordenar en series, cuyos términos se pueden cla- sificar por las fórmulas generales: OnEL nO A OSO Eo Co Han Cn Hjn—2 K, ¿sta regularidad de los carburos de hidrógeno ha dado lugar á la clasificación en química orgánica, de todos los compuestos orgánicos de carbono. “Y esta regularidad también indica a priori las propiedades análogas que han de tener las combinaciones de cada grupo. Muchos hidrocarburos que se encuentran en la natura: leza proceden de organismos, mientras que otros pertenue- cen al reino mineral. Dejando para la química orgánica el estudio de los car- buros de hidrógeno, solo citaremos en química mineral. EL merano.—C€ H,, Ó sea la combinación saturada más simple de todos los carburos de mia eno que se en- enentran en la naturaleza. EL acetreno.—0, H,, CH=0H. EL merANo llamado también carburo tetrahídrico, gas de los pantanos, hidrógeno protocarburado, hidruro de meti- y ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 993 leno y formeno normal. Se encuentra en la naturaleza en las aguas rebalsadas donde hay materias organicas en des- composición, en las minas de carbón de piedra, en la sal mineral de Wieliska,en Polonia, y eu muchos manantiales llamados “fuentes inflamables”, volcanes cenagosos, ete. Los italianos llaman á estas emanaciones “salzes”, y en al. gunos puntos estas emanaciones del gas las utilizan reco- eiéndolas en un frasco lleno de agua “al que se adapta un embudo. Agitando el fango recogen las burbujas de gas que se desprenden. Hoy se obtiene de la destilación de la madera seca, de las hullas, de los aceites, etc., pero en estado de pureza se prepara descomponiendo el acetato de potasa óÓ sosa, por medio del óxido de potasio, de sodio, de bario, de calcio, que se denominan también potasa, sosa, barita Ó :al, 4 una temperatura no muy elevada, poniendo la mez- cla en una retorta con tubo de seguridad, y otro de des- prendimiento, recogiendo el gas en el baño hidroneamá- tico. También se obtiene tratando la acetona C¿H, O con el hidrato de potasa fundido. La reacción se puede ex- presar por la fórmula siguiente: 2 (0 ¿HN Na 0,) + Ba H ¿0,=Na, 00,+Ba CO, +2 (CH, ) El métano cuando es puro, es un gas incoloro é inodo- ro, insoluble en el agua. Es más ligero que el aire. Su densidad es de 0. 556, y no sirve para la respiración ni para la combustión. Este cuerpo se inflama dando una llama azulada poco luminosa. Mezclado con aire ó con cloro detona con violencia aun á la luz difusa. ACETILENO.-—Es un gas que se produce en pequeña cantidad cuando se pone en contacto el carbono y el hi- drógeno á la temperatura del arco eléctrico (3.000 á 3.500 erados centígrados. ) Cuando el carhonato de calcio se calienta con carbón en el arco eléctrico, se forma carbido de calcio, € a O, Este carbido en contacto con el agua da acetileno é é pe drato de calcio, así: Ca C 0, +4C=Ca C,+3 (00) Ca C,+2 H, O=C,H,+Ca H,O,. Este método es el que se emplea en la brea indus. trial del acetileno. También se obtiene por la electroli- sis del ácido fumárico 4 maléico 5504 ANALES DE LA El acetileno es un gas que se liquida á 0? bajo una pre- sión de 48 atmósferas. Se describe como que desprende un olor punzante y desagradable, y á este gas se atribuye el olor que despiden los quemadores de Bunsen cuando el gas se quema en la base, pero el acetileno puro solo desprende olor aliaceo. El profesor Neff hace observar que el gas obtenido por algunos procedimientos, es una mezcla del verdadero ace- tileno CH=CH, con acetilideno CH,=0, y considera que este último es el que tiene un olor desagradable y es muy venenoso. El acetileno se combina directamente con el cloro y el bromo. Como la molécula que constituye el acetileno es muy estable, este hecho tiene mucha importancia, porque indica que el acetileno puede descomponerse con explo- sión en determinadas cireunstancias. Cada 26 gramos de acetileno dan 47.8 calorías siempre que se descomponga en hidrógeno y carbono. Este gas no se puede acumular bajo una presión que exceda de dos atmósferas, y tampo- co puede emplearse comercialmente en estado líquido. Lección XIL Compuestos del carbono con el oxiyeno y con el nitrógeno. —Acido carbónico (anhídrido carbónico ).— Combina- ciones. —Propiedades.—Idea de los ácidos polibásicos y de las polimerizaciones — Otras combinaciones del car- bono con el oxigeno y con el nitrógeno.—Teoría del car- bóxilo. El anhídrido carbónico ó6 dióxido de carbono C O, ha sido uno de los primeros gases conocidos de la atmósfera, Nada menos que en siglo XVI, Paracelso afirmaba que cuando se quema piedra caliza, se desprende un gas que tiene propiedades iguales á las del gas que se desprende en las fermentaciones de las materias azucaradas, y al que se forma cuando se quema el carbón. Más adelante se co- noció que este anhídrido es absorbido por los álcalis, for- mando una sal, la cual tratada por otro ácido se volvía á desprender el gas; y por último, Lavoisier determinó su formación en la respiración, combustión, putrefacción y 1 - ACADEMIA D£ CIENCIAS DE LA HABANA 00€ - también reduciendo los metales por la acción del carbón, terminando por demostrar que dicho gas solo se compo- ne de carbono y oxígeno. Berzelius demostró que esos dos elementos se hallan en la proporción de 12 partes de carbono y 32 de oxígeno. Su composición por volúmen se demostró por el hecho de que en la combustión del carbono con el oxígeno, el volumen de éste no cambia, esto es, el anhídrido carbó- nico ocupa el mismo volumen que el oxígeno que con- tiene. O, ocupa dos volúmenes y esta es la molécula de oxí- geno ordinario y del mismo modo CO, ocupa dos volúme- nes; y esta es la molécula del anhídrido carbónico. Así es que en este caso el carbono se halla incrustado, por de- cirlo así. en la molécula de oxígeno. El dióxido de carbono se halla en la naturaleza en mu- chas circunstancias, como en algunas aguas minerales, en algunas minas de carbón, en la respiración de los seres vi- vientes y en algunas grutas como la llamada del perro, en . los alrededores de Nápoles. El hombre absorbe diariamente como 7100 gramos de oxígeno y emite como 900 de ácido carbónico. Se en- cuentra en mucha abundancia combinado con otras sus- tancias, principalmente con la cal, formando los yacimien- tos calizos tan abundantes en el globo terrestre, en los te- rrenos sedimentarios más antiguos. El anhídrido carbónico se obtiene: 1.2—(Quemando carbón en un exceso de aire. 2.?—Sometiendo 4 una temperatura muy elevada el carbonato de calcio en una retorta de barro ó de palastro y recogiendo el gas que se desprende en una campana de recoger gases. : 3.-—Descomponiendo los carbonatos por medio de un ácido más enérgico, como el sulfúrico ó el clorhídrico, pre- firiendo este último porque forma úna sal soluble con el calcio. En el primer caso la reacción se verifica de este modo: Ca CO, +580,H,=Ca SO, +C0,+H,0. Y en el segundo caso: Ca CO,+2 (CIH)=Ca CL, +C0,+H,0. En la industria generalmente se obtiene, sometiendo la piedra caliza 4 una temperatura muy elevada, en grandes TOMO XLVIL.—12, 556 ANALES DE LA hornos. donde el resíduo que queda, es el óxido de cal- cio anhidro €a0, que tanta importancia tiene en la fabri- cación de azúcar, sobre todo en la de remolacha, en cuya producción se emplean ambos productos: el anhídrido carbónico CO, y la cal ú óxido cálcico CaO. En los la- boratorios se obtiene con mucha facilidad empleando un frasco bitubulado, en el que se pone carbonato de cal ó mármol, al cual se adapta un tubo de seguridad por don- de se vierte el ácido que ha de producir el desprendi- miento del gas; y otro tubo para conducir el gas despren- dido al recipiente que es una campana de vidrio, ó bien un gasómetro. El anhídrido carbónico es un gas incoloro, de un olor muy débil y de un sabor acídulo y picante. Su densidad es de 1.529. Eurojece el papel de tornasol azul, restablecién- dose el color al aire libre, después de algún tiempo. No sirve para la respiración, ni para la combustión. Por efec- to de su densidad y por ser este gas poco difusible, se le puede verter de la campana ó tubo donde se recoge á otra llena de aire, el cual es desalojado por el gas, pu- diéndose efectuar el experimento de modo que la parte inferior contenga anhídrido carbónico, y la superior aire; comprobando este fenómeno una cerilla encendida que se mantendrá así en la parte alta del tubo mientras se apaga en la parte inferior. A una temperatura elevada los metaloides hidrógeno y carbono alteran su naturaleza. Los metales que tienen mucha afinidad para el oxígeno, como el hierro, el zinc, el manganeso, etc., se apoderan de la mitad de su oxíge- no y le convierten en óxido de carbono CO, mientras que en contacto con los metales que tienen aún más afinidad para el oxígeno, como son los metales potasio y sodio, se apoderan de todo el gas, dejando el carbono en libertad. Este gas se disuelve en su volumen de agua, pero si se aumenta la presión y se disminuye la temperatura, por los procedimientos que hoy se usan en la fabricación de las aguas gaseosas, se disuelve en más cantidad. El gas carbónico se puede obtener al estado líquido so- metiéndole ¿4 la presión de 36 atmósferas á 0 grados cen- tígrados. Su punto de ebullición absoluto es de 4 32%C. El gas al estado líquido no se disuelve en el agua, pero ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 07 si en el alcohol, en el éter y en los aceites. Su densidad á 02 € es de 0.83. Cuando este anhídrido se le encierra al estado líquido en un tubo de paredes resistentes, se conserva en ese es- tado á la temperatura ordinaria, porque la resistencia de las paredes son suficientes para resistir la presión, esto es, á esta temperatura el gas al estado líquido ejerce la pre- sión de unas 50 atmósferas. Si la evaporación del líqui- quido se efectúa rápidamente, se produce un frío tan in- tenso, que parte del anhídrido se solidifica. La presencia del gas carbónico en el agua natural es imprescindible para el crecimiento y alimentación de las plantas acuáticas. Aunque el gas se disuelve en el agua no forma un hidrato definido, pero podemos formarnos idea de su composición, considerando la constitución de las sales que forma con las bases, puesto que un hidrato no es más que una sal en la que se ha sustituido el hidró- geno por un metal. Y puesto que el anhídrido carbónico forma sales de la composición K, CO, Na, CO,, NabH0O, el ácido carbónico ha de tener la composición CO,!H,, es- to es, debe estar constituido el ácido como compuesto de CO, + H,0. (1). Si comparamos las combinaciones que forma el ácido nítrico con las bases, con las que forma el ácido carbóni- co, vemos que mientras el ácido nítrico NO,H solo forma con los metales univalentes, una clase de sales, el ácido (1) Debemos tener en cuenta, que en las teorías actuales, no se de- nomina ácido carbónico á la combinación del anhídrido CO», (aunque en el lenguaje usual así se denomine muchas veces), porque según ya sabe- mos, es condición indispensable que los ácidos tengan uno ó más áto- mos de hidrógeno sustituibles por un metal; ó como se dice en las teo- rías modernas: un ácido es un compuesto que está disociado ó ¿onizado en una solución acuosa con la formación de ¿ones de hidrógeno. Como este anhídrido forma sales semejantes á las que forma el ácido sulfúrico con los metales monoatómicos, podemos compararle para que nos formemos idea de su composición teórica ya que el ácido carbónico efectivo COzH.», no se encuentra al estado libre, y así como el radical sulfúrico ó anhídrido SO, no se considera ácido mientras no esté com. binado con el agua H50 para formar SO¿H50, ó sea SO¿H,; del mismo modo el anhídrido carbónico CO», no se denomina ácido mientras no es- té combinado con el agua para formar CO¿H,0: ó sea CO¿Ho. 5598 ANALES DE LA carbónico CO, H,, forma dos clases de sales que se deno- minan sales ácidas y sales neutras, según sean reemplaza- dos uno d dos átomos de hidrógeno por el metal. Así las sales que forma el ácido nítrico con los metales llamados monodinamos ó univalentes, como el potasio, so- dio, plata, etc., son nentras porque el metal reemplaza al único átomo de hidrógeno que contiene el ácido. Así NO,H + K=KNO,+H pero si el ácido forma sales con los metales llamados bi- valentes 6 diatómicos, (1) como el calcio, el bario, el plo- mo, ete., entonces las sales que forman necesitan dos gru- pos ó radicales ¿cidos, como por ejemplo: As+NO,H=Ag NO, +H. plata ácido nitrato de hidró- nítrico. plata. ygeno. Na4-NO,H=Na 0,+H. sodio. ácido nitrato hidró- nítrico. de sodio. geno. Pero si se desea formar nitratos de bario d calcio, en- tonces han de entrar dos radicales ácidos para formar las sales. Así: Ba+-2 (NO¿H) =Ba (NO,) 2+H.. bario. ácidonítrico. nitrato de bario. hidr:- . Seno. Pb+2 (NO,H)=Pb (NO,)2+H,. plomo. ácido nitrato de hidró- nítrico. plomo. geno. El ácido carbónico se comporta diferente porque como es bivalente d bibásico; esto es, contiene dos átomos de hidrógeno en el hidrato CO¿H,. 6 dos átomos de metal monovalente ó monoatómico, como el potasio ó la plata en sus sales K, CO,, 0 Ag, CO,, Ó ya sea un átomo de me- tal bivalente como el bario ó el calcio; así Ba CO,, Ca CO,, resulta de aquí que en las sales que forman los ácidos bi- ralentes Ó bibásicos pueden entrar dos radicales básicos monoatómicos para constituir las sales neutras, mientras que con los ácidos monobásicos Y monoatómicos, se nece- sitan dos rardícales ácidos monoatómicas para formar las sa- (1) En la lección XVIII ya nos ocuparemos de la distinción de los metales en mono, bi, tri, valentes, d. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 559 les neutras. Y el mismo razonamiento se ha de emplear cuando lleguemos á los ácidos tribásicos y poltatómicos en general, como el ácido fosfórico Ph OH, que tienen tres átomos de hidrógeno reemplazables por otros tantos metales monoatómicos. Con esta concepción de los ¿cidos polibásicos que se des- envolvió 4 mediados del siglo pasado por el físico inglés Grahan, estudiando el ácido fosfórico, y por Liebig, estu- diando muchos ácidos orgánicos, quedó establecida la cla- sificación ó división de los ácidos en mono, bi y tribasi- cos. Y como hoy ha tomado un gran desenvolvimiento la concepción de átomos y moléculas, se define la basici- dad de un ácido por el número de átomos de hidrógeno contenidos en una molécula del ¿cido que pueden ser sus- tituidos por los metales. Las sales que forma el ácido carbónico con las bases, ó sean los carbonatos, en su mayoría son insolubles en el agua, exceptuándose los carbonatos alcalinos, como son los de potasio, sodio y amoniaco K,C0,,Naz00,, (NH,)2 C0,. Estos carbonatos de los metales alcalinos cuando se hallan en solución acuosa, si se mezclan con las sales solubles de otros metales, se combinan de modo que resultan d se precipitan carbonatos insolubles formados por los metales de esas sales solubles; mientras que que- dan en solución la sal formada por el metal alcalino y el ácido que contenía la solución metálica. Por ejemplo: si tomamos sulfato de cobre,que se formu- la así: Cu SO,, que es soluble en el agua y se trata esa so- lución por otra de carbonato de sosa en cantidades pro- porcionales Na,CO,, resultará necesariamente la formación de carbonato de cobre insoluble Cu CO,, y sulfato de so- sa soluble Na, SO,. A este fenómeno se llama formación de una sal insoluble por doble descomposición de dos sa- les solubles así: CuSO,+Na,CO¿=Na,SO,+CuCo.. sulfato de carbonato sulfato de carbonato cobre. de sodio. sodio. de cobre. OxIDO DE CARBONO.—U O. Este gas se forma cuando la combustión de materias orgánicas se verifica en presen- cia de un gran exceso de carbón incandescente. Al prin- cipio el carbón se quema dando anhídrido carbónico, y 560 ANALES DE LA luego éste pasa por el carbón incandescente y le trans- forma en CO, + U0=2(00). En el análisis se separan los dos gases haciéndoles pasar por una solución de un hidra- to alcalino, que tiene la propiedad de combinarse con el anhídrido carbónico, para formar carbonato, mientras que deja pasar el óxido de carbono. Se obtiene este gas haciendo pasar el anhídrido carbó- nico por un tubo de hierro sometido al -calor rojo, que contenga carbón, y entonces se ve que el gas formado, aumenta al doble del volumen que tenía el anhídrido an: tes de pasar por el carbón enrojecido. También se obtiene poniendo en un matraz de vidrio ó de porcelana, provisto de tubo de seguridad y otro de desprendimiento, el ácido oxálico 9 un oxalato alcalino, y vertiendo sobre la sal una cantidad de ácido sulfúrico que no exceda vez y media el peso de la sustancia que se ha de descomponer. El matraz ó retorta se pone en ba- ño de arena á fuego desnudo y se aplica el calor hasta que se verifique la reacción. El gas que se desprende se hace pasar por un frasco lavador y luego se recoge en la campana hidroneumática. La reacción se expresa así: K,C,0,+80,H,=K,S0,+00+C0,+H,0 oxalato ácido sulfato óxido anhí- agua. potásico. sulfúrico. depota- de car- drido sio. bono. carbónico. Por esta reacción se ve que se desprenden á volúme- nes iguales los dos gases, separándose ambos como ya he- mos dicho, por una E de potasa que tiene el frasco lavador. El óxido de carbono es absorbido por la potasa, calen- tando la mezcla en movimiento durante algunas horas, y la formación del compuesto es integra, es decir, no se ve- rifica ninguna sustitución: KHO+C0O=CHKO, potasa. Óxido formiato de de carbono. potasio. Esta sal coincide con un ácido que existe en la natura- leza, en las hormigas, el ácido fórmico, y se produce artificialmente sin más que sustituir el potasio por el hi- drógeno; ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 561 CEKO; + Hi =' CH Oy + E formiato de hidrógeno. ácido fórmico, potasio. potasio. el cual puede obtenerse de la sal de potasa por destila- ción con el ácido sulfúrico, del mismo modo que se pre- para el ácido nítrico con el nitrato de potasio. El ácido fórmico se puede obtener por la acción de los agentes oxidantes sobre muchas sustancias orgánicas, co- mo el ácido oxálico. En la obtención del ácido fórmico, partiendo del óxido de carbono, se ve el principio de la síntesis orgánica, 6 sea el lazo de unión entre la química mineral y orgánica. Nora.—Por la importancia que encierran estas concep- ciones en la química actual, nos extenderemos en algunas consideraciones, las cuales, aun no siendo propio de estas nociones, sirven para excitar la atención en el estudio de nuestra ciencia. Los ácidos de la química orgánica, los que son mono- básicos, difieren de los carburos de hidrógeno, que contie- nen el mismo núméro de átomos de carbono, en que los ácidos contienen dos átomos de oxígeno, reemplazando á los dos de hidrógeno en los hidrocarburos. Así de un carburo de hidrógeno llamado metano, CH,, tenemos el ácido fórmico CH,O,; de otro carburo llamado etano, 0,0, tenemos el ácido acético, (que se encuentra en el vinacre) C¿H,O,, y de otro carburo llamado tolueno, CH, tenemos el ácido benzoico C,¿H¿O.,. Ahora bien: muchas sales de sosa de los ácidos orgáni- cos cuando se mezclan con cal sodada y se destilan, dan un hidrocarburo que contiene un átomo de carbono me- nos que el ácido que le ha dado orígen; asf es, que el cambio del ácido al hidrocarburo consiste simplemente en la perdida de anhídrido carbónico, asf: C,H¿0,Na-FNaHO—CH,+Na,CO,. acetato de sodio. sosa. metano. carbonato de sodio. Estos hechos y muchos otros que no son de este lugar, han conducido á los químicos á considerar los ácidos or- _gánicos como productos de sustitución en los cuales exis- te un radical hipotético univalente CO,H, llamado carbó. alo, el cual reemplaza á un átomo de hidrógeno de un 562 ANALES DE LA hidrocarburo ó de otro compuesto de carbono, y de este modo el ácido acético que comunmente se formula así C¿H,O,; en esta concepción se formula de este modo: CH,CO,H, el ácido benzoico que se formula comunmente C,H¿0,, se formula ahora C¿H,CO,H. Así pues, en quími- ca orgánica todos los ácidos se formulan de modo que existan siempre en la molécula el grupo CO, H, el cual puede descomponerse á su vez en CO HO, con objeto de explicar muchas reacciones en las que es sustituido un grupo llamado oxídrilo HO, que se le da mucha impor- tancia en química. Viniendo ahora al ácido fórmico se considera que tiene esta estructura H—CO,H, así como el ácido carbónico tiene HO—CO,H, el oxálico CO,H—C0,H. Estos tres ácidos carboxílicos como se les denominaba antes de establecerse las generalizaciones que hoy se ad- miten, son los más sencillos de la química orgánica, y pa- ra demostrar que estos ¿ácidos provienen del óxido de carbono CO, no hay más que considerar que este com- puesto es capaz de combinarse con dos radicales X, que pueden ser iguales Ú diferentes, formando COX,. Y si ahora tomamos á X, como un resíduo acuoso HO, y el otro X como un ¿tomo de hidrógeno H; podemos ver co- mo se puede formar el ácido más sencillo de la química orgánica H—C0 HO. Además de estos tres ácidos se suelen considerar en química mineral los compuestos de carbono que tienen ni- trógeno en su molécula d sean los compuestos de cianó- geno R UN, que tienen una importancia colosal en quí- mica, así general como industrial, y podemos expresarlos del mismo modo que los compuestos de carbóxilo. Por ejemplo: hay sales amoniacales que O con estos ácidos, así R—(00,HNH,)=R o O,) co- rresponde 4 R—(00,H ). Esas sales amoniacales contienen los elementos del agua, así es, que si las ponemos en contacto con cuer- pos que pueden separar esos elementos, nos encontramos con una gran serie de compuestos orgánicos, ó sean los compuestos de cianógeno R(UN), porque el resíduo mo- novalente 4 radical ÓN se denomina cianóyeno. Supon- gamos que tenemos el carbonato de amonio, que tiene la ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 363 fórmula R(UCNH,O,). Como dicho carbonato tiene el hi- drógeno y el oxígeno en las proporciones convenientes para formar agua, si se separan esos c.ementos E, 0:=2(HE0): entonces nos quedamos con el resíduo R(ON), que es el símbolo de los compuestos de cianógeno. ) | Así vemos las relaciones estrechas que guardan los áci- dos orgánicos con los compuestos de nitrógeno, y así co- mo se verifican transformaciones mútuas en los ácidos or- gánicos más simples, del mismo modo se encuentran en los compuestos de cianógeno. Así el ácido cianhídrico H(ON se corresponde con el ácido fórmico H(H-COHO) y así el ácido ciánico HO(CN), se corresponde con el ácido carbó- nico HO(CO,H), y con el cianógeno CN-CN=2(CN). Entre los numerosos compuestos de cianógeno, los que nos interesan en química mineral, son los «milos, nitrilos, el ácido cramhidrico, los cranuros ó cianidos alcalinos, los compuestos dobles de hierro y cianógeno que tanta im- portanciz tienen en las artes y en la química teórica, co- mo el cianido ferroso potásico ó sal amarilla, y el cianido ferroso férrico, azul de prusia K,FeC¿N,, y Fe,(3Fe0¿N,), respectivamente. Cuando se forma la sal amoniacal de un ácido oreánico como R(UNH,O,), en este caso, si operamos de modo que solo extralgamos una molécula de agua en lugar de dos, R(ONH,O,) - H,O=R(ONH,O), entonces obtenemos los amidos que son compuestos muy numerosos y que hoy tienen mucha importancia en la industria, como el cían-a mido quese obtiene de los humos de los altos hornos. empléandose hoy en preparar fertilizantes nitrogenados, Si en lugar de separar una molécula de agua de la sal «amonitacal separamos dos, entonces se forman los nitrilos, R(CH,0,)—2 H,O=R(CN). ACIDO CIANHIDRICO: H-C=N, Existen métodos bumerosos de obtenerle, pero el prin- elpal consiste en tomar 18 partes de ferrocianido de po- tasio, 9 de ácido sulfúrico monohidratado y 12 de agua. Se diluye el ¿cido en el agua y cuando está frío el líqui- do, se vierte en una retorta de vidrio tubulada que se coloca en el baño de arena, se añade el cianido ferropotá TOMO XLVII.—73, 564 ANALES DE LA sico reducido á polvo, se agita bien la materia con una varilla de vidrio para interponer bien el líquido, se adap- ta á la retorta una alargadera y á ésta un recipiente. Se enlodan bien las junturas, se deja la sal en contacto con el ácido por 24 horas, y entonces se comienza la destila- ción procurando que el recipiente se halle rodeado de hielo. El ácido cianhídrico anhidro es un líquido incoloro, su densidad á 18% € es de 0.697, es soluble en todas propor- ciones, en agua, alcohol y éter. Hierve á 26".5 C, y la densidad de su vapor es de 0.9456. A 15% se solidifica. Es de sabor amargo y eminentemente venenoso. Se des- compone con facilidad. CIANIDO DE POTASIO Y CIANIDO FERROSO POTÁSICO. —El primero de estos cuerpos se obtiene del segundo, so- metiéndolo á una temperatura muy elevada en retorta de barro de gres, y por descomposición se obtiene el cianido potásico que después de fría la masa se disuelve en el agua. El cianido ferroso potásico se obtiene poniendo en vasos de fundición de hierro en contacto con cenizas po- tásicas, materias animales, como pezuñas, recortes de piel y de toda materia animal cuyo resíduos den carbono y ni- trógeno y se someten 4 eran temperatura, dando como resultado la formación de esta sal, cuya composición se expresa asf: K,FeC¿N¿+3(H,0). De esta sal se obtienen casi todos los compuestos de cianógeno. (Continuará). ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 565 EL USO DE LOS ANTEOJOS PROTECTORES PARA LOS OBREROS POR EL Dr. Juan Santos Fernández. y ———— (Sesión del 23 de Febrero de 1912.) En nuestra Higiene de la Vista (1) publicada hace ya algunos años, al empezar nuestra vida profesional, hablamos de la conve- niencia de que usasen anteojos protectores los obreros de las dis- tintas industrias: canteros, pleapedreros, mineros, herreros y cuantos trabajadores estuviesen expuestos á ser lastimados por las partículas de piedras, metal ú otras substancias desprendi- das de la materia sobre la cual trabajaban ó de los instrumen- tos que manejaran, así como de los aparatos Óó máquinas que di rigiesen en las fábricas numerosas que ha creado el progreso inm- dustrial y á virtud del cual, la manufactura ha llegado á tan colosal altura, y hoy nos sentimos aún más inelinados, por las exigencias de este desenvolvimiento maravilloso de la mecánica, á Insistir sobre el mismo tema que hace seis lustros. Son más numerosas de lo que pudiera imgginarse las lesiones oculares provocadas en los trabajadores por los agentes mecáni- eos, ya sean térmicos, químicos ó eléctricos, y que pueden pro- ducir la pérdida de los ojos. Trousseau, en 2.200 personas que habían perdido un ojo, halló como causa del accidente, un trau- matismo. Magnus encontró en un eran número de ciegos que el 8.05 por ciento tenían el mismo origen y Szili en una detallada esta- dística dejó ver como los trabajadores son los más expuestos á este género de lesiones y á sus consecuencias. Praun ha compro- bado que en 444,819 enfermos de los ojos observados por oftal- mólogos de diversos países, el S por ciento tenían por causa el traumatismo. En las Clínicas particulares de enfermedades de los ojos, la cifra de heridas oculares respecto de las otras afeecio- nes oculares fué de 12 por ciento. En la Habana, que es una ciudad comercial más que industrial, hemos anotado el 7.32 por ciento (2) de lesionados: 2.029 de estos. en 27.717 enfermos de los ojos, de 1875 á 1899. (1) Higiene de la Vísta Un volumen en cuarto menor de 272 pági- nas. Imprenta “La Propaganda Literaria” O'Reilly 54, 1879. Premiado por la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana. 2) Estadística.—Las enfermedades de los ojos en los blancos, negros y mulatos de la Clínica del Dr. Juan Santos Fernández.—Trabajo leído en el XII Congreso Médico Internacional, celebrado en París del 2 al 9 de Agosto de 1900. 566 ANALES DE LA La necesidad que tienen los trabajadores, las más de las veces, de acercar los ojos al campo de la labor para ver bien, desde luego, lo que están haciendo, les expone constantemente á accl- dentes oculares. Se sabe que, si antes de saltar el cuerpo extraño que va á herir el ojo se levanta polvo, agua Ó emanación de gas, producción de luz ó de cualquier agente más ó menos sutil, pero suficiente á excitar la sensibilidad ocular tan exquisita, se aperciben al pun- to del peligro los párpados y se cierran, defendiendo los o0j0s. No obstante, las más de las veces el cuerpo extraño se desprende rápido, después de un golpe de martillo que veloz lo impulsa, ó es lanzado de un aparato con tal violencia que antes de cerrarse, los párpados el globo del ojo queda herido más ó menos grave- mente, según el tamaño, la naturaleza y el grado de violencia de la partícula lanzada, de la rama, correa, astilla ú objeto que lo hiere. A propósito de la violencia del cuerpo extraño, recor- damos un caso de nuestra clientela que publicamos; (1) se tra- taba de un joven que trabajaba en hierro enrojecido, para cor- tar un diente de una espuela para jinetes, y al darle con el mar- tillo saltó un fragmento enrojecido, y le hirió el ojo; once años más tarde, al hacerle la enucleación del bulbo, se encontró aquél cabalgando en la esclerótica del fondo del ojo, mitad en el vítreo y mitad fuera de aquél, sin que el paciente sospechase que te- nía dentro el cperpo extraño, ni nosotros imaginarnos que la presencia de éste en el interior del ojo, había producido la pér- dida de la vista y los fuertes dolores que en invierno siempre le molestaban y motivaron la operación. No sin fundamento, pues, se ha recomendado á los trabajado- res de distintos oficios el uso de anteojos para evitar fuesen le- sionados los ojos. Cohn aconsejó los espejuelos de mica á los que a ventajas sobre los de eristal porque las partículas du- “as de hierro ó de piedra no los rompen. Desayore (2) ha visto e de mica, usados cerca de dos años, todos horadados y marcados por el choque de las partículas que iban dirigidas á los 0jos. La condición estrecha de la mayoría de los que se dedican á las labores de la industria y la neeligencia que les caracteriza, hija tal vez de su escaso salario y de la ausencia de relativo bien” estar, ha hecho casi ineficaz el uso de los anteojos en esta clase (Dd) Lámina aguda de acero que permaneció once años atravesada en la parte posterior de la esclerótica, junto al nervio óptico. Revista de Me- dicina y Cirugía Prácticas, Madrid, t. 1x, p. 274. (2) Annales d' Higiene, París, 1856, t. v, p. 60. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 567 IA a SU O e PA A A A E, social y es la causa principal de los accidentes que inutilizan á tanto factor util para el desenvolvimiento industrial. Es un hecho que los obreros en general rechazan los anteojos protectores, tanto por las molestias que éstos realmente provo- can y los obstáculos que oponen á la libre manipulación, como por el hábito de la ¿indisciplina que forzosamente engendra una vida azarosa. Es indispensable obligarlos de algún modo á llevarlos, por al- truismo y por conveniencia «de ellos y de la obra en que están empeñados; para conseguirlo, son ineficaces las medidas guber- namentales, porque las consideran un vejamen más; hay que recurrir á las Sociedades de seguros, para que al hacer el con- trato, les exijan resguardar hasta donde sea posible los ojos, sin lo cual se puede perder el seguro. Aun cuando se conocían los perjuicios que ocasionaba la omi- sión de los anteojos protectores en los obreros, no se había lle- gado á puntualizar tanto el particular como acaba de hacerlo, no ha mucho, el doctor Créquy, (1) que durante 50 años ha des- empeñado el puesto de médico de una compañía de gas. Los obreros afectados por la explosión del gas no experimentaron más que quemaduras en la cara, las manos y los párpados, por- que como éstos se cerraban oportunamente, el globo del ojo es- tuvo á cubierto de todo daño. En un caso de nuestra práctica, que publicamos también, (2) quedó hasta la evidencia demos- trada la vigilancia de los párpados para defender el ojo. Un joven acomodado se entretenía en preparar unos fuegos artifi- ciales; cuando trituraba una sustancia explosiva en un mortero, saltaron pequeñas chispas, los párpados se cerraron y cuando sobrevino inmediatamente la explosión que le quemó las manos, la cara, la piel de los párpados y lo que más sorprendió: el pelo, ¡as cejas y les pestañas; pero quedó el ojo casi intacto. No ha ocurrido lo mismo agrega Créquy con los obreros me- cánicos, pues las partículas de hierro desprendidas con el buril, han herido la córnea, sin que los párpados tuviesen tiempo de impedirlo. Si el cuerpo extraño encuentra delante un eristal puede éste romperse y es lo peor que puede suceder; pero el ojo no se lastima siempre, y la rotura del eristal puede ser un aviso á los párpados para cerrarse y aunque sean éstos lastima- dos, evitar que el cuerpo extraño hiera el globo ocular y si lo (1) De Pemploi des lunettes protectrices dans lPindustrie. Bull. de la Societe de U'Internat, Janvier, 1911. (2) Ciertas particularidades relativas á las quemaduras del ojo por sustancias explosivas. Abeja Medica, Habana, 1892, Abril. ” 568 ANALES DE LA hiere, será en menos grado, porque la velocidad se atenua, si- quiera sea en parte. El peligro de las lesiones en los ojos es conocido en los talle- res, y aunque en muchos existen los anteojos protectores, im- puestos por la dirección del establecimiento, están colgados no pocas veces en los muros sin ser usados; obedece este descuido, en parte, á que los anteojos son generalmente pesados y moles- tos unos, y los otros, al ser fijados con caucho á la nariz, pro- ducen dolor, así como cuando están rodeados de algo, como rejilla, ete., por lo cerrado, son muy calientes. Conviene, no obstante, adaptarlos de manera que, hacia afuera proteja al ojo una rejilla delgada que permita ventilación, pues por la parte interna no se necesita, porque la nariz defiende su- ficientemente los ojos. El cristal de los anteojos protectores impide como dejamos di- cho el pase de las partículas de hierro v2., y puede ajustarse á la vista del présbita del hipermetrope ó del miope. Ahora bien, las partículas de hierro muy especialmente ara- nan los cristales y los hacen inservibles, obligando al cambio frecuente de éstos, lo que determina para el obrero un gasto que no realizaría de buen grado. Esto ha hecho que algunas com- pañías dispongan de cuatro á cinco mil pares de anteojos para cederlos gratuitamente á los trabajadores. El gasto parece de consideración, mas resulta insignificante, si se atiende al bien obtenido, pues antes de establecerse esta medida, las pérdidas de los ojos eran más frecuentes y desde que se instituyó el facilitar al obrero los anteojos á larga mano, es raro anotar una herida ocular, y cuando ocurre. es debida á la negligencia del trabajador, la que debe combatirse tenazmente. Nadie ignora, que los anteojos hasta ahora empleados en la industria han sido de cristales planos ó sin graduación, de mi- ca y de hilo deleadísimo de hierro, constituyendo una malla más Ó menos cerrada; pero realmente ni unos ni otros han llegado al ideal perseguido y á esto se debe en parte, que el obrero huya de aquellos ó que esté predispuesto á no llevarlos, aun cuando gra- tuitamente se les faciliten. Cohn asegura que los obreros tienen horror invencible á trabajar con anteojos, porque se sienten tan impedidos, como si se les hiciese manipular con guantes. Fuchs ha confirmado prácticamente esto en Lieja, regalando á todos los obreros que le consultaban por cuerpos extraños en los ojos, un par de espejuelos protectores, que no usaban, ni aun aque llos que ya habían perdido un ojo y debían ser más prudentes. Además, debemos aceptar como cierto que los anteojos protec- tores hasta el día fabricados, garantizan mal los ojos y no evi- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 569 tan por completo la entrada de cuerpos extraños por entre el reborde del anteojo y la cara; por otra parte el cristal puede romperse fácilmente y pudiera alguna vez penetrar entre los párpados partículas de él, ocurre también que la superficie del eristal del anteojo se raya é impide la visión perfecta. Los anteojos metálicos constituidos por una tela muy delgada que en forma de estrecha malla sustituye al cristal, por conside- rarse éste pesado, dificultan la vista Ó la impide pronto al tu- pirse la malla con el polvo y la oxidación del metal. Si la malla es poco estrecha pasan por ella los cuerpos extraños diminutos. La goma elástica ó caucho que suele emplearse para unir las dos partes del anteojo ó para mantenerlos en su lugar, compri- men la nariz y molestan en la cabeza si pasa alrededor de ésta, del mismo modo que al perder la elasticidad la goma, cesa la fijeza del anteojo, y se apoya sobre el borde orbitario é impide el libre movimiento de los párpados y hasta del globo ocular, el que sufre ¡igualmente por el calor que produce aquél. Los anteojos en forma de cáscara de huevos ““coquille” los considera Praun molestos por los reflejos que provocan y la dis- minución que imprimen á los objetos. Los anteojos protectores que oseurecen el campo de la visión impiden distinguir bien los objetos como ocurre con.los de eris- tales azules ó ahumados que se suelen reservar para los que tra- bajan junto al fuego ó son molestados por el reflejo del sol de algún modo. Creemos que éstos pueden ser reemplazados por los de color amarillo anaranjado que anulan los efectos de los rayos perjudiciales del espectro y tienen la ventaja de iluminar de manera notable el campo de la visión, en vez de obscurecerlo y esto se obtiene sin lastimar la retina. En vista de los obstáculos casi infranqueables que se oponen á proporcionar al obrero anteojos compatibles con su condición y la naturaleza del trabajo que haga, la “Asociación de Indus- triales de Francia””, presidida por el ingeniero H. Mamy, pro- vocó en 1892 un concurso, en el que se presentaron numerosos modelos ajustados á las condiciones que con el doctor Détourbe acordó, y fueron las siguientes: Primero.—Ser á la vez ligeros y sólidos, así como fáciles de manejar y cómodos. Segundo.—De precio poco elevado. Tercero.—Que garanticen eficazmente los ojos, contra los cuerpos extraños directos Ó laterales, aun cuando éstos estén en fusión. Cuarto.—Que no produzcan calor en los ojos. Quinto.—(Que no impidan la vista del obrero. DTO ANALES DE LA Mas como el peligro á que están expuestos los obreros no es idéntico en todos, sino que difiere según las industrias ó el oficio, no puede ser uno solo el tipo del anteojo, sino que variará con- forme á las necesidades del trabajador. Los peones camineros, los picapedreros, los labradores y cuan- tos se dedican á labor análoga, para la que no necesitan una vista perfecta, pueden usar los anteojos metálicos de malla menos ce- rrada, El constructor de piedras de molino ó de amolar, el grabador que trabaja con el buril y que necesita mayor vista y atención, no deben usar el anteojo metálico, porque las partículas pro- yectadas son muy finas y podrían penetrar por la malla, si no fuese estrecha, y siéndolo, dificultaría la vista. Para estos casos ha ideado Simmelbauer monturas de hierro y estaño (fer-blane) ó de aluminio, con anchos cristales trapezoides cuyo espesor está en relación con el trabajo á que se les dedique, y varía de dos á seis milímetros. Los eristales planos quedan á doce milímetros de la córnea; las partes laterales del anteojo están provistas de una fina rejilla metálica, que proteja al ojo de lado. La montura estará adaptada para poder cambiar el eristal y el ojo estará bien aulreado. El peso es todavía excesivo, de 57 gramos, con dos cris- tales de dos milímetros de espesor, y de 64 eramos, si lleva cris- tales de tres milímetros. Será menor el peso si la montura es de aluminio, estos anteojos son los mejores que se han fabricado; pero no pueden considerarse perfectos, porque los eristales so- bresalen y llevan alrededor un refuerzo metálico perpendicular al eristal y que disminuye considerablemente el campo visual; el obrero ve bien con ellos de frente, cuando el eristal está limpio; pero no por los lados, y esto es de suma gravedad cuando son muchos los trabajadores, porque pueden herirse mutuamente. A pesar de que se ha tratado de airear estos anteojos, son calientes: el sudor mezclado al polvo de la obra cubre de verdadero barro al eristal y el caucho que sujeta el anteojo se relaja, y éste no se mantiene fijo. La “Sociedad de Fabricantes de anteojos”? de París, ha hecho otro modelo de 64 eramos de peso, en que corrige aleunos de los defectos enumerados; pero no todos los inconvenientes. Para el trabajo en que solo haya que atender á preservar el polvo, del vapor, de algún gas irritante ó de la emanación de aleuna planta, como ocurre en Cuba con el cardón (Euforbia-antiquo” rum) acerca del cual publicamos una memoria, (1) la Sociedad (1). Accidentes oculares producidos por el cardón (Euforbia-antiquo- rum). Crónica Medico Quirúrgica de la Habana, t. xvynx, p. 261. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 571 ha fabricado anteojos especiales; mas sin conseguir vencer aún todos los inconvenientes señalados. Se sabe que no sin resistencia se establece cualquiera reforma en las fábricas y fuera de ellas; la del uso de anteojos protecto- res es de resultados maravillosos y debe perseguirse su perfeccio- namiento. Los sentimientos humanitarios á la par que el interés de conservar sano y útil al hombre de que nos servimos, impone los sacrificios de gastos que se hagan y la tarea de luchar contra la resistencia que ponen los que debieran ser los primeros en buscar el medio de evitarnos tan grave riesgo como el de perder un 0jo. No debemos cansarnos de recomendar á todos los trabajadores que se ocupen de labores en que los ojos pueden ser lastimados, el uso de anteojos protectores pues, cuando menos lo esperan, pueden recibir una herida de tal gravedad que resulte el ojo in- capaz de volver á servir para el trabajo diario, y si perder un ojo es á todos sensible, tiene que serlo mucho más, al que nece- site de su vista para buscar el sustento propio y de los suyos. Bien sabemos que la resistencia Ó la negativa á usar anteojos ó eristales en general, ha sido hasta ayer universal en todas las clases sociales, por hábito ó por la falsa idea de que usados un día Óó una vez, se hace indispensable usarlos siempre y consumen la vista. Ya este absurdo va perdiendo su valor y las madres se deciden á poner eristales á los niños que los necesitan desde muy temprana edad, convencidas de que mayores riesgos les Ocasio- nan no poniéndoselos, y que llevándolos oportunamente, aho- rran al niño sufrimientos y le eximen no pocas veces de padeci- mientos graves de los ojos en la edad adulta. Es cierto que el progreso nos obliga á ser de cierto modo es- clavos de determinadas precauciones para no enfermar; pero también lo es que desatenderlas nos exponen á males que pode- mos evitar. No está lejos el día en que la mayoría de las personas usen constantemente anteojos protectores, aunque: puedan pasarse sin cristales para mejorar la vista, simplemente para defender el ojo y sus accesorios del aire y de lo que éste suele llevar al interior de los párpados á poco que se agite, pues no es un secreto que rara vez deja aquél de estar cargado de gérmenes y en los exá- menes bacteriológicos que se han hecho en ojos sanos, se han en- contrado microbios en gran cantidad, muchos de ellos patógenos. Será el anteojo una molestia; empero, cuantas no soportamos en la vida social sin beneficio para nuestra economía, y por el contrario, sirven para torturarla y perturbarla; desde el som- brero y. el cuello hasta el calzado, sin mencionar el corset de la TOMO XLVIL.—714, 00 ANALES DE LA mujer, todo parece ideado con el fin de oponerse á la naturaleza; por tanto, un simple cristal colocado delante de nuestros 0jOs, es sólo una molestia á que pronto nos habituamos y nos preserva de serios males oculares y á los obreros de ser heridos y perder un ojo primero y después el otro en un segundo accidente, lo que no es raro, ó de una oftalmía simpática que si no es frecuente, es posible, y tras esto quedar reducido á la situación más triste en que pueda quedar el hombre, y más el que necesite de su tra- bajo: la de ser ciego. Es inútil llamar la atención á los médicos respecto de los peli- gros de perder la vista y la conveniencia de evitarlos, porque los unos y la otra, les son: conocidos; pero sí hemos de insistir en el deber que tenemos de no ceder ante las dificultades que nos crea la incultura que en todos los tiempos ha sido el obstáculo para la implantación de aquellas medidas que la ciencia y la experien- cia de los que cultivan aquella, imponen en beneficio de los mis- mos que se oponen á aceptarlas. De otra parte, urge que los que nos consagramos á la oftalmo- logía escogitemos la manera de proporcionar á los trabajadores una clase de anteojos protectores que carezcan de los inconve- nientes señalados á los actuales, á fin de que de este modo se venza la repugnancia que estos inspiran; para que los puedan llevar constantemente puestos, como se llevan sin advertirlos ca- si los que usamos para corregir el estado de la refracción y nos sirven para ver de cerca ó de lejos ó de ambos modos á un tiempo. Bien estudiado el punto, llegaremos á convencernos una vez más, de que un gran número de heridas en los ojos pudieran evitarse si se llenasen determinadas precauciones y éstas se lle- vasen al ánimo de los trabajadores y el de las personas que es- tán cerca de los niños, los que con tanta frecuencia se lastiman los ojos en los juegos y econ los objetos de que se sirven en ellos. Tal vez, si conociéramos á fondo ó de modo práctico las dife- rentes industrias ú oficios y el manejo de las máquinas y apara- tos que se emplean, podríamos señalar con más acierto, cuando de- terminados anteojos protectores estaban indicados y, cuando lle- narían el objeto que se ha perseguido hasta ahora con relativo éxito ó ilimitados beneficios. ANALES DE LA ACADEMIA DE CIENCIAS DE Dr. Joaquín Albarrán. 1860-1912. LA HABANA ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 573 IN MEMORIAM. Con el propósito de rendir un tributo á la memoria de aquel gran hombre que se llamó Joaquín Albarrán, y pa- ra que no se pierdan los sentidos discursos que en el acto de su sepelio se pronunciaron, publicamos á continuación los siguientes artículos que, con laudable fin, reunió el Sr. Juan A. Ferrer y los publicó en su periódico Correo de París en el núm. 641, del 31 de Enero y 15 de Febre- ro de 1912. Con el mismo propósito publicamos los artícu- los que respectivamente le dedicaron los Dres. J. L. Faure y Antonio Morales. Sirvan estas líneas de sentido recuer- do 4 la memoria de nuestro académico de mérito, en tanto llega el día de ofrendarle el justo tributo de admiración que la Academia tiene acordado. EL PROFESOR JOAQUIN ALBARRAN. 1860-1912. El 17 de Enero último, murió Albarrán, en su Quinta de Arcachón, 4 consecuencia de consunción diabética y tuberculosa. Vibrante aún el corazón dolorosamente emo- cionado, trataré de esforzarme, olvidando las angustias experimentadas con la visión de aquel largo martirio por él sufrido, en evocar su vida científica, cuya obra se hier- gue altiva y fuerte á la vista de todos, perfilándose en el porvenir. Si sucediese que anotara aquí algún detalle íntimo, tal cireunstancia, insignificante en sí, solo será por lo que pudo influir sobre su destino, ó mejor dicho, (y perdóne- se mi afección,) para revivir en espíritu, un instante cerca de él, con la ilusión de los recuerdos piadosamente guar- dados. Joaquín Albarrán nació en Sagua la Grande, (Isla de Cuba). Su padrino, cirujano español, que lo amaba tiernamente, lo llevó á Barcelona cuando tenía nueve 574 ANALES DE LA años. Allí fué donde él cursó sus humanidades y pasó, teniendo á penas 13 años, su bachillerato, para comenzar sus estudios médicos. A los 17 años fué 4 Madrid para graduarse de licencia- do y dos años más tarde, pasó su tesis de doctorado, so- bre la Tuberculosis, que le valió la mención de “Hors de pair”; él debía serlo toda su vida. Demasiado joven para ejercer, vino, como tantos otros doctores extranjeros, 4 completar su instrucción en París, pero ¡d penas si sabía algunas palabras del francés!..... Se puso á aprenderlo en “las obras de Voltaire y de Jl ose Si frecuentaba los cursos de Medicina, escogía sus maestros sin preocuparse de su ciencia, sino de su buena pronunciación. Hizo rápidos progresos en el co- nocimiento del idioma francés. En cambio, aleunas con- versaciones con internos de los hospitales le hicieron du- dar de su competencia médica y lo decidieron á pasar nuevamente los exámenes del doctorado, inscribiéndose eu la Facultad. Un día ley 9, por casualidad, el anuncio de un curso de microscopía. Algunas horas después,ese excelente M. La- tenx, que era el” buen maestro, contaba al joven Alba- rrán entre sus discípulos. Supo bien pronto el programa de los cursos é imperturbablemente debió ponerse en bus- ca de una enseñanza superior. Fué entonces que encon- tró E Ranvier en el Colegio de Francia. ¿n el laboratorio del Maestro de la histología trabajará varios años, permaneciendo largas horas ada día y hasta pasándose machos domingos en una estudiosa soledad. Tres años más tarde, convaleciente de una terrible dif- teria, contraida en el hospital, vino en su primera salida caminando penosamente sostenido por un amigo y des- cubrió, de un golpe, volviendo á examinar sus preparacio- nes, al mamelón de la tercera dentición. Terminados sus exámenes en la Facultad, pidióle á Bris- saud. cuyas brillantes lecciones tanto había admirado,que la diera un asunto para su tesis. Estando Brissaud al co- rriente de su competencia en histología, le aconsejó estu- diase los tumores del testículo. He tenido en mis manos las observaciones, las notas bibliográficas, las prepara- ciones, los mumerosos documentos reunidos para ese > ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA STO trabajo, que no concluyó. Una conversación con Ranvier, modificó, en efecto, los proyectos de nuestro joven, cuya ambición se reducía entonces 4 volver 4 Cuba á ejercer su profesión. El concurso del externato debía abrirse dentro de dos meses; Ranvier lo persuadió de que debía presentarse á aquél. Desde entonces la carrera de los concursos empezó para Albarrán. La claridad de su espíritu, su memoria prodigiosa, su elocución fácil y vibrante, su perseverante ardor en el trabajo, todo debía hacer de él un candidato, no solamente capaz de medirse con los mejores lotados, sino de sobrepasar ¿4 todos los concurrentes. Externo (1883) en el servicio del Dr. Richet, se prepa- ró, estudiando catorce horas al día, al concurso del Inter- nato. Fué recibido Interno al fin del año, el primero de su promoción, donde figuraban los nombres de aquellos que hoy están en el número de los más ilustres maestros de nuestra Escuela. Era costumbre entonces que al laureado del concurso se inscribiera en la Charité en el servicio de Trélat. El carácter violento de este Maestro era tan reputado co- mo sus méritos de cirujano. Albarrán recordaba son- riendo sus accesos de cólera que se terminaban por furio- sas quintas de tos; pero no olvidaba tampoco que su ad- miración por Trélat, había determinado su vocación qui- rárgica. Sin embargo, en lugar de seguir el ejemplo de sus colegas que en un legítimo entusiasmo por las ense- ñanzas de Farabeuf corrían á la Escuela Práctica con el fin de ser ayudantes de anatomía, ó Prosecteurs, él per- maneció fiel á sus queridos estudios de laboratorio. En segundo año yá í petición de Grancher, pasó al servicio de medicina de ¿ste en el Hospital de Niños Enfermos. Dos anginas diftéricas, de la que una por poco es mortal, lo alejaron algún tiempo de este Maestro, 4 quien amaba por su espíritu soberanamente claro, asimilándose en un ins- tante las cuestiones más complejas y desenvolviéndolas en magníficas y elocuentes lecciones. Albarrán retornó á la cirugía al año siguiente, en el servicio de Le Den- tú. En fin, en el cuarto año vino á ser el discípulo de Gu- yón: su carrera urológica comenzaba. A los 27 años el joven estudiante tuvo ya la reputación 576 ANALES DE LA A AIR MA A Po AAA A de un hombre de ciencia. Ranvier y Malassez formaron su inteligencia en las severas disciplinas de métodos rigu- rosos y él publicó trabajos notables sobre: los quistes ganglionares del cuello, los restos epiteliales paradenta- rios, la tercera dentición y los tumores de los maxilares. El servicio de Necker, donde entró y que ya ilustraba el renombre mundial del profesor Guyon, era una clínica admirable á donde afluían de todas partes los espíritus estudiosos. La clientela era innumerable y en el lecho de los en- fermos, con ese incomparable talento de observación que hace su obra inmortal, M. Guyon analizando los síntomas, dilucidando los diagnósticos, componía con un método clarividente la nosología compleja de la patología urina- ria. Albarrán, bajo los auspicios de este Maestro, iba á aportar el precioso concurso de sus pesquisas de labora- tor1o. El 21 de Agosto de 1888, con N. Hallé, leyó en la Academia de Medicina una nota, sobre una bacteria pió- gena y su papel en las infecciones urinarias. Fué el co- mienzo de una serie de descubrimientos. Su memoria, que el mismo año le valió la medalla de oro; su tesis (89) que permanece célebre, trataban de es- ta importante cuestión. El microbio de la infección uri- naria, sospechado por Clado y asimilado después al bac- tertum colt, fué aislado por él; en memorables experimen- tos reprodujo las lesiones, estudió su evolución y las reacciones del organismo. Sin embargo, la cátedra de patología externa de Nec- ker, fué transformada, en honor del profesor Guyon. en cátedra de urología; elegido por su Maestro, Albarrán fué nombrado jefe de clínica. Los múltiples deberes que impone este cargo cerca de los enfermos, el profesor y los discípulos del servicio, no absorben tanto su actividad que le impidieran emprender una obra considerable sobre los tumores, de la vejiga. (1892). Escribió con una rapidez sorprendente esta bella obra, que representando en cierto modo su tesis de agregación, figura gloriosamente entre sus títulos de prueba. En su primer concurso, fué nombrado agrege (1892), Ci- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA . rujano de los Hospitales en (1894) y titular de la cátedra de urología en 1906. Los innumerables atados que publicó durante este período de catorce años no me per- miten más seguirlo paso á paso. Tampoco me sería po- sible enumerar todas sus obras; indicaré solamente tres estudios principales 4 los cuales está su nombre ligado para siempre. Estos trabajos son sobre la Exploración fun- cional del riñón, sobre la Próstata y sobre la Tuberculo- sis renal. En 1897 la Facultad discernía el premio Barbier á Al. barrán por su cistoscopio, permitiendo el cateterizar los uréteres por las vías naturales. Adaptando al cistoscopio de Nitze una pieza llamada ureteral, en que «l'Onglet» constituye el elemento capital, había inventado un instrumento cuyo uso iba á modificar las concepciones de fisiología, dar al diao- nóstico una certeza excepcional y tri ansformar la te: rapéu- tica de las vías urinarias. Sólo, 6 con su maestro Gruyon; se sirve de él para estudiar el funcionamiento normal y patológico de los riñones. Hizo un medio maravilloso de diagnóstico, no solamente indispensable para definir bien y localizar las lesiones, sino también para apreciar el ren- dimiento y el estado del riñón opuesto. Pudo gracias á él juzgar en su valer las manipulaciones de exploración, é imaginar otras más perfectas. Las leyes que descubre, los métodos que inventa, hacen de la investigación urológica una de las más delicadas y precisas de la clínica. En su libro sobre la Exploración funcional de los riñones, (1904), expone estos resultados; pero el cateterismo de los uréteres es todavía entre sus manos un agente tera- péutico de primer orden, sea que le preste el concurso de su acción eficaz, sea que solo obtenga de él la curación que parecía exclusivamente sucept tible de obtenerse por la intervención sangrienta. Sus trabajos anatomo—patológicos sobre la próstata, de- masiado técnicos para analizarlos aquí, tuvieron por coro- lario la prostatectomía perineal, operación juzgada irreali- zallle y de la que él previó los admirables resultados y que, inspirándose en un procedimiento imaginado por Gosset y Proust, sobre el cadáver practicó con un éxito tan resonante, que la causa estaba ganada por completo. 578 ANALES DE LA ¡Cuántos deben guardar el recuerdo de aquella jornada triunfal del Congreso de 1901, en que él presentó sus 16 primeros casos de prostatectomía, todos curados! Un largo y penetrante estudio experimental y clínico de la tuberculosis renal, sus concepciones sobre sus mo- dos de invasión, de evolución de las lesiones, la unilatera- lidad primitiva, la incurabilidad espontánea, le hicieron, 4 pesar de una oposición violenta y casi unánime hace 20 años, y que hoy no existe, proponer y practicar la nefrec- tomía precoz. Miles de vidas humanas le deben, solamen- te por esto, el haberse visto preservadas de una muerte en que los sufrimientos son intolerables. En 1906, de las manos tutelares de M. Guyon recibió el título de Jefe de Escuela al mismo tiempo que por un voto unánime de la Facultad le hacían vestir el manto de púrpura de los profesores. El nombre que se imponía al frente de la Urología francesa no podía menos que mantener su prestigio; su celebridad era universal y las facultades de medicina del viejo mundo y del nuevo, se honraban inseribiéndolo en sus frontispicios. En la misma Escuela de Necker donde la actividad científica animaba multitud de talleres, des- de el aprendíz hasta el veterano, instruidos de la delica- deza de su arte, todos esos obreros científicos reconocían en Albarrán, al maestro, en toda la acepción del término, inclinándose ante su autoridad. Cirujano atrevido, pero cuidadoso ante todo de velar por la existencia de sus operados; entre sus más bellos títulos de nobleza, resplan- decen como en florones de oro las cifras de sus estadísti- cas. Los enfermos se abandonaban sin temores en las ex- pertas manos del eminente operador, cuya mirada ardien- te y llena de inteligencia les inspiraba confianza, y cuya compasiva bondad había sabido endulzar sus sufrimientos y miserias. Sin embargo, él trabajaba más que nunca; su noble am- bición se engrandecía con las conquistas adquiridas; el elorioso pedestal 4 que había ascendido, no era á sus Ojos más que una escala útil para llegar 4 cimas más elevadas. Su actividad era desconcertante. Para ir á la casa de sa- lud á operar los numerosos enfermos de su clientela, se levantaba antes de la siete de la mañana. El hospital le ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 579 retenía enseguida largas horas, prodigándose allí sin me- dida: operando, disertando en el lecho de los enfermos, dirigiendo los trabajos de laboratorio, haciendo en la te- rraza conferencias clínicas donde enseñaba, con el ejem- plo, la manera de establecer un diagnóstico con un corto examen é instituir una terapéutica racional. La muche- dumbre que llenaba la sala, probaba el interés de estas policlínicas de donde se salía encantado de los conoci- mientos adquiridos, maravillado de la seguridad infalible de los diagnósticos que él había propuesto. Asimismo ¡qué impresión no llevaban de las magistra- les lecciones de los miércoles! Su documentación, la ori- ginalidad de las ideas, la penetrante ¡justicia de sus críti- cas sobre los conceptos que refutaba, testimoniaban su la- bor y las cualidades excepcionales de su espíritu. Saliendo del hospital almorzaba en diez minutos, con el reloj delante, pues sus funciones universitarias lo lla- maban á la Facultad. La jornada se terminaba á las nue- ve de la noche. El gran parque que tanto amaba, las flo- res de sus parterres que tanto se complacía en contemplar los domingos, paseándose por ellos, la calma de este reti- ro, le invitaban en vano 4 la dulzura de una existencia más contemplativa, ya que su misión estaba ampliamente cumplida. Su pequeña habitación, su cuartito de su Quinta, donde en tiempos pasados meditara Bossuet, lo vió en prolon- gadas vigilias proseguir sus incesantes estudios y entre otros trabajos, elaborar su admirable Tratado de Medici- na Operatoria. Concebido sobre un nuevo plan, todo im- pregnado de una experiencia ya antigua, este libro es el fruto de un cerebro incomparable en todo el explendor de su madurez. ¡Ay! La hora fatal se aproxima. Ya esa fatiga exce- siva lo agota; un análisis revela que está atacado de dia- , S . betes; un día, en medio de su consulta, tuvo una hemoti- sis. Estóicamente él pronostica, con la mayor clarividen- cia, su fin próximo, ineludible, Por obtener una prórro- ga, tal vez una mejoría pasajera, que le permitiera, en un supremo esfuerzo, realizar proyectos por largo tiempo TOMO XLVIn.—70. 380 ANALES DE LA meditados, consintió por fin en cuidar de su salud y se resignó a partir para un clima más dulce. Tres años de destierro..... . ¡La muerte! Más, como en el misterio cristiano, desligándose del cuer po que su- cumbe preso de la tisis consuntiva, en los terrores espan- tosos de la agonía, su espírita 1 Polos sobrevivirá eter- namente. Julio Sanjurjo de Arellano. LOS FUNERALES DEL DR. ALBARRAN. Los funerales del inolvidable Joaquín Albarrán, han te- nido lugar el domingo 21 de Enero, ante una muchedum- bre inmensa, de la que formaban parte personalidades po- líticas, como los Presidentes de la Cámara y del Senado francés; celebridades científicas, casi todos los Profesores de la Facultad de Medicina y un gran número de miem- bros de la aristocracia intelectual francesa é hispano-ame- ricana. Los honores oficiales fueron rendidos por el Decano de la Facultad de Medicina y quince Profesores, de toga, y precedidos de maceros. La Plaza de París envió una de- legación. El general Collazo, Enviado extraordinario y Ministro Plenipotenci ario de la República de Cuba; re- presentaba al Presidente y al Gobierno cubano, del cual había recibido el siguiente telegrama: “Sírvase visitar á la familia y expr sele sentida condolencia en nombre del Presidente y del Gobierno. País de duelo por muerte profesor Joaquín Albarrán, gloria de Cuba, de Francia y de la ciencia. Sírvase asistir á los funerales. —.J. M. (Gó- mez. —Presidente de la República Cubana.” ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 581 He aquí los discursos pronunciados en el cementerio de Neuilly: DISCURSO DEL PROFESOR GUYON, El Profesor Guyon, cuyo estado no le permitió dar el supremo adiós á su discípulo, encargó al Profesor Fer- nando Widal, compañero de estudios del Profesor Alba- rrán y uno de sus amigos más íntimos, que leyese en su nombre, las siguientes líneas: “Querido Albarrán: Sois de los destinados 4 vivir más allá de la tumba. La obra que habéis realizado durante vuestra corta existencia, preservará vuestro nombre del olvido. Parece como si hubierais presentido la brevedad de vuestros días, queriendo compensar su corto número con la ardiente continuidad de vuestra brillante labor. Después de haber adquirido en el curso de vuestros es- tudios un saber muy excepcional, proyectásteis sobre los puntos más importantes de la cirugía del aparato urina- rio, la indispensable claridad que antes faltaba. Vuestras fecundas investigaciones y vuestras muy Importantes obras, os hicieron obtener esos grandes resultados. Tan hermosa y notable evolución se realizó en el Hos- pital Necker. Ahí pasásteis, como interno, como medalla de oro, como jefe de clínica, como agregado, como titu- lar de la cátedra que ocupé, veinte años de vuestra exis- tencia. Yo mismo he pasado allí, casi cuarenta años de la mía. Os he visto allí engrandeceros y así se formaron y estrecharon los lazos que nos unen. Vuestra desaparición no podrá desatarlos. El dolor que yo siento se añade á las desolaciones tan erandes del final de mi existencia. Cumplo en este mo- mento'una misión que no debiera pertenecerme. No soy yo quien debiera imponerse la misión tan cruel y doloro- sa de deciros el último adiós. ¡Sois vos quien debisteis darme este supremo testimonio de vuestra fiel afección! DISCURSO DEL DR. JALAGUIER, PRESIDENTE DE LA SOCIÉTÉ DE CHIRURGIE. La Sociedad de Cirugía se ha afectado profundamente , por la muerte del Profesor Albarrán. En nombre de la 5382 ANALES DE LA Sociedad tengo el doloroso deber de dirigir ante: esta tumba, prematuramente abierta, un supremo adiós 4 nues- tro eminente colega. Otros, más autorizados, apreciarán las cualidades del hombre, del cirujano, del profesor. Po- drán decir por qué actividad prodigiosa, por qué podero- so espíritu de originalidad y abierto á todas las manifes- taciones del progreso, supo Albarrán conquistar la maes- tría. Lo que me incumbe recordar, es el sitio que ocupaba entre nosotros. Fué, en nuestra Sal uno de los más brillantes representantes de esa Escuela de Necker que nuestro querido y venerado Maestro el Profesor (Gmuyon, ha creado y marcado con huella imborrable. Albarrán, digno continuador de su maestro, llegó á la cúspide, d la edad en que tantos buscan todavía su ruta. Pero se impuso trabajos superiores á sus fuerzas. Su sa- lud se encontró pronto gravemente comprometida por esa labor excesiva y apasionada á la que debemos las notables obras que nos lega y que quedarán como monu- mento imperecedero. 1l mal que lentamente le minaba, le hizo caer en pleno vigor intelectual, en la plena flores- cencia de su talento. Una fatalidad implacable nos lo qui- ta en la hora más fecunda de su carrera triunfal. ¡Qué | : amareura, qué desesperante lronía! O ) Señores: Interpreto aquí los sentimientos de la Socie- dad de Cirugía entera, dirigiendo á los inconsolables deu- dos de nuestro colega, á Mme. Albarrán y ásus hijos, el testimonio de mesi duelo y de nuestro inalterable re- cuerdo. DISCURSO DEL PROFESOR AGREGADO CHEVASSU, ENCARGADO DEL CURSO DE LA CLÍNICA DE NECKER. ¡La clínica de Necker está de duelo! Desde hace tres años presentíamos los crespones que hoy la enlutan y su- fríamos desde el día en que el Profesor Albarrán partió, sin esperanza de volver, abatido por la enfermedad. Con légsrimas en los ojos vimos alejarse 4 este hombre siempre triunfante, que á pesar de todo su vigor, iba abandonan- do por girones, su salud, d sus enfermos y á la ciencia. 2... ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 583 Durante tres semestres sucesivos, la Facultad me ha con- fiado la tarea de hacer vivir esta Clínica, cuya alma se había ausentado, y yo he respirado la tristeza de este ser- vicio, angustiado unas veces por las noticias que se recl- bían, alegrado otras y concibiendo locas esperanzas al amucio de una mejoría real de su querido enfermo, y bien pronto desesperado y sintiendo bien que nunca más vol. vería “el pobre Patrono”, como le llamaban aún aquellos de nuestros discípulos que nunca le habían conocido. Pero cuando una clínica ha recibido el impulso admi- rable de un Guyon y de un Albarrán, está dotada de una fuerza tal, que la desaparición del jefe no detiene instan- táneamente su marcha. Es la recompensa del hombre de ciencia de sobrevivir en las verdades que ha demostrado y de perennizar en ellas su fuerza. Esta fuerza, la ha apli- cado el Profesor Albarrán á todas las ramas de nuestra ciencia: la cirugía, la bacteriología, la anatomía patológi- ca, le deben los más hermosos descubrimientos. Pero so- bre todo nos deja un método infinitamente fecundo: la ex- ploración funcional del riñón. Ll la creó por entero. Des- pués de haber inventado la úngula, que nos permite guiar sondas en el uréter, ha abierto un campo a d la patología renal. Mientras él atacaba con entusiasmo es- te terreno, donde a cada golpe de piqueta saltaban teso- ros, sueumbe al peso de tantos descubrimientos acumula- dos. La pérdida es infinita, pues nos preguntamos anslo- samente, lo que hubiera podido hacer todavía, para la ciencia médica francesa, este hombre que había venido muy joven, de más allá de los mares, 4 consagrarle su energía y que la había elegido como la más digna de aco- ger su esfuerzo y la más capaz de perpetuarlo.. En nombre del servicio de la Clínica de Necker, vengo á inclinarme, lleno de admiración y de reconocimiento, ante los despojos del Profesor Albarrán, y á obligarnos, ante los seres que él ha querido, 4 conservar pladosamen- te el nombre del Maestro, su enseñanza y su método. DISCURSO DEL DR. GASTON PICOT, JEFE DE CLÍNICA DE NECKER. Con el corazón traspasado por el dolor, vengo á ofre- ceros, venerado y caro Maestro, el homenaje y el recono- cimiento de vuestros discípulos. 284 ANALES DE LA Desde hace tres años una implacable enfermedad os ha alejado de vuestro servicio. Por vuestra ciencia, por vues- tra energía, por la abnegación infinita de vuestra mujer y de vuestra hija querida, habéis luchado contra el mal más allá de toda esperanza y habéis asombrado hasta el mis- mo destino. Pero durante esta ausencia, vuestro recuerdo no nos ha abandonado un instante; cada mañana inquiríamos las no- ticias más recientes. ¡Ah! ¡Si hubiéseis visto cómo nos re- e'ocijaban las buenas nuevas y las excusas que encontrá- bamos para atenuar los progresos de la enfermedad! A pesar de la evidencia, en nuestra imaginación llegábamos á esperar, á creer posible vuestro retorno. Este retorno lo hicisteis una vez. Recordad la desbordante alegría de maestros, discípulos, amigos y enfermos, que no temieron imponeros la fatiga de reunirlos para festejaros. Estabais tan vivo entre nosotros, que al cerciorarnos de que aca- bábais de cerrar los ojos para siempre, una angustia ho- rrible se apoderó de nosotros como si un mal inesperado os hubiese bruscamente arrebatado ¿4 nuestro afecto. Si vuestra pérdida nos aflige tan hondamente, es por- que es imposible concebir un Maestro más afectuoso. Dis- cípulo querido del mejor de los maestros, tenfais 4 quien corresponder: considerábais vuestros internos como hijos vuestros, y los acogíais en vuestra intimidad con tanta sencillez, que era un encanto. Gustábals de departir con ellos; de exponerles vuestros trabajos; no llegábais á ve: ces hasta pedirles consejos, porque sabíais el afecto pro- fundo que os profesaban. Tuvísteis siempre para vuestros discípulos la bondad de la que érais tan pródigo. Nunca sus discípulos olvidarán vuestra enseñanza: vuestros exd- menes á la cabecera del enfermo, vuestras policlínicas del sábado; vuestras lecciones magistrales del miércoles, que- darán para siempre grabadas en sua memoria. Vuestra en- señanza es un ejemplo de lógica impecable, y vuestra ex- presión tan viva, tan penetrante, tan persuasiva, le-comu- nicaba un encanto especial. Si hubiéseis visto después que abandonábais la Sala, con qué entusiasmo vuestros discípulos se hacían eco de ” ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 585 vuestras palabras, con qué ardor trasmitían al joven estu- diante y al médico extranjero la enseñanza que habían re- cibido, habríais sentido cómo cumplían la más cara de vuestras tareas: la de continuar la tradición de Necker. Adiós, Patrono, dormid en paz; vuestro recuerdo queda- rá siempre grabado en el corazón de vuestros discípulos. DISCURSO DEL PROFESOR DUPRÉ. La fraternal amistad que desde hace veinticinco años me unía 4 Albarrán, me impone el doloroso honor de en- viarle, en nombre de todos los que vivieron en su afec- tuosa intimidad. el supremo adiós. Más que nadie, en efecto, he podido seguir de cerca la evolución y el fin de nuestro gran amigo; y en este momento, me asaltan tan- tos recuerdos, nie invade tal emoción, que yo no sé si se- ré capaz de expresar los sentimientos que me embargan y de rendir á esta querida Memoria, el justo homenaje. Sucumbiendo á los progresos de la consunción diabéti- ca y tuberculosa que le minaba desde hace varios años, Albarrán muere á los cincuenta y un años, todavía al principio de su carrera profesional, pero ya en el apogeo ESO del renombre científico y profesional. Voces competentes elogiarán en sa originalidad, su ri- queza y sus preciosos resultados, su obra clínica, experi- mental, técnica y operatoria. Pero a falta de títulos cien- tíficos, que me sea permitido evocar ante todos vosotros las magníficas cualidades del sér superior que acaba de desaparecer: ¡su inteligencia luminosa, su exquisita sensl- bilidad, su actividad incansable! ; Maravillosamente dotado para la lucha por la vida, Al. barrán, cualquiera que fuese el terreno adonde dirigiera su actividad, había nacido para la victoria. Pero luchaba como héroe caballeresco y leal. Y si en su carrera venció á todos, sin embargo, 4 nadie hirió; pues nunca espíritu más elevado, corazón más generoso, temperamento más entusiasta, se asociaron á tantas energías para un combate más noble. 586 ANALES DE La Fué durante veinte años, señores, un hermoso espec- táculo, el de este joven, venido de su lejana Isla, á París, desconociendo por completo nuestra lengua y nuestra so- ciedad; pero animado de los ardores de su raza y de las esperanzas de su adolescencia, resuelto á afrontar los con- cursos, y llegando. al través de todos los éxitos, al térmi- no de una carrera triunfal, á la conquista de la primera situación quirúrgica del mundo. Pero á los: testigos Ínti- mos de la vida de Albarrán, les estaba reservado el ejem- plo, más precioso todavía, de sus altas virtudes morales. Nuestro amigo era, en efecto, un hombre sensible y bue- no por excelencia, dichoso ante todo por proporcionar la felicidad en su rededor. Cariñoso y caritativo con sus en- fermos, fiel á sus discípulos, abnegado con sus amigos, apasionado por las causas justas, Albarrán practicó, sin reserva, y con una magnánima y ferviente espontaneidad, todas las formas de la solidaridad y del altruísmo. Así fué su obra, la de un pródigo. A pesar de los afec- tuosos consejos de su Maestro Guyon, no obstante las ins- tancias de sus amigos, Albarrán persistía en medio de las crecientes obligaciones de su enseñanza y de su práctica, en emprender nuevos trabajos, en publicar Memorias y libros, en multiplicar el empleo de su generosa MN fecun- da actividad. Estaba como ansioso de las ocasiones de excederse á sí mismo. Y no hay tesoro por rico que sea, que no se agote con tales larguezas. La rebosante vitali- dad que empujaba imperiosamente á Albarrán á estos prodigios de actividad, debía bien pronto perjudicar las fuentes mismas de su nutrición y preparar la derrota de su organismo. Agotado por la incesante prodigalidad de sí mismo; consumido, por decirlo así, por su propio res- plandor, este sér excepcional debía extinguirse prematu- ramente y según la frase fatal del poeta: Propter vitam, Vivendi perdere causas! Entonces, en el curso de su enfermedad y ante la muer- te, este hombre tan apasionadamente enamorado de la ac- ción y de la vida, mostró en su lucidez de médico y en su serenidad de filósofo, la suprema belleza de un alma, que exenta de creencias y de esperanzas, sabe resignarse á la nada, después de haber luchado por su ideal en medio de los hombres y únicamente para la humanidad. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 587 Al menos, experimentamos el consuelo de saber que el terrible suplicio de una enfermedad tan lenta, fué mitiga- do por los cuidados fieles y piadosos de su amante esposa y que un rostro angelical no cesó de ofrecerle hasta el inicio de su agonía, ala eracia de su sonrisa y el testimo- nio de su adoración! Ante esta tumba, tengo el deber de evocar el recuer- do de la que fué su primera mujer y que arrebató ú su cariño, en cireunstancias atroces de impotencia y de ho- rror, un mal fulminante, del cual había salvado tan fre cuentemente, con su seguro diagnóstico y su decisiva lA: tervención, tantas mujeres! Hablaré; en fin, de estas cuatro adorables criaturas ro- deadas por la señora Albarrán de la misma atmósfera de cuidados y de amor, y, sobre cuyas cabezas se extiende la deuda de reconocimiento que casi todos nosotros he- mos contraído con su padre! Oh!, mi querido Albarrán! Flor maravillosa de la hu- manidad latina brotada bajo el cielo ardiente de los tró- picos, y que debías abrirte en el risueño jardín de Francia; te hemos visto demasiado pronto marchitarte y morir! Puedan tus restos fecundar la tierra de tu patria adoptiva y reverdecer en nuevas palmas: Puedan tu re- cuerdo y tu ejemplo, estimular, como vivificante ingerto, la savia de las nuevas generaciones, y sembrar el Suelo na- cional de flores haras herederas de tu brillo, de tu perfume, de tu soberana hermosura! DISCURSO DEL DR. LÉON BERNARD, PROFESOR AGREGADO. Mi querido Maestro: Eu nombre de todos los discípu- los cuyo espíritu habéis formado y secundádo sus esfuer- zos, tomo la palabra, sin duda porque soy el más antiguo, el que Os ha querido y admirado más largo tiempo, uno de los que más os deben. Sin embargo, no es ahora que al pensamiento le obscu- rece la desolación, cuando podremos proclamar como conviene todos los tesoros que prodigó vuestra maravillo- sa inteligencia, que, ¡ay!, hasta el fin, guardó esa lucidez, remo xLvur.—76. 588 ANALES DE LA esa claridad que constituían su fuerza soberana. En ella se encontraba la fe tranquila en el progreso, el ardor inextingnible en la persecución de la verdad, el genero- so entusiasmo en el conflicto de ideas, que son propios del verdadero sabio. A estas cualidades ya trascendenta- les, añadíais el sentido preciso de las realidades clínicas, la intuición espontánea al lado de la facultad á la vez na- tural y reflexiva de no apartaros nunca de los hechos po- sitivos, cualidades maestras del espíritu médico.... Pero vuestra necesidad de acción os hizo Cirujano. Con qué emoción y tristeza recuerdo las jornadas de laboratorio en este Hospital Necker, que parecía vuestro segundo hogar; esas jornadas en que en el trabajo colec- tivo, érais, según la expresión del poeta, como el “Ani- mador”. Esta rectitud de juicio, esta cultura extensa, este am- plio espíritu, esta originalidad de ideas que brotaban de vuestro pensamiento siempre en tensión, todos vuestros discípulos las han aprovechado ampliamente, y la huella imborrable y bienhechora que les habéis dejado, quere- mos que nos guíe en la labor de mañana. Pero lo que más vivamente todavía conservarán en la memoria los que, como yo, han tenido la dicha, demasia- do breve, de vivir en vuestra intimidad, de conoceros ver- daderamente, es la altura y el liberalismo de vuestros principios, la inagotable riqueza de vuestro corazón, la generosidad de vuestras ideas, la probidad de vuestro ca- rácter. Erais esencialmente bueno y abnegado. De vues- tros enfermos, de vuestros discípulos, de vuestros amigos, de vuestros parientes, de vuestros servidores, ¿quién no lo ha experimentado como yo? He pasado á vuestro lado el período, á la vez tan bri- llante y tan doloroso, de vuestra existencia. He sido el confidente de vuestras penas, de vuestras alegrías, de vuestras ambiciones; puedo decir que nunca, aun en los días trágicos, aun en los momentos en que más sufrísteis la injusticia de los hombres ó de la suerte, nunca salió de vuestros labios una palabra que no fuese inspirada por los más nobles y elevados sentimientos. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 589 No todo el mundo os ha conocido tal como érais. Pero el alma que hemos querido, que habéis revelado pública- mente, por lo menos dos veces en vuestra incomparable lección inaugural de Profesor, y en el discurso de filoso- fía tan serena que pronunciásteis en esa fiesta del Quas d'Orsay—que con dolor recordamos, —esta hermosa alma, voces más autorizadas y más eminentes que la mía, pro- clamarán sus raras virtudes. Y pienso aquí en nuestro pobre y venerado Maestro, en nuestro querido y gran Guyon, agobiado por todas las penas, hasta la de Me al discípulo que había escogido para que fuese el fiel de- positario y el digno continuador de su tradición moral y de su enseñanza científica. Para nosotros, discípulos vuestros, se halla trazado nuestro deber. Nada olvidaremos de vuestras enseñanzas, trataremos de seguir vuestro surco y de velar por la obra que dejáis. Nos abrazaremos ¿4 vuestro nombre como á una bandera. Nuestro afecto y nuestra adhesión para vos, los prodigaremos 4 vuestra querida y desgraciada familia: la mujer admirable que con tanta valentía compartió vuestro cruel destino!; que supo con la angustia en el co- razón y sin” rendirse á la pena ni á la fatiga, conservar la expresión sonriente - que fué vuestro encanto, —vuestros hijos, 4 quienes en medio de tantos cuidados dedicábais lo mejor de vuestro corazón y sabrán ser dignos del nom- bre que llevan. Adiós, querido Maestro! Adiós para siempre, DISCURSO DEL DR. M. HEITZ-BOYER, JEFE DEL LABORATORIO DEL HOSPITAL NECKER Maestro: Mi bien querido Patrono. Vengo á daros el adiós supremo. Hace tres años tomaba yo la palabra en nombre de vuestros discípulos, para ofreceros el homena- je de nuestra admiración y de nuestro afecto. Una mejo- ría de vuestra salud, ya afectada por la enfermedad, nos hizo esperar entonces, un porvenir menos sombrío. Hoy es ante vuestra tumba que vengo á ratificar mi inaltera- ble fidelidad. 390 ANALES DE LA Oh! Maestro: reposáis ahora dormido en esa Muerte que o consoladoras no os la idealizaban; pero el por- enir maenificará la obra que os sobrevive. El país don- de habéis nacido, reivindicando su parte de vuestra glo- ria, ya Os ha levantado una estátua. En nuestra o. que vuestro espíritu y vuestro corazón adoptaron por pa- tria,nuestra admiración consagrará vuestra memoria en un monumento más espléndido todaví la, el de vuestras obras. La Escuela de Necker recordará que de las manos pa- ternales de su fundador recibísteis la investidura de jefe y que en vuesuro corto tránsito, vuestra personalidad de- 3ó su huella con sello imborrable. De vuestros trabajos, tan documentados, tan llenos de ideas nuevas; de vuestros fecundos descubrimientos, de vuestro carácter tan superiormente enérgico y ACtIVO, nosotros, vuestros discípulos, hemos experimentado, pro- bado el inolvidable prestigio, y hacia vos se dirigirá siem- pre nuestro pensamiento agradecido. Adiós, mi más amado Maestro. Si percibiéseis el mur- mullo que hacen los humanos, hasta vos llegaría el eco de nuestra tierna admiración y de nuestro dolor. JOAQUIN ALBARRAN. 1860-1912 Mucho tiempo hace que todos los que fuimos compañe ros de Albarrán eu las horas de trabajo, confidentes en las horas de esperanza y permanecimos amigos suyos en los días de triunfo, esperábamos con el corazón adolorido el momento que acaba de pasar y que, si no añade esta expresión un dolor más al que sienten los que ahora le lloran, ha tardado tanto. Tres años hace que sus amigos sabían de su enfermedad, más tiempo aun hace que él supo que estaba condenado á morir temprano, pero tenía el alma templada y heroico ” ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 591 el corazón para marchar sonriente hacia el próximo fin, mientras los que no le conocían bien lo juzgaban feliz y poseedor de todo lo que la vida puede brindar que alegre y satisfaga. Llevaba en sí tales fuentes de energía que alguna vez hicieron renacer las esperanzas nuestras. Dos años hace, después de larga permanencia en el sur de España, mejo- ró tanto que pudimos acariciar la ilusión de que recobra- ba la salud, y en magnífica reunión cordial que agrupó en su derredor amigos y discípulos, le vimos erguido y su palabra nos enseñó que su pensamiento no había per- dido la fuerza y la brillantez. Pero ni los admirables cuidados de la esposa, que á su cabecera constantemente supo contener las lágrimas para alumbrarle con la luz de la sonrisa, ni la fidelidad de sus amigos, ni la afección de sus discípulos, que á menudo nl en dolorosa pel 'egrinación dá llevarle la confortación de su presencia, ni el cariño de los que con todo el cora- zón y toda la ciencia le asistieron, bastaron á detener el fallo del destino. A pesar de todo eso, concluyó. Albarrán nació bajo un cielo más puro que el nuestro, se esa isla de Cuba que sobre las azules ondas del mar de las Antillas mece los penachos de sus palmeras. Y aun- que él vivió casi toda su vida con nosotros, conservaba el sello de su origen. La tez mate, los cabellos negros, que el trabajo y el dolor encanecieron temprano; los ojos pro- fundos, iluminados por llama ardiente que reflejaban las energías de su alma y las bondades del corazón; el rostro con fortaleza dibujado, la voz de claro timbre, que siem- pre conservó el acento de la juventud; lodo en él demos- traba que corría por sus venas la sangre de aquellos triunfantes españoles que subyugaron la América. Pero si nació bajo otros cielos, hizo de Francia su país adoptivo, y si guardó para la patria lejana en que había pasado los días de su infancia la ternura a la tierra natal, amaba como hijo agradecido á la patria nueva. Desde el comienzo de sus estudios se PRO por el tra- bajo infatigable, la maravillosa inteligencia, la precisión y la originalidad de sus investigaciones. Ganó la medalla 592 ANALES DE LA de oro en la promoción del internato, y ese premio le valió la. permanencia con su maestro Guyón y le permitió continuar sus trabajos sobre vías urinarias, € los cuales se consagró con pasión. Se consagró á la Escuela de Necker, en la que poco á poco se educó hasta llegar 4 reemplazar al maestro que la había fundado. Y cuando Guyón, aun en la plenitud de sus fuerzas, dejó la cátedra que tan ma- ravillosamente había ilustrado, la opinión universal señaló á Albarrán como el más digno para suceder á tal maestro. Nadie, en efecto, había penetrado más profundamente que él los secretos de las afecciones urinarias: bacteriolo- gía química, histología, técnica operatoria, lo mismo en las delicadas maniobras que exigen exploraciones difíciles como en las grandes operaciones que reclaman todas las cualidades del verdadero cirujano; lo sabía todo, lo hacía todo. Hombre de laboratorio, paciente, observador, sagaz, hábil operador, todo esto era, así como también de los que saben enseñar lo que conocen y que ponen en la claridad de sus obras y en el poder de sus trabajos lo me- jor de la ciencia para transmitirlo 4 los que los estudien. Escribía mucho, desearía decir que escribió demasiado, convencido de que la excesiva labor que le impuso el deseo de completar sus trabajos, especialmente su último libro sobre técnica operatoria de las vías urinarias, mucho contribuyó á la definitiva destrucción de su salud cotm- prometida. Sus múltiples trabajos sobre la bacteriología de las vías urinarias, tumores de la vejiga, prostatectomía, cateteris- mo de los uréteres-—que le debe un progreso de gran importancia por perfeceionamiento instrumental-=sobre todas las ramas, en fin, de la ciencia que cultivó, hicieron su nombre universal. Llegó joven aun á la deseada cúspide. Su nombre, diré casi su gloria, traía á su presencia enfermos del mun- do entero. La conquistada fortuna no causó en él más efecto que permitirle dar rienda suelta 4 su natural gene- rosidad. Hace dos años que tuvo el placer supremo, de pocos hombres gozado, de ver erigido por el entusiasmo de sus compatriotas, en una plaza pública de su ciudad natal, el mármol imperecedero que la gratitud y la admi- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HARANA 593 LE RIRS PESAS AER AA A de , ración de los hombres reservan á los que honran la huma- nidad. En fin, tenía más que la gloria, tenía la felicidad! En su hogar reinaba la dicha; pareció que el destino no tenía para él sino sonrisas. Y de un golpe la enfermedad rompió este ensueño. En el momento mismo en que veía la realización de todas sus esperanzas, se alzó ante él la sombra de la Muerte y fué el primero en comprender que no le perdo- naría. La vió venir con tristeza, pero sin debilidades y sin miedo, con el sereno valor de los que saben que no mueren por completo y que cuando se devanezca su recuerdo borrado por el tiempo, como borra la mar los pasos en la arena; cuando su nombre haya desaparecido en la memoria de los hombres, la obra de su cerebro du- rará integrando la obra común, participará en la sucesión del tiempo de la tarea magnífica entre todas: el alivio de las miserias de la Humanidad. J. L, FAurr. (Traducido de La Presse Médical) Reproducido de la Revista de Medicina y Cirugía de la Habana, t. xvi, p. 123-124. EL DR. JOAQUIN ALBARRAN. Catedrático de la Facultad de París. No pienso hacer una historia científica del ilustre fina- do; se necesitarían para ello condiciones de las que me faltan, y daría á este artículo extensión considerable sin obtener el objeto deseado, puesto que para exponer, si- quiera fuese sucintamente, la labor científica del que fué mi discípulo en el segundo año de mi profesorado,no bas- taría un libro de muchísimas páginas. He tenido muchos discípulos, pero ninguno como Albarrán; y si el orgullo pudiera eutrar en mi modesto ánimo, habría motivo para 594 ANALES DE LA enorgullecerse, no el último profesor de la Facultad de Medicina de Barcelona, sino la Facultad misma, por haber pisado sus aulas hasta la Licenciatura, el que murió en París siendo catedrático de aquella Universidad por muy justos y notables merecimientos. Tenía yo aquel año, 378 alumnos matriculados. Muchos tenían edad próxima á la mía, puesto que ingresé muy joven en el profesorado. Algunos que habían militado en las filas carlistas, tenían más edad que yo, por haber in- terrumpido sus estudios. Entre aquella congiomeración estudiantil se destacaba por su aplicación y seriedad un joven cubano, al que le pregunté un día, ligaduras arte- riales, quedando verdaderamente sorprendido al ver 4 un joven de tan pocos años, imberbe, con el pelo rizado, ner- vioso en la expresión de sus ideas, pero con un aplomo en sus afirmaciones, que demostraba bien (4 las claras que lo que decía no estaba pegado con alfileres—como se dice en el argot estudiantil, —sino perfectamente cimentado en un cerebro de primer orden Cuando terminaba aquella brillante exposición de ideas ol alumno Albarrán, no pude menos de decir para mis adentros: este tiene el cerebro deun viejo sabio metido en un cuerpo joven. Tuve interés en conocer más detalles de Albarrán por compañeros suyos y familias cubanas—entonces muy nu- merosas en Barcelona por la guerra de Cuba, —y todas las investigaciones vinieron € comprobar mi primer juicio. Más tarde tuve amistad con su hermano Pedro, que ya no fué discípulo mío, y me pude convencer de que en Alba- rrán pequeño, como yo le llamaba, había una inteligencia superior y una constancia en el estudio,que se her manaban perfectamente y hasta se estimulaban recíprocamente en escala intensiva. Tenía y tengo una idea especial de que no debe darse la nota de sobresaliente más que al que sobresale, como su nombre indica. ¡No sobresalir en otra cosa más que en co- nocimientos científicos, que debe ser la principal y quizás única base de calificación! Albarrán sobresalía ¿y quién mejor que éi merecía la que debe ser codiciada nota como principal estímulo para el estudio? Dí aquel año dos no- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 595 tas de sobresalientes: una á Joaquín Albarrán, otraá Fran- cisco Piñol. Acabó el joven cubano, se doctoró en Madrid y fuése á París á recomenzar la carrera, dedicándose «¿4 los trabajos de histología y anatomía patológica. Fué alumno externo, después interno, con el número 1; lo que produjo ciertas protestas entre los estudiantes franceses, dando pruebas de un intransigente regionalismo, cuando la ciencia no tiene patria, ni región, por sus caracteres universales en el es- pacio y en el tiempo. Todo cuanto escribía Albarrán me lo remitía: no sólo monografías, si que tambiéz sus notables obras sobre la cirugía del riñón y los tumores de la vejiga urinaria. Estuve en París cuando practicaba sus primeras pros- tatectomías. Asistía como un alumno á su clínica del Hos- pital Necker, en donde aprendía mucho de sus admirables conversaciones clínicas y de su destreza operatoria en la especialidad que tan sabiamente practicaba. ll maestro de Albarrán se convertía en discípulo, aprendiendo mucho del que con tanto cariño contestaba d un incesante inte- rrogatorlo. Me recomendó ád los mejores cirujanos de París para verlos operar, manifestando que yo había sido su profesor en Barcelona, Elogio que yo consideraba efecto del carl- ño, pues en aque ella época, debido á la defectuosísima or- ganización de la enseñanza, muy poco se podía enseñar d una masa de alumnos tan considerable y con tan pobrisimos elementos. Hoy las cosas han cambiado radicalmente en el Hospital Clínico, en el que hay material científico abun- dante y del que puede sacar mucho provecho el alumno estudioso, así como se puede cumplir un fin de Benefi- cencia. Le ví varias veces en Barcelona, y en una de ellas le se- enestré para que diese una conferencia en el viejo anfitea- tro que tantas veces había pisado como alumno. Se com- prometió; llenóse el local hasta el punto que los alumnos y médicos estaban verdaderamente apiñados, y un gran nú- mero de ellos no pudo entrar en dicho local, á pesar de sus grandes dimensiones, TOMO XLVHI,—, 17 596 ANALES DE LA Tomó como tema Albarrán: La exploración quirúrgica del riñón; y se condujo un cadáver macabeo - como decía Albarrán que denominan los estudiantes de París á los , , . , cadáveres de la Escuela Práctica-— para demostrar la téc- nica operatoria. Al hacer yo la presentación de Albarrán, dije al nume- roso auditorio: tengo el alto honor de presentar al que fué un notabilísimo alumno de esta Escuela, y al que se- rá dentro de poco catedrático de la Facultad de Medici- na de París. Mi profecía se cumplió al poco tiempo, cuan- do se retiró Guyon y vino á sustituirle Albarrán. Aquí tenéis un ejemplo vivo — decía yo--de lo que pue- de una inteligencia servida por una voluntad, constante manantial de toda clase de energías. Albarrán tiene hoy una fama universal, debida exclusivamente ád sus propios méritos, pues viene á ser como estrella científica que bri- lla con luz propia. Así como Napoleón el grande decía que cada soldado llevaba en su mochila el bastón de ma- riscal de campo, del mismo modo puede decirse que cada alumno lleva sobre su cabeza la borla del catedrático. No quiero robaros el tiempo, pues todos ansiamos oir la voz de la ciencia por boca del futuro catedrático de la Uni- versidad de París. La conferencia fué notabilísima; y no olvidarán nunca los que asistieron á dicho acto, los grandes conocimientos de Albarrán, expuestos sin énfasis ni petulancia, sino con la verdadera modestia del sabio. Algún tiempo después fué nombrado catedrático de Paris—professeur, como dicen los franceses.—Me remitió su primera lección, referente ú la historia de la especiali- dad. Era un modelo de crítica científica, como Jamás ha- bía podido leer. Aunque no soy, ni pretendo ser autori- dad en la materia, siempre fuí muy aficionado á esta cla- se de estudios; y confieso por verdadero impulso de jus- ticia, que era el recuento más notable que ha podido pu- blicarse referente ád los intentos y fases progresivas de la especialidad nrológica. Albarrán había llegado á la cúspide: catedrático de Pa- rís, sustituyendo á su maestro Guyon, autor de muchos y ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA D97 numerosos trabajos científicos, el objetivo de todas las admiraciones y aplausos en Congresos y Asambleas cien- tíficas; una inmensa falange de discípulos que habían ido d econ desde todos 108 países del mundo, para apren- der del maestro Máximo, glorificándolo y extendiendo por todas partes lo mucho que valía Albarrán, llamado éste 4d consultas y operaciones por toda clase de enfermos que podían retribuir buenos honorarios. Llegó á ese punto del que no se puede desear más, por más exigente que sea el espíritu humano. Hace tres años, supe que Albarrán estaba enfermo,aun- que no de cuidado, pues hacía poco tiempo que le había visto en Barcelona y gozaba de la salud más perfecta, aunque quejándose de las profundas fatigas que le ocasio- naban trabajos tan contínuos é intensos. Yo lo atribuía á la necesidad del descanso. Marchó á Sevilla, después á Canarias. Estuvo en Mála- ga, Pasó grandes temporadas fuera de París: como un desterrado de su cátedra y de su clientela, buscan- do cl restablecimiento de sus fuerzas, que cada vez se iban agotando más. La terrible enfermedad no le daba ya trevua y le iba estrechando en angustioso círculo, has- ta que falto del ambiente de vida, y “extenuado por fati- sosa y estéril lucha, sucumbió, dejando un vacío difícil de llenar en el campo de la ciencia y una gloriosa estela de producciones científicas, que revelarán en el concepto histórico el paso por esta vida de un verdadero sabio. La muerte, celosa de las numerosas víctimas que Al- barrán le arrebató por el inmenso poderío de su arte, no le ha perdonado los triunfos que obtuvo, y le separó del mundo de los vivos cuando había llegado a la cumbre del poderío científico, y su nombre era repetido y santificado en las Escuelas de Medicina como uno de los elegidos pa- ra el Santoral de la Ciencia médica. Tenía Albarrán un cariño verdadero á la Facultad de Medicina de Barcelona. Cumpliendo pequeña deuda de eratitud, su retrata, de regular tamaño, figura en la ante- sala de mi anfiteatro de operaciones, en el departamento de hombres. 598 - ANALES DE LA Hace dos años lo coloqué en aquel sitio como ejemplo perenne para los jóvenes internos, de lo que puede alcan- zar la inteligencia del que quiere subir. ¡Descanse en paz el ilustre maestro, que merecía este nombre, tanto por sus muchísimos conocimientos como por las condiciones especiales que para la enseñanza de sus alumnos tenía! ¡Tenga la Historia de la Cirugía para el insigne urólo- go una de sus mejores páginas, en donde se consigne con imparcialidad y con justicia lo muchísimo que ha contri- buído 4 sus progresos modernos! ¡Los que fuimos maestros y discípulos, dediquemos un eterno recuerdo para el iJustre finado, honra y gloria de Cuba, España, Francia y de todo el mundo científico! AwNtoNIo MORALES. Barcelona, 27 de Enero 1912. (Reproducido de la Revista de Medicina y Cirugía de la Habana, t. xvi, p. 150-153.) CONDICIONES DE LA PUBLICACIÓN de a Le E é Los ANALES se publican regularmente. Su pre- -ciocs TRES PESOS ORO por semestre adelantado. En esta publicación aparecen, á más de los traba- jos de la Academia, artículos de actualidades cientí- ficas, de progresos obtenidos en las ciencias, de mo- ral é intereses profesionales, de asuntos históricos de - diversos ramos, 4c., dc, Los ANALES sostienen numeroso cange con publi- caciones análogas del mundo entero. La Dirección de los ANALES no se hace solidaria de las 2 doctrinas sustentadas por los autores de los trabajos. de gi má E e) Toda obra enviada á la redacción de los ANALES - será anunciada tres veces. Se suplica el cange. Please exchange. | Exchange $. V. P. (ANALES DE La ÁCA- DEMIA DE 00 / cras M£bICas, 0 53 SICAS Y NATURA LES | Venillez adresser les exchanges: DE LA H apa ÑA, A Cuba 84A Habana a Sírvase dirigir el cange: Please addres exchange to: OBRAS DE VENTA EN LA REDACCION DE LOS “ANALES” ». E Trabajos de la Comisión de Medicina Len A gal de Higiene Pública 3 tomos; La Flora) Cubana, del Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mama- logía, Ornitología, Erpetología y Entomolo- gía Cubanas, de* Dr. Gundlach; Memora sobre la Patología y Antiguedades de la Is- la de Puerto Rico, por el Dr. Dumont. Contribución al estudio de los Moluscos Cu banos, por el Sr. Arango y Molina; Pat logía y Terapéutica del aparato lenacula del ojo, por el Dr. Becker, traducida del alemán, por el Dr. Finlay. REGISTRADO EN CORREOS COMO CORRESPONDENCIA DE SEGUNDA CLASE. ANALES a] El Academia de Ciencias Médicas, EL FÍSICAS Y NATURALES o 00 EN el DE LA ho]! A 3 HABANA | YN EN € 29 REVISTA CIENTIFICA ES A 3 DIRECTORHS: h Dr. Jorge [;e-Roy. + Pr. Gustavo I[;ópez AE e Dr, Garlos de la Torre ¿0 “(NN TOMO XLVIII ¡_ Marzo de 1912. _——_—_—— Toda la correspondencia y cange de los ANALES, diríjase al local do la ACADEMI!A.---CUBA 81 A.---HABANA LA ESA INGA IMPRENTA MILITAR MURALLA NUM, 40. 1912 SU MWMASTO: 1.—Acta de la sesión científica del 8 de Marzo de 1912. ... e a 1II.—Informe sobre los candidatos Finlay y Agramonte al e $ mio Nobel».—Sección de Medicina. —Ponente. Dr. JUAN da Gurreras. (Sesión del 22 de Marzo de 1912). . A: IV.—Iníorme sobre destructores de basuras, por el Dr. Tónda o Lu-Ror y CassA. (Sesión ordinaria del 22 de Marzo de 1912. V,—Nociones generales de química, por el Dr. Gastón ALONSO Cuabrano.—(Continuación). (Sesión ordinaria del 22 de Marzo de 1912 A ET A SI Td y Y O A A PS NCAA AA dado > o. $ A ls dd o cd ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 599 ACTA DE LA SESION CIENTIFICA DEL 8 DE MARZO DE 1912 Presidente: Dr. Juan Santos Fernández. Secretario: Dr. Jorge Le-Roy. Académacos concurrentes —Dres.: A. Agramonte, J. A. Fer- nández Benítez, F. M. Héctor, F. Torralbas y C. de la Torre. Excusa su ausencia, por motivo de enfermedad, el Dr. L. Pla- sencia. No existiendo el quorum reglamentario se celebra esta sesión con el carácter de científica. El Dr. Carlos de la Torre hace una comunicación sobre dos nuevas especies de fósiles cubanos; pero antes de entrar en ma- teria presenta á la Academia á tres distinguidos naturalistas ameficanos, que se encuentran de paso en esta ciudad, después de haber realizado importantes excursiones por la isla. Son estos distinguidos huéspedes Mr. Thomas Barbour, naturalista viaje- ro y especialmente erpetologista del Comparative Amatomy Museum, de Cambridge, que es una dependencia de la famosa Universidad de Harvard, en Boston, Mass. Mr. Barbour ha rea- lizado importantes descubrimientos científicos en la Nueva Gmuil- nea y en otras islas del archipiélago malayo, así como en la América del Sur y en las Antillas, habiendo aportado datos muy importantes para la Corología ó distribución geográfica de las especies en el archipiélago malayo y actualmente en las Anti- llas, en sus relaciones mútuas y con el continente vecino. No es la primera vez que nos visita, y ha enriquecido nuestra fauna con nuevas especies, no solo de reptiles sino de crustáceos, ha- biendo encontrado recientemente en una cueva, próxima á Ma- druga, un camarón y una cochinilla, ambos ciegos, como es fre- cuente en la fauna de las cavernas. A] mismo Museo y Universidad de Harvard, pertenece el doe- tor John L. Bremer, bien conocido por sus estudios embrioló- gicos. Acaba de realizar una excursión á las cuevas de la Sierra de los Organos, en la provincia de Pinar del Río, en busca de las variadas especies de quirópteros, tan abundantes en nuestra TOMO XLVII.—78, LIBRAR NEW YO! BOTANIC GARDE? 600 ANALES DE LA isla, aprovechando el momento más oportuno para sorprender los embriones en los primeros períodos de su desarrollo. Y por último, Mr. J. T. Nichols. Associate Curator of Iehthyo- logy del American Museum of Natural History, de New York. El Dr. la Torre aprovecha la presencia de estos colegas y espe- cialmente del último para remitir en consulta dos fósiles que se propone dar á conocer al profesor Henry Fairfield Osborn, Presidente del citado Museo, y al Sr. Luis Hussakof, autorida- des ambos en la ciencia paleontológica. Terminada la presentación de los Sres. Barbour, Bremer y Nichols, dió lectura el Dr. La Torre á su Nora PRELIMINAR sobre el descubrimiento y clasificación de dos dientes, ó mejor dicho, de dos placas dentarias fósiles, encontradas en los terrenos ter- ciarios pertenecientes al período mioceno y según opinión de la Comisión Americana, autora del Informe emitido durante el Gobierno del general L. Wood, del período oligoceno, de las cer- canías de la Habana. Hace cuarenta años, dice el Dr. La Torre, en la sesión del 15 de Abril de 1872, el muy ilustrado Ingeniero de Minas, Sr. Manuel Fernández de Castro, dió á conocer en esta Academia de Ciencias, un diente fósil, procedente del te- rreno terciario del ingenio Constancia, á orillas del Damují, cerca de Cienfuegos; y habiendo resultado una especie nueva para la ciencia, el Sr. Fernández de Castro, noblemente la de- sienó con el nombre Aetobatís Poeyim, **dedicándola al distin- guido naturalista que tan eminente puesto ocupa entre los 1e- tiólogos de Europa y de América”. “He ereído,—agrega el Sr. Fernández de Castro—que siendo este el primer fósil de la clase de los peces, procedente de la Isla de Cuba, que se reconoce como especie nueva, nadie tiene mejor derecho á que lleve su nombre que aquél que ha dado á conocer las especies vivientes de aquellos mares””. Ni antes ni después de aquella fecha se habían encontrado en Cuba otros fósiles semejantes al Actobatis hasta que hace poco tiempo recibió el Dr. La Torre de sus com- pañeros los Dres. Montanés y Mestre, dos preciosos fósiles pro- cedentes de las canteras de caliza terciaria de las cercanías de la Habana, los cuales, desde el primer momento, fueron clasi- ficados por La Torre, como placas dentarias de dos especies de peces, perteneciente una de ellas á la familia Myliobatadae, pero ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 601 bien distinta del famoso Aetobatis Poecyh, de Fernández de Castro. Hasta aquí había llegado el Dr. La Torre en la determinación de los mencionados fósiles. habiendo aplazado su clasificación definitiva para cuando le fuera dable compararlos con los ejem- plares típicos del Museo Británico y de otras colecciones famo- sas de Europa y América; pero los estudios realizados con mo- tivo de habérsele encargado, en compañía del Dr. Felipe García Canizares, la revisión de la monumental Ietiología Cubana de su sabio maestro D. Felipe Poey, le han permitido el poder apreciar los caracteres distintivos de una de estas dos placas dentarias, que en su concepto constituye una especie nueva para la ciencia, por lo que se propone darla á conocer sumariamente en una Nota preliminar, á reserva de ampliar su descripción y la de la otra especie, luego que haya obtenido la opinión de las autoridades más competentes en esta difícil rama de la ciencia. | Procede entonces el Dr. La Torre á describir el primero de los Fósiles que, por sus caracteres, pertenece al género Myliobatis, de Duméril, y por la reducción extraordinaria de los dientes la- terales, apenas visibles, dice que recuerda los Myliobatis micro- pleurus y gcmopleurus, de Agassiz, con los cuales presenta nuestra especie algunas analogías, aunque es, no obstante, dife- rente. El segundo de los fósiles constituye, según el Dr. La Torre, también una nueva especie, pero de un género completamente distinto del anterior y quizás de otra familia, pues todas las pla- cas dentarias de los peces de la familia Myliobatidae presentan un diente central, que puede ser único (en los géneros Aetobalis y Gomobatis) ó ir acompañado de otros tres ó más dientes á cada lado (en los géneros Myliobatis, Zygobatíis y Rhynoptera); pero en el caso presente, la placa está constituída por una doble serie de listones pares, perfectamente separados en la línea me- dia por una sutura; con tal motivo y en la imposibilidad de llegar á una conclusión definitiva por falta de elementos de comparación, entregará ambos fósiles al Sr. Nichols, á fin de que sean estudiados en el American Museum of Natural History de New York, de cuya floreciente institución ha recibido recien- temente el Dr. La Torre el honroso título de Life Member, con motivo de sus exploraciones pal eontológicas en la Sierra de Ja- tibonico y en Ciego Montero. 602 ANALES DE LA El Dr. La Torre al encomendar la determinación de estos 1m- portantes fósiles á los sabios paleontólogos Sres. Osborn y Hu- ssakof, les autoriza desde luego á aceptar ó cambiar los nombres específicos que provisionalmente y á título de manuscritos les había aplicado. El Sr. Presidente da las gracias al Dr. La Torre, no solo por su interesante comunicación, sino por haber proporcionado á la Academia el placer de recibir la visita de los distinguidos na- turalistas americanos que nos honran con su presencia. Además, ha tenido la suerte de que uno de ellos, Mr. Barbour sea muy ¿migo de nuestro académico de mérito Dr. Leonardo Wood, á quien hace llegar por su conduucto la expresión del cariñoso re- recuerdo de la Corporación. Le ruega también la manifieste á su regreso, el estado de las obras que se realizan en el edificio que se comenzó cuando gobernaba esta isla. Deplora que la fábrica que se está realizando entorpezca nues- tros trabajos y que hasta contribuya á alejar á muchos acadé- micos por las molestias inherentes á toda obra, dando por resul- tado el pequeño número que ha concurrido á la sesión. No ha- biendo número suficiente para tomar acuerdos sobre los Des- tructores de basuras y no estando presente el doctor Alonso Cua- drado que tenía anunciado otro trabajo, se dió por terminada la sesión, pasando los señores naturalistas á visitar el museo de antropología y pre-historia cubana, únicos que todavía no han sido trastornados por la fábrica. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 603 ACTA DE LA SESIÓN PUBLICA ORDINARIA DEL 22 DE MARZO DE 1912, Presidente: Dr. Juan Santos Fernández. Secretario: Dr, Jorge Le-Roy. Académicos concurrentes. —De número: Dres.: A. Agramonte, +. P. Alacán, G. Alonso Cuadrado, E. B. Barnet, G. Casuso, J. A. Fernández Benítez, C. E. Finlay, J. Guiteras, F. Méndez Capo- te, L. Plasencia, M. Ruíz Casabó y C. de la Torre. Leídas las actas de las sesiones del 28 de Febrero y S de Marzo, fueron aprobadas. Con motivo de la lectura de la primera, el Dr. Arístides Agra- monte hace constar que el honor que le ha conferido la Academia proponiéndolo conjuntamente con el Dr. Finlay, en opción al Premio Nobel, constituía para él una satisfacción tan grande, que apenas si podía expresar su agradecimiento, que aparte la posible realización del objeto, el honor de la proposición por sí solo, le- vantaba su espíritu y lo obligaba más, si esto fuera posible, al cumplimiento fiel de los deberes que el título de Académico le imponía; por todo lo cual daba á sus compañeros académicos, las gracias más sinceras y cordiales. Se da cuenta de las siguientes comunicaciones: Entrada.—Del Comité gestor del Panteón Nacional, solicitando opinión sobre este monumento y las personas que deban ser depo- sitadas en él. De la Secretaría de Sanidad y Beneficencia, solicitando se desig- nen dos farmacéuticos, delegados de la Academia, para formar parte de la Comisión que ha de redactar el nuevo Reglamento de Farmacia. Del Juzgado Municipal del Oeste de la Habana, solicitando ta- sación de honorarios, de los reclamados por el Dr. Oscar Jaime á D. Celestino Suárez. 604 ANALES DE LA Respecto del escrito de la Secretaría de Sanidad y Benefi- cenecla, se acordó nombrar delegados de la Academia á los Dres. Gastón Alonso Cuadrado y Arturo Bosque para la Comisión redac- tora del Reglamento de Farmacia. En cuanto á la solicitud del Comité del Pauteón Nacional, se acordó: que siendo el Presidente de la Academia, Vicepresidente de aquél Comité, represente á la Corporación en Jos acuerdos que ésta tome, á cuyo efecto se le conceden las facultades necesarias. El Dr. Juan (iuiteras como ponente de la Comisión rombrada en 23 de Julio último para reunir los antecedentes necesarios y preparar los documentos que han de servir para la propuesta de los Dres. Finlay y Agramonte como candidatos al **Premio Nobel”,da lectura al informe emitido, en el que se trazan los rasgos funda- mentales del descubrimiento y comprobación experimental de la teoría de la transmisión de la fiebre amarilla por el mosquito. Al comenzar esta lectura el Dr. Agramonte se retira del salón. Sometido á discusión propusieron ligeras enmiendas los Dres. Finlay, Barnet y La Torre, que aclaraban algunos conceptos; en- miendas aceptadas por el ponente, escepto en lo que se refiere á los resultados negativos de las inoculaciones realizadas por Finlay que dejó á la Academia el modificar la frase ““A esto contribuyó más que nada, indudablemente, el resultado negativo de sus orlgl- nales é ingeniosas experiencias de inoculación por el mosquito”. La Academia en vista de las manifestaciones hechas por los Dres. La Torre, Casuso, Le-Roy, etc., acordó sustituir las palabras ““re- sultado negativo” por “resultado no convincente”. Con lo cual quedó aprobado el informe, pidiendo el Dr. Casuso un voto de gracias para la Comisión, por lo bien que ha cumplido su cometido. El Dr. Ze-Roy hace constar que ese voto de gracias debe de dár- sele al Dr. Guiteras que ha sido el que ha redactado el informe. El Sr. Presidente dá cuenta á su vez del desempeño de la comi- sión que se le confirió relativa á las entrevistas con los Secretarios del Despacho y de las manifestaciones favorables que de nuevo le hizo el Secretario de Sanidad y Beneficencia. En vista de esto se acordó elevar el informe, documentado, al Honorable Sr. Presidente de la República. : Se concede la palabra al /r. Jorge Le- Roy para dar cuenta del ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 605 asunto de los DESTRUCTORES DE BASURAS cuyo informe estaba pendiente de aprobación desde hace varias sesiones. Refiere rápi- damente los puntos principales del problema y lée de nuevo las con- elusiones del informe que había quedado sobre la mesa á petición de los Dres. Agramonte y Casuso. Presentes ambos académicos y sometido á discusión sin que nadie tomase la palabra en contra, fué aprobado por unanimidad el in- forme. Por último, el Dr. Gastón Alonso Cuadrado dió término á sus lecciones sobre La ENSEÑANZA DE LA QUÍMICA EN LA ESCUELA AZUCARERA DE La HaBaANa, con lo que se dió por terminada la sesión. | INFORME SOBRE LOS CANDIDATOS FINLAY Y AGRAMONTE AL “PREMIO NOBEL”, SESSOIIN OE MEDICINA? Ponente: Dr. JUAN GUITERAS a (Sesión del 22 de Marzo de 1912). Sr. Presidente de la Academia de Ciencias. Señor: La Comisión designada por usted (1) para presentar los datos que justifiquen la moción aprobada por la Acade- mia de Ciencias en el sentido de pedir á quien correspon- da que se conceda á los Dres. Finlay y Agramonte el Pre- mio Nobel, en la Sección de Medicina de dicha funda- ción, tiene el honor de hacer suya la ponencia presentada ante la Facultad de Medicina y Farmacia de la Universi- dad Nacional por el Dr. Guiteras á nombre de una Comi- sión compuesta de los Dres. Menocal y Ortega, la cual ponencia contiene los datos justificativos que se desean. A los beneficios que á la humanidad reporta el descu- brimiento de la transmisión de la fiebre amarilla por el (1) Véase el acta de la sesión del 23 de Febrero 1912, p. 538-544. 606 ANALES DE LA mosquito, solo pueden compararse los que ha producido el descubrimiento de la vacuna por Jenner, el de la anti- toxina dittérica por Behring, el de la naturaleza de las infecciones quirúrgicas por Pasteur y Koch, y el de la transmisión anofélica del paludismo por as y Ross. Si todos estos descubrimientos pues den compararse al de la fiebre amarilla en cuanto al número de víctimas que han salvado, solo el primero, el de la vacuna, puede compa- rársele en la tendencia manifiesta d producir la extinción completa de una enfermedad epidémica grave. La fiebre amarilla ha desaparecido de los tres erandes focos de su mantenimiento perenne: la Habana, Veracruz y Río de Sanetro. La participación de nuestros candidatos en esta gran obra, es la siguiente: La idea ge mial, hunea antes imaginada por otra persona aleuna, de de transmisión de la fiebre amarilla del enfer- mo al sano por el mosquito, es del Dr. Finlay, idea que con la de Manson sobre la transmisión de la filaria han servido de base para las nuevas doctrinas y descubrimien- tos sobre la transmisión de enfermedades infecciosas por insectos chupadores de sangre. El Dr. Finlay no se conformó con enunciar simplemen- te su teoría, sino que procedió 4 dedicar todas sus ener- oías 4 la propagación y á la demostración de la misma, según lo comprueba la larea serie de trabajos publicados desde la primera vez que proch: uó su hipótesis en la Con- ferencia Sanitaria Internacional de Washineton en 1881. Esta serie de trabajos acompañará a la instancia que pre- senten las corporaciones científicas de Cuba, formando parte del volumen de las obras de Finlav que edita el Grobierno Cubano. Entre dichas publicaciones mencionaremos las siguien- les: Communication of. Dr. Pínlay, on the transmission of yellow fever coda NY) mtermediary agent, to the Interna- Honal Sanitary Conference of Washington, 1881. Prock- ebiNGs. Washington, 1881. El mosquito hipotéticamente considerado como agente de ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 607 transmisión de la fiebre amarilla. ANALES DE LA ÁCADEMIA, t. xvi, p. 147. Agosto de 1881. Patoge nia de la Fiebre amarilla. ANALES DE LA ÁCADE- Mta, t. XIx, p. 160. Agosto de 1882. Sur E nouvelle théoric de la fievre jaune. ARCHIVES DE Mén. NavaLE, t. XXXIx, p. 67, 1883. ueno Matos acerca de la relación entre la ale Mari lla y el mosquito. ÁNALES DE La ACADEMIA, t. XIX, p. 445. Fiebre amarilla experimental comparada con la natural en sus formas benignas. Crónica Mébico-Qu IRÚRGICA DE La HaBaNa, t. x, p. 51 y 91, 1884. Apuntes sobre la historia primitiva de la fiebre amarilla. ANALES DE LA ACADEMIA, t. XXI, p. 265, 1884 y t. XXI, p. 104, 1885. Yellow fever: úts transmission by means 0f the culex mosquito. Tue AMER. JOURNAL OF THE MEDICAL SCIENCES. October 1886. Estadistica de las inoculaciones con mosquitos, contami- nados en enfermos de fiebre amarilla. ANALES DE La ÁCA- DEMIA, ft. XXVII, p. 459, 1890, Inoculations for Yellow fever be means of contaminated mosquitos. "THE ÁMERICAN JOURNAL OF THE MED. SCIENCES. Sept., 1891. Yellow: fever inmunity. Modes of propayation by mosqui- to theory. ComPTES RENDUS DU 8me. CONGRESS ÍINTERNATIO- NAL D' HYGIENE ET DE DÉMOGRAPHIE tenu a Budapest, 1894. Gelbes Fieber, HANDBUCH DER PRAKT. Mebnizix. Ebstein «. Schwalbe, 1900. Is the mosquito the only agent through which yellow Je- ver is transmited. TRANSACTIONS OF THE FikrsT GENERAL ÍN- TERNATIONAL SANITARY CONVENTION OF THE AMERICAN ReE- PUBLICS. Washington, Dec., 1902. Method of stamping out yellorw fever suggested since 1899. CONFERENCE OF THE STATE AND ProviNcIaL BoarDs or HEALTH, OF NORTH ÁMERICA. —Oct., 1902. La demostración del Dr. Finlay consistió en un estudio profundo de la bionomía del insecto, con una serie de ex- periencias que evidenciaban la influencia sobre la estego- mía, de fenómenos meteorológicos y telúricos que resulta. ban. incompatibles con la procreación y la actividad del TOMO XLVInI.—79. 608 ANALES DE LA 1 insecto en circunstancias iguales € las que eran incompa- tibles con la propagación de la fiebre amarilla. El Dr. Finlay sometió los insectos, sus larvas y sus huevos, ú al- teraciones de la temperatura, de la presión atmosférica, de las condiciones del terreno en cuanto á la presencia de agua y á la operación de accidentes fortuítos de la trans- portación en condiciones artificiales. Nos demostró que todos estos agentes coincidían con las condiciones que afectaban la propagación de la fiebre amarilla, señalando con precisión el grado ó el nivel donde terminaban las ad- versas y empezaban las favorables 4 dicha propagación. El único mosquito que se ajustaba ¿d todas las condicio- nes era el Stegomyia calopus, el cual, según nos hacía ver el Dr. Finlay, era además un mosquito esencialmente do- méstico, de vuelo de poco alcance y que se prestaba fá cilmente á la picadura repetida en el enfermo y en el sano. De todos estos datos se deducía la conclusión lógica que con tenaz empeño mantuvo el Dr. Finlay durante los veinte años que precedieron d los trabajos de la Comisión americana; conclusión que se formulaba en estos términos: la transmision de la fiebre amarilla del enfermo al sano por la agencia de la estegomia era la única explicación viable de los fenómenos epidemiológicos de aquella en- fermedad. Trató también el Dr. Finlay de demostrar la verdad de sus conclusiones por otros medios, por la experimenta- ción directa, lo que dió lugar á que fuese él el primero que aplicase insectos chupadores de sangre infectados á individuos sanos para producir fenómenos patológicos de la misma infección, y á que inventase toda la técnica de tales inoculaciones. Convencido él de la verdad de su descubrimiento, y fundándose en el mismo, inventó y propuso un plan com- pleto de campaña profiláctica contra la fiebre amarilla, el cual aceptado más tarde, ha dado los resultados maravi- llosos que todos conocemos. Aunque pudiera sostenerse, desde nuestro punto de vista de hoy, que estas demostraciones del Dr. Finlay de- bieron de haber sido suficientes, y que su no aceptación más se debió á falta de atención y de conocimientos com- pletos por nuestra parte, que no á deficiencia de las prue- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 609 bas mismas; es un hecho que las mencionadas pruebas no llevaron el convencimiento al mundo científico, y que na- da práctico resultó inmediatamente de la discusión vigo- rosamente sostenida por nuestro genial compatriota. Á esto contribuyó más que nada, indudablemente, el resul. tado no convincente de sus originales é ingeniosas expe- riencias de inoculación por el mosquito. La aceptación práctica de las doctrinas de Finlay se debe á la demostración concluyente producida por la Co- misión de médicos del ejército americano, compuesta de los Dres. Walter Reed, James Carrol, Arístides Agra- monte y Jesse W. Lazear. En el año 1900 instaló esta Comisión sus laboratorios y su campamento de experimentación en un lugar aparta. do del campamento militar de Columbia, en las cercanías de la Habana; un lugar donde la presencia, con toda 1m- punidad, de un gran número de individuos no inmunes á la fiebre amarilla comprobaba la ausencia de dicha infec- ción. —Allíse procedió 4 una serie de brillantes experien- cias que nos dieron la demostración indiscutible de la transmisión de la fiebre amarilla por el mosquito este- comia. Se empleó la experimentación directa con el ser huma- no, adaptando los conocimientos recién adquiridos sobre la transmisión del psludismo á las experiencias iniciadas por Finlay. Se sometieron individuos no inmunes á todos los me- dios de contagio que la investigación más escrupulosa po- día imaginar, sin que se produjese un solo caso; en cam- bio, la aplicación de mosquitos infectados en ciertas con- diciones determinó la infección amarilla. En un edificio dividido en dos por un tabique de tela alámbrica se colocaron, de un lado, individuos no inmu- nes que dormían sobre ropas manchadas con excretas y toda clase de contaminaciones procedentes de casos de fiebre amarilla, excluyéndose al mismo tiempo los mosqui- tos; del otro lado se colocaron individuos no inmunes, con mosquitos infectados. La fiebre amarilla se produjo so- lamente en este segundo grupo de individuos. Se produ- jeron á voluntad brotes de fiebre amarilla aplicando mos- quitos infectados sin que se produjese caso alguno fuera 610 ANALES DE LA de los sujetos 4 las experiencias. Se comprobó que el en- fermo era infectante en los primeros días de la enferme- dad solamente y que el mosquito solo se hacía infectante al cabo de doce días de haber chupado la sangre infecta. Se fijó el período de incubación de la enf fermedad. Se comprobó que la fiebre amarilla podía, como el paludis- mo, producirse por la inyección directa, por la vía hipo- dérmica, de la sangre obtenida del individuo enfermo. Se comprobó que los individuos infectados de cualquiera de estas dos maneras eran capaces de producir, por el mismo método, la infección en otros; es decir, que se trataba de un párasito que en la sangre se multiplicaba ó reproducía. Estas experiencias fueron repetidas después por Guite- ras en el Hospital “Las Animas”, y más tarde por co1ni- siones nacionales y extranjeras en el Brasil y en Méjico, cumpliéndose de este modo el requisito de la comproba- ción experimental por otros autores, como lo exige la fun- dación Nobel. Fundaándose en las demostraciones concluyentes de la Comisión americana, las autoridades sanitarias en Cuba, instituyeron el plan profiláctico propuesto por Finlay, plan que se ha ido copiando en todas las regiones conta- minadas, obteriéndose el resultado portentoso de reducir progresivamente la zona de distribución de la enferme: dad, de reducir 4 proporciones insignificantes los focos que aun existen, de salvar cientos de miles de vidas, de abrir al emigrante las regiones tropicales despobladas de América, y de hacer posible la extinción completa de la fiebre amarilla en el mundo. La aceptación de estas doctrinas y la consiguiente apli” cación práctica de ellas, se debe á la Comisión americana: Esta Comisión estableció en las bases de su constitución» que la labor que se efectuase sería colectiva y que los re” sultados que se obtuviesen serían estimados como produc” ción de la labor conjunta de todos los miembros. El úni co superviviente de la Comisión es el Dr. Arístides Agra” monte, cubano expatriado que, por sus méritos distingul” dos fué honrado por un Gobierno extranjero con misión tan delicada é importante. El solo representa hoy la par- le que aquella Comisión hubo de tomar en la resolución ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 611 del problema; 4 él solo corresponde el galardón que á aquella parte de la labor corresporde. Se citan á continuación algunos de los trabajos del Dr. Agramonte, escritos por él solo 4 en colaboración con sus compañeros de Comisión: The etíology of yellow fever (Preliminary note) en co- laboración con los Dres. Reed, Carroll y Lazear. PHiLa- DELPHIa MeEDICAL JOURNAL, Oct. 27, 1900. The etiology of yellow fever ( Additional note) en cola- boración con los Dres. Reed y Carroll. Acras DEL TERCER CoxacreEso Mépico Pan Americano, Feb., 1901. Experimental Yellow Fever. En colaboración con los Dres. Reed y Carroll. American Menicivg, July, 1901. Anotaciones acerca de la etiología de la fiebre amarilla. RevisTa DE MEDICINA Y CIRUGÍA DE La HaBaNa, Agosto de 1901. Mosquitoes and yellow fever. Capítulo ilustrado con ocho grabados en el libro LamoratorY Work wrrH Mos- qUITOES, por W. N. Berkely, New York, 1902. Epidemiología de la fiebre amarilla, Leído ante el x1v CONGRESO INTERNACIONAL DE HiGIeENE Y DemMoGraría, Ber- lín, Alemania, Septiembre, 1907. Considerando imparcialmente los dos individuos que se mencionan en la moción presentada á la Facultad, el Dr. Finlay y el Dr. Agramonte, que representan dos fases distintas de la labor gloriosa, nos parece que ninguno de los dos hubiera alcanzado la conquista del éxito final sin la labor del otro: la doctrina de Finlay hubiera continua- do en el vacío que se le había creado, y la Comisión ame- ricana hubiera comenzado su tarea sin la base segura que le dió el triunfo. De tal manera se interpenetran y completan los dere- chos de estos dos representantes y exponentes de las di- versas fases por que ha pasado el problema, que se hace preciso confesar que, si hasta ahora no se ha apelado á los que pueden dar la recompensa adecuada, ha sido pre- 612 ANALES DE LA cisamente porque nose habían unido los intereses de ambos para la justísima demanda. Como dijo á raíz de aquellas investigaciones uno de los que firman este informe, la gloria obtenida es bastan- te para coronar igualmente ambas gestiones, y así debe dividirse hoy igualmente, el galardón entre los dos que las representan. De Vd. muy respetuosamente, J. Guiteras, E. B. Barnet, Dr. Jorge Le-Roy, A. Diaz Albertínt, Dr. Enrique Núñez. INFORME SOBRE DESTRUCTORES DE BASURAS. POR EL Dr. Jorge Le-Roy y Cassá. (Sesión ordinaria del 22 de Marzo de 1912.) No es esta la primera ocasión que se acude dla Acade- mia en demanda de sus consejos científicos sobre los pro- blemas relacionados con la salud pública y las basuras. Buena prueba de ello la tenemos en los informes redactados en 13 de Noviembre de 1870 por el Dr. Luis M* Cowley acerca de la INFLUENCIA EN LA SALUD GENERAL DEL DEPÓSI- TO DE BASURAS CONSTITUÍDO EN EL INGENIO TOLEDO (1) y su continuación en 12 de Febrero de 1871, con el Nuevo ANÁLISIS DE LAS AGUAS DEL ALMENDARES (2) por haberse infectado las de aquel río, y con el más reciente de 30 de Marzo de 1892, emitido por el Dr. Braulio Saenz en el INFORME ACERCA DE LOS VERTEDEROS DE BASURAS EN LA ES- TANCIA ““LAS TORRES” (3), en el cual con su vibrante estilo, hacía de “la Habana una rival poderosa y aventajada del Cairo”. Hoy, felizmente, aunque nuestra urbe dista mucho de (1) Awnarss, t. vir, p. 440-458. (2) Awazes, t. vir, p. 603-606. (3) Awarrs, t. xxvur, p. 657-664, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HARANA 613 poderse presentar como ejemplo de limpieza—sobre todo ahora que las obras del alcantarillado tienen intransitables nuestras vías de comunicación—podemos gloriarnos de haber bajado nuestra mortalidad en el Municipio habane- ro, desde el 35.81, cifra que arrojaban nuestras estadísti- cas en los momentos en que escribía el Dr. Saenz, hasta el 18.62 que acusan las mismas en el presente. Como la salubridad de una población se estima por su coeficiente mortuorio, las anteriores cifras nos evitan el trabajo de comentarlas; ellas por sí solas hablan muy alto respecto de nuestro estado sanitario; pero aun esas mis- mas cifras pueden disminuirse y uno de los medios de conseguirlo es ejecutando los sabios consejos dictados por la higiene contemporánea. Entre los varios problemas que se plantean los moder- nos higienistas, uno de los más graves, importantes y com- plicados, lo es, sin duda, el de la evacuación y tratamien- to final de sus inmundicias, sólidas y líquidas. El deside- ratum es alejarlas lo más pronto posible de su foco de orígen: la habitación. El alejamiento de las excretas é inundicias líquidas, el más difícil quizás, se hace por me- dio de diversos procedimientos cuyo sistema más general es el del alcantarillado; sobre este particular nada debe- mos decir en el presente informe; en cambio, será su ver- dadero objeto el estudio de las inundicias sólidas d basu- ras, pues á ellas se refieren las dos entidades que consul- tan d la Academia en esta ocasión. La eterna lucha entablada entre los intereses industria- les por una parte, y los intereses de la colectividad que se supone lastimada por otra, es la que ha determinado el que se venga á buscar el arbitraje de la ciencia, represen- tado por esta Corporación, cuya seriedad é independencia le han valido la confianza de las partes litigantes. La Compañía de Gas y Electricidad de la Habana, soli- cita de la Academia “se sirva estudiar este asunto (el de la destrucción de las basuras) y declarar si aquí en la Ha- bana se puede seguir la práctica corriente en Inglate- rra, de instalar destructores de basuras como este (tipo Heenan-Froude) en lugares céntricos de población, y por lo tanto instalar el de aquí en el lugar elegido (terrenos de la Compañía situados en Alambique y Diaria) sin per- 614 ANALES DE LA juicios ni molestias para los vecinos cercanos” y además: “declarar que el hecho de interponer calderas entre los hornos y la chimenea del destructor de basuras, para ge- nerar vapor á ciento ochenta libras de presión por pulga- da cuadrada, supone que quien lo hace esperar obtener alta temperatura de combustión en los hornos, y por lo tanto combustión completa, y que la cantidad de fuerza que se obtenga de dichas calderas, depende de la perfec- ción con que funcionen los hornos”. A este escrito se acompañan los ejemplares de la Gace- ta Oficial en que constan las diversas concesiones hechas por el Estado y los compromisos contraídos por la Com- pañía, á que más tarde nos referiremos. La segunda entidad que reclama la protección y ampa- ro de la Academia, es el Comité de Defensa, constituido por los propietarios, comerciantes, industriales y vecinos que forman el cuarto y quinto distrito de esta capital; cu- yo Comité entendiendo “que el crematorio, en el lugar que se destina, tiene que ser un foco infeccioso, molesto y perjudicial en todos cenceptos”, después de variadas con- sideraciones, formula las siguientes preguntas: “]."—¿Reconoce la ciencia y por consiguiente tiene ya sancionado que sea más conveniente establecer hornos crematorios de basuras, dentro de las poblaciones de gran vecindario, que lejos de las mismas? “2. —¿El estado de perfección á que han llegado esa clase de construcciones, es de tal naturaleza que permite asegurar que en ningún caso ni en ningún tiempo ha de producir polvo, malos olores, nise puedan desprender miasmas deletéreos ó mal sanos, ni ofrecer peligro de nin- ceún género? “3. —¿Admitiendo que un Destructor de basuras resulte inofensivo para la salud pública, aun estando rodeado de viviendas, no constituye para las mismas un serio peligro la convergencia, en sus inmediaciones, de los carros de transporte, así como la descarga, trasiego y segregación de tierras de esas basuras, antes de la incineración? “4. -- Teniendo en cuenta la aplicación industrial de es- te Destructor que exige el consumo gradual de esas ba- suras, y la influencia que sobre las mismas puede ejercer ACADEMÍA DE CIENCIAS DE LA HABANA 615 nuestro clima, no resulta un problema distinto al de in- cinerar basuras por higiene y en un país frío? “5, —¿Si existe aleuna probabilidad de peligro, puede aceptarse como bueno el emplazamiento de Diaria esqui na á Alambique, en parte baja y al Sur de la ciudad? * E * Como quiera que ambas entidades consultan un mismo punto de vista fundamental, á saber: si puede ó no ins- talarse un Destructor de basuras en el sitio designado sin perjuicios ni molestias para la salad pública y el vecin- dario, vamos dá exponer brevemente las cuestiones rela cionadas con la recogida, acarreo y destrucción de las ba- suras, antes de entrar de lleno en el desarrollo de estos complejos problemas. Para proceder métodicamente, comenzaremos por decir con el que fué profesor de higiene de la Facultad de Me- dicina de París, Dr. A. Proust, que “se da el nombre de inmundicia d las basuras domésticas de las habitaciones, así como al producto del barrido de las calles”. (1) Este concepto general podemos detallarlo más todavía con el profesor Pottevin, quien en el capítulo Les Ordures Me- nageres del TRAITE D' HYGIENE, de Brouardel et Mosny da la siguiente definición: “Los elementos de que se com- pone la colecta de los servicios municipales de basuras caseras, comprenden en general los diversos resíduos de la vida doméstica: resíduos de cocina, cenizas de las hor- nillas, resíduos diversos (trapos, papeles, trastos fuera de uso,) «., con exclusión de los desechos de la industria y de las fábricas, así como de las cenizas procedentes de los hornos industriales”. (2) Másrecientemente,el Dr. Eugenio Sánchez y Agramonte, en el trabajo que presentó ante la AMERICAN PUBLIO HEALTH ASSOCIATION (Sesión del 8 de Diciembre de 1911) con el título de Recogida de basuras en la ciudad de la Habana, dice lo siguiente: “Es de considerarse como “basuras”, de una manera en general, 4 los diversos elementos que constituyen los resíduos y desperdicios de la vida en co (1) 4. Proust. Tratado de Higiene, edición española, Madrid, 1904, t. 11, p. 413. (2) Fascicule xv, p. 409, París. 1911. TOMO xLV1ILL.—S0, 616 ANALES DE LA munidad, tales como restos de cocina, trapos, papeles, ute ios rotos é inutilizados, el polvo de la limpieza do- méstica, el estiércol y paja de las caballerizas particulares, el producto de la limpieza de calles, de jardines, á los cuales es de agregarse los cadáveres de A Uedie es peque- ños encontrados en la vía pública 4 en los domicilios, co- mo perros, catos, ratones, aves, ete., y excluir los resí- duos de las fábricas é industrias, cenizas, estiércol, paja, bagazo de frutas, los que son recogidos y conducidos por cuenta de los propietarios d sus iio El lodo de las calles, generalmente es extendido por el pavimento ó barrido ¿4 las cloacas, desde cuyas sitas 6 depósitos es lue- go recogido por carros de hierro cerrados y llevado al vertedero”. (1). Como se ve, esta definición está calcada en la de Potte- vin, pero como amplía y describe lo que llamamos “basu- ras” en nuestro país, nos ha parecido oportuno el repro- ducirla. Por lo que acabamos de exponer se comprenderá fácil- mente cuanto variarán la cantidad y la composición de las basuras, según sea la ciudad que las suministre, y dentro de una misma urbe, según las estaciones y las cir- cunstancias accidentales del a en que se las exa- mine. Deseraciadamente entre nosotros no conocemos cuál es la cantidad de basuras domésticas que corresponden á ca- da habitante; pero por analogía de lo que ocurre en otros países, podemos formarnos una idea, siquiera sea aproxi- mada. “Pettenkofer evalúa en 90 kilogramos la ceniza (calefacción por hulla), eomo peso medio por individuo y por año. La materia orgánica representa poco más de la cuarta parte del peso total”. (2). Por otra parte, Proust, dice: “Se calcula que una ciudad de 100,000 habitantes proporciona diariamente de 25 4 35 toneladas de basuras domésticas y de 35 4 45 to- neladas de resíduos de calles. Esta última cifra se triplica en tiempo de lluvia. La totalidad de las inmundicias de (1) Revista de Medicina y Cirugía de la Habana, t. xv1, p. 688. (2) A. Proust. Loc. cit, p. 392. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 617 una población de 100,000 habitantes representa próxima: mente de 70 á 170 toueladas ó sea la carga de 7 417 va- gones de ferrocarril.” (1). Ahora bien, tomando como tipo medio las cifras dadas por Proust para una población de 100,000 habitantes, y multiplicándolas por 3, tendremos que la Habana, que tiene 300,000 habitantes, producirá de 75 ¿4 105 tonela- das as de basuras domésticas, y de 105 á4 135 tonela- das de resíduos de calles, cuyas cifras se triplicarán en la estación lluviosa. Respecto ¿4 la composición de nuestras basuras, la ca- rencia de datos informativos es todavía más absoluta que la que tenemos en cuanto 4 su cantidad; y aquí si que no podemos proceder por analogía, por las circunstancias especiales del país, el género de alimentación de sus ha- bitantes, sa modo de vivir, la felíz carencia de necesidad de calefacción de las viviendas, etc., ete.; pero de todos modos podemos seguramente afirmar, que su mayor pat- te está formada de materias orgánicas, animales y vegeta- les, que rápidamente entran en fermentación y despiden olores nauseabundos y molestos, siendo de todo punto in- dispensable alejarlas con rapidez de los lugares habitados. La recogida de las basuras domésticas debe hacerse en cada casa en recipientes metálicos, e uya e ubierta sea fácil de manejar y permita el cierre her mético cada vez que se hayan depositado en él las basuras. Estas condiciones ga- rantizan, por una parte, el retardo de la putrefacción de las materias orgánicas, y por otra dificultan la posibilidad de trasmisión de ciertas enfermedades por roedores, in- sectos y otros animales que se alimentan habitualmente de los desperdicios domésticos. Las recientes investigaciones epidemiológic as sobre peste bubónica, demuestran la importancia de sustraer todo medio de vida dá los múridos trasmisores de la pla- ga. Asimismo, cuando se piensa en que al cajón de las basuras tan á parar los polvos del barrido, contaminados por los esputos de la tuberculosis, de.la gripe, ete.; los algodones y trapos que han servido para las curaciones de difteria, erisipela, y las distintas septicemias, etc.; los (1) 4. Proust. Loc. cit., p. 414. 618 ANALES DE LA papeles y demás detritus caseros, cuya procedencia es siempre más ó menos dudosa desde el punto de vista de las infecciones, se comprenderá fácilmente la necesidad de una extrema vigilancia y de exquisitos cuidados con estos depósitos, tan generalmente descuidados y ¿ los que no se les presta la debida atención. Estos depósitos deben ser extraídos de las moradas diariamente, en vehículos apropiados, que los trasporten al lugar de su defimtiva utilización. El detestable sistema de colección y transporte utilizado en la Habana, debe ser absolutamente proscripto. En efecto, aquí se depositan las basuras en receptáculos de todas clases y tamaños—en contra de lo legislado (0) en el interior de las casas, por lo general en “las cocinas, sin pensar que este laboratorio de nuestros alimentos de- be ser la pieza más limpia y mejor entretenida de la vi- vienda; al llegar la noche, se mueven esos envases desde el fondo de la casa hasta la calle, donde permanecen mo- lestando á la vista, al olfato y al tráusito público, hasta (1) Ordenanzas Sanitarias. —Artículo 408.—Las basuras é inmundi- cias de las casas, se extraerán en envases metálicos ó de otro material impermeable, sin agujeros ó hendiduras que den salida á parte del con- tenido, y que se colocarán en la calle, junto á la acera, momentos antes de pasar el carro destinado á recogerlas, si el servicio se prestare de día, en cuyo caso se hará en las primeras horas de la mañana, pero si fuere de noche, se extraerán pasadas las diez de la misma. En los lugares donde no haya servicio organizado de recogida de ba- suras, éstas se quemarán cada cuarenta y ocho horas en los patios si no pudieran ser llevadas á las afueras de la población, á menos que sea ne- cesario hacerlo antes para evitar que por su naturaleza, cantidad ú otra circunstancia, se fermenten ó corrompan dentro de las casas ó en los patios. Artículo 409.—El ocupante de cualquier casa en la población está obligado á usar número suficiente de cajas ó vasijas, á prueba de agua, de metal ó forradas interiormente de metal, capaces de contener hasta una altura de diez centímetros por debajo de su tope, todas las basuras, residuos, cenizas, ete., que se hayan acumulado durante el día en su do- micilio. Usará también, donde no existan cloacas ó sumideros, núme- ro suficiente de vasijas para contener las aguas resíduas, de condiciones iguales á las de basuras, cuidando de recoger de la calle los envases en las primeras horas de la mañana si el servicio se presta de noche, y si de día, tan pronto como los encargados de la limpieza las hayan desocupado. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 619 ae los encargados de la recogida de basuras, las proyec- tan, levantando nubes de polvo y contaminando cuanto les rode sa, en carros abiertos y descubiertos que «d su vez van derramando su contenido por todo el camino que re- corren. No vamos « describir las disposiciones adoptadas por el Municipio de N vaney (1909), que pueden servir como ejemplo de orden «4 la vez reglamentario y técnico; tam- poco nos detendremos en dar 4 conocer el sistema combi- nado de vehículos y recipientes especiales llamados Mo- prophor usado en ciertas cindades (Trieste, Mariebad); ni en las condiciones en que se realiza la evacuación en Berlín, ni en el más perfeccionado de Zurich; pero sí de- bemos llamar la atención hacia el sistema propuesto por Kern, porque evita el transporte del peso muerto de los recipientes metálicos, además de otras ventajas, sobre las cuales insistiremos después. El expresado sistema consiste en un saco hecho de tela muy resistente que tiene, cuando está completamente abierto, un diámetro de 45 centímetros, dando un des- envolvimiento circular de 141 centímetros y una superfi- cie evadrada de 1500; tendrá una capacidad de 125 litros próximamente. Su entrada puede hacerse rígida en una altura de 10 4 20 centímetros doblando la tela en este lugar ó por cualquier otro medio, y el cuello estará pro- visto de tres ó cuatro anillos por cada lado que permitan colgarlo 4 80 centímetros próximamente del suelo, sobre dos tallos de hierro fijos en la pared, 6 por cualquier otra disposición. Dichos tallos estarán provistos «4 su vez de presillas de atrás hacia adelante, perpendicularmente al muro, para mantener el saco cubierto y al mismo tiempo estarán separadas para mantenerlo abierto, con el fin de facilitar la introducción de las basuras. El sistema propuesto por Kern tiene además de la ven- SA de suprimir el peso muerto del envase, la de dificul. tar el que se viertan las basuras, no solo en el piso de los patios y de las calles, sino también el evitar que se pro- yecte el polvo en el aire, cosas que deben estar «absoluta mente prohibidas. Por otra parte, su utilización permite seleccionar las basuras en la misma casa, dividiéndolas en tres partes, como se hace en New York, Boston, Phila- 620 ANALES DE LA delphia, ete., en América, y Postdam y Charlotemburg, Alemama. En un primer saco se depositan las cenizas y polvos del barrido de las habitaciones y patios; en un segundo, los restos de alimentos y en general todas las materias fermentescibles; y en el tercero los tiestos de va- jillas, vidrios, latas, maderas, papeles, etc. De este modo será muy fácil reunir las cenizas con el polvo y el fango de las calles; quemar los de la segunda categoría, á no ser que se utilizaran para la alimentación de cerdos, por ejemplo; y seleccionar los objetos de la tercera categoría para incinerar los que sean combustibles y utilizar en otra forma los que no lo sean. En Cuba, no obstante, po, drían reducirse los sacos á dos, pues la cantidad de Cenizas es insignificante y mezcladas ¿d los polvos del barrido se unirían á las materias fermentescibles para su incineración. Hemos visto la manera de recoger y acarrear las basu- ras, tócanos ahora ocuparnos de su destino final. Nos li- mitaremos á indicar que las basuras de una ciudad repre- sentan una elevada cantidad de dinero que bajo ningún concepto debe perderse y mucho menos gastar en des- prenderse de ellas, como se ha venido haciendo hasta ahora en la Habana, con grave detrimento de la higiene, E la agricultura y de las industrias, El perjuicio higiéni- salta á la vista. con sólo examinar los vertederos de leia cosa que personalmente hemos realizado yen- doá inspeccionarlos antes de emitir este informe. In gran- des ganguiles se proyecta, desde una altura considerable, las basuras que acarrean nuestros pésimos carros, y allí per- manecen á la disposición del que quiera extraer desechos más ó menos utilizables, hasta que lleno el ganguil, es re- molcado por un vapor del servicio especial “de Obras Pú: blicas. Allí hemos visto separar colchonetas de camas y hasta substancias alimenticias, cuyo destino ulterior no sa- bemos cuál podrá ser. Estos atentados á la salud pública no necesitan comentarios. Basta su enunciado para com- prender la necesidad de transformar por completo el sistema. De la utilización agrícola no nos vamos d ocupar, pues nos llevaría demasiado lejos; solo debemos indicar de pa- so, que la fertilidad secular de nuestro suelo se irá ago- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 621 tando y será necesario devolverle, bajo forma de abonos, las sustancias que la agricultura sustrae de la tierra. Cuan- do se tiene la materia prima, resnlta un error económico importar los derivados de esa materia, cuya utilización puede proporcionar el nacimiento y desarrollo de nuevas industrias. “Por otra parte, la utilización agrícola está estrecha- mente ligada 4 la disminución de las tarifas de los ferro- carriles y presenta además, el inconveniente de exigir el establecimiento de depósitos de salubridad discutible, en aleunos puntos en cuyos depósitos quedan las inmundi- cias, ya para esperar la época de su utilización, ya para transformar por la fermentación, la inmundicia verde ó fresca en inmundicia negra ó podrida, más apreciada por la agricultura”. (1) El medio higiénico por excelencia para deshacerse de las dE urbanas es, sin duda, su destrucción por el fuego, ó sea la incineración. Los primeros ensayos fue- ron hechos en Londres en 1870. Sus resultados fueron mediocres, pero bien pronto se perfeccionó el método, y las ciudades de Bruselas en 1872, y Hamburgo en 1875 crearon hornos que todavía funcionan; más tarde, París en 1895 ensayó unos hornos anexos á la fábrica munici- pal del pavimento de madera; pero es ne cesario llegar al año 1907 para que la incineración de las basuras haya sl- do adoptada de una manera definitiva. El profesor Potte- vin, en su ya citado trabajo del TRATE D' HYGIENE, de Brouar del et Mosmny, dice lo que sigue: “En los primeros hornos constr A que eran de tiro natural, la temperatura no alcanzaba jamás el erado ne- cesario para que la combustión de los gases formados por la destilación de las basuras, en el momento de su entra- da en el horno, pudiese ser completa. Desprendían por las chimeneas productos mal olientes y las plantas de inci- neración motivaban justificadas quejas. Desde entónces, un eran número de ingenieros se dedicaron ú perfeccio- narlas. Sus esfuerzos tenfan un doble objeto: obtener el máximun de calor posible, 4 fin de crear una fuerza mo. triz utilizable en gran escala, y amparar las leyes de la hi- (1) A. Proust. Loc. cif., t. 11, p. 415. "622 ANALES DK LA viene, para que los incineradores pudiesen ser edificados, sin peligros, aun en medio de los barrios habitados.” “Se alcanzó un progreso decisivo adoptando el tiro for- zado, obtenido por la inyección, por debajo de las parri- llas, de una corriente de aire, ó de vapor de agua, en cier- tos tipos de instalación. A partir de esta época fué que la temperatura de los hornos alcanzó un grado bastante elevado para asegurar la destrucción total de las materias orgánicas, al mismo tiempo que la producción de una cantidad de vapor suficiente para asegurar los servicios de la planta y dejar un remanente de ener eta disponi- ble. (1) Muchos son los tipos utilizados para los hornos crema- torios, y para el que desee realizar un estudio más com- pleto sobre la materia, podemos referirlos al citado tra- bajo del profesor Pottevin; al folleto publicado en Bruse- las en 1907, cuyo título es “HYGIENE ET ASSAINISSEMENT. Destruction des ordures menageres par le feu. Systeme Heenan-Desecription des fours destructeurs de Kine's Nor- ton, pres de Birmingham et de Burslem (Staffordshire) Anglaterre”; en el cual se encuentra una desc 'ripción com- pleta de los hornos del tipo Heenan; al interesante traba- jo leído por J. T. Fetherston, con el título Municipal RE- FUSE DISPOSAL AND INVESTIGATION, ante la American So- ciety of Civil Engineer $, ¡en Diciembre de L900(2)3 por último al más reciente todavía del Dr. Rudolph Her- ing leído en la sesión celebrada en esta ciudad, en Di- ciembre de 1911 por la American Public Health Associa- t10N. Cualquiera que sea el tipo elegido, la incineración re- suelve el problema de las basuras de manera tal que los higienistas solo tienen que mostrar su adhesión, sin reser- vas de ninguna clase. En la práctica, el mé todo ser: á, hi- oiénicamente hablando, perfecto si por el hecho mismo de su aplicación no origina ninguna causa de insalubridad. Veamos ahora las quejas que la instalación de un Des- tructor de basuras por el fuego puede producir. Para ello nada nos parece más oportuno que el traducir algunos (1) Traité d* Hygiene, fasc. xy, p. 461. (2) Proceeding, Vol. xxxrrr, p. 940-984. ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 623 párrafos del tantas veces citado trabajo de Pottevin, en el 'apítulo que trata de la higiene de la incineración. “HIGIENE DEL VECINDARIO. — Entre las causas de insalu- bridad ó de incomodidad que se han aducido contra las plautas de incineración, unas se refieren 4 las operaciones mismas de la cremación y le son por tanto especiales, y las otras se refieren al transporte y depósito de las basu- ras, encontrándose aquí las mismas que en todas las ins- talaciones que reciben y tratan cantidades más ó menos erandes de inmundicias.” “El acarreo de las basuras trae la presencia, en ciertas horas del día, en las vías que conducen á la planta, de una hilera de carros especiales que constituyen para el vecindario una causa de incomodidad real. Kste hacina- miento de las calles por los vehículos de las basuras, es quizás la principal razón invocada por los que protestan, y se encuentra en todos los expedientes de averiguación: es necesario reconocer que por lo general estas quejas son fundadas. Muy amenudo, en efecto, los carros colec- tores no están recubiertos, ó si lo están lo es de una ma- nera tan insuficiente que su contenido tiene perfecta li- bertad para volar á impulsos del viento. Son ofensivos para la vista y para el olfato, y las ligeras nubes de polvo que ellos levantan 4 cada vaivén, vienen á empolvar las materias alimenticias expuestas en los mostradores. Si se concede que esos polvos, formados casi todos de cenizas, no son infecciosos, no por eso son menos desagradables, y no pueden encontrarse exageradas las pretensiones de las personas que prefieren privarse de ese condimento.” “Todos estos inconvenientes se evitarían si se quisiera emplear para el transporte de las inmundicias, nada más que vehículos provistos de un cierre hermético y eficaz. Esta condición, no es imposible de realizar, ni parece que sea su ejecución muy difícil”. “Siempre estará indicado elegir para la planta, un em- plazamiento que sea accesible fácilmente, y en tanto cuan- to sea posible, abordable por muchos lados. De esta ma- nera se evitará la aglomeración en las calles. El terreno cercado de muros de la instalación debe ser bastante am- plio para recibir los vehículos según vayan llegando, de modo que se evite su detención en la calle.” remo xLviu.—8l. 624 ANALES DE LA “Si las basuras acarreadas cada día son quemadas siem- pre dentro de las veinte y cuatro horas—y esto es una condición fundamental que debe cumplir toda planta de incineración —no hu ay que temer de su depósito ningím in- conveniente serio.” “Los vehículos colectores, las fosas, las tolvas ó los re- cipientes diversos en los cuales son recibidas las basuras en la planta, deben ser frecuentemente lavados, para lo cual se dispondrá de una gran cantidad de agua.” “Será necesario también proveer dispositivos especiales para la evacuación de las aguas sucias y su eventual de- puración, si no se dispone de una cloaca que pueda reci- birlas tal como estén. “La planta en sí misma podrá ser una causa de ineo- modidad para el vecindario: “1.—Por los gases y vapores producidos en los hornos, si se escapan de la chimenea sin haber sido completamen- te quemados ó arrastrando polvos. “2, —Por las emanaciones que se desprenden: sea de los hornos mismos, en el momento de la abertura de las puertas para la carga ó para la descarga; sea de las tolvas en que se depositan las basuras.” “Ixaminemos sucesivamente estas dos fases de la cuestión: “Para que los gases nacidos de la destilación ó de la combustión parcial de las materias orgánicas, sean que- mados en totalidad, es necesario: por una parte, que el ti- ro forzado lleve debajo de las parrillas una cantidad de aire suficiente; y por otra parte, que la mezcla del aire y de los gases, sea mantenida, durante un tiempo bastante largo, á una temperatura en que la combustión pueda efectuarse.” “La cantidad de aire insuflado es fácil de regular por medio de los ventiladores 6 por inyección de vapor, y un tiro conveniente será siempre fácilmente establecido.” “La mezcla íntima y prolongada del aire y de los ga- ses, 4 una alta temperatura, se encuentra realizada por las disposiciones adoptadas en las plantas modernas para las cámaras de combustión y los tragantes. En todas las plantas que hemos tenido ocasión dé y isitar, (habla M. Pottevin) de cualquier tipo 4 que pertenecieran, cuando o ACADEMIA D£ CIENCIAS DE LA HABANA 625 la incineración es bien conducida, el análisis de los gases tomados en la base de la chimenea, atestigua siempre que lá combustión ha sido completa. Está indicado, además, introducir espec ificaciones sobre esta materia en los de- eretos de autorización, y fijar, por ejemplo, un máximum que no deberá pasar la tasa de óxido de carbono. Se puede « estipular perfectamente que esta tasa no alcance nunca 4 0.5%. Usta es una condición muy fácil de reali- Zar. “En lo que concierne á los polvos y al humo, es nece sario tener gran cuenta del hecho, que bajo la eehtia del tiro forzado se produce, sobre todo cuando las iumun- dicias están muy cargadas de cenizas, un arraste abun- dante de polvos, que es indispensable detener en su ca- mino hacia el exterior. Su salida por la chimenea consti- tuiría para el vecindario de las plantas una causa de gra- ve incomodidad.” “La cámara de combustión, los tragantes, los tubos de calefacción de las calderas, constituyen otros tantos pun- tos de parada de las materias sólidas arrastradas por los gases de la combustión. La cámara de combustión sobre todo, obra muy eficazmente como colectora de los polvos.” “En el ejemplo siguiente, tomado de la explotación de un incinerador del tipo Mel: lrum, la cantidad de cenizas retenidas por la cámara de combustión representa próxi- mamente el 60% de la totalidad. Cantidades de cenizas y polvos recogidos durante un mes en las diversas regiones de los cometas del humo. En la cámara de combustión, proximamente 17,800 kilos. Bajo las parrillas de los hornos ........ GOO e Bajo las paredes del generador .......... ZDO Endosrtragantesnd. 31 203 ts opio 6300 10 28,900 kilos “Algunas veces se coloca por delante de la chimenea un dispositivo destinado á detener las últimas partículas de polvo. Entre los que han sido imaginados es necesario citar los colectores centrífugos de que están provistos ciertas plantas de la € a Horsfall. Estos dispositivos 626 ANALES DE LA pueden ser utilizados, pero no son indispensables cuando la planta poa :'ámaras de combustión bien instaladas.” “En todas las instalaciones que hemos tenido ocasión de visitar, (sigue hablando Pottevin) la detención de los pol- vos es per fectamente realizada, y siempre ha sido una ob- servación interesante la de comparar el ligero penacho de claro matiz que sube de las chimeneas de los incinerado- res, con las pesadas nubes negras que salen de las chime- neas de las fábricas vecinas. Es cierto que las incomodi- dades procedentes de los humos de un incinerador son menores que las de las fábricas en que se quema carbón y conformándose, en lo que concierne á estas chimeneas con las reglas seguidas para las ordinarias, seguramente se estará al abrigo de todo engaño.” Se ocupa luego el profesor Pottevin de la higiene del personal obrero; pero como para nada se nos ha consulta- do en este particular, pasaremos por alto dichos proble; mas y continuaremos citando aquello que más interesa á nuestro objeto, “Para suprimir los olores inherentes 4 todo estableci- miento en que se almacenan y manipulan materias orgá- nicas putrescibles, existe un medio muy antiguamente co- nocido y recomendado por todos los tratados de higiene industrial. Consiste en instalar una ventilación apropiada para recoger los gases odorantes y dirigirlos, con la co- rriente de aire encargada de activar las combustiones, hacia las parrillas de los hornos, en donde son quemados. Semejante disposición se impone á nuestro juicio, de una manera absoluta para todas las plantas que traten las ba- suras.” “Terminaremos y a este estudio de las ca- racterísticas higiénicas de las plantas de incineración, re- cordando, ya lo dijimos antes pero no hay inconveniente de repetirlo, que estas plantas, cualquiera que sea el tipo de hornos que tengan, pueden ser agenciadas y explota- das de manera de no representar, por ningún concepto, una causa de molestia 6 de insalubrided para el vecinda- rio y para el personal obrero.” “Se podría apoyar esta afirmación con numerosos ejem- plos de plantas establecidas en el centro de barrios popu- losos sin dar lugar á ninguna protesta.” ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 627 “In Londres, en uno de los más elegantes barrios, cer- ca del hotel Cecil, se encuentra una planta de incinera- ción. Existen ¡igualmente en Darwin y en otras localida- des inglesas. Nadie se queja y se han construído alrede- dor elegantes Chela “En Mónaco, la planta de tratamiento de las inmundi- cias domésticas, está instalada en la proximidad del pala- cio del Príncipe, casi bajo sus ventanas, y la insalubridad que ella puede ocasionar no debe ser muy temible, porque, posteriormente á la construcción de Ja sata se ha edifi- :ado completamente próximo el nuevo Hotel Dieu.” (1). Por último, y para concluir con las cuestiones puramen- te científicas del problema, haremos nuestro el informe emitido por el académico Dr. Juan Guiteras, ante la Jun- ta Nacional de Sanidad y Beneficencia el 16 de Octubre pasado, en su calidad de Director de Sanidad, y en el que se detallan y amplían adaptándolas á nuestro medio, las condiciones Impuestas por M. Hanriot en el informe pet- sentado al Consejo de higiene pública y salubridad del departamento del Sena, con motivo de la solicitud de la Sociedad de abonos orgánicos, para que se le autorizara á construir en Ivry, la planta destinada á la trituración é incineración de las basuras de cuatro distritos de París. He aquí las partes fundamentales de dicho informe: “La Dirección de Sanidad cree aceptable el estableci- miento de Destructores de desperdicios y basuras en cual. quier parte de la ciudad, “Estas plantas,sin embargo, deberán estar sujetas á cier- tas restricciones claramente especificadas. Las condicio- nes que deberán llenar serían las siguientes: “1. —El piso de la planta y del patio estará elevado so- bre el terreno lo bastante para impedir la posibilidad de inundación alguna. “2,2 —El terreno ocupado por la planta estará encerrado por muros de tres metros de alto. En los lugares próxi- mos á terrenos fabricados el muro deberá ser de cinco metros. (1) Cheríoux.—Conseil d' hygiéne et de salubrité du département de la Seine, 6 Juillet 1909. 628 ANALES DE LA “3.2—La construcción será de materiales incombustibles é impermeables, la armazón de hierro y los pisos de los talleres serán impermeables. “4. Las calles y vías de acceso estarán pavimentadas con hormigón y el pavimento se mantendrá siempre en buen estado; tendrán una inclinación suficiente para el la- vado con agua abundante “5."—La basura será recibida en cajas cerradas por ta- pa metálica. De ninguna manera se permitirá nunca que se arrojen dichas basuras en el patio ó en pozos. Las tol- vas donde se viertan las basuras deberán ser cerradas de manera que no permitan se o polvo alguno. “(A este parrafo la Dirección de Sanidad cree que debe añadirse que las tolvas deben de conducir directamente á las fornallas para que de ninguna manera se almacene la basura en la planta. Existen hornos destructores en que las basuras pasan directamente á la combustión y estos son los que deben emplearse en un clima cálido.) “62—A partir de estas tolvas los aparatos que sirven para la trituración, el tamizado y el desecamiento, y los conductos que los unen entre sí, deben estar hermética- mente cerrados. “(El párrafo anterior excluye estas Operaciones). “7.£—Los hornos de incineración serán construídos de tal manera que no dejen escapar ni polvo, ni olor, ni humo. “(Pudiera agregarse á este párrafo que la temperatura nunca deberá ser menor de 750” C.) “8..—Los diversos talleres estarán perfectamente venti- lados y el aire que proviene de los aparatos será conduci- do á los hornos de incineración ó purificado de otro mo- do que sea equivalente. “9.—La descarga de los vagones se operará igualmente en locales cerrados; y por medio de máquinas movibles se asegurará el descendimiento de los productos sin la producción del polvo “10."—El trabajo se efectuará de manera que la estan- cia de las basuras en la planta no pase de veinte y cuatro horas, comprendiendo en este tiempo la salida de los va- gones. La incineración deberá efectuarse de todos modos cuando esta cláusula no pueda ser completamente satisfe- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 629 cha. (Como se ha dicho antes, la incineración deberá ser directa.) “11.—Las aguas de todas clases irán directamente al alcantarillado. “12."—La planta estará abundantemente surtidade agua destinada á los lavados. Los muros del patio y de los ta- lleres se blanquearán con cal una vez al año. “13.—Habrá para el uso de los obreros cuartos de ves- tir con lavabos € inodoros. “La fábrica no podrá ponerse en marcha sino evando se hayan ¡llenado los requisitos arriba especificados.” Hasta aquí nos hemos ocupado únicamente del a ma científico, considerado en su aspecto gene ral; ho lo hemos tratado así porque el asunto de la incineración de las basuras en los modernos Destructores, es completa- mente nuevo y queríamos lesvanecer preocupaciones muy ceneralmente repartidas, al mismo tiempo que señalar ciertas deficiencias y la manera de remediarlas, conforme á los dictados de la ciencia; pero dá pesar del temor de cansaros con la relación de hechos eriticables en sumo erado, creemos complir un deber cívico con presentarlos á vuestra consideración y por tanto debemos recordar los cables aereos que cruzan nuestras calles y plazas condu- ciendo fluído eléctrico de distintas potencialidades, con verdadero peligro para la vida de los: cindadanos, y cu- yas caídas Ó contactos han sido motivo de varias muertes; debemos detenernos ante los postes de grandes dimensio- nes conque diversas empresas interrampen el tránsito por nuestras exieuas aceras; debemos señalar los infectos olo- res que despiden centenares de bocas abiertas de sucios conductos, bautizados con el pomposo nombre de cloacas; debemos mostrar las capas de polvo que en la seca levan- ta el viento en nuestras calles, llevando en sus partículas los esputos desecados de millares de tuberculosos que, por el hecho mismo de la prohibición de escupir en el suelo, espectoran en todas partes, y los imundos lodazales que se producen cada vez que las nubes dejan escapar el agua que condensaron ó que pasa un carro de los destina- dos al riego, pues el barrido, cuando se hace, es una vet- dadera parodia de lo prescripto por la higiene urbana. 330 ANALES DE LA No queremos, empero, recordar las constantes infrac- ciones de las Ordenanzas Sanitarias y Municipales, por- que esto nos llevaría muy lejos y se prestaría, además, muy serias, tristes y sombrías reflexiones sobre nuestra cultura cívica, y estamos plenamente convencidos de que nuestro pueblo sabe demostrar sus energías y capacidad con solo mostrarle los peligros que por doquiera amena- zan su salud, y en los cuales apenas si ha fijado su aten- ción, distraída por otras mil circunstancias. No dudamos que nuestros conciudadanos sólo necesitan que se les anuncien los males que pueden sobrevenirles ante la impasibilidad conque hasta ahora han contemplado las infracciones de todo lo legislado y de todo lo recomenda- do por la higiene y la policía sanitaria, para que se den exacta cuenta de que sólo el ejercicio de sus dere- chos, dispuestos 4 hacerlos respetar de todos, es lo que demostrará su competencia y capacidad para la vida civi- lizada. * ES Vamos ahora 4 ocuparnos del problema particular so- metido á la consideración de la Academia por la Compa- ñía de Gas y Electricidad de la Habana y por el Comité de Defensa del 4.2 y 5.2 Distritos. Para ello es necesario que expongamos ciertos antecedentes, cuyo conocimiento es de absoluta necesidad y que están “admirablemente condensados en el informe presentado por nuestro 1lus- trado amigo el Dr. Eugenio Sánchez y Agramonte á la Junta Nacional de S Sanidad y 3eneficencia, en 26 de Oe- tubre del presente año. Dice así: “A LA JUNTA NACIONAL DE SANIDAD Y BENEFICENCIA. “Tenemos el honor de someter « la consideración de es- ta Corporación el siguiente informe en cumplimiento del acuerdo tomado en sesión celebrada el viérires 13 del co- rriente mes designando á los que suscriben (1) para que emitieran su parecer técnico sanitario sobre la construcción de un Destructor de Basuras en la esquina Sureste de las (1) Dr. Eugenio Sánchez y Agramonte y Sr. Salvador Guastella. ACADEMIA DR CIENCIAS DÉ LA HABANA 631 — calles de Diaria y Alambique en esta ciudad, y que ha sido motivo de queja por parte de los vecinos de dicha barria- da, temerosos de las inconveniencias y los peligros que d su salud pudiera irrogarles el establecimiento del mencio- nado Destructor de Basuras. ANTECEDENTES: La Ley de 20 de Julio de 1910, (1) que se refiere al cange de los terrenos del Arsenal por los de los Ferrocarriles Unidos en Villanueva, estipula en su art. VIII, la construcción en los terrenos que el Ejecutivo desig- ne, de un Horno Crematorio moderno, de capacidad sufi- ciente para la incineración de las basuras de la ciudad de la Habana. “Por el artículo IX se dice que esa obra en unión de otras se construirán por la Compañía de los Ferrocarriles Unidos, para el Estado, como condición de la permuta, conforme á los planos, presupuestos y especificaciones que acuerde el Ejecutivo, siendo valorizado por la misma Co- misión 4 que se refiere el artículo 11I de esta Ley. “De acuerdo con esas facultades conferidas al Ejecutivo Nacional se publicó el Decreto N.* 1108, de 22 de Di- ciembre de 1910, aprobándose el Pliego de Condiciones para una Planta de destruir basuras para la ciudad de la Habana, tipo Heenan, con capacidad para consumir cada 24 horas 500 toneladas de basuras, y una pequeña Planta Eléctrica, anexa, para el alumbrado y funcionamiento de los ventiladores y grúas, lo que con sus planos respecti- vos, fueron presentados por la Comisión designada á ese efecto. “Con fecha 23 de Enero del corriente año la Compañía ey Ley de 20 de Julio de 1910. (Sobre el traspaso de los terrenos y edificios del Arsenal por Villanueva.) Artículo VIIL.—Se acuerda también la construcción de un horno cre- matorio moderno de capacidad bastante para la incineración de las ba- suras de la ciudad de la Habana, en el terreno que el Ejecutivo designe. Artículo IX.—Las obras que se indican en los artículos 6, 7 y 8, se construirán por la Compañía para el Estado como condición de la per- muta conforme á los planos, presupuestos y especificaciones que acuerde el Ejecutivo y serán valorizadas por la misma Comisión á que se refiere el artículo 3, sin que el Estado tenga que abonar sobreprecio en el caso de justipreciarse en más de 1.500,000 pesos. (Gaceta Oficial del 23 de Julio de 1910.) TOMO XLVII1,—82, 632 - ANALES DE LA de Gas y Electricidad dela Habana, hace proposiciones al Estado para que se instale en terrenos de su propiedad el crematorio para incineración de las basuras 4d que se refiere la Ley de 20 de Julio de 1910 y Decreto de la Presidencia N.” 1108, de 22 de Diciembre del mismo año, lo que da lugar al Decreto del ISS o N.? 230, de 5 de Abril último, en el que se acepta por el Estado la propo- sición de la Compañía de (Gas y Electricidad de la Haba- na, que consiste en ceder al Estado el usufr ucto por trein- ta años, prorrogables á otros treinta, del terreno de su pro- piedad que sea necesario ocupar para la construcción del referido crematorio y sus anexos, comprendidos en el proyecto ya aprobado, así como el que sea necesario en el barrio del Luyanó para el establecimiento de las ofici- nas y establos para el ganado y carretones afectos á los Servicios de Reparación de Calles y de Limpieza y Reco- vida de Basuras que no quepan en los establos de Figuras. “El terreno designado para el crematorio está situado en la esquina Sureste de las calles de Alambique y Dia- ria, barrio de Jesús María, con acceso directo por las ca- lles de Alambique, Diaria y Florida, distante una cua- dra de los muelles del litoral, 4 dos cuadras del actual vertedero de basuras, 4 una cuadra de las carrileras del Havana Central Railway Company y á dos cuadras de los establos de Figuras, propiedad del Estado, donde se ha de estabular la otra parte del ganado del Servicio de Re- cogida de Basuras, y está situado al Sur del casco de la ciudad y entre éste y sus barrios exteriores. “Los terrenos ofrecidos por la Compañía de (as y Elee- tricidad en el barrio de Luyand, están situados en el re- parto de Buena Vista de Luyanó, con acceso por la “cal zada de Concha. “Ofrece además la Compañía al Estado el derecho de tomar ád la misma, cuando ¿ su juicio lo creyese conve- niente, la corriente eléctrica que necesite para el funcio- namiento de los aparatos auxiliares del crematorio, al pre- cio especial de 4 K. W. hora, así como cuando por cual- quier concepto hubiese interrupción en la planta propia que ha de instalarse para el crematorio. “Como compensación a la cesión gratuita que hace la Compañía, el Estado le. permite el derecho exclusivo de ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 633 utilizar en calderas los productos de combustión de las basuras, que no sean necesarios para el funcionamiento propio del crematorio y para cuya utilización, dicha Com- pañía instalará 4 su costa las calderas de y vapor y acceso: rios que sean necesarios, en harmonía con las que el Esta- do verifique para su crematorio y con quien se pondrá de acuerdo para ello, siendo de su cargo el funcionamiento, conservación y reposición de dichas calderas y Accesorios, y del Estado el instalar y mantener su crematorio y Sus accesorios, trasportar, recibir y quemar las basuras, man- teniendo en buen estado de funcionamiento la planta de incineración y de su exclusivo cargo los gastos que estas operaciones requieran. Esta planta deberá funcionar cons- tantemente durante las 24 horas del día y no podrán lle- varse las basuras d ningún otro luear, 4 menos que re- sulte insuficiente su capacidad, para cuyo caso pudiera ampliarse en los terrenos contíguos á la Empresa si al Es- tado le conviniere en su oportunidad. “La Compañía de Gas y Electricidad de la Habana, no podrá hacer reclamación de indemnización alguna al Es- tado por las interrupciones en el funcionamiento del cre- matorio. “A la terminación del contrato ó de la prórroga en su caso el Estado retirará á su costo la planta de incinera- ción y los establos de los terrenos de la Compañía, á no ser que con ella se conviniera otra cosa, y sin que el Es- tado tenga que abonar cantidad alguna por usufructo de los terrenos ni por pretendidos daños y perjuicios. “Posteriormente á estos decretos se promulga el Decre- to núm. 731 de 19 de Agosto del corriente año en el cual se resuelve aceptar los cambios y adiciones propuestas por la Compañía de ras y Electricidad de la Habana, en comunicación de fecha 5 de Mayo, dirigida al Sr. Secre- tario de Obras Públicas y que consta en planos agrega- dos á la Faceta correspondiente. Estas modificaciones comprenden el establecimiento de unos pozos vertederos en la planta baja del edificio 4 donde puedan recolectarse las basuras, separándolas la parte de tierra que contengan, siendo lo demás trasbor dado por unas grúas 4 la plata forma que ha de conducirlas ¿ las for nallas; y sustituir las 634 ANALES DE LA AO : calderas y accesorios del proyecto de crematorio anterior- mente aprobado, con las calderas y accesorios mayores que se propone instalar. Esa sustitución resultará en be- neficio del Estado por cuanto ella así le proporcionará el vapor para la alimentación de las calderas del cremato- rio, sin otro beneficio ó retribución que el que resulte de la utilización de los productos de combustión del crema- torio. “También se acuerda que cuando por motivo de salubri- dad, el Departamento de Sanidad estime necesario pan por los hornos del crematorio la tierra que se proyecta separar de las basuras en los pozos vertederos, la Compa- Mía hará á sus costas las modificaciones que en dichos po- zos vertederos sean necesarias para que la tierra mencio- nada se envíe á los hornos conjuntamente con las demás basuras. “La Empresa se hace cargo de las responsabilidades que resulten por deficiencias en la planta para la incineración de las basuras, motivadas por las modificaciones ó adicio- nes del proyecto que por el presente se aprueba, y que las obligaciones de los Ferrocarriles Unidos de la Habana respecto del crematorio, en cuanto no las afectan dichas deficiencias, continuarán siendo las que tienen impuestas por la Ley de permuta de los terrenos del Arsenal por Villanueva y con la escritura de 23 de Diciembre de 1910. “INCINERACIÓN. —El principio en que basan los modernos crematorios de basuras, es en la inyección de aire forzado y en sostener la temperatura de la combustión por enci- ma de S90”? C., condición esencial que los diferencia de los antiguos crematorios de bajas temperaturas que per- mitían quedaran sin quemar partículas de residuos y los gases manifiestamente perjudiciales 4 la salud pública. “La eficacia del sistema de altas temperaturas motiva la reducción de los gases, destruyendo su acción mortifi- cante y nociva. Compr ueba este aserto el análisis practi- cado por el profesor M. J. Karl Colwell, de los gases emi- tidos por un incinerador del tipo Horsí fall, en Finsburg, en el que se observa la ausencia del óxido de carbono y del gas combustible. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 635 He aquí el cuadro que muestra dicho análisis: ANÁLISIS DE LOS GASES EMITIDOS POR UN INCINERADOR TIPO HORSFALL GAS DEL TRAGANTE PRINCIPAL GAS DE LA CHIMENEA T Marzo 1902 26 Febrero 1902 _Á _ —-xxxAAááá———— A — a OI 2 KK 31.50 p.m.|5h.50 p.m. | 1h.50”p. m.|2 h.20/p. m. 2682 C. 2939 Co 1769 5 C. 2109 C. Temperatura... z s 4 pl Acido carbónico Y, . 10 1.6 5.1 Dl Oxido de carbono. . 0.0 0.0 0.4 0.0 Oxigeno 1272 DAN) 14.2 13.4 SONO paca - - Nitrógeno 80.0 81.4 (9.9 80.9 A , S > Hidro carburos.. . 0.4 0.0 0.4 0.0 Gas de Marsh. . . . 0,4 0.0 0.0 0.0 Por ciento de aire. . 58.1 392.3 67.6 63.8 “Entre los distintos tipos de crematorios modernos se ha escogido por nuestro Gobierno el llamado “Destructor Heenan” que, á nuestro juicio, es uno de los incinerado- res más perfectos entre los de su clase. “El mecanismo de este Destructor consiste en un silo ó depósito 4 donde se vierten las basuras situado en el piso superior del edificio, ya sean éstas llev adas en carre- tones que suben por una pendiente suave, ó ya por erúas que trasborden los grandes envases Las basuras son sos- tenidas en el silo por una compuerta de hierro colocada en su extremidad inferior, desde donde pasan á una tolva de un metro cúbico de capacidad y en la que 4 voluntad del fogonero caen por una trampa de hierro á la fornalla, que está construída de ladrillos refractarios, con excep- ción de sus puertas, que son de hierro. Estas fornallas es- tán formadas por tres ó cuatro celdas dotadas cada una de ellas, de una parrilla independiente y movible, circuns- cia que permite limpiarlas y desobstruirlas de los mate- riales incombustibles introducidos con ue basuras, sin 1n- terrumpir el trabajo de las otras celdas. El resíduo de la combustión de las basuras alcanza á un 30 ó 40 por ciento del material quemado y consiste en una materia inofensi- 636 ANALES DE LA va, de color pizarra, llamada escoria, la cual puede ser utilizada en la fabricación de concreto y en el relleno de Caminos, aceras, pantanos, ete. stan provistas las forna- las, por la parte inferior de las parrillas, de unos ventila- dores que le impulsan el aire tomado de la cámara de combustión y por donde también pasan los gases y el hu- mo, obteniéndose de este modo la alta temperatura nece- sarta para la reducción de los gases en elementos Inofen- sivos. Un sistema especial en la colocación de los ventila- dores por distintos lugares del edificio, en conexión con los aparatos del crematorio, contribuye á este objetivo. Oxidados ya los gases por este procedimiento, pasan por conductores dentados á la cámara de polvo, situada adjunta á la base de la chimenea, en donde al chocar con las corrientes de baja temperatura, procedentes del tiro de la misma, se precipitan en sus paredes y pisos todas las partículas que fueron incomburentes. Esta cámara de polvo para que surta sus buenos efectos, deberá limpiarse por lo menos, cada quince días, con fuertes cepillos me- tálicos. “Entre estos aparatos que son los propios del destructor, se colocan las calderas de vapor para aprovechar la gran producción calórica generada por las fornallas. «El valor estimado del vapor obtenido por la combustión de cada cien toneladas de basuras, es equivalente á 10 6 16 toneladas de carbón de buena clase. Dato éste de im- portancia que nos da 4 conocer una de las ventajas econó- micas que se buscan en todos los países para localizar esas fábricas en los distritos urbanizados y con lo cual se logra hacer bajar hasta un mínimum el costo por tonelada “de basuras quemadas, que aleanzan hasta $1.25 cenando no son aprovechables estas fuentes de recursos.” Se ocupa luego el Dr. Sánchez y Agramonte del aspec- to sanitario, el cual suaprimimos por haberlo tratado am- pliamente en la primera parte de este informe, y después de estudiar la localización elegida para el Destr uctor, pre- senta las siguientes conclusiones: “1.*—Il “Destructor Heenan” aceptado por el Gobierno para destruir las basuras de esta ciudad, és un tipo per- fecto del crematorio moderno, cuyo pricipio descansa en ACADEMIA. DE CIENCIAS DE LA HABANA 137 lograr altas temperaturas por medio de la inyección for- zada de aire. 2."—5u localización en medio de la ciudad no puede ni debe causar molestias d los vecinos, ni perjuicios á la sa- lud pública, sie mpre que sea completo el sistema y per- fecto su funcionamiento. “3. —Implazado en las calles de Diaria y Alambique,no aumenta el costo de conducción de las basuras, por resul- tar equidistante de todos los extremos de la población. “4. *—Resulta peligroso para la salud pública. la fabrica- ción de pozos vertederos, porque aumentan las causas que tienden ¿ la fermentación de los resíduos orgánicos que contienen las basuras, provocan desprendimientos de ga- ses amoniacales y esparcen el polvo, y porque esa obra de fábrica tiene por objetivo el separar las tierras y otras sustancias incombnstibles, lo que evita sean quemados Ó pasados por el fuego, todos los materiales que pudieran aportar ó ser agentes infecciosos, lo que es necesario rea- lizar en bien de la salud pública. Con tal motivo, es de exigirse se construya la rampa que dé acceso ád los carre- tones para que viertan su contenido directamente al silo. “5."—- Resulta así mismo peligroso para la salud pública el continuar con el sistema actual de recogida y nc ción de basuras: Es necesario evitar que se levante y di- funda el polvo de la limpieza y el desprendimiento y re- gado de desperdicios cuando se realiza la conducción. Se recomienda la adopción del sistema de carros y vasijas modelos Zurich, como el que ofrece las mayores ga- rantías.” Este informe fué aprobado por la Junta Nacional de Sanidad y Beneficencia; pero más tarde el vocal de la misma, Dr. Raimundo Cabrera, presentó una moción ten- dente 4 modificar el sistema actual de recogida y trans- porte de basuras, para que su funcionamiento sea simul- tíneo con el del crematorio. Dicha moción, dice así: ““A LA JUNTA NACIONAL DE SANIDAD “El Vocal que suscribe, no tiene nada que objetar al laminoso informe de los Sres. Sánchez Agramonte y Guas- tella y agrega sus plácemes á los que la Junta les da con 638 ANALES DÉ LA o 5 o 5 5 5 5 ci su evidente aprobación por la labor que han realizado, demostrando con citas de autores, experiencia de otros pueblos y conocimiento de la materia, la eficacia de los aparatos crematorios modernos en los radios urbanos. “Pero debe recordar 4 la consideración de la Junta que en este asunto contienden dos intereses ó entidades res- petables: Una Empresa concesionaria que se obliga so- lemuemente á implantar y mantener un crematorio que llene todas las condiciones de salubridad y convenien- cia pública, instalada en un barrio de la ciudad á cambio de ciertos beneficios y un vecindario alarmado que duda y niega la eficacia de aquellos aparatos, que piensa que su salud será amenazada y sus propiedades disminnídas en valor y en rendimiento. “Sobre esos intereses opuestos está el Estado—el Go- bierno—que solicita el informe de esta respetable Corpo- ración para proceder con acierto, velar y asegurar la sa- lud pública, oir los clamores de la opinión popul: Ww y no atentar á los intereses particulares. “La Empresa del Gas se obliga 4 mantener un crema- torio de procedimiento per lecto, de ¿éxito satisfactorio probado por la experiencia; cumplirá í su obligación sin duda y el Estado cuidará y exigirá que la cumpla. Los Sres. Aori amonte y Gui astella hem demostrado con an in- forme erudito y sensato que el aparato crematorio que se va á instalar, rechaza toda objeción respecto ¿4 la salu- bridad en sus resultados. “Pero los vecinos del barrio en que el aparato se in- tenta instalar, más discuten sobre las inconveniencias del tránsito de las basuras de toda la ciudad por sus calles y su centralización en ellas, denunciando con razón, las de- ficiencias del sistema actual de recogida de basuras y ex- poniendo sus temores de que esas deficiencias continhen y se acentúen en daño del desarrollo de sus propiedades é intereses. “A este clamor que es justo y razonable, hay que res- ponder directamente con la misma eficacia con que se ¡lus- tra y afirma la bondad de los crematorios, creando simul- táneamente un nuevo sistema de recogida y transporte de basuras adecuado al erematorio y con las mismas condi- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 639 e AAA ERAS PCE AA AE AN ciones de eficencia para el aseo de la ciudad y la salud pública que el lugar de la ecremación. “Faltan en las conclusiones de los Sres. Sánchez Acra- monte y Guastella esta afirmación que ha sido sólo objeto de ligeras indicaciones en su trabajo y que reclama un estudio concienzado y comprobado por la experiencia, “Y en el deseo, el que suscribe, de seguir su noble ejemplo contribuyendo con civismo y since widad á la la: hor del Estado, que es atender y guardar la salud pública y los derechos de los ciud: adanos, y 4 reserva de emitir en su día, en el informe ¿jurídico que le está reservado, su opinión respecto de otras inconveniencias de un cremato- rio en el radio urbano: “Propone á la Junta acuerde adicionar «¿ las conclu- siones del informe de los Sres. Sánchez Agramonte y Guastella la sieuiente: “G2—La instalación y funcionamiento del crematorio ha de ser necesariamente simultáneo con el establecimiento de un nuevo sistema de recogida y transporte de basuras, cuyo proyecto se sometel rá previamente al estudio y apro- bación del Departamento de Sanidad de la República. “Habana, Noviembre 3 de 1911. (f) Raimundo Cabrera.” * e + Teniendo en cuenta todo cuanto acabamos de exponer en el cuerpo de este trabajo; conocidos los antecedentes y el modo de funcionar del Destructor de basuras, pase- mos 4 contestar categóricamente las preguntas forulldas por la C 'ompañí a de Gas y E a de la Habana y el Comité de Defensa del 4% y 5% Distritos de esta capital. La Compañía hace dos Les untas, ád saber: “1.*—5Si en la Habana puede seguirse la práctica, co- rriente en Inglaterra de instalar destructores de basuras en lugares céntricos de la población?” A esta pregunta responderemos, que: no hay para ello inconveniente, siempre y cuando se cumplan todas y cada una de las prescripciones higiénicas que antes hemos de- tallado, sobre todo las modificaciones consienadas en el TOMO XLVIM.—83. 640 AÑALES DÉ LA informe aprobado por la Junta Nacional de Sanidad y Be- neficencia. “2.*—5Si la interposición de calderas entre los hornos y la chimenea para generar vapor 4 180 libras de presión por pulgada cuadrada, supone que quien lo hace espera obtener alta temperatura de combustión en los hornos, y por tanto combustión completa, y que la cantidad de fuerza que se obtenga de dichas calderas depende de la perfección con que funcionen los hornos.” Para responder á esta segunda pregunta, de orden pu- ramente técnico, hemos recurrido á los En distinenidos ingenieros que figuran en la sección de Ciencias de nues- tra Academia, presentándoles la cuestión escueta, tal co- mo aparece lada en el párrafo anterior, y dos de ellos, los Sres. Paradela y Villalón, han tenido la amabili- dad de respondernos en sus cartas, en estos términos: El Sr. Francisco Paradela, dice: “Ahora bien, yo creo que no es posible —y yo no me atrevería 4 hacerlo —con- testar concreta y razonablemente «4 esa pregunta hecha aisladamente y prescindiendo de los antecedentes del :as0.” “Lo que si me atrevo á afirmar desde luego, es que la pregunta es demastido elástica para permitir una declara- ción como la que se pide que haga la Academia, fundán- dola en hechos que suponen que quien lo hace espera obte- ner el resultado que se apetece. (Lo que he sub-rayado es el único argumento que consta en la pregunta. )” “Y yo creo que una declaración de la Academia, no puede ni debe tener por fundamento hipótesis y espe- ranzas, por mucha que sea la respetabilidad de quien se base en las primeras para confiar en la realización de las segundas.” El Sr. José KR. Villalón por su parte dice: “La interpo- sición, entre los hornos y la chimenea del Destructor de basuras, supone que el que lo hace espera obtener alta tem- peratura de combustión en los hornos; pero la segunda parte de la pregunta “y por tanto combustión complet a no es una consecuencia lógica y necesaria, pues puede ob- tenerse temperatura ce alta para engendrar ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 641 vapor á alta reos sin que tenga que ser Ó sea necesa- riamente perfecta la combustión.” En cuanto á las preguntas que hace el Comité de De- fensa, respondere mos como sigue: “12—¿Reconoce la ciencia y por consiguiente tiene ya sancionado que sea más conveniente establecer hornos crematorios de basuras, dentro de las poblaciones de gran vecindario, que lejos de las mismas?” La ciencia reconoce que pueden establecerse destructo- res de basuras en cualquier punto de una población, con tal que se llenen los requisitos exigidos por la misma; pe- ro de ninguna manera tiene sancionado el que sea más conveniente establecerlos dentro de las poblaciones de eran vecindario, que lejos de las mismas. Buena prueba de ello la suministra el E del ingeniero Fetherston, pues de los 40 destructores visitados, solamente cuatro estaban situados en medio de las viviendas, en los lugares que él Mama críticos; 17 se encontraban emplazados en lu- gares de la población, que designa con el nombre de cén- bricos, por estar dentro de la urbe, pero sin casas en sus alrededores y los 19 restantes se encontraban en lugares completamente fuera de la población. La exigua propor- ción de un 10% que representa el emplazamiento crítico, contra el 42.5% de los céntricos y el 47.5% de los extra- urbanos, revelan bien á las claras, que la ciencia, 4 pesar de aceptar el establecimiento de los destructores dentro del perímetro de las poblaciones, prefiere el alejamiento de esta clase de plantas industriales, “2 *—¿El estado de perfección á que han llegado esa clase de construcciones, es de tal naturaleza que permite asegurar que en ningún caso bi en ningún tiempo ha de pr oducir polvo, malos olores, ni se puedan desprender miasmas deletéreos 6 mal sanos, ni ofrecer peligro de nin- oún género?” Desde el momento que los destructores produjesen pol- vos, malos olores 0 desprendiesen sustancias deletéreas, dejarían de llenar las condiciones exigidas por la ciencia, y ese caso no deberá permitirse su funcionamiento bajo ningún pretexto, debiendo ser inmediatamente denuncia- 642 ANALES DE LA dos como atentatorios « la salud pública para su inmedia- ta clausura. “3. —¿Admitiendo que un Destructor de basuras resulte inofensivo para la salud pública, aun estando rodeado de viviendas, no constituye para las mismas un serio peligro la convergencia, en sus inmediaciones, de Los 'arros de transporte, así como la descarga, trasiego y segregación de tierras de esas basuras, antes de la incineración?” Como según el acuerdo de la Junta Nacional de Sani- dad y Beneficencia, se ha suprimido el trasiego y segre- gación de las basuras, pues deben ser conjuntamente incl- neradas aquellas y éstas; y como, por otra parte, ya he- mos indicado las condiciones en que debe efectuarse el acarreo (en vehículos perfectamente cerrados) no consti- tuye la descarga y trasiego de los carros de transporte, un serio peligro para la salud pública; pero en tanto dicho acarreo se haga como en las actuales pésimas condiciones, no debe permitirse el funcionamiento de la planta por las eraves molestias y peligros que producirán al vecindario. “4%? -- ¿Teniendo en cuenta la aplicación industrial de es- e Destructor que exige el consumo gradual de esas ba- suras, y la influencia que sobre las mismas puede ejercer nuestro clima, no resulta un problema distinto al de in- cinerar basuras por higiene y en un país frio?” El problema de la incineración de las basuras, como de- be resolverse en cada caso, teniendo en cuenta las condi- ciones climatéricas y especiales del medio en que se reali- zan y ajustándoso á las especificaciones determinadas en :ada caso, no ofrece peligro; pero debe vigilarse el cum- plimiento de todas y cada una de las condiciones estipu- A “98 ¿51 existe alguna probabilidad de peligro, puede ABE como bueno el emplazamiento de Diaria esqui na á Alambique, en parte baja y al Sur de la ciudad?” Esta pregunta está de hecho contestada en la primera respuesta. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 6453 NOCIONES GENERALES DE QUIMICA. POR EL DR. GASTON ALONSO CUADRADO. (Sesión ordinaria del 22 de Marzo de 1912.) (Continuación. ) LeEccióN XIII Los cuerpos halógenos.—Fluor, Cloro, Bromo y Yodo.—Pro- piedudes generales. — Demostr ación de cierto atre de fami- lía natural entre estos elementos y lo que han contr ¿buido estas propiedades á las distintas clasificaciones de las sus- tancias simples de la quimica. In este grupo de elementos que tiene cierto atre de fa- milia, el cloro es el más importante, y 4 las propiedades químicas de este cuerpo se refieren todas las demás del orupo. La fuente de este cuerpo es el acido clorhídrico ó mu- riático como se le llama en el comercio, a] antes también se denominaba “espíritu de sal marina”. Aunque este acido es tan estable como el Abal se descompone por la corriente galvánica, y por una temperatura elevada de 1300% á 16009 C. en cloro y en hidrógeno, pero en la práctica se obtiene el cloro haciendo actuar el ácido clor- hídrico sobre sustancias oxidantes que se apoderan del hidrógeno para dejar el cloro en libertad; formándose al mismo tiempo agua. Regularmente se obtiene el cloro, de las soluciones acuosas del ¿cido clorhídrico, empleando los agentes oxidantes por la acción del calor, sobre todo. con los que tienen la propiedad de desprender oxígeno « la temperatura del calor rojo, como el óxido de mercurto, el de plata, el peróxido de manganeso, clorato potásico, ácido crómico, etc. La sustancia que generalmente se emplea es el peróxi- do de manganeso, el cual se trata por el ácido clorhídri- 644 ANALES DE LA co, dando lugar á la formación de cloruro de manganeso. La reacción se verifica en dos períodos, así es que sj re- presentamos el peróxido por MnoO, y el ácido clorhídrico por HCl, entonces la reacción se verifica entrando cuatro moléculas del ácido clorhídrico y una del peróxido en es- ta forma: Mn0,+4(HC)D)=MnC1, +2(H,0). Pero en realidad como el ato uro de manganeso es muy inestable, la reacción que se verifica por último, es la siguiente: MnO, +4(HC1)= MnCl, +2(H,0)+CL,. Todos los óxidos de manganeso, Mn,O,, MnO,, MnoO., Mn,0,; desprenden cloro cuando se tr: Lan con el ácido co HCL En los laboratorios se obtiene el cloro de muchos mo- dos, según que el precio del ácido clorhídrico sea mayor ó menor que el del ácido sulfúrico. Cuando se desea aho- rrar el HCl, entonces se prepara una mezcla de ácido sul. fárico, ácido clorhídrico y peróxido de manganeso, en cu- yo caso la reacción se verifica como sigue: S0,H,+2(HC!) + Mn0,=MnS0,+2(H,0) + 2(C1) en cuyo caso se desprende todo el cloro que contiene el ácido clorhídrico. Otro método consiste en obtener el cloro del clorido de sodio 0 sal común, y para ello se hace una mezcla de cin- co partes de clorido de sodio, cuatro de peróxido de man- ganeso y ocho de ¿cido sulfírico de 66%. Se tritura la sal mezclándola con el peróxido, se diluye el ácido en agua, se vierte la mezcla en la retorta 6 en el balón y se Sade el ¿ido cuando se han enfriado las soluciones. Se adapta el tubo de desprendimiento y se procede á calentar la re- torta que ha de estar colocada en baño de arena. El gas se recoge en campanas ó frascos en seco, pues no se pue- de emplear el baño hidroneumático ni el de mercurio. La reacción entre los cuerpos que han de producir el cloro, se verifica en dos períodos y puede expresarse así: ln el primer período, el ¿cido sulfúrico reacciona con el clorido sódico para formar sulfato de sodio y ácido clorhídrico. 2(NaC!) +50,H,=Na,S0,+2(HCI). Nueva cantidad de ácido sulfúrico en contacto con el TARA O E da DAA A ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 645 clorhídrico y el peróxido de manganeso, reaccionan del siemente modo: SO0,H,+2(H0D+Mn0,=MnS0, +2(M1,0)+CL; cuyas reacciones se pueden expresar por la siguiente ecuación: 2NaCI, +250,H,+Mn0,=Na,SO, + MnS0, 4-2 H,0 +Cl,. Se obtiene también reaccionando el ácido clorhídrico á la temperatura ordinaria sobre el hipoclorito de cal Ó sea la sustancia llamada cloruro de cal y también polvo de vas, cuya reacción se expresa así: Ca, CL, O, P4(HCI)=Ca Cl, +2(H,0)+2(C1,) Si comparamos el cloro con otros elementos como el carbono, el nitrógeno y con otros elementos no metálicos, encontramos enseguida las siguientes propiedades funda- mentales de los halógenos. Con los metales el cloro da una sal como el elorido de sodio, Con el hidrógeno forma una molécula enérgica conteniendo solo un átomo de hi- drógeno, (el de ido clorhídrico), y el mismo cloro es sus- ceptible de reempl war por metalepsis al hidrógeno, mien- tras que con el oxígeno forma óxidos de c arácter ácido. PROPIEDADES DEL CLORO. —s un gas de color amarillo verdoso, de olor sofocante y característico. Cuaudo des- ciende la lemperatura á 502 €. 9 cuando se aumenta la presión á seis atmósferas 4 09 C., el cloro se liquida te- niendo el mismo color, con una densidad de 1.3, y hierve á —-342 C. La densidad y peso atómico del cloro es 35.47 veces mayor que la del hidrógeno y por lo tanto la molé- cula de cloro será Cl, A 0? un volumen de agua disuel- ve 13 de cloro; 4 102 C. como tres volúmenes; y 4 50% C, otra vez 1). Esta solución se llama agua de cloro y así se emplea en medicina y en la práctica de laboratorio. Para obtener el agua de cloro se hace pasar el gas ob- tenido por cualquier: a de los medios que se han citado, por una serie de frascos de Wolf que contengan agua destilada. (Véase el apéndice de esta lección.) A 02 C., una solución saturada de cloro da un cristalo hidrato CLSH,0, que se disuelve fácilmente en cloro y agua cuando se calienta. El cloro mezclado con el hidró- 646 ANALES DE LA geno en volúmenes iguales, produce una explosión cuan- do se expone la me mall d le luz directa del sol. A la luz difusa la explosión es mucho menor, y como se puede es- tablecer una graduación entre la be "uridad y la luz com- pleta, resulta que esta mezcla ha tenido mucha importan- cia en fotografía química. En este lugar podemos citar una observación importante, y es que en física se demues- tra que en el espectro solar existen rayos cuya potencia principal es calórica, mientras que otros son de carácter lhumínico y otros de carácter químico (rayos actínicos), los cuales se encuentran principalmente en el color violeta y ultra-violeta del espectro. En la acción más ó menos lenta de estos rayos, sobre mezclas conocidas de cloro con el hi- drógeno, se funda el actinómetro de Bunsen y Roscoe. El ácido clorhídrico que se produce cuando se mezclan volúmenes iguales de cloro € hidrógeno, ocupa un volu- men leual á An suma de los volúmenes originales, á la mis- ma presión y 4 la misma temperatura, y de aquí se dedu- ce que se verifica un fenómeno de sustitución entre las moléculas de hidrógeno y las de cloro: así es que en este caso entran dos moléculas en reacción, y se obtienen dos moléculas ask H,+C0L=HCI4+ HCl, cuyo fenómeno se puede expresar así: pa ale o 0 A HE = 00 Casi todos los metales se combinan directamente con el eloro para formar cloridos, y alguno de ellos como el de sodio y el antimonio se combinan rapidamente con des- prendimie nto de luz y calor; así es que muchos metales arden en el cloro. Hasta el oro y el platino que no se combinan directamente con el oxígeno, se unen directa- mente al cloro. Las combinaciones que forma el cloro con los metales son semejantes ó iguales en estructura «€ las que forma con los no metales; con la diferencia que estas últimas tie- nen funciones ácidas, mientras que los cloridos metálicos constituyen sales. La mayoría de los 10 metales se combinan directamente con el cloro, exe epto el nitrógeno, el carbono y el oxíge- no. Los cloridos fosforoso y sulfuroso, EOL JO respec- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 647 tivamente, no tienen las o a de las sales; y si los cloridos metálicos M, Cl, se corresponden con las bases Mn O. y sus hidratos; entonces los cloridos de los no me- tales se relacionan con los anhídridos y los ¿cidos. Así: Na SRE al Sie) POr ral Na(HO) Fe(HO), Sn(HO), P(HO), H(HO). No debemos abandonar el cloro sin citar un suceso 1m- portante de la historia de la química; cuando Dumas y Laurent descubrieron el hecho de que el cloro siendo un elemento electronegativo, es susceptible de reemplazar al hidrógeno en las combinaciones, demostrando así que las combinaciones estables no dependen de la polarización opuesta de los elementos, como se sostenía en la teoría electroquímica de Berzelius. A esta sustitución del hi- drógeno, que es un elemento electropositivo, por el cloro, que es un elemento electronegativo, se denominó Metalep- sis. ln la metalepsia del cloro con los carburos de hidró- geno, siempre se forma ácido clorhídrico, por ejemplo: CH, +01,=C H, C14+H CL. Como se ve esta división de la molécula de cloro Cl, en dos eS es una confirmación plena de la ley de Abogadro-Gerhardt, según la cual la molécula de cloro se compone de dos OS de esta sustancia, de los que uno reemplaza al hidrógeno y el otro se une 4 él. Entre los varios compuestos de cloro que tienen mucha importancia industrial, se encuentra la combinación del cloro con el hidrato de cal, para formar el hipoclorito de cal, que tam- bién se llama cloruro de cal, polvos para blanquear la ro- pa, €. Si el cloro actúa sobre los álcalis hidratados á la temperatura ordinaria, el eloro sustituye al hidrógeno, formándose al mismo tiempo ácido clorhídrico, el cual en presencia del sodio, forma clorido de sodio, así es que la reacción se ve ile: ven dos fases PUNA HOL0L=Na 01 0-20 OL 22 Na HO+-H Cl=Na C1PH,0. —Cuyas fórmulas se pueden reducir 4 una, en la siguiente forma: 2NaHO--C1,=Na Cl4Na CJ] O74-H,0O. Tomo xLV11,—B4. 648 ANALES DE LA Si en Ingar de los ¿lcalis cáusticos, empleamos el hidra- to de cal, la reacción es semejante, obteniéndose una mez- cla del producto de la metalepsta v el clorido de calcio, as GA HO) 2001: = Cal 0, J06 a CL, +2 H, O. En este caso tenemos la mezcla de hipoclorito de calcio y de clorido. El cloro en contacto con el amoniaco da lu- sar á productos de descomposicion y de metalepsia que es menester tener muy en cuenta. Cuando hay amoniaco suficiente, da lugar a la forma- ción de sal amoniaco y nitrógeno, que se desprende así: 8(N H,)+3 Cl, =6 NH, +N; pero si continúa habiéndole en exceso, la metalepsia es completa, formándose N H,+3 CL=N Cl,+3 HCI, esto es, el clorido de nitró- geno que es un líquido sumamente explosivo y peligroso, aun para obtenerle en pequeñas cantidades; lo que quiere decir que se ha de poner mucho cuidado en tener juntas sustancias que desprendan cloro y amoniaco. Desde este punto de vista, fácil es ver lo que sucede: la formación del clorido de nitrógeno necesita la absorción de mucha 'antidad de calor, y como al descomponerse este líquido da lugar á la separación de sus elementos al estado de vas, con el gran desprendimiento de calor que absorbió en su formación, que asciende 4 38.000 unidades; resulta una concurrencia de fenómenos que necesariamente ha de producir una enorme a easeosa, mayor que la de la dinamita. Los productos de la metalepsia de los álcalis hidratados N O Cl y Ca (CL, 0,), se pueden conceptuar como sales, Pero el hidrato correspondiente d estas sales H Cl O, no se encuentra al estado libre porque es un ácido de los más débiles que existen, y además se descompone con mucha facilidad en agua y biie así: 2 H Cl 0,=H,0-FCLO. Estos cuerpos sirven de transición entre el ácido clorhí- drico, los cloridos y el cloro, y además entre una serie de compuestos que contienen los mismos elementos combina- dos con mayor cantidad de oxígeno, d saber: CIS Na Cl, HCL. =ácido- clorhídrico: C l, O. Na CUOHoCIO: =>" 1 Ampoclotes.! al O, NaGroO,SENCIO, =P MClOTOSO: ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 649 €, Os, E PONIEACIO =p CÓrICO: CL O. Na: Cr O, E6NCLO,='.0 perclórico: A la combinación de H C1 0, corresponden las sales llamadas cloratos. M Cl 0, como el clorato potásico K- CO), muy usado en medicina y en la industria. La propiedad de formar sales con los metales y ácidos enérgicos con el hidrógeno, la de sustituir ¿4 éste en las combinaciones y la de formar óxidos de carácter acido con el oxígeno, es condición de otros tres elementos lla mados Fluor, Bromo, Yodo. Estos elementos tienen los pesos atómicos siguientes: Fluor, Hi =438:119 Cloro, MI == Bromos- Bt ="U996 Modos. ru. == LAGO Entre las propiedades físico-químicas y mecánicas de estos elementos existen cierta dependenci la gradual que se relaciona estrechamente con el peso atómico respectivo. Otra propiedad de estos elementos es su equivalencia para formar compuestos de formas definidas como se ve por estos ejemplos. Con el hidrógeno forman: Heb EOL ES Br ich Y lo mismo es. su capacidad para combinarse con el oxigeno, excepto el fluor: razón que se puede explicar teniendo en cuenta que el yodo, que es el último de la serie, tiene mucha más facilidad para formar cuerpos estables con el oxígeno, siéndolo menos los de cloro, y ocupando un lugar intermedio el bromo: así es que por la misma naturaleza del peso atómico del fluor indica que su capacidad para formar combinaciones con el oxígeno había de ser mucho menor. Los compuestos de bromo y yodo que corresponden á H Cl O, son: ARDE BrvO, UE O, yn He Yo O: Con el hidrógeno forman compuestos univalentes, y septivalentes en relación con el oxígeno. Todos sus compuestos con el hidrógeno y con el oxígeno son de naturaleza ácida, así es que según Mendeleeff, los elemen- tos halógenos son de naturaleza exclusivamente ácida. Fiuor.—No se pudo obtener al estado libre, en mucho tiempo por la facilidad que tiene para descomponer el agua y unirse á otros cuerpos cuando se halla en libertad. 650 ANALES DE LA El método para obtenerle le descubrió Mr. Moissan en 1586 descomponiendo el ácido fluorhídrico anhidro liqui- dado 4 una temperatura de —23%C, contenido en un tubo en forma de U, al que le había añadido una pequeña cantidad de fluorido de potasio para hacerle mejor con- ductor, y haciendo pasar una corriente poderosa de 20 «elementos de Bunsen colocados en series, apareció el hidrógeno en el polo negativo y el fluor en el positivo (de platino iridiado) como un gas incoloro que dese 'OmMpu- so el agua con formación de ozono y ácido fluorhídrico, combinándose directamente con el silicio, dando lugar á la formación. de fluorido silícico Si Fl,, y con el boro B Fl,, con el azufre, dl. Entre los compuestos naturales de fluor se encuentra el fluorido de calcio Ca Fl,, ósea el espato flúor, y la eryolita, ó sea el fluorido de e aluminio Na, Al Fl. El principal compuesto de fluor es el ácido fluorhídrico H Fl, que no se puede obtener en retorta de vidrio por- que le ataca en seguida, y se prepara en retortas de plomo, ó mejor, cuando se quiere obtener puro, en retorta de platino. Ll ácido fluorhídrico se obtiene tratando el polvo de espato fluor por el ácido sulfúrico, y aunque comienza la reacción á la temperatura ordinaria, no se completa hasta la de 1300. La reacción se explica en esta forma: Ca Fl, 4 S0, H,= CaS 0, + 2H Fl Cuando este cuerpo se recoge en recipientes sometidos á una mezcla frigorífica, 0 baja temperatura, se condensa en un líquido incoloro que hierve 4 —19% y tiene una densidad de 0.9849 4 122 C. Se disuelve con mucha ra- pidez en el agua, y cuando se hacen caer unas cotas del ¿cido fluorhídrico sobre el líquido, produce un ruido como el que causa el hierro al estado candente cuando se sumer- ge en el líquido. Elácido fluorhídrico cuando se halla en solución acuosa saturada, es un líquido incoloro, fumante, que hierve ¿4 la temperatura de 20 con una densidad de 1.06. Si se somete el ¿cido diluido á la destilación, la tempe- ratura de la ebullición se fija en 120% C, y se condensa un líquido que corresponde á un hidrato de la forma HA EO: ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 651 Es un ácido sumamente corrosivo que ataca todos los metales, exceptuando el mercurio, plata, oro, platino y plomo. — Corroe el vidrio, y produce sobre la piel lavas, que son muy dolorosas y que se curan con mucha dificul. tad. Se conserva bien en vasos de platino, pero al co- mercio viene en frascos de caucho. Los metaloides no ejercen acción alguna sobre este «cido, excepto el silicio y el boro. Cuando se mezcla exactamente uba parte de ¿cido bórico, recién fundido, con dos de fluorido de calcio en polvo fino, y sometiendo la mezcla en retorta de porcelana á la temperatura del rojo intenso, se produce un gas que se recoge en la cuba hidrárgiro-neumática. La reacción que se verifica es la sigujente: 4 B, 0, + 3 Ca El, =M2eBBl ER Ca O, esto es, se for ma fluorido e boro y borato de clio S1 se mezcla el espato fluor, con arena y ácido sulfúrico, y se somete á la destilación en una retorta, se produce un vas, el fluorido silícico que se recoge en la cuba hidrárgl- ro- neumática. La reacción se expresa así: Si 0,+3 Ca FL+4+385 0, H, = 3 CaSO,+81 Fl¿+3 H, O Este cuerpo produce el ácido hidrofluosilícico con el agua, y como al ponerse en contacto con este líquido se forman unos copos blancos que obstruirían el tubo de conducción, se hace pasar antes el gas por una masa de mercurio. En este caso la reacción que se verifica es la siguiente: 3 Si Fl, +— 3 H,O = Si O, + 2 (Si Fl,, 6 H El.) Por lo que llevamos dicho de las propiedades del fluor, vemos que las analogías con el cloro, no son perfectas como las de éste con los demás halógenos, pues por ejem- plo, el fluor forma con la plata un fluorido soluble, mien- tras que los otros halógenos dan sales de plata insolubles. Además el fluor da sales ácidas con los metales alcalinos K H Fl,, 2H El, en tanto que los demás halógenos solo dan sales normales, K CL, Na Br, K Y. Estos halógenos se encuentran en las aguas del mar, aunque el bromo y el yodo lo están en pequeña canti- dad, que se necesitan reacciones especiales para demostrar su presencia. Así mientras esta agua contiene 20 eramos por litro de cloro, solo contiene 0.07 gramos de bromo: 692 ANALES DE LA Bromo.— Aunque en un tiempo se extraía el bromo de las aguas madres que resultaban en la obtención del clorido de sodio de las aguas del mar; hoy tanto el bromo como el yodo se obtienen también de las aguas minerales como las de Krenzuach y Seoonebsek, que contienen en sulución bromidos y yodidos metálicos además del clorido de sodio. La principal fuente de bromo procede hoy de las minas potásicas de Stassfurt, donde se encuentra en las aguas madres que contienen bromidos metalicos, des- pués de haberse separado por cristalización las sales potásicas. La obtención del bromo se produce fácilmente aunque se hallen mezclados los cloridos y bromidos, por la pro- piedad que tiene el cloro de desalojarle de sus combina- ciones; así es que el método se reduceá añadir al agua madre, una pequeña cantidad de peróxido de manganeso y ácido sulfírico que tienen la propiedad de hacer des- prender eloro; y éste en estado naciente, sustituye- al bromo desprendiéndose éste al estado de libertad. El bromo es un líquido oscuro, de color pardo rojizo, que desprende vapores muy sofocantes desde la tempera: tura ordinaria, y que son venenosos. La densidad "de su vapor muestra que su molécula se compone de dos átomos, Br,. En frío se congela el bromo dando escamas pardo-azulosas como el yodo. El punto de fusión del bromo es de—7.05% Su densidad a 0? C. es de 3.187, y 4 15% C. es de 3.0. Su punto de ebullición es de 58.7%. Una parte de bromo á 5 C. se disuelve en 27 partes de agua, y 4 15% C. en 29 partes, Yono.—Fste cuerpo se obtiene de las cenizas de las plantas del género “fucus” que el mar arroja á las playas de las costas de Francia, Inglaterra y España, por procedi- mientos análogos d los que se emplean para el bromo; pero hoy casi todo el yodo se obtiene de las aguas madres, procedentes de la cristalización de los nitratos de sodio en las minas de Chile. El yodo se presenta en láminas de forma cristalina, de color gris acerado oscuro. La densidad de los cristales es de 4. 95, se funde 41142 y hierve 4 1842 C. A una temperatura más baja, y aun ála ordinaria comienza ¿ desprender vapores de color violado, de donde viene su ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 6553 nombre. El yodo destruye la piel, y es un poderoso antiséptico. Se puede considerar como insoluble en agua, puesto que solo se disuelve en la proporción de 5. Ll alcohol puro disuelve poca cantidad de yodo, pero au- menta considerablemente cuando interviene la formación de un compuesto de yodo, el yodido etílico. Se disuelve en mayor cantidad en el éter, pero sus disolventes natura- les son los carburos de hidrógeno, el bisulfido de car- bono, «. El cloroformo se tiñe de color rosa con muy débiles cantidades de yodo, valiéndose la química analítica de esta propiedad para descubrir la presencia del yodo en muy pequeñas cantidades. ste cuerpo tiene también la propiedad de teñir el almidón formando un compuesto azul característico, y con cuya sustancia se pueden descu- brir también muy pequeñas cantidades de yodo. Por lo expuesto vemos que comparando los cuatro ele” mentos fluor, cloro, bromo y yodo, tenemos ejemplos de sustancias simples análogas que se coordinan entre sí por sus propiedades físicas, en el mismo orden que se coordinan las relaciones de los pesos moleculares y atómi- cos. Estas relaciones tienen una semejanza que no puede ser de mera coincidencia exclusivamente, sino consecuen- cia de una ley natural, como los compuestos polímeros de la química orgánica; por ejemplo los carburos de hidró- geno de la fórmula Con El dondere HL. Co H.+-son gases, mientras que los de mayor peso atómico 4 molecu- lar C¿ H,o, €, H,, €, son líquidos y los más elevados son sólidos. Esta semejanza se relaciona también con la ley de Abogadro, con la clasificación de todos los label por Mendeleeff. y también con las concepciones de William Crookes, y otros respecto á los fundamentos de la evolu- ción de la materia, partiendo de una materia prima el ““protylo”, del cual proceden todos los elementos que conoce la química. 654 ANALES DE LA Lección XIV Olorido sódico y ácido clorhidrico.— Fenómenos de susti- tución. —Doctrína de la dinamicidad ó cuantivalencia 5 De Sa O A , de los elementos. — Combinaciones de los halógenos con los ON , , E , e metales, y con el hidrógeno. — Carácter tipico de estos compuestos. —Leyes de Berthollet. Así como los elementos halógenos y sus compuestos despiertan analogías de constitución molecular con otros elementos, del mismo modo los que estudiamos primero, á saber: el oxígeno, el hidrógeno, el nitrógeno y el carbo- no, que también se suelen llamar organógenos porque constituyen principalmente los organismos; suscitan otras analogías, pero de otro orden; puesto que mientras los halógenos no se combinan entre sf, los oreanógenos lo verifican, dando lugar á tipos de constitución que abarcan toda la química en cierto orden de progresión. Las combinaciones de estos cuerpos con el hidrógeno forman el tipo al cual se pueden referir todos los demás de la química, y que recuerdan los Tipos Químicos for- mulados por Dumas y Laurent, cuando concibieron y de- mostraron la teoría de las sustituciones, Aquí tenemos los Tipos: H.H y en general HR 1,0 Hidróxeno HH y en general H R Agua FLO £ ad a a Amonilaco ETAN de A EIA Gas de los pantanos H,C Ss A (Observación) Como curiosidad insertamos aquí los tipos de Dumas y Laurent completados por Willianson Wurtz, y Grerh: ard que son los siguientes: 1? —Tipo Hidrógeno E e ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 055 la cual pertenecen los radicales monoatómicos, ó los dia- tómicos cuya molécula está formada de un solo :¿¿tomo. EL mb Y Cy | np Na Li fai Ajo CUB el Cy 1 So Na Lil. Ao] Cloro Bromo Yodo Cianógeno Potasio Sodio Litio Plata 29 —Tipo Ácido clorhídrico e al cual se refieren todas las combinaciones que forman los cuerpos halógenos con todos los elementos y radicales monoatómicos, como por ejemplo: o ti ads loc O (Na. la a IST Me O kr Ollas A > —Tipo Agus ( le Pipo Agua Hj 9) al cual se refieren todos los compuestos que forman el oxígeno, azufre, selenio, y teluro con los radicales monoa- tÓmICOS, y aleunos de los que producen con los radicales diatómicos: los óxidos de los sulfidos, se lenidos, sus sales y del como ] K N: Os 1 CULO: 1 les E RO O NOS MS AA Hidratos Oxidos Acidos Sales Sulfidos H 47 —Tipo Amoniaco H H al cual se refieren los cuerpos que se derivan del amoniaco, así como los compuestos en que el nitrógeno se halla reem- plazado por el fósforo, arsénico, antimonio y bismuto, como por ejemplo: Cl El | yl | H Cl N [e > As H > Sb Cl 1) H H] Triclorido de Fosfido hídrico Arsenido hídrico Antimonido nitrógeno hídrico De estos cuatro tipos se hacían derivar otros de forma con- densada, y que hoy se refieren á las combinaciones de los ra- dicales atómicos, diatómicos, con el hidrógeno, «. Entre los ejemplos del segundo tipo condensado se citan los siguientes: DY . Dia LO, lo A po Lo ] E pas 3 El | 3 ] R j 3 EM | 3 Hidrato de antimonio Hidrato de Acido fosforoso Acido fosfórico óxido de bismuto TOMO xLVII.—8), 656 ANATES DE LA Comparando estas concepciones, con las quese han desarrollado en el tiempo, con los nuevos estudios y des- cubrimientos, se ve bien como han servido de una base erandiosa donde se ha fundado la química moderna, y como también la idea de los radicales compuestos ha sido una base profética. Es evidente que si comparamos los cuatro tipos de Laurent y Gerhard, con los consignados al principio de esta lección, podemos reducir el tipo ácido clorhídrico, al tipo hidrógeno, y en cambio introducir el tipo cardo de hidrógeno, metano, al cual pueden referirse los com- puestos de la « química organica, y de alennos elementos poliatómicos: HH) Elo HN 1) Metano Esta propiedad que tienen algunos elementos para for- mar compuestos definidos con el hidrógeno, Ó con otros elementos análogos, indica la posibilidad de predecir la composición de muchos otros de sus compuestos. Así, si sabemos que un elemento E se combina con el hidrógeno para formar el compuesto H E, y no forma H,E, H,E, H, En; entonces en - virtud .de las leyes de sustitución, podemos deducir que este elemento es sus- ceptible de formar compuestos de la forma E, O, E¿N, E HO, EH, C, 4. + El cloro:es uno:de los elementos de esta clase. Si conocemos otro elemento, P, que como el oxíge- no puede formar con el hidrógeno un compuesto de e fórmula H, P entonces podemos esperar que forme com- puestos como el peroxido de hidrógeno H, O,, algunos óxidos metálicos como Ca 0, ó el anhídrido carbónico C O,, óxido de carbono, CO, €. El azufre es uno de estos elementos. Estos conceptos son los que constituyen la doctrina de la dinamicidad 4 cuantivalencia de los elementos, porque en efecto existen muchas formas de combinación que son análogas d las que produce el hidrógeno, otras al tipo de oxígeno, otras á las del nitrógeno, €; pero hay otras mu- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA BT chas clases de combinaciones que hay necesidad de ex- presar de modo distinto, y por esta razón es menester hallarnos familiarizados con las combinaciones salinas de un carácter especial correspondiente con los ácidos y bases. Aunque la dinamicidad de los radicales expresa muy bien una porción de fenómenos químicos, existen otros que no entran en esta coordinación de propiedades, por- que hay cuerpos que presentan afinidades libres. Por ejemplo, el H, el Cl, £, aparecen en estado libre como moléculas de H, y OL, las cuales se pueden comparar con los radicales compuestos monovalentes, mientras que otros como el potasio y el sodio contienen un solo ¿tomo en la molécula. El cloro, por ejemplo, es monovalente con el hidrógeno, septivalente con respeuto al oxígeno; el “azu- [re es bivalente respecto al hidrógeno, y exavalente res- pecto al oxígeno. En resumidas cuentas, la dinamicidad d atomicidad de los elementos, aunque es una concepción que clasifica muchas propiedades de combinación, no puede constituir una base fija de coordinación de los elementos. Solo en las combinaciones hidrogenadas del carbono, esto es en los fundamentos de las combinaciones orgánicas, es donde se aplica con mucho éxito. Como tipo de combinaciones salinas que inducen uva porción de propiedades químicas tenemos el Olor ido de Sodio 6 sal común, que por un lado se relaciona con las combinaciones ácidas, como el ácido clorhídrico, y por otro con las bases como el hidrato de sodio, 4 de otro modo, es la combinación de un metaloide como el cloro, con un metal como el sodio. EL cCcLorIDpO DE sopio óÓ sal común es uno de los cuerpos más conocidos de la naturaleza, abunda en las lormaciones primarias de la corteza terrestre, y es el prin- cipal condimento que emplea el género humano para componer sus alimentos. Regularmente se obtiene de las aguas del mar, y constituye una gran industria en todos los litorales de las regiones templadas del mundo. En sintesis consiste el procedimiento de fabricación en formar lagunas artificiales 4 aprovecharse de las naturales que hay en las costas, establecimiendo canales que permitan 658 ANALES DE LA entrar el agua cuando sube la marea, y no dejarla salir hasta que se haya evaporado y abandonado cristales de clorido de sodio con algunas otras impurezas. En otras localidades emplean aparatos de evaporación al vacío, para obtener la cristalización de las sales que existen en el agua del mar, empleando los mismos que se usan en las fábricas de azúcar, principalmente el cuadruple efecto sistema Lillie. En el interior de los continentes se extrae la sal de los yacimientos de sal miberal 6 sal gema de roca: y como originalmente proceden de los lazos salados que se forma- ron en las épocas geológicas primitivas, los procedimientos de obtención son análogos: y generalmente en la indus- tria se forman pozos profundos de los cuales extraen el agua saturada de sal común con bastante cantidad de sulfato de calcio. En Rusia y en los Estados Unidos existen muchos yacimientos de sal de roca bien cristaliza- da y bien pura, de donde se extrae la sal para mandarla «lirectamente al consumo. El clorido de sodio puro en cristales 0 en masas com- pactas, transparentes é incoloras, pareciéndose al cristal de roca, cristaliza por lo general en el sistema cúbico, y raramente en el a Se funde al estado líquido á la temperatura de 774* C, dando por enfriamiento uba masa compacta a A la temperatura del rojo co- mienza á volatilizarse, y al calor blanco se volatiliza por completo. Una a saturada de sal común « la tem- peratura ordinaria contiene 26. .% de sal, y estas solucio- nes á la temperatura ordinaria, y á la de ebullición dan eristales anhidros, pero a bajas temperaturas (—12C) cn eristales prismáticos con dos equivalentes de agua Na Cl, 2 H,O. Las soluciones aun no saturadas cuando se enfrían bajo 0, dan cristales de hielo, pero cuando la so- lución tiene exactamente una composición de Na Cl, 10 H,O se solidifica completamente 4 la temperatura de —23”. Estas soluciones se emplean hoy mucho para obtener mezclas frigoríficas El elorido de sodio forma soluciones cuya densidad ó gravedad específica manifiesta algunas irregularidades. Ya ee halle en solución ó ya fundido se descompone con faci- lidad cuando se la somete á la corriente galvánica, y en ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 659 estado de fusión con electrodos de platino 6 de carbón formando éste el polo positivo, y negativo el platino ó mercurio; se descompone en dos sustancias, una de ellas constituyendo el gas llamado cloro, de mal olor, que se dirige al polo positivo, +, la otra, una materia blanca, só- lida, que se dirige al polo negativo, llamada sodio, de- mostrándose así que la sal común es una combinación de dos sustancias, cloro y sodio. Estas sustancias inmedia- tamente que se hallan aisladas por la pila eléctrica actúan sobre el agua: el sodio hace desprender el hidrógeno del agua para formar con el oxígeno sosa cáustica ú óxido de sodio, mientras que el cloro hace desprender el oxígeno para combinarse con el hidrógeno y formar ¿cido clorhí- drico, Esta es la razón por qué al pasar la corriente eléc- trica por una solución acuosa de sal común, no encontra- mos el metal sodio al estado libre, sino una mezcla de ácido clorhídrico, cloro y oxígeno que aparecen en el polo positivo, y una mezcla de hidrógeno y sosa cáustica en el polo negativo, asf: 2 Na 01 + 2H,0=Na0 + H, + 01 + H C1 +0 Cuaudo esta sal y otras del mismo tipo se descomponen por la corriente galvánica en un metal y en un haloide, presentan una sencillez en su composición que no la mues- tran las sales que contienen oxígeno, habiendo dado lugar este hecho á la teoría de las sales, considerándolas como compuestas de un radical con el hidrógeno. Pero al mo- do de todas las sales se forman éstas por intermedio de la acción de una base y un ácido con formación de agua, y así: Na HO + H Cl = Na Cl + H, O El clorido de sodio es un constituyente de los organis- mos superiores, y forma parte de los alimentos, como se puede comprobar observando como el ácido clorhídrico y las sales de sodio se encuentran en las sustancias que se separan de la sangre, en el estómago y los intestinos. Activo crormíbrico.—Cuando el ácido sulfúrico se vier- te sobre sal común, aun ¿la temperatura ordinaria, se forma una sal llamada su/fato de sodio, y se desprende un 660 ANALES DE LA sas oloroso, sofocante, que no es otra cosa que el ácido clorhídrico. La reacción se puede ex a así NaCl. + SO, Hi, == ¡Na ELS:0, «puHdl Clorido sódico Acido sulfúrico sulfato de is Acido ácido clorhidrico La reacción no es completa sino se aplica el calor, pues llega un momento que cesa en conformidad con la fórmu- la expresada, y ahí se detiene, aunque haya ácido sulfúri- co, en exceso. Si existen dos moléculas de clorido só- dico (117 partes) y una de ácido sulfúrico (98 partes), y se calienta la mezcla á una lemperatura moderada, solo se descompone la mitad de sal común (58.5 par tes). Si se eleva más la temperatura la reacción es completa, pero en este caso la reacción se verifica entre el sulfato ¿cido de sodio y el resto del clorido, así: Na Cl. ¿Na ELISEO, =:Na. 5075.40) Este fenómeno es muy importante en la historia de la química, porque es el fundamento de las leyes de Bertho- llet; pues se ha observado que siempre que se pueda for- mar un acido volátil por la sustitución del hidrógeno del acido sulfírico H, S O,, por un metal M, este acido se forma de todos modos, y según se está verificando, se puede considerar como si esta formación fuera la causa del progreso de la reacción. Para preparar este ¿cido clorhídrico en los laboratorios al estado gaseoso no hay más que hacer decrepitar la sal común, para separar el agua de interposición que contiene, y se vierte en un matraz, añadiendo suficiente cantidad de ácido sulfúrico concentrado. Se adapta un tubo de des- prendimie nto en comunicación con la cuba hidrargiro- neumática, y ésta con una campana para recoger gases. Se calienta luego la retorta, y al principio el gas loe drico se desprende acompañado de aire, desechándose por lo tanto las primeras porciones. Si el ácido clorhí- drico se desea obtener en solución (por más que esta ope- ración solo se efectúa por curiosidad, porque el comercio le suministra barato y químicamente puro) á la retorta se adapta un tubo de seguridad y se comienza la operación aplicando el calor con cuidado y haciendo pasar el gas primero por un frasco de tres bocas que contiene una pe- queña cantidad de agua para lavar el gas, y después por ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 661 otros dos frascos de agua donde se disuelve el clor- hídrico. Se recomienda operar en el laboratorio con las canti- dades siguientes: 30 partes de clorido de sodio, 30 de ácido sulfúrico de 1 pe de densidad, diluído en un tercio de su peso de agua, y 20 partes de agua que se ha de poner en los frascos de condensación. e omo la disolución del gas clorhídrico en el agua produce calor, los frascos de condensación se mantienen á la tempel ratura ordinaria sumergiéndoles en alguna mezcla frigorífica, Ó bien ha- ciendo pasar por la superficie externa de los vasos una corriente de agua fría. En la industria se prepara por los mismos métodos, em- pleando grandes cilindros de hierro que se cargan con 160 kilogramos de clorido sódico y 140 de ácido sulfúrico, recogiendo y disolviendo el gas en grandes vasijas de o vidriado dispuestas al modo de los frascos. En este caso el ácido es un producto secundario, puesto que el objeto principal es la obtención del sulfato de sodio Na, SO, según hemos formulado antes. Sin embargo co- mo en a actualidad se necesitan enormes cantidades de este ácido en la industria, en aleunos puntos tiene más importancia el ácido que la sal, El ácido clorhídrico H Cl, es gaseoso, incoloro, irritan- te y de sabor ácido muy pronunciado, produciendo abun- dantes vapores que irritan las vías respiratorias provocan- do la tos. Su densidad es de 1.247 y por lo tanto como es bastante pesado, el tubo de conducción que lleva el vas al líquido solo debe penetrar un poco dentro del agua, pues si penetra hasta el fondo puede interrumpirse la Co- rriente. A la temperatura de 02 C y ú la presión de 40 atmósferas, se convierte en un líquido incoloro cuya den- sidad es de 0.908. Tiene mucha afinidad para el agua, combinándose con ella rápidamente, y cuando se AE Ssa- turado el líquido, adquiere una densidad de 1.23 desarro- llándose mucho calor. Si la solución saturada se calienta conteniendo 45% de gas, todo él se desprende con una ligera mezcla de vapor acuoso. Las soluciones de este ácido presentan algunas anomalías cuando se e xponen á diferentes presiones, pero esto es debido 4 que forma va- rios hidratos definidos, 662 ANALES DE LA En solución acuosa el ácido actúa como el nítrico, y en algunas reacciones es tan enérgico como él, pero como no tiene oxígeno carece de la acción oxidante del ácido nÍtrico. La mayor parte de los metales descomponen el ácido clorhídrico, (hasta los que no descomponen el ácido sul- fírico haciendo desprender su hidrógeno) dando lugar al desprendimiento de hidrógeno y combinándose con el cloro. La cantidad de ácido clorhídrico que entra en reacción depende de la atomicidad del metal, así es que con los metales monovalentes, como el e ó la plata, forma un solo clorido Ag Cl, F Cl, Na CL, €. Con los bi- valentes forma dos lados combinándose dos átomos de cloro con uno del metal, como el clorido cáprico Cu Cl, el de plomo Pb Cl,, el de mercurio Hg Cl,, %, así es que actuando directamente el ¿cido clorhídrico con el metal, se obtiene el clorido con desprendimiento de hidrógeno, así: A A IA OA OIE y E 2 HO ei Ou E lssds 2 CAS Ho i= He 0d Y también con otros elementos trivalentes forma los eloridos GE: Cl FIA =D Ed: 6H Cl + 4 Fe = 2 Fe, Cl, + 3 H, Siempre que el oxígeno sustituy e al cloro en las com- binaciones, lo hace en la proporción de uno de oxígeno, O, por dos de cloro, Cl,, en virtud de que el oxígeno es bivalente como en H, O. Cuando el ácido clorhídrico actúa sobre los óxidos, se efectúa una doble descomposición en la misma forma que con los oxacidos, ast: KAO A O == GS Cu HO, + 2H€C1:="C0 CL 2-2 EL0 ALERO, 133 HON =ADOL: BO Las reacciones 4 que da lugar el H Cl sobre los demás enerpos, y la formación de sus diversos compuestos de- muestran perfectamente la importancia que en química tienen las leyes formuladas por el químico francés Bertho- llet hace más de un siglo y que pueden expresarse así: 12 —Los fenómenos de afinidad y demás fuerzas que ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 665 tienden 4 unir los cuerpos, son el efecto de una fuerza principal semejante ú la que atrae los cuerpos hacia el centro de la tierra, y que se podrá llegar 4 calcular como la gravitación universal. 22 —Cuando un cuerpo se halla en presencia de otros dos en cantidad suficiente para satisfacer la afinidad del primero, y si ambos tienen igual afinidad para él; enton- ces el cuerpo se combinara con los dos, y se producirán dos compuestos; te niendo cada uno la mitad del peso que tenía el primero, quedando en libertad la mitad de los otros dos. Por ejemplo, si llamamos A al primer cuerpo, y B y € d cada uno de los otros dos que tienen la misma afi nidad para él: entonces se formarán los compuestos JA + B y3 A + o quedando en libertad la mitad de B y de €. SS mismo cuerpo A, se halla en presencia de los cuer do B y €, y suponemos en B una afinidad doble para A, de la que tiene €, pero suponiendo al mismo tiempo que €, se halla en proporción de 2 €, se pai dos compuestos Se A + Bel uno y de A + Cel otro, y cuyos compuestos cada uno tendrá la mitad de A. Pero si ambos cuerpos B y €, existen solo en las pro- porciones convenientes para formar un compuesto con A, entonces el cuerpo Á se unirá 4 % de B, y solo á + de C: 6 lo que es lo mismo, se formarán dos proporciones de A + B y una sola de A + €. 42 --Cuando dos cuerpos compuestos se hallan en con- tacto en condiciones convenientes, sus factores se combi- nan según sus afinidades. Siempre que en las reacciones se pueda formar un ácido volátil por medio de la sustitución del hidrógeno del ácido sulfúrico por un metal, se produce la reacción. Así, si te- nemos un cuerpo fijo ó poco volátil, como el clorido de de sodio, y otro apenas volátil, como el ¿cido sulfírico, después que han cambiado de lugar el hidrógeno y el so- dio, se obtiene sulfato sódico fijo y ácido clorhídrico gaseoso. Na Cl + Na 4H. 5S:0, ='H Cl + Na, 8 0, Mientras esta reacción pueda tormarse, 0 haya EOS len- te masa para producirse, el ¿cido rd nico CSASCOSO CON- TOMO XLVIi.—Sb, 664 ANALES DE LA tinuará hasta el flu. En todos estos casos la propiedad volátil del ácido determina el progreso de la reacción. Pero supongamos ahora que el ¿cido sea soluble, pero que no sea volátil, ó que la reacción se verifique en un espacio cerrado donde el ¿cido formado no pueda des- prenderse bien, si se actúa ¿€ la temperatura ordinaria, cuando el cuerpo no pueda convertirse en estado elástico de vapor: entonces la descomposición no se verifica hasta el fin, sino solo hasta cierto límite. Las leyes de Berthollet parten de la suposición de que las reacciones químicas no solo se verifican en virtud de la medida de la afinidad entre las diferentes sustancias, sino por la influencia de las masas relativas que entran en a Si dos sustancias tienen los cuerpos simples A B CU D, si se ponen en contacto formarán por doble des- composic ión los compuestos AC y BD; pero la forma- ción de estos nuevos compuestos no llesa 4 determinarse completamente, mientras uno de ellos no se separe de la esfera de acción de los demás. En este caso es necesario que el cuerpo que se separe tenga diferentes propiedades físicas, diferentes de los otros que se hallan presentes. Unas veces la sustancia separada es un gas, mientras que las otras dos son sólidas ó líquidas; otras veces es un sóli- do insoluble. mientras que las otras dos son líquidas y solubles. Si no se ha separado nada del contacto mutuo de las sustancias que han entrado en reacción, entonces las canti- dades relativas de las sustancias resultantes dependen únicamente de las cantidades relativas de las sustancias A By C D; y de la medida de la afinidad existente en- tre ls elementos A, B, € y D. Mas por muy erande que sean sus masas, ó por muy considerable que sea la afinidad ó la atracción: en cualquiera de estos casos la reacción cesa, sino se separa nada de la esfera de acción; al sus- penderse la descomposición se establece una especie de equilibrio, y en lugar de dos compuestos son cuatro los que existen en la masa total, 4 saber: una porción de los cuerpos originales A B y CD, así como cierta cantidad de sustancias nuevamente formadas A D, y B C, si se admite que no se han de producir B, D y A, €; como nin euna otra sustancia; y así es el caso en la doble descom- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 665 posición de dos sales donde A y € son metales, y B y D halógenos. Este cambio de metales se verifica según Spring aun en las sales al estado sólido, siempre que se hallen en contae- to íntimo, en un estado de división extre ma, y en una mezcla muy exacta. Se ha de tener presente que el pro- blema se complica cuando es desigual el número de mo- léculas, ó cuando la cuaritivalencia de los elementos con- tenidos en las sales son diferentes, Ó6 cuando interviene aleún disolvente que se halle en gran proporción. Un estas nociones, no cuadra un estudio profundo de estas concepciones porque para su buena interpretación se necesitan abundantes datos y conocimientos más con- cretos, bastándonos con dejar consignado el principio más importante de las doctrinas de Berthollet, que consiste en admitir que existe un límite en el cambio de descomposi- ción 9 en el establecimiento de un estado de equilibrio entre las soluciones salinas: límite que se explica bien, ya se admita la teoría kinética de los gases, Ó ya la teoría electroquímica de los yones. Lección XV Sales de sodi.—Sulfatos.— Carbonatos. —Sosa. —Impor- tancia del descubrimiento del método Le Blanc en la ín- dustria moderna.— Oxido de sodio.— Sodio.— Propte- dades. Estubio DE LOS METALES Y SUS COMBINACIONES MÁS IM- PORTANTES.—Con el estudio de estos cuerpos comenzare- mos á conocer los metales y su importancia, no solo en su naturaleza sino en las artes industriales. Si consideramos primero el sulfato de sodio, partiendo del clorido de sodio, luego el carbonato partiendo del sulfato, 4 continuación el óxido de sodio ó sosa cáustica partiendo del carbonato, y por último, el metal sodio partiendo del óxido: tenemos la historia de una clase de fenómenos químicos de suma importancia, y del proceso de desarrollo de las industrias químicas que constituyen la vida de la humanidad y de la ervilización. ¿ Ya hemos visto en las leccionss anteriores que si pone- 666 ANALES DE LA mos en contacto el clorido (9 como se dice comunmente el cloruro de sodio) con el ¿cido sulfúrico, y después ca- lentamos fuertemente la mezcla, se forma la sal neutra sulfato de sodio Na, 5 O,, y se desprende ácido clorhí- drico H Cl Pero hemos visto también que si interpretamos la for- mación de esta sal según las leyes de Berthollet, se puede concebir que este cuerpo, el cual constituye un caso típi- co de una gran serie de combinaciones, se obtenga por doble descomposición en multitud de circunstancias, Cuando se mezcla el clorido de sodio Na Cl, y el sulfa- to de plomo Pb SO,, la masa se funde con facilidad por medio del calor, y continuando su acción se ve que ád ma- yor temperatura se desprenden vapores pesados de' elori- do de plomo Pb Cl, Cuando ha cesado el desprendimien- to de este cuerpo, y dejando enfriar la masa, se trata por el agua, ésta lleva en co sulfato de sodio Na,SO, con clorido de la misma base. En el residuo queda bas- tante cantidad de sulfato de plomo sin descomponer, pero la acción bla se expresa así: b$S0,+ 2 Na CI=Pb Cl, 4- Na, SO, Por lo E desprendiéndose el clorido de plomo por ser más volátil, quedan como residuo las tres sales posi- bles: sulfato de plomo sin descomponer Pb SO,, clorido de sodio Na Cl que no ha actuado, y el sulfato de sodio forma- do en gran parte Na, SO,. En este caso vemos que el sulfa- to de plomo ha influído lo mismo en la descomposición del clorido de sodio como si hubiera actuado el ácido sulfúri- co solo, y en ambos casos se ve que la causa determinante de la reacción es el haberse separado de la esfera de ac- ción de las sustancias restantes en el primer caso, el gas ácido clorhídrico H Cl, y en el segundo la sal volátil, el clorido de plomo Pb € E Pongamos ahora en contacto una solución de una sal soluble de plomo y otra solución de sulfato de sodio, por ejemplo, el mismo clorido de plomo, que es á la tempera- tura ordinaria algo soluble, y entonces tenemos que se precipita al. estado insoluble el sulfato de plomo, así es que en el caso de las soluciones se nos presenta el fenóme- no o Pb CL + Na, SO0,=2 Na Cl + Pb SO, ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 667 Esto es, en este caso el plomo toma los elementos del ácido sulfúrico, del sulfato de sodio. Los sulfatos de magnesio, de aluminio, de hierro, «, en solución, mezclados con otra solución de sal común, for- man cloridos de magnesio, aluminio, hierro, «€, y sulfato de sodio, porque esta sal es menos soluble que los cloridos, y sí las soluciones se concentran, cristaliza el sulfato de so- dio cuando se enfrían, así: Mg SO, + 2 (Na Cl) =Na,SO0, + Mg CL Esta reacción es muy importante porque se aprovechan de ella para obtener el sulfato de sodio en los grandes es- tablecimientos donde se explota el agua del mar. Por esta razón también en los grandes depósitos geológicos donde se encuentra el clorido de sodio ó sal gemma, se encuentra el sulfato al estado natural, como sucede en las minas de Stasffurt, en las estepas del Volga, y en España en la pro- vincia de Madrid, así como en Inglaterra, en Epson. El sulfato de sodio también se denomina sal de Glaubero, y se encuentra en estratos de composición y bastante pura ¿ igual de la forma Na, SO,, 10 H, O. Si los yacimientos se presentan en forma anhidra Na, SO,, en mineralogía se llama thenardita. El sulfato de sodio se disuelve con facilidad en el agua, y se obtiene en estado anhidro sin más que iv calentando la solución y evaporando el líquido hasta que no pierda de su peso la masa resultante, porque si continúa la acción del calor, la sal pierde los elementos del anhídrido sulfá- rico. Como son muy curiosas las condiciones de su solu- bilidad, es conveniente citarlas aquí, porque enseñan tam- bién la complejidad de los fenómenos químicos. A 09, 100 partes de agua disuelven cinco partes de sul- fato de sodio anhidro; 4 109 disuelven nueve partes; dé 202 disuelven 19; 4 30? disuelven cuarenta partes, y 4 34? cin- cuenta y ciuco, aunque haya exceso de cristales con 10 equivalentes de agua, Na, SO, 10 H, O. A 349 C estos cristales se funden, y disminuye la solu- ción á mayor temperatura. Estas anomalías en la solubilidad dependen de que en soluciones concentradas el sulfato de sodio forma varios 668 ANALES DE LA hidratos cristalizables «4 diferentes temperaturas como el Na, S0,, 14 H, O, el Na, S0,, 7 H, O; y el monohidrato Nao mEO: Ae a sal ordidaria cristalizada con 10 equivalentes de agua esá la que se denomina sal de Glaubero, Na,SO,10H,0, y es la que se usa en medicina. El sulfato de sodio tiene tendencia ád formar sales dobles, sobre todo cuando contienen el mismo ¿cido, como sucede con los sulfatos de cromo, aluminio, magnesio, mangane- so y ferroso, las cuales por evaporación de sus soluciones cristalizan sus dobles sales. Esta tendencia es la misma que cuando la sal se combina con el ácido sulfírico mismo dando la sal ácida, así: Na, 00, + 50, 1H, =2 (Na 5:07) pero la combinaci ión es bastante débil y se “descompone con facilidad separándose el ¿cido sulfírico S O, H,. Cuan- do la ¿sal ácida se calienta, pierde agua y da la sal anhidra Na, S, O,, d la temperatura del rojo incipiente. El sulfato de sodio por doble descomposición con otras sales forma una sal que contiene otro ácido, como por ejemplo: Na, SO, + Ba Cl,=Ba S O, + 2 (Na Cl) (1) Cuando se calienta este sulfato de sodio á la temperatu- ra de la fusión, sobre todo en contacto con otras sustan- (1) Estas reacciones de doble descomposición para dar lugar á la formación de hidratos metálicos es muy general y así podemos citar la preparación del hidrato magnésico, por medio de las siguientes reacciones: ; Ca S O, + Nas CO, = Ca CO; + Nas S Oy Sulfato cálcico Carbonato Carbonato Sultato de sodio cálcico sódico Ca Hz (COz)» + Ca Ho, O, = 2 (Ca CO) + 2 (1/2 0) Bicarbonato Hidrato de cal Carbonato Agua de calcio cálcico Hidrato de calcio Carbonato sódico Carbonato Hidrato sódico cálcico Mg.S04.. +1.2(Na H:0) == Mg H,0,. + Na 2804 Sulfato de Hidrato de Hidrato Sulfato de so magnesia sodio de magnesia Estas reacciones indican las descomposiciones químicas que se ve- rifican en la descomposición de las calderas de vapor cuando se em- plea el carbonato de sodio. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 669 cias, se descompone con evolución de oxígeno, formando sulfito de sodio Na, SO,=Na, SO, + 0,, según las circuns- tancias (como en la formación del cristal) y luego sulfuro de sodio, cuando se mezcla con carbón, dando bioxido de carbono y sulfuro de sodio, en esta forma: Na, ¡SO -21:206:= Na, 5 42005 De esta reacción se aprovecha la industria para prepa: rar por medio del sulfato de sodio, el carbonato Na, CO,, que también se llama ceniza de sosa, y estas reacciones son el fundamento de las grandes fábricas de productos químicos, que son como la materia prima para una enor- me producción de otras operaciones industriales. En estas fábricas donde se obtiene el carbonato de so- dio se prepara el ácido sulfúrico, el cual actuando sobre el clorido de sodio, ó sal común, se convierte en sulfato de sodio, y éste á su vez en contacto con el carbón, pro- duce el carbonato de sodio, y por último la sosa cáustica. Por la importancia que encierra esta industria, y por la descripción del método de lixiviación empleado que se asemeja el sistema de difusión de la caña, nos detendre- mos en algunos detalles. Las cantidades de las sustancias que entran en reacción y que no se diferencian mucho de las cantidades teóricas, son las siguientes: 1000 kilogramos de sulfato de sodio anhidro. E ia carbonato de calcio. A AA carbón. La reacción ha lugar en un horno de reverbero cons- truído de ladrillos refractarios. Se calienta la mezcla hasta la fusión, urgándola continuamente. Se desprende gas Óxido de carbono que se quema, produciéndo- se ligeras llamaradas azules. Cuando cesan estos vapores el obrero retira del fuego una pequeña cantidad de mate- ria para observar su aspecto, y cerciorarse de si, por la homogeneidad de la masa, la fusión se halla completa. En este caso se extrae la materia pastosa por medio de un rastrillo, se deja enfriar, se reduce á polvo la masa en mo- linos especiales verticales, y el polvo se vierte en cajas que existen dentro de grandes tanques con objeto de proceder á la lixiviación. Esta se efectúa por medio del 670 ANALES DE LA método siguiente, que evita el consumo de grandes canti- dades de agua. Supongamos una serie de tanques retangulares coloca- dos en gradas y provistos de llaves para desaguar en un tanque contiguo inferior. Dentro de estos tanques es don- de se hallan las cajas de tamaño un poco menor en todas dimensiones para dejar espacio suficiente en la distribu- ción del agua, y cuyo fondo se halla constituído por una tela metálica. n estas cajas es donde se coloca la materia que se ha de lixiviar. Llenas estas cajas de la materia pulverulenta, y dejando caer agua por la parte superior de la caja del tanque Núm. 1, el líquido va empapando toda la masa, disolviendo bastante cantidad de materia; y solo cuando el líquido llegue al fonao es cuando va ocupando el es- pacio intermedio del tanque. De este modo y cayendo el agua por la parte superior de la caja interior, el líqui- do atraviesa regularmente todas las capas de la masa Ántes de llegar al espacio intermedio. Supongamos queen la primera caja se haya puesto un metro cúbico de polvo que contenga 40 kilos de carbona- to de sodio, y se hayan vertido 500 litros de agua, ó sea cantidad suficiente para imbibir completamente la masa y disolver la materia soluble. Cuando se halle el tan- que lleno de agua, se suspende la entrada del nuevo lí- quido, y se deja actuar d éste por espacio de doce horas, al cabo de las cuales se destapan ó abren diferentes llaves pequeñas que se hallan dispuestas en el fondo del tanque, y se deja caer el líquido en el tanque contiguo que se ha- lla debajo; pero de modo que también el líquido se vierta sobre la parte superior de la caja de este segundo tanque, la cual estará llena también del polvo de lan masa fundida. Como además del líquido que se vierte del primero al segundo tanque, parle de él ha de quedar imbibido en el polvo de la primera caja; supongamos que de los 500 li tros de agua que se vertieron en la primera caja se hayan quedado absorbidos 250, y por lo tanto si los 500 litros de agua disolvieron 40 kilos de carbonato de la primera caja, resultará que al segundo tanque pasarán 250 litros de líquido conteniendo 20 kilogramos de carbonato de AGADEMÍA DE CIENCIAS DÉ LA HABANA 671 sodio, mientras que quedan otros veinte kilos en solución en el líquido que permanece en la primera caja. Ahora se reemplaza en la caja del primer tanque con agua el volumen de la solución que se separó, esto es 250 litros de agua, se deja permanecer otras doce horas, tiem- po suficiente para que el agua nuevamente añadida se di- funda en la solución que quedó imbibida; y por último, se deja salir la solución por la parte inferior del t: anque. Es evidente que en estasegunda operación obtendremos otros 250 litros de líquido conteniendo la mitad del car- bonato que tenía disuelto en la masa imbibida, esto es 10 kiloeramos, pueste que los otros 250 litros que perma necen imbibidos retienen los otros 10 kilogramos de car- bonato. Llamando A, á la primera solución y B, ¿la segundo, es natural que si se repite por tercera vez la operación en el primer tanque, los 250 litros de líquido que fluyan €, contendrán la mitad del carbonato contenido en el líquido B, ó sean 5 kilos. Continuando los lavados en la misma forma obten- dremos: 3 En el primer lavado, 250 litros de líquido A, contendrán 20 kilos En el segundo ,, 250 E a se E 10 $ En el tercero a 250 El Ae (04 E 5 A En el cuarto cl 20 A 1D). a DD E, En el quinto e AD E E, 125 En el sexto Sa 250 z EN Ñ 063 Si no llevamos más adelante la operación de los lavas dos vemos que se habrán obtenido 39.37 kilos de carbo- nato de sodio en los 1500 litros de agua empleados. Ahora bien, supongamos que en lugar de haber hecho el tratamiento fraccionado, le hubiéramos efectuado de una vez, vertiendo 1750 litros de agua fresca para reco- ser los 1500 litros anteriores. En este caso habriamos obtenido únicamente 34.3 kilos de materia disuelta, que- dando 5.7 kilos en la masa, porque si: 1750 litros contienen 40 kilos de carbonato lio los 250 litros que quedan imbibidos retendrán 5.7 kilos. Vertamos ahora en el segundo tanque, lleno con masa fresca, los líquidos A y B, que provienen del primero, es- to es, los líquidos que en 500 litros contienen 30 kilos de materia disuelta. Separando el líquido después de doce TOMO XLVII.—S87. 672 AÑALÉS DE LA horas, obtendremos 250 litros de una solución A”, conte- niendo 35 kilos de carbonato, cuya disolución es bastante rica para someterla á la evaporación inmediatamente. Lo que queda después en la caja contendrá la misma cantidad de carbonato; luego si sobre ella se vierten ahora los 250 litros de líquido Ud que contienen 5 kilos de carbonato, al obtener después de las doce horas 250 litros que se sepa ran y que llamaremos 4, en este líquido habrá la misma cantidad de materia disuelta que contiene el líquido pri- mero A, que proviene del primer lavado de la primera caja, esto es, 20 kilos de carbonato. Si dejamos caer ahora sobre la masa los 250 litros pro- venientes del tratamiento D, que contendrá 2.5 kilos de carbonato disuelto, se obtendrán 250 litros de un líquido (” conteniendo 11.25 kilos, Ó sea un líquido un poco más rico que la solución B, procedente de la primera caja. Los 250 litros del líquido E, que contienen 1.25 kilos de materia disuelta si se vierten sobre la materia que es- tamos tratando, al fin de las doce horas saldrán 250 litros de un líquido P”, conteniendo 6.25 kilos de carbonato, cantidad semejante al líquido C, de la primera caja. Por último, los 250 litros del líquido F que contiene 0.63 kilos de carbonato sódico al pasar por la masa de es- te último tratamiento darán un volumen igual de una so- lución 4”, que debe contener 3.44 kilos. Pasando des- pués agua fresca dos veces seguidas sobre la sustancia contenida en las dos cajas, se obtendrá un primer líquido 1" conteniendo 1.72 kilos y un segundo licor (7 conte- niendo 0.86 kilos de carbonato. Se opera del mismo modo con los líquidos PB" €” DE Ss y pe lo efectuado con los eat primitivos A, B, DAR "Se les hd pasar por una carga fresca contenida en la primera caja, tomando la precaución de no someter á la evaporación más que los líquidos que contengan por lo menos 35 kilos de materia disuelta en 250 litros de agua. El carbonato de sodio cristaliza en eruesos cristales con- teniendo 69.9% de agua, siendo su fórmula Na, CO,, 10 Oy e cristales se esflorecen al aire muy pronto. Cuando cristaliza en caliente las proporciones del agua de cristalización son menores, así es que los cristales. proce- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 673 dentes de una solución concentrada que está sometida á la ebullición solo contiene 158% de agua. La solubilidad de carbonato de sodio presenta anoma- lías semejantes «d las que hemos señalado para el sulfato. BICARBONATO DE SODIO, CARBONATO DE SODIO HIDROGENA- DO, CARBONATO ÁCIDO DE soDIo: se obtiene haciendo pasar una corriente de gas anhídrido carbónico á través de una solución concentrada de carbonato de sodio neutro, y co- mo el bicarbonato es menos soluble que el carbonato neu- tro, se precipita en gran parte en forma de cristales. La composición química de esta sal puede representarse como una combinación del ácido carbónico € O, H,, con el caz bonato normal, Na, CO, + CO, TL, = 21(Na ECO) ifste cuerpo se descompone con facilidad por medio del calor. SESQUICARBONATO DESODIO: Na, € O,, 2 (Na H CO,),2 (H,0), es otra sal que se e ON Led solución hirviendo de bicarbonato. Se encuentra en la natu- raleza al estado cristalino y se conoce con el nombre de natron ó sal trona, y se forma en los paises tropicales du: rante la estación de las lluvias en los pequeños lagos ó pantanos en las partes bajas y Lcd del suelo. (Reg- nault, Cours Elementaire de Chimie, t. 2 p. 165.) HibrATO DE SODIO, sOSA CÁUSTICA: Na H O.—Es una de las combinaciones del sodio que tiene mucha importancia desde el punto de vista de los fundamentos de la química, de la industria y de las artes. Se obtiene del carbonato en virtud de las leyes de Berthollet, de que siempre que resulte una sal insoluble, actuando una base sobre una sal soluble, habrá descomposición, apoderándose del ácido dicha base, y precipitándose al estado insoluble. La base empleada es la cal en forma de lechada, porque la solu- ción del carbonato debe estar bastante diluída para que la reacción se verifique, y quede en solución el hidrato sódi- co que los ingleses denominan también soda. La reacción se produce con una molécula de cada uno de los cuerpos que entran en reacción, d sea con una mo- lécula de carbonato de sodio y otra de hidrato de cal, así: Na, CO, + Ca H, 0,=2 (Na H 0) + Ca C O, 674 ANALES DE LA La operación se hace en vasija de hierro ó de plata, porque la sosa cáustica ataca «¿ la porcelana y al vidrio, y la solución de carbonato ha de estar diluída al 10% y ele- varla 4 la ebullición antes que se comience «d verter por porciones y con lentitud la lechada de cal, con objeto de que se verifique la reacción. Al verter la lechada. de cal se enturbia el líquido, no solo porque es muy poco so- luble en el agua, sino porque al mismo tiempo se forma cl carbonato de calcio que es insoluble. Cuando se considera por las cantidades empleadas que se ha descompuesto todo el carbonato de sodio se ensaya el líquido filtrando una pequeña cantidad, y tratándole por un ácido más enérgico, como el clorhídrico; y si no se desprende anhídrido carbónico en virtud de la reacción Na, € 0, + 2 (H Cl) = 2 (Na Cl) + H,0 + CO, es que ya se E verificado la operación; debiendo advertir que hemos de emplear una cantidad doble de cal de la que corresponde á la teoría, así es que por lo general se toman partes iguales en peso del carbonato y de la cal. Se deja decantar el líquido y la parte clara se vierte en unas calderas de hierro y mejor de plata, donde se evapo- ra el agua lo más rápidamente posible hasta sequedad. Luego: se lleva la masa al estado de fusión, y en este esta- do la masa pasa 4 unos moldes en forma de cilindros ó de lentejas donde se solidifica y enfría. La solución del hidrato de sodio cuando por evapora- ción llega 4 la densidad de 1.38, y si en este caso se deja enfriar á 0% se forman cristales de la fórmula 2 (Na H O» 7 (HL, O), y estos cristales se funden 4 + 6%C. En las grandes fábricas de ¿lcalis se emplean diferentes procedimientos de obtención adaptados ád los productos secundarios que resultan en las diferentes operaciones. Así en el procedimiento Le Blane la sosa cáustica se prepara directamente del álcali que resulta de las aguas madres después de la separación del carbonato. El hidrato de sodio obtenido como hemos indicado se denomina sosa por la cal. Este producto se purifica di- solviéndolo en el alcohol para separar las impuridades por decantación, el alcohol se destila para recoger el disol- vente, y el sólido resultante se denomina sosa por el alcohol. ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 675 El producto es muy soluble en el agua, en el alcohol y hasta en el éter, tiene propiedades muy cúusticas, y es de un peso específico de 2.13. Es una base alcalina muy enérgica como la potasa, y es el hidrato básico que se to- ma como tipo para expresar las combinaciones del agua con los óxidos metálicos. Tiene un poder destructor enor- me destruyendo todas las materias orgánicas. Sonro: Na. — Recordemos como hemos trasformado el clorido de sodio ó sal común en sulfato, como el sulfato le trasftormamos en carbonato, y por último como del car- bonato hemos obtenido el hidrato de sodio óÓ sosa '4ustica, Por mucho tiempo se creyó que este óxido era un ele- mento, hasta que en 1807 el químico inglés Davy, le des- cubrió, haciendo pasar una corriente salvá ánica por sosa cáustica humedecida en contacto con el polo positivo, mientras que el polo negativo lo puso en contacto con una pequeña cantidad de mercurio colocado en una cavidad abierta en la sosa. Haciendo pasar la corriente de una poderosa pila de Volta, Davy vió que se separaba un me- tal que se disolvía en el mercurio, y que tenía la propie- dad de ser más volátil que el mercurio, y susceptible de descomponer el agua, apoderándose de su oxígeno y dando otra vez origen á la formación de sosa cáustica. De este modo se demostró la existencia del metal sodio, así por el análisis como por la síntesis: dando lugar al descubrimiento importantísimo de la química, de desco- rrer el velo que cubría la compleja composición de los ál- calis. Desde entonces se fijó mejor la idea de lo que es un elemento, y este método de preparación sirvió de mé- todo general para descomponer muchos otros óxidos que se consideraban indescomponibles. El procedimiento actual para la obtención del sodio in- dustrialmente, consiste en hacer una mezcla de 7 partes de carbonato de sodio anhidro, dos partes de carbón ve- getal y otras 7 de carbonato de cal ó de óxido de calcio solo. En este caso la cal solo sirve de intermedio para que durante la fusión queden mezclados íntimamente el carbonato de sodio y el carbón. La mezcla íntima se po- ne en una retorta ó mejor en un tubo de hierro que se ca- lienta al rojo blanco verificándose la reacción siguiente: 676 ANALES DE LA Na, CO: + :2,6=Na, +8 (010) El sodio se volatiliza y se condensan los vapores en un E especial al estado líquido, y r lnego se recoge en vasijas que contengan naphta ó pe tróleo, con objeto de evitar el contacto del aire. Hoy se redestila en aparatos especiales para purificar este Cuerpo, El sodio puro es un cuerpo metálico, lustroso como la plata y tan blando como la cera, y en contacto del aire se recubre de una costra de hidrato de sodio Na HO. Su densidad á la temperatura ordinaria es de 0.98, se funde con facilidad á la temperatura de 95% €, y destila al calor rojo vivo (900%). Forma aleaciones con la mayor parte de los metales, y una de sus propiedades más importantes consiste en la facilidad que tiene para descomponer el agua, y la de desprender hidrógeno de la mayoría de los compuestos hidro; enados. Con el oxígeno forma tres grados de combinación dan- do un subóxido, Na, O, un óxido Na, O, y un peróxido Na O. Los tres óxidos forman con el agua hidrato de sodio, según las siguientes fórmulas: Subóxido Na, O + 3(H,0) e (Narro Ele Oxido Na, O E ERAO =2(NaiEl 0) Peróxido 2 (Na O) + H, 0) 2 Na O) 0) Todas las combinaciones que hemos señalado para los diferentes compuestos del sodio se pueden comparar y aplicar con las que forman los restantes metales alcalinos, como el potasio y el litio, dando lugar á reacciones seme- jantes también. De este modo nos vamos formando idea de los grupos naturales que encontramos entre los elementos, predicién- donos el concepto de la evolución de la materia, DS, A A A ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 6771 Lección XVI Potasio.—Litio.—Rubidio y Cesto.—Analogias de estos - metales y sus combinaciones con las del sodio.—Sales de potasa.— Cenizas de los vegetales. — Principales yacimien- tos de potasa.— Minas de Sttasfurt.— Importancia de las sales de potasa en agricultura.— Obtención de la potasa de las plantas. Los metales alcalinos asi como los metaloides halógenos, forman dos series de elementos que revelan el parentesco existente entre los diversos cuerpos simples que estudia la química, y recuerdan la ley de la evolución que se pre- senta en todos los fenómenos naturales. Comparemos la relación que existe entre los pesos ató- micos del fluor 19, el bromo 80, el yodo 127; con el peso atómico del cloro 35.5 contenido en la sal común de un lado; y comparemos por otro lado las relaciones existentes entre el peso atómico del litio Li, 7, el potasio, K, 39, el ru- bidio, Rb, 85, y el cesio, Us, 133; y entonces veremos que estos metales guardan una relación respecto del sodio, Na, 23; como el cloro respecto á los halógenos. Al estado libre, los metales citados son todos como el sodio, blandos, susceptibles de descomponer el agua á la temperatura ordinaria, se oxidan en el aire húmedo, for- man hidróxidos solubles conteniendo propiedades básicas de la composición R H O, igual á la de la sosa cáustica. Estas semejanzas son aún más notables cuando se com- paran otros compuestos, principalmente las sales, como los nitratos, sulfatos y carbonatos que corresponden exacta mente en sus propiedades químicas con las sales de sodio. A este grupo de metales que se asemejan mucho ai so- dio se les denomina Metaloides de los ¿lcalis. Después del sodio, en la naturaleza el más abundante es el potasio, K. No se encuentra al estado libre ni en forma de óxido, sino en forma de sales, principalmente en las rocas, com- binado con la sílice, Si O, dando lugar á la formación de silicatos dobles con el sodio. Silos óxidos de estos me- tales alcalinos se unen 4 otros óxidos, como la cal, Ca O, 678 ANALES DE LA la alumina, Al, O,, el óxido de hierro, Fe, O,, forman con la sílice adios minerales, tales como el vidrio, que son de mucha utilidad. Todos estos compuestos silícicos de estructura compleja constituyen las mayorías de las rocas que existen en la superficie de la tierra. Así las rocas primarias, como el granito, el porfido, «, están formados por estos óxidos, pero no constituyen una masa homogenea, amorfa, como el vidrio, sino que se ha- llan distribuídos en una serie especial de cuerpos cristali- nos. El granito, por ejemplo, se compone de feldespato, cuarzo y mica, contiene la potasa y la sosa.. El feldespa- to orthosa, en el eranito contiene de S 4 15% de potasa; otra variedad, la plagiocasa, contiene de 1.2% ¿4 6% de potasa y de 6 á 12% de sosa. En una palabra, la mayor parte de las formaciones estratificadas que constituyen una eran parte de la corteza terrestre se han producido ac- tuando la atmósfera y el agua, que contienen anhidro cat- bónico sobre las rocas primitivas; y en estas descomposl- ciones se han formado los óxidos de potasio y sodio, que son solubles en el agua y que han sido arrastrados al mar por el agua de los ríos, y allíse han acumulado como el clorido de sodio. El potasio K, que se obtiene de un modo análogo al sodio, es un metal que se presenta en una consistencia muy Bla según la temperatura. A 0% es friable, y la superficie e presenta INICIOS de cristalización. A 15%, es blando, y se deja cortar con el cuchillo, afec- da el color y brillo de la plata, pero ¡ouedia tamente se empaña al contacto del aire. A 559 se liquida comple- tamente y se parece entonces al mercurio; y por último, á la temperatura del rojo, da un e de color verde esme- ralda. Su densidad á 15 es de 0.82 El potasio descompone naar. el agua á la temperatura ordinaria, combinándose con su oxígeno y desprendiendo hidrógeno. Es curioso E que en esta reacción Como se pro- duce mucho calor, sucede que en ciertas condiciones el ca. lor es suficiente para inflamar el hidrógeno, porque como la reacción es tan violenta, el metal se mantiene en la su- perficie del agua mientras que el óxido de potasio forma- do se disuelve en el líquido, quedando por lo tanto el po- DAA A ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 679 tasio aislado en la superficie, juntamente con el hidrógeno que se desprende. - La forma globular que presenta el po- tasio en la superficie del agua consiste en que por el calor desprendido durante la reacción, se funde al estado líquido. Aunque lo mismo que el sodio, este metal se puede ob- tener por medio de la corriente galvánica, y también por medio de la potasa cáustica y el” hierro en limadar: as, d una temperatura muy elevada. Hoy se produce descom- poniendo el carbonato potásico por medio del carbón, aplicando también una temperatura elevada, pero.como la mezcla ha de ser muy Íntima para que la reacción se veri- fique, se recurre á las sales orgánicas de potasa, como el tartrato, el cual en su descomposición al calor deja mucho carbón. Para obtenerle se pone el cremor de tartaro en un crisol bien tapado para que no penetre el aire, y se ex- pone dá la temperatura del rojo hasta que no desprend: y más gases. Entonces se deja enfriar el crisol, se reduce A] pequeños fragmentos la masa carbonosa y se intro- duce en una botella de hierro for Jado, la que se coloca en un horno de reverbero de eran potencia, á cuya tempera” tura se descompone la pa e áustica K, O, combinándo» se el oxígeno con el carbón, €, para dar lugar á la forma- ción de óxido de carbono, C O, y potasio, K,, que destila en forma análoga al sodio, pues el potasio aun es más vo- látil. OXIDOS DE POT4 El potasio forma dos combinacio- nes con el oxígeno, NE óxido de potasio K, O, que también se llama protóxido, y y el peróxido que contiene tres veces más oxígeno K,O,. Estos dos cuerpos que solo tienen importancia teórica son difíciles de obtener. POTASA CAUSTICA, HIDRATO DE Potasio: K H 0O.—Este enerpo es muy semejante al hidrato de sodio, es tan E portante como él en los laboratorios y en la industria; se obtiene por los mismos medios, empleando soluciones diluídas de carbonato de potasio K,C0O,, y lechada de cal. Si en su obtención se emplea un carbonato de potasio muy puro, entonces es de condiciones aceptables, y se forma una potasa cáustica Ó hidrato bastante aceptable para muchos usos; pero en los laboratorios se usa lo que TOMO XLVIM.—.98 680 ANALES DE LA se llama potasa por el alcohol, y que consiste en disolver en el alcohol absoluto el producto anterior, filtrar el lí- quido, destilar el alcohol, y recoger el hidrato de potasa resultante, desecándole bien, en una vasija apropiada. Esta potasa se funde y se vierte en moldes para formar cilindros del grosor de un lápiz, ó bien pastillas, que es como se presenta en el comercio. Los cilindros son de color blaneo mate con una fractura cristalina. Su densidad es de 2.1, se funde al rojo sombra, y se volatiliza sin descomponerse al calor blanco. El hidrato de potasio no desprende su agua de combinación 2(K HO) = K, + H, O, sino en presencia de un ácido muy enérgico, con el cual se combina el potasio. La reacción se puede expresar como un fenómeno de sustitución en el cual el potasio del hidrato sustituye al hidrógeno del ácido, mientras que el grupo restante (oxhi- drilo) s se une al hidrógeno del ácido para formar agua a AO) SO A ES 017 2 O) TO: y no de los me ad pero de- bido 4 que se encuentra poco abundante en la naturaleza, se usan sus compuestos en pocas aplicaciones, sino es en medicina, y para la pirotecnia, por la propiedad que tie- ne de comunicar el color rojo á la llama. Es el más ligero de todos los metales conocidos, pues su peso atómico es 7, y su densidad 0.59. Es un metal blaneo, muy maleable que se puede extender en hilos muy finos. Es más blando que el plomo, se funde ¿4 1802 €, pero no se volatiliza sino 4 temperaturas muy elevadas, Es menos oxidable que el potasio y el sodio, y descom- pone también el agua á la temperatura ordinaria. Se en- cuentra en la naturaleza en aleunos minerales, como la lepidolita, que es una especie de mica. El metal se obtiene del clorido de litio, por medio de la vila eléctrica. Esta sal es delicuescente, se disuelve en el alcohol, y calentado el clorido con ácido sulfúrico concentrado se forma sulfato de litio Li, S O,. Regularmente para obtener cualquier preparado de li- tio se emplea el carbonato del comercio, que también se llama carbonato de litina, porque así se denomina 4 su Óxi- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 681 do Li, O. Como todos los metales alcalinos tienen seme- janzas muy estrechas, para separar los compuestos de litio de los de potasio y sodio, se convierten en carbonatos y después se separan los dos carbonatos últimos, por la pro- piedad que tienen de ser más solubles que el carbonato de litio. Rubro: Rb=85.4 y cesto: Cs=133.—El descubri- miento de estos dos metales se debe á la aplicación del espectroscopio (de cuya importancia en la ciencia habla. remos más adelante) 4 las aguas alcalinas de algunos ma- nantiales, después de haber separado los metales alcalino- terreos. Bunsen y Kirchhoff descubrieron el rubidio en 1861 en el mineral llamado lepidolita y recibió el nombre de rubidio por dos líneas rojas que da en el extremo iz quierdo del espectro, casi coincidentes con la del potasio. Sus sales son muy semejantes d las del potasio, y se con- funden mucho con las del cesio. Coloran la llama de vio- leta, y se obtienen por los mismos medios que las sales de potasio. ¿stos dos metales se encuentran siempre juntos, y se separan uno de otro, por la diferencia de la solubi- lidad que presentan sus cloroplatinatos, aluminatos y tar- tratos; y hasta la fecha solo tienen importancia teórica. Se hallan muy repartidos en la naturaleza, pero en muy pe: queña cantidad. Si el rubidio recibió su nombre por las líneas rojas que presenta su espectro, el cesio recibió el suyo por las dos líneas azules que presenta el espectro de sus soluciones, muy cerca de las líneas azules del estroncio. SALEs DE POTasIo.—Llama la atención el hecho de que á pesar de ser tan abundantes en la naturaleza las sales de potasio como las de sodio, se encuentren en tan pequeña cantidad en el agua del mar respecto de las del sodio; pero según Mendeleel' se explica este fenómeno porque al des- componerse las rocas primarias que contienen esos meta- les, el potasio queda retenido principalmente en los terre- nos arcillosos y silíceos, y además porque las sales de potasio están retenidas en los restos de los vegetales. Ya sabemos que las sales de potasa son absorbidas del suelo por las raíces de las plantas, así es que las cenizas de los vegetales son el almacen natural de dichas sales, hasta fecha relativamente reciente era el único manantial 682 ANALES DE LA de donde se obtenían las sales de potasio. Durante el cre- cimiento de los vegetales se forman sales orgánicas de es- te metal, como los tartratos de potasio en las uvas, los que después de convertido el jugo en vino se depositan en un resíduo sólido, constituído en su mayor parte por lo que se llama cremor e tartaro Ó tartrato ácido de potasio, que se formula así: C, H¿K O. Lo mismo sucede con ciertas plantas del género Oxa- lis que producen oxalato de potasio, €, H KO, Por lo tanto, todas las sales orgánicas de potasio conteni- das en los vegetales, cuando se queman se convierten en carbonato, obteniéndose esta sal por medio de la lixivia- ción de las cenizas con el agua, y evaporación consiguiente de sus soluciones. El producto bruto se conoce con el nombre de potasa del comercio. Regularmente las cenizas de los vegetales que se emplean para obtener la sal potásica son las proee- dentes de las plantas herbáceas, como son el girasol, las hojas de la patata, las del nabo, etc. De estos hechos se deduce también que la tierra dedi- cada al cultivo de todas las plantas, y principalmente de las que contienen más potasa, se ha de empobrecer por la que cede á los vegetales, y de aquí la gran necesidad de los abonos potásicos que tanto se usan en agricultura. El carbonato de potasio K,C 0,, también puede obte- nerse del clorido de potasio por el mismo método que se obtiene el carbonato de sodio Na C O,, por intermedio del clorido Na Cl. Casi todas las sales de potasto, clorido, bromido, yodido, sulfato, clorato, €, se pueden obtener por medio del carbonato que se extrae de un modo con- veniente de las cenizas. Cranipo DE Potasio: K € N.—Entre las sales de potasio que tienen importancia, además del clorido y del bromido, que se emplean en medicina y en las artes, se encuentra el cianido ó cianuro de potasio, el que 4 su vez se obtiene de la sal llamada cianuro ferroso potásico, ó sal amarilla, cuya descripción será más propia cuando nos ocupemos de las sales de hierro. NITRATO DE PoTASIO: K N O,.—Esta sal es la qne se lla- ma salitre, que tanto se emplea en la preparación de la pólvora, y que no se puede reemplazar por la sal equiva- ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 685 lente de sodio, porque ésta es muy delicuescente. El ni- trato de potasto Ó nitro, se purifica bien de otros cuerpos que le acompañan por la facilidad que tiene de producir erandes cristales y pequeños al mismo tiempo, distin- guiéndose así de otros cuerpos cristalizados que le acom- pañan. Esta propiedad tiene su origen en la gran diferen- cia entre la solubilidad de esta sal ¿ diferentes temperatu- ras, pues mientras una solución saturada de nitrato potási- co á la temperatura de la ebullición” (1167) contiene 335 partes de la sal para 100 ad de agua, d4 20? C por ejemplo solo contiene 32% de la sal. El nitro se presenta en la naturaleza en pequeñas canti- dades en mezcla con otros nitratos, y se forma sobre los terrenos que contienen restos orgánicos nitrogenados en presencia de metales alcalinos. En la formación del nitro intervienen, la humedad y el aire, determinada cantidad de calor y deter min wlos microorganismos que ayudan a la nitrificación. ln algunos paises se emplea el método lla- mado siembras de nitro, que consiste en preparar abonos de establo con restos de madera y paja, mezclados con ce- nizas y Otras tierras alcalinas y calizas. Hoy se han reemplazado estos procedimientos emplean- do el salitre de Chile, Ú sean grandes yacimientos de nitro cúbico ó nitrato de sodio, que se encuentra en muchas islas del Pacífico. Para convertir el nitrato de sodio en sal de potasio se efectúa con facilidad por doble descomposición entre el clorido de potasio K Cl, que 4 su vez se obtiene del car- bhonato, y la solución de nitrato de sodio, dando lugar á la formación de nitrato de ee y clorido de sodio, en esta forma: K C1 + Na NO, = KN O, + NaCl. Y aunque ambas sales son muy led se separan por repetidas cristalizaciones, aprovechando la propiedad que tienen estas soluciones de depositar por enfriamiento cris- tales de nitrato potásico, mientras queda en solución sa- turada el nitrato de sodio. El nitro es una sal blanca, que comunica al paladar una sensación de frescura. Es un agente oxidante de mucha impor tancia, y sirve también para la obtención del ácido nítrico. 684 ANALES DE LA CARBONATO DE POTasIo: K, C 0,.—Es la sal de potasa que se extrae de las cenizas de los vegetales. Se corta la leña y después de seca se quema en fosas para producir las cenizas, las que se lixivian con agua fría, y después con agua caliente. Se ha observado que dejando las ce- nizas mucho tiempo 4 a más pro- ducto. Las legías evaporadas 4 sequedad dan un producto muy OSCUTO, al que denominan lito el cual por término me- dio es el 10% del peso de las cenizas. El resíduo insolu- ble que en España se llama cernada, contiene fosfatos que puedan ser muy útiles para la agricultura. ¿s evidente que la incineración de los vegetales así co- mo la lixiviación consiguiente han de producir la forma- ción de diferentes compuestos, además de los que contie- nen naturalmente las cenizas, y así se explica que haya potasas del comercio que tienen hasta 38.84% de sulfato dle pot asio. Las mieles que han experimentado la fermentación, una vez incineradas dan un carbonato de potasio impuro, que contiene por término medio 35 partes de carbonato potá- sico y 16 de sodio, 16 de clorido de potasio, 17 de sulfa- to, y 9 de sulfuro y de cianido potásico. SALES DE SrassFURT.—Por la ¡ importancia que encierra la potasa en agricultura y por los nuevos horizontes abier- tos al cultivo de las plantas, nos extenderemos algo en la descripción de estos yacimientos en el norte de Alemania, y que hoy están administrados por el Gobierno. El valor de la potasa como elemento favorable á la agricultura se conoció en 1860, debido a las investigacio- nes del eminente sabio Justus von Liebig, y al año si- guiente se estableció una fábrica en Stassfart para refinar los minerales de potasa. Hoy constituye una enorme in- dustria que se explota en 23 grandes establecimientos mineros donde trabajan miles de obreros. Los yacimientos de Stassfurt se formaron por la evapo- ración de las aguas del mar, en lagos al modo de lo que hoy sucede con el Mar Muerto en Rusia, sin tener salida luego al mar libre. Como esos enormes depósitos se for- maron allí durante el período geológico tropical de Euro- pa, la evaporación fué rápida: y como en la sucesión del ACADEMIA D£ CIENCIAS DE LA HABANA 685 tiempo se fueron formando canales que se comunicaban con el mar, unas veces, y otras se interrumpían, resultaron una serie de capas ó depósitos superpuestos Y interrumpl- dos por nuevas cantidades de agua que se saturaban con parte de las sales de los depósitos; y que después por eva- poración iban depositándose nuevamente. Mediante las evaporaciones continuas y por el aumento de la concentración se formaron esas Sas inmensas de sal de roca y anhidrita (sulfato de calcio, Ca S O,.) A me- dida que se separ aba en depósitos la sal de roca, y la con- centración era mayor, se depositaban nuevas sales más so- lubles que se iban cubriendo, las unas á las otras, forman- do el mineral conocido con el nombre de polyalita, com- puesto de los sulfatos de calcio, potasio y magnesio, esto es, la kies erita, que es sulfato de magnesia, y la “región de la potasa,” que es el depósito de la carnalita, un com- puesto de los cloridos de potasio y de magnesio. Este de- pósito d extracto geológico, es de 50 á 150 pies de pro- fundidad, y surte Ma mayor parte de la sal cruda que sirve para preparar la potasa refinada. Los principales mine- les de que se obtiene la potasa del comercio son los si- euientes: - Carnalita K Cl, Mg Cl, 6 H, O Kainita K,S O, Ma S 0% Mg CRS6IE. O Sylvinita, K aL Na “Ol, K, S 0 Mg 8 O,, Mg Cl,, 6 H, O Hart saltz (sal dura) K Cl, Na Cl, Mg S 0% HL, 40) ; Como se ve, por la composición química, son prodnetos complejos formados por la evaporación de las aguas del mar durante las épocas geológicas, y compuestos, de sales potásico-sódico-magnesianas, edienda los radicales ¿cidos cloro y ácido sulfúrico. La manufactura química de estos productas, la organi- zación de los trabajos mineros, los de las compañías ex- plotadoras, y los estudios que se han efectuado para llegar al resultado actual, es un mérito que honra al espíritu científico de la raza alemana. Los principales productos de estos yacimientos comple- jos que se separan del resto para envi iarlos al mercado son: clorido de potasio, llamado también muriato de potasa, que contiene de 46.7 4 62% de potasio, calculado su óxi- do, y el sulfato de potasio, regular mente al estado de sul- 686 ANALES DE LA lato de potasio y magnesio, y además multitud de produc- tos secundarios, como el nitrato, clorato, cromato y bro- mido de potasio, €, €, que se emplean en infinitas indus- trias y actividades da Es incalculable la importancia de la potasa en agricul- tura. Esta sustancia ¡juntamente con el ¿cido fosfórico y el nitrógeno constituyen los principales elementos de las plantas, y se preparan con ellos los fertilizantes ó abonos de que hablamos en otra asignatura. Es evidente que cada planta tiene sus gustos y sus ne- cesidades, y por lo tanto extraen del suelo diferentes can- tidades de elementos, que si no se devuelven en alguna forma, se empobrece la tierra y da muy pobres cosechas, mientras que si se abona con la cantidad de elementos que las cosechas han extraído del suelo en años anteriores, la tierra vuelve 4 recuperar su poder productivo. Por ejemplo, se ha observado que en una tierra dedicada á la siembra de patatas en 20 años, sin abono, han dismi- nuido las cosechas, desde 86.6 fanegas por acre, (2884 por aballería) en el primer año, hasta 55.8 lanegas por acre 20 años después. Y se explica perfectamente, si te- nemos en cuenta la cantidad de potasa que diferentes co- sechas extraen del suelo cada año, ast: El trigo y el heno en rotación 75 libras de potasa por acre ES EA LAO IN O a A. Patatas. rl MRE ME E $ Remoltebal 4 date ee TAS mr 8 > Hierba. de pasto niiiliidaie SO o A Mata oa eee e E OA 0 E ES Dibacoask de oido arepa A E Todavía de la importancia de estas sales en y agricultura nos podemos dar cuenta sabiendo que según el último cen- so de los Estados, en 1910, se emplearon 2.600.000 tone- ladas de fertilizantes teniendo una composición media de 2% de amoniaco, 3% de óxido de potasio, y 9% de ácido fosfórico asimilable. y por lo tanto se suministró ¿las tierras de cultivo: Nitrógeno... .... 52.000 toneladas Potasio 78.000 A! Acido fosfórico. . 235.000 Y IA Ag / QEOERzR_R€ 5 » A del 9de Junio der. 113 3 ze 53 Le E del 23de ,, de ,, 1 SS $ 5 a A del 14 de Julio dones 159 RE a a za del 28de ,, de-.,, 179 Ss SS a , extraordinaria del 27 de Agosto de ,, 191 % > 0) , ordinaria del 22 de Septiembre de ,, 251 . ss a , extraordinaria del 13 de Octubre de 5, 269 » 5 E , ordinaria del27de ,, des, 290 > mE As E z del 10 de Noviembre de ,, 313 53 Ss > 5 5 del 24 de AA de ,, 354 a A si científica del 15 de Diciembre de ,, 398 .> $ mn frustrada del 22 de Sa der. a 492 > ss 53 , extraordinaria del 12 de Enero de 1912.... 453 ES S $ , extraordinaria del ly de ,, der 476 Es > h científica del26de ,, do. 484 53 33 SS , extraordinaria del 2 de Febrero de, 507 ne E S científica del 9de ,, de 522 SS SS A , ordinaria del 23 de ,, de 3, 338 , > > científica del 8 de Marzo des, 599 > z Sn , Ordinaria del 22de ,, der 603 e so a Pi del 12 de Abril det 687 E E > científica del26 de ,, de 706 a . E , extraordinaria del 10 de Mayo dea lol Acuerdos de la Academia . , . 32, 188, 396 y 521 Tomo xLyi1.—95. 7136 ANALES DE LA PAGS Convocatoria eri ón O As AS Académicos fallecidos: Cesáreo, Rernátidez Dosadar a a NON Stantord' Emerson Chale 0 A OS cite ca e al co Juan (Orús y Presno. . . A a PR AO YEMA José M.* Céspedes y Orellana A AS AO Enrique Acostasy Mayor lo toi tU J. Eduardo Díaz yiMartiez. MEE ay NL Joaquín Albarrán" y: Dominguez 210 tato ir a ll y 0d JO2LQUÍN E DAStres o JU ar VO Ya Nombramientos de académicos: Dres. Rudesindo García Rijo, Arístides Agramonte, José A. Fer- nández Benítez, Rafael Blanchard y Leonel Plasencia. 33 y 521 Secciones y comisiones: Académicos que las integran . . .. 188 y 190 Acosta, Enrique. Investigación del bacilo de Nicolaier en una muestra de colodion. CESSNA PIO oo Agramonte, Aristides. Elogio póstumo del Dr. Ignacio Calvo. [Discurso de recepción como académico de número]. (12 Enero 19123)... ... 454 Alacán, José P. Véase. Alonso Cuadrado: «(W-Junio IM O Informe sobre un preparado industrial [inyección urano]. (22 Septiembre a uo ro CE Albarrán, Joaquin. In memorian. [Trabajos publicados con motivo de su muerte] .. 573 Alonso Cuadrado, Gastón. Alacán, José P. y Villalón, ost” R; Informe sobre los polvorines de San Antonio y Punta Blanca. (9 Junio TI) A A o RS A IO Alonso Cuadrado, Gastón. Análisis inmediato del agua de coco. (9 Junio 1911)... . . .. 131 La enseñanza de la química en la Escuela Azucarera de la Ha- bana: (10 Noviembre) a ei Te) ZO Nociones generales de Química. Lecciones 1, 2,3y 4. (10. Noyiembre III) rl de al ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 1ET Leeciones 5,6 y 7. (2% Noviembre 1911)... «e.te +... 300 Lecelones 8,:9 y-10. (15: Diciembre 1911)... iio... .«<. 400 Esctiones LU mid. (23 Rebrero 1919) 00 eds e DAS Lecciones 13,14, 157 16: (22 Marzo. 1912)... . 0. 0. e .. 048 Amigó, Arturo. Informe sobre arena extraída en la finca «El Palomar», situada en el kilómetro 8 de la carretera de la Habana á Giiines. [Habana, Enero 26 de 1911]. (9 Junio 191). ........ 135 Beltrán, Francisco S. Colecisto-duodenostomía por colecistitis con pancreatitis conse- cutiya.” (20 Emcron IE a a ds a e AO Benasach, Guillermo J. Informe médico legal sobre identidad. (28 Julio 1911). . . .. 182 Coronado, Tomás V”, Abastecimiento de agua en Oriente. (23 Junio 1911). . . . .. 146 Marabú. (14 Julio 1911). . E ARI. 165 Informe sobre conducta profesional. (29 Agosto 1911). . ... EOS Un caso de fiebre de varios años de duración. (10 Nobre. 1911). 317 Las oposiciones á las cátedras de las granjas escuelas agrícolas. (24 Noviembre 1911). ... . E, LEIA 394 Tasación de honorarios profesionales. (19 Enero 1912)... .. 478 Comunicación oral sobre anopheles y trasmisión del paludismo ea la Habaña. (12 ADT Ne o GO asaciomde nonoraros dra Dali dd o 705 Coronado y Madan, Octavio. Técnica para la inyección intravenosa del Salvarsán. (14 Julio A AAA a ars 108 Díaz Albertini, Antonio. Informe sobre la solicitud del Dr. Arístides Agramonte y Simo- ni, aspirando á ocupar una plaza de académico de núme- AAA A A A Etchegoyhen, Francisco. Quiste tubo-ovárico en una perra. (28 Julio 1911)... ... . .. 185 738 ANALES DE LA PAGS. Fernández, Juan Santos. Discurso del Presidente de la Academia de Ciencias Dr..., en la inauguración en Sagua, de la estatua del Dr. Joaquin Al- barran ltd eat nero de A A Tranquitino Sandalio de Noda. 26 mayo 1911). Discurso del Dr... en la Academia de Ciencias, al colocarse el re- trato del Dr. Ambrosio González del Valle y Cañizo (26 Mayo 1911) . Dos casos de pénfigo que afectaron los ojos. (26 Mayo 1911) - El Dr. Juan Orús y Presno. (29 Agosto 1911). . Discurso del doctor... con motivo del trabajo de los Dres. Gran- de Rossi y Ruíz Casabó, sobre la fiebre de Malta en la Habana. (29 Agosto 191... . El Dr. Pedro Albarrán. (22 Septiembre 1911). . Contestación al discurso de recepción del Dr. Juan Guiteras en la Academia de Ciencias. (13 Octubre 1911). . HDrsEnrques Acosta. (21 Octubre LL La duboisina debe preferirse á la atropina en el tratamiento de las enfermedades de los ojos, especialmente en los niños. (IREbrero Oi) E E SAS El uso de los anteojos protectores para los obreros. (23 Febre- e o or PA Fallecimiento del Dr. Joaquín Francisco Lastres y Juiz. (26 ADIOS TS El cuchillo de Daviel en la extracción de la catarata en nuestros días. (10-Mayo IIA E te Discurso de bienvenida al Dr. Emilio Galán. e. Junio o 1911). Fernández, Juan Santos y Finlay, Carlos E. Cuerpo extraño en la cámara anterior del ojo extraído por el elec- tro-imán. (23 Junio 1911). . Finlay, Carlos E. Elogio fúnebre del profesor J. Hermann Knapp. (26 Mayo 1911). Véase Fernández, Juan Santos. (23 Junio 1911)... : Garcia Cañizares, Felipe. Propuesta del profesor Rafael Blanchard como académico de mérito. (26 Mayo1911). . . 156 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 739 García Rijo, Rudesindo. Amaurosis y ampliopía histéricas. (Trabajo en opción al título de académico corresponsal en Sancti-Spíritus). [13 de Abmil 1911]. “(26 Mayo-1911).. . . Alopecia general neurótica. (9 Junio 1911). ..... Amaurosis histérica en un hombre. Galvano-faradización. (15 Diciembre 1911... A prapósito del «606». Parálisis ocular. (12 Abril 19123... .. Grande Rossi, Federico. Comprobación de la fiebre de Malta en la Habana. (29 Agosto A A O CE Discurso de contestación al de ingreso del Dr. Arístides Agra- monte en la Academia de Ciencias, leído por el Dr.. .. AU Grande Rossi, Federico y Ruiz Casabó, Manuel. Pliego cerrado. [Rectificación de las opiniones emitidas sobre la fiebre de Malta en la Habana]. (22 Septiembre 1911)... .. Guiteras, Juan. El Dr. Carlos J. Finlay. Apuntes biográficos. Discurso de recep- ción como académico de número. (13 Octubre 1911)... Informe sobre los candidatos Finlay y Agramonte al «Premio No- vel» Sección de Medicina. (22 Mayo 1919)... ....... La poliemielitis anterior aguda. Parálisis infantil epidémica . [Recomendaciones de la Dirección de Sanidad]. (Abril 1912). Héctor, Francisco María. Un caso de tétanos traumático agudo, curado por la Sueroterapia. Método intensivo. (23 Junio 1910... . Informe médico-legal en causa de homicidio por imprudencia. (ANS a Hernando Segui, Domingo. El tabaco y el cáncer laríngeo. (10 Noviembre 1911)....... 51 129 447 696 214 466 252 270 605 730 149 511 324 740 ANALES DE LA Le-Roy y Cassá, Jorge. Tasación de honorarios profesionales. (26 Mayo 1911). ... 33 Imforme sobre la solicitud del Dr. Rudesindo García Rijo, aspi- rando á ocupar una plaza de académico corresponsal. (26 Mayo ILL ds RA oe ia OS IN e 38 Stanford Emerson Chaillé. Nota necrológica. (23 Junio 1911). 143 El Dr. José María Céspedes y Orellano. Nota necrológica. (217 Octubre li obs A ao iao Ss UUOAE A EL 292 El Dr. José Eduardo Díaz. Nota bio-bibliográfica. (27 Octubre A O TO ko PO E 301 Informe médico-legal sobre contusiones. (10 Noviembre 1911)... 319 Informe sobre destructores de basuras. (22 Marzo 1912).... .. 612 Le-Roy, Guiteras, Casuso, Diaz Albertini, Nuñez, Moya, Santos Fernández. Moción sobre el Premio Nobel, y discusión. (23 Febrero 1912). 540 Lutz, Antonio. Sobre algunos árboles genealógicos y la aplicación de las reglas de Mendel en la oftalmología. (26 Enero 1912). . . . .. 486 Méndez Capote, Fernando. Presentación de un caso clínico de fractura del parietal derecho, CEI A o aca ao os DS Nogueira, Rafael. Trasposición del duodeno por úlcera juxta-pilórica. (9 Febrero E A A o a oO TO ao oO 325 Paradela y Gesta!, Francisco. Informe acerca de la solicitud del Dr. José A. Fernández y Bení- tez, de ingresar como académico de número. (26 Mayo MID) a de Jade SES ASE A ia SAR 78 Plasencia, Leonel. Nota preliminar sobre modificaciones en la técnica miscrocópi- car 110 Mayo ID A A NR aL ACADEMIA DE CIENCIAS DE La HABANA 141 PAGS. Presno y Bastiony, José A. La obra del Instituto Rockefeller de investigación médica. (22 Septiembre 1911)... E Hernia isquiática. (10 Noviembre 1911)... ...... Divertículo de Meckel y apendicitis. (10 Noviembre 1911)... . Ruiz Casabó, Manuel. Informe médico-legal en causa de homicidio por imprudencia, y sila conducta observada por un profesional, fué ó no correc- ta. (26 Mayo 1911)... . Comprobación de la fiebre de Malta en la Habana. Historia clí- nica. (29Agosto LIM) rca reta Véase Grande y Rossi. (22 Septiembre 1911). . ... . . Stincer, Rogelio. Colitis grave y apendicostomía. (12 Abril 1912)... Torre, Carlos de la. Presentación de Mr. Barnum Brown del American Museum of Na- tural History y del craneo completo del megalocuns rodens y de otra especie distinta, que si se confirma propone clasifi- carla con el nombre de Barnumia Browni. (9 Junio 1911). Informe acerca de la solicitud del Dr. Leonel Plasencia, para in- gresar como académico de número. (2 Febrero 1912)... .. Dos nuevas especies de fósiles cubanos. Presentación de los pro- fesores americanos: Thomas Barbour, John L. Bremer y J. T. Nichols. (8 Marzo 1912). . . Villalón, José R. Véase Alonso Cuadrado. (9 Junio 1911). . Weiss y Verson, Rafael. Donativo del Dr... [libros]. (14 Julio 1911)... 262 321 321 691 116 516 399 119 7 —] Ae 15) ANALES DE LA INDICE DE MATERIAS ACADEMIA Actas de las sesiones: Y” Acta de la sesión pública ordinaria del 26 de Mayo , , ” , ) » PJ) ” ) ” ” y) pj) ») ” ” , ” ” ) , ” » 3 ” ” ” ” ” ” »” ” ” ” ” , extraordinaria del 27 de Agosto , ordinaria , ordinaria ” ” científica frustrada ,, extraordinaria del 12 de Enero del 9 de Junio del 23de ,, del 14 de-Julio del28de ,, PAGS. de 100 AB de de de de de del 22 de Septiembre de ,, extraordinaria del 13 de Octubre de del27de , de del 10 de Noviembre de del 24 de a de del 15 de Diciembre de del 22 de 3 de de , extraordinaria del ly de ,, de científica del 26de ,, de , extraordinaria del 2 de Febrero de científica del WAde 7; de , Ordinaria del 23 de ,, de científica del 8 de Marzo de ,, ordinaria del 22de ,, de E del 12 de Abril de científica del 26de ,, de , extraordinaria del 10 de Mayo de ” ) Acuerdos de la Academia . . 32, 188, 3 ,” 507 522 538 599 603 687 706 EL 96 y 521 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 74 3 PAGS. MOLNOLALDIA No A ss IA la Nombramientos de académicos: Dres. Rudesindo García Rijo, Arístides Agramonte, José A. Fernández Benítez, Rafael Blan- chard y Leonel Plasencia . . . . +. . A ds OO Y Secciones y comisiones: Académicos que dea integran . . .. 188 y Ingresos de académicos: Informe sobre la solicitud del Dr. Rudesindo García, aspirando á ocupar una plaza de académico corresponsal, por el Jorge Le-Roy y Cassá. (26 Mayo 1911) . Informe sobre la solicitud del Dr. Arístides Agramonte y Simoni, aspirando á ocupar una plaza de académico de número, por el Dr. Antonio Díaz Albertíni. (26 Mayo 1911). Informe acerca de la solicitud del Dr. José A. Fernández y Bení- tez, de ingresar como académico de número, por el Sr. Fran- erco, Eoradela: y Gestal. (26 Mayo 19D +02... its Propuesta del profesor Rafael Blanchard como académico de mé- rito, por el Dr. Felipe García Cañizares. (26 Mayo 1911)..... Informe acerca de la solicitud del Dr. Leonel Plasencia, para in- gresar como académico de número, por el Dr. Carlos de la Torre. A e E A A A Académicos fallecidos. Necrologías: Cesáreo Fernández Losada . A A IIA TIAS Stantord Emerson Ola. a a E Juan (Orús y Presno. . . e A E SU a DO José M.* Céspedes y Ona! A a e OE HUTIQue ecos Mayor sto sir a a a en aro sd AR Jl Eduwrdo Diaziy Martine. le Pe ts de ad Josaquía Albarrán y Dominguez... 2... 9... . 2 Soaquín. E. Lastres y UTA sd. eee o RE e OO IIS _ Elogio fúnebre del profesor J. Hermann OS por el Dr. Carlos E. Finlay. (26 Mayo 1911) . Tranquilino Sandalio de Noda, por el Dr. Juan Santos Fernández. (26 mayo 1911). . Stanford Emerson Chaillé. Nota necrológica, por el Dr. Jorge Le-Roy y Cassá. (23 Junio 1911) . ES AN as El Dr. Juan Orús A por el Juan Santos Fernández. (29 4 o IO A : , : VE E El Dr. Pedro Albarrán, por el Dr. Juan Santos mandas 22 Sep- e SS NAS PESA AE romo xLymr.—96. 397 521 190 68 216 137 143 197 292 305 301 9713 107 10 17 144 ANALES DE LA A | PAGS. El Dr. José María Céspedes y Orellano. Nota necrológica, por el Dr. Jorge Le-Roy y Cassá. (27 Octubre1911)........ . El Dr. José Eduardo Díaz. Nota bio-bibliográfica, por el Dr. Jor- ge Le-Boy y Cassá. (21 Octubre AQUI) AS A, de El Dr. Enrique Acosta, por el Dr. Juan Santos Fernández. (27 Oe- O A A A A Elogio póstumo del Dr. Ignacio Calvo. [Discurso de recepción como académico de número], por el Dr. Arístides Agramonte. 12 Enero O ra aa ea os EA RE IN In memoriam. [Trabajos publicados con motivo de la muerte del Dr Joaquín Albarrán]ea lo ea ds Fallecimiento del Dr. Joaquín Francisco Lastres y Juiz, por el DrJuah Santos Hernández. (¿ora Asuntos varios: Discurso del Presidente de la Academia de Ciencias Dr. Juan San- tos Fernández, en la inauguración, en Sagua, de la estatua del Dido quin lbarran liderar di A Discurso del Dr. Juan Santos Fernández, en la Academia de Cien- cias, al colocarse el retrato del Dr. Ambrosio González del Valle JACARIZO 20 Magro e e td Discurso de bienvenida al Dr. Emilio ESG ro por el Juan Santos Hernandes AULA RS NA Donativo del De Rafael Weiss y Verson [libr 7) (14 Julio 1911). Discurso del Dr. Juan Santos Fernández, con motivo del trabajo de los Dres. Grande Rossi y Ruíz Casabó, sobre la fiebre de Malta en la Ebabama.. (29. AGOSO OLI a ed E AOS El Dr. Carlos J. Finlay. Apuntes biográficos. Discurso de recep- ción como académico de número, por el Dr. Juan Guiteras. 3 Dra 1 e A O MIA Contestación al discurso de recepción del Dr. Juan Guiteras en la Academia de Ciencias, por el Dr. Juan Santos Fernández. (13 Oe- tube LL A A A AR Las oposiciones á las cátedras de las granjas escuelas agrícolas, por el Dr. Tomás V. Coronado. (24 Noviembre 1911) . ..... .. Discurso de contestación al de ingreso del Dr. Arístides Agra- monte en la Academia de Ciencias, leído por el Federico Gran- dem Eosse M2 Enero LIA O Moción sobre el Premio Nobel, y discusión, por los Dres. Le-Roy, Guiteras, Casuso, Díaz Albertíni, Núñez, Moya y Santos Fernández. (23 Febrero 1910) Aca rar e ct o 292 301 305 244 202 270 280 394 466 D40 ACADEMIA DE CIENCIAS DE LA HABANA 745 PAGS. Informe sobre los candidatos Finlay y Agramonte al «Premio No- bel» Sección de Medicina, por el Dr. Juan Guiteras. (22 Marzo 1912) Bacteriología: Investigación del bacilo de Nicolaieren una muestra de colodion, por el Dr. Enrique Acosta. (14 Julio 1911) .... ... Nota preliminar sobre modificaciones en la técnica miscrocópi- ca por el Dr. Leonel Plasencia. (10 Mayo1912%). .... .. Botánica: Marabú, por el Dr. Tomás V. Coronado. (14 Julio 191)... ... Cirugía: Un caso de tétanos traumático agudo, curado por la sueroterapia. Método intensivo, porel Dr. Francisco María Hector. (23 Ju- Mt ER AR, Presentación de un caso clínico de fractura del parietal derecho, por el Fernando Mendez Capote. (14 Julio 1911). Téenica para la inyección intravenosa del salvarsán, por el doc- tor Octavio Coronado y Madan. .(14 Julio 19110): ......... La cobra del Instituto Rockefeller de investigación médica, por el Dr. Jose A. Presno y Bastiovy. (22 Septiembre 1911)... Hernia isquiática, por el Dr. José A. Presno. (10 Novierabre 1911).. Divertículo de Meckel y apendicitis, por el Dr. Jose A. Presno y Bastiony. (10 Noviembre 1911) . El tabaco y el cáncer laríngeo, por el Dr. Hernando Seguí. (10 No- NOMS) SL a Colecisto-duodenostomía por colecistitis con pancreatitis conse- cutiva, por el Dr. Francisco S. Beltrán. (26 Enero 191%)... .. Trasposición del duodeno por úlcera juxta-pilórica, por el Dr. Ra- fael Nogueira. (9 Febrero 1912) Des Colitis grave y apendicostomía, por el Dr. Rogelio Stincer. MAA AM A propósito del «606». Parálisis ocular, por el Dr. Rudesindo Gar- cs Ego: (12 Abri 19123... . Farmacia: Análisis inmediato del agua de coco, por el Gastón Alonso Cuadra- A E MI A A AS Informe sobre un preparado industrial [inyección urano], por el Dr. Jose P. Alacán. (22 Septiembre 191)... . 605 149 159 261 146 ANALES DE LA PAGS. Física y Química: Informe sobre arena extraída en la finca «El Palomar», situada en el kilómetro 8 de la carretera de la Habana á Giines, por el Sr. Arturo Amigó. [Habana, Enero 26 de 1911]. (9 Junio 1911) La enseñanza de la química en la Escuela Azucarera de la Ha- bana, por el Dr. Gastón Alonso Cuadrado. (10 Noviembre 1911).. Nociones generales de Química, por el Dr, Gastón Alonso Cuadrado: Lecciones. 1, 2, 3 y 4, (10 Noviembre 1911). . Peccionesio, Oy o (24 Noviembre Loi : Decciones 8, de y 10.405 Dictembre IO A A Mecciones al (2 TO lecciones de e, do yo. (22 Marzo 1 a e Higiene: Informe sobre los polvorines de San Antonio y Punta Blanca, porlos Dres. Gastón Alonso Cuadrado, José P. Alacán y Jose R. Villa- Ms O A AS a Abastecimiento de agua en Oriente, por el Dr. Tomás V. Coronado. (SIRO A A as a e O MN Informe sobre destructores de basuras, por el Dr. Jorge Le-Roy yr Oassd. 122 Marzo LILA a do ote a lao e pde a da Comunicación oral sobre anopheles y trasmisión del paludismo en la Habana, por el Dr. Tomás V. Coronado. (12 Abril1912).. Medicina interna: Alopecia general neurótica, por el Dr. Rudesindo (García Rijo. (JE O A A E ts lo 10 E TS Comprobación de la fiebre de Malta en la Habana. Historia clí- nica, por el Dr. Manuel Ruíz Casabó. (29 Agosto 1911). . Comprobación de la fiebre de Malta en la Habana, por el doctor HMederico Grande Rose (29 AGO LIN Pliego cerrado. [Rectificación de las opiniones emitidas sobre la fiebre de Malta en la Habana], por los Dres. Federico Grande Rossi y Manuel Ruíz Casabó. (22 Septiembre 191bD)...... .. Un caso de fiebre de varios años de duración, por el Dr. Tomás Y. Coronado: 1(10"Noviembre. 191 E La poliomielitis anterior aguda. Parálisis infantil epidémica. [Recomendaciones de la Dirección de Sanidad], por el Dr. Juan Eutteras.. (Abril LID) AAN A O 135 326 329 396 400 qee) 643 129 205 214 DE ACADEMIA CIENCIAS DE LA HABANA 7147 Medicina legal: Informe médico-legal en causa de homicidio por imprudencia, y si la conducta observada por un profesional, fué ó no correcta, por el Dr. Manuel Ruíz Casabó. (26 Mayo 1911). AA CO Tasación de honorarios profesionales, por el Dr. Jorge Le-Roy y Cassá. (26 Mayo 1911). . O . Informe médico legal sobre identidad, por el Dr. Guillermo Benasach. A EUA A A Informe sobre conducta profesional, por el Dr. Tomás V. Coronado. (29 Agosto 1911). . Informe médico-legal sobre contusiones, por el Dr. Jorge Le-Roy y Cassá. (10 Noviembre 1911). .... Tasación de honorarios profesionales, por el Dr. Tomás V. Coronado. (19 Enero 1912). Informe médico-legal en causa de homicidio por imprudencia, por el Dr. Francisco María Hector. (2 Febrero 1912). Tasación de honorarios. por el Dr. Tomás V. Coronado. (12 Abril 1912) Oftalmología: Amaurosis y ampliopía histéricas. (Trabajo en opción al título de académico corresponsal en Sancti-Spíritus), por el Dr. Ru- desindo García Rijo. [13 de Abril 1911]. (26 Mayo 1911)... Dos casos de pénfigo que afectaron los ojos, por el Dr. Juan Santos Fernández. (26 Mayo 1911). . Cuerpo extraño en la cámara anterior del ojo extraído por el elee- tro-imán, por los Dres, Juan Santos Fernández y Carlos E. Finlay. (23 Junio 1911). Amaurosis histérica en un hombre. Galvano-faradización, por el Dr. Rudesiíndo García Rijo. (15 Diciembre 1911)... ... Sobre algunos árboles genealógicos y la aplicación de las reglas de Mendel en la oftalmología, por el Dr. Antonio Lutz. (26 Enero 1919). La duboisina debe preferirse á la atropina en el tratamiento de las enfermedades de los ojos, especialmente en los niños, por el Dr. Juan Santos Fernández. (9 Febrero 19192) . ATA O AA O POSO IAS El uso de los anteojos protectores para los obreros, por el doctor Juan Santos Fernández. (23 Febrero 1912)... El cuchillo de Daviel en la extracción de la catarata en nuestros días, por el Dr. Juan Santos Fernández. (10 Mayo 1912)... -—] 33 486 7148 ANALES DE La PAGS. Paleontología: Presentación de Mr. Barnam Brown del American Museum of. Na- tural History y del craneo completo del megalocuns rodens y de otra especie distinta, que si se confirma propone clasificarla con el nombre de Barnumiía Browni, por el Dr. Carlos de la Torre. (9 Ju- DOLINA T e eri E z ¿PR Dos nuevas especies de fósiles cubanos. Ea dá las pro- fesores americanos: Thomas Barbour, John L. Bremer y J. T. Nichols, por el Dr. Carlos de la Torre. (8 Marzo 1912). . RAS, Veterinaria: Quiste tubo-ovárico en una perra, por el Dr. Francisco Etehegoyhen. (23 TUI AIM e a LM AR E SO Colocación de las láminas fuera del texto Frente á la página Dr. J. Hermann Knapp. 18 Marz> 1832—1.? Mayo 1911.... .. 10 Dr. Ambrosio tzonzález del Valle y Cañizo. Académico de mérito. 20 Alopecia general nenrótica (observación del Dr. R. García Rijo). 128 Dr. Cesáreo Fernández y Fernández de Losada. 1837—1911... 136 Dr. Stanford Emerson Chaillé. 9 Julio 1830-27 Mayo 1911. .. 142 Marzxbú. —Dickrostachys mutans:. Beni. A A Himenomiceto cultivado en la raíz del «Marabú». .... . .. 16> Quiste tubo-ovácico en una perra. . A ARAS Dr. Juan Orús y Presno. y 24 Ag íSto 1911. AS Ob Curva térmica de un caso de Fiebre de Malta ( (números e 6)... ZA UO, Estatua del Dr. Joaquín Albarrán y Domínguez, inagurada en Sagua la Grande, el 1.2 de Enero de 1911... 246 Dr. Pedro Albarrán y Domínguez. 26 Abril 1854- 10 Agosto 1911. 24 Vista del Instituto Rockefeller, New-York . . .. 262 Cubierta de los periódicos profesionales que se “publican - en la actualidad en Ta Habana IA A O Dr. Carlos J. Finlay . . A RI TEA, Dr. José M.* Céspedes y Orellano. 19 Marzo 1829—25 Sepbre.1911. 292 Dr. José Eduardo Díaz y Martínez. 11 Marzo 1854—22 Ocbre.1911. 300 Dr. Enrique Acosta y Mayor. 16 Abril 19861—16 Octubre 1911... 304 Dr. lenacio Calvo y Cárdenas. 31 Enero 1860—27 Febrero 1912.. 454 Sabre algunos árboles genealógicos y la aplicación de las reglas de Mendel en la oftalmología, trabajo del Lutz. (9láminas) 486 y 494 Trasposición del duodeno por úlcera juxta-pilórica... . ... .. 926 Dr Joaquín Albarrán. O A A Dr. Soaquin: FE. Lastres y Jul. > ai ÓN CONDICIONES DE La PUBLICACIÓN ——— A A Los ANALES se publican regularmente. Su pre. cio es TRES PESOS ORO por semestre adelantado- En esta publicación aparecen, á más de los traba- jos de la Academia, artículos de actualidades cientí- ficas, de progresos obtenidos en las ciencias, de mo- ral é intereses profesionales, de asuntos históricos de diversos ramos, 4c., dc. Los ANALES sostienen numeroso cange con publi: caciones análogas del mundo entero. La Dirección de los AnaLkEs no se hace solidaria de las doctrinas sustentadas por los autores de los trabajos. No Toda obra enviada á la redacción de los ANALES será anunciada tres veces. Se suplica el cange. Please exchange. Exchange S. V. P. ANALES DE LA ACA- DEMIA DE CIEN- cias Mibnicas, Fí- SICAS Y NATURALES Venillez adresser les exchanges: DE LA HABANA, Cuba 84aA Habana Sírvase dirigir el cange: . Please addres exchange to: OBRAS DH VENTA EN LA REDACCION DE LOS “ANALES” Trabajos de la Comisión de Medicina Le- gal de Higiene Pública 3 tomos; La Flora Cubana, del Dr. Sauvalle, 1 tomo; Mama- logia, Ornitología, Erpetología y Emtomolo- gía Cubanas, de” Dr. Gundlach; Memoria sobre la Patología y Antigúedades de la ls- la de Puerto Rico, por el Dr. Dumont. Contribución al estudio de los Moluscos Cu- banos, por el Sr. Arango y Molina; Pato: logía y Terapéutica del aparato lencicular del ojo, por el Dr. Becker, traducida del alemán, por el Dr. Finlay.. N É , 5 Y - A e A e a O 4 4, ALA Me CA UY dt as + 0 06 > » A A E COLA 5185 00258 3597 . , a ae Sais o ; MES 9% es A N de 12 ñ '